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Pautas de alimentación saludable del mayor de 2

años

Dra. Paulina Bravo Jiménez


Pediatra, nutrióloga
Universidad de los Andes
Clínica Santa María

Alimentación del preescolar

Este periodo se caracteriza por una desaceleración del crecimiento somático


cerebral, lo que ocasiona un descenso en las necesidades energéticas. Esto
muchas veces se traduce en desinterés o en una franca disminución del apetito,
asociándose a la aparición de la neofobia lo que provoca intranquilidad en los
padres. Ante esta situación es muy importante chequear que el niño siga
creciendo en su carril habitual para asegurar una ingesta energética apropiada. El
rechazo a alimentos nuevos (neofobia) no se debe enfrentar como una respuesta
definitiva, sino que se debe seguir exponiendo al niño a los alimentos rechazados.
Se ha observado que luego de 10 a 15 exposiciones el niño lo integra finalmente
al repertorio.

A esta edad el niño adquiere muchos hábitos alimentarios que son claramente
relacionados con la dinámica familiar y que determinará la conducta alimentaria
futura.

Sobre los 2 y hasta los 5 años el niño continúa adquiriendo habilidades motoras
finas, siendo capaz de beber de un vaso y de usar ya la cuchara, aunque
probablemente preferirá usar los dedos. Así mismo, se espera que el niño se
encuentre paulatinamente integrándose a la mesa familiar, por lo que estará
positivamente expuesto a una mayor variedad de texturas, colores, olores y
nuevos nutrientes. Es así como se instaura la autonomía en el comer por una
parte y, por otro lado, se lo expone a malos hábitos que pueden existir en la familia
como aquellos relacionados al consumo de jugos y bebidas azucaradas, comida
procesada, uso de edulcorantes artificiales y el comer entre comidas.

Es muy frecuente en esta etapa de transición que el preescolar aún mantenga los
horarios del lactante, pero que además se integre a una segunda comida con la
familia. Muchos niños toman desayuno o simplemente una leche en la mañana y
reciben en sus jardines infantiles una segunda ración, por lo anterior se
recomienda pesquisar y modificar estas conductas.
Otro problema habitual es la persistencia a esta edad de la alimentación nocturna
al pecho materno en forma frecuente o, en su defecto, con fórmulas o leche en
mamaderas. El niño sobre los 2 años posee la capacidad de mantener ayunos de
8 a 12 horas, siendo la persistencia de esta alimentación nocturna un aporte
excesivo de calorías, disminuyendo el apetito a través del día y resultando un
factor de riesgo para la temprana adquisición de caries.

Fuente: Guía de alimentación del niño(a) menor de 2 años - Guía de alimentación hasta
la adolescencia, Minsal, 2016.
Alimentación en el escolar
Esta etapa abarca desde los 6 a los 10 años, caracterizándose por un crecimiento
lento pero constante y por una progresiva madurez psicosocial. Existe una
heterogeneidad en este grupo debido a la diferencia en el inicio puberal y a las
diferencias en actividad física de esta población.

En la edad escolar empieza otro desafío, el que se relaciona con la jornada


escolar completa en las escuelas o colegios, lo cual hace que el niño deba
almorzar fuera de la casa.

Algunos detalles que revisar en estas circunstancias es que el niño coma


efectivamente, se sirva ensalada, no reciba una porción extra de pan a los
cereales o carbohidratos del almuerzo e idealmente elija fruta como postre y tome
agua.

A la vuelta del colegio, o a media tarde según sea el caso, se recomienda


establecer una comida basada en un segundo o tercer lácteo con una porción de
pan o fruta, con horario establecido y sentado en la mesa, con el objeto de evitar
el picoteo contante durante la tarde.

Así mismo, los niños debieran realizar actividades recreativas idealmente al aire
libre, ya sea juego o actividades deportivas, considerando la escasa cantidad de
actividad física que realizan durante la jornada escolar y el aumento de exposición
a las diferentes pantallas (televisión , computador, tabletas, consolas de juegos y
teléfonos celulares), lo cual se asocia a sedentarismo y obesidad, además de
múltiples otros problemas de salud mental (Saunders, T.J. & Vallance, J.K. Appl
Health Econ Health Policy [2016]. doi:10.1007/s40258-016-0289-3).
Fuente: Guía de alimentación del niño(a) menor de 2 años - Guía de alimentación hasta
la adolescencia, Minsal, 2016.
Alimentación durante la adolescencia

Con el desarrollo puberal se marca el inicio de la adolescencia, periodo que se


extiende desde aproximadamente los 9 a los 18 años, agregándose varios
desafíos en el ámbito nutricional.

