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PARTE 1
El trasfondo aristotélico

A continuación analizaremos los pasajes relevantes de las Categoriae, Analytica


Posteriora, Physica y Metaphysica con el fin de proporcionar una introducción al
trasfondo aristo- teliano de nuestro tema de los accidentes eucarísticos 'sine subiecto'1.

1.1 Introducción
Aunque en los diálogos de Platón ou¬sía se utiliza predominantemente en el sentido
de aquello que en un objeto sensible es principalmente ser, es decir, la esencia duradera
del objeto en contraste con los rasgos pasajeros y no básicos, en las obras de Aristóteles
ou¬sía significa la primera categoría 2. Sin embargo, la traducción convencional al
español de la palabra ou¬sía de Aristóteles por "sustancia" puede inducir a error en la
medida en que sugiere que la sustancia es una especie de materia. Sin embargo, al
iniciar su investigación en la Metafísica, Aristóteles establece inmediatamente una
estrecha conexión e incluso una coincidencia entre la cuestión del ser y la de la
ou¬sía. 3 En su opinión, la cuestión del ser no es nueva: se planteó en el pasado, se
plantea en l a actualidad y se volverá a plantear constantemente en el futuro. Es una
pregunta eterna.4 Para comprender esta coincidencia, hay que tener en cuenta la

1 Las obras de Aristóteles se citan por su título latino; así, "Metaphysica" se refiere a la obra,
"metafísica" a la disciplina filosófica. Utilizamos "The Revised Oxford Translation": The
Complete Works of Aristotle, ed. Jonathan Barnes. Jonathan BARNES, Princeton University
Press: Princeton 1984. Para el texto griego, nos hemos basado en las siguientes obras: Aristotelis
Categoriae et Liber de Interpreta- tione, ed. Lorenzo Minio-Paluello. Lorenzo MINIO-
PALUELLO, Oxford, 1949 (Scriptorum classicorum Bibliotheca Oxo- niensis); Aristotle's prior
and posterior analytics, ed. William D. Ross, Oxford 1949. William D. ROSS, Oxford 1949;
Aristotle's metaphysics, ed. William D. Ross, Oxford 1924 (Scriptorum classicorum Bibliotheca
Oxo- niensis). William D. ROSS, Oxford 1924, 2 vols.; Aristotle's physics, ed. William D. Ross,
Oxford 1936. William D. ROSS, OXFORD 1936.
2 Cf. BERGER, Herman H.: Ousia in de dialogen van Plato. Een terminologisch onderzoek, Leiden
1961; VIERTEL, Wolfgang: Der Begriff der Substanz bei Aristoteles, Meisenheim [e.a.] 1982 (Mono-
9
graphien zur philosophischen Forschung 216), especialmente pp. 89-91; HALFWASSEN, Jens:
'Substanz.
I. Antike", en: HWPh 10, col. 495-507, aquí col. 496.
3 Cf. Metaph VII (Z) 1: 1028b1-5.

4 Cf. Ibid.

10
Vocabulario griego. El equivalente literal del término "sustancia" es u™póstasiv, un
término que Aristóteles utiliza pero no en un sentido filosófico técnico.5 Ahora bien, si
Aristóteles hubiera utilizado u™póstasiv, la coincidencia habría sido menos evidente.
Al utilizar el término ou¬sía, derivado del participium del verbo e i ® n a i , indica que
el término ou¬sía significa prima- riamente el ser, la densidad o plenitud del ser. Por
tanto, la pregunta "¿Qué es el ser?" coincide con "¿Qué es ou¬sía?", es decir: ¿Qué es
propiamente el ser, qué representa la densidad del ser, dónde podemos encontrar
primariamente el ser, cuáles son las entidades ontológicamente básicas?
Aristóteles utiliza 'accidente' de varias maneras. 'sumbebhkóv' es un participio pasado
neutro nominalizado del verbo 'sumbaínein' como 'accidens' es el participio presente de
'accidere'. El verbo significa 'suceder' o 'suceder a' y Aristóteles lo utiliza a menudo
como sinónimo de 'u™parcein', 'retener de'6. Un 'sumbebhkóv', por tanto, en sentido
amplio, es cualquier cosa que ha sucedido (a) o se sostiene de algo. Puede ser necesario o
contingente, esencial o no esencial.

1.2 Las Categoriae


En muchas ocasiones a lo largo de su obra7 Aristóteles divide los modos en que un
predicado puede decirse de una sustancia en una serie de categorías diferentes. Sin
embargo, también dice que estas categorías expresan modos de ser real, de modo que el
ser real se dice de diferentes maneras. Aunque el número de categorías difiere
considerablemente en las distintas obras del Corpus8, siempre enumera en primer lugar la
categoría de ou¬sía. Pues "hay muchos sentidos en

5 BONITZ, Hermannus: Index Aristotelicus, Berlín 1870 (repr. Graz [e.a.] 1960), pp. 801b-802a;
STUDER, Basil: "Hypostase", en: HWPh 3, col. 1255-1259, aquí col. 1256.
6 BONITZ, H.: Index Aristotelicus (n. 5), pp. 713b-714b.

7 Mientras que, debido a las dudas sobre la autenticidad de las Categoriae, por ejemplo Suzanne

Mansion no utilizó esta obra para describir el significado de "ou¬sía" (MANSION, Suzanne: La
première doctrine de la substance: la substance selon Aristote, en: RPhL 44 (1946), pp. 349- 369,
aquí pp. 351-352), hoy en día los estudiosos tienden a estar más seguros respecto a la
autenticidad de esta obra. Véase, por ejemplo, FREDE Michael: The title, unity, and authenticity
of the Aristotelian Categories, en: Id.: Essays in ancient philosophy, Minneapolis 1987, pp. 11-
28, aquí p. 24: "A juzgar por el lenguaje, el contenido y el estado del tratado, sólo puede ser una
obra de Aristóteles o de uno de sus alumnos." Véase también FLASHAR, Hellmut: Aristoteles, en:
Grundriß der Geschichte der Philosophie, völlig neu bearb. Ausg., ed. Helmut HOLZHEY, Die
Philosophie der Antike III, Ältere Akademie, Aristoteles, Peripathos, ed. Helmut FLASHAR,
Basilea 22004, pp. 220- 221 & 278. Para toda la discusión cf. OEHLER, Klaus, Einleitung, en:
ARISTÓTELES: Kategorien, übersetzt und erläutert von Klaus OEHLER, Berlin 1984 (ARISTOTELES:
Werke in deutscher Über- setzung, I, 1), pp. 110sq.
8 Véanse, por ejemplo, las tablas de APELT, Otto: Die Beiträge der griechischen Philosophie, Leipzig

1891,

11
pp. 140-141 y en SCHEU, Marina M.: Las categorías del ser en Aristóteles y Santo Tomás,

12
en los que puede decirse que una cosa 'es', pero están relacionados con un punto central,
un tipo definido de cosa, y no son homónimos". 9 Aunque hay muchos sentidos en los
que se dice que una cosa es, todos se refieren a un punto de partida (a¬rcän) 10 , todos
están relacionados con una naturaleza común (fúsin)11 que es la ou¬sía. 12
¿Cómo llega Aristóteles a su lista de categorías? En el capítulo cuarto de las Cate-
gorías, donde da su conocida lista de las diez categorías, las introduce con "de cosas
dichas sin combinación alguna".13 Entendemos por ello que las categorías forman aquí
una clasificación de términos sueltos en general. Las categorías parecen haberse
derivado de una lista de formas interrogativas o preguntas formuladas en referencia a un
tema determinado. Así lo sugiere un pasaje de la Topica.14 En él se muestra que en el
contexto de la predicación el vínculo entre un sujeto y un predicado puede diferir y que,
por tanto, el significado de ser puede adoptar también un significado diferente. Más
concretamente, Aristóteles llegará a su lista de categorías distinguiendo las diferentes
preguntas que se pueden hacer sobre algo y observando que sólo se puede dar
apropiadamente a cualquier pregunta concreta una gama limitada de respuestas
básicamente diferentes.15 Es en este contexto en el que Aristóteles introduce la
"sustancia" (ou¬sía) en las Categoriae:
"Una sustancia -lo que se llama sustancia más estrictamente, primariamente (pråtwv) y sobre
todo- es lo que no se dice de un sujeto ni en un sujeto, por ejemplo, el hombre individual o el
caballo individual. Las especies en las que están las cosas llamadas primariamente
sustancias, se llaman sustancias secundarias (deúterai), como también lo son los géneros de
estas especies. Por ejemplo, el hombre individual pertenece a una especie, el hombre, y el
animal es un género de la especie; por lo que éstos -tanto el hombre como el animal- se
llaman sustancias secundarias".16

Aunque Aristóteles no utiliza aquí en las Categoriae los términos "universal" ( ta¬
kajólou)
y "particular" (kaj' eçkaston), parece que designaría a las sustancias primarias como
particulares y a las secundarias como universales17. La primacía del

Washington D.C. 1944, p. 12. La lista de las diez categorías se encuentra en Top. I, 9: 103b 21-23 y Cat.
4: 1b25-27.
9 Metaph. IV (G) 2: 1003a33-34.

