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Raquel Altisén del Monte

Tragedia de Eurípides, Las troyanas


Comentario de Texto

Las troyanas es una tragedia del dramaturgo Eurípides, que cuenta la historia de las mujeres
Troyanas que sobrevivieron a la guerra y su destino. En este comentario de texto se pretende
analizar la obra bajo diferentes puntos como la estructura de la obra, los temas o el
significado según el contexto de la época.

Esta tragedia fue escrita después de la batalla de Melos en el 416 aC (durante la guerra del
Peloponeso), donde los griegos, al resultar vencedores, decidieron matar a todos los hombres
y convertir a las mujeres y niños en esclavos.

En cuanto a la estructura de la obra, sigue la estructura clásica de las tragedias. La obra


contiene prólogo y párodos, seguido de los episodios y los estásimos. En el prólogo se ubica
la trama, en este caso se hace mediante un diálogo entre Atenea y Poseidón. Durante los
episodios se cuenta la historia de Hécuba, que lo ha perdido todo y tiene que ver su destino y
el de las mujeres que la rodean.

La trama cuenta los destinos de los personajes femeninos: Por un lado, Hécuba será enviada
como esclava para el hijo de Aquiles y su hija Casandra se convertirá en la novia secreta de
lecho de Agamenón, al enterarse, proclama su intención de matarlo. Por otro lado,
Andrómaca debe soportar la condena a muerte de su hijo, que acaba siendo arrojado por las
murallas de Troya. Cuando se conocen los destinos de las mujeres, Hécuba convence a
Menelao para que mate a Helena. En el final de la obra, la protagonista entierra el cadáver
nieto y después se llevan a las troyanas a los barcos aqueos mientras ven Troya arder.

En cuanto a los recursos estilísticos que podemos ver en la obra, destaca uno que se va
repitiendo a lo largo de la obra, este recurso es la Anáfora: Podemos ver como varios versos
empiezan con “¡Ay, ay!’’ o “Ay de mí’’ y se van repitiendo en diferentes episodios, por
ejemplo:

“CORO.一 Ay, ay! ¿Quién de los argivos o de los ptiotas me llevará? ¿O acaso me
conducen a una isla lejos de Troya? / HÉCUBA. 一 Ay, ay! ¿A quién la paciente anciana
servirá, en qué lugar de la tierra, como un zángano, este despojo, esta silueta de un
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cadáver, esta imagen inútil de los muertos? ¡Ay, ay! ¿Seré portera junto a la entrada o
nodriza de niños yo que tuve el honor de gobernar Troya?” (v.v. 187-196)

En cuanto a los temas recurrentes en la obra, podemos ver temas similares a los de la Ilíada
de Homero, como el destino: en Las troyanas, las mujeres deben ver que destino le depara a
cada una, pero podemos observar que hay dos destinos dictados de dos personajes diferentes,
el de Hécuba: “¿Tú afirmas que mi madre va a llegar al palacio de Odisea? ¿Y dónde está la
profecía de Apolo que asegura que morirá aquí mismo, tal como se me ha manifestado?” (v.v.
428-430) seguida de la de Ulises, personaje que no aparece en la obra, pero del cual todos
conocemos su destino: “¡Pobre Odiseo, no sabe qué sufrimientos le aguardan! Algún día va a
considerar como oro mis males y los de los frigios comparados con los suyos. Después de
diez años 一además de los de aquí一 llegará sólo a su patria.’’ (v.v. 431- 434)

Otro tema que también aparece en la Ilíada, aunque en Las troyanas solamente aparece en el
prólogo, es la intervención divina. Al principio de la obra vemos como dos dioses hablan, la
intervención ocurre cuando Atenea, enfadada con los atenienses por la ofensa que le hicieron
a su Templo, cambia de bando y Pide a Poseidón que haga difícil el viaje de regreso de los
griegos: “Quiero que ahora se alegren los troyanos, mis antiguos enemigos, y hacer que el
retorno del ejército aqueo sea amargo.”(v.v. 65-67)

En Las troyanas podemos observar cómo se contraponen dos bandos: Por un lado los aqueos,
que se muestran como el enemigo de la obra, teniendo como máximo representante a Helena
y, por otro lado las troyanas, que son las víctimas, tomando como personaje principal a
Hécuba (algo así como pasa en la Ilíada, en el enfrentamiento entre Héctor-Troyanos y
Aquiles-Aqueos). Este enfrentamiento llega a su punto álgido en el episodio III, donde se
discute el destino de Helena.

En este episodio, Helena defiende sus actos justificando que no fue su culpa, que todo había
sido culpa de Afrodita: “y Afrodita, ensalzando mi figura, le prometió entregarme si
sobrepasaba a las diosas en belleza’’ (v.v. 930-931) y de los troyanos que la raptaron. Hécuba
responde: “Bien. Dices que mi hijo te llevó a la fuerza. ¿Quién se enteró en Esparta? ¿Qué
voces diste 一 y eso que el joven Cástor y su gemelo aún vivían y no estaban entre los
astros?” (v.v. 999-1002) y convence a Menelao para que la mate.
Raquel Altisén del Monte

En relación a lo último dicho, cabe destacar que, durante toda la obra, se insinúa que Helena
es la culpable de la guerra: el corifeo dice “Paciente Troya, a cuántos has perdido por una
sola mujer y su odioso lecho!” (v.v. 780-781) y más tarde Hécuba argumenta “rehúye su
mirada, no vaya a ser que te venza el deseo. Ella arrebata las miradas de los hombres,
destruye las ciudades, pone fuego a las casas. Tal es su poder seductor. Yo la conozco, y tú, Y
cuantos han sufrido” (v.v. 891-894)

Interpretando el significado de la obra, se puede afirmar que Eurípides quería reflejar los
hechos ocurridos en la batalla de Melos. Podemos ver una crítica a la Atenas imperialista, en
la tragedia se muestra a los griegos como saqueadores y asesinos. En Las troyanas solamente
aparecen tres personajes griegos; Helena, Menelao y Taltibio, este último es el único
personaje griego que no se muestra como malo, es para Eurípides, lo que podría ser Atenas si
dejase de lado su política imperialista.

En conclusión, el autor quiso reflejar el mal carácter y comportamiento de los guerreros


atenienses a través de unos personajes que no solían tener mucha voz en la antigüedad, los
personajes femeninos. Eurípides puso a esas troyanas como protagonistas, como reflejo de las
víctimas que habían dejado los griegos en la guerra del Peloponeso.

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