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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

 FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y EDUCACIÓN

 ESCUELA PROFESIONAL DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

                                                         Integrantes

                                                     Analí Valencia Calle

                                        Nadia Meléndez Gallardo

Gabriela Ipanaque Flores

DOCENTE

Mgtr. César Augusto Aguirre Chávez.

ASIGNATURA

Corrección de estilos

CICLO

IV
Antecedentes de la corrección de estilo

Antes de que surgiera la imprenta ya existía el cargo de corrector; los monjes copistas intercambiaban los
escritos mediante el sistema pericia, con el objetivo de suprimir errores. Entre los siglos XIX y XVIII,
aparece la escuela llamada Edubba, donde los escribas babilonios escribían en tablillas, siendo una de
las tareas más privilegiadas, pero también, una de las más difíciles de aprender: con un tiempo mínimo de
aprendizaje de 7 años, sin vicios ni comida en exceso.

Cuando la profesión de copistas salió de los monasterios y conventos, los copistas laicos se encargaron
de reproducir para los estudiantes ricos los textos autorizados. Pese a lo trascendental de sus labores, los
copistas también cometieron errores, así nació otra especialidad: el "corrigiere". La persona que corrige o
elimina errores.

Formas semejantes:

El corrector de los antiguos talleres indicaba, como ahora, la falta y su corrección necesaria al margen de
la hoja: cuando la falla no era tan grave, el propio copista raspaba el pergamino y sobre la enmienda
volvía a escribir. Si se trataba de una palabra omitida y no podía insertarse, el corrector la escribía en el
margen y donde debía ir ponía un dedo para señalar su ubicación; cuando estas eran de líneas o de
párrafos, los trucos para hacer los añadidos resultaban verdaderas obras de arte. Más adelante, con la
invención de la imprenta, la corrección dejó de ser un trabajo propiamente dicho; es decir, quienes
empezaron a desempeñar esa labor lo hacían no por una mera remuneración económica: los correctores
eran entonces verdaderos sabios que revisaban los escritos de manera muy minuciosa.

La errata, el insumo del corrector:

La errata es una constante en la vida del corrector, proviene de la voz latina erratus, aunque también se le
conoce como mosca o mentira. una frase poética la define como la herida del texto, mientras que otras la
describen como un grano en el escrito. Existen dos tipos de erratas: las tipográficas y las gramaticales. A
las primeras se les denomina error de dedo, aunque a veces no es como tal. Las segundas son las
equivocaciones frecuentes que ocurren al confundir el significado de las palabras con grafías semejantes
o que se pronuncian casi igual; también se incurren en ella por desconocimiento. 

Por ejemplo, es común escribir desapercibido en lugar de inadvertido, connotado por eminente, enjuagar
por enjugar y muchas más. Como ejemplo de la acumulación de erratas está la biblia latina, impresa en
1581, la cual tuvo que volver a imprimirse debido a la cantidad de erratas que contenía. 

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