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El peso bajo al nacer define a los recién nacidos que nacen demasiado pequeños. Los
partos de pretérmino o prematuros son términos que se utilizan para definir a los recién
nacidos que nacen demasiado pronto. Con respecto a la edad gestacional, un recién nacido
puede ser prematuro, a término o de postérmino. Por lo que respecta a la talla, un recién
nacido puede ser de crecimiento normal y apropiado para la edad gestacional; de talla
pequeña y, por tanto, pequeño para la edad gestacional, o macrosómico y en consecuencia
grande para la edad gestacional. En los últimos años, se ha utilizado de manera
generalizada el término pequeño para la edad gestacional para clasificar a los recién
nacidos cuyo peso al nacer suele ser inferior al percentil 10 para la edad gestacional. Otros
términos que se utilizan con frecuencia han sido restricción del crecimiento fetal o
restricción del crecimiento intrauterino.
Sin embargo, en muchas ocasiones no es posible encontrar factores de riesgo por lo que
se debe tener conocimiento de las diferentes herramientas clínicas, diagnósticas y
terapéuticas de esta patología para poder así realizar un diagnóstico rápido y tomar las
medidas necesarios del caso, ya que la sobrevida neonatal aumenta progresivamente con
la edad gestacional, por lo que cada día tiene un impacto crítico en esta, además disminuye
el riesgo de mortalidad y de complicaciones. El siguiente manuscrito consiste en una
revisión bibliográfica de la amenaza de parto pretérmino, en cuanto a sus generalidades,
factores de riesgo, etiología, métodos diagnósticos y tratamiento.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Cambio en el flujo vaginal (acuoso, mucoso o con sangre) o más flujo vaginal de
lo normal.
Presión en la pelvis o en la parte inferior del abdomen, como si su bebé estuviera
empujando hacia abajo.
Dolor constante y sordo en la espalda.
Cólicos abdominales con o sin diarrea.
Contracciones regulares o frecuentes que le endurecen el abdomen como un
puño. Las contracciones pueden o no ser dolorosas.
Se le rompe la bolsa o fuente.
En Estados Unidos hay cuatro causas directas principales de los partos prematuros:
AMENAZA DE ABORTO
La hemorragia vaginal en las primeras etapas del embarazo se asocia a un incremento de
los desenlaces adversos posteriores. Weiss et al. (2004) comunicaron las consecuencias
de hemorragia vaginal a las seis a 13 semanas en cerca de 14 000 mujeres. Tanto la
hemorragia leve como la intensa se acompañaron de un parto prematuro subsiguiente,
desprendimiento prematuro de placenta y pérdida posterior del embarazo antes de las 24
semanas.
Los estudios sobre el trabajo y las actividades físicas en relación con el parto prematuro
han arrojado resultados contradictorios (Goldenberg et al., 2008b). Sin embargo, hay
ciertos datos que indican que trabajar muchas horas y realizar trabajo físico arduo pueden
asociarse a un incremento del riesgo de parto prematuro.
FACTORES GENÉTICOS
La índole recurrente, familiar y racial del parto prematuro han llevado al señalamiento de
que la genética desempeña una función causal. Cada vez hay más bibliografía sobre las
variantes genéticas que respaldan este concepto. Asimismo, algunos de estos estudios han
inculpado a genes inmunorreguladores en la potenciación de la corioamnionitis en los
casos de parto prematuro debido a infección.
MALFORMACIONES CONGÉNITAS
En un análisis secundario de los datos del estudio First and Second Trimester Evaluation
of Risk, Dolan et al. (2007) observaron que después del ajuste con respecto a múltiples
factores de confusión, las malformaciones congénitas se asociaban al parto prematuro y
un bajo peso al nacer.
INFECCIONES
La fibronectina es una proteína que actúa un como adhesivo entre las membranas fetales
y la decidua. Después de la vigésima semana de gestación es poco común en el cuello o
la vagina. Cuando ocurre activación de las membranas, la fibronectina empieza a salir a
través del cuello uterino. Su presencia constituye una prueba directa de injuria en la
interfase de los tejidos fetales y maternos y su producción puede ser estimulada por
productos bacterianos y mediadores de la inflamación. La fibronectina no es causa en si
misma de PP, es un marcador de riesgo causado por una injuria, especialmente en injuria
asociada a vaginosis bacteriana, corioamnionitis y sepsis neonatal. Por esta razón, la
valoración de la fibronectina es una prueba valiosa en la identificación temprana de
pacientes con riesgo de PP.
