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DICCIONARIO

ESPASA
LITERATURA ESPAROLA
JE S Ú S BREGANTE

ES PASA
Directora Editorial
Marisol Palés

Coordinadora de la edición
Carolina Reoyo

Editora
Marisa Javierre

Preparación del original


Rosa Benavides

Selección de la ilustración
Ángeles García del Olmo

Diseño
Joaquín Gallego

© De esta edición: Espasa Calpe, S. A., 2003


© Jesús Bregante Otero, 2003

Depósito legal: M. 41.139-2003


ISBN: 84-670-1272-2

Espasa, en su deseo de mejorar sus publicaciones,


agradecerá cualquier sugerencia que los lectores
hagan al departamento editorial por
correo electrónico: sugerencias@espasa.es

Impreso en España / Printed in Spain


Impresión: ROTAPAPEL

Editorial Espasa Calpe, S. A.


Vía de las Dos Castillas, 33. Complejo Atica - Edificio 4
28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid)
A mis padres, que lo esperan todo;
a los amigos que creyeron y creen y no se conforman;
a Blanca y Carmen, que lo leerán;
y, por supuesto, a Gabri, claro y sin más, que insistió.
... Y a mí mismo, aunque parezca un pecado.
ÍNDICE
P r e s e n t a c i ó n ............................................................................................................................................................. XI

A g r a d e c im i e n t o s .................................................................................................................................................... XV

E s t r u c t u r a d e l D i c c io n a r i o e I n s t r u c c i o n e s d e U s o ......................................................................X V II

D ic c io n a r i o d e L it e r a t u r a E s p a ñ o l a ........................................................................................................ 1

Í n d i c e d e o b r a s ........................................................................................................................................................ 1 0 6 3
PRESENTACIÓN
Un diccionario de literatura es, sin duda, una obra que pretende más de lo que puede ofre­
cer. Y aunque lo que ofrezca pueda colmar con mucho las expectativas de la mayoría de quie­
nes lo consulten, resulta indudable que jam ás satisfará a quien espere de él una suerte de ca­
tálogo total de dicha literatura. Por minucioso y exhaustivo que pudiera resultar, siempre habrá
autores, obras, movimientos, períodos que quedarán expropiados en una u otra forma de parte,
o de gran parte, si no de todo lo que, en esencia, al lector le correspondería como información
por derecho propio. En cierta medida, pues, puede decirse que un diccionario de literatura,
como acaso cualesquiera otros diccionarios, supone una tarea imposible.
No obstante, y salvada ya la excusado non petita, en este que ahora el lector tiene entre
manos se ha pretendido que sean los menos los momentos en que quien consulta eche en falta
a tal o cual autor, esta o aquella obra... De tal suerte, el esfuerzo de m inuciosidad ha sido
exhaustivo, intentando que no falten quienes son y desde luego que, recurriendo al manido tó­
pico, sean todos los que están. No obstante, la historia literaria española es intrincada y prolija,
de modo que en sus numerosos vericuetos, escondrijos, grutas y meandros se ocultan, desde
luego, no pocos nombres que, aunque en menor medida, han realizado también gran parte de
una m eritoria labor de creación que el paso implacable del tiempo ha decidido aplastar con la a
veces injusta contundencia del olvido.
Por lo que se refiere a la literatura contemporánea, y desde luego a la más reciente, no es
fácil — me atrevería a afirmar que resulta a todas luces imposible— estar al tanto de cuantas
publicaciones se llevan a cabo en los ámbitos locales, provinciales o regionales. Hasta donde
ha sido posible, se ha intentado que autores que han publicado sus obras en semejantes círcu­
los, y pese a la escasa distribución que ello supone, estén también presentes en estas páginas,
ofreciendo con ello al lector una ulterior posibilidad de conocer a escritores a los que, de otro
modo, le resultaría imposible localizar. Insisto en que habrá ausencias, seguramente evitables,
pero en todo caso subsanables en futuras ediciones de esta obra, que tratarán por todos los me­
dios de ir añadiendo a quienes fueron quedando excluidos de la que ahora propongo y de cada
una de las sucesivas a que hubiere lugar.
La consecuencia más evidente de dicha selección de autores parece clara: dada la inten­
ción de llegar hasta donde en la mayoría de las casos no suele llegarse, y puesto que las infor­
maciones resultan escasas, en algunas ocasiones el lector encontrará entradas cuya brevedad
quizá le resulte insatisfactoria, pero que de todos modos supone un registro, aunque sea m í­
nimo, de la existencia de un autor apenas conocido al margen de ciertos ámbitos.
Por lo que respecta a los autores que han escrito, o escriben, en las diferentes lenguas de
España, y desde luego sin ningún ánimo nacionalista, la selección de autores ha tratado de res­
petar un criterio que se pretende claro, por más que discutible, como debe ser con cuanto de­
pende de todo argumento. Dado que no se trata de un diccionario dedicado a cada una de esas
PRESENTACIÓN XII

lenguas, que merecen y en algún caso cuentan ya con obras de referencia propias, se ha deci­
dido incluir a autores que, bien por haber sido traducidos al español, en ocasiones por sí mis­
mos, bien por representar corrientes propias de la literatura española en su conjunto o por ha­
ber publicado originariamente tanto en su lengua m aterna como en español, forman parte
ineludible del decurso de esta última, sin menoscabo de cualesquiera otros que, en sus respec­
tivas lenguas, hayan hecho historia literaria en ellas. El lector encontrará, pues, a autores cuya
obra ha sido mayoritariamente escrita en catalán, gallego, euskera o incluso bable, así como
valenciano y mallorquín, por más que en estas páginas se haya evitado cualquier polémica en­
tre la denominación de lenguas o entre los criterios que distinguen lenguas de dialectos. Trata­
das unas y otros por igual, a efectos de relevancia literaria, mi único interés ha consistido en
dar cuenta de cuantos he considerado autores importantes en el contexto español, dejando la
puerta abierta a cuantos puedan ir incorporándose, como ya he dicho, en sucesivas ediciones.
Otra cuestión difícil, dado que no se trataba de un diccionario de literatura hispanoameri­
cana, ha sido la relacionada con la selección de autores que, aunque americanos de nacimiento,
cuentan ya con la nacionalidad española, o al contrario: autores que, aun habiendo nacido en
España, son considerados, como consecuencia de emigraciones, exilios o decisiones persona­
les de toda índole, autores de países de Hispanoamérica. El criterio adoptado para la selección
final, que aunque recuerde a otras decisiones finales de infausta memoria, nada por fortuna la liga
a ellas, ha sido la consideración o no del conjunto de su obra como española, ya sea por la te­
mática, como por las influencias, los referentes, etc. De tal suerte, y por citar sólo algunos
ejemplos en uno y otro sentido, no se ha incluido en estas páginas a autores como Eugenio Flo-
rit, madrileño pero considerado uno de los puntales de la poesía cubana, José Pascual Buxó,
catalán de Sant Feliu de Guixols, pero en realidad uno de los grandes intelectuales mexicanos,
al igual que el gijonés Federico Patán, que reside en México desde 1937, o Tomás Segovia, na­
tural de Valencia, pero en ese país desde 1940 y figura clave de las letras mexicanas, así como
la poetisa, narradora, ensayista y dramaturga canaria Josefina Pía, nacionalizada paraguaya y
cuya obra, aunque se haya ocupado en ocasiones de asuntos relacionados con España, lo es
igualmente, y otros muchos casos que darían lugar a un nuevo diccionario de, como los llama­
ría Juan Marichal, transterrados, o exiliados, o como se quisiera nombrar a los autores que han
escrito fuera de nuestras fronteras obras fundamentales para la historia de la literatura. Asi­
mismo, y en el reverso de los anteriores, estarían autores como los peruanos M ario Vargas
Llosa o Alfredo Bryce Echenique, españoles de pasaporte, pero cuya obra pertenece a todas lu­
ces a la más alta literatura latinoamericana, o su compatriota Elena Portocarrero, que si bien
vive en España desde hace años, no deja de ser una autora peruana, lo mismo que sucede con
Juan Carlos Onetti, montevideano a quien la nacionalización española formalizada en 1978 no
transformó de escritor uruguayo en español.
Por el contrario, sí encontrará el lector a otros como Enrique Suárez de Deza, nacido en
Buenos Aires pero que es autor español, o a autores más recientes como los también bonaeren­
ses Horacio Vázquez Rial y Andrés Neuman, las igualmente argentinas Neus Aguado y Flávia
Company, la uruguaya Carmen Posadas, el cubano José Carlos Somoza o el colombiano Pedro
Sorela, entre otros muchos cuyas entradas se pueden consultar para entender las razones de su
presencia en este diccionario. Casos particulares son, como puede comprobarse en sus respec­
tivas entradas, los de Blanco White, Max Aub o Michel del Castillo, entre otros cuya naciona­
lidad o elección de lengua literaria podría suscitar algunas dudas, y uno sin duda muy especí­
fico, Rubén Darío, claramente sudamericano, pero cuya influencia ha requerido su inclusión en
estas páginas, aunque de él se habla en profundidad en la voz Modernismo.
Una aclaración respecto a los autores teatrales. Por lo que se refiere a los más recientes no
cabe duda de que la nómina podría y debería ampliarse. No obstante, he preferido reducirla en
XIII PRESENTACIÓN

este caso a los nombres más sobresalientes, dando por supuesto que, en primer lugar, el género
teatral, aun siendo literario, pertenece por derecho propio a una categoría diferente, la del es­
pectáculo, la cual cuenta ya con otras obras de referencia específicas, exhaustivas y minucio­
sas, y en segundo, que son numerosas las obras teatrales que aun habiendo sido representadas
no han gozado de la edición correspondiente.
Pero además de autores, en el diccionario se encuentran voces de variada índole, que co­
rresponden, por ejemplo, a movimientos literarios — caso del surrealismo, el cubismo, el crea­
cionismo, etc.— ; épocas, en ocasiones coincidentes con movimientos — como el Barroco, el
Renacimiento...— ; obras anónimas, pero fundamentales en la historia literaria — el Cantar de
Mió Cid, Calila e Dimna, Lazarillo de Tormes...—, o hitos que supusieron una referencia ine­
ludible cultural y literaria — caso de la Biblia políglota complutense o de la de Amberes—;
temas literarios — como Don Juan o La Arcadia— ; conceptos esenciales, géneros o tipología
de obras — amor cortés, diálogo, humanismo, picaresca, culteranismo o conceptismo, cancio­
nero, cantar de gesta, folletín, poesía de la experiencia...— ; escuelas — como la sevillana o la
salmantina— ; generaciones — la del 98, el 27, el 36, el 50 o los novísim os...— . En definitiva,
instrumentos todos que, más allá de la nómina de autores que conforma el diccionario, pueden
servir al lector como información mínima sobre tal o cual asunto literario o cronológico, así
como para ubicarse entre las muchas referencias cruzadas que se encuentran a lo largo del
texto o bien para aclarar cuestiones fundamentales de cara a una comprensión cabal de la obra
de determinados escritores o de épocas específicas.
Espero, en fin, que el lector encuentre en estas páginas, cuya escritura ha ocupado más o
menos catorce años de mi vida, la ayuda que en cada momento precise, sirviéndole ésta ya sea
de aclaración a cuantos interrogantes lo hayan conducido a ellas como de acicate para la ulte­
rior profundización o para nuevas lecturas. Ojalá este diccionario sirva en uno u otro sentido,
acaso en ambos y en todas las direcciones posibles, y dado que la española es una de las litera­
turas más ricas, variadas, profundas, incisivas, fértiles de cuantas han ido afianzándose a lo
largo de la historia de la humanidad, no faltará nunca un autor o una obra que pueda colmar las
necesidades incluso del menos uniforme de los lectores. Sirva este diccionario para facilitar el
conocimiento de unos y otras.

Je sú s B r e g a n t e O t er o
Roma, agosto de 2003
AGRADECIMIENTOS
Tras casi tres lustros de trabajo, muchas han sido las personas a quienes debo lo que,
como decía aquel, por sabido se calla, o lo que se calla por no saber cómo decirlo. Quiero
ahora y aquí dejar constancia de los nombres de todas ellas, en gran medida responsables de
que estas páginas hayan visto la luz. Así, agradezco, en primer lugar, a Fernando Fernán-Gó-
mez más que su confianza su fe, cariño, empuje y, en definitiva, que me diera la oportunidad
de em barcarm e en esta nave, pues él fue su armador; a M anuel Peni Ríos, o M anuel Ríos
M azcarelle, como él prefirió llamarse, en memoria y con la memoria encendida de su faro; a
Francisco Caudet, que siempre ha exagerado mis méritos y apenas ha susurrado mis yerros,
además de por haberme enseñado a entrever y a poner por escrito lo descubierto; a Pío Serrano,
que me dio la llave, y a Rafael del Moral, que me abrió la puerta; a Celia Villar, que me dejó
entrar y a quien debo más de lo que aquí cabe; a Carolina Reoyo, tolerante, disponible, pre­
cisa y a cuya exhaustiva m inuciosidad deben mucho estas páginas; a M arisa Javierre, por
breve tiempo perfecta; a Miguel Albero y Asunción Pastor, que tan cómodo me lo hicieron
todo y que me salvaron de más de un ahogo; a Casto Fernández, que siguió con el flotador en
la mano; a mi tía, por el teclado; y a Lollo, cuyo silencio ha sido difícil de conseguir.

Roma, agosto de 2003


ESTRUCTURA DEL DICCIONARIO
E INSTRUCCIONES DE USO
Entradas

El Diccionario de literatura española está integrado por entradas de autores, movimien­


tos y épocas literarias, escuelas, obras anónimas, temas y conceptos, géneros, todas ellas entre­
lazadas por la ordenación alfabética.
Las biografías de autores constituyen la parte fundamental de esta obra. Sus entradas pre­
sentan siempre una misma estructura. El lema consta del nombre del personaje, generalmente
iniciado por los apellidos, seguidos del nombre, del que están separados por una coma. En al­
gunos casos (monarcas, seudónimos, sobrenombres, etc.), el nombre aparece en su forma di­
recta. A continuación figuran, en caso de conocerse, los lugares y las fechas de nacimiento y
muerte entre paréntesis. Si se desconoce alguno de estos datos se sustituye por un signo de in­
terrogación. En párrafo aparte se desarrolla la biografía.

Remisiones

Las remisiones de una entrada a otra se realizan de dos maneras:

a) Poniendo la palabra a que se remite en v e r s a l e s . Pueden ser directas, es decir, de lema


a lema, o pueden estar situadas en el interior de una de las entradas. En el primero de los casos,
la remisión viene precedida de una flecha (->) y de la palabra «Véase». En el segundo, aparece
entre paréntesis e igualmente precedida de la palabra «Véase»:

DISCRETO DE PALACIO, El -> Véase HURTADO DE MENDOZA Y LARREA, Antonio.

DURÁN, Agustín (M adrid, 1793-1862)


[...] Interesado por el teatro del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), consideró [...]

b) Dentro del texto, poniendo un asterisco tras la voz que tiene entrada propia dentro
del diccionario:

PACHECO, Francisco (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1540?-Sevilla, 1599)


[...] tío del pintor y poeta Francisco Pacheco*, con quien no debe confundírsele, y amigo
y mentor de Femando de Herrera*, fue [...]
ESTRUCTURA DEL DICCIONARIO E INSTRUCCIONES DE USO XVIII

Alfabetización

Las entradas aparecen ordenadas siguiendo un estricto orden alfabético. Según el sis­
tema de alfabetización internacional, la CH y la LL no se consideran letras independientes,
sino que aparecen integradas en la C y la L, siguiendo el actual criterio de la Real Academia
Española.
Las biografías se alfabetizan por el primer apellido, seguido del segundo, cuando exista,
y el nombre precedido de una coma.

Santos, soberanos y algunos nombres antiguos se alfabetizan por el nombre de pila, por
el que son conocidos. Se posponen siempre al nombre las partículas san, santo, santa, sor,
fray, etc., y cualquier título religioso, de nobleza u honor que pueda acompañar al nombre. Se
exceptúan los casos en los que dicha partícula forma parte del nombre y aquellos personajes
que son generalmente conocidos por dicho título:

EUGENIO DE TOLEDO, san


ALFONSO X, EL SABIO
pero SAN PEDRO, Diego de
ARCIPRESTE DE HITA; Juan Ruiz

Cuando un personaje es más conocido por un seudónimo que por su nombre real, su bio­
grafía se desarrolla generalmente bajo el seudónimo, al que se suele remitir desde el nombre
verdadero:

GARCIASOL, Ramón de (Humanes de Mohernando, Guadalajara, 1913-Madrid, 1994)


Poeta y ensayista [...]
ALONSO CALVO, Miguel -»Véase GARCIASOL, Ramón de.

No se tienen en cuenta a efectos de alfabetización las partículas intermedias (artículos,


preposiciones o conjunciones). Se excluyen aquellos casos en los que se da una igualdad abso­
luta de lema:

SÁNCHEZ DE BADAJOZ, Garci


SANCHEZ BARBERO, Francisco
SÁNCHEZ BARBUDO, Antonio
SÁNCHEZ BAUTISTA, Francisco
SANCHEZ DE LAS BROZAS, Francisco

De igual forma, a efectos de alfabetización, el guión que separa dos palabras de un lema
se considera igual a un espacio:

SÁNCHEZ ALBORNOZ, Claudio


SÁNCHEZ-ANDRADE, Cristina
SÁNCHEZ DE ARÉVALO, Rodrigo

Las entradas históricas y geográficas que constan de más de una palabra alfabetizan por
aquella de mayor entidad:

FERNÁN GONZÁLEZ, Poema de


EDAD DE ORO
GENERACIÓN DEL 98
A
A LO DIVINO Destacan sus libros de relatos Ligeros libertina­
Tratamiento literario que transforma los temas je s sabáticos (1988), Felicidades conyugales
profanos en religiosos a través de m etáforas, (1989), Sólo dime dónde lo hacemos (1991), So­
símbolos o alegorías. También se refiere a la plando al viento (1995) y Tres cuentos eróticos
conversión de una obra en prosa o verso, siem­ inéditos (1996), a los que hay que añadir la no­
pre que conserve su forma literaria en la reelabo­ vela Sangre (2000).
ración. Fue práctica común en el Siglo de Oro
(véase EDAD DE ORO) y, además de la Clara ABAD DE AYALA, Jacinto (siglo xvn)
Diana a lo divino, réplica religiosa de fray Bar­ Novelista. Autor menor del Siglo de Oro (véase
tolomé Ponce* a la Diana de Jorge de Montema- EDAD DE ORO) a quien debemos una única obra
yor*, destacan las versiones Obras de Boscán y en la que se cuenta una brevísima historia amo­
Garcilaso trasladadas a materias cristianas y re­ rosa: Novela del más desdichado amante y pago
ligiosas (Granada, 1575), de Sebastián de C ór­ que dan mujeres (1641).
doba*, y la Idea del buen pastor representada en
empresas sacras (Lyon, 1682), de Francisco Nú- ABAD Y LASIERRA, Agustín Iñigo (Huesca,
ñez de Cepeda*, versión «a lo divino» de Idea de /745-Valencia, 1813)
un príncipe político cristiano representada en Ensayista. Historiador y geógrafo benedictino
cien empresas (Münster, 1640), de Diego Saave- que, a su regreso a España, tras una estancia en
dra Fajardo*. Es frecuente, también en los auto­ Puerto Rico, llegó a ser obispo de Barbastro. Su­
res de la época, la reproducción «a lo divino» de yas hay que recordar dos obras de carácter histó­
canciones populares y villancicos. rico y geográfico: Relación del descubrimiento,
conquista y población... de la Florida (1785) e
ABAD, Antonio (Melilla, 1949) Historia geográfica, civil y política de la isla de
Poeta. Entre sus obras fundamentales deben ci­ San Juan Bautista de Puerto Rico (1787).
tarse: El ovillo de Ariadna (1978), M isericor de
m í (1980), M ester de lujuria (1980), Invención ABARCA, Pedro [o Pero] (Jaca, Huesca, 1619-
del paisaje (1983), Elena Laverón o el vuelo de Valencia, 1693)
las fo rm a s (1983), E l arco de la luna (1987) y Tratadista. Este jesuíta, profesor de Teología en
Quebdani, el cerco de la estirpe (1997). la Universidad de Salamanca, escribió varias
obras teológicas, entre las que destaca Tractatus
ABAD, Isabel (Barcelona, 1947) theologici de Scientia Dei, y una Historia de Ara­
Poetisa. Es autora de poemarios como: M otivos gón bajo el título de Los reyes de Aragón y A na­
de la isla (1980), De espaldas a mis ojos (1993) les históricos distribuidos (Madrid, 1682).
y Me nombro Umbría (1998).
ABARCA DE BOLEA, Ana Francisca (Zaragoza,
ABAD, Mercedes (Barcelona, 1961) 1602-Casbas, Huesca, d. de 1696)
Narradora. Está considerada como una de las Novelista. Pertenecía a una familia noble, de tra­
mejores autoras de cuentos, género que domina a dición intelectual, y pasó su vida desde niña en
través de una prosa rica y sonora, y es conoce­ el monasterio de Casbas, del que fue abadesa en­
dora de las posibilidades semánticas de expresio­ tre 1672 y 1676, y en el que term inaría m u­
nes incluso en desuso, que ella es capaz de reju­ riendo. Mujer muy culta, publicó en 1679 Vigi­
venecer. A sim ism o, la crítica ha destacado su lia y octavario de san Juan Bautista, una de las
capacidad para crear y estudiar a sus personajes. últimas novelas pastoriles. Se trata de un origi­
ABARCA DE BOLEA Y PORTUGAL 2

nal injerto de lo pastoril en las célebres miscelá­ Se trata, pese a todo, de un autor poco riguroso y
neas académicas, en el que se mezclan poemas, carente de método, tendente a narrar lo anecdó­
novelas cortas y curiosos datos numerológicos tico.
sobre el siete. Su interés ha radicado sobre todo
en lo que aportan los poemas que allí aparecen ABELLA, Rafael (Barcelona, 1917)
escritos en dialecto somontano oscense. Inédita Ensayista. Dedicado, m ayoritariam ente, a los
quedó una crónica suya sobre las religiosas de problemas socio-históricos derivados de la Gue­
su monasterio. rra Civil española, ha participado en numerosas
obras colectivas, así como en programas televisi­
ABARCA DE BOLEA Y PORTUGAL, D. Jerónimo vos y radiofónicos. Asesor editorial de Planeta,
(siglo xvi) se trata de uno de los historiadores más preocu­
Este caballero aragonés escribió, en latín, Los ín­ pados por la divulgación. Entre sus obras más
clitos reyes de Aragón y una Genealogía de las celebradas cabe destacar: La vida cotidiana du­
casas ilustres del Reino de Aragón. rante la guerra civil (1973-1975), en dos volú­
menes, dedicados cada uno de ellos, respectiva­
ABATE MARCHENA -» Véase MARCHENA RUIZ mente, al bando nacional y al republicano;
DE CUETO, José. posteriormente, apareció el que podría conside­
rarse tercer volumen, titulado La vida cotidiana
ABATI Y DÍAZ, Joaquín (M adrid, 1865-1936) en España durante el régimen de Franco (1985).
Dramaturgo. Abogado conocido como libretista Otras obras suyas, entre las muchas que ha pu­
de zarzuela y autor de juguetes cómicos. De obra blicado, son: Lo que el siglo XX nos ha dado
numerosa, colaboró con Carlos Arniches* en al­ (1976), Julio de 1936 (1976), Por el Imperio ha­
gunos de sus textos. Sus comedias más conoci­ cia Dios (1978) y De la Semana Trágica al 20-N
das son: Los perros de presa y Genio y figura, (1979).
además de Las Venecianas, libreto al que él
mismo puso música. ABELLAN, Antonio Miguel (C ilena, Sevilla,
1955)
ABAUNZA, Pedro (Sevilla, 1599-Madrid, 1649) Novelista. Autor de obra escasa de la que cabe
Erudito e investigador al que debemos unos im ­ destacar los siguientes títulos: El Juicio (1981),
portantes Comentarios a la obra de Marcial, los La Gran Noche (1982), Reflexiones sobre un
cuales quedaron inéditos, y otros sobre Las D e­ ramo de flores (1983) y Retratos de un momento
cretales, insertos en el Novus thesaurus iuris ci- (1984).
vilis et canonici, de Jerónimo M eerman (La
Haya, 1751-1754; 7 vols.). ABELLÁN, José Luis (Madrid, 1933)
Ensayista. Doctor en Filosofía por la Universi­
'ABBAD, Abu 'Abd Allah Muhammd Ibn (Ronda, dad de Madrid y catedrático de esa materia en la
Málaga, 1371-?) Universidad Complutense de la misma ciudad,
Tratadista. De familia noble, llegó a ser imam y fue miembro del consejo ejecutivo de la
katib en la mezquita de Qarawiyyin, en Fez. Fue UNESCO entre 1983 y 1986. Ha destacado por
conocido por su ascetismo y preparó a numero­ su labor como periodista, así como por las nume­
sos discípulos. La obra por la que se le recuerda rosas conferencias dictadas en todo el mundo. Se
es Comentarios a las sentencias de Ibn 'Ata ha ocupado de múltiples temas relacionados con
Allah. la cultura y la Historia española y americana, así
como sobre temas de filosofía y sociología, si
ABBAT, Per (siglos xm-xiv) bien las cuestiones relacionadas con la literatura
Es el autor de la copia tardía, fechada en 1307, española en el exilio y con la historia del pensa­
del Cantar de Mió Cid*. No puede identificarse miento español son las que le han dado mayor
al copista, dado que existen numerosos Per Ab- prestigio en el mundo intelectual. Destaca por la
bat como firmantes de documentos en la época. concisión y claridad de sus argumentos, que
Se ha especulado con la posibilidad de que Ab- aborda sin caer nunca en prolijas complicaciones
bat sea un apellido, pero también puede tratarse formales, de modo que en su obra la profundidad
de un cargo conventual, si bien, como comenta analítica jamás está reñida con la sencillez. Aun­
Menéndez Pidal*, de ser así debería seguirle la que ha publicado alguna obra de narrativa, caso
mención del convento que regía. de las narraciones incluidas en Historias de pos­
guerra (1979), así como estudios en diversas
ABD AL-MALIK IBN HABIB (Córdoba, 796-853) revistas, como ínsula, es conocido sobre todo
Conocido como gramático, fue el primer histo­ como ensayista. Entre sus textos fundamentales
riador de la España musulmana con su Historia. pueden destacarse: M iguel de Unamuno a la luz
3 ABERASTURI

de la Psicología (1964), Ortega y Gasset en la vas reimpresiones en Constantinopla, París y


filosofía española (1966), Filosofía española en Utrecht, toda vez que la parte dedicada al Penta­
América, 1936-1966 (1967), Visión de España teuco había sido publicada ya en 1488 de manera
en la generación del 98 (1968), La Cultura en independiente en Nápoles. Es también conocida
España (Ensayos para un diagnóstico) (1971), su Fundamenta tabularum astronomicarum
Mito y cultura (1971), La idea de Am érica (1154), en la que se ve la confusión propia de su
(1972), Sociología del 98 (1974; reed., 1998), La tiempo entre astronomía y astrología. Otros tex­
industria cultural en España (1975), El eras- tos suyos son Vive el hijo que resucitó, El libro
mismo español (1976; reed., 1982), El p ensa­ de los seres animados, Rimas y poemas (publica­
miento español. De Séneca a Zubiri (1977), El dos en alemán en 1885), Initium sapientiae y un
exilio español de 1939 (1976-1978; 6 vols.), una largo poema de setenta y tres versos titulado De­
de sus obras más conocidas, Panorama de la f i ­ licias del rey, en el cual se analiza el juego del
losofía española actual. Una situación escanda­ ajedrez. Una antología de todos sus escritos se
losa (1978), Historia crítica del pensamiento es­ publicó en 1894, en Varsovia, con el título de
pañol (1979-91; 7 vols.), otra de sus obras Rabbi Avraham ibn Ezra.
fundamentales, De la guerra civil al exilio repu­
blicano (1982), París o el mundo es un palacio ABÉN GUZMÁN -» Véase QUZMAN, Ibn.
(1987), El pensamiento español contemporáneo
y la idea de América (1989; 2 vols.), coordinada ABEN QUZMAN -> Véase QUZMAN, Ibn.
junto con A ntonio Monclús, Visión de El Esco­
rial (Aproximación al Mito) (1989), La escuela ABENALCUTIA -> Véase QUTIYYA, Abu Balo­
de M adrid: Un ensayo de filo so fía (1991), es­ tan al-,
crito en colaboración con Tomás Mallo, Ideas
para el siglo XXI (1994), La filosofía de Antonio ABENÁMAR -» Véase LÓPEZ PELEGRÍN, Santos.
Machado (1995), H istoria del pensam iento es­
pañol (1996), George Santayana (1863-1952) ABENARABI -> Véase IBN AL-ARABI.
(1996), El exilio filo só fico en América. Los
transterrados del 39 (1998), El 98: cien años ABENCERRAJE, Libro del -> Véase LIBRO DEL
después (2000), Ortega y Gasset y los orígenes ABENCERRAJE.
de la transición dem ocrática (2000), El exilio
como constante y como alegoría (2001) y José ABENCERRAJE Y DE LA HERMOSA JARIFA, His­
Gaos. Introducción y antología (2001). Premio toria del -> Véase LIBRO DEL ABENCERRAJE.
Nacional de Ensayo en 1981, ha recibido además
la Medalla de Alfonso X el Sabio. ABENRABI -» Véase IBN AL-ARABI.

ABEN-EZRA [o ESRA] (Toledo, 1092-Rodas, ABERASTURI, Andrés (Madrid, 1948)


1167) Poeta. Periodista de prensa, radio y televisión ha
Poeta y filósofo. Rabino y exégeta, de nombre sido durante años uno de los rostros más conoci­
verdadero Abraham ben M eir ben Ezra, a quien dos de este medio, donde estuvo al frente de al­
se calificó como el Sabio, el Grande, el Admira­ gún Telediario y presentó en los años ochenta el
ble. Gran conocedor de la Gramática, fue, ade­ programa «La Tarde», que fue el que le dio cele­
más, eminente poeta, filósofo, astrónomo y mé­ bridad gracias a la amenidad y desparpajo con
dico, así como un trepidante viajero estudioso de los que lo conducía. Comenzó su carrera en el
las lenguas cultas. Ha sido considerado como el diario Pueblo y ha dirigido programas en RNE;
prim er defensor de las ideas platónicas en Es­ en la actualidad es colaborador de diferentes me­
paña. Gran com entarista bíblico, con enorme dios de la prensa escrita, y se ocupa en las pági­
sentido crítico, en 1140 se le obligó a abandonar nas de El Semanal de la crítica televisiva. En sus
España, tras lo cual llegó a ser profesor de las co­ obras de prosa, como en sus artículos, dominan
munidades judías de Roma, Salemo, Lucca, Pisa, la ironía y la agilidad narrativas, mientras que su
Mantua y otras muchas localidades europeas. Su poesía está más marcada por la densidad emocio­
poesía, de carácter litúrgico y profano, tanto de nal, aunque no huye de ciertos sarcasmos y de
tema amoroso como burlesco, se considera fría. una honda reflexión sobre los sentimientos. En­
La lengua en que escribía era, fundam ental­ tre sus obras destaca el libro de relatos Las sole­
mente, el hebreo, único modo de que su saber dades de Carancancunfa (1986), así como los
llegase a otros judíos. De entre sus obras hay que poemarios Sincronía en tiempo de vals (1972) y
destacar Comentario sobre los Libros Santos Un blanco deslumbramiento (palabras para
(Venecia, 1526), dividida en veinticuatro libros y Cris) (1999), durísimo libro en el que se ocupa
que, muy utilizada y admirada, gozó de sucesi­ de su hijo, nacido con parálisis cerebral, así
ABINDARRÁEZ Y JARIFA 4

como de quienes padecen dicha enfermedad, lo comentarios de actualidad. Como poeta se dio a
que le llevó a crear, con otros padres de afecta­ conocer con Canciones del corazón (1904) y Ha­
dos, la Fundación NIDO y el colegio Duques de cia la luz lejana (1914). Asimismo, escribió
Lugo. Es autor, asimismo, del ensayo hum orís­ cuentos infantiles que pudieron escucharse por
tico Dios y yo (1994). radio hasta julio de 1936, y gozaron de gran éxito
algunas comedias suyas como Un caso raro de
ABINDARRÁEZ Y JARIFA, Historia de -> Véase veras o La princesa que se chupaba el dedo.
LIBRO DEL ABENCERRAJE.
ABRIL, Pedro Simón (Alcaraz, Albacete, 1530?-
ABNER DE BURGOS, Rabi -> Véase VALLADO- Zaragoza?, 1595?)
LID, Alfonso de. Tratadista. Fue maestro de humanidades y tra­
ductor de Aristóteles, Esopo, Terencio, Platón,
ABOAB, Isaac (1300-?) Aristófanes, Eurípides y Cicerón, y autor de dos
Judío del que conocemos un solo título en el que gramáticas, una latina y otra griega, ambas escri­
se recopilan escritos religiosos y morales: Meno- tas en castellano. Es el único continuador de la
rath ha M a ’or (Constantinopla, 1514). idea, llevada a cabo por Nebrija* en Introductio-
nes latinae, de utilizar la lengua vulgar para los
ABRAVANEL, Judá (1460/1470?-1521) libros de aprendizaje de las lenguas antiguas. De­
Conocido como León Hebreo, era el hijo del mé­ fiende esta necesidad en Apuntamientos de cómo
dico de Fernando el Católico, de quien llegó a se deben reformar las doctrinas y la manera de
convertirse en consejero, así como de Alfonso V enseñallas (1589).
de Portugal. Fue víctima de la expulsión de los ju ­
díos en 1492 y se instaló en Nápoles, en la Corte ABU 'L-AFIA, Tudrus ben Yehuda (Toledo,
del rey Fernando, donde ejerció la medicina. En 1247-1306)
1502 escribió sus Dialoghi d ’amore — publicados Poeta y erudito judío. Protegido de joven por Al­
en 1535— , en un italiano que, por sus defectos fonso X*, estuvo también al servicio de San­
formales, hace sospechar una redacción anterior cho IV*. Bastante crítico con la tradición hebrea,
en castellano. Se trata de una exposición plató­ tras haber compuesto versos bastante atrevidos,
nica de la doctrina del amor, en tres diálogos, en­ se dedicó a escribir poemas ascéticos y religiosos.
tre Filón y su amada, Sophía, símbolos respecti­ Su Diván contiene mmvashalms, tres de las cua­
vamente del apetito y de la sabiduría. En estos les, de tipo amoroso, terminan en jarchas* ro­
tres diálogos se trata sobre la esencia del amor, mances. Este texto es más importante por la in­
su universalidad y su origen, siempre teniendo a formación que sobre su época aporta que por su
la belleza como motor de todo sentimiento. valor estrictamente literario.
Quizá su modelo directo fue el Dialogo sopra
l ’Amore de Ficino, aunque los de Abravanel ABU 'L-AFIA, Tudrus ha-Levi ben Yusuf ben Tu­
constituyen posiblemente la muestra más origi­ drus (?-d. de 1285)
nal de la estética platónica en el Renacimiento*. Fue cabeza de la comunidad judía de Castilla e
No obstante, sí hay influencias, entre otros, de influyó sobre Alfonso X*. Comentarista bíblico
M aimónides*. Fue traducido al castellano por y de textos del Talmud, intercambió poemas con
Juan Costa en 1568 y, más tarde, en 1590, por el su contemporáneo Abraham Bedersi. No debe
Inca Garcilaso. Ejerció una gran influencia sobre confundírsele con Abu ‘L-Afia (véase la entrada
Boscán*, Aldana*, Herrera* y Cervantes*. anterior).

ABREU, Héctor (?, 1856-Sevilla, 1929?) ABULBECA DE RONDA (siglo xin)


Novelista. Conocido por el seudónimo que utili­ Conocido por ser autor de una elegía política en
zaba en la prensa de fin de siglo, Ábrego, este pe­ la que solicita la ayuda de todos los musulmanes
riodista y narrador debe ser citado por sus nove­ al Islam español después de la reconquista de Va­
las El espada (1900), Aves de paso (1904), Matar lencia, Murcia, Córdoba y Sevilla por parte de
por matar (1908) o Ramiro el enamorado (1914), Jaime I y Fernando III el Santo. Hay una traduc­
entre otras tantas que pasaron sin pena ni gloria. ción de este poema, llevada a cabo por Juan Va-
lera*, quien señaló, además, la similitud con las
ABRIL, Manuel (M adrid, 1884-1946) Coplas de Jorge Manrique*, al hablar ambas
Crítico de arte, poeta y dramaturgo. Fue colabo­ obras del dolor ante la fugacidad de lo terreno.
rador en La Ilustración Española y Americana y
en algunas otras publicaciones periódicas, entre ACADEMIAS
las que cabe destacar Cruz y Raya, donde eran Este nombre proviene del griego akademeia, una
conocidas tanto sus críticas sobre libros como los cueva cercana a Atenas, llamada así en recuerdo
5 ACADEMIAS

del héroe A kademos o Hekademos, y en cuyos tiro en 1637. Es también a finales del siglo xvi, y
aledaños estaba la casa y el jardín de Platón, en el xvn, cuando comienzan a aparecer las más
donde este fundó su escuela filosófica. Posterior­ célebres academias privadas, tales como, en Va­
mente, en 250 a. de C., Arquesilo estableció una lencia, la «Academia de los Nocturnos» (1591-
segunda academia y, en 215 a. de C., Carneades 1594), que utilizó el mismo modelo que las de
creó una tercera, cerrada por Justiniano. En lite­ los jesuítas y que contaba con una organización
ratura, el significado de la palabra ‘A cadem ia’ en la que había presidente, consiliario, secretario
dista mucho de ser el que tuvo al referirse a la es­ y portero. A ella, el mejor exponente, quizá, de
cuela platónica; en el sentido en que la em plea­ una academia ritual, pertenecieron personajes
mos hoy, se refiere a una reunión, ya sea de lite­ como Guillén de Castro*, Gaspar de Aguilar*,
ratos o artistas, o corporaciones públicas u Gaspar Mercader*, Agustín Tárrega* y Rey de
oficiales, que se ocupan de la lengua, diferentes Artieda*, entre otros poetas y dramaturgos céle­
manifestaciones artísticas, científicas, históricas bres. Sus reuniones comenzaban con una confe­
o políticas. De este modo, puede hablarse de rencia sobre tema obligado, que originaba una
Academias de la Lengua, de Bellas Artes, Medi­ larga discusión; el acto terminaba con una lec­
cina, Historia o Ciencias M orales y Políticas. tura de poemas. Sus miembros utilizaban nom­
Pero lo que aquí nos interesa particularmente son bres alusivos a la noche como Silencio, Miedo,
las «academias literarias», esto es, las asociacio­ Sombra, Tinieblas, etc. En 1616, Guillén de Cas­
nes o reuniones periódicas, regidas por unos es­ tro la resucitó con el nombre de «Montañeses del
tatutos y en las que sus miembros intervenían so­ Parnaso», y poco más se sabe de ella. Las Actas
bre temas varios. de sus reuniones se conservan en la Biblioteca
Los antecedentes de las Academias que hoy co­ Nacional de Madrid, y en ellas se registran 805
nocemos pueden situarse en los talleres que, en poesías y 85 fragmentos en prosa. De la misma
Sevilla y Toledo, estableció Alfonso X*, en las época, aunque sin apenas datos sobre ellas, se
reuniones cortesanas de Juan II* y en los prínci­ conocen otras como la «Academia de los A do­
pes protectores italianos del Renacimiento*, que rantes» (1600), la «de los Anhelantes» y la «de
impulsarán definitivamente este tipo de reunio­ los Ociosos», vinculadas estas dos últimas a los
nes intelectuales. No obstante, fueron los jesuí­ Argensola*. Posteriormente, debe citarse la
tas quienes introdujeron en la educación las re­ «Academia del buen gusto» (1749), presidida
formas que dieron lugar a la organización de por la condesa de Lemos, en la que participaron
certámenes poéticos y a la sistematización de las Ignacio de Luzán*, Blas Antonio Nassarre* o
Academias; tanto ellos como sus alumnos adqui­ Agustín Montiano*, entre otros.
rieron la costumbre de expresarse con versos la­ Es con los Borbones cuando se produce un giro
tinos, y en las festividades tenían lugar estos con­ en la concepción de las Academias hacia el mo­
cursos poéticos, en los que se premiaba a los delo francés, con centros especializados en lexi­
mejores, y otros consistentes en im provisación cografía y artes. A ese periodo pertenecen la Real
de conferencias que ayudaban a los estudiantes a Academia Española (1714), la Real Academia de
adquirir soltura en la expresión y pericia en las la Historia (1735) o la de Bellas Artes de San
réplicas. Estos métodos afectaron pronto a otros Fernando (1744). En cuanto a la Real Academia
centros públicos y privados, de manera que en Española hay que decir que se creó, por inicia­
poco tiempo se pasó de los certámenes poéticos tiva del marqués de Villena, Juan Manuel Fer­
en los colegios a las «justas poéticas» o «litera­ nández Pacheco — que sería su primer presi­
rias», cuyo prestigio llevó a participar a autores dente— , y a imitación de la Académie Frangaise,
como Cervantes*, Lope de Vega*, Calderón*, en 1713, aprobándose oficialmente su fundación,
Tirso de Molina*, etc. La primera Academia que por cédula real de Felipe V, el 3 de octubre de
se conoce en España es la de Hernán Cortés, que 1714. En dicho documento se autorizó a redactar
estuvo ubicada en Sevilla entre 1544 y 1547; unos Estatutos y se otorgaron diversos privile­
además de esta, en la misma ciudad se reunía la gios a los académicos, entre ellos el de publicar
de Francisco de Medina (1563), la del conde de sus obras sin previa censura. Originariamente, el
Gelves (1565), la de Juan de Mal Lara* (1566), 6 de julio de 1713, fueron ocho las sillas dispues­
la del marqués de A lgaba (1576) y la de H er­ tas para ser ocupadas, las cuales se ampliaron a
nando de León (1580). Posteriores, aunque no catorce en ese mismo año, a veinticuatro en
menos importantes, son la Academia imitatoria 1715, y, por real decreto del 12 de marzo de
(1586) en Madrid, la del condestable de Castilla 1847, se establecieron un total de treinta y seis,
(1600-1610), la del conde de Saldaña (1605- ampliadas a doce plazas más señaladas con las
1611), a la que asistió Cervantes, la de Madrid, doce primeras letras minúsculas del alfabeto. Su
en la que participaba Lope, la de Juan de Ar- divisa se estableció en 1715: un crisol al fuego
guijo* (1600-1628), en Sevilla, y la del Buen Re­ con el lema «limpia, fija y da esplendor». Los es­
ACEBAL 6

tatutos de la Academia fueron reformados en di­ ticas en diferentes regiones de España. Fue uno
versas ocasiones a lo largo del siglo xix y, en de los promotores del Partido Comunista en
1926, se crearon las academias regionales, supri­ 1921, y al término de la Guerra Civil marchó a la
midas cuatro años después. Su labor editorial ha URSS. Entre los años 1886 y 1925 colaboró en
sido fundamental, pues ha publicado, entre otras diferentes publicaciones com prometidas como
obras, un Boletín trimestral, diversas ediciones El Socialista, La Voz del Pueblo, La Lucha de
de la Ortografía, desde la primera de 1741 hasta Clases, La Aurora Social o La Aurora Roja. De­
la última de 2001, los seis tomos del Diccionario ben destacarse sus obras Los topos (1930), no­
de Autoridades (1726-1739), una Gramática de vela social dedicada al mundo de los mineros,
la lengua (1771), ampliada posteriormente en el Impresiones de un viaje a Rusia (1923) o Cien­
Esbozo de una nueva Gramática de la Lengua cia y corazón: la novela de la fidelidad conyugal
Española (1989), y las sucesivas ediciones del (1925). Su correspondencia con Pablo Iglesias
Diccionario de la Lengua Española, la prim era fue editada, bajo el título de Cien cartas inéditas
en 1780 y la última — vigésima segunda— , hasta de Pablo Iglesias a Isidoro Acevedo, en 1938, y
la fecha, en 2001, así como, entre otras, una edi­ reeditada, en 1976, tras la muerte de Franco.
ción del Quijote (1780) y unas Obras completas
de Cervantes (1917). La Academia, además de ACEVEDO FAJARDO, Antonio (siglo xvn)
estar informatizando sus archivos, prepara desde Dramaturgo y comediante, cuyo éxito en Valen­
hace años un D iccionario H istórico de la Len­ cia, en 1657, está confirmado. Poco después ya
gua Española. Recientemente, y tras una larga y era conocido en Madrid y, en 1670, abandonó
eficaz presidencia, aunque no exenta de polémi­ la escena. Resultaba ser un erudito empalagoso y
cas, de Fernando Lázaro Carreter*, fue elegido excesivamente conceptista. Deben recordarse las
el hasta entonces secretario Víctor García de la comedias El Fénix de Africa, No hay cautelas
Concha*, que preside la institución desde 1998. contra el cielo, No hay veneno como amor, La
toma de Granada o El valor hace fortuna.
ACEBAL, Francisco (Gijón, Asturias 1866-Ma-
drid, 1933) ACEVEDO GUERRA, Evaristo (M adrid, 1915-
Novelista y dramaturgo. Conocido sobre todo 1997)
por Huella de almas (1901) y Rosa rústica Novelista, dramaturgo y ensayista. Como perio­
(1909), es autor de cuentos y artículos, estos últi­ dista fue colaborador de la revista de humor La
mos recogidos en De mi rincón (1901). Adaptó Codorniz, donde hizo famosas las secciones de
para el teatro El amigo M anso, de Galdós*, y «La cárcel de papel» y «La comisaría de papel»,
fundó, con Clemente de Velasco, la revista La y redactor, desde 1960, del diario Pueblo, aun­
Lectura (1900), de la que después nació la céle­ que también había pasado por el diario Informa­
bre colección «Clásicos Castellanos». ciones, donde creó una sección, llamada «Con
las gafas destempladas», que supuso una nueva
ACEVEDO, Alonso de (Plasencia, Cáceres, si­ concepción del ensayismo periodístico de hu­
glo XVII) mor. En el último periodo de su vida escribía una
No hay datos exactos sobre este autor, que apa­ sección en el suplemento Blanco y Negro de
rece en el Viaje del Parnaso de Cervantes*, y del ABC. Se trata de una de las figuras fundamenta­
que se sabe que nació en la Vera de Plasencia, de les, junto a Alvaro de Laiglesia*, del nuevo hu­
cuya catedral llegó a ser canónigo, y que viajó a morismo que comenzó a fraguarse en los años
Italia, donde publicó, en Roma, el poema épico cincuenta. A él se debe el término «celtibérico»
La creación del mundo (1615). Este texto está usado como denominación de las más grotescas
compuesto de siete cantos en octavas donde se actitudes culturales de los españoles, una palabra
canta la Creación día a día. Escribió también di­ que después haría famosa Luis Carandell*. Au­
versos poemas, recogidos en Poesías diversas tor de numerosas novelas y obras de teatro cómi­
(Roma, 1612), que reúne los versos publicados cas, así como de ensayos sobre el humor en Es­
por españoles en Italia con motivo de la muerte paña, entre sus novelas destacan Los serenos
de Margarita de Austria. duermen de noche (1954), Los ancianitos son
una lata (1955) y El caso del analfabeto sexual
ACEVEDO, Evaristo -» Véase ACEVEDO G U E­ (1972), a las que hay que añadir, de su produc­
RRA, Evaristo. ción teatral, obras como Celtíbero sin esposar
(1971), galardonada con el Premio Teatro Có­
ACEVEDO, Isidoro (Luanco, Asturias, 1867- mico Español, Las sábanas verdes (1974), Ya po­
Moscú, 1952) demos respirar (1975), Tres planes sin desarro­
Narrador. Miembro del PSOE desde 1886, es­ llo (1976), Te espero en el Juzgado, vida mía
tuvo encarcelado a causa de sus actividades polí­ (1985) y Haz el humor y no la guerra (1986). De
7 ACQUARONI

los ensayos, son relevantes Cuarenta y nueve es­ nándose con lo cotidiano y recordando con m i­
pañoles en pijam a y uno en camiseta (1959), rada crítica. Hay que destacar su poemario Itine­
Teoría e interpretación del humor español rario (2000).
(1966), Carta a los celtíberos esposados (1969),
El despiste nacional 1952-1971 (1972), antolo­ ACOSTA, José de (Medina del Campo, Vallado-
gía de los artículos publicados en las menciona­ lid, 1539-Valladolid, 1600)
das secciones de La Codorniz, Los españolitos y Tratadista y narrador. Ingresó muy joven en los
el humor (1972) y Los humoristas en la España jesuítas y marchó a Perú en 1571, donde desem­
de Franco (1951-1975) (1975). peñó importantes tareas para la Compañía de Je­
sús. Regresó a España en 1587. En 1588 impar­
ACIN, Ramón (Piedrafita de Ja ca , Huesca, tió cursos de Teología en la Universidad de
1952) Salamanca. Es autor de obras de carácter reli­
Narrador y crítico literario. Doctor en Filología gioso y de un relato de aventuras, pero su cele­
por la Universidad de Zaragoza, es catedrático bridad se debe a su Historia natural y moral de
de Lengua y Literatura Españolas de Enseñanza las Indias (Sevilla, 1590), esbozada ya en su ver­
Secundaria y bachillerato, es el creador y coordi­ sión previa, De natura novi orbis (1589), un tri­
nador del programa «Invitación a la lectura», por buto a su estancia en Perú. Gracias a sus conoci­
el que han pasado, entre 1985 y 2001, dos cente­ mientos, y sin otro método de trabajo que la
nares de escritores y pensadores de medio observación, enuncia por vez primera ciertas
mundo, y ha dirigido, en dos editoriales, diversas cuestiones físico-naturales que, después, han
colecciones literarias, entre ellas «Las tres sóro­ sido elogiadas como muy valiosas para la inves­
res», «Crónicas del Alba» y «Alba Joven». Fun­ tigación posterior. Estudia, además, las supersti­
dador y director de las revistas El Bosque (1992- ciones, costumbres y ritos de los indios de Mé­
1996) y La duda (2000), ha ejercido la crítica en xico y de Perú. Se trata de un libro de indudable
diferentes periódicos, entre ellos Diario 16 y, en valor científico, antropológico y literario. Escri­
la actualidad, Heraldo de Aragón, así como en bió, también, catecismos en las lenguas aimará y
revistas especializadas, entre otras: ínsula, Cua­ quechua.
dernos Hispanoamericanos, El Urogallo, Q ui­
mera y Leer. Su prestigio literario lo ha llevado a ACOSTA, José María de (Almería, 1881-Para-
participar como miembro del jurado en el Premio cuellos del Jarama, M adrid, 1936)
Nacional de Poesía en 1992 y en el Nacional de Narrador. Colaborador de ABC, Blanco y Negro
Ensayo en 2000, además de en otros prestigiosos y El Imparcial, desde su ingreso en el ejército, y
certámenes. Como narrador, se trata de un escri­ tras convertirse en teniente en 1905, simultaneó
tor original y de variados registros, capaz de di­ sus actividades militares con las literarias. Sirvió
luir las fronteras entre la realidad y la apariencia en África entre 1915 y 1917, y se instaló en Ma­
sin caer en las tentaciones barrocas de un estilo drid, donde en 1920 aparece Am or loco y amor
por lo demás bastante cuidado y denso. Aparte cuerdo, novela de gran éxito. Otros títulos rele­
de diversos libros de viajes etnográficos y de ca­ vantes son: Entre faldas anda el juego (1921), Al
rácter divulgativo, es autor de los libros de rela­ cabo de los años mil (1921), La Saturna (1923),
tos y novelas: Manual de héroes (1989), La vida Las pequeñas causas (1924), Las eternas miro­
condenada (1994), Los que están al filo (1999), nas (1927) y El morbo (1929). Entre los libros
Extraños (2000) y La marea (2001), así como de de cuentos y las novelas cortas destacan: La
los dietarios Aunque de nada sirva (1995) y A sí venda de Cupido (1922) o Niñerías (1923).
me vio (1997). Destacan, asimismo, sus ensayos
Narrativa o consumo literario (1990), Los dedos ACQUARONI, José Luis (M adrid, 1920-1983)
de la mano (1992), En cuarentena. Literatura y Narrador. Estudió Filosofía y Letras, carrera que
mercado (1996), Aproximación a la narrativa de no terminó, fue profesor en la Universidad Cen­
Javier Torneo (2000) y La línea que come de tu tral de Venezuela, redactor del diario Ayer, de Je­
mano (2000), además de las antologías, coordi­ rez de la Frontera, en el que publicó sus primeros
nadas y dirigidas por él: Máscaras para un espa­ escritos, y participó en el grupo fundador de la
cio (1990), Estrategias de la memoria (1990) y revista Platero de Cádiz. Su concepción del re­
Palabra revelada (1996). lato es realista, y, a veces, llega a lindar con un
naturalismo* descarnado. Es autor de cuentos,
ACOSTA, Benito (Zalamea de la Serena, Bada­ entre ellos las colecciones La rueda Catalina
joz, 1937) (1952) o Nuevas de este lugar { 1965), y de nove­
Poeta. Su poesía, en la que los referentes urba­ las cortas como La muerte del trompeta (1954),
nos resultan esenciales, aborda con ironía casi El cuchillo de la madrugada (1954), El armario
cáustica la denuncia social y cultural, em ocio­ (1967) o El turbión (1967). De la proyectada tri-
ACQUARONI

logia «De Santa María de Humeros», donde pre­ ADRET, Solomon ben (Barcelona, 1235-1310)
tendía analizar las consecuencias psíquicas de Tratadista. Fue uno de los grandes rabinos, experto
la Guerra Civil, se publicaron Copa de sombra en derecho, geometría y técnicas aritmético-geo­
(1981) y, ya postumamente, A la liora del cre­ métricas de la Cábala. Su Responso, o respuesta a
púsculo (1983). Recibió premios literarios cuestiones de diversa índole, se reunió, en parte, en
como el ínsula, Ateneo, Camilo José Cela y Hu­ una edición en siete volúmenes, entre 1539 y 1568.
cha de Oro, todos ellos de cuentos, o el Blasco
Ibáñez de novela. Otros textos suyos son: La co­ AFÁN DE RIBERA, Antonio Joaquín (Granada,
rrida de toros (1957), El caballo andaluz (1970) 1834-1906)
o Andalucía, más que nacionalidad (1980). Al­ Poeta, narrador y dramaturgo. De ilustre familia,
gunos de ellos han sido traducidos al francés, estudió Derecho, fue director de la revista satírica
inglés y alemán. Catalineta y colaborador de La Alhambra y
Gente Vieja, donde, a veces, firmaba con el seu­
ACQUARONI, Rosana (Madrid, 1964) dónimo Juan Soldado. Además, ocupó el cargo
Poetisa. Profesora de Español para Extranjeros de secretario en el Liceo granadino. Como escri­
en la Universidad Complutense de M adrid y tor, cultivó la práctica totalidad de los géneros.
miembro del grupo «Transilium, poesía en En Las noches de Albaicín (1885) analiza las tra­
acción», es autora de los poemarios Del mar bajo diciones y leyendas andaluzas en crónicas de
los puentes (1987), que mereció un accésit del gran amenidad, al igual que en los artículos de
Premio Adonais, El jardín navegable (1990), costumbres de Fiestas populares de Granada
Cartografía sin mundo (1995), galardonado con (1886), las leyendas de Cosas de Granada (1889)
el Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la o en Del Veleta a Sierra Elvira, leyendas (1889).
Humanidad, y Lámparas de arena (2000). Entre sus libros de poemas destacan: Momentos
de ocio (1854) y Algarabía (1905), y, de entre sus
ACUÑA, Hernando de (Valíadolid, 1520-Gra- novelas, deben citarse Una rosa y un clavel, Un
nada, 1580) tiempo del verbo amar y Por un cabello (1885).
Poeta. Soldado, combatiente en Alemania, Ita­ También escribió obras de teatro, como las come­
lia y Flandes con Carlos V, y en la batalla de dias El laberinto (1854), Corte y cortijo (1854) y
San Quintín con Felipe II, escribió Varias p o e­ Tres damas para un galán (1857), el drama La es­
sías, publicadas en Madrid por su viuda, Juana trella de la esperanza (1854) o los libretos de zar­
de Zúñiga, en 1591. Es evidente la influencia zuela La pensionista (1854) y Farinelli (1855).
petrarquista, al estilo de Boscán* y Garcilaso*;
el libro contiene canciones, madrigales y exce­ AFÁN DE RIBERA, Fernando (S evilla , 1584-
lentes sonetos. Tradujo a Ovidio, el O rlando Vilak, Alemania, 1637)
enamorado de Boyardo y Le chevalier délibéré Tratadista. Era hijo de doña Ana Girón, hija, a su
(Caballero determ inado), que cantaba, en vez, del primer duque de Osuna. Afán de Ribera
forma caballeresca, las hazañas de Felipe el fue duque de Alcalá y marqués de Tarifa, capitán
Hermoso, y que Acuña puso en quintillas do­ general de Cataluña, embajador ante el papa Ur­
bles, demostrando manejar con pericia los m e­ bano VIII, virrey de Nápoles y Sicilia, goberna­
tros cortos. dor del Milanesado y plenipotenciario en el Con­
greso de Colonia en 1636, a pesar de lo cual
ACUÑA Y VILLANUEVA DE LA IGLESIA, Rosario ejerció la erudición, y así, contamos con obras
(Madrid, 1851 -Gijón, Asturias, 1923) como Del Título de la Cruz de Christo Señor
Dramaturga, narradora y poetisa. Autora de ta­ nuestro o el Libro sobre la Pasión de Cristo.
lante librepensador, cultivó todos los géneros en
obras entre las que destacan sus dramas R ienzi AFÁN DE RIBERA, Fulgencio (siglo x viii)
(1876), Tribunales de venganza (1880) y El p a ­ Prosista. Autor costumbrista que publicó Virtud
dre Juan (1891), el libro de narraciones Tiempo al uso y mística a la moda o Manual de gazm o­
perdido (1881) y los poemarios Ecos del alm a ñería (Madrid, 1734), una sátira contra las falsas
(1876) y Morirse a tiempo, ensayo de un poema, manifestaciones de la virtud y la piedad. El libro
imitación de Campoamor (1880), a los que hay está formado por cartas y documentos que ayu­
que añadir, publicados ya mucho después de su dan a comprender la realidad cotidiana de aquel
muerte, La siesta: colección de artículos (1982) momento histórico.
y Artículos y cuentos (1992).
AGRAMUNT Y TOLEDO, Juan (siglo xvm)
ADÓN, Pilar (Madrid, 1971) Poeta y dramaturgo. Su obra se inscribe en la tradi­
Poetisa. Debutó con el poemario El hombre de ción del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), acaso
espaldas (1999). actualizando algunos de sus contenidos. Destacó,
9 AGUADO

sobre todo, con comedias como La mágica de Ni- como revelación (1943). Ganó el Premio Nacio­
mega, o las que dedicó a determinada santa: «La nal de Literatura por Teatro (que incluye tres tra­
tercera». Comedia nueva de la Tercera Dominica gedias), y publicó posteriormente Job estaba
Santa Columba de Reati (1730) y La Paloma de la solo (1963) y Meditación de los Salmos (1964),
Iglesia y prodigio de Italia, Santa Columba. entre otras de menor relevancia.

AGRAZ, Juan (Albacete, ?-d. de 1453?) AGUADO, Jesús (Madrid, 1961)


Poeta. Estuvo al servicio del conde de Niebla y Poeta. En sus versos el eje es el lenguaje, las pa­
de Enrique de Guzmán, participó en la Corte de labras mismas, que se convierten en objeto de re­
Juan II* y mantuvo relaciones literarias con Juan flexión, pues nombran emociones que, en sí mis­
de Mena* y J. A. de Baena*. Poeta amoroso de mas, resultan contradictorias, como la palabra
cancionero*, en sus versos hay una tendencia que al final propone imágenes perdurables. Poeta
moralizante y satírica, además de ciertos conte­ m etafísico, intimista y al mismo tiempo lírico y
nidos marianos, inhabituales en aquel momento. narrativo, bromista y hondo, capaz en todo caso
Se le conoce, sobre todo, por tres elegías: «Decir de conjugar registros y emociones con soltura,
de la muerte del conde de Niebla» (1468), «De­ en sus versos se aprecian los ecos temáticos de la
cir cuando murió el maestre de Santiago» y «Co­ literatura y filosofía hindúes, de las que se ha
plas a la muerte del conde de Mayorga». ocupado en profundidad, sobre todo a la hora de
nombrar el tiempo, con pocos elementos y con
AGREDA, sor María de Jesús de (Agreda, S o ­ una carga metafísica típicamente oriental. Tra­
ria, 1602-1665) ductor de una Antología de la poesía devocional
Narradora. Conocida como M aría Coronel, fue de la India, así como de la obra del poeta indio
abadesa del convento de la Inmaculada Concep­ Vikram Babu, cuyos versos se han transmitido
ción de Agreda, fundado por sus padres. Parece oralmente a lo largo de generaciones, que pu­
que desde muy joven tuvo visiones místicas, lo blicó en Los poemas de Vikram Babu (2000). De­
que la llevó a mantener correspondencia con Fe­ ben destacarse sus poemarios Primeros poemas
lipe IV — después de que este la visitara en del naufragio (1984), M i enemigo (1987), Semi­
1643— , recopilada en Cartas a la venerable m a­ llas para un cuerpo (1987), con el que obtuvo el
dre..., publicadas por F. Silvela* en 1885. En es­ Premio Leonor, Los amores imposibles (1990),
tas Cartas el rey le expone problemas políticos galardonado con el Premio Hiperión, El fiigitivo
sobre los que sor Agreda opina e incluso le acon­ (1998) y Lo que dices de m í (2002).
seja, demostrando gran patriotismo. Pero su obra
más im portante es Mística Ciudad de Dios, pu­ AGUADO, Neus (C órdoba, Argentina, 1955)
blicada en 1670, ya muerta la autora, y que es N arradora y poetisa. Aunque nacida en Argen­
una monumental vida novelada de la Virgen. En tina, vive en Cataluña desde los diez años de
ella se narran con detalle y exceso de fantasía to­ edad, lo que la convierte, por los intereses litera­
dos los acontecimientos de la vida de la Sagrada rios y la realidad de su obra, en una autora espa­
Familia. Otras obras son Escala espiritual para ñola. Neus Aguado ha ejercido el periodismo
subir a la perfección y Leyes de la esposa. desde 1973, principalmente con críticas — de
teatro, arte y poesía— y artículos de opinión. Ha
ÁGREDA Y VARGAS, Diego [de] (Madrid, siglo xvii) trabajado también en los ámbitos del teatro, edi­
N ovelista. Fue caballero de Santiago y capitán torial y de las bibliotecas. En sus versos destaca
de Infantería. Autor de doce Novelas morales y la concisión, así como un cierto gusto por el mis­
ejemplares que aparecieron en 1620 en Madrid, terio y la sensualidad de la palabra. Autora de los
su estilo resulta inferior a su modelo cervantino, libros de cuentos Juego cautivo (1986) y Pacien­
aunque son relevantes los elementos picarescos cia y barajar (1990), así como de varios ensayos
en El prem io de la virtud y castigo del vicio, El sobre literatura contemporánea, es coautora de la
daño de los celos, El premio de la traición y El antología de poetas catalanas Paisatge emergent.
viejo enamorado. A sim ism o, publicó Lugares Trenta poetes catalanes del segle XX (1999). Ha
comunes de letras humanas (1616) y Los más publicado los poemarios Paseo présbita (1982),
fieles amantes Leucipe y Clitofonte (1617), pará­ Blanco Adamar (1987), Ginebra en bruma rosa
frasis libre de la obra de Aquiles Tacio. (1989), El artífice de las manos rotas (1995) y
Aldebarán (2000).
AGUADO, Emiliano (Cebolla, Toledo, 1907-
M adrid, 1979) AGUADO, Pedro de (Valdemoro, M adrid,
Crítico, dramaturgo y ensayista. Sus obras más 1538?-Madrid, h. 1609)
célebres son Del siglo x v m a nuestros días Historiador. Misionero franciscano, fue provin­
(1941), Leyendo el Génesis (1942) y El arte cial de Santa Fe en 1573 y conoció personal­
AGUAYO 10

mente a varios de los conquistadores, por lo que AGUILAR, Gaspar Honorat de (Valencia, 1561-
sus libros tienen un interés histórico añadido. Es 1623)
autor de una H istoria de Santa Marta y del Dramaturgo y poeta. Fue miembro de la A cade­
Nuevo Reino de Granada y de una Historia de mia de los Nocturnos (véase ACADEMIAS). Es au­
Venezuela, que se mantuvo inédita hasta 1913, tor de un poema épico destacable, La expulsión
año en que se publicó en Caracas. de los moros de España (1610), al que debe aña­
dirse su producción dramática, de indudable ta­
AGUAYO, Alberto de (siglos xv-xvi) lento, la cual suele clasificarse en tres grupos:
Traductor. Primer prior del convento de santa a) de capa y espada, o costumbrista, con obras
Cruz la Real de Granada en 1492, es conocido como La fuerza del interés y La venganza honrosa;
fundamentalmente por haber sido el traductor de b) de tema religioso, Vida y muerte de san Luis
De consolatione philosopliiae de Boecio en 1518. Beltrán o El gran Patriarca san Juan de Ribera; y
c) de ruido: La gitana melancólica y Los amantes
ÁGUEDO OLIVARES, José (Las Palmas de Gran de Cartago. Una obra suya, El mercader amante,
Canaria, 1954) fue elogiada por Cervantes* como ejemplo de co­
Poeta. Se trata del poeta que escribió en colabo­ media clásica. Fue autor, asimismo, de otros tex­
ración con Leopoldo María Panero* Me amarás tos como Relación de las fiestas nupciales que la
cuando esté muerto (2001). ciudad de Valencia hizo el casamiento de Feli­
pe III (1599) o Fábula de Endimión y la Luna.
AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA, Isabel (Córdoba,
1938) AGUILAR CATENA, Juan (Úbeda, Jaén, 1888-
Dramaturga. Destacan sus obras Más teatrillos Madríd, 1965)
(1996) y Teatrillos (1998), así como su biografía Narrador y periodista. Escribió novelas del gé­
Memorias de una maestra (1998). nero «rosa», de gran colorismo en sus descrip­
ciones, utilizando, a veces, el seudónimo Olive­
ÁGUILA, Pablo del (Granada, 1946-1968) rio Mon. Sus obras más importantes son: Los
Poeta. Estudió en la Universidad de Granada y enigmas de María Luz (1919), Herida en el vuelo
se especializó en Filosofía pura en Madrid. Fue (1922), D isciplinas de amor (1923), Nuestro
colaborador de la revista Poesía 70, dirigida por amigo Juan (1924), La ternura infinita (1926),
Juan de Loxa*. Autor malogrado, próximo a la Un soltero difícil (1927), Reguero de luz (1927),
estética de los novísimos, aunque capaz de supe­ ¡Va todo! (1929), Dos noches (1930), Ursula,
rar los moldes de dicha estética para crear una exánime (1932), Un cariño al cuatro por ciento
tensión lírica propia, en sus versos se aprecian, (1945) y Lo que yo haría (1947). Llegó a escri­
no obstante, las influencias de autores como Dá­ bir, en colaboración con Carlos Arniches*, una
maso Alonso*, Celaya* o Luis Rosales*, todos comedia rural: El tío Quico (1928).
ellos marcados por una implicación social evi­
dente, algo que está presente en su poética como AGUILÓ, Tomás (Palma de Mallorca, 1812-1882)
un hondo sentimiento de justicia universal y de Novelista, poeta y pianista. Recibió, en su narra­
rechazo al régimen de Franco. Fue la lectura de tiva en español, la influencia de la novela histó­
Blanco Spirituals (1967), de Félix Grande*, la rica. De sus novelas deben destacarse Mallorca
que lo llevó a introducir tanto la cotidianidad poética (1832) y El infante de Mallorca (1840-
como la ironía en sus poemas. Sus amigos publi­ 1841), a las que hay que añadir su libro de cuen­
caron postumamente Desde estas altas rocas in­ tos A la sombra del ciprés (1863). Rimas varias
nombrables pudiera verse el mar (1973), obra a (1846-1850) recoge su obra poética, y es autor,
la que hay que añadir su Poesía reunida, 1964- además, de una Bibliografía catalana.
1968 (1989).
AGUILÓ I FUSTER, María (Palma de M allorca,
AGUILAR, Francisco de (Feria, Badajoz, 1479- 1825-Barcelona, 1897)
M éxico, Nueva España, 1569) P oeta en lengua catalana, m allorquína y espa­
Cronista. Fue soldado en la conquista de México, ñola. Filólogo y editor, fue un reputado folclo-
y su nombre auténtico era Alonso de Aguilar, el rista y bibliógrafo. Interesado desde muy joven
cual cambió al ingresar en la Orden de Santo Do­ por la cultura catalana, así como por la escritura,
mingo, cuando contaba más de cincuenta años de incluso en castellano, lengua en la que llegó a
edad. Su obra Relación breve de la conquista de publicar su primer poema, «Aspiración», en
la Nueva España (1559), refiere en ocho «jorna­ 1842. Se trasladó a Barcelona en 1844, y allí
das» el proceso de la conquista, y en ella crea trabó relación con los ambientes intelectuales de
personajes ciertamente precisos. La obra no está la época, hasta que en 1849 entra a formar parte
exenta de un cierto espíritu providencialista. del cuerpo de bibliotecarios del Estado y en 1852
11 AGUIRRE

se traslada a Madrid. En 1858 fue nombrado bi­ de Porlier, lo que supone que la familia atraviese
bliotecario de la Universidad de Valencia y a par­ un periodo de dificultades cuya consecuencia in­
tir de 1870 comienza a colaborar en la «Biblio­ mediata es que Francisca no pueda estudiar. A los
teca Catalana», que se dedica a la publicación de 15 años comienza a trabaj ar como secretaria y en
clásicos catalanes. Está considerado una de las 1963 se casa con el poeta Félix Grande*, lo que
figuras más relevantes de la Renaixen^a*. Las le sirve para recuperar el contacto con el am­
tendencias románticas de su poesía aúnan una biente cultural que ya había vivido en su infan­
evidente pureza de lenguaje con el reflejo del ha­ cia, antes de la Guerra Civil. Correctora de tex­
bla popular y se concentran en dos cuestiones: la tos literarios para la editorial Taurus y de estilo
patria y la relación entre el amor y la muerte, en para la revista Cuadernos Hispanoamericanos,
la que usa versos heptasílabos y romances y si­ fue también secretaria de Luis Rosales* en el
gue, muy influida por W alter Scott, todas las Instituto de Cultura Hispánica. Muchos han que­
pautas estéticas y conceptuales del Rom anti­ rido situarla en la estela de la Generación del
cismo*. Como poeta es célebre gracias a dos li­ 50*, pero ha quedado excluida por la prioridad
bros postumos: Lo llibre de la mort (1899) y Lo que se les ha dado a ciertos autores que se han
llibre de l ’amor (1901), incluidos en los tres vo­ convertido en sus apóstoles, no dejando hueco
lúmenes de sus Poesies completes (1925). Suyas para otros no de menor calado sino que simple­
son, además, im portantes obras lexicográficas, mente llegaron tarde a la cita. Influida honda­
como Bibliografía catalana, 1474 a 1800 mente por autores como Teresa de Jesús*, Rosa­
(1860), con la que obtuvo el Premio de la Biblio­ lía de Castro*, Machado*, Quevedo* o Kavafis,
teca Nacional, la antología de textos antiguos Bi­ es autora de poemas de honda intensidad em o­
blioteca catalana, el Inventario de la lengua ca­ cional, desgarrados, en los que el aprendizaje vi­
talana, que recoge canciones, sinónimos, dichos, tal viene de una mirada ética de su tiempo, de su
etc., y que se publicó, entre 1915 y 1934 como país, de la injusticia, de la historia misma a tra­
D iccionari Aguiló, o el Romancer popular de la vés de la pulsión íntima. La Guerra Civil y, sobre
térra catalana (1893). todo, la posguerra están presentes en poemas que
usan del verso libre, del soneto, de la referencia
AGUIRRE, Aurelio (Santiago de Compostela, La culta o mítica y de la cotidianidad misma. Su mi­
Coruña, 1833-La Coruña, 1858) rada del pasado es amarga, desasosegante, siem­
Poeta. Fue un estudiante de Derecho de talante pre perpleja y solitaria, a través de un lenguaje
liberal, y en las veladas literarias del Liceo de la que nombra lo que los sentidos reciben, pero con
Juventud es donde conoce a Eduardo Pondal*, a la jugosidad de la emoción sincera y de las nos­
Luis Seoane* y a Rosalía de Castro*, a quien de­ talgias de la memoria. Además de haber partici­
dicó su soneto «Improvisación» — ella fue quien pado en el diccionario enciclopédico de Reader’s
compondría después el poema para la corona fú­ Digest, dirigido por Dámaso Alonso* y el men­
nebre del poeta— . La relación entre ambos fue cionado Rosales, entre sus obras destacan los poe­
intelectualm ente intensa, ya que los ensayos de marios ítaca (1971), con el que obtuvo el Premio
Aguirre influyeron en La flor, el prim er libro Leopoldo Panero, Los trescientos escalones
en español de la escritora gallega, y en su obra en (1976), Premio Ciudad de Irún, La otra música
gallego El m urm ullo de las olas. La poesía de (1977), Ensayo general (1996), galardonada con
Aguirre, toda ella escrita en español, es formal y el Premio Esquío, y Pavana del desasosiego
temáticam ente rom ántica, con formas métricas (1999), que fue Premio María Isabel Fernández
tradicionales y ciertos tópicos neoclásicos que lo Simal, incluidos todos en Ensayo general (poe­
han llevado a ser conocido como el «Espronceda sía completa, 1966-2000) (2000), libro que le su­
gallego». En 1856 inició la publicación de sus puso el Premio de la Crítica Valenciana al con­
Ensayos poéticos, que terminaron de imprimirse junto de su obra y en el que, bajo el título de Los
postumamente. maestros cantores, se añaden un conjunto de pro­
sas. A todo ello hay que añadir el libro de relatos
AGUIRRE, Domingo de (O ndárroa, Vizcaya, Que planche Rosa Luxemburgo (1994), ganador
7864-Zumaya, Guipúzcoa, 1920) del Premio Galiana del Ayuntamiento de Toledo,
N ovelista en euskera. De estilo costum brista, y el volumen de recuerdos Espejito, espejito
destacan, de entre sus obras, Acuñemendico Lo- (1995).
rea (La flo r del Pirineo) (1898), Kresala (El sa­
litre) (1906) o Garoa (El helecho) (1912). AGUIRRE, José María (Zarauz, G uipúzcoa,
1896-Tolosa, Guipúzcoa, 7 933)
AGUIRRE, Francisca (Alicante, 1930) Poeta en euskera. Estudió Derecho en Madrid, y
Poetisa. Hija del pintor Lorenzo Aguirre, que se­ es en este periodo universitario cuando se inte­
ría asesinado durante la posguerra en la prisión resa por el euskera, lengua que había casi olvi­
AGUIRRE 12

dado durante el bachillerato. Desde 1927 utiliza pero que con apuntes surrealistas y claridad se
el seudónimo Xabier de Lizardi, y se entrega al asoma a la belleza elemental del mundo, sobre
fomento de su lengua materna. Es característico todo del campo, para cantarla. Hay que destacar
de su obra el profundo conocimiento del paisaje sus poemarios, muchos de ellos publicados por él
vasco y su belleza, a la cual accedemos a través mismo: Del bosque y del olvido (1977), Sal des­
de un estilo contundente y conciso. Las primeras pacio (1980), Otra edad (1982), El día y la noche
poesías escritas en su lengua son de 1916, y apa­ (1984), Música del río (1985), Como los loros,
recieron en la revista Euzko Deya. En 1932 pu­ como las nubes (1989), Soles (1991), en el que se
blicó una selección bajo el título de Biotz-Begie- recogía toda su obra poética anterior, Las piedras
tan (En el corazón y en los ojos), y, ya después (1993), Una calle blanca (1994) y Arena (1998).
de su muerte, en 1934, se editó otro libro de poe­
mas, Umezurtz olerkiak (Poesías de huérfano). AGUIRRE Y ORTIZ DE ZÁRATE, Jesús (M adrid,
Los artículos periodísticos están en el libro titu­ 1934-2001)
lado Itz-lauz (En prosa), y también hay que men­ Ensayista, poeta y editor. Duque de Alba, fue
cionar una comedia: Ezkondu ezin ziterken muti- miembro de la Academia de Bellas Artes de San
lla (El chico que no podía casarse). Fernando y de la Real Academia Española, y, de
entre sus muchas obras ensayísticas y de crea­
AGUIRRE, Juan Bautista (Asteasu, Guipúzcoa, ción, destacan: Sermones en España, Cristianos
1742-1823) y marxistas: los problemas de un diálogo, Casi
Prosista en euskera. El interés de su obra se debe ayer noche, Altas oportunidades, Las horas si­
al uso de un lenguaje popular perfectamente im­ tuadas, Soneto a voces o sus Memorias del cum­
bricado en la fluidez de su prosa en una lengua plimiento, de las que en 1993 apareció su cuarto
que conocía en profundidad. Es autor de un cate­ volumen. Se dedicó también a la traducción y
cismo, Confesioco eta Comunioco Sacramen- fue uno de los introductores en España, a través
tuen gañean Eracusaldiac (Tolosa, 1803) — Ins­ de su faceta de editor al frente de la editorial
trucciones acerca de los Sacramentos de la Taurus, del pensam iento alemán contem porá­
Confesión y Comunión— , dirigido a los cate­ neo, en especial de los filósofos de la Escuela de
quistas y que gozó de reediciones hasta los pri­ Frankfurt.
meros años del siglo XX. En 1850 se publicaron,
por suscripción popular, en tres volúmenes, sus AGUSTÍ, Ignacio (Llisá del Valí, Barcelona,
sermones y las pláticas predicados durante las 1913-Barcelona, 1974)
misas mayores. Poeta y novelista en lenguas catalana y española.
Licenciado en Derecho por la Universidad de
AGUIRRE BELLVER, Joaquín (Madrid, 1929) Barcelona, publicó artículos y poesías en catalán,
Narrador y ensayista. Licenciado en Filosofía y y fundó la colección «El Veler» en 1932. Corres­
Letras, fue redactor del diario Madrid, primer ponsal de La Vanguardia en Suiza, colaboró en la
columnista sobre la Universidad en España y revista Escorial, donde publicó poemas en espa­
editorialista en Pueblo. Conocido por sus obras ñol, y dirigió el semanario Destino, en Barcelona,
para niños, fundó la colección «La Ballena Ale­ y El Español en Madrid. Hay que destacar su no­
gre». Destacan sus libros de narrativa M iguelín vela Los surcos (1942) y las pertenecientes a la
(1957), novela subtitulada Aventura en la aldea, serie La ceniza fue árbol: Mariona Rebull (1943),
que ya había aparecido por entregas en una pu­ El viudo Ríus (1944), Desiderio (1957), 19 de ju ­
blicación infantil y que, llevada al cine, consi­ lio (1966) y Guerra civil (1972). Se trata de obras
guió el Gran Premio Mundial para la Juventud costumbristas en las que el tema central es la evo­
en el Festival de Cannes, El Juglar del Cid lución de una familia industrial barcelonesa
(1961), Premio Lazarillo, El bordón y la estrella desde 1865. Recibió premios tan im portantes
(1962), Premio al M ejor Libro Infantil de ese como el Nacional de Literatura, el de la Crítica y
año, o Cuentos de barro (1969). De sus ensayos el Ciudad de Barcelona.
deben citarse A sí se hizo la Constitución (1978),
España, un pueblo, una idea (1984), La concien­ AGUSTÍN, Teresa (Teruel, 1962)
cia de los políticos (1987) y Azorín, cronista de Poetisa. Dos son los libros que ha publicado:
Cortes (1998), entre otros tantos. Cartas para una mujer (1993) y La tela que
tiembla (1998).
AGUIRRE GANDARIAS, Javier (Bilbao, 1941)
Poeta. Fue boxeador y en su poesía quizá hay Al BAR, Óscar (Barcelona, 1967)
algo de la contundencia necesaria en el cuadrilá­ Narrador. M iembro destacado de lo que se co­
tero. Se trata de versos breves y claros, de una noce como cultura pop, procede del mundo del
sencillez que arriesga convertirse en simplicidad, cine (ha dirigido un corto elogiado por la crítica,
13 ALARCÓN Y ARIZA

Atolladero [1995], y el largometraje Platillos vo­ obtuvo el Premio Marqués de Bradomín, Aguje­
lantes [2003]) y es autor de comics; se trata de ros (1992), Los borrachos (1996), galardonada
un escritor en cuyos relatos rinde homenaje al con el Premio Tirso de Molina y finalista del Pre­
ámbito cinem atográfico, con cuentos de corte mio Nacional de Literatura, Pasos en el aire
realista en los que, sin embargo, juega un papel (1996), Premio Palencia de Teatro, Una luz que ya
contrastivo esencial lo maravilloso, mezclando no está (1996), Los enfermos (1997), galardonada
lo histórico con las tramas puramente contempo­ con el Premio Born, y Los espejos de Velázquez
ráneas y sin olvidar nunca un sentido del humor (1999), el libro de cuentos Los gatos o los perros
inteligente a través del cual observar crítica­ (1985) y las novelas Breve historia de la inmorta­
mente la realidad. Debutó con el libro de relatos lidad (1996), galardonada con el Premio Lengua
Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no de Trapo, Una buena idea (1998), en la que un
puede pagar (2002). niño destripa, con mordacidad cáustica, el mundo
de los adultos, en el cual busca una idea para ser
AIRAS [o AYRAS], Joan (Santiago de Compos- escritor, ¿Quién se ha meado en mi cama? (1999)
tela, La Coruña, siglo xm) y Nata soy (2001), en la que aborda el mundo de
Poeta. Fue m ercader y autor de la corte literaria perversión, corrupciones y violencia del Vaticano.
de Alfonso X * . Escribió cantigas de amigo (véase
LÍRICA MEDIEVAL), de amor y de burlas, así como ÁLAMO DE LA ROSA, Víctor (Santa Cruz de Te­
serranillas y tensones. nerife, 1969)
Narrador y poeta. Es autor de las novelas El hu­
AIRÓ, Clemente (M adrid, 1918-Bogotá, 1975) milladero (1994), El naufragio de los mapas
Narrador. En 1941, una vez acabada la Guerra Ci­ (1998) y El año de la seca (2000), así como del
vil, se exilió en Colombia, donde se graduó en Fi­ libro de relatos Las mareas brujas (1991), aun­
losofía y Letras, ejerció como profesor universita­ que ha publicado diferentes poemarios, entre
rio y periodista en diversos medios, y representó a ellos Fósiles o armaduras del tiempo, con el que
la Asociación Internacional de Críticos de Arte. obtuvo el Premio de poesía Casa de Venezuela,
Fundó la revista Espiral y la editorial Iqueima. En­ en Canarias, y Altamarinas (1997), en el que con
tre sus libros de cuentos deben citarse Viento de ro­ una poesía luminosa y cristalina contempla, con
mance (1947), Cardos como flores (1955) y 5 y mirada emocionada y melancólica, la naturaleza.
... 7: cuentos de una misma historia (1967). De sus
novelas hay que destacar Yugo de niebla (1948), ÁLAMOS DE BARRIENTOS, Baltasar de (M e­
Sombras al sol (1951) — que se reeditó, en 1961, dina del Campo, Valladolid, 1535-Madrid,
como Nueve estampas de alucinado— , La ciudad h. 1624)
y el viento (1961) y El campo y el fuego (1971), Traductor. Fue íntimo amigo de Antonio Pérez,
obras estas últimas que plantean la corrupción y ministro de Felipe II, y cuando este cayó Álamos
decadencia del mundo urbano, así como la influen­ entró en prisión. Es el primer representante de la
cia y control que este ejerce sobre el rural. Es autor corriente conocida como tacitismo, es decir, aque­
de un libro de ensayos: Las letras y los días (1956). lla que encuentra en los escritos de Tácito las doc­
trinas de Maquiavelo. Su obra fundamental es la
ALADRO VICO, Eva (Madrid, 1963) traducción de las obras de Tácito Anales, Histo­
Poetisa. Es autora de los poem arios Imagen de rias y Germania, que apareció con el título Tácito
luz (1995) y Cuaderno de versos (1998). español ilustrado con aforismos (Madrid, 1614).

ÁLAMO, Antonio (Córdoba, 1964) ALARCÓN, Juan de (Alarcón, Cuenca, h. 1395-


Dramaturgo y narrador. Formó parte de un grupo ?, 1451)
teatral, El traje de Artaud, en el que montó obras Prosista. Fue de familia noble y perteneció a la
de Arrabal* o Francisco Nieva*, adaptó textos, Orden de san Agustín. Viajó por Italia y mantuvo
interpretó papeles y dirigió. Se trata de uno de contactos con la corte literaria de Juan II*, ini­
los autores destacados de la generación de los ciando amistad con Álvaro de Luna*, a quien de­
noventa, poseedor de un estilo propio con el que dicó su Libro del regimiento de señores, un ma­
construye una imagen crítica de la realidad in­ nual para la educación de príncipes, que aúna
mediata y en quien pueden convivir con naturali­ enseñanzas espirituales, consejos para el uso de
dad el rom anticism o de las em ociones con la la autoridad y normas de gobierno.
vida multirracial, el sida o las drogas de diseño,
todo sazonado con espléndidos diálogos que, sin ALARCÓN Y ARIZA, Pedro Antonio de (G ua -
duda, deben mucho a su oído teatral. Entre sus dix, Granada, 1833-Madrid, 1891)
obras, destacan, además de las obras teatrales La Dramaturgo y narrador. Cursó estudios en el se­
oreja izquierda de Van Gogh (1991), con la que m inario y comenzó la carrera de Derecho, que
ALARCOS LLORACH 14

nunca terminó. Inicia su actividad literaria en la (1881) o La pródiga (1882), tras la q u e aban­
revista El Eco de Occidente, que se edita en Cá­ donó el cultivo de la literatura, según reconoce
diz y Granada, y en ella publica sus primeros re­ en Historia de mis libros (1884).
latos. Tras huir de la casa de sus padres se esta­
blece en Madrid, donde trata, inútilmente, de ALARCOS LLORACH, Emilio (Salamanca, 1922-
abrirse camino como escritor. Por culpa de este Oviedo, 1998)
fracaso vuelve a Guadix y a Granada, e inter­ Lingüista. Miembro de la Real Academia Espa­
viene allí en política. De nuevo en Madrid, en ñola desde 1973, fue uno de nuestros lingüistas,
1855, dirige el periódico satírico y anticlerical El críticos y ensayistas más prestigiosos y lúcidos.
látigo, en el que publica una serie de artículos Estudió en Valíadolid y Madrid, ciudad esta úl­
que le llevan a batirse en duelo con el escritor tima en la que se doctoró en Filología Románica
Heriberto García de Quevedo*. A partir de aquí, en 1947, y fue catedrático en diversos institutos,
su desencanto político le hace dedicarse total­ así como en la Universidad de Berna, en Suiza, y
mente a la literatura. Participó como soldado en en la de Oviedo, donde entró en 1951 y de la que
la campaña de África y fue herido, viajó por Ita­ era catedrático emérito en el momento de su
lia y, de regreso a la política, fue elegido dipu­ muerte. Fue, asimismo, profesor visitante en las
tado en 1864. Partidario de la restauración de Al­ universidades estadounidenses de W isconsin y
fonso XII, en 1875 es nombrado Consejero de Texas. Está considerado como el introductor del
Estado, pero ya había decidido centrarse, sobre estructuralismo lingüístico de las escuelas de
todo, en su creación novelística. Miembro de la Praga, Copenhague y Helsinki en España y se ha
Real Academia Española, en la que ingresó en ocupado, en estudios y artículos de prestigiosas
1887 con el discurso La moral en el arte, se re­ revistas internacionales, tanto de cuestiones gra­
cluyó en su casa, interrumpiendo todas sus acti­ maticales como literarias, sobre todo publicando
vidades, y, un año después, sufrió su primer ata­ monografías dedicadas a la poesía española con­
que de hemiplejía, enfermedad que no le dejó temporánea, de modo que convirtió algunos de
volver a la vida activa. Fue un hombre profunda­ sus textos en referencias fundamentales a la hora
mente católico y conservador, ideas que afectan de aproximarse al panorama actual de la investi­
en gran medida a sus obras. Se trata de un es­ gación filológica en nuestro país. Entre estos hay
critor de raíz romántica, a pesar de que ciertas que destacar: Fonología española (1950), Gra­
técnicas remiten al realismo. Tiene un sentido mática estructural (1951), tal vez su obra funda­
dramático que, en las novelas largas, resulta ex­ mental y uno de los hitos frente a las tradiciona­
cesivamente retórico, si bien en los relatos bre­ les sistematizaciones gramaticales. La poesía en
ves se logra plenamente, al huir de la declama­ Blas de Otero (1955), Angel González, poeta
ción. Además de libros de carácter periodístico (1969), Estudios de gramática funcional del es­
relacionados directamente con ciertos episodios pañol (1970), Anatomía de «La lucha po r la
de su biografía, tales como Diario de un testigo vida» (1972), Ensayos y estudios literarios
de la guerra de África (1860), que alcanzó un (1976), La lingüística hoy (1976), El español,
gran éxito, y De Madrid a Ñapóles (1861), que lengua milenaria (1982) y Blas de Otero (1997),
habría de tener continuidad en La Alpujarra ampliación del libro de 1955 en el que incluye
(1874), fue autor de un drama que fracasó, El todo lo escrito desde ese mismo año hasta 1997.
hijo pródigo (1857), de un volumen de Poesías En 1994 publicó su Gramática de la lengua espa­
(1870), de una colección de artículos, com pi­ ñola, en la que revisa, refunde y amplía el Esbo­
lada bajo el título de Cosas que fueron, y de zo de una nueva Gramática de la Lengua Espa­
otros textos como Cuentos amatorios (1881) y ñola que, en 1973, editara la Real A cademia
Narraciones inverosímiles (1882), si bien su va­ Española. En 1995 fue galardonado con el Pre­
lor como escritor viene de sus novelas El fin a l mio Nacional de Investigación Menéndez Pidal.
de Norm a (1855), El sombrero de tres picos
(1874), historia tom ada del rom ance El m oli­ ALAS CLARÍN, Leopoldo -> Véase CLARÍN.
nero de Arcos, en la cual se muestra como hábil
relator de costum bres y en la construcción de ALAS MÍNGUEZ, Leopoldo (A rnedo, Loqroño,
diálogos, ingenioso en los apuntes sobre perso­ 1962)
najes, alegre y espontáneo en el estilo y precur­ Poeta y narrador. Colaborador en prensa, en su
sor de recursos novenatayochistas, tales como obra narrativa y lírica conviven la reivindicación
la ausencia de retoricism os o el dibujo de am ­ sentimental y la ironía, a veces descarnada, con
bientes recurriendo a sus rasgos más expresi­ los hábitos y costumbres de ciertos sectores de la
vos, El escándalo (1875), una de sus novelas sociedad. Deben destacarse, en prosa, libros
más populares, El niño de la bola (1880), de como África entera tocando el tam-tam (1981),
claro talante rom ántico. El capitán Veneno Juan Ruiz (1985), El señor y lo demás son cuen­
ALBERTI

tos (1989), La orgía de los cultos (1989) y la no­ Historias de mi guerra civil. Los libros de poesía
vela Bochorno (1991), a los que hay que añadir más importantes son Desde la lejanía (1949), El
los poemarios Signos 1 al 10 (1987-1990), Los mendigo (1951), Umbral de armonía (1952) y El
palcos (1988) y La condición y el tiempo (1992), friso (1956). Fue autor, asimismo, del ensayo In­
así como el ensayo sobre el amor Los amores p e ­ troducción al periodismo (1970).
riféricos (1997).
ALBANELL TORTADES, José (Vich, Barcelona,
ALBA, Santiago (Zamora, 1872-San Sebastián, 1945)
1949) Narrador en lengua catalana. Conocido también
Ensayista. Participó en la vida política como re­ por los seudónimos Ofelia Dracs y Joles Sennell,
presentante de la burguesía reformista, y aban­ ha sido ganador de algunos de los más prestigio­
donó España poco antes de la Guerra Civil, para sos premios literarios, como: Sant Jordi, Víctor
regresar en 1945. Su obra Problemas de España Catalá, Folch i Torres y Sonrisa Vertical. La ma­
(1916) recoge trabajos en los que reflexiona so­ yoría de sus textos están traducidos al español, y
bre la pérdida de las colonias y critica la situación de entre todos ellos cabe destacar los siguientes:
de la enseñanza y el problema del caciquismo. firmados con su nombre y apellido, Ventada de
Morts (1978), El barcelonauta (1976) y Dolor de
ALBAICÍN, Joaquín (M adrid, 1965) Rosa (1984); como Ofelia Dracs, Deu pometes
Narrador y ensayista. Periodista de profesión, es te el pomer (1980), y, bajo el seudónimo de Joles
una de las firmas más conocidas de la prensa, en Sennell, La guía fantástica (1977), El bosque en­
concreto del diario ABC, desde cuyas páginas cantado (1982), Patancras xinxolaina (1985), El
contribuyó al resurgir de la música flamenca, así llapis fantástic (1985), Ara us n ’explicaré una
como de El País y otras muchas publicaciones. (1980-1985) y Orxata D ’ortigues (1986). Pue­
Muchos textos de artistas como Camarón de la den citarse, por otra parte, dos obritas teatrales,
Isla o La Barbería del Sur son suyos. De su estilo El soñador (1987), firmada por Joles Sennell, y
cabe decir que goza del calor y la fuerza de la mú­ El Rei i el Drac (1985; 2.a ed. 1987).
sica de la que habla, así como de una honda con­
tundencia verbal, repleta, no obstante, de una so­ ALBERT I PARADÍS, Cate riña (L'Escala, Gerona,
nora sensualidad, que se afila con la punta de 1869-1966)
ironía que corta desde sus artículos de opinión. En Narradora. Conocida por el seudónimo Víctor
todo caso, en su obra se escuchan y vibran sus raí­ Catalá, comenzó escribiendo poesías, y es en
ces romaníes, y en ella aborda con profundidad 1902 cuando aparece su libro en prosa Drames
tanto el simbolismo sagrado como las tradiciones rurals, polémico tanto por el hecho de que fuese
espirituales de Oriente y Occidente. Debutó en una mujer quien se escondía tras el seudónimo
la novela con La serpiente terrenal (1993), tras la masculino cuanto por la concepción trágica de la
cual se concentró en el ensayo como género, en el existencia. Ombrívoles (1904), Caires vius
que destaca con obras como Gitanos en el ruedo: (1907), Contrallums (1930), Vida mólta (1950) y
el Indostán en el toreo (1993), Diario de un pau- Jiibileu (1951) son sus libros de narraciones bre­
lista (1995), En pos del sol: Los gitanos en la his­ ves, pero es Solitud (1905) su novela más cele­
toria, el mito y la leyenda (1997) y El príncipe que brada, también en la línea trágica del natura­
ha de venir (1999). Es responsable, asimismo, de lismo* ruralista de aquel primer y polémico libro
un volumen de relatos publicados directamente en de 1902.
Internet, La estrella de plata (2000), en los que lo
fantástico se une a la búsqueda de los paraísos ALBERTI, Rafael (Puerto de Santa M aría, Cádiz,
perdidos con lenguaje exuberante, muy atento a 1902-1999)
las palabras. Poeta. Es uno de los miembros más célebres de
la llamada Generación del 27*. En 1917 se tras­
ALBALÁ CORTIJO, Alfonso (Coria, Cáceres, lada a Madrid, donde estudia pintura, y llega a
1924-Madrid, 1973) exponer en el Salón de Otoño de 1920 y, en el
Poeta y novelista. Estudió Derecho y Filosofía y mismo año, en el Ateneo. Asimismo, comienzan
Letras, y fue profesor de la Escuela Oficial de a aparecer sus poemas en Horizonte, hasta que,
Periodismo de Madrid, así como colaborador de poco a poco, su actividad poética comienza a
diversas publicaciones. Escribió obras en prosa sustituir a la pictórica. Viaja por Europa y la
y, fundam entalm ente, en verso. Su estilo, muy URSS, para fundar, a su regreso, junto a su mu­
intelectual y sobrio, ahonda, a menudo, en cues­ jer, María Teresa León*, con la que se había ca­
tiones de tipo religioso. De entre las prim eras sado en 1930, la revista Octubre. Desde 1931
destacan El secuestro (1968) y Los días del odio participa activamente en política: se afilia al Par­
(1969), novelas que pertenecen al ciclo titulado tido Comunista y, durante la Guerra Civil, ocupa
ALBÍ

diversos cargos culturales, funda El mono azul, lancolía, la añoranza de su país y el influjo de los
en donde aparece periódicamente un romancero temas americanistas. Así, hay que citar Entre el
de la guerra, y se alista en la aviación republi­ clavel y la espada (1941), Vida bilingüe de un re­
cana. Al término de la conflagración se ve obli­ fugiado español en Francia (1942), Pleam ar
gado a exiliarse, primero en Francia, después en (1944), A la pintura: Cantata de la línea y del
México y, por fin, en Argentina, donde pasa una color (1945), los poemas satíricos antifranquis­
larga temporada — en la cual cultivó de nuevo la tas de las Coplas de Juan Panadero (1949), Bue­
pintura— antes de trasladarse a Roma. Regresó a nos Aires en tinta china (1951), Retornos de lo
España en 1977 y fue elegido diputado del Par­ vivo lejano (1952), Ora marítima (1953), Bala­
tido Comunista en el prim er parlamento dem o­ das y canciones del Paraná (1954) y Sonríe
crático tras la muerte de Franco en 1975. De China (1958), todos los cuales están en Poesía
forma general, puede decirse — según comentó completa (1961). Después apareció Abierto a to­
Torrente Ballester*— que llama la atención, en das horas (1964), y hay que añadir que, en 1942,
su poesía, la espontaneidad frente a la elabora­ había comenzado la publicación de sus prosas en
ción intelectual, y que toma de Andalucía, al La arboleda perdida, memorias que fueron te­
igual que García Lorca*, lo popular, y del medio niendo continuidad a lo largo de los años, e Ima­
intelectual, los modos de la vanguardia.' Su pri­ gen primera de... (1945). Ya en Roma, publicó
mer libro, M arinero en Tierra, escrito durante Roma, peligro para caminantes (1968), Los ocho
una cura en las sierras del Guadarrama y Rute, nombres de Picasso (1970), Canciones del alto
recibió el Premio Nacional de Literatura de valle del Aniene (1972) y Poesía 1925-1967
1924-1925, compartido con Gerardo Diego*. Se (1972). En 1980 aparece Fustigada luz. Poste­
trata de una obra, influida por los clásicos espa­ riormente, aparecieron libros suyos como El
ñoles y por poetas como Juan Ramón Jiménez* poeta en la calle (1979) o Antología poética
y Antonio Machado*, en que Alberti habla, con (1983), así como, tras su muerte, Los bosques
sencillez, de la campiña, el mar y la geografía es­ que regresan (2002), antología poética publicada
pañola. Posteriorm ente, aparecen La amante por Antonio Colinas*. A todo ello hay que añadir
(1925) y El alba del alhelí (1926), marcados por Prosas encontradas (1970 y 1973), obra que reu­
la influencia, aún viva, de Juan Ramón Jiménez, nía, aunque censurados, numerosos textos perdi­
además de las del Romancero*, el cancionero* y dos, inéditos, desconocidos, publicados en revis­
Gil Vicente*. Son poemas estos de corte popular, tas casi ignoradas de los años treinta, cuarenta y
pero con una lírica muy elaborada. Su siguiente cincuenta, conferencias, papeles sueltos, etc., y
obra, Cal y canto (1927-1928), muestra ya el neo- que, posteriormente, en 1999, volvieron a publi­
gongorismo típico de todos los miembros de su carse en edición ya sin censuras de ningún tipo,
«generación», e inicia ciertas piruetas vanguar­ aumentada, corregida y ordenada, increm en­
distas que serán el origen de Sobre los ángeles tando en más de cien textos sus obras completas,
(1929), donde parece evadirse de la realidad con bajo el mismo título de Prosas encontradas. Asi­
formas profundamente bellas y de un personal mismo, y editadas en 1998. se reunieron sus Car­
surrealismo. Aparecen entonces los poemas de tas a José María de Cossío, seguido de Auto de
Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos Fe (1998), donde aparte de la m encionada co­
tontos (1929), Sermones y moradas (1929-1930) rrespondencia se publicaba un sainete contra Or­
y Con los zapatos puestos he de morir (1930), tega y Gasset*. Hay que destacar, también, sus
que, a veces, con tono burlesco, reflejan ya su traducciones, algunas en colaboración con su es­
cada vez más acentuado compromiso político. posa, de Eluard y Eminescu, así como su condi­
Esta poesía comprometida se editará agrupada en ción de grabador y dibujante, de cuya calidad
Poesía 1924-1938 (1940), entre ellas Consignas dan cuenta las carpetas en homenaje a su amigo
(1933), Un fantasma recorre Europa (1933) y 13 Picasso Los ojos de Picasso (1966) y Per Pi­
bandas y 48 estrellas (1936), a las que hay que casso (1971). Su labor literaria le fue reconocida,
añadir Capital de la gloria (1936). Hay, no obs­ además de con el Premio Lennin de 1966, de evi­
tante, en 1935; una elegía dedicada a Ignacio dente carácter político, con el Premio Miguel de
Sánchez Mejías, titulada Verte y no verte, en la Cervantes 1983.
que se aprecia el peso de Lope de Vega*. Parale­
lamente escribió, también en esta época, algunas ALBÍ, José (Valencia, 1922)
obras teatrales: Fermín Galán, «romance de Poeta, crítico literario, traductor y novelista. Es­
ciego» (1931) y El hombre deshabitado, «auto» tudió Derecho y se licenció en Filosofía y Letras
(1931). Su producción dramática habría de tener en la Universidad de Zaragoza, posteriormente
continuidad con El adefesio (1944) y Noche de se doctoró en la de Madrid en 1965. Viajero in­
guerra en el Museo del Prado (1975). Con el cansable, fundó las revistas Cuadernos litera­
exilio, se incorporan a su obra una profunda me­ rios, Verbo y Anuario de Poesía Española y ha
17 ALBORNOZ

colaborado en diferentes publicaciones literarias. toró en 1973. Fue profesora de Derecho Mercan­
Fue el creador, en 1949, del «Introvertismo», til en esa misma Universidad y decana de la Fa­
movimiento de corte vanguardista, muy relacio­ cultad de Derecho, así como directora general de
nado con el surrealism o*, cuyos presupuestos Cultura de la Generalitat Valenciana y del Insti­
expuso en Diez claves introvertistas (1949). En tuto Valenciano de Arte M oderno (IVAM). En
su poesía, cultista y experim ental, aborda las 1993 fue nombrada ministra de Cultura del Go­
contradicciones espirituales y los misterios del bierno socialista, con lo que se convirtió en uno
hombre, siempre sometido a la angustia de los de los personajes más populares de la política es­
efectos del tiempo y la soledad. De entre su obra pañola hasta 1996. Posteriormente, como dipu­
poética destacan: Orillas del Júcar (1942), Poe­ tada ha sido presidenta de la Comisión de Con­
mas del amor de siempre (1948), Elegía al hom­ trol de Radio Televisión Española. Profunda
bre europeo de la posguerra (1948), Septiembre defensora de los derechos de la mujer, así como
en París (1952), Vida de un hombre (1958), libro de las libertades políticas durante el franquismo,
galardonado con el Prem io Valencia, Bajo p a ­ se dio a conocer con el ensayo Solas: gozos y
labra de am or (1960), Elegías apasionadas sombras de una manera de vivir (1999), que fue
(1962), Piedra viva (1963), Guadalest, amor un éxito de crítica y ventas en el que se ocupaba
(1969), Picasso Azul (1973), Odisea 77(1977), de la soledad, concentrándose en la de las muje­
Elegía a tlá n tica(1979), Doménikos, Ego (1983) res solas y defendiéndola como forma de vida,
y A gatas para Á gata van Schoenhoven (1986), obra a la que siguió: Malas. Rivalidad y compli­
obras a las que hay que añadir Antología p o éti­ cidad entre mujeres (2002), en la que analiza los
ca II (1982-1990) (1991). Con El silencio de Dios, sentimientos femeninos, mezclando lecturas,
su única novela, obtuvo en 1958 el Premio G a­ conversaciones y recuerdos.
briel Miró. Como antologo, destacan dos obras:
una, en colaboración con Joan Fuster*, Antolo­ ALBORG, Juan Luis (Valencia, 1914)
gía del surrealismo español (1953), y Antología Crítico. Licenciado en Filosofía y Letras por la
de la poesía de Angel Crespo (1960). Universidad de Valencia, y doctorado en Madrid,
fue profesor en esta Universidad desde 1952, vi­
ALBIAC, Gabriel (Valencia, 1950) sitando con periodicidad otros centros estadouni­
Filósofo, narrador y ensayista. Catedrático de Fi­ denses hasta que, en 1963, se ocupó de la cátedra
losofía en la U niversidad Complutense de M a­ de Literatura Española Contemporánea en la
drid, es colaborador en diferentes medios de co­ Purdue University de Lafayette, en Indiana, Es­
municación, entre ellos el diario E l Mundo, de tados Unidos. Considerado uno de los grandes
cuyo Consejo Editorial es miembro. Destaca con historiadores de la novela contemporánea, fue
una obra ensayística definida por el rigor intelec­ Premio Nacional de Literatura en 1959 con Hora
tual, así como por trazas de una ironía presente actual de la novela española (1958) y, asimismo,
también en sus colaboraciones periodísticas. M e­ ha publicado una extensísima Historia de la lite­
recen destacarse títulos como Louis Althuser: ratura española (1966, 1967, 1972, 1996 y
cuestiones del leninismo (1976), A l margen de 1999; 5 vols.) y traducciones de clásicos latinos
«El Capital» (1977), De la añoranza del poder o como Horacio o Cicerón. Hay que añadir su en­
consolación de la filosofía (1979), Pascal (1981), sayo Sobre crítica y críticos (1991).
Todos los héroes han muerto (1986), La sinagoga
vacía. Un estudio de las fuentes marranas del es­ ALBORNOZ, Aurora de (Luarca, Asturias,
pino sismo (1987), por el que recibió el Premio 1926-Madrid, 1990)
Nacional de Ensayo de 1988, Adversus socialis­ Poetisa y ensayista. Licenciada en la Universi­
tas (1989), Léxico leninista o pequeño Lenin de dad de Puerto Rico, adonde se había trasladado
bolsillo (1991), Mayo del 68. Una educación sen­ con su familia en 1944, se doctoró en Salamanca
timental (1993) y La muerte. Metáforas, mitolo­ en 1966. Editó las obras completas de Antonio
gías, símbolos (1996). Es autor, asimismo, de las Machado* y contribuyó, con sus lúcidos estudios
novelas Ahora Rachel ha muerto (1994), de am- sobre el poeta sevillano, a la profundización en
bientación histórica, desarrollada a finales del si­ su obra. Escribió también obras de narrativa y
glo xvii , Caja de muñecas (1995), Una adopción poesía, entre las que destacan los poemarios
en la India (1997) y Últimas voluntades (1998), Brazo de niebla (1955), Prosas de París (1959),
así como del poemario R & R (1993). Poemas para alcanzar un segundo (1961), Por
la prim avera blanca. Fabulaciones (1962), En
ALBORCH, Carmen (Castelló de Rugat, Valen­ busca de esos niños en hilera (1967), Palabras
cia, 1947) desatadas (1974) y Palabras reunidas (1966-
N arradora y ensayista. L icenciada en Derecho 1977) (1983). De su abundante producción ensa­
por la Universidad de Valencia, en la que se doc­ yística, deben recordarse Poesías de guerra de
ALCAIDE SÁNCHEZ 18

Antonio Machado (1961), La prehistoria de A n ­ los problemas de la emigración en su tierra, así


tonio M achado (1961), La presencia de Una­ como en la intriga como forma argumental. Des­
muno en Antonio M achado (1968) y Hacia la tacan obras suyas como: Voltar. Seis persoaxes
realidad creada (1979). Publicó, también, anto­ aun fa d o (1972), A nosa cinza (1980), A insua
logías y ediciones críticas sobre Juan Ramón Ji­ (1978), Fábula (1981), Nos pagos de Huinca
ménez*, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Loo (1982), Larvisión e outros relatos (1984),
Rafael Alberti* o José Hierro*, entre otros, y Tertulia (1985) y Código Morse (1998 en su ed.,
póstumamente se han editado Canciones de española).
Guiomar (1990) y Cronilíricas (collage) (1991).
ALCALÁ GALIANO, Antonio (Cádiz, 1789-Ma-
ALCAIDE SÁNCHEZ, Juan (Valdepeñas, Ciudad drid, 1865)
Real, 1907-1951) Prosista. Tuvo un papel relevante en el levanta­
Poeta. Fundamentalmente paisajista, que, en sus miento de Riego y en el trienio liberal, fue con­
comienzos, siguió la línea de Juan Ramón Jim é­ denado a muerte por Femando VII y se le deste­
nez* y Antonio Machado*, para quedar más rró a Inglaterra, de donde regresó tras la muerte
tarde en los márgenes de una poesía intimista, de este. Aunque había destacado como orador ra­
tradicional y con pocos cambios. Sus obras son: dical en el café La Fontana de Oro antes del des­
Colmena y pozo (1930), Llanura (1933), La no­ tierro, a su vuelta a España lo hizo como liberal
ria del agua muerta (1936), Mimbres de pena moderado. Inicialmente defensor del clasicismo,
(1938), que formó parte de un homenaje a Fede­ y aunque en 1814 se mostró contrario al intento
rico García Lorca* publicado en la Revista A m e­ de Bohl de Faber* de introducir el Rom anti­
ricana de Buenos Aires y del que se realizó una cismo* en España, luego sería uno de los promo­
edición facsímil en 1998, Ganando el pan tores de este movimiento. Así, su prólogo a El
(1942), Poemas de la cardencha en flo r (1947), moro expósito, del duque de Rivas*, puede con­
La trilogía del vino (1948), Jaraíz (1950), y, ya siderarse el manifiesto del Romanticismo espa­
póstumamente, La octava palabra (1953), a las ñol. Aunque escribió diferentes tratados, como
que hay que añadir A ntología poética (1954), Lecciones de Literatura española, francesa, in­
Juan Alcaide en su verso (1973), una nueva A n ­ glesa e italiana en el siglo XV/// o Lecciones de
tología poética (1976), Poesía completa (1993), Derecho político y constitucional (1843), y
íntimo trébol (2001), que es la edición facsímil aparte el hecho de haber traducido y ampliado la
de los manuscritos del autor, y una selección de Historia de España de Dunham, destacan sus es­
poemas para niños y jóvenes titulada Trillos y vi­ critos autobiográficos Recuerdos de un anciano
lanos (2001). (1878) y Memorias (1886), en los cuales aporta
valiosísimos datos históricos y un sentido del hu­
ALCAIDE DE ZAFRA, Joaquín (Sevilla, 1871-?) mor muy particular que convierten a este último,
Poeta y dramaturgo. El tema fundamental de su según M enéndez Pelayo*. en un libro distinto
obra poética es el amoroso, aunque se interesa, «por lo candoroso, verídico y sincero» de sus pá­
además, por las costumbres y tipos andaluces. ginas.
D estacan, entre sus poemarios, Trébol (1899),
Cantares de amor y celos (1911), Estrellas fu g a ­ ALCALÁ GALIANO, José (M ad rid , 1843-San
ces (1895) y Cantos de la Giralda (1896). Fue Sebastián, 1919)
autor, asimismo, de una trilogía bíblica para el Poeta y novelista. Conde de Torrijos. Fue libre­
teatro. pensador y ejerció como diplomático. Traductor
de Shakespeare y Byron y crítico literario oca­
ALCALÁ, Jerónimo de -> Véase ALCALÁ YÁÑEZ sional, se dio a conocer como poeta con una oda:
DE RIBERA, Jerónimo de. A la abolición de la esclavitud (1869). Además,
publicó varias novelas, La bruja y el ideal
ALCALÁ, fray Pedro de (siglo xvi) (1869), El túnel y La media naranja (1869),
Filólogo. A él le debemos la fuente principal para cuentos y un volumen de Poesías (1881). Com­
conocer las características del árabe en España, puso una zarzuela, Al aire de una m ujer ( 1875),
Vocabulista en arábigo o Arte para ligeramente y, en colaboración con Fernández Grilo*, la co­
saber la lengua arábiga (1505), obra que fue media La cabeza y el corazón.
promovida por Hernando de Talavera*.
ALCALÁ Y HERRERA, Alonso (Lisboa, 1599-Al-
ALCALÁ, Xavier (Miguelturra, Ciudad Real. calá de Henares, M adrid, 1682)
1947) Poeta y narrador. Es uno de los representantes de
Narrador en lengua gallega. Ingeniero de Teleco­ nuestra prosa de barroquismo más delirante. Esto
municaciones, se trata de un autor interesado en puede verse en su colección de narraciones Va-
19 ALCÁNTARA

ríos effetos de amor en cinco novelas ejemplares (1965), Sonetos de am or y desam or (1992),
(Lisboa, 1641), en la que cada una de ellas está Nunca termina ayer (1994), Pliego (1996), Isla­
escrita sin una de las vocales; así Los dos soles rio (1996), Libero (1999), Variaciones musicales
de Toledo está escrita sin la a, La carroza con las (1999), Desfile de modelos (1999), Breviario de
damas, sin la e; La perla de Portugal, sin la i; La erótica perversa (2000), Estampas calderonia­
serrana de Cintia, sin la u y La peregrina ermi­ nas (2000), Álbum de solares (2001), Poemas de
taño sin la o. Este juego de escribir sin alguna de amor cruel (2002), Luzbel (2002) y Armadoc
las vocales aparecía ya en uno de los romances (2003).
de Estebanillo G onzález*, y se verá también en
distintos autores, por ejemplo en Navarrete y Ri­ ALCALDE, Carmen (Gerona, 1936)
bera* y en algunos relatos de Jardiel Poncela*. Narradora, poetisa y ensayista. Fundadora de la
Otras obras suyas son los poemarios Jardín ana- revista Presencia en 1965, fue una activista del
gramático de divinas flores lusitanas, españolas feminismo durante los años sesenta y setenta.
y latinas (Lisboa, 1654), en la que se incluyen Deben destacarse, entre sus obras poéticas y en
poemas en castellano, portugués y latín, y Co­ prosa, además de la biografía Cartas a Lilith
rona y ramillete de flores salutíferas; antídoto (1979), No huirás (1966), El rostro sobre la tie­
del alma, consueto de afligidos y desengaño del rra (1966), Ésta es mi carne (1966) y Hierba
mundo (Zaragoza, 1682). fu erte (1995). De su obra ensayística hay que re­
ferirse a El fem inism o ibérico (1970), La mujer
ALCALÁ YÁÑEZ DE RIBERA, Jerónimo de (S e­ en la guerra civil española (1976), Federica
govia, 1563-1632) Montseny, palabra en rojo y negro (1983) y M u­
Poeta y novelista. Estudiante en los Carmelitas jeres en el franquismo: exiliadas, nacionalistas y
de Segovia, se trasladó a Valencia, donde estudió opositoras (1996).
medicina, practicándola más tarde en su ciudad
natal, donde se estableció. Entre sus obras, ade­ ALCÁNTARA, Francisco José (Haro, Logroño,
más de dos sonetos escritos para las exequias de 1922)
Felipe II, hay que citar obras devotas menores Novelista y traductor. Fue jesuíta durante su ju ­
como M ilagros de Nuestra Señora de la Fuen- ventud, y abandonó la orden al regreso de una es­
cisla (Salamanca, 1615) o la recopilación de sen­ tancia de cuatro años en Hispanoamérica con la
tencias titulada Verdades para la vida christiana, Compañía de Jesús. Es un autor de escasa pro­
recopiladas de los santos y graves autores (Va­ ducción propia, aunque su labor como traductor
lladolid, 1632). Es, sin embargo, por su novela es amplia; así, hay traducciones importantes de
picaresca* El donado hablador, vida y aventuras Dante, Boccaccio, Gilbert Cesbron, Daniel Rops
de Alonso, mozo de muchos amos por la que se le o Sholojov, aunque su obra más destacada es la
recuerda. Conocida como El donado hablador, novela de traza realista La muerte le sienta bien
cuya primera parte se editó en Madrid en 1624, a Villalobos (1954), galardonada con el Premio
reim prim iéndose en Barcelona un año después Nadal.
debido a su éxito, A lcalá publicó una segunda
parte en Valladolid en 1626. Prolongación del ALCÁNTARA, Manuel (Málaga, 1928)
Lazarillo y basado en el Guzmán de Alfarache de Poeta. Ha ejercido el periodismo, y esta activi­
Mateo Alemán*, se trata de un texto atípico en el dad le ha valido diferentes premios, entre ellos el
que el picaro se conforma con su destino. Luca de Tena en 1966. Su poesía, de corte exis-
tencialista, se preocupa por cuestiones religiosas
ALCALÁ ZAMORA, José (Málaga, 1939) y utiliza ritmos populares, entre ellos los del fla­
Poeta e historiador. Catedrático de Historia M o­ menco. Como articulista, en cambio, es directo y
derna en la Universidad Complutense de Madrid huye de los circunloquios literarios. Sus poema­
y académico de la Historia, como poeta se trata rios más conocidos son Manera de silencio
de un autor en cuyos versos, eminentemente de (1955), El embarcadero (1961), por el que reci­
carácter reflexivo, predom inan por un lado la bió el Premio Nacional de Poesía, Ciudad de en­
materia amorosa, tratada con una percepción tonces (1962), La mitad del tiempo (1963) y Este
fuertemente erótica, y, por otro, las vivencias verano en Málaga (1985), a los que hay que su­
biográficas. El tono de sus poemas alterna el in­ mar Antología poética (1955-1985). Entre sus li­
tenso lirismo con la sátira, siempre dejando en­ bros en prosa hay que señalar las reuniones de
trever sus hondas preocupaciones éticas frente a artículos de Fondo perdido (1997), escritos entre
la realidad histórica, con la que se muestra feroz­ 1958 y 1997, y Vuelta de hoja (1998).
mente crítico, así como con los dogmatismos de
cualquier índole, incluida la religiosa. Destacan ALCÁNTARA, san Pedro de -> Véase PEDRO DE
poem arios como: El mar de un barco de papel ALCÁNTARA, san.
ALCÁZAR 20

ALCÁZAR, Baltasar del (Sevilla, 1530-1606) gido igualmente en un no menos extraño ámbito
Poeta. Contemporáneo de Aldana*, Herrera* o de referentes míticos y espirituales, lo que con­
Figueroa*, se trata, sin duda, de un poeta menor forma una alegoría sobre el poder y la explota­
que perteneció a la escuela sevillana* y fue asi­ ción, una ficción irónica y ferozmente crítica so­
duo participante de la tertulia que, en casa de bre los modelos de producción capitalistas, de la
Francisco Pacheco*, reunía a otros poetas anda­ tecnología y del dinero.
luces. Su obra, en la que, como tantos otros en
la época, usó la métrica y las estrofas italianas, ALCOCER, Pedro de (Toledo, siglo XVI)
está form ada por epigramas — numerosísimos, Historiador. Fue autor de una Historia de la im­
y auténticos modelos en su género— , sonetos y perial ciudad de Toledo (1554), muy documen­
poesía varia, definida siempre por el tono hu­ tada en lo que se refiere a datos y leyendas, y útil
m orístico, jocoso y burlesco, con el que inter­ para el comentario de textos de la época. Tam­
preta la vida desde una perspectiva festiva. En bién escribió una Relación de las cosas que p a ­
este sentido es representativa de los tem as y saron en estos reinos desde que murió doña Isa­
modos de la época, tales como la poesía de cir­ bel hasta que acabaron las Comunidades.
cunstancias, la poesía satírico-burlesca o el uso
de los tópicos neoplatónicos, caso de cantar los ALCOVER I MASPONS, Joan (Palma de M a ­
ojos de la amada. Destacan entre sus obras La llorca, 1854-1926)
cena jocosa (En Jaén donde resido) y Tres co­ Poeta y ensayista en lenguas española y catalana.
sas me tienen preso. Sus textos los había edi­ Abogado y magistrado, fue miembro del Partido
tado en 1910 Rodríguez Marín, y hubo que es­ Maurista, con el que desempeñó diversos cargos
perar hasta 2001 para contar con una edición locales, regionales y estatales, actividad política
completa de su Obra poética, debida al filólogo que abandonaría para dedicarse plenamente a la li­
Valentín Núñez Rivera y en la que se incluye­ teratura. Desde ese momento, organiza tertulias
ron, además de algunas prosas, traducciones literarias a las que asisten importantes personali­
sueltas de Horacio. dades de la cultura. Influido por los autores ma­
llorquines de la Renaixenga*, su obra se vio mar­
ALCINA FRANCH, José (Valencia, 1922-Ma- cada por las tristes circunstancias familiares que
drid, 2002) vivió: la muerte de su primera mujer y de cuatro
Ensayista y crítico. Doctor en Historia, ejerció de sus hijos, dos de ellos el mismo día. El resul­
diversos cargos en instituciones como el M u­ tado es una poesía de corte modernista, aunque
seo del Hombre de París, el Nacional de Antro­ con cierta distancia de los usos del momento,
pología de M éxico, las B ibliotecas de Floren­ centrada a menudo en una visión ruralista y emo­
cia, Bolonia y Roma o el Archivo de Indias de cionada del paisaje, nostálgica y desde luego m e­
Sevilla. Sus conocim ientos como am ericanista lancólica. Miembro de la Real Academia Espa­
le llevaron a ser una de las figuras clave de este ñola y de la de Bones Lletres de Barcelona, lo
tipo de estudios en nuestro país. Destacan fue también del Institut d ’Estudis Catalans. En
obras como Floresta literaria de la Am érica in­ sus primeros poemarios en español, Poesías
dígena (M adrid, 1957), Bibliografía básica de (1887 y 1892), Nuevas poesías (1892), Poemas y
Arqueología americana (Sevilla, 1960) y Poe­ armonías (1894) y Meteoros (1901), imita a los
sía indígena precolom bina (M adrid, 1968), y románticos Bécquer*. Campoamor*, Leopardi o
participó en el Diccionario Espasa M itología Lamartine. En 1903, una crisis anímica, debida
Universal (2000). al sentimiento de fracaso como poeta en español
y al éxito de unos versos en catalán, el poema
ALCOBA, Daniel (La Plata, Buenos Aires) «La Reliquia», con el que gana unos Jocs Floráis
Narrador y poeta. Ejercía como periodista, y tras en Barcelona, le llevan a optar por esta lengua en
seis años en la cárcel por motivos políticos se obras como: Cap al tard (1909) y Poemes bíblics
exilió en París, de donde se trasladó a Barcelona, (1918), Premio Fastenrath de la Real Academia
en donde vive y trabaja como asesor literario y Española.
traductor. Es autor de los poemarios Anim ales
domésticos (1987), con el que obtuvo el Premio ALDANA, Cosme de (Valencia, siglo XVI)
Albacete, y Tratado de males de mollera (1988), Poeta. Hermano de Francisco de Aldana*, editó
galardonado con el Premio Ciudad de Jaén, de la obra de este tras su muerte. Estuvo al servicio
los relatos de Libro de los dragones y otros ani­ de los Médici y, posteriormente, en Milán, al del
males domésticos (1989), del ensayo Cinco dé­ condestable Velasco. En 1578 publicó, en Flo­
cadas de literatura internacional (1997) y de la rencia, un poema en italiano, Discorso contra il
novela La montaña del origen (1999), en la cual volgo, in cui con buone raggioni si riprovano
el mundo extraño de las emociones está sum er­ molte sue fa lse opinioni, que tradujo y revisó
21 ALDECOA

después, titulándolo Invectiva contra el vulgo y ímpetu de su prosa como la relación emocional
su maledicencia. Tras ser despedido por Velasco, que mantiene con sus personajes le hacen supe­
escribió Anseyda: Obra irrisoria de las neceda­ rar ese corsé. Sus relatos, en los que se recrea en
des más comunes de las gentes, una parodia lo mínimo, así como en las vidas de sus persona­
épica que no logró ver publicada, ya que murió jes tristes y sombríos, tienden a la desolación y
antes, además de que los sicarios del condestable muestran la realidad en sus aspectos más cotidia­
la buscaron y destruyeron, por lo que hoy se da nos, una realidad de ficción dependiente, sin em­
por perdida. Si sabemos de su existencia es por bargo, del devenir concreto de la Historia. De es­
Suárez de Figueroa*. Otras obras suyas son So­ tilo preciso y concentrado, capaz de crear una
netos y octavas... en lamentación de la muerte especial intensidad emocional y verbal, consi­
de su hermano Francisco de Aldana (Florencia, gue, en fin, un microcosmos de la España de pos­
1587). guerra, pero sin que la ideología quede empa­
ñada por ninguna militancia, es decir, por el
ALDANA, Francisco de (Nápoles, Italia, 1537- sectarismo de ningún postulado político. Se trata,
Alcazarquivir, Marruecos, 1578) sin duda, de uno de los escritores fundamentales
De ilustre familia extremeña, tiene una brillante del siglo XX, cuya obra se adentra en la esencia
biografía como m ilitar y político: participó en misma de la literatura, en la relación que se esta­
San Quintín, fue consejero del rey de Portugal, blece entre el escritor y el mundo ante el descu­
don Sebastián, estuvo a las órdenes del duque de brimiento, o su intento, de los perfiles y sentido
Alba en las guerras de Flandes y cayó herido en último de la realidad. Se dio a conocer como
Alkmaar. Se formó cultural y políticamente en la poeta con obras como Todavía la vida (1947) y
corte de los Médici de Florencia, donde residió, Libro de las algas (1949), aunque más tarde se
dado que su familia se había trasladado en 1540 centró en la novela y el relato. A pesar de que su
a esa ciudad. Fue un autor admirado por sus con­ obra estaba proyectada en torno a tres trilogías,
temporáneos: Cervantes* le llamó divino, y le una sobre el mundo de la guardia civil, otra so­
colocó junto a Garcilaso*, Herrera* y Francisco bre los gitanos y una últim a dedicada al mar,
de Figueroa* en su Viaje del Parnaso, citándolo solo se publicaron tres novelas: El fu lg o r y la
también en La Galatea al lado de Boscán*. Su sangre (1954) y Con el viento solano (1956), ga­
poesía es recogida y publicada, tras su muerte, lardonada con el Premio Nacional de la Crítica,
por su herm ano Cosme de Aldana*; la prim era de las dos primeras trilogías, y Gran sol (1957;
parte, en Milán en 1589, y la segunda en Madrid reed., 2001), perteneciente a la dedicada al mar,
en el año 1591. Son poemas de temática diversa con la que también obtuvo el Premio de la Crí­
en los que se mezclan las exhortaciones a la con­ tica y que se ha considerado como la mejor
tinuidad en la expansión del Imperio español, la muestra, junto a El Jar ama, de Sánchez Ferlo-
poesía heroica de tipo militar, las composiciones sio*, del neorrealismo en España, y que es un
amorosas en escenario pastoril y los poemas mi­ ejemplo de lo que se conoce como novela-repor-
tológicos. Pero, además, hay gran número de taje. Fuera de las trilogías, en 1967 publicó Parte
poemas de tipo religioso, ascético, siendo quizá de una historia — reeditada en 1995— , además
este el tema fundamental de su obra; así, desta­ de los libros de relatos — género en el que fue un
can Canción a Cristo crucificado y, sobre todo, maestro— : Vísperas del silencio (1955), El co­
la neoplatónica Carta para Arias Montano sobre razón y otros frutos amargos (1959), Caballo de
la contemplación de Dios y los requisitos della, pica (1960), Cuaderno de Godo (1961), Arqueo­
escrita a su amigo, el erudito Benito Arias M on­ logía (1962), Pájaros y espantapájaros (1963) y
tano*, hacia 1557. Quevedo* quiso reeditar su Los pájaros de Baden-Baden (1965). Póstuma­
obra, como cuenta en el Anacreón español, toda mente, en 1973, aparecieron sus Cuentos com ­
vez que consideraba graves los defectos de la pletos, que se ampliaron, con la inclusión de
edición de Cosme de Aldana*; Lope de Vega* le once juveniles, aparecidos en prensa, en Cuentos
dedicó un recuerdo en El laurel de A polo y Gil completos (1995), edición preparada por su
Polo* le dedicó unos versos en Diana enam o­ viuda, Josefina R. Aldecoa*. 1997 fue el año en
rada. Su poesía introdujo la sensualidad arcádica que se reeditó un extraño libro, Neutral Comer,
en el panorama español y, aunque durante el si­ que había aparecido en 1962, en el cual, recu­
glo xvii cayó en el olvido, después ha ido a ocu­ rriendo al mundo del boxeo, se mezclan texto y
par el lugar que merece en las letras españolas. fotografía, con una curiosa división en 14 asaltos
de tres minutos y una pausa de un minuto.
ALDECOA, Ignacio (Vitoria, 1925-M adrid,
1969) ALDECOA, Josefina R. (La Robla, León, 1926)
Narrador. Se ha dicho que podría incluírsele en Novelista. Doctora en Filosofía y Letras, formó
la generación del realismo* social, pero tanto el parte del grupo literario de la revista Espadaña,
ALDERETE 22

en la que también participaron otros poetas de re­ ALEGRE CUDÓS, José Luis (Almunia de San
nombre, como Antonio Gamoneda*. En 1952 se Juan, Huesca, 1951)
casó con Ignacio Aldecoa*, con cuyo apellido Poeta y dramaturgo. Entre sus obras de poesía
firma sus obras y de quien preparó la edición de hay que destacar Abstracción del diálogo de Cid
sus Cuentos completos (1995). En la Revista Es­ Mío con Mió Cid (1973), Ridicula prosaica rít­
pañola, dirigida por su marido, Rafael Sánchez mica verborrea (1975), En un despoblado canta
Ferlosio* y Alfonso Sastre*, tradujo el primer el poeta su redención incondicional (1976), Pa­
cuento publicado en España de Truman Capote. sión según san Yo; Romance del Cristo de Don
Se ha dedicado a la docencia en España y Esta­ Quijote (1977), Primera invitación a la vida
dos Unidos. En sus textos, muy en la línea del (1979), Poema del sentir (1983), La alegre no­
realismo* narrativo, aborda cuestiones relacio­ che de D. Francisco de Goya y de Quevedo
nadas con las emociones femeninas, aunque uno (1984), Días de ti (1985) y Discurso de la digni­
de los temas centrales de muchas de sus historias dad poética (1987). Dos obras teatrales suyas de­
es la crisis de la pareja, tratada, como todos sus ben mencionarse: La madre que te parió (1983)
asuntos, con un cuidado extremo de los detalles y M inotauro a la cazuela. Sala de no estar
de la cotidianidad y del coloquialismo en el len­ (1982).
guaje. Entre sus obras hay que destacar los volú­
menes de cuentos El arte del niño (1960), A nin­ ALEIXANDRE, Marilar (Madrid, 1947)
guna parte (1961) y Fiebre (2001), así como las Narradora. Es autora de la novela Lobos en las
novelas La enredadera (1984), Porque éramos islas (2001), en la que inventa un territorio, Lo-
jóvenes (1986), El vergel (1988), Historia de una beira, en las inmediaciones de la Costa de la
maestra (1990), M ujeres de negro (1994), La M uerte, en Galicia, donde conviven elementos
fuerza del destino (1997) — constituyendo estas míticos y realidades pasadas en una suma de re­
tres últimas una trilogía que aborda la biografía latos que conforma una novela que obtuvo el
de una maestra republicana que vuelve a España Premio de la Crítica de Galicia.
tras la muerte de Franco— y El enigma (2002).
Es autora, asimismo, de la antología Los niños ALEIXANDRE Y MERLO, Vicente (Sevilla, 1898-
de la guerra (1983), en la que reúne cuentos de Madrid, 1984)
diversos autores cuya infancia transcurrió du­ Poeta. Es uno de los poetas de m ayor repercu­
rante la Guerra Civil, y del ensayo biográfico sión de la conocida como G eneración del 27*.
Confesiones de una abuela (1998). Tras pasar su infancia en M álaga se trasladó a
Madrid con once años, donde tras cursar el ba­
ALDERETE, Mada (Madrid, 1959) chillerato simultaneó estudios de Derecho y de
Poetisa. No muy conocida, ha conseguido cierta Intendente M ercantil en la Escuela de C om er­
atención de la crítica con un libro: La ciega tiene cio. En 1917 conoce a Dámaso Alonso*, y, a tra­
boca (1997). vés de él, a Rubén Darío (véase MODERNISMO),
iniciando de ese modo su afición literaria. Poco
ALDRETE, Bernardo José de (M álaga, 1565- después, una grave enferm edad, de la que se
Córdoba, 1641j producirán sucesivas recaídas, le obligará a
Lingüista. Estudió Teología y Humanidades y, .apartarse y mantener reposo entre 1922 y 1927.
antes de ir a Roma, en 1616, con una misión del Sus primeros poemas comienza a escribirlos en
obispo M ardones en la que fracasó, ocupó el 1924, publicándolos en Revista de Occidente en
cargo de lectoral de la iglesia de Córdoba. La 1926, y algunos de ellos aparecerán en su primer
obra que lo ha convertido en uno de los lingüis­ libro, Ámbito (1928), influido por Juan Ramón
tas más reputados de su época es Del origen de Jiménez* y sus planteam ientos en favor de la
la lengua castellana o romance que hoy se usa poesía pura, camino que Aleixandre abandonará
en España (Roma, 1606). posteriormente. Durante la guerra conoce, con­
valeciente de nuevo de su enfermedad, a Pablo
ALEGRE, Francesc (finales del siglo xv) N eruda y a M iguel Hernández*, además de
Humanista en lengua catalana. Fue mercader y mantener relaciones con los que por edad, afini­
cónsul en Palermo y ocupó diversos cargos mu­ dades estéticas y amistad integran la citada Ge­
nicipales en Barcelona. Tradujo las M etam orfo­ neración del 27. Después de la contienda perma­
sis de Ovidio, Los quinze llibres de transforma- neció en España, convirtiéndose en guía y apoyo
cions del poeta Ovidi, y De genealogía deorum de los jóvenes poetas que, prácticam ente hasta
de Boccaccio. Entre sus obras destacan Raona- su muerte, seguirían visitándolo en su casa ma­
nient entre Francesc Alegre i Esperanga y Somni drileña. Miembro de la Real Academia Española
de Francesc Alegre recitant lo procés d ’una desde 1949, en 1977 se le concedió el Premio
qiiestió enamorada. Nobel de Literatura. Se trata, sin duda ninguna,
23 ALEJANDRE

de uno de los más grandes poetas del siglo xx, y sías escritas entre 1934 y 1936, y Nacimiento úl­
desde luego uno de los que han ejercido mayor timo (1953), con versos que van desde 1927 a
influencia en toda la poesía posterior a él. Con 1952. El segundo periodo se desarrolla a partir
un mundo lírico com plejísim o, ligado a un su­ de Historia del corazón (1954), obra con la que
rrealismo* que él prefería llamar superrealismo, supera los clichés y símbolos surrealistas, inte­
se ha señalado la conjunción arm ónica que en grando su voz poética en la colectividad. A este
sus versos se da entre com pasión y tolerancia, libro le siguen otros como En un vasto dominio
entre violencia vital y amargura, entre alegría y (1962), Presencias (1965), Retratos con nombre
melancolía. Sea como fuere, la cosmología poé­ (1965), Poemas de la consumación (1968) y
tica de Aleixandre concibe la m ateria humana a Diálogos del conocimiento (1974), estos dos úl­
través de lo anterior a ella, a la organización or­ timos marcados por la necesidad de encerrarse
gánica del mundo, de modo que sus versos su­ en sí mismo, lo que da lugar a poemas de pro­
ponen un viaje constante hacia el origen, hacia funda investigación metafísica. La suma de am­
el inicio primero de la forma, de la emoción, de bas épocas nos muestra a un poeta de versos
la vida en sí. De tal suerte, imaginación y preci­ amplios y flexibles, capaz de crear imágenes de
sión descriptiva forman una unidad verbal en la carácter irracional, polisémicas, que enriquecen
que lo real se difum ina en lo im aginario hasta semántica y em ocionalmente el poema. Es au­
extremos difíciles de igualar en la obra de cual­ tor, también, de textos en prosa como Los en­
quier otro poeta. Pero al mismo tiempo que cuentros (1958) y la colección de cartas y artícu­
busca el origen, también se dirige a lo último, en los recogidos en Prosas recobradas (1987), en
su sentido más estricto y absoluto: la muerte. los que la evocación muestra una faceta más de
Y de tal suerte, su poesía está marcada por una su emotividad. De su correspondencia hay que
tristeza que viene de la acción del tiempo, de su destacar la reunión de cartas, aparecida postu­
percepción casi infinitesim al del transcurso, del mamente, del Epistolario a Juan Guerrero y
paso del tiempo. Aunque ahí no se acaba su mi­ Jorge Guillén (1998). Sus Poesías completas las
rada de la realidad, ya que entre el origen y el editó A lejandro Duque Amusco* en 2001, el
fin, en esa idea globalizadora y total del mundo, mismo año en que se publicó Correspondencia
cosmogónica y absoluta, existe el segmento de a la generación del 27 (1928-1984). Todos sus
vida en que se sitúa el hombre, y es en él donde textos en prosa los reunió el mencionado Duque
Aleixandre se demuestra un poeta de la vida, de Amusco en un único volumen, Prosas comple­
la entraña del gozo, de la pasión y del arrebato tas (2002), en el que, además, se incluyó un
erótico, como ha señalado uno de sus seguidores apéndice con entrevistas y algunos poemas re­
y amigos más fieles, Luis Antonio de Villena*. chazados por Aleixandre de algunos libros su­
Poeta, en suma, que dem uestra un constante yos, como Cantando en las Carolinas, que era
amor al cosmos, a la totalidad del existir, en su el título que él pretendía para el que fue Espa­
obra suelen distinguirse dos periodos, unidos, das como labios.
no obstante, por las mismas preocupaciones, su
estilo único y una visión del mundo vitalmente ALEJANDRE, Jaime (Las Huelgas, Burgos, 1963)
sentida a través de una substancia que él deno­ Poeta y narrador. Crítico literario y columnista,
mina amor, el motor que mueve al hombre hacia se trata de un autor considerado principalmente
la eternidad en el intento de comunicarse con lo en su faceta lírica, en cuyos versos, compulsivos
absoluto. En el primer periodo, con libros en los y furiosos, usa un lenguaje a veces transgresivo,
que predom ina el sentimiento panteísta ante un considerado antipoético, para dar cuenta de la
mundo natural, un mundo en el que es resaltada profunda rebelión contra el mundo y la historia
con fuerza la pureza, y en el que lo elemental es personal. Su poesía, además de irónica y escép­
la única verdad, la armonía, creando así un canto tica, resulta de una m ordacidad tierna, dolida.
trascendente al universo, hay que incluir Espa­ Destacan, además de su libro de relatos El alfa­
das como labios (1932), las prosas poéticas, es­ beto matemático, galardonado con el Premio
critas entre 1928 y 1929, de Pasión de la tierra Sial de Narrativa, y de la novela Fugu (o la esté­
(1935), libros ambos en los que adapta persona- tica del vacío) (1994), los poemarios Especta­
lísimamente la experiencia surrealista, a través dor de m í (1986), galardonado con el Premio
de una perspectiva panteísta de la naturaleza y Jorge Manrique, Manual de historia prescindi­
un erotism o romántico, La destrucción o el ble (1997), Palabras en desuso (1998), Los hé­
amor (1935), por el que le fue concedido el Pre­ roes fa ta le s (1999) y Autorretrato postumo
mio Nacional de Literatura y que es, quizá, una (2001), que obtuvo un accésit del Premio Sial de
de sus obras fundamentales, Sombra del paraíso Poesía. A lejandre está incluido en la antología
(1944), integrado por poemas escritos a partir de Poesía ultimísima (1997), de Basilio Rodríguez
1939, Mundo a solas (1950), que incluye poe­ Cañada*.
24
ALEJO

ALEJO, Justo (Sayago, Zamora, 1935-Madrid, nas de mercurio de Almadén. Estuvo preso en
1979) 1602 por deudas, aunque ya antes había sido juz­
Poeta. Militar licenciado en Psicología, Sociolo­ gado por abuso de poder. En 1608 se embarcó con
gía y Ciencias Políticas, pasó gran parte de su su familia rumbo a México, y a partir de 1613 se
vida en Valladolid y después, hasta su suicidio, pierde su rastro.
en Madrid, donde tuvo una azarosa vida senti­ Su primera parte de Guzmán de Alfarache (Ma­
mental. Fue, asimismo, lector de español en Pa­ drid, 1599), y la segunda, publicada en Lisboa
rís y colaboró en revistas como Triunfo y Poesía. en 1604 con el subtítulo de. A talaya de la vida
Se mantuvo al margen de los cenáculos litera­ humana, alcanzaron un éxito sin precedentes en
rios, aparte su amistad honda con Francisco la literatura española, con numerosas ediciones
Pino*, y se dedicó secretamente a su poesía, — en 1605 llevaba 23— ; prueba de este éxito es el
siempre heterodoxa, como él mismo, a contraco­ Guzmán apócrifo que Juan Martí*, con el seudó­
rriente, en su mayoría compuesta de poemas vi­ nimo de Mateo Luján de Sayavedra, publicó en
suales de hermosa perfección, a menudo firma­ Valencia en 1602. Asimismo, conoció durante el
dos con variados y numerosos seudónimos, entre siglo xvii un tremendo éxito en Europa, y fue tra­
ellos el curioso A. Lejos. En ella está presente el ducida al inglés y al francés. En la obra de A le­
paisaje de su tierra natal, así como numerosos mán se encuentran los caracteres esenciales de la
elementos de lo popular, aunque sometido siem­ novela picaresca*, y en ella se definen las actitu­
pre a los ejercicios innovadores y creativos de su des ante la vida, y las características como perso­
lenguaje, que dotan a las palabras de nuevos sig­ naje literario, del picaro. La novela es la narra­
nificados a fin de conseguir esa exaltación de la ción autobiográfica de este picaro que, tras
verdad que para él supuso siempre la poesía. In­ muchas aventuras, es condenado a galeras. Está
geniosa, irónica y aguda, en su obra hace un uso estructurada en el contraste de dos voces narrati­
del humor que a veces se asoma al chiste, a la so­ vas que contraponen pasado y presente, pecado y
carronería de los juegos de palabras, de los do­ arrepentimiento del protagonista, con un estilo
bles sentidos, de la vecindad semántica paradó­ solemne y claramente moralizante. Contrastan,
jica. Alejo fue publicando su obra pagándosela él también, la expresión directa del relato con los
mismo en humildes ediciones y pliegos de cor­ comentarios morales añadidos, los cuales refle­
del. Solo la Fundación Jorge Guillén, con la co­ xionan sobre el pecado y la salvación, y que son
laboración de la Universidad de Valladolid, así tomados unas veces de sermones y consejos, y
como el Ayuntamiento y la Diputación y la Junta otras de Séneca, el Evangelio o el refranero po­
de Castilla y León, fue capaz de editar, ya póstu­ pular. Estas digresiones aparecen sobrepuestas al
mamente, en 1997, sus versos en dos volúmenes hilo novelesco y lo cortan, tratando de darle a la
que reunían su Poesía completa, en la que se in­ obra un carácter ejemplar. Hay en el texto un
cluyen poemarios como Poemas tan inconscien­ sombrío pesimismo, típico de ,1a picaresca, pero
tes como flores de arrabal (1958), Yermos a la particularmente acentuado en la obra de Alemán;
espera (1959), Desde este palo (1962), Alaciar se trata de una visión amarga de la sociedad, que
(1965), Marbella entre mil ríos —bálagos— produce un vacío ideal que el autor trata de pa­
(1968), Serojos lunares (Mimbos) (1969), M onu­ liar intercalando en el relato tres breves novelitas
mentales rebajas (tristes tópicos) (1971), Sepa­ •de tipo italiano o morisco — Ozmín y Daraja
rata de lo mismo (1973), C laridad y Distancia (I, 1, 8), Dorido y Clorinia (I, 3, 10) y Maese Ja-
(1974), Son netos (1976), Hoy en día el desen­ cobo y sus hijos (II, 2, 9)— . Pero el principal mé­
canto lava más blaaanco (1976), Soledades so­ rito del autor es su maestría como narrador al sa­
noras (1976), Solamente unas palabras. Libro de ber darnos los rasgos esenciales de personajes y
horas y oficios (1978), Fragmentos (Todo queda situaciones con intensidad y gran eficacia expre­
en el aire) (1978), El aroma del viento (1978) y siva. Comparándola con el Lazarillo de Tornes*,
Material móvil (1980), en el que se recogía lo es­ resalta la abundancia de recursos compositivos y
crito entre 1960 y 1979. estilísticos del Guzmán, que convierten esta obra
en un muestrario de la pericia léxica y formal de
ALEMÁN, Mateo (Sevilla, 1547-M éxico, d. de su autor. Mateo Alemán es autor de otras obras,
1613) consideradas menores, entre las que se cuentan
Novelista. En su ciudad natal se graduó de bachi­ San Antonio de Padua (1603), Ortografía caste­
ller en artes, para estudiar después M edicina en llana (1609) y Sucesos de fra y García Guerra,
Salamanca y Alcalá de Henares. Fue juez de co­ arzobispo de México (1613).
misión en 1583, encargándose de la comproba­
ción de las cuentas de impuestos; diez años des­ ALEMÁN SAINZ, Francisco (Murcia, 1919-1981)
pués se ocupó, también como juez, de investigar Narrador. Fue colaborador en revistas literarias y
las condiciones laborales de los mineros en las mi­ en la radio. Tuvo en su haber el Premio Ramón
25 ALFAYA

Sijé de novela corta, actividad literaria en la que Joe dice si a Chile Walker (1974), Señales de
destacan obras como Carta bajo la lluvia, R e­ humo (1978), Lecciones de cosas (1983) y Cajón
greso al futuro, El último habitante y Un largo de sastre (1985). Además del libro de poemas
etcétera. Ganó el Premio Gabriel Miró por su no­ C ontracanto (1976) es autor de la novela Cró­
vela El sereno loco, y sus cuentos están recogi­ nica sobre César (1980), galardonada con el Pre­
dos en diversos títulos: La vaca y el sarcófago mio Sésamo.
(1952), Cuando llegue el verano y el sol llame a
la ventana de tu cuarto (1953), Patio de luces y ALFARO Y POLANCO, José María (Burgos,
otros relatos (1957). Además, editó diferentes 1906-?)
ensayos y estudios biográficos como Saavedra Poeta. Abogado, diplomático y periodista, fue
Fajardo y otras vidas de Murcia (1949) y Gál- embajador de España en Argentina, director de
vez, Torne!, Maestre (Tres vidas del siglo xix) diversas publicaciones, entre las que destacan
(1950), así como estudios sobre la novela poli­ Arriba, Vértice y Escorial, y colaborador de
ciaca y la del Oeste. otras como el diario El Sol y La Gaceta Litera­
ria. Poeta vanguardista, primero, y autor de poe­
ALEMANY, Luis (Barcelona, 1944) mas heroicos y religiosos después, deben men­
N ovelista, dram aturgo y ensayista. Reside en cionarse dos poemarios, Versos de un invierno
Santa Cruz de Tenerife, donde enseña en la Uni­ (1941) y El abismo (1978). Autor también de
versidad de La Laguna, aunque también es pro­ obras teatrales, destaca, en cambio, por su novela
fesor en las de Rouen (Francia) y Sevilla. Dedi­ Leoncio Pancorbo (1942).
cado a la investigación teatral y a la dirección
escénica, colabora asiduamente en la prensa y en ALFAU, Felipe (Barcelona, 1902-Nueva York,
Radio Nacional de España. Ha recibido diferen­ 1999)
tes premios, tanto por su obra narrativa como por Novelista. En Estados Unidos desde 1916,
su producción dramática y ensayística. Entre sus adonde había emigrado con su familia después
obras en prosa destacan los relatos de El indulto de que su padre, gobernador de provincia en las
(1964), Oscura relación (1984) y Conjunción Filipinas, decidiera refugiarse en Nueva York,
irregular (2000), así como la novela Los puercos allí estudia música y colabora como crítico en di­
de Circe (1973). Hay que citar dos obras de tea­ ferentes revistas especializadas. Pronto adoptó el
tro, Tiempo muerto (1966) y El eterno anfitrión, inglés como lengua literaria y trabajó como tra­
así como dos ensayos: Una aproximación a la ductor en la Banca Morgan. Pasaría los últimos
moderna literatura hispanoamericana (1974) y años de su vida, olvidado en un asilo de Regó
Lanzarote (1987). Park, en Queens, ajeno a todo, cansado, resen­
tido con el mundo literario que lo había ignorado
ALEXANDER, Jo (Barcelona, 1977) y tan solo esperando la muerte. Sus obras, que
Narradora. Cantante del grupo de rock Glamour, solo a partir de los años noventa comenzarían a
es autora del libro Extrañas criaturas (1998), que editarse en español, reflejan un estilo tan propio
apareció en una colección destinada, según su pu­ y complejo que ninguna de ellas resultaría fácil­
blicidad, «a quienes no leen libros», acaso un re­ mente clasificable, si bien pertenecen por dere­
clamo que, al mismo tiempo, habla de cuáles son cho propio, en tanto que transgresiones narrati­
sus pretensiones literarias. En el texto están pre­ vas de primer orden, a los grandes puntales de la
sentes la vida nocturna y las experiencias senti­ vanguardia (véase VANGUARDISMO). Publicó, en
mentales, tratadas ambas con tendencia a la ironía. 1929, Oíd Tales from Spain, que a principios de
los noventa se editó en español con prólogo de
ALEXANDRE, LIBRO DE -»Véase LIBRO DE ALE- Carmen Martín Gaite*. En 1928 había escrito
XANDRE. Locos, que no se publicaría hasta 1936, y de la
que en 1988 apareció la edición española. Chro-
ALFARO, Berta A. (Madrid, 1966) mos, escrita en 1948, fue editada en 1990 y
Poetisa. Licenciada en Ciencias Políticas, en su quedó finalista del National Book Award.
poesía se adentra en una visión recogida e inti­
mista de la realidad, con versos intensos e inscri­ ALFAYA, Javier (Bayona, Pontevedra, 1939)
tos en la poesía del conocimiento. Destacan sus Poeta y narrador. Es colaborador habitual en la
poemarios Demasiado corazón (1994) y La llu­ prensa española y extranjera, y ha traducido a Jo-
via púrpura (1997). seph Conrad, Graham Greene y Hemingway. Ha
publicado dos libros de poemas: Transición
ALFARO, Carlos (Madrid, 1947) (1970) y La libertad, la memoria (1986), un vo­
Narrador. Es ingeniero de caminos y director ci­ lumen de relatos titulado El traidor melancólico
nematográfico. Como narrador destaca por Easy (1991) y una novela de gran éxito: Eminencia. O
ALFONSO 2ó

la memoria fingida (1993). Asimismo, hay que llegan a autores como don Juan Manuel*, el A r­
destacar un ensayo, La memoria insumisa cipreste de Hita*. Boccaccio o Timoneda*, lo
(1999), escrito a dos manos con el político Nico­ que da cuenta de un éxito que, al parecer, se ex­
lás Sartorius, libro en el que se ocupan de repa­ tendió por toda Europa. Fue autor, asimismo, de
sar los pormenores de la dictadura de Franco, y una defensa del cristianismo frente al judaism o
obras dirigidas a un público juvenil, entre ellas la titulada Dialogus Petri et Moysi iudei, y es pro­
novela Pasar el límite (1998). bable que colaborase en las traducciones científi­
cas de Adelardo de Bath.
ALFONSO, Carlos (Madrid, 1934)
Poeta y ensayista. De sus obras cabe destacar, ALFONSO X, EL SABIO (Toledo, 1221-Sevilla,
además de los poemarios Llevanza (1968), 1284)
Canto M enor (1968) y Veintiocho poem as de Hijo de Fernando III, lo sucedió en el trono de
amor (1976), los ensayos Crónica de los Picos Castilla en 1252. Continuó la labor reconquista­
de Europa (1970), La España cotidiana (1970), dora de su padre hasta 1284; aunque no consi­
Fronteras del hombre actual (1971), Extrema guió éxitos importantes, reconquistó plazas
España (1976), Proceso al siglo xx (1976), For­ como Tejada, Morón, Lebrija, Jerez, Arcos o
mas del am or erótico (1977), Yoga, amor y co­ Rota, y, con ayuda de Jaime I de Aragón, su sue­
nocimiento (1980) y España Caminada (1981). gro, sofocó la sublevación en Murcia y pactó con
los granadinos, logrando de ese modo la victoria.
ALFONSO, José (M onóvar, A lican te, 1899- Su más ambiciosa empresa política fue, no obs­
Alfafar, Valencia, 1976) tante, el proyecto de coronarse em perador de
Ensayista. Ejerció el periodismo en Madrid y pu­ Alemania al extinguirse la casa de los Suabia, de
blicó diversos ensayos, así como biografías y quienes era heredero por parte de su madre; a pe­
obras divulgativas. Destacan El «Tenorio» de sar de los esfuerzos y el dinero invertido en el
Monóvar (1921), Azorín, íntimo (1950), Azorín: asunto, y del hecho de llegar a ser elegido empe­
en torno a su vida y a su obra (1958), Siluetas li­ rador, no consiguió sus propósitos. Tuvo una
terarias (1967) o Del M adrid del cuplé (1972). vida fam iliar difícil, ya que hubo de sobrepo­
En 1973 editó sus memorias: Levante, 36: la in­ nerse a la muerte de su primogénito, Femando de
creíble retaguardia. la Cerda, así como, por su falta de autoridad y la
indecisión en varios testamentos, a la subleva­
ALFONSO, Pero [o Pedro] (Huesca, 1062-1140) ción de su hijo Sancho y a la guerra civil por la
Narrador. Judío converso de Huesca, cuyo ante­ sucesión al trono. En todo momento, Alfonso X
rior nombre era Rabí M oisés Sefardí, que fue fue inspirado por una fe religiosa que explica sus
bautizado, en 1106, bajo el padrinazgo de A l­ preocupaciones con respecto a la moralidad y a
fonso I de Aragón, el Batallador, de quien sería la conducta personal, y que confirma la elección
médico, al igual que, durante el tiempo que resi­ de los asuntos de sus obras: la religión, las leyes,
dió en Inglaterra, lo sería de Enrique I. Fue un la historia e, incluso, la astronomía y astrología,
hombre de gran preparación y de sólida cultura en virtud de las cuales se delimitan los límites
científica, sobre todo en Astronomía, disciplina a dentro de los que la elección moral del hombre
la que dedicó diversos estudios, tales como una puede ser ejercida.
Epístola y unas tablas astronómicas, entre otras A pesar de haber llevado una vida dedicada en
piezas cuya lengua original de redacción se des­ gran parte a la política, su actividad más impor­
conoce. Su obra fundamental, Disciplina cleri- tante fue la que deriva de sus empresas intelec­
calis — quizá escrita originariamente en árabe y tuales. Su intención básica era reunir en un todo
traducida posteriormente al latín— , consta de 33 armónico, en prosa romance, los saberes de la
apólogos, cuyo origen está en fuentes árabes y, época; de ese modo, su obra reúne trabajos de
con anterioridad, persas e indias; este texto Historia, Jurisprudencia, Astronomía, Poesía,
puede ser considerado el origen de una corriente Música y Pintura. Para todo ello, y continuando
de influencia oriental presente en diversas fábu­ la tradición de la conocida Escuela de Traducto­
las y cuentos castellanos. Se encuentran en él res de Toledo*, se rodeó de sabios en diferentes
proverbios diversos alternados con tramas de materias, pertenecientes a diversas razas y len­
obscenidad licenciosa, algo común a este tipo de guas, que trabajaron bajo sus órdenes en el más
narraciones breves. La estructura sobre la que se vasto proyecto com pilador de la Edad Media,
sostiene el texto es, en cierta medida, narrativa, que dio lugar a la fusión de las tradiciones cultu­
ya que en él un padre instruye a su hijo a través rales clásica, hebraica, árabe y cristiana. Puede
de «exempla» (véase EJEMPLOS). Además de a considerárselo, además, como el auténtico crea­
Alfonso X*, que utilizó la obra como fuente de dor del romance — a pesar de que este se había
las Siete Partidas, los temas que aparecen aquí iniciado débilmente en el reinado de su padre— ,
27 ALFONSO X

que, con él, adquiere gran desarrollo como una en la Corte del rey Alfonso, entre 1256 y 1265,
lengua flexible en su vocabulario y su sintaxis. la compilación legislativa conocida como las
Su labor consistió en pulir el lenguaje usado por Siete Partidas, su obra jurídica más importante.
sus colaboradores, logrando al fin una prosa con El cuerpo de doctrina jurídica que ahí se incluye
unidad estilística, para terminar sustituyendo al está basado en el Derecho romano, y hay en ella,
latín por el romance en los docum entos reales, además, un código que pretendía unificar la ad­
con lo que el castellano fue declarado lengua ofi­ m inistración de justicia del reino, conteniendo
cial, extendiéndose así sus posibilidades sintácti­ todos los aspectos de la vida nacional, eclesiás­
cas y fijando esta lengua como vehículo natural tica y privada, civil y criminal. Esta obra abarca
para trabajos intelectuales de largo alcance. El todos los aspectos del Derecho y es, fundamen­
empleo sistemático del romance no surgió bajo talmente, un monumento de sabiduría práctica,
el influjo de los colaboradores judíos del rey ya que cada ley, aparte de estar explicada por la
sino, más bien, de su fuerte conciencia nacional razón universal que revela su necesidad y estar
y del deseo de prom over el único lenguaje co­ redactada con un rigor conceptual propio de los
mún a las tres razas en su recientem ente am ­ códigos actuales, es sustentada en casos concre­
pliado reino. Los problemas lingüísticos más im­ tos de la vida de entonces. Tal es la razón de que
portantes con los que hubo de enfrentarse fueron este texto sirva como documento para conocer la
los concernientes a la sintaxis y al vocabulario. vida social y las costumbres del siglo x iii.
Era necesaria, para cualquier manejo m ediana­ B) Obras históricas.— Fue hacia 1270 cuando
mente complejo de ideas, una sintaxis más flexi­ se inició la redacción del más complejo y ambi­
ble y variada que la empleada anteriormente en cioso proyecto de Historia de España concebido
la lengua castellana. El desarrollo de este pro­ hasta el momento: la Crónica general. Se trata
ceso fue fundamental y, para ello, se aprovecha­ del primer texto de este tipo en nuestra historio­
ron de algunos procedimientos sintácticos lati­ grafía y no está exento de diversos problemas.
nos y árabes que ayudaron a enriquecer el Procedentes del taller alfonsí se conocen alre­
castellano. En el campo léxico, se hizo im pres­ dedor de un centenar de crónicas generales que
cindible la introducción de vocablos que identi­ formaron lo que se conocería como Estoria de
ficaran objetos y conceptos ignorados previa­ España. Es conveniente recordar que fue M e­
mente en la lengua, lo que se resolvió con el néndez Pidal* quien, en 1906, publicó la que
préstamo de voces latinas o de otras lenguas. En llamó Primera crónica general de España (Esto­
los casos en que se daba este hecho, las palabras ria de España que mandó com poner Alfonso el
se definen por primera vez en el momento en que Sabio y se continuaba bajo Sancho ¡V en 1286),
se introducen en la obra. Otra novedad im por­ que se consideró como versión oficial de la Esto­
tante son los cambios fonéticos. La suma de es­ ria. En ella, basándose en dos códices diferentes,
tos factores es la que supone la regularización y conservados en la Biblioteca de El Escorial, se
el incremento realizado en los recursos de la len­ estudia desde los primeros pobladores de la pe­
gua, además, por supuesto, de la fijación de las nínsula hasta Fernando 111, si bien Alfonso X
grafías castellanas llevadas a cabo en 1276. solo llegó hasta don Rodrigo y la pérdida de Es­
Alfonso X, más que un autor, fue un director de paña con la entrada de los árabes, siendo el resto
la magna obra que em prendió, además del res­ de los temas continuados en el reinado de San­
ponsable de la elección de las obras que se pre­ cho IV. Diversos estudios posteriores han puesto
tendía componer o traducir y del guía de sus co­ en evidencia las fallas inexplicables que plantea
laboradores. Su obra, construida en el deseo de la elección de Pidal; no obstante, encontramos
sistem atización, hay que dividirla en cuatro que se unen unas fuentes a otras — desde histo­
grandes bloques: riadores nacionales como don Rodrigo, el Tu-
A) Obras jurídicas.— El precedente de la obra dense o ldacio, entre otros, hasta autores clásicos
de Alfonso X fue la traducción del Forum judi- de la talla de Ptolomeo, O vidio o Lucano, pa­
cum, realizada años antes con el título de Fuero sando por fuentes árabes como la crónica de
juzgo. Cuando A lfonso X subió al trono, su Ben-Alcama sobre los hechos del Cid en Valen­
reino carecía de un código legal uniform e, ya cia— , dejando claros elementos que sirven para
que tanto León como Castilla, además de diver­ identificar el original del que provienen. Las an­
sas ciudades, se regían por sus propios fueros. La teriores historias habían sido redactadas en latín
idea del rey era sustituirlos por uno único para y comenzaban siempre con la entrada de los go­
todo el reino, propósito que llevó a cabo en el dos. Aparecen, además, en la Crónica numero­
Fuero real. Además de este, del temprano Sete­ sos cantares de gesta prosificados y leyendas que
nario — mezcla de código legal, enciclopedia y se habían perdido. Supone, en definitiva, un
manual para uso de sacerdotes dedicado a mate­ cambio total en la manera de escribir la historia,
rias eclesiásticas— y del Espéculo, se compuso en el sentido de que, frente a las escuetas y abu­
ALFONSO XI 28

rridas crónicas en latín, esta alberga cantidad de das con música. En su m ayoría parecen estar
información, gran detallismo, numerosas anéc­ compuestas según la form a estrófica del zéjel,
dotas, riqueza de observación y el íntimo interés propia de la poesía popular arábigo-andaluza. Se
propio de la historiografía árabe. En ella se apre­ han conservado en tres códices, auténticas joyas
cian, asimismo, las dos grandes preocupaciones artísticas, que contienen el texto poético, la mú­
de Alfonso X: la concisión y el purismo, además sica y numerosas miniaturas que dan cuenta, una
de los recursos amplificativos propios de su es­ vez más, de la vida y costumbres de la época. Se
tilo, tales como la introducción de discursos y cantan en las Cantigas los milagros de la Virgen,
elogios, el tono explicativo, la retórica, las refle­ tema, también, de los Milagros de Nuestra Se­
xiones morales y los comentarios. ñora, de Berceo*, y asimismo aparecen loores
La otra gran empresa fue la Grande e General líricos y peticiones. Parece ser que la unifica­
Estoria, un intento de Historia Universal desde ción del texto, incluso la redacción de la mayo­
la Creación, aunque solo llegó a los padres de la ría de ellas, fue encargada al poeta Arias Nu-
Virgen María. En esta obra aparecen largas dis­ nes*. En los cancioneros gallego-portugueses de
quisiciones sobre temas variados, en la línea to­ la Vaticana y de Colocci-Brancuti, aparecen
talizadora propia del momento, y se ocupa de los unas treinta composiciones originales del rey
pueblos de la Antigüedad que entonces áe cono­ A lfonso, algunas de ellas profanas de amor,
cían: hebreos, egipcios, griegos, romanos y espa­ otras con obscenidades propias de la época e, in­
ñoles. La fuente principal es la Biblia, si bien se cluso, un loor a la Virgen. A propósito de este úl­
citan autores clásicos, historiadores árabes y cro­ timo aspecto obsceno de ciertas composiciones
nistas latinos de España y de otros países. Se da de Alfonso X, hay que señalar que durante años
mucha importancia a la mitología, basada en una la crítica ha mantenido silencio sobre su existen­
fuente fundamental, las Metamorfosis de Ovidio, cia, relegándolas, en el grueso de la vasta pro­
y a las ciencias naturales, para lo cual se basa en ducción alfonsí, no ya a un segundo plano, sino
Plinio, el otro autor latino más utilizado por los al olvido casi absoluto. Aparte de una edición
cronistas alfonsíes. El rasgo de estilo más carac­ parcial de las composiciones satíricas editadas
terístico es el mismo que el que hemos visto en en el siglo xx, no había nada publicado hasta la
la Estoria: la amplificación como expresión del aparición de El cancionero profano de Alfonso X
didactismo y del realismo racionalista que presi­ el Sabio (2002), a cargo del investigador Juan
den el conjunto de la obra. Temáticamente, Paredes. Se trata de una cuarentena de cantigas
queda claro el interés alfonsí por las culturas clá­ de alto contenido erótico, crudo y en la línea de
sica y profana, unido a un propósito moral cris­ las cantigas de escarnho e mal dizer de la mayo­
tiano, propio de su concepto de la educación. ría de trovadores gallegos, fieles a la retórica de
C) Obras científicas.— Los Libros del saber de la equivocatio. Son, pues, cantigas atrevidas,
Astronomía y su última parte, las Tablas alfon­ osadas incluso, variopintas en cuanto a métrica
síes, fueron el producto de las traducciones y y contenidos, y en ellas se refieren anécdotas
adaptaciones de ciertos libros orientales; en estos domésticas y políticas que confunden la realidad
textos, los más conocidos sabios de la época es­ con la ficción. Sus peculiaridades eróticas, de­
tudian las estrellas, los instrumentos astronómi­ m asiado opuestas al resto de la obra lírica reli­
cos y el calendario, y sistematizan con precisión giosa del Rey Sabio, han sido quizá la causa del
y rigor las doctrinas de Ptolomeo. Los Libros son oscurecim iento de su existencia, pero no po­
los que recopilan estas doctrinas de Ptolomeo, drían serlo de su calidad y gracia.
mientras que las Tablas se refieren, principal­
mente, a los movimientos de los planetas. ALFONSO XI (Salamanca, 1311-Gibraltar, 1350)
Otra obra, inspirada en fuentes árabes, el Lapi­ Proclamado mayor de edad con trece meses, en
dario, estudia las propiedades de las piedras, re­ ese momento Castilla se debate en luchas intesti­
lacionándolas con los signos zodiacales de los nas por hacerse con la regencia. Después, en es­
que dependen. Asimismo, dedicadas a la astrolo- tos enfrentamientos estaría el origen del que se­
gía están el Libro de las cruzes, Libro conplido pararía a Alfonso, cuya prioridad era recuperar el
en los judizios de las estrellas y el Picatrix. Por poder, de don Juan Manuel*. Sucesivos triunfos
otro lado, hay que citar algunos textos escritos del rey en la toma de decisiones y en el campo
en la Corte sobre el recreo y el entretenimiento, de batalla frente a los moros, llevaron a un lógico
como el Libro de los juegos de ajedrez, dados e resurgimiento de la historiografía. A él se debe la
tablas, nuevamente basado en originales árabes. finalización de la Estoria de España, de su bisa­
D) Obras poéticas.— La obra fundamental es la buelo Alfonso X*, y fue quien propuso una com­
colección de 420 Cantigas de Santa María, de pilación de los hechos de su tiempo, conocida
las cuales unas diez estarían escritas seguro por después como Crónica de Alfonso XI, o Crónica
el propio Alfonso X, en gallego y para ser canta­ rimada de Alfonso Onceno, atribuida a Fernán
29 ALMENA

Sánchez de Valladolid*. La primera canción tro­ hondo misticismo cuyo centro simbólico es el
vadoresca en castellano de la poesía lírica espa­ mar y en donde se mueven referentes eróticos
ñola, atribuida a Alfonso XI, aparece en el Can- que paulatinamente han ido cobrando primordial
zionere portoghese delta Biblioteca Vaticana; es importancia. Es autor de los cuadernos poéticos
una composición delicadamente bella. También Pájaro sobre el mar (1980; reed., 1988), Non
a él se atribuye el Libro de Montería, escrito serviam (1987) y Teoría del centro (1990), in­
aproximadamente hacia 1340 y en el que se re­ cluidos todos ellos en Poesía (1980-1990).
toma la tradición de los tratados cinegéticos.
ALMAGRO SAN MARTÍN, Melchor (Granada,
ALFONSO Y CASANOVA, Luis (Palma de M a ­ 1882-Madrid, 1947)
llorca,, 1845-1892) Narrador. Diplomático y viajero, estudió en Mar-
Narrador y crítico literario y de arte. Como na­ burgo y en Heidelberg. Su obra más importante
rrador deben citarse sus H istorias cortesanas es Biografía del 1900 (Madrid, 1943), en donde
(1866), Azul, amarillo y verde (1874) y Cuentos se recoge su experiencia entre la aristocracia es­
raros (1890). pañola de la época, demostrando ser un gran
conocedor de la vida social del momento. En
ALFONSO ONCENO, POEMA O CRÓNICA RI­ Sombras de vida (1903), colección de cuentos
MADA DE ->Véase ALFONSO XI. prologada por Valle-Inclán*, aparece la huella
del Modernismo*. El resto de su obra está dedi­
ALFONSO RODRÍGUEZ, san -* Véase RODRÍ­ cado fundamentalmente a temas de Historia de
GUEZ, san Alonso. España.

ALGORA, Sergio (Zaragoza, 1969) ALMEIDA, Juan de (Toledo, ?-Salamanca,


Poeta. Cantante y letrista del grupo de pop El 1572-1573)
Niño Gusano, es autor de versos pasionalmente Poeta. Fue Rector de la universidad de Sala­
viscerales, repletos de imágenes de gran fuerza vi­ manca y amigo del Brócense*, así como de fray
sual, crueles, herederos de la psicodelia, desespe­ Luis de León*. Es autor de sonetos, octavas, can­
rados, sorprendentes y donde la sintaxis viene ciones y traducciones de Horacio.
constantemente alterada para acentuar aún más el
deseo de ruptura que mueve al poeta. Es autor de ALMELA, Juan -> Véase DENIZ, Gerardo.
los poemarios Envolver en humo (1995), Paulus e
Irene (1998) y Otro Rey. La misma Reina (1999). ALMELA MENGOT, Vicente (Castellón de la
Plana, 1881-?)
ALLER, César (Trobajo del C erecedo, León, N ovelista y autor dramático. Redactor del H e­
1927) raldo de Madrid cuyas novelas cortas La senda
Poeta y narrador. La actividad poética de este triste (1910) y El reloj loco (1919), y las obras
econom ista se despliega en poem arios donde de teatro La hora del am or (1909) y El viejo
predomina una visión religiosa de la realidad, así solar (1913) son lo más destacado de su pro­
como una frecuente evocación de la infancia, a ducción.
la que se dirige en muchos de sus versos y en
parte de su prosa, siendo también conocido como ALMENA, Fernando (Córdoba, 1943)
autor infantil y juvenil. Entre sus libros destacan Narrador y dramaturgo. Aparejador, ha sido pro­
Esta tierra y mi palabra (1960), Padre hombre fesor en la Escuela de A rquitectura Técnica de
(1963), Libro de elegías (1965), Descubrimiento Granada. Durante su época de estudiante fue di­
en el habla (1970), Diario contigo mismo rector del Teatro Español Universitario. De obra
(1975), Canciones del arco iris (1979) o Signos prolija, buena parte de ella infantil, deben desta­
en fuego vivo (1982). En 1986 se editó una selec­ carse, en narrativa, títulos como Un solo de cla­
ción de su obra titulada César A ller y su poesía rinete (1984), El pavo «Facundo» y Gustavo el
para niños (1986). Como narrador, ha publicado «Vagabundo» (1985), El maestro Ciruela (1987)
El tren (1968) y Siró (cuentos para niños) y Tartesos (1987), libros a los que hay que aña­
(1965), y es autor de una Vida de Jesucristo. Ha dir las piezas teatrales Redobles para un mono
recibido los premios Monroy de poesía, en 1959, libre (1980), Es muy peligroso asomarse... al ex­
y el Internacional Calibo, 1961, para novela terior (1982), Ejercicios para ahuyentar fantas­
corta, otorgado en la provincia de León. mas (1983), Gran Guardabosque Gran (1984),
Resurgimiento (1985), El Mandamás Más Más...
ALLER, Jesús (Gijón, Asturias, 1956) y su máquinas pitipitroncas (1985), Rito (1986),
Poeta. Influido inicialm ente por el dadaísmo*, Teatro para escolares (1986), La boda del come-
poco a poco ha ido evolucionando hacia un cocos (1987), Morito de Caracatucon (1987), El
ALMENDROS 30

llanto de un fideo (1988), El cisne negro (1991), tóricos de Madrid, residió en Buenos Aires entre
¡Catacroc! (1994), Mis queridos monstruos 1927 y 1946, donde dirigió el Instituto de Filo­
(1998), La piel del león (1999), Discretamente logía de la Universidad de esta ciudad y fundó
muerto y otros textos breves (2000), Los pieles la Revista de Filología Hispánica — luego
rojas no quieren luicer el indio (2000), Janibre N ueva Revista de Filología H ispánica— en
(2001), La cigüeña y la zorra (2001), Tontos de 1939, para trasladarse después, en 1946, a la
Capirote (2001), Los buenos malos tratos U niversidad de Harvard. Fue él quien impulsó
(2002), Regaliz y piruleta (2003) y La gallina los estudios filológicos en Argentina, y a él se
Marcelina (2003). Es autor, asimismo, del en­ deben tanto la organización como la dirección
sayo El teatro como recurso educativo (1995). de la Biblioteca de D ialectología Hispanoame­
Ha recibido numerosos premios, entre ellos el ricana, la Colección de estudios estilísticos, o
Barahona de Soto (1980), Ámbito Literario la de F ilosofía y teoría del lenguaje, entre
(1981), Plaza M ayor (1982), Federico García otras. Ha publicado estudios sobre la lengua y
Lorca (1983), Barco de Vapor (1983) y el Vieira la literatura peninsulares y am ericanas, sobre
de Humor (1984). D ialectología y Fonética, así como traduccio­
nes de obras de Vossler y de Bally. La U niver­
ALMENDROS CAMPS, José Antonio (Granada, sidad de Chicago le otorgó el grado de D octor
1869-1912) honoris causa. Destacan entre sus obras El pro­
Poeta. Colaborador en la prensa de finales del si­ blema de la lengua en Am érica (1935), Caste­
glo xix y miembro destacado de los círculos mo­ llano, español, idioma nacional (1942), Poesía
dernistas, destacan sus poemarios Nostálgicas y estilo de Pablo Neruda (1940), Estudios lin­
(1898), Pasionarias (1900) y Poemas líricos güísticos. Temas españoles (1951), Temas his­
(1903). panoam ericanos (1953), M ateria y fo rm a en
poesía (1955) y De la pronunciación medieval
ALMUZARA, Javier (Oviedo, 1969) a la moderna en español (1955-1969). Ha es­
Poeta. Autor que, en una línea que entronca con crito, además, trabajos sobre Rubén Darío (véa­
la poesía de Horacio, destaca por la brevedad de se MODERNISMO), Jorge G uillén*, Valle-In-
sus versos, a menudo tankas de gran sugerencia clán* y otros autores.
y ajenos por completo al intelectualismo y al
sentimentalismo, si bien busca las sentencias que ALONSO, Dámaso (Madrid, 1898-1990)
recrean los tópicos clásicos. Destacan sus poe­ Poeta y una de las máximas figuras de la crítica
marios El sueño de una sombra (1990) y Por la literaria. Fue profesor en diversas universidades
secreta escala (1994), a los que hay que añadir el españolas y extranjeras. Dámaso Alonso y Fer­
dietario Letra y música (2001), que abarca los nández de las Redondas se licenció en Derecho
años que van de 1996 a 2000. en Madrid y fue discípulo de Menéndez Pidal en
el Centro de Estudios Históricos; ejerció como
ALOMAR, Gabriel (Palma de Mallorca, 1873-El Catedrático de la Universidad de Valencia desde
Cairo, Egipto, 1941) 1933 a 1939 y en la de Madrid hasta su ju b ila ­
Poeta y ensayista en lenguas española y catalana. ción en 1968. En 1945 fue elegido miembro de
Colaborador habitual de la revista Renacimiento la Real A cademia Española, que presidiría
y admirado por Rubén Darío (véase MODER­ desde 1968 a 1982, y perteneció tam bién a la
NISMO) y por Azorín*, durante un tiempo parti­ Real Academia de la H istoria. Su labor fue re­
cipó en política, y en 1930 llegó a ser jefe del conocida por las universidades de Burdeos,
partido Unión Socialista de Cataluña y, poste­ Hamburgo, Roma y Massachusetts, que le otor­
riormente, representante de la República en garon el grado de D octor lionoris causa. A si­
Roma y en Egipto, país este en el que permane­ mismo, colaboró en revistas tan importantes
ció tras la Guerra Civil y hasta su muerte como como Revista de Occidente, Revista de F ilolo­
profesor de literatura española. En su producción gía Española o Revista de las Españas. Su poe­
destacan el libro de poemas La columna d efo c y sía, en general, pretende mostrar no la realidad
los ensayos recogidos en La form ación de sí inmediata, sino aquella que se oculta y es nece­
mismo (1922) y La política idealista (1922). sario intuir, la realidad que, en sus propias pala­
bras, no es «expresable por nuestro pensamiento
ALONSO, san ->Véase RODRÍGUEZ, san Alonso. lógico», pero su poética toda fue fruto de una
evolución que se fue constatando en cada uno
ALONSO, Amado (Lerin, Navarra, 1896-Cam- de sus libros. Como poeta, su producción se ini­
bridge, M ass., EE. UU., 1952) cia con Poemas puros: Poemillas de la ciudad
Filólogo y crítico. Formado como discípulo de (1921), influido, como casi todos los jóvenes
Menéndez Pidal* en el Centro de Estudios His­ del momento, por Juan Ramón Jiménez*, el Ro­
31 ALONSO

m anticism o* y el M odernism o*. Siguen a este ñola. Ensayo de m étodos y límites estilísticos
prim er libro, El viento y el verso (1923), en la (1950), en cuya introducción se plantea su mé­
m isma línea rom ántica que los anteriores, O s­ todo crítico. Otros textos importantes de este
cura noticia (1944), donde se intensifica la im ­ autor son Seis calas en la expresión literaria
precación, influido por el existencialismo, el ex­ española — en colaboración con Carlos Bou-
presionism o y el neorrealismo europeos tras la soño*— (1951), Poetas españoles contemporá­
Segunda Guerra M undial, y, el más importante, neos (1952), De los siglos oscuros al de Oro
Hijos de la ira (1944), libro trascendente en el (1958), Primavera temprana de la Literatura
que, con tono realista y versos libres, se tratan, Europea (1961) o su celebérrim a antología de
ahondando en el silencio de Dios y en las preo­ Poesía de la Edad M edia y poesía de tipo tra­
cupaciones religiosas, cuestiones existenciales, dicional (1935). Fue autor, por otra parte, de
y que influyó poderosamente sobre toda la poe­ ediciones comentadas de la obra de Erasmo y
sía contemporánea, que se encontraba anquilo­ Gil Vicente*, así como de estudios dedicados a
sada. Se trata, sin duda, de un libro clave, reac­ diferentes cuestiones literarias: las jarchas, el
ción a esas corrientes de «poesía pura» y de Tirant lo Blanc, etc., y de traducciones de la
garcilasism o de ciertos poetas culturalistas que obra de Joyce, Hopkins, Eliot y Maragall. Reci­
imperaba en aquellos años. El resultado de esa bió diferentes premios, tales como el Nacional
reacción es una poesía libre, sentimental e «im­ de L iteratura (1927), el Fastenrath de la Real
pura», pero que en cam bio funde en sí toda la Academ ia (1943) y el M iguel de Cervantes
tradición poética española, desde las jarchas* y (1978). En 1998 se editó Poesía y otros textos
los cancioneros* hasta la poesía m ística y ba­ literarios (1998), con prólogo de Víctor García
rroca, pasando por influencias externas, como de la Concha* y en edición de Valentín G ar­
es el caso del inglés Hopkins, que lleva a D á­ cía Yebra.
maso a trabajar con ritm os en los que imperan
extrañas aliteraciones y encabalgamientos cons­ ALONSO, Eduardo (Murías de Aller, Asturias,
tantes. Pero lo más importante de este libro es la 1944)
fuerza con la que transm ite al individuo de la Novelista y dramaturgo. Catedrático de Litera­
posguerra el dolor, comunicándole directamente tura en un instituto valenciano. En su narrativa,
al corazón su protesta frente a la injusticia so­ aunque se ha ocupado no poco de cuestiones his-
cial. Posteriorm ente, aparecieron H ombre y tórico-literarias referidas al Siglo de Oro (véase
D ios (1955), Gozos de la vista (1981), p ubli­ EDAD DE ORO), sobre todo en obras suyas a par­
cado fragm entariam ente desde 1955, y Duda y tir del Lazarillo de Tormes*, jamás ha caído en
amor sobre el ser supremo (1985), en los cuales la erudición o en cualesquiera exageraciones re-
Dámaso ahonda en las dudas sobre el sentido de ferenciales propias de un especialista en historia
la vida, y redescubre la naturaleza y el cosmos literaria, dejando, sin embargo, clara su maestría
como escenarios en que plantearse el destino del a la hora de contar, de ofrecer un muestrario de
hombre. En 1969 se edita su antología personal, historias imbricadas y de, en definitiva, construir
Poemas escogidos, y, a partir de 1979, comenzó un relato que pueda ser atractivo para cualquier
la publicación de sus obras completas, cuyo úl­ lector. Aunque ha publicado diferentes ensayos,
timo volum en, el X, se editó en 1993. A si­ como Notas sobre el «uiester de tiranía» (1982)
mismo, es considerado como la autoridad más o el amplio estudio Poesía y novela (1982), y re­
com petente en cuestiones gongorinas, desde latos en diferentes antologías, es conocido como
que, en 1927, participase en el im portante cen­ novelista. Así, obras suyas son: Chuso Tornos,
tenario de Góngora* y publicase, en la misma peso pluma (1966), Premio Ateneo Jovellanos de
fecha, su edición de Soledades, texto al que hay Gijón, La enredadera (1980), El mar inmóvil
que añadir diversos ensayos sobre el poeta ba­ (1980), El insomnio de una noche de invierno
rroco* español, como: La lengua poética de (1984) y Los Jardines de Aranjuez (1986). Son
Góngora (1935), Estudios y ensayos gongori- de destacar también sus piezas teatrales Los hé­
nos (1955) y, en 1960, su fundamental Góngora roes sí mueren (1967), Premio Carlos Lemos de
y el «Polifemo», a los que habrá que sumar pos­ Barcelona, El inundo era de todos (1968), Premio
teriores artículos y demás trabajos sobre el ge­ Ciudad de Barcelona, o Palos de ciego (1997).
nial autor cordobés. Pero sus intereses intelec­ No conviene olvidar su faceta como escritor de
tuales lo llevaron a ocuparse de otros tem as y narrativa dirigida a un público infantil y juvenil,
autores, con textos como La poesía de san Juan en donde conviene destacar el relato El gato de
de la Cruz (1942), Ensayos sobre la poesía es­ Troya (1997). Ha recibido, como narrador, ade­
pañola (1944), Vida y obra de M edrano (1948) más del ya mencionado, los premios Ciudad de
o la colección de ensayos sobre métodos estilís­ San Sebastián, Villa de Bilbao y el Premio Azo­
ticos recogidos bajo el título de Poesía espa­ rín de Novela.
32
ALONSO

ALONSO, Fernando (Burgos, 1941) ALONSO ALCALDE, Manuel (Valladolid, 1919-


Narrador. De obra prolija, gran parte de ella in­ Madrid, 1990)
fantil, tanto de cuentos como novelas, es autor Poeta, narrador y dramaturgo. Estudió Derecho e
de lenguaje y tramas sugerentes, de textos uni­ ingresó en el Ejército, donde llega a ser general
dos por un objetivo claro, abrir a los adolescen­ del Cuerpo Jurídico. Fundó la revista Halcón con
tes a nuevas lecturas, inquietarles para que M iguel Delibes* y Luis López Anglada*. Fue
sigan el cam ino de la literatura. Deben d esta­ colaborador de El Norte de Castilla desde 1942,
carse títulos como Feral y las cigüeñas (1971; donde escribió centenares de artículos, así como
ed. corregida en 1987), El hombrecito vestido en los diarios ABC y Ya, entre otros. Sus comien­
de gris (1978), El hombrecillo de papel (1978), zos se desarrollaron en el campo de la poesía,
El fa ro del viento (1981; ed. corregida en con poemas mayoritariamente de tema amoroso
1987), Los cristales de colores (1981), El ge­ y gran religiosidad, influidos, a partes iguales,
nio (1982; ed. corregida en 1987), El viejo re­ por san Juan de la Cruz* y Quevedo*. En sus
loj (1983), Sopaboba (1984), El m isterioso in­ versos está presente también el paisaje, así como
flu jo de la barquillera (1985), El bosque de los problemas existenciales de la relación entre
piedra (1985), El secreto del lobo (1987), el hombre y su entorno, que aparecen también en
A bordo de «La Gaviota» (1987) y L as'raíces sus libros de relatos. Se trata de un poeta inge­
del mar (1997), a los cuales hay que añadir el nioso, de gran creatividad en el tratam iento de
volumen de relatos alrededor de un protag o ­ las imágenes y maestro en el uso del soneto, que
nista único, un árbol, El árbol de los sueños fue quizá su forma métrica preferida. Por lo que
(1994). Ha recibido los prem ios Lazarillo respecta a su narrativa, además de prolongar sus
(1987), Lista de Honor especial Hans Christian preocupaciones poéticas, parece concentrarse en
Andersen, y Lista de Honor del IBBY. la cotidianidad del individuo, en los problemas
diarios de la gente más humilde, todo ello en
ALONSO, Javier (Logroño, 1977) cuentos que combinan técnicas diversas, sobre
Narrador. En su prim era novela, Sueños y ca­ todo el diario, el diálogo, la narración cronoló­
dáveres (2002), se daban cita todos los elem en­ gica y, en ciertos alardes técnicos, la narración
tos del lenguaje y los gustos de la juventud de de un protagonista colectivo en el que se desa­
los años noventa, desde la pornografía en In­ rrollan paralelamente varias historias. Su visión
ternet, los juegos de vídeo o la m úsica rock del mundo resulta generalmente trágica, aunque
hasta la cerveza o las conductas apáticas. Todo despunta a veces una alegría melancólica. Todo
ello narrado en un código en que el hum or le lo dicho hasta ahora sirve igualmente para su tea­
sirve al autor para contemplar la realidad polí­ tro, en el que muestra gran habilidad para tratar
tica y social del presente, demostrando gran ha­ psicológicamente a los personajes, así como un
bilidad para los diálogos y para el ritmo de la dominio exhaustivo del diálogo, lo que está pre­
narración. sente también en sus obras infantiles, en las cua­
les aborda a menudo problemas políticos y eco­
ALONSO, José Vicente (Ávila, 1775-Cranada, lógicos. Según el propio Alonso Alcalde, los
1841) modelos que le influyeron más fueron los del
Poeta y dramaturgo. Aunque se ocupa de cues­ teatro de Ionesco y Sartre. Destacan poemarios
tiones pastoriles y sentimentales, es, en cambio, como Los mineros celestiales (1941), Hoguera
en su faceta festiva, con las octavas reales de La viva (1948), Habitante en el sueño (1953), Lo
horrible venganza, donde demuestra su calidad. que falta por decir (1957), Presencia de las co­
Como autor de teatro, igualmente desenfadado, sas (1946-1959), Ceuta del mar (1960), Hora de
deben citarse Pancho Mendrugo, El celoso co­ eternidad (1961), Luna de dulce trigo (1961),
rregidor (1818) o El amor y la lealtad. Antología íntima (1964), Encuentro (1965), Pe­
nalty (1970), Ceuta en el recuerdo (1971), Valla­
ALONSO, Martín -»Véase ALONSO PEDRAZA, dolid en Castilla (1972), Versos para un soldado
Martín. (1975), Paisaje de Benasque (1984) y M irando
al otro allí (1988). De sus libros de relatos hay
ALONSO, Raúl (Córdoba, 1975) que mencionar Se necesita un doble (1967) y El
Poeta. Autor de una poesía de corte metafísico, hecho de vivir (1977). Otras obras suyas en prosa
con mucho de ironía experim ental, contem pla­ son Esos que pasan (1961) y Unos de por ahí
tiva y en la que los juegos lingüísticos de índole (1966). En 1959 obtuvo el Premio Ateneo de
semántica conviven con el clasicismo de las for­ Madrid por su obra de teatro Agua en las manos,
mas elegidas. Hay que mencionar su poemario lo que le lleva a dedicarse a este género con re­
Libro de las catástrofes (2002), con el que ob­ gularidad, y le hace conseguir nuevos premios,
tuvo el Premio Radio 3 de Poesía Joven. como el Lope de Vega por Solos en la tierra
33 ALONSO MILLÁN

en 1972. Otras obras dramáticas suyas son: Golpe dini; Tres poetas argentinos: Marechal, Molinari
de Estado año 2000 (1969), Y no llegó la paz y Bernárdez y Luis Gálvez de Montalvo (vida y
(1969), galardonada con el Premio Internacional obra de ese gran ignorado) (1987). Ha sido, asi­
Ciudad de M ontevideo, Los felices años 80 mismo, responsable de la traducción de las Poe­
(1982), con la que obtuvo el Premio Amigos del sías completas de Catulo, autor sobre cuya obra
Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Es­ acaso sea uno de los máximos especialistas del
corial, o las funciones para niños incluidas en El mundo.
país sin risas y cuatro piezas más (1977).
ALONSO LUENGO, Luis (Astorga, León, 1907-
ALONSO ARÉS, Adolfo (Astorga, León, 1956) Madrid, 2003)
Poeta. Autor de una poesía de corte existencial, Ensayista y poeta. Conocido sobre todo como ar­
de factura sencilla y dicción precisa, al margen ticulista y conferenciante, fue crítico literario y
de modas y modos en vigor, a través de la cual redactor jefe de Radio Madrid. Magistrado y
contempla la naturaleza para extraer de ella las doctor en Derecho, publicó, con sus amigos Ri­
razones de la incertidum bre y adentrarse en la cardo Gullón* y Leopoldo Panero*, una Guía
memoria, lo que lo sitúa en el enigma del paso artística y sentimental de Astorga. Entre sus
del tiempo y de la m uerte al fondo. D estaca su obras de poesía hay que citar: Estampas y madri­
poemario Un renglón infinito (1998). gales (1929) y En el León fronterizo (1982).
Como novelista, publicó La invisible prisión
ALONSO CALVO, Miguel Véase GARCIASOL, (1951) y La cigüeña del palacio (1959), pero es
Ramón de. su labor ensayística la que le proporcionó mayo­
res logros, y dentro de esta, las biografías y las
ALONSO DE CASO, F. -> Véase VELA, Fernando. obras dedicadas a su tierra; así, destacan: Santo
Toribio, obispo de Astorga (1939), El Gran Ca­
ALONSO CORTÉS, Narciso (Valladolid, 1875- pitán Gonzalo de Córdoba (1942), Don Suero de
1972) Quiñones el del Passo Honroso (1950), La bio­
Ensayista, poeta y dramaturgo. Doctor en D ere­ grafía, género de creación literaria (1952),
cho y en Filosofía y Letras, ejerció como catedrá­ Gaudí en Astorga (1960), León (La España de
tico; perteneció, además, a la Real Academia Es­ cada provincia) (1964), La eucaristía en la idea
pañola. Fundó la Revista Castellana y, como im perial leonesa (1969), Elementos paganos y
poeta, publicó Fútiles (1897), Rengloncitos heterodoxos en el León antiguo (1980), Los ma-
(1899), Briznas (1907), La mies de hogaño ragatos, su origen, su estirpe, sus modos (1980;
(1911) y Árbol añoso (1914). En su faceta de au­ con tres ediciones posteriores), Gerardo Diego y
tor dramático destaca Amaranto (1921). Fue, sin Astorga (1981) o El teatro en Astorga (1986).
embargo, por su labor como investigador de la li­
teratura por lo que destacó, con estudios como ALONSO DE MADRID, fray -> Véase MADRID,
Don Hernando de Acuña. Noticias biográficas fray Alonso de.
(1913), Zorrilla, su vida y sus obras (1916-20;
3 vols.), El teatro en Valladolid de los siglos XVI ALONSO MILLÁN, Juan José (M adrid, 1936)
al xvm (1925) o Miscelánea vallisoletana (1955). Dramaturgo. Desde joven ha estado ligado al
mundo del teatro como director del Teatro Espa­
ALONSO GAMO, José María (Torija, Guadala­ ñol Universitario de Madrid; dirigió más tarde el
jara, 1913-Madrid, 1993) Teatro Popular Universitario y finalmente llegó a
Ensayista y poeta. Abogado y diplomático, fue ser vicepresidente de la Sociedad General de Au­
director del Aula Poética del Ateneo de Madrid y tores de España. Por su sentido del humor e iro­
del Instituto de España en Londres, así como nía de sus textos, se le ha considerado en la línea
miembro fundador de la Comunidad Europea de de autores como Jardiel Poncela*, Miguel
Escritores. Premio Nacional de Literatura 1952, Mihura*, Alfonso Paso* y Tono*, sin duda todos
consiguió, además, el Premio Fastenrath de la ellos de categoría mucho más elevada. Caracte­
Real Academ ia E spañola por Un español en el rística esencial de sus obras es la capacidad para
mundo: Santayana. Se trata de un autor de len­ hilvanar situaciones y diálogos disparatados, si
gua elegante y pulcra, culta y heredera del más bien llega un momento en que ese teatro del dis­
limpio clasicismo. En 1972, su poemario Paisa­ parate es adoptado como receta y term ina vi­
jes del alma en paz, paisajes del alma en guerra ciando los argumentos. Destacan entre sus obras
(1943) fue galardonado con el Premio Ejército Operación A (1959), por la que obtuvo el Premio
de Poesía. Otros poemarios suyos son Zurbarán Marzo de Teatro de Humor, Las señoras, p ri­
(1974) y Rincón (1984). Es autor de otros textos mero (1959), La felicidad no lleva impuesto de
como: Viaje a España de Francesco Guicciar- lujo (1961), La señora que no dijo sí (1962), El
34
ALONSO MONTERO

cianuro... ¿solo o con leche? (1963), Carmelo ALONSO RODRÍGUEZ, san Véase RODRÍ­
(1964), Mayores con reparos (1965), Pecados GUEZ, san Alonso.
conyugales (1966), Juegos de sociedad (1970),
Cantando se entiende la gente (1975), Los vier­ ALONSO DE SANTOS, José Luis (Valíadolid,
nes a las seis (1976), Barba Azul y sus mujeres 1942)
(1980), Compañero te doy (1983), Los misterios Dramaturgo. Catedrático de Escritura Dramática
de la carne (1984), El camino verde (1985), Ca- en la Real Escuela Superior de Arte Dramático
pullito de alhelí (1985), Sólo me desnudo delante de Madrid, es uno de los autores teatrales que
del gato (1985) o Todo controlado (1993). Es au­ m ayores éxitos ha cosechado en los últimos
tor, por otra parte, de una novela, Que Vd. lo años. Comenzó su carrera trabajando como ac­
mate bien (1979), y de un ensayo: Las revistas tor, para dedicarse después, a partir de 1964 y de
del corazón (1986). la fundación de la compañía Teatro Libre, en la
que, además de escribir sus propias obras, dirigía
ALONSO MONTERO, Xesús (Vigo, Pontevedra, y adaptaba textos ajenos, a la escritura y a la di­
1932) rección teatral con grupos independientes. En
Ensayista en lenguas gallega y española. Licen­ sus textos, donde se aprecia su habilidad en la
ciado en Filosofía y Letras, en la actualidad es elaboración de tragicomedias, está claro que do­
profesor de Literatura Española en la Universi­ mina un costumbrismo* con intenciones de cró­
dad de Santiago. Entre sus ensayos destacan sus nica social claramente apreciado por el público.
rigurosos estudios sobre la lengua y la literatura Suyas son obras como Viva el duque nuestro
de su tierra; así, hay que citar: La palabra en la Dueño (1975), El combate de Don Carnal y
realidad (1963), Realismo y conciencia crítica Doña Cuaresma (1980), La verdadera y singular
en la literatura gallega (1968), O que compre historia de la Princesa y el Dragón (1981), La
saber da lingua galega (1969), Constitución del estanquera de Vallecas (1982) — de la que se
gallego en lengua literaria (1970), Rosalía de rodó una película, dirigida por Eloy de la Igle­
Castro (1972-85), Informe dramático sobre la sia— , El álbum fam iliar (1984), Bajarse al moro
lengua gallega (1973), Encuesta mundial sobre (1986), por la que recibió, entre otros, los Pre­
la lengua y la cultura gallegas y otras áreas mios Tirso de Molina 1984, Nacional de Teatro
conflictivas (1974), Castelao (1975), Lingua, li­ 1986 y Mayte 1987, Fuera de quicio (1985), Pre­
teratura e sociedade en Galicia (1977), Celso mio Rojas Zorrilla, La última pirueta (1987), Pa­
Emilio Eerreiro (1982), Biografía docum ental res y Nines (1988), Trampa para pájaros (1990),
dos «Seis poem as galegos» de García Lorca y Vis a vis en Hawai (1992), el monólogo La som­
su Antología (Os cen mellores poemas da lingua bra del Tenorio (1995) y Frontera de yanquis y
galega, 1970). yonkis (1995), a las que hay que añadir la come­
dia musical, escrita expresamente para Sara
ALONSO PEDRAZA, Martín (Vadunciel, Sa la ­ Montiel, Amados míos (1995) y Salvajes (1997).
manca, 1903-?) Es autor, además, del ensayo, en coautoría
Poeta y ensayista. Alumno de Miguel de Una- con Fermín Cabal*, Teatro español de los 80
muno*, estudió Filosofía y Letras en Salamanca (1985), de una novela titulada P aisajes desde
y colaboró durante años en diarios como La Na­ mi bañera (1993) y del ensayo propio La escri­
ción, de Buenos Aires, ABC y Ya, además de par­ tura dramática (1998). Asimismo, fue guionista
ticipar en su día en la redacción del tercer volu­ de la serie televisiva Eva y Adán, y ha sido ga­
men del Diccionario Histórico de la Lengua lardonado con los más prestigiosos premios tea­
Española. Incansable viajero, destacan, además trales, entre ellos, y aparte de los ya menciona­
de poemarios como Piedras de romancero dos, el del Festival de Sitges a la m ejor
(1939), Rumor de boda (1943), A m or ronda la Compañía (1973), Ciudad de Segovia a la m e­
casa (1953) y Raíces y alas (1958), sus ensayos jo r Dirección (1977), Teatro A guilar (1980) y
Libro de buen andar (1943), Ciencia del len­ Gallo Vallecano (1981).
guaje y arte del estilo (1947), Evolución sintác­
tica del español (1964), Diccionario del español ALÓS DOMINGO, Concha (Valencia, 1928)
moderno (1968) y Gramática del español con­ Novelista. María Concepción Alós Domingo co­
temporáneo (1968), entre otros. m enzó su carrera como colaboradora de prensa
en Palma de Mallorca, donde era maestra. Será
ALONSO QUESADA -> Véase QUESADA, en 1962, cuando m archa a Barcelona, el m o­
Alonso. mento en que se inicia su producción narrativa.
Aunque había sido finalista del Premio Sésamo
ALONSO REMÓN, fray -»Véase REMÓN, fray en 1957, con el cuento «El agosto», y del Ciudad
Alonso. de Palma en 1958 con su prim era novela,
35 ALTAMIRA Y CREVEA

Cuando la luna cambia de color, se abre paso en (1969), Una historia de guerra (1972), Romance
el panorama literario con dos novelas de interés: con bomba atómica (1987) y Dorado palacio de
Los enanos (1962), galardonada con el Premio Lisboa (1991), a las cuales hay que añadir el vo­
Selecciones de Lengua Española de Plaza & Ja- lumen de relatos La luz de Tánger (2000). Ha
nés, y Los cien pájaros (1963), hasta ganar el sido colaborador en importantes textos dedica­
Premio Planeta en 1964 con Las hogueras, obra dos a la gastronomía española, y es autor de va­
técnicamente encomiable en la que se consigue rios ensayos, de los que hay que citar Ruta y Le­
un difícil equilibrio entre realismo* y espiritua- yendas de Oviedo (1959), Los Papas del siglo XX
lismo. En El caballo rojo (1966) analiza la situa­ (1966), Oviedo vista p or los asturianos (1976),
ción de los refugiados políticos de la Guerra Ci­ Dos pintoras asturianas: Julia Alcayde; Caro­
vil, y así se abre a la diversidad de temas tratados lina del Castillo (1978), Cartas de amor de una
por su prosa. Otros títulos son La madama monja portuguesa (1987), y, en colaboración, de
(1969), Rey de Gatos (narraciones antropófa- nuevo, con Juan Mollá, Carlos Bousoño en la
gas) (1972), Os habla Electra (1975), Argeo ha poesía de nuestro tiempo (1987).
muerto, supongo (1982) y El asesino de los sue­
ños (1986). ALPUENTE, Moncho (Madrid, 1949)
Narrador, poeta y periodista. Destaca su poema-
ALPERA, Lluis (Valencia, 1938) rio Versos perversos (2000), libro en el que com­
Poeta y ensayista. Licenciado en Filología R o­ bina la sátira de corte clásico, más bien queve­
m ánica por la U niversidad de M adrid, y docto­ desca, con el tono más actual y ripioso del
rado en Valencia en 1963, ha sido profesor de lenguaje de la calle.
Lengua y Literatura catalanas y de Filología His­
pánica en las universidades de Washington, Sant ALTABELLA, José (Caspe, Zaragoza, 1921)
Louis y Missouri. Es autor de varios poemarios Ensayista. Catedrático, es considerado uno de los
de calidad, entre ellos El magre inenjar (1963), grandes especialistas en la Historia del perio­
Dades de Vhistoria civil d ’un valenciá (1967), dismo. Fue miembro fundador de la «Associa-
Temps sense llágrimes (1968), con el que obtuvo tion Internationale des Etudes et recherches sur
el Premio Valencia de Poesía, y Tempesta dár- 1’Information», creada bajo los auspicios de la
gent (1986). Diversos ensayos deben sumarse a UNESCO en París, y trabajó para el diario ABC.
su producción: Poetes Universitaris Valencians De rigurosa y amplia obra ensayística, cabe des­
(1962), Los términos de botánica valenciana en tacar los siguientes títulos: Corresponsales de
F. Eiximenis (1968) y, en colaboración con Julio guerra: su historia y su actuación (1945), Histo­
Rodríguez-Puértolas*, Poesía i societat a l ’edat ria de la crónica de sociedad (1952), Síntesis
Mitjana (1973). cronológica de la H istoria del Periodismo
(1953), El «Faro de Vigo» en su proyección his­
ALPERI, Víctor (Mieres, Asturias, 1930) tórica (1965), «El Norte de Castilla» en su
Novelista y ensayista. Comenzó estudios de M e­ marco periodístico (1966), «Las Provincias»:
dicina, se doctoró en Derecho y es colaborador eje historia del periodismo valenciano (1970) y
habitual en prensa, así como miembro del Insti­ Lhardy. Panorama histórico de un restaurante
tuto de Estudios Asturianos. Comenzó como es­ romántico, 1839-1978 (1978; 1985), por el que
critor siguiendo los cánones de la narrativa más recibió el Premio Ortega y Gasset de Ensayo.
usual en los años cincuenta, y es en los años se­
senta cuando comienza a interesarse por las nue­ ALTAMIRA, vizconde de (?, 1458-?, 1508)
vas técnicas narrativas que vienen del monólogo Poeta. Alonso Pérez de Vivero, confundido por la
interior y que ahondan en el análisis psicológico crítica con Rodrigo Osorio de Moscoso, conde de
de los personajes, aunque sin abandonar del todo Altamira, perteneció a una familia gallega, afin­
los recursos narrativos tradicionales. Tras su pri­ cada más tarde en Valladolid, y se trata de un poeta
mera novela, Como el viento (1957), las obras si­ atormentado por el amor en quien contrastan los
guientes las escribe en colaboración con el escri­ conceptos de Sentimiento y Conocimiento. Sus
tor Juan Mollá*: Sueños de sombra (1960), Agua poemas aparecen en el Cancionero general (véase
india (1961) y Cristo habló en la montaña CANCIONERO), así como en el Infierno de los ena­
(1962), agrupadas en Sinfonía asturiana (1962), morados de Garci Sánchez de Badajoz*.
a las que siguen el resto de sus muy numerosas
novelas, entre las que destacan Dentro del río ALTAMIRA Y CREVEA, Rafael (Alicante, 1866-
(1963), galardonada con el Premio Selecciones México, 1951)
Plaza & Janés, Anselm o el pescador (1963), Historiador y narrador. Fue profesor en la Insti­
Viejo retablo de títeres nuevos (1964), La batalla tución Libre de Enseñanza* y catedrático en las
de aquel general (1966), El rostro del escándalo universidades de Oviedo y de M adrid antes de
36
ALTARRIBA

exiliarse en M éxico. Su análisis de la Historia, su hijo en 1933 marcaron su obra, y convirtieron


en la línea seguida por la Generación del 98*, la idea de la muerte en sello indeleble presente
aúna los acontecimientos históricos y los cultu­ en sus versos. El amor, la soledad y el sufri­
rales para caracterizar las peculiaridades del miento son otros temas fundamentales, tratados
alma española. Entre sus obras fundam entales con musicalidad y una humanización transpa­
están Historia de España y de la civdización es­ rente. Pueden distinguirse, en su obra, dos épo­
pañola, una importante Historia del Derecho cas, separadas por la guerra; así, en primer lugar
español y su célebre ensayo Psicología del p u e­ caben citarse: Las islas invitadas y otros poemas
blo español (1901). Como literato, cabe destacar (1926), Ejemplo (1927), Vida poética ( 1930), So­
su libro de relatos Cuentos de amor y tristeza ledades juntas (1931), La lenta libertad (1936) y
y su novela Reposo. Las islas invitadas (1936). Después, ya fuera de
España: Nube temporal (1939), Poemas de las
ALTARRIBA, Antonio (Zaragoza, 1952) islas invitadas (1946), Fin de un am or (1949),
Narrador. Catedrático de Literatura Francesa en Poemas en Am érica (1955) y Últimos poem as
la Universidad del País Vasco y periodista que (1960), a los que hay que añadir sus Poesías
ejerce en la prensa vasca, sobre todo en las pági­ completas (1926-1959) (1960) y Alba quieta y
nas de cultura del diario El Mundo. Su prosa se otros poemas (2001), en el que por primera vez
interesa por los aspectos visuales del lenguaje, se publicaba ese libro, Alba quieta, cuya escri­
así como por las posibilidades narrativas de la tura él mismo confesaba como terminada en una
imagen. Destacan obras como su novela El filo carta a Guerrero Ruiz* fechada en octubre de
de la lima (1994) y el libro de relatos Cuerpos 1928 y cuyo manuscrito se encontró entre los pa­
entretejidos (1996), que fue finalista del Premio peles del ya citado Juan Ramón, a quien se lo ha­
Sonrisa Vertical en 1996 y en el que aborda cinco bía enviado sin recibir respuesta, aunque se sabe,
historias que remiten a la sensualidad oriental. por la correspondencia, que ese mismo año se
Hay que mencionar el volumen de artículos Con­ encontraron en Panamá y que la opinión de Ji­
tra corriente (2000), que en realidad supone una ménez no debió de ser muy favorable, pues en
colección de ensayos sobre las conductas huma­ una carta ulterior Altolaguirre le dice que, consi­
nas en el cambio de siglo, así como el ensayo La derando lo que le dijo sobre sus poemas, había
España del tebeo. La historieta española de decidido no publicarlo. Hubieron de pasar más
1940 a 2000 (2001). de setenta años para que el libro viera la luz, un
libro de claras influencias juanramonianas por lo
ALTOLAGUIRRE, Manuel (M álaga, 1906-Bur- que tiene de poesía purista y contemplativa.
gos, 1959) Como prosista, escribió una biografía de Garci­
Poeta. Fundador, en su ciudad natal, de las revis­ laso de la Vega* y una autobiografía novelada sin
tas Ambos, con José María Souvirón*, y Litoral acabar. El Caballo Griego. Después de veinte
en 1926, es considerado como una de las voces años de exilio, en su segundo viaje a España,
relevantes de la Generación del 27*. Fue trascen­ muere en accidente de automóvil.
dente su labor como impresor y editor, al crear
colecciones de poesía y revistas como La tenta­ ALUMBRADISMO
tiva poética, Héroe, Poesía o Caballo Verde para Corriente de pensamiento religioso que alcanzó
la poesía, esta ya en Madrid con la ayuda de su cierta celebridad en Toledo después de 1516. Sus
mujer, la escritora Concha M éndez*. En 1939 miembros, conocidos como alumbrados, ilum i­
marchó al exilio, primero a París, después a nados o «dexados» — por entrar en estado de
Cuba y, por fin, a México, país en el que hizo in­ «dejamiento», abandono o éxtasis— , fueron per­
cursiones en el cine, con la proximidad de Luis seguidos desde la elaboración del edicto inquisi­
Buñuel*. Escribió varios guiones y rodó una ver­ torial de 1525. En el siglo xvn, Miguel de Moli­
sión del Cantar de los Cantares. En M éxico, nos* se convirtió en el guía de estos personajes
además, editó una colección de clásicos castella­ que eran acusados de entrar en trances extáticos
nos. De su poesía hay que señalar la influencia y de considerar el rito, la oración y el Texto Sa­
de las tendencias poéticas anteriores, aprecián­ grado como inútiles. Otro miembro de este mo­
dose, en sus primeros versos, la de Juan Ramón vimiento fue Juan de Valdés*, quien consideraba
Jiménez*. Parece, no obstante, m ostrarse más absurda la intercesión de los sacerdotes para re­
interesado por el Romanticismo* — no en vano lacionarse con Dios. Con el tiempo, dos tenden­
publicó una Antología de la poesía romántica cias se dieron en la corriente: una, próxim a al
española y una traducción del Adonais de She- protestantismo y, otra, tendente al misticismo ex­
lley— , aunque en su poesía está clara una voz tático, lo que llevó a la Inquisición a sospechar
personal creciente a medida que avanzaba el de santa Teresa de Jesús* y de san Juan de la
tiempo. La muerte de su madre en 1926 y la de Cruz* como herejes.
37 ÁLVAREZ

ALVAR LÓPEZ, Manuel (Benicarló, Castellón, 1961), en cuyas ampliaciones posteriores cola­
1923-Madrid, 2001) boraría con Gregorio Salvador*, el Atlas Lin­
Ensayista, poeta y narrador. Doctorado en Filo­ güístico y Etnográfico de las Islas Canarias
sofía y Letras, en 1946, por la Universidad de (1975) y el Atlas Lingüístico y Etnográfico de
M adrid, catedrático de la U niversidad de G ra­ Aragón, Navarra y Rioja (1979), y que fue autor
nada, primero, y posteriormente de la Autónoma de un estudio sobre los Textos hispánicos dialec­
de Madrid y de la de Nueva York, fue especia­ tales (1961; 2 vols.). En 2001 comenzó la publi­
lista en dialectología, sociolingüística y literatura cación de su ambicioso y monumental Atlas Lin­
medieval, y uno de nuestros lingüistas más repu­ güístico de Hispanoamérica con la publicación
tados. Nombrado jefe de la Sección de Dialecto­ de los volúmenes dedicados a la República Do­
logía del Instituto Reyes Católicos y, a propuesta minicana y al sur de Estados Unidos, El español
del Centro Internacional de Dialectología, repre­ en el sur de Estados Unidos. Estudios, encues­
sentante español en el Comité del «Atlas lingüís­ tas, textos y El español en la República Domini­
tico del Mediterráneo», dirigió el Departamento cana. Estudios, encuestas, textos, y anunció ya
de Filología y Dialectología del CSIC, presidió ulteriores entregas dedicadas a Paraguay, Vene­
la Société de Philologie Romane y fue redactor, zuela, México, Chile y A rgentina y Uruguay,
entre otras publicaciones, de la Revista de Filo­ continuación que Alvar no podría ver en vida.
logía Española. En 1974 fue elegido miembro de Fue galardonado con los premios Menéndez Pe-
la Real Academia Española, de la que, en 1988, layo (1946), Antonio de Nebrija (1955), Fran­
fue nombrado director, cargo que desempeñaría cisco Franco de Letras (1960) y el Premio Na­
hasta 1991. Perteneció, asimismo, a las A cade­ cional de Literatura (1976).
mias de Bellas Artes de Barcelona y San Telmo
de Málaga, así como al Colegio Libre de Eméri­ ALVARADO, Francisco (M archena, Sevilla,
tos. Además de dedicarse al ensayo, destacó 1756-1814)
como poeta y, ocasionalm ente, como narrador. Prosista. Monje dominico que fue lector de Teo­
Pero quizá su labor fundam ental consistiera en logía y catedrático de M etafísica en el Colegio
su modo de abordar los estudios sobre la lengua M ayor de Teología de Santo Tomás de su ciu­
española, siempre de modo globalizador, enten­ dad natal. Es autor de Cartas críticas (1824),
diendo como una la lengua de España y la de contra los liberales de las Cortes de Cádiz, y
América. Asimismo, le debemos numerosos atlas Cartas filosóficas de A ristóteles (1825), que
lingüísticos y una obra extensa y honda que firmó con el seudónimo de El Filósofo Rancio.
abordó, desde una sólida formación humanística, Sus obras se publicaron postumamente en once
asuntos tan variados como la influencia del cine volúmenes.
en la novela, la poesía contemporánea o la lírica
medieval. Entre sus libros de poesía hay que ci­ ÁLVAREZ, Carlos (Jerez de la Frontera, Cádiz,
tar Dolor de sangre (1949), Sonetos de las au ­ 1933)
sencias (1966), La ciudad es ya cuerpo (1970), Poeta. Desde muy joven reside en Madrid, donde
Sangre reposada (1973), Sumie (1979) o Las estudió el bachillerato e inició estudios de Dere­
granadas en el ramo (1983), entre otras. Una no­ cho y Letras que luego se verían interrumpidos.
vela hay que añadir a esta lista: El envés de la Dio numerosos recitales poéticos por Europa y
hoja (1982), pero donde su labor resultó verda­ pasó largo tiempo en prisión por sus enfrenta­
deramente relevante fue en el campo de la crítica m ientos con el régimen de Franco. Es en 1960
y el eñsayo, con textos como: Endechas judeo- cuando da cauce a su vocación literaria. Entre
españolas (1953), Granada y el Romancero sus obras hay que citar: Escrito en las paredes,
(1956), La poesía de D elmira Agustini (1959), con el que fue finalista del Premio Antonio M a­
Unidad y evolución en la lírica de Unamuno chado en París en 1962, y que, en 1963, recibió,
(1960), Variedad y unidad del español (1969), El en su traducción al danés, el Premio Loveman-
Romancero. Tradicionalidad y pervivencia ken en Copenhague, Noticias del más acá
(1970), Estudios y ensayos de literatura compa­ (1964), Estos que ahora son p oem as... (1969),
rada (1971), La generación del 98 (1974), De Tiempo de siega y otras yerbas (1970), Eclipse
Galdós a M iguel Ángel Asturias (1976), Unión de mar (1973), Aullido de licántropo (1975),
en claridad (1976), Lengua y sociedad (1976), Versos de un tiempo sombrío (1976), La cam­
Épica española medieval (1981), Informática y pana y el m artillo pagan al caballo blanco
lingüística (1983), Hombre, etnia, Estado (1986) (1977), Poemas para un análisis (1977), Los
o Gracián y su época (1986). Es importante des­ poemas del bardo (1977), Antología (1978),
tacar que, en la colección «Atlas Lingüístico de D ios te salve María... y algunas oraciones lai­
España», se ocupó, entre otros, del A tlas L in­ cas (1978), Cantos y cuentos oscuros (1980), Re­
güístico y E tnográfico de Andalucía (Tomo I, flejos en el Iowa River (1984) y El testamento de
ÁLVAREZ 38

H eiligenstadt (1985). En el terreno del ensayo, nueva edición en 1993— y cuya última versión
ha publicado Volver a la patria y otros comenta­ es de 2002, La Edad de Oro (1980-1984), Tósigo
rios (1987). Muchas de sus obras han sido tradu­ ardento (1985), El escudo deAquiles. Los poetas
cidas al sueco, ruso, italiano y francés. del Dragón (1987), El botín del mundo (1994),
La serpiente de bronce (1996) y La lágrima de
ÁLVAREZ, Carlos Luis (Oviedo, 1931) Ahab (1999), con el que obtuvo el prestigioso
Ensayista. Periodista de extraordinario prestigio Premio Fundación Loewe. Como narrador, ha
en nuestro país y colaborador habitual en diferen­ publicado Desolada grandeza (1976) y, en el te­
tes medios, fundamentalmente en A BC — diario rreno del ensayo, El viaje clásico (Finisterre)
en el que popularizó el seudónimo Cándido— , (1984). Ha sido, además, traductor de Kavafis y
el semanario Tiempo y, mucho antes, en las re­ de Hólderlin.
vistas humorísticas La Codorniz y Hermano
Lobo. Su firma se ha visto, y se ve, en los perió­ ÁLVAREZ, Malén (Almendralejo, Badajoz)
dicos de mayor tirada, así como en televisión, y Narradora. De nombre completo Malén Álvarez
se dedica prioritariam ente al análisis político. Franco, es una autora en cuyas páginas aborda
Entre sus obras de ensayo, y recopilaciones pe­ las relaciones familiares con una concepción que
riodísticas, se cuentan: La rueda. Miseria y es­ aúna lo mágico y lo racional y en la que tiene ex­
plendor de la India (1965), Un periodista en la traordinaria importancia el influjo del paisaje so­
Dictadura (1976), Caperucita y los lobos (1976), bre los personajes. Destacan sus novelas El Alto­
De ayer a hoy (1978), Setenta y cuatro artículos zano (1991), con la que obtuvo el Premio de
de Cándido en «ABC» (1982) y Qué es la digni­ Novela Corta Ciudad de Cáceres, y La cáscara
dad (2001). Ha recibido, entre otros, el Premio amarga (1999).
Luca de Tena, y es autor de la novela Pecado es­
carlata (2001). ÁLVAREZ, María Teresa (Asturias)
Narradora. Licenciada en Ciencias de la Infor­
ÁLVAREZ, Emilio (Valencia, 1833-Chile, 1900) mación, fue cronista deportiva en la radio astu­
Dramaturgo y novelista. Director de escena del riana y ha realizado program as de televisión,
Teatro Español, es autor de comedias como Uno siempre con la historia de las mujeres como eje
de tantos (1858), Pecados veniales (1860) o M a­ de su reflexión. De estos programas, destacaron
dre ¡nía, de las zarzuelas La reina Topacio «Viaje en el Tiempo», «Sefarad, la tierra más be­
(1861), La voluntad de la niña (1863), Sobre as­ lla» y «Mujeres en la Historia», ambos de carác­
cuas (1876) y Juana, Juanita y Juanillo (1877). ter divulgativo. Fue, asimismo, subdirectora de
Como novelista, publicó Los hijos de M adrid C ultura y Sociedad de los Telediarios de TVE.
(1871-1873). Con su primera novela, La pasión última de Car­
los V (1999), debutó como narradora de novela
ÁLVAREZ, José María (C artagena, M urcia, también histórica, demostrando sus muchos co­
1942) nocimientos, al tiempo que convierte la trama,
Poeta. Licenciado en Historia, fue espectador las relaciones de Bárbara Blomberg con el empe­
privilegiado de los movim ientos sociales de las rador, en una reivindicación feminista frente al
minas de la Unión en los años sesenta, lo que poder masculino. Es autora de los ensayos Isa­
constituye el origen de sus preocupaciones so­ bel II. Melodía de un recuerdo (2001) y Ellas
ciales, que poco a poco fueron adecuándose a los mismas. Mujeres que han hecho historia contra
modos contemporáneos. En su poesía, técnica­ viento y marea (2003).
mente identificada con el collage, desencantada
e irónica, nostálgica y en las líneas de un marca­ ÁLVAREZ, Miguel de los Santos (Valladolid,
dísimo culturalismo que no deja de lado la libido, 1817-Madrid, 1892)
aparecen personajes del cine, el cómic y la tele­ Poeta. Diplomático de intensa vida social, amigo
visión. Álvarez fue uno de los poetas incluidos y admirador de Zorrilla* y Espronceda*, militó
por J. M. Castellet* en su famosa antología siempre en el liberalismo progresista, motivo por
Nueve novísimos poetas españoles (1970). Hay el que hubo de emigrar a Francia. Como poeta,
que destacar sus poemarios Libro de las nuevas aunque es un escéptico decadente del Romanti­
herramientas (1964), 87 poemas (1970), Museo cismo*, incapaz de atinar con la fina ironía de
de cera, libro que, por motivos de censura, no sus maestros Espronceda o Byron, y sin especia­
podrá publicar íntegro por vez primera hasta les calidades estéticas, sí debe decirse que es cla­
1978 y en el que recogerá ya su producción entre ramente romántico. Su largo poema inconcluso
1960 y 1977, para convertirse en una obra en M aría (1840) es su obra más conocida, aunque
marcha, una suerte de obra completa, a la que ha hay que citar también sus «moralejas», fábulas
ido añadiendo sus nuevos libros — hubo una breves de carácter humorístico, y ciertos trabajos
39 ÁLVAREZ GATO

en prosa, como los cuentos recopilados en Tenta­ ÁLVAREZ ESPARANTZA, José Luis (San Sebas­
tivas literarias (1864), título que sirvió, en 1888, tián, 1929)
a los tres volúmenes de sus obras, sin olvidar sus Novelista y ensayista en euskera. Exiliado entre
numerosas colaboraciones periodísticas, su no­ 1962 y 1976, su obra es representativa de los
vela La protección de un sastre (1840) ni la con­ cambios ideológicos y de las tensiones genera­
tinuación de El diablo mundo de Espronceda, cionales propias del momento histórico que vive.
con la que completó su canto VII. Es conocido por dos seudónimos Txillardegui y
Larresoro, y ha ejercido como periodista, a pesar
ÁLVAREZ, Rosaura (G ranada, 1939) de lo cual es estimado y conocido como nove­
Poetisa. Es autora de los poemarios Hablo y ano­ lista con libros como Leturíaren egunkari ezku-
chece (1987), De aquellos fu eg o s sagrados tua (1957), Peru Leartzako (1960) y Elsa Schee-
(1988), D iálogo de Afrodita (en tres tiem pos) len (1969). Como ensayista, destaca Huntaz eta
(1994), El vino de las horas (1998) e Intim ida­ Hartaz (1965).
des (2001).
ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, Pedro (O viedo, 1914)
ÁLVAREZ DE AYLLÓN, Per -> Véase AYLLÓN, Novelista. Con dieciséis años comenzó a colabo­
Perálvarez de. rar en revistas cinematográficas, actividad perio­
dística que continuó durante años en diversas pu­
ÁLVAREZ Y BAENA, José Antonio (M adrid, ?- blicaciones, tales como El Español y La Estafeta
1803) Literaria. N ovelista apegado, técnicamente, al
Cronista e historiador de la ciudad de Madrid. Es realismo*, deben destacarse sus novelas Indeci­
autor de Compendio histórico de las grandezas sión (1944), Mi hermano Emilio y yo (1945), La
de la coronada villa y corte de Madrid (1786) y paradójica vida de Zarraustre (1946), Los Pi-
de Hijos de M adrid ilustres en santidad, digni­ mentel (1949), Los desheredados (1950), La es­
dades, armas, ciencias y artes (1789-1791). pera (1953), galardonada con el Premio Nacio­
nal de Literatura, Alguien pasa de puntillas
ÁLVAREZ BRACAMONTE, Luis (?-?) (1956), Quince noches en vela (1959), Oro rojo
Autor costum brista con tendencia a la crítica, (1964) y El doctor Grijalbo (1968), a las que hay
como en Exquisito retrato sin coloridos de la li­ que añadir el ensayo Galdós, los del 98 y noso­
sonja, de la petim etra p o r la mañana o en R e­ tros (1957).
trato verdadero y con copete de la petimetra por
la tarde, ambos de 1762. ÁLVAREZ GATO, Juan (Madrid?, 1440 o 1450?-
1511?)
ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS, Nicasio (M adrid, Poeta. Pertenecía a una familia de conversos y
1764-Orthez, Francia, 1809) fue armado caballero por Juan II*. Sirvió a En­
Poeta y dram aturgo. E studió leyes en O ñate y rique IV y, después de hacer lo propio con el in­
Salamanca, donde nació su amistad con Melén- fante don Alfonso, ejerció de mayordomo de la
dez Valdés*, autor que influiría sobre su obra. Reina Isabel. Como poeta, sigue la tradición de
Dirigió los periódicos La Gaceta de M adrid y El los cancioneros*, componiendo poesías amoro­
Mercurio de España, y a causa de ciertas opinio­ sas, satíricas y religiosas en las que se muestra
nes — vehem entem ente patrióticas, que se opo­ hábil en el manejo de las rimas, sobre todo de
nían a la invasión francesa— vertidas por él en las coplas de pie quebrado y las quintillas, ya
el prim ero, fue desterrado a Francia en 1808, que nunca escribió en arte mayor. Él mismo di­
donde moriría. Suele dividirse su poesía prerro­ vide sus poemas en tres grupos: de amores, de
mántica, caracterizada por la melancolía y la so­ «cosas de razón» y «espirituales, provechosos y
ledad, en bucólica y filosófica. Sus temas, no contemplativos», siendo los amorosos los más
obstante, pendulan entre la amistad y la denun­ numerosos y de m ayor calidad. En ellos trata
cia de las desigualdades sociales, con una poesía con ironía los temas habituales del amor cortés,
que lo llevó, en su tiempo, a ser considerado pri­ y mezcla los motivos amorosos con los sagra­
m era figura de las letras. Sus poesías. O bras dos. En cuanto a las poesías religiosas, resultan
poéticas, fueron editadas en 1816 por orden del de gran interés ya que glosan poemas populares
rey, y en ellas destacan poem as como La rosa que vuelve a lo divino*. En su madurez, Álva-
del desierto, El túmulo, La escuela del sepulcro, rez Gato experimentó una crisis moral manifes­
El otoño y M i paseo solitario en prim avera. tada en determinados aspectos que preludian la
Como autor teatral han de destacarse su com e­ corriente de los alum brados (véase ALUMBRA-
dia Las herm anas generosas y las tragedias La DISMO) y que apuntan a una nueva ideología de
condesa de Castilla (1798), Zoraida, Idomeneo las clases sociales y sobre la vida ascética y mo­
y Pitaco (1822). ral, todo ello en relación con la actitud general
40
ÁLVAREZ GÓMEZ

de los conversos. Tras su muerte, su figura cayó mida (1970), Juan Pueblo (1971), Poemas en
en el olvido, y fue recuperado por A m ador de carne viva (1973), H omenaje a Extremadura
los Ríos, y otros, en el siglo xix. Será en 1927, (1981), Poemas para hablar con Dios (1982) y
en la colección «Los Clásicos O lvidados», Humano (1982).
cuando J. Artlies publique las Obras completas
de Álvarez Gato, obras que se dividen en am o­ ÁLVAREZ ORTEGA, Manuel (C órdoba, 1923)
rosas, morales y políticas y religiosas. También Poeta. Fundador de la revista Aglaé en 1940, co­
escribió cartas en prosa, de tono ascético, y se menzó a colaborar en diversas publicaciones y
le atribuye la Breve suma de la santa vida del en radio en 1941, y residió durante largas tem ­
reverendísimo e bienaventurado don fra y F er­ poradas en Roma y en París. De su poesía cabe
nando de Talavera. Algunas de sus composicio­ decir que es desgarrada, nostálgica y nihilista y
nes, que figuran en el Cancionero general de que en ella el paisaje marino y, por supuesto, la
Hernando del Castillo*, dem uestran que fue playa son referentes esenciales para reflexionar
uno de los más amenos e ingeniosos poetas del sobre la muerte y el sexo. Este paisaje ha fun­
siglo xv. cionado siempre en sus versos en una doble ver­
tiente: como símbolo de lo humano, un paisaje
ÁLVAREZ GÓMEZ, Pedro (Villalba de la Lam­ convertido en cuerpo, en viscera, y como esce­
prearía, Zamora, 1909-?) nario también simbólico en el que el individuo
Novelista. Periodista, en 1944 asumió la direc­ se duele por su exilio de la patria telúrica. Frente
ción del Diario de Córdoba, cargo que desem ­ a esas profundidades, la playa es el lugar sa­
peñó hasta 1972. Además de cuentos y de Cada grado en el que se consuma el amor, o al menos
cien ratas un permiso, galardonada en 1939 con lo era en sus primeros poemarios, pues en los úl­
el Premio Vértice a la mejor novela corta de gue­ timos es el lugar invernal y desolado por el que
rra, otras novelas destacadas del autor son Á ni­ pasea el poeta. Todo en su poesía se ha ido trans­
mas vivas (1941) y Los cachorros (1943), publi­ formando en nostalgia, elem ento en el que se
cadas en El E spañol, Nasa (1942) y Los han ido anudando todas las em ociones, sobre
colegiales de San Marcos (1944). todo el sexo, ya perdido y sin cuerpo o latente
solo en ruinas carnales. Un mundo simbólico, en
ÁLVAREZ GUERRERO, Alfonso (siglo xvi) fin, que en la poética del poeta cordobés le sirve
T ratadista y poeta. La práctica totalidad de la en la búsqueda de la verdad absoluta, la revela­
obra de este ju rista y sacerdote portugués está ción final del mundo, que es su meta y que tras­
escrita en latín; en su mayoría versa sobre teo­ ciende a los signos y palabras que usa para al­
logía y legislación. Es im portante su Tratado canzarla. Deben destacarse sus poem arios La
de la reforma de la Iglesia (Valencia, 1536). En huella de las cosas (1948), Clamor de todo es­
un volumen, publicado en Valencia en 1520, se pacio (1950), El hombre de otro tiempo (1954),
recogen sus poemas Castillo de la Fama y Exilio (1955), Dios de un día (1962), Invención
Laberinto contra Fortuna, influidos ambos por de la muerte (1964), Oficio de los días (1969),
Juan de M ena*. En el mismo volum en está Carpe Diem (1972), Antología 1941-1971
su Linea imperatorum, un tratado genealógico (1972), Génesis (1975), Fiel infiel (1977), E s­
sobre los emperadores de Alemania hasta C ar­ crito en el Sur (1979) y Desde otra edad (2002).
los V. Como ensayista deben citarse sus im portantes
trabajos Poesía sim bolista francesa (1976;
ÁLVAREZ LENCERO, Luis (B adajoz, 1923-Mé- 1984) e Intratexto (1997).
rida, Cáceres, 1983)
Poeta y escultor. Compaginó estudios de Inge­ ÁLVAREZ PIÑER, Luis -» Véase PIÑER, Luis
niería Técnica Industrial con su trabajo como [Álvarez],
obrero. Funcionario del Instituto Nacional de
Previsión, hubo de emigrar en busca de trabajo a ÁLVAREZ QUINTERO, Serafín (Utrera. Sevilla,
diversos países europeos, donde celebró algunos 1871-1938) y Joaquín (Utrera, Sevilla, 1873-
recitales poéticos. Incluido en algunas antologías Madrid, 1944)
y colaborador en diversas publicaciones españo­ Dramaturgos. Dedicados desde jóvenes al tea­
las y extranjeras, dirigió la revista poética Gé- tro, escribieron toda su obra en colaboración,
nova de Badajoz. Su poesía, ligada hondamente salvo durante el paréntesis que supuso el infeliz
a su tierra y a raíces religiosas profundas, sigue m atrim onio de Serafín. Sus prim eros escritos
pautas clásicas que, además, muestran un cariz aparecieron en la prensa sevillana bajo el seu­
antibelicista. Deben destacarse poemarios como dónimo de El diablo cojuelo, y, en 1888, estre­
El surco de la sangre (1953), Sobre la piel de naron su prim era pieza, Esgrima y amor, aun­
una lágrima (1957), Hombre (1961), Tierra dor­ que el éxito no les llegaría hasta el estreno de
41 ALVIZ

su sainete E l ojito derecho (1897). M iem bros, ÁLVAREZ DE TOLEDO Y PELLICER, Gabriel (Se­
ambos, de la Real Academia Española, escribie­ villa, 1662-Madríd, 1714)
ron más de 200 obras, entre sainetes, comedias Poeta e historiador. Fue bibliotecario, secretario
y dramas sentim entales, además de libretos de del rey y uno de los fundadores de la Real Aca­
zarzuela — La reina mora (1903)— , comedias demia Española. Escribió sobre temas arqueoló­
costumbristas e, incluso, adaptaciones de nove­ gicos e históricos; así, destaca una obra como
las, como M arianela de Benito Pérez Galdós*. Historia de la Iglesia y del mundo... desde la
Su obra enlaza con el costumbrism o del si­ Creación hasta el D iluvio (1713), que provocó
glo xix, y se inspiran en motivos andaluces. Se duras polémicas. Pero es su labor poética la que
trata de una A ndalucía lum inosa que refleja se recuerda, después de que Torres Villarroel*
el ambiente localista del momento, de ahí que el publicara póstumamente su obra bajo el título de
teatro de los hermanos Álvarez Quintero no su­ Obras pósthumas poéticas (1744). Se trata de
ponga ninguna innovación respecto de la línea poesías fundamentalmente místicas y filosóficas
de los autores de comedia del xix. Sin embargo, de tono solemne, aunque es por un poema bur­
se ha elogiado, y con razón, por nombres como lesco incompleto, La burromaquia, por el que se
Pérez de Ayala*, Díez-Canedo*, Azorín* o Luis le recuerda.
Cernuda* — quien les dedicó un ensayo— , la
maestría de los hermanos a la hora de construir ÁLVAREZ DE VILLASANDINO, Alfonso (?,
sus obras creando diálogos vivaces, graciosos y 1340?-?, 1424?)
llenos de ingenio, a través de un lenguaje depu­ Poeta. Vivió en las cortes de Juan I, Enrique III y
rado dentro del dialectism o fonético andaluz. Juan II*, y su obra está incluida en el Cancionero
Hasta cierto punto, y frente al drama decimonó­ de Baena (véase CANCIONERO). Fue un poeta
nico, los Q uintero practican una com edia m o­ mercenario que, según le pagaran los nobles, es­
derna en la que, como se ha señalado, destacan cribía sobre lo que fuera, incluso procacidades,
el realism o naturalista e ingenuo y una visión pues estaba dotado de un gran ingenio, el cual le
sentimental de la realidad humana que reduce a permitía dedicarse con facilidad tanto a la sátira
cuestiones personales los conflictos de clase. A como a la adulación. Soldado y cortesano, vivió
partir de su primer triunfo escénico, que ya he­ de lo que ganaba escribiendo dichos encargos,
mos citado, destacan otros como Los Galeotes con los cuales galanteó damas, alabó a las man­
(1900), Las flo re s (1901), E l am or que pasa cebas de Enrique III, a la reina de Navarra, e in­
(1904), El genio alegre (1906), Amores y am o­ cluso se alquiló para insultar a otras damas en
ríos (1908), M alvaloca (1912), P uebla de las nombre de caballeros desairados. Cultivó todo
mujeres (1912), Cabrita que tira al monte tipo de poesía breve del momento, pasó por to­
(1916), La calum niada (1919), C ancionera das las escuelas de su tiempo y llegó a ser elo­
(1924), La boda de Quinita Flores (1925), Ma- giado por sus contemporáneos, los cuales admi­
riquilla Terremoto (1930) y la que es conside­ raban de él su agudeza, virtuosismo e ingenio.
rada su m ejor obra, desarrollada en am biente Entre los más destacados de sus admiradores, es­
madrileño, Las de Caín (1908). taba el marqués de Santillana*.

