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JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

Magistrado Ponente

AP1505-2020
Radicación N°. 50917
Aprobado Acta No.142

Bogotá D.C. ocho (8) de julio dos mil veinte (2020)

ASUNTO

La Sala se pronuncia frente a la admisión de la


demanda de casación presentada por el defensor de
CRISTIAN ANTONIO RÍOS GARCÍA, quien aceptó
responsabilidad en la comisión de los delitos de acto sexual
violento y tentativa de feminicidio agravado.

HECHOS

El 9 de enero de 2016, aproximadamente a las 05:50


a.m., la central de radio de la Policía Metropolitana de Bogotá
recibió información de un caso ocurrido en la localidad de
Chapinero, concretamente al interior de un conjunto
Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

residencial ubicado en la calle 51 N° 5-22.


Al llegar a ese lugar, los uniformados observaron que
una mujer herida y semidesnuda salió del edificio para luego
desmayarse en plena vía pública, por lo que fue trasladada a
un hospital cercano. Posteriormente se identificó como Paula
Andrea López Loaiza, de 27 años de edad.

En la calle también se encontraba el celador del


conjunto residencial, CRISTIAN ANTONIO RÍOS GARCÍA,
quien informó a los policías que la mujer estaba borracha y
había sido lesionada por un sujeto llamado Carlos
Saldarriaga, el cual abandonó la edificación
aproximadamente a las 05:00 a.m.

La Fiscalía logró determinar que el portero mintió, pues


la investigación reveló que fue él quien ingresó al
apartamento de Paula Andrea López Loaiza, la amenazó con
un cuchillo, le hizo tocamientos libidinosos en los senos y el
abdomen y cuando intentó manipularle la vagina, ella lo
golpeó. Ante ese rechazo, él le propinó varias punzadas en el
rostro y le cortó el cuello con la intención de degollarla.

La cortadura fue de aproximadamente 15 centímetros


de longitud y comprometió la tráquea, el esófago, la laringe y
la faringe, por lo que fue necesario realizar una intervención
quirúrgica. Los galenos dictaminaron 60 días de incapacidad
médico legal y secuelas pendientes de definir.

ACTUACIÓN PROCESAL

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Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

1. El 23 de febrero de 2016, ante el Juzgado 20 Penal


Municipal con Función de Control de Garantías de Bogotá,
se realizaron las audiencias preliminares de legalización de
captura, formulación de imputación y solicitud de medida
de aseguramiento1.

En la primera, se declaró ajustada a derecho la


aprehensión del indiciado, a quien previamente se le había
expedido orden de captura2. En la segunda, la Fiscalía le
imputó los delitos de tentativa de feminicidio agravado y
acto sexual violento, tipificados en los artículos 27, 104 A,
104 B literal G-7 y 206 del Código Penal, respectivamente 3.

Luego de conocer los derechos que le asistían como


imputado y recibir asesoría jurídica por parte de su
defensora, el procesado aceptó los dos cargos de forma libre,
consciente, expresa y voluntaria4. En la tercera audiencia se
le impuso medida de aseguramiento intramural.

2. El 17 de noviembre de 2016 el Juzgado 55 Penal de


Circuito de Conocimiento de Bogotá dictó sentencia, en los
términos aceptados por el enjuiciado. Le atribuyó 255
meses de prisión e inhabilitación para el ejercicio de
derechos y funciones públicas por el mismo término. Le
negó los mecanismos sustitutivos de la pena y dispuso que
continuara restringido de su libertad en centro carcelario 5.

1
Cfr. Folio 57, cuaderno 1.
2
Fue expedida el 21 de enero de 2016 por el Juez 81 Penal Municipal con Función
de Control de Garantías de Bogotá. (Cfr. Folio 11. Ib.)
3
Minuto 01:04:00 y ss. CD de la imputación. Corte 4.
4
Minuto 00:00:32 y ss. CD de la imputación. Corte 7.
5
Folios 122 y ss. Cuaderno 1.

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Casación nº 50917
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3. El defensor apeló la decisión y la Sala Penal del


Tribunal Superior de Bogotá, mediante sentencia del 4 de
mayo de 2017, la modificó para ajustar la pena de
inhabilitación en 20 años. En todo lo demás, confirmó 6.