Esta etapa se caracteriza por ser la más rápida de crecimiento y desarrollo del ser
humano. Este fenómeno es diferente entre hombres y mujeres. En la mujer la fase
de aceleración máxima de crecimiento ocurre entre los 6 y 12 meses previos a la
menarquia, duplicando su peso entre los 10 y 20 años, siendo éste principalmente
masa grasa. El hombre posee un crecimiento estatural más prolongado y la
ganancia de peso es mayoritariamente en relación a masa magra.

Los requerimientos y recomendaciones para el adolescente deben ser estimados


según las recomendación de ingesta dietaria (RDI), pero debe tomarse en
consideración también el género, grado de madurez y la actividad física (Institute
of Medicine: Dietary reference intake for energy. WashingtonDC:National Academy
Press 2002.)

A esta edad los niños son autónomos mayormente, empezando a tener sus
propios gustos y adoptando hábitos de sus pares, con quienes comparten gran
parte del día, por lo que muchos de ellos consumen productos de alta densidad
energética y bajo contenido nutricional.

Hábitos como el saltarse comidas, en especial el desayuno y a veces el almuerzo,


y compensarlo con mayor ingesta durante la tarde y noche es, en general, una
tendencia que hay que pesquisar activamente y evitar.

El saltarse el desayuno ha sido relacionado con mayor tendencia al sobrepeso y


obesidad, debido a una menor percepción de saciedad, así como también existe
relación con un menor rendimiento escolar (Pollitt E.Mathews R. Breakfast and
cognition: an integrative summary. Am J Clin Nutr 1998: Am J Clin Nutr
1998;67[suppl]:804S—13S).

Por otro lado, el tomar desayuno contribuye a reducir el colesterol total, LDL y
triglicéridos (Herouvi D et al. Cardiovascular Disease in Childhood: the role of
obesity: Eur J Pediatr 2013;172 [6]:721-32.)

Se sabe que consumir desayuno, con uno de sus componentes con un bajo índice
glicémico, mejora el rendimiento escolar, el estado de ánimo y previene el
deterioro de la capacidad cognitiva durante la mañana (Pollitt E.Mathews R.
Breakfast and cognition: an integrative summary. Am J Clin Nutr 1998: Am J Clin
Nutr 1998;67 [suppl]:804S—13S).
Hierro
La anemia ferropriva es una de las enfermedades carenciales a la cual el
adolescente sería más proclive. Esto es debido a su rápido crecimiento y
desarrollo, aumentando la masa muscular y volumen sanguíneo, requiriéndose
síntesis de hemoglobina y mioglobina con el consiguiente aumento de
requerimiento de hierro. En la mujer, si bien el aumento muscular es menor, se
agrega la pérdida mensual con el inicio de las menstruaciones.
Fuente: Guía de alimentación del niño(a) menor de 2 años - Guía de alimentación hasta
la adolescencia ,Minsal, 2016.
Recomendaciones de hierro para adolescentes, embarazadas y
nodrizas

Edad (años) RDI (mg/dia)


9-13 8
14-18 (hombres) 11
14-18 (mujeres) 15
Embarazo 27
Lactancia 10

Además de prevenir y tratar la obesidad, en esta etapa debemos estar atentos a


pesquisar trastornos de conducta alimentarios (TCA), cuya mayor frecuencia sigue
ocurriendo en adolescentes del sexo femenino. Sin embargo, ha empezado a
diagnosticarse cada vez más en hombres.

Por otro lado, el advenimiento de nuevas dietas que se van poniendo de moda
requiere que el médico que atiende niños esté al tanto de las indicaciones y
contraindicaciones de estas, en un individuo en crecimiento. Lo anterior se
abordará en una siguiente clase.

A continuación se nombran 5 recomendaciones, basadas en la evidencia, que


serán útiles para la prevención primaria de TCA en la atención ambulatoria.
(Neumark-SztainerD. Preventing obesity and eating disorders in adolescents: What
can health care providers do? J Adolesc Health 2009; 44:206-13.)

1. Informe a los adolescentes que hacer dieta para el control de peso puede
ser contraproducente. Fomente y apoye las conductas positivas de
alimentación y actividad física que puedan mantenerse regularmente.
2. Promueva una imagen corporal positiva en todos los jóvenes. No utilice la
insatisfacción corporal para motivar el cambio.
3. Fomente el comer en familia, de manera placentera y en forma regular.
4. Aconseje a las familias que eviten hablar acerca del peso y, en cambio,
faciliten una alimentación saludable y la actividad física.
5. Asuma que las adolescentes con sobrepeso han sufrido maltrato por su
peso y aborde este tema con ellas y su familia.
Pautas alimentarias generales

En términos generales, se debe asegurar un desayuno como primera comida con


un lácteo idealmente, sin agregados azucarados. La cantidad de grasa del lácteo
debiera ser elegida según el estado nutricional. Sobre los 2 años ya se
recomienda usar leche descremada. A lo anterior, agregar una porción de pan o
cereal sin azúcar con acompañamiento saludable (palta, huevo, quesillo), además
se debiera ofrecer una porción de fruta fresca.

