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Las oraciones subordinadas: una introducción.

Las conjunciones subordinantes y los relativos

Hasta el momento en nuestro curso simplemente hemos delimitado las oraciones


subordinadas. En esta secuencia daremos un paso más, clasificando estas
estructuras y analizando su estructura interna.

Objetivos
Esta unidad pretende que usted pueda:
1. Identificar las oraciones subordinadas y aplicar la clasificación tradicional de
las subordinadas en sustantivas, adjetivas y adverbiales.
2. Analizar críticamente esta clasificación tradicional para encontrar sus
limitaciones.
3. Reconocer las conjunciones subordinantes y los relativos.
4. Identificar la función sintáctica que cumple un relativo en su oración
subordinada.

Las oraciones subordinadas


Como ya se ha estudiado en el curso, las oraciones subordinadas son oraciones que
dependen jerárquicamente de alguna otra categoría a la que complementan o
modifican. La oración subordinada queda incluida en la oración principal, que será
compuesta o compleja (según las posiciones teóricas consideradas en el curso).
Así, en la oración Juan dijo que llegaría tarde, la oración subordinada sustantiva que
llegaría tarde es el complemento directo del verbo dijo y está incluida dentro del
sintagma verbal dijo que llegaría tarde y, por tanto, dentro de la oración principal
(Juan dijo <que llegaría tarde>).

Clasificación tradicional de las oraciones subordinadas


Tradicionalmente se distinguen tres clases de oraciones subordinadas en función de
su relativa equivalencia funcional con las categorías que les dan nombre:
• ORACIONES SUBORDINADAS SUSTANTIVAS: Me contó que había viajado por Perú; Le
preguntó si tenía hora; No sé dónde vive; Me gusta mucho estudiar gramática.
• ORACIONES SUBORDINADAS ADJETIVAS O DE RELATIVO: Me compré la última novela
que publicó Eduardo Sacheri; Juan regresó del lugar donde se había refugiado;
El profesor del que te hablé renunció al grupo.
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• ORACIONES SUBORDINADAS ADVERBIALES: Cuando llegué al cine, la película ya había
empezado; Se quedó sentado donde le indicaron; Si salvo esta materia, el año
próximo hago la práctica; Aunque esté cansado, voy a ir a esa fiesta.
Como se indica en RAE y ASALE (2019: 215), los términos empleados para clasificar
las subordinadas (sustantivas, adjetivas y adverbiales) «buscan, pues, un
paralelismo entre las clases de palabras con las que las oraciones se asimilan y el
funcionamiento sintáctico de las oraciones subordinadas. Es decir, una oración no
es sustantiva porque presente la estructura de un sintagma nominal, sino porque
desempeña las mismas funciones sintácticas que este».
Veamos, a continuación, las características de cada una de estas clases. Como se
apreciará, se trata de una introducción a este tema, con el que se seguirá trabajando
en próximos cursos de Teoría Gramatical.

Oraciones subordinadas sustantivas


Las subordinadas sustantivas son aquellas oraciones que desempeñan las funciones
características de los sustantivos o de los sintagmas nominales. Pueden funcionar
como sujeto (1-2), como complemento directo (3-6) o como término de preposición
(7):
1. A Juan le gusta que sus hijos continúen estudiando.
2. Le sorprendió cuánta gente había.
3. El director supo que los estudiantes llegaron tarde.
4. Le preguntó cómo había estado.
5. Me prometió volver temprano.
6. No sabe si irá a la fiesta.
7. Me alegro de que hayas ganado el concurso.
En efecto, en (1), gustar es un verbo pleno, predicativo, que selecciona dos
argumentos: “[a alguien] le gusta [algo]”. Uno de estos argumentos, el que se
interpreta semánticamente como tema, está representado por la subordinada
sustantiva que sus hijos continúen estudiando. Esta subordinada funciona como
sujeto, como lo demuestra su concordancia con el verbo: A Juan le gusta eso; *A Juan
le gusta esas cosas; A Juan le gustan esas cosas.1 La misma función sintáctica cumple
la oración subordinada subrayada en (2): Le sorprendió eso; *Le sorprendió esas
noticias; Le sorprendieron esas noticias.
Las subordinadas subrayadas en los ejemplos de (3) a (6) funcionan como
complemento directo, como lo demuestran las posibles sustituciones por
pronombres personales átonos en caso acusativo (El director lo supo; Se lo preguntó;
Me lo prometió; No lo sabe).

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El segundo argumento seleccionado por el verbo gustar, cuyo papel temático es el de experimentante,
aparece duplicado y se realiza sintácticamente como complemento indirecto: A Juan… le.

