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Diferencia entre Hipnosis y método de asociación libre.

La asociación libre no es un monólogo cómodo, sino un trabajo activo que implica


aprendizaje. Nada es más temible que hablar libremente y decir algo penoso. Del
hablar libremente, el espacio psicoanalítico se diferencia de cualquier otro sitio donde
se ponen palabras, por carecer de la crítica hostigosa, del prejuicio, de la persecución
del orden discursivo, de lo políticamente correcto y las moralidades posmodernas, en
su mayoría virtuales.
“Este conflicto es leído e interpretado en ese texto cuyo enriquecimiento necesita el
procedimiento de la asociación libre. Así pues, no es sólo la presión obtusa, ni el ruido
parásito de la tendencia inconsciente el que se deja oír en ese discurso, sino, si se me
permite comenzar lo que vamos a tener que empujar mucho más en esta dirección, la
interferencia de su voz.
La intención de Freud de ajustar su método de asociación libre como adjunto al campo
científico de la época, se encuentra en las narraciones de sus casos, dejando como
precedente la experiencia del oficio y de practicar una práctica, con base testimonial
clínica, que se acerca y aleja al paradigma epistemológico basado en someter la teoría
a la experimentación dura en concreto, situación que aún hoy en día mantiene en
confusión a psicoanalistas o profesionales psi, cuando la asociación libre responde y
corresponde a un orden significante.
Ya en un primer Freud preside la importancia del análisis extenso para garantizar la
cura basada en el método de la asociación libre. Pero no son los plazos los que nos
importan del todo, sino los efectos los que llevarían la mayor carga de relevancia a la
hora de cotejar la validez de la asociación libre con un sometimiento exhaustivo bajo la
lupa experimental como exige la ciencia dura, siendo la asociación libre la base
primordial del trabajo activo del psicoanalista.
De hecho, sólo los ejemplos de conservación, en su suspensión indefinida de requisitos
de la cadena simbólica, como los que acabamos de dar, permitirían diseñar dónde se
encuentra el deseo inconsciente en su persistencia indestructible, que, por paradójico
que pueda parecer en la doctrina freudiana, no menos importante es una de las
características que más la afirman. Este carácter es en todo inconmensurable con
ninguno de los efectos conocidos en psicología auténticamente experimental, y que,
sean cuales sean los plazos o las demoras a que estén sujetos, vienen como toda
reacción vital a amortiguarse y a extinguirse.
La hipnoterapia puede ser un método eficaz para afrontar el estrés y la ansiedad. En
particular, la hipnosis puede reducir el estrés y la ansiedad antes de un procedimiento
médico, por ejemplo, una biopsia de mama.
Se ha estudiado la hipnosis para otras afecciones, entre ellas:
Control del dolor. La hipnosis puede ayudar a aliviar el dolor ocasionado por
quemaduras, cáncer, parto, síndrome del intestino irritable, fibromialgia, problemas de
la articulación temporomandibular, procedimientos dentales y dolores de cabeza.
Sofocos. La hipnosis puede aliviar los síntomas de sofocos asociados a la menopausia.
Cambios en el comportamiento. La hipnosis se ha utilizado con relativo éxito en el
tratamiento para el insomnio, la enuresis nocturna, el tabaquismo y el consumo
excesivo de alimentos.
Efectos secundarios del tratamiento oncológico. La hipnosis se ha utilizado para aliviar
los efectos secundarios relacionados con la quimioterapia y la radioterapia.
Trastornos de salud mental. La hipnosis puede ayudar a tratar los síntomas de
ansiedad, fobias y estrés postraumático.
Mientras que la hipnosis puede ser efectiva para ayudar a las personas a afrontar el
dolor, el estrés y la ansiedad, la terapia cognitivo-conductual se considera el
tratamiento de primera línea para estas condiciones. La hipnosis también puede ser
parte de un programa de cuidado integral para dejar de fumar o bajar de peso.

Sin embargo, la hipnosis no es adecuada para todos. Por ejemplo, es posible que no
seas capaz de entrar en un estado de hipnosis suficiente como para que te resulte
efectiva. Algunos terapeutas creen que mientras más probable sea que te hipnoticen,
más probable es que te beneficies de la hipnosis.
El terapeuta explicará el proceso de hipnosis y analizará los objetivos del tratamiento.
Luego, el terapeuta hablará, por lo general, en un tono amable y tranquilo, y describirá
imágenes que creen una sensación de relajación, seguridad y bienestar.
Cuando te encuentras en un estado receptivo, el terapeuta te sugerirá maneras de
alcanzar tus objetivos, como reducir los dolores o eliminar los deseos de fumar. El
terapeuta también puede ayudarte a visualizar imágenes mentales vívidas y
significativas de ti mismo mientras alcanzas tus objetivos.
Al finalizar la sesión, puedes salir de la hipnosis por sí solo o te puede ayudar el
terapeuta a salir del estado de relajación.
A diferencia de la manera en la que suele mostrarse la hipnosis en las películas o en la
televisión, no pierdes el control sobre tu comportamiento mientras estás bajo hipnosis.
Además, por lo general, te mantienes consciente y recuerdas lo que pasa durante la
hipnosis. Con el tiempo, puedes practicar la autohipnosis, en la que te induces a un
estado de hipnosis tú mismo. Puedes usar esta habilidad según sea necesario, por
ejemplo, después de una sesión de quimioterapia.

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