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UN POCO DE HISTORIA…
Si hacemos un breve resumen histórico, observamos que a lo largo del tiempo, la hipnosis
como procedimiento terapéutico, es una de las técnicas más antiguamente utilizada desde
tiempos inmemoriales (por curanderos, chamanes, sacerdotes, etc…) para provocar cambios
cognitivos, afectivos, psicofisiológicos, perceptuales y conductuales a través de la sugestión. Y
esta es la clave, el punto central de todos estos cambios gira en torno a la sugestión. Todos, en
una medida u otra, nos hemos “sugestionado”, es decir, nos hemos dejado llevar por “algo”
que ha fomentado algún tipo de respuesta imaginativa. Por ejemplo, estamos comiendo en un
restaurante un filete aparentemente normal en aspecto, sabor y olor, está bueno y nos gusta.
Pero inesperadamente, en la mesa de al lado, escuchamos un comentario, alguien que come lo
mismo que nosotros pero que se queja diciendo que le parece que su filete tiene un sabor
raro. Seguimos comiendo pero… ya no es lo mismo. El filete, de repente parece que tiene un
sabor extraño, quizá ácido. Empieza a revolvérsenos el estómago y dejamos de comer, quizá el
filete está en mal estado, no nos está sentando nada bien (desde que hemos escuchado el
comentario y nos hemos dejado influenciar por él) y dejamos de comer. Nos hemos
sugestionado. Y es que la sugestión forma parte natural de nuestra vida mucho más de lo que
creemos porque forma parte de nosotros mismos, es una característica personal el grado en el
que somos capaces de sugestionarnos. En hipnosis clínica, se trata de utilizar esa capacidad de
sugestionarnos que en una medida u otra podemos tener todos, con una finalidad
estructurada, encaminada a obtener un objetivo adaptativo pactado con el terapeuta.
CONCEPTO DE HIPNOSIS
Además, desde un punto de vista esencialmente operativo, Kihlstrom, en 1985, señaló que la
hipnosis supone una relación de comunicación entre el hipnotizador e hipnotizado que
pretende generar comportamientos determinados basados en cambios en la experiencia
subjetiva, respuestas somáticas y ejecución motora en función de ciertas sugestiones previas.
No obstante, es importante señalar que para que una persona pueda beneficiarse de la
hipnosis, es necesario evaluar previamente su capacidad para sugestionarse o
sugestionabilidad y la pertinencia de usar la hipnosis según sus características personales y del
problema que presenta. La hipnosis no es una técnica adecuada para absolutamente cualquier
tipo de problema, ya que hay problemáticas en las que no es especialmente útil o relevante su
utilización en el proceso terapéutico. Igualmente, dependiendo de la sugestionabilidad de cada
persona, habrá sujetos con bajas puntuaciones en esta característica, que no podrán
experimentar hipnosis o beneficiarse sustancialmente de ella, por lo que no sería útil aplicarla
en la intervención. Por lo tanto, la decisión de su uso debe basarse en la evaluación y opinión
de un profesional formado en la utilización y las limitaciones de la hipnosis clínica.
Pero cuando escuchamos la palabra hipnosis, quizá una parte de curiosidad y otra de
desconfianza, se mueve en nuestro interior. Popularmente, todos creemos saber lo que es la
hipnosis. Lo hemos visto mil veces en televisión, o en teatro, en algún espectáculo de magia en
el que ocurren cosas increíbles y en el que la voluntad del hipnotizado parece anulada. Pues
bien, eso a lo que llamamos hipnosis en ese contexto, en realidad no son más que espectáculos
de entretenimiento, y nada tiene que ver con el concepto de Hipnosis Clínica al que estamos
haciendo referencia. Precisamente por esto, es recomendable, que antes de utilizar la técnica,
aclaremos con el paciente algunos mitos sobre la hipnosis que parecen existir en la cultura
popular, con el fin de desmitificar esta técnica y disipar los miedos potenciales sobre la
hipnosis. Este enfoque es similar al que un clínico utiliza para presentar a los pacientes
cualquier procedimiento terapéutico. Los MITOS más extendidos sobre la hipnosis son:
La hipnosis es un estado alterado de conciencia del que puedo quedarme colgado. La hipnosis
es un estado de plena consciencia, no es un trance ni ocurre nada intrínsecamente peligroso en
la hipnosis. No es un procedimiento peligroso, de hecho la mayoría de los pacientes la
encuentran relajante ya sean más o menos sugestionables.
