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La 

Poética1 o Sobre la poética (Περὶ Ποιητικῆς) es una obra de Aristóteles escrita en


el siglo IV a. C., entre la fundación de su escuela en Atenas, en el 335 a. C., y su partida
definitiva de la ciudad, en el 323 a. C. Su tema principal es la reflexión estética a través de
la caracterización y descripción de la tragedia. Las bases del teatro aristotélico se
remontan a la Grecia clásica y su consolidación se da en el Teatro de Shakespeare.
Básicamente, la Poética consta de un trabajo de definición y caracterización de la tragedia
y otras artes imitativas.
El teatro aristotélico es parte de una división (propiciada por Bertolt Brecht) en la historia
del teatro en el siglo XX; división en la cual esta clase de teatro se inscribe políticamente
como liberal frente a la cultura romántica. Desde ese momento se trata definitivamente de
un teatro burgués que da cuenta de sus transformaciones sociales, lógicas relacionales y
los alcances interclasistas del modo de vivir burgués el teatro aristotélico se conoce
simplemente como teatro clásico..

El teatro dialéctico (o teatro épico) es un tipo de teatro que se diferencia del teatro clásico
(teatro aristotélico) en su función social y su tono político. Su origen está influenciado
notablemente por la generación del romanticismo alemán y la problemática de la cuestión
social en el mundo moderno, principalmente en Alemania.

 Rechazo por las fórmulas medievales


 Carácter didáctico y abierto del teatro (sacarlo de las cortes)
 Formación social en el arte
Con Friedrich Schiller ya se puede hablar de teatro épico. Es su primera gran figura y fue
una influencia decisiva no solo para el teatro social sino que para toda la cultura dramática
alemana. Su exploración fue por el lado de la humanización de las figuras, dejar la
exageración en pos de trabajar con carne y hueso.

Teatro épico[editar]
Brecht y Erwin Piscator inauguraron en el siglo XX un teatro de marcado acento social y
que en el caso de Brecht marcaría un antes y un después en la historia universal del
drama.:
En el caso de Brecht, sus inicios muestran claramente un ímpetu rebelde (Baal, Tambores
en la noche) pero aún inscrito en el malestar individual (o sea, parte de la tradición crítica
burguesa); todo esto bajo un dolor proveniente de la nada: 
Es cuando Brecht comienza a descubrir las tesis de Karl Marx junto a una profundización
del romanticismo de la segunda revolución industrial que consolida su obra y de, paso
produce la maduración del teatro político.

El teatro aristotélico frente al teatro dialéctico[editar]


En el siglo XX, con la experiencia emancipadora del marxismo y la explosión de la cuestión
social, el arte tuvo un protagonismo político que ya no se limitó a la ironía o la crítica
intelectual sino que derechamente se emplazó a elegir entre la adhesión (praxis) o la
no conciencia social por elección u omisión. con la obra de Bertolt Brecht, quien no sólo
redacta junto a Piscator las bases del teatro político (épico o dialéctico) sino que divide al
teatro entre uno de énfasis social y un teatro puente entre la cultura clásica (Roma, Grecia)
y la moderna (la herencia cultural de las revoluciones burguesas) que llamó teatro
aristotélico.
A fines del siglo XIX y sobre todo a principios del siglo XX el arte y sociedad ya no podían
seguir desentendiéndose por el efecto de politización conflictiva que devenía de la
misma lucha de clases. Karl Marx concientizó a la clase obrera y le mostró sus derechos y
poder convirtiéndose en el working class hero por excelencia en la historia universal. Así el
teatro dialéctico tomó la sentencia marxista de “no se trata de explicar al mundo, se trata
de transformarlo” y la hizo su bandera. Pero ¿Qué pasaba con el teatro aristotélico?
El drama aristotélico ya descendía de las fastuosas cortes y los castillos desvencijados y
se posó sobre el marco histórico que no podía sino contener a las clases plebeyas.
También el teatro se comienza a tecnificar (preocupación por la utilería, retornos, etc) lo
que permitía una mejor puesta en escena y una mayor calidad en la representación. La
profesionalización (aparición del teatro universitario) también ayuda técnicamente a una
representación de mayor calidad. se renuevan los votos de un teatro de élite (teatro
burgués) donde iban a parar los actores mejor dotados de su generación, los que el
público burgués consideraba interesantes. Se trataba entonces de un teatro que
funcionaba como un espejo social; donde una clase dominante irradiaba su manifestación
cultural a las clases ascendentes y a sí misma.]
La crisis moral que comenzaba a enfrentar la sociedad moderna en los años 60
(cuestionamiento al rol de las instituciones sociales y la explosión del existencialismo) no
escapó al teatro aristotélico que manifestó un grado de crítica mayor, incluso en el teatro
norteamericano. Se trataba del sui-generis de la crítica a la masa media y al malestar del
hombre frente a la vorágine del mercado. Autores fundamentales en esta etapa
son Tennessee Williams, Arthur Miller por una pauta más realista y Eugene Ionesco, Jean
Genet y Samuel Beckett quienes hablarán de la burguesía y su ethos desde el delirio. El
teatro aristotélico encontró en ese período de crítica su nivel más profundo quizá desde
Shakespeare, pero junto a la llegada del neoliberalismo en los 80's deja de impactar en
creatividad y se remite al trabajo grupal (debido a las exigencias del mercado y el bajo
aporte estatal a la cultura). Se anexa a un teatro comercial y a la representación de
clásicos produciendo conexiones técnicas y estilísticas de resultados provocativos y bien
logrados. El objetivo de este nuevo teatro aristotélico, sin embargo, sigue siendo reflejar a
la cultura dominante burguesa, esta vez con un énfasis pulsional en la idea de mercado y
transformación social y técnica

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