La fruta fresca es claramente preferible al consumo de jugo de fruta natural. El


nivel de saciedad es mucho mayor en la primera, además de fomentar la
masticación y adquisición de nuevas texturas. El jugo de fruta posee escasa y nula
fibra, por lo que su índice glicémico es bastante más elevado. Aún así, no hay
estudios disponibles que demuestren mayor riesgo de obesidad o trastornos
metabólicos relacionados al consumo de jugo natural (sin azúcar adicionado).

Lo que sí ha sido ampliamente demostrado es el riesgo aumentado de diabetes


tipo 2 y de mayor índice de masa corporal, en relación al consumo de jugos de
fruta azucarados, además del ya conocido riesgo del consumo de bebidas
gaseosas. (DeBoer MD, Scharf RJ, Demmer RT. Sugar-sweetened beverages and
weight gain in 2- to 5-year-old children. Pediatrics. 2013;132:413–420.) Ambos
tipos de bebestibles son relacionados también a la ingesta deficiente de
micronutrientes y a la generación de caries (Frary CD, Johnson RK, Wang MQ.
Children and adolescents' choices of foods and beverages high in added sugars
are associated with intakes of key nutrients and food groups. J Adolesc Health.
2004; 34:56–63)

Por todo lo anterior, recomiende comer fruta, y no tomarla, y beber agua.

Las colaciones en un niño que almuerza al medio día no debieran ser necesarias.
En general, es una instancia más bien social y cultural, por lo que recomiende
enviar una fruta fresca y agua para beber. El tamaño debiera ser lo que puede
sostener el niño en su palma. La entrada en vigencia de la nueva Ley de
Alimentos (junio de 2016) prohíbe la venta de comida no saludable en kioskos
escolares. Independiente de ello, los niños preescolares y escolares pequeños no
debieran tener acceso a dinero ni a kioskos, y se debieran privilegiar la fruta desde
la casa como colación.
Fuente: Guía de kioscos y colaciones saludables, Minsal.

La solicitud por parte de jardines o colegios de jugos en caja o botella, sean estos
o no del tipo “light”, es una práctica que con nuestra realidad epidemiológica
debiéramos empezar a combatir. El niño debería beber agua durante el día.

Tanto el almuerzo y la cena de un preescolar, escolar o adolescente debiera


corresponder a una fuente de proteínas de alto valor biológico (carne de vacuno,
cerdo, pollo, pescado, huevo, legumbres + cereales, etc.) de aproximadamente el
tamaño de la palma del niño, una ración variable de cereales o almidones (arroz,
papa, quinua, tallarines), además de una porción generosa de verduras de
diferente variedad.

Se recalca la mantención de la cena en la noche y no iniciar el concepto local de


“tomar once”, el cual hace que la familia termine el día con una comida alta en
hidratos de carbono (pan y pastelería) de baja calidad nutricional.

A esta edad los lácteos debieran ser 2-3 porciones, a excepción de los púberes,
para quienes debiera agregarse un tercer lácteo sin excepción.
Calcio y salud ósea
Sabemos que el 45% de la masa ósea del adulto se forma en esta etapa de la
vida, siendo la mayor parte del calcio la que se obtiene desde la dieta. Por lo
anterior, una vez iniciada la pubertad las recomendaciones de calcio aumentan y
se debiera hacer hincapié en las 3 porciones de estos al día, para así reducir el
riego de osteoporosis futura.

La suplementación farmacológica es posible, pero los estudios indican que siempre


es preferible obtenerlo de una fuente natural (alimentación).

Muchos productos que se venden como opción a la leche “leches vegetales”, jugos
de fruta fortificados con calcio, no han podido demostrar la biodisponibilidad real del
calcio. Es decir, no se sabe con certeza cuánto calcio se absorbe a nivel intestinal,
por lo que los lácteos no pueden simplemente reemplazarse por estos.

Los productos vegetales ricos en calcio requieren ser aportados en cantidades


altísimas y aun así, generalmente, no logran cumplir con todas las
recomendaciones (Singhal S. et al: J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2016. Epub a head
of print).

Recomendaciones de calcio durante el ciclo vital

Edad (años) Calcio (mg/día)


0-1 210-270
1-3 500
4-8 800
9-18 1300
19-50 1000
51-70 1200-1700
Embarazo y lactancia 1300

DRI Report - Vitamin D & Calcium 2011


http://www.nal.usda.gov/fnic/DRI/DRI_Calcium_Vitamin_D/FullReport.pdf
Fuente: Guía de kioscos y colaciones saludables, Minsal.
El siguiente es un resumen de las guías alimentarias para la población chilena:

Fuente: Guía de alimentación del niño(a) menor de 2 años - Guía de alimentación hasta
la adolescencia, Minsal, 2016.

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