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Impericia Comunicativa

La comunicación es el epítome del pragmatismo social del ser humano, cada individuo se
relaciona con su entorno en base a sus conocimientos empíricos, ergo, sería irracional
proponer que existe un modelo absolutista de interacción entre personas, puesto que, a
pesar de que existan realidades comunicativas repetibles, no las hace iguales.
El dilema de la comunicación radica en su propia naturaleza, si se interpreta esto como un
intercambio de información entre dos seres, estaría en la dualidad de la persona como
receptor y emisor, a su vez que la forma en la que se refleja la intención comunicativa,
varía dependiendo del contexto, también se debe tener en cuenta que todo concepto que
esté en nuestra percepción del entorno, ha sido alterado a complacencia propia, no se
aprecia el estado virgen de la realidad, sino que la misma se refugia en su superficialidad y
en sus atributos específicos; bajo este concepto, las ideas que se intercambian en una
cotidianidad no son primordiales, todas se remiten a una interpretación posterior. Si bien se
propone este modelo para la hermenéutica de los conceptos (no solo textuales), la segunda
piedra angular del discurso comunicativo está en el cómo se parte de la intención para
llegar a la acción en sí, es decir, lo que se intenta expresar altera la manera en la que el
mensaje es entregado, por ejemplo: Medios textuales, visuales, auditivos, verbales, no
verbales, entre otros, cada uno se remite a la ambigüedad de su propio caso; la cualidad de
receptor que todos poseen permite que las ideas se remitan a diversos factores, como puede
ser el contexto social, cultural, la época en lo que se dice; esta relatividad es la que
probablemente representa la mayor dificultad al momento de atribuirle significado a una
idea, ya que las mismas son expuestas a un constante devenir, la concepción de la misma no
es estática y supone un desafío a nivel social, verbigracia, los roles de género no son lo
mismo en la actualidad a lo que eran en el siglo XX, la interpretación de la expresión “Te
amo”, se ha alterado al punto de la osificación de la misma, los sistemas políticos y
económicos que han prevalecido entre sí, etc… Ciertamente, se ha adecuado un estándar
para el cual las personas logran establecer y expresar sus intereses en su propio contexto; el
reto cotidiano de la comunicación radica en el intercambio de ideas, el cual por lo general
es visto de una perspectiva superficial, donde se predispone el significado de lo que se
busca decir sin que siquiera se haya expresado, este “cansancio” es fácilmente apreciable en
que, el individuo se adecúa a sus propios modos y técnicas comunicativas, pero omite el
expandir esta perspectiva a la otredad, al considerar a su allegado como “su propio yo”, lo
cual en términos del tema abordado, genera ignorancia e incapacidad en el comprender
cómo alguien externo maneja su propia acción consciente de señales.

En síntesis, la comunicación podría catalogarse como aquello que está presente


cotidianamente, pero eso no implica que se posea un completo entendimiento de la misma,
con lo cual, la profundización respecto a ella llega incluso a ser menester en algunos
escenarios, donde es necesario el comprender más a fondo esta base de la interacción
humana.

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