10 Loc. cit.: 1003b6; trad. BARNES, II, p. 1584.

11 Loc. cit.: 1003b14; trad. BARNES, II, p. 1584.

12 Loc. cit.: 1003b17; trad. BARNES, II, p. 1584.

13 Cat. 4: 1b25-2a4; trad. BARNES, I, p. 4.

14 Top. I, 9: 103b29-104a2. Este texto ejemplifica uno de los rasgos distintivos de la búsqueda de

Aristóteles del significado del ser. Primero recurre al uso prefilosófico de la noción tal como se
encuentra en el lenguaje, cf. VERBEKE, Gerard: Substance in Aristotle, en: Proceedings of the
American Catholic Philosophical Association 51 (1987), pp. 35-51.
15 Cf. ACKRILL, John L.: Aristotle's Categories and De Interpretatione, Oxford 1963, pp. 78-79.

16 Cat. 5: 2a11-18; trad. BARNES, I, p. 4.

17 "No se dice de un sujeto" y "se dice de un sujeto" se denominan respectivamente "particular" y

13
"uni- versal" en De Inter. 7: 17a38-b1.

14
Las sustancias primarias derivan del hecho de que son ontológicamente las cosas
básicas, independientes y concretas que sirven de fundamento a las sustancias
secundarias y a todas las demás categorías: "Si no existieran las sustancias primarias,
sería imposible que existieran las demás cosas "18.
Las Categoriae introducen una cuádruple clasificación por medio de los conceptos
"dicho de" y "presente en".19 Según Aristóteles, todo ser o es dicho de otro o no es dicho
de otro. Del mismo modo, todo ser está presente en otro o no está presente en otro. No
define la relación dicho-de; y su definición de la relación presente-en es la siguiente:
"Por 'en un sujeto' entiendo lo que está en algo, no como parte, y no puede existir
separadamente (cwrìv e i ® n a i ) de aquello en lo que está".20 Esta relación de inherencia
expresa claramente la dependencia ontológica: algo 'en un sujeto' es incapaz de
existencia independiente. La cuádruple clasificación21, combinada con la distinción entre
universal y particular, da lugar a la siguiente tabla (los ejemplos son de Aristóteles):

No en una (otra) asignatura En un tema


Dicho de un sujeto hombre/caballo Conocimientos
("universal")
No se dice de un sujeto el hombre individual El conocimiento individual
("particular") el caballo individual de la gramática
El blanco individual

De la tabla anterior deducimos que "dicho de un sujeto" es utilizado por Aristóteles


como herramienta lógica para clasificar una x particular como y. Al decir "hombre" de
un hombre individual, digamos Pedro, se está clasificando a Pedro como
sustancialmente "un hombre". Dicho de otro modo, Pedro es un ejemplo de "hombre",
del mismo modo que la parte individual del conocimiento de gramática de Pablo es un
ejemplo del conocimiento en general.
Tanto la sustancia primaria como la secundaria se caracterizan por existir
separadamente, es decir, existen sin estar en un sujeto. Sin embargo, se diferencian en
que sólo una sustancia primaria no está presente-en otra cosa ni se dice de otra cosa.
Como unidades básicas no son predicados de nada. Una sustancia primaria nunca es un
predicado (kathgoría), es decir, nunca se predica de otra cosa.22
En el capítulo quinto de las Categoriae Aristóteles nos informa sobre algunas otras
características de la sustancia primaria. La sustancia primaria no se divide en grados:
"el indivi

18 Cat. 5: 2b5; trad. BARNES, I, p. 5.


19 Cat. 2: 1a20-1b9; trad. BARNES, I, pp. 3-4.
20 Cat. 2: 1a24-25; trad. BARNES, I, p. 3.

21 Cf. OEHLER, Klaus: Einleitung, en: ARISTÓTELES: Kategorien, übersetzt und erläutert von Klaus

OEHLER, Berlín 1984 (ARISTOTELES: Werke in deutscher Übersetzung, I, 1), p. 179.


15
22 Cf. Cat. 5: 2b35.

16
El hombre dual no es más sustancia que el buey individual".23 "Lo más distintivo", sin
embargo, es que "lo que es numéricamente uno y lo mismo es capaz de recibir
contrarios "24: sólo una sustancia primaria es capaz de sufrir cambios. "Por ejemplo, un
hombre individual -uno y el mismo- se vuelve pálido en un momento y oscuro en otro, y
caliente y frío, y malo y bueno. No se ve nada parecido en ningún otro caso...".25
La diferencia entre una sustancia primaria y una secundaria consiste en que esta
última no está en un sujeto, sino que se dice de un sujeto (una sustancia primaria). En
otras palabras, la mencionada relación de inherencia no se aplica a una sub-sustancia
secundaria, pues, como dice explícitamente Aristóteles: "en cuanto a las substancias
secundarias, es obvio en seguida que no están en un sujeto. Pues el hombre se dice del
hombre individual como sujeto, pero no está en un sujeto: el hombre no está en el
hombre individual".26
¿Haríamos bien en preguntarnos si de esto se sigue que una sustancia secundaria, un
universal se dice meramente de un sujeto? Si no hay una relación de inherencia entre la
sustancia secundaria y la primaria, ¿implica esto que no hay en absoluto una relación de
dependencia ontológica? Aristóteles comienza respondiendo a esta pregunta diciendo
que una sustancia primaria es un "esto" particular (tóde ti) pues es "individual y
numéricamente una" (a¢tomon kaì e Ç n a¬rijmøı) . Una sustancia secundaria, sin
embargo, no es un 'esto', no es una, ya que "hombre y animal se dice de muchas
cosas." Es más bien una cierta cualificación (poión ti). Para evitar la identificación
entre una sustancia secundaria y la categoría de cualidad, Aristóteles añade
inmediatamente que una sustancia secundaria no significa una cierta cualifi- cación,
como el blanco. El blanco no significa nada más que una cualificación, mientras que
la especie y el género delimitan el contenido de la sustancia -significan sustancia de
una cierta cualificación (poia¬n tina ou¬sían) 27 . Entendemos con esto que las
sustancias secundarias, como las especies y los géneros, dependen para su existencia de
las sustancias primarias. La naturaleza de esta dependencia queda aclarada por la
observación de Aristóteles sobre el significado de la predicación de una sustancia
secundaria: "si algo se dice de un sujeto, tanto su nombre (o¢noma) como su
definición (lógov) se predican necesariamente d e l sujeto. Por ejemplo, hombre se dice
de un sujeto, el hombre individual, y el nombre es predicado, por supuesto (ya que
se predica hombre del hombre individual) y también la definición de hombre será
predicada del hombre individual (ya que el hombre individual es también un
hombre)".28 En otro lugar Aristóteles define la definición como la esencia de una cosa (tò
tí h ® n ei®nai). 29 En el contexto de nuestra pregunta, tomamos esto como que,
para existir, una sustancia primaria debe

23 Cat. 5: 2b26-28; trad. BARNES, I, p. 5.


24 Cat. 5: 4a10-11; trad. BARNES, I, p. 7.
25 Cat. 5: 4a19-21; trad. BARNES, I, p. 7.

26 Cat. 5: 3a9-11; trad. BARNES, I, p. 6.

17
27 Cf. Cat. 5: 3b19-21.
28 Cat. 5: 2a19-25; trad. BARNES, I, p. 4.
29 Cfr. Top. VII, 5: 154a31.

18
ser también una sustancia secundaria. Un hombre individual necesita una esencia,
expresada mediante una definición, para existir como hombre individual. Esto lo
corrobora la observación de Aristóteles en otro lugar de que "es imposible que una cosa
siga siendo la misma si se transfiere por completo fuera de su especie, del mismo modo
que el mismo animal no podría en un momento dado ser, y en otro no ser, un hombre".30
El pasaje citado anteriormente de Categoriae 2 relativo a la necesidad de predicar
nombre y definición en el caso de las sustancias secundarias continúa distinguiendo las
sustancias secundarias de lo que no es esencial. "Pero en cuanto a las cosas que están en
un sujeto ( e ¬ n u™pokeiménwı), en la mayoría de los casos ni el nombre ni la definición
(lógov) se predican del sujeto. En algunos casos no hay nada que impida que el nombre
sea predicado del sujeto, pero es imposible que la definición sea predicada. Por ejemplo,
blanco, que está en un sujeto (el cuerpo), se predica del sujeto; pues un cuerpo se llama
blanco. Sólo los predicados, en el ámbito de las sustancias secundarias, pueden ser
predicados de los términos que representan las sustancias primarias, como expresión de
la definición de las sustancias primarias. Esto distingue los universales esenciales de los
no esenciales. Además, para poder predicar algo de una sustancia primaria, es necesario
que ya esté determinado por una sustancia secundaria: 32 Al predicar una sustancia
secundaria de una sustancia primaria como nombre o definición, no se añade algo
nuevo, sino que simplemente se hace explícito lo que es una sustancia primaria, a saber,
un "esto" de un cierto tipo. De nuevo observamos no sólo que una sustancia secundaria
se dice necesariamente de la sustancia primaria de la que se predica, sino también que
una sustancia primaria es necesariamente una sustancia secundaria porque una cosa
particular sólo puede existir como una cosa particular de un cierto tipo. Así pues, aunque
una sustancia primaria, por ejemplo un hombre individual, es capaz de sufrir cambios,
estos cambios no pueden afectar a su esencia.
Si tenemos en cuenta que tanto lo esencial como lo no esencial se predican de un
sujeto, surge una dificultad. Dado que para Aristóteles lo que se predica de uno o más
particulares es un universal, se deduce que la especie y el género deben ser también un
universal.33 Sin embargo, ¿puede un universal tener el estatuto de una sustancia? Si la
especie tuviera el estatuto de una sustancia primaria, entonces el problema de lo uno y lo
múltiple, que Aristóteles heredó de Platón, no habría quedado suficientemente resuelto.
Por el contrario, "hombre" o "animal" sería una cosa aparte de la especie "hombre" y del
género "animal" en este hombre individual. Por eso Aristóteles afirma explícitamente,
como hemos