4. Dentro del término legal el defensor presentó


demanda de casación7.

LA DEMANDA

Cargo único. Violación directa de la ley sustancial por


aplicación indebida de los artículos 104 A y 104 B literal G
del Código Penal, con la consiguiente falta de aplicación de
los artículos 6º, 9º, 10º y 103 ídem.

El recurrente cita la valoración probatoria realizada


por el Tribunal, para luego aducir que los hechos
investigados se enmarcan en el delito de homicidio, no en el
de feminicidio, toda vez que este último tipo penal exige un
elemento típico subjetivo relacionado con «la intensión dolosa
de matar por el hecho de ser mujer o por motivos de género» , lo
cual fue «omitido» por el ad quem.

El error denunciado –continúa el libelista– es


trascedente porque al procesado se le impuso «una
exagerada condena», dada la «desatinada selección de la norma».
Agrega que lo pretendido a través del recurso extraordinario
es la efectividad del derecho material y la unificación de la
6
Folio 23. Cuaderno del Tribunal.
7
Folio 40 y ss. Ib.

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Casación nº 50917
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jurisprudencia frente al delito de feminicidio.

Bajo esa línea de argumentación, solicita absolver a su


defendido o, en su defecto, condenarlo por el delito de
homicidio.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

1. El artículo 181 de la Ley 906 de 2004 establece que


el recurso de casación es un mecanismo de control
constitucional y legal que procede contra sentencias
proferidas en segunda instancia cuando se afectan
derechos o garantías fundamentales.

De acuerdo con el artículo 180 ibídem, tiene como


finalidades: i) la efectividad del derecho material, ii) el
respeto de las garantías fundamentales, iii) la reparación de
los agravios inferidos y iv) la unificación de la
jurisprudencia.

A través del citado recurso se cuestionan sentencias


de segunda instancia, por lo que es imprescindible –según
lo tiene dicho la Corte– que la respectiva demanda contenga
un discurso ordenado, claro, lógico y racional, a través del
cual se planteen con suficiencia los errores de juicio o de
procedimiento en que pudo incurrir el fallador y se resalte
su trascendencia. Por manera que, de no cumplir con esos
presupuestos, la demanda debe inadmitirse (CSJ AP, 18 abr.
2012, rad. 37342).

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Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

2. La demanda se inadmitirá por las siguientes


razones:

2.1 De conformidad con el artículo 293 de la Ley 906


de 2004, la Sala ha señalado que la defensa tiene interés
jurídico para recurrir la sentencia condenatoria obtenida a
través de la aceptación de cargos, siempre que la alegación
se refiera a vulneración de garantías fundamentales, al
quantum de la pena o a los aspectos operacionales de la
misma, más no cuando se pretenden discutir aspectos
relacionados con el injusto y su responsabilidad 8.

De ahí que se precie que los allanamientos y


preacuerdos se rigen por el principio de irretractabilidad, de
manera que quien se acoge a esas figuras no puede
desatenderlas después de haber sido aprobadas por el juez.
Por ende, si lo buscado a través del recurso extraordinario
es el desconocimiento de dicha prohibición, la demanda
debe inadmitirse por ausencia de interés 9.

Así mismo, ha mencionado que las excepciones al


principio de irretractabilidad deben ser suficientemente
acreditadas por quien las propone:

De ahí entonces que una interpretación razonable de la


segunda parte del inciso primero del artículo 69 de la Ley 1453
de 2011, modificatorio del artículo 293 de la Ley 906 de 2004,
apunta a entender que la retractación allí regulada sólo procede
si se evidencia que el allanamiento o el acuerdo no obedecieron
a un acto voluntario, libre y espontáneo o que en desarrollo de
esos actos se vulneraron las garantías fundamentales.