ÁLVAREZ SANTULLANO, Luis -> Véase SANTU- ÁLVARO DE CÓRDOBA, Paulo (Córdoba, 800-
LLANO, Luis de. 861)
Prosista. Cristiano de origen hebreo, su estilo,
ÁLVAREZ SIERRA, Consuelo (Barcelona, 1926) inicialm ente muy ornamentado, en una obra
Novelista. Autora de algunas obras de teatro y de como Indiculus luminosus (854), es sencillo y
poesías, su narrativa suele estar poblada de per­ claro, como por ejemplo en su Vida de san Eulo­
sonajes aislados y corrompidos que dan cuenta gio (860). Siguió la tradición, iniciada por san
de una sociedad sin valores. Tres son las novelas Agustín, y escribió una Confessio y un Lamen-
que presentan ese mundo: La ciudad de los tum. Fue autor de epístolas, recogidas en Episto­
muertos (1961), La piedad desnuda (1966) y Tie­ lario (ed. J. Madoz, 1947). Su latín no resulta,
rras de castigo (1983). sin embargo, demasiado correcto, ya que la len­
gua oficial del momento era el árabe.
ÁLVAREZ DE SORIA, Alonso (Sevilla, 1573-1603)
Poeta. Ahorcado como consecuencia de sus poe­ ALVIZ, Jesús (Acebo, Cáceres, 1946)
mas satíricos, se dice que es él quien está detrás Narrador, poeta y dramaturgo. Profesor de lengua
del Loaysa de El celoso extremeño de Cervan­ y literatura españolas, ha publicado varias nove­
tes*. Es autor de una colección de sonetos satíri­ las: Luego, ahora habíame de China (1977), He
cos, en la línea de los de Quevedo*, contra Cris­ amado a Wagner (1978), El Frinosomo vino a
tóbal Flores. Babel (1979), Calle Urano (1981), Trébedes
42
amadís de gaula

(1982) y Concierto de ocarina (1986). Asimismo, Entre sus estudios, muy numerosos, destacan
es autor de poesía, género en el que destaca el li­ Inscripciones árabes de Sevilla (1875), Inscrip­
bro Poemas (1977), y de las obras teatrales Un ciones árabes de Córdoba (1879) y otros dedica­
solo son en la danza (1982) e Inés María Calde­ dos a diferentes ciudades españolas.
rón, virgen y mártir, ¿santa? (1985).
AMANTES DE TERUEL
AMADÍS DE GAULA Véase RODRÍGUEZ DE Leyenda basada en la novella de Girolamo y Sil-
MONTALVO, Garci. vestra de Boccaccio, si bien el poeta turolense
Juan Yagüe de Salas* afirmó en su obra Los
AMADO-BLANCO, Luis (Riberas de Pravia, A s ­ amantes de Teruel: epopeya trágica (Valencia,
turias, 1903-Roma, 1975) 1616) haberse basado en una supuesta relación
Poeta y narrador. Estudió Medicina y marchó a local de 1217 que resultó ser falsa. El argumento
Cuba en 1936, donde continuó su labor periodís­ de esta historia, sobre la cual escribieron autores
tica. Embajador en el Vaticano, con Fidel Castro, como Pérez de Montalbán*, Tirso de Molina* o
fue, con su obra, un indagador profundo de la Hartzenbusch*, versa sobre la truculenta y obli­
realidad de la Guerra Civil española, así como de gada separación de dos amantes, Diego e Isabel,
la personalidad del país en el que residió tras su que terminarán sus días muriendo de dolor.
exilio. Colaborador del Diario de Madrid, La
Gaceta Literaria y Revista de Occidente, además AMAR Y BORBÓN, Josefa (Zaragoza, 1753-
de Norte (1927), su prim er libro de poemas, y 1805)
Ocho días en Leningrado (1932), que no son Ensayista. Defensora en sus obras de la igualdad
sino crónicas en verso de un viaje, publicado an­ femenina con el hombre, destacan títulos como
tes de la Guerra Civil, destacan otros poemarios Discurso en defensa del talento de las mujeres y
como Poema desesperado (1937) y Claustro de su aptitud para el gobierno y otros cargos en
(1942), así como las novelas y libros de relatos que se emplean los hombres (1786) y Discurso
Un pueblo y dos agonías (1955), Doña Velorio sobre la educación física y moral de las mujeres
(nueve cuentos y una nivola) (1960), Ciudad re­ (1790). Fue traductora, asimismo, del Ensayo
belde (1967) o el cuento Alias ventolera (1968). histórico-apologético de la literatura española,
de Francisco Xavier Lampillas*.
AMADOR DE LOS RÍOS, José (Baena, Córdoba,
1818-Sevilla, 1878) AMARO, José Luis (Córdoba, 1954)
Historiador y poeta. Imitador del romanticismo Poeta. Autor cuyos versos son herederos de la
del duque de Rivas*, influido por los clásicos en poesía de la experiencia*, pero que, en la medida
sus cartas y traductor, directamente del hebreo, en que esta venía de la Generación del 50*, han
de los Salmos, en 1839 publicó un volumen, titu­ explorado en los territorios más sociales de la
lado Poesías, que recogía los poemas aparecidos poesía, hasta derivar en el realismo* social hu­
con anterioridad en las revistas La Floresta A n­ yendo del intimismo poético. Se trata de una
daluza y El Cisne. Pero las obras fundamentales poesía en la que caben los rasgos imperantes de
de este erudito son la Historia social, política y la realidad actual, desde el imperialismo ameri­
religiosa de los judíos en España y Portugal cano y la guerra del Golfo hasta los vicios de la
(1875-1876; 3 vols.), y la Historia crítica de la sociedad de consumo, pasando por el paro, la in­
Literatura española (1861-1865; 7 vols.), que migración y el racismo. Es autor de poemarios
abarca hasta los Reyes Católicos y que supone como Erosión de los espejos (1981), Despojos de
un gran avance en la concepción historiográfica la noche (1983), Estrago y melodía (1984), Hue­
de la literatura, al aportar numerosos datos bi­ llas en el cristal (1984), Poemas sacramentales
bliográficos. Fue colaborador, además, en la re­ (1986) y Fronteras de niebla (1999).
dacción de una Historia de la villa y corte de
M adrid (1862-1864) y autor de varios dramas, AMAT, Nuria (Barcelona, 1950)
como Empeños de amor y honra, Felipe «el Atre­ Narradora y ensayista. Bibliotecaria, documen­
vido» o Don Juan de Luna. Sus artículos históri­ talista y, en la actualidad, profesora de D ocu­
cos aparecieron, a partir de 1841, en el Semana­ mentación Científica y Nuevas Tecnologías de
rio Pintoresco. Editó las Obras del marqués de la Inform ación en la Escuela U niversitaria de
Santillana*. B iblioteconom ía y D ocum entación de B arce­
lona. En sus obras, todas ellas de sugerente ar­
AMADOR DE LOS RÍOS, Rodrigo (M adrid, monía y clara personalidad, N uria Amat i N o­
1843-1917) guera aborda, desde una construcción literaria
Historiador. Hijo de José Amador de los Ríos*, de vocación lírica y clara complejidad, aunque
fue director del M useo Arqueológico Nacional. al margen de cualquier dem agogia estilística,
43 AMESTOY

cuestiones en las que trascienden la obsesión AMBER, Ángeles (Madrid, 1924)


por la muerte, el amor sometido al tiempo y a la Poetisa. Conocida también como Angeles Fer­
realidad, la locura y la presencia de los libros, nández Gómez, es autora de poemarios como
determ inante en la construcción de la propia Desde el amanecer (1979), ... Y una gota de
existencia, como lo ha sido y lo es en su p ro ­ Dios a mis amigos (1981), La juventud con Mari
pia vida. Posee una prosa m órbida con la que Carmen (1982), La paz es un grito verde (1983),
afronta ejercicios estilísticos en los que cabe Las hormigas no se comen la sal; El Rastro
desde la deconstrucción de la narratividad en (1985) y La noche es un espacio de caléndulas
función de las imposiciones periodísticas hasta (1992).
la poetización sensual de las descripciones. Es
autora de las novelas Pan de boda (1979), N ar­ AMENEDO, Cristina (La Coruña, 1925)
ciso y Arm onía (1982), E l ladrón de libros y Poetisa. Autora casi desconocida, aunque descu­
otras bibliom anías (1988), Todos somos Kafka bierta recientemente por una editorial que se
(1993), La intim idad (1997), El p a ís del alma ocupa de poesía femenina, deben destacarse sus
(2000) y Reina de América (2002), centrada en poemarios, algunos de ellos publicados por ella
el conflicto colombiano, con gran influencia de misma: La niña Saral: balada elegiaca (1979),
José Eustasio Rivera, y una vuelta de tuerca res­ Con el tiempo y el silencio (1992), Playa sor-
pecto a la tradición de la novela de aventuras, linga (1992) y Galicia, ruta de espiritualidad
en este caso inclinada hacia el compromiso so­ (1993).
cial. Ha escrito, asimismo, los volúmenes de re­
latos Am or breve (1990), M onstruos (1991) y El AMESTOY, Ignacio (Bilbao, 1947)
siglo de las m ujeres (2000), en los que se reú­ Dramaturgo. Periodista y crítico teatral, estudió
nen una serie de textos que ya habían sido pu­ arte dramático en el Teatro Estudio de Madrid.
blicados en otras obras suyas y que tienen la ca­ Es profesor de Literatura Dramática, Historia del
racterística común de estar protagonizados por Teatro y Semiótica en la Real Escuela Superior
m ujeres. Es autora de libros técnicos sobre la de Arte Dramático de Madrid, de la que es, ade­
m ateria de la que es profesora y de la novelita más, vicedirector. Ha trabajado, asimismo, para
infantil La biblioteca fa n ta sm a (1989), de un numerosos programas televisivos como ayu­
ensayo sobre las im plicaciones del uso del or­ dante de dirección, y ha sido actor y director de
denador en la escritura, El libro mudo (1994), y montajes de teatro independiente universitario.
de una suerte de curiosa guía de ciudades lite­ Entre 1984 y 1988 fue director adjunto del Tea­
rarias, Viajar es muy difícil. M anual de ruta tro Español y en 1987 fue elegido director del
para lectores periféricos (1995), así como de la Centro Cultural de la Villa de Madrid y del pres­
reunión de textos sobre literatura Letra herida tigioso Festival de Otoño. Es miembro del Con­
(1998). sejo Editorial de las revistas Primer Acto y Aco­
taciones y trabajó como columnista en el
AMAT I DE CORTADA, Rafael (B arcelona, desaparecido Diario 16, del que fue director ad­
1746-1818) junto de Opinión. Se trata de un autor que con­
Prosista en catalán. Personaje peculiar de la aris­ centra sus fuerzas en realizar obras de carácter
tocracia catalana — conocido en su seno como histórico, principalmente centradas en su tierra
Barón de M aldá— que escribió una obra en se­ natal, eruditas, perfectamente construidas y en
senta volúmenes titulada Calaix de sastre, en la las que deslumbra un perfeccionismo obsesivo
cual recoge informaciones del periodo compren­ por lo que respecta a su concepción dramática.
dido entre los años 1769 y 1818. Es un retrato de Destacan sus obras Conocerte es amarte, baby
la Barcelona de la época, escrito en estilo llano y (1979), Mañana, aquí, a la misma hora (1980),
popular, lejos, pues, de las técnicas literarias del galardonada con el Premio Aguilar, Ederra
momento. (1982), con la que obtuvo el Premio Lope de
Vega y el Espinosa y Cortina, Doña Elvira, ima­
AMAT NOGUERA, Nuria -> Véase AMAT, Nuria. gínate a Euskadi (1985), que fue Premio del Fes­
tival de Sitges, Durango, un sueño, 1493 (1989),
AMAYA ZULUETA, Manuel (C ádiz, 1947) Betizu. El toro rojo (1990), Yo fu i actor cuando
Novelista. A utor misterioso, influido por Valle- Franco (1993), Dionisio Ridruejo, una pasión
Inclán* y de clara tendencia expresionista, se española (1994), ¡No pasarán!, Pasionaria
percibe en sus páginas una nostalgia teñida de (1994), Elisa besa la rosa; La reina austríaca de
amargura. Fue finalista del Premio Luis Beren- Alfonso X II (1996), Guernika. Un grito. 1937
guer de Novela y con su prim era obra, El León (1996), La zorra ilustrada o Samaniego en el
de Oro (2000), obtuvo el Prem io U nicaja F er­ M adrid de Carlos III (1996), Violetas para un
nando Quiñones. Borbón (1999), con la que inició la que se anun­
44
AMÉZAGA URLEZAGA

ció como una tetralogía sobre la monarquía es­ al cruce de tres culturas (1989), Lehendakari
pañola y que mereció el Premio Celestina, Cie­ Aguirre, una vida al servicio de su pueblo
rra bien la puerta: crónica de mujeres (2001), (1990), Los Fueros, raíz de la basconidad
que recibió el prestigioso Premio Nacional de Li­ (1992), Calígrafos vascos (1994); los artículos
teratura Dramática, y Chocolate para desayunar periodísticos de Amada prensa (1996), Los vas­
(2001), galardonada con el Premio Lope de cos y la generación del 98 (1998), Los vascos,
Vega. América y el 98 (1999), escrito en colaboración
con Juan Pablo Fusi y Jon Juaristi*, Vidas rotas
AMÉZAGA URLEZAGA, Elias (Bilbao, 1921) (1999), Vicente de Am ézaga (1901-1969)
Novelista, dramaturgo y ensayista. Estudió D e­ (2001), Elias Amézaga, escritor del pueblo
recho en la Universidad de Deusto, aunque ter­ vasco (2001) y Biografía sentimental de Arana-
minó la carrera en Oviedo, fue profesor mercan­ Goiri (2002).
til en Bilbao y, en su época de estudiante, ya
colaboró en Hierro y La voz de Oviedo, para se­ AMO, Alvaro del (Madrid, 1942)
guir después firmando en numerosas publicacio­ Narrador, ensayista y dramaturgo. Crítico, guio­
nes. Ha hecho adaptaciones para televisión de nista, director de cine y de teatro, estudió en la
sus libros sobre Chopin o Van Gogh, así como Escuela de Cine, y aunque no se le considera un
diversos programas de radio. Dedicado a la bús­ autor experimental, la crítica siempre lo ha va­
queda de datos para sus estudios en bibliotecas lorado como un autor críptico y vanguardista,
de medio mundo, o retirado en su torre de en cuyos libros trasciende el lenguaje cinem a­
Getxo, en Vizcaya, su obra está al servicio de su tográfico y una enorm e finura estilística, ten­
pueblo y, en ella, se ocupa de personajes contro­ dente siempre a una concisión que, quizá, como
vertidos y de temas tabú relacionados con la cul­ él mismo ha confesado, es consecuencia de las
tura vasca. Ha traducido obras de Bertolt Brecht constricciones que le impone la escritura perio­
o del flam enco Michel de Ghelderode, entre dística. En todo caso, su concepción cinem ato­
otros. Como dramaturgo, se ha destacado su au­ gráfica del texto, o al menos su influencia sobre
dacia en la representación formal y sus preocu­ él, le lleva a manejar estructuras narrativas que
paciones escenográficas a propósito del texto, se explican a medida que avanza el relato o que
así como su inclusión en la corriente del teatro juegan con diferentes posibles perspectivas de
del absurdo. En cuanto a su narrativa, en la que visión de los hechos. Asim ism o, se ha desta­
no renuncia a las investigaciones formales, hay cado en sus libros el uso constante de la parodia
que señalar la m inuciosidad de su prosa, la y su concepción de la literatura como una uto­
misma que, unida al rigor exhaustivo de la do­ pía de lo real, siempre como contraste a los ho­
cumentación, caracteriza sus ensayos. Su obra rrores del mundo. Además del ensayo Coinedia
es muy abundante, aunque gran parte de ella ha cinem atográfica española (1975), es autor de
sido publicada por cuenta del autor. De su pro­ los libros de relatos Niños y bestias (1992), In­
ducción teatral destacan: Secreto confesional candescencia (1998), diez relatos sobre la bur­
(1935), Redentor del inundo (1953), Los peca ­ guesía acomodada, y En casa (1999), así como
dos se hacen de dos en dos (1953), Alberto de las novelas M utis (1980), Contagio (1991),
(1953), Yo, demonio (1957; 1977), sobre la fi­ El horror (1993), finalista del Premio Herralde,
gura de Lope de Aguirre, El proceso de M aría Libreto (1999), Los melómanos (2000) y Cine-
Estuardo (1959), Teatro (1970), Eso (1971), filia (2001).
Horno (1973) y Peñíscola y Savouarola (1975).
Entre sus novelas y ensayos destacan: Yo, demo­ AMO, Javier del (Madrid, 1944)
nio (1957), la biografía novelada Van Gogh v el N arrador. Abogado por la U niversidad de
más allá (1959; reeds., 1989 y 2000), Del cisma Oviedo y licenciado en Psicología Clínica por la
(1962), Morir, qué tentación (1963), Sonata f ú ­ de Madrid, es autor de novelas en las que la ca­
nebre (1963), Jorge Sand, íntima (1965), Con­ sualidad desaparece ante la reflexión, a través
sejos a un recién muerto (1966), Auto de fe en de la cual analiza la condición más íntim a del
Valladolid (1967), Guía del perfecto inquisidor ser humano. Se habla de él como de un escritor
(1968), Et aprés?-Aux barricades (1969), Con excesivam ente intelectualizado. Deben desta­
piedras (1972), Cómo se hace un rey (1973), carse sus novelas El sumidero (1965), Las horas
Enrique Quarto (1974), Los vascos que escri­ vacías (1968), Los fantasm as de Daniel (1970),
bieron en castellano (1977, 1981, 1992 y 1993; galardonada con el Premio Ateneo Jovellanos de
4 vols.), el diccionario Autores vascos (1984- Gijón, El canto de las sirenas de Gaspar Han-
1996; 10 vols.), A la contra (1986), Bilbao, ser (1973), con la que obtiene el Prem io Café
uuestro gran Bilbao (1988), El prim er Aguirre o Colón de Almería, La espiral (1972), Del cielo
el artífice del Estatuto (1988; 4 vols.), Euskadi: cuelgan ciudades (1977), La nueva ciudad
45 AMORÓS SOLA

(1979) y La niña que no tenía nombre (1983), a fue su tesis doctoral, y Viajes y aventuras de in­
las que hay que añadir, entre otras obras de ca­ terior (Notas para una poética).
rácter infantil y juvenil, el libro El niño que
pintó el mundo (1997). Como autor de ensayos, AMORÓS, Andrés (Valencia, 1941)
destaca por los siguientes títulos: Literatura y Crítico. Catedrático de Literatura, es uno de los
neurosis (1974), Literatura y psicología: La más prestigiosos críticos de nuestro país y cola­
neurosis del escritor español (1975), Nuestros borador habitual en las revistas más importantes,
cerebros dentro (1977), M ente y em otividad como Insula, Cuadernos Hispanoamericanos o
(1982) y Terapéutica del hombre. El proceso ra­ Revista de Occidente. Autor de numerosas edicio­
dical de cambio (1986). nes críticas, sus ensayos abarcan los grandes te­
mas de la Literatura. Ha recibido varios premios,
AMOR CORTÉS entre los que destacan el Nacional de Crítica Lite­
Nombre con que se denominó, en el siglo xix, al raria, el Fastenrath de la Real Academia Española
concepto del amor que im peró en la literatura y el Nacional de Ensayo. Obras fundamentales
trovadoresca hasta mediados del siglo xv. La ca­ suyas son, entre otras, Introducción a la novela
racterística fundamental de este es la utilización contemporánea (1966), Sociología de la nove­
de las reglas del vasallaje feudal en la relación la rosa (1967), Introducción a la novela hispano­
amorosa, de manera que la dama — denominada americana actual (1971), La novela intelectual
con formas m asculinas como midons— se con­ de Ramón Pérez de Ay ala (1972), Subliteraturas
vierte en el señor, y el enamorado en su vasallo. (1974), Diario cultural (1983), Clarín y «La Re­
La dama debía ser casada, ya que una doncella genta» (en colaboración con José María Martínez
no podía tener vasallos, lo que obligaba al ena­ Cachero*, 1984), Toros y cultura (1987), Len­
morado a ser discreto y encubrir el nombre de la guaje taurino y sociedad (1990), la biografía de
dama en sus versos m ediante las senyals. A si­ Ignacio Sánchez Mejías (1998), el torero y escri­
mismo, el amor cortés utilizó modos de la caba­ tor mecenas de los poetas de la Generación del
llería* similares a los del aprendizaje del caba­ 27*, y Momentos mágicos de la literatura (1999),
llero; así, prim ero se era fen h ed o r — tímido— , una suerte de guía de las páginas más hermosas
después pregador — cuando pedía los favores a de la literatura universal. Es, como dramaturgo,
su dama— , entenedor — enamorado fiel— y autor de Versión de D. Juan Tenorio (1985).
drut — amante— , cuando conseguía el favor de
la dama. El enamorado debía ser cortés y gene­ AMORÓS SOLA, Xavier (Reus, Tarragona,
roso para lograr el máximo premio: la contem ­ 1923)
plación de la amada. Se trata, pues, de un amor Poeta y ensayista en lengua catalana. Conside­
contemplativo y, por tanto, trágico, ya que obliga rado uno de los mejores poetas catalanes, ha
a luchar constantemente por la perfección en un mantenido una íntima relación con el mundo cul­
amor que jam ás se consuma. Esta idealización tural catalán y es uno de los fundadores de Amics
que ofrecen los trovadores contrasta, no obs­ de la Poesia, así como de grupos de teatro y de
tante, con el erotismo que se conjuga a menudo publicaciones. En la clandestinidad, participó en
en sus obras. la Comissió Democrática del Baix Camp entre
1969 y 1970, y formó parte de la Assemblea de
AMORAGA, Carmen (Picanya, Valencia, 1969) Catalunya en 1976. En 1986 fue elegido senador
Narradora. Licenciada en Ciencias de la Infor­ por Tarragona de PSC-PSOE, cargo que revalida
mación; trabaja en el D iario de Levante. Es au­ en 1990 y que mantuvo hasta su jubilación en
tora de las novelas Para que nada se pierda 1993. Influido en un-primer momento por el nou-
(1997), con la que obtuvo el Premio Ateneo Jo­ centisme (véase NOVECENTISMO), y por tanto
ven de Sevilla, y Todas las caricias (2000). marcado por un cierto simbolismo*, su obsesión
fue la de no convertirse en un poeta hermético,
AMORÓS, Amparo (Valencia, 1950) lo que fue dotando a su poesía de una hermosa
Poetisa y ensayista. Profesora de Literatura y pe­ claridad. A partir de 1960, la doble influencia de
riodista, ejerce la crítica literaria en diferentes Ungaretti y Espriu* lo lleva a encontrar una len­
publicaciones. D estacan sus poem arios Ludia gua despojada de artificios, capaz de nombrar la
(1983), que obtuvo un accésit del Premio Ado- tierra, la realidad, las emociones, sin recurrir a
nais, A l rumor de la luz (1985), La honda trave­ juegos oscuros e innecesarios, en íntima conso­
sía del águila (1986), Quevediana (1988), Visión nancia con una nueva conciencia realista que, a
y destino. Poesía 1982-1992 (1993) y Árboles en su vez, viene de sus cada vez mayores preocupa­
la música (1995). Como ensayista, ha escrito La ciones civiles. Destacan sus poemarios Poemes
palabra del silencio (La función del silencio en inédits de Xavier Am or ó s (1940-1959), Terra
la poesía española posterior a 1969) (1991), que (1960), Enyoro la térra (1961), Guardeu-me la
46
AMORÓS Y VÁZQUEZ DE FIGUEROA

paremia (1962), Tots nosaltres (194), galardo­ editó dos volúmenes con todas sus novelas: No­
nado con el Premio Caries Riba, Qui enganya, vela I y Novela II (1999).
para (1968) y la antología Poemes, 1959-1964
(1982), galardonada con el Premio de Literatura ANDRENIO -> Véase GÓM EZ DE BAQUERO,
C atalana de Poesía de la G eneralitat de C ata­ Eduardo.
lunya, a los que hay que añadir L'agulla en un
paller (1985), primera parte de sus escritos me- ANDRÉS, Elena (M adrid, 1929)
morialísticos, y la comedia Historia sentim en­ Poetisa. Licenciada en Filosofía y Letras, deben
tal (1958), con la que obtuvo el Premio San­ destacarse poemarios como El buscador (1959),
tiago Rusiñol y en los Jocs Floráis de la Eterna vela (1961), Dos Caminos (1964), galar­
Llengua Catalana en Mendoza, A rgentina, y donado con un accésit del Premio Adonais, Desde
que dejaba entrever influencias del teatro de aquí mis señales (1971), Trance de la Vigilia col­
Tennessee W illiams. Como ensayista, debe ci­ mada (1980), con el que obtuvo el Premio Ámbito
tarse su texto Carpeta de Calin-grafía (1976). Literario, y Talismán de identidad (1992).
Es importante el retablo de la vida cultural cata­
lana, particularmente de Reus, que suponen sus ANDRÉS, Ramón (Pamplona, 1955)
últimas obras: El cam í deis M orís ‘ (1996), Poeta. Traductor de William Blake o Dylan Tho­
Histories de la plaga de Prim (1997) y Temps mas, entre otros, es asimismo conocido antologo
estranys. Llibre p rim er (2000) y Llibre segon de la poesía romántica española y de la historia
(2001). de la música. Como poeta, se trata de un autor de
resonancias clásicas, de versos m elancólicos y
AMORÓS Y VÁZQUEZ DE FIGUEROA, Juan repletos de imágenes en las que prima la belleza
Bautista (M adrid, 1856-Getafe, M adrid, formal, sugerentes y evocadoras, como la pala­
1912) bra misma que usa en ellos. Se trata, en suma, de
Filósofo y narrador. Más conocido por su seudó­ una poesía que recrea el silencio de la reflexión,
nimo Silverio Lanza, tras servir en la Armada se meditativa y trascendente, cuya relación con la
dedicó a urdir su peculiar sistema filosófico, de­ realidad viene dada por el valor simbólico que
nominado Antropocultura. Colaboró en muchas ofrecen los fenómenos atmosféricos, la natura­
publicaciones de su época y fue un personaje ex­ leza o los animales. Es autor de los poemarios
céntrico, anarquista de modales aristocráticos, a Imagen de mudanza, La línea de las cosas y La
quien algunos han mentado como maestro de la amplitud del límite (2000).
Generación del 98*. Se le tiene por un autor raro
y ferozmente individualista; Azorín* dijo de él ANDRÉS ÁLVAREZ, Valentín (G rado, Asturias,
que producía desconcierto, y de su obra que de­ 1891-Oviedo, 1982)
bía ser considerada como antecedente de la no­ Novelista y dramaturgo. Doctor en Ciencias y en
vela psicológica. Técnicamente, alterna el folle­ Derecho, estudió Filosofía y Economía, llegando
tín* con fórmulas más convencionales y otras a ser catedrático de esta última. Fundó, con Ben­
absolutamente innovadoras, y crea, además, un jam ín Jarnés* y Guillermo de Torre*, la revista
espacio narrativo suyo, la ciudad de Granburgo. Plural (1925), y fue colaborador de la Revista de
Se trata de obras efectistas, con mucho de ser­ Occidente. Narrador vanguardista de fino humor,
món, sin previsiones narrativas, aunque hábiles deben destacarse novelas como Sentimental dan­
en el desarrollo del argumento, pero planas, con cing (1925) y N aufragio en la sombra (1930).
largos diálogos y, en general, en la línea de lo Escribió, además de poesías, varias obras dramá­
que fue la literatura folletinesca. Sus cuentos es­ ticas, entre las que sobresalen ¡Tararí! (1929),
tán recogidos en: El año triste (1883), Cuenteci- que supuso un revulsivo escénico, Pim, pam,
tos sin importancia (1888), Cuentos políticos pum (1946) y la comedia inédita A belardo y
(1890), Para mis amigos (1892) y Cuentos esco­ Eloísa, sociedad anónima. Publicó un relato, La
gidos (1908). De sus novelas hay que citar Mala templanza, en el volumen colectivo Las siete vir­
cuna y mala fo sa (1883), Noticias biográficas tudes (1931).
acerca del excelentísimo señor marqués del
M antillo (1889), Ni en la vida ni en la muerte ANDRÉS ESTELLÉS, Vicent (Buriassot, l'Horta,
(1890), obra por la que fue procesado, Desde la Valencia, 1924-Valencia, 1993)
quilla hasta el tope (1891), Artuña (1893), que Poeta en lengua catalana. Licenciado en la E s­
es la más conocida, La rendición de Santiago cuela Oficial de Periodismo, fue redactor jefe del
(1907) o Los gusanos (1909). Ramón Gómez de diario valenciano Las Provincias, en el que se
la Sema* publicó, en 1918, Páginas escogidas e dedicó a la crítica literaria y cinem atográfica.
inéditas de Silverio Lanza y Medicina rústica. Ya M arcado por la experiencia de la posguerra, en
a finales del siglo xx, Juan M anuel de Prada* la que tuvo que trabajar en la panadería de su pa­
47 ANDREU-AVEL-LI ARTIS

dre y dedicarse a la orfebrería, se inició en espa­ gía y el coleccionismo, particularmente el dedi­


ñol en la revista Garcilaso en 1945. Influido por cado a la numismática. Amigo de fray Jerónimo
Ausiás March* y por los clásicos castellanos, su de San José y de Gracián*, es autor de Progre­
poesía se define por un acentuado patetismo me- sos de la historia en el reiño de Aragón (1648).
tafísico no exento de sarcasmo, lo que, aplicado a Curiosa es la fusión que llevó a cabo entre Poe­
cuestiones socio-políticas, le supuso que su obra sía e Historia en Aganipe de los cisnes aragone­
tuviera enormes problemas de censura, hasta el ses celebrados en el clarín de la fam a y en Re­
punto que muchas de ellas no verían la luz hasta tratos de los reyes de Aragón (1634). Recopiló
después de la m uerte de Franco. En sus versos el Cancionero de 1628 y patrocinó justas como
dominan temas como el sexo, la muerte, el ham­ el Mausoleo a la memoria de Baltasar Andrés,
bre, el miedo y, desde luego, el pueblo y la tierra, su padre (1636), el Certamen de la Universidad
preocupaciones civiles que a menudo están mar­ p o r don Pedro Apaolaza (1642), el Certamen
cadas por una m elancólica alegría de vivir. D e­ poético de Nuestra Señora de Cogullada (1644)
ben destacarse, de entre sus más de cien libros, y el Obelisco histórico a la muerte del príncipe
poemarios como Ciutat a Cau d ’Orella (Ciudad Baltasar Carlos (1646). Su poesía era descrip­
susurrada) (1953), Donzell amarg (1956), que tiva, especialmente en Descripción de las anti­
obtuvo el Premio Ossa Menor, L ’amant de tota la güedades y jardines de don Vincencio Juan de
vida (1966), Lletres de canvi (1970), Llibre de Lastanosa (1647), obra en la que enumera lo mi­
meravelles (1971), L ’ofici de demá (1972), Ora- núsculo con un estilo culteranista en la línea
tori del nostre temps (1978), El procés (1978) y marcada por Góngora*, a quien defendió y di­
El corb (1978). En 1978 fue galardonado con el fundió, llegando a criticar a Quevedo*, si bien
Premi d’Honor de les Lletres Catalanes. se dejó influir también por él en su Segunda
parte de la Universidad de arnor( 1640). Fue au­
ANDRÉS Y MORELL, Juan de (Planes, Alicante, tor, además, del Auto del nacimiento de Cristo
1740-Roma, 1817) Nuestro Señor.
Ensayista. Jesuita y profesor de la Universidad
de Gandía, quien, con el decreto de expulsión de ANDREU, Blanca (La Coruña, 1959)
la Compañía de Jesús, se vio obligado a abando­ Poetisa. Vivió su infancia en Orihuela y a los 20
nar España. Instalado en Italia, llegó a desempe­ años se trasladó a M adrid. U ltim a esposa de
ñar el cargo de bibliotecario real en Nápoles. Fue Juan Benet*, en la actualidad reside en su ciu­
un espíritu típicamente ilustrado, interesado por dad natal. Se preocupa en sus versos por la con­
cuestiones diversas como la numismática, la fi­ dición femenina, el amor, el deseo o la ausen­
losofía, la cartografía o la física y las antigüeda­ cia, temas a los que se acerca desde posiciones
des. Publicó, en italiano, Lettera a Gaetano Va- form ales no alejadas de un cierto eco surrea­
lenti Gonzaga (1776), Saggio della filosofía del lista, lo que puede verse en las sugerencias ver­
Galileo (1776) y su obra fundamental, traducida bales y en la libertad im aginativa, y se declara
pronto al español como Origen, progreso y es­ admiradora del Pablo Neruda de Residencia en
tado actual de toda literatura (edición en ita­ la tierra y de Saint-John Perse. Ha publicado
liano: 1782-1799; en español: 1784-1799), un ex­ De una niña de provincias que se vino a vivir
tenso estudio de la cultura universal y una en un Cliagall (1981), Premio Adonais, Báculo
vehemente defensa de la literatura española. Para de Babel (1983), Elphistone (1988) y Antología
él, cultura y literatura son conceptos sinónimos, (1988), a los que hay que sumar El sueño os­
y los divide en: bellas letras, ciencias de la natu­ curo (Poesía reunida, 1980-1989) (1994), en el
raleza y ciencias eclesiásticas. También tienen que se incluyen los libros anteriores, y La tierra
interés sus Cartas fam iliares (1786-1800)— di­ transparente (2001), Prem io Laurea Mela. Es
rigidas a su hermano don Carlos Andrés— por autora, asim ism o, de cuentos, y ha recibido,
suponer una precisa crónica de sus viajes y gus­ además de los ya m encionados, premios como
tos literarios, y en las que queda claro que no el Rielo y el Gabriel Miró.
apreciaba ni a Lope de Vega* ni a Calderón*,
como tampoco a Dante o a Shakespeare. Tal fue ANDREU-AVEL-LI ARTIS, Tomás (Barcelona,
su relevancia que fueron traducidas al italiano, al 7 908-?)
alemán y al francés. Narrador, dramaturgo y ensayista en lenguas ca­
talana y española. Conocido por su seudónimo
ANDRÉS DE UZTARROZ, Juan Francisco (Zara­ Sempronio, de su narrativa destacan obras como
goza, 1606-1653) La oración del diablo (1962), La Valí deis Reis
Cronista del reino de Aragón y poeta. Fue presi­ (1985) —-traducida, en 1986, como El valle de
dente de la A cadem ia zaragozana de los A nhe­ los reyes— y El mur (1988). Entre sus ensayos,
lantes. Como historiador, im pulsó la arqueolo­ deben citarse Los barceloneses (1959), Secretos
ANDUEZA

de Barcelona (1960), Sonata a la Rambla tasmas (1984) y Mágica fecha (1989). Este am­
(1961), Retratos de Ramón Casas (1970), Barce­ plísim o ciclo constituye una profundización
lona era unafesta (1980), L ’accentde Barcelona exhaustiva en las esencias de la España del si­
(1985) y Del mirador estant (1987). Como autor glo XX. Posteriorm ente publicó, al margen del
dramático, merece mención su obra La Impassi- bloque anterior, Un caballero de barba azafra­
ble (1935). Ha recibido los premios Eugenio nada (1992), que indaga en la existencia de dos
d ’Ors, de la Asociación de la Prensa de B arce­ mujeres. Fue autor, además, de la novela corta
lona, el Ciudad de Barcelona de Periodismo y el La sombra del madero (1968), de los libros de
Ramón Godó. relatos Los lugares vacíos (1971), La franja lu­
minosa (1973), Secretos augurios (1981) y sus
ANDUEZA, José María de (Vitoria, 1809-?) Cuentos completos (1989), y de los volúmenes
Novelista y dramaturgo. Utilizó en prensa seu­ de poesía La propia imagen (1961 y 1977), Cam­
dónimos como Aben Zaide o El Fisgón, y cola­ pana y cadena (1965), Fechas de un retorno
boró en Semanario Pintoresco Español, la R e­ (1979) y Sentires _y querencias (1984). Como au­
vista de Teatros y El Noticiero. Considerado tor de teatro, han de destacarse El prim er Juicio
autor de novela costumbrista histórica, destacan Final, Los aniversarios, El sueño robado (todas
obras como Isla de Cuba pintoresca, histórica, ellas publicadas en 1962), En la espalda, una X
política y literaria (1841), Trabajos y miserias (1972) y Aquel visitante (1975), así como es ne­
de la vida, cuadros joco-serios (1842) y las no­ cesario recordar su labor ensayística, y de cro­
velas La heredera de Almazán o Los caballeros nista, con textos como Saint Cyprien, plage,
de la Banda (1837), Rey, em perador y monje campo de concentración (1942), el volumen III
(1856) y Carlos III o los mendigos de la Corte de la obra El exilio español de 1939, en colabo­
(1859). En teatro, deben recordarse sus dramas ración con José Luis Abellán* y titulado Las re­
Guillermo (1838) y María de Padilla (1838), así vistas culturales y literarias en Hispanoamérica
como la zarzuela Pedro y Catalina (1855). (1976), Andalucía e Hispanoamérica, crisol de
m estizajes (1982) o Signos de admiración
ANDÚJAR, Juan de (siglo xv) (1986). Existe, por otra parte, una selección epis­
Poeta. Perteneció a la Corte de Alfonso V de Ná­ tolar titulada Cartas son cartas (1968).
poles, a quien escribió un panegírico titulado
«Loores al señor rey don Alfonso» que se recoge ÁNGELES, fray Juan de los (O ropesa?, Toledo,
en Rimas inéditas del siglo x v (París, 1851). Se 1536-Madrid, 1609)
trata de un poeta influido por Dante, al que, en Tratadista. Este franciscano reformado, cuyo
su «Visión del amor», imitó directamente. Su nombre en el siglo era Juan Martínez, es uno de
obra se conserva en el Cancionero de Stúñiga nuestros mayores místicos, junto a san Juan de la
(véase CANCIONERO). Cruz* y santa Teresa de Jesús*. Estudió hebreo y
griego en Alcalá, pero no se sabe con exactitud
ANDÚJAR, Manuel (La Carolina, Jaén, 1913-El el lugar exacto de su nacimiento, aunque, en
Escorial, Madrid, 1994) cualquier caso, fue en las proximidades de Oro-
Novelista, poeta, dramaturgo y ensayista. Perito pesa. Ocupó los más destacados puestos de su
mercantil por la Escuela de Comercio de Málaga, •Orden — parece ser que profesó en San Miguel
se exiló en México tras la Guerra Civil, después de Plasencia antes de 1562; fue lector de Teolo­
de pasar algún tiempo en un campo de concen­ gía y predicador en la Corte en 1572— ; llegó a
tración francés. Fundó, con José Ramón Arana* ser Provincial de San Bemardino en 1591 y con­
y Anselmo Carretero, la revista Las Españas, una fesor de las Descalzas Reales al año siguiente.
de las más importantes del exilio, y participó en Su obra, de una gran unidad y casi siempre en
labores editoriales, para regresar a su tierra, por forma dialogada, se expone metódicam ente
fin, en 1967. La contienda española le sirvió en como doctrina m ística en Diálogos de la con­
muchas de sus narraciones, y se le considera un quista del espiritual y secreto Reino de Dios
autor en la línea de Galdós*, con ciertas marcas (M adrid, 1595). Está en la línea de la escuela
propias de la Generación del 98*. Partiendo de m ística afectiva de san Bernardo y san Buena­
la angustia (1944) fue su primera novela corta, ventura, y su concepción del amor y de la b e­
incluida en el libro de relatos del mismo título. lleza es platónica. En el prólogo de los Triunfos
Su obra está organizada en el seno del ciclo La­ del am or de Dios (M edina del Campo, 1590)
res y penares, compuesto por Cristal herido asegura que el amor lo es todo y que a él tienden
(1945), la trilogía de Vísperas — formada por cielo y tierra. Otras obras suyas son: Lucha es­
Llanura (1947), El vencido (1949) y El destino piritual y amorosa entre Dios y el alma (1600)
de Lázaro (1959)— , Historias de una historia — una refundición de los Triunfos—-, Tratado de
(1973), La voz y la sangre (1984), Cita de fa n ­ los soberanos misterios de la Misa (1604), Con­
49 ANTOLÍN

sideraciones espirituales sobre el «Cantar de los cohetes ( 1933), Fila 1.a número 9 (1947) y Del
Cantares» de Salomón (1607), M anual de vida balcón a la calle (1948), galardonada con el Pre­
perfecta (1608) y Vergel espiritual del ánima re­ mio Nacional de Literatura, a las que deben aña­
ligiosa (1609). Es un autor influido por los místi­ dirse dos poemarios, Letanías del año (1935) y
cos alemanes, como Tauler y Ruysbroeck, y su Raíz de cielo (1936), y algunas obras teatrales,
estilo es pulcro, de gran amenidad, íntimo y de de las que hay que mencionar el poema dramá­
profunda belleza literaria. tico Virginidad (1934) y las comedias Atico, iz­
quierda (1944) y De dos a cuatro (1946), con el
ANGÉLICO, Halma (Palma de M allorca, 1888- mismo título que el mencionado volumen de re­
M adrid, 1952) latos.
Dramaturga. Conocida por su seudónimo, María
Francisca Ciar Margarit, aunque también firmó ANSELMI, Luigi (Bilbao, 1954)
alguna de sus obras como Ana Ryus, se trata de Poeta en euskera y en español. De nombre ver­
una autora recientem ente rescatada del olvido dadero Luis Gutiérrez Larrea, ha vivido en Ingla­
con la reedición de alguna de sus piezas teatra­ terra y ha enseñado inglés y euskera. En su poe­
les, en las que domina una honda espiritualidad sía, con cierto tono irónico que recuerda a Gil de
religiosa con no poco de beatería. Destacan títu­ Biedma*, hay un eje en tomo al cual gira incluso
los como Los caminos de la vida (1920), La nieta la visión hedonista de la realidad: la muerte. Au­
de Fedra (1929), Entre la cruz y el diablo tor de tres poemarios en español, Cuando arde el
(1932), A l margen de la ciudad (1934) y A K y la agita (1988), Una botella al mar (1995) y A la
humanidad (1938; reed., 2001), así como la no­ orilla del tiempo (1998), y de otros cuatro en
vela La desertora (1932) y libros de reflexión vasco: Zoo ilogikoa (1985), Desiriko alegiak
como La m ística (estudio de almas) (1929) y (1988), Bacchabunda (1992 y 1994) y Gure
Santas que pecaron (1935). ametsen gerizan (2000).

ANGLADA, María Ángels (Vich, Barcelona, ANSON, Beatriz (?, 1973)


1930) Narradora. Debutó en el panorama literario con
Narradora, poetisa y ensayista en lengua cata­ la novela Lucía (1998), con la que arriesgaba en
lana. Profesora de Griego, en su obra, austera y la estructura multiplicando los puntos de vista
clásica, usa un tono que se basa en la autentici­ para ofrecer una visión costumbrista de la juven­
dad de las emociones y en el colorido de ligeros tud burguesa y su relación con las drogas, el sexo
toques poéticos com binados con sabias y hon­ y la vida nocturna madrileña.
das reflexiones. Le debemos una obra com ­
puesta por títulos como Les closes (1979) — tra­ ANTOLÍN, Enriqueta (Patencia, 1941)
ducida, en 1986, como Los cercados y vuelta a Narradora. Periodista que se ha dedicado a la no­
traducir en 1998— , con la que obtuvo el Premio vela indagando en la memoria, eje de sus obras,
Josep Pía y el de la Crítica, No em dica Laura a través de la cual, al menos en lo que fue su tri­
(1981), Viola d ’amore (1983), Sandálies d ’es- logía inicial como narradora, reconstruye el
cuma (1985), El bosc de vidre (1987) y, tradu­ mundo femenino desde los años cincuenta hasta
cida también al español, con cuyo título la pro­ los ochenta, a través de un único personaje, una
ponemos aquí, la novela El violín de Auschwitz niña, visto desde la infancia, y aborda los fraca­
(1997), un profundo análisis del horror escrito sos, las frustraciones y la evolución psicológica
con gran sencillez de medios. Ha editado dos de la mujer en la España del final del franquismo
poemarios, Díptic (1972) y Kyparíssia (1980), y de la transición. Todo ello se ve en la mencio­
así como varios ensayos, de los que deben des­ nada trilogía de novelas, formada por La gata
tacarse Joan F uster en els seus m illors escrits con alas (1992), Regiones devastadas (1995) y
(1982), Viatge a Itaca amb Josep Carner (1982) M ujer de aire (1997), a las que hay que añadir
y Paisatge amb poetes (1988). Caminar de noche (2001), en la que siguió las lí­
neas maestras de sus obras anteriores, al refle­
ANGULO FERNÁNDEZ, Julio (M adrid, 1902- xionar sobre obsesiones como la ausencia, el re­
1967) cuerdo, la búsqueda de las verdades de la vida, la
Narrador, poeta y dram aturgo. M édico, realizó inocencia de la mentira y el efecto terapéutico de
estudios de Historia del Arte e Historia de la Li­ la escritura, aunque esta vez desde la mirada de
teratura y colaboró en la prensa y en la radio, un niño que se adentra en la adolescencia y en las
medio este último en el que leyó cinco mil cróni­ terribles pulsiones del deseo. Es autora, asi­
cas. Fue autor, principalm ente, de crónicas de mismo, de un volumen de entrevistas con el es­
viajes y cuentos, recogidos estos en De dos a critor Francisco Ayala*, titulado Ayala sin olvi­
cuatro (1942). Publicó tres novelas: Lluvia de dos (1998).
ANTOLÍN RATO

ANTOLÍN RATO, Mariano (G ijón, Asturias, gunda, desde ese año hasta 1670. Son textos sis­
1943) tematizados y rigurosos que aportan a la crítica
Narrador. Traductor de prestigio, estudió Filoso­ una veracidad que se convertirá en norma en el
fía y Letras. M uchas son las obsesiones que se siglo xviii . En su Censura de historias fabulosas
plasman en su obra: desde la propia literatura, el (publicada en Valencia, después, también, de su
arte, el poder, la decadencia o los medios de co­ m uerte, en 1742, por M ayans*), Nicolás A nto­
municación, hasta la emoción, el jazz, el rock o nio trata de desvelar los falsos cronicones, uno
la ciencia-ficción. Utiliza técnicas experimenta­ de los problemas que creaban polém ica en la
les, alegorías y símbolos que, con el tiempo, se época. Inédita quedó su Bibliotheca hispana
han transformado en una ortodoxia de significa­ rabbinica.
dos y estructuras más claras. Fiel a la filosofía
zen, e influido por la conciencia literaria de la ANTOÑANA, Pablo (Viana, N avarra, 1927)
generación beat norteamericana, asume riesgos Narrador. Colaborador del Diario de Navarra,
que huyan de la banalidad. En todo caso, las es­ este secretario de ayuntamiento de pueblos per­
tructuras de sus novelas juegan con numerosas didos de Navarra, licenciado en Magisterio y en
referencias metaficcionales, lo que lo convierte Derecho, es autor de novelas y cuentos conside­
en uno de los autores formalmente más arriesga­ rados como locales o localistas, lo que lo ha rele­
dos y complejos del panorama narrativo. Así, un gado a la indiferencia de la crítica. En su obra,
repaso por sus novelas obliga a citar textos en la que es cierto que se ocupa de lo que da de
como Cuando 900 mil M ach aprox (1973), De sí su tierra, y ha encontrado mucho material para
vulgari Zyklon B manifestante (1975), Entre es­ sus obras en las guerras carlistas, no hay, sin em­
pacios intermedios: whamm! (1978), M undo bargo, nada de folclórico, sino más bien de re­
araña (1981), Campos unificados de conciencia trato costumbrista, pero con la mirada deforma­
(1984), M ar desterrado (1988), A bril blues dora de un Valle-Inclán*, a través del sarcasmo y
(1990), Botas de cuero español (1995), La única de un cierto humor negro que le sirven, como en
calma (1999) y Fuga en espejo (2002). De su las pinturas negras de Goya, para denunciar el
obra ensayística destacan Introducción al bu­ horror de la guerra. Entre sus títulos destacan: No
dismo zen: enseñanzas v textos (1972) y Bob estamos solos (1961), El tiempo no está con no­
Dylan (1975). sotros (1961), El sumario (1964), Relato cruento
(1978), Pequeña crónica (1975 y 1984), Botín y
ANTÓN DEL OLMET, Luis (Bilbao, 1883-Ma- fu ego y otros relatos (1985) y Patrañas y otros
¿ ri¿ , 1923) extravíos (1985). Debe citarse su ensayo N oti­
Novelista. Abogado, ejerció el periodismo, aun­ cias de la Segunda Guerra Carlista (1990). Al­
que lo más destacado de su biografía fue. quizá, gunos de sus textos, premiados incluso, no se
su asesinato a manos del escritor Alfonso Vidal y han editado. En 1999 se publicó una recopilación
Planas*. Su novelística, de tendencia realista, de sus cuentos con el título Extraña visita y otras
ofrece títulos como El veneno de la víbora historias.
(1906), Espejo de los humildes (1909), El en­
canto de sus manos (1910), El hidalgo don Tirso AÑÓN Y PAZ, Francisco (Outes, La Coruña,
de Guimaraes (1911), La verdad en la ilusión 1817-Madrid, 1878)
(1912) y Robarás, matarás... (1918). Su obra se Poeta en lenguas gallega y española. Hijo de
completa con diversas biografías, libros políti­ campesino, comenzó a estudiar en el seminario
cos, artículos y reportajes. de Santiago para terminar los estudios de Juris­
prudencia en la Universidad en 1845. Su vida es­
ANTONIO, Nicolás (Sevilla, 1617-Roma, 1684) tuvo comprometida políticamente y, en 1850, se
Erudito. Considerado el fundador de la historia ve obligado a abandonar España por primera vez,
literaria española, estudió en Sevilla y en Sala­ iniciando una serie de viajes por Francia e Italia.
manca y fue caballero de Santiago. Ocupó car­ En 1855, ya de vuelta a su país, se instala en An­
gos en Roma y, allí, reunió una inmensa biblio­ dalucía y se dedica al periodismo. Vuelve a exi-
teca. Publicó De exilio (Amberes, 1659), aunque larse en 1866, y regresa a Madrid, donde morirá
su obra fundam ental es B ibliotheca hispana en la indigencia. En 1875 funda, con otros auto­
nova (1672), cuya prim era parte, Bibliotheca res gallegos, la sociedad «Galicia Literaria», de
hispana vetus (1696), no se editó sino póstuma­ la que es presidente. La primera colección de su
mente, de la mano del deán Manuel M artí*. Se poesía apareció, póstumamente, en La Concor­
trata de un índice bibliográfico que aporta nu­ dia de Vigo. El desinterés por su propia obra lo
merosísimos datos sobre autores que, en la pri­ llevó a no reunir nunca sus poemas en un libro.
mera de las obras, la publicada tras su muerte, Si nos han llegado sus textos ha sido por sus ami­
abarcan desde Augusto hasta 1500 y, en la se­ gos, quienes los conservaron sueltos. Así, conta­
51 ARAMBURU

mos con «Recordos da infancia», «A pantasma», o el caso de la viuda polaca (1996), de orto­
«O magosto» o «Aleiteira», aunque, con poste­ doxa factura policiaca, El viajero de Leicester
rioridad a su muerte, se recogieron sus poemas (1998), centrada, a partir de la fantasía y el te­
bajo los títulos Poesías (1879) y Poesías galle­ rror, en la materia onírica, y Qué tiempo tan f e ­
gas y castellanas (1889). Quizá Añón Paz sea el liz (2000), libro en el que evoca la infancia du­
poeta más importante del pre-rexurdimiento ga­ rante la posguerra recurriendo a un amargo
llego. sentido del humor que no evita, desde luego, las
tristes condiciones humanas y sociales de aquel
AÑORBE Y CORREGEL, Tomás de (M ad rid , periodo. En 1991 había aparecido un libro que
1676?-1741) recogía algunos de sus artículos, ¡Ah de la
Poeta y dram aturgo. Capellán de Felipe V, sus vida! De su obra ensayística cabe destacar So­
poesías están en el volumen Amarguras de la bre las pugnas, heridas, capturas, expolios y
muerte y pensamientos cristianos (1731). Como desolaciones del viejo reino (1981). Ha reci­
dramaturgo escribió La virtud vence al destino bido, además del Nadal, otros premios como el
(1735), Nulidades del amor, La encantada Meli- Garbo de novela y el Guernika.
sendra y Paulino (1740), influida esta última por
Comedle. APARICIO LÓPEZ, Octavio (Almería, 1921)
N ovelista y ensayista. Médico y periodista, de
APARICIO, Bartolomé (siglo xvi) sus obras de narrativa hay que destacar los cuen­
Dramaturgo. Fue autor de obras como El santí­ tos de Quemado vivo (1944) y las novelas Cosme
simo nacim iento de Nuestro Señor (Sevilla, (1945), Al borde de la laguna y El amor amargo
1611) y El pecador, que permaneció inédita hasta (1951), con la que fue semifinalista del Premio
1863. Nadal. Entre sus ensayos, al margen de los dedi­
cados a materias de educación sanitaria y medi­
APARICIO, Juan Pedro (León, 1941) cina, están El desnudo en la pintura (1956), Ve-
Novelista. Estudió Derecho en Oviedo y en M a­ lázquez (1966), El Greco (1966), Grandes
drid, así como algunos cursos de Periodismo en maestros de la pintura decorativa (1971), Los
la antigua Escuela Oficial. Es uno de los nove­ bodegones en la pintura del Museo del Prado
listas fundam entales del m om ento, aunque ha (1973) o La mitología en la pintura y escultura
cultivado, tam bién con éxito, tanto el relato (1976), entre otros.
como el ensayo. Como narrador, es extrem ada­
mente cuidadoso con el lenguaje, cuyo manejo APOLONIO, Libro de -> Véase LIBRO DE APO-
domina a la perfección, al igual que el de unos LONIO.
personajes cuyas pasiones son el m otor funda­
mental de sus historias. V isitador de registros AQUINO CABRERA, Francisco (Almería, 1869-
que van de la novela policiaca a la narración de 1910)
corte onírico o el relato fantástico, en sus textos Poeta. Funde en sus versos el Modernismo* con
juega irónicam ente con ellos, mezclando reali­ el colorismo parnasiano para dotar al producto
dad y fantasía con un gusto por la verosimilitud final de una voz propia. Así se ve en sus obras
de lo im posible, pero recuperando a m enudo Sensaciones (1900) y Al vitelo (1912).
experiencias que nacen de la nostalgia em ocio­
nada del propio recuerdo real. En 1975 se p u ­ ARAGÓN, Carlos de -> Véase V IA N A , Carlos
blicó El origen del mono, relato que daba título de.
al libro, y, en 1980, en colaboración con José
M aría M erino*, el libro de viajes Los caminos ARAGÓN PARIENTE, Ángel Manuel -» Véase
del Esla, obra del mismo tipo que su posterior PARIENTE, Ángel.
El Transcantábrico (1982), origen de un tren
turístico al que se dio el m ismo nom bre. M ás ARAGONESES URQUIJO, Encarnación -> Véase
tarde publicaría Lo que es del César (1981) y, FORTÚN, Elena.
su gran éxito editorial, El año del fra n cés
(1986), donde se com binan esperpento y ero ­ ARAMBURU, Fernando (San Sebastián, 1959)
tismo de una m anera originalísim a. Pero el Narrador. Licenciado en Filología H ispánica,
éxito no term inaría ahí, ya que con su siguiente enseña español en Alemania, donde se estable­
novela, Retratos de ambigú (1988), recibiría el ció, en Lippstadt, en 1985, a hijos de em igran­
Prem io Nadal. En ambos textos se m ezclan lo tes. Perteneció a un grupo de carácter surrea­
fantástico y lo real, el tiempo pasado y el p re­ lista, CLOC, nom bre que tam bién lo fue de la
sente. Posteriormente, ha publicado las novelas revista que publicaban. A utor cuyo estilo, muy
La form a de la noche (1993), M alo en M adrid culto, con vocabulario que exige no poco del
52
ARANA

lector y en cierta medida influido por C ervan­ ARANA Y GOIRI. Sabino (A bando, V izcaya,
tes*, o con mucho de cervantino, considera el 1865-Pedernales, Vizcaya, 1903)
lenguaje mismo como esencial en la literatura, Ensayista. Fundó el Partido Nacionalista Vasco,
de ahí que el lenguaje en su obra goce de una varias revistas, El Correo Vasco y el primer cen­
precisión y limpieza extraordinarias. Entre los tro nacionalista, Euskaldun Batzokija. Es autor
temas fundamentales de que se ocupa podemos ci­ de una obra teatral, Libe, así como de himnos,
tar: la literatura misma y los conflictos del indivi­ canciones y poemas. Pero el grueso de su obra
duo en la sociedad, lo que lo lleva a entroncar, en se centra en los problemas lingüísticos de su tie­
ocasiones, con el realismo* social. Pero al mismo rra, con textos como Gram ática elem ental del
tiempo, el problema de la identidad personal y euskera bizkaíno (1885), Etim ologías euzkéri-
de su formación están presentes en una obra que cas (1887), Orígenes de la raza vasca (1889) y
tiene mucho de alegórico, de am bientes asfi­ Tratado etimológico de los apellidos euzkéricos
xiantes, universos cerrados, densos, sombríos y (1895). Es en Bizkaya po r su independencia
grotescos. Por lo que se refiere a sus cuentos, (1892) donde expone su ideario nacionalista. Su
A ramburu está dotado para la creación de per­ sistema para unificar la ortografía del euskera,
sonajes y de relatos torrenciales, los cuales se rechazado en un principio, fue aceptado por la
engarzan en una estructura más amplia, lo que a Academia de la Lengua Vasca catorce años des­
veces contradice la regla m isma del cuento, pués de su muerte.
quedando algunos de los suyos como descom ­
puestos, acaso como inicio de lo que podría ser ARANDA, Rosa María (Zaragoza, 1920)
una novela. Destacan, además del libro de rela­ Poetisa y narradora. Se le deben textos en prosa
tos No ser no duele (1997) y del volum en de como Boda en el infierno (1942), Cabotaje
prosas breves El artista y su cadáver (2002), (1943), Tebid (1945), Con los ojos vendados y
sus novelas Fuegos con limón (1996), galardo­ Alguien en alguna parte (1983), galardonado
nada con el Premio Ramón Gómez de la Serna, con el Premio Ciudad de Calatayud, entre otros.
Los ojos vacíos (2000), con la que obtuvo el Cabe destacar, asimismo, sus poemarios Tiempo
Premio E uskadi, y El trom petista del Utopía de cristal (1983), Fiera solitaria (1988) y Esta
(2003). noche y todas las noches (1989).

ARANA, José Ramón (Zaragoza, 1906-1974) ARANDA RUIZ, Pablo (Málaga, 1968)
N arrador y poeta. Escritor autodidacta cuyo Narrador. Filólogo y educador de menores que
nombre era José Ruiz Borau. Tras la Guerra Ci­ cumplen condenas en régimen abierto, fue profe­
vil, y después de pasar por los campos de con­ sor de español en la Universidad de Orán, en Ar­
centración franceses, se exiló en México, donde gelia, y trabajó en una residencia de enfermos
se dedicó al comercio editorial. Fundó la revista mentales. Viajero incansable, sus experiencias
Las Españas con Manuel Andújar*, y regresó del biográficas y su conciencia cívica están presen­
exilio poco antes de morir. Tres son sus libros de tes en su estilo, así como un compromiso deci­
poemas: M ar del Norte, Mar Negro (1938), A n ­ dido con los más pobres y débiles de la sociedad.
cla (1941) y A tu sombra lejana (1942), marca­ Destaca su novela La otra ciudad (2003), con la
dos por la contienda. Es autor de una obra dra­ que quedó finalista del Premio Prim avera, a la
mática, Venturia (1951), así como del ensayo que hay que añadir Desprendimiento de rutina,
Antonio Machado y Pablo Casals (1957). ¡Viva galardonada en mayo de 2003 con el Premio Sur
Cristo Rey! y todos los cuentos (1980) recoge de Novela Corta.
sus relatos, y existe un libro de memorias titu­
lado Can Girona (1973), además de la novela ARANGUREN, Jorge G. -» Véase G O N ZÁ LEZ
corta El cura de Alniuniaced (1950), ambientada ARANGUREN , Jorge.
en plena crispación de la violencia bélica que él
conoció. ARANGUREN, José Luis [López] (Ávila, 1909-
M adrid, 1996)
ARANA, Vicente (Abando, Vizcaya, 1846-1890) Filósofo y ensayista. Marcado por los pensamien­
Poeta y narrador. Fundó La Revista de Vizcaya y tos de Unamuno* y Ortega y Gasset*, mantuvo
viajó mucho, lo que completó los vastos conoci­ relaciones con el grupo de la revista Escorial,
mientos de este erudito periodista. Tradujo poe­ donde encontró el ánimo y el impulso para sus
mas de Tennyson y publicó Oro y oropel (1876), primeros estudios sobre san Juan de la Cruz*. Ca­
libro en el que mezcla verso y prosa, Los últimos tedrático de Ética y Sociología de la Universidad
iberos, leyendas de Euskaria (1880), Jaun Zuria de Madrid desde 1955, en 1965, junto a nombres
o El caudillo Blanco (1887) y el poemario L e­ tan celebrados del pensamiento como Agustín
yendas del Norte (1890). García Calvo* y Enrique Tierno Galván*, es
53 ARBELO

apartado de la universidad por sumarse a las rei­ de Periodismo, el Selecciones Lengua Española
vindicaciones estudiantiles. M archa entonces a y el Doncel.
Estados Unidos y allí enseña en la Universidad
de California. Su primer libro fue La filosofía de ARAQUISTÁIN, Luis (Bárcena de Pie de Concha,
Eugenio d ’Ors (1945), al que se suman títulos Cantabria, 1886-Ginebra, Suiza, 1959)
como Catolicismo y protestantismo como form as Ensayista, dramaturgo y narrador. Miembro del
de existencia (1952), con el que dio las primeras PSOE y político activo durante la República, se
muestras de sus tendencias renovadoras, conti­ exilió tras la Guerra Civil. Fue colaborador de di­
nuadas más tarde en Catolicismo, día tras día versos periódicos, como El Sol y El Liberal, y di­
(1955). Tras la publicación de su célebre Ética rector de las revistas España, Leviatán y Clari­
(1958), sigue en la misma órbita temática con dad. Autor de ensayos y reportajes con títulos
Ética y política (1963) y Moral y sociedad. Intro­ como Polémica de la guerra (1915), Dos ideales
ducción a la moral social española del siglo XIX políticos y otros trabajos (En torno de la guerra)
(1965). Otros asuntos son los que atiende en Crí­ (1916), Entre la guerra y la revolución (España
tica y meditación (1959), La juventud europea y en 1917) (1917), La revolución mexicana. Sus
otros ensayos (1961) o El futuro de la universi­ orígenes, sus hombres, su obra (1926) y El ocaso
dad (1962). Como consecuencia del alejamiento de un régimen (1930), entre otros. También es­
forzoso de la universidad española aborda cues­ cribió ensayos literarios como La batalla teatral
tiones de índole sociológica, y así tenemos textos (1930), obras teatrales, entre las que destacan
como La comunicación humana (1967), El mar­ Remedios heroicos (1923), El rodeo (1925), El
xismo como moral (1968) y La crisis del catoli­ coloso de arcilla (1929) y La rueda de la virtud
cismo (1969). Paulatinamente, su pensamiento se (1930), y novelas como Las columnas de Hércu­
radicaliza, comprom etiéndose de manera más les (1921) y El archipiélago maravilloso (1923).
clara con su tiempo, lo que se advierte ya desde Sus relatos están recogidos bajo el título de La
su autobiografía, Memorias y esperanzas españo­ vuelta del muerto (1924) y, en 1983, se editaron
las (1969), en otras obras suyas, tales como Ero­ sus artículos políticos en el libro Sobre la guerra
tismo y liberación de la mujer (1972), La cultura civil y en la emigración.
española y la cultura establecida (1975), La de­
mocracia establecida. Una crítica intelectual ARAÚJO ACOSTA, Luis (M adrid, 1885-1957)
(1976), Sobre imagen, identidad y heterodoxia Ensayista. Abogado y periodista que colaboró en
(1981), España: una meditación política (1983), las más importantes revistas españolas y en va­
Propuestas morales (1983) o en Moral de la vida rios diarios madrileños. Destaca por ensayos
cotidiana y moral de la vida religiosa actual, en­ como El siglo x vm en España. Su literatura
tre otras. En 1994 comenzó la publicación de sus (1922), Francia, el noble país (1923) y La empe­
Obras completas, cuyos prim eros volúmenes son ratriz Eugenia (1923).
Filosofía y religión y Etica, a los que hay que
añadir El protestantism o y la moral (1995). En ARAÚZ DE ROBLES LÓPEZ, Santiago (Molina
1994 fue finalista del Premio Nacional de las Le­ de Aragón, Guadalajara, 1936)
tras, y en abril de 1995 recibió, compartido con la Narrador, poeta y ensayista. Abogado de profe­
Agencia Efe, el Premio Príncipe de Asturias de sión, como narrador ha publicado Cuentos de
Comunicación y Humanidades. hombres, Narraciones fantásticas o La agonía
florida de Carlos Brito, entre otros textos. En su
ARANZADI, Iñigo de (Pamplona, 1922) labor de poeta destacan los títulos Con pasos tan
Ensayista, poeta y narrador. A cadém ico de la sencillos e Idoia; también deben citarse los ensa­
Real Academia Española, así como de la Acade­ yos Lope de Vega y fray Luis de León, desde el
mia de la Historia y de la de Bellas Artes de San humanismo hispánico, Sociología del toreo y
Fernando, entre sus obras en prosa destacan Los desiertos de la cultura. Ha recibido premios
Esono M on Obuc (1965) y Viajero de lejos tan prestigiosos como el Ciudad de León de rela­
(1987). De sus poemarios debe citarse Mientras tos, el Ámbito Literario de poesía y el Tigre Juan
despierta la noche. Poem as de M arruecos de novela.
(1950). Pero es quizá en el campo del ensayo
donde ha m ostrado más actividad, con textos ARBELO, Alvaro Marcos (Santa Cruz de Tene­
como Tradiciones orales del bosque fa n g rife, 1965)
(1955), La brujarquía (1956), Etnología painue Narrador. Además de haber publicado una obra
(1957), Cartas a las cosas del bosque (1961), teatral, El círculo de tiza (2000), con la que ob­
En el bosque fa n g (1962) y La adivinanza de la tuvo el Premio de Teatro Ciudad de La Laguna,
zona ntumu (1962). Ha recibido diferentes pre­ es autor de la novela El pasaje (1995), finalista
mios, entre los que sobresalen el Premio Africa del Premio Alfonso García Ramos, y del libro de
54
ARBÓ

relatos El jardín de los durmientes (1997), galar­ tica a Montemayor*, G arcilaso*, Dante y Pe­
donado con el Premio de Cuentos Ciudad de La trarca, motivo por el que fue, a su vez, criticado
Laguna. por autores de la época.

ARBÓ, Sebastián Juan (San Carlos de la Rá­ ARCADIA, La


pita, Tarragona, 1902-Barcelona, 1984) Tópico que proviene de la zona m ontañosa del
Novelista y biógrafo en lengua catalana. Hijo de Peloponeso en la que, según la m itología clá­
campesinos, fue profesor de lengua catalana y sica, vivía el dios Pan. Dado que la zona no es­
funcionario de la Generalitat. Sus novelas m an­ taba habitada, pronto se la relacionó con el ideal
tienen un tono realista en tomo a un mundo rural pastoril (véase BUCÓLICA) de paz y armonía con
trágico y conflictivo, casi siempre mítico, y, en la Naturaleza. Aparece por primera vez esta re­
ellas, analiza la búsqueda idealista del hombre, ferencia en una pintura de G uercino (1590-
en todo momento amenazada por una suerte de 1666), donde unos pastores encuentran una ca­
injusticia cósmica, siguiendo siempre los mode­ lavera, y en la que se lee el célebre «In Arcadia
los del existencialismo y, en cierta medida, de ego», que significa «yo — la muerte— estoy en
Dostoievski, Tolstoi y Balzac, así como, en otro la Arcadia». Sin embargo, fue una interpretación
orden de cosas, de Kafka. Su primera novela fue confusa la que originó la leyenda, ya que se en­
L ’inútil combat (1931), y sus siguientes obras, tendió como «yo también he vivido en la A rca­
escritas en su etapa inicial en catalán, fueron tra­ dia», con el sentido de ‘en el pasado encontré la
ducidas al español como Tierras del Ebro (1934; p az’. Se trata de un concepto que choca de lleno
traducida en 1956) (Terres del Ebro), Caminos con lo medieval y se adentra en el Renacimiento
de noche (Camins de nit) y Tito Costa (1946), las dado que propone la evasión hacia el mundo fe­
primeras de las cuales recibieron, respectiva­ liz de las ideas. La verdadera conquista renacen­
mente, los premios Fastenrath de la Real Acade­ tista es la de asignar una geografía ficticia a la
mia Española y el del Ayuntamiento de Barce­ poesía bucólica* que ya existía, una región en la
lona. En esos momentos optó por el español que la belleza propicia la existencia de pasiones
como vía de acceso a un mayor número de lecto­ amortiguadas. El mito de la Arcadia supone el
res, y con Sobre las piedras grises, su primera planteam iento esteticista puro del «arte por el
novela directam ente escrita en esta lengua, re­ arte» o, dicho con otras palabras, el primer caso
cibió el Premio Nadal en su edición de 1948. de «deshumanización» en la poesía. La poesía
A esta obra siguieron María Molinari (1949), La sufre entonces una identificación tan absoluta
hora negra (1955), Nocturnos de alarmas con el mito de la Arcadia que a los poetas llegó
(1957), la novela picaresca Viejas y nuevas an­ a llamárseles árcades.
danzas de Martín de Caretas (1959), Entre la tie­ Aunque el impulso del tema vino con la traduc­
rra y el mar (1966), con la que ganó el Premio ción de La Arcadia (1549), de Sannazaro, ya an­
Blasco lbáñez, Narracions del Delta (1965), de tes se había m anifestado en la novela «a lo di­
nuevo en catalán, La espera (1968), La tempes­ vino»* Espill de la vida religiosa (1515), que un
tad (1975), La masía (1975) y El segundo del jerónim o tradujo del catalán como Tratado lla­
apocalipsis (1981), centrada en la Guerra Civil. mado el Deseoso y po r otro nombre Espejo de
Como ensayista y biógrafo destacan sus títulos: . religiosos. La tradición pastoril, relacionada di­
Cervantes (1945), Pío Baroja y su tiempo rectamente con la Arcadia, se m uestra en obras
(1964), obra galardonada con el Premio N acio­ como Égloga de Plácida y Vitoriano, de Juan del
nal de Literatura, La vida trágica de Mosén Ja­ Encina*, o en los versos de Garcilaso de la
cinto Verdaguer (1952, en catalán; 1970, tradu­ Vega*. Otros precedentes, esta vez en prosa, pue­
cida al español) y Cervantes y Oscar Wilde den encontrarse en Menosprecio de corte y ala­
(1960). Tiene dos obras de teatro, La ciutat ma- banza de aldea (1539), de Antonio de Guevara*,
le'ida (1935) y N ausica (1937), así como unas o en los Coloquios satíricos (1543), de Antonio
memorias de su infancia, tituladas Los hombres de Torquemada*, concretamente en el tercero y
de la tierra y del mar (1962), y otras de m adu­ el séptimo, donde aparece la idea del paraíso per­
rez, Memorias: los hombres de la ciudad (1982). dido y se anticipa el género de la novela pastoril
al que dará carta de naturaleza Los siete libros de
ARBOLANCHE, Jerónimo de (Tudela, Navarra, la Diana (1559?), de Jorge de Montemayor*. El
1546-1572) tema se proyecta después en autores como Gil
Poeta. Estudió humanidades y se dedicó a labo­ Polo*, autor de Los cinco libros de la Diana ena­
res mercantiles. Su única obra es LasAbidas (Za­ morada (1564), Cervantes*, con La Galatea
ragoza, 1566), un largo poema, mezcla de libro (1585), o Lope de Vega*, que escribió, por en­
de caballería* y novela pastoril*, que cuenta la cargo de Antonio Álvarez de Toledo, duque de
historia del rey Habis. Precede al libro una crí­ Alba, Arcadia, prosas y versos (1598).
55 ARCIPRESTE DE HITA

ARCE, Carlos de (Chantada, Lugo, 1932) cha Espina (1955) y Estanislao Abarca (1957),
Narrador. Ha sido colaborador en diferentes me­ entre otros.
dios de comunicación, tanto españoles como his­
panoam ericanos, y es autor de obras infantiles ARCE DE LOS REYES, Ambrosio (M adrid,
como La nieta del duque (1958) y de relatos re­ 1621?-1661)
cogidos en títulos como La ciudad desierta Dramaturgo y poeta. Presbítero, se dio a conocer
(1958), Los desgajados (1961), Tribunal de la literariamente en 1649 con un panegírico de las
muerte (1963), Una palom a en la tormenta bodas de Felipe IV con doña Mariana de Austria.
(1964), Donde el amor cambia de nombre (1969) Fue conocido por participar en certámenes reli­
y El insaciable Eros (1971). Además de Gran­ giosos y, como autor teatral, colaboró con otros
deza y servidumbre de veinte Premios Planeta autores como Moreto*, Matos Fragoso*, Dia­
(1972) ha publicado, con el seudónimo de Paul mante*, Rodríguez de Villaviciosa* y Avella­
Reader, obras como Exploraciones fam osas neda*. Conocemos las siguientes comedias su­
(1962), Cárceles fam osas (1963) o Biografía de yas: El Hércules de Hungría (Madrid, 1658),
las perversiones (1973), entre otras de carácter Cegar para ver mejor (Madrid, 1660), dedicada
variado. a la vida de santa Lucía de Sicilia, La mayor vic­
toria de Constantino M agno (Madrid, 1661) y,
ARCE, Juan Carlos (Albacete, 1958) editada postumamente, El hechizo de Sevilla
Narrador y dramaturgo. Jurista especializado en (M adrid, 1672), que versa sobre la esclavitud.
Derecho internacional, es autor de novelas en las
que aborda tramas de intriga con trasfondo de ARCEDIANO DE TORO -> Véase RODRÍGUEZ,
novela histórica, escritas para entretener, con Gonzalo, arcediano de Toro.
lenguaje sencillo y sin complicaciones en la
trama, muy en la línea de Eslava Galán*. A de­ ARCIPRESTE DE HITA; Juan Ruiz (?-?, 1 35 0/
más de diversas piezas teatrales, hay que citar 1351?)
obras como El matemático del rey (2000), M eli­ Poeta. Lo poco que sabemos de la vida del autor
bea no quiere ser mujer (2001), Elogio de la mi­ del Libro de Buen Amor — una de las cumbres de
rada (2002) y Los colores de la guerra (2002), la literatura española— nos vemos obligados a
con la que recibió el millonario Premio Fernando deducirlo de dicho texto. Gracias a él sospecha­
Lara y centrada en la Guerra Civil. mos que debió de nacer en Alcalá de Henares, o
en lugar próximo, y que quizá estudió en Toledo,
ARCE LAGO, Manuel (San Roque de A ceb al, ciudad en la que confluían las culturas oriental,
Llanes, Asturias, 1928) rabínica y musulmana con la cristiana. El autor
Poeta, novelista y ensayista. Director de una ga­ se encarga, no obstante, de darnos su nombre y
lería de arte y fundador de la revista La isla de cargo que ocupa, así como el título de la obra,
los ratones (1948) en Santander, ciudad en la datos que en absoluto resultan fiables, y muchos
que reside, se ha dedicado a la crítica de arte y, historiadores han pensado que incluso podrían
tam bién, ha editado algunas obras de Lope de pertenecer a algunos personajes del siglo xiv.
Vega*. Com o poeta, es autor de poem arios en Existen, pues, algunas identificaciones de escasa
los que destaca un fuerte sentim iento amoroso base, como la que, basándose en sólida cultura
unido a una profunda preocupación religiosa y mozárabe, plantea que el poeta nació en Al-An-
metafísica. Por lo que respecta a su novelística, dalus, si bien semejante formación bien pudo ad­
hay que decir que en ella, utilizando una técnica quirirla en los hipotéticos estudios cursados en
realista, aúna los problemas existenciales de la Toledo. Puede pensarse que este clérigo debió de
libertad y el sentido de la vida con las cuestio­ ser jovial y alegre, a juzgar, al menos, por lo que
nes sociales españolas. Además de los poem a­ él mismo dice al reconocer que escribió muchas
rios Sonetos de vida y propia m uerte (1948), obras de encargo, todas ellas de carácter jugla­
Llamada (1949), Carta de paz a un hombre ex­ resco. Según varios pasajes del libro, se debate
tranjero (1951), Som bra de un am or (1952), la posibilidad de que fuese escrito en la cárcel,
Biografía de un desconocido (1954) y A nto lo ­ asunto este que trae de cabeza a la crítica. Dado
gía p oética (1948-1958) (1958), deben citarse que toda la información que poseemos sobre el
sus ensayos Eduardo Sanz o el cromatismo m á­ Arcipreste proviene de su texto, las hipótesis so­
gico (1961) y Pedro Gastó (1976), así como las bre su personalidad son numerosas, si bien la de
novelas Oficio de m uchachos (1963), Testa­ E. Sáez y J. Trench, quienes postulan que se tra­
mento en la montaña (1956), Pintado sobre el taba de un tal Juan Ruiz de Cisneros, hijo ilegí­
vacío (1958), La tentación de vivir (1961), A n ­ timo de un matrimonio cristiano cautivo en tie­
zuelo para la lubina (1962) y El precio de la rras musulmanas, es la que resulta acaso más
derrota (1970). Ha recibido los prem ios C on­ plausible. No debe olvidarse, sin embargo, la do­
56
ARCIPRESTE DE HITA

cumentada por Francisco J. Hernández, según la — uno de los personajes más representativos de la
cual se trataría de «Johanne Roderici archipres- historia literaria y que fue inventado por Juan
bítero de Fita». El Libro de Buen Amor está com­ Ruiz— ; así, van sucediéndose serranas, una
puesto de mil setecientas nueve estrofas con más monja y una mora hasta que muere la vieja y, des­
de siete mil versos en cuaderna vía, unidos por pués de unos poemas a la Virgen, finaliza el
un hilo, quizá autobiográfico, que engarza cuen­ poema. A partir de aquí surgen una serie de asun­
tos, fábulas — adaptaciones de textos latinos— , tos que conviene matizar. De un lado, y en gene­
sátiras y poesías líricas, todo ello con un estilo ral, puede afirmarse que se trata de un libro ex­
vital y humorístico que confluye entre lo culto y tenso y variado en todos los planos: el del
lo popular, y constituye uno de los muestrarios contenido, en el que abundan exempla (véase
léxicos más extraordinarios que ha dado nuestra EJEMPLOS), narraciones amorosas, encuentros
literatura. Pero es un libro problemático que me­ con serranas, una batalla burlesca, lírica religiosa,
rece un comentario mayor. elementos didácticos, etc.; el de la forma métrica,
La cuestión de la autoría tiene una extraordinaria en el que la cuaderna vía alterna con formas líri­
importancia debido al planteamiento autobiográ­ cas en arte menor; y el del tono, donde conviven
fico de la obra. Hoy se considera que estamos el serio, el paródico, el devoto y el ambivalente.
ante una autobiografía ficticia, aunque, como Al mismo tiempo, hay que hablar de influencias.
queda dicho, se sigue debatiendo el problema de El Libro de Buen Amor es deudor, en gran parte,
la prisión: si bien Dámaso Alonso* pensaba que de la literatura religiosa, de la técnica de los ser­
se trataba de una referencia real, otros críticos mones (cultos y populares), de las colecciones de
como Spitzer o Lida de Malkiel apuntan sobre el exempla, de los catecismos, los tratados de con­
asunto una interpretación alegórica referida a te­ fesión y de la lírica religiosa. Asimismo, y como
mas como el sufrimiento y la vida temporal. Por ya se ha advertido, tiene relaciones con Ovidio,
lo que se refiere a la datación, se conservan va­ además de con el amor cortés, el drama latino re­
rios códices: los de Toledo y Gayoso, ambos de ligioso y profano de la Edad Media, la poesía go-
1330, y el de Salamanca de 1343, a los que ha­ liárdica y la lírica popular. Sus fuentes son tanto
bría que añadir otro, el de la Real Academia Es­ librescas como orales, y hay, dentro de las prime­
pañola, que habría sido copiado a finales del si­ ras, dos tendencias: la tradición europea, espe­
glo xiv. Las divergencias entre los dos primeros cialmente en lo que tiene que ver con la cultura
y el tercero llevaron a Menéndez Pidal* a pensar eclesiástica medieval, la retórica y las fuentes la­
en dos redacciones diferentes, hipótesis defen­ tinas, castellanas, francesas, provenzales y ga-
dida por quienes realizan interpretaciones artísti­ laico-portuguesas, es decir, y en general, fuentes
cas o biográficas del texto; otros son defensores de origen románico y cristiano. La otra tendencia
de la redacción única. dentro de lo libresco es el mudejarismo, presente
Pese a la heterogeneidad de elementos y la varie­ en la confluencia de elementos árabes, hebreos y
dad de registros (lirismo, elementos narrativos, europeos, es decir, orientales y occidentales. Por
fábula, sátira, comicidad, elementos populares y lo que respecta a los elementos árabes, cuya pre­
cultos, etc.), el poema tiene una unidad funda­ sencia prioritaria fue defendida por Américo Cas­
mental derivada del estilo, el tono y la personali­ tro*, hay que hablar de los personajes, de los ins-
dad del autor. Para Menéndez Pelayo* se trata de • trumentos y del uso del zéjel y de palabras de
una novela de corte picaresco, autobiográfica y origen y estructura árabe. De la literatura árabe
en la que se reúnen una colección de fábulas de en general habría heredado el libro de Ruiz la es­
origen oriental, latino o francés a las que se su­ tructura fluida y compleja, su transición entre fic­
man digresiones morales, ascéticas y satíricas. ción y realidad y la variedad métrica. La obra más
Asimismo, considera que, en gran medida, es influyente es El collar de la paloma, a la que de­
una glosa del Ars Amandi de Ovidio y del Pam- bería el carácter autobiográfico. En cuanto a los
philus, del cual habría tomado Ruiz el episodio elementos de carácter hebraico, defendidos sobre
de don Melón y doña Endrina. todo por Lida de Malkiel, estos vendrían de un
La historia que se narra, soporte central del libro, género propiamente hispano-hebraico, las maqa-
es, en apretado resumen, la siguiente: tras una in­ mat y, concretamente, del Libro de las delicias.
vocación a Dios y explicación de sus propósitos, Por lo que se refiere a los elementos europeos,
afirma, basándose en la autoridad de Aristóteles, cuya presencia es planteada sobre todo por De-
que el mundo se afana por dos cosas, el sustento yermond y Francisco Rico*, estos autores llaman
y el sexo. Después de confesar su inclinación por la atención, además de sobre el mencionado
las mujeres, comienza a narrar sus aventuras. Fra­ Pamphilus, sobre el libro De vetula, coincidente
casados sus primeros intentos, recibe los conse­ con el Libro de Buen Amor en la autobiografía de
jos de don Amor y doña Venus y vuelve a inten­ tipo erótico, en las digresiones doctrinales y en la
tarlo, ayudado ahora por la vieja Trotaconventos utilización de un prólogo en prosa.
57 ARCIPRESTE DE HITA

Pero, además de las fuentes librescas, están las posiciones religiosas, debe decirse que están más
orales-juglarescas, preferidas por Pidal, que las relacionadas con las de Alfonso X* que con las
percibe en el metro irregular, en los temas poéti­ de Berceo*. Las composiciones líricas más fa­
cos, en las serranillas, oraciones, ejemplos, cuen­ mosas, son, sin embargo, las serranillas, las pri­
tos y fábulas, en las trovas cazurras, en las canti­ meras conservadas en castellano enteramente
gas de escarnio, en las pinturas de la vida distintas a las del marqués de Santillana*, aun­
burguesa y en la m ezcla constante entre lo có­ que métricamente se adopten las formas tradicio­
mico y lo serio. nales de este. Semejante variedad de ritmos llevó
Obviamente, esta pluralidad a la que me refiero a M enéndez Pidal a afirmar que el Arcipreste
(elementos, tradiciones, influencias, cultura eru­ concibió su libro como una «lección o muestra
dita y saber popular, de clerecía y juglaría) plan­ de metrificar», como un vasto cancionero de for­
tea el problema de cómo el Libro posee una uni­ mas de metrificar engastado en una biografía hu­
dad esencial. La respuesta hay que relacionarla morística.
con dos aspectos: la autobiografía y la personali­ Pero es evidente que de lo que hay que hablar,
dad del poeta. Que el libro tenga forma autobio­ como he anunciado, es de la personalidad del au­
gráfica no significa que lo que se nos cuenta tor, de su especificidad como creador, en defini­
haya sido vivido personalmente por el autor, lo tiva, de las peculiaridades del arte de Juan Ruiz.
que origina el problema real: ¿por qué, entonces, La característica esencial del Libro es la múltiple
el empleo de dicha forma autobiográfica? M e­ captura que realiza su autor de la vida del en­
néndez Pelayo apuntaba que era la forma «más torno: la realidad inmediata irrumpe en la obra
natural y cómoda» de la que el autor podía ser­ literaria. De tal suerte, en su lenguaje y estilo se
virse para sus propósitos, pero el género autobio­ da una magistral confluencia de humor, alegorías
gráfico es infrecuente en la Edad Media y se trata e ironía, así como de un realismo brutal en las
tan solo de una derivación de las habituales bio­ descripciones de las mujeres. Rasgo capital del
grafías del m ester de clerecía durante el si­ texto es el humor, que, ni agrio ni sarcástico, pa­
glo xiii, del cambio de mentalidad que se produce rece surgir del concepto que de la vida tiene el
a partir del siglo xiv y que influye decisivamente autor. Dicho humor se expresa a través de juegos
en el cambio y degeneración de los temas y de la de palabras, imágenes, parodias, caricaturas gro­
métrica del mester de clerecía. tescas y apólogos, aunque el mayor logro de
En cuanto a la métrica del Libro de Buen Am or Ruiz es el manejo constante de la ironía como
ya se ha dicho que predomina la cuaderna vía, en procedimiento artístico. A través de ella se ex­
la cual se combinan versos de catorce y de dieci­ presa la deliberada ambigüedad que informa la
séis silabas, es decir, hemistiquios hepta y octo­ obra, así como constituye la razón de ser de su
sílabos. En un principio, se pensaba que tal cir­ arte. Bajo la apariencia de un esquema didáctico,
cunstancia se debía a un error del Arcipreste o de el Libro de Buen Am or presenta el permanente
los copistas; pronto se entabló la discusión al res­ conflicto entre los valores realistas del amor hu­
pecto, con lo que se planteó, por un lado, la hipó­ mano y el código abstracto del amor divino. En
tesis de que se trataba de un síntoma de la dege­ este sentido, el empleo de la alegoría ha sido uti­
neración de la cuaderna vía y, por otro, del lizado por los defensores de la interpretación di­
carácter innovador del poeta. Coraminas*, en su dáctica de la obra de Ruiz, principalmente los ci­
edición de la obra de Ruiz, defiende la idea de tados Spitzer y Lida de Malkiel. No obstante, la
que este ritm o doble obedece a leyes precisas, referencia a un sentido oculto de la alegoría prac­
aunque difíciles de determinar. Formalmente, se ticada por el Arcipreste puede interpretarse tanto
introduce la variedad, mantiene más vivaz y re­ didácticamente o, invirtiendo los términos por
creada la atención del auditorio y, de manera glo­ medio de la ironía, de un modo opuesto a cual­
bal, rompe la rutina de la cuaderna vía. Unas ve­ quier didactismo. En lo que tiene que ver con el
ces el cambio responde al tipo de acción o al lenguaje, hay que decir que es variado, complejo
fondo del relato, aunque también está relacio­ y que en él luchan las novedades castellanas con
nado con los varios tonos de estilo. Sea como las anteriores propias de un estado más arcaico
fuere, lo cierto es que las rimas «imperfectas» no de la lengua. Se aprecia el empleo de recursos re­
superan el uno por ciento del total de la obra, y el tóricos como la «amplificado», las parejas de si­
poeta admite tanto la sinalefa como los hiatos. nónimos, los diminutivos, las sentencias y refra­
La parte lírica de la obra consta de cuatro «Go­ nes propios del arte popular y el diálogo, entre
zos de Santa María», cuatro «serranas», cuatro otros.
cantigas de «Loores a la Virgen», dos a la Pasión Como consecuencia de esta variedad en todos los
de Cristo, un «Ave María», una trova cazurra, órdenes, surgen dos problemas principales en
dos cantares de escolares, dos de ciego y una el Libro de Buen Amor: la unidad de la obra y el
cantiga contra la Fortuna. En cuanto a las com ­ sentido. Aparte de las consideraciones sobre la
58
ARCIPRESTE DE HITA

autobiografía y la personalidad de su autor, la dirección contraria al resto de las obras de la


crítica no ha dejado de preguntarse si la obra en Edad Media. Se parte de la vivencia inmediata y
sí misma mantiene la unidad. He apuntado ya hi­ de la realidad para no llegar a nada; no hay un
pótesis como la de que estamos ante un cancio­ principio general al comienzo, pero tampoco se
nero de formas de metrificar o la del tratado de pueden extraer principios generales de las viven­
amores, moralizado, basado en Ovidio y en la cias. Teniendo en cuenta todo esto, están, como
tradición surgida del Ars Amandi. No obstante, ya advertí, quienes ven la obra como burlesca, al
rastrear los orígenes no ayuda a encontrar' la po­ considerar que utilizaba el sermoneo como co­
sible unidad. El Libro está formado por una serie bertura de su auténtica intención, y aquellos que
de realidades independientes con una mínima re­ la entienden como didáctica al sospechar que las
lación entre sí, una relación organizativa, no es­ intenciones del A rcipreste pretenden m ostrar
tructural. La organización de los elementos hay que, tras el inicial deseo del hombre de buscar
que verla en la conexión entre aventuras y refle­ ayuntamiento con una mujer, surgen dificultades
xiones sobre elementos de tipo religioso. Hay y daños. Pero lo cierto es que el Arcipreste no in­
dos principios: la realidad burlesca y la seriedad, troduce moralejas; simplemente, inocula una je ­
gracias a los cuales se mantiene el contraste. La rarquía de valores y una doctrina sin que se note.
única posibilidad de abordar la unidad de la obra, Los elementos de doctrina religiosa son, en ver­
sería entendiéndola como una expresión de vi­ dad, muy numerosos, pero sirven de segundo
vencias inmediatas o como proveniente de la rea­ plano para contrastar con el otro. En medio de las
lidad de las cosas y no de la teoría acerca de esa historietas se filtran, con seriedad, elementos
realidad. La relación que se produce con el con­ doctrinales. Frente al plano de las dificultades,
texto es metonímica, relación por contigüidad o fracasos y muertes está el otro: el amor de Dios y
semejanza y no causal-lineal. Existe en el texto la religión. El contraste entre ambos planos, la
un proceso progresivo de concreción que va de valoración de este, la realiza el lector, no el au­
lo abstracto a lo concreto, al contrario de lo que tor. En este sentido se trata de una obra abierta
sucede, por ejemplo, en don Juan Manuel*. Se­ que rompe las prácticas normales de la predica­
mejante contigüidad dificulta la captación de la ción y de los tratados de la época.
unidad, aunque hay una gradación y los elemen­ La verdad es que los críticos más recientes, lejos
tos se agrupan de tres en tres para, al final de los ya de las disputas excluyentes al respecto del ca­
grupos menores, aparecer la muerte. rácter moral o burlesco de la obra, han acercado
El sentido general del libro es motivo de discu­ posturas y, de tal suerte, defienden posiciones
sión, principalmente como consecuencia del uso más matizadas: están los que ven la obra como
de la parodia y del gusto por la ambivalencia. didáctica pero con un importante componente de
Las dos tendencias al plantear dicho sentido son humor subversivo y aquellos que, muy cerca
la de quienes consideran el Libro de Buen Amor de estos, la consideran como cómica y paródica
como obra burlesca y la de los que, por el contra­ aunque con un considerable contenido didáctico.
rio, la entienden como una obra moral-didáctica. De lo que no cabe duda es de que el Libro de
Por lo pronto, el libro arranca con una ambigüe­ Buen A mor representa el nuevo espíritu pagano
dad programática: disputa entre griegos y roma­ del siglo xiv, del que, por supuesto, no puede ex­
nos. Si para Berceo la realidad estaba definida a cluirse un fuerte sentimiento religioso. La paro­
priori, para el Arcipreste no. Para él la realidad dia, como forma de enfocar el mundo, le llevó a
es ambigua, de ahí que desaparezcan las corres­ dar con una fórmula que casi consigue reconci­
pondencias entre forma y fondo. La obra de Ruiz liar diversos elementos irreconciliables: la doble
critica la dialéctica escolástica que, al igual que vertiente de su propia naturaleza y sus inclina­
la retórica, está incapacitada para dar cuenta de ciones, la de poeta y la de sacerdote, y la reali­
la realidad. Ni la lógica ni los principios abstrac­ dad histórica del siglo xiv y las doctrinas de la
tos funcionan ya en el Arcipreste: en él y en su Iglesia. De algún modo, en el título mismo ya
mundo funciona solo lo concreto. Las discusio­ existe un anuncio de las diversas posiciones que
nes que se producen a lo largo de la obra dan se van a mantener ante el texto. El significado de
cuenta de que no funcionan ya los mecanismos «buen amor» es central en estas discusiones,
de la dialéctica. Juan Ruiz representa una menta­ pero ocurre que el poeta no siempre se refiere a
lidad que ya no tiene claros ni la causalidad me­ lo mismo cuando utiliza esta expresión. El «buen
cánica ni los principios generales, tan evidentes amor» podría ser el divino o el de tipo cortés,
para Berceo y don Juan Manuel. El Libro de mientras que el «loco amor» sería el puramente
Buen Amor no da el pensamiento definido, pen­ sexual. Lo que en absoluto queda claro es cuál
sado y juzgado, sino que obliga a pensar, obliga resulta el más adecuado. Y es aquí donde reside
al lector a plantearse muchas cosas. En este sen­ el mérito principal del libro: la ambigüedad pro­
tido resulta un libro extraño, ya que funciona en gramática, una ambigüedad que, pese a las inter­
59 ARCONADA

pretaciones que brevemente he comentado, no se dentes en Madrid. Es traductor de poesía ale­


desvela jamás. Semejante circunstancia es la que mana, inglesa e italiana y ha recibido la Medalla
le da a la obra la modernidad de ser un libro de la Asociación de Escritores y Artistas Españo­
abierto, ameno para el lector actual y, al tiempo, les. Colaborador del diario ABC, ejerce la crítica
una fuente de estudios y discusiones literarias. literaria en diversos medios. Amor y desamor
Hablar de la influencia de la obra del Arcipreste son asuntos que sobrevuelan los versos de este
en la literatura posterior obliga a hablar del R i­ joven poeta, capaz en cambio de extraer de se­
mado de Palacio, de López de Ayala*, de algu­ mejante cuestión suculentas meditaciones exis-
nos poetas de cancionero*, del Corbacho, del tenciales, todo ello a través de un lenguaje de
Arcipreste de Talavera* y, principalmente, de la corte clásico, exigente con el ritmo y en cierto
Celestina de Fernando de Rojas*. Bien es cierto, sentido ligado a la llamada poesía de la experien­
sin embargo, que, a lo largo del Siglo de Oro cia*, quizá en la línea de un García Montero*. Es
(véase EDAD DE ORO), fue un libro ignorado. autor de los poemarios Las imágenes invertidas
Hoy, por el contrario, es ya uno más de los gran­ (1996), Lenguaje de la culpa (1998), galardo­
des textos de la historia de la literatura española nado con el Premio Alcalá de Henares, De fiebre
junto al Cantar de Mió Cid*, la mencionada Ce­ y desiertos (1999), con el que obtuvo el Premio
lestina, el Lazarillo de Tormes* o el Quijote. de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, y
Frontera del silencio (2001).
ARCIPRESTE DE TALAVERA; Alfonso Martínez
de Toledo (Toledo, 1398-1468) ARCO, Ricardo del (Granada, 1888-?)
Novelista. Sabemos muy poco de su vida, salvo Ensayista. Erudito que se ocupó de cuestiones
que vivió en los reinos de la Corona de Aragón, históricas relacionadas con Aragón. Destacan sus
bastante en Barcelona, y que fue Bachiller en de­ títulos La imprenta en Huesca (1911), Misterios,
cretos, racionero de la catedral de Toledo des­ Autos Sacramentales y otras fiestas en la cate­
de 1415 y arcipreste de Talavera de la Reina desde dral de Huesca (1920) y Gracián y su colabora­
1427. Su obra fundamental es el Corbacho — co­ dor y mecenas (1926). Estudió sociológicamente
nocida con ese nombre por asociación con la mi­ las obras de Cervantes* y Lope de Vega*.
sógina obra Corbaccio, de Boccaccio— o Repro­
bación del am or m undano (Sevilla, 1438), que ARCO Y MOLINERO, Ángel de (G ra n ad a ,
consta de cuatro partes: una contra la lujuria, una 1862-?)
sátira contra las mujeres y dos más que se ocu­ Ensayista, poeta y dramaturgo. Abogado y miem­
pan de la disposición de los hombres para el bro del Cuerpo de Archiveros, erudito y autor de
amor, y que él rotula con el nombre de su cargo: obras de historia literaria e historia del Arte. De­
Arcipreste de Talavera, nombre con el que tam ­ ben destacarse títulos como Artistas granadinos
bién se la conoce. Su estilo es ampuloso en la lí­ de los siglos xvi al xix (1890), Lope de Vega: su
nea latinizante del siglo xv, si bien utiliza tam ­ vida y sus obras (1893) y Siluetas granadinas: bi­
bién la lengua popular y los recursos técnicos del bliografías de escritores granadinos contempo­
sermón popular. Se han apuntado influencias de ráneos (1893). Como literato, hay que recordar
autores como el Arcipreste de Hita* o Francesc sus poemarios H ojas y flores (1884), La recon­
Eiximenis* con su obra Libro de las Donas. Este quista de Málaga, canto épico (1888), Roman­
texto es un antecedente claro de la Celestina. cero de la conquista de Granada (1889), Conci­
Otras obras del autor son la histórica Atalaya de liación (1897) y Laureles, obras poéticas (1902),
las Crónicas, que comenzó a redactar en 1443 y así como la novela Juana la violetera (1892) y
que supone una Historia de España desde las mi­ las comedias Sólo para hombres (1891) y El ase­
graciones de los godos hasta la muerte de Alvaro dio (1901).
de Luna* en 1453, y Vida de san Isidoro y Vida
de san Ildefonso, redactadas en 1444 y que son ARCONADA, César [Muñoz] (Astudillo, Paten­
traducciones amplificadas de ciertos textos lati­ cia, 1898-Moscú, 1964)
nos con los que trata de ofrecer ejemplos mora­ Novelista, dramaturgo, poeta y ensayista. Redac­
les. Es un autor cuya importancia, en definitiva, tor jefe de La Gaceta Literaria y colaborador de
reside en la maestría con que utiliza el lenguaje y la prensa española y extranjera, fue especialista
en la habilidad con que hace confluir los estilos en crítica musical y cinematográfica. Miembro
culto, semiculto y popular. del Partido Comunista desde 1931, tras el lirismo
deshumanizado de la prim era etapa de su obra
ARCO, Jorge de (Madrid, 1967) evoluciona hacia un realismo* combativo y de
Poeta. Licenciado en Filología A lemana por la textura marxista que le convierte en uno de los
Universidad Com plutense de M adrid, enseña representantes máximos de la corriente social-
Lengua y Literatura Españolas a extranjeros resi­ realista, ya desde los tiempos en que, junto a Ca-
60
ARDERÍU

rranque de Ríos*, Joaquín Arderíus*, Sender* o nino y el temor sexual m asculino, y en Ojo de
Díaz Fernández*, formaba parte de los autores brasa (1925) el nihilismo culmina en un infanti­
del realismo social en tiempos de la República. cidio. Otras obras suyas son La duquesa de Nit
Entre sus obras fundamentales destacan: En (1926), La espuela (1927), Los príncipes iguales
torno a D ebussy (1926), Vida de Greta Garbo (1928), El baño de la m uerte (1928), Los am a­
(1929), biografía de la actriz — exitosa y muy dores de M anqueses (1929), Justo «El Evangé­
traducida— , el poemario Urbe (1928), cercano lico»: Novela de sarcasmo social y cristiano
al ultraísmo*, Cuentos de amor para lardes de (1929) y El comedor de la pensión Venecia
lluvia (1930) y La turbina (1930). Editó, ade­ (1930). Como ya hemos mencionado, la preocu­
más, novelas testim oniales como Los pobres pación por los problemas sociales durante la
contra los ricos (1933) y Reparto de tierras época republicana lo llevó a escribir obras como
(1934), farsas entre las que se cuentan Tres fa r ­ Lumpenproletariado (1931) o Campesinos (1931),
sas para títeres (1936) y La conquista de M a­ en la que se expone crudamente la situación ru­
drid (1937). Ya fuera de su país, escribió dos li­ ral en España. Con Crimen (1933) aúna panfleto
bros de relatos, España es invencible (1941) y social y novela policiaca. Su obra tuvo influen­
Cuentos de Madrid (1942). Su novela Río Tajo, cia sobre Manuel D. Benavides* y el ya mencio­
escrita en 1938, se publicará en Moscú en 1970, nado Díaz Fernández, con quien escribió Vida de
y en España, en 1978, muerto Franco. A si­ Fermín Galán (1931).
mismo, tradujo textos de la literatura rusa, de­
jando inédita gran parte de su obra. De Astudillo AREÁN, Carlos Antonio (V igo, Pontevedra,
a Moscú (1986) recoge, en gran medida, su obra 1921)
periodística. Ensayista y poeta. Licenciado en Derecho y doc­
tor en Filosofía y Letras, fue profesor en la Uni­
ARDERÍU, Clementina (Barcelona, 1889-1976) versidad Central de M adrid, funcionario de
Poetisa en lengua catalana. Colaboradora de di­ varios Ministerios y director de diversas publica­
ferentes periódicos catalanes y esposa de Caries ciones y galerías de arte. Dedicado, sobre todo, a
Riba*, sus poemas, reflejo de su vida cotidiana, cuestiones relacionadas con esta última disci­
son de gran sencillez y suave musicalidad. De­ plina, de su extensa obra cabe destacar títulos
ben destacarse los poemarios Cangons i elegies como Ramón de Basterra (1953), Veinte años de
(1916), L ’alta llibertat (1920), Cant i paraules pintura de vanguardia en España (1961), La es­
(1936), Sempre i ara (1946), con el que recibió cuela pictórica barcelonesa (1963), Comprender
el Premio Folguera, És a dir (1960), que obtuvo la pintura (1969), La pintura española. De Alta-
los premios Ossa Menor y el Lletra d’Or, y L ’es- mira al siglo XX (1971), Balance del arte joven
peranga encara (1968). en España (1971), Treinta años de arte español
(1972) o La pintura expresionista en España
ARDERÍUS FORTÚN, Joaquín (Lorca, M urcia, (1983), entre otras muchas. Además de participar
1885-México, 1969) en la redacción del Diccionario Enciclopédico
Novelista y ensayista. Nacido en el seno de una Espasa y en la enciclopedia El Arte y el Hombre,
familia acomodada, este novelista y periodista ha editado las obras de Ornar Jayyan y, como
dejó sus estudios de Ingeniería para dedicarse a poeta, Sete poem as galegos (Lisboa, 1958), en
la actividad literaria y política. Estuvo encarce­ gallego, y el libro Vereda en el tiempo (1964). Ha
lado varias veces durante la dictadura de Prim o recibido premios tan prestigiosos como el Nacio­
de Rivera, fundó la Editorial Oriente en 1927 y nal de Literatura, en los concursos bienales de
dirigió, junto a Antonio Espina* y José Díaz. Fer­ Bellas Artes de 1968 y 1969, el Internacional de
nández*, la revista Nueva España. En 1939 se Investigación Histórica Buenos Aires y el
exilió, primero en Francia y después en México. Tiempo.
Su obra evolucionó desde las influencias nitzs-
cheanas, el tono expresionista, el erotismo y cier­ AREILZA Y MARTÍNEZ RODAS, José María de
tas intenciones sociales (que le aúnan al espíritu (Portugalete, Vizcaya, 1909-Madrid, 1998)
social-realista republicano de autores como el Ensayista. Político, diplomático, conde de Mo-
mencionado Fernández, Arconada*, Sender* o trico y colaborador en numerosas publicaciones,
Carranque de Ríos*), hasta un realismo* de gran estudió Derecho en la Universidad de Salamanca
dureza, amargo, angustiado y claram ente com ­ e Ingeniería Industrial en Bilbao. Alcalde de su
prometido e ideológico. Su prim er libro, M is ciudad natal a los veintiocho años, embajador de
mendigos (1915), está escrito con técnicas presu- España en diferentes países y destacado político
rrealistas, e inició la novela anarquista española de la transición tras la muerte de Franco, fue
con A sí me fecundó Zaratustra (1923). En Yo y miembro de la Real Academia Esoañola y de la
tres mujeres (1924) aborda el fetichismo feme­ Academia de Ciencias Morales y Políticas.-Su
61 ARGENSOLA

vasta obra ensayística y narrativa puede resu­ vasca. Miembro de la Academia de la Lengua
mirse en títulos como A sí los he visto, Memorias Vasca, se trata de un poeta preocupado por el
exteriores, Diario de un M inistro de la M onar­ hombre y los problemas sociales, así como por la
quía, Cuadernos de la Transición, La Europa trascendencia, y utiliza tanto el verso libre como
que queremos, Cien artículos, Figuras y parece­ las formas métricas tradicionales, todo ello con
res, Prosas escogidas. Paisajes y semblanzas o una clara preferencia por el verso corto. Su obra
Siete relatos. Entre los numerosos reconocimien­ poética se resume en cuatro libros: M oldan be-
tos y premios que recibió, destacan el M ariano hera (1960), Harri eta herri (1964), galardonado
de Cavia y el Premio Espasa de Ensayo. con el Premio Nacional de Literatura José María
de Iparraguirre, M ailu batekin (1964) y Euskal
ARENAL, Concepción (El Ferrol, La Coruña, Harria (1967), este último traducido posterior­
1820-Vigo, Pontevedra, 1893) mente por él al español. Entre los premios que
Ensayista. Colaboró en el diario político La Ibe­ recibió, además del mencionado, destacan el
ria junto con su esposo, F. García Carrasco y Orixe, el Loramendi y el de Poesía Vasca.
fundó, en 1870, la revista, dedicada a estudios
penitenciarios, La Voz de la Caridad. Su labor li­ ARGAMASILLA DE LA CERDA, Joaquín (M a­
teraria se inició con una novela, Historia de un drid, 1870-?)
corazón, y, en 1851, publica Fábulas en verso. Novelista. Autor que destacó como costumbrista
Después vendrán Manual del visitador del preso (véase COSTUMBRISMO) y en cuya obra estaba
(1862) y Proyecto del Reglam ento de cárceles presente el sentimiento del paisaje. Dos novelas
(1864), obras con las que se inicia su producción suyas deben citarse: De tierras altas (1907) y El
ensayística, centrada de una manera evidente en yelmo roto (1913).
los problemas del Derecho penal. Otros ensayos
destacados son: La beneficencia, la filantropía y ARGAYA, Miguel (Valencia, 1960)
la caridad (1861), Cartas a los delincuentes Poeta. Se trata de un autor cuya poesía, incluida
(1865), La pena de deportación (1875), La ins­ por la crítica en la poética del conocimiento, se
trucción del pueblo (1878) y La mujer de su casa adentra en los procesos de introspección de la
(1881). Entre 1894 y 1902 se publicaron, en 23 memoria, una épica personal que, interiorizando
volúmenes, sus Obras completas. Recibió un el tiempo y el espacio, trata de analizar los deta­
premio de la A cadem ia de Ciencias M orales y lles de la realidad y los sentimientos. La nostal­
Políticas por sus preocupaciones sociales. gia, unida a la subversión contra el tiempo, de­
fine su poética. De él deben destacarse los
ARENAS, Daniel (Extremadura) poemarios: Prohibido el paso a perros y poetas
Poeta y narrador. Aunque es autor de diferentes (1983), Elementos para un análisis específico de
poemarios de escasa difusión, debutó con la no­ los poblamientos indígenas (1987), Luces de gá­
vela Viviré si no me olvidas (1998), con la que libo (1990), con el que obtuvo el Premio Rey
obtuvo el Premio Felipe Trigo y que supone un Juan Carlos, y Pregón de trascendencias (2000),
ejercicio de memoria sobre el amor y los sinsa­ galardonado con el Premio Internacional de Poe­
bores del paso del tiempo en la mujer. sía Luys SantaMarina-Ciudad de Cieza.

ARENZANA, Donato de (Sevilla, ?-?) ARGENSOLA, Bartolomé Leonardo de (Barbas-


Poeta y novelista. Prácticamente nada se sabe de tro, Huesca, 1562-Zaragoza, 1631)
este presbítero que firmaba con el seudónimo de H istoriador y poeta. Cursó sus estudios en
Cristóbal de Anzarena, salvo que escribió poe­ Huesca y Zaragoza y Derecho en Salamanca y,
sías y una novela, Vida y empresas literarias del tras ordenarse sacerdote en 1584, fue rector de
ingeniosísimo caballero don Quijote de la Man- Villahermosa. Estuvo al servicio de la em pera­
chuela (1767), de la que solo se editó el primer triz María de Austria como capellán. En Madrid,
volumen. fue miembro de la conocida como Academia
Imitatoria y alcanzó el éxito con sus poesías. Es­
ARÉS, Adolfo Alonso Véase ALO N SO ARÉS, tuvo en Nápoles como capellán del conde de Le-
Adolfo. mos y, ya de regreso, fue canónigo de la catedral
de Zaragoza y cronista del reino de Aragón. En
ARESTI SEGUROLA, Gabriel (Bilbao, 1933- 1634 se editó su obra poética, junto a la de su
1975) hermano Lupercio Leonardo de Argensola*, bajo
Poeta en euskera. Profesor m ercantil de form a­ el título de Rimas. Algunas de sus poesías, en ab­
ción, inmediatamente se dedicó con extraordina­ soluto populares, como eran las de sus contem­
rio fervor a la literatura, y llegó a convertirse en poráneos, están influidas por los clásicos greco-
una de las figuras em blem áticas de la poesía latinos, entre ellos Horacio — a quien tradujo—
62
ARGENSOLA

y Juvenal, por lo que puede afirm arse que son «Al sueño (Imagen espantosa de la muerte)», en
graves y reflexivas. Fue autor de sonetos amoro­ el que se aprecia su interés por los temas estoi­
sos, religiosos y, sobre todo, de intención moral, cos clásicos. Deben destacarse también la D es­
canciones, sátiras, epigramas y epístolas, por las cripción de Aranjuez, una canción dedicada a
cuales, y por sus sonetos, fue admirado por Gra­ San Lorenzo y la sátira horaciana «A Flora». Su
cián*. Célebres, entre estas, son las escritas «A labor como dramaturgo no se vio refrendada por
un joven estudiante de Derecho» y «A Fernando el éxito; así, carecen de valor sus tragedias Filis
Soria Galvarro». En sus sátiras arremetió contra (perdida) y Alejandra e Isabela. Como cronista
la sociedad de su época. A pesar de la ebullición escribió: Información de los sucesos de Aragón
del Barroco*, él continuó la línea de los poetas en 1590 y 1591, que no se editaría hasta 1808.
del xvi, así, sus poemas amorosos siguen los tó­
picos petrarquistas y utilizan ciertos elementos ARGOTE DE MOLINA, Gonzalo (Sevilla, 1548-
clásicos tomados de Propercio; contrario al gon- Las Palmas de Gran Canaria, 1598)
gorismo, practicó una dicción precisa que le va­ Erudito e historiador. De joven, en 1568, inter­
lió la admiración de Lope de Vega* y de Cervan­ vino en la represión de la sublevación de Gra­
tes*. La mayoría de sus versos fueron escritos nada. Se trata de un humanista aficionado, ade­
para justas poéticas y fiestas, pero son de desta­ más de a la Historia, a la Arqueología, lo que lo
car ciertos poemas religiosos que parafrasean a llevó a contar, en su casa sevillana, con una im­
los Salmos. No le preocupó editar sus poesías, ya presionante biblioteca y colección de manuscri­
que su interés se centraba en la Historia. Como tos y objetos artísticos, la cual llegó a ser visi­
historiador, continuó — dedicándose a historiar tada, de incógnito, por Felipe II, según cuenta
el periodo entre 1516 y 1520— los Anales de la Francisco Pacheco* en su Libro de retratos. En
Corona de Aragón, de Jerónimo de Zurita* y las dicha colección contaba con un códice del
Advertencias a la H istoria de Felipe II, de Ca­ Poema de Fernán G onzález*, del cual extrajo
brera de Córdoba*. Escribió, además, el D is­ unas coplas para su Discurso sobre la poesía
curso acerca de las cualidades que ha de tener castellana, obra constantem ente citada y utili­
un perfecto cronista y la Conquista de las islas zada por los historiadores de la literatura; en ella
Molucas (Madrid, 1609), quizá la que él mismo trató de reconstruir, con un espíritu típicamente
consideraba su obra fundamental. Sus tres sátiras humanista, la poesía medieval. Preparó las edi­
en prosa, Menipo, Demócrito y Dédalo, le dela­ ciones de El conde Lucanor — a la que sirve de
tan como un admirador de Luciano. Inédita epílogo su Discurso— , de Don Juan Manuel* y
quedó su Alteraciones populares de Zaragoza en de la Embajada a Tamerlán, de Ruy González de
1591 (1623), que se encuentra en el manuscrito Clavijo*, y dio a conocer el Libro de Montería,
12.985 de la Biblioteca Nacional. de Alfonso XI*. Otra obra fundamental de Ar-
gote es su Nobleza de Andalucía (Sevilla, 1588),
ARGENSOLA, Lupercio Leonardo de (Barbas- donde quedan claros sus profundos conocimien­
tro, Huesca, 1559-Nápoles, 1613) tos de Historia y genealogía.
Poeta, historiador y dramaturgo. Estudió en
Huesca y en Zaragoza, y fue secretario del conde ARGÜELLES, Agustín (Ribadesella, Asturias,
de Lemos y de la emperatriz María de Austria. 1776-Madria, 1844)
Estuvo también al servicio del duque de Villa- Ensayista y orador. Político liberal, representó a
hermosa. Durante su estancia en Nápoles, al ser­ Oviedo en las Cortes de Cádiz, redactó la Cons­
vicio del conde de Lemos, fundó la Academia de titución de 1812 y despuntó con sus discursos,
los Ociosos y quemó sus poesías, que solo gra­ que le valieron el calificativo de divino. Perse­
cias a su hijo, que reunió algunas copias — la ma­ guido por Fernando VII, fue hecho prisionero y,
yoría se perdieron en el fuego— , se editaron, en tras el pronunciamiento de Riego, se convirtió en
1634, junto a las de su hermano Bartolomé Leo­ m inistro de la Gobernación; se refugió, más
nardo de Argensola*, con el título de Rimas. Ya tarde, en Inglaterra, para volver a España tras la
en 1585 era, junto con su hermano, un poeta co­ muerte del rey. De nuevo diputado, sus discursos
nocido — lo cita Cervantes* en La Galatea— . ayudaron a que se aprobase la Constitución de
Tradujo a Horacio, por quien fue influido, ade­ 1837, en cuya redacción participó también. Fue
más de por Virgilio y Garcilaso*. Su poesía, aca­ tutor de las infantas Isabel y M aría Luisa Fer­
démica, clasicista y elegante, es de gran entidad nanda. Su puesto indiscutible en la Historia de
intelectual, aunque sin emoción, y se aprecia la nuestra literatura es debido a la fuerza de su elo­
filtración de elementos clásicos y el definitivo cuencia como orador político. Escribió análisis
tono moralizante, heredado de fray Luis de políticos y De 1820 a 1824 (1864), crónica que
León*. Entre sus sonetos, destacan los que co­ narra los turbulentos acontecim ientos de aquel
mienzan «Yo os quiero confesar, don Juan» y periodo.
63 ARIAS MONTANO

ARGUIJO, Juan de (Sevilla, 1567-1622) en la pintura (2002), con el que obtuvo el Primer
Poeta. Hijo de familia rica, estudió con los jesui- Premio de Ensayo Casa de América y Fondo de
tas y heredó, tras la m uerte de su padre y de su Cultura Económica.
suegro, una inmensa fortuna que lo llevó a con­
vertirse en mecenas de poetas y artistas. A cu­ ARIAS, Gómez (siglo xviii)
muló numerosas deudas que le obligaron a aco­ P oeta y narrador. Autor costumbrista de quien
gerse en un centro de los jesuitas, donde apenas se tienen datos, salvo su admiración por
perm anecería recluido hasta su muerte. Como Torres Villarroel* y Quevedo*. Obras suyas son
poeta, tiende a la erudición, y sus sonetos son de Recetas morales, políticas y precisas para vivir
una precisión formal encomiable. En ellos, el en la corte (1743), Vida y sucesos del astrólogo
mundo de culto clasicismo se nos aparece en tí­ don Gómez Arias, escrita p or él mismo (1744) y
tulos como «A Baco», «A Rómulo», «A Troya», Clarín armónico (1749), largo poema dedicado a
«A Julio César», etc. Su poesía permaneció iné­ san Francisco de Paula.
dita hasta el siglo xviii , salvo algunos versos re­
cogidos en las Flores de Espinosa*. Escribió, ARIAS ARGÜELLES-MERES, Luis (Lanio, Salas,
también, alguna silva, como la conocida «A la Asturias, 1957)
vihuela», canciones dedicadas a santos, el tercer Ensayista y novelista. Periodista de profesión y
acto — en latín— de la Tragedia de san H erm e­ profesor de Literatura en un Instituto asturiano,
negildo (1590) y una colección de cuentos, su­ se trata de una de las voces más críticas de la
yos y ajenos, recogidos por Ortiz de Melgarejo. prensa asturiana, así como de uno de los escrito­
res de estilo más cuidado de las actuales letras
ARGULLOL, Rafael (Barcelona, 1949) españolas. Debutó en la novela con Días de dia­
Novelista, ensayista y poeta. Estudió Filosofía y rios (1998), donde a través de los diarios cruza­
Filología, viajó por varios países y residió algu­ dos de un padre muerto y su hijo se reflexiona,
nas tem poradas en C alifornia y en Italia. En la nostálgica y sentimentalmente, sobre la Segunda
actualidad es profesor de Estética en la Universi­ República y las consecuencias de la Guerra Ci­
dad de Barcelona y colaborador habitual en re ­ vil. A ella siguió Último tren a Cuba (2000), que
vistas literarias y de cultura. De su poesía, con­ quedó finalista del Premio Café Gijón. Asi­
ceptual y herm ética, cabe decir que ahonda mismo, es autor de ensayos como Azaña o el
simbólica y conceptualm ente en la realidad de sueño de la razón (1990), La España descabe­
una forma casi ensayística. De su obra general, zada (1999), Tiempo de castañas (2001), a me­
en cambio, hay que afirmar que se trata de un au­ dio camino entre el ensayo y el texto periodís­
tor obsesionado, tanto lírica, narrativa como en- tico, y La Asturias que emigró a América (Una
sayísticam ente en el sentido de la vida y el es­ injusticia poética) (2002). Entre los premios que
tado del mundo. Entre sus libros, destacan los ha recibido, destaca el Fernando Vela de Perio-'
poemarios Disturbios del conocimiento (1979), dismo en 1988, así como una mención especial
Duelo en el Valle de la Muerte (1986) y El afila­ de la Sociedad Cervantina en 1992 por un ensayo
dor de cuchillos (L ’esm olador de ganivets) sobre la presencia del Quijote en las generacio­
(1998), de corte narrativo y en donde se cuenta nes del 98 y del 14.
una caída, convalecencia y sanación en versos
blancos como si de un relato en 33 partes se tra­ ARIAS MONTANO, Benito (Freaenal de la Sie­
tara; los ensayos, centrados en las características rra, Badajoz, 1527-Sevilla, 1598)
del Romanticism o* europeo, La atracción del T ratadista y poeta. Sacerdote especializado en
abismo (1983) y El Héroe y el Único (1984), los estudios escriturarios, estudió en Sevilla y en
además de La sabiduría de la ilusión (1994), el la Universidad de Alcalá; allí cursó Medicina,
libro de aforismos y reflexiones E l cazador de Teología y Filosofía, y aprendió hebreo, árabe,
instantes (1996) y las novelas Lampedusa. Una griego, latín y siríaco. Estuvo presente en el Con­
historia mediterránea (1981), El asalto del cielo cilio de Trento y se retiró a una ermita hasta que
(1986), Desciende, río invisible (1989), galardo­ Felipe II lo llamó para dirigir la Políglota de
nada con el Premio Nadal, La razón del mal Amberes; en 1566, este lo nombró su capellán y
(1993) y Transeuropa (1998), una historia de confesor. Fue profesor de lenguas orientales en
amor, o sobre la im posibilidad del amor, que El Escorial, cuya biblioteca fue encargado de or­
sirve para ofrecer una suerte de viaje por Europa. denar; nadie como él conoció la antigüedad judía
A todo ello hay que añadir el ensayo Aventura. y los temas bíblicos. Como poeta en latín desta­
Una filosofía nómada (2000), libro de carácter can sus textos Rhetoricum libri IV (1569), Hu-
divulgativo, el ensayo poético El fin del mundo manae Salutis M onumenta (1571) e Hymni et
como obra de arte (2000) y Una educación sen­ Saecula (1593), entre otros. En sus poemas no
sorial. Historia personal del desnudo fem enino latinos imitó a fray Luis de León*. Fue autor de
ARIBAU I FARRIOLS

una paráfrasis del Cantar de los Cantares y de Austria (1847) y Viaje al infierno (1848), casi to­
tratados teológicos y filosóficos como Liber Ge- das en la misma línea que su obra dramática. Su
nerationis Adani sen de historia generis humani poesía se editó en La Habana en 1877.
(1593) e Historia Naturae (1601). Lo más inte­
resante de su obra, no obstante, son sus estudios ARJONA, Juan de (Granada, ?-1603?)
bíblicos — algo a lo que desde joven se había de­ Poeta y traductor. Beneficiado de Puente de Pi­
dicado obsesivam ente— , sobre todo la Biblia nos, como poeta tenía fama de fácil y sutil. Tra­
Políglota de Amberes*. Escribió, asimismo, un dujo La Tebaida de Publio Estacio Papinio, y,
comentario de los Salmos de David y otros pro­ con gran precisión, la convirtió en octavas. M u­
fetas. Gozó de extraordinaria fama y prestigio, rió tras haber traducido los primeros nueve
tanto entre eruditos como entre las gentes de la libros; los tres restantes los tradujo Gregorio M o­
geografía de Aracena, lugar en que se encontraba rillo en 1618. Lope de Vega* lo admiró sincera­
la ermita de los Ángeles, en la que se retiró. mente. Si se le conoció fue por las lecturas que
de sus poemas hizo en las tertulias literarias gra­
ARIBAU I FARRIOLS, Buenaventura Carlos (Bar­ nadinas.
celona, 1798-1862)
Poeta en lenguas catalana y española. Erudito y ARJONA Y DE CUBAS, Manuel María de
economista, fundó, con Ramón López Soler*, El (Osuna, Sevilla, 1771-Madrid, 1820)
Europeo (1823), importante revista que introdujo Poeta. Perteneciente a la generación sevillana
en España a Schlegel, Schiller, etc., y dirigió El que despuntó a finales del siglo xvm, de la cual
Corresponsal desde 1839 hasta 1844. Su Oda a fueron seguidores Blanco W hite*, Félix José
la patria (publicada en El Vapor, 1833), escrita Reinoso* o Alberto Lista*, fue canónigo de la
en catalán, es quizá el origen de la Renaixen§a*. catedral de Córdoba y se le conoció como afran­
Colaboró con Rivadeneyra* en la «Biblioteca de cesado desde 1810. Célebre orador sagrado y
Autores Españoles» y ayudó a difundir tanto el poeta culto de tendencia clasicista en sus versos,
Romanticismo* como el teatro calderoniano. Su cultivó la oda y la elegía con intención de imitar
poesía en español está recogida en sus Ensayos a Fernando de Herrera*. Su poema más cono­
poéticos (1817), obra juvenil en la que se ocupa, cido. «Las ruinas de Roma» (1808), compuesto
con marcada influencia neoclásica, del progreso tras un viaje a Italia, es de inspiración pagana.
científico. En colaboración con el citado López Escribió, además, Plan para una historia filosó­
Soler, escribió la obra dramática La libertad res­ fica de la poesía española (1798).
taurada (1820).
ARMADA, Alfonso (Vigo, Pontevedra, 1958)
ARIMANY COMA, Miguel (Barcelona, 1920) D ramaturgo y ensayista. Enviado especial del
Narrador, poeta y ensayista en lengua catalana. diario El País en situaciones políticamente con­
Editor de la revista El Pont, se encargó de publi­ flictivas y bélicas, sobre todo en el continente
car en fascículos un Diccionari caíala general africano, es subdirector de la revista Teatra y di­
en el que se aprecian sus profundos conocim ien­ rector de la com pañía Koyaanisqatsi desde
tos lexicográficos. Deben destacarse, además de 1987. Se trata de un autor de éxito, vive en
su novela Eduard (1955) y del poemario D ’aire i Nueva York, desde donde es cronista cultural
d efoc (1959), los ensayos Maragall, 1860, 1911 para el m encionado diario El País, y tanto su
i 1961 (1963), Els catalans també (1965), galar­ teatro como sus ensayos abordan cuestiones so­
donado con el Premio Yxart, y Per un non con- ciales de actualidad con una mirada contenida y
cepte de la Renaixenga (1965). emocionada al mismo tiempo, que concede pre­
eminencia a cuantos personajes dan su vida por
ARIZA, Juan de (Motril, Granada, 1816-La Ha­ los otros en las situaciones de riesgo o de indi­
bana, 1876) gencia. Entre sus obras destacan Los niños no
Dramaturgo. Durante su estancia en Cuba, diri­ pueden hacer nada por los mueríos y una trilo­
gió el Diario de la Marina. Autor influido por un gía no prevista por el propio autor a propósito
cierto clasicismo y por tendencias románticas, de los estragos del capitalismo: Sin maldita es­
escribió Remismiincla (1854), tragedia centrada peranza (1994), El alma de los objetos (1997),
en la primera mujer de Ataúlfo, y otras dedicadas galardonada con el Premio Ojo Crítico de Radio
a personajes centrales de nuestra historia, como: N acional de España, y Viaje desesperado
Hernando del Pulgar (1849), Alonso de Ercilla (2002). A todo ello hay que añadir sus Cuader­
(1848), Antonio de Leiva (1849) o El prim er Gi­ nos africanos (1998), en los que describe el ho­
rón (1850). En su labor de novelista, a veces rror vivido personalmente en sus muchas expe­
marcado por Dumas, dio obras como Dos cetros riencias en África, y el libro de viajes España,
(1845), El Dos de M ayo (1846), Don Juan de de sol a sol (2001).
65 ARMONA Y MURGA

ARMADA LOSADA, Juan (Galicia, 1862-Madrid, optimistas, frívolas y superficiales en las que el
1932) enredo mantiene siempre el interés de la trama;
N ovelista. M arqués de Figueroa y m inistro de en ellas predominan los golpes de ingenio y
Justicia. Participó en La Ilustración Española y existe una ligera crítica de circunstancias a tra­
Nuestro Tiempo con el seudónimo de Cristóbal vés de un humor no exento de ternura. Por lo que
Botella. Deben citarse sus novelas El último es­ respecta a su obra novelística, iniciada a finales
tudiante (1883), Antonia Fuertes (1885), La viz­ de los años noventa, cabe decir que, con no poco
condesa de Arm as (1887) y Gondar y Forteza de cinematográfico en ellas, aborda intrigas en
(1900). Sus memorias se titularon Del solar ga­ relatos que se suceden con una construcción en
laico (1917). la que priman las exigencias de la trama. Estrenó
su primera obra teatral, Eva sin manzana, con la
ARMAS MARCELO, Juan Jesús (Las Palmas de que obtuvo el Premio Calderón de la Barca, en
Gran Canaria, 1946) 1954. En 1955, Sinfonía acabada le valió el Pre­
Novelista. Estudió Filosofía y Letras, se ha dedi­ mio Unión Films, y con Nuestro fantasm a ganó,
cado a la enseñanza y colabora habitualmente en en 1956, el Lope de Vega. Otros títulos suyos
prensa y televisión como comentarista de infor­ son: Café del Liceo (1958), Paso a nivel (1960),
mativos. De gran riqueza verbal, en ocasiones Pisito de solteras (1962), Academ ia de baile
tendente a un barroquismo excesivo, es autor de (1962), La pareja (1963), El último tranvía
novelas técnicamente innovadoras que ahondan (1965), Todas somos compañeras (1966), Una
en los problema del hombre en el mundo en que vez a la semana (1968) y La noche de San Trota­
vivimos, así como, en el caso de sus obras más mundos (1987). Sus cuentos se han editado bajo
recientes, en las peculiaridades sociales, políti­ el título de Vidas perras (1991), y no son pocos
cas y culturales de la Cuba castrista. Destacan tí­ los guiones escritos por él, tanto para cine como
tulos como El camaleón sobre la alfombra para televisión — muy celebrados han sido los de
(1974), Estado de coma (1976), Calima (1978), las series Juncal y Una gloria nacional— , así
Las naves quemadas (1982), El árbol del bien y como las películas que ha dirigido, entre las que
del mal (1985), Los dioses de s í mismos (1989), destacan Mi querida señorita, La hora bruja, Mi
Madrid, distrito fe d era l (1994), A sí en La H a­ general y El palomo cojo, basada esta última en
bana como en el cielo (1998), novela coral en la una obra de Eduardo Mendicutti*. Hay que citar,
que desborda un exhaustivo conocimiento de los además, sus novelas Los amantes encuaderna­
americanismos, así como de fundamentos antro­ dos (1997), intriga que rinde homenaje al mundo
pológicos y políticos, y El Niño de Luto y el co­ del libro, Siete pesadillas (1998) y La isla de los
cinero del Papa (2001), que tiene una cierta con­ pájaros (1999), en la que demuestra, amén de un
tinuidad temática, estilística y sentimental con la evidente control de la trama, propio de alguien
anterior. Ha escrito, asimismo, una Guía secreta que entiende de cine, un espléndido dominio de
de Canarias (1979), un ensayo, en colaboración la lengua. Asimismo, sus memorias La dulce Es­
con Luis Alemany*, sobre las conexiones entre paña (2000), en las que, con ternura, pero sin
Canarias e Hispanoamérica, titulado El otro ar­ evitar la crudeza, se ocupa de la República, la
chipiélago (1987), un volumen de artículos, Ti­ Guerra Civil y la posguerra, obtuvieron el presti­
rios, troyanosy contemporáneos (1987) y la bio­ gioso Premio Comillas de biografía, autobiogra­
grafía: Vargas Llosa: el vicio de escribir (1991), fía y memorias.
revisada y am pliada en una nueva edición de
20Ó2. ARMIÑO, Mauro -> Véase FERNÁNDEZ A R ­
MIÑO, Mauro.
ARMENDÁRIZ, Julián de (Salamanca, 1585?-
1614) ARMIÑO DE CUESTA, Robustiana (Gijón, Astu­
Poeta y dramaturgo. Se sabe que participó en ju s­ rias, 1821-Madrid, 1890)
tas poéticas en Toledo y Salamanca, y destaca Poetisa y novelista. Colaboró en diarios de ideo­
por dos obras: en poesía, Patrón salmantino (Sa­ logía carlista y editó obras de miscelánea. Sus
lamanca, 1603), sobre san Juan de Sahagún, y, Poesías (1851) contaron con un prólogo de Ca­
en teatro, Comedia fam osa de las burlas, que se rolina Coronado* y publicó, además, dos nove­
mantuvo inédita hasta 1917. las, El ángel de los tristes (1864) y Dramas de la
costa (1880).
ARMIÑÁN, Jaime de (Madrid, 1927)
Dramaturgo y director de cine. Hijo de actriz y ARMONA Y MURGA, José Antonio de (Álava,
de crítico, y nieto de Federico Oliver*, este li­ 1726-Madrid, 1792)
cenciado en Derecho consiguió que sus obras go­ Ensayista y narrador. Estuvo en América, donde
zaran de gran éxito, ya que se trata de comedias desempeñó cargos públicos y, a su regreso, fue
66
ARNAL

Corregidor de Madrid. Escribió Memorias cro­ forma de la Iglesia. Pese a que son muchas sus
nológicas sobre el teatro en España (1785) y la obras médicas escritas en latín y en catalán, solo
autobiografía Noticias privadas de casa, útiles se han conservado, debido a una sentencia con­
para mis hijos. Además, publicó algunos textos denatoria de la Inquisición, fechada en 1316,
históricos sobre su tierra. cinco opúsculos de carácter teológico: Confessió
de Barcelona (1305), l&Lligó de Narbona (1305-
ARNAL, José Miguel (Valencia, 1954-1991) 1308), la Inform ado ais beguins, del que se con­
Poeta. Autor casi desconocido y no registrado si­ serva el texto latino Alia Inform atio Beguino-
quiera en antologías, acaso porque solo publicó rum, el sermón dirigido a Jaime II Raonam ent
poemas sueltos en los cuadernos de una publica­ d ’Avinyó (1310) y la Inform ado espiritual, des­
ción valenciana llamada Septimomiau. Encua­ tinada a Federico de Sicilia.
drado en lo que se conoce como poesía de la ex­
periencia*, en sus versos hay una tendencia a ARNAVAT, José María (Reus, Tarragona, 1917)
crear personajes de cuyas voces se sirve para Poeta en lengua catalana. Colaborador en diver­
dramatizar las experiencias de las que habla, sas publicaciones, es autor de poemarios como
siempre con un sentido del humor contenido y Gamma (1946), Desfent silencis (1950), Poemes
con un gusto por lo épico. Si hoy por hoy conta­ del vent i del meu poblé (1957), Poemes del
mos con la posibilidad de leer a este autor, no se somni i del turment (1958), Declaro pertot i en-
lo debemos a los numerosos antólogos que en los lloc (1963) y Els set pecats capitals (1963).
últimos años han preparado no pocas recopila­
ciones de poesía, sino a otros dos poetas de la ge­ ARNICHES Y BARRERA, Carlos (Alicante, 1866-
neración de Arnal, Carlos Marzal* y Vicente Ga­ Madrid, 1943)
llego*, que tras la muerte de aquel prepararon la Dramaturgo. El más célebre de nuestros autores
edición del poemario en el que trabajaba cuando de sainete era hijo de un empleado de la fábrica
lo sorprendió la muerte: La lentitud de la expe­ de tabacos. Fue capaz de crear un madrileñismo
riencia (1996). muy personal, que arranca de nuestro género
chico*, en el cual la caricatura es enriquecida por
ARNAO, Antonio (Murcia, 1828-Madríd, 1889) un lenguaje graciosamente cargado de giros y
Poeta y dramaturgo. Fue miembro de la Real casticismos. Se ha dicho que sus personajes ha­
Academia Española desde 1872. Hombre de pro­ blaban de un modo que nada tenía que ver con el
fundos sentimientos religiosos que, en su primer pueblo y, aunque puede ser cierto, solo él fue ca­
libro, Himnos y quejas (1851) — prologado por paz de dotar al madrileño de una colección pro­
José Selgas y Carrasco*, de quien fue amigo— , pia de neologismos. Su teatro está en la línea de
reaccionó contra la corriente escéptica propi­ los entremeses del Siglo de Oro (véase EDAD DE
ciada por el Romanticismo*. Otros poemarios ORO) y en relación directa con Ramón de la
suyos son Melancolías, rimas y cantigas (1857), Cruz* y Ricardo de la Vega*. Mezcla lo jocoso y
Ecos del Táder (1857), La campaña de África lo serio con gran habilidad, y crea una sátira trá­
(1860), prem iado por la Real Academ ia Espa­ gica. Él mismo declaró que su teatro tenía una in­
ñola, La voz del creyente (1872), Un ramo de tención moralizante — «estimular las condicio­
pensamientos (1878) y Gotas de rocío (1880), nes generosas del pueblo y hacerle odiosos los
además del poema, aparecido postumamente, malos instintos», según confiesa en carta a Julio
«Soñar despierto» (1891). También escribió dra­ Cejador— , lo que, en ocasiones, lo convierte en
mas como Don Rodrigo (1859), Don Pelayo y sensiblero y vulgar, a pesar de resultar casi siem­
Las naves de Cortés (1875), entre otros. Es au­ pre ágil y habilidoso en la pintura de ambientes.
tor, además, de una novela en verso: El caudillo Se ha criticado su esquematismo psicológico, la
de los ciento (1865). incapacidad para salirse de argumentos simple­
mente lineales, los papeles hechos a la medida de
ARNAU DE VILANOVA (Valencia, 1240-1311) los actores, la idealización populista en que solía
Tratadista en lenguas catalana y latina. Contem­ incurrir, una búsqueda excesiva de chistes y, lo
poráneo de Ramón Llull*, este escritor espi­ que ya hemos insinuado, el exceso de discursos
ritual, de fam ilia de judíos conversos, estudió morales. De lo que no cabe duda es de su éxito
lenguas orientales, Teología y M edicina en entre el público con obras como Los aparecidos
Montpellier, y se dedicó a la enseñanza, además (1892), La cara de Dios (1899), El cabo primero
de ejercer como doctor de reyes y papas. Como (1895), El santo de la Isidra (1898) — su primer
predicador, después de haber contactado con el gran éxito— , El puñao de rosas (1902), El pobre
grupo heterodoxo conocido como los «espiritua­ Valbuena (1904), Alma de Dios (1908), El amigo
les», estaba obsesionado por el fin del mundo y M elquíades (1914), La señorita de Trevélez
la llegada del Anticristo, y propugnaba la re­ (1916), ¡Que viene mi marido! (1918), Los caci­
67 ARRABAL

ques (1920), La chica del gato (1921), Es mi crita en francés, se trata de un escritor absoluta­
hombre (1921) o Don Quintín el Ainargao mente español, pues como de él dijo su maestro
(1924), entre otras muchas que hay quien ha y amigo Samuel Beckett: «en todas partes donde
agrupado según se consideren sainetes, género se representan sus obras, y se representan en to­
chico o tragedias grotescas. A lgunas de estas das partes, España está presente». Se dio a cono­
obras fueron musicadas por Chueca, Chapí o Se­ cer en todo el mundo con extraordinarios monta­
rrano, que las convirtieron en célebres zarzuelas. jes dirigidos por los más prestigiosos directores,
Colaboró, además, con autores como Antonio a pesar de lo cual su éxito en España nunca ha
Paso* y García Álvarez*. llegado a ser rotundo, lo que sorprende y no deja
de resultar absurdo e injusto para con un autor de
AROLAS, Juan (Barcelona, 1805-Valenc¡a, 1849) su talla. Tanto su obra como él mismo son pro­
Poeta. Vivió desde niño en Valencia y su inquie­ vocativos y, ya en su. día, esto le llevó a ser pro­
tud religiosa lo llevó a la locura. Se dedicó a la cesado por el régimen de Franco, que censuró to­
enseñanza del latín y de la sintaxis. Fundó el talm ente su obra y que dio origen a que se le
Diario mercantil de Valencia. Influido por los ro­ considerara no ya como un autor polémico, sino
mánticos franceses e ingleses, de quienes apren­ directamente inmoral, pornográfico y blasfemo.
dió el apasionam iento por la Edad Media; su Quizá dicha actitud tenga que ver con su relación
gusto por lo exótico le lleva a concebir un mundo con el surrealismo*, el dadaísmo* y, en general,
oriental poblado de odaliscas, sultanas, esclavos con los movimientos de vanguardia (véase VAN­
y piratas, personajes todos ellos que le ayudaron GUARDISMO), si bien depende igualmente de lo
a convivir con su locura. El resultado es una poe­ que él trata de expresar con su teatro, algo que se
sía sensual y fluida, muy musical, en ocasiones resume bien en lo que él mismo ha dicho de sí y
precursora del Modernismo*, pero que no llega a de su literatura: «Mi cuerpo me abruma. Con
ser original. Sus poesías se dividieron en amato­ gusto lo echaría a un vertedero de estiércol. Y,
rias, religiosas, caballerescas y orientales. Desta­ sin embargo, escribo al dictado de sus miserias y
can sus Cartas amatorias (1843), Poesías caba­ de su frenesí animal. Pero también a la escucha
llerescas y orientales (1840), Poesías (1842 y de mis recuerdos, de mis congojas, de mi espe­
1843) y, publicadas postumamente, Poesías reli­ ranza loca y de mi desesperanza cuerda». Se de­
giosas, caballerescas, amatorias y orientales clara adm irador de Artaud e influido por Cer­
(1860). Fue autor de leyendas en la línea de Zo­ vantes*, Quevedo*, Góngora* y Gómez de la
rrilla* y el duque de Rivas*, como La sílfida del Serna*. Se suele denominar a su teatro como
acueducto (1837), pero sin alcanzar la calidad «pánico», en referencia al dios Pan y a su entu­
evocativa de aquellos. siasmo, que hace perder la razón para liberar las
fuerzas creadoras y destructivas que todos tene­
AROZARENA DOBLADO, Rafael (Santa Cruz mos dentro. En cualquier caso, Arrabal defiende
de Tenerife, 1923) la libertad radical frente a los «ismos» y a cual­
Novelista y poeta. Colaborador de diferentes re­ quier dogma estético, y propone un proyecto dra­
vistas y periódicos, se declara admirador de Bre­ mático absolutamente serio y ambicioso. Fran­
tón y del dadaísmo*, aunque considera al surrea­ cisco Torres Monreal — su estudioso más
lismo* como un m ovim iento un tanto vacío, célebre— ha fijado seis características de su
necesitado de contenidos metafísicos. Además obra: «Origen y concepción libre de censuras.
de las novelas M araría (1971) y Cerveza de Predominio de las fijaciones y de las imágenes
grano rojo (1984), deben destacarse los poema­ oníricas. Carácter marcadamente psicodramá-
rios Altos crecen los cardos (1959), Aprisa can­ tico. Acentuación de los comportamientos sádi­
tan los gallos (1964), El ómnibus pintado con ce­ cos. Base sagrada. Tendencia a la forma ceremo­
rezas (1971) y Silbato de tinta amarilla (1977). nial y al teatro total». Conviene, no obstante,
referirse al humorismo esencial que marca todos
ARRABAL, Fernando (Melilla, 1932) sus textos, al principio a través de la presencia de
Dramaturgo, novelista y poeta. Femando Arrabal lo inverosímil, el disparate y la destrucción del
Terán nació en el seno de una familia que, en pa­ tópico; después, añadiéndole una visión cruel de
labras del autor, «reflejaba microscópicamente el la existencia, lo que le lleva a un humor negro,
debate nacional español»; su padre, republicano, que sigue la tradición que une a Quevedo con Va-
estuvo preso y murió condenado a muerte; su lle-Inclán*, en donde ciertos tabúes sociales,
madre, franquista, representa la represión sobre como la muerte, el sexo, la religión o la antropo­
la creatividad del futuro autor. En la actualidad fagia, se ven usados como elementos conducto­
reside en París, ciudad a la que se marchó debido res, para, finalmente, adentrarse en una suerte de
al fracaso de su obra Los hombres del triciclo humor bufo o de vodevil. Como narrador, cabe
(1957), y, aunque gran parte de su obra esté es­ decir que ha indagado con frecuencia en los en­
ARREDONDO Y ALVARADO

tresijos de la infancia, en la pérdida del padre la Crónica de Fernán González y la Crónica ar-
como origen del conflicto de identidad indivi­ lantina de los fam osos y grandes hechos de los
dual y en las consecuencias emocionales de la bienaventurados sanctos cavalleros conde Fer-
Guerra Civil. Director de seis largometrajes, lo nánd González y Cid Ruy Diez. Son obras reple­
que da cuenta de su renacentista propensión tas de datos literarios que aparecen en su Poema
creadora, de su obra, extensísima — ha publicado de Fernán G onzález* o Vida rimada de Fernán
dos centenares de poemarios— , pueden citarse González, el pilar de la épica tardía. Fue autor,
obras teatrales como Pic-Nic (1952), El triciclo además, de una Historia del monasterio de A r­
(1953), E l laberinto (1956), Los dos verdugos lanza y de Castillo inexpugnable, defensorio de
(1956), El cementerio de automóviles (1957; la Fe (Burgos, 1528), una alegoría profética tí­
existe una posterior reescritura inédita de 1959), pica de la época de los Reyes Católicos.
El Gran ceremonial (1963), el libro pánico de
sueños La piedra de la locura (1963; reed., ARREGI, Ricardo (Vitoria, 1958)
2000), El arquitecto y el emperador de Asiría Poeta en euskera. Autor que sigue las directrices
(1967), Oye patria, mi aflicción (1976), así como de la poesía de la experiencia*, no obstante
las recopilaciones Teatro pánico y Teatro bufo o añade a través de los fantasmas de la im agina­
Tormentos y delicias de la carne (1985), a las ción y del recuerdo un mundo de ensueños en el
que hay que añadir la edición de su Teatro com­ que la palabra sirve de entramado entre la reali­
pleto (1997; 2 vols.) y la obra Carta de am or dad y la ficción de la memoria misma. Es autor,
(Como un suplicio chino), estrenada en Madrid entre otros, del poemario Cartografía (2000),
en enero de 2002. De entre su producción nove­ que había sido publicado en euskera en 1998.
lística destacan: Arrabal celebrando la ceremo­
nia de la confusión (1966), Baal Babilonia ARRIAZA Y SUPERVIELA, Juan Bautista de (M a­
(1977), La torre herida por el rayo (1983) — por drid, 1770-1837)
la que recibió el Premio Nadal— , El entierro de Poeta. Fue marino, diplomático y miembro de la
la sardina (1986), La extravagante cruzada de Real A cademia Española y de la de San Fer­
un castrado enamorado (1990), El mono o en­ nando. Poesías patrióticas (Londres, 1810) fue
ganchado al caballo (1994), por la que recibió el su obra fundamental. A pesar de los himnos y
Premio Internacional Vladimir Nabokov, Cere­ cantos encendidos que allí aparecen, cultivó tam­
monia por un teniente abandonado (1998) y Le- bién la poesía erótica y satírica. Tradujo el Arte
vitación (2000), que, en una línea de provoca­ poética de Boileau (1807).
ción que a él lo tienta a menudo, indaga las
coincidencias entre misticismo y erotismo. Cier­ ARRÓNIZ Y BOSCH, Teresa (Cartagena, M ur­
tamente polémicas han sido sus Carta a los co­ cia, 1827-Madrid, 1890)
munistas españoles y otras cartas (a Franco, al Novelista. Autora de folletines que se publicaron
rey, a Valladares) ( í 981), Carta a Fidel Castro en La Correspondencia de España, Revista His­
(1983) y su Carta a José María Aznar (1993), panoamericana o el Diario Español, entre otros
misivas a las que hay que añadir la Carta al Rey periódicos, bajo el seudónimo de Gabriel de los
de España (1995). Su última obra ensayística Arcos; entre ellos destacan La condesa de Alba-
hasta la fecha, una suerte de diario, es La dudosa Rosa (1873), El abanico de oro (1878), Mari-Pé-
luz del día (1994), que mereció el Premio Espasa rez (1879), premiado por la Academia, La bola
de Ensayo. Ha sido galardonado, además, con negra (1881-1882) y El crisol roto (1883).
premios tan prestigiosos como el Gran Premio
Teatro París (1967) y el Oby Prize en Nueva ARROYAL, León de (G andía, Valencia, 1755-
York (1975), mientras en España continúa siendo M adrid, 1813)
víctima de un sospechoso silencio. Prosista. Sus Cartas político-económ icas al
conde de Lerena (editadas completas en 1971),
ARREDONDO Y ALVARADO, Gonzalo (Valle dan cuenta de su carácter liberal y de las refor­
de Ruesaa, Cantabria?, primer tercio del si­ mas políticas que se atribuyeron a Campoma-
glo XV-San Pedro de A rla nza , Burgos, h. nes* y a Cabarrús*, y que en realidad fueron idea
1522) de Arroyal. Es autor de Pan y toros, folleto cos­
Historiador. Perteneció a la Orden de san Benito, tumbrista que se llegó a atribuir a Jovellanos*.
en la que ocupó diversos cargos, entre ellos el de
abad de San Pedro de Arlanza y el de prior ARROYO, Margarita (Boñar, León)
de Bohada. Cronista oficial de los Reyes Católi­ Poetisa. Estudió Piano, Magisterio y Farmacia, y
cos y recopilador, por encargo de Carlos V, de la en la actualidad ejerce como farmacéutica y ana­
historia antigua de España, participó en la edi­ lista. Es, asimismo, vocal de la Asociación de Es­
ción de la Crónica particular del Cid y compiló critores y Artistas Españoles y directora de la re­
69 ARTÍS GENER

vista Pliegos de Rebotica. Autora que aborda el de la Real Academia Española. Obras suyas son
sentimiento mágico de la existencia a través de La vida y la obra de Menéndez y Pelayo y La Es­
ciertos temas clave en su obra: la plenitud, el ca­ paña de Menéndez y Pelayo, un estudio sobre el
mino y la palabra. Incluida en diferentes antolo­ Libro de la miseria de omne, otros sobre Avella­
gías, destaca su poemario Trilogía de la palabra, neda* y sobre Ulloa*, y varios, fundamentales,
el yelmo y la mirada (1997), en el que reúne su sobre Góngóra*, entre los que destaca Don Luis
trilogía poética, formada por Reducida a palabra de Góngora y Argote. Biografía y estudio crítico
(1983), galardonado con el Premio Francisco de (Madrid, 1932), que fue premiado por la Acade­
Quevedo, El yelmo y sus adornos (1984), que re­ mia. Es de suma importancia su labor como di­
cibió el Premio Hernán Esquío, y Sin mirar a los rector de la edición de las Obras completas (San­
lados (1988). Además de los premios menciona­ tander, 1940-1959; 65 vols.) de Menéndez
dos, ha recibido otros como la Medalla de Poesía Pelayo*.
Nueva Gente, el Premio Clarín y la Medalla del
Ateneo. ARTIGUE, Luis (León, 1974)
Poeta. Es colaborador del Diario de León. Amor,
ARTEAGA, Esteban de (Moraleja de Coca, S e ­ memoria y emoción sensorial del mundo son los
govia, 1747-París, 1798) pilares sobre los que se funda la poesía de este
Tratadista. Novicio de los jesuitas que, en 1767, joven autor, obsesionado por el azar y la nostal­
fue expulsado de España con sus compañeros de gia, contrapuntos ambos del olvido y de la
Orden. Marchó a Italia, y en Bolonia estudió De­ m uerte, que cierran al individuo en un espacio
recho. No se sabe si llegó a ser ordenado sacer­ vacío. Destacan su poemario Por si acaso la vida
dote, a pesar de que fue conocido siempre como (1999), por el que recibió un accésit del Premio
«abate», aunque sí recibió la tonsura. En 1769 Eugenio de Nora, y Tu aroma en la licorería. Es
abandonó la Com pañía y fracasó como peda­ autor, asimismo, de la novela corta Los muertos
gogo. Vivió precariam ente, aunque, al final de tienen sueño, con la que obtuvo el Premio Joven
sus días, su mecenas, José Nicolás de Azara*, lo­ & Brillante.
gró que mejorase su situación. Se trata, sin duda,
de uno de los más notables teóricos del arte del ARTÍS GENER, Avel-lí (Barcelona, 1912-2000)
siglo xvm español. En Venecia, donde residió Narrador en lengua catalana. Conocido como
durante algún tiempo, publicó Del gusto presente Tísner y colaborador de La Vanguardia, fue te­
in letteratura italiana (1784) y, ya antes, Le rivo- niente coronel en el bando republicano durante
luzioni del teatro musicale italiano (1783). Pero la Guerra Civil, circunstancia que lo condujo al
su obra fundamental fue La belleza ideal, publi­ exilio en México, de donde no regresó hasta
cada en 1787, fecha a partir de la cual vivió en 1966. Posteriormente, y continuando con una
Roma dedicado al estudio de los clásicos anti­ trayectoria política de carácter nacionalista, fue
guos. En dicha obra, acaso la más influyente de candidato a senador en 1985 y presidente, entre
cuantas escribiera ningún teórico español, queda 1990 y 1994 de la A ssociació d ’Escriptors en
claro que para su autor el origen del arte está en Llengua Catalana. Escenógrafo y traductor (tra­
la infelicidad del hombre y, en la más pura tradi­ dujo Cien años de soledad, de Gabriel García
ción aristotélica, se refiere al concepto de imita­ Márquez, al catalán), además de impresor, dibu­
ción, aunque distinguiéndolo de la copia. Según jante y pintor en publicaciones como La Publici-
Arteaga, el público adm ira la dificultad que un tat y L ’esquella de la torratxa, en sus obras se
autor ha sabido vencer en su obra. Estas y otras ocupó de cuestiones muy variadas, dejando
ideas lo convirtieron en el tratadista de estética siempre claro su catalanismo y la defensa de una
más importante del siglo xvm español. Fruto de lengua que él, tras el franquismo, consideraba
sus estudios sobre los clásicos son las ediciones que se había deteriorado de manera extrema. De
de Tibulo, Propercio, Horacio y Catulo que sus obras destacan, además de 556, Brigada
Azara editó en Parma. En 1999 se editó un volu­ Mixta (1945), extraña novela publicada en Mé­
men, Investigaciones filosóficas sobre la belleza xico y que se trata más bien de un reportaje pe­
ideal, en el que se incluían el mencionado texto riodístico, Les dues fim cions del circ (1965), fi­
y una im portante carta que, sobre el mismo nalista del Premio Sant Jordi, Paraules d ’Opoton
asunto, Arteaga le dirigiera a Antonio Ponz*. el Vell (1968), Prohibida l ’evasió (1969), con la
que obtuvo el Premio Prudenci Bertrana, y L ’en-
ARTIGAS FERRANDO, Miguel (Blesa, Teruel, questa del canal 4 (1973), galardonada con el
1887-Madrid, 1947) Premio Sant Jordi, a las que hay que añadir cua­
Ensayista. Profesor y bibliotecario que dirigió la tro volúmenes de memorias, publicadas con el tí­
Biblioteca de Menéndez y Pelayo en Santander y tulo de Viure i veure (1997), que recibieron el
la Biblioteca Nacional. Fue también académico .Premio Ciutat de Barcelona y Crítica Serra d’Or.
70
ARZOBISPO RAIMUNDO

Entre los diferentes premios con los que contó, les* o M aría Jesús de Ágreda*, los dominicos
destaca el Premio de Honor de las Letras Catala­ Alonso de Cabrera* y Melchor Cano*, los agus­
nas, otorgado en 1997. tinos beato Alonso de Orozco*, santo Tomás de
Villanueva* o Malón de Chaide*, o los jesuítas
ARZOBISPO RAIMUNDO -»Véase RAIMUNDO, Pedro de Ribadeneyra*, Luis de la Puente* o
arzobispo. Juan Eusebio de Nieremberg*. Además de otros
muchos personajes marcados por la ascética,
ASCÉTICA como oradores sagrados y hagiógrafos, la in­
La palabra proviene del término griego áskesis fluencia del ascetismo religioso llegó a obras de
(ejercicio), y en sus diferentes acepciones se autores como Lope de Vega* o Quevedo*.
identifica con asketes (monje eremita), de donde
vienen ascético y asceta, y askein (ejercitarse). ASCETISMO -» Véase ASCÉTICA.
El ejercicio al que se refiere es espiritual, y trata
de alcanzar los tres grados del espíritu: el purga­ ASENJO BARBIERI, Francisco (M adrid, 1823-
tivo, esto es, la purificación por medio de la mor­ 1894)
tificación del cuerpo y la oración; el iluminativo Ensayista. Compositor y director de orquesta que
y el contemplativo o unitivo. Llegado el final del dio carta de naturaleza a la zarzuela, fue, además,
proceso, estamos en la mística*, en el «estado escritor, musicólogo e historiador, y miembro de
beatífico» o «matrimonio espiritual» del que ha­ la Real Academia Española y de la de Bellas Ar­
blaba san Juan de la Cruz*. Según santo Tomás tes de San Fernando. Construyó, junto al can­
de Aquino, la ascética se corresponde con virtu­ tante Francisco Salas y al libretista Olona*, el
des adquiridas y la mística con el don de la gra­ Teatro de la Zarzuela y fundó la Sociedad de Bi­
cia, algo que es dado y se recibe. La ascética es bliófilos Españoles. Es autor de Reseña histórica
una práctica fundamental del cristianismo, que de la zarzuela (1864), Últimos amores de Lope
tiene su origen en escuelas filosóficas anteriores, de Vega (1874) y Cancionero musical de los si­
como la estoica, representada por Séneca*, quien glos xv y xvi (1890), obra capital para compren­
defendía que la virtud puede alcanzarse a través der la música antigua española. En el mundo de
de la autodisciplina. Puede decirse que en la lite­ la zarzuela se estrenó con Gloria y peluca
ratura, antes de la Breve y muy provechosa doc­ (1850), para seguir con títulos tan conocidos
trina de lo que debe saber todo cristiano (1496), como Jugar con fuego (1851), El M anzanares
de fray Hernando de Talavera*, origen, quizá, de (1852), Los diamantes de la Corona (1854), Pan
la literatura ascética, existían ya actitudes pareci­ y toros (1864), El tributo de las cien doncellas
das en autores como Alfonso X*, Pedro López (1872) o El barberillo de Lavapiés (1874), entre
de Ayala* y los prosistas del siglo xv. Pero es otras muchas.
con la obra de Hernando de Talavera con la que
se inicia un proceso al que acompañan textos ASENJO SEDAÑO, José (G u adix, G ranada,
como el compendio de ascética militante Ejerci­ 1930)
cios espirituales (Roma, 1548), de Ignacio de Narrador y poeta. Vinculado estrechamente con
Loyola*, o las obras del dominico fray Luis de Almería, estudió Derecho en la Universidad de
Granada* y el agustino fray Luis de León* — en Granada. Su narrativa, ágil y profunda al mismo
quienes, en ocasiones, se confunden mística y as­ tiempo, se centra en la recuperación de la m emo­
cética— , proceso que vive su esplendor durante ria histórica. Entre sus novelas se cuentan títulos
el reinado de Felipe II (1556-1598). Entre los au­ como Los guerreros (1970), Crónica (1973), Im ­
tores anteriores a fray Luis de León, además de presiones y recuerdos de un paisaje (1973), Pe-
Hernando de Talavera, debe citarse al humanista nélope y el mar (1978), Conversación sobre la
Venegas del Busto*, con su obra Agonía del guerra (1979), galardonada con el Premio N a­
tránsito de la muerte, al franciscano fray Alonso dal, Eran los días largos (1982), Indalecio el
de Madrid*, autor que influyó sobre san Ignacio gato (1983) y Memoria de Valerio (1998), que
y santa Teresa de Jesús* con su Arte para servir obtuvo el Premio Tiflos de la ONCE. De sus poe­
a Dios (1521), y, sobre todo, a san Juan de marios deben destacarse Yo Granada (1979) y
Ávila*, probable autor del Audi, filia, et vide, y Arte M enor (1981).
seguro del Epistolario espiritual para todos es­
tados. No obstante, es con los citados fray Luis ASENSI, Matilde (Alicante, 1962)
de Granada y fray Luis de León con quienes el Narradora. Periodista de profesión, en su obra de
género adquiere su máximo esplendor, si bien no debut literario, que respeta escrupulosamente las
deben olvidarse nombres como los de los fran­ reglas del best seller, en la línea narrativa de un
ciscanos Francisco de Osuna*, Diego de Este- Pérez-Reverte* o, en líneas generales, del folle­
lia*, san Pedro de Alcántara*, Juan de los Ánge­ tín* clásico, dominan la intriga con estilo indife­
71 ASTRANA MARÍN

rente, en escenarios intrigantes, sin olvidarse de nes de esta con el pensamiento cristiano. Este in­
que todo tenga una presencia real en el mundo terés se aprecia en obras como El averroísmo
contem poráneo al lector ni de la gran sorpresa teológico de santo Tomás de Aquino (1904), La
argumental final que cierre el ciclo del suspense. escatología musulmana en la Divina Comedia
El título de la novela es El salón de ámbar (1919), El Islam cristianizado (1931), La espiri­
(1999), a la que siguió Iacobus (2000), en la tualidad deAlgazel y su sentido cristiano (1934).
misma línea del relato de intriga, pero am bien­ Es autor, además, de diferentes estudios sobre
tado en el siglo xiv y que recuerda a la novela de pensadores árabes y del curioso estudio sobre el
Umberto Eco El nombre de la rosa o a la no me­ español preliterario Glosario de voces romances
nos conocida Los pilares de la Tierra, de Ken registradas por un botánico hispano-musulmán
Follet, y El origen perdido (2003). (Siglos xi-xn).

ASENSIO BARBARÍN, Eugenio (Murieta, N ava­ ASQUERINO, Eduardo (Barcelona, 1826-San-


rra, 1902-?) lúcar de Barrameda, Cádiz, 1881)
Ensayista. Profesor y crítico con profundos co­ Dramaturgo y poeta. Político liberal que dirigió
nocimientos sobre las literaturas medieval y del La América y El Universal. Destacan sus obras
Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), fue catedrá­ teatrales Matamuertos y el cruel (1842), Vengar
tico de Literatura Española en el Instituto Espa­ con amor sus celos (1843), Hasta el fin nadie es
ñol de Lisboa, colaborador, entre otras publica­ dichoso (1845), El premio de la virtud (1847), y
ciones, de Revista de Occidente y académico de las comedias Un baile de candil (1847) y Ca­
honor de la Real Academia Española. Dos textos sada, virgen y mártir. Escribió, asimismo, otras
son fundamentales en su obra: Poética y realidad obras en colaboración con su hermano, Eusebio
en el Cancionero peninsular de la Edad Media Asquerino*, tales como La gloria del arte (1848)
(1957) e Itinerario del entremés, desde Lope de y Las guerras civiles (1849), y algunos poema­
Rueda a Q uiñones de Benavente (1965), en el rios como Horas perdidas (1842), Ensayos poé­
que aparecen cinco entremeses inéditos de Que­ ticos (1849) y Ecos del corazón (1853).
vedo* y a los que hay que añadir Paraenesis ad
litteras: Juan Maldonado y el humanismo espa­ ASQUERINO, Eusebio (Sevilla, 1822-M adrid,
ñol (1980) y La España imaginada de A mérico 1892)
Castro (1992). En 1991 recibió el prestigioso Dramaturgo y poeta. Hermano de Eduardo A s­
Premio Príncipe de Viana de la Cultura. querino*, y, como él, periodista y político, fundó
el Partido Republicano y dirigió La América. Su
ASENSIO MAS, Ramón (Crevillente, Alicante, teatro es declamatorio y está en la línea del
1878-Madrid, 1917) drama lírico; en él destacan Doña Urraca
Dramaturgo y novelista. Empresario teatral y co­ (1839), Gustavo Wasa (1841), La judía de To­
laborador en diferentes revistas de la época, ledo (1842), Venganza de un caballero y el jura­
como La Correspondencia o M adrid Cómico, mento de un rey (1846), Juan de Padilla (1846)
entre otras, se centró, como autor, en el género y Don Sancho «el Bravo» (1848), además de las
chico*, creando muchas obras entre las que des­ comedias La verdad por la mentira (1843), Un
tacan la opereta, con música de Turrón, La afran­ verdadero hombre de bien (1845) y ¡Lo que es el
cesada (1900), El tirador de palomas (1902), es­ mundo! (1848). Colaboró con su hermano
crita en colaboración con Fernández-Shaw*, y, Eduardo y con Romero Larrañaga* en varios
con Arniches* y música de Chapí, El puñao de dramas, y publicó un poemario titulado Poesías
rosas (1902). Dos novelas se deben a su pluma: (1870).
La tierra madre (1902) y De telón adentro
(1912). ASTRANA MARÍN, Luis (Villaescusa de Haro,
Cuenca, 1889-Madria, 1960)
ASÍN PALACIOS, Miguel (Zaragoza, 1871-San Ensayista. Estuvo en el seminario de Cuenca,
Sebastián, 1944) pero no se ordenó sacerdote. En 1911 se fue a
Ensayista. Clérigo y doctor en Teología especia­ Madrid y se dedicó al periodismo. Interesado
lizado en cultura y lengua árabes, m ateria de la principalmente en el Siglo de Oro (véase EDAD
que fue catedrático en la Universidad de Madrid. DE ORO), detestó a los poetas de los años veinte
Fue director de la Real Academ ia Española y tanto como a los movimientos de vanguardia
perteneció a las de la Historia y de Ciencias M o­ (véase VANGUARDISMO). El grueso de su obra
rales y Políticas. Fundó la revista Al-Andalus y está formado por ensayos, entre los que, además
ha sido uno de los impulsores del arabismo espa­ de trabajos sobre Q uevedo*, de quien editó su
ñol. Su labor fundam ental se ha centrado en el obra completa en prosa, tratando de continuar la
estudio de la filosofía islámica y en las relacio­ labor emprendida a mediados del siglo xix por
72
ATENCIA

Aureliano Fernández Guerra*, y sobre Lope de las leyendas y tradiciones de su tierra, acaso
Vega* — Vicia azarosa de Lope de Vega (1935)— , como soporte de una reivindicación político-cul-
así como una biografía de Cervantes*, Vida tural más ambiciosa y, sobre todo, como soporte
ejem plar y heroica de M iguel de Cervantes de una reflexión im aginativa y caudalosa que le
(1948-1958), destacan Las profanaciones litera­ permite ir siempre más allá de lo que se cree evi­
rias. El libro de los plagios (1921), Gente, gente­ dente. Conviven en sus textos territorios reales e
cilla y gentuza: críticas y sátiras (1930) y Cer­ imaginarios, así como un sentido lúdico de la li­
vantina y otros ensayos (1940). Cuenta en su teratura que dota a sus libros de una constante
haber, además, con una novela, La vida en los efusión imaginativa, lo que lo liga a autores en
conventos y seminarios (1915), algunas obras quienes el juego resulta indispensable, tales
teatrales y traducciones de Shakespeare. como Raymond Queneau, Italo ¿alvino o Geor-
ges Perec. Con Obabakoak (1988) consiguió el
ATENCIA, María Victoria (Málaga, 1931) Premio Nacional de Literatura, y, desde enton­
Poetisa. Fundó los Cuadernos de Poesía. Ligada ces, se ha convertido en uno de los escritores más
al grupo malagueño de la revista Caracola, co­ interesantes del panorama actual. En 1994 pu­
menzó a publicar en los años cincuenta, con una blicó su segunda novela. El hombre solo, a la que
poesía que era sobre todo intimista y formalista, han seguido las novelas cortas Bi anaia, escrita
ligada a la cotidianidad y al realismo*, sin unirse en euskera en 1984 y traducida por él mismo,
a la poesía social (véase GENERACIÓN DEL 50) Dos hermanos (1995) y Esos cielos (1995). Ha
que entonces triunfaba. Posteriormente, su poesía escrito, además, literatura infantil y juvenil,
se fue haciendo más hermética, aunque sin aban­ como en el caso de Un espía llamado Sara
donar nunca la anécdota y lo autobiográfico, con (1997), Bambulo. Primeros pasos (1999), Bam-
algo de narratividad memorialística y una cons­ bulo. Amigos que cuentan (1999), y un volumen
tante atención a lo real inmediato, a lo doméstico en el que recoge sus relatos dispersos: Historias
y familiar, como puerta de otros abismos trascen­ de Obaba (1997). Hay que añadir a todo ello dos
dentes. En sus versos, el poema fluye buscando extraños e inclasificables libros: el primero, a
los detalles de la realidad, lo esencial de los obje­ m edio camino entre la reunión de textos sobre
tos, con una mirada minuciosa. Sus poemarios viajes, reales y al territorio imaginario de Obaba,
fundamentales son: Tierra mojada (1953), Arte y titulado Horas extras (1997); el segundo, Lista
parte (1961), Marta y María (1976), Los sueños de locos y otros alfabetos (1998), una suerte de
(1976), El mundo de M.V. (1978), El coleccio­ ensayo, o de ejercicios de estilo o colección de
nista (1979), Adviento (1983), Caprichos (1983), relatos, quince en concreto, textos que nacieron
Ex libris (1984), Compás binario (1984), Tran­ para ser escuchados o como ejercicios de escrito­
ces de Nuestra Señora (1986), La pared conti­ res en cierne, que revela la obsesión de Atxaga
gua (1989), La señal (1991), en el que reunió por los alfabetos y en el que repasa una a una las
gran parte de su poesía hasta ese momento. Las letras, ofreciendo todo un mundo de sugerencias
contemplaciones (1997), galardonado con el Pre­ relacionadas con ellas.
mio Nacional de la Crítica, y El hueco (2002),
entre otros. AUB, Max (París, 1903-México D.F., 1972)
Novelista, dramaturgo, ensayista y poeta. De pa­
ATTARD, Josefina (Madrid) dre alemán y madre francesa — su nombre com­
Poetisa. Conocida por su seudónimo, Fina de pleto era Max Aub Mohrenwitz Spinger Marx— ,
Calderón, se trata de una autora cuyos versos, de es uno de los autores más importantes de la lite­
corte clásico, remiten a una honda sentimentali- ratura española del siglo XX. En 1914 toda la fa­
dad. Hay que mencionar poemarios como Fuego, milia se instaló en Valencia, y es entonces
grito, luna... Homenaje a García Lorca (1977), cuando se hizo español. A este propósito, cabe
La cicatriz de arena: antología poética (1943- recordar su célebre frase según la cual «se es de
1983) (1983), Un lazo ata la tristeza de la tarde, donde se hace el bachillerato». Fue dependiente
1984-1987 (1987), prologado por Leopoldo de en el negocio familiar, y en los años treinta viajo
Luis*, Las raíces del alba (1989) y Vencejos, por Alemania, Francia y la Unión Soviética, en
aunque ruiseñores (1994). compañía de su padre, y colaboró, además, en
publicaciones como Revista de Occidente.
ATXAGA, Bernardo (Asteasu, G uipúzcoa, Fundó el periódico socialista La Verdad y, entre
1951) 1935 y 1936, dirigió El Búho, una compañía de
Narrador en euskera y en español. Ha ejercido su teatro universitario. En 1938 colaboró en la pelí­
profesión de economista, además de haber sido cula Sierra de Teruel, de André Malraux. Tras la
profesor de Lengua, guionista de radio y librero. Guerra Civil fue deportado a Argelia tras pasar
Entre los temas fundamentales de su obra están una temporada en un campo de concentración
73 AUMENTE

francés y ser acusado de comunista. En octubre tarse No son cuentos (1944), Yo vivo (1953), A l­
de 1942 se instala definitivam ente en M éxico, gunas prosas (1954), Ciertos cuentos (1955;
donde, además de nacionalizarse, se introduce en reed. 1995), Crímenes ejemplares (1957), Cuen­
el mundo del cine como guionista, trabaja en el tos mexicanos (1959), La verdadera historia de
Instituto Cinematográfico y se convierte en pro­ la muerte de Francisco Franco y otros cuentos
fesor de H istoria del Teatro en la Universidad (1960), Historias de la mala muerte (1965) y Los
Nacional. En 1969 viaja a España y, de nuevo, pies p or delante (1975). Hay que señalar que, en
en 1972, donde comienza un libro, que quedaría 1995, aparecieron dos antologías de sus relatos:
inconcluso, sobre Luis Buñuel*, pero cuyos ma­ Escribir lo que imagino y Enero sin nombre.
teriales terminarían publicándose, tras su muerte, Como autor dramático se inició, ya antes de la
como Conversaciones con Luis Buñuel, seguidas Guerra Civil, con obras como Crimen (1923), El
de 45 entrevistas con familiares, amigos y cola­ desconfiado prodigioso (1924), Una botella
boradores del cineasta aragonés (1985). C o­ (1924), El celoso y su enamorada (1925) y Es­
mienza su producción literaria con dos relatos pejo de avaricia (1925), todas ellas en un solo
vanguardistas, Geografía (1929) y Fábula verde acto y editadas juntas, en 1931, bajo el título de
(1933), y continúa, en 1934, con Luis Álvarez Teatro incompleto. Posteriores, y ya en tres ac­
Petreña, revisada en 1965 y que concluirá como tos, son Narciso (1928) y una nueva versión, am­
Vida y obra de Luis Alvarez Petreña (1971; reed., pliada, de Espejo de avaricia (1935). En 1935
1999), la historia de un escritor que terminará escribió, para el Teatro del Pueblo de Misiones
suicidándose. Durante el exilio, su producción se Pedagógicas, Jácara del avaro y, ya durante la
centró en el problem a de la guerra con las seis guerra, la serie conocida como «Teatro de cir­
novelas de la serie Laberinto mágico: Campo ce­ cunstancias» — obras para ser representadas en
rrado (1943), Campo de sangre (1945), Campo el campo de batalla— , de las que destacan Pedro
abierto (1951), Campo del Moro (1963), Cam­ López García (1936), Por Teruel (1937), ¿Qué
po francés (1965) y Campo de los almendros has hecho hoy para ganar la guerra? (1937)
(1968). Esta serie, de un realismo* galdosiano, o Juan ríe, Juan llora (1937). Obras ya poste­
aborda un amplio mosaico de perspectivas sobre riores, agrupadas bajo el título de Teatro Mayor,
la conflagración española y las diversas conse­ son San Juan (1943), M orir por cerrar los ojos
cuencias que esta tuvo. Otras novelas suyas son (1944), El rapto de Europa, o siempre se puede
Las buenas intenciones (1954), La calle de Val- hacer algo (1946), No (1949), La vida conyugal
verde (1961), Jusep Torres Campalans (1958; (1942), Deseada (1949), El cerco (1968) y Re­
1.a ed. española en 1970), novela con la que se trato de un general, visto de medio cuerpo y
inicia en un terreno más experimental, al inven­ vuelto hacia la izquierda (1969). En general, su
tar la biografía de este personaje apoyándose en teatro mantiene una preocupación por cuestiones
un tremendo aparato documental ficticio, Juego como la injusticia, el exilio y la opresión, y evo­
de cartas (1964), curiosa por su estructura, en la luciona, paulatinamente, hacia la actualidad de la
que en el dorso de los ciento ocho naipes que política internacional en sus últimas obras. Entre
componen la novela hay textos que hablan de sus poemarios ha de mencionarse, además del ya
personajes recién fallecidos, y La gallina ciega citado Diario de Djelfa, la Antología traducida
(1972), un diario duro y triste, testimonio de su (1963) — donde recupera el gusto por la inven­
reencuentro con España en 1969, publicado en ción de autores inexistentes— y Versiones y sub­
México en 1971 y que se editó en 1995 en nues­ versiones (1971). Deben recordarse sus ensayos
tro país como La gallina ciega. Diario español. Discurso de la novela española contemporánea
Sobre la cuestión de los diarios de Aub, es im ­ (1945) y Manual de historia de la literatura es­
portante señalar que durante gran parte de su pañola (1966), así como una antología personal
vida, entre febrero de 1939 y julio de 1972, fue titulada Mis páginas mejores (1966; reed., 2000)
escribiendo lo que se entiende por una suerte de y otras poéticas, entre las que destaca Poesía me­
cuaderno de bitácora, cuyas páginas permanecie­ xicana, 1950-1960 (1960). En 2001 se editó un
ron inéditas, salvo la obra recién mencionada y, curiosísimo volumen, Cuerpos presentes, que re­
fragm entariam ente, lo que se encuentra en el cogía una colección inédita hasta ese momento
poemario Diario de Djelfa (1944) y en Enero en de necrológicas, evocaciones y homenajes escri­
Cuba (1969), y que vieron la luz, ya con carácter tos por Aub sobre diferentes autores.
más o menos definitivo, en la amplia selección
de esos millares de páginas publicada como D ia­ AUMENTE, Julio (Córdoba, 1924)
rios (1939-1972) {1998). Poeta. Fue uno de los fundadores de la revista
Postumamente, se editó otra novela suya; Im po­ Cántico, y es uno de los poetas que mejor ha sa­
sible Sinaí (1983). Escribió, por otra parte, nu­ bido aunar el esteticismo que conduce a buscar
merosos libros de relatos, entre los que deben ci­ la belleza con la preocupación por los hechos vi­
74
AUNÓS PÉREZ

tales. En su poesía conviven ironía, sensualidad, Albania, Sarcófago, De pa r en par, Alma, Fuga,
realismo y decadencia, con un lenguaje lujoso y Entre amigos, 20 canciones de amor y un poema
profundo. A partir de 1958 se retiró de la escri­ desesperado, Segundos fuera, Templo, Slowly,
tura durante años, hasta ya entrados los ochenta. A levosía, Aire/Invisible o A las y balas, entre
Destacan los poemarios El aire que no vuelve otros muchos. Ha escrito, además, guiones cine­
(1955), Los silencios (1958), Por la pendiente matográficos, dirigido cortom etrajes, entre los
oscura (1982), La antesala (1983) y De los prín­ que destaca Minutos después — seleccionado, en
cipes (1990). 1970, para la II Semana Internacional de Cine
de Autor de Benalmádena— , y colaborado con
AUNÓS PÉREZ, Eduardo (Lérida, 1894-Lau- J. L. Manckiewicz en la dirección de Cleopatra.
sana, Suiza, 1967) Ha compuesto para películas de directores tan
Ensayista. Estudió Derecho en la Universidad reconocidos como Jaime Chávarri, Adolfo Mar-
Agustiniana de El Escorial y pronto comenzó su sillach*, Fernando Fernán-Gómez* o Francesc
carrera política. Diputado en 1916 y en 1921, Betriu. Por lo que respecta a sus versos y letras
trabajó para Francisco Cambó en el M inisterio de canciones, pues ambas deben considerarse
de Fomento, fue subsecretario del Ministerio de una y la misma cosa en él, es autor de extraordi­
Trabajo, Comercio e Industria, del que llegaría a naria sensibilidad cuyos textos se caracterizan
ser ministro, durante la dictadura de Primo de Ri­ por la profundidad en el análisis de materias
vera. Realizó una importante labor de política so­ como el amor, la soledad, el miedo y el deseo, y
cial y, en 1929, fue nombrado presidente de la ahonda en el erotismo y la belleza como elemen­
XIII Conferencia Internacional del Trabajo reu­ tos esenciales de su poesía, que a veces funde,
nida en Ginebra. Con la llegada de la Segunda que no confunde, pasión con religiosidad. Pró­
República se exilió en Francia y, con el estallido ximo a la poética generacional de los años se­
de la Guerra Civil, apoya a Franco y los suyos y, tenta, es decir, a autores como M artínez Sa-
en 1937, es nombrado consejero nacional para, rrión*, Vázquez Montalbán* o Jesús Munárriz*,
más tarde, convertirse, después de algunas m i­ con el que ha colaborado estrecham ente, usa
siones diplomáticas en Italia, en em bajador en Aute un lenguaje áspero que recuerda a César
Bélgica y en Argentina. Desde 1942 fue conse­ Vallejo, em pleando im ágenes que deben no
jero de la Falange y procurador en Cortes y, en­ poco al surrealismo* y sin renunciar nunca a
tre 1943 y 1945, ministro de Justicia de Franco. elementos que forman parte de la cotidianidad
Entre sus muchas obras destacan Problemas de sentimental y vital. En suma, se trata de un poeta
España (1921), Las corporaciones del Trabajo que recupera ingredientes vanguardistas, crítica
en el estado moderno (1928), Estudios de Dere­ cultural, juegos verbales y m etapoesía. Atento
cho Corporativo (1930), La Reforma Corpora­ también a cuestiones de marcado carácter social
tiva del Estado (1935), Itinerario histórico de la y existencial, siempre, y sin embargo, se ha
España contemporánea (1808-1936) (1940) y La mantenido al margen de los tópicos, actitudes y
política social de la D ictadura (1944), obras a modos de la canción protesta, ironizando y m a­
las que hay que añadir un Epistolario (1916- nejando con soltura el sarcasmo. Deben citarse
1941) y el volumen titulado Cartas politicolite- sus poemarios La matemática del espejo (1975),
rarias (1941). con prólogo de Caballero Bonald*, Poem as y
canciones (1976), La liturgia del desorden
AURELIUS PRUDENTIUS CLEMENS -> Véase PRU­ (1979), la edición de las letras de sus canciones
DENCIO. en Canciones (1980), Templo de carne (1986),
Canciones / / (1992) y Cuerpo del delito. Can­
AUTE, Luis Eduardo (Manila, Islas Filipinas, ciones (1966-1999) (1999), Anim al (1995),
1943) disco-libro, compuesto de canciones, dibujos y
Poeta, pintor y cantautor. A los diez años se tras­ poemas, algunos de los cuales son denominados
ladó a España y a los dieciséis realiza su primera «poemigas», el libro-vídeo Animal Dos (1998),
exposición individual de pintura. Ha expuesto Animaldos: poemigas, estereografías (1999) y
en España, Europa y Estados Unidos con cierta Volver al agua (Poesía completa) (2002). A ello
frecuencia, y ha participado en la Bienal de Pa­ hay que añadir Un perro llamado dolor (2002),
rís en 1965, en la de Sao Paulo en 1967, en el en el que se ofrecen dibujos, una película de ani­
Concurso Nacional de Bellas Artes de M adrid mación y un disco.
en 1974 y en ARCO 83, entre otros grandes
acontecimientos artísticos. Asimismo, consiguió AUTO
el primer premio de pintura en la XXVII Mostra Nombre con que se hace referencia a ciertas re­
Michetti de Francavila al Mare, en Italia. Como presentaciones teatrales, tanto de asunto profano
cantautor destacan álbumes como Rito, Espuma, como religioso, que en la Edad Media eran deno­
75 AVELLANEDA

minadas también como «misterios» o «moralida­ m ozárabes y, en muchos momentos, puede tra­
des» y a las que, desde la segunda mitad del si­ tarse incluso de un mozárabe castellanizado,
glo xvi, se empezó a denominar autos sacramen­ aunque con influjos franco y gascón. Comienza
tales. En su origen se representaban en la fiesta con los tres monólogos de los Magos, el encuen­
del Corpus Christi, y el tema central era la Euca­ tro entre ellos y una discusión sobre el modo de
ristía, tratada a través de símbolos y alegorías comprobar la divinidad del recién nacido; des­
protagonizados por personajes que representaban pués de visitar al rey Herodes, este consultará a
ideas y no seres reales. El origen del auto alegó­ sus sabios y aquí es donde el auto se interrumpe.
rico puede situarse en el Auto de la Pasión Dicho final abrupto ha dado lugar, pese a que
(1500), de Lucas Fernández*, en cuyas innova­ hoy parece cierto que se trata de un fragmento, a
ciones, respecto de los usos dram áticos de del las especulaciones de quienes consideran que es­
Encina*, se basó Gil Vicente* en su Auto pasto­ tamos ante un prólogo a la ofrenda de dones que
ril castelanho (1502). Pero el primer auto con­ las congregaciones hacían a sus iglesias. El auto
sagrado a la festividad del Corpus es Farsa sa­ fue publicado por vez primera por Ramón M e­
cram ental (1520-1521), de Hernán López de néndez Pidal* en 1900 en la Revista de Archivos,
Yanguas*, Otros autores im portantes en el pro­ Bibliotecas y Museos.
ceso de maduración del auto son Sánchez de Ba­
dajoz*, que desarrolla por prim era vez una AUTOS SACRAMENTALES -» Véase AUTO.
acción eucarística, Timoneda*, Rojas Zorrilla*,
con El rico avariento; Lope de Vega*, con Las AVELLANEDA, Alonso Fernández de (siglo xvii )
aventuras del hombre; Mira de Amescua*, y su Novelista. Bajo este seudónimo apareció en Ta­
obra Las pruebas de Cristo; Tirso de Molina*, rragona, en 1614, el «Segundo tomo del Inge­
en El colmenero divino, y Valdivielso*, hasta lle­ nioso hidalgo Don Quijote de la M ancha».
gar al máximo exponente del género que es Cal­ Nada se sabe de quién pueda ser el autor que se
derón de la Barca*, quien utilizaba, tem ática­ esconde tras el seudónimo, solo que, como dice
mente, el Antiguo Testamento. La representación al comienzo, se declara natural de Tordesillas,
de los autos se hacía por pueblos y ciudades, al si bien, por el estilo y lenguaje del texto, todo
aire libre, sobre carros móviles que se transfor­ apunta a una procedencia aragonesa. En el pró­
maban en escenarios. Por culpa de las influen­ logo del libro, el tal Avellaneda ataca a Cervan­
cias del Neoclasicismo francés, los autos fueron tes*, por el que, se nota, sentía un profundo
prohibidos en 1765, aunque continuaron repre­ odio; sin embargo, defiende a Lope de Vega*, a
sentándose por los pueblos hasta 1840. quien Cervantes criticaba en su obra. La crítica
ha especulado con diversas posibilidades sobre
AUTO DE LOS REYES MAGOS la identidad de este oscuro autor: el confesor de
Obra anónim a castellana, denominada también Felipe III, fray Luis de Aliaga; fray Andrés Pé­
Auto, M isterio o Representación de los Reyes rez*; un reconocido enem igo de Cervantes
Magos, que es una de las principales de la dra­ como era el doctor Juan Blanco de Paz; C ris­
m aturgia europea m edieval y la prim era pieza tóbal de Fonseca*; Liñán de Riaza*; Alonso de
teatral escrita en lengua romance. Compuesto Ledesma*; Castillo Solórzano*; Juan Martí*,
hacia mediados del siglo xn, quizá con la inten­ autor de la segunda parte del Guzmán deAlfara-
ción de ser representado en la catedral de Toledo, che; Bartolomé Leonardo de Argensola*; el sol­
se trata de un auto breve en el que, sin embargo, dado aragonés Jerónim o de Pasamonte*, a
destaca la caracterización de los personajes, la ri­ quien Cervantes ridiculizó en el galeote Ginés
queza temática y la eficacia de la estructura dra­ de Pasamonte; Ginés Pérez de Hita*; el rector
mática. Se conserva un fragmento de ciento cua­ de Vallfogona, Vicente García, o los m ism ísi­
renta y siete versos polimétricos, de nueve, siete mos Ruiz de Alarcón*, Lope de Vega, Que­
y catorce sílabas, que fue descubierto, hacia vedo*, Tirso de Molina* o Guillén de Castro*.
1785, en un códice de comentarios bíblicos de la M eras hipótesis sin dem asiado fundamento,
mencionada catedral toledana. Perteneciente al aunque sostenidas, en algunos casos, por argu­
ciclo del Ordo Stellae, escenificado en las fiestas mentos de cierta seriedad, que han llevado in­
de la Epifanía, todas las investigaciones condu­ cluso a sospechar del propio Cervantes. El caso
cen a un origen francés de la obra, de la cual el es que la im itación no es brillante; carece del
texto castellano sería una adaptación. Rafael La- equilibrio del auténtico Quijote, y no es sino un
pesa*, basándose en ciertas rimas imperfectas relato vacío que se queda en las acciones exter­
que él fundamenta en la influencia francesa que nas. No obstante, y en justicia, debe destacarse
irrumpe en la Península durante el siglo xn, le ha la calidad de la novelita, aparecida en el seno de
otorgado un origen franco-gascón. El castellano la obra, Los felices amantes, así como la gracia
en que está escrito tiene numerosas influencias de ciertos pasajes.
AVELLANEDA Y LA CUEVA

AVELLANEDA Y LA CUEVA, Francisco de (?, AVENDAÑO, Francisco de (siglo xvi)


1622?-?, 1675?) Poeta y dramaturgo. Fue en 1553 cuando, y sin lu­
Dramaturgo. Fue censor de comedias en la Corte gar de impresión, se publicó la Comedia Florisea,
y colaboró con autores como Matos Fregoso*, en de Francisco de Avendaño, escrita en verso y cuya
El divino calabrés san Francisco de Paula, y Se­ originalidad, se ha dicho, reside en ser la primera
bastián Rodríguez de Villaviciosa*, en Cuantas obra que reduce a tres los tradicionales cinco actos
veo, tantas quiero, obra atribuida por algunos a de que se componían las obras, si bien ya en el Auto
Calderón de la Barca* por su gran calidad. Fue de Clarindo (Toledo, 1535), de Antonio Diez*, se
un gran entremesista, muy capaz para crear inte­ encuentra esta reducción. La obra de Avendaño está
resantes cuadros de costumbres, como en El hi­ influida por Torres Naharro* y Juan del Encina*.
dalgo de la Membrillo, La hija del doctor. Sar­
gento Conchillos o Noches de invierno y perdone AVICEBRON -» Véase G ABIRO L, Solomon ben
el enfermo. Judah ibn.

AVELLO, José (Cangas de N arcea, Asturias, ÁVILA, Francisco Javier (Valencia, 1961)
1943) Narrador. Autor que combina el juego narrativo
Narrador. Licenciado en Derecho, es profesor de con cierta sensualidad, para que el hum or y la
Sociología de la Cultura en la Facultad de Bellas seriedad m antengan el equilibrio. Además del
Artes de la Universidad Complutense de Madrid. poemario Aquel mar de esta orilla (1990), con
Fue codirector de la revista de literatura Estacio­ el que obtuvo el Premio Hiperión, ha publicado
nes. Escritor de quien la crítica ha señalado su la novela De la m uerte en verano (2002), ex­
capacidad para trazar perfiles psicológicos, urdir traño ejercicio estilístico que combina la prosa
una trama, elaborar diálogos y manejar el len­ con el verso hasta el extrem o que la narración
guaje, con resultados que se han calificado de so­ misma no solo integra poemas, sino que discurre
berbios, excelentes, colosales, imprescindibles, en verso.
que, asimismo, ofrece una visión totalizadora de
la sociedad española de los últimos veinte años. ÁVILA, san Juan de -> Véase JUAN DE ÁVILA,
Juega con diversos planos de la realidad, que se san.
superponen e im brican, y alcanza, como resul­
tado final mucho más amplio y ambicioso, una ÁVILA,, santa Teresa de -» Véase TERESA DE
cosmovisión del mundo y de nuestro tiempo. Es JESÚS, santa.
autor de las novelas La subversión de Beti Gar­
cía (1983), con la que obtuvo el Premio Nadal, y ÁVILA CABEZAS, Miguel (Granada, 1953)
Jugadores de billar (2001), galardonada con el Poeta. Profesor de lengua y literatura españolas
Premio de la Crítica de Asturias y el Ramón Gó­ y presentador de una televisión regional, se trata
mez de la Serna. de un autor irónico y desencantado, escéptico en
el amor y en cuya poesía se escuchan los ecos de
AVEMPACE (Zaragoza, ?-1138) Quevedo*, san Juan de la Cruz*. Vicente Alei-
Filósofo, músico, matemático, astrónomo y mé­ xandre* y García Lorca*. Destacan sus poem a­
dico. Estuvo en Sevilla en 1118 y, después, en rios Fe de vida (o da lo mismo). Antología última
África. Fue defensor de Aristóteles, cuya Física (1998) y Aguas salobres (2000).
fue comentada por él, y detractor del neoplato­
nismo. En su Guía del solitario o del ermitaño se AXULAR, Piarres de (Urdax, N avarra, 1556-
basaron después autores como Averroes y M oi­ 1640)
sés de Narbona. Influyó también sobre santo To­ Prosista en euskera. Estudió en Salamanca, fue
más de Aquino y en la Visión deleytable de Al­ vicedecano en Pamplona en 1595 y deán en Lé­
fonso de la Torre*. rida. Su obra fundamental, Güero (1643), es un
libro de devoción en euskera. con perfectas tra­
AVENDAÑO, Alberto (Vigo, Pontevedra, 1957) ducciones del latín, en el que se han apuntado al­
Autor de narrativa infantil y poeta en lenguas ga­ gunas influencias de fray Luis de Granada*, y
llega y española. Es, asimismo, traductor de que es accesible a todos los lectores.
E. A. Poe al gallego. Además de Aventuras del
sol (1986), como poeta deben citarse su Facer ¡AY, PANADERA!, Coplas de -» Véase COPLAS
Pulgarcitos Tres (1979) y, en volúmenes colecti­ DE ¡AY, PANADERA!
vos, Silabario de Turbina (1978) y A dama que
fala (1983). Recibió, en 1986, el Premio Barco AYALA, Francisco (Granada, 1906)
de Vapor de Literatura Infantil por el relato Narrador y ensayista. Estudió Filosofía y Letras
«Aventuras de Sol». en Madrid, se licenció en Derecho en 1929 y fue
77 AYERRA

becado en Alemania en 1930, donde estudió Fi­ táculo (1949), La invención del Quijote (1950),
losofía Política y Sociología. D octorado por la Introducción a las ciencias sociales (1952), El
Universidad de Madrid en 1931, fue catedrático escritor en la sociedad de masas (1956), Tratado
de Derecho Político en la Universidad de Madrid de sociología (1959), Tecnología y libertad
y colaborador en revistas como La Gaceta Lite­ (1959), Experiencia e invención (1960), R eali­
raria, Papeles de Son A rm adans y R evista de dad y ensueño (1963), Reflexiones sobre la es­
Occidente. Tras la Guerra Civil, se exiló, primero tructura narrativa (1970), El Lazarillo: reexami­
a Argentina y, después, a Puerto Rico y Estados nado (1971), Confrontaciones (1972), Cervantes
Unidos, donde enseñó en diferentes universida­ y Quevedo (1974), La novela: Galdós y Una­
des, de las que destacan las de Princeton, Nueva muno (1974), El escritor y su imagen (1975), Pa­
York y Chicago. En la época sudam ericana labras y letras (1983), La estructura narrativa
fundó las publicaciones Realidad y La Torre. Su (1984), La retórica del periodism o (1984), La
regreso definitivo a España se produjo en 1980. imagen de España (1986), El escritor y el cine
En 1983 fue elegido miembro de la Real Acade­ (1988), M i cuarto a espadas (1988), Las plumas
mia Española. Su obra suele dividirse en dos pe­ del fén ix (1989), El escritor en su siglo (1990),
riodos: antes y después de la guerra. En el pri­ El tiempo y yo, o El mundo a la espalda (1992),
mero de ellos hay novelas como Tragicomedia De mis pasos en la tierra (1996), que reúne los
de un hombre sin espíritu (1925), Historia de un artículos publicado en el diario El País, y En qué
amanecer (1926), El boxeador y un ángel (1929) mundo vivimos (1996). Gracias a sus memorias,
y Cazador en el alba (1930). En ellas va evolu­ Recuerdos y olvidos, que constan de tres partes:
cionando desde propuestas narrativas tradiciona­ Del paraíso al destierro (1982), El exilio (1983)
les hacia innovaciones más vanguardistas en las y Retornos (1988), recibió el Premio Nacional de
que se evidencia la deshum anización propia de Literatura. Además de los galardones ya reseña­
aquellas tendencias; se aprecia su interés por el dos, ha recibido el Premio Nacional de las Letras
cine y la modernidad, todo ello con gran lirismo Españolas en 1988, el Premio Cervantes en
y fuerza metafísica. Hasta 1944, con el relato «El 1991 y, en 1998, el Príncipe de Asturias de las
Hechizado», no se reanuda su labor literaria; este Letras.
texto formará parte, después, de Los usurpado­
res (1949), relatos que hablan del ansia de poder. AYALA, Martín de (Segura de la Sierra, Jaén,
En este mismo año publica La cabeza del cor­ 1503?-0nteniente, Valencia, 1566)
dero, con relatos centrados en la Guerra Civil. En Tratadista. Obispo de Segovia y arzobispo de Va­
su vasta producción narrativa debe destacarse, lencia, es autor de una autobiografía, que no se
además de la ironía con que aborda casi todas las publicó hasta el siglo xx, titulada Discurso de la
cuestiones que le preocupan, su interés por las vida del ilustrísimo señor don Martín de Ayala es­
pasiones humanas y los comportamientos a que crita p or él mismo, donde cuenta sus estudios y
estas conducen, así como el profundo pesimismo vida religiosa y analiza los problemas de la Es­
que mueve su plum a al ver al hombre siempre paña del momento. Otras obras suyas son: Com­
sumido en una profunda crisis espiritual. Preocu­ pendio y declaración de lo que son obligados a
pado por las cuestiones sociales, Ayala denuncia guardar los caballeros de la Orden de Santiago
las degradaciones humanas en un mundo sin va­ (Trento, 1552), Doctrina christiana en lengua
lores, y crea así una obra moral e intensa en la que arábiga y castellana (Valencia, 1566), Breve
las técnicas narrativas, que juegan con el tiempo compendio para bien examinar la conciencia en
y las perspectivas, sirven para dar cuenta de la el juicio de la confesión sacramental (Valencia,
miseria de la condición humana. Su sentido del 1567), Catechismo para instrucción de los nue­
humor, altamente irónico y sarcástico, se aprecia vamente convertidos en moros (Valencia, 1599) y
de manera sobresaliente en los relatos de Histo­ Vida y hechos de fray Pedro Alfonso, caballero de
ria de macacos (1955; reed. 1995). Novelas su­ Santiago y prior de Uclés y San Marcos de León.
yas son M uertes de perro (1958) y E l fo n d o del
vaso (1962). Deben citarse, asimismo, los libros AYERRA, Ramón (Segovia, 1937)
de relatos El As de Bastos (1963), El rapto N arrador y poeta. Autor en quien domina un
(1965), El jardín de las delicias (1971), por el cierto espíritu costumbrista, de crónica social,
cual recibió el Premio de la Crítica, De triunfos y atento a los lenguajes de los personajes como ve­
penas (1982) y El jardín de las malicias (1988). hículos de la personalidad y la clase social, sus
Es autor de una extensa, variada e im portantí­ obras están bien construidas y resultan de fácil
sima obra crítica y ensayística, en la que desta­ lectura. Deben citarse novelas suyas como Las
can títulos como Indagación del cinema (1929), amables veladas con Cecilia (1978), Los ratones
H istrionism o y representación (1944), Ensayo colorados (1979), La tibia luz de la mañana
sobre la libertad (1945), El cine: arte y espec­ (1980), El jardín de las naciones (1981), Los te­
78
AYESTA

rroristas (1981), Metropol (1982), La lucha inú­ (1856-1857) y La justicia divina o el hijo del
til (1984) y Gente ligera de cascos (2000), entre deshonor (1859). Escribió obras de teatro y el
otras. Además, son de destacar el poemario Las poema filosófico El derecho y la fuerza (1866).
pequeñas cuestiones (1973) y el ensayo La E s­ Por otra parte, adaptó el Britanicus de Racine y
paña imperial (1977). editó una especie de enciclopedia, La escuela del
pueblo, en diecisiete volúmenes y, en cuatro, un
AYESTA, Julián (G ijón, Asturias, 1919-1996) Diccionario Universal.
Narrador. Diplomático de profesión, estudió Fi­
losofía y Derecho en Madrid, perteneció a la Fa­ AYLLÓN, Perálvarez de (Finales siglo xv-pri-
lange y, finalmente, se distanció del régimen. mera mitad siglo xvi)
Amigo de Dionisio Ridruejo* y de Tierno Gal- Dramaturgo. Aunque se sospecha que fue autor de
ván*, publicó numerosos artículos con un cu­ algunos poemas del Cancionero general, con cer­
rioso seudónimo: 586.847, el número de su carné teza solo se sabe de él que escribió Comedia de
de identidad. Autor de una única novela, Helena Preteo y Tribaldo, llamada disputa y remedio de
o el mar del verano (1952), título que recoge lo amor (Toledo, 1553), obra que se publicó una vez
que, con anterioridad, se había publicado en dos completada por Luis Hurtado de Toledo*. Se basa
obras separadas, como parte de ese proyecto en la obra de Ovidio Remedia amoris y trata los
único: Aventura en el bosque (1943) y Almuerzo remedios para curar los males del amor, siempre
en el jardín (1947). El texto completo de este au­ defendiendo y ensalzando a las mujeres.
tor casi desconocido se reeditó en 1974, 1987,
1999 y 2000, y se trata de una novela breve en la AZA, Vital (Pola de Lena, Asturias, 1851 -M a­
cual se habla con maestría literaria y emocional drid, 1912)
de la infancia, que da lugar a una obra de gran Poeta y dramaturgo. Ejerció como médico hasta
belleza estética y de emotivas sugerencias que que abandonó su profesión por la literatura. Fue
supone uno de los más excepcionales ejercicios destacado poeta festivo, de gran ingenio, y autor
de evocación absoluta, de memoria en estado de comedias graciosas y asainetadas. Son conoci­
puro, de cuantos se llevaron a cabo en la litera­ das sus obras Los Tocayos (1894), El sueño do­
tura española durante la posguerra. Hay que aña­ rado (1875), Aprobados y suspensos (1876), Con
dir, asimismo, sus relatos, publicados en el volu­ la música a otra parte (1878), San Sebastián,
men Cuentos (2001). mártir (1885), El sombrero de copa (1887), El se­
ñor cura (1890) y La rebotica (1895). Escribió,
AYGUALS DE IZCO, Wenceslao (Vinaroz, Cas­ en colaboración con Ramos Carrión*, ¡Adiós,
tellón, 1801-Madrid, 1873) Madrid! (1880), El Señor Gobernador (1889), y
Novelista. Diputado en posiciones progresistas y los libretos Los lobos marinos (1887), El rey que
director de revistas como El Dómine Lucas y La rabió (1892) y Zaragiieta (1894), entre otras. Sus
Linterna Mágica, él fue quien introdujo en Es­ obras han sido traducidas a diferentes idiomas
paña el folletín*, para lo que organizó una gran como el portugués, el alemán o el italiano.
empresa mercantil, la Sociedad Literaria de Ma­
drid. A utor de novelas por entregas dirigidas a AZANCOT, Leopoldo (Sevilla, 1935)
las clases populares, imitador de los franceses y Novelista y ensayista. Estudió Derecho en su ciu­
preocupado por los problemas sociales y políti­ dad natal y fue subdirector de la revista índice,
cos hasta el extremo de hacer explícita la defensa jefe de Features de la Agencia Mexicana de Noti­
del proletariado a través de un tibio socialismo cias y director de publicaciones del Instituto de
utópico, su literatura es de un profundo anticleri­ Sociología y Desarrollo del Área Ibérica. Ha co­
calismo y, de algún modo, puede decirse que in­ laborado, y colabora, como crítico literario, de
trodujo el naturalismo, aunque carece de la pre­ arte y como comentarista político, en diferentes
cisión histórica y de la formulación de problemas diarios, entre ellos ABC y El País, revistas, emi­
complejos de este. Estuvo influido por Eugéne soras radiofónicas y cadenas de televisión nacio­
Sue, de quien, en 1843, tradujo El judío errante. nales y extranjeras y ha sido miembro del consejo
Más interesado por el tema que por los valores de redacción de la revista Nueva Estafeta Litera­
estéticos del texto, su novela más célebre es M a­ ria. En 1992 abandonó España para establecerse
ría o la hija de un jornalero (1846), a la que de­ en Venezuela. En su faceta de novelista, en la que
ben añadirse otras como La marquesa de Bella- se ha ocupado con intensidad de cuestiones rela­
flo r (1846-1847) — segunda parte de M aría— , cionadas con la cultura hebrea, ha publicado títu­
El niño de la inclusa (1846-1847), Pobres y ricos los como La novia judía (1977), Fátima, la es­
o la Bruja de Madrid (1849-1850), Los verdugos clava (1979), Los amores prohibidos (1980),
de la Hum anidad desde el prim er siglo hasta Ella, la loba (1980), La noche española (1981),
nuestros días (1855), Los pobres de M adrid El amante increíble (1982), El rabino de Praga
| DE LA REAL |
|A C A D É M I A |
*8 V <i P A XT n T A

Academias. Portada de Fundación y estatutos Jesús A guirre y O rtiz de Z arate


de la Real Academia Española. 1715
Rafael A lberti. Litografía
del poema manuscrito
«Corrida»

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f u v /f M
y**. y~ n-iUr.&r

Nacen como el di
de arrebatar
corona que apret

Montaña o cuerpo,

¿Qué bestial luna siempre como grupa redonda


no mira nunca a tierra donde sus cascos brillan?

Joan Aleo ver y M aspons


a negra dundo un beso so pudre.
VICENTE ALE IXAN D RE .

Vicente Aleixandre.
Poema publicado en la
revista Caballo verde para
la poesía en 1935 *
A lfonso X, el Sabio. El rey dictando a sus colaboradores, p ágina de las Cantigas de Santa María.
M o n a ste rio d e El Escorial. M a d rid

José L uis A lonso de Santos M a n u el Alvar López. R e trato de Revello de T o ro .


Real A cad em ia E spañola
Serafín y Joaq u ín Álvarez Q uin tero A ndrés Amorós. Portada de Lenguaje taurino y sociedad
Benito A ria s M o nta n o Fernando A rra b a l

A uto sacram ental. E scena de u n a rep rese n ta ció n d e El gran teatro del mundo,
de P e d ro C a ld e ró n de la Barca
A zorín. R e tra to de Ig n ac io Z u lo a g a. C o lecció n particular. M a d rid
Barroco. R eprese n tac ió n de Fuenteovejuna, de L o p e de Vega, u n a de las figuras m ás destacad as del te a tro
b a rro co español
79 AZCÁRATE

(1983), Jerusalén. Una historia de amor (1986) y mamente en 1947, y su correspondencia, igual­
Mozart, el am or y la culpa (1988). Es de desta­ mente editada tras su muerte.
car, asimismo, el ensayo titulado H omenaje a
Juan Gil-Albert (1978). Ha recibido los premios AZCÁRATE, Gumersindo de (León, 1840-Ma-
B ’nai B ’rith, Reseña, Zikkurat y el Planeta a la drid, 1917)
mejor novela adaptable al cine. Ensayista. Pensador krausista (véase KRAUSISMO),
en la línea de Sanz del Río* y Giner de los Ríos*,
AZAÑA, Manuel (Alcalá de Henares, M adrid, estudió Leyes en Oviedo y fue catedrático de Le­
1880-Montauban, Francia, 1940) gislación Comparada en la Universidad de Madrid.
Ensayista y novelista. Educado en los agustinos Colaboró en La Voz del Siglo, La Lectura, Nuestro
de El Escorial, participó en política durante los Tiempo, etc., y fue miembro de la Academia de
últimos años de la M onarquía y fue ministro de Ciencias Morales y Políticas, presidente del Ate­
la Guerra, jefe del Gobierno con la República, neo de Madrid y rector de la Institución Libre de
entre 1931 y 1933, y presidente de la misma de Enseñanza*. Destacan sus obras Ensayo de una
1936 a 1939, fecha en que se vio obligado a salir introducción al estudio de la legislación compa­
al exilio, para morir en Francia a los pocos m e­ rada y programa de esta asignatura (1874), M i­
ses. Se encargó de la dirección de los periódicos nuta de un testamento (1876), Estudios económi­
La Pluma (1920-1923) y España (1923-1924). cos y sociales, El selfgovem m ent y la monarquía
Su obra, como novelista y como crítico, está em­ doctrinaria (1877), Estudios filosóficos y políticos
parentada con aquellos que, como Ortega*, Ma- (1877), La Constitución inglesa y la política del
rañón*, Pérez de Ayala* o Américo Castro*, en­ continente, Tratados de política y El régimen par­
tre otros, pusieron en marcha una nueva visión lamentario en la práctica (1885).
de España que escapaba de la influencia del es­
píritu noventayochista. Escritor sobrio, sin de­ AZCÁRATE, Manuel (Madrid, 1916-1998)
masiada fuerza creadora, pero agudo a pesar de Ensayista. Hijo de un alto funcionario y miembro
su frialdad estilística, de su obra destacan discur­ del Partido Comunista desde 1939, se educó en el
sos políticos como Estudios de política francesa Madrid próximo al ambiente de la Institución Li­
contemporánea (1919) o En el poder y en la opo­ bre de Enseñanza*, donde conocería a personali­
sición (1934), el libro La velada en Benicarló dades relevantes de la futura vida cultural y po­
(1937), una profunda reflexión sobre España y lítica de España. Asimismo, estudio en Ginebra y
su Historia, sus ensayos de crítica literaria Don en Inglaterra, concretamente en la London School
Juan Valera (1926), Valera en Rusia (1926), La of Economics. Tras participar en la Guerra Civil
novela de Pepita Jim énez (1927), y Valera en con el bando republicano, hubo de exiliarse a Pa­
Italia (1929), que abordan en profundidad a un rís, donde vivió entre 1939 y 1975, con estancias
autor de la talla de Valera*, y que culminaron, en temporales en Roma y larga residencia en Moscú
1926, con Vida de Don Juan Valera, libro galar­ entre los años 1959 y 1964. Luchó con la Resis­
donado, en ese año, con el Premio Nacional de tencia francesa contra el nazismo y, en 1969, el
Literatura. Asimismo, deben recordarse los ensa­ Partido Comunista de España lo nombró respon­
yos dedicados a Cervantes* en La invención del sable de política exterior, cargo que ocupó hasta
«Quijote» y otros ensayos (1931). Como nove­ su expulsión, con el conocido como «grupo de los
lista, hay que citar El jardín de los frailes (1927) renovadores», en 1980. Fue, asimismo, durante
y Fresdeval, escrita entre 1930 y 1931, sin olvi­ los últimos años de su vida, editorialista del dia­
dar la obra de teatro La corona (1931). Sus Obras rio El País, aunque colaboró en diferentes publi­
completas fueron editadas, en cuatro volúmenes, caciones españolas y extranjeras. Autor de obras
en 1968 por Juan Marichal*. En 1997 fueron en­ como La crisis del Eurocomunismo (1982) y La
contrados tres cuadernos suyos en la biblioteca izquierda europea (1988), despertaron gran inte­
de Franco, que habían sido robados por su hija, rés sus memorias Derrotas y esperanzas. La Re­
cuadernos que como una suerte de diario están a pública, la guerra civil y la Resistencia (1994),
medio camino entre el apunte político y la refle­ obra en la que repasaba sus experiencias de toda
xión lírica y que fueron publicados como Diarios una época y que fue galardonada con el Premio
1932-1933. ‘Los cuadernos robados’ (1997). Comillas de Biografía y Memorias; estas tuvie­
ron su continuidad, ya póstumamente, en Luchas
AZARA, José Nicolás de (Barbuñales, Huesca, y transiciones. Memorias de un viaje por el ocaso
1730-París, 1804) del comunismo (1998).
Prosista. Político, viajero y diplom ático de for­
mación clásica, aficionado a la filosofía.'E ditó AZCÁRATE, Patricio de (León, 1800-1886)
obras de Garcilaso de la Vega*, Horacio y Virgi­ Ensayista. Padre de Gumersindo de Azcárate*,
lio, y destacan sus Memorias, publicadas póstu­ publicó, en 26 volúmenes, una Biblioteca Filo-
AZCOAGA IBAS

sófica que cuenta con traducciones propias de falario 1 (1999), volumen en el que recoge tres
Leibniz, Platón y Aristóteles. Destacan sus obras novelas cortas, las ya mencionadas Los muertos
Veladas sobre la filosofía moderna (1854), E x­ y El pisito más El cochecito, y el guión de El pa ­
posición historicocrítica de los sistemas filo só ­ raíso ya no es lo que era (1999), basado en un
ficos modernos (1861), Del materialismo y p o ­ cuento de Carmen Rico-Godoy*. M uchos son
sitivismo contemporáneos y La filosofía y la los directores de cine con quienes ha colaborado,
civilización moderna en España (1886). si bien destacan sus trabajos para el italiano
M arco Ferreri y, sobre todo, para Luis García
AZCOAGA IBAS, Enrique (Madrid, 1912-1985) Berlanga, en películas como El verdugo, La es­
Poeta, novelista y ensayista. Colaborador, con copeta nacional, Patrimonio nacional o La va­
Serrano-Plaja* y Sánchez Barbudo*, en la re­ quilla, entre otras tantas cuyos guiones ha^ fir­
vista Hoja Literaria, fundada por ellos, y crítico mado Azcona. Su poesía juvenil se editó en
de arte, vivió una larga temporada en Buenos Ai­ 1986. En 1998 se publicó un entretenido volu­
res y, tras su regreso a España en 1963, dirigió la men de conversaciones con Manuel Vicent*:
Asociación Española de Críticos de Arte. Desta­ Memorias de sobremesa.
can sus poemarios La piedra solitaria (1942), El
canto cotidiano (1943), Entregas (1944), El AZKUE, Resurrección María de (Lekeitio, V iz­
poema de los tres carros (1948), Botella al mar caya, 1864-Bilbao, 1951)
(1952), Dársena del hombre (1957), Cancionero Ensayista. Sacerdote y filólogo que, a causa de
de Sanborombón (1960), España es un sabor las guerras carlistas, se trasladó a Bilbao, si bien
(1964), Del otro lado (1968), Olmeda (1970) y fue en Salamanca donde se doctoró en Teología.
Primera antología de poemas truncados (1971), Estudió Armonía y Composición en Colonia y, a
sin olvidar la edición, que jamás salió a la venta, su regreso, en 1888 ocupa la cátedra de vas­
de Sonetos (1936). Dos novelas suyas, entre cuence en el Instituto de Bilbao. Fue presidente
otras, merecen recordarse, El empleado (1949) y de la Academia de la Lengua Vasca, cuando se
La arpista (1968), así como el libro de ensayos fundó, en 1919, miembro de la Española a partir
Línea y acento (1933), que le valió una mención de 1927 y miembro de la Sociedad Lingüística
en el Premio Nacional de Literatura de aquel año de París y de la Academia de Ciencias de San Pe-
y al que habría que añadir otros como La pintura tersburgo. Su obra se caracteriza por la precisión
y la escultura en España (1945), Cubismo normativa y el interés, a partes iguales, por lo
(1949) y Panorama de la poesía moderna espa­ tradicional y lo popular. Es autor de Diccionario
ñola (1953), por citar solo algunos. vasco-español-francés (1905-1906), Morfología
vasca (1925) y Literatura popular del País
AZCONA, Rafael (Logroño, 1926) Vasco (1935-1947).
Narrador. Es uno de los guionistas cinematográ­
ficos más prestigiosos de nuestro país. Desde AZORÍN (Monóvar, Alicante, 1873-M adrid,
1951, año en que se trasladó a Madrid, ha escrito 1967)
numerosos relatos y novelas, además de colabo­ Novelista. Es el seudónimo por el que se conoce
rar, en su día, en La Codorniz y en otras revistas a José Martínez Ruiz. Miembro destacado de la
humorísticas. Su obra, en líneas generales, está Generación del 98*, a la que él mismo dio nom­
dominada por el humor negro y la sátira, en la lí­ bre, estudió en los escolapios de Yecla, ciudad
nea del neorrealismo italiano y, al mismo tiempo, que dejó huella en sus primeros textos, y Dere­
de la visión del individuo y de las contradiccio­ cho, sin llegar a terminar la carrera, en Valencia
nes de la realidad social que recorre la literatura y en Madrid. Su interés por el periodism o le
española desde Quevedo* hasta Cela*, pasando llevó a colaborar como crítico literario en El
por el esperpento* de un Valle-Inclán*, y todo Mercantil Valenciano, al tiempo que evidenciaba
ello al servicio de un retrato social fuertemente ya sus ideales anarquistas en textos como Busca­
comprometido, pero desde la ternura y la frater­ piés (1894), firmado con el seudónimo Ahrimán,
nidad, lo que lo lleva, con pleno derecho, a ser y Anarquistas literarios (1895), además de dedi­
incluido en la Generación del medio siglo (véase carse a la traducción de Kropotkin. Poco antes
GENERACIÓN DEL 50), si bien con peculiarida­ había escrito La crítica literaria en España
des que lo distancian de todos los discursos pu­ (1893), un folleto bajo el seudónimo de Cándido.
ramente reivindicativos. Destacan títulos como Paulatinamente, su ideología anarquista se va
Vida del repelente niño Vicente (1955), Cuando desradicalizando y diluyéndose, hasta el extremo
el toro se llama Felipe (1956), Los muertos no se de llegar, en 1907, a presentarse a diputado por
tocan, nene (1956), El pisito (1957), Los ilusos el Partido Conservador, por el que fue elegido
(1958), Pobre, paralítico y muerto (1960) y Los cinco veces hasta 1917. Al llegar a Madrid, a fi­
europeos (1962), a los que hay que añadir Estra­ nales de 1896, colaboró también en El País, del
81 AZÚA

que fue expulsado por el tono revolucionario de les en París (1939), Pensando en España (1940),
sus artículos; El Imparcial, del que también sería M adrid (1941), Valencia (1941), El escritor
expulsado, El Progreso, España, diario en el que (1942), Cavilar y contar (1942), Sintiendo a Es­
firma siempre con el seudónimo Azorín, y ABC. paña (1942), El enfermo (1943), Capricho
Es en esta mism a época, entre 1896 y 1905, (1943), María Fontán (1944), Salvadora de Ol-
cuando conoce a Maeztu* y a Baroja*, con quie­ bena (1944), La isla sin aurora (1944), París
nes com ulga ideológicam ente y que serán el (1945), Memorias inmemoriales (1946), Con
caldo de cultivo de la Generación del 98. En permiso de los cervantistas (1948) y Ejercicios
1924 ingresa en la Real Academ ia Española y, de castellano (1960). Entre 1926 y 1936 escribió
hasta 1936, sigue dedicándose al periodism o, también algunas obras de teatro, algunas de las
para marcharse a París durante la Guerra Civil. cuales tuvieron cierto éxito, si bien la mayoría de
De la obra de Azorín hay que señalar su aparien­ ellas ni siquiera llegaron a representarse. Desta­
cia de facilidad, el propósito de ir derechamente can títulos como Oíd Spain, Brandy, mucho
a las cosas. Con un estilo transparente aborda el brandy, El clamor — en colaboración con Muñoz
tema de España, buscando su esencia en el pai­ Seca*— o la trilogía Lo invisible, formada por
saje, en la vida cotidiana de sus habitantes y en La arañita en el espejo, El segador y Doctor
la piedra de sus ciudades, prioritariam ente de Death, de 3 a 5, entre otras obras menores. En 1998
C astilla, su geografía predilecta. Su literatura se publicaron en tres volúmenes sus Obras esco­
está movida por un profundo, aunque sereno, es­ gidas, el primero de los cuales incluía todas sus
cepticismo, propiciado por la contemplación es­ novelas; el segundo, los ensayos; y el tercero,
tética que convierte la ternura, que había nacido teatro, cuentos, memorias y gran parte de su
del pesim ism o, en am or y visión entrañable de epistolario.
España. Los lugares descritos por Azorín están
inmóviles, parecen eternizados por la falta de AZPEITIA, Javier (Madrid, 1962)
cambios externos, de ahí que la fugacidad se Novelista. Miembro de la Asociación Interna­
sienta m elancólicam ente en el paisaje. Su Es­ cional de Escritores Policiacos y editor, es autor
paña nace del pasado, y así la vemos emerger en de las novelas Mesalina. Domina Cutis Ut Lepra
cada página, en cada cuadro im presionista, de (1989), Francisco de Quevedo, acariciad la
quien es uno de los grandes autores que ha dado tumba y monumento (1990), Hypnos (1997), que
nuestra literatura. Además de las ya m enciona­ obtuvo el Premio Hammett Internacional conce­
das, deben destacarse obras como Los hidalgos dido por la Semana Negra de Gijón, y el Lengua
(La vida en el siglo xvii), reeditada en 1900 como de Trapo, y Ariadna en Naxos (2002), una obra
El alma castellana (1600-1800), su primer libro en la tradición de autores como Yourcenar, Ro-
maduro, la trilogía form ada por La voluntad bert Graves o Roberto Calasso, que, cambiando
(1902), A ntonio Azorín (1903), personaje cuyo registro respecto a su obra anterior y adentrán­
apellido le servirá como seudónimo definitivo a dose en la mitología trata de reflexionar sobre los
nuestro autor, y Confesiones de un pequeño filó ­ problemas del individuo, y lo hace sin erudicio­
sofo (1904), así como La ruta de don Quijote nes excesivas, sin convertirlo en un libro para en­
(1905) y La Andalucía trágica (1905), textos tendidos, pero con una prosa elegante y sin arti­
cuyo origen está en las crónicas que hubo de es­ ficios, que si bien no rehuye la complejidad
cribir por encargo de El Imparcial, y que le su­ argumental resulta un libro de lectura fácil. Asi­
pusieron una nueva expulsión de un diario. En mismo, ha publicado una antología temática de
1909 publica España, y partir de 1910 com ien­ poemas de Góngora*, Lope de Vega* y Que­
zan a aparecer sus ensayos más célebres, tales vedo*, Poesía barroca (1996).
como C astilla (1912), Lecturas españolas
(1913), Clásicos y m odernos (1913), obra en la AZÚA, Félix de (Barcelona, 1944)
que acuña el concepto de Generación del 98, Los Novelista, poeta y ensayista. Doctor en Filoso­
valores literarios (1914), A l margen de los clási­ fía, es profesor de Estética en la Escuela de Ar­
cos (1915), El licenciado Vidriera (1915), Rivas quitectura de Barcelona, así como colaborador
y Larra (1916), Un pueblecito: Riofrío de Avila en diferentes periódicos, entre ellos El País. Des­
(1916), Entre España y Francia (1917), El p a i­ tacado poeta, a quien Josep Maria Castellet* in­
saje de España visto p o r los españoles (1917), cluyó en su Nueve novísimos poetas españoles
Fantasías y devaneos (1920) y Los dos Luises y (1970), y que abandonó la poesía por no conside­
otros ensayos (1921) y Una hora de España rarse a sí mismo a la altura de un gran poeta, es
(1924). Tras esta etapa teórica dedicada al en­ conocido como novelista. Autor de una poesía in-
sayo, aparecen sus novelas Don Juan (1922), telectualizada y experimental, debe su celebridad,
Doña Inés (1925) y Félix Vargas (1928), en la no obstante, a novelas en las que predomina tam­
que despunta un cierto afán renovador. Españo­ bién un cierto intelectualism o no exento de un
82
AZUAR

pesimismo cargado de ironía y sarcasmo, a veces sus ensayos deben destacarse: Baudelaire
humor descarnado, filtros a través de los cuales (1979), La paradoja del primitivo (1983), Vene­
afronta diversos conflictos sociales intentando cia de Casanova (1990), los artículos que se reú­
una visión no realista, pero real, de diferentes nen en el volumen Lecturas compulsivas. Una
épocas y situaciones socioculturales. Son sus poe­ invitación (1998), en los que repasa sus filias y
marios: Cepo para nutria (1968), El velo en el fobias literarias, siempre con la destreza del lec­
rostro de Agamenón (1970), Edgar en Stephane tor agudo y culto que es, los artículos de Salidas
(1971), Lengua de cal (1972), Pasar y siete de tono (Cincuenta reflexiones de un ciudadano)
canciones (1977), Poesía (1968-1978) (1979), (1998) y La invención de Caín (1999), donde
VII poemas de la farra (1981) y Farra (1983), a reúne diferentes textos que tienen como eje co­
los que hay que añadir la última reunión hasta la mún el tema de la ciudad y su deshumanización.
fecha: Poesía (1968-1988) (1989). Dedicado
desde entonces a la narrativa y el ensayo, desta­ AZUAR, Rafael (Elche, Alicante, 1 9 2 ]-Alicante,
can novelas como Las lecciones de Jena (1972), 2002)
Las lecciones suspendidas (1978), Última lec­ Novelista. Rafael Azuar Carmen estudió Magiste­
ción (1981), Mansura (1984), H istoria de un rio en Alicante, dedicó gran parte de su vida a la
idiota contada por él mismo o El contenido de la enseñanza, y colaboró en numerosas publicacio­
felicidad (1986), Diario de un hombre humillado nes e instituciones relacionadas con dicha activi­
(1987), por la que recibió el Premio Herralde, y dad, así como en el diario La Verdad de Alicante.
una suerte de trilogía, a la que él mismo ha deno­ Se trató de un narrador de prosa exquisita, Entre
minado «episodios nacionales», formada por sus obras, deben mencionarse novelas como Te­
Cambio de bandera (1991), ambientada en el resa Ferrer (1954), La lucha elemental (1955),
País Vasco de la Guerra Civil, Demasiadas pre­ Los zarzales (1959), Llanuras del Júcar (1965),
guntas (1994), obra ambientada en el Madrid de Modorra (1970), galardonada con el Premio Café
los años ochenta y en la que la conciencia polí­ Gijón, Crónicas del tiempo de la Monda (1979) o
tica, el tiempo y la certidumbre de la muerte son el libro de relatos Las raíces y otros cuentos
tratados desde una perspectiva sarcástica en se­ (1971). Es autor, asimismo, de los ensayos El diá­
cuencias de estructura casi cinematográfica, y logo y los personajes en la novela (1970) y Teoría
Momentos decisivos (2000), donde se concentra del personaje literario (1987). En 2001 se pu­
en los primeros años sesenta en Barcelona. De blicó, a modo de antología, Verso v prosa.
B
BACARiSSE, Mauricio (M adrid, 1859-1931) revista Serra d ’Or y el Josep M. Llompart de la
Poeta y novelista. Catedrático de Filosofía en un Asociación de Escritores en Lengua Catalana, y
instituto y colaborador en diferentes revistas. Paradís amb lluna (1999) (Paraíso con luna).
Gerardo Diego* lo incluyó en la segunda edición
de su Poesía española contemporánea (1934). BACHILLER DE LA PRADILLA -> Véase PRADILLA,
Su poesía está influida por el Modernismo* y por bachiller de la.
Juan Ram ón Jiménez*. Además de las novelas
Las tinieblas flo rid a s (1927) y Los terribles BACHILLER DE LA TORRE -> Véase TORRE, A l­
amores de Agliberto y Celedonia (1930), de téc­ fonso de la.
nica vanguardista y galardonada con el Premio
N acional de Literatura, destacan sus poemarios BADELL, Ana María (Santander, 1932)
M itos (1929), El esfuerzo (1917) y El paraíso Novelista. Casada con el arquitecto Miguel Fisac,
desdeñado (1928). Traductor de Sófocles, Ver- estudió la carrera de Perito Agrícola y trabajó en el
laine y Heine, la Poesía completa de Bacarisse Instituto de Investigaciones Agronómicas. Colabo­
vio la luz en 1989. radora de diversas publicaciones, es autora de no­
velas como Las monjas, esas mujeres (1966), Sor
BACH, Josep-Ramón (Sabadell, Barcelona, Ada (1967), Las nuevas colegialas (1968) e Histo­
1946) ria de un perro (1969), así como de un libro de
Poeta y narrador infantil en lengua catalana. Con meditaciones infantiles titulado Jesús Niño (1955).
mucho de la imaginería surrealista, en sus versos
lo fantástico y lo real confluyen en un mundo BADIA I LEBLICH, Doménec (Barcelona, 1766-
que tiene su propia lógica, escritos siempre con 1818?)
la brevedad de lo mínimo y en una suerte de Tratadista. Conocido por el seudónimo de Ali
prosa que al autor lo ha llevado a llamarlos Bey, ocupó cargos en los reinados de Carlos III y
«cuentos mínimos». Bach se ha declarado siem­ Carlos IV. Estudió árabe en Madrid, perfeccionó
pre interesado en la poesía infantil, en usar el estudios en Londres y, en 1803, viajó a M arrue­
lenguaje para llamar la atención de los más jóve­ cos con documentos falsos, fingiendo ser un des­
nes y dotarlos de una m irada nueva y sensible cendiente directo de Mahoma. Sus viajes conti­
ante la realidad, y por eso sus versos se dirigen a nuaron después rumbo a Grecia, Chipre y Egipto,
este público. D estacan sus poem arios Lluna para llegar a La Meca como el primer europeo
fosca (1991) (Luna oscura), Viatge al cor de Li que viajaba a ese lugar. Después, vinieron Cons-
Bo (1997) (Viaje al corazón de Li Bo), Emilie tantinopla y Jerusalén y, en 1807, Rumania. Ya en
Kraufort, alumna de prim aria (1997), Ploma España, prestó sus servicios a José Bonaparte,
blanca (poesía oral africana) (1999) y Viatge motivo por el que se vio forzado al exilio, mar­
per VAfrica (2000) (Viaje p or África), transcrip­ chándose a París, donde publicaría Voyages d ’Ali-
ción de versos para niños transmitidos oralmente Bey (1814; 3 vols.), texto en el cual demuestra sus
en diferentes tribus africanas. Además de la obra conocimientos de diferentes ciencias como Botá­
teatral Almanac intermitent (Almanaque intermi­ nica, Arqueología o Etnología.
tente), estrenada en Barcelona en 1980, hay que
mencionar sus obras en prosa El mirall insobor­ BADIA I MARGARIT, Antoni María (Barcelona,
nable (1993) (El espejo insobornable), L ’ocell 1920)
imperfect (1996) — El pájaro imperfecto (2000), Filólogo. Profesor de Catalán en la Universidad
con la que obtuvo los Premios de la Crítica de la de Barcelona, de la que fue rector entre 1977 y
BADOSA

1985, recibió el doctorado honoris causa por la zada según otros patrones distintos del clasi­
Universidad de Alicante en 2002. Se trata de uno cismo. Es autor, asimismo, de una Antología de
de los estudiosos más prestigiosos de la lengua J. V. Foix (2001).
catalana, que ha defendido políticamente, así
como uno de los más solventes investigadores de BAENA, Antonio Luis (Arcos de la Frontera, C á­
las lenguas románicas. Es autor de obras clave diz, 1932)
como Gramática histórica catalana (1951), Poeta. Miembro fundador de los grupos poéticos
Gramática catalana (1962), Llengua i cultura Alcaraván, Ángaro y Cal, es autor de una poesía
ais Pa'isos Catalans (1964), Llengua i poder de carácter meditativo cuyo eje está compuesto
(1986) o los artículos recogidos en La llengua por tres elementos: el tiempo, la historia y Dios,
catalana ahir i avui, donde estudia las desventa­ y en la que se aprecian ecos del Quevedo* más
jas del catalán frente al español. m etafísico y de Antonio Machado*. Hay un in­
tento de regreso al ‘yo’, que nace de la melanco­
BADOSA, Enrique (Barcelona, 1927) lía, y en el que se conjugan fuerzas contrarias
Poeta y ensayista. Licenciado en Filosofía y Le­ como son el recuerdo y los sentimientos, ambos
tras por la Universidad de Barcelona, periodista en vectores que luchan entre el pasado y el pre­
y traductor al español de poetas catalanes como sente. Es autor de diveros poemarios, de los que
Salvador Espriu* o J. V. Foix*, ha colaborado en destacan Paso del hombre (1963), Los límites
editoriales y en diversas publicaciones periódi­ (1968), La muerte va lamiendo mis cimientos
cas. Su extensa obra poética se caracteriza, (1985) y El libro de las traiciones (1997).
aparte de por la independencia absoluta de su tra­
yectoria, por un clasicismo culturalista que, en lo BAENA, Francisco (Luque, Córdoba, 1962)
temático, emprende una investigación personal Poeta. Sacerdote, es la suya una poesía de intensa
distanciada de la realidad. El tono de sus versos espiritualidad religiosa, serena y meditativa, a me­
fluctúa de lo elegiaco a lo satírico, que de todos nudo dirigida a los jóvenes como una llamada
modos siempre ha estado presente en su obra, ecuménica, y que tiene como protagonistas a per­
usando a veces de la deformación caricaturesca sonas entregadas a los demás. Acentúa siempre la
para ofrecer reflexiones de carácter humorístico idea de sacrificio y de entrega en una poesía com­
morales. Entre sus poemarios deben destacarse: prometida con los débiles, con los desheredados;
Más allá del viento (1956), Tiempo de esperar, se trata, en fin, de una poesía ligada a su actividad
tiempo de esperanza (1959), En román paladino sacerdotal. Es autor de los poemarios: Aprendiz de
(1970), Baladas para la paz (1963), Arte poética poetas (1992), Jardinero de versos (1993), Emi­
(1968) Historias en Venecia (1971-1978), Poe­ sor del viento (1994) y Versos a lo vivo (1998).
sías, 1956-1971 (1973), Dad este escrito a las
llamas (1976), Mapa de Grecia (1979), Cua­ BAENA, Juan Alfonso de (Baena, C órdoba?,
derno de las ínsulas extrañas (1982), Cuadernos 1406-Córdoba, 1454?)
de barlovento (1986), Relación verdadera de un Poeta. Judío converso, fue escribano y copista de
viaje americano (1994), Marco Aurelio, 14 Juan II*, para quien preparó la obra por la que le
(1998), Epigramas de la Gaya Ciencia (2000) y recordam os, la conocida como C ancionero de
Parnaso funerario (2002). En 1986 recibió el Baena (véase CANCIONERO) y en la que apare­
Premio de Poesía Francisco de Quevedo, conce­ cen algunas com posiciones suyas. Sus versos
dido por el Ayuntamiento de Madrid, por su obra están repletos de datos filosóficos, literarios e
Epigramas confidenciales, editada en 1989. De­ históricos, ensartados con gran complejidad mé­
ben recordarse, asimismo, y además de una anto­ trica, lo que lo convierte en uno de los más des­
logía de la poesía medieval catalana, ensayos tacados representantes de la poética cuatrocen­
como Primero hablemos de Júpiter (1958), do­ tista castellana. Así lo podemos ver en su Dezir a
cumento importantísimo para entender en qué Juan II, incluido en el Cancionero de San R o­
consistió la polémica entre «comunicación» y mán, y en el que advierte al rey de la situación de
«conocimiento» que mantuvieron los poetas de intrigas peligrosas en que se encontraba el reino.
la conocida como escuela de Barcelona con Car­ Participó en justas literarias, propias de la Casti­
los Bousoño* y Vicente A leixandre*, Razones lla del siglo xv, donde venció a numerosos poe­
para el lector (1964) y La libertad del escritor tas, lo que, además de su lenguaje mordaz, le
(1968), además del originalísimo Epodos y odas proporcionó una larga lista de enemigos. Escri­
de Horacio (1999), en donde Badosa traduce al bió poesías dedicadas a sus amigos, entre los que
lenguaje de hoy los versos del poeta clásico, con­ se contaba don Álvaro de Luna*, bajo el título de
virtiéndolos, en gran medida, en poemas propios, «Suplicaciones», en las que se muestra más hu­
con lo que no se trata de una traducción más, milde y servil que en los versos de las disputas
sino más bien de una versión actualizada y poeti­ literarias.
85 BALBOLTÍN

BAEZA, Fernando (M adrid, 1920) de la Real Academia Española. Su poemario Do­


Narrador y ensayista. Fundó, en 1956, la edito­ lores (1884), marcado por la muerte de su esposa
rial Arión, y ha sido incluido en numerosas anto­ y la crisis religiosa que este hecho le produjo, re­
logías de relatos. Debe citarse su ensayo Pío Ba­ flexiona, melancólica y resignadamente, sobre la
roja y su mundo (1962; 2 vols.). muerte, la soledad y el amor, con versos senci­
llos que ayudaron al éxito y a las posteriores y
BAGUÉ QUÍLEZ, Luis (Palafruguell, G erona, numerosas imitaciones del libro. Publicó, ade­
1978) más, la obra Horizontes (1897) y, aparecidos
Poeta. Autor joven que sigue la estela de la poe­ postumamente, Sombras y destellos (1905),
sía de la experiencia* desde un realismo* en el Fruslerías (1906) y las Obras completas, edita­
que la mem oria y las reflexiones sobre el paso das en 1929. Como critico de arte debe señalarse
del tiempo se conjugan para dar lugar a poemas su obra Impresiones: literatura y arte (1894).
de cierto barroquismo en verso libre y largo. Es
autor del poem ario Telón de som bras (2002), BALBÍN LUCAS, Rafael de (Alcañices, Zamora,
ganador del Prem io de Poesía Joven A ntonio 1910)
Carvajal. Poeta y ensayista. Estudió Derecho y Filosofía y
Letras en las universidades de Valíadolid, Valen­
BAIXERAS, José A. (Tarragona, 1927) cia, Madrid y Zaragoza. Catedrático de Gramá­
Narrador en lengua catalana. De entre sus libros tica Española en la de Madrid, fue director de las
de relatos destacan Perqué sí (1957), Calipso publicaciones del Consejo Superior de Investiga­
(1960) y Perqué no (1960), con el que obtuvo el ciones Científicas y de la Enciclopedia Lingüís­
Premio Víctor Catalá. De sus novelas, debe men­ tica Hispánica. Publicó, además de un libro de
cionarse L ’anell al dit (1964). romances, Romances de Cruzada (1941), el poe­
mario Dios con Dios (1951), y editó el Arte poé­
BAIXERAS, Xavier -» Véase RODRÍGUEZ BAI­ tica de Sánchez de Lima* y las Obras de Anasta­
XERAS, Xavier. sio Pantaleón de Ribera*. Es autor de Acerca de
la rima (1955) y de un Sistema de rítmica caste­
BALAGUER I CIRERA, Víctor (Barcelona, 1824- llana (1975).
M adrid, 1901)
Poeta, dram aturgo e historiador. Político p ro ­ BALBO, Lucio Cornelio (Cádiz, siglo I a. de C.)
gresista que contribuyó a la restauración de los Conocido también como Balbus Maior, perte­
Jocs Floráis en 1859, fue uno de los miembros neció a una familia a la que Pompeyo el Grande
destacados de la Renaixenga. Tuvo que huir a concedió la ciudadanía romana en el 72 a. de C.
Francia y, tras la R evolución de 1868, ya en Marchó a Roma, donde fue adoptado por Teófa-
M adrid, ocupó im portantes cargos políticos. nes de M itilene y nombrado administrador por
Destacan en su obra títulos como Historia de la César. Fue acusado de usurpador del poder, lo
Corona de Aragón (1860-1863; 3 vols.) e H is­ que dio origen al discurso Pro Balbo de Cice­
toria po lítica y literaria de los trovadores rón. En el 40 a. de C. se convirtió en el primer
(1878-1879; 6 vols.), en las cuales su talante cónsul no romano y, durante las guerras civiles,
romántico le lleva a ceder, frente al rigor histó­ se alió con César y O ctavio contra Pompeyo.
rico, ante la leyenda. De su obra dramática, es­ Varios textos le han sido atribuidos, entre ellos
crita en catalán y en español, además del título las Efemérides sobre la vida de César, las Lus-
más importante, Los Pirineos (1893), deben re­ traciones y una correspondencia mantenida con
cordarse Pepín el jorobado (1838), Enrique el Cicerón.
D adivoso (1843), Juan de Padilla (1846), Els
bandolers catalans o el ball d ’en Serrallonga BALBOA, Silvestre de (Las Palmas de Gran Ca­
(1858) y Les esposalles de la morta (1879). Fue naria, 1563-Puerto Príncipe, Cuba, 1648)
autor de una antología de poetas catalanes, Los Prosista. Conocido fundamentalmente por una
trobadors moderns (1859), y de poemas en Lo obra, Espejo de paciencia, escrita hacia 1608, en
trobador del M ontserrat (1861) y Esperances i la que se cuenta hábil e imaginativamente la lu­
records (1866). cha de los españoles contra los piratas luteranos,
y en la que se ve la influencia de Horacio, Virgi­
BALART, Federico (Pliego, M urcia, 1831-M a­ lio, Tasso y Ariosto.
drid, 1905)
Poeta. D iputado dem ócrata en las Cortes de la BALBOLTÍN, José Antonio (Madrid, 1893-1977)
Primera República, de joven publicó utilizando Poeta, narrador, dramaturgo y ensayista. P olí­
los seudónimos Nadie y Cualquiera. Crítico lite­ tico y director, entre 1927 y 1928, de la revista
rario y de arte y, en 1891, fue elegido miembro Post-Guerra, tras la Guerra Civil marchó al exi­
BALBUENA

lio en Londres. Tanto sus poemarios Inquietu­ BALLESTEROS, Mercedes (Madrid, 1913-?, 1995)
des (1925) y Romancero del pueblo (1931) Novelista, dramaturga y ensayista. Licenciada en
como su novela El suicidio del príncipe A riel Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid,
(1929) tienen un profundo carácter político. ejerció el periodismo en la prensa madrileña. De
Otras obras suyas son la pieza teatral ¡Aquí su obra narrativa, definida por un humor sutil de
manda Narváez! (1936), la autobiografía La Es­ gran lirismo, deben destacarse sus novelas
paña de mi experiencia (1952) y los ensayos Eclipse de tierra (1954), La cometa y el eco
¿Dónde está la verdad? (1967), A la busca del (1967), Taller (1960), Mi hermano y yo por esos
Dios perdido (1969) y Reflexiones sobre la no mundos (1962), La sed (1965), El chico (1967) y
violencia (1973). Pasaron por aquí (1985). De entre sus ensayos
hay que citar títulos como Vida de la Avellaneda
BALBUENA, Bernardo de (Valdep eñas, Ciudad (1949), Así es la vida (1953), Este mundo (1955)
Real, 1561-San Juan ae Puerto Rico, 1627) y El personal (1975). Otras obras, estas teatrales,
Poeta. Tras marchar a México muy joven, a los son la comedia Quiero ver al doctor, escrita en
tres años, hizo los estudios eclesiásticos y se con­ colaboración con su marido, el escritor Claudio
virtió en abad de Jamaica en 1608, viajo a España, de la Torre*, Una mujer desconocida, Las mari­
en 1606 obtuvo el doctorado en Teología por la posas cantan y Lejano pariente sin sombrero.
Universidad de Sigüenza y fue obispo de Puerto Recibió premios tan im portantes como el N o­
Rico desde 1623 hasta su muerte. Gran parte de vela del Sábado, el M atías M ontero de P erio­
su obra se perdió en el incendio de su biblioteca a dismo, Correo Literario de Cuentos, el María de
consecuencia del ataque de los holandeses a San Molina del Ateneo de Valladolid, el Tina Gaseó
Juan de Puerto Rico en 1625. Siendo coetáneo de y el Álvarez Quintero de la Real Academia Es­
Calderón de la Barca*, de Quevedo* y de Gón- pañola.
gora*, casi la totalidad de su actividad literaria se
desarrolló en M éxico, lo que ha contribuido a BALMES URPIÁ, Jaime (Vich, Barcelona, 1810-
sumirlo en un injusto olvido entre los autores del 1848)
Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO). Fue autor de Filósofo y ensayista. Estudió en el seminario de
El Bernardo o Victoria de Roncesvalles, largo su ciudad natal y en la Universidad de Cervera.
poema de cuarenta mil versos en octavas reales y Tras ordenarse como sacerdote fue catedrático
veinticinco cantos en el que, con gran lujo verbal, de M atem áticas y participó activam ente en la
se narra la leyenda de Bernardo del Carpió* entre política. Fue director de revistas como La Civi­
alegorías, hechicerías y recuerdos clásicos, con un lización, La Sociedad o El Pensam iento de la
resultado más narrativo y descriptivo que épico. Nación y miembro de la Real Academ ia Espa­
Las fuentes del texto están en Homero, Virgilio, ñola. Su obra la componen numerosos artículos
Dante, el Romancero* o Barahona de Soto* y sobre religión, diversos asuntos sociales, filosó­
Luis Zapata de Chaves*. El poema, barroco y de ficos y políticos, además de libros de especial
gran m usicalidad, form alm ente asom broso y im portancia en la historia de la filosofía espa­
de agradable amenidad, aunque escrito, según con­ ñola. En ellos se aprecia su formación religiosa
fesión del propio autor, en la juventud, no se pu­ y la influencia escolástica, además de la de D es­
blicó hasta 1624, fecha en que apareció en Madrid. cartes o Leibniz. Sus planteamientos están guia­
Otras obras son Grandeza mexicana (México, dos por el sentido común, a veces marcados por
1604), a la que iba unido un Compendio en ala­ un sostenido eclecticismo que no duda en armo­
banza de ¡a poesía, poema descriptivo en tercetos nizar el pensam iento tradicional cristiano con
que denota influencia italiana, y Siglo de Oro en las los avances de la ciencia. Su estilo, con un ma­
selvas de Erifile (Madrid, 1607), novela pastoril, nejo del español tintado de matices catalanes,
terminada en 1580 o 1585, que recoge églogas de tiende, a veces, hacia un romanticismo patente
gran valor lírico. Recientemente la Diputación en ciertas metáforas retóricas propias del m o­
de Ciudad Real recuperó sus textos en una antolo­ mento. De su producción deben citarse títulos
gía de versos, 43 poemas en total, titulada Poesía como El protestantismo comparado con el ca­
lírica (2000). tolicismo en sus relaciones con la civilización
europea (1844), una réplica a la Histoire de la
BALCELLS, Nuria -» Véase PARES, Nuria. civilisation en Europe del protestante G uizot,
El criterio (1845), obra muy leída en la que im­
BALDASANO, José María (1947) pera la lógica del buen sentido que, así, hace de
Narrador. Autor de la novela El enigma del pin ­ la misma un manual de moral práctica, Cartas
tor (1998), obra de intriga en la que no renuncia a un escéptico en materia de religión (1846),
al humor. Ha publicado, asimismo, la novela ju ­ Filosofía fundam ental (1846), su obra más am ­
venil La leyenda del mariscal Houdinot (2000). biciosa, en la que trata de enmendar los avances
87 BÁÑEZ

del racionalism o, Escritos p o lítico s (1847), y El español más amante y desgraciado Macías.
Filosofía elemental (1847) o Pío IX (1847). Sus Otras obras son Quién es quien premia el amor,
Obras completas fueron editadas en 33 volúme­ El esclavo en grillos de oro (1693), obra que lo
nes entre 1925 y 1927 y, posteriorm ente, en condujo a un exilio de tres años, y la comedia
1948-1950, por la Fundación Balmes en 8 vo­ costumbrista El duelo contra su dama (1782).
lúmenes. Destacan también sus autos El gran químico del
mundo, Las mesas de la fortuna y El prim er
BALZOLA, Asun (Bilbao, 1942) duelo del mundo, en los que sobresale la altura
Narradora e ilustradora. Estudió pintura y gra- en el tratamiento de los temas, acaso debida a su
fismo en la A cademia de Bellas Artes de San formación teológica.
Femando de Madrid, llegando más tarde a ganar
la Manzana de Oro en la Bienal Internacional de BANDERA, Magda (Sant Boi de Llobregat, Bar­
Bratislava en 1985 y 1987. Ha hecho incursiones celona, 1970)
en el mundo de la publicidad y del diseño grá­ Narradora. Periodista y viajera, ha seguido nu­
fico. Se trata de una escritora cuya narrativa se merosos conflictos bélicos en el mundo, incluido
interesa por la mirada de los niños, por su viven­ el más reciente en Irak en marzo de 2003. Se
cia de la realidad, por sus miedos y obsesiones, trata de una mujer comprometida y solidaria. De
por su soledad. Todo ello aparece en una narra­ estilo ágil y dinámico, sin mayores pretensiones,
tiva de corte memorialístico y costumbrista, do­ aunque con enorme humanidad, es autora de una
tada de un lenguaje delicado y espontáneo. Son primera novela que, en realidad, responde a las
numerosísim as las obras ilustradas por ella: características de libro de viajes: El síndrome de
cuentos de Carmen Conde*, el Platero y yo, de Estocolmo (1999). Posteriormente publicó Hijos
Juan Ramón Jiménez*, cuentos de Bernardo At- de la guerra. La vida cuando callan las bombas
xaga*, de Sierra i Fabra*, etc. Destacan, entre y los micrófonos (2002), un libro en que recopila,
sus muchas novelas ilustradas por ella misma: además de cartas, sus experiencias en Serbia,
Historia de un erizo (1978), Los zapatos de Mu- Irak o Cuba y en el que da cuenta, con crudeza y
nia (1983), Munia y la señora Piltronera (1984), rigor, de las diferentes posguerras, del estado de­
La cazadora de Indiana Jones (1989), Historia solado de las personas, enfermedades, efectos se­
de Niño (1990), Por los aires (1991), Txoriburu, cundarios de las bombas, etcétera.
cabeza de chorlito (1998), Simonetta, Siena y
oro (2000). BANQUERI, José Antonio (G ranada, 1745-
1818)
BANCES CANDAMO, Francisco Antonio de Tratadista. Este franciscano, prior de la catedral
(Avilés, A sturias, 1662-Lezuza, A lbacete, de Tortosa y secularizado posteriormente, fue un
1704) gran arabista que trabajó en la Biblioteca Real y
Dramaturgo. Quizá el último de los comediógra­ ocupó un sitio en la Academia de la Historia. Uti­
fos del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), es­ lizó el seudónimo de Josep Suárez de Toledo y
tudió Leyes, Filosofía y Derecho Canónico en publicó con él, en 1783, la Defensa de la Histo­
Sevilla y ocupó diversos cargos en la Corte. Su ria literaria de España, de los hermanos fray Pe­
prim era obra docum entada se representó en la dro y fray Rafael Rodríguez Mohedano*. Dejó
celebración del cumpleaños del emperador: Por varios libros sobre filología árabe y la traducción
su rey y p or su dama (1685). Como teórico escri­ anotada del Libro de Agricultura de Ebn El-
bió, en réplica a las críticas llevadas a cabo por Awam.
el jesuíta Ignacio Camargo contra las comedias,
Theatro de los theatros de los pasados y p re­ BÁÑEZ, fray Domingo (Medina del Campo, Va­
sentes siglos (1689, 1692 y 1694), obra en la que lladolid, 1528-1604)
aporta datos de gran interés para el estudio de la Teólogo. Dominico y discípulo de Melchor
comedia y de su historia; en ella analiza cuestio­ Cano*, fue consejero y confesor de santa Te­
nes como el decoro, entre otras, con una ampli­ resa*, que compuso por su influencia el Camino
tud de criterios que la han convertido en una obra de perfección. Ocupó, además, una cátedra en la
fundam ental de la crítica teatral de su siglo. En Universidad de Salamanca. Es famoso por su
1720 se publicaron sus Obras líricas, en las cua­ controversia con los molinistas — seguidores de
les se aprecia un fino gongorismo en el que impe­ las ideas de Miguel de M olinos*— , conocida
ran las imágenes. Sus Obras dramáticas (1722; como De auxiliis, que se prolongó desde 1588
2 vols.) son tanto calderonianas — La piedra f i ­ hasta 1607, fecha en que el papa Pablo V prohi­
losofal, considerada una continuación de La vida bió la discusión, la cual se centró en el problema
es sueño— como continuadoras del teatro de de la gracia, la salvación y el libre albedrío. La
Lope de Vega*, así El sastre del Campillo (1729) postura de Báñez apuntaba a que la gracia era un
BAQUERO

don de la predestinación, y que la salvación no psicológicos, los elementos inquietantes del diá­
dependía de la voluntad humana; los molinistas logo y la repentina irrupción de la felicidad en un
lo acusaron de acercarse a la herejía calvinista, abismo. Es autor de las novelas El hueso que más
mientras Báñez acusaba a sus enemigos de hacer duele (1997), galardonada con el Premio Ramón
lo propio respecto de la herejía pelagianista. La J. Sender, y La hermana de Katia (2001), con la
discusión, a pesar de la prohibición papal, se pro­ que quedó finalista del Premio Herralde, a las
longó hasta finales del siglo xvn. que hay que añadir La recta intención (2002),
conformada por tres nouvelles y un cuento.
BAQUERO, Domingo (Madrid, 1966)
Novelista. Recurriendo a la memoria y a la BARBAL, Mario (Tremp, Pallars Jussa, Lérida,
recreación de la Guerra Civil, Baquero demostró 1949)
en su primera novela, M atilde Borge, aviador Novelista en lengua catalana. Estudió Filología
(2003), una enorme capacidad para recrear la mi­ Hispánica y en la actualidad es profesora de en­
rada atónita e ingenua de la infancia, así como señanza secundaria. Perteneciente a la nueva li­
sus dotes narrativas para la construcción de un teratura catalana, pero adscrita a la corriente que
personaje. no renuncia al pasado histórico y literario, en sus
obras hay una profunda intensidad emocional y
BARAHONA DE SOTO, Luis (Lucena, Córdoba, un gusto casi lírico por la reflexión sobre ese es­
1547/1548-Antequera, Málaga, 1595) pacio de silencio que teje la realidad y el pen­
Poeta. Discípulo del humanista Juan de Vilches, samiento. Es autora de las novelas Pedra de
estudió en Granada, O suna y Sevilla, y llegó a tartera (1985), de corte rural, y cuyo éxito — re­
ser un médico célebre, profesión que ejerció en cibió los Premios Joaquim Ruyra y Creixells y
Archidona y Antequera. Mantuvo relaciones li­ de Literatura Juvenil de la Generalitat de C ata­
terarias y de amistad con Hernando de Acuña*, lunya— llevó a realizar una traducción en espa­
Hurtado de M endoza*, Gregorio Silvestre* y ñol, Canto rodado (1995), La m ort de Teresa
Fernando de Herrera*. Su obra más importante (1986), M el i metzines (1990), Cámfora (1992),
es el largo poema épico titulado Las lágrimas de con la que obtuvo el Premio Nacional de Litera­
Angélica (Granada, 1586), que recrea el episo­ tura Catalana, el de la Crítica y el de la Crítica
dio de Angélica y Medoro del Orlando furioso, Serra d ’Or, y que se tradujo al español, Alcan-
de Ariosto, y que fue elogiado por Cervantes* fort, en 1998, Escrivia cortes al cel (1996), Barí
en el Quijote* Su poesía lírica inicia el camino (1998) y Carrer Bolívia (1999), a los que hay
hacia el gongorismo con Égloga de las hama- que añadir el libro de relatos largos Ulleres de
driades, de gran delicadeza y elegancia, italiani­ Sol (1994).
zante y de gusto clásico, mientras que en Fábu­
las de Vertumno y de Acteón adapta con métrica BARBERO, David (Grijalba, Burgos, 1944)
tradicional a Ovidio. Otras obras en verso son Dramaturgo. Licenciado en Filosofía y Letras y
Elegía a la muerte del rey don Sebastián y Ele­ Periodismo por la Universidad Complutense de
gía a la muerte de Garcilaso. En prosa destacan M adrid. Profesor universitario y libretista de
Los diálogos de la montería, uno de los textos obras musicales, es director de los Servicios In­
importantes sobre la caza de la literatura espa­ formativos de Euskal Telebista, para los que ha
ñola. Sus Obras, que permanecieron inéditas, se dirigido y presentado los programas de informa­
publicaron, en 1903, de la mano de Rodríguez ción diaria Teleberri y diferentes programas de
Marín*. debate, además de escribir guiones y realizar
para la televisión una historia del teatro vasco.
BARBA, Andrés (Madrid, 1975) Fundador y director del diario El Mundo del País
Narrador. Se trata de uno de los escritores recien­ Vasco, así como fundador y redactor jefe de Deia
temente llegados al mundo literario, al cual la y redactor de El Correo, de Bilbao, ha sido co­
crítica ha situado en la estela de Alvaro Pombo*, rresponsal de varias revistas. Además, fue funda­
no solo porque este haya sido en cierto modo su dor de la Facultad de Ciencias de la Información
padrino, sino porque reproduce sus modos litera­ de la Universidad del País Vasco, de la que es
rios y en sus páginas se deja sentir la estela de in­ miembro de la Junta Rectora. De sus muchas
fluencia tanto de la naturalidad narrativa de obras, gran parte aún sin estrenar, destacan: Un
aquel como su «poética del bien», como la ha lla­ hombre muy enamorado (1992), La vida impo­
mado Ignacio Echevarría. Barba demuestra, no sible de M arilyn (1996) y Gambito de dama
obstante, capacidad para el monólogo y la com­ (1996; 2000), en la que se ocupa de la figura del
binación del relato indirecto con la primera per­ ajedrecista José Raúl Capablanca y de quien lo
sona, pero sobre todo un gran dominio de la ter­ derrotó, A lexander A lekhine, ahondando en la
cera. Son comunes en sus obras ciertos rasgos personalidad de ambos a través de los enfrenta­
BAREA

mientos que vivieron en Buenos Aires. Ha mere­ gaño de las emociones, el paso del tiempo. Es
cido premios tan importantes como el Calderón autor, en fin, de versos breves y cortantes por lo
de la Barca y el Premio del Gobierno Vasco, am­ que se refiere al lenguaje, no exentos de lirismo,
bos en 1990, así como un accésit del Lope de pero con tendencia a lo concreto, a la desespe­
Vega en 1986. ranza escéptica de la vida. Se le deben, además
de un libro de cuentos titulado Cuentos para ni­
BARCELÓ, El¡a (Alicante, 1957) ños que nunca fueron... (1985), poemarios como
Narradora. Profesora de Hispanística en la Uni­ Piedra quejida (1975), Versounverso (1979),
versidad de Innsbruck, Austria, es quizá la autora 14 X 14 sonetos (1980), Del Burgos desungido
más importante de ciencia-ficción en España. En (1980), Libro blanco para la paz (1982), Mar-
sus obras destaca la capacidad para crear intrigas yando el mar (1984), Zoosígnica (1985), Escri-
y mezclar géneros, siempre jugando con los re­ bituras (1986), Castilla bría y umbría (1986), El
cursos de una tram a que mantiene al lector en animalario estrafalario (1986),... Y Sevilla, Sevi­
suspenso hasta el final. Además de diferentes no­ lla (1987), ¡Lluvia! (1987), Popular (1987), Ine­
velas cortas y de relatos incluidos en volúmenes vitablemente, amar (1987) y Poemas a lápiz
colectivos, es autora de obras como Sagrada (1999). Ha publicado, asimismo, A ntonio M a­
(1989), El mundo de Yarek (1994) y Consecuen­ chado: Juan de Mairena (Antología) (2000) y el
cias naturales (1994), así como de numerosos ensayo Luis Cernuda a verso y pincel (2002), en
cuentos del mismo género; destaca también por el que se incluye un disco compacto con el título
una novela negra: El vuelo del Hipogrifo (2002), Cernuda en la mirada.
que no obstante recurre a la ciencia-ficción, aun­
que también a las novelas de caballerías o al fo­ BARCO DE CENTENERA, Martín (Logrosán, Cá-
lletín*. Es autora, asimismo, de novelas para jó ­ ceres, 1544-1605)
venes, como El caso del artista cruel (1998), de Poeta épico. Estudió en Salamanca y marchó a
corte policiaco y con la que obtuvo el Premio de Paraguay, país en el que, además de trabar amis­
Literatura Juvenil Edebé. tad con fray Luis de Miranda*, se convirtió en
arcediano de la catedral de Asunción. Es autor de
BARCELÓ, Miquel (M atará, Barcelona, 1948) una obra pobre y en exceso didáctica. Influida
Narrador. Científico prestigioso, es ingeniero por el Romancero elegiaco del mencionado fray
aeronáutico y catedrático de Inform ática en la Luis, debe destacarse su Argentina y conquista
Universidad Politécnica de Cataluña, en Barce­ del Río de la Plata, con otros acaecimientos de
lona. Especialista en ciencia-ficción, dirige una los reinos del Perú, Tucumán y estado del Brasil
colección editorial que publica este tipo de li­ (1602), importante documento histórico que fue
bros, es impulsor de un certamen que los premia, muy leído, aunque combina hazañas vividas a su
de una guía de lectura que los explica y colabora llegada con hechos anteriores de los que cabe
con El País en su sección «Ciberpaís». De sus dudar.
novelas sobre el asunto, que respetan todos los
cánones del género, destaca El otoño de las es­ BARDEM, Carlos (Madrid, 1963)
trellas (2001), escrita a dos manos con Pedro Narrador. Miembro de una de las más destacadas
Jorge Romero y en la que se escuchan los ecos familias del cine español, y director y guionista
de maestros como A rthur G. Clarke o Hal Cle- de cine él mismo, es licenciado en Historia y di­
ment, entre otros. Es autor, asimismo, de libros plomado en Relaciones Internacionales. Debutó
divulgativos sobre ciencia, entre los que destaca en la narrativa con la novela Muertes ejemplares
Paradojas: ciencia en la ciencia-ficción (2000), (1999), que recibió una mención especial del ju ­
con el que obtuvo el Premio Ignotus al mejor li­ rado del Premio Nadal. En ella arriesga m ez­
bro de ensayos. clando la novela histórica con un relato absoluta­
mente actual a través de la vida y las angustias
BARCELONA, Grupo de -»Véase GENERACIÓN de un estudiante de historia que encuentra una
DEL 50. llamada de auxilio de un soldado de los Tercios
de Flandes del siglo xvn. Posteriormente, re­
BARCO, Pablo del (Burgos, 1943) gresó a la narración con Buziana o el peso del
Poeta. Profesor de Literatura en la Universidad alma (2002), galardonada con el Premio Des-
de Sevilla, fue prom otor a m ediados de los se­ tino-Guión.
senta de una poesía de vanguardia (véase VAN­
GUARDISMO) basada en la experimentación. Ul­ BAREA, Arturo (Badajoz, 1897-O xfordshire,
teriorm ente, su poesía fue derivando hacia la Reino Unido, 1957)
cotidianidad, en la cual contem pla con m inu­ Novelista. Nacido en Extremadura, este madri­
ciosa melancolía los síntomas del desamor, el en­ leño de adopción y de origen humilde — era hijo
BARGA 90

de una lavandera— fue criado por unos parientes español, y Unamuno (1952). A todo ello hay que
ricos y tuvo una formación autodidacta. Co­ añadir Palabras recobradas. Textos inéditos,
menzó a escribir en 1938, cuando ya llevaba al­ obra de recopilación, aparecida en 2000, que in­
gunos meses exiliado en Londres, adonde se ha­ cluye cartas, comentarios políticos y textos de di­
bía marchado como consecuencia de la Guerra versa índole.
Civil y en donde ejerció el periodismo y la crí­
tica literaria. Su nombre llegó a sonar para el No­ BARGA, Corpus -»Véase CORPUS BARGA.
bel y, por tanto, despertó el interés de numerosas
publicaciones, que esperaban lo que tuviera a BARGIELA, Camilo (Tu/, Pontevedra, 1864-Ca-
bien enviarles para publicar. Aparte de su talante sablanca, Marruecos, 1910)
político y ético, claramente republicano y socia­ Narrador y dramaturgo. Este abogado y diplomá­
lista, hay que destacar el literario, que sigue la lí­ tico, bohemio de fin de siglo en Madrid, además
nea trazada por Pérez Galdós* y Pío Baroja*, de colaborar en la prensa de la época es autor de
llegando a extrem os de realism o* que tocan, un im portante libro de relatos, Luciérnagas.
en realidad, con el relato de la experiencia perso­ Cuentos y sensaciones (1900), dividido en dos
nal, de la cual se desgajan sus páginas como epi­ partes, en la primera de las cuales quedan claros
sodios de su propia vida. De tal suerte, su obra los principios estéticos finiseculares, mientras
más que literatura en sí, que ficción interpreta­ que en la segunda ofrece diferentes retratos de
ble, es documento sociológico, histórico. Es un autores del momento bajo el título de «M oder­
trozo de realidad, una fotografía en la que se nistas y anticuados». Escribió, además, dos obras
aprecia todo el costumbrismo*, el tipismo, la de teatro en colaboración con Miguel Salcedo y
imagen que da noticia de lo que ocurre, de una Alfonso Tobar, La boquilla de ámbar (1891) y
época. Lo primero que Barea publicó fue un li­ Florín quince principal (1896). Tradujo, entre
bro de cuentos, Valor y miedo (1938), relatos bé­ otros, a Gorki y Tolstoi.
licos concebidos para servir a la República y que
tienen la misma característica que los que, junto BARJA, César (Guitiriz, Lugo, 1892-Los Á ng e­
a estos y en realidad a toda su obra, conforman el les, California, 1952)
volumen postumo, preparado por el propio autor, Ensayista y poeta. Fue profesor de la Universi­
El centro de la pista (1960), es decir, el realismo dad de California, adonde marchó muy joven.
puro, tanto que, como ha escrito Andrés Trapie- Aunque es autor de libros de poemas como Ro­
11o*, dan cuenta de alguien con «una incapacidad sas >’ espinas místicas (1921). deben citarse, so­
natural para la fabulación, para la ficción y la bre todo, sus ensayos de crítica literaria: Litera­
m oraleja», en el sentido de que son tan reales, tura española: libros y autores clásicos (1923),
tan sacados de la vida misma, de su propia bio­ Literatura española: libros y autores modernos
grafía, que más parecen un recuento personal de (1924), En torno al lirismo gallego del siglo XIX
experiencias que un ejercicio literario. Todos sus (1926) y Literatura española: libros y autores
relatos se editaron en Cuentos completos (2001). contemporáneos (1935), donde se centra en figu­
Fue entre 1941 y 1946 cuando apareció la ver­ ras como Unamuno*, Angel Ganivet*, Baroja*,
sión inglesa, traducida por lisa, su mujer, de La Azorín* y Ortega y Gasset*, entre otros. No con­
forja de un rebelde, obra admirada por Orwell y viene olvidar una recopilación de conferencias,
Dos Passos, entre otros, y que, tras diferentes tra­ editada en Nueva York en 1923, titulada Rosalía
ducciones al holandés, sueco, polaco, italiano, de Castro.
francés, finlandés, checo y noruego, vio la luz
por fin en español en 1951 en Argentina (en BARJA, Juan (La Coruña, 1951)
2000, se publicó la que se considera edición de­ Editor y poeta. Coeditor de la revista Sileno. Au­
finitiva del texto). Se trata de una trilogía, na­ tor en cuyos versos se aúnan las reflexiones de
rrada en primera persona, com puesta por La corte filosófico con metáforas altamente simbó­
forja, La ruta y La llama; en el primer volumen licas en un uso más que frecuente del soneto.
se narra la vida del autor en su infancia popular Destacan sus poemarios Equilibrio del día
madrileña en el cambio de siglo, mientras que el (1980), Horizonte de entrada (1983), El fuego y
segundo nos presenta la guerra de M arruecos y la ceniza (1987), Las estaciones (1991) y Viaje
el tercero se centra en el transcurso de la Guerra de invierno (1998), muy ligado al Winterreise, de
Civil en Madrid. De nuevo en inglés, en 1952, Schubert.
aparece La raíz rota, que no será publicada en es­
pañol hasta 1955, en la que se narra el difícil re­ BARNÉS SALINAS, Domingo (Sevilla, 1879-
greso de un exiliado a su patria. No deben olvi­ M éxico, D.F., 1940)
darse sus ensayos Lorca, el poeta y su pueblo, Ensayista. Profesor en la Escuela Superior de
editado primero en inglés y después, en 1956, en Magisterio y ministro con la República, colaboró
91 BAROJA Y NESSI

con la Institución Libre de Enseñanza. Como pe­ bló amistad profunda con Maeztu* y, sobre todo,
dagogo explico sus teorías en obras como: E s­ con Azorín*. Muy importante es saber el con­
cuelas al aire libre (1917), Ensayos de pedago­ cepto de novela que tiene Baroja — al cual pode­
gía y filo so fía (1921), P aidología (1923), La mos acceder en diferentes textos, de manera es­
educación de la adolescencia (1930) y La salud pecial en el prólogo a La nave de los locos— ,
del espíritu del niño (1932). que, para él, es reflejo de la vida, y, como esta,
debe ser abierta y caber todo: empieza y acaba
BARÓ, Teodoro (Figueras, Gerona, 1842-Mal- sin previsiones y de igual forma se desarrolla. En
grat, Barcelona, 1916) sus textos, esto se traduce en la ausencia, en mu­
Narrador. Colaborador de numerosas revistas, di­ chos casos, de personajes centrales y en la cons­
rector de La Crónica de Cataluña, diputado y trucción del texto en episodios dispersos. La ma­
gobernador, publicó novelas como La aldea de yoría de sus personajes son rebeldes aislados,
San Lorenzo (1878) y En la costa (1906). Entre pero carentes de fuerza para luchar y, por tanto,
sus libros de relatos destacan El buen maestro frustrados y aplastados por el sistema. En defini­
(1885), Veladas de invierno (1885), Cuentos y tiva, lo que hacen los personajes barojianos es
novelas (1887), Tesoros del corazón (1892), traducir la visión pesimista del mundo que tiene
Cuentos del Ampurdán (1896), Cuentos del ho­ su autor, su escepticismo y la falta de fe en el
gar (1897) y La tierra catalana (1905). hombre, por lo que resultan ser feroces indivi­
dualistas, aunque la atención de Baroja no renun­
BAROJA, Carmen (Pamplona, 1883-M adrid, cia a centrarse en estos seres desvalidos, vícti­
1950) mas de la injusticia y de la crueldad, y a ellos
Narradora. Hermana de Pío Baroja* y de Ricardo presta su interés y ternura literarias. Sus novelas
Baroja* y madre de Julio Caro*, se trata de un se construyen en torno a la acción, a la aventura
personaje casi desconocido a quien, sin embargo, de sus personajes, que van y vienen, y esta
debemos un libro de memorias titulado Recuer­ acción es la que sirve para desplazar la idea de
dos de una mujer de la generación del 98 (1998), un lugar a otro del texto y que la acción esté al
cuya publicación se debió a la pasión y tenaci­ servicio de ella. De su estilo narrativo puede de­
dad de la estudiosa Amparo Hurtado, que rescató cirse que abundan los solecismos y un antirreto-
el manuscrito de la casa de la familia Baroja en ricismo que conduce a una cierta pobreza formal,
Itzea. Se trata de un emocionante recorrido, una sostenida en periodos cortos, sencillos y sobrios,
crónica sentimental, por la vida de una familia si bien sus diálogos son fluidos y logra magistra­
que, en gran medida, marcó la cultura española les pinturas impresionistas con sus descripcio­
del siglo XX. Carmen Baroja creó una compañía nes, consiguiendo, sin lugar a dudas, obras ame­
de teatro de cámara, El Mirlo Blanco, y un club nas, naturales y ágiles, que confieren a su
femenino, el Lyceum, en 1925, que sería cerrado literatura la capacidad de traducir, emocional y
por decisión de Serrano Suñer en 1939 y conver­ formalmente, la vida, justamente lo que Baroja
tido en local de la Falange; conoció a personali­ deseaba lograr a través de la literatura. Pero
dades de la cultura como Valle-Inclán*, Rivas puede afirmarse que este dinamismo aleja la po­
Cherif* o M anuel Azaña*, entre otros, y vivió y sibilidad de relacionarse con los personajes baro­
contó las intimidades, emociones, miedos y coti­ jianos, que aparecen y desaparecen cuando,
dianidades de una de las familias de apellido más como lectores, comenzamos a establecer una re­
célebre en el mundo de la cultura española. lación con ellos; las opiniones del autor disper­
san y así resulta difícil conocer íntimamente a
BAROJA Y NESSI, Pío (San Sebastián, 1872- quienes mueven los hilos de la trama, e imposi­
M adrid, 1956) ble establecer un vínculo. Quizá su origen vasco
Narrador. Considerado como el novelista por an­ y la creencia de que las palabras de la niñez tie­
tonomasia de la Generación del 98*, se doctoró nen mayor consistencia y autenticidad que las
en Medicina, aunque apenas ejerció, ya que pre­ aprendidas en el diccionario son circunstancias
firió dedicarse fecundamente a la literatura. Re­ que hacen que la gramática de sus obras se re­
gentó una panadería de su fam ilia en M adrid y sienta y el léxico se constriña bastante, lo que, a
viajó incansablemente por Europa y España. En pesar de todos los peros que se quiera, no impide
1909 y 1918 fracasó en sus intentos de conver­ que estemos ante un narrador sin paliativos, ca­
tirse en diputado y, en 1935, ingresó en la Real paz de crear mundos en los que la literatura ad­
Academ ia Española. Durante la Guerra Civil se quiere identidad gracias a su capacidad de trans­
exilió en Argentina, de donde regresó en 1943 m itir emociones y dudas, y de añadir a nuestra
para instalarse definitivamente en Madrid. Cola­ conciencia conflictos que antes de la lectura
boró en publicaciones como El País, Germinal, acaso estuvieran condenados a permanecer aje­
Alma Española o El Liberal, entre otras, y enta­ nos a nosotros.
92
BAROJA YNESSI

Su vastísima obra, cercana al centenar de títulos, horas solitarias (1918) y Desde la última vuelta
se centró sobre todo en la novela, si bien su ca­ del camino (1944-1949), ensayos como El ta­
rrera se inició, en 1900, con un libro de cuentos, blado de Arlequín (1904), Nuevo tablado de A r­
Vidas sombrías. Poco después aparecería La lequín (1917), Momentum catastrophicum (1919),
casa deAizgorri (1900), que, como gran parte de La caverna del humorismo (1920), D ivaga­
sus novelas, formará parte de tetralogías o trilo­ ciones apasionadas (1924), Entretenim ientos
gías — aunque en muchos casos las obras que las (1927) o Pequeños ensayos (1943), y el poema-
componen no tengan relación entre sí— , en este rio Canciones del suburbio (1944), además de
caso de Tierra Vasca, que se completa con El ciertas obras dramáticas, algunas de las cuales
mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacain el aven­ llegaron a estrenarse, entre ellas: Adiós a la bo­
turero (1909). Otras trilogías son La vida fantás­ hemia (1923), Los pretendientes de Colombina
tica, formada por Camino de perfección (1902), (1926), El horroroso crimen de Peñaranda del
Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silves­ Campo (1926), Nocturno del hermano Beltrán
tre Paradox (1901) y Paradox, rey (1906); La lu­ (1929) y Todo acaba bien... a veces (1955).
cha p o r la vida: La busca (1904), Mala hierba A todo lo mencionado, cabe añadir que en 1997
(1904) y Aurora roja (1905); El pasado: La feria comenzó la publicación de sus Obras completas,
de los discretos (1905), Los últimos románticos en 16 volúmenes, que iniciaron con Obras com­
(1906) y Las tragedias grotescas (1907); La pletas, I. Memorias, /, editado por José Carlos
raza: La dama errante (1908), La ciudad de la Mainer*, al que se irían añadiendo los volúme­
niebla (1909) y El árbol de la ciencia (1911); nes sucesivos cada año, y que concluyó con
Las ciudades: César o nada (1910), El mundo es Obra dispersa y epistolario. Obras com ple­
ansí (1912) y La sensualidad pervertida (1920); tas XVI (2000). A esto hay que sumar, de forma
El mar: Las inquietudes de Shanti Andía (1911), independiente, la antología Cuentos de am or y
El laberinto de las sirenas (1923) y La estrella muerte (1997), en la que se recogieron cuatro re­
del capitán Chimista (1930); Las agonías de latos breves en los que se aprecia el gusto folleti­
nuestro tiempo: El gran torbellino del mundo nesco de Baroja, y el volumen Desde el exilio.
(1926), Las veleidades de la fortuna (1927) y Los artículos inéditos publicados en ‘La Nación ’
Los amores tardíos (1927); La selva oscura: La de Buenos Aires, 1936-1943 (1999), en el que se
familia de Errotacho (1931), El cabo de las tor­ recopilaron sus colaboraciones en el diario ar­
mentas (1932) y Los visionarios (1932); La j u ­ gentino durante su exilio. No menos importante
ventud perdida: Las noches del Buen Retiro fue la edición, por primera vez en España, de
(1934), El cura de Monleón (1936) y Locuras de Ayer y hoy. Memorias (1998), libro en el que se
carnaval (1937). Entre 1913 y 1935 aparecieron recogía el texto que en 1939 Baroja publicó en
los 22 volúmenes de Memorias de un hombre de Santiago de Chile, en el que reflexiona sobre la
acción, novela histórica entre cuyos títulos des­ Guerra Civil, pero al que, además, se añadieron
tacan: El aprendiz de conspirador (1913), El es­ en esa edición de 1998 las correcciones que el
cuadrón del brigante (1913), Los caminos del propio Don Pío realizara a mano sobre su ejem­
mundo (1914), Los recursos de la astucia plar de su biblioteca de Itzea, que es el que se
(1915), La veleta de Gastizar (1917), Los caudi­ usó para esta importante primera edición espa­
llos de 1830 (1918), Las figuras de cera (1924), ñola. Por otro lado, Miguel Sánchez-Ostiz* pu­
La nave de los locos (1925), Las mascaradas blicó una selección de pensamientos y aforismos
sangrientas (1927), Humano enigma (1928) o que entresacó de las muchas obras del autor
La senda doloroso (1928), entre otras. Es autor, vasco y a la que tituló Opiniones y paradojas
asimismo, de novelas sueltas, posteriores a 1938, (2000), libro al que hay que sumar la colección
como Susana (1938), Laura o la soledad sin re­ de todos sus artículos escritos durante la Guerra
medio (1939), El caballero de Erlaiz (1944), El Civil: Libertad frente a sumisión (2001).
puente de las ánimas (1945), El hotel del cisne
(1946), El cantor vagabundo (1950), Las vela­ BAROJA Y NESSI, Ricardo (Riotinto, Hueíva,
das del chalet Gris (1951) y La obsesión del mis­ 187 1-Vera de Bidasoa, Navarra, 1953)
terio (1952), y de otras anteriores, no agrupadas, Narrador y dramaturgo. Hermano de Pío Ba­
entre las que deben citarse: La leyenda de Juan roja*, fue pintor y grabador. Su obra literaria se
de Alzate (1922) y Aviraneta, o la vida de un ha centrado en narraciones y obras de teatro de
conspirador (1931). Pero a pesar de que su aventuras en las que evoca sus recuerdos vascos.
mundo literario se centró en la novela, Baroja Destacan títulos como Aventuras del submarino
publicó libros de relatos entre los que, y además alemán U... (1917), De tobillera a cocotte
del ya citado Vidas sombrías, que dio origen a su (1918), Fernanda (1920), Fiebre de amor
carrera literaria, destaca Idilios vascos (1902), (1921). Los tres retratos (1930), Historia verí­
memorias como Juventud, egolatría (1917), Las dica de la revolución (1931) y La Nao Capitana,
93 BARRANTES Y MORENO

novela típica de aventuras con la que recibió, en origen burgués; ulteriormente, el sujeto se tras­
1935, el Premio Cervantes, y cuyo protagonista, lada a la segunda persona, ‘vosotros’, enten­
Diego Ruiz de Arcaute, lo será también de El dida como público. De tal suerte, se pasa del
Dorado (1942). Otras obras suyas son: La tribu intento de construcción de una subjetividad a
del Halcón (1940), El coleccionista de relámpa­ una poética clásica del ‘y o ’. La consecuencia
gos (1940), Bienandanzas y fortuna (1941), Pa­ es que el ‘yo’ poético, aun reflexionando sobre
sen y vean (1941) y Clavijo (1945). De sus obras los recuerdos y su ánimo, ya no se cuestiona a
de teatro, en 1915 se estrenó El cometa, aunque sí mismo. Destacan poemarios como Las aguas
destacan también El camino (1915), Marino Pa­ reiteradas (1952), M etropolitano (1957), D ie­
ñero (1922), Olimpia de Toledo (1923) y El «pe- cinueve fig u ra s de mi historia civil (1961),
digree» (1924). Sus artículos aparecieron recopi­ Usuras (1965), la antología Figuración y fuga
lados primero, en 1952, en Gente del 98 y, más (1966), Informe personal sobre el alba y acer­
tarde, en 1989, en Arte, cine y ametralladora. ca de algunas auroras particulares (1970),
Usuras y figuraciones (1973), que recoge su
BARRAL, Carlos (Barcelona, 1928-1989) poesía hasta entonces, Lecciones de cosas.
Poeta y prosista. Tras licenciarse en Derecho por Veinte poem as para el nieto Malcolm (1986) y
la Universidad de Barcelona en 1950, se convir­ Diario de Metropolitano (1988). Es autor, asi­
tió en un im portante editor, actividad que desa­ mismo, de los volúmenes de memorias Años de
rrolló a lo largo de toda su vida y que compaginó penitencia (1975), Los años sin excusa (1978)
con la poesía, si bien esta última quedaría eclip­ y Cuando las horas veloces (1988), y de la no­
sada por su actividad editorial, decisiva en los vela Penúltim os castigos (1983). A todo ello,
años de la posguerra para dar a conocer a nume­ hay que añadir, como obras de publicación pos­
rosos autores españoles y, sobre todo, a los gran­ tuma, su Poesía completa (1998), en edición de
des escritores de la literatura hispanoamericana. Carme Riera*, el libro de viajes de homenaje a
Fue, asimismo, senador por el PSOE en los años la Cataluña marítima, titulado Con el fa vo r del
ochenta. Aunque colaboró en diferentes publica­ viento. Cataluña desde el mar (1999), que ha­
ciones con ensayos y artículos, su labor funda­ bía publicado en 1982 en catalán, por encargo
mental es la poética. Es considerado una de las de Josep M aría C astellet*, como Per car de
figuras clave de la conocida como Generación fora, el volum en titulado Alm anaque (2000),
del 50*, y, en sus versos, a través de un lenguaje que recopila entrevistas e intervenciones públi­
que huye de la cursilería y el amaneramiento, se cas de entre 1957 y 1989, y Observaciones a la
relaciona con la realidad política y social más in­ mina de plomo (2002), libro también recopila-
cómoda de una m anera com bativa y con una torio, en este caso de artículos publicados entre
gran riqueza expresiva, dando cuenta siempre de los años 1979 y 1982.
elementos profundam ente autobiográficos. No
obstante, conviene aclarar que sometió su poesía BARRANTES, Pedro (Valencia?, ?-Madrid,
a un constante ejercicio de renovación basado en 1912)
la reflexión profunda de su sentido. Si en sus ini­ Novelista. Era bohemio y compañero de Alejan­
cios se dedicó a escribir una «poesía difícil», dro Sawa*, y publicó, además de la obra moder­
como la calificó su amigo Gil de Biedma*, her­ nista Delirium tremens (1890), Tierra y cielo
mética, entregada a una cierta densidad barroca (1896), novela naturalista.
y alimentada por la de Eliot en tanto que enten­
dida como un trabajo de lenguaje, paulatina­ BARRANTES Y MORENO, Vicente (Badajoz,
mente fue evolucionando hacia una reflexión de 1829-Madrid, 1898)
carácter ideológico y social. El mismo, en un cé­ Narrador y poeta. Autor satírico y editor de los
lebre artículo de 1953 titulado «Poesía no es co­ folletos Las Píldoras (1851), que fueron prohibi­
municación», denunciaba que la poesía se había dos por el gobierno, colaboró en publicaciones
convertido en un catálogo de temas en donde pre­ como El Teatro Español, La Ilustración Espa­
dominaba lo anecdótico, contra lo cual él se de­ ñola y Americana y La España Moderna. Utilizó
claraba «partidario de una poética realista» en la los seudónimos Publicio y El Abate Rascafrías.
que el sentido moral se imponía sobre la preocu­ Publicó las novelas Siempre tarde (1852), Juan
pación por el fenómeno mismo de la escritura; es de Padilla (1856; 2 vols.) y La viuda de Padilla
decir, defendía un realismo* moral. En la evolu­ (1857), y los relatos Narraciones extremeñas
ción vivida por Barral hay detalles fundamenta­ (1872; 2 vols.) y Cuentos y leyendas (1875).
les, como sería el cambio del sujeto poético: en Además, escribió varios estudios sobre las litera­
sus inicios el pronom bre plural de primera per­ turas filipina y extremeña. Como poeta, en la lí­
sona, ‘nosotros’, dominaba el verso, quizá como nea filosófica de Campoamor*, escribió Baladas
consecuencia del m alestar que le provocaba su españolas (1853).
BARREDA 94

BARREDA, Luis (Santander, 1874-1938) Cuenca. Cuando Enrique se convierte en el rey


Poeta. Publicó sus primeros versos en El Nuevo Enrique IV, es nombrado Canciller M ayor de
Mundo y en La Ilustración Ibérica. Sus poesías, Castilla. Conocido predicador e intrigante pole­
de carácter regionalista y melancólico, se reco­ mista, como cronista de Juan II narró su reinado
gen en libros como Cancionero montañés en la refundición que llevó a cabo de la Crónica
(1898), Cántabras (1900), Valle del Norte del Halconero, de Pedro Carrillo de Huete*. Es­
(1911), Roto casi el navio (1915) y Romancero cribió, además, tratados de filosofía natural
de Carlos V (1918), con poemas de otro carácter. como De caso y fortuna, De los sueños y De las
adivinanzas, para lo que expurgó la biblioteca de
BARRENA, Koldo Enrique de Villena*.
Dramaturgo. Autor de nombre desconocido, con
cuyo seudónimo intenta huir de las amenazas de BARRIL, Joan (Barcelona, 1952)
los terroristas vascos. Se sabe que es profesor en Narrador en lengua catalana. Periodista, estudió
una escuela de Arte Dramático e intérprete. Es en la Universidad de Barcelona, dirigió el diario
autor de la obra Terror y miseria en Euskadi El Mon y ha escrito en otros como La Vanguar­
(2002), donde aborda con crudeza el terrorismo dia, El Periódico y El País, además de colaborar
de ETA. en programas de radio y televisión y escribir tex­
tos en muchas canciones de Joan Manuel Serrat.
BARRERA, Liborio (Extremadura) Autor con gran dominio de la intriga, usa del sus­
Narrador. Director del suplem ento cultural de pense para plantear los problemas que afectan a
un periódico extremeño, se trata de un escritor la sentimentalidad humana, dejándose influir por
detallista y sugerente, que basa su estilo en la sus propios intereses periodísticos, en los que la
brevedad y contundencia de la frase. La violen­ actualidad es vista con fuertes dosis de ironía
cia, lo ridículo, el desencanto existencial y las descamada. Comprometido civilmente, su estilo
tensiones de la pareja son asuntos que se entre­ es preciso y diáfano, sin barroquismos ni conce­
tejen en su obra, siempre de carácter reflexivo e siones a la estética y atento a los imperativos que
intimista, en la que domina una atenta observa­ impone la memoria, así como a los asuntos más
ción de la naturaleza. Sea como fuere, hay mu­ candentes de la realidad cotidiana y social, el
cho de lirismo en una narrativa que bebe de las paro o las desigualdades, y sin olvidar los aspec­
fuentes de la poesía. Autor del libro de cuentos tos psicológicos de los personajes, a los que trata
Fuegos (2002) y de la novela Tormentas (2002), con profundidad y ternura. Además de obras de
con los cuales se dio a conocer contemporánea­ literatura infantil, como Tots els ports es diuen
mente. Helena (Todos los puertos se llaman Helena),
del ensayo pedagógico Condició de pare (Condi­
BARRERA Y LEIRADO, Cayetano Alberto de la ción de padre) o de Un submarí a les estovalles
(Madrid, 1815-1872) (Un submarino en el mantel), que fue llevada al
Bibliógrafo y biógrafo. Se le deben obras tan im­ cine en 1991, hay que destacar sus novelas Pa­
portantes como Catálogo bibliográfico y biográ­ rada obligatoria (1998), con la que obtuvo los
fico del teatro antiguo español desde su origen Premios Ciudad de Barcelona y Ramón Llull, y
hasta mediados del siglo xviii (1860) y Nueva Casi una pareja (2001).
biografía de Lope de Vega, título, este último,
que apareció en la edición que, en 1890, hizo de BARRIOBERO Y HERRÁN, Eduardo (Torrecilla de
las obras de Lope* la Real Academia Española, Cameros, Logroño, 1878-Barcelona, 1939)
y que aporta datos fundamentales tomados de la Novelista y dramaturgo. Abogado de profesión,
correspondencia entre este y el duque de Sessa. sus novelas las concibe desde la documentación
Otras aportaciones de Barrera a la historia de la histórica tanto del presente como del pasado; así
literatura son la biografía de Francisco de Rioja* se ve en títulos como Misterios del mundo (1900),
y sus investigaciones sobre el Quijote de Avella­ Guerrero (1906), Vocación (1907) y Syncerato el
neda*. parásito (1908). Para el teatro escribió dramas y
sainetes; fue traductor de Hegel, Rabelais, Sueto-
BARRI ENTOS, Lope de (Medina del Campo, Va- nio, Balzac y Voltaire, además de estudioso de la
lladolid, 1382-Cuenca, 1469) obra de Cervantes*.
Cronista y tratadista. Comenzó su carrera ecle­
siástica en los dominicos y estudió en la Univer­ BARRIONUEVO, Jerónimo de (Granada, 1597-
sidad de Salamanca, en la que terminaría ense­ 1671?)
ñando Teología. Fue confesor de Juan II* y Dramaturgo y poeta. Estudió en Alcalá de Hena­
preceptor del principe don Enrique, para conver­ res y Salamanca, fue soldado con el marqués de
tirse más tarde en obispo de Segovia, Avila y Santa Cruz en Italia y tesorero de la catedral de
95 BARROCO

Sigüenza, para terminar trasladándose a Madrid. timiento amoroso, en las trampas del sexo y en
Sus poesías son de tono alegre y festivo, aunque las patologías sentimentales y el dolor implícito
su obra más im portante son los Avisos, una co­ a toda experiencia amorosa, todo ello sin evitar
lección de cartas dirigidas a un deán de Zara­ extremos que van del drama a la ironía ni ahorrar
goza, fechadas desde el 1 de agosto de 1654 todo tipo de particulares sexuales, que muchos
hasta el 24 de julio de 1658, en la que van apare­ considerarán escatológicos. Después de darse a
ciendo los detalles cotidianos de la época unidos conocer en una antología de 1997, Páginas ama­
a cuestiones políticas de gran importancia y las rillas, destacan sus obras Amores patológicos
intrigas privadas de los personajes de la Corte. (1997), en la que se recogen diversas historias
Entre sus comedias pueden citarse algunas como cuyo eje argumental son las deformaciones que
El laberinto de amor..., La honra que está más provocan el amor y el sexo, y El zoo sentimental
bien, El Judas de Fuentes o Santa Librada. (2 0 0 0 ).