Bajo hipnosis los sujetos realizan cualquier cosa que el hipnotizador les requiera y supone una
pérdida del control del comportamiento. La hipnosis no es algo que se le hace a una persona,
el hipnotizador no tiene ningún poder especial: el psicólogo que induce la hipnosis no le hace
“algo” al paciente, es un proceso voluntario donde el paciente nunca va a decir o a hacer algo
que no quiere decir o hacer. El paciente tiene total control de sí mismo en todo momento y
puede dejarse influir por las sugestiones hipnóticas hasta el límite que considere permisible.
Además, uno de los objetivos del procedimiento, es que el paciente aprenda la técnica y pueda
auto-hipnotizarse independientemente de la presencia del terapeuta.
Bajo hipnosis no se puede mentir. El sujeto hipnotizado tiene control voluntario sobre su
conducta y puede decir lo que estime más oportuno, de modo que si desea mentir sobre algún
aspecto, lo hará. Estudios experimentales señalan que la hipnosis no es necesariamente
superior a otras técnicas a la hora de aumentar el reconocimiento y el recuerdo.
La Hipnosis ayuda a recordar épocas de nuestra vida muy tempranas. Es falso ya que la hipnosis
no es más eficaz para incrementar la memoria que cualquier otra técnica, a la hora de
aumentar la cantidad y precisión del recuerdo. Recuerdos previos a los dos años de edad no
deben como recuerdos verdaderos, ya que nuestras neuronas no están maduras para
almacenar y recuperar correctamente la información. Además, perfectamente se pueden
recordar sucesos que en realidad son “falsos recuerdos”, por lo que lo recordado en hipnosis
no es garante de veracidad.
La hipnosis es un tipo de terapia (hipnoterapia), muy útil, rápida y eficaz, que no exige ningún
esfuerzo por parte del paciente para cambiar de comportamiento tras su aplicación. No hay
nada especialmente terapéutico en la hipnosis, es una técnica más ubicada dentro de un
proceso de terapia, por sí sola, no provoca cambios en el paciente. Requiere esfuerzo, atención
y colaboración activa del sujeto, no es una técnica pasiva, más bien, es todo lo contrario.
Con una única sesión de hipnosis es posible solucionar cualquier problema. Como hemos
señalado, la hipnosis no es más que una técnica para mejorar el autocontrol que se integra en
el proceso terapéutico al igual que se integra la terapia de exposición, por ejemplo. Aunque la
hipnosis suele acelerar y facilitar los resultados del tratamiento, no es lo habitual que en una
sola sesión de hipnosis se resuelva el problema, y menos aún sin el apoyo de otras estrategias
terapéuticas.
Insomnio.
La hipnosis puede aplicarse a problemas médicos como migrañas, cefaleas, asma, trastornos
dermatológicos, colon irritable, hemofilia, náuseas y vómitos relacionados con la
quimioterapia, preparación previa a la cirugía…
Para finalizar, hemos de señalar que se ha comprobado, que la aplicación de la Hipnosis como
técnica adjunta a los tratamientos psicológicos cognitivo-conductuales…
Aumenta la motivación del paciente para llevar a cabo las tareas terapéuticas
Fomenta el autocontrol
BIBLIOGRAFÍA
American Psychological Association, Division 30: Society of Psychological Hypnosis (2005). New
definition: Hypnosis. The Division 30 definition and description of hypnosis.
http://www.apa.org/divisions/div30/define_hypnosis.html