30 Top. IV, 5: 125b36-40; trad. BARNES, I, p. 211.


31 Cat. 5: 2a28-34; trad. BARNES, I, pp. 4-5.
32 Cat. 5: 2b30-31; trad. BARNES, I, p. 5.

33 Cat. 5: 3b20-21: "la especie y el género marcan la cualificación de la sustancia - sig- nifican la

sustancia de una cierta cualificación (πoia¬n tina ou¬sían)". Trad. BARNES, I, p. 6.

19
visto, que una sustancia secundaria no es un tóde ti sino un predicado como 'hombre'
o 'animal'. Por un lado, pues, hay una especie que revela un objeto como particular
de un cierto tipo y esto constituye al objeto como un "esto". De este modo, "esto" no
se dice de un sujeto ni en un sujeto y es numéricamente uno. En cambio, el predicado
"hombre", en cuanto significa la especie, no se refiere a un "esto", aunque tengamos
en cuenta que la especie como predicado se predica siempre de un sujeto. Por tanto, la
especie sólo se distingue gradualmente de lo que no es esencial.
Hasta ahora nos hemos abstenido de utilizar términos como "accidente" y
"accidental", y ello por una buena razón. Aristóteles sólo utiliza en contadas ocasiones la
expresión sumbebhkóv en las Cate- goriae. Sólo en el capítulo 6 distingue entre posón
k a j ' au ™tó y posón katà sumbebhkóv. Este último es el caso, por ejemplo, cuando
llamamos grande a una cantidad de blanco, o larga a una acción o cambio. Pues la
cantidad de blanco en sí no es grande ni la acción en sí es larga, pero la superficie de la
cantidad de blanco es grande y las acciones llevan mucho tiempo.35 Por tanto, lo que no
es en sí mismo una cantidad se llama, sin embargo, cantidad cuando está relacionado de
un modo u otro con una cantidad. En este pasaje sumbebhkóv no posee todavía una
referencia a una sustancia; por ello, katà sumbebhkóv es traducido por Barnes como
"derivativamente". Del mismo modo, en un pasaje del capítulo 7 sobre los parientes,
Aristóteles llama al "hombre" sumbebhkóv de "esclavo", lo que significa que "esclavo" se
define en relación con "amo". Esta correlación desaparecería al comparar "amo" y
"hombre". De nuevo, 'hombre' es un sumbebhkóv de 'esclavo' sólo con respecto a la
categoría de próv ti.36 De nuevo observamos que sumbebhkóv no posee todavía una
referencia a una sustancia y se utiliza en un sentido amplio y general.

1.3 La Analytica Posteriora


Aquí se trata de dos pasajes. En el primer pasaje del libro I, capítulo 4, Aristóteles
expone los requisitos que deben cumplir las premisas de una demostración en una
ciencia verdadera. El primer requisito es que lo que se predica de su sujeto debe ser
predi- cado kaj' a u ™ t ó . 3 7 Expone cuatro formas en las que un predicado o atributo
puede ser k a j ' au™tó en lugar de accidental.
La primera y la segunda forma tienen que ver con una distinción dentro de los
predicados kaj'au™tó:

(1) un predicado pertenece a otro en lo que es: por ejemplo una línea a un triángulo y un
punto a una línea "pues su sustancia (ou¬sía) depende de éstos y pertenecen en el

34 Cat. 5: 2b30-31; trad. BARNES, I, p. 5.


35 Cf. Cat. 6: 5a38; trad. BARNES, I, p. 9.
36 Cf. Cat. 7: 7a21-b9.

37 Cf. Post. Anal. I, 4: 73a26.

20
cuenta (lógov) que dice lo que son".38 En tal caso, Y debe pertenecer a X para que X
sea lo que es.
(2) Un predicado puede pertenecer a otro de una segunda manera si la cosa a la que
pertenece, pertenece ella misma "en la cuenta que deja claro lo que es (por ejemplo
recto y curvo pertenecen a la línea e impar y par al número".39 Los predicados que no
pertenecen de ninguna de las dos maneras, Aristóteles los llama sumbebhkóta; por
ejemplo blanco o musical para el sujeto animal.40 Esta primera oposición expresa
desde el punto de vista de la relación formal entre sujeto y predicado la oposición
entre atributos necesarios y acci- dentales.

Aristóteles continúa (3) oponiendo sumbebhkóv, como lo que se atribuye de un sujeto


subyacente distinto de sí mismo, a k a j ' au ™tó como lo que no se atribuye de un sujeto
subyacente distinto de sí mismo. Así, por ejemplo, "caminar" es un accidente porque se
dice de un sujeto que está en virtud de sí mismo. Este ejemplo lleva a Aristóteles en el
mismo pasaje a hacer una distinción en un nivel más ontológico, pues inmediatamente
continúa después de la distinción entre lo que es caminar y el caminar diciendo:
"mientras que una sustancia (ou¬sía), y todo lo que significa algo 'esto' (tóde ti), es
sólo lo que es sin ser otra cosa".41
Finalmente (4), Aristóteles opone kaj'au™tó, como aquello que pertenece a algo
por sí mismo, a un accidente (sumbebhkóv), que no pertenece a algo por sí mismo. Así,
por ejemplo, no es a causa de alguien que camina por lo que aclaró cuando aclaró. En
otras palabras, una proposición es k a j ' au ™tó cuando expresa una conexión entre
causa y efecto y no una mera concomitancia de dos acontecimientos.42
El segundo pasaje del libro I, capítulo 22, comienza diferenciando el predicar
simpliciter ( a ™ p l w v ) y el predicar accidentalmente (katà sumbebhkóv).43 Se admite
que se pueden decir verdaderamente cosas como ' la cosa blanca está caminando', y 'esa
cosa grande está...'.

38 Post. Anal. I, 4: 73a34-36; trad. BARNES, I, p. 118. Esto también es llamado, sobre la base de la
traducción latina, por los escolásticos primus modus dicendi per se (o por los neoescolásticos: per se
primo modo): por ejemplo la relación género/especie, donde la definición de una especie incluye su
género. Cf. Tomás DE AQUINO: Expositio Libri Posteriorum Analyticorum, lib. I, c. 10: ed. Leonina,
I*2, Roma 1989, p. 39, 40-50; MARITAIN, Jacques: Réflexions sur l'intelligence et sur sa vie propre,
París 1926, p. 71 y aquí nota 3.
39 Post. Anal. I, 4: 73a36-38; trad. BARNES, I, p. 118. Esto es llamado también, en base a la traducción

latina, por los escolásticos secundus modus dicendi per se (o por los neoescolásticos: per se secundo
modo): por ejemplo la definición del predicado 'risibilitas' incluye el sujeto 'animal racional'. Cf.
Tomás DE AQUINO: Expositio Libri Posteriorum Analyticorum, lib. I, c. 10: ed. Leonina, I*2, Roma
1989, p. 39, 51-67; MARITAIN, Jacques: Réflexions sur l'intelligence et sur sa vie propre, París 1926,
p. 71 y aquí nota 3.
40 Cf. Post. Anal. I, 4: 73a34-b5.