BARRIOS, Manuel (San Fernando, Cádiz, 1924) BARRI USO, Jesús (Burgos, 1949)
Novelista. Estudió Derecho en Sevilla y cola­ Novelista y poeta. Autor que cultiva la intriga
boró en la prensa y, con cientos de guiones, en la usando todos los elementos del género, su poe­
radio. Sus novelas, pendientes siempre de la ac­ sía, en cambio, es de una fluidez sensual. Hay
tualidad, y con un estilo casi periodístico, man­ que destacar su novela Billar a tres bandas
tienen un talante esperpéntico y lírico que le (1999), historia policiaca, casi de corte periodís­
sirve para dar testimonio de su Andalucía. De su tico y con abundancia de diálogos, ambientada
obra narrativa destacan títulos como El crimen en la España de los ochenta y en la que se ofrece
(1963), La espuela (1965), ambas finalistas del un retrato costumbrista de una sociedad que de­
Premio Nadal, El miedo (1969), Epitafio para un rivó en la corrupción política y social, a la que
señorito (1972), que recibió el Premio Ateneo de siguió El año del maná (2000) y el libro de cuen­
Sevilla, Retablo de picardías (1972), El circo tos Correlatos (2000). Es autor, asimismo, del
(1972), escrita en colaboración con Alfonso poemario Sentado al borde de m í mismo (2000).
Grosso*, A l paso alegre de la paz (1975), por la
que se le concedió el Premio Ciudad de Barce­ BARROCO
lona, El último virrey (1978) y Memorial del dia­ Término que, en principio, se ha empleado para
blo en el convento (1985). Ha editado también referirse, en arte, al estilo caracterizado por la
algunos ensayos, entre los que hay que citar So­ abundancia de elementos decorativos y orna­
ciedades secretas del crimen en Andalucía (1977), mentales, así como por la preferencia por los va­
Modismos y coplas de ida y vuelta (1983) y Pro­ lores del movimiento, dominante en el siglo xvil.
ceso a la Historia (1983). No obstante, el término ha ampliado sus signifi­
cados al referirse, por un lado, a cualquier mani­
BARRIOS, Miguel de (Montilla, Córdoba, 1625?- festación de la cultura del siglo xvn y, por otro, a
Amsterdam, 1701) una serie de caracteres que se repiten en diferen­
Dramaturgo. El verdadero nombre de este judío tes momentos históricos.
converso, culterano tardío que vivió casi toda su En literatura nos remite a la complejidad, ya que
vida en Amsterdam, era Daniel Leví de Barrios. la línea central de la trama de una obra queda
Entre sus obras deben destacarse: Flor de Apolo oculta por los elementos accesorios, como los
(Bruselas, 1665), Coro de las Musas (Bruselas, juegos de palabras, las metáforas, las hipérboles
1672), las comedias P edir fa v o r al contrario y o cualquier observación marginal. Esta actitud
El canto junto al encanto — ambas incluidas en barroca se escinde en el conceptismo* y el culte­
la edición de Amberes de 1674 de Flor de Apolo, ranismo*, en tanto que afecte a la forma de los
así como en Las poesías fam osas de don Miguel textos, aunque casos hay, y muchos, en que am­
de Barrios (1708)— y el dram a Contra la ver­ bos conviven en una misma obra. Suele conside­
dad no hay fuerza. Publicó, además, un libro de rarse a la prosa ideológica como conceptista, así
poesías, El sol de la vida (Amberes, 1679). ocurre con Gracián*, y a la lírica como culterana,
caso de Góngora*, si bien ambas concepciones
BARRIOS, Nuria (Madrid, 1962) conviven en el drama calderoniano así como en
Narradora. Doctora en Filosofía, ejerce el perio­ la prosa de Quevedo*, y en gran parte de su poe­
dismo, ha colaborado en el diario El País y tra­ sía. Los elementos decorativos adquieren una re­
bajado largamente en el mundo editorial. Autora levancia absoluta, una unidad, de manera que
de enorme originalidad en cuyos textos, a medio cada uno de ellos se convierte en una obra en sí
camino entre lo fragmentario sin más y el relato, misma, cuidada y perfecta, llegando a ser efica­
conforma una estructura nueva, original e incla­ ces en sí mismos como transmisores de ideas y
sificable a través de la cual profundiza en el sen­ conceptos. Al sumarse muchos de estos elemen­
96
BARROS

tos cargados de valor interpretativo, se llega a BARTRA I LLEONART, Agustí (Barcelona, 1889-
un resultado de com plejidad que hace de este 1982)
periodo de la literatura el más intenso de cuan­ P rosista y poeta en lengua catalana. A utodi­
tos se han desarrollado en la historia, y es en Es­ dacto, participó en la Guerra Civil y, en 1939,
paña donde alcanza su máximo esplendor, con­ se exilió, primero a Francia y, más tarde, a
virtiéndose nuestros autores del momento en los Santo Domingo, Cuba, México y Estados U ni­
más destacados representantes de esta manera dos. Como poeta estuvo influido por m odelos
de entender la obra literaria. Así, en el teatro do­ americanos, pues gozó de varias becas para es­
minan figuras como Lope de Vega* y Calderón tudiar la poesía norteamericana, en concreto por
de la Barca*, sin olvidar, claro, a Tirso de M o­ autores como Walt Whitman, T.S. Eliot, Faulkner,
lina* y a una larga pléyade de nombres que pero también por Rilke. En sus versos se apre­
nunca más se ha repetido. En prosa, y sin incluir cia una profunda preocupación ética a través
a una figura gozne como Cervantes*, brillan con de un mundo poético basado en la proliferación
luz propia un Mateo Alemán* y un Quevedo, un de im ágenes y m etáforas, frecuentem ente de
intelectual de la talla de Saavedra Fajardo* o el carácter épico. Entre sus obras destacan los li­
ya citado Gracián. En lo que se refiere a la lí­ bros de cuentos L ’oasi perdut (1937) y L ’estel
rica, el imperio de Góngora es incuestionable, si sobre el mur (1942), y los poemarios Cant cor­
bien su enemigo Quevedo es el otro gran pilar p oral (1938), L ’arbre d e fo c (1946), M ársias
sobre el que se sustenta la poesía del momento. (1946), Mársias i Adila (1948), Odisseu (1953),
Basten los nombres citados, un simple apunte de el más ambicioso de ellos y en el que, en la lí­
los que en realidad habrían de tener cabida en nea del más riguroso clasicismo, confluyen poe­
este apartado, para comprender la importancia mas en prosa, poesías rimadas y cantos narra­
que nuestra literatura tuvo en ese momento his­ tivos, Poemes d ’Anna (1955), L ’evangeli del
tórico. vent (1956), Q uetzalcóatl (1960) y D em éter
(1961), entre otros. Tras su regreso a Cataluña,
BARROS, Alonso de (?-Madríd, 1604) en 1970, inicia la publicación de su Obra poé­
Tratadista. Fue servidor de la Casa Real y escribano tica com pleta. A sim ism o, publicó, en prosa,
en Santo Domingo de Silos. Su obra Filosofía cor­ Crist de dos-cent mil bragos (1974) — versión
tesana moralizada (Madrid, 1567) — también co­ definitiva de Xabola (1942)— , una Antología
nocida como Proverbios morales (Madrid, 1598) y de la lírica nord-americana (1951-1983) y va­
Perla de proverbios morales (Madrid, 1601)— es rias obras de teatro, además de num erosos en­
una colección de mil sesenta y dos proverbios bajo sayos breves, de los cuales, en español, se pu­
la fórmula del perqué, que comienzan con la fór­ blicó ¿Para qué sirve la poesía? (1999), que
mula ni.... reúne numerosos artículos por encargo, escri­
tos entre 1955 y 1982.
BARROSO, Miguel (Zaragoza, 1954)
Novelista. Periodista de profesión, es autor de BARTRINA I DE AIXEMÚS, Joaquín María
Amanecer con hormigas en la boca (1999), no­ (Reus, Tarragona, 1850-Barcelona, 1880)
vela negra con la que debutó en el panorama lite­ Poeta. Se trata de un autor escéptico con ciertas
rario y que fue recibida por la crítica con entu­ dotes de humorismo, muy del gusto de la época,
siasmo, lo que condujo a su inmediata traducción y un acentuado pesimismo, influido por Campo-
a otras lenguas. Se trata de una obra que evita las amor*, Bécquer*, Heine y Leopardi. En sus ver­
convenciones del género, y sitúa la acción en un sos destaca el debate desolador entre sentimiento
contexto de boleros y daiquiris, la Cuba precas- y razón. Se le debe una obra im portante, Algo
trista, aunque mantiene elementos indispensa­ (Barcelona, 1874). Escribió también numerosos
bles de la intriga, como la investigación de un artículos y libretos de zarzuela, y tradujo a Hora­
crimen. Su lenguaje es sobrio y contundente, si cio. Postumamente, se recogió su obra en Obras
bien juega a las metáforas y aforismos del gé­ en prosa y verso (1881).
nero, aunque huye de toda hipérbole y recrea el
español cubano coloquial. BAS, Juan (Bilbao, 1959)
Narrador. Guionista televisivo, esta faceta deter­
BARRUECO, José Ángel (Zamora, 1972) mina su estilo como narrador, y hace que sus his­
Narrador. En su obra aborda con crudeza y a tra­ torias se construyan con gran agilidad, con el di­
vés del monólogo interior, combinado con las namismo propio del lenguaje de la imagen y con
técnicas de la novela negra, los conflictos psico­ el fin, sobre todo, de entretener. Además del en­
lógicos relacionados con las relaciones senti­ sayo a dos manos con Fernando Marías* Pági­
mentales. Destaca su novela Monólogo de un ca­ nas ocultas de la historia (1999), es autor del li­
nalla (2002). bro de relatos La taberna de los 3 monos (2000).
97 BAUTISTA DE LA TORRE

BASELGA, Mariano (Zaragoza, 1865-1938) Canción del solitario (1970). Es autor, asi­
Narrador. Colaborador de El Gato Negro (1908), mismo, de numerosas antologías, entre las que
se trata de un autor costumbrista cuya obra más se cuentan: Antología de la nueva poesía (1968),
im portante es D esde el cabezo cortado (1893), Seis poetas catalanes (1969), Narrativa catalana
aunque también escribió cuentos, recopiló mate­ de hoy (1970) y Poetas españoles poscontempo­
rial del folclore aragonés e hizo comentarios a la ráneos (1974), a las que hay que añadir El Bardo
obra de fray Luis de León*. (1964-1974). Memoria y antología (1995), en la
que se recoge parte de la obra de los poetas edi­
BASTERRA Y ZABALA, Ramón de (Bilbao, tados por la colección fundada por Batlló.
1888-Madrid, 1928)
Poeta. Estudió D erecho y viajó por Europa, BAUTISTA, Amalia (Madrid, 1962)
donde, en virtud de sus tareas diplomáticas, fue Poetisa. Seguidora de la «línea clara» propuesta
agregado en Roma y funcionario en el M iniste­ por Luis Alberto de Cuenca*, en su obra huye de
rio de Estado. M urió loco. Se trata de un autor la imaginería barroca, de cualquier tipo de exce­
posm odernista que, en sus últim as produccio­ sos verbales, de oscuridades, y se deja llevar a
nes, incluyó elem entos vanguardistas (véase menudo por la tradición de los cuentos de hadas
VANGUARDISMO) y que se ocupó de la tierra y los mitos, lo que, en resumidas cuentas, con­
vasca en sus versos. El fue quien concibió el vierte su poesía en misteriosa. En sus poemas, en
término de la «Sobreespaña», como anuncio de los que predomina el endecasílabo blanco, se ve
lo que sería la Hispanidad, e inventó a un per­ esa «poesía inteligible» que, en sus propias pala­
sonaje, Vírulo, que simboliza su ideario intelec­ bras, huye de lo abstruso y lo vacío. Sus versos
tual, esto es, el amor al mundo clásico, a la han ido abandonando una cierta ironía inicial en
Roma im perial y a la fuerza. Entre sus obras favor de la cotidianidad y la ternura, aunque han
destacan Las ubres luminosas (1923), La senci­ mantenido siempre la presencia de una mujer en
llez de los seres (1923), Los labios del monte cuya voz están puestos los poemas, que hablan
(1924), Vírulo, las mocedades (1924) y Vírulo, «del mundo de todos los días, con el lenguaje de
mediodía (1927), y, escritas en prosa, La obra todos los días, y de un mágico trasmundo ame­
de Trajano (1921) y Los navios de la Ilustra­ nazante, igualmente cotidiano e igualmente mis­
ción (1925). terioso», como ha escrito García Martín*. Es au­
tora de los poemarios Cárcel de amor (1988), La
BASURTO, Fernando (Aragón, finales siglo XV?- mujer de Lot y otros poemas (1995), Cuéntamelo
?, d. de 1524) otra vez (1999), muy distanciados entre ellos y
Novelista y dramaturgo. Se sospecha que nació que suman poco más de sesenta poemas breves,
en Jaca. Su obra fundam ental es Don Florindo lo que no ha sido óbice para que Bautista se con­
(Zaragoza, 1530), libro de caballería* en el que vierta en una de las grandes voces de la poesía
prima la misoginia. Se conocen, además, dos pie­ española contemporánea. Posteriormente se pu­
zas dram áticas, M artirio de santa Engracia blicó La casa de la niebla. Antología (1985-
(1533) y Vida de santa Orosia (1542), y el Diá­ 2001 ) (2002).
logo del cazador y del pescador (Zaragoza,
1539), donde defiende la pesca frente a la caza. BAUTISTA DE LA TORRE, Sebastián (Sierra de
Segura, 1911)
BATLLÓ, José (C aldes de Montbui, Barcelona, Narrador y dramaturgo. Abogado, fue funciona­
1939) rio técnico del Ministerio de Información y Tu­
Poeta y editor. Tras una temporada en Sevilla, se rismo, secretario general del Instituto Internacio­
instaló en Barcelona. Colaborador de importan­ nal de Teatro de la UNESCO y periodista en
tes revistas como ín sula, Cuadernos Hispanoa­ diferentes publicaciones y emisoras de radio.
mericanos, Signo y Papeles de Son Armadans, Dedicado fundamentalmente a la literatura infan­
dirigió la colección de poesía «El Bardo», de cu­ til, de entre cuyas obras narrativas destacan: Sola
yas publicaciones ha editado la antología 1964- se queda la Tierra (1968), Prisco Zaldúa: un re­
1974. M emoria y antología (1995). De su obra belde de ocasión (1972), El droganiños (1979) o
poética personal, en la que aporta interesantes in­ Tristín, Tristana, Tristón y la colada del Señor
novaciones formales, unidas a una densa expre­ (1984), entre otras; es autor, asimismo, de obras
sión realista, destacan sus poem arios La señal teatrales renovadoras como Madrugada (1939),
(1965), por el que recibió el Premio Guipúzcoa, Llegó p or la nieve (1943), el poema dramático
La mesa puesta (1966), Las raíces (1967), Una Torero a muerte (1948), La galera de papel
historia de am o r( 1968), galardonado con el Pre­ (1957), El opositor y Nuevo paso de las aceitu­
mio Tomás Morales, Tocaron mi corazón (1968), nas (1968) o La rebelión del campo (1979), de
Premio Vizcaya, Primera exposición (1970) y los ensayos Una estafa cultural (1985) y La in­
BAYO PÉREZ

fam e aventura (1987), y del poemario Mi canto quizá sus creaciones más celebradas sean aque­
se liace espina (1978). Ha recibido el Premio llas que nacen de sus viajes por España, contadas
Amade de teatro infantil. en una tradición cervantina que entronca, ade­
más, con los tonos del Lazarillo, como El pere­
BAYO PÉREZ, María Eugenia (Valladolid, 1958) grino entretenido. Viaje romancesco (1910;
Poetisa. Licenciada en Derecho por la Universi­ reed., 2002), escrito a raíz de un recorrido a pie
dad de Valladolid y titulada por la Escuela Ofi­ hasta Yuste con los hermanos Pío y Ricardo Ba­
cial de Idiomas de Madrid, ejerció la abogacía roja*, y su Lazarillo español. Guía de vagos en
hasta 1988 y durante un año aproximadamente tierras de España por un peregrino industrioso
fue fiscal de la Audiencia Provincial de Vallado- (1911), que narra las aventuras de un viaje desde
lid. Actualmente enseña idiomas. Algunos de sus Madrid hasta Barcelona.
poemas los ha publicado en diferentes revistas y
es una de los quince poetas actuales españoles BAYÓN, Félix (Cádiz, 1952)
representativos de las nuevas orientaciones poé­ Novelista. Licenciado en Ciencias Políticas por
ticas en el mundo hispánico incluidos en la A n­ la Universidad Complutense y en Periodismo por
tología de España varia (1998), aparecida en la Escuela Oficial de Madrid, ha sido colabora­
México. Es autora del poemario Cuando el hori­ dor de publicaciones como el D iario de Cádiz,
zonte cambia de nombre (1998), finalista en el Informaciones, Le Monde y, en la actualidad, El
Premio convocado por la Academia de Poesía de País, para el que trabajó como corresponsal en
Castilla y León. Moscú, además de cubrir diferentes guerras y ser
jefe de la sección de Cultura; en la actualidad co­
BAYO Y SEGUROLA, Ciro (M adrid, 1859- labora, desde Marbella, en la edición andaluza
1939) del diario. En su obra narrativa hay un eje temá­
Narrador y prosista. Autor de intensa biografía tico esencial: la mentira, motor anímico del ren­
que llevó una vida bohemia y aventurera. Hijo de cor, otra de sus obsesiones literarias. Además del
un banquero, a los dieciséis años se marchó con ensayo La vieja Rusia de Gorbachov (1985), es
los carlistas, fue hecho prisionero y recluido en autor de la novela Adosados (1994), con la que
Mahón. Estuvo en Cuba y, ya en España de quedó finalista del Premio Nadal y en la que des­
nuevo, estudió Derecho. Más tarde vuelve a via­ taca su habilidad para crear una tensión narra­
jar intensamente; ejercerá de maestro rural en tiva; fue coautor de la versión cinem atográfica
Argentina y, en 1927, dada su pobreza, pues ja ­ de Mario Camus, cuyo guión fue premiado en los
más reclamó dinero por sus libros a sus editores, festivales de Montreal y Chicago de 1996. Poste­
se ve obligado a ingresar en la residencia para riores son las novelas La libreta negra (1997),
desvalidos del Instituto Cervantes de Madrid, Un hombre de provecho (1998), con la que ganó
ciudad en cuyo Hospital General moriría, pobre el Premio Ateneo de Sevilla, y El olvido (2002).
y solo, de un coma diabético. Cuando era muy
joven recibió varios premios literarios, uno por BAYÓN, Miguel (Madrid, 1947)
un epitalamio dedicado a Alfonso XII y otro por Narrador. En su obra, más que un interés por los
un trabajo sobre Calderón de la Barca* en un argumentos, explota una auténtica fiesta del len­
certamen universitario. Fue, además, eminente guaje, un brillante estudio de sonoridades, pro­
traductor de Leopardi. Entre sus obras más cu­ nunciaciones y ritmos, incluso en lenguas como
riosas deben citarse sus Higiene del veraneo el portugués o el gallego, pero sobre todo en un
(1902), Nociones de instrucción cívica (Rudi­ español vibrante y castizo, sonoro y rico. En todo
mentos de Derecho) (1905), Diccionario de con­ caso, se trata de un escritor comprometido en cu­
versación francés-español (1904) o Higiene se­ yas obras se presenta una clara denuncia de si­
xual del casado (1919). Escribió, asimismo, tuaciones socialmente injustas. Es autor de las
novelas como Orfeo en el infierno (1910), imita­ novelas Plaza de soberanía (1989), Santa Liber-
ción de la picaresca, Con Dorregaray (1912), o dade (1999) y Malanga (2002).
las obras, inspiradas por sus viajes americanos,
La reina del Chaco (1935), El peregrino en In­ BAZA, Ruth (Madrid, 1972)
dias. En el corazón de América del Sur (1911), Narradora. Viajera infatigable por las islas del
Chuquisaca o la Plata perulera (1912), La Co- Peloponeso, es autora de La vida interm itente
lombiada (1912), Los Marañones (1913), Los (1999).
caballeros del Dorado (1915), Por la A mérica
desconocida (1924), o Bolívar y sus tenientes BAZO, Antonio (siglo xvm)
(1929), agrupadas todas ellas bajo el título L e­ Dramaturgo. A menudo confundido con el ita­
yendas amenas del Nuevo Mundo. Fue autor, liano Bazano, tradujo a Metastasio y adaptó a di­
también, de un Vocabulario criollo (1911). Pero versos autores. Sus títulos más conocidos son
99 BÉCQUER

Adriano en Siria y La piedad de un hijo vence la torio, Julia —cantante de ópera y sobrina de Ros-
impiedad de un padre, y real jura de Artajerjes, sini— , de quien se enamoró, aunque sin acercarse
ambos representados durante los años sesenta y a ella dada la diferencia social que él estimaba
setenta de su siglo. insalvable. Pero la mujer que marcó su vida fue
Casta Esteban Navarro, hija del médico que lo
BEADES, Jesús (Sevilla, 1978) trataba en 1860. Con ella se casó en 1861, y tuvo
Poeta. Influido por Miguel d ’Ors*, Felipe Bení- un hijo al año siguiente. Una crisis en su enfer­
tez Reyes* y Borges, poetas a los que homenajea medad lo llevó a trasladarse a Sevilla con su fa­
en sus versos, corre el riesgo con ello de ser con­ milia, y con ellos se llevó a su hermano Vale­
siderado un mero discípulo, aunque demuestra riano, que tuvo problemas de convivencia con
que esas serán críticas de quienes no lo lean con Casta. En 1864 fue nombrado, por intercesión de
atención, pues se trata de un poeta sólido, emo­ Luis González Bravo, ministro de Narváez, cen­
cionante por sí mismo, capaz de someter a sus sor de novelas, y, en 1868, nace su tercer hijo,
versos a un ejercicio de metapoesía y de abordar causa final, añadida a la presencia de Valeriano,
profundos referentes de carácter religioso. Se de la separación de Gustavo y de su esposa. Tras
trata, pues, de un poeta conocedor del lenguaje, la ruptura, nuestro poeta dirige La Ilustración de
suficiente como para ofrecer emociones de siem­ Madrid y, en 1870, tras la muerte de Valeriano,
pre tocadas por una emoción nueva. Es autor de el matrimonio se reconcilia, aunque la felicidad
los poemarios Tierra firm e (2000), ganador del duró poco, ya que en diciembre de aquel año
Premio Gerardo Diego, y Centinelas (2003). Gustavo Adolfo muere.
La obra de Bécquer, que no publicó en vida
BECCARIA, Lola (Ferrol, La Coruña, 1963) — salvo el primer volumen, dedicado a Toledo, de
Narradora. Filóloga y crítica literaria, en sus su proyecto Historia de los templos de España
obras aborda cuestiones sentimentales, de pareja, (1857), escrito en colaboración con Juan de la
siempre con un trasfondo de reivindicación fe­ Puerta— , apareció dispersa en los periódicos de
menina y censura de ciertas conductas masculi­ la época y solo tras su muerte sus amigos deci­
nas, ello con estilo ágil, desenfadado, reflexivo y dieron recoger en un volumen lo más destacado
tendente a la búsqueda de metáforas sensualiza- de su prosa y las Rimas, y destinar los beneficios
das. Atenta a los problem as de identidad de su a la viuda e hijos. Y así se hizo: en 1871, se editó
generación, aborda la capacidad de sentir de los ese volumen con un prólogo de Rodríguez Co­
personajes y los problemas de comunicación en­ rrea, que conoció sucesivas ediciones. Fue en
tre los individuos. Autora de las novelas La de­ 1923 cuando Iglesias Figueroa editó en tres to­
butante (1998) y La luna de Jorge (2001), con la mos unas Páginas desconocidas. Bécquer había
que quedó finalista del Premio Nadal. copiado de memoria sus Rimas y tratado de re­
construir, en el Libro de los gorriones, algunas
BÉCQUER, Gustavo Adolfo (Sevilla, 1836-Ma- de sus prosas, tras haberse perdido todo en la re­
drid, 1870) volución de 1868, después de que le entregara un
Poeta y narrador. Considerado el iniciador de la manuscrito con esos textos a González Bravo
lírica moderna, su auténtico nombre era Gustavo para que le escribiera un prólogo, siendo este el
Adolfo Domínguez Bastida. Cuando era un niño, texto que sus amigos utilizaron en la edición ci­
murieron sus padres, por lo que Juan de Vargas, tada de su obra cumbre, que, además de las Le­
su tío, se hizo cargo de él y de sus hermanos. Con yendas, son las Rimas, setenta y seis concreta­
diez años comenzó la carrera de Náutica en el mente, que suponen una confesión sencilla, de
Colegio San Telmo, que, al poco tiempo, cerró estilo fácil e íntima, de sus emociones. Se trata
sus puertas, por lo que Gustavo se trasladó con de una intimidad que faltaba en el Romanti­
su madrina, una mujer adinerada, dueña de una cismo* español, humana y cargada, como no
seleccionada biblioteca que él devoró, parece ser aparece en los versos de ningún otro poeta espa­
que prestando especial atención a las obras de ñol, de amor inteligente, un amor que ordena el
Horacio y Chateaubriand. Fue aprendiz de pintor caos que manda en el mundo interior del poeta.
con Cabral y Joaquín D om ínguez Bécquer, tío La mayoría de estas rimas están escritas en aso­
suyo, que le pagó los estudios de latín. En 1854, nante, fáciles de oír y degustar, algo propio del
desoyendo los consejos de su tía, se trasladó a interés de Bécquer por la canción popular. Pue­
Madrid en busca de gloria literaria, pero la reali­ den apreciarse en ellas las influencias de Heine y
dad fue bien distinta y las penalidades no se Byron, si bien Bécquer mostró las peculiaridades
hicieron esperar, incluida la enfermedad que no más indiscutibles de su espíritu trágico andaluz y
le abandonaría hasta su muerte. Fue en 1858 de la serenidad castellana, al alejarse de la gran­
cuando conoció a la hija de Joaquín Espín, orga­ dilocuencia romántica que tanto detestaba. La
nista de la Capilla Real y profesor del conserva­ obra, originariamente, constituía un diario que
100
BÉJAR

daba cuenta de ese caos del que he hablado, pero ciones y los impresos y manuscritos más seguros,
son sus amigos los que establecieron el orden de­ pero de la que quedaron excluidos, por ejemplo,
finitivo de las Rimas en función de los temas, casi todos los textos teatrales de Bécquer.
creando así una historia de amor parecida al In­
termezzo de Heine, pero que puede crear falsas BÉJAR, Luis Alfredo (Toledo, 1943)
claves de lectura. Sus versos han influido desde Novelista. Destacan novelas como El día que en­
a Rubén Darío (véase MODERNISMO) hasta Una­ terraron a Carlota (1975), por la que recibió el
muno*, Gerardo Diego*, Alberti* y, por su­ Premio Jauja, El hombre que regresó al polvo
puesto, Juan Ramón Jiménez*. Recientemente, (1976), ganadora del Premio Ignacio Aldecoa,
en 2001, Luis García Montero* publicó una edi­ Aquello es lo que llamábamos Berlín (1980),
ción doble de las Rimas, en la que. bajo el título Premio Sésamo, El coleccionista de Agujeros
de Gigante y extraño. Las rimas de Gustavo (1981), Premio Eulalio Ferrer, De viejos y otras
Adolfo Bécquer, recogía las dos versiones que historias (1983), El manuscrito de París (1989),
hoy se conservan: una, la mencionada transcrip­ con la que obtuvo el Premio Castilla-La Mancha,
ción de memoria realizada por el propio autor en El viejo sonido del arco iris (1995), que recibió
el Libro de los gorriones; la otra, la postuma de el Premio Francisco Ayala, y Donde viven las co­
1871. García M ontero se concentra en el pro­ sas (1999), entre otras.
blema de las dos ordenaciones poemáticas, de las
cuales depende la interpretación de la obra de su BEJARANO, Benigno (Extremadura, ?-Alema-
autor, pero no solo desde un punto de vista filo- nia, 1943)
lógico-textual, sino del razonamiento estético del Narrador. Se sabe que militó en la CNT, que fue
propio libro. periodista y que murió en un campo de concen­
Pero hemos citado sus Leyendas, obra en prosa tración alemán. De sus obras deben recordarse,
que deja ver sus cualidades como narrador, además de algunas novelas de humor publicadas
veinticinco en total, y que se suelen clasificar en durante la dictadura de Primo de Rivera, obras
las de tema oriental, las dedicadas a la muerte y como Turistas en España (1932) y Enviado es­
los aparecidos, las de embrujamiento y hechice­ pecial (1938), con la que obtuvo el Premio Na­
ría, aquellas que se centran en el tema religioso, cional de Literatura, además de Sanjurjo. Un ge­
las que beben en las fuentes del Romancero, las neral expatriado (1935).
de actualidad y las de tema animista. Todos es­
tos temas demuestran, una vez más, el interés de BEJARANO, Francisco (Jerez de la Frontera,
Bécquer por la literatura popular, fuente de la Cádiz, 1945)
que beben estas leyendas. En ellas vemos a un Poeta. Colabora en diversos medios periodísticos,
autor profundamente im aginativo que crea una entre ellos el Diario de Cádiz, y ha dirigido las re­
prosa poética sin parangón. Pero, además, hay vistas literarias Fin de Siglo y Contemporáneos.
un Bécquer periodista, continuador de Mariano Los conflictos de la relación familiar, en especial
José de Larra*, cuyo máximo exponente son con el padre, figura esencial en sus versos, así
quizá las crónicas de Cartas desde mi celda, es­ como la relación problemática con la propia ciu­
critas en el M onasterio de Veruela y que supo­ dad y las propias tradiciones son motivos esencia­
nen un resum en de la obra del poeta en que la les en su poesía, cuestiones que constituyen si no
«celda», elemento de la literatura mística, cum­ un eje temático esencial, sí una referencia cons­
ple su papel como recinto del alma. En estas tante que se presenta como parte de la amargura
Cartas abundan las ricas y detalladas descrip­ que alimenta las emociones de este poeta que con­
ciones, los retratos humanos y la transmisión de templa el mundo, como él mismo ha confesado,
imágenes sensuales, aromas, sonidos y gustos, con «desdén y menosprecio». Es autor de poema­
precursoras del gusto m odernista. A unque de rios como: Transparencia indebida (1977), R e­
menos relevancia, no debe olvidarse el teatro de cinto murado (1980), Elogio de la piedra (1981),
Bécquer, casi todo él escrito en colaboración, Las tardes (1988), galardonado con el Premio de
sus adaptaciones de operetas o los vandevilles, la Crítica, Antología (1969-1987) (1999) y A la
escritos igualmente en colaboración con Rodrí­ luz (2002), a los que hay que añadir los libros en
guez Correa y Luis García Lina. Así, arreglaron prosa poética Las estaciones (1998) y Consola­
obras de Ricci como Clara de Rosemberg y La ción de melancólicos (2000), los artículos de La
cruz del valle, en las que destacan los diálogos torre de marfil (1991) y el ensayo Manual del lec­
en verso. tor y del escritor modernos (1999).
En 2000 se editó una compilación de sus obras
bajo el título de Rimas. Otros poemas. Obra en BEJARANO, Lázaro de (Sevilla, 1501-1575)
prosa, cuya principal característica consistía en Poeta. Perteneció al círculo de Gutierre de Ce­
que se utilizaron como referencia las mejores edi­ tina* y viajó a América. Parece ser que fue él
101 BELLO

quien introdujo los metros latinos en el conti­ instituto de su ciudad natal. Además de haber pu­
nente americano. Fue autor de sátiras contra el blicado algunos cuentos y novelas breves, como
clero, por las que fue juzgado por la Inquisición Memorias de la inacción, es autora de las nove­
en 1558 y de un Diálogo apologético, desapare­ las Oria, la Sultana Vascona (1994), basada en
cido, en que defendía los derechos del indio ante la figura de la que fuera amante de Almanzor, re­
la Justicia. gente a la muerte de al-Hakam II y madre del úl­
timo califa cordobés, Petriquilla, Graciosa y el
BELBEL, Sergi (Tomasa, Barcelona, 1963) Verdugo Negro (De San Sebastián a Madrid en
Dramaturgo y director teatral. La crítica lo sitúa diligencia) (1995), historia de las aventuras de
en la generación Bradomín, ya que fue uno de los dos monjas carmelitas donostiarras que tuvo su
primeros autores que consiguió ese premio ins­ continuación en El examen (Petriquilla en M a­
taurado por el Instituto de la Juventud. Dedicado drid) (1997), ambas basadas en el procedimiento
a la dirección y a la enseñanza, es profesor de Li­ del manuscrito encontrado y ambientadas en
teratura Dramática en el Instituí de Teatre de la 1777, lo que supone un notable esfuerzo de do­
Diputació de Barcelona desde 1988. Se trata de cumentación histórica por parte de la autora,
una de las figuras más importantes de la escena Kursaal (2000) y Enigma (2002), que se centra
catalana, en cuyos textos dirige la mirada, con en hechos reales relacionados con un suceso que
humor y creando no pocas situaciones absurdas, se remonta a la presencia de los nazis en el País
a la realidad más inmediata, lo que le ha permi­ Vasco.
tido gozar de gran éxito de público. Sin embargo,
se trata de un autor que está presente igualmente BELLIDO CORMENZANA, José María (San Se­
en el teatro no comercial y en los circuitos alter­ bastián, 1922)
nativos. Destacan sus obras A.G./V.W. Calidos­ Dramaturgo, narrador y ensayista. Estudió Dere­
copios y faro s de hoy (1985), que es con la que cho en Valladolid y fue traductor para la
recibió el mencionado Premio M arqués de Bra­ UNESCO, así como el creador del Premio Pío
domín, Elsa Schneider (1987), galardonada con Baroja de Novela, que ganó, entre otros, Luis
el Premio Ignasi Iglesias, Dins de la seua memo­ M artín-Santos* con Tiempo de silencio. En sus
ria (1987), Premio Ciudad de Granollers, Des- obras se mezclan, con un cierto carácter experi­
prés de la pluja (1993), que obtuvo los premios mental, parodia y tragedia, fundidos con matices
Nacional de Literatura Catalana y el de la Crítica alegóricos que convierten las situaciones que
Serra d’Or, M orir (1994), Premio Bom y Nacio­ presenta en absurdas, lo que le sirve para denun­
nal de Literatura Dramática en 1996, y Hombres ciar las contradicciones y falsos mitos de la so­
(1995). Ha dirigido en el Teatro Nacional de Ca­ ciedad. Se trata de un teatro que evoluciona
taluña la obra de Goldoni El verano, en catalán desde un cierto alegorismo hacia el realismo. En­
L ’estiueig. En 2003 recibió el Premio Ciutat de tre las obras de las que conocemos su fecha de
Barcelona de Artes Escénicas por su dirección de escritura, destacan: Cuando la guerra termine
la obra Dissabte, diumenge i dilluns, del italiano (1945), Escorpión (1962), Fútbol (1963), Premio
Edoardo de Filippo. Guipúzcoa, Tren a F... (1964), La máquina
(1966), Los relojes de cera (1967), El pan y el
BELDA, Joaquín (C artagena, M urcia, 1883- arroz o Geometría en amarillo (1967), Solfeo
M adrid, 1935) para m ariposas (1969), Rubio cordero (1970),
Novelista. Periodista, fue autor de novelas acu­ Milagro en Londres (1971), Esquina a Velázquez
sadas de pornográficas y en las que demostró in­ (1975) y Patatús (1986), estas tres últimas de
terés, además de por el sexo, por el humor y la evidente costumbrismo, una vez abandonado el
historia antigua. Entre los títulos destacan La experimentalismo de las primeras. De sus obras
suegra de Tarquino (1909), Memorias de un sui­ no fechadas, deben mencionarse El vendedor de
cida (1910), La farándula (1911), Alcíbiades- problemas y El simpatizante.
Club (1912), El picaro oficio (1914), La Coquito
(1915), Aquellos polvos... (1916), Más chulo que BELLO, Luis (Alba de Tormes, Salamanca,
un ocho (1917), La Diosa Razón (1918), El sul­ 1872-Madrid, 1935)
tán de Recoletos (1923) y Me acuesto a las ocho Novelista y ensayista. Abogado, como director
(1930), entre otras muchas y cientos de cuentos. de Los Lunes del Imparcial estuvo en contacto
con las figuras literarias de principios del siglo xx.
BELDARRAIN ALBAITERO, Mila (San Sebastián, Sus artículos de El Sol se recogieron en Viaje por
1951) las escuelas de España (1926-1929; 4 vols.),
N arradora. Licenciada en Lengua y Literatura obra que demuestra su interés pedagógico, pro­
Románicas por la Universidad de Deusto, es pro­ pio de un espíritu regeneracionista como el suyo.
fesora de Lengua y Literatura Españolas en un Su talante noventayochista aparece en El tributo
BELLO 102

a París (1907), España durante la guerra: Polí­ BELLVESER, Ricardo (Valencia, 1948)
tica y acción de los alemanes (1918) y Ensayos e Poeta. Periodista y profesor de literatura, en sus
imaginaciones sobre M adrid (1919). Como no­ versos la investigación en el ‘yo’ y la certeza de
velista destacan El Corazón de Jesús (1907) y la muerte conviven como esencias de la celebra­
Una mina de oro en la Puerta del Sol (1913). ción misma de la vida a través del cuerpo y del
deseo. Autor de diferentes poemarios, en La me­
BELLO, Xuan (Paniceiros, Tinéu, Asturias, 1964) moria simétrica (1995) se reunió su poesía hasta
Narrador y poeta en bable. Estudió en la Facul­ esa fecha, que se vería ampliada posteriormente
tad de Filología de Oviedo, en Coimbra y en con El agua de abedul (2002), con el que obtuvo
Braga, fundó las revistas literarias Abréi y Zim- un accésit del Premio Jaime Gil de Biedma. En
bru. Cuadernos Iliterarios y ha colaborado en la su primera novela, El exilio secreto de D. Llopis
prestigiosa revista Clarín, dirigida por José Luis (2003), aborda el exilio español al final de la
García Martín*, y en Les Noticies. Ha sido tra­ Guerra Civil.
ductor de Alvaro Cunqueiro*, Femando Pessoa,
Robert Louis Stevenson y Arthur Conan Doyle BELMONTE BERMÚDEZ, Luis (Sevilla, 1587?-
al bable. Considerado uno de los más grandes 1650?)
poetas asturianos, se trata de un autor que reivin­ Comediógrafo, cronista y poeta, tanto lírico
dica la literatura en esa lengua asturiana tan des­ como épico. Marchó a las Indias y residió en
conocida y tildada de dialectal, así como un pai­ Lima. Entre sus obras, además del poema La au­
saje con constantes reminiscencias y mitos de la rora de Cristo (1616) y La H ispálica (inédita
infancia. Asimismo, presenta una realidad cam­ hasta 1921), se cuentan Algunas hazañas de las
pesina y familiar que ofrece un retrato, a menudo muchas de don García Hurtado de Mendoza,
irónico y melancólico, de la sociedad asturiana marqués de Cañete (1622), escrita en colabora­
rural. Así lo hace a través de los retratos y re­ ción con autores como Mira de Amescua*, Luis
cuerdos incluidos en: La memoria del mundo Vélez de Guevara*, Ruiz de Alarcón*, Femando
(1998) e Historia universal de Paniceiros de Ludeña, Jacinto de Herrera, Diego de Villegas
(2002). Es autor, asimismo, de los poemarios Nel y Guillén de Castro*, y comedias como El sastre
cuartu mariellu (1982), El llibru de les cenices del Campillo (escrita en 1624), que se atribuyó a
(1988), Los nomes de la tierra (1990) y El llibru Lope de Vega*, La renegada de Valíadolid y El
vieyu (1994), galardonado con el Premio Teo­ diablo predicador y mayor contrario amigo, to­
doro Cuesta, todos ellos reunidos en la antología das ellas clasificables en la escuela lopista. Es­
La vida perdida (1999), edición bilingüe de su cribió, asimismo, una Vida del Padre Maestro Ig­
poesía. A todo ello hay que añadir, entre otros li­ nacio de Loyola (México, 1609), cuyo prólogo
bros de artículos, el volumen de crónicas perio­ está firmado por Mateo Alemán*.
dísticas sobre poetas asturianos apócrifos Pan-
tasmes, mundos, llaberintos (1996), aparecidas BELMONTE-MÜLER, Guillermo (Córdoba, 1853-
en el diario La Nueva España. 1929)
Poeta. Estudió Derecho, residió en Puerto Rico y,
BELLOCH, Santiago ya en España desde 1881, escribió Acordes y diso­
Novelista. Periodista de profesión, colabora en la nancias (1888), poemario influido por Bécquer*
radio y en diversas publicaciones, entre ellas la y por Musset, a quien tradujo, además de a Gau-
revista de actualidad Tiempo. Es autor de la no­ tier. Otros libros de poemas son Guajiras, canta­
vela de corte policiaco Sin límite (1996), así res y pensamientos (1896) y Canarias (1901).
como de un libro de análisis político, Interior:
Los hechos claves de la seguridad del Estado en BELTRÁN, Fernando (Oviedo, 1956)
el último cuarto de siglo (1998), y de Camino de Poeta. Autor comprometido y con gran fuerza
Damasco. imaginativa, ha reaccionado al culturalismo de los
novísimos* con una poesía humanizadora en la
BELLVER, Pilar (Jaén, 1961) que el interés por el mundo, por los males de la
Narradora. De niña vivió en Colombia y estudió humanidad determina la vivencia de lo íntimo co­
Periodismo en la Universidad Complutense de tidiano y la relación con el lenguaje y sus capaci­
Madrid. Ha sido directora creativa de una agen­ dades reveladoras. La mirada que dirige a lo coti­
cia de publicidad y debutó con la novela Veinti­ diano, que aparece inmerso en un mundo mágico
cuatro veces (2000), en la que se muestra intere­ e irracional, abarca, pues, la experiencia íntima
sada en la deconstrucción biográfica, a través de del individuo en relación con la realidad social,
una literatura basada en la memoria, intensa y como cuando presenta la intimidad emocionada
emocionada, así como concentrada en los males del amor y la inserta en la realidad conflictiva con­
obsesivos del recuerdo. temporánea. De ese modo, los conflictos del fin
103 BENAVENTE

de siglo, el mundo urbano y las tragedias contem­ BEN AL-JATIB -> Véase IBN AL-JATIB.
poráneas, tales como la inmigración o las guerras,
así como los problemas de los pobres, de las pros­ BEN MAYMUN, Moisés -» Véase MAIMÓNI-
titutas y todo tipo de marginados o la banalidad DES, Moisés.
del consumismo, son vistos por Beltrán con mi­
rada escéptica y desengañada, resultante del fra­ BEN QUZMAN -> Véase QUZM AN, Ibn.
caso de los sueños de juventud. A través del tono
conversacional de sus versos, de la densidad y BENAVENTE, Jacinto (Madrid, 1866-1945)
aparente sencillez formal, del lenguaje depurado y Dramaturgo. Estamos ante uno de nuestros au­
de la ironía crítica y lúcida, se presenta una per­ tores teatrales más célebres, de nombre com ­
cepción desapacible del mundo y de la vivencia pleto Jacinto Benavente y M artínez. Aunque
íntima de las emociones en relación con él, así comenzó la carrera de Derecho, pronto se de­
como una honda preocupación por las devastacio­ dicó a la literatura, de tal modo que a los 32
nes del tiempo, la memoria, la muerte y la relación años ya era conocido. En 1922 recibió el Pre­
amorosa. De sus obras destacan títulos como: Um­ mio Nobel. Sus primeras obras fueron un libro
bral de cenizas (1978), Corteza de la génesis de poemas, Versos (1893), y otro de cuentos, Vi­
(1981), Aquelarre en Madrid (1983; reed., 1998), lanos (1893), y se estrenó en el teatro, con El
con el que obtuvo un accésit al Premio Adonais, nido ajeno, en 1897. De su teatro debe decirse
Ojos de agua (1985), Cerrado p or reformas que, aunque se corresponde cronológicamente
(1988), Gran Vía (1990), El gallo de Bagdad y con la Generación del 98*, no comparte las pre­
otros poem as (1991), A m or ciego (1995), Bar ocupaciones de los escritores de esta. Por un
adentro (1998) y La semana fantástica (1999), a lado, algunas de sus obras, las comedias bur­
las que hay que añadir la antología El hombre de guesas y aristocráticas, presentan a personajes
la calle (2001), que añade 18 inéditos a toda la adinerados y aburridos con abundantes diálogos
obra mencionada. Es autor, asimismo, de ensayos ingeniosos; por otro, los dramas rurales m ues­
como Perdimos la palabra (1987) y Hacia una tran ambientes costumbristas plagados de diá­
poesía entrometida (1989). logos en los que el habla vulgar tiene un papel
prioritario. Pero, además de estos dos grandes
BELTRÁN RAHOLA, Emmanuela -> Véase COHEN, bloques en que puede dividirse su producción,
Emma. hay que decir que m ostró interés por el teatro
sim bólico y el infantil. Su estilo es costum ­
BELTRÁN RENTERO, Pedro (Cartagena, Murcia, brista, aunque con rasgos modernistas, visibles
1927) en un cierto preciosismo de estilo. Lo que está
Guionista y dramaturgo. Actor, poeta y colabora­ claro es que Benavente tuvo su público, un pú­
dor, en su día, de la revista hum orística Muy blico burgués que gustaba del tono malicioso de
Sr. Mío, junto a figuras como Mingóte*, José Luis sus textos y de la ligerísima y superficial ironía
Coll o Gila, es hombre de extraordinaria cultura, con que el autor trataba los problem as de esa
lo que le ha llevado a dictar numerosas conferen­ clase acomodada, un público al que él se dedicó
cias por toda España. Ha sido profesor de Guión a satisfacer con su pluma. Sus tragedias, pese a
en el Taller de Artes Imaginarias, miembro de nu­ la fuerza con que se desarrollan, no pueden evi­
merosos jurados de festivales cinematográficos y, tar caer en lo melodram ático. En cuanto a la
en la actualidad, de la Academia de las Artes y acción de sus obras, se ha dicho que carece de
Ciencias Cinematográficas. Es autor de los guio­ ella, así como que es un teatro carente de pa­
nes de algunas de las películas más celebradas de sión, más intelectual que real. De lo que no cabe
la historia del cine español, como son El extraño duda es de que supo frenar con su escepticismo
viaje (1964) o Mambrú se fu e a la guerra (1986), y su ironía los gesticulantes excesos del teatro
ambas dirigidas por Fernando Fernán-Gómez*, de Echegaray.
con quien, asimismo, colaboró en la redacción de Los títulos que destacan en su vastísima produc­
la serie de televisión El picaro (1974) y en Bruja, ción — más de ciento setenta piezas— son:
más que bruja (1976). Colaborador, además, de Gente conocida (1896), La comida de las fieras
Luis García Berlanga y de Rafael Azcona*, escri­ (1898), Campo de armiño (1916), La noche del
bió los guiones de El momento de la verdad sábado (1903), Rosas de otoño (1905), Señora
(1964), de Francesco Rossi, para quien trabajó ama (1908), La malquerida (1913), Los intere­
como asesor histórico de su versión de Carmen, y ses creados (1907), La ciudad alegre y confiada
de El monosabio (1977), de Ray Rivas. Autor de (1916), Lecciones de buen amor (1924), La ma­
las piezas teatrales El hijo del jockey y La balada riposa que voló sobre el mar (1926), Pepa Don­
de Gumersindo (1995), ha publicado un esplén­ cel (1928), Vidas cruzadas (1929), Aves y pája­
dido D iccionario de términos taurinos (1995). ros (1940), Y amargaba (1941), así como las
104
BENAVENTE

últimas Titania, La infanzona y Abdicación. No BENEFICIADO DE ÚBEDA (siglos xm yxiv)


hay que olvidar las obras de teatro infantil y fan­ Poeta. Nada se sabe de quien con este nombre
tástico El príncipe que todo lo aprendió en los li­ firmó la Vida de san Ildefonso — tema recurrente
bros, Y va de cuento (1919), La novia de nieve en la hagiografía española de la Edad M e d ia -
(1934) y La Cenicienta. una biografía en cuaderna vía, formada por mil
versos, en la que además afirma ser autor de una
BENAVENTE, Toribio de (Benavente, Zamora, obra sobre la Magdalena.
1490?-México, 1569)
Historiador. De nombre Toribio Paredes, adoptó BENEGASI Y LUJÁN, Francisco (Arenas de San
Benavente por su lugar de nacimiento. Este fran­ Pedro, Ávila, 1656-Milán?, 1742?)
ciscano fue uno de los doce frailes que, enviados Poeta. Padre de José Joaquín Benegasi*, escribió
por Carlos V, llegaron a Nueva España en 1525. poesías festivas y entremeses. Poco más se sabe
Adoptó el nombre de Motolinía — en náhuatl «el de él, salvo que fue caballero de Calatrava y que
que es pobre» y con el que fue conocido— , y estuvo casado con Ana Peralta de Irigoyti.
ocupó altos cargos en su Orden. Su obra supone
un profundo estudio de las costumbres de los in­ BENEGASI Y LUJÁN, José Joaquín (M adrid,
dios, así como un relato fiel de la cristianización 1707-1770)
franciscana, cuyo método consistía en represen­ Poeta y dram aturgo. H ijo de Francisco B ene­
tar obritas de teatro que enseñaban la doctrina de gasi y Luján*, fue regidor de Loja. Sus Poesías
la religión católica. Se le atribuyen los Memoria­ líricas v jo co-serias (1743) incluye textos de
les o Libros de las cosas de la Nueva España y su padre — de quien poco más de lo que en esta
de los naturales de ella y la Historia de los in­ obra aparece conocemos— , además de sus poe­
dios de la Nueva España. mas, coplas festivas y sencillas, igual que en
Obras líricas... (1746) y en Obras m étricas a
BENAVIDES, Manuel D. (Ponteareas, Ponteve­ distintos asuntos, a sí serios, como festivo s
dra, 1895-México, 1947) (M adrid, s. a.). Es autor de obras de teatro
Novelista. Periodista y miembro del PSOE que, como Comedia (que no lo es) burlesca, intitu­
al término de la Guerra Civil, se exilió en M é­ lada: llánietda como quisieren (1761), Vida de
xico. Redactor de La Estampa y Reconquista de san Benito Palermo (1746?), escrita en segui­
España, al final de sus días su carácter revolu­ dillas, y Vida de san Dám aso (1752), en re­
cionario lo llevó a afiliarse al PCE. Sus primeras dondillas.
obras, de contenido erótico y psicológico, son:
Lamentación (1922), En lo más hondo (1923) y BENEITO, Mateo Miguel (Valencia, 1560-1599)
Cándido, hijo de Cándido (1924), pero el grueso Poeta. Fue portero de la A cademia de los N oc­
de su obra tuvo un contenido político y social, turnos (véase ACADEMIA). En la Colección de
como en las novelas Un hombre de treinta años memorias, de esta, y en El prado de Valencia
(1933), Curas y mendigos (1936), Los nuevos (Valencia, 1601), de Gaspar Mercader*, apare­
profetas (1942), La escuadra la mandan los ca­ cen versos suyos. Fue autor, asimismo, de la obra
bos (1944) o en los libros documentales Diario teatral El hijo obediente.
de una revolución (Octubre rojo y negro) (1935)
y El crimen de Europa (Nuestra guerra) (1937). BENET GOITIA, Juan (M adrid, 19 28 -1993)
Fue autor de una obra de teatro: El protagonista Narrador, ensayista y dramaturgo. Uno de los au­
de la virtud (1928). tores más controvertidos, originales y renovado­
res de la literatura española de este siglo, a quien
BENEDICTE, David (Madrid, 1969) la crítica destaca, por alguna de sus aportaciones,
Novelista. Periodista de profesión y guionista de como figura fundamental para entender la novela
cómics, debutó con la novela Travolta tiene contemporánea en lengua española. Juan Benet
miedo a morir (1997), con la que obtuvo el Pre­ era ingeniero de caminos, profesión que ejerció
mio Francisco Umbral y en la que continúa, en la hasta el final de sus días, lo que le sirvió para
línea de otros narradores de su edad, practicando huir de la profesionalización literaria, una de las
un costumbrismo* de discoteca — como lo ha actitudes que más detestaba, pues, según él, este
llamado Javier Memba*— , una suerte de here­ era el mayor riesgo que corría el estilo y la liber­
dero del realismo* sucio americano, si bien con tad creadora de un escritor: tener que escribir
una claridad de estilo y un humor negro más es­ para vivir. Aunque se le ha querido incluir en la
céptico y personal que la mayoría de sus compa­ Generación del 50*, lo cierto es que su actitud li­
ñeros de generación. Posteriorm ente y en la teraria, tanto como los temas que aborda en sus
misma línea de sordidez urbana, publicó Valium obras, le mantienen en un lugar independiente y
(2001). marginal que nunca quiso abandonar, aunque se
105 BENET GOITIA

lam entara de no lograr el favor de los lectores, de la minuciosa — casi excesiva— descripción
ya que siempre fue un autor minoritario y consi­ que de ella aparece en las primeras páginas de su
derado difícil. Si bien las preocupaciones socia­ primera novela, Volverás a Región (1968) — que
les no están exentas de sus páginas, los modos en incluso, como señaló Ricardo Gullón*, casi nos
que las ofrece no se corresponden, ni con mucho, obliga a ir al mapa de España a buscarla— , llegó
con la literatura social propia del realismo* que a levantar un mapa topográfico que acompaña a
practicaron, entre otros, autores y amigos suyos la edición de Herrumbrosas lanzas (1985-1986;
como Sánchez Ferlosio*, Ignacio Aldecoa*, 3 vols.), novela que analiza los días de la Guerra
Martín-Santos* o García Hortelano*. La Guerra Civil en la zona y que recibió en su día el Premio
Civil es quizá el eje principal de su literatura, un de la Crítica. Del estilo de Juan Benet cabe decir
eje a partir del cual se genera gran parte de su na­ que es trabado, hipnótico, complejo, construido
rrativa, incluso de sus análisis ensayísticos, a base de frases largas, subordinadas extremas,
como sucede en Qué fu e la guerra civil (1976), interrumpidas a menudo con entreguionados,
síntesis esencial de lo que supuso el conflicto y con las que abunda en la complejidad psicoló­
que se reeditó, en 1999 y titulado La sombra de gica de unos personajes que confunden realidad,
la guerra. Escritos sobre la guerra civil espa­ imaginación y memoria de tal modo que no
ñola, con prólogo del historiador Gabriel Jack- siempre resulta fácil en la lectura saber en qué
son y junto a otros dos breves textos: Tres fechas. tiempo narrativo nos encontramos o a quiénes de
Sobre la estrategia en la guerra civil española y los personajes se está haciendo referencia. Las
el hasta entonces inédito La cultura en la guerra novelas de Benet, calificadas de difíciles, se ha
civil. Pero es fundamental señalar que, en sus dicho que carecen de argumento, de acción, y es
obras, el ámbito de la ficción está presente más así, hasta cierto punto: su mundo narrativo — ajeno
allá del simple hecho de que cualquier relato es en gran medida a las intrigas— , el desarrollo de
una creación de la fantasía. Benet crea un mundo los acontecimientos, está al servicio de los fan­
propio en el que transcurren casi la totalidad de tasmas de la imaginación, del miedo, del desen­
las acciones de sus obras, un lugar llamado R e­ canto y de un tiempo que carece de valor, porque
gión, m etáfora de la España de los años de la nada cambia y solo el dolor y la muerte se perpe­
guerra y de la posguerra, geografía en la que con­ túan en un constante devenir. En sus páginas, se
fluyen la realidad de aquellos momentos con los viaja constantemente de atrás hacia delante, en
delirios alegóricos de su desbordante im agina­ secuencias de tiempo que se confunden y super­
ción. Se ha señalado, a menudo, que este, unido ponen para otorgarle al tiempo real el valor na­
a la presencia casi constante de referentes bíbli­ rrativo que se expresa en el literario. A la vez, se
cos, es el síntoma más claro de la influencia que sucede en ellas un tono reflexivo en virtud del
sobre él ejerció un autor como William Faulkner, cual nos enfrentamos a novelas que alcanzan, en
quien m etaforizó el mundo sureño de Estados ocasiones, un tono ensayístico de gran profundi­
Unidos en su im aginaria Yoknapatawpha, una dad y rigor.
influencia que Benet no negó en ningún m o­ Aparte de las obras ya mencionadas, hay que ci­
mento, ya que siempre reconoció su admiración tar las novelas Una meditación (1969), con la
por el autor norteamericano, así como por otros que ganó el Premio Biblioteca Breve, Un viaje
como Conrad o Melville. Lo cierto es que la in­ de invierno (1972), en la que el vacío y la banali­
vención de geografías donde ubicar la realidad dad de la vida se convierten en tragedia, La otra
social metaforizada — basada en orígenes faulk- casa de M azón (1973), En el Estado (1977),
nerianos— está presente también en otros auto­ acaso su obra más humorística, entendiendo el
res, como García M árquez, con su Macondo, o término con tantos matices que quizá sea más co­
Juan Carlos Onetti, con Santa María, entre otros. rrecto hablar de sarcasmo, Saúl ante Samuel
Y es que esa influencia ha sido fundamental en (1980) — reeditada en 1994 como edición crí­
la literatura del siglo xx, y llega, a través de Be­ tica— , en la que la relación entre España y Re­
net, a autores actuales entre los que cabe citar, gión se hace explícita y donde las referencias bí­
por ejemplo, a Muñoz Molina*. Región, la geo­ blicas — presentes en gran parte de su obra—
grafía benetiana, es un lugar misterioso y en rui­ remiten, como queda dicho, a una m itología
nas, situado en las proxim idades de la comarca compartida con Faulkner, El aire de un crimen
del Bierzo, lim ítrofe con Galicia, y poblado de (1980), finalista del Premio Planeta y tal vez su
personajes desencantados, escépticos, violentos novela más «accesible» y «cómoda» de leer, En
y fracasados, para los que el tiempo y su trans­ la penumbra (1989), larga conversación entre
curso no parece existir sino como superposicio­ dos mujeres que, para muchos, es su obra más lo­
nes del recuerdo con un presente constantemente grada, y El caballero de Sajonia (1991), centrada
vacío y abocado a un futuro sin ilusión. Tal es la en la figura de Lutero. Pero, además, Benet es­
atención que Benet prestó a Región que, además cribió novelas breves, entre las que deben citarse
106
BENET IJORNET

Nunca llegarás a nada (1961; reed., 2002), Una rales y sigue siendo, en la televisión autónoma
tumba (1971) y Sub rosa (1973), todas ellas, catalana, uno de los guionistas más conocidos.
junto a sus cuentos, incluidas en Cuentos com­ Sus inicios teatrales se produjeron en los años se­
pletos (1977; 2 vols.), y un curioso texto, acom­ senta, si bien la escenificación de su teatro no co­
pañado de collages de Emma Cohén*, titulado menzaría hasta los setenta. A utor de claro cariz
Trece fábulas v media (1981). Asimismo, sin olvi­ simbolista, en sus textos se ocupa, en cambio, de
dar Max (1953), pieza con la que inició su acti­ asuntos sociales, aunque ha mostrado también
vidad literaria, publicada en la Revista Española gran interés por el teatro infantil. De su prolija
y que no aparece en su Teatro (1970), fue autor de obra, destacan títulos como: Una vella, cone-
otras obras teatrales: Agonía confntans — publi­ guda olor (1964), Fantasía per a un auxiliar ad-
cada en Cuadernos Hispanoamericanos, n.° 236; ministratio i Cangons perdudes (1970), La de-
1969— , Anastas o el origen de la constitución saparició de Wendy (1974), La ñau (1977),
y Un caso ele conciencia, las tres incluidas en Bernáveu e les foques (1977), El somni de Bag­
su Teatro, ya mencionado. Asim ism o, escri­ dad (1978), D escripció d ’un paisatge (1979),
bió poemas, un libro de memorias, que él no re­ Baralla entre olors (1981), El manuscrit d ’Ali
conoció como tales, Otoño en M adrid hacia Bei (1985), Ai, carai (1993), representada en es­
1950 (1987; reed., 2001), dos volúmenes sobre pañol como ¡Ay, caray! (1999), Algún día traba­
ingeniería — Ingeniería en la época romántica. jaremos juntos (1995), con la que obtuvo el Pre­
Las obras públicas en España 1860 (1983) y El mio Nacional de Literatura D ram ática y que se
agua en España (1986)— , realizó traducciones estrenó en español en 1997, Olors (1999) y L ’ha-
de Scott Fitzgerald y publicó ensayos fundamen­ bitació del nen (2002), entre otras. Asimismo, ha
tales como La inspiración y el estilo (1966; recibido premios como el Josep M. de Sagarra,
reed., 2002), en el que desarrolla una defensa del el Ciutat de Palma, Ciutat de Sabadell y el de la
tema de la obra literaria en relación directa e ine­ Sociedad General de Autores.
ludible con el estilo, y donde explicita sus fobias
intelectuales contra la ramplonería del realismo BENEYTO CUNYAT, María (Valencia, 1925)
y del costumbrismo*. La obra, fundamental para Poetisa, novelista y dramaturga en lenguas va­
comprender su concepto de literatura y escrita en lenciana y española. Colaboradora en diversos
el periodo de gestación de Volverás a Región, diarios, sobre todo en Levante, en el que fue crí­
tuvo una reedición, con prólogo del propio Benet, tica literaria y publicó narraciones breves. De su
en 1973, así como una edición postuma, en 1999, obra en prosa deben citarse, además del volumen
en la que se incluían dos conferencias sobre el li­ de cuentos La promesa (1958), las novelas La in­
bro pronunciadas por Carmen Martín Gaite*. vasión (1955), El río viene crecido (1960), que
Otros ensayos fueron Puerta de tierra (1970), El recibió el Premio Valencia, La gent que viu al
ángel del Señor abandona a Tobías (1976), En món (1966), La donaforta (1967), Premio Joan
ciernes (1976), Del pozo 3' del Numa: un ensayo Senent, o Antigua patria (1969), que obtuvo el
y una leyenda (1978), La moviola de Eurípides Premio Ciudad de Murcia. De sus poemarios son
(1982), Sobre la incertidumbre (1982), Artículos importantes: Canción olvidada (1947), Altra ven
(1983), Londres Victoriano (1989) y La cons­ (1952), Eva en el tiempo (1952), Criatura múlti­
trucción de la Torre de Babel (1990). En 1994, ple (1954), galardonado con el Premio Valencia,
postumamente, la Dirección General de Obras Poemas de la ciudad (1956), con el que obtuvo
Hidráulicas del M inisterio de Obras Públicas, un accésit del Premio Boscán y que se publicó
Transportes y Medio Ambiente publicó un volu­ con el título de A quí (1956), Tierra viva (1956),
men de textos inéditos titulado Prosas civiles, accésit del Premio A donais, Ratlles a l ’aire
que recoge una treintena de artículos sobre temas (1956), Premio Ciudad de Barcelona, Vida ante­
no literarios, así como dibujos del autor madri­ rior (1962), Poesía (1947-1964) (1965), P ala­
leño. Años después, ya en 1998, comenzó la ree­ bras para una mujer de otro tiempo (1970), ac­
dición de toda su obra con los Cuentos completos césit del Premio Vizcaya, El agua que rodea la
y Trece fábulas y media y Fábula decimocuarta, isla (1974), Biografía breve del silencio (1975),
volumen en el que se añadía esa decimocuarta fá­ Vidre fe rit de sang (1977), Antología poética
bula inédita hasta entonces, así como, el mismo (1993), Archipiélago: poesía inédita, 1975-1993
año, vio la luz un libro que recogía numerosas en­ (1993), Nocturnidad y alevosía (1993), Para
trevistas e intervenciones públicas suyas: Carto­ desconocer la primavera (1994) y Casi un poco
grafía personal. nada (2000).

BENET I JORNET, Josep M. (Barcelona, 1940) BENGOA, María (Bilbao, 1959)


Dramaturgo en lengua catalana. Comenzó traba­ Narradora. Licenciada en Ciencias de la Infor­
jando en televisión realizando programas cultu­ mación, colabora en el diario El Correo como
107 BENÍTEZ de castro

crítica literaria desde 1987. Su labor periodística 1999, fue una de las traductoras más prestigiosas
se ha visto reconocida con el Premio Emakunde del panorama literario español. Se le deben más
de Medios de Comunicación en 1998. En sus re­ de cien títulos de obras de Boccaccio, Manzoni,
latos, M aría Bengoa establece un recorrido por Pavese, Alberto Moravia, Calvino, Buzzatti, Sa-
la memoria, pero atravesándola desde perspecti­ vinio, Pasolini, Maupasant, Zola y La Rochefou-
vas en que, aun tratándose de relatos indepen­ cault, entre otros. Recibió, por esa labor y entre
dientes, el hecho de que su protagonista sea la otros muchos, premios tan importantes como el
misma le otorga un carácter novelesco. El re­ Fray Luis de León (Nacional de Traducción de
cuerdo es visto por la autora como una suma de 1978), que se le concedió a su versión de Nues­
realidad e invención, y por eso va hacia delante tros antepasados, de Italo Calvino.
y hacia atrás en el tiempo con el desorden y la
casualidad que la propia vida impone a la reali­ BENÍTEZ ARIZA, José Manuel (Cádiz, 1963)
dad vivida. Su primer libro de cuentos fue A Pa­ Poeta y narrador. Crítico de cine y traductor de
rís en globo (1998) y de 2003 es una monografía Conrad y Kipling, enseña en un instituto de en­
suya sobre Ángela Figuera*. Fue coordinadora, señanza secundaria. En su poesía, de cierto ca­
con Pedro Ugarte*, de la antología Bilbao, alma­ rácter narrativo, en la estela de la llamada poesía
cén de ficciones (2000). de la experiencia* y acaso influida por un poeta
como Philip Larkin, predominan la confesión ín­
BENGOECHEA, Javier de (Bilbao, 1919) tima y pausada de emociones y la búsqueda de
Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad lucidez, por lo que se convierte en una poesía
de Madrid, ha ejercido la crítica de arte y de tea­ claramente analítica que huye del canto y de cua­
tro en diferentes medios. Destacan sus poem a­ lesquiera exageraciones para profundizar, sin
rios: Habitada claridad (1951), que obtuvo un caer en las tentaciones de la búsqueda de la be­
accésit del Premio Adonais, Hombre en form a de lleza, en el hastío de vivir, en las trampas de los
elegía (1956), con el que ganó el Premio A do­ sentimientos y en las peculiaridades de la coti­
nais, y Fiesta nacional (1959). dianidad. Poesía de la decepción ante la realidad,
de la memoria que la traspasa siempre, todo ello
BENGUEREL LLOBET, Xavier (Barcelona, 1905- con el consabido tono generacional de gran parte
1990) de los poetas que vienen escribiendo desde co­
Narrador en lengua catalana. Tras la Guerra Ci­ mienzos de los ochenta. Por lo que respecta a su
vil marchó al exilio, primero en Francia, después narrativa cabe decir que, en línea con lo dicho
en Chile, de donde regresó a España en 1954. Ha para su obra poética, su decepción vital se ve
escrito desde novelas psicológicas hasta históri­ abocada a una defensa de la literatura, a la visión
cas, pasando por una etapa de catolicismo al es­ de la escritura misma como medio de salvación e
tilo de Mauriac. Ha publicado, asimismo, teatro: hilo que teje las relaciones humanas. Autor de las
E l casam ent de la Xela (1937), Fira de desen- novelas La raya de tiza (1996) y Las islas pensa­
ganys (1941) y El testam ent (1960), libros de tivas (2000), de los libros de relatos La sonrisa
poemas: Poemes (1934) y Aniversari (1987), y del diablo (1998) y El hombre del velador
cuentos: L ’home i el seu ángel (1937), Sense re- (1999), del ensayo cinematográfico La vida ima­
torn (1939), La máscara (1947) y El desaparegut ginaria: artículos sobre cine (1998) y de los poe­
(1955), además de traducciones de Mallarmé, La marios Las amigas (1991), Cuento de invierno
Fontaine y Poe. De sus novelas destacan: Págines (1993), Malos pensamientos (1994), Los extra­
d ’un adolescent (1929), El teu secret (1932), Su- ños (1998) y Cuaderno de Zahara (2002).
burbi (1935), La vida d ’Olga (1939), L ’home dins
el niirall (1950), La familia Rouquier (1953), cuya BENÍTEZ DE CASTRO, Cecilio (Ramales de la
traducción al español, Icaria, Icaria, recibió el Victoria, Cantabria, 1917-1975)
Premio Planeta, El testamen (1955), Els fugitius Novelista. Licenciado en Derecho por la Univer­
(1956), El viatge (1957), L ’intrús (1960), El p o ­ sidad de Barcelona y colaborador de la prensa
bre senyor Font (1964), Gorra de plat (1966), Lli- barcelonesa, marchó a Argentina donde se de­
bre de retom (1977) y Appassionata (1983). Ade­ dicó a ejercer su carrera y a escribir. Sus novelas
más del mencionado Premio Planeta, ha recibido han sido traducidas a varios idiomas y llevadas
otros como el Joanot Martorell y el Premi d ’Ho­ al cine; de ellas destacan: Dos agentes en servi­
nor de las Letres Catalanas. cio (1939), Se ha ocupado el kilómetro 6 (1939),
El Creador (1940), Cuarto galeón (1941), Hura­
BENÍTEZ, Esther (El Ferrol, La Coruña, 1937- cán sobre Asia (1941), que firmó con el seudó­
M adrid, 2001) nimo de César Grabb — al igual que Brazalete
Traductora. Fundadora del Centro Español de de oro (1942)— , Los dos amores de Máximo
Derechos Reprográficos, donde trabajó hasta Claudel (1942), Cabeza de hierro (1943), El frío
108
BENÍTEZ REYES

de la tarde (1944), La ciudad perdida (1945), ternacional Ciudad de M elilla y el Premio Na­
con la que obtuvo una mención de Honor en el cional de Literatura, Paraísos y mundos. Poesía
Premio Nacional de Literatura de ese año, que se reunida 1979-1991 y otros poem as (1996), El
declaró desierto, Una sombra en la ventana equipaje abierto (1992-1996) (1996) y Escapa­
(1946), La rebelión de los personajes (1949), rate de venenos (2000), a los que hay que añadir
Maleni (1950), La iluminada (1958), obra por la Trama cíe niebla. Poesía reunida 1978-2002
que recibió el Premio del Concurso Internacional (2003), en el que reunió todos ellos, menos Es­
de Novela de la Editorial Losada y que, en Es­ tancia en la heredad, Personajes secundarios y
paña, se publicaría con el título de La noche de Japonerías. Es autor, asimismo, de las novelas
la luciérnaga (1970), y Sexi Bar (1970). Entre Chistera de duende (1991), Tratándose de uste­
sus obras se cuentan también diversos ensayos, des (1993; reed., 1999), La propiedad del p a ­
los más destacados de los cuales son: El desarro­ raíso (1995; reed., 2001), con una fuerte carga
llo económico argentino (1954) y Política de de nostalgia respecto a la infancia, Humo
participación (1969), entre otros. (1995), con la que obtuvo el Premio Ateneo de
Sevilla, el libro de relatos M aneras de perder
BENÍTEZ REYES, Felipe (Rota, Cádiz, 1960) (1997), El novio del mundo (1998), considerada
Poeta y novelista. Dirigió las revistas Fin de Si­ por gran parte de la crítica su mejor novela y una
glo y Renacimiento. En su poesía, marcada por de las mejores de los últimos años en España, se
la nostalgia y el devenir del tiempo, convergen trata de una fábula grotesca y expresionista in­
la llamada poesía de la experiencia* y la «poe­ fluida por Cervantes* y la picaresca*, Lo que
sía canalla» del Manuel Machado* de El mal viene después de lo peor (1998) y El pensa­
poema. De estilo y tratamiento aparentem ente miento de los m onstruos (2002), a lo que hay
sencillos, sus versos resultan, sin embargo, de que añadir la reunión de artículos literarios de
una enorme riqueza verbal y abordan, con cierta Gente del siglo (1997) y de artículos taurinos en
desolada conciencia de inevitabilidad, los dolo­ Palco de sombra (1997).
res impuestos por la cotidianidad y la memoria,
siempre con una desbordada capacidad para la BENITO, Ángel
creación de imágenes que sorprenden por su be­ Poeta. Empresario y hombre de teatro, es autor
lleza y fuerza connotativa, y en la que debe mu­ de una poesía con ligeras influencias de Cirlot*,
cho, sobre todo en sus inicios, tanto al simbo­ sentimental y concentrada en la memoria y el de­
lismo* como al M odernismo*. Poesía, en fin, seo. Uno de sus libros más importantes es Hasta
elegiaca y melancólica, con tendencia al pate­ el nunca del siguiente instante (1998).
tismo, a la fatalidad. Por lo que respecta a la
prosa, su estilo a veces cuenta con un marcado BENITO DE LUCAS, Joaquín (Talavera de la
carácter poemático, que huye a menudo de cual­ Reina, Toledo, 1934)
quier rasgo naturalista, y recurre a artificios rít­ Poeta. Doctor en Filología Románica por la Uni­
micos o retóricos propios del poema, algo que versidad de Madrid, fue director del Centro Cul­
en sus cuentos alcanza grados aún mayores, al tural Hispánico de Damasco, lector de español
construir el relato como un microcosmos repre­ en la Universidad Libre de Berlín, catedrático de
sentativo de un algo mucho más amplio, ejerci­ instituto, profesor en la Universidad Autónoma
cio típico del poema. En todo caso, se trata de de Madrid y de la UNED, así como en las de Ali­
un narrador de gran inventiva y originalidad, cante y Cuenca. Ha m antenido amistad y rela­
que derrocha idioma por todas partes, si bien ción literaria profunda con autores como Claudio
ciertas construcciones metafóricas recuerdan a Rodríguez*, Francisco Brines*, Carlos Saha-
veces a las greguerías de Gómez de la Serna*, lo gún* o Eladio Cabañero*. Traductor de las R i­
que no desmerece en absoluto la precisión de mas de Bécquer* al árabe, ha sido conferenciante
una prosa cuidada exquisitamente y de induda­ por medio mundo, lector en varias universidades
ble personalidad en el panorama narrativo espa­ y, actualmente, catedrático de Literatura Espa­
ñol, desde la que aborda, con ironía y algo de fa­ ñola. Se trata de un poeta intimista y onírico, pre­
talismo, una materia humana variada. Destacan ocupado por el amor y la memoria, al que gran
poemarios como: Estancia en la heredad parte de la crítica sitúa en la Generación del 60,
(1979), Paraíso manuscrito (1982), Los vanos junto a otros autores como Miguel Fernández*,
mundos (1985), Personajes secundarios (1988), Jesús Hilario Tundidor* o Soto Vergés*, por ci­
Japonerías (1989), Pruebas de autor (1989), La tar solo algunos nombres. Entre sus obras poéti­
mala compañía (1989), Bazar de ingenios cas cabe destacar los poemarios Las tentaciones
(1991), La maleta del náufrago (1991), Sombras (1964), Materia de olvido (1967), por el que re­
particulares (1992), Premio Loewe, Vidas im ­ cibió el Premio Adonais, K Z, Campo de concen­
probables (1994), con el que ganó el Premio In­ tración (1970), Plancton (1976), M emorial deI
109 BERCEO

viento (1978), galardonado con el Premio M i­ Fábulas políticas (Londres, 1813) y La lira a la
guel Hernández, Seis poem as marinos (1979), libertad, poesías patrióticas (Londres, 1831),
Antinom ia (1975-1981) (1983), Campo de es­ obra en la que recoge sus poesías.
puma (1983), Antología poética (1984), La som­
bra ante el espejo (1987), que obtuvo los pre­ BERAGÜE, Pedro de -> Véase VERAGÜE, Pedro
mios Ciudad de Talavera y Castilla-La Mancha, de.
Noces d ’argent (1989) y D olor a solas (1991),
que recibió el Premio Esquío, a los que habría BERCEO, Gonzalo de (Berceo, La Rioja, h.
que añadir, además de A l fuego de la vida, anto­ 1198-a. de 1264)
logía 1964-1994 (1995), ensayos como Poesía Es el primer poeta castellano que conocemos. Al­
m añana medieval (1968), El tema mañano en la gunos estudiosos, como B. Dutton, han apuntado
poesía castellana de la Edad Media (1971), que que estudió en Palencia en la escuela de la cate­
fue su tesis doctoral, dirigida por Dámaso dral organizada por el obispo hacia 1212 o 1214.
Alonso*, Manual de Historia de la Literatura, II Lo que sí es seguro es que se educó en el monas­
(Periodo contemporáneo) (1978), Literatura de terio de San Millán de la Cogolla y se ordenó sa­
posguerra. La poesía (1981) y Reflexiones sobre cerdote. Poco más se sabe de su vida, salvo los
mi poesía (1985), así como ediciones críticas, datos que él mismo ofrece en sus textos, que ya
entre las que destaca la de los Milagros de Nues­ era diácono en 1221 (se dedicaba a la enseñanza
tra Señora (1978), de Gonzalo de Berceo*, o la de la doctrina y a la explicación de la liturgia) y
Celestina (1984), de Fernando de Rojas*, así en 1240 clérigo secular. Es importante referirse a
como la selección de textos de M elchor Gaspar su vida en el mencionado monasterio de San Mi­
de Jovellanos* (1982) o las antologías Antonio llán, ya que esta afectó decisivamente a sus tex­
Machado (1987), Poetas de Toledo (1991), Once tos. Como miembro de él, estaba obligado, entre
poetas españoles (Promoción de posguerra) otras muchas funciones, a leer en el refectorio
(1993), Datos para una bibliografía crítica de durante las comidas. Estas lecturas tenían que
poetas toledanos actuales (1940-1992) (1993), ver con las vidas de los santos, y el auditorio de
entre otras. las mismas estaba formado tanto por religiosos
como por huéspedes, peregrinos y trabajadores
BENOT Y RODRÍGUEZ, Eduardo (Cádiz, 1822- del monasterio. Este hecho es determinante,
M adrid, 1907) puesto que en el futuro dejaría una huella indele­
Ensayista y dramaturgo. Erudito y miembro de ble en las obras de Berceo, destinadas siempre,
la Real Academia Española, escribió sobre m a­ también, a la lectura pública, lo que las dota de
terias lingüísticas Arte de hablar, gramática f i ­ un tono peculiar. Asimismo, y debido a la impor­
losófica de la lengua castellana, publicado, pos­ tancia del monasterio, tanto económica como
tum am ente, en 1910, Exam en crítico de la cultural, la obra de Berceo queda marcada por
acentuación castellana (1866), Versificación esta influencia, ya que en ella se dedica a hacer
p o r pies métricos (1890) y España (1905), un propaganda del centro — así como de todos los
drama, M i siglo y mi corazón, y la zarzuela El relacionados con la orden de san Benito— , utili­
muerto vivo. zando en su provecho los sucesos reales y alte­
rándolos según sus intereses. Así, se ha dicho
BENZO, Fernando (Madrid, 1965) que tanto sus vidas de santos como sus obras
Narrador. Abogado de profesión, ha recibido nu­ dedicadas a la Virgen están determinadas por el
merosos y prestigiosos premios por muchos de hecho de que esos santos a los que se refiere son
sus cuentos. Es colaborador en prensa y en diver­ los que tenían que ver con los monasterios de
sas publicaciones literarias y jurídicas. Es autor San Millán y Santo Domingo de Silos, del
de las novelas Los años felices (1987), galardo­ mismo modo que la devoción a la Virgen era es­
nada con el Prem io Castilla-La M ancha, Mary pecial en el monasterio de San Millán de Yuso.
Lou y la vida cómoda (1994), que m ereció el Berceo es un poeta preciso que cuida sus fuentes
Premio Ciudad de Irún, La traición de las sire­ latinas, siempre citadas en los textos, y las recrea
nas (1999) y Después de la lluvia (2003), con la con una imaginación desbordante; que trata a sus
que obtuvo el Premio Ciudad de M ajadahonda. personajes, los santos de los que habla, no solo con
Ha publicado, asimismo, la colección de relatos devoción sino con cariño. Siempre es muy deta­
Diez cuentos tristes (1999). llista en las cuestiones biográficas y geográficas,
y constantemente opina y comenta los aconteci­
BEÑA, Cristóbal de (Extremadura, 1777-Ma- mientos que relata. Son poemas en los que el poeta
drid, 1833?) deja ver su intimidad, por lo que la inmediatez
Poeta. Liberal que se opuso a los afrancesados y de los versos resulta ineludible, unos versos que
que vivió bastantes años en Inglaterra. Publicó están escritos con la métrica más cuidada del
BERCEO
no

mester* de clerecía, en la que el hiato es cons­ por una introducción alegórica, cuenta la inter­
tante, así como los arcaísmos y regionalismos vención de la Virgen en favor de sus devotos.
propios del dialectal riojano en que escribe. To­ Respecto a la alegoría inicial, debe decirse que
dos ellos tienen una finalidad docente. Berceo, en la dialéctica entre realidad y eleva­
Su prim er texto debió de ser la Vida de santo ción que implica el método, la realidad es el otro
Domingo de Silos (h. 1230), largo poema — re­ mundo. En esa introducción se nos pinta una pra­
creación de la Vita Sancti Dominici confessoris dera (el tradicional locus amoenus de las retóri­
Christi et abbatis, del abad Grimaldo— en el que cas latinas), paisaje que Berceo traspone alegóri­
se narran, con un fuerte carácter nacionalista cas­ camente haciéndole significar las perfecciones
tellano y antinavarro, los milagros del santo con de la Virgen. Después, vienen los Milagros pro­
extraordinaria amenidad. A la de santo Domingo, piamente dichos, que son casos particulares
hay que añadir la Vida de san Millón de la Co­ (ejemplos) de un principio general-universal
gollo, tomada de la Vita Sancti Aem iliani, de (quien es devoto de la Virgen recibe su ayuda).
san Braulio, obispo de Zaragoza y discípulo de san El origen de los Milagros está en el Evangelio y
Isidoro*. En ella, Berceo añade cosas a sus fuen­ tienen una clarísima intención didáctica basada
tes originales y utiliza un método típico de los en la confrontación de dos principios, el bien y el
sermones consistente en citar la autoridad de «lo mal, que se establece de acuerdo a oposiciones
escripto», el cual combina con una falsa modes­ polares, caso de la Virgen enfrentada a los demo­
tia bastante común a la hora de conseguir la be­ nios, y que suele resolverse como un tema ju rí­
nevolencia del público. Asimismo, debe mencio­ dico. Esta tensión, reflejada en toda la obra, se
narse la Vida de santa Oria (1042-1069), basada reproduce en oposiciones entre diversos elemen­
en el relato de Munio, confesor de la santa, y en tos o contrarios. El milagro tiene la organización
la que se centra, frente a las anteriores, que se típica del cuento fantástico, pues hay una histo­
ocupaban de las buenas obras de este mundo, en ria y un momento final en el que aparece la Vir­
las visiones del cielo. Estas vidas se correspon­ gen (excepto en «La abadesa encinta»), una or­
den con el género conocido como Vitae patrum ganización desrealizadora que se combina con el
para la defensa e ilustración del cristiano. El gé­ elemento didáctico. A Berceo no le interesan los
nero epideíctico (alabanza o vituperio de un se­ personajes, sino la tipificación, es decir, que sean
ñor) aparece de manera semejante en las vidas de clérigos, ladrones o judíos, y no entra en descrip­
santos como una serie de momentos en la vida de ciones físicas de los individuos, ya que las carac­
estos: orígenes familiares, infancia y educación, terizaciones tienen una adjetivación mínima. Lo
madurez, muerte y milagros después de muerto. individual, que no se entiende en la época, por
Se trata de un género mixto entre lo dramático y supuesto no aparece. En la obra hay, además, dos
lo narrativo, en el que operan las tensiones entre niveles de lenguaje, el seglar popular y el culto.
el santo y sus enemigos (el demonio, la sociedad, Aunque se habla de Berceo como autor de estilo
el rey, la envidia), y entre el mundo material y el sencillo y familiar, lo cierto es que no resulta ele­
celestial. Berceo plantea, retóricamente, tres pla­ mental. Lo que él hace es recrear en un nivel más
nos: el narrador, la narración y los destinatarios vulgar a través del romance y con clara intención
(incluidos estos en el texto narrativo), y emplea docente, aunque hay referencias técnicas y cul­
con frecuencia la apelación directa. Otra obra tismos latinizantes. Emplea numerosas anáforas,
importante de Berceo es el Duelo que fizo la Vir­ de las que se sirve para conseguir un efecto de
gen María el día de la Pasión de su Fijo, obra patetismo e intensidad, así como fórmulas épicas
destacada por incluir una pieza métrica diferente y alusiones perifrásticas, y la construcción del
de la cuaderna vía, la canción lírica denom i­ alejandrino le sirve para favorecer la simetría y
nada «Eya velar», que se inspira, a partes igua­ sus variantes. Por otro lado, Berceo, más que in­
les, en la lírica popular y en la liturgia. Esta obra formar sobre la Virgen, lo que pretende es inspi­
fue considerada tradicionalm ente como la pri­ rar devoción hacia ella, potenciar el mito ma­
mera composición lírica en lengua castellana. riano. Estos Milagros pueden agruparse en tres
Otras son Loores de Nuestra Señora, Milagros grandes bloques:
de Nuestra Señora, Martirio de sant Laurengio, — Milagros en los que M aría premia y castiga a
Del sacrificio de la Misa y De los signos que los hombres.
aparescerán antes del Juicio. Según esto, pode­ — Milagros del perdón, en los que M aría logra
mos clasificar su obra en tres grupos: las dedica­ salvar a sus devotos (media ante Cristo).
das a vidas de santos, las de tema mariano y las — Milagros de conversión o crisis hacia el bien.
litúrgicas o de visiones apocalípticas. De entre La intercesión de M aría se presenta de muchas
todas ellas es, por supuesto, los M ilagros de formas: ayuda a aquellos que nunca han delin­
Nuestra Señora su obra capital; en las veinti­ quido (san Ildefonso, el clérigo ignorante), a los
cinco narraciones que la componen, precedidas pecadores que repiten su nombre (el sacristán
111 BERGAMÍN

impúdico, el ladrón devoto), a los arrepentidos hombre, que supone una fuente esencial para
(la abadesa encinta), intercede ante Cristo (el ro­ comprender el sentido de la Generación del 36*.
mero de Santiago) y vence el poder de los dia­ En todo caso, la importancia poética y, en gran
blos con sutiles argumentos, aunque a veces no medida, política de Bergamín está más allá de su
hay salvación posible, como les sucede a los ju ­ inclusión o no en la nómina de poetas del 27, y
díos de los milagros XVI y XVIII. lo que hay que señalar es que la crítica no le ha
Es importante señalar que, aparte de las numero­ devuelto aún todo lo que le debe. El hecho de
sísimas ediciones que, a lo largo de los siglos, que, además de ser uno de los autores más des­
concretam ente durante el xx, se han ido suce­ conocidos de la generación y de los más injusta­
diendo de la obra de Berceo, hay que destacar la mente tratados, se trate de un autor que lo mismo
de sus Obras completas, aparecida en 2003 y en despierta odios que adhesiones inquebrantables
la que se aumentan, y se discuten, las inform a­ puede obedecer, según ha opinado Giralt To­
ciones de las que se consideraban ediciones clá­ rrente*, a que, por un lado, fue un autor de pen­
sicas de dichas obras: la de Brian Dutton, de samiento escurridizo e inclasificable, de estilo
1967 y 1981, y la de Isabel Uría, de 1992. conceptista y demasiado ligado a los clásicos, y,
por otro, a su conflictiva personalidad política,
BERENGUER, Luis (El Ferrol, La Coruña, 1923- que quedó demostrada cuando en la transición
San Fernando, Cádiz, 1979) democrática se negó a aceptar la monarquía y a
Novelista. Ingeniero naval de la Armada, colaboró reafirmarse en su republicanismo. Es autor de
en publicaciones como Poesía Española y Cua­ una poesía, en general, sencilla y depurada, de
dernos Hispanoamericanos. Se le deben novelas un extraordinario conceptismo, sin los barroquis­
como El mundo de Juan Lobón (1967), narración mos de su prosa y en la que abunda en cuestio­
de la vida y peripecias de un cazador furtivo a la nes como el tiempo, la muerte y el amor. De ex­
que se concedió el Premio de la Crítica después traordinaria importancia resultan sus aforismos,
de haber quedado finalista, en año anterior, del que en cierta medida suponen un paradigma de
Premio Alfaguara, Marea escorada (1969), Pre­ su estilo: la contundencia de las afirmaciones, el
mio Nacional de Literatura Miguel de Cervantes y pensamiento enigmático y de apariencia contra­
finalista del mismo Premio Alfaguara, Leña verde dictoria, la presencia de la religión, la reflexión
(1971), Premio de la Crítica, Sotavento. Crónica sobre el arte, la política, la importancia de sus
de los olvidados (1973), La noche de Catalina vir­ maestros, etc. Publicó, en 1923, un primer libro
gen (1975) y, publicada postumamente, en 1980, de aforismos, género que fue de sus favoritos, El
Tamatea, novia del otoño. cohete y la estrella, al que siguieron Caracteres
(1926), La cabeza a pájaros (1933) y, ya casi en
BERGAMÍN, José (M adrid, 1895-San Seba s­ los últimos días de su vida, Aforismos de la ca­
tián, 1983) beza parlante (1983). Años después, en 1998,
Poeta, ensayista y dramaturgo. Estudió Derecho apareció Las ideas liebres, en el que se recopila­
y, además de dirigir la revista Cruz y Raya — ins­ ron aforismos que nunca antes se habían reco­
pirada por el neocatolicism o que practicaba— , gido en libro y que Bergamín había ido publi­
colaboro en Revista de Occidente y La Gaceta cando, desperdigados, en diarios y revistas
Literaria. Tras la Guerra Civil, en la que apoyó durante su vida. Fue autor, asimismo, de las obri-
sin paliativos a la República, se exilió hasta tas teatrales, recogidas en: La risa en los huesos
1970, año de su regreso a España, para, en 1979, (1973), Tres escenas en ángulo recto (1925) y
presentarse como senador por la coalición Iz­ Enemigo que huye (1927). Destaca su obra ensa-
quierda Republicana. A dm irador de Nietzsche, yística con títulos como: El arte de birlibirloque
Pascal y Unamuno*, contradictorio, católico pro­ (Entendimiento del toreo) (1930), La decadencia
gresista y de talante vanguardista, se le incluye, del analfabetismo (1931), Mangas y capirotes
sin duda, entre los autores de la Generación del (1933) — que, en 1950, se tituló España en su la­
27*, aunque sin que participara en ella plena­ berinto teatral del siglo XVII— , Disparadero es­
mente. Fue, sin embargo, uno de los autores que pañol (1936-1940), El pozo de la angustia
con mayor fuerza colaboró en su difusión, publi­ (1941), Detrás de la cruz (1941) —reeditadas es­
cando a sus autores y permitiéndoles publicar en tas dos en El pensamiento perdido (1976)— , Lá­
sus revistas, y, sobre todo, el primero que señaló zaro, don Juan y Segismundo (1959), Fronteras
la influencia de la prosa de Gómez de la Serna* infernales de la poesía (1959), La importancia
en la poética del 27. Asimismo, a través de la del demonio y otras cosas sin importancia (1961;
mencionada revista Cruz y Raya, difundió artícu­ reeds., 1974 y 2000), edición en la que se in­
los fundamentales de Landsberg, Heidegger, ver­ cluye, además, el ya mencionado La decadencia
siones de Hólderlin realizadas por Cernuda* o un del analfabetismo, Beltenebros (1969), De una
célebre ensayo de Maravall*, La revolución del España peregrina (1972), Al volver (1972), El
112
BERGNES DE LAS CASAS

clavo ardiendo (1974) y, postumamente, un vo­ (1967) o Del más acá (1982), así como las nove­
lumen que recogía ensayos de entre 1925 y 1945, las Pólvora mojada (1972) y, sobre todo, La gaz­
Prólogos epilógales (1985). Durante la guerra nápira (1984), reeditada en 1994 con prólogo de
aparecieron Tres sonetos a Cristo crucificado, si Manuel Seco*, que constituye un ejemplo de in­
bien su poesía se recogió, posteriormente, en Ri­ serción de dialectismos en una prosa refinada.
mas y sonetos rezagados (1962), Duendecitos y Fue el autor de la parte correspondiente al perio­
coplas (1963), La claridad desierta (1973), Del dismo en El año literario español (1976-1979).
otoño y los mirlos (1975), Apartada orilla
(1976), Velado desvelo (1978), la antología Por BERMEJO, Alvaro (San Sebastián, 1959)
debajo del sueño (1979), Poesías casi completas Novelista. Periodista de profesión, cultiva el gé­
(1980) y Esperando la mano de nieve (1982). nero histórico. Autor de las novelas El reino del
Después de la guerra, vieron la luz las obras tea­ año mil (1998) y La piedra imán (2001), ambien­
trales: La hija de Dios y la niña guerrillera tada en la Guerra de Cuba y con la que obtuvo el
(1945), Melusina y el espejo (1952), Los tejados Premio Ateneo de Sevilla.
de Madrid y El amor anduvo a gatas (1961). En
1984 y 1985 la revista Litoral editó una Antolo­ BERMEJO, Ildefonso Antonio (C ádiz, 1820-Ma-
gía periodística (núms. 142-150), y en 1997 se drid, 1892)
editó una Antología poética. Dramaturgo y novelista. Además de su labor
como periodista en La Epoca y en Don Quijote,
BERGNES DE LAS CASAS, Antonio (Barcelona, y de haber dirigido El Frayle, publicación en la
1801-1879) que firmó con el seudónimo de Fray Cándido
Ensayista. Editor y helenista, introductor en Es­ Medinilla, editó obras históricas sobre Isabel II y
paña de Walter Scott y George Sand, a quien se Carlos IV. Deben destacarse sus novelas históri­
deben obras como Nueva gramática griega cas Espartero (1845-1846) y La capa del rey
(1833) y Nueva crestomatía griega (1861), si García (1850), así como las comedias A certar
bien destaca con otros títulos: Historia de la im­ por carambola (1853), Pólvora en salvas (1866)
prenta (1831), El nuevo viajero universal en y Cortesanos en chaqueta (1879).
América (1832), Bosquejillo de la vida y escritos
de don José M or de Fuentes (1836) y, sobre todo, BERMEJO, José María (Tornavacas, Cáceres,
las publicaciones El Vapor (1833-1836) y Museo 1947)
de las familias (1838-1841). Poeta. Su poesía es comprometida y enigmática,
de sintaxis rota y difícil. Se le deben títulos como
BERGUEDÁ, Guillem de (a. de 1138-d. de 1192) Epidemia de nieve (1972), Desolación del ansia
Poeta en lengua provenzal. Hijo del vizconde de (1980), con el que obtuvo el Premio Juan Ramón
Berguedá, a quien le fue negada la herencia del Jim énez, Poema de nieve (1984) y Cuaderno
título por haber cometido un asesinato, este tro­ griego (1987). Ha escrito, asimismo, la novela
vador, acosado por enemigos a los que atacaba Soliloquio (1981), galardonada con el Premio
con composiciones calumniosas, tiene una obra Ateneo de Valladolid.
escasa de la que destacan las canciones corteses
y amorosas, que resultan elegantes y originales. BERMEJO, Miguel (Zamora, 1962)
Se conservan treinta y una poesías de atribución Narrador. Industrial y escultor, aparece en el pa­
segura, que además de las mencionadas cancio­ norama editorial con la novela De espaldas a no­
nes, comprenden sátiras y denuncias contra las sotros (2002), influido por el mexicano Juan
atrocidades del obispo de Urgel. Rulfo y, en gran medida, por nombres como Ca­
milo José Cela*, Sender* o Miguel Delibes*. Se
BERLANGA AGUDO, Andrés (Labros, G uada­ trata de una obra que está marcada por la desola­
lajara, 1941) ción del espacio rural en que se centra, con una
Narrador. Periodista, fue profesor en la Escuela familia campesina enfrentada a un destino de po­
de Periodismo y perteneció a la redacción del se­ breza, en la que el narrador se muestra hábil en
manario Signo, a la del diario Ya y a la agencia el manejo del coloquialismo, de la oralidad y, al
Logos. Dirigió el Servicio de Comunicación de tiempo, de la descripción de personajes.
la Fundación Juan March y el boletín literario
Saber leer. Se trata de un autor realista en cuya BERMÚDEZ, Jerónimo (?, h. 1530-Tuy, Ponteve­
obra combina la anécdota y la ternura para ofre­ dra, 1605)
cer un cuadro de las costumbres cotidianas desde Dramaturgo. Viajero incansable que, a su regreso
la posguerra hasta la transición tras la muerte de a España, se ordenó con los dominicos y fue ca­
Franco, con especial atención al ámbito rural. tedrático de Teología en Salamanca. Como escri­
Deben citarse títulos como los relatos Barrunto tor pretendió crear tragedias al estilo de las grie­
113 BERNAT I BALDOVi

gas; así, adaptó Inés de Castro, del portugués Fe- vasallaje a Carlomagno, colaboró en la derrota
rreira, que él llamó Nise Lastimosa, y para la que de los franceses en Roncesvalles y mató a Rol-
compuso una continuación, esta ya sí debida por dán. A la muerte de Alfonso II, Alfonso III se
entero a su pluma, N ise laureada, ambas edita­ negó a liberar al conde San Díaz, como Bernardo
das, en 1577, en Primeras tragedias españolas, le había pedido tras enterarse del encarcela­
y firmadas con el seudónimo Antonio de Silva. miento en una partida de ajedrez en la Corte, por
En ellas se aprecia la influencia de Séneca. Tra­ lo que se rebeló y conquistó el castillo del Car­
dujo, asimismo, un panegírico que él mismo ha­ pió. El rey, entonces, prometió liberarlo y,
bía escrito, en dísticos latinos, para el duque de cuando Bernardo salió a recibir a su padre, lo en­
Alba, y lo tituló La Hesperodia. contró muerto sobre el caballo. Bernardo fue
desterrado y marchó a París, de donde regresó
BERMÚDEZ, Rafael (Fontainebleau, Francia, para instalarse en Ribagorza. Pero la leyenda
1958) tiene otra rama francesa, en la que debió de ha­
Narrador. Autor con gran dominio del relato ber un Bernardo, hijo de la hermana de Carlo­
breve, en el que se muestra interesado por lo so­ magno, doña Tímbor, y que también luchó con­
brenatural y con gran fuerza intimista. Destaca tra los franceses, aunque este terminaría al lado
su libro de cuentos Los embozados (1999). del emperador contra los enemigos. Según sea la
ideología de la crónica que se refiere a estos
BERMÚDEZ DE CASTRO Y DÍEZ, Salvador {Je­ acontecimientos, opta por uno u otro Bernardo;
rez de ¡a Frontera, 1814-Roma, 1883) el Tudense funde ambas, mientras que el Tole­
Ensayista. Político y diplomático, duque de Ri- dano y la Crónica General prefieren al hispano.
palda, marqués de Lema y de Nápoles y príncipe Por otro lado, el obispo Sampiro silencia la le­
de Santa Lucía, En su periódico, El Iris, publicó yenda, así como los anales complutenses y tole­
artículos históricos, muchos de ellos dedicados a danos, y la redacción de la Estoria de España
la figura de Antonio Pérez*, en quien centró gran hubo de interrumpirse ante la imposibilidad de
parte de sus investigaciones. Escribió unos En­ conciliar las dos fuentes. La versión hispana pa­
sayos poéticos (1840) en los que aparece una rece una reacción contra la Chanson de Roland.
nueva estrofa de ocho versos endecasílabos, que Esta historia, no obstante, y además de dejar hue­
se conoció como «bermudina», y en los que lla en historiadores como Lucas de Tuy y Ximé-
queda claro su rom anticismo pesimista, escép­ nez de Rada, dio lugar a numerosas recreaciones
tico e intimista. literarias, canciones de gesta, romances y obras
diversas en toda nuestra historia literaria como
BERNÁLDEZ, Andrés (Cuenca, 1415-Los Pala­ España defendida (Madrid, 1612), de Cristóbal
cios, Sevilla, 1513) Suárez de Figueroa*, El Bernardo... (Madrid,
Historiador. Apenas se sabe de él, salvo que fue 1624), de Bernardo de Balbuena*, las comedias
capellán del arzobispo de Sevilla y que se le co­ La libertad de España por Bernardo del Carpió,
noció como el Cura de los Palacios. Su obra fun­ de Juan de la Cueva*, Las mocedades de Ber­
damental es Historia de los Reyes Católicos don nardo, de Lope de Vega*, o Alfonso el Casto, de
Fernando y doña Isabel, publicada en Granada Hartzenbusch*, entre otras.
en 1856. Frente a la Crónica de Pérez del Pul­
gar*, de la que se sirvió para su Historia, Bemál- BERNAT, Miguel Ángel (Madrid, 1954)
dez ensalza la ideología de los reyes, eso sí, con Poeta. Próximo a la poesía de la experiencia*, sus
una prosa ágil y gran fiabilidad en los datos. Muy versos muestran una íntima ligazón con la natura­
interesante es la parte dedicada al descubri­ leza, al partir siempre de realidades mínimas para
miento de Am érica, ya que m antuvo contactos desarrollarse ulteriormente en un intento macros­
con Cristóbal Colón*, quien le proporcionó da­ cópico de análisis del mundo. Poesía, pues, del de­
tos inestimables, así como sus opiniones sobre la talle, y que en el detalle encuentra motivos para el
Inquisición, de la que se muestra partidario. agradecimiento y la celebración. Destacan sus poe­
marios: Informe de la carretera abandonada
BERNARDO DEL CARPIO (1986), El refugio de las fieras (1989), El río
Personaje de no muy claro origen, de quien la le­ (1991), Constelación (1994), En la tierra (1997)
yenda dice que era sobrino de A lfonso II el y Almas distantes (1999).
Casto. Según esta, era hijo de doña Jimena, her­
mana del rey, que lo tuvo con el conde San Díaz, BERNAT I BALDOVÍ, Josep (Sueca, Valencia,
prendido por el rey, que no aceptaba los amores 1810-1864)
secretos de su hermana con aquel. Bernardo, Dramaturgo en lengua catalana. Estudió Derecho
criado por el rey, se puso del lado de los moros en Valencia, fue juez y publicó artículos costum­
de Zaragoza y se opuso a que Alfonso II rindiera bristas en El Sueco, El Tabalet y La Donsagna.
BERNIER 114

Sus obras, de un realismo vulgar, son El Gafan o BETANCORT CABRERA, José (Teguise, Lanza-
El pretendiente labriego, La viuda i el escola, Pa- rote, 1874-Madrid, 1950)
laques i caragols o la tertulia de Calan y Mira- Narrador. Estudió Derecho, fue diputado y di­
cles, centrados en la vida de san Vicente Ferrer, rector de Prisiones. Como periodista utilizó va­
que consistían, al igual que en la Edad Media con rios seudónimos, entre los que destaca el de
los milagros de los santos, en representaciones al Ángel Guerra. Su producción, además de obras
aire libre. Destaca, entre ellos, El rei moro de de crítica literaria y política, poesías y dramas,
Granada (Valencia, 1860). destaca por las narraciones de M ar afuera
(1907), «Al jallo» (1907), La lapa (1908) y El
BERNIER, Juan (La Carlota, Córdoba, 19] 1-Cór­ patache (1919).
doba, 1989)
Poeta. Uno de los fundadores, en 1947, de Cán­ BIBLIA POLÍGLOTA DE AMBERES
tico, junto a Pablo García Baena*, Ricardo Mo­ Versión de la Biblia llevada a cabo por el erudito
lina*, Mario López* y Julio Aumente*, de su obra Benito Arias Montano*, quien, por encargo de
destacan poemarios como A quí en la tierra (1948), Felipe II dirigió los ocho volúmenes de la cono­
Una voz cualquiera (1959), Poesía en seis tiempos cida como Biblia políglota de Amberes, publi­
(1977) y Los muertos (1986), en los que el esteti­ cada por el im presor Cristóbal Plantino (1514-
cismo prima sobre cualquier tipo de mensaje. 1589) en Amberes entre 1569 y 1573, y cuyo
texto base fue la Biblia políglota complutense *,
BERNIER, Juan Antonio (Córdoba, 1976) a la que se añadieron otras versiones y textos, así
Poeta. Autor en cuyos versos la búsqueda de las como numerosos estudios de Arqueología bí­
imágenes alude a una trascendencia que huye de blica, realizados por el propio Montano. Los cua­
la poesía de la cotidianidad más a la moda y más tro primeros volúmenes los compone el Antiguo
ligada a la conocida como poesía de la experien­ Testamento; los Evangelios, el quinto, y los tres
cia*. En esta línea, se aprecia en su obra la in­ últimos, bajo la denominación de Apparatus, los
fluencia simbolista de Juan Ramón Jiménez*, estudios citados. Esta obra ejerció gran influen­
pero se mueve siempre con libertad y es ajeno a cia en las políglotas posteriores impresas en Eu­
las corrientes en boga. Incluido en la antología ropa, y fue denunciada ante la Inquisición por
La lógica de Orfeo, de Luis Antonio de Villena*, León de Castro, profesor en Salamanca, aunque
es autor de los poemarios La costa de los sueños se salvó por la intercesión del padre Juan de M a­
(1998) y Luces dentro del bosque (2000). riana*.

BERTISO -> Véase PERSIO, Félix. BIBLIA POLÍGLOTA COMPLUTENSE o DE AL­


CALA
BERTRANA, Prudenci (Tordera, Barcelona, 1867- Edición de la Biblia en la que se fijaron las dife­
1941) rentes versiones, hebrea, latina y griega, existen­
Dramaturgo y novelista en lengua catalana. Afi­ tes antes del siglo xvi. El cardenal Francisco Ji­
cionado a la pintura desde la infancia, ejerció el ménez de Cisneros*, a instancias de Antonio de
periodismo. Publicó Josafat (1906), una mezcia Nebrija* — quien se retiraría más tarde de la em­
de naturalismo y decadentismo, Náufrags (1907), presa por diferencias de criterio con el grupo de
Tieta Claudina, folletín publicado, en 1910, en es­ trabajo, aunque intervino en la corrección del
pañol con el título de Ernestina. Dirigió, en Barce­ texto de la Vulgata— , reunió en Alcalá a los me­
lona, L'Esquella de la Torratxa y La Campana de jores especialistas para que fijaran el texto de la
Gracia, y editó libros de narraciones breves como Biblia a partir de las diferentes versiones exis­
Crisálides (1907) y Proses barbares (1911). A su tentes, la hebrea, la Vulgata latina y la griega. En
obra hay que añadir Jo! Memories d'un metgefiló- 1502 se pusieron a trabajar. De los textos latinos
sof (1925), la trilogía autobiográfica Entre la térra y griegos se encargaron Hernán Núñez de Toledo
i els núvols, compuesta por L'hereu (1931), El va- y Guzmán*, Demetrio Ducas y Diego López de
gabund (1933) y L ’impenitent (1948), y las obras Estúñiga; de los hebreos, los judíos conversos
teatrales Enyorada so litu d (\9 11) y Les ales d'Er­ Alfonso de Alcalá, Alfonso de Zamora y Pablo
nestina (1921), entre otras muchas. Coronel; a la tarea de confrontar los textos se pu­
sieron Juan de Vergara* y Bartolomé de Castro.
BESCÓS, Manuel (Escanilla, Huesca, 1866- La Biblia, en sus seis tomos, fue impresa entre
Huesca, 1928) 1514 y 1517 por Arnaldo Guillermo de Brocar, y
Novelista. En sus colaboraciones en prensa, uti­ se convirtió en la primera políglota editada en el
lizó el seudónimo de Silvio Kossti. Dos novelas mundo. En los cuatro primeros se incluyen los tex­
destacan en su producción: Las tardes del sana­ tos griego, latino, hebreo y caldeo del Antiguo Tes­
torio (1909) y La gran guerra (1917). tamento, en el quinto el Nuevo Testamento en sus
115 BLANCO AGUINAGA

textos griego y latino, y en el sexto un vocabula­ desde estas versiones romanceadas, y con el paso
rio griego-caldeo, una gramática hebrea y un ín­ del tiempo, se han sucedido otras traducciones re­
dice de nombres. levantes, como la llevada a cabo, en el siglo xvi,
por Juan de Valdés* del Nuevo Testamento, la del
BIBLIA EN ROMANCE padre Scio en el xvm o la que Petisco y Torres
Versión castellana del texto bíblico. Aunque la Amat hicieron en el siglo xix, que hasta hace po­
traducción de la Biblia al vulgar no ha tenido en cos años ha sido la más difundida.
España la relevancia que tuvo en países como
Alemania o Inglaterra, sí es conveniente referirse BIZCARRONDO, Indalecio (San Sebastián,
a las versiones castellanas, en concreto las que se 1831-1876)
hicieron del Antiguo Testamento, sobre todo por Poeta en euskera. Autodidacto, escribió con el
la influencia judía en la Edad Media, ya que los seudónimo de Bilinch. Fue autor de una poesía
judíos necesitaban traducciones en castellano. de carácter romántico, fluida y suave, aunque
Hay que precisar que estas traducciones podían también hizo sátiras amargas, escrita con un vo­
utilizar dos referencias; por un lado el texto he­ cabulario limitado y provinciano pero sincero.
breo de la Biblia y, por otro, la Vulgata latina, De su obra, publicada postumamente, destacan
esto es, el texto latino de san Jerónimo. La ver­ Neurtitzak eta neurri gabeko itzak (San Sebas­
sión más antigua en romance es La faciendo de tián, 1911) y Bilintx’en bertsuak (Rentería, s. a.).
ultram ar (s. xm ), de Almeric, un arcediano de
Antioquía, a la que siguieron la que realizó el BLAJOT PENA, Jorge (Barcelona, 1921)
rabí David Quinci, al que se conocía como Ra- Poeta y crítico. Ingresó en la Compañía de Jesús
daq, en 1232, y la Translación del Psalterio (sal­ en 1940 y, en Inglaterra, estudió Filosofía en el
mos 1-70; d. de 1272), de Hermán el Alemán, Heythrop College. Crítico literario de la revista
perteneciente a las escuelas de Toledo entre 1240 Razón y Fe, entre sus obras, a veces de marcado
y 1256, para dar paso a la traducción en romance carácter religioso y rural, destacan Veruela: Ju­
que desde el Génesis hasta Macabeos se hizo en ventud en el claustro (1947) y el poemario Hom­
el siglo xv y que utilizó los dos textos de origen, bre interior (1949).
el hebreo y la Vulgata. Especialmente importante
es la llam ada Biblia de Alba (1422-1423), tra­ BLANC, Felicidad (M adrid, 1914-San Seba s­
ducción encargada por Luis de Guzmán a Mosé tián, 1990)
Arragel de Guadalfajara, así como la culminación Narradora. Esposa de Leopolodo Panero*, que,
del proceso de traducciones que provienen fun­ además de los cuentos recogidos en Cuando
damentalm ente de la versión hebrea, esto es, la amé a Felicidad (1979), escribió unas m emo­
versión conocida como de Ferrara (1533), lugar rias, Espejo de sombras (1977). Participó, junto
en que la comunidad judío-ibérica en el siglo xvi con sus hijos, en la película de Jaime Chávarri
era im portantísim a. De esta traducción ferra- El desencanto (1976), en la que reflexiona sobre
riense depende la muy difundida versión poste­ su vida.
rior, de 1602, de Cipriano de Valera*, que tanto
peso tuvo entre los protestantes españoles. BLANCO, José María -»Véase BLANCO WHITE.
Por otro lado, de entre todas las traducciones par­
ciales y totales provenientes, principalmente, de BLANCO AGUINAGA, Carlos (Irún, Guipúzcoa,
la Vulgata latina, destacan la traducción que hizo 1926)
Martín de Lucena a petición de íñigo López de Novelista y ensayista. Ha sido profesor de Lite­
Mendoza*, en el siglo xv, de los Evangelios y de ratura Española en Estados Unidos y editado en­
las Cartas de san Pablo, el Libro de los evange­ sayos como Unamuno, teórico del lenguaje
lios del aviento fa sta la dom inica in Passione (1954), El Unamuno contemplativo (1959), Emi­
(1490), de Juan López, los Evangelios e epísto­ lio Prados, vida y obra (Nueva York, 1960) o Ju­
las de todo el anyo (1493), de Gonzalo García de ventud del 98 (1969, reed. 1998). Como nove­
Santa M aría*, y, de Am brosio M ontesino*, las lista, ha escrito Ojos de papel volando (1984),
Epístolas e evangelios con sus dotrinas y sermo­ Un tiempo tuyo (1988), Carretera de Cuerna-
nes (1512). Fundamental es referirse a la Grande vaca (1990), En voz continua (1997), centrada,
■e General Estoria de Alfonso X*, que conserva como una recreación biográfica novelada, en la
versiones parafraseadas del Antiguo Testamento, figura del poeta Emilio Prados*. Ha sido, ade­
así como a las versiones directas de la Biblia y más, profundo estudioso de la obra de Emilio
referencias indirectas aparecidas en textos como Prados*, de quien editó, junto al filólogo Anto­
las Vitae Christi que abundan durante los últimos nio Carreira, dos ediciones de sus Poesías com­
años del siglo xv, y entre las que destaca la de pletas, una en México en 1975-1976 y otra en
Ambrosio M ontesino*. Añadir, tan solo, que Madrid en 1999.
lió
BLANCO AMOR

BLANCO AMOR, Eduardo (Orense, 1897-Vigo, BLANCO BELMONTE, Marcos Rafael (Córdoba,
Pontevedra, 1979) 1871-1936)
Novelista, poeta y ensayista en lenguas gallega Narrador, poeta y dramaturgo ocasional. Colabo­
y española. Estudió en la Escuela de Magisterio, rador en diarios como El Español, La Ilustración
en la que tuvo por maestro a Vicente Risco*, y, Española y El Imparcial, en su obra, de carácter
tras emigrar a América en 1916, estudió en las modernista, aparecen preocupaciones sociales
universidades de Chile, Uruguay y Argentina, marcadas por un talante regeneracionista. Deben
donde fue profesor de Gallego en la Universidad citarse sus novelas La ciencia del dolor (1910) y
de Buenos Aires. Fundó la revista Terra, en len­ Los conquistadores del ideal, además de los poe­
gua gallega, codirigió Céltiga, colaboró en di­ marios Aves sin nido (1902) y La vida humilde
versas publicaciones y, en 1929, fue enviado a (1906).
España como corresponsal del diario bonaerense
La Nación, lo que le brindó la oportunidad de BLANCO Y CRESPO, José María -* Véase BLAN­
entrar en contacto con los autores de la Genera­ C O WHITE.
ción del 27* y de colaborar con García Lorca*.
En 1936, de nuevo en Argentina, colabora con BLANCO WHITE (Sevilla, 1775-Uverpool, 1841)
los primeros exiliados en favor de la República P oeta y ensayista. Su nombre era José M aría
y, posteriormente, contra el franquismo. M iem­ Blanco y Crespo y fue canónigo m agistral de
bro de la Real Academia Gallega, en su poesía San Fernando, en su ciudad natal. Estuvo en
muestra interés por el paisaje de Galicia y por el M adrid, donde colaboró con Q uintana*, y en
mar, con un lenguaje modernista mezclado con Salamanca, donde entabló amistad con Melén-
técnicas vanguardistas, al tiempo que en las no­ dez Valdés*. Con la invasión francesa de Anda­
velas, influidas por Valle-Inclán*, se aprecian la lucía, marchó a Inglaterra y no regresó. Llegó a
fantasía, el gusto por los mitos y el interés por la ser profesor en la Universidad de Oxford. Allí,
infancia. Destacan sus poemarios Romances ga­ además, cambió de profesión religiosa, primero
llegos (1928), Poema en catro tempos (1931), convirtiéndose al anglicanismo y, más tarde, ha­
Horizonte evadido (1936) y Cancioneiro (1956), ciéndose unitario. Aunque se ha dicho que cam­
las novelas La catedral y el niño (1956), Los bió su apellido por haberse trasladado a Inglate­
miedos (1956), finalista del Premio Planeta, A rra, la verdad es que fue su fam ilia, de origen
esmorga (1959) y Xente ao lonxe (1976), así irlandés y apellidada W hite, la que, al llegar a
como el tratado de urbanidad, irónico y de fina España a comienzos del xvm , lo tradujo al es­
sutileza sociológica, Las buenas maneras, es­ pañol. Ya el padre de José M aría utilizaba indis­
crito entre 1952 y 1953, y el volumen de cuen­ tintamente Blanco-W hite o W hite-Blanco. Es­
tos Os biosbardos (1962). cribió lo más sobresaliente de su obra en inglés,
aunque nunca abandonó el español. Se centró a
BLANCO AMOR, José (Bergondo, La Coruña, menudo en cuestiones de teología y política que
1914-1989) originaron polém ica, y dem ostró, ya en la
Novelista y ensayista. Considerado una de las fi­ época, que se trataba de un liberal progresista
guras principales de la narrativa hispanoam eri­ que bien hubiera podido pensar en nuestros
cana, su lugar en este diccionario está ju stifi­ días. No obstante, su obra abarca también la crí­
cado no solo por su nacimiento español sino por tica literaria y la poesía, con poemas elegantes
la naturaleza de su obra. Labrador durante su in­ en la línea de Arjona*, a quien consideraba su
fancia, fue al colegio hasta los once años y, an­ maestro. Miembro de los primeros grupos libe­
tes de em igrar a Argentina en 1930, trabajó rales españoles, colaboró en uno de sus órga­
como carpintero. En Buenos Aires, aprendió nos, el Semanario Patriótico en 1908 y, ya en
idiomas y se convirtió en corrector de pruebas, Inglaterra, editó el periódico El Español (1810-
traductor y periodista. De entre sus novelas ha­ 1814) y la revista Variedades o El M ensajero de
bría que destacar La vida que nos dan (1953), Londres (1823-1825). Como ha señalado el his­
galardonada con el Premio Valle-Inclán, Todos toriador Juan Pablo Fusi, su figura resulta esen­
los muros eran grises (1956), Antes que el cial para comprender el fracaso de la revolución
tiempo muera (1958), Duelo p o r la tierra p e r­ española, es decir, que el paso del antiguo régi­
dida (1960) y La Misión (1967), con la que ob­ men al sistema constitucional en España fuese
tuvo el Premio de Literatura Ciudad de Buenos en realidad una revolución «indefinida, incom ­
Aires, a las que habría que añadir diversos ensa­ pleta y discontinua». La obra de W hite resulta,
yos sobre el marxismo, la Generación del 98* y, además, pesim ista y refleja un desaliento pro­
sobre todo, Encuentros y desencuentros (1970), fundo respecto a la historia de España, país en
que mereció el Premio Nacional de Ensayo Juan el que ve una amarga intolerancia religiosa, fa­
Bautista Alberdi. natismo y arrogancia, lo que lo convirtieron, se­
117 BLASCO IBÁÑEZ

gún Juan Goytisolo*, uno de sus principales es­ de Soledades (1876) y Poesías festivas (1880),
tudiosos, en una persona «atorm entada y ás­ los cuentos de Flaquezas humanas (1877),
pera». En Inglaterra publicó sus Letters from Cuentos (1899) y Cuentos aragoneses (1901),
Spain (1822), obra en la que se muestran las cos­ así como las obras de teatro La niñez engañosa
tumbres andaluzas, y dejó inconclusa, en espa­ (1862), Vidas ajenas (1863) y El pañuelo blanco
ñol, Luisa de Bustamante o ¡a huérfana española (1870). En 1905-1906 se publicaron sus Obras
en Inglaterra, poco antes de morir. Otros títulos completas en veintisiete volúmenes.
suyos son La voluntariedad y el deseo resignado
y En una tormenta nocturna en alta mar. En es­ BLASCO IBÁÑEZ, Vicente (Valencia, 1867-
pañol, el mencionado Juan Goytisolo editó en Menton, Francia, 1928)
1972 su Obra inglesa (reeditada en 1999); ade­ Novelista. Es uno de los escritores españoles que
más, se han publicado Antología de obras en es­ ha gozado de mayor prestigio mundial. Nació en
pañol (1971), Cartas (1972) y A utobiografía el seno de una familia humilde y pronto se sintió
(1976), textos a los que hay que añadir el rescate inclinado a la política y la literatura, tanto que
de Bosquejo del comercio de esclavos (1999), abandonó sus estudios de Derecho en la Univer­
obra olvidada y que, sin embargo, supone uno de sidad de su ciudad y se trasladó a Madrid, donde
los alegatos abolicionistas más cuidados y serios fue secretario de Manuel Fernández y Gonzá­
de la época, repleto de reflexiones que bien po­ lez*. Durante su estancia en la capital se mostró
drían formar parte de un manual de ética en los como un recalcitrante republicano y atacó con
actuales tiempos de inmigración y racismo. furia tanto a la monarquía como a la Iglesia, lo
que lo llevó en treinta ocasiones a la cárcel e, in­
BLAS FERNÁNDEZ, Luis de (Alcalá de Henares, cluso, a exiliarse a Francia en 1890, de donde re­
M adrid) gresó tiempo después. Se instaló, por fin, en Va­
Poeta. Ha participado en numerosos movimien­ lencia, contrajo matrimonio con su prima, María
tos artísticos, colabora en diferentes publicacio­ Blasco de Cacho, tuvo cuatro hijos y fundó, en
nes y es miembro de la Institución de Estudios 1894, el periódico El Pueblo. Su actividad polí­
Complutenses a cuyo Consejo de Publicaciones tica lo llevó a ser diputado en seis ocasiones, la
pertenece. Es autor de los poemarios: La puerta primera de ellas en 1898, lo que no le impidió
abierta (1978), Sonetos de am or alcalaíno viajar por numerosos países, entre ellos Argen­
(1978), M emoria de la lluvia cotidiana (1983), tina, donde fundó dos colonias, o Estados Uni­
Palabras, p or ejemplo (1991), 6 Alcalaínos dos, país en el que las películas basadas en sus
(1993), Siete Alcalaínos (1995), Cuaderno de novelas gozaron de extraordinario éxito. Durante
otoño (1995), P or m ontes y riberas (Antología) la Primera Guerra Mundial apoyó decididamente
(1999), Poesía fin de siglo (2000) y Claroscuro a los aliados y le fue concedida la Legión de Ho­
(2001), algunos de los cuales han sido galardo­ nor francesa. Fue amigo de importantes persona­
nados con diferentes premios, entre los que des­ jes de la época, Pérez Galdós* y Joaquín Sorolla,
tacan el Ciudad de Alcalá de Henares en 1977, el y en 1921 se instaló en la Costa Azul, en M en­
Federico García Lorca en Barcelona y el Ciudad tón, donde, poco después, y tras la muerte de su
de Astorga, ambos en 1999, y, en 2000, el Villa mujer, se casó con la chilena Elena Ortúzar Bul-
de Azuqueca. nes. Su éxito internacional lo convirtió en un per­
sonaje de prestigio, y llegó a ser nombrado doc­
BLAS Y UBIDE, Juan (Calatayud, Z a ragoza, tor honorís causa por diferentes universidades,
1852-1923) entre ellas la George Washington en 1920.
Novelista. Ejerció el periodismo y deben desta­ Como escritor, fue uno de los más conocidos de
carse novelas, de tono folletinesco y melodramá­ su tiempo fuera de nuestras fronteras. Su estilo,
tico, como Sarica la Borda (1904) y El licen­ próximo al realismo y el naturalismo del xix,
ciado de Escobar (1904). está marcado por el compromiso y por la rebel­
día que distinguió su carácter, así como por un
BLASCO, Eusebio (Zaragoza, 1844-M adrid, lenguaje directo y vehemente, dinámico y colo­
1903) rista. Su relación con el folletinista Fernández y
Dramaturgo, poeta y narrador. Escritor humorís­ González dejó en sus textos la impronta de una
tico que utilizó los seudónim os Mondragón y concepción caótica y fragmentaria de la litera­
Rabagás y fundó con D ionisio Pérez* el sem a­ tura, en la que los pasajes se yuxtaponen formando
nario Vida Nueva. Además de colaborar en dife­ una integración y no un todo organizado. Entre
rentes revistas como Germinal o Gil Blas, fue el sus textos destacan libros de viajes como París,
creador del llamado género bufo con obras como impresiones de un emigrado (1893), En el país
El joven Telémaco (1866) y Pablo y Virginia del arte (tres meses en Italia) (1896) u Oriente
(1867). De su obra destacan, además, las poesías (1907), las novelas, llamadas valencianas, Arroz
BLECUA TEIJEIRO 118

y tartana (1894), Flor de mayo (1895), La ba­ can: Historia de la literatura española (1942),
rraca (1898), Entre naranjos (1900) y Cañas y antologías como El mar en la poesía española
barro (1902), otras, de tesis, como Sónnica la (1945) y Floresta de lírica española (1957), edi­
cortesana (1901), novela histórica próxima al ciones críticas de diversas obras, entre las que de­
Flaubert de Salambó, La maja desnuda (1906), ben citarse la del Libro infinido, de don Juan Ma­
más en relación con el modernismo de un D’An- nuel* (1938), la del Laberinto de Fortuna, de Juan
nunzio, La catedral (1903), El intruso ( 1904), La de Mena* (1943), Cancionero de 1628 (1945),
bodega (1905), La horda (1905), Sangre y arena Poesías varias de grandes ingenios españoles
(1908), Los muertos mandan (1908) y Luna Be- — publicada en Zaragoza, 1654— , de J. Alfay
namor (1909), todas ellas marcadas por el natu­ (1946), Rimas inéditas, de Femando de Herrera*
ralismo político de Zola, las de temas america­ (1948), las Rimas, de Lupercio y Bartolomé Leo­
nos, La tierra de todos (1912) y Los argonautas nardo de Argensola* (1950-1951; 2 vols.) o el ex­
(1914), o aquellas que gozaron de un éxito inter­ tenso trabajo sobre Cántico, de Jorge Guillén*.
nacional con apenas precedentes, Los cuatro j i ­ Editó, además, poemas inéditos de fray Luis de
netes del Apocalipsis (1916), Mare Nostrum León*, Lope de Vega*, de quien hizo una edición
(1918) y Los enemigos de la mujer (1919). Asi­ de La Dorotea, y Quevedo*, cuyas Poesías pu­
mismo, hay que citar tres novelas de aventuras, blicó en 1963, y en ensayo Sobre el rigor poético
El paraíso de las mujeres (1922), La reina Cala- en España, y otros ensayos (1977). Fue autor, asi­
fia (1923) y El fantasm a de las alas de oro mismo, del ensayo La vida como discurso (1981)
(1930), un texto que recoge sus impresiones del y responsable de un actual y riguroso Dicciona­
viaje que realizó a lo largo de seis meses por todo rio general de sinónimos y antónimos (2001).
el mundo: La vuelta al mundo de un novelista
(1924-1925; 3 vols.), las novelas históricas dedi­ BLEIBERG, Germán (Madrid, 1915-1990)
cadas a españoles que contribuyeron al desarro­ Poeta. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Uni­
llo de la humanidad, que escribió al final de su versidad de Madrid y luchó con los republicanos
vida, El papa del mar (1925), dedicada a Bene­ en la Guerra Civil. Sus poemas se publicaron en
dicto XIII, En busca del Gran Khan (1929), so­ Hora de España y, en 1938, se le concedió el
bre Cristóbal Colón, y El caballero de la Virgen Premio Nacional de Literatura por un drama que
(1929), centrada en Alonso de Ojeda, o el durí­ se ha perdido. Tras la contienda, estuvo en la cár­
simo Alfonso X III desenmascarado (1924), obra cel y, desde 1961, vivió en Estados Unidos,
aislada en la que quedan claras sus luchas contra donde fue catedrático de español. En su poesía,
el general Primo de Rivera y contra la monar­ marcada por la conversión al catolicismo, desde
quía. Además, a su obra habría que añadir algu­ iniciales posturas protestantes, trata de buscar la
nas contribuciones al teatro, el ensayo, no tan re­ dimensión interior del ser humano, desde el inti­
levantes, el periodismo, actividad esta última en mismo de sus primeros poemas, pasando por ten­
la que dio cuenta de un compromiso encendido, dencias clasicistas que remiten a Garcilaso de la
en ocasiones violento, volcado en favor de los Vega* — sus Sonetos amorosos, que, con El rayo
más débiles, y el relato, con textos como: Cuen­ que no cesa, de Miguel Hernández*, y Abril, de
tos valencianos (1893), La condena y otros cuen­ Luis Rosales*, protagonizaron un movimiento
tos (1896), Préstamo de la difunta (1921), Las que se dio en llam ar «garcilasista»— , hasta la
novelas de la Costa Azul (1924), Las novelas de complejidad de sus últimos ahondamientos en el
amor y de la muerte (1927) y Adiós a Scliubert sentimiento a través del verso libre y diferentes
(1927). Su ingente producción, bajo el título de innovaciones técnicas y sintácticas: intertextuali-
Obras completas, se editó, entre 1923 y 1934, en dad, ausencia de puntuación, etc. Su primera
cuarenta volúmenes. obra fue, Árbol y farola (1934), a la que siguieron
El cantar de la noche (1935), Sonetos amorosos
BLECUA TEIJEIRO, José Manuel (Alcolea de (1936), Más allá de las ruinas (1947), El poeta
Cinca, Huesca, 1914-Barcelona, 2003) ausente (1948), ilustrado con dibujos de Grego­
Crítico literario y ensayista. Catedrático en dife­ rio Prieto, La mutua primavera (1948), y Selec­
rentes universidades, estudió Derecho y Filoso­ ción de poemas (1975). Es autor, además, de im­
fía y Letras en la de Zaragoza y fue académico portantes antologías y ensayos sobre la literatura
de honor de la Real Academia Española. Se trata española, como Antología de Elogios de la Len­
de uno de los filólogos y gramáticos de mayor gua Española (1951) y Antología de la Litera­
prestigio, así como uno de los más preocupados tura Española (1970-1972; 4 vols.), director de
por aunar rigor científico y difusión popular de la edición del Diccionario de Historia de España
las cuestiones lingüísticas, pero sobre todo uno (1952; 2 vols.; 2.a ed.: 1952; 3 vols.) y coeditor
de los grandes especialistas en el Siglo de Oro del Spanish Thought and Letters in the Twentieth
(véase EDAD DE ORO). Entre sus trabajos desta­ Century (Vanderbilt University Press, 1966).
119 BÓHL DE FABER

BN MAYMUN, Moisés -»Véase MAIMÓNIDES, críticas teatrales bajo el seudónimo de Lo Coble-


Moisés. jador de Moneada. Fue autor de una novela me­
diocre, escrita en catalán, y traducida después
BOCÁNGEL Y UNZUETA, Gabriel (M adrid, como Blanca o la huérfana de Menarques
1603-1658) (1876). Además de varios dramas históricos es­
Poeta. Estudió en Toledo y Alcalá y sirvió como critos en español, como Pedro el Católico, rey de
bibliotecario del cardenal-infante don Fernando Aragón (1842) y Rogerde Flor (1845), el grueso
de Austria; en 1645, llegó a ser a cronista real. de su obra, con la que destaca, está formado por
Como poeta, despunta como uno de los grandes trabajos de historia, así: Hazañas y recuerdos de
con Rimas y prosas (1627) y, sobre todo, La lira los catalanes... hasta el enlace de Fernando con
de las musas (1637) — dedicada a quien sirvió Isabel (1846), Historia de don Jaime I (1848) y
como bibliotecario— , libro que incluye roman­ La confederación catalana aragonesa: historia
ces pastoriles, sonetos, la Fábula de Hero y crítica civil y eclesiástica de Cataluña (1878).
Leandro — dedicada a Lope de Vega*— , un
poema funerario e, incluso, algunos poemas re­ BOFILL I MATES, Jaume (Olot, G erona, 1878-
ligiosos, asunto en el que no se prodigó. Es Barcelona, 1933)
grande la influencia de Góngora*, evidente en el Poeta. Una de figuras esenciales del noucentisme
uso de cultismos, si bien en absoluto se trata de (véase NOVECENTISMO) catalán, además de ora­
una poesía oscura, difícil de comprender, aun­ dor, vibrante articulista político y destacado re­
que el poeta concibiera su obra con un profundo presentante del catalanismo conservador. Estu­
sentido de la grandeza del arte. Se ha apuntado dió en el seminario de Vic y Derecho y Letras en
tam bién la influencia de Jáuregui*, pero debe la Universidad de Barcelona. Utilizó el seudó­
decirse que Bocángel demuestra tener persona­ nimo de Guerau de Liost, propuesto por su
lidad propia con poemas elegantes y melancóli­ amigo Josep Camer*, quien, además, le ayudó a
cos. Entre sus obras menores destacan: Declara­ escoger el título de su primer libro. La muntanya
ciones castellanas (¿1639), El cortesano d ’amatistes (1908). Su poesía, influida tanto por
español, Triunfo de Am or y Marte (1643), Tem­ la tradición romántica de Jacint Verdaguer* y
p lo m ilitante christiano (1645), E l nuevo Angel Guimerá*, así como por el Modernismo*
Olimpo (1649), Perla de dos Orientes, Relación finisecular, es minuciosamente descriptiva y
panegírica (1653) y la comedia El em perador tiende, a través de un lenguaje poético rico y pre­
fingido, escritas todas ellas por dinero y caren­ ciosista, a las simetrías formales y la estilización
tes de interés. de la realidad. No está exento de ella, sobre todo
en la última etapa, el ejercicio de la sátira y la
BOCOS, Fermín (1949) ironía. Otros títulos suyos son: Somnis (1913),
Novelista. Periodista de profesión, solo a finales Ciutat d'ivori (1918), Selvatana amor (1920),
de los noventa debutó en el mundo de la novela. Ofrena rural (1926) y Sátires (1928), además de
Su intención inicial parecía claramente pedagó­ la reunión de su obra en Obra poética completa
gica, con una obra que aparentaba querer expli­ (1948). Se trata de una poesía seria e irónica, in­
car a los jóvenes el mundo clásico a partir de una telectual y barroca.
aproximación argumental a la mitología griega.
Esta intención se confirm aría después en su se­ BÓHL DE FABER, Cecilia -» Véase CABALLERO,
gunda obra pero abordando otro periodo histó­ Fernán.
rico, en esa ocasión los momentos previos a la
caída de C onstantinopla en poder de los turcos BÓHL DE FABER, Juan Nicolás (Hamburgo, A le­
en 1453. En resultado global de ambos experi­ mania, 1770-Puerto de Santa M aría, Cádiz,
mentos es un tipo de escritura amena, afín al an­ 1836)
tiguo lema de enseñar deleitando, y que como fi­ Ensayista. Padre de Cecilia Bóhl de Faber. Por
nalidad no tiene otra que la novela histórica de negocios, se trasladó desde Alemania a Cádiz,
aventuras. Son sus novelas: El libro de Michael. donde se dedicó a su pasión bibliófila y se con­
La aventura del M editerráneo (1997), El res­ virtió al catolicismo. En 1820 fue elegido miem­
plandor de la gloria (1999) y La venganza de bro de la Real Academia Española. Fue conocida
Byron (2003). la polémica, denominada «calderoniana», que
mantuvo con Antonio Alcalá Galiano* y José Joa­
BOFARULL I DE BROCÁ, Antonio (Reus, Tarra­ quín de Mora*, y en la que Bóhl de Faber defen­
gona, 1821-Barcelona, 1892) dió las doctrinas de Schlegel sobre el Romancero
Historiador, dramaturgo y novelista. Figura fun­ y el teatro español del Siglo de Oro (véase
damental para la Renaixen§a* catalana, fundó el EDAD DE ORO), convirtiéndose así en uno de los
periódico satírico El Hongo, en el que publicó introductores del Romanticismo* en España. De
120
BOIL

sus obras destacan Vindicaciones de Calderón y Derecho ya en España. Sus artículos sobre polí­
del teatro antiguo español contra los afrancesa­ tica y literatura eran encendidos y apasionados, y
dos en literatura (Cádiz, 1820), Floresta de ri­ célebre fue su polémica con Clarín* a propósito
mas antiguas castellanas (Hamburgo, 1821- de la acusación que vertió sobre este de haber
1825) y Teatro español anterior a Lope de Vega plagiado a Flaubert en La Regenta. Demostró ser
(Hamburgo, 1832). un profundo conocedor de los problemas socia­
les y políticos españoles, así como de los antilla­
BOIL, Carlos -> Véase BOYL VIVES DE CANES- nos. Utilizó el seudónimo de Aramis. Gran parte
MAS, Carlos. de su obra recoge sus trabajos periodísticos; así
en Ultramarinos (1882), «M osquetazos» de
BOIX Y RICARTE, Vicente (Játiva, Valencia, «Aramis» (1885), Coba (1888), Yo y el plagiario
1813-Valencia, 1880) «Clarín» (1888), Paños calientes (1905), Silue­
Novelista, dramaturgo y poeta. Catedrático de la­ tas episcopales (1907), Bombos y palos (1907),
tín y cronista de Valencia, además de político ra­ Bilis (1908), Gotas de sangre (1910), Clericana-
dical, colaboró en El Huracán, El Fénix, El llas (1910), M elancolía (1911), Españoles en
Cisne y La Situación, entre otras publicaciones. París (1912) y Príncipes y majestades (1912).
De sus novelas, de corte histórico, en la línea de Otras obras son la novela corta El avispero
Dumas, destacan: El amor en el claustro (1838) (1892), la biografía Betances (1901) o la crónica
y El encubierto de Valencia (1852). Deben ci­ de viajes Por el mundo arriba (1909), entre otras
tarse, asimismo, las obras de teatro Una noche muchas. José Luis Cano* editó, en 1990, La Es­
de revolución y Jacobo el templario, la ópera có­ paña de Bonafoux, a modo de antología de su
mica El juicio final, sus poesías, recogidas en obra.
Obras poéticas, que consta de dos volúmenes:
Poesías históricas y caballerescas (1850) y Poe­ BONAL GARCÍA, Francisco (Albacete)
sías líricas y dramáticas (1851), y una Historia Poeta. En sus versos dominan el estupor y la ra­
de la ciudad y reino de Valencia (1845; 3 vols.). bia ante las injusticias, la protesta encendida con­
tra el dolor del mundo. Es autor de Para la L i­
BOLEA, Juan (Cádiz, 1959) bertad (2000), en el que reúne algunos de sus
Novelista. Autor de un best seller de calidad, El poemas escritos entre 1972 y 2000.
manager (2001), novela en la que, siguiendo los
cánones de la literatura de consumo, es decir la BONET, Blas (Santanyi, M allorca, 1926)
actualidad, las pasiones, las traiciones y el ritmo, Poeta y novelista en lengua catalana. Colabora­
aborda, con dominio de la estructura narrativa y dor en diferentes publicaciones, de entre sus
de la trama, un retrato de la España contemporá­ obras deben destacarse poemarios como: Quatre
nea. poemes de Setmana Santa (1950), Entre el coral
i l ’espiga (1951), Cant espiritual (1952), con el
BOMBIN, Juan M. (Portugalete, Vizcaya, 1916) que obtuvo el Premio Osa Menor, el poema
Novelista. Exiliado en Argentina tras la Guerra Comedia (1962), galardonado con el Premio de
Civil, se trasladó a Uruguay en 1942, país en el la Crítica, y el libro de versos Oh, Calvary, Cal-
que se dedicó al periodismo y entró en contacto vary (1962), que recibió el Premio Caries Riba.
con los ambientes literarios. Más tarde, se insta­ Deben mencionarse, asimismo, sus novelas El
laría en Brasil, en donde abandona la literatura M ar (1957), Premio M artorell, Haceldama
para dedicarse al comercio y viaja a menudo por (1960) y Judas i la prim avera (1963), entre
las reservas indígenas. Es en 1987 cuando, ya ju ­ otras.
bilado, regresa a España y vuelve a escribir. Se
trata de un autor preocupado en sus obras por la BONET, Juan Manuel (París, 1953)
crisis espiritual y la falta de valores morales, así Poeta. Importante crítico de arte y comisario de
como por la contradicción entre los sentimientos numerosas exposiciones, fue director del Insti­
interiores y la vida en sociedad. Destacan, entre tuto Valenciano de Arte Moderno, así como del
sus novelas, Un hombre del siglo y El encuentro Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de
con mi amigo, ambas de su prim era etapa uru­ Madrid. Es autor de monografías sobre Juan Gris
guaya, y Ceremonias de los espíritus (1997). y Gerardo Rueda. De sólida formación cultural,
en su obra literaria se aprecia la multiplicidad de
BONAFOUX, Luis (Saint-Loubés, Francia, 1855- referentes, tanto artísticos como literarios. Ade­
Londres, 1918) más de un Diccionario de las vanguardias en Es­
Prosista. Periodista español, aunque nacido en paña (1907-1936), ha publicado poemarios
Francia, fundador de El Español y El Intransi­ como La patria oscura (1983), Café des exilés
gente. Pasó su infancia en Puerto Rico y estudió (1990) y La ronda de los días (1990).
121 BONILLA Y SAN MARTÍN

BONET GELABERT, Juan (Palma de M allorca, sirve del elemento cómico para caracterizar psi­
1917) cológicamente a sus personajes y se muestra
Novelista, dramaturgo, ensayista y poeta en len­ como un hábil constructor de intrigas, si bien no
guas catalana y española. Fundador del diario gratuitas, pues su concepción de la novela dista
Baleares de su ciudad natal, es autor de una obra mucho de someterse al mero entretenimiento,
de carácter realista no exenta, sin embargo, de ri­ sino que la entiende como ámbito de reflexión,
cos registros líricos marcados por una clara ten­ de modo que las aparentes truculencias del relato
dencia intimista. De sus novelas en español de­ se presentan como elementos de acceso a la re­
ben citarse: Un poco locos, francamente (1957), presentación simbólica de un análisis filosófico
con la que consiguió el Premio Ciudad de Palma, de la realidad, así como de sentimientos viscera­
H istoria para unas manos (1962), galardonada les, como el amor y la culpa. Dominan en su
con el Premio Lengua Española de Plaza y Janés, prosa la expresividad poética del ritmo y el sim­
La prole (1965), La terraza (1966), Besad, be­ bolismo de las imágenes, que convierten también
sad, malditos (1976) y Libro de Buen Amor, otro sus relatos breves en ejercicios de construcción
(1986). En catalán destaca su trilogía hum orís­ modernos, ágiles y con un claro aliento poético.
tica form ada por Els nins (1951), Els homes Autor de una poesía basada en el ingenio y en la
(1954) y Les dones (1957). Entre su producción, reescritura, en la que a menudo no se sabe bien si
son de importancia, asimismo, los poemarios Di- existe un deseo de prosa en la versificación, una
vertimentos (1967) y No todos los tontos comen obsesión por las ocurrencias o un simple ejerci­
flores en prim avera (1967), ensayos como: El cio literario de laboratorio, efectista y ocupado
discutido indiscutible (1947), Mallorca (1973), más en prever la reacción lectora que en expresar
El entrevistarlo (1976) o Herbarium (1987), las lo que necesita, pues hay en sus versos un claro
obras teatrales Ses tietes (1959) y Quasi una interés por subvertir el orden establecido que
dóna moderna (1961), que obtuvo el Premio acaso lo distrae de la hondura poética. Hay que
Ciudad de Palma, y los relatos de El zoo coti­ destacar, aparte de los artículos de El arte del yo-
diano (1968). yo (1996), La holandesa errante (1998) y Teatro
de variedades (2002), y de libros de cuentos, que
BONILLA, Alonso de (Baeza, Jaén, finales si­ en realidad son artículos, o de artículos que, en
glo xvi-d. de 1624) realidad son cuentos: Veinticinco años de éxitos
Poeta. Seguidor de Alonso de Ledesma*, se trata (1993), El que apaga la luz (1994), La compañía
de un autor elegante, delicado y gracioso, den­ de los solitarios (1999) y La noche del Skylab
tro de un conceptismo* a lo divino*, que gozó de (2000), las novelas Nadie conoce a nadie (1996),
enorme éxito en su época, en parte por haber pu­ de la que se rodó una exitosa versión cinemato­
blicado en pliegos sueltos, como ocurre en Glo­ gráfica, Cansados de estar muertos (1998), Yo
sas y chanzonetas. Fue autor de Nuevo jardín de soy, yo eres, yo es (1998) y Los príncipes nubios
flores divinas (Baeza, 1617), prolongación de la (2003), con la que obtuvo el Premio Biblioteca
obra de Pedro de Padilla*, Peregrinos pensa­ Breve. Asimismo, deben mencionarse sus poe­
m ientos de m isterios divinos (Baeza, 1614) y marios: Partes de guerra (1994), en el que se le
Nombres y atributos de la impecable Virgen M a­ acusó de plagiar a Agustín de Foxá*, M ultiplí­
ría (Baeza, 1624). cate por cero (1996), aparecido en una colección
de poesía infantil, y El belvedere (2002).
BONILLA, José María (Valencia, 1808-1880)
Poeta y dram aturgo. Pintor, grabador, p e rio ­ BONILLA Y SAN MARTÍN, Adolfo (M adrid,
dista y p olítico, participó en la introducción 1875-1926)
del R om anticism o* en V alencia y, aparte del Ensayista, novelista y poeta. Catedrático de De­
éxito de sus poesías, editadas en 1840, destaca recho M ercantil y de Filosofía, académico de
por sus dramas Los Reyes de Esparta (1830) y las Reales Academias de Ciencias Políticas y
Don Alvaro de Luna, condestable de Castilla Económicas y de la Historia, y uno de los discí­
(1838). pulos más importantes de Menéndez Pelayo*, su
obra se ha centrado en ediciones críticas y estu­
BONILLA, Juan (Jerez de la Frontera, 1966) dios de textos clásicos, por un lado, y por otro en
Poeta y narrador. Ha escrito en suplementos pro­ la historia de la Filosofía, aunque también se ha
vinciales y en revistas literarias minoritarias, al­ ocupado de temas de Derecho y ha escrito obra
canzando después el éxito de crítica gracias a un propia, como poeta y como narrador. Fue nom­
cierto deslumbramiento que produjeron sus pri­ brado doctor lionoris causa por varias universi­
meros textos. En la actualidad es colum nista y dades, entre ellas la Sorbona, y firmó con dife­
reportero del diario El Mundo. Por lo que res­ rentes seudónimos, como El bachiller Mantuano
pecta a sus obras narrativas, en los relatos se y El bachiller Alonso de San Martín. Deben ci­
BONNAT 122

tarse los títulos: Concepto v teoría del Derecho BORDAZAR DE ARTAZU, Antonio (Valencia,
(1897), El arte simbólico (1902), Luis Vives y la 1672-Segorbe, Castellón, 1744)
filosofía del Renacimiento (1903), Don Quijote y Ensayista. Impresor y autor polifacético cuya
el pensamiento español (1905), Erasmo en Es­ obra, en su mayoría, quedó inédita. Fue conocida
paña (1907), El mito de Psyquis (1908), Historia su Ortografía (1728), que ocasionó una célebre
de la Filosofía Española (1908; solo publicó dos polémica entre Mayans* y Feijoo*, aunque es­
volúmenes), La filosofía de Menéndez y Pelayo cribió también sobre matemáticas, latín, numis­
(1912), Las teorías estéticas de Cervantes mática, etcétera.
(1916) y De crítica cervantina (1917). Deben ci­
tarse, asimismo, su novela histórica La hostería BORJA, Carmen (Gijón, Asturias, 1957)
de Cantillana (1902) y los poemarios Prometeo Poetisa. Se trata de una escritora en cuyos ver­
y Arlequín (1908) y Esther y otros poem as sos el diálogo pasado/presente, vida/m uerte se
(1908). De las ediciones que preparó de los clá­ aborda desde la épica y la elegía, con la evoca­
sicos destacan la del Libro de los engaños et de ción dolorosa del tiempo, de la felicidad pasada
los assayamientos de las muggeres y El diablo y con un lirismo intenso, emocionado y cargado
cojuelo, y otras del cancionero, de libros de caba­ de una melancolía existencial. Es autora de los
llerías* y de Cervantes*. poemarios Libro de Ainakls (1988) y Libro de la
Torre/Libro de Ainakls (2000), que incluye la se­
BONNAT, Agustín R. (?, 1875-Madrid, 1925) gunda edición del de 1988, así como el otro libro
Novelista. Colaborador de Nuevo Mundo, inédito.
Mundo Gráfico y La Esfera, deben citarse sus
novelas: El rapto de la Sabina (1902), La revolu­ BORJA Y ARAGÓN, Francisco de (M adrid,
ción del 0,75 (1906), Un hombre serio (1907) y 1581-1658)
Jacinta Ruiz (1920). Colaboró, además, en dife­ Poeta. Descendiente de los Borgia y de la casa
rentes obras de teatro con José Juan Cadenas*. Real de Aragón, príncipe de Esquilache y v i­
rrey del Perú, donde fundó, en Lima, la Univer­
BORAO Y CLEMENTE, Jerónimo (Zaragoza, sidad de San M arcos. De su obra, en la que
1821-1878) renunció al estilo culterano (véase CULTERA­
Filólogo, dramaturgo y poeta. Ocupó el cargo de NISMO), destaca Obras en verso (1639), colec­
rector de la Universidad de Zaragoza y colaboró ción de sonetos, cantos, octavas, elegías, car­
en el Diario de Zaragoza y en El Liberal, donde tas, silvas, canciones, epitalamios y romances,
expuso sus ideas políticas liberales. Autor de un dividida en versos humanos y versos divinos,
poemario, Poesías (1869), escribió, sobre todo, que incluye La Pasión de Nuestro Señor Jesu­
dramas históricos como Las hijas del Cid (1842), cristo (1638), escrita en tercetos y en la que se
En el crimen va el castigo (1850) y Los fueros de muestra como un poeta muy capaz en lo formal.
la unión (1864). Escribió, tam bién, el poem a heroico Nápoles
recuperada po r el rey don Alfonso (Zaragoza,
BORAU, José Luis (Zaragoza, 1929) 1651), en honor a su antepasado Alfonso V de
Narrador. Famoso director de cine, fue crítico Aragón. Asimismo, tradujo los tratados latinos
cinematográfico en el Heraldo de Aragón y es­ de Tomás de Kempis — M enosprecio del m un­
tudió en el Instituto de Investigaciones y Expe­ do— , que se publicaron como M editaciones y
riencias Cinem atográficas (Escuela Oficial de oraciones (Bruselas, 1661).
Cinematografía). En 1969 creó su propia produc­
tora, El Imán, y en 1994 fue elegido presidente BORRÁS, Tomás (Madrid, 1891-1976)
de la Academia de las Artes y las Ciencias Cine­ Novelista, cuentista y dramaturgo. Periodista,
matográficas. No nos compete reseñar aquí su colaboró en La Tribuna, El Sol, Heraldo de M a­
filmografía completa como director, si bien me­ drid y ABC; fue miembro de la Falange y ocupó
recen destacarse películas como En el río (1960), cargos oficiales, relacionados con el teatro, tras
Furtivos (1975), Río abajo (1984), Tata mía la Guerra Civil. En su producción destaca el li­
(1986), Celia (1993), Niño nadie (1996) y Leo rismo vibrante de su estilo, no carente de una
(2000), a las que habría que añadir una larguí­ cierta tendencia a la profundización en los ras­
sima lista de filmes en los que ha participado gos más dramático de la realidad humana. De en­
como actor, de los que ha sido productor o autor tre sus novelas destacan La pared de tela de
de sus guiones. En 1995 creo una editorial de li­ araña (1924), que se ocupa de las relaciones en­
bros de cine: Ediciones El Imán. Aparte de todo tre hombres y mujeres en el ambiente de M arrue­
ello, dirigió el Diccionario del cine español cos, La mujer de sal (1925), Checas de M adrid
(1988) y debutó en la literatura con la novela Ca­ (1944), con la que inicia un paréntesis en su pro­
misa de once varas (2003). ducción para mostrar su compromiso político
123 BOSCÁN ALMUGÁVER

con los franquistas, La sangre de las almas electoral para el uso de los electores de la opi­
(1948), en la misma línea, y Luna de enero y nión monárquico-constitucional (1837), Princi­
amor primero (1953), la última de sus novelas, pios de Economía Política (1844), De la organi­
con la que de nuevo regresa a las tendencias líri­ zación de los partidos en España (1855), La
cas al margen de la realidad inmediata. Pero Restauración. Estudio político (1875) y una
quizá lo m ejor de su producción está en sus magnífica Historia parlamentaria de España du­
cuentos, cargados de humor y de fantasía, como rante el siglo xix.
en Noveletas (1924), Sueños con los ojos abier­
tos (1929), Cuentos con cielo (1943), La cajita BORRO FERNÁNDEZ, Jesús (Burgos, 1972)
de los asombros (1947), Algo de la espina y algo Novelista. Autor de una primera obra, Ondas
de la flo r (1954), Pase usted, fantasía (1956) e liertzianas (1999), que sigue los cánones de la
H istoria de coral y ja d e (1966). Fue autor, asi­ novela de intriga.
mismo, de miles de artículos, de textos variados
como la biografía dramática La esclava del Sa­ BOSARTE DE LA CRUZ, Isidoro (Jaén, ?-Ma-
cramento (1943), ubicada en el Madrid de entre drid?, 1807)
1840 y 1865, Retratoteca (1973) y Madrid, ma­ Ensayista. Estudioso del arte y la literatura, fue
drileño (1975), de ensayos políticos: La España secretario de Su M ajestad y de la Academia de
completa (1950), El M adrid de José Antonio Bellas Artes de San Fernando, además de perte­
(1953), Contra la anti-España (1954) y M adrid necer a las de la Historia y San Luis de Zaragoza.
teñido de rojo (1962), de obras de teatro, recogi­ Fue editor del periódico Gabinete de Lectura Es­
das en Teatro (1942), y de poesías que beben de pañola (1787), que editó versiones polémicas de
las fuentes del M odernismo*, Las rosas de la obras de Cervantes*, y autor de Viaje artístico a
fontana (1911) y Palmas flam encas (1936), esta varios pueblos de España (1804).
última en una línea popularista.
BOSCÁ ALMUGAVER, Joan -»Véase BOSCÁN
BORRAZAS, Xurxo (Carballo, La Coruña, 1963) ALMUGÁVER, Juan.
Novelista en lengua gallega. Licenciado en Ger­
mánicas, se trata de uno de los autores jóvenes BOSCÁN ALMUGÁVER, Juan (Barcelona,
más conocidos de la literatura gallega, capaz en 1487/1492-1542)
todo momento de transgredir tanto las normas Poeta. Pertenecía a una familia de gran tradición
lingüísticas como los tópicos narrativos y temáti­ literaria — su abuelo, lohan Boschá, aparecía en
cos. Es autor, entre otras, de las novelas Criminal cancioneros del siglo xv— , y quedó huérfano de
(1994), con la que obtuvo el Premio de la Crítica, padre siendo niño, por lo que fue criado por su
Yo es el enemigo (1998) y Na maleta (2001). madre y su tío. Educado a la sombra de Lucio
Marineo Sículo y fray Severo Verini, aprendió un
BORREGO MORENO, Andrés (M álaga, 1802- italiano correctísimo que perfeccionó en diferen­
M adrid, 1891) tes viajes a Italia. Fue miembro de la Corte de Fer­
Ensayista y periodista. Acompañó a un pariente nando el Católico (1514), ayo del duque de Alba
exiliado a Francia, y allí estudió. A su regreso, y amigo de autores como Diego Hurtado de
participó en la revolución de 1820 como guía de Mendoza*, Andrea Navaggero y, especialmente,
la columna de Riego y en la proclamación de la Garcilaso de la Vega*, a quien indujo renunciar a
Constitución en Málaga. Más tarde, la restaura­ la poesía cancioneril en octosílabos en favor del
ción femandina le obligaría a exiliarse en Egipto, endecasílabo italiano petrarquista. Participó en
Italia, Londres y París, donde participó en la re­ la expedición de socorro a Viena, en 1532, junto
volución de 1830. Es a su regreso a España, tras a Carlos V, se casó con Ana Girón de Rebolledo,
la muerte de Femando VII, cuando se dedica de una rica valenciana, sobrina de Juan Fernández
lleno al periodismo. Fundador de El Español, di­ de Heredia*, que editó sus obras tras su muerte
rector de El Correo Nacional y redactor de La y, tras caer enfermo en Perpiñán, murió en Bar­
Época, fue gobernador de Madrid y ocupó fugaz­ celona. Boscán es, en gran medida, iniciador de
mente el puesto de ministro de Hacienda durante la lírica clásica española al intentar adaptar los
la Regencia de M aría C ristina. Pero nueva­ metros italianos, empujado por el consejo de Na­
mente hubo de exiliarse como consecuencia de vaggero y de Garcilaso. No obstante, y a pesar de
su oposición a Espartero, aunque, tam bién de la innovación que esto supuso, su poesía no va
nuevo, regresó para dedicarse definitivam ente más allá de un canto dulce de su felicidad y la de
sólo a escribir. Liberal moderado, debe su fama su familia, lejos de la universalidad de una poe­
sobre todo a su labor periodística, aunque dejó sía genial y repleta de sensibilidad como es la de
algunos ensayos muy relevantes dentro de la es­ Garcilaso, quien, además, dominó los endecasí­
critura política del siglo xix, entre ellos: Manual labos como nunca lo hizo el poeta catalán.
124
BOSCH

Su obra se editó, póstumamente, en las Obras de que se ocupa con humor del despertar erótico, y
Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega Rosa rosae (1992), novela histórica centrada en
(Barcelona, 1543), libro realizado a instancias de las turbulencias de la época de Tiberio. Tras su
su viuda y que gozó de extraordinario éxito. Tres muerte se editaron la novela corta Yanira (1996)
son los libros que agrupan la poesía de Boscán: y el libro de relatos El humo del Vesubio (1997).
el primero con metros tradicionales castellanos,
de arte menor; el segundo con metros ya nuevos BOTELHO DE CARVALHO, Miguel (?, 1622-?,?)
y, el tercero, claramente renacentista e italiani­ Poeta portugués que escribió casi toda su obra en
zante, con sonetos, canciones, la octava rima, el español. Destacan La fábula de Píramo y Tisbe
terceto y el verso suelto. El cuarto libro lo cons­ (Madrid, 1621), Prosas y versos del Pastor de Cle-
tituyen los poemas de Garcilaso. Es al comienzo narda (Madrid, 1622) y Rimas varias y tragicome­
del segundo de los libros donde aparecen las re­ dia del M ártir de Etiopía (Rúan, 1646). En portu­
ferencias que nos han hecho saber que fue Nava- gués, su obra más celebrada es La Filis (1641),
gero quien lo estimuló a probar suerte con los poema en el que el autor cuenta su vida aventurera.
metros italianos. Fundam ental fue su traduc­
ción de II Cortegiano, de Baltasar de Castiglione BOTELLA PASTOR, Virgilio (Alcoy, A licante,
— El Cortesano (Barcelona, 1534)— , con la que 1906-Gijón, Asturias, 1996)
introdujo en España la guía imprescindible de los Novelista. Licenciado en Derecho, perteneció al
valores del caballero renacentista. Asimismo, Cuerpo Jurídico de la Armada; tras el término de
contribuyó a dar a conocer la figura de Ausiás la Guerra Civil, hubo de exiliarse y, entre 1945 y
March*. 1956, fue director general de Servicios Adminis­
trativos del Gobierno republicano en el exilio.
BOSCH, Andrés (Palma de Mallorca, 1926-Bar- Esta circunstancia vital marcaría su obra hasta el
celona, 1984) extremo de que él mismo dividió su producción
Novelista. Ejerció como abogado durante cinco en: «La guerra», «La huida» y «La emigración»,
años, concretamente hasta que se marchara a Su- dando cuenta en la totalidad de su obra de las cir­
damérica, donde residió durante largo tiempo. Es cunstancias humanas y emocionales que supone
uno de los narradores que reaccionó, junto a Gar­ la vida fuera de la patria. Se le deben títulos como
cía Viñó* y Carlos Rojas*, contra la novela so­ Por qué callaron las campanas (México, 1953),
cial realista, con novelas en las que imperan los A sí cayeron los dados (París, 1959), Encrucija­
mundos abstractos y simbólicos. Se le ha acu­ das (París, 1962), Tal vez mañana (París, 1965),
sado de ser autor de novelas metafísicas e inte­ Tiempo de sombras (1978), El camino de la vic­
lectuales. Títulos suyos son: La noche (1959), toria (1979) y Todas las horas hieren (1986).
galardonada con el Premio Planeta, y que fue in­ Póstumamente, se editaron sus memorias, bajo el
terpretada como social costumbrista, Homenaje título de Entre memorias. Las finanzas del Go­
privado (1962), Premio Ciudad de Barcelona, La bierno Republicano español en el exilio (2002).
revuelta (1963), La estafa (1965), Ritos profanos
(1967), El mago y la llama (1970), El cazador de BOTÍN POLANCO, Antonio (Santander, 1898-
piedras (1974), Arte de gobierno (1977) y El re­ M adrid, 1956)
cuerdo de hoy (1982). Fue, además, traductor y Novelista. Abogado y colaborador de La Voz, es
autor, con García Viñó, del ensayo El realismo y un autor influido por el humorismo de Ramón
la novela actual (1973). Gómez de la Serna*, a cuya tertulia del café
Pombo acudía con asiduidad. Destacan las nove­
BOTAS, Víctor (Oviedo, 1945-1994) las Doña Bambolina (1924), Cosmópolis la
Poeta y narrador. Su poesía, sobria e intensa, de chica (1925), La divina comedia (1928), Él, ella
una profunda emoción, recrea a menudo poemas y ellos (1929), Virazón (1931), Logaritmo
de autores como Horacio, Pessoa, Marcial, Li Po (1933), Peces joviales (1934) y el ensayo M ani­
o John Donne, en versos de una gran intensidad fiesto del humorismo (1951).
lírica. Fue autor de los poemarios: Las cosas que
me acechan (1979), Homenaje (1980), Prosopon BOUSOÑO PRIETO, Carlos (Boal, Asturias,
(1980), Segunda mano (1982), Arcana Imperii 1923)
(1984), Aguas mayores y menores (1985), Histo­ Poeta y crítico. Doctor en Filosofía y Letras por
ria antigua (1987) y Retórica (1992), a los que hay la Universidad de Madrid, de la que sería profe­
que añadir, aparecidos póstumamente, Poesía sor después de enseñar en el W ellesley College
(1979-1992) (1994), Las rosas de Babilonia de Estados Unidos, es miembro de la Hispanic
(1994) y Poesía completa (1999). De sus obras Society y de la Real Academia Española. La poe­
en prosa hay que mencionar la novela Mis turba­ sía de Bousoño, en sus inicios, se ocupa de pro­
ciones (1983), de corte autobiográfico y en la blemas existenciales desde una perspectiva reli­
125 BRAS

giosa, para pasar, después, a un tibio pesimismo como de la Sociedad Española de Antropología
teñido de escepticismo. Puede afirmarse que se y Etnografía, fundó el Seminario de Estudios Ga­
trata de poemas complejos, en cierto sentido po­ llegos y está considerado, junto a Cunqueiro*,
liédricos, preocupados por el dolor, el paso del como uno de los autores clave del movimiento
tiempo, el error y la muerte. Poemarios suyos neotrovadoresco. Deben citarse sus poemarios
son Subida al am or (1945), Primavera de la Nao senlleira (1933) y Seitura (1955), así como
muerte (1946), Hacia otra luz (1950), En vez de el ensayo El tesoro prehistórico de Caldas de
sueño (1952), N oche del sentido (1957), Inva­ Reyes (1942), entre otros muchos estudios sobre
sión de la realidad (1962), Oda en la ceniza temas variados: cantigas populares, numismá­
(1967), con el que obtuvo el Premio de la Critica, tica, etnografía, epigrafía, etc., y ediciones de au­
Al mismo tiempo que la noche (1971), Las mone­ tores como Pondal* o Rosalía de Castro*.
das contra la losa (1973), M etáfora del desa­
fuero (1988), galardonado con el Premio Nacio­ BOYL VIVES DE CANESMAS, Carlos (Valencia,
nal de Literatura, E l ojo de la aguja (1993), El 1577-1617)
m artillo en el yunque (1997) y, con el título de Poeta y dramaturgo. Fue miembro de la Acade­
una de sus primeras obras, ya mencionada, pero mia de los Nocturnos (véase ACADEMIA), donde
con carácter de poesía completa hasta la fecha, atendía al nombre de Recelo, y, como escritor,
Primavera de la muerte (1946-1998) (1998), perteneció a la escuela de Lope de Vega*, a la
además del volumen que, en 1960, se editó con que también pertenecían Guillén de Castro*,
el título de Poesías completas. En su prolífica la­ Gaspar de Aguilar*, Tárrega* y Ricardo del Tu-
bor como crítico destacan: La poesía de Vicente ria*, entre otros. De biografía truculenta y cuya
Aleixandre (1950), Seis calas en la expresión li­ muerte se produjo violentamente, asesinado por
teraria española (1951), en colaboración con un desconocido, quizá a causa de un lance amo­
Dámaso Alonso*, Teoría de la expresión poética roso, es autor de un Epitalamio (Valencia, 1599)
(1952), por el que recibió el Premio Fastenrath en honor de Felipe III, de la comedia El marido
de la Academia, o El irracionalismo poético (El asegurado, publicada en la Segunda parte de
Símbolo) (1977). En 1993, fue galardonado con laureados poetas valencianos (1616) y que en­
el Premio Nacional de las Letras y, en 1995, con el tronca con El curioso impertinente, de Cervan­
Príncipe de Asturias, también de las Letras. tes*, de El pastor de Menandra — hoy perdida— ,
y de las poesías de Silva de los versos y loas de
BOUZA, Antonio L. (Venta de Baños, Patencia, Lisandro (Valencia, 1600).
1934)
Poeta y ensayista. Su nombre verdadero es M a­ BOZAL, Valeriano (Madrid, 1940)
nuel Bouza Balbás. Critico de arte, fundó el Ensayista. Catedrático de Historia del Arte en la
grupo experimental Oddogía 2000. Es promotor Universidad Complutense de Madrid, se trata de
de una poesía de carácter experimental a través un autor de fina mirada, capaz de, con estilo so­
de su revista Artesa, y de su obra, siempre igual­ brio y sólida formación cultural en la que los re­
mente experim ental, deben citarse poemarios ferentes se imbrican con soltura, aunar los más
como: Dios de muertos (1970), Luzbel se refugió variados asuntos, no solo relacionados con el
en mi verso y ya no puedo arrancármelo (1971), arte, sino también con el modo en que el indivi­
Caín muere en la cruz (1974), Castilla desde mi duo se aproxima a la realidad. Entre sus obras
centauro (1977), España, libertad de cisne destacan: Pinturas negras de Goya (1997), N e­
(1978), Memoria social en la muerte de un hom­ cesidad de la ironía (1999), El gusto (1999),
bre (1982), Doce motivos para un reino (1983) y cuya primera versión apareció en italiano en
Hospicio de Sodoma (1989). Es autor, asimismo, 1996, y Picasso (1999).
de la obra teatral El tribunal de los ofrecimientos
(1975) y de los ensayos Odología poética (1975), BRAS, Josep (Premió de Mar, Barcelona, 1962)
Simón Calvo (1981), El pintor Javier Cortés Narrador y poeta en lengua catalana. Periodista,
(1982) y Museo de los C ondestables de Casti­ además del poemario Escrivint amb els cent ulls
lla (1984), entre otros. de Laura (1979), dos volúmenes de relatos, La
mosca al ñas (1985) y Exemplar gratuít (1987),
BOUZA BALBÁS, Manuel -> Véase BOUZA, An­ obras de teatro como City-Bang-Blues/Sang i
tonio L. fetge a la ciutat o L'oca del seyor és teva, es au­
tor de guiones de radio y de cortometrajes. En
BOUZA BREY, Fermín (Ponteareas, Pontevedra, 1987 obtuvo el Premio La Sonrisa Vertical de li­
1901 -Santiago de Compostela, 1973) teratura erótica por su novela El vaixell de les va-
Poeta y ensayista. Miembro de las Academias de gines voraginoses, cuya traducción al español
la Historia y de la Real Academ ia Gallega, así fue El bajel de las vaginas voraginosas.
BRAVO-VILLASANTE 126

BRAVO-VILLASANTE, Carmen (M adrid, 1918- ticas. En la mayor parte de su obra ridiculiza al


1995) Romanticismo*, con unas obras en las que se ve
Ensayista, narradora y poetisa. D octorada en la huella de Moratín* y las secuelas de un cos­
Filosofía y Letras por la Universidad Central de tumbrismo al estilo de Larra*, Mesonero Roma­
Madrid, durante muchos años se dedicó a la en­ nos* o Estébanez Calderón*. Estamos ante un
señanza de la literatura para extranjeros y, ade­ teatro cómico, irónico, satírico, algo pesimista,
más del poemario 42 poem as de am or (1984), sin pasiones exaltadas y no demasiado profundo,
de diversas biografías — género en el que era aunque hábilmente tramado. Deben citarse títu­
especialista— y de ediciones y estudios sobre los como: A la vejez viruelas (1817; estrenada en
Juan Valera*, Lope de Vega*, Bettina Brentano, 1824), las comedias de estilo moratiniano Los
Emilia Pardo Bazán*, Galdós* — cuya corres­ dos sobrinos y A M adrid me vuelvo (1828), de
pondencia con Pardo Bazán editó en 1973— y carácter didáctico, Marcela o ¿a cuál de los tres?
otros, se destacó como autora de num erosísi­ (1831), Elena (1834), única obra que contacta
mos ensayos, la mayoría de ellos dedicados a la con las preocupaciones y el estilo románticos,
literatura infantil, como: Historia de la litera­ Todo se pasa en este m undo (1835), La redac­
tura infantil en España (1959), Historia y anto­ ción de un periódico (1836), Muérete ¡y verás!
logía de la literatura infantil iberoameYicana (1837), Ella es él (1838), El pelo de la dehesa
(1966), Historia de la literatura infantil univer­ (1840), Escuela del matrimonio (1852) El abo­
sal (1971; 2 vols.), La hermosura del mundo y gado de pobres (1866), los dramas históricos
otros cuentos españoles (1984) o D iccionario Don Fernando el Emplazado (1837) y Vellido
de Autores de la literatura infantil m undial Dolfos (1839), o la exitosa Los sentidos corpora­
(1985), además de obras propias para niños: les (1867). Fue, además, traductor de Schiller,
Una, dola, tela, católa (1976), El jardín encan­ Racine y Voltaire, refundió obras del teatro clá­
tado (1981), China, china, capuchina, en esta sico español y publicó numerosísimos artículos
mano está la china (1982), Colorín, colorete de crítica teatral — recogidos, mucho después de
(1983) y Pecas, Dragoncín y el tesoro (1984). su muerte, en Obra dispersa, I: «El Correo lite­
Además de los títulos citados, deben d esta­ rario y mercantil» (Logroño, 1965)— y de cos­
carse, entre otros: La mujer vestida de hombre tumbres.
en el teatro español del Siglo de Oro (1955;
1976; 1988), título de su tesis doctoral y sucesi­ BRINES, Francisco (Oliva, Valencia, 1932)
vamente ampliada, Biografía y literatura (1969), Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad
25 mujeres a través de sus cartas (1975) y Pe­ de Salamanca y en Filosofía y Letras por la de
pita Jim énez, m ujer a ctual (1976). Fue galar­ Madrid, durante años fue profesor de español en
donada con diversos premios, com o el Aedos las de Cambridge y Oxford. Afín con el neorro-
de biografías, el Fray Luis de León de traduc­ manticismo de un Luis Cernuda*, no rehuye, sin
ción, el de la Association M ondiale des Amis embargo, las influencias clásicas, todo ello al
de L’Enfance o el Nacional de Literatura de In­ servicio de una poesía densa y melancólica en la
vestigación. que el conocimiento sirve para desentrañar el ser.
Se le ha relacionado, además, con los poetas de
BREMÓN, Leopoldo María (Málaga, 1837-1914) la Generación del 50*, en cuyo grupo estuvo pre­
Dramaturgo. Colaborador de numerosas publica­ sente y de cuyas preocupaciones civiles se im ­
ciones, entre ellas La Ilustración Española y pregna su poesía. Se trata de versos intimistas
Americana, y director de El Horizonte, escribió que huyen de lo colectivo y que buscan en el
zarzuelas como Angélica y Medoro (1856), Cu­ símbolo la clave para adentrarse en un microcos­
pido y Marte (1856) y Las mujeres del siglo mos personal, profundamente existencialista,
(1867), además de la obra Una comedia en un que le permite reflexionar lúcida y serenamente
acto (1858). sobre, entre otras cuestiones, el paso del tiempo
como una despedida, como una llegada de la
BRETÓN DE LOS HERREROS, Manuel (Que!, Lo­ muerte. Destacan poemarios como Las brasas
groño, 1796-Madrid, 1873) (1959), Premio Adonais, El santo inocente
Dramaturgo. Estudió en Madrid y luchó en la (1965), Palabras a la oscuridad (1966; reed.,
Guerra de la Independencia, fue director de 1997), Premio Nacional de la Crítica, Premio de
la Biblioteca Nacional, secretario perpetuo de la las Letras Valencianas y considerado por gran
Real Academia Española, en la que ingresó en parte de la crítica el mejor de sus libros, Aún no
1837, y participante activo de las tertulias litera­ (1971), la antología Ensayo de una despedida.
rias de la época, entre ellas la de «El Pamasillo». Poesía (1960-1971) (1974) — libro ampliado en
Aunque escribió letrillas y poesías diversas, el Ensayo de una despedida: 1960-1977 (1984) y
grueso de su obra está formado por obras dramá­ Ensayo de una despedida: Poesía completa,
127 BROSSA I CUERVO

1960-1997 (1997)— , Insistencias en Luzbel la pintura al cine, pasando por la música, el ca­
(1977), Musa joven (1982), Poesía, 1960-1981 baret, la magia o el circo. Casi la totalidad de su
(1983), Selección propia (1984), Poemas exclui­ obra lírica estuvo influida por una concepción
dos (1985), Poem as a D.K. (1986), Antología escénica del arte, por una idea interdisciplinar de
poética (1986), El otoño de las rosas (1986), ga­ la expresión, a la que se une su visión satírica e
lardonado con el Premio Nacional de Poesía, Ca­ irónica de la realidad y del arte mismo, a medio
torce poem as (1987), F rancisco Brines (1988), camino entre lo lúdico y lo irreverente. Sus poe­
la antología tem ática El rumor del tiempo sías, denominadas a menudo «poemas visuales»,
(1989), A ntología poética: espejo ciego (1993), y a medio camino entre el surrealismo* y las
La última costa (1995), que recibió el Premio concepciones tradicionales, están plagadas de
Fastenrath de la Real Academia Española, a los símbolos, mientras que su teatro, abiertamente
que hay que añadir Breve antología personal experimental, ha sido calificado de absurdo.
(1997), Selección de poem as (1997) y una am­ Puede afirmarse, en general, que en Brossa es
plia A ntología poética (1998). Debe m encio­ frecuente la interrupción de la discursividad ló­
narse, asimismo, su ensayo Escritos sobre p o e­ gica, de modo que puede jugar con las palabras,
sía española (1995), en el que Brines recoge tanto con su contenido y su forma como con su
materiales dispersos sobre autores como el men­ consistencia fonética y las asociaciones posibles
cionado Cernuda, García Lorca*, Gil-Albert*, que esta le permitía. En cierto sentido se trata de
Gerardo Diego* o Vicente Aleixandre*, entre una antipoesía a través de la cual propone una
otros. En 1999 le fue concedido el Premio N a­ crítica política basada en la burla, por así decirlo,
cional de la Letras Españolas, además de ser ele­ de las imposiciones de la tradición. Difícil de
gido miembro de la Real Academia Española. clasificar su ingente obra — la gran mayoría tra­
ducida al español— , ya que, aparte de lo que per­
BRIONES, Carlos (Colonia, Alemania, 1969) manece inédito, son numerosos los poemas escé­
Poeta. Doctor en Ciencias e investigador de Bio­ nicos o los que pertenecen a exposiciones, así
logía M olecular, en su poesía, de carácter neo- como los poemas sueltos publicados con litogra­
rromántico, aborda el sentimiento amoroso como fías, aguafuertes, ilustraciones, de diversos artis­
pérdida, muy influido en sus modos poéticos por tas, etc., destacan, no obstante, sus poemarios:
el simbolismo* francés de Verlaine, así como por Sonets de Caruixa (1949), D ragolí (1950), Em
Gil de Biedma* y Francisco Castaño*, y com ­ v a fe r Joan Brossa (1951), Poemes civils (1961),
bina elementos de la poesía de la experiencia* y Quadern de poemes (1969), Poesía rasa (1943-
de la estética del silencio, en la que estaría pró­ 1959) (1970; reeds., ampliadas, en 1990 y 1991),
ximo a un poeta como Valente* y a sus registros Poemes per una oda (1970), Novella y Poemes
más metafísicos y esencialistas. Es autor de los visuals (1975), Poemes de seny i cabell (1957-
poemarios De donde estás ausente (1993) y M e­ 1963) (1977), Rúa de Llibres (1980), que incluye
moria de la luz (2002). diversos poemarios y por el que recibió los Pre­
mios Serra d ’Or y Crítica Serra d ’Or, Qui diufoc
BROCENSE, El -> Véase SÁNCHEZ DE LAS BRO­ diu flam a (1985), Viatge p er la sextina (1987),
ZAS, Francisco. que incluye los diferentes libros de sextinas es­
critos por él y que mereció el Premio Ciudad de
BROSSA I CUERVO, Joan (Barcelona, 1919- Barcelona, Ventall de poemes urbans (1988), Poe­
1998) mes escogits (1995) y P assatfestes (1995), que
Poeta y dramaturgo en lengua catalana. Editor de incluye poemas escritos entre 1993 y 1995, a los
la revista Algol, fue uno de los principales miem­ que hay que añadir, además de seis volúmenes de
bros del grupo Dau al Set en 1948, así como uno Poesía escénica (1973, 1975, 1978, 1980 y 1983,
de los introductores de la poesía visual en la lite­ en que aparecieron dos), hay que añadir, deci­
ratura catalana. M iembro de Honor de la Asso- mos, en versión de Andrés Sánchez Robayna*,
ciació d ’Escriptors en Llengua Catalana, en su la antología Poemes / Poemas (1998), otra más
obra, entre pictórica, ideográfica y estrictamente en 1999, M emoria encesa. M osaic antológic,
literaria, reflexiona principalm ente sobre la ex­ que había sido realizada por el proprio Brossa
periencia de la Guerra Civil y la poesía en sí. con libros anteriores e inéditos, el poema inédito
Considerado como uno de los más im portantes hasta ese momento Sumari astral (1999), editado
autores de vanguardia (véase VANGUARDISMO) póstumamente como libro por la celebración del
de la posguerra, supo no obstante usar con preci­ que hubiera sido el octogésim o cum pleaños
sión maestra formas clásicas como el soneto, la del autor, y la selección de textos A pa rtir del
oda o las sextinas, así como imbricar lo popular, silenci (2001). Hay que mencionar, además, pie­
desde el romance hasta el coloquialismo, y cua­ zas teatrales como: La xarxa (1953), La j u ­
lesquiera formas de expresión en su obra: desde gada (1953), A quí al bosc (1956), Gran guinyol
BRUNORI 128

(1957), El bell lloc (1958), Or i sal (1963), A l (1989), por el que recibió el Premio Ánthropos
Canigó ja no hi ha agidles (1965), entre otras, de Poesía. Es autor, asimismo, de la novela El
distribuidas, con otras muchas, tanto en Teatre año que viene en Tánger (1998), compleja y
de Joan Brossa (1964) como en Teatre complet amena obra de corte autobiográfico ficticio, pero
(1973) y Teatre (1996). De sus prosas inéditas, representativa de una literatura del yo, en la que
de entre 1948 y 1979, se realizó una antología: se produce un ejercicio de metaliteratura, al re­
Alfabet desbaratat (1998). Destacó, además, flexionar el autor sobre la escritura de su perso­
como creador de espectáculos musicales y en naje, de quien ejerce como traductor y glosador.
marzo de 1994 inauguró, en el Palau de la Vi­ Novela, pues, en la que realidad y ficción se con­
rreina de Barcelona, una exposición de «poemas funden, como se confunden o entrem ezclan la
visuales» que supuso un auténtico aconteci­ poesía y la prosa y, en último extremo, el idioma
miento cultural. De los muchos premios con que con su traducción, pues el texto sería el resultado
fue reconocida su obra, quizá destaquen por su de las traducciones que el autor va elaborando de
relevancia el Premio Nacional de las Artes Plás­ los escritos del personaje. Al propio tiempo, en
ticas, que se le concedió en 1992, el Nacional de ella aparecen temas caros al autor, como son la
la Crítica en 1995, el Nacional de Teatro, en experiencia amatoria, o mejor sexual, tratada con
1998, y la Medalla Picasso de la UNESCO, entre ironía, o el cambio que la vida nos va im po­
niendo y, como antídoto ilusorio, la exaltación
de la juventud. Esta novela tuvo, por así decirlo,
BRUNORI, Rodrigo (Madrid, 1962) un apéndice en Un corazón antiguo (2000), que
Narrador. Autor que, apoyándose en un periodo continuaba el relato, repleto de erudición y notas
histórico y en unas circunstancias arguméntales aclaratorias, de las experiencias sexuales del pro­
específicas, ha demostrado un extraordinario do­ tagonista, con un punto de cinismo, acaso como
minio de la técnica novelesca, del lenguaje y de único resultado de las utopías revolucionarias de
la dosificación de informaciones en su primera un tiempo. Ambas obras, importantes por lo que
novela, Me manda Stradivarius (1999), en la que tienen de configuración de un estilo literario,
ya se aprecian los moldes de un gran novelista y combinan la experimentación verbal, un discurso
con la que obtuvo el Premio Jaén y el Premio Ti­ lingüístico, confuso y rebuscado, con cierta ex­
gre Juan. perimentación incluso gráfica, debida al ordena­
dor en que se escribe, lo que da lugar a una lite­
BUCÓLICA ratura en la que quizá poco importa lo que se
Género cuyos inicios se remontan a Virgilio y dice, sino cómo se dice. Hay que destacar, asi­
Teócrito y en el cual, en relación estrecha con el mismo, su faceta de ensayista, en la que destaca
pastoril, se prodigan una serie de elementos tales su manual Las respuestas. Todo lo que usted
como la naturaleza, los pastores y, en general, la siempre quiso preguntar sobre internet (1999).
vida pacífica de una soñada Arcadia*. Los auto­
res que se adentraron en él cayeron en el manie­ BUEN DÍA, Rogelio (Huelva, 1891-Madrid, 1969)
rismo excesivo respecto a los autores latinos, Poeta. Fundador de la revista Papel de Aleluyas,
creando, además, a unos pastores pedantes, anti­ en su obra se aprecian resonancias modernistas.
naturales y falsamente elevados. Se han escrito Deben citarse sus poemarios La rueda de color
novelas bucólicas, elegías, canciones y dramas, (1923), Guía de jardines (1928), Naufragio en
conocida esta última manifestación literaria del tres cuerdas de guitarra (1928) y Vuelo y tierra
tema como égloga. En su uso destaca sobre todo (1945). Es autor, asimismo, de una novela: La
Juan del Encina* con su Égloga de Plácida y Vi- dorada mediocridad (1923).
toriano, en la que sabe huir de la vulgaridad y
consigue una obra espontánea donde los pastores BUENO, Manuel (Pau, Francia, 1874-Barcelona,
hablan como tales y sí resultan naturales. La lí­ 1936)
rica bucólica tiene un exponente igualmente im­ Novelista y dramaturgo. De familia bilbaína, fue
portante en las Eglogas de Garcilaso de la Vega*. uno de los periodistas más relevantes de su
Quizá sean estos dos autores los que de manera época, y colaboró en diarios como El lmparcial
más clara escapan de la medianía general al tra­ o ABC. Viajó por América, simpatizó con la Fa­
tar estos asuntos. lange y fue fusilado durante la Guerra Civil.
Parte de su fama se la debe al hecho de haber dis­
BUENAVENTURA, Ramón (Tánger, 1940) cutido con Valle-Inclán*, discusión a raíz de la
Poeta y novelista. Destacan sus poemarios Can­ cual este perdería su brazo izquierdo. De sus no­
tata soleá (1978), Tres movimientos (1981), Ve­ velas deben citarse Corazón adentro (1906),
reda del gamo (1984), Los papeles del tiempo Jaime el Conquistador (1912), El dolor de vivir
(1984), El abuelo de las hormigas (1986) y Eres (1924), Poniente solar (1931), El sabor del p e ­
129 BUERO VALLEJO

cado (1935), las novelas cortas de El último desde 1971 hasta su muerte, de la Real A cade­
amor (1930), y Los nietos de Dantón (1936). En mia Española, el teatro de Buero Vallejo aborda
todas ellas muestra gran preocupación, social y la realidad cara a cara, de una manera crítica y
política, por temas históricos, como el desastre sin precauciones, jugando con la censura del mo­
del noventa y ocho o la dictadura de Primo de Ri­ mento que vive, y buscando en ella las rendijas
vera. Destacan sus obras de teatro La mentira del que le permiten introducir su bisturí. En los con­
a m or( 1908), El talón de Aquiles (1908) y Lo que flictos concretos que muestran sus textos subya-
Dios quiere (1924), los relatos de Viviendo cen los problemas universales que alejan su tea­
(1897), Almas y paisajes (1900), A ras de tierra tro de cualquier provincialismo. Técnicamente,
(1902) y En el umbral de la vida (1918), además Buero fue un maestro que jugó con la cercanía
de los ensayos y artículos que se recogieron, pos­ entre lo que sucede en el escenario y el patio
tumamente, en Palabras al viento (Bilbao, 1952), de butacas, más allá del texto que se representa,
u otros entre los que es interesante el volumen utilizando innumerables efectos escénicos; la
Teatro en España (1910). fuerza de sus personajes, la capacidad de estos
para transmitir a través de sus percepciones una
BUENO ÁLVAREZ, Juan Antonio (Barcelona, sensaciones que el espectador recibe tal y como
1961) se están operando en el protagonista, lo convier­
Narrador. Licenciado en Filología Hispánica, es ten en un autor capaz de provocar en el público,
profesor de enseñanza secundaria. Autor de la como señaló Torrente Ballester*, las emociones
novela La verdad inútil (1999), exordio narra­ deseadas y previstas. Pero, además, los textos
tivo con la que m ostró capacidad para la crea­ son de una altura literaria incuestionable; en
ción de diálogos y un sentido del humor dotado ellos, las palabras combinan la sobriedad con la
de perfiles irónicos maduros, todo ello al servi­ medida y el tiempo, creando un teatro que trans­
cio de un retrato costum brista del M adrid ac­ mite mensajes profundamente humanos y reales.
tual, realizado en estilo realista y de form a li­ Con un desgarrado trasfondo existencialista,
neal, que le perm ite ahondar en el contraste pueden establecerse varios grupos temáticos en
entre realidad y apariencia. A esta siguieron Las su producción, comenzando por uno realista, con
estrategias del bachiller (2000) y El último obras como la mencionada Historia de una esca­
viaje de Elíseo Guzmán (2001), con la que ob­ lera, En la ardiente oscuridad (1950) y Hoy es
tuvo el Premio Andalucía de Novela y en la que fiesta (1956); otro simbolista en el que destaca
recrea, con toques de drama rural, la experien­ El concierto de San Ovidio (1962) que recrea el
cia de la posguerra a través de unos muertos vi­ ambiente de los ciegos del Hospicio Quince-
vientes que deambulan por la actualidad y que Veinte en el París del siglo xvm y en la cual pre­
le sirven para ahondar en el problem a de las senta a los ciegos como símbolo de los oprimidos;
víctimas y de los perdedores. un tercero, centrado en reflexiones históricas, con
Un soñador para un pueblo (1958), Las Meninas
BUENO Y LEROUX, Juan José (Sevilla, 1820- (1960), El sueño de la razón (1970; reestrenada
1881) con éxito en 1994) y La detonación (1977), y un
Poeta. Bibliotecario y archivero cuya obra poé­ último de subjetivización al que pertenecen títu­
tica, influida por Lista*, se recoge en Lágrimas y los como Llegada de los dioses (1971), La Fun­
pensamientos (1879). dación (1974), donde un grupo de presos políti­
cos se enfrentan a la cruel confusión entre
BUERO VALLEJO, Antonio (G uadalajara, 1916- realidad y ensueño y que supuso una innovación
Madrid, 2000) absoluta, ya que la realidad escénica el público
Dramaturgo. Se trasladó a Madrid, tras acabar el la ve a través de la fantasía del personaje, Jueces
bachillerato, para estudiar Bellas Artes en la Es­ en la noche (1979), de marcado carácter político,
cuela de San Fernando. Participó en la Guerra Caimán (1981), Diálogo secreto (1984), Lázaro
Civil con el bando republicano, primero en talle­ en el laberinto (1986) y Música cercana (1989).
res de propaganda y después en infantería. Con­ Por otro lado, una obra como El tragaluz (1967),
denado a m uerte tras la contienda, pena que le duro texto que presenta las paradojas entre ven­
sería conmutada ocho meses después por cadena cedores y vencidos y con la que obtuvo el Pre­
perpetua y por el indulto en 1946, fue compañero mio de la Crítica, supuso una innovación al mar­
de celda de M iguel Hernández*. Descubierto gen de clasificaciones, así como La doble
como creador a raíz de la concesión del Premio historia del doctor Valmy, que se ocupa del tema
Lope de Vega, en 1949, por Historia de una es­ de la tortura y que solo pudo ser representada
calera, escribió después una treintena de obras con el fin de la dictadura — en 1968 se había es­
que lo consagraron como el más respetado de trenado en el Gateway Theatre, en Chester (In­
los autores dramáticos españoles. Miembro, glaterra)— . Otras obras son: La tejedora de sue­
BUÑUEL 130

ños (1952), basada en una interpretación del per­ nocido y premiado en todo el mundo, con galar­
sonaje de Penélope, La señal que se espera dones como un premio en Cannes y un Oscar de
(1952), en la que se exalta el poder creativo de la Hollywood.
fe, Casi un cuento de hadas (1953), Madrugada
(1953), Irene o el tesoro (1954) y Las cartas BUÑUEL, Miguel (Castellote, Teruel, 1924)
boca abajo (1957), a las que hay que añadir títu­ Novelista. En todas sus obras se deja ver, técni­
los más recientes como: Las trampas del azar camente, la influencia del cine en virtud de una
(1994) y Misión al pueblo desierto (1999). Ade­ plasticidad expresiva que, combinando ternura y
más de su producción propia, Buero adaptó obras fortaleza, refiere en muchos casos a una im agi­
de Shakespeare, Ibsen y Brecht. En 1994, se edi­ nería propia del género cinematográfico. Entre
taron dos volúmenes de Obras completas que re­ sus novelas destacan Narciso bajo las aguas
cogen tanto las piezas teatrales como la prosa y (1959), galardonada con el Premio Ateneo de Va­
sus textos de poesía. Buero Vallejo fue galardo­ lladolid, Un lugar para vivir (1962), Un mundo
nado con numerosos premios, entre ellos el Na­ para todos (1962), con la que obtuvo el Premio
cional de Teatro, en varias ocasiones, y, el más Selecciones Lengua Española, Las tres de la ma­
importante, quizá, el Cervantes, que le fue con­ drugada (1967) y Vida en colores (1968), Pre­
cedido en 1986, y que ratifica un éxito de público mio Jauja. Se ha destacado como narrador de li­
y de crítica justo y merecido. teratura infantil con El niño, la golondrina y el
gato (1959), que mereció los Premios Lazarillo y
BUÑUEL, Luis (Calando, Teruel, 1900-México, Andersen, Manuel y los hombres (1961) y Roci­
D.F., 1983) nante de la Mancha (1963).
N arrador y poeta. Es uno de los directores de
cine emblemáticos del siglo pasado y una de las BURGOS, Antonio (Sevilla, 1943)
figuras fundamentales del surrealismo* español. N ovelista y ensayista. Periodista y colaborador
Estudió Filosofía y Letras en M adrid y, como habitual en la prensa española como com enta­
escritor, fue autor de poemas y narraciones bre­ rista político pleno de ingenio, es narrador de
ves, escritas en su mayoría a lo largo de los años fino humor y corte realista que ha publicado las
veinte, influidas por el ultraísm o*, el surrea­ novelas: El contador de sombras (1970), Toque
lismo y Gómez de la Serna*. En sus escritos se de gloria, toque de agonía (1971), El contra­
aprecia que la imagen pesa más que la palabra, y bandista de pájaros (1973), con la que obtuvo
convierte con ellos en inevitable su presencia el Premio Ciudad de Marbella, Las cabañuelas
en las historias de las vanguardias (véase VAN­ de agosto (1983), Premio Ateneo de Sevilla,
GUARDISMO) literarias. Poco antes de su muerte, Las lágrimas de san Pedro (1984) y Crónica de
en 1982, publicó sus memorias bajo el título de don Guido. Es autor, además, del poemario Pa­
Mi último suspiro, en el mismo año en que se labra en el vacío (1962) y de los ensayos Anda­
publicó el volumen Luis Buñuel: obra literaria lucía, ¿tercer mundo? (1971), Guía secreta de
(1982), y ya de m anera postuma, en 1985, R e­ S evilla (1974), La romería del Rocío (1974),
cordando a Luis Buñuel, una selección de tex­ Libelo contra M adrid (1980), Sevilla tuvo que
tos realizada por el que fuera su guionista, Jean- ser (1980) y Folklore de las cofradías en Sevi­
Claude Carriére, que incluye algún inédito. En lla (1982), así como de un volumen de estam ­
2000, prologado por el mencionado Carriére, se pas literarias y recuerdos titulado M irando al
editó Escritos, una recopilación de poemas, mar soñé (1998) y Jazm ines en el ojal (2002),
prosa, teatro y conferencias. Como director de y los artículos sobre Sevilla reunidos en A rtícu­
cine se inició realizando, con Salvador Dalí*, los de lujo (2003).
Un perro andaluz (1929) y La edad de oro
(1930). Más tarde, y tras la realización del do­ BURGOS, Carmen de (Almería, 1867-M adrid,
cumental Tierra sin pan (1932), sobre Las Hur- 1932)
des, se exilió. Fuera de España dirigió otras Novelista y ensayista. Licenciada en M agiste­
obras maestras como Los olvidados (1950), Él rio, profesora de la Escuela Normal de Madrid,
(1953), Archibaldo de la Cruz (1953), Nazarín destacó como periodista en diarios y revistas
(1958), Viridiana (1961), El ángel extermina- como D iario U niversal, H eraldo de M adrid,
dor (1962), Diario de una camarera (1964), Be- P rometeo y La Esfera, y fundó la revista Crí­
lle de jo u r (1967), La Vía Láctea (1969), Tris- tica. Fue corresponsal de guerra en M arruecos
tana (1970), El discreto encanto de la y con el seudónimo de Colombine pidió desde
burguesía (1972) y El fantasm a de la libertad sus artículos la igualdad de la mujer. Autora de
(1974). En todas ellas muestra la preocupación novelas que abordan la defensa radical de las
social a través de un sentido del humor corro­ m ujeres desde estilos diversos, al com ienzo
sivo, irreverente y erótico. Su cine ha sido reco­ desde un naturalism o claro, poco a poco difu-
131 BUSTELO

minado por un rom anticismo no exento de hu­ BURGOS RIZZOLI, Javier de (M adrid, 1885-
mor, aunque en todo m omento desde el com ­ 1971)
prom iso inquebrantable de un fem inism o de Dramaturgo. Cultivó todos los géneros del teatro y
tono socialista. Entre ellas, destacan: La hora colaboró con Linares Becerra* y González del
del am or (1916), La rampa (1917), Las in se­ Castillo*. Destacan sus obras Alma negra, estre­
parables (1917), Los anticuarios (1921), El re­ nada antes de cumplir los 20 años, las zarzuelas
torno (1922), Los espirituados (1923), La m al­ Los dos amores (1911) y La gente de rompe y
casada (1925), El tío de todos (1925) y Quiero rasga (1912), el sainete El niño castizo (1913), la
vivir mi vida (1931). De su abundante produc­ comedia Balompié (1928) y el auto sacramental El
ción deben citarse, adem ás, libros de viajes retablo milagroso (1942). Asimismo, adaptó para
como: Por Europa (1906), Cartas sin destina­ la zarzuela La fuerza bruta, de Jacinto Benavente*.
tario (1910) o Peregrinaciones (1916), que se
reeditó con el título de Mis viajes p o r Europa BURGUETE, Ricardo (Zaragoza, 1871 -Valen­
(1917), o cuentos, que aparecieron en diferen­ cia, 1937)
tes publicaciones y que se recogen en Mis m e­ Novelista. Militar y redactor de El Mundo, en sus
jo res cuentos (1986), biografías de personajes novelas confluyen su ideología regeneracionista
como Larra*, George Sand, Tolstoi o Leopardi, y la influencia filosófica de Nietzsche. Destacan
y ensayos, entre ellos A rte de saber vivir, La A sí hablaba Zorrapastro (1899), Mi rebeldía.
mujer moderna y sus derechos o Ensayos lite­ «Mane-Thecel-Phares» (1904), Dinamismo es­
rarios. piritualista (1905) y Morbo nacional (1906).

BURGOS, Diego de (?-?, a. de 1515) BURGUILLOS, Juan Sánchez (Sevilla, h. 1520?-


Poeta. Nieto de Juan M artínez de Burgos*, fue ?, 1575)
secretario del marqués de Santillana*. Destacan Poeta. Improvisador de versos, célebre en su
sus obras Triunfo del Marqués, alegoría de casi época, escribió unos romances sobre Fernán
dos mil versos influida por Dante, y Querella de González* y Bernardo del Carpió*.
la paz.
BURRIEL, Andrés Marcos (Cuenca, 1719-1761)
BURGOS, Francisco Javier de (M otril, G ra ­ Erudito. Jesuíta que llevó a cabo el registro de
nada, 1778-Madrid, 1849) los archivos españoles. Su obra quedó inédita,
Dramaturgo y poeta. Político, humanista, acadé­ salvo Noticia de California (1757; 3 vols.) y Pa­
mico de la Real Academia Española y ministro leografía española (1758), que apareció firmada
de Fomento con María Cristina, tradujo las obras por Esteban Terreros y Pandó.
de Horacio, que fueron censuradas, y, además de
poemas, escribió comedias como Los tres igua­ BUSCARINI, Armando (Ezcaray, La Rioja,
les (1827), El baile de máscaras (1832) y El op­ 1904-Logroño, 1940)
timista y el pesimista (1833). Conocido como «el niño poeta», murió en el ma­
nicomio de Logroño. De él se recuerda el libro
BURGOS, Francisco Javier de (Puerto de Santa Mis memorias, que escribió cuando aún no había
María, Cádiz, 1842-Madrid, 1902) cumplido los 20 años. Se trata de un autor olvi­
Dramaturgo. Estudió para ingeniero de caminos dado al que solo el tesón de Juan Manuel de
en Madrid, volvió a Cádiz, colaboró en prensa y Prada* ha ayudado a resucitar.
residió, alternativam ente, en las dos ciudades.
Como autor dramático escribió cuadros costum­ BUSTAMANTE CARLOS INCA, Calixto -»Véase
bristas en los que la definición de los personajes CARRIÓ DE LAVANDERA, Alonso.
es su m ejor baza. Cultivó el género chico en
obras como Cádiz a vista de pájaro (1868), La BUSTELO, Gabriela (Madrid, 1962)
vuelta a Cádiz en sesenta minutos (1877), Cádiz Novelista. Autora con gran capacidad para mez­
(1886), El mundo comedia es o El baile de Luis clar registros, y por tanto en la línea de la nueva
Alonso (1881) y Boda de Luis Alonso o La noche vanguardia de los narradores más jóvenes, atentos
de encierro (1897), y el sainete en Los Valientes tanto a los elementos del pensamiento duro como
(1886) y Las visitas (1887). Escribió obras en co­ a los toques pulp o a los referentes de los súbge-
laboración con Fernández-Shaw* y Tomás Lu- neros del pop o el lenguaje de la televisión, se trata
ceño*, con este último Fiesta nacional (1882) y de una escritora con gran capacidad para la sátira
¡Hoy sale, hoy! (1884). y la farsa, que proyecta sobre el segregacionismo
sexual de los homosexuales o de las mujeres, pero
BURGOS, rabi Abner de -»Véase VALIADOLID, que le sirve para ironizar sobre los planteamientos
Alfonso de. feministas radicales de los años setenta y su puri­
132
BUSTINAZA

tanismo sexual. Es autora de las novelas Veo, veo BUXÓ MONTESINOS, Joaquín (Valencia, 1932)
(1996) y Planeta hembra (2001). N ovelista, dram aturgo y poeta. Estudió D ere­
cho, ha colaborado en numerosas publicaciones
BUSTINAZA, Evaristo (M añaria, Vizcaya, y dirigido la colección poética «De trigo y voz
1866-1929) provisto». De su obra, deben destacarse las no­
Narrador en euskera. Utilizó el seudónimo de Ki- velas Umbral de silencio (1960) y La sed de los
rikiño. De lenguaje popular y plagadas de hu­ muertos (1963), las obras de teatro Casandra
mor, destacan las narraciones que se recogieron (1964) y Las Uses tras el fuego (1965), los rela­
en Abarrak (Ramillas). Colaboró con Azkue* en tos de Floresta varia de gracias y desgracias
su Diccionario vasco-español-francés. (1967), que firmó con el seudónimo de Braulio
de Sigüenza, y los poem arios M i voz sobre tus
BUTRÓN Y MÚJICA, José Antonio (Calatayud', p árpados (1968) y Un vaso pequeño pero mío
Zaragoza, 1677-?) (1978). Es autor, asim ism o, de ediciones de
Poeta. Jesuita, fue autor de poesías marcadas por obras de Lope de Vega* y de una traducción del
el espíritu gongorino de entre las que debe ci­ Peer Gynt, de Ibsen. Ha recibido prem ios tan
tarse su obra en octavas Harmónica vida de im portantes como el Boscán y el Ciudad de
santa Teresa (1722). Barcelona.
CAAMAÑO, Ángel (Madrid, 1861 -?)
c terio en el hombre (1952), La Ciencia Física y el
Dramaturgo y cronista taurino. Entre sus obras futuro del europeo (1953), Hambre y amor
teatrales destacan La cena de Nochebuena (1955), La presencia como fundamento de la on-
(1896), Huelga de cómicos (1897), La nieta de tología (1956), Filosofía del libro (1957), Meta­
su abuelo (1898), Marusiña (1899), Las chismo­ física de los sexos humanos (1961), Filosofía de
sas (1904), escrita en colaboración con Isidro la presencia humana (1961), Biografía del hom­
Soler, Pascualica (1909) y Corazón adentro bre (1967) y La izquierda y la derecha eu el
(1915). Asim ismo, entre sus obras taurinas de­ hombre y en la cultura (1978).
ben citarse Cabezas, cabecillas y cabezotas
(1888), escrita en verso, y De la torería (1914). CABAL, Fermín (León, 1948)
Dramaturgo. Guionista de cine y de televisión en
CABA, Rubén (M adrid, 1935) la actualidad, se formó en grupos de teatro inde­
Novelista y poeta. Abogado, licenciado en Filo­ pendiente como Los Goliardos, Tábano y La
sofía y Letras y periodista. Se trata de un autor Compañía M onumental de las Ventas, donde
sin demasiadas pretensiones literarias, creador practicó el musical y la farsa, y fundó salas como
de novelas en las que predom ina la tram a y, en la Cadarso y Gayo Vallecano. Aunque ha sido til­
muchos casos, la aventura, escritas con correc­ dado a menudo por la crítica como un sucedáneo
ción y gran m aestría en la dosificación del sus­ de autores como Jardiel Poncela*, Mihura* o Ar-
pense. Entre sus obras se cuentan poemarios, niches*, lo cierto es que se trata de un autor com­
ímpetu, pasión y fu g a (1972) y Carta en cua­ prometido social y políticamente, que se ha ocu­
derna vía (1982), novelas como Islario (1980), pado en su teatro, desde una perspectiva realista,
Hispan e Iberia (1981), La puerta de marfil de cuestiones tan dispares como la situación de
(1988) y Días de gloria (2000), guiones cinema­ la izquierda durante el franquismo o la droga.
tográficos, relatos y libros de viajes, entre ellos Obras suyas son Tú estás loco, Briones (1978),
Salida con Juan Ruiz a probar la Sierra (1976). con la que debutó como autor y director, ¿Fuiste
a ver a la abuela? (1979), Sopa de mijo para ce­
CABA LANDA, Pedro (Arroyo de la Luz, Cáce- nar (1979), basada en un texto del Premio Nobel
res, 1900-Madrid, 1992) italiano Darío Fo, Vade retro! (1982), con la que
"Ensayista, novelista y poeta. Estudió Ciencias y obtuvo el Premio Mayte, Esta noche gran ve­
Filosofía y Letras en Madrid y se dedicó funda­ lada: Kid Peña contra Alarcón por el título eu­
m entalm ente a la filosofía. Escribió novelas ropeo (1983), galardonada con el Premio El Es­
como Las galgas (1934), galardonada con el Pre­ pectador y La Crítica, Caballito del diablo
mio Gabriel Miró, y Tierra y mujer o Lázaro la (1985), Malandanza de don Juan Martín (1985),
profetisa (1945), poemarios, Jinete del silencio que fue Premio Dos de Mayo, Después del nau­
(Poemas no antiguos sino viejos, escritos hace fragio, Ello dispara (1990), Travesía (1991), que
40 años) (1975), y una biografía de Eugenio obtuvo el Premio Tirso de Molina, Castillos en
Noel*. Después de darse a conocer con Las ideo­ el aire (1995), en la que aborda el tema de la co­
logías del siglo (1920) y Andalucía, su comu­ rrupción política española y que obtuvo el Pre­
nismo y su cante jondo (1932), escritas en cola­ mio de la Crítica, Electra (1997), basada en el
boración con su hermano Carlos, publicó trabajos texto de Giradoux, y Medea (1998). Es autor,
ensayísticos y filosóficos de entre los que deben además, del ensayo, escrito en colaboración con
destacarse: ¿Q ué es el hombre? (1949) Europa José Luis Alonso de Santos*, Teatro español de
se apaga (1950), Misterio y poesía (1951), M is­ los 80 ( 1985).
CABALLERESCO 134

CABALLERESCO ción del ideal caballeresco*, tal y como lo sentía


Concepto que se refiere al ideal de la caballería la sociedad cortesana del siglo xv. Este tipo de
y de los caballeros, esto es, lo refinado frente a novela surge como consecuencia de los cambios
lo vulgar, lo heroico frente a lo cobarde. Fue sociales de ese siglo: la nobleza, al hacerse cor­
este un ideal que perduró desde los prim eros tesana, adquiere unos gustos más refinados, con
cantares de gesta hasta el declive del Renaci­ lo que aparece un concepto más idealizado del
miento, y en el que se diferencia claramente en­ caballero, un caballero que se siente inspirado
tre lo popular, o juglaresco, y lo cortesano o tro­ por los poderes del amor y del heroísmo indivi­
vadoresco; el trovador sería quien habla del dual. Es así como esa nueva nobleza cortesana
ideal caballeresco. Sin embargo, las formas mé­ se siente identificada con los libros de caballe­
tricas del romance muy pronto asumirán los te­ rías, del mismo modo que la nobleza feudal de
mas caballerescos como vehículos más eficaces los siglos anteriores se identificaba con los can­
para transmitir las leyendas. En los libros de ca­ tares de gesta*. En alguna medida, puede afir­
ballerías* se idealizan la acción y las virtudes marse que este tipo de literatura es deudora, ade­
del honor, así como el amor platónico y los sen­ más de una degeneración, de la vieja poesía
timientos cristianos. Lo caballeresco aparece en heroica. Los ideales del protagonista de aquellos
España por primera vez en La gran conqüista de cantares — patria, tierra y religión— , que repre­
ultramar, obra del siglo xm en la que se trata sentaban a una colectividad, se ven sustituidos
una ficción francesa sobre las Cruzadas, si bien ahora por un acentuado individualismo en el hé­
es en el siglo xiv cuando se puede hablar del roe caballeresco, movido tan solo por el amor a
primer libro de caballerías propiamente español, su dama y por su propia satisfacción. Al contra­
esto es, la H istoria del caballero de Dios que rio de lo que sucedía con los cantares de gesta, el
avia por nombre Cifar, el qual por sus virtuosas Libro de caballerías se basa, esencialmente, en
obras et hazañosas cosas fu e rey de Mentón. Lo elementos fantásticos e imaginarios. Es funda­
caballeresco sentimental estaría representado mental para la gestación y difusión de estas
por las obras de Juan Rodríguez del Padrón* y obras la transformación social de la burguesía.
Diego de San Pedro*, aunque la obra máxima El nuevo lector, que ya no es clérigo ni erudito,
que se centra en el mundo de los caballeros es el busca en la lectura la diversión y el placer. A un
Ámadís de Gaula, publicado por Garci Rodrí­ nuevo público corresponde, obviam ente, una
guez de Montalvo* en 1508. Durante todo el si­ nueva literatura, una literatura que, además,
glo xvi, la lectura favorita en España es la de los goza de una distribución m asiva a través de la
román coartéis franceses, en forma de libros de imprenta. Es, como ya hemos anunciado, en
caballerías*, origen de la dem encia del último Francia, donde la evolución de los señores feu­
caballero andante, Don Quijote de la M ancha, dales origina un tipo de narración en verso, de­
quien representa el arquetipo del heroísmo ca­ nominada román courteis, que toma sus temas
balleresco, ya que enloquece por culpa de su de fuentes tan variadas como las leyendas clási­
vocación. cas, ciertos relatos orientales y, sobre todo, de
los asuntos derivados de las leyendas de Bretaña
CABALLERÍAS, libros de (Tristán e Iseo o los caballeros del Santo Grial).
Género típicamente español, gestado en la Edad En un ambiente de fantasía y aventura rodeada
Media, cuyo origen está en las novelas caballe­ de vago lirismo, fueron surgiendo estas narracio­
rescas francesas del ciclo conocido como de la nes que, al prosificarse, dieron lugar a las nove­
Post-Vulgata (1230-1240), que abrió el camino a las de caballerías. Cada uno de estos libros tenía
los temas propios del «ciclo artúrico», como por héroe a un caballero andante que encamaba
luego veremos. La crítica inglesa, para referirse tanto el heroísmo como la fidelidad, que defen­
a la narrativa medieval, ha utilizado el término día a los oprimidos e impartía justicia afrontando
romance, con el que se quiere abarcar la historia las más extraordinarias aventuras. El amor a su
de aventuras en la que conviven combates, amo­ dama estaba dentro de las leyes del «amor cor­
res, búsquedas, separaciones, reencuentros y via­ tés», que no era otra cosa que una paganización
jes a otros mundos. El ámbito en que transcurre del ideal religioso de la Edad Media.
la acción está alejado del público tanto en tiempo En España, a lo largo del siglo xiv, se difunden
y espacio cuanto en clase social y, a menudo, en traducciones de los diferentes libros de caballe­
las tres categorías sim ultáneamente. No debe rías que circulaban por Europa. En general, los
confundirse el romance con la novela, ya que libros del conocido como «ciclo artúrico» fueron
aquel puede estar escrito en prosa o en verso y, muy leídos en toda Europa durante los siglos que
de hecho, los primeros en español — Libro de cierran la Edad Media. En España, estas narracio­
Alexandre y Libro de Apolonio— lo están en nes llegaron a través del ya mencionado «ciclo
verso. La novela de caballerías era la encarna­ de la Post-Vulgata», conocido hoy con la desig­
135 CABALLERO

nación de Román du Graal. El ciclo artúrico his­ finales del siglo xv por Garcí Rodríguez de Mon-
pánico se conformó con aceptar los libros fran­ talvo*, que estaría destinada a convertirse en el
ceses, a excepción del Amadís de Gaula, al que origen de los libros de caballerías del xvi que
más adelante nos referiremos. Aunque perdida la tanta difusión tendrían por toda la Europa occi­
versión hispánica originaria del «ciclo de la Post- dental. Pero quizá una de las obras que más
Vulgata», motivo por el que se desconoce el len­ efecto tuvieron, llegando sus ecos incluso hasta
guaje en que fue realizada, sabemos que dio ori­ el siglo xix, fue la Crónica de Tablante de Rica-
gen a textos en castellano y en portugués. Esta monte y de Jofre, hijo del conde don Assón, de
versión hispana consta de tres ramas que contie­ un desconocido Ñuño de Garay. La relación de
nen, tem áticam ente, la prim itiva historia del todas estas obras con los poemas épicos es evi­
Grial (Libro de Josep Abarimatía), Merlín (Esto- dente, aunque en España el retraso del género su­
ria de M erlín y Balandro del sabio M erlín) y la puso la utilización, en diferentes textos, de los
demanda del Santo Grial y muerte del rey Arturo argumentos de los libros caballerescos extranje­
(La demanda del Santo Grial). ros, todos ellos bien conocidos aquí. Muchos
Se suele emplear, no obstante — utilizando la de­ fueron los autores que se formaron en la lectura
nominación hecha por M enéndez Pelayo*— , de de estos libros, desde los mencionados Pero Ló­
una forma más concreta y para referirse a textos pez de Ayala y Cervantes, hasta san Ignacio de
posteriores al medioevo, de libros del «ciclo ca- Loyola* o santa Teresa*. Sería después, en el
rolingio» y del «ciclo bretón». Al primero perte­ clima intelectual español que pretendía mantener
necerían la Crónica de Turpin, libro que, en la vigencia de los presupuestos medievales,
prosa latina, narra diversos episodios de la vida cuando la literatura de caballerías alcanzaría su
de Carlom agno, Noble cuento del emperador apogeo en nuestra tierra. La traslación a lo di­
Cario Maynes de Roma e de la buena emperatriz vino* de textos poéticos se practicó también, de­
Sevilla, su mujer, la H istoria de Carlomagno y bido a las censuras del clero, con los libros de
de los doce Pares (1525) o el Espejo de caballe­ caballerías, y así lo hicieron autores como Jeró­
rías (1533). Bajo la influencia del «ciclo bretón» nimo de Sampere, Pedro Hernández de Villaum-
podrían englobarse títulos como Partinuplés brales y Alfonso de Soria, entre otros, a lo largo
(1513), o historias de talante erótico, como las de de todo el siglo xvi y comienzos del xvii. Pero
Flores y B lancaflor o Pierres y Magalona. Son los libros autóctonos de mayor interés, anteriores
estas historias bretonas las que llevan el germen a la irónica culminación del género que supuso
del espíritu caballeresco, sentimental y aventu­ el Quijote, fueron Don Florindo (Zaragoza,
rero, en que se basa la caballería andante. Unida 1526), de Fernando Basurto*, Don Clarisel de
a esta concepción está la que viene de la leyenda las Flores y de Austrasia (no editado hasta
de Tristón e Iseo y que, desde mediados del siglo 1879), de Jerónimo Jiménez de Urrea*, Flo­
xii, ejerce una influencia decisiva en todos los rando de Castilla, lauro de caballeros (Alcalá,
textos de caballerías, no siendo evidente en la li­ 1588), de Jerónimo Gómez de Huerta*, y la His­
teratura española hasta el siglo xiv. Es en 1501 toria del Policisne de B eoda (1602), de Juan de
cuando aparece Tristón de Leonís, una traduc­ Silva y Toledo. Es interesante mencionar tam ­
ción del francés que, sin embargo, consigue, con bién la obra, escrita en catalán, Tirant lo Blanc,
sus numerosos añadidos, dar la impresión de un comenzada hacia 1460 por Joanot Martorell* y
texto original. La segunda parte de esta obra apa­ terminada a su muerte por Martí Joan de Galba*;
recería en Sevilla en 1534. El personaje de Lan- fue en 1511 cuando, en Valíadolid, se editó la
zarote del Lago resultará igualmente importante, prim era traducción al español, después de ha­
tanto que aparece referido en el Rimado de Pala­ berse publicado, en su lengua original, en Valen­
cio, de Pero López de Ay ala*, y en cierto ro­ cia, en 1490. Los libros de caballerías termina­
mance recordado por don Quijote en la obra de rían cediendo ante el ímpetu de las novelas
Cervantes*. pastoriles* y picarescas*, para quedar casi defi­
La primera, y más im portante, obra del género nitivamente olvidados tras el sarcasmo llevado a
escrita en España fue Historia del caballero de cabo por Cervantes en su genial obra maestra.
Dios que avia p or nombre Cifar, el qual p or sus
virtuosas obras et hazañosas cosas fu e rey de CABALLERO, Andrés -> Véase OLIVER BELMÁS,
Mentón (Sevilla, 1512), atribuida al párroco tole­ Antonio.
dano Ferrán Martínez, en la que tienen gran peso
las leyendas orientales. A simismo, conocida CABALLERO, Ernesto (Madrid, 1958)
desde mediados del siglo xiv, goza de gran tras­ Dramaturgo. Profesor en la Real Escuela Supe­
cendencia el Amadís de Gaula, producto original rior de Arte Dramático y fundador de la revista
hispánico dentro del ciclo artúrico. De esta obra Teatro y del grupo Producciones Marginales en
ha llegado a nosotros la refundición preparada a los años ochenta, es un ejemplo claro de autor
136
CABALLERO

que dirige sus propias obras, ligadas fuertemente los cuentos y poesías reunidos en Cuadros de
al realismo* y con cierta dimensión social. Entre costumbres populares andaluzas (1852) y Rela­
sus textos destacan Squash, Querido Ramón, Sol ciones (1857). La obra de Fernán Caballero fue
y sombra, Precipitados, Rezagados, Auto, estas elogiada por el duque de Rivas* y el padre Luis
dos fueron Premio de la Crítica Teatral de M a­ Coloma*, e influyó notablemente en los novelis­
drid, La última escena, El insensible, Por mis tas de la segunda mitad del siglo pasado, caso de
muertos, Destino desierto (1996), María Sar­ Antonio de Trueba*.
miento, Santiago de Cuba y cierra España
(1998), sobre el Desastre del 98, Un busto al CABALLERO BONALD, José Manuel (Jerez de
cuerpo (1999), Miedo escénico, Te quiero, mu­ la Frontera, Cádiz, 1926)
ñeca / Un busto al cuerpo (2001), en un único Poeta, novelista y ensayista. Estudió Filosofía y
volumen, y Tierra de por medio (2002). Letras en Sevilla, Náutica y Astronomía en Cá­
diz, y ha sido profesor de Literatura en la Uni­
CABALLERO, Fermín (Barajas de Meló, Cuenca, versidad Nacional de Colombia. En la actualidad
1800-Madrid, 1876) pertenece al Seminario de Lexicografía de la
Crítico literario y periodista liberal, fue m inis­ Real Academia Española. Considerado como un
tro de la Gobernación en el gobierno de Joaquín perfeccionista del lenguaje, destaca el barro­
María López en 1843. Gran estudioso de la obra quismo de sus textos. Su poesía, habitualmente
de Cervantes* en textos como Pericia geográ­ considerada como representativa de la poesía so­
fica de Cervantes (1840), y analista social en cial de la Generación del 50*, ahonda en la me­
Memoria sobre el fom ento de la población ru­ moria, tanto la colectiva como la individual, y en
ral (1862), estudió las biografías de Alonso la fugacidad de las cosas, dando origen a poemas
Díaz de M ontalvo, Alfonso y Juan de Valdés*, que huyen del sentimentalismo y que a veces re­
Melchor Cano*, Hervás y Panduro* y Vicente sultan un tanto herméticos por su búsqueda del
Asuero en su Vidas de los conquenses ilustres conocimiento de una manera rotunda. Se trata de
(1868-1875). Célebres fueron sus folletos satí­ una poesía que, al contrario de gran parte de la
ricos contra la obra Diccionario Geográfico Es­ que escribieron sus compañeros de generación,
tadístico de España y Portugal, de Sebastián de huye del coloquialismo, convencido de que lo
Miñano*, los cuales desataron una cruda polé­ conversacional y la poesía poco tienen que ver.
mica entre ambos. En consecuencia, sus versos forman meandros,
expresiones en las que se regodea, adjetivos in­
CABALLERO, Fernán (Morgues, Vaud, Suiza, sólitos, las atmósferas suntuosas, la biografía en­
1796-Sevilla, 1877) vuelta en el mito..., todo como formas de una
Novelista y poetisa. Con este seudónimo era co­ evocación en la que predomina el culturalismo,
nocida Cecilia Bohl de Faber, hija del hispanista siempre en un intento por alterar las rutinas léxi­
Juan Nicolás Bohl de Faber*. Se casó, y enviudó, cas y sintácticas, algo que domina también su na­
tres veces; vivió pobre gran parte de su vida y rrativa. Las novelas de Caballero Bonald, enmar­
m antuvo relación con Isabel II. Se trata de una cadas en el entorno andaluz y definidas, algunas
de las máximas representantes del costum ­ de ellas, por un claro sentido del compromiso so­
brismo* del siglo xix. En sus obras, en las que el cial, abordan, al igual que su poesía, a través del
realismo se ve eclipsado por el idealismo, des­ recuerdo, un pasado a veces mítico, mediante
taca el tono moralizante desde una perspectiva complejas y variadas técnicas narrativas en las
cristiana tradicional, aprendida durante su edu­ que el espacio y el tiempo se concentran con ex­
cación, muy exigente en cuestiones de moral trema densidad, y el lenguaje, siempre cuidadí­
— debe pensarse que su padre era un protestante simo, adquiere un protagonismo esencial. De sus
convertido al catolicismo, acaso una mezcla ex­ poemarios, deben citarse: Las adivinaciones
plosiva— . Las historias suelen desarrollarse en (1952), Memorias de poco tiempo (1954), Anteo
ambientes gaditanos y sevillanos, y en ellas (1956), Las horas muertas (1959), Premio Bos­
siempre impera el antiliberalismo de la autora, cán y de la Crítica, El p apel del coro (Bogotá,
aunque debe destacarse su habilidad para la des­ 1961), Pliegos de cordel (1963), Vivir para con­
cripción y su interés por las costumbres que le tarlo (1969), que recoge los anteriores, Descré­
eran contemporáneas. Destacan sus novelas: La dito del héroe (1977), Premio de la Crítica y en
gaviota (1849), su obra fundamental, a caballo el que se intercalan poemas en prosa, Laberinto
entre el Romanticismo* y el realismo, Una en de Fortuna (1984), poemario todo él ya escrito
otra y Elia, ambas de 1849, Lágrimas (1850), en prosa, y Diario de Argónida (1997), así como
Clemencia (1852), La fam ilia de Alvareda las antologías Poesía, 1951-1977 (1979), Selec­
(1856), Un servilón y un liberalito, o Dos almas ción natural (1983). El imposible oficio de escri­
de Dios (1857), Un verano en Bornos (1858), y bir. Antología (1997) y la antología temática Poe­
137 CABAÑAS

sía amatoria (1999). Como narrador, ha escrito: recidos en 1979 en la revista Separata, destacan
Dos días de septiembre (1962), Premio Biblio­ sus poemarios Canciones del alba (1991), Pala­
teca Breve, Ágata ojo de gato (1974; corregida bras de demora (1994), con el que obtuvo el Pre­
por el autor en una nueva edición: 1992), Premio mio Caja San Fernando, y En lugar del mundo
Barral y de la Crítica, Toda la noche oyeron pa ­ (1998). Debutó en el ámbito de la novela con
sar pájaros (1981), En la casa del padre (1988), Benzelá (1998), en la que ofrece, con un idioma
Premio Internacional de novela Plaza y Janés, y de gran lirismo, un retrato de las gentes del oli­
Campo de Agramante (1992). Entre sus ensayos var andaluz y, una vez más, un ejercicio de me­
han de recordarse: Narrativa cubana de la revo­ moria sobre la infancia.
lución (1968), Luces y sombras del flam enco
(1975), Breviario del vino (1980), Luis de Gón­ CABANILLAS ENRÍQUEZ, Ramón (Cambados,
gora: Poesía (1982), Los personajes de Fajardo Pontevedra, 1876-1959)
(1986) y Sevilla en tiempos de Cervantes (1991). Poeta en lengua gallega. Estudió en el seminario
Asimismo, ha publicado dos volúmenes de me­ de Santiago de Compostela, aunque lo abandonó
morias: Tiempo de guerras perdidas (1995) y La para trabajar en una notaría y, más tarde, en el
costumbre de vivir (la novela de la memoria II) Ayuntafniento de su ciudad natal. Colaboró en la
(2001) y, además del libro misceláneo con textos revista Nos y, en 1910, se marchó a Cuba, donde
de procedencia variada Copias del natural fue contable de comercio y administrador del
(1999), una reunión de ensayos, artículos y tex­ Teatro Nacional. Ya en España de nuevo, ingresó
tos que reflejan su pasión marinera titulada M ar en la Academia Gallega en 1920, y en la Real
adentro (2002). Academia Española en 1929. Su poesía, unas ve­
ces reivindicativa y otras amorosa, explora con
CABALLERO ZIFAR, Libro del -* Véase LIBRO extraordinaria delicadeza las emociones huma­
DEL CABALLERO ZIFAR [o CIFAR], nas, una exploración marcada por su inspiración
religiosa, como en el poema didáctico Sanios.
CABANA, Darío Xohán (Roas de Terra Cha, Destacan sus poemarios No desterro (1913),
Lugo, 1952) Vento mareiro (1915), Da térra asoballada
Poeta en lengua gallega. D iscípulo de Xesús (1917), A noite estrelecida (1926) y A rosa de
Alonso Montero*, se trata de un autor ruralista, cen follas (1927), además de la poesía oral reco­
cuyos versos fluyen de la vivencia del paisaje y gida en Antífona de cantiga (1951). Fue autor de
de las experiencias campesinas, origen de sus re­ obras teatrales como A man de Santiña y O m a­
flexiones sobre la realidad y las emociones hu­ riscal (1926), escrita en colaboración con Antón
manas. Traductor al gallego del Cancionero de Villar Ponte*.
Petrarca, así como de la Divina Comedia y Vita
nuova de Dante, se le deben poemarios como CABANYES, Manuel de (Vilanova i la Geltrú,
Verbas a un irmao (1970), Home e térra (1970), Barcelona, 1808-Barcelona, 1833)
Romanceiro da Terra Cha (1973), Elexía nunha Poeta y traductor. Estudió Derecho y con tan solo
escuridade mortal (1974), Abrelle a porta ó día 24 años consiguió renovar la lírica con innova­
(1981), A fraga amurallada (1983), Canogas de ciones métricas comparables a las que introdujo
am or vilao (1983), VIII fragm entos (1987), Boscán*; su muerte prematura privó a la poesía
Amor e tempo liso (1987), Patria do mar (1989) de un gran autor que fue admirado, entre otros,
y Recolleita (1992), que reúne varios libros iné­ por Menéndez Pelayo*. Se aprecian en sus poe­
ditos anteriores. Es autor, además, de la novela mas, en los que los ecos neoclásicos no impiden
Noticias dunha aldea (1973). Ha sido galardo­ una clara tendencia hacia el romanticismo na­
nado con premios de poesía tan prestigiosos ciente en aquel momento, las influencias de Leo­
como el Ciudad de Ourense y el Celso Emilio pardi y Byron. Debe citarse su obra Preludios de
Ferreiro, así como con el Purificación de Cora de mi lira (1833), que recoge toda su producción.
periodismo. Póstumamente, se editó Producciones escogidas
de M anuel de Cabanyes (1858), que incluye toda
CABANILLAS, José Julio (Granada, 1958) su poesía y algunas de sus traducciones, las más
Poeta y novelista. Ligado sentimental y literaria­ importantes de las cuales son las que realizara de
mente a la ciudad de Sevilla, se trata de un poeta Horacio.
de extraordinaria sensibilidad y dominio del len­
guaje que jam ás cae en barroquismos o en cua­ CABAÑAS, Pablo (Madrid, 1923)
lesquiera otros excesos líricos. En sus versos la Poeta y ensayista. Doctor en Filosofía y Letras,
memoria se constituye en eje esencial del poema, fue becario del CSIC, profesor ayudante de la
que a través de un coloquialismo sutil remite a la Universidad de Madrid y colaborador de publi­
infancia. Además de sus Cuatro cuartetos, apa­ caciones tan prestigiosas como Revista de Filo-
CABAÑERO 138

logia Española, Garcilaso, Corcel o La Estafeta del Rey fue detenido y confinado hasta que Go-
Literaria. Deben destacarse sus poemarios E vo­ doy lo rehabilitó y le concedió el título de conde,
cación (1951), Lejos (1953) y M i tiempo se íntim o amigo de Jovellanos*, Campomanes y
llama espera (1953). Asimismo, ha preparado Argüelles, se alejó de ellos después de aceptar el
ensayos y ediciones críticas como el estudio so­ M inisterio de Hacienda con José Bonaparte. El
bre la revista romántica No me olvides (1946), conde de Cabarrús publicó, entre otras obras,
Orfeo (1948), sobre Jáuregui*, Orfeo en lengua Memoria sobre la fundación de un banco nacio­
castellana (1948), de Pérez de Montalbán*, y El nal (1783) — editada posteriorm ente, en 1808,
mito de Orfeo en la literatura española (1948). con el título de Memoria para la extinción de la
deuda nacional y arreglo de contribuciones— ,
CABAÑERO, Eladio (Tomelloso, Ciudad Real, Cartas [... en las que] da noticia de lo que ha ob­
1930-Madrid, 2000) servado en España (1783), Memoria sobre mon­
Poeta. De formación autodidacta, se dedicó a la tepíos (1784), Elogio de Carlos III (1789), Car­
albañilería y trabajó de campesino hasta que, en tas sobre los obstáculos que la naturaleza; la
1956, tras recibir el Premio Juventud por su opinión y las leyes oponen a la felicidad pública
poema «El pan», se traslada a Madrid. Empleado (1808) y, postumamente, Cartas politicoeconó­
de la Biblioteca Nacional y de la Editorial Tau- micas (1841).
rus, fue redactor jefe de La Estafeta Literaria y
colaboró con la Fundación Juan March. Figura CABELLO, Encarna (Madrid, 1956)
importante de la Generación del 50*, en su poe­ Narradora. Licenciada en Sociología por la Uni­
sía se aprecia, debido a los trabajos que desem­ versidad Complutense, estudió árabe literario
peñó desde los nueve años, la solidaridad con los moderno en la Universidad de Comillas de M a­
trabajadores, que son tratados con una mezcla de drid y fue becada por el Instituto Hispano Arabe
distanciamiento y ternura, sin aspavientos ni ex­ de Cultura en Egipto, así como con el programa
cesos en su conciencia social respecto a los más Erasmus en la Universidad de Louvain-la-
desfavorecidos, demostrando una profunda im ­ Neuve, en Bélgica, donde investigó la inmigra­
plicación humana con el sufrimiento. Asimismo, ción marroquí en Bruselas. Ha participado en nu­
temas importantes en su obra son el amor, el pai­ m erosas investigaciones universitarias sobre
saje y los recuerdos familiares, todo ello visto cuestiones relacionadas con Marruecos, y sus
con un lenguaje directo y coloquial, a veces sem­ obras literarias giran sistemáticamente en tomo a
brado de regionalismos. Es una poesía, en defi­ ese país. En sus obras de ficción, carentes de la
nitiva, testimonial y doliente, de entre la que des­ tentación del exotismo, aborda los sentimientos
tacan poemarios como Desde el sol y la anchura internos de la sociedad magrebí, las emociones y
(1956), influido por Antonio Machado* y M i­ tensiones familiares o provocadas por el ero­
guel Hernández*, Una señal de amor (1958), ac­ tismo y ciertas vivencias de la violencia, y de­
césit del Premio Adonais, Recordatorio (1961), muestra un conocimiento profundo de esa cul­
Marisa Sabia y otros poemas (1963), en el que tura y de su situación actual, así como de la vida
se aprecia la influencia de Pedro Salinas* y por cotidiana y de las ideas y emociones del mundo
el que recibió el Premio Nacional de Literatura, árabe, tales como el machismo o las vivencias
y Poesía 1956-1970 (1970), que recoge poemas sexuales y políticas. Para todo ello emplea un es­
inéditos hasta entonces y que le valió el Premio pañol exquisito y elegante, en el que se aprecia
de la Crítica. Es autor, asimismo, del ensayo La la herencia andalusí. Además de un ensayo como
Mancha (1968). El concepto de lo fem enino a través del hombre
y de la mujer árabes (1983), que fue su memoria
CABARRÚS, Francisco de (Bayona, Francia, de licenciatura, y de otros textos incluidos en en­
1752-Sevilla, 1810) sayos colectivos o de la antología Trece escrito­
Ensayista. Financiero, político y economista na­ ras árabes, es autora de las novelas La cazadora .
turalizado español, después de llegar a Zaragoza (1995), sobre la inmigración magrebí en Madrid,
en 1771 perteneció a la Sociedad Económica y Alizmur (2000).
Matritense, y se introdujo en los ambientes polí­
ticos gracias a Campomanes* y a Valentín de Fo­ CABESTANY, Guillem de (Rosellón, siglo XIl)
ronda*. Muy influyente durante el reinado de Trovador en lengua provenzal. Escasísimos da­
Carlos III, este le apoyó en la fundación del tos biográficos pueden ofrecerse sobre él, quizá
Banco de San Carlos en 1782, y el mencionado porque su linaje no era alto, pero cuenta la le­
Foronda y José Gálvez, marqués de la Sonora yenda que murió asesinado por un marido despe­
— en aquel momento ministro universal de las chado y que su asesino, tras arrancarle el cora­
Indias— , le ayudaron, en 1785, a fundar la Com­ zón se lo dio a comer a su mujer adúltera. Poca
pañía de Comercio de Filipinas. Tras la muerte obra se conserva: siete poesías que sin ninguna
139 CABRERA

duda son suyas, y en las cuales trata sobre el (1974), novelas como Galceran, l ’heroi de la
amor cortés; la más original es una canción, «Lo guerra negra (1978), El mirall i l ’ombra (1980),
dous cossier», que influyó en muchos poetas Fra Junoy o l ’agonía deis sons (1984), La Te-
posteriores. ranyina (1984), Llibre de preludis (1985), Senyo-
ria (1991) y L ’ombra de l ’eunuc (1996), entre
CABEZA DE VACA, Alvar Núñez -» Véase otras muchas. Destacan, asimismo, el ensayo El
NUÑEZ CABEZA DE VACA, Alvar. sentit de la ficció (1999), en el que reflexiona so­
bre la escritura y el propio proceso creador, la
CABEZAS, Juan Antonio (Peruyes, Cangas de obra teatral Pluja seca (2001) y una antología de
Onís, Asturias, 1900-2003) relatos titulada Viatge d ’hivern (2001), galardo­
Novelista y ensayista. Pasó una larga temporada nada con el Premio de la Crítica Serra d ’Or. De
en Cuba, en donde publicó el libro de relatos los premios que ha recibido, destacan el Víctor
Perfiles del alma (1923). A su regreso, dirigió en Catalá, el Fastenrath de la Real Academia Espa­
Oviedo el periódico El Carbayón, y colaboró en ñola y el Sant Jordi.
El Sol y en ABC. Encarcelado y condenado a
muerte por el régimen franquista, fue liberado en CABRERA, Alonso de (Córdoba, 1549?-Ma-
1944. En sus novelas abordó temas diversos de drid, 1598)
la realidad cotidiana con un estilo ligeramente Tratadista. Dominico, viajó a América y, a su re­
vanguardista. Obras suyas son: Señorita 0 -3 greso, fue profesor de Teología en la Universi­
(1933), Héroe de paz (1947), La ilusión humana dad de Osuna, y predicador de Felipe II. Destacó
(1952), Dos corazones con ruedas (1952), La por su oratoria, caracterizada por los periodos
montaña rebelde (1960), Premio Gabriel Miró, cortos y sentenciosos repletos de citas latinas.
La máscara del alma (1961), La casa sin cimien­ Uno de sus más famosos discursos fue la «Ora­
tos (1963) y Ñandú (1989). Entre sus múltiples ción fúnebre» a la muerte del rey, incluido en
ensayos, muchos de ellos dedicados a Asturias y Sermones funerales en las honras del rey... Fe­
Madrid, destacan: Clarín, el provinciano univer­ lipe II (1599), discurso funeral, de tono ascético,
sal (1936), M adrid: biografía de una ciudad centrado en la transitoriedad de la vida, vista
(1959), Oviedo. Biografía de una región (1956), desde una perspectiva senequista. Obras publica­
Bolívar, su gloría y su drama (1963), E l fin del das, postumamente, fueron su Tratado de los es­
mundo o el segundo milenario (1967), Madrid, crúpulos y de sus remedios (Valencia, 1599),
escenarios y personajes (1968) y Jovellanos: el Consideraciones sobre todos los Evangelios de
fracaso de la Ilustración (1985). Una biografía la Cuaresma (Córdoba, 1601), y Consideracio­
sobre Rubén Darío le valió el Premio Fastenrath nes sobre los Evangelios de los domingos de Ad­
de la Real Academia Española en 1945. viento (1609). Existe, publicada por Luis Felipe
Vivanco* en 1948, una Antología de la obra de
CABOT, José Tomás (Manresa, Barcelona, 1930) Alonso de Cabrera.
Novelista en lenguas catalana y española. Profe­
sor universitario, estudió M edicina, Periodismo CABRERA, Antonio (M edina Sidonia, C ádiz,
e Historia en Barcelona y ha colaborado en pu­ 1958)
blicaciones como La Vanguardia, Cuadernos Poeta. Profesor de Filosofía, vive en la localidad
para el Diálogo e Historia y Vida. Deben desta­ castellonense de La Valí d ’Uixó. Su poesía, de
carse títulos de novelas como: El piquete (1960), claro carácter meditativo, busca no obstante una
La reducción (1963), Cántico en la noche mezcla entre la poesía de la experiencia* y el im­
(1969), Bona nit, senyor hoste (1985), L ’inespe- pulso contemplativo, en un intento por indagar
rat arcángel del m atí (1986), traducida, en 1987, más allá de la anécdota cotidiana, huye de lo au­
como Inesperado arcángel de la mañana, y Gi- tobiográfico, que se reduce a mera anécdota ori­
ravolt deis dies (1986), a los que hay que añadir, ginaria del poema, y se adentra en la naturaleza,
entre sus muchos ensayos, La vida y la época de entendida como m etáfora y en sentido guille-
Felipe II (1997). Ha recibido los premios Sé­ niano, es decir como perfección, como un beatus
samo de novela corta y Ram ón Llul de novela Ule a través del cual reflexionar, con serenidad y
catalana. melancolía y en la intimidad más radical, sobre
la soledad y la incertidumbre. En sus versos
CABRÉ, Jaume (Barcelona, 1947) suena la voz de Claudio Rodríguez* y de ciertos
Novelista en lengua catalana. Estudió Filología poetas anglosajones como Browing o Words-
en la Universidad de Barcelona y se dedicó a la worth. Además de numerosos artículos de cues­
enseñanza durante años, así como a escribir tiones de estética filosófica, y de una traducción
guiones para series televisivas. Deben citarse, de Poesía y ontología (1993), del filósofo ita­
además del libro de relatos Faules de mal desar liano Gianni Vattimo, es autor de los cuadernos
CABRERA 140

poéticos Autorretrato (1987) y Ante el invierno una biografía intelectual, y de Ortega y Gasset*,
(1996), así como de una antología de sus poe­ destacan, entre otras muchas, obras suyas como:
mas, La mano que escribe (1998), y del poema- La Institución Libre de Enseñanza. 1. Orígenes y
rio En la estación perpetua (2000), galardonado etapa universitaria (1860-1881) (1961), galar­
con el Premio Loewe. donada con el Premio Nacional de Literatura,
R epensar el 98 (1997) y, ya póstumamente, El
CABRERA, Cristóbal (Zaratán, Valladolid, nacionalismo catalán como fa cto r de m oderni­
1513-Roma, 1598) zación (1998).
Poeta. Inició su carrera sacerdotal en M éxico,
adonde marchó siendo muy joven. Pasó por Es­ CADALSO Y VÁZQUEZ, José (Cádiz, 1741-Gi-
paña en 1545, para instalarse definitivamente en braltar, 1782)
Roma. Entre sus obras destacan las teológicas, Poeta y prosista satírico. Figura clave del prerro-
Cantica seu meditationes y De aliis mysteris, manticismo español, estudió con los jesuítas en
poemas religiosos como Carmina o Instrumento su ciudad natal y, gracias a sus numerosos viajes,
espiritual, y su colaboración en el texto que Pe­ llegó a dominar el inglés, francés, alemán e ita­
dro de Logroño editó en México en 1540 bajo el liano. Regresó a M adrid en 1758, participó
título de Manual de adultos. como voluntario en la campaña portuguesa en
1762, y llegó a ser nombrado, capitán, caballero
CABRERA, Ramón (Segovia, 1754-Sevilla, 1833) de la Orden de Santiago en 1766, año en que co­
Ensayista. Sacerdote, académico y director de la noció a Jovellanos*, siendo ascendido a coronel
Real Academia Española. Destacan sus obras días antes de su muerte. Participó asiduamente
Breves consideraciones acerca de la armonía, en la tertulia de la Fonda de San Sebastián, lugar
gravedad y abundancia de la lengua castellana en el que conoció a Ignacio López de Ayala*. To­
(1781) y, publicada póstumamente, Diccionario más de Iriarte* y a Nicolás Fernández de Mora­
de etimologías castellanas (1837; 2 vols.). tín*. En 1768 tuvo que exiliarse por la supuesta
autoría de Kalendario manual y Guía de foraste­
CABRERA DE CÓRDOBA, Luis (M adrid, 1559- ros en Chipre para el Carnaval del año de 1768
1623) y otros, sátira que ofendió a las damas de la
Historiador. Participó en los preparativos de la corte. Su primer estreno teatral, sin éxito, fue en
Armada Invencible. Su obra fundamental es His­ 1771 con Sancho Gracia, obra que imprimió en
toria de Felipe II (1, Madrid, 1619; II, Madrid, ese mismo año bajo el seudónimo de Juan del
1876-1877; 4 vols.), en la que, con gran exacti­ Valle, y en la que pretendía aplicar las técnicas
tud y precisión y prosa extremadamente concisa, de la tragedia francesa a un tema español. Deste­
nos muestra la historia interna de España en ese rrado en Aragón, escribió los poemas de Ocios
momento, a la que aporta, además, interesantes de mi juventud (Salamanca, 1773), muchos de
datos sobre las costumbres de la época y los ellos escritos para la musa a quien amó hasta la
acontecimientos culturales. El estilo es confuso, muerte de esta, la actriz María Ignacia Ibáñez, y
a veces ilegible, y la falta de lógica en la estruc­ que en los versos aparece como Filis. Su poesía
turación de los capítulos dificulta la comprensión demuestra su atención a Garcilaso de la Vega* y
de muchos de los acontecimientos narrados. La Góngora*. En 1772 publicó, bajo la firm a de
obra influyó en muchos autores y sirvió de base José Vázquez, Los eruditos a la violeta y Suple­
para la obra de teatro El segundo Séneca de Es­ mento al papel intitulado «Los eruditos a la vio­
paña, de Pérez de Montalbán*. Otra obra suya, leta», dedicadas a burlarse de los pedantes, y el
publicada dos siglos después de su muerte y de éxito de ambas lo llevó a escribir El buen militar
menor éxito, aunque no de interés desdeñable, es a la violeta (1790). Al año siguiente marchó a
Relaciones de las cosas sucedidas en la corte de Salamanca, donde permaneció dos años, conoció
España desde 1599 hasta 1614 (Madrid, 1857), a Meléndez Valdés*, y escribió sus textos más
que supone un curioso apunte cronológico. célebres, tales como Cartas marruecas (1793)
y Noches lúgubres (1798), publicadas por entre­
CACHO VIU, Vicente (Madrid, 1929-1997) gas en El Correo de Madrid (1789-1790).
Ensayista e historiador. Catedrático de Historia
Contemporánea en la Universidad Complutense CADENAS, José Juan (Madrid, 1872-1947)
de Madrid, fue también profesor en Navarra, La Poeta y dramaturgo. Corresponsal para La Co­
Laguna, Valencia y Barcelona. Especialista en rrespondencia de España en Berlín, y para ABC
las transformaciones sociales durante el cambio en París, sus poesías se publicaron en revistas
de siglo entre el xix y el xx, así como en la evo­ como Germinal, Vida Nueva y Vida Galante.
lución del catalanismo y en el pensam iento de Como autor de teatro, destaca por obras como
Eugenio d ’Ors*, sobre quien publicó en 1997 Las violetas (1900), La tragedia de Pierrot
141 CALDERÓN DE LA BARCA

(1904), escrita en colaboración con Asensio CAJAL, Rosa María (Zaragoza, 1920)
Mas*, El p rim er pleito (1904), El proceso del Novelista. De nombre completo Rosa María Ca-
tango (1904) y las operetas Soldaditos de plomo jal Garrigós, aunque comenzó publicando cró­
(1912) y Princesitas del dólar (1912). nicas y cuentos en periódicos y revistas, deben
destacarse novelas como Juan Risco (1948), de
CÁDIZ, beato Diego José de (C ádiz, 1743- carácter psicológico y trem endista con la que
Ronda, Cádiz, 1801) fue finalista del Premio Nadal, y las novelas
Tratadista. De fam ilia distinguida, su verda­ sentimentales, claramente de género rosa, escri­
dero nombre era José Caamaño García Teixeiro tas bajo diversos seudónimos como María M or­
hasta que se ordenó sacerdote con los capuchi­ gan, M aría Martí, María M ogar o Mónica Vi­
nos. Beatificado en 1894, con sus sermones por llar: En busca de un corazón (1946), Estrella
toda España trató de luchar contra la impiedad, (1946), Primero derecha (1955), finalista esta
serm ones que por su fam a se reim prim ieron últim a del Premio Ciudad de Barcelona, Un
muchas veces y que, estilísticam ente, destacan Paso más (1956), Mar de fondo (1957) y El ace­
por la sencillez frente al culteranism o* y el cho (1963).
conceptism o*, tan en boga en aquel momento.
Su obra es m uy num erosa, aunque pueden ci­ CALAVERA, Ferrán Sánchez de -> Véase SÁN ­
tarse títulos como: Afectos de un pecador arre­ CHEZ DE CALAVERA [o TALAVERA], Ferrán.
pentido (B arcelona, 1776), D ictam en sobre
asunto de comedias y bailes (Pamplona, 1790) CALCEDO JUANES, Gonzalo (Patencia, 1961)
y El soldado católico en guerra de religión Narrador. En sus relatos aborda cuestiones como
(Écija, 1794). la pérdida del amor, el aburrimiento de la exis­
tencia, la soledad y la amargura, todo ello desde
CAFFARENA SUCH, Ángel (Málaga, 1914) una perspectiva melancólica que está también en
Poeta. Estudió Filosofía y Letras en Madrid, par­ el lenguaje que emplea, si bien al mismo tiempo
ticipó, junto a Emilio Prados* y Manuel Altola- lo aborda con una cierta distancia y frialdad. In­
guirre*, en la fundación de la revista Litoral en fluido por John Cheever y Henry James, sus re­
1926, así como en la de Sur, fundada por los mis­ latos se caracterizan, estructuralmente, porque
mos, y ha ayudado a numerosos escritores nove­ se trata de segmentos sin principio ni fin, m o­
les. Nom brado cronista oficial de M álaga en mentos en que aparecen personajes suspendidos
1963, y miembro de diversas instituciones cultu­ en una suerte de cotidianidad metafísica, lo que
rales, entre sus poemarios destacan: Ecos (1950), da lugar a historias mínimas, fugaces, un apunte
Cuatro estaciones (1969), Río en la sangre de existencia. Además de figurar en las más im­
(1970), Corcel del aire (1970), Raíz de amor portantes antologías del cuento español contem­
(1971) y Por la senda del sueño (1971), a los que poráneo, destacan sus libros de relatos Espe­
hay que añadir ensayos como Antología de la rando al enemigo (1996), con el que fue finalista
poesía malagueña contemporánea (1961), Geo­ del Premio Nuevos Narradores, Otras geogra­
grafía del cante andaluz (1965), Temas malague­ fía s (1998), Liturgia de los ahogados (1998), La
ños (1968) y Las academias de Córdoba y To­ madurez de las nubes (1999) y Apuntes del na­
ledo de los rabinos españoles (1969), entre otros, tural (2002), así como la novela La pesca con
además de trabajos sobre historia local m ala­ mosca (2003).
gueña y sobre pintores como Torres Matas, X a­
vier Soler o Manuel Ángeles Ortiz. CALDERÓN, Fina de -> Véase ATTARD, Josefina.