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Por último, en (7), la subordinada sustantiva es el término de un sintagma
preposicional que funciona como complemento de régimen del verbo pronominal
alegrarse, predicado bivalente: “[alguien] se alegra [de/por algo]”.
Más allá de la función que cumplen, ¿cómo podemos reconocer las oraciones
subordinadas sustantivas? Por un lado, como designan hechos, situaciones o
acontecimientos, es decir, como denotan nociones abstractas, todas las
subordinadas sustantivas admiten la sustitución por pronombres demostrativos
neutros, como eso, esto o aquello: A Juan le gusta eso; El director supo eso. Por otro
lado, todas las subordinadas sustantivas son ARGUMENTALES, es decir, siempre están
seleccionadas por un predicado.
Desde el punto de vista de su estructura y de su significado, se pueden distinguir
tres tipos de subordinadas sustantivas: las declarativas, las interrogativas indirectas
y las exclamativas indirectas.
Las SUBORDINADAS SUSTANTIVAS DECLARATIVAS expresan un contenido que se declara o
enuncia, de ahí su nombre, es decir, un contenido que puede ser verdadero o falso.
Son declarativas las subordinadas de los ejemplos (1), (3), (5) y (7). Como se puede
observar, pueden presentar el verbo conjugado (1, 3, o 7) o pueden construirse con
infinitivo (5).
Las INTERROGATIVAS INDIRECTAS introducen alguna pregunta o alguna incógnita. Se
distinguen dos tipos: las ORACIONES INTERROGATIVAS INDIRECTAS TOTALES, encabezadas
por la conjunción subordinante si (No sabe si irá a la fiesta), y las INTERROGATIVAS
INDIRECTAS PARCIALES (Le preguntó cómo había estado), encabezadas siempre por
palabras interrogativas (como qué, quién, cuándo, dónde, cómo, cuánto…).
Las ORACIONES EXCLAMATIVAS INDIRECTAS expresan valoraciones, positivas o negativas.
A diferencia de las interrogativas indirectas, en las exclamativas indirectas el
hablante conoce el valor de la variable que representa la palabra exclamativa.
Compárense los siguientes ejemplos:
8. Le pregunté cuántos alumnos tenía.
9. Me sorprendió cuántos alumnos tenía.
En (8), el segmento subrayado es una interrogativa indirecta. La palabra
interrogativa cuántos expresa una incógnita. El hablante no sabe, efectivamente, el
número de alumnos que tenía el interlocutor y por eso se introduce una pregunta.
En (2), la subordinada subrayada es una exclamativa indirecta. El hablante sabe que,
efectivamente, tenía muchos alumnos, posiblemente más de los que esperaba, y
expresa su valoración sobre ese hecho.
Si bien en otros cursos se estudiarán en detalle todas estas estructuras, este año nos
centraremos en las subordinadas sustantivas declarativas y, fundamentalmente, en
las que se construyen con verbos conjugados, como las siguientes:
10. El profesor cree que Juan salvará el examen.
11. Quería que fuéramos a su casa.

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Como se aprecia en los ejemplos anteriores, las subordinadas sustantivas
declarativas construidas con verbos conjugados están encabezadas siempre por la
conjunción subordinante que.
Como toda conjunción subordinante, este que encabeza la subordinada y la hace
depender de otro elemento. Así, en el ejemplo (10), la conjunción subordinante que
hace que la subordinada que Juan salvará el examen dependa del verbo creer y que
pueda funcionar como su complemento directo (El profesor cree que Juan salvará el
examen > El profesor lo cree).
Si bien las conjunciones subordinantes introducen o encabezan las oraciones
subordinadas, no cumplen una función sintáctica en ellas. Su función se agota en
establecer la relación de dependencia. Por tanto, si quisiéramos analizar la
subordinada sustantiva que Juan salvará el examen, debemos marcar el que como
una conjunción subordinante y luego procederemos a analizar la oración Juan
salvará el examen:
Verbo subordinado, pleno, bivalente: salvará
Sujeto: Juan
Complemento directo: el examen (Juan lo salvará)