El hallazgo de fibronectina positiva a las 24 semanas se asocia con dos veces mayor riesgo
de tener vaginosis bacteriana. Goldenberg ha sugerido dos mecanismos de infección,
ascenso de microorganismos por el cérvix dilatado o infección subclínica del endometrio
antes del embarazo que luego llega a ser manifiesta en el embarazo como una injuria
decidual.
TRABAJO DE PARTO
Sin importar si el parto es inducido o espontáneo, se deben investigar anomalías de la
frecuencia cardiaca fetal y de las contracciones uterinas. Los autores prefieren continuar
con la monitorización electrónica. La taquicardia fetal, sobre todo con rotura de
membranas, es indicativa de septicemia. Hay ciertos datos de que la acidemia durante el
parto puede intensificar algunas de las complicaciones neonatales que suelen atribuirse al
parto prematuro. Por ejemplo, Low et al. (1995) observaron que la acidosis durante el
parto (pH sanguíneo de la arteria umbilical de menos de 7.0) desempeñaba una función
importante en las complicaciones neonatales. Asimismo, Kimberlin et al. (1996)
observaron que la acidemia creciente en la sangre de la arteria umbilical guardaba relación
con una enfermedad respiratoria más grave en los recién nacidos prematuros. Pese a esto,
no se observaron efectos en los desenlaces neurológicos a corto plazo que comprendieran
hemorragias intracraneales. Las infecciones por estreptococos del grupo B son frecuentes
y peligrosas en el recién nacido prematuro.
PARTO
Ante la falta de una salida vaginal relajada, puede requerirse una episiotomía para el parto
una vez que la cabeza fetal llega al perineo. Los datos sobre los desenlaces perinatales no
respaldan el parto con fórceps en forma sistemática para proteger la “cabeza fetal
prematura frágil”. En el parto debe estar presente personal experto en técnicas de
reanimación según la edad gestacional y orientado por completo a resolver cualquier
problema específico. La importancia de contar con personal y recursos especializados en
la atención de los recién nacidos prematuros se puede apreciar por la mejor supervivencia
de estos recién nacidos cuando nacen en centros de atención especializada.
EMBARAZO POSTÉRMINO
El embarazo prolongado, definido como aquel que persiste durante 42 semanas o más a
partir del inicio de un periodo menstrual, presupone que la última menstruación se
acompañó de ovulación dos semanas después. En consecuencia, algunos embarazos
pueden en realidad no ser prolongados, sino más bien resultado de un error en el cálculo
de la edad gestacional debido al recuerdo impreciso de las fechas de menstruación o una
ovulación tardía. Por consiguiente, existen dos categorías de embarazos que llegan a las
42 semanas completas: (1) los que en verdad son de 40 semanas después de la fecundación
y (2) los de una gestación menos avanzada, pero con una edad gestacional calculada de
manera inexacta
REGLA DE NAEGELE
Esta regla estima la fecha probable del parto (FPP) a partir del primer día del último
período menstrual de la mujer (fecha de la última menstruación – FUR). Se debe sustraer
tres meses y añadir siete días a la FUR, ajustando el año.
COMPLICACIONES
OLIGOHIDRAMNIOS
La mayor parte de los estudios clínicos comparte el punto de vista de que la reducción del
líquido amniótico determinada mediante diversos métodos ecográficos hace posible
identificar a un feto de un embarazo prolongado con riesgo incrementado. En realidad, la
disminución del líquido amniótico en cualquier gestación significa un incremento del
riesgo fetal. Por desgracia, la carencia de un método de cuantificación exacta para definir
“la disminución del líquido amniótico” ha limitado a los investigadores y se han propuesto
muchos criterios diferentes para el diagnóstico ecográfico. Fischer et al. (1993) trataron
de determinar los criterios que pronosticaban mejor los efectos normales respecto de los
anormales en los embarazos de postérmino. Cuanto más pequeño es el saco del líquido
amniótico, tantas más posibilidades hay de un oligohidramnios de relevancia clínica.
MACROSOMÍA
La rapidez del aumento de peso del feto alcanza su punto máximo alrededor de las 37
semanas. Aunque el ritmo del crecimiento se lentifica en ese periodo, la mayoría de los
fetos no deja de ganar peso. Al menos intuitivamente, parece que tanto la morbilidad
materna como la fetal relacionadas con la macrosomía podrían mitigarse con la inducción
oportuna para prevenir un crecimiento adicional. Sin embargo, éste no parece ser el caso
y el American College of Obstetricians and Gynecologists (2000) ha llegado a la
conclusión de que las pruebas actuales no sustentan tal procedimiento en las mujeres a
término con sospecha de macrosomía fetal. El parto por cesárea se recomendó para pesos
fetales mayores de 4 500 g si hay un parto en la segunda etapa prolongado o detenimiento
del descenso.