41 Post. Anal. I, 4: 73b5-10; trad. BARNES, I, p. 118.

42 Post. Anal. I, 4: 73b10-16.

43 Post. Anal. I, 22: 83a1-14; véase también Post. Anal. I, 19: 81b24-29.

21
un tronco'. Esto, sin embargo, no es hablar de la misma manera que cuando uno dice 'el
hombre está caminando' y 'el tronco es grande'. Porque en el segundo caso el sujeto se
especifica de tal manera que revela su ou¬sía y en el primero no. La primera forma es de
algún modo impropia. A c o n t i n u a c i ó n , distingue, dentro de lo que se predica
simpliciter, entre lo que está predi- cado "en lo que una cosa es" y lo que tiene alguna
cualidad o cantidad, etc.44 : "Las cosas que significan una sustancia (ou¬sía) significan
aquello d e l o que se predican o justamente lo que es esa cosa o lo que es un tipo particular
de e l l a ; pero las cosas que no significan una sustancia (ou¬sía) sino que se dicen de
algún otro sujeto subyacente que no es ni justamente lo que es esa cosa ni justamente lo que
es un tipo particular de ella, son accidentales (sumbebhkóta)."45 Por ejemplo, 'animal' es un
predicado esencial de 'hombre' porque el hombre es esencialmente un animal; 'blanco', sin
embargo, es para el mismo sujeto un accidente porque el hombre no es blanco ni una especie
de blanco. Aristóteles añade que "las cosas que no significan una sustancia (ou¬sía) deben
predicarse de algún sujeto subyacente ( u ™ p o k e í - menon), y no puede haber nada blanco
que no sea blanco mientras sea algo distinto (eçterov)".46 Tomamos este pasaje en el sentido
de que sumbebhkóv tiene el significado de predicado no esencial en virtud de que no
significa una sustancia y, por tanto, pertenece a las categorías secundarias que se dicen de
algún sujeto subyacente.
Más adelante en el mismo capítulo Aristóteles vuelve a la distinción dentro de
kaj'au™tó-predi- cates del libro I, capítulo 4, de nuevo en el contexto de la
demostración: "Pues la demostración es de lo que por sí mismo pertenece a las cosas -
por sí mismas de dos maneras: (1) tanto lo que pertenece en (enupárcei) ellas en lo que
son, como (2) las cosas, que tienen lo que ellas mismas pertenecen, perteneciendo en lo
que son".47 Un ejemplo de (1) es la pluralidad y divisibilidad que pertenece a la
definición (lógov) de número; un ejemplo de (2) es la relación de lo impar con el
número: lo impar pertenece al número y el número mismo pertenece en su definición.
Las razones por las que tales predicados son k a j ' au ™tó son dobles. En primer
lugar, las proposiciones en las que uno los predica a sus sujetos son necesarias. La
proposición X es Y o no es Y es necesaria: una línea es recta o curva, un número es par
o impar, mientras que el propio 'número' está presente en la definición de impar. En
segundo lugar, los predicados se aplican a sus sujetos "como tales": recto' pertenece a
'línea' como tal.

44 Post. Anal. I, 22: 83a21-23.


45 Post. Anal. I, 22: 83a24-28; trad. BARNES, I, p. 135.
46 Post. Anal. I, 22: 83a30-32; trad. BARNES, I, p. 136.

47 Post. Anal. I, 22: 84a11-16. Aquí diferimos de la traducción de J. Barnes (I, p. 137) que tiene

"Pues la demostración es de lo que pertenece a los objetos en sí mismos-en sí mismos de dos


maneras...". Esto parece referir kaj' a u ™ t à a los objetos, pero el texto griego tiene kaj'
a u ™ t à que no puede referirse a toîv prágmasin (de ser así habría sido un dativus), sino que
va con oçsa, significando así: "lo que por sí mismo (=esencialmente) pertenece a las cosas". El
texto griego dice así: "H mèn gàr a¬pódeixív esti tøn oçsa u ™ p á r c e i kaj' a u ™ t à toîv
prágmaoin. kaj a u ™ t à dè
22
dittøv- oçsa te gàr [en] ekeínoiv enupárcei tøı tí esti, kaì o i © v tøı tí e ¬stin u™párcou-
en¬sin au¬toîv". au¬tà en¬

23
Más adelante en este capítulo Aristóteles distingue entre lo que es un sumbebhkóv
k a j ' au™tó y un sumbebhkóv kaj'eçteron trópon.48 Sólo el primero es un predicado
necesario y esencial. Aunque Aristóteles no siempre define con nitidez ésta y otras
distinciones similares de un sumbebhkóv49, podemos recoger a modo de ejemplos dados en
la Metaphysica lo siguiente. Un sumbebhkóv k a j ' a u ™ t ó se describe como aquello en
lo que interviene o bien la fórmula (lógov) o bien el nombre del sujeto del atributo
particular.50 Por ejemplo, el desaire es un sumbebhkóv k a j ' a u ™ t ó de la nariz51, lo
masculino y lo femenino de lo ani- mal52, lo igual de la cantidad53, etc. Un sumbebhkóv
kaj' a u ™ t ó va siempre unido a una sola ou¬sía: sólo un animal puede ser macho o
hembra. La esencialidad del sumbebhkóv kaj' au ™tó consiste en que está unido a la
definición de su ou¬sía, lo cual es una diferencia crucial respecto a un sumbebhkóv
que no tiene relación necesaria con la esencia54. Esta característica no significa,
obviamente, que en la definición de un animal, por ejemplo, salga a la luz la
masculinidad o la feminidad del animal, sino que la masculinidad o la feminidad
resultan de lo que está contenido en la definición de un animal. De este modo, un
sumbebhkóv k a j ' au™tó es un atributo de una ou¬sía, que se desprende
analíticamente de la definición de la ou¬sía y, por tanto, es esencial a la ou¬sía.

1.4 La Física
Otro pasaje importante procede de Physica, libro 1, donde Aristóteles refuta la opinión
de Parménides y Meliso de que todas las cosas son una. Inmediatamente señala la
oscuridad de esta afirmación, discutiendo los diferentes significados de ser (pollaøv
lége- tai tò o¢n)55 . Los que sostienen que todas las cosas son una deben aplicar esta
afirmación a 1) la sustancia, así como a la cantidad y la cualidad tomadas
conjuntamente, o bien 2) sólo a la cantidad y la cualidad o 3) sólo a la sustancia. Todos
estos casos son imposibles de mantener y

48 Post.Anal. I, 22: 83b19.


49 Por ejemplo: kaj' a u ™ t ó frente a sumbebhkóv en Post. Anal. I, 22: 73a37ss a la luz de 83b19 es
de hecho la oposición entre sumbebhkóv k a j ' a u ™ t ó y un sentido más general de sumbebhkóv
como aquello que no es necesario. Para un tratamiento más exhaustivo de esto véase TIERNEY,
Richard J.: "On the Senses of 'Sumbebekos' in Aristotle", en: Oxford Studies in Ancient Philosophy
XXI (2001) pp. 61-82 y la literatura secundaria allí citada en p. 70 n. 17.
50 Cf. Metaph VII (Z) 5: 1030b23ss.

51 Cf. Metaph VII (Z) 5: 1030b18; Phys. I, 3: 186b18.

52 Cf. Metaph VII (Z) 5: 1030b18f; XIII (M) 1078a5.

53 Cf. Metaph VII (Z) 5: 1030b22.

54 Esto parece ser lo que Aristóteles tiene en mente cuando se refiere aquí a lo que es accidental "de

otra manera" (kaj' eçteron trópon). No discute esta expresión en este párrafo como tal, pues lo
que le preocupa aquí es el hecho de que todo lo que es accidental se predica de algún sujeto
subyacente y que lo que es accidental como tal no es un sujeto subyacente.
24
55 Phys. I, 2: 185a21.

25
y, por tanto, absurdo. En cuanto al segundo caso, Aristóteles afirma que "ninguno de los
otros [es decir, la cantidad, la cualidad, etc.] puede existir independientemente, excepto
la sustancia; porque cada cosa se predica de la sustancia como sujeto".56 Así, al
comienzo de su refutación de la posición de los Eleatas, Aristóteles introduce su
distinción entre sustancia y acti- dentes y afirma que estos últimos deben ser atributos de
una sustancia subyacente. En cuanto al primer caso (es decir, la sustancia y la cantidad
tomadas conjuntamente), es inevitable que haya una pluralidad de cosas existentes, estén
o no separadas unas de otras.57 El pasaje crucial aquí parece ser "eit' a¬poleluména a¬p'
a¬llälwn ei¢te mä". ¿Pretende decir que la pluralidad de cosas (tà o¢nta), es decir, la
pluralidad de sustancia y accidentes, existe sólo entre la sustancia de A y los accidentes
de B o también entre la subestancia de A y los accidentes de A? Lo primero implicaría
una contradicción con respecto al segundo caso, es decir, la imposibilidad de que los
accidentes existan separados de la sustancia. Lo segundo implicaría que la distinción
entre sustancia y accidentes no es una mera distinctio rationis, sino que tiene un
fundamento in re. Esta última opinión parece corroborada por el tercer caso. Allí
Aristóteles argumenta que la posición de los Eleatas no puede referirse sólo a la
sustancia, pues la posición de Meliso ("que lo que existe es infinito") se refiere a la
cantidad. Si entonces lo infinito es una cantidad, hay más de una realidad, es decir, una
sustancia con una cantidad: " E mèn
i¬ toínun kaì ou¬sía e¢sti kaì posón, dúo kaì ou¬c
e Ç n tò o¢n". 58

En su refutación de Parménides, Aristóteles argumenta que, incluso si "es" se utiliza


de una sola manera, la conclusión no puede ser que todas las cosas son una. Su primer
argumento es el siguiente: si tomamos "es" por lo que es blanco y si blanco tiene un
único significado, entonces queda el hecho de que hay una pluralidad de cosas blancas y
no sólo una, porque lo que es ser blanco será diferente de lo que es ser algo con blanco.
Esta diferencia no debe atribuirse a algo que exista por separado; blancura y blanco sólo
difieren en

