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ENFERMEDADES EN LA EDAD ADULTA
La OMS define la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo que
puede ser perjudicial para la salud. Esta condición se mide a través del índice de masa corporal
(IMC): el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Según
la OMS, una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa. En el caso de la
población infantil, la situación es un mal silencioso. La familia no ve la gravedad del problema,
porque un niño “gordito” es un niño bonito.
Anteriormente se pensaba que la obesidad era un problema de los países desarrollados; sin
embargo, está aumentando en los países con bajos ingresos. Para la pediatra y profesora de
Nutrición de la Universidad Central de Venezuela, Dra. Liliana Vera, la causa son los factores
fisiológicos de adaptación. “Un mecanismo de adaptación a estos procesos donde hay un déficit
importante de nutrientes en las primeras etapas y el organismo crea una defensa de absorber
más, sin ninguna selectividad; eso hace que a la larga haya un desbalance y se pasa muy rápido de
desnutrición a una obesidad”.
Frente a la interrogante de por qué los padres no ven con temor el problema de la obesidad
infantil, la doctora Coromoto Tomei, investigadora en el área de Nutrición Clínica Pediátrica,
afirma que se trata de un problema de educación y cultural. “No lo ven como una enfermedad,
sino como algo pasajero, como algo adecuado. No se preocupan porque piensan que cuando el
niño crezca eso se le va a pasar. Y mentira, porque ahí es donde están los verdaderos problemas”.
Afirma que a medida que avanzan en edad luego será más complicado controlar su peso y lograr la
talla adecuada.
Difícil tratamiento
El tratamiento y el ver como un problema la obesidad en el niño se hace más difícil cuando en la
sociedad no hay ayuda de política públicas y toda la atención se corre hacia los temas de la
inseguridad, la escasez y la incertidumbre política.
Para la pediatra Vera uno de los agravantes es la poca información a nivel de la población sobre el
problema. “Estamos más claros sobre desnutrición, porque es como más evidente, porque
siempre nos hemos caracterizado de hablar más de los desnutridos que de los obesos”. LaCruz
coincide en el tema de la falta de difusión y suma el hecho de que no hay suficientes estudios que
permitan catalogarlo y combatirlo.
La doctora Tomei manifiesta que esto programas de ONGs, campañas televisivas y repartición de
trípticos han funcionado ya que las mismas fundaciones les hacen seguimiento. Y considera que lo
más importante es a difusión y más difusión para que la población esté enterada.
No obstante, y a pesar de las cifras positivas que arrojan organizaciones como la Fundación
Bengoa acerca de las campañas para una alimentación adecuada, el caso es que estamos sextos en
el ranking mundial y las proyecciones no prometen futuros positivos.