8
CSJ AP, 12 sep. 2007, rad. 28221 y CSJ AP, 12 feb. 2020, rad. 56148, entre otras.
9
CSJ AP, 7 jun. 2017, rad. 46449.

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Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

Será deber, por tanto, del acusado o de su defensor exponer


fundamentadamente las razones de la retractación referidas,
se repite, a los supuestos antedichos, tras lo cual corresponderá
al juez de conocimiento tomar la decisión de rigor, ponderando
los motivos alegados y los elementos probatorios aducidos
para respaldar la solicitud10. (Resaltado fuera de texto original)

El recurrente plantea una retractación del


allanamiento sin exhibir justificaciones para ello, pues se
abstuvo de presentar ante la Corte carga argumentativa
para acreditar el supuesto error de selección normativa que,
según él, conlleva a la vulneración a garantías
fundamentales.

En efecto, se limitó a indicar que el delito de


feminicidio exige un elemento típico subjetivo relacionado
con «la intensión dolosa de matar por el hecho de ser mujer o por
motivos de género». Por ende, a partir de esa argumentación
se evidencia el desconocimiento del principio de
sustentación suficiente, a través del cual la demanda de
casación debe bastarse por sí sola para lograr el
quebrantamiento del fallo atacado. En consecuencia, es
deber del libelista exponer en forma clara, precisa y
completa los argumentos de su inconformidad y las normas
infringidas, pues a un cargo carente de sustentación no se
le puede dar ninguna respuesta (CSJ AP, 17 jun. 2010, rad.
34102).

De cualquier manera, la Corte anticipa que el Tribunal


no incurrió en el error de selección normativa enunciado en
la demanda, tal como se expondrá más adelante.

10
CSJ SP, 13 feb. 2013, rad. 39707.

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Casación nº 50917
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2.2 El artículo 181-1 de la Ley 906 de 2004 recoge los


supuestos de violación directa de la ley sustancial en sus
modalidades de «falta de aplicación, interpretación errónea, o
aplicación indebida de una norma del bloque de
constitucionalidad, constitucional o legal, llamada a regular el
caso».

Entonces, son tres los sentidos a través de los cuales


se puede llegar a la citada infracción y cada uno exige
requisitos específicos y elaboraciones argumentativas
claramente definidas.

Cuando se acude a la violación directa de una norma


sustancial por aplicación indebida –como en este caso– el
casacionista no sólo debe aceptar los hechos y las pruebas,
sino que además le es imprescindible identificar las normas
erróneamente apreciadas y las llamadas a regular el asunto
materia de debate, para lo cual debe efectuar un análisis
jurídico que evidencie de manera clara y precisa la forma
como se incurrió en el yerro deprecado (CSJ SP, 18 dic. 2000,
rad. 12713).

Lo anterior implica que, al momento de fundamentar


la censura, se debe ilustrar desde el punto de vista jurídico
o a través de un estudio dogmático, la razón por la cual se
estructura el desacierto (CSJ AP, 23 ene. 2019, rad. 48615).
Tarea que no fue asumida por el aquí demandante, quien
adicionalmente incumplió el principio de corrección
material, pues no es cierto que el ad quem haya «omitido»
exponer las razones por las cuales consideró configurado el

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Casación nº 50917
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delito de feminicidio. Por el contrario, múltiples fueron las


explicaciones para ratificar la condena por esa conducta
punible.

En efecto, la sentencia de segunda instancia enunció


los elementos materiales probatorios aportados por la
Fiscalía, citó la Convención de Belem Do Para 11 y diversas
decisiones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y de la Corte Constitucional, relacionadas con la
violencia de género y el delito de feminicidio.

Luego, el Tribunal razonó de la siguiente manera, con


base en la evidencia recolectada por la Fiscalía:

El anterior marco jurídico y conceptual, permite a esta


Corporación arribar a la conclusión, de la extensa recopilación
de interceptaciones telefónicas de las llamadas en que intervino
el hoy procesado, que la intención de cegar la vida de Paula
Andrea López no radicaba únicamente en borrar toda
posibilidad de ser fácilmente identificado como agresor del bien
jurídico de la libertad, integridad y formación sexual, sino que
ello trascendía esas fronteras para exteriorizar una cultura de
discriminación de género, que soporta con acierto la calificación
jurídica del feminicidio agravado en modalidad de tentativa.