Oraciones subordinadas adjetivas o de relativo


Tradicionalmente, se han denominado subordinadas adjetivas las oraciones que
funcionan como modificadores nominales, es decir, como modificadores no
seleccionados de un sustantivo:
12. Se jubiló el profesor que fundó este liceo.
13. Encontré la casa donde había nacido mi abuelo.
Así, en (12), la oración subordinada subrayada funciona como modificador del
sustantivo profesor. Por tanto, integra el sintagma nominal nucleado por este
sustantivo: el profesor que fundó este liceo. Todo este sintagma nominal funciona
como sujeto de la oración principal, como lo demuestra la concordancia que
establece con el verbo en persona y número: Se jubiló el profesor que fundó este liceo;
Se jubilaron los profesores que fundaron este liceo.
En (13), la subordinada adjetiva subrayada funciona como modificador del
sustantivo casa. El sintagma nominal nucleado por este sustantivo (la casa donde
había nacido mi abuelo) funciona como complemento directo del verbo principal,
como lo demuestra su sustitución por el pronombre personal átono en caso
acusativo la: La encontré.
Estas subordinadas se denominan también ORACIONES DE RELATIVO o RELATIVAS por la
palabra que las introduce: un relativo, que puede ser un pronombre, como que en
(12), un adverbio, como donde en (13), o un determinante, como cuyo en (14):

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14. El escritor cuyo libro inspiró la película demandó a los estudios por no cumplir el
contrato.
Los relativos tienen tres características fundamentales.2
En primer lugar, son elementos subordinantes, propiedad que comparten con las
conjunciones subordinantes.
En segundo lugar, los relativos remiten a un antecedente, que es el sustantivo que
precede a la subordinada y que se encuentra subrayado con línea punteada en los
siguientes ejemplos: Se jubiló el profesor que fundó este liceo; Encontré la casa donde
había nacido mi abuelo. El escritor cuyo libro inspiró la película demandó a los
estudios por no cumplir el contrato. En todos estos casos, el relativo reproduce el
contenido léxico de su antecedente y lo representa en la subordinada. Por tanto, la
subordinada que fundó este liceo en el ejemplo (12) significa el profesor fundó este
liceo. Del mismo modo, la subordinada donde había nacido mi abuelo del ejemplo
(13) equivale a en esa casa había nacido mi abuelo y la subordinada cuyo libro inspiró
la película en (14) equivale a el libro de ese escritor inspiró la película o su libro inspiró
la película.
Por último, a diferencia de las conjunciones subordinantes, los relativos
desempeñan una función sintáctica en las oraciones que introducen. Si volvemos a
la oración de relativo que fundó este liceo, el relativo que, que refiere y reproduce en
la subordinada al sustantivo antecedente profesor, funciona como sujeto de la
subordinada:
Verbo subordinado, pleno, bivalente: fundó
Sujeto: que (representa al sustantivo el profesor)
Complemento directo: este liceo (lo fundó)
Si analizamos la oración de relativo subrayada en (14), el adverbio relativo donde,
que representa al antecedente casa, funciona como circunstancial en la oración
subordinada, ya que se trata de un adjunto, un modificador no seleccionado por el
verbo nacer, que es un predicado monovalente intransitivo:
Verbo subordinado, pleno, monovalente: había nacido
Sujeto: mi abuelo
Circunstancial de lugar: donde (equivale a en esa casa)
Veamos un ejemplo más:
15. Se jubiló el profesor que vi el otro día en el liceo.
En esta oración compuesta podemos reconocer una subordinada de relativo (que vi
el otro día en el liceo) que funciona como modificador del sustantivo profesor. El que
es, entonces, un pronombre relativo que tiene como antecedente al sustantivo
profesor y lo representa en la subordinada. La subordinada adjetiva que vi el otro día

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Se sugiere revisar el repertorio de relativos en las gramáticas de referencia.

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en el liceo significa vi al profesor el otro día en el liceo. Por tanto, si analizamos la
oración subordinada, debemos reconocer el verbo subordinado ver, que es un
predicado bivalente transitivo. Uno de sus argumentos se realiza gramaticalmente
como sujeto (en este caso, tácito). El otro es el relativo que, que representa al
sustantivo profesor, y que funciona como complemento directo en la oración
subordinada: que vi el otro día en el liceo; lo vi el otro día en el liceo.
Además de los dos argumentos reconocidos, el verbo vi tiene dos circunstanciales o
modificadores no seleccionados: el otro día y en el liceo.
Verbo subordinado, pleno, bivalente: vi
Sujeto: Ø
Complemento directo: que (representa al sustantivo el profesor: lo vi)
Circunstancial de tiempo: el otro día
Circunstancial de lugar: en el liceo
Ahora bien, algunos relativos no tienen un antecedente expreso, sino que lo tienen
incorporado en su significado. Veamos el siguiente ejemplo:
16. Quien tenga un 9 de calificación anual promoverá el curso.
Aquí también tenemos una oración subordinada introducida por un relativo. Sin
embargo, el relativo quien no tiene un antecedente expreso ya que este está
incorporado en el significado del propio relativo. Es decir, el significado de quien es,
aproximadamente, la persona que. Al no tener antecedente expreso, la subordinada
de relativo funciona como un sintagma nominal (equivalente a la persona que tenga
un 9 de calificación anual o el estudiante que tenga un 9 de calificación anual) y, por
este motivo, puede funcionar como sujeto de la oración compuesta. Estas oraciones
de relativo sin antecedente expreso se denominan RELATIVAS LIBRES.
Los adverbios relativos, como donde, cuando o como, también pueden encabezar
relativas libres:
17. Se enojó mucho cuando le llamaron la atención.
18. Esperó a María donde trabaja.
En los ejemplos anteriores, los adverbios relativos cuando y donde no tienen
antecedente expreso porque lo tienen incorporado en su significado. En efecto, el
relativo cuando equivale a el momento en el que y el relativo donde equivale a el lugar
en el que. Ambos adverbios relativos funcionan como circunstanciales en las
subordinadas que encabezan, ya que son modificadores no seleccionados por los
verbos subordinados. Además, las subordinadas que introducen funcionan también
como circunstanciales en las oraciones principales, motivo por el cual se
consideraron tradicionalmente ADVERBIALES.

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Oraciones subordinadas adverbiales
Tradicionalmente, se denominan subordinadas adverbiales las oraciones que
desempeñan las funciones características de los adverbios, ya sea la de
complemento circunstancial como la de modificador oracional:
19. Se enojó mucho cuando le llamaron la atención.
20. Esperó a María donde trabaja.
21. Juan no sale de su casa porque está lloviendo.
22. Aunque está lloviendo, iremos al recital.
Nótese que todas las subordinadas subrayadas son adjuntos, es decir, modificadores
no seleccionados por los predicados respectivos. Así, en (20), el predicado esperar
es bivalente (alguien espera a algo o a alguien). Uno de sus argumentos se realiza
gramaticalmente como sujeto (tácito) y el otro como complemento directo (a
María). La subordinada donde trabaja funciona como adjunto, es decir, como un
modificador no seleccionado por ese predicado.
En los ejemplos (19-21), las subordinadas adverbiales funcionan como
complementos circunstanciales, es decir, son modificadores del verbo sin ser
argumentos suyos y aportan circunstancias que acompañan al evento denotado por
el verbo, como el momento en que sucede (19), el lugar en que se desarrolla (20), la
causa (21), etc.
En (22), la subordinada adverbial funciona como modificador oracional. Incide
sobre toda la oración y su carácter periférico se expresa por estar entre pausas,
representadas en la escritura por la coma. En este caso, la subordinada no solo afecta
al verbo sino a toda la estructura ya que presenta un impedimento inefectivo en
relación con la situación expresada en la oración principal. Es decir, el hecho de que
llueva puede ser un obstáculo para la realización del evento denotado por la oración
principal, pero es un obstáculo ineficaz, porque no impide la realización de ese
evento.
Si bien, como se ha señalado, todas las subordinadas que se han ejemplificado
anteriormente son consideradas adverbiales por la tradición gramatical del español,
no todas ellas se pueden sustituir por adverbios. Esa sustitución sí se puede hacer
en los primeros dos casos (Se enojó mucho entonces; Esperó a María allí), no así en
los dos últimos. Teniendo en cuenta este criterio, se suelen diferenciar las
SUBORDINADAS ADVERBIALES PROPIAS (subordinadas adverbiales que expresan tiempo,
lugar y modo, que admiten sustitutos adverbiales) de las SUBORDINADAS ADVERBIALES
IMPROPIAS (todas las demás), que rechazan la sustitución por adverbios. Este es uno
de los motivos por los cuales muchos gramáticos cuestionan hoy si la denominación
subordinada adverbial es realmente adecuada. De hecho, observen que las
subordinadas adverbiales propias ejemplificadas en (19) y (20) son, desde el punto
de vista de su estructura interna, relativas libres, lo que implicaría un cruce o una
superposición de estos últimos dos grupos. Simplemente en este documento se

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esboza esta discusión para apreciar las limitaciones de la clasificación tradicional
presentada, discusión que abordarán en próximos cursos de Teoría Gramatical.

Bibliografía:
Di Tullio, Á. y Malcuori, M. (2012). Gramática del español para maestros y profesores
del Uruguay. Montevideo: ANEP, ProLEE.
RAE y ASALE (2010). Nueva gramática de la lengua española. Manual. Buenos Aires:
Espasa.
RAE y ASALE (2019). Glosario de términos gramaticales. Salamanca: Ediciones
Universidad de Salamanca.

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