56 Phys. I, 2: 185a31-32: "Ou¬jèn gàr tøn a¢llwn cwristón esti parà tηn ou¬sían- pánta gàr
kaj' u™pokeiménou légetai tñv ou¬síav"; trad. BARNES, I, p. 316.
57 Phys. I, 2: 185a27-28: " E
mèn
i¬ gàr estai kaì ou¬sía kaì poiòn kaì posón, kaì taûta eit' a¬pole-
luména a¬p' a¬llälwn ei¢te mä, pollà tà o¢nta-"; trad. BARNES, I, p. 316: "Pues si tanto la
sustancia como la cantidad y la cualidad son, entonces, existan éstas independientemente unas
de otras o no, lo que existe serán muchas". La traducción de W. Charlton tiene: "Si ha de haber
realidad y cualidad y cantidad, entonces, independientemente de que éstas existan
independientemente unas de otras o no, lo que exista serán muchas cosas": ARISTÓTELES:
Aristoteles's Physics, Books I and II, transl. with introduction and notes by W. Charlton,
Oxford, 1970 (Clarendon Aristotle Series), p. 3. La traducción alemana de Hans Wagner t i e n e :
"Denn wenn das Seinsganze sowohl Substanz wie Qualität und Quantität ist, dann ergibt sich
eine Mannigfaltigkeit des Seienden, mag man die drei Bestimmtheiten gegeneinander
abgetrennt oder miteinander verbunden denken": ARISTÓTELES: Physikvorlesung, übersetzt von
Hans WAGNER, Berlin 1979 (ARISTOTELES: Werke in deutscher Übersetzung, 11),
p. 7.
26
58 Phys. I, 2: 185b3-4; trad. BARNES, I, p. 316: "Si, pues, lo que existe es a la vez sustancia y
cantidad, es dos, no uno".

27
definición, no en el sentido de que sean cosas que puedan existir separadas entre sí.59
Tomamos este primer argumento para afirmar tanto la inseparabilidad de los accidentes
de su sustancia como una distinción real entre los accidentes y su sustancia.
En el segundo argumento Aristóteles sostiene que, concedido que 'es' tiene un único
significado, y dado que "un atributo se predica de algún sujeto" (o ™
gàr sumbebhkòv kaj'
u™pokeiménou tinòv légetai)60, se sigue que cualquier cosa de la que el ser sea
meramente un atri- buto, no será en sí misma, puesto que es diferente del ser. De ello se
sigue que habrá algo sin ser, lo cual es imposible a menos que el ser tenga varios
significados. Pero ex hypo- thesi ser sólo significa una cosa.
Aristóteles continúa refutando la unicidad del ser argumentando que una cosa blanca
(suponiendo que lo que simplemente es, también es blanco) no sería e n absoluto, pues el ser
ni siquiera podría atribuirse a lo blanco, ya que nada es lo que no es lo que simplemente es.61
Continúa su refutación examinando la naturaleza de las definiciones. Supongamos, dice, que
el hombre es idéntico al ser, entonces el animal y el bípedo deben ser también idénticos al
ser y, por tanto, al hombre. Si no es así, entonces son atributos (sumbebhkóta) y, por tanto,
deben ser atributos del hombre o de algún otro sujeto. Esto, sin embargo, es imposible,
argumenta Aristóteles. En cuanto a l o primero (que el bípedo y el animal son idénticos al
hombre), comienza definiendo sumbeb- hkóv como (1) "o bien aquello que puede o no
pertenecer al sujeto o (2) aquello en cuya definición está implicado el sujeto del que es
atributo "62 . Recordemos que para la segunda definición Aristóteles utiliza en otro lugar
sumbebhkóv kaj'au™tó. La primera definición se denomina aquí atributo separable
(cwrizómenon). Pone 'sentarse' como ejemplo de atributo separable y 'desaire' como ejemplo
de lo que podríamos llamar 'atributo inseparable'. Ahora bien, si el bípedo es un atributo del
hombre, debe ser o bien un atributo separable o bien un atributo inseparable. La primera
posibilidad llevaría a la conclusión de que el hombre podría no ser bípedo, la segunda
posibilidad implicaría el error lógico de incluir la definición del hombre como tal en la
definición de esta propiedad particular (bípedo).
En cuanto a lo segundo (que el bípedo y el animal son atributos de algún otro sujeto),
en este caso entonces, según argumenta Aristóteles, el hombre será un atributo de otra
cosa, lo cual es imposible.
Podemos concluir de ello que la argumentación de Aristóteles se basa en una
combinación de lógica y ontología. Más concretamente, una proposición con un
predicado accidental revela que el sujeto no es esencialmente el predicado, sino que
debe ser algo distinto del predicado. Y en el caso de un predicado esencial, tiene que
haber un sujeto último.

59 Cf. Phys. I, 3: 186a28-32: ºAllo gàr estai tò einai leukøı kaì tøı dedegménwı. Kaì o u ¬ k
estai parà tò leukòn ou¬jèn cwristón- ou¬gàr h©ıcwristòn a¬llà tøı e i ® n a i eçteron tò leukòn
kaì w©ıu ™p ár cei.
60 Phys. I, 3: 186a35; trad. BARNES, I, p. 318.

61 Cf. Phys. I, 3: 186b4.

62 Phys. I, 3: 186b19-20; trad. BARNES, I, p. 319.

28
1.5 La Metafísica
Concluyendo nuestra investigación sobre el trasfondo aristotélico de los accidentes 'sine
subiecto', llegamos ahora a su Metaphysica. Un primer texto importante se encuentra en
el libro IV (G) y especialmente en el capítulo 4, donde Aristóteles defiende el principio
de no contradicción. La argumentación tiene básicamente dos partes: la primera va de
1006a 29 a 1007a 20 y la segunda, que nos ocupará principalmente, de 1007a 20 a
1007b 18. En la primera parte presenta el argumento pragmático de que al pronunciar
una sola palabra significativa como "hombre", ya se ha hecho una distinción entre su
significado y otros significados, pues una palabra que lo significara todo implicaría la
imposibilidad de cualquier tipo de razonamiento y comunicación. En otras palabras, lo
que Aristóteles ha demostrado es que es inevitable aceptar una multitud de palabras con
significados diferentes. Esto es lo mismo que decir que debe haber diferentes categorías.
Sin embargo, en este punto no está nada claro si existe algún orden entre los diferentes
significados.
Precisamente como respuesta a esta falta d e orden alude Aristóteles al comienzo de
la segunda parte a la diferencia entre, por un lado, sustancia (ou¬sía) y esencia (tí
h ® n ei®nai), y por otro lado accidente (sumbebhkóv)64.
Podemos dividir su argumentación en los siguientes pasos. En primer lugar,
Aristóteles argumenta que el adversario del principio de no contradicción se verá
inducido a afirmar que sólo existen predicados accidentales y que lo que es
esencialmente hombre o animal no existe. Con ello, el adversario suprime la sustancia y
la esencia. Explica que el rechazo de este principio equivale a la admisión de una
identidad entre la esencia del hombre y todo lo que es contradictorio con la esencia del
hombre. Tal identidad es imposible puesto que "denotar la sustancia de una cosa
significa que la esencia de la cosa no es otra cosa "65. En otras palabras, si la misma cosa
puede ser indiferentemente la esencia del hombre o la negación de la esencia del hombre
o la esencia del no-hombre, será otra cosa que la sustancia del hombre. En conclusión,
pues, Aristóteles distingue entre sustancia y accidente de la siguiente manera: "pues ésta
es la distinción entre sustancia y a c c i d e n t e : el blanco es accidental para el hombre,
porque aunque es blanco, la blancura no es su esencia".66 A continuación, Aristóteles
muestra lo absurdo de la suposición de que sólo hay accidentes: "Pero si todos los
enunciados son accidentales, no habrá nada primario acerca de lo cual se hagan, si lo
accidental implica siempre predicación de un sujeto (u™pokeímenon). La
predicación, entonces, seguiría ad infinitum. Pero esto es imposible "67. La predicación
de un accidente sólo es válida cuando el accidente se predica de un primer sujeto o
sustrato. Quien rechaza

63 Cf.Metaph. IV (G), 4: 1006a29-1007a20.


64 Cf.Metaph. IV (G), 4: 1007a21-23.
65 Metaph. IV (G), 4: 1007a26-27; trad. Barnes II, p. 1590.

66 Metaph. IV (G), 4: 1007a31-33; trad. Barnes II, p. 1590.

29
67 Metaph. IV (G), 4: 1007a33-b1; trad. Barnes II, p. 1590.

30
el principio de no contradicción, rechaza la posibilidad de dar cualquier tipo de
definición (lógov) de algo. Quien se opone a este principio piensa que los accidentes
pueden relacionarse como se quiera. Sin embargo, los accidentes no pueden ser
predicados de accidentes, sino que deben ser predicados de algo. Por ejemplo, si hay
accidentes como musical o blanco, éstos no pueden predicarse unos de otros, por lo que
necesitan un sujeto para ser predicados de, por ejemplo, Sócrates, un ser humano.
Mientras que Sócrates es blanco y musical, lo blanco no es musical, ni lo musical
blanco, a menos que todo esto signifique que Sócrates es pálido y musical. Tampoco un
conjunto de accidentes - b l a n c o , musical, etc.- da lugar a una unidad como Sócrates.
Tampoco nos dice qué es Sócrates, un ser humano. Los accidentes necesitan sujetos que
sean sustancias y tengan una naturaleza esencial definible (lógov)68. Si esto es así,
concluye Aristóteles, "los contradictorios no pueden ser predicados al mismo tiempo".69
Otro texto importante procede del libro V (D), que es un léxico en el sentido de
diccionario filosófico, en el que se enumeran y analizan significados de palabras
importantes de uso filosófico corriente. En el capítulo séptimo Aristóteles comienza sus
explicaciones sobre el uso análogo de los términos tò e i ® n a i y tò o¢n con la discusión
de tò káta sumbebhkóv o¢n: "Se dice que las cosas son (1) en s e n t i d o accidental, (2)
por su propia naturaleza. E n s e n t i d o a c c i d e n t a l , p o r ejemplo, decimos que lo
justo es musical, y que el hombre es musical y que lo musical es hombre, del mismo
modo que decimos que lo musical construye, porque el constructor resulta ser musical o
lo musical resulta ser constructor".70 Así pues, Aristóteles reconoce aquí distintas clases
de ser en sentido accidental: 1) cuando un accidente es predicado de una sustancia, 2)
cuando una sustancia es predicada de un accidente o 3) cuando un accidente es
predicado de otro accidente. En este último c a s o , los accidentes pueden ser ambos
accidentes del mismo sujeto, cuando ese sujeto es una sustancia. A continuación ofrece
una paráfrasis que se ajusta a todos estos casos cuando dice "pues aquí 'una cosa es otra'
significa 'una es accidente de otra'" o en nuestra traducción más literal: "pues que esto es
aquello significa que esto ha sucedido (sum- bebhkénai) a aquello".71 Así, 'el hombre es
musical' significa 'lo musical es accidental al hombre' y así en los demás c a s o s . A
continuación hemos de afirmar que el sujeto de la predicación accide n t a l "es". Por
ejemplo, para Aristóteles parangonar 'el hombre es musical' como "es un accidente...".
de lo que es "72.
De estos ejemplos concluye: "Así, cuando se dice que una cosa es otra en sentido
accidental, ello se debe o bien a que ambas pertenecen a la misma cosa, y ésta es, o bien
a que aquello a lo que pertenece el atributo es, o bien a que el sujeto que tiene por
atributo aquello de lo que él mismo se predica, él mismo es".73 Con esta afirmación
Aristóteles está

68 Cf.Metaph. IV (G), 4: 1007a30.


69 Metaph. IV (G), 4: 1007b16-18; trad. Barnes II, p. 1591.
70 Metaph. V (D), 7: 1017a7-10; trad. Barnes II, p. 1606.

71 Metaph. V (D), 7: 1017a12-13: "tò gàr tóde e i ® n a i tóde shmaínei tò sumbebhkénai tøıde tóde";

31
trad. de BARNES: II, p. 1606.
72 Metaph. V (D), 7: 1017a16; trad. Barnes II, p. 1606, cursiva de Barnes.
73 Metaph. V (D, 7: 1017a19-22; trad. Barnes II, p. 1606, cursiva de Barnes.

32
afirmando que todo lo dicho en sentido accidental depende de algo dicho por su propia
naturaleza (kaj'au™tó). Así, algunas cosas tienen ser en sentido accidental porque se
predican accidentalmente de sujetos que 'son'. En este sentido incluso el no-blanco es,
así lo dice Aristóteles. El no-blanco tiene ser no kaj'au ™tó sino en sentido accidental,
es decir, por su relación con su sujeto que es kaj'au™tó. 7 4
Otro capítulo del mismo libro V (D) trata explícitamente de dos acepciones diferentes
del término sumbebhkóv. La primera definición de accidente es la siguiente "lo que se
une a algo y puede afirmarse con verdad, pero ni por necesidad ni habitualmente".75 Así,
el hallazgo de un tesoro le sucede por accidente al hombre que cava un hoyo para una
planta. Es evidente que esta definición es idéntica a la de la Analytica Posteriora: tal
accidente no tiene una causa determinada, sino una causa casual, e s d e c i r , una causa
indefinida.76 La segunda definición es la siguiente: "lo que se une a cada cosa en virtud
de sí misma, pero no está en su sustancia (ou¬sía) " 77 y su ejemplo paradigmático es
tener ángulos iguales a dos ángulos rectos, lo que pertenece a un triángulo.78 Lo que
Aristóteles llama aquí sumbebhkóv, en otros lugares lo llama con más precisión
sumbebhkóv kaj'au™tó. En la Topica esto se llama un i¢dion79 y se da como ejemplo
'receptivo de la gramática', que pertenece exclusivamente a los seres humanos, en
contraste con el sueño, que puede pertenecer a otros animales, así como a los seres
humanos.
En su discusión más elaborada de l a ou¬sía, en el libro VII (Z), Aristóteles
comienza distinguiendo el significado primario del ser: "lo que una cosa es o un 'esto'"
de "que una cosa es de cierta cualidad o cantidad o tiene algún predicado de este tipo
afirmado de ella": "Mientras que el "'qué', que indica la sustancia de la cosa" es
primario, "todas las demás cosas se dice que son porque son, algunas de ellas,
cantidades de lo que es en este sentido primario, otras cualidades de ello, otras
afecciones de ello, y otras alguna otra determinación de ello".81 Para dar cuenta de todas
estas "otras cosas", no podemos evitar referirnos al modo en que se dice que las
sustancias son. Esto recuerda la doctrina de las Cate- gorías según la cual todo lo que no
es una sustancia sólo puede existir por su dependencia de una sustancia. Así lo confirma
el pasaje que sigue en el que Aristóteles atribuye a "todas las demás cosas" que "ninguna
de ellas es ni autosubsistente (kaj'au™tó) ni capaz de separarse de la sustancia".82
Además, y en contraste con estas "demás cosas", Aristóteles afirma que lo que es "algo
definido que subyace" a las demás c o s a s , es

74 Cf. Metaph. V (D), 7: 1017a18-19.


75 Metaph. V (D) 30: 1025a14-15; trad. Barnes II, p. 1619.
76 Cf. An. Post. I (A) 4: 73b10-16; cf. Metaph. VI (E), 2: 1026b27-1027a20.

77 Metaph. V (D) 30: 1025a30; trad. Barnes II, p. 1619.

78 Cf. De An. I,1: 402b16-403a2; Anal. Post. I (A) 22: 83b17-31.

79 Cf. Top. I,4: 101b17-25, I.5, 102a18-30.

80 Metaph. VII (Z) 1: 1028a10-12; trad. Barnes II, p. 1623.

81 Metaph. VII (Z) 1: 1028a18-20; trad. Barnes II, p. 1623.

33
82 Metaph. VII (Z) 1: 1028a24-25; trad. Barnes II, p. 1623.

34
A partir de este pasaje podemos enumerar los siguientes rasgos distintivos de la
o u ¬ s í a / u ™ p o k e í m e n o n y los accidentes desde un punto de vista lógico-ontológico:
una ou¬sía es autosubsistente, algo definido y causa de la existencia de "todas las
demás cosas", es decir, de los accidentes. A continuación Aristóteles comenta el triple
significado de "primario": en la definición, en el orden del conocimiento, en el tiempo.
Así, Aristóteles enumera de nuevo otras tres características de la sustancia frente a los
accidentes: la prioridad lógica, epistemológica y cronológica.84 La prioridad lógica dice
que en la definición de las demás categorías siempre está implicada la noción de
sustancia. Todas las demás categorías se refieren a la sustancia porque no existen en sí
mismas, sino en un sujeto que es la sustancia.85 En cuanto a la prioridad epistemológica,
Aristóteles dice que conocemos mejor algo cuando comprendemos lo que es, por
ejemplo, el hombre o el fuego, que cuando captamos su cualidad, su cantidad y su
localización86; y añade respecto a estas categorías accidentales que sólo las comprendemos

cuando sabemos lo que son. En cuanto a la prioridad cronológica de la sustancia, se


refiere al hecho de que el color, la cantidad o la cualidad no existen separadamente; se
adhieren a un sujeto particular del que son las características87.
En Z. 3 propone cuatro significados de la palabra "sustancia" (ou¬sía): la esencia
(tò tí h ® n ei®nai), lo universal (tò kajólou), el género (tò génov)88 y el sustrato o
sujeto (tò u™pokeímenon). 89 Este último se subdivide en materia, forma y el compuesto

83 Metaph. VII (Z) 1: 1028a30-31; trad. Barnes II, p. 1623.


84 Cf. Metaph. VII (Z) 1: 1028a31-b1.
85 Aquí cabría preguntarse si existe una relación recíproca entre sustancia y accidentes. La

sustancia existe en sí misma, no en sus determinaciones accidentales. Algunas de estas


determinaciones, que Aristóteles llama "propiedades", pueden estar más estrechamente unidas a
la sustancia que otras, en el sentido de que están siempre y necesariamente unidas a una
sustancia determinada, pero sin embargo la sustancia no existe en ellas. Las categorías
accidentales, sin embargo, existen y sólo pueden existir en un sujeto. Así que la prioridad lógica
de la sustancia no significa que pueda existir sin las categorías accidentales. Siempre está
conectada con algunas categorías accidentales, pero no existe en ellas, mientras que las
categorías accidentales sólo existen en una sustancia: las categorías accidentales necesitan algún
soporte o sujeto. Un color debe ser siempre el color de algo.
86 Cf. Anal. Post. I (A), 9: 76a5.