En el registro N° 8 tomado de la interceptación realizada el 21


de febrero de 2016, se estableció la siguiente conversación
“Lucelly le dice usted sabe por qué pasaron las cosas. Cristian le
responde por calentona. Lucelly le dice que ella también tiene la
culpa. Cristian le dice que para qué se lo buscó”.

Además cuando se entrevistó a Cristian Antonio Ríos en etapa


de indagación sobre los hechos, resaltó sobre Paula Andrea:

“Mientras yo estoy en mi turno hace cuatro meses ha ingresado a


ese apartamento dos personas diferentes, pero según mis
compañeros es frecuente el ingreso de personas hombres que
ingresan a horas de la madrugada en compañía de ella subiendo
con ella”.

11
Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer, aprobada por el Estado colombiano mediante la Ley 248 de 1995.

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Casación nº 50917
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Con esas manifestaciones el procesado hizo responsable y


merecedora del ataque a Paula Andrea López, al expresar –con
desprecio hacia el género femenino– un merecimiento por una
supuesta acción de la víctima que describió con el calificante de
calentona, expresión peyorativa con la que pretende encasillar y
a la vez justificar –desde su particular y erróneo punto de vista–
su comportamiento bajo el entendimiento que por tratarse de
una mujer, le era permitido desplegar cualquier tipo de
comportamiento sexual e incluso disponer de la violencia como
castigo o respuesta por el plano de inferioridad en el que la
ubicaba, es decir, por el hecho de ser mujer.

Esas expresiones a juicio de la Sala permiten inferir


razonablemente que el comportamiento de Ríos García estuvo
precedido de consideraciones discriminatorias basadas en el
género, con un carácter misógino, bajo el cual, incluso, llega a
culpar a la mujer –merecimiento- por la agresión de la que es
víctima.

Por lo tanto, mal puede la defensa insistir en que la conducta


desplegada por el procesado no se desarrolló por móviles de
discriminación al género femenino12.

Entonces, a partir de la evidencia disponible la


segunda instancia declaró probado que el sentenciado no
sólo afectó la libertad sexual de la víctima al exigirle
mantener contacto libidinoso, sino que además realizó una
manifestación de desvalorización hacia ella, pues consideró
que como era una «calentona», ello lo justificaba para atentar
contra su vida, al punto de culparla por lo sucedido.

Lo anterior permite estructurar el delito de feminicidio,


si en cuenta se tiene lo dicho por la Corte Constitucional en
la sentencia C-536 de 2016:

En razón de lo anterior, en los fundamentos de esta sentencia


se ha recabado y debe ahora recalcarse que la muerte de una
mujer se lleva [a] cabo “por su condición de ser mujer” cuando
existe un trasfondo de sometimiento y dominación de la
víctima, que surja como manifestación de una realidad basada
en patrones históricos de discriminación, producto del uso de

12
Folio 30. Vto. Cuaderno del Tribunal y ss.

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Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

estereotipos negativos de género. Puede haber situaciones


antecedentes o concurrentes de maltratos físicos o sexuales,
como la violación, la esclavitud y el acoso sexual o las prácticas
forzadas sobre el cuerpo de la mujer. Así mismo, la muerte
puede ser el acto final dentro de un continuum de prácticas
constantes de maltrato corporal.
Se priva de la vida a la víctima también por su condición de ser
mujer en el contexto de costumbres culturales como los
homicidios de honor, la dote, los relacionados con la etnia o la
identidad indígena o cuando derivan de tradiciones, como la
mutilación genital femenina. Otras condiciones de los
feminicidios están relacionadas con la cultura de violencia
contra la mujer o basadas en ideas misóginas de superioridad
del hombre, de sujeción y desprecio contra ella y su vida. Es
propio del contexto del que surge el feminicidio, así mismo, la
dominación y la opresión que experimenta la víctima.

En la determinación de que la muerte de una mujer ha sido


causada por razón de su identidad de género, resulta
igualmente útil observar las prácticas de violencia física,
sexual, sicológica y económica a la que ella ha sido sujeta. Así,
la amenaza de muerte, los daños o lesiones físicas; la coacción
para mantener contacto sexualizado, ya sea de carácter físico
o verbal, las humillaciones, ridiculización, menosprecio,
insultos, celos, entre otros actos, para generar en ella
sentimientos de desvalorización, y la privación de sus ingresos
mínimos para subsistir. Todos estos son factores que permiten,
entonces, discernir que la muerte de una mujer pudo haber
sido causada por su propia condición. (Resaltado fuera de texto)

Ahora, se debe insistir en que el Tribunal realizó la


selección normativa a partir de los medios de prueba
aportados por la Fiscalía. Por ende, aunque el demandante
asegura acudir a la violación directa de la ley sustancial, lo
cierto es que implícitamente termina desatendiendo la
técnica exigida por esa ruta casacional, pues olvida que la
valoración probatoria debe ser aceptada, por cuanto el
juicio realizado a la sentencia es en estricto rigor jurídico
normativo, el cual, en todo caso, no realizó.

Si el demandante tenía reparos frente a la apreciación


o valoración de la evidencia, debió recurrir la sentencia
invocando la violación indirecta de la ley sustancial por

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Casación nº 50917
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errores de hecho, propios de las críticas frente al mérito


probatorio otorgado por los juzgadores a los medios de
conocimiento. Sin embargo, en tal evento se le imponía
precisar si ello fue producto de un falso juicio de identidad,
de existencia o falso raciocinio, así como satisfacer los
requisitos de técnica casacional exigidos para cada uno de
esos cargos.

2.3 Por último, cuando se plantea como finalidad del


recurso extraordinario la unificación de la jurisprudencia
–como en este caso–, es preciso que el interesado demuestre
la existencia de posiciones disímiles de la Corte frente a un
mismo tema, o que se hace necesario el pronunciamiento
sobre un punto concreto que hasta ahora no se ha
desarrollado, así como la incidencia favorable que tendría
para la solución del caso concreto y también para la
comunidad jurídica (CSJ AP, 20 ago. 2019, rad. 53721) , tarea no
abordada en esta ocasión por el casacionista.

En todo caso, frente al delito de feminicidio se ha


presentado desarrollo jurisprudencial por parte de la Sala
de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia y la
Corte Constitucional (Cfr. CC. C-297 de 2016 y C-536 de 2016, así
como CSJ SP, 4 mar. 2015, rad. 41457 y CSJ AP, 27 feb. 2019, rad.
53468).

El único cargo de la demanda no prospera.

3. No se advierte la vulneración de alguna garantía


fundamental que amerite el ejercicio de las facultades

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Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

oficiosas de la Corte y la lleve a pronunciarse en camino a


su protección.

4. Acorde con el artículo 184 de la Ley 906 de 2004,


contra el presente auto procede el mecanismo especial de
insistencia, cuyo trámite a falta de regulación legal es el
desarrollado por la jurisprudencia de esta Corporación en
CSJ AP, 12 dic. 2005, rad. 24322 y de acuerdo al plazo
precisado en CSJ AP, 25 jun. 2014, rad. 42597.

En mérito de lo expuesto, la SALA DE CASACIÓN


PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,

RESUELVE

1. INADMITIR la demanda de casación presentada por


el defensor de CRISTIAN ANTONIO RÍOS GARCÍA contra la
sentencia del 4 de mayo de 2017, proferida por la Sala
Penal del Tribunal Superior de Bogotá.

2. De conformidad con lo dispuesto en el inciso


segundo del artículo 184 de la Ley 906 de 2004, es facultad
del recurrente elevar petición de insistencia, con atención
de las reglas definidas jurisprudencialmente por la Sala.

Notifíquese y cúmplase.

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR


Magistrada

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Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA


Magistrado

GERSON CHAVERRA CASTRO


Magistrado

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER


Magistrado

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA


Magistrado

JAIME HUMBERTO MORENO ACERO


Magistrado

FABIO OSPITIA GARZÓN


Magistrado

14
Casación nº 50917
Cristian Antonio Ríos García

EYDER PATIÑO CABRERA


Magistrado

HUGO QUINTERO BERNATE


Magistrado

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA

Secretaria

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