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Este documento discute las diferentes teorías sobre las fuentes de las obligaciones y los derechos personales. Explora las perspectivas francesa y mexicana, y distingue entre hechos jurídicos, actos jurídicos y negocios jurídicos. Finalmente, concluye que tanto los hechos como los actos jurídicos son fuentes de derechos y obligaciones de acuerdo con la ley.
Este documento discute las diferentes teorías sobre las fuentes de las obligaciones y los derechos personales. Explora las perspectivas francesa y mexicana, y distingue entre hechos jurídicos, actos jurídicos y negocios jurídicos. Finalmente, concluye que tanto los hechos como los actos jurídicos son fuentes de derechos y obligaciones de acuerdo con la ley.
Este documento discute las diferentes teorías sobre las fuentes de las obligaciones y los derechos personales. Explora las perspectivas francesa y mexicana, y distingue entre hechos jurídicos, actos jurídicos y negocios jurídicos. Finalmente, concluye que tanto los hechos como los actos jurídicos son fuentes de derechos y obligaciones de acuerdo con la ley.
El término fuente significa: de donde emanan o surgen las cosas, en este
caso implica saber de dónde provienen los derechos personales y sus
obligaciones cuando son de carácter patrimonial, existen tendencias doctrinales encaminadas a simplificar dichas fuentes.
La doctrina francesa; se apoya en las clasificaciones dualistas que
proponen Planiol y Bonnecase, al considerar primero a la ley y al contrato, el segundo habla sólo del hecho jurídico y la ley, o el acto jurídico y la ley.
El contrato, la declaración unilateral de voluntad, la gestión de negocios,
el enriquecimiento ilícito, el hecho ilícito y el riesgo creado; son fuentes de obligaciones.
Se debe considerar a la ley como la fuente que al final de cuentas,
sustenta y fundamenta todo tipo de obligación que corresponda a los derechos personales, esto se debe a que si la ley toma en cuenta un hecho para atribuirle consecuencias jurídicas, ese hecho asume el carácter hecho jurídico, sin la ley no hay hechos ni actos jurídicos, y sin estos no hay derechos personales ni obligaciones.
Ignacio Galindo Grafías opina que; la ley no es fuente de obligaciones, sino
el origen de las relaciones jurídicas en general y en lo particular, se encuentra en la vida social misma de donde la técnica jurídica toma los datos necesarios para construir ese instrumento intelectual que denominamos fuentes del derecho. La teoría francesa de los hechos y actos jurídicos, parte de la idea valida cien por ciento de que el ser humano está inmerso y tiene presente todos los días y a toda hora, una serie de hechos. Los hechos derivados de conductas, los cuales no pasan desapercibidos para la ley, se consideran tan trascendentales que el derecho los toma en cuenta para atribuirles consecuencias jurídicas, estos son hechos jurídicos.
Se les llama hechos jurídicos a aquellos fenómenos de la naturaleza y
trascienden para producir efectos de derecho, los cuales se subdividen en hechos jurídicos en estricto sentido y en actos jurídicos.
En sentido amplio, el hecho jurídico es la conducta obviamente humana y
los acontecimientos naturales, a los que el derecho considera importantes para atribuirle consecuencias jurídicas.
En el acontecimiento natural no interviene la voluntad humana, y sin
embargo el derecho los considera para generar consecuencias jurídicas.
Las conductas que independientemente de su intención generan
consecuencias jurídicas, a su vez pueden ser licitas o ilícitas. Producen consecuencias al margen de la intención. Las conductas licitas se manifiestan de acuerdo a la ley o a las buenas costumbres, y producirán consecuencias de derecho, haya querido o no producirlas el autor de la voluntad, mientras que las conductas ilícitas al igual que las anteriores, haya querido o no el autor de ellas, generan consecuencias de derecho por haber incurrido o actuado en contra de la ley o de las buenas costumbres, pueden generar responsabilidad civil o penal según sea el caso.
El acto jurídico en cambio y a diferencia de los hechos jurídicos en estricto
sentido son manifestaciones externas de la voluntad, es decir, son siempre conductas y nunca surgirán por acontecimientos naturales, en el acto jurídico la voluntad se da con la intención de producir consecuencias de derecho, siempre y cuando exista una norma jurídica que sancione la voluntad manifiesta y los efectos deseados por el autor.
El acto jurídico se forma de dos elementos: un psicológico, voluntario y
personal; otro el derecho objetivo. La sola voluntad sin derecho que le atribuya efectos no genera actos jurídicos, como no lo forma el solo derecho objetivo sin voluntad manifiesta. Se hace referencia al acto jurídico señalando que se trata de un hecho que es deseado en su acaecer y sus consecuencias jurídicas, por la concurrencia de voluntades de dos partes que interactúan recíprocamente.
La teoría del negocio jurídico; surgida de la doctrina extranjera, habla de
que el acto jurídico puede adoptar la forma de negocio jurídico, el cual es definido en términos generales como la situación jurídica que el derecho valora como creada y reglamentada por la voluntad declarada de las personas. En el negocio la voluntad interviene en los dos citados momentos: en la realización del acontecimiento y en la producción de las consecuencias jurídicas, el negocio jurídico es una especie de lo que denominan acto jurídico en amplio sentido, sosteniendo que este último se divide en acto jurídico en sentido estricto y en negocio jurídico. El acto jurídico solo interviene en la voluntad en el momento de la formación del evento, pero no en la producción de los efectos. Nuestro derecho tradicionalmente ha seguido la doctrina francesa partiendo del hecho en sí, lo clasifica en: hecho simple y hecho jurídico.
La clasificación de los actos jurídicos; el acto jurídico se clasifica en
unilateral, bilateral y plurilateral según las personas que expresen la voluntad. El acto jurídico es unilateral; bilateral, si son dos los que intervienen o plurilateral si son más de dos los que expresan voluntad. Cuando se clasifica al contrato que es acto necesariamente bilateral y en ocasiones plurilateral, encontramos que existe el contrato unilateral cuando se producen derechos solo para una de las partes y obligaciones solo para la otra parte, es decir, acto bilateral o plurilateral, que es unilateral. Miguel Ángel Zamora y valencia, sugiere que al acto jurídico se le debe denominar mono subjetivo en vez de unilateral, bisubjetivos en lugar de bilateral y plurisubjetivos en el lugar de plurilateral. Mientras que al contrato se le siga denominando unilateral cuando produzca derechos solo para una de las partes y obligaciones solo para la otra y bilateral cuando se producen o transmiten en forma recíproca.
Al final de cuentas, en cualquier circunstancia doctrinal, todos los
derechos personales de carácter patrimonial y las obligaciones correlativas que surgen de ellos provienen sea de un acto o de un hecho jurídico en estricto sentido.
Las fuentes en particular
Algunas como hechos jurídicos en estricto sentido, otras como actos
jurídicos, pero finalmente, de hecho jurídico en amplio sentido, emanan las fuentes en particular.
Qué Es Un Hecho Jurídico Una Vez Que Se Realiza El Supuesto Jurídico Es Decir La Hipótesis Prevista en La Norma Jurídica Se Vuelve Un Acontecimiento Real Este Percibe El Nombre de Hecho Jurídico