87 Sin embargo, una cosa sensible individual es siempre a la vez sustancia y categorías

accidentales. Lo que Aristóteles parece tener en mente es que las categorías accidentales
presuponen siempre un sujeto al que pertenecen. De este modo la prioridad cronológica es
básicamente una prioridad en la naturaleza.
88 Cf. Metaph. VII (Z) 3: 1028 b 33-36. Más adelante, sin embargo, en el libro VII (Z), 13 : 1038b10-

1039a23 sostendrá que lo universal no es una sustancia puesto que es algo dicho de un sujeto y por
tanto común a ese sujeto y a instancias semejantes. Cf. VIERTEL, W.: Der Begriff der Sub- stanz bei
Aristoteles (n.2), p. 295: "Die vierte Möglichkeit, das génov aber, kommt weder in Met Z noch in H
zur Sprache. Aber in gewisser Weise ist dies berechtigt, denn das kajólou ist ja der Oberbegriff des
génov, was vom kajólou gilt, gilt folglich auch vom génov, die Erörterung des génov kann folglich
unterbleiben."

35
89 Cf. Metaph. VII (Z) 3: 1028b34-35.

36
de la materia y la forma. De estos cuatro, Aristóteles dice que "se piensa que son la
sustancia (ou¬sía) de cada cosa "90 . Esta expresión marca la diferencia con el
planteamiento de las Categoriae. La doctrina de las Categoriae es que una sustancia
primaria es lo que no está en un sujeto ni se dice de un sujeto, sino lo que es el sustrato
subyacente de todo lo demás. A la luz de la cuestión que Aristóteles pretende plantear en
la Metaphysica, la lista de posibles candidatos a sustancia de las Categoriae resultará
insatisfactoria. En efecto, en las Categoriae no se plantea (o no se plantea
suficientemente) la cuestión de qué es lo que constituye una sustancia primaria como
cierto tipo de sustancia. Los cuatro posibles candidatos "se piensa que son la sustancia
de cada cosa", es decir, que deben responder a la pregunta "qué hace que algo sea una
sustancia" y no "qué cosas son sustancias", la pregunta que era central en las
Categoriae.91 El criterio de las Categoriae para el estatuto de sustancia primera, es decir,
que todo lo que se dice de ella mientras que ella misma no se dice de nada, que recuerda
explícitamente en Metaphysica Z. 392 haría de la materia el sujeto último de la
predicación. Esto es imposible porque la materia no puede ser determinada por ninguna
de las categorías, ya que la materia no es ni cwristòn ni tóde ti, es decir, ni
ontológicamente independiente ni algo determinado.93 Ahora bien, el rechazo de
Aristóteles de la materia como candidata a sustancia podría haber dado la impresión de
que cualquier intento de explicar la sustancia en términos de u™pokeímenon no puede
tener éxito. Sin embargo, en lugar de rechazar la definición de u™pokeímenon en las
Categoriae, quiere mostrar la insuficiencia de ese enfoque a la luz de la cuestión
planteada en la Metaphysica: "¿qué hace que algo sea una sustancia?". Además, la
sustancia primaria de las Categoriae es también un "esto "94, pero la estoidad es un rasgo
del objeto individual y no todavía una propiedad de la forma de un compuesto
hilemórfico, siendo la forma una esencia,
es decir, lo que denota el definiens de una definición. Además, en Z. 13 distingue entre
dos significados de u™pokeímenon: el sustrato "subyace en dos sentidos, bien siendo
un 'esto' -que es la forma en que un animal subyace a sus atributos-, bien, como el

90 Metaph. VII (Z) 3: 1028b35, trad. Barnes II, p. 1623.


91 Esto es parte de una respuesta a la objeción de que hay dos sistemas irreconciliables en la
filosofía de Aristóteles: "sustancialismo atómico" en las Categoriae y "sibstancialismo
hilemórfico" en la Metaphysica; cf. GRAHAM, Daniel W.: Aristotle's Two Systems, Oxford,
1987. Para una visión general de esta problemática y respuestas más amplias cf. BRINKMANN,
Klaus: The Consistency of Ari- stotle's Thought on Substance, en: Aristotle's Philosophical
Development. Problems and Prospects, ed. William Wians, Devon 1995. William WIANS,
Devon 1995, pp. 289-302 y RAPP, Christoph: Aristoteles und aristotelische Substanzen, en:
Substanz: Neue berlegungen zu einer klassischen Kategorie des Seienden, ed. Käthe Trettin,
Frankfurt 1995, págs. Käthe TRETTIN, Frankfurt a.M. 2005, pp. 145-170.
92 Cf. Metaph. VII (Z) 3: 1029a20-25.

93 Cf. Metaph. V (D) 8: 1017b23-26: "Sumbaínei dη katà dúo trópouv tηn ou¬sían légesjai,

tó j' u™pokeímenon escaton, mhkéti Ç


o kat' a¢llou légetai, kaì o
Ç
a£n tóde ti o£n kaì cwristòn
37
h ® ı - toioûton dè e™kástou h
morfη kaì tò ei®dov."

94 Cf.
Cat. 5: 3b10

38
materia subyace a la actualidad (tñı e¬nteleceíaı) ". 95 Sólo el primer sentido de u™pokeímenon
es sustancia propiamente dicha, porque sólo un ser determinado (tóde ti) puede ser
aquello de lo que se predican otras cosas y no su principio de potencialidad.
Aristóteles pasa en Z.4 a considerar el siguiente candidato a sustancia: la esencia
(tò tí h ® n ei®nai). Aquí tenemos que recordar que en otro lugar Aristóteles conecta
la noción de esencia con la noción de definición, pues una definición es un relato
(lógov) que significa una esencia. Esencia y definición están conectadas con el primer
modo de kaj'au™tó-predica-ción de Analytica Posteriora I, 4: "lo que pertenece a
otro en sí mismo... pertenece a él en lo que es", como la línea pertenece al triángulo
y el punto a la línea, pues nos referimos a ellos "en el relato que dice lo que son".96
En la primera parte de Z. 4 se considera la esencia desde el punto de vista de la
sustancia. Puesto que sólo una sustancia es lo que es propiamente un tóde ti y puesto que
la esencia expresa lo que es propiamente un tóde ti, sólo una sustancia puede tener
esencia: "cuando se dice una cosa de otra, eso no es lo que es un 'esto', por ejemplo, el
hombre blanco no es lo que es un 'esto', ya que ser un 'esto' sólo pertenece a las
sustancias".97 Por tanto, sólo hay esencia de aquellas cosas cuya fórmula (lógov) es
una definición. Además, una fórmula que signifique una definición sólo se da si la
fórmula es "de algo primario; y las cosas primarias son aquellas que no implican que
una cosa se diga de otra".98 En otras palabras, puesto que un accidente no es algo
primario, sino que es lo que es por otra cosa de la que se predica, un accidente no tiene
esencia o definición.
La segunda parte99 de Z. 4 diferencia este resultado aplicando la intuición de Z.1.
sobre los múltiples sentidos del ser a la cuestión de la esencia: mientras que las
sustancias tienen esencia y definición de modo primario, los accidentes las tienen de
modo secundario y cualificado. En cierto sentido, los accidentes son también un tóde
ti porque -y esto es de nuevo similar a la distinción entre ser primario y secundario-
"incluso de una cualidad podríamos preguntar qué es "100. La cualificación reside en el
hecho de que un accidente siempre tiene que ser definido con referencia a una
sustancia, pues la esencia y la definición de un accidente, como inherentes a un sujeto,
dependen del sujeto de ese accidente. Aristóteles señala explícitamente que tanto los
resultados de la parte 1 como su diferenciación en la parte 2 son equivalentes.101 Esto
se aplica tanto a los accidentes contingentes, a los que necesariamente está unida una
sustancia y que son incapaces de existir independientemente de una sustancia, como a
los kaj'au™tó-accidentes del segundo modo a los que esencialmente o por
definición está unida una sustancia como en

95 Metaph. VII (Z) 13: 1038b4-6. Aquí diferimos de la traducción editada por J. Barnes (II, p. 1639)
que tiene "como la materia subyace a la realidad completa" y seguimos la traducción de Hugh
Tredennick en: Aristóteles. Metaphysics Books 1-9, Cambridge (MA)-London, 1933 (Loeb
Classical Library), p. 377.
96 Post Anal. I,4: 73a34-35; trad. BARNES, I, p. 118; cf. Met. VI (D) 1017b21-23.

97 Metaph. VII (Z) 4: 1030a3-5; trad. BARNES, II, p. 1626.

98 Metaph. VII (Z) 4: 1030a10; trad. BARNES, II, p. 1626.

39
99 Cf. Metaph. VII (Z) 4: 1030a18-b13.
100 Metaph. VII (Z) 4: 1030a24; trad. BARNES, II, p. 1626.
101 Cf. Metaph. VII (Z) 4: 1030b3.

40
el caso de " nariz respingona" o "número impar". Tomamos la diferenciación de la
segunda parte de Z.4 en el sentido de que se necesita una abstracción conceptual de la
sustancia, en la que inhieren los accidentes realiter, para poder definir los accidentes
como si tuvieran esencia propia. Esto parece corroborarlo el pasaje en el que Aristóteles
dice que la medida en que podemos decir que una cualidad es un tóde ti en sentido
cualificado, se asemeja a la medida en que decimos "en abstracto (logikøv) que lo que
no es, es -no es simplemente, sino que es inexistente (mη o¢n). Así también con una
cualidad "102. Para nuestros propósitos no parece necesario investigar más el desarrollo
interno103 del libro Z o la "unidad" de la Metaphysica de Aristóteles104.
A modo de conclusión, analicemos un pasaje final de XII (L). 1-5. Las primeras líneas
de L . 1 dejan claro que Aristóteles se centra en la sustancia precisamente porque es la
"parte primaria" de la totalidad de las cosas y es primaria en términos de una sucesión en
el tiempo -una afirmación que recuerda mucho a las preocupaciones de Z. Sin embargo,
si se afirma que las cualidades y los afectos pasajeros son el ser en lugar del no-ser,
habría que decir que el no-blanco y el no-recto son el ser, aunque esto es así sólo en un
sentido matizado. Inmediatamente después añade un segundo argumento sobre el objeto
de la investigación en L, a s a b e r , que "ninguno de los otros [cualidades y afectos] puede
existir aparte (cwristòn)" o por sí mismo (como subsistente)105 y, por tanto, no son objeto
de su investigación. Una vez más, aquí Aristóteles despliega la noción de (in)dependencia
ontológica para discutir la prioridad de la sustancia sobre los demás seres.106
Observamos también la similitud entre los accidentes y lo que no es-ser, que ya
encontramos en Z.4. En L. 2 Aristóteles explica que todo cambio es de lo que es
potencialmente a lo que es realmente ( e ¬ k toû dunámei o¢ntov ei¬v tò e¬nergeíaıo¢n)107 . De
ello se sigue no sólo que todas las cosas llegan a ser a partir de lo que no es
accidentalmente (katà sumbebhkòv ... e ¬ k mη o¢ntov) sino que

102 Metaph. VII (Z) 4: 1030a25-b3; trad. BARNES, II, p. 1626-1627; Cf. Metaph. IV (G) 2: 1003b 10-11.
103 Para una presentación concisa, en la que se analiza la literatura anglosajona reciente, cf. GILL, Mary
L.,
La metafísica de Aristóteles reconsiderada, en: Revista de Historia de la Filosofía 43 (2005)
pp. 223-241.
104 Cf. INCIARTE, Fernando, Die Einheit der Aristotelischen Metaphysik, en: Philosophisches Jahr-

buch 101 (1994), pp. 3-21.


105 Metaph. XII (L) 1: 1069a24; cf. Metaph. VII ( Z) 1 : 1028a 22-25; VII (Z) 3: 1029a27-29.

En cuanto a los problemas textuales de este pasaje, nos basamos en ELDERS, Leo: La teología
de Aristóteles. A commentary on book L of the Metaphysics, Assen 1972, pp. 75-78.
106 Ross señala a este respecto que "mientras que ZHJ se ocupa principalmente del análisis lógico

de la sustancia sensible en forma y materia, L se ocupa más bien de una explicación causal de
la existencia de las cosas sensibles, y por ello introduce en una fase temprana e insiste
constantemente en la necesidad de una causa motriz también. Prepara así el camino para la
prueba de la necesidad de una única causa motriz del universo" Ross, William D.: La Metafísica
de Aristóteles: A Revised Text with Introduction and Commentary, Oxford 1924, p. xxviii.
107 Metaph. XII (L) 1: 1069b15-16.

41
también de lo que es en potencia. En cierto sentido, pues, el punto de partida del cambio
es lo que no es; en otro sentido, lo que es en potencia. Es posible que Aristóteles esté
combinando aquí el no-ser con referencia a las categorías, con el no-ser con referencia a
la potencia, que había distinguido en otro lugar;108 una combinación con la que intenta
decir que lo que accidentalmente no es no puede existir independientemente, del mismo
modo que lo que es en potencia no puede existir sin una causa formal.109 Otro aspecto
interesante se pone de relieve al comienzo de L. 5, donde repite lo dicho en Z.1 y Z.3,
es decir, el cwristòv es un rasgo definitorio de la ou¬sía. Lo que no es separable, lo
que no es subsistente, sólo puede existir en las sustancias; y la sustancia o las causas de
la sustancia son también las causas de los accidentes.110 Esto se repite con palabras aún
más fuertes cuando se pregunta si los principios de las sustancias y de los accidentes son
los mismos: "las causas de las sustancias [como la materia y la forma] pueden ser
tratadas como causas de todas las cosas en este sentido, que cuando son eliminadas
todas las cosas son eliminadas".111

1.6 Conclusión
Estar "en un sujeto" en las Categoriae significa estar en algo no como parte, sino como
incapaz de existir separado de aquello en lo que está. Por el contrario, ou¬sía se
describe como aquello que no está en nada más. Por tanto, la distinción entre sustancia y
accidentes se basa en última instancia en el ser. Es la diferencia entre estar en un sujeto
y no estar nunca en un sujeto. Lo que está en un sujeto es incapaz de existencia separada
o independiente y es inherente al sujeto. Todas112 las cosas que están en un sujeto serán
accidentes; la inherencia corresponde, pues, a la katà sumbebhkòv-predicación: si un
accidente Y es inherente a una sustancia X, Y pertenece accidentalmente a X. Según lo
que son sólo en sí mismos, los accidentes se dividen en las nueve categorías. Pero según
cómo se relacionan con la sustancia, los accidentes se dividen básicamente en dos
clases, necesarios y contingentes, con la diferencia de que los primeros deben pertenecer
al sujeto, mientras que los segundos no tienen por qué pertenecer a él. Para usar los
ejemplos de Aristóteles: una línea es recta o curva, un número par o impar; mientras que
un ser humano no tiene por qué ser blanco.

108 Cf. Metaph. IX (J) 10: 1051a34-b1.


109 Cf. Metaphysik de Aristóteles, Mit Einleitung und Kommentar hrsg. von Horst SEIDL, Hamburgo.
31991, Band 2 (Philosophische Bibliothek 308), p. 551.
110 Cf. Metaph. XII (L) 1: 1070b36-1071a3. De nuevo seguimos a León Elders cuando sostiene que

ta pájh kaì kinäseiv


ai™ parecen significar los accidentes. Cf. ELDERS, L.: La teología de
Aristóteles (n.105), p. 123.
111 Metaph. XII (L) 5: 1071a33-35; trad. BARNES, II, p. 1692.

112 Excepto la diferencia específica. La definición completa de "en un sujeto" en Cat. 2: 1a24-25

es: "lo que está en algo, no como una parte, y no puede existir separado de aquello en lo que
está" trad. BARNES, I, p. 3. Sin embargo, la diferencia específica es parte de la especie porque
42
constituye la especie: "racional" es constitutivo de la especie "hombre".

43
Todos los predicados accidentales están fuera de la esencia del sujeto o, en otras
palabras, ningún predicado accidental es un predicado esencial. Aunque pertenezca
necesariamente a un sujeto, un predicado necesario no entra en la definición de sujeto.
Existe otra diferencia entre los predicados esenciales, los predicados necesarios
accidentales y los predicados contingentes accidentales. Un predicado esencial está
incluido en la definición de su sujeto como una línea está incluida en un triángulo y un
punto en una línea. Se dice que la sustancia es en un sentido más elevado que el
accidente. Pues, a diferencia del accidente, no se dice que la sustancia sea sólo porque se
la predica o -en el caso del cambio- sólo como modificación de otra cosa de la que se
dice que es. Al contrario, la sustancia es la otra cosa de la que se dice cada cosa.
Al menos del pasaje de Física I, 3 se deduce que Aristóteles parece afirmar una
distinción entre sustancia y accidentes que es más que una distinctio rationis.113 Esto es
importante para nuestro propósito, ya que la separabilidad de un accidente de una
sustancia presupone una distinción real entre accidente y sustancia. Sin embargo en la
Metaphysica de nuevo tenemos claro que el ser de un accidente consiste en ser en un
sujeto114. Por otra parte y propiamente hablando un accidente no es en sí mismo un ser

sino más bien un mη o¢n, es decir, un accidente es un o¢n en la medida en que es


mantenido en el ser por el sujeto en el que hereda. Es, pues, un o¢n kata sumbebhkòv.

113 Véase el apartado 1.4.


114 Véase el apartado 1.5.

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