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Méthexis X (1997) p.

161-172 Notas y comentarios

ARISTOTELES, EL ESTOICISMO ANTIGUO y


LO QUE DEPENDE DE NOSOTROS

MARCELO D. BOER!

Es un hecho aceptado que los estoicos se consideraban a si mismos como disci-


pulos mas 0 menos directos de S6crates. Es bien conocido el relato de Diogenes
Laercio (VII 2), segun el cual Zenon de Citio decidio dedicarse a la filosofia des-
pués de leer el \ibro II de los Memorabilia de Jenofonte. En la ética dei estoicismo
antiguo se encuentran tesis tipicamente socniticas, como la concepcion de la virtud
como una fonna de conocimiento, la tesis de la unidad de las virtudes y la doctrina
de que la virtud es idéntica a la fe\icidad. 1 También se acepta, a partir dei testimo-
nio de Plutarco,2 que al menos Zenon y Crisipo leyeron Platon yaceptaron algunas
de sus posiciones (por ejemplo, la comunidad de mujeres entre los sabios) y recha-
zaron otras (como la tesis platonica, en Republica l, de que el temor a los dioses es
un factor disuasivo de la injusticia). Una tradicion erudita, bien representada por J.
M. Rist y mas recientemente por B. Inwood, puso a Aristoteles como el predecesor
probablemente mas decisivo de los estoicos. 3 Sin embargo, a partir de la publica-
cion deI estudio de F. H. Sandbach sobre Aristoteles y los estoicos la conexion
Aristoteles-estoicismo ya no ha sido tan evidente. 4
En su estudio sobre Socrates y los estoicos G. Striker ha sei'ialado que, ya sea
que los estoicos hayan leido 0 no Aristoteles, el trabajo de Sandbach debe tomarse
como una saludable advertencia de que la proximidad en el tiempo no significa ne-
cesariamente proximidad de pensamiento.5 Estoy de acuerdo con la observaci6n de
Striker y, de hecho, creo que seria dificil argumentar en favor de una "proximidad
de pensamiento" entre Aristoteles y los primeros estoicos (el hecho de que puedan
encontrarse semejanzas estructurales entre ambos pensamientos desde luego no im-
plica identidad de pensamiento). Creo, sin embargo, que es posible suponer que la
proximidad en el tiempo de un pensamiento como el aristotélico (que, por 10 demas,
todavia seguia vivo y en discusi6n en época de la lIegada de Zenon de Citio a Ate-
nas) haya ob\igado a los filosofos posteriores a tomar una posicion, critica 0 no, res-
pecto de ese pensamiento.
No es mi intencion entrar en la discusion detallada de este espinoso asunto aqui;
daré por supuesto que aunque uno admita la tesis radical de Sandbach -segun la

1 Véase Estobeo, Eci. Il 59,4-60, 8 Wachsmut; Il 63, 6-10; Galeno, De placitis Hippocralis el
Plalanis, vol. Il, p. 434, ed. De Lacy; D.L. VII 87 et passim. Un estudio detallado de la influencia socra-
tica en los estoicos puede verse en Striker ( 1994).
2 De slaic. repug. 1040A; 1043E.

3 Rist (1980); Inwood (1987).


4 Véase Sandbach (1985). Las reacciones a su interpretaci6n son numerosas; véase, entre otras, las
objeciones de Sorabji (1988), p. 150-153 y, mas recientemente, D. Hahm (1991) Y Engberg-Pedersen
(1990).
5 Striker, (1994), p. 242.
162 Marcelo D. Boeri

cuallos estoicos no conocieron los escritos de Arist6teles y, aun cuando los hubie-
ran conocido sus desarrollos pueden explicarse de forma independiente-, pueden
verse en los planteos y tratamientos estoicos ''temas aristotélicos", ciertas cuestiones
que, si bien no se encuentran desarrolladas en Arist6teles, aparecen sugeridas. 6 En
este sentido argumentaré que varios temas tratados en las obras aristotélicas esotéri-
cas -esto es las obras que, seglin la interpretaci6n introducida por Bignone7 (y que
Sandbach parece dar por supuesta), los estoicos antiguos no pudieron haber conoci-
do- reaparecen en forma diferente en el estoicismo pero con un vestigio aristotélico
relativamente evidente.
En 10 que sigue me concentraré en la cuesti6n relativa a los criterios aristotélicos
y estoicos para establecer "10 que depende de nosotros" y procuraré mostrar la pre-
sencia de los mencionados "temas aristotélicos" en los estoicos antiguos.

1. ARISTOTELES y "LO QUE DEPENDE DE NOSOTROS"


(Tà EPH' HEMIN)

Por 10 menos desde Plat6n y, especialmente, desde Arist6teles el pensamiento


griego parece haber visto como altemativas incompatibles el sostener una tesis de-
terminista, por una lado, y admitir al mismo tiempo la posibilidad de establecer pre-
mios y castigos para las acciones humanas, por el otro. 8 En EN 1113b21-33 Arist6-
teles Parece sugerir el problema que surgiria de suponer que no somos responsables
de nuestras acciones y la posibilidad de atribuir premios y castigos. 9 En efecto, los
legisladores imponen premios y castigos a todos aquellos cuyas acciones no han si-
do lIevadas a cabo por la fuerza 0 por una ignorancia de la que ellos mismos no son
responsables. En un conocido pasaje de EN III 1 Arist6teles caracteriza la acci6n
voluntaria como aquella en la cual no hay factores compulsivos extemos. Uno actlla
en forma voluntaria siempre y cuando "el principio deI movimiento de las partes
instrumentales en las acciones voluntarias se encuentre en el que las lIeva a cabo. Y
si tal principio se encuentra en él, también depende de él el hecho de lIevarlas a ca-
bo 0 no." (lllOa 15-17) Para que una acci6n sea responsable, cree Arist6teles, debe
ser voluntaria yser lIevada a cabo seglin la propia elecci6n (EE, 1223a9-20); es sa-
bido, por 10 demâs, el papel decisivo que desempefia en Arist6teles la deliberaci6n

6 En 80eri (1993) Y(1996) he tratado de defender la hip6tesis de que los estoicos debieron haber co-
nocido aIgunos textos y doctrinas aristotélicas, 10 cual no significa necesariamente que hayan desarrolla-
do su propia filosofia como una respuesta a la de Aristoteles.
7 Cf. Bignone (1936), vol. 1,33-34; 68 et passim.
8 Ni Platon ni Aristoteles hablan expresamente de "una tesis determinista" ni de 10 que ella implica-
ria; creo, sin embargo, que sobre todo Aristoteles puede haber visualizado las consecuencias que una te-
sis de esa naturaleza implicaria
9 Cf. también EE 1223a9 ss. y el importante antecedente de Platon en Protagoras 323d-e y Republi-
ca, 617d-e; véase también Gorgias, Encomio a Helena Il,6. El problema también reaparece en Epicuro,
Carla a Meneceo, 133 (cf. el comentario a este pasaje de D.N. Sedleyen Long-Sedley [1987], vol. 1, p.
107-108).

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