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- ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO: LA TEORÍA AUTOCTONISTA


Cualquier planteamiento o estudio relacionado con el origen del hombre piurano, tiene que estar necesariamente
subordinado a las teorías ya existentes sobre los primeros hombres del Perú y América.
Hay dos teorías con relación al hombre americano, la autoctonista y la inmigracionista.
La teoría autoctonista afirma que el hombre americano se originó en nuestro continente como resultado de la
evolución. El autoctonismo que fue planteado el siglo pasado por el argentino Florentino Ameghino, se vio
favorecido por los estudios de Darwin sobre el origen del hombre.
Por lo tanto, según Ameghino, América fue foco de otro proceso de evolución. En su obra “Antigüedad del Hombre
en el Plata”, se refiere a restos óseos a los que supuso gran antigüedad y consideró antecesores del hombre. En 1890
lanzó la teoría de que tales restos pertenecían nada menos a la época Terciaria y catorce años más tarde elaboró su
Cuadro Filogénico de la Humanidad que la inicia con una especie de mono muy antiguo que llamó Prosimio Primitiva.
Por evolución, esta especie dio origen a otra denominada Simioidea Primitiva, aún cuando siguieron existiendo
simultáneamente seres de la especie original.
Siguiendo la evolución se llega sucesivamente a los Antropoides, Homunculidas, Huminidae Primitivo, Huminidae,
Tetra-prot-homo, Tri-prot-homo, Di-prot-homo y el antecesor del hombre que llamó Prot-homo.
Fueron muchos los hombres eminentes que creyeron en la teoría autoctonista y hasta la reforzaron como ocurrió
con el geólogo J.D.Whitney que en 1880 atribuyó al Cráneo de Calaveras, una antigüedad de muchos miles de años.
Ameghino hizo un llamado a los científicos del mundo para certificar o refutar sus teorías. Los sabios acudieron y
mostraron su disconformidad, sobre todo Ales Hrdlicka. Los restos fósiles que habían servido para construir la teoría
de Ameghino eran de hombres de tiempos relativamente modernos y sólo el fémur de Miramar tenia cierta
antigüedad, pero no la suficiente.
Antropólogo Arturo Posnansky
Con posterioridad, el antropólogo polaco Arturo Posnansky en su obra “¿Es o no Oriundo el Hombre Americano en
América?”, revivía la teoría sobre la base de que en la altiplanicie boliviana en la región Colla se han encontrado
restos fósiles de seres humanos con restos de antiguos animales de especies ya extinguidas.
El autoctonismo no se concilia con los conceptos emitidos en el Génesis de acuerdo a lo cual toda la humanidad
desciende de una sola pareja humana.
Esta tería no ha podido cimentarse sólo por que aún no se han logrado encontrar en América restos antiquísimos
como los hallados en Europa, Asia y Java.
Sin embargo, de acuerdo a la teoría, de la evolución de las especies de Carlos Darwin, es perfectamente posible que
el hombre americano halla sido autóctono de este continente.
LA TEORÍA INMIGRACIONISTA
Que corrientes humanas hallan llegado desde afuera al continente americano, es incuestionable.
Esto es válido, ya sea que el hombre americano halla sido o no autóctono.
Hay inmigracionistas que sostienen que ha existido un solo punto de partida y también una sola ruta de penetración.
Otros creen en la procedencia múltiple.
Tampoco hay uniformidad de criterios en cuanto a la fecha en que se produjeron estas inmigraciones.
La Cuarta y última Glaciación ocurrió entre los 100.000 y los 12.000 años. En América se cubrió con una gran masa se
hielo, toda la extensión comprendida desde Groenlandia, el mar y la Tierra de Baffin, el mar de Hudson, la península
de Labrador, hasta el sur de los Grandes Lagos. Sin embrago la parte occidental de América del Norte que da al
Pacífico non fue invadida por los hielos y más bien, el ahora estrecho de Veringo semejaba un sólido puente de
tierra, que facilitaba el paso de las personas.
Los hielos empujaron a gran cantidad de animales hacia las tierras templadas.
El mamut, el reno, el bisonte, los osos, etc. se trasladaron a las tierras del occidente de América.
Los primitivos mongoles, corriendo tras de su presa, pues eran cazadores, pasaron el Puente de Veringo y siguieron
por todo el valle del río Yucón, hasta llegar hasta las altiplanicies de las Montañas Rocosas.
Lo que al principio pudieron ser sólo pequeños grupos de cazadores recolectores, se convirtieron en invasiones
masivas, de personas que llegaban atraídas por la abundante cantidad de animales, de nuevas especies y de una
tierra pródiga que daba abundantes frutos.
Al término de su ruta de penetración, los hombres que llegaron de Asia, se dispersaron, avanzando algunos hacia
México.
Hay que suponer que las oleadas de miles de hombres primitivos, continuaron produciéndose hace decenas de miles
de años, hasta que por efecto de los grandes sismos que asolan la región de Alaska y la Península de Kantohaca, el
Puente de Veringo se cortó y apareció el estrecho. Por ello, y el frío que envolvió la región de Alaska, se cortó el
torrente inmigratorio.
En consecuencia, el hombre americano llego en estado primitivo del Asia, en una época en que sólo se alimentaban
de la caza, era recolector de los frutos que daba la naturaleza, conocía el fuego, hacía armas defensivas de piedra,
pero no conocía el uso de la rueda, ni el manipuleo del hierro y menos la escritura.
Al llegar a América, fue progresando y culturizándose. En consecuencia, la cultura si es autóctona.
Si la zona de Bering hubiera permanecido en las condiciones en que estuvo primitivamente, hubiera seguido siendo
la puerta abierta para inmigrantes de siglos posteriores más cultos y evolucionados, que hubieran traído la rueda y
otros conocimientos del mundo antiguo.
No se descarta que con el correr de los años, hayan llegado por mar, pequeños grupos humanos a las tierras de
América, empujados por los vientos, o por las corrientes marinas, o por haberse desviado de sus rutas. En esa forma
bien pudieron llegar japoneses y chinos por el lado del Pacífico, así como los polinesios y por el lado del Atlántico,
laponeses y vikingos. Dado el corto número de ellos no llegaron a ejercitar una influencia cultural decisiva

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