CAIRASCO DE FIGUEROA, Bartolomé (Las Pal­ CALDERÓN DE LA BARCA, Pedro (Madrid, 1600-
mas de Gran Canaria, 1538-1610) 1681)
Poeta y dramaturgo. Estudió en Sevilla y en Uno de los más célebres dramaturgos barrocos.
Coimbra y fue canónigo de la catedral de Las Poco más que algunos datos se saben sobre su
Palmas. Su obra fundamental es Templo de la vida privada, quizá por su carácter solitario y al­
Iglesia militante, triunfo de virtudes, fe stivid a ­ tivo, de modo que solo se conocen los pormeno­
des y vidas de santos o Flos sanctorum (cuatro res de su vida pública. Estudió en el Colegio Im­
partes: I, Lisboa, 1602; II: 1603; III: 1609; IV: perial de los jesuítas de Madrid, y, en 1614,
1615; 3 vols.), largo poema de cinco mil octavas, inicia su carrera eclesiástica en A lcalá para, al
aunque se conservan también varias obras dra­ año siguiente, continuarla en Salamanca. En
máticas como Comedia del rescebimiento 1620, la abandona y regresa a Madrid para parti­
(1582), Santa Catalina de Alejandría, el auto sa­ cipar en el certamen que se celebraba con motivo
cramental Comedia del alma, y Comedia de de la beatificación de Isidro Labrador, como lo
santa Susana. haría más tarde en los celebrados por las canoni­
CALDERÓN DE LA BARCA

zaciones del propio Isidro, de Teresa de Jesús*, la muerte, El tuzaní de la Alpujarra, La rendi­
Ignacio de Loyola* y Francisco Javier. En 1623 ción de Breda, La cisma de Inglaterra y La hija
estrenó su primera comedia, Amor, honor y p o ­ del aire.
der, después de haberse visto envuelto, con sus 3) Comedias de enredo y de capa y espada: El as­
hermanos, en un caso de homicidio que se cerró trólogo fingido (h. 1625), Hombre pobre todo es
cuando los Calderón pagaron 600 ducados al pa­ trazas (1628), La dama duende (1629), Casa con
dre de la víctima. Entre 1623 y 1625, Calderón dos puertas, mala es de guardar (1629), El en­
viaja por Italia y Flandes, hasta que, ya en Ma­ canto sin encanto, El escondido y la tapada
drid, vuelve a participar en un extraño suceso en (1636), El alcaide de sí mismo (h. 1636), No hay
el que defendió a su hermano contra Pedro de Vi­ cosa como callar (1639), M añanas de abril y
llegas, hijo del actor Antonio de Villegas*, al que mayo, Los empeños de un ocaso, D ar tiempo al
persiguió hasta el interior de un convento, acon­ tiempo; Para vencer a amor, querer vencerle y
tecimiento que provocó gran revuelo, lo que no Guárdate del agua mansa (1649).
impidió que, en 1636, se le concediera el hábito 4) Dram as de celos: El m édico de su honra
de Santiago. En 1637 entró al servicio del duque (1635), A secreto agravio, secreta venganza;
del Infantado, incorporándose a la milicia y par­ El pintor de su deshonra y El mayor monstruo,
ticipando en la defensa de Fuenterrabía y en la los celos.
guerra de Cataluña. Unos años después de estos 5) Comedias filosóficas: La más destacada, por
hechos tuvo un hijo natural, y acaso por ello, y supuesto, y única representante digna de m en­
por varios desengaños anteriores, decide orde­ ción, La vida es sueño.
narse sacerdote en 1651. Doce años después ya 6) Comedias mitológicas: Faetón, Ni amor se li­
es capellán de honor de Felipe III, y seguirá sién­ bra de amor (1640), sobre el mito de Psiquis y
dolo de Felipe IV hasta su muerte. Cupido, La fiera, el rayo y la piedra (1652), cen­
En cuanto a su obra hay que decir que es vastí­ trada en Pigmalión, A najarte y Cupido, Eco y
sima, ya que se conocen hoy 120 comedias, 80 Narciso (1672) y La estatua de Prometeo (1679).
autos* sacramentales y aproximadamente 20 7) Comedias fantásticas: La puente de Mantible,
obras de carácter menor, como entremeses, jáca­ El castillo de Lindrabidis (h. 1660), La púrpura
ras, etc. Su teatro supone una renovación de de la rosa (1660) y El jardín de Falerina (1679).
Lope de Vega*, ya que, aunque sigue la misma Aparte hay que comentar los Autos Sacramenta­
línea dramática, añade a la espontaneidad de este les, piezas dramáticas en un acto, en los que la
la reflexión y la perfección, con textos más inte- simple alegoría referida a la Eucaristía se trans­
lectualizados, casi escolásticos, en los que im­ forma en sus manos en un análisis de la Reden­
pera un barroquismo conceptual y formal, y en ción, a base de personalizar entes abstractos
los que dota a los acontecimientos lopescos, más como los Sentidos, la Tierra, el Mundo, la Culpa
frescos, de una intensidad dramática más univer­ o el Hombre. De este modo el auto se convierte
sal. En sus obras hay gran movilidad de acción y en una dramatización absolutamente teológica.
personajes, así como abundancia de hipérboles y Deben destacarse los de corte filosófico y teoló­
de elementos decorativos, algo propio del Ba­ gico, como: El gran teatro del mundo (h. 1636),
rroco*. Dos vertientes se han señalado en su tea­ El gran mercado del mundo (h. 1636), No hay
tro; por un lado la tendencia hacia un costum ­ más fortuna que Dios (1652), A Dios por razón
brismo* urbano y lopesco, en el que privan el de Estado o El veneno y la triaca; los bíblicos,
sentido del honor y las intrigas de capa y espada, por ejemplo: La cena del rey Baltasar (1634),
algo que estaría presente en El alcalde de Zala­ Sueños liay que verdad son (1670) y El árbol del
mea, y, por otro, una profundización filosófica y mejor fruto (1677); los evangélicos, entre los que
conceptual, en la que, paulatinamente, va ten­ sobresalen: A tu prójim o como a ti (1635 y
diendo a lo ideológico y simbólico, algo que 1656), La siembra del Señor (h. 1640), El diablo
ejemplifica de forma clara La vida es sueño. De mundo (1660) y El día mayor de los días; aque­
acuerdo con la clasificación temática tradicional llos que están dedicados a la Virgen, La hidalga
que suele hacerse de su producción, podemos es­ del valle (a. de 1634); los de circunstancias: El
tablecer los siguientes grupos: nuevo palacio del Retiro (1634), La segunda es­
1) Comedias religiosas: La devoción de la Cruz, posa (1649) y Las Órdenes militares (1662), y,
El purgatorio de san Patricio (1628), El prín ­ por último, los que se centran en temas históri­
cipe constante (1629), El m ágico prodigioso cos y mitológicos: Los encantos de la culpa
(1637), Los dos amantes del cielo y El José de (h. 1645), La devoción de la misa (1658), El di­
las mujeres. vino Orfeo (primera versión h. 1635; segunda en
2) Comedias de historia y leyendas nacionales 1663), El santo rey don Fernando (1671), El cor­
y extranjeras: La niña de Gómez Arias, El a l­ dero de Isaías (1680) y Andrómeda y Perseo
calde de Zalamea (h. 1640), A m ar después de (1680).
143 CALVO

Deben citarse, asimismo, sus entremeses, entre nocida también como Fábulas de Bidpai y está
los que El dragoncillo, La casa de los linajes y formada por quince capítulos y tres introduccio­
El sacristán mujer son, quizá, los más represen­ nes en las que se explican las vicisitudes del ori­
tativos. Sus obras fueron agrupadas por su her­ gen de los cuentos.
mano José en la Primera parte de comedias
(1636), que en las partes sucesivas, Segunda CALPARSORO, Blanca (Guipúzcoa, 1936)
(1637), Tercera (1664), Cuarta (1672) y Quinta Poetisa. Blanca Calparsoro Elósegui es autora de
(1677), fueron alejándose del control del propio estilo intimista y depurado, con un español de gran
Calderón, quien rechazó abiertamente la última riqueza y que aborda, desde una perspectiva intros­
de ellas, editada en el mismo año en que él en­ pectiva, la confusión de los sentimientos. Hay que
tregó a imprenta Doce autos sacramentales. mencionar su poemario Yacer en lo hondo (1998).

CALDERS I ROSSINYOL, Pere (Barcelona, 1912- CALVET, Agustí (Sant Feliu de Guíxols, Gerona,
1994) 1887-Barcelona, 1964)
Narrador en lengua catalana y dibujante. Estudió Narrador en lenguas catalana y española. Doctor
dibujo y pintura en la Escola Superior de Belles en Filosofía y Letras, ejerció el periodismo, casi
Arts de Barcelona y, durante la Guerra Civil, pu­ siempre con el seudónimo Gaziel, como corres­
blicó dibujos y cuentos en diferentes revistas. ponsal de La Vanguardia, diario del que fue di­
Próximo al llamado grupo de Sabadell, con Fran- rector. Tras la Guerra Civil, marchó a Madrid,
cesc Trabal* y Pere Quart*, al terminar la con­ donde se dedicó a labores editoriales. En sus tex­
flagración se exilia en M éxico, donde funda la tos se aprecia la mentalidad de un nacionalista
revista Lletres y convive con otros exiliados ca­ catalán de clase media y talante conservador. En­
talanes. Regresó a España en 1963. Entre sus tre sus obras, destacan Fray Anselmo Turmeda,
obras destacan los cuentos de El prim er arlequí heterodoxo español (1352-1423/32?), su tesis
(1936), Unitats de xoc (1938), Memóries espe­ doctoral, publicada en 1914, Diario de un estu­
ciáis (1942), Premio Concepció Radell, Cróni- diante en París (1915, 1916) — la versión cata­
ques de la veritat oculta (1955), libro galardo­ lana se editó en 1964: Diari d ’un estudiant— , Na­
nado con el Premio Víctor Catalá, Gent de l ’alta rraciones de tierras heroicas (1914-1915)
valí (1957) y Demá a les tres de la matinada (1916), El año de Verdún (1916), En las líneas
(1959), así como las novelas L ’ombra de l ’atza- de fuego (1915) (1917), De París a M onastir
vara (1964), con la que obtuvo el Premio Sant (1915) (1917), todas ellas crónicas de su etapa
Jordi, Ronda naval sota la boira (1966) y A quí como corresponsal, las memorias de Tots els ca-
descansa Nevares (1967), y los nuevos cuentos mins duen a Roma. Historia d ’un destí (1893-
de Tots els contes (1968). Antaviana, espectáculo 1914) (1958), y, aparecidos póstumamente, el
de éxito del grupo teatral Dagoll-Dagom, puso volumen de Obres completes (1970) e Historia
en escena algunos de sus cuentos. En 1984 fue de «La Vanguardia» (1884-1936) (1971).
finalista del Premio Nacional de Literatura, y, en
1986, recibió el Prem io de Honor de las Letras CALVETE DE ESTRELLA, Juan Cristóbal (Sari-
Catalanas. ñena, Huesca, ?-Salamanca, 1593)
Humanista. Estudió en Alcalá y fue con el prín­
CAULA E DIMNA cipe don Felipe a Flandes y Alemania, experien­
Versión de una colección de fábulas morales in­ cia que originó su Felicísimo viaje del príncipe
dias del siglo iv escritas en sánscrito, Panchatan- don Felipe, hijo de Carlos V, a Alemania y a
tra, llegada a Europa en versión persa del siglo vi, Flandes (Amberes, 1552). El resto de su obra
reescrita en árabe por M u qaffa’*, y traducida puede resumirse con títulos como: De Aphrodi-
al castellano por iniciativa de A lfonso X* en sio expugnato, quod vulgo Aphrica vocant (Am­
1251. Posteriormente, y basándose en el trabajo beres, 1551), que se utilizó como texto en las cá­
ordenado por el rey sabio, apareció la primera tedras de latín, De rebus gestis Ferdinandi
versión latina, la realizada en 1313 por Raymond Cortesii y Encomio del gran duque de Alba.
de Béziers, si bien la más popular de las efectua­
das en latín fue la que, sobre la base del texto he­ CALVO, Eduardo (Madrid, 1949)
breo, realizara Juan de Capua entre 1263 y 1278, Narrador y poeta. Se trata de un autor de len­
y en la que se basa el célebre Exemplario contra guaje cuidado, tanto en su obra lírica como
los engaños y peligros del mundo, aparecido narrativa, cuyo mundo literario es evocativo y
como versión del Calila en 1493. Los cuentos metafórico, introspectivo y, en cierta medida, an­
que conforman Calila e Dimna suelen estar pro­ gustiado, ya que vive y convoca realidades que
tagonizados por animales y la idea de fondo se sitúan en un concepto de la vida que no es sino
suele ser la defensa de la mesura. La obra es co­ un largo camino hacia la muerte. Así pues, por lo
144
CALVO

que se refiere en concreto a su poesía, se trata de CALVO SERER, Rafael (Valencia, 1916-1988)
versos intensos, sugerentes y meditados, de una Ensayista. Catedrático de Historia de la Filoso­
lírica, en fin, en que con la música de las pala­ fía Española y de Filosofía de la Historia, fue di­
bras y de la propia reflexión, se habla de la deso­ rector de la revista Arbor del CSIC. Vinculado
lación y del gozo, de su imbricación fatal, del intelectual y políticam ente al Opus Dei, e in­
paso del tiempo, de la vejez y de una muerte que fluido por Ramiro de Maeztu* y Menéndez Pe-
está presente incluso en los momentos de amor layo*, es autor de textos sobre temas políticos,
más intenso. Deben destacarse, además de los de entre los cuales dos obras suyas destacan por
poemarios El cantar de las sirenas (1972), Vi­ la polém ica que suscitaron: España sin pro ­
sión de la penumbra (1981) y Bajo la única no­ blema (1949), Premio Nacional de Literatura y
che (2001), las novelas El dueño de la luna que era una respuesta al libro España como pro­
(1982), La edad geométrica (1983), El diablo al blema (1949), de Pedro Laín Entralgo*, y Teo­
amanecer (1984) y Desde la isla (2000). ría de la Restauración (1952), a las que hay que
añadir: El fin de la época de las revoluciones
CALVO, Javier (Barcelona, 1973) (1949), La configuración del futuro (1953), Po­
Narrador. Traductor y crítico literario, es autor lítica de integración (1955), La aproximación
de un libro de relatos, Risas enlatadas (2001), en de los neoliberales a la actitud tradicional
el que aborda diferentes historias de personajes (1956), La fuerza creadora de la libeitad (1958),
dispares con lenguaje cotidiano, aunque elabo­ Nuevas form as democráticas de la libertad
rado, muy cinematográfico, en el que mezcla los (1960), La literatura universal sobre la guerra
personajes reales con otros ficticios y las refe­ de España (1962), Las nuevas dem ocracias
rencias de la cultura popular con las literarias. En (1964), España ante la libertad, la democracia
2003 publicó la novela El dios reflectante, análi­ y el progreso (1968), Franco frente al rey: el
sis de la realidad con un lenguaje que debe mu­ proceso del régimen (1972), ¿Hacia la tercera
cho al del cine. república? En defensa de la monarquía dem o­
crática (1977), Mis enfrentamientos con el p o ­
CALVO ASENSIO, Pedro (Mota del Marqués, der (1978), La solución presidencialista (1979)
Valíadolid, 1821-Madrid, 1863) y Eurocomunismo, presidencialism o y cristia­
Dramaturgo. Doctor en Farmacia y en Derecho, nismo (1982), entre otras muchas.
se convirtió en el artífice de la coronación del
poeta Manuel José Quintana* y fundó El Restau­ CALVO SOTELO, Joaquín (La Coruña, 1905-
rador farm acéutico (1844), El Cínife (1845) y 1993)
La Iberia (1854), que se convirtió en el periódico Dramaturgo. Abogado del Estado, periodista y
oficial del Partido Progresista. Entre sus dramas miembro de la Real Academia Española desde
históricos, en algunos de los cuales colaboró con 1955, se licenció en Derecho en la Universidad
Juan de la Rosa, destacan Fernán González, La de Madrid y, entre otros cargos, ocuparía el de
cuna no da nobleza, La acción de Villalar y Fe­ presidente de la Sociedad General de Autores
lipe el Prudente. de España y de la Conféderation International
des Sociétes de Auteurs et Com positeurs. Sus
CALVO HERNANDO, Manuel (Fresnedillas, M a ­ obras de teatro, en las que se mostró como un
drid, 1923) hábil artífice de las técnicas teatrales, de la
Ensayista. Licenciado en Derecho y maestro, fue construcción del personaje y del tono humorís­
subdirector del semanario Signo y del diario Ya, tico elegante, abarcan desde la farsa, en línea
así como redactor de La Tarde y jefe del Departa­ directa con Jardiel Poncela* y Miguel Mihura*,
mento de Información del Instituto de Cultura y la comedia, con obras como: Viva lo im posi­
Hispánica. Presidente de la Asociación Española ble o el contable de estrellas (1939) — escrita
de Periodismo Científico, de su obra, en la que se en colaboración con el último de ellos— , Tán­
ocupa de las relaciones entre ciencia y perio­ ger (1945), El Inocente (1969), La visita que no
dismo, destacan títulos como: Veraneo en orden tocó el timbre (1949), galardonada con el Pre­
de combate (1949), La prensa como medio de di­ mio Nacional de Teatro Benavente, Milagro en
vulgación científica (1963), Viaje al año 2000 la plaza del Progreso (1953), la trilogía de
(1967), Ciencia española actual (1968), Intro­ Cuerpo diplomático, formada por Una mucha­
ducción a la tecnología (1971), Introducción a la chito de Valíadolid (1957), Cartas credenciales
tecnología (1972), Viaje al interior del cuerpo (1960) y Operación Embajada (1962), Micaela
humano (1974), Periodismo científico (1977), (1962) o El baño de las ninfas (1966), hasta el
Las utopías del progreso (1980), La crisis de la drama de tesis, género en el que se cuentan sus
tecnología (1980) y Civilización tecnológica e in­ más celebrados títulos: El rebelde (1934), La
formación (1982). vida inmóvil (1939), con la que obtuvo el Pre­
145 CAMÍN

mió Piquer de la Real Academ ia Española, Sobre casi todo (1928), Sobre casi nada (1928),
Cuando llegue la noche (1943), C rim inal de La casa de Lúculo o el arte de bien comer
guerra (1951), merecedora también del ya men­ (1929), La ciudad automática (1932), Haciendo
cionado Prem io N acional de Teatro, El je fe de República (1934), Esto, lo otro y lo de más
(1952), La muralla (1954), una de las obras de allá (1945) y Millones al horno (1958), además
mayor éxito del teatro español del siglo xx, La de la selección que él mismo hizo en Mis pági­
ciudad de Dios (1957) y El poder (1965). Ade­ nas mejores (1956). En 1996 se publicó un volu­
más, ha escrito algunos dramas históricos, entre men en el que se recogían algunos de sus artícu­
los que se cuentan El proceso del arzobispo Ca­ los más destacados bajo el título de Sus páginas
rranza (1964) y La pasión de amar (1991). mejores.

CALZADA, Bernardo María de (Badajoz, CAMBLOR RODRÍGUEZ, Isabel (Madrid, ?)


1751-?) Narradora. Debutó con la novela Mistela con
Traductor y dramaturgo. Militar que, además de Aristóteles (2002), finalista del Premio Río Man­
ser autor de la tragedia M octezuma (1784), tra­ zanares y en la que abordaba la pasión como mo­
dujo al español obras como Adela y Teodoro tor de la existencia, ello desde una perspectiva
(1785), de Madame de Genlis, Don Quijote con en la que lo urbano y los tics de la novela negra
faldas (1808), de Charlotte Ramsay Lennox, el se conjugan para ofrecer una combinación hu­
Ensayo sobre la educación de la nobleza (1792) morística de numerosos elementos formales y te­
y la Lógica de Condillac en 1784. máticos que deben mucho a la literatura del ab­
surdo.
CAMBA, Francisco (Villanueva de Arosa, Ponte­
vedra, 1885-Madrid, 1948) CAMERINO, José (Fano, Italia, h. finales si­
Novelista. Ejerció el periodismo, pasó una larga glo XVl-Madrid, h. 1660)
temporada en Argentina y fue conocido entre los Narrador. Polígrafo, su familia se estableció en
seguidores modernistas antes que su hermano Ju­ España en 1594. Ocupó cargos en la Nunciatura
lio Camba*. Sus novelas abordan cuestiones re­ apostólica en Madrid y participó en la vida poé­
gionales gallegas y acusan la influencia de Valle- tica madrileña. En 1646 quiso fundar una socie­
Inclán* a la hora de describir ambientes. Entre dad económica, la Compañía de Jesús, María y
sus obras destacan Camino adelante, su primera Joseph del Desempeño, que fracasó. Entre su
novela, Los nietos de Icaro (1911), El amigo obra se cuentan títulos como Novelas amorosas
Chirel (1918), La revolución de Laíño (1919), (1624), novela cortesana en la línea de la narra­
centrada en el problema del caciquismo y Premio tiva amorosa que gozo de éxito en el Siglo de
Fastenrath de la Real Academia Española, El pe­ Oro (véase EDAD DE ORO), D iscurso político
cado de san Jesusito (1923), Cárcel de seda sobre estas palabras: a fe de hombre de bien
(1925), El tributo de las siete doncellas (1926) y (1631), discurso moral sobre el hombre de la
Madridgrado (1939), sobre la evolución del comu­ época, y La dama beata (1655), miscelánea en
nismo en Madrid. Asimismo, escribió las crónicas la que se refiere a su fallido proyecto de fundar
de A través de Galicia (1908), y la serie novelesca la Compañía, entre otros muchos asuntos de
Episodios contemporáneos de la Historia de Es­ costumbres, morales y filosóficos. Su obra fue
paña (1942-1948), de la que llegaron a publicarse elogiada, entre otros, por Lope de Vega*, Ruiz
catorce volúmenes. de Alarcón*, Vélez de Guevara* y Guillén de
Castro*.
CAMBA, Julio (Villanueva de A rosa, Ponteve­
dra, 1882-Madrid, 1962) CAMILO DÍAZ LÓPEZ, Adolfo -» Véase DÍAZ
Prosista. Fue colaborador de periódicos como El LÓPEZ, Adolfo Camilo.
País, El Mundo, El Sol, La Voz o ABC, entre
otros, y corresponsal en diferentes países, tales CAMÍN, Alfonso (Gijón, Asturias, 1890-1982)
como Alemania, Francia y Gran Bretaña. Su Poeta y novelista. De vida bohemia e influido
obra, gran parte de ella formada por crónicas, por el Modernismo*, pasó gran parte de su vida
está marcada por un humor intelectual, de estilo en Hispanoamérica, sobre todo en Cuba, donde
sencillo, en el que exageraciones y caricatura aprendió a leer y a escribir y ejerció el perio­
forman un tándem que produce una tranquila y dismo. Llegó a fundar en La Habana diversas re­
divertida melancolía. Deben citarse títulos como: vistas literarias, y en México, país en el que se
Las alas de ícaro (1913), Alemania (1916), Lon­ exilió tras la Guerra Civil. Autor de una poesía
dres (1916), Playas, ciudades y montañas musical, colorista y de fluido lirismo, con algu­
(1916), Un año en el otro mundo (1917), La rana nos de sus poemas de 1925 contribuyó a los ini­
viajera (1920), Aventuras de una peseta (1923), cios de la «poesía negra». No obstante, se trata
CAMINHA 146

de uno de esos autores raros y olvidados, queja- CAMINO GALICIA, Felipe -> Véase FELIPE, León.
más consiguió la notoriedad que pretendía, pues
se consideró siempre a sí mismo un ‘poeta total’ CAMOES, Luis Vaz de (Lisboa, Portugal, 1525?-
y no pasó de ser un romántico y modernista des­ 1580)
fasado y cursi. Destacan, de entre más de un cen­ Poeta. Es el gran representante de la lírica petrar-
tenar, sus poemarios: Adelfas (1912), Crepúscu­ quista en Portugal y uno de los más grandes poe­
los de oro (1914), Cien sonetos (1915), La ruta tas de ese país, a quien se debe la célebre Os Lu-
(1916), Xochilt y otros poemas (1928), A ntolo­ siadas. A unque la mayor parte de su obra la
gía poética (1930), La danza prima (1932), Los escribió en portugués, y dejado de lado el hecho
poem as del indio Juan Diego (1934), Los p o e­ de haber traducido e imitado a G arcilaso de la
mas lozanos (1935), Poemas para niños de ca­ Vega*, también lo hizo en castellano, como otros
torce años (1938), A guilas de Covadonga muchos poetas portugueses de la época, quizá
(1940), Lienzos de España (1941), Poemas del por tratarse del momento de mayor empuje de
destierro (1942), y las novelas Entre volcanes nuestra lengua, y ese es el motivo por el que lo
(1928) y La pregonada (1932). Asimismo, fue incluimos en estas páginas. Entre las poesías que
autor de numerosas entrevistas y semblanzas, compuso en castellano, se encuentran las glosas
muchas de las cuales reunió en los volúmenes y letrillas que se incluyen en Rimas (1595), el
Hombres de España (1923; ed., aumentada en monólogo de Aonía en la Égloga primera, y al­
1925) y Los hombres y los días (1927). Dichas gunos sonetos. Asimismo, están escritos en cas­
entrevistas las recopiló en 1998 el poeta José tellano algunos fragmentos de sus comedias Fi-
Luis García Martín* en el libro Entrevistas lite­ lodemo, Antioco y Seleuco. Ejerció su influjo en
rarias. autores como Espinosa*, Quevedo*, Lope de
Vega* y Gracián*.
CAMINHA, Pedro de Andrade (Porto. Portugal?,
1520/1532-Villavigiosa, Portugal, 158$) CAMÓN AZNAR, José (Zaragoza, 1898-Ma-
Poeta. Personaje noble y cortesano, estuvo en las drid, 1978)
cortes de Juan III, don Sebastián y Felipe II. Se Dramaturgo, ensayista, novelista y poeta. Fue
enemistó con Camoes* y denunció a la Inquisi­ catedrático de Historia del Arte en Salamanca,
ción a Damiao de Gois. Destacan sus glosas, in­ Zaragoza y M adrid, director de revistas como
fluidas por Sá de Miranda*, de antiguos villanci­ Goya e ¡deas Estéticas y de la Fundación L á­
cos, algunas de las cuales aparecen en el zaro G aldiano, m iem bro de las Academ ias de
Cancionero de la Biblioteca Hortensia. Bellas Artes de San Fernando, H istoria y Cien­
cias M orales y Políticas, así como gran colec­
CAMINO, Alberto (El Ferrol, La Coruña, 1820- cionista. En su estilo, barroco y cargado de
Madrid, 1861) im ágenes, se aprecia la fuerza de un espíritu
Poeta y dramaturgo en lenguas gallega y espa­ humanista profundamente ligado a los autores
ñola. Pocos son los poemas suyos en gallego que del siglo x v ii . Escribió numerosos artículos pe­
se conservan, suficientes, no obstante, para per­ riodísticos e im portantes trabajos sobre arte
cibir el influjo que pudo tener sobre Rosalía de dedicados, entre otros, a Solana, Picasso, El
Castro*. En ellos aparece la tristeza, el dolor y la Greco, Velázquez, Goya, etc., así como a los
melancolía ante la pérdida de cualesquiera seres más variados asuntos artísticos, aunque aquí
queridos. Los más célebres son «Nai chorosa», deben ser citados títulos como los de sus obras
«O desconsolo», «El amor maternal» — bilin­ teatrales El héroe (1934), tragedia clásica
güe— y «Dorme». De su obra en español, desta­ prologada por Unam uno*, El pozo am arillo
can el drama Lisardo el estudiante y la comedia (1936), Tragedias (1952), volum en en el que,
A la vejez aladares de pez. además de las anteriores, se incluyen El rey
D avid y Los fu e rtes, y el libro, form ado por
CAMINO, Jaime (Barcelona, 1936) tres dramas, Hitler, Ariadna, Lutero (1970), las
Cineasta. D irector de cine muy conocido con novelas En la cárcel del espíritu (1968) y El
películas célebres como Las largas vacaciones pastor Quijotiz (1969), los poemarios El hom ­
del 36 (1975), D ragón R apid (1986), Luces y bre en la tierra (1940), La divina tragedia
sombras (1988) o El largo invierno (1991), así (1960) y Canto a los siglos (1970) o sus ensa­
como del docum ental Los niños de Rusia yos El arte desde su esencia (1940), El Cid,
(2001), debutó en la narrativa con la novela personaje m ozárabe (1947), El arte ante la
M oriré en N ueva York (1996), en la que qu e­ crítica (1955), El tiempo en el arte (1958), El
dan patentes sus conocimientos cinem atográfi­ ser en el espíritu (1959) y Arte y pensam iento
cos, pues se trata de una historia basada en el en san Juan de la Cruz (1972), entre otros
flash-back. muchos.
147 CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO

CAMPILLO, Narciso del (Sevilla, 1835-Madríd, gentes sexualmente al mundo masculino, débil y
1900) que retrata un cambio de valores sociales. Las
Poeta. Miembro destacado del grupo sevillano y otras dos novelas con las que se concluye la men­
amigo de Bécquer*, su poesía estuvo influida por cionada trilogía, y en las que se acentúan los ele­
la tradición de Virgilio, a través de autores como mentos de intriga policial, son: La mitad de una
fray Luis de León* y Herrera*, y por el Roman­ mariposa (1999) y El abrazo del agua (2000).
ticismo* de Zorrilla*, Espronceda* y Arólas*.
Su poesía, ecléctica, resulta musical y sencilla, CAMPMANY, Laura (Madrid, 1962)
aunque no trasciende a cierta mediocridad. De Poetisa. Hija de Jaime Campmany*, en sus ver­
sus obras destacan los poemas de Poesías (1858) sos, en los que resuena un sentido del ingenio
y Nuevas poesías (1867), a los que se sumaron clásico y una mirada que nace del realismo*, la
los que aparecieron, póstumamente, en Cartas y materia esencial es el desamor. Es autora, entre
poesías inéditas (1923), libros de cuentos como otros, del poemario Travesía del olvido (1998),
Una docena de cuentos (1879), Nuevos cuentos galardonado con el Premio Hiperión.
(1881), Cuentos y sucedidos (1891) o Cuentos y
chascarrillos andaluces, en los que colaboró con CAMPO ALANGE, María (Sevilla, 1902-Ma-
Valera*, y los manuales Memoria y teoría del es­ drid, 1986)
tilo (1865) y Retórica y poética (1871). Narradora. Condesa de Campo Alange desde su
boda con el conde en 1922, su verdadero nom­
CAMPIÓN, Arturo (Pamplona, 1854-San Se­ bre era María Laffitte y Pérez del Pulgar. Discí-
bastián, 1937) pula de Ortega y Gasset*, Marañón* y Eugenio
Historiador y narrador. Abogado y fundador, con D ’Ors*, estudió Pintura e H istoria en París, y
Julio Urquijo*, de la revista Euskalerriaren Alde perteneció a la Real A cadem ia Sevillana de
en 1911, deben destacarse sus novelas Blancos y Buenas Letras y a la Hispanic Society of Ame­
negros (Guerra en la paz) (1898) y La bella rica. Entre sus obras destacan los ensayos M a­
Easo (1909), el libro costum brista C ontrastes ría Blanchard (1944), La secreta guerra de los
(Cuadro de costumbres) (1882) o la leyenda no­ sexos (1948), De Altamira a Hollywood (Meta­
velada Don García Alm orabid. Crónica del si­ morfosis del arte) (1953), el primero de sus li­
glo xiii (1889). Todo ello aparece en sus Obras bros de memorias M i niñez y su mundo (1906-
completas (1983; 9 vols.). 1917) (1956), los cuentos de La flecha y la
esponja (1959) y otros ensayos como: La mujer
CAMPMANY, Jaime (Murcia, 1925) en España (1960), La mujer como mito y como
Poeta y narrador. Periodista polém ico, Jaime ser humano (1961), Concepción Arenal (1820-
Campm any y Diez de Revenga es colaborador 1893). Estudio biográfico documental (1973) y
habitual del diario ABC, así como en tertulias ra­ M i atardecer entre dos mundos. Recuerdos y
diofónicas de la COPE, y director de la revista cavilaciones (1983), su último volumen de me­
Época. Con un estilo que condensa lo más clá­ morias.
sico de la tradición literaria en los registros que
toca, ha publicado los poemarios Alerce (1947) y CAMPO ARANA, José (M adrid, 1847-1885)
Lo fugitivo permanece (1943), la novela Jinojito Poeta y dramaturgo. De su obra, destacan, ade­
el Lila (1977; reed., 1998) y diversos ensayos pe­ más de su poemario Impresiones (1876), las
riodísticos como César o nada (1966), La ban­ obras teatrales El domador defieras (1837), es­
dera de Lepanto (1966), Viernes Santo (1968) y crita con Ramos Carrión*, Detrás del pavo
A tumba abierta (1978), con los que ha conse­ (1876), con Vital Aza*, El paño de lágrimas
guido premios tan prestigiosos como el Nacional (1876), Casado y con hijos (1876), María Es-
de Crítica de Teatro, Mariano de Cavia, Jaime tuardo (1879) y Las medias naranjas (1879).
Balmes, Víctor de la Serna de la Asociación de
la Prensa de M adrid o el González Ruano. En CAMPOAMOR Y CAMPOOSORIO, Ramón de
1994, se publicó la recopilación de artículos titu­ (Navia, Asturias, 1817-Madrid, 1901)
lada El libro de los romances, a la que siguió una Narrador y poeta. Jesuita durante tres años co­
polémica novela, El pecado de los dioses (1998), menzó a estudiar Medicina, estudios que aban­
primera de una trilogía en la que se narraban los donó para dedicarse a la Literatura; miembro del
sucesivos incestos en dos generaciones de una partido conservador, diputado y Gobernador Ci­
fam ilia burguesa, ello a fin de ofrecer, a través vil de Alicante y de Valencia, ocupó, desde 1861,
de la metáfora de que los dioses, en palabras de un sillón en la Real Academia Española. Fue uno
Ovidio, hacían suyas a sus hermanas, un pro­ de los poetas que ha gozado de más éxito en
fundo relato sobre la sensibilidad femenina, en­ vida. Sus poesías iniciales, aún románticas, pau­
frentando la actualidad de mujeres fuertes y exi­ latinamente van popularizándose y adquiriendo
CAMPOMANES

su característico tono familiar en el que la reali­ Entrando en calor (1989), que mereció el Pre­
dad es tratada con un conformismo no exento de mio Born, Las torres danzantes (1990), Danza
cierta ironía, alejado de las pasiones y excesos de ausencias (1994), Premio Castilla-La M an­
del Romanticismo*. El interés de Campoamor cha, Diente por diente (1995), Triple salto mor­
por la Filosofía — varios títulos pueden citarse tal con pirueta (1997), galardonada con el Pre­
en su producción: Filosofía de las leyes (1846), mio Ciudad de Alcorcón, Blancanieves y los
El personalismo (1855), Lo absoluto (1865) y La siete enanitos gigantes (1998), A ciegas (1998),
metafísica y la Poesía— lo llevó a reflexionar espectáculo que se desarrolla completamente a
sobre la poesía en su Poética (1883), donde oscuras, Veraneantes (1998), con la que obtuvo
aboga por una poesía ideológica y no estética, el Premio Hellín de Teatro Corto, La cabeza del
superior a la prosa y capaz de tratar asuntos más diablo (1999), Naufragar en Internet (2000), ga­
complejos que esta, aunque sus planteamientos lardonada con el Premio Nacional de Literatura
son de una pobreza evidente. Entre sus poem a­ Dramática, Patético jinete del rock and roll
rios destacan: Ternezas y flores (1840), Ayes del (2001), Premio Tirso de Molina, y En tránsito
alma (1842), Políticas (1842), Fábulas morales (2002). Es autor, asimismo, de dos obras de na­
y doloras (comenzaron a publicarse en 1845), el rrativa, El puente de la hiedra (1990) y Biogra­
largo poema Colón (1854), El drama universal fía alucinada (1995), así como del poemario Mis
(1869), Pequeños poemas (1873-1892), Hum o­ 100 peores poesías (1990).
radas (1886) y El licenciado Torralba (1888).
Fue autor, además, de algunos dramas: Una mu­ CAMPOS, Jorge (Madrid, 1916-El Espinar, S e ­
je r generosa (1838), El hijo de todos (1841), govia, 1983)
Guerra a la guerra (1870), El palacio de la ver­ Narrador y ensayista. Conocido por su seudó­
dad (1871), Cuerdos y locos (1871), Dies i rae nimo, Jorge Renales Fernández Campos fue pro­
(1873) y Glorias humanas (1885). fesor en la Universidad de Nueva York y en el
Middlebrey College y voluntario del ejército re­
CAMPOMANES, conde de -> Véase RODRÍGUEZ publicano durante la Guerra Civil. Tras la confla­
CAMPOMANES, Pedro. gración, se instaló en Valencia, donde estudió
Geografía e Historia, para volver a Madrid en
CAMPOMANES, Pedro Véase RODRÍGUEZ 1943, donde, hasta el fin de sus días, fue colabora­
CAMPOMANES, Pedro. dor importante de la revista Insula. Autor de cuen­
tos en los que se centra en personajes humildes, y
CAMPOS, Jesús (Jaén, 1938) crea tramas entre realistas y misteriosas, de sus li­
Dramaturgo. Director de escena y escenógrafo, bros destacan: Seis mentiras en novela (1940), En
Campos García pertenece a la generación del nada de tiempo (1949), El hombre y lo demás
Nuevo Teatro Español, como Miralles* y López- (1953), Tiempo pasado (1955). Premio Nacional
Mozo*, y enseña interpretación, práctica escé­ de Literatura, Cuentos en varios tiempos (1974) y,
nica y escritura teatral. Fue miembro de la Junta aparecido postumamente. Cuentos sobre Alicante
Directiva de la Asociación de Autores de Teatro, y Albatera (1985). Es autor, asimismo, de nume­
de la que se convertiría en presidente. Se trata del rosos ensayos literarios como: Historia Universal
prototipo de autor que se ocupa de llevar sus de la Literatura (1946), Vida y trabajos de un li­
obras a los escenarios. Con sus obras ha culm i­ bro viejo contados por él mismo (1949), Crimen y
nado la ruptura con el teatro realista iniciada, en bibliofdia (1953), Conversaciones con Azorín
gran medida, por aquel colectivo de autores dra­ (1964) y Teatro y sociedad (1970), así como de
máticos. Destacan títulos como Furor (1971), ediciones críticas de Boscán*, el duque de Rivas*,
Rallye internacional (1972), La grieta (1972), Espronceda* o Estébanez Calderón*, entre otros.
con la que obtuvo el Premio Ciudad de Palencia,
La lluvia (1973), que fue Premio Born, Matrimo­ CAMPOS PÁMPANO, Ángel (San Vicente de
nio de un autor teatral con la Junta de Censura Alcanfora, 1957)
(1974), galardonada con el Premio Ciudad de Te­ Poeta. Importante traductor de literatura portu­
ruel, 7000 gallinas y un camello (1974), con la guesa, sobre todo de Pessoa, se trata de un poeta
que obtuvo el Premio Lope de Vega, Qué culta que se incluye en las antologías, pero cuyos li­
es Europa y qué bien arde (1974), Premio Lé­ bros no han gozado de la necesaria difusión. En
rida, Es un nicho amueblado (1975), que mere­ su poesía, que sin duda ofrece una voz personal
ció el Premio Carlos Arniches y el María Eulalia y al margen de modas o exigencias generaciona­
de Asenjo, Teatro breve (1975), Es mentira les, reflexiona, con hondura existencial y con tono
(1975), Premio Guipúzcoa, Nacimiento, pasión y melancólico y emocionado, sobre la infancia, el
muerte de... p o r ejemplo tú (1976), La cárcel tiempo, la relación amorosa y, desde luego, la
nuestra de cada día (1977), Es mentira (1980), muerte, tejida por el dolor de la pérdida y el miedo.
149 CANALS

Asimismo, el verso le sirve para hilvanar numero­ todo en sus lecturas de poetas ingleses y nortea­
sas reflexiones sobre la poesía misma, sobre el arte mericanos, fue definitiva. Tradujo, con su ma­
en sí, extrayendo de las palabras matices, signifi­ rido, a Tagore y Synge, y participó, con Eugenio
cados y perspectivas nuevas en las cuales lo oní­ Florit, en la redacción de la Tercera Antología
rico, así como la memoria, desempeñan un papel Poética (1957) de Juan Ramón. De su obra pro­
esencial para ordenar y dar sentido a la reflexión pia destaca su Diario (1991 y 1995; 2 vols.), en
misma. Es autor, entre otros poemarios, de M ate­ el que cuenta la vida del matrimonio en los años
ria de olvido (1986) y La voz en espiral (1999). que ambos pasaron en Cuba y Estados Unidos.

CAMPOS REINA, Juan (Puente Geni!, Córdoba, CANALES, Alfonso (Málaga, 1923)
1946) Poeta y crítico. Estudió Filosofía y Letras, pero
Narrador. En su primera etapa, marcada por un terminó doctorándose en Derecho en la Univer­
proyecto llamado «Cuadernos surrealistas», que sidad de Granada, ejerció de fiscal en su ciudad
incluyó su primera novela y un libro de relatos, natal y fue profesor de Historia de la Literatura
su literatura aprovechaba los caminos trazados en el Seminario y de H istoria del Teatro en la
por los romances de ciego, las pinturas negras y Escuela de Arte Dramático, ambos centros en
los espejos deform antes valleinclanescos, todo Málaga. De todos modos, siguió profundizando
ello profundamente español. Su segunda novela siempre los estudios de latín y griego. Vinculado
se anunciaba como la prim era entrega de un al grupo Caracola, es miembro, correspondiente
«Cuarteto de la decadencia», en la que ya el por Andalucía, de la Real A cademia Española
mundo se constreñía a las fronteras andaluzas y y de la Real Academia de la Historia, presidente
al declive de una familia de abolengo. Si bien el de la Academia de Bellas Artes de San Telmo y
proyecto no tuvo una continuidad clara, lo cierto asiduo colaborador en publicaciones como Cán­
es que su literatura se concentró desde ese m o­ tico, Espadaña, Insula, Cuadernos Hispanoa­
mento en el ámbito de Andalucía, si bien renun­ mericanos y Papeles de Son Armadans. En
ciando al que había sido un estilo preciosista, ful­ 1950, había fundado con Muñoz Rojas* la re­
gurante y retórico en favor de una prosa más vista A quien conmigo va. Además, durante los
contenida y áspera. Además de autor del libro de años cincuenta convirtió su casa en lugar de ter­
relatos Tango rojo (1992), ha publicado las no­ tulias literarias, por las que pasaron autores de
velas Santepar (1988), Un desierto de seda la talla de Gerardo Diego*, Camilo José Cela*,
(1990) y El bastón del diablo (1996). Julio Caro Baroja* o Dámaso Alonso*. En sus
poemas muestra un enorme despliegue lingüís­
CAMPRODÓN Y SAFONT, Francisco (Vich, Bar­ tico al servicio de unos versos cargados de pro­
celona, 1816-La Habana, 1870) fundidad metafísica y religiosa, a menudo críp­
Dramaturgo y poeta en lenguas catalana y espa­ ticos y enigmáticos. Destacan sus poemarios
ñola. Estudió Derecho en la Universidad de Cer- Sonetos de color (1943), Las musas en festín
vera, Lérida, para trasladarse a los 35 años a M a­ (1950), Sonetos para pocos (1950), Sobre las
drid, donde estrenó con éxito. Fue diputado y horas (1950), El candado (1956), Cuestiones
adm inistrador de H acienda en Cuba. En sus naturales (1961), Cuenta y razón (1962), Ami-
obras, más que el estilo, le interesan los caracte­ nadab (1965), galardonado con el Premio N a­
res y las situaciones, y apenas se preocupaba de cional de Literatura, Tres casas (1966), Port-Ro-
la corrección gramatical. Se le considera uno de yal (1968), Gran fuga (1970), Reales sitios
los creadores de la zarzuela. Destacan, entre (1970), Réquiem andaluz (1972), que fue Pre­
otras, sus obras Flor de un día (1851), que, en un mio de la Crítica, Épica menor (1973), El año
principio, se tituló Lola, El dominó azul (1853), sabático (1976), El canto de la tierra (1977),
Los diam antes de la corona (1854), Marina Tres oraciones fúnebres (1983) y Ocasiones y
(1855), convertida en libreto de ópera por Ramos réplicas (1986). En 1995, se editó la antología
Carrión*, El diablo en el poder (1857), El diablo Poemas mayores (1956-1983).
las carga (1860), Una vieja (1860), Una niña
(1861) y El relámpago (1865), además de los poe­ CANALS, Antoni (Reino de Valencia, h. 1352-
marios Em ociones (1850), Espinas de una flo r 1419?)
(1852), Carta a don Juan Prim (1860) y Colec­ Tratadista. Uno de los autores prehumanistas
ción de poesías castellanas (1871). más destacados, junto a Bemat Metge*. Fue dis­
cípulo de san Vicente Ferrer y profesor de Teolo­
CAMPRUBÍ AYMAR, Zenobia (Barcelona, gía. Deben citarse sus obras Sacala de contem­
1887-San Juan de Puerto Rico, 1956) p la d o (1398-1400) y Tractat de confessió
Traductora y prosista. Esposa de Juan Ramón Ji­ (1413). Tradujo, además, a Séneca* y a Valerio
ménez*, cuya influencia sobre el poeta, sobre Máximo.
CANALS 150

CANALS, Cuca (Barcelona, 1962) obras de teatro da muestras, igualmente que en el


Narradora. Licenciada en Ciencias de la Infor­ verso, de su gran ingenio. Colaboró, entre otros,
mación por la Universidad Autónoma de Barce­ con Juan Vélez de Guevara*, Matos Fragoso* y
lona y pintora, María Fernanda Canals de Campo Agustín Moreto*. Escribió, además, un Vejamen
es también guionista cinematográfica, y entre sus (Madrid, 1640) en el que cuenta divertidas histo­
guiones destacan los de varias películas del di­ rias de algunos autores de su tiempo.
rector catalán Bigas Luna, entre ellas Jamón ja ­
món, Huevos de oro, La teta y la luna y La ca­ CANCILLER AYALA -» Véase LÓPEZ DE AYALA,
marera del Titanic. Es autora de las novelas Pedro.
Berta, La Larga (1996), La hescritora (sic.,
1998), en la que se declara heredera del da­ CANCIO, Jesús (Comillas, Cantabria, 1885-
daísmo*, juega con la mezcla entre realidad y Polanco, Cantabria, 1961)
fantasía y regresa a las técnicas de las vanguar­ Poeta y prosista. Como consecuencia de una en­
dias (véase VANGUARDISMO) en un momento en fermedad en la vista, no pudo dedicarse a su vo­
que la narrativa española volvía, en general, a las cación de marino mercante, aunque no impidió
técnicas decimonónicas, y Llora, Alegría (1999), que el mar se convirtiera en el centro obsesivo
nuevo artefacto literario, una suerte de cajón de de sus poemas, hasta el punto de ser conocido
sastre en el que todo cabe, interesado más en pro­ como el «poeta del mar». En sus versos, reple­
vocar reacciones de sorpresa que en ofrecer lite­ tos de expresiones propias del lenguaje m ari­
ratura. nero, destacan la sencillez y el realismo con que
se refiere a las vidas de los m arineros, a la
CÁNAVES, Javier (Palma de M allorca, 1973) muerte y la fugacidad. Destacan sus obras Olas
Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad y cantiles (1921), Bruma norteña (1926), R o­
de las Islas Baleares. En su obra, de carácter rea­ mancero del mar (1930), M aretazos (1947),
lista, inmersa en la corriente de la poesía de la B arlovento (1951), el drama en verso Resaca
experiencia* e influida por Gil de Biedma*, algo (1943) y la novela Del solar y de la raza (1928
que se aprecia tanto en la construcción del y 1931; 2 vols.).
poema como en el tono conversacional, contem­
pla el mundo con m irada melancólica y escép­ CANCIÓN REAL A UNA MUDANZA -> Véase
tica, evocando tiempos pasados a través de ejer­ SARABIA, Joseph de.
cicios de memoria en los que la nostalgia dota a
sus versos de una pátina de amargura. Una poe­ CANCIONERO
sía, en fin, en la que se habla del paso del tiempo, Los cancioneros tienen su origen en la costum ­
del desgaste del amor y de los lugares en los que bre de reunir en un único volumen composicio­
se fue feliz. Destacan sus poemarios: El labe­ nes poéticas de diversos autores con la intención
rinto de los días (1999), De los días que siguen de formar un cuerpo homogéneo. Las intencio­
(2000), La música del mundo (2001), A l sur de nes de los compiladores eran variadas: en unos
todo mapa (2001) y A l fin lias conseguido que casos, se basaban en elem entos estéticos para
odie el blues (2003), con el que obtuvo el Premio elegir los poemas; en otros trataban de ofrecer
Hiperión. una m uestra del tipo de creaciones de una es­
cuela o época y, en muchas ocasiones, la elec­
CÁNCER Y VELASCO, Jerónimo de (Barbastro, ción intentaba recopilar obras de un mismo gé­
Huesca, 1593?-Madrid, 1655) nero. Menos ejemplos hay de cancioneros en los
Poeta y dramaturgo. De fam ilia noble, sin em ­ que un solo poeta reúna toda su obra. Si esto
bargo fue pobre toda su vida. Su poesía eviden­ puede afirm arse en general, más en particular
cia una gran capacidad para la versificación y el debe decirse que el cancionero, como concepto,
ingenio, y recuerda, en ocasiones, al tono em ­ puede identificarse con las colecciones de poe­
pleado por Quevedo*. Destacan los poemas de sía medieval que se prolongan, incluso, hasta
Obras varias (M adrid, 1651), las comedias La bien entrado el Renacimiento. Los poemas que
muerte de Valdovinos, prohibida por la Inquisi­ aparecen en ellos son tanto de índole popular
ción, y Las mocedades del Cid, una parodia de la como cortesana, y en ellos cabe todo, desde el
obra del mismo título de Guillén de Castro*, y tema amoroso hasta la sátira o las reflexiones
entremeses como Los ciegos, Los gitanos o ¿ Qué morales.
quieres, boca? — en Autos sacram entales y al Durante casi dos siglos, la poesía cortesana de
Nacimiento de Cristo, con sus loas y entremeses Castilla se compuso en galaico-portugués,
(Madrid, 1675)— o La visita de la cárcel — in­ siendo solo a partir de la segunda mitad del xiv
cluido en Verjel de entremeses y conceptos del cuando un grupo de trovadores empezó a escri­
donaire (Zaragoza, 1675)— , entre otros. En sus bir sus poemas en castellano. De entre todos
151 CANCIONERO

ellos destaca Álvarez de Villasandino*, quien, cionero de Baena como en el resurgimiento de


junto a los de su grupo, aparece en el Cancionero estas formas que se da en las poesías del Cancio­
de Baena, del segundo cuarto del siglo xv. Este nero de Stúñiga.
y el Cancionero de Palacio inician una serie de Varios son los cancioneros fundamentales de
cancioneros que, a lo largo de cien años, reunie­ nuestra literatura, entre los cuales destacan:
ron y transmitieron lo mejor de la lírica cortesana 1) Cancionero de Ajuda: es una compilación de
castellana. La serie culm ina en el voluminoso poemas galaico-portugueses hecha, aproximada­
Cancionero general. Los cancioneros son pro­ mente, en 1280, que incluye tanto poetas preal-
ducto de las nuevas condiciones políticas y so­ fonsíes como alfonsíes. Se conserva en un perga­
ciales, y representan el triunfo de la lírica caste­ mino escrito en letra minúscula a dos columnas
llana sobre la gallega. En ellos, confluye la y con diferentes viñetas que representan a jugla­
«gaya ciencia», el influjo italianista y el hum a­ res y caballeros. Su nombre se debe a que, en
nismo clásico para crear una poesía altamente 1832, pasó a la Biblioteca Nacional de Lisboa,
elaborada, dirigida por un ideal minoritario de contigua al palacio de Ajuda.
arte y perfección. Son extraordinarios tanto el 2) Cancionero de Baena: recopilación llevada a
número de poetas cuanto la variedad de compo­ cabo por Juan Alfonso de Baena*, escribano de
siciones que aparecen en los cancioneros. Han Juan II de Castilla, que reúne una colección de seis­
llegado hasta hoy unos setecientos nombres de cientos poemas pertenecientes a cincuenta y seis
autores, aunque debieron de ser muchos más, y autores y que fue dedicada al monarca hacia 1445.
el material es tan enorme, y está disperso en tan­ Es la gran compilación poética de la Edad Media
tos cancioneros, que es complejísimo ordenarlo castellana, además del Cancionero general. El cri­
y estudiarlo. La poesía reunida en ellos repre­ terio de ordenación parece consistir en agrupar las
senta la tardía aclimatación al castellano de la lí­ obras de cada poeta de acuerdo a tres secciones:
rica trovadoresca provenzal. Esta lírica recibe cantigas, decires y preguntas y respuestas. Al frente
todo un depósito de motivos, temas y normas ex­ de cada obra, Baena incluye una breve biografía de
presivas y, a pesar de la variedad que la mueve, su autor, referencias al estilo y circunstancias de la
puede afirmarse que su principal inspiración es composición, tema y personajes a quien se dedica.
el amor cortés. Los cancioneros contienen dos ti­ Los autores que aparecen en este Cancionero co­
pos principales de poemas: las canciones líricas, rresponden a los reinados de Pedro I, Enrique II,
siempre breves, de tema amoroso y concebidas Juan I, Enrique III y Juan II*, y pueden agruparse
para el canto, y los decires de índole doctrinal en dos escuelas o tendencias principales:
panegírica, narrativa o satírica, más extensos y a. La galaico-provenzal, a la que pertenecen los
destinados a la lectura o recitación. En cuanto a poetas más antiguos que recogen temas gallegos
las cuestiones técnicas, debe aclararse que los y provenzales. Aunque algunos poemas están es­
poemas aparecidos en los cancioneros eran, en critos en gallego, se nota que la imposición del
muchos casos, a finales del siglo xv, adaptacio­ castellano es prácticamente total. Imperan los
nes hechas por músicos y poetas cultos, con lo versos tradicionales de arte menor, entre los que
que las piezas folclóricas originarias se acomo­ destacan géneros como el «serventesio», los «de­
daban según los gustos de la cortesía, en los cua­ cires» satíricos y las «recuestas» o disputas entre
les operaban criterios musicales, artificiosas con­ dos trovadores. Los poetas más destacados de
venciones y ciertas sutilezas. Estas adaptaciones esta escuela son el propio Juan Alfonso de Bae­
tenían como consecuencia que dichas piezas ori­ na, autor de una poesía marcadamente corte­
ginarias encabezaran una canción o un villan­ sana, Macías*, conocido como El enamorado,
cico, repitiéndose a lo largo de él a modo de es­ que es uno de los más antiguos autores del Can­
tribillo según tres posibilidades: sin apenas cionero y más famoso por sus amores que por su
modificación, con modificaciones cultas que ten­ poesía, y Álvarez de Villasandino*, de quien se
dían a regularizar la métrica, algo propio de las conservan en el cancionero mayor número de
canciones, o por medio de la invención de un composiciones y que cultivó todos los géneros y
nuevo villancico por parte del poeta culto, prác­ pasó por todas las escuelas; fue conocido por su
tica esta última más cercana a la lírica cortes de poesía mercenaria y alabado por su ingenio, vir­
raíz provenzal que a su origen folclórico. Esto tuosismo, agudeza y habilidad.
supone que los poemas vayan desde las estrofas b. La alegórico-dantesca: en ella están encuadra­
populares, de entre dos o tres versos y con varie­ dos los poetas de la nueva tendencia italianista
dad de rimas, hasta las adaptaciones más cultas que utilizan normalmente las coplas de arte ma­
de los villancicos estróficos, en las que se da una yor consistentes en estrofas de ocho versos do­
regularización tanto del cómputo silábico como decasílabos. De entre los autores más destacados
de la rima. Todo esto puede verse de una manera de esta corriente debe mencionarse a Micer Fran­
clara tanto en los poetas más antiguos del Can­ cisco Imperial*, vecino de Sevilla, aunque de
CANCIONERO 152

origen genovés, que fue el primero en utilizar en cruel que la muerte misma. Junto a esto, convi­
castellano el endecasílabo italiano y el introduc­ ven la poesía lírico-narrativa o didáctica, los de­
tor en España del gusto por la alegoría imitada cires morales, filosóficos o religiosos, la alego­
del Dante. En el Cancionero figura con una ría, las coronaciones y elogios simbólicos, que
adaptación de fragmentos de la Divina Comedia, sustituyen a las visiones, y los recuerdos mitoló­
titulada Dezir de las siete virtudes. gicos, cada vez más enrevesados. Puede decirse
Otros autores importantes del Cancionero, ya de que las tendencias de Micer Imperial* y sus dis­
tono doctrinal y sentencioso, son Ferrán Sánchez cípulos se desarrollan con fuerza; son ellos los
de Talavera o Calavera* y Gonzalo Martínez de responsables del gusto por la alegoría y las dis­
Medina*, además de los más jóvenes, entre los cusiones graves, sobrecargadas de comparacio­
que destacan Alvaro de Luna*, Juan Rodríguez nes y antítesis, típicas de la poesía de finales de
del Padrón* y Suero de Ribera*, conocido por su la Edad M edia en la península. No abundan ni
parodia Misa de amores. Es importante destacar los temas ni los pensamientos nuevos; más bien,
que la parte más importante del Cancionero de destacan el tono quejumbroso y alambicado, pro­
Baena es la constituida por la sátira y el servente- fundamente subjetivo, y el carácter erudito.
sio político, así como el hecho de que uno de los En los aspectos técnicos sí se da una evolución in­
rasgos más típicos de los poetas que en él'apare­ teresante que merece una explicación, ya que, a
cen es la discrepancia intelectual constante, espe­ partir de 1450, caen en el olvido los procedimien­
cialmente la disputa en tomo a la naturaleza de la tos de Villasandino* y los suyos. Por contra, crecen
inspiración poética, que implica cuestiones teoló­ los géneros de forma fija, tales como la canción y
gicas, como el libre albedrío y la predestinación, el villancico, que constan, como ya hemos seña­
en las que se ha visto la influencia franciscana. lado más arriba, de un estribillo seguido de una o
3) Cancionero de Colocci-Brancuti: es una reco­ más estrofas, cada una de las cuales comprende dos
pilación de mil quinientas sesenta y siete composi­ partes, una independiente y otra vinculada al estri­
ciones del género de las cantigas galaico-portugue- billo. Estos géneros de forma fija son los herederos
sas, en la que predominan las cantigas d ’amigo, directos de la cantiga, ya que son géneros subjeti­
ordenada por Pedro de Portugal, escrita en dos gra­ vos y musicales, y esta es la razón de que fueran
fías, gótica y humanista, y enriquecida con las no­ los preferidos de algunos poetas del Cancionero de
tas de Angelo Colocci (1467-1549). Comprado Baena. Tras el auge de los decires, se había dado
este Cancionero a Brancuti, por la Biblioteca Na­ un equilibrio entre la lírica cantada y la recitada,
cional de Lisboa en 1924, se le conoce también entre los géneros de forma fija y los géneros estró­
como Cancioneiro da Biblioteca Nacional. ficos. Aparecen las glosas como consecuencia de
4) Cancionero de Palacio: es una recopilación la costumbre, que ya hemos referido, de utilizar an­
de los primeros años del siglo xvi que se con­ tiguos estribillos que se glosaban en las estrofas de
serva en el Palacio Real de Madrid. En él se in­ un villancico. El Cancionero de Stúñiga acoge di­
cluyen unas quinientas composiciones de poetas versas formas populares como villancicos, motes,
pertenecientes a los reinados de A lfonso V el glosas y romances, aunque el tono en este caso es
M agnánimo, Juan II y los Reyes Católicos, la más lírico y las composiciones son más breves.
mayoría de ellas de tipo tradicional. D estacan, entre los poetas de este Cancionero,
5) Cancionero de Stúñiga: en él se recoge la nombres como Mosén Pere Torroella*, uno de los
obra de los poetas de la Corte de A lfonso V el primeros poetas catalanes que cultivan el caste­
M agnánim o, rey de Aragón, a cuyo amparo, llano como lengua literaria, célebre por sus invec­
tras la conquista del reino de Nápoles en 1443, tivas contra las mujeres, en particular las Coplas
se reunió un grupo literario de poetas castella­ de las calidades de las donas; Carvajales*, el
nos, aragoneses y catalanes que entraron en poeta con mayor número de composiciones en
contacto con lo más destacado del R enaci­ este Cancionero — cuarenta y cinco poemas— y
miento italiano, y abrieron así el cam ino a las maestro en el arte de las serranillas — digno dis­
influencias italianas. Esta recopilación se rea­ cípulo del marqués de Santillana*— , Juan de An-
lizó, seguram ente, en N ápoles después de la dújar*, uno de los escasos poetas alegóricos de
muerte del rey, y ha tomado el nombre de Lope esta recopilación, Mosén Juan de Villalpando, cu­
de Stúñiga, com endador de G uadalcanal, por­ rioso porque es el único poeta del siglo xv que,
que el libro está encabezado por un poem a después de Santillana, hizo sonetos, aunque en
suyo, si bien él no fue el colector. La poesía de arte mayor, y Juan de Dueñas*, autor de versos
este Cancionero es m uy d istinta de la del de políticos y de la fantasía alegórica Nao de Amor.
Baena, ya que se produce un retorno a los te­ 6) Cancionero general: recopilación llevada a
mas más desolados de la poesía amorosa, tales cabo por Hernando del Castillo* hacia 1510 y pu­
como la indiferencia de la dama, la separación, blicada en Valencia en 1511. En ella se contienen
la ausencia y la desesperación del amante, más novecientas sesenta y cuatro composiciones de
153 CANEIRO

ciento veintiocho poetas conocidos junto a otros CANDEL, Francisco (Casas Altas, Valencia, 1925)
anónimos. La mayoría pertenecen a la Corte de Novelista. De formación autodidacta, fue mecá­
los Reyes Católicos, salvo una pequeña parte de nico, decorador y viajante, y, a causa de una en­
autores de los reinados de Juan II y Enrique IV. fermedad, pudo dedicarse a la lectura, actividad
Temáticamente, los poemas se agrupan en asun­ gracias a la cual descubrió su vocación literaria.
tos de devoción, canciones glosadas, romances, En su obra, marcada por un antiesteticismo sin
invenciones, villancicos, preguntas y burlas. Es­ concesiones, se ha ocupado de cuestiones sociales
tas últimas se imprimieron, desde 1519, por sepa­ con un tono marcadamente popular y didáctico.
rado como Cancionero de obras de burlas provo­ Entre sus numerosísimos títulos, destacan: Hay
cantes a risa. El Cancionero general fue una de una juventud que aguarda (1956), Donde la ciu­
las obras de más éxito del siglo xvi, y a ella se dad cambia su nombre (1957), Han matado a un
añadieron nuevos poemas en las sucesivas reim­ hombre, han roto un paisaje (1959; reed. 2002)
presiones, por ejemplo ciento sesenta y siete poe­ Temperamentales (1960), Los importantes: pue­
mas en la edición de Toledo de 1520. Esteban de blo (1961), Los importantes: élite (1963), Sala de
Nájera imprimió, en 1554 en Zaragoza, una se­ espera (1964), Treinta mil pesetas por un hombre
gunda parte del Cancionero general titulada Can­ (1969), Los que nunca opinan (1971), Hemos sido
cionero general de obras nuevas hasta ahora no traicionados (1982), El juramento y otros relatos
impresas, en el que ya alternan las formas métri­ (1987) y Donde la ciudad cambia su nombre
cas españolas con las «toscanas», como él las (1998) Es autor, asimismo, de ensayos como Los
llama. Entre los poetas más destacados que se in­ otros catalanes (1964), Viaje al rincón deAdemuz
cluyen en este cancionero están nombres conoci­ (1968), Ser obrero no es ninguna ganga (1972),
dos como Sánchez de Badajoz*, Gómez M anri­ Un chamego en el Senado (1979) y Los otros ca­
que*, Jorge Manrique*, Alvarez Gato*, Juan de talanes veinte años después (1985), entre otros.
Mena* o Montoro*, entre otros.
Deben mencionarse, además de los cancioneros CÁNDIDO -> Véase ÁLVAREZ, Carlos Luis.
estudiados aquí, algunos otros de carácter musi­
cal, entre los que destacan el Cancionero musical CANEIRO, Xosé Carlos (Orense, 1963)
de los siglos x v y xvi, editado por Asenjo Barbieri Novelista y poeta en lengua gallega. Licenciado
en 1890, el Cancionero particular de Juan del En­ en Geografía e Historia y en Filología, se trata de
cina*, el de Upsala, el Libro de música, de Luis un autor influido por otros tan dispares como
Millán, otro de igual título, de Diego Pisador, el Borges, Pessoa, Cortázar o Neruda, así como por
Libro de música intitulado Orphenica lyra, de compatriotas como Cunqueiro* o Torrente Ba-
Miguel de Fuenllana, la Silva de sirenas, de Enri­ llester*. En sus obras mezcla lo culto y lo popu­
que de Valderrábano, el Delfín de música, de Luis lar, jugando con referentes m etaliterarios, así
de Narváez, y el Cancionero poético-musical del como con la propia sonoridad o con las semejan­
siglo xvil, compilado por Claudio de la Sablonara, zas semánticas de las palabras. Destacan sus no­
entre otros muchos, y que merecen atención pues velas O infortunio da soidade (1992), galardo­
incluyen numerosos estribillos, canciones y vi­ nada con el Premio Xerais, Un xogo de apócrifos
llancicos, formas poéticas de extraordinaria im­ (1997) — Un juego de apócrifos (2000)— , con la
portancia, como ya hemos señalado. que había obetido los premios Torrente Ballester
en 1996 y el Nacional de la Crítica en lengua ga­
CANCIONERO DE AJUDA Véase C A N C IO ­ llega en 1998, Tal vez m elancolía (1999), que
NERO. mereció el Premio García Barrios, Os sáculos da
lúa (1999), Ébora (2000), que ganó los Premios
CANCIONERO DE BAENA -> Véase C A N C IO ­ Blanco Amor y Eixo Atlántico y que se editó
NERO. en español en 2002, y A rosa de Borges (2000)
— La rosa de Borges (2001)— , con la que obtuvo
CANCIONERO DE COLOCCI-BRANCUTI -> en 2000 el Premio Risco de Literatura Fantástica.
Véase C ANCIO NERO . A todo ello hay que añadir, además del volumen
de relatos Triloxía dos tristes (2002), los poema­
CANCIONERO GENERAL -> Véase C A N C IO ­ rios Da túa ausencia (1991), Premio Celso Emi­
NERO. lio Ferreiro, Estación Sur (1994), Premio Cidade
de Ourense, A Valgada triste do amor (1997;
CANCIONERO DE PALACIO -> Véase C A N C IO ­ reed., 2001), Premio Xohán Carballeira, y
NERO. ¿Aínda soñas con piratas? (1999), así como la
guía fotográfica A memoria de Ourense: álbum
CANCIONERO DE STÚÑIGA Véase CA N C IO ­ de postais (galego-españiol-inglés) (1999) y el
NERO. ensayo biográfico Jorge Luis Borges (2002).
CANEL 154

CANEL, José -> Véase DÍAZ FERNÁNDEZ, José. tología de textos fonéticos (1964), Pronunciación
española (1987) y, aparecido postumamente, Re­
CANEL LADRÓN DE GUEVARA, Ignacio (M a­ franero español: refranes, clasificación, significa­
drid, 1968) ción y uso (2001), y de ediciones de clásicos espa­
Prosista. Licenciado en Filología Hispánica por la ñoles y traducciones de autores extranjeros, así
Universidad Autónoma de Madrid, es narrador y como obras colectivas en cuya redacción participó,
poeta inédito, así como creador de la editorial destaca por obras narrativas como las novelas Pe­
Nuevos escritores. Colaborador de Pedro Beltrán* nal de Ocaña (1965) y La verdadera historia de
en algunos de sus textos más recientes, es autor de Montesín (1972), los Cuentos populares asturia­
la traducción de la obra de William V. Moore Gue­ nos (1978) y Del folklore asturiano (Leyendas,
rras indias de los Estados Unidos (1993; 2 vols.) cuentos, tradiciones) (1983), a los que hay que aña­
y de una Antología de fábulas (1994), en la que dir obras infantiles como El tío Tanón, la tía Tana y
compara las diferentes versiones que se han ido la historia de Tanín (1944), Suca y el oso (1944) y
sucediendo a lo largo de los siglos. Ha partici­ Montesín (1996), escrito en bable, así como el libro
pado, asimismo, en la redacción del Diccionario postumo de memorias Malia, M añanita y yo
de artistas madrileños y colabora asiduamente en (1999) y una Antoloxía (2002) de sus textos.
las revistas Arteguía y La escritura.
CANITROT, Prudencio (Pontevedra, 1882-Ma-
CANELO, Pureza (Moraleja, Cáceres, 1946) drid, 1913)
Poetisa. Inició su actividad literaria precozmente. Novelista. Colaborador de El Liberal, destacan
Estudió el bachillerato en Salamanca y Madrid, y sus novelas Suevia (1909), Rías de ensueño
Turismo, para dedicarse, finalmente, al Magiste­ (1910) y La luz apagada (1913).
rio. Es diplomada en Literatura Infantil y ha cola­
borado en revistas como Caracola y Poesía Espa­ CANO, Carlos (Murcia, 1846-?)
ñola, además de fundar y dirigir, a partir de 1999, Poeta. Con una poesía dedicada prioritariamente
la colección «Poesía en Madrid». En sus poemas a su tierra, destacan sus poemarios Versos ale­
se aprecia un lenguaje nuevo, cercano al surrea­ gres, fruta del tiempo (1888), Hojarasca litera­
lismo*, a través del cual muestra su delicadeza y ria, versos y artículos (1903) o Muestras sin va­
ternura, así como el dolor del recuerdo. No obs­ lor (1905). Fue autor, además, de obras en prosa
tante, ecos de la poesía de la Generación del 50* como En serio y en broma (1907) y de numero­
han ido incorporándose a su poesía, mucho más sos artículos periodísticos.
comprometida con la realidad y, en gran medida,
con la incorporación de hondas reflexiones meta- CANO, Harkaitz (Lasarte-Oria, G uipúzcoa,
poéticas sobre la escritura misma, en la que cabe, 1975)
asimismo, una contemplación del tiempo como Poeta y narrador en euskera. Se trata de uno de los
pérdida de la juventud. Entre sus poemarios desta­ más firmes valores de la actual narrativa vasca, si
can: Celda verde (1971), Lugar común (1971), ga­ bien sus inicios fueron en el ámbito de la poesía.
lardonado con el Premio Adonais, El barco de Como narrador, sus relatos nacen de anécdotas de
agua (1974), Habitable. Primera poética (1979), la cotidianidad, lo que le da pie para, a través de
Espacio de emoción (1981), La encina dulce ejercicios de imaginación desbordante, adentrarse
(1982), Vega de la paloma (1984), Tendido Verso en los vericuetos de la realidad, de lo fantástico y
(segunda poética) (1986), Pasión inédita (1990) y lo misterioso con despuntes de una finísima ironía.
No escribir (1999), que obtuvo el Premio Ciudad La mayor parte de sus poemas están incluidos en
de Salamanca. Además del Adonais, ha recibido la antología Yo es otro. Es autor, asimismo, de los
los premios Juan Ramón Jiménez de Poesía y Sara cuentos incluidos en Enseres de ortopedia inútil.
Navarro de Cuentos.
CANO, Javier (Jaén, 1973)
CANELLADA LLAVONA, María Josefa (Infiesto, Poeta. Cuidadoso con las formas poéticas, se
Asturias, 1913-Madrid, 1995) trata de un autor que se sirve de una simbología
Ensayista y narradora. Doctora en Filología por la ruinosa, parques vacíos y fríos, calles desiertas,
Universidad de Madrid, especializada en fonética y etc., para abordar las angustias del alma. Destaca
dialectología y profesora universitaria, fue la mujer el poemario Lugares para un exilio (2002).
de Alonso Zamora Vicente* y en 1986 ingresó en
la Real Real Academia Española. Colaboró con Pe­ CANO, José Luis (Algeciras, Cádiz, 1912-1999)
dro Salinas* en la revista Indice y con Tomás Na­ Poeta y crítico literario. Licenciado en Derecho
varro Tomás* en el Laboratorio de Fonética del y Filosofía y Letras en Madrid, participó en las
Centro de Estudios Históricos. Además de nume­ revistas Insula, de la que fue fundador y secreta­
rosos ensayos, entre los que merece citarse su A n­ rio, y Litoral, fundó la colección «Adonais» de
155 CANO Y MASAS

poesía, cuyo premio se ha ido convirtiendo en re­ rias, cargo al que renunció. Destacó como defen­
ferente de la m ejor lírica del siglo xx, y fue sor de la independencia de las órdenes religiosas
miembro de honor de la Hispanic Society de frente al rey y como creador de la teología posi­
Nueva York, de la Institución Femando el Cató­ tiva. Deben citarse sus obras Tratado de la victo­
lico de Zaragoza y delegado en España del Cen­ ria de sí mismo (Valladolid, 1550), comentario a
tro Internacional d ’Etudes Poétiques. Fue uno de una obra italiana condenada por la Inquisición, y
los defensores de la literatura republicana du­ el volumen en que se plantea su teología: De lo-
rante el franquismo, así como de los autores de cis theologicis libri dnodecim (Salamanca, 1563).
la Generación del 27*, concepto que muchos
consideran que se debe a él. Asimismo, impulsó CANO, Vicente (Araamasilla de A lba, Ciudad
la poesía andaluza de posguerra y defendió siem­ Real, 1927)
pre la libertad del creador frente a las modas o Poeta. Director del Grupo Literario Guadiana y
las imposiciones del poder. Poeta silencioso y al de la revista poética Manxa, fue crítico literario
margen de los circuitos literarios, se tornó me­ del diario Lanza de Ciudad Real. Es autor de poe­
lancólico; sus poemas no escapan ni a la tradi­ marios como: Inquietud (1969), Cuando nunca
ción romántica ni al influjo de los barrocos anda­ sea tarde (1979), Gentes de luz y de asombro
luces, com binación que los dota de un lirismo (1984) y Amor es una lluvia (1986), con algunos
delicado y profundo. Como creador poético es­ de los cuales ha conseguido diferentes premios
cribió: Sonetos de la bahía (1942), Voz de la provinciales y regionales.
m uerte (1945), Las alas perseguidas (1946),
Otoño en Málaga y otros poemas (1955), Luz del CANO BALLESTA, Juan (Murcia, 1932)
tiempo (1962) y la compilación Poesías comple­ Ensayista y crítico. Profesor universitario, desta­
tas: 1942-1984 (1986). A su excelente y prolífica can obras suyas como: La poesía de Miguel Her­
labor como crítico, traductor, biógrafo y anto­ nández (1962), La poesía española entre pureza
logo, se debieron, además de ediciones de nume­ y revolución, 1930-1936 (1972), Maestros del
rosos autores, títulos como: Antología de poetas cuento español moderno (Nueva York, 1974),
andaluces contemporáneos (1952), De Machado M iguel Hernández, el hombre y su poesía
a Bousoño (1956), Poesía española del siglo XX (1974), Literatura y tecnología: las letras espa­
(1960), Poesía de Antonio Machado (1961), Fe­ ñolas ante la revolución industrial, 1900-1933
derico García Lorca (1962), El tema de España (1981) y Mariano José de Larra (1982).
en la poesía española contemporánea (1964), El
escritor y la aventura (1966), La poesía de la ge­ CANO Y CUETO, Manuel (M adrid, 1849-Má-
neración del 27 (1970), Premio Fastenrath de la laga, 1916)
Real Academia Española, Lírica española de hoy Dramaturgo y narrador. Estudió Derecho en Se­
(1974), H eterodoxos y prerrom ánticos (1975), villa y fue diputado conservador, ocupó diversos
Vicente Aleixandre (1982) y Los cuadernos de cargos públicos y fundó varios diarios, entre los
Adrián Dale (1991). que destaca El Liberal. La sucesión de desgra­
cias familiares terminaron por volverle loco y
CANO, Juan Luis (Madrid, 1960) murió en un psiquiátrico de Málaga. Entre sus
Narrador. Conocido por formar parte de un fa­ obras destacan: Leyendas y tradiciones de Sevi­
moso dúo cómico, Gomaespuma, antes había tra­ lla (1875), Tradiciones sevillanas (1895-1897; 8
bajado en la radio, así como en diversas publica­ vols.), las zarzuelas Guerra en el extranjero
ciones, entre ellas ABC. En 1986 fundó, con su (1873), Estrella la gitana (1874), Los rosales de
compañero humorista, Guillermo Fesser, Goma- Mañara (1874), el drama Un cuento de Ronces-
espuma Producciones, y desde entonces han pu­ valles y las novelas Páginas de un libro, Un
blicado discos, libros y cómics, organizado festi­ cuento extravagante, Un enfermo y un loco y
vales de cine y m úsica e incluso fundado una Manuel Ituveron.
escuela en Calcuta. Apasionado de los toros y el
flamenco, debutó con una novela de corte tau­ CANO Y MASAS, Leopoldo (Valladolid, 1844-
rino, Hincaíto (2000), en la línea de la picaresca* Madrid, 1934)
y honda en el análisis de los perdedores. Dramaturgo y poeta. Militar de brillante carrera
— llegó a general de división y a ocupar diversos
CANO, Melchor (Tarancón, Cuenca, 1509-To- cargos— , fue miembro de la Real Academia Es­
ledo, 1560) pañola desde 1910. Su producción dramática si­
Tratadista. Dominico y teólogo, estudió Artes y gue las líneas de Echegaray* con sus pasiones
Teología en Salamanca, donde fue catedrático y desbordadas, y en ella destacan obras como: El
tuvo como alumno a fray Luis de León*. Parti­ más sagrado deber (1877), Los laureles de un
cipó en Trento y fue nombrado obispo de Cana­ poeta (1878), La opinión pública (1878), El có­
CÁNOVAS DEL CASTILLO 156

digo del honor (1881), La pasionaria (1883), La (1925-1927; 4 vols.), El amor en el «Cantar de
trata de blancas (1887), Gloría (1888), ¡Velay! los Cantares» (1930), Los judíos en la literatura
(1895), Máter dolorosa (1904) y una obra ante­ española (Buenos Aires, 1937), en el que, en
rior, pero que debe aislarse en su producción, ya diez breves estudios, repasaba la presencia y pro­
que se mantiene ajena a los influjos de Echega- tagonismo judío en las letras hispánicas, y Verde
ray, La mariposa (1879), de marcado tono sim­ y dorado en las letras americanas (1947), ade­
bolista. Sus poesías, mayoritariamente satíricas, más de sus títulos como creador, muchos de ellos
aparecen en Saetas (1887). en una línea exótica y decadentista, entre los que
deben citarse El candelabro de los siete brazos
CÁNOVAS DEL CASTILLO, Antonio (M álaga, (1914), sentencias poéticas en prosa ordenadas
1828-Santa Águeda, Guipúzcoa, 1897) de acuerdo con el alfabeto hebreo, las novelas El
Novelista, ensayista y poeta. Abogado e impor­ pobre baby (1915), La encantadora (1916), El
tante político liberal, presidente del Partido eterno milagro (1918), La madona del carrusel
Conservador, fue diputado, gobernador, m inis­ (1920), En la tierra florida (1921), La huelga de
tro y, por fin, presidente del G obierno. Murió los poetas (1921), El m ovim iento V. P. (1921),
asesinado por el anarquista italiano Angiolillo. obra fundamental para entender su relación con
Hombre de gran cultura, nunca dejó de prestar la vanguardia y su posterior distanciamiento de
atención ni a las letras ni a la Historia, y entre ella, El madrigal infinito (1922) y Las lumina­
sus obras se cuentan la novela histórica La cam­ rias de Hanukah (1924), amén de las poesías de
pana de Huesca (1852), El solitario y su tiempo Odas inmortales, que firmó con el seudónimo de
(1883), biografía de su tío Serafín Estébanez Juan Las. Los últimos años del siglo xx supusie­
Calderón*, los ensayos históricos Estudios del ron una constante reivindicación de su figura, de
remado de Felipe IV (1888) e Historia de la de­ tal modo que, en 1982 y 1985, se editaron dos
cadencia de España (1910), poesías, de interés volúmenes de Memorias bajo el título de La no­
menor, y un volumen titulado Estudios litera­ vela de un literato (reed. 1995); en 1998, se pu­
rios (1868). blicaron otros dos nuevos tomos, en esta ocasión
con toda su Obra crítica; y en 1999 se rescató
CANSINOS ASSENS, Rafael (Sevilla, 1883-Ma- del olvido Goethe: una biografía y se editó una
drid, 1964) selección de cuarenta y siete poemas inéditos, La
Ensayista, novelista y poeta. Fue uno de los au­ rueda del destino y otros poemas, escritos a par­
tores más influyentes en el desarrollo de las van­ tir de mediados de los cincuenta y en donde
guardias (véase VANGUARDISMO) en España. amor, tiempo, vejez y muerte constituyen el eje
Desde muy joven mantuvo, ya en Madrid, con­ temático principal. En 2002 apareció una novela
tactos con autores modernistas como Marquina*, autobiográfica inédita titulada Bohemia, una
Martínez Sierra* y los hermanos Machado*, y suerte de crónica de recuerdos, conversaciones y
colaboró en Renacimiento, Prometeo, fundada escenas a veces en la línea de la mencionada no­
por Gómez de la Serna*, y Helios, las revistas li­ vela de un literato. Su obra y personalidad influ­
terarias más im portantes del momento, además yeron decisivamente en autores importantes, en­
de dirigir Cervantes, fundada por Villaespesa*, tre los que quizá deba destacarse al argentino
desde la que se convirtió en el principal impulsor Jorge Luis Borges, que siempre lo consideró su
del ultraísmo* en nuestro país y promover otras maestro.
como Grecia, Ultra y Persea. Colaboró también
en los diarios El Imparcial, El País y La Tribuna, CANTAR DE GESTA
entre otros. Tras la guerra, sumido en un forzado Obras épicas en verso, agrupadas en tiradas, de
e injusto anonimato, se dedicó, fundam ental­ origen popular o anónimo, compuestas para ser
mente, a la traducción de grandes obras y auto­ cantadas en público por los juglares. Esta cir­
res, como el Corán, Las Mil y una noches y a cunstancia es la que determina que no haya lle­
Dostoievski. En general, puede decirse que, si gado hasta nosotros prácticam ente ninguna, ya
bien es cierto lo dicho sobre su relación con las que, una vez aprendida la copia original, esta era
vanguardias, no lo es menos que en su obra tras­ innecesaria. Contamos, eso sí, con tres ejemplos
luce, como ha señalado Luis Antonio de Vi- memorables: el Cantar de M ió C id * conser­
llena*, un vínculo profundo con el Modernismo* vado en la Biblioteca Nacional de M adrid, en
simbolista. Destacan sus obras críticas y ensayís- un manuscrito del siglo xiv que recoge un texto
ticas: Cervantes y los israelitas españoles del xii o xiii; Roucesvalles, conservado en el Ar­
(1916), Poetas y prosistas del novecientos chivo Municipal de Pamplona en texto y manus­
(1919), Ética y estética de los sexos (1920), Sa­ crito del xiv, y el Mocedades de Rodrigo, m a­
lomé en la literatura (1920), Los temas literarios nuscrito y texto del siglo xiv en la Biblioteca
y su interpretación (1924), La Nueva Literatura Nacional de París. Se trata de una poesía narra­
157 CANTAR DE GESTA

tiva, con valor aseverativo, que defiende los va­ Es gracias a las crónicas*, que registraron mu­
lores de una colectividad. El poema heroico, chos de los Cantares de gesta debido a su carác­
épico — o, con otra denominación, la epopeya— ter histórico, que tenemos noticia de su existen­
se relaciona de manera realista con la historia o cia, aunque sea de una manera parcial, si bien
la leyenda. Su extensión puede ser diversa: hay esta fuente nos permite conocer los temas. Así,
cantares breves y epopeyas breves y largas. Hay, es en las Crónicas donde aparecen prosificados
además, dos categorías fundamentales, en fun­ cantares como el de la hija del conde don Julián,
ción del público al que van dirigidas y de la tra­ el de Sancho II de Castilla, el de los siete infan­
dición, en la épica de todos los tiempos: la épica tes de Lara, el de la condesa traidora, el de los hi­
erudita y la oral-popular. La prim era es propia jos del rey Sancho de Navarra, el de Bernardo
de la literatura escrita, de condición heroica pero del Carpió, el de la mora Zaida, el de Mainete, el
con un sentido peculiar del heroísmo relacio­ de Fernán González y el de la gesta del abad de
nado con el sentido de la acción de determ ina­ Montemayor, siendo a través de sus reconstruc­
das sociedades; a esta categoría pertenecen ciones históricas la única manera como podemos
obras como la Eneida o La Araucana. La oral- conocer de su existencia.
popular, por el contrario, es propia de la litera­ Hay que señalar que los Cantares de gesta eran,
tura oral, y se corresponde con sociedades que habitualmente, escritos en los mismos días en
gozan de un patrón heroico de conducta, y es a que se había producido el hecho histórico que re­
este grupo al que pertenecen los poemas épicos lataban, aunque existe una diferencia temporal, a
que aparecen en los orígenes de las lenguas veces de varios siglos, entre el hecho histórico y
modernas, tales como el Cantar de Mió Cid, la los cantares que han llegado hasta nosotros, he­
Chanson de R oland u obras clásicas com o la cho este que da lugar a transformaciones. Puede
Iliada y la Odisea. Es en la Edad Media cuando esquematizarse el proceso de escritura de estos
aparece un nuevo género épico que usa como cantares del siguiente modo: acontecimiento his-
vehículo de expresión las nuevas lenguas ro ­ tórico-formación de la leyenda-elaboración del
mances, mientras que el latín se mantiene como cantar de gesta. En lo referente a la formación de
lengua de cultura vinculada a la Iglesia. Los nú­ estos cantares, también existen varias teorías, de
cleos épicos fundam entales son: en Francia, las cuales las dos más importantes — que men­
Carlomagno; y en España, los sucesos y perso­ cionaremos aquí de manera breve— son las de
najes de los siglos vm y x. De tal suerte, puede Menéndez Pidal y la del filólogo francés Joseph
establecerse de manera resum ida un cuadro de Bédier. El primero defiende la hipótesis cono­
obras en función de dichos núcleos: cida como «tradicionalista», según la cual son la
— Ciclo francés: Roncesvalles y Bernardo del oralidad y la colectividad los factores que domi­
Carpió. nan la tradición. Para Menéndez Pidal, estas
— Ciclo de los condes de Castilla: Siete infantes obras son de inspiración popular y laica en desa­
de Lara, Condesa traidora, Romanz del infant rrollo continuo desde la época visigótica. Hay,
García y Poema de Fernán González. efectivamente, un primer poeta, creador anó­
— Ciclo del Cid: Cantar de Mió Cid, Sancho II y nimo, al que van sumándose otros que refunden
M ocedades de Rodrigo. el texto y lo van recreando paulatinamente en re­
En cuanto al origen de estos Cantares de gesta, lación con la simultaneidad de los hechos y su
cabe decir que se han establecido diferentes teo­ colectivización popular. Por el contrario, Bédier
rías. Hay historiadores de la Literatura que pien­ considera predominante la individualidad del ar­
san que este se encuentra en Francia, es el caso tista — de ahí que su propuesta se conozca como
del filólogo galo Gastón París, que se refiere a la «individualista»— , cuyo anonimato es pura ca­
semejanza métrica entre las epopeyas española y sualidad. Para él, el influjo de la colectividad so­
francesa; otros creen que fue la epopeya musul­ bre el creador es meramente accidental: todas las
mana la que influyó decisivam ente en Europa, literaturas se inician por una obra genial que abre
para lo que se basan en ciertos episodios de la nuevos caminos.
Chanson de Roland y en el nombre mismo del Podemos establecer, esquemáticamente y para
Cid, tal como defendió en su día Julián Ribera y concretar fechas, una cronología que nos sirva de
Tarrago*, y, por último, está la hipótesis de Me- guía para los cantares de gesta. Así, la formación
néndez Pidal*, considerada la más correcta, del género se produciría desde antes del siglo x
quien rebatió las anteriores teorías defendiendo hasta 1140, y se caracterizaría por cantares bre­
la pervivencia de ciertas leyendas y motivos ger­ ves en los que predominan temas ya menciona­
mánicos en algunos romances y cantares españo­ dos como don Rodrigo, Fernán González y la
les. La desaparición de los Cantares de gesta condesa traidora. A partir del año 1140, fecha del
puede situarse a mediados del siglo xn, fecha en Cantar de Mió Cid, se inicia un periodo de pleni­
la que se fueron incorporando a la historiografía. tud que va hasta 1236, fecha en que se data el
CANTAR DE MIO CID 158

Chronicon Mundi, y que está marcado por la in­ escogido, a lo que se une una frenética actividad
fluencia francesa y por poemas más largos y guerrera contra los enemigos tradicionales, así
perfectos, como se ve en los casos que se refie­ como un constante peregrinaje o búsqueda sim­
ren a Bernardo del Carpió y la mora Zaida. En­ bólica. El tono es elevado, la actitud del poeta se­
tre 1236 y mediados del siglo xiv es cuando se ria o moral, y el estilo apropiadamente sublime
producen las prosificaciones de las Crónicas, al estar implicadas personas principescas, gran­
para iniciarse una decadencia que va hasta me­ des hazañas y un prestigio nacional o de raza. El
diados del xv; es esta una fase en la que se in­ mundo de la épica es, por lo general, varonil, y
troducen elementos novelescos o legendarios, en él dominan, incluso frente al amor y las deli­
un fuerte dramatismo y la glorificación del hé­ cadezas cortesanas, el caudillaje o el código mi­
roe, además de producirse el fraccionamiento de litar. El héroe suele encontrarse en una situación
los largos poemas épicos en romances. La difu­ comprometida, temporal o injustamente pros­
sión de estos cantares se debió al mester* de ju ­ crito de la sociedad, y capacitado, en su relativo
glaría, pues eran los juglares quienes, reco­ aislamiento, para mostrar su grandeza y llevar a
rriendo pueblos y castillos, recitaban ante el cabo hazañas que le aseguren su retorno a una
público congregado en su presencia las leyendas sociedad que le aclamará, beneficiándose, al
aprendidas de memoria. Los juglares teníkn que tiempo, de su regreso o, si el héroe muere, de su
entretener a un público muy variado, circunstan­ ejemplo. Por eso resulta fácil que un poema
cia por la que se veían obligados a hallar asun­ épico se convierta en un documento vital de la
tos de interés general tales como la memoria herencia cultural del país, y cree un héroe nacio­
poética de los héroes pasados y presentes, rela­ nal. Asimismo, y para certificar la im portancia
tos de hechos ficticios pertenecientes a un fondo del género, debe recordarse que los románticos
legendario común, argumentos que procedían de decimonónicos trataron de recrear esta tradición,
la iglesia y otras novedades con que remozar su del mismo modo que harían después poetas
repertorio. Técnicam ente, además de señalar como Antonio M achado* o Federico García
que, debido a su destino para ser transmitido Lorca*.
oralmente, su composición está relacionada con
el carácter narrativo, cabe decir que la métrica CANTAR DE MIO CID
que predomina es la del octosílabo, o bien ver­ Obra maestra y casi única de la épica medieval
sos de dieciséis sílabas descom puestos en dos española, que pertenece al periodo de culm ina­
hemistiquios octosílabos que enlazan con los de­ ción de la épica castellana, un momento cuyo
más en rima asonante, estructura que supondrá rasgo distintivo es el influjo que reciben los ju ­
el origen del romance. No obstante, la irregula­ glares españoles por parte de los poemas épicos
ridad de la métrica lleva a que en algunos casos, franceses, una influencia que se produce parale­
por ejemplo en el Cantar de Mió Cid, predomine lamente al desarrollo autóctono de los poemas
el verso de catorce sílabas. españoles, marcados estos por rasgos que les son
En cuanto a los temas, hay que señalar que estos propios, caso de la sobriedad en el uso de la fic­
cantares narran la acción propia de un héroe, ción y el realce más humano que mítico del hé­
siendo la literatura la encargada de expresar la roe. No obstante, existen una serie de datos que
admiración del público a través de una poesía de suelen manejarse para certificar el mencionado
acción y aventuras, de valientes empresas y no­ influjo francés: el alargamiento de los poemas o
bles ejemplos. Existe, entre el público y los per­ el uso de ciertos procedimientos retóricos como
sonajes de la narración, una comunión ideoló­ las anáforas, las locuciones épicas de tipo formu-
gica. Son poemas de esperanza que aparecen, lístico, los episodios fantásticos, etc.
generalmente, cuando un pueblo es activo, pro­ Por lo que se refiere a la datación y autoría del
gresivo, confiado en su poder y seguro de su mi­ Cantar de Mió Cid, este se conserva en un m a­
sión. El héroe — personaje propio de un periodo nuscrito de pergamino, en octavo y en gótica cur­
en el que concurren circunstancias históricas que siva del siglo xiv, fechado en 1307 y firmado por
focalizan la necesidad del género, tales como, en un tal Per Abbat* que «le escrivio», si bien en los
España, la conquista de los visigodos, los prime­ m anuscritos m edievales «scripsit» significaba
ros centros de resistencia contra los árabes, las copiar. En opinión de Menéndez Pidal*, este ma­
luchas independentistas de Castilla contra León, nuscrito era un cuadernillo de juglar, aunque en
el Cid, etc.— tiene un ideal y debe superar una las tapas aparecen unas traducciones latinas que
serie de obstáculos para conseguir su fin y alcan­ pueden remitir a un origen culto y demostrar que,
zar plenamente su grandeza. Este personaje man­ lejos de tratarse de un cuadernillo, estamos ante
tiene contactos con una divinidad que, además un códice. En cuanto a la fecha de su aparición,
de enaltecerlo, puede añadir un sentim iento de es controvertida y depende de la teoría en que se
misión sobrenaturalmente inspirada a un pueblo apoyen las investigaciones. Por un lado, Pidal y
159 CANTAR DE MIO CID

los neotradicionalistas defienden que dicha fecha sentido poético, como plantean Smith y Spitzer.
sería 1140, es decir cincuenta años después de la Menéndez Pidal reconocía una serie de elemen­
muerte del héroe, y que el poema estaría escrito tos ficticios, caso de la oración de Jimena y la vi­
por juglares laicos. Según esta hipótesis, surgen sión del arcángel, del episodio del león o del de
dos posibilidades: una primera que fija la fecha las arcas, a los que, sin embargo, hay que añadir
en 1140 y que atribuye el texto a un juglar mozá­ otros como los dos matrimonios de las hijas del
rabe de Medinaceli fiel a la historia y sin influjo Cid o el cantar completo de la afrenta de Corpes.
eclesiástico; otra que defiende la existencia de No cabe duda de que estos ejemplos, en los que
dos juglares, uno nativo de San Esteban de Gor- se pone en práctica la fabulación, son esenciales
maz y autor de una primera versión en 1110, y un para entender la trayectoria ascendente del hé­
segundo que, en 1140, habría reelaborado el roe. En ellos, no obstante, se intenta ofrecer una
texto con un carácter más novelesco. Frente a es­ im presión de verosimilitud, una verosimilitud
tos planteamientos de los neotradicionalistas, es­ que es artística y no histórica, ya que el poema
tán las teorías de los conocidos como individua­ no está tan próximo a los hechos como pretendía
listas, los cuales sitúan la fecha hacia finales del Pidal. En este sentido, la presencia de ciertos
siglo xii o principios del xiii, hablan de una auto­ personajes desempeña un papel decisivo. Así, el
ría laica y de un origen culto, de la relación di­ poeta pretende un contraste dramático total entre
recta con el monasterio de Cardeña y de que el los infantes, que aparecen siempre juntos, consti­
poema estaba destinado a la difusión oral. En tuyendo de este modo una personalidad única,
este sentido, C. Smith defiende la idea de una son cobardes y materialistas, carecen de madu­
tradición oral previa a los primeros testim onios rez y dependen uno de otro de manera siniestra,
escritos y que el autor no era un clérigo, sino un y el Cid; otros, como los judíos o el conde de
jurista. Y, en tercer y último lugar, además de los Barcelona, tienen una función humorística, algo
neotradicionalistas, defensores de un origen oral, que, en general, en la épica estaba permitido, ya
y de los individualistas, que lo son de un origen que solían introducirse fragmentos cómicos
escrito, están los defensores de una teoría ecléc­ como relajación. Al propio tiempo, la mujer y las
tica, encabezados por Deyermond, quien afirma hijas aportan una visión humana del héroe: una
que es la obra de un poeta culto que emplea las mujer leal y amante y unas hijas que funcionan
técnicas orales y que compone el poema para ser como un solo personaje.
difundido por los juglares. Estos últimos teóricos Del tema y estructura del poema hay que decir
defenderían, por tanto, que existió una tradición que, a través de una línea argumental de gran
o unas técnicas o una difusión oral, mientras que sencillez, aborda la pérdida y restauración del
el poema fue escrito por un clérigo o un jurista honor del Cid: desterrado injustamente, aban­
culto. Como se ve, la cuestión es polémica y ha dona su hogar y a su familia, y, en compañía de
dado lugar a las más variadas interpretaciones. unos cuantos seguidores, se dirige a tierra de mo­
En relación con el argumento del Poema, es ros, donde triunfa en sus conquistas y recupera el
claro que pretende relatar las hazañas realizadas favor del rey, que casa a las hijas del Cid con los
por el caballero Rodrigo Díaz de Vivar (h. 1043- infantes de Carrión, quienes las afrentan, razón
1099). Debe aclararse que, dado que la historia por la cual el Cid recibe una satisfacción, de ma­
sobre el Cid quedó rigurosam ente establecida nera que este morirá con su riqueza y poder in­
por M enéndez Pidal en La España del Cid, el tactos, así como con el honor vengado y su suce­
poem a resulta un testim onio de la fama que de sión asegurada en un linaje distinguido. A través
su vida pública y privada dejó este valeroso ca­ de la mencionada trama, se suceden una serie de
pitán. El autor del texto épico elige de la com ­ temas dramáticos fundamentales, como son la
pleja personalidad de Rodrigo algunos aspectos ascensión del Cid al poder, el poder mismo, el
relacionados con la virtud, basada en la fe en honor, la justicia, la lucha, el dinero, la fidelidad
Dios, la lealtad a su rey, la justicia en su señorío, al rey, el valor y la bondad del guerrero, el amor
el amor familiar o el valor en el combate. De tal a la familia, la preponderancia castellana y la in­
suerte, don Rodrigo se convierte en héroe en vir­ tegridad en su triple sentido feudal, social y cris­
tud de sus actos, los cuales dem uestran su no­ tiano, todo ello tratado desde una perspectiva de
bleza; es así como deja de ser necesario desorbi­ ejemplaridad creíble, tanto en el rango humano
tar el sentido de los hechos que se narran como en el social. Sea como fuere, el tema prin­
recurriendo a excesos fantásticos. La cuestión cipal se refiere a la ruptura de un equilibrio ini­
del realismo, por tanto, y pese a que muchos de cial que, al final, se verá restablecido con el
los personajes y sucesos políticos y militares son triunfo del Cid, es decir por la intervención del
reales y se desarrollan en zonas geográficas héroe, que es el responsable de que se perpetúe
constatables, se reduce, pues, a si se le da priori­ el sistema feudal, ya que el Cid jam ás se rebela
dad al sentido historicista, como hace Pidal, o al contra este, ni siquiera después de ser expulsado
160
CANTAR DE MIO CID

del mismo, sino que pretende reintegrarse. Ob­ truida sobre versos de diez sílabas absoluta­
viamente, el personaje central es el Cid, el héroe mente regulares.
que, como tal, aglutina en su persona una serie En otro orden de cosas, pero íntimamente rela­
de valores esenciales: es de una fortaleza física cionado con los rasgos poéticos, está la presen­
infrecuente, valiente en la batalla, hábil y pru­ cia de ciertos dialectismos, de palabras arcaicas
dente estratega militar, constante, generoso, ca­ y de rasgos fonéticos y sintácticos que llevaron a
riñoso con su mujer y sus hijas y, además, pro­ Menéndez Pidal a ubicar el texto en la zona bur­
fundamente piadoso. Todo ello, no obstante, galesa. El rasgo gramatical más interesante es la
dentro del más riguroso realismo, ya que se trata libertad con que se emplean los tiempos verba­
de cualidades que son posibles en el hombre. La les, propia de la épica y constante en los roman­
más destacada de sus virtudes es, sin embargo, ces, siendo el más abundante el presente histó­
la mesura, cualidad que no es propiam ente rico, en virtud del cual se vivifica la acción.
épica, sino más cívica que militar, y que, lejos Asimismo, es abundante la presencia de un vo­
de estar proyectada al pasado heroico, aparece cabulario técnico, sobre todo el derivado del
proyectada al futuro en relación con la familia, árabe y del latín, con menor contribución del pro-
la ley y el Estado. venzal, vocabulario al que se suma la presencia
Por lo que respecta a la forma y la m étrica del de elementos eruditos como el hipérbaton, las in­
poema, hay que decir que, en su estado actual, versiones poéticas de los elementos verbales, el
consta de tres mil setecientos treinta versos, aun­ ablativo absoluto o la amplificado en parejas si­
que se sabe que faltan uno o dos folios al co­ nónimas de palabras, oraciones, etc. En líneas
mienzo del manuscrito y uno o dos más en el in­ generales, el poeta adapta la práctica de la épica
terior, lo que implica que completo debía de oral tradicional, consiguiendo un texto en el que
tener poco menos de cuatro mil versos. Cada predominan la economía, la simplicidad y la cla­
cantar forma una unidad adecuada para la repre­ ridad de estilo. Aunque no abundan las descrip­
sentación oral, lo que, sin embargo, no contra­ ciones, encontramos una escena como la de Cor-
dice la teoría más extendida de que el poema pes, en la cual se aprecia un fino ejemplo de arte
tiene una unidad textual que rem ite a un único descriptivo. La épica es, prioritariamente, narra­
autor. La estructura métrica es de gran sencillez: tiva, pero es también arte dramático, de manera
los versos están agrupados en párrafos que en­ que el elemento teatral es muy fuerte, máxime en
cierran una misma idea y que se conocen como un caso en que quizá se tratara de una semirre-
laisse, serie o tirada. Dentro de cada tirada, la presentación. Así, vemos cómo el discurso di­
asonancia, que es una técnica antigua que ofre­ recto se combina con la cesión de la palabra a los
cía grandes ventajas para la improvisación en la propios personajes, rasgo que le da a la obra vida
tradición oral, es casi continua. Existían ciertos y modernidad. Su carácter oral se aprecia, entre
momentos para cerrar la tirada y cambiar de aso­ otras muchas fórmulas que el poeta adapta de la
nancia: cuando la narración da paso al discurso tradición oral, en las llamadas de atención al au­
directo, o viceversa, cuando empieza una nueva ditorio, en las técnicas de insistencia y, sobre
escena o cuando el locutor inicia un nuevo tema. todo, en el epíteto épico, aplicado en ocasiones,
Las asonancias más comunes eran ó, á, á-o, á-a. de manera automática, al héroe, y en otras for­
En cuanto a la «é paragógica» el asunto es muy mado por frases de uso más personal aplicadas a
discutido. Parece verosímil que la tradición oral personajes secundarios o a lugares, como sucede
de la épica había cantado o recitado sus versos con «Castiella la gentil». En este sentido, la apa­
colocando la -e paragógica después de la vocal rición constante de ciertos motivos y fórmulas
acentuada al final de un verso, haciendo de esta contribuye a la mencionada hipótesis de la auto­
manera todas las asonancias dobles e iguales. A ría única del poema.
menudo, la -e adicional representaba un re­ Un aspecto im portante del poema, que ha dado
cuerdo de la -e existente en los infinitivos y lugar a no pocas especulaciones, es el que parte
nombres latinos (-e etimológica), que todavía se de cierta crítica, como la realizada por Menéndez
pronunciaba en el siglo x en Castilla. Cualquiera Pelayo, que veía en sus versos la encamación del
que fuese su origen, era una licencia poética espíritu castellano y primera manifestación de la
muy usada en un género que tenía sus rasgos y conciencia nacional en tiempos en los que se es­
convencionalism os arcaicos. Se trata, en todo taba forjando el ser mismo del pueblo español.
caso, de versos de longitud irregular que tienen Frente a esta interpretación, Spitzer defiende
una cesura bien marcada que sirve para contras­ que el Cid es la encarnación del espíritu caballe­
tar o equilibrar los hemistiquios. Ello responde a resco europeo más que del castellano en particu­
que la épica española se construyó sobre un sis­ lar. Entre tanto, Pidal observa que, aunque el
tema de acentos más que sobre un cómputo de poema recoge el espíritu caballeresco castellano,
sílabas, lo que la diferencia de la francesa, cons­ no es nacional por el patriotismo manifiesto, sino
ló l CAÑADAS

por su calidad como retrato del pueblo donde se nando el Magno, con sus hermanos: García, Al­
escribió. En estrecha relación con este asunto fonso VI, Elvira y Urraca, a la que cercará en Za­
está el de la valoración personal del Cid, que ha mora; finalmente, Sancho, que tiene al Cid como
dado lugar a interpretaciones variadas según se fiel vasallo, será asesinado por Vellido Dolfos.
le considere motivado por intereses económicos
o por intenciones políticas y religiosas. Algunos CANTELLI, Marcos (Bimenes, Asturias, 1974)
críticos de tendencia marxista han visto en él una Poeta. Crítico literario en diferentes publicacio­
clara propaganda de la clase feudal dominante, nes, sus poemas han aparecido en revistas como
de manera que el interés por la épica perdura La ortiga, Solaría o El signo del gorrión. En la
mientras se mantiene la sociedad que la crea. Es­ línea poética de otros poetas como Juan Larrea*,
taríamos ante una obra que ejemplifica el mundo Antonio Gamoneda*, Miguel Casado*, Miguel
orgánico del feudalismo, ya que, en el orden po­ Suárez* u Olvido García Valdés*, se trata de un
lítico, se refleja la diferencia de intereses entre autor en quien la melancolía dibuja los contor­
Castilla y León, quedando clara la propaganda nos de una realidad cotidiana que constante­
castellana. En el orden social, se nos muestra el mente evoca la infancia o las emociones perdi­
enfrentamiento de la pequeña nobleza, o burgue­ das con poemas breves cuya condensación
sía embrionaria, con la oligarquía aristocrática supone como fogonazos del recuerdo. Hay que
cortesana, mientras que, en el orden estricta­ mencionar su primer libro: Reunión (1999).
mente heroico, los ideales del Cid son los que
triunfan y, por lo tanto, existe implícitamente una CANTERA BURGOS, Francisco (M iranda de
ideología triunfante. En esta línea de razona­ Ebro, Burgos, 1901-1979)
miento, está claro que el poema sería una evi­ Ensayista. Doctor en Derecho y en Filosofía y Le­
dente propaganda del sistema feudal, de manera tras, fue catedrático de Hebreo y miembro de la
que la veracidad histórica no sería tan importante Academia de la Historia. De su vastísima produc­
como el ensalzamiento de la figura del Cid y, con ción, más de 1.360 títulos, destacan sus ensayos
él, de una determinada ideología. Fuero de Miranda de Ebro (1943), sus estudios
Arias Montano y fray Luis de León (1946), Versos
CANTAR DE RONCESVALLES españoles en las muwassahas hispanoárabes
Cantar de gesta del siglo xill del que nos han lle­ (1949) y Alvar García de Santa María (1952). Es­
gado un centenar de versos, en dos folios sueltos cribió, asimismo, una versión de La Biblia (1947).
en pergamino, que editara y estudiara Ramón Me­
néndez Pidal* en 1917 — y revisara en 1948— . Se CANTIGAS DE AMIGO -> Véase LÍRICA MEDIE­
trata de la primera manifestación española del ci­ VAL.
clo carolingio en un fragmento de métrica irregu­
lar que tiende a los hemistiquios de siete sílabas, CANTIGAS DE AMOR -> Véase LÍRICA M EDIE­
igual que sucede en el Cantar de Mió Cid*, y en VAL.
el que el castellano se ve enriquecido por ciertos
elementos navarro-aragoneses, puesto que debió CANTIGAS DE ESCARNIO Y MALDECIR -»Véase
de ser escrito en Navarra. Cuenta, en seis tiradas, LÍRICA MEDIEVAL.
el descubrimiento de los cadáveres del arzobispo
Turpín, de Oliveros y Roldán por parte de Carlo- CANTÓ VILLAPLANA, Gonzalo (Alcoy, Alicante,
magno, aunque en una versión enteramente 1859-Madrid, 1931)
opuesta de la que ofrece la Chanson de Roland. Dramaturgo. Autor del género chico*, firmaba
Junto al m encionado Cantar de Mió Cid, es el con los seudónimos Gustavo Cantares y Gallo
único testimonio conservado de la épica española. Canta. En colaboración con Arniches*, estrenó
Casa editorial (1888), Ortografía (1888), El
CANTAR DE SANCHO II fuego de san Telmo (1889), La leyenda del monje
Poema de naturaleza épica del que existen dos ver­ (1890), Las guardillas (1890) y Los mosteases
siones relacionadas con los ciclos de los condes de (1893). Con López de Saa*, escribió El armero de
Castilla y del Cid*. La primera de ellas surge de la Florencia, drama histórico, y colaboró, también,
Crónica Najerense, en la cual se funden una ver­ con Parellada*. De forma individual, es autor de
sión vernácula y una latina, un Carmen de morte El asistente del coronel (1898) y El maño (1906).
sanctii regis; la segunda proviene de la Estoria de
España. En líneas generales, y salvo algunas va­ CAÑADAS, Aureliano (Almería, 1936)
riaciones de una versión a otra — así como res­ Poeta. Entre sus obras hay que destacar: Nunca
pecto a la que aparece en la Crónica de Castilla y llegará el olvido (1979), Lengua para hablar
en la Crónica de veinte reyes— , se cuenta las lu­ solo (1985), Oscuros son los signos (1990) y
chas de Sancho, primogénito tras la muerte de Fer­ Dios menor (1993).
CAÑAS 162

CAÑAS, Dionisio (Tomelloso, Ciudad Real, rodias metafísicas y literarias, si bien no intenta
1949) imitar su estilo puramente literario, que de todos
Poeta. Catedrático de Literatura en la Universi­ modos permanece como único e inimitable. Ca-
dad de Nueva York, es un autor cuyas preocu­ ñeque es autor de literatura sin duda culta y
paciones sociales se manifiestan en su poesía honda, de evidentes dificultades formales y exi­
con especial atención a cualesquiera tipos de gente con el lector, a quien se le pide que sepa
marginados. En sus versos, además, siem pre adentrarse en un determ inado curso de m ean­
existe un subsuelo de profundas reflexiones so­ dros formales, así como en sorprendentes pro­
bre el amor, en las que se conjugan sensaciones puestas arguméntales, pero basada en una sátira
como el deseo y el miedo, a través de la combi­ de los usos sociales, sobre todo de los mundos
nación de formas y ritmos poéticos en las que académicos, que dota a sus textos de un sentido
el verso tradicional convive con la prosa poé­ del hum or refinado pero, sin duda, altam ente
tica. Poeta de la experiencia, aunque no adscrito irónico. Algunos críticos han señalado las in­
a la corriente que con tal nom bre se erige, en fluencias de David Lodge y de Roger Peyrefitte
sus versos la ternura deviene en coloquialismo, en sus textos. Entre sus obras destacan: Dios en
en narratividad, y la originalidad no se sirve de Am érica (1988), Bienvenido Mr. Berlanga
juegos vanguardistas. Se trata de un modo de (1993), escrito con Maite Grau, El pensamiento
afrontar la experiencia de lo real dando cuenta político en sus textos (1994), Fundamentos de
de la pasión y sensualidad de lo vivido, así ciencia política (1994) y Conversaciones sobre
como de la memoria de las propias raíces cultu­ Borges (1995). Con su prim era novela, Quién
rales, ejercicio que en su caso contrasta con la (1997), ganó el Premio Nadal, una sátira labe­
clara preocupación por la vida urbana. De sus ríntica, y en cierto sentido experimental, que in­
obras poéticas, destacan: El olor cálido y acre daga en el mundo literario, en la creación
de la orina (1977), El ave sorda y otros poemas misma, según unos modos narrativos que beben
(1980), Lugar, río Hudson (1981), La caverna no poco en las fuentes de su admirado Borges.
de Lot (1981), Los secuestrados días del amor Posteriores son M uertos de amor (1999), paro­
(1983), El fin de las razas fe lices (1987) y En dia sobre el melodrama y la novela rosa, y Con­
lugar del amor (1989), a los que hay que añadir ductas desviadas (2002), a las que hay que aña­
los poemas en prosa de El gran crim inal dir un relato dirigido a un público juvenil, El
(1997), en los que canta, con la amargura de la pequeño Borges imagina la Biblia (2001), des­
contradicción emocional, a la ciudad de Nueva bordante de fantasía y en el que se centra en el
York, y Corazón de perro (2002). Es autor, asi­ mundo del escritor argentino.
mismo, y además de diferentes ediciones de la
poesía de autores como José Hierro*, Claudio CAÑETE, Manuel (Sevilla, 1822-Madrid, 1891)
Rodríguez*, Gil de Biedma* o Francisco Bri- Poeta, dram aturgo y crítico. Católico m onár­
nes*, de ensayos como: Poesía y percepción quico y miembro de la Real A cadem ia E spa­
(1984), El fin de las razas fe lic e s (1987), Los ñola desde 1857, colaboró en las revistas La
tigres se perfuman con dinamita (1992), Tome­ Ilustración Española y Americana y El M anza­
lloso en la frontera del miedo (1992), El poeta nares, entre otras. Fue un autor contrario a las
y la ciudad (1994) y Memorias de un mirón. Vo- innovaciones y, en este sentido, atacó dura­
yeurismo y sociedad (2002), ameno estudio de m ente tanto el neorrom anticism o de Echega-
las modalidades del voyeurism o en diferentes ray* como el liberalismo de Clarín*. Destacan
épocas históricas y en el que incluye, además su obra Poesías (G ranada, 1843), los dram as
de una extensa documentación, no pocas expe­ históricos El duque de Alba (1845), Un rebato
riencias personales y confesiones íntim as al de Granada (1845) y Los dos Foscaris (1846),
respecto. y sus estudios Sobre el drama religioso español
antes y después de Lope de Vega (1862) y Tea­
CAÑEQUE, Carlos (Barcelona, 1957) tro español del siglo x vi (1885). Asim ism o,
Narrador. Doctor en Filosofía y en Sociología editó la obra de autores como Lucas F ernán­
por las universidades Autónoma y Complutense dez*, Agustín de Rojas*, Francisco de la Cueva*
de Madrid, en la que, además, se doctoró en y otros.
Ciencia Política, es profesor de Historia del Pen­
samiento Político en la Universidad Autónoma CAÑIZARES, Diego de (segunda mitad del si­
de Barcelona. En sus textos se aprecia la influen­ glo xv)
cia, pero sobre todo el interés intelectual, por la Traductor. Conocido por las traducciones que
figura del escritor argentino Jorge Luis Borges, hizo de una novelita, versión de los Siete sabios
de quien toma buena parte de sus complejos de Roma*, y de una carta al deán de Sigüenza,
mundos filosóficos, así como muchas de las pa­ Diego López.
163 CARANDE

CAÑIZARES, José de (Madrid, 1676-1750) mujer (1974) y Dietari de prudencias (1985). Es


Dramaturgo. M ilitar, censor de comedias y em­ autora, asimismo, de piezas teatrales como Tu i
pleado del duque de Osuna, es uno de los conti­ Vhipócrita (1960) y Vent de garbí i una mica de
nuadores del gongorism o en la lírica y de las por (1965).
formas calderonianas en la comedia. La m ayo­
ría de sus obras, de tono popular, son adap­ CAPMANY SURIS I DE MONTPALÁU, Antonio
taciones de otras anteriores y abundan en la de (Barcelona, 1742-Cádiz, 1813)
exageración de lo gracioso sin renunciar al ba­ Ensayista. Intentó ser militar, pero pronto se de­
rroquism o. D eben citarse títulos como: El dó­ dicó a la literatura y la política. Ocupó diveros
mine Lucas, El picarillo en España, señor de la cargos, fue secretario de la Academia de la His­
Gran Canaria; La más ilustre fregona, A cual toria y participó en las Cortes de Cádiz. D esta­
mejor, confesada y confesor; que escenifica la can sus obras Filosofía de la elocuencia (1771),
relación entre san Juan de la Cruz* y santa Te­ Memorias históricas sobre la marina, comercio
resa de Jesús*, y, la más exitosa, M arta la Ro- y artes de Barcelona (1779), Teatro histórico-
m arantina (1716). crítico de la elocuencia española (Madrid, 1780-
1794; 5 vols.), obra clave en la filología española
CAPARROS VALDERRAMA, Ignacio (M álaga, del siglo xviii, que supone una defensa de la lite­
1955) ratura española frente a los críticos de la enciclo­
Poeta. A utor en cuyos versos los sentim ientos pedia francesa, y Antiguos tratados de paces y
vienen abordados de manera que se convierten alianzas entre algunos reyes de Aragón y dife­
en el eje, explicación y razón del dolor de la rentes príncipes infieles de Asia y África (1786).
existencia. De tal suerte, la palabra es sangre y En 1987 se editó su Arte de traducir el idioma
vida, con ella recorre el mundo secreto de las co­ francés al castellano y, en 1988, Centinela con­
sas y, al hacerlo, bebe de fuentes como la poesía trafranceses.
de Vicente Aleixandre* o Luis Cemuda*. Es au­
tor de poem arios entre los que destacan: Cam­ CARAMUEL LOBKOWITZ, Juan (Madrid, 1606-
bio de agujas (1990), Scherzzo (1993), Sombra Vigevano, Lombardía, 1682)
de la sombra que soy (1993) y El cuerpo del de­ Tratadista. Estudió en Alcalá y Salamanca, y se
lito (1996). doctoró en Teología en Lovaina. Fue abad de
Melrose (Escocia) y de Dissemburg (Maguncia),
CAPMANY I FARNÉS, María Aurélia (Barce­ vicario general en Praga y obispo de Camparía y
lona, 1918-1991) Vigevano. Es uno de los grandes teólogos de su
Novelista y ensayista en lengua catalana. Licen­ tiempo, aunque no gozó del visto bueno de
ciada en Filosofía y Letras, enseñó en la Escuela Roma, que lo incluyó en el índice por su obra
de Arte D ram ático Adriá Gual, que había fun­ Apologema contra P. Fagnani (Lyon, 1633).
dado en 1960 y en la que, además, fue directora Otras obras suyas son: Mathesis audax (Lovaina,
escénica y actriz. Fue, asimismo, concejala so­ 1624), Primus Calamus... (Roma, 1663-1665; 2
cialista en el Ayuntamiento de Barcelona entre vols.) y Theologia moralis fundamentalis (Franc­
1984 y 1991. Su obra, tanto narrativa como en- fort, 1652), entre las más destacadas de su vastí­
sayística, es un estandarte del feminismo de pos­ sima producción.
guerra, preocupado por las vicisitudes de este
movimiento a lo largo de la dictadura franquista. CARANDE, Ramón (Patencia, 1887-Almendral,
Destacan sus novelas Necessitem m orir (1952), Badajoz, 1986)
L ’altra ciutat (1955), La pluja ais vidres (1963), Ensayista. Catedrático de Economía en Murcia y
titulada anteriorm ente, en 1948, El cel no és Sevilla, y miembro de la Academia de la Historia
transparent, por la que recibió el Premio Joanot desde 1948, es quizá el historiador español de la
M artorell, Bétúlia (1956), Ara (1958), El gust economía más importante de este siglo. Docto­
p e r la pols (1962), Un lloc entre els morts rado en Derecho en Madrid, fue amigo y segui­
(1967), Preio Sant Jordi, Feligment, jo sóc una dor de Francisco Giner de los Ríos*, y, a partir
dona (1969), Vés-te’n ianqui o si voleu traduít de 1911, fecha en la que amplía estudios en Ale­
de l ’america (1981), Lo color més blau (1982) y mania, comienza a interesarse en cuestiones de
Qui-Quina (1986). Entre sus ensayos, además de Economía Política. Escribió varios ensayos con­
sus estudios sobre Pedrolo* y Espriu*, deben ci­ siderados como fundamentales, entre los que se
tarse: La dona a Catalunya (1966), Pedra de toe cuentan: Carlos V y sus banqueros, cuyos tres
(1970 y 1975), El fem inism o ibérico (1970), es­ volúmenes — La vida económica de España en
crito en colaboración con Carmen Alcalde*, De una fase de su hegemonía: 1516-1556 (1943), La
profesión: m ujer (1971), El fem inism e a Cata­ Hacienda real de Castilla (1949) y Los caminos
lunya (1973), Comportamiento amoroso de la del oro y de la plata (Deuda exterior y tesoros
CARANDELL 164

ultramarinos) (1967)— suponen un estudio drid (1967), Los españoles (1968), Celtiberia
magnífico de la situación económica española en Show (1970), Celtiberia bis (1972), Tus amigos
la primera mitad del siglo xvi. Además de otros no te olvidan (1975), Vida y milagros de monse­
ensayos como Sevilla: fortaleza y mercado ñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei
(1926) y Siete estadios de Historia de España (1975), El show de sus señorías (1986), Las ha­
(1969), el relato de las muchas amistades con bas contadas (1997), una crónica de la España
personajes célebres de la cultura de su época está de los años cincuenta y sesenta, y el libro de via­
contenido en títulos como Una escolaridad con jes Viajes sin destino (1997), a los que hay que
vacaciones y cuatro maestros (1977), Personas, añadir el volumen de memorias El día más feliz
libros y lugares (1982), Galería de raros (1982) de mi vida (2000).
y, publicados postumamente, unas memorias, es­
critas entre 1935 y 1937, tituladas Recuerdos de CARAZO, Jesús (San Pedro, Burgos)
mi infancia (1987) y Galería de amigos (1989), Narrador. Profesor en un instituto de Burgos, vi­
libro en la línea de los anteriores dedicados a re­ vió en Francia y en el norte de África. Se trata de
memorar sus relaciones emocionales e intelec­ un autor que reflexiona sobre las contradicciones
tuales con figuras de su entorno. y paradojas de la pareja, sobre los sinsentidos del
sentimiento amoroso y la soledad de los aman­
CARANDELL, Josep Mario (Barcelona, 1934- tes, todo ello con un humorismo que, amén de la
2003) ironía, desarrolla una óptica divertida. Destacan
Ensayista, narrador, dramaturgo y poeta en len­ sus novelas La ciudad donde habita Caribdis
guas catalana y española. La obra de Josep M a­ (1987), Los límites del paraíso (1988), que fue fi­
ría Carandell i Robusté, centrada sobre todo en nalista del Premio Nadal, Secretum (1992), Des­
la divulgación de temas culturales y sociológicos pués de Praga (1998), Los abismos de la noche
de la cultura alemana, así como sobre numerosos (1999) y El soñador furtivo (1999), con la que
aspectos de su ciudad natal, se resum e en los obtuvo el Premio Elena Fortún. Es autor, asi­
cuentos de Historias informales (1973) y la no­ mismo, de novelas dirigidas a un público juvenil,
vela Princeps (1985), el poemario Víspera de como El círculo africano (1998), sobre las peri­
San Juan (1978), las obras de teatro Violeta pecias de un joven que colabora con una ONG.
(1980) y A les 20 hores, fútbol (1980), y numero­
sos ensayos, entre los que destacan: Peter Weiss. CARAZO, Juan de Dios (Torredonjimeno)
Poesía y Verdad (1968), Las comunas, alterna­ Narrador. Ingeniero industrial de profesión y au­
tiva a la fam ilia (1972), Guía secreta de Barce­ tor de una síntesis humorística de los N ueve li­
lona (1974), La Barcelona viva (1980), L ’Eixam- bros de la historia de Herodoto, destaca por las
ple (1982), Salons de Barcelona (1986), La novelas Aurora (1996), en la que, combinando la
Rambla i els seus misteris (1986), H istoria del literatura realista y la fantástica, con un gran do­
restaurant les Set Portes (1989) y La Pedrera. minio del diálogo y jugando con los mitos clási­
Cosmos de Gaudí (1989). cos, cuyo estilo remeda, construye una tragedia
sobre la identidad y se muestra como un gran co­
CARANDELL, Luis (Barcelona, / 929-M adrid, nocedor de los problemas psicológicos de la ju ­
2002 ) ventud, y La casa (1996), en la que recrea, en
Prosista. Abogado, fue, desde 1950, periodista de tono costumbrista, el mundo rural.
prestigio, trabajó como corresponsal para diver­
sos periódicos en países como Egipto, Siria, Is­ CARBALLO CALERO, Ricardo (El Ferrol, La C o­
rael o Japón, colaboró en Triunfo, Cuadernos ruña, 1910-Sanfiago de Compostela, 1990).
para el D iálogo e Informaciones, tres clásicos Ensayista, poeta, narrador y dramaturgo en len­
del periodismo del tardofranquismo, y en Diario gua gallega. Profesor de Literatura Gallega,
16 y El País ya a partir de la llegada de la demo­ hasta su jubilación en 1980, en la Universidad de
cracia, así como en diversos programas de tele­ Santiago, la misma en la que estudió Filosofía y
visión y radio. Fino e irónico comentarista polí­ Letras y Derecho, fue uno de los más prestigio­
tico en diferentes medios de com unicación y sos especialistas en la disciplina de la que era
cronista parlam entario en Televisión Española, maestro, y fue miembro de la Real Academia Ga­
se trataba de un hábil contador de anécdotas, re­ lega y del Partido Galeguista. Oficial del Ejér­
colector de pintadas, carteles, mensajes publici­ cito republicano durante la G uerra Civil, pasó
tarios, programas de radio, sabiduría popular, por prisión a su término. Como poeta es un autor
costumbres y todo de tipo de inform ación coti­ de profundas m editaciones metafísicas, de una
diana. De estilo ameno y ágil, pero dotado con poesía fuertem ente intelectualizada, de pensa­
una finísim a prosa, de español culto e inteli­ miento abstracto más que sentimental. En su fa­
gente, publicó obras de éxito como: Vivir en M a­ ceta narrativa es importante la presencia de su
165 CARNER I PUIG-ORIOL

ciudad natal y como ensayista es una de las figu­ CARDENAL CISNEROS -> Véase JIM ÉNEZ DE
ras fundamentales en el estudio de la lengua y la CISNEROS, Francisco.
literatura gallegas. De su abundante obra, desta­
can los estudios Setepoetas galegos (1955), Apor­ CARDENAL IRACHETA, Manuel (Madrid, 1898-
taciones a la literatura gallega contemporánea Las Palmas, 1971)
(1955), Contribución ao estudio dasfontes litera­ Ensayista. Fue compañero, en sus estudios de Fi­
rias de Rosalía (1959), Versos iñorados ou esque- losofía, de Ortega y Gasset* y García Morente*,
cidos de Eduardo Pondal (1961), Historia da lite­ catedrático de instituto y colaborador del Con­
ratura galega contemporánea (1963 y 1975), sejo Superior de Investigaciones Científicas.
Gramática elemental del gallego común (1966), Editó el Libro de la erudición poética (1946), de
Sobre lingua e literatura gelega (1971) y Do ga- Carrillo y Sotomayor*, una biografía de Gonzalo
lego e de Galiza (1990); las novelas A xente da Pizarro y, postumamente, un libro de memorias,
Barreira (1963), primera obra publicada en ga­ Comentarios y recuerdos (1972).
llego tras la Guerra Civil, Narrativa completa
(1984) y Scórpio (1987), que recibió el Premio CARDENAL SILÍCEO ^ Véase MARTÍNEZ SILÍCEO
Nacional de la Crítica; las obras de teatro Farsa MUÑOZ, Juan.
das zocas (1963), A arbre (1965), Auto do prisio-
neiro (1970) y A sombra de Orfeo (1971), inclui­ CARDILLO DE VILLALPANDO, Gaspar (Segovia,
das en Catro pezas (1971) y, con otras más, en 1527-Alcalá de Henares, Madrid, 1581)
Teatro completo (1984), y, desde luego, los poe­ Humanista. Ocupó cargos en la Universidad de
marios Trinitarias (1928), escrito todavía en espa­ Alcalá y en el Concilio de Trento, donde pronun­
ñol, Vieiros (1931), que marca el inicio de su pro­ ció un encendido discurso en el que se mostraba
ducción en gallego, La soledad confusa (1932), contrario a dar la comunión a los sajones. Des­
O silenzo axionllado (1934), Anxo de térra (1950), taca su Apología de Aristóteles, en donde queda
Poemas pendurados dun cábelo (1952) y Salterio claro su ferviente aristotelismo.
de Fingoy (1961), a los que hay que añadir las
recopilaciones Pretérito imperfeito, 1927-1961 CARDONA, Alonso de (Valencia, segunda mi­
(1980), Futuro condicional, 1961-1980 (1982), tad del siglo XV-p. del XVI)
Cantigas de amigo e outros poemas, 1980-1985 Poeta. Noble cuyos poemas estuvieron dedica­
(1986) y Reticéncias, 1986-1989 (1990). dos a la esposa del gobernador de Valencia, par­
ticipó en justas poéticas y se ocupó de rescatar el
CARBONELL, Raúl (Cárcer, Valencia, 1950) Romancero viejo. Sus versos están en el Cancio­
Poeta y novelista. Incluido en numerosas antolo­ nero general (véase CANCIONERO).
gías, deben citarse sus poemarios Espejos planos
(1981), Interior esencial (1982), Decir (1983), CARLÓN, José (León, 1954)
Viaje al océano (1984), N octurno sin consejo Poeta. Destacan sus libros A sí nació Tiresias
(1988), Fotogenia (1999) y Cantata al Valle de (1983), Los ojos del cielo, los labios del mar
Cárcer (2001). Es autor, asimismo, de las nove­ (1985) y El cenotafio de Newton (1990).
las Telón de fondo (1982), Bibelot (1992) y El si­
glo de los artistas (1994), galardonada con el CARLOS DE ARAGÓN ^ Véase V IANA, Carlos
Premio Valencia de novela Juan Gil Albert, así de.
como de la obra de teatro Dos funciones incohe­
rentes y una pieza de salón (1985), con prólogo CARNER I PUIG-ORIOL, Josep (Barcelona,
de Francisco Nieva*. 1884-Bruselas, Bélgica, 1970)
Poeta y narrador en lengua catalana. Colaboró en
CARBONELL, Reyes (Valencia, 1917) diferentes revistas con artículos políticos, litera­
Ensayista, poeta y narrador. Catedrático de Len­ rios y costumbristas, y se convirtió en uno de los
gua y Literatura españolas en la Universidad de más destacados representantes del movimiento
Pittsburgh en Estados Unidos, profesor de Arabe noucentista. Perteneció, desde 1920, al cuerpo
del Institute of African Affairs de dicho centro y diplomático, lo que le llevó a residir en diferen­
colaborador habitual en publicaciones tan pres­ tes ciudades de Costa Rica, Francia y Chile. Tras
tigiosas como Cuadernos Hispanoamericanos y la Guerra Civil, se exilió, primero en Bélgica y,
Papeles de Son Armadans, así como en otras ex­ después, en México, país en el que participó en
tranjeras, deben destacarse obras suyas como los la «Junta de Cultura Española» con José Berga-
poem arios Poem as en aire y tierra (1951) y mín* y Juan Larrea*. Considerado el gran reno­
Poem as del am or oscuro (1970), y el volum en vador de la poesía catalana, ensayó todas las for­
de relatos El hombre sobre el arm ario y otros mas expresivas imaginables, al tiempo que
cuentos (1967). m ostraba gran perm eabilidad a cualquier in­
CARNERO 166

fluencia. Él mismo muy influyente, sus prim e­ se imponían en toda la literatura de cierto pe­
ros poemarios, de inspiración modernista, resul­ riodo. Por el contrario, cuando la veta cultura-
tan algo juguetones, si bien su poesía, a partir lista se convirtió en mayoritaria, con los poetas
de los años cuarenta, se vuelve más sim bólica y que se conocían como «venecianistas», él dio un
profunda. Es el m omento en que, huyendo del giro hacia la metapoesía. Y al final, en los últi­
subjetivism o, consigue una visión de la reali­ mos años, ha sabido conciliar ambas corrientes,
dad, tanto social como intim ista, en la que des­ destruyendo el enfrentam iento que hubo entre
taca su capacidad para combinar ironía y pate­ los poetas vitalistas de los años ochenta y los cul-
tismo sin caer en el exceso. D estacan títulos turalistas de los setenta, aunque su poesía se
como Llibre deis poetes (1904), Primer llibre de aparta tanto de la «poesía de la experiencia»
sonets (1905) y Segon llibre de sonets (1907), como de la conocida como «de la nueva senti-
E lsfru its sabrosos (1906), Verger de les gala- mentalidad». Sus poemas se han movido desde
nies (1911), Les monjoies (1912),L a paraula en el verso libre y el metro impar, construido entre
el vent (1914), Auques i ventalls (1914), Bella alejandrinos y endecasílabos, hasta el soneto,
térra, bella gent (1918), L ’oreig entre les can- abordando siempre la experiencia cotidiana del
yes (1920), La inútil ofrena (1924), El cor in- individuo, concediendo un espacio profundo a
quiet (1925), Sons de lira i fla b io l (1927), El las emociones. En ellos, hay una tendencia al uso
veire encantat (1933), La prim avera al p oblet de un lenguaje fuertemente metafórico y un rico
(1935), N abí (1941), claro ejem plo de poesía simbolismo. En todo caso, y como él mismo ha
metafísica, y aquellos en los que se aleja defini­ escrito, con su obra rechaza lo que supone en
tivam ente del noucentismo: Paliers (1950), nuestros días «una poesía de obviedad y reitera­
Llunyania (1952), Arbres (1954), Abséncia ción, de simplicidad plana». En suma, la de Car­
(1957), Museu zoológic (1963), Bestiari (1964) nero es una obra que, aunque casi siempre ha te­
y El tomb de l ’any (1966). Fue, además de ins­ nido como ejes la crisis del sujeto, el nihilismo y
pirado y riguroso traductor de Shakespeare o la desconfianza intelectual, ha ido atravesando
Hans Christian Andersen — entre otros— , autor etapas que, en un primer lugar, remitía a la hiper-
de cuentos, con libros entre los que figuran: La culturalización de la lírica para, tras atravesar un
creació d ’Eva i altres contes (1922) y Les bon- periodo caracterizado por la angustia y el análi­
homies (1925). En 1974, apareció el volumen sis, metabolizados a través de la metapoesía y la
Escrits inédits i dispersos. reflexión sobre el propio lenguaje, y después de
un silencio de casi quince años, desembocar en
CARNERO, Guillermo (Valenciai, 1947) una intensificación de la ironía que, no obstante,
Poeta, ensayista y crítico. Estudió Económicas y se mantiene fiel a lo que determina globalmente
se doctoró en Filología Hispánica. Catedrático su poética: la lírica del análisis, un análisis ca­
de Literatura Española en la Universidad de Ali­ racterizado por la desolación ontológica, metafí­
cante desde 1986, ha enseñado asimismo en las sica, lingüística y existencial. Fue uno de los au­
de Virginia, Berkeley y Harvard, y es asesor de tores incluidos por Castellet* en su célebre
la Fundación Juan March, del Centro de Investi­ antología Nueve novísimos poetas españoles en
gación sobre los orígenes de la España Contem­ 1970. Entre sus libros fundam entales destacan
poránea en la Universidad París III y de publica­ los poemarios Dibujo de la muerte (1967), cen­
ciones como Insula o H ispanic Review, entre trado en el vacío y la fugacidad y que se reedita­
otras. Fue codirector de la colección «Clásicos ría con el mismo título, a modo de compendio,
Taurus» y dirige la revista Anales de Literatura en Dibujo de la muerte: obra poética (1998), El
Española. Una labor importante ha sido la de co­ sueño de Escipión (1971), Variaciones y figuras
ordinador de varios volúmenes de la Historia de sobre un tema de La Bruyére (1974), El azar ob­
la Literatura Española iniciada por Menéndez jetivo (1975), los cuatro reunidos en Ensayo de
Pidal*. Se trata de un autor contracorriente y de una teoría de la visión (1979), obra que marca,
fuerte personalidad, de una poesía difícil que re­ para muchos críticos, un cambio de etapa en la
fleja las contradicciones del lenguaje, y que se línea ya explicada más arriba, Música para fu e ­
convierte, a veces, en una metapoesía que refle­ gos de artificio (1989), cuaderno con tres poe­
xiona sobre la im posibilidad de aprehender la mas que se incluyen en Divisibilidad indefinida
realidad a través de la razón y que responde a una (1990), y Verano inglés (1999), que recibió los
triple exigencia: culturalismo, intimismo y refle­ premios de la Crítica, Nacional de Literatura y
xión o intelectualismo. Se trata de uno de los Fastenrath de la Real Academia Española, y que
poetas que en el enfrentamiento entre la concep­ supone una ruptura estilística, al aunar los dos
ción de la poesía como ‘vida’ o como ‘cultura’ mencionados conceptos que, en un principio, ha­
optó claramente por la visión culturalista, acaso bían originado una dialéctica de contrarios,
como reacción al exceso de socialrealismo que ‘vida’ y ‘cultura’, los cuales ahora se com ple­
167 CARO BAROJA

mentan a través de referentes siempre ‘cultos’, la ciencia y la magia. Mariano Cubí (en torno al
pero en una poesía de profundo y sentido ‘vita­ siglo XIX español) (1969), Nuevas reflexiones so­
lismo’ en la que la escritura se mueve por la geo­ bre el lenguaje (1972) y Desidia y otras lacras
grafía de la carne en una profunda reflexión so­ en el lenguaje de hoy (1983).
bre el amor máximo y en grado puro. Existen,
además, ediciones de su poesía completa de 1983 CARO, Rodrigo (Utrera, Sevilla, 1573-Sevilla,
y 1998. Entre los ensayos que ha escrito, m u­ 1647)
chos de ellos centrados en cuestiones de las que Historiador. Sacerdote y abogado que estudió en
es especialista, como la literatura española com­ Osuna y Sevilla, aficionado a la arqueología y re­
parada del siglo xviii, del xix y de las vanguar­ putado anticuario, cuya obra se centra, priorita­
dias, deben citarse: Espronceda (1974), El riamente, en estas cuestiones. Desempeñó diver­
grupo «Cántico» de Córdoba (1976), Los oríge­ sos cargos eclesiásticos y mantuvo amistad con
nes del rom anticism o reaccionario español afamados autores como Quevedo* o Andrés de
(1978), La cara oscura del Siglo de las Luces Uztarroz*. Destacan títulos como Antigüedad de
(1983) y Espejo de gran niebla (2002). Además, la villa de Utrera (Osuna, 1622; 2 vols.), El San­
se ha ocupado de la edición de obras de autores tuario de Nuestra Señora de la Consolación
como García M alo*, Jovellanos*, Pedro Mon- (Osuna, 1622), Antigüedades y Principado de la
tengón*, José de Espronceda* o Gil Albert*, en­ ilustrísima ciudad de Sevilla (Sevilla, 1634) o la
tre otros muchos. edición que, en 1627, hizo de la Historia de Fla-
vio Lucio Dextro. Otras obras suyas, de distinta
CARNÉS, Luisa (M adrid, 1905-M éxico, D. F , índole, son: Días geniales o lúdicros (Sevilla,
1964) 1626), diálogos en los que estudia las costum­
Novelista. Escritora autodidacta, se exilió en bres desde los iberos y que supone un interesante
México tras la Guerra Civil. Destacan sus nove­ documento del folclore en España, y, sobre todo
las Peregrinos de Calvario (Tres novelas cortas) la Canción a las ruinas de Itálica, en la que su
(1928), Natacha (1930), Tea Rooms (Mujeres vasta cultura y las reiteradas correcciones a que
obreras) (1934) y Juan Caballero (1956), todas la sometió dieron lugar a un todo técnicamente
ellas comprometidas socialmente; el ensayo Ro­ perfecto, aunque carente de las sutilezas propias
salía de Castro. Raíz apasionada de Galicia de una creatividad literaria. Esta última fue erró­
(1964) y varias obras teatrales. neamente atribuida a Francisco de Rioja*.

CARNICER, Ramón (Villafranca del Bierzo, CARO BAROJA, Julio (M adrid, 1915-Vera de
León, 1912) Bidasoa, Navarra, 1995)
Narrador y ensayista. Doctor en Filosofía y Le­ Ensayista. Sobrino de Pío Baroja*, doctor en
tras por la Universidad de Barcelona y profesor Historia y reputado etnógrafo, antropólogo y fol-
universitario, fue asiduo colaborador en las más clorista, colaboró con importantes instituciones
destacadas publicaciones españolas y extranje­ culturales y de investigación, públicas y priva­
ras. La nostalgia y la escaáez de innovaciones das, e impartió clases en numerosas universida­
técnicas caracterizan la obra de Camicer, que no des extranjeras. Educado en el Instituto-Escuela
publicó sus primeras narraciones hasta los cua­ de Madrid, estudió Filosofía y Letras en la Uni­
renta y nueve años: Cuentos de ayer y de hoy versidad Central, dirigió el Museo del Pueblo
(1961), libro con el que obtuvo el Premio Leo­ Español desde 1944 hasta 1955, fue miembro de
poldo Alas de Cuentos y al que siguieron las no­ las Academias de la Historia, de la Lengua
velas Los árboles de oro (1962), Nueva York: ni­ Vasca, de las Buenas Letras de Barcelona y de la
vel de vida, nivel de muerte (1970), También Real Academia Española, así como de numero­
murió M ancediño (1972) y Todas las noches sos organismos internacionales. De su obra, pro­
amanece (1979). Posteriormente, publicó la re­ lija, variada, rigurosa y amena, destacan títulos
copilación de artículos Tradición y evolución en como: Los pueblos del norte de la Península Ibé­
el lenguaje actual (1977), las memorias de Friso rica (1943), Los pueblos de España. Ensayo de
menor (1983) y los libros de viajes Donde las etnología (1946), Los moriscos del reino de Gra­
Hurdes se llaman Cabrera (1964), obra de fuerte nada (1957), Razas, pueblos y linajes (1957),
contenido crítico que analiza la situación de los Las brujas y su mundo (1961), Los judíos en la
habitantes de esa zona, Las Américas peninsula­ España moderna y contemporánea (1961-1962),
res. Viaje po r Extremadura (1986) y Del Bierzo El carnaval (1965), El señor inquisidor y otras
y su gente (1986). Entre sus ensayos, deben ci­ vidas p or oficio (1968), Ensayo sobre la litera­
tarse: Vida y obra de Pablo Piferrer (1963), que tura de cordel (1969), Inquisición, brujería y
fue galardonado con el Premio Menéndez Pelayo criptojudaísmo (1970), Los vascos y la historia a
del CSIC, Sobre el lenguaje de hoy (1969), Entre través de Garibay (1971; reed., 2002), el libro de
168
CARO BAROJA

memorias sobre su familia Los Baroja (1972), rón (1978). Como antologo, preparó la A ntolo­
De la superstición al ateísmo (Meditaciones an­ gía de la poesía erótica española de nuestro
tropológicas) (1974), Teatro popular y magia tiempo (1973) y Rafael Lasso de la Vega. Anto­
(1974), Introducción a una historia contemporá­ logía (1975).
nea del anticlericalismo español (1980), Vidas
poco paralelas (1981), El laberinto vasco CAROL, José (Martorell, Barcelona, 1929)
(1984), Escritos combativos (1985), Paisajes y Novelista y ensayista. Licenciado en Derecho
ciudades (1986), Historia de la Fisognómica: el por la Universidad de Barcelona, destacan sus
rostro y el carácter (1988), Terror y terrorismo novelas La riada (1966), Confesiones de un dro­
(1989), El diablo en España (1991), Las fa lsifi­ gado (1970), El parador (1979), galardonada
caciones de la Historia (1993) y la curiosa mis­ con el Premio Café Gijón, Y los hombres izaron
celánea Jardín de flores raras (1993), entre otros un arco iris (1979) y El fuego de la vida (1981),
muchos. Postumamente, se editó el volumen Los y los ensayos Entre la espada y la pared (1974),
mundos soñados (1997), que ya se había editado Cada día con M inerva (1976) y Treinta y tres
en vida del autor, aunque solo para los socios del viajes alrededor del Yo (1982).
Círculo de Lectores, en 1989 y en el que se reco­
gen numerosos dibujos del autor, con sus comen­ CARRANQUE DE RÍOS, Andrés (M adrid, 1902-
tarios y que supone una original y divertida auto­ 1936)
biografía. Su labor como investigador le ha Novelista. De formación autodidacta, fue miem­
valido la concesión de diversos premios, entre bro de la delegación española en el I Congreso
los que quizá destaquen el Nacional de las Letras Internacional para la Defensa de la Cultura, cele­
Españolas de 1985, y, en 1995, el prestigioso brado en París. De ideología anarquista, su acti­
Premio Príncipe de Viana concedido por el Con­ vismo político lo llevaría a la cárcel a raíz de la
sejo Navarro de Cultura. muerte de Eduardo Dato en 1920. Amigo de Pío
Baroja*, de él aprendió la agilidad y la descrip­
CARO BAROJA, Pío (M adrid, 1928) ción rápida, en pocas pinceladas, la concisión y
Narrador. Sobrino de Pío Baroja* y hermano de la espontaneidad en el uso del lenguaje y, desde
Julio Caro Baroja*, trabajó como guionista en luego, el poso amargo de cierta desolación, si
México, donde vivió la bohemia culta y trabó bien hay algo en él del populismo galdosiano. En
amistad con León Felipe* antes de regresar a Es­ su obra, de técnica realista y crítica con el poder
paña. Además de haber publicado el libro de poe­ y sus apoyaturas en los sectores intelectuales,
mas El romancillo del tío Miguelillo e viejas tro­ analizó la vida durante la República, llegando a
vas (1990), de tono alegre y festivo, es autor de convertirse en un precedente de la novela social,
un retrato de esa importante familia, Crónica ba- que tanto prestigio alcanzaría en España en los
rojiana (2000), en la que con prosa luminosa años cincuenta. No obstante, y además de un pre­
aborda la vida de sus componentes, siempre con cursor, lo cierto es que fue uno más de los auto­
una mirada melancólica y crepuscular, emocio­ res relevantes del realismo* social del periodo
nante, hacia los habitantes de la casa de Itzea. republicano, junto a César A rconada*, Joaquín
Arderíus, José Díaz Fernández* y Ramón J. Sen-
CARO ROMERO, Joaquín (Sevilla, 1940) der*. En sus textos, además de no poco de auto­
Poeta y ensayista. Periodista de profesión, co­ biográfico, está ya el embrión del espíritu exis-
menzó sus colaboraciones en prensa cuando era tencialista de ciertos autores de posguerra, así
un adolescente en El Correo de Andalucía, para como la secuencialidad cinematográfica de obras
continuar poco después en diarios y revistas como La colmena, de Camilo José Cela*, o La
como ABC, ínsula, La Estafeta Literaria o Ca­ noria, de Luis Romero*. Destacan sus novelas
racola, por citar solo algunos ejemplos. Junto a Uno (1934), prologada por el m encionado Ba­
Rafael Laffón*, en 1962, creó en Sevilla la co­ roja, La vida difícil (1935) y Cinematógrafo
lección de poesía «La M uestra». Deben recor­ (1936), así como el poemario Nómada (1923),
darse sus poemarios Espinas en los ojos (1960), con restos de un cierto Modernismo*, y el relato
El transeúnte (1962), El tiempo en el espejo De la vida del señor etcétera (1933). En 1970 se
(1966), galardonado con el Premio Adonais, editaron sus Cuentos y en 1999 su Obra com ­
Tiempo sin nosotros (1969), Vivir sobre lo vivido pleta, en la que, además de todas las obras men­
(Antología poética 1960-1970) (1970), libro pro­ cionadas, se incluyen artículos y cartas.
logado por Jorge Guillén*, El libro de las grayas
(1986) y Veinticinco poemas de auior{ 1989); en­ CARRANZA, Maite (Barcelona, 1958)
sayos como: Jorge Guillén (1974), Ronda (1979) Narradora en catalán y español. Profesora de Li­
y El legado de Grecia y Roma en la poesía de Se­ teratura y de Historia de Cataluña, ha escrito
villa (1981), y el relato Vida del Centauro Qui- guiones para la televisión, entre ellos una serie
169 CARRERO

biográfica sobre Josep Pía*, y es conocida como las amapolas, Cántico mercurial y la antología
autora de literatura infantil. No obstante, en su Palabra bajo protesta (1999). Es autor, asi­
obra para adultos, el amor y la ambición, la codi­ mismo, del ensayo Sender en su siglo (2001).
cia y el poder conforman los temas centrales, na­
rrados con abundancia de diálogos y mucho de CARREÑO, Alfonso (Murcia, 1932-1988)
guiones cinematográficos, algo que se ve en la Poeta. Autor de una poesía de profunda amargura,
función acotadora del lenguaje. De entre sus no­ que recuerda no poco a César Vallejo, en la que la
velas, por ejemplo: La insólita campanya (1987) metáfora de la muerte se construye siempre a par­
y Prohibit de ploure els dissabtes (1988) entre tir de elementos telúricos, huesos y ceniza. Desta­
otras muchas, destaca Sin invierno (1999), así can poemarios como Elegía para sí mismo (1955)
como numerosas obras para niños, entre las que y, aparecidos postumamente, La deshora del alba
pueden m encionarse El topo Timoteo y Susana y El tránsito de su huella (1999), volumen editado
Noseñor (1996), La princesa Julia (1997) y Vols por la asociación de amigos que lleva su nombre y
ser el novio de la meva germana? (2002). que quedó incompleto cuando la muerte sorpren­
dió al poeta mientras lo completaba.
CARRASCAL, José María (El Vellón, M ad rid ,
1930) CARRERE MORENO, Emilio (M adrid, 1881-
Novelista y ensayista. Estudió Náutica, Filoso­ 1947)
fía y Periodism o, enseñó español en Berlín y Poeta, novelista, dramaturgo, periodista y traduc­
fue corresponsal de prensa en Estados Unidos, tor. Se licenció en Filosofía y Letras, fue cronista
concretam ente en Nueva York, donde estuvo 24 oficial de la Villa de Madrid y oficial del Tribunal
años, adem ás de colaborar en diversos diarios de Cuentas del Reino. Autor madrileñista y cas­
como com entarista político. Asimismo, dirigió tizo, en sus poemas, de cadencia popular, canta
el informativo nocturno de Antena 3 Televisión dolorosamente la vida bohemia en los bajos fon­
y, en la actualidad, es colum nista del diario dos de Madrid, que él conoció bien, utilizando fi­
ABC. Su estilo, rigurosam ente realista, tiende guras históricas españolas y un tono modernista y
al costum brism o, aunque se m uestra sobrio y decadente, algo que se extiende a la casi totalidad
contenido, sin excesos retóricos y con una gran de su obra, así como la mirada costumbrista. Des­
agilidad en la construcción del relato. Su expe­ tacan sus poemarios El caballero de la muerte
riencia estadounidense le ha servido a menudo (1909), Del amor, del dolor y del misterio (1915),
com o motivo central de sus novelas. Además Dietario sentimental (1916), Nocturnos del otoño
de una antología de la literatura española, entre (s. a.), Los ojos de los fantasmas (1920) y La can­
sus novelas destacan: Groovy (1972), Premio ción de la calle y otros poemas (¿1931?). De sus
Nadal, El capitán que nunca m andó un barco novelas, centradas igualmente en los mundos
(1972), Cuarteto de máscaras (1976), Mientras marginales urbanos, deben citarse: La cofradía de
tenga mis piernas (1975) y Hasta que la muerte la pirueta (1912), La tristeza del burdel (1913),
nos separe (2003). Asimismo, deben citarse sus El reloj del amor y de la muerte (1915), Aventu­
ensayos USA Superstar (1974), C uatrocientos ras de Amber el luchador (1920), Las sirenas de
años triunfales (1981), La revolución del PSOE la lujuria (1923), el folletín* La torre de los siete
(1985), A l filo de la m edia noche (1993), jorobados (1924), que fue llevada al cine con
Nunca podrás volver a casa (1997), Cartas es­ éxito por Edgar Neville*, y La calavera de
pañolas a m i m ujer (1998) y R adiografía de Atahualpa (1925). Además, hay que recordar su
Franco (2000). comedia La canción de la farándula (1912) y la
excelente traducción de poemas de Verlaine — au­
CARRASQUER LAUNED, Francisco (A ragón, tor que le influyó notablemente-— Poemas satur-
1915) nianos. En 1952 se publicó una edición de sus
Poeta. Autor no dem asiado conocido, aunque Obras completas y, en 1999, una amplia Antolo­
cronológica y tem áticam ente forme parte de la gía que cubre todos los registros del autor madri­
Generación del 50*. En sus versos, herederos de leño. A ello hay que añadir, ya en 2001, una se­
la corriente culteranista, es constante la preocu­ lección de sus cuentos bajo el título de La casa de
pación por los problem as sociales y políticos, la cruz y otras historias góticas.
pero siem pre desde una perspectiva filosófica
más amplia en la que se incluye la experiencia CARRERO, Luis María (Madrid, 1967)
amorosa, im bricada en la propia existencia cí­ Novelista. Licenciado en Historia Moderna, es
vica y todo ello con un lenguaje de gran densi­ profesor de Inglés en Escuelas Oficiales de Idio­
dad y barroquismo que convierte su obra acaso mas desde 1973. Hay que mencionar su novela
en demasiado com pleja. Poemarios suyos son, La cámara de las maravillas (1997), galardo­
entre otros, Cantos rodados (1956), El lustro de nada con el Premio Juan Pablo Forner.
CARRETERO 170

CARRETERO, José María (Montilla, Córdoba, CARRILLO DE HUETE [o DE ALBORNOZ], Pedro


1888-Madrld, 1951) (Huete o Priego de Cuenca, finales siglo XIV-
Novelista. Colaborador en prensa, fue conocido ?, h. 1455)
por el seudónimo de El Caballero Audaz y al­ Cronista. Lo que se sabe de él — que estuvo al
canzó el éxito con novelas de tono folletinesco. servicio de Fernando de A ntequera y del rey
También realizó entrevistas a escritores y polí­ Juan II* como H alconero m ayor y de enviado
ticos y defendió con vehem encia el régim en en misiones políticas delicadas— es a través de
franquista, sobre todo en su novela Frente rojo su obra Crónica de Juan II, en la que narra,
contra España (1946). Destacan sus novelas La con gran rigor documental, hechos que no apa­
virgen desnuda (1910), De pecado en pecado recen en las crónicas oficiales, lo que llevó a
(1918), La bien pagada (1920), La venenosa Lope de Barrientos* a utilizarla a la hora de re­
(1927) y La Venus bolchevique (1932), entre dactar la suya.
otras muchas.
CARRILLO Y SOTOMAYOR, Luis (Baena, C ór­
CARRIEDO, Gabino Alejandro (Patencia, 1923- doba, 1582/1586-Puerto de Santa M aría,
Madrid, 1981) Cádiz, 1610)
Poeta. Célebre por haber organizado en Madrid, Poeta. Era hijo del presidente del Consejo de
en 1947, la última etapa del postismo*. Fundó, Hacienda de Felipe III, estudió en Salamanca,
con Angel Crespo* y Federico Muelas*, la revista fue caballero de Santiago, com endador de la
El Pájaro de Paja (1950) y, solo con Ángel Fuente del Maestre y cuatralbo de las galeras de
Crespo, Poesía de España (1960), tradujo a poe­ España. Sus poesías las recogió, un año después
tas brasileños y portugueses, y se mantuvo, de la de su muerte, su hermano Alonso bajo el título
mano de Crespo y Miguel Labordeta*, cerca de la de Obras (1611), en una edición tan repleta de
vanguardia. Su obra puede dividirse, según César errores que a los dos años la fam ilia publicó
Antonio Molina*, en dos etapas: una primera de otra. Sus versos, a veces de difícil interpreta­
combate, ligada a la poesía social (véase GENE­ ción y siempre portadores de nostalgia, se cen­
RACIÓN DEL 50), postista y experimental, en la tran en el mar como motivo principal, dentro de
que no faltan los tonos de un cierto tremendismo la tradición de los romances m arineros y las
expresionista; y una segunda, de corte existencial, églogas piscatorias. Se trata de una colección de
a la que se podría añadir otra de abstracción poé­ letrillas, romances, sonetos amorosos y m edita­
tica, influida por los modos líricos de los años se­ tivos, canciones en liras, dos églogas y la Fá­
tenta y a la que él llamó «concretismo». Su poe­ bula de Acis y Galatea, que, como señaló D á­
sía, evolucionada hasta alcanzar tonos meditativos maso Alonso* — quien publicó una edición de
y dubitativos que buscan el ser trascendente a tra­ sus poesías en 1936— , no fue plagiada por Gón­
vés de una poderosa carga simbólica, profundiza gora*, como se ha llegado a decir, en su «Poli­
en el desvalimiento que provocan la memoria, el femo». Pude apreciarse en los versos de Carrillo
tiempo, lo efímero y la eternidad. Con ella logró una cierta influencia de Garcilaso de la Vega*.
romper la monotonía imperante y contribuyó a re­ De entre sus pocas obras en prosa, destacan sus
novar el tratamiento de los temas gracias a impor­ traducciones de Séneca y Ovidio y el Libro de la
tantes hallazgos expresivos. Destacan sus poema­ erudición poética, en el que defiende el aleja­
rios Poemas de la condenación de Castilla miento de la vulgaridad, la lengua culta, aunque
(1946), La piño, sespera (1948), pero inédito hasta no oscura, y trata de conciliar las propuestas de
1980, Del nial, el menos (1952), El corazón en un Aristóteles y Quintiliano.
puño (1961), Política agraria (1963), claramente
situado dentro de la poesía social (véase GENE- CARRIÓ DE LAVANDERA, Alonso (Gijón, Astu­
RACÓN DEL 50) más panfletaria, Los animales vi­ rias, b. 1715-Lima, Perú, d. de 1778)
vos (1966), Los lados del cubo (1973) y la recopi­ Narrador. Administrador en las colonias y corre­
lación de sus poemas escritos entre 1948 y 1979, gidor e inspector de Correos en Perú, llegó a
titulada Nuevo compuesto, descompuesto viejo Nueva España en 1735, aunque pronto se tras­
(1981) y que fue preparada por el también poeta ladó a Lima, donde vivió hasta su muerte. Se le
Antonio Martínez Sarrión*. A su muerte, queda­ atribuye la autoría de El lazarillo de ciegos ca­
ron dos poemarios inéditos que se publicaron pos­ minantes... sacado de las memorias que hizo don
tumamente: Lembrangas y deslembranqas (1988), Alonso Carrió de la Vandera, por don Calixto
escrito originariamente en portugués, y El libro de Bustamante Carlos Inca, alias «Concolocorvo»,
las premoniciones (1999), donde alcanza sus má­ fechado en Gijón en 1773, si bien su edición
ximos tonos la elegía de la derrota. Debe mencio­ apareció en Lima en 1775 o 1776, siendo la edi­
narse, asimismo, el volumen de cuentos Las alas ción asturiana una falsificación que se suma al
cortadas (1959). hecho de que el autor se escude en ese supuesto
171 CARVAJAL

escribano B ustam ante, y que tiene su explica­ era Anacephalosis (h. 1455). De sus discursos,
ción en el miedo, debido a las críticas que apa­ sermones y comentarios sobre leyes, apenas se
recen en el libro referidas a la organización en recuerda ya nada, si bien debe citarse el Defen-
las colonias, a recibir sanción al ser Carrió un sorium unitatis christiane (1499), donde defen­
funcionario. La obra es como una guía del reco­ día a los judíos y conversos de las iras de los
rrido entre M ontevideo, Buenos Aires y Lima «cristianos viejos». Otras obras suyas son el Me-
cuyos contenidos picarescos han llevado a la crí­ moriale virtutum (1422), Doctrinal de caballe­
tica a clasificarla como novela. Ideológica­ ros (a. de 1445) y el Oracional (1454), todas
mente, su autor está a favor de los criollos y cen­ ellas tratados de tema moral, aparte de varias
sura la im itación de los m odelos europeos y, obras históricas, como Valerio de las historias y
como ya se ha dicho, a las instituciones colonia­ Compilación de las batallas campales, que pre­
les. El texto supone un referente importante para paró en vida pero que fueron redactadas, tras su
comprender las costumbres y demás caracterís­ muerte, por Diego Rodríguez de Almela*.
ticas del mundo colonial.
CARTAGENA, Pedro de (?, 1446-Loja, G ra ­
CARRIÓN, Ignacio (San Sebastián, 1938) nada, 1486)
N arrador. Estudió Periodism o en la U niversi­ Poeta. De familia de conversos, fue, no obstante,
dad de Valencia, ha trabajado como correspon­ oficial, consejero real, caballero y destacado par­
sal en Londres y W ashington para los diarios ticipante en los primeros días de la guerra de
A BC y D iario 16 y, en la actualidad, es redac­ Granada. Imitado por Garci Sánchez de Bada­
tor de E l País. A dem ás de libros de viajes joz*, es autor de un largo poema moral en el que
como India, vagón 14-24, Madrid, ombligo de aconseja a su padre que abandone los negocios
España y De M oscú a Nueva York, es autor del del mundo, el cual, junto al resto de su produc­
libro de relatos Klaus ha vuelto y de las nove­ ción, está incluido en el Cancionero General
las El milagro y Cruzar el Danubio (1994), que (véase CANCIONERO).
es la que le ha dado prestigio después de haber
conseguido con ella el Premio Nadal. Hay que CARTAGENA, Teresa (Burgos, 1420/1425?-?)
añadir, asimismo, la biografía sentimental A la­ Poco se sabe de esta monja, a quien se supone
bado sea yo. Una aproximación al sentir de los emparentada con Pablo de Santa María*, salvo
hombres (1998). que, con posterioridad a 1450, escribió dos
obras de profunda e íntima religiosidad, la A r­
CARTAGENA, Alfonso de (Burgos, h. 1386-Vi- boleda de los enfermos, que se conserva inédita
llasandino, Burgos, 1456) en El Escorial, y Admiración operum Dei. En la
Historiador y tratadista. De nombre Alfonso Gar­ prim era de ellas, partiendo de su experiencia
cía de Santa María e hijo del judío converso Pa­ como enferma, intenta consolar, desde emocio­
blo de Santa María*, estudió Teología y Derecho nes interioristas, a quienes sufren; en la se­
en la U niversidad de Salam anca y desempeñó gunda, dirigida a Juana de Mendoza, esposa de
importantes cargos en la Iglesia, obispo de Bur­ Gómez M anrique*, aborda una defensa de las
gos desde 1435 — fecha en que heredó de su pa­ mujeres y de su capacidad para escribir. En sus
dre dicha diócesis— , y la política españolas. Es­ textos se aprecian las influencias del propio Gó­
tuvo siempre del lado de Juan II*, mantuvo mez Manrique, de Pedro de Luna*, Llull*, A l­
amistad con el marqués de Santillana* y con Pé­ fonso de la Torre* e Ibn Gabirol y el pensa­
rez de Guzmán*, y tuvo un importante papel en miento ascético judío.
el encarcelamiento de Alvaro de Luna* en 1453.
En su tiempo, se le consideró como uno de los CARTUJANO [o CARTUJO], El -> Véase PADI­
eruditos más prestigiosos, y lo continuó siendo a LLA, Juan de.
lo largo de todo el siglo XV. Fue entre 1421 y
1423, periodo en que ocupó la embajada en Por­ CARVAJAL [o CARVAJALES] (?-?)
tugal, cuando inició su actividad literaria y, en su Poeta. Nada se sabe de la biografía de este escri­
participación en el Concilio de Basilea, donde tor a quien se conoce a través del Cancionero de
criticó con dureza la traducción que de la Ética Stúñiga (véase CANCIONERO). Es importante
de Aristóteles hiciera Leonardo Bruni. Aparte de destacar que su nombre aparece al pie de algu­
traducir y com entar a Séneca*, Cicerón o Boc­ nos romances, lo que lo convierte en el primer
caccio, escribió diferentes textos en latín y caste­ poeta español que firma esta composición típica­
llano, entre ellos las obras históricas Rerum in mente española, además de haber sido el primero
Hispania gestarum Chronicon y Genealogía de también en escribir en italiano. Destacan sus se­
los reyes de España, cuyo título original, antes rranillas serias y paródicas, en las que incorpora
de la traducción de Fernán Pérez de Guzmán*, temas populares.
172
CARVAJAL

CARVAJAL, Antonio (Albolote, Granada, 1943) CARVAJAL, Micael de (Plasencia, Cáceres,


Poeta. Es uno de los autores de más claro talante 1501?-1576?)
renovador en la poesía española contemporánea, Dramaturgo. Célebre cómico, como dramaturgo
aunque, frente al vanguardismo* de la genera­ fue autor de una extensísima Tragedia llamada
ción catalana de los setenta, mantuvo una inde­ Josephina (1535), escrita en redondillas dobles y
pendencia que lo condujo a sendas en las que en la que diferentes temas del teatro religioso tar-
Carvajal se adentraba en la tradición española, domedieval conviven con otros veterotestamen-
de la que huían aquellos, más ocupados en la tarios en las cinco partes de que se compone la
ruptura con ella. De tal suerte, su poesía bebía de obra. Asimismo, escribió, como prolongación de
las fuentes gongorinas y, más concretamente, del las Danzas de la M uerte* medievales, Las cortes
Barroco* de dos autores: el antequerano Pedro de la Muerte, texto que hubo de concluir Luis
de Espinosa* y el granadino Soto de Rojas*. Hurtado de Toledo* en 1557.
Esto llevó a que sus versos buscaran en la estrofa
clásica y en el metro, sin olvidar las preocupa­ CARVAJAL Y ROBLES, Rodrigo (Antequera, M á ­
ciones civiles, lo que otros buscaban en el verso laga, h. 1580-Lima, Perú, 1635)
libre y el esteticismo. En su formación clásica, Poeta. Marchó a las Indias a finales del siglo xvi
no obstante, hay una revitalización de esquemas y defendió los puertos de Perú contra los ataques
y asuntos tradicionales, a los que se van incor­ holandeses. Su obra fundamental es el Poema
porando, paulatinamente, la melancolía, el de­ heroico del asalto y conquista de Antequera
sencanto y la ironía, que fueron inundando sus (Lima, 1627), estructurada en doce cantos escri­
versos hasta llegar a una extrema atención auto­ tos en octavas reales, aunque también es autor de
biográfica en la que se aprecia un profundo numerosas poesías que aparecen en el Cancio­
existencialism o. Más recientem ente, el ero­ nero antequerano y de Fiestas de Lima po r el
tismo y la sobriedad expresiva se han unido a la nacimiento del príncipe Baltasar Carlos (Lima,
fuerza inagotable de sus sonetos, muchos de 1632).
ellos de corte modernista, liras, octavas reales,
etc. Se trata, en fin, de un poeta que conjuga su CARVAJAL Y SAAVEDRA, Mariana (Jaén, prin­
afán renovador con un cierto barroquismo for­ cipios del siglo xvii-Madrid, h. 1664)
mal, todo como resultado de un proceso poético Narradora. Únicamente se conserva una obra
en el que, como ha señalado G arcía-Posada*, suya, cargada de pragmatismo e ironía: Navida­
hay dos etapas claras: una primera neobarroca, des de M adrid y noches entretenidas (Madrid,
sensual, muy elaborada y variada en el cultivo 1663), formada por ocho novelas breves.
de formas métricas; y una segunda, a partir de
1990, existencial, moral, espiritual e, incluso, CARVALLO, Luis Alfonso de (Cangas de Nar-
religiosa. Este proceso se aprecia en sus libros: cea. Asturias, 1571-Villagarcia de Campos,
Tigres en el jardín (1968; reed., 2002), Serenata Valíadolid, 1635)
y navaja (1973), Casi una fantasía (1975; reed., Tratadista e historiador. Gran erudito, realizó es­
2002), Siesta en el mirador (1979), Sitio de Ba­ tudios eclesiásticos en el m onasterio de Coria,
llesteros (1981), Extravagante jerarquía (1983), fue profesor e ingresó en la Compañía de Jesús.
compilación de su obra hasta 1981, Servidum ­ Su obra fundamental es Cisne de Apolo (Medina
bre de paso (1982), D espués que me miraste del Campo, 1602), poética en forma de diálogo
(1984), Noticia de septiembre (¡984), Del vien­ que, frente a las ideas de Aristóteles, de quien
to en los jazmines (1984), que es una antología, solo aprecia el concepto de mimesis, se decanta
De un capricho celeste (1988), Testimonio de por el idealismo platónico. Es autor, además, de
invierno (1990) y Alm a región luciente (1998), Antigüedades y cosas memorables del Princi­
a los que hay que añadir Una perdida estrella pado de Oviedo (1613).
(antología) (1999).
CASADO, Miguel (Valíadolid, 1954)
CARVAJAL, Gaspar de (Trujillo, Cáceres, 1504- Poeta. Responsable, junto a Olvido García Val-
?, 1584) dés*, de la publicación periódica Los Infolios;
Narrador. Fraile dominico que participó en la ex­ se trata de uno de los críticos más lúcidos de las
pedición que, en busca de Eldorado, organizaron actuales letras españolas. En sus versos, a m e­
Gonzalo de Pizarro y Francisco de Orellana, y nudo despunta una honda reflexión sobre la rea­
que tuvo como resultado el descubrimiento del lidad cotidiana a través de la oposición entre
Amazonas. Esta aventura la cuenta, mezclando pensar y ver, que en el caso de Casado se con­
fantasía y rigor histórico, en su Relación del funden, disolviéndose el pensar en la mirada y
Nuevo D escubrimiento del fam oso río de las reflexionando en el interior del poema. Deben
Amazonas, que no se publicó hasta 1894. destacarse sus poem arios Invernales. Hoy he
173 CASARES

salido al cam po (1985), Esto era y no era mejores estudios se centran en la figura de Cer­
(1985; 3 vols.), recopilación de su obra com ­ vantes*, como en: Sentido y form a de las «No­
pleta hasta esa fecha, La condición del pasajero velas ejemplares» (1943), Sentido y form a de
(1986), Inventario (1987), galardonada con el «Los trabajos de Persiles y Sigismundo» (1947),
Prem io Hiperión, y La m ujer autom ática Sentido y form a del «Quijote» (1949) o Sentido
(1997). A todo ello hay que añadir los ensayos y form a del teatro de Cervantes (1951), entre
Apuntes del exterior (1999), De los ojos ajenos otros. Ha escrito, asimismo, sobre Galdós*,
(1999) y La puerta azul. Las poéticas de Aníbal Jorge Guillén* y Espronceda*, por citar solo al­
N úñez (2000), sobre el poeta salm antino A ní­ gunos de los autores en que ha centrado su aten­
bal Núñez*. ción, además de dos im portantes textos en los
que reúne diferentes trabajos, Estudios sobre el
CASADO, Xoán Manuel (Barcelona, 1949) teatro español (1962) y Estudios sobre litera­
Narrador y poeta en lengua gallega. Estudió De­ tura española (1962).
recho en su ciudad natal, en la que siempre ha
vivido y trabajado. Se trata, a pesar de estar inte­ CASALS, Pedro (Barcelona, 1944)
grado en la vida catalana, de un autor profunda­ Narrador. Destacado autor de novela policiaca,
mente gallego, tanto por la lengua como por la donde sigue las reglas habituales del género,
mitología personal. En plena efusión de la poe­ también ha escrito cuentos. Entre sus obras, en
sía social (véase GENERACIÓN DEL 50), su lí­ las que el protagonista suele ser el abogado Lie
rica aborda, desde una voz íntima y personal, e Salinas — una suerte de Maigret o del Carvalho
influida por B orges, Pedro Salinas* y Gil de de Vázquez M ontalbán*— , destacan: El inter­
Biedma*, la nostalgia de las raíces paternas, un mediario (1983), El primer poder (1984), Anóni­
asunto que domina su poesía desde una perspec­ mos contra el banquero (1984), ¿Por qué mata­
tiva que paulatinamente acentúa la ironía. Por lo ron a Felipe? (1985), ¿Quién venció en febrero?
que respecta a su narrativa, los asuntos y tonos (1985), Disparando cocaína (1986), La jeringui­
son los mismos que en su poesía. Se le deben lla (1986), El señor de la coca (1987), Las ho­
obras como las novelas O invernó do lobo gueras del rey (1989), Las amapolas (1994) y
(1985), que obtuvo el Premio Blanco Amor, y Os Recuerda que eres mortal (1998). Debe citarse,
brasileiros (1986), y los poemarios Rexistro de asimismo, el libro de poemas Adentro de mis ar­
menores espantos (1973), Os preludios (1980), canos (1986). Ha recibido premios como el Asi-
Libro de Caldelas (1985), que obtuvo el Premio mov y el Gaviota de plata de cuentos y el Ibn Ja-
Nacional de la Crítica, y Antiguo futuro (1986). faya de poesía.
Es autor, además, de una Mostra antolóxica de
poetas contemporáneos (1981), que incluye ver­ CASANOVA DE LUTOSLAWSKI, Sofía (Almei-
siones gallegas de poetas ingleses, franceses, ita­ ras, La Coruña, 1862-Polonia, 1958)
lianos y catalanes, así como de un libro-entre­ Poetisa y narradora. Se casó con un noble y filó­
vista con X. L. Méndez Ferrín* (1989). sofo polaco, y desde Polonia envió sus artículos
a A BC y otros diarios. Su poesía se vio promo­
CASAL Y AGUADO, Manuel del (M ad rid , vida por Campoamor*, y en ella destacan títulos
1751-1837) como Poesías (1885) y Cancionero de la dicha
Dramaturgo. Médico, periodista y decano de la (1911). Deben citarse también sus novelas El
Academia Medicoquirúrgica Matritense. Con el doctor Wolski (1894) y Sobre el Volga helado
seudónimo de Lucas Alemán y Aguado colaboró (1903), los cuentos de El pecado (1911), y la co­
en El Correo de M adrid y M em orial Literario media La madeja (1913).
con artículos frecuentemente satíricos. Fue autor
de algunas obras de teatro, hoy perdidas, entre CASARES, Carlos (O rense, 1941-Vigo, Ponte­
las que destacan El nuevo mundo en la Luna, El vedra, 2002)
bosque del Pardo y Los franceses en Getafe. Novelista en lenguas gallega y española. Consi­
derado uno de los grandes autores gallegos de los
CASALDUERO, Joaquín (Barcelona, 1913-1990) últimos años, en sus textos hay una especie de
Historiador y crítico literario. Doctor en Filoso­ obsesión contra la violencia y la intolerancia,
fía y Letras por la U niversidad de M adrid en cuestiones que siempre forman parte de historias
1927 y discípulo de M enéndez Pidal*, fue pro­ que fluyen con extrema facilidad, muy en conso­
fesor en numerosas e importantes universidades nancia con las técnicas del relato oral. Se le de­
de Europa y Estados Unidos. Demostró la origi­ ben obras como: Vento ferido (1967), Cambio en
nalidad de sus planteam ientos como investiga­ tres (1969), Xoguetes para un tempo prohibido
dor en Contribución al estudio del tema de don (1976), Premio de la Crítica, Ilustrísima (1981),
Juan en el teatro español (1938), aunque sus Los oscuros sueños de Clío (1984), Los muertos
CASARES 174

de aquel verano (1987), Deus sentado nun sillón Sevilla, La prim avera corta, el largo invierno
azul (1996) — Dios sentado en un sillón azul (1999; reed., 2000) y Campos enteros llenos de
(1997)— , que obtuvo el Premio de la Crítica en flores (2001), originalísimo libro que no esta­
lengua gallega, y O sol do verán (2002) — El sol blece fronteras entre los géneros, al hacer dialo­
del verano (2003). gar registros que van de la confesión epistolar al
relato, y crear así un espacio nuevo para hablar
CASARES, Julio (Granada, 1877-Madrid, 1964) del sentimiento amoroso a través de la vida de un
Crítico. Fue secretario de la Real Academia Es­ escritor desconocido, Máximo C. Es autor, asi­
pañola y, entre sus libros de ensayo sobre autores mismo, del ensayo El am or y la literatura
contemporáneos españoles, destacan: Crítica (1999), así como de obras dirigidas a un público
profana (1915) y Crítica efímera (1918). Escri­ infantil, como Pisco pasea por la ciudad (1996),
bió, asimismo, numerosos artículos sobre lexico­ Pisco sueña con el Capitán Caimán (1997) y
grafía y cuestiones gramaticales, que se recogie­ Pisco y la boda del Capitán Caimán (1998).
ron en Cosas del lenguaje. Además de haber
redactado un Diccionario inglés-español, espa­ CASARIEGO, Nicolás (Madrid, 1970)
ñol-ingles, fue autor del interesantísimo Diccio­ Narrador. Hermano de Pedro Casariego*, de
nario ideologico de la lengua española (1942). Martín Casariego* y del guionista de cine Antón
Casariego, debutó con la novela Dime cinco co­
CASARIEGO, Martín (Madrid, 1962) sas que quieres que te haga (1998), en la que se
Novelista. Uno más de los miembros de la saga presentaban ya las claves de la que es su litera­
de los Casariego*, Antón, Pedro y Nicolás. Li­ tura, es decir el escepticismo tierno, el amor y el
cenciado en Historia del Arte por la Universidad desamor, el mundo urbano nocturno como espa­
Complutense, ha sido columnista en la sección cio sentimental, con el alcohol y la droga como
de televisión de El Mundo, así como en su suple­ nexos con la vida, la pérdida y, esencialmente,
mento cultural La Esfera, y ha tenido un consul­ la amistad y sus consecuencias a veces fatales,
torio sentimental en la revista Marie Claire, ade­ todo ello a través de un lenguaje ágil, con mu­
más de escribir en Diario 16 y en el suplemento cho de cinematográfico, y gran frescura verbal.
de arte y libros de ABC Cultural. Ha sido coguio- A esta novela siguieron los relatos de La noche
nista de cine en películas como Amo tu cama de las doscientas estrellas (1998), en donde do­
rica, Dos p o r dos o Razones sentimentales, así minan las descripciones realistas y los persona­
como en La fuente amarilla, escrita a dos manos jes que viven dependiendo de códigos morales
con su hermano Antón en 1998. Es miembro de elementales.
la generación más joven de narradores españo­
les, probablemente una de sus firmas más emble­ CASARIEGO CÓRDOBA, Pedro (Madrid, 1955-
máticas, y en sus textos demuestra una gran ca­ 1993)
pacidad para controlar los ritmos de la narración, Poeta. Conocido como Pe Cas Cor, que es como
así como un especial sentido del humor, con el a él le gustaba firmar, y hermano de Nicolás, An­
cual controla la tentación de ciertos excesos de tón y Martín Casariego*, toda una familia dedi­
solemnidad tan propios de ciertos narradores jó ­ cada a la literatura y, en el caso de Pedro, tam ­
venes cuando afrontan las emociones humanas, bién a la pintura. Pedro se suicidó arrojándose a
sobre todo la pasión amorosa o las necesidades las vías del tren dos días después de concluir, el
descriptivas, algo que hace huyendo de toda cur­ 6 de enero de 1993, Pernambuco, el elefante
silería o de cualesquiera lugares comunes y me­ blanco, un cuento ilustrado para su hija Julieta.
ditando paralelamente sobre los modos en que se Se trata de un autor cuya ironía m ordaz supera
puede reflexionar y contar sobre el amor. Ha con mucho las a veces malévolas y melancólicas
conseguido el éxito de crítica, y también de pú­ intenciones de su humor, como se aprecia en un
blico, con obras como: Qué te voy a contar poemario claramente humorístico como La vida
(1989), que ganó el Premio Tigre Juan, Algunas puede ser una lata (1988; reed., 1994), que in­
chicas son como todas (1992; reed., 2000), Y de­ cluye numerosos dibujos. Como poeta se trata de
cirte alguna estupidez, p o r ejemplo, te quiero un autor en quien se aprecia el drama del artista,
(1995; reed., 1998), que fue llevada al cine en pero se trata al mismo tiempo de un poeta raro,
2001, Mi precio es ninguno (1996; reed., 1999), autor de una poesía considerada difícil, críptica,
El chico que imitaba a Roberto Carlos (1996), insatisfecha, dolorosa, desesperada y confesio­
de la que escribió el guión para la versión cine­ nal, fruto de un mundo psicológico caótico, frag­
matográfica en colaboración con sus hermanos mentado, que creó su propio sistema de símbo­
Nicolás y Antón, Qué poca prisa se da el amor los, marcados por la m elancolía y la tragedia
(1997), La hija del coronel (1997; reed., 1999, interior, pero con un fuerte componente de ironía
2000), con la que obtuvo el Premio Ateneo de con el que huía de los límites im puestos por el
G ustavo A dolfo Bécquer en u n d ib u jo ap arecid o Jacin to Benavente. R e trato de E spinosa,
en la p o rta d a de La Ilustración de M adrid C o lecció n particular. M ad rid
G o n za lo de Berceo.
Prim era p ág in a, ilu m in ad a,
de la Vida de san Millán
de la Cor/olla. B iblioteca
de la Real A cadem ia
E spañola. M ad rid

V icen te Blasco Ibáñez.


R e tra to co n serv ad o
en el A te n eo d e M a d rid

P o rta d a d e la Biblia
Políglota Complutense
Dicciona
RiOüVAn
GUARDiaS
:ESPanAi
ALIANZA EDITORIAL

Juan M a n u el B o n e t. P o rta d a del Diccionario


de las vanguardias en España (1907-1936)
L ibros de caballerías. El éxito d e este tip o de ob ras José M an u el Caballero Bonald
p ro p ició la aparición de un su b g é n ero , el de los libros
de caballerías a lo divino, en los qu e el caballero se
convierte en d e fensor de la fe cristiana
Ju lio Cam ba. P o rta d a de
La rana viajera
A n to n io Cánovas del Castillo. R e trato de R a im u n d o
M a d ra zo . C o n g re so de los D ip u ta d o s. M a d rid

C a n ta r Ae Mió Cid. M an u scrito co n serv ad o en la B iblioteca N acio n al. M a d rid


Luis Carandell

A lfonso de C artagena. Pág in a de Genealogía de B arto lo m é de las Casas. R e trato an ó n im o .


los reyes de España. B iblioteca N acio n al. M ad rid Biblioteca C o lo m b in a . Sevilla
t r í m e r a p a r t e ; Juan d e C a ste lla n o s.
P o rrad a de Elegías de
d e LAS ELEGIAS varones ilustres de Indias.
DE V A R O N E S I L L V S- M a d rid , 1 589
TK.ES DE' I NDI AS.
(ompueftas p o rjü jn Je Carelianos Clérigo, Ticnefi.
dado de la Ciudad de Tunja en el nueuo
Rejno de Granada.

CON PRIVILEGIO.

E n M a d rid ,
En cafa J e la viuda de Alonfo Gómez Imprcflordc
fu Magcftad. Año, i 5 8^*

L A N I N A DE

LOS EMBVSTES
TERESA D E MAN-
9 A N A R F .S , N A T V R A L
de Madrid,
POR D O N ALO NSO DE
Caftillo Sobriaho.
A lean Alvnfo M artínez d t V era , cautil e n de R osalía de C a s tr o
la Orden de Santiago,Teforeroj Tentente d t
Tjjyle de U cttuUdde Alicante^.

EN B A R C E L O N A . A lon so de C a stillo
S o ló rz a n o . P o rta d a de La
fotCERON YM O M ARG AR JT, niña de los embustes, Teresa
A cojlt d( Itm S*feréLibrero, de Manzanares. B iblioteca
N acion al. M ad rid
CASELLAS

propio lenguaje y por las im ágenes. Postum a­ CASAVELLA, Francisco (Barcelona, 1963)
mente se publicaron los Cuadernos amarillo, Narrador. De nombre auténtico Francisco Gar­
rojo, verde _y azul (1998), una suerte de diario cía Hortelano, es autor que con personalísimo
existencial que, en realidad, es un poemario, si lirism o ahonda en los usos de la novela y el
bien no parece claro qué pretendía su autor, si cine negros, ello sin abandonar un hondo inte­
una declaración am orosa o una colección de rés por las jergas arrabaleras y dem ostrando
poemas. En todo caso, se trata de textos que co­ siempre un gran dom inio de la sintaxis, del
mentan la vida, la belleza, la cotidianidad, y lo ritmo narrativo y del diálogo, lo que da lugar a
hacen dando cuenta de la soledad y la melanco­ una prosa poética a veces exquisita y ligada
lía de su autor, que juega con las imágenes y las siempre a las técnicas cinematográficas. Es au­
palabras para nombrar con ternura y desespe­ tor de novelas como: Triunfo (1990; reed.,
ranza la realidad y las m isteriosas emociones 1997), Quédate (1993), El secreto de las fie s ­
que esta provoca. A dicho libro siguieron Prime­ tas (1997), ambas de carácter juvenil, Un
ras páginas del cuaderno de Gotemburgo enano español se suicida en Las Vegas (1997),
(1998), el volum en Verdades a m edias (1999), Los juegos feroces. El día del Watusi (2002) y
en el que sus hermanos Antón, Martín y Nicolás Viento _yjoyas (2002), que suponen las dos pri­
reunieron prosas y dibujos de Pedro, así como meras entregas de una novela de más larga ex­
una entrevista, y Poemas encadenados (1977- tensión o bien como prim eros volúm enes de
1987) (2003), edición preparada por sus herma­ una trilogía en la que se afrontan las peripecias
nos Martín y Nicolás y que alude en su título a la contem poráneas de lo que sería un moderno
continuidad argumental, a modo de narración, de Lazarillo.
los seis libros que lo componen: La canción de
Van Horne (1977), El hidroavión de K. (1978; CASCALES, Antonio (Sevilla, 1940)
publicado en 1994), La risa de Dios (1978; pu­ Novelista. Autor de El cuarteto de Praga (2000),
blicado en 1985), Maquillaje. Letanía de póm u­ una novela densa en la que se narra la historia de
los y pánicos (1979; publicado en 1983), La voz los componentes del Klaver Trio de Praga.
de M allick (1981; publicado en 1989) y DRA
(1986; publicado en 1993). Además de estos li­ CASCALES, Francisco (Murcia, h. 1564-1642)
bros, en Poemas encadenados se incluyen 43 Humanista. Estudió en Granada, fue soldado en
poemas sueltos que habían aparecido en revistas Flandes y Francia y catedrático de Gram ática
o antologías, pero no los 300 poemas del que en Cartagena y M urcia. De entre todas sus
fuera su prim er libro, Poemas Apasionados del obras, destacan sus Tablas poéticas (M urcia,
Caballero Inmaduro (1975). 1617), una adaptación renacentista de la poé­
tica grecolatina en la que se aprecia su fuerte
CASAS, Bartolomé de las (Sevilla, 1470-Ma- aristotelism o, y Cartas filológicas (Murcia,
drid, 1566) 1634), miscelánea en la que aparece la célebre
Cronista. Estudió Derecho Canónico en Sala­ caracterización de Góngora*, a quien ataca du­
manca y, en 1502, marchó a América, donde a los ramente, como Príncipe de la Luz y Príncipe de
38 años comenzó sus estudios de sacerdocio y se las Tinieblas. Otras obras suyas, aunque de me­
ordenó dominico, dedicando toda su atención a nor relevancia, son: Discurso de la ciudad de
proteger la vida de los indios — fundó una colo­ Cartagena (Valencia, 1598), Discursos históri­
nia administrada por los indígenas— y logrando cos de la muy noble _y muy leal ciudad de M ur­
incluso, debido a su celo en tales propósitos, que cia _y su reino (Murcia, 1621), Epístola Horati
se promulgaran las Nuevas Leyes de Indias de F lacci de Arte Poética in m ethodum redacta
1542. Fue nombrado obispo de Chiapas en M é­ (Valencia, 1636), Novae in gram m aticam ob-
xico y, después de 1551, probablemente hacia servationes, Florilegium artis versificatoriae
1527, comenzó a escribir su Historia de las In­ (Valencia, 1640), algunos poemas sueltos y
dias, que abarca desde Colón hasta 1520, y, con prólogos para diferentes obras, además de una,
posterioridad, la Historia apologética de las In­ no concluida, Epopeya del Cid y su excelente
dias, obra esta última en la que defiende la igual­ traducción de la Poética de Horacio.
dad de los indios, y Brevísima relación de la des­
trucción de las Indias (Sevilla, 1552), principal CASELLAS, Raimon (Barcelona, 1855-1910)
origen de la conocida «leyenda negra» de la colo­ N arrador en lengua catalana. Redactor de La
nización española, ya que en ella consideraba a Vanguardia y director de la sección de arte de
los indios como víctimas de la barbarie y codicia La Veu de Catalunya, se suicidó en 1910. Escri­
de los colonizadores. En este sentido, su visión bió importantes estudios sobre pintura y escul­
del «buen salvaje» anuncia ya la idea que más tura, algunos de los cuales aparecen en su obra
tarde abanderarían los ilustrados europeos. postuma Etapes estétiques (1914), aunque lo
CASERO Y BARRANCO 176

más destacado de su obra son las novelas Els sots nario de Estudios Medievales, lector de Español
feréstecs (1901), donde conviven elementos na­ en la Universidad de Lyon, catedrático en las
turalistas y modernistas, y Les multituds (1905). universidades de La Laguna y de Oviedo, de la
que, además, fue rector, y fundó en 1972 el Insti­
CASERO Y BARRANCO, Antonio (Madrid, 1874- tuto Feijoo de Estudios del Siglo xvm . Figura
1936) principal de la investigación literaria en España
Poeta y dramaturgo. Colaborador de revistas y uno de los máximos especialistas mundiales en
ilustradas, supo captar el habla de las gentes del la obra de Gaspar Melchor de Jovellanos*, estu­
Madrid castizo. Destacan sus poemarios La dió en sus trabajos diferentes aspectos de la Ilus­
gente del bronce (1896), Los gatos, Los Castizos tración, siempre con equilibrio y sólidas m ues­
(1911), El pueblo de los majos (1912), La musa tras de erudición. Además de los seis volúmenes
de los M adriles (1914) y De M adrid al cielo de obras completas del mencionado Jovellanos
(1918), y los sainetes — muchos de ellos escri­ que pudo editar durante once años, destacan
tos, en colaboración, con Larrubiera* y García obras suyas como: Jovellanos, poesías (1961),
Álvarez*— La gente alegre (1897), Los botijis- Jovellanos, discursos sobre el estudio de las
tas (1897), La celosa (1900) y Las cacatúas ciencias y la literatura (1961), La época de Fer­
(1912), entre otros muchos. nando VI (1981), Ilustración y neoclasicismo
(1983) y De Ilustración y de ilustrados (1988).
CASO, Ángeles (Gijón, Asturias, 1959) En 1995, poco antes de su muerte, fue galardo­
Narradora. Hija de José Miguel Caso González* nado con el Premio Asturias, concedido por la
y licenciada en Historia del Arte, ha trabajado en Consejería de Cultura del Principado.
diversos organismos culturales, como son la Fun­
dación Príncipe de Asturias y el Instituto Feijoo CASONA, Alejandro (Besullo, Asturias, 1903-
de Estudios del Siglo xvm de la Universidad de M adrid, 1965)
Oviedo, así como en la SER, en RNE y en Televi­ Dramaturgo. Alejandro Rodríguez Álvarez, que
sión Española, donde fue un rostro popular entre utilizó el seudónimo de Alejandro Casona, fue
1984 y 1987 como presentadora de los Servicios maestro en el valle de Arán hasta 1928, comenzó
Informativos, así como en prensa escrita, caso de escribiendo poesía y haciendo adaptaciones es­
sus colaboraciones en El Semanal. Además de colares de textos literarios como Flor de L e­
obras como Oviedo desde la noche (1988), Elisa- yenda. Su teatro, acusado de intrascendente por
beth, emperatriz de Austria-Hungría o el hada no ocuparse de la situación política de la posgue­
(1993) y Giuseppe Verdi. La intensa vida de un rra, supone, sin embargo, un profundo análisis
genio (2001), estas dos últimas de carácter bio­ poético y onírico de las grandes pasiones huma­
gráfico, es autora de las novelas El peso de las nas, como el amor y el odio, además de haber go­
sombras (1994), primera incursión en este gé­ zado de un éxito de público extraordinario. Se
nero, en la cual se muestra muy cuidadosa en dio a conocer en el teatro con La sirena varada
cuanto tiene que ver con la estructura formal y (1934), obra por la que consiguió el Premio Lope
que le supuso quedar finalista del Premio Planeta, de Vega, y a la que siguieron Otra vez el diablo
El mundo visto desde el cielo (1997), El resto de (escrita en 1927 y estrenada en 1935) y Nuestra
la vida (1998), en la que confirma sus capacida­ Natacha (1936). En el mismo periodo, durante la
des para la sugerencia en equilibrio con la senci­ época de la República, en que dirigió el Teatro
llez, así como el lirismo que estructura su len­ del Pueblo de las Misiones Pedagógicas, adaptó
guaje, su tendencia al intimismo y al análisis de para la escena textos como el relato de Oscar
las emociones humanas más oscuras, y Un largo Wilde El crimen de Lord Arturo (1929) o la no­
silencio (2000), historia de relaciones familiares vela de Hernández Catá El m isterio de María
femeninas en el ámbito de la Guerra Civil y la Celeste. Después de la guerra, en 1937, se exilió
posguerra con la que obtuvo el millonario Premio en América, donde estrenó sus obras: Prohibido
Fernando Lara. Hay que añadir el relato infantil suicidarse en primavera (M éxico, 1937), R o­
El verano de Lucky (1999), alegato sencillo y mance en tres noches (Caracas, 1938), Sinfonía
ameno, contado en primera persona por un perro, inacabada (Montevideo, 1939), y, ya en Argen­
contra el maltrato a los animales. tina, donde se instaló hasta su regreso a España
en 1962, Las tres perfectas casadas (1941), La
CASO GONZÁLEZ, José Miguel (Soto de Can­ dama del alba (1944), La barca sin pescador
gas, Onís, Asturias, 1928-Oviedo, 1995) (1945), La molinera de Arcos (1947), Los árbo­
Ensayista. Padre de Ángeles Caso*, estudió en les mueren de pie (1949), La llave en el desván
las universidades de Oviedo y de Madrid, donde (1951), Siete gritos en el mar (1952), La tercera
se doctoró en Filosofía y Letras, fue discípulo de palabra (1953), Corona de am or y muerte
Menéndez Pidal*, con quien trabajó en el Semi­ (1955), La casa de los siete balcones (1957) y
177 CASTAÑÓN

Tres diam antes y una m ujer (1961). Ya en E s­ CASTAÑO, Yolanda (Santiaqo de Compostela,
paña, adonde se trasladó con motivo del tardío 1977)
estreno de La dama del alba en Madrid, cerró su Poetisa en gallego. En sus versos el eje tem á­
producción con El caballero de las espuelas de tico es el amor, tratado a través de las pulsiones
oro (1964), centrada en la figura de Quevedo*. del deseo y de la carnalidad, materia que conci-
lia con la espiritualidad y con la naturaleza, que
CASP, Xavier (Carlet, Valencia, 1915) junto a la memoria, desempeña un papel esen­
Poeta y ensayista en lengua valenciana. Colabora­ cial en la exaltación de los sentidos y en la sen­
dor de publicaciones como ínsula, Destino y Las sualidad, analizada con un lenguaje que ex­
Provincias, entre otras, fue director del aula Au- plora todas las posibilidades expresivas de la
siás March de la Universidad de Valencia y fundó palabra, incluso de neologismos de extraordi­
la Editorial Torre en 1944, desde la que se dio a naria capacidad evocadora. Destaca su poema-
conocer a nuevos escritores valencianos. Defen­ rio, en edición bilingüe, Vivimos en el cielo de
sor de la lengua y de la cultura valencianas, in­ las erofanías (2000), que había publicado en
cluso durante el franquismo, y miembro de la gallego en 1998.
Academia Valenciana de la Llengua, en 1994 reci­
bió el Premi Nacional de Lliteratura en Llengua CASTAÑO BAUTISTA, Adolfo (M adrid, 1928)
Valenciana. Deben destacarse sus poemarios Vo­ Poeta. No terminó los estudios de Medicina y Fi­
lar... (1943), La inquietud en calma (1945), Jo losofía y Letras, fue colaborador asiduo de pu­
sense tu (1948), ¿On vaig, Senyor? (1949), Aires blicaciones como Signo, La Estafeta Literaria,
de cango (1950), Goig (1953), Bragat (1955), Reseña y La Isla de los Ratones, entre otras, y
Home (1957), Poema dramáticament esperangat miembro de la Asociación Española de Críticos
(1962) y D ’amarte, amor (1963), a los que hay de Arte. Destacan, además de libros de carácter
que añadir, además de los cuentos de Proses en religioso, entre los que se cuenta una guía sexual
carn (1952), el ensayo El sempre valencia en para niños titulada Cómo nace una fam ilia
Vara de Pedro de Valencia (1964). (1965), sus poemarios Am or junto al presente
(1950), María (1951), poema en prosa, Sonido
CASTÁN, Carlos (Barcelona, 1960) amarillo (1968), finalista del Premio Adonais, y
Narrador. De origen aragonés, se trata de un au­ Punto cero (1969).
tor en cuyos relatos la memoria articula las vidas
de personajes que, a través de la fantasía y de las CASTAÑON, Jesús (La Casanueva, Asturias,
palabras, emprenden una huida de la realidad. In­ 1928)
fluido por Julio Cortázar, en sus cuentos se aleja Poeta. Doctor en Filosofía y Letras por la Uni­
del realismo* en favor de lo fantástico, aunque versidad de Madrid, se licenció en Periodismo
siempre intentando profundizar en los problemas por la Escuela Oficial de Madrid. Catedrático de
y contradicciones del individuo a través de la Instituto en diversas localidades de España, ha
memoria, de la desolación por el paso del colaborado en numerosas publicaciones. Deben
tiempo, de la realidad onírica que corre paralela destacarse sus poemarios Romances de grisú
a la realidad vivida... Es autor de los libros de (1961), Rueda del girasol (1964), Pirueta blanca
cuentos Frío de vivir (1997; reed., 1998) y M u­ (1967), El rey de las estrellas (1968), El segundo
seo de la soledad (2000). jinete (1968) y El río de mi sombra (1970), que
fue finalista del Premio Boscán, entre otros.
CASTAÑEDO, Fernando
Narrador. Doctor en Filología por la Universidad CASTAÑÓN, José Manuel (Pola de Lena, Astu­
Autónoma de Madrid y crítico literario del diario rias, 1920)
ABC, debutó en 1999 con la novela Triunfo y Narrador, ensayista y dramaturgo. Capitán de in­
muerte del general Castillo, obra en la que, si­ fantería mutilado y abogado, combatió en la Divi­
tuando la acción al final de la Guerra Civil, sión Azul y, en 1958, marchó a Venezuela, donde
aborda la figura de un personaje que le servirá al se le concedió la Orden Cultural Andrés Bello. En­
autor para presentar la tragedia del triunfo y las tre sus novelas principales, centradas en el desa­
ambigüedades que provoca el dolor de la gloria. rraigo producido tras la guerra, destacan: Moletú-
Volevá (1956), Bezana roja (1957), Una balandra
CASTAÑO, Francisco (Salamanca, 1951) encalla en tierra firm e (1958), Andrés cuenta su
Poeta, ensayista, novelista y traductor. Entre sus historia (1962), El virus (1966) y Amigos de Mo-
poemarios, destacan Breve esplendor de mal dis­ letú-Volevá (1978). Asimismo, ha escrito ensayos
tinta lumbre (1985), El decorado y la naturaleza como Confesiones de un vividor absurdo (1959),
(1987) y Fragmentos de un discurso enamorado Pasión por Vallejo (1963) o Mi padre y Ramón
(1989). En 1993 recibió el Premio Jaén de Poesía. Gómez de la Sem a (1975), el volumen de relatos
CASTAÑÓN 178

Cuentos vividos (1976) y las obras de teatro Entre CASTEL RONDA, Elisa (Madrid, 1959)
dos orillas (3 series: 1975-1977 y 1978) y Me con­ Ensayista. M iembro fundador de la Asociación
fieso bolivarianamente (1982). Española de Egiptología, pertenece a la Asocia­
ción Internacional de E giptólogos y a la A so­
CASTAÑÓN, Luciano (G ijón, Asturias, 1926- ciación Española de O rientalistas, y es una de
1987) las grandes investigadoras en materia de egip­
Novelista y poeta. Fue colaborador en la prensa tología. Además de numerosas conferencias so­
de Oviedo y director de la Gran Enciclopedia bre temas religiosos y mitológicos, es autora de
Asturiana, así como prestigioso crítico de arte. ensayos como: Keops en el horizonte (1986),
Fue uno de los mayores defensores de la cultura La evolución de la tumba real desde el Predi-
asturiana, incluso más específicam ente de una nástico al Im perio Nuevo (1988), La eneada
suerte de «gijonesismo», con obras como Biblio­ h elipolitana (1994) y, en colaboración con
grafía general de Oviedo, Refranero asturiano otros autores, El M useo de El Cairo (1988) y
(1962), Diccionario popular de Oviedo, Mitolo­ A lgunos aspectos de dioses leones en el a n ti­
gía asturiana, Supersticiones y creencias de guo Egipto (1990). Su último trabajo, hasta la
Oviedo o Diccionario de Gijón, entre otras m u­ fecha, es un magnífico Gran diccionario de m i­
chas. De sus novelas destacan: El viento dobló la tología egipcia (2002).
esquina (1958), Los días como pájaros (1962),
Vivimos de noche (1964) y Los huidos (1973). CASTELAO, Alfonso Rodríguez -> Véase RODRÍ­
Fue autor, asimismo, de los poemarios Barrio de GUEZ CASTELAO, Alfonso.
Cimadevilla (1967) y De la mina y lo minero
(1968), de la obra de teatro El detenido (1964), CASTELAR Y RIPOLL, Emilio (Cádiz, 1832-San
galardonada con el Premio Guipúzcoa, y de va­ Pedro del Pinatar, Murcia, 1899)
rias biografías y algunos ensayos sobre temas as­ Ensayista y novelista. Catedrático de H istoria
turianos. En 2001 se publicó una recopilación de de España en la Universidad de M adrid desde
sus textos: Escritos de Gijón. 1858, colaborador en diferentes publicaciones
europeas y americanas, fundador y director de
CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús (Patencia, La Democracia, era presidente del Gobierno de
1964) la República cuando se produjo el golpe del ge­
Ensayista. Doctor en Filología Hispánica por la neral Pavía. Es conocido como parlamentario y
U niversidad de Valladolid, en cuyo Departa­ orador, e inoculó en su prosa los ardides propios
mento de Lengua Española enseña, es editor del de la retórica política, con párrafos largos llenos
sitio de Internet «Idioma y deporte», así como de enum eraciones, antítesis, com paraciones y
coordinador de la sección de Deportes de «La Pá­ reiteraciones. Recibió influencias de tipo esté­
gina del Idioma Español», que edita en Río de tico provenientes de H egel, Víctor Hugo, Mi-
Janeiro el periodista uruguayo Ricardo Soca. chelet o Clarín*, así como resonancias estilísti­
Considerado uno de los más destacados especia­ cas del Romanticismo*. Su obra está compuesta
listas en la relación entre lenguaje y deporte, así por títulos referidos a diferentes temas: así, en
como en lenguaje deportivo en los medios de co­ sus escritos de tema histórico-filosófico, no de­
m unicación, ha participado en numerosos con­ masiado rigurosos, aunque sí muy informativos,
gresos, entre ellos El Español de América en va­ destacan La civilización en los prim eros siglos
rias de sus ediciones. De entre sus obras, algunas de cristianism o (1859-1862), La fó rm u la del
de las cuales forman parte de la bibliografía ge­ progreso (1867), Tragedias de la Historia
neral del Proyecto Zacatecas (1997) para la co­ (1881), Galería histórica de m ujeres célebres
ordinación de aspectos grafemáticos y neologis­ (1888-1889) o La revolución religiosa (1880-
mos en los libros de estilo de los medios de 1883), entre otros. Deben citarse sus novelas
comunicación iberoamericanos, destacan títulos Don Alfonso el Sabio o el hijo de san Fernando
como: Creación literaria y fútbol (1991), El hu­ (1853), La hermana de la caridad (1857), El
morismo español y el fú tb o l (1993), El lenguaje suspiro del moro (1885), Nerón (1891) y Fra
periodístico del fú tb o l (1993), Nuevos retos del Filippo Lippi (1877), obras de viajes, como Re­
periodism o deportivo (1994), R eflexiones lin­ cuerdos de Italia (1877) y Un año en París
güísticas sobre el deporte (1995), Creación lite­ (1876), o diferentes colecciones de Discursos.
raria española sobre deporte moderno (1997) e
Idioma y deporte (1999), a las que hay que aña­ CASTELLANO GÁLLEGO, Rafael (M adrid, 1907-
dir obras colectivas en las que ha participado, las 2001 )
más destacadas de las cuales son: El español de N arrador. Ingeniero Topógrafo de cuya obra
América (1991) y E l idioma español en el de­ narrativa hum orística merecen ser destacados
porte (1994). títulos como Pepe, novela con interferencias
179 CASTELO

(1956), Prem io Internacional de Humor, El CASTELLS, Ada (Barcelona, 1968)


conde B asilio y los fa n ta sm a s (1957) y La N arradora en lengua catalana. Licenciada en
tasca de Tipsy (1959). Ciencias de la Educación por la Universidad Au­
tónoma de Barcelona, en la que enseña Perio­
CASTELLANOS, Juan de (Alanís, Sevilla, 1522- dismo Cultural, y crítica literaria en el diario ca­
Tunja, Colombia, 1607) talán Avui, estudió Teología en el seminario de
Poeta. Fue a las Indias como soldado y allí de­ Barcelona y colabora en diversas publicaciones,
sempeñó diferentes oficios, como minero o pes­ entre ellas Qué leer. Se mostró, con su primera
cador de perlas. En 1559, se ordenó sacerdote y novela, El dedo del ángel (1999) (El dit de
se instaló definitivamente en Nueva Granada. Su l ’Ange), como una autora capaz de romper mol­
obra fundamental es Elegías de varones ilustres des, tanto arguméntales como estilísticos, así
de Indias (1589), largo poema de casi ciento cin­ como de abordar con extrema habilidad y sar­
cuenta mil endecasílabos, donde pueden encon­ casmo la estructura novelesca. Su obra supone
trarse las prim eras voces indígenas americanas un ejercicio de m etaliteratura entre los más
incorporadas a la literatura y en el que usó como arriesgados y logrados de la literatura española
modelo La Araucana de Alonso de Ercilla*. En contemporánea, aunque deja entrever el estilo
el poema se cuentan las biografías de personajes periodístico desenfadado tan frecuente en los úl­
como Cristóbal Colón*, Diego de Velázquez, timos tiempos. A aquella primera obra siguió M i­
Francisco de Garay o Lope de Aguirre, en cuatro rada (2001), que ahonda en los elementos sar­
partes y un total de cincuenta y cinco cantos. cásticos de la primera, y ofrece una divertida
Destaca también su Discurso del capitán Fran­ reflexión crítica sobre la vida hecha a la medida
cisco Drake, publicado en 1921. de la imagen que se proyecta.

CASTELLANOS Y VELASCO, Julián -> Véase ES- CASTELO, José Miguel Santiago (Granja de To-
CAMILLA, Pedro. rrehermosa, Badajoz, 1948)
Poeta. Periodista de profesión, colaboró en el
CASTELLET, Josep María (Barcelona, 1926) diario ABC, del que fue subdirector, así como
Ensayista en lenguas catalana y española. Licen­ en el diario Hoy de Extremadura y en numero­
ciado en Derecho por la Universidad de Barce­ sas publicaciones españolas y sudamericanas.
lona, es uno de los críticos y teóricos de la litera­ Es miembro de la Real Academia de Extrema­
tura más importantes de nuestras letras. Colabora dura, de la que fue elegido director en 1996 y
en numerosas publicaciones, ha dirigido varias reelegido en 2002, y de la Academia Cubana de
editoriales y participado en instituciones cultura­ la Lengua. A utor de una poesía emocionada,
les internacionales. Su obra ha evolucionado lenta, sobria y lacónica en la que el amor y la
desde posiciones objetivistas hasta terrenos domi­ muerte se presentan como ejes en los que la fa­
nados por el eclecticismo. De sus obras funda­ talidad se une a la esperanza y el gozo del de­
mentales, destacan: Notas sobre literatura espa­ seo; se trata de un amor visto a través de una
ñola contemporánea (1955), La hora del lector simbología claramente religiosa, donde la fata­
(1957; reed., 2001), donde desarrolla una radio­ lidad y la resignación se anudan a la idea de un
grafía de la mentalidad de los jóvenes de los años Dios que es m isterio y sentido final de las co­
cincuenta, La evolución espiritual de Hemingway sas. Mucho hay en el lenguaje y en el ritmo de
(1958), Veinte años de poesía española (1960) este poeta extremeño, en quien el metro clásico
— libro que se amplió, posteriormente, en Un del soneto convive con la poesía en verso libre,
cuarto de segle de poesía española (1966)— , Poe­ de Vicente Aleixandre* o Juan Ramón Jim é­
sía catalana del segle XX (1963), Poesía, realisme, nez*. Al mismo tiempo, gran parte de sus ver­
historia (1965), Ocho siglos de poesía catalana sos rinden homenaje nostálgico y sentido a su
(1969) — estos dos últimos en colaboración con tierra extremeña. Es autor de varios poemarios,
Joaquín Molas*— , la célebre antología Nueve no­ entre ellos: Tierra en la carne (1976), M em o­
vísimos poetas españoles (1970), cuya repercusión rial de ausencias (1979), galardonado en 1982
en la literatura española fue total y que se reedita­ con el Premio Fastenrath de la Real Academia
ría solo en 2001, Iniciación a la poesía de Salva­ Española, M onólogo de Lisboa (1980), La sie­
dor Espriu (1971), Premio Taurus, Questions de rra desvelada (1982), con el que obtuvo el Pre­
literatura política i socíetat (1975), Josep Pía o la mio N acional Gredos, Cruz de Guía (1984),
raó narrativa (1978), Premio Josep Pía, Antología Cuaderno del verano (1985), la antología Como
general de la poesía catalana (1979), Per un de- disponga el olvido (1986), Siurell (1988), El
bat sobre la cultura a Catalunya (1983), La cul­ aire de su vuelo (1993), A ntología Extremeña
tura y las culturas (1985) y Los escenarios de la (1970-1995) (1995), las prosas poéticas de Ha­
memoria (1988), entre otros muchos. baneras (1997), Hojas cubanas (1998) y Cuerpo
CASTILLA DEL PINO

cierto (2001), a los que hay que añadir los ensa­ conversación y pasatiempo y Obras morales y de
yos Pedro de Lorenzo (1973) y España: su inme­ devoción, todas ellas publicadas, postumamente,
diato futuro político (1975). En 1993 obtuvo el en 1573, gracias a Juan López de Velasco. Las
Premio Nacional de Periodismo Julio Camba y en primeras, de carácter celestinesco y picante, en
2000 el Premio de Periodismo Martín Descalzo. la línea de Boccaccio y de los arciprestes, están
formadas por un cancionero amoroso dedicado a
CASTILLA DEL PINO, Carlos (San Roque, Cádiz, su amor platónico, Ana Schaumburg, y a Ana de
1922) Aragón, traducciones de Ovidio, poemas de cir­
Ensayista. Médico psiquiatra, se doctoró en la Fa­ cunstancias y contra el amor, y glosas de roman­
cultad de Medicina de Madrid en 1945 y, entre ces, villancicos y canciones. Las segundas reco­
otros centros, ha trabajado en el Instituto Cajal, gen poemas satíricos y jocosos, como: La fiesta
en el Hospital Provincial de Madrid y en el Dis­ de las chamarras (1537), Diálogo que habla de
pensario de Psiquiatría e Higiene Mental de Cór­ las condiciones de las mujeres (1546), Diálogo
doba. Se le deben importantes ensayos sobre te­ entre el autor y su pluma o la Reprehensión con­
mas como la personalidad y la persona, en un tra los poetas españoles que escriben en verso
estilo cuya fluidez y calidad verbales muy a me­ italiano, una burla de quienes utilizan las nuevas
nudo lo convierten en uno de los literatos más formas métricas. En las terceras, Obras morales
sensibles de nuestras letras. Destacan, entre otros, y de devoción, hay traducciones de himnos, un
títulos como Un estudio sobre la depresión largo poema sobre el hallazgo de la Cruz por
(1966), Dialéctica de la persona, dialéctica de la Constantino y varios diálogos: Diálogo entre la
situación (1968), La culpa (1968), La incomuni­ Memoria y el Olvido, Diálogo entre la Verdad y
cación (1970), Psicoanálisis y marxismo (1970), la Lisonja (1545) y el Diálogo y discurso de la
Naturaleza del saber (1970), Sexualidad y repre­ vida de corte, que sigue la tradición del M enos­
sión (1971), Cuatro ensayos sobre la mujer precio de corte y alabanza de aldea de fray A n­
(1971), Introducción a la hermenéutica del len­ tonio de Guevara*. Todos estos escritos fueron
guaje (1972), Teoría de la alucinación (1984), expurgados por la Inquisición. Castillejo com ­
Cuarenta años de psiquiatría (1987), Celos, lo­ puso, además, varias piezas teatrales, hoy perdi­
cura, muerte (1995), El delirio, un error necesa­ das, de las que se conservan tan solo algunos
rio (1998), con el que obtuvo el Premio Interna­ fragmentos de la Farsa de Constanza, y tradujo
cional de Ensayo Jovellanos, Teoría de los las De senectute y De amicitia de Cicerón.
sentimientos (2000) y El odio (2002), volumen a
su cargo en el que diferentes escritores y críticos CASTILLEJO, José Luis (Sevilla, 1932)
analizan esta pasión. A todos ellos hay que añadir Poeta. Autor de carácter experimental que com­
la primera entrega de su biografía Pretérito im ­ bina poesía y música, ajeno a modas y a exigen­
perfecto (1997), con la que obtuvo el Premio Co­ cias editoriales, como lo demuestra toda su labor
millas de Biografías, Autobiografías y Memorias. en el grupo Zaj. Hay que mencionar su poemario
La escritura no escrita (1996).
CASTILLEJO, Cristóbal de (Ciudad Rodrigo, Sa­
lamanca, h. 1494-Viena, 1550) CASTILLO, David (Barcelona, 1961)
Poeta y prosista. Fue paje del archiduque don Poeta y narrador en lenguas catalana y española.
Fernando en la Corte del Rey Católico y monje Su obra poética, esencialm ente crítica y moral
cisterciense. Se instaló en Viena en 1525, si bien contra los valores dominantes, supone un reco­
realizó numerosos viajes a Inglaterra e Italia, lo rrido desde la memoria colectiva de un pasado
que le permitió conocer las corrientes intelectua­ de luchas políticas, fracasos sociales y derrotas
les europeas de la época. Es el más célebre repre­ individuales ante la presión de la realidad hacia
sentante de la reacción contra la adaptación de una experiencia presente, basada en la memoria
las formas italianas. Se trata de un poeta que es­ íntima, que ha dado lugar al escepticismo irónico
cribe al modo de los cancioneros, esto es con y lúcido a la hora de meditar sobre la relación
versos cortos, generalmente octosílabos, a veces amorosa, sometida a las erosiones del tiempo, y
en combinaciones con pie quebrado, y hexasíla- la escritura misma. Es im portante en Castillo la
bos. Sus Diálogos son un ejemplo de renovación realidad urbana, concretamente Barcelona, que
respecto a las concepciones medievales, ya que ha sufrido en sí misma los deterioros de ese
si bien renuncia a los nuevos metros, espiritual y mismo tiempo: una ciudad que tras los Juegos
temáticamente es un poeta renacentista. Obras Olímpicos ha dejado solo rastros de un recuerdo,
suyas, publicadas en vida, son: Sermón de amo­ elementos míticos que la memoria engrandece.
res (h. 1542) y Diálogo de las condiciones de las Se trata de un autor en cuya poesía, tanto como
mujeres (1544). Todo lo que escribió se ha reco­ en su novela, ha integrado el rock de los años se­
gido en tres grupos: Obras de amores, Obras de tenta y la relación entre la ciudad y el sexo, todo
181 CASTILLO-NAVARRO

ello proveniente de vivencias personales en el ám­ gresa a Madrid, donde se licencia en Antropolo­
bito de la contracultura, lo que ha dado lugar a toda gía en la Universidad Complutense. Ha colabo­
una poética de la desolación sentimental en la que rado en revistas como Poesía y Litoral. Su poe­
amor y sexo suponen el enfrentamiento entre la sía ahonda con profundidad e intimismo, a través
convención y el deseo, entre lo sagrado y lo mal­ de poemas breves, casi telegramas poéticos, y
dito. Es, en fin, un poeta de verso libre, directo, ajenos a las modas, en cuestiones personales que
claro, coloquial, irónico y a veces directamente parten de realidades objetivas y en cuyo trazado
entregado al humor negro, pero también a la me­ están presentes resonancias clásicas. La espe­
lancolía amarga y tierna a un tiempo. Parte de la ranza, unida al sufrimiento, recorre unos versos
crítica ha señalado influencias del realismo sucio blandamente melancólicos. Algunos de sus poe­
norteamericano, filtrado por un nihilismo que lo marios son: Urgencias de un río interior (1975),
conecta, al mismo tiempo, con la generación beat Premio Adonais, Poemas de la imaginación ba­
también estadounidense. Hay que destacar poe­ rroca (1980), Selva (1983), Demanda de Car-
marios como: La muntanhya rusa (1992), Tene- tago (1987), Siete movimientos (1991) y Palimp­
bra (1994), Poblé Nou flash back (1997), Game sesto (1999). Es autora, asimismo, de la obra de
Over (1997), El pont de Mühlberg (2000) y Se- investigación Cancionero de Garci Sánchez de
guint l ’huracá (2000), a los que hay que añadir, Badajoz (1980).
traducidos al español, la antología Bandera negra.
Antología personal (2001) y la reunión de toda su CASTILLO, Michel del (Madrid, 1933)
poesía En tierra de nadie. Poesía 1981-2000 Narrador en lengua francesa. Autor que siempre
(2002), que incluye poemas inéditos pertenecien­ ha vivido en Francia, después de la Guerra Civil
tes a dos libros no aparecidos en esa fecha: Doble y de pasar por un orfanato en Barcelona, y tras
zero y Esquena nua. Despertó gran interés de la ser deportado a un campo de concentración nazi.
crítica su estreno en la narrativa con la novela El En Francia publicó su primera novela Tanguy
cielo del infierno (2001), en la que se destacó su (1957), originariamente escrita en francés y ree­
brutal capacidad para reflejar la violencia de un ditada en 2000 con una nueva traducción, Tan­
ambiente como el de los barrios obreros de Barce­ guy. Historia de un niño de hoy, que recuperaba
lona, pero además su habilidad para crear un re­ la originalidad de un texto distorsionado por las
trato social de los movimientos contraculturales im posiciones de la censura franquista. En esta
de los años setenta, que convierten la obra en una obra se recogen las experiencias del autor du­
metáfora salvaje del fracaso del espíritu subver­ rante la Guerra Civil, con un lenguaje ajeno a la
sivo de una época, algo que, como hemos comen­ retórica. Otras obras suyas, escritas originaria­
tado, también estaba presente en su obra lírica. A mente en francés, son: La Guitare (1958), Ge­
ella siguió el thriller sentimental Sin mirar atrás rardo Laín (1969), Le Vent de la Nuit (1973), ga­
(2003), traducción española de la obra con la que lardonada con el Prix des librairies, Le Silence
había ganado el Premio Sant Jordi. des Pierres (1975), La Nuit du décret (1981) con
la que obtuvo el Prix Renaudot, y Une Femnie en
CASTILLO, Hernando del (siglo xvi) soi (1991), Prix du Levant.
Compilador del conocido como Cancionero ge­
neral de Hernando del Castillo, obra fundamen­ CASTILLO, Rafael del (h. 1835-d. de 1900)
tal para conocer la poesía durante los reinados de Novelista. Autor de novelas por entregas que,
Enrique IV y los Reyes Católicos, y cuyo título frecuentemente, firmaba con el seudónimo de
completo es Cancionero general de muchas y di­ Alvaro Carrillo y que, si bien hay algunas histó­
versas obras de todos y los más principales tro­ ricas, como Don Rodrigo de Villandrando
vadores de España en lengua castellana (Valen­ (1859), la mayoría son costumbristas: El trapero
cia, 1511). Los mil treinta y tres poemas que de Madrid (1861), El padre de los pobres (1862),
incluye — la edición de Toledo (1520) añade Los misterios catalanes o el obrero de Barcelona
ciento sesenta y ocho poemas— , están divididos (1862), El primer amor (1877) o El llanto de una
en diferentes grupos: satíricos, morales, devotos, hija (1879), entre otras muchas.
galantes, etc., y entre sus ciento veintiocho auto­
res se encuentran algunos de los más importan­ CASTILLO-NAVARRO, José María (torca, M ur­
tes de nuestra historia literaria, como Sánchez de cia, 1928)
Badajoz*, el m arqués de Santillana*, Juan de Novelista. Sus novelas han evolucionado desde
Mena* o Diego de San Pedro*, entre otros. posiciones existencialistas, en el tratamiento de
problemas individuales, hacia las preocupacio­
CASTILLO, Julia (Madrid, 1956) nes sociales y la denuncia, sin olvidar nunca ni el
Poetisa. Estudió en el Liceo Italiano de Madrid intimismo ni la presencia de asuntos religiosos y
y, tras residir cuatro años en Estados Unidos, re­ trascendentes. La tendencia a crear espacios mí­
CASTILLO-PUCHE 182

ticos en sus novelas remite a William Faulkner, Castillo-Puche recibió, en 1957, el Laurel de No­
si bien están presentes en su obra las influencias vela Católica, y el Premio de las Letras Región
de otros autores como Hemingway o Dos Passos de Murcia en 2001.
y, en general, de los novelistas de la conocida
como «generación maldita» norteamericana. CASTILLO SOLÓRZANO, Alonso de (Tordesillas,
Además del volumen de relatos El niño de la flo r Valladolid, 1584-Zaragoza o Italia?, h.
en la boca (1959), ha publicado numerosas no­ 1648)
velas, entre ellas: La sal viste luto (1957), Con la Novelista. Hijo de un mayordomo del duque de
lengua fuera (1957), Las uñas del miedo (1958), Alba, no está claro si realizó estudios, a pesar de
Manos cruzadas sobre el halda (1959), El grito que en su obra habla de su vida estudiantil, y que
de la paloma (1961; reeditada como El cansado se sospecha estudió en la Universidad de Sala­
sol de septiembre en 1974), Los perros mueren manca. En 1619, ya en M adrid, participa de la
en la calle (1961), Caridad la negra (1961) y vida literaria y trabaja para varios marqueses:
Con la lengua fuera (1999). primero con el marqués de Villar, después con el
de los Vélez y, por fin, con el hijo de este, virrey
CASTILLO-PUCHE, José Luis (Yecla, M urcia, de Aragón y embajador en Roma, adonde Casti­
1919) llo lo acompañó. Parece que atravesó por impor­
Novelista. Abandonó el seminario y estudió Fi­ tantes penurias económicas y que esta fue la ra­
losofía y Letras y Periodismo, fue profesor en la zón que le obligó a prestar sus servicios a los
Facultad de Ciencias de la Información, corres­ nobles. Fue amigo de María de Zayas*, a la que
ponsal en la ONU y director de la revista Mundo alabó en su obra La garduña de Sevilla y anzuelo
Hispánico. Se trata de un novelista situado en la de las bolsas (1642). Los temas que trató en sus
corriente tremendista iniciada por Camilo José novelas van desde la picaresca* suavizada (con
Cela*, en quien, no obstante, despuntan elemen­ las variedades de la tercera persona y el protago­
tos de un existencialismo católico donde tienen nismo femenino), hasta las tramas cortesanas,
cabida los conflictos morales y de relación entre todo ello en una literatura aristocrática y consu­
los individuos, con principal atención a los pro­ mista, en la línea de Boccaccio o Bandello, y
blemas de vocación en el sacerdocio. Asimismo, con un estilo sin digresiones que distraigan de
en sus novelas conviven la preocupación por la la trama, rápido y denso, aunque desarrolla la
muerte, la introspección y la opresión del medio acción de manera episódica, posponiendo el de­
sobre el ser humano, todo ello en el marco de un senlace y aumentando el suspense, algo que unos
espacio simbólico que él llama Hécula. Su estilo, siglos después será característico en los folleti­
marcado por el desengaño y la soledad, es cor­ nes* y novelas por entregas. Entre sus obras na­
tado, impetuoso y pendiente siempre de los deta­ rrativas, unas en colecciones, novelas cortas — lo
lles expresivos. Sus novelas fundamentales son: principal de su producción— , y otras más largas,
Misión a Estambul (1954), Con la muerte al destacan Tardes entretenidas (1625), Jornadas
hombro (1954), Premio Bellas Artes-Cultura alegres (1626), las tres novelas de Tiempo de re­
Hispánica, El vengador (1956), Sin camino gocijo y Carnestolendas de M adrid (1627), Es­
(1956), Hicieron partes (1957), Premio Nacional carmientos de amor moralizados (1628), Lisardo
de Literatura, Paralelo 40 (1963), Oro blanco enamorado (1629), La huerta de Valencia
(1963), El perro loco (1965), Como ovejas al (1629), Las harpías en M adrid y coche de las es­
matadero (1971), De dentro de la piel (1972), Je­ tafas (1631), las doce novelas de Noches de Pla­
remías el anarquista (1975), El libro de las vi­ cer (163 1), La niña de los embustes, Teresa de
siones y las apariciones (1977), El amargo sa­ M anzanares (1632), Los am antes andaluces
bor de la retama (1979), El leproso y otras (1633), las cuatro novelas de Fiestas del jardín
narraciones (1981), Conocerás el poso de la (1634), Las aventuras del bachiller Trapaza
nada (1982), Premio Nacional de Narrativa, y (1637), las cinco novelas de Los alivios de Ca-
Los murciélagos no son pájaros (1986). A si­ sandra (1640), las seis novelas de La Quinta de
mismo, es autor de numerosos ensayos, entre los Laura (1649) y las cinco de Sala de recreación
que deben recordarse: Yecla de Azorín y de Ba­ (1649). Aparte de los entremeses y las comedias
roja (1949), M emorias íntimas de Aviraneta o insertos en sus colecciones, escribió piezas tea­
M anual del conspirador (1953), A mérica de trales en las que se interesa por la magia y lo ar­
cabo a rabo (1959), Diario íntimo de Alfonso XIII tificioso, destacando el auto sacram ental El
(1960), H emingway entre la vida y la muerte fu ego dado al cielo. Su poesía, de carácter jo ­
(1968), Ramón J. Sender: El distanciamiento del coso y satírico, se recoge en Donaires del Par­
exilio (1985), Toral (1987), Azorín y Baroja, dos naso; Primera y Segunda Parte (1624 y 1625), y
maestros del 98 (1998) y El rescoldo de lo litera­ escribió, también, vidas de santos, Sagrario de
rio (2000). Además de los premios señalados, Valencia (1635), y relatos históricos como: His­
183 CASTRO

toria de M arco A ntonio y Cleopatra (1635) y rraciones cortas, ahonda en un existencialismo


Epítome de la vida y hechos del rey don Pedro cristiano no exento de un gran interés por su tie­
de Aragón (1639). rra y por ciertas formas de vida del pasado. Des­
tacan títulos como: Cuentos del dolor de vivir
CASTILLO Y SORIANO, José del (M adrid, (1948), Gente en el hotel (1950), Nosotros, los
1849-1928) leprosos (1950), Los Wallace somos así (1950),
Poeta, narrador y dramaturgo. Fue un gran eru­ La posada del bergantín (1951), Un puñado de
dito de quien destacan los poemas de Versos tierra (1952), La muerte viaja sola (1953), The
(1879) y Versos de antaño (1890), donde se in­ Sower (Londres, 1961) — que apareció, postu­
cluyen algunas leyendas, la obra de teatro El mamente, en 1987, como El sembrador— , La
sombrero del ministro (1877) — en colaboración frontera del hombre (1963), El otro árbol de
con Julio N om bela*— , sus Cuentos (1904) y Guernica (1967), Premio Nacional de Literatura
N úñez de Arce. Apuntes para su biografía y quizá su obra fundamental, en la que se dedica
(1904), sobre quien fue su gran amigo. a novelar sus propias vivencias — como confiesa
en La verdad sobre «El otro árbol de Guernica»
CASTILLÓN, Juan Carlos (Barcelona, 1959) (1972)— , El pueblo olvidado y otras narracio­
Novelista. Se trata de un personaje peculiar den­ nes vascas (1969), Adiós (1969), Retrato de una
tro de las letras españolas, ya que estamos ante bruja (1970), Maite y otras fabulaciones vascas
uno de esos fascistas violentos que en los últimos (1972) y Orquídeas para la médium (1976). Muy
años del franquismo se dedicaban a la violencia interesado por la vida de ciertos personajes, es­
en Barcelona. Miembro desde la adolescencia de cribió biografías como: Dostoievsky (1953), Ras-
CEDADE (Círculo Español de Amigos de Eu­ putín (1955), Padre Pío de Pietralcina (1962),
ropa), grupo de orientación nazi, fue expulsado Catalina de Erauso, la Monja Alférez (1968),
por haber ido al entierro de Franco en Madrid, ya Premio Fastenrath de la Real Real Academia Es­
que sus correligionarios despreciaban al dicta­ pañola, y Vida y obra de Iparraguirre (1971).
dor. Castillón sería después arrestado, huiría de Entre sus ensayos, la mayoría dedicados a temas
España, fijando residencia en Centroamérica, vascos, destacan Elogios, asperezas y nostalgias
donde en El Salvador tuvo relación con faccio­ del País Vasco (1968) y Pintura y pintores de
nes armadas de la extrema derecha. Después fue Vizcaya (1980), además de Medicina pintoresca
juzgado y se instaló en M iami, donde abrió la y patética (1958) o Inglaterra vista por los espa­
que hoy es una prestigiosísima librería. Se trata ñoles (1965) y el prólogo a la Historia General
de una trayectoria vital que él mismo, ya lejos de del País Vasco (1980), de Manuel Estomba.
aquellas veleidades, se ha encargado de narrar en
la prim era novela publicada en España, La CASTRO, Adolfo de -»Véase CASTRO Y ROSSI,
muerte del héroe y otros sueños fascistas (2001), Adolfo de.
a la que siguió la que en realidad había sido su
primera novela escrita: Nieve sobre Miami (2001), CASTRO, Américo -> Véase CASTRO QUESADA,
un thriller de narcotrafícantes con trasfondo po­ Américo.
lítico. En La muerte del héroe..., sin ser una obra
autobiográfica, pero sirviéndose de su propia ex­ CASTRO, Antón (Santa M ariña de Lañas, Ar-
periencia, Castillón cuenta con calidad literaria y teixo, La Coruña, 1959)
ritmo trepidante hechos que reconstruyen el pa­ Narrador en español y en gallego. Traductor del
sado del protagonista en la preparación de un catalán, gallego y portugués, periodista y gran
atentado con una escuadra paramilitar en una re­ especialista en fotografía, ha trabajado en di­
pública centroamericana. Se trata de un estilo do­ ferentes medios de com unicación, sobre todo
cumental, sarcástico, irónico, con el cual se refiere de Aragón, donde reside, en los que se ocupa de
también a los ambientes ultra de Barcelona, dando cultura y deporte. Destaca su participación en el
cuenta de una de las realidades de un determinado Periódico de Aragón, el diario deportivo Equipo
periodo histórico, sin ahorrar mordacidad al des­ y el Heraldo de Aragón, en Radio Zaragoza, de
cribir ni a los personajes ni las situaciones ni la la cadena SER, en la COPE, y en algún programa
ideología que los movía. Puede afirmarse que se televisivo regional, donde se ocupa de cine, así
trata de una novela posfascista. como su labor de crítico literario en ABC. Diri­
gió, asimismo, la colección de poesía «Olifante»,
CASTRESANA, Luis de (San Salvador del Valle, y pese a su extraordinaria labor narrativa, la crí­
Vizcaya, 1925-Bilbao, 1986) tica no le ha dado aún la importancia que tiene, y
Narrador y ensayista. Periodista y pintor, fue co­ no ocupa, desde luego, el lugar que merece. En
rresponsal del diario Pueblo en Am sterdam y sus relatos, con un lenguaje natural, austero, pre­
Londres. Su obra novelística, así como sus na­ ciso y elegante a un tiempo, oscila entre el rea­
184
CASTRO

lismo* y el misterio de lo mágico, aunando sus tración Española, Blanco y Negro, Nuevo
raíces hondamente gallegas con el ejercicio pro­ Mundo, El Liberal, El Tiempo o ABC, entre
sístico de la narrativa más contundentemente otras. Su labor de poeta, relacionada con el M o­
aragonesa, todo ello bordeando a veces los lími­ dernismo*, dio a la imprenta los títulos Cancio­
tes de la más pura fantasía, lo que da cuenta de nero galante y El am or que pasa (am bos de
su fascinación por lo extraordinario. Sus páginas 1903), además de su colaboración en el poema
están pobladas de mitos, fantasmas, leyendas, dram ático G erineldo (1908), de López Alar-
pasiones, muertes, pesadillas, sueños, amores cón*. En su producción novelística, donde va
desgraciados, ciudades sumergidas..., todo sazo­ de la tem ática costumbrista al análisis psicoló­
nado con un estilo que no oculta las influencias gico, pasando por lo erótico, lo histórico, la crí­
de Borges o Cunqueiro*, así como, claro está, de tica social y la denuncia política, destacan
la antigüedad clásica, y por lo que toca a la ver­ obras como: Las insaciables (1909), La bonita
tiente más realista, de Baroja* o Hemingway. y la fe a (1910), Lais de Corinto (1920), La in­
Otros autores cuyos ecos se escuchan en las pá­ terina (1921), quizá su novela más importante,
ginas de Castro son García Márquez y Juan Car­ Un bolchevique (1925) y La inglesa y el tra-
los Onetti, ambos inventores de geografías lite­ pense (1926).
rarias, como el autor gallego lo es de Baladouro.
Entre sus obras, destacan las cuatro narraciones CASTRO, Fernando-Guillermo de (M adrid,
fantásticas de Mitologías (1987), El corazón des­ 1927)
bordado (1990), donde reúne la correspondencia Narrador y ensayista. Abogado, fue Premio Café
del poeta Julio Antonio Gómez* con autores ara­ Gijón por su novela breve Las horas del día
goneses como Miguel Labordeta*, José Antonio (1956), y Premio Sésamo por Madrid, 1936
Labordeta y José María Aguirre*, Los pasajeros (1958), a las que, entre otras muchas, hay que
del estío (1990), que incluye textos con mucho añadir La isla perdida (2000), una suerte de en­
de mitológico sobre un pueblo de Teruel en el sayo novelado sobre la isla de Ibiza. Otras obras
que el autor pasó varios veranos de su vida; las suyas son: El zapato, que se incluye en Dos no­
obras periodísticas Retratos imaginarios (1994) velas de amor (1958), y el ensayo Baroja, histo­
y Veneno en la boca (1994), que recoge conver­ riador romántico. En 1956, el cineasta Carlos
saciones con diferentes escritores; una monogra­ Saura realizó un largometraje, La tarde del do­
fía teatral sobre El Silbo Vulnerado (1991), dife­ mingo, basado en uno de sus cuentos.
rentes libros de bibliofilia, como Bestiario
aragonés (1991), Aragoneses ilustres, ilustrados CASTRO, Francisco de (Madrid, ?-1740)
e iluminados (1992) y Arquitecturas imaginarias Dramaturgo. Fue un famoso actor, como su pa­
de Aragón (1995); el libro institucional Aragón dre, y publicó entremeses y mojigangas agrupa­
(2001) y, sobre todo, sus obras narrativas más das en tres volúmenes publicados en 1702, y
conocidas: los libros de relatos El testamento de Poesías (1710). Postumamente, apareció Libro
amor de Patricio Julve (1995) y Los seres impo­ nuevo de entremeses, intitulado «Cómico f e s ­
sibles (1998), y la novela El álbum del solitario tejo» (1742).
(1999), a las que hay que añadir obras en gallego
como A lenda da cidade asolagada (1995) y CASTRO, Francisco de Paula (Sevilla, 1771-
Vida e morte das baleas (1997) — Vida y muerte 1827)
de las ballenas (2002)— , con el que cierra el ci­ Poeta de la escuela sevillana. Destaca su poema
clo de narraciones de estirpe galaica en torno al Imperio del hombre sobre la naturaleza, en el
mar, la mujer y el amor iniciado en Mitologías. que impera la reflexión moral.
A todo ello hay que añadir el ensayo Vidas de
cine (2002). CASTRO, Guillén de (Valencia, 1569-M adríd,
1631)
CASTRO, Carmen (San Sebastián, 1912) Dramaturgo. De familia hidalga, vivió una ju ­
Ensayista. Hija de Américo Castro* y esposa de ventud tranquila con su familia. En 1592, fue
Xavier Zubiri*, es doctora en Filosofía y Letras. miembro fundador de la Academia de los N oc­
Dos de sus obras fundamentales son su tesis doc­ turnos (véase ACADEMIAS), donde utilizó el so­
toral, Los personajes fem eninos en la obra de brenombre de Secreto, fue capitán de caballos
Cervantes, y Marcel Proust o el vivir escribiendo. del reino de Valencia, gobernador de Seyano, en
el Reino de Nápoles, y, ya en M adrid, entró al
CASTRO, Cristóbal de (Iznáiar, Córdoba, 1878- servicio del marqués de Peñafiel. En 1616 in­
M adrid, 1953) tentó, tras su desaparición, resucitar la Academia
Poeta y novelista. Como periodista y crítico li­ de los N octurnos, llam ándola Los montañeses
terario, escribió en publicaciones como La Ilus­ del Parnaso. Se casó dos veces, con la marquesa
185 CASTRO

de Girón de Rebolledo (1595) y con Ángela Sal­ CASTRO, José Julián de (M adrid, 1723-1763)
gado (1626), sin que de sus versos pueda dedu­ Dramaturgo, entremesista y famoso coplero. No­
cirse que fuera feliz en ambos matrimonios. Fue tario apostólico, puso al día, como otros autores
amigo de importantes escritores, sobre todo de del siglo xvm, los modos barrocos, y publicó nu­
Lope de Vega*, y miembro de la orden de San­ merosos pliegos de cordel.
tiago.
Puede decirse de su teatro que carece de elemen­ CASTRO, Juan Antonio (Talavera de la Reina,
tos folclóricos y rurales, que supo mantenerse al Toledo, 1927-1980)
margen de la rigidez y el clasicism o de ciertos Dramaturgo. Ganó un accésit del Premio A do­
autores de su tierra, y que sus personajes son in­ nais de Poesía y colaboró con grupos de teatro
dividuales, con rasgos psicológicos bien defini­ independiente, logrando el éxito con Tiempo del
dos y caracteres propios. Se trata de un ejemplo 98 (1971). Otras obras suyas son: Plaza del
de cohesión entre la forma de hacer teatro de la m ercado (1964), Petición y denuncia (1969),
escuela valenciana y las formas lopescas, en el Fiebre (1975), Tauromaquia (1975) y ¡Viva la
que supo utilizar el Romancero* con la habili­ Pepa! (1979).
dad necesaria como para transformarlo en argu­
mento de sus comedias. Su obra fundamental es CASTRO, Juana (Villanueva de Córdoba, 1945)
Las mocedades del Cid, un texto romanceril en Poetisa. Profesora especialista en Educación In­
el que se abordan los sentim ientos del am or y fantil y traductora de italiano, en sus versos
del honor, en el que evita siempre las interpreta­ ahonda en las condiciones de la vida mral, en la
ciones subjetivas de los temas y se mantiene fiel dureza de la vida campesina, siempre desde el
al modelo. La indagación de Guillén de Castro realismo* de un lenguaje naturalista y coloquial.
en la figura del Cid continuó en Las hazañas del Además de su traducción del italiano De la Neo-
Cid, utilizada por Com edle para su Le Cid, que, vanguardia a nuestros días, destacan sus poema­
sin estar tan cerca del Rom ancero, en su inter­ rios Cóncava mujer (1978), Del dolor y las alas
pretación de él, alcanzó la categoría universal de (1982), Paranoia en otoño (1985), Narcisia
obra maestra. En 1618 reunió un volum en con (1986), Arte de cetrería (1989), con el que ob­
doce comedias, reeditado en 1621, entre las que tuvo el Premio Juan Ramón Jiménez, Alta trai­
se encontraban El conde deAlarcos, Don Quijote ción (1990), Fisterra (1992), No temerás (1994),
de la Mancha, Los malcasados de Valencia y la con el que obtuvo el Premio Carmen Conde, la
ya citada Las mocedades del Cid. Más tarde, en antología Alada mía (1995), Del color de los ríos
1625, publica otro volumen de comedias, donde (2000) y El extranjero (2001).
están El Narciso en su opinión y La fuerza de la
sangre. Salvo estos casos, la totalidad de sus co­ CASTRO, Luisa (Foz, Lugo, 1966)
m edias se editaron independientem ente. Su P oetisa y novelista. Ha vivido en Santiago de
obra, alabada por escritores del momento, como Compostela, donde en 1984 comenzó sus estu­
Cervantes*, Agustín de Rojas*, Pérez de M on­ dios universitarios y publicó su primer libro. Ya
talbán* o su amigo Lope, suele dramatizar fuen­ en Madrid, en 1986, se licencia en Lingüística
tes famosas, conocidas ya por los espectadores, y em pieza a colaborar en diversas publicacio­
gran parte de ellas del viejo Romancero. Suelen nes. Posteriorm ente, en 1993, gana una beca
clasificarse sus comedias de acuerdo a diferen­ Fullbright de Artes y se traslada a Nueva York
tes temas; así, de tema histórico-épico deben ci­ para estudiar cine en las universidades de Co-
tarse: Las m ocedades del Cid, Las hazañas del lumbia y New York, tras lo cual, ya en 1994, re­
Cid, La ju sticia en la piedad, La hum ildad so­ side en B arcelona, donde im parte clases de
berbia y Pagar en propia moneda; sobre leyen­ guión cinem atográfico y tiene dos hijos. En
das y temas del Romancero: El conde de A ta r­ 2000 regresó a Santiago de Compostela. E s­
eos y El conde de Irlos; las leyendas de temas cribe asiduam ente en diarios como A B C y El
clásicos están representadas por Los amores de País. En su poesía, donde se aprecia la fuerza
Dido y Eneas; m itológica es Progne y F ilo ­ de la cotidianidad en sus emociones, está pre­
mena; costumbristas y de capa y espada, El Nar­ sente, no obstante, una em otividad profunda,
ciso en su opinión y Los malcasados de Valen­ así como una galería de seres misteriosos que
cia; sobre obras de Cervantes están Don Quijote dibujan constantes propuestas simbólicas.
de la M ancha, El curioso impertinente y La Puede decirse que se trata de una poesía des­
fu e rza de la sangre, y, de tem a político, desta­ bordantem ente imaginativa, barroquizante in­
can El am or constante y El perfecto caballero. cluso en cuanto al estilo, y con un gusto esté­
Todas ellas son de autoría indiscutible, si bien tico por lo mágico, en la que el amor se ofrece
las fechas de escritura son, en todos los casos, con rotunda intensidad a los sentidos y a la me­
dudosas. lancolía. Por lo que respecta a su narrativa, Cas­
CASTRO 186

tro usa un lenguaje que aúna la belleza sonora, la cia, junto a Curros Enríquez* y Eduardo Pon-
sensualidad lírica con la precisión y la contun­ dal*. Sus poemarios, además del ya citado, son:
dencia, a la búsqueda así de la expresión rotunda Cantares gallegos (1863), escrito en un gallego
y emotiva de los sentimientos y de los vericuetos lleno de coloquialism os, dialectal, en el que
de la memoria individual, de la nostalgia y de la protesta vehementemente contra la pobreza y la
pérdida de la inocencia. Entre sus poemarios des­ emigración, y en el que glosa con cariño las cos­
tacan Odisea definitiva (1984; ed. corregida, tumbres gallegas; Follas novas (1880), también
Odisea definitiva, libro postumo, 1986), Los ver­ en gallego, donde conviven el intim ism o y la
sos del eunneo (1986), Premio Hiperión, Los há­ denuncia social con un dolor más intenso e ín­
bitos del artillero (1988), con el que obtuvo el timo, además de la expresión culta y la popular,
Premio Rey Juan Carlos, Baleas e Baleas (1988), al modo de los Heder de Heine, y En las orillas
originariamente en gallego y traducido ulterior­ del Sar (1884), este escrito en español, quizá de­
mente al español como Ballenas (1992), y De mí sengañada de las posibilidades del gallego como
haré una estatua ecuestre (1997), originaria­ lengua literaria, y en el que m uestra una gran
mente en gallego. Es autora, además, de las no­ amargura filosófica a la hora de tratar las angus­
velas El somier (1990), con la que quedó fina­ tias esenciales del ser humano, como la nostal­
lista del Premio Herralde, La fiebre amarilla gia, la saudade y la soledad, la religiosidad, la
(1994), El secreto de la lejía (2001), con la que muerte o el amor, sin olvidar la tierra, su Gali­
obtuvo el Premio Azorín, y Viajes con mi padre cia amada, todo ello con un estilo claro, sin me­
(2002), así como de Diario de los años apresu­ táforas, y una métrica, a veces innovadora, que
rados (1998), en el que se recopilaron algunos anuncia el Modernismo*. Su poesía fue adm i­
de sus artículos en prensa en los que rememoraba rada por autores como Azorín* o Juan Ramón
los años de sus comienzos literarios y su traslado Jiménez*.
a Madrid. Como narradora, escribió novelas, consideradas
imperfectas, pero de gran originalidad y fantasía.
CASTRO, Rosalía de (Santiago de Compostela, Son: La hija del mar (1859), un folletín* román­
La Coruña, 1837-Padrón, La Coruña, 1885) tico de tendencias socialistas, en la línea de
Poetisa y narradora en lenguas gallega y espa­ Ayguals de lzco*, Flavio (1861), un análisis psi­
ñola. Es una de las figuras clave de la poesía es­ cológico sobre el amor, Ruinas (1864) — subtitu­
pañola del siglo xix, además de haber sido pre­ lada «Desdichas de tres vidas ejemplares»— , no­
cursora del nacionalismo gallego. Hija de una vela dentro del más claro realismo costumbrista,
hidalga soltera y de un seminarista, fue acogida los «Cuentos extraños» El caballero de las botas
por su familia paterna en la aldea de Ortoño. Pa­ azules (1867) y El prim er loco (1881), ambos ca-
rece que comenzó a escribir sus primeros versos racterizados por la extraordinaria fantasía con
a los 11 años y, poco después, a los 15, sufre una que están desarrollados, y una narración breve ti­
profunda transformación anímica, por causas tulada El Domingo de Ramos, sobre la celebra­
desconocidas, a la que se debe el posterior «do­ ción de esta fiesta en Galicia. Rosalía, antes de
lor de vivir» que impregnará toda su obra. En morir, ordenó que se quemasen todos sus manus­
Santiago contactó con la juventud romántica ga- critos inéditos, a pesar de lo cual nos llegaron al­
lleguista y, más tarde, ya en Madrid, donde se en­ gunos, como los poemas Romana e Historia de
cuentra desde 1856, conoció a M anuel Mur- mi abuelo. En 1993, se publicaron en Madrid dos
guía*, que le presentó a Bécquer* — con quien volúmenes de Obras completas.
mantuvo una intensa relación literaria— , lo que
la llevará a participar de las inquietudes y luchas CASTRO Y AÑANA, Pedro (Murcia, h. 1Ó10-?)
de los revolucionarios del 68. En la capital, pu­ Narrador y poeta. Autor de Auroras de Diana
blicó su primer libro de versos, La Flor (1857), (1632), libro en la línea de Las mil y una noches y
reseñado por Murguía en la prensa madrileña, el Decamerón de Boccaccio, por su estructura epi­
antes de convertirse en su marido. Rosalía fue sódica, donde varios caballeros tratan de distraer a
una mujer solitaria, satisfecha del cuidado de sus una dama, en su convalecencia de una enferme­
hijos, y, sin embargo, recia en sus convicciones e dad, con historias que quedan pendientes de un día
inconformista, de un pesimismo profundamente para otro. El bucolismo y la galantería son sus ras­
metafísico, cuyo origen está tanto en el fracaso gos principales. La obra incluye doce sonetos de
de sus anhelos políticos cuanto en la desgracia gran delicadeza. Fue un texto admirado por dife­
que se cernió sobre su vida. Llevó una existencia rentes autores de la época, entre ellos Lope de
recogida e íntima, lo que no impidió que se con­ Vega*, quien dio la aprobación para su impresión.
virtiera en una especie de mito entre los gallegos,
que la convierten en «santiña». Con su obra, fue CASTRO Y BELLVÍS, Guillén de -> Véase C A S ­
precursora del Rexurdimiento cultural en Gali­ TRO, Guillén de.
187 CASTRO Y ROSSI

CASTRO CALVO, José María (Zaragoza, 1903-?) Castellanos» que, junto a Tomás Navarro To­
Crítico. Doctor en M edicina y en Filosofía y Le­ más*, fundó en 1910. Su importante labor como
tras y catedrático de Literatura Española durante romanista ha dado obras como Contribución al
muchos años en la Universidad de Barcelona, en la estudio del dialecto leonés de Zamora (1913) o
que, además, ocupó diversos cargos administrati­ la traducción y anotaciones de Introducción al
vos, colaboró en publicaciones como ABC, ínsula estudio de la lingüística romance, de Meyer
y La Vanguardia. Aunque debe ser recordado, so­ Lübke, en 1914. Adscrito al liberalismo refor­
bre todo, por su edición de El libro de la Caza, de mista de Ortega y Gasset*, en clara relación con
Don Juan Manuel*, que editó en 1948, hay que Francisco Giner de los Ríos*, mostró su interés
mencionar sus obras Metodología de la Historia por el mundo universitario en títulos como La
de la Literatura (1934), El arte de gobernar en las enseñanza del español en España (1922) y Len­
obras de don Juan Manuel (1945), Rubén Darío y gua, enseñanza y literatura (1924). No obstante,
el Modernismo (1949), Filosofía del dinero (1952), sus obras fundamentales son: Vida de Lope de
Valores universales de la literatura española Vega (1919), escrita en colaboración con H. Ren-
(1961), La enseñanza de la literatura española nert, El pensamiento de Cervantes (1925), en la
(1962) y Mi gente y mi tiempo (1968), entre otros. que analiza con profundidad el humanismo tar­
dío en España y demuestra la presencia en la
CASTRO Y LES, Vicente (Ayerbe, Huesca, 1869-?) obra cervantina de todos los temas y preocupa­
Prosista y dramaturgo. Colaborador de revistas ciones propias del Renacimiento, y, sobre todo,
como La Ilustración Española y Americana, España en su historia. Cristianos, moros y j u ­
fundó una revista deportiva y fue autor humorís­ díos (1948) — titulado, en su edición de 1953,
tico y localista de quien destacan obras como La realidad histórica de España, que, a su vez,
Chascarrillos baturros (1905), Chascarrillos es­ revisó en la edición de 1962— , en la que puede
tudiantiles (1910) y Chascarrillos teatrales encontrarse la idea fundamental de su pensa­
(1910), además de las obras de teatro Juramen­ miento sobre España, esto es que la conciencia
tos de mujer (1886) y La bolsa o la vida (1916). española se formó sobre una concepción absolu­
tista en pugna con lo semítico, lo islámico y lo
CASTRO Y OROZCO, José (G ranada, 1808- judío, aunque influida siempre por los tres mun­
M adrid, 1869) dos, lo que dio lugar a una forma peculiar de
Dramaturgo. Marqués de Gerona, estudió Leyes vida hispánica, distinta tanto de Oriente como
y fue ministro de G racia y Justicia. Entre sus del Occidente europeo. Otras obras suyas son:
obras de teatro destacan Fray Luis de León o El Don Juan en la literatura española (1924),
sigilo y el claustro (1837), una visión romántica Santa Teresa y otros ensayos (1932), Lo hispá­
del célebre agustino, y Aixa (1843). nico y el erasmismo (Buenos Aires, 1942), Cas­
tilla la gentil (México, 1944), Antonio de Gue­
CASTRO QUESADA. Américo (Cantagallo, Bra­ vara (Princeton, 1945), Hacia Cervantes (1957;
sil, 1885-Uoret de Mar, Gerona, 1972) ampliada en 1960), Origen, ser y existir de los
Considerado uno de los más eminentes filólogos españoles (1958), De la edad conflictiva. El
españoles, estudió Derecho y Letras en Granada drama de la honra en España y en su literatura
y se doctoró en Madrid, donde trabajó desde muy (1961), «La Celestina» como contienda litera­
pronto en el Centro de Estudios Históricos que ria (1965), Los españoles: cómo llegaron a
dirigía Ramón M enéndez Pidal*, en el que desa­ serlo (1965), Cervantes y los casticismos espa­
rrolló una intensa labor investigadora. Durante la ñoles (1966), «Español»: palabra extranjera
República, fue embajador en Alemania y, tras la (1970), Sobre el nombre y el quién de los espa­
Guerra Civil, en 1939, se exilió. Fue catedrático ñoles y Españoles al margen (ambas, postumas,
en las universidades de Madrid y Princeton (Es­ de 1973). Sus ideas han dado pie a numerosas
tados Unidos). Gran parte de sus estudios apare­ polémicas, entre las que destaca la refutación de
cieron en las más importantes revistas especiali­ Sánchez Albornoz*, y han influido en diferentes
zadas, como R evista de Filología Española, autores contem poráneos, entre ellos en Juan
Bulletin Hispanique o Revista de Filología H is­ Goytisolo*, con quien mantuvo una intensa co­
pánica. Ha tratado, en su obra, temas tan dispa­ rrespondencia que se recogió en el volumen El
res como los fueros leoneses y glosarios latino- epistolario (1968-1972). Cartas de Am érico
españoles de la Edad M edia, los erasm istas, el Castro a Juan Goytisolo (1997).
Romanticismo* español o el mundo iberoameri­
cano, además de haber preparado ediciones co­ CASTRO Y ROSSI, Adolfo de (C ádiz, 1823-
m entadas de Tirso de M olina*, Juan de Mal 1898)
Lara*, Lope de Vega*, Rojas Zorrilla* o Que- Ensayista. Miembro de las Academias de Buenas
vedo*, entre otros, para la colección «Clásicos Letras de Sevilla y de Bellas Artes de Cádiz, fue
CASTRO Y SERRANO

director de El Constitucional. Su fama se debe a borar en numerosas publicaciones, escribió los


la publicación, en 1847, de El buscapié, que, ase­ poemarios M i alma, Dédalo (1891), Poesías
guraba, era una copia de un manuscrito de Cer­ nuevas (1894), Ciencia y fe (1894) y Poesías
vantes* encontrado en una librería, algo que, con postum as (1900), la novela Hacia abajo (1894)
el tiempo, se demostró como falso — a lo que y el drama El reo santo (1894).
contribuyó notablemente Martínez Villergas*— ,
aunque engañó a muchos y la obra fue traducida CASTRO VILLACAÑAS, Demetrio (Huete, Cuenca,
a diferentes idiomas. El hecho tuvo una gran re­ 1919)
sonancia y originó la polémica entre los cervan­ Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad
tistas. Se ocupó de la selección de los Poetas lí­ de Madrid y colaborador de diarios como Arriba y
ricos de los siglos xvi y xvil de la «Biblioteca de La Hora, del que fue director, ocupó diversos car­
Autores Españoles» de Rivadeneyra*. Destacan gos en la Administración franquista, formó parte
sus obras Historia del conde-duque de Olivares de los escritores que fundaron la revista Garcilaso
(1847), Historia de los judíos en España (1847), y fue secretario de Escorial. Poeta clasicista, ana­
Relación entre las costumbres y escritos de Lope liza en sus versos el dolor y la muerte. Destacan
de Vega (1851), La última novela ejem plar de sus poemarios Elegía a los muertos lejanos ( 1946),
Cervantes (1872) y La epístola moral de Fabio Epístola y tres poemas más (1946), Donde la sed
no es de Rioja (1875), además de varios libros de comienza (1949), Conciencia de hombre (1957),
investigación sobre los reinados de Felipe II y galardonado con el Premio Ciudad de Barcelona,
Femando VII. Hombres del mar (1959), Olvido que bebemos
(1968) y Subida a la Giralda (1971), entre otros.
CASTRO Y SERRANO, José de (G ranada,
7829-Madrid, 1896) CASTROVIEJO, Concha (Santiago de Compos­
Narrador. Perteneció a la última tertulia de los tela, La Coruña, 1910-Madr¡a, 1995)
escritores románticos, conocida como La cuerda N arradora. Licenciada en Filosofía y Letras,
granadina, a la que también acudían Pedro Anto­ realizó estudios de Literatura francesa en Bur­
nio de Alarcón* y Fernández y González*. Cola­ deos y fue periodista y crítica literaria. Vivió en
boró en las publicaciones madrileñas de mayor M éxico, exiliada, durante diez años, dedicán­
prestigio, como La Epoca y La Ilustración Espa­ dose a la enseñanza en la Universidad de Cam­
ñola e Hispanoamericana, fue, desde 1889, aca­ peche y a estudiar arqueología. Durante un
démico de la Real Academia Española y escribió tiempo, dirigió el suplemento infantil del diario
algunas obras dedicadas a viajes, reales e imagi­ Informaciones, además de colaborar en num e­
narios, como La novela de Egipto (1870) — la rosas revistas españolas y extranjeras. Destacan
más importantes de sus obras, en la que se reco­ sus novelas Los que se fueron (1957), Víspera
gen las crónicas que supuestamente escribía del odio (1959), Premio Elisenda M oneada— am­
desde el canal de Suez, con motivo de su inaugu­ bas sobre su experiencia durante la G uerra C i­
ración en 1869, y que, sin embargo, escribía vil— y Los días de Lina (1964), novela poemá­
desde Madrid con las notas que le proporcionaba tica sobre el descubrimiento de la naturaleza por
la hija del orientalista Pascual Gayangos*— , Es­ parte de una niña, además de relatos infantiles,
paña en Londres (1863) y España en París entre los que debe mencionarse El jardín de las
(1869), dedicados, ambos, a su visita a las Expo­ siete puertas (1961), Premio Doncel de Litera­
siciones Universales celebradas en sendas ciuda­ tura Infantil.
des. Otras obras suyas son Cartas trascendenta­
les (1861), Los cuartetos del Conservatorio CASTROVIEJO Y BLANCO CICERÓN, Xosé Ma­
(1886), Cuadros contemporáneos (1866) e H is­ ría (Santiago de Compostela, La Coruña,
torias vulgares (1871), además de narraciones 1909-Tirón, Vigo, 1983)
breves, divertidas y sencillas, como La capitana Poeta y narrador en lenguas gallega y española.
Cook, El brigadier Fernández, La serpiente en­ Gran viajero y conferenciante, fue historiador de
roscada y otras. En sus textos, abundan las ob­ las costumbres de Galicia, así como profesor de
servaciones cuidadosas, las reflexiones y las des­ Economía Política y Hacienda Pública en la Uni­
cripciones minuciosas y detallistas de la vida versidad de Santiago. D irigió el periódico El
cotidiana. Pueblo Gallego, que abandonó por no renunciar
a sus ideas frente a la censura franquista, y co­
CASTRO Y VALDIVIA, Gonzalo de (M adrid, laboró en numerosas publicaciones de Hispa­
1858-Avila, 1905) noamérica. Gallego galleguista y profundo cono­
Poeta, novelista y dramaturgo. Ingeniero, geó­ cedor de Galicia, por la que viajó hasta la
grafo y escritor muy precoz, al que sus contem­ extenuación y sobre la que lo había estudiado y
poráneos apenas hicieron caso. Además de cola­ leído todo, o casi todo, tanto su obra poética
CATAÑO

como narrativa y periodística la dedicó a ella, tor ambicioso, complejo y meticuloso, en cuyo
dando m uestras de independencia ideológica y mundo narrativo predominan cuestiones como la
de una integridad humana y política que siempre violencia en la historia de la humanidad y, más
destacaron como característica fundam ental de específicamente, el exilio español. Además de
su persona quienes lo conocieron. Precursor de ensayos como Pensamiento y acción (1994),
la defensa medioambiental a través de una litera­ Conversaciones valencianas (1995), Proceso a
tura que dem ostraba en cada línea su amor a la la guerra (1997), El prestigio de la lejanía
naturaleza, dicha lucha le costó no pocos proble­ (1999), galardonado con el Premio Internacional
mas con diversas industrias y poderes económi­ Juan Gil-Albert, Códigos éticos de publicidad y
cos que intentaron disuadirlo de sus objetivos. marketing (2000) y Genealogía del engaño
Fue dueño, asimismo, de una lengua sugestiva a (2001), es autor de las novelas Te morirás sin sa­
través de la cual siempre evocó el paisaje y berlo (1996) y El último Juan Balaguer (2002),
cantó, con apasionamiento, la furia y belleza del en la que impera, por contra, un claro tono ensa-
mar, adentrándose en el constante debate entre yístico, así como de los relatos de Sólo por si
vida y muerte. De entre todas sus obras, destacan acaso (1999).
los poemarios M ar del Sol, poemas de un diario
a bordo (1940), resultado de su experiencia en­ CATALÁN DEUS, José (Madrid, 1949)
rolado en 1933 en un barco de pesca que faenaba Poeta. Fue subdirector del desaparecido diario El
en aguas de Irlanda y de Gran Sol para conocer Independiente y director de Pórtico, es editor de
la experiencia de los marineros y en el cual se in­ una revista electrónica que creó en 1995 y que se
cluyen fotografías, Altura (1939), que incluye el edita en Internet desde Londres. Autor de una
que quizá sea el prim er canto elegiaco, desa­ poesía de compromiso en la que no renuncia a un
fiando todos los riesgos de la censura, a Federico uso desenvuelto del lenguaje en el que están pre­
García Lorca*, M ar del sol, Altura y Tempo de sentes todos los elementos de la vida cotidiana.
outono e outros poem as (1963), el extraño texto Destaca su poemario Testimonium. De trascen­
de prosa y verso de Los paisajes iluminados der milenios (1999).
(1945); la obra teatral Don Quijote (1947); los
cuentos de El pálido visitante (1960) y sus textos CATALÁN MENÉNDEZ PIDAL, Diego (M adrid,
más conocidos, aquellos dedicados a su tierra de 1928)
form a documental: Galicia: guía espiritual de Filólogo. Nieto de Ramón Menéndez Pidal*, ha
una tierra (1960), Viaje por los montes y chime­ sido catedrático en la Universidad de Wisconsin
neas de Galicia (1962), en colaboración con y en la Universidad Autónoma de Madrid, así
Alvaro Cunqueiro*, Catedral de Santiago: alma como director de la Fundación Menéndez Pidal.
y piedra de una catedral (1962) y Caza y pesca Entre sus numerosos estudios lingüísticos sobre
en Galicia (1982), entre otros muchos. Suyas son temas medievales, materia en la que es uno de
también las novelas El conde de Gondomar, un los grandes especialistas de la actualidad, desta­
azor entre ocasos (1967), Las tribulaciones del can: Poema de Alfonso XI: fuentes, dialecto, es­
cura de Noceda (1970) y La burla negra (1973). tilo (1953), La escuela lingüística española y su
Recibió prem ios como el N acional de Perio­ concepción del lenguaje (1955), Un prosista
dismo Francisco Franco, el Mariano de Cavia y, anónimo del siglo XIV (1955) y La épica espa­
con carácter extraordinario, el Nacional de Lite­ ñola. Nueva documentación y nueva evaluación
ratura Ramón María del Valle-Inclán. (2000), además de numerosos trabajos sobre el
Romancero y la historiografía en la Edad Media.
CATALA, Víctor -»Véase ALBERT I PARADIS, C a ­
ten na. CATAÑO, José Carlos (La Laguna, Tenerife,
1954)
CATALÁN, Miguel (Valencia, i 958) Poeta, narrador y ensayista. Estudió Filología en
Ensayista y narrador. Doctor en Filosofía y pro­ las universidades de La Laguna y Barcelona,
fesor de Ciencias de la Información en la Univer­ ciudad esta en la que vive desde 1974. Autor
sidad Cardenal Herrera CEU, es articulista en la idealista, en sus versos, emotivos y abstractos,
edición valenciana del diario El Mundo y subdi­ hay una búsqueda constante del silencio a partir
rector de la revista literaria El Mono-gráfico. En de las consecuencias de la ausencia y la perpleji­
su producción, tanto la escritura creativa como la dad del cuerpo ante la arbitrariedad de los senti­
reflexiva han convivido con pareja intensidad. dos, ello a través de un cierto laconismo expre­
Se trata de un autor cuyos ensayos, principal­ sivo, de elegías y epitalamios, con una poesía a
mente centrados en la filosofía e historia de la veces celebrativa, nostálgica, que alude a lo
cultura, están cerca de la prosa narrativa y de la esencial apenas nombrándolo en reflexiones que
fabulación. Como novelista, se trata de un escri­ suponen apuntes y de las que no está nunca ex­
190
CATARINÉU

cluido el paisaje insular, centro esencial de la Antonio Machado*, José Mas*, Alfonso Sastre*
palabra, elemento que conecta al individuo con o Émile Zola, de quienes ha realizado ediciones
la realidad, en todas sus perspectivas posibles: críticas, estudios y traducciones de algunas de
la sensual, el recuerdo, el anhelo. Se trata, en sus obras. En 1996 recibió el prestigioso Premio
fin, de una poesía herm ética, meditativa, inte­ Humboldt de Investigación en Humanidades,
rrogativa y en la que la reflexión sobre el poema que otorga en Alemania la Alexander von Hum-
mismo se convierte en centro en torno al cual el boldt-Sdftung. Es especialista, asimismo, en lite­
conocimiento del mundo enlaza con la contem­ ratura del exilio español. Deben destacarse, entre
plación del paisaje. Su idea del paisaje conecta sus libros, títulos como: Vida y obra de José
con la de los territorios míticos, lugares a los M aría Salaverría (1972), «Hora de España».
que él mismo ha viajado, tales como Zanzíbar, A ntología (1975), Cultura y exilio. La revista
M artinica, Tristán d ’Acuña o el norte de M a­ «España Peregrina» (1976), «Romance»: Una
rruecos. Además de diferentes ensayos, entre revista del exilio (1976), la antología Romancero
ellos Escritos y Ejercicios de estilo, destacan de la Guerra Civil (1978), Crónica de una mar-
sus poemarios Jules Rock (1975), que es una co­ ginación. Conversaciones con Alfonso Sastre
lección de prosas poéticas, D isparos en el p a ­ (1984), El exilio republicano en México. Las re­
raíso (1983), M uerte sin ahí (1986), El cónsul vistas literarias: 1939-1971 (1992), El mundo
del mar del Norte (1990), A las islas vacías novelístico de Pérez Galdós (1992), Las cenizas
(1997), la reedición de dos de sus libros anterio­ del Fénix. La cultura española en los años 30
res: Disparos en el paraíso / M uerte sin ahí (1993), Correspondencia Ramón J. Sender-Joa-
(1998) y En tregua (2001), así como sus Diarios quín Maurín 1952-1974 (1995), Zola, Galdós,
(1974-2001) (2002). Por lo que se refiere a la Clarín. El naturalismo en Francia y España
narrativa, es autor de las novelas El exterminio (1995) e Hipótesis sobre el exilio republicano de
de la luz (1975), que se editó bajo el seudónimo 1939 (1997), entre otros, a los que hay que aña­
de Pófido Santos John, De tu boca a los cielos dir su importante introducción a la edición de El
(1985) y Madame (1989). fin de la esperanza (1998), texto extraño escrito
tras la Guerra Civil y publicado en Francia en
CATARINÉU, Ricardo J. (Tarragona, 1868-Ma- 1949 con la autoría m isteriosa de Juan Herm a­
dríd, 1915) nos. Dicha edición de Caudet contaba con el pre­
Poeta y dramaturgo. Periodista y crítico literario facio escrito en la edición de 1950 por Jean-Paul
en La Correspondencia de España, colaboró en Sartre.
diferentes colecciones de novela corta. Como
poeta, debe incluírsele en las lindes del premo- CAVESTANY, Juan Antonio (Sevilla, 1861-Ma-
dernismo, con libros como Versos (1887), F le­ dríd, 1924)
chazos (1889), Hechizos (1889), Tres noches Poeta y dramaturgo. Fue elocuente orador, dipu­
(1890), Giraldillas (1893), Los forzados (1899) tado conservador en diferentes legislaturas y se­
y Madrigales y elegías (1913). De sus obras tea­ nador por Salamanca, además de miembro de la
trales, deben destacarse Venalidad (1902) y La Real Academia Española desde 1902. Fue un
sombra (1911). Realizó también algunas traduc­ creador precoz, ya que estrenó su prim era obra
ciones de dramaturgos extranjeros, como Bems- en 1877, El esclavo de su culpa, a la que siguie­
tein o Sem Benelli. ron otras muchas que, sin embargo, no lograron
superar el listón de calidad que consiguió con la
CAUDET ROCA, Francisco (Alcalá de Chivert, primera. De su producción teatral destacan: Que
Castellón, 1949) ustedes lo pasen bien (1880), La reina y la co-
Crítico y ensayista. Doctor en Filología Romá­ medianta (1900), Nerón (1900) y la ópera Fari-
nica por la Universidad Complutense de Madrid, nelli (1902), para música de Bretón. Deben ci­
ha enseñado en universidades de Inglaterra, Es­ tarse, asimismo, sus poemarios Poesías (1883),
tados Unidos, Francia y Suiza, y ha desarrollado Versos viejos (1907), Mis versos (1913), La gue­
una minuciosa actividad investigadora becado en rra (1914) y Tristes y alegres (1916). Con José
diversas universidades norteamericanas y alema­ Velarde* escribió el drama histórico Pedro el
nas. Actualmente, es catedrático de Literatura Bastardo (1888).
Española en la Universidad Autónoma de M a­
drid. Ha publicado y publica en prestigiosas re­ CAVIA, Mariano de (Zaragoza, 1855-M adrid,
vistas nacionales y extranjeras, en donde ha de­ 1920)
jado constancia de sus profundos conocimientos Abogado que destacó como periodista, al cola­
sobre literatura contemporánea, principalmente borar en numerosos diarios madrileños y de pro­
en lo que respecta a figuras como Pérez Galdós*, vincias, entre los que destacan El Sol, El Liberal
Clarín*, Juan Valera*, José M aría de Pereda*, y El Imparcial, con seudónimos como Sobaqui-
191 CELA TRULOCK

lio y Un chico de instituto. Fue director del Dia­ Review de Nueva York, la Medalla a la Libertad
rio Dem ocrático de Zaragoza. Con un estilo de Expresión, otorgada por la F. D. Roosevelt en
ameno y satírico, abordó diversos problemas de Estados Unidos, y el Gran Premio Trento para el
la sociedad española del momento, del mundo de Periodismo Europeo.
los toros y cuestiones sobre la decadencia de la
lengua y otros asuntos literarios. Las obras que CEJADOR Y FRAUCA, Julio (Zaragoza, 1864-
recopilan gran parte de sus artículos son: D ivi­ M adrid, 1927)
sión de plaza (1887), A zotes y galeras (1891), Ensayista. Fue catedrático en la Universidad de
De pitón a pitón (1891), Salpicón (1892), Cuen­ Madrid y autor de numerosos ensayos literarios.
tos en guerrilla (1896), Grageas (1901) y Chá- Publicó ediciones anotadas de diferentes clásicos
charas (1923). Tras su muerte, el diario ABC ins­ españoles, como el arcipreste de Hita*, Gra­
tituyó el prem io que lleva su nombre para cián*, Quevedo* o Mateo Alemán*, además de
galardonar la mejor crónica aparecida cada año ediciones de la Celestina o el Lazarillo*. De sus
en la prensa española. títulos, deben citarse: Tesoro de la lengua caste­
llana (1908-1914), La lengua de Cervantes
CEBALLOS, Enrique (siglo xix) (1905-1906) y su gran obra: Historia de la len­
Poeta, narrador y dramaturgo. Militar, publicó gua y literatura castellanas (1915-1920; 14
obras de tema castrense, obras pedagógicas, tex­ vols.). Otras obras son Fraseología y estilística
tos infantiles, poesías, dramas y novelas. C ola­ castellana (1921-1925; 4 vols.), La verdadera
boró en diferentes publicaciones y dirigió el Dia­ poesía popular castellana (1921-1924) y, edita­
rio de los Pobres. Entre los títulos sobre la dos postumamente, Recuerdos de mi vida (1927)
infancia destacan: Vergel de la infancia (1881) y y Vocabulario m edieval castellano (1929). Se
Capullos de rosa (1897); de los poemarios, Tem­ trata de un autor olvidado, acaso debido a la pre­
pestades (1880) y Esperanzas (1880); el drama cipitación y poco rigor de sus textos.
La Covadonga (1886) y las novelas Las mujeres
de la noche (1876), La mujer del prójimo (1877), CELA, Camilo José -* Véase CELA TRULOCK,
La pesca de marido (1878), Lo mejor de la mu­ Camilo José.
je r (IS IS ) y La camisa de Adán (1889).
CELA CONDE, Camilo José (Madrid, 1946)
CEBRIÁN ECHARRI, Juan Luis (M adrid, 1944) Ensayista y narrador. Hijo de Camilo José Cela*,
Ensayista y novelista. Periodista, fue fundador y antropólogo y profesor de Evolución Humana en
director del diario El País, pasando después a ser la Universidad de Palma de Mallorca, es autor de
consejero delegado del Grupo PRISA. Es miem­ algunos ensayos, entre los cuales destaca Sende­
bro de la Real Real Academia Española. Ha pu­ ros de la evolución humana (2002), escrito en
blicado diferentes ensayos y varias novelas. Los colaboración con el biólogo Francisco J. Ayala,
primeros son: La prensa y la calle (1980), La Es­ así como de libros de relatos y de viajes, además
paña que bosteza (1980), ¿Qué pasa en el de un libro muy polémico sobre la relación con
mundo? (1981), Crónicas de mi país (1985), El su padre, Cela, mi padre (1989), ampliado ulte­
tamaño del elefante (1987), El siglo de las som­ riormente con dos capítulos tras el fallecimiento
bras (1994), recopilación de sus artículos, Car­ de este en 2002. Debutó en la novela con Como
tas a un joven periodista (1997), donde, a través bestia que duerme (2003), galardonada con el
de cartas a un joven aspirante a periodista, cuenta Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones;
experiencias personales en el mundo del perio­ se trata de un ejercicio de simbiosis entre géne­
dismo y reflexiona sobre los medios de comuni­ ros como el relato de aventuras o la novela de de­
cación, La red. Cómo cambiarán nuestras vidas nuncia, ambientada en una isla del Mediterráneo
los nuevos medios de comunicación (1998) y el en la posguerra española y que fue acogida por
libro de conversaciones con el ex presidente del la crítica con elogios, debido sobre todo a la sol­
Gobierno Felipe González El futuro no es lo que vencia narrativa del autor y a su capacidad para
era (2001). A todo ello hay que sumar las nove­ caracterizar personajes.
las La rusa (1986), La isla del viento (1990) y La
agonía del dragón (2000), primera parte de una CELA TRULOCK, Camilo José (tria Flavia, La Co­
trilogía dedicada a la transición política espa­ ruña, 1916-Madrid, 2002)
ñola, con el título genérico de El miedo y la Novelista. Es hijo de gallego y angloitaliana, es­
fuerza y a la que siguió Francom oribundia tudió Derecho y algunas asignaturas de Filosofía
(2003). Entre los muchos prem ios que ha reci­ y Letras en la Universidad de Madrid, ciudad a
bido destacan el Víctor de la Serna y el Nacional la que se trasladó siendo un niño y en cuya Fa­
de Periodismo, el Premio al Director Internacio­ cultad de Medicina de la Universidad Complu­
nal del Año, concedido por Atlas World Press tense ingresaría en 1934, aunque la abandonó
CELA TRULOCK 192

pronto. Durante los años que precedieron a la nuestros clásicos, a quienes ha sabido revivir en
Guerra Civil, conoció a Pedro Salinas*, fre­ sus páginas. Se le ha acusado, no obstante, de re­
cuentó el círculo intelectual de M aría Zam- sultar arbitrario, soez, morboso y, acaso, simple
brano* y entregó sus primeros poemas — los en el tratamiento de sus temas, lo que, por otra
cuales se incluyen en sus dos poemarios, apare­ parte, y sin dejar de ser m ateria opinable, no
cidos posteriormente, Pisando la dudosa luz del eclipsa ni la destreza con que maneja el idioma
día. Poemas de una adolescencia cruel (1945), ni la capacidad con que lo convierte en un instru­
que había sido escrito en 1936, y Cancionero de mento de extraordinaria riqueza descriptiva y
la Alcarria (1948), en los que se aprecian las di­ emocional. La mayoría de sus textos abundan en
ferentes tendencias poéticas im perantes en los la visión desgarrada y pesimista de una España
años treinta— a Menéndez Pidal*. En 1931, una primitiva, que él trata y contempla acercándose
enfermedad pulmonar lo postró en cama el al esperpento* de un Valle-Inclán* o a la sinies­
tiempo suficiente para leer con calma a los clási­ tra mirada del Goya de las pinturas negras, lo que
cos, sobre todo a Cervantes* y a Quevedo*, así no impide que, en sus libros de viajes, y toda vez
como las obras completas de Ortega y Gasset*, que se ha lanzado al camino a contemplar la rea­
quien marcó definitivamente su formación inte­ lidad, se aprecie una profunda humanidad. El hu­
lectual, además de Baroja*, a quien conoció per­ mor, siempre en convivencia emocional con el
sonalmente y hacia el que ha mostrado siempre escepticismo, le ayuda a la hora de toparse con
su agradecimiento y admiración. Ha residido en lo elemental del ser humano, con aquello que,
Palma de Mallorca, donde dirigió la revista Pa­ aun resultando escatológico, mezquino o ruin, no
peles de Son Armadans (1956-1979), una de las deja de ser característico de los rasgos más esen­
revistas literarias fundamentales de los últimos ciales de la propia humanidad del hombre, y es
tiempos, ya que en ella tenían cabida tanto sus por aquí por donde le han venido las críticas que
propios textos cuanto aquellos de escritores del ya hemos esbozado. De entre sus muchísimas
exilio, además de las nuevas tendencias literarias obras, deben destacarse La fam ilia de Pascual
y artísticas extranjeras, la literatura gallega y ca­ Duarte (1942), que, tras ser rechazada por varios
talana o las temáticas interdisciplinares, sobre editores, gozó, finalmente, de un gran éxito y su­
todo las relacionadas con las artes plásticas. Fue puso una revolución en los conceptos narrativos
miembro de la Real Real A cademia Española vigentes en aquel momento. Pabellón de reposo
—en la que ingresó en 1957, y donde leyó su dis­ (1943), Nuevas andanzas y desventuras de Laza­
curso La obra literaria del pintor Solana— , doc­ rillo de Tormes (1944), los cuentos reunidos en
tor honoris causa por numerosas universidades Esas nubes que pasan (1945), Viaje a la Alcarria
españolas y extranjeras, y dictó conferencias en (1948), su primer libro de viajes, El bonito cri­
los foros más prestigiosos de casi todos los men del carabinero y otras invenciones (1947),
países del mundo. Pero donde destaca, sin lugar Caminos inciertos. La colmena (Buenos Aires,
a dudas, es en la narrativa, tanto con novelas 1951), vetada por la censura, en la que la repre­
como con relatos o libros de viajes, si bien se sentación precisa del Madrid sórdido de los ven­
aprecia siempre en sus textos la im pronta de la cidos ahonda en la humillación, la pobreza y la
poesía, una impronta m arcada por el ambiente solidaridad. El gallego y su cuadrilla y otros
que respiró en sus primeros años como poeta, an­ apuntes carpetovetónicos (1949), D el Miño al
tes de la guerra, y en el que confluían la tradición Bidasoa (1952), nueva crónica de sus andanzas,
y la modernidad practicadas en su día por los Café de artistas (1953), Baraja de invenciones
poetas de la Generación del 27*. Esto es lo que (1953), Mrs. Caldwell habla con su hijo (1953),
lleva a Cela a no identificar necesariam ente el extraña novela psicológica, Historias de Ve­
verso con la poesía, puesto que, para él, la poesía nezuela. La catira (1955), ambientada en Vene­
puede esconderse en la prosa. zuela, representa un intento de hibridismo lin­
Sus novelas, consideradas como origen del tre­ güístico semejante al del Tirano Banderas de
mendismo en la narrativa contemporánea, se ca­ Valle-Inclán, El molino de viento y otras narra­
racterizan, además de por resultar formalmente ciones cortas (1956), Mis páginas preferidas
líricas, por sus temáticas duras y una prosa recu­ (1956), Recuerdo de don Pío Baroja (1957),
rrente y briosa en la que deslumbran su capaci­ Nuevo retablo de don Crístobita. Invenciones, f i ­
dad verbal, la elaboración del estilo y la tensión guraciones y alucinaciones (1957), el libro de
con que se presentan las situaciones y los perso­ memorias titulado La rosa (1959), continuado
najes. Se trata, asimismo, de novelas que él en­ años más tarde en Memorias, entendimientos y
tiende, al modo de Baroja, como abiertas. En su voluntades (1993), dos nuevos textos de viajes,
obra, en la que el dominio del lenguaje es nota Primer viaje andaluz (1959) y Viaje al Pirineo
dominante, abundan los casticism os, así como de Lérida (1965), Gavilla de fábulas sin am or
los elementos más característicos de la lengua de (1962), dedicada a las ilustraciones de Picasso,
193 CELAYA

Tobogán de ham brientos (1962), E l solitario carro de heno o el inventor de la guillotina, y de


(1963), sobre la obra pictórica de Rafael de Za- una suerte de esperpento o m ascarada teatral,
baleta, Garito de hospicianos (1963; 1972), Homenaje al Bosco, II (1999), no lejano al es­
Once cuentos de fú tb o l (1963), Nuevas escenas tilo de un Francisco Nieva* y en el que tienen
matritenses (1966), cuyo título remite a la céle­ una extraordinaria im portancia las acotaciones,
bre obra de M esonero Romanos*, Viaje a USA como las tenían en las obras del ya mencionado
(1967), su célebre D iccionario secreto (1968; Valle o en G arcía Lorca*. Es autor, asimismo,
1970; 1978-1979; 2 vols.), Víspera, festividad y de una actualización lingüística de la Celestina
octava de San Camilo en 1936 en M adrid (1979). Entre 1966 y 1985 se publicaron los die­
(1969), original y desmem brado m onólogo en cisiete volúmenes de su Obra completa y, en
segunda persona en el que el tratam iento de la 1992, parte de sus Memorias. Camilo José Cela
muerte y el sexo demuestran la destreza de Cela recibió numerosos premios, reconocimientos y
en las vías de la experim entación formal, Café menciones, entre los que destacan el Premio Na­
de artistas y otros cuentos (1969), Oficio de ti­ cional de Literatura (1984), el Premio Nobel
nieblas, 5 (1973), texto pretendidamente antilite­ (1989) y, en septiembre de 1994, la Medalla Pi­
rario, abstruso y, nuevamente, experimental, Rol casso de la UNESCO, el más alto galardón cul­
de cornudos (1976), Crónica del cipote deArchi- tural que conceden las Naciones Unidas.
dona (1977), Balada del vagabundo (1979),
Cuentos para después del baño (1981), El espejo CELA TRULOCK, Jorge {Madrid, 1932)
y otros cuentos (1981), Mazurca para dos muer­ Narrador. Periodista, estudió dos años de Dere­
tos (1983), intento de hibridismo gallego-caste­ cho y obtuvo el título de la Escuela Oficial de
llano en que, de una manera compleja, se centra Periodismo de Madrid. Fue secretario de las re­
en la barbarie imperante durante la guerra en los vistas Cuadernos Hispanoamericanos y Papeles
montes de Galicia, Nuevo viaje a la Alcarria de Son Armadans, fundada esta últim a por su
(1986), Cristo versus Arizona (1988), relato difí­ hermano Camilo José Cela*. D estacan sus no­
cil en el que el sexo reaparece en un discurso or­ velas cortas y sus cuentos, los dos géneros que
ganizado a modo de salmodia y ambientado en ha cultivado y en los que, con un uso minucioso
Estados Unidos, El hombre y el m ar (1990), del lenguaje, herencia del objetivismo francés
Desde el palom ar de Hita (1991), las novelas El del nouveau román, así como usando con preci­
asesinato del p erdedor (1994), en la que la pa­ sión las técnicas realistas, relata las experiencias
sión del amor, el deseo suicida y la sordidez con­ frustrantes y mediocres de los españoles medios.
viven en una trama urdida con profundos análi­ Los títulos de sus novelas fundamentales son:
sis psicológicos y basada en un suceso real, Las horas (1958), Blanquito, peón de brega
aunque no fundam entada en él, La cruz de san (1958), Premio Ateneo de Valladolid, Trayecto
Andrés (1994), por la que recibió el Premio Pla­ Circo-M atadero (1965), Compota de adelfas
neta, y Madera de boj (1999), centrada en la vida (1968), Inventario base (1969), con la que intro­
de los pescadores de la C osta de la M uerte de dujo en España el nouveau román, A media
Galicia, Poesía completa (1996) e Historias f a ­ tarde (1981) y Tatatlán, tatatlán (1985), Premio
miliares (1998). Asimismo, en 1994, apareció el Antonio Machado, a las que hay que añadir los
volumen de relatos La dama pájara, en el que se relatos de Carta a la novia (1969), Cuando son­
incluyen algunos cuentos inéditos. Entre los di­ ríes (1988) y Sale el sol y ocho cuentos más
ferentes volúmenes de ensayos y recopilaciones (1999), antología prologada por Francisco Um­
de conferencias, apuntes y artículos aparecidos bral*, así como el ensayo Joc de pilota. Pelota
en diferentes publicaciones, deben citarse: Las valenciana (1972).
com pañías convenientes y otros fingim ientos y
cegueras (1970), Toreo de salón (1972), A vuel­ CELAYA, Gabriel (Hernán!, Guipúzcoa, 1911-
tas con España (1973), Judíos, moros y cristia­ Madrid, 1991)
nos (1976), la Enciclopedia del erotismo (1976- Poeta, ensayista y narrador. Gabriel Celaya es el
1977; 4 vols.), Lectura del Q uijote (1981; seudónimo más conocido de Rafael Gabriel Juan
4 vols.), De genes, dioses y tiranos (1981), Los Múgica Celaya Leceta, aunque también usó los
vasos comunicantes (1982), Izas, rabizas y coli- de Juan de Leceta y Rafael Múgica. Estudió In­
poterras (1984), El asno de Buridán (1986), Ca­ geniería Industrial, si bien, desde muy pronto, y
chondeos, escarceos y otros meneos (1991), El al entrar en contacto con Federico García Lorca*
camaleón soltero (1992), El huevo del ju icio y Moreno Villa*, durante su estancia en la Resi­
(1993), La cima de las penúltim as inocencias dencia de Estudiantes (1927 a 1935), quedó mar­
(1993), A bote pronto (1994), El color de la ma­ cado por los poetas de la Generación del 27* y
ñana (1996). Es autor, asimismo, de dos obras por el surrealismo*, lo que le llevó a dedicarse
teatrales publicadas en 1970, María Sabina y El exclusivamente a escribir. Trabó amistad asi­
CENTENO 194

mismo con Juan Ramón Jiménez*, Unamuno* y del diamante (1957), Cantata en Aleixandre
Ortega y Gasset*. En 1946, fundó la colección (1959), El corazón en su sitio (1959), Para vo­
«Norte» de poesía, en la que trató de recuperar a sotros dos (1960), la antología Poesía urgente
los olvidados poetas del 27, así como de dar a co­ (Buenos Aires, 1960), La buena vida (1961),
nocer la poesía española y europea ignorada en Rapsodia euskera (1961) y Episodios naciona­
España. En dicha colección, se publicaron las les (1962); y, por último, una quinta época en la
obras de Leopoldo de Luis*, Camilo José Cela*, que regresa a presupuestos anteriores, un tanto
Miguel Labordeta*, Victoriano Crémer*, Ger­ alejados de la poesía social (véase GENERACION
mán Bleiberg*, Ricardo Molina* o el propio Ce- DEL 50) practicada hasta ese instante; es el pe­
laya, entre otros españoles, y de Rilke, Blake, riodo en que publica La linterna sorda (1964), el
Eluard o Rimbaud, cuya obra fue traducida por ensayo Exploración de la poesía (1964), reedita
Celaya, entre los extranjeros. Se aprecian en sus sus poesías anteriores a 1936 en Los poemas de
versos, y en su concepción de la realidad, las in­ Rafael Mágica (1967), Baladas y decires vascos
fluencias de Nietzsche, Goethe, Unamuno*, (1965), Los espejos transparentes (1968), in­
Jorge Guillén* o Vicente Aleixandre*. Autor tento de realismo mágico en la poesía, Lírica de
considerado como el representante máximo, cámara (1969), O peraciones poéticas (1971),
junto a Blas de Otero*, de la poesía social (véase Campos semánticos (1971), poemario clara­
GENERACIÓN DEL 50) — célebre es su afirm a­ mente experimental, El derecho y el revés
ción de que «la poesía es un arma cargada de fu­ (1973), Iberia sumergida (1978), Penúltimos
turo»— , en cuyos moldes a veces cayó en un poemas (1982), Cantos y mitos (1983), El mundo
cierto romanticismo populista, su producción fue abierto (1986), y un nuevo ensayo, Inquisición
abundante y variada, ya que comenzó como su­ de la poesía (1972), además de numerosas anto­
rrealista, materialista y nerudiana, pasó por el logías de sus poemas. Su último libro fue Oríge­
existencialismo y la m encionada poesía social, nes (1990), un poemario ya de clarísimo talante
cuyo descrédito lo condujo, con otros autores, a intimista.
unirse, en cierto sentido, al neovanguardismo de Además de poesías, y los im portantes ensayos
finales de los sesenta y principios de los setenta, citados, Celaya publicó novelas como Lázaro
entrando de ahí a lugares en que el intimismo calla (1949), Lo uno y lo otro (1962) y Los bue­
desdibujaba todas las influencias o etapas ante­ nos negocios (1964), la obra teatral El relevo
riores. Su poesía, no obstante, es en general rea­ (1972), estudios como La voz de los niños
lista y atenta a la tradición, pero con ecos claros (1972), B écquer (1972), Los espacios de Chi­
del futurismo* y del mencionado surrealismo. Si llido (1974) y Poesía y Verdad (1979), unas M e­
repasamos esa trayectoria de la que hemos ha­ morias inmemoriales (1980) y, en colaboración
blado y los periodos por los que ha atravesado, con la mujer que vivió con él toda su vida, Am­
hay que distinguir diferentes etapas: una pri­ paro Gastón, los libros de coplas Ciento volando
mera, marcada por el fervor hacia los poetas a (1953), Coser y cantar (1955) y M úsica celes­
quienes conoció, en la que vieron la luz libros tial (1958). Su obra ha influido notablemente en
como Marea del silencio (1935) y La soledad ce­ los poetas jóvenes, y ha sido galardonada con un
rrada, escrito al año siguiente, pero que perma­ premio tan prestigioso como, además de los ya
neció inédito hasta 1947, aunque recibió por él el mencionados, el Nacional de las Letras Españo­
Premio Centenario de Bécquer 1936; una se­ las en 1986. No obstante, nada pudo evitar que a
gunda, iniciada con la publicación del ensayo ero- su muerte se produjera la polémica, ya que ter­
ticosimbólico titulado Tentativas (1946), en la que minó sus días casi en la ruina y obligado a ven­
la voz de Celaya despunta ya sobre las influencias der su biblioteca para pagar las facturas del hos­
anteriores; una tercera, a la que pertenecen los po­ pital. La recuperación de sus textos comenzó
emarios firmados como Juan de Leceta, Tranqui­ solo en 2001 con la publicación del primero de
lamente hablando (1947), M ovimientos elemen­ tres volúmenes en el que se empezaron a reco­
tales (1947), Objetos poéticos (1948), Las cosas ger sus Poesías completas, que continuaron am­
como son (1949) y Avisos (1950), donde, con un pliándose ulteriormente.
lenguaje coloquial y directo, rompe los escuáli­
dos y artificiosos senderos por los que caminaba CENTENO, Pedro (?-Madrid, 1803)
la poesía de aquel momento; una cuarta etapa, en Narrador. Agustino y académico de la Academia
la que se desarrolla su tendencia hacia el compro­ de la Historia, fundó el periódico A pologista
miso social, con obras como Las cartas boca Universal, desde el que mantuvo numerosas po­
arriba (1951), Lo demás es silencio (1952), Paz y lémicas. Dedicó gran parte de su obra a continuar
concierto (1953), Vía m uerta (1954), Cantos las historias y vidas de los personajes del Q ui­
Iberos (1955), De claro en claro (1956), Premio jote*, algo frecuente en la literatura del si­
de la Crítica, Entreacto (1957), Las resistencias glo xviii. Poco más se sabe de él.
195 CERNADAS Y CASTRO

CEPEDA Y AHUMADA, Teresa -> Véase TERESA carse sus poemarios Un agujero en la luz (1957),
DE JESUS, santa. Premio Gabriel Miró, El tiempo prometido
(1964), Premio Guipúzcoa, Los ahorcados del
CERCAS, Javier (Ibahernando, Cáceres, 1962) cuarto menguante (1982) y Sombras nada más
Narrador. Profesor universitario en la Universi­ (1985), las obras narrativas El lugar más lejano
dad de Illinois, en Urbana, Estados Unidos, co­ (1970), Premio Sésamo, Cazar ballenas en los
labora como columnista en el diario El País. Es­ charcos bajo la luz cenital (1971), Todos los ena­
critor original que, con estilo osado, suele nos del mundo (1975), La primera piedra
com binar la sátira del mundo cultural y las re­ (1976), El mensajero de los últimos días (1982)
flexiones metaliterarias, todo ello a través de un y La batalla de las tetas (2002), ensayos como
uso de la ficción y de la estructura que ofrece Literatura soviética en esquema ( 1911) y La lu­
diversas perspectivas al lector, pero cuya mirada cha por la democracia (1978), o la obra de teatro
de fondo bebe de las fuentes del realism o*, Walt Disney ama a Electra.
desde el cual introduce elementos de crítica so-
cio-histórica. Destacan sus novelas El inquilino CEREIJO, José (Redondela, Pontevedra, 1957)
(1989; reed., 2000), El vientre de la ballena Poeta. En 1968 se fue a vivir a Madrid y co­
(1997), galardonada con el Premio Salambó, menzó las carreras de Derecho y Periodismo, sin
Soldados de Salam ina (2001), obra que com ­ llegar a terminar ninguna de las dos. Autor de
bina elementos de la realidad, analizando las pe­ versos discursivos definidos por la confidenciali­
ripecias vitales de R afael Sánchez M azas*, la dad, en los que el tiempo se constituye en eje
ficción, la oralidad, el reportaje, con la que ob­ esencial del poema, a veces con cierta búsqueda
tuvo infinidad de prem ios, entre ellos el de la de esencialidad que conduce a la caída en no po­
C rítica, y un éxito de crítica y lectores apenas cos lugares comunes. Destacan dos poemarios:
visto en la literatura española de los últimos Límites (1994) y Las trampas del tiempo (1999).
años. La novela fue llevada al cine en 2003 por
David Trueba*. Posteriorm ente, publicó la no­ CEREZALES, Agustín (Madrid, 1957)
vela El m óvil (2003), que es uno de los cinco Narrador. Es hijo de la escritora Carmen Lafo-
cuentos que conformaban un libro de relatos ti­ ret*. En sus textos, de cierta complejidad formal,
tulado así en 1987. Es autor, asimism o, de La el humor sirve de hilo conductor, si bien se trata
obra literaria de Gonzalo Suárez (1994) y de de un humorismo irónico que concilia elementos
las crónicas periodísticas que se incluyen en Re­ más dramáticos, escatológicos y melancólicos,
latos reales (2000). aborda el amor y el erotismo y elude con ello los
cánones más tradicionales de la novela lineal en
CERDÁ Y RICO, Francisco (Alicante, 1739-Ma- una vía narrativa que apuesta por la experimen­
drid, 1800) tación. Autor de libros de relatos como Perros
Erudito y bibliófilo. Trabajó en la B iblioteca verdes (1989) o Escaleras en el limbo (1991),
Real y en la Cámara de Indias, y fue discípulo de hay que mencionar sus novelas La paciencia de
Mayans*. Académico de la Historia, editó textos Juliette (1997) y M i viajera (2002). Asimismo,
antiguos como Memorias históricas del rey don hay que decir que colaboró en la redacción de las
Alfonso el Sabio (1777), las obras de Cervantes memorias del actor Francisco Rabal en 1994.
de Salazar*, Ginés de Sepúlveda*, Villaviciosa*,
Gil Polo* o Cascales*, entre otros, las Coplas de CEREZALES, Cristina (Madrid, 1948)
Jorge M anrique* y, en especial, entre 1776 y Narradora. Pintora e hija de Carmen Laforet*,
1779, las obras de Lope de Vega* y, concreta­ debutó con la novela De oca a oca (2000), obra
mente en 1779, el volumen Poesías espirituales, am bientada en el mundo rural, aunque sin caer
en el que se incluían versos de diferentes auto­ en el enfrentamiento entre este y el espacio ur­
res. Su actividad tiene mucha relación con la rea­ bano, en la que, con estilo poetizante, aborda el
lizada en los m ismos días por Tomás Antonio drama interior de una mujer.
Sánchez*.
CERIMONIÓS, Pere el -»Véase PERE EL CERI-
CERDÁN TATO, Enrique (Alicante, 1930) M O NIÓ S [III de Cataluña y IV de Aragón],
Poeta, narrador y ensayista. Periodista de profe­
sión, comenzó la carrera militar, aunque la aban­ CERNADAS Y CASTRO, Diego Antonio (San­
donó para cursar estudios de Náutica, Comercio tiago de Compostela, La Coruña, ?-La C o­
y M agisterio. C olaborador en publicaciones ruña, 1777)
como Papeles de Son Armadans, ABC, Insula, Poeta y prosista. Conocido como El Cura de
Cuadernos Hispanoamericanos y La Estafeta Li­ Fruime, ftie autor de romances populares y obras
teraria, es columnista de El País y deben desta­ de carácter religioso. En vida, publicó: Dale que
CERNUDA

dale del ermitaño doloroso a su amigo... porque, de los surrealistas a partir del Segundo M ani­
habiendo puesto a su cargo recogiese los agui­ fiesto. En cuanto a sus publicaciones, su primer
naldos de la Pascua en viernes, parece que no libro fue Perfil del aire (1927), texto elegiaco
da ni toma (1753) y Vindicias históricas p or el compuesto por décimas y cuartetas, al que si­
honor de Galicia (1760). Sus obras completas se guieron Égloga, elegía, oda (1927-1928), en el
editaron, postumamente, bajo el título de Obras que el amor y el erotismo son tratados en la línea
en prosa y verso del Cura de Fruime (1778- de la tradición clásica, Los placeres prohibidos
1781). (1931), en los cuales combina su admiración por
el surrealismo con el clasicismo que nunca aban­
CERNUDA, Luis (Sevilla, 1902-México, 1963) donó, Donde habite el olvido (1934), claramente
Poeta. Figura clave de la poesía española del si­ neorromántico, Invocaciones (1934-1935), Un
glo xx, fue alumno de Pedro Salinas* en la Fa­ río, un amor (1936), que incluye dos libros es­
cultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, critos, respectivam ente, en 1929 y 1931 y en
y lector en la Universidad de Toulouse. Se tras­ donde ya se aprecia bien la influencia surrea­
lada a Madrid, donde conoce a Aleixandre* y a lista, Las nubes (1940), centrado en el drama de
García Lorca*, se afilia al Partido Comunista, la Guerra Civil, el libro en prosa Ocnos (1942;
colabora activamente con el gobierno de la Re­ ampliado, posteriormente, en 1949 y 1963), fun­
pública y, en 1938, antes de terminar la Guerra damental para comprender toda su poesía, dado
Civil, se marcha de España, desencantado y con­ que es una confesión entre el ensueño y el re­
vencido de la inminente derrota. En Inglaterra, cuerdo, Como quien espera el alba (1947), Vivir
primero, ejerce como profesor de español en sin estar viviendo (1944-1949), Tres narracio­
Mount Holyoke College, hasta que, en 1950, se nes (1948) y Variaciones sobre tema mexicano
instala en México, donde se dedica a la ense­ (1952), ambos en prosa, Con las horas contadas
ñanza, alternando su actividad docente entre este (1950-1956), que incluye Poemas para un
país y Estados Unidos. Su poesía, marcada por cuerpo (1957), estos dos últimos abandonan la
su personalidad retraída y solitaria, acaso por su musicalidad para, renunciando a la ornam enta­
declarada homosexualidad, medita sobre las con­ ción, optar por ritmos secos, algo que culmina
ductas humanas y el sentido de la vida, es decir, en Desolación de la Quimera (1962), ejemplo
que se trata de una poesía de la meditación, en la máximo de una poesía moral pura, y La realidad
línea de Unamuno*, Baudelaire, Mallarmé, Hól- y el deseo, libro que se publicó por primera vez
derlin, Garcilaso de la Vega*, autores a los que en 1936, y que fue ampliando en 1940, 1958 y
leyó con devoción, y, sobre todo, de Bécquer*, 1964; en él, Cernuda fue incluyendo todos sus
de cuya estela nunca logró desligarse. En la raíz poemarios publicados hasta esa última fecha,
romántica de sus versos, evidente en su búsqueda por lo que puede considerarse una biografía es­
de la soledad, en la diferencia que establece en­ piritual. Hay que destacar, asimismo, una espe­
tre hombre y mundo o en la pasión por la belleza, cie de memorias que tituló Historial de un libro
se aprecia, no obstante, la evolución desde un pa­ (1959), donde hace un balance de su propia tra­
ganismo hedonista, en el que dominan tenden­ yectoria poética. Sus obras de crítica son: Estu­
cias líricas influidas por el surrealismo*, que si­ dios sobre poesía española contem poránea
guió con profundo interés, hacia el estoicismo, (1957), Pensamiento en la lírica inglesa (si­
un estoicismo que le ayuda a superar las muchas glo XIX) (1958) y Poesía y literatura (1960 y 1964;
frustraciones que aparecen en sus primeros poe­ 2 volúmenes). Postumamente, en 1985, apareció
mas. Puede hablarse, por tanto, de una poesía una obra de teatro, La fam ilia interrumpida, y,
pura, libre de elementos que no sean líricos, ob­ en 1993, comenzó la publicación de su Obra
sesionada por la soledad, de lenguaje sobrio, ale­ completa con el volumen I dedicado a la Poesía,
jada de las imágenes, pero, en cualquier caso, al que siguieron otros dos de prosa, ambos en
siempre sugerente, elaborada y densa. A propó­ 1994, en los que se recoge su producción narra­
sito del surrealismo de Cernuda, cabe decir que tiva, ensayos, crítica, teatro y entrevistas. En
él mismo declaró, en Historial de un libro, volu­ 2002 aparecía, asimismo, una nueva Antología
men que se mencionará más adelante, que sintió poética de su obra y en 2003 se publicó Cer­
atracción por la osadía que suponía el m ovi­ nuda. Epistolario (1924-1963).
miento francés, y que lo vivió como un intento
de renovación tanto moral y política como lite­ CERRADA, Cristina (Madrid, 1970)
raria que contrastaba con la decrepitud y des­ Narradora. Estudió Sociología y en la actualidad
composición que se respiraba en España. A si­ es profesora de Escritura Creativa en los Talleres
mismo, el mencionado acercamiento ideológico Fuentetaja. Debutó con el libro de relatos N oc­
de Cernuda al Partido Comunista estuvo direc­ támbulos (2003), con el que obtuvo el Premio
tamente relacionado con el compromiso político Lengua de Trapo y el Casa de América.
197 CERVANTES SAAVEDRA

CERVANTES DE SALAZAR, Francisco (Toledo, puesto que participaría, más tarde, en la expedi­
1514?-México, 1575) ción de Corfú, en la campaña de Navarino y en
Historiador y humanista. Estudió en Salamanca la conquista de Túnez. En su regreso hacia Es­
y ejerció la docencia en Osuna, para trasladarse paña, en septiembre de 1575, bien recomendado
a México en 1551, donde enseñó latín en una es­ por don Juan de Austria, la galera Sol, en la que
cuela y Retórica en la Universidad de México, viajaba, fue atacada por una flotilla turca y él y
desde su fundación en 1553. En 1554 se ordenó su hermano Rodrigo apresados. Cervantes fue
sacerdote. Como cronista oficial, escribió, ba­ conducido entonces a Argel, donde se convirtió
sada en la obra de López de Gomara*, Crónica en esclavo del renegado griego Alí Mamí, quien,
de la conquista de la N ueva España, inédita al haber encontrado en poder de Cervantes las
hasta 1914, y además publicó Obras... que ha cartas de recomendación de Juan de Austria,
hecho, glosado y traducido... (Alcalá, 1546), pensó que se podría pedir un buen rescate, mo­
donde incluye textos de Luis Mexía* y Juan tivo por el que el escritor permanecerá aún cau­
Luis Vives* y añade sus propios diálogos sobre tivo durante cinco años. En este periodo, Cervan­
las costum bres de la sociedad mexicana. Otra tes intentó escapar en cuatro ocasiones, pero en
obra suya es Túmulo im perial (1560), en la que las cuatro fue delatado y descubierto; momentos
cuenta las honras fúnebres a Carlos V que se ce­ duros, de torturas y vejaciones, en los que siem­
lebraron en México. pre se reconoció culpable, una demostración de
valentía que le sirvió para que le perdonasen la
CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de (Alcalá de vida. A pesar de todos sus sufrimientos, no aban­
Henares, M adrid, 1547-Madrid, 1616) donó la literatura, y escribió poesías de elogio a
Es el más grande autor de la literatura española y algunos compañeros de cautiverio. Cervantes fue
uno de los personajes de su historia con una bio­ vendido al Hasán Bajá de Argel, pero, cuando
grafía más literaria. Hijo del cirujano Rodrigo de este estaba a punto de trasladarse a Constantino-
Cervantes y de doña Leonor de Cortinas, la as­ pla, el trinitario Juan Gil y otros frailes de su or­
cendencia de su fam ilia era gallega y andaluza. den, después de las inútiles gestiones familiares
Miguel era el cuarto de seis hermanos. En 1551, con el rey, consiguieron reunir el rescate, de
se trasladan todos a Valladolid; después, estuvie­ modo que el 19 de septiembre de 1580 quedó en
ron en Córdoba y en Sevilla, hasta que, en 1566, libertad, y el 24 de octubre llegaba a Denia, en la
se instalan en Madrid definitivamente, por lo que costa mediterránea. Ya en España, se encontró
se sabe que los estudios de Cervantes fueron un con importantes dificultades para encontrar tra­
tanto accidentados: primero en Valladolid, más bajo, por lo que comenzó a escribir comedias que
tarde con los jesuitas de Sevilla y, por fin, en el no tuvieron gran éxito. Es en 1584 cuando, des­
estudio de Juan López de Hoyos, sin que llegara pués de haber tenido una hija, Isabel de Saave-
a ser universitario. Parece ser, no obstante, que dra, con una mujer casada, Ana Franca de Rojas,
su curiosidad era infinita y que leía todo lo que se casa en Esquivias con una labradora de alguna
encontraba por la calle. Ya en 1569, escribió unas hacienda, diecinueve años más joven que él, Ca­
poesías a la muerte de Isabel de Valois, tercera talina de Salazar y Palacios, de la que estuvo le­
esposa de Felipe II. Poco después, en el mismo jos la mayor parte de su vida. Entre los muchos
año, un m andam iento judicial ordena la bús­ oficios que desempeñó, tras intentar conseguir
queda y captura de Cervantes, por haber produ­ un puesto en las Indias, fue comisario para abas­
cido heridas a un tal Antonio de Segura; en esta tecer a la Armada Invencible y recaudador de im­
orden, le condenaban a cortarle la mano derecha puestos, lo que le permitió viajar por las tierras
y a un destierro de diez años, por lo que huye a de España y conocerlas profundamente. La agi­
Italia, donde, en Roma, servirá al entonces mon­ tación característica de sus años anteriores no
señor Giulio Acquaviva, futuro cardenal. En ese terminó; tras fijar su residencia en Sevilla hasta
periodo, Cervantes descubre la vida libre ita­ 1600: fue excomulgado por un problema con el
liana, sus gustos y literatura, algo que le influirá Cabildo, encarcelado varias veces por asuntos
de por vida. Es en 1570 cuando comienza su ca­ económicos, y, en su estancia en Valladolid, entre
rrera com o soldado en la com pañía del capitán 1603 y 1604, por una muerte acaecida a la puerta
Diego de Urbina, con quien, el 7 de octubre de de su casa, la del caballero Gaspar de Ezpeleta.
1571, a bordo de la galera M arquesa, participó En 1606 se instala en Madrid, desde donde in­
en la batalla de Lepanto. Parece ser que Cervan­ tenta marchar a Italia al servicio del conde de Le-
tes se encontraba enfermo, a pesar de lo cual mos, pero unas maniobras del secretario de este,
quiso participar en el combate, donde le hirieron, Lupercio Leonardo de Argensola*, se lo impidie­
con un arcabuz, en el pecho y en la mano iz­ ron. Diez años después, tras vivir numerosos
quierda, que le quedaría inútil para siempre. Este conflictos familiares, murió, concretamente el 22
hecho no im pidió que volviese a las armas, de abril de 1616, en su casa de la calle del León.
CERVANTES SAAVEDRA 198

Precisamente en esa última etapa de su vida fue Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El
cuando publicó la mayor parte de sus obras. En­ licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El
terrado en el convento de las Trinitarias Descal­ celoso extremeño, La ilustre fregona, Las dos
zas de la calle que hoy lleva el nombre de quien doncellas, La señora Cornelia, El casamiento
fue uno de sus máxim os enemigos, Lope de engañoso y El coloquio de los perros. Un año
Vega*, sus restos nunca han llegado a ser identi­ más tarde, en 1614, publicó su poema Viaje del
ficados. Parnaso, documento de extraordinario interés
Es difícil desligar la biografía de Cervantes de su para conocer a los personajes literarios admira­
obra, dado que, en gran medida, esta estuvo afec­ dos y denostados por Cervantes. Es en ese año
tada por aquella, y que ambas se encuentran se­ cuando se produce un acontecimiento fundamen­
riamente imbricadas cronológicamente. En 1585, tal, la publicación en Cataluña de una fraudu­
poco después de su boda con Catalina, publicó, lenta segunda parte del Quijote, firmada por
en Alcalá de Henares, La Galatea, que, parece Alonso Fernández de Avellaneda*, quien deja
ser, ya estaba escribiendo en 1582, al poco de claro en el prólogo su odio hacia Cervantes. Esto
llegar a España y cuando el éxito de sus come­ le obligó a retomar la segunda parte, que venía
dias era nulo. Se trata de su prim era obra nove­ escribiendo lentamente desde tiempo antes, y a
lesca, una novela pastoril (véase NOVELA PASTO­ publicarla, en 1615, con el título de El ingenioso
RIL) — herencia directa del género iniciado en caballero don Quijote de la Mancha, que, con el
España por la Diana de Jorge de Montema- tiempo, se ha llegado a considerar como superior
yor*— , que apareció como «primera parte», sin a la primera. A pesar de que, como ya hemos di­
que Cervantes la completase nunca con una se­ cho, Cervantes estrenó numerosas comedias al
gunda. Calificada por él mismo en el prólogo regresar a España tras el cautiverio de Argel, solo
como «égloga», su acción narrativa se ve inte­ se conservaron dos: El trato de Argel y La Nu-
rrumpida en muchas ocasiones por poesías diver­ mancia, no incluidas en el volumen que, en
sas, en las que se aprecia la influencia de fray 1615, publicó con el título de Ocho comedias y
Luis de León*. Durante su estancia en Vallado- ocho entremeses, donde aparecen las comedias
lid, a la que nos hemos referido, el Quijote es­ El gallardo español, La casa de los celos, Los
taba muy avanzado, y Cervantes comenzó a mos­ baños de Argel, El rufián dichoso, La gran sul­
trar los manuscritos a escritores del momento, tana doña Catalina de Oviedo, El laberinto de
con la pretensión de que escribiesen poemas que Amor, La entretenida y Pedro de Urdemales, así
constaran después en sus preliminares, algo que como los entremeses El juez de los divorcios, El
no consiguió, dado el carácter extraño del libro, rufián viudo llamado Trampagos, La elección de
al no corresponderse con los temas en boga en los alcaldes de Daganzo, La guarda cuidadosa,
aquel momento. Fue entonces cuando surgió su El vizcaíno fingido, El retablo de las maravillas,
enemistad con Lope de Vega, quien, desde su po­ La cueva de Salamanca y El viejo celoso. En
sición privilegiada como autor de éxito, se burló 1617, su viuda publicó la novela bizantina* Los
de Cervantes, lo que llevó a este a incluir en el trabajos de Persiles y Sigismundo, terminada
prólogo del Quijote alusiones a Lope, así como a apenas cuatro días antes de su muerte, y que su­
insertar, en el inicio del texto, poesías burlescas pone una actualización del género. Además de
e hirientes, atribuidas a personajes de libros de todas estas, se le han atribuido otras obras, como
caballerías*. En cualquier caso, la obra más La tía fingida, incluida en el manuscrito de Po-
grande de la literatura española, intitulada en su rres de la Cámara de las Novelas ejemplares, y
primera parte El ingenioso hidalgo don Quijote los entremeses Los dos habladores, El hospital
de la Mancha, se publicó por primera vez en de los podridos y La cárcel de Sevilla. A si­
1605, en Madrid, a cargo del editor Juan de la mismo, Cervantes se refería, además de a la se­
Cuesta. Su éxito fue inmediato; hubo de hacerse gunda parte de La Galatea, tan insistentemente
una segunda edición y aparecieron dos más, pi­ anunciada por él y que acaso se haya perdido, a
ratas, en Lisboa, todo en ese mismo año, y es por­ una obra titulada Famoso Bernardo, centrada en
que se trataba de una obra, desde el comienzo, la figura de Bernardo del Carpió*, y a otra lla­
original, que sorprendió y gozó de num erosísi­ mada Semanas del jardín. A este respecto, todo
mas ediciones y traducciones en vida de su autor. es especulación y ningún dato puede confirm ar
Esta circunstancia permitió a Cervantes no solo que existan dichos textos.
gozar de buenas relaciones con los escritores del En cuanto a su obra, deben hacerse algunas con­
momento, sino que la publicación de sus siguien­ sideraciones generales. Si bien puede decirse que
tes obras no se encontrase con tropiezos. Así, en la poesía de Cervantes no alcanza la calidad de
1613, editó un volumen de doce narraciones bre­ su prosa, hay que señalar que él mismo recono­
ves, Novelas ejemplares, compuesto por los si­ ció sus incapacidades poéticas, a pesar de lo cual
guientes títulos: La gitanilla, El amante liberal, no cejó en su empeño. Se trata de una poesía de
199 CERVANTES SAAVEDRA

segundo orden, pobre en metáforas y fuerza ver­ taciones de los románticos alemanes, además de
bal, y de escasa calidad técnica, lo que no impide las de casi todos los grandes autores de la histo­
reconocer los aciertos que aparecen en algunos ria de la literatura, que lo han leído con admira­
momentos de la epístola en tercetos que, durante ción, cuando no con auténtica devoción. El eje
su cautiverio argelino, escribió a M ateo Váz­ del relato es la aventura, el encadenamiento de
quez, secretario de Felipe II, siempre y cuando las aventuras de don Quijote, unas aventuras que,
esta carta sea suya, algo que no parece del todo sin embargo, van siendo trascendentes para las
claro. En cuanto al teatro, debe decirse que vidas de todos sus protagonistas. A ellas se une
nunca pudo competir con su enemigo Lope. En la suma de episodios paralelos que, aunque aje­
un primer momento, Cervantes siguió los patro­ nos al cuerpo esencial de la obra, van configu­
nes clásicos, para, después de criticar las innova­ rando las personalidades y fuerza simbólica de
ciones que otros practicaban, sumarse a ellas e los dos soportes de la historia, el propio don Qui­
introducir cambios de localización o asociacio­ jote y su fiel escudero, Sancho. Ambos, poco a
nes de acontecimientos que no están relaciona­ poco, van convirtiéndose en representantes de
dos entre sí. Ahora bien, ciñéndonos al campo de dos modos de concebir la realidad, dos modos
la prosa la cosa cambia, y es entonces cuando que, sin embargo, conviven en todo individuo y
nos hallam os ante quien, sin duda, revolucionó que, en la obra cervantina, son estudiados como
la técnica narrativa. Ya desde La Galatea, basada conductas que acaso deban analizarse por sepa­
en cánones y convenciones propias de la novela rado, pero como complementarias. Locura y cor­
pastoril, se aprecia la calidad de su prosa en los dura no son más que meros clichés, encasilla-
constantes ejercicios de estilo que supone el uso mientos que no responden al sentido último de
de ciertos recursos expresivos. Será posterior­ su presencia como binomio en cada uno de los
mente, en El coloquio de los perros, donde Cer­ acontecimientos que conforman el texto. Los dos
vantes satirizará esa manera de hacer novelas, si conceptos, las dos percepciones de la realidad,
bien lo pastoril no dejará de aparecer en su obra, no eximen a ambos personajes ni de responsabi­
tanto en el Quijote, en los episodios de Marcela lidad ni de ser sujetos pacientes de ella. En los
y Grisóstomo, las bodas de Camacho y en el de­ dos, aunque de una manera más explícita en don
seo del propio don Quijote de hacerse pastor, Quijote, está presente la multiplicidad de pers­
cuanto en su constante anuncio de una segunda pectivas, las cuales se ven a su vez acrecentadas
parte de la que había sido su prim era obra en por la presencia de otros personajes que aportan
prosa. En las Novelas ejemplares es notorio ya nuevos grados de percepción de la realidad.
su afán de distraer a través de la literatura, de en­ Como se ve, el logro de Cervantes resulta incues­
tretener y divertir, aunque con enseñanzas de tionable: dar forma a una suma de identidades
fondo, si bien se com place en recrear artística­ complejas sin que por ello la obra se convierta
mente la realidad que contempla, todo ello con en inaccesible. Estamos ante un mundo, pero un
múltiples perspectivas que, a su vez, ofrecen nu­ mundo no solo de los personajes y circunscrito a
merosas reverberaciones en la trama, una técnica sus experiencias, sino desarrollado en las innu­
que se adelanta de m anera magistral a la em ­ merables posibilidades que se encuentran en la
pleada por el cine. vida que late en cada una de las líneas de esta
Pero es, por supuesto, en el Quijote donde se obra cumbre. Asimismo, en Los trabajos de Per-
aprecian de m anera más evidente las calidades siles y Sigismunda, su última obra, y en la que,
técnicas y artísticas de Cervantes, las que lo han según parece, él depositó más confianza, sigue
llevado a ser quizá el autor más importante, junto apostando por la aventura, esta vez, no obstante,
a Homero, Dante y Shakespeare, de la historia de con una deliberada intención de inverosimilitud.
la literatura universal. El propósito originario de En ella, utiliza un lenguaje retórico, de gran be­
satirizar las novelas de caballerías se vio supe­ lleza formal, rico en hipérbatos que, sin em­
rado, con mucho, en el texto. Su fuerza simbó­ bargo, nada pueden hacer por agilizar la trama.
lica, en lo tocante a los problem as vitales del No obstante, aparecen ciertos episodios en los
hombre, es impresionante, única en la historia de que recupera la prosa ágil e irónica que caracte­
la literatura, y ello sin que existan excesivas an­ riza su obra maestra y, en cualquier caso, la habi­
ticipaciones, esto es, m otivos para su interpre­ lidad y talla incuestionables de este genio de
tación. Semejante paradoja — señalada por Or­ nuestras letras.
tega y G asset*— habita en el seno de un texto Sería prolijo abordar aquí un estudio minucioso
que, en el mom ento de su publicación, fue en­ del Quijote, amén de inadecuado, ya que la bi­
tendido como cómico, algo que, con el tiempo, bliografía al respecto desborda no solo nuestras
dejó paso a más profundas lecturas, suficientes, capacidades, sino la finalidad misma de estas pá­
al menos, para apreciar la m elancolía que tiñe ginas, pero quizá sí sea necesario añadir algunas
sus páginas, y que originó las ulteriores interpre­ consideraciones a lo ya dicho, sobre todo por lo
200
CERVERA

que respecta a la primera edición de la obra, que CERVERA, Alfons (Gestalgar, Valencia, 1947)
se llevó a cabo entre octubre y noviembre de Narrador. En sus obras la memoria juega un pa­
1604, si bien no aparecería hasta 1605, y a algu­ pel esencial, ya sea como articuladora del relato
nas peripecias de las sucesivas. Su editor, Fran­ que como elemento temático, una memoria que
cisco de Robles, convencido del éxito que ten­ aborda la infancia, así como los territorios histó­
dría, impuso ritmos trepidantes a los tipógrafos, ricos de la posguerra, donde la desesperanza es
lo que dio origen a numerosos errores que han el resultado del recuerdo, que a su vez lucha
venido arrastrándose en las ulteriores ediciones contra el olvido. La visión de Cervera es honda
que han visto la luz y creando, por supuesto, no y seca, ajena a barroquismos o cualesquiera con­
pocas polémicas entre los especialistas. Esa pri­ cesiones estéticas a la fioritura estilística, atenta
mera edición se agotó casi inmediatamente, lo solo al relato y al contexto. Autor de una trilo­
que obligó a una segunda que, revisada por el gía, en la que ahonda en sus recuerdos de la
propio Cervantes, sobre todo a raíz de la desapa­ Guerra Civil, formada por las novelas El color
rición y reaparición del asno de Sancho en la pri­ del crepúsculo (1995), Maquis (1997) y La no­
mera, salió a la calle, con una tirada de 1.800 che inmóvil (1999), a las que hay que añadir la
ejemplares, a las pocas semanas de aquella. En novela El hombre muerto (2001), escrita origi­
ese mismo año aparecieron tres ediciones pira­ nalmente en catalán, l ’home mort, traducida por
tas, lo que obligaría a Robles a publicar una él mismo y galardonada con el Premio Ciutat
nueva, pero ya en 1608, cuando el texto había d ’Elx, y el volumen de artículos Diario de la
pasado de moda, de manera que hubo ejemplares frontera (2003).
que todavía estaban en venta en 1623. La misma
suerte que esta última corrió la segunda parte del CERVERA, Guillem de (?, a. de 1259-?, d. de
Quijote, aparecida en 1615 y que jamás se ven­ 1285)
dió completa. Hay que decir que en 1617 dejó de Poeta. Conocido también como Cerverí de Gi-
imprimirse el Quijote, y que solo mucho después rona, es el trovador provenzal de quien mayor
se abordaría una nueva edición, modesta pero número de piezas se conservan. De gran varie­
cuidada y que sería, a pesar de no servir para re­ dad temática y métrica, compuesta por más de
cobrar la popularidad perdida, la base de todas cien piezas líricas, cinco narrativas y un poema
las sucesivas. Se trata de la edición de un editor moral, Proverbis, su obra aborda desde las com­
de Bruselas que, en 1662, decidió publicarlo con posiciones intrascendentes hasta las de tema reli­
los grabados que ilustraban una traducción ho­ gioso. Es conocido por una copla plurilingüe en
landesa. Este hecho marca un cambio definitivo castellano, portugués, francés y provenzal.
que lleva, incluso, a la difusión del Quijote sin
texto, en estampas y aleluyas, prefiriéndose du­ CÉSPEDES, Alejandro (G ijón, Asturias, 1958)
rante un tiempo esta modalidad al propio texto. Poeta. Licenciado en Filosofía y en Ciencias de
Será mucho más tarde, en 1755, cuando Juan Jo- la Educación por la Universidad de Oviedo. Se
lís decide su publicación en Barcelona, en lo que trata de un autor que con frecuencia mira a la in­
podríamos llamar una edición de bolsillo en cua­ fancia, con una sensibilidad m elancólica que
tro pequeños tomos, que permitían su cómoda trata de conjurar el extrañamiento ante el pre­
lectura. Fue una revolución y, sin duda, marcó un sente. Destacan sus poemarios La noche y sus
hito. Años después, en 1780, aparece la edición consejos (1986), James Dean, am or que me
de la Real Academia Española y, al año si­ prohíbes (1986), Muchacho que surgiste (1988),
guiente, la erudita de John Bowle. A partir de ese Tú, mi secreta isla (1990), Las palomas mensa­
momento, cientos, miles de ediciones y traduc­ jeras sólo saben volver (1994), con el que obtuvo
ciones, críticas y no, han ido poblando las libre­ el Premio Hiperión, y Hay un ciego bailando en
rías de todo el mundo. Conviene mencionar aquí, el andén (1998).
a título meramente informativo, que, de las in­
contables ediciones del Quijote que se han ido CÉSPEDES, Baltasar de (G ranada, ?-Sala-
sucediendo a través de los siglos, quizá merezca manca, 1615)
la pena señalar la que, dirigida por Francisco Humanista. Casado con la hija de Sánchez de las
Rico*, patrocinada por el Instituto Cervantes y Brozas*, se graduó como maestro de artes en Va­
con un minucioso y largo estudio preliminar de lencia. Superintendente de un colegio de Gramá­
Lázaro Carreter*, apareció, en dos volúmenes y tica en Valencia, estuvo al servicio del secretario
un CD-ROM, en 1998, en la cual se reúne un ex­ de Felipe 11, enseñó en Salamanca, en Medina de
haustivo aparato crítico, notas, informaciones de Rioseco, en las universidades de Valladolid y Sa­
toda índole y, en fin, un soporte que hasta el mo­ lamanca, en la que fue nombrado catedrático de
mento faltaba en el catálogo de ediciones de la Gramática y, más tarde, de griego. Sus obras más
gran obra cervantina. celebradas son Discurso de las letras humanas,
201 CHABÁS MARTÍ

llamado el Humanista (1600), Instrucciones CETINA, Gutierre de (Sevilla, 1514/1517?-Mé-


para la enseñanza de la gramática (1613) y una xico, 1557)
que quedó inédita, Del arte de la gramática. Poeta y prosista. De familia de conversos, sol­
dado y poeta, fue un viajero impenitente. Edu­
CÉSPEDES, Pablo de (Córdoba, 1548-1608) cado en Sevilla, con una sólida formación clá­
Arquitecto, escultor, pintor, poeta y tratadista. Es sica, estuvo en Italia, Alemania y, finalmente,
un ejemplo claro de hombre del Renacimiento*. M éxico, y fue amigo de personajes como
Educado en Alcalá, en Roma se dedicó a la pin­ Diego Hurtado de M endoza* o Jorge de Mon-
tura y a la escultura e, instalado definitivamente tem ayor*. Su obra, muy prolija en sonetos,
en Córdoba, donde trabó amistad con Fernando aunque son im portantes los m adrigales — que
de Herrera*, se dedicó a la literatura. De su obra él adaptó al castellano— , las canciones, las ele­
nos han quedado algunos fragmentos de las octa­ gías, las odas o las epístolas en tercetos y ende­
vas que componían el Arte de la pintura (1786), casílabos, ocupa un lugar intermedio entre Gar-
así como el Discurso de la comparación de la cilaso de la Vega* y Fernando de H errera*, y
antigua y moderna pintura y escultura y partes bebe tanto de la tradición castiza de juegos de
del Discurso sobre el templo de Salomón. Se palabras como de la italiana de los poetas pe-
sabe que escribió, además, gran número de sone­ trarquistas, a quienes atendió de la mano de
tos, y de su estilo puede decirse que es poco Ausias M arch*. Se trata de una poesía de ex­
fluida la prosa y artificioso el verso. presión suave y delicada. De sus madrigales,
destaca el que dedicó A unos ojos («Ojos cla­
CÉSPEDES Y MENESES, Gonzalo (Talayera de la ros, serenos, / si de un dulce m irar sois alaba­
Reina, Toledo?, h. 1585-Madrid, 1638) dos /...»). También escribió prosas, caso de
Novelista e historiador. A punto estuvo este es­ Diálogo entre la cabeza y la gorra o Paradoja
critor de familia noble de m orir en el cadalso a en alabanza de los cuernos, que no es sino la
consecuencia de una aventura amorosa. Poco versión de un diálogo de Colleruccio, y tradujo
después, sería encarcelado y desterrado, motivo a Petrarca y Ariosto. Sus Obras se editaron por
por el que residió en Zaragoza y en Portugal. primera vez, acompañadas de una biografía que
Gracias a la publicación en Lisboa en 1631 de se sospecha falsa, en Sevilla en 1895, por Joa­
su Historia de Felipe IV, fue perdonado y pudo quín Hazañas y la Rúa*.
regresar a Madrid, donde se le nombró cronista
del rey. Las obras de ficción de Céspedes, tinta­ CHABÁS MARTÍ, Juan (Denia, Alicante, 1900-
das casi siempre de experiencias autobiográfi­ La Habana, 1954)
cas, tratan de entretener e instruir, aunque evi­ Poeta, novelista y ensayista. Estudió Filosofía y
dencian los resabios de un lenguaje cultista, así Letras y Derecho, colaboró en publicaciones
como un cierto dram atismo determ inista. No como La Libertad, La Gaceta Literaria y Revista
obstante, tienen el m érito de fundir elem entos de Occidente, perteneció al Centro de Estudios
corteses picarescos (véase PICARESCA) contra la Históricos de Madrid, enseñó Literatura española
sordidez im perante en aquel momento. En en la Universidad de Génova, defendió a la Re­
cuanto a sus obras históricas, ciertamente polé­ pública durante la Guerra Civil y, al finalizar esta,
micas y conceptistas, no logran abandonar se exilió a Cuba, donde fue profesor en la Univer­
nunca un cierto tono novelesco, sin llegar a al­ sidad de Oriente en Santiago. Crítico y ensayista
canzar una calidad reseñable. Sus obras más im­ literario inteligente, fue un fino analista de las fi­
portantes, aparte de la ya m encionada, son su guras de las generaciones del 98* y del 27*. Sus
novela Poema trágico del español Gerardo y de­ versos están a menudo marcados por el Moder­
sengaño del amor lascivo (Madrid, 1615), trama nismo* y el ultraísmo* y tienen una clara influen­
de aventuras en la más clara tradición bizantina, cia de Juan Ramón Jiménez*, al tiempo que sus
(véase NOVELA BIZANTINA), Historia apologé­ novelas se llenan de un lirismo psicológico en el
tica (Zaragoza, 1622), donde cuenta la actitud que se aprecian los ecos de Gabriel Miró*. Sus li­
aragonesa en el conflicto político surgido con bros más im portantes son el poemario Espejos
Antonio Pérez, H istoria de los sucesos de A ra­ (1921), las novelas Sin velas, desvelada (1927),
gón (1622), la novela Varia fortuna del soldado Puerto de sombra (1928) y Agor sin fín (1930),
Píndaro (1626), llena de aventuras fantásticas los ensayos Italia fascista (Política y literatura)
de talante rom ántico, Historias peregrinas y (1929), Vuelo y estilo (1930), Historia de la Lite­
ejemplares (Zaragoza, 1623), seis novelas cor­ ratura española (1932) y Literatura española
tas centradas en otras tantas ciudades, y Francia contemporánea (1898-1950) (1952; reed., 2002),
engañada, Francia respondida (Burdeos, 1635), así como, aparecidos postumamente, los cuentos
opúsculo firm ado con el seudónim o Gerardo de Fábula y vida (1955) y el poemario Árbol de ti
Hispano. nacido (1956).
CHACEL 202

CHACEL, Rosa (Valladolid, 1898-Madrid, 1994) CHACÓN, Dulce (Zafra, Badajoz, 1954)
Narradora. Educada en el seno de su familia, a Narradora y poetisa. Autora de fino realismo*,
los diez años se trasladó a Madrid, donde más siem pre atenta, desde una perspectiva inti-
tarde ingresaría en la Escuela de Bellas Artes mista, al fluir contradictorio de las emociones,
de San Fernando, y donde trabaría amistad con sugerente y con una hondura espontánea a la
Juan Ramón Jiménez* y Ramón Gómez de la hora de abordar los conflictos hum anos que
Serna*. En 1921, después de casarse, se m ar­ sostienen su obra, aplica a la narrativa una es­
chó a Roma con su marido, el pintor Timoteo tructura poética basada en la brevedad de la
Pérez Rubio, a estudiar arte hasta 1927. C ola­ frase. En sus obras en prosa es frecuente un re­
boradora de Revista de Occidente, La Gaceta paso a las épocas más oscuras de la posguerra
Literaria y, durante la G uerra C ivil, de H ora española y a los conflictos fam iliares, senti­
de España, hubo de exiliarse a Sudam érica, a mentales y políticos que esta supuso. Por lo que
Buenos Aires y, después, a Río de Janeiro, se refiere estrictamente a su poesía, esta resulta
donde vivió, salvo esporádicas estancias en en gran m edida ecléctica, al ser al m ismo
Nueva York y España, y tradujo a num erosos tiem po intim ista y reflexiva, em otiva y leve­
autores, como M allarm é, Racine, Camus o mente elegiaca, así como en muchos casos crí­
Eliot, además de colaborar en diferentes publi­ tica socialm ente. Deben destacarse, entre sus
caciones. En 1974 regresó a España definitiva­ poem arios, Querrán ponerle nombre (1992),
mente, donde recibió Prem ios como el de la Las palabras de la piedra (1993), Contra el
Crítica, el Nacional de las Letras Españolas en desprestigio de la altura (1995), que recibió el
1987, y, en 1994, de manos del Rey Juan Car­ Premio Ciudad de Irún, M atar al ángel (1999)
los, la M edalla de Oro de las Bellas Artes. Su y Cuatro gotas (2003). Hay que citar las nove­
obra, no muy numerosa, siguió la línea de Una­ las A lgún am or que no m ate (1995), Blanca
muno*, con una prosa cuidada, de gran exacti­ vuela mañana (1997) y Habíam e, musa, de
tud y riqueza. Centradas en las relaciones hu­ aquel varón (1998), que forman una trilogía so­
manas, sus novelas suponen un profundo bre la huida y a las que hay que añadir Cielos
estudio introspectivo de la vida hum ana. La de barro (2000), con la que obtuvo el Prem io
memoria y la conciencia del tiempo son los dos A zorín, y La voz dorm ida (2002), libro en el
ejes a partir de los cuales sus personajes inten­ que aborda los problemas de las mujeres prisio­
tan com prender la realidad. Deben citarse las neras o simplemente víctimas de la G uerra Ci­
siguientes novelas: Estación. Ida y vuelta (1930), vil durante el franquismo.
influida por las ideas de O rtega y G asset*
sobre la razón vital, Teresa (Buenos A ires, CHACÓN, Gonzalo (?, 1429-?, 1507)
1936), centrada en la vida de Teresa M ancha, Historiador. Conocido como El Viejo, estuvo al
la amante de Espronceda*, M em orias de Leti­ servicio de Alvaro de Luna* y de Isabel la Cató­
cia Valle (1945), quizá su obra fundamental, en lica cuando aún era princesa. Se le considera el
la que analiza la transición em ocional de una autor de la Crónica de don Alvaro de Luna, quizá
niña hacia la madurez, La sinrazón (Buenos escrita entre 1445 y 1460, en la que se cuentan
Aires, 1960) y la trilogía form ada por B arrio recuerdos y datos tomados de la observación di­
de M aravillas (1976), A crópolis (1984) y recta. Es una obra muy profunda a la hora de
Ciencias Naturales (1988). Es autora, además, analizar al personaje, repleta de sentencias, diá­
de los libros de relatos Sobre el piélago (Bue­ logos y refranes, insertados en un texto en el que
nos Aires, 1952) y Ofrenda a una virgen loca destaca un estilo de elevada retórica.
(M éxico, 1960), reunidos después en Icada,
Nevda, Diada (1971), de los poem arios A la CHAMIZO, Luis (Guareña, Badajoz, 1899-Ma-
orilla de un pozo (1936) y Versos prohibidos drid, 1944)
(1978), ambos incluidos, junto a otros más, en Poeta y dramaturgo. Influido por Gabriel y G a­
Poesía (1931-1991) (1992), de las mem orias lán*, se le deben poemarios como El miajón de
Desde el am anecer (1972) y los dos primeros los castúos (1921), Poesías extrem eñas y E x­
volúmenes de sus emocionantes diarios, A lcan­ trem adura (1924), en la línea de la poesía re-
cía. Ida - Alcancía. Vuelta (1982), a los que se­ gionalista, caracterizados por el colorism o, el
guiría, ya postum am ente, un tercer volumen: recargam iento de sus versos y el uso de voces
Alcancía. Estación Termini (1998), que incluye dialectales. Es autor, asimismo, del dram a Las
sus anotaciones entre 1982 y 1994. Fue autora, brujas (1930).
asimismo, de libros de ensayo como La confe­
sión (1971), Saturnal (1972), Los títulos CHAMORRO, Eduardo (M adrid, 1946)
(1981), Rebañaduras (1986) y La lectura es se­ Narrador. Periodista y traductor, se trata de uno
creto (1989). de los escritores cultos del panorama literario es­
203 CHAVES NOGALES

pañol, aunque esta pueda resultar una afirmación una profunda amistad con Juan Ramón Jimé­
absurda. Se quiere decir con ella que es uno de nez*. Su poesía, influida por el propio Juan Ra­
los escritores intelectuales, conocedor de la his­ món, además de por los Salmos y san Juan de la
toria, poseedor de un pensam iento propio y, al Cruz*, así como por el espíritu general de la Ge­
mismo tiempo, cultivador de un cinismo sin lí­ neración del 27*, gira en tomo a la emoción del
mites que da a sus obras una efervescencia no solo amor, exaltado cuando su objeto último es Dios,
narrativa, sino tem ática que despierta las con­ siempre en tono intimista. Olvidada y en cierto
ciencias. Es autor de las novelas: El zorro ente­ sentido menospreciada por la crítica, acaso por
rrando a su abuela debajo de un arbusto (1976), el peso poético de sus inmediatos contemporá­
Súbditos de la noche (1982), La cruz de Santiago neos, que la ahogaron, o tal vez por ser mujer, o
(1992) y A flo r de piel (1997), además del libro por la materia misma de su poética, o por haber
de relatos Relatos de la fundación (1982) y de, pasado gran parte de su vida en el exilio, o in­
entre otros, los ensayos La vida y la época de Fe­ cluso por su voluntad de retiro y silencio, su ín­
lipe IV (1998) y Francisco Franco. Anatomía de timo deseo de pasar desapercibida, el caso es que
un mito (1998). Ha recibido premios como el Sé­ murió en una residencia de ancianos, injusta­
samo y el Vox Institute. En 1994 presentó una ri­ mente sola, sorda, prácticamente ciega y casi sin
gurosa traducción del Ulises de James Joyce, y lectores. Destacan poemarios como: En silencio
en 2001 publicó una suerte de relato bio-biblio- (1926), Ahora (1928), La voz en el viento (1931),
gráfico sobre el que fuera su amigo Juan Benet*: Cántico inútil (1936), Presencia a oscuras (1952),
Juan Benet y el aliento del espíritu sobre las E l nombre que me diste (1960), Cárcel de los
aguas, repleto de vivencias personales y anécdo­ sentidos (1964), Hai-Kais espirituales (1967),
tas que le sirven, al mismo tiempo, para abordar Cartas cerradas (1968), Poemas del ser y del es­
la obra del autor de Volverás a Región. tar (1972), Primer exilio (1978), La pared trans­
parente (1984), Huyeron todas las islas (1988) y
CHAMORRO, Víctor (M onroy, Cáceres, 1939) Del vacío y sus dones (1993), además de las an­
Novelista. Licenciado en Derecho por la Univer­ tologías Antología poética (1988) y Poesía a tra­
sidad de Salamanca. En su obra, de corte realista, vés del tiempo (1991). Debe citarse su novela La
denuncia las opresiones que padece el individuo, casa de enfrente (1936), además de su ensayo La
centrando sus tramas en el mundo’rural y usando ardilla y la rosa (Juan Ramón en mi memoria)
una lengua de gran riqueza, así como la referen­ (1991). En 1989 fue galardonada con el Premio
cia de ambientes opresivos y desarrollos de la Euskadi de Literatura.
trama que com binan la intriga con la reflexión
ideológica. Destacan títulos como: El santo y el CHAVES NOGALES, Manuel (Sevilla, 1897-Lon-
demonio (1964), finalista del Premio Planeta, dres, 1944)
Amores de invierno (1966), finalista del Premio Narrador y ensayista. Injustamente olvidado por
Blasco Ibáñez, La venganza de las ratas (1967), la crítica, colaboró en publicaciones madrileñas
Premio Urriza, El Seguro, enfermos pobres y en­ como La Estampa, Ahora, diario del que fue di­
ferm os ricos (1968), Premio Ateneo Jovellanos, rector, y El Heraldo, viajó a la Unión Soviética,
esta vez con el núcleo urbano como marco, Sin experiencia de la que nació su libro La vuelta a
raíces (1970), El pasmo (1987), Reunión patrió­ Europa en avión. Un pequeñoburgués en la Ru­
tica (1994), El pequeño Werther (1997) y La sia Roja (1929) y, como consecuencia de sus
hora del barquero (2003), con la que obtuvo el ideas republicanas, se vio forzado al exilio tras la
Premio Café Gijón. Entre sus ensayos, deben ci­ Guerra Civil, fijando residencia primero en París
tarse: Las Hurdes, tierra sin tierra (1968), Histo­ y, después, en Londres. Su actividad periodística
ria de la Edad Antigua (1971), Guía secreta de está en la línea del periodismo literario de los La­
Extremadura (1976), Extremadura, afán de m i­ rra*, Corpus Barga* o González Ruano*, con re­
seria (1979) y Por Cáceres de trecho en trecho portajes de gran amenidad y precisión. Dueño de
(1981), todos ellos incluidos en Historia de Ex­ un estilo ágil, en absoluto suntuoso, destacan en
tremadura (1984). su producción, además de la ya mencionada,
obras variadas como La ciudad (1921), colec­
CHAMPOURCÍN, Ernestina de (Vitoria, Á lava, ción de ensayos dedicados a su ciudad natal, El
1905-Madrid, 1999) maestro Juan M artínez que estuvo allí (1934),
Poetisa. Casada con el poeta Juan José Domen- que se ocupa del tema soviético y que está a me­
china*, residió en Madrid a partir de su regreso a dio camino entre la novela y la crónica, la bio­
España en 1972, después de haber vivido en el grafía del célebre torero Juan Belmonte (1935),
exilio en M éxico desde 1939. Fue incluida en la con la que conseguiría atención y elogios y en la
segunda edición de Poesía española contempo­ que lo novelesco suple la falta de interés de Cha­
ránea (1934), de Gerardo D iego*, y mantuvo ves por el mundo taurino, el volumen de relatos
204
CHECA

A sangre y fu eg o (Chile, 1937), donde el con­ que suele ocuparse de la posguerra, del final del
flicto bélico que le llevaría al exilio es visto con franquismo y de la transición, evidencian un es­
gran objetividad y templanza, o La agonía en tilo personal en cierto sentido ajeno a lo literario,
Francia (1941), libro desolado sobre la expe­ con cierta frialdad escenográfica, pero en las que
riencia del éxodo. En 1994, la Fundación Luis demuestra un profundo conocimiento de las
Cernuda y la Diputación de Sevilla publicaron, em ociones humanas y un control absoluto de
en dos volúmenes, su Obra narrativa completa. las técnicas narrativas con que afrontar una trama
coral. Ha publicado las siguientes novelas: Mi-
CHECA, Edith (Sevilla, 1957) moun (1988), En la lucha final (1991), La buena
Novelista. Periodista, ha sido presentadora de los letra (1992; reed., 2002), Los disparos del caza­
programas culturales de la UNED en Radio Nacio­ dor (1994), La larga marcha (1996), La caída de
nal de España y de otros programas culturales en Madrid (2000) y Los viejos amigos (2003). A es­
Televisión Española, y enseña en diversos talleres tas obras hay que añadir Mediterráneos (1997),
de radio y televisión. Debutó en el panorama litera­ que reúne doce relatos de viajes que había ido pu­
rio con la novela El color del albero (2000), histo­ blicando en la revista Sobremesa, y El novelista
ria de una mujer abocada a un cambio radical y ca­ perplejo (2003), compilación de ensayos litera­
sual en su vida, lo que la conduce a una búsqueda rios sobre su propia creación y sobre distintos au­
de su propio yo. La crítica destacó su capacidad tores, como Max Aub* o Juan Marsé*, entre otros
para adentrarse en los resquicios más ocultos de la muchos.
psicología de su protagonista. Posteriormente, pu­
blicó el libro de relatos para niños Los misterios de CICUÉNDEZ, Luis (Madrid, 1968)
la casa de mi abuela (2001) y es autora, asimismo, Poeta. Editor, se ocupa de marketing. En sus ver­
de diferentes poemarios, entre ellos Letargos vio­ sos aborda la pérdida del amor y la soledad que
leta, En el último peldaño, La cantera de la memo­ se deriva de las emociones vividas. D estaca su
ria y Un mar que pierde esperanza. poemario Ejercicio de planetas (1999).

CHICHARRO BRIONES, Eduardo (M adrid, CID, El -»Véase CANTAR DE MIO CID.


1905-1964)
Poeta y dramaturgo. Hijo del pintor del mismo CID, Gabriel (Madrid, 1941)
nombre, estudió pintura en Roma y en la Escuela Narrador. Autor cuyo modo de narrar se concen­
de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, de tra en los más nimios detalles de la cotidianidad
la que fue catedrático de Estética. En Roma reci­ y de los comportamientos individuales, lo que él
bió no solo formación artística sino que aprendió traslada a los animales, protagonistas frecuentes
numerosas lenguas. Es, junto a Silvano Semesi y de sus textos, que son seres dotados del don de la
Carlos Edmundo de Ory* — con quien escribió palabra y de la reflexión, creando así una alego­
el libro Las patitas de la sombra— , el fundador ría en la que incluso caben los corpúsculos y las
del postismo*, movimiento basado en el sentido células como sujetos dotados de voz y entendi­
lúdico de la poesía y en los componentes oníri­ miento. Destaca su libro de relatos Hágase Ud.
cos de la imaginación que, a través de juegos lé­ Inmortal (1997).
xicos intentó conectar con las vanguardias impe­
rantes en los años de preguerra. Dos fueron las CID CABIDO, Xosé (Orense, 1959)
revistas en que se plasmaron estos propósitos, Narrador en lengua gallega. Guionista, además
Postismo y La Cerbatana, si bien ambas tuvie­ de diferentes obras en gallego, premiadas en el
ron una corta vida. La obra poética de Chicharro ámbito de esas letras, hay que mencionar su no­
se editó por primera vez en M úsica celestial y vela Grupo abeliano (2000); publicada primero
otros poem as (1974), ya que anteriorm ente es­ en gallego, se trata de una reivindicación social,
taba dispersa en revistas y antologías colectivas, con un tono alegórico que recuerda a ciertas
sin que llegase a publicar ningún libro en vida. obras de Javier Torneo*, a través de las peripe­
Aparte del drama Akebedonys 1930 (1945), la cias de un grupo de marginados que toma el po­
mayoría de su producción teatral y narrativa per­ der en una ciudad de provincias.
manece inédita.
CIENFUEGOS, Nicasio Álvarez de -» Véase
CHIRBES, Rafael (Tabernes de Valldiqna, Valen­ ALVAREZ DE CIEN FU EG OS, Nicasio.
cia, 1949)
Novelista. Se licenció en Historia M oderna y CIERVA Y DE HOCES, Ricardo de la (M adrid,
Contemporánea en Madrid, y se dedicó a la crí­ 1926)
tica literaria durante un tiempo, aunque en la ac­ Historiador. Doctor en Ciencias y en Filosofía y
tualidad ejerce el periodismo. Sus novelas, en las Letras, ocupó algunos cargos oficiales durante el
205 CIRIA Y ESCALANTE

franquismo, ha sido catedrático de Historia Con­ doliente: Del hospital (1906), El libro de la cruel­
temporánea en la Universidad de Alcalá de He­ dad: Del cuartel y de la guerra (1906) y El libro
nares, se dedica al periodismo y ha ejercido la de la decadencia: Del periódico y de la política
docencia en la Escuela Diplom ática. Entre sus (1907), la novela El vicario (1905), el ciclo de La
obras más importantes, deben destacarse: Biblio­ lucha de nuestros días, formado por Los vencedo­
grafía general sobre la guerra de España (1968), res (1908) y Los vencidos (1910), La romería
Historia de la guerra civil española (1969), La (1911), las crónicas incluidas en Entre la paz y la
historia perdida del socialismo español (1972), guerra (Marruecos) (1912), y el resto de sus no­
Historia del franquism o (1975 y 1977; 2 vols.), velas: Villavieja (1914), El juez que perdió la con­
La Historia se confiesa (1978), Jesuítas, iglesia y ciencia (1925), Circe y el poeta (1926) y Los cai­
marxismo. La teología de la liberación desenmas­ manes (1931). Asimismo, escribió la biografía
carada (1986), La derecha sin remedio (1987), Joaquín Costa, el gran fracasado (1930) y el en­
Yo, Felipe II (1988) y M isterios de la Historia sayo histórico España bajo los Borbones (1932).
(1990 y 1992; 2 vols.), entre otras muchas. Ha re­
cibido premios como el Luca de Tena (1973), el CILLERUELO, José Ángel (Barcelona, 1960)
Mariano de Cavia (1975) y el Víctor de la Sema Poeta y narrador. Conocedor profundo de la obra
(1976). Su última obra, respuesta a las Memorias de Femando Pessoa y en general de la literatura
de Santiago Carrillo, es Carrillo miente (1994). portuguesa, de la que es traductor, la influencia
del famoso autor luso se deja sentir en sus ver­
CIEZA DE LEÓN, Pedro (Llerena, Sevilla, 1518- sos, en los cuales predomina la brevedad frag­
Sevilla, 1584) mentaria, desde la que se aproxima a la contem­
Historiador. Muy joven marchó a las Indias, plación del detalle mínimo. Por lo que respecta a
donde permaneció más de veinte años, la mayor su prosa, cabe decir que hay mucho de lírico en
parte de este tiempo en Perú. Allí se dedicó a su el tratamiento irónico al que somete asuntos
labor como historiador, abandonando las prácti­ como la soledad o el olvido, sin evitar una com­
cas militares que le habían ocupado hasta enton­ binación sorprendente entre brutalidad y ternura.
ces. Escribió una Crónica del Perú (Sevilla, Incluido en diferentes antologías, es autor de los
1553), a la que siguieron, tras su muerte, dos par­ poemarios: Narrado en bronce (1982), Sortilegio
tes que la completaban: Segunda parte de la cró­ (1983), Alfama (1987), El don impuro (1989),
nica del Perú, que trata del señorío de los incas Maleza (1995), Barrio Alto (1997) y Salobre
yupanquis y de sus grandes hechos y goberna­ (1999), así como de la novela El visir de Abisinia
ción (1871) y Tercer libro de las guerras civiles (2001), ambientada en la Lisboa modernista de
del Perú, el cual se llama la guerra de Quito las primeras décadas del siglo XX, y de los libros
(1909). En estos textos, aparece como un gran de relatos Ciudades y mentiras (1998), Cielo y
analista y observador al describir los ritos y cos­ sombras (2000) y De los tranvías (2001).
tumbres, así como la geografía de Perú.
CIMORRA, Clemente (O viedo, 1900-Buenos
CIGES APARICIO, Manuel (Enguera, Valencia, Aires, 1958)
1873-Ávila, 1936) Narrador y ensayista. Periodista, se vio obligado
Narrador. Estudió en Azuaga, Badajoz. Dedicado a exiliarse en Argentina. De su obra narrativa,
al periodismo, fue soldado y corresponsal en fuertemente crítica y comprometida, destacan: El
Cuba, y mantuvo una postura crítica con la acti­ bloqueo del hombre. Novela del drama de Es­
tud colonial española allí, lo que le llevó a ser en­ paña (1940), Gente sin suelo. Novela del éxodo
carcelado en el castillo de La Cabaña. Redactor civil (1940), La simiente. Novela de los hijos de
de Vida Nueva, El País y El Imparcial, dirigió El la guerra (1942), Cuatro en la piel de toro
Progreso y La Voz de Aragón, estuvo casado con (1952) y El caballista (1957). Deben citarse,
una hermana de Azorín*. Exiliado en París en además, sus ensayos España en .«(1941), Los gi­
1909, ante el riesgo de un juicio militar, fue nom­ tanos (1944) o Historia de la tauromaquia. Cro­
brado Gobernador Civil de Baleares, Santander y nicón español (1945), Los capitanes de Rojas.
Ávila por la Segunda República, y fusilado por el D escubrimiento y entrada al Norte Argentino
bando nacionalista al comienzo de la Guerra Ci­ (1945) o R ockefeller y su tiempo (1945), entre
vil. En la línea estilística y espiritual de la Gene­ otros, así como las biografías Godoy, en la Es­
ración del 98*, reformista y testimonial, su obra paña de los majos (1946) y Galdós (1947).
en prosa, de gran sensibilidad social, denuncia los
males del momento, tiene un carácter realista y es CIRIA Y ESCALANTE, José de (Santander, 1903-
de estilo conciso. Deben citarse la tetralogía auto­ Madrid, 1924)
biográfica compuesta por: El libro de la vida trá­ Poeta. Seguidor del ultraísmo*, estuvo cercano a
gica: Del cautiverio (1903), El libro de la vida poetas como Alberti*, García Lorca*, Gerardo
CIRLOT LAPORTA 206

Diego*, Salinas* o Guillermo de Torre*, entre amor (1971) y, ya postumamente, las antologías
otros, y fundó la revista Reflector (1920). Su Poesía (1966-1972) (1975) y Obra poética
obra la editaron, a su muerte, en 1924, sus ami­ (1981), preparada por Clara Janés* y reeditada
gos, los poetas más destacados del momento. en 1997, a las que hay que añadir el poemario en
prosa y verso, que solo había sido publicado en
CIRLOT LAPORTA, Juan Eduardo (Barcelona, la revista Fantasía de Madrid en 1945, El libro
1916-1973) de Cartago (1998), escrito en pleno auge del su­
Poeta y crítico de arte. Relacionado con el su­ rrealismo, en tres días de enero de 1947, a partir
rrealismo*, estudió música y está considerado de un sueño de 1944, y en el cual evoca y recons­
como uno de los adelantados del vanguardismo truye paisajes interiores, consignando la memo­
en España. Perteneció, entre 1949 y 1953, al ria a la demolición, a la ausencia, a los instantes
grupo de vanguardia (véase VANGUARDISMO) de lo perdido. Pero sin duda la que quizá sea su
Dau al Set de Joan Brossa*, cuyo propósito era obra más importante está constituida por el ciclo
conectar con las vanguardias anteriores a la gue­ de Bronwyn (1967-1971), compuesto por 16 li­
rra, y publicó sus poesías en diferentes revistas, bros y cuya edición completa vio la luz por vez
entre las que destaca Papeles de Son Armadans, primera en 2001. Se trata de una obra que nació
creada por Camilo José Cela*. Como crítico de tras la visión, en 1966, de la película de Franklin
arte, fue de los más apasionados y revoluciona­ Schaffner El señor de la guerra, en una escena
rios. A pesar de haber sido olvidado durante mu­ de la cual un normando se enamora de una por­
cho tiempo, ahora se le reconoce como uno de queriza celta que sale desnuda de las aguas de un
los grandes poetas surrealistas españoles. Se río, llamada Bronwyn e interpretada por una be­
trata de un autor de extraordinaria cultura y que lleza rubia que ha pasado desapercibida para la
cultivó un profundo interés por el elemento ocul­ historia del cine: Rosemary Forsyth. Cirlot,
tista de los símbolos; en realidad, puede afir­ como el caballero normando, y acaso por su co­
marse que apuesta por una literatura simbólica nocido amor hacia las literaturas medievales, el
en su sentido más amplio, en tanto que él consi­ esoterismo y la mitología, se deslumbra, a tal
deraba el símbolo como onírico, poético, cós­ punto que hasta el momento de su muerte le de­
mico y religioso, lo que lo dota de un sentido dicará a este «mito» suyo de Bronwyn no solo
trascendente, de ahí que una de las obras que más los 16 libros que componen el ciclo, sino «varia­
ayudan a descifrar el enigma de su propia escri­ ciones fonovisuales», artículos, ensayos y poe­
tura, del sentido último que la mueve, sea su Dic­ mas sueltos, todo ello incluido en la antedicha
cionario de símbolos, cuya referencia ofrecemos edición com pleta de 2001. El significado pro­
más adelante. Su poesía, entendida globalmen­ fundo de los poemas que componen la obra no
te, y representada por su obra fundamental, es, en cambio, mitológico, sino que giran en
Bronwyn, a la que nos referiremos con detalle tomo a un instante de ese «mito» suyo, que solo
más abajo, está inscrita en la autorreferenciali- existe tras la muerte física, pues la obra entera se
dad deconstruccionista de la posmodemidad. La basa en el deseo obsesivo de encontrarse con
autorreferencia de su obra, que a su vez se genera Brownyn en un más allá invocado y jamás alcan­
a sí misma, viene de la cábala judía y de la música zado, y supone una búsqueda constante de ese
dodecafónica, de lo que él llamaba la «técnica per- encuentro. En este libro, por fin valorado en la
mutatoria», y trabaja en constantes juegos de literatura española del siglo pasado, hay una
transform ación y combinación de elementos, constante investigación del lenguaje, que pasa
tanto gráficos como semánticos o sintácticos o por un realismo* conversacional, sorprendente
fonéticos. De sus poemarios, muchos de ellos de en el contexto temático, y que va hacia una pro­
tirada no venal y en los que, claro está, los ele­ gresiva destrucción de la sintaxis y del signifi­
mentos sim bólicos son fundamentales, además cado y la lógica del lenguaje; pero en medio hay
del interés por las permutaciones entre ellos y la reductos de clasicismo, Romanticismo*, endeca­
búsqueda poético-mística, deben citarse: La sílabos de una delicadeza y lirismo impecables.
muerte de Gerión (1943), Seis sonetos y un Una obra, en suma, que responde al espíritu ge­
Poema de amor celeste (1943), En la llama neral del resto de la literatura, y no solo, de Cir­
(1945), que influyó en la obra de poetas poste­ lot, formada por la unión de elementos heterogé­
riores, Canto de la vida muerta (1945), Cordero neos, lo que da lugar a un libro, a un larguísimo
del abismo (1946), Elegía sumeria (1949), Lilith poema en realidad, metafísico y estructuralista,
(1949), El poeta conmemorativo (1951), Trece romántico y posmoderno. Escribió, asimismo,
poemas de am or (1951), El palacio de plata numerosos ensayos críticos sobre arte y música,
(1955), Regina Tenebrarum (1966), Las hojas de entre los que destacan: Diccionario de los Ismos
fuego (1967), Marco Antonio (1967), Cosmogo­ (1949), Stravinsky (1949), El estilo del siglo xx
nía (1969), La sola virgen (1969), 44 sonetos de (1952), Introducción al surrealismo (1953), El
207 CLARÍN

mundo del objeto (bajo la luz del surrealismo) los y obras de teatro hasta ensayos, libros de jar­
(1953), M orfología y arte contemporáneo dinería y guiones televisivos, siempre haciendo
(1955), El arte otro (1957), el celebérrimo, im ­ gala de un gran sentido del humor. De su vastí­
portantísim o y ya m encionado D iccionario de sima producción, destacan novelas como: Cró­
símbolos (1958; reeds. 1969, 1982 y 1997), el li­ nica de varios males crónicos (1945), Enrique
bro más querido por su autor, El informalismo segundo el indeciso (1946), El asesino de la luna
(1959), El espíritu abstracto (1966), Del no (1947), El tren que no llegó jam ás a su destino
mundo (1969) y El arte del siglo xx (1972; (1948), Obsesión (1948) y Hay sangre en las ro­
2vols.), a los que hay que añadir unas em ocio­ sas (1949), ambas de índole policiaca, Seis auto­
nantes y bellísim as Confidencias literarias res en basca de un personaje (1951), El diablo
(1996) y la selección de correspondencia de Cir- toca la flauta (1954), La ciudad de los hombres
lot con diferentes artistas, De la crítica a la filo ­ buenos (1955), Un cam í (1956), Un benestar
sofía del arte (1997). semblant (1957), Fruta prohibida (1964) y L'al-
tra ciutat (1968), los relatos de Siga perdiendo el
CISNEROS, Cardenal -> Véase JIM ÉN EZ DE tiempo (1947) y los de misterio de Miedo (1976),
CISNEROS, Francisco. así como los ensayos El arte de perder el tiempo
(1946), El arte de no pensar en nada (1947), El
CLADERA, Cristóbal (Mallorca, 1760-?, 1816) arte de no decir que sí (1949), Diccionario hu­
Periodista. Presbítero que, aunque vio prohibida, m orístico (1950), El libro de los tontos (1952),
en 1787, la edición de un periódico que estaba Iconografía del chiste (1956) y Biografía del hu­
destinado a llamarse Biblioteca periódica y ele­ m or y del mal humor (1960). Recibió premios
mental de Ciencias, Artes, Literatura y Comer­ como el de Teatro Ciudad de Barcelona en 1962,
cio, fundó, no obstante, el Espíritu de los mejo­ el Nacional de Televisión en 1963 o el de Novela
res diarios literarios que se publican en Europa, en la Olimpiada del Humor en Valencia en 1968.
cuya vida duró hasta la nueva prohibición de
1791. Fue autor, además, de ensayos sobre legis­ CLARIMÓN LAFARGA, Carlos (Zaragoza,
lación y comercio, así como traductor de Brissot. 1920)
Novelista y periodista. Colaborador de diarios y
CLAUDÍN, Víctor (Madrid, 1950) revistas, así como de Radio Nacional, destacan
Narrador. Periodista, es autor de lenguaje descar­ en su obra novelas cortas como Los bancos son
nado y sin concesiones, a veces obsceno y bru­ de piedra (1956) y La trampa (1957) o los rela­
tal, con el que analiza las pasiones y las vidas de tos de Hombre a solas (1961), además de las no­
los personajes que transitan la marginalidad en la velas rosas, que firmó con el seudónimo de Rob
cotidianidad urbana. Es autor de la novela Es­ Joyce, Abismos (1960), La máscara de cera
crito en una ola (2002). (1961) y Jamás te olvidaré (1961).

CLAR MARGARIT, María Francisca -> Véase CLARÍN (Zamora, 1852-Oviedo, 1901)
AN G ÉLIC O , Halma. Novelista, cuentista, crítico, periodista político y
teórico de la literatura. Leopoldo García-Alas
CLARAMONTE Y CORROY, Andrés (M urcia, h. Ureña, conocido por el seudónimo de Clarín,
1580-Madrid, 1626) aunque se doctoró en Madrid con la tesis titulada
Dramaturgo. Perteneciente a la escuela de Lope El derecho y la modernidad (1878), vivió siem­
de Vega*, además de escribir comedias adaptó a pre en Oviedo, donde fue catedrático de Derecho
diferentes autores contemporáneos, como al pro­ Romano, para después serlo de Derecho Natural;
pio Lope y a Tirso de Molina*, alguna de cuyas solo pasó algunas temporadas en Madrid, lo que
obras se le atribuyeron a él. Deben citarse sus no impidió que su influencia en la capital fuese
obras: Deste agua no beberé, El valiente negro decisiva, solo comparable, en su opción de man­
en Flandes y La infelice Dorotea. De su obra tenerse al margen del centro cultural, con la de
poética, destacan títulos como: Relación del na­ Unamuno*. Como crítico, fue temido y respe­
cimiento del nuevo infante (Lisboa, 1611), Leta­ tado, ya que sus juicios literarios eran agresivos,
nía moral (Sevilla, 1613) y Fragmento a la Purí­ m inuciosos y exigentes, en ocasiones tajantes.
sima Concepción (Sevilla, 1617). En este particular, destacan sus análisis de las
novelas de Pérez Galdós*, recogidos en Galdós
CLARASÓ, Noel (A lejandría, 19 02-M adrid, (1912), además de su anterior Benito Pérez Gal­
1985) dós. Estudio crítico-biográfico (1889), que cons­
Narrador y ensayista en lenguas catalana y espa­ tituyeron el origen de la crítica galdosiana. For­
ñola. Abogado y licenciado en Filosofía y Letras, mado en un ambiente intelectual krausista, poco
puede decirse que escribió de todo, desde artícu­ a poco ocupó una posición más ecléctica y espi­
CLARÍN

ritualista en la que se evidencian ciertas preocu­ para intensificar la sensación de realidad, colo­
paciones religiosas. Fue, junto a Galdós, el gran can a Clarín en un lugar prioritario en cuanto al
novelista español del siglo xix, y, con M ariano uso de los elementos literarios. Un género en el
José de Larra*, se anticipó a las preocupaciones que Clarín tuvo una gran im portancia fue el
modernistas por la forma y el culto a la belleza. cuento, así como la novela corta, a los cuales se
Una gran influencia tuvieron sobre su obra las dedicaría en exclusiva después de la publicación
corrientes intelectuales del momento, así las de su segunda novela, la mencionada Su único
científicas y filosóficas, caso del positivismo, hijo. En vida publicó, o dejó listos para su publi­
como las literarias, provenientes de aquel, esto cación, cinco libros, con un total de 67 relatos, a
es, el realismo* y el naturalismo*. Con los meca­ los que serían añadidos posteriormente 47 más,
nismos que le proporcionaban, pudo analizar con lo que supone 114. Se trata sin duda de uno de
lupa al individuo de su época, así como el con­ los más importantes autores de cuentos de la his­
texto social en el que este se desenvolvía. Tanto toria literaria española, y desde luego el más im­
en sus artículos como en su producción literaria, portante en el siglo xix. Se dedicó a ellos con es­
mostró un cierto tono moralista, así como un pro­ mero, no como algo secundario, y quizá en esto
fundo escepticismo, lo que no le impidió tratar hay algo de dependencia de la literatura europea,
con ironía las contradicciones políticas de la Es­ que en esos años busca la concisión, aunque en
paña de entonces. el caso de Clarín sus relatos abordan, ahondan,
De toda su producción debe destacarse, además completan y enriquecen las mismas cuestiones
de la novela corta Pipá (1879) y de un intento de que estaban presentes en sus novelas, con una
novela que nunca terminó, Speraindeo, de la cual modernidad sorprendente, patinada de un estilo
se publicaron tres capítulos en la Revista de en cuya sensibilidad reside su categoría y a tra­
Oviedo (1880), así como de otras obras a las que vés de la cual puede plantear desde la insignifi­
después nos referiremos, La Regenta (1884), su cancia del hombre en el universo hasta la tras­
obra cumbre y una de las más im portantes de cendencia del arte, pasando por la frustración
nuestra literatura, en la que el tema del adulterio femenina o el valor de la belleza y la inocencia
se convierte, como ya lo había sido en otras en un mundo sin sentido, por citar solo algunos
obras del siglo —Madame Bovary, de Flaubert; de los asuntos centrales de sus cuentos. En ellos,
Ana Karenina, de Tolstoi; Effi Briest, de Theo- además, deja sentir su sensibilidad individual, al
dor Fontane; La conquete de Plassans, de Zola, margen del dogma de objetividad que regía la li­
o El primo Basilio, de E9a de Queiroz, entre teratura en ese momento, dejando ver a través de
otras— , en eje de la trama y en problema moral los sentimientos las fisuras del positivismo im­
de fondo. A través de un argumento convencio­ perante y quedándose al m argen del costum ­
nal y sencillo, folletinesco incluso, Clarín aborda brismo en boga, afrontando la realidad con cru­
desde la perspectiva del realismo naturalista, la deza. Destacan los libros de cuentos: El señor
disección espiritual de una sociedad, un alegato y lo dem ás son cuentos (1892), Doña Berta,
cruel contra la vida provinciana española, con­ Cuervo y Superchería (1892), Cuentos morales
vencido como estaba de que la literatura debía (1896) y El gallo de Sócrates (1901), donde se
servir para mejorar el mundo. Para ello, observa encuentran títulos tan importantes como ¡Adiós,
la realidad con métodos que vienen de las cien­ Cordera! o El Quin. Todos sus relatos, novelas
cias experimentales, y sitúa la acción en Vetusta, cortas y fragm entos narrativos fueron recogi­
una ciudad del norte, claramente identificable dos en dos volúm enes de C uentos com pletos
con Oviedo, cuyo nombre supone ya toda una (2000). Su única incursión en el teatro, con Te­
alusión crítica a las circunstancias que la consti­ resa (1895), fue un fracaso. Entre sus obras
tuyen. Se trata de una ciudad dominada por no­ críticas, destacan Solos de Clarín (1890-1898;
bles necios, curas egoístas y políticos caciquiles, 5 vols.), La literatura en 1881 (1882), escrito
símbolo de la incultura, el fariseísmo y la vulga­ en colaboración con Palacio Valdés*, Folletos
ridad, en la que Ana Ozores, alma sensitiva y literarios (1886-1891; 8 vols.), N ueva cam ­
pura, se verá abocada a su propia destrucción, paña (1887), M ezclilla (1888), Ensayos y re­
engullido su idealismo por un mundo sin senti­ vistas (1892), Palique (1893) y Siglo pasado
mientos. En definitiva, el texto de Clarín supone (1901), publicado postum am ente, adem ás de
un hondo ejercicio de perspicacia sociológica, de las recopilaciones llevadas a cabo por otros au­
agudeza psicológica y de ironía, y es considerada tores. En 2001 se publicó una reunión de sus
por muchos la gran obra de la literatura española ensayos, artículos y críticas literarias en el vo­
tras el Quijote. lumen Ensayos y críticas (1881-1901), en el
A las obras ya mencionadas, hay que añadir Su cual aborda todos los géneros literarios y
único hijo (1890), en la que ciertas técnicas na­ donde se ocupa de cuestiones políticas, cultu­
rrativas, como la cesión de voz a los personajes rales y sociales.
209 COBOS WILKINS

CLAVERÍA, Carlos (Barcelona, 1909-1974) Artes de San Fernando, ministro de Ultramar y


Ensayista y crítico literario. Licenciado en Filo­ de Gobernación y bibliotecario de la Reina Go­
sofía y Letras y en Derecho por la Universidad bernadora. Fue un ensayista erudito a quien se
de Barcelona, y doctorado en Letras por la de deben obras como Elogio de la reina Isabel la
M adrid, enseñó en diversas universidades eu­ Católica (1820) y una edición comentada del
ropeas y de Estados Unidos, y fue catedrático de Quijote (1833-1839).
Gramática General y Crítica Literaria en las de
Murcia, Santiago de Compostela y Oviedo. Di­ CLEMENTE BALAGUER, Josep Caries (Barce­
rector de los institutos españoles de Munich y lona, 1935)
Londres y miembro de la Asociación Internacio­ Historiador en lenguas catalana y española. Pe­
nal de H ispanistas, de Ta Hispanic Society of riodista de obra muy numerosa, estudió profeso­
America y de la Real Academia Española desde rado mercantil en Barcelona, Derecho e Historia
1971, participó en la redacción del Diccionario en Burgos, Economía en Mannheim, Alemania,
Histórico de la Lengua Española. Publicó ensa­ y Periodismo en Estados Unidos. Colaboró en
yos como: Cinco estudios de literatura española publicaciones como El Alcázar y La Actualidad
moderna (1945), Estudios sobre los gitanismos Española, y en su obra destacan títulos como: La
del español (1951), Temas de Unamuno (1952) o otra cara de Cataluña (1968), Hablando en Ma­
Ensayos hispanosuecos (1954), entre otros m u­ drid (1969), Cataluña, hoy (1970), Una cultura
chos a los que habría que añadir no pocos estu­ en crisis (1973), Las guerras carlistas (1982),
dios m onográficos y trabajos de investigación. tema al que ha dedicado no pocos de sus ensa­
yos, Historia de las Fuerzas Armadas (1983) y
CLAVUO, Ruy González de -»Véase GONZÁLEZ su Historia de la Cruz Roja Española (1986),
DE CLAVUO, Ruy. Premio Ranking Internacional, entre otras.

CLAVIJO Y FAJARDO, José de (Teguise, Lanza- CLEMENTSON, Carlos (Córdoba, 1944)


rote, 1726-Madrid, 1806) Poeta y crítico. Profesor de Literatura Española
Traductor y ensayista periodístico. Intelectual al en la Universidad de Córdoba, ha estudiado en
servicio de la Ilustración*, estudió, primero, en el profundidad a los poetas del Grupo Cántico, de
convento dominico de San Pedro Mártir, en las los cuales ha tomado en sus propios versos la
Palmas de Gran Canaria, y, después, en Francia, suntuosidad léxica, el sentido del ritmo y una
para, más tarde, en 1749, instalarse en Madrid, cierta espiritualidad barroca, como se ve, entre
después de haber servido como soldado en Ceuta y otros, en sus poemarios: Canto de la afirmación
en el campo de San Roque. Ocupó diferentes car­ (1974), Los argonautas y otros poemas (1975),
gos oficiales, como miembro de la Secretaría del De la tierra, del mar y otros caminos (1979), El
despacho universal de guerra, director de los tea­ fe rvo r y la ceniza (1982), Las olas y los años
tros de los Reales Sitios, oficial del Archivo de Es­ (1986), que incluye los anteriores, y Archipiéla­
tado y director del Real Gabinete de Historia Natu­ gos (1993), galardonado con el Premio Nacional
ral. Fundó y dirigió la revista El Pensador (1762) de Poesía José Hierro. Como crítico debe citarse,
— en la línea de The Spectator, de Addison y sobre todo, su obra Ricardo Molina. Petfil de un
Steele— , cuya trayectoria se reduce a ochenta poeta (1986).
y seis «Pensamientos» y desde donde consiguió
que llegaran a prohibirse oficialmente los autos sa­ COBO, Bernabé (topera, Jaén, 1580-Lima,
cramentales, criticados duramente por él y por Mo- Perú, 1657)
ratín*. Desde las páginas de esta publicación, cri­ Historiador. Marchó a las Indias en busca de El-
ticó también la comedia española del Siglo de Oro dorado, por lo que exploró Venezuela, Panamá y
(véase EDAD DE ORO), el carácter de sus persona­ el actual Perú, donde se ordenó jesuíta. Fue rec­
jes, su lenguaje, etc. — asunto con el que mantuvo tor de la Orden en Arequipa, vivió veinte años en
dura polémica con Romea y Tapia*— , y la situa­ Nueva España y regresó a Lima. Es autor de una
ción social de su época, la educación, la pedantería H istoria de la fundación de Lima (México,
o las tertulias. Clavijo tradujo numerosos libros, 1639) y de la im portante Historia del Nuevo
entre los que destacan Andrómaca de Racine, los Mundo, cuyos cuatro volúmenes no se publica­
Sermones de Massillon y la Historia Natural de ron hasta 1890. Las Obras del padre Cobo se edi­
Buffon. taron en su totalidad en 1959.

CLEMENCÍN, Diego (M urcia, 1765-M adrid, COBOS WILKINS, Juan (Riotinto, Huelva, 1957)
1834) Poeta. Fue director de la Casa-Museo y Funda­
Ensayista. M iembro de la Real Academia Espa­ ción Juan Ramón Jiménez y colabora como crí­
ñola, de las Academ ias de H istoria y de Bellas tico en diversos medios periodísticos, entre ellos
COCA 210

el diario El País, y la revista Con dados de nie­ M untaner de Literatura Juvenil, y Sota la pols
bla, que dirige, al igual que la colección «Juan (2000), que recibió el Premio Sant Jordi. Algunos
Ramón Jiménez». Autor inclasificable cuya poe­ de sus ensayos son: Joan Brossa o el pedestal son
sía, esteticista, culturalista, cotidiana y m itoló­ les sabates (1971) y Questions de teatre (1985).
gica, ética, estética, sensual y reflexiva a un Ha sido traductor al catalán de la obra de Maurice
tiempo, difícilmente resistiría ser encuadrada en Maeterlinck y del poeta japonés Matsuo Bashó.
alguno de los movimientos o grupos poéticos que
sirven normalmente para etiquetar a los autores, CODAX [o MOXA o DE VIGO], Martín (Vigo, ?-
si bien puede indicarse la influencia del ya citado ?, 1220)
Juan Ramón Jiménez*. No obstante, sí puede Poeta. Su obra está compuesta por siete cantigas
afirmarse que no está dentro de lo que se conoce de amigo (véase LÍRICA MEDIEVAL), conservadas,
como poesía de la experiencia*, que acaso le co­ junto a la música de sus composiciones, en el Can­
rrespondería generacionalmente, y que se trata de cionero de Colocci-Brancutti (véase CANCIONE­
un poeta refinado siempre, un poeta de profundo RO) de la Biblioteca Nacional de Lisboa. Resulta
intimismo, para quien la memoria es el eje de la curioso el hecho de que se conservase, además de
propia vida, que manifiesta su mundo con una in­ la música, la obra de un solo autor y no la de varios
tensidad basada en el uso de palabras que, a me­ en el mismo manuscrito, como era costumbre. Este
nudo, puede parecer que carecen de racionalidad, manuscrito fue publicado por primera vez, en
pero en cuya imprevisibilidad está toda la emo­ 1914, en una edición de diez copias y reeditado en
ción que él quiere transmitir, concediéndole al Río de Janeiro en 1956. Los temas de sus versos
lenguaje poético una suerte de valor sagrado, con son el mar y el amor, unidos siempre en un clima
algo de mística sensualizante, como expresión de melancólico, ya que el mar es el elemento esencial
los instantes. El amor, el paso del tiempo y la con quien dialoga la amada, un mar en el que, ade­
muerte, la soledad y el recuerdo de la tierra y de más, se proyectan los sentimientos.
la infancia son algunos de los motivos centrales
de su poética, mayoritariamente escrita en verso CODERA ZAIDÍN, Francisco (Fonz, Huesca,
libre. Incluido en numerosas antologías, hay que 1836-1917)
citar sus obras: El jardín mojado (1981), La ima­ Ensayista. Latinista, arabista, hebraísta y helenista,
ginación pervertida (1992), antología de su obra catedrático en la Universidad Central de Madrid,
hasta esa fecha, Llama de clausura (1997), que impulsó, en la línea de Gayangos*, los estudios ara­
obtuvo un accésit del Premio Jaime Gil de bistas. Miembro de la Real Academia Española, ha
Biedma, Escritura o paraíso (1998) y A un dios contribuido al estudio de las fuentes históricas ára­
desconocido (Poemas, 1981-1999) (1999). De­ bes. Destacan obras como Tratado de Numismática
butó en la narrativa con una novela de corte so­ arábigoespañola (1879) y la monumental «Biblio­
cial, El corazón de la tierra (2001; reed., 2003), teca Arábigo-Hispana» (1882-1895; 10 vols.).
en la que, con intenso lirismo, aborda las revuel­
tas obreras de 1888 en las minas onubenses, a la CODESAL, Javier (Sabiñánigo, 1958)
que siguió Mientras tuvimos alas (2003). Poeta. Ligado a las vanguardias (véase VANGUAR­
DISMO) en el campo de la imagen, se trata de un
COCA, Jordi (Barcelona, 1947) autor de versos alejados del realismo* propio de
Novelista y ensayista en lengua catalana. Ha sido la poesía experiencial de la cotidianidad (véase
director del Instituto del Teatro de Barcelona y se POESÍA DE LA EXPERIENCIA); en su poesía, Code-
ha ocupado, en diversos ensayos, de cuestiones sal se vincula a corrientes en las que domina la
artísticas. De su obra narrativa, en la que a me­ metafísica del lenguaje, ello creando constantes
nudo aborda cuestiones políticas como el catala­ nexos entre la palabra y la imagen y, por tanto,
nismo, la transición o la muerte de Franco, con dando lugar a una poesía de corte visual con la que
un estilo de cierta frialdad o sequedad formal, de­ aborda, desde una perspectiva existencial y en
ben destacarse títulos como Un d ’aquells estius constantes juegos de contrarios, la dialéctica vida-
(Els Lluisos) (1971), Alta comedia (1973), Selva i muerte. Destaca su libro Imagen de Caín (2002).
Salonet (1978), El detectiu, el soldat i la negra
(1980), Les coses Febles (1983), M al de Lluna COELLO Y OCHOA, Antonio (M adrid, 1611-
(1988), que fue Premio Documenta, La japonesa 1652)
(1992), novela con la que obtuvo el Premio Josep Dramaturgo. Aunque de la escuela de Calderón de
Pía, Louis (un conte sobre la felicitat) (1993), ga­ la Barca*, siguió las formas dramáticas de Lope
lardonada con el Premio Nacional de la Crítica, de Vega*, fue capitán de Infantería, servidor del
Dies maravellosos (1996; ed. española, Días ma­ duque de Alburquerque, caballero de Santiago y
ravillosos, 2000), Premio Ciutat de Palma, La ministro de la Real Junta de Aposentos. Apenas se
faula deis ocells grecs (1997), Premio Ramón conservan obras de autoría propia, si bien se le
211 COLINAS

atribuyen unos 24 dramas; lo que sí se sabe es que amor y la muerte, asuntos cuya complejidad se
colaboró con los más conocidos autores de su funde en un repaso de referentes poéticos clásicos.
tiempo en la redacción de sus textos, así sucedió Su preocupación por el lenguaje, con una tenden­
con su maestro Calderón en El celoso extremeño, cia neorromántica, culturalista y elitista, le ha lle­
inspirada en el texto de Cervantes*, y en Yerros de vado a ser incluido en el grupo de los llamados
naturaleza y aciertos de fortuna, o con otros como poetas «venecianos». En sus versos se aprecia un
Rojas Zorrilla*, Vélez de Guevara*, Pérez de admirable sentido de la musicalidad, al que se
Montalbán* o el cronista Antonio de Solís*. La unen la fina ornamentación y el gusto por las re­
única obra que, se supone, escribió solo fue El sonancias simbólicas y misteriosas, siempre
conde de Sex o Dar la vida p or su dama (1638), atento a temas que, en sus inicios, lo ligaban al
aunque se ha sospechado la colaboración en ella Romanticismo* europeo: la exaltación del fra­
de Felipe IV, quien, de cuando en cuando, hacía caso, la naturaleza mítica, las ruinas melancóli­
sus pinitos en el mundo del teatro. cas... En resumidas cuentas, como él mismo ha
declarado, «frente a la poesía intrascendente de
COELLO DE PORTUGAL, Carlos (Madrid, 1850- nuestros días, que solo testimonia lo circunstan­
1888) cial, yo pregono la fuerza conmovedora del
Dramaturgo y narrador. Colaboró en diferentes poema, lo que tiene de revulsivo». No obstante, a
publicaciones, entre las que destacan La Ilustra­ medida que ha ido publicando poemarios, se ha
ción Española y Am ericana y Blanco y Negro, ido produciendo un despojamiento estético, de
deben citarse sus obras de teatro: De M adrid a modo que el telurismo originario ha ido liberán­
Biarritz (1870), La mujer propia (1874), La dose de accesorios léxicos para adentrarse en la
monja alférez (1875), La pena negra (1877) y La vivencia íntima de lo exterior. Destacan sus poe­
mujer del César (1888), además de la comedia, marios: Poemas de la tierra y la sangre (1967),
escrita en colaboración con José Campo Arana*, Preludios a una noche total (1969), accésit al Pre­
A pluma y a pelo, que él firmó con el seudónimo mio Adonais, Truenos y flautas en un templo
de Pedro Ponce. De sus obras narrativas desta­ (1972), Premio Ciudad de Irún, Sepulcro en Tar-
can El otro mundo, cuento fantástico (1874) y quinia (1975), Premio de la Crítica, Astrolabio
Cuentos inverosímiles (1878). (1979), la antología Poesía (1967-1980) (1982 y
1984), que fue Premio Nacional de Poesía, Noche
COHEN, Emma (Barcelona, 1949) más allá de la noche (1982), La viña salvaje
Novelista y actriz. Seudónimo de Emmanuela (1985), Diapasón infinito (1986), Jardín de Orfeo
Beltrán Rahola, es una de las actrices más im por­ (1988), Libro de las noches abiertas (1989), Los
tantes del cine español de los años 70 y 80, si silencios de fuego (1992), El río de sombra. Poe­
bien ha seguido apareciendo esporádicamente en sía 1967-1990 (1994; reed., 1999), Libro de la
películas posteriores. Com pañera del también mansedumbre (1997) y Tiempo y abismo (2002),
actor y escritor Fernando Fernán-Gómez*, ade­ que cierra la trilogía que se había iniciado con el
más de colaborar con sus collages en el libro mencionado Los silencios del fuego, en la que re­
Trece fábulas y media (1981), de Juan Benet*, es flexiona sobre la piedad y la contemplación como
autora de obras como: Toda la casa era una ven­ relación con la realidad. Asimismo, ha escrito las
tana (1983), Alba, reina de las avispas (1987), novelas Un año en el Sur (1985) y Larga carta a
Negras tierras negras (1998), M iranda Hippo- Francesco (1986), además de diferentes ensayos,
campus o La isla del Aire (1990), Muerte dulce de los que deben citarse: Leopardi (1974), Viaje a
(1993), Rojo M ilady (1993) y Loca magnolia los monasterios de España (1976), Vicente Alei­
(1928) (1996), a las que hay que añadir el ensayo xandre y su obra (1977), Poetas italianos contem­
Hechizos, filtros y conjuros eróticos (1990). poráneos (1978), Poesía y prosa de G. Leopardi
(1979), La llamada de los árboles (1986), la bio­
COLINAS, Antonio (La Bañeza, León, 7946) grafía novelada de Leopardi Hacia el infinito nau­
Poeta, narrador y ensayista. Estudió Letras y ejer­ fragio (1991) y el libro de relatos titulado Días de
ció el periodismo en diarios como Informaciones Petavonium (1994), a los que habría que añadir el
o El País, y fue lector de español en las universi­ ensayo biográfico titulado Rafael Alberti eu Ibiza
dades de Milán y Bérgamo, lo que le permitió co­ (1995), Nuevo tratado de armonía (1999), libro
nocer profundamente la cultura italiana, algo que en el que la prosa roza la condición poemática y
ha vertido después en su poesía. Suele inscribír­ los dos volúmenes de conferencias y artículos so­
sele en el grupo de los novísimos*, y sus versos bre cuestiones literarias titulados Del pensamiento
dan cuenta de un cierto cosmopolitismo, así como inspirado (2001). En 1982 recibió el Premio Na­
de la relevancia del yo, pues en ningún momento cional de Literatura. En 2002 preparó un Antolo­
huye de las referencias personales y biográficas, gía poética de Juan Ramón Jiménez*, así como la
siempre con una preocupación profunda por el antología de Alberti* Los bosques que regresan.
COLL 212

COLL, Aliocha (Madrid, 1948-París, 1990) revista Mediodía, fundada con Rafael Laffón*,
Novelista. Estudió Medicina en Barcelona, se ins­ estuvo cerca de algunos poetas de la Generación
taló en París en 1970 y, salvo cuando los apuros del 27* gracias a su amistad con Luis Cernuda*.
económicos lo obligaron a ejercer la medicina, se En su obra poética, centrada en la ciudad de Se­
dedicó exclusivamente a la literatura. La enferme­ villa, su gente y sus costumbres, muestra una An­
dad y ciertas situaciones similares en su familia lo dalucía sensual y colorista. Destacan el sainete
llevaron en noviembre de 1990 a quitarse la vida, Zamorita (1922), las novelas cortas La Plaza de
justo después de terminar su novela Atila, mo­ doña Elvira (1924) y A su imagen y semejanza
mento en que, según él, ya nada le quedaba por (1924), y los poemarios Versos (1926) y, publi­
hacer. Hombre de exquisita cultura y relegado por cado postumamente, en 1949, Poesías, a los que
la crítica a la categoría de autor innovador y difí­ habría que añadir, entre otros, ensayos como El
cil, junto a otros nombres como Juan Benet* o Romanticismo en Esteban Echeverría (1966) y
Miguel Espinosa*, su narrativa supone un arries­ Las «ciudades muertas». Hacia una topografía
gado ejercicio en pugna con los elementos tradi­ urbana en la poesía de A. Machado (1969).
cionales; tal circunstancia le supuso no publicar
hasta muy tarde, y solamente parte de sus creacio­ COLMENARES, Diego de (Segovia, 1586-1651)
nes, que abarcan la poesía, igualmente compleja y Historiador. Fue capellán de una noble familia
exigente con el lenguaje, piezas de teatro para ma­ segoviana y se le recuerda por su Historia de la
rionetas, recogidas en Títeres (1984), y diversas insigne ciudad de Segovia y compendio de las
traducciones. Su obra Vitam venturi saeculi historias de Castilla (1637).
(1984) es una novela de cierto hermetismo ba­
rroco y la única que vio publicada en vida. Postu­ COLOMA, Carlos (Alicante, 1573-Madríd, 1637)
mamente, se editaron las novelas Atila (1991) y El Historiador. Hijo de los condes de Elda, fue mar­
hilo de seda (1992), ambas en su línea de com­ qués de la Espina y ocupó diferentes cargos públi­
pleja factura formal, si bien insertables en cauces cos, además de luchar en Portugal a las órdenes del
estilísticos más accesibles, así como el poemario duque de Alba. Estilísticamente, es heredero de
Imaginarias (1999). Asimismo, fue autor de una Tácito, a quien tradujo en 1629, y su prosa es con­
espléndida traducción del Teatro de Marlowe. siderada como una de las más elegantes y perfec­
tas del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO). Des­
COLL Y VEHÍ, José (Barcelona, 1823-Cerona, taca su obra Las guerras de los Estados Bajos
1876) desde el año MDLXXXVill hasta el de MDXCIX (Am-
Ensayista. Catedrático de Retórica y Poética en beres, 1625), como continuación de los Comenta­
Madrid y Barcelona, fue, como poeta, un vulgar rios (1592) de Bemardino de Mendoza*.
imitador de fray Luis de León*. Destacan, eso sí,
sus numerosos estudios, como: Elementos de Li­ COLOMA, Luis (Jerez de la Frontera, C ád iz,
teratura (1856), Diálogos literarios (1868) o el 1851-Madrid, 1914)
curioso Refranes del Quijote ordenados y glosa­ Novelista. Estudió Derecho en Sevilla y, a causa
dos (1874), con los que rompió los moldes pre­ de una herida de bala que estuvo a punto de hacerle
ceptistas establecidos desde el siglo xvm. perder la vida, decidió ingresar en la Compañía de
Jesús en 1873. Activista político, durante un
COLLADO DEL HIERRO, Agustín (Alcalá de Hena­ tiempo, en favor de la restauración monárquica,
res, M adrid?, h. 1590-Granada?, d. de 1635) fue miembro de la Real Academia Española desde
Poeta. Estudió Artes, Teología y Medicina en Al­ 1908 y uno de los autores de más éxito. Admirador
calá, se trasladó a Granada y casi toda su obra y seguidor de Fernán Caballero*, quien lo conven­
quedó inédita. De talante gongorino, se conservan ció para dedicarse a la literatura y sobre la que es­
una traducción en quintillas del Teágenes y Cari- cribió Recuerdos de Fernán Caballero (1910), el
clea (¿ 1627-1630?), y otras en romance de Proser- realismo* de su obra está más cerca de un Pereda*
pina y de Apolo y Dafne; la comedia La Jerusalem que de los más arriesgados usos literarios de Gal­
restaurada y el poema Granada (1635). La men­ dós* o Clarín*. En este sentido, puede decirse que
cionada fábula de Apolo y Dafne se atribuyó erró­ del escritor cántabro tomó la habilidad en la cons­
neamente al conde de Villamediana* al aparecer trucción de escenas y en el uso del diálogo, si bien
incluida en sus Obras (1629), aunque hoy por hoy compartió con este su tendencia al sermón morali­
ya se sabe que pertenece a la pluma de Collado. zante y al melodrama. Se trata, sin duda, de uno de
los más importantes autores de lo que se conoce
COLLANTES DE TERÁN, Alejandro (Sevilla, 1901- como literatura popular, en la que ofrece aventu­
1933) ras, lirismo dosificado, fluidez de la trama y patrio-
Poeta, narrador y dramaturgo. Catedrático de terismo. De su obra deben destacarse los cuentos
Lengua y Literatura en institutos y director de la de Lecturas recreativas (1884-1887), las novelas
213 COMENDADOR SÁNCHEZ

Pequeñeces (1890), que causó un gran escándalo una antología de la poesía italiana, es autor de po­
por ser una sátira sobre la conversión de una mujer emarios como Les ciutats (1976), Desdesig (1976)
de vida libertina, en la que tienen cabida diversas y Terra natal (1978), a los que debe añadirse la
críticas a la alta sociedad madrileña, y Boy (1910), edición de sus poesías completas, hasta 1981, bajo
o las narraciones históricas Retratos de antaño el título de La llibertat i el terror.
(1895), La reina mártir (1902), en la que trata la
figura de María Estuardo, El marqués de Mora COMEDIA DE SEPÚLVEDA
(1903), Jeromín (1905-1907; reed., 2000), sobre Obra teatral fundamental para la comprensión de
don Juan de Austria, el bastardo de Carlos V, y la dramaturgia prelopista, escrita entre 1562 y
Fray Francisco (1914), centrada en la vida de Cis- 1567, según los moldes de la comedia italiana eru­
neros*. Sus Obras completas se editaron, entre dita, basada en II nigromante, de Ariosto, en G l’in-
1940 y 1942, en 19 volúmenes. ganni (1547), de Secchi, en L ’Hermafrodito y en II
viluppo, de Parabosco. En el prólogo el autor dice
COLOMAR, Miguel Ángel (Palma de Mallorca, ser un sevillano llamado Sepúlveda — que no es
1903-1970) Lorenzo de Sepúlveda*— , quien sigue en prosa el
Poeta. Uno de los creadores practicantes de la lla­ desarrollo y los diálogos propios de sus referentes
mada «poesía pura», cuya obra se publicó, postu­ italianos, si bien añade novedades como la división
mamente, en Poemas y otros papeles (1986). en cuatro actos, en lugar de cinco, y la introduc­
ción de varios entremeses. Comedia Thebayda
COLOMER, Juan Esteban (siglo xviii ) publicada en Valencia en 1521, en un volumen
Novelista. Las novelas de este administrador de conjunto con la Comedia Ypolita y la Comedia
Correos, de quien apenas se sabe más que su pro­ llamada Seraphyna, es, al igual que las otras dos,
fesión, son de carácter satírico y encierran siem­ una derivación formal de la Celestina, escrita en
pre enseñanzas morales. A sí sucede en títulos prosa para ser leída, no representada, y en la que se
como Desengaños de un casado y extremos de la ofrece un pormenorizado panorama de la lengua
mujer (1773) y La mujer desengañada por la ve­ coloquial del momento. La obra fue editada y co­
leidad del hombre (1781). rregida por el humanista Alonso de Proaza*, a
quien se le ha atribuido, aunque sin demasiados
COLÓN, Cristóbal (G énova, Italia?, 1451-Va- datos que puedan confirmarlo.
lladolid, 1506)
Aparte de su labor como navegante y descubri­ COMELLA Y VILLAMITJANA, Luciano Francisco
dor, lo que le ha convertido en una de las figuras (Vich, Barcelona, 1751-Madrid, 1812)
clave de la Historia, puede considerársele como Dramaturgo. Intentó continuar los patrones teatra­
el prim er historiador de Am érica ya desde su les del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), si bien
Carta anunciando el descubrimiento de América la sensibilidad propia de la Ilustración no fue del
(Barcelona, 1493) que, tras ser traducida al latín, todo ajena a sus textos. Escribió más de un cente­
se conoció en toda Europa. La obra que del ma­ nar de obras, sobre todo sainetes, al estilo de Ra­
rino nos ha quedado se reduce a cartas, notas y món de la Cruz*, y dramas históricos, que goza­
escritos fragm entarios, además de su desapare­ ron de cierto éxito, aunque hoy se le considera un
cido Diario, transcrito, no obstante, por fray Bar­ autor mediocre, del mismo modo que, ya en su
tolomé de las Casas*. En él, se aprecia una gran tiempo, Moratín* lo satirizó y ridiculizó cuanto
habilidad descriptiva, si bien abundan las confu­ pudo. De toda su producción, destacan quizá sus
siones geográficas y un gran número de portu­ piezas cortas de carácter realista, entre las que so­
guesismos en su redacción, lo que, según M e­ bresale La familia indigente, aunque deben recor­
néndez Pidal*, que dedicó un profundo estudio darse títulos de comedias y dramas como: Cecilia
al lenguaje utilizado por Colón, se debe a que su y Cecilia viuda (1786), Guillermo Tell, El matri­
lengua m aterna era el dialecto genovés y a que monio por razón de Estado, Las lágrimas de una
aprendió el castellano en Portugal. viuda o El alcalde proyectista, entre otras.

COMADIRA, Narcís (Gerona, 1942) COMENDADOR SÁNCHEZ, Luis Felipe (Béjar,


Poeta y dramaturgo en lengua catalana. Pintor, se Salamanca, 1957)
licenció en Historia del Arte, estudió Filología y Poeta y narrador. Editor de profesión, se trata de
fue lector en la Universidad de Londres. Su poe­ un escritor que cultiva diversos géneros, mante­
sía, atenta a la luz y a los colores, acaso como con­ niendo siempre una misma concepción irónica
secuencia de sus intereses pictóricos, demuestra de la realidad, tratada con un lenguaje que a me­
también profundos conocimientos de botánica, nudo le sirve como bisturí ético y político. Entre
todo ello con un lenguaje que es rico en expresio­ sus poemarios, además de las plaquettes Notario
nes de su tierra natal. Además de haber elaborado de las horas (1995) y Cuerpo de Hombre (1997),
COMINGES 214

destacan Versos giróvagos (1992), Notario de las lardonada con el Premio Gabriel y Galán, Un
horas (1994), En fin..., ya veis, amigos (1995), trozo de jardín (2000), con la que obtuvo el Pre­
Sentado en un bar (1995), Un suicidio menor mio Ciudad de Badajoz y el Premio Andalucía de
(1996), Sesión continua (1996), Banda sonora la Crítica, otorgado por la Asociación Andaluza
(1997), prologado por Luis Alberto de Cuenca*, de Críticos Literarios, Cuaderno de viaje (2000),
Angelitos negros (1997), la antología Poesía y finalista del Premio Planeta, y Tras la mirada
jazz (1998), el sonetario Bear(d) between things (2003).
(1999), Paraísos del suicida (2001), Travelling
(2002), Vuelta a la nada. Poesía reunida (2002), COMPANY, Flávia (Buenos Aires, 1963)
Personajes en busca de lector (2002), Reflexión Narradora. Aunque nacida en Argentina, en 1973
personal, invitación al bushicidio y exaltación de se asentó en Barcelona, hasta el punto no solo de
la revolución pendiente (2003) y El amante dis­ adquirir la nacionalidad española, sino de termi­
creto de Lauren Bacall (2003), que mereció un ac­ nar escribiendo tanto en español como en cata­
césit del Premio Internacional Unicaja Rafael Al­ lán, de manera que es ya, en este momento, tanto
berti, a los que hay que añadir el libro de relatos por la temática de su obra como por su condición
Angelitos Negros (1997) y las novelas Nos vemos vital, una autora española a todos los efectos. Li­
en el cielo (1998) y El tipo de las cuatro (1999). cenciada en Filología Hispánica en la ciudad
condal, organiza talleres de escritura para niños
COMINGES, Jorge de (Barcelona, 1945) y adultos y escribe una columna semanal en El
Narrador. Licenciado en Derecho en la Univer­ Periódico de Cataluña. En su obra, asuntos cen­
sidad de Barcelona, fue técnico cinematográfico trales son la necesidad de sexo, entregada y es­
entre 1968 y 1980. Crítico de cine en diversos clava, el amor rendido y los problemas emocio­
medios desde 1976, entre ellos El Periódico de nales y vitales que esas dependencias generan.
Catalunya, fue redactor jefe de la revista Foto­ Destacan sus novelas Querida Nélida (1988), es­
gramas desde 1989 hasta 1996, año a partir del crita en español, al igual que Fuga y contrapun­
cual fue nombrado director de la revista Qué tos (1989), Círculos en acíbar (1992) y Saurios
leer. En sus obras domina un cierto costum ­ en el asfalto (1997), a las que hay que añadir, en
brismo, a través del cual analiza los vicios de di­ catalán, Llnm de gel (2002), traducida por ella
versas clases sociales, siempre con estilo claro y misma al castellano como Luz de hielo; Ni tu, ni
directo y con un uso del idioma pulcro y, en jo, ni nungií (1997), traducida como N i tú ni yo
cierto sentido, periodístico. Autor de tres nove­ ni nadie y que ganó el Premio Documenta, Dame
las, Un clavel entre los dientes (1989), Tul ilu­ placer (1999), una historia de pasiones entre mu­
sión (1993) y Las adelfas (1997), así como de jeres, de amores y de un triángulo emotivo tra­
otra de carácter juvenil, escrita a dos manos con zado en torno a la dependencia, la incomunica­
su hija Clara y titulada Un curso muy movido ción y la autodestrucción, y M elalcor (2000),
(1999). Es autor, asimismo, del libro de memo­ que juega en su título con el anagrama de la frase
rias Mis años de cine (1976-1979). Entre el des­ catalana equivalente a «miel en el corazón», lo
tape y la «qualité» (2001). que da nombre a Mel y Cor, las dos protagonis­
tas de la novela. Es. asimismo, destacada traduc­
COMINGES, Laura de -> véase TORRE, Josefina tora de literatura inglesa, catalana e italiana.
de la.
CONCEPTISMO
COMPÁN, Salvador (Úbeda, Jaén, 1960) Nombre con el que se conoce a una de las dos co­
Novelista. Licenciado en Filología Románica rrientes literarias sobre las que se sostiene el Ba­
por la Universidad de Granada, ha impartido cla­ rroco* español; la otra es el culteranismo*. En
ses en diferentes institutos y en la actualidad es líneas generales, pude afirmarse que el concep­
catedrático en uno de Sevilla. Se trata de un au­ tismo se centra en las ideas, frente al cultera­
tor que está instalado en la moda de literatura nismo que, referido más al ámbito del verso, fija
autorreflexiva que caracteriza gran parte de la su atención en los aspectos más exteriores o for­
narrativa más reciente en España, así como en males, tales como la musicalidad, los juegos sin­
los cánones de la novela histórica y de denuncia tácticos o las posibilidades del neologismo. Los
social. No obstante, la crítica ha destacado su ca­ orígenes del conceptismo como forma de enten­
pacidad para manejar diferentes registros, el de der la expresión literaria pueden rastrearse en la
la trama que viene del folletín*, el de la narra­ Edad Media, concretamente en el mester* de cle­
ción historicista y el del intimismo reflexivo. Es recía y en las sutilezas conceptuales de los trova­
autor de las novelas: El Guadalquivir no llega dores, si bien es ya de manera específica en las
hasta el mar (1990), que fue Premio Ciudad de poesías a lo divino*, tituladas Conceptos espiri­
Jaén, Madrugada: crónica de espejos (1995), ga­ tuales (1600-1612), del segoviano Alonso de
215 CONDE

Ledesma*, prim er autor que em plea el término tente en que, en varias oraciones que reclaman el
concepto, o en las del conquense M iguel Tole­ mismo verbo, este se menciona una única vez.
dano*, donde se perfilan con claridad las búsque­ Por extensión, esta definición se aplica también
das conceptistas. Estas manifestaciones iniciales a la conexión de varios elementos con una pala­
no alcanzarían su cima sino en los versos de au­ bra que solo se acomoda por su sentido a uno de
tores como Quevedo*, Gracián* o Salas Barba- ellos. Este recurso, propio de casi todos los es­
dillo*, quienes con su deslum brante ingenio, critores del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO),
concisión — fue Gracián quien acuñó la célebre alcanza una finura especial en los más clara­
sentencia de «Lo bueno, si breve, dos veces mente conceptistas, que lo utilizan como una
bueno»— y salvaje sentido del humor dieron au­ forma indispensable de recreación del concepto,
téntica carta de naturaleza a este modo de refle­ un concepto que se pretende un medio para mul­
xionar desde lo literario, de huir del am anera­ tiplicar el mundo intelectual de lo nombrado y
m iento para centrarse en el pensam iento. El cuya esencia radica en la relación de seme­
conceptismo se diferencia del culteranismo en su janza/diferencia entre dos términos. A pesar de
origen psicológico y en la finalidad estética. lo dicho, la huida conceptista de la tendencia al
Puede afirmarse que el conceptism o rompe el oscurecimiento de las ideas a través de la forma
equilibrio existente entre la forma y el contenido, — al menos intencional— se puede ver bien en
haciendo que este se desarrolle a costa de aque­ palabras de Quevedo, en el texto que dirigió al
lla. Para los autores conceptistas, la belleza se conde-duque de Olivares para presentar las obras
encontraba no en los artificios formales sino en de fray Luis de León*, quien ataca la oscuridad
la agudeza del pensamiento, en la sutileza de los culterana: «Y en todas lenguas aquellos solos
conceptos, camino que a menudo les conducía a merecieron aclamación universal, que dieron luz
terrenos en los que estos se veían devorados por a lo oscuro, y facilidad a lo dificultoso; que os­
triviales juegos de palabras. La tendencia gene­ curecer lo claro, es borrar, y no escribir; y quien
ral, tanto de conceptistas como culteranistas, al habla lo que otros no entienden, primero confiesa
juego con la intención de im presionar com pli­ que no entiende lo que habla». Cosa bien distinta
cando el lenguaje, dificulta, a veces, el trazado es que el propósito llegue a ratificarse en los he­
de las fronteras entre unos y otros. Por esto re­ chos, como ya hemos señalado.
sulta a veces imposible no encontrar interrelacio- Finalmente, resulta curioso, amén de interesante,
nes entre los modos culteranistas y la expresión después de todo lo visto, el hecho de que el con­
conceptista que, de suyo, y en la complejidad en ceptismo se diese, prioritariamente, en geogra­
el manejo y tratamiento de los conceptos, cae en fías como las rudas y secas Castilla y Aragón,
las truculencias de aquellos. De hecho, después mientras que el culteranismo fundó su imperio
de los estudios llevados a cabo por Dámaso en Andalucía, tierra tradicionalmente asociada a
Alonso*, se viene considerando al conceptismo un colorismo florido.
como una tendencia general de la estética barroca
de la que el culteranismo — o gongorismo— for­ CONDE, Alfredo (Allariz, Orense, 1945)
maría también parte. Muy a menudo, el concep­ Narrador en lengua gallega. Estudió Náutica en
tismo se aproximó desmedidamente, en su bús­ La Coruña e Historia en Santiago, es profesor y
queda de la agudeza y el ingenio, a la sátira. ha sido diputado socialista en el Parlamento Ga­
Estilísticam ente, ha de hacer gala de un habili­ llego. Con un estilo cuidado, destaca el análisis
doso manejo de las metáforas, así como de gran psicológico de sus personajes, así como la m e­
pericia en las asociaciones anormales de ideas y lancolía que trasciende a sus reflexiones sobre el
en los contrastes y transiciones bruscas, algo tiempo, si bien en sus obras más recientes el in­
que, en los autores m enores term ina derivando tento de amoldarse a ciertas modas narrativas le
en rebuscam ientos innecesarios, equívocos y ha hecho caer en algunas tosquedades de estilo
vulgares com paraciones. Por el contrario, los impropias de él: descripciones demasiado esque­
más grandes maestros de la tendencia concep­ máticas, una ironía plana y un uso del vocabula­
tista, como Quevedo y Gracián, logran que, con rio que hace demasiadas concesiones a una
estos mecanism os, la profundidad del pensa­ suerte de escritura estandarizada, si bien se ha
miento supere con mucho las posibilidades natu­ acentuado una conciencia civil de análisis ético
rales de una frase, capaces siempre de que esta que propone hondas reflexiones sobre las contra­
encierre más ideas que palabras, al contrario — co­ dicciones del hombre contemporáneo. Aunque es
mo señala Menéndez Pidal*— del culteranismo, conocido, sobre todo, como novelista, su primer
que suele ofrecer más palabras que ideas. G ra­ libro fue el poemario Mencer de lúas (1968).
maticalm ente, debe señalarse que estos autores Posteriormente, y además del volumen de cuen­
consiguen un m agistral manejo del zeugma, fi­ tos titulado Mementos de vivos (1974), ha alcan­
gura retórica, definida por Quintiliano, consis­ zado notoriedad con novelas como Contubernio
CONDE 216

catro do Tomé S. (1978), O barco é do amo grafía de M enéndez Pidal (1969), Biografía de
(1979), Breixo (1981), Premio de la Crítica, Me­ Gabriela Mistral (1971), A l encuentro de santa
moria de Noa (1982), Premio de la Crítica, Xa Teresa (1979) y la antología personal M emoria
vai a Grijfon no vento (1984) — traducida al es­ puesta en olvido (1987). Son interesantes, asi­
pañol por él mismo, como el resto de sus obras, mismo, sus memorias, que, bajo el título de Por
con el título de El Grifón— , Premio Nacional de el camino, viendo sus orillas, se editaron, en tres
Literatura y Premio ícaro, Los otros días (1990), volúmenes, en 1986.
galardonada con el Premio Nadal y que era su
primera novela escrita directamente en español, CONDE, José Antonio (Peralejo, Cuenca, 1765-
Siempre me matan (1995), Peregrino en invierno M adrid, 1820)
(2000), A zul cobalto. Historia posible del mar­ Ensayista. Conservador de la Biblioteca de El
qués de Sargadelos (2001) y M emoria de sol­ Escorial y oficial de la Biblioteca Real, fue
dado (2002), traducida del gallego por él mismo. amigo de Fernández de Moratín* y destacó como
Ha traducido al gallego a Torrente Ballester*. arabista con una obra muy cuestionada: Historia
de la dominación de los árabes en España sa­
CONDE, Carmen (C artagena, M urcia, 1907- cada de varios manuscritos y memorias arábi­
Madrid, 1996) < gos, cuyos tres volúmenes se publicaron, postu­
Poetisa, narradora y ensayista. Licenciada en mamente, en 1820-1821.
M agisterio, enseñó en el Instituto de Estudios
Europeos de Madrid e ingresó en la Real Acade­ CONDE, Juan Luis (Ciudad Rodrigo, S a la ­
mia Española en 1978. La poesía de Carmen manca, 1959)
Conde Abellán ha evolucionado desde posicio­ Narrador. Doctor en Filología Clásica por la U ni­
nes vanguardistas, sobre todo cercanas al surrea­ versidad de Salamanca y profesor en la Univer­
lismo, hacia el intimismo de las emociones más sidad Complutense de Madrid, es crítico literario
vividas, como la pasión y el amor, en versos del diario El País y ha publicado en numerosas
donde la solidaridad con el sufrimiento la ha lle­ revistas. Además del volumen de relatos La as­
vado a mantener posturas claramente existencia- censión al hoyo (1990) y de un ensayo sobre los
les. Deben citarse sus poemarios: Brocal (1929), fundamentos del lenguaje dirigido a nuevos crea­
Júbilos (1934), prologado por Gabriela Mistral, dores, El segundo amo del lenguaje (1996), en el
Pasión del verbo (1944), A nsia de la gracia que usa textos de importantes escritores para
(1945), M ujer sin Edén (1947), Sea la luz analizar los mecanismos de la escritura, ha pu­
(1947), Vivientes de los siglos (1954), galardo­ blicado las novelas El largo aliento (1993), que
nado con el Premio Internacional de Poesía Si­ gozó de un recibimiento por parte de la crítica en
món Bolívar, Derribado arcángel (1960), En un el cual se anunciaba la irrupción de un gran no­
mundo de fugitivos (1960), Poemas del M ar Me­ velista en el nuevo panorama de las letras espa­
nor (1962), En la tierra de nadie (1962), Jaguar ñolas, y Un caso de inocencia (1997), que con­
puro inmarchito (1963), Obra poética (1929- firmó las expectativas de la crítica.
1966) (1967), Premio Nacional de Poesía, A este
lado de la eternidad (1970), Corrosión (1975), CONDE DE CAMPOMANES -» Véase RODRÍ­
Cita con la vida (1976), La noche oscura del GUEZ CAM POM ANES, Pedro.
cuerpo (1980), Derramen su sangre en las som­
bras (1983) y Cráter (1985), entre otros muchos. CONDE CHOYA, Esteban (Zamora, 1944)
En 1985 se publicó una Antología de su creación Poeta. De entre sus numerosos poemarios, gran
poética. Ha escrito, también, algunas novelas, parte de ellos publicados en Barcelona, hay que
como: Vidas contra su espejo (1944), En manos destacar: Cangilones de vida (1978), Agua vi­
del silencio (1950), Las oscuras raíces (1953), vida (1979), El camino diario (1981), La dura
que recibió el Premio Elisenda de M onteada, vida amada (1983), En el cristal del tiempo
Creció espesa la yerba (1979), Soy la madre (1988) y Toro de la noche (1997).
(1980), Premio Ateneo de Sevilla, y La calle de
los balcones azules (1986), además de los libros CONDE DE PEÑAFLORIDA -»Véase MUNIBE E
de relatos Soplo que va y no vuelve (1944) y La IDIAQUEZ, Francisco Javier María de.
Rambla (1977). Con su marido, Antonio Oliver
Belmás* — de quien, en 1971, editó sus Obras CONDE DE VILLAMEDIANA -* Véase TASSIS Y
completas— , se dedicó al teatro infantil, activi­ PERALTA, Juan de.
dad en la que destaca la obra Por la cometa a la
estrella (1961). Entre sus numerosos ensayos, la CONGET, José María (Zaragoza, 1948)
mayoría dedicados al género biográfico, desta­ Novelista. Licenciado en Filosofía y Letras, vi­
can: Cartas a Katherine Mansfield (1948), B io­ vió en Nueva York, donde enseñó en el Instituto
217 CONTRERAS

Cervantes. Se trata de un escritor que, influido publicado originalmente en 1985 y en el que re­
por Paul A uster y con claros hom enajes a Cer­ pasa lecturas, autores y su relación con la litera­
vantes*, ha creado una obra al margen de las tura a través de numerosas estampas poéticas y
m odas, rica en personajes, en situaciones que, filosóficas.
en numerosas ocasiones, tienen como referente
o escenario la ciudad en la que ha vivido. Con CONTRERAS, Alonso de (M adrid, 1582-?, d.
un español claro y sencillo, culto y sin exagera­ de 1641)
ciones retóricas de ningún tipo, ahonda en las Narrador. Soldado, aventurero y amigo de Lope
sensaciones y en la memoria. Es autor de las no­ de Vega*, quien, al parecer, y además de dedi­
velas Quadrupendunque (1982), Comentarios carle su comedia El rey sin reino, le aconsejó
(marginales) a la guerra de las Galias (1984), que escribiese sus memorias. Su fama se debe a
G audeamus (1986), Todas las mujeres (1989), su autobiografía, donde, sin pretensiones litera­
Palabra de fam ilia (1995) y Hasta el fin de los rias, cuenta las muchas peripecias por las que
cuentos (1998), así como de un breve relato titu­ pasó a lo largo de su vida, entre las que desta­
lado Cincuenta y tres y Octava (1997), homenaje can su participación militar en Sicilia y Flandes,
de despedida a Nueva York cuyo título se refiere su actividad como corsario en el Mediterráneo,
a la esquina de las calles en que vivió, de Vamos sus servicios a la orden de Malta, que le nombró
a contar canciones (1999), libro de corte auto­ gobernador de una isla, su etapa de ermitaño en
biográfico en el que evoca momentos de su vida el Moncayo y su presidio tras ser acusado de po­
a partir de las canciones que los acompañaron, seer un depósito de armas, así como las estan­
Una cita con Borges (2000), libro de miscelánea cias en Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba. El
en el que se reúnen artículos, prosas varias, rela­ estilo del texto es conciso, con una gran habili­
tos, páginas de diario y un sinfín de m ateriales dad para el diálogo y tendencia a la teatralidad
de variada índole en los que habla de literatura y de los acontecimientos, lo que no disminuye su
vida, y de Viento de cine. El cine en la poesía es­ interés histórico. Esta obra permaneció manus­
pañola de expresión castellana (Antología 1900- crita hasta 1900, fecha en que comenzó a edi­
1999) (2002). tarse con diferentes títulos, tales como Vida del
capitán Alonso de Contreras, De p inche a co­
CONQUISTADOR ANÓNIMO, El (siglo xvi) mendador: memorias, Aventuras del capitán
Historiador. Autor desconocido sobre cuya iden­ Alonso de Contreras o Vida, nacimiento y crianza
tidad se ha especulado mucho — las hipótesis del capitán Alonso de Contreras, entre otros.
más fiables se refieren al padre de Francisco de Fue autor, además, de Derrotero de M editerrá­
Terrazas o al clérigo Juan Diez— , de quien se neo, un manuscrito de ciento siete hojas en
sabe que acompañó a Cortés* en la conquista de cuarto que permanece inédito en la Biblioteca
Nueva España, hazaña sobre la que escribió la Nacional de Madrid.
crónica que se conoce con ese nombre, El Con­
quistador Anónimo. Al margen de los aconteci­ CONTRERAS, Inmaculada (Almería, 1968)
mientos bélicos, esta obra se centra en el estudio Poetisa. En su poesía, ligada a lo figurativo,
de las costumbres de los indígenas y del paisaje aborda la experiencia amorosa a través de un in-
que habitaban. timismo de versos breves, a veces aforísticos, en
tono coloquial e irónico, a menudo de un humo­
CONTE, Rafael (Zaragoza, 1935) rismo que pretende burlarse de la propia tenden­
Crítico. Se trata, sin duda, de uno de los más cia a la trascendentalidad. Autora del poemario
prestigiosos críticos actuales, cuya presencia en Corazón de barro (2002).
estas páginas se ve más que justificada no ya por
su labor de análisis de la literatura española, lle­ CONTRERAS, Jerónimo de (Zaragoza?, h.
vada a cabo minuciosa y diariamente en los pe­ 1505?-Nápoles?, h. 1582?)
riódicos y suplementos culturales, como es el Prosista, poeta y dramaturgo. Pocos datos bio­
caso de El País, sino por la publicación de unas gráficos se tienen de él, salvo que fue capitán y
espléndidas mem orias literarias que, bajo el tí­ cronista de Felipe II. Fue autor de Dechado de
tulo de El pasado imperfecto (1998), abordan varios subjetos (Zaragoza, 1572), obra alegórica
una vida dedicada a la literatura sin apenas apun­ escrita en prosa y verso, y de la Selva de aventu­
tes sobre la vida privada y cuyo origen estaba en ras (Barcelona, 1565), dedicada a Isabel de Va-
una sección fija que publicó en la revista El Crí­ lois y su obra más famosa, una novela bizantina
tico, con el título de «Pretérito imperfecto», que en siete libros, ampliados a nueve en la edición
más tarde serviría, a su vez, para las memorias de Alcalá de 1583, muy leída durante el siglo xvi,
de Castilla del Pino*. Asimismo, en 2000, se ree­ que incluye discursos morales, composiciones
ditó su ensayo Robinson o la imitación del libro, poéticas y dos piezas teatrales representables.
CONTRERAS Y LÓPEZ DE AYALA 218

Se considera este texto como el precedente in­ mento. Además de producirse una desmitifica-
mediato de El peregrino en su patria de Lope de ción caballeresca desde una posición crítica an­
Vega* y de Los trabajos de Per siles y Sigis­ tioligárquica, se defienden los intereses de una
mundo de Cervantes*. Escribió, además, una no­ m onarquía fuerte y estable, y de una sociedad
vela de caballerías* que quedó inédita, Don Po- abierta y burguesa, frente a los intereses de los
lismán de Nápoles. nobles, y el ataque se dirige a todos los partici­
pantes en la batalla excepto a don Alvaro de
CONTRERAS Y LÓPEZ DE AYALA, Juan de (Se­ Luna y a Juan II. Escritas en cuartetas octosilá­
govia, 1893-1978) bicas de carácter popular, dos son las versiones
Poeta, historiador y crítico de arte. El marqués en las que aparecen dichas coplas: por un lado
de Lozoya fue doctor en Derecho por la Univer­ con el estribillo «¡Ay, panadera!» en el Cancio­
sidad de Salamanca, doctor en Filosofía y Letras nero de Gallardo, del siglo xv, y, por otro, en un
por la de Madrid, miembro de la Academia de la m anuscrito de la biblioteca de M enéndez Pe-
Historia y catedrático de Historia Moderna y de layo*, con el estribillo «¡Di, panadera!», que
Historia del Arte. Director de la Escuela de Be­ fueron atribuidas a Juan de Mena*. Asimismo,
llas Artes de España en Roma, presidente de la se han atribuido estas coplas a un autor como
Real Academia de Bellas Artes de San Femando Rodrigo Cota*, aunque sin datos fiables que
y presidente de la A sociación de Escritores y permitan confirmar dicha atribución. Estas co­
Artistas, escribió poemarios en los que, con plas, como las de Mingo Revulgo* y las del Pro­
poca perm eabilidad al M odernism o*, aunque vincial*, son las más im portantes de la poesía
utilizando sus esquemas, intenta fijar su mirada satírica política del siglo xv, la cual, frente al ca­
en hechos históricos del pasado español y en la rácter social colectivo de las Danzas de la
espiritualidad de los m ísticos. Destacan: Poe­ M uerte*, tienen uno políticam ente concreto y
mas arcaicos (1913), Poemas de enseñanzas personal. El fondo de todos estos poemas encie­
(1915), Sonetos espirituales (1918), Poem as rra una crítica a la situación castellana existente
castellanos (1920), Premio Fastenrath de la en el siglo xv, al conflicto entre la monarquía y
Real Academia Española, Romancero del llano la nobleza, a la guerra civil y al sistema, en la
(1924) y Cantar de las tierras altas (1928). Es que se vislumbra una literatura de protesta con­
autor, asimismo, de ensayos como: El concepto tra la oligarquía.
romántico de la H istoria (1930), H istoria del
Arte Hispánico (1931-1940; 5 vols.) e Historia COPLAS DE MINGO REVULGO
de España (1970; 6 vols.). Poema anónimo satírico escrito, hacia 1465,
como un diálogo entre dos pastores en el cual se
COPEIRO, Joaquín (Trasierra, Badajoz) aborda el estado de ruina de España, y cuya pri­
Narrador. Profesor en un instituto de Toledo, es­ mera edición, quizá anterior a 1485, apareció en
tudió Filosofía y Letras en Madrid. Autor de na­ la ciudad de Lisboa. Compuesto por treinta y
rrativa juvenil pero con un toque de humor muy dos coplas de nueve versos, una redondilla y una
personal, lo que unido al ritmo y al estilo cui­ quintilla, en sus versos, Mingo Revulgo, sím ­
dado, rico y brillante de su prosa da como resul­ bolo del pueblo español, culpa a los gobernantes
tado una literatura de aventuras de altísima cali­ — Enrique IV, llamado Candaulo en el poema, y
dad. Destaca su novela de piratas ambientada en su privado don Beltrán de la Cueva— del desas­
el Caribe del siglo xvm ¡Ajajá Lyonés, por una tre de la vida nacional, mientras que Gil Arri­
niña me muero en Castaj! (1997), con la que ob­ bara, cuya voz representa a la aristocracia, de­
tuvo el Premio Nostramo, a la que hay que aña­ fiende la culpa compartida entre el pueblo y sus
dir Libertarios del M editerráneo (2002), a me­ gobernantes. En las coplas, de un fuerte conte­
dio camino entre la novela histórica y el relato nido social, se transforma el sentido alegórico de
de aventuras. rebaños, pastores y lobos, que tenían un origen
religioso, en sentido laico, todo ello a través de
COPLAS DE ¡AY, PANADERA! una combinación de estilos popular y erudito que
Coplas satíricas anónimas escritas en 1445, con presenta a los ganados —el pueblo— mal gober­
posterioridad a la batalla de Olmedo, en la cual nados y amenazados por los lobos — los nobles y
Juan 11* y Alvaro de Luna* derrotaron a los no­ grandes del reino— . Se trata de una obra que,
bles rebeldes, y en las que destacan la crueldad atribuida a autores como Juan de Mena*, Ro­
de fondo en el tratamiento del tema, la ridiculi- drigo Cota*, Fernán Pérez de Guzmán* o A l­
zación de la nobleza como clase y el tono crítico fonso de Palencia*, gozó de no pocas glosas y
respecto a la cobardía de los caballeros que ediciones y que influyó en numerosos autores,
lucharon y huyeron, frente a Juan 11, en la men­ entre ellos Juan del Encina*. Los elogios sobre
cionada batalla y a la situación política del mo­ ella escritos por Hernando del Pulgar* en 1506
219 COROMINES

llevaron a pensar a Juan de M ariana* que este tre 1440 y 1453, el tratado para monjas Alabanza
era su autor, si bien parece que todo apunta a la de la virginidad, el Tratado de predestinación,
autoría de fray íñigo de Mendoza*. Estas coplas Libro del regimiento de los señores y Jardín de
forman parte, junto a las de ¡Ay, panadera!* y a las nobles doncellas, su obra fundamental, es­
las del Provincial*, de la poesía satírica política crita antes de 1467 y publicada en Valladolid en
del siglo xv. 1500, dedicada a la infanta Isabel, futura Reina
Católica.
COPLAS DEL PROVINCIAL
Sátira política anónima formada por ciento cua­ CÓRDOBA SACEDO, Sebastián de (Úbeda,
renta y nueve cuartetas y escrita en 1465 o 1466 Jaén, 1545?-! 604?)
contra la Corte de Enrique IV, a cuyos m iem ­ Poeta. Utilizó los metros italianos en la línea de
bros el autor dirige innum erables insultos, de­ Boscán* y Garcilaso de la Vega*, pero transfor­
nunciando en los versos las diversas corrupcio­ mando a lo divino* los versos de estos en las
nes, sobre todo las de carácter sexual. En sus Obras de Boscán y Garcilaso trasladadas en ma­
versos el autor sim boliza a la Corte como un terias cristianas y religiosas (Granada, 1575),
convento cuyo provincial dirige a los caballe­ que influyó en la poesía de san Juan de la Cruz*.
ros y dam as, a quienes cita por sus nombres La pretensión de Córdoba Sacedo era poner
propios. De fuerte carácter antisemítico, fueron cerco moral al éxito de aquellos dos grandes
prohibidas por la Inquisición, que trató de evi­ poetas.
tar durante el siglo xvi el mal lugar en que ha­
bían quedado ciertos linajes de Castilla, aunque CORNUDELLA, Jordi (1962)
esta no fue razón suficiente para frenar la ex­ Poeta en lengua catalana. Considerado como un
traordinaria difusión m anuscrita de que goza­ poeta extraño, muy reacio a publicar, escribe
ron. Atribuidas estas coplas a autores como Ro­ solo cuando ciertos sucesos personales lo obli­
drigo Cota*, A lfonso de Palencia*, Hernando gan emotivamente, como sucedió con El germá
del Pulgar* y A ntón de M ontoro*, están en la de Catul (1998), libro con el que obtuvo el Pre­
línea, aunque con un tono mucho más violento, mio de la Crítica. Fue responsable, asimismo, de
de las Coplas de ¡Ay, panadera!* y de las Co­ la edición de la Obra completa, en 2000, de Jo­
plas de M ingo Revulgo*. Posteriorm ente, en sep Vicen? Foix*.
1545, Diego de Acuña escribió, en tono más es­
cabroso que el original del siglo xv, un Provin­ COROMINAS, Juan -> Véase C O RO M INES,
cial Segundo en el que su autor conserva no­ Joan.
venta y tres cuartetas del original que envuelve
con otras muchas de su cosecha hasta llegar a COROMINAS, Pere (Barcelona, 1870-Buenos
trescientas seis. Aires, 1939)
Ensayista en lenguas catalana y española. Abo­
CÓRDOBA, Alfonso de (siglo xv) gado y periodista, fue miembro del Partido Re­
Poeta. Poco se sabe de este autor que, como otros publicano de Salmerón*, colaborador de la re­
en la época, firmaron con el mismo nombre. Este vista Vida Nueva y director de El Poblé Catalá.
escribió la Conmemoración breve de los reyes de Volvió a participar en política con la Segunda
Portugal (h. 1461), obra de género panegírico en República y se exilió en 1939. De su obra desta­
coplas de arte menor, dedicada al condestable can Las ideas jurídicas en el Poema del Cid
don Pedro de Portugal. Se sospecha que es autor, (1900), El sentimiento de la riqueza en Castilla
además, de com posiciones religiosas incluidas (1917) y Por Castilla adentro (1930), ambos de
en la novela sentimental Grimalte y Gradissa de talante regeneracionista. Fue autor, además, de
Juan de Flores*. numerosos artículos sobre arte, economía, polí­
tica, literatura y derecho, además de cartas, de las
CÓRDOBA, Alvaro de -> Véase ÁLVARO DE que deben citarse las que escribió a su amigo
CÓ RDOBA, Paulo. Unamuno*. Joan Coromines* publicó, en 1975,
su Obra completa en castellano.
CÓRDOBA, Martín Alfonso de (siglo xv)
Tratadista. Célebre predicador agustino gra­ COROMINES, Joan (Barcelona, 1905-1997)
duado en Teología, fue catedrático en Toulouse Filólogo y lexicólogo. Profesor en las universi­
y Salam anca y m entor del hijo de Juan II*, el dades de Barcelona y Cuyo, Argentina, y, desde
príncipe Alfonso. Amigo de don Alvaro de 1946, de Filología Románica en la Universidad
Luna*, e influido por Aristóteles y san Agustín, de Chicago, en 1953 se nacionalizó norteameri­
escribió un A rs predicandi, Compendio de fo r ­ cano. Se trata de uno de los estudiosos funda­
tuna, dedicado al privado de Juan II y escrito en­ mentales de las lenguas catalana y española, y
CORONADO 220

entre sus numerosas obras críticas, tanto en ca­ cal. Miembro de la tertulia del Café de Levante,
talán como en español, destacan Mots catalans conoció a personajes de la talla de Pío Baroja* y
d ’origen arabic (1936), Estudios de etimología Valle-Inclán*, y dirigió el semanario Menipo, el
hispánica (1942), L ’estil i manera de M. J. de cual le trajo los problemas suficientes como para
Galba i el de Joanot Martorell (1953), Introduc- instalarse en París, donde se dedicó de manera
ció a l ’estudi de la toponimia catalana i altres casi exclusiva al periodismo. Desde allí, cola­
assaigs toponomástics (1962), una edición del boró en La Correspondencia de España, El Sol,
Libro de Buen A m or (1967) y Entre dos llen- España, Revista de Occidente y La Nación de
guatges (1976; 2 vols.), además de la traducción Buenos Aires, periódico que lo envió, en 1930, a
de las obras completas de Terencio al catalán, dirigir su agencia de Berlín y, un año más tarde,
realizada entre 1936 y 1959 en 4 volúmenes, y, a Madrid. Ya en la capital de España, colabora en
por supuesto, su obra fundamental, la que lo ha Crisol, Luz y Diario de Madrid, y dirige el sema­
convertido en una de las figuras clave del estu­ nario Diablo Mundo. En enero de 1939 acom ­
dio del español, el Diccionario crítico-etimoló- paña a Antonio M achado* hasta Colliure y se
gico de la lengua castellana (1954-1957; instala en Francia, donde colabora en publicacio­
4 vols.), del cual se han hecho numerosas reedi­ nes creadas por los exiliados republicanos, hasta
ciones y revisiones, la más im portante de ellas que, en 1948, marcha a Lima, en Perú, donde di­
la que, en colaboración con José A. Pascual, dio rigirá la Escuela de Periodismo.
lugar al Diccionario crítico etimológico caste­ Cuando aún no había cumplido los veinte años,
llano e hispánico (1980-1991). La muerte lo publicó el poemario Cantares (1904) y el libro
sorprendió en la redacción del Onomasticon Ca- de relatos Clara Babel (1906), para, en 1910, sa­
taloniae, que dejó, no obstante, redactado en su car a la luz la novela La vida rota (1910), origen
texto definitivo. de la futura Los galgos verdugos (1973), cuarta
parte de sus memorias. Su contribución a la van­
CORONADO, Carolina (Almendralejo, B ada­ guardia vino de la mano de las obras de estruc­
joz, 1823-L¡sboa, Portugal, 1911) tura dialogada El ayuda de cámara (1921) y Un
Poetisa. De adolescente vivió retirada en el embozado y una estatua (1936), si bien, ya antes
campo y, ya en 1843, había colaborado en varios de esta última, en 1935, había publicado la obra
periódicos españoles y americanos. Se casó con teatral En el teatro de la guerra. Tragedia desco­
un diplomático norteamericano, lo que la llevó a nocida en un acto. Sería a partir de ese momento
viajar y residir fuera de España, adonde regresó cuando irían apareciendo sus obras más impor­
definitivamente en 1873, creó un salón literario tantes, tales como la novela La baraja de los de­
y refugió en su casa a los progresistas derrotados satinos (1968), que, aunque escrita en los años
en la revolución de 1866. Las muertes de su es­ cuarenta, no se publicó en España hasta 1971,
poso y de una hija la sumieron en la depresión, con el título de Hechizo de la triste marquesa, o
por lo que se retiró a su palacio de Mitra, en Lis­ los cuatro volúmenes de memorias, su obra fun­
boa. Aunque escribió obras de teatro, Petrarca o damental, titulados Los p asos contados (1963),
El divino Figueroa, y novelas, entre ellas Jarilla Puerilidades burguesas (1964), Las Delicias
(1851), La Sigea (1854) y La rueda de la desgra­ (1967) y el ya mencionado Los galgos verdugos,
cia. M anuscrito de un conde (1873), destacan todos ellos publicados, en 1979, bajo el título ge­
sus poemas, recogidos en Poesías (1843 y 1852), nérico de Los pasos contados, y en los que re­
de tono melancólico y en los que el am or hu­ pasa, con gran agudeza crítica y estilo novelesco,
mano trasciende hacia el amor místico. A dmi­ sus días de adolescencia en Belalcázar, pueblo de
rada por Valera*, Castelar*, Espronceda*, G ó­ Córdoba, y en Madrid. Con posterioridad a su
mez de la Sema* y Hartzenbusch*, que escribió muerte, se han ido editando tanto sus obras na­
un prólogo a sus poemas, fue autora también de rrativas, Apocalipsis, Pasión y muerte, Hechizo
estudios como Quevedo y Lord Byron o Safo y de la triste marquesa, Cuentos (1987), como las
santa Teresa. periodísticas. Crónicas literarias (1985), Paseos
por Madrid (1987), Un viaje en el año 19 y otros
CORONEL Y ARANA, María -> Véase ÁGREDA, viajes (1987) y Entrevistas, semblanzas y cróni­
sor María de Jesús de. cas (1992).

CORPUS BARGA (M adrid, 1887-Lima, 1975) CORRADI, Fernando (Madrid, 1808-1885)


Narrador, Andrés García de la Barga y Gómez de D ram aturgo y poeta. R edactor de diferentes
la Serna, conocido por el seudónimo de Corpus publicaciones, escribió el dram a Don García
Barga; comenzó a estudiar Ingeniería de Minas (1836) y los poem as épicos El cerco de Z a­
para, sin llegar a terminar, colaborar, desde 1906, mora (1833) y Torrijos o las víctim as de M á­
en diarios como El País, El Imparcial o El Radi­ laga (1835).
221 CORREAS

CORRAL, Gabriel de [o del] (Valladolid, h. mente autobiográficos y de fuerte contenido so­


1600-Toro, Zamora, h. 1652) cial y político, destacan novelas como Hombres
Novelista y poeta. Sacerdote conocido por su de acero (Madrid, 1935), La otra cara (1961),
obra Cintia de Aranjuez (1629), considerada la importante documento de la España de los cua­
últim a del género pastoril (véase BUCÓLICA). renta y principios de los cincuenta, que se pu­
Además de esta obra, que incluye poesías del au­ blicó primero, en 1957, en París, con el título de
tor, tradujo la novela latina, La prodigiosa histo­ L ’autre face, y Semana de Pasión (1976), fina­
ria de los dos amantes Argenis y Poliarco lista del Premio Nadal, los relatos de Por la ori­
(1626), de Juan Barclay. lla del tiempo (Madrid, 1954) y ensayos como
Baroja y Francia (1969) y Novela española ac­
CORRAL, Pedro del (siglo xv) tual (Madrid, 1971), además de la antología, es­
Novelista. Apenas se conocen datos de la vida crita en colaboración con Darmangeat, Poesía
del autor de la Crónica sarracina, también lla­ española siglo xx (1966).
mada Crónica del Rey don Rodrigo con la des-
truyción de España, escrita hacia 1440 e impresa CORREA CALDERÓN, Evaristo (N eira de Rey,
probablemente en Sevilla en 1499. Se trata de un Lugo, 1899)
libro de caballerías*, considerado, sin embargo, Novelista y crítico en lenguas gallega y espa­
como la primera novela histórica española, que ñola. Licenciado en Ciencias Históricas por la
sigue los moldes de las crónicas y que se inspira Universidad de Santiago de Compostela, cate­
en la Crónica general y en la Crónica troyana, y drático de Literatura y lector de español en dife­
atribuye la autoría a nombres ficticios como Ele- rentes universidades, entre las que destacan la
astras, A lanzuri y Carestes, algo propio de los de Toulouse y Bucarest, colaboró en publicacio­
textos de aventuras caballerescas. En él se habla nes tales como Revista de Occidente, Escorial,
de los reyes visigodos y se resume la historia Revista de Filología, etc. Además de algunas
hasta Enrique III, con lo que aporta datos im por­ obras en gallego, ha escrito la novela El milano
tantes para conocer el periodo de la Reconquista; y la rosa (1924) y una edición de las Obras com­
estilísticam ente, confluyen los tópicos caballe­ pletas de Gracián*, publicada en 1945, así como
rescos (véase CABALLERESCO), el profetism o y una precisa antología titulada Los costumbristas
las tendencias apocalípticas propias de finales españoles.
del siglo xv. Despreciado por Pérez de Guzmán*
en su G eneraciones y semblanzas, el texto in­ CORREAS, Gonzalo (Jaheriz, Cáceres, 1571-
fluyó m ucho en el Romancero y en autores ro­ Salamanca, 1631)
mánticos como Zorrilla* y Hartzenbusch*. Humanista. Formado en la Universidad de Sala­
manca, donde, además de estudiar Teología, La­
CORRAL LAFUENTE, José Luis (Daroca, Za ra ­ tín, Griego y Hebreo, fue catedrático, estuvo in­
goza, 1957) fluido por Pedro Simón Abril*, el Brócense* y
Novelista. Autor de novelas históricas que sue­ Baltasar de Céspedes*, responsables de su condi­
len tener com o escenario la época m edieval y ción de humanista (véase HUMANISMO). Fue autor
como protagonistas a seres m íticos, da cuenta de una célebre obra paremiológica: Vocabulario
precisa de toda una época, con sus usos y cos­ de refranes proverbiales y otras fórmulas comu­
tum bres, la realidad política, social y cultural nes de la lengua castellana, concluido en 1627 y
de ese m om ento, todo ello con extraordinario que permaneció como manuscrito hasta el si­
rigor docum ental. H ábil en el m anejo de los glo xx, concretamente 1906, año en que se publicó
diálogos de época, a través de los cuales, como por vez primera, pero no siguiendo su original,
procedim iento literario, se genera la caracteri­ sino una copia que se había realizado en el si­
zación del personaje; se trata, sin duda, de uno glo xvm para la Real Academia Española. Sería
de los autores más destacados del género histó­ años después, tras sucesivas reediciones del mismo
rico. D estacan sus novelas El salón dorado texto en 1924 y 1992, cuando se publicaría la edi­
(1996), El am uleto de bronce (1998), El in­ ción original, que había sido descubierta en la Bi­
vierno de la corona. Pedro el Cerem onioso blioteca Nacional de Madrid en 1967 por dos in­
(1999) y El Cid (2000). vestigadores franceses, que realizaron ese mismo
año una edición crítica para eruditos y especialis­
CORRALES EGEA, José (Larache, M arruecos, tas, pero que serviría, en 2000, para su edición fi­
1919) nal y definitiva como Vocabulario de refranes y
Narrador. Estudió Filosofía y Letras y se marchó frases proverbiales. En ella, Correas demuestra ser
de España en 1950 para instalarse en Francia. Ha un profundo conocedor de la lengua oral, con un
sido colaborador de numerosas revistas españo­ registro de más de 25.000 refranes de variado cuño
las y extranjeras. De entre sus textos, frecuente­ y orientación, desde muy típicos de la época hasta
CORREDOR-MATHEOS 222

otros muchos de origen clásico. No obstante la im­ pintura del siglo XX (1972), Vida y obra de Ben­
portancia de este «refranero», la obra por la que se jam ín P alenda (1979), Artesanía de España
le recuerda es Arte Grande de la Lengua Española (1985) o Tamayo (1987), además de su Poesía
Castellana (Salamanca, 1626), en la que ya aludía catalana contemporánea. Antología (1983). Ha
a un «copioso» Vocabulario de refranes en el que editado, asimismo, a autores como Alberti* o Ar-
trabajaba. Su Arte es una gramática en la que deríu* y, en 1984, recibió el Premio Nacional de
aporta datos sobre las variedades regionales, so­ Traducción entre lenguas españolas.
ciales y generacionales del español en aquella
época. Otras obras destacadas son: Trilingve de CORREYERO, Isla (M iajadas, Cáceres, 1957)
tres artes de las tres lengvas: ¡castellana, latina i Poetisa. Entre sus libros, además de la plaquette
griega, todas en romanze (Salamanca, 1627) y Or­ Como cuando coges una trucha en las manos
tografía kastellana nueva i perfeta dirixida al (1998), destacan: Cráter (1984), Lianas (1988),
prinzipe Baltasar N. S. i el Manual de Epikteto Crímenes (1993) y D iario de una enfermera
(Salamanca, 1630). (1996). Es autora, asimismo, de una de las anto­
logías más originales y discutidas de los últimos
CORREDOR-MATHEOS, José (A lcázar de San años: Feroces (Radicales, marginales y hetero­
Juan, Ciudad Real, 1929) . doxos en la última poesía española) (1998).
Poeta y ensayista. Licenciado en Derecho por la
Universidad de Barcelona, fue jefe de redacción CORRIPIO, Fernando (Madrid, 1928)
de la editorial Espasa Calpe, asesor artístico del Filólogo. Especialista en cuestiones normativas
Colegio de Arquitectos de Barcelona y colabo­ de la lengua, ha publicado algunos libros fun­
rador habitual de La Vanguardia y Destino. Li­ dam entales como el célebre D iccionario de
gado a la conocida como Generación del medio ideas afines (1983), D iccionario etim ológico
siglo (véase GENERACIÓN DEL 50), se trata de general de la lengua castellana (1984), Diccio­
un poeta, en cambio, que se mantiene al margen nario de incorrecciones, dudas y normas gra­
de los cánones generacionales, resultando sin m aticales (1987) y el Gran diccionario de sinó­
duda heterodoxo respecto a la poesía dominante, nimos (1984). Es autor, además, del ensayo
a lo que fueron las poéticas del conocimiento o Confidencias íntimas de un gran seductor: Ca-
de la experiencia que caracterizaron la poesía de sanova (1976).
sus coetáneos. La suya es una poesía ligada ínti­
mamente a la lírica oriental, china y japonesa, así CORTADA Y SALA, Juan (Barcelona, 1805-
como a las poéticas hindúes, en un camino de 1868)
búsqueda de lo esencial y mágico del paisaje, de Novelista e historiador. Dedicado a la enseñanza,
los vínculos que unen al hombre con la natura­ el periodismo y la política, colaboró en publica­
leza a través de lo más irrelevante y cotidiano. ciones como el Diario de Barcelona, y otras, con
Interesado, pues, en captar en sus versos la esen­ artículos de tono satírico firmados con los seudó­
cia del espacio y del tiempo en su relación con el nimos Abén Abulema y Benjamín. Entre sus nove­
hombre, centro de todas las cosas, no cabe duda las, destacan: Tancredo en Asia (1834), La here­
de que, aparte de la naturaleza, la libertad o el dera de Sangumí (1835), El rapto de doña
amor, también España es uno más de los elemen­ Alinodís (1836) y El templario y la villana (1841).
tos que provocan la ansiedad, el dolor o la felici­
dad de ese hombre del que el poeta habla. Se CORTÉS, Hernán (M edellín, Badajoz, 1485-
trata, además, de una poesía escrita en versos li­ Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1547)
bres de arte menor y sonetos, las dos formas de A unque ha pasado a la H istoria por ser el con­
expresarse que elige el poeta. Destacan sus poe­ quistador de México, su labor literaria no solo no
marios Ocasión donde amarte (1951), Ahora es desdeñable, sino que resulta fundamental. Es­
mismo (1960), Poema para uii nuevo libro tudiante de Derecho en Salamanca, llegó a las In­
(1961), galardonado con el Premio Boscán, L i­ dias en 1504, cargado solamente con una ilusión
bro provisional (1967), Carta a Li-Po (1975), sin límites y una gran ambición, sentimientos
Metamorfosis Ponq-Kafka (1978), todos ellos in­ que fueron quizá los que le llevaron hasta la
cluidos en Poesía (1951-1975) (1981), Y tu Nueva España en 1519, donde se convirtió en hé­
poema empieza (1987) y Jardín de arena (1994), roe de la gesta de la Conquista. Tras ser nom ­
a los que hay que añadir Poesía (1970-1994) brado por Carlos V marqués del Valle de Oaxaca
(2000). Entre los numerosos ensayos que ha pu­ y después de diferentes campañas en América y
blicado, sobre temas tan variados como la cerá­ Argel, se retiró de la vida pública hasta su
mica y la pintura española o ciertos problemas muerte.
arquitectónicos, deben recordarse: Cerámica po ­ La obra que le ha dado prestigio literario son sus
pular española (1970), Joan M iró (1972), La Cartas y relaciones, dirigidas, entre 1519 y
223 COSSÍO

1526, al Emperador, crónicas en las que, además (1997), que se publicó como separata de Los Pa­
de la influencia de César, a quien debió de leer peles de Iría Flavia, El vengador (1998) y Toros
con interés en su etapa de estudiante, y del que al mar (1998).
tomó la elegancia y la minuciosidad del estilo, se
aprecia no solo su m egalom anía, al creerse un CORTINES MURUBE, Felipe (Los Palacios, Sevi­
elegido de Dios para cristianizar las tierras de lla, 1883-Sevilla, 1961)
América, sino también un cierto cariño por las Poeta. Modernista (véase MODERNISMO) intere­
gentes a quienes conquistó. Es en estas cartas o sado en el mundo misterioso y trágico de los to­
informes, de los que conocemos cinco — si bien ros — De Andalucía. Rimas (1908) y El poema
el primero se perdió y fue sustituido por uno del de los toros (1910)— , paulatinamente fue aden­
regente de la Villa Rica de la Vera Cruz— , donde trándose en corrientes más intimistas y clara­
propone a Carlos V que las nuevas tierras descu­ mente conservadoras. A este nuevo mundo poé­
biertas lleven el nombre de Nueva España. Con tico pertenecen los títulos Nuevas rimas (1911),
una gran claridad y laconismo expresivo, Cortés Romances del camino (1916) y Del levanta­
describe perfectamente los paisajes que ve, aun­ miento por la tradición de España (1936).
que a veces se deja llevar por un cierto entu­
siasmo en la narración de los momentos de su COSANTE
gesta. Traducidas a numerosas lenguas, ya desde Término de origen francés (coursault), al que
que se conocieron en Europa, su primera edición también se conoce por «cosaute», con el que se
completa se realizó en 1852. designa un tipo de canción cortesana que se en­
cuentra en numerosas cantigas de amigo (véase
CORTÉS DE TOLOSA, Juan (Madrid, h. 1590-?) LÍRICA MEDIEVAL). Está compuesta por pareados
Novelista. Apenas se conocen datos de su vida, y estribillos después de cada uno de ellos, lo que
salvo que estudió en el seminario de los jesuitas forma una estructura paralela, de ritmo alegre,
y que fue secretario de Felipe III. Las dos obras que interconecta las frases. El más famoso de los
suyas que se conservan son: Discursos morales autores que la practicaron fue Diego Hurtado de
de cartas y novelas (Zaragoza, 1617), de estruc­ Mendoza*.
tura epistolar y tem ática cortesana, y Lazarillo
de M anzanares con otras cinco novelas (M a­ COSSÍO, Francisco de (Sepúlveda, Segovia,
drid, 1620), una vulgar im itación del Lazarillo 1887-Segovia, 1975)
de Tormes* en la que Cortés de Tolosa, con una Novelista y dramaturgo. Estudió Derecho en la
tram a más com pleja, pretendió superar al m o­ U niversidad de Valladolid y colaboró en El
delo; fracasó. Norte de Castilla, actividad periodística que fue
reconocida, en 1929, con el Premio Mariano de
CORTEZÓN ÁLVAREZ, Daniel (Ribadeo, Lugo, Cavia. De su obra literaria, entre el realismo y
1927) la vanguardia y con un estilo castizo y fácil,
Dramaturgo y novelista en lenguas gallega y es­ destacan novelas como: La casa de los linajes
pañola. Deben destacarse obras teatrales como (1906), El estilete de oro (1914), El caballero
Nicolás Flamel (1960), Xelmírez ou a gloria de de Castilnovo (1924), Clara (1929) y Taxímetro
Com postela (1974), El m ástil (1980), Prem io (1940), y las obras teatrales En el limpio solar,
Aguilar, Danza, contradanza y metamorfosis de Román el rico, Maniquí, La casa de cristal y La
moros y cristianos (1982), C rónica de E n ri­ mujer de nadie, así como el volumen de recuer­
que IV (1985), Soñando a Goethe en primavera dos Confesiones: mi fam ilia, mis am igos y mi
(1985) y Castelao: o anim ador de ilusiones época (1959).
(1985), entre otras. A sim ism o, es autor de las
novelas As covas do rei cintolo (1955) y A vila COSSÍO, José María de (Valladolid, 1892-
sulagada (1981), Premio Blanco Amor, además 1977)
del ensayo De la saudade y sus fo rm a s (1958). Ensayista. Estudió Derecho en las universidades
Entre los m uchos prem ios teatrales que ha ob­ de Valladolid y de Madrid, participó en numero­
tenido, adem ás del ya m encionado, deben ci­ sas tertulias y colaboró en publicaciones como
tarse el Ciudad de Barcelona, Ciudad de Alcoy El Sol, Revista de Occidente, ABC, Escorial o
y Sitges. Vértice, entre otras. Miembro de la Real Acade­
mia Española desde 1948, donde leyó su dis­
CORTIJO BALLESTEROS, César (M adrid, 1965) curso Lope de Vega, personaje de sus obras, su
Poeta. Colaborador en distintas revistas literarias producción se centró en el mundo taurino y en la
malagueñas y de Madrid, ha sido antologado en literatura, y llegó a ser uno de los eruditos más
diferentes obras de poesía reciente. Destacan sus prestigiosos de la época. Entre sus obras críticas,
poemarios: La vida en el pozo (1993), Semana destacan: Los toros en la poesía española. Estu­
cossío 224

dio y antología (1931; 2 vols.), Romancero p o ­ cionado de ella, se retiraría para dedicarse exclu­
pular de la montaña (1933), Fábulas m itológi­ sivamente a escribir.
cas en España (1952), Cincuenta años de poesía Partidario de la unión de todos los partidos repu­
española (1850-1900) (1960; 2 vols.) y, sobre blicanos en uno, y conocedor de la Filosofía del
todo, la fundamental Los toros (1943-1961; 4 D erecho, analizó a fondo el funcionamiento de
vols.), para cuyas ediciones posteriores contó las instituciones y la situación de los derechos de
con algunos colaboradores, y que es una pieza la masa, así como el problem a nacional tras la
clave para aproximarse al mundo de la tauroma­ pérdida de las colonias y, en general, el problema
quia. Fue autor, asimismo, de unas interesantes de España. Magnífico orador, son célebres sus
Epístolas para amigos, Correspondencias litera­ conferencias en el Ateneo de Madrid, en las que,
rias del siglo xix y Poesías del siglo xix, además bajo el título de «Oligarquía y caciquismo»,
del ensayo La obra literaria de Pereda: su histo­ planteó la búsqueda de la esencia de España, una
ria y crítica (1934), su edición de los Romances esencia que la liberase de la corrupción y la en­
de Góngora* en 1927 y los artículos periodísti­ cauzase en el marco ideológico europeo, el único
cos, los cuales se han recogido bajo los títulos camino posible de civilización. Autor, por tanto,
de: Poesía española (Notas de asedio) (1936), europeísta y defensor del regeneracionismo*, es­
Siglo xvii: Espinosa, Góngora, Gracián, Calde­ cribió obras influyentes en su época como: La
rón, Polo de Medina, Solís (1939) y El romanti­ vida del Derecho (1876), Teoría del hecho ju rí­
cismo a la vista: tres estudios (1942). dico, individual y social (1880), La poesía popu­
lar española y mitología y literatura celtohispa­
COSSÍO, Manuel Bartolomé (Haro, Logroño, nas (1881), Derecho municipal consuetudinario
1858-Madríd, 1935) de España (1885), El Consejo de Familia en Es­
Historiador del arte. Formado en la Institución Li­ paña (1890), Estudios ibéricos (1894), Reforma
bre de Enseñanza y discípulo de su fundador, de la fe pública (1897), El colectivismo agrario
Francisco Giner de los Ríos*, fue profesor de His­ (1898), Reconstitución y europeización de Es­
toria del Arte en la Universidad de Barcelona, ca­ paña, programa para un partido nacional
tedrático de Pedagogía en la de Madrid, director (1900), Oligarquía y caciquismo como la form a
del Museo Pedagógico Nacional, consejero de actual de gobierno en España: urgencia y modo
Instrucción Pública y presidente del Patronato de de cambiarla {1901-1902), Derecho consuetudi­
las Misiones Pedagógicas. La mayoría de sus es­ nario y Economía popular de España (1902) y
critos sobre Pedagogía, materia en la que fue un E l fin pericial y su procedimiento: una institu­
gran teórico, fueron publicados por sus discípulos ción procesal consuetudinaria (1904). Fue autor,
en el volumen De su jornada (1929). Sus ideas además, de algunas novelas que quedaron inaca­
abogaban por una mayor atención a los alumnos y badas; así sucede en Justo de Valdediós (Revolu­
no tanto a su capacidad memorística. Pero las dos ción y Patria). Sus Obras completas se editaron,
grandes obras de Cossío fueron su inmenso estu­ entre 1911 y 1924, en veintiún volúmenes. De
dio, en 19 volúmenes, titulado Summa Artis (His­ estilo apasionado y vehemente, sus textos y su
toria General del Arte), en colaboración con el ar­ pensamiento sobre España influyeron decisiva­
quitecto e historiador del arte José Pijoán Soteras, mente en intelectuales como Unamuno*, A zo­
y El Greco (Madrid, 1908), un renovador análisis rín* y Ortega*, entre otros, así como en gran
biográfico y crítico de este célebre pintor. parte del pensamiento político posterior.

COSTA, Joaquín (Monzón, Huesca, 1846-Graus, COSTA I LLOBERA, Miquel (Pollenga, M allorca,
Huesca, 1911) 1854-Palma de Mallorca, 1922)
Ensayista. Historiador, sociólogo, jurista, filó­ Poeta en lenguas catalana y española. Sacerdote
sofo y político republicano, es uno de los autores y doctor en Teología, estudió Derecho en Barce­
más importantes de la Generación del 98*. Hijo lona, sin llegar a terminar la carrera. Practicó un
de un campesino pobre, pudo estudiar gracias a neoclasicismo (véase ILUSTRACIÓN) de gran clari­
la ayuda económica de un tío suyo. Miembro de dad y riqueza en el uso de la lengua y estuvo en
la Academ ia de Ciencias M orales y Políticas, contacto con los miembros más destacados de la
presidió la Asamblea de las Federaciones Agrí­ Renaixen§a*, como Mariá Aguiló*. Nombrado
colas en Zaragoza y fundó la Liga de los Contri­ «mestre en gai saber» por su calidad poética, fue
buyentes de Ribagorza contra los abusos adm i­ un gran viajero y supo combinar en su obra las
nistrativos, adelanto de la Liga Nacional, que lo tradiciones pagana y cristiana. Obras suyas son
dio a conocer en todo el país, sacándolo de los Poesies (Palma, 1885), De l ’agre de la térra
círculos intelectuales a la calle. Más tarde, des­ (1897), Líricas (1899), Tradicions i fantasies
pués de su actividad política — fue diputado a (Barcelona, 1903), Horacianes (1906), Poesies
Cortes, pero nunca ocupó su escaño— , y decep­ (Palma, 1907) y Visiones de Palestina (1908).
225 COTARELO Y MORI

COSTAFREDA, Alfonso (Tárrega, Lérida, 1926- Rivas*— , mostrando como en una pintura las
Cinebra, Suiza, 1974) costumbres provincianas españolas — como nos
Poeta. Residió casi toda su vida fuera de España. recuerda Merimée— . Es a partir del costum­
Sus versos están marcados por lo autobiográfico brismo, al inspirarse este en la inmediatez del
y la fuerza expresiva de un lenguaje en el que la ambiente, como se desarrollará el realismo*, si
concisión y la sugerencia remiten a las formas bien uno no equivale al otro. Igualmente, en esa
expresivas propias de algunos poetas de la Gene­ visión costumbrista está el origen de la literatura
ración del 50*, como Angel González*, por ci­ regional, germen a su vez del folclore, entendido
tar un ejemplo claro. Todos sus libros poéticos ya como una nueva ciencia histórico-filológica.
— Nuestra elegía (1950), Ocho poemas (1951), Así pues, y a pesar de contar a lo largo de la his­
Compañera de hoy (1966) y Suicidios y otras toria de la literatura española con numerosos
muertes (1974)— se publicaron, en 1991, bajo el ejemplos de autores que han querido recoger en
título de Poesía completa. Es uno de los autores sus obras las peculiaridades de los modos y
que, por fortuna, ha sido recuperado del olvido. costum bres del mundo en que vivían — quizá
cualquier escritor, ahora y siem pre, pretenda
COSTANA (siglo xv) semejante cosa— , es en el siglo xix cuando se
Poeta. Músico de quien nada se sabe, salvo que desarrolla de manera específica una corriente
figura con un poema en el Cancionero general que pretende retratar con precisión a la socie­
de Hernando del Castillo*. Este poema, titulado dad de su tiempo, y no solo referirse de manera
Conjuro de amor, está escrito en coplas de pie tangencial a cuestiones, argum éntales o de
quebrado y es típico de cancionero*. Se trata de fondo, que, aun estando presentes en el texto,
un ataque a la mujer y al amor que incluye un no constituirían ni el eje ni el objetivo del
diálogo alegórico moral entre La Afición y la Es­ mismo. Para el costumbrismo, las costumbres
peranza. son el centro mismo de la obra.

COSTUMBRISMO COTA, Rodrigo (Toledo, h. 1450-d. de 1504)


Término con el que se trata de situar aquellas Poeta. Judío converso, apoyó a los cristianos vie­
obras de arte en las cuales se pretende dar cuenta jos. Cuenta con un poema importante, Diálogo
de las costumbres, modos de vida y cualesquiera entre el Am or y un viejo — escrito entre 1470 y
peculiaridades de una determ inada sociedad en 1480— , incluido en el Cancionero general de
un periodo histórico concreto. En este sentido, 1511, en el que un viejo discute con el amor, que
en todas las épocas, la literatura se ha ocupado termina convenciendo al viejo y burlándose de
de reflejar los vicios y virtudes de las gentes del él. Este poema, de fuerte entidad dramática, aun­
momento al que se hacía referencia en cada caso, que sencillo en la forma y lleno de elementos lí­
si bien el concepto de costum brism o parece te­ ricos, fue utilizado por Fernández de Moratín*
ner una especial significación en España sobre en sus Orígenes del teatro e imitado por Juan del
todo durante el siglo xix. Aunque, en un sentido Encina* en su Égloga de Cristino y Febea. A
estricto, fue Serafín Estébanez Calderón*, con Cota se le han atribuido el Diálogo entre el Amor,
sus Escenas andaluzas (1831), el primer cultiva­ el viejo y la hermosa, las Coplas del Provincial y
dor del género, es Ramón de M esonero Rom a­ el auto primero de la Celestina, aunque los fun­
nos* quien, en obras como Panorama matritense damentos para hacerlo son escasos.
(1835) o Escenas matritenses (1842), trata de re­
flejar objetivamente el ambiente madrileño en el COTARELO Y MORI, Emilio (Vega de Ribadeo,
que vive, siempre con más pretensiones cronísti­ Asturias, 1857-Madrid, 1936)
cas que satíricas, por lo que quizá sea él el ejem­ Ensayista. Erudito, fue secretario de la Real Aca­
plo más claro de autor costum brista en España, demia Española y, entre sus numerosos estudios,
lejos ya de otras perspectivas burlescas o cínicas la mayoría dedicados a la historia del teatro, des­
que, en los siglos anteriores, desde el arcipreste tacan: Bibliografía de las controversias sobre la
de Hita*, pasando por los autores del Siglo de licitud del teatro en España (1904) y Colección
Oro (véase EDAD DE ORO), hasta el siglo xvm , de Entremeses, Loas, Bailes, Jácaras y Mojigan­
habían pretendido censurar las costumbres de sus gas desde fines del siglo xvi a mediados del xvm
respectivas sociedades. La explosión a lo largo (Madrid, 1911). Asimismo, analizó el arte escé­
del xix del lenguaje arcaizante de temáticas ar- nico del siglo xvm, estudiando a los actores céle­
quetípicas del costumbrismo llega a la novela de bres de la época, y publicó los sainetes de Ramón
la mano de Fernán Caballero*, quien, en la línea de la Cruz*, obras de Quiñones de Benavente*,
costumbrista de los autores mencionados, ofrece Juan del Encina*, Lope de Rueda* y Lope de
retratos de personajes con la fidelidad y preci­ Vega*, además de numerosos estudios sobre
sión de un Velázquez — como señaló el duque de Tirso de Molina*, Rojas Zorrilla*, Vélez de Gue­
COTARELO VALLEDOR 226

vara*, Calderón*, Villamediana*, Diego de San men — o que existe y aún no se ha dado con él— ,
Pedro* o Álvarez Gato*, entre otros muchos clá­ ya que, por ejem plo, se trata de una copia en
sicos de nuestra literatura. limpio en el que está escrito A-M, por lo que
cabe pensar que debería haber otro con lo que
COTARELO VALLEDOR, Armando (Vega de R¡- corresponde a N-Z. En todo caso, en el m anus­
badeo, Asturias, 1879-Madrid, 1950) crito de la Nacional del Suplemento se incluyen
Ensayista. Fue catedrático en las universidades numerosos nombres propios — eliminados del
de Santiago de Compostela y de Madrid, presi­ segundo manuscritos existente, que es del xviii y
dente del Ateneo León XIII de la ciudad gallega, se encuentra en la Real A cademia Española— ,
miembro de la Real Academia Española y gran geográficos, de escritores, de reyes, mitológicos,
erudito. Entre sus obras, destacan: Fray Diego neologismos, etc., arcaísmos y nuevas acepcio­
de Deza (1905), La belleza fem enina en las nes, términos de gemianía, etcétera.
obras de Cervantes (1905), El teatro de Cervan­
tes (1911) e Introducción al estudio de la Litera­ CRAME, Tomás -> Véase XIMÉNEZ DE SANDO-
tura española (Santiago de Compostela, 1911). VAL, Felipe.

COURT, Cristina R. CREACIONISMO


Poetisa y narradora. Poco conocida y sin embargo Movimiento de vanguardia, surgido en los mis­
mimada por la crítica, que la considera una de las mos momentos que otros como el surrealismo* o
autoras con voz más misteriosa y delicada de la el ultraísmo*, debido en España al poeta chileno
actual literatura española. Autora de relatos, debe Vicente Huidobro, quien, en 1914, en el Ateneo
destacarse su poemario Alta edad, mentías (1999). de Santiago de Chile, leyó el célebre manifiesto
«Non serviam» en el que declaraba que el arte es
COVARRUBIAS HERRERA, Jerónimo de (?, fina­ una nueva realidad cósmica agregada a la natura­
les del siglo XVI-?, principios del XVll) leza por el artista y que, como los astros, debe te­
N ovelista y poeta. Apenas se sabe de él, salvo ner una atmósfera suya. Para Huidobro el poema
que vivió en Valladolid. Escribió una novela pas­ debe tomar sus motivos de la vida y transformar­
toril, La enamorada Elísea (1594) — mala imita­ los para darles una vida independiente, todo ello
ción de la Diana de Jorge de Montem ayor*— , sin que haya en él nada anecdótico ni descrip­
que incluye un cancionero y una novela en verso. tivo. La poesía debe aspirar a constituir una rea­
lidad absoluta. En su poema «Arte poética», pu­
COVARRUBIAS Y HOROZCO, Sebastián de (To­ blicado en El espejo de agua en 1916, dice:
ledo, 1539-Cuenca, 1613) «Cuanto miren los ojos creado sea, / Y el alma
Gran intelectual, estudió latín, griego, hebreo y del oyente quede temblando. / Inventa mundos
Teología en Salamanca, fue sacerdote, canónigo nuevos y cuida tu palabra; / El adjetivo, cuando
en la catedral de Cuenca, capellán de Felipe 111 y no da vida, mata. [...] / El poeta es un pequeño
consultor de la Inquisición. Destacan sus obras dios». Estas ideas de Huidobro calaron en la poe­
Emblemas morales (Madrid, 1610) y, sobre todo, sía española desde esos días, y llevaron a los
Tesoro de la lengua castellana o española poetas a buscar nuevas imágenes y metáforas
(1611), el mejor diccionario publicado entre el exuberantes y a renovar el léxico. Sus postulados
de Nebrija* y el de Autoridades (1726-1739) de contribuyeron de forma clara, pues, a una reno­
la Academia (véase ACADEMIAS). Se trata del vación del vocabulario poético, a reencontrar la
primero monolingüe, y en él conviven etimolo­ esencialidad de las imágenes en su fundamento
gías, amenos comentarios literarios, anécdotas, primordial y a descubrir ritmos más intensos y
refranes, análisis dialectales y todo tipo de clari­ rápidos. De manera significativa deben mencio­
ficaciones sociales y culturales. Aunque anti­ narse dos poetas que siguieron estos presupues­
cuado en lo que a léxico se refiere, sigue siendo tos hasta sus últimas consecuencias: Gerardo
una obra útil, ya que contiene términos que no Diego* y Juan Larrea*, gracias a los cuales fue
existen en otros diccionarios. Debido al inm e­ efectiva la transición, tanto al ultraísmo como al
diato interés suscitado por la obra, Covarrubias surrealismo*, en España.
escribió un Suplemento al Tesoro, que no se pu­
blicó, y, en 1673, el padre Benito Remigio Noy- CREMADES, Luis (Alicante, 1962)
dens reimprimió el Tesoro con adiciones suyas. Poeta. Autor de versos en los que la cotidianidad
El mencionado Suplemento, publicado por vez viene abordada con un lenguaje intimista, minu­
primera en 2001, ha hecho pensar a los especia­ cioso y preciso y en los que están presentes los
listas, por diversas razones relacionadas con el paisajes urbanos, el mar, la naturaleza toda y el
manuscrito del siglo xvii que se halla en la Bi­ recuerdo y el amor a través de una presencia in­
blioteca Nacional, que existía un segundo volu­ tensa del cuerpo y de una observación detallista
227 CRESPO

de todo lo pequeño y cercano. Maneja con igual quedan explícitas sus preocupaciones sociales.
soltura el verso libre y formas tradicionales Asimismo, es autor de diversos ensayos sobre la
como la canción o el soneto. Destaca, entre otros, ciudad de León y sus habitantes. Además de los
el poemario Los límites del cuerpo (1999). premios Ciudad de Palma de Teatro y Ciudad de
B arcelona de Poesía, por sus versos ha recibido
CREMADES I ARLANDIS, Ferrón (Bellreguard, otros tan importantes como el Boscán en 1951 y
Valencia, 1950) el Nacional de Poesía en 1963, así como, en el
Narrador y poeta en lenguas catalana y española. extranjero, el Intus de Sao Paulo o el Novela de
Entre sus obras en prosa, destacan: Coll de Serps M éxico. Su obra se ha traducido al inglés, ale­
(1978), E l Cant de la Sibyla (1983) y H otel mán, italiano, portugués y francés.
África (1987). Deben citarse poemarios como Si­
nuosidades corporales (1973) o Paraula del vent CRESCAS, Hasdai (Barcelona, 1340-1410)
i del fo c (1976). Ha recibido los premios Sant Fue gran rabino de Aragón y uno de los filósofos
Jordi, el De la Crítica y el Prudenci Bertrana. que contribuyó a la expansión renacentista en
España. Maestro del también filósofo Joseph
CRÉMER, Victoriano (Burgos, 1908) Albó, su obra más relevante fue Or Adonai, pu­
Poeta. De familia muy humilde — hijo de un fe­ blicada, postumamente, en Ferrara en 1555.
rroviario— , siendo un niño se trasladó a León,
donde abandonó los estudios y comenzó a traba­ CRESPO, Ángel (Ciudad Real, 1926-Barcelona,
jar en los empleos más variados, tales como tipó­ 1995)
grafo o vendedor callejero de periódicos. Com­ Poeta, ensayista y traductor. Maestro y licen­
prometido políticam ente con el sindicalismo ciado en Derecho y en Filosofía y Letras, fundó
anarquista, durante la Guerra Civil estuvo en pri­ en su ciudad natal, en 1951, la revista Deucalión
sión. En 1944 fundó, con Eugenio de Nora* y y, con Gabino Alejando Carriedo*, Pájaro de
Antonio G. de Lama, la revista Espadaña, una de paja en 1950 en Madrid y, en 1960, Poesía de Es­
las que más influyeron en la poesía posterior. La paña, que tuvo numerosos problemas con la
poesía de Crémer, de tinte existencialista y siem­ censura en cada uno de sus nueve números, pu­
pre preocupada por los problem as de España, blicados entre esa fecha y 1963. En todas estas
jugó, no obstante, con resortes vanguardistas, publicaciones quedó claro el espíritu de combate
pero sin dejar de lado jam ás la fuerza simbólica social contra la dictadura y, al mismo tiempo, el
de un lenguaje que le sirve para denunciar la de­ talante vanguardista de Crespo. De la última de
cadencia de los sentimientos, la miseria o el ho­ ellas se editó, en 1998, una edición facsímil.
rror de la muerte y de la nada, reclamando siem­ Ángel Crespo, sin embargo, es uno de los máxi­
pre las necesarias justicia y solidaridad con los mos representantes de la corriente que se opuso
más desfavorecidos. El tono trágico de sus poe­ al realismo* social, si bien el compromiso de sus
mas, en la línea de un cierto romanticismo, co­ poemas lo llevó a ser incluido en la Antología de
necta con el bucolism o de un M iguel H ernán­ poesía social (1965) de Leopoldo de Luis*. El
dez* y el desgarro de los sentimientos de León problema es que a Crespo, profundo admirador
Felipe*, dando lugar a versos hum anizados y del Juan Ramón Jiménez* metafísico y gran co­
siempre comprometidos con los problemas obre­ nocedor de los clásicos, no se le puede incluir en
ros y hondo en el análisis de la degeneración de una sola tendencia, y resulta difícil calificar sus
valores en la sociedad contemporánea. Entre sus poemas en relación con un único modo de hacer,
poemarios, destacan: Tendiendo el Vuelo (1928), ya sea temático o formal, por más que la poesía
Tacto sonoro (1944), C aminos de mi sangre le interese como vía de acceso a lo trascendente.
(1947), Las horas perdidas (1949), La espada y Sus versos, ajenos a las modas, aunque m arca­
la pared (1949), Nuevos cantos de vida y espe­ dos por el postismo* y el surrealismo*, ahondan
ranza (1952), Libro de Santiago (1954), Furia y en lo onírico, en lo autobiográfico y en la impor­
palom a (1956), Con la paz al hombro (1959), tancia de los hechos cotidianos, todo ello con
Tiempo de soledad (1962), El am or y la sangre gran imaginación, sin olvidar su entorno man-
(1966), Poesía total (1944-66) (1967), Lejos de chego y dejando el espacio abierto a nuevos
esta lluvia tan amarga (1974), Los cercos mundos escénicos, que van apareciendo en sus
(1976), todos ellos recogidos en Poesía 1944- libros, tales como el escandinavo, el helénico o
1984 (1984), a los que hay que añadir El fu lg o r y el italiano. Los estudiosos de su obra han ha­
la memoria (1996). Deben mencionarse también blado de un prim er periodo de «realismo má­
algunas novelas, como Libro de Caín (1958), gico», de un momento intermedio, próximo al
Historias de Chu-M a-Chuco (1970) y Libro de culturalismo de los poetas conocidos como «ve­
san M arcos (1980), o el dram a En la escalera necianos», y de una última etapa de «esplritua­
(1940), obras todas en las que de igual modo lismo trascendente», denominaciones todas ellas
CRESPO 228

inútiles a la hora de aproximarse a la poesía de que era el poemario que tenía preparado cuando
un creador libre y ecléctico capaz de conciliar las murió, o el Orfeo furioso, libro que siempre fue
más diversas inquietudes emocionales y expresi­ retocando y que nunca se decidió a entregar a la
vas, que creía en la necesidad de que tanto el cla­ imprenta. El mismo año, 1997, se publicaron sus
sicismo como las vanguardias se abriesen a nue­ Aforismos, que él mismo había desgajado de dife­
vas formas de expresión, a un uso del lenguaje rentes libros durante la preparación de las poesías
que permitiese aunar el tiempo en lo que de más completas en las que trabajaba cuando falleció,
profundo tiene la poesía. Se trata, en fin, de un pensando que podían conformar un libro en sí.
poeta en quien poesía y filosofía sobreviven ínti­ Posteriormente, en 1999, se publicaron sus dia­
mamente ligadas; una, la primera, se ocupa de rios, Los trabajos del espíritu, escritos en dos eta­
las contradicciones, las busca; la otra, huye de pas: entre 1971 y 1972, por un lado, y entre 1978
ellas. Sea como fuere, la nada, la muerte y el fu­ y 1979, por otro. Se trata de un dietario intelec­
turo constituyen centros de reflexión sobre los tual, en el que además se encuentran lúcidas refle­
que el poema medita a través del tiempo. El xiones sobre la política española, pero sobre todo
mismo acuñó la siguiente frase: «Ser o no ser: he una suerte de análisis de su indispensable labor
aquí el poema». Interesado por las artes plásticas como ensayista y traductor. Dos años más tarde
— ahí está el curioso libro de poemas La pintura apareció Por los siglos (Ensayos sobre literatura
(1955)— y por la unidad de todas las formas es­ europea) (2001), antología que reúne algunos de
téticas, trabajó también en la prosa poética: No sus escritos sobre lo que indica el título mismo.
sé cómo decirlo (1965), Colección de climas
(1978) y Con el tiempo, contra el tiempo (1978), CRESPO, Pedro (Madrid, 1941)
a los que habría que añadir Poemas en prosa Novelista. Estudió M edicina y Periodismo en
(1965-1994) (1998). Madrid y ha colaborado en numerosas publica­
Destacan sus poemarios: Una lengua emerge ciones como crítico de cine. Se trata de un autor
(1950), Quedan señales (1952), Todo está vivo que gusta de las intrigas, a veces de corte poli­
(1956), La cesta y el río (1957), Suma y sigue ciaco, en textos que el lector aborda de un tirón.
(1962), Docena florentina (1966), En medio del Entre sus obras, además de los cuentos de La
camino (1971), que recoge su poesía hasta ese pausa (1966), Premio Leopoldo Alas, Los auri­
momento, La invisible luz (1981), El bosque gas (1970) y Ruge, viejo león (1972), Premio Sé­
transparente (1983), Premio Ciudad de Barce­ samo, deben citarse las novelas: Los ángeles cie­
lona, Parnaso confidencial (1984), El ave en su gos (1971), Primavera de niño solo (1973),
aire (1985) y Ocupaciones del fu eg o (1991), a Premio Café Gijón, El paso del Guadiana (1974),
los que deben sumarse: Primeras poesías (1942- Carne de silencio (1975), Tan oscuro como el
1949) (1992), la Antología poética editada en mañana (1982), Hombre de otoño (1982), El de­
1994, Aforismos (1997) y La puerta entornada seo, como un animal vivo (1988), Premio Felipe
(1998), que en realidad es una revisión de poe­ Trigo, y La muralla roja (1996), con la que ob­
mas incluidos en El ave en su aire. Entre sus nu­ tuvo el Premio Ramón Gómez de la Serna. Es
merosos ensayos, deben m encionarse: Poesía, autor, asimismo, de algunos ensayos y del poe­
invención y metafísica (1970), Juan Ramón J i­ mario País de naipes y relojes (1984). Ha reci­
ménez y la pintura (1974; reed., 1999), Dante y bido, amén de los ya mencionados, el Premio
su obra (1979; reed., 1999), Estudios sobre Luca de Tena de Periodismo.
Pessoa (1984), El duque de Rivas (1985), Las
cenizas de la flo r (1987) y La vida plural de CRESPO, Rafael José de (Alfajarín, Zaragoza,
Fernando Pessoa (1988). Preparó, asimismo, di­ 1800-1858)
versas antologías —Antología de la poesía bra­ Novelista. Estudió Derecho en Zaragoza y fue
sileña (1973) y Antología de la poesía p ortu­ miembro del Consejo de Su Majestad. Pertenece
guesa contemporánea (1982)— , ediciones de al grupo de autores que, en el siglo xvm, im ita­
obras de Fernando Pessoa, Juan Ramón Jim é­ ron las líneas maestras del Quijote*. Destaca su
nez* o el duque de Rivas*, y fue eminente tra­ obra Don Papis de Bobadilla o crítica de la
ductor, como demuestran sus traducciones de pseudo-filosofía (1829; 6 vols.), una amena no­
Los versos de Alberto Caeiro de Fernando Pes­ vela contra la filosofía de la Ilustración*. Fue au­
soa (1957), de la Chanson de Roland, de la D i­ tor, además, de Fábulas morales y literarias
vina Comedia de Dante o del Cancionero de Pe­ (1820), Poesías epigramatarias (1827) y de una
trarca, por la que recibió el Premio Nacional de Vida de Nuestro Señor Jesucristo (1840).
Traducción de 1984. Postumamente, en 1997,
aparecieron tres volúmenes de obra inédita, que CREUS, Ricard (Barcelona, 1928)
incluía nueve libros, entre ellos el canto dramá­ Narrador, poeta y ensayista en lengua catalana.
tico Amadis y el explorador, La realidad entera, Dedicado a la enseñanza de la plástica, destaca,
229 CRÓNICAS

sobre todo como narrador infantil, con textos Amor (1972), edición crítica de la obra del arci­
como Una pedra per corona (1979), Pa amb xo- preste de Hita, preparada con Eric W. Naylor,
colata (1982), El moro, les tarongues y la gue­ Historia de Hita y su arcipreste. Vida y muerte
rra (1984) o Que somies? (1987). Asimismo, de de una villa mozárabe (1976), Estructura gene­
su obra no infantil, deben mencionarse las nove­ ral del coloquio (1980) y Diccionario de espa­
las M utacions (1983), Temps imposat (1986) o ñol equívoco (1981), entre otros muchos. Deben
Posicions (1988); los poem arios Cendra amb recordarse, asimismo, varias obras de teatro su­
fo c (1975), 36 poem es a partir del 36 (1978) o yas, tales como: Teatro medieval (1963), ¿Os
Si em Dones l ’Adeu no et preñe peí mot (1979), acordáis de la vieja Celestina? (1977), Don
además de ensayos como Us i fu n d ó form ativa Quijote no es caballero (1981) o Testigo es el ju ­
de l ’expressióplástica (1973) — traducido al es­ glar (\9%A).
pañol como Uso y fu n c ió n form ativa de la ex­
presión plástica (1975)— , El segle de Picasso CRISTÓBAL DE ANZARENA -> Véase AREN-
(1981) o L ’art a Vescola-Expressió plástica ZAN A, Donato de.
(1986), y la obra teatral Entre aigua i anís y jo
vine d ’un altre temps (1986). Ha recibido los CRÓNICA DE JUAN II -» Véase G A R CÍA DE
prem ios de narrativa Andrómina, Valencia y SANTA MARIA, Alvar.
Sant Jordi.
CRÓNICAS
CREUS I MUÑOZ, Miquel -» Véase DESCLOT, De modo general, puede decirse que las crónicas
Miquel. son historias escritas, fundamentalmente durante
la Edad Media, por testigos de los hechos histó­
CRIADO, Ana (Madrid, 1953) ricos o por quienes viven en el mismo momento
Narradora. Autora en cuyos relatos aborda, con en que se producen estos. Asimismo, y también
extraordinario dominio del lenguaje, en el que en general, estas suelen carecer de valor crítico o
las palabras tienen una potencia interna para evo­ analítico y resultan parciales y panegíricas. En
car la realidad más inmediata, aborda, decimos, ellas es frecuente encontrarse con leyendas y ele­
la complejidad de las relaciones sentimentales, mentos de ficción que se ensartan con los hechos
analizando la soledad de unos hombres y muje­ reales constituyendo un todo engañoso y poco
res condenados a depender unos de otros. Es au­ fiable. En España, las crónicas más antiguas
tora del libro de cuentos El ruido de las miradas quizá sean la llamada Crónica Najerense, leo­
(2001), con el que obtuvo el Premio de Cuentos nesa o miscelánea, escrita en tomo a 1160 puede
Ateneo de La Laguna. que por un monje de Santa María de Nájera, y la
que se encuentra al final del Fuero general de
CRIADO DEL VAL, Manuel (M adrid, 1917) Navarra, que data de 1186 y está escrita en prosa
Ensayista. Importante filólogo y estudioso de la navarro-aragonesa. En ambas, los autores se sir­
Edad Media y del español, tanto en sus orígenes ven de textos ya ensamblados, aprovechando los
como desarrollo, ha sido profesor de investiga­ temas épicos. Contemporáneas de estas son la
ción del CSIC, jefe de la sección de Estudios Gesta Roderici Campidocti, una historia particu­
Gramaticales del Instituto Miguel de Cervantes, lar del Cid, la Historia Compostelana y la Chro-
director de la Escuela de Investigación Lingüís­ nica Adephonsi Imperatoris, un panegírico de
tica y catedrático de L engua y Literatura espa­ Alfonso VII. Es en 1236, con la finalización del
ñolas de la UNED. En 1969, debido a su labor Chronicon Mundi por Lucas de Tuy*, cuando se
como divulgador de la lengua española en TVE, produce un cambio significativo, ya que la orga­
recibió el Premio Antena de Oro. Destacan en su nización de las historias es más perfecta que las
obra títulos como: Sintaxis del verbo español realizadas hasta el momento. No obstante, está
moderno (1948), Síntesis de m orfología espa­ escrita con gran ardor patrio y una cierta inge­
ñola (1952), A nálisis verbal del estilo (1953), nuidad, y no evita la profusión de las leyendas
Premio Isidoro Bonsons, Fisonomía del idioma que se habían contagiado desde Castilla. Pero la
español (1954), ín dice verbal de La Celestina más célebre, sin duda ninguna, es la Estoria de
(1955), Premio Lulio, Tragicomedia de Calixto España llevada a cabo por Alfonso X* a finales
y Melibea. Libro también llamado La Celestina del siglo xm, y con la que se inicia un nuevo
(1958), edición de la célebre obra, preparada periodo con el uso del castellano, y que abre,
junto a George Douglas Trotter, que incluye las además, las puertas a gran número de nuevas
variantes de las prim eras ediciones, Teoría de crónicas menores marcadas por el espíritu per­
Castilla la Nueva (La dualidad castellana en los feccionista del rey sabio. Así, merecen mencio­
orígenes del español) (1960), Vida del capitán narse la Crónica abreviada, hecha por don Juan
Alonso de Contreras (1965), Libro de Buen Manuel* entre 1320 y 1332, la Segunda Crónica
CRONICONES 230

o Crónica de 1344, la Crónica del moro Rasis, la piro, obispo de Astorga; la Chronica Gothorum,
Abreviación de la Primera Crónica, tal vez de del siglo xi; la crónica conocida como Cronicón
1350 o, en 1460, la Cuarta Crónica General. No del Silense, de 1115, en la que crece el número
obstante, poco antes de la obra de Alfonso X, y de fuentes utilizadas y dominan los elogios a Al­
es importante señalarlo, Rodrigo Ximénez de fonso VI, y el Chronicon Regum Legionensium,
Rada*, muerto en 1247, había escrito su Rerum del obispo Pelayo, entre otros muchos, a los que
in Hispania gestarum Chronicon, conocida tam­ deben sumarse otros que no son sino meras cro­
bién como H istoria Ghotica, en la que, con un nologías de ámbito regional y que no merece la
fuerte sentido nacional, relata la historia espa­ pena mencionar aquí, salvo en el caso del Croni­
ñola hasta 1243, sirviéndose de fuentes poéticas cón de San Isidoro de León, conocido también
y, por vez primera, de las historias árabes, con lo como Anales castellanos primeros, que incluye
que aúna todos los criterios que, desde el si­ datos bastante precisos a propósito de la historia
glo x ii , momento en que se desarrollan las pri­ de Castilla entre los años 618 y 939.
meras y pobres crónicas cristianas, habían ido
sumándose en la redacción de las diferentes cró­ CRUZ, Francisco José (Sevilla, 1962))
nicas. En ellas, la narración se reduce a una es­ Poeta. Autor en cuyos versos, mesurados y lim­
cueta enunciación de los hechos, sin que importe pios, el destino y la memoria son contemplados
demasiado ir sumando los diferentes relatos que con la sencillez de lo cotidiano, que muestra los
del mismo acontecimiento han hecho diferentes misterios del transcurrir del tiempo. Destaca su
autores; son obras de acumulación a las que, en poemario Maneras de vivir (1998), con el que
último término, se añaden las noticias más re­ obtuvo el Premio Renacimiento.
cientes que les llegan a los cronistas, interpreta­
das a menudo con un criterio favorable a la CRUZ, Juan -> Véase CRUZ RUIZ, Juan.
Corte. Todos estos mecanismos estarán presentes
en la obra de Alfonso X. Posteriormente, en los CRUZ, Ramón de la (Madrid, 1731-1794)
siglos xiv y xv, se escribieron, además de las ya Es el más célebre de los sainetistas españoles del
mencionadas a propósito de ese periodo, nume­ siglo xviii . Fue oficial mayor en la Contaduría de
rosas crónicas, de entre las que destacan la Cró­ Penas de Cámara y Gastos de Justicia, y, aunque
nica del rey don Pedro, de Pedro López de protegido por el duque de Alba y la condesa de
Ayala*, la Crónica de don Alvaro de Luna, Benavente y triunfador en los escenarios, vivió
de Gonzalo Chacón*, y la Crónica sarracina, de en la pobreza. Alternó con los escritores del mo­
Pedro del Corral*. mento y perteneció a la Academia de los Área-
des, época en que se oponía a los géneros popu­
CRONICONES lares que, a la larga, tantos éxitos habrían de
Escuetas relaciones de hechos, escritas en depararle. Realizó versiones y traducciones de
verso o prosa, que, a diferencia las crónicas*, obras de Racine, Voltaire, Metastasio, Ducis, Beau-
no atienden a la im portancia de unos aconteci­ marchais y Apóstol Zeno. Poco a poco, escri­
mientos frente a otros, y que distan mucho de biendo obritas breves, fue alcanzando el éxito,
tener la longitud de aquellas. En muchos casos, por lo que se dedicó definitivamente al sainete
son breves anales, en los que conviven índices — cuyo origen está en Lope de Rueda*— , aun­
de fechas de batallas, de cam bios de reyes y que también realizó algunas zarzuelas, entre las
otros acontecimientos más o menos relevantes, que se cuentan Las segadoras de Vallecas
con breves genealogías reales. Estos cronico­ (1768), Las labradoras de Murcia (1769), Las
nes son, a menudo, aprovechados por las cróni­ foncarraleras (1772) y El licenciado Farfulla
cas, que utilizan los datos de estos pero como (1776). Siempre quiso figurar como un autor se­
simple referencia, sin ocuparse de ellos. Entre rio, por lo que en su Teatro (Madrid, 1786-1791;
los más destacados deben recordarse la C ró­ 10 vols.), publicado por él mismo, incluyó dieci­
nica mozárabe de 754, intitulada Epitome Im- nueve obras mayores y solo cuarenta y siete sai­
peratorum vel Arabum Ephemerides, tam bién netes — de los más de cuatrocientos cincuenta
conocida como Cronicón del Pacense, escrita que se sabe compuso— , a pesar de lo cual, su
por un mozárabe y en la que se aprecia un ta­ fama se debe a estos últimos, vivas pinturas de la
lante antim usulm án; el Cronicón Albeldense, sociedad de su tiempo, y que se caracterizan por
encontrado en el m onasterio riojano de A l­ ser obras escritas para los intermedios de las re­
belda, conocido también como Cronicón Vigi- presentaciones teatrales, con apenas argumento
liano debido a que parte de la com posición se y consistentes en un diálogo cómico en el que
debe a un monje llamado Vigila, que es el pri­ personajes humildes satirizaban las costumbres
mero escrito en territorio cristiano y que hace madrileñas. Ramón de la Cruz, criticado por los
un panegírico de Alfonso III; Cronicón de Sam- neoclásicos, dominaba el género a la perfección
231 CUBILLO DE ARAGÓN

y supo darle una fuerza costum brista que quizá dad aún en La foto de los suecos (1998). Fue, asi­
nadie más ha logrado, por lo que su valor reside mismo, responsable del volumen El peso de la
en servir de documento más que en su calidad li­ fam a (1999), en el que se recogían las entrevistas
teraria. Blanco White*, por ejemplo, afirmó que, con veinte famosos de las artes, las letras, el de­
junto a los grabados de Goya, los sainetes de Ra­ porte, los espectáculos, el periodismo, etc., a pro­
món de la Cruz suponían la mejor fuente para co­ pósito de los riesgos de la popularidad, y autor
nocer la historia interna de la España de finales del ensayo Contra la sinceridad (2000), hondo
del xvm. Parodió la tragedia neoclásica en M a­ análisis de este asunto desde diversos puntos de
nolo, tragedia para reír o sainete para llorar vista.
(1769), y, entre sus muchísimas obras, destacan:
La pradera de San Isidro, El Prado por la noche CUADERNA VÍA -> Véase MESTER.
(1765), Las majas vengativas (1768), El Rastro
p o r la mañana (1770), Las tertulias de M adrid CUADROS, Juan José (Patencia, 1926)
(1770), El poeta aburrido (1773) o La casa de Poeta. Topógrafo de profesión, en la tradición
Tócame Roque. léxica culturalista sus versos se centran, fre­
cuentemente, en el problema de España, demos­
CRUZ, san Juan de la -» Véase JU A N DE LA trando un fuerte compromiso social. Son obras
CRUZ, san. suyas: Niño sin amigos (1959), A quí se dice de
un pueblo (1960), Navanunca (1961), El asedio
CRUZ RUEDA, Ángel (Jaén, 1888-Madríd, 1961) (1964), Recado de Buen Amor (1968), Memoria
Narrador y ensayista. Fue catedrático de instituto del camino (1974), Vuelta al Sur (1977) y Los
y se dedicó al periodismo. Destacan sus novelas últimos caminos (1984). Ha recibido premios
Dolor sin fin (1914) y Huerto silencioso (1919), como el Antonio González de Lama, concedido
así como los ensayos Don Armando Palacio Val­ por el Ayuntamiento de León, y el Antonio Ca­
dés (1925), Las gestas heroicas castellanas con­ muñas.
tadas a los niños (1929 y 1931), Peregrinaje de
estío (por Aragón, Francia y Guipúzcoa) y otras CUBILLO DE ARAGÓN, Álvaro (G ranada,
andanzas (1934), Horizontes espirituales (1945) h. 1596-Madrid, 1661)
y Leyendas de la Historia de España, que le va­ Dramaturgo y poeta. Fue escribano en su ciudad
lió el Premio Nacional de Literatura en 1930, natal, donde estudió humanidades, y ocupó el
además de varios estudios sobre Azorín*, de cargo de gobernador de la cárcel de Calatrava.
quien prologó las Obras completas. Pasó, debido a los hijos que tuvo, numerosos
apuros económicos, lo que lo llevó a participar
CRUZ RUIZ, Juan (Puerto de la Cruz, Tenerife, en certámenes y justas, así como a escribir por
1948) encargo de diversos patrones. Su poesía, de ca­
Periodista, novelista y editor. Colaborador habi­ rácter encomiástico, abunda en la atención a los
tual del diario El País, en su obra, el amor y los detalles y a lo mínimo con un lenguaje concep­
sentimientos constituyen el eje temático de sus tista, al igual que sus comedias, en las que des­
argumentos y reflexiones, así como el recuerdo lumbran los rasgos festivos y el deseo de entrete­
de la infancia, ello a través de una prosa con no ner, así como la sutileza, el ingenio de sus
poco de lírica, aunque con la firm eza narrativa diálogos y el sentido moral. Debe mencionarse
de la prosa. Destacan títulos como: Crónica de su poema Curia leónica (1625), en honor de Fe­
la nada hecha pedazos (1972), Premio Pérez Ar­ lipe IV, como ejemplo de calidad alegórica. In­
mas, Naranja (1975), Retrato de humo (1982), fluido por Lope de Vega*, Mira de Amescua* y
El sueño de Oslo (1988), Premio Azorín, Cuchi­ Jiménez de Enciso*, en El Enano de las Musas
llo de arena (1988), En la azotea (1989), Una (1654), título alusivo tanto a su condición en el
historia pendiente (1999) y el libro de cuentos mundo de la escena cuanto a su interés por lo
infantiles Serena (1994), a los que hay que aña­ menudo, incluyó la mayoría de sus obras, casi to­
dir una suerte de cuaderno de notas narrativas ti­ das ellas — solo unas treinta se han conser­
tulado Exceso de equipaje (1995) y el ensayo a vado— de tema heroico, histórico y legendario,
modo de memorias periodísticas Una memoria aunque son importantes las de motivo religioso.
de El País. 20 años de vida en una redacción Las más destacadas son las comedias Las muñe­
(1996), que supone, en cierta medida, un nuevo cas de Marcela, El señor de Noches Buenas, El
volumen de recuerdos, tras los otros recuerdos rayo de Andalucía y genízaro de España, El conde
íntimos novelados, o novelas autobiográficas de de Saldaña, en la que recrea la leyenda de Ber­
El territorio de la memoria (1995) y Asuán nardo del Carpió*, El invisible príncipe del baúl,
(1997), en los que analizaba su infancia y su ex­ Los desagravios de Cristo, El triunfo de san M i­
periencia sentimental, y que tuvieron continui­ guel o La perfecta casada.
CUBISMO 232

CUBISMO que se suma a los elementos de su poesía ante­


Término, de origen casual, referido en principio rior y añade un ahondamiento de tono desenfa­
a la pintura — predominio de elementos geomé­ dado, suavemente irónico, en motivos urbanos,
tricos y superficies angulosas incluso para tra­ originando una poesía más vitalista, acorde con
tar la figura humana— , que se aplica a la litera­ su propuesta poética de una «línea clara». Des­
tura más por coetaneidad entre los pintores y taca en ella un sentido del humor refinado que se
escritores vanguardistas (véase VANGUARDIS­ basa a menudo en las anécdotas emocionales y
MO) en tom o a los años veinte que por una uni­ de la cotidianidad, tratados ambos con desenfado
dad estética que sirva de referencia tam bién a y gracia, pero siempre con el sedimento en el que
las com posiciones literarias. No obstante, el se conjugan los mitos. En los últimos años, algo
m áxim o representante del m ovim iento en las hay en sus versos que recuerda a Borges, una
letras, Guillermo de Torre*, se refiere, en Lite­ cierta tendencia a la oscuridad, efím era y cir­
raturas europeas de vanguardia (1925), al cunstancial, eso sí. Por lo que respecta a la mé­
poema cubista como un poema que no sigue la trica, en su poesía predomina siempre el endeca­
pauta argum ental im puesta por la anécdota, y sílabo (o el alejandrino), construido de forma
que no tiene por qué llegar a desarrollarse, pu- clásica y renunciando a la confidencialidad del
diendo ser tan solo una sucesión de anotaciones verso libre, lo que, combinado con los temas que
e ideas sin enlace y, por lo tanto, ilógicas. En trata, le da ese tono tan singular que ha señalado
principio, semejante aclaración añade poco res­ la crítica. Son sus poemarios: Los retratos
pecto a presupuestos como el de la escritura au­ (1971), Elsinore (1972), Scholia (1978), Necro-
tomática del surrealismo* u otros planteamien­ filia (1983), La caja de plata (1985), Premio de
tos de la vanguardia; no obstante, y a pesar del la Crítica, El otro sueño (1987), Poesía (1970-
escaso eco que tuvo esta corriente, algún nom­ 1989) (1990), recopilación de sus poemas hasta
bre, además del de Guillermo de Torre, merece 1990, El hacha y la rosa (1993), Animales do­
recordarse: es el caso de algunos versos de Ge­ mésticos (1995), Por fuertes y fronteras (1996),
rardo Diego*. una nueva recopilación, a modo de poesía com­
pleta, titulada Los mundos y los días. Poesía
CUÉLLAR, Jerónimo de (M adrid, 1622-d. de (1972-1998) (1999), que incluía las poesías de lo
1665) que no llegó a convertirse en libro, El bosque y
Dramaturgo. De la escuela de Calderón*, fue Ca­ otros poemas (1997), que anunciaba el que llega­
ballero de Santiago, secretario del Consejo de las ría a ser Sin miedo ni esperanza (2002). Es autor,
Órdenes y ayuda de cám ara del Rey. Destacan asimismo, de los ensayos Floresta española de
sus obras Cada cual a su negocio y hacer cada varia caballería (1975), Necesidad del mito
uno lo que debe (publicada en la «Biblioteca de (1976), Museo (1978) y El héroe y sus máscaras
Autores Españoles», 1858, vol. 47) y El pa ste­ (1991). Ha traducido obras de Eurípides, Cali­
lero de Madrigal, basada en el proceso a Gabriel maco, Geoffrey de M onmouth, Jaufré Rudel,
de Espinosa tras la desaparición del Rey don Se­ Chrétien de Troyes y María de Francia, y ha edi­
bastián, y que Fernández y González* reescribió tado las poesías de Gabriel Bocángel*.
como novela en 1862.
CUENCA Y VELASCO, Carlos Luis de (M adrid,
CUENCA, Luis Alberto de (M adrid, 1950) 1849-Avila, 1927)
Poeta y ensayista. Perteneciente a la generación Dramaturgo, poeta festivo, libretista y colabora­
de los novísimos*, investigador del Instituto Ne­ dor de prensa. Abogado, debe recordárselo por
brija del CSIC, de cuyo Departamento de Filolo­ obras de teatro como La herencia de un rey
gía fue director, estudió Derecho y Filosofía y (1874), Entregar la carta (1877), las zarzuelas
Letras en la Universidad de Madrid, y se doctoró Franceses y prusianos (1872), Fama inm ortal
en Filología Clásica. Director de la Biblioteca (1874), La tarjeta de Canuto (1876), La divina
Nacional, en la actualidad es Secretario de Es­ zarzuela (1885), De Madrid a la Luna (1886), el
tado de Cultura y ha colaborado en numerosas libreto de la ópera Cristóbal Colón (1892), la
publicaciones especializadas, como Cuadernos opereta Lysistrata (1905), la comedia infantil Pe­
Hispanoamericanos, Prohemio o Poesía, entre p ito Trápala (1916), o los poemas de Alegrías
otras. En su poesía anterior a 1985 conviven el (1900) y Fruslerías selectas (1929).
esteticismo de los mundos míticos, un cierto cul­
turalismo en la búsqueda de la belleza, propio de CUETO, Leopoldo Augusto de (C artagena,
los años setenta, y los elementos narrativos. Pos­ Murcia, 1815-MadrÍd, 1901)
teriormente, a partir de los años ochenta, el inti- Ensayista. Poeta, dramaturgo, crítico e investiga­
mismo y la fuerza de lo cotidiano han dado paso dor, el marqués de Valmar fue mayordomo de pa­
a un lenguaje llano, ajeno a la ornamentación, lacio, académico y tesorero de la Real Academia
233 CULTERANISMO

Española. Deben mencionarse obras ensayísticas y muerte de Borbón, Los siete infantes de Lara y
como Bosquejo historicocrítico de la poesía cas­ La libertad de España por Bernardo del Carpió;
tellana en el siglo xvm (1869) o su edición de las grecolatinas: La muerte de Ayax Telamón, La li­
Cantigas de Alfonso X* (1869), aunque escribió bertad de Roma p or M udo Cévola y La muerte
algunos estudios sobre Quintana* y el duque de de Virginia; de temática contemporánea: El de­
Rivas*. Fue autor, asimismo, de una tragedia, gollado, El tutor, El viejo enamorado y El infa­
Cleopatra, ejemplo de su cultura histórica más mador, célebre por reconocerse en ella un prece­
que de su interés como literato. dente de la figura del don Juan; y fantásticas: La
constancia de Arcelina y El príncipe tirano.
CUETO Y MENA, Juan de (Villanueva de los In­ Aunque se sabe que, en 1595, solicitó licencia
fantes, Ciudad Real, 1604-Cartaaena de In­ para la Segunda parte, hoy el grueso de esa su­
dias?, 1669) puesta recopilación se ha perdido.
Dramaturgo. Uno de los autores más interesantes
del teatro virreinal. Influido por los autos* sacra­ CUEVA Y SILVA, Francisco de la (M edina del
mentales de Calderón de la Barca*, destaca su Campo, Valladolid, 1550?-M adrid, 1628)
coloquio La competencia en los nobles y discor­ Poeta y dramaturgo. Ejerció como jurisconsulto,
dia concordada (1662), en el que la alegoría de participando en litigios entre importantes fami­
los elementos, fuego, aire, agua y tierra, cobra lias de la nobleza española. Sus piezas teatrales
una representatividad fundamental. fueron elogiadas por contemporáneos como
Agustín de Rojas*, Lope de Vega*, que le dedicó
CUEVA, Juan de la (Sevilla, 1543-G ranada, La mal casada (1620), o Cervantes*, si bien solo
1612) se conservan la tragedia Narciso y Farsa del
Dramaturgo y poeta. Se sabe que, tras estudiar en Obispo don Gonzalo (a. de 1587), en la que se
la academ ia de Mal Lara*, marchó con su her­ basa en romances e incorpora sus metros al texto.
mano Claudio — que era inquisidor— a México, Fue autor, además, de una Información del dere­
de donde regresó en 1577. Su labor como poeta cho divino y humano por la Purísima Concep­
muestra una gran proximidad con los modos pe- ción (1625). Los poemas de Cueva y Silva fue­
trarquistas, aunque juegan una gran baza los ele­ ron publicados por Pedro de Espinosa* en su
mentos alegóricos, mitológicos, didácticos y Primera parte de «Flores de poetas ilustres»
satíricos, así como algunos apuntes de la magni­ (Valladolid, 1605).
ficencia épica. Entre sus obras en verso, deben
mencionarse: Obras (Sevilla, 1582) — que recoge CULTERANISMO
sonetos, elegías, canciones, églogas y un Llanto Denominación, empleada por vez primera por
de Venus en la muerte de Adonis— , Viaje de San- Bartolomé Jiménez de Patón*, en la que se ha
nio (1585), Coro feb eo de romances historiales querido ver una tendencia poética que reacciona
(Sevilla, 1587), Conquista de la Bética (1603) y contra los gustos de la masa, del vulgo, y que
poemas como Los amores de Marte, Exemplar hunde sus raíces en el deleite culto de la «verda­
poético (1606), donde expuso en tercetos su teo­ dera poesía» expuesto por un autor como Luis
ría literaria, incluida la dramática, bastante cer­ Carrillo y Sotomayor* en su Libro de Erudición
cana a lo tratado por Lope de Vega* en su Arte poética, que es considerado como una especie de
nuevo, Batalla entre ranas y ratones o el poema «manifiesto» de la doctrina culteranista. Para
genealógico en el que recorre su linaje familiar, Carrillo, el poeta ha de empaparse de fuentes clá­
titulado Historia y sucesión de la Cueva. sicas y mitológicas, y plantear significados ocul­
No obstante, la importancia de Juan de la Cueva tos y que solo puedan ser desvelados por un lec­
radica en su producción dramática, y en que fue tor infinitamente paciente y tan culto como el
el primer autor que entregó a la im prenta textos autor. Esta oscuridad debe ser resultado de la
representados, algo que no sucedía nunca. Sus suma de una complejidad interna de pensamiento
piezas, caracterizadas por una improvisada emo­ y de una elaboración poética extrema. Se trata,
ción y cierto prosaísmo, tienen el mérito de ha­ pues, de un movimiento de minorías que, según
ber llevado a escena por prim era vez los temas Dámaso Alonso*, condensa e intensifica la lírica
de la historia nacional, utilizando como fuente el renacentista. Sus orígenes están en el «mari­
Romancero y las crónicas, si bien su calidad lite­ nismo» italiano, que debe su nombre al poeta
raria resulta más que discutible. Con el título de Giambattista Marino (Nápoles, 1569-1625), y en
La prim era parte de las comedias y tragedias el «eufuismo» inglés, cuyo nombre se refiere a la
(Sevilla, 1583; reeditada en 1588) aparecieron obra Euphues, de J. Lyly (1578-1580), ambos
las catorce obras que hoy conocemos y que sue­ movimientos definidos por la búsqueda de es­
len clasificarse en nacionales y epicolegendarias: tructuras latinizantes, adjetivos rebuscados, me­
La muerte del rey don Sancho, El saco de Roma táforas complicadas, extravagantes agudezas y
CUNILLÉ 234

todo tipo de artificios retóricos. El centro de C alderón de la Barca, M olt novembre (1992),
atención del culteranismo es la poesía, en la que Berna (1992), accésit del Premio Ignasi Iglesias,
pretende renovaciones sintácticas, en la mayoría L afesta (1993), Liberación (1994), Premio de la
de los casos basadas en el uso extremo del hipér­ Crítica, Jóquer (1994), Accident (1995), que ob­
baton, originalidad de vocabulario, nuevas melo­ tuvo el Premi de la Institució Lletres Catalanes,
días del lenguaje y analogías brillantes. El culte­ Instante (1998), accésit del Premio Teresa de
ranismo intenta ejercitar el ingenio, embellecer, León, A niversari (1998), Premio Bom, L ’afer
a través de la metáfora, lo más cotidiano y vul­ (1999), Premi Ciutat d ’Alcoi, La cita (1999), con
gar, y con ello, en definitiva, ocultar el signifi­ la que se presentó en el Festival de Edimburgo,
cado directo de la expresión. En cuanto a los te­ A pocalipsi (1999), Dotze treballs (1999) y Pas-
mas, los autores culteranos solían inspirarse en satge Gutenberg (2000).
la mitología, y utilizaban referencias eruditas a
las literaturas clásica y extranjera. De todo ello, CUNQUEIRO MORA, Alvaro (M ondoñedo,
no obstante, a veces ha quedado un m uestrario Lugo, 1911 -Vigo, Pontevedra, 1981)
de artificiosidades y cultismos con más intención Poeta, narrador, periodista y ensayista. Estudió
que éxito. Muchos de los poemas culteranos es­ en.la Universidad de Santiago de Compostela,
tán repletos de neologismos y arcaísmos que fue director del periódico Faro de Vigo y colabo­
convierten su lectura en ininteligible. rador de numerosas publicaciones españolas,
El representante por antonomasia de esta co­ además de miembro de la Real A cademia Ga­
rriente literaria es Góngora*, que buscó la inti­ lega. Aunque escribió en gallego sus poemarios
midad aristocrática de la «poesía superior». La de juventud, M ar ao norde (1932) y Cantiga
melodía, el misterio y el deleite estético empa­ nova que se chama riveira (1933), más tarde
pan los versos de Góngora hasta extremos que evolucionaría hacia el bilingüismo, creando una
hay quien considera de inusitada belleza formal. obra original, variada y culta, que lo ha conver­
Los dos ejemplos máximos son su Fábula de Po­ tido en uno de los grandes autores de este siglo.
lifemo y Galatea y las Soledades, ambos de Sus dos siguientes libros de poemas, Elegías y
1613. Pero no fue él el único autor que despuntó canciones (1940) y Dona do corpo delgado
en estas prácticas ya que otros le siguieron, entre (1950), abandonaron las primeras influencias su­
ellos el conde de Villamediana*, Trillo y Figue- rrealistas y ahondaron en las métricas más anti­
roa* o el Tirso de Molina* de las composiciones guas de la tradición poética de Galicia. Resulta
líricas. A esta tendencia se opusieron críticos de difícil hablar de géneros en Cunqueiro, pues sus
la época como Pedro de Valencia* y Francisco textos, tremendamente cultos y tan variados
Cascales*, y de ella se burlaron abiertamente como inclasificables, están siempre empapados
plumas insignes como las de Quevedo*, máximo de poesía, de erudición, de la frescura e ironía
exponente de la corriente opuesta, el concep­ propias de un estilo periodístico que domina a la
tismo*, o Lope de Vega*, lo que no consiguió perfección, y de un halo mitológico en el que le­
que su influjo llegase hasta periodos ulteriores yenda y realidad confluyen como un todo de
de la literatura, tales como el simbolismo*, el complejidad y belleza impresionantes. Galicia,
parnasianism o o la poesía pura, en los cuales siempre misteriosa y amada, aparece en sus pá­
se pretende inventar un lenguaje lírico alejado de ginas imbricada en un mundo de referencias aje­
lo común. Autores como M allarmé, Verlaine, nas, como Grecia, la Italia renacentista, Bretaña
Rubén Darío (véase MODERNISMO), los españo­ o el mundo de Las mil y una noches.
les de la Generación del 27* o el cubano Lezama De su obra narrativa, en ocasiones traducida por
Lima intentaron recuperar a Góngora subra­ él mismo al español desde el gallego, destacan,
yando la modernidad de su estilo poético, cer­ además de las semblanzas humanas de persona­
cano a un sistema de valores verbales puros y jes, lugares y hechos populares gallegos de Pai­
alejado de cualquier tendencia de moderación o sajes y retratos (1936), La otra gente (1975) y
verosimilitud. Sería, por el contrario, Antonio Tertulia de boticas prodigiosas y escuela de cu­
Machado* el encargado de censurar cualquier randeros (1976), sus novelas: M erlín y fam ilia
barroquismo o artifíciosidad en lo poético. (1957), Las crónicas de Sochantre (1959), Pre­
mio Nacional de la Crítica, Las mocedades de
CUNILLÉ, LluYsa (Badalona, 1961) Ulises (1960), Cuando el viejo Simbad volviera a
Dramaturga en lengua catalana y española. las islas (1962), Un hombre que se parecía a
Alumna aventajada de Sanchís Sinisterra*, antes Orestes (1969), Premio Nadal, Vida y fu gas de
se había iniciado como autodidacta. Su teatro Fanto Fantini (1972) y El año del cometa (1974).
muestra influencias de su maestro, así como de Fue autor, asimismo, de curiosos textos gastronó­
autores como Carver y Beckett. Destacan sus micos, de entre los que debe mencionarse su
obras Rodeo (1991), galardonada con el Premio Viaje por los montes y chimeneas de Galicia
235 CUSTODIO

(1962), escrito en colaboración con Xosé María y, por otra parte, le hizo volver a su tierra, donde,
Castroviejo*, artículos sobre leyendas gallegas y con el apoyo de Modesto Fernández, consiguió
otras de la mar, recopilados en varios libros, junto un puesto en la Delegación de Hacienda. En 1894
a otros de diversa índole, por Néstor Luján* y Cé­ marcharía a Cuba para dedicarse definitivamente
sar Antonio M olina*, y de un Hamlet (1958) en al periodismo. Sus versos están dedicados por
gallego. Últimamente, se han editado diferentes completo a su tierra, lo que lo ha convertido en
recopilaciones de sus artículos en revistas y pe­ uno de los poetas más queridos de Galicia; no en
riódicos, de las que destacan Fábulas y leyendas vano en 1904 fue coronado poeta en La Coruña y,
de la mar (1982), O reino da chuvia (1993) y Pa­ en 1911, se le erigió un monumento en Vigo. De
peles que fueron vida (1994), entre otros. su obra, destacan su primer poema, «Cantiga»
(1869), célebre por convertirse en una popular
CURIEL, Miguel Ángel (Korbach Valdeck, A le ­ muñeira compuesta por Cesáreo Alonso Delgado,
mania, 1968) los poemarios Aires da miña térra (1880) y O ’di­
Poeta. A unque nacido en Alemania, adonde se vino sainete (1888), y la loa, de tema ficticio, en
habían trasladado sus padres, originarios de Ja­ un acto El Padre Feijoo (estrenada en 1879). Sus
raíz de la Vera, en Cáceres, se trata de un autor artículos periodísticos se editaron en Artículos es­
extremeño que vive en Talavera de la Reina. En cogidos (1911), así como una selección de sus
M adrid estudió G eografía e Historia. Influido mejores páginas apareció bajo el título de Obras
por Holán y Celan, su poesía resulta sugerente y escogidas (1956).
difícil, además de estar basada en la fragmenta­
ción, y en ella hay una teoría del conocimiento CUSTODIO, Álvaro [Muñoz] (Écija, Sevilla,
que remite a la nostalgia, una nostalgia que re­ 1912-Madrid, 1992)
mueve los más profundos dolores. Ha publicado, Dramaturgo y director teatral. Estudió Derecho
además de los libros en prosa Visiones en el re­ y, tras la Guerra Civil, se exilió, para instalarse, a
greso (1993) y Teoría de la ingenuidad en 101 partir de 1944, en México. Allí escribió guiones
cuentos (1996), con el que obtuvo el Premio To­ cinematográficos y dirigió la Compañía de Tea­
más Salvador Ciudad de Palencia, los poemarios tro Español y la de Teatro Clásico. Volvió a Es­
Antología de estrellas (1993), con el que recibió paña en 1979. Su obra, marcada por la crítica
el Premio Ciudad de Palencia, Después de una burlesca al mundo contemporáneo, emplea la
larga enfermedad (1996), que mereció el Premio farsa y el símbolo, así como la recreación de tex­
M ariano Zurita Ciudad de Palencia,- Desintoxi­ tos históricos. Destacan títulos como Llam é­
cación (1997), galardonado con el mismo pre­ mosle X (1943), La borrachera nacional (1944),
mio anterior, y Los bosques del frío (1998), Pre­ Elisa, alma de cántaro (1952), El regreso de
mio Pastora Marcela. Quetzalcóatl (1961), La espía que nunca espió
(1966), Los muñecos no están de acuerdo (1972)
CURROS ENRÍQUEZ, Manuel (Celanova, Orense, (titulada Con la punta de los ojos en su estreno
1851-La Habana, Cuba, 1908) en 1983), El patio de M onipodio (1973), Eva y
Poeta en lengua gallega y periodista. Abogado de don Juan (1982), El sacrificio de Panda-Murti
profesión, marchó a Madrid con el inicio de la re­ (1983) y Los nuevos montes pelados o El mila­
volución de septiembre de 1868, donde se encargó gro de las tres ciruelas (1990). Fue autor, asi­
de las crónicas de la guerra carlista en El Impar- mismo, de numerosas adaptaciones, además de
cial. Colaboró, asim ismo, en diarios como El ensayos, entre los que deben citarse: Notas sobre
País, Ilustración Republicana Federal o El Por­ el cine (1952), Los forjadores del mundo mo­
venir, entre otros, en los que siempre mostró sus derno (1969), Lope, Calderón y Shakespeare:
ideas liberales. Un acontecimiento determinante comparación de dos estilos dramáticos (1969),
en su carrera literaria fue la concesión de un pre­ El regreso a España del refugiado político
mio a tres de sus poemas, en Orense en 1877. (1980) y Singularidad y convencionalismo en el
Este, por un lado, le hizo recuperar la confianza teatro de Juan Ruiz de Alarcón (1983), y de la
en un idioma que había abandonado tiempo atrás, novela M il ochenta y seis demonios (1988).
D
DA CAL, Ernesto [Guerra] (El Ferrol, La Coruña, jando ver en ellos la influencia de Heine, poeta
1911-Lisboa, Portugal, 1994) alemán a quien tradujo. Sus poemas aparecieron
Poeta en lengua gallega y ensayista. Estudió Filo­ en las revistas de la época y se reunieron postu­
sofía y Letras en el Madrid de la Segunda Repú­ mamente en Poesías (1906). Fue autor, además,
blica, donde tuvo relación con grandes intelectua­ de las obras teatrales Magdalena (1855) y Men­
les de la época, sobre todo con Federico García tir a tiempo (1856).
Lorca*, a quien lo unió una gran amistad. Exi­
liado tras la Guerra Civil, se doctoró en Filología DACHS, Ramón (Barcelona, 1959)
Románica en la Universidad de Columbia, en Es­ Poeta en lenguas catalana y española. Licenciado
tados Unidos. Fue, además de un erudito especia­ en Biblioteconomía y Documentación, su obra
lizado en temas portugueses, profesor en diversas supone un alarde de experimentación formal, por
universidades norteamericanas. Defensor de la ejemplo en lo que tiene que ver con la escritura
emancipación de Galicia y de la dignificación del geométrica y fractal. Es autor de los poemarios
gallego como lengua, renunció incluso a su na­ Obagues (1985), Fosca endins (1993), Vacant
cionalidad española y, en 1977, tras su jubilación, (1995), Cima branca (1995), Cuadem rimbaldia
se trasladó a vivir a Portugal, a cuya Academia de o La intertextualitat generativa (1996), Blanc
Ciencias de Lisboa perteneció. Vivió en Estoril (1998), Libre d ’amiga (1998), Poemas mínimos
hasta su muerte. Está considerado el primer poeta (1999) y Libro de amiga seguido de Fronda
gallego que se ocupó de temas universales en di­ adentro (2002), en edición bilingüe.
cha lengua, así como el iniciador del reintegra-
cionismo moderno. Fue autor de los poemarios DADAÍSMO
Lúa de Além-M ar (1954), Poemas (1961), Rio de Movimiento artístico de vanguardia (véase VAN­
sonho e tempo (1962), Motivos de eu (1966), Fu­ GUARDISMO), fundado por el escritor rumano
turo inmemorial (1985), Deus, tempo, morte, Tristan Tzara en 1916 en Zurich. En ese año,
amor e outras bagatelas (1987), Seis poemas de abrió sus puertas en la ciudad suiza el centro de
Rosalía de Castro (1988), Espelho cegó (1990) y entretenimiento artístico Cabaret Voltaire, en el
Caracol ao Por do Sol (1992). De sus trabajos cual se reunían una serie de creadores refugiados
críticos, hay que destacar Lingua e estilo de Ega durante la guerra. Se trataba de artistas venidos de
de Queiroz (Coimbra, 1954), la antología Litera­ todas partes, con lo que el carácter de aquellas
tura del siglo XX (Nueva York, 1955) y Bibliogra­ reuniones resultaba sumamente intemacionalista,
fía metódica y anotada de Ega de Queiroz, prece­ talante fundamental que habría de determinar el
dida de un esbozo biocrítico (Coimbra, 1962), a deseo del grupo de integrar las diversas artes: la
los que hay que añadir su participación, en 1956, música al teatro o la pintura al ballet. Todos ellos
en el Diccionario das Literaturas Portuguesa, desdeñaban a una clase que, además de conside­
Galega e Brasileira. No debe olvidarse su gramá­ rarla responsable de la situación bélica que vivía
tica española, preparada en colaboración con Ber- Europa, representaba valores culturales y lógicos
nard Levy, A Grammar o f Everyday Spanish burgueses provenientes del siglo xix. De ahí que
(Nueva York, 1950). la propuesta dadaísta, ya desde el Primer mani­
fiesto de Tzara en 1918, se planteara en términos
DACARRETE, Ángel María (Puerto de Santa M a ­ destructivos: se formulaba contra una lengua que
ría, Cádiz, 1827-Madrid, 1904) establecía jerarquías de poder y contra la palabra
Poeta. Discípulo de Lista* y precursor de Béc- como mercancía. El lema originario que utiliza­
quer*, escribió versos populares e intimistas, de­ ron fue «Dadá». Las pretensiones de este plan­
DALÍ Y DOMÉNECH 238

teamiento mantienen una relación fundamental las últimas consecuencias de su investigación su-
con la elección del término mencionado; con él perrealista: el método paranoico-crítico, consis­
se quiere representar la insignificancia, la inani­ tente en usar la alucinación y la ilusión para con­
dad sonora, la abolición de la lógica, el valor de vertir los objetos cotidianos en la iconografía de
la contradicción, la inconsecuencia y lo grotesco. los temores y los deseos, método contrario al de
En cuanto al origen del término, puede decirse la escritura automática. Asimismo, sus diarios se
que los propios dadaístas reconocían haberlo en­ publicaron bajo el título de Diario de un genio
contrado — con su sentido de baratija, juguete— (1987), aunque ya habían aparecido en 1964 en
en un diccionario francés. Los dadaístas propo­ París como Journal d ’un génie, y debe mencio­
nían la ruptura del léxico, los juegos del sinsen- narse un libro publicado en Londres en 1958
tido y las agresiones contra las estructuras mor­ — edición bilingüe en inglés y francés— , titulado
fológicas y sintácticas imperantes. La poesía Dalí on M odem Art: the Cuckolds o f Antiquated
debía surgir de los sonidos y fonemas en liber­ Modern Art, en el que se recogen sus opiniones
tad, algo próximo a la defensa de la onomato- sobre sus contemporáneos. ¿Por qué se ataca a
peya auspiciada por el futurismo*. Lo cierto es la Gioconda? (1994) recoge artículos suyos de
que, aunque su influencia se extendió por diver­ diversas épocas e inspiraciones.
sos países europeos y por Estados Unidos a par­
tir de la Primera Guerra Mundial, el movimiento DANVILA, Alfonso (M adrid, 1879-París?,
gozó de una vida efím era. Instalados en París 1945)
desde 1919 hasta 1921, las diferencias entre Novelista. Diplomático de profesión, viajó por
Tzara y Bretón, con quien se contaba habitual­ Europa e Hispanoamérica, llegando a ser nom ­
mente en la revista Littérature — órgano de difu­ brado por la República em bajador en París en
sión del dadaísmo— , llevaron a la disolución del 1931. Autor de novelas y de estudios históricos,
grupo, grupo que jam ás se había considerado en ambos casos el interés documental y la pulcri­
como tal debido a las comunes fobias contra tud de su estilo literario conviven generando una
cualquier proyecto organizativo. 1922 sería la fe­ unidad. Destacan sus obras: Las luchas fratrici­
cha oficial para el fin del movimiento; en ese año das de España (10 vols.), imitación de los Episo­
Tzara leyó la oración fúnebre del dadaísmo. A dios nacionales de Galdós*, Lully Arjona (1901),
pesar de la poca vida del movimiento, su influen­ La conquista de la elegancia (1901), el drama
cia ha sido trascendente en toda la literatura Nina la loca (1903) y los relatos de Cuentos de
del xx: aparte las obras geniales que dejó por sí la infanta (1905).
mismo — no será fácil olvidar nombres como
Duchamp, Aragón o Picabia, además de los ya DANZA DE LA MUERTE
citados— , indujo a los artistas posteriores a de- La Danza de la M uerte es un tipo de sátira so­
sacralizar el arte, una actitud gracias a la cual cial, de carácter colectivo, que se sitúa frente a
este se ha visto incendiado a lo largo del siglo la sátira política del siglo xv, concreta y perso­
por postulados que han servido para dinamizar nal, representada por las Coplas de ¡Ay, pan a ­
cualesquiera creaciones subsecuentes. dera!*, de M ingo Revulgo* y del Provincial*.
Esta Danza es una versión castellana de un tema
DALÍ Y DOMÉNECH, Salvador (Figueras, G e ­ de amplia difusión tanto en la literatura como en
rona, 1904-Barcelona, 1989) las artes plásticas durante los siglos xiv y xv: la
Pintor y teórico del surrealismo*. Destacó en el muerte personificada llama a todos los estados y
mundo de la literatura como poeta y novelista. clases sociales del mundo para participar en su
Amigo de Luis Buñuel* y de Federico García danza macabra. Este género se define por dos
Lorca*, desde que se conocieron en la Residen­ rasgos fundamentales: su significación democrá­
cia de Estudiantes de Madrid, se unió a las filas tica (muerte niveladora) y el cambio de perspec­
surrealistas en 1929, si bien ya en 1928 había tiva ante la muerte que experim enta el hombre
participado en el Manifiesto antiartístico catalán. de finales del xv, un siglo en el que la muerte se
Publicó artículos en diferentes revistas, como ha convertido en una angustiosa obsesión como
Minotauro, y colaboró con Buñuel en las pelícu­ consecuencia de la sustitución que el hombre ha
las Un perro andaluz (1929) y La Edad de Oro ido haciendo de la antigua imagen ascética y
(1930). Destacan sus obras Vida secreta (1942), cristiana de la muerte por una interpretación pa­
Rostros ocultos (1944), su aportación más im­ gana que valora los aspectos de la vida y que es
portante al mundo de la novela, Manifiesto mís­ propia ya del Humanismo renacentista.
tico (1951) y El mito trágico del «Angelus» de Se conservan dos versiones de la Danza: una
Millet (1963), además de Los cornudos del viejo castellana, en un único manuscrito en El Esco­
arte moderno (1986). En 1977 apareció una se­ rial, que consta de setenta y nueve estrofas, en
lección de sus escritos en Sí, donde se aprecian octavas de arte mayor, y treinta y tres personajes,
239 DECHEPARE

cuya redacción data de mediados del xv y que se tante; se trata de una muerte que no avisa a nadie
supone im portación europea por vía erudita de y de la que nadie se libra, una muerte que nadie
un antecedente francés o latino, y otra sevillana, desea, pero que se debe aceptar y que implica el
de 1520, de ciento treinta y seis estrofas y cin­ cumplimiento de unos principios que vienen da­
cuenta y ocho personajes que consta de numero­ dos por el poder. Esto es precisamente lo que
sas variantes. En ambos casos se discute si era neutraliza, por medio de la inmovilidad de un
posible su escenificación o representación. El sistema sacralizado por el sistema moral divino,
original se compuso en los siglos xiv o xv, y se lo que de revolucionario pueda tener la obra. Es­
produce en un marco de crisis europea donde la tructuralmente, hay una introducción que sirve
muerte, dadas las guerras, los desequilibrios eco­ para que el narrador moralice. En cuanto a la crí­
nómicos, el hambre o la peste negra de 1348, es tica social que encierra, esta se dirige, sobre
una constante. Existen dos teorías sobre el ori­ todo, contra la incipiente burguesía, contra los
gen de la Danza: de un lado, Francia y Alemania nobles y contra el clero, aunque se salva el monje
tienen una larga tradición de danzas macabras, lo benedictino al estar aislado del esquema social.
que conduce a la ya mencionada hipótesis de la
importación europea por vía erudita; de otro, está DARÍO, Rubén -> Véase MODERNISMO.
la teoría arabista, basada en el hecho de que la
muerte, además de ser un lugar común en la lite­ DE DIEGO, Estrella -»Véase DIEGO, Estrella de.
ratura árabe, se presenta personificada (diálogo),
mientras que en las otras el muerto habla consigo DE LA FUENTE, Inmaculada -> Véase FUENTE,
mismo (monólogos yuxtapuestos). Por lo que Inmaculada de la.
respecta al problema de la escenificación, se sabe
que las europeas sí se representaban, aunque, en DE GREGORIO, Ernesto -> Véase G REG O RIO ,
cuanto a la castellana, Menéndez Pelayo* piensa Ernesto de.
que era más literaria y que, por tanto, estaba des­
tinada a ser leída, si bien otras hipótesis se refie­ DE LAS HERAS, Moisés -> Véase HERAS, Moisés
ren a la posibilidad de ser representada gracias a de las.
las fórmulas de representación. Sin embargo, hay
que señalar, en favor de la imposibilidad de ser DE HÉRIZ, Enrique -> Véase HÉRIZ, Enrique de.
representada, la rígida disposición estrófica, la
inexistencia de diálogo propiamente dicho (ca­ DE LA IGLESIA, Juanjo ->Véase IGLESIA, Juanjo
rencia de réplicas) y el número desmesurado de de la.
personajes, datos todos ellos que parecen apoyar
la idea de que estaba destinada a la lectura. DE JUAN, José Luis ->Véase JUAN, José Luis de.
Aunque ya he advertido el carácter democrático
del género, debe señalarse que existen aspectos DE ORY, Carlos Edmundo -» Véase ORY, Carlos
medievales como el mantenimiento del sistema, Edmundo de.
aunque pueda expresarse la insatisfacción. Sin
duda, la Edad Media está en crisis, pero la orga­ DE PRADA, Juan Manuel ->Véase PRADA, Juan
nización social es todavía fuerte, ya que la teoría Manuel de.
del derecho divino no ha perdido validez. Se va
dando, como queda dicho, un cambio de posi­ DE PRADA SAMPER, José Manuel -> Véase
ción ante la muerte: para el hombre medieval era PRADA SAMPER, José Manuel de.
una liberación y un salto hacia la eternidad (Gon­
zalo de Berceo*), mientras que en el siglo xv es DE LA ROSA, Julio Manuel de La -> Véase
una angustiosa obsesión porque hay nuevos mo­ ROSA, Julio Manuel de la.
tivos para vivir. De tal suerte, se regodea en lo
macabro y se produce una rebeldía frente a la DECHEPARE, Bernat (siglo xvi)
muerte (materialismo). Aparecen temas como el Importante poeta de la literatura vasca, poco se
Ubi sunt?, el De putridune cadaverum o el M e­ sabe de su vida, salvo que fue quizá párroco de
mento morí, y en la Danza castellana se aprecian Sant M ichel le Vieux y que estuvo prisionero
una serie de peculiaridades, como el hecho de por un asunto político relacionado con la
que esté más próxima al tema social que a lo ma­ disputa del Reino de Navarra entre 1522 y 1535.
cabro, aunque se mantiene el goce despiadado en Fue un hombre culto y creyente de quien se con­
el triunfo de la destrucción. Personajes particula­ serva un ejemplar de su libro Linguae Vasconum
res son rabí y alfaquí, a los que hay que añadir el Primitiae, per Dominum Bernardum Dechepare
de la propia muerte, quien se presenta a sí misma Rectorem Sancti Michaélis Veteris (1545), com­
como una realidad intemporal y como una cons­ puesto de poemas am atorios y religiosos, en
DEFARGES 240

cuaderna vía, en los que la fe, la defensa de las DELGADO, Fernando [González] (Santa Cruz
mujeres y la descripción de los sufrimientos del de Tenerife, 1947)
enamorado conviven con un vasquism o m ili­ Novelista y poeta. Estudió Filosofía y Letras y
tante, ya que defiende, en su prólogo, la necesi­ Periodismo en la U niversidad Com plutense de
dad de los vascos de expresarse en su propia Madrid, ciudad a la que se trasladó en 1971. Ha
lengua. colaborado en diferentes diarios, además de diri­
gir Radio Nacional de España y encargarse de la
DEFARGES, Ricardo (Barcelona, 1933) programación general de Radio Exterior de Es­
Poeta. Su obra, rigurosa e individualista, expresa paña. Fue consejero de Radiotelevisión Española
la experiencia amorosa y la soledad, así como y dirigió y presentó los informativos de esta ca­
sus relaciones con la naturaleza. Destacan sus dena, después de lo cual volvió a la radio, donde
poemarios El arbusto (1963), Poesía. 1956-1973 en la actualidad trabaja en la Cadena SER. Autor
(1974), Del tiempo extraño (1979), Antología que trata de conciliar las exigencias literarias de
poética (1985) y Con la luz que declina (1991). la literatura pura, más atenta al modo de narrar
que a los sucesos narrados, con las del público,
DEL CASTILLO, Michel -+ Véase CASTILLO, Mi- su obra muestra argumentos en los que las pasio­
chel del. < nes, las relaciones humanas, los misterios, la in­
triga, vienen presentados con medios en los que
DEL POZO, Raúl -»Véase POZO, Raúl del. se entrevé un buen hacer literario, si bien cons­
treñido por esa excesiva dedicación al lector. De
DEL RÍO SAINZ, José -»Véase RÍO SAINZ, José tal suerte, sus textos resultan cultos y especulati­
del. vos, en gran medida complejos, con mucho de lí­
ricos, aunque con enrevesamientos arguméntales
DELEITO Y PIÑUELA, José (M adrid, 1879- que acaso busquen la continuidad de una intriga
1957) más atenta al lector que a la literatura misma. Por
Historiador y ensayista. Fue catedrático de His­ lo que respecta a su poesía, cabe decir que, desde
toria en la Universidad de Valencia y destacan una aparente sencillez, con la que pretende el
sus estudios de los periodos de Felipe IV y Fer­ acercamiento del lenguaje al lector, está formada
nando VII, casi siempre de carácter divulgador, por retazos apasionados de su biografía. Ajeno a
basados muchos de ellos en las obras literarias la estética de los novísimos, a la que pertenece
de la época. Deben mencionarse, no obstante, tí­ generacionalmente, su poesía se sitúa en la estela
tulos como El sentimiento de tristeza en la lite­ de Lázaro Santana*, si bien desarrolla una vía
ratura contemporánea (1911), Estampas del realista propia, cínica y a veces desolada, al mar­
Madrid teatral fin de siglo. I. Teatros de decla­ gen de modas y estéticas colectivas, con mucho
mación (¿1946?), Origen y apogeo del «Género de narratividad. Como ha señalado Luis Antonio
chico» (1949). de Villena*, la poesía de Delgado se caracteriza
por un vitalismo que no nace de un optimismo
DELFÍN, David [Málaga, 1968) vacuo, sino de la meditación de sus experiencias
Poeta. Autor en cuyos versos la desazón de vivir personales y en la que se mantiene un equilibrio
se manifiesta, de modo fuertemente racionalista, constante entre el irracionalismo y la búsqueda
a través del paso del tiempo y de la violencia con metafísica. El yo escénico y el yo reflexivo ad­
que la memoria nombra lo perdido. Influido por quieren papeles contrastados en el verso, que
Vicente Aleixandre* y Juan Ramón Jiménez*, ahonda en la tensión dramática emotiva que sos­
destaca su poemario Alrededor (1999). tiene la rememoración y el relato del presente.
Ha escrito las novelas Tachero (1973), Premio
DELGADO, Agustín (León, 1941) Benito Pérez Armas, Exterminio en Lastenia
Poeta. M iembro del grupo que editó la revista (1980), de carácter experimental y con la que ob­
Claraboya, en el que destacó Luis Mateo Diez*, tuvo el Premio Pérez Galdós, Ciertas personas
reivindica la pasión y el vitalismo en unos ver­ (1989), Háblame de ti (1993), Escrito por Luz­
sos neorrománticos que, con un carácter existen- bel (1998), ambientada en el siglo xvm , La m i­
cial, muestran una profunda preocupación so­ rada del otro (1995), con la que obtuvo el Pre­
cial. Son sus poemarios: El silencio (1967), mio Planeta y que fue llevada al cine por Vicente
Nueve rayas de tiza (1968), Cancionero civil Aranda, No estabas en el cielo (1996) e Isla sin
(1970), Aurora boreal (1971), Espíritu áspero mar (2002). Deben mencionarse, asimismo, sus
(1974), Antología (1979) y De la diversidad poemarios Proceso de adivinaciones (1981), Au­
(Poesía 1965-1980) (1983), en el que se incluyó tobiografía del hijo (1995) y Presencias de ce­
el inédito Discanto. Es autor, además, de La poé­ niza (selección poética a tres voces) (2001); el
tica de Luis Cernuda (1975). ensayo Cuatro ejemplos para una nueva socie­
241 DELGADO VALHONDO

dad canaria (1985) y la colección de artículos taca M adrid Cómico, con artículos satíricos y
Cambio de tiempo. Nubes y claros en el diario poemas festivos. Fundó la Sociedad de Autores
de un testigo (1994). Españoles y, de su extensa obra — fue autor de
más de cien títulos— , deben destacarse las pie­
DELGADO, Jacinto María (siglo xvm) zas teatrales La clase baja (1890), La baraja
Novelista. Pertenece al grupo de autores que uti­ francesa (1890), El toque de rancho (1891), El
lizaron a los personajes del Quijote para sus ama de llaves (1893), La zarzuela nueva (1897),
obras. Destaca su obra Adiciones a la historia del Lucha de clases (1900), en colaboración con Joa­
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha... quín Abati*, al igual que Tierra por medio
(1786), de gran éxito y en la que es relevante la (1901), y El paraíso de los niños (1905), esta es­
crítica social que practica. crita con Carlos Arniches*. Deben mencionarse
títulos poéticos como Pólvora sola (1888),
DELGADO, Jaime (Madrid, 1923) Alm endras amargas (1888) y Lluvia menuda
Poeta. Catedrático de Historia de América en la (1895), así como el libro de memorias Mi teatro
Universidad de Barcelona y de la Complutense (1905).
de Madrid, además de diversos estudios sobre su
especialidad —La independencia de América en DELGADO BENAVENTE, Luis (Getafe, M adrid,
la prensa española (1949), España y México en 1915)
el siglo xix (1953; 3 vols.), Introducción a la His­ Dramaturgo. Licenciado en Filología Románica
toria de Am érica (1957) o La A mérica contem ­ por la Universidad de Madrid, ha sido profesor
poránea (1972), entre otros— y de ensayos so­ de Literatura. Destacan, en su producción, piezas
bre los cronistas americanos, destacan sus teatrales como Días nuestros (1951), Premio
poemarios Hombre de soledad (1950), Memoria Calderón de la Barca, Tres ventanas (1952), ga­
del corazón (1957), Premio Ciudad de Barce­ lardonada con el Premio Ciudad de Barcelona,
lona, El libro de Segovia (1966), Premio de la Jacinta (1952), La voz de dentro (1953), Presa­
D iputación Provincial de Segovia, Lo nuestro gio (1954) y Media hora antes (1955), con laque
(1966), Premio Nacional de Literatura Hermanos obtuvo el Premio Lope de Vega. Asimismo, es
Machado, y Bajo el signo de Aries (1969). autor de guiones para el cine y la televisión, y ha
publicado relatos en diferentes revistas, así como
DELGADO, Javier (Zaragoza, 1953) el libro de narraciones El samovar hierve (1952).
Narrador. Se trata de un autor de estilo lento y ela­
borado, que gusta de los componentes fantásticos DELGADO VALHONDO, Jesús (M érida, Bada­
en la misma medida que, de pronto, rompe hacia el joz, 1911-1993)
realismo* más absoluto al abordar la Guerra Civil Poeta y narrador. Además de algunos cursos de
española sin escrúpulos y sin ocultar su radical iz- Farmacia, estudio la carrera de Magisterio, pu­
quierdismo. No obstante, ese cambio se produjo blicó numerosos poemas sueltos en la prestigiosa
solo en la novela Memoria vencida (1992), a la que revista Garcilaso y participó en la fundación de
siguió la tetralogía sobre el aprendizaje de vivir la revista Alcántara. Su poesía, muy elogiada por
iniciada con Cada vez infancia (1996), que tuvo su Juan Ramón Jiménez*, conjuga los elementos
continuidad en Jardines infinitos (2000) y que su­ intimistas, de cierto regusto modernista (véase
pone un proyecto literario de enorme envergadura MODERNISMO) y sencillez emotiva, con la soli­
y valor artístico. En él, una suerte de actualización daridad social, todo ello a través de un lenguaje
del concepto de égloga idílico-pastoril, aparece la minucioso y de concreta precisión. En sus versos
obsesión del amor y el sexo, pero a través de una están presentes cuestiones como la angustia reli­
mirada que, recreándose en el lenguaje y a través giosa y el misterio de la vida y la muerte, así
de un registro culto que viene del conceptismo* como su tierra, vista desde una sentida y melan­
barroco, aborda descripciones de espacios, lengua­ cólica mirada. Deben citarse poemarios como:
jes y emociones relacionados con ese amor, a fin Hojas húmedas y verdes (1944), El año cero
de desentrañar las emociones juveniles, usando de (1950), La esquina y el viento (1952), La muerte
la ironía para tratar el componente místico del pro­ del momento (1953), Yo soy el otoño (1953),
ceso amatorio, así como la melancolía que induce Canto a Extremadura (1956), La montaña (1957),
a la gravedad. Es autor, asimismo, del libro de re­ Primera antología (1961), Secreto de los árboles
latos Érase una vez una niña... (1987). (1963), ¿Dónde ponemos los asombros? (1969),
Cenas de Dios en el almendro (1971), Cerrada
DELGADO, Sinesio (Támara, Patencia, 1859-Ma- claridad (1973), La vara del avellano (1974), la
drid, 1928) antología Entre la yerba pisada queda noche por
D ramaturgo y poeta. Estudió M edicina y cola­ pisar (1979), Un árbol solo (1979), Inefable do­
boró en diferentes publicaciones, de las que des­ mingo de noviembre (1982) y Ruiseñor perdido
DELIBES 242

en el lenguaje (1987). Sus cuentos han aparecido obsesión por la muerte de su protagonista y en el
bajo los títulos de Cuentos y narraciones (1975), aislamiento a que esta circunstancia le conduce.
Ayer y ahora (1978) y Abanico (1986). En 1988 A esta siguieron Aún es de día (1949), quizá en
se editaron sus Obras completas. exceso tremendista, El camino (1950), en la que
se aprecia ya la depuración estilística que lo ha
DELIBES, Miguel (Valladolid, 1920) convertido en uno de los grandes narradores del
Novelista. Tras estudiar el bachillerato, Miguel siglo xx, Mi idolatrado hijo Sisí (1953), las ya
Delibes Setién luchó como voluntario en la Gue­ mencionadas Diario de un cazador y Diario de
rra Civil, al término de la cual se licenció en De­ un emigrante, La hoja roja (1959), una original
recho, Comercio y Periodismo. Se ha dedicado a propuesta dialogada en la que el centro de inte­
la enseñanza del Derecho Mercantil, asignatura rés es la incomunicación humana, Las ratas
de la que fue catedrático en la Escuela de Comer­ (1962), donde aparecen con claridad sus críticas
cio de Valladolid, simultaneando esta actividad sociales y la denuncia de las condiciones de vida
con la literatura y el ejercicio del periodismo. En de los aldeanos castellanos, Cinco horas con M a­
1945 entró en la redacción de El Norte de Casti­ rio (1966), nueva experiencia narrativa en la que
lla, periódico del que más tarde sería director, si Delibes se deja influir por los nuevos caminos
bien ha colaborado en numerosas publicaciones. estructurales abiertos tras la publicación de
Es académico de la Lengua desde 1973. Los te­ Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos*, Pa­
mas preferidos de Delibes, cuyo español es lu­ rábola del náufrago (1969), sobre la pérdida de
joso, de oro, preciso, suelen ser la infancia y los personalidad en el refugio de la masa aborre­
personajes elementales, primitivos, así como la gada, El príncipe destronado (1973), Las gue­
pérdida de autenticidad de los individuos por rras de nuestros antepasados (1975), novela oral
culpa de la educación. Sus novelas, etiquetadas a en la que se aprecian las consecuencias de la
menudo como «novelas de personajes», demues­ Guerra Civil, algo recurrente en otros libros su­
tran un profundo interés por la revitalización de yos, El disputado voto del señor Cayo (1978),
los valores humanos y los problemas de los opri­ Los santos inocentes (1981), una denuncia sobre
midos, así como por la relación entre el hombre la opresión de los labradores, Cartas de amor de
y la naturaleza, algo que queda patente en su afi­ un sexagenario voluptuoso (1983), donde de
ción al deporte y a la caza, prácticas desde luego nuevo la soledad y la incomunicación se convier­
en absoluto gratuitas en Delibes, ya que, además ten en temas centrales, El tesoro (1985), 337 A,
de ser entendidas por él como un vehículo de madera de héroe (1987), Señora de rojo sobre
unificación entre la naturaleza y el hombre, han fondo gris (1991), Coto de caza (1992) y El he­
dado lugar a gran número de obras, entre las que reje (1998), que es su primera incursión en la no­
se cuentan La caza de la perdiz roja (1962), El vela histórica. Son importantes también sus li­
libro de la caza menor (1964), Con la escopeta bros de relatos La partida (1954), Siestas con
al hombro (1970), Aventuras, venturas y desven­ viento sur (1951) y Viejas historias de Castilla la
turas de un cazador a rabo (1977), Mis amigas Vieja (1969; reed., 1997), a los que hay que aña­
las truchas (1977), Dos días de caza (1980), Las dir Tres pájaros de cuenta y tres cuentos olvida­
perdices del domingo (1981), £/ otro fútbol (1982) dos (1982), libro de cuentos que en su día le en­
o Mi vida al aire libre (1989), a las que hay que cargara Esther Tusquets*, publicado en una
añadir la antología de textos cinegéticos Un caza­ colección infantil y que en 2003 se reeditó en su
dor que escribe (1994). Es la caza, precisamente, auténtica condición de obra también para adul­
el motivo central de dos de sus grandes novelas: tos. Además de todos estos títulos, deben men­
Diario de un cazador (1955), con el que obtuvo el cionarse las adaptaciones para el teatro, realiza­
Premio Nacional de Literatura, y Diario de un das por él mismo, de algunas de sus obras, como
emigrante (1958), lo que demuestra la relevancia las de Cinco horas con Mario, estrenada en
de esta actividad en su vida, hasta el extremo de 1979, La hoja roja, en 1986, y Las guerras de
que el propio Delibes ha afirmado que él es «un nuestros antepasados, en 1990, así como textos
cazador que escribe». Asimismo, en sus páginas de naturaleza biográfica, viajera, periodística o
queda clara la obsesión por un lenguaje que ha de testimonial — además de los ya citados a propó­
venir del pueblo, un lenguaje sencillo, claro, mi­ sito de su interés por el deporte y la caza— ,
nucioso y exacto, además de evidenciarse en ellas como son Un novelista descubre Am érica
la importancia que concede al diálogo, manejado (1959), Pegar la hebra (1960), Por esos mundos
con una habilidad fuera de lo común. (1961), Europa: parada y fo n d a (1963), USA y
Su producción novelística, muy numerosa, se yo (1966), La prim avera de Praga (1968), Un
inicia, no obstante, con la novela La sombra del año de mi vida (1972), Dos viajes en automóvil
ciprés es alargada (1948), por la que recibió el (1982), La censura en los años 40 (1984) y Cas­
Premio Nadal, relato existencial centrado en la tilla habla (1986). En 1994 publicó una recopila­
243 DIÁLOGO

ción de fragmentos de sus obras, capítulos de no­ DENIZ, Gerardo (Madrid, 1934)
velas y relatos cortos, dedicados al mundo de la Poeta. De verdadero nombre Juan Almela, se
infancia, titulada Los niños, y, en 1995, una exilió en México desde 1944 y ha sido traduc­
nueva novela. Diario de un jubilado, en la que el tor y editor. Deben recordarse sus poemarios,
protagonista vuelve a ser Lorenzo, el mismo que donde m ezcla lo conceptual y los elementos
lo fuera de las mencionadas Diario de un caza­ clásicos: Adrede (1970), Gatuperio (1978), En­
dor y Diario de un emigrante. Posteriormente, roque (1986), Picos Pardos (1987), Grosso
aparecieron He dicho (1996), una nueva edición modo (1988), M undos nuevos (1991) y Amos
de La caza de la perdiz roja (1997), librito en el oxídente (1991).
que habla de sus andanzas de caza con un perso­
naje que en realidad lo acompañó en infinidad de DENUESTOS DEL AGUA Y EL VINO -> Véase
cacerías, un tal El Barbas, y Correspondencia, RAZON DE AMOR.
1948-1986 (2002), que recoge la que mantuvo con
Josep Vergés, su editor en Destino. Además del DESCLOT, Bernat (se g u n d a m ita d d e l sig lo xiii)
Premio Nadal, al que ya nos hemos referido, Mi­ Cronista. Se ha especulado mucho sobre su ver­
guel Delibes ha recibido los premios Príncipe de dadero nombre, al no aparecer como Desclot en
Asturias, 1982, el Ciudad de Barcelona de 1987 y, los documentos de los siglos xiii y xiv, de ma­
en diciembre de 1993, el Premio Cervantes. nera que se ha pensado que pudiera tratarse de
Bernat Escrivá, debiéndose el cambio a algo fre­
DELICADO, Francisco (?, h. 1485-?, d. de cuente en la época: sustituir el oficio por la pro­
1535) cedencia, en este caso el castillo de Es Clot en el
Novelista. Los datos que conocemos del extrava­ Rosellón. Es el principal cronista de la más anti­
gante autor de La Lozana andaluza son los que gua de las crónicas catalanas: Llibre del rei en
él mismo ha proporcionado en su obra. Así, sa­ Pere d ’Aragó e deis seus antecesors passats (h.
bemos que nació en la diócesis de Córdoba, y no 1283-1288), en la que, con una lengua rica mez­
en Martos, Jaén, de donde a veces se confiesa na­ clada con rasgos dialectales del Pirineo oriental,
tural, que estudió con Nebrija, que se ordenó sa­ se cuenta la vida de los reyes de la Corona de
cerdote, que vivió en Roma, ciudad que aban­ Aragón hasta Pedro el Grande.
donó por miedo a las represalias tras el saqueo
de las tropas españolas, y en Venecia y que pade­ DESCLOT, Miquel (Barcelona, 1952)
ció la sífilis. Su obra fundamental es el Retrato Narrador y poeta en lengua catalana. Seudónimo
de la Lozana andaluza (fechada en 1524 y publi­ de Miquel Creus i Muñoz, es traductor de Pe­
cada en Roma en 1528), donde, de forma dialo­ trarca y Shakespeare al catalán y ha sido profe­
gada, al estilo de la Celestina, se cuentan las vi­ sor universitario en Inglaterra entre 1975 y 1992.
cisitudes de Lozana, su protagonista, en la Roma Colaborador con diferentes músicos y composi­
corrompida de los años anteriores al Saco. Es im ­ tores, al catalán ha traducido y adaptado, asi­
portante ya que supone un profundo análisis de mismo, textos de obras de Stravinsky y Schón-
las costumbres del Renacimiento y de los tipos berg. Aunque es autor para adultos, se le conoce
de la época con un realism o absolutamente no­ en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, en
vedoso, además de ofrecer un castellano desco­ el que destaca por el concepto lúdico que im ­
nocido en el que predominan los términos colo­ pregna todos sus textos, entre los cuales destacan
quiales referidos a la sexualidad, así como La flauta mágica y La cangó més bonica del
elementos de la sabiduría popular. Puede ha­ món. Con Més música, mestre! (2002), conjunto
blarse de una contribución a la picaresca* en el de adivinanzas y poemas sobre los más variados
personaje de Rampín, el mancebo de la protago­ asuntos, obtuvo el Premio Nacional de Literatura
nista. Entre su variada obra, además de la que lo Infantil. Entre sus poemarios destacan: Com si
ha hecho célebre, deben mencionarse un manual de sempre (1994), Per tot coixí les herbes (1995)
de sacerdotes, escrito en italiano, Specchio vul- y Saps la térra on floreix el llimoner? Dante, Pe­
gare p er li Sacerdoti (Roma, 1525), un estudio trarca, Michelangelo (1999).
médico, hoy perdido, titulado De consolatione
infirmorum (Roma, 1525), un tratado sobre el ¡DI, PANADERA! -> Véase COPLAS DE ¡AY, PA­
único rem edio conocido entonces contra la NADERA!
sífilis, Modo de adoperare el legno de India Oc-
cidentale (Venecia, 1530), y las ediciones actua­ DIÁLOGO
lizadas y corregidas que llevó a cabo de la Tra­ Género literario, ya sea en prosa o en verso, en el
gicomedia de Calisto y Melibea (1531), Amadís que se establece una polémica entre dos o más
de Gaula (1533) y el Primaleón (1534), del ciclo personajes. Su origen está en los Diálogos plató­
de Palmerín. nicos y, particularmente en España durante el si­
DIAMANTE 244

glo xvi, a causa del erasmismo imperante, se ex­ roicos gozan de un carácter peleón desconocido
tendió como forma usual de la literatura de ca­ hasta entonces, acaso tomado del suyo propio.
rácter didáctico. Pero no solo con Platón puede Otras obra son: La judía de Toledo, basada en un
relacionarse el diálogo; durante los primeros si­ poema de Luis de Ulloa* e influida por Mira de
glos del cristianism o, este sirvió como m eca­ Amescua* — hay quien afirma que, en realidad,
nismo difusor de las ideas religiosas, así sucede no es de Diamante sino de este último— , El va­
en los diálogos de san Jerónimo en el siglo v o lor no tiene edad, centrada en la figura de García
en algunas obras de san Agustín. Será en la Edad de Paredes, conocido como el Sansón extre­
Media cuando el diálogo sirva para el análisis re­ meño, Santa Teresa de Jesús, Cuánto mienten los
tórico o las exposiciones alegóricas. No obstante, indicios y el ganapán de desdichas, otras sobre
es con el humanismo y su desarrollo renacentista historia extranjera, tal es el caso de La reina Ma­
en Italia cuando el diálogo se convierte en una ría Estuardo, las religiosas, entre las que se
forma de expresión predominante; destacan en­ cuentan La devoción del Rosario — imitación de
tonces autores como P. Bembo, N. Maquiavelo, La devoción de la Cruz de Calderón— , o zarzue­
B. de Castiglione o P. Aretino. En el siglo xvn, las de tema mitológico como El Laberinto de
pensadores como Galileo y Fontenelle o, ya en Creta o Júpiter y Semele. Colaboró, entre otros,
el xvm, M ontesquieu o Voltaire emplearon el con autores como Avellaneda*, Villaviciosa* y
diálogo como método de análisis para las más Vélez de Guevara*.
variadas cuestiones culturales, políticas o cientí­
ficas. También el xix conoció, de la mano de los DIANA, Manuel Juan (Sevilla, 1814-M adrid,
románticos, exposiciones insignes gracias a crea­ 1881)
dores como F. Schlegel o Leopardi. Novelista y dramaturgo. Autor romántico a quien
En las obras de esa índole — sobre todo las espa­ la fama no sonrió y que firmó con el seudónimo
ñolas del xvi— , los personajes postulan afirma­ de El Curioso Impertinente. De sus obras teatra­
ciones diversas que, siendo discutidas y contra- les destacan No siempre el amor es ciego (1841),
argumentadas por sus interlocutores, dan origen ¡Es un bandido! (1843), escrita en colaboración
a un discurso educativo con el que se pretenden con Hartzenbusch*, Receta contra las suegras
plantear los grandes temas de discusión intelec­ (1862), quizá la más famosa, y Receta sobre los
tual de la época, fundamentalmente lingüísticos sueños, en colaboración con Romero Larra-
o sociales. Puede decirse que el diálogo supone ñaga*, entre otras. También colaboró con Nava­
una exposición más ágil de los temas que aquella rro Villoslada*. Deben recordarse sus novelas La
que viene de discursos únicos. Destaca sobre calle de la amargura (1841), Una y tres (1843) y
todo una obra como el Diálogo de la lengua, de El rostro y la condición (1873), premiada por la
Juan de Valdés*, si bien, ya antes, y entre otros, Real Academia Española. Fue autor, asimismo,
puede mencionarse el Diálogo de Bías contra del libro Capitanes ilustres y revista de libros mi­
Fortuna, del marqués de Santillana*. litares (1851).

DIAMANTE, Juan Bautista (Madrid, 1625-1687) DÍAZ CALLECERRADA, Marcelo (siglos xvi-xvii)
Dramaturgo. De familia greco-siciliana, estudió Poeta. Fue caballero de Calatrava y, al parecer,
en Alcalá, y se graduó com o B achiller en C á­ buen teólogo y rector de la Universidad de Sala­
nones. Tuvo fama de bravucón y pendenciero manca. Elogiado por Lope de Vega* y Pérez de
— llegó incluso a asesinar a un hombre, aunque Montalbán*, su obra fundamental es el poema
fue puesto en libertad gracias a la fuerte indem­ narrativo Endimión (Madrid, 1627), que está ins­
nización que su padre pagó a la viuda— , fue ca­ pirado en las M etam orfosis de Ovidio. Se trata
ballero de la Orden de san Juan y Prior del con­ de tres cantos, escritos en octavas reales, en los
vento de Morón. Perteneciente a la escuela de que se aprecian la influencia del culteranismo* y
Calderón*, sus comedias, casi medio centenar, una resuelta elegancia estilística.
suelen ser de asunto histórico o piadoso, refundi­
ciones, en muchos casos, de obras de otros auto­ DÍAZ CANEJA, Guillermo (Madrid, 1876-1933)
res, sobre todo franceses; se publicaron en M a­ Dramaturgo y novelista. Realizó estudios m er­
drid en dos partes: en 1670 y 1674, con los cantiles, fue actor, trabajó en Correos y colaboró
títulos de Primera parte de las comedias y Se­ en numerosas publicaciones españolas. Sus tex­
gunda parte... Volvió a antiguos temas épicos, ta­ tos, centrados en el ambiente madrileño, destilan
les como el Cid, aunque utilizando más la fuente un cierto carácter moralizador, aunque también un
que viene de Comeille que la de Guillén de Cas­ estilo realista y conciso que merece ser elogiado
tro*; es el caso de El honrador de su padre, es­ frente al convencionalismo con que están trata­
cenificada por primera vez en 1657. Es un autor dos sus personajes. Destacan sus obras de teatro
original en el sentido de que sus personajes he­ Un beneficio (1909) y Pilar Guerra (1920), tí­
245 DÍAZ CORBEILLE

tulo este que se corresponde con el de una de sus cuantos participaron en la gesta, hablándonos de
novelas, entre las que se cuentan: La pecadora un modo accesible tanto de los acontecimientos
(1914), La deseada (1915), El sobre en blanco vividos cuanto de los sentimientos de la tropa,
(1918), Premio Fastenrath de la Real Academia sus miedos e incertidumbres, ya que consideraba
Española, El vuelo de la dicha (1921), La virgen todo lo sucedido como una acción colectiva. El
paleta (1922), La m ujer que soñamos (1923), estilo que emplea no es el de un hombre de le­
Garras blancas (1925), La novela sin título tras, pero logra la más natural, entretenida y rica
(1927), El carpintero y los frailes (1927), donde de las crónicas que se escribieron sobre aquellos
se dejan ver sus preocupaciones sociales y reli­ acontecimientos.
giosas, y El misterio del hotel (1929). Asimismo,
deben m encionarse dos libros de cuentos: Es­ DÍAZ DE CASTRO, Francisco J. (Valencia, 1947)
cuela de humorismo (1923) y Una lección de Poeta. Catedrático de Literatura Española en la
amor (1929). U niversidad de Palma de Mallorca, colabora
como crítico literario en El Cultural y ha editado
DÍAZ CAÑABATE, Antonio (Madrid, 1898- 1980) la poesía y la prosa completas de Jorge Guillén*.
Narrador. Licenciado en Derecho, ganó las opo­ Es autor de los poemarios Isla VI (1982), El re­
siciones a Judicatura. Fue crítico taurino en ABC torno (1993), Al pairo (1994), El mapa de los
y colaboró en diversas publicaciones. Gran tertu­ años (1995), Navegaciones (1997), La utilidad
liano, sus obras, de talante costumbrista, dan del humo. Antología 1987-1997 (1997) y La can­
cuenta de un hum or m elancólico y de un estilo ción del presente (1999).
ágil y ameno, que se constituyeron en crónicas
de la vida madrileña. Destacan títulos como: His­ DÍAZ CONDE, Edmundo (Orense, 1966)
toria de una taberna (1944), por donde desfilan Narrador. Vive en Sevilla desde hace años y es
nombres como Zuloaga o Azorín*, La fábula de autor de una obra de corte realista, La ciudad in­
Domingo Ortega (1950), Historia de una tertu­ visible (2002), con la que quedó finalista del Pre­
lia (1952), entrañable fresco de la posguerra, Lo mio Ateneo de Sevilla.
que se habla por ahí (1954), El mundo de los to­
ros (1971), Madrid y los madriles (1974), Tertu­ DÍAZ CORBEILLE, Nicomedes Pastor (Vivero,
lia de anécdotas (1974), Las tres Marías (1976) Lugo, 1811 -Madrid, 1863)
y Andanzas callejeras (1977). Poeta y novelista. Estudió en el seminario de
Mondoñedo y en las Universidades de Santiago
DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal (Medina del Campo, y Alcalá, colaboró en El Artista y en El Conser­
Valladolid, 1492-Guatemala, 1581) vador — periódico que fundó con Francisco Cár­
Cronista. Hijo de un regidor de su ciudad natal, denas— , fue diputado, senador, embajador, mi­
muy joven marchó a América, donde participó nistro de Comercio y Educación y Rector de la
con Pedradas Dávila en el Darién, llamado en­ Universidad de Madrid, así como miembro,
tonces Castilla del Oro, y, desde Cuba, en las ex­ desde 1847, de la Real Academia Española. Mo­
pediciones de Hernández de Córdoba y Juan de nárquico, defensor de María Cristina y enemigo
Grijalva. Pero lo más importante, en su actividad de Espartero, en sus versos, en los que busca,
como soldado, fue su participación con Hernán como buen romántico, las versificaciones origi­
Cortés* en la expedición a México. Se estableció nales — por ejemplo en octavas de pie que­
en Guatem ala, aunque volvió a España en dos brado— , se aprecian un cierto pesimismo, su
ocasiones, una, en 1540, para pedir mercedes al amor al paisaje y la importancia de los detalles
Rey, y otra, diez años después, para asistir a la autobiográficos. Asimismo, están presentes los
Junta de Valladolid, donde defendió la perpetui­ tópicos románticos de la noche, los anhelos reli­
dad de las encomiendas. Su obra fundamental, a giosos, la soledad, la adversidad de la fortuna o
la que dedicó casi toda su vejez —parece que te­ la desazón y melancolía espirituales, inclinacio­
nía más de setenta años cuando comenzó a escri­ nes propias del Romanticismo* que en él se
birla— , fue Historia verdadera de la conquista acentúan al intensificar los componentes som­
de la Nueva España, inédita hasta 1632, fecha en bríos y satíricos. Creía en la función social de la
la que se publicó en Madrid. En ella, y como res­ poesía, si bien entendía esta como expresión de
puesta a la Historia de la conquista de M éxico la subjetividad del poeta. Publicó su obra lírica,
(1552) de López de Gomara*, que Díaz del Cas­ que iba escribiendo desde 1828, en 1840, en el
tillo consideraba como una idealización erudita, volumen Poesías, prologado por Hartzenbusch*,
se ocupa de narrar con amenidad los hechos su­ y con el poema «A Alborada» (1850) provocó el
cedidos en las acciones de Cortés, pero cen­ renacimiento de la literatura en lengua gallega.
trando su atención no solo en el héroe deslum ­ Deben recordarse, pese al fracaso de público y
brante, como hace Gomara, sino en todos crítica, su cuidada novela autobiográfica, publi­
DÍAZ DE ESCOBAR 246

cada en 1848 en el diario La Patria, De Villaher- DÍAZ FERNÁNDEZ, Rafael José (Santa Cruz de
mosa a la China, coloquios íntimos (1858), en la Tenerife, 1971)
que se reivindica al paisaje gallego frente al Poeta. Licenciado en Filología Hispánica en la
mundo urbano, y su labor al frente de la Galería Universidad de La Laguna, ha participado y diri­
de españoles célebres contem poráneos (1841- gido diferentes publicaciones literarias locales.
1864; 9 vols.). A utor de la novela breve Una Ha vivido en Alemania, donde fue lector de es­
cita (1838), de carácter sentimental, publicó li­ pañol en la Universidad de Leipzig entre 1998 y
bros que reunían sus artículos políticos, com o 2002, año en que vuelve a Canarias para enseñar
por ejemplo: A la corte y a los partidos (1846) y Lengua y Literatura en un instituto. Es autor de
Los problemas del socialismo (1848-1849). En los poemarios: El canto en el umbral (1997), que
1969 se editaron sus Obras completas en seis volú­ recibió una ayuda a la Creación Literaria del M i­
menes. nisterio de Cultura, Llamada en la primera nieve
(2000) y Los párpados del sueño (2003), fina­
DÍAZ DE ESCOBAR [o ESCOVAR], Narciso (Má­ lista del Premio Emilio Prados, a los que hay que
laga, 1860-1935) añadir la carpeta La azotea. Réquiem (2000) con
Historiador, novelista, poeta y dramaturgo. Estu­ un poema suyo y ocho dibujos del pintor m exi­
dió en el seminario de su ciudad natal y sp licen­ cano Vicente Rojo, una colección de plaquettes
ció en Derecho. Diputado y delegado regio de titulada La playa del ojo (2001), con su versión
primera enseñanza, fundó la Academia de Decla­ de dos prosas inéditas de Philippe Jaccottet, y
mación y colaboró en numerosas publicaciones, otras dos tituladas Las laderas del rostro (D ia­
entre ellas La Ilustración Española e Hispanoa­ rios, enero-marzo 1996) (2002) y La otra tierra
mericana. Fue miembro de las Academias de la (Diario, 1995) (2002). Ha publicado, asimismo,
Historia, Buenas Letras de Sevilla y de la de Be­ diferentes traducciones, como A la luz del in­
llas Artes de San Fernando. Deben mencionarse vierno, de Philippe Jaccottet, prim er libro del
sus novelas Por un beso (1879), Homeopatía, poeta suizo publicado en España, y Naturalezas
pequeñas novelas (1885), los poemarios Notas vivas, de Ramón Xirau.
perdidas, cantares (1881), Efímeras (1882), M a­
lagueñas, cantares (1883), Mis cantares (1892), DÍAZ LÓPEZ, Adolfo Camilo (Caborana, Con­
Mis coplas (1901), Colección de sonetos (1913), cejo d'Ayer, Asturias, 1963)
las obras teatrales María la malagueña, Monje y Narrador y dramaturgo a quien se debe una obra
emperador, ¡Ciegos!, la zarzuela Los vientos ver­ mayoritariamente escrita en bable. Licenciado en
des y numerosos estudios, de los que destacan: Historia por la Universidad de Oviedo e inquieto
Don Francisco de Leiva y Ramírez de Arellano, culturalmente, ha fundado revistas y participado
autor dramático malagueño del siglo xvn (1899) en grupos de teatro experimental asturianos, así
e Historia del Teatro Español (1924). como formado parte de un grupo musical, con el
que grabó un disco. En la actualidad, colabora en
DÍAZ FERNÁNDEZ, José (Aldea del O bispo, Sa ­ las páginas en bable del diario La Nueva España y
lamanca, 1898-Toulouse, Francia, 1941) del semanario Les Noticies. En sus obras combina
Ensayista y novelista. Combatió en M arruecos elementos de la literatura fantástica con otros de
en 1921, fue redactor de El Sol, Crisol y Luz, di­ géneros como la novela policiaca. Entre sus nove­
rigió, con Joaquín Arderíus*, Nueva España, y, las destacan Añada pa un giieyo muertu (Canción
tras la Guerra Civil, fue internado en un campo de cuna para un ojo muerto) (1986), con la que ob­
de concentración, de donde salió para marchar tuvo el Premio Xosefa Xovellanos, L ’otru Sher-
al exilio en Toulouse. Su obra tiene un profundo lock Holmes (El otro Sherlock Holmes) (1987),
contenido social y político, en la línea de otros Pequeña lloba enllena d ’Am or (1988), galardo­
autores que representaron el realismo* social du­ nada con el Premio de l'Academia de la Llingua,
rante la República, como Carranque de Ríos*, Miénteme, dime la verda (1989), quizá su obra más
Sender*, Joaquín Arderíus* o César Arconada*, famosa y una de las más vendidas de la literatura
además de una convivencia de elementos van­ asturiana actual, L'home que quería ser estatua
guardistas (véase VANGUARDISMO) y realistas, (1991), El vientre del círculo (1996) y Diariu de
dentro de un clima de hum anism o pacifista. viaxe (1996), con la que nuevamente obtuvo el
Destacan sus novelas El blocao (1928) y La Ve­ Premio Xosefa Xovellanos. Deben citarse las
nus m ecánica (1929), el ensayo El nuevo ro­ obras teatrales El ruiu (1982), Silenciu (1983),
manticism o (1930), donde defiende una rehu­ Llantu por deconocios (1984), Psicokiller y Flores
m anización del arte, el libro, en colaboración (1988), entre otras, así como los poemarios Esca-
con Arderíus, Vida de Fermín Galán (1931) y el rrapiella (1982) y el libro de relatos Nunca nun te
volumen de reportajes Octubre rojo en Oviedo fíes de la xente que nun enseña los dientes al rise v
(1935), firmado como José Canel. otros cuentos {1998). Hay que mencionar, además,
247 DÍAZ-PLAJA

su novela juvenil Blugás (1993) y la colección de más tarde apoyaría a Cánovas*. Destacan la no­
artículos sobre la cultura asturiana Pentimento vela En alta mar (recuerdos de un marino)
(1992). Sus textos han sido reconocidos con los (1868), el poemario Ecos perdidos (1881), sus li­
premios Nacional de Novela UGT y Nacional de bros de viajes y memorias De M adrid a Lisboa
Cuento UGT. (1877), Baños de Baños. Viajes por mi patria
(1881) y Recuerdos de Extremadura (1885), un
DÍAZ MARGARIT, Carmen (París, 1961) D iccionario histórico, biográfico, crítico y bi­
Poetisa. Con gran dominio del verso libre y de bliográfico de autores, artistas y extremeños
toda una imaginería repleta de metáforas mitoló­ ilustres (1884-1888) y diversas obras sobre his­
gicas, religiosas y mágicas, su poesía concentra toria y pedagogía.
todo un mundo de referentes culturales anterio­
res. Destacan: G acelas de la selva alucinada DÍAZ-PÉREZ, Viriato (Madrid, 1875-Asunción,
(1990), Perfil de sirenas (1993) y Orlando o el Paraguay, 1958)
desconcierto de las alondras (1999). Ensayista. Colaborador de numerosas publica­
ciones y amigo de autores como Juan Ramón Ji­
DÍAZ MARTÍN, Manuel (M ontellano, Sevilla, ménez*, Villaespesa*, los hermanos Machado*
1860-?) o Valle-Inclán*, en 1906 se marchó a Paraguay,
Narrador. Colaborador de diferentes diarios an­ donde fue profesor de literatura, ocupó cargos
daluces y crítico taurino, en sus obras dejó claro oficiales y dirigió algunas publicaciones. En
el gracejo del habla popular andaluza. Entre sus 1926 se le concedió la nacionalidad paraguaya.
obras, destacan: Colección de cantares andalu­ Sus estudios, donde se aprecia su conocimiento
ces recogidos y anotados (1884), Piropos anda­ de los clásicos griegos y latinos y de las religio­
luces (1885), Aires de mi tierra (1890) y Fuegos nes orientales, y en los que se ocupa de temas
y astillas, narraciones vulgares (1896). tan variados como la historia, la literatura, la
filología, los viajes, la filosofía, el folclore, la
DÍAZ-MAS, Paloma (M adrid, 1954) teosofía o el ocultismo, tienen siempre un ca­
Narradora. Licenciada en Periodismo y doctora rácter divulgador. Deben mencionarse títulos
en Filología Románica, es profesora de Literatura como: La India (1895), A pie po r la España
Española en la Universidad del País Vasco. Desta­ desconocida (1903-1904), Civilidad y A rte
can en su obra la obsesión por el tiempo, el culto al (1909) y Las ideas no se matan (1946), entre
pasado y la irremediabilidad de la muerte. Sus pro­ otros muchos, además de haber realizado tra­
fundos conocimientos y la extraordinaria docu­ ducciones de Ruskin, Nietzsche, D ’Annunzio o
m entación hacen que sus novelas de corte histó­ M aeterlinck.
rico sean espléndidos repasos de una época,
auténticas lecciones de historia y cultura, así como DÍAZ-PLAJA, Aurora (Barcelona, 1913)
un recurso eficaz para reflexionar sobre problemas Narradora infantil y ensayista en catalán y espa­
atemporales que se presentan también en nuestra ñol. Bibliotecaria y periodista, además de miem­
época. Deben recordarse sus libros de cuentos Bio­ bro de la Associació d’Escriptors en Llengua Ca­
grafías de genios, traidores, sabios y suicidas, se­ talana, ha colaborado en diferentes medios de
gún antiguos documentos (1973) y Nuestro mile­ comunicación, entre ellos el diario Avui. Tras su
nio (1987), finalista del Premio Nacional de jubilación, y a partir de 1986, colaboró en la
Narrativa; las novelas Tras las huellas de Artorius creación del Centro de Investigación y Biblio­
(1984), Premio Cáceres, El rapto del Santo Grial o teca de Referencia del Centro Internacional del
El Caballero de la Verde Oliva (1984), Una ciu­ Libro Infantil y Juvenil de la Fundación Germán
dad llamada Eugenio (1992), El sueño de Venecia Sánchez Ruipérez en Salamanca. De su obra, di­
(1992), Premio Herralde, y La tierra fértil (1999), rigida sobre todo a un público infantil, destacan
compleja y erudita obra centrada en la Edad M e­ títulos como: El rey negro (1953), La niña de los
dia; la obra de teatro La informante (1983), Pre­ sueños de colores (1959), Premio Nacional al
mio Ciudad de Toledo, o el ensayo Los sefardíes: m ejor libro infantil, La ruta del Sol (1964), La
Historia, lengua y cultura (1986). Hay que añadir rana que salta (1968), El ciempiés descalzo
a todo ello la edición que preparó del Romancero (1973), Tres animales chiquitos (1984) o Aventu­
(2001), donde reúne los romances nacidos en la ras de Till Eulenspiegel (1987), que se había pu­
Edad Media y documentados hasta mediados del blicado originariamente en catalán en 1970: Les
siglo XVI. entremaliadures de Till Olibaspill. Es autora, asi­
mismo, de numerosos libros de divulgación so­
DÍAZ Y PÉREZ, Nicolás (Badajoz, 1841-1902) bre la historia del libro y de la imprenta, así
Narrador, poeta y ensayista. Ejerció el perio­ como de antologías de cuentos infantiles. Entre
dismo y participó en política como republicano; los ensayos que ha publicado, deben m encio­
DÍAZ-PLAJA 248

narse: Cinco científicos al servicio de la humani­ (1936), Premio Nacional de Literatura, El espí­
dad (1973), Federico García Lorca (1976) y Ra- ritu del barroco (1940), M odernism o frente a
bindranath Tagore (1982). Noventa y ocho (1951), una de sus obras funda­
mentales, Las estéticas de Valle-Inclán (1965),
DÍAZ-PLAJA, Fernando (Barcelona, 1918) Memoria de una generación destruida (1966),
Historiador, periodista y narrador. Doctor en Fi­ Estructura y sentido del Novecentism o español
losofía y Letras, fue lector en algunas de las más (1975), Las ínsulas extrañas ( Viajes po r las
prestigiosas Universidades europeas y america­ cinco partes del mundo) (1978) y Sociología cul­
nas, ha colaborado en diversas publicaciones y tural del postfranquismo (1979). Fue autor, tam­
es miembro de la Academia de la Historia. Entre bién, de poesías, recogidas en Poesía en treinta
sus estudios, fundamentalmente divulgativos, años (1941-1971) (1972), que incluye poemas de
aunque de gran altura documental, destacan: Te­ Primer cuaderno de sonetos (1941), Intim idad
resa Cabarrús (1943), La historia de España en (1946), Vencedor de mi m uerte (1953) y Zoo
la poesía (1946), La vida española en el siglo XIX (1966), y del libro de memorias Retrato de un es­
(1952), La historia de España en sus documen­ critor (1978). En 1979 publicó un nuevo poema-
tos (1954-1965), El español y los siete pecados rio titulado Atlas lírico.
capitales (1966), origen de una serie en1la que
hizo el mismo planteamiento respecto de los es­ DÍAZ RENGIFO, Juan (siglo xvi)
tadounidenses, los franceses, los italianos y la Tratadista. Jesuita, fue autor de un Arte poética
Europa del Este, Francófilos y germanófilos española con una fértilísima silva de consonan­
(1973), Cervantes (1974), Los poetas en la gue­ tes comunes, propios, esdrújulos y reflejos de un
rra civil española (1975), Viaje p or la Europa divino estímulo del amor de Dios (Salamanca,
roja (1981), El abate M archena: su vida, su 1592), libro ampliado por Joseph Vicens en
tiempo, su obra (1986), una serie de obras dedi­ 1703. Rengifo presta, en su obra, más atención al
cadas a la vida cotidiana en la España romántica, concepto de «doctrina» de H oracio que al de
la musulmana, la del Siglo de Oro (véase EDAD «deleite» y se basa en teóricos como Antonio de
DE ORO) y la España de la Guerra Civil, publica­ Tempo, a quien adaptó a los metros españoles.
das en 1993 y 1994, y La Segunda República A pesar de la influencia que este texto tuvo du­
(1995), entre otros. Deben mencionarse sus rante el siglo xvii , ya en el x v n i había caído en el
obras narrativas Cuentos crueles (1971), El des­ olvido, salvo en Moratín*, que en La derrota de
file de la victoria (1975), Miguel, el español de los pedantes (1789) lo propone como método
París (1985) y Un río demasiado ancho... para hacer coplas.
(1991).
DÍAZ TANCO DE FREGENAL, Vasco (Fregenal
DÍAZ-PLAJA Y CONTESTI, Guillermo (Manresa, de la Sierra, Badajoz, 149...?-?, 1560?)
Barcelona, 1909-Barcelona, 1984) Dramaturgo, actor e impresor. Se le conoció tam­
Historiador y poeta en lenguas española y cata­ bién por el sobrenombre de Clavedán del Es­
lana. Estudió Derecho y Filosofía y Letras; ha tanco. Parece ser que antes de 1547 estuvo pri­
sido conferenciante, periodista y miembro de la sionero de los moros, y se sabe que fue un gran
Real Academia Española, en la que ingresó en viajero. Fue sacerdote de la diócesis de Badajoz,
1967. Dirigió la Historia de las literaturas his­ según él mismo afirma, y se le conoció bastante
pánicas (Barcelona, 1950 y ss.), la Antología en Castilla, Italia, Portugal, Francia y Grecia, y
mayor de la literatura española (1958-1962), el parece ser que vivió en Turquía, además de en
Instituí de Teatre de Barcelona y el Instituto del Orense, donde ejerció como impresor. El estilo
Libro Español. Centró la atención de sus estu­ de sus obras es latinizante, con ecos de Juan de
dios en la historia de la literatura española, en sus Mena*. Entre su producción dramática destacan
diferentes periodos y en el contexto social de Terna dialogal, Temo comediario y Temo farsa-
cada época, determinante de lo que se escribía en rio (Zaragoza, h. 1530) y otras tragedias de tema
cada momento. Sus obras se definen por la abun­ bíblico, como Absalón o Jonatás en el monte de
dancia documental. Asimismo, escribió ensayos Gelboé, de las que no se conservan ejemplares,
de carácter sociológico y libros de viajes. Antes además del libro en verso Los veinte triunfos
de la Guerra Civil publicó en catalán L ’avant- (h. 1534), donde cuenta la historia de veinte bu­
guardisme a Catalunya (1932), L ’evolució del ques españoles y aporta muchísimos datos sobre
teatre (1934) y Caries de navegar (1935), entre Carlos V. Escribió también obras de miscelánea,
otras obras, aunque en su producción — siempre como: Palinodia de la nefanda y fiera nación de
en español tras la contienda— destacan, princi­ los turcos y de su engañoso arte y cruel modo de
palmente, títulos como Rubén Darío (1930), In­ guerrear (Orense, 1547), basada en los Commen-
troducción al estudio del romanticismo español tari delle cose dei turchi (Venecia, 1541) de
249 DIEGO

Paolo Giovio (1483-1552), y Jardín de alma kamen (Rey de Egipto) (1924) y Los cuernos del
cristiana (Valladolid, 1552), en cuyo prólogo se diablo (1927). Entre sus poemarios deben men­
reconoce autor de más de cuarenta y ocho obras, cionarse El libro de mis quimeras (1912) y L i­
de las que no conocemos nada. sonjas y lamentaciones (1913), que cuenta con
prólogo de Pérez Galdós*.
DÍAZ DE TOLEDO, Femando (?, finales siglo XIV-?,
d. de 1452) DICENTA, Joaquín (Calatayud, Zaragoza,
De fam ilia conversa toledana, ejerció la m edi­ 1862-Alicante, 1917)
cina y diversos cargos en Castilla y Aragón. Es Dramaturgo. Aunque escribió algunas novelas y
im portante por sus cartas, acaso las únicas a las cuentos sin interés, Galerna (1911), Encarna­
que se puede acceder para escribir la historia del ción (1913), De la vida que pasa (1914), Mi Ve­
ars dictandi m edieval en España. nus (1915), Los bárbaros (1916) o Paraíso per­
dido (1917), entre otras, y cultivó el periodismo,
DÍAZ DE TOLEDO, Pedro (siglo xv) dirigiendo Germinal y como colaborador en El
Traductor de Séneca, publicó sus Proverbios en País y El Imparcial, donde destacó verdadera­
Zamora en 1482, y editó las glosas que de estos mente fue en el mundo teatral. Se le considera
hizo el marqués de Santillana*. En Opúsculos li­ seguidor de Echegaray* en el efectismo, la
terarios de los siglos xrv a xvi (1892), se publicó fuerza pasional y la exageración, algo propio de
su «Diálogo y razonam iento en la m uerte del los procedimientos románticos (véase ROMANTI­
marqués de Santillana». Parece ser que tradujo CISMO) aunque fue él quien consolidó el drama
también la Guía de los indecisos, de M aimóni- social, opuesto al neorromanticismo de aquel, al
des*, originariam ente escrita en árabe y tradu­ dar preponderancia a los asuntos sociales en el
cida en 1190 al hebreo. teatro. Sus primeras obras, con escaso éxito, y en
esa tendencia decimonónica en la que se inició,
DÍAZ VIANA, Luis (Zamora, 1951) fueron El suicidio de Werther (1888), Honra y
Poeta y ensayista. Deben mencionarse sus poe­ vida (1888), La mejor ley (1889), Los irrespon­
marios Resurrección (1971), Cárceles de sole­ sables (1890) y Luciano (1894), entre otras, si
dad (1974), Deseada libertad (1976) y En el um­ bien sería, en 1895, en su obra Juan José donde
bral de Eleusis (1980), y ensayos como Del abordaría el enfrentamiento entre obreros y pa­
Medievo al Renacimiento: poesía y prosa del si­ tronos, con lo que retoma una tendencia anterior
glo XV (1980), Estudio sobre la tradición del cas­ del teatro que, desde mediados de siglo, en me­
tellano (1980), Cancionero musical (1982), Rito lodramas de costumbres populares, denunciaba
y tradición en Castilla y León (1984) o Cancio­ las condiciones de vida de las clases trabajado­
nes populares de la guerra civil (1986). ras. Fue su obra de mayor éxito y la que se con­
virtió en símbolo principal del teatro obrero es­
DICASTILLO, Miguel (Tafalla, Navarra, 1599-El pañol, aunque sus obreros están tratados con una
Paular, M adrid, 1649) idealización excesiva. En esta línea, siguió una
Poeta de la escuela de Góngora*. Utilizó el seu­ obra como El señor feudal (1896), para, poste­
dónimo de M iguel de M eneos y vivió retirado riormente, plantear los problemas de la integra­
como cartujo en Zaragoza. En el libro Aula de ción del creador en la sociedad burguesa en
Dios. Cartuxa Real de Zaragoza (Zaragoza, A m or de artistas (1906) o Sobrevivirse (1913),
1637) apareció su silva «Teodoro», en la que donde de manera autobiográfica aborda la histo­
describe el edificio de la cartuja. ria de un artista que pierde el apoyo del público,
o denunciar las costumbres sociales; así sucede
DICENTA, Benedicto Joaquín (M ad rid , 1893- en: Aurora (1902), Daniel (1907), El crimen de
1967) ayer (1907) y El lobo (1913). Fue autor, asi­
Dramaturgo, poeta y narrador. Hijo del famoso mismo, de libretos de zarzuelas como El duque
Joaquín Dicenta*, destacan obras como los dra­ de Gandía (1894), Curro Vargas (1898), en cola­
mas Son mis amores reales (1925), Premio de la boración con Manuel Paso* y con música de
Real Academia Española, y Leonor de Aquitania Chapí, La cortijera (1899) y Entre rocas (1908).
(1933), sus obras de mayor éxito; la tragedia El
bufón (1913), los poemas dramáticos La leyenda DIEGO, Estrella de (Madrid, 1958)
del yermo (1915) y El idilio de Pedrín (1916), y N arradora y ensayista. Profesora de Arte Con­
el «capricho» El carnaval de los viejos (1922). temporáneo en la Universidad Complutense de
En 1933 se publicaron sus Obras dramáticas, li­ M adrid, fue catedrática en la Universidad de
bro en el que se incluyen la mayoría de sus tex­ Nueva York entre 1998 y 1999. Es conocida en­
tos. Colaboró con Antonio Paso* en El cuarto de sayista, especializada en estudios de género y es­
Gallina (1922), Simón y Manuela (1923), Tutan- tudios poscoloniales, aunque debutó en la narra­
DIEGO 250

tiva con El filósofo y otros relatos sin personajes influencia en su obra, además de los autores
(2000), libro de cuentos de los que la crítica des­ mencionados, de Juan Larrea*.
tacó su capacidad para mostrar el lado oscuro de Deben destacarse poemarios como El romancero
la cotidianidad, así como sus múltiples ambigüe­ de la novia (1918; reescrito en 1944), de carácter
dades, dando cuenta de los aspectos cotidianos becqueriano, Iniciales (1918), Soria (1923), muy
más inquietantes de la propia vida. Entre sus en­ influido por Antonio Machado y continuado en
sayos pueden citarse títulos como: La mujer y la Soria sucedida (1977), Versos humanos (1925),
pintura en la España del siglo XIX (1987), El an­ Viacrucis (1931), el primero de temática clara­
drógino sexuado. Eternos ideales, nuevas estra­ mente religiosa, Ángeles de Compostela (1940),
tegias de género (1992) o Tristísimo Warhol Alondra de verdad (1941), conjunto de sonetos
(1999). de línea clásica, La sorpresa (1944), La luna en
el desierto (1949), Amazona (1955), Paisaje con
DIEGO, Gerardo (Santander, 1896-M adrid, figuras (1956), Egloga de A ntonio Bienvenida
1987) (1956), Amor solo (1958), el ciclo de Violante,
Poeta y crítico. Gerardo Diego Cendoya es uno compuesto de Canciones a Violante (1959) y So­
de los más destacados representantes de la Gene­ netos... (1962), Mi Santander, mi cuna, mi pala­
ración del 27* y ejemplo máximo del creacio­ bra (1961), Glosa a Villamediana (1962), La
nismo* español. Estudió Filosofía y Letras en las suerte o la muerte (1963), sobre el mundo de la
Universidades de Deusto, Salamanca y Madrid, tauromaquia, El jándalo (1964), Poesía amorosa
en la que se doctoró, y fue catedrático de insti­ (1965), El cordobés dilucidado (1966), Odas
tuto en Soria, Gijón, Santander y Madrid. En morales (1966), Preludio, aria y coda a Gabriel
1947 ingresó en la Real Academia Española. Fauré (1967), de tem ática musical, Vuelta del
Fundó revistas como Carmen, dedicada a la poe­ peregrino (1967), La fundación del querer
sía culta, y Lola, para la popular. Su obra poética (1970), Versos divinos (1971), de profunda vi­
está marcada por la convivencia de sus dos gran­ vencia religiosa, y Poemas mayores (1980), ade­
des intereses, la vanguardia, que originó sus ver­ más, por supuesto, de la referida «poesía de crea­
sos creacionistas y ultraístas, y la tradición, esta ción», recopilada por él mismo en 1974 y que
última retomada, sobre todo, de los cánones esti­ incluye quizá sus poemarios fundamentales: Eva­
lísticos y formales de la lírica renacentista y de sión, que no se publicó suelto, Imagen (1922), M a­
la barroca. Demostró gran interés por el futuro, nual de espumas (1924), Fábula de Equis y Zeda
por el mundo rural y por el urbano, así como por (1932), en el que confluyen el gongorismo y la
la retórica y por la música, elemento decisivo deshumanización de la poesía de la primera pos­
tanto como tema central de su obra cuanto como guerra, Poemas adrede (1932), Limbo (1951) y
referente rítm ico de sus versos. De todo ello Biografía incompleta (1953). Fue autor, asimismo,
surge una poesía, de temas y tonos variados, que de una antología fundamental para la poesía poste­
fluctúa entre la relación con la realidad y la bús­ rior: Poesía española contemporánea (1915-1931)
queda de lo absoluto, es decir, en alguna medida (1932; 1934: edición ampliada). Parte de su obra
autónoma frente a esa realidad de la que procede crítica la publicó en 1984 bajo el título de Crítica y
secundariamente. Es así como se aprecian en sus poesía, y, en 1989, apareció, en dos volúmenes,
versos los ecos de Lope de Vega*, Antonio toda su Poesía, a la que fueron añadiéndose suce­
Machado* o Juan Ramón* junto a las personalí- sivos volúmenes de Obras completas, en cuyos
simas huidas que suponen sus poemarios crea­ tomos VI, VII y VIII, titulados Prosa (prosa lite­
cionistas y ultraístas, pero siempre con una con­ raria) (2000) se reunieron todos sus textos de
ciencia de que la poesía se suma al mundo pero crítica e historia literaria. Gerardo Diego recibió
excediéndolo. Es importante fijar de manera más algunos de los más importantes galardones del
precisa la atención sobre lo que él llamó «poesía mundo de las letras españolas, tales como el Pre­
de creación», más allá del creacionismo de Vi­ mio Nacional de Literatura en 1925 por Versos
cente Huidobro, una poesía en la que la fuerza de humanos, compartido con Rafael Alberti* y su
las imágenes gratuitas y la arbitrariedad de la Marinero en tierra, y el Cervantes de 1979, tam­
rima, la más audaz de cuantas se han intentado bién compartido, en este caso con el argentino
en el siglo xx, confieren un talante lúdico al Borges.
poema, aunque siempre generando una tensión
inquietante en su forma última de referirse al DIEGO, Luis de (Oviedo, 1919)
mundo. Estilísticam ente, la combinación del Narrador y guionista. Militar, ha colaborado en
verso libre y de la rima, sazonada de una imagi­ diferentes publicaciones y, entre sus obras, se
nería vanguardista y de elementos clásicos, han cuentan la novela La presa del diablo (1958), el
hecho de él uno de los poetas más originales y libro de viajes Un velero en el Atlántico (1956) o
serios de nuestra literatura. No debe olvidarse la los cuentos infantiles de Cuentos de Javier
251 DÍEZ

(1967). Escribió, junto a Sánchez-Silva*, la no­ DIEZ, Friedrich Christian (Giessen, Alemania,
vela infantil Luiso (1959). 1794-Bonn, Alemania, 1876)
Filólogo y crítico. Aunque alemán, su origen es­
DIEGO DE ESTELLA, fray -»Véase ESTELLA, fray pañol, así como la importancia que tuviera en los
Diego de. estudios filológicos españoles, iniciados a fina­
les del siglo xix y principios del xx por Menén­
DIESTE, Rafael (Rianxo, La Coruña, 1899-San- dez Pelayo* y Menéndez Pidal*, justifican su in­
tiago de Compostela, La Coruña, 1981) clusión en este diccionario. Se le considera el
Dramaturgo, periodista, ensayista y narrador en fundador del método histórico-comparativo en
lenguas gallega y española. Se inició en la prensa el estudio de las lenguas románicas. Tres obras
en Vigo y durante la República fundó el Teatro suyas, escritas en alemán, son fundamentales
Guiñol de las Misiones Pedagógicas, para el que para la comprensión de dicho avance en el hispa­
escribió algunas farsas. Cofundador de Hora de nismo español: Viejos romances españoles, la ti­
España en 1937, colaboró en El Pueblo Gallego, tulada Gramáticas de las lenguas románicas
dirigió N ova Galiza — en el que firm aba como (1836-1843; 3 vols.) y su célebre Diccionario
Félix Muriel— en Barcelona y, tras la Guerra Ci­ etimológico de las lenguas románicas (1854).
vil, se exilió en Buenos Aires, después de pasar
sendas temporadas en Inglaterra y México, para DÍEZ, Luis Mateo (Villablino, León, 1942)
regresar a Rianxo en 1961, desde donde continuó Narrador. Estudió Derecho en la Universidad de
de manera solapada, pero evidente, su particular Oviedo y fue cofundador de la revista Clara­
lucha antifranquista. Fue elegido miembro de la boya. En la actualidad, y desde 1974, es funcio­
Real Academia Galega en 1970. De su obra lite­ nario del Ayuntamiento de Madrid y en 2000 fue
raria destacan la obra teatral en gallego A fiestra elegido miembro de la Real Academia Española,
valdeira (La ventana vacía) (1927), el poemario en la que ingresó en mayo de 2001. En su obra
Rojo farol amante (1933), las obritas teatrales de hay una evidente pasión por el lenguaje, por la
carácter esperpéntico y de circunstancias Viaje y invención de nombres para los personajes, casi
fin de don Frontón (Farsa trágica) (1930), Que­ siempre perdedores, por la indagación verbal en
branto de doña Luparia y otras farsas (1934), A l las emociones y sentimientos, por la descripción
amanecer (1936), Nuevo retablo de las M aravi­ de lugares desolados, en donde la memoria evoca
llas (1937), o, en colaboración con Sánchez Bar­ con nostalgia historias de la infancia, un espacio
budo*, El combatiente del Este (1938), el libro físico desdibujado por el recuerdo. Creador de
de relatos, entre simbólico, fantástico y autobio­ uno de los mundos más personales de la litera­
gráfico, Historias e invenciones de Félix Muriel tura española contemporánea, se trata de un au­
(1943; reed., 1974) y Viaje, duelo y perdición tor en cuyos inicios siguió la estela del neorrea­
(Tragedia, humorada y com edia) (1945). En lismo italiano en la línea de Cesare Pavese y que
1981 se recogió, en dos volúmenes, su produc­ ha ido desembocando en lo que él mismo ha de­
ción teatral. Destacada fue su labor como ensa­ nominado realismo* metafórico, o sea, una inten­
yista, en la que aborda cuestiones éticas y reli­ ción de representar y analizar la realidad física y
giosas del hom bre contem poráneo con un tono humana existente dotándola, en cambio, de una
optimista, y de la que deben recordarse títulos vertiente mítica o fabulosa. De tal suerte, por sus
como: La vieja piel del mundo (Sobre el origeu textos desfilan personajes visionarios, ilusionis­
de la tragedia y la figura de la historia) (1936), tas, viejas brujas, excéntricos frailes..., sombras
Luchas con el desconfiado (1948), Nuevo tra­ y delirios de un mundo que pertenece a esa otra
tado del paralelism o (1955), Pequeña clave or­ dimensión que se esconde tras la realidad inme­
tográfica (1956), Diálogo de M anuel y David (y diata. Al propio tiempo hay que m encionar su
otros ensayos) (1965), ¿Qué es un axioma? dominio de la lengua y de la narración misma, a
(1967), Testamento geométrico (1975) y El alma través todo ello de elaboradísimas imágenes, diá­
y el espejo (1981). Con posterioridad a su muerte logos de claro laconismo e indiscutible raigam­
se han editado sus artículos y cartas en Testimo­ bre popular y fino humorismo. Aunque destaca
nios y homenajes (1983), cuentos y ensayos iné­ como novelista, deben mencionarse el poemario
ditos en La isla. Tablas de un naufragio (1985) y Señales de humos (1972), los cuentos de Memo­
los aforismos que escribió entre 1926 y 1975 en rial de hierbas (1971) y Cenizas (1976), Premio
Fragua íntima (1991). Ignacio Aldecoa, el curioso libro de relatos Apó­
crifo del clavel y la espina (1977), Premio Café
DÍEZ, Antonio (siglo XVI) Gijón, en el que, a medio camino entre la novela
Dramaturgo. Está considerado como el iniciador y el cuento, ensarta historias lírico-simbólicas de
en España del teatro en tres actos con la obra tradición oral, Relato de Babia (1981), Los ma­
Auto llamado de Clarindo (Toledo, 1535?). les menores. Microrrelatos (1993; reed., 2002) y
DÍEZ BORQUE 252

Días del desván (1997). En sus obras combina y desde una de cuyas ventanas la observa como
un fino sentido del humor, unos diálogos preci­ paisaje cotidiano: Balcón de piedra. Visiones de
sos, cargados de relevancia psicológica en el re­ la Plaza M ayor (2001), volumen ilustrado con
lato, y perfectas descripciones de ambiente. Sus fotografías de Amaia de Diego.
novelas son: Las estaciones provinciales (1982),
finalista del Premio de la Crítica, La fuente de la DÍEZ BORQUE, José María (Gom ara, Soria,
edad (1986), Premio de la Crítica y Nacional de 1947)
Literatura, El sueño y la herida (1987), Brasas Filólogo, crítico y ensayista. Catedrático de Lite­
de agosto (1989), Las horas completas (1990), ratura Española en la Universidad Complutense
Albanito, amigo mío (1991), El expediente del de Madrid, su prestigio crítico es incuestionable,
náufrago (1992), Camino de perdición (1995), y es en la actualidad uno de los máximos espe­
La mirada del alm a (1997), A l otro lado del cialistas en el teatro del Siglo de Oro (véase
mundo (1998) y El paraíso de los mortales EDAD DE ORO). De su muchos libros, pueden
(1998), a las que hay que añadir El espíritu del destacarse estudios tan importantes como Litera­
páramo (1996), La ruina del cielo (1999), con la tura y cultura de masas (1972), Teatro de Lope
que obtuvo los prestigiosos premios Nacional de de Vega (1975), Sociología de la comedia espa­
Narrativa y de la Crítica, y El oscurecer'(un en­ ñola del siglo xvili (1976) o Los géneros dramá­
cuentro) (2002), las tres novelas que conforman ticos en el siglo xvi. El teatro hasta Lope de Vega
su trilogía sobre Celama, territorio mítico central (1987), además de haber dirigido una Historia de
en su narrativa, con ecos del mundo del mexi­ la Literatura Española (1980; 4 vols.) y editar,
cano Juan Rulfo y con el que se ha convertido en entre 1975 y 1977, diversas antologías de la lite­
un clásico en vida, y que rinde un homenaje a las ratura de nuestro país desde la Edad Media hasta
culturas rurales en extinción y a las gentes anó­ el siglo xix.
nimas que las habitan. Estas tres novelas se reu­
nieron en un volumen, El reino de Celama DÍEZ-CANEDO, Enrique (Badajoz, 1879-Cuer-
(2003), que incluía un apéndice con cinco textos navaca, M éxico, 1944)
más del autor y un mapa del territorio en el que Poeta, ensayista, crítico y traductor. En 1903, se
queda subsanado algún error anterior. No hay da a conocer gracias a un premio que El Liberal
que olvidar, además de El diablo m eridiano concedió a un poema suyo, «Oración de los dé­
(2001), conformada por tres novelas cortas que biles al comenzar el año». Ministro de España en
se interrelacionan, un breve librito dedicado a los Montevideo, con la República, y em bajador en
maestros rurales, una suerte de relato vivencial, Buenos Aires, dirigió la revista Madrid, colaboró
La mano de tiza (1998), que aunque excluido de en Hora de España y, como crítico teatral, en El
la corriente de sus grandes obras no debe estarlo Sol y otros periódicos, dirigió la Escuela Central
del conjunto conceptual y temático de su narra­ de Idiomas de Madrid, fue uno de los participan­
tiva, y Las estaciones de la memoria: antología tes en el Congreso Internacional de Escritores
(1999). Asimismo, mención aparte merecen La para la Defensa de la Cultura y, en 1935, ingresó
línea del espejo (1998), ensayo no venal en el en la Real Academia Española. Exiliado en Mé­
que reflexionaba sobre su propia escritura y so­ xico tras la Guerra Civil, combinó su actividad
bre gran parte de sus personajes fundamentales, literaria con la tarea de profesor universitario.
El porvenir de la ficción (1999), en el que se reu­ Fue una de las figuras más relevantes de la inte­
nían poemas, diferentes textos y reflexiones so­ lectualidad de los primeros años del siglo XX y es
bre la verdad y la mentira del hecho narrativo, considerado como el iniciador del posm oder­
Las palabras de la vida (2000), libro extraño y nismo en la lírica española. No obstante, su poe­
espléndido que conjuga las memorias, las refle­ sía se inició, influida por Verlaine o Darío, en el
xiones, el relato y el diario, en el que se cuestiona Modernismo*, pasando después por la combina­
el hecho mismo de la escritura, de la palabra en ción de elementos románticos y clasicistas, para
sí, todo ello sin entrar en el ensayo puro, sino no­ llegar a un punto en que la ausencia de rima y el
velando, literaturizándolo todo, El pasado legen­ alejamiento de lo accesorio convierten sus ver­
dario (2000) y Laciana: suelo y sueño (2000). sos en un testimonio estremecedor de sus propias
En 1994 había publicado, con su hermano y con vivencias. Considerado, no obstante, como el
su padre, el antropólogo Florentino Agustín poeta más representativo del simbolismo* espa­
Diez, el libro Valles de Leyenda, una defensa de ñol, se trata de un autor rítmico y preciosista, de
las tradiciones y leyendas leonesas frente al formación evidentemente clásica, que jugó con
riesgo de extinción de ciertas culturas rurales. registros como el del romance épico, en poemas
Hay que mencionar, asimismo, un libro de rela­ de cierta sentenciosidad decimonónica, algo na­
tos de fuste poético en homenaje a la Plaza Ma­ rrativos, con ecos de un Campoamor*, pero que
yor de Madrid, el lugar en que él trabaja a diario paulatinamente, pasando por las influencias de
253 DIEZ ORZAS

Bécquer* y Espronceda*, fue derivando hacia m iento de Raymond Aron. Además del libro
una poesía más tensa y meditativa, alejada ya de M allorca (1941), por el que recibió el Premio
los ejercicios arromanzados de gran parte de su N acional de L iteratura y que era un recorrido
poesía. Deben destacarse, además de los libros por la historia de la isla, fue autor de ensayos
en que se encuentran sus traducciones de otros como El liberalismo doctrinario (1945), libro
poetas, estéticam ente afines la mayoría, como decisivo en la historiografía española por su am­
Del cercado ajeno (1907) e Imágenes (1910), sus plitud de miras y su ruptura respecto al casti­
poemarios propios: Versos de las horas (1906), cismo analítico de la época, El rapto de Europa,
La visita del sol (1907), La sombra del ensueño una interpretación histórica de nuestro tiempo
(1910), Algunos versos (1924), antología de los (1953), un interesante análisis interpretativo de
anteriores más algunos poemas inéditos, Epigra­ la cultura occidental y quizá su obra fundamen­
mas americanos (1928), que en realidad son es­ tal, traducida a seis idiomas, La función del mito
tampas entre descriptivas y turísticas, y El deste­ clásico en la literatura contemporánea (1957),
rrado (1940; reed. en 1991). En 1980 se editó, Velázquez, la M onarquía e Italia (1979) y El
en Salamanca, una importante Antología poética pensamiento político de Tocqueville (1989), en­
que recoge sus mejores versos, edición a la que tre otros que forman parte de sus Obras comple­
hay que añadir la com pleta de sus Poesías tas (1998; 4 vols.). Fue, asimismo, eminente
(2001), preparada y prologada por Andrés Tra- traductor de Hólderlin. En 1987 fue distinguido
piello*. Entre sus producciones críticas y ensa- con la M edalla de Oro al Mérito Europeo, en
yísticas, centradas sobre todo en el teatro y la 1988 recibió el Premio Príncipe de Asturias de
poesía, destacan, sin contar sus numerosas cola­ Ciencias Sociales y en 1996 el Premio M enén­
boraciones en diferentes diarios de la época, la dez Pelayo.
antología La p oesía francesa moderna (1913),
preparada con Femando Fortún*, Sala de retra­ DÍEZ DE GÁMEZ, Gutierre (Galicia?, h. 1378-?,
tos (1920), la compilación de estudios Conversa­ h. 1450)
ciones literarias (1921), Los dioses del Prado Cronista. Estuvo al servicio del conde de Buelna,
(1931), El teatro y sus enemigos (1939), La Pero Niño, y es autor de la Crónica de don Pero
nueva poesía (1941), Juan Ramón Jiménez en su Niño, conde de Buelna, conocida como El Victo­
obra (1944) y, editada postumamente, una anto­ ria!, redactada entre 1431 y 1435, aunque se aña­
logía de La poesía francesa del romanticismo al dieron algunos capítulos en 1448, en la que se
superrealismo (Buenos Aires, 1945), que reali­ ocupa de la vida de su señor hasta 1446. Está
zara con Fernando Fortún*. Entre 1964 y 1965 considerada como la mejor de las crónicas per­
se publicaron sus Obras completas. Como tra­ sonales del siglo xv, es muy útil para el estudio
ductor, faceta en la que destacó por méritos pro­ del gótico tardío y, en ella, el conde, quien tenía
pios, se ocupó de las obras de autores como Eu­ mucho aprecio al texto, aparece como modelo de
genio d ’Ors*, W. Arm strong, Francis Jammes, caballero galante, aunque no es tratado con adu­
Verlaine, Montaigne, Heine, Charles Baudelaire, lación, algo común, en el tratamiento de sus pro­
Whitman o Giraudoux, entre otros. tagonistas, en las otras crónicas de la época. Asi­
mismo, intercala en el texto leyendas, moralejas,
DÍEZ DEL CORRAL, Luis (Logroño, 1911 -Madrid, máximas, romances, estribillos y pasajes del L i­
1998) bro de Alexandre*.
Ensayista, crítico literario e historiador. Estudió
Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad DÍEZ GONZÁLEZ, Santos (Patencia, siglo XVlll)
de Madrid, ampliando, posteriormente, estudios Tratadista y traductor. Censor de comedias, pro­
en las de Berlín y Friburgo. Académico de Cien­ fesor en los Reales Estudios de San Isidro y
cias M orales y Políticas, institución en la que miembro de la Academia de Sagrada Escritura,
ocupó el cargo de director entre 1984 y 1990, de tradujo, entre otras cosas, las fábulas de Fedro.
Historia y de Bellas Artes, estuvo considerado Su obra más importante es el tratado Institucio­
como un «liberal humanista», según propia de­ nes poéticas (1793).
finición de sí mismo, y fue un europeísta con­
vencido durante toda su vida, muy en la estela DÍEZ ORZAS, Pedro Luis (Madrid, 1966)
intelectual de Ortega y Gasset*, capaz siempre Poeta. Doctor en Lingüística y profesor de Lin­
de aunar y destilar numerosos y variados sabe­ güística y Lenguas Aplicadas en la Universidad
res, con erudición, finura y agudeza a la hora de Complutense de Madrid, es uno de los más repu­
interpretar pasado y presente. En sus obras, tados especialistas en lingüística computacional
abordó cuestiones que fueron de la política, la y en redes semánticas, materias sobre las que ha
filosofía o la literatura a la pintura o los viajes, publicado en numerosas revistas de todo el
siempre influido en gran m edida por el pensa­ mundo. Es director del proyecto de traducción
DÍEZ DE TEJADA 254

«Interlex» de la Unión Europea. Destaca su poe­ medievales es Denuestos del agua y el vino, in­
mario Los cuatro elementos (2000). cluido en Razón de amor*.

DÍEZ DE TEJADA, Vicente (M adrid, 1872-Bar- DOCE, Jordi (Gijón, Asturias, 1967)
celona, 1940) Poeta. Licenciado en Filología Inglesa por la
Narrador. Ejerció el periodism o y fue un gran Universidad de Oviedo, fue lector de español en
viajero. Destacan sus cuentos y novelas cortas. la Universidad de Sheffield, Inglaterra, en la que
Novelas que deben recordarse son: Ninette se doctoró, y en la de Oxford entre 1997 y 2000.
(1908), Los elegidos (1910), Eros (1910), La Traductor de la poesía de W illiam Blake, T. S.
araña (1911), Sin palo ni piedra (1912), Tántalo Eliot, Ted Hughes o Paul Auster, colabora en di­
(1919) y La incansable (1922). Destacan, ade­ versas publicaciones, entre ellas Cuadernos His­
más, el libro de cuentos Las arras (1914) y el de panoamericanos, Clarín y Solaría, y es subdi­
viajes De la Ceca a la Meca (1919). rector editorial de la revista Letras Libres. En sus
versos, en los que hay influencia del primero de
DIOSDADO, Ana (Buenos Aires, 1940) ellos, se aprecia la veta existencial en la contem­
Dramaturga, novelista, guionista y actriz. Nacida plación de la realidad, donde los objetos se pre­
en Argentina, debido al exilio de sus padres, estu­ sentan como la vía de acceso a lo inexistente, a
dió el bachillerato en el Liceo Francés de Madrid. lo oculto tras la realidad visible, a lo que convo­
Se trata de una de las autoras más conocidas del can de la experiencia vivida. Se trata pues de una
panorama teatral, acaso por su faceta como actriz, poesía meditativa que evoca la naturaleza e in­
que comenzó a estrenar obras en los años setenta, daga en la memoria. Es autor de los poemarios
si bien sus mayores éxitos los conseguiría en los La anatomía del miedo (1994), D iálogo en la
ochenta. En su teatro, popular de corte clásico, sombra (1997), Lección de permanencia (2000)
aborda argumentos de carácter social, tratados con y Otras lunas (2002), con el que obtuvo el Pre­
un sentimentalismo que conjuga el análisis y la mio Ciudad de Burgos. En prosa ha editado Bes­
emotividad, lo que le ha asegurado el éxito, tanto tiario del nómada (2001).
en las salas teatrales como en las pantallas televi­
sivas. De sus novelas destacan En cualquier lu­ DOCTOR LAGUNA -> Véase LAGUNA, Andrés.
gar, no importa cuándo (1965), Campanas que
aturden (1969), finalista del Premio Planeta, e DOCTOR THEBUSSEM -> Véase PARDO DE Fl-
Igual que aquel príncipe (1994). No obstante, y GUERO A, Mariano.
además de sus éxitos televisivos con los guiones
de las series Juan y Manuela, Anillos de oro y Se­ DOMENCHINA, Juan José (M adrid, 1898-Mé-
gunda enseñanza, donde verdaderamente ha te­ xico, 1959)
nido éxito es en el mundo del teatro, con obras Poeta, crítico literario y novelista. Aunque fue
como: Olvida los tambores (1970), El okapi maestro, no ejerció nunca. Colaborador de dife­
(1972), Usted también podrá disfrutar de ella rentes diarios, participó en política durante la Re­
(1973), Los comuneros (1974), Y de Cachemira, pública y, después de la Guerra Civil, se exilió a
chcdes (1983), Los ochenta son nuestros (1986), México. Su poesía, marcada por las influencias
Cuplé (1986) y La última aventura (1999). Ha de Juan Ramón Jiménez* y Jorge Guillén*, su­
realizado, asimismo, adaptaciones de obras de di­ pone, en un principio, una conjunción de formas
versos autores. barrocas con un fondo cerebral e irónico, en el
que tanto el virtuosismo técnico cuanto las ideas
DISCRETO DE PALACIO, El -»Véase HURTADO metafísicas de Quevedo* dejan una impronta de­
DE MENDOZA Y LARREA, Antonio. finitiva en sus versos. Deben mencionarse poe­
marios como: Del poema eterno (1917), Las in­
DISPUTA DEL ALMA Y EL CUERPO terrogaciones del silencio (1918), Poesías
Es el más antiguo de los poemas de debate de la escogidas (1922), La corporeidad de lo abs­
Edad Media. Compuesto a finales del siglo xii o tracto (1929), El tacto fervoroso (1930), Margen
a comienzos del xm, sobrevive en un manuscrito (1933), la recopilación Poesías completas
de este último periodo y consta de treinta y siete (1936), Destierro (1942), con el que inicia una
versos agrupados en pareados. Está inspirado en nueva poesía marcada por el exilio, Pasión de
un poema francés que, a su vez, es versión de sombra (1944), Tres elegías jubilares (1946),
otro latino. Se nos cuenta la discusión entre el Exul urnbra (1948), La sombra desterrada
cuerpo y el alma de un difunto, interlocutores (1950), Nueve sonetos y tres romances (1952),
que se atribuyen mutuamente sus pecados. Por donde aparecen con fuerza los problemas de fe,
desgracia, el manuscrito se interrumpe antes de y El extrañado (1958). En 1975 se publicó, en
la réplica del cuerpo. Otros poemas de debate México, Poesía, 1942-1958. Entre sus novelas,
255 DOMÍNGUEZ BERRUETA

hay que recordar El hábito (1926), La túnica de dad, dedicados, sobre todo, a la gastronomía,
Neso (1929), de carácter vanguardista, y Dédalo cuestión en la que era un reconocido especialista,
(1932), prologada por Juan Ramón Jiménez, así la política y las costumbres de los españoles. En­
como no puede olvidarse su ensayo de crítica li­ tre sus novelas hay que mencionar Villa Milo
teraria Crónicas de Gerardo Rivera (1935), que (1961), El sueño de la razón (1964), Jabalí
alude al seudónim o empleado en sus colabora­ (1968), El dinero del Opus es nuestro (1971) y
ciones en El Sol. La viuda andaluza (1972). Entre los ensayos,
destacan El cetro y la bomba (1970), Erótica his­
DOMEÑE, Francisco (Caniles, Granada, 1960) pánica (1972), La cocina de Navidad (1976),
Poeta. Licenciado en Filosofía y Letras, es pro­ Cuando sólo nos queda la comida (1980), La
fesor de Historia. Ganador de premios tan rele­ mesa del Buscón: en homenaje a Quevedo
vantes como el Vicente Aleixandre, el Antonio (1981) y El sabor de España (1992), entre otros.
Machado y el Blas de Otero, es autor de los poe­
m arios Libro de las horas (1991), Propósito de DOMINGO SOLER, Amalia (Sevilla, 1835-Bar-
enmienda (1992), Insistencia en las horas (1993), celona, 1909)
Falso testimonio (1999), Arrabalías (2000), ga­ Narradora. Autora que pasó casi inadvertida en el
nador del Prem io Mem orial Laurea Mela, y El mundo de las letras españolas, fue recuperada del
cristal de las doce (2002). Ha publicado, asi­ olvido por la memoria minuciosa para con los au­
mismo, las novelas juveniles La última aventura tores olvidados de alguien como Luis Antonio de
(1992), Ana y el misterio de la tierra de M u Villena*. Se trata, como este ha señalado, de la fi­
(1999) y El asunto Poseidón (2001), así como el gura fundamental de lo que podría llamarse, si es
libro de relatos El detector de inocentes (1999). que existe, «literatura espiritista» española, si bien
Deben mencionarse, además, sus ensayos Poesía puede incluirse en el capítulo de «literatura fantás­
actual almeriense (1992) y Narrativa actual al- tica». Fue seguidora del fundador del espiritismo
meriense (1992). moderno, Alian Kardec, y se convirtió en una
suerte de propagadora de esa fe, luchando contra
DOMÉNECH, Ricardo (Murcia, 1938) los cánones de un catolicismo que se enfrentó a
Crítico teatral, ensayista y narrador. Ha sido direc­ ella. Su literatura la vivió como una misión didác­
tor de la Escuela Superior de Arte Dramático de tica y polémica, desde las poesías de corte román­
Madrid. Entre su producción narrativa, marcada tico, las novelas y folletines*, hasta los muchos
por un cierto realismo social en convivencia con cuentos que publicó en revistas, algunas de las
trasfondos simbólicos y de origen mágico y oní­ cuales dirigió ella: divulgar tales prácticas e ideas
rico, que han ido ganando terreno, en su obra, con espiritistas, que en su caso suponía un camino de
el paso del tiempo, destacan los libros de relatos perfección moral. De todos modos, su estilo litera­
La rebelión humana (1968), Figuraciones (1977), rio, con mucho de casticismo, evidencia una gran
Tiempos (1980), La pirámide de Khéops (1980) y capacidad para controlar los hilos del relato. Entre
El espacio escarlata. Deben mencionarse sus tra­ sus obras destacan: Memorias del Padre Germán
bajos críticos El teatro, hoy (1966), El teatro de (1900), Ramos de violetas. Colección de poesías y
Buero Vallejo. Una meditación española (1973), artículos espiritistas (1903), ¡Te perdono! Memo­
La Casa de Bernarda Alba y el teatro de García rias de un espíritu (1904) y, ya postumamente, en
Lorca (1985) y El castigo sin venganza y el teatro nuestros días, tras casi un siglo de olvido, Cuentos
de Lope de Vega (1987), así como ediciones y pu­ espiritistas (2002).
blicaciones de y sobre la obra de Valle-Inclán*.
DOMÍNGUEZ, Adriano (León)
DOMINGO, Marcelino (Tortosa, Tarragona, Narrador. Actor de cine, en muchísimas películas
1884-Toulouse, Francia, 1939) célebres del cine español, y de teatro, es autor de
Narrador. Político y periodista de ideas regenera- la novela A l borde del silencio (1998), en la que
cionistas (véase REGENERACIONISMO), se preo­ habla de un pueblo sumergido en un pantano, el
cupó por cuestiones agrarias. Entre sus obras na­ cual bien pudiera ser el pantano leonés del Porma,
rrativas destacan: Vidas rectas (1925), El pan de bajo cuyas aguas el Juan Benet* ingeniero se­
cada día (1926), Los príncipes caídos (1930) y pultó el pueblo que, para mayores coincidencias
Doña María de Castilla (1933). literarias, era el lugar de nacimiento de Julio Lla­
mazares*.
DOMINGO, Xavier (Barcelona, 1929-1996)
Periodista, novelista y ensayista. Reportero de la DOMÍNGUEZ BERRUETA, Juan (Salamanca,
agencia France-Press en París desde 1956 a 1866-1958)
1976, colaboró en numerosos medios de com u­ Ensayista. Pedagogo e historiador, fue catedrá­
nicación y diarios con artículos de gran mordaci­ tico de Matemáticas en el instituto de su ciudad.
DOMÍNGUEZ REY 256

Deben mencionarse sus obras La cientificomanía con las españolas, si bien parece que la balanza
(1895), Música nueva (1900), La canción de la de los argumentos se decanta por la segunda op­
sombra (1910), Fray Juan de los Ángeles (1927), ción. Don Juan es un libertino y seductor de mu­
El cardenal Cisneros (1929) y Un cántico a lo jeres empujado por una doble potencia de fuer­
divino (1930). zas: la presencia de la muerte y el castigo divino.
Los personajes de semejante índole, sometidos a
DOMÍNGUEZ REY, Antonio (Rianxo, La Coruña, la atención de la divinidad castigadora, suponen
1945) una tradición antigua en la literatura, si bien la
Ensayista y poeta en lenguas gallega y española. complejidad psicológica de don Juan es propia
Doctor en Filología Hispánica y en Filosofía, y de la época moderna en el tratamiento del tema.
profesor de Lingüística en la UNED, ha colabo­ Don Juan es un personaje marcado por la insatis­
rado como crítico literario en diversas publica­ facción y por la sucesión de aventuras amorosas
ciones y ha creado en París el Aula de Literatura para tratar de vencerla —Gregorio Marañón* vio
Antonio Machado. De entre sus poemarios, des­ en él a un sujeto afeminado y de características
tacan: Garlopa marina (1974), Gremor (1974), sexuales inseguras— . Su capacidad de seducción
La voz y su vacío (1980), Lúrido ocelo (1983), está unida al deseo de abandonar a sus amantes;
Lúa loura (1984), Fendas (1991), Eidos 'da m i­ se sabe favorito de las mujeres y, por tanto, esa
rada (1994) y Como rostro que surge (1999). Es capacidad suya y la atención segura de sus vícti­
autor de numerosos ensayos críticos, entre ellos: mas lo llevan a sentirse insatisfecho, acaso por­
Antonio Machado (1979), Antología de la Poe­ que la sucesión de aventuras únicamente signifi­
sía M edieval Española, 1 y 11 (1981), El signo que un constante fracaso. No se trata solo de un
poético (1987), Novema versus Povema. Pautas seductor juguetón; don Juan es un personaje dra­
líricas del 60 (1987), Gramática pictórica (1987), mático, abatido por impulsos contrarios, víctima
Masaje del mensaje. Lingüística semiótica del desencantó y aturdido por una ansiedad que
(1988) y La llamada exótica. El pensam iento trata de colmar con sus eximios logros amorosos.
de Emmanuel Lévinas. Eros, Gnosis, Poíesis Sin duda, todos estos matices lo convierten en
(1997). una figura compleja, que dista mucho de repre­
sentar tan solo la imagen frágil de un aventurero.
DOMÍNGUEZ ROMERO, Martí (Madrid, 1966) Conviene tener presentes los oscuros y tortuosos
Narrador en lengua catalana. Con una novela, motivos de dicha aventura constante. No debe ol­
Las confidencias del conde de Bujfon (1999), ga­ vidarse la importancia dé los elementos religio­
lardonada con numerosos premios en su original sos en el personaje; don Juan desafía a Dios, al
catalán, tales como el Andrómina, el Creixells o tiempo que desafía a otros personajes que, en el
el de la Crítica del Instituto Interuniversitario de curso de sus correrías, caerán abatidos a conse­
Filología Valenciana, este biólogo consiguió los cuencia de ellas. Este es el proceso que sirve para
elogios de la crítica recreando la vida del natura­ presentar el mundo de los muertos como una
lista francés del siglo xvm Georges-Louis Le- amenaza, ya que se convierten en heraldos de la
clerc, conde de Buffon, cuyos escritos revolucio­ divinidad y, por tanto, en constante motivo de in­
naron la historia natural, y que Domínguez trató tranquilidad, y último de contrición, de don Juan.
más allá de sus profundos conocim ientos, do­ Pero, además, y en este sentido, don Juan ni cree
tando a su historia de una sutil interiorización ni deja de creer, actitud que le lleva a actuar con
psicológica y de una prosa de extraordinaria cla­ una temeridad en que tanto la vida terrena como
ridad y originalidad. la ultraterrena, esto es, su salvación, no son mo­
tivos suficientes para frenar su instinto. Es, pues,
DON JUAN un individuo rebelde, contra las formalidades y
Mito acuñado por Tirso de Molina* en El burla­ hábitos sociales y contra Dios, pero se trata de
dor de Sevilla y convidado de piedra, que des­ una rebeldía contradictoria, una rebeldía que lo
pués trataron otros autores fundamentales como empuja por un lado a vivir el instante y, por otro,
Antonio de Zamora*, Zorrilla*, Moliere, Gol- a despreciarlo. Es ese talante de riesgo, incerti-
doni, Byron, Pushkin, Dumas o M ontherlat. La dumbre y desapego el que lo convierte en ejem­
obra española más popular sobre el tema es, por plo de jugador, alguien que se lo juega todo, in­
supuesto, Don Juan Tenorio (1844), de José Zo­ cluso su propia vida o el castigo eterno, a una
rrilla*, aunque el personaje ha continuado sedu­ carta, a un apasionado y momentáneo deseo. El
ciendo a otros autores que se han ocupado de él, final de esa vida, el destino que lo espera, es se­
tales, y entre otros, como Azorín*, Jacinto Grau* guramente el desencadenante de la tragedia in­
o Torrente Ballester*. En cuanto a los orígenes terna que vive el personaje, y es un final que, en
del personaje creado para el teatro por Tirso, se cada caso, queda al arbitrio de los diferentes au­
ha especulado con las raíces italianas tanto como tores.
257 DUARTE I MONTSERRAT

DONCEL, Diego (M alpartida, Cáceres, 1964) Son Armadans, entre otras. Fundador de diferen­
Poeta. En sus versos, de factura polifónica y te­ tes colecciones poéticas, entre ellas «Los Dios-
mática metafísica, juega con símbolos arquetípi- euros» y «El Arca», en los años sesenta y setenta
cos — el pájaro, el árbol...— y con una retórica se ocupó del Servicio de Publicaciones del Ca­
próxima al misticismo. Su palabra es limpia y de bildo Insular de Gran Canaria. Compuso poema­
gran densidad semántica. El tiempo, como eje en rios de inspiración clásica que, con el tiempo,
tomo al cual gira el verso, ha predominado en su incorporaron las influencias de Vicente Aleixan­
poesía, en la que ha ido evolucionando hacia una dre* y de Miguel Hernández*, que originaron
dram aticidad rom ántica que se aleja del m isti­ una poesía tendente a un realismo* centrado en
cismo para abrir las puertas a una ironía desen­ los problemas del hombre. Incluido en la Antolo­
cantada. Destacan sus poem arios El único um­ gía cercada (1947), destacan libros como Ifige-
bral (1990), por el que recibió el Premio Adonais, nia (1943), Dido y Eneas (1945), Sonetos a Jo­
El libro de las contem placiones (1994) y Una sefina (1946) y El Arca (1947). Después de estos
sombra que pasa (1996). poemarios, se dedicó al ensayo, prestando aten­
ción prioritaria a temas de literatura canaria; al­
DONOSO CORTÉS, Juan (Valle de la Serena, gunos de ellos se recopilaron en Ensayos Insula­
Badajoz, 1809-París, 1853) res (1977). En 1986 el Gobierno de Canarias le
Ensayista. M arqués de Valdegamas, estudió en concedió el Premio Canarias de Literatura.
Cáceres y en Sevilla, ciudad, esta última, en la
que fue profesor de Humanidades. Ya en Madrid, DORIO DE GÁDEX -> Véase REY MOLINÉ, An­
se dedicó a la política, convirtiéndose en un des­ tonio.
tacado orador y ejerciendo, entre otros cargos, el
de diputado por Cádiz en las Cortes de 1837 y el D'ORS, Eugenio -» Véase ORS Y ROVIRA, Eu­
de ministro plenipotenciario en París. Antes, en genio d'.
1840, y durante tres años, había sido desterrado
por Espartero. Su obra fundamental, Ensayo so­ D'ORS, Miguel -> Véase ORS, Miguel d'.
bre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo
(1851) — traducida al francés por Veuillot— , le­ D'ORS, Pablo J. -> Véase ORS, Pablo J. d'.
vantó una gran polémica en toda Europa, ya que
considera al catolicismo como la única vía para D'ORS Y ROVIRA, Eugenio -> Véase ORS Y RO-
salvar a la sociedad. Es un texto pesimista al re­ VIRA, Eugenio d'.
ferirse al hom bre y su razón, lo que da lugar a
numerosas antítesis difíciles de sostener. El resto DOTOR Y MUNICIO, Ángel (ArgamasiUa de
de su producción se compone de artículos, cartas Alba, Ciudad Real, 1898-Madrid, 1986)
y discursos en el Ateneo en los que queda clara Novelista y ensayista. Doctor en Filosofía y Le­
su brillantez oratoria, así como su defensa de un tras y miembro de numerosas corporaciones cul­
absolutismo monárquico-religioso. turales, entre ellas la Academia de Bellas Artes
de San Femando, destacan sus novelas, libros de
DOÑA, Ménica (Jaén) viaje, biografías y ensayos. De su vastísima obra,
Poetisa. Residente en Granada, es cantante y ha deben mencionarse su novela Uceda la Blanca
formado parte de la Primera antología de can­ (1922), el libro de viajes Don Quijote y el Cid
tautores andaluces (1986). Ha dedicado mucho (Viajes p or Castilla) (1928), los ensayos M ira­
tiempo y esfuerzos a la gestión cultural en dor: las letras y el arte contemporáneos (1924-
Úbeda, ciudad de cuya canción tradicional ha 1929) (1929) y La M ancha y el «Quijote»
realizado una recopilación. M ezcla m itología y (1930), o la biografía Mujeres célebres en la his­
fem inidad en el poemario N ueve lunas (2000), toria (1970), entre otros textos de variada temá­
en el cual aborda la representación de lo fem e­ tica y orientación.
nino, ligado a la fertilidad en diferentes culturas
y evitando todo barroquismo. DUARTE I MONTSERRAT, Caries (Barcelona,
1959)
DORESTE VELÁZQUEZ, Ventura (Las Palmas de Poeta en lengua catalana. Vicepresidente de la
Gran Canaria, 1923-La Laguna, Tenerife, Associació d ’Escriptors en Llengua Catalana y
1987) miembro de la Junta d l’Ateneu Barcelonés,
Poeta, periodista y ensayista. Estudió M agiste­ desde 1996 es director general de Difusió de la
rio, Derecho y Filosofía y Letras en la Universi­ G eneralitat de Catalunya. En sus versos, clara­
dad de La Laguna, en la que fue profesor auxiliar mente basados en la sencillez expresiva que huye
de Literatura, y colaboró en revistas como Espa­ de barroquismos y extravagancias, el dolor y la
daña, ínsula, Revista de Occidente y Papeles de esperanza de la existencia conviven en una poe­
DUEÑAS 258

sía de corte intim ista y sensitivo en la que de­ que recoge toda su poesía desde el mencionado
sempeñan un papel dominante el erotismo y la La calle de la luna hasta el entonces inédito En­
caducidad del sentimiento amoroso. La construc­ treluces, y Poesía incompleta (2001). Son sus
ción de sus poemas parte de imágenes, e inves­ novelas, al comienzo influidas por Valle-Inclán:
tiga en la transición de lo visual a lo textual. Es Operación Marabú (1966), Los consulados del
autor, entre otros, de los poemarios Vida endins Más A llá (1966), La rueda de fuego (1971), La
(1984), D ’una térra blava (1997) y El sueño linterna mágica (1971), El mono azul (1974),
(2002), traducido al español y en el que rinde un Premio Nacional de Literatura y finalista del Pre­
homenaje a los pueblos explotados del planeta y mio Nadal, y Los agujeros negros (1978). Como
donde juega, como elementos simbólicos, con la ensayista, ha publicado Una disidencia poética
tierra y el mar. Ha publicado, además, diferentes (1976), El mito de Doñana (1977), Im idiotez de
estudios lingüísticos. la inteligencia (1982), La España im aginaria
(1984), El suicidio de la m odernidad (1984),
DUEÑAS, Juan de (?, h. 1400-?, a. de 1460) Guía natural de Andalucía (1986), Andalucía
Poeta. Estuvo al servicio del rey de Castilla, crítica (1989) y El cansancio de ser libres (1992),
posteriormente, al de los Infantes de Aragón y entre otros. Además de los ya mencionados, en
al de Alfonso el M agnánimo, y, finalm ente, al 1960 recibió los Premios Ciudad de Sevilla y
de Juan II* de Navarra. Tuvo una vida acciden­ Washington Irving. Ha sido traductor de obras de
tada y sus versos se recogen en diversos cancio­ Dylan Thomas, Bertolt Brecht, Thomas Mann y
neros, entre ellos el de Stúñiga* y el de San Ro­ Heinrich Bóll.
mán. La m ayoría de ellos son laudatorios,
amorosos y satíricos. Destacan la fantasía ale­ DUQUE AMUSCO, Alejandro (Sevilla, 1949)
górica en octosílabos Nao de amor, su Misa de Poeta. Profesor de Literatura en Barcelona, per­
amor, en la que parodia diversas partes de la tenece a la generación conocida como de los
misa, y El pleyto que ovo Juan de Dueñas con «novísimos» y es especialista en la obra de Vi­
su amiga, un diálogo repleto de versos de gran cente Aleixandre*, de quien editó su correspon­
ingenio y que quizá se representase como obra dencia con Dámaso Alonso*. En sus versos,
dramática. atentos, más que los de sus supuestos compañe­
ros de generación, a los problemas metafísicos
DUQUE, Aquilino (Viñamarina Bormuios. Sevi­ del hombre, se aprecian las influencias de la poe­
lla, 1931) sía oriental y de la arábigo-andaluza. Destacan
Poeta, novelista y ensayista. Estudió Derecho en sus poemarios Esencias de los días (1972-1975)
Sevilla, Cambridge y Dallas, ha colaborado en (1976), El sol en Sagitario (1978), Del agua, del
numerosas publicaciones, entre ellas ínsula y fuego y otras purificaciones (1983), Sueño en el
Revista de Occidente, y ha sido traductor en di­ fu ego (1989) y Donde rompe la noche (1994),
versos organismos internacionales. Pertenece a galardonado con el VII Premio Fundación Loe-
los poetas próximos al grupo de poetas de los we. Como traductor, destacan sus traducciones
años cincuenta (véase GENERACIÓN DEL 50), ca­ del poeta John Keats.
talogado así por García Hortelano*, aunque no
comparte con ellos ni los compromisos socio-po­ DUQUE DE ESTRADA, Diego (Toledo, 1589-Ca-
líticos ni sus presupuestos estéticos. Su poesía, ller, Cerdeña?, 1647)
preocupada por el amor y la muerte, es cuidada, Novelista y poeta. De fam ilia noble, sabemos,
intimista, reflexiva, en cierta medida existencial, gracias a su obra, que tuvo una vida de agitadas
y formalmente barroca, si bien sabe conjugar lin­ aventuras. Al final de su vida, ingresó en la Or­
güísticamente la tradición con cierta ligereza den de san Juan de Dios y se retiró a un con­
conversacional. En sus versos afronta dos expe­ vento de Cerdeña con el nombre de Justo de
riencias esenciales en su vida: la relación biográ­ Santa María. Además de su obra Octavas rimas
fica con Andalucía y su larga permanencia en a la insigne victoria conseguida por el marqués
diversos países de Europa, entre ellos Italia. Des­ de Santa Cruz (1624), la fama la debe a sus Co­
tacan poemarios como: La calle de la luna mentarios del desengañado de sí mismo, prueba
(1958), El campo de la verdad (1958), De pala­ de todos los estados y elección del m ejor de
bra en palabra (1968), Premio Leopoldo Panero ellos, o sea, Vida de don Diego Duque de Es­
y Fastenrath de la Real Academia Española, El trada, escrita por sí mismo, novela autobiográ­
invisible anillo (1971), Los cuatro libros cardi­ fica que no se publicó hasta 1860. Se trata de un
nales (1977), que reúne los anteriores, Aire de texto fantasioso, en el que la historia brilla por
Roma andaluza (1978) y El engaño del zorzal su ausencia, donde se aprecian los resabios de la
(1986), a los que hay que añadir el volumen Poe­ novela picaresca y que resulta de gran am eni­
sías incompletas. Obra poética reunida (1999), dad. En él se ensalzan la bravura y los senti­
259 DURAN OROZCO

m ientos del honor, el orgullo y el desafío a la un niño y allí se quedaría toda su vida. En su
muerte, dentro de un clim a narrativo en el que obra se aprecian sus conocimientos sobre la
se intenta narrar, con exageración y dramatismo, mentalidad indígena y la cultura mexicana. Son
una vida excesiva que habrá de conducir al arre­ obras suyas: Ritos y fiestas de los antiguos mexi­
pentim iento. Es un buen docum ento sobre las canos (1578) e Historia de las Indias de Nueva
costumbres del siglo xvn. España e islas de Tierra Firme (1581).

DUQUE DE RIVAS -> Véase RIVAS, duque de. DURÁN, Francisco (siglo xvm)
P oeta y dramaturgo. Padre de Agustín Durán*.
DURÁN, Agustín (Madrid, 1793-1862) Con La industriosa madrileña y fabricante de
Crítico literario y ensayista. Estudió en el semi­ Olot, o Los efectos de la aplicación, representada
nario de Vergara y en la Universidad de Sevilla. en 1790, siguió los moldes del clasicismo, por lo
Discípulo de Alberto Lista* y de Quintana*, fue que no tuvo éxito, pero es, sin embargo, un ejem­
director de la Biblioteca Nacional, cargo para plo de comedia crítica dieciochesca. También
cuya obtención debió enfrentarse a Gallardo*, publicó poemas.
con quien había mantenido una gran amistad. Es
considerado el introductor, junto a Nicolás Bohl DURÁN, Manuel (Barcelona, 1925)
de Faber*, del Romanticismo* Histórico en Es­ Poeta y ensayista. Salió de España con su fami­
paña. Interesado por el teatro del Siglo de Oro lia tras la Guerra Civil, ha vivido en diferentes
(véase EDAD DE ORO), consideró el de Lope de países, estudió Leyes y Letras en la Universidad
Vega* y Calderón* dentro de la escuela román­ Nacional Autónoma de México y en la de Prin-
tica. Defendía la pasión antes que la perfección ceton, es catedrático de Literatura Española en
formal en la literatura. Destacan sus obras: D is­ la Universidad de Yale y colaboró en numerosas
curso sobre el influjo que ha tenido la crítica publicaciones, entre ellas ínsula y Papeles de
moderna en la decadencia del teatro antiguo es­ Son Armadans. Su poesía, de carácter humanista
pañol (1828), donde analiza como superior el y solidario, se recoge en libros como Puente
arte escénico español del Siglo de Oro frente (1946), Ciutat i figures (1952), escrito en cata­
al neoclásico dieciochesco y en el que señala que lán, Ciudad asediada (1954), La paloma azul
el origen de aquel no está en la tragedia griega, (1959), El lugar del hombre (1965), Cámara os­
Colección de sainetes (1843), recopilación de cura (1972), El lago de los signos (1978) y El
sainetes, Romancero general. Colección de ro­ tres es siempre mágico (1981). Entre sus estu­
m ances castellanos anteriores al siglo xvm dios y trabajos críticos destacan: El superrea­
(1849-1851), conocida como el Romancero de lismo en la poesía española contemporánea
Durán y que fue la más importante recopilación, (México, 1950), La ambigüedad en el «Quijote»
más de mil doscientos romances, hasta esa fecha, (Jalapa, 1960), Lorca. A Critical Anthology (1962),
y algunas m onografías sobre Lope de Vega* y Voces españolas de hoy (1965), Ortega y Gasset,
Tirso de M olina*. Con el seudónim o de El Tro­ sus mejores páginas (1966), De Valle-Inclán a
vador escribió y publicó dos leyendas de tono León Felipe (1974), Calderón y la crítica (1976)
clasicista: La infantina de Francia y sus amores y Quevedo (1978), entre otros.
con la hija del rey de Hungría y Leyenda de las
tres toronjas del vergel de am or (1856). A si­ DURÁN GUARDEÑO, Antonio J. (C abra, C ór­
mismo, publicó Trovas en antigua parla caste­ doba, 1962)
llana (1829), Trovas a la reina (1832) y Talía es­ Novelista. Catedrático de Análisis Matemático
pañola (1843). en la Universidad de Sevilla desde 1996, debutó
con la novela La luna de nisán (2002), en la que
DURÁN, Carmen (Cádiz, 1949) combina, siguiendo cauces narrativos tradiciona­
Narradora. Licenciada en Psicología, ejerce como les, tres momentos de la historia, el siglo xvn, la
psicoterapeuta desde 1979. Convencida de que la segunda República y los años ochenta, mez­
literatura puede ahondar mejor que cualquier otro clando registros de novela histórica y de relato
mecanismo de comunicación en los misterios de de intriga.
la realidad interior, su obra profundiza psicoana-
líticamente en los procesos de construcción y de­ DURÁN OROZCO, José (Salamanca, 1865-
construcción individuales. Es autora de la novela 1921)
Las tinieblas del corazón (2002). Poeta. Amigo de Villaespesa* y Juan Ramón Ji­
ménez*, entre otros, llevó una vida bohemia. Su
DURÁN, Diego (Sevilla, 15 37-M éxico, 1587) poesía, marcada por las tendencias del siglo xix
Historiador y misionero. M iem bro de la Orden de autores como Campoamor* o Núñez de
de Santo Domingo, llegó a Nueva España siendo Arce*, supone un reanálisis de la angustia ro­
DUYOS 260

mántica. Destacan poemarios como: A fanes y comedias— , destaca por su labor poética, en la
eternos (1892), Tardes grises (1900) y La som ­ que las temáticas religiosa y taurina, abordadas
bra (1903). con colorido y ritmo fácil, constituyen el eje de
sus versos. Deben mencionarse poemarios como
DUYOS, Rafael (Valencia, 1906-1988) Toros y pan (1932), Cabanyal (1933), Fragmen­
Poeta. Doctorado en Medicina en 1929, se había tos de cartas jam ás escritas (1934), Romances
trasladado a M adrid en 1920, vivió en Tánger, de la Falange (1939), Junto al Plata (1941),
viajó por América y, tras volver a M adrid en Siempre y nunca (1941), Los ángeles hacen pal­
1943, se ordenó sacerdote en 1972. Aunque es­ mas (Romancero taurino) (1946) y Alm uédanos
cribió teatro — adaptaciones, operetas, zarzuelas y campanas (1952).
E
ECHEGARAY, José (M adrid, 7832-1916) hijo de don Juan (1892), El estigma (1895),
Dramaturgo. De fam ilia de origen vasco, inge­ Mancha que limpia (1895), La duda (1898), El
niero de cam inos y econom ista, se dedicó a la loco de Dios (1900) y A fu erza de arrastrarse
política, actividad en la que pasó del liberalismo (1905). Entre sus trabajos críticos y en prosa,
al republicanism o. Ocupó los cargos de D irec­ deben mencionarse: Algunas reflexiones gene­
tor General de Obras Públicas y ministro de Fo­ rales sobre la crítica y el arte literario (1894),
mento tras la revolución de Septiembre de 1868; así como el libro de relatos Cuentos (1912).
a él se debe la creación del Banco de España. En Postumamente, se editó su autobiografía R e ­
1873, tras la proclam ación de la República, se cuerdos (1917; 3 vols.)
exilió en París. En 1880 firmó, con Salmerón y
Pérez Galdós*, el manifiesto de constitución del ECHEGARAY, Miguel (Quintanar de la Orden,
Partido Republicano Progresista, con lo que se Toledo, 1848-Madrid, 1927)
consum a su regreso a la política. En 1894 in­ Autor teatral y libretista de zarzuela. Hermano
gresó en la Real Academia Española y en 1904 de José Echegaray*, estudió Derecho y Filosofía
compartió el Premio Nobel de Literatura con el y Letras y escribió numerosas comedias — Cara
poeta francés Frédéric M istral, un prem io que y cruz (1864), Inocencia (1872), Contra viento y
desató la polémica. Sus dramas neorrománticos, marea (1878), El octavo, no mentir (1879), Sin
centrados en las pasiones humanas y no en los fam ilia (1882), M eterse a redentor (1887), El
temas de leyenda, gozaron de gran éxito. Muy enemigo (1888), Los hugonotes (1889) y Cari­
influido por autores como Dumas, B joérnson, dad (1903)— , sainetes y piezas pertenecientes al
Ibsen o Sudermann, es redundante a la hora de género chico*, entre las que deben mencionarse:
plantear conflictos de conciencia, adulterios, El dúo de la Africana (1893), con música de Ca­
duelos y desenlaces en los que se recurre al sui­ ballero, La viejecita (1897), Gigantes y cabezu­
cidio. Utiliza un lenguaje efectista e hiperbólico dos (1899), La casta Susana (1902), La rabalera
que hoy resulta ridículo, y, en las obras en (1907) y Juegos malabares (1910), todas con
verso, recursos poéticos muy forzados. Sus per­ m úsica de Vives. En 1913 ingresó en la Real
sonajes son acartonados y las situaciones que Academia Española.
viven resultan inverosímiles. Fue hábil a la hora
de mantener la atención del espectador gracias a ECHEITA, José Manuel de (Mundaca, Vizcaya,
la suma de misterios. La mayoría de sus textos, 1842-1915)
considerados como melodramáticos, en su peor Novelista y poeta. Fue marino, director en Fili­
sentido, las escribió pensando en los actores que pinas de los buques de Larrinaga y Compañía
iban a protagonizarlas, tales com o Antonio y alcalde de Manila. Deben mencionarse sus
Vico, Rafael y Ricardo Calvo, María Guerrero o novelas Josecho (1908) y Jayoterry M aitia
Fernando Díaz de Mendoza. De sus más de se­ (1910), y el poemario Au, Ori ta bestia (1913),
senta obras, destacan títulos como: El libro ta­ form ado por poemas dedicados a la mar y la
lonario (1874), escrita con el seudónim o de vida vasca.
Jorge Hayaseca, En el puño de la espada
(1875), O locura o santidad (1877), En el seno ECHEVARRÍA, María Jesús (Madrid, 1932-1963)
de la muerte (1879), La m uerte en los labios Novelista y poetisa. Estudió Filosofía y Letras y
(1880), E l gran galeoto (1881), quizá la más fa­ ejerció como periodista. Se interesó por el pro­
m osa de todas, D os fa n a tism o s (1888), Lo su ­ blem a de la deshumanización en las ciudades.
blime en lo vulgar (1890), M ariana (1892), El D estacan sus novelas Las medias palabras
ECHEVERRÍA 262

(1960) y La sonrisa y la hormiga (1962), el poe- que se da el apogeo, y, por último, el que, consi­
mario Poemas de la ciudad (1961) y la biografía derado como de decadencia, iría desde 1635
novelada Pasteur (1963). hasta el de la muerte de Calderón*, 1681.
Culturalmente, esta época de esplendor político
ECHEVERRÍA, Javier (Pamplona, 1948) para España supone uno de sus grandes m o­
Ensayista. Licenciado en Matemáticas, doctor en mentos, si no el más grande. Con los restos re­
Filosofía y doctor de Estado en Letras y Ciencias nacentistas del erasmismo de un Juan Luis Vi­
Humanas, ha enseñado en la Universidad Poli­ ves* — peculiar en todos los sentidos, ya que
técnica de Madrid y en la del País Vasco, además representaba una vertiente cristiana, que el pen­
de haber ejercido como investigador en, entre samiento del momento no tenía ni en Italia ni en
otras ciudades, París, Bruselas, Hannover y Chi­ Francia o Alemania, y que en la línea de todos
cago. Presidente de la Sociedad de Lógica, M e­ sus compatriotas prefirió el castellano al latín— ,
todología y Filosofía de la Ciencia, enseña Inves­ que coincidieron con la creación, durante todo
tigación de Ciencia, Tecnología y Sociedad en el el siglo xvi, de numerosas e importantes Univer­
Instituto de Filosofía del CSIC. Como ensayista, sidades, bibliotecas y archivos, se produce un
a veces su estilo está lleno de digresiones, muy florecim iento científico y cultural — arquitec­
al modo universitario, apartados y subapartados tura, escultura, pintura y literatura— que fue
que dificultan su lectura, aunque en general destacado incluso por el propio Erasmo, que
puede afirmarse que se trata de uno de los inte­ llegó a poner a Castilla como modelo cultural a
lectuales con mayor capacidad para, con natura­ seguir. Muy importante fue la evolución lingüís­
lidad y frescura, abordar cuestiones de extraordi­ tica, la pugna entre el habla vulgar y el latinismo
naria complejidad. Además de dos volúmenes de que condujo a alteraciones de toda índole que
carácter universitario, Filosofía de la Ciencia habrían de quedar como definitivas; así sucede
(1995) e Introducción a la M etodología de la con los cambios fonéticos apreciables en la or­
Ciencia (1999), destacan sus obras: Telépolis tografía de los diferentes autores, como la j ac­
(1994), Cosmopolitas m odernos (1995), con el tual o la pérdida de la pronunciación aspirada de
que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo, So­ la h. El español se difunde por toda Europa,
bre el juego (1999) y Los Señores del aire: Telé- desde Portugal hasta Flandes, pasando por Ita­
polis y el tercer entorno (1999), que es una con­ lia, Francia, A lemania o Inglaterra, y llega a
tinuación del mencionado libro de 1994. América, con lo que se convierte en una de las
grandes lenguas del planeta.
EDAD DE ORO Literariamente, pueden señalarse unas caracte­
Periodo clásico de la literatura española, también rísticas esenciales: un fuerte espíritu religioso en
conocido como Siglo de Oro — expresión esta todas las obras, sin que por ello escaseen los
utilizada por vez primera por Mayans y Sisear* ejemplos de duras sátiras anticlericales, un rea­
para referirse al siglo xvi, si bien quien la acuñó lismo sin concesiones, aunque a veces mitigado,
con el sentido que hoy le damos fue Luis José o enriquecido, por un cierto idealismo, y una en­
Velázquez*— , aunque se prefiere la denomina­ raizada conciencia nacional. El periodo conocido
ción que aquí empleamos ya que no restringe el como Edad de Oro comienza, en el ámbito de la
ámbito temporal a la lim itación impuesta por la lírica, con las poesías de Boscán* y Garcilaso*,
idea de siglo, que en absoluto se ajusta al lapso responsables de la llegada a España, no sin opo­
que corresponde a tal fenómeno literario. Sobre siciones, de la métrica italiana. En torno a dos
los años que abarca la Edad de Oro ha habido escuelas — la sevillana*, representada por Fer­
— y seguirá habiendo— polémica: hay quienes nando de Herrera*, y la salmantina*, ejemplifi­
afirman que todo se inicia con el reinado de los cada por fray Luis de León*— y a las dos ten­
Reyes Católicos en 1474, y que concluye en dencias con las que se inicia el Barroco* a
1700; otros prefieren hablar únicamente del si­ comienzos del siglo xvn — estas son el cultera­
glo xvi, y los hay que establecen los límites entre nismo* encabezado por Góngora*, continuador
la segunda mitad del xvi y la primera del xvn. En en cierto modo del herrerismo, y el concep­
cualquier caso, y sea como fuere, la hipótesis tismo* castellano de Quevedo*— se mueven, de
menos artificiosa es la que se refiere al tiempo un modo o de otro, todos los poetas de la época.
comprendido entre los años 1517 y 1681 — plan­ Asimismo, en el ámbito de la épica*, la influen­
teamiento del francés decimonónico Prosper Mé- cia culta, nacida con Ariosto y Tasso en Italia, se
rimée— , en función del cual puede establecerse aprecia en autores como Ercilla*, Balbuena* o
una división que comprenda un periodo inicial, Virués*, entre otros, mientras que la mayoría de
entre 1517 y 1598, que abarcaría los reinados de los autores del momento cultivan el romance ins­
Carlos V y Felipe II, otro desde la muerte de este pirado en el Romancero*. En el teatro, tres nom­
último hasta la de Lope de Vega* en 1635, en el bres, Lope de Vega, Tirso de Molina* y Calde­
263 EJEMPLOS

rón, recogen el testigo de Juan del Encina*, el das, todas de carácter histórico, son: La espada
realism o de la Celestina y el clasicism o de un de san Fernando (1852), El milagro y El talis­
Torres Naharro*, al tiempo que en el mundo no­ mán del diablo, aunque donde verdaderamente
velístico parecen sobrevivir las im itaciones ca­ destacó fue en el teatro con títulos como: Una
ballerescas del Amadís, solo hasta la culmina- aventura de Tirso (1855), Las querellas del Rey
ción-destrucción del género llevada a cabo por Sabio (1858), La vaquera de la Finojosa (1858),
Cervantes* en el Quijote, la novela pastoril* toca Verdades amargas (1863), Mentiras dulces
a su fin ante el empuje de la picaresca*, iniciada (1859), la comedia La cruz del matrimonio
por el Lazarillo de Tormes*, y aún se cultivan la (1860) o los libretos de zarzuela El molinero de
novela bizantina* y la histórica, esta última me­ Subiza (1870) y El salto del pasiego, represen­
nos importante que los libros específicamente de tada postumamente en 1878. En 1864 se publica­
Historia, tales como los de Diego Hurtado de M en­ ron en París sus Obras dramáticas.
doza*, Juan de Mariana* o Francisco de Monea­
da*, entre otros. EIXIMENIS, Francesc (G erona, 1335?-Perpig-
M ención aparte m erecen los autores místicos y nan, Francia, 1409)
ascéticos, que tanto en prosa como en verso, al­ Tratadista en lengua catalana. Monje franciscano,
canzaron cotas literarias difícilmente igualables; doctor en Teología por Tolosa, consejero de los
así, nombres como los de santa Teresa de Jesús*, Jurados de Valencia, ciudad en la que fue catedrá­
san Juan de la Cruz*, fray Luis de León o fray tico de Teología, además de en Lérida, y obispo
Luis de Granada* brillan con luz propia en la de Ela, su obra, de carácter religioso, popular e
historia de nuestra literatura. irónico, fue un intento de enciclopedia moral,
concebida en trece volúmenes, de la que solo se
EGEA, Javier (Granada, 1952-1999) conservan cuatro —Llibre deis ángels, Vida de
Poeta. Heredero de la poesía de García Lorca* y Jesucrist, Llibre de les dones (1396) y Regiment
de Miguel Hernández*, formó parte del Colec­ de la cosa pública— bajo el título común de Lo
tivo 77, con Alvaro Salvador* y Jim énez M i­ Chrestiá. Se trata de un compendio del saber y la
llán*, con quienes redactó el manifiesto «La poe­ religiosidad de su tiempo en el que despuntan
sía más transparente». Su poesía, ligada a lo que unos diálogos de gran calidad. Otras obras suyas
se ha dado en llamar la «otra sentimentalidad», son Sea la Dei, Doctrina compendiosa, Ars predi­
con G arcía Montero* y Alvaro Salvador, con cando Pastorales y Psalteriurn laudatorium.
quienes precisamente publicó La otra sentimen­
talidad (1983), aúna la riqueza formal y el inte­ EJEMPLOS
rés por la Historia con los problemas de su inti­ Casos concretos que sirven como modelo de
midad, y hace convivir en sus versos clasicismo, conducta, cuyo origen está en los sermones que
realismo*, ritmos tradicionales, canción popular comenzaron a prodigarse a partir de la reforma
y surrealism o*. D estacan poemarios como Se­ religiosa que se inició en la Iglesia en el siglo xi,
rena luz del viento (1974), A boca de parir cuyos objetivos eran fundamentamente tres: re­
(1976), El viajero (1981), Paseo de los tristes forzar la autoridad del Papa, la organización de
(1982), quizá su obra más representativa, Argen­ las cruzadas y la reforma moral del clero. Pro­
tina 78 (1983), Troppo Mare (1984), galardo­ nunciados en lengua vulgar para el público laico,
nado con el Premio Antonio González de Lama, pronto se incorporaron a la prosa escrita. Proce­
y Raro de luna (1990), a los que hay que añadir, dían de la tradición cristiana y pagana, que usa­
fruto de su admiración por Rafael Alberti*, M a­ ron tanto los predicadores como los escritores di­
nifiesto albertista (1982). Recibió, asimismo, el dácticos con el doble fin de enseñar y entretener
Premio Internacional Juan Ramón Jiménez. tanto a oyentes como a lectores. Los ejemplos se
reunieron en colecciones de cuentos ejemplares
EGIDO, Luciano G. -»Véase GONZÁLEZ EGIDO, que, con frecuencia, estaban engarzados dentro
Luciano. de un marco narrativo general. Como ejemplo
(exemplum) se utilizaba cualquier cosa: desde las
EGUÍLAZ Y EGUÍLAZ, Luis de (Sanlúcar de Ba- fábulas esópicas hasta sucesos ocurridos a perso­
rrameda, Cádiz, 1830-Madrid, 1874) najes históricos y bíblicos o a figuras mitológi­
Novelista y dramaturgo. Inició estudios de Dere­ cas. Las dos primeras colecciones castellanas de
cho, pero no los concluyó. Muy religioso, enten­ este tipo, traducciones ambas de textos interme­
dió el teatro como una escuela de costumbres diarios árabes, son de mediados del siglo xm: el
(véase COSTUMBRISMO). Sus textos pecan de Libro de los engaños et de los assayamientos de
vulgar sentim entalism o, falta de profundidad y las muggeres — que es una versión del Libro
moralismo, y sus personajes resultan excesiva­ de Sindibad o Sendebar— y el Calila e Dimna
mente caricaturizados. Sus novelas más destaca­ — que remite al Panchatantra, colección origi­
ELGARRESTA 264

naria de la India, del siglo n a. de C.— . Se trata novela infantil Luz en la niebla (1991). En 1993
de dos obras que recalcan la sabiduría mundana recibió el Premio Europa al conjunto de su obra.
antes que la moral cristiana, y sus rasgos estruc­
turales y didácticos responden a los de los cuen­ ELGUERO DE OLAVIDE, Ignacio (Madrid, 1964)
tos orientales: enseñan a vivir virtuosamente en Poeta. Guionista de programas radiofónicos, di­
el mundo tal como es. En esta línea, pude decirse rige un programa dedicado a la poesía en RNE.
que hay tres tipos de pretextos para las narracio­ En sus versos contempla con melancolía el paso
nes: por un lado, pueden servir para prorrogar del tiempo y el amor desde los avatares del
una sentencia de muerte — caso de Las mil y una aprendizaje, ello con un lenguaje fresco que
noches— ; por otro, servir como respuesta del aborda la amargura que, cumplidos los 30 años,
maestro al discípulo y, en algunos casos, para en­ supone mirar atrás, a la lejanía de la infancia y
tretener un viaje o una espera aburrida — particu­ de la adolescencia, contemplada con una ironía
laridad más tardía y típicamente occidental; es el que usa de todo un catálogo de referentes propios
caso del Decamerón. de una generación: los helados Camy, los libros
Dos obras más, los Castigos e documentos para de «Los Cinco», etc., mezclando registros cultos
bien vivir ordenados por el rey don Sancho IV y y el lenguaje de los cómic y el pop. En sus ver­
el Libro de la vida de Barlaam y del rey Josapha sos conviven la poesía figurativa, la de la expe­
de India — cuyo texto hispánico debió de com ­ riencia*, la línea clara, el coloquialismo, cierta
ponerse en el siglo xm o en el xiv— , deben tam­ estética de los «novísimos» y los ecos de los clá­
bién consignarse como muestrarios de ejemplos. sicos, Góngora*, V irgilio..., o de poetas más
En la primera, que no es seguro que fuese escrita próximos, como José Hierro* o Leopoldo de
por el propio rey, hay ejemplos orientales, de la Luis*, incluso Carnero*, Gimferrer*, A ntonio
patrística y medievales europeos que sirven, con Colinas* o Luis Antonio de Villena*, homenajea­
algunos rasgos de la literatura gnómica, que le dos todos con admiración. Es autor de los poe­
sirven al rey para advertir a su hijo. La segunda, m arios El dormitorio ajeno (1985), en realidad
versión cristiana de la leyenda de Buda — fil­ un cuaderno poético, Los años como colores
trada a través del griego y del latín— , posee afi­ (1998) y Cromos (2000).
nidades con las colecciones de ejemplos de ori­
gen oriental, y en ella un joven príncipe aprende ELIPANDO DE TOLEDO (Toledo, 717-794?)
virtud y contempla al mundo a su auténtica luz. Solo se conservan de él unas cartas, recogidas
Todas estas obras, sobre todo debido a sus im ­ por Menéndez Pelayo* en su Historia de los he­
portantes partes narrativas, pueden considerarse terodoxos españoles (1888, vol. I), en las que se
como iniciadoras del relato de ficción. ve el cariz de su herejía al.afirmar que Jesús era
hijo adoptivo de Dios, idea impulsada en España
ELGARRESTA, José (Madrid, 1945) por Félix de Urgel, condenado con Elipando en
Poeta. Estudió Derecho y Adm inistración de la Asamblea de Frankfurt del 794.
Empresas en ICADE y colaboró en el diario Ya.
Autor coetáneo de los poetas más jóvenes de la ELORRIAGA, Unai (Bilbao, 1973)
Generación del 68*, publicó tarde, con una poé­ N arrador en euskera. Licenciado en Filología
tica dubitativa, ajena al culturalismo de aquellos Vasca y profesor de instituto, es traductor de eus­
y más próxima a una cierta reflexión existencial, kera al español y portugués. En su obra la m emo­
a menudo melancólica e intensa, honda y con ria y la esperanza, como extremos de la insatis­
despuntes irónicos que tratan de com pensar la facción que provocan los deseos incumplidos,
angustia ante la muerte y la nada. Entre sus poe­ constituyen el eje central de su meditación sobre
marios, destacan: M onólogos (1977), Grito y el individuo. Incluido en la antología de narrado­
piedra (1979), Raíces en la niebla (1980), Pár­ res bilbaínos Bilbao ipuin biltegia (Bilbao alma­
pado y hierba (1982), La peligrosa ternura cén de ficciones), es autor de la novela SPrako
(1987), Fugas (1990), El Rey (1991), Poemas tranbia (2002), editada en 2003 en español como
porteños (1995), Tierra de nadie (1996), T Un tranvía en SP y con la que obtuvo el Premio
(1997), C onfesiones de un ventrílocuo (1997), Nacional de Literatura.
Poemas a pesar de m í mismo (1998), Todos ama­
mos la noche, inédito e incluido en Poesía ELORRIETA, Javier (Sestao, Vizcaya, 1948)
(1975-2000) (2000), que reúne toda su obra poé­ Poeta. Diputado, este autor vasco comenzó a la
tica hasta ese momento y que está prologado por sombra de Blas de Otero*, y su obra pertenece
Miguel Galanes*, y Derecho de asilo (2003). Es de pleno derecho a la poesía social (véase GENE­
autor, asimismo, del libro de relatos El suplanta- RACIÓN DEL 50), aunque con matices de inti­
dor de personalidades y otros cuentos (1979), al mismo profundo que nada tienen que ver con la
que siguió El país de ninguna parte (1984) y la reivindicación política. Destaca su poemario In­
265 ENRIQUE

tentó de Suma pasión (1997), prologado por Jon llana, una traslación de las Bucólicas de Virgilio,
Juaristi*. dos eruditas composiciones alegóricas, Triunfo
de Fama y Triunfo de Amor, breves poemas de
ENAMORADO MACÍAS, El -> Véase M ACÍAS, carácter popular y temáticas satíricas, jocosas,
El enamorado. religiosas y amorosas, y ocho piezas teatrales
— en la primera edición— , que incluyen sus cé­
ENCINA, Juan del (Encinas, Salamanca, 1468- lebres Eglogas: dos Églogas de Navidad, una
León?, 1529/1530) Representación de la Pasión, una Representa­
Dramaturgo, poeta y músico. De nombre verda­ ción de la Resurrección, dos Eglogas de carna­
dero Juan de Formoselle, Del Encina, nombre val y dos Eglogas en respuesta de unos amores,
que adoptó en 1490 siguiendo una moda rena­ a las que se añadieron posteriormente la Egloga
centista, está considerado como el patriarca del sobre los infortunios de las grandes lluvias, Re­
teatro español. Comenzó su form ación enfren­ presentación ante el príncipe don Juan sobre el
tándose con Lucas Fernández* para un puesto de poder del Amor, Auto del Repelón y la Egloga de
cantor en la catedral de Salamanca, de la que, a Fileno, Zambrano y Cardonio, compuestas tras
pesar de no conseguir su deseo, sería capellán, y su viaje a Roma y de características mucho más
en cuya Universidad se graduó como bachiller en profanas que las escritas antes de 1496. En plie­
leyes; en la misma ciudad, estudió con Nebrija. gos sueltos nos han llegado la Egloga de Cris-
Entró al servicio del duque de Alba, en cuya tino y Febea y la Egloga de Plácida y Vitoriano.
corte estrenó la m ayoría de sus piezas, y, ya en Sus piezas musicales, incluidas por Barbieri en
Roma, donde los papas Alejandro VI y Julio II le el Cancionero de los siglos x v y xvi (Madrid,
favorecieron, fue cantor de la capilla de León X. 1890), suman sesenta y ocho composiciones.
Se sabe que en 1510 vivía en M álaga y que, en
1519, se ordenó sacerdote y peregrinó a Jerusa- ENCINAS, Pedro de (?-1595)
lén, donde celebró su primera misa. Gozó de pri­ Poeta del que apenas se sabe nada, salvo que fue
vilegios eclesiásticos gracias a los cuales vivió religioso en Huete. De él se publicaron, pos­
con holgura. En 1523 residía en León, de cuya ca­ tumamente, unos Versos espirituales, que tratan
tedral fue prior. Se ha interpretado tradicional­ de la conversión del pecador, menosprecio del
mente que las tres ciudades en que vivió determi­ mundo y vida de nuestro Señor (Cuenca, 1597).
naron su personalidad: se dice que en Salamanca
adquirió el gusto por Virgilio y la antigüedad clá­ ENCISO, Pilar (Madrid, 1926)
sica, por el tradicionalismo popular y por el len­ A utora de teatro infantil y directora de escena.
guaje rústico con que hablarán sus pastores; en Deben mencionarse obras — muchas de las cua­
Roma conoció la gloria pagana del Renacimiento* les las escribió en colaboración con su marido,
y Jerusalén lo devuelve a sus orígenes de poeta Lauro Olmo*— como El león engañado (1960),
cristiano y castellano. En cualquier caso, esto no Asamblea General y dos piezas más (1981), Pre­
se refleja en su obra, ya que esta apareció editada mio Espinosa y Cortina de la Real Academia Es­
en Salamanca en 1496, antes de su viaje a Italia. pañola, El raterillo. La maquinita (1987) y Tea­
De modo genérico, puede afirmarse que la figura tro infantil (1987; 2 vols.). Ha recibido, además
de Del Encina representa el paso a la seculariza­ del mencionado, el Premio Lope de Vega de Di­
ción del teatro religioso medieval. Dos caracte­ rección Escénica.
rísticas fundamentales destacan en su teatro, por
un lado la sencillez heredada del auto* sacramen­ ENCISO CASTRILLÓN, Félix (M adrid, ?-h.
tal medieval, al que dotó de mundanidad inocu­ 1840)
lándole dosis de lírica y de acción, y, por otro, el Traductor, tratadista y pedagogo. Profesor del se­
culto al amor neopagano propio de la mentalidad minario de Nobles de Vergara, del Conservatorio
renacentista. Empleó por primera vez el lenguaje de Madrid y de la Universidad Literaria, tradujo
rústico sayagués, con el que, después, ya habla­ obras francesas e italianas, quizá la más destacada
rían siempre los graciosos del teatro español; Los novios de Manzoni, adaptó a los clásicos es­
gracias a este método logró introducir lo coti­ pañoles y escribió Principios de literatura (1832).
diano en la representación. En sus textos se apre­
cia la preocupación por dotar a los personajes de ENGAÑOS, Libro de los -> Véase SENDEBAR.
los lenguajes adecuados a cada uno de ellos. He­
redero, por tanto, de los valores m edievales y ENRIQUE, Antonio (Granada, 1953)
pionero del Renacimiento, incluye en su Cancio­ Poeta y narrador. Es profesor de instituto, cola­
nero (1496), del cual se hicieron seis ediciones bora en diferentes publicaciones y es autor de
durante su vida, la mayoría de sus producciones. guiones cinematográficos y de un libreto de ópera.
Está compuesto de un Arte de la poesía caste­ Su poesía, marcada por el interés hacia temas ca­
ENRÍQUEZ del castillo 266

balísticos y esotéricos, gusta de los versos largos en la cárcel. Entre sus obras de teatro destacan
y cultistas, así como de la rotundidad metafórica. las dos partes de Fernán Méndez Pinto (h. 1642),
Entre sus poemarios destacan: Poema de la Al- La torre de Babilonia (1649) — atribuidas en un
hambra (1974), Retablo de luna (1980), La tiempo a Lope de Vega*— , Celos no ofenden al
blanca emoción (1980), La ciudad de las cúpu­ sol, A lo que obliga el honor, Quien habla más
las (1980), Premio Juan Ramón Jim énez, Los obra menos y El valiente Campuzano. Sus poe­
cuerpos gloriosos (1983), Las lóbregas alturas sías aparecieron en Academ ias m orales de las
(1984), Premio Ciudad de Linares, Orphica Musas (Burdeos, 1642), que es una novela en
(1984), Premio Villa de Rota, E l galeón A tor­ verso, pero, además, compuso dos poemas: La
mentado (1990), La Quibla (1990) y La luz de la culpa del prim er peregrino (Rouen, 1644) y el
sangre (1997). Es autor, asimismo, de las nove­ poema épico Sansón Nazareno (Rouen, 1656),
las La armónica montaña (1986) y Kalaát Horra los diálogos de Política Angélica (Rouen, 1647),
(1991), reeditada con su título original, Las pra­ en el que ataca duramente a la Inquisición, y el
deras celestiales, y del ensayo Cien del Sur so­ rarísimo Luis, dado de Dios a Luis y Ana (París,
bre la Epica (1974), así como de los Cuentos del 1645). No obstante, su obra fundamental es El si­
río de la vida (1991). glo pitagórico y vida de don Gregorio Guadaña
(Rouen, 1644), que, basada en la transmigración
ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Diego (S e g o via , de las almas, cuenta la peregrinación de una por
1443-1504?) diferentes cuerpos, lo que le sirve al autor para
Cronista de Enrique IV, de quien, además, fue describir con ingenio a figuras representativas de
consejero y embajador. Fiel a su rey en todo mo­ la época; la más curiosa de las reencarnaciones
mento, fue en la batalla de Olmedo (1467) donde es la de Gregorio Guadaña, cuya parte en el texto
se le confiscó el manuscrito de su obra funda­ tiene entidad como obra aparte. La forma de Vida
mental, que se encontraba redactando: Crónica de Gregorio Guadaña es la de una novela corte­
del rey don Enrique el cuarto de este nombre, sana con resabios de la picaresca*, y, en ella,
publicada en edición sin fecha y no reeditada destacan el ingenio y la crítica costumbrista.
hasta 1787. Condenado a muerte, pena de la que
pudo librarse por su condición de clérigo, se vio ENRÍQUEZ DE GUZMÁN, Alonso (Sevilla,
obligado a recomponer la Crónica. Se trata de un 1499-Augsburgo?, 1547?)
texto de gran parcialidad, con algunas disonan­ Novelista, poeta, soldado y aventurero. Fue au­
cias cronológicas en la prim era parte — la que tor de una autobiografía titulada Libro de la vida
abarca desde 1454 a 1467— , en el que Enríquez y costumbres de don Alonso Enríquez de Guz­
del Castillo trata de mostrar una silueta magnifi­ mán, inédita hasta el siglo xix en que se publicó
cada de su rey, frente a la que intentaba el cro­ incompleta, en Chile, en 1873. Los manuscritos
nista de la otra parte, Alfonso de Palencia*, con de dicha obra se encuentran en la Biblioteca Na­
quien solo coincide en los hechos, no en su inter­ cional de Nápoles y en la de Madrid. En ella se
pretación. Su estilo es directo, aunque combina cuentan múltiples aventuras e intrigas palacie­
las arengas y los discursos, y describe con gran gas, batallas en las que participó y sus vivencias
colorido y precisión tanto los acontecimientos como compañero de Pizarro en las Indias, entre
como a los personajes. otros sucesos. Su estilo mezcla los resabios del
cancionero, refranes, romances, etc., con diálo­
ENRÍQUEZ [o HENRÍQUEZ] GÓMEZ, Antonio gos, cartas y reflexiones morales más cultos,
(Segovia, 1600-Sevilla, 1663) algo que nace de una ambición literaria con la
Poeta, dramaturgo y novelista. De familia judía que pretendía la fama y el éxito. Fue autor, ade­
conversa de origen portugués, al igual que esta, más, de epístolas, de un Romance sobre la
fue perseguido por la Inquisición, lo que, en de­ muerte de Almagro y de Nueva obra y breve en
terminado momento, entre 1636 y 1649, le llevó prosa y en metro sobre la muerte del ilustre se­
a exiliarse a Francia, donde fue secretario de ñor el adelantado don Diego de Almagro, dedi­
Luis XIII y miembro de la Orden de san Miguel. cadas ambas a la ejecución de este personaje, he­
Regresó a España con el falso nombre de F er­ cho que le impresionó mucho y que relata en su
nando de Zárate — con el cual escribió comedias Libro de la vida...
como La montañesa de Burgos, El maestro de
Alejandro, La presumida y la hermosa, prece­ ENRÍQUEZ DE ZÚÑIGA, Juan (G uadalaiara,
dente de Les fem m es savantes de M oliere, o El 1580/1590-León ?, d. de 1652) '
noble siempre es valiente, entre otras— y, en Novelista. Doctor en Derecho, fue alcalde de Ávila,
1661, asistió de incógnito al auto de fe en el que de Cuenca y de Córdoba, y corregidor de Alcalá
se quemó su propia efigie. En 1661 sería detenido y de León. Cuatro obras son importantes en su pro­
por el Santo Oficio para, al poco tiempo, morir ducción: Amor con vista (Madrid, 1625), novela
267 ERBADA

pastoril de tendencia moralista que incluye una numerosos medios de comunicación y es tra­
cosmografía y una geografía, Historia de las fortu­ ductor de euskera para el Gobierno de Navarra.
nas de Semprilis y Geronodano (Madrid, 1629), Autor de novelas como Sasiak ere begiak baditik
una Historia de la vida de César (Madrid, 1632), (1986), Garretatik arautizakoak (1989), Ur uhe-
basada en Apiano y Suetonio, y Consejos políticos rrak (1989), Lur zabaletan (1994) — traducida
y morales (Cuenca, 1634, y Madrid, 1642). como Agua turbia— Tigre ehizan (1996), con la
que obtuvo el Premio Euskadi y que se tradujo
ENTRAMBASAGUAS Y PEÑA, Joaquín de (M a­ como Cazadores de tigres (1999), obra de un
drid, 1904-1995) lenguaje austero, de gran parquedad expresiva y
Ensayista, narrador y poeta. Doctor en Letras, ha en cierto sentido emocionalmente fría a la que
sido catedrático de Historia de la Literatura Es­ hay que añadir Sorginkerien liburua edo Katalin
pañola en las Universidades de Murcia y Madrid, Kattalin-xorgin bilakatu zenekoa (1998).
conferenciante y profesor invitado en numerosas
universidades extranjeras. Su labor crítica se ha ÉPICA Y EPOPEYA -» Véase CANTAR DE GESTA.
centrado en autores diversos, desde Góngora* y
Bécquer* hasta Lope de Vega*, a quien dedicó ERAUSO, Catalina de (San Sebastián, 1592-
más de veinte ediciones y más de cien estudios, Cuitlaxtla, Nueva España, 1650)
entre los que deben mencionarse: Una guerra li­ Curioso personaje el de esta mujer, conocida
teraria del siglo de Oro: Lope de Vega y los pre­ como la «Monja Alférez», que, después de per­
ceptistas aristotélicos (1932), la biografía Lope de manecer en un convento, del que escapó en
Vega (1936), Estudios sobre Lope de Vega (1946; 1607, viajó a América disfrazada de hombre y
2 vols.) y Lope de Vega y su tiempo (1961). Otros allí pasó gran parte de su vida como soldado,
ensayos im portantes son M iguel de M olinos hasta que, herida en 1623, reveló su identidad al
(1935), El romanticismo español (1939), Obras obispo de Guamanga. Es célebre por la recrea­
de Pedro Laynez (1951) y Estudios y ensayos so­ ción que de su vida hiciera Juan Pérez de M on­
bre Góngora y el Barroco (1975), así como los talbán* en la comedia La monja alférez, así
doce volúm enes de ediciones anotadas de Las como por Historia de la Monja Alférez Doña Ca­
mejores novelas españolas contemporáneas talina de Erauso, escrita por ella misma, e ilus­
(1956). Como prosista ha escrito las novelas El trada con notas y documentos, que, aunque es­
paisaje inexistente (1932), El retrato de las co­ crita en primera persona, se ha considerado
sas (1935), El hombre al teléfono (1938), El la­ apócrifa. En esta obra se nos cuentan, a modo de
tido de los seres (Madrid, 1945) y La papelera memorias, las andanzas y acontecimientos de la
volcada (1956), entre otras. De sus poemarios vida de Catalina, incluso habla de su pasión por
destacan: Voz de este mundo (1946), Madrigales las mujeres. Fue publicada por Joaquín María de
sin ternura (1946), Poemas de la ciudad (1949), Ferrer, en 1829, en París. De esta Historia se han
Am or con paisaje (1962), El canto del hombre, hecho recreaciones posteriores, de las que quizá
poem a (1963) y Poem as con contorno de isla la más interesante sea The Spanish Military Nun
(1968). (1854) de Thomas de Quincey. De cualquier
modo, y para confirmar su caso, existe en el Ar­
ENZINAS, Francisco de (Burgos, 1520-Estras- chivo de Indias un M emorial de los méritos y
burgo, 1552) servicios del Alférez Erauso y, en 1625, se publi­
Humanista. Estudió en Lovaina y Wittemberg, caron en Madrid y Sevilla dos partes de sus
fue profesor de griego en Cambridge y partidario aventuras.
de la reforma luterana. Helenizó su nombre con­
virtiéndolo en Dryander. Encarcelado por su tra­ ERAUSO Y ZABALETA, Tomás (siglo xvm)
ducción del Nuevo Testamento (Amberes, 1543), Nada se sabe de la identidad de quien, bajo este
se escapó, y en 1551 dedicó su traducción de las seudónimo, firmó Discurso crítico sobre el ori­
Vidas paralelas, de Plutarco, al emperador. Tra­ gen, calidad y estado de las comedias de E s­
dujo, asimismo, a Luciano y Tito Livio y publicó paña, contra el dictamen que las supone corrom­
Breve y compendiosa institución cristiana (1540), pidas (1750), una furiosa crítica contra Blas
una Historia del estado de los Países Bajos y de Antonio Nasarre* por las injurias vertidas por
la religión de España (1558), firmado con la ver­ este al hablar de Lope de Vega* y de Calderón de
sión francesa de su nombre, Fran§ois du Chesne, la Barca* en el prólogo de la reedición de las Co­
y Memorias (1543-1545). medias y entremeses de M iguel de Cervantes
(1749).
EPALTZA, Aingeru (Pamplona, 1960)
Narrador en euskera. Licenciado en Ciencias de ERBADA, Ignacio de la -» Véase G Ó M EZ DE
la Información, ha trabajado como periodista en BARREDA, Iñigo.
ERCILLA Y ZÚÑIGA 268

ERCILLA Y ZÚÑIGA, Alonso de (Madrid, 1533- ESCALANTE Y PRIETO, Amos de (Santander,


1594) 1831-1902)
Poeta épico. De noble familia, fue paje del prín­ Poeta y narrador. Se trata de un autor vinculado
cipe Felipe, a quien acompañó a Flandes e Ingla­ a la literatura regional cántabra. C olaborador
terra, y viajó como voluntario a las Indias, parti­ del diario La Tertulia con el seudónimo de Juan
cipando allí en las luchas que tuvieron lugar García, destaca por los versos de Poesías
entre araucanos y españoles en Chile, concreta­ (1890), prologados por M enéndez Pelayo*,
mente en el valle de Arauco, tema central de su donde canta a la naturaleza de la m ontaña y al
obra. Tras su regreso a España, marchó a Alema­ mar, además de por los libros de viajes Del
nia en 1566, fue miembro de la Orden de San­ Manzanares al Darro (1863), Del Ebro al Tíber
tiago y desempeñó algunas tareas diplomáticas (1864), Costas y m ontañas (Libro de un cam i­
por mandato de Felipe II; el final de su vida lo nante) (1871) y En la playa (Acuarelas) (1873),
pasó en Madrid. y la novela histórica de ambiente local Ave M a­
La obra que le ha dado merecida celebridad es La ris Stella. H istoria m ontañesa del siglo XVII
Araucana, publicada en Madrid, en tres partes, en (1877), todas ellas de estilo afectado y purista
1569, 1578 y 1589. Se trata de un largo poema en el que intenta recuperar algunos arcaísmos.
épico, cuyas tres partes se dividen en treinta y En 1956 se publicaron, en dos volúmenes, sus
siete cantos en octavas reales, en el que se aprecia Obras escogidas.
su sólida formación literaria y que supone la in­
corporación del tema de Indias a la poesía espa­ ESCAMILLA, Pedro (?-1891)
ñola. Dentro de los cánones de la epopeya rena­ Folletinista y dramaturgo más conocido por su
centista es quizá la obra más completa del Siglo seudónimo, Pedro Escamilla, que por su verda­
de Oro (véase EDAD DE ORO) y, en ella, Ercilla dero nombre, Julián Castellanos y Velasco. Sus
deja ver una profunda admiración hacia el pueblo novelas por entregas (véase FOLLETÍN [o FO­
araucano y sus caudillos, tales como Lautaro, Tu- LLETON]), de carácter sensacionalista, carecen de
capel, Colocolo, Rengo o Caupolicán, a quienes valor literario, y, entre ellas, deben m encionar­
describe con brillantez, además de un total res­ se: Los cacos (1878), Los discípulos de Caco
peto por los hechos. Resulta impresionante la di­ (1881), La herencia del crimen (1883), El fa vo ­
mensión filosófica del texto, así como las refe­ rito de la reina (1884) y La bruja, anales secre­
rencias literarias, en las que están presentes tos de la Inquisición (1886). Pueden recordarse,
Ovidio, Virgilio, Séneca, Lucano, Boiardo y, so­ asimismo, sus obras teatrales ¡Feliz viaje, Don
bre todo, Ariosto, de quien utiliza ciertos recursos Juan! (1869) y Luisa (1872).
estilísticos. En el poema se insertan, además, glo­
sas que comentan su construcción misma, aunque ESCAVIAS, Pedro de (Andújar, Jaén, 1417?-?,
su altísima calidad queda presente de manera es­ h. 1482/1500)
pecial en sus descripciones de la naturaleza y de Historiador y poeta. De noble familia, estuvo al
los combates. Fue una obra muy admirada y pla­ servicio de Juan II* y Enrique IV, a quien pro­
giada en su época. veyó de un reducto fuerte en el sur, fue alcalde
de Andújar, guarda m ayor del rey y hombre de
ESCABIAS, Juana (Madrid, 1963) gran poder. De él sobreviven veintidós poemas
Novelista. Autora que con su prim era novela, de tema amoroso y cortesano en el Cancionero
Penúltima estación (1997), asumió riesgos na­ de Gallardo-San Román y el Cancionero de
rrativos como el de afrontar la m etaliteratura Oñate y Castañeda. Es importante su obra histó­
como materia de reflexión sobre la cotidianidad, rica Repertorio de príncipes de España, en la que
sobre el fracaso, que se expresa en el desamor, compila los hechos más relevantes de la monar­
la ocultación, la frustración amorosa, la escri­ quía, y que no fue editada hasta 1972. En función
tura como recuperación de la memoria, la sole­ del estilo empleado por Escavias, se ha juzgado
dad. Su escritura es irónica y logra, a través de como suya la Crónica del condestable M iguel
una difícil pirueta formal, ofrecer una imagen Lucas de Iranzo.
fragmentaria de diferentes realidades individua­
les, a través de cuyo prisma ofrece una imagen ESCOBAR, Julia (Madrid, 1946)
global de las em ociones. Una obra difícil que Narradora. Estudió Filología Clásica, es traduc­
juega con tres perspectivas: el narrador om nis­ tora, campo en el que destaca con sus traduccio­
ciente, la prim era persona y el estilo indirecto nes del francés, y colabora como periodista en
libre. numerosas publicaciones y en la radio. Desde
1995 enseña traducción literaria en diferentes
ESCALADA, Miguel de -> Véase VALBUENA Y universidades españolas y extranjeras. Autora de
GUTIÉRREZ, Antonio de. lenguaje cuidado y culto, muy elaborado, pero en
269 ESCOHOTADO

cuyas obras la crítica ha señalado que abundan una mujer (1961). Entre los espectáculos musi­
los estereotipos, lugares comunes que conducen cales de los que fue autor, deben mencionarse
directamente a las frases hechas y que, en cierta La cenicienta del Palace (1940) y Eslava-101
medida, impiden acceder a lo que pretende ser el (1971). Hay que añadir el volumen de memorias,
análisis profundo de las relaciones humanas y fa­ aparecido postumamente en 2000, En cuerpo y
miliares entre sus personajes. Uno de los asuntos alma.
de interés de Escobar es la muerte, a la cual se ha
aproximado con ironía en un intento de conjurar ESCOBAR Y MENDOZA, Antonio de (Vallado-
el miedo de lo incierto. Es autora de las novelas lid, 1589-1669)
Nadie dijo que fuera fá cil (1999) y La asamblea Poeta. Jesuíta muy influido por las tendencias li­
de los muertos (2000). Antes de debutar en la terarias barrocas. A pesar de que se sospecha
prosa, había publicado los poemarios Fluyen que escribió más de cien comedias hoy perdidas,
perm anentes (1984), con el que obtuvo el Pre­ son sus obras más célebres el poema hagiográ-
mio Francisco de Quevedo en 1981, y Tiempo a fico, de siete libros y tres cantos cada uno, San
través (1994), así como, además de un informe Ignacio de Loyola (Valladolid, 1613), muy in­
sobre traducción e interpretación y numerosos fluido por los modos m itológicos puestos de
artículos sobre la materia, el ensayo El hombre moda por Góngora*, y la H istoria de la Virgen
que sabía demasiado (1984), sobre George Or- (Valladolid, 1618), poema heroico en octava
well. En 1999 el Ministerio de Cultura de Fran­ rim a que refundió en Nueva Jerusalén M aría
cia le otorgó la distinción de C hevallier dans (¿Valladolid, 1625?), en el que M aría aparece
l’Ordre des Arts et des Lettres. com parada con la ciudad m ística llamada
«nueva Jerusalén». En estos poemas utiliza un
ESCOBAR, Julio (Arévalo, Ávila, 1901-?) lenguaje muy artificioso y una imaginería fan­
N ovelista y ensayista. Colaborador de diarios tástica. Escobar sirvió a Pascal, en su Lettres
como El Imparcial, M adrid y Pueblo, fue autor provinciales (1656-1657), como pretexto para
de novelas de tema rural y costum brista (véase burlarse de la Compañía de Jesús.
COSTUMBRISMO) de las que destacan, entre
otras: El hidalgo de Madrigal (1951), Teresa y el ESCOHOTADO, Antonio (Madrid, 1941)
cuervo (1954), Cinco mecanógrafas y un m illo­ Filósofo y ensayista. Profesor de Filosofía y So­
nario (1955), La viuda y el alfarero (1957), Una ciología en la Universidad Complutense de Ma­
cruz en la tierra (1960), El viento no envejece drid, colaborador en numerosas publicaciones y
(1964), Se vende el campo (1966), La sombra de afamado polemista de talante crítico, es autor de
Caín (1968), Cargadores de ceniza (1971) y El obras de gran profundidad analítica, si bien en
novillo del alba (1971), Prem io Álvarez Quin­ los últimos años el público lo conoce, sobre todo,
tero de la Real Academia Española. Sus ensayos a raíz de sus muchas intervenciones a propósito
los reunió en Azulejos españoles (1947) y Andar de las drogas. Se trata, en definitiva, de uno de
y ver. Breviario de un observador (1949). Fue los pensadores más lúcidos del panorama inte­
autor, asimismo, de un curioso Itinerarios p o r lectual español, excéntrico para quienes se some­
las cocinas y las bodegas de Castilla (1965). ten demasiado a los moldes del conocimiento y
siempre un disidente del conocido como «pensa­
ESCOBAR, Luis (Madrid, 1912-1992) miento único». Traductor de Hobbes y Newton.
Comediógrafo, director teatral, actor y dram a­ Entre sus obras destacan: Marcusse: utopía y ra­
turgo. Estudió Derecho, colaboró en el diario zón (1969), La conciencia infeliz. Ensayo sobre
ABC y, durante la Guerra Civil, recibió el en­ la filosofía de la religión de H egel (1971), De
cargo de crear un Teatro del Estado que, poste­ physis a polis (La evolución del pensamiento f i ­
riormente, derivaría en el Teatro Nacional con losófico griego desde Tliales a Sócrates) (1975),
sede en el María Guerrero de Madrid, institución Historias de fam ilia (Cuatro mitos sobre sexo y
que él mismo dirigiría durante varios años. Cola­ deber) (1978), Realidad y substancia (1985;
borador de autores como Hans Rothe, Luis Sas- reed. con nuevo prólogo, 1997), Majestades, crí­
lawski, Arvid de Budisco y Juan Ignacio Luca de menes y víctimas (1987), El espíritu de la come­
Tena*, en 1958 estrenó su primera obra en soli­ dia (1991) y Rameras y esposas (1993), a las que
tario, Elena Ossorio, Premio Nacional de Come­ hay que añadir otras de tono más divulgativo,
dia, en la cual trata los amores de esta mujer con aunque no menos rigurosas, como su célebre
Lope de Vega*. Es el amor, precisam ente, el Historia de las drogas y Aprendiendo de las dro­
tema central de su producción, de la que deben gas. En 1999 publicó Caos y Orden, obra que su­
recordarse otros títulos: Fuera es de noche pone una sabia síntesis entre ciencia y huma­
(1957), El amor es un potro desbocado (1959), nismo con la que obtuvo el Premio Espasa de
reestrenada con éxito en 1994, y Un hombre y Ensayo.
ESCOIQUIZ 270

ESCOIQUIZ, Juan de (O caña, 1762-Ronda, bara de Blomberg (1837), También los muertos
1820) se vengan (1838), La aurora de Colón (1838),
Poeta y traductor. Fue canónigo de Zaragoza y Don Jaime el Conquistador (1838), Higuamota
preceptor del príncipe Fernando, el futuro rey (1838) y Las mocedades de Hernán Cortés (1845),
Femando VII, a quien fue leal en los sucesos po­ además de la tragedia Roger de Flor (1844). Igual­
líticos que acompañaron a la invasión francesa mente para el teatro escribió las comedias El
de 1808 y por los que marchó con él al destierro amante novicio (1830), con influencias de Fer­
en Valen9ay. A su regreso de Francia, fue minis­ nández de Moratín*, El amante universal (1847),
tro de Gracia y Justicia. Tradujo la elegía N ight Las flores de don Juan (1849) y Pedro Calderón
Thoughts on Life, Death and Inmortality — Pen­ (1867). Deben citarse, asimismo, su M anual de
samientos nocturnos sobre la vida, la muerte y la m itología (1845), sus Estudios históricos sobre
inmortalidad— , de Edward Young, en 1797, el las costumbres españolas (1851) y su estudio so­
Paradise Lost — Paraíso perdido— , de Milton, bre el teatro de Calderón*, con el que se abre la
durante su exilio, y, en 1798, publicó un largo edición del teatro calderoniano hecha por la Real
poema épico, en veintiséis libros, titulado M é­ Academia Española en 1868.
xico conquistado, basado con torpeza en la H is­
toria de la conquista de México, de Antonio de ESCRIVÁ, comendador Juan (siglo xv)
Solis*. Resulta de escaso valor, excesivamente Poeta. M aestre de Fernando el Católico y em ­
alegórico, pesado y falto de imaginación al des­ bajador ante la Santa Sede, se le han atribuido
cribir atmósferas y personajes. Hasta 1915 no se ciertos versos que aparecen en el Cancionero
editaron sus Memorias (1807-1808). general (véase CANCIONERO) de 1511 y, en la
edición de 1514, una novela alegórico sentimen­
ESCOLANO, Josefina -> Véase IFACH, M aría tal titulada Queja que da a su amiga ante el dios
G racia. de amor, por modo de diálogo en prosa y verso.
De sus composiciones poéticas, en las que trata
ESCOSURA Y MORROCH, Patricio de la con gran finura temas como la soledad y la
(Oviedo, 1807-Madrid, 1878) m uerte, destaca la que comienza «Ven, muerte
Poeta, dramaturgo, novelista y crítico. Estudió, tan escondida...», que fue glosada en numerosas
en Madrid, Moral y Leyes. Fue militar, diplomá­ ocasiones y citada por santa Teresa de Jesús*,
tico — embajador en Filipinas— y político, acti­ Lope de Vega* y Cervantes*. No debe confun­
vidad en la que llegó a secretario de Estado, mi­ dírsele con Luis Escrivá*.
nistro de la Gobernación con Narváez y ministro
plenipotenciario con Espartero. Amigo de Es- ESCRIVÁ, Luis (siglo xvi)
pronceda* y discípulo de Lista*, participó en la Novelista. Nada se sabe de él, salvo que fue au­
tertulia del Pamasillo y en la sociedad secreta de tor de la novela sentimental Tribunal Veneris
Los Numantinos, lo que le obligó a exiliarse a (Venecia, 1537), en la que se narra en prim era
Francia e Inglaterra, de donde regresaría en persona la historia de un enamorado al borde del
1826. Como periodista, fue redactor de El M u­ suicidio.
seo Artístico, colaboró en El Artista, La Ilustra­
ción Española y Americana y El Imparcial y di­ ESCUDERO, Ángel (Madrid, 1973)
rigió El Universal y El Progreso. En 1847 Narrador. Iba para ingeniero y terminó siendo un
ingresó en la Real Academia Española. Su obra, gran escritor de relatos cortos, que sorprendió a
marcada por los patrones estéticos del Romanti­ la crítica con una primera novela, Me quedé sin
cismo*, tiene influencias de Zorrilla* y Q uin­ héroes (1997), en la que aborda el tema de la so­
tana*, además de los ya mencionados, y de ella ledad y la autocompasión, el miedo en las rela­
deben recordarse la leyenda en verso sobre los ciones, el deseo de ser alguien y la violencia, un
comuneros El bulto vestido de negro capuz mosaico de cuestiones, en fin, que este joven au­
(1835), las novelas históricas, escritas al modo tor sabe afrontar con agilidad y a través de una
de Walter Scott, en las que se muestra como un acción trepidante que sirve para m ostrar la de­
narrador lento y con escasos datos como investi­ rrota del individuo en la colectividad.
gador, El conde de Candespina (1832; 2 vols.),
Ni rey ni Roque (1835; 4 vols.), El patriarca del ESCUDERO. Isabel (Quintana de la Serena, Ba­
valle (1846-1847; 2 vols.) y La conjuración de Mé­ dajoz, década 1940)
xico, o los hijos de Hernán Cortés (1850, 3 vols.), Poetisa. Hija de maestros, ya de niña aprendía,
la novela de carácter autobiográfico M emorias recitaba y escribía versos. Profesora de la
■de un coronel retirado (1868) y los dramas, tam­ UNED, es codirectora de la revista Archipiélago.
bién de carácter histórico, basados en el teatro El lenguaje de sus versos es de especial viveza,
barroco, La corte del Buen Retiro (1837), B ár­ de una depuración que se consuma en la breve-
C am ilo José Cela recibe el p rem io N o b el de L ite ra tu ra de m an o s del
rey C arlos XVI G ustavo de Suecia

M ig u el de Cervantes Saavedra. P o r­
tad a de la prim e ra e d ició n c o n lám i­
nas del Qiiijote, p u b licad a en Bruselas
el a ñ o 1662
C a rm en C onde

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URGENCIA Y MODO DE CAMBIARLA Q

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'a Información del Ateneode Madrid tobre dicho
Abril-Junio de 1001.

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de Oligarquía y caciquis­ FACULTADdbgeografíae hi
mo como Inform a actual
de gobierno en España:
urgencia y modo
de cambiarla
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Lfcyot cincmcí^pctKt que nos no batiían m a.
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► líT T .* ^ . * í— ^ J ' J L . ¿ a I *.«1 —
C ró n ic a s. M in iatura del códice Llibre deis Feyts (del rey En Jaume I), u n a de las g ran d e s crónicas
de la C atalu ñ a m edieval. B iblioteca de la U n iv ersid ad de Barcelona
M igu e l Delibes recibe el premio Cervantes de manos del rey don Juan Carlos I

Guillermo D íaz-Plaj; Luis Mateo Diez


mare. v3al<lK Ía. f(OipiO.

EL B V R L A D O R D E SE VILLAR
y combidadode piedra.

COMEDI A
F A M O S A .
D E L MAL/'. T RO T IR S O D E M O L IN A ,
Q^eprefentola (Roque de Figueroa.

Hablan en ella las perfonas-fíguientcs.

I O R N A D «A P R I M E R A . _
•Salenion lftbda
|í/di Duque ('¿Unió, poraquí ¡f*.Mis glorias, ferin verdades
i podrás falir mas Teluro. ^ prometas,y ofrecimientos,
K regajos"

D on Juan. Portada de El burlador de Sevilla y Convi­ Francesc Eiximenis. Grabado del incunable Regiment
dado de Piedra, de Tirso de Molina, primera aparición de la cosa pública, en el que aparece el escritor junto a
del mito de Don Juan en la literatura los jurados de la ciudad de Valencia
Laura E spido Freire recibe el premio Planeta 1999 Concha Espina
por su obra 1

EL DIABLO MUNDO.
^ '“'CARTAS
E R U D IT A S , Y CURIOSAS,
EN QUE, POR LA MAYOR PARTE,
fe c o n tin u a el d e fig m o
D E L

T H E A T R O C R IT IC O
UNIVERSAL,
CGSANDO.O REDUCIENDO A DUDOSAS,
V A R IA S O P IN IO N E S C O M U N E S .
D ED IC A D A S
AL EXCELENTISIMO itñC." DON' FRANCISCO

1 '-ZZl": ""'"306843
José de Espronceda. Portada de la edición de 1852 Benito Jerónimo Feijoo y í
de El diablo mtindo. Biblioteca de la Universidad de Portada de Cartas eruditas y c¡
Manuel Fernández Álvarez Manuel Fernández y González. Ilustración para
su obra La Albnmbrn. Leyendas Árabes. Litografía
de Eusebio Letrc
271 ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO

dad, con un sentido del ritmo que tiene algo de problema surge a la hora de incluir o no en la es­
la oralidad popular que le sirvió a ella misma de es­ cuela a autores de la talla del vallisoletano Jeró­
cuela poética, en cierto sentido con mucho de nimo de Lomas Cantoral*, al levantino Diego
preliterario, de canto infantil, de germinal. Po­ Ramírez Pagán* o a Francisco de Medrano*, to­
dría relacionarse su poesía, ocurrente y repleta dos ellos próximos a los caracteres que le son
de un humorismo casi bromista, sus «versillos» propios a los poetas «salmantinos» pero difíciles
— por la brevedad, no por la contundencia— , de ubicar siguiendo los criterios geográficos re­
con géneros m ínimos como los tankas, los feridos.
haiku o los acertijos, en los que la inocencia se Asimismo, hay quienes hablan también, incu­
m uestra desnuda de toda prescriptiva. Ella rriendo en una grave e inexacta consideración li­
misma ha denominado a sus poemas ‘cantares’, teraria, de una escuela salmantina a la hora de re­
‘m ínim as’, ‘brom as’, ‘p roverbios’, ‘ju e g o s’ y, ferirse a los poetas pertenecientes al «Parnaso
desde luego ‘haiku’. Destacan poemarios como Salmantino», fundado en el siglo xviii por fray
Cántame y cuéntame. Cancionero didáctico Diego González*. Defensores de la depuración
(1998), libro escrito en colaboración y dirigido lingüística, destacan nombres como los de José
a los niños, con casete e ilustraciones, para ha­ Cadalso*, José Iglesias de la Casa*, Juan Melén-
cerles interesarse por la poesía, Coser y cantar, dez Valdés* o Gaspar Melchor de Jovellanos*,
cantos y coplas, proverbios y adivinanzas entre otros.
(1984) o Cifra y a r o m a /E l día menos pensado
(2002), en donde sus versos aparecen acotados, ESCUELA SEVILLANA
com entados, por otros autores como G arcía Denominación más pedagógica que real que
Calvo* o Luis Mateo Diez*. trata de englobar al grupo de poetas que, encabe­
zados por Fernando de Herrera*, con estilo gran­
ESCUELA SALMANTINA d ilocuente y tendente al uso de neologismos,
Nombre con que trata de englobarse a aquellos prestó más atención a la forma que al contenido,
poetas que, representados por fray Luis de acentuando el uso del hipérbaton y del adjetivo,
León*, cultivaron durante la Edad de Oro* una y que se agrupó en tomo a la ciudad de Sevilla.
poesía subjetiva y profunda que huía de las am­ Frente a esta «escuela», estaba la salmantina*,
pulosidades y de las figuras externas. Frente a atenta a los sentimientos en una poesía general­
ella, estaba la escuela sevillana*, cuya máxima mente más subjetiva e intimista. Este exceso de
figura era Fernando de Herrera*, que resultaba ampulosidad de los sevillanos es considerado el
más ampulosa y se sentía atraída por las formas origen del culteranismo*. Las características
externas. Esta simplificación, si bien no rinde más evidentes de estos poetas pueden apreciarse
honor a la verdad, sí sirve al menos como cate­ en las largas, barroquistas y pomposas elegías de
goría de valor pedagógico. Lo más acertado sería Herrera. Otros autores destacados, en esta línea,
hablar de generaciones de poetas petrarquistas, son Juan de Mal Lara*, Diego Girón* y Fran­
ya que el petrarquism o, introducido en España cisco de Medina*. Obviamente, existe dificultad
por Boscán* y Garcilaso* y caracterizado por el a la hora de incluir en el grupo a ciertos autores
culto al amor platónico, la melancolía y la aten­ que, por motivos geográficos o por sensibles di­
ción a la N aturaleza, alcanzó, a partir de la se­ ferencias formales — si bien estarían más cerca
gunda mitad del siglo xvi, a casi todos los poe­ de los poetas andaluces que de los salmantinos— ,
tas, quienes, siguiendo cada uno de ellos sus no llegan a cuadrar del todo con sus presupues­
diversas sensibilidades, lo explotaron de modos tos. Es el caso de nombres como Baltasar del Al­
diferentes y personales. Ocurrió que los poetas cázar*, Pablo de Céspedes* y Francisco Pa­
se agruparon en torno a aquellas ciudades que checo*. Hay que señalar, además, que también
más peso cultural tenían en la época, una de se conoce como escuela sevillana a los poetas
ellas, claro está, Salamanca, prestigiada por su andaluces agrupados, durante el siglo x v iii , en
famosa universidad. Y allí se concitaron aquellos torno a la ciudad. Así, se citan autores tales como
espíritus creadores más intim istas y subjetivos. Manuel M aría de Arjona*, Félix José Reinoso*
Aparte de fray Luis de León, quizá quien de ma­ y Alberto Lista*.
nera más elevada consiguió expresar el mayor
número de em ociones con el menor número de ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO
elementos, destacan nombres como los de Fran­ La importancia cultural de Toledo, sobre todo
cisco de la Torre*, Francisco de Figueroa* y desde que Alfonso VI la conquistara en 1085,
Francisco de A ldana*, tres cimeros exponentes es incuestionable en el ámbito no solo hispá­
de la serenidad poética y la contención formal, o nico sino europeo. En ella convivían tres cultu­
los imitadores de fray Luis, tales como Pedro ras — cristiana, musulmana y hebrea— . Bajo la
Malón de Chaide* o Benito Arias Montano*. El protección del arzobispo Raimundo*, comenza­
ESCUELA VENECIANA 272

ron a reunirse en la ciudad los traductores de los tudios en el Reino Unido y se doctoró con una
textos orientales, si bien hay que decir que traba­ tesis sobre historia medieval en 1983. Ensayista,
jaban por separado y no como una escuela al traductor e historiador, se trata de un autor que
modo en que la concebimos hoy. Había, además, ha abordado en sus novelas temáticas diversas
traductores por todo el territorio hispano y, al pa­ que van desde las intrigas en las que se mezclan
recer — tesis que defiende Américo Castro*— , cuestiones políticas, policiacas y sentimentales
trabajaban ya desde antes del siglo xn. De todos hasta los argumentos históricos, siguiendo las re­
esos hombres dedicados a la tarea de difundir el glas del género, o los relatos míticos y de aven­
pensamiento, destacan el segoviano Dominico turas, todo ello desde perspectivas narrativas que
Gundisalvo y el converso sevillano Juan Hispa­ vienen de una concepción decimonónica del re­
lense, el segundo encargado de traducir a la len­ lato, con una sintaxis sin riesgos y a menudo des­
gua vulgar y el primero de llevarla al latín. Gra­ criptiva. Asimismo, se ha ocupado de la posgue­
cias a ellos, además de haber llegado hasta rra y de la memoria social, con estilo jocoso y
nosotros diversos tratados árabes de astronomía costumbrista. Es autor de las novelas En busca
y astrología, así como traducciones de Avicena o del unicornio (1987), Premio Planeta, Guadal­
Avicebron*, prestigiaron la ciudad de tal modo quivir (1990), El comedido hidalgo (1994), so­
que otros traductores extranjeros decidieron tras­ bre las peripecias de Cervantes* en Sevilla y con
ladarse a Toledo. Estos trabajaban con intérpre­ la que consiguió el Premio Ateneo de esa ciudad,
tes mozárabes o judíos. Por allí pasaron los in­ Statio Orbis (1995), sátira ambientada en la vi­
gleses Roberto de Retines, Adelardo de Bath, sita de Juan Pablo II a España, Señorita (1998),
Alfredo y Daniel de Morlay o Miguel Scoto, el con la que obtuvo el Premio Femando Lara, Es­
italiano Gerardo de Cremona y los alemanes cuela y prisiones de Vicentito González (2000) y
Hermán el Dálmata y Hermán el Alemán. La la­ La mida (2003). Entre sus ensayos, deben men­
bor de todos estos traductores fue esencial, ya cionarse: Poliorcética y fortificación en el Reino
que gracias a ellos se conoció en las universida­ de Jaén (1984), Cinco tratados españoles de al­
des de Europa tanto el pensamiento árabe como quimia (1987), El fraude de la sábana santa y las
las interpretaciones que sus pensadores habían reliquias de Cristo (1997), Tumbaollas y ham ­
hecho de la filosofía clásica. En su trabajo está el brientos (1999), curioso y divertido libro gastro­
origen del averroísmo como corriente filosófica. nómico que repasa la historia de ciertos platos y,
Sería con Alfonso X* cuando la traducción co­ en general, de la cocina peninsular, de lo que se
braría una trascendencia nueva, ya que el ro­ sirve para un cierto retrato de costumbres, y San­
mance toma definitivam ente el relevo al latín tos y pecadores. Álbum de recuerdos de los espa-
como lengua de trabajo. ñolitos del siglo xx (2002).

ESCUELA VENECIANA -* Véase N O VÍSIM OS. ESPADA, Arcadi (Barcelona, 1957)


Narrador. Periodista y colaborador del diario El
ESLAVA, Antonio de (Sangüesa, N avarra, País, en sus obras se aprecia un gusto desmedido
1570?-?) por la crítica polémica, provocativa, aunque su
Novelista. Recogió once narraciones en la co­ estilo, ágil y documentado, lo convierte en un au­
lección Noches de Invierno (Pamplona, 1609). tor importante. Destacan sus libros Contra Cata­
Los textos, de estilo grandilocuente y de adjeti­ lunya (1997), que recibió el Premio Ciutat de
vaciones excesivas, están inspirados en fuentes B arcelona de Literatura, Raval. De am or a los
italianas y son de asunto caballeresco*, bizan­ niños (2000), en el que se ocupaba, como perio­
tino y mitológico. Fue una obra muy leída en su dista, de un caso de pederastía en Barcelona y
época, gozó de varias ediciones y se tradujo al con el que obtuvo el Premio Francisco Cerecedo,
alemán. En ella se incluye un diálogo de carác­ Diarios (2002), merecedor del Premio Espasa de
ter filosófico y folclórico en el que se aprecian Ensayo y que en realidad es casi un libro de me­
tanto la erudición como el peso de Boccaccio. morias, y Q uintacolumnismo (2003). Fue asi­
Parece ser que Shakespeare utilizó material de mismo el responsable del volumen Dietario de
Eslava — concretam ente el relato del capítu­ posguerra (1998), en el que reunió ocho confe­
lo IV «Do se cuenta la soberbia del rey Nicíforo rencias sobre la Barcelona de la posguerra, pro­
y incendio de sus naves y la arte mágica del nunciadas por diferentes autores, entre ellos
rey D ardano»— para su dram a La Tempestad Marsé*, Ana María Matute*, Eduardo Mendoza*
(1611-1612). o José Luis de Vilallonga*.

ESLAVA GALÁN, Juan (Arjona, Jaén, 1948) ESPAÑA, Ramón de (Barcelona, 1956)
Narrador y ensayista. Licenciado en Filología In­ Novelista. Periodista en diferentes medios, entre
glesa por la Universidad de Granada, amplió es­ ellos el diario El País. En sus obras domina un
273 ESPIDO FREIRE

estilo narrativo que tiene más de cronístico que lenguaje del que se sirve para ello es cínico y en
de literario, al servicio siempre de unas emocio­ él abunda la jerga. Es Max Estrella, personaje
nes cuya fuerza puede incluso ahogar la lógica central de Luces de bohemia (1923), quien uti­
narrativa, así como al de ofrecer, en cierta me­ liza la palabra por vez primera; allí podemos
dida, un retrato sociológico y comportamental leer: «Los héroes clásicos reflejados en los espe­
del individuo contemporáneo, ello con una inten­ jos cóncavos dan el esperpento». La tragedia de
ción social. No faltan en sus textos el desparpajo la historia española, para Valle-Inclán, solo po­
de un hum orism o cínico y desenvuelto, como drá percibirse a través de deformaciones estéti­
tampoco los referentes de la cultura pop, el cine, cas que expliquen el distanciamiento respecto de
la música, la televisión, los bares, las formas de la historia europea. Gracias a esa técnica defor­
vestir o el mundo del cómic, todo ello a disposi­ mante, los personajes valleinclanescos — conti­
ción de novelas que pretenden entretener y que nuados más tarde por los que aparecerán en el
juegan con registros de diferentes géneros litera­ teatro del absurdo, desde Ionesco y Beckett
rios. Es autor de: La vida mata (1984), Sol, amor hasta Fernando Arrabal*— dejan de ser héroes o
y m ar (1988), Nadie es inocente (1989), Reden­ galanes para convertirse en muñecos grotescos,
ción (1997), Un m undo perfecto (1998) y La absurdos.
casa del dolor (2001), novela negra cómica am­ El origen estético de esta concepción esperpén-
bientada en la Cataluña actual. Hay que destacar, tica puede situarse en las obras de Quevedo* y
asimismo, la reunión de crónicas periodísticas en las pinturas negras de Goya. Se trata de una
sobre personajes de la vida cultural catalana de innovación intelectual esencial, ya que se en­
Sospechosos habituales (1998) y su ensayo El frenta a la tradición aristotélica superando la
odio (2000), en el que se adentra en este asunto a dialéctica entre el dolor y la risa al crear situa­
través de sus propios odios y fobias de toda ín­ ciones de intenso realismo* en las cuales del
dole. En 2003 debutó como director de cine con centro de dicho dolor surge la risa, permitiendo
una película basada en una historia suya, La casa que lo que resulta aparentemente cómico en rea­
del dolor. lidad ofrezca los rasgos fundamentales del ser
humano, puesto que aquello que produce risa es,
ESPEJO, Rafael (Palma del Río, Córdoba, 1975) en realidad, la barbarie. En este sentido, Valle
Poeta. Licenciado en Filología Hispánica, se no toma partido por sus personajes, se mantiene
trata de un autor intimista, a medio camino entre al margen, distanciado, limitándose a presentar
el realismo* de la poesía de la experiencia* y la actitudes en las que lo más brutal y salvaje, in­
contemplación m editativa, sus versos ahondan tegrado en la comicidad de los detalles exterio­
en la relación amorosa a través de la doble viven­ res con que se puede estar viviendo en escena,
cia espiritual y sensorial, con una mirada melan­ delata al verdadero sujeto emocional del hom­
cólica de los sentimientos y en donde la nostal­ bre. Las actitudes son el reflejo de lo que define
gia se dirige a la adolescencia, a los objetos y a la condición humana, caracterizada por la
paisajes que la memoria recrea con gusto por lo crueldad y el desprecio, pero Valle jamás opina
mínimo. Se trata, en suma, de una escritura clá­ ni adjetiva nada: deja transcurrir todo ante los
sica, también por lo que respecta a la elección de ojos perplejos o indignados del espectador/lec­
los metros, en la que se aprecia el espíritu cele- tor. Ese distanciam iento al que me he referido
bratorio de un Claudio Rodríguez* y la fusión de se ha considerado, asimismo, precursor de la
experiencia y memoria de un Cemuda*. Es autor técnica que posteriorm ente practicaría Brecht
de los poemarios: El círculo vicioso (1996), fina­ en su teatro.
lista del Premio García Lorca, Con (1999), Espe­
jism o (2000), con el que quedó finalista del Pre­ ESPIDO FREIRE, Laura (Bilbao, 1974)
mio Emilio Prados, y E l vino de los amantes Narradora. D edicada a la música durante un
(2001), que obtuvo, compartido con Ariadna tiempo, como soprano de un coro, y estudiante
G. García*, el Premio Hiperión. de Derecho también temporalmente, terminaría
licenciándose en Filología Inglesa en la Univer­
ESPERPENTO sidad de Deusto, donde fundó dos revistas li­
Térm ino acuñado por Valle-Inclán* para refe­ terarias y a cuya actividad cultural está muy
rirse a una determ inada técnica literaria de de­ ligada. Colaboradora del diario El País en su
formar la realidad y en la que confluyen la ironía edición vasca, así como de La Razón y El
y la crudeza para, desdramatizando un hecho en Mundo y en las revistas Tiempo y Jano, decidió
virtud de una descarga de adjetivaciones o recrea­ prescindir de su nombre de pila, Laura, pasando
ciones lingüísticas, contrastarlo con la repercu­ a firmar sus textos como Espido Freire. La crí­
sión de este en los personajes o en la acción y tica ha destacado su capacidad para manejar el
percibir la auténtica tragedia que representa. El misterio de la trama y para la creación de climas
ESPINA 274

intrigantes, mundos oníricos, fantasmagóricos y mentos del mencionado Quevedo, Gómez de la


retratos de carácter psicológico, así como tramas Sema* y Valle-Inclán*, en versos ácidos e iróni­
paralelas, que el lector tiene que ir resolviendo. cos, existenciales y con cierto carácter social, lo
Ella misma ha reconocido que la escritura le que lo aleja de otros vanguardistas más atentos a
sirve para, contando historias no contadas, ex­ la experimentación que a otra cosa. Deben men­
plorar el lado oscuro de las personas, así como cionarse, además de sus poemarios Umbrales
la represión personal y social a la que están so­ (1918) y Signario (1923), Divagaciones. D es­
metidas. Ha publicado las novelas Irlanda dén (1919), mezcla de ensayo y cuento, el libro
(1998), en la que se recrea una atmósfera inquie­ de relatos Pájaro pinto (1927), la novela Luna
tante e irresistible; Donde siempre es octubre de copas (1927 y 1929), el ensayo Lo cóm ico
(1999), M elocotones helados (1999), en la que contemporáneo (1929) y las biografías, género
maneja hábilmente los tiempos narrativos y con en el que destacó por méritos propios, Luis Can­
la que obtuvo el Premio Planeta; La última ba­ delas, el bandido de Madrid (1929; reed., 1996),
talla de Vincavenc el bandido, novela juvenil Romea o El comediante (1935), Cervantes
que no publicó hasta el año 2000; D iabulus in (1943), Quevedo (1945) y Audaces y extrava­
música (2001), historia de amor entre una m u­ gantes (1959). Fue autor, asimismo, de trabajos
jer, un hombre y un fantasma. A estas obras ha­ críticos sobre literatura, en los que se aprecia
bría que añadir el libro de cuentos sobre el amor una gran agudeza, de traducciones de obras fran­
Primer amor (2000) y la colección de noventa y cesas y el encargado de revisar y aum entar los
nueve relatos Cuentos malvados (2003), además dos volúmenes de Mil libros (1969), obra publi­
del ensayo Cuando comer es un infierno: confe­ cada en 1940 por Luis Nueda*, en la que se re­
siones de una bulímica (2002), donde Espido copilan circunstancias, resúmenes y datos varia­
Freire denuncia las causas que llevan a padecer dos sobre otros tantos títulos de la literatura
este mal, y Aland la blanca (2001) — su primera universal. Postumamente, se publicaron Ensa­
incursión en la poesía— , poemario con un tono yos sobre literatura (1994), Las tertulias de M a­
narrativo y prosaico, en realidad un único y drid (1995) y Obras completas de creación
largo poema de carácter épico, estructurado en (1994; 3 vols.), a las que siguieron los dos volú­
diez cantos, con versos repletos de héroes, bata­ menes, uno de Poesía completa (2001) y otro de
llas y enigmas en el espacio imaginario de la Prosas escogidas (2001).
ciudad de Aland.
ESPINA, Concha (Santander, 1877-M adrid,
ESPINA, Antonio (M adrid, 1894-1972) 1955)
Novelista, poeta y crítico. Colaborador de publi­ Novelista y poetisa. Se casó con 18 años y mar­
caciones como El Sol, Crisol, Luz, Revista de chó, con su esposo, a Chile, de donde pronto re­
Occidente o La Gaceta Literaria, entre otras, di­ gresaría, para quedar viuda en 1898. Su hijo fue
rigió la revista Nueva España, con José Díaz Fer­ Víctor de la Serna*. Defensora en sus obras
nández*, y el periódico Política, perteneciente a —en las que se aprecia la influencia de Pereda*— ,
Izquierda Republicana. Gobernador Civil con la de un tradicionalism o realista, aborda cuestio­
República, fue condenado a muerte, indultado y, nes en las que la mujer, en cuya psicología in­
tras un largo exilio en México, regresó a España daga, es protagonista. También están presentes
en 1955. Mantuvo relación con autores como el paisaje y ciertos conflictos sociales, así como
Mauricio Bacarisse*, Juan José Domenchina* y una suave crítica a las clases acomodadas. Su es­
Valentín Andrés Álvarez*, cercanos a la van­ tilo resulta excesivamente sentimental y lírico.
guardia. Tanto en su prosa como en sus versos Destacan sus novelas: La niña de Luzmela
cultivó las técnicas vanguardistas con innovacio­ (1909), Despertar para morir (1910), Agua de
nes de estilo que no han sido apreciadas por la nieve (1911), La esfinge maragata (1914), Pre­
crítica. Su sentido del humor, en el que huye de mio Fastenrath de la Real A cademia Española,
la vulgaridad, es corrosivo, irónico y satírico, y La rosa de los vientos (1916), El metal de los
sus escritos están marcados por la fuerza de las muertos (1920), Dulce nombre (1922), El cáliz
imágenes, unas imágenes en las que el sentido rojo (1923), Altar m ayor (1926), Retaguardia
metafórico es desbordado por la intención de las (1937), Las alas invencibles (1938), El más
mismas. Influido por el conceptismo* de Que­ fuerte (1947), Un valle en el m ar (1950), Una
vedo*, practicó una novela de carácter intelec­ novela de amor (1953) y Aurora de España
tual propia de los intentos deshumanizadores de (1955). Asimismo, deben m encionarse el poe­
la época que trataban de superar el realismo*. mario Mis flores (Valladolid, 1904), el ensayo
Por lo que se refiere estrictam ente a su poesía, Mujeres del Quijote (1916), los relatos de Rue­
cabe decir, siguiendo lo indicado por García-Po­ cas de marfil (1917) y Cuentos (1922), el libro
sada*, que se trata de un ultraísta que mezcla ele­ de viajes Singladuras (1932) y el estudio De A n­
275 ESPINOSA

tonio M achado a su grande y secreto amor nero un tono nuevo. La obra está muy influida
(1950), sobre el epistolario del poeta sevillano. por el Guzmán de Alfarache y se divide en tres
Sus Obras com pletas se publicaron en 1944 y Relaciones cortadas por veinte Descansos cada
1960. una que sirven de transición entre los capítulos.
El protagonista no es un picaro, sino un escu­
ESPINÁS MASIP, Josep María (Barcelona, dero reflexivo, vital y creyente en la armonía del
1927) U niverso, que narra sus vivencias como espec­
Novelista y ensayista en lengua catalana. Licen­ tador, intercalando anécdotas, cuentecillos y di­
ciado en Derecho, ha colaborado en publicacio­ gresiones sobre arte y ciencia: esta es la peculia­
nes como El Noticiero Universal y El Correo ridad de la obra de Espinel. La obra fue imitada
Catalán, y fue uno de los paladines de la nueva por Lesage en su Gil Blas de Santillana, lo que
canción catalana, escribiendo e interpretando originó una polém ica promovida por Voltaire
canciones que grabó en disco. Entre sus muchas que, a la larga, le dio celebridad al M arcos de
novelas destacan Tots som iguals (1956), Com- Obregón.
bat de nit (1959) y L ’ultim replá (1962). Es autor
de libros de viajes como Viatge al Pirineu de ESPINOSA, Agustín (Puerto de la Cruz, Tenerife,
Lie ida (1957), Viatge a la Segarra (1972) y, es­ 1897-Los Realejos, Tenerife, 1939)
crito en español, A pie p o r Castilla (2000), vi­ Poeta. Adscrito al surrealismo* y seguidor de
brante y emocionado relato, en la tradición anda­ Gómez de la Serna*, fue perseguido por el fran­
riega de otros viajeros m emorables, como quismo. Destacan sus obras: Lancelot, 28°-7o.
Camilo José Cela*, y que con enorme sensibili­ (Guía integral de una isla atlántica) (1928), Cri­
dad poética y descriptiva presenta un sosegado men. Media hora jugando a los dados (1934),
relato repleto de personajes sencillos, tratados original mezcla de lírica, narrativa y dietario que
con ternura y elegancia. Es autor, asimismo, de constituye uno de los hitos surrealistas y que se
los ensayos Identitats (1985-1987; 3 vols.) y El reeditó en 2000. En 1980 se había publicado Tex­
teu nom és Olga (1986; traducido en 1987 como tos (1927-1936), en el cual se recoge su obra dis­
Tu nombre es Olga). Ha recibido premios tan im­ persa.
portantes como el Sant Jordi, el Joanot Martorell,
el Víctor Catalá de narrativa catalana o el Ciutat ESPINOSA, Miguel (C aravaca, M urcia, 1926-
de Barcelona de Periodismo. Murcia, 1982)
Novelista, abogado, agente comercial y asesor
ESPINEL, Vicente [Martínez de] (Ronda, M á ­ jurídico, su obra ha sido una de las más conflic­
laga, 1550-Madrid, 1624) tivas de este siglo. De marcado carácter experi­
M úsico, poeta y novelista. Estudió en Sala­ mental, la corrupción y la libertad son los temas
manca, viajó por Italia y parece ser que estuvo centrales de sus textos, así como el amor y la
preso en Argel, cautivo de los corsarios bárbaros, mediocridad. Autor de minorías, debido a la di­
además de participar en el cerco de M aastricht ficultad y al fondo intelectual de sus novelas, ha
en 1579; ya mayor, se ordenó sacerdote y fue ca­ sido, no obstante, uno de los creadores más ori­
pellán en Ronda, siendo trasladado a M adrid en ginales de los últimos tiempos, y, quizá, uno de
1599 para convertirse en m aestro de la C apilla los que con mayor furia ha rasgado con su bis­
del obispo de Plasencia. Debe su fama al hecho turí crítico los velos de la sociedad franquista.
de haber añadido la quinta cuerda a la guitarra y, Son sus novelas: Escuela de mandarines (1974),
aunque es falso, se atribuyó la invención de la Premio Ciudad de Barcelona, el díptico formado
décima conocida como «espinela», ya que otros por La tríbada falsaria (1980) y, publicada pos­
autores antes que él utilizaron esta estrofa, si tumamente, La tríbada confusa (1984) — reedi­
bien fue él quien la dotó de elegancia y expresi­ tadas ambas en 1994 en un volumen único— ,
vidad. Reunió sus poesías en Rim as (1591), en Asklepios, el último griego (1985) y La fea bur­
las que se aprecia su gusto por las formas tradi­ guesía (1990), también postumas. Destaca, en­
cionales. El libro incluye un cancionero petrar- tre sus diversos ensayos. Reflexiones sobre Nor­
quista, glosas, diversas rimas y una traducción teamérica (1957).
del Arte poética y de diversas odas de Horacio.
Fue precisamente gracias a su poesía por lo que ESPINOSA, Pedro de (Anteauera, M álaga,
logró reconocimiento en su época. No obstante, 1578-Sanlúcar de Barrameaa, Cádiz, 1650)
su obra fundamental es la novela Vida del escu­ Poeta y prosista. Se sabe que hizo estudios uni­
dero M arcos de Obregón (1618), mezcla de los versitarios, aunque no dónde, y que se licenció
elem entos propiam ente picarescos, en los que en Artes. A causa de un desengaño amoroso se
el pesim ism o y la crítica tienen protagonism o, retiró a hacer vida religiosa, convirtiéndose en el
con aquellos autobiográficos que le dan al gé­ erm itaño Pedro de Jesús y ordenándose poste­
ESPINOSA ECHEVARRÍA 276

riormente. Amigo de gran número de escritores ESPRIU, Salvador (Santa Coloma de Farners,
de la época, estuvo al servicio del conde de Nie­ Gerona, 1913-Barcelona, 1985)
bla y duque de Medina-Sidonia y fue rector del Novelista, dramaturgo y poeta en lengua cata­
Colegio de San Ildefonso para niños pobres en lana. Estudió Derecho e Historia A ntigua. Sus
Sanlúcar de Barrameda. Gracias a la relación comienzos literarios fueron como narrador, con
mantenida con sus contemporáneos logró la pri­ una prosa que aúna lo grotesco y lo esperpén-
mera antología conocida de la literatura espa­ tico (véase ESPERPENTO) con el esteticism o lí­
ñola: Flores de poetas ilustres (Valladolid, 1605), rico. Al igual que en sus poemas, conviven los
en la que figuran poetas como fray Luis de elementos clásicos y bíblicos con otros simbóli­
León*, Barahona de Soto*, Góngora*, Lope de cos. Los temas que aborda en toda su produc­
Vega*, Quevedo*, Lupercio Argensola*, Balta­ ción literaria giran en torno a la muerte, la sole­
sar del Alcázar* y otros, junto a autores hoy olvi­ dad, la incom unicación, el sentim iento de
dados y al propio Espinosa que, como poeta, re­ pérdida y el destino, todos ellos desde una pers­
sulta delicado y hábil en la creación de detalles. pectiva marcada por el existencialismo. D esta­
Atraído por la brillantez de las imágenes, busca can las novelas El D octor Rip (1931) y Laia
la precisión expresiva y renueva los moldes ita­ (1932), y las narraciones y cuentos de Aspectes
lianizantes participando de las transformaciones (1934), Ariadna al laberint grotesc (Ariadna en
gongorinas. Representa, por decirlo de algún el laberinto grotesco) (1935), M iratge a Cite-
modo, la transición del herrerismo al cultera­ rea (1935) y Letizia i altres proses (1935). Pero
nismo*. Gran parte de sus poemas se recogen en donde destacó con fuerza es en el campo de la
la Segunda parte de las Flores (1611), publicada poesía, al que, tras la dramática experiencia de
por Juan Antonio Calderón, aunque su obra más la Guerra Civil, dio grandes obras como: Ce-
célebre es La fábula de Genil, en la que una Na­ mentiri de Sinera (Cem enterio de Sitiera)
turaleza imaginada le permite descripciones de (1946), Les cangons d ’Ariadna (Las canciones
gran maestría y emoción poéticas. Espinosa evo­ de Ariadna) (1949), Les hores (Las horas)
lucionó desde una poesía marcada por la belleza (1952), Mrs. Death (1952), El cam inant i el
suntuosa en su juventud a otra de mayor inti- mur (El caminante y el muro) (1954), Final del
mismo y religiosidad en su madurez. Otras obras Laberint (Final del laberinto) (1955) — todas
poéticas son las dos Soledades de Pedro de Je­ ellas unidas por su sim etría y pórtico de una
sús, la serie de los Salmos, sobre todo Salmo de profunda experiencia mística— , La pell de brau
penitencia, importantísimo para alcanzar p e r­ (La p iel de toro) (1960), presentación poética
dón de los pecados (Sanlúcar, 1625), la Oda a la de los problem as políticos y lingüísticos vivi­
navegación de san Raimundo desde Mallorca a dos en su tierra tras la guerra y considerado uno
Barcelona, la más colorista de sus composicio­ de los poemarios fundamentales de los años se­
nes y un auténtico poema del M editerráneo, y senta, Llibre de Sinera (1963), Formes i parau-
gran cantidad de Sonetos. Como autor en prosa les (1971) y Setmana Santa (1971). Asimismo,
escribió la novela quevedesca El perro y la ca­ deben mencionarse sus incursiones en el teatro
lentura (1625), Bosque de doña Ana (1624), Es­ con: Prim era liistória d ’E sther (1948), Antí-
pejo de cristal (1625), arte de bien morir reim ­ gona (1955), Fedra (1955) o Una altra Fedra,
preso hasta el siglo XIX, Panegírico a la ciudad si us plan (Otra Fedra, p o r fa vo r) (1978), así
de Antequera (1626), Panegírico del duque de como las prosas incluidas en Les roques i el
Medina-Sidonia y Pronóstico judiciario de los mar, el blau (Las rocas y el mar, el azul) (1981),
sucesos deste año 1627 hasta el fin del mundo en las que recrea los mitos clásicos. Un ensayo
(Málaga, 1627), una fina burla de los estudios as­ merece ser mencionado: E v ocado de Roselló-
trológicos. Pórcel (1963). En 1981 se inició la publicación
de sus Obras completas.
ESPINOSA ECHEVARRÍA, Juan Antonio (G ra ­
nada, 1898-1974) ESPRONCEDA Y DELGADO, José de (Almen-
Novelista. Fue marino mercante, ejerció el perio­ dralejo, Badajoz, 1808-Madr¡d, 1842)
dismo y, desde que en 1949 obtuviese el Premio Poeta. Hijo de un coronel de caballería, su vida,
Internacional de Primera Novela con Zubeldia, típicamente romántica, estuvo marcada por la po­
el libro de los siete mares, dedicó m ayor aten­ lítica y el amor. Nació en las fechas previas al co­
ción a la literatura. En sus obras, Espinosa huye mienzo de la Guerra de la Independencia. Fue
de la realidad histórica española y puede decirse alumno de Alberto Lista*, en cuya Academia del
que estilísticamente está en la línea barojiana. Mirto leyó sus primeros poemas de tendencia
Deben destacarse obras como: El capitán Amo- neoclásica, y fundó con otros jóvenes, entre ellos
rrortu (1952), Premio Ciudad de Barcelona, y La Escosura*, la sociedad secreta de Los Numanti-
niña de Aimogasta (1955). nos, lo que le valió el ser recluido en el convento
277 ESTALA

de San Francisco en Guadalajara, donde comenzó ron — auténtico modelo de Espronceda— , en el


su inacabado poema épico Pelayo; indultado, re­ que se analiza filosóficamente la existencia del
gresó al colegio. En 1826 marchó hacia Lisboa, mal, y en el que, técnicamente, destacan las inter­
donde conoció a Teresa Mancha, la hija de un venciones del autor, que dan ironía al relato, y el
desterrado español a la que seguiría hasta Lon­ Canto a Teresa, donde reproduce, de manera ele­
dres, pero a quien dejaría para ir a H olanda y a giaca, su relación con la mujer a la que amó y la
París, en donde lucha en la revolución de julio de consecución del escepticismo en materia senti­
1830. Después de diversos avatares, Espronceda mental. El resto de la obra de Espronceda se com­
pasa por España y regresa a París, donde rapta a pone de la novela histórica Sancho Saldaña o el
Teresa, que se había casado con un comerciante, Castellano de Cuéllar (1834), el relato fantástico
y, acogiéndose a una amnistía, vuelve con ella a La pata de palo (1835), la sátira El pastor Clasi-
Madrid, si bien, poco después, ella lo abandona. quino (1835), las obras teatrales Blanca de Bor-
Tras buscarla y encontrarla de nuevo, ella le deja­ bón (1833) y Ni el tío ni el sobrino (1834), en co­
ría definitivamente. En 1839 él vería, desde una laboración con Ros de Olano, y diferentes
ventana, pasar el cadáver de su amada. Tuvo con artículos periodísticos. Sus Obras completas se
ella una hija: Blanca. Sus actividades políticas publicaron por primera vez en 1954.
como republicano le llevaron a intervenir en nu­
merosos pronunciamientos y a ser perseguido, ESQUILACHE, príncipe de -» Véase BORJA Y
juzgado y desterrado. Fue guardia de Corps, se­ AR AG O N , Francisco de.
cretario de la Legación española en La Haya en
1841 y diputado en 1842. Fundó, con Ventura de ESQUIVIAS, Óscar (Burgos, 1972)
la Vega* y Ros de Olano*, el periódico El Siglo, Narrador. Licenciado en Filosofía y Letras por la
en el que publicó artículos censurados. Universidad de Burgos, dirige la revista literaria
La fama literaria de Espronceda se inició con el burgalesa Calamar, fue codirector, entre los años
poema La canción del pirata, aparecido en El 1994 y 1998, de El mono de la tinta y colabora
Artista, en 1835, y que se convirtió en una espe­ en la revista cinematográfica Versión Original y
cie de m anifiesto del Romanticismo* español en el diario Burgos 7 Días. Premiado por sus re­
por la rebeldía que transmite, la audacia formal y latos en diferentes convocatorias del Premio Le­
la defensa de la libertad. Sus versos reflejan nue­ tras Jóvenes de Castilla y León, es autor de las
vas formas de expresión frente al Neoclasicismo, novelas Jerjes conquista el mar (1999), galardo­
gran habilidad para las descripciones de la natu­ nada con el Premio Arte Joven de la Comunidad
raleza, profundidad filosófica en el análisis del de Madrid, y El suelo bendito (2000), con la que
destino humano y un optimismo político de gran obtuvo el Premio Ateneo Joven de Sevilla y en la
alcance. Su manera de tratar el amor va desde los que aborda las pasiones, los celos y la infideli­
m otivos típicam ente neoclásicos al desengaño dad. Es autor, asimismo, de la novela para jóve­
tras el abandono de Teresa, que queda im preg­ nes Huye de mí, rubio (2002).
nado en sus versos con motivos barrocos como
el escepticismo y la muerte. Son poesías pasio­ ESTALA, Pedro de (Daimiel, Ciudad Real, 1757-
nales y arrogantes, tendentes al prosaísmo y que ?, Francia, 1820?)
adolecen, a menudo, de una auténtica vivencia Crítico, antologo, traductor y helenista. Escola­
intimista. Sus poemas se incluyen en Poesías de pio primero, sacerdote, profesor de Historia Lite­
don José de Espronceda (1840), libro en el que raria en los Reales Estudios de Madrid, rector del
se recogen, además del poema mencionado, otros Seminario de Salamanca y canónigo de Toledo,
— patrióticos, individualistas y de circunstan­ fue afrancesado durante la G uerra de la Inde­
cias— de gran fuerza a la hora de expresar el do­ pendencia — publicó artículos en favor de los
lor y el desengaño, y entre los que destacan las franceses en El Imparcial— y murió en el exi­
canciones de tema social en las que rompe con el lio en Francia. Influyó en los poetas de la época
Romanticismo* tradicional. En ellas, Espronceda y destacó como crítico y traductor con sus tra­
se anticipa al M odernismo* al jugar con ritmos ducciones de Edipo rey (1793), de Sófocles, y
poéticos ya desgastados como las pastorelas, los Pluto (1794), de Aristófanes, en cuyas introduc­
himnos o las canciones de cuna. También está in­ ciones analizó la tragedia y la com edia, y los
cluido en el libro El estudiante de Salamanca, prólogos que escribió para la Colección de poe­
precedente de Zorrilla*, en el que incorpora los tas españoles (1789-1798; 20 vols.), que se im­
elementos de la novela gótica inglesa, como la lu­ primieron bajo el nombre de Ramón Fernández
cha entre la luz y las tinieblas, las apariciones y el en sus seis primeros volúmenes. Entre sus obras
clima satánico que también está presente en El destacan: Veintiuna cartas inéditas dirigidas a
Diablo Mundo (1841), poema apocalíptico incon­ don J. P. Forner, bajo el nombre arcádico «D a-
cluso, influido por Goethe, Milton, Voltaire o By­ món» para la historia literaria del último tercio
ESTANKONA 278

del siglo x v m (editada por Pérez de Guzmán* ñola. Arabista y lector atento de los clásicos del
en 1911), Bello gusto satírico crítico de inscrip­ Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) y aunque es­
ciones para la inteligencia de la ortografía cas­ cribió Poesías (1831) y la novela histórica Cris­
tellana (1785), con el seudónim o de Claudio tianos y moriscos (1838), su obra fundamental es
Bachiller Rosilloy, y, de manera anónima, Cua­ Escenas andaluzas (1847), en la que se aprecia
tro cartas de un español a un anglómano en que un estilo arcaizante, rico en casticismos y preo­
se manifiesta la perfidia del gobierno de la In­ cupado por la perfección y el acervo popular. A
glaterra (1805). medio camino entre el sentimentalismo de M e­
sonero Romanos* y la amargura de Larra*, en
ESTANKONA, Igor (Artea, Vizcaya, 1977) ella presenta con ironía escenas del pueblo aten­
Poeta en euskera. Licenciado en D erecho por diendo a las costumbres y con una precisión lé­
la Universidad de Deusto, fue colaborador del xica que, en ocasiones, dificulta la lectura. Des­
suplem ento juvenil de E uskaldunon Egunka- tacan entre ellas Púlpete y Balbeja, de carácter
ria, así como de diversos medios periodísticos cervantino, La rifa, Los filósofos en el figón, La
y es m iem bro de la A sociación de Escritores fe ria de Mairena o Gracias y donaires de la
Vascos. Es autor de los poem arios A nem om e- capa, en las que se presenta una visión intere­
troa (1998) y Tundra (2002), en el que demues­ sante de los tipos populares de la Andalucía ro­
tra una capacidad extraordinaria para crear y mántica. Su obra influyó notablemente en auto­
recrear imágenes como forma de reflexión so­ res como Fernán Caballero* y Valera*. Fue
bre la vida. autor, además, de la obra histórica inconclusa De
la conquista y pérdida de Portugal, en dos volú­
ESTEBAN, José (Sigüenza, Guadalajara, 1935) menes y publicada postumamente en 1885. Entre
Narrador, poeta, ensayista y editor. Estudió De­ 1833 y 1896 aparecieron, en seis volúmenes, sus
recho en Madrid. Ha colaborado en diferentes Obras completas.
publicaciones y ha editado a autores como Ber-
gamín*, Arderíus* o M eléndez Valdés*, entre ESTEBANILLO GONZÁLEZ, Vida y hechos de
otros. Son sus novelas: El himno de Riego (1984) Libro picaresco (véase PICARESCA), uno de los
y La España peregrina (1988), dividida en dos últimos del género — si no el últim o— , publi­
partes y en la que aparece como protagonista el cado en Amberes en 1646. En él, y a lo largo de
escritor Blanco White*. Entre sus ensayos, des­ trece capítulos, se cuentan las peripecias de Este­
tacan: Valle-Inclán visto por... (1973), Los nove­ ban González por diversos lugares de Europa du­
listas sociales españoles (1928-1936). Antología rante la Guerra de los Treinta Años. Inconsciente
(1977), en colaboración con Gonzalo Santonja; en su proceso de degradación, este picaro co­
El Madrid liberal (1984), La novela social, barde, que parece responde a un personaje real,
1928/39, figuras y tendencias (1987) y La cocina va desempeñando diversos y extravagantes ofi­
en Galdós (1992). Es autor, asimismo, del poe­ cios, entre ellos el de bufón del cardenal-infante
mario Un soneto me manda hacer Violante y del general Ottavio Piccolomini, duque de
(2001) y de un libro único, curioso e instructivo, Amalfi. Con un humorismo que reside en la efi­
Vituperio (y algún elogio) de la errata (2002), en cacia de los chistes más que en un sentido del hu­
el cual expone y analiza centenares de erratas ti­ mor propiamente dicho, se trata de una obra
pográficas tanto de la prensa como de la historia realista y veraz, tanto histórica como tipográfica­
literaria. mente, al parecer redactada por un poeta andaluz
llamado Rafael de la Vega, que escribía poemas
ESTÉBANEZ, Joaquín -»Véase TAMAYO Y BAUS, épicos en la corte de Flandes, y no por el propio
Manuel. Esteban González, como se deducía del título
completo de la obra: La vida y hechos de Esteba-
ESTÉBANEZ CALDERÓN, Serafín (Málaga, nillo González, hombre de buen humor. Com­
1799-Madríd, 1867) puesto por él mismo. Debe destacarse la curiosi­
Erudito, bibliófilo, autor costumbrista, poeta y dad de que, al igual que hicieran otros autores del
narrador. Huérfano desde niño, estudió Derecho Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), como Nava-
en Granada y fue, además de catedrático de rrete y Ribera* o Alonso Alcalá y Herrera*, que
griego en dicha universidad, togado del Supremo escribían omitiendo ciertas vocales, en la obra
de Guerra y Marina, consejero de Estado y sena­ aparece un romance escrito sin el uso de la o.
dor. Ideológicamente, pasó del liberalism o al
conservadurism o, y colaboró en la prensa ro­ ESTELLA, fray Diego de (Estella, Navarra,
mántica (véase ROMANTICISMO) y con seudóni­ 1524-Salamanca, 1578)
mos como Safinio, El Solitario en acecho y El Escritor asceta. El nombre mundano de este ilus­
Solitario y en Cartas Españolas y Revista Espa­ tre franciscano era Diego Ballesteros y Cruzas.
279 ETCHEBERRI

Formado en Toulouse y Salamanca, fue predica­ ESTÉVEZ VILLAVERDE, Emilia (Ponteareas, Pon­
dor de la Corte, confesor del cardenal Granvela tevedra, 1921)
en Portugal y consejero del príncipe de Éboli, Poetisa y prosista en lenguas gallega y española.
Gómez de Silva. Sus obras fundamentales, todas De su abundante obra, en gran parte desconocida
ellas de carácter doctrinal, son Vida, loores y ex­ en tanto que editada por ella misma, destacan sus
celencias del glorioso apóstol y bienaventurado poemarios Airiños do meu lugar (1963; reed.,
evangelista san Juan (Lisboa, 1554; 2.a ed., Va­ 1979), A soma do Monterreal (1966), publicado
lencia, 1595), De la vanidad del mundo (Alcalá, en edición bilingüe —A la sombra de M onte­
1565; ed. aum., Lisboa, 1576), una vehemente rreal— , Santiago en la leyenda (1971), origina­
defensa de la vida ascética frente a los pecados riamente en verso, pero versionado en prosa, y
que ofrece el mundo, y, sobre todo, Cien medita­ O Nadal e os Reis Magos (1981), traducido al es­
ciones devotísimas del amor de Dios (1578), en pañol como El Nacimiento y Los Reyes Magos.
la que, con aridez intelectual, explica las razones De las obras en prosa, destaca La historia del
para amar a Dios, los medios para alcanzarlo y A póstol (1971), la guía histórico-turística Vigo,
los grados de acercamiento. Bayona y sus rutas (1976), Felipito y sus trave­
suras (1979), Ponteareas y el Condado (1980) y
ESTELLÉS, Vicent Andrés Véase ANDRÉS ES- Aventura y Primavera (1985), entre otras.
TELLÉS, Vicent.
ESTRADA, José Luis (Málaga, 1906)
ESTELRICH I ARTIGAS, Joan (Felanitx, Mallorca, Poeta. Abogado y sindicalista, fue alcalde de su
1896-1958) ciudad, procurador en Cortes y presidente de la
Ensayista y periodista. Fundó diversos periódi­ Academia de Bellas Artes de San Telmo. En 1952
cos baleares, fue director de la Editorial Catalana fundó la revista Caracola, que él mismo dirigiría.
y de la Fundación Bem at Metge, fundó Unió Ca­ Su poesía es intimista y de gran musicalidad. Des­
talana y llegó a ser diputado por la Lliga Regio- tacan los poemarios Fuente de oro. Poemillas al
nalista y la Lliga Catalana. Deben m encionarse sol, escrito durante los últimos días de la Guerra
sus ensayos: Entre la vida i els llibres (1926), Civil, y Llantos de cautiverio. Poesías (1939).
Catalunya endins (1930), Catalanismo y reforma
hispánica (1932), Fénix o Vesperit de renai- ESTRADA NAVA Y BUSTAMANTE, Antonio de
xenga (1934), La persecuzione religiosa in (siglo xviii )
Spagna (Milán, 1937), Las profecías se cumplen Autor dramático. Deben mencionarse la obra re­
(1948) y La falsa paz (1949). ligiosa Desengaño de los vicios y arrepentimien­
tos del hombre (1732) y la comedia El asombro
ESTESO Y LÓPEZ DE HARO, Luis (San Clemente, de Argel (1742).
Cuenca, 1881 -Madrid, 1928)
Actor, dramaturgo y novelista. Sus obras, breves ESTREMERA, Antonio (?, 1844-?)
y cóm icas, dem uestran un gran dom inio del Dramaturgo. Autor de algunos libretos de zar­
verso y de la prosa destinados a divertir. Desta­ zuela y colaborador de Antonio Paso* y de Ami-
can títulos como El cantor de los amores (1904), ches*, con quien escribió Don Quintín el Amar-
Reír que alegra (1906), entre las piezas teatrales gao (1924). Deben mencionarse sus obras: La
escritas en verso; la zarzuela La loca (1908); las atropellaplatos, Noche de cabaret y Sixto Sexto.
novelas El asesinato de la cupletista Ombligúete
(1910) y La vida cachonda, m em orias de una ESTREMERA, José (Lérida, 1852-Madrid, 1895)
cupletista (1914), entre otras, además de los en­ Dramaturgo y periodista. Redactor de Madrid
trem eses La influencia del tango (1907), E xa­ Cómico y colaborador de Blanco y Negro y La
men de chistes (1915) y Receta para casarse Gran Vía, escribió el melodrama Cruz de fuego
(1908). (1883), las zarzuelas La flo r de lis (1884), Las
hijas delZebedeo (1889), La flo r del trigo (1889)
ESTÉVAN EZ, Nicolás (Las Palmas de Gran Ca­ y El mesón del Sevillano (1891), la comedia
naria, 1838-París, 1914) M im í (1888) y las prosas Fábulas y cuentos
Militar, poeta y prosista. Tras participar en la (1890) y Fábulas (1896).
cam paña de M arruecos, ocupó diversos cargos
en Cuba, Estados Unidos e Inglaterra, fue minis­ ESTÚÑIGA, Lope de -»Véase STÚÑIGA, Lope de.
tro de la Guerra con la Prim era República y se
exilió con la Restauración monárquica. Destacan ETCHEBERRI, Joanes (Ciboure, 1590?-?,
sus obras Rom ances y cantares (1890) y Musa 1670?)
canaria (1900), así como Mis memorias, que se Teólogo y poeta vasco. Su poesía es ágil y origi­
publicaron, desde 1899, en El Imparcial. nal en las imágenes que utiliza. Destacan sus de­
ETXEBARRIA 280

vocionarios en verso Manual devotionezcoa mavera de Novela, y Una historia de amor como
(Burdeos, 1627) y Eligara erabiltceco liburua otra cualquiera (2003). Es autora, además, del
(1636), así como los poemas sobre la pasión de poemario Estación de invierno (2001) y de un
Cristo de Noelac (1630?), libro en el que, ade­ ensayo que, escrito en colaboración con Sonia
más, aparecen cánticos e himnos en honor de di­ Núñez, repasa las diferentes formas de feti­
versos santos. chismo que en la literatura española del xix han
tenido como objeto a la mujer: En brazos de la
ETXEBARRIA, Lucía (Bermeo, Vizcaya, .1966) mujer fetiche (2002).
Narradora. Licenciada en Periodismo, se ha ocu­
pado de promoción de discos, ha realizado tra­ EUGENIO DE TOLEDO, san (?, h. 600-?, 657)
ducciones y se considera una autora feminista. Poeta. Aunque visigodo, fue obispo de Toledo en­
Participó en el libro colectivo Ser mujer. En tre 646 y 657 y en España escribió la totalidad de
2000 se trasladó a Escocia, en cuya Universidad sus composiciones. Considerado el poeta latino
de Aberdeen enseñó Escritura de Guión y parti­ más importante de su época, fue autor de versos
cipó en numerosos seminarios y conferencias, y de gran sencillez, a menudo ingenuos, influidos
recibió de dicha institución el doctorado honoris por Virgilio, Ovidio, Horacio y Petronio, así como
causa en Letras. En sus obras intenta m ostrar a por poetas cristianos antiguos. En ellos, aborda
mujeres de su generación, en lucha contra los es­ cuestiones como el amor, la paz, la brevedad de la
tereotipos y a la búsqueda de su propia identidad, vida y la vejez. Sus poemas se editaron, en Berlín
que es uno de los temas centrales en su obra, en 1905, en el volumen XIV de la Monumenta
todo ello con un lenguaje ágil y en íntimo con­ gemianiae histórica: Auctores antiquissimi.
tacto con la realidad expresiva más inmediata.
Irónica, mordaz a menudo, con el mundo mascu­ EUGUI, fray García de (siglo Xiv)
lino, puede decirse que desarrollando una crítica Cronista. Se sabe que fue obispo de Bayona y
ácida de los hombres, y huyendo de los tópicos confesor de Carlos III de Navarra. Su obra prin­
de la feminidad, se sirve en cambio de los tópi­ cipal es Crónica General de España, en la que
cos de la masculinidad para crear una literatura divide el mundo en seis edades e incluye una
que algún sector de la crítica ha calificado de ar­ breve historia de Navarra que supone el primer
tefacto propagandístico de política sexual. Su fe­ trabajo de esta índole sobre dicho reino.
minismo llega al extremo de que en muchos de
sus textos, de forma deliberada, no aparecen EXEMPLUM -»Véase EJEMPLOS.
hombres, pues declaró «estar harta» de leer no­
velas en las que no aparecía ninguna mujer y EXIMENO PUJADES, Antonio (Valencia, 1729-
doscientos hombres. En todo caso se trata de un Roma, 1808)
ejemplo más de narrativa generacional, de cos­ Musicólogo y novelista. Jesuíta y profesor de Fi­
tumbrismo adolescente urbano en la línea de mu­ losofía en la Universidad de Valencia, se vio
chos autores de su edad, de literatura reivindica- obligado a abandonar la Orden por sus opiniones
tiva del posfeminismo, relato minucioso, no religiosas, en las que, según Jovellanos*, había
obstante, del proceso de emancipación sexual a logrado eliminar de sus teorías religiosas lo que
través de la disidencia y atento a las particulari­ hasta el momento había sido considerado como
dades de la homosexualidad. Se trata de una de teológicamente inadmisible. No obstante, sus
las autoras españolas más traducidas y conocidas obras fundamentales giran en torno a la música,
en el extranjero. Hay que m encionar sus obras y de ellas destaca Del origen y reglas de la mú­
La historia de Kurt y Courtney: aguanta esto sica (1776), traducción española editada después
(1996), que es una biografía de Courtney Lo ve, de la original D ell’origine e delle rególe della
Amor, curiosidad, prozac y dudas (1997), novela música, colla storia del suo progresso, deca-
escrita originalmente para ser publicada en Inter­ denza, e rinovazione (Roma, 1774). Es autor de
net y que contó en 2001 con una versión cinema­ la novela Don Lazarillo Vizcardi. Sus investiga­
tográfica cuyo guión fue escrito por la propia Etxe- ciones m úsicas con ocasión del concurso a un
barria, La geometría del deseo (1997), Beatriz magisterio de capilla vacante, term inada en
y los cuerpos celestes (1998), con la que obtuvo 1806 pero no publicada hasta 1872.
el Premio Nadal y en la que cuenta una inicia­
ción sexual, Nosotras, que no somos como las EXPERIENCIA, poesía de la Véase PO ESÍA
demás (1999), donde reunió la mayoría de sus DE LA EXPERIENCIA.
cuentos dispersos creando con ellos una novela
episódica, La letra futura/La Eva futura (2000), EZQUERRA, Iñaki (Bilbao, 1957)
que son dos obras en una, De todo lo visible y lo Poeta. Periodista com prom etido en la lucha
invisible (2001), con la que recibió el Premio Pri­ contra el terrorism o de ETA a través de diver­
281 EZRA

sos colectivos populares, lo que le supone ser del Instituto Cervantes de Madrid, profesor de
uno de los am enazados por los terroristas, se la Universidad Central y destacado miembro
trata de un autor que deja clara su deuda con el del CSIC. Su obra fundamental es La conspira­
clasicismo, a través de poemas en los que apa­ ción del duque de Híjar, 1648 (1934), por la que
recen los mitos griegos y en los que usa como recibió el Premio Nacional de Literatura. A si­
form a de expresión, con m aestría canónica, mismo, destaca por sus investigaciones sobre el
pero sin caer en las lim itaciones de su rigidez, padre Isla*.
el soneto. Destacan sus poem arios Euridice
(1978) y la revisión am pliada de este a la que EZQUERRA Y ROSAS, Jerónimo de -> Véase
tituló Mítica (1998). SAN JO SE, Jerónimo de.

EZQUERRA, Joaquín (Huesca, ?-Madrid, 1820) EZRA, Abraham ben Meir ben Véase ABEN-
Tratadista y traductor. Catedrático de latín en los EZRA o ESRA.
Reales Estudios de Madrid y miembro de la Aca­
demia de la Historia, utilizó el seudónimo de EZRA, Moisés ben Jacob ben (Granada, 1055?-
Plácido Guerrero. Traductor de Tácito y autor de ?, 1138)
El arte explicado y gramático perfecto (1804), Poeta judeoespañol. Tuvo que escapar de Es­
también dejó poemas sueltos. paña. Sus poemas, escritos durante su juventud,
constituyen 245 piezas sobre el amor y la amis­
EZQUERRA ABADÍA, Ramón (Almuniente, tad y responden al título general de Sheri ha-
Huesca, 1904-?) Khol (El libro del collar). Son epigramas, máxi­
H istoriador y ensayista. D octor en Filosofía y mas y algunos versos de carácter religioso, de
Letras, fue catedrático de Geografía e Historia gran frescura y armonía.
F
F. M. (M adrid, 1967) FABRA, Pompeu (Barcelona, 1868-Prades,
Narrador o narradora. Autor anónimo, que esconde Francia, 1948)
su identidad en esa suerte de seudónimo, destaca Gramático. Catedrático de Química en la Es­
por su desapego estilístico y por su capacidad para cuela de Ingenieros Industriales de Bilbao, de
imbricar elementos de la tradición metafísica con Lengua Catalana en la Universidad de Barcelona
otros del más evidente vanguardismo* formal. De y miembro del Instituí d’Estudis Catalans, se le
estilo lacónico y con desafecto, así como con un considera el unificador de la lengua catalana, de
humor próximo al cinismo, pretende mostrar las las tendencias erudita y popular en una sola, gra­
mentiras de la cotidianidad, la impostura de la vida cias a sus diversas gramáticas, con las que creó
diaria, con una frialdad que, por ejemplo, supone una normativa única, y diccionarios. Destacan
que sus personajes, en tanto que modelos, carez­ sus obras: Ensayo de gramática del catalán mo­
can de nombre. Destacan sus libros Cuentos de X, derno (1891), Gramática catalana (1912 y suce­
Y y Z (1997), Ciclos (2000), libro de narraciones sivas ediciones, seis, hasta 1933) — obra revi­
muy breves, que se mueve en lo alegórico, muy en sada después, durante su exilio, en los años 1941
la línea oriental o simbólica propuesta a menudo y 1946— , Normes ortográfiques (1913), Diccio-
por Borges y Kafka, y usando como modelo para nari ortografíe (1917) y Diccionari general de
su estructura el I-Ching, y El sentido (2002). la llengua catalana (1923), escrito en colabora­
ción con Joaquim Ruyra*.
FABER-KAISER, Andreas (Barcelona, 1944)
Ensayista. Fue director de la revista Mundo des­ FAJARDO, José Manuel (Granada, 1957)
conocido, coordinador de Más allá de la ciencia Narrador. Empezó a estudiar Derecho, estudios
y ha dirigido programas de radio sobre temas pa- que abandonó para dedicarse al periodismo, acti­
ranormales. Dedicado a divulgar temas científi­ vidad que lo ha llevado a escribir en diarios
cos y a la investigación de los fenómenos extra- como Mundo Obrero, Pueblo, Informaciones, El
terrestres, destacan sus obras: ¿Sacerdotes o País y El Mundo, entre otros, así como en revis­
cosmonautas? (1971), Repercusión de la Astro­ tas de la importancia de El Urogallo o Leer, y a
náutica en la vida del hombre (1972), Premio ser redactor de programas literarios de televi­
N acional de A stronáutica Julio M arial, Las nu­ sión. Autor de obras de corte histórico, en sus no­
bes del engaño (1984), Sobre el secreto. La isla velas, documentadas y eruditas, mezcla las re­
mágica de Pohnpei y el secreto de Nan matol glas del género de aventuras, donde hay siempre
(1985), Pacto de silencio (1987) y El muñeco hu­ amores, aventuras constantes, cautivos, mujeres
mano (1989), entre otros muchos títulos. exóticas..., con la necesaria documentación del
relato histórico. Deben destacarse sus libros de
FABIÉ, Antonio María (Sevilla, 1834-M adrid, carácter histórico-documental La epopeya de los
1899) locos (1990), en el que se ocupaba de los espa­
Cronista e investigador. D edicado a la política ñoles que participaron en la Revolución Fran­
— fue ministro de Ultramar en 1890— y miem­ cesa, y Las naves del tiempo (1992), investiga­
bro de la Real Academia Española y de la de His­ ción periodística en torno a los viajes al Nuevo
toria, destacó por ensayos literarios y crónicas Mundo que le supuso la concesión del Premio
costum bristas (véase COSTUMBRISMO) como Internacional de Periodismo Rey de España, así
Vida y escritos de fr a y Bartolom é de las Casas como las novelas Carta del fin del mundo
(1897), Vida y escritos de López de Villalobos (1996), sobre las peripecias de quienes quedaron
(1882) y Recuerdos de Sevilla, entre otras obras. en América tras la llegada de Colón y que fue fi­
FALCÓN 284

nalista del Premio Tigre Juan, El converso FARALDO, Antolín (Santiago de Compostela, La
(1998) y Una belleza convulsa (2001), en la que, Coruña, 1823-Córdoba, 1853)
dando un giro hacia la actualidad, se ocupa de las Periodista y ensayista. Participó en el levanta­
vivencias emocionales en primera persona de un miento gallego de 1846, formó parte de la co­
secuestrado de ETA encerrado en un zulo. Es au­ misión revolucionaria de la Universidad com-
tor, asimismo, de una antología dialogada sobre postelana, fue secretario de la Junta Superior
la obra de Antonio Muñoz Molina* titulada La del G obierno de G alicia y redactor de su ór­
huella de unas palabras (1999). gano de prensa, La Revolución. E xiliado en
Portugal, le fue concedida la amnistía en 1847,
FALCÓN, Enrique (Valencia, 1968) aunque ya no regresó a G alicia. Es conocido
Poeta. Licenciado en Literatura Española por la por haber sido quien denunciara por prim era
Universidad de Valencia, es profesor de Forma­ vez el ruralism o com o una de las causas del
ción Profesional y miembro de la Asociación de atraso gallego. Amante de su tierra y miembro
Escritores del País Valenciano. En su obra se deja de la Academia Literaria de Santiago de Com ­
ver su compromiso civil y sus hondas preocupa­ postela, creada en 1840, fundó El Porvenir y la
ciones religiosas, ligadas tanto en sus versos como Revista de la Juventud Gallega, además de di­
en su vida, activamente dedicada a diferentes co­ rigir en M adrid el periódico La Europa. La
lectivos cristianos de lucha social y al volunta­ gran mayoría de sus escritos se recogen en En­
riado. Incluido en las más importantes antologías sayos (IS 5 \).
de la poesía más joven, es autor de los poemarios:
El día que me llamé Pushkin (1992), A UTT (1993) FARIA, Pedro -»Véase HURTADO DE LA VERA,
y Amonal y otros poemas (1996), a los que hay Pearo.
que añadir La marcha de 150.000.000, proyecto
en constante expansión desde 1992 y por el que FARIAS, Juan (Serantes, La Coruña, 1935)
recibió ese año el Premio Antonio Machado y un Novelista. Marino mercante, viajó por diversos
accésit del Gerardo Diego, y el Premio Ojo Crí­ países y desempeñó los más variados oficios.
tico en 1999, un proyecto del que, hasta el mo­ Destaca como narrador de tendencia neorrea-
mento, ha publicado las siguientes entregas: El sa­ lista, así como por su faceta de autor de literatura
queo (1994) y El saqueo y Los otros pobladores infantil. Son importantes sus novelas Después
(1998), a las que se añadirán a finales de 2003 La amanece (1960), Puente de cáñamo (1963), Los
caída de Dios y Canción de E. Entre los ensayos niños numerados (1965), Premio Ciudad de
que ha publicado, además de sus textos en volú­ Oviedo, Los buscadores de agua (1966), Gran
menes colectivos de incuestionable compromiso cabotaje (1968), El hombre pervertido (1975) o
político, destacan: Dimensiones políticas del vo­ Los pequeños nazis del 43 (1987). Entre sus tex­
luntariado (1997) y Aproximaciones a las narra­ tos infantiles deben mencionarse: Algunos niños,
ciones juveniles de hoy (2001). tres perros y más cosas (1980), Premio Nacional
de Literatura Infantil, El niño que vino con el
FANER, Pau (Ciutadella, Menorca, 1949) viento (1986), El hijo del jardinero (1986), El es­
Novelista. Catedrático de inglés en un instituto, tanque de las libélulas (1987) y Un cesto lleno
es uno de los autores en lengua catalana más pre­ de palabras (2000).
miados. Destacan obras como L ’arcangel
(1974), Premio Ciudad de Palma, Un regne per a FARRÉS SIRVENT, Carmen -> V éase M IEZA,
mi (1976), Premio Sant Jordi y de la Crítica Lite­ Carmen.
raria, Lady Valentine (1984), Premio Víctor Ca-
talá, Flor de sal (1986), Premio Nadal, AEIO U FEBRER, Andreu (Vich, 1375?-?, 1444)
(1986), Viatge de nit (1986), Moro de reí (1988), Poeta, traductor y militar. Su poesía, eminente­
Premio Ramón Llull, y M al cam í i bon senyor mente amorosa, escrita en lengua catalana, re­
(1991), galardonada con el Premio Sant Joan de cibe influencias de Dante, a quien tradujo en Co­
la Fundación Caixa de Sabadell, entre otras, a las media de Dant Allighier.
que hay que añadir la guía Menorca, camino del
cielo (2002). FEIJOO Y MONTENEGRO, Benito Jerónimo
(Casdem iro, O rense, 16 76-O viedo, 1764)
FARACO, Carlos (Puebla de Vallés, Guada ta­ Tratadista. Quizá sea la figura más destacada de
jara, 1952) la primera mitad del siglo xvm y en la que se
Poeta. Redactor de Radio Nacional, es autor de asientan, junto a Gregorio Mayans*, los funda­
una poesía coloquial basada en la desgana de lo mentos de lo que habrá de ser la Ilustración* es­
cotidiano. Debe mencionarse su poemario Como pañola. Muy jcrven ingresó en la Orden de san
tantos otros gigantes (1978). Benito, estudió en Salamanca y ganó la cátedra
285 FELIPE

de Teología en la Universidad de Oviedo, ciudad suasivo que contrastaba con el barroquismo an­
en la que escribió la m ayoría de sus grandes terior de otros pensadores. Feijoo no pretendió
obras. Con una vida poco o nada ajetreada, se de­ crear un sistema filosófico, sino más bien satis­
dicó a la oración y elaboración de sus propuestas facer su curiosidad y sentido crítico trabajando
intelectuales. De talante independiente — se de­ sobre todo aquello que llamaba su atención. De
nominaba a sí mismo «ciudadano libre de la re­ ahí que su obra haya sido científicamente supe­
pública de las letras»— e incansable buscador de rada, si bien el racionalismo que la impregna sir­
la verdad, su obra logró gran difusión y desenca­ vió para avanzar desde el inmovilismo por las
denó no pocas polémicas a las que siempre se sendas del conocimiento crítico. Más de un siglo
mantuvo ajeno — salvo cuando editó una Justa después de su muerte, se publicaron otras obras
repulsa de inicuas acusaciones (1749)— desde como Poesías (1899) y Colección de poesías
el retiro de su celda donde, gracias a la colabora­ inéditas (1911).
ción de sus compañeros de Orden y de aquellos
que mantuvieron correspondencia con él, logró FELIPE, León (Tábara, Zamora, 1884-M éxico,
hacer acopio de una biblioteca riquísima en no­ 1968)
vedades, lo que le permitió seguir de cerca los Poeta. Conocido por su seudónimo, Felipe Ca­
procesos intelectuales del momento. Con sus mino Galicia, a pesar de las muchas confusio­
textos Feijoo contribuyó a despertar la concien­ nes biográficas de las que ha sido objeto, era
cia de una sociedad en decadencia desde los últi­ hijo de un notario, estudió el bachillerato en
mos Austrias, intentando despertar de su modo­ Santander, se doctoró en Farmacia y trabajó de
rra a una España atrasada, si bien sus posiciones actor durante su juventud, recorriendo España
críticas contaban con detractores como Fernan­ con una pequeña com pañía teatral. Después,
do VI, que llegó a prohibir su obra, o Torres Vi- ejercería de farm acéutico en diversos pueblos
llarroel*, entre otros. Su actitud intelectual era la y terminaría siendo administrador de los hospi­
de un escéptico que buscaba evidencias y que, tales de Guinea. En 1922, desde M adrid, se
entre tanto, dudaba. Detestaba el dogmatismo y trasladó a México y, al poco tiempo, a Estados
el acatamiento escolástico, defendiendo la liber­ U nidos, donde estudió en la U niversidad de
tad espiritual y poniendo bajo la lupa de la razón Colum bia y enseñó en la Cornell U niversity.
toda cuestión científica y vital, salvo aquellas R egresaría con el advenim iento de la R epú­
verdades reveladas que supusieran el sustento de blica y desde 1933, fecha en la que vuelve a
su fe. Aplicó el método experimental y denunció América, visitará España en diversas ocasiones
tanto las pacatas supersticiones cuanto las fábu­ que alternará con su trabajo de profesor en la
las en cuyo regazo dormía la conciencia popular. Universidad Central de Panamá y consejero en
Los temas que abordó en sus dos grandes obras la Embajada española en aquel país, hasta que,
son numerosos y variados; así, los encontramos al com ienzo de la G uerra Civil, vuelve para
dedicados a la Medicina, a la Física, Matemática, quedarse hasta 1938, año en que se exilió defi­
Ciencias Naturales, Astronomía, Filosofía, Reli­ nitivamente a México, país que solo abandona­
gión, Estética, Historia, Filología, Literatura, Po­ ría para recorrer H ispanoam érica a partir de
lítica, Folclore, Pedagogía, etc., pluralidad que 1945, dedicado a difundir con sus versos y con­
facilitó la proliferación de las polémicas citadas. ferencias el drama del destierro.
Estos dos textos fundamentales son el Teatro Sus comienzos poéticos nacen en los coletazos
Crítico Universal, colección de opúsculos publi­ del Modernismo*, y combina los versos dilata­
cados en ocho volúmenes entre 1726 y 1739, y dos con un comedimiento temático y formal de
las Cartas eruditas y curiosas, editadas entre profundo intimismo. En esta línea están sus poe­
1741 y 1760 en cinco volúmenes. Hay que men­ marios Versos y oraciones del caminante (1920
cionar un tomo de A diciones publicado, postu­ y Nueva York, 1930) y el largo poema Drop a
mamente, en 1783 en M adrid, en el cual apare­ star (1933), muy influido por sus lecturas de
cen trabajos sueltos que no se publicaron en las Walt W hitman y T. S. Eliot. A partir de ese mo­
series pertenecientes a los periodos m enciona­ mento, su poesía se torna combativa, y combina
dos. Entre las dos obras suman un total de dos­ sus convicciones anarquistas con el estilo bíblico
cientos sesenta y un ensayos — utilizando la ter­ que habría de caracterizarlo, así como con un co­
minología moderna, en función de la cual puede loquialismo de verso libre. Es entonces cuando
afirmarse que Feijoo fue el primer ensayista es­ van apareciendo sus libros más profundos, hu­
pañol— que, por la variedad de temas que hemos manos y comprometidos, formalmente a medio
señalado, demuestran sus vastos intereses inte­ camino entre el prosaísmo y el desgarro verbal.
lectuales. En estos estudios pretendía informar y Tratado injustamente por la crítica, que lo ha su­
comentar, con una intención más didáctica que mido en un deliberado olvido, destacan títulos
científica, utilizando un lenguaje accesible y per­ como: La insignia (1937), El payaso de las bofe­
FELIU Y CODINA 286

tadas y el pescador de caña (1938), Español del domo*, de Poesía para todos, que publicó a poe­
éxodo y del llanto (México, 1939), El hacha (Mé­ tas como Carlos Barral*, Gil de Biedma*, Angel
xico, 1940), El gran responsable (México, 1940), Crespo*, Ángel González* o Francisco Brines*,
El poeta prometeico (México, 1942), Ganarás la entre otros. Trabajó a las órdenes de Fernando
luz (1943), Antología rota (Buenos Aires, 1947), Quiñones* en la edición española de R ea d er’s
Llamadme publicano (1950), El ciervo y otros Digest. Su poesía, marcada por obsesiones como
poemas (México, 1958) y ¡Oh, este viejo y roto el tiempo, el amor y Dios, buscó las bellas imá­
violín! (1965). Su labor como traductor se centró genes, ahondando en reflexiones intelectuales y
en textos del citado Whitman, así como en la obra en la tradición estilística de los clásicos de nues­
de Waldo Frank y Shakespeare. tra lengua. Sus versos desbordan términos cul­
tos, de contundente sonoridad, imágenes sensua­
FELIU Y CODINA, José (Barcelona, 1845/1847- les, juegos metapoéticos, pero también habla
Madrid, 1897) popular, del mismo modo que la inocencia y la
Periodista, comediógrafo y novelista bilingüe. naturaleza conviven con el dolor y el erotismo.
Colaborador de diferentes publicaciones barce­ Destacan sus poemarios Conciencia (1961), ga­
lonesas y madrileñas con el seudónimo de Josep lardonado con el Premio Adonais, Fábula de oc­
Serra, se trata de un autor de la escuela neorro- tubre (1964), Premio Boscán, Calendas (1981),
mántica de Echegaray* en cuyas obras el cos­ Salutaciones (1985), M ás que el m ar (1986),
tumbrismo* rural se convierte en tragedia a tra­ Subrogación de sor Emérita (1987), De amor
vés de personajes femeninos, de la clase media (1988), la antología No m enor que el vacío
y de moral intachable, que viven en provincias. (1988) y Casa común (1991), a los que hay que
Muy sentimental y convencional, su fama se añadir una pretendida obra completa, Obra p oé­
debe, sobre todo, a comedias como Lo mestre de tica y cuentos (2000), que reúne sus obras publi­
minyons (1871) y Lo gra de mese (1883) y al cadas, textos no incluidos en libros y poemas
drama lírico, con m úsica de Bretón de los He­ postumos.
rreros, La Dolores (1892), si bien destacan otras
obras teatrales: Un libro viejo (1891), Miel de la FERNÁN CABALLERO -> Véase CABALLERO ,
Alcarria (1895), María del Carmen (1896) y La Fernán.
real moza (1896). Asimismo, destacan sus nove-
lizaciones de dramas de Frederic Soler, como La FERNÁN-GÓMEZ, Fernando (Urna, Perú, 1921)
dida (1875) y Lo rector de Vallfogona (1876), y Dramaturgo, actor, novelista, director de cine y
las prosas de Las hadas de mar, cuentos de ma­ de teatro, guionista y ensayista, este autor multi-
gia (1878). facético es uno de los intelectuales de mayor
prestigio de nuestros días. Es miembro de la Real
FÉNIX, El -» Véase V EG A CARPIO , Félix Lope Academia Española desde 2000. Nacionalizado
de. H español en fecha reciente, pero español sin más
desde siempre, antes de darse a conocer en el
FENOLLAR, Bernat (?, 1438-Valencia, 1516) mundo de la literatura había dirigido y protago­
Poeta en lengua catalana, fue presbítero y gozó nizado numerosas películas de éxito, así como
de privilegios de la catedral valenciana. Partici­ realizado para televisión diferentes producciones
pante activo en la vida literaria de la Valencia entre las que quizá deba destacarse El picaro. Se
cuatrocentista, tenía su propia tertulia, en la que, trata de un escritor con profundo conocimiento
entre otros, participaban Ausiás M arch*, Joan de la lengua clásica y de la escena, lo que le
Roís de Corella* o Jaume Gassull*. Escribió, en otorga capacidades extraordinarias a la hora de
colaboración, numerosas composiciones religio­ crear situaciones y personajes. Por lo que res­
sas, entre ellas Lo procés de les olives (h. 1497) pecta a su narrativa, se muestra realista en todo,
— El proceso de las aceitunas— , con Gassull, y, y temáticamente ahonda en cuestiones sociales y
en 1474, contribuyó a un certamen mariano en políticas que en numerosas ocasiones tienen
Valencia al que se deben las diversas composi­ como eje la Guerra Civil, por un lado, y la pica­
ciones que forman parte del primer libro impreso resca* como trasfondo, por otro. Es en 1975
en catalán, Les trobes en lahors de la Verge Ma- cuando con La conjuración de los Pazzi — que
rie*, el cual fue encargado por él. no se estrenaría hasta 1985— logra un accésit del
Premio Lope de V ega,'cuyo premio absoluto
FERIA, Luis (Santa Cruz de Tenerife, 1927- conseguiría, en 1977, con Las bicicletas son
1998) para el verano, obra estrenada en 1982 y llevada
Poeta y narrador. Farmacéutico, licenciado en Fi­ al cine por él mismo. A utor irónico y de sólida
losofía y Letras y de nombre completo Luis Fe­ cultura, en sus obras conviven la nostalgia
ria Hardisson, fue director, con Manuel Pa- amarga y el sentido crítico en el tratamiento de
287 FERNÁN GONZÁLEZ

los temas. Otras obras suyas son: Los domingos el autor, a veces en prosa, y en el que se aprecia
bacanal (1980), Del rey Ordás y su infamia una lírica de meditación elegiaca, con cierto hu­
(1983), el drama histórico La coartada (1985) y morismo sarcástico y melancólico y una senti-
Ojos del bosque (1986), a las que hay que añadir mentalidad enfática.
Los invasores del palacio, que se representó por
primera vez en 2000, aunque había sido escrita FERNÁN GONZÁLEZ, Poema de
veinte años antes, y que tiene ciertas resonancias, Poema épico, quizá compuesto hacia 1260, y en
por lo que respecta al retrato de la decadencia de el que se contaban las hazañas del conde Fernán
la aristocracia, de El Gatopardo, la célebre obra González. A él se hace referencia en la Crónica
del autor italiano Lampedusa. Pero su produc­ Najerense (véase CRÓNICAS), y serían, posterior­
ción literaria no term ina ahí, ya que ha conse­ mente, el Tudense* y el Toledano* quienes ha­
guido el éxito de crítica y público con novelas brían añadido diversos datos, como la fundación
como El viaje a ninguna parte (1985) — también del monasterio de san Pedro de Arlanza por parte
llevada al cine por él mismo y que fue galardo­ del héroe, antes de que un monje del mencionado
nada con dos Premios Goya, al mejor guión y a monasterio lo fijara, basándose en un primitivo
la m ejor dirección— , El vendedor de naranjas Cantar del siglo xni, hoy desaparecido, en la ver­
(1986), El mal amor (1987), El mar y el tiempo sión que conocemos como Poema de Fernán
(1988), El ascensor de los borrachos (1993), con González, y que ha llegado a la actualidad en se­
la que obtuvo el Premio Espasa Humor, La tecientas cincuenta y dos coplas en cuaderna vía
Puerta del Sol (1995), ¡Stop! N ovela de amor a las que faltarían otras cien, cuyo contenido
(1997), Oro y hambre (1999), novela histórica, puede reconstruirse a partir de las diversas prosi-
ambientada en la corte de los Médicis, La cruz y ficaciones de las crónicas* y que se conserva en
el lirio dorado (1999) y Capa y espada (2001), un manuscrito único, defectuoso y mutilado, del
am bientada en el Siglo de Oro (véase EDAD DE siglo xv. En realidad, su autor parece que preten­
ORO) y centrada en la vida del conde de Villa- día otorgar a su monasterio un papel prioritario
m ediana*, así como con las memorias que, en en la unificación castellana, como se deduce de
dos volúmenes y bajo el título de El tiempo ama­ la primera parte, si bien luego se desarrollan tres
rillo (1990), se vieron aumentadas en El tiempo temas principales: las luchas contra Almanzor,
amarillo. M em orias ampliadas, 1921-1939 las relaciones con el rey de Navarra y la negocia­
(1998), o con la adaptación teatral del Lazarillo ción de la independencia de Castilla. Estos temas
de Tormes (1990). En 1995, apareció la colec­ coinciden, a su vez, con estructuras ternarias ma­
ción de artículos y reflexiones Desde la última nifiestas en tres adversarios, tres batallas contra
fila. Cien años de cine. Galardonado con el Pre­ los moros y tres contra los navarros. Conviven
mio Nacional de Teatro en 1985, al que hay que en el texto elementos folclóricos con otros de ca­
añadir otros galardones como la Medalla de Oro rácter caballeresco, si bien el estilo y la forma
de las Bellas Artes, recibida en 1981, y el presti­ elegida, la cuaderna vía, son cultos. El autor
gioso Premio Príncipe de Asturias de las Artes, tomó materiales tanto de Berceo* como del Li­
que le fue concedido en 1995, el mismo año en bro de Alexandre*, e intentó darle propaganda a
que se le nombró miembro del Patronato del Ins­ su monasterio, si bien, y dada la utilización de
tituto Cervantes, hay que destacar, asimismo, el tenías patrios, terminaría convirtiéndolo en un
ensayo Nosotros, los mayores (1999), en el que poema con un doble valor: el de cantar épico na­
aborda, con no poco de ironía, el asunto de la an­ cional y el de una obra eclesiástica. Poema al que
cianidad, así como el libro de relatos, a menudo podemos denominar sociocentrista, en él se con­
brillantes en el uso ingenioso de la trama, La es­ sidera a España como lo mejor del mundo, a Cas­
cena, la calle y las nubes (2000) y el libro, inte­ tilla lo mejor de España, a la montaña lo mejor
resante para conocer sus experiencias literarias y de Castilla y al héroe por encima de todo. En
cinematográficas, Conversaciones con Fernando cualquier caso, su doble cometido es el de la glo­
Fernán-G óm ez (2002), de Enrique Brasó. Por rificación de Castilla y de san Pedro de Arlanza,
otro lado, existe un volumen de conversaciones de manera que se trata de un poema integrado en
con Eduardo Haro Tecglen* titulado La buena la intención didáctica y propagandística propia
memoria (1997), a los que conviene añadir un li­ de las obras del mester de clerecía. En cualquier
bro que podría suponer un capítulo aparte en sus caso, un tema fundamental relacionado con el
memorias, ¡A quí sale hasta el apuntador! Poema es el de su adscripción al mester* de cle­
(1997), en el que suma una suerte de anecdotario recía o al de juglaría. El texto, que por su estruc­
sobre su carrera como actor, y los artículos in­ tura formal pertenece a la cuaderna vía, tiene,
cluidos en Puro teatro y algo más (2002). A si­ como también queda dicho, un tema épico. No
mismo, en 2003, se publicó el poemario El canto obstante, la métrica y su relación con el mencio­
es vuelo, que reúne las poesías conservadas por nado monasterio de Arlanza y con las otras obras
FERNÁN-VELLO

del mester, hacen que la obra pertenezca por de­ tulia das máscaras (1981), A estraña señorita
recho propio al mester de clerecía. En opinión de Lou (1982), Auto insólito do autor (1985), Cuar­
Deyermond, sin embargo, la obra tipifica el uso teto para unha noite da verao (1989) y A casa
de materiales épicos subordinándolos a intereses dos afogados (1990). Hay que mencionar, asi­
religiosos, lo que explica que no siempre se haya m ismo, sus ensayos O teatro galego actual
advertido que, en sí mismo y pese a su métrica, (1985), Converas en Compostela con Carbalo
constituye un verdadero poema épico. La índole Calero (1986), A nación incesante. Converas
de su argumento, el auditorio al que parece desti­ con Xosé M anuel Beiras (1989) y A Coruña da
nado, la presencia de elementos folclóricos e, in­ cultura e a modemidade (1995).
cluso, la irregularidad de la citada m étrica son
factores que apuntan a una composición épica FERNÁNDEZ, Antonio Pablo (siglo xvm)
escrita por un monje con la finalidad propagan­ Dramaturgo. Se recuerda de él la obra El asom­
dística a la que ya me he referido. Sea como bro de Jerez, Juana de rabicortona (1748).
fuere, la combinación de técnica y espíritu de
clerecía con el tema épico, así como la presencia FERNÁNDEZ, Basilio (Valverdín, León, 1909-
de elementos eruditos junto a recursos y fórmu­ Gijón, Asturias, 1987)
las propias de la épica popular, convierten'el Poeta. Abogado y colaborador de diversas re­
Poema de Fernán González en un caso de espe­ vistas permaneció al margen del mundo litera­
cial interés como fusión de ambos mesteres y rio, dedicado a un negocio familiar. Discípulo
como origen de constantes quebraderos de ca­ de Gerardo Diego* y amigo de Juan Larrea*, en
beza para la crítica especializada. sus versos se aprecian las técnicas creacionis-
tas, la ironía y el simbolismo com binados con
FERNÁN-VELLO, Miguel Anxo (Cospeito, Lugo, formas métricas clásicas. Próximo tam bién al
1958) surrealismo, en sus poemas siempre aparece el
Poeta y dramaturgo en lengua gallega. Realizó desgarro existencial propiciado por la soledad y
estudios de Música en el Conservatorio de La la nostalgia. Su obra se editó en 1991 bajo el
Coruña y de Psicología y Filología Hispánica en título de Poemas: 1927-1987, que en 1992, a tí­
la Universidad de Santiago de Compostela. Con­ tulo postumo, recibió el Prem io Nacional de
ferenciante y articulista, colabora en diferentes Poesía.
publicaciones y diarios de Galicia y Portugal. En
1991 fundó la empresa editora Edicións Espiral FERNÁNDEZ, Casto (Badajoz, 1947)
Maior, de la que es director y que se ocupa sobre Novelista. Madrileño de adopción y doctorado
todo de la publicación de poesía. Merecedor de en Filología, ha vivido en diferentes ciudades del
numerosos premios literarios, y a pesar de haber mundo, como Buenos Aires, Londres, Bagdad,
publicado la novela Anti-memória dun día Nueva York, El Cairo, Lisboa y Roma, ciudad
(1982), la labor de este autor en lengua gallega esta última en cuyo Instituto Cervantes es jefe de
destaca en el campo de la poesía con títulos estudios, el mismo cargo que ha desempeñado en
como: Do desexo en corpo e sombra (1984), Pre­ algunas de las otras capitales mencionadas. En
mio Celso Emilio Ferreiro, Seivas de am or e su obra, donde no hay dependencia ni de estilos
tránsito (1984; reed., 1992), Premio de la Crítica ni de modas, ha cultivado una original mezcla de
Española y finalista del Nacional de Literatura, géneros, que van de la ciencia-ficción a la ficción
M emorial de brancura (1985), Premio Esquío, histórica, ocupándose de asuntos tan variados
Livro das paisaxes vivas (1985), Entre água e como la Guerra Civil española y el antiguo
fogo (Cantos da térra posuida) (1987), Trópico Egipto, todo ello con un estilo depurado y un há­
de lúas (1992), Poemas de lenta nudez (1994; bil manejo de la trama y de los personajes. Hay
reed., 1997), A certezas do clima (1996), libro que mencionar sus novelas Kabuki (1993; reed.,
con el que de nuevo fue finalista del Premio Na­ 2002) y El encriptador (2001; reed., 2002).
cional de Literatura, y la antología Poemas
(1999). Sus versos están incluidos, entre otras, FERNÁNDEZ, Elena -»Véase SANTIAGO , Elena.
en antologías de poesía gallega tan importantes
como: Escolma de poesía galega 1976-1984 FERNÁNDEZ, Ferrán (Barcelona, 1956)
(1984), De amor e desamor I y II (1984 y 1985), Poeta. Periodista, diseñador gráfico y profesor
Poesía gallega de hoy (1990), Fin de un milenio. universitario de Periodismo, se trata de un poeta
Antología de la poesía gallega última (1991), visual, con numerosas exposiciones en su haber,
Poesía gallega contemporánea (1996) y Antolo­ en cuyas composiciones resultan esenciales tanto
gía de la literatura gallega (1999). Entre sus el compromiso socio-político como la sencillez
obras para el teatro, además de las incluidas en expresiva y formal. Es autor del poemario Ló­
diferentes antologías, deben mencionarse: A ter­ gica sentimental (1998).
289 FERNÁNDEZ

FERNÁNDEZ, José Ramón (M adrid, 1962) la Biblioteca Nacional de Madrid— , en 1514 en


Dramaturgo. Licenciado en Filología por la Uni­ Salamanca, bajo el título de Farsas y églogas al
versidad Com plutense de Madrid, es miembro, modo y estilo pastoril y castellano. Las profanas
desde su fundación, del grupo El Astillero, junto son Comedia de Bras-Gil y Beringuella, en la
a Juan M ayorga*. Su teatro tiene intenciones que hay una discusión sobre los linajes que cons­
costum bristas, aunque com bina con acierto los tituye una espléndida caricatura de esta preocu­
referentes míticos y la realidad, jugando con la pación tan viva entonces en toda España, Farsa
confluencia de pasado con presente. Destacan, o cuasi comedia de la doncella, el pastor y el ca­
además de textos en volúmenes colectivos, sus ballero, marcada por el enfrentamiento entre cor­
obras: Para quemar la memoria (1993), galardo­ tesanos y campesinos que Fernández aborda con
nada con el Premio Calderón de la Barca, ¿ Qué un deseo de pacificación y reconciliación, y
hizo Nora cuando se marchó? (1994), Sangre Farsa o cuasi comedia de los pastores y el sol­
iluminada de amarillo (1994), El silencio de las dado, una sátira de la vida militar en el marco de
estaciones (1995), M ariana (1996), El cometa una oposición entre el campo y la ciudad, y en la
(1996), 1989 (1996), estas tres en el volumen que se presenta el amor como vehículo del con­
Palabras acerca de la guerra (1996), Las muje­ flicto entre Edad Media y Renacimiento*. Las
res fragantes (1997), Dos (1998), M onólogo de tres, con clara influencia de Del Encina, tienen
Mano Am arilla (1998), Las manos (1998), es­ en común la narración de asuntos amorosos en
crita con Yolanda Pallín* y Javier Yagüe, La Tie­ un ambiente pastoril. Los personajes tienen ma­
rra (1998; reed., 2000), finalista del Premio yor individualidad que en Encina y, aunque se
Tirso de Molina, La hierba (1998), Si amanece expresan en sayagués, lo hacen con mayor rea­
nos vamos (2000), Happy end (2000), Me perdí lismo, un realismo más vigoroso; sus pastores
en tus ojos (2000) y Juan Belmonte (2001), entre tienen una consistencia más humana y sus diálo­
otras. gos dramáticos componen escenas que son ine­
quívocos cuadros de costumbres.
FERNÁNDEZ, Lluis (Valencia, 1945) En las de asunto semirreligioso y religioso, se
Novelista en lenguas catalana y española. Perio­ centra en los dos ciclos del teatro medieval: el de
dista de profesión, se trata de uno de los autores la Navidad y el de la Pasión; en el primero están
representativos de la literatura hom osexual en Égloga o Farsa del Nascimiento de Nuestro Re-
España, ello con una prosa basada en el colo- demptor Jesucristo y Égloga o Farsa del Nasci­
quialismo, el humor y la acidez política y social, miento, obras ambas, escritas alrededor de 1500,
armas que le sirven para ocuparse de la situación en las que el tema religioso queda reducido a los
social y em ocional del colectivo gay, siempre últimos versos, de forma que el sentido principal
desde una perspectiva autocrítica. Destacan las no es tanto adoctrinar como divertir. Estructural­
novelas L Anarquista nu (1978) — traducida al mente, estas dos piezas están por encima de las
español como El anarquista desnudo en 1979— , de Juan del Encina, ya que hay ilación entre las
considerada la primera novela gay en España y escenas, además de que los frecuentes anacro­
Prem io Prudenci Bartrana, D esiderata (1984) nismos son un medio técnico para actualizar el
y Una prudente distancia (1998). presente del escritor y su tiempo. En cuanto al
pensamiento religioso, puede decirse que es per­
FERNÁNDEZ, Lope (siglo xv) fectamente ortodoxo. El segundo se corresponde
Tratadista. Este agustino, del que apenas nada se con su obra fundamental, el Auto de la Pasión
sabe, publicó la obra El espejo del alma — cuyo (véase AUTO). En el Auto, Lucas Fernández re­
m anuscrito se conserva en El Escorial— , en la nuncia por completo a los temas pastoriles (véase
que, con prosa dura y sin renunciar a un cierto NOVELA PASTORIL y BUCÓLICA), anticlericales y
tono alegórico, analiza los beneficios del sufri­ amorosos, para dar cabida a la búsqueda insegura
miento para alcanzar la gracia de Dios. de Dios por el hombre falto de asideros. La obra
está relacionada con las nuevas vivencias religio­
FERNÁNDEZ, Lucas (Salamanca, 1474?-1542) sas de los conversos, y puede decirse que sus ca­
Músico, poeta y dramaturgo. Educado bajo la tu­ racterísticas fundamentales son su profundo dra­
tela de sus tíos, se ordenó sacerdote y llegó a matismo y la fuerza realista. No se trata de una
ocupar la plaza de cantor en la catedral de Sala­ pieza dramática propiamente dicha, sino de un
manca, después de mantener una dura pugna con «sermón trabado» en que los sucesos de la Pa­
Juan del Encina*. Más tarde, en 1522, impartiría sión no ocurren ante el espectador, sino que son
clases de Música en la Universidad. Su obra, que referidos por diversos testigos que los evocan
puede dividirse en tres grupos, las de tema pro­ añadiéndoles comentarios o el contrapunto de su
fano, piezas dramáticas semirreligiosas y religio­ propio dolor. En este caso, el tradicional diálogo
sas, se editó, en ejemplar único — se conserva en entre pastores es sustituido por el coloquio entre
FERNÁNDEZ 290

san Pedro y san Mateo, por un lado, y Jeremías, san Premio Adonais, Juicio fin a l (1969), M onodia
Dionisio y las tres Marías después, a propósito (1974), Premio Álamo, Atentado celeste (1975),
de los tormentos sufridos por Jesús. En él, los dos Eros y Anteros (1976), galardonado con los Pre­
primeros santos y las tres Marías son los narra- mios Álamo y Nacional de Literatura, Entretie-
dores-testigo, san Dionisio tiene un papel de in­ rras (1977), Del jazz y otros asedios (1978), Im s
terlocutor, encargado de formular preguntas y flores de Paracelso (1979), Tablas lunares
hacer reflexiones que estimulan a los demás a (1980), Discurso sobre el páramo (1982), con el
proseguir, y Jeremías intercala sus trenos y con­ que obtuvo el Premio Internacional Ciudad de
firma el cumplimiento de las profecías. El clima Melilla, Poesía completa: 1958-1980 (1982), en
de esta última obra, muy efectista y destinada a el que se incluyen los anteriores, Secreto secretí­
conseguir, como pieza de iglesia y acto de culto, simo (1990), merecedor del Premio Tiflos, H is­
la identificación emocional del espectador, es de torias de suicidas (1990), Fuegos de la memoria
un dramatismo que anuncia la imaginería poste­ (1991), Bóvedas (1992), Premio San Juan de la
rior de nuestros grandes escultores. De gran rea­ Cruz, y, aparecido postumamente, Solitudine
lismo, y gracias a la combinación de elementos (1994). A todas ellas hay que añadir, aparecidas
populares, el A uto de la Pasión se convierte en en 1997, sus Obras completas, que incluyen todo
una obra que, con su inmensa belleza, anuncia lo publicado, sus poemas inéditos y obra en
otros textos similares del Siglo de Oro (véase prosa. Además de los premios mencionados, re­
EDAD DE ORO) y en la primera en que se produce cibió el Marruecos de Literatura de 1954 y el In­
una conversión, la del astrónomo Dionisio Aero- ternacional de Poesía de Nueva York en 1960.
pagita. Aunque Lucas Fernández hubo de vivir el
ambiente renovador de la universidad salman­ FERNÁNDEZ, Montserrat (Madrid, 1952)
tina, pueden señalarse como rasgo definitorio de Novelista. En su narrativa, la sensualidad y la in­
su personalidad literaria que se aleja de la co­ teligencia se presentan como soportes de la exis­
rriente renacentista de su maestro y rival Del En­ tencia, ello a través de un lenguaje sugerente que
cina para mantenerse más arraigado en el espí­ aborda las experiencias sentimentales y hum a­
ritu tradicional español, popular, castizamente nas, la búsqueda, pero sin angustias, y propone
castellano y hondamente religioso. una reflexión global que defiende el placer de los
encuentros, del descubrimiento, aunque quede
FERNÁNDEZ, Miguel (Melilla, 1931-1993) siempre el regusto de la desesperanza. Es autora
Poeta. Funcionario de banca, entra en contacto de las novelas El último verano (1994) y Gramá­
con los poetas de su ciudad en los años cincuenta tica griega (1998), con la que obtuvo el Premio
y publica sus prim eros versos en la revista M a­ Andalucía.
nantial, antes de fundar la suya propia, A lcán­
dara, sobra la que se interesó el mismísimo Vi­ FERNÁNDEZ, Sebastián (siglo xvi)
cente Aleixandre* y en la que se reunía a un Una obra le ha hecho célebre, Tragedia Poli­
amplio grupo de poetas melillenses que, aunque ciano (Toledo, 1547), atribuida equivocada­
terminarían dispersándose, durante un tiempo mente a Luis H urtado de Toledo* y que es una
compartieron páginas en publicaciones peninsu­ imitación de la Celestina en veintinueve actos.
lares con el mencionado Aleixandre, Gerardo Inspirada en la leyenda de Píramo y Tisbe, se
Diego*, Leopoldo de Luis* o Carmen Conde*, aprecian influencias de Fernando de Rojas* y
entre otros grandes autores. Miembro de la Aca­ F eliciano de Silva*. El único ejem plar que se
demia de Bellas Artes de San Telmo, recibió nu­ conserva está en la Biblioteca Nacional de Viena.
merosas distinciones institucionales y premios
literarios. Perteneciente a la generación conocida FERNÁNDEZ ALMAGRO, Melchor (G ranada,
como de «los niños de la guerra», que empeza- 1893-Madrid, 1966)
. ron a publicar entre 1955 y 1960, la crítica lo si­ Ensayista. D octor en Derecho, periodista y
túa hoy entre los poetas de esos últimos años, miembro de la Real Academia Española y de la
junto a Benito de Lucas*, Ángel García López*, de Historia, colaboró como crítico teatral y lite­
Rafael Soto Vergés*, Jesús Hilario Tundidor*, rario en las más prestigiosas publicaciones, tales
Antonio Hernández* o Diego Jesús Jiménez*. como El Sol, La Voz, ABC, Revista de Occidente,
Representante del neobarroquismo, su poesía ha La Gaceta Literaria o Cruz y Raya, entre otras
sido calificada de hermética. M arcado por la tantas. De sus muchos ensayos, de diversa ín­
temprana muerte de su padre y por el estruendo dole, y estudios biográficos destacan: Vida y
emotivo de la Guerra Civil, así como por las con­ obra de Angel Ganivet (1920), Vida y literatura
secuencias morales y políticas de la misma, des­ de Valle-Inclán (1943; muy ampliada en una edi­
tacan los poemarios Credo de libertad (1958; re- ción de 1966), En torno al 98 (1948), Cánovas,
eds., 1975 y 1979), Sagrada materia (1966), su vida y su política (1951),.Historia política de
291 FERNÁNDEZ ARDAVÍN

la España contemporánea I y II (1956 y 1959) «La España del Emperador Carlos V» (1993),
— editada completa en tres volúmenes en 1968— sendas biografías sobre Fray Luis de León
y las memorias de Viaje al siglo XX (1962). Asi­ (1991) y Juana la Loca: la cautiva de Tordesi-
mismo, colaboró en la H istoria Universal del llas (1994), Felipe I Iy su tiempo (1998), Carlos V,
historiador alemán Oncken. un hombre para Europa (1998), Carlos V, el Cé­
sar y el hombre (1999), El fraile y la Inquisición
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel (M adrid, 1921) (2002), nominada al Premio Nacional de Ensayo,
Historiador. Doctor en Historia por la Universi­ Casadas, monjas, rameras y brujas (2002) e Isa­
dad de Madrid y en Humanidades por la de Bo­ bel la Católica (2003). Es autor, asimismo, de las
lonia, Italia, donde en 1950 recibió el Premio novelas históricas El príncipe rebelde (1996) y
Vittorio Emmanuele, fue investigador del CSIC, la trilogía sobre la Guerra Civil, Dies Irae, publi­
en el que ingresó en 1954, catedrático de Histo­ cada en 2001: Vientos de guerra, A trancas y ba­
ria Moderna en la de Salamanca, de la que en la rrancas y Entre el amor y la guerra.
actualidad es catedrático emérito, así como del
Colegio Libre de Eméritos, y académico de la FERNÁNDEZ DE ANDRADA, Andrés (Sevilla?,
Real A cadem ia de la H istoria desde 1987 y de h. 1575-Huechetoca, M éxico?, 1648?)
M érito de la A cadem ia Portuguesa de H istoria Poeta. Se sabe que fue m ilitar y que estuvo en
desde 1992. Fue fundador y director del Colegio México donde, después de ocupar diversos car­
Universitario de Zamora en 1976 y director del gos oficiales, murió en la indigencia. Después de
Departamento de Historia Moderna de la Univer­ muchas dudas al respecto, y de que el erudito de­
sidad de Salamanca durante veintidós años. Aun­ cimonónico Adolfo de Castro* estudiase un ma­
que en sus inicios como investigador se ocupó nuscrito encontrado en la Biblioteca Colom­
del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) y de la fi­ biana, Dámaso Alonso* demostró que Fernández
gura de Felipe II, de quien es uno de los m áxi­ de Andrada fue el autor de la célebre carta en
mos especialistas, se trata además de uno de los verso Epístola moral a Fabio, escrita quizá en
expertos más reputados en la época de Carlos V 1611 y destinada a su amigo Alonso Tello de
y, en general, en la España de los Austrias, de Guzmán. Erróneamente, había sido atribuida a
modo que la casi totalidad de su obra, y de sus Francisco de Rioja*. Dividida en cuatro seccio­
cientos de artículos en prestigiosas publicacio­ nes que engloban un total de sesenta y siete ter­
nes, se ha centrado en cuestiones relacionadas cetos, está escrita en estilo claro, sin excesos re­
con el siglo xvi. En 1956 comenzó, con la ayuda tóricos y constituye un modelo de los ideales
de la Fundación Juan March, la preparación de estoicos del momento, herederos de Séneca.
su vasto proyecto sobre Carlos V, usando mate­ Además de exponer en ella motivos para disua­
riales del Archivo de Simancas, la Biblioteca Na­ dir a su destinatario de sus ambiciones políticas,
cional de Madrid, la Real Academia de la Histo­ la carta está repleta de meditaciones existencia-
ria o la Real Biblioteca de Palacio, y accediendo les sobre el paso del tiempo y la necesidad de al­
posteriorm ente a las Bibliotecas Nacionales de canzar la virtud. Además de la obra mencionada,
Bruselas, París y Viena, materiales que publica­ se conoce de él un fragmento de una silva a la
ría, entre 1973 y 1981, en los cinco volúmenes toma de Larache, fechado en 1610.
de Corpus docum ental de Carlos V (reeditados
recientemente, en 2002), que está considerada la FERNÁNDEZ ARDAVÍN, Luis (M adrid , 1892-
mayor y más completa obra escrita sobre dicha 1962)
figura histórica, sobre quien, además, ha publi­ Poeta y dramaturgo. Fue presidente de la Socie­
cado un análisis de su idearium político, los Tes­ dad General de Autores. Marcado por los coleta­
tamentos y Codicilos del Emperador y su biogra­ zos del Modernismo*, los versos de Fernández
fía. Entre sus obras destacan: Tres embajadores Ardavín, cuyo teatro también está escrito en
de Felipe II en Inglaterra (1951), Economía, so­ verso, dejan ver la huella de Eduardo Marquina*,
ciedad y corona. Estudios sobre el siglo xvi lo que le valió el ser incluido en la corriente del
(1964), Política mundial de Carlos V y Felipe 11 «Teatro poético». Fue autor de libretos de zar­
(1966), La sociedad española del Renacimiento zuela y en sus textos se aprecian grandes lagunas
(1970-1974), La evolución del pensamiento his­ históricas y curiosos anacronismos, así como una
tórico en los tiempos modernos (1979), La socie­ gran habilidad para la versificación y la musica­
dad española en el Siglo de Oro (1984; 2 vols.), lidad del ritmo. Colaboró en algunas obras de
galardonada con el Premio Nacional de Historia, teatro, como por ejemplo El señor Pandolfo
la biografía de Jovellanos o el patriota (1988), (1917), con Pérez Fernández*. Destacan, en su
dos volúmenes completos de la Historia de E s­ producción, los poemarios Meditaciones y otros
paña de M enéndez Pidal*, el XIX, dedicado a poemas (1913) y A mitad del camino (1944) y las
«La España del siglo xvi» (1989), y el XX, sobre piezas teatrales La vidriera milagrosa (1925), La
FERNÁNDEZ ARMERO 292

hija de la Dolores (1927) — segunda parte de La jos (1876), La estrella roja (1890) y El espantajo
Dolores de Feliu y Codina*— , La florista de la (1894), en las que se aprecia un fino humorismo
reina (1939), La dama del armiño (1922), El no exento de sentimentalismo.
cantar del organillo (1949), La reina clavel
(1951), Sierra morena (1952) y La Caramba FERNÁNDEZ BURGOS, Alfonso (Jabugo,
(1953). También escribió cuentos, El hijo (1921), Huelva, 1954)
el folletín de aventuras en verso El bandido de la Narrador. Licenciado en Periodismo por la Uni­
sierra (1922), y tradujo a Goethe y a Balzac, en­ versidad Complutense, ha colaborado en nume­
tre otros autores. rosas publicaciones. Demostró ya con su primera
obra narrativa su capacidad para construir argu­
FERNÁNDEZ ARMERO, Coloma (Oviedo, 1963) mentos originales sin excesos formales, con pul­
Narradora. Creativa publicitaria y guionista de critud y precisión, algo quizá aprendido de su
cine, en su primera novela, que en realidad era experiencia periodística. Además de una recopi­
un diario escrito entre Nueva York, Madrid, Lon­ lación de artículos titulada Nihil Obstat (1995) y
dres, Menorca y Almería, Querida yo (2000), de­ de cuentos por los que había recibido Premios
mostró gran habilidad para ofrecer la intimidad como el Fernández Lema de 1996 y el Villa de
real de una mujer actual, preocupada por las re ­ Murchante de 1998, hay que destacar su novela
laciones con los hombres, la maternidad, el tra­ A l fin a l de la mirada (1999), con la que obtuvo
bajo, etc., todo ello para elaborar un mapa de la el Premio Juan Pablo Fomer y en la que se apre­
soledad humana, del desconcierto y del deseo. cia cierta influencia del colombiano García Már­
De esta novela forma parte el texto Pensaba que quez.
nunca besaría a un hombre con pantalón de
peto, con el que había ganado en 1998 el Premio FERNÁNDEZ CALVO, Manuel (Valencia de Don
Contradiction de Literatura Personal de la revista Juan, León, 1928)
Marie Claire. Poeta. De este sacerdote destacan, con un sen­
tido talante religioso, poemarios como: Corazón
FERNÁNDEZ ARMIÑO, Mauro (Cereceda, Bur­ de ventana (1961), Elegía íntima (1975), Premio
gos, 1944) Ceuta, El dedo en el cristal (1978), Están lejos
Ensayista. Tras pasar toda su infancia y adoles­ los álamos (1981), Premio Café Marfil, y Églo­
cencia en Hernani, se trasladó a Madrid, donde gas en el agua del regreso (1983), entre otros.
estudió Filología H ispánica en la Universidad
Complutense. Colaborador de Revista de Occi­ FERNÁNDEZ DE CASTRO, Ignacio (Comillas,
dente y, más recientemente, de El Siglo, Nuevo Cantabria, 1919)
Lunes y El País, es especialista en la literatura Ensayista. Dedicado a analizar los sistemas polí­
francesa de los siglos xvii y xvm , lo que le ha ticos y la historia de España, destacan, además
llevado a traducir y editar obras de autores de numerosos libros colectivos y otros escritos
como Moliere y Rousseau, a las que habría que en colaboración, títulos como Unidad política de
añadir las que ha realizado de Rosalía de Cas­ los cristianos (1957), Teoría sobre la revolución
tro* y las más recientes y elogiadas de Proust. (1959), Fuerza de trabajo en España (1972), Sis­
Además de la novela El curso de las cosas, del tema educativo y democracia (1980) y Crítica a
poem ario El m ástil de la noche y de una bio­ la modernidad (1983), entre otros.
grafía de Larra*, deben destacarse, entre otras,
sus obras A ntología de la poesía surrealista FERNÁNDEZ DE CASTRO, Javier (Arando de
(1971), por la que obtuvo el Premio Nacional Duero, Burgos, 1942)
de Traducción — que tam bién había obtenido Novelista. Estudió Periodismo en Pamplona y
por su antología de Rosalía— y Diccionario de Madrid. En su obra hay que señalar una cierta
refranes (1994). concepción épica de la trama, en la que se com­
binan humor e ironía con una cierta complejidad
FERNÁNDEZ DE AVELLANEDA, Alonso -»Véase técnica, profundamente metafórica y simbólica,
AVELLANEDA, Alonso Fernández de. tras la cual se esconden profundas reflexiones
sobre el poder, los grupos cerrados o la conver­
FERNÁNDEZ BREMÓN, José (Gerona, 1839- sación, algunos de sus temas obsesivos. Desta­
Madrid, 1910) can títulos como: Alimento de salto (1972), A sí
Narrador y dramaturgo. Cronista satírico de ac­ en la tierra (1977), El regreso del alba (1981),
tualidad en diferentes diarios de la época, deben Laberinto de fango (1982), el relato de aventuras
mencionarse sus Cuentos (1879), imitados clara­ Cuentos del señor de la lluvia (1983), La novia
mente de Dickens, y las piezas teatrales El elixir del capitán (1987), La guerra de los trofeos
de la vida (1874), Los espíritus (1874), Dos hi­ (1991), Tiempo de Beleño (1995), La tierra pro­
293 FERNÁNDEZ FLÓREZ

metida (1998), novela con la que obtuvo el Pre­ soñado, lo que dota a sus historias de una sensua­
mio Ciudad de Barcelona, Crónica de la mucha lidad emotiva a través de una escritura de gran
muerte (2000) o el ensayo Londres (1986). elegancia. El asunto central de casi todas sus
obras ha sido la infancia, la ambigüedad entre el
FERNÁNDEZ CASTRO, José (Lapeza, Granada, bien y el mal en los niños, sus códigos de con­
1912) ducta, su lado oscuro e inquietante y la mirada
Narrador y dramaturgo. Autor de acentuado perpleja de unos adultos cuyo recuerdo de la in­
compromiso civil, aunque considerado como un fancia no ayuda a comprender la infancia de los
escritor local, en sus textos siempre se ha ocu­ otros. Lindando el universo de la literatura fan­
pado de los conflictos sociales, intelectuales y tástica, es autora de los libros de relatos Mi her­
emocionales que fueron fraguándose en la socie­ mana Elba (1980), Los altillos de Brumal (1983),
dad española como consecuencia de la Guerra El ángulo del horror (1990) y Con Ágatha en Es­
Civil. Destacan sus novelas La sonrisa de los tambul (1994), así como de las novelas El año de
ciegos (1953) y La tierra lo esperaba (1974), los gracia (1985) y El columpio (1995), de la obra
relatos de El chaqué y otros relatos (1960), el poe­ teatral Hermanas de sangre (1998) y del libro de
mario Antes del último instante (1967), piezas memorias, a veces entre la realidad y la ficción,
dramáticas como A la sombra del árbol de los titulado Cosas que ya no existen (2001). Es au­
besos (1952) y Víspera de San José (1972), o los tora, asimismo, del ensayo Emilia Pardo Bazán
ensayos Sentido estético del amor (1953), A le­ (2002).
jandro Otero, biografía (1981) y el volumen me-
morialístico Ramas de mi árbol. M emorias de FERNÁNDEZ FERREIRO, Xosé (Nogueira de Ra-
Granada desde el carmen del alba (1995). muín, Orense, 1931)
Narrador y poeta en lengua gallega. Empleado
FERNÁNDEZ DE CONSTANTINA, Juan (si­ de comercio cuando era muy joven, fundó el
glo xvi) grupo cultural Xente Nova y colaboró en La No­
Compilador de la obra conocida como Guirnalda che. En Madrid, estudió Periodismo y comenzó
esmaltada de galanes y elocuentes decires de di­ a colaborar en diversas publicaciones; participó
versos autores (1520?). Se conoce como Cancio­ en la fundación del grupo Brais Pinto. Tras su re­
nero de Constantino e incluye poetas de las épo­ greso a su tierra comenzó a trabajar en el diario
cas de Enrique IV y de los Reyes Católicos. La Voz de Galicia. Su obra es original hasta el
extremo de que fue el primer autor gallego que
FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, Fernando (Buenos escribió, en esa lengua, novelas del Oeste y de
Aires, 1809-Madrid, 1883) ciencia-ficción, aunque gran parte de su produc­
Historiador y autor de memorias. Marqués de ción no tiene nada que ver con tales subgéneros.
Mendigorría, fue miembro de la Guardia Real Por lo que respecta a su poesía, cabe destacar la
desde antes de la muerte de Fernando VII, luchó riqueza de sus imágenes, a menudo ligadas al hi-
en la primera guerra carlista, entre 1833 y 1844, lozoísmo y al surrealismo*. Algunas de las nove­
del lado de la Reina Gobernadora, mandó las tro­ las más importantes de este periodista son: A morte
pas españolas en Roma para proteger a Pío IX y de Frank González (1975), A saga dun afiador
llegó a presidente del Consejo de Ministros y mi­ (1980), Reportaxe cósmico (1983), A fraga dois
nistro de Defensa en 1854 y 1864 respectiva­ paxaros salvaxes (1985) y A ciudade das chuvias
mente, antes de retirarse para dedicar su vida a los (1994), entre otras. Es, asimismo, autor de los
estudios históricos. Dos obras destacan en su pro­ poemarios Ribeirana do Sil (1952) y A noite
ducción: M emoria sobre los sucesos políticos (1959), así como del ensayo, escrito en español,
ocurridos en Madrid los días 17, 18 y 19 de julio De los fusilam ientos de Carral al estatuto de
de 1854 (Madrid, 1855) y Mis memorias íntimas 7950(1978).
(1886-1889; 3 vols.), que analiza los sucesos ocu­
rridos en España desde el comienzo del reinado FERNÁNDEZ FLÓREZ, Darío (Valladolid, 1909-
de Fernando VII hasta la caída de Isabel II, ade­ M adríd, 1977)
más de ocuparse de las vidas de algunos de sus an­ Narrador y autor teatral. Estudió Derecho y Filo­
tepasados, sobre todo de su hermano Luis, a cuyas sofía y Letras y pertenece a la primera genera­
órdenes lucho en la mencionada guerra carlista. ción de novelistas de posguerra. Destacan obras
como Inquietud (Ráfagas de amor y dolor)
FERNÁNDEZ CUBAS, Cristina (Arenys de Mar, (1931), Maelstróm (1932), mezcla de novela po­
Barcelona, 1945) liciaca y psicológica, Zarabanda (1944), Lola,
Narradora. Licenciada en Derecho y periodista. espejo oscuro (1950), su obra fundamental, de
Conocida, sobre todo, como cuentista, en su lite­ carácter expresionista y en la que presenta la co­
ratura la realidad se desdobla entre lo vivido y lo rrupción que imperaba en el Madrid de los años
FERNÁNDEZ FLÓREZ 294

cuarenta a través de una prostituta que cuenta su costumbres provincianas. De su primer momento
historia en primera persona, Balada y jaleo de Ti- realista deben destacarse obras como La proce­
tín Aracena (1952), Frontera (1953), La hora sión de los días (1915), Volvoreta (1917), pre­
azul (1953), Alta costura (1954), la autobiogra­ miada por el Círculo de Bellas Artes, y Ha en­
fía novelada de Memorias de un señorito (1956), trado un ladrón (1920), novela con la que se
Los tres maridos burlados (1957), Señor Juez.-- inicia esa tendencia al humorismo pesimista y la
(1958) y la donjuanesca Yo estoy dentro (1961). sátira política presentes, de una manera o de otra,
En 1971 retomó, por así decirlo, el cuerpo narra­ en sus siguientes obras: El secreto de Barba Azul
tivo iniciado con Lola, espejo oscuro, y vio la luz (1923), Visiones de neurastenia (1924), Las siete
la primera de las tres novelas que completan la columnas (1926), Relato inmoral (1928), Los
tetralogía iniciada con aquella: Nuevos lances y que no fuim os a la guerra (1930), El malvado
picardías de Lola, espejo oscuro, a la que siguie­ Carabel (1931), Por qué te engaña tu marido
ron Asesinato de Lola, espejo oscuro (1973) y, (1931), El hombre que compró un autom óvil
aparecida postumamente, Memorias secretas de (1932), Aventuras del caballero Rogelio de Ama-
Lola, espejo oscuro (1978). De entre las obras ral (1933), Los trabajos del detective Ring
que escribió para la escena destacan La vida ga­ (1934), Una isla en el mar Rojo (1939), centrada
nada (1942) y La dueña de las nubes ( 1944). Fue en el tema de la Guerra Civil, La novela número
autor, asimismo, de trabajos históricos y críticos 13 (1941), El bosque animado (1943) — llevada
como: Dos claves históricas: Mió Cid y Roldan al cine, como algunas otras de sus obras, en esta
(1939) y Crítica al viento (1948). ocasión por José Luis Cuerda en 1989— , novela
empapada de m elancolía y buen hacer literario
FERNÁNDEZ FLÓREZ, Isidoro (M adrid, 1840- que era la favorita del autor, y El sistema Pele-
1902) grín. Novela de un profesor de cultura física
Narrador y periodista. Colaboró con artículos sa­ (1949). Con anterioridad, en 1910, había publi­
tíricos en numerosas publicaciones de la época, cado La tristeza de la paz y, en 1916 y 1918, res­
entre las que sobresalen los diarios El Imparcial pectivamente, El poder de la mentira y Los mos­
— del que fundó el suplemento Los lunes de «El queteros, novelas no incluidas en los siete
Imparcial»— y El Liberal, con los seudónimos volúmenes de Obras com pletas (1945-1961).
de Un Lunático y Femanflor. En 1898 ingresó en Además de los dos volúmenes de artículos polí­
la Real Academia Española. De tendencia pesi­ ticos de Acotaciones de un oyente (1916-1918),
mista, su sentido del humor resulta ingenioso a que recoge sus críticas políticas publicadas en
la hora de referirse a las clases aristocráticas ma­ ABC, deben m encionarse sus muchos relatos
drileñas, lo que le sirve para criticarlas, si bien breves, algunos de los cuales se recogen en los
su estilo resulta algo afectado. Destacan sus libros Tragedias de la vida vulgar (1922), Fan­
obras Cuentos rápidos (1886) y los dos volúme­ tasmas (1930) y Unos pasos de mujer (1934). En
nes de Cartas a mi tío (1903-1904), en los que, 1998 se publicó una novela breve, El ladrón de
postumamente, se recogen algunos de sus textos glándulas, escrita en 1929 y con pretensiones
periodísticos. De sus obras ensayísticas de carác­ algo más serias de las que caracterizaron su hu­
ter crítico deben m encionarse: El teatro de Ta- morismo melancólico.
mayo (1882) y La literatura de la prensa (1898),
que no es sino el discurso que pronunció en su FERNÁNDEZ GARRIDO, Raúl -»Véase GUERRA
ingreso en la Academia. GARRIDO, Raúl.

FERNÁNDEZ FLÓREZ, Wenceslao (La Coruña, FERNÁNDEZ GÓMEZ, Ángeles -> Véase ÁMBER,
1885-Madrid, 1964) Ángeles.
Novelista. Como periodista fue redactor de Tie­
rra Gallega y de ABC, así como colaborador de FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ, Delfín (Cabuér-
las más im portantes publicaciones de la época. niga, Cantabria, 1871-?)
Perteneció, como miembro de número, a la Real Narrador. Sus cuentos costumbristas (véase COS­
Academia Española. Su literatura, marcada TUMBRISMO) son de carácter regional tanto en el
siempre por un cierto lirismo, se inicia en las téc­ habla como en los temas. Destacan Pos veréis
nicas del realismo*, evolucionando posterior­ (1899), El riñón de la m ontaña (1901) y A lter­
mente hacia la crítica social y política. Son nove­ nando (1906).
las y relatos marcados por un sentido del humor
a menudo amargo, aunque en todo momento im­ FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ, Manuel (Sevilla,
pregnado de gran humanidad, en el que algunos 1821-Madrid, 1888)
críticos han querido ver un cierto pesimismo. No Novelista, poeta y dramaturgo. Hijo de militar,
existe en sus textos ninguna idealización de las ingresó en el Ejército, donde alcanzó el grado de
295 FERNÁNDEZ DE HEREDIA

sargento, momento en que lo abandona para de­ publicó sus Poesías en 1869, que se reeditaron
dicarse a la literatura. Perteneció a la tertulia gra­ en 1879. Influido por Bécquer* y Zorrilla*, sus
nadina La Cuerda, como Alarcón* y Manuel del versos se caracterizan por una armonía en la que
Palacio*. Aunque escribió algunas obras teatra­ la forma prevalece sobre el fondo, y alardea de
les menores, así como Poesías (1835), influidas una retórica que no puede ocultar ciertas caren­
por Zorrilla*, con lo que alcanzó éxito rotundo cias literarias, como por ejemplo la inexistencia
fue con su producción novelística. Es quizá el de ideas importantes. La naturaleza, el amor, las
autor más representativo del género folletinesco cuestiones religiosas, la familia y Andalucía son
(véase FOLLETÍN [o FOLLETÓN]), en el que des­ sus temas predilectos.
punta con una obra im aginativa, aunque de es­
casa calidad, que evidencia su incultura y ambi­ FERNÁNDEZ GUERRA, Aureliano (Granada,
ción. Son novelas en las que la acción predomina 1816-Madrid, 1894)
sobre el análisis psicológico o la descripción, Poeta, dramaturgo, erudito y editor. Estudió Le­
centradas en los mundos semilegendarios y mis­ yes y fue secretario general de Instrucción Pú­
teriosos de la H istoria y sin ningún rigor docu­ blica con el ministro Claudio Moyano. Ingresó
mental. Escribió más de trescientas novelas por en la Real Academia Española en 1860 y fre­
entregas que, al final de su vida, dictaba a sus se­ cuentó las tertulias literarias madrileñas. Entre
cretarios — Tomás Luceño* y Blasco Ibáñez*— los muchos personajes de los que se ocupó en sus
para entregarlas a la imprenta con mayor rapidez. estudios destaca Quevedo*, sobre el cual está
Inmensamente rico gracias a la literatura, derro­ considerado aún hoy como uno de los máximos
chador, soberbio y vanidoso, murió en la más ab­ especialistas, el primer quevedista, y de quien edi­
soluta pobreza y sin haber conseguido una sola tó sus obras en prosa entre 1852 y 1859. Pero es­
línea de altura literaria. La pretensión inicial de tudió y editó también a Cervantes* y Francisco
sus textos es histórica, si bien todo queda en in­ de la Torre*, motivo central de su discurso de in­
consistentes intentos en la línea de López Soler* greso en la Academia y de una ulterior biografía.
o Walter Scott. A esta época —contando, incluso, Asimismo, publicó el Fuero de Avilés (1856) y
la novela E l doncel de don Pedro de Castilla, codirigió, con Cánovas* e Hinojosa*, una Histo­
que le dio fam a ya a los 17 años— pertenecen ria General de España. Colaboró con su amigo
novelas como La m ancha de sangre (1845), Tamayo y Baus* en el drama en verso La rica­
Allah-A kbar (Dios es grande). Leyenda de las hembra (1854), en la misma línea de rom anti­
tradiciones y el sitio de Granada (1849), El con­ cismo endeble que caracterizó el resto de su obra
destable don Alvaro de Luna (1851), Men Rodrí­ dramática, de la que deben citarse títulos como
guez de Sanabria: memorias del tiempo de don La peña de los enamorados, La hija de Cervan­
Pedro el Cruel (1853) y La Alhambra. Leyendas tes, El trato de Argel y Alonso Cano o La Torre
árabes (1856). El tránsito hacia una novela de de Oro. De su obra poética destaca La cruz de la
pretensiones históricas pero con un espíritu más Plaza Nueva (1839).
aventurero se produce en: El cocinero de Su Ma­
jestad: memorias del tiempo de Felipe III (1857) FERNÁNDEZ DE HEREDIA, Juan (M unébrega,
y El pastelero de Madrigal: memorias del tiempo Zaragoza, 1310/1315-?, 1396)
de Felipe II (1862), para dar paso, finalmente, a H umanista e historiador. Fue maestre de la Or­
una producción moralista de perspectivas mani- den hospitalaria de san Juan de Jerusalén y
queas y pretensiones sociales y costumbristas re­ ocupó diversos cargos políticos y diplomáticos
presentada por títulos como El martirio del alma en la Corte de Pedro IV de Aragón, llegando, en
(1860-1861), Los desheredados (1865), Los h i­ su actividad militar, a luchar en la Guerra de los
jo s perdidos (1866), María (1868), La sangre del Cien Años. Parece ser que tuvo una gran biblio­
pueblo (1869) o El condeduque de Olivares teca — se dice que luego pasó a manos del mar­
(1870). Asimismo, dedicó un ciclo a bandidos fa­ qués de Santillana*— y, como humanista (véase
mosos en Los siete niños de Ecija (1863) o HUMANISMO), mandó traducir al dialecto arago­
Diego Corrientes (1866). nés diversas obras, entre las que destacan el Li­
bro de Marco Polo, los Secreta secretorum del
FERNÁNDEZ GRANELL, Eugenio -> Véase G RA ­ pseudo-Aristóteles y las Vidas paralelas, de Plu­
NELL, Eugenio [Fernández], tarco. Pero sus dos grandes obras como historia­
dor son la Grant crónica de Espanya, terminada
FERNÁNDEZ GRILO, Antonio (Córdoba, 1845- en 1385, cuyo manuscrito se encuentra en la Bi­
M adríd, 1906) blioteca Nacional de Madrid, y que responde al
Poeta. Llegado a Madrid para dedicarse al perio­ estilo de la Primera crónica general de Alfon­
dismo, gozó del favor de Isabel II y de A lfon­ so X*, y la Grant Crónica de los conquiridores,
so XII. Miembro de la Real Academia Española, que fue comenzada en 1384 y en la que realiza
296
FERNÁNDEZ DE HEREDIA

biografías de personajes célebres como Octavio, (Estella, 1547), de Juan Bernal Díaz de Luco, y
Tiberio, Atila, Carlomagno o Jaime 1, entre otros. el M anual del caballero cristiano (Sevilla,
1527), traducción del Enchiridion de Erasmo de
FERNÁNDEZ DE HEREDIA, Juan (Valencia, Rotterdam, en cuyo prólogo habló de la necesi­
1480?-?, 1549) dad de traducir el Nuevo Testamento al caste­
Poeta. Figura en el Cancionero general de 1511, llano, lo que le costó la inclusión en el índice
pero sus Obras no se publicaron hasta 1562. En de 1559.
ellas se aprecia el gusto por la poesía tradicional.
FERNÁNDEZ DE MADRIGAL, Alfonso (Madrigal
FERNÁNDEZ HERREZUELO, Juan (Palencia, de las Altas Torres, Avila, h. 1410-1455)
1966) C omentarista bíblico y tratadista. Se le conoce
Narrador. Se trata de un autor que, aun preten­ como El Tostado o El Abulense. Estudió en la
diendo retratos costum bristas en sus textos, lo Universidad de Salamanca, de donde fue, desde
hace de un modo que conecta con la literatura de muy joven, catedrático de diversas disciplinas,
autoras como Juana Salabert* o Belén Gopegui*, como Teología, Poesía y Filosofía Moral, y rec­
que con ritmos y modos propios, sin dejarse lle­ tor. Mantuvo polémicas teológicas en Italia con
var por las imposiciones de la moda, abordan la el papa Eugenio IV y en 1444 se convierte en
realidad con mirada em ocionada y literatura consejero de Juan II*, un año antes de ser nom­
lenta, condensada. En sus páginas, que aun ha­ brado obispo de Ávila. Ya anteriormente había
blando de la vida nocturna, sobre todo de sus sido rector del Colegio de San Bartolomé de Sa­
consecuencias, y de lo que hablan otros muchos lamanca y maestre de la catedral. El eje de sus
autores de la conocida como generación X*, hay, reflexiones literarias fue la Biblia, libro que se
sin embargo y no solo, un uso exquisito del espa­ propuso comentar al completo, lo que solo pudo
ñol, al servicio del análisis de ideas y emociones llevar a la práctica en parte. Su obra es muy nu­
complejas, a veces próximo a un cierto lirismo, merosa y abarca diversos temas, desde las de ca­
pero siempre al margen de cualesquiera tópicos rácter religioso o litúrgicas como el Libellus con­
o frases hechas, lo que lo llevó a ser elogiado por tra sacerdotes públicos concabinarios o el De
la crítica. Es autor del libro de relatos Desde el coticiliis generalisbus, hasta otras de tipo histó­
lugar donde me oculto (1991) y de la novela El rico, entre las que se cuentan la traducción y co­
veneno de la fatiga (1999). mentario de la Crónica de Eusebio de Casarea, o
políticas y de filosofía moral, de las que destaca
FERNÁNDEZ DE JERENA, Garci (Jerena, Jaén, el Breviloquio de amor y amigigia, obra funda­
1365-?, h. 1410) mental en la que se fundan las teorías del ero­
Poeta. Conocido también como Ferrandos de Je­ tismo naturalista que aparecerán a lo largo del si­
rena, gracias a sus propios versos y a los de otros, glo xv. Su Opera oinnia comenzó a publicarse,
contemporáneos suyos, se sabe que tuvo una auspiciada por el cardenal Cisneros*, Fernando
vida rica en avatares: casado con una morisca, el Católico y la Universidad de Salamanca, entre
ermitaño, convertido al islamismo y cristiano 1507 y 1508, para ser continuada después, entre
arrepentido, entre otros sucesos. Sus poemas es­ 1527 y 1531, con el patrocinio de Carlos V, hasta
tán incluidos en el Cancionero de Baena (véase sumar un total de veinte volúmenes. Fue, asi­
CANCIONERO) y son buen exponente de la tran­ mismo, traductor de la Medea, de Séneca, y Her­
sición lingüística gallego-castellana de finales nando del Pulgar* lo incluyó en su nómina de
del siglo xiv y comienzos del xv. Deben desta­ Claros varones de Castilla (1496).
carse dos cantigas: la Despedida del amor, atri­
buida durante un tiempo a Alfonso Álvarez de FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Manuel -» Véase PI­
Villasandino*, y Loores de Sancta María. LARES, Manuel.

FERNÁNDEZ LÓPEZ, Basilio -> Véase FERNÁN­ FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Pedro Jesús (A lba ­
DEZ, Basilio. cete, 1956)
Novelista. Fue profesor de Historia del Arte en la
FERNÁNDEZ DE MADRID, Alonso (Palencia, Universidad Complutense de Madrid, responsa­
1475-?, 1559) ble del Servicio de Exposiciones y Museos de la
Historiador y autor ascético. Discípulo de fray Junta de Andalucía y subdirector general adjunto
Hernando de Talavera*, se le conoce como A r­ del Museo del Prado. Debutó en el panorama li­
cediano del Alco r por haber sido, muy proba­ terario con la novela Peón de rey (1998), a me­
blemente, arcediano de la catedral de Palencia. dio camino entre la novela de intriga, el género
Entre sus obras destacan la reelaboración en ro­ histórico y el tliriller, lo que recuerda no poco a
mance de la Doctrina y amonestación caritativa la famosísima El nombre de la rosa, del novelista
297 FERNÁNDEZ DE MORATÍN

y semiólogo italiano Umberto Eco o a Los pila ­ (1955), Semana libre (1956) y Las fuerzas ini­
res de la Tierra, el besí seller de Ken Follet. Se ciales (1956), a los que hay que añadir Poesías
trata de una obra que ofrece profundos estudios completas I (1951-1972) (1999). Entre las obras
del arte y sus símbolos en la época medieval, así en prosa, destacan novelas como Solo de trom­
como mucha información sobre los templarios o peta (1965), Un caracol en la cocina (1970), El
la sociedad de la época, todo ello a través de la león recién salido de la peluquería (1971) y los
investigación que de un asesinato lleva a cabo un libro de cuentos En Cejunta y Gamud (1969) y
culto monje francés en la Corte de Alfonso X*. Perro mundo (1994).
A la mencionada novela siguió Tela de juicio
(2000), centrada también en el mundo del arte, FERNÁNDEZ MONTESINOS, José (Granada,
esta vez en el ámbito de los restauradores. 1897-Berkeley, California, 1972)
Crítico e historiador de la Literatura Española.
FERNÁNDEZ DE MINAYA, fray Lope (?, 1375?- Profesor en las Universidades de Madrid, Ham-
?, d. de 1438) burgo y Poitiers, destacó su labor en la de Ber-
Tratadista. Solo se conoce una fecha segura en keley, California. Estudió a fondo la obra de
su vida: 1438, año en que fue honrado por el su­ Lope de Vega*, de quien realizó ediciones críti­
perior de los agustinos. Fue autor de obras doc­ cas, tanto de las poesías como de numerosas co­
trinales de espiritualidad como El espejo del medias. Gran parte de sus trabajos sobre el gran
alma, en la que en dos partes explica los peli­ autor del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) se
gros mundanos y los vicios y virtudes que ensu­ recogen en Estudios sobre Lope (1951). Otras
cian y purifican el alma, presentando los tres pe­ obras suyas son: Introducción a una historia de
cados que acechan al hombre: los placeres de la la novela en España en el siglo XIX (1955), Pe­
carne, la avaricia y el orgullo; los tres motivos dro Antonio de Alarcón (1955), Valera o la fic ­
para rechazarlos: las ilusiones, la certeza de la ción libre (1956), Galdós (1968, 1969; 3 vols.)
muerte y las penas eternas del infierno, y las tres y Ensayos y estudios de Literatura Española
razones para unirse con Dios: Él no engaña, sus (1970).
recompensas y la duración eterna de estas. Otras
obras son el Tratado de la penitencia y el Libro FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Leandro (M adrid,
de las tribulaciones, según el cual la tribulación 1760-París, 1828)
acerca al hombre a Dios, alejándolo del mal. Se Autor teatral. Hijo de Nicolás Fernández de Mo­
ha citado también como suyo un Libro de confe­ ratín*, su formación fue autodidacta, ya que
siones que aparece citado en una de sus obras, desde adolescente se dedicó, en parte por su afi­
pero que no nos ha llegado, y del que se sospe­ ción al dibujo, a la joyería como oficial, activi­
cha pueda ser una traducción de la Summa con- dad que fue compaginando con la lectura. En
fe ssionis (Zaragoza, 1492) de san Antonio de 1779 logró un accésit de la Real Academia Es­
Florencia o del Tractact de confessió de Fran- pañola por su romance La toma de Granada pol­
cesc Eiximenis*. los Reyes Católicos don Fernando y doña Isa­
bel, hecho que se repitió a los tres años por su
FERNÁNDEZ MOLINA, Antonio (A lcá za r de Lección poética, sátira contra los vicios intro­
San Juan, Ciudad Real, 1927) ducidos en la poesía castellana. Bien relacio­
Poeta, narrador y pintor. Fundador de diversas nado, gracias a su padre, con los intelectuales
revistas literarias, de entre las que destaca Pape­ del Madrid de Carlos III, por mediación de Jo-
les de Son A rm adans (1964-1972), junto a Ca­ vellanos* se convirtió en secretario de Francisco
milo José Cela*, dirigió, en Zaragoza, la revista Cabarrús*, por quien llegó a Francia, donde,
Almunia y fue uno de los representantes del pos­ protegido por M anuel Godoy, recorrió el país,
tismo*. En su obra se aprecia bien el gusto por repitiendo la experiencia en Inglaterra e Italia.
las vanguardias (véase VANGUARDISMO), la Ya en España, primero fue nombrado secretario
transgresión formal y la renovación constante de de la Interpretación de Lenguas y miembro de
la expresión poética, así como sus preocupacio­ la Junta de Teatros y, después, al declararse par­
nes civiles, en la convicción de que la poesía tidario del bando francés con el rey José, biblio­
puede cambiar el mundo y haciendo suya la idea tecario mayor hasta que, a causa de la derrota
de Gabino Alejandro Carriedo* de que la escri­ de los franceses, se ve obligado a marchar a Va­
tura debe ser al mismo tiempo «surrealista y tes­ lencia y, por fin, a Barcelona. Marchó a Francia
timonial». Incluido, por tanto, en la antología de — residió en Montpellier y París— crispado por
poesía social (véase GENERACIÓN DEL 50) reali­ las actividades de la Inquisición, tras cuya abo­
zada por Leopoldo de Luis*, deben mencionarse lición, en 1820, regresa a Barcelona. Aquejado
sus poem arios Biografía de Roberto G. (1953), de fiebre amarilla, abandona el país y, tras pasar
Una carta de barro (1953), El cuello cercenado un tiempo en Burdeos, fija residencia, poco an­
FERNÁNDEZ DE MORATÍN 298

tes de morir, en París. Sus cartas reflejan que ductor — ya hemos m encionado sus traduccio­
esos últimos años los pasó abatido por la sole­ nes de Moliere— , puesto que fue el primero en
dad y la tristeza. traducir, en 1798, a Shakespeare directam ente
Como escritor, se le considera el más represen­ del inglés, en concreto Hamlet, si bien para M o­
tativo entre aquellos que practicaron una ten­ ratín el clásico inglés no llegaba a la altura de
dencia clasicista y afrancesada a finales del si­ su admirado Racine.
glo xvm y comienzos del xix. No escribió una
obra muy numerosa, pero sí fue una de las per­ FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Nicolás (M adrid,
sonas más entendidas en cuestiones de teatro. 1737-1780)
Tímido y apocado de carácter, muy exquisito en Poeta y autor teatral. Padre de Leandro Fernán­
gustos, ingenioso, culto y gran conocedor del dez de Moratín*, Nicolás estudió Leyes en la
idioma, su teatro logra transm itir tanto la deli­ Universidad de Valladolid, heredó el cargo de
cadeza personal cuanto la fuerza emocional de guardajoyas de Isabel de Famesio y, en contacto
los caracteres que presenta, así como su despre­ con la intelectualidad del momento, formó parte
cio hacia el artificio y la hipocresía. Contribuyó, de la tertulia de la Fonda de San Sebastián junto a
como otros autores de espíritu ilustrado, a refor­ Cadalso* e Iriarte*. Fue, además, catedrático de
mar el concepto del teatro creando un mundo Poética en el Colegio Imperial de Madrid, siem­
escénico que permitiese propagar las ideas de la pre como sustituto de su titular: Ignacio López de
Ilustración. Su pretensión más evidente era Ayala*. Ideológicamente afrancesado, siempre se
romper el cerco que impedía las innovaciones mostró en contra del teatro clásico español y par­
de cualquier tipo, algo que logró con sus come­ tidario de un modelo neoclásico de tendencia
dias neoclásicas. El género que cultivó con de­ francesa, sujeto a las tres unidades y que sirviese
dicación fue, precisam ente, la com edia, en la de vehículo para la formación cívica. Todas estas
que consideraba a Moliere como su maestro —tra­ cuestiones teóricas las expuso en los tres opúscu­
dujo y adaptó L ’école des maris, La escuela de los de Desengaños al teatro español (1763), en
los maridos, y, muy libremente, Le médecin dos de los cuales ataca vehementemente los au­
malgré lui, que tituló El médico a palos— , lle­ tos* sacramentales, algo que, junto a las críticas
vando a la escena El viejo y la niña (1790), La de Clavijo y Fajardo*, contribuyó a su prohibi­
comedia nueva o el café (1792), El barón ción en 1765. Técnicamente, deben mencionarse
(1803), La mojigata (1804) y El s í de las niñas su habilidad para alternar los endecasílabos do­
(1806) — en 1793 tenía escrita una obra llamada bles con versos blancos, el uso de los aforismos y
El tutor, que hoy se desconoce y que tal vez sus interesantes aliteraciones. Entre sus obras
fuese un borrador de esta— . La prim era de para el teatro destacan la comedia La petimetra
ellas, así como El barón y La mojigata, están (1762) y tres tragedias: Lucrecia (1763), Horme-
escritas en verso, concretamente en romance oc­ sinda (1770) y Guzmán el Bueno (1777), de las
tosílabo, y no llegan a la altura de sus dos obras que solo se representó Honnesinda.
maestras: La comedia nueva y El s í de las niñas, En cuanto a su poesía, es popularista y de ten­
en las que su prosa transmite un agudo sentido dencia medievalizante, un anticipo de lo que se
crítico de ciertas conductas sociales. Asimismo, desarrollará con profusión durante el Rom anti­
en relación con el teatro, escribió la obra de eru­ cismo*. Desde 1764 comenzó a publicar una re­
dición Orígenes del teatro español, publicada, vista periódica, El poeta, para dar a conocer sus
postumamente, en 1883. Pero, además de los tí­ versos. Además, editó en 1765 el poema didác­
tulos mencionados, Moratín cultivó la prosa, en tico La Diana o El arte de la caza, y, en 1785, ya
textos como la sátira La derrota de los pedantes postumamente, se publicó el poema que había
(1789), y la poesía en algunos poemas religio­ presentado a un concurso de la Real Academia
sos y sonetos amorosos — recogidos en Poesía Española, Las naves de Cortés destruidas. Todas
lírica (Barcelona, 1945). Por otro lado, en 1825 sus poesías fueron reunidas por su hijo y publi­
en París, se editaron sus Obras dramáticas y lí­ cadas en 1821 bajo el título de Obras postumas.
ricas, tres volúm enes de Obras postum as en Queda claro ahí el gusto de Moratín padre por el
1867 y 1868, en las que se incluían Apuntacio­ Romancero y el fasto descriptivo. Asimismo, es­
nes sueltas de Inglaterra, Viaje de Italia, algu­ cribió, probablemente en 1772, un largo poema
nas cartas, varios trabajos críticos y parte de sus satírico titulado Arte de las putas, que no se pu­
diarios. No sería hasta 1968, en que se publicó blicaría hasta 1898, y que fue prohibido expresa­
su Diario com pleto — que com enzó a escribir mente en un edicto de la Inquisición fechado el
en 1780, a la muerte de su padre— , y 1973, fe­ 20 de junio de 1777. Es interesante cómo se
cha en que apareció el Epistolario, cuando se plantean en él las ideas eróticas de una época, y
daría por concluida la publicación com pleta de también permite comprobar el manejo de cierta
sus textos. Debe destacarse su labor como tra­ term inología intim ista en sus usos literarios.
299 FERNÁNDEZ PESQUERO

Debe mencionarse, ya al margen de la poesía, la tagena y regidor de Santo Domingo. De mentali­


obra en defensa de la fiesta taurina Carta histó­ dad renacentista, renunció a las fuentes historio-
rica sobre el origen y progresos de la fiesta de gráficas para, según él, escribir simplemente
toros en España (1777). como testigo visual. Con este propósito redactó
su gran obra, la Historia general y natural de las
FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, Martín (Ábalos, Indias, islas y tierra firm e del mar océano — edi­
Logroño, 1765-Modrid, 1844) tada en sus dos primeros volúmenes en 1535 y
Historiador y ensayista. Director de la Academia 1537, en Sevilla y Valladolid respectivamente, y
de la Historia y bibliotecario de la Real Acade­ completa entre 1851 y 1855 por Amador de los
mia Española, intelectualmente fue partidario de Ríos*— , en la que se aprecian sus grandes dotes
una ciencia económ ica tan rigurosa como las de observador a la hora de referirse a las costum­
ciencias naturales y dem ostró confiar en la ra ­ bres indígenas, pero que adolece de un plan pre­
zón humana. Además de sus m últiples trabajos vio. No obstante es un interesante documento et­
sobre la Marina, de entre los que destaca Colec­ nológico y topográfico. De esta obra él mismo
ción de viajes y descubrimientos... por los espa­ elaboró un Sumario de la natural historia de las
ñoles desde fin e s del siglo x v (1825), deben Indias (1525). Asimismo, conocemos suyos un
mencionarse su documentada biografía de Cer­ estudio pormenorizado de personajes de la
vantes, Vida de M iguel de Cervantes Saavedra Corte, Quinquagenas de la Nobleza de España,
(1819), en la que empleó el material biográfico y la novela de caballerías Don Claribalte (Valen­
que el propio don Miguel enviara a Felipe II en cia, 1519), que hay quien duda a propósito de la
1590 a fin de conseguir un nombramiento en las autoría de Oviedo en favor del madrileño Fer­
Indias, y una Ortografía de la lengua encargada nández de Oviedo de Sobrepeñas. Se le ha atri­
en su día por la Real Academia. Asimismo, pu­ buido, además, la autoría de una obra pseudo-
blicó poesías en el Correo de M adrid y en el m ística — traducción de un texto italiano—
Diario de Sevilla. conocida como Reglas de la vida espiritual y se­
creta teología. Inédito quedó su anecdotario de
FERNÁNDEZ NICOLÁS, Severiano (Montejos, personajes de las cortes de los Reyes Católicos y
León, 1920) de Carlos V titulado Batallas y quinquagenas.
Novelista. Licenciado en Derecho, fue alférez
con las tropas franquistas durante la Guerra Civil FERNÁNDEZ-PACHECO, Miguel (Jaén, 1944)
y ejerció durante años como secretario del Juz­ Novelista. Ilustrador y diseñador, rinde home­
gado Municipal de Madrid. Sus obras, dentro de naje al cuento de Im Cenicienta en su novela Los
la conocida corriente del realismo social, suelen zapatos de M urano (1997), una novela juvenil
centrarse en las duras relaciones entre aquellos que supone, en cambio, una profunda reflexión
que detentan el poder y quienes lo padecen, los sobre las relaciones de pareja, lo que se pierde en
más humildes. No obstante, la calidad de las mis­ ellas y la imposibilidad de que, con el tiempo y
mas es dudosa, debido tanto a la sensiblería dichas pérdidas, todo siga siendo lo mismo. Pos­
cuanto a los descuidos estilísticos, si bien logra teriormente publicó Siete historias para la in­
acertadas descripciones costumbristas (véase fanta Margarita (2001), colección de relatos en
COSTUMBRISMO). Destacan, además de los cuen­ torno a un hecho único: la creación del cuadro
tos de Las manos vacías (1951), novelas como Las meninas de Velázquez.
La ciudad sin horizonte (1952), Tierra de promi­
sión (1953), Los muertos inútiles (1961), El de­ FERNÁNDEZ PALACIOS, Jesús (C ádiz, 1947)
sahucio (1963), Premio Selecciones Lengua Es­ Poeta. Entre las obras de este empleado de la Ta­
pañola de Plaza & Janés, Después de la tormenta bacalera destacan títulos como Poemas anuales
(1964), Las influencias (1968) y Crónica de un (1976), El ámbito del tigre (1978), De un modo
juez (1973). cotidiano (1981), Premio Guernica, y Las coplas
de Israel Sivo (1982).
FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS, Gonzalo
(Madrid, 1478-1557) FERNÁNDEZ DE PALENCIA, Alfonso -» Véase
Historiador. Paje del príncipe don Juan, partici­ PALENCIA, Alfonso [Fernández] de.
pante en las guerras de Italia junto al Gran Capi­
tán, Gonzalo de Córdoba, y testigo de grandes FERNÁNDEZ PESQUERO, Javier (M adrid,
acontecimientos como la llegada de Colón a Bar­ 1837-?)
celona, Fernández de Oviedo marchó a las Indias Novelista. Como periodista, colaboró en diferen­
en 1513, donde sería nom brado cronista por el tes diarios españoles e hispanoamericanos. Fue
Rey, además de desem peñar diversos cargos un gran viajero, circunstancia que se deja ver en
entre los que destacan el de gobernador de Car­ sus obras, en las que se aprecian curiosas, aun­
300
FERNÁNDEZ PORTA

que no exentas de intención moralizante, des­ bros de poesía devota, tales como Las lágrimas
cripciones costumbristas. Deben recordarse: Re­ de san Pedro (Sevilla, 1609) o El escuadrón hu­
dención (1905), Las víctimas del fanatism o milde (1616), la sátira Epitalamio a las bodas de
(1913), La patria del indiano (1915) y Alma una viejísima viuda dotada de cien escudos y un
araucana (1919). beodo soldadísimo de Flandes, calvo de naci­
miento (Sevilla, 1625), o el moralizante Lecciones
FERNÁNDEZ PORTA, Eloy (Barcelona, 1974) naturales contra el común descuido de la vida
Novelista. Profesor de la Universidad Pompeu (1629), las obras por la que será recordado son,
Fabra, su obra se caracteriza por un marcado sen­ sin duda, las novelas Los anteojos de mejor vista
tido de la provocación, así como por la fusión de (Sevilla, 1625), escrita en una prosa de estilo gra-
registros. Es autor del libro de relatos Los minu­ cianesco y que algunos han considerado un anti­
tos de la basura (1996), con el que tan solo con cipo de El diablo cojuelo de Vélez de Guevara*, y
23 años consiguió la atención de la crítica y al El mesón del mundo (Madrid, 1631), en las que se
que siguió Caras B (2001). aprecia el pesimismo satírico del Quevedo* de los
Sueños y una clara tendencia a dotar a los perso­
FERNÁNDEZ RAMÍREZ, Salvador (Madrid, 1896- najes de contenido alegórico.
1983)
Filólogo. Se doctoró en Filosofía y Letras en la FERNÁNDEZ ROJANO, Guillermo (Jaén, 1957)
Universidad Central y, además de colaborar en di­ Poeta. Poeta casi desconocido que, sin embargo,
ferentes universidades y de trabajar para el Centro demuestra en sus versos la originalidad de pro­
de Estudios Históricos, ocupó una cátedra de cesos renovadores que, tanto en un orden temá­
Griego en el Instituto de Alcalá de Henares. tico como lingüístico, lo convierten en uno de los
Miembro de la Real Academia Española desde poetas de voz más singular del panorama litera­
1959, comenzó en 1951 la publicación de su im­ rio. En su poesía, la fuerza de las imágenes viene
prescindible Gramática española. Asimismo, co­ de un rotundo conceptismo de la palabra, de una
laboró en la elaboración del Diccionario Histórico quietud que se expresa y es expresión misma y
de la Lengua Española que prepara la Academia. que en no pocas ocasiones transmite una frialdad
total. Nihilista, se trata de una poesía que a me­
FERNÁNDEZ DE LA REGUERA LIGARTE, Ricardo nudo deambula en el surrealismo* y en tonos ex­
(Barcenillas, Cantabria, 1916) presionistas. Es autor de poemarios que han sido
Novelista. Estudió Filosofía y Letras en las Uni­ publicados en ediciones tan solo de ámbito pro­
versidades de Madrid y de Barcelona, de la que fue vincial, de los cuales destacan: Infortunios y des­
profesor. Sus novelas, donde se aprecian profun­ calabros del poeta Guillermo Fernández Rojano
das preocupaciones existenciales, son: Entre otoño (1981), Por pan para pájaros (1985), Por amor
y primavera (1945), Un hombre a la deriva (1947), de las anudas (1993), La noche amarilla (1998),
en una línea claramente tremendista. Cuando voy con el que obtuvo el Premio Gabriel Celaya, y
a morir (1951), Premio Ciudad de Barcelona, en la Boca de asno (1999).
que las pasiones alcanzan tintes dramáticos.
Cuerpo a tierra (1954), visión desolada de la Gue­ FERNÁNDEZ DE ROJAS, Juan (Colm enar de
rra Civil basada en su experiencia como excomba­ Ore¡a, M adrid, 1752-Madrid, 1819)
tiente, Perdimos el paraíso (1955), Bienaventura­ Poeta y prosista. Agustino de la conocida como
dos los que aman (1955), Premio Concha Espina, Escuela poética salmantina que se formó en
Vagabundos provisionales (1959), Experimento tomo a fray Diego Tadeo González* — de quien
(1963) y Un hombre llamado Roni (1982), además Fernández de Rojas editó sus Poesías en 1796—
de los Episodios nacionales contemporáneos a finales del siglo xvm y en la que se practicaba
(1963-1972), escritos en colaboración con su mu­ una poesía de tono bucólico y anacreóntico; uti­
jer, Susana March*, y de los que, hasta el mo­ lizó el seudónimo poético de Liseo, así como los
mento, se han publicado los que abarcan desde la de Licenciado Francisco Agustín Florencio y
guerra de Cuba hasta la República. Es autor, asi­ Juanito López Polinario para la prosa. Es la suya
mismo, de los ensayos La República de los soña­ una poesía de tono amoroso y pastoril que, por
dores (1977) y Don Juan y Casanova (1979). desgracia, apenas se conoce. En el campo de la
prosa, no obstante, se inclinó por la sátira, y así
FERNÁNDEZ DE RIBERA, Rodrigo (Sevilla, 1579- destaca su Crotalogía o Arte de tocar las casta­
1631) ñuelas (1792), en la que se burla de la filosofía
Poeta y prosista. Amigo del arzobispo Vaca de enciclopedista del momento, y su segunda parte:
Castro, representa la corriente de desilusión ba­ Impugnación literaria de la Crotalogía. A si­
rroca (véase BARROCO) de la que será máximo mismo, deben mencionarse otras obras como El
exponente Gracián*. Aunque publicó varios li­ páxaro de la liga (1798).
301 FERNÁNDEZ-SHAW

FERNÁNDEZ DE SANTAELLA, Rodrigo (Car- tención documental. Entre sus novelas se cuentan
mona, Sevilla, 1444-Sevilla, 1509) Los bravos (1954), de ambiente rural, en la que
Tratadista. Canónigo, arcediano de la catedral de los personajes han de luchar contra el caciquismo
Sevilla y fundador del Colegio M ayor de santa y el medio hostil en que viven, En la hoguera
María de Jesús, es uno de los pensadores impor­ (1957), Premio Gabriel Miró, donde la soledad,
tantes del periodo de los Reyes Católicos. Su la ruina y la muerte se erigen en protagonistas con
obra es muy numerosa y abarca cuestiones de una fuerza narrativa impresionante, Laberintos
educación eclesiástica, de entre las que destacan (1964), El hombre de los santos (1969), Premio
Memoriale pontificum, Vocabulario eclesiástico de la Crítica, Libro de la memoria de las cosas
(1499) o el Manual de doctrina; filosofía, como (1971), Premios Nadal y Ciudad de Barcelona,
en Tratado de la inm ortalidad del alma; histo­ Extramuros (1978), Premio Nacional de Litera­
riografía, Guión de los reyes, o cuestiones rela­ tura, con la que se inicia su interés literario por
cionadas con su actividad como predicador, Ser­ los entornos históricos, Cabrera (1981), Jaque a
món contra los sodomitas. Asimismo, tradujo los la dama (1982), Premio Planeta, Los jinetes del
Sermones de san Bernardo y, por primera vez, el alba (1984), El griego (1985), una biografía no­
Libro de Marco Polo. velada del Greco que fue galardonada con el Pre­
mio Ateneo de Sevilla, El viaje en el jardín
FERNÁNDEZ SANTOS, Francisco (Los Cerral- (1986), Historia de la dama (1986) y Balada de
bos, Toledo, 1928) amor y soledad (1987). Entre sus libros de relatos
Ensayista, narrador, periodista y traductor. Abo­ destacan: Cabeza rapada (1958), Premio de la
gado, se inició en el mundo literario como re­ Crítica, Las catedrales (1970), Paraíso ence­
dactor jefe de índice. En sus narraciones, a me­ rrado (1973), A orillas de una vieja dama (1979),
dio camino entre la fantasía y la realidad social Las puertas del Edén (1981) y Cuentos comple­
y en las que usa un español barroco y lírico, sus tos (1978). Como ensayista fue autor de Europa y
intereses se concentran en los problem as exis- algo más (1977), Palabras en libertad (1982) y
tenciales del individuo, en las dudas y limitacio­ El rostro del país (1987). A todo ello hay que aña­
nes que impone la cotidianidad. R esidente en dir una única obra dirigida a los niños, un relato
París desde 1959, destacan obras como: El hom­ publicado en edición ilustrada mucho después de
bre y su historia (1961), H istoria y filosofía. su muerte: El reino de los niños (2000).
Ensayos de dialéctica (1966), Cuba, una revolu­
ción en marcha (1967) y El marxismo en Espa­ FERNÁNDEZ-SHAW, Carlos (Cádiz, 1853-Ma-
ña (Cartas polémicas con Blanco Amor) (1967), drid, 1911)
a las que hay que añadir el libro de relatos La Poeta y autor teatral. Estudió Derecho y co­
cara del ángel (1999). menzó a publicar poemas en El Heraldo Espa­
ñol. Fue secretario del marqués de Apezteguía,
FERNÁNDEZ SANTOS, Jesús (M adrid, 1926- lo que le permitió viajar por numerosos países
1988) antes de trabajar como redactor de La Epoca,
N ovelista, guionista cinem atográfico y crítico. donde conoció al célebre compositor alicantino
Estudió Filosofía y Letras en Madrid, además de Ruperto Chapí, con quien habría de colaborar en
ser alumno del Instituto de Investigaciones y Ex­ zarzuelas como Las bravias. La revoltosa (1897)
periencias Cinematográficas. Participó en el Tea­ o Margarita la Tornera (1909), entre otras. El
tro de Ensayo U niversitario y se dio a conocer mismo tipo de trabajo en común lo desarrolló
como escritor con el cuento Cabeza rapada, que con el poeta, y también compositor, José López
se publicó en Revista Española en 1953 y que da Silva*, para quien escribió los libretos de La
título a uno de sus mejores libros de relatos. Du­ chavala (1898?), El gatito negro (1900) o El
rante los últimos años de su vida compaginó la li­ alma del pueblo (1905), y con Asensio Mas* en
teratura y la dirección de diversos cortometrajes Las grandes cortesanas (1902) y Los juglares
para televisión con la crítica de cine en el diario (1905). Para la escena realizó numerosas obras,
El País. Como novelista, pertenece al realismo entre las que deben citarse: El cortejo de la Irene
social objetivo, en el que se inscriben otros auto­ (1896), Los hijos del batallón (1898), La venta
res como Sánchez Ferlosio*, Ignacio Aldecoa* o de don Quijote (1904) o La tragedia del beso
Ana M aría Matute*, entre otros, si bien fue uno (1910). Pero es en el campo de la poesía donde
de los autores que más arriesgó formalmente, sin destaca con una voz más personal. En sus prime­
renunciar nunca al tratamiento literario de cues­ ros poemas resulta vacío de ideas, aunque bri­
tiones intimistas a través de técnicas subjetivas, llante y preciso en la técnica formal. Será a partir
algo que se aprecia de manera más conspicua en de Poesía de la sierra (1908), escrito en la con­
las que fueron sus últimas obras. Practicó tam ­ valecencia de una enfermedad nerviosa, cuando
bién la novela histórica y el relato crítico de in­ su poesía alcance una mayor sinceridad, hondura
302
FERNÁNDEZ-SHAW

y plenitud. A este libro siguieron Poesía del mar 1820 y 1823. De ideas liberales, se vio obligado
(1909), El alma en pena (1911), quizá su obra a salir de España hasta que, tras la muerte de Fer­
más profunda y triste, y, aparecido postum a­ nando VII, regresó para defender con sus publi­
mente, Poemas del pinar (1912). caciones el sistema constitucional. M iembro de
la Real Academia Española, deben mencionarse
FERNÁNDEZ-SHAW, Guillermo (Madrid, 1893- sus Obras poéticas (1857), publicadas por esta
]965) institución, donde com bina la riqueza de las
Comediógrafo. Hijo de Carlos Fernández-Shaw*, descripciones con un profundo lirismo emocio­
al igual que su padre colaboró en numerosos pro­ nal. Destacan, de entre estas poesías, Llanto
yectos de zarzuela con libretos para composito­ conyugal (1828) y la oda A las nobles artes
res como, entre otros, Federico Romero, La can­ (1832). Fue autor, además, de la leyenda teatral
ción del olvido (1918); Moreno Torroba, La Don Juan de Lanuza (1837), en la que abundan
chulapona; Eduardo Granados, Los fanfarrones elem entos propios del Rom anticism o* histó­
(1924); Jacinto Guerrero, La rosa de azafrán rico. Se le considera el ejemplo típico de noble
(1930) y, escrita conjuntamente con su hermano ilustrado liberal que tanto gustaba a los rom án­
Rafael Fernández-Shaw, El canastillo de fresas ticos.
(1951); o Pablo Sorozábal, La tabernera, del
puerto (1936). FERNÁNDEZ DE VELASCO, Juan (?-?, 1613)
Conde de Haro. Se le considera autor de la obra
FERNÁNDEZ DE LA SOTA, José (Bilbao, 1969) Observaciones del prete Jacopín en defensa de
Poeta. De estilo ecléctico, dependiente de sus ne­ Garcilaso de la Vega, contra las Anotaciones
cesidades expresivas y en el que no renuncia al que hizo a sus obras Hernando de Herrera. Poco
tono más clásico, en sus versos hay un cierto des­ más se sabe de él.
creimiento respecto a la realidad, vista casi siem­
pre con crudeza e ironía compasiva. Es autor del FERNÁNDEZ DE VELASCO Y PIMENTEL, Ber­
poemario Todos los santos (1998), con el que ob­ nardino (Madrid, 1707-1771)
tuvo el Premio Antonio Machado en Baeza y el Prosista. Duque de Frías, fue autor de una obra
Premio Euskadi. de tono barroco, divertido anecdotario, Deleite
de la discreción y fá c il escuela de agudeza
FERNÁNDEZ SUÁREZ DEL OTERO, Nicolás (Ve- (1743), en la que se cuentan ciertos saberes de
gadeo, Asturias) prelados y reyes.
Narrador. Licenciado en Historia y profesor en
Toledo, donde desde 1972 colabora en la prensa FERNÁNDEZ-VENTURA, Lourdes (Palencia,
local y ha dirigido algunas publicaciones, es au­ 1956)
tor de relatos en los que, con lenguaje moderno y Novelista. Autora en cuyos textos hay una línea
sin pretensiones, cuenta historias amenas y senti­ temática dominante, la que habla de la pasión y
mentales, muy emotivas. Ganador del premio Vi­ el deseo, el am ourfou, quizá influida por la lite­
lla de Nava en 1997 con el relato «El hombre que ratura sobre el adulterio que se escribió a lo
quiso ser mayo», es autor del volumen de relatos largo del siglo xix, y donde destacan autores
El canto del petirrojo (2000). como Flaubert, Tolstoi, Clarín* o E?a de Quei-
roz, a través de personajes fracasados y solita­
FERNÁNDEZ VAAMONDE, Emilio (La Coruña, rios para los que la esperanza es solo un sueño
1867-Madrid, 1913) hecho de recuerdos. Su prosa resulta de gran bri­
Poeta. Colaborador de publicaciones como La llantez y riqueza im aginativa. Es autora de las
Ilustración española, sus versos desbordan sen­ novelas Fuera de temporada (1994), Donde na­
sualidad finisecular, así como pretensiones for­ die nos encuentre (1997), Casa de am antes
males que no van más allá de ciertos experimen­ (2000), El poeta sin párpados (2002), en la que
tos métricos y léxicos fallidos. Deben mencionarse aborda, una vez más, la pasión amorosa inconte­
los poemarios Dulces y amargas (1896) y Las nible, en esta ocasión situándola a finales del si­
mujeres (1897). glo xix y, por razones arguméntales, la figura
poética y humana de Gustavo Adolfo Bécquer*,
FERNÁNDEZ DE VELASCO, Bernardino (M a­ y La cantante de hotel (2003), una suerte de pa­
drid, 1783-1851) rodia de espías.
Poeta y dramaturgo. Conde de Haro, marqués de
Villena y duque de Frías y Uceda, fue amigo de FERNÁNDEZ DE VILLALOBOS, Gabriel (Almen­
Meléndez Valdés*, Juan Nicasio Gallego*, dros, Cuenca, 1642-?)
Quintana*, el duque de Rivas* y Larra*, y de­ Se trasladó a A m érica con 12 años, donde de­
sempeñó tareas diplomáticas en Inglaterra entre sempeñó numerosos y variados oficios y alcanzó
303 FERRÁN Y FORNIÉS

un conocim iento tal del mundo americano que FERRÁN, Jaime (Cervera, Lérida, 1928)
fue llamado a la Corte en 1675, aunque después Poeta. Doctor en Derecho por la Universidad de
huiría a Portugal. De regreso en España, sería Madrid, en la que enseñó Ciencia de la Cultura,
nombrado, en 1686, marqués de Varinas y caba­ también enseñó en diferentes universidades de
llero de Santiago. Su prestigio en alza le llevó a Nueva York, de cuya Universidad de Syracuse
ser consejero de Carlos II y a gozar de la con­ fue director del Centro de Estudios Hispánicos.
fianza absoluta de las altas instancias, si bien ter­ Asimismo, fue profesor en la Universidad de Los
minaría traicionando a todos y convirtiéndose en Andes, en Colombia. Mantuvo relación con sus
espía de Francia, lo que le llevó a ser desterrado compañeros de generación en Cataluña — A l­
en Cádiz. A pesar de suplicar perdón, nadie se lo fonso Costafreda*, Jaime Gil de Biedma*, Car­
concedió y, deportado a Orán, huye a Argel, aun­ los Barral* y José Agustín Goytisolo*— , culti­
que desde allí, continúa colaborando simultánea­ vando una poesía de corte social que no renuncia
mente con Carlos II y Luis XIV. De sus obras crí­ al coloquialismo expresivo de las vivencias per­
ticas, en las que se mostró partidario de las ideas sonales. Destacan sus poemarios: Desde esta ori­
de Bartolomé de las Casas* y donde denunció las lla (1952), accésit del Premio Adonais, Poemas
antipatías de los criollos y de los extranjeros ante del viajero (1953), Premio Ciudad de Barcelona,
el dominio español, destacan: Desagravios de los Descubrimiento de América (1957), Canciones
indios y reglas necesarias para jueces y ministros para Dulcinea (1959), Libro de Ondina (1964),
(1685), Mano de relox, que muestra y pronostica Nuevas cantigas (1967), Tarde de circo (1967),
la ruina de América (1687) y Proposiciones sobre M emorial (1971), Mañana de parque (1972), La
los abusos de Indias, fraudes de su comercio y ne­ playa larga (1981), Cuaderno de música (1983)
cesidad de la fortificación de sus puertos, obra so­ y El libro de Alfonso (1983), entre otros. Es au­
metida a una Junta Especial en 1677. tor, asimismo, de ensayos como: Eugenio d ’Ors
(1967), Juan M aragall (1969) y Lope de Vega
FERNÁNDEZ DEL VILLAR, José (Málaga, 1888- (1984), así como de los libros de narrativa, todos
1941) pertenecientes a una, así llamada, «Serie Ángel»:
Autor teatral. En la línea andalucista de los Alva- Ángel en España (1960), Ángel en Colombia
rez Quintero*, y con un cierto tono sentimental, (1967), Premio Lazarillo, Ángel en U.S.A. (1971),
escribió diferentes piezas, de entre las que des­ Norte-Sur (1971) y Ángel en la luna (1976). De­
taca Lola y Loló (1928). ben mencionarse, aparte de su traducción de las
poesías de W. B. Yeats, publicadas en 1957, las
FERNÁNDEZ VILLEGAS, Francisco (Murcia, que ha realizado de diferentes poetas catalanes al
1851-Madrid, 1916) español.
Narrador. Aunque escribió algunas obras teatra­
les, destacan libros de viajes como Salamanca FERRÁN Y FORNIÉS, Augusto (Madrid, 1835-
por dentro (1889), Por los Pirineos (1898) o La 1880)
cartuja del Paular (1915) y los relatos de prosa Poeta. Muy amigo de Gustavo Adolfo Bécquer*,
sencilla, a veces vulgar, de La novela de la vida la herencia recibida de su fam ilia no le sirvió
(1901), Confesión (1907) y Rosario (1909). Asi­ para evitar term inar sus días arruinado y re­
mismo, ejerció la crítica teatral con el seudónimo cluido en el manicomio de Carabanchel. Viajero
de Zeda y tradujo y refundió algunas obras clá­ incansable, tradujo al poeta alemán Heine en
sicas. 1861, traducciones que aparecieron en El Museo
Universal. En su poesía, compuesta por coplas y
FERNÁNDEZ DE VILLEGAS, Pedro (Burgos, cantares, se aprecian los valores del Rom anti­
1453-1536) cismo* a propósito de la soledad o el ansia de
Traductor. Arcediano de la catedral de Burgos y alcanzar lo inalcanzable, de un andalucismo po­
juez conservador del real monasterio de San Sal­ pular, tanto en los temas como en la métrica, y
vador de Oña, tradujo la Divina Comedia de Dante la influencia de cierta poesía germánica, concre­
en La traducción de Dante de lengua toscana en tamente la del poeta a quien tradujo. Fue uno de
verso castellano... con otros dos tratados, uno que los poetas que con su obra contribuyeron a los
se dize querella de la fe, y otro aversión del mundo intentos de renovación poética que se produje­
y conversión a Dios (Burgos, 1515). Otras traduc­ ron entre 1850 y 1860. Fueron sus dos poem a­
ciones son: Sátira decena de Juvenal en que re­ rios La soledad (Colección de cantares) (1861),
prende a los vanos deseos (Burgos, 1519) y parte prologado por su amigo, y La pereza (1871).
de las Vidas paralelas de Plutarco. Además de dos leyendas en prosa, escribió una
poética titulada Una inspiración alemana
FERNANFLOR -» Véase FERNÁNDEZ FLÓREZ, (1872). Sus Obras completas no se editaron
Isidoro. hasta 1893.
304
FERRAND

FERRAND, Manuel (Sevilla, 1925) leg general 1952-1981 (1987) y traducciones


Novelista. Es licenciado en Filosofía y Letras, como Les poesies de C. P. Cavafis (1987) y Cin-
profesor de Historia del Arte en la Universidad de quanta poesies de Du Fu (1992). Una de sus últi­
Sevilla y miembro de la Real Academia de Bue­ mas publicaciones fue una selección de su co­
nas Letras de Sevilla. Colaboró asiduamente en rrespondencia con Gil de Biedma*, Jaime Gil de
la célebre revista humorística La Codorniz con Biedma. Cartas y artículos (1994), en la que,
crónicas que firmaba con el seudónim o Tic, así además, se incluyen dos artículos sobre la obra
como con numerosos dibujos de un personaje lla­ del fallecido poeta barcelonés.
mado «Don Perplejo». De su obra, de corte social
y centrada en el ámbito urbano sevillano, aunque FERRATER, Gabriel (Reus, Tarragona, 1922-
con toques de humorismo ácido, pueden desta­ Sant Cugat del Vallés, Barcelona, 1972)
carse títulos como El otro bando (1967), Premio Poeta en lengua catalana. Traductor para Seix
Elisenda de Monteada, Con la noche a cuestas Barral, fue un poeta tardío, aunque está conside­
(1968), Premio Planeta, La sotana colgada rado uno de los mejores en lengua catalana, a la
(1971), Quebrantos y ventura del caballero Gai- que tradujo a autores como Kafka, Gombrowicz
feros (1973), La forastera (1974), Los farsantes o Samuel Beckett. Rechazó explícitam ente las
(1975) y El negocio del siglo (1977), entre qtras. orfebrerías formales y el lirismo exaltado, de
modo que sus versos, en los que emplea un len­
FERRANDOS DE JERENA -»Véase FERNÁNDEZ guaje prosaico, reflejan descriptivamente la tra­
D EJER EN A, Garci. yectoria moral del individuo a través del análisis,
entre irónico y amargo, del amor y de la nostal­
FERRARI, Emilio (Valladolid, 1850-M adríd, gia, así como la influencia de autores medievales
1907) como Ausiás March* y de la literatura anglosa­
Poeta y dramaturgo. Apellidado Pérez Ferrari, jona, sobre todo del británico Thomas Hardy. De
perteneció al Cuerpo de Archiveros, Biblioteca­ sus poemarios, carentes en cambio de patetismo,
rios y Arqueólogos. Las influencias recibidas de deben recordarse Da nuces pueris (1960), Men-
Zorrilla* y Núñez de Arce*, a quien imitó casi j a ’t una cama (Cómete una pierna) (1962) y Teo­
abiertamente, no sirvieron para eclipsar una mo­ ría deis cossos (Teoría de los cuerpos) (1966),
deración intelectual y austeridad lírica que le ase­ todos ellos reeditados en Les dones i els dies
mejan a un Antonio Machado* y le acercan al es­ (1968), el volumen que recoge toda su poesía. En
píritu de la Generación del 98*. Accedió al 1979 se editó, en edición bilingüe, M ujeres y
reconocimiento público tras la lectura del poema días, que recopilaba ampliamente, traducida por
filosófico Pedro Abelardo, leído por él mismo en José María Valverde*, Pere Gimferrer* y José
1884 en el Ateneo de Madrid. Con un discurso Agustín Goytisolo*, pero no de forma completa,
sobre el Modernismo* ingresó en la Real Acade­ su poesía. Esta obra se reeditaría en 2002 tal
mia Española en 1905. Aunque escribió para la cual, así como otra edición, en este caso solo en
escena el poema dramático Quien a hierro mata... español, con la versión de María Ángeles Cabré.
y la pieza teatral La justicia del ocaso, destaca su Como crítico se publicaron, postumamente, So­
labor como poeta, en la que logra descripciones bre literatura (1979), Sobre pintura (1981) y No­
profundísimas y emocionadas del paisaje caste­ ticias de libros (2000), volumen que reunía sus
llano, así como versos de interés formal y gran trabajos y anotaciones como asesor editorial. En
colorido. Deben recordarse, especialmente, poe­ su faceta de lingüista cabe destacar el ensayo So­
mas como En el arroyo (1885) o Consiimmatum bre el lenguaje (1981). En 1986 aparecieron sus
est (1889). Fue tras su muerte cuando se publica­ Papers, caries, paranles..., obra que compendia
ron, entre 1908 y 1910, los tres volúmenes de sus escritos no destinados a la publicación, y Foix i
Obras completas, en los que se incluyen tanto sus el seu temps, y, en 1994, Escritores en tres len­
poemas como su teatro. guas, colección de artículos escritos por Ferrater
entre 1963 y 1964 que, en principio, estaban des­
FERRATÉ, Juan (Reus, Tarragona, 1924-2003) tinados a formar parte de una enciclopedia de li­
Ensayista y poeta en lenguas catalana y española. teratura universal que nunca se editó.
Hermano de Gabriel Ferrater*, colaboró en di­
ferentes publicaciones con artículos críticos y FERRATER MORA, José (Barcelona, 1912-1991)
publicó importantes estudios sobre la obra de Filósofo, novelista y ensayista. Se doctoró en Fi­
Caries Riba*, Josep Carner*, Ausiás March* y losofía en la Universidad de Barcelona y, en
T. S. Eliot. Es autor de tres importantes ensayos 1939, se trasladó a América, donde vivió y en­
en español, La operación de leer (1962), Líricos señó en universidades de Chile, Cuba y, desde
griegos arcaicos (1968) y Dinámica de la poesía 1949, en el Bryn M awr College de Pennsylvania
(1968). Asimismo, ha editado un poemario Catá- (Estados Unidos). Pensador profundo, de reco­
305 FERRER-BERMEJO

nocido prestigio internacional y con una vastí­ ción, ¡rmandale, y la Escola Castelao. En 1973
sima form ación intelectual, sus ensayos dejan regresó a España y, en Madrid, dirigió el Aula de
ver un fino talante integrador — él apoyaba la Cultura Gallega del Ateneo de Madrid. Su poe­
doctrina del «integracionism o»— , así como un sía, comprometida políticamente y profunda­
espíritu analítico y restrictivo que huye de las ge­ mente emocional en las vetas más humanas, al­
neralizaciones. Esto mismo se aprecia en su pro­ canza en algunos momentos perfiles satíricos
ducción narrativa — abordada en la última etapa que entroncan con la más rancia tradición del gé­
de su vida— , donde hay tanto novelas como li­ nero. Pero, en general, se trata de una visión
bros de relatos. Literariamente, experimenta for­ existencialista y cruda de la emigración gallega.
malmente y ahonda irónicamente en los contras­ Destacan sus poemarios O soño sulagado (El
tes entre la civilización y la supuesta calma con sueño sumergido) (1954), Longa noite de pedra
la que en ella vive el individuo. La locura, el po­ (Larga noche de piedra) (1962), escrito en 1936
der amenazante de las instituciones, las relacio­ y muy influyente en poetas posteriores, Viaxe ao
nes entre apariencia y realidad o el amor son te­ país dos enanos (Viaje al país de los enanos)
mas fundam entales de su narrativa, así como, (1968), Cantigas de escaño e m aldecir (1968),
estilísticam ente, son características notables el Terra de ningures (1969), Paco Pixiñas (1970),
uso de técnicas casi cinem atográficas y el em­ Cimenterio privado (1973), Antipoemas (1972)
pleo magistral del idioma. Su producción litera­ y Onde o mundo chámase Celanova (1975).
ria está integrada por los relatos de Voltaire en Como narrador escribió A fronteira infinida
Nueva York (1985), Hecho en corona (1986) y El (1972) y A taberna do galo (1978). Merece una
juego de la verdad (1988), así como por las no­ mención su edición bilingüe de la Obra poética
velas Claudia, mi Claudia (1982) y La señorita completa (1977) de Curros Enríquez*.
Goldie (1991). De entre su numerosa producción
ensayística y filosófica destacan, además de su FERRER, Francesc (Valencia, 1430-1480)
fundamental Diccionario de Filosofía, cuya pri­ Poeta en lengua catalana. Amigo de Pere Torroe-
mera edición salió a la luz en 1941, y que ha sido 11a*, su poesía demuestra que está perfectamente
reeditado y ampliado en otras sucesivas hasta integrado en los modos poéticos de la época, el
1982, Cóctel de verdad (Madrid, 1935), España tratamiento del amor cortés o la estructura del
y Europa (Santiago, 1942), Unamuno: bosquejo debate. Fue autor de Roniang del setge de Rodas
de una filosofía (1944), El sentido de la muerte y del poema Lo cohort (El consuelo).
(1947), Cuestiones disputadas (1955), Cuatro vi­
siones de la historia universal (Buenos Aires, FERRER, Juan (?, 1618-?)
1955), Ortega y Gasset. Etapas de una filosofía Tratadista. Jesuíta que, bajo el seudónimo de
(1958), La filosofía en el mundo de hoy (1959), Bisbe y Vidal, publicó un Tratado de las come­
El ser y la muerte: bosquejo de füosofía integra- dias (Barcelona, 1618) en el que ataca lo licen­
cionista (1963), Tres mundos: Cataluña, España, cioso del teatro de la época y propone la censura
Europa (1963), Indagaciones sobre el lenguaje o prohibición del mismo.
(1971), El hombre y su medio y otros ensayos
(1972), El mundo del escritor (1983), Funda­ FERRER, Vicent (Valencia, 1350-Vannes, Fran­
mentos de filosofía (1984), M odos de hacer fü o ­ cia, 1419)
sofía (1985) y Ventana al mundo (1986), obras Predicador. Este fraile dominico, que fue conse­
muchas de ellas escritas inicialmente en inglés o jero de reyes y de papas, participó activamente
catalán, traducidas por él mismo y reelaboradas en las grandes polémicas de su época, como el
posteriorm ente en ulteriores reediciones. En cisma de Occidente y el compromiso de Caspe.
1985 fue galardonado con el Premio Príncipe de Se conservan suyos diferentes sermones, algu­
Asturias de Comunicación y Humanidades. nos en latín: Sermones de Tempore o Sermones
de Sanctis y otros en catalán: Quaresma de Sant
FERREIRO, Celso Emilio (Celanova, Orense, Vicent Ferrer predicada a Valencia l ’any 1413.
1914-Vigo, 1979)
Poeta en lengua gallega. Estudió Derecho en FERRER-BERMEJO, José (Alcalá de Henares,
Santiago de Com postela y Oviedo y fue miem ­ Madrid, 1956)
bro fundador de la Federación de Mocedades Novelista. Estudió Historia y trabajó como ma­
Galeguistas en 1934. Publicó un primer poema- rino m ercante durante muchos años, antes de
rio, en colaboración con Xosé Velo, titulado Cor- trabajar en Correos en Madrid. Pertenece a la
tafol de poesía. Al término de la Guerra Civil fue generación de la nueva narrativa española con
redactor de la revista Finisterre y, en 1966, se una obra en la que combina parodia, fantasía y
exilió en Venezuela, donde trabajó para la Her­ un sentido del humor que roza con la ironía. Es
mandad Gallega de Caracas y dirigió su publica­ autor de la novela El globo de Trapisonda (1985)
FERRER DE CARDONA 306

y de los libros de relatos Incidente en Atocha drid, y miembro del CSIC, es autor de una am­
(1982), El increíble hombre inapetente y otros plia obra en tomo a la sociología de la literatura,
relatos (1982) y La música de A riel Caamaño así como a la novela española. Dos obras ensa-
(1992). yísticas destacan en su producción: Los orígenes
de la novela decimonónica (1800-1830) (1973)
FERRER DE CARDONA, Luis -> Véase TURIA, Ri­ y Fundamentos de Sociología de la Literatura
cardo del. (1980), a las que hay que añadir un fundamental
Catálogo de novelas y novelistas españoles del
FERRER DEL RÍO, Antonio (M adrid, 1814-El siglo xix (1979) y, en colaboración con Antonio
Molar; Madrid, 1872) López Campillo, Curso acelerado de ateísmo
Crítico e historiador. Redactor de diferentes re­ (1996). Ha publicado varios poemarios, entre
vistas, director de El Laberinto, miembro de la ellos Crónica de estatuas. Oratorio (1987) y
Real Academia Española desde 1853 y autor de Fragmentos para una autobiografía casi lírica
numerosos estudios críticos, tanto literarios (1991), así como diferentes entregas de un pro­
como históricos. De estilo arcaizante, destacan yecto novelístico marcado por la experim enta­
su prólogo a la edición de La Araucana de Er- ción técnica: Laberinto I (1987), Laberinto II
cilla, realizada por la Academia en 1866, la G a­ (1988) y Laberinto III (1991), y la novela de
lería de la literatura española (1846), en la que corte policiaco Los crímenes del Santo Niño Je­
analiza y recoge una antología de los autores sús de Praga (1991).
del momento, H istoria del levantam iento de
las comunidades de Castilla (1850) e Historia FERRERO, Jesús (Zamora, 1952)
del reinado de Carlos III (1856; 4 vols.), es­ Novelista. Estudió el bachillerato en el País
crita por encargo de Isabel II. También fue au­ Vasco y, en la Escuela de Altos Estudios de Pa­
tor de algunos poem as, entre los que m erece rís, se graduó en Historia Antigua en la especia­
mención el titulado «Oda a la m uerte de don lidad dedicada al mundo griego. Declarado ad­
Alberto Lista». m irador del realismo* español y sobre todo del
norteamericano, representado por autores como
FERRER-VIDAL TURULL, Jorge (Barcelona, 1926) Fitzgerald, Dos Passos y Carver, su obra se ha
Narrador, traductor y poeta. Licenciado en Dere­ centrado, con frecuencia, en mundos antiguos y
cho y en Filosofía y Letras por la Universidad de míticos, destacando por la sensualidad de las
Barcelona, ha destacado como traductor de nu­ formas y la indagación emocional en los perso­
m erosos autores norteamericanos, entre ellos najes. No obstante, ha abordado también con ri­
Faulkner, Saroyan, Capote o Dylan Thomas, si gor descamado los problemas generacionales en
bien ha publicado también novelas, entre las que un estilo que conecta con el de sus admirados
destacan El trapecio de Dios (1954), El carro de autores realistas. Centro tem ático de fondo de
los caballos blancos (1957), finalista del Premio gran parte de sus obras es la familia como núcleo
Ciudad de Barcelona, Caza mayor (1961), Pre­ esencial de las relaciones humanas, así como
mio Ciudad de Oviedo, El racimo de uvas origen de todos los desastres de la incomunica­
(1963), Premio Ateneo de Valladolid, Historias ción. Son sus novelas Bélver Tin (1981), Premio
de los valles (1964), Diario de Albatana (1967), Ciudad de Barcelona, Opiuin (1986), Lady Pepa
Los papeles de Ludwig Jager (1974) o El p e ­ (1988), Débora Blenn (1988), El efecto Doppler
queño guiñol de Raúl Encinas (1976). Es autor, (1990), Premio Internacional de Narrativa Plaza
asimismo, de los libros de cuentos Sobre la piel & Janés, Alis, el salvaje (1991), Los reinos com­
del mundo (1957), Premio Leopoldo Alas, Fe de batientes (1991), El secreto de los dioses (1993),
vida (1958), Sábado, esperanza (1972), Premio El vino de la verdad (1996), con la que obtuvo el
Café Gijón, Notable en armonía (1980), El hom­ Premio Azorín, El último banquete (1997), El
bre de los pájaros (1982), El cálido verano del diablo en los ojos (1998), Juanelo o el hombre
44 (1984) o Cuentos de otras latitudes (1987), en­ nuevo (2000) y Las trece rosas (2003). A si­
tre otros, y hay que mencionar sus libros de viajes: mismo, ha publicado los poemarios Río Am ari­
Viaje por la Sierra de Ayllón (1970) y Viaje por la llo (1986), Negro sol (1987) y Ah mira la gente
frontera del Duero (1980), y los poemarios Es ta­ solitaria (1987), además de un curioso libro de
rea de amarte y de vivir (1974), Este cuarto-de-es- diálogos titulado Lucrecia Temple. Encuentro en
tar-para-vivir... (1979) y Libro de Irlanda (1979). Berlín (1987), de obras dirigidas a un público in­
fantil y juvenil, como es el caso de Ulaluna
FERRERAS, Juan Ignacio (Tetuán, M arruecos, (1997) y Las veinte fu gas de Basil (1998), ele­
1929) gida por la UNESCO como la novela juvenil en
Crítico, poeta y novelista. Doctor por las Univer­ español de mayor calidad literaria de ese año, y
sidades de La Sorbona y la Complutense de Ma­ una obra de teatro, de carácter alegórico, titulada
307 FIGUERA AYMERICH

Las siete ciudades del Cíbola (1999). Es autor obtuvo el Premio Azorín, y El amor y la nada
del guión de la película de Pedro Alm odóvar (2000). Es autor, asimismo, de una monumental
Matador. biografía: Miguel Hernández■Pasiones, cárcel y
muerte de un poeta (2002).
FERRES, Antonio (M adrid, 1924)
Narrador. Ocupado en diversos oficios, fue des­ FERRUZ [o FERRÚS], Pero (siglo xiv)
pués de la Guerra Civil cuando obtuvo el título Poeta del Cancionero de Baena (véase CANCIO­
de Peritaje Industrial. Después, ha sido profesor NERO), obra en la que se incluyen sus únicos
de español en diversas universidades de Estados cinco poemas conocidos, en uno de los cuales
Unidos, México y África, continente en el que ha aparece la más antigua mención al Amadís de
pasado casi tres décadas. En sus inicios, su prosa Gaula. Es conocido como El Viejo. Es la de Fe-
estuvo marcada por la intención crítica del rea­ rruz una poesía de carácter trovadoresco en la
lismo social*, pero, paulatinam ente, va deri­ que abundan las referencias a personajes bíbli­
vando hacia tendencias estilísticas menos con­ cos, de libros de caballerías* y a leyendas del ci­
vencionales en las que se mantiene, no obstante, clo bretón. Un poema curioso refiere la disputa,
una profunda intencionalidad política. Son de en la más pura tradición medieval, con López de
gran intensidad sus descripciones de las clases Ayala*, en defensa del invierno.
no privilegiadas. Lo que se dice para su narrativa
sirve para su poesía, pues la mueve el mismo FÍGARO -»Véase LARRA Y SÁNCHEZ DE C AS­
aliento crítico y está cubierta por una idéntica pá­ TRO, Mariano José de.
tina de lirismo honesto en su constante y com ­
prom etida intención realista. Destacan novelas FIGUERA AYMERICH, Ángela (Bilbao, 1902-
como La piqueta (1959), finalista del Premio M adrid, 1984)
Nadal, Los vencidos (1963), Con las manos va­ Poetisa. Estudió el bachillerato en Bilbao y Filo­
cías (1964), Premio Ciudad de Barcelona, En el sofía y Letras en las Universidades de Valladolid
segundo hem isferio (1970), Ocho, siete, seis y de Madrid. Fue en 1930 cuando se trasladó a
(1973), A l regreso del Boiras (1975), Los años Valencia, donde enseñó Lengua y Literatura en
triunfales (1978), El gran gozo (1980), La vorá­ diferentes institutos. La parte fundamental de su
gine automática (1983) y Los confines del reino poesía se publicó durante los años cincuenta, en
(1997). Antes de publicar sus libros de relatos, plena ebullición de la poesía social (véase GENE­
consiguió con uno de ellos, Cine de barrio RACIÓN DEL 50), de la que ella formó parte hasta
(1954), el Premio Sésamo; los libros de este gé­ que, con el declive de la corriente, dejó de escri­
nero son: El colibrí con su larga lengua (1977) y bir, salvo excepciones que consistieron en poe­
Cuentos (1983). Asimismo, ha publicado libros mas de carácter infantil. Está considerada, en
de viajes como Caminando p o r las Hurdes cambio, como una figura clave de esa poesía de
(1960), escrito en colaboración con Armando fuerte compromiso social, junto a Celaya* y
López Salinas*, Tierra de olivos (1964) y M i­ Otero*, y extraña su ausencia en el ya clásico
rada sobre M adrid (1967), además del ensayo Poetas españoles de posguerra (1986), de Man­
N arrativa española del último siglo (1974), en tera*. Sus poemas, no obstante, son fuertemente
colaboración con J. Ortega, y de las M emorias religiosos — a veces incluso de gran intransigen­
de un hombre perdido (2002). cia acusatoria— , sencillos y apasionados, lo que
no impide ni el intimismo ni el compromiso so­
FERRIS, José Luis V. (Alicante, 7960) cial. Aparte de los contenidos sociales y religio­
Poeta y novelista. Tanto en su poesía como en su sos, centro de su poética es la mujer, en torno a
narrativa uno de los temas centrales es el amor, o cuyos problemas y asignación de papeles, entre
mejor el erotismo, siempre entrevisto a través de ellos el siempre conflictivo de madre, gira gran
la sospecha de que el sexo corre el riesgo de la parte de su obra, que cambia tras la lectura del
idealización. El lenguaje de Ferris, cuidado y m encionado Celaya poco antes de 1950, hacia
sensual, consigue evitar todo tipo de sensiblerías una intensa presencia del horror de la posguerra,
y hablar del dolor de un modo hondamente hu­ el tiempo inapelable y el ruego angustioso a un
mano. En su obra narrativa ha seguido, normal­ Dios «silencioso». Esa lectura tiene, como pri­
mente, la técnica de la investigación literaria de mera consecuencia, la publicación en la revista
sus protagonistas, la cual le sirve para adentrarse E spadaña de un poema titulado «Exhortación
en el estudio de las pasiones eróticas. Destacan impertinente a mis hermanas poetisas», donde de­
sus poem arios Cetro de cal (1985) y Piélago nuncia, con mucho de rebeldía personal, el papel
(1985), Prem io de la Crítica de la Com unidad asignado tradicionalmente a la mujer. Así pues,
Valenciana, a los que hay que añadir las novelas puede hablarse de una primera época de delicada
Bajarás al reino de la tierra (1999), con la que poesía amorosa, poemillas al hijo, cancioncillas
FIGUEROA

sin relevancia y, en general, naderías, para pasar a FIGUEROA Y CÓRDOBA, Diego (1619?-?) y
una poesía de desgarrado compromiso social, en José ( 1625?-?)
la que la religión desempeña un papel importante, Autores de comedias. íntimamente ligados, estos
y derivar, finalmente, en poemas dirigidos a los dos hermanos han sido considerados los Quin­
niños y, en cierta medida, de nuevo femeninos, en tero* del siglo xvii. Estudiantes en Salamanca,
el peor de los sentidos. Destacan los poemarios lograron con su teatro un humorismo fácil y cos­
M ujer de barro (1948), Soria pura (1949), con tum brista basado en la interpretación de temas
influencias tonales de Antonio Machado*, Ven­ ajenos. De Diego son La hija del mesonero — so­
cida por el ángel (1950), Víspera de la vida bre La ilustre fregona, de Cervantes*— y La
(1951), El grito inútil (1952), Los días duros dama capitán; de José, Muchos aciertos de un
(1953), Belleza cruel (1958), prologado por León yerro. Juntos escribieron M entir y mudarse a un
Felipe* y con el que obtuvo el Premio Nueva Es­ tiempo y Pobreza, amor y fortuna, entre otras
paña, y Toco tierra (1962). Publicó también, tras muchas.
un largo periodo de silencio, Cuentos tontos para
niños listos (1979), al que siguió la aparición pos­ FLORÁN, Juan (Cartagena, M urcia, 1802-?)
tuma de Canciones para todo el año, de temática Poeta y periodista. Colaborador de diferentes pu­
infantil y muy distinto al resto de su obra,. En blicaciones y director de La Opinión (1846), se
1999 se editaron sus Obras completas. vio obligado a exiliarse. Fue Eugenio de Ochoa*
quien, en 1840, publicó sus Poesías.
FIGUEROA, Francisco de (Alcalá de Henares,
M adrid, h. 1530-Madrid, h. 1589) FLORANES VÉLEZ DE ROBLES, Rafael de (Lié-
Poeta. Conocido como «el divino» por sus con­ bana, Cantabria, 1743-?, 1801)
temporáneos — al igual que a Miguel Sán­ Historiador. Aunque la mayoría de las obras de
chez*— , estudió en Alcalá, estuvo en Italia al este erudito, cuya tertulia en Valladolid gozó de
servicio de Carlos I y de Felipe II, lo que le per­ extraordinaria fama, están hoy perdidas — así su­
mitió conocer profundamente el italiano, viajó a cede con la descripción del Cancionero de Fer­
Flandes, Francia y Alemania, y, al final de su nán Martínez de Burgos* o con su suplemento a
vida, retirado en su ciudad natal, mandó quemar la Biblioteca de Nicolás Antonio*— , permanece
todas sus poesías. Sería Luis Tribaldos de To­ inédito su Fuero de Sepúlveda. Solo una Antolo­
ledo, en Lisboa en 1626, quien publicaría las gía, publicada por L. Redonet en Santander en
obras que se salvaron. Muy influido por Garci­ 1956, da cuenta de su obra.
laso de la Vega* y por Petrarca, se aprecian en
sus versos un neoplatonismo ideológico y una FLORES, Alonso (?-?, 1476)
belleza formal en el uso de metros italianos, que Cronista. Estuvo al servicio del duque de Alba y
dan al tratamiento del tema amoroso una delica­ escribió una Crónica de los Reyes Católicos,
deza excepcional. Poeta melancólico y atormen­ cuyo manuscrito está en la Academia de la His­
tado, a veces horaciano, logró quizá algunos de toria, en la que se aprecia gran concreción de len­
los sonetos más hermosos de nuestra lengua, en guaje, ausencia de latinismos y una desenvuelta
los que el amor erótico y el humano se funden amenidad literaria en la narración de los aconte­
con un tratamiento profundamente libre de la cimientos.
poesía. Representado a sí mismo como Tirsi,
suele centrarse en el amor perdido y no corres­ FLORES, Antonio (Elche, A licante, 1818-Ma-
pondido de una amada que responde al nombre drid, 1865)
de Fili. Además de sonetos, escribió canciones, Novelista. Trabajó como funcionario de la Real
elegías, glosas y un epitafio al presidente del Casa y Patrimonio. Como periodista, dirigió, con
Consejo Real, y obispo de Sigüenza, don Diego Ferrer del Río*, el periódico El Laberinto (1843-
de Espinosa. Memorables son las liras pastoriles 1845) y colaboró con artículos costumbristas en
de Los amores de Danión y Calatea. Destaca diversas publicaciones. Artículos de esta índole
también su obra de erudición Sobre el hablar y son los que se recogen en Ayer, hoy y m añana
pronunciar la lengua castellana (1560), que no (1853), magnífica descripción global de la socie­
es sino una larga carta dirigida al humanista Am­ dad del siglo xix, así como en los cuadros de cos­
brosio de M orales*. En 1943, Ángel González tumbres escritos por él para el volumen conjunto
Palencia editó todas sus Poesías. titulado Los españoles pintados p o r s í m ismos
(1843), en el que también publicaron otros gran­
FIGUEROA, Gonzalo de (Cáceres, 1496-?) des escritores del momento. Entre sus novelas,
Poeta. Se sabe que fue clérigo en Cáceres. Glosó siempre impregnadas de costumbrismo y cierta
las Coplas de Jorge Manrique* y escribió algu­ crítica social, destacan: Doce españoles de bro­
nos versos religiosos. cha gorda (1846), el folletín Fe, Esperanza y Ca­
309 FLÓREZ DE SETIÉN Y HUIDOBRO

ridad (1849), en el que imita al folletinista fran­ narse, de entre sus obras, el poemario El esclavo
cés Eugéne Sue — de quien tradujo Los misterios blanco (1870), los cuadros costumbristas de Ga­
de París— , y La historia del matrimonio (1849). lería de tipos (1879) y otros títulos en prosa
Debe mencionarse también su Crónica del viaje como ¡Cosas del mundo! (1880), Novelas cortas
de Sus Majestades a las Islas Baleares, Cataluña (1916), Memorias íntimas del teatro (1910), Re­
y Aragón en 1860 (1861). cuerdos de la Revolución (1913) y El teatro por
dentro (1914). Su producción dramática gozó de
FLORES, Juan de (?, 1470-?, h. 1525) gran éxito con obras como: Escuela de amor
Narrador. Fue nombrado cronista de los Reyes (1874), De Cádiz al puerto (1880), Navegar a to­
Católicos en 1476. Dos grandes narraciones sen­ dos los vientos (1880), Los vidrios rotos (1880),
timentales se deben a su pluma: Breve tractado M eterse en honduras (1883) o la zarzuela Las
de Grimalte y Gradissa (Lérida, h. 1495), relato parrandas (1901).
en prosa y verso que pretende continuar la Fiam-
metta de Boccaccio, e Historia de Grisel y Mira- FLÓREZ, Casimiro (León, 1745-Madrid, 1816)
bella con la disputa de Torrellas y Bragayda (Lé­ Traductor. Abogado y catedrático de griego, fue
rida, h. 1495), una cuestión de amor, también miembro de la Real Academia Española. Tradujo
tomada del autor italiano, que influyó notable­ la Poética de Aristóteles en 1778 y a Jenofonte,
mente en Ariosto y en Lope de Vega*, entre otros y fue autor de un Método para enseñar y apren­
autores, y de la que se hicieron numerosas tra­ der la lengua griega que no se editó.
ducciones al francés, italiano e inglés. En ella,
donde aparecen com binados la m isoginia de FLÓREZ, Rafael (Madrid, 1936)
Boccaccio con un profundo sentimentalismo, se Ensayista. Profesor de Literatura Española en
aprecia, no obstante, a un Flores a favor de las Alemania y corresponsal en diversos países, des­
damas. En los dos textos, sin embargo, se analiza tacan, de este periodista, obras como M adrid f e ­
la diferencia de los sexos y el amor como gran tén (1964), Mío Jardiel (1965), Eugenio d ’Ors,
fuerza universal, así como, formalmente, las his­ un lujo de España (1970), José Gutiérrez Solana
torias internas de cada una mantienen una origi­ (1973), León Felipe (1974), Edgar Neville
nal relación de interdependencia. Respecto a (1976), M anuel Bueno (1977) y Ramón de Ra­
Diego de San Pedro*, el gran representante de la mones (1988), entre otras tantas dedicadas a per­
novela sentimental*, difiere Flores en que él sí sonajes de la cultura española. Es autor, asi­
asume la naturalidad del amor consumado, aun­ mismo, de la obra teatral Jardiel o Entre todos le
que el resultado sea igualm ente trágico; asi­ mataron y él solo se murió (1973).
mismo, difiere en que considera natural que las
mujeres se enamoren y que así lo declaren. Es in­ FLÓREZ DE SETIÉN Y HUIDOBRO, Enrique (Vi­
teresante destacar que las dos obras se reeditaron lladiego, Burgos, 1702-Madríd, 1773)
en Nueva York y Londres, en 1931 y 1971 res­ Historiador, erudito y teólogo agustino. De fami­
pectivamente. Asimismo, fue autor de la narra­ lia ilustre, estudió con los agustinos de Sala­
ción alegórica Triunfo de amor, en la que la ne­ manca, en Valladolid, Ávila y Alcalá de Henares,
cesidad del am or se plantea con ironía y ciudad esta en cuya universidad fue catedrático
dramatismo. de Teología. Dedicado después, tras abandonar
su cátedra, a la investigación de temas históricos
FLORES ARENAS, Francisco (C ádiz, 1801- relacionados con la Iglesia, en Madrid trabó
1877) amistad con personajes importantes de la cultura
Poeta y autor teatral. M ilitar y médico, de sus de su época, tales como los Iriarte*, el padre Sar­
obras teatrales, en la línea de Bretón de los He­ miento*, Mayans* y Nasarre*. Sus investigacio­
rreros, destacan: Pagarse del exterior (1831), nes le llevaron a recorrer casi todos los archivos
Coquetismo y presunción (1831) y Hacer cuen­ eclesiásticos españoles, lo que le hizo dar con
tas sin la huéspeda (1849), en las que el cos­ im portantísimos documentos. Destacan sus
tumbrismo es la nota dominante. Su poesía, de obras Teología escolástica (1732-1738; 6 vols.),
tono neoclásico, se recoge en el volum en La Clave historial con que se abre la puerta a la
edad de oro. historia eclesiástica y política: con la cronolo­
gía de los Sumos Pontífices y los Emperadores,
FLORES GARCÍA, Francisco (M adrid, 1844- Reyes de España,- Italia y Francia, con los oríge­
1917) nes de tocla£>¡Pf Monarquías, etc. (1743), una de
Poeta, novelista y dramaturgo. Como periodista sus obrasm ás reeditadas en su tiempo, Medallas
colaboró en publicaciones como La Ilustración de las co^gr^ifs, municipios y pueblos antiguos
Española y Am ericana y M adrid Cómico, ade­ de E spañj i , - uaZ¡'\758 y 1773; 3 vols.) y Memo­
más de fundar El Nuevo Día. Deben m encio­ rias de las reinas católicas, historia genealógica
FOGASSOT 310

de la Casa Real de Castilla y León (1761; m iento clásico. Destacan, entre otras muchas
2 vols.), entre otras muchas tanto de carácter re­ obras, las dos prosas poéticas del ciclo D iari
ligioso como histórico, además, por supuesto, de 1918 (1956), Gertrudis (1917) y KRTU (1932),
su obra fundamental: España sagrada (1747- los poemarios Sol, i de dol (Solo y de luto)
1771), una monumental compilación en cin­ (1947; escrito, según confesión del autor, en
cuenta y dos volúmenes, publicada en veinti­ 1913, 1916, entre 1918 y 1923, y en 1927), ree­
nueve tomos — fue continuada, postumamente, ditado, en una nueva traducción de Manuel Lon­
por otros agustinos y auspiciada, en su última se­ gares* en edición bilingüe, en 1993, como Solo
rie, por la Real Academia de la Historia— , y edi­ y dolido, Les irreals omegues (Las irreales orne-
tada posteriormente, ya tras su muerte, en dos gas) (1951), On he deixat les claus (Donde he
obras más cómodas: Clave de la España sagrada dejado las llaves) (1953), Onze Nadals i un Cap
(1853) e índice de la España sagrada (1918), d ’Any (Once Navidades y un A ño Nuevo)
preparado por Ángel González Palencia. En ella, (1960), Desa aquests llibres al calaix de baix
el padre Flórez desarrolla un estudio pormenori­ (Guarda estos libros en el cajón de abajo)
zado de la fundación, monedas, monumentos, (1964; reed., 1994), en los que impera el auto­
inscripciones, manuscritos, obispos, iglesias, matismo surrealista y que se incluyen en el vo­
conventos, abades y santos de cada una de las lumen Obres poétiques (1964), L ’Estrella d ’en
diócesis en que divide la Península Ibérica, lo­ Perris (La estrella de Perris) (1963; reed.,
grando un indispensable documento que, aunque 1992), Darrer Comunicat (Último comunicado)
adolece de precisión paleográfica, aún hoy es útil (1970; reed., 1995), Tocant a má (1972; reed.,
a los historiadores. 1995), Cróniques de l ’ultrason (Crónicas del ul-
trasueño) (1985) y, aparecido postum am ente,
FOGASSOT, Joan (Barcelona, 1420-1480?) Entre algues, d o ’m la má (1997). A todos ellos
Poeta en lengua catalana. Miembro del Consisto­ hay que añadir el libro L ’estació, texto presen­
rio de la Gaya Ciencia reconstituido en los años tado en 1985 e ilustrado por el pintor A. Tapies,
de Fernando de Antequera. Encarcelado el prín­ así como textos de otra índole, como por ejem ­
cipe Carlos, Fogassot escribió el Romang sobre plo, y entre otros muchos: Catalans de 1918
la detenció del príncep de Viana en contra del (1965; reed., 1986), Els Iloms transparents
conflictivo encarcelamiento. En 1969 se publicó (1969) o el volumen que recogía la Corres­
la antología Ocho siglos de poesía catalana, a pondencia Foix-Obiols (1994). Sus Obres com­
cargo de Josep Maria Castellet* y Joaquim Mo­ pletes comenzaron a publicarse en 1984 y se
las, en la que figuran fragmentos de dicho ro­ completaron en 1990, aunque hay que añadir el
mance. volumen Obra poética (1997) y una nueva edi­
ción bilingüe de Obra completa (2000), sin
FOIX I MAS, Josep Vicen^ (Sarriá, Barcelona, mencionar las numerosas antologías existentes
1894-1987) de sus textos. En 1973 recibió el Premi d ’Honor
Poeta, narrador y ensayista en lengua catalana. de les Lletres Catalanes y, en 1984, el Premio
Tras comenzar la carrera de Derecho y abando­ Nacional de las Letras Españolas.
narla para continuar el negocio panadero de su
padre, comenzó a colaborar en diversas revistas FOLA IGÚRBIDE, José (Castellón de la Plana, ?-
culturales catalanas, llegando a dirigir la Revista Madrid, 1918)
de Catalunya, entre otras. Considerado como Dramaturgo. Su teatro, de talante crítico social,
uno de los pilares del vanguardismo, junto a Jo­ aúna un cierto misticismo con tendencias anar­
aquim Folguera* y Salvat-Papasseit*, su poesía, quistas. Destacan obras como Teresa o La fuerza
de raigambre surrealista, está influida por crea­ de los celos (1886), El Cristo moderno (1904),
dores como Dalí*, Miró y Buñuel*, así como El cacique o la justicia del pueblo (1910) y La
por los poetas medievales y los trovadores. El sociedad ideal (1911), El sol de la hum anidad
carácter onírico de la misma contrasta con el (1912), La libertad caída (1912), La máquina
profundo desgarram iento de su obra política humana (1914).
Revolució Catalanista (1934), escrita en cola­
boración con J. Carbonell. Su obra poética, en­ FOLCH I TORRES, Josep María (Barcelona,
tendida como una investigación lingüística só­ 1880-1950)
lidamente apoyada por grandesv.conocim ientos Narrador y dramaturgo en lengua catalana. Co­
retóricos, ha sido clasificada e.n\dj3S periodos: nocido sobre todo como autor para un público
el anterior a la Guerra Civil y gpposterior. En juvenil, fue director del semanario El Patufet a
toda ella, sin em bargo, se aprec^ajan sentido partir de 1909, así como de la «Bibioteca Patu­
crítico radical a la hora de r c £ v „ srrtr sobre la fet», en la que a partir de ese momento va a pu­
personalidad individual, que viene del pensa­ blicar todas sus novelas infantiles, a razón de
311 FONOLLOSA

dos al año. Está considerado el creador del tea­ FOLLETÍN [o FOLLETÓN]


tro catalán para niños, y es autor de una obra, Tal y como lo define la Academia, el folletín es
Els pastorets (1916), que es la más representada un artículo largo, que se publica en la parte infe­
de la historia teatral catalana de todos los tiem­ rior de las planas de los periódicos, cuyo asunto
pos. Para los jóvenes creó la «B iblioteca G en­ no suele tener ninguna relación con la actuali­
til» de novela rosa, pero tantos esfuerzos literarios dad inmediata. A llí aparecen críticas literarias,
no sirvieron para que muriera olvidado. Se le de­ comentarios históricos o historias de ficción y
ben novelas de carácter realista, como Aigua avall cuentos. A través de este medio, sobre todo en el
(1907), y numerosas obras infantiles de aventuras, siglo xix, se publicaron numerosas novelas por
entre las que destaca, sin lugar a dudas, Aventures entregas. Asimismo, se considera folletín a esas
extraordináries d ’en Massagran (1910). novelas publicadas periódicamente y que suelen
caracterizarse por una intriga emocionante y
FOLE, Ánxel (Lugo, 1903-1986) poco verosímil. En ellas, las pasiones exacerba­
Narrador en lengua gallega. Empezó a estudiar das, la presencia de fuerzas misteriosas y el en­
Derecho en Santiago de Compostela y continuó frentamiento entre personajes perversos y bon­
en Valladolid, pero no acabó la carrera y se de­ dadosos, absolutamente estereotipados y de una
dicó a las clases particulares de literatura y pieza, dan lugar a tramas en que no existen ni
francés. En su ciudad natal fundó la revista Yun­ cuidado artístico ni elaboración psicológica.
que y participó en numerosas publicaciones con A unque también se conocen como folletones,
artículos variados, entre ellos el diario El P ue­ esta denominación es considerada galicismo, al
blo Gallego. Perteneciente a la generación de provenir del francés feuilleton.
Rafael D ieste* y A lvaro Cunqueiro*, autores
que se formaron antes de la Guerra Civil y que, FONOLLOSA, José María (Barcelona, 1922-
terminada esta, hubieron de optar por el exilio, 1991)
la renuncia al gallego como lengua literaria o el Poeta. Emigrado a Cuba cuando contaba 30 años
ostracism o interior, opción esta últim a la ele­ de edad, regresó diez años más tarde y no volvió
gida por Fole, lo que lo convirtió en un autor a publicar; se entregó a una gris existencia traba­
desconocido fuera de su tierra. Se trata, en cam­ jando en una inmobiliaria. Aunque firmó a veces
bio, de uno de los mejores escritores de relatos como José María y otras como Josep Maria, toda
de la narrativa española del siglo xx, con un su obra la escribió en español, si bien no esca­
mundo, eso sí, típicam ente gallego de meigas, sean los catalanismos. Se trata de uno de los au­
fantasmas, sucesos sobrenaturales, equilibrado tores más misteriosos de la literatura catalana del
y enriquecido por un sentido del humor también siglo xx, que siempre se mantuvo al margen de
típicam ente gallego, irónico y socarrón, y un los círculos literarios y cuya literatura demuestra
lenguaje sin fiorituras ni excesos, de un dina­ una amarga acidez y un profundo desencanto,
mismo próximo a la oralidad con el que refleja todo ello a través de un lenguaje seco en una poe­
la Galicia rural. Fue autor de los libros de cuen­ sía de evidentes perfiles narrativos, coloquial,
tos: A lus do candil. Contos a carón do lume con no pocas influencias de los poetas de la Ge­
(1953), Terra brava. Contos da solaina (1955), neración del 27*, a la que sucedió la de los poe­
Contos da nébora (1973) e H istorias que nin- tas de posguerra. Puede afirmarse, en general,
guén cree (1981), Contos-Lóstrego (1984), que en su poesía domina el endecasílabo blanco,
Cartafolio galego (1996) y Xantam os a carón de lenguaje directo, con el que da cuenta de su
dun esquelete (1996). En 1986 se publicó, en agnosticismo y de un profundo escepticismo, así
español, una Antología de sus cuentos, a la que como del fracaso amoroso y artístico y de una re­
seguiría años después otra, en español: De signación que caracteriza la totalidad de sus ver­
cómo me encontré con el dem onio en Vigo sos, un pesimismo, en fin, que remite a un desga­
(1998). En 1999 apareció, en dos volúmenes, su rro vital que el poeta trata de abordar siempre sin
Obra galega completa. abandonar la ironía. Poeta, en definitiva, mal­
dito, hasta el extremo de que ha habido quien du­
FOLGUERA, Joaquim (Santa Coloma de Cerve- daba de su existencia, pensando que se trataba
lló, Barcelona, 1883-1919) del seudónimo de un autor famoso, su voz ha
Poeta en lengua catalana. Enfermo desde la in­ sido rescatada gracias a la de ciertos cantautores,
fancia, llegó, no obstante, a ser considerado uno como Joan Manuel Serrat o Albert Pía, que han
de los puntales de la vanguardia (véase VAN­ usado poemas suyos para sus canciones o que le
GUARDISMO) catalana. D estacan poemarios han dedicado discos. Sus obras más importantes,
como Poem es de neguit (1915) y El poem a es- después de las dos iniciales, La sombra de tu luz
pars (1917) o el ensayo Les noves valors de la (1945) y Umbral del silencio (1947), a partir de
poesía catalana (1919). las cuales entró en un larguísimo periodo de si­
FONSECA 312

lencio, fueron Romancero de M artí (1955), Ciu­ Capitán Invierno (1999; ed. en español en
dad del hombre: New York (1990; reed., 2000), 2002), con el que quedó finalista del Premio Na­
que es una selección de 97 composiciones de un cional de Poesía, y Os traballos en Elsinore
conjunto iniciado en 1948, y, aparecida postuma­ (2003). Presente en las más im portantes antolo­
mente, Ciudad del hombre: Barcelona (1996; gías de poesía gallega, se han publicado, asi­
reed., 1998), 82 poemas del mismo conjunto y mismo, dos antologías de su obra: Escolma poé­
que completaron, con aquel, su gran proyecto li­ tica (1991) y Á mbito dos pasos (1996). De su
terario, iniciado a finales de los años cuarenta. producción narrativa, destacan los relatos de Ca­
Hay que destacar, asimismo publicada tras su iro novelas sentimentais (1988), A s regras do
muerte, la novela en verso Poetas en la noche xogo (1990), Aves de paso (1990) y las novelas
(1997), escrita entre los años sesenta y setenta, Os leopardos da lúa (1993) y A metade da sorte
de una tirada, en la que se satiriza la Barcelona (2003), obras a las que hay que añadir el ensayo
literaria de aquel periodo. sobre poesía del siglo xx A s bandeiras do corsa­
rio (1995).
FONSECA, Cristóbal de (Santa Olalla, Toledo,
1550?-Madrid, 1621) FONTES, Ignacio (Lopagán, M urcia, 1947)
Predicador y tratadista agustino. Elogiado, por Narrador y poeta. Como periodista, ha sido sub­
Lope de Vega* y Espinel*, sobre él se ciernen director del semanario Interviú, y ha publicado,
sospechas que apuntan a su autoría del Quijote además del libro de relatos Cuentos del amor a
de Avellaneda*. Sí lo fue, en cambio, del Tratado la lumbre (1980), las novelas Rojo, rosa, negro
del Amor de Dios (Salamanca, 1592) y de la Vida (1983) y Casa habitada por murciélagos (1983),
de Cristo Nuestro Señor (Toledo, 1596), en donde Premio Sésamo, y el poemario Poemas de ausen­
demuestra un gran conocimiento del lenguaje cia (1986), además de algunas traducciones.
popular.
FORCADELA, Manuel (Tomiño, Pontevedra,
FONTANA, Antonio (Málaga, 1964) 1958)
Narrador. En su obra, de carácter intimista, pero Poeta y narrador en lengua gallega. Doctor en Fi­
en la que no evita la denuncia directa de la mar- lología, es catedrático de Lengua y Literatura
ginación, se ocupa de la condición social, emo­ Gallegas y reside en Vigo, en cuya Universidad
cional y cultural de los homosexuales. Es autor es profesor asociado y autor de una variada obra
de la novela De hombre a hombre (1997). lírica y en prosa. Destacan sus poemarios: Ferida
acústica de río (1982), Premio Celso Emilio Fe-
FONTE, Ramiro (Puentedeume, La Coruña, rreiro, O regreso das ninfas (1985), O varredor
1957) en outono (1988), Premio Leliadoura, Nausícaa
Poeta y narrador en lengua gallega. Miembro de (1992), Profecía (1993), M orte do fadista
la Real Academia Galega y presente con sus tex­ (2000), que obtuvo el Premio Espiral Maior, Re­
tos en numerosas publicaciones y revistas, es futación da musa (2001), galardonado con los
profesor de Lengua y Literatura Gallegas en Premios Aula de Poesía de Barcelona y de la
Londres. Perteneciente generacionalmente a los Asociación Española de Críticos Literarios, y
autores que siguieron a los novísimos*, y crea­ Lámpada e medusa (2002), Premio Esquío. De
dor del grupo Cravo Fondo en 1977, es uno de su obra narrativa, hay que destacar novelas como
los máximos representantes de la poesía de la ex­ Paisaxe con muller e barco (1990), Premio de
periencia* escrita en gallego. Atento a los pro­ N ovela García Barros, Sangue sobre a neve
blemas cotidianos individuales y colectivos, en (1990), Barato, barato (1991), Fóra de xogo
sus versos, de tono conversacional, elegiaco y re­ (1993) y A armada invencible (1996), a las que
flexivo, la memoria filtra las emociones y espa­ hay que añadir los libros de relatos Contos inte-
cios vividos, en un paisaje que reproduce las rruptus (1992), Anxélica (1994) y A equipaxe do
esencias climáticas gallegas de la bruma, la llu­ azar (1994). Es autor, asimismo, de diversos en­
via, el aire gris, la costa azotada por la borrasca. sayos: De aves, árbores e outros seres do ar
Son, en fin, poemas melancólicos y escépticos, (1988), Poesía de Eduardo Pondal (1988), que
de tono realista y con tendencia a una cierta na- amplió en la edición anotada A poesía de
rratividad, en los que una fina ironía actúa como Eduardo Pondal (1994), A harpa e a térra. Unha
filtro del recuerdo. Es autor de los poemarios As visión da poesía lírica de Eduardo Pondal
cidades da nada (1983), galardonado con el Pre­ (1988), Guía de lectura de A Esmorga (1991),
mio Esquío, Designium (1984), Pensar na tem- M anual e Escolma da Nova Narrativa Galega
pestade (1986), Pasa un segredo (1988), Adeus (1993), Guía de lectura de Á lus do candil (1997)
Norte (1991), Luz do mediodía (1995), O caza­ y A poesía galega de posguerra (1997), entre
dor de libros (1997), Mínima moralidade (1998),
313 FORONDA

FÓRMICA, Mercedes (Cádiz, 1913-2002) a ser fiscal de la Audiencia de Sevilla y del Con­
Novelista. Licenciada en Derecho, estuvo ligada sejo de Castilla en Madrid, en 1790 y 1796 res­
a la Falange desde su Primer Consejo Nacional, pectivamente. Sus conocidos ataques contra los
perteneció al SEU, del que fue delegada nacional escritores consagrados se iniciaron en 1782, año
nombrada por José Antonio, y fue miembro de la en que la Real Academia Española premió su Sá­
Junta Política de la Falange. Desde la Sección tira contra los abusos introducidos en la poesía
Femenina, luchó por la igualdad de derechos y castellana por los malos poetas, reconocimiento
su empeño condujo a la Ley de Igualdad de De­ que no impediría que, en 1785, se le prohibiera
rechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la publicar nada sin expresa autorización real. Los
Mujer, aprobada por las Cortes en julio de 1961. objetivos de sus críticas fueron Tomás Iriarte*, a
C olaboradora en diferentes publicaciones, su quien dedicó, también en el mencionado 1782, la
producción narrativa trata cuestiones como la violentísima sátira El asno erudito, con motivo
Guerra Civil, las dificultades sociales de la mu­ de la publicación por aquel de las Fábulas litera­
jer, sobre todo la casada, y problemas de índole rias; García de la Huerta*, Cándido María Tri­
histórica. Bajo el seudónimo de Elena Puerto es­ gueros*, Tomás Antonio Sánchez* o Vargas y
cribió novelas de amor de carácter sentimental, Ponce*, a quien acusó de plagiario, entre otros
entre ellas Vuelve a m í (1944) y M i mujer eres tú muchos. Oculto tras numerosos seudónimos, en
(1946), pero entre su obra más seria destacan tí­ sus textos da rienda suelta a una actitud agresiva,
tulos como: Monte de Sancha (1950), La ciudad a veces ideológica y personal, contra los autores
perdida (1951), El secreto (1953), A instancia de mencionados, y siempre cargada de un españo­
parte (1954; reed., 1991) y Collar de ámbar lismo exaltado que pretendía defenderse de las
(1989), entre otras, a las que hay que añadir las ideas ilustradas francesas, entonces en boga y
biográficas Escucho el silencio (1984), La infan­ que, paradójicamente, él practicaba en su manera
cia (1987) y Espejo roto, y espejuelo (1988), así de reflexionar. En esta línea está su Oración apo­
como sus memorias: Visto y vivido, 1931-1937 logética por la España y su mérito literario
(1982). Recibió premios como el Cid de la Ca­ (1786), escrita por encargo de Floridablanca
dena SER y el Fastenrath de la Real Academia como respuesta a los ataques de Masson contra
Española. España aparecidos en su Enciclopédie Méthodi-
que (1782). Otras obras suyas son la fundamen­
FORMOSA, Feliu (Sabadell, 1934) tal Exequias de la lengua castellana, Sátira Me-
Poeta y dramaturgo en lengua catalana. M iem ­ nipea (1782), en la que estudia, de forma
bro de la Associació d ’Escriptors en Llengua Ca­ doctrinal y amena, la evolución de la literatura
talana y decano de la Institució de les Lletres Ca­ española con jugosos comentarios sobre los pro­
talanes, es conocido como director escénico y blemas literarios de su tiempo, y que sigue el
traductor del alemán, así como por sus numero­ modelo de la República literaria de Saavedra Fa­
sas adaptaciones teatrales. Entre sus muchas jardo*, Discurso sobre el modo de escribir y me­
obras poéticas destacan títulos como Albes breus jo rar la Historia de España (1787) y Discursos
a les mans (1973), Llibre de les meditacions filosóficos sobre el hombre (1787), ambas escri­
(1973), R aval (1975), Cangoner (1976), Llibre tas en verso. Asimismo, escribió poesía y teatro,
deis viatges (1977), Si tot és dintre (1980) y Sem- aunque no destacó en ninguno de los dos géne­
blanga (1986), además de algunos ensayos, entre ros. En 1970 se editó otra obrita suya, Los gra­
los que debe recordarse Per una acció teatral máticos. Historia chinesca, cuya publicación no
(1970). Tiene gran interés literario su diario El fue autorizada en su día.
present vulnerable. Diaris, 1973-1978 (1979),
Premio de la Crítica Serra d ’Or. Ha recibido FORONDA, José Ignacio (Logroño, 1961)
otros premios, algunos tan prestigiosos como el Poeta. Miembro de diferentes grupos musicales
Caries Riba, el Ciutat de Palma, el Lletra d’Or, el de rock, ha colaborado en publicaciones como
Ciutat de Barcelona, el Nacional de Traducción Calle Mayor, Clarín y El Péndulo. Es autor de
del Ministerio de Cultura y la Creu de Sant Jordi, una poesía de corte biográfico, sencilla y clara,
otorgada por la Generalitat de Catalunya. de un lenguaje directo que sigue las directrices
de un poeta como Gil de Biedma*, cuya influen­
FORMOSELLE, Juan de -> Véase ENCINA, Juan cia se acusa en sus versos, que resultan de un rea­
del. lismo* anecdótico, ajeno a cualquier solemnidad
estilística o reflexiva. Además de las plaquettes
FORNER Y SAGARRA, Juan Pablo (M érida, Ba­ Tiempo de ocio (1991) y Porrón y cuenta nueva
dajoz, 1756-Madrid, 1797) (1995), es autor de los poemarios Las cigarras
Ensayista. Estudiante de Filosofía y Leyes en Sa­ (1992) y Libro de fam ilia (2002), galardonado
lamanca, este célebre polemista de la época llegó con el Premio Jaén.
FORONDA 314

FORONDA, Valentín de (Vitoria, 1751-1830) nedo* en la realización de una magnífica antolo­


Ensayista. Cónsul en Estados Unidos, su pensa­ gía de la poesía francesa.
miento político y económico se nutre de un pro­
fundo liberalismo y de tendencias innovadoras FORTUNY, Francisco (Málaga, 1958).
en sus planteamientos. Colaborador en prensa, Poeta y narrador. Doctor en Filología, es profe­
su obra más destacada la escribió durante su es­ sor de Lengua y Literatura, así como coordina­
tancia en la ciudad norteamericana de Filadelfia: dor de diferentes cursos de escritura literaria y
Cartas presentadas a la sociedad filosófica de director de la revista cibernética de literatura
aquella ciudad (1807). LiberLect, en la que fue publicando por entre­
gas, y bajo seudónimo, la novela El pueblo f u ­
FORTES, Susana (Pontevedra, 1959) gitivo. Incluido en diferentes antologías, hay
Narradora. Licenciada en Geografía e Historia que mencionar sus poemarios: De la locura m e­
por la Universidad de Santiago de Compostela, y tódica (1985), Cielo rasante (1992), Sed (1995)
en Historia de América por la de Barcelona, en y Fata Morgana (1997), por el cual recibió una
sus obras destaca una honda sentimentalidad, Ayuda a la Creación Literaria del Ministerio de
aunque esta aparece en contextos en los cuales Cultura. Es autor, asimismo, del volumen de na­
se pretende un análisis social. No obstante, son rraciones Prosas sacras (1991) y de la obra de
el amor, la crisis de los sentimientos y la pasión teatro Fábula de Fanes y Plutón (1997), galar­
los ejes de su narrativa, construida en torno a la donada con el Premio Enrique Llovet. En su fa­
memoria, que a su vez se sostiene en constantes ceta de filólogo, es autor del ensayo La poesía
ejercicios de nostálgica melancolía donde al del mar (2002).
fondo se vislumbra la adolescencia, desde las
pérdidas que supone la madurez. Es autora de las FOX MORCILLO, Sebastián (Sevilla, 1526?-
novelas Querido Corto M altés (1994), con la 1560)
que obtuvo el Premio Nuevos Narradores con­ Filósofo y tratadista. Comenzó sus estudios en
vocado por la Editorial Tusquets y la Escuela de su ciudad natal para después continuarlos en las
Letras de M adrid, Las cenizas de la Bounty Universidades de Alcalá y de Lovaina. N om ­
(1998), Tiernos y traidores (1999) y Fronteras brado preceptor del príncipe Carlos por Felipe II,
de arena (2001), en la que dio un giro a su na­ el barco en el que se trasladaba hacia España
rrativa afrontando una suerte de novela de aven­ naufragó y Fox pereció con el resto del pasaje.
turas y de espías con amores im posibles en el Su obra pretende la reconciliación del pensa­
Tánger de los momentos previos a la Guerra Ci­ miento platónico y la formalización aristotélica,
vil española. además de suponer ciertos avances en el estudio
de la lógica. Destacan obras como los comenta­
FORTÚN, Elena (Madrid, 1886-1952) rios sobre los Tópicos de Aristóteles (1548), so­
Novelista de historias para niños. Su nombre era bre el diálogo Tuneo de Platón (1552) o, también
Encamación Aragoneses Urquijo, aunque fue co­ sobre este último, del Fedro (1556), Etica (1552-
nocida por el seudónimo de Elena Fortún. Desde 1554), Filosofía natural (1553), De usu et exer-
1928 colaboró en numerosas revistas, entre ellas citatione dialecticae (Lovaina, 1554), De imita-
Gente Menuda, suplemento de Blanco y Negro, tione, sen de informandi styli ratione (Amberes,
donde, por primera vez, apareció el que sería cé­ 1554), interesante estudio sobre el estilo, De de-
lebre personaje de sus narraciones infantiles: Ce­ mostratione eiusque necessitate (Basilea, 1556),
lia. Destacan títulos de novelas como Celia, lo De historiae institutione dialogus (París, 1557)
que dice (1932), Celia en el colegio (1932), Ce­ y, su obra fundamental, De naturae philosophia
lia novelista (1935), Ciichifritín, el hermano de sen de Platonis et Aristotelis consensione libri V
Celia (1935), M atonkikí y sus hermanas (1936) (Lovaina, 1554).
o Celia en la revolución, inédito hasta su sor­
prendente publicación en 1987. En 1991, apare­ FOXÁ, Agustín de (Madrid, 1903-1959)
ció el volumen Pues señor..., en el que se reco­ N ovelista, poeta, dramaturgo y diplomático.
gen cuentos y ensayos breves. Conde de Foxá, su labor diplomática lo llevó a
desempeñar cargos en diversos países. Como pe­
FORTÚN, Fernando (Madrid, 1890-1914) riodista, participó en diferentes revistas, entre
Poeta. Heredero del intimismo de Bécquer*, su ellas Jerarquía y Vértice, llegando a dirigir Le­
poesía demuestra tanto el dominio de la métrica giones y Falanges en 1940. Su proximidad a la
como la influencia de los temas tratados por au­ Falange — organización para la que participó en
tores como Juan Ramón Jiménez* o Rubén Da­ la redacción del «Cara al sol»— y al régimen de
río (véase MODERNISMO). Destaca su obra La Franco le permitió ocupar un cargo de ministro.
hora romántica (1907). Colaboró con Díez-Ca- M iembro de la Real Academia Española desde
315 FRANCÉS

1956, su producción literaria, muy discutida, se (1849) o Reflexiones a iníster Renán, autor de la
inició con poem arios de índole popular e inti- Vida de Jesús (1863).
mista como La niña del caracol (1933), El toro,
la muerte y el agua (1936), El almendro y la es­ FRAILE, Medardo (Madrid, 1925)
pada: poemas de paz y de guerra (San Sebastián, Narrador y dramaturgo. Estudió Filosofía y Le­
1940), en el que ya se aprecian sus ideas en de­ tras, fue lector de Español en diversas universi­
fensa del franquism o, y El gallo y la muerte dades extranjeras y, en la actualidad, es profesor
(1948). Entre tanto, además de algunas obras tea­ de Literatura Española en la Universidad de
trales, entre las que destacan Cui-Ping-Sing Glasgow, Escocia, lo que, en cierta medida, y a
(1940), Baile en Capitanía (1944) y El beso de pesar de estar considerado como uno de los me­
la bella durmiente (1948), publicó su obra más jores autores de relatos de la actual literatura es­
célebre, la novela M adrid de corte a cheka pañola, lo ha alejado del panorama narrativo,
(1938), primera de una serie de Episodios Nacio­ convirtiéndolo en un semidesconocido. Funda­
nales que tenía previstos y que no continuó. Esta dor, junto a Alfonso Paso* y Alfonso Sastre*, del
obra, centrada en el Madrid de los últimos tiem­ primer grupo de teatro experimental de la pos­
pos de la monarquía, los años de la República y guerra, Arte Nuevo, y naturalmente adscrito al
la Guerra Civil, es, a pesar de su tendenciosidad, realismo* social de la Generación del 50*, en sus
una de las más logradas de ese periodo. Escrita cuentos huye de la retórica, con un lenguaje que
al modo galdosiano, esto es, mezclando a perso­ pretende solo dar cuenta, testimoniar la realidad
najes reales con otros de ficción, su propósito es de los humillados, de los que carecen de un des­
mostrar una realidad histórico-social, si bien la tino individual, aunque padecen la desolación
evolución de la trama, centrada en los cambios del individuo despojado de casi todo. Si bien ha­
ideológicos de un joven que pasa de republicano bía publicado cuentos en diferentes revistas,
a falangista y en las ulteriores persecuciones du­ como Ateneo, Revista Española o Cuadernos
rante la guerra, difumina en gran medida esa pre­ H ispanoamericanos, su primer libro de relatos
tensión de fondo. Se aprecian, asimismo, in­ no ve la luz hasta 1954: Cuentos con algún amor,
fluencias del esperpento* valleinclanesco y del al que siguieron, tras la concesión del Premio Sé­
barroquismo de un Ramón Gómez de la Serna*. samo en 1956 por La presencia de Berta, A la luz
En 1993 se reeditó la novela, hecho que propició cambian las cosas (1959), Cuentos de verdad
— al ser considerada como una novela fascista— (1964), libro galardonado con el Premio de la
una gran polémica en la que participaron escrito­ Crítica, Descubridor de nada y otros cuentos
res como Juan Marsé* o Pere Gimferrer*. Fue (1970), Con los días contados (1972), Ejempla-
autor, asimismo, del libro de viajes Por la otra rio (1979), El gallo puesto en hora (1987) y En­
orilla. Crónicas e impresiones de viajes po r tre la huella y el mar (1988), lista que se vio
América (1961). completada en 1991 con la edición de sus Cuen­
tos completos y, ulteriormente, con Contrasom­
FOZ Y BURGES, Braulio (Fórnoles, Teruel, 1791- bras (1998), Ladrones del paraíso (1999) y
Borja, Zaragoza, 1865) Cuentos de verdad (2000), selección llevada a
H elenista, profesor y novelista. Formado en el cabo por él mismo, en la cual, bajo el mismo tí­
ambiente dieciochesco, fue uno de los activistas tulo de la de 1964, se aprecia su capacidad para
destacados del liberalismo aragonés contra la in­ narrar las peculiaridades más íntimas de la vida
vasión francesa, actividad por la que terminaría cotidiana de los humildes. En 1986 publicó una
en prisión durante un tiempo en Francia. Fue antología titulada Cuento español de posguerra.
profesor de latín y retórica en Huesca, y de En teatro, ha escrito varios dramas en un acto, ta­
griego en Zaragoza, de cuya facultad de Filoso­ les como El hermano (1949) y Los de enfrente,
fía llegó a ser decano. Muy importante fue su la­ además de colaborar con los mencionados Sastre
bor al frente de El Eco de Aragón, periódico que y Paso en Ha sonado la muerte y Comedia so­
fundó en 1837. Su obra fundam ental fue la no­ námbula, ambas con el primero, y Un día más,
vela Vida de Pedro Saputo (1844), que, aunque con el segundo. Como novelista, publicó Auto­
en su momento no gozó de aceptación más allá biografía (1986), y es autor de ensayos entre los
del ámbito regional, se ha convertido con el que destacan: La penúltima Inglaterra (1973) y
tiempo en un ejemplo de integración de diversos Poesía y teatro contemporáneos (1974), a los
elementos. El folclore, las anécdotas y la crítica que hay que añadir Documento nacional (1997),
social se unen en una obra muy coloquial y en el que reúne artículos y breves ensayos.
amena que huye, aun siendo una novela-viaje, de
las descripciones costumbristas tan habituales en FRANCÉS, Bruno (Alicante, 1971)
la época. Otras obras de distinta índole son H is­ Narrador. Filólogo dedicado a la música, entra
toria de Aragón (1848-1849), Literatura griega en el panorama literario casi a finales de los años
316
FRANCÉS

noventa con una novela, Carpe diem (1996), que estudios históricos como Cuando el rey era niño
le supone la concesión del Premio Ateneo Joven (1895), La vida de Canalejas (1918), En tiempo
de Sevilla y que, argumentalmente ambiciosa e de Alfonso X II o Días de la Regencia (1922),
intrigante, es sin duda una obra inteligente, ágil otros sociales y políticos, La mujer y la política
y que revela un estilo propio. española (1920) y El escepticismo político de la
clase obrera, y un im portante ensayo sobre el
FRANCÉS, José (Madrid, 1883-1964) teatro titulado El teatro en España (1908 y 1909;
Novelista, traductor, periodista, dramaturgo y 2 vols.).
crítico de arte. Después del bachillerato, ingresó
en el cuerpo de Correos, al que pertenecería FRANQUELO Y ROMERO, Ramón (M álaga,
hasta jubilarse. En sus colaboraciones en prensa, 1821-1875)
de las que sobresalen las que realizó para El Im- Dramaturgo, poeta y novelista. Aunque escribió
parcial, El Liberal, Alma Española, Blanco y versos, como los recogidos en Cuentos, mentiras
Negro y La Esfera, utilizó el seudónimo de Sil­ y exageraciones andaluzas (1848) o El corazón
vio Lago. Su sólida obra sobre arte le sirvió para de un bandido (1850), centrados en leyendas del
ingresar en la Academia de Bellas Artes en 1922. mundo andaluz, y la novela Un ángel entre dos
De entre sus novelas, todas ellas con gran acento diablos, si algún sitio tiene en la memoria litera­
psicológico y a medio camino entre un realismo* ria es por su producción dramática, de un trasno­
descarnado y un esteticismo decadentista preo­ chado costumbrismo andaluz, con El que se casa
cupado por lo misterioso y lo fantástico, desta­ por todo pasa (1844), La guirnalda (1863) y La
can: Dos cegueras (1903), La guarida (1910), de luz del Tajo (1863).
índole erótica, la policiaca El misterio del Kursaal
(1911), La danza del corazón (1913), La muerte FREIRE, Laura Espido -»Véase ESPIDO FREIRE,
danza (1915), centrada en la Prim era Guerra Laura.
Mundial, La peregrina enamorada (1917),
Como los pájaros de bronce (1918), La mujer de FREIXAS, Laura (Barcelona, 1958)
nadie (1920), La raíz flotante (1922), El hijo de Novelista. Licenciada en Derecho, traductora y
la noche (1923) y Ella y los demás (1924). De editora, dirigió una colección, «El espejo de tinta»
sus más de doscientos cuentos merecen mencio­ (1987-1994), en la que publicaba obras casi des­
narse los de M iedo (1907), Páginas de am or conocidas y ha traducido a autoras como Virginia
(1912), Cuentos del m ar y de la tierra (1919), Woolf o Simone de Beauvoir, entre otras. Colabo­
El muerto (1920), Adán y Eva (1936), El hom ­ radora en diarios como El País y La Vanguardia,
bre y el río (1954) y los recogidos en Cuentos de así como en Revista de Occidente, El Urogallo, El
la vida, de la muerte y del ensueño (1944), algu­ Europeo o Claves, en su narrativa dominan los en­
nos de ellos pertenecientes a los libros anterio­ foques feministas, la confesión propia de los
res. Para la escena escribió piezas como Más diarios, el tono epistolar o la perspectiva autobio­
allá del honor (1908), La bondad en el engaño gráfica, todo ello para profundizar en las peculia­
(1909) y Judith (1941), Premio Nacional de Li­ ridades de la condición femenina a menudo con
teratura, entre otras. En su labor como traductor, tono reivindicativo, pero siempre con estilo deli­
sobresalen sus traducciones de Louys, Poe y cado y gran inteligencia. Es autora de las novelas
Baudelaire. Último domingo en Londres (1997), de carácter
epistolar, triste y sobre gente desolada, y Entre
FRANCOS RODRÍGUEZ, José (M adrid, 1862- amigas (1998), en la que se ocupa de los cambios
1931) mentales e ideológicos que supuso para las muje­
Ensayista y periodista. Aunque era médico — fue res el cambio de una dictadura a la democracia
secretario de la Academia M édico-Quirúrgica tras la muerte de Franco, así como de los volúme­
Española— y se dedicó a la política, en la que nes de cuentos El asesino en la muñeca (1988) y
llegó a concejal, gobernador civil, ministro, con­ Los pecados capitales (1990). Es compiladora,
sejero de Estado y senador, gran parte de su acti­ además, de un libro titulado Retratos literarios.
vidad se centró en el periodismo y en la litera­ Escritores españoles del siglo XX evocados por sus
tura. Así, fue redactor de algunos periódicos, contemporáneos (1997), en el que reúne textos,
dirigió El Heraldo Español y alcanzó la presi­ tomados en muchos casos de libros autobiográfi­
dencia de la Asociación de la Prensa. Aunque es­ cos, en los que se reivindica la figura de determi­
cribió una zarzuela, El señorito (1907), y diver­ nados escritores olvidados, además de coordina­
sas adaptaciones de obras de otros autores para dora y prologuista del volumen de relatos Madres
la escena, tales como El pan del pobre, sobre Los e hijas (1996), que recoge relatos de catorce escri­
tejedores, de Hauptmann, o una de Edmundo toras conocidas sobre el tem a que propone el
Kean, de Alejandro Dumas, en su obra destacan título, y autora del ensayo Literatura y m uje­
317 FUENTES

res (2000), en el que se ocupa de la relación entre FUENTE, Inmaculada de la


las mujeres y la literatura desde diversos puntos Narradora. Periodista de profesión, debutó con
de vista. una novela, Años en fuga (2001), en la que, a tra­
vés de una historia amorosa, reflexiona sobre la
FRÍAS, duque de -> Véase FERNÁNDEZ DE VE- soledad a la que están abocados dos personajes
LASCO, Bernardino. que viven la contradicción impuesta por la pa­
sión entre la independencia individual y las
FRÍAS, Damasio de (siglo XVl) dependencias que dictan los sentimientos. Es au­
Poeta y prosista. Poco sabemos de él salvo que tora, asimismo, del ensayo Mujeres de la posgue­
quizá estudiara en Salam anca y que estuvo al rra (2003), en el que a través de la vida de cier­
servicio de Luis Henríquez, alm irante de Casti­ tas escritoras repasa la situación histórica y
lla, hasta 1572. De su poesía, apenas se conser­ sociológica de esa época.
van unas cuantas composiciones, e inéditas que­
daron sus obras en prosa Diálogo de la FUENTE, Pablo de la (Segovia, 1906-Perugia,
discreción (1579), Diálogo de las lenguas (1582) Italia, 1976)
y Diálogo de amor intitulado «Dórida» (1593). Novelista. Exiliado tras la Guerra Civil, primero
vivió en Chile, dedicándose al periodismo, para
FRIAS, Milagros (Jerez de los Caballeros, Bada­ instalarse más tarde en Roma. De su obra, fuer­
joz, 1955) temente política, de carácter realista y en la que
Novelista. Debutó con la novela La sal de la vida pesan los elementos autobiográficos y el desga­
(1999), obra en la que con sencillez extrema, si rro del exilio, destacan novelas como El hombre
bien con prosa tendente al intimismo, habla de la solo (1938), Sobre tierra prestada (1944), Los
cotidianidad más inmediata y doméstica, pero hu­ esfuerzos inútiles (1946), Este tiempo amargo
yendo del costumbrismo* que podría inducir el (1951), La despedida (1966) y El retorno
universo ingenuo de provincias que presenta, y a (1969). Es importante, asimismo, recordar el vo­
través del cual analiza las emociones femeninas, lumen de relatos titulado El señor Cuatro y
como sucedería en su segunda novela, Ars amandi otras gentes (1954).
(2000), que ahonda de forma minuciosa y emotiva
en el mundo sentimental femenino, así como en la FUENTES, Alonso de (Sevilla, 1510-d. de 1550)
más reciente, Paisajes de invierno (2003), donde Tratadista y compilador. Es recordado por la
la memoria y las relaciones familiares conjugan el Summa de Philosophia natural (Sevilla, 1545),
mundo complejo de las relaciones afectivas. diálogo que pretende conciliar el platonismo y
los Evangelios, y por el Libro de los cuarenta
FRONTAURA, Carlos (Madrid, 1834-1910) cantos (Sevilla, 1550), que recoge romances va­
Periodista, crítico, autor teatral y novelista. Fue riados, y comentados por él, sobre la Biblia y di­
redactor y colaborador de diferentes publicacio­ versos temas históricos.
nes y director de otras, entre ellas El Grillo, El
Cascabel y La Gaceta de Madrid, con textos que FUENTES, Eugenio (Montehermoso, Cáceres,
después se recogieron en libros como Caricatu­ 1958)
ras y retratos (1868), Tipos madrileños (1888) y Narrador. Renovador del género negro en quien
Gente de Madrid: siluetas y semblanzas (1895), lo policiaco se manifiesta de forma original, por
todos ellos una muestra de su aguda mirada satí­ ejemplo cambiando el escenario urbano por el
rica de las costumbres de la sociedad. Fue autor rural, y que no está exento de cierta influencia de
de zarzuelas de éxito, como Un caballero p a r­ Juan Benet*, a alguno de cuyos personajes cita
ticular (1858), Céfiro y Flora (1858) y Doña en varias de sus obras. No obstante, sigue la es­
Mariquita (1860), de comedias, entre las que se tela de detectives novelescos tan de moda en los
recuerdan El filántropo (1856) y Las tres rosas últimos años, como han demostrado las obras de
(1878), y de poemarios como Poesías (1858) y Giménez Bartlett* o Lorenzo Silva*, por no ha­
Romances populares (1867). De índole costum­ blar de los clásicos del género en español, como
brista (véase COSTUMBRISMO) son sus novelas V ázquez Montalbán* o Juan Madrid*, en el caso
Doce maridos (1873), Las madres (1883), Miedo de Fuentes con la creación del detective privado
al hombre (1887), Serm ones de doña Paquita Ricardo Cupido. Uno de los rasgos esenciales de
(1887) y Brígida (1910). sus obras consiste en que ahonda en los caracte­
res psicológicos de sus personajes, controlando
FRUCTUOSO, Eva (Barcelona, 1974) en todo momento el narrador omnisciente las
Narradora. Influida por cierto hum or del ab­ emociones del lector, al que no se le permite ni
surdo, que recuerda a Juan José Millás*, es au­ fiarse de las apariencias ni identificarse con de­
tora de la novela Horas muertas (2002). terminados personajes que, en teoría, lo merece­
FUENTES 318

rían. Hay que destacar, además del libro de cuen­ La pájara pinta (1972), La gata chundarata y
tos Vías muertas (1997), sus novelas La batalla otros cuentos (1974), La momia tiene catarro
de Breda (1990), El nacimiento de Cupido (1978), Cocoloco pocoloco (1985), El pirata mo­
(1993), Tantas mentiras (1997), El interior del fe ta y la jirafa coqueta (1986) y El cuarto del
bosque (1999), con el que obtuvo el Premio bebé (1998), además de las poesías para niños de
Alba, La sangre de los ángeles (2001) y Las ma­ Coleta payasa, ¿qué pasa? (1985) y un Diccio­
nos del pianista (2003). nario estrafalario (1998). Gloria Fuertes recibió,
además del mencionado más arriba, premios
FUENTES, Julio (M adrid, 1954-Afganist'án, como el Ciudad de Barcelona de poesía en espa­
2001) ñol y el Ciudad de Sevilla.
Novelista. Periodista de profesión y corresponsal
del diario El Mundo en Moscú, así como corres­ FUEYO, Pelayo (Gijón, Asturias, 1967)
ponsal de guerra en Centroamérica, el Golfo Pér­ Poeta. Autor que pretende, en sus propias pala­
sico, África, los Balcanes, el Cáucaso, la ex-Yu- bras, que su poesía sea vista como una «alegoría
goslavia y Oriente Próximo, fue asesinado en sucesiva» del tiempo y de la memoria, del conti­
una emboscada mientras cubría la guerra en Af­ nuo sucederse de la realidad y de las emociones
ganistán. Debutó literariam ente con Sarajevo: hacia ninguna parte. Amargos por su lucidez, sus
juicio fina l (1997; reed., 2001), a medio camino versos proponen y sugieren, no reflexionan. In­
entre la novela y el reportaje, a la que siguió la cluido en la antología La generación del 99, es
novela Resistencia humana (1998), en la que con autor de los poemarios M emoria de un espejo
mucho de cinem atográfico jugaba a la ficción (1990), El mirador (1992) y Parábola del deser­
casi absoluta imaginando una Unión Europea en tor (1991).
la que se da una suerte de sangrienta dictadura
orwelliana. A aquella obra siguió Rebelión FURIÓ CERIOL, Fadrique (Valencia, ?-Vallado-
(2000), que confirmaba el pesimismo de alguien lid, 1592)
que presenció demasiada muerte, demasiado su­ Tratadista. Estudió en el extranjero, París y Lo-
frimiento, demasiada miseria y ruina, pero que vaina, donde fue a prisión por proponer que la
supo tamizar el horror con un lenguaje vacunado Biblia se tradujese a las lenguas romances euro­
contra la desesperanza, sobrio y riguroso. Postu­ peas, y luchó en la campaña de Flandes. D esta­
mamente, apareció el volumen Morir para con­ can sus obras Institutionum Rhetoricarum (Lo-
tarlo (2002), que reunía crónicas y reportajes vaina, 1554), Bononia sive de Libris Sacris in
realizados por Fuentes en sus últimos veinte años vernaculam linguam convertandis (Lovaina,
como corresponsal. 1556), libro prohibido por el Concilio de Trento,
y El concejo y consejeros del príncipe (Amberes,
FUERTES, Gloria (Madrid, 1918-1998) 1559), traducido al italiano y cuyas versiones la­
Poetisa. De formación autodidacta, fue contable tinas aparecieron en Colonia y Danzig en 1568 y
de una fábrica, bibliotecaria y profesora de Poe­ 1646 respectivamente.
sía en la Universidad de Buchnell (Pennsylvania,
Estados Unidos). Vinculada al postismo* y al su­ FUSTER, Jaume (Barcelona, 1945-1998)
rrealismo* de la posguerra, su poesía, amarga y Novelista y ensayista en lengua catalana. Defen­
agresiva, combina la crítica social con un humo­ sor de la lengua y la literatura catalanas, en 1977
rismo teñido de grave melancolía, ternura e iro­ fue delegado de Literatura del Congrés de Cul­
nía, así como los juegos de palabras y acertijos. tura Catalana y en 1995 lo eligieron presidente
En ella, además de la presencia de lo colectivo de la A ssociació d'Escriptors en Llengua C ata­
junto a lo autobiográfico y de la preocupación lana. Guionista televisivo y cinematográfico, fue
frecuente por Dios y la muerte, logra convertir lo autor de series para la televisión autonóm ica y
cotidiano en poético a través de un lenguaje di­ columnista en diferentes publicaciones. Consi­
recto y coloquial. Destacan poemarios como Isla derado un autor de género, intentó que la litera­
ignorada (1950), Aconsejo beber hilo (1954), tura catalana asumiese los modelos narrativos
Todo asusta (Caracas, 1958), ... que estás en la que habían triunfado en la literatura de otras len­
tierra (Barcelona, 1962), Ni tiro, ni veneno ni guas, tales como la policiaca o las grandes sagas
navaja (1966), Premio Guipúzcoa, Poeta de mitológicas, por ejemplo de un Tolkien. Parti­
guardia (1968), Obras incompletas (1975 y cipó en las confabulaciones narrativas llevadas a
1977) e Historia de Gloria (1980), a los que hay cabo por el ente literario Ofelia Dracs, una firma
que añadir, postumamente, Glorie rías (2001). Fue colectiva que se aproximó a la literatura de gé­
autora, igualmente, de libros para niños, tanto en nero. Entre sus obras, destacan las novelas Abans
prosa como en verso, así como de letras de can­ del foc (1970), De mica en mica s ’omple la pica
ciones. Deben recordarse relatos infantiles como (1972), con la que introducía en la novela cata­
319 FUTURISMO

lana los patrones de la novela policiaca, L ’illa de men Set llibres de versos (1987), que reunía su
les tres taronges (1983), con la que inaugura una poesía. Hay que citar, asimismo, los ensayos: Les
trilogía influida por la literatura del mencionado originalitats (1956), Figures de temps (1957),
Tolkien y que continúa con L ’anell de ferro Premio Yxart, Indagacions possibles (1958), El
(1985) y El ja r d í de les palm eres (1993). D es­ descrédit de la realitat (1959), Nosaltres els va-
taca, asimismo, su ensayo Bren historia del tea- lencians (1962), Questió de nom (1962), El País
tre caíala (1967). Recibió premios tan prestigio­ Valenciano (1962), obras estas tres de fuerte
sos como el Ciutat de Palma, el Ramón Llull y el componente político-social que reivindican la
de la Crítica. identidad de su tierra en el seno de la cultura ca­
talana, Diccionari per ociosos (1964), L ’home,
FUSTER, Joan (Sueca, Valencia, 1922-1991) mesura de totes les coses (1967), Combustible
Poeta, crítico y ensayista en lengua catalana. De per a falles (1967), Heretgies, revoltes i sermons
ascendencia campesina, estudió Derecho en Va­ (1968), Babels i babilónies (1972), Literature
lencia, llegando a ejercer la abogacía, aunque por catalana contemporánia (1972), E xplorado de
un breve periodo. Dedicado al periodismo en el l ’ombra (1974), Contra Unamuno y los demás
diario Levante, codirigió, con José Albí*, la re­ (1975), escrito en español y que recoge textos
vista Verbo y colaboró en periódicos como La publicados en la prensa entre 1970 y 1974, Con­
Vanguardia, El Correo Catalán, ABC e Informa­ tra el Noucentisme (1978), Punts de m editado
ciones. En 1983 se incorporó, como profesor (1985), Pamflets politics (1985) y Llibres i pro-
contratado de Historia de la Lengua, a la Univer­ blemes del Renaixement (1989). Traductor de
sidad de Valencia, en la que se doctoraría dos Falkberget, Camus y Silone, es autor de antolo­
años más tarde, ganando ulteriormente la cátedra gías como Antología del surrealismo español
de Literatura. Miembro de diferentes institucio­ (1952), con José Albí, La poesía catalana fin s a
nes, formó parte del Consell Valencia de Cultura la Renaixenga (1954) y La poesía catalana
y del Institut Valencia de Filología, siendo presi­ (1956; 2 vols.). Sus Obres completes se publica­
dente, entre 1987 y 1991, de la Associació d ’Es- ron, en tres volúmenes, en 1985. Antes, en 1975,
criptors en Llengua Catalana. La crítica ha seña­ había recibido el Premio d ’Honor de les Lletres
lado que existen dos Fuster: por un lado, el Catalanes, que no fue el único de los galardones
doctrinal, que resultó fundamental en el proceso con los que fue merecidamente reconocida su la­
de recuperación de una conciencia nacional va­ bor, ya que hay que añadir la Medalla de Oro de
lenciana; y el ensayista. En todo caso, ya sea en la Generalitat de Catalunya, así como los doctora­
su vertiente poética como en la ensayística, hay dos honoris causa de la Universidad de Barcelona
elementos que dominan su estilo, tales como una y de la Autónoma, también de la ciudad Condal.
mirada siempre original sobre cuestiones ya de­
masiado m anoseadas por otros, una tendencia FUTURISMO
polémica y provocadora, avivada por la ironía y Teoría estética de vanguardia (véase VANGUAR­
el sarcasm o y, por lo que se refiere a la prosa, DISMO) que, aunque nacida de la mano del escri­
precisión y sinuosidad. Por lo que respecta a sus tor italiano Filippo Tommaso Marinetti, en su
ensayos, siempre incisivos y precisos argumen- 'prim er Manifiesto, publicado en París el 20 de
talmente, estos destacan por la erudición y la febrero de 1909, tiene sus orígenes en Rimbaud
amenidad, al tiempo que resultan racionalistas y y Whitman, por más que el propio Marinetti pre­
escépticos, preocupados por el periodo clásico tendiese asumir la paternidad de la doctrina. Sí
de la literatura catalana, por los aspectos socio- fue él quien concretó sus elementos esenciales,
culturales de la decadencia, la historia, la polí­ tales como «el amor al peligro, el hábito de la
tica y, en la tradición m oralista y hum anística, energía y la temeridad», la agresividad, la bofe­
por el lugar del hombre en el mundo contempo­ tada, el puñetazo. El mundo, para el futurismo,
ráneo. No obstante, gran parte de su obra ensa­ se enriquece en su belleza gracias a un nuevo
yística se ocupa de problemas relacionados con concepto, el de velocidad; conocida es la frase
la realidad política, social y cultural del País Va­ que asegura que «un automóvil de carreras es
lenciano, en obras, ciertam ente polém icas, que más hermoso que la Victoria de Samotracia». En
provocaron la hostilidad oficial e innumerables el lenguaje, se quiere destruir la sintaxis, fomen­
trabas de todo tipo, como el silencio al que lo tar el uso del verbo solo en su forma infinitiva,
condenaron los medios de comunicación. Desta­ ubicar el sustantivo al azar, en función única­
can sus poemarios Sobre Narcís (1948), 3 p o e ­ mente de su nacimiento, abolir el adjetivo y el
mes (1949), Ales o mans (1949), Va morir tan be­ adverbio, sustituir la puntuación tradicional por
lla (1951), Terra en la boca (1953) y Escrit per signos matemáticos y, ya en cuanto a los conte­
al silenci (1954), este último de profunda angus­ nidos, prescindir del ‘yo’ y, con ello, deshumani­
tia existencial, a los que hay que añadir el volu­ zar definitivamente el arte. En 1910, Marinetti,
320
FUTURISMO

en su M anifiesto técnico de la literatura fu tu ­ tos tuvieron y de las conexiones ulteriores con


rista, defenderá que la literatura debe obedecer las estéticas cubista y ultraísta, así como del ca­
a «las palabras en libertad» que, por sí mismas, rácter moral y pedagógico de unos postulados
eran capaces de traducir, por analogía y suges­ que, si inicialmente eran defensores de la velo­
tión, los mecanismos psíquicos y el frenesí de cidad, la máquina y la exaltación de la violen­
la vida moderna. La poesía debe ser una suce­ cia, terminaron por defender la guerra, el impe­
sión de imágenes nuevas, algo que es común a rialismo, la «higiene del mundo» y, en el caso
todos los planteam ientos de vanguardia. Se de M arinetti, es cierto, el fascism o de Musso-
trata de una defensa de lo veleidoso que, en­ lini. Todo ello fue determinante para los poetas
m ascarado de triunfalism o, pretende obviar el de este siglo, m arcados ya por esa tendencia
derrotismo propio del romanticismo y el deca­ esencial conducente a la renovación de las imá­
dentismo decimonónico. Mucho se ha hablado genes y a su tratamiento diferente. Las teorías
de la relación que, tras la Primera Guerra M un­ futuristas se aplicaron también al teatro, la pin­
dial, tuvo el futurismo con el ideario fascista, si tura y la música, confirm ando una proyección
bien de lo único que, con justicia, puede ha­ desenfrenada hacia el futuro y una ruptura con
blarse es de la influencia que sus planteamien­ la tradición.
G
G. DELGADO, Fernando -»Véase DELGADO , vida, obra conocida por su traducción latina — la
Fernando [González], única que se conserva— , Fons vitae, que es he­
redera de los presupuestos del platonismo y, de
G. EGIDO, Luciano -> Véase G O N ZÁLEZ forma especial, de Plotino. Su influencia en
EGIDO, Luciano. el pensamiento escolástico, especialmente en el
franciscano, fue decisiva.
G. GARCÍA, Ariadna Véase G A R CÍA ,
Ariadna G . GABRIEL Y GALÁN, José Antonio (Plasencia,
Cáceres, 1940-1993)
G. MARTÍN, Luis Véase MARTÍN, Luis G. Novelista, poeta y ensayista. Licenciado en De­
recho y en Periodismo, editor y director, hasta
G. NAVARRO, Hipólito -»Véase NAVARRO, Hi­ su muerte, de la revista El Urogallo, colaboró
pólito G. en periódicos como El País y Diario 16. En su
faceta de novelista destaca gracias a obras como
GABALDÓN Y BLANCO, Luis (Madrid, 1869-?) Punto de referencia (1972), La m emoria cau­
Narrador. Colaborador de diferentes publicacio­ tiva (1981), A salto de mata (1981), El bobo
nes con sus textos satíricos, entre ellas España ilustrado (1986), escéptica pintura de corte gal-
Cómica, El Duende y Blanco y Negro, destaca dosiano sobre el drama de los intelectuales en
también por su sentido del humor en su obra lite­ épocas de represión, el relato infantil La gran­
raria, de la que deben mencionarse el libro de re­ deza de Tito (1988), M uchos años después
latos Palotes (1892), las novelas La conquista (1991), Premio Carranza y, quizá, su m ejor y
del planeta (1905) y Amor, celos y vitriolo más profunda novela, y, aparecida postum a­
(1908) y el libro de viajes Viajes de Saturnino mente, Tantas mentiras (1997), galardonada
Farandul (1908). con el Premio Extremadura. Fue, asimismo, au­
tor de los poemarios Descartes mentía (1977),
GABIROL, Solomon ben Judah ibn (M álaga, Un país como este no es el mío (1978) y Poe­
1021?-d. de 1057) sía, 1970-1985 (1988).
Poeta y filósofo conocido entre los filósofos cris­
tianos medievales como Avicebron, Avencebrol o GABRIEL Y GALÁN, José María (Frades de la
Avincebrol. Amigo de Shemuel ha Nagid (véase Sierra, Salamanca, 1870-Guijo de Granadi­
NAGRELLA), la orfandad lo llevó muy joven a Za­ lla, Cáceres, 1905)
ragoza, aquejado de una grave dolencia. Ya a los Poeta. De familia de labradores, estudió Magis­
19 años había escrito una gramática hebrea, lo terio en Salamanca y Madrid, llegando a ejercer
que le supuso un gran prestigio. De su obra, des­ durante gran parte de su vida. No obstante, aban­
tacan el poema filosófico, meditación sobre los donó la profesión y se retiró al campo para culti­
atributos divinos, Keter malkhut (Corona real), var sus tierras y dedicarse de lleno a la literatura.
que, junto a otros que term inarían form ando A partir de ese momento, fue frecuente su parti­
parte de la liturgia sinagogal, deben sumarse al cipación en diversos certámenes poéticos y Jue­
resto de su producción poética, formada por ver­ gos Florales, en muchos de los cuales obtuvo ga­
sos de amor y elegías, y los tratados filosóficos, lardón, como el conseguido con su famoso
de entre los que sobresalen los aforismos de Se­ poema El ama. Su poesía, muy popular en su
lección de perlas, el tratado moral El libro de época y heredera de las églogas latinas y de au­
m ejorar el carácter y, sobre todo, Fuente de la tores como Juan del Encina*, Vélez de Guevara*
GÁDEX 322

o Mira de Amescua*, se encuadra en el «natura­ verdes campos del Edén (1963), Premio Nacio­
lismo rural» y, en ella, el protagonismo ambien­ nal de Teatro Calderón de la Barca, El caracol en
tal del paisaje le sirve para meditar sobre la vida el espejo (1964), El sol en el hormiguero (1965),
campesina y los problemas sociales de los traba­ Noviembre y un poco de yerba (1967), Spanish
jadores del campo y de los habitantes de la aldea. strip-tease (1970), Los buenos días perdidos
Formalmente, representa - anhelos estéticos (1971), Premio Nacional de Teatro en 1972, Ani­
opuestos a los del modernismo, ya que sus ver­ llos para una dama (1973), Las cítaras colgadas
sos se mantienen en los márgenes de la poesía de los árboles (1974), Petra Regalada (1979), La
sencilla, a menudo demasiado fácil y repleta de vieja señorita del Paraíso (1980), El cementerio
prosaísmos. Influido por Campoamor* y Núñez de los pájaros (1982), Sam arkanda (1985), El
de Arce*, destacan sus poemarios Castellanas hotelito (1985), Séneca o el beneficio de la duda
(1902), Extremeñas (1902), Campesinas (1904), (1987), Carmen, Carmen (1988), La truhana
Nuevas castellanas (1905) y R eligiosas (publi­ (1992), Los bellos durmientes (1994), Las m an­
cado, postumamente, en 1906). Escribió algunos zanas del viernes (1999) e Inés desabrochada
poemas en dialecto extremeño, tales como Cristu (2003). Entre los ensayos que ha publicado, me­
Bendita y El embargo, además de las narraciones recen destacarse títulos como Texto y pretexto
costumbristas de Alma Charra. En 1918, se pu­ (1977) y Paisaje andaluz co n fig u ra s (1984),
blicó un Epistolario de Gabriel y Galán al que además de las recopilaciones periodísticas ya
se añadieron, un año más tarde, Cartas y poesías mencionadas. Es autor, asimismo, de guiones
inéditas. para cine y televisión (debe recordarse la serie
Paisaje configuras), y del libreto de la ópera Co­
GÁDEX, Dorio de Véase REY M OLINÉ, A n ­ lón, compuesta con motivo de la celebración del
tonio. V Centenario del Descubrimiento en 1992. En
los años noventa, entró con fuerza en el mundo
GALA VELASCO, Antonio (Brazatortas, Ciudad novelístico, en el cual ha ido abordando las emo­
Real, 1930) ciones más profundas, sobre todo el amor, con un
Dramaturgo, poeta y novelista. Estudió el bachi­ lenguaje florido y sensual, rebosante de una sen-
llerato en Córdoba y, en Madrid, compaginó los timentalidad con la que ha ganado el favor de un
estudios de Derecho con los de Ciencias Políticas numeroso público; así, en el mismo 1990, obtuvo
y Filosofía y Letras, llegando a doctorarse en esta el Premio Planeta por su novela El manuscrito
última carrera y en Económicas. Sus inicios lite­ carmesí, con algo de novela histórica y que le
rarios fueron en el campo de la poesía; fundó va­ abrió las puertas a la publicación de nuevas no­
rias revistas, y algunos de sus versos aparecieron velas: La pasión turca (1993), la cual, en 1994,
en otras como Platero y Cuadernos Hispanoa­ fue llevada al cine por el director Vicente Aranda,
mericanos. El primer poemario que publicó fue Más allá del jardín (1995), también con su co­
Enemigo íntimo (1960; reeditado en 1993), Pre­ rrespondiente versión cinematográfica, La casa
mio Adonais. Ha colaborado en diferentes publi­ sosegada (1998), Las afueras de Dios (1999), El
caciones y diarios, destacando con sus series pe­ imposible olvido (2001), Los invitados al jardín
riodísticas en El País, algunas de las cuales, (2002) y El dueño de la herida (2003). En 1993,
como Charlas con Troylo, En propia mano, Cua­ publicó un libro de textos sobre el amor titulado
derno de la Dama de Otoño, La soledad sonora El águila bicéfala, así como el volumen de rela­
o, recientemente, A quien conmigo va se han pu­ tos Siete cuentos, a los que hay que añadir, ya en
blicado como libros. Pero es su faceta de drama­ 1995, la publicación de los guiones de la serie te­
turgo la que lo ha convertido en una de las figu­ levisiva Si las piedras hablaran, nuevos relatos
ras fundamentales de la literatura española sobre el amor, los absurdos de la vida y la homo­
contemporánea, discutida, eso sí, por la crítica, sexualidad, incluidos en El corazón tardío
aunque reconocida por un constante éxito de (1998), que cuenta con prólogo de Ana M aría
público. En su teatro, caracterizado por una sen­ Matute*, y una antología de su poemario inédito,
sibilidad y lirismo extremos, no pierde la pers­ que él pretendía no publicar en vida, titulada
pectiva realista, tanto de los conflictos íntimos Poemas de amor (1999). A todo ello hay que aña­
del alma humana cuanto de aquellos que devie­ dir el libro de memorias Ahora hablaré de m í
nen de la relación de los individuos con el medio (2000) y un Cuaderno de amor (2001). Antonio
en que viven. Para ello, Gala se ayuda con alego­ Gala es presidente del Instituto Internacional de
rías y símbolos que le permiten establecer un Teatro en España y, además de los ya consigna­
nexo entre lo que sucede en la escena y la actua­ dos, ha recibido premios como el Ciudad de Bar­
lidad histórica española. Puede afirmarse que su celona en 1965, El Espectador y la Crítica
producción teatral oscila entre la tragicomedia y de 1972, el Mayte 1973 y Ciudad de Valladolid
la fábula simbólica. Destacan obras como: Los en 1980, entre otros muchos.
323 GALLARDO Y BLANCO

GALANES, Miguel (Daimiel, Ciudad Real, trasladó en 1957, y jefe de cursos del Instituto
1951) Argentino de Cultura Hispánica. En aquel país
Poeta. Fundador en 1980 del movim iento lla­ fundó, asimismo, el Aula Antonio Machado.
mado sensismo, es autor de poemarios entre los Confluyen en sus poemas las reminiscencias su­
que destacan: Inconexiones (1979), Urgencias rrealistas con las preocupaciones más profunda­
sin nombre (1981), Ópera ingenua para Isabel mente existenciales. De su numerosa obra, más
María (1983), Condición de una música inesta­ de sesenta libros, destacan títulos como Madru­
ble (1984), La demencia consciente (1987) y Los gada (1946), Carta desarraigada a Blas de
restos de laju e rg a (1990). Merece mencionarse Otero (1957), Am or americano (1968), Juicio
su ensayo Ultimas tendencias de la joven poesía inicial al hombre (1973), Un aire imaginado
española: el culturalismo y el sensismo (1981). (1983), A los cuatro gritos (1990) y Derrame ce­
rebral (2001), galardonado con el Premio del
GALBA, Martí Joan de (siglo xv) Ayuntamiento de Valencia.
Autor de la última parte del libro de caballerías*
Tirant lo Blanc, la mejor novela catalana medie­ GALLARDO Y BLANCO, Bartolomé José (Cam­
val. Hay críticos que opinan que tal obra, lejos panario, Badajoz, 1776-Alcoy, Alicante,
de pertenecer a la plum a de Joanot Martorell*, 1852) .
fue escrita en su totalidad por este Galba. Sin Ensayista, bibliógrafo, erudito y poeta. De ideas
embargo, lo más probable es que compusiera liberales, causa por la que sufrió numerosas
solo la cuarta y, quizá, modificara la tercera. persecuciones y exilios, fue oficial mayor y bi­
bliotecario en las Cortes de Cádiz. Fundador de
GALDÓS,, Benito Pérez -> Véase PÉREZ la revista El criticón (1835-1836), participó,
GALDO S, Benito. con sus artículos en esta y otras publicaciones,
en num erosas polém icas políticas, y durante
GALÍNDEZ DE CARVAJAL, Lorenzo (Plasencia, toda su vida guardó cientos de notas, apuntes, y
Cáceres, 1472-h. 1528) trabajos de los cuales, aunque muchos se per­
Cronista. Se doctoró en Leyes en Salamanca y dieron, se aprovecharon otros investigadores
desempeñó diversos cargos de importancia para posteriores. Se le considera, por su rigor y do­
la corona. Compiló la legislación real y fue nom­ cum entación, el padre de la crítica española
brado cronista de los Reyes Católicos y de Car­ contemporánea. Como investigador, reaccionó
los V. Destacan sus obras de carácter jurídico, las contra el Neoclasicism o y defendió la funda-
genealógicas sobre su propia familia o sobre los mentación histórica de los estudios literarios
Trujillo y, sobre todo, sus revisiones de las cróni­ frente a las reglas retóricas imperantes. El estilo
cas de reinados anteriores, como las de Juan II* y de sus textos es ágil y desenfadado, muy in­
Enrique IV. La revisión hecha por Galíndez de la fluido por el casticismo de los clásicos españo­
Crónica de Juan II de Castilla, de Alvar García les. Entre sus obras cabe destacar el Diccionario
de Santa María*, evidencia algunas supresiones crítico burlesco (Cádiz, 1811), obra maestra de
históricas referentes a la corona de Aragón, ade­ la sátira política y literaria que le trajo, por su
más de un cierto aligeramiento narrativo. Entre mordacidad, no pocos problemas con los abso­
sus obras propias, existen materiales memorialís- lutistas, Cortazo al censor general (Cádiz,
ticos y cronísticos sobre itinerarios de los Reyes 1812), editada por Rodríguez-Moñino* en 1955,
Católicos o sobre los primeros años del Empera­ Las letras. Letras de cambio, o los mercachifles
dor Carlos. literarios: Estrenas y aguinaldos del Dr. Tomé
Lobar (Toledo, 1834), en la que ataca con du­
GALINDO, Beatriz (Salamanca, 147’5 ?-Madrid, reza a autores como Gómez Hermosilla*, A l­
1534) berto Lista*, Sebastián de Miñano* o Javier de
Profesora de latín de Isabel la Católica. Conocida Burgos*. Tras su muerte, y en cuatro volúmenes,
como la Latina, debido a sus conocimientos clá­ Sancho Rayón y Zarco del Valle publicaron En­
sicos, parece ser que era consultada por la reina sayo de una biblioteca española de libros raros
en asuntos de Estado. Así, fue Galindo la que pro­ y curiosos (1862, 1866, 1888 y 1899), obra en la
pició la terminación de las obras del hospital de que se recopila ese im portante material biblio­
la Concepción de Madrid. En cuanto a su obra, se gráfico y documental que quedó sin editarse y a
le han atribuido algunos comentarios de obras de cuyos manejos por parte de otros autores nos he­
Aristóteles, así como de ciertos poetas latinos. mos referido. Como poeta, escribió versos bur­
lescos y eróticos, de los que merece mención el
GALLARDO, José Carlos (Granada, 1925) poema «Blanca-Flor», si bien toda su obra poé­
Poeta. Fue secretario de la Oficina Cultural de la tica se encuentra editada en el volumen LXVII
Embajada de España en Argentina, país al que se de la «Biblioteca de Autores Españoles» (1875).
324
GALLARZA

En 1928 apareció un volumen de Obras esco­ cismo*. De su obra, no muy numerosa, destacan
gidas y, en 1955 y 1960, dos tomos de corres­ sus odas A la defensa de Buenos Aires (1807) y
pondencia titulados, respectivam ente, Cartas Al dos de Mayo (1808), además de la Elegía a la
inéditas a don M anuel Torrigli, 1824-1833 y duquesa de Frías (1830), sonetos como A Quin­
Correspondencia. tana por su oda al Combate de Trafalgar (1805)
y la leyenda medieval El conde de Saldaña. Pos­
GALLARZA, Eduardo (Madrid, 1962) tumamente, en 1854, aparecieron sus Obras poé­
Narrador. Ha vivido en ciudades como Tánger, ticas, publicadas por la Academia. Como traduc­
París y Belgrado, y hay que destacar su novela tor, destaca su traducción de Los novios, de
El Soviet de los Vagos (2000), un thriller político A. Manzoni.
de trama laberíntica y concentrado en la eficacia
de la trama, tratada con agilidad y eficacia. GALLEGO, Vicente (Valencia, 1963)
Poeta. Colaborador de revistas como R enaci­
GALLEGO, Ferrán (Barcelona, 1953) miento, ínsula o Revista de Occidente, es autor
Poeta. Profesor en la Universidad de Barcelona, de una poesía en cierto sentido, y sobre todo en
se trata de una poesía la suya en la que conviven los últimos años, hímnica y elegiaca, intimista y
lo colectivo y lo individual, siempre con una preocupada, sobre todo, por las consecuencias
conciencia clara de que la memoria es el lugar de del amor y de la soledad. Influida por autores
encuentro con la conciencia colectiva, lo que le que van desde Jorge G uillén* hasta Francisco
permite abordar el recorrido desde las ilusiones Brines*, pasando por Claudio Rodríguez*, en la
juveniles hasta el escepticismo adulto. Sus ver­ que a veces usa un procedimiento que consiste
sos tienen algo de la herencia dejada por la esté­ en proponer una suerte de adivinanza cuya solu­
tica experiencial de la Generación del medio si­ ción se ofrece en los últim os versos, algo que
glo (véase GENERACIÓN DEL 50), lo que da lugar tam bién hacen otros poetas contem poráneos,
a una poesía conversacional, narrativa y refle­ como es el caso de Benítez Reyes*. En sus ver­
xiva en la que el amor se presenta como salva­ sos muestra gran capacidad para crear imágenes
ción y refugio individual y el tiempo como difu­ que desvelan su pensam iento, siempre, eso sí,
mino del recuerdo y de la realidad misma. como un canto a la felicidad de existir, al gozo
Destacan sus poemarios Cuerpo en falso (1984) de la vida, a la carnalidad misma, pero también
y El beneficio de la duda (2000). a la serenidad del pensam iento, y aunque se
trata siempre de poemas profundos y de carác­
GALLEGO, José Luis (Valladolid, 1913) ter meditativo, no se ha desembarazado del todo
Poeta. Dos poemarios destacan en su produc­ de la moda que consiste en usar del ingenio a la
ción: Noticia de m í (1947) y Prometeo XX hora de tramar versos en torno a anécdotas au­
(1970). tobiográficas. En todo caso, su poesía rezum a
amor a la vida, acaso para contrarrestar su evi­
GALLEGO, Juan Nicasio (Zamora, 1777-Ma- dente fugacidad, lo que lo convierte en uno de
drid, 1853) los poetas más capaces a la hora de expresar los
Poeta. Ordenado sacerdote en Salamanca, donde dos lemas clásicos: el tenipus fu g it y el carpe
se doctoró en Filosofía y Derecho Civil y Canó­ diem. Destacan sus libros Santuario (1986), La
nico, fue amigo de Meléndez Valdés*, Q uin­ luz, de otra manera (1988), con el que obtuvo el
tana*, quien le influyó en gran medida, y Nica­ Premio Rey Juan Carlos I, Los ojos del extraño
sio Álvarez de Cienfuegos*. Diputado en 1810, (1990), galardonado con el Premio Fundación
fue encarcelado al regreso de Fernando VII por Loewe, La plata de los días (1996) y Santa de­
sus ideas liberales. Canónigo de la catedral de riva (2002), con el que de nuevo obtuvo el Pre­
Sevilla desde 1833, en 1839 fue nombrado secre­ mio Loewe.
tario perpetuo de la Real Academia Española. Su
poesía, siempre pasional, refleja un profundo GALLEGO GARCÍA, Laura (Valencia, 1977)
amor a la patria y a la libertad frente a los inva­ Narradora. Autora de novelas dirigidas a un pú­
sores franceses, además de un gusto refinado por blico juvenil, destacan Finis Mundi (1999) y La
la mitología y gran atención a los recuerdos per­ leyenda del Rey Errante (2002), novelas ambas
sonales. Formalmente, emplea con habilidad re­ que obtuvieron el Premio Barco de Vapor.
tórica estrofas largas, elegantes y armónicas que
ocultan los vacíos intelectuales de fondo. Aun­ GALMÉS, Gabriel (Manacor, 1962-2001)
que algo influido por los gustos románticos, sus Narrador. Licenciado en Filología Inglesa, en­
versos son de tendencia clasicista, combinación señó en institutos de Formación Profesional y en
que le lleva a ser considerado como poeta de la Universidad de las Islas Baleares y colaboró
transición entre el Neoclasicismo* y el Romanti­ con el Diario de Mallorca y Avui. Autor del libro
325 GÁLVEZ ALCAIDE

de relatos P arfait am our (1986), con el que se laborado en El Sol de España, Córdoba y El día
dio a conocer, después publicaría las novelas El de Córdoba. Ha dirigido, además, la revista de
rei de la casa (1988), La vida perdurable (1992), literatura La manzana poética y el Seminario
El rei de la selva (1996), traducida al español de poesía y traducción poética de la Universidad de
como El rey de la selva (1998), y Una cara man- Córdoba. Se trata de un poeta que aborda la sole­
llevada (2000). dad, el deseo interrumpido y los desastres del
amor siempre desde una visión realista e irónica.
GALT Y ESCOBAR, Alberto -» Véase INSÚA, A l­ Destacan, además de alguna antología publicada
berto. en Italia y de obras en colaboración, sus poema­
rios Los soldados (1973), Un hermoso invierno
GALVÁN, Francisco (Madrid, 1958) (1981), Iluminación de las sombras (1984), San­
Narrador. Periodista en la Agencia EFE, en sus tuario (1986), Tránsito (1994), que obtuvo el
obras, en las que a menudo juega con las pala­ Premio Anthropos, El navegante (1995) y El hilo
bras y dem uestra, además, un gran control del roto (1997; reed., 2001), donde se sirve de los
lenguaje de época y de la lógica del relato, se diálogos de un contestador automático para
muestra como hábil m anipulador de la trama, meditar sobre los sentimientos. A ellos hay que
muy influido por la novela de intriga policial, añadir la selección de su poesía incluida en Una
eficaz contador de historias y minucioso creador visión de lo transitorio (1998).
de personajes. Es autor de las novelas Las esme­
raldas de Cortés (2001), El rabo del diablo GÁLVEZ, María Rosa (Málaga, 1768-Madrid,
(2002), con la que obtuvo el Premio de Novela 1806)
Picaresca Diablo Cojuelo, y Cuando el cielo se Poetisa y autora teatral. Protegida de Godoy, es­
caiga (2003), galardonada con el Premio Ate- cribió comedias como Los figurones literarios,
neo-Ciudad de Valladolid. El califa de Bagdad o Catalina o la bella la­
drona, entre otras; tragedias entre las que se
GALVARRIATO, Eulalia (M ad rid , 1905-1997) cuentan Florinda, Amón y Saúl y Zinda, y poe­
Narradora. Esposa de Dámaso Alonso*, estudió sías que se recogieron en el volumen Obras poé­
Filosofía y Letras en Madrid. Su obra está inte­ ticas (1805).
grada por relatos, traducciones, ediciones críti­
cas y una novela. De sus cuentos, destacan «Bai­ GÁLVEZ, Pedro Luis de (Málaga, 1882-Madrid,
les bajo el agua», publicado en Clavileño (1953) 1940)
y que recibió un premio como guión de cine en Narrador y poeta. Bohemio y modernista (véase
1954, «Tres ventanas», «Sólo un día cual­ MODERNISMO), parece ser que llevó una vida
quiera», «Los hijos» o «Final de jom ada», entre ajetreada, paseando el cadáver de su hijo en una
otros. En 1946 fue finalista del Premio Nadal caja de zapatos para intentar conseguir algo de
con su única novela, Cinco sombras en torno a dinero y que fue fusilado tras la Guerra Civil.
un costurero, que se publicó al año siguiente en D estaca como poeta de gran facilidad para el
Barcelona y que ofrece, a través de sus reflexio­ verso y como autor de sonetos, entre ellos «Ecce
nes sobre cinco mujeres, una visión melancólica homo» y «Don Quijote». Escribió el ensayo titu­
de un pasado teñido de afectos. Su única novela lado Juan Jacobo Rousseau (1930). Su figura fue
es Raíces bajo el agua (1953), en la que reúne en cierta medida recuperada del olvido literario
diversos escritos literarios de carácter autobio­ por Juan Manuel de Prada*.
gráfico. Traductora de Stevenson y de otros
autores anglosajones, como por ejem plo E. A. GÁLVEZ ALCAIDE, Antonio (San Juan Despí,
Peers, colaboró con su marido en diversos estu­ Barcelona, 1963)
dios, caso de los comentarios a los poemas ma­ Novelista. Colaborador de ABC y autor de algu­
yores de san Juan de la Cruz* o en Para una nos relatos que han recibido premios importan­
biografía de Góngora. D ocumentos desconoci­ tes, como el Hucha de Plata en 1993 por «Un
dos (1962). candor», debutó con la novela El paseo de los
caracoles (1999), en la que se muestra poseedor
GÁLVEZ, Francisco (Córdoba, 1945) de un estilo lacónico, aunque lleno de sugeren­
Poeta. Ha dirigido varias publicaciones, entre cias macabras y grotescas, a través del cual
ellas la revista de poesía Antorcha de Paja entre ofrece una mirada crítica de la degradación de la
1973 y 1983, una de las más representativas de Barcelona más pobre y periférica. Con esta no­
la generación del setenta e impulsora del regreso vela la crítica lo ha situado en la tradición tre-
de la poesía andaluza al ámbito de las letras pe­ mendista de lo horrible, que viene directamente
ninsulares. Asimismo, creó varias colecciones li­ del Camilo José Cela* de La fam ilia de Pascual
terarias dependientes de esa publicación y ha co­ Duarte.
326
GÁLVEZ DE MONTALVO

GÁLVEZ DE MONTALVO, Luis (G uadalajoro, abandona y, desde entonces, desempeña los más
1546?-Palermo, Italia, 1591?) diversos oficios. Colaborador de las revistas Es­
Narrador. Estuvo al servicio del duque del Infan­ padaña y Claraboya, se ocupó durante unos po­
tado, Enrique de M endoza y, ya en Italia, al de cos años de los servicios culturales de la A dm i­
Ascanio Colonna. Ha pasado a la historia litera­ nistración provincial leonesa, desde donde creó
ria por su novela pastoril* El pastor de Fílida la colección «Provincia» de poesía. Actualmente,
(Madrid, 1582), obra de tremendo éxito en la es gerente de la Fundación Sierra-Pambley, pro­
época cuya trama parece ser autobiográfica — los yección de la Institución Libre de Enseñanza,
amores frustrados del autor con la hermana del que se ocupa de educar a campesinos y obreros.
primer duque de Osuna— y que oculta bajo sus Su poesía, escéptica, seria, a veces irónica, m e­
personajes identidades reales. Se trata de un lancólica y, siempre, comprometida, solidaria y
texto típico del género, heredero de la tradición apasionada, muestra una desgarrada vehemencia
iniciada por Jorge de Montemayor*, a lo largo al hablar de la soledad, la angustia, el dolor, el
del cual se reparten versos que agilizan el tono miedo — consecuencia del tiempo— , la mentira
lírico del relato, y en el que tienen un papel im­ y el absurdo de la vida humana, y profundo pesi­
portante los elementos descriptivos. Es intere­ mismo al delimitar un espacio amoroso que se
sante la discusión que, en la sexta parte, dp las convierte en conflictivo. El amor, paulatina­
siete con que cuenta, se mantiene sobre las co­ mente, se transforma en llamada amorosa, y la
rrientes literarias del momento, en concreto so­ presencia de la muerte y la destrucción ocupa to­
bre la castellana tradicional y la latinizante. Fue dos los rincones del pensamiento, hasta llegar a
un texto muy elogiado por Cervantes*, amigo sus últimas reflexiones sobre el silencio como
suyo, y por Lope de Vega*. Asimismo, Gálvez opción de vida, como categoría existencial. Ini­
de Montalvo tradujo a Luigi Tansilo, Le lagrime cialmente inclinado a escribir en la línea de la lí­
di san Pietro — publicada en Toledo, en 1587, rica popular, poco a poco su tono poético ha ido
como El llanto de san Pedro— , y a Tasso, con­ derivando hacia una exaltación emocional muy
cretamente su Gerusalemme liberata, traducción parecida a la que puede verse en Blas de Otero*.
que quedó inconclusa. Formalmente, encontramos desde sonetos, ale­
jandrinos, endecasílabos y heptasílabos blancos,
GAMALLO, Jesús (Burgo Mediano, 1899-?) hasta métricas más breves y variadas y, en los úl­
Narrador. Militar de quien se sabe que participó timos poemarios, planteamientos poéticos m u­
en la Guerra Civil con las tropas nacionales, cho más narrativos en los que se han abandonado
donde alcanzó el grado de coronel. M isteriosa­ los ecos modernistas que podían adivinarse en
mente desaparecido tras la contienda, se conocen sus primeras obras. Su lenguaje, simbólico, muy
de él algunas obras, de escasa tirada y en edicio­ poetizado y distanciado del habla normal, su­
nes regionales, así como detalles de su vida en el pone una búsqueda de lo primitivo en lo legen­
frente gracias a Juan Benet*, que se refirió a él dario, lo rural, lo mágico y lo enigmático. Acaso
en muchas de sus novelas. Entre sus obras, en al­ su característica esencial sea la metonimia, me­
gunas de las cuales rememora, con amarga me­ canismo que le sirve para articular la constante
lancolía y un estilo de vocación hermética, sus traslación de sentidos en que se mueve su expre­
vivencias durante la guerra, destacan: Días en la sión. Existe una unidad entre el irracionalismo y
región (1957), La guerra en El Torce (1959), Re­ lo onírico a través de imágenes muy subjetivas,
visión de M arré (1961) y Conversaciones con de difícil reductibilidad y muy sugerentes, aun­
don Juan (1967). que siempre dejen el poso de lo hermético, y en
las que conviven lo abstracto y lo sensorial. Su
GAMONEDA, Antonio (Oviedo, 1931) producción poética se inicia con Sublevación in­
Poeta. Es, a pesar del desconocimiento de crítica móvil (1960), que supone una ruptura con las tra­
y público, uno de los autores fundamentales de dicionales reglas realistas, al que siguen D es­
los últimos años. De formación autodidacta, ha cripción de la mentira (1977), León de la mirada
sido incluido, generacional y temáticamente, en (1979), Blues castellano (1982) y Lápidas
la Generación del 50*, si bien hay diferencias (1987). En 1988 se publicó Edad, libro recopila-
notables con los poetas que la conforman, entre torio, galardonado con el Premio Nacional de Li­
ellas la distancia que voluntariamente ha mante­ teratura, que incluye, además de a los anteriores,
nido con respecto a cualquier grupo o escuela. otros que, bajos los títulos de La tierra y los la­
Esta distancia tiene que ver con su decisión de bios, Exentos y Pasión de la mirada, recogen los
vivir en la comarca leonesa, adonde se trasladó poemas escritos por Gamoneda entre 1947-1952,
con su madre cuando tenía tres años, poco des­ 1956-1960 y 1963-1970, respectivam ente, ha­
pués de morir su padre. Tras estudiar durante dos biendo corregido, además, muchos de los poe­
años, gratuitamente, en un colegio religioso, lo mas de sus libros editados. Posteriormente, pu­
327 GANIVET

blicó El libro del fr ío (1992; reed., corregido y GANIVET, Ángel (G ranada, 1865-Riga, Leto-
ampliado en 2003), que fue nominado para el nia, 1898)
Premio Europa en 1993, El vigilante de la nieve Ensayista y novelista. Tras estudiar Derecho y
(1995), Libro de los venenos (1995), Sólo luz Filosofía y Letras en Granada, se doctoró en Ma­
(2000) y Arden las pérdidas (2003). Además del drid. Poco después, ganó las oposiciones consu­
ya mencionado, en 1985 había recibido el Pre­ lares y obtuvo diversos destinos diplomáticos en
mio Castilla y León de las Letras. Hay que desta­ Amberes, Helsinki y Riga, ciudad esta última en
car, asimismo, su ensayo El cuerpo de los símbo­ la que se suicidó a la emblemática edad de
los (1998), en el que bucea en la memoria 33 años. Durante todos estos años, su prestigio
familiar y literaria. intelectual fue en aumento a medida que sus es­
critos iban apareciendo publicados en periódicos
GÁNDARA, Alejandro (Santander, 1957) o como libros. Era un gran conocedor de la filo­
Novelista. Fue profesor de Ciencias Políticas en sofía griega y clásica — especialmente del estoi­
la Universidad Complutense de Madrid e inves­ cismo de Séneca, Marco Aurelio y Epicteto— y
tigador del British M useum de Londres, así de las literaturas nórdicas, de las lenguas germá­
como responsable del suplemento de libros del nicas y del pensamiento francés, así como de la
diario El País, en el que siempre ha colaborado, filosofía europea moderna, en concreto de la de
y director de la Escuela de Letras de Madrid. Es Schopenhauer y Nietzsche; en fin, que poseía
uno de los novelistas más celebrados del actual una cultura sólida. Se trata de un pensador pro­
panorama narrativo, quien, en sus obras, ha sa­ fundamente europeo, aunque con un arraigado
bido orientarse tanto a la investigación de sus españolismo. Varias son las preocupaciones
propios presupuestos narrativos como a la crea­ esenciales de Ganivet: a su interés estético por
ción de obras destinadas a veces a un público ju ­ Granada se unen otras de índole moral y política
venil. Con una trayectoria compleja, en la que sobre España, y la sociedad en general, que irán
hay desde narrativa de corte mítico y abstracto apareciendo tanto en sus obras literarias como en
hasta análisis de los problem as generacionales las de pensamiento. Su reflexión sobre España,
más actuales, o reflexiones teóricas sobre la rea­ eje de su obra, supone, desde la tradicional an­
lidad política, envueltas en relato de espías, es gustia del xvii, una transición entre Larra* y los
sin duda uno de los escritores más difíciles, de pensadores del 98. De manera genérica, puede
prosa más sólida, contundente y ambigua, en la decirse — y así se le ha considerado a menudo—
cual circulan a m enudo discursos paralelos, que Ganivet es el precursor de las ideas recurren­
atento siempre a la narratividad y con una cierta tes de la Generación del 98*.
tendencia a lo discursivo más que a lo argumen- Entre sus obras, cabe destacar, ya desde su te­
tal. Sus obras proponen reflexiones de una pro­ sis doctoral España filosófica contemporánea
fundidad que juega con la metáfora y la elipsis, (1890) — además de otra que escribió sobre el
así como con diálogos en gran medida impene­ sánscrito— , Granada la bella (Helsinki, 1896),
trables, pero siempre brillantes. Un crítico de la que es un nostálgico e idealizado poema en prosa
talla de Rafael Conte* ha señalado que estamos, sobre su ciudad, el Idearium español (Granada,
quizá, ante el escritor de prosa más poderosa 1897), profundo estudio de las causas de la deca­
desde Juan Benet*, que además fue uno de sus dencia de España en el que se aprecian ciertos
descubridores. D estacan sus novelas La media juicios psicológicos sobre los españoles que, con
distancia (1984), Punto de fu g a (1986), con la los años, han sido numerosas veces reiterados,
que inició una trilogía que tuvo su continuidad tales como la improvisación, la falta de estímu­
en La sombra del arquero (1990) y Ciegas espe­ los, etc., y que acaso sea su obra capital, Cartas
ranzas (1992), galardonada con el Premio Nadal, finlandesas (1897), La conquista del reino de
a las que hay que añadir El fin a l del cielo (1990), M aya por el último conquistador español, Pío
Nunca seré como te quiero (1995), Cristales Cid (1897), novela que, en la sarcástica compa­
(1997) y Últimas noticias de nuestro mundo ración de las sociedades española y europea
(2001), con la que obtuvo el Premio Herralde, a del xix con ciertas tribus africanas, encuentra el
las que hay que añadir, además de la novela diri­ camino para ahondar en sus hipótesis críticas con
gida a un público juvenil Falso m ovimiento gran escepticismo, además de crear al Pío Cid
(1992), el denso ensayo Las prim eras palabras que sería su alter ego, y Los trabajos del infati­
de la creación (1998), con el que obtuvo el Pre­ gable creador Pío Cid (1898), que sigue, tam ­
mio Anagram a de Ensayo y en el que se ocupa bién como novela, por el mismo camino crítico
de analizar, narratológicam ente y una por una, con las costumbres españolas decimonónicas,
las prim eras expresiones del Génesis, a medio aunque esta vez de manera intimista y con ras­
camino entre el estudio filológico y la mitología gos autobiográficos. Postumamente, se publi­
comparada. caron, además de versos, un Epistolario (1904)
328
GAOS

— que incluye las cartas que cruzó con Navarro GAOS, Vicente (Valencia, 1919-1980)
Ledesma*— , el drama en verso El escultor de su Poeta y crítico. Hermano de José y de Alejandro
alma (1904), Hombres del Norte (1905), con es­ Gaos* y doctor en Filosofía y Letras por la Uni­
tudios sobre escritores escandinavos, y la corres­ versidad de México, fue catedrático de instituto
pondencia con Unamuno* — de quien fue amigo y profesor de Literatura en diferentes universida­
y cuya influencia fue decisiva— , bajo el título de des estadounidenses hasta su regreso a España en
El porvenir de España (1912). Años después de 1965. Su poesía, originariamente en el seno del
la publicación de sus Obras completas (1923- clasicismo, pronto evoluciona hacia posiciones
1930; 10 vols.), ya con fechas más recientes, y comprometidas, menos contenidas y más com ­
superando a estas, se publicó una nueva edición plejas técnica y formalmente. La veta existencia-
en 1943, en dos volúmenes, a la que hay que aña­ lista, marcada por el amor y los efectos de la
dir, en 1967, la de su Correspondencia fa m iliar mundanidad, domina una reflexión constante, al
(1888-1897) y, en 1971, los artículos desconoci­ tiempo apasionada y sobria, siempre pesimista,
dos, cartas inéditas y fragmentos de obras incon­ sobre el destino del hombre. Del lirismo más
clusas de Estudios y textos ganivetianos. puro, abandonado poco a poco, pasó a una versi­
ficación más libre y discursiva. Destacan sus po­
GAOS, Alejandro (Orihuela, Alicante, 1907- emarios Arcángel de mi noche (1944), Premio
Valencia, 1958) Adonais, colección de sonetos densos y muy tra­
Poeta y ensayista. Fue catedrático de Literatura bajados, Sobre la tierra (1945), Luz desde el
en institutos de Valencia, Cartagena y Requena, sueño (1947), Profecía del recuerdo (1956), li­
y colaborador del diario Levante, en el que pu­ bro menos intimista y en el que se abre más a la
blicó numerosos estudios literarios y crónicas. compañía y al contacto con el mundo, M itos
Como poeta, pasó de com ulgar con los presu­ para tiempos de incrédulos (1964), Concierto en
puestos vanguardistas (véase VANGUARDISMO) m í y en vosotros (1965), Un montón de sombra
de la Generación del 27* a una poesía más an­ (1972) y, postumamente. Última Thule (1980),
gustiada de marcado cariz existencialista. Desta­ Premio de la Crítica y Nacional de Literatura.
can sus poemarios Sauces imaginarios y agua de Varias han sido las ediciones de sus Poesías
alegrías (1931), Tertulia de campanas (1932), completas que se han publicado; la primera he­
ímpetu del sueño (1934), Vientos de angustia cha en Madrid en 1952, otra más en León en
(1947) y La sencillez atormentada (1951), y los 1974 y, por fin, la definitiva, de 1982, publicada
ensayos La angustia romántica de nuestro en Valencia con el título de Obra poética com ­
tiempo y Prosa fugitiva. Entrevistas (1955). pleta.
Pero, además de poeta, Vicente Gaos fue exce­
GAOS, José (Ablaña, Asturias, 1902-México, lente traductor de Rimbaud, Shelley, Péguy o
D. F, 1969) Eliot, así como un crítico prestigioso, fino,
Ensayista y traductor. Hermano de Alejandro agudo y de pensamiento claro. Entre sus obras
Gaos*, fue discípulo de Ortega y Gasset* y cate­ críticas, amén de las ediciones anotadas que rea­
drático en la Universidad de M adrid y en la de lizó de textos de Cervantes* — una magnífica del
Zaragoza. Colaborador de Revista de Occidente, Quijote (1967)— , Campoamor*, Alarcón* o
en 1939 se exilió en México, donde continuó su Juan Ramón Jiménez*, entre otros, destacan títu­
labor docente. El grueso de su obra está formado los como: La poética de Campoamor (1955),
por libros de carácter filosófico, de entre los que Poesía y técnica poética (1955), Temas y proble­
destacan títulos como: La crítica del psicoanáli­ mas de la literatura (1959), Claves de literatura
sis en Husserl (Zaragoza, 1933), El pensamiento española (1977; 2 vols.) y Cervantes: novelista,
hispanoamericano (1944), Pensamiento de len­ dramaturgo, poeta (1979).
gua española (1945), Dos exclusivas del hom ­
bre; la mano y el tiempo (1945), Filosofía de la GARAGORRI, Paulino (San Sebastián, 1916)
Filosofía e historia de la Filosofía (1947), Sobre Ensayista. Estudió Filosofía y Letras y Ciencias
Ortega y Gasset (1957), Confesiones profesiona­ Políticas y Económicas en la Universidad de M a­
les (1958), Discurso de filosofía (1959), Oríge­ drid, donde fue catedrático de Filosofía, y, desde
nes de la filosofía y de su historia (1960), Sobre 1963, fue secretario de redacción de Revista de
enseñanza y educación (1960), De la filo so fía Occidente. Discípulo de Ortega y Gasset*, se en­
(1962), máximo exponente de sus ideas, todos cargó de editar toda su obra postuma, así como
ellos publicados en México, 12% (Río Piedras, de preparar muchas de las sucesivas ediciones de
Puerto Rico, 1962) e Introducción literaria a la sus textos que han ido publicándose con el
filosofía (1964). Asimismo, ha publicado exce­ tiempo. Como pensador, concibe la indagación
lentes traducciones de filósofos como Husserl o filosófica como ciencia de la realidad, es orde­
Heidegger. nado y claro, y su estilo es de gran altura litera-
329 GARCÍA

ría. Destacan obras como: Ortega. Una reforma tologías, y autor de relevantes traducciones de
de la filoso fía (1958), La paradoja del filó so fo autores ingleses, destacan sus poemarios Pelea
(1959), Del pasado al porvenir (1965), Ejerci­ de negros (1983), La noche junto al álbum
cios intelectuales (1967), Españoles razonantes (1989), con el que obtuvo el Premio Hiperión,
(1969), Introducción a Ortega (1970) y La tenta­ Intemperie (1995), Para lo que no existe (1999)
ción política (1971), entre otras. y Caída (2002).

GARCÉS, Jesús Juan (M adrid, 1917) GARCÍA, Ariadna G. (Madrid, 1977)


Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por la
de Madrid e integrante de la revista Garcilaso Universidad Complutense de Madrid, trabajó en
durante la posguerra, fue colaborador de diferen­ su Departamento de Literatura Española con una
tes publicaciones, entre ellas La Estafeta Litera­ beca de colaboración. En sus versos experimenta
ria y ABC. De su poesía, clasicista, aunque en todos los extremos posibles, ya sean lingüísti­
abierta a renovaciones formales, destacan poe­ cos, formales o estructurales, y acude a innova­
marios como He venido a esta orilla (1949), Lo ciones que recurren al lenguaje informático, de
nuestro es p a sar (1963), En medio del camino los electrodomésticos, los tejidos sintéticos, las
(1964), Sonetos (1972) y Fantasmas en mi cora­ dietas o el armamento, o bien de la disposición
zón (1975). Deben recordarse, asimismo, ensa­ tipográfica, que alude a las nuevas tecnologías,
yos como A l margen de la vida y la obra de sor así como de la estructura fílmica de los poemas.
Juana Inés de la Cruz (1953) y El museo madri­ Con estos elementos, aborda la intimidad abso­
leño de las Descalzas Reales (1970). luta, las emociones privadas, el amor y la pro­
yección sexual del instinto a través de los senti­
GARCÉS, Tomás (Barcelona, 1901-1993) dos, pero no elude la reflexión cáustica sobre la
Poeta y periodista en lengua catalana. Abogado, realidad contemporánea, y opta por lo más os­
fue crítico literario en diferentes revistas y fun­ curo de la cotidianidad en las fronteras con la
dador de Q uaderns de Poesía. Sus versos, de perspectiva del tremendismo. Es autora de los
gran precisión y nitidez, están influidos por Juan poemarios Construyéndome en ti (1997) y N a­
Ramón Jiménez* y en ellos intenta un cierto neo- palm. Cortometraje poético (2001), con el que
popularism o que term inará derivando en un li­ obtuvo, compartido con Rafael Espejo*, el Pre­
rismo sim bolista. Destacan poemarios como: mio Hiperión.
Vint cangons (1922), L ’ombra del lledoner
(1924), El somni (1927), Paradís (1931), El sen- GARCÍA, Carlos (?, finales del siglo x v i h .
yal (1935), Cagador (1947), La nit de Sant Joan 1630)
(1951), Viatge d ’octubre (1955), Obra poética N ovelista y médico de quien se especula sobre
(1961) o Plec de poemes (1971). Entre sus ensa­ su huida a Francia por motivos desconocidos. Se
yos, cabe destacar Notes sobre poesía (1933). ha pensado que Carlos García era un seudónimo,
pero gracias a la alusión de otro emigrado, Mar­
GARCI RODRÍGUEZ [u ORDÓÑEZ] DE MON­ cos Fernández en su Olla podrida a la española
TALVO ->Véase RODRÍGUEZ DE MONTALVO, (Amberes, 1655), sabemos que era su nombre
Garci. real. Una de sus obras más conocidas es La de­
sordenada codicia de los bienes ajenos (París,
GARCÍA, Alvaro (Málaga, 1965) 1619) — subtitulada Antigüedad y nobleza de los
Poeta. Colaborador de los diarios Sur y La Opi­ ladrones— , novela satírica y picaresca de aven­
nión, es un autor a quien podría considerarse li­ turas en la que se ofrece una irónica visión de la
gado a los ecos de la poesía de la experiencia* vida en los bajos fondos, y que se reeditó en
por su íntim a observación de los detalles de lo 1877. Otra obra, en este caso atribuida a él, es La
cotidiano, si bien el elem ento m isterioso de la oposición y conjunción de los dos grandes lumi­
realidad se impone a menudo, y el autor se de­ nares de la Tierra (París, 1617) — conocida tam­
canta por una reflexión sobre el acto poético bién como Antipatía de los franceses y españo­
mismo, así como sobre el amor, la amistad, la so­ les— , en la que se analiza la rivalidad entre
ledad y la muerte al fondo. Puede afirmarse que franceses y españoles.
su poesía ha evolucionado de lo anecdótico a lo
metafísico, aunque siempre dando muestras evi­ GARCÍA, Concha (La Rambla, Córdoba, 1956)
dentes de que el eje que rige sus reflexiones es la Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por
soledad. Estilísticamente, huye de cualquier ba­ la U niversidad de Barcelona, ciudad en la que
rroquism o, de todo juego de ingenio, optando siempre ha vivido, es miembro fundador del
por la concisión contundente de la palabra, a ve­ Aula de Poesía de Barcelona y de la Asociación
ces del concepto en sí. Incluido en diferentes an­ M ujeres y Letras. Crítica literaria en el diario
330
GARCÍA

Avui, así como en el A BC Cultural, y codirec- GARCÍA, Eduardo (Sao Paulo, Brasil, 1965)
tora de la revista literaria Ficciones, ha publi­ Poeta. Profesor de Filosofía en un instituto de
cado numerosos trabajos sobre literatura en pu­ Córdoba, en sus versos el ansia de comunicación
blicaciones especializadas tan prestigiosas como lo ha llevado a proponer versos en que la cotidia­
Cuadernos H ispanoamericanos o Insula, entre nidad se expresa sin retóricas, con un lenguaje
otras. Autora que establece una relación peculiar que nace de la naturalidad y cuyo resultado es la
entre la realidad y la palabra, donde el sujeto transparencia, lo que lo ha convertido en uno de
poético, manteniendo las distancias con aquella, los autores más directos de las más recientes ge­
al final va a buscarla. Se trata de una quietud neraciones, capaz de abordar los sentimientos y
que, paulatinam ente, ha ido despertando hacia la realidad sin que la técnica poética, minuciosa y
un estado de conciencia en el que los hechos su­ exacta, se interponga en la lectura. Hay que des­
ponen nuestro existir en ellos, nuestra vida en sí tacar sus poemarios Paradoja del tahúr (1993),
misma, de la que se nutre la poesía, que es solo ' Las cartas marcadas (1995), No se trata de un
expresión de ese movim iento individual hacia juego (1998), con el que obtuvo el Premio Juan
las cosas, y de ese moverse en las cosas, de esa Ramón Jiménez, y Horizonte o frontera (2003),
cotidianidad familiar con la que se dialoga. La así como el ensayo Escribir un poema (2000),
poesía de García es rigurosa y lúcida, expresiva una suerte de manual apasionado de escritura.
y emocional, sintética y visceral, en su intento
de apropiarse de lo que hay y no solo de nom ­ GARCIA, Francesc Vicen? (Tortosa, Tarragona,
brarlo. Incluida en numerosas e importantes an­ 157 9/1 582-Vallfogona de Riucorb, Lérida,
tologías españolas, así como inglesas, portugue­ 1623)
sas e italianas, es autora de los poemarios Por Poeta en lengua catalana conocido como el rector
m í no arderán los quicios ni se quemarán las de Vallfogona, localidad de la que fue párroco. Sa­
teas (1984), por el que obtuvo el Premio Aula cerdote desde 1605 y amigo de Lope de Vega*, es­
Negra, Otra ley (1987), Ya nada es rito (1988), cribió numerosos sonetos amorosos de tipo con­
galardonado con el Premio Barcarola, Desdén ceptista, en la línea de Góngora* — a quien
(1990), Pormenor (1992), Ayer y calles (1994), imitó— , que combinó con versos jocosos de tema
con el que obtuvo el Premio Jaime Gil de escatológico en la línea de Quevedo*. Con estos
Biedma, Cuántas llaves (1998) y Árboles que ya últimos, que corrieron de forma manuscrita, con­
florecerán (2001). Ha publicado, asimismo, la siguió cierta fama, aunque no se editaron hasta
novela Miamor.doc (2001). 1703 con el título de Obras de Garceni. Años des­
pués — en 1782— , sus versos serían prohibidos
GARCÍA, Dionisio (Fuente Álamo, Albacete) por la Inquisición, por lo que las sucesivas reedi­
Poetisa y narradora. Estudió Filología Románica ciones no fueron posibles hasta 1805. Mal poeta,
en la Universidad de Murcia. Se trata de una au­ cultivó los géneros típicos del Barroco*, satiri­
tora poco conocida, que sin embargo representa zando los temas mitológicos y bucólicos y exce­
una de las voces consolidadas de la poesía de la diéndose en la gravedad al tratar los amorosos y
experiencia*, una poesía la suya coloquial y morales. Es una de las figuras esenciales a partir
centrada en la memoria de los lugares vividos, de la cual se cifra la decadencia de las letras cata­
símbolo de la sucesiva desaparición del tiempo. lanas; a él se debe la conocida como corriente
No obstante, generacional y temáticamente, per­ poética del «vallfogonisme», con la que se quiso
tenece a esa «otra» Generación del 50* que nombrar a la poesía obscena de baja calidad.
desde, por así decirlo, la periferia cultural y geo­
gráfica, ha ido realizando una obra tenaz y con­ GARCÍA, José Antonio (Huelva)
solidada tanto en su compromiso social como en Poeta. Se trata de una poesía la suya meditativa,
su indagación lírica. Atenta a los sím bolos que a veces hermética y abstracta, en la que el mundo
se esconden en la cotidianidad y a ese otro se presenta como reflexión y símbolo, para lo
tiempo que fluye, desde el mito, bajo el tiempo cual hay dos imágenes recurrentes: la paloma y
diario, su poesía defiende al individuo solo y en la luz vespertina. Es autor de los poemarios La
el mundo. Además de dos libros de relatos, Anti­ fijeza aprendida (1991) y Anotaciones sobre un
guo y mate (1985) e Im aginaciones y olvidos vuelo (1998).
(1997), destacan sus poemarios El vaho en los
espejos (1976), la colección de aforismos Idea­ GARCÍA, Juan -> Véase ESCALANTE Y PRIETO,
rio de otoño (1994), Tiempos del cantar (poesía, Amos de.
1976-1993) (1995), que reunía sus libros poéti­
cos hasta ese momento, Lugares de paso (1999) GARCÍA, Verónica (Las Palmas, 1967)
y, en edición bilingüe español-italiano, Aun a Poetisa. Sensualidad y m etaliteratura conviven
oscuras (2001). en los versos de esta mujer cuya idea de la pala­
331 GARCÍA BAENA

bra se funde con la de la realidad misma, dando esta, en las de Quito y Caracas, y es conside­
lugar a versos en los que escritura e identifica­ rado, junto a Ortega y Gasset* y Zubiri*, como
ción con la realidad son la misma cosa, y crea uno de los grandes pensadores españoles del si­
con ello el vértigo de la indeterminación y la me­ glo xx. Traductor de Platón y Aristóteles, entre
moria frente a la realidad exterior, que en verdad otros, tras la guerra se exilió, primero en Ecua­
no es uno mismo. Seleccionada en la antología dor y, después, en México, donde, desde 1942,
Poesía última (1987), realizada por la revista El fue miembro del Colegio de México y profesor
Urogallo y que contaba con prólogos de Fran­ en la Universidad Autónoma. Ocupado de pro­
cisco Brines*, Benjamín Prado* y Antonio Coli­ blemas de lógica, epistem ología y filosofía
nas*, es autora de poemarios como La mujer del griega, entre sus obras fundamentales destacan:
cubo verde (1986), Sinestesia (1990) y Posibles Algunas consideraciones sobre el problema
enunciados (1996). epistemológico (1932), Introducción a la lógica
moderna (1936), Filosofía en metáforas y pala­
GARCÍA-ALAS UREÑA, Leopoldo Véase bras (México, 1945), Siete modelos de filosofar
CLARIN. (Caracas, 1950), Metafísica natural estabilizada
y problemática metafísica espontánea (1963),
GARCÍA ÁLVAREZ, Enrique (Madrid, 1873- Lecciones de Historia de la Filosofía (1972-
1931) 1973; 2 vols.) y Filosofía y teoría de la relativi­
Sainetero y comediógrafo, participó en numerosas dad: Extrañamiento semántico y derivabilidad
revistas, entre ellas M adrid Cómico, y colaboró form al (1978).
para la escena con Joaquín Abati*, Muñoz
• Seca*— con quien creó el género conocido como GARCÍA-BADELL, Gabriel (Madrid, 1936)
astracán— , Antonio Paso*, Carlos Arniches* y Novelista. Abogado y letrado de la Diputación
José López Silva*, entre otros. Autor de textos de General de Aragón, entre sus novelas más cele­
gran ingenio y con gran facilidad a la hora de bradas, destacan: Las manos de mi padre (1968),
plantear situaciones cómicas, sus obras fueron De las armas a Montemolín (1971), Las cartas
apoyadas por la música de conocidos composito­ cayeron boca abajo (1973), Funeral por Francia
res como Chueca, Torregrosa o Pablo Luna. Des­ (1975), De rodillas al sol (1976), La zarabanda
tacan, entre otros sainetes, juguetes cómicos y zar­ (1978), La mandrágora (1980), Sedentania L i­
zuelas, La casa de las comadres (1896), La bertada (1981), Premio Ciudad de Barbastro, y
alegría de la huerta (1900), El verdugo de Sevilla Farsalia (seis personajes en busca de nada)
(1916), La frescura de Lafuente (1916), La locura (1991). Entre otros premios recibidos por Gar-
de Madrid (1917), El niño judío (1918), El asom­ cía-Badell, destaca el Ramón J. Sender de Perio­
bro de Gracia (1928) y La Academia (1930). dismo en 1974.

GARCÍA-ARISTA Y RIVERA, Gregorio (Tara- GARCÍA BAENA, Pablo (Córdoba, 1923)


zona, Zaragoza, 1866-Zaragoza, 1946) Poeta y ensayista. Fundó, en su ciudad, con Ri­
Poeta, narrador y autor de teatro. Su obra se cen­ cardo Molina*, Juan Bernier*, Mario López* y
tra en las costumbres y cantares de las gentes de Julio Aumente*, la revista Cántico (1947), en
Aragón. Destacan las piezas teatrales Siempre la que se defendían postulados poéticos de tipo
heroica (1899) y El olivar (1902), el poemario esteticista, basados, como ha indicado García-
Cantas baturras (1901) y los cuentos de Tierra Posada*, «en la belleza verbal, la opulencia lin­
aragonesa (1907). güística y la fascinación por el Barroco», que
rompiesen con la poesía del realismo social* en
GARCÍA DE ARRIETA, Agustín (finales del mu- boga, más civil y política, y recuperasen las
comienzos del xix) concepciones del 27, sobre todo de Cernuda* y
Traductor. Destacan sus traducciones de la obra Juan Ramón Jiménez*, así como los sentidos.
teatral La m isantropía y el arrepentimiento Todos ellos eran autores que reivindicaban el
(1801), del dramaturgo alemán August von Kot- amor, la naturaleza, los paisajes de Andalucía, y
zebue, y de Principios fdosóficos de la literatura, que afrontaban problem as religiosos no desde
del filósofo y escritor francés Charles Batteux, una óptica existencialista. Era el momento en
que se convertiría en el texto teórico básico en de­ que, junto a ellos y distanciados de una poética
fensa de las posiciones literarias más clasicistas. política comprometida, por ejemplo la del Ce-
laya* que defendía la poesía como «arma car­
GARCÍA BACCA, Juan David (Pamplona, 1901- gada de futuro», escribían A leixandre*, Bou-
Quito, Ecuador, 1992) soño*, Vicente Gaos*, José Luis Cano* o José
Filósofo y ensayista. D octor en Filosofía por Luis Hidalgo*. Posteriorm ente, a partir de los
la U niversidad de B arcelona, fue profesor en años setenta, esta poética esteticista fue reto­
332
GARCÍA BALBOA

mada por autores como Gimferrer* o Carnero*, nas (1981) y La identidad inútil (1987). Es, asi­
aunque de forma extrema, ya que estos últimos mismo, autor de un ensayo sobre la vida y obra
entendían el culturalism o como un fin en sí de Oscar Wilde (1969).
mismo, mientras en aquellos el poema no nacía
de la cultura, sino de la experiencia vital. Poeta GARCÍA CABRERA, Pedro ( Valle-hermoso, La
intimista y sensual, los versos de García Baena Gomera, 1905-Santa Cruz de Tenerife,
se caracterizan por un gusto extremo por la me­ 1981)
táfora y el ritmo, que dan lugar a poemarios en Poeta. Conocido como representante del surrea­
los que el amor y la melancolía sirven de fondo lismo*, son sus poemarios más destacados, de
reflexivo, a veces para entrever profundas crisis entre los muchos que publicó, Transparencias
existenciales y religiosas, siem pre, eso sí, ex­ fugadas (1934) y La esperanza me mantiene
presadas con un solemne barroquism o de for­ (1959). Sus Obras completas se editaron en
mas. En sus últimos trabajos, no obstante, el es­ 1987.
teticismo inicial se ha visto bastante rebajado,
lo que no disminuye un ápice la sensual melan­ GARCÍA CALVO, Agustín (Zamora, 1926)
colía de su poesía, así como el disfrute sensorial Lingüista, sociólogo, poeta, narrador, dram a­
del mundo, ni la amargura de la contemplación, turgo, ensayista y traductor. Catedrático de latín,
siempre preciosista y delicada, el vocabulario primero en Sevilla y después en la Universidad
refinado, la exquisitez métrica y rítmica, las in­ Complutense de Madrid, fue, junto con Enrique
fluencias del Barroco* más gongorino o los to­ Tierno Galván* y José Luis López Aranguren*,
ques simbolistas. Su obra, que se interrum pió uno de los profesores expulsados de la universi­
durante los años sesenta como consecuencia de dad en 1965 por su oposición al régimen fran­
un cierto cansancio por luchar contracorriente, quista, después de lo cual, en 1969, se exilió du­
o sea contra una poesía de corte social, se com­ rante un tiempo en París, concretamente hasta
pone de los siguientes poemarios: Rumor oculto 1976, tras morir Franco, en que volvió a su cáte­
(1946), Mientras cantan los pájaros (1948), A n ­ dra. Ha publicado en las revistas más prestigio­
tiguo m uchacho (1950), Junio (1957), Óleo sas y colaborado en numerosos diarios, entre
(1958), A lm oneda (12 viejos sonetos de oca­ ellos El País y La Razón. Se trata de uno de los
sión) (1971), Antes que el tiempo acabe (1978), pensadores más hondos y graves, en el sentido
Tres voces del verano (1980), Gozos para la na­ esta última palabra de que no se permite resqui­
vidad de Vicente Núñez (1984) y Fieles guirnal­ cios por los que pueda entrar en su obra la mor­
das fugitivas (1990), además de tres antologías, bidez de tantos otros pensadores de hoy. Es autor
en 1959, 1975 y, quizá la más importante, En la de una variada y compleja obra, en la que se
quietud del tiempo (2002), y tres reuniones to­ ha dedicado no solo a cuestiones gramaticales
tales: Poesía completa 1940-1980 (1982), Poe­ o prosódicas, sino también políticas, sociales o
sía completa (1940-1997) (1998), en la que se culturales, siempre con una ironía que incomoda
incluían poemas ocasionales y el anuncio de y que huye de la consolación, así como con una
lo que sería un nuevo libro, y Recogim iento libertad de registros que le permite abordar cua­
(1940-2000) (2001). Entre sus ensayos destaca lesquiera conflictos contemporáneos desde una
El Retablo de las C ofradías (1985). En 1984, cultura histórica descomunal y sometiéndolos a
recibió el Prem io Príncipe de A sturias de las una crítica radical, absoluta, com pletam ente al
Letras. margen de esos otros m uchísimos pensadores
acomodaticios que llenan los escaparates de las
GARCÍA BALBOA, Pedro José -» Véase SAR­ librerías. Por lo que respecta a su obra narrativa,
MIENTO, fray Martin. el gusto e interés por el lenguaje hace que la re­
flexión literaria se convierta en un ejercicio de
GARCÍA DE LA BARGA Y GÓMEZ DE LA belleza formal y precisión, dominado todo ello
SERNA, Andrés -> Véase CORPUS BARGA. por un afán provocador en el que queda claro el
espíritu libertario del autor. Asuntos como el
GARCÍA BLÁZQUEZ, José Antonio (Plasencia, pensamiento y el sentimiento femenino, sin in­
Cáceres, 1940) terferencias descriptivas de ningún tipo, basados
Novelista. Estudió Filosofía y Letras y, como simplemente en los diálogos y en la indagación
funcionario de la Organización Mundial del Tra­ de las conductas frente al amor y al sexo son ma­
bajo, residió en diferentes países, entre ellos In­ teria central de gran parte de sus cuentos. Su poe­
glaterra y Suiza. Ha editado varias novelas, entre sía, ligada a la tradición de una lengua que
las que destacan Los diablos (1967), No encon­ arranca en el castellano de los romances, le sirve
tré rosas para mi madre (1968), El rito (1974), para indagar también en los sentimientos y en las
Premio Nadal, Señora muerte (1976), Rey de rui­ raíces más profundas del conflicto del hombre
333 GARCÍA DE LA CONCHA

con el mundo y con la dificultad para nombrarlo. nal para evitar la amargura de la existencia. En
Destacan en su obra ensayos como: Pequeña in­ ellos busca la exactitud de las formas, la nitidez
troducción a la prosodia latina (1954), Lalia. de las im ágenes, todo ello con no poco de un
Ensayos de estudio lingüístico de la sociedad lenguaje que se alimenta del mundo del cine y
(1973), Del ritmo del lenguaje (1975), Del len­ de las letras del rock, en versos en los que apa­
guaje (1979), y que había empezado en su exilio recen coches, polígonos industriales..., elemen­
parisino en 1974, Actualidades (1980), De la tos de la realidad inmediata, incluso la aparente­
construcción (1983), segunda parte de la trilogía mente más sórdida. Además de algunos poemas
sobre el lenguaje comenzada con el mencionado sueltos en revistas, hay que destacar los poema­
Del lenguaje, Hablando de lo que habla: estu­ rios Las afueras (1997), con el que obtuvo el
dios de lenguaje (1990), galardonado con el Pre­ Premio de Poesía de «El ojo crítico» de Radio
mio Nacional de Ensayo, Contra el tiempo N acional de España, y El hueco del cuerpo
(1993), Contra la pareja (1995), Contra el hom­ (1997).
bre (1996), De Dios (1997), la reunión de artícu­
los, charlas e intervenciones variadas de Avisos GARCÍA DE CASTROJERIZ, fray Juan (siglo xiv)
para el derrumbe (1998) y el tercer volumen de Agustino y confesor real, es autor de la Glosa
la mencionada trilogía lingüística: D el aparato castellana al Regimiento de príncipes, escrita
(Del lenguaje III) (1999). Es autor, asimismo, de entre 1345 y 1350, basada en De regimine prin-
poemarios, generalmente en verso libre y de gran cipum, de Gil de Roma, y en el Comuniloquium,
extensión, como: Los versos hablados (1948), de Juan de Gales. Este texto tuvo gran importan­
Sermón de ser y no ser (1972), Canciones y soli­ cia en los ambientes jurídicos y políticos caste­
loquios (1976), cuyos textos serían cantados en llanos de la época.
1982 por el cantautor Amancio Prada, Del tren
(40 notas o canciones) (1976), Libro de conjuros GARCÍA CELLINO, Javier (La Felguera, Asturias)
(1979), Relato de am or (endecha) (1980), Del Poeta. Con su obra demuestra que, al margen de
tren (83 notas y canciones) (1981), Valorio 42 la poesía oficial de los escaparates, existe otra de
veces (1986), Babela (1987), Ramo de romances absoluta solvencia, donde el sentimiento se
y baladas (1991) y Que no, que no (1998), a los puede expresar sin retóricas ni ornamentos va­
que hay que añadir la novela Cartas de negocios cuos, una poesía de la mirada, que mezcla razón
de José Requejo (1974), los cuentos de Eso y ella y sensación, que ve en la materia la única reali­
(1987), ¿Qué coños? Cinco cuentos y una charla dad del mundo, y la nombra con plenitud y sin
(1990) y Entre sus faldas (3 cuentos y 26 mensa­ exageraciones. Es autor, entre otros, de los poe­
je s electrónicos) (2000) y las obras teatrales Iliu marios La ciudad deshabitada, galardonado con
persis, tragicom edia musical de una noche el Premio Gerardo Diego, Cuaderno para un
(1976), Tres farsas trágicas y una danza titánica viajero solitario (1996), ganador del Certamen
(1980), Ismena (1980), Rey de una hora (1984) María del Villar, y Disposición de la materia
y Baraja del Rey Don Pedro (1999), con la que (1998), con el que obtuvo el Premio Leonor.
recibió el Premio Nacional de Literatura Dramá­
tica. Asimismo, ha publicado diversas traduccio­ GARCÍA DE LA CONCHA, Víctor (Villaviáosa,
nes y ediciones de clásicos latinos y griegos, de Asturias, 1934)
las que destaca Poesía antigua (de Homero a Filólogo. Estudió Filología en la Universidad de
Horacio) (1987), además de los sonetos de Sha­ Oviedo, se licenció en Teología por la Universi­
kespeare e Ilíada (1995), versión rítm ica que dad Gregoriana de Roma y, desde 1979, es cate­
marcó un hito en las traducciones del texto clá­ drático de Literatura Española en la de Sala­
sico homérico. Debe destacarse, asimismo, su manca, de cuyos cursos internacionales fue
versión de los Proverbios m orales (1974) de director durante seis años. Hispanista de presti­
Sem Tob*. gio e historiador de la literatura, desde 1998 es
director de la Real Academia Española, en la que
GARCÍA CASADO, Pablo (Córdoba, 1972) había ingresado en 1992, y presidente de la Aso­
Poeta. Licenciado en Derecho, se trata de un au­ ciación de Academias de la Lengua Española,
tor cuyos versos se pueden adscribir a la co­ que abarca las de Hispanoamérica, Filipinas y
rriente del realismo* sucio, muy influidos por el Estados Unidos. Es, asimismo, profesor honora­
norteam ericano Carver, pero desplazando el rio y doctor honoris causa en numerosas univer­
centro de atención de los habituales bajos fon­ sidades, además de haber merecido premios y
dos a un entorno socialm ente más común. Se distinciones en medio mundo. Director de la re­
trata de poemas fuertem ente expresionistas, de vista ínsula y responsable de las colecciones
un realismo crudo, en los que se refleja la angus­ «Clásicos Castellanos» y «Austral», su especia­
tia individual y la necesidad de la búsqueda car­ lidad, por una parte, se centra en la literatura es­
334
garcía galiano

pañola del Renacimiento*, sobre todo en la mís­ GARCÍA GONZÁLEZ DE NORA, Eugenio ->Véase
tica* del siglo xvi, y, por otra, en la poesía espa­ NORA, Eugenio de.
ñola del XX. Junto a la realizadora cinematográ­
fica Josefina Molina y a Carmen Martín Gaite*, GARCÍA GUTIÉRREZ, Antonio (Chiclana, Cádiz,
escribió los guiones de la serie televisiva Teresa 1813-Madrid, 1884)
de Jesús. Director de la Historia de la Literatura Dramaturgo y poeta. De familia humilde, tras co­
española proyectada por Menéndez Pidal*, entre menzar la carrera de Medicina en Cádiz, se vio
sus muchísimas ediciones de autores españoles, obligado a trasladarse a Madrid como conse­
estudios críticos y ensayos, pueden destacarse cuencia del cierre de las universidades. Soldado
dos clásicos de su producción: El arte literario voluntario en el ejército liberal, en el que se
de santa Teresa (1978) y Nueva lectura del La­ alistó por problemas económicos, en la capital
zarillo de Tormes. entra en contacto con autores románticos (véase
ROMANTICISMO) como Espronceda*, Larra* o
GARCÍA GALIANO, Ángel (M adrid, 1961) Ventura de la Vega*, a los que conoce en la tertu­
Narrador. Doctor en Filología Hispánica y crí­ lia de El Parnasillo. Fue redactor de la Revista
tico, ha sido profesor en las universidades de Pa- Española y traductor de obras de teatro france­
dua, en Italia, de Deusto y la Com plutense de sas de Scribe, Dumas o Lemoine, hasta que, en
Madrid. Autor de los poemarios Tierra prom e­ 1836, se da a conocer — logrando un rotundo
tida y Liturgia de las horas, se dio a conocer, sin éxito— con el drama romántico El trovador, obra
embargo, con la novela El mapa de las aguas que Verdi utilizaría para su ópera II trovatore.
(1998), en la que demostró un extraordinario do­ Desde entonces, además de dedicarse a la litera­
minio del lenguaje, así como de la narración tura, y dada su aún precaria situación económica,
misma, y en la que juega con sucesos reales e viaja a Cuba y México, de donde regresa en
imaginarios, en tiempos diferentes, ello con si­ 1850, y desempeña diferentes cargos consulares
nuosidad estilística y control de la tensión argu- en Londres, Bayona y Génova. Llegó a ocuparse,
mental, recurriendo a juegos fonéticos, estructu­ incluso, de la dirección del Museo Arqueológico
rales y narrativos que dan cuenta de un mundo a partir de 1872. En 1862 había sido ya elegido
mágico. miembro de la Real Academia Española.
Su producción, muy efectista y tendente al teatro
GARCÍA GARZÓN, Juan Ignacio -> Véase costumbrista pseudocrítico, sigue fielmente los
G ARZÓ N, Juan. patrones de la época, mezclando prosa y verso y
ofreciendo variedad de escenas de pasiones y ho­
GARCÍA GÓMEZ, Emilio (M adrid, 1905-1995) rror desatados, tramas artificiosas, psicologías
Filólogo, arabista y traductor. Alumno de Asín falsas y lenguaje exagerado, y muestra especial
Palacios*, fue catedrático de árabe, en los años predilección por el tema de la venganza. Desta­
treinta y cuarenta, en las universidades de Gra­ can, en su obra, los dramas históricos rom ánti­
nada y M adrid, y embajador en Irak, Líbano y cos, entre los que deben mencionarse — además
Turquía. Autor erudito y de gran amenidad, pu­ del que le dio la fama— El paje (1837), El rey
blicó numerosas traducciones, además de impor­ monje (1837), El bastardo (1837), Sam uel
tantes estudios y antologías, entre ellas: Poemas (1839), Los desposorios de Inés (1840), El caba­
arábigoandaluces (1930), Qasidas de Andalucía llero leal (1841), Zaida (1841), El premio del
puestas en verso castellano (1940) y Cinco poe­ vencedor (1842), Simón Bocanegra (1843), Las
tas musulmanes (1944), obras con las que, ade­ bodas de doña Sancha (1843), Un duelo a
más de demostrar ser el más completo investiga­ muerte (1860), Venganza catalana (1864) y Juan
dor sobre la lírica árabe, ha conseguido difundir Lorenzo (1865), estos dos últimos muy elogiados
la cultura árabe entre el gran público. Es autor, por la crítica. Durante su mencionada estancia en
asimismo, de Nuevas escenas andaluzas (1948), A mérica, entre 1844 y 1850, publicó, además:
de la traducción de la célebre obra de Ibn Hazm Los alcaldes de Valladolid (1844), La mujer va­
de Córdoba El collar de la paloma (1952), pro­ lerosa (1845) y una parodia de El trovador titu­
logada en su edición por Ortega y Gasset*, y de lada Los hijos del tío Tronera (1846). Fue autor,
ensayos como Las jarchas m ozárabes y los j u ­ asimismo, de comedias — muchas de ellas escri­
díos de Al-Andalus (1957) y Las jarchas roman­ tas en colaboración con autores como Zorrilla*,
ces de la serie árabe en su marco (1966). En Gil y Zárate* o Eusebio A squerino*—■como
1943, fue elegido miembro de la Academia de la Juan Dándolo (1837), Las cañas se vuelven lan­
Historia, que pasaría a dirigir en 1988, y, en zas (1864) o Los millonarios (1851), y de zarzue­
1945, académico de la Real Academia Española. las, entre las que se recuerdan La espada de Ber­
En 1992 recibió el Premio Príncipe de Asturias nardo (1853), con música de Barbieri, o El
de Comunicación y Humanidades. grumete (1864), cuya partitura fue firmada por
335 GARCÍA DE LA HUERTA

Arrieta, el cual se ocupó también de la música en cionó artículos de Hortelano publicados mayori-
El capitán negrero (1865). Su obra poética se re­ tariamente en El País y una celebre entrevista
duce a Poesías (1840) y Luz y tinieblas. Poesías con Juan Benet*, a lo cual hay que añadir un
sagradas y profanas (1842), donde combina, con nuevo volumen de artículos y entrevistas inen-
gran lirismo, textos neoclásicos con temas típi­ contrables titulado Invenciones urbanas (2001).
camente románticos. A partir de 1999 comenzó la reedición de todas
sus obras en una «biblioteca» a él dedicada.
GARCÍA HORTELANO, Francisco -> Véase CA-
SAVELLA, Francisco. GARCÍA DE LA HUERTA, Vicente (Zafra, Bada­
joz, 1734-Madrid, 1787)
GARCÍA HORTELANO, Juan (M adrid, 1928- Dramaturgo, poeta y traductor. Estudiante en Sa­
1992) lamanca, su llegada a Madrid coincide con las
Narrador. Abogado y funcionario, ejerció el pe­ polémicas entre los defensores del teatro tradi­
riodismo. Es uno de los novelistas más destaca­ cional del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) y
dos del conocido como realism o social*, con quienes propugnaban los modos clasicistas fran­
obras en las que, de forma crítica y fiel a la téc­ ceses. Él tomó partido, de forma vehemente y en
nica objetivista, los personajes se lim itan a ac­ encendidas polémicas, contra los reformadores.
tuar y decir, e intenta mostrar con minuciosidad En la capital, estuvo al servicio del duque de
diferentes aspectos y estratos de la sociedad es­ Alba, fue oficial primero de la Biblioteca Real y
pañola de los años sesenta, para lo que centra a miembro de la Real Academia Española y de las
m enudo su mirada en seres vulgares. Poco a Academias de la H istoria y de Bellas Artes de
poco, va sustituyendo esas técnicas e introduce San Fernando, además de la de los arcades de
en su literatura la ironía, así como reflexiones Roma, donde era conocido como Alethóphilo
muy intelectualizadas que devienen en una ma­ Deliade. Sus ataques, tras su marcha a París
yor complejidad narrativa. Es autor, asimismo, como consecuencia del motín de Esquilache, al
de importantes libros de relatos, en los que, con conde de Aranda supusieron que pasase diez
humor y sin alardes técnicos, aborda con similar años en prisión, desterrado primero en Gibraltar
mirada crítica los diferentes estratos sociales de y después en Orán, en el norte de Africa, con­
la época. No obstante, conviene tener en cuenta cretamente hasta 1777, año en que regresó a
que el lenguaje de García Hortelano fue hacién­ Madrid. Entre los seudónimos que empleó en al­
dose más y más corrosivo con el tiempo, pero gunas de sus coplas satíricas, destaca el de Fran­
para combinarlo con un esteticismo que mantuvo cisco Lelio Barriga.
en todo momento el sabor lírico de sus evocacio­ Su obra más importante de sus primeros años en
nes. Hay que recordar sus novelas Nuevas amis­ M adrid es Endimión (1755), poema heroico al
tades (1959), Prem io Biblioteca Breve, Tor­ que sigue en relevancia la publicación de sus
menta de verano (1962), Premio Formentor, El Obras poéticas en 1778 — ampliadas en una se­
gran momento de M ary Tribune (1972), con la gunda edición de 1786— , el mismo año en que
que se inicia el abandono del objetivism o y la aparece su obra maestra: Raquel, tragedia neo­
irrupción del sarcasmo, Los vaqueros en el pozo clásica, escrita antes de 1766 y no editada hasta
(1979), Gramática parda (1982) y Muñeca m a­ 1814, que fue duramente criticada por su ideolo­
cho (1990), novela erótica en la que empleó el gía antiabsolutista, y en la que se aprecia su
seudónimo de Luciana de Lais y que solo vería eclecticismo intelectual y literario, ya que opta
la luz con su nombre, ya postumamente, en 1999. por un asunto pasional típicamente español, tra­
D estacan libros de relatos como Gente de M a­ tado, no obstante, en tomo a las tres unidades a
drid (1967), A pólogos y milesios (1975), Cuen­ las que el clasicismo redujo los antiguos cinco
tos completos (1979), en el que se incluyen algu­ actos y escrito en romance endecasílabo. Inspi­
nos relatos inéditos hasta esa fecha y otros ya rada en un poema de Luis de Ulloa*, está basada
libres de censuras, Preparativos de boda (1986), en una obra de Diamante* en la que se contaba
Mucho cuento (1987) y Los archivos secretos el trágico amor de una judía de Toledo por Al­
(1988). Publicó, además, el poem ario E charse fonso VIH, y la muerte de esta a manos de los va­
las pecas a la espalda (1977) y un ensayo, El sallos del rey. En cualquier caso, gozó de un éxito
grupo poético de los años cincuenta (una anto­ extraordinario. Su poesía, entre tanto, es engolada
logía) (1978). En 1995 apareció, en edición a y solemne, y compuso desde églogas hasta sone­
cargo de Antonio Martínez Sarrión*, una colec­ tos y romances a imitación de Góngora*. Otras
ción de poemas inéditos titulada La incompren­ obras suyas son Biblioteca militar española
sión del comercio, y en 1997 la edición de sus (1760), y una recopilación del antiguo teatro es­
Cuentos completos, así como Crónicas compar­ pañol desde el siglo xvi, que él defendía, titulada
tidas, volumen en el que Manuel de Lope* selec­ Theatro H español (1785-1786; 17 vols.), de la
336
garcía -lliberós

que quedan excluidos autores como Lope de misma, la muerte o la propia poesía. Destacan
Vega*, Tirso de Molina* o Alarcón*, cediendo su poemarios como: Emilia es la canción (1963),
espacio a algunos textos de Calderón* y a una Tierra de nadie (1968), A flo r de piel (1970), Pre­
larga lista de autores de segunda fila. Esta antolo­ mio Adonais, Volver a Uleila (1971), Premio
gía — sobre todo el prólogo en exceso naciona­ Álamo, Elegía de Astaroth (1973), Premio Nacio­
lista— le valió el desprecio de autores como nal de Literatura, Retrato respirable en un desván
Iriarte*, Samaniego*, Fernández de Moratín* o (1974), Premio Ciudad de lrún, Mester andalusí
Jovellanos*, entre otros, así como el apoyo de (1978), Premio Leopoldo Panero en 1976 y de la
Ramón de la Cruz*. Entre los autores a los que Crítica en 1978, Auto de fe (1979), Premio Bos­
tradujo, destacan Voltaire, de quien realizó una cán, Santo Oficio (1981), De latrocinios y virgi­
versión de Zaire, y Sófocles, de quien hizo lo pro­ nidades (1983), Premio Tertulia H ispanoameri­
pio con Electra, en su obra Agamenón vengado, cana, Obra poética completa (1988), que recoge
no publicada hasta 1930 en Buenos Aires. algunos de los textos anteriores, Territorios del
puma (1991) y Mitologías (2000), galardonado
GARCÍA-LLIBERÓS, María (Valencia, 1950) con el Premio Internacional de Poesía Genera­
Narradora. Ex directora de TVE en Valencia y ción del 27. De su obra se han realizado dos An­
cofundadora de Canal 9, fue presidenta de la tologías, una publicada en 1978 y otra en 1980.
Asociación de Críticos de la Comunidad Valen­
ciana y trabaja como economista en el Ayunta­ GARCÍA LORCA, Federico (Fuente Vaqueros,
miento de Valencia. En sus obras, siempre de Granada, 1898-Viznar, Granada, 1936)
factura clásica por lo que respecta tanto al len­ Poeta y dramaturgo. Uno de los autores españo­
guaje como a la trama, esta autora gira en torno les más universales, García Lorca pertenecía a
al amor, a las relaciones de pareja y a su fracaso, una familia acomodada. Comenzó a estudiar mú­
basado en la soledad e insatisfacción sexual de la sica — actividad extraordinariamente importante
cotidianidad actual. Es autora de las novelas La en su vida, no en vano se dedicó, con Manuel de
encuestadora (1992), que mereció el Premio Ga­ Falla, a recopilar y organizar canciones tradicio­
briel Sijé, Equívocos (1999), galardonada con el nales— , estudios que interrumpió para comple­
Premio de la Crítica Valenciana y finalista del tar las carreras de Derecho y Filosofía y Letras
Premio Ateneo de Sevilla, y Como ángeles en un en las universidades de Granada y Madrid, licen­
burdel (2002), con la que obtuvo el Premio Ate­ ciándose en 1923. Fue en 1919 cuando se instaló
neo de Sevilla. en la Residencia de Estudiantes de Madrid, en la
que convivió y trabó amistad con autores como
GARCÍA LLOVET, Esther (Málaga, 1963) Juan Ramón Jiménez*, Dalí* o Buñuel*, entre
Narradora. Licenciada en Psicología, estudió di­ otros, además de con algunos de los poetas de su
rección de cine y es guionista de documentales. generación (véase GENERACIÓN DEL 27), como
Autora en cuya obra se aprecia la influencia ci­ Alberti* o Emilio Prados*. En 1929, un año des­
nematográfica de Robert Altman, sobre todo de­ pués de abandonar la Residencia, viaja a Nueva
bido a la fragmentación, superposición e imbri­ York — ciudad que marcaría su trayectoria poé­
cación de las historias, hay que mencionar su tica— y a Cuba como becario, y, tras su regreso,
novela Coda (2003), con la que quedó finalista en 1932, funda y se ocupa de dirigir, con la
del Premio Casa de América. ayuda de Eduardo Ugarte, la compañía de teatro
universitario La Barraca, con la que recorre nu­
GARCÍA LÓPEZ, Ángel (Rota, Cádiz, 1935) merosos pueblos de España dando a conocer a
Poeta. Licenciado en Filosofía y Letras por la los clásicos de nuestro teatro. En aquellos años,
Universidad de Madrid, tras haber estudiado en ya es un autor de éxito, además de un conferen­
la de Sevilla, y profesor de Lengua y de Litera­ ciante reputado, como se vio en su viaje del año
tura Españolas, es técnico de servicios bibliográ­ 1933 a Argentina y Uruguay, en el que sus obras
ficos en la Dirección de Cultura de la ONCE (Or­ triunfaron en los escenarios de aquellos países.
ganización Nacional de Ciegos de España). Su Poco le quedaría de vida tras su regreso a Es­
amplia obra, no demasiado novedosa, aunque sí paña, ya que, el 19 de agosto de 1936, al poco de
reconocida por la crítica y los jurados literarios, estallar la Guerra Civil, moriría fusilado a manos
está marcada por la línea clásica del barroquismo de los falangistas.
andaluz y de sus juegos, es rica en metáforas, lu­ Personaje de gran vitalidad, culto y ameno — se­
jos verbales y destrezas rítmicas, con no poca in­ gún cuentan quienes lo conocieron— , solía ser el
fluencia de Garcilaso de la Vega* y de los garci- centro de cualquier reunión; pero, al propio
lasistas de posguerra en los sonetos, así como de tiempo, era depresivo y frustrado, doliente y
Góngora*, todo ello en versos que hablan de sóli­ triste, ambigüedad que se pone de manifiesto en
tos asuntos como el amor, el paisaje, la vida la profundidad emocional de su obra. Una obra
337 GARCÍA LORCA

en la que, genéricamente, se da una fusión ejem­ gitano. En 1935 aparecería Llanto por Ignacio
plar entre la tradición y la renovación, entre las Sánchez Mejías, una elegía sobre el célebre to­
fuerzas emocionales y telúricas comunes al ser rero amigo de los poetas del 27 en la que encon­
humano y los tratamientos de vanguardia para tramos una sólida reflexión sobre el destino, y,
dichos asuntos. Así, el lenguaje lorquiano al­ en 1936, Seis poemas galegos y Diván del Tama-
canza cimas de simbolism o — elementos como rít, no publicada en su día, al igual que Odas,
la luna, el agua, el caballo, los metales, las flo­ Poemas postumos y Canciones musicales, obras
res, la sangre, etc., son inevitables en sus pági­ todas ellas recogidas en la primera edición de
nas— en el que la palabrq. se convierte en el ins­ Obras completas publicada, a cargo de Arturo
trumento para sacar a la luz un mundo de del Hoyo, con prólogo de Jorge Guillén* y epí­
referencias obsesivas. Temas como el amor, en­ logo de Vicente Aleixandre*, en Buenos Aires,
tendido desde una perspectiva pansexualista, el en 1938-1942, por la editorial Losada. A estas
sexo esencial, la carnalidad y el deseo, la este­ obras deben sumarse los inconclusos Sonetos del
rilidad, la infancia y la muerte, resultan funda­ amor oscuro, ejemplo de poesía erótica de inimi­
mentales en la práctica totalidad de su obra. Pri­ table intensidad, no publicados hasta 1984. Con
mitivismo y clasicism o conviven, pues, en la Poeta en Nueva York, no publicado tampoco
expresión de un mundo literario tan reconocible hasta 1940, ya postumamente, renueva su len­
y personal como elevado. guaje y se aleja del popularismo andaluz con
Su prim er libro, fruto de un viaje por Castilla, poemas desgarrados y violentos, de verso largo e
fue Impresiones y paisajes (1918), escrito en im ágenes apocalípticas, en los que renuncia al
prosa modernista. En su poesía, puede decirse metro y a la rima o bien opta ya por formas clási­
que predom inan el ritmo popular con rem inis­ cas de arte mayor.
cencia de canciones infantiles, la metáfora sú­ En cuanto a su teatro, cabe decir que, además de
bita, capaz de crear significados con dos térmi­ conseguir una gran acogida de público ya en los
nos aparentemente difíciles de relacionar, y días de su estreno y de suponer el más impor­
cierto mundo misterioso tendente a la penumbra. tante intento renovador del siglo xx en la escena
Poeta ante todo, como él mismo reconocía, co­ española, resulta extremadamente poético. No en
mienza imitando a los poetas de moda, de m a­ vano, él mismo relacionaba el drama con la poe­
nera que ya en el Libro de poem as (1921), se sía — es «poesía dramática»— en palabras me­
aprecian las influencias de Juan Ramón Jiménez, morables: «El teatro es la poesía que se levanta
el M odernismo* y Antonio M achado*. En P ri­ del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y
meras canciones, escrito en 1921, aunque no pu­ grita, llora y se desespera. El teatro necesita que
blicado hasta 1936, ya se ve al gran poeta que ha­ los personajes que aparezcan en la escena lleven
brá de confirmarse, en 1927, con Canciones, un traje de poesía y, al mismo tiempo, que se les
libro en el que desborda la brillantez de sus ver­ vean los huesos, la sangre». Su teatro se sostiene
sos, así como la fuerza y genialidad innovadora sobre tres órdenes dispares: de un lado, las obras
de las imágenes. El Poema del cante jondo, pu­ de inspiración romántica, donde lirismo y melan­
blicado en 1931, pero en el que hay versos de colía crean una intensidad emocional peculiar;
1921, consta de poemas muy breves en los que a de otro, el gusto por el desenfado de la farsa en
través del metro corto y ciertas notas dramáticas el que, no obstante, existe una similar em otivi­
dem uestra la eficacia de un lenguaje de trazos dad, y, por último, el refinamiento dramático de
para m ostrar el alma andaluza. Prim er roman­ sus dramas rurales, en los que queda patente la
cero gitano, escrito entre 1924 y 1927, y pu ­ maestría de Lorca para conseguir personajes es­
blicado en 1928, es una colección de romances quemáticos que representan fuerzas vitales esen­
— salvo «Burla de don Pedro a caballo»— con la ciales. Asimismo, conviven en él música, coreo­
que logra crear una mitología del mundo gitano grafía, plástica, realismo y simbolismo, gracias
a través de una fusión magistral entre lo culto y a cuya combinación ofrece hondos análisis de
lo popular, y consigue, además, un éxito desco­ los problemas de la existencia. En todo ello, es­
nocido en un libro de poemas. En este poemario, tán las influencias de la canción popular, de Va-
predominan la sensualidad y el dramatismo, en lle-Inclán*, del drama modernista, de Lope de
virtud de los cuales se evidencia un profundo co­ Vega* y Calderón de la Barca* — de este último
nocimiento del alma humana, y constituye todo toma la alegoría y el sentido trágico— y del tea­
él un alarde técnico en el que las metáforas, de tro de títeres. Su primera obra es El maleficio de
riqueza extrema, logran crear una transposición la mariposa (1919), que fue un fracaso en escena
completam ente nueva entre la realidad y el y no llegó a imprimirse, a la que siguen Títeres
mundo poético para dar cuenta de la dialéctica de Cachiporra y alguna otra farsa, como La Ta­
vital entre el am or y la muerte. En su segunda rumba, y M ariana Pineda (1925), su primer
edición, en 1929, se convertiría en Romancero éxito serio, centrada en la tragedia emocional de
GARCÍA LORCA 338

la heroína ajusticiada en Granada en 1831 por una prosa detallista y ágil. También tras su muerte
bordar una bandera liberal. En 1930, aparece La vio la luz De Garcilaso a Lorca (1984).
zapatera prodigiosa y, ya en 1931, A m or de don
Perlimplín con Belisa en su jardín y Retablillo GARCÍA LORCA, Isabel (G ranada, 1909-Ma-
de don Cristóbal — estrenada en Buenos Aires drid, 2002)
en 1934— , a las que siguieron El público, obra Ensayista. Hermana menor de Federico García
difícil no representada hasta los años ochenta y Lorca*, a los ocho años sus padres le encomen­
que, terminada en 1933, no se dio a conocer daron su educación a la mujer de Femando de los
hasta 1976, la surrealista A sí que pasen cinco Ríos*, Gloria Giner. Alumna de Guillén* y Sali­
años (1931), sus tres grandes tragedias, Bodas nas* en la Universidad de Madrid, colaboró en la
de sangre (1933), donde se muestra cómo la pa­ compañía teatral de Lorca, La Barraca, y enseñó
sión no puede verse domeñada por barreras mo­ en el Instituto Escuela de M adrid. Exiliada en
rales o sociales, Yerma (1934), centrada en el Bruselas y después en Estados Unidos a raíz de
drama de la esterilidad, y La casa de Bernarda la Guerra Civil, allí enseñó en distintas univer­
Alba (1936), su obra maestra y una profunda re­ sidades. Regresó del exilio en 1951 y en 1955
flexión sobre el poder, la intolerancia y la repre­ colaboró en la creación de la Asociación de M u­
sión moral en las zonas rurales de Esjpaña, y jeres Universitarias. A la muerte de Franco, recu­
Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las f l o ­ peró su puesto como catedrática en un instituto
res (1935), sobre la inutilidad de la espera re­ madrileño y en 1984 se ocupó de dirigir la Fun­
signada en el amor. Recientemente, en 1994, se dación García Lorca. Apenas le faltaban algunos
publicaron los volúmenes Poesía inédita de ju ­ detalles de sus memorias cuando la sorprendió la
ventud, Prosa inédita de juventud y Teatro iné­ muerte, a pesar de lo cual se publicaron con el tí­
dito de juventud, que recogen materiales desco­ tulo de Recuerdos míos (2002), que además
nocidos del autor granadino, así como, en 1995, obtuvo el prestigioso Premio Comillas de biogra­
el volumen Sonetos del amor oscuro. Poemas de fía, autobiografía y memorias.
amor y erotismo. Inéditos de madurez, libro que
recoge lo más im portante de su obra erótica y GARCÍA LUENGO, Eusebio (Puebla de Alcocer,
amorosa, así como dos poemas y varios frag­ Badajoz, 1909)
mentos inéditos hasta la fecha. A todo ello hay Narrador y dramaturgo. Estudió Derecho y Filo­
que añadir El prim itivo auto sentimental, texto sofía y letras y fue colaborador, como crítico li­
dramático que había perm anecido inédito, pu­ terario, de diferentes publicaciones, entre las que
blicado por el Museo Lorca en 1997 y cuyo ma­ destacan Indice, El Correo Literario, Insula, El
nuscrito está fechado en diciembre de 1918. Español o La Estafeta Literaria, en algunas de
las cuales publicó muchos de sus cuentos. Su
GARCÍA LORCA, Francisco (Fuente Vaqueros, obra narrativa responde a profundas necesidades
Granada, 1902-Granada, 1976) intelectuales y, en ella, destaca el tratamiento fi­
Ensayista y poeta. Hermano de Federico García losófico de los temas, que deja de lado cualquier
Lorca*, participó activamente en la vida cultural alarde técnico o estilístico en favor de las preo­
granadina de los años veinte, estudió Derecho, cupaciones existencialistas. Su prim era novela
fue redactor de la revista Gallo y comenzó una apareció en 1941, El malogrado, y consiguió, en
floreciente carrera como diplomático que se vio 1950, el Premio Café Gijón por su narración La
truncada por el estallido de la Guerra Civil y el primera actriz. Otras obras destacadas de García
subsecuente exilio. Años después sería profesor Luengo son la novela No sé (1950) y algunas
de Lengua y Literatura españolas en diferentes piezas teatrales, entre las que deben mencionarse
centros estadounidenses, entre ellos el Q ueen’s títulos como Por primera vez en mi vida, El ce­
College y la Columbia University de Nueva York, loso por infiel o El pozo y la angustia.
en la cual se convertiría en catedrático. Además
de poesías, que se publicarían parcialmente en GARCÍA MALO, Ignacio (fin ale s sig lo xvm-me-
1984, y de sus importantes, y ya clásicos, estu­ d ia d o s sig lo XIX)
dios Angel Ganivet. Su idea del hombre (1952), Dramaturgo. A pesar de que su nombre está li­
De fra y Luis a san Juan. La escondida senda gado al teatro por su obra Doña María Pacheco
(1972), postumamente aparecieron diferentes tra­ (1788), este helenista fue un destacado traductor
bajos sobre la obra de su hermano, entre los que a quien se debe una versión española en endeca­
destaca Federico y su mundo (1980), escrito en­ sílabos de la Ilíada (1788), así como dos tratadi-
tre 1959 y 1965 y en el que reunía una serie de tos curiosos a la hora de estudiar la prosa del si­
ensayos críticos de los que se prescindió en la glo xix. Colección de anécdotas, historias y
edición última de 1998, quedando solo el relato novelas (1827) y Colección de ejemplos p rácti­
biográfico y emocional de Federico, contado con cos de virtud (1864).
339 GARCÍA MARTÍN

GARCÍA DE MARLONES -> Véase G R A C IÁ N , sabe dialogar con la tradición y que deja entrever
Baltasar. en sus versos dicho diálogo en la presencia de los
autores que lo han marcado como individuo.
GARCÍA MARTÍ, Victoriano (La Puebla del Ca- Como autor de diarios — en ocasiones, dietarios,
ramiñal, La Coruña, 1881 -Santiago de Com­ o sea anotaciones de carácter literario más que
postela, La Coruña, 1966) privado— se recrea, de manera unas veces sar­
Narrador y ensayista. Además de haber ejercido cástica y otras reflexiva, en la cotidianidad y no
el periodismo y de haber sido secretario del Ate­ huye nunca de los nombres de sus confidentes,
neo de M adrid, este autor ha destacado, sobre aunque lo más importante de ellos es la emotivi­
todo, como ensayista, en libros de temas varia­ dad con que habla de lugares, amigos desapare­
dos que van de lo filosófico a lo histórico, con cidos o libros leídos. En todo caso, se trata de
títulos como De la fe lic id a d (1924), El senti­ diarios en los que, sin demasiadas concesiones al
miento de lo eterno (1929), La emoción del mo­ pudor, realiza un ejercicio de sinceridad desme­
mento (1929), El am or (1935), La muerte dida y apasionada. Son sus poemarios: Marine­
(1936), La voluntad y el destino (1942), España ros perdidos en los puertos (1972), Autorretrato
(1946), Rosalía de Castro, Don Quijote y su m e­ de desconocido (1979), El enigma de Eros
jo r camino (1948) o La vida no es sueño (1949). (1982), Tinta y papel (1985), M editerraniu
Merecen mención aparte dos obras quizá dema­ (1986), Aliento fugitivo (1987), Treinta monedas
siado específicas, si bien no carentes de interés (1989), la compilación Poesía reunida (1972-
tanto literario como documental: El Ateneo de 1990) (1990), El pasajero (1992), Cuaderno
M adrid (1835-1935) (1948) y su autobiografía de Valldemossa (1996), Principios y finales
La vida de un español del siglo XIX al XX (1941). (1997) y Material perecedero. Poesía 1972-1998
Asimismo, es autor de obras concebidas como (1998). Es autor, además del libro de relatos
estructuras escénicas dialogadas, como La tra­ Gente conocida (1991), de las novelas La trama
gedia de todos (1928) y La voz de los mitos de Argel (1986), Al doblar la esquina (2001) y
(1941), y de algunas novelas y obras narrativas, Líneas urbanas. Lectura de Nueva York (2002),
entre las que deben mencionarse: La sonrisa de volumen que se basa en las diferentes experien­
un espíritu (1911) o los relatos de A través de la cias de amigos en torno a la ciudad de Nueva
vida (1936) y Tres narraciones gallegas (1950), York. Son también conocidos sus diarios, que ha
entre otras. Num erosas son también sus obras ido editando como una obra en marcha, en la lí­
sobre G alicia, de entre las que quizá m erezca nea de Trapiello*, en Días de 1989 (1989), ree­
una mención Una punta de Europa (Ritmo y ma­ ditado en 1999 con la inclusión de una larga en­
tices de la vida gallega) (1927), con prólogo de trevista, Colección de días (1993), Dicho y
Ortega y Gasset*. hecho (1995), Todo al día (1997), Mentiras ver­
daderas (1999) y Dominio público (2003), en el
GARCÍA MARTÍN, José Luis (Aldeanueva del que recoge las anotaciones entre 2000 y 2002.
Camino, Cáceres, 1950) Ha publicado una original colección de traduc­
Poeta, novelista, crítico y traductor. Profesor de ciones, titulada La Biblioteca de Alejandría
Literatura en la Universidad de Oviedo, director (1990), diferentes ensayos, entre los que desta­
de la revista ovetense Clarín. Revista de nueva can: Poesía española 1982-1983: Estudio y an­
literatura y crítico literario del diario El Mundo, tología (1983), Fernando Pessoa (1983), La se­
su poesía, de extraordinaria frescura y naturali­ gunda generación poética de posguerra (1986),
dad, busca la expresión de los sentimientos desde La poesía figurativa: crónica parcial de quince
perspectivas íntimas, sin que exista mayor inte­ años de poesía española (1992), Café con libros
rés por indagaciones formales y técnicas y huye (1996), Cómo tratar y m altratar a los poetas
de cualesquiera trascendentalismos, confusiones (1996) y Biblioteca circulante (2000), y las obras
místicas o divagaciones pseudoprofundas tan en teatrales incluidas en Pretérito perfecto y otras
boga en cierta poesía contem poránea. No obs­ piezas breves (1996), pero quizá sean las antolo­
tante esto, hay que decir que se trata de un poeta gías de poesía reciente española, y no solo espa­
cuyo eclecticismo le permite usar con hondura y ñola, las que lo han hecho conocido en el ámbito
rigor diferentes registros, que van del epigrama literario; así, conviene destacar: Las voces y los
al poema narrativo, de la elegía desgarrada a la ecos (1980), La generación de los ochenta
sátira, aunque siempre destacando en lo que se (1988), El amor en poesía (antología) (1989),
refiere al poema erótico-am oroso, en el que se Poesía inglesa del siglo XX (1993), Selección na­
muestra claro, meditativo, hondo, pero sin efu­ cional. Ultima poesía española (1995), la de
siones sentimentales, y en el que se aprecia cierta poetas de los años noventa Treinta años de poe­
influencia conjunta de Brines* y del malditismo sía española: 1975-1995 (1996), La generación
de un De Villena*. Es, asimismo, un poeta que del 99 (1999), en la que seleccionó a veintiocho
340
GARCÍA MARTÍN

jóvenes poetas, entre los que figuran nombres obras difícilmente podían montarse sobre un es­
como Benjamín Prado*, Jesús Aguado*, Aurora cenario. Otros títulos suyos son El dios Tortuga
Luque*, Amalia Bautista*, José Mateos*, Juan (ed., 1998), Lalibelá, Operación Ópera (1991)
Antonio González Iglesias*, Ángela Vallvey* o y Los vivos y los muertos (1999). En los últimos
Pablo García Casado*, por citar solo a algunos noventa fue el responsable de la puesta en es­
de ellos, y los dos volúmenes de Poetas del no­ cena de la obra El tiempo y la habitación, del au­
vecientos. Entre el modernismo y la vanguardia tor austríaco Botho Strauss.
(antología) (2001), que selecciona versos de 43
poetas, entre los que se pueden citar los nombres, GARCÍA MERCADAL, José (Zaragoza, 1883-?)
entre otros muchos, de Fernando Fortún*, G ui­ Novelista y ensayista. Abogado y colaborador de
llermo de Torre*, Ramón Gaya*, Alfonso Ca- publicaciones como Heraldo de Aragón o Infor­
mín*, José Bergamín*, José Antonio Muñoz Ro­ maciones, entre otras, fundó y dirigió La novela
jas* o Carmen Conde*. Recopiló sus críticas mundial. A pesar de que dedicó gran parte de sus
literarias en Punto de mira (1997), libros a los esfuerzos intelectuales a investigar cuestiones re­
que habría que añadir una recopilación de las en­ lacionadas con Aragón, y de que deben recor­
trevistas realizadas en su día por Alfonso Ca- darse dos novelas suyas: Los cachorros del león
mín*: Entrevistas literarias (1998). Entre las (1912) y Remanso de dolor (1912). es autor de
ediciones de autores de las que se ha ocupado, importantes ensayos, entre los que destacan Es­
destaca la labor de rescate de un autor como Gó­ paña vista por los extranjeros (1919) e Historia
mez Carrillo*. Sus artículos periodísticos los ha del romanticismo en España (1935), por el que
publicado en dos volúmenes, Aprendices de fa n ­ fue galardonado con el Premio Nacional de Lite­
tasmas (1997) y Media vida (2001), la mayoría ratura y que no sería publicado hasta 1943.
de ellos sobre literatura o marcados por ella. No
conviene olvidar, además, su importante trabajo GARCÍA MONTERO, Luis (Granada, 1958)
como traductor, sobre todo de Pessoa, y las mu­ Poeta y ensayista. Profesor de la Universidad de
chas ediciones críticas de autores españoles clá­ Granada. Junto a otros poetas granadinos, entre
sicos que ha preparado, entre ellos Campoamor*, ellos Álvaro Salvador*, formó el grupo llamado
Valera*, Gómez Carrillo o Clarín*, por citar solo «de la otra sentimentalidad», que pretendía ser
a algunos. una reacción al culteranism o im perante en los
años sesenta. Montero y sus compañeros inten­
GARCÍA MARTÍN, Luis -»Véase MARTÍN, Luis G. taban volver a la poesía de la experiencia* y a
las circunstancias propias del ámbito urbano, en
GARCÍA MAY, Ignacio ('Madrid, 1965) lo que significaba también una vuelta a los poe­
Dramaturgo. Estudió interpretación en la Real tas de la Generación del 50*. Es por ese camino
Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, como se convertiría, después, en uno de los má­
de la que es profesor. Muy pronto se dedicó a la ximos representantes del cambio poético produ­
escritura y, en la actualidad, se trata de uno de cido en España en los años ochenta, en el que
los autores dram áticos más jóvenes del pano­ se abandonan los presupuestos esteticistas y se
rama teatral, que se dio a conocer con la obra pasa a una concepción temporalizada de la poe­
Alesio, una comedia de tiempos pasados o B u­ sía donde lo cotidiano se convierte en centro de
lulú y medio (1983), con la que obtuvo el Pre­ atención del creador. Para Montero, la poesía es
mio Tirso de Molina de 1986. Incluido en la ge­ una ficción cuya eficacia está en la verosim ili­
neración de los ochenta, junto a un autor como tud, y el lenguaje que debe emplear para expre­
Ernesto Caballero*, en sus obras se m uestra sarse es el de todos los días. La poesía de G ar­
como un creador libre, completam ente al m ar­ cía Montero, influida, entre otros, por Antonio
gen de las corrientes dominantes y poseedor de Machado*, Gil de Biedma*, Francisco Brines*,
un estilo propio, lo que ha llevado a gran parte Pedro Salinas*, Luis Cernuda*, Alberti* o Gar­
de la crítica a calificarlo, incluso, de inclasifica­ cía Lorca*, resulta de un extraordinario rea­
ble, aludiendo que a veces no se sabe bien si sus lismo* y, en ella, caben desde las contradiccio­
obras son teatrales o narrativas, si se trata nes de la H istoria hasta las más íntim as del
de obras de teatro o novelas. Se trata, en suma, de propio individuo. En sus versos, abiertos a la
obras extraordinariam ente im aginativas, con naturalidad de la vida, y en los que la felicidad,
algo de aquelarre en las galerías de personajes cuya defensa «es la primera responsabilidad del
fantasm ales o misteriosos, que conviven con ser humano», dibuja su propio fluir, se encuen­
narcotraficantes, prostitutas, b rujas..., y en las tran restaurantes, calles, aviones, coches..., todo
que se producen num erosos prodigios que re­ cuanto forma parte de la cotidianidad, a fin de
cuerdan al teatro de Valle-Inclán*, quien, ade­ crear un ámbito poético en el que conviven ra­
más, padeció el mismo reproche de que sus cionalidad y emoción.
341 GARCÍA MORENTE

Son sus poemarios: Y ahora ya eres dueño del esotérico, al misterio, que, junto a la magia y el
puente de Brooklyn (1980), Tristia (1982) — es­ enigma, domina sin duda todos sus espacios y a
crito en colaboración con Alvaro Salvador*— , sus personajes. De estilo pausado, próximo a la
El jardín extranjero (1983), Premio Adonais de confesión, sus personajes a veces están goberna­
1982, un libro-disco con poemas musicados por dos por fuerzas ocultas que rigen sus destinos y
grupos de rock titulado Rimado de ciudad muchos de sus actos. Con el paso del tiempo, su
(1984), Égloga de los dos rascacielos (1984), lenguaje se ha distanciado más del texto, y
Diario cómplice (1987), Las flo res del frío aborda mundos privados femeninos, en la más
(1991), libro que introduce una nueva irraciona­ pura línea de literatura femenina, con frialdad y
lidad en las imágenes, Habitaciones separadas distancia, como una cruda observadora de he­
(1994), VI Premio Fundación Loewe y Premio chos dramáticos que muestran las consecuencias
Nacional de Poesía, Además (1994), en el cual se obsesivas del amor y del desamor. Hay que men­
recogen poem as marginales de su producción, cionar, además del relato infantil El accidente
circunstanciales, de tema político, primerizos e, (1997), sus novelas Archipiélago (1981), fina­
incluso, letras de rock, Casi cien poemas. Anto­ lista del Premio Sésamo, El sur y Bene, dos rela­
logía (1980-1995) (1997), Completamente vier­ tos publicados en un solo volumen en 1985, el
nes (1998), canto a la felicidad y al amor dedi­ prim ero de los cuales fue llevado al cine por su
cado a su mujer, A lm udena Grandes*, a cuya marido, Víctor Erice, El silencio de las sirenas
novela Te llamaré Viernes se refiere el título de (1985), Premio Herralde, La lógica del vampiro
su poemario, Antología personal (2001), que in­ (1990), Las mujeres de H éctor (1994), La tía
cluye un disco compacto del poeta leyendo sus Águeda (1995), Nasmiya (1996), La señorita
propios versos, una nueva Antología poética M edina (1997), El secreto de Elisa (1999), El
(2002) y La intim idad de la serpiente (2003). testamento de Regina (2001) y Una historia per­
García Montero es autor, asim ismo, de diferen­ versa (2001), a las que hay que añadir el volu­
tes ensayos: El teatro medieval. Polémica de una men de relatos Mujeres solas (1996), más próxi­
inexistencia (1984), Norma y los estilos en la mos a la novela corta que al cuento y que
poesía de Rafael Alberti (1986), Poesía, cuartel mantienen una unidad, tanto temática como for­
de invierno (1987), Confesiones poéticas (1994), mal, en torno a la idea de la mujer abandonada
volumen en el que se dan cita numerosos artícu­ por el marido en favor de alguien más joven que
los críticos y teóricos sobre cuestiones poéticas ella, lo que le sirve para reflexionar sobre la con­
de toda índole, así como sobre diferentes poetas dición femenina y sobre la quiebra vital de las
que van desde Rimbaud o Rubén Darío (véase mujeres a cierta edad. En 1985 le fue concedido
MODERNISMO) hasta A ntonio M achado* o los el Premio Icaro al descubrimiento literario.
autores de las Generaciones del 27* y del 50*,
La puerta de la calle (1997), reunión de los ar­ GARCÍA MORENTE, Manuel (Arjonillo, Jaén,
tículos publicados en la edición andaluza de El 1886-Madrid, 1942)
País entre 1995 y 1996, Aguas territoriales Filósofo y ensayista. Licenciado en Filosofía en
(1996), donde reivindica la poesía y la literatura París, amplió estudios en Alemania y se doctoró
como humanización, y El sexto día. Historia ín­ en Madrid en 1911. En 1912 ganó la cátedra de
tima de la poesía española (2000). Hay que aña­ Ética de la Facultad de Filosofía de Madrid, de la
dir a todo ello su versión teatral, realizada en que sería decano entre 1931 y 1936. Profesor
1999, de la Celestina. Tragicomedia de Calisto y durante algún tiempo de la Institución Libre de
Melibea, de Femando de Rojas*, en la cual, sin Enseñanza* y subsecretario de Instrucción Pú­
caer en la actualización, modifica el vocabulario blica en 1930, con el estallido de la Guerra Civil
y la sintaxis para hacerlos más accesibles. fue destituido y marchó a París y Argentina, de
donde regresaría más tarde una vez convertido al
GARCÍA MORALES, Adelaida (Badajoz, 1946) catolicismo y ordenado sacerdote, cambio ideo­
Novelista. Licenciada en Filosofía y Letras en la lógico que afectaría a su obra a partir de 1945. Si
U niversidad de M adrid, estudió en la Escuela importante fue su labor como profesor y traduc­
Oficial de Cinematografía y ha sido profesora de tor de Kant, Leibniz o Husserl, entre otros, así
Lengua y Literatura españolas y de Filosofía, así como la desarrollada como articulista y conferen­
como traductora, modelo y actriz. Es autora de ciante, no lo es menos su obra teórica, profunda­
una obra, com puesta de relatos y novelas, en la mente influida por su maestro Ortega y Gasset*,
que logra crear climas de emocionada sentimen- que abarca temas de filosofía, pedagogía y litera­
talidad, donde la m elancolía, la soledad, la an­ tura. Entre sus obras fundamentales, deben men­
gustia por los fracasos del amor y una prosa refi­ cionarse: La filosofía de Kant (1917), La filosofía
nada y precisa definen el espacio narrativo, y de de Bergson (1917), Idea de la Hispanidad, Lec­
la que no está exenta una cierta tendencia a lo ciones preliminares de filosofía (Tucumán, 1937)
GARCIA MOSQUERA

— publicada, después, como Fundamentos de f i ­ mas, en las que Dios, el amor y el paisaje cons­
losofía (Buenos Aires, 1943)— , Orígenes del na­ tituyen el trípode que sostiene su poesía. Paulati­
cionalismo español (Buenos Aires, 1938), Ser y namente, pues, fueron asomando a sus poemas
vida del caballero cristiano (1945) y Ensayos. sentimientos neorrománticos al tiempo que aban­
donaba la férrea dictadura de las formas en favor
GARCÍA MOSQUERA, José (Santa Eulalia de Cas­ del verso libre. En cuanto a los temas, cabe decir
tro Escuadro, Orense, 1817-Orense, 1868) que siempre giran en tomo a la relación del hom­
Poeta. Además de estudiar Filosofía en la Uni­ bre con la tierra y Dios, pese a que el sentimiento
versidad de Santiago, fue un profundo conoce­ religioso de arraigada profundidad metafísica en­
dor de diferentes lenguas y ejerció la docencia en tra en su obra algo más tardíamente y pese a las
un Colegio de Humanidades en Orense del que tres etapas de acuerdo a las cuales suele dividirse
sería director. Toda su poesía se conoce gracias su obra: una primera, de gran pulcritud y perfec­
al boletín de El Eco de Orense, en el que se pu­ ción formal, que abarcaría hasta Tregua; otra,
blicaron sus versos desde el 13 de febrero de que iría desde esta hasta La red, en la que se da
1894 hasta el 3 de marzo del mismo año, ya que el gran cambio hacia la libertad expresiva y la
jamás se editaron en libros autónomos. Son ver­ humanización; y, la tercera, en la que el mundo
sos de calidad en los que destacan la elegancia íntimo hace su aparición definitiva con la fuerza
del lenguaje y la perfección del estilo. de un dramático lirismo. A su obra se han ido in­
corporando las influencias de Jorge Guillén*,
GARCÍA MUÑOZ, Luis Unamuno*, Antonio Machado* o Luis Rosales*.
Narrador. Admirador de Borges, es autor de Sus poemarios más representativos son: Víspera
obras muy intelectualizadas que, siguiendo al au­ hacia ti (1940), Poesía (1943), Versos de un
tor argentino, juegan con la realización de lo huésped de Luisa Esteban (1944), Tú y yo sobre
irreal, creando climas complejos en los que los la tierra (1944), Del campo y soledad (1944),
referentes se funden y confunden. Hay que des­ Retablo del ángel, el hombre y la pastora (1945),
tacar su novela El ímpetu del tren (1999), con la Primer libro de poemas (1951), Segundo libro de
que obtuvo el Premio Joven 98. poemas (1951), Tregua (1951), Premio Nacional
de Literatura Garcilaso, Juego de los doce espe­
GARCÍA NIETO, José (O viedo, 1914-M adrid, jo s (1951), Sonetos para mi hija (1953), La red
2001} (1955), Premio Fastenrath de la Real Academia
Poeta. Estudió Matemáticas y Periodismo, ade­ Española, Leyendas de la dulce Francia (1959),
más de ser uno de los miembros fundadores de la El parque pequeño (1959), Geografía es am or
revista Garcilaso, de la que sería director, y de (1961), Premio Nacional de Literatura, Corpus
haber colaborado en adaptaciones de clásicos Christi y seis sonetos (1962), La hora undécima
para el cine y la televisión o haber dirigido du­ (1963), Circunstancias de la muerte (1963), Me­
rante los años cincuenta y parte de los sesenta la morias y compromisos (1966), donde se produce
revista Poesía Española. Ingresó en la Real Aca­ un inesperado giro poético en el que abandona,
demia Española con un discurso pronunciado en si bien solo momentáneamente, sus usos tradi­
verso, en 1983. Junto a los demás miembros de cionales y afronta la reflexión histórica, Ha­
Garcilaso, abanderaba a la «juventud creadora», blando solo (1968), Premio Ciudad de Barce­
que pretendía mantener a la poesía española en lona, Los tres poemas mayores (1970), Taller de
el seno de la tradición, libre de influencias ex­ arte menor y cincuenta sonetos (1973), Sonetos
tranjeras, en una suerte de limbo de clasicismo y revelaciones de Madrid (1976), Súplicas por la
destemporalizado, opuesto a toda poesía imbri­ paz del mundo y otros «collages» (1977), Premio
cada en la historia real, lo que sin duda acomo­ Boscán, Los cristales fingidos (1978), Premio
daba a estos autores en la política nacional en Angaro, El arrabal (1980), Galiana (1986) y
curso. Su poesía, representativa del neoclasi­ Carta a la madre (1988). En 1996, el mismo año
cismo de posguerra, se caracteriza por el cuidado en que le fue concedido el Premio Cervantes, se
de la forma y la deliberada huida de los conflic­ publicó una extensísima antología de sus versos
tos emocionales, si bien en sus inicios se aprecia bajo el título de Poesía. Es autor, asimismo, de
la influencia de poetas de la Generación del 27*, una importante obra crítica, así como de obras de
pero no por lo que respecta a la veta surrealista narrativa breve como Donde el mundo no cesa
de muchos de ellos, a la actitud combativa de un de referir su historia (1982).
Miguel Hernández* o al realismo* a veces feroz
de alguien como Alberti*. La verdadera influen­ GARCÍA NIEVAS, Amparo (Puente de Génave,
cia en sus versos viene de Gerardo Diego*, de su Jaén)
neoparnasianismo, que lleva a García Nieto al Poetisa. Residente en Bruselas, en sus versos do­
uso de sonetos, canciones neopopulares, déci­ mina la nostalgia del paisaje y de una forma de
343 GARCÍA PAVÓN

vida que pertenece al Sur, siempre contemplado del mal. Asimismo, hay que citar un volumen en
todo desde la perspectiva que otorgan la soledad el que reúne pensamientos y aforismos titulado
y el aislamiento, en los que la autora busca huir Habitaciones irreales (1999).
de la alienación de la sociedad actual. Destaca su
poemario En relación al Sur (1997). GARCÍA PAVÓN, Francisco (Tomelloso, Ciudad
Real, 1919-Madríd, 1989)
GARCÍA DE NORA, Eugenio -> Véase NO RA, Novelista. Doctor en Filosofía y Letras, mantuvo
Eugenio de. una estrecha relación con el mundo de la escena
al ser, además de importante crítico teatral, cate­
GARCÍA NORIEGA, José Ignacio (Llanes, Astu­ drático de Historia del Teatro y director de la Es­
rias, 1945) cuela Superior de Arte Dramático. Fue, asi­
Narrador. Personaje culto y provocador, se trata mismo, director de la editorial Taurus. Su obra se
de un escritor que combina con sabiduría el hu­ caracteriza por la originalidad en la creación del
morismo burlón y la crítica contundente, y en cu­ relato breve, su facilidad para el costumbrismo*
yas páginas, que a veces escarban en la memoria y un agudo sentido del humor cargado de inge­
de la Guerra Civil, crea galerías de personajes nio. En sus obras, la recuperación de la infancia,
extravagantes que dan cuenta en gran medida de lo misterioso y el relato de las costumbres de la
las peculiaridades que ofrece el carácter español, época conviven de forma original, creando una
al tiempo que tratan de representar la intrahisto- sentimentalidad nueva a partir de la realidad. En
ria unamuniana. Es autor de las novelas Viaje del la actualidad, poco a poco se ha recuperado su fi­
obispo de Abisinia a los santuarios de la cris­ gura, hasta el punto de que se le considera uno
tiandad (1987) y En un jardín tenebroso (1998). de los grandes autores de relatos de la posguerra,
junto a Ignacio Aldecoa*. A su irrupción el
GARCÍA OLMEDO, Francisco mundo de la novela con Cerca de Oviedo (1945),
Poeta. Catedrático de Biología M olecular de la finalista del Premio Nadal, siguieron libros de re­
Universidad Politécnica, se trata de uno de los latos como Cuentos de mamá (1952), un home­
científicos más prestigiosos españoles, que de­ naje a su madre, Las campanas de Tirteafuera
butó en la poesía con el libro Natura según Al- (1955), Cuentos republicanos (1961), Los libe­
troío (2002), que la crítica destacó como un poe­ rales (1965), Los carros vacíos (1965) o La gue­
mario original y emotivo, capaz de crear un rra de los dos mil años (1967), a los que, con el
diálogo entre lo lírico y lo científico a la hora de paso de los años, hay que añadir importantes re­
meditar sobre el hombre. latos como «Confidencias» (1975), Premio Hu­
cha de Oro, y «El tren que no conduce nadie»
GARCÍA ORTEGA, Adolfo (Valladolid, 1958) (1978), Premio Antonio Machado, además del li­
Poeta y narrador. Editor y traductor, en sus obras, bro Cuentos de amor vagamente (1985). Entre­
de claro corte realista, aunque con ciertos ele­ tanto, no abandonó la novela, y, en 1969, ganaría
mentos fantásticos como contrapunto, domina un el Nadal con Las hermanas coloradas, corolario
clima en el que los sueños y el deseo se ven so­ de otras anteriores entre las que destaca M emo­
metidos a los rigores de la realidad, en un uni­ rias de un cazadotes (1953). Pero su fama se
verso cerrado donde la larva de las frustraciones debe, en realidad, a los relatos de Plinio, el jefe
crece en las entrañas de unos personajes que re­ de la guardia municipal de Tomelloso, con los
nuncian a confiar en las promesas que nunca se que logró una novela policiaca a la española que,
cumplirán. Algo hay en su literatura, en su carga incluso, sería llevada a televisión, y en la que no
provincial, que permite situarlo en los aledaños debe desdeñarse la habilidad lingüística de Gar­
del también vallisoletano Delibes*, si bien, por cía Pavón. Los títulos de esta serie que gozaron
lo que respecta al riesgo narrativo con que a me­ de mayor éxito fueron quizá Historias de Plinio
nudo combina diferentes géneros o juega con las (1968), El reinado de Witiza (1968), Premio de
estructuras literarias, se lo puede emparentar con la Crítica y finalista, como su primera novela, del
alguien como Cortázar, el francés Perec, de Premio Nadal, El rapto de las Sabinas (1969),
quien es confeso admirador, o su más próximo Una semana de lluvia (1971), Nuevas historias
Vila-M atas*. Hay que m encionar sus libros de Plinio (1972), Voces de Ruidera (1973), El úl­
M am paso (1990; reed., 2002), Los días rusos timo sábado (1975) o El caso mudo y otras his­
(1996), que en realidad eran tres novelas hilva­ torias de Plinio (1980). De su obra ensayística
nadas, Café Hugo (1998), novela coral que re­ deben recordarse títulos como: Estudios manche-
cuerda a La colmena, de Cela*, y que en cierto gos (1952), Historia de Tomelloso (1954), Anto­
sentido le rinde homenaje, y Lobo (2000), autén­ logía de los cuentistas españoles contemporá­
tico ejercicio de estilo que aúna novela policiaca, neos (1959), que incluye un interesante estudio
romántica y filosófica para abordar el problema sobre el género del cuento, El teatro social en
344
garcía pintado

España (1962) o Textos y escenarios (1967). En volúmenes de memorias: La Quencia (1998), en


1996 se publicaron en 4 volúmenes sus Obras el que se ocupa de los años que van de 1944 a
completas. 1968, y Cuando el aire no es nuestro. M em o­
rias / / ( 2001), en el que se ocupa de su actividad
GARCÍA PINTADO, Ángel (Valladolid, 1940) como lector, profesor y crítico, procurando man­
Dramaturgo. Colaborador de publicaciones des­ tener un estilo documental.
tacadas, como Madrid, ABC o Cuadernos para
el Diálogo, su teatro, claramente comprometido, GARCÍA DE PRUNEDA Y LEDESMA, Salvador
aunque de un solipsismo a menudo indescifrable, (Madrid, 1912)
recurre a las técnicas del absurdo, a la farsa, y al­ Novelista. Fue embajador y entre sus obras na­
canza cotas de abstracción difícilmente iguala- rrativas destacan La soledad de Alcuneza (1961),
bles. Deben m encionarse obras como: La cena La encrucijada de Carabanchel (1963), Premio
(1967), La patria chica de los gusanos de seda Nacional de Literatura, La puerta falsa (1969),
(1968), El taxidermista (1979) y La sangre del El Corpus Christi de Francisco Sánchez (1971)
tiempo (1981), por la que recibió un accésit del o Ceuta en el umbral (1977), entre otras, además
Premio Lope de Vega. Hay que mencionar, asi­ de su ensayo Toledo, retablo de la historia de Es­
mismo, su ensayo El cadáver del padre (artes de paña (1962).
vanguardia y revolución) (1981) y la novela El
cielo (1995), texto innovador y melancólico so­ GARCÍA-RAMOS, Alfonso (Santa Cruz de Tene­
bre la dialéctica entre vida y muerte. rife, 1930-1980)
Novelista. Abogado y periodista, director de dos
GARCÍA PORTA, Antonio (Barcelona, 1954) diarios tinerfeños y miembro del PSOE, es autor
Narrador. En los últimos años ha firmado sus li­ de una obra en la que conviven los elementos
bros como A. G. Porta. Se trata de un autor en mágicos con la crónica social de los años de pos­
cuyas páginas se adentra, a través del género po­ guerra para dar cuenta de las ilusiones y frustra­
liciaco, en la violencia y el erotismo, pero siem­ ciones del hombre. Destacan títulos como Te-
pre dejando traslucir un hondo escepticismo y neyda (1960) Guad (1970), premio Benito Pérez
una visión desolada. No obstante, tienen cabida Armas, o Tristeza sobre un caballo blanco
en su obra los elementos fantásticos y fantasma­ (1980).
les, mezclados con los sueños, que le sirven para
abordar las confusiones individuales de sus per­ GARCÍA RECHE, Andrés
sonajes, su dificultad para entender y habitar la Narrador. Su primera novela es Marta sólo es un
realidad, y lo hace con sencillez de lenguaje y nombre (1997), repaso de la transición política
precisión descriptiva cuando se refiere a los es­ española a través de una ruptura amorosa.
cenarios, siempre concretos: Mahón o Barce­
lona. Es autor, entre otras, de las novelas Conse­ GARCÍA DE RESENDE (Évora, Portugal, si­
jos de un discípulo de Morrison a un fanático de glo XVI)
Joyce (1984), escrita con Roberto Bolaño y que Poeta, músico y compilador de cancionero. Fue
fue galardonada con el Premio Ámbito Literario secretario e historiador de la Corte de Juan II de
de Narrativa, Braudel po r Braudel (1999) y El Portugal. Es autor de un Cancioneiro geral, pu­
peso del aire (2001). blicado en Lisboa en 1516, en el que se recogía
la obra de doscientos ochenta y seis poetas por­
GARCÍA-POSADA, Miguel (Sevilla, 1944) tugueses, entre los que veintinueve de ellos, in­
Ensayista y crítico. Crítico literario entre los más cluido él mismo, son autores de versos en caste­
prestigiosos, ejerce su labor en el diario El País. llano, concretamente de ciento siete poemas. Se
Se trata de un autor lúcido y de extraordinarios trata de una imitación del Cancionero general
conocim ientos, cuyo estilo ágil y nada preten­ (véase CANCIONERO) (Valencia, 1511), de Her­
cioso convierte sus ensayos en una constante nando del Castillo*. Él mismo se incluyó con
fuente de aprendizaje y entretenimiento. A su im­ unas trovas monologadas con m otivo de la
portante trabajo Federico García Lorca (1979), muerte de Inés de Castro. La mayor parte de los
deben añadirse estudios como: Lorca: interpre­ poetas que aparecen en el cancionero de García
tación de «Poeta en Nueva York» (1982), Cua­ de Resende pertenecen a la tradición gallego-
renta años de poesía española (1979), Lope de portuguesa y son imitadores de la escuela alegó-
Vega: Poesía (1984), Acelerado sueño. Memoria rico-dantesca, a través de la lectura de grandes
de los poetas del 27 (1999), además de la antolo­ autores españoles, y sus versos no tienen más in­
gía Poetas del 98. Un fin de siglo (1998) y El vi­ terés que el de ver la influencia que tuvieron poe­
cio crítico (2001), una suerte de poética de la crí­ tas como Juan de Mena* o el marqués de Santi­
tica literaria, así como los dos primeros de tres llana* sobre otros autores de segunda fila. Fue
345 GARCÍA SÁNCHEZ

autor, asimismo, de obras en portugués, una Cró­ sociología, pasando por la historia y, por su­
nica do rei Joao II y de una Misceláneo, esta úl­ puesto, la literatura. Quizá los más destacados
tima un diario en rima sobre el mismo periodo. sean El realismo de doña Emilia Pardo Bazán
(1951), Seoane (1954), sobre la figura del autor
GARCÍA ROLDÁN, Ángel (Arévalo, Ávila, gallego, a quien dedicó algunas obras más, No­
1946) tas para una antropología del hombre gallego
Novelista. Ingeniero Técnico de Obras Públicas (1966), Tres síntomas de Europa (1968), Cinco
por la Universidad de Madrid, ha residido en di­ subjetividades como paisaje (1985) y Paseo al­
ferentes países, entre ellos Inglaterra, Irlanda, rededor de la muerte (2000), traducción del ori­
Irán o Colombia. Actualmente, vive y trabaja en ginal Paseata arredor da morte, entre otros. Pos­
Madrid, donde ha compatibilizado su actividad tumamente, en 1998, fue distinguido con el
literaria con sus ocupaciones en una empresa de Premio das Artes e das Letras de Galicia al con­
construcción. Autor de cuentos y de varias nove­ junto de su obra.
las cortas, destacan sus novelas Todo el peso del
silencio (1984), Premio Ateneo de Santander, y GARCÍA DE SALAZAR, Lope (Vizcaya, 1399-?,
Las cortes de Coguaya (1985), Premio Interna­ 1466)
cional de Novela Plaza & Janés. Historiador, se vio envuelto en guerras y en nu­
merosas intrigas familiares y palaciegas. Intere­
GARCÍA ROMÁN, Fernando (Málaga, 1950) sado por los linajes, su obra ha servido para co­
Poeta. Con numerosos libros inéditos, se trata de nocer la relevancia de ciertos temas literarios en
un poeta existencial, de verso libre y sin signos la Edad Media, entre ellos las leyendas artúricas.
de puntuación cuyos poemas se adentran en lo Destacan títulos como Crónica de siete casas de
cotidiano para reflexionar sobre lo irracional. Vizcaya y Castilla (1454) y, sobre todo, el Libro
Destacan sus poemarios De los pájaros (1987), de las bienandanzas e fortunas (1471-1476),
con el que obtuvo el Prem io Juan Gil Albert, y compuesto por veinticinco libros en los que hace
Tránsito (1972-1985) (1999), que recoge su pro­ un repaso de la historia española y europea a
ducción poética hasta esa fecha, incluidos seis todos los niveles. De esta obra se realizó una edi­
poemas añadidos al mencionado De los pájaros. ción en 1884, superada por la de Ángel Rodrí­
guez Herrero, cuyos cuatro volúmenes se publi­
GARCÍA RUBIO, Manuel (Montevideo, Uruguay, caron en Bilbao en 1967.
1956)
Novelista. Uruguayo de nacimiento, pero astu­ GARCÍA DE SALCEDO CORONEL, José -»Véase
riano de origen y corazón, ya que toda su familia SALCEDO CORONEL, José G arcía de.
ha nacido allí, es abogado y en sus obras, que es­
pacia con lentitud por lo que respecta a la publi­ GARCÍA SÁNCHEZ, Javier (Barcelona, 1955)
cación, se muestra como un escritor original que Novelista. Ha ejercido el periodismo en diferen­
realiza, en cierto sentido, un homenaje a la sátira tes medios y, en la actualidad, es uno de los na­
dieciochesca y un homenaje frecuente al paisaje rradores de mayor prestigio de la literatura espa­
asturiano. Se trata, en suma, de un autor pro­ ñola con una obra de estilo depurado, a veces de
fundo y serio, que usa el humor y la riqueza idio- cierto barroquismo lingüístico, en la que suele
m ática para satirizar y meditar con hondura so­ acercarse a los conflictos del amor, la soledad y
bre la realidad y las em ociones humanas. Es las ambigüedades de la conciencia, en ocasiones
autor de las novelas El sentido de las cosas recurriendo a periodos históricos, en otras man­
(1989), El efecto devastador de la m elancolía teniéndose en las lindes de la realidad actual. Al­
(1997), La garrapata (1998) y Green (2000). gunos críticos, pensando en sus primeros textos,
Asimismo, ha publicado un ensayo como M ar­ lo han tildado de «neorromántico», si bien poco
xism o y Derecho (1976), con el que obtuvo un a poco ha ido distanciándose del relato de las pa­
accésit del Premio El Viejo Topo, y numerosos siones destructivas para abordar con hondura, y
cuentos que han sido premiados en prestigiosos al tiempo que ha ido despojándose de los exce­
certámenes. sos de su prosa barroca, la crisis individual de la
conciencia ante la realidad, por medio de un len­
GARCÍA SABELL, Domingo (Santiago de Com- guaje que huye de sus monólogos torrenciales de
postela, La Coruña, 1908-1996) los años ochenta y primeros noventa para dotar a
Crítico y ensayista en lenguas gallega y espa­ la palabra de poder descriptivo. Sus novelas son:
ñola. Médico de profesión, fue presidente de la Continúa el misterio de los ojos verdes (1985),
Real Academia Galega y publicó numerosos en­ La dama del viento sur (1985), la novela que lo
sayos, tanto en gallego como en español, sobre lanzó a la fama y con la que consiguió el Premio
diferentes temas que van desde la medicina a la Pío Baroja, Última carta de amor de Carolina
346
garcía sanchiz

van Giinderrode a Bettina Brentano (1986), Los cumentado con los archivos de la Corona de Ara­
amores secretos (1987), El mecanógrafo (1990), gón en el que destacan la objetividad, la precisión,
La historia más triste (1991), Premio Herralde, la claridad de la prosa y la fiabilidad historiográ-
El Alpe d ’Huez (1994), que se centra en el fica de los sucesos narrados. Durante un tiempo,
mundo del ciclismo, Los otros (1998), novela se pensó erróneamente que una parte de esta Cró­
que mezcla el terror y la ciencia-ficción, La mu­ nica había sido escrita por su hermano Pablo. Hoy
je r de ninguna parte (2000), centrada en la de­ ya no existen dudas al respecto: la autoría perte­
presión, Falta alma (2001) y Dios se ha ido nece a Alvar.
(2003), galardonada con el Premio Azorín. Es
autor, asimismo, del poemario La ira de la luz GARCÍA DE SANTA MARÍA, Gonzalo (Zara­
(19790, del ensayo Conocer Hólderlin y su obra goza, 1447-1521)
(1979), del libro de entrevistas Conversaciones Traductor e historiador. De familia conversa, es­
con la jo ven filosofía española (1979) y de los tudió leyes, fue miembro de la corte de Juan II
volúmenes de relatos Mlitantes de invierno de Aragón, consejero del arzobispo Alfonso y ju ­
(1985) y Teoría de la eternidad (1985). Su afi­ rado de Zaragoza desde 1501, lo que no le sirvió
ción al ciclismo lo llevó a publicar la biografía a la hora de ser sometido a varios juicios de la In­
Induráin. Una pasión templada (1997), dedicado quisición. Son obras suyas la traducción de Vitae
al pentacapeón del Tour de Francia Miguel Indu- patrum (1491), de san Jerónimo, Evangelios y
ráin. Ha escrito, asimismo, la novela dirigida a epístolas (1485), traducción de la obra de G ui­
un público juvenil El sueño de Escipión (1998), llermo de París Postilla super epístolas et evan­
una metáfora sobre el odio y el amor centrada en gelio, Cordial de las cuatro cosas postrim eras
la segunda guerra púnica. (1491), sobre De quatuor novissimis, de D ioni­
sio Cartujano, la obra en verso Catón en latín y
GARCÍA SANCHIZ, Federico (Valencia, 1886- en romance (1493), sobre el Pseudo-Catón, Fue­
Madrid, 1964) ros de Aragón (1496), las constituciones sino­
Narrador. Comenzó estudios de M edicina y, dales del Arzobispado de Zaragoza (1498), la
luego, en Madrid, de Filosofía y Letras; colabo­ traducción del Dialogus pro Ecclesia contra Si-
rador en prensa y miembro de la Real Academia nagogam (1497?), de autor anónimo, y una serie
Española desde 1941, fue destacado orador, con de textos historiográficos entre los que destaca
un género peculiar que denominaba charla, a una biografía de Juan II.
medio camino entre lo descriptivo y lo lírico. En­
tre sus libros, de tendencia modernista, además GARCÍA DE SANTA MARÍA, Pablo Véase
de algunas memorias, libros de viajes, de los que SANTA MARÍA, Pablo de.
merece mención Viaje a España (1929), y ensa­
yos políticos, destacan los de relatos — sería con GARCÍA SANTISTEBAN, Rafael (Madrid, 1829-
el cuento Color (1929) con el que lograría la 1893)
fama— y las novelas, entre las que deben recor­ Poeta y dramaturgo. Colaborador de importantes
darse: Por tierra fragosa (1906), Las siestas del publicaciones, como La Ilustración Española y
cañaveral (1907), Barrio latino (1914), Al son Blanco y Negro, y redactor de Don Quijote, es
de la guitarra (1916), La Sulamita (1918) y El autor de poemas satíricos de tono festivo y de co­
caballerito del puerto (1924). medias y zarzuelas de humor caricaturesco. En­
tre sus libros de poesía destacan: El ramo de or­
GARCÍA DE SANTA MARÍA, Alfonso Véase tigas (1861), Un chaparrón de letrillas (1870) y
CARTAGENA, Alfonso de. Pepinillos en vinagre (1881), obras a las que hay
que sumar comedias como La frutera de Murillo
GARCÍA DE SANTA MARÍA, Alvar (Burgos, (1859) y El enemigo en casa (1864), y la zar­
h. 1375-1460) zuela El jardinero (1865), entre las más renom­
Cronista. De familia conversa, hermano de Pablo bradas.
de Santa María*, fue miembro de la corte de don
Femando de Antequera — antes y después de con­ GARCÍA SERRANO, Rafael (Pamplona, 1917-
vertirse, en 1414, en rey de Aragón— y de la de Madrid, 1988)
Juan II*. Es autor de una Crónica de Juan II de Novelista. Estudió Filosofía y Letras en la Uni­
Castilla, publicada incompleta por vez primera, a versidad de Madrid y fue director de diferentes
cargo de Galíndez de Carvajal, en Logroño en publicaciones, entre ellas Arriba, y colaborador
1517, en la que se ocupa de los acontecimientos del periódico El Alcázar, diario en el que publicó
acaecidos desde 1406. Está considerada como la miles de artículos marcados por su vehemente
más importante de las crónicas reales de la pri­ falangismo. Como periodista, su labor fue reco­
mera mitad del siglo xv. Se trata de un texto do­ nocida por el régimen franquista con el Premio
347 GARCÍA ulecia

Nacional de Periodism o Francisco Franco en GARCÍA TASSARA, Gabriel (Sevilla, 1817-Ávila,


1950, y su participación en la Guerra Civil con la 1875)
Cruz del Mérito Militar en 1964. El tema central Poeta. Estudió Filosofía y Humanidades, además
de toda su literatura, de prosa dura y ágil, es di­ de Derecho en Madrid. Diputado, ministro y em­
cha guerra, como se ve en las tres novelas agru­ bajador de España en el Reino Unido y en Esta­
padas bajo el título general de La guerra (1964): dos Unidos, fue hombre de gran cultura y amigo
Eugenio o proclamación de la primavera (1938), de los más grandes poetas románticos españoles.
Plaza del Castillo (1951) y La fie l infantería En sus versos, publicados, entre 1839 y 1842, en
(1943), Premio Nacional de Literatura, a la que el Semanario Pintoresco Español y claramente
se suman otras como Cuando los dioses nacían en la línea del romanticismo* imperante, se apre­
en Extremadura (1949), centrada en la conquista cia su formación clásica, así como sus hondas
de México por los españoles, Los ojos perdidos preocupaciones por la degeneración social del
(1958), llevada al cine y por cuyo guión García momento, tratada desde un hondo pesimismo.
Serrano recibió un premio especial del Sindicato Tanto es así, que la crítica y sus colegas se han
Nacional de Espectáculos, La p az dura quince referido a él como «poeta político-social», caso
días (1960), La ventana daba al río (1963), El de Juan Valera*, «cantor elocuente de moribun­
obispo de Gambo (1977), esta última dentro de das hazañas», como opinaba Bejarano*, o «poeta
lo que se conoce como «política-ficción», La paz filosófico social», en palabras de Blanco García.
ha terminado (1980), Frente norte (1982) y De estilo grandilocuente, sus Poesías, marcadas
Quinto centenario (1986). El resto de su obra se por los sucesos revolucionarios de 1848, no apa­
compone de volúmenes de relatos, Los toros de recerían reunidas en un solo volumen hasta 1869,
Iberia. 6 historias de toros, 6 (1945), El domingo y en ellas se pueden ver cuáles son sus soportes
por la tarde (1962) o El pino volador y otras his­ temáticos fundamentales: la naturaleza, la reli­
torias militares (1964); libros de viajes como gión, la historia y la política.
Notas de un viaje de Roma a Buenos Aires
(1949) y Bailando hasta la Cruz del Sur (1953); GARCÍA TEJERO, Alfonso (Madrid, 1818-
una curiosa antología de canciones y frases de 1890)
los soldados de la zona nacional durante la gue­ Novelista y poeta. Fue autor de folletines* y de
rra: Diccionario para un macuto (1964), y las poemarios como El romancero histórico (1859)
memorias La gran esperanza (1983). Asimismo, y El cancionero de Sevilla (1872).
fue autor de guiones cinematográficos, además
del ya mencionado, entre ellos el de Los novios GARCÍA TORAL, Alicio -> Véase GARCITORAL,
de la muerte (1975). Alicio.

GARCÍA SOUBRIET, Sonia (Tomelloso, Ciudad GARCÍA TORRES, Mariano (León, 1951)
Real, 1957) N arrador. Licenciado en Filología Española e
Novelista. Estudió Filología Francesa en Madrid Historia del Arte en París, ha vivido en Suecia,
y, en la actualidad, ejerce como profesora de Francia, México, Brasil y Argentina, y fue se­
Lengua y L iteratura españolas en O xford. A u­ cretario y colaborador del Premio Nobel guate­
tora de relatos publicados en diferentes revistas, malteco Miguel Ángel Asturias, lo que le permi­
fue finalista del Prem io Antonio M achado con tió conocer personalm ente a Borges, Neruda,
el cuento «Los últimos días del verano». Sus Cortázar o Sartre, entre otras grandes figuras in­
obra narrativa, de una prosa sencilla, sin alardes telectuales. Es autor de las novelas El silencio
y teñida de m elancolía, suele centrar su mirada roto (1996), con la que obtuvo el Premio Ateneo
en la infancia y adolescencia perdidas, y logra de Sevilla y en la que aborda asuntos como el
recrear, con limpieza, los ambientes y las em o­ desamor, la soledad y el silencio en una refle­
ciones vividas en esas épocas. Ha publicado La xión sobre el tiempo, y Se van muriendo las ro­
otra Sonia (1987), El correo prodigioso (1990) sas (2000).
y Bruna (1991).
GARCÍA ULECIA, Alberto (Morón de la Fron­
GARCÍA SUELTO, Tomás (Madrid, 1778-?) tera, Sevilla, 1932)
Poeta y ensayista. Colaboró en diferentes publi­ Poeta. Catedrático de Derecho en la Universidad
caciones, como Literatura y Artes o Diario Cu­ de Cádiz, se le considera como uno de los miem­
rioso, en las que publicó sus artículos y poemas. bros menos conocidos de la Generación del 50*
Tradujo algunas obras para el teatro y es recor­ en Andalucía. Su poesía, nostálgica y marcada
dado por su estudio sobre la situación del teatro por la tradición lírica andaluza, se recoge en poe­
en su época: Las Variedades de Ciencias, Litera­ marios como: A plena sombra (1964), Alas y
tura y Artes (1805). olas (1965), A flo r de tierra (1972), Jazmines
348
GARCÍA VALDÉS

postum os (1975), Paisajes y elegías (1981), naturaleza diversa de sus textos: por una parte,
Moctezuma (1981), Antología. 1964-1981 un relato sarcástico poblado de personajes ex­
(1985) y Fervor de la memoria (1992), a los que céntricos; por otra, una novela que juega con la
hay que añadir un poemario como El fantasm a ficción histórica, recreando un episodio perdido
de Tübingen (2001), que recoge un solo poema del A ntiguo Testamento; además, una crónica
compuesto de fragmentos de la obra del poeta ro­ sentimental y sexual en cierto código hum orís­
mántico alemán Holderlin y que supone una re­ tico, etc. Aunque ya era autor de un libro de rela­
lectura de sus versos en una suerte de collage. tos, La caja de m úsica y otros cuentos (1993),
debutó en el panorama literario en 1997 con dos
GARCÍA VALDÉS, Olvido (Santianes de Pravia, novelas, La irresistible nariz de Verónica, con la
Asturias, 1950) que obtuvo el Premio de Novela Corta José Ma­
Poetisa. Profesora de Lengua y Literatura en un ría de Pereda, y Urías y el Rey David, y conse­
instituto de Toledo, pertenece al conocido como guiría un año más tarde quedar finalista del Pre­
«Grupo de Valladolid» que publica El signo del mio Nadal con La caricia del escorpión (1998),
gorrión y es responsable, asimismo y junto a M i­ a la que siguió Una cosa es el silencio (1999).
guel Casado*, de la publicación Los Infolios, re­
vista en la que conviven arte, pensamiento, y lite­ GARCÍA VARGAS-MACHUCA, María Eloy (M á­
ratura. En sus versos, de gran austeridad estética, laga, 1972)
esenciales, demuestra una obsesión por la forma Poetisa. En sus versos, de marcado carácter iró­
como sentido y reflexión moral sobre la condi­ nico, domina el erotismo. Incluida en diferentes
ción humana, sobre todo de la mujer. El resul­ antologías, destaca su poemario Diseños experi­
tado es una poesía que se inserta en el mundo que mentales (1997), galardonado con el Premio Ate­
contempla, a partir de transiciones insólitas, ali­ neo de Málaga.
teraciones, anfibologías y duplicidad de signifi­
cados, para adentrarse en una intensidad emotiva GARCÍA-VELA, Fernando -» Véase V ELA , Fer­
sorprendente, siempre atenta a las partes más nando.
sensibles y frágiles de la cotidianidad y dando
cuenta de la angustia existencial que provoca la GARCÍA VELA, José (Oviedo, 1885-Las Navas
relación con el mundo y la experiencia íntima en del Marqués, Ávila, 1913)
que esta deviene. Es autora de los poemarios El Poeta modernista incluido en la célebre Antolo­
tercer jardín (1986), Exposición (1989), con el gía de Federico de Onís*, y de quien, debido a
que recibe un accésit del Premio Esquío, Ella, su temprana muerte, solo contamos con una
los pájaros (1994), galardonado con el Premio obra: Hogares humildes (1909). En ella encon­
Leonor, Caza nocturna (1997) y Del ojo al hueso tramos una sabia combinación lírica de técnicas
(20 0 1 ). propias del Modernismo* con un marcado inte­
rés por los conflictos íntimos y cotidianos.
GARCÍA VALERO, Vicente (Valencia, 1855-Ma-
drid, 1927) GARCÍA DE VILLALTA, José (Sevilla, 1801-Ate­
Dramaturgo y prosista de quien destacan zarzue­ nas, Grecia, 1846)
las como A la cuarta pregunta (1884), El ver- N ovelista y dramaturgo. Ya desde los 14 años
mouth de Nicomedes (1885), A m atacaballo trabajó para la Administración en diversos car­
(1886) y Los apuros de Correa (1905). Fue au­ gos, hasta que, tras el regreso de Femando VII a
tor, asimismo, de la comedia Enemigos ocultos España, se exilió a Inglaterra, donde se casó.
(1886), del melodrama El tío Charra (1905) y de Del país británico se trasladó a París, ciudad en
obras narrativas, útiles para conocer el mundillo la que fue «com isario de guerra», y a Suiza,
de la farándula en la época, como Crónicas re­ donde fue profesor de Física, para volver a Es­
trospectivas del teatro p o r un cómico viejo paña en 1833 y acogerse a la amnistía decretada
(1910), M emorias de un comediante (1911), por María Cristina. A partir de esa fecha, cola­
Dentro y fuera del teatro (1913) y Páginas del bora en diferentes revistas y periódicos, entre
pasado (1916). ellos El Siglo y El Labriego, revista que fundó
en 1840. Es nombrado, primero, secretario de la
GARCÍA-VALI ÑO, Ignacio (Zaragoza, 1968) Junta de Gobierno de Cádiz, después, goberna­
Narrador. O rientador psicopedagógico de cen­ dor civil de Lugo y secretario de la D irección
tros públicos de enseñanza, es crítico cinemato- G eneral de Estudios, hasta que, en 1844, co­
gráfico'en la revista Reseña y fue redactor, entre m ienza a desem peñar tareas diplom áticas en
1994 y 1996, de los anuarios de cine Cine para Atenas y recibe diversas menciones oficiales.
leer. Autor difícilm ente adscribible a ninguna Amigo de Espronceda* — con quien compartiría
moda literaria, lo que queda dem ostrado por la presidio antes de la citada am nistía— , para él
349 GARCIASOL

hizo el prólogo de sus Poesías y redactó una (1975) y Los signos del zodíaco (1983). Ha reci­
biografía en la mencionada revista El Labriego. bido premios como el Doncel, el de Investiga­
Entre sus novelas, de género histórico — en la lí­ ción de la Fundación Universitaria Española y el
nea impuesta por el Romanticismo*— , publica­ L uí de narrativa.
das en la «Colección de novelas históricas origi­
nales españolas», destaca El golpe en vago. GARCIARRAMOS, Fernando (Santa Cruz de Te­
Cuento de la decimoctava centuria (1835), duro nerife, 1931)
ataque a los jesuitas. Entre sus piezas dram áti­ Poeta. De los muchos poemarios publicados por
cas, pertenecientes al m ismo género, deben este catedrático tinerfeño destacan: Tristeza del
mencionarse: El astrólogo de Valladolid (1839), hombre (1953), El tiempo habitable (1964), De
centrada en la boda de los Reyes Católicos, y la la noche a la mañana (1969), Barruntos (1976),
com edia de costum bres Los am oríos de 1790 Roto espejo de la memoria (1979), En las manos
(1838). Fue autor, asimismo, de diversas traduc­ del volcán (1980), Furnias (1982) y Los mitos
ciones, entre las que cabe recordar la de El úl­ habitados (1984), entre otros.
timo día de un reo a muerte (1834), de Víctor
Hugo, y la que realizó en verso del Macbeth GARCIASOL, Ramón de (Humanes de Moher-
(1838), de Shakespeare. nando, Guadalajara, 1913-Madrid, 1994)
Poeta y ensayista. Miguel Alonso Calvo, nombre
GARCÍA VILLANUEVA HUGALDE Y PARRA, Ma­ verdadero de Garciasol, era hijo de humildes ar­
nuel (finales sig lo x v iii -xix ) tesanos y, casi por azar, pudo estudiar el bachi­
Tratadista y actor. Sus dos obras fundamentales llerato en Guadalajara. Se licenció en Derecho
son: M anifiesto p o r los teatros españoles y sus en la Universidad de Madrid, aunque jamás ejer­
actores (1788) y Orígenes, épocas y progresos ció, dedicándose a trabajar en una editorial ma­
del teatro español (1802). Fue autor, asimismo, drileña. En su poesía, de marcado talante exis-
de algunas obras teatrales sin importancia. tencial, se aprecian las influencias de Quevedo*,
Antonio M achado* y Unamuno* a la hora de
GARCÍA VIÑÓ, Manuel (Sevilla, 1928) abordar temas como España — el paisaje y la
Narrador, ensayista y poeta. Licenciado en Dere­ concepción de patria— y el hombre en constante
cho, fue redactor de La Estafeta Literaria y cola­ conflicto con la vida, los cuales constituyen el
borador del diario El Alcázar, fundó la publica­ núcleo de su obra, en clara herencia de la menta­
ción La fie ra literaria. Creador de la llamada lidad noventayochista. Entre sus poemarios, tra­
«novela m etafísica», se le debe una obra abul­ ducidos a numerosas lenguas, destacan: Defensa
tada y diversa entre la que destacan títulos de no­ del hombre (1950), Palabras mayores (1952),
velas como: El caballete del pintor (1958), Nos Canciones (1952), Tierras de España (1955),
matarán jugando (1962), El infierno de los abu­ Del amor de cada día (1956), La madre (1958),
rridos (1963), La pérdida del centro (1964), El Poemas de andar España (1962), Fuente serena
pedestal (1967), El pacto del S inaí (1968), La (1965), Herido ver (1965), Hombres de España:
granja del solitario (1969), El escorpión (1969), Cervantes (1968), Apelación al tiempo (1968),
Fedra (1975), los relatos de Sombras de buro­ Los que viven por sus manos (1970), Poemas tes­
cracia (1980), al que siguen nuevas novelas: Po­ tamentarios (1973), Atila (1973), Premio Álamo,
lución (1982), El puente de los siglos (1986) y Libro de Tobías (1976), Premio Café Marfil de
Congreso de burladas (1986). Entre sus numero­ Elche, M emoria amarga de la paz de España
sos ensayos, destacan: Cine artístico y cine fu n ­ (1978), Diario de un trabajador (1983), Testimo­
cional (1960), N ovela española actual (1967), nio de la palabra (1984) y Notaría del tiempo
Pintura española neofigurativa (1968), Mundo y (1985), entre otros muchos de los que deben
trasmundo en las leyendas de B écquer (1970), mencionarse también la Antología provisional
Novela española de posguerra (1971), El rea­ publicada en 1967 y la Segunda selección de mis
lismo y la novela actual (1973), Papeles sobre la poemas, de 1980.
«nueva novela» española (1975), El mito de Fe­ De su profunda obra crítica, en la que demostró
dra en la literatura (1983), Cómo escribir una tener grandes conocimientos sobre Cervantes*,
novela (1984), Guía de la novela española con­ hay que recordar títulos como Lección de Rubén
tem poránea (1985), El profeta de la Era de Darío (1961) — texto que, con el título de Pre­
A cuario (1987) y Andalucía en verso (1987), sencia y lección de Rubén Darío, había recibido
además de los poem arios Jardín de estrellas el Premio Pedro Henríquez Ureña de 1955, y
(1952), Sonetos a una m uchacha (1953), Sone­ que, en su edición de 1961 a la que nos referi­
tos andaluces (1954), El naufragio del beso mos. fue galardonado con el Premio Fastenrath
(1956), Ruiseñores del fondo (1958), Un mundo de la Real Academia Española— , Claves de Es­
sumergido (1967), Paisajes de dentro y fu era paña: Cervantes y el Quijote (1965), Cervantes.
GARCILASO DE LA VEGA 350

Biografía ilustrada (1972), una interesante y pe­ (1948), recopilación en la que se incluyen algu­
culiar colección de cartas a sus amigos muertos nos poemas nuevos, y Río de aguas amargas
publicada bajo el título de Correo para la muerte (1953), a los que hay que sumar diversas antolo­
(1973), Quevedo (1976), Rubén Darío en sus gías elaboradas en México y la edición postuma
versos (1978) y Unamuno: A l hilo de Poesías, de su Poesía completa, editada en 1989.
1907 (1980). Asimismo, en 1976, publicó una
selección de sus cuentos en Las horas del amor y GARFIAS LÓPEZ, Francisco (Moguer, Huelva,
otras horas. Entre los premios que ha recibido, 1921)
además de los mencionados, destaca el Escálamo Poeta y crítico. Estudió Magisterio y se licenció
de Poesía en 1954. Fue colaborador de numero­ en Filosofía y Letras y Periodismo; ha trabajado
sas publicaciones y miembro de la Hispanic So- durante más de treinta años en el CSIC y colabo­
ciety of America. rado en publicaciones españolas y americanas.
Su poesía, en la que la soledad y el amor se fun­
GARCILASO DE LA VEGA -> Véase V EG A , G a r­ den con las preocupaciones humanas y religio­
cilaso de la. sas, suele evocar los paisajes de su tierra. Desta­
can poemarios como: Caminos interiores (1942),
GARCITORAL, Alicio (Gijón, Asturias, 1902) El horizonte recogido (1949), Magníficat (1951),
Novelista. Militante socialista antes de la Guerra Ciudad mía (1957-61) (1961), Cerro del Tío Pío
Civil, colaboró en numerosas publicaciones, ta­ (1961-63) (1964), Poemas de Italia (1964), A un­
les como El Sol, El Heraldo o La Vanguardia. que es de noche (1969), Entretiempo (1970), La
Fue gobernador civil de Cuenca entre 1931 y duda (1971), Premio Nacional de Literatura, Es­
1932 y se exilió a Argentina en 1937, de donde cribo soledad (1974), Doble elegía (1980),
se trasladó a Quincey, Estados Unidos, en 1957, Desde entonces (Cartas inacabadas) (1982) y
para dedicarse a la tipografía y en donde en octu­ Jazmín inacabado (1986), a los que hay que su­
bre de 2002 cumplió 100 años. En sus obras, de mar el poemario infantil Pájaros de la cañada
fuerte contenido autobiográfico e ideológico, así (1989). Su obra ha sido galardonada con recono­
como de claro compromiso civil y empeño polí­ cimientos tan importantes como el Premio
tico, afronta asuntos como las luchas entre obre­ Acción Cultural del CSIC, una beca de la Funda­
ros y patronos o el conflicto entre el socialismo y ción Juan March, el Premio Juan Ramón Jim é­
el clero, centro de no pocas de sus reflexiones, nez o el Santo Tomé de Poesía. Desde 1970 com­
ya que se trata de una de sus contradicciones hu­ p agina su creación poética con la actividad
manas, pues practicaba un meditado y solidario crítica, consecuencia de la cual son varios estu­
cristianismo que no era fácil de conciliar con sus dios y ediciones sobre la obra de Juan Ramón Ji­
ideas de izquierdas. Entre su numerosa produc­ ménez*, por ejemplo Juan Ramón en su reino
ción de crítica, poesía, e incluso teatro, destaca (1967), galardonado con el Premio Juan Ramón
su obra narrativa, de marcado cariz social, con Jiménez y que se suma a la biografía Juan Ra­
novelas como El crimen de Cuenca (1932) y Pa- món Jiménez, que había publicado en 1957, y
sodoble bajo la lluvia (1933), así como algunos que convierten a Garfias en uno de los más pro­
cuentos publicados en los años treinta. fundos conocedores de la obra del poeta de M o­
guer.
GARFIAS, Francisco -»Véase GARFIAS LÓPEZ,
Francisco. GARIBAY Y ZAMALLOA, Esteban de (Mondra-
gón, Guipúzcoa, 1533-Valladolid, 1599)
GARFIAS, Pedro (Salamanca, 1901 -Monterrey, Historiador y bibliotecario de Felipe II. Hijo de
M éxico, 1967) un soldado que combatió en Italia, tras ordenarse
Poeta. Inicialmente relacionado con el ultraís­ de prima a los 11 años, comenzó sus estudios de
mo* y el creacionismo*, colaboró en publicacio­ Derecho Civil y Canónico en la Universidad de
nes de esas tendencias y fundó Horizonte. Du­ Oñate, pero los abandonó para dedicarse a la
rante la guerra cantó los sucesos bélicos en Historia en Vitoria y Santo Domingo de la Cal­
poemas que se incluyeron en el Romancero de la zada, aunque también estudió griego y latín en
Guerra Civil (1936) y en el Romancero general Salamanca y Alcalá. En 1559 fue nombrado fa­
de la guerra de España (1937), lo que dio origen miliar del Santo Oficio y en 1592 «Cronista de
más tarde, a raíz de su marcha a Inglaterra, a una Su Majestad». Amigo de Jerónimo de Zurita* y
poesía del exilio marcada por la nostalgia y el enemigo vehemente de Juan de M ariana*, fue
compromiso que continuaría cuando fija residen­ humanista (véase HUMANISMO) de gran cultura,
cia en M éxico. Destacan en su obra poemarios se estableció en Mondragón y, desde allí, realizó
como: El ala del sur (1926), Primavera en Eaton profundas investigaciones históricas que tuvie­
Hastings (1941), De soledad y otros pesares ron como consecuencia obras de la categoría de
351 GASPAR RIMBAU

Los XL Libros del Compendio historial de las mor, del cual se sirve para ahondar, en clave na­
chronicas y Universal Historia de todos los rey- turalista, en cuestiones socio-históricas que, de
nos de España (Amberes, 1571; reeditada en otro modo, podrían resultar panfletarias. Del
B arcelona, 1628), un vasto trabajo, compuesto mismo modo, el desequilibrio entre el recuerdo y
por cuarenta libros, que había concluido en 1566, el presente, entre la memoria como revelación de
con solo 33 años, Ilustraciones Genealógicas de las razones de la actualidad en la búsqueda de la
los Cathólicos Reyes de las Españas y de los propia identidad, supone el trasfondo de buena
Cristianísimos de Francia, y los emperadores de parte de su narrativa, en la que a la nostalgia se
Constantinopla (Madrid, 1596), que forma parte añade la ausencia como conflicto, ello como es­
de un estudio más ambicioso que quedó inédito: pejo de paralelismos con reflexiones sobre la
Origen y discurso de las dignidades seglares, Guerra Civil. Algún crítico ha señalado que
obra en once volúmenes que estuvo preparando puede existir influencia del norteamericano Paul
durante más de veinte años y de la que, además Auster. Es autor de las novelas Una visión en el
de la mencionada, se ha publicado el tomo undé­ jardín (1985), Muntaner, 38 (1996), que obtuvo
cimo con el título de M emorias de Garibay. Este el Premio Jaén de Novela, El vendedor de rosas
último título apareció también como Discurso de (2000) y Los que no están (2002), galardonada
mi vida (1999). Fue autor, asimismo, de dos co­ con el Premio Alfonso García Ramos.
lecciones de refranes vascos. Si bien es un autor
documentado y riguroso, se ha señalado su falta GARRIGUES, Eduardo (Madrid, 1944)
de sentido crítico. Algunas especulaciones lo dan Narrador. Licenciado en Derecho, su obra se
como autor de ciertos cuentos incluidos en un compone de libros de relatos y novelas en las que
manuscrito existente en la Biblioteca Nacional y se aúnan los elementos simbólicos con recuer­
en la A cadem ia de la Historia y que fue publi­ dos, así como referencias a leyendas y espacios
cado por Paz y Meliá en Sales españolas (1890). míticos. Deben recordarse obras como: El canto
del urogallo (1961), Premio Café Gijón, Cuentos
GARRIDO LLORENTE, Emilio (Valencia, 7956) griegos (1972), Lecciones de tinieblas (1972), la
Narrador. Licenciado en Periodismo, fue redac­ novela centrada en Africa, continente en el que
tor de Hoja del Lunes en Vigo, corresponsal de vivió durante cuatro años, Lluvias de hierba
El País y colaborador de El D iario de Galicia. (1984) y A l oeste de Babilonia (1999). Además
Ha sido, asimismo, directivo de RTVE y RNE, del ya mencionado, en 1973 le fue concedido el
en donde dirigió los Servicios Inform ativos en Premio Pío Baroja de cuentos.
Valencia y es conocido como especialista en la
retransmisión de conciertos para Radio Clásica. GARZÓN, Juan (Madrid, 1954)
Actualmente, colabora en El Diario de Levante y Poeta. Licenciado en Periodismo por la Universi­
escribe guiones para cine y televisión. Autor de dad Complutense de Madrid, ha colaborado en
la novela Ningún lugar (2001), obra con la que diferentes publicaciones, además de haber traba­
debutó, se deja llevar por las intrigas propias de jado como reportero y guionista en Radio Exte­
la novela de misterio, así como por el clima enig­ rior de España. Actualmente es redactor de la
mático de las grandes películas del cine negro de Agencia EFE. Es la suya una poesía reflexiva que
los años cuarenta. ahonda en el intimismo, en materiales metafísi-
cos de la conciencia individual y de la poesía
GARRIDO DE VILLENA, Francisco (Alcalá de misma, planteando el debate entre duda y certeza
Henares, M adrid, h. 1583-?) ante el azar de las relaciones humanas, de la rela­
Poeta y traductor. Autor de un poema del ciclo de­ ción cotidiana con el mundo, del transcurso de la
dicado a Roldán: El verdadero suceso de la f a ­ propia vida, que impone el contacto con las cosas
mosa batalla de Roncesvalles, con la muerte de y la memoria de lo vivido. Con un solo libro,
los doce pares de Francia (Valencia, 1555; 2.a ed., Ejercicios de estilo (1979), premio nacional de
Toledo, 1583). Asimismo, a él se debe una de las Poesía Puente Cultural, ya quedó clara su fuerza
traducciones fundamentales del Orlando inamo- poética en versos donde la reflexión sobre la poe­
rato (1495), de Boyardo, que se publicó en 1555 sía misma sirve de hilo conductor para meditar
en Valencia y se reimprimió en Alcalá en 1577. sobre las emociones humanas. Otros poemarios
suyos son: Figuras y descripciones (1984), Imán
GARRIGA VELA, José Antonio (Barcelona, (1989) y Cuadrículas de travesía interior (2001).
1954)
Narrador y dramaturgo. Articulista del diario Sur, GASPAR RIMBAU, Enrique (Madrid, 1842-Oío-
en sus obras aborda la desesperanza y el desaso­ ron, Francia, 1902)
siego del individuo con una enorm e capacidad Dramaturgo y narrador. Diplomático, vivió en
para la creación de personajes, así como con hu­ diferentes ciudades de Asia y Europa. Se dedicó
352
GASSOL Y ROVIRA

desde joven al teatro, en un intento por estable­ El Joan de les Campanes (1926). Debe recor­
cer una fórmula realista que, sin identificarse con darse su labor como traductor, al haber llevado al
el naturalismo*, se alejara del sentimentalismo catalán obras de Ibsen, Marivaux u Horacio, en­
tan de moda en aquellos años, y que, abanderado tre otros, así como el poemario en francés Fleurs
por Bretón de los Herreros*, tanto le influyó a él (1943).
en los primeros momentos. Uno de los pasos que
dio fue sustituir el verso por la prosa, a fin de GASSULL, Jaume (Valencia, ?-h. 1515)
conseguir mayor intensidad dramática. Sus Poeta en lengua catalana muy conocido en los
obras, a menudo satíricas, son frescos de costum­ círculos literarios de la Valencia del siglo xv.
bres en los que se evidencia un cierto pesimismo Participante habitual de la tertulia de Bemat Fe-
al denunciar la hipocresía social y la decadencia nollar*, con él compuso Lo proces de les olives
de la clase media. Se le considera precursor de (El proceso de las aceitunas) (h, 1497). Sus ver­
Benavente*. En su producción, hay desde poe­ sos van desde los de gran mordacidad e ingenio
mas y artículos hasta libretos de zarzuela y adap­ popular, como La bram a deis llauradors de
taciones. Destacan, no obstante, obras en un l ’horta de Valencia (1561) o Lo somni de Joan
acto, generalmente comedias de tesis social, Joan (1561), a los religiosos, caso del poema que
como Las circunstancias (1867), La levita se incluye en el primer libro impreso en catalán,
(1868), El estómago (1874), El Anacronópete Les trobes en lahors de la Verge Marie*, que se
(1887), Las personas decentes (1890) — la más editó con motivo del certamen mariano de 1474,
célebre de sus obras— , La huelga de hijos o de Vida de santa Magdalena en cobles (1505).
(1893) o La eterna cuestión (1895), entre otras a Fue muy elogiado por Gil Polo*.
las que, tras el éxito inicial, siguieron la censura
y el olvido. De sus obras en prosa, destacan li­ GASTELUZAR, Bernardo (siglo xvil)
bros de viajes como Viaje a China (1887) o Un Poeta vasco, este jesuíta fue autor de un curioso
viaje a Atenas (1891). libro de versos didácticos en euskera, Eguia ca-
tholicae (Verdades católicas) (Pau, 1686), en el
GASSOL Y ROVIRA, Bonaventura [o Ventura] que se introducen referencias mitológicas.
(La Selva del Camp, 1893-Barcelona, 1980)
Poeta y narrador en lengua catalana que utilizó GAVELA, César (Ponferrada, León, 1953)
siempre el nombre de pila Ventura. Inició estu­ Narrador. Escritor de tono sobrio, no exento de
dios eclesiásticos que abandonaría más tarde un cierto lirismo, cuya experiencia narrativa se
para dedicarse a la política y a la literatura. Cola­ centra en la posguerra española, abordada con
borador de Maciá, fue miembro del Partit de una mezcla de brutal presencia de la realidad, en­
l’Estat Catalá y uno de los participantes en el in­ soñación y emoción. Aparte de que en sus pági­
tento de invasión de Cataluña desde Prats de Mo­ nas se reconoce alguna influencia de la fatalidad
lió, acción que le llevó a ser procesado y expul­ de un Llamazares*, también hay algún homenaje
sado a Francia. Con la llegada de la República, directo a Juan Benet*. Es autor de las novelas El
fue elegido diputado por Esquerra Republicana, puente de hierro (1998), con la que obtuvo, el
conseller de la Generalitat, presidida por el men­ Premio de Novela Corta José María de Pereda, y
cionado Maciá y, en 1934, tomó parte en la revo­ El obispo de Cuando (2001), galardonada con el
lución de octubre, lo que le llevó a prisión hasta Premio Torrente Ballester.
1936. Al terminar la Guerra Civil, en 1939, mar­
chó al exilio en Francia, de donde regresó en GAVILANES, Emilio (Madrid, 1959)
1977. En sus primeros versos se aprecia la in­ Narrador. Licenciado en Filología Románica en
fluencia del Modernismo* de Josep Carner*, al la Universidad Complutense. Con un mundo na­
que se suma su propia grandilocuencia política, rrativo que bebe absolutamente de las fuentes del
claramente nacionalista de izquierdas. Poco a realismo* mágico latinoam ericano, y con una
poco se asienta en su poesía un estilo propio a idea abstracta del mundo rural, en sus obras hay
través del cual surgen los temas centrales de su un gusto demasiado manierista por lo grotesco, a
obra: el amor, la religión y el paisaje como fuente través de un lenguaje que escarba en los arcaís­
de encendidos sentimientos patrióticos. D esta­ mos y regionalismos. Hay que mencionar sus no­
can poemarios como Amfora (1917), La ñau velas La prim era aventura (1991) y El bosque
(1920), Les tombes flam ejants (1923), Mirra perdido (2000).
(1931), Miratges (1950) o Ginesta (1956), poe­
mas dramáticos como La cango del vell Cabres GAYA, Ramón (Huerto del Conde, M urcia,
(1924), La Dolorosa (1928) y La mort de l ’ós 1910)
(1935), la novela El preu de la sang (1923) o las Poeta, ensayista y pintor. Viajó a París en 1928,
narraciones breves de El mur de roses (1924) y donde entró en contacto con las grandes figuras
353 GAYA ÑUÑO

de la vanguardia (véase VANGUARDISMO), como M edalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de
Picasso o Corpus Varga*, y, tras su vuelta a Ma­ M adrid en 1996, el Premio Nacional de Artes
drid, colaboró en la revista Luz. Exiliado tras la Plásticas en 1997 y el Premio Velázquez de las
G uerra Civil, que pasó en Valencia, formando Artes Plásticas en 2002.
parte de la redacción de Hora de España, en
M éxico, se instaló de nuevo en París en 1952, GAYA ÑUÑO, Juan Antonio (Tardelcuende, So­
después en Venecia y, finalmente, en Roma. Fue ria, 1913-Madríd, 1976)
uno de los pintores destacados de la Generación Narrador y ensayista. Doctor en Filosofía y Le­
del 27* y colaboró en Verso y Prosa, revista fun­ tras por la Universidad de Madrid, historiador y
dada por Jorge Guillén* y Juan Guerrero Ruiz* crítico de arte, se encargó de la sección artística
en Murcia, y La Verdad, entre otras, así como en en la Revista Española fundada por Rodríguez-
algunas revistas del exilio, Rom ance o Taller, Moñino*, y fue encarcelado desde 1939 hasta
por citar solo algunas. A migo de escritores 1943 por haber luchado con el bando republi­
como Cernuda*, José Bergam ín*, Gil Albert*, cano durante la Guerra Civil. Gaya Ñuño fue uno
el mencionado Guillén o María Zambrano*, en­ de los cautivos que realizaron trabajos forzados
tre otros, se trata de un autor preocupado por la en la construcción del Valle de los Caídos, tras lo
moralidad en la relación entre el artista, su crea­ cual se le cerraron todas las puertas en la univer­
ción y su tiem po — «decencia» lo llam a él— , sidad y en cualesquiera cauces en que pudiera
que se ha declarado influido por Galdós*, desarrollar su labor investigadora. No obstante,
Nietzsche y Tolstoi, lo que da a sus escritos una salió adelante y fue colaborador de prestigiosas
m ezcla de com plejidad, paradoja y humor. Al publicaciones como Insula, Indice o Cuadernos
hablar de su poesía hay que decir que, si bien él Hispanoamericanos. Su obra, habitualmente
mismo escribió, a propósito de Velázquez, que centrada en la guerra y en la España de posgue­
«el gran A rte no tiene estilo», su poética tiene rra, se compone de relatos de costumbres, nove­
una decidida voluntad form alista clásica, que las, tratados y ensayos, en los cuales, con una
pretende evidenciar la forma y que aborda las prosa limpia, de estilo realista y en la línea del
cuestiones de siempre con afán reflexivo: el sarcasmo propio del expresionismo, demostró un
amor y la soledad, el tiempo, la vida y la muerte. profundo conocimiento de la historia trágica y
Se trata, en suma, de una poesía clasicista que grotesca de España, así como de los tipos popu­
usa de cuartetas asonantadas, de sonetos, de me­ lares, tratando todo ello desde una óptica a me­
tros que se retrotraen a la forma poética estricta, nudo esperpéntica. Entre sus obras, destacan li­
pero con una libertad que hace invisible la exis­ bros de relatos como Los gatos salvajes y otras
tencia de dichos encuadres formales, en una ver­ historias (1968) y Los monstruos prestigiosos
sificación que huye de lo biográfico, que nombra (1971), que se ocupa de seres mitológicos con
la realidad a partir de los objetos visibles, de las gran pericia en el manejo de la técnica del ab­
lecturas, de los artistas y poetas amados, de la surdo; es importante su novela Historia del cau­
meditación metaliteraria o sobre el dolor del exi­ tivo (Episodios Nacionales) (1966), desencan­
lio o sobre el Dios invisible e inexplicable o so­ tada revisión de la Guerra de Marruecos, si bien
bre la guerra. Sus poesías, que se habían publi­ no más que dos obras inclasificables a las que él
cado siempre en revistas, se reunieron en el libro denominó como «estrafalarias» debido a la im­
Algunos poemas del pintor Ramón Gaya (1991), posibilidad de clasificarlas dentro de ningún gé­
aumentado considerablemente en A lgunos p o e­ nero: El Santero de San Saturio (1953) y Tratado
mas (2001) y Poesías completas (2001), al que de mendicidad (1962), de carácter cervantino y
hay que sum ar otros textos de carácter ensayís- en las que se aprecia el sabor de los satíricos es­
tico como El sentim iento de la pintura (1960), pañoles del siglo xvii. De los ensayos sobre arte,
Velázquez, pájaro solitario (1969), un clásico de además de las diversas monografías sobre Veláz­
la crítica pictórica, y su Diario de un p intor quez, Picasso, Zurbarán, Dalí* o Juan Gris, entre
(1952-1953) (1984), además de la recopilación otros, deben recordarse: El románico en la pro­
de sus prosas en Obra completa (1990, 1992 y vincia de Soria (1947), La pintura románica en
1994; 3 vols.) o Algunas cartas (1997), libro que Castilla (1954), Historia y guía de los museos de
recoge parte de su correspondencia, escrita entre España (1955), El Arte en la intimidad (1957),
1951 y 1966, con el mencionado Gil Albert o To­ La escultura española contemporánea (1957),
más Segovia* entre otros. Posteriorm ente, en La pintura española fuera de España (1958),
1999, comenzó la publicación de todos sus escri­ Entendimiento del Arte (1959), Pintura europea
tos, de nuevo bajo el título de Obra completa. En perdida por España. De Van Eyck a Tiépolo
1990, Murcia le dedicó un museo, y entre los ga­ (1964) y La pintura española del siglo xx (1970).
lardones con que se ha querido premiar su labor, En 2000 se editaron, en dos volúmenes, sus
destacan la Medalla de Bellas Artes en 1982, la Obras completas.
354
GAYANGOS Y ARCE

GAYANGOS Y ARCE, Pascual de (Sevilla, 1809- dedos mágicos (1953), con el que obtuvo el Pre­
Londres, 1897) mio Nacional de Literatura, Las hadas (1953) y
Erudito, bibliófilo, orientalista y traductor. Pro­ Las Hadas de Villaviciosa de Odón (1979), en
fesor de árabe en la Universidad de M adrid edición ya postuma y perteneciente, como el an­
desde 1843, ya había sido intérprete del Go­ terior, a la denominada serie de los Cuentos de
bierno español desde 1831 y sería elegido acadé­ Antón Retaco. Asimismo, ya al margen de la na­
mico de la Historia en 1844. Además de contri­ rrativa para niños, ha traducido a autores como
buir a la renovación del arabismo, se ocupó de Rilke y Bergson.
catalogar los manuscritos españoles del Museo
de Londres, resultado de lo cual fue el Catálogo GENER, Pompeu (Barcelona, 1848-1920)
de los manuscritos españoles del M useo Britá­ Ensayista en lenguas catalana y española. M ez­
nico. Durante su estancia en Inglaterra, colaboró cla de bohemio y filósofo cuya obra, aunque él
en importantes publicaciones como Westminster se doctoró en Farmacia en Barcelona y estudió
Review y Edinburgh Review. Dirigió los tomos Medicina en París, se compone de estudios crí­
del XIII al XIX del Memorial histórico español, ticos y ensayos,, tanto en catalán y español
publicado por la Academia de la Historia. Entre como en francés, sobre arte, historia, filosofía,
su obra, además de diversos prólogos de gran in­ literatura y sociología. Seguidor del posi­
terés — entre ellos los de las ediciones de Libros tivism o, se le considera un im itador de Renán
de caballerías (1857), La gran conquista de ul­ — de quien era amigo— , Comte y Littré. Cola­
tramar (1858) y Escritores en prosa anteriores boró, asimismo, en diversas publicaciones y es­
al siglo x v (1860) de la «Biblioteca de Autores tuvo relacionado con el republicanismo catalán.
Españoles»— , destacan la Historia de las dinas­ Destacan títulos, en español, como: La muerte y
tías mahometanas en España (1843 y 1968), tra­ el diablo (1884), originariam ente escrita en
tado en el que utiliza la fuente de al-Maqqari, un francés y prologada por el m encionado Littré,
estudio de la Crónica del moro Rasis, y la tra­ Herejías. Estudios de crítica inductiva sobre
ducción de la célebre History ofSpanish Litera- asuntos españoles (1887), un duro ataque a la
ture (Historia de la literatura española) (1849), idea de España, Literaturas m alsanas (1894),
de George Ticknor, a la que añadió numerosas Amigos y maestros (1897), Inducciones (1901),
anotaciones. Cosas de E spaña (1903) y la sem inovela Pa­
sión y muerte de M iguel Servet (1909). En cata­
GAYYAT, Ishaq ben Yehuda ben (Lucena, Cór­ lán escribió, entre otras obras, un volum en de
doba, ?-?, 1089) aforismos jocosos, Els cent consells del Consell
Poeta sefardí. Rabino de Lucena, consiguió que de Cent (1891), y un libro de memorias, Amics i
su ciudad fuese centro erudito del judaismo eu­ mestres (1897).
ropeo. Autor de numerosos comentarios en árabe
del Talmud y de la Biblia, fue conocido por su GENERACIÓN DEL 98
altruismo a la hora de dar refugio a las gentes. Concepto acuñado por Gabriel M aura* y pre­
Maestro de árabe, armeno y hebreo — alumno cisado por Azorín* en 1913 para referirse a
suyo fue ben Ezra*— , su poesía resulta devota, ciertos autores que inician su obra en el último
aunque algo aséptica, como puede verse en su lustro del siglo xix y que reúnen algunas carac­
poema «La grandeza de Dios». terísticas comunes que enseguida explicaremos.
Desde el comienzo, esta denominación da lugar
GAZULL, Jaime -> Véase GASSULL, Jaume. a la polémica y varios son los autores que se le­
vantan en su contra. Por ejemplo. Pío Baroja* y
GEA, Juan Carlos (Albacete, 1964) Ramiro de Maeztu* niegan su existencia m ien­
Poeta. Licenciado en Filosofía, es redactor, en tras que Pedro Salinas* la defenderá con vehe­
Gijón, de la sección de Cultura del diario La mencia. Pero el caso es que el término ha de ser­
Nueva España. Autor de una amplia antología vir para entendemos si lo que queremos es hacer
de la poesía de Antonio Martínez Sarrión*, hay referencia a unos autores que reciben más o me­
que destacar su poem ario Trampa para niebla nos con la misma edad la huella del Desastre de
(1989). 1898 y que mantendrán una actitud común ante
la realidad de España y su destino histórico. No
GEFAELL, María Luisa (Madrid, 1918-1978) cabe duda, sin embargo, de que este nexo entre
Narradora de cuentos infantiles. Esposa de Luis todos ellos es más fuerte que las censuras que se
Felipe Vivanco*, además de estudiar Música en han señalado para invalidar el término: las dife­
Madrid y en Alemania, fue traductora y colabo­ rencias de temperamento, no constituir una es­
radora de revistas y radio. Destacan, en su obra, cuela literaria, las diversas formaciones perso­
libros de relatos como La princesita que tenía los nales o las preferencias estilísticas y genéricas
355 GENERACIÓN DEL 98

de cada uno. Todos padecen la misma angustia mista y para ello criticarán la realidad presente
ante el futuro de su país y se preguntan si hay y pretérita de su país al tiempo que crean un
una salvación y sobre la m anera de lograrla. mito sobre la posible vida de España. Al final el
Para ello, les resulta fundam ental saber qué es anhelo se desmorona y tampoco lograrán salir
España, cuáles son su esencia y su mal, y qué de la simple interiorización del problema. Re­
pecado cometió para haber llegado a donde ha corren el suelo español solos o en pequeños
llegado. grupos, viajan a sus viejas ciudades y sus mo­
Pero, ¿quiénes constituyen el núcleo de la gene­ numentos ruinosos, y hablan con los labriegos.
ración de la que hablamos? Fundamentalmente, Ante lo que ven, sienten impulsos reformistas,
y de acuerdo a la semejanza entre sus inquietu­ pero la ternura que les inspira el espectáculo de­
des y edades, hay que citar, además de los men­ riva en una profunda tristeza que se saldará con
cionados Baroja, Azorín y Maeztu, a Unamuno*, una aceptación amorosa de su paisaje y de las
Ganivet*, Valle-Inclán* y los hermanos M a­ gentes que lo habitan resignadas a su destino.
chado*. Hay, por supuesto, otros autores que La duda sobre España y la desconfianza de los
ocuparían un rango inferior, si bien conviene, no comienzos termina ahora en un amor sereno ha­
obstante, citarlos, siquiera sea para reconocer en cia la patria. Aquella visión inicial de la España
ellos también aportaciones al análisis de las auténtica en la Castilla medieval y en sus perso­
cuestiones señaladas arriba. Entre estos cabría najes, como el Cid, Gonzalo de Berceo*, el
destacar a Gabriel Alomar*, Manuel Bueno*, Sa- marqués de Santillana* o el arcipreste de Hita*,
laverría* o Ciro Bayo*, así como, aunque algo desm oronada después poco a poco desde los
más alejados del eje central del problema, ya sea Reyes Católicos hasta su destrucción total en
por su sensibilidad, temática o estilo, Bena- 1898, se ve transform ada ahora, pues, en una
vente*, Maragall*, Juan Ramón Jiménez* o Ga­ visión soñadora y tranquila que deviene del
briel Miró*. Se ha hablado, y conviene señalarlo, contacto directo con el paisaje.
de dos subgrupos: uno, estrictamente literario y Son estos autores precisamente quienes dan en­
modernista, formado por Valle-Inclán, Bena- tidad literaria al paisaje español, buscándolo
vente y los hermanos M achado, afectado por la fundam entalm ente en Castilla, ya que en ella
llegada a Madrid, en esas fechas, de Rubén Da­ descubren un paisaje para meditar, alma pura, y
río (véase MODERNISMO), quien traía consigo un no un espectáculo con que deleitarse. Así, dicho
lenguaje renovado, pletórico de sonoridades y paisaje les hace buscar — y con ello entramos
ritmos así como poderoso a la hora de evocar en la Generación entendida como fenómeno li­
mundos de ensueño y exotismo, y que tentó a es­ terario— el vocablo justo con una técnica selec­
tos autores, en su convicción de la necesaria re­ tiva orientada a lograr sensaciones que puedan
novación del español, para luego resultarles un revivirse, y es por aquí por donde conectan al­
dogal inútil; y otro, en el cual estarían Unamuno, gunos de ellos con el M odernismo*. No obs­
Azorín, Baroja y Maeztu, también consciente de tante, es aquí, en la cuestión puramente litera­
la necesidad de renovar el lenguaje, pero que no ria, donde resulta más difícil referirse a un
sucumbió a las seducciones del preciosismo mo­ carácter generacional, pues cada uno de ellos
dernista y se mantuvo más preocupado desde el m uestra en su estilo las vehementes manifesta­
comienzo por la crítica y la reform a de la vida ciones de su personalidad. Intentarem os, sin
española. embargo, referirnos a los rasgos comunes más
Como he señalado, el concepto de Generación evidentes, además de la sencillez lingüística co­
del 98 es problem ático y conviene analizarlo m ún a todos ellos, una sencillez que busca la
desde dos perspectivas para aclarar definitiva­ precisión y la expresividad y resulta en muchos
m ente la necesidad de su acuñación: prim ero momentos sumamente castiza. Buscan palabras
como creadora de una posición espiritual frente populares, ocultas en la raíz del habla, haciendo
al problem a de España y, segundo, como acon­ renacer ciertos arcaísmos. Puede decirse que uti­
tecimiento literario. Según lo prim ero, cabe de­ lizan todos un estilo realista, un realismo que po­
cir que ya otros en España — los re g e n e ra d o -' dríamos calificar de existencial por todo ese
nistas como Joaquín Costa* o Macías Picavea*, trasfondo de preocupación humana y social que
los krausistas Sanz del Río* y G iner de los tinta la obra de estos autores y, sin embargo, les une
Ríos*, o el propio G anivet*, m uerto en ese una profunda concepción vitalista que los con­
mismo 1898— se habían ocupado de la cues­ duce a considerar la vida como superior a la ra­
tión española, y es hacia ellos hacia quienes zón, siendo común a todos ellos una actitud so­
vuelven la vista los jóvenes del 98. La diferen­ cial antiburguesa, en unos casos agónica, como
cia entre unos y otros es clara: aquellos no pa­ en Unamuno, en otros sentimental, caso de Ba­
saron de la pura preocupación intelectualizada, roja, estetizante en Valle-Inclán o intimista e iró­
estos pretenden traducirlo a un realismo* refor­ nica en Antonio Machado.
356
GENERACIÓN DEL 27

GENERACIÓN DEL 27 GENERACIÓN DEL 36


Grupo de autores, principalmente poetas, cono­ Grupo de escritores, fundamentalmente poetas,
cido también como los «nietos del 98», como cuya obra se vio directa y fatalm ente marcada
«generación de la dictadura» o, en relación con por la experiencia de la Guerra Civil española.
la revista en la que muchos de ellos colaboraron, Dada la artiflcialidad de toda etiqueta generacio­
«generación de la Revista de Occidente», si bien nal que pretenda conciliar demasiados elementos
Luis Cernuda* se refirió a ella como «genera­ dispares, resulta difícil establecer criterios estéti­
ción de 1925». Obviamente, al igual que sucede cos o éticos que definan lo que los acomuna,
con la del 98*, la utilización de la etiqueta «ge­ dada la disparidad ideológica entre muchos de
neración» resulta discutible y, como tal, conflic­ ellos, pero en general puede afirmarse que se da
tiva, aunque a efectos prácticos no puede ne­ una reacción contra las vanguardias (véase VAN­
garse su utilidad pedagógica. Se ha dicho que la GUARDISMO), una suerte de neoclasicismo y li­
creación de dicha etiqueta se debió al poeta y rismo en las formas, lo que se denomina «poesía
crítico José Luis Cano*, uno de los más acérri­ pura», un culturalismo y una rehumanización en
mos defensores de los poetas que se han in­ los contenidos, en gran medida de raíz cristiana,
cluido después en ella. De tal suerte, puede te­ con una tendencia meditativa en la que se nom­
nerse como característica común de los autores bran las pasiones, los sentimientos y todo tipo de
que la conforman la extracción social de todos vivencias afectivas desde unos postulados estéti­
ellos, que procedían de familias burguesas y se cos que deben mucho a la influencia común de
habían formado en la universidad. No obstante, Garcilaso de la Vega*, cuya lectura fue im por­
lo que les une verdaderamente es una ruptura li­ tante para todos ellos — también se los conoce
teraria común, a la que se suman, por supuesto, como «garcilasistas»— , como lo fue la de los
la revalorización del poeta culto por antonoma­ grandes clásicos del Siglo de Oro (véase EDAD
sia, Góngora*, olvidado durante siglos y al que DE ORO). El poeta Guillermo Carnero*, anali­
desagraviaron en una celebración colectiva de zando el concepto, ha señalado que supone, aun­
su tricentenario, la relación con las vanguardias que con matices — como el mencionado ruptu-
europeas y la labor erudita y profesoral que m u­ rismo con las vanguardias— , una continuidad
chos de ellos desarrollaron. El vínculo de todos respecto al 27. Lo que se ha dado en llamar Ge­
estos autores con el célebre poeta culterano neración del 36 obviamente ha sido m otivo de
llevó a que algunos se ocuparan de él en profun­ numerosas discusiones y polémicas, sobre todo
didad, caso de Gerardo Diego*, que redactó la por razones políticas, pues al amor y a la religión
crónica del homenaje y editó una Antología poé­ como trasfondo se sumaba una clara conciencia
tica en su honor y, sobre todo, de Dámaso imperial, que no todos los autores a los que se in­
Alonso*, que, tras editar las Soledades, acabaría cluye en ella compartían, pero que en líneas ge­
a la postre convirtiéndose en uno de los grandes nerales convirtió estos modos poéticos en una
especialistas en el autor cordobés. Los autores a suerte de poesía fascista o poesía del régimen.
los que se suele considerar integrantes del grupo Pero la polém ica más generalizada es la que
son, además de los mencionados, Alonso y tiene que ver con el hecho mismo de su existen­
Diego, Jorge Guillén*, Federico García Lorca*, cia, algo que se repite siempre que se habla no
Rafael Alberti*, Juan José D omenchina*, solo de esta, sino de cualesquiera generaciones
Vicente Aleixandre*, Emilio Prados*, Manuel literarias. Gabriel Celaya* consideraba, por
Altolaguirre* y Pedro Salinas*. Su valor como ejemplo, que no se podía hablar de una genera­
colectivo, centrado en la im bricación de los ción del 36 propiamente dicha, ya que su carac­
principios vanguardistas (véase VANGUAR­ terística fundamental es la desunión, la guerra y
DISMO) con los valores propios de la lírica tradi­ el exilio. En la misma línea estaban las palabras
cional y culta española, deviene en la introduc­ de Vicente Aleixandre*, para quien «el sino his­
ción de un nuevo tratamiento de los temas y de tórico de esa generación como tal la destruyó, la
un nuevo vocabulario. Revolucionarios y esteti- diseminó o pulverizó».
cistas, eruditos y populistas, unidos en gran me­ En cualquier caso, y aparte de polémicas o de las
dida por la m adrileña R esidencia de Estudian­ variadas nóminas de autores que diversos secto­
tes, recibieron las influencias, además de la del res de la crítica han ido proponiendo a lo largo del
ineludible Góngora, de Juan Ramón Jiménez*, tiempo, puede establecerse una lista común con
Gómez de la Serna*, Rimbaud y Marinetti, edi­ los nombres ofrecidos, de una parte, por Homero
taron revistas, com pusieron m úsica y, funda­ Serís* y, de otra, por Torrente Ballester*, y hablar
mentalm ente, ejercieron la provocación poética de poetas como Luis Rosales*, Miguel Hernán­
que supuso una de las más significativas reno­ dez*, Luis Felipe Vivanco*, Leopoldo Panero*,
vaciones de la poesía desde el Siglo de Oro Dionisio Ridruejo* o Muñoz Rojas* como los
(véase EDAD DE ORO). nombres fundamentales, amén, claro está, los que
357 GENERACIÓN DEL 50

por unas razones u otras pudieran estar próximos de la posguerra», formada por autores aún consi­
a los parámetros estéticos y éticos mencionados, derados de transición, garcilasistas en gran me­
como sería el caso de poetas como José Berga- dida, pero ya tendentes a un realismo* tenso y
mín*, José María Valverde*, Rafael Morales* o preocupados por la realidad social, como León
Germán Bleiberg*, entre otros muchos. Serís cita, Felipe*, Blas de Otero*, Carlos Bousoño*, Ga­
asimismo, a novelistas y dramaturgos como Sen- briel Celaya* o Victoriano Crémer*, entre los
der*, Casona* o Jacinto Grau*, mientras que Ba- poetas, y Carmen Laforet* o Camilo José Cela*
llester excluye a los narradores y dramaturgos, entre los narradores.
considerándola sobre todo una generación poé­ Conocida también como «segunda promoción de
tica. Es importante, en cambio, mencionar la re­ la posguerra», «promoción de 1955» o «genera­
vista Escorial, fundada por Ridruejo y Laín En- ción del medio siglo», la conforman una serie de
tralgo* durante la Guerra Civil y que supuso en autores que, a partir de los años cincuenta y
gran medida una plataforma de lanzamiento para acentuando los rasgos antiestéticos y antiforma­
la mayor parte de los poetas a quienes se incluye les, consideran la literatura como un instrumento
en la generación. Por otro lado, ha habido quien de lucha, reivindicación y denuncia. No obs­
ha mencionado a autores pertenecientes a la Ge­ tante, y por lo que se refiere a la poesía, ese an­
neración del 27*, tales como Federico García tiesteticismo es, en realidad, un anticlasicismo,
Lorca*, Guillén*, Salinas* o el ya citado Alei- si bien ninguno de los autores que enseguida
xandre, en la medida en que también ellos vieron nombraremos descuidaron el estilo, aunque es
condicionada tanto su vida personal cuanto su cierto que dieron prioridad a la comunicación, lo
obra como consecuencia del enfrentamiento bé­ que condujo a una poesía llana y convencional.
lico, pero no cabe duda de que se trata de poetas Como características comunes a todos ellos
que van más allá de cualesquiera consideraciones puede hablarse de intimismo; de un profundo in­
de este tipo, por no hablar de lo fácil que resulta­ terés por España, por sus problemas políticos,
ría incluir en la generación a todos cuantos en su sociales y culturales; de antiburguesismo y de la
obra, de una forma o de otra, abordaron en aquel necesidad de explorar nuevas zonas oscuras de la
periodo determinadas cuestiones, desde una pers­ realidad. Sin duda, entre los poetas que la crítica
pectiva religiosa y con una escritura de tendencia incluye en esta generación, que por otro lado sí
clasicista. Demasiado poco para hablar de gene­ contó con una cierta conciencia de sí misma, o al
ración, aunque pedagógicamente pueda resultar menos de propósitos u objetivos comunes, hay
de alguna utilidad. que mencionar a José Agustín Goytisolo*, Jaime
Gran parte de los autores que comulgaron con el Gil de Biedma*, Carlos Barral* — las tres figu­
supuesto ideario que los aunaba en lo que des­ ras esenciales de lo que, dentro de la generación,
pués ha dado lugar al delicuescente concepto de se dio en llamar «Grupo de Barcelona»— , Ela­
generación fue derivando hacia una huida del es­ dio Cabañero*, Fernando Quiñones*, Caballero
teticismo, de la rigidez intelectual y de una cierta Bonald*, Ángel González* y José Ángel Va-
deshum anización del arte para acercarse a una lente*. Por lo que respecta a los narradores, hay
valorización vital y existencial, dando lugar a un que hablar de Ána María Matute*, Ignacio Alde-
periodo de transición, no demasiado claro, en el coa*, Juan Goytisolo*, Juan García Hortelano*,
que se sitúan a medio camino entre el sim bo­ Luis Martín-Santos*, Rafael Sánchez Ferlosio*,
lismo estético en el que se habían movido y las Jesús López Pacheco*, Jesús Fernández Sántos*
nuevas y evidentes exigencias sociales. Es un y Carmen Martín Gaite*, por citar solo a algunos
momento en el que ciertas vivencias religiosas de ellos, una nómina esta de la que la injusticia
derivan hacia la heterodoxia, en el que la denun­ histórica cancela a menudo a autores como Juan
cia política, im buida de una conciencia existen­ Eduardo Zúñiga* y Antonio Ferres*, por citar
cial desolada va abriendo las puertas a lo que se solo a dos de los más evidentes y flagrantes olvi­
ha dado en llamar el realismo social de la Gene­ dados y denostados de la época. Y en cuanto a
ración del 50*. los autores teatrales, destacan Antonio Buero Va-
llejo* y Alfonso Sastre*, aunque no faltan espe­
GENERACIÓN DEL 50 cialistas que hablan también de Antonio Gala* y
Nombre con el que se ha dado en llam ar a un hasta incluso de Miguel Mihura*.
amplio grupo de autores, prosistas, dramaturgos Obviamente, como sucede con muchas de las ge­
y,, sobre todo, poetas, que reaccionaron contra el neraciones que se han acuñado a lo largo de la
clasicism o im perante en la literatura española historia literaria, hay quienes las consideran un
después de la Guerra Civil, practicado por los au­ artificio pedagógico y quienes, creyendo en
tores pertenecientes a la que se conoce como Ge­ ellas, se manifiestan críticos o entusiastas. Y no
neración del 36* e, incluso, ulteriorm ente, por podía ser menos con una generación que como la
los de la «primera generación — o promoción— que nos ocupa cuenta aún con autores vivos, mu­
GENERACIÓN DEL 68 358

chos de los cuales se refieren a aquel periodo con rie de narradores muy jóvenes, autores de nove­
ironía, cuando no con evidente sarcasmo. Es el las definidas en algunos casos como neorrealis-
caso, sin duda, de Caballero Bonald, que en dife­ tas, en las que se trata de ofrecer un retrato de
rentes ocasiones ha manifestado que no cree que cierta juventud noctámbula y desclasada, sus re­
existiera, en puridad, una generación y, añade con laciones con la droga, el alcohol y el sexo, así
evidente soma, que cuantos formaron parte de ella como con la música, a través de personajes que
lo único que aportaron fue «una forma de vivir y muestran su desazón existencial a través de una
de beber». El propio Caballero Bonald ha expli­ pretendida rebeldía que, en lo más estrictamente
cado el proceso de formación en función de las literario, se corresponde con un uso agresivo y
agitaciones universitarias del 56, así como en re­ violento del lenguaje, con coloquialismos, pala­
lación a las crispaciones culturales y sobre todo brotas y construcciones que reflejan el léxico de
sociales de la época. Sitúa el origen de todo en la calle, y en lo más humano con violencia, de­
1959, en la celebración en Collioure del vigésimo presiones, etc. Entre estos autores, en cierta me­
aniversario de la muerte de Antonio Machado*, dida ligados al espíritu del Holden que protago­
que reunió en el pequeño pueblo francés donde niza El guardián entre el centeno, de Salinger, e
descansan los restos del poeta a algunos de los au­ influidos también por el Truman Capote de A
tores que se han considerado fundamentales ,en el sangre fría o Charles Bukowsky, destacan José
grupo. Pero para Caballero Bonald fue en realidad Ángel Mañas*, Ray Loriga*, Daniel Múgica* o
el compromiso antifranquista lo que amalgamó a Juan Gracia*, si bien es probable que todos ellos
autores cuyos presupuestos estéticos y afinidades desmintiesen debidamente su inclusión bajo se­
literarias resultaban casuales y episódicas. El he­ mejante etiqueta, acaso para mantener la justa re­
cho de que compartieran lecturas y luchasen con­ beldía que espetan en cada página los desilusio­
tra los mismos males, así como el respeto mutuo nados personajes de sus obras. Pero hay otros
que se profesaban, le parecen al poeta jerezano los autores más ligados al nihilismo escatológico, al
únicos nexos que pueden dar lugar a hablar de gusto del humorismo sórdido y a un cierto gusto
grupo. Asegura que todos ellos eran conscientes provocatorio en el lenguaje mismo, como el caso
de que el realismo social* que practicaban, como de Antonio Orejudo*.
reacción a la decadencia del simbolismo*, supo­ De forma más amplia, puede decirse que hay
nía solo una tendencia pasajera vinculada a las cir­ unas características esenciales de la generación:
cunstancias históricas del momento, si bien todos se trata de autores nacidos a partir de 1970, indi­
ellos, fundamentalmente los poetas, compartían vidualistas y apóstoles del individualismo, gene­
una conciencia clara de que la poesía «más que un ralmente narradores, con tendencia a la breve­
vehículo de comunicación, era un hecho lingüís­ dad, a veces al aforismo, a la crónica personal
tico transmisor de conocimiento», un instrumento, sobre asuntos urbanos desde una perspectiva
además, de solidaridad civil. Sea como fuere, lo contracultural que busca consumidores margina­
cierto es que el realismo social de todos estos au­ les, ajenos por completo a todo espíritu contesta­
tores supuso una reacción al puro esteticismo an­ tario colectivo, comprometido, inmersos a m e­
terior, a la deshumanización del arte, a la rigidez nudo en el mundo del rock, de los m ultimedia,
del intelecto, en un intento por recuperar ciertos del cómic, del underground y fascinados por la
valores vitales y existenciales. violencia y el sexo. El canon cultural de estos au­
Conviene mencionar aquí una obra fundamental tores parte de lo que se conoce como realismo
en la que encontrar una amplísim a selección de sucio o literatura basura, en el que predominan
los poetas pertenecientes a este grupo: Poesía personajes finiseculares que, patéticos, violen­
social española contemporánea (1965), reedi­ tos, iracundos, coléricos y abúlicos, cínicos, apá­
tada como Poesía social española contemporá­ ticos, drogados o simplemente sonados, locos o
nea (1939-1968) (1969), de Leopoldo de Luis*, deprimidos, suicidas en potencia, son antihéroes
la obra quizá más importante en que se recoge la desencantados que pululan en una realidad que
labor de todos los autores que conformaron esa les es ajena y para la que son ajenos. El origen
tendencia poética. Otro libro fundam ental so­ del concepto está en Estados Unidos, donde na­
bre la generación es: Una promoción deshere­ ció el mito del cantante del grupo Nirvana, Kurt
dada: la poética del 50 (1978), de A ntonio Cobain, quien, torturado por las drogas y por su
Hernández*. propio éxito, pero m ultim illonario, se suicidó
con un tiro en la sien, lo que lo convirtió en el re­
GENERACIÓN DEL 68 -» Véase NO VÍSIM OS. presentante genuino de la Generación X.
Pero al mismo tiempo se han sucedido, como una
GENERACIÓN X derivación más reciente de esa Generación X de
Nombre dado por los medios de comunicación a los primeros noventa, cuyos miembros han aban­
partir de mediados de los años noventa a una se­ donado la rebeldía y se han institucionalizado,
359 GIL

informatizados en Internet, expertos en medios, de la Renaixen9a. Catalanista de ideología con­


alternativos y constituidos como una gran fuerza servadora, ruralista y católica, su literatura
económica, una Generación Y, epílogo de aque­ ahonda en la espiritualidad desde un idealismo
lla y constituida por los nacidos entre 1976 y tomado del romanticismo, aunque sin abandonar
1981, positivos y defensores de la vida al aire li­ los patrones e intereses costumbristas. De toda
bre, y una Generación del Milenio, formada en su obra destaca la novela Julia (1874).
su mayoría por quinceañeros, nacidos después de
1982, que leen a Harry Potter, víctimas de crisis GIL, Ildefonso Manuel (Paniza, Zaragoza,
económicas y generacionales permanentes, de 1912)
divorcios y utopías tecnológicas, de la aparición Poeta, crítico, ensayista y narrador. Licenciado
del sida y de la globalización, que están acostum­ en Derecho en Madrid y doctorado en Filosofía
brados a la violencia y al sexo, a las drogas sofis­ y Letras en Zaragoza, fue profesor de Literatura
ticadas, son muy educados y viven en contacto en esta y en diversas universidades de Estados
constante con la publicidad. Su efecto sobre la li­ Unidos. Con Ricardo Gullón* fundó las revistas
teratura se ha hecho notar en el cambio de estilo Brújula, Boletín Último y Literatura, y estuvo
de los propios autores que formaron la llamada encarcelado en Teruel como consecuencia de sus
Generación X, que ahora, hablando de lo mismo ideas republicanas, perdiendo además su trabajo.
que hablaban en los noventa, han adaptado sus Se trata de uno de los poetas menos conocidos de
escenarios y situaciones a los que la realidad la Generación del 36*, aunque muchos críticos
ofrece en esas noches que tanto les interesan. lo vinculan al grupo de la revista Hora de Es­
paña. Con una poesía que buscaba la rehumani­
GENERACIÓN DEL MEDIO SIGLO -> Véase G E ­ zación tras el garcilasismo de los primeros mo­
NERACIÓ N DEL 50. mentos de la posguerra, su variada obra se
compone de trabajos de crítica literaria, novelas
GENERACIÓN DE LOS NOVÍSIMOS -»Véase y, sobre todo, poemarios. En estos últimos se
NOVÍSIM OS. aprecia el tránsito de un desencanto existencial
amargo y desolado a una serenidad escéptica, a
GÉNERO CHICO partir de los años cincuenta, más atenta a la be­
El concepto de género chico, frente a la zarzuela lleza poética, al recuento de lo vivido y sentido.
mayor o al concepto de «género grande», que en­ Del horror histórico de la posguerra se pasa,
globa la tragedia, la com edia y la ópera, se re­ pues, al mundo de los recuerdos, de la infancia y
fiere a la zarzuela menor y al sainete, es decir a la cotidianidad, temas que revierten en un trata­
la combinación ligera de tipos populares, en la miento formal de mayor sencillez, si bien se
tradición del entrem és y los pasos, aunque en mantienen la dicción clásica y la profundidad re­
este caso referido a personajes principalm ente flexiva, que va acentuándose a medida que el
del Madrid bajo de la Restauración, con la visión poeta, por su edad, va tomando conciencia de
costum brista y pintoresca, ajena tanto al rea­ la muerte, lo que lo conduce a una vivencia de la
lismo* como a intenciones despectivas, de la ciu­ memoria en la que, con serenidad, va planteando
dad, siem pre a través de un tono alegre y opti­ la despedida. Destacan libros de poemas como:
mista e íntimamente ligada a la música, de lo que Borradores (1931), La voz cálida (1934), Poemas
dan cuenta las partituras de compositores como de dolor antiguo (1945), poemario en el que se
Ruperto Chapí, Bretón, Chueca o el maestro Se­ aproxima a la que será la ética de la Generación
rrano. Género de éxito en el M adrid de entre del 50*, El corazón en los labios (1947), Huella
1890 y 1910, sobre todo en el Teatro Apolo, no del linaje (1950), El tiempo recobrado (1950),
fueron pocos los autores que destacaron en obras Cancionerillo del recuerdo y de la tierra (1952),
de esta índole, entre ellos, sobre todo, Carlos Ar- la antología Poesía (1954), El incurable (1957),
niches*, Vital Aza* o Ricardo de la Vega*. En Los días del hombre (1968), De persona a per­
general, se trataba de ofrecer al público cuatro sona (1971), Luz sonreída, Goya, amarga luz
obritas de una hora de duración cada una, inde­ (1972) — que es una versión corregida, aumen­
pendientes entre sí, destinadas al entretenimiento tada y retitulada de Homenaje a Goya (1946)— ,
y a un precio asequible, de las cuales era la úl­ Poemas del tiempo y del poema (1973), Elegía
tima, conocida como «la cuarta de Apolo», la total (1976), Hombre en su tierra (1978), Poe-
que se convertía en el centro de la vida social. maciones (1982), Vuelta al amor en cincuenta y
cuatro poemas (1986), Las colinas (1990) y Por
GENÍS I AGUILAR, Martí (Vich, Barcelona, no decir adiós (1999). Es autor, asimismo, de no­
1847-1932) velas como: La moneda en el suelo (1951), Juan
Narrador en lengua catalana. Farm acéutico y Pedro el dallador (1953), que fue llevada al cine
miembro destacado, junto a Jacint Verdaguer*, con el título H istorias de una raza en 1969, y
360
GIL

Pueblonuevo (1960), los relatos de La muerte de la antigüedad griega y de la música una huida
hizo su agosto (1980) y de lúcidos ensayos de del horror de la memoria. El intimismo y la ex­
crítica entre los que destacan: Federico García quisitez con que trata el recuerdo ha sido lo que
Lorca (El escritor y la crítica) (1973), Valle-In- ha llevado a la crítica a considerar a Gil-Albert
clán, Azorín y Baroja (1975) y Escritores arago­ como el Proust español, aunque nada ha servido
neses (ensayos y confidencias) (1979), además para librarlo del injusto olvido con que ha sido
de la gran traducción que realizara en 1954 de Os desatendida su obra.
Lusiadas, de Camoens. Recientemente se publi­ De gran minuciosidad, precisión y sensualidad
caron sus memorias, tituladas Vivos, m uertos y verbal, sus poemarios fundamentales son Miste­
otras apariciones. Memorias 1926-2000 (2000). riosa presencia (1936), sonetos de influencia
gongorina, Candente horror (1936), Los nombres
GIL, Ricardo (Madrid, 1853-1908) ignorados (1938), Las ilusiones (1945), El existir
Poeta. Formado en Murcia y Licenciado en De­ medita su corriente (1949), Concertar es amor
recho, su poesía es, en cierto modo, precursora (1951), Poesía (Carmina manu trementi ducere)
del Modernismo*, por más que recuerde a los (1961), «A los presocráticos» seguido de «Miga­
modos románticos de un Bécquer*, Campoa- ja s del pan nuestro» (1963), la antología Fuentes
mor* y Zorrilla*. De tono intim ista y atenta al de la constancia (1972), La meta-física (1974),
mundo de los sueños y el recuerdo, destacan poe­ Homenajes e impromptus (1976), El ocioso y las
marios como De los quince a los treinta (1885), profesiones (1979) y Variaciones sobre un tema
La caja de música (1898) y El último libro inextinguible (1981), incluidos en Obra poética
(1905), a los que hay que añadir las Obras com­ completa (1981; 3 vols.). A todos ellos hay que
pletas, publicadas, ya postumamente, en 1931. añadir libros en prosa, donde conviven las memo­
rias con el ensayo, la crítica, la autobiografía o la
GIL-ALBERT, Juan (Alcoy, Alicante, 1904-Valen- crónica, como Contra el cine (1955), Concierto
cia, 1994) en mi menor (1964), La trama inextricable
Poeta, narrador y ensayista. De familia acomo­ (1968), Los días están contados (1974). Crónica
dada, a los diez años se trasladó a Valencia, ciu­ general (1974), Memorabilia (1975), Heracles.
dad en la que más tarde estudiaría Filosofía y Le­ Sobre una manera de ser (1975), Cantos roda­
tras y Derecho — carreras que no terminaría— , y dos (1976), Drama patrio (1976), Breviarium vi-
a los 20, a Madrid, llevado tanto por su admira­ tae (1979) y Gabriel Miró. Remembranza
ción a Gabriel Miró* — a quien él mismo consi­ (1980), entre otros, además de las narraciones
deraba, además de a Valle-Inclán* y a Azorín*, Valentín (Homenaje a Shakespeare) (1974), El
su maestro— cuanto por su deseo de dedicarse retrato oval (1977), Los Arcángeles: parábola
plenamente a la literatura. En plena Guerra Ci­ (1981) y Tobeyo o del amor (1990). Desde 1983,
vil, fundó, con Rafael Dieste*, Ramón Gaya* y la Institució Alfons el M agnánim, dependiente
María Zambrano*, la revista Hora de España, de del CSIC, está publicando su Obra completa
la que sería secretario, colaboró en El Mono Azul que, hasta la fecha, se compone de catorce to ­
y participó en el Congreso de Intelectuales Anti­ mos. En 1982. recibió el Premi de les Lletres Va-
fascistas de 1937. Tras la guerra, y debido a su lencianes, y es ahora, tras su muerte, cuando se
filiación republicana, se ve obligado a exiliarse comienza, por fin, a reconocer la valía literaria e
en Francia — en un campo de concentración— , intelectual de este gran artista.
Argentina y, finalmente, México, país en el que
colabora en publicaciones como Taller y España GIL Y ASENSIO, Federico (Valencia, 1876-?)
Peregrina y de donde regresaría en 1947. Desde Poeta y dramaturgo. Colaborador en diarios de la
esa fecha, se enclaustra en Valencia, donde se de­ época, compuso zarzuelas, poesías, comedias y
dica únicam ente a escribir. Sus primeras obras sainetes. Respectivamente, en cada uno de los
fueron en prosa: La fascinación de lo irreal géneros, destacan Cariño serrano (1906), los
(1927), Vibración de estío (1928), Cómo pudie­ poemas de Como la vida (1906), la comedia El
ron ser. Galerías del Museo del Prado (1929), lazo doble (1909) o el sainete La fuerza del que­
Gabriel M iró (El escritor y el hombre) (1931), rer (1908).
Crónicas para servir al estudio de nuestro
tiempo (1931), si bien pronto se decanta por la GIL BERA, Eduardo (Tudela, Navarra, 1957)
poesía, en donde, tras un cierto barroquismo Narrador y ensayista. Durante muchos años es­
y las influencias propias del surrealismo*, se cribió solamente en euskera. Ensayista y traduc­
adentra en el conflicto bélico sin panfletismos y tor de gran valía, en cuyas obras teóricas se
con acentuado desengaño. Formalmente clasi- muestra como un observador desconfiado, de es­
cista — suele em plear el endecasílabo y el so­ tilo brillante, crítico irónico y lúcido, erudito co­
neto— , su tono melancólico busca en la belleza nocedor de la cultura clásica capaz de conciliar
361 GIL Y CARRASCO

reflexiones de carácter filosófico y filológico. fluyen en su reflexión sobre lo cotidiano, acaso


Como narrador se ha concentrado excesivamente como una vana ilusión de triunfo frente al fra­
en lo navarro, desde los modos y expresiones caso. Poeta, en suma, vitalista y voraz de vida,
hasta las tradiciones culturales, algo que pesa so­ claramente influido por Cernuda*.
bre sus textos de manera excesiva, siendo recu­ Sus poemarios son: Según sentencia del tiempo
rrente una, por así decirlo, navarridad algo exa­ (1953), Compañeros de viaje (1959), Moralida­
gerada y de humorismo tosco que trasciende al des (1966) y Poemas postumos (1968, 1970), a
uso de un idiom a repleto de dejes baturros. No los que se suman Las personas del verbo (1975,
obstante, hay algo en su español de riqueza anti­ 1982), que incluye poemas de todos los anterio­
gua, de sonoridad, de cinismo también y de ho­ res y que él consideraba sus «poesías completas»
menaje a la narración picaresca*. Ciertos críticos y cuya edición de 1998, llevada a cabo por Carme
han señalado la influencia en su obra de otro tu- Riera*, contaba con algunos añadidos; el libro
delano célebre: José M aría Iribarren*. Hay que Cuatro poem as morales (1961), no incluido en
citar, además del libro de viajes Sobre la marcha Las personas..., y las antologías En favor de Ve­
(1996), sus novelas Os quiero a todos (1997) y nus (1965), Colección particular (1969) y Anto­
Todo pasa (2000), así como los ensayos Paisaje logía poética (1981), a la que hay que añadir An­
con fisuras (1999), reunión de apotegmas, afo­ tología personal (1998), volumen que se editó
rismos y breves ensayos, y Los días de en medio con un disco compacto en el que el autor leía sus
(2002), libro de profundos conocimientos teóri­ propios poemas. En 1974, amputado por la cen­
cos, con algo de borgiano en la negación del pa­ sura, apareció en prosa el Diario de un artista se­
sado, en el que reflexiona de forma iconoclasta riamente enfermo, escrito durante la convalecen­
sobre el tiempo. Grandes iras despertó en am ­ cia de una enfermedad, que se publicó completo,
plios sectores de la crítica su monumental y hos­ tras su muerte — por deseo expreso del poeta— ,
til biografía Baroja o el miedo. Biografía no au­ con el título de Retrato del artista en 1956
torizada (2001), en la que lo acusaba, entre otras (1991). Como crítico, demuestra ser un fino co­
muchas cosas y a base de bromas e inquinas va­ nocedor de los entresijos de la creación literaria,
rias, de mentiroso y cobarde. como se ve en sus ensayos Cántico: el mundo y
la poesía de Jorge Guillén (1960), Luis Cernuda
GIL DE BIEDMA, Jaime (Barcelona, 7 9 2 9 - 7 990) (1977) y en los recogidos en Al pie de la letra
Poeta y crítico. Miembro de una familia de la alta (1980), que se reeditaron en 1994 junto a diez
burguesía y licenciado en Derecho por la Univer­ textos inéditos. Destacado traductor, debe recor­
sidad de Salamanca, es uno de los más altos va­ darse su traducción de Función de la poesía y
lores de la «Escuela de Barcelona» de la cono­ función de la crítica (1968), de T. S. Eliot, para la
cida como Generación del 50* y su poeta de que, además, realizó un interesantísimo prólogo.
mayor influencia en generaciones posteriores. En 1994, Juan Ferraté* editó, en Barcelona,
Profundo conocedor de la poesía anglosajona, Jaime Gil de Biedma. Cartas y artículos, libro en
viajó a Filipinas y se opuso duramente, sobre el que se recogen trece cartas del poeta catalán y
todo desde mediados los años cincuenta, al régi­ quince de Ferraté, además de dos artículos de este
men franquista. A unque inscrito por la crítica último sobre el autor de Moralidades.
dentro de la «poesía social», lo cierto es que des­
borda dicha etiqueta con versos en los que — si GIL Y CARRASCO, Enriaue (ViUafranca del
bien están presentes de form a clara los proble­ Bierzo, León, 7815-Berlín, Alemania, 7846)
mas socio-políticos— la ironía, el subjetivismo y Poeta y novelista. Tras estudiar latín con los agus­
la cotidianidad en el tratamiento ofrecen una vi­ tinos de Ponferrada, Filosofía en el Monasterio
sión diferente de las arbitrariedades y los ridícu­ de Espinareda y ser alumno del seminario de As-
los esnobismos de la burguesía, unida al trasunto torga, comienza a estudiar Leyes en Valladolid
de las contradicciones emocionales más íntimas. para terminar la carrera en Madrid, en 1839.
Maestro indiscutible de la poesía conversacional Amigo íntimo de Espronceda*. este le presentó
— narrativa, coloquialista— , el paso del tiempo, en El Parnasillo y El Liceo Artístico y Literario,
la lucha desesperanzada contra él, la memoria, la dos de los más prestigiosos foros intelectuales de
infancia, la amistad, el amor, el placer y el ero­ la época, en el último de los cuales leyó su pri­
tismo, entendidos, de algún modo, como una mera composición poética en 1837: «Una gota
unidad frustrante y enriquecedora a un tiempo, de rocío». Sería a partir de ese momento cuando
se proyectan en una concepción hedonista de la comenzaría sus colaboraciones en los periódicos
realidad, de la que no están exentas ni el pesi­ y revistas de mayor prestigio. Gracias a Espron­
mismo ni el escepticism o de quien reacciona ceda, conseguiría un puesto en la Biblioteca Na­
constantemente contra la hipocresía moral de la cional y, poco después, en 1844, fue nombrado
burguesía. La ternura y el deseo de ensueño con­ secretario de Legación en Berlín, ciudad en la
362
GIL NOVALES

que conoció a Humboldt, se agravó su tuberculo­ (1970) y La baba del caracol (1985), así como
sis y murió. de los relatos de Preguntan p o r ti (1974) y El
Autor inserto en los modos del Romanticismo*, sabor del tiempo (1987).
Menéndez Pelayo* lo incluyó en el «grupo del
Norte», por mostrar, junto a Nicomedes Pastor GIL POLO, Gaspar (Valencia, 1529?-Barce-
Díaz*, una especial sensibilidad hacia los paisa­ lona?, 1 5 8 4 /1 5 8 5 )
jes sombríos y nebulosos, transmisores últimos Poco se sabe del continuador de la Diana de
de un estado de ánimo melancólico. Influido por Jorge de Montemayor*, salvo que ocupó diver­
el propio Espronceda, por Zorrilla*, Lamartine y sos cargos municipales, que fue notario en Va­
Chateaubriand, su obra fundamental, y única que lencia, entre 1571 y 1573, tesorero real en la
publicó como libro, es la novela histórica El se­ m isma ciudad, y que Felipe II le nombró, en
ñor de Bembibre (1844), herencia del estilo lide­ 1572, contador mayor de la Curia regia y comi­
rado por .Walter Scott, por la que el Rey Federico sario del Patrimonio Real en el principado de Ca­
Guillermo le concedería la Gran Medalla de Oro taluña en 1581, que murió pobre y que tuvo nu­
de Prusia y en la que se trata la caída de la Orden merosa descendencia. Su única obra, además de
del Temple, que se convierte en un magnífico algunos poemas sueltos publicados como enca­
cuadro de la España del fin de los templarios, bezamiento de libros de otros autores, es Los
además de ser una típica historia rom ántica de cinco libros de la Diana enamorada (Valencia,
amor imposible. En ella, se plantea el conflicto 1564), en la línea de la novela pastoril* a la que
entre los deberes religiosos y los sentimientos pertenece el mencionado texto de Montemayor,
humanos. Deben recordarse, no obstante, prosas autor de quien Gil Polo fue amigo. La obra, que
anteriores como el relato El amanecer de la Flo­ es una de las que Cervantes* salva en el capítulo
rida (1838) y la leyenda El lago de Carucedo del «escrutinio» del Quijote, gozó de cierto éxito
(1840) — incluidas en Obras en prosa (1883; y se tradujo a diferentes idiomas, entre ellos el
2 vols.)— , así como los poemas líricos que Gumer­ alemán, el francés, el latín, el inglés y el holan­
sindo Laverde* reunió postumamente, en 1873, dés, llegando a las nueve ediciones antes del si­
bajo el título de Poesías líricas, ya que Gil y Ca­ glo xvm. Por supuesto, siguiendo el texto en que
rrasco jamás editó en vida un libro de versos. En se basa, así como la tradición bucolista-mitoló-
su obra lírica conviven diversos asuntos, como la gica de Virgilio y Sannazaro, mantiene la combi­
oposición entre la inocencia infantil y el desgaste nación entre una prosa rítmica y versos bucóli­
moral de la madurez, la exaltación patriótica, los cos formalmente tradicionales e italianizantes,
temas históricos, el paraíso perdido o la insatis­ de gran calidad lírica, a los que se suman, en este
facción ante el inevitable transcurso del tiempo, caso, rimas «provenzales» — combinación de
todo ello tratado con un profundo y dulce lirismo versos de once y cinco sílabas en coplas de doce
melancólico. Es autor, asimismo, de textos críti­ versos, invención suya— , metros cortos y alejan­
cos sobre el duque de Rivas*, Hartzenbusch*, drinos — de uso extraño en el xvi— como apor­
Zorrilla, su amigo Espronceda, y otros temas li­ tación novedosa.
terarios y periodísticos, publicados todos ellos en En la línea de los textos bizantinos de aventuras,'
revistas románticas como El Español, El Correo personajes que aparecen en la obra de Montema­
Nacional, Semanario Pintoresco Español o El yor, junto a otros, tanto de aldea como de Corte,
Pensamiento, entre otras, además de artículos so­ peregrinan hasta el palacio de la sabia Felicia y
bre viajes en los que queda clara su capacidad asistimos a fiestas, bailes, enigmas amorosos de
para describir los paisajes y las costumbres, re­ celos, y a la mención de muchos autores valen­
cogidos en Costumbres y viajes (1961). cianos de la época a través de un mecanismo de
personificación mitológica en virtud del cual el
GIL NOVALES, Ramón (Huesca, 1928) río Turia sale de su cauce y se convierte en can­
Narrador y dram aturgo. Im portante traductor, tor épico (libro III). Esta parte, típico catálogo de
está considerado uno de los máximos seguido­ hombres ilustres, frecuente en la época, está
res del esperpento* valleinclanesco y destacan compuesta en octavas reales. En la obra se conti­
sus obras teatrales La lioya (1966), Guadaña al núan los amores de Diana, salvándolos de lo que
resucitado (1966), La bojiganga (1971) y El tenían de pecaminoso y difícil, y se ofrecen nota­
doble otoño de mamá bis (1978), estas tres últi­ bles descripciones paisajísticas.
mas recogidas en Teatro (1980), a las que hay
que añadir Trilogía aragonesa (1990), que in­ GIL Y ZÁRATE, Antonio (El Escorial, M adrid,
cluye La conjura, La noche del veneno y La 1793-M adríd, 1861)
urna de cristal, obras en las que se ocupa de la Dramaturgo. Formado en París e hijo de actores,
identidad histórica de Aragón. Es autor, asi­ se especializó en ciencias físico-matemáticas, re­
mismo, de las novelas Voz de muchas aguas gresó a España en 1820 y trabajó en Goberna­
363 GIMÉNEZ-ARNAU Y GRAN

ción, fue catedrático de francés en la Escuela de GIMÉNEZ, Esther (Madrid, 1979)


Comercio del Consulado de M adrid, director Poetisa. Aunque comenzó estudiando Biología,
de Instrucción Pública, cargo desde el que re ­ pronto se decantó por la Filología. Se trata de
dactó, en 1845, la Ley de Reform a de la Ense­ una autora con gran dominio técnico del poema,
ñanza — en la que propuso la centralización de de los metros y de la construcción léxica, en cu­
las universidades y la secularización y gratuidad yos versos ofrece una visión irónica de la sensua­
de la enseñanza— , subsecretario y académico de lidad y el amor. Hay que destacar el poemario
la Real Academia Española y de la de Bellas Ar­ M ar de Pafos (2000), con el que obtuvo el Pre­
tes. Miembro de las milicias nacionales en Cádiz mio Hiperión.
en 1823, durante el trienio liberal, participó en
las tertulias de El Parnasillo y en la sociedad de GIMÉNEZ ARNAU, Joaquín [o Jimmy] (1944)
El Liceo Artístico y Literario. Sus obras teatrales Narrador. Conocido periodista de la llamada
siguen la estela del gusto francés y de Bretón de «prensa del corazón», desde donde se ha granjea­
los Herreros*, y participan tanto del N eoclasi­ do enemistades entre los famosos, estuvo casado
cismo* como del Rom anticism o*. Entre ellas, con una nieta de Franco. Su presencia en progra­
destacan las tragedias Rodrigo, último rey de los mas televisivos de «cotilleos» es constante y con
godos (1834) y Blanca de Borbón (1835), que sus artículos ha conseguido ser uno de los perio­
fue prohibida por la censura, y los dramas histó­ distas más querellados. Pero además es un narra­
ricos Carlos II el H echizado (1837), obra de dor impetuoso y hábil, con gran dominio del
marcado talante anticlerical en la que se censu­ idioma y de la ironía, que usa con soltura y a ve­
raba la idea tradicional de España y con la que se ces con un humorismo caracterizado por su ma­
originó una encendida polémica, Guzmán el lignidad y en cuyas páginas domina un sentido
Bueno (1838), Rosmunda (1839), Don Alvaro de sensualista del erotismo. Además de libros de ca­
Luna (1840) y Guillermo Tell (1843), entre otras, rácter biográfico y cronístico, como Yo, Jimmy,
además de las comedias Cuidado con los novios mi vida entre los Franco (1981), de su produc­
(1826) y Un año después de la boda (1826), la ción novelística hay que destacar Las islas trans­
costumbrista Un amigo en el candelero (1842) y parentes (1997), galardonada con el Premio Na­
los melodramas Don Trifón o Todo p or el dinero dal, y Zelos. Enredos y leyendas medievales
(1841) y Cecilia la cieguecita (1843), este úl­ (2000), ambientada en Castilla y Provenza en el
timo de marcado cariz sentimental. Fue autor, siglo XIII.
asimismo, de un im portante M anual de litera­
tura (1842 y 1844; 2 vols.), uno de los primeros GIMÉNEZ-ARNAU Y GRAN, José Antonio (La-
de nuestra historia literaria y utilizado durante redo, Cantabria, 1912-Madrid, 1985)
años en la universidad. Dramaturgo y novelista. Doctor en Derecho por
la Universidad de Bolonia, fue jefe del Servicio
GILI GAYA, Samuel (Lérida, 1892-Madrid, 1976) Nacional de Prensa y, a partir de 1942, comenzó
Filólogo. Discípulo de Menéndez Pidal* y cola­ su carrera diplomática, de cuya Escuela se con­
borador suyo en el Centro de Estudios Históri­ virtió en director en 1976, hasta llegar a repre­
cos, fue catedrático de Literatura del Instituto- sentar a España en diversas embajadas y a ser
Escuela de M adrid y profesor en el Instituto delegado permanente ante los organismos inter­
Ramiro de Maeztu de la misma ciudad. Miembro nacionales de la ONU en Ginebra entre 1964 y
de la Real Academia Española desde 1961, cola­ 1976. Destacó con un teatro muy ideologizado
boró en su Diccionario, así como en el Histórico compuesto de comedias y dramas, entre las que
que aún sigue elaborándose. Fue uno de los más deben mencionarse obras como Murió hace
eminentes investigadores de la lengua y la litera­ quince años (1952), Premio Lope de Vega y
tura españolas, habiendo publicado estudios so­ guión de cine en 1954, Carta a París (1952),
bre diversos autores, como Vicente Espinel*, Clase única (1955), La hija de Jano (1955),
Mateo Alemán*, Francisco de M oneada* o adaptación de la novela del mismo título publi­
Diego de San Pedro*, entre otros, así como nu­ cada en 1946, La cárcel sin puertas (1958), El
merosos trabajos de investigación en la Revista rey ha muerto (1960) y Alarma (1964), así como
de Filología Española. Además de un Curso su­ las novelas A Madrid por la mar (1938), escrita
perior de sintaxis española (1943), publicó, en­ en colaboración con su hermano Ricardo, Línea
tre otras obras, Elem entos de fo n ética general Siegfried (1940), El puente (1941), La colmena
(1950), El ritmo en la poesía contemporánea (Buenos Aires, 1945), De pantalón largo (1952),
(1956), un indispensable Tesoro lexicográfico Premio Nacional de Literatura Miguel de Cer­
(1492-1627) (1960) y Estudios de lenguaje in­ vantes, Luna llena (1953), El canto del gallo
fantil (1974). Su última tarea consistió en prepa­ (1954), La tierra prometida (1958), La cueva de
rar una nueva Gramática para la Academia. ladrones (1967) y El distinguido delegado
364
GIMÉNEZ BARTLETT

(1970). Fue autor también de un libro de memo­ con el relato sobre la campaña de Marruecos, de
rias en el que cuenta su experiencia personal y la que tomó parte, Notas marruecas de un sol­
colaboración con Franco: Memorias de memoria dado (1923), reportaje novelado al que siguieron
textos, en la línea vanguardista que hemos co­
(1978).
mentado, como: Carteles (1927), firmado con el
GIMÉNEZ BARTLETT, Alicia (Almansa, Albacete, seudónimo de Gecé — que no fue el único, ya
que otras obras las firmó como El Robinsón lite­
1951)
Novelista. Autora de novelas de corte policiaco, rario de España— , Los toros, las castañuelas y
aunque con aspiraciones de análisis social, pro­ la Virgen (1927), Hércules jugando a los dados
tagonizadas por dos policías de carácter cervan­ (1928), Yo, inspector de alcantarillas (1928) y
tino, la inspectora Petra Delicado y el subinspec­ Julepe de menta (1929). Al segundo periodo, de
tor Fermín Garzón, algo que recuerda a otros tono mesiánico, pertenecen, entre otras muchas,
autores españoles que han frecuentado el género, pues fue autor prolífico, En torno al casticismo
como García Pavón* o Lorenzo Silva*. En sus de España (1929), Circuito imperial (1929), Ca­
novelas, García Bartlett bebe en las fuentes clá­ taluña ante España (1930), M anuel Azaña
sicas de Sherlock Holmes y en la gran novela ne­ (1932), Genio de España. Exaltaciones a una re­
gra americana de Chandler y Hammett. Destacan surrección nacional. Y del mundo (1932), consi­
de entre sus obras Ritos de muerte (1996), Una derada su obra más célebre, La nueva catolici­
habitación ajena (1997), basada en la figura de dad (1933), Arte y Estado (1935), Exaltación del
Virginia W olf y galardonada con el Premio Lu­ matrimonio (1936), Roma madre (1939), España
men, Día de perros (1997), Mensajeros de la os­ nuestra. El libro de las juventudes (1943), Cer­
curidad (1999), Muertos de papel (2000) y Ser­ vantes (1946), Los sonetos de la Falange (1949),
pientes en el Paraíso (2002). La Europa de Estrasburgo (1950), Lengua y lite­
ratura de España y su Imperio (1940-1953;
GIMÉNEZ CABALLERO, Ernesto (Madrid, 1899- 7 vols.), Revelación del Paraguay (1958), El di­
1988) nero y España (1964), Genio hispánico y m esti­
Novelista y ensayista. Doctor en Filosofía y Le­ zaje (1965), Las mujeres de América (1971), Ca­
tras por la Universidad de Madrid, fue catedrá­ bra, la cordobesa (Balcón poético de España)
tico de Literatura en el Instituto Cardenal Cisne- (1973), Premio Juan Valera, el libro autobiográ­
ros de esta ciudad, colaborador asiduo en los fico Memorias de un dictador (1979) y Retratos
años veinte en diversas publicaciones, entre ellas españoles (bastante parecidos) (1985). En 1995
El Sol y Revista de Occidente, y, desde 1927, en se reunieron sus entrevistas a escritores célebres,
que la fundó, director de La Gaceta Literaria, realizadas en los años veinte para el diario El Sol,
una de las revistas que mayor difusión brindó a en el volumen Visitas literarias, en el que se
las vanguardias de la época. Defensor del tradi­ muestran su profundo sentido del humor y sus
cionalismo y vehemente vocero del régimen habilidades audaces para convertirse en maestro
franquista, participó en la fundación de Falange de la irreverencia.
Española y colaboró en La Conquista del Es­
tado, El Fascio, El Debate, Ya y Arriba. Llegó a GIMÉNEZ FRONTÍN, José Luis (Barcelona,
ser embajador de España en Paraguay entre 1958 1943)
y 1969 y alto cargo en el Movimiento Nacional Poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Dere­
Sindicalista. Su fidelidad política fue reconocida cho y Lector, durante algunos años, en las uni­
con la concesión, en 1969, de la gran cruz de la versidades de Bristol y Oxford, participó en la
Orden de Isabel la Católica. fundación del suplemento literario de Tele Ex­
Su obra, en la que atraviesa diversas etapas y prés (1973-1976) y de la revista Hora de Poesía.
que, en muchos sentidos, resulta inclasificable En sus versos, el mundo urbano y las relaciones
por la variedad e imbricaciones de estilos — aun­ entre sus habitantes son tratados desde una cierta
que predomine el tono periodístico— , pasa de un decepción neorromántica. Son sus poemarios: La
talante innovador y vanguardista de gran origi­ sagrada fam ilia y otros poem as (1972), A m or
nalidad a otro en el que, con grandilocuencia y Omnia (1976), Las voces de Laye (1980), Premio
graves simplificaciones históricas, se convierte Ciudad de Barcelona, El largo adiós (1985), As-
en portavoz del nacionalismo más conservador e trolabio (antología 1972-1988) (1989) y El en­
imperialista. Francisco Umbral* lo ha definido sayo del organista (2000), obras a las que hay
como «el Groucho Marx del fascismo español», que sumar, de entre sus muchos ensayos impor­
aunque es innegable que se trató de un autor de tantes, M ovim ientos literarios de vanguardia
sólida formación cultural y, al menos durante (1975), Seis ensayos heterodoxos (1976), El su­
unos años, de uno de los más sólidos defensores rrealismo (1978) y Camilo José Cela: texto y
de las novedades artísticas en España. Se estrenó contexto (1985), así como los libros de narrativa
365 GIMFERRER

Un día de campo (1974), H istoria del pequeño que hay que sumar El diamante en el agua
chamán (1978), El pájaro pico de oro y otras (2002), poemario en edición bilingüe, que ya se
historias (1982), El idiota enamorado (1982), El había publicado en catalán, El diamant dins l ’ai-
carro del heno (1987), La flauta mágica (1987), gua (2001), de cuya traducción, además del pro­
Justos y benéficos (1989) y Señorear la Tierra pio Gimferrer, son responsables, entre otros,
(1991). Justo Navarro* y Antonio Colinas*, y que recoge
poemas escritos a partir de 1993 que, en algunos
GIMFERRER, Pere (Barcelona, 1945) casos, amplía ideas ya presentes en el original y
Poeta, crítico y traductor cuya obra consta de tí­ arriesgado, por lo que respecta a la forma,
tulos tanto en catalán como en español. Conside­ poema-libro Mascarada (1996; ed., bilingüe ca-
rado uno de los grandes autores de su genera­ talán-español, 1998), cuya traducción también se
ción, así como uno de los más lúcidos ensayistas debe a Navarro. No obstante, las dos grandes an­
literarios actuales, Pere Gimferrer Torrens es un tologías de su obra aparecen contemporánea­
hombre de extraordinaria cultura. Estudió Dere­ mente a la concesión, en 2000, del prestigioso
cho y Filosofía y Letras, colabora en diferentes Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana:
publicaciones, como Serra D ’Or, ínsula o El Poemas 1962-1969 (2000), en el que se incluyen
País, entre otras, y es miembro, desde 1985, de solo sus poemas escritos en español, y Marea so­
la Real Academia Española. Es uno de los poetas lar, marea lunar (2000; reed. 2002), obra impor­
cimeros seleccionados por Castellet* en su céle­ tante en la que el propio autor recopila, en edi­
bre antología Nueve novísimos poetas españoles. ción bilingüe y por prim era vez, desde sus
Con una riqueza verbal propia del culturalismo poemas iniciales hasta el presente. Es autor, asi­
de muchos de los poetas de su generación, y un mismo, de las novelas Fortuny (1983), Premio
afán por la experimentación — socavando a me­ de la Crítica, y La calle de la Guardia Prusiana
nudo cualesquiera convenciones— que dé cuenta (2001), escrita en español en 1969, inédita hasta
del sentido del fenómeno poético, Gimferrer, una la fecha indicada y que constituye una suerte de
de las voces más insólitas y osadas de la lite­ breve juguete literario culturalista, a causa de
ratura actual, se adentra en una poesía del sen­ cuyo cierto erotismo se decidió a no publicarla
tim iento y la sensualidad de la que no están en la época. Entre sus num erosos ensayos,
exentos ni los ecos del surrealismo* francés y es­ m erecen destacarse: La poesía de J. V Foix
pañol, sobre todo del autom atism o de la escri­ (1974), M ax Ernst o la dissolució de la identi-
tura, ni las meditaciones metapoéticas o las tra­ tat (1977), los ensayos y artículos recogidos en
diciones barroca y simbolista. Se trata de un Radicalidades (1978; reed. 1999), Lecturas de
poeta que busca en la nitidez de la palabra la ex­ Octavio Paz (1980), Premio A nagrama de En­
presión adecuada para transgredir tanto moral sayo, Dietario (1984-1985; 2 vols.) — ed. en ca­
como estéticamente, ya que su poesía, obvia­ talán: Dietaris (1981-1982; 2 vols.)— , Los Ra­
mente culta, no se sirve de esa cultura para llenar ros (1985; reed., 1999), Cine y literatura (1985;
el vacío con la nada, sino para colmarlo de emo­ reed., 1999), Perfil de Vicente Aleixandre
ciones ligadas a la reflexión. En su obra convi­ (1985), M agritte (1987), Giorgio De Chirico
ven el comprom iso cívico y la pasión erótica, (1988), Valéncies (1994) y Literatura catalana
abordada con desm esurada sensualidad. Desta­ i periodisme (1996). A todo ello habría que aña­
can poemarios, escritos en español, como El dir el curiosísimo libro, traducido por Basilio
mensaje del Tetrarca (1963), Arde el m ar (1966), Losada*, El agente provocador (1998), mezcla
Premio Nacional de Poesía José Antonio Primo de narraciones o ensayos o prosas poéticas o me­
de Rivera, La m uerte en Beverly Hills (1968), morias en el que reflexiona sobre variadas mate­
Extraña fruta y otros poemas ( 1969) y Poemas: rias en tomo a la escritura misma. Se trata de una
1963-1969 (1969, 1979 y 1988), a los que se su­ obra que comenzó a escribir y abandonó en 1979
man los que, desde 1970, comenzara a publicar y que se ha ido construyendo durante veinte
en catalán: Els m iralls (1970), Hora foscant años. Ha desarrollado, además, una im portante
(1971), Foc cec (1973), prologado por Joan labor como traductor, fruto de la cual fue la con­
Brossa*, L ’espai desert (El espacio desierto) cesión a su traducción de la obra poética de Au­
(1977), Poesía: 1970-1977 (1978), Como un epí- siás March* del Premio Nacional de Traducción.
leg (1988), Aparicions (Apariciones y otros poe­ A todo ello hay que añadir: Obra catalana com-
mas) (1982), El vendaval (1988), galardonado pleta/1. Poesía (1995), Obra catalana com­
con el Premio Nacional de Literatura y aparecido p leta d. Dietari complet, 1 (1979-1980) (1995),
en edición bilingüe en 1989, y La Llum (1991; Obra catalana completa/3. D ietari complet, 2
bilingüe en 1992), L ’obrador del poeta (1970- (1980-1982) (1996), Obra catalana completa/4.
1996) (1996), Noche en el Ritz (1996), 24 p o e ­ Figures d ’art (1996) y Obra catalana com­
mas (1997) y la Antología poética (1999), a los pletáis. Assaigs crítics (1997).
366
GINER DE LOS RÍOS

GINER DE LOS RÍOS, Francisco (Ronda, M á ­ GINER DE LOS RÍOS, Francisco (Madrid, 1917)
laga, 1839-Madrid, 1915) Poeta y ensayista. Estudió Filosofía y Letras en
Ensayista. Filósofo y pedagogo, es uno de los Madrid y Washington y, con el inicio de la Gue­
más célebres seguidores en España de la filoso­ rra Civil, es nombrado agregado cultural de la
fía krausista desde que, a su llegada a M adrid, República en Estados Unidos. Exiliado en M é­
en 1863, se integrara en el grupo de Julián Sanz xico, trabajó en la Universidad Autónoma de la
del Río*. Tras estudiar Derecho en las universi­ capital mexicana, en la editorial Fondo de Cul­
dades de Barcelona y Granada, ciudad esta en la tura Económica, en la CEPAL, organismo depen­
que estudió Filosofía, ocupó la cátedra de Filo­ diente de las Naciones Unidas, organización esta
sofía del Derecho en la Universidad de Madrid para la que trabajó en Chile entre 1953 y 1963, y
desde 1866, de la que se vio apartado en dos oca­ fue secretario del Colegio de México. Amigo de
siones por motivos políticos. En 1873 funda la los poetas españoles en el exilio y gran conoce­
Institución Libre de Enseñanza, a través de la dor de la poesía española contemporánea, desta­
cual pretende una renovación profunda del sis­ can sus poemarios Tesoro de romances españo­
tema educativo, convirtiendo la educación en un les (1939), La rama viva (1940), Pasión primera
todo más humano y unitario en el que los dos se­ y otros poemas (1941), Rom ancerillo de la fe
xos gocen de igualdad, y que se mantenga al (1941), la antología Las cien mejores poesías del
margen de las injerencias de la Iglesia y del Es­ destierro (1945), Los laureles de Oaxaca. Notas
tado, ayudando al individuo a descubrir el sen­ y poem as de un viaje (1948), Jornada hecha.
tido de su existencia. El centro de su filosofía, Poesía: 1934-1952 (1953), Poem as m exicanos
que revierte él mismo como principio unificador, (1958), Llanto con Em ilio Prados (1962), E le­
es la «personalidad», entendida como síntesis gías y poemas españoles (1967) y Por Algarrobo
tanto de los elementos racionales del individuo y el Tabo, con las luces de Valparaíso (1981),
cuanto de sus emociones. En ella se concentran además de la antología La rama viva y otros poe­
naturaleza y espíritu, y de ella derivan cuales­ mas (1987). Autor de numerosos ensayos, tra­
quiera principios educativos y toda norma ju rí­ ducciones y antologías, deben recordarse sus
dica. El individuo se convierte en sujeto de De­ ediciones de las obras de Juan Ramón Jiménez*
recho a través de la educación, de una educación Olvidos de Granada (1979), en facsím il y con
que ni es coactiva ni consiste en una simple acu­ textos inéditos, y Voces de mi copla. Romances
mulación de saberes. de Coral Gable (1981).
En sus ensayos, Giner de los Ríos se ocupa de
materias que van desde la sociología, el derecho, GINÉS DE SEPÚLVEDA, Juan -»Véase SEPÚL-
la literatura y el arte, hasta la religión o la peda­ VEDA, Juan Ginés de.
gogía. Ecléctico, supo absorber de cada doctrina
aquellos postulados que más le interesaban y GIRALT TORRENTE, Marcos (Madrid, 1968)
fundirlos en sus diferentes trabajos. Además de Narrador. Licenciado en Filosofía por la Univer­
los estudios aparecidos en publicaciones como sidad Autónoma de Madrid, es nieto de Gonzalo
La Ilustración Artística, La España Moderna o Torrente Ballester*. Ha colaborado en el diario
el Boletín-Revista de la Universidad de Madrid El País y ha publicado numerosos relatos en di­
— fundada por él en 1873— , entre otras, publicó ferentes revistas, así como en recopilaciones de
obras importantes, de las que destacan: Estudios narrativa breve. Su prosa, com pleja y cuidada,
literarios (1866), Bases para la teoría de la pro­ honda y al servicio de historias reflexivas,
piedad (1867), Principios elementales del Dere­ aborda los conflictos de la identidad individual,
cho (1873), Programa de elementos de la doc­ concediendo gran importancia a los procesos psi­
trina de la ciencia (1873), Lecciones sumarias cológicos de sus personajes, así como al tornasol
de psicología (1874), Estudios jurídicos y políti­ confuso de las emociones que mueven el alma
cos (1875), Estudios filosóficos y religiosos humana. Es autor del libro de relatos Entiéndame
(1876), Estudios de literatura y arte (1876), La (1994), que fue Premio Tigre Juan, de la novela
Institución Libre de Enseñanza (1882), El edifi­ París (1999), galardonada con el Premio He-
cio de la escuela (1884), Estudios sobre educa- rralde, y de la novela breve Nada sucede solo
. ción (1886), Educación y enseñanza (1889), La (2 0 0 0 ).
persona social (1899), Pedagogía universitaria.
Problemas y noticias (1905), Sobre el concepto GIRÓN, Diego (Sevilla, 1530-?, 1590)
en el Derecho positivo (1910), Filosofía del De­ Poeta. D octor en Humanidades, pertenece a la
recho (1912) y Ensayos sobre educación (1913). conocida como escuela sevillana*, en la que su­
Como traductor, elaboró ediciones de obras de cedió en la dirección de la Academia de la Ala­
Krause, Leonhardi, Falckenberh o Compayré, meda de Hércules a su cuñado Juan de Mal
Lara*. Parece ser que fue un personaje literario
oelasgndtas,

'imperial.**
G o n za lo F ernández de O viedo y Valdés. P o rta d a de A n to n io Ferrer del Río. R e trato c o n serv ad o
Historia general y natural de las Indias. B ib lio teca N a ­ e n la Real A cadem ia E spañola
cional. M a d rid

jo / e: t r a n c e : /

M IR A D A X /O B R E LA°VIDA

Jesús Ferrero José Francés. P o rta d a de Miradas


sobre la vida
Federico García Lorca. Representación de La casa de Bernarda Alba
Generación del 27. Homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla, 1927. De izquierda a derecha: R, Alberti,
F, García Lorca, J. Chabás, M. Bacarisse, Romero Martínez, M. Blasco Garzón, J. Guillén, J. Bergamín,
D. Alonso y G. Diego
Ernesto Giménez Caballero. Portada de Carteles

Francisco G iner de los Ríos. Retrato de Juan José


Gárate. Universidad Complutense. Madrid
Gertrudis Góm ez de
Avellaneda. Retrato de
Federico de Madrazo.
Museo Lázaro Galdiano.
Madrid

Ramón Góm ez de la
Serna en el Café Pombo.
Retrato de Alfonso
Luis de G ó ngora y A rgote. Portada de la revista Ángel González
Litoral (octubre de 1927) con un dibujo de Juan
Gris realizado en homenaje a Góngora

LA M U ER T E D I
EL JILGUERO
OKZflLE RUANO

Andrés González-Blanco. Portada César González R uano. Portada de La muerte


de La juerga triste de «El Jilguero»
Juan G oytisolo
367 GLEZ

conocido y respetado, y a él escribió Juan de la disfrazado de m ar (1974), China, lágrimas innu­


Cueva* la «Elegía a la muerte de Diego Girón». merables (1976), El escándalo de Tierra Santa
Como creador, imitó, con versos escritos en la­ (1978) y El escándalo del Islam (1982) o de en­
tín, a Horacio, Virgilio y Séneca*, entre otros, a sayos de carácter periodístico y libros de entre­
quienes, además, tradujo, así como las Fábulas vistas como Todos somos fugitivos (1961), Con­
de Esopo. Su obra la conocemos, además de por versaciones con don Juan de Borbón (1968), en
las elogiosas referencias de Fernando de H e­ edición limitada, Cien españoles y Dios (1969),
rrera* en sus Comentarios a Garcilaso, por ocho Gritos de la tierra (1970) y Cien españoles y
octavas reales suyas que aparecen en la obra mé­ Franco (1979), a los que hay que añadir Cien
dica Tratado de la utilidad de las sangrías, de nuevos españoles y Dios (1994) y Por amor a la
Femando de Valdés. verdad (2003), libro de reflexiones sobre los más
variados problemas.
GIRONA, Cerverí de -> Véase CERVERA, G ui­
llem de. GISBERT, Joan Manuel (Barcelona, 1949)
Narrador y dramaturgo en lenguas catalana y es­
GIRONELLA, José María (Darníus, Gerona, pañola. Interesado por el mundo infantil y juve­
1917-Arenys de Mar, Barcelona, 2003) nil, es autor de novelas como Escenario fantás­
Novelista y ensayista. De formación autodidacta, tico (1979), Premio CCEI, El misterio de la isla
estudió algún tiempo en un seminario, el cual de Tokland (1981), Premio Lazarillo, El extraño
abandonó para trabajar en diversos oficios hasta adiós de Odiel Munro (1982), Bestiari fantástic
que, finalm ente, comienza a colaborar en la (1983), El museo de los sueños (1-984), Premio
prensa gerundense. Combatiente franquista du­ Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, La
rante la Guerra Civil, fue autor de una narrativa aventura inmortal de M ax Urkhaus (1985) y El
que peca de un cierto esquematismo, maniquea a mago de Esmirna (1987), entre otras. Ha publi­
veces y con pretensiones cronísticas, pretende cado, asimismo, libros de relatos como Leyendas
dar cuenta tanto de ciertos fenómenos sociológi­ del planeta Thamyris (1982) e Historias secretas
cos como de otros de índole existencial en los del espacio (1987), y las obras teatrales Pleniluni
personajes, que no pasan de ser superficiales re­ de cera (1983), Premio de la Crítica Serra D ’Or,
tratos psicológicos. Con novelas de gran éxito M ágic concert (1984) y El lazarillo fantástico
editorial, su irrupción en el mundo literario, tras (1984).
el poemario Ha llegado el invierno y tú no estás
aquí ( 1944), se produjo con la novela Un hombre GISTAIN, Mariano (Barbastro, Zaragoza,
(1946), con la que ganó el Premio Nadal y que 1958)
sometió a profundas correcciones en ediciones Narrador. Colaborador en El Periódico, se trata
posteriores. A ella siguieron La marea (1949) y de un autor que demuestra una gran habilidad en
la trilogía formada por Los cipreses creen en la construcción de la intriga y en el uso de los re­
D ios (1953), Premios Nacional de Literatura y sortes literarios para mantener la trama. Pero no
Moore de Chicago y una de las novelas más ven­ solo eso, ya que con sagaz y deslenguada ironía
didas de la historia de la literatura española, Un aborda las escisiones del individuo contemporá­
millón de muertos (1961) y Ha estallado la paz neo con dotes de observador minucioso. No obs­
(1966), que, centradas en la gestación, desarrollo tante, lo más relevante de su narrativa es el pro­
y consecuencias de la Guerra Civil, lo catapulta­ ceso de disolución de la gramática al que somete
ron a la fama. Otras novelas suyas son: Mujer, le­ a sus textos, a veces con la ruptura del argu­
vántate y anda (1965), Condenados a vivir mento, otras con la disolución de la cohesión tex­
(1971), Premio Planeta, Cita en el cementerio tual, todo ello para plantear la crisis del amor y
(1986), La duda inquietante (1986), Los hom ­ la insustancialidad de la vida. Es autor de los
bres lloran solos (1986), en la que trata la transi­ libros de relatos El Polvo del siglo (1996), La
ción política tras la muerte de Franco, y Se hace vida 2.0 (2000) y Florida 135: Cultura de club
camino al andar (1997), accésit del Premio Fer­ (2002), así como de la novela La mala concien­
nando Lara y que él consideró su mejor novela. cia {\991).
Es autor, asim ismo, de obras de contenido di­
verso, entre ellas el libro de reflexiones ensayís- GLEZ, Montero (Madrid, 1965)
ticas sobre la depresión Los fantasm as de mi ce­ Narrador. Retirado en Tarifa, donde vive en un
rebro (1958), texto llevado al teatro con la garaje aislado de todo, es un autor de extraor­
colaboración de Julio M enegat, de los libros de dinaria fuerza narrativa, continuador de una tra­
viajes Personas, ideas, mares (1965), El Japón y dición literaria en la que están autores como
su duende (1965), En Asia se muere bajo las es­ Quevedo*, Valle-Inclán*, Camilo José Cela* y
trellas (1968), E l M editerráneo es un hombre Francisco Umbral*, en la que domina el gusto
GODÍNEZ 368

por lo oscuro, lo tremendo, el horror, todo ello a Rubén Darío. En cuanto al teatro, fue autor de
través de un estilo de gran brillantez, provocador dramas poéticos y de comedias. Destacan obras
y en el que impera el argot urbano, con toda su como el poemario Aspiraciones (1901) y las pie­
carga léxica violenta e insolente. Además de es­ zas teatrales Tizona (1915), La quimera (1917),
tas afinidades, que él mismo ha confesado, de­ En el camino (1917) y Los jácaros (1917).
clara su interés por autores contemporáneos su­
yos, como Juan M anuel de Prada* y Fernando GOICOECHEA, Ramón Eugenio de (Bilbao,
Royuela*. Sorprendió a la crítica con su primera 1922)
novela, Sed de champán (1999), en la que ya se Crítico y novelista. Colaboró en revistas minori­
mostraban las que habrían de ser las líneas maes­ tarias de Madrid y Barcelona. En la línea del rea­
tras de su obra: la mezcla de registros lingüísti­ lismo* más tradicional, el marido de Ana M aría
cos, crudos y brutales a veces, y la presencia de Matute* publicó diferentes novelas, entre las que
personajes de un submundo urbano que combina destacan Memorias sin corazón (1959), cercana
lirismo y cotidianidad. Posteriormente, apareció a la literatura de misterio, Dinero para morir
Cuando la noche obliga (2003), recibida con la (1968) y El pan migado (1968).
misma admiración que había despertado su pri­
mera obra. GÓMEZ, Julio Antonio -> Véase GÓM EZ FRAILE,
Julio Antonio.
GODÍNEZ, Felipe (Moguer■Huelva, 1588-Ma-
dricl, 1639?) GÓMEZ, Ricardo (?, 1954)
Dramaturgo y orador. Hijo de judíos portugue­ Narrador. Es autor de la novela antibelicista y
ses, se doctoró en Teología y fue, en 1624, acu­ sentimental Los poem as de la arena (2000), ga­
sado por la Inquisición de judaizante en un acto lardonada con el Premio Felipe Trigo y en la que
público en el que fue privado de hábitos y bienes se plantea, con un lenguaje marcado por resonan­
y condenado a un año de prisión y seis de destie­ cias líricas, el absurdo de la existencia a partir de
rro. Sería tras su rehabilitación en la corte de Fe­ una situación bélica en la que un grupo de solda­
lipe IV cuando lograría la fama como predicador. dos espera a un enemigo que no aparece.
Su obra, en la que muestra predilección por los
asuntos bíblicos del Antiguo Testamento y que GÓMEZ, Valentín (Pedrola, Zaragoza, 1843-La
puede incluirse en la escuela de Lope de Vega*, Coruña, 1907)
muestra sim ilitudes con el auto sacramental* y Dramaturgo. Periodista conservador de profun­
evidencia gran ingenio, ágil intriga y calidad das convicciones religiosas que le llevaron a
poética. Algunos sectores de la crítica han seña­ mantener numerosas polémicas, fue miembro de
lado la influencia, cuando no el plagio, de Mira la Real Academia Española durante los dos últi­
de Amescua* en su manera de construir los au­ mos años de su vida. Su teatro, formado por dra­
tos, concretamente en El provecho para el hom­ mas y comedias, combina un estilo cuidado con
bre y La Virgen de Guadalupe. Se conocen vein­ temas históricos en los que se mantiene distante
titrés títulos, algunos de los cuales son simples y ecléctico. Deben recordarse obras como: La
atribuciones, en los que destacan comedias, ha­ flo r de espino (1882), El soldado de San Marcial
giografías, los mencionado autos y otros de Na­ (1885), La dama del Rey (1877), La novela del
vidad. M erecen recordarse, además de los ya amor (1879), Un alma de hielo (1881), El celoso
mencionados: La mejor espigadera, Amán y de sí mismo (1882), El desheredado (1884), Los
Mardoqueo, o La horca para su dueño, basada inválidos (1887) y La ley de la fuerza (1888). Pu­
en La hermosa Esther, de Lope, Las lágrimas de blicó, además, la novela El señor de Calcena
David; Los trabajos de Job, o La paciencia en (1890).
los trabajos; Judith y Olofernes; O e lfra yle ha
de ser ladrón o el ladrón ha de ser frayle, cen­ GÓMEZ-ARCOS, Agustín (Enix, Almería, 1939-
trada en la vida de san Francisco, El divino Isaac París, 1998)
y Aun de noche alumbra el sol, típica com edia Dramaturgo y novelista. De extracción humilde
de capa y espada en la que están los temas bási­ e hijo de un ex alcalde republicano, fue pastor de
cos del género, es decir el amor, los celos, el ho­ cabras, espartero y estudiante de Derecho en
nor y la amistad. Barcelona, aunque pronto se dedicó al teatro. En
Francia, país en el que se exilió en 1966, después
GODOY Y SALA, Ramón de (La Coruña, 1867- de ver cómo sus obras teatrales eran sistemática­
M adrid, 1917) mente prohibidas por la censura franquista, fue
Poeta y dramaturgo. Redactor y colaborador de finalista del Premio Goncourt y nombrado Caba­
diferentes publicaciones, su poesía combina las llero de la Orden de las Artes y las Letras en
influencias del Barroco* y del Modernismo* de 1995. Él mismo declaró en numerosas ocasiones
369 GÓMEZ DE BAQUERO

que se sentía francés, y en esa lengua escribió la parte de su mundo literario, debe ser incluida en
casi totalidad de su obra, aunque en ella el centro estas páginas como autora española en virtud de
de reflexión fuese España. Puede decirse, como que su éxito y trascendencia reales se produjeron
señaló Haro Tecglen*, que se trata de un autor aquí. De vida problemática, marcada por no po­
español de expresión francesa, pues con todo, y cas tragedias y escándalos amorosos, y pese al
dada su relación de amor-odio con España, man­ aprecio de autores como Fernán Caballero* y Al­
tuvo siempre su nacionalidad española. En su berto Lista*, no pudo ingresar en la Real Acade­
teatro, comprometido con la denuncia de la in­ mia Española debido a la actitud hostil de bas­
justicia, la intolerancia y los abusos de poder, tantes intelectuales de la época, entre ellos
emplea las técnicas del esperpento* y el expre­ Menéndez Pelayo*. Por lo que respecta a su
sionismo, y deja siem pre el poso amargo de la obra, que entronca con la tradición clásica de
ironía. Su obra publicada es escasa, aunque hay Quintana* y Meléndez Valdés*, debe decirse que
muchos títulos inéditos, debido a que dejó de re­ comenzó escribiendo poesía y teatro de estilo ro­
presentar cuando — según propia confesión— se mántico, aunque no faltan obras de tema reli­
dio cuenta «de que había dejado de ser un arte de gioso. Poetisa sensual e innovadora en la m é­
la palabra viva, un arte combativo, conflictivo, trica, en sus versos predomina el tema amoroso,
para convertirse en una estética». Tanto en el tea­ a menudo de subido erotismo, aunque no faltan
tro como en la obra narrativa, se ocupó de la preocupaciones de tipo religioso y social, estas
Guerra Civil, de la posguerra, de Franco y de la últimas marcadas por el escepticismo. Novelista
violencia nacida con y del fascism o, siempre influida por Chateaubriand, a ella se debe un
como si se tratara de una lucha, de una guerra, paso más en el camino hacia el exotismo tan del
que es lo que él hacía al escribir. Poco conocido gusto romántico, ya que añade elementos caribe­
en España, la mayoría de sus obras han sido ya ños al mundo español. Precursora del feminismo,
traducidas al español. De entre ellas cabe desta­ en sus obras presenta a mujeres que viven cir­
car Elecciones generales (1960), Diálogos de la cunstancias dramáticas, quizá como consecuen­
herejía (1964), Los gatos (1965), solo estrenada cia de sus muchas y continuadas tragedias perso­
en España en 1992, Queridos míos, es preciso nales, las cuales la llevaron en no pocas
contaros ciertas cosas (1966; estrenada en 1994 ocasiones a buscar alivio en el mundo esotérico
en España y Premio Lope de Vega) e Interview o en la religión. Deben destacarse entre sus obras
de Mrs. Muerta Smith p o r sus fantasm as (1972; las novelas Sab (1841), de carácter antiescla­
1985), no estrenada hasta 1991, a las que hay que vista, Dos mujeres (1842), alegato contra la ins­
sumar algunas piezas representadas, entre 1969 titución matrimonial, Guatimozín, último empe­
y 1973, en un café-teatro en el que trabajaba de rador de M éxico (1846; 4 vols.), de carácter
camarero, tales como Adorado Alberto y Pre- histórico sobre México, y El cacique de Turme-
papá. Fue autor, asimismo, de diversas novelas qué (1860), a las que hay que añadir obras teatra­
en francés, de entre las que destacan L ’agneau les como Leoncia (1840), Munio Alfonso (1844),
carnivore (El cordero carnívoro) (1975), con la El príncipe de Viana (1844), Egilona (1845),
que obtuvo el Premio Hermes para primeras no­ Saúl (1849), drama de tema bíblico, Errores del
velas, Ana, non (1977), que fue llevada al cine, corazón (1852), La aventurera (1853), La so­
María República (1983), L ’homme á genoux (El námbula (1854) y Baltasar (1858), obra dramá­
hombre de rodillas) (1989), L ’auveglon (El ce­ tica también de asunto bíblico, y, sin duda, sus
gato) (1990), que en su versión española, escrita Poesías (1841).
por él mismo, tituló M arruecos (1991), apodo
del chico que la protagoniza, La fem m e d ’em- GÓMEZ DE BAQUERO, Eduardo (Madrid, 1866-
prunt (La mujer de prestado) (1993) y L ’ange de 1929)
chair (El ángel de carne) (1995). Crítico literario y narrador. Fue acaso el más
prestigioso de los críticos literarios del primer
GÓMEZ ARIAS Véase ARIAS, Gómez. cuarto del siglo xx desde sus reseñas de El Im-
parcial, en el que sustituyó a Clarín* y donde fir­
GÓMEZ DE AVELLANEDA, Gertrudis (Cama- maba con el seudónimo de Andrenio. Nada vehe­
güey, Cuba, 1814-Madrid, 1873) mente, sus estudios se basan en el análisis de un
Poetisa, novelista y dramaturga. Representante «estilo» multirreferencial en las obras de las que
fundam ental del R om anticismo*, y quizá la se ocupa, esto es, el estilo de la composición, de
única mujer de renom bre dentro de esta co­ los sentimientos, de los temas, del lenguaje, etc.
rriente, esta escritora cubano-española perm a­ Así, analizó obras teatrales, obras poéticas y no­
nece aún hoy, injustam ente quizá, en el olvido. velas, y, pese a que su cortedad de miras no le
Vivió en España a partir de 1836, y, aunque entre permitió atender como merecían a los movimien­
1859 y 1863 perm aneció en Cuba, formando tos renovadores iniciados por el Modernismo* en
GÓMEZ DE BARREDA 370

el campo de la poesía, sí supo abordar interesantes franciscana típica en aquellas fechas. Es una de
panorámicas del mundo novelesco del siglo xix y las pocas pasiones que se conservan, y nada se
del tránsito de este al xx, llegando a conclusiones sabe de su autor salvo el nombre.
útiles para comprender la evolución de la prosa
española en aquellos años. Fue miembro de la GÓMEZ FRAILE, Julio Antonio (Z aragoza,
Real Academia Española. De entre sus obras, ma- 1933-Las Palmas de Gran Canaria, 1988)
yoritariamente ensayísticas, merecen mención tí­ Poeta. Personaje extravagante de la cultura arago­
tulos como: La nueva teosofía (1891), Letras e nesa, cuya leyenda lo ha llevado a pasar por un
ideas (1905), Novelas y novelistas (1918), El va­ personaje socarrón que, sin embargo, en la intimi­
lor de amar (1922), Cartas a Amaranto (1924), dad de sus textos resultaba angustiado por la sole­
estas dos en la línea del ensayo novelado, El rena­ dad. Fue autor de obras como Los negros (1955),
cimiento de la novela española en el siglo XIX galardonada con el Premio Boscán, La edad defi­
nitiva (1957), que obtuvo el Premio Rumbos, Las
(1924), su discurso de ingreso en la Academia: El
triunfo de la novela (1925), De Gallardo a Una- islas y los puertos (1959), El cantar de los canta­
mimo (1926), Pirandello y Cía. (1928), Naciona­ res (1959), Al oeste del lago Kivú los gorilas se
lismo e hispanismo (1928) y Pen Club (1929), a suicidaban en manadas numerosísimas (1960),
las que hay que añadir las Obras completas que se España, poesía y teatros contemporáneos (1968),
publicaron, en tres volúmenes, entre 1929 y 1930. Acerca de las trampas (1970) y El fuego de la his­
toria (1977). De publicar la totalidad de su obra se
GÓMEZ DE BARREDA, íñigo (V a lla d o lid 1715- ha ocupado Antón Castro*, que, además, en 1989,
Madrid, 1781) publicó, bajo el título de El corazón desbordado,
Ensayista benedictino. Con el seudónimo de Ig­ el epistolario de este escritor aragonés.
nacio de la Erbada escribió textos crítico-cos­
tumbristas en los que su conservadurism o le GÓMEZ GARCÍA, Manuel (Madrid, 1950)
lleva a burdas sim plificaciones sobre los cam ­ Dramaturgo. Además de haber llevado a la es­
bios sociales, como sucede en su obra fundamen­ cena una versión de dos Leyendas de Bécquer*,
tal, Los fantasmas de Madrid y estafermos de la es autor, entre otras muchas obras, algunas de
corte (1761-1763). ellas de carácter infantil, de Nuncalandia (1971),
Once apenas psicoanálisis o la tierra de los co­
GÓMEZ BARROSO, Pedro (Toledo, finales si­ nejos (1972), ¿Quién hará danzar a Brisa?
glo xm-Aviñón, Francia, 1348) (1973), Mandrágora p or ojos, amor como estí­
Tratadista. Conocido como maestre Pedro — pa­ lenla (1976), Tiermes (1980), ¿Quién mató a la
rece que él fue el único a quien se llamó así— , Denio? (1985) y La razón del hombre lobo
cardenal y consejero de Alfonso XI*, su carrera (1987). Ha publicado, asimismo, los ensayos La
eclesiástica le llevó al obispado de Cartagena y cultura y los pueblos de España (1980), Los lo­
al arzobispado de Toledo. Se le atribuye el Libro bos de Madrid (1990) y un Diccionario del tea­
del consejo e de los consejeros, en el que, basán­ tro en Burdeos (Francia).
dose en el Liber consolationis et consilii (1246),
de Albertano de Brescia, combina los ejemplos GÓMEZ GIL, Alfredo (Alicante, 1936)
bíblicos con otros tomados del mundo clásico, Poeta. Residió en Estados Unidos, donde fue ca­
dando lugar a una obra novedosa donde tienen tedrático, actividad que desempeñaría más tarde
cabida los saberes proverbiales y el valor mágico en la Universidad de Madrid. Ha publicado nu­
de los números, en este caso el seis, que nos re­ merosos poemarios en los que combina una clara
cuerda a Alfonso X*. determinación erótica en la línea clásica con pre­
ocupaciones de contenido social. Entre ellos,
GÓMEZ DE CIBDARREAL, bachiller Fernán destacan Escalas imprecisas (1960), Pesada
Con este nombre aparece firmada la obra Centón arena (1962), Brumas _y cartones (1963), Por la
epistolario, publicada en 1650, aunque fechada en distancia (1968), Introducción a la esperanza
1499, en lo que parece ser una falsificación. Tras (1971), El encantador de serpientes (1974) o La
esta rúbrica, la crítica ha visto a diferentes auto­ frente en el suelo (1976), así como diferentes en­
res, desde Gil González Dávila o José Pellicer de sayos — Cerebros españoles en USA (1971) o La
Ossau Salas y Tovar* hasta Pedro Mantuano*. vuelta de los cerebros (1976)— y los libros de
narrativa El exconde Sucanor (1964) y Chispas y
GÓMEZ DE FERROL, Pedro [o Pero] (segunda confetis (1966). Es autor, asimismo, de una edi­
mitad del siglo xv) ción de los Sonetos de Shakespeare (2001), ver­
Autor de una Pasión de Cristo escrita en verso, sión muy elogiada en la que planteaba revolucio­
incluida en uno de los cancioneros salmantinos y narias ideas a propósito de la bisexualidad del
en la que se aprecia la profunda espiritualidad autor inglés.
371 GÓMEZ DE LIAÑO

GÓMEZ GORKIN, Julián -> Véase GO RKIN, Ju­ A rquitectura de la U niversidad Politécnica de
lián [Gómez], M adrid, de donde pasó, en 1975, a enseñar Fi­
losofía y M etodología de las Ciencias Sociales
GÓMEZ HERMOSILLA, José Mamerto (M adrid, en la Universidad Complutense de Madrid. Ha
1771-1837) enseñado, asimismo, en la Universidad de
Ensayista y crítico. Profesor de griego en M a­ Osaka, en Japón, y en la de Pekín. Colaborador
drid, perm aneció exiliado en Francia por moti­ de numerosas publicaciones, entre ellas los dia­
vos políticos entre 1814 y 1820, y colaboró en rios ABC, El País o El Mundo, ha escrito en Re­
El Censor, en cuyas páginas escribía tam bién vista de Occidente y La Balsa de la Medusa. Se
Alberto L ista*. R epresentante de la tradición trata de un autor en gran medida influido por la
crítica del clasicism o dieciochesco, amigo de espiritualidad oriental, en cuyas obras, sin duda
Leandro Fernández de M oratín* y afrancesado difíciles por la complejidad estructural y la den­
como él, su obra fundamental es Arte de hablar sidad conceptual, el juego formal y narrativo le
en prosa y verso (1826), en la que, a pesar del permite elaborar una trama que es, al tiempo, un
dogmatismo intelectual, pueden encontrarse da­ modo de reflexionar sobre la propia existencia
tos válidos sobre m étrica y sobre los preceptis­ y dar lugar a la creación de una teoría del cono­
tas anteriores al Rom anticism o*. Otras obras cimiento que procede en su mayoría de axiomas
suyas son: E l jacobinism o y los jacobinos orientales y, en concreto, de los m andalas del
(1823), Curso de crítica literaria (1835), P rin­ budismo tántrico. En sus textos, pues, se pre­
cipios de gramática general y gramática analó­ senta una realidad com puesta de elementos
gica (1835), donde demuestra ser un buen gra­ como la im aginación, la memoria, el entendi­
mático, y, publicado postum am ente, Juicios miento y la afectividad, que constituyen por sí
críticos de los principales poetas españoles de m ismos el substrato esencial de un plan­
la última era (1840; 2 vols.), en el que ofrece team iento hum anista profundo y de lenguaje
sus más intransigentes juicios literarios, desde­ brillante. Su concepto de la filosofía aúna a la
ñando a autores por el solo hecho de no ser par­ lógica de los conceptos la de los afectos, tra­
tidarios de la estética neoclásica. Debe aña­ tando de integrar sentimientos y entendimiento
dirse, asim ism o, una m ediocre y poco fiel en una conciencia en la que, por igual, se conju­
traducción de la Ilíada (1831). gan aspectos religiosos, morales, físicos e ima­
ginarios. Como ensayista, ha indagado, e in­
GÓMEZ DE HUERTA, Jerónimo (Escalona, To­ daga, prioritariam ente sobre el desciframiento
ledo, 1568-Madrid, 1643) de las imágenes simbólicas, así como en la his­
Poeta. Estudió humanidades en Alcalá y m edi­ toria de las creencias, en la reconstrucción de
cina en Valladolid. Fue el médico de la corte de los arquetipos del saber. Además del poemario
Felipe IV. A utor de Problemas filosóficos, su N auta y estela (1980), hay que m encionar sus
fama se debe a Florando de Castillo, lauro de novelas Arcadia (1981) y M usalop (1999). Es
caballeros (Alcalá, 1588; M adrid, 1855), un autor, asimismo, de numerosos ensayos, entre
largo poema en trece cantos escritos en ottava ellos: Los juegos del Sacromonte (1975), galar­
rima que tiene el interés'de incluir una versión donado con el Premio de la N ueva Crítica, El
— en el canto IX— de la leyenda de los Amantes idioma de la imaginación (1983), Mi tiempo
de Teruel. Asimismo, tradujo la Historia natura- (1984), que reúne escritos sobre arte y litera­
lis de Plinio en 1599, traducción que, a instan­ tura, La mentira social. Imágenes, mitos y con­
cias de Felipe II, terminó publicándose en dos ducta (1989), Paisajes del placer y de la culpa
volúmenes en 1624 y 1629. (1990), la trilogía sobre el origen de la novela
oriental formada, de momento, por El círculo
GÓMEZ DE LIAÑO, Ignacio (M adrid, 1946) de la sabiduría I. Diagramas del conocimiento
Ensayista, narrador y poeta. Profesor de E sté­ en el mitraísmo, el gnosticismo, el cristianismo
tica en la Universidad Complutense de Madrid, y el maniqueísmo (1998) y El círculo de la sa­
en la que se doctoró en F ilosofía y L etras, en biduría II. Los mandalas del budismo tántrico
1964 comenzó a relacionarse con la poesía ex­ (1998), a los que hay que añadir Filósofos grie­
perimental, llegando a participar en 1966 en la gos, videntes judíos (2000), Iluminaciones filo ­
prim era exposición española de poesía experi­ sóficas (2001), Sobre el fundamento (2002) y El
mental española y extranjera. En 1967 fundó la diagrama del Primer Evangelio (2003). Es au­
Cooperativa de Producción A rtística y Arte- tor, asimismo, de ediciones de obras de Gior-
sana, que se ocupa de presentar espectáculos y dano Bruno y de la obra de Athanasius Kircher
todo tipo de acontecimientos de poesía de van­ Itinerario del éxtasis, o las imágenes de un sa­
guardia. Entre 1969 y 1972 fue profesor de Es­ ber universal, editada en 1986 en dos volúme­
tética y Composición en la Escuela Superior de nes y reeditada, en uno solo, en 2001.
GÓMEZ MANRIQUE 372

GÓMEZ MANRIQUE -> Véase M AN RIQ U E, GÓMEZ DE QUEVEDO Y VILLEGAS, Francisco ->
Gómez. Véase QUEVEDO Y VILLEGAS, Francisco de.

GÓMEZ MORENO, Manuel (G ranada, 1870- GÓMEZ RUFO, Antonio (Madrid, 1954)
M adríd, 1970) Narrador y ensayista. Licenciado en Derecho y
Historiador. Profesor en el Centro de Estudios diplom ado en el Instituto de Crim inología,
Históricos y catedrático en la Universidad Cen­ ejerce la abogacía. Muy activo en la lucha polí­
tral de Madrid y miembro de la Real Academia tica universitaria, formó parte del M ovimiento
Española y de las Academias de la Historia y de Estudiantil Dem ocrático y pronto se unió al
la de Bellas Artes, recibió el encargo para reali­ grupo de intelectuales que rodeaban a Enrique
zar el Catálogo Monumental de España, para el Tierno Galván*, con cuyo Partido Socialista Po­
cual escribió estudios sobre Ávila, Zamora, Gra­ pular se presentaría a diputado en las primeras
nada y Salamanca, entre otros. Además de haber elecciones dem ocráticas. D esem peñó diversos
escrito una Historia de España novelada, La no­ cargos, entre ellos asesor del gabinete técnico
vela de España, editó diversas crónicas m edie­ de la Dirección General de Cinematografía del
vales, entre ellas Introducción a la Historia Si- M inisterio de Cultura y de la Film oteca E spa­
lense con versión castellana de la misma y de la ñola y director del Aula de Cultura del Ayunta­
crónica de Sampiro (1921) y Las primeras cró­ miento de Madrid, que se convertiría en el Cen­
nicas de la Reconquista. El ciclo de Alfonso III tro Cultural de la Villa. Colaborador de diarios
(1932), y Guerra de Granada (1948), de Diego como El País, El Independiente y El Sol, se trata
Hurtado de Mendoza*. de un autor de prosa depurada de barroquismos
y tiene una tendencia a un cierto humorismo en­
GÓMEZ OJEA, Carmen (Gijón, Asturias, 1945) tre trem endista y esperpéntico, que refleja, de
Narradora. Ha publicado diversas novelas, entre forma agridulce, conflictos sociales e históricos
ellas: Las manos inútiles (1967), Los soliloquios crueles, tales como la Guerra Civil o la posgue­
del olvido (1976), Otras mujeres y Fabia (1981), rra. Destacan, además de libros de relatos como
galardonada con el Premio Tigre Juan, Cantiga Ópera 5 (1982), El último verano de la fam ilia
de Agüero (1982), con la que obtuvo el Premio M anela (1984), El cazador de nubes (1988) y
Nadal, Los perros de Hécate (1985), La novela Negro sobre negro, negro (1994), o de la obra
que Marien no terminó (1988), que mereció un teatral Adiós, princesa (1994); las novelas El úl­
Premio del Instituto de la Mujer, y Pentecostés timo goliardo (1984), finalista del Premio Son­
(1989). Hay que mencionar, asimismo, su poe­ risa Vertical, Natalia: la tierra prom etida
mario En la penumbra de Cuaresma (1993), Pre­ (1988), El carnaval perpetuo (1992), Crónica
mio Carmen Conde, así como algunas obras diri­ de nadie (1992), Aguas tranquilas, aguas pro­
gidas a un público infantil y juvenil, como La fu ndas (1992), El Club de los Osos Traviesos
niña de plata (1993), Premio Ala Delta, Betsabé (1993), La leyenda del falso traidor (1994), no­
nunca duerme (1995) y El diccionario de Carola vela que recrea la muerte de Julio César a m a­
(1996), que fue Premio Edebé. nos de M arco Bruto, a quien se presenta aquí
como hijo ilegítimo de aquel, en pleno periodo
GÓMEZ ORTEGA, Casimiro (?, 1740-Madrid, de corrupción en Roma, Un gato en el desván
1818) (1995), Las lágrimas de Henán (1996), Si tú su­
Ensayista. Catedrático de Botánica en M adrid y pieras (1997), El desfile de la Victoria (1999),
miembro de la Academia de la Historia, además de El alma de los peces (2001) y Los mares del
numerosas obras científicas, publicó, sobre Ramón miedo (2002). Es autor, asimismo, de los ensa­
de la Cruz*, Examen imparcial de la zarzuela inti­ yos Marx: el hombre y la historia (1980), Carta
tulada «Las labradoras de Murcia» e incidental­ a un amigo sobre don Enrique Tierno Galván
mente de todas las obras del mismo autor (1769) y (1986), Madrid, bajos fo n d o s (1987), A sí es
una edición bilingüe — español-italiano— de una M adrid (1988), Berlanga, contra el p oder y la
égloga de Garcilaso de la Vega* en 1771. gloria (1990; reed. revisada, 1997), Juegos eró­
ticos de salón (1993), la recopilación de artícu­
GÓMEZ PEREIRA, Antonio (Medina del Campo, los Escenas madrileñas (2000), El hombre asus­
Valladolid, 1500-?) tado (2000) y Berlanga, confidencias de un
Médico y filósofo. Estudió en la Universidad de cineasta (2000).
Salamanca y, en opinión de Menéndez Pelayo*,
se adelanta a las teorías de Descartes en su Anto- GÓMEZ DE LA SERNA, G aspar (Barcelona,
niana Margarita, opus nenipe pliysicis, medicis 1918-Madrid, 1974)
ac theologis non minus utile quam necessarium Ensayista. Abogado y periodista, la fama de su
(Madrid, 1554). primo Ramón Gómez de la Serna* ha eclipsado
373 GÓMEZ DE LA SERNA

la que, por méritos propios, debería gozar Gas­ a Buenos Aires, ciudad en la que residirá hasta
par. Licenciado en Derecho por la Universidad su muerte. Defensor del arte nuevo y de la expe­
de Madrid, letrado de las Cortes en 1946 y cola­ rimentación literaria, y ajeno a las doctrinas, la
borador de publicaciones como ABC, Inform a­ obra de Ramón — como es conocido universal­
ciones, Cuadernos H ispanoam ericanos y Re­ mente— es variada y voluminosa — más de
vista de Occidente, fue secretario de la revista ochenta títulos traducidos a numerosas len­
Clavileño, en la que publicó diversos estudios guas— , sin que falten en ella artículos, apuntes,
sobre Galdós* y Valle-Inclán*, si bien destaca divertimentos, cuentos, novelas, ensayos, dra­
con obras de diferente carácter en las que, con mas, biografías, artículos o sus apasionantes gre­
cuidadoso estilo y habilidad descriptiva, logra guerías, sin duda el eje de su producción presente
puntos de emoción y tensión dramática de valor en cualquiera de sus escritos, y que él mismo de­
incuestionable. Destacan las cartas de amor de finió como «metáfora más humor», siendo la me­
Después del desenlace (1945), Libro de M adrid táfora, en ellas, un correlato del objeto al que se
(1949), ilustrado por Esplandiú y al que el Ayun­ refieren y no un mecanismo de elevación o infra-
tamiento de la capital premió en su día, España valoración de este.
en sus episodios nacionales (1954), Cartas a mi La greguería, basada en la intuición y el ingenio,
hijo (1961), selección de textos sobre España ga­ y ajena a la lógica, se convierte, en muchos ca­
lardonada con el Premio «18 de julio», La pica sos, en un juego semántico en virtud del cual se
en Flandes (1963), M adrid y su gente (1963), expresa con audacia una paradoja semántica o
Gracias y desgracias del Teatro Real (1967), simplemente fonética, rítmica, si bien, en la ma­
Goya y su España (1969), Nueva teoría de A n ­ yoría de ellas, lo que sucede es una condensación
dalucía (1970), Ensayos sobre literatura social lírica, poemática, en la que, a través de una ima­
(1971), Los viajeros de la Ilustración (1974) y gen, se alude al concepto esencial en que se basa
diversos e importantes libros de viajes, como To­ nuestra percepción. No es, ni más ni menos, que
ledo (1953), Viaje a las Castillas (1957), Cua­ la sugerencia emocional de una imagen, a la que
derno de Soria (1959), Castilla la Nueva (1964), se añade, eso sí, el matiz humorístico, la ironía,
Del Pirineo a Compostela (1965) y Viaje a Sar- con lo que la greguería se convierte en una forma
gadelos (1967), a los que hay que añadir el que concisa de aproximación inédita al significado
quizá fuese su estudio fundamental: Ramón, profundo de cualquier realidad cotidiana en vir­
obra y vida (1963), centrado en la figura de su tud de su percepción inmediata y fugaz; es una
primo y galardonado con el Premio Nacional de forma relampagueante y fragmentada de ver el
Ensayo Menéndez Pelayo. mundo, de inventar la realidad descomponién­
dola en mil pedazos, como sobre las greguerías
GÓMEZ DE LA SERNA, Ramón (Madrid, 1888- observó Jorge Luis Borges. No hay tras ella en­
Buenos Aires, 1963) señanza ninguna, ni pretensiones axiomáticas
Prosista y ensayista, este autor inclasificable es — «las cosas apelmazadas y trascendentales de­
uno de los más originales e influyentes de toda la ben desaparecer», escribió el propio Ramón— ,
literatura española del siglo xx, y, aunque hoy in­ tan solo vivencia e individualidad, en el sentido
justamente olvidado, acaso el creador que de una en que aquello a lo que se refiere deviene de una
forma más radical supo romper los moldes más emotividad individual. Veamos unos ejemplos:
tradicionales del lenguaje. Tras estudiar Derecho «El humo no logra pintarle bigotes al cielo», «El
con bastante desgana, se dedicó a la literatura y estornudo es la interjección del silencio», «La
el periodismo, escribiendo en la revista que, para nata es la mejilla de la leche», «La W es la M ha­
él, fundara su padre: Prometeo (1908-1912), en ciendo la plancha», «Debía de haber botellas de
cuyas páginas publicó textos fundamentales de champaña con el discurso ya embotellado», «El
la vanguardia, como el M anifiesto futurista, de agua se suelta el pelo en las cascadas», «Al lim­
Marinetti. Mantuvo, desde 1909, un apasionado piar con el pañuelo las gafas parece que sus cris­
romance con Carmen de Burgos*, hasta que, en tales hubiesen llorado ante el espectáculo de la
1931, conociese a Luisa Sofovich, que sería su vida», «Abrir un paraguas es como disparar con­
compañera definitiva. Aficionado a la vida noc­ tra la lluvia», etc. Nada más ajeno al realismo ni,
turna y practicante de la bohem ia, en 1914 al tiempo, más real. Nada tan revolucionario.
fundó la célebre tertulia del Café de Pombo, por Aunque en apariencia se trate de un escritor vita-
la que pasaron im portantes figuras de la litera­ lista — tesis defendida por Francisco Umbral*,
tura y el arte del momento, tales como José Ber- autor del im portante ensayo Ramón y las van­
gamín*, M auricio Bacarisse* o G utiérrez So­ guardias— , en sus textos y extravagancias per­
lana*, el pintor que dejó constancia de aquellas sonales — son conocidas sus pintorescas e inge­
reuniones en un magnífico y célebre lienzo. En niosas conferencias a lomos de un elefante,
1936, con el estallido de la Guerra Civil, marcha subido en un trapecio o pintado de blanco y ne­
GÓMEZ DE LA SERNA 374

gro— se esconde una actitud nihilista que, a tra­ El incongruente (1922), La quinta de Palmyra
vés del absurdo, muestra el caos de la existencia (1923), El novelista (1923), Cinelandia (1923),
y evidencia una cosmovisión pesimista y deso­ El chalet de las Rosas (1923), El torero Caracho
lada de la realidad. No escasean en sus obras ni (1926), La mujer de ámbar (1927), El caballero
el costum brismo ni las pasiones y truculencias del hongo gris (1928), La hiperestésica (1928),
más tópicas del folletín, especialm ente las de La Nardo (1930), Policéfalo y señora (1932),
tipo sexual, así como lo m isterioso y grotesco, ¡Rebeca! (1936), El hombre perdido (1946) y
quedando, sin embargo, tanto lo dramático Las tres gracias (1948), a las que hay que añadir
como lo patético al margen de sus páginas. El los relatos breves de Seis falsas novelas (1927) y
humor y el absurdo, como decimos, le sirven El dueño del átomo (1928). Asimismo, es impor­
para distanciarse y, al propio tiempo, para ofre­ tante mencionar sus obras teatrales publicadas,
cer con autenticidad la tragedia interna de la en las que se anticipan las tendencias posteriores
existencia. En algún sentido, se trata de un me­ de la dramaturgia. Entre ellas se cuentan: La uto­
canism o sim ilar al del esperpento* valleincla- pía (1909), Beatriz (1909), El drama del palacio
nesco. Su prosa, a menudo lenta y falta de conti­ deshabitado (1909), La corona de hierro (1911),
nuidad, opta por la detención, por ir parándose La casa nueva (1911), El lunático (1912), Ex-vo-
en cada cosa hasta extraer de ella todo cuanto tos (h. 1912) y El teatro en soledad (1912), ade­
puede ofrecer; para ello, da mil vueltas, viaja de más de cinco pantomimas escritas entre 1910 y
delante hacia atrás, buscando los escorzos más 1911 y el libreto de la ópera Carlot, escrito en
sorprendentes de la realidad tras los cuales se 1932, aunque no se editara hasta 1988, así como
oculta su visión más viva. las obras representadas Los medios seres (1929)
La incoherencia, el derroche imaginativo, el ba­ y Las escaleras (1935). En el grupo de obras au­
rroquismo y la fragmentación, se proyectan tam­ tobiográficas, destacan Mi autobiografía (1923),
bién en sus novelas, y, si bien se interponen en el Automoribundia (1948), intensa y extensa auto­
seguimiento de la trama en muchos de sus tex­ biografía en la que se define a sí mismo como un
tos, sirven, no obstante, al propósito final en que optimista que va hacia su muerte con la inocente
todo cuanto se percibe y sucede se ve reflejado alegría de quien no va en esa dirección, Cartas a
en el papel con las mismas indefiniciones, caos, m í mismo (1956), Nuevas páginas de mi vida
rupturas y transgresiones que se dan en la reali­ (1957) y Diario postumo, obra editada por su
dad. En este orden de cosas, las obras de Gómez mujer, Luisa Sofovich, en 1972. Entre las biogra­
de la Serna suponen un acercam iento radical a fías, ajustados retratos de personajes conocidos y
una nueva forma de percepción, ni engañosa ni ensayos sobre un tema concreto — muchos de los
fatua, sino, utilizando del engaño y de la apa­ cuales dan cuenta de su conocido madrile-
rente fatuidad, más real que la del realismo en su ñismo— , hay que mencionar El Rastro (1915),
seguimiento minucioso de un orden y coherencia que aumentó en sucesivas ediciones, Senos
inexistentes. En cuanto al teatro, las obras de Ra­ (1917), El alba (1918), Pombo (1918 y 1924;
món, centradas casi todas en conflictos de tipo 2 vols.), John Ruskin (1918), M adrid (1920),
sexual, no lograron el éxito, tal vez por su exce­ Disparates (1921), Oscar Wilde (1921), Azorín
siva sobrevaloración del monólogo. El resto de (1923), Gollerías (1926), Goya (1928), Efigies
su producción — libros sobre un tema concreto, (1929), el interesantísimo ensayo literario titu­
textos autobiográficos o biografías de personajes lado Ismos (1931), en el que se aventura en una
como Quevedo*, Valle-Inclán* o Goya, entre encendida defensa del arte entendido como inno­
otros sujetos peculiares de las artes y las letras, a vación, Elucidario de Madrid (1931), Los muer­
quienes describe en sus caracteres con preci­ tos, las muertas y otras fantasmagorías (1935),
sión— muestra una similar unidad de estilo en la Retratos contemporáneos (1941), Velázquez
que, no obstante, se alternan esquematismo y ba­ (1943), Gutiérrez Solana (1943), Nuevos retra­
rroquismo sintácticos, a los que hay que sumar la tos contemporáneos (1945) y Nostalgia de M a­
facilidad verbal de sus construcciones, el ele­ drid (1956). No obstante, los textos que le han
mento lúdico de la prosa e, incluso, la invención dado fama y que originaron su influencia poste­
de palabras cuando lo necesita. rior son El circo (1917; ampliado en 1926) y, so­
Deben recordarse, además de sus primeros y sor­ bre todo, Greguerías (1917), con el que inaugura
prendentes textos, tales como: Entrando en esa nueva retórica de la que hemos hablado, y
fuego (1905), Morbideces (1908), El concepto de que se vio ampliado en sucesivos volúmenes
nueva literatura (1909), M is siete palabras (Greguerías selectas, 1919; Novísimas gregue­
(1910) o El libro mudo (secretos) (1911), las no­ rías, 1929; Greguerías completas, 1953) y Ra-
velas El ruso (1913), El doctor inverosímil monismo (1927), en el que se define su estética
(1914), La viuda blanca y negra (1917), El Gran personal. Sus Obras completas comenzaron a
Hotel (1922), El secreto del acueducto (1922), publicarse en 1956, si bien la edición que se con­
375 GÓNGORA Y ARGOTE

sidera definitiva y total apareció, ya de manera zar en los misterios y horrores de la existencia
postuma, en los años 1996 y 1997 en 4 volúme­ humana. Destacan libros como: El caballo
nes. Realizó, asimismo, dos intentonas cinem a­ (1951), galardonado con el Premio Adonais, El
tográficas empapadas por la ideología del futu­ sermón del laico (1959), El hombre de la aguja
rismo*: Esencia de verbena y El monóculo. en el pajar (1966), Oficios y maleficios (1971),
Los restos de Ampurias (1976), Poesía (1950-
GÓMEZ TEXADA DE LOS REYES, Cosme (Tala- 1975) (1978), prologado por Pere Gimferrer*,
vera, Toledo, finales siglo xvi-a. de 1600) Sons i sonets (1984), Déu vos guard i passi-ho
Ensayista. Teólogo por las universidades de A l­ bé (1989) y Libro de Adán y Eva (1991). Es au­
calá y Salamanca, fue capellán de Talavera. Au­ tor, asimismo, del libro de artículos periodísticos
tor de apólogos, recopilaciones y textos filosófi­ y de ensayos breves como La ciudad a medio ha­
cos, publicó El león prodigioso (1636; 2.a parte, cer (1956) y Cámara lenta (1969).
1673), El filósofo (1650) y Nochebuena (1661),
antología de loas, bailes, villancicos y otras GÓNGORA, Manuel de (Granada, 1889-Bue-
composiciones dedicadas a la N avidad, así nos Aires, 1953)
como una Historia de Talavera que se conserva Poeta y comediógrafo. Colaborador en diversas
manuscrita. publicaciones, publicó una poesía colorista con
tintes románticos, así como diferentes obras tea­
GÓMEZ DE TOLEDO, Gaspar (Toledo, siglo xvi) trales, entre comedias y poemas dramáticos, y
Autor de la Tercera parte de la comedia de Ce­ zarzuelas y musicales. Destacan los poemarios
lestina (Toledo, 1539), de quien nada se sabe de Polvo de siglos (1912) y Dolor y resplandor de
su vida. En esta obra, imita a Feliciano de Silva*, España (1940) y, para la escena, La Petenera
si bien aporta datos sobre la vida y costumbres (1928), La novia de Reverte (1933), La razón del
del siglo xvi, y logra hábiles descripciones de ti­ silencio (1933), Y el ángel se hizo mujer (1941);
pos picarescos. las piezas musicales y zarzuelas Curro el de Lora
(1925), obra escrita en colaboración con José Te-
GOMIS, Juan (Barcelona, 1927) llaeche y música de Francisco Alonso, La paz del
Narrador, poeta y ensayista en lenguas catalana y molino (1927), en colaboración con Luis M an­
española. Estudió Magisterio, cultivó la pintura zano*, La fam a del tartanero (1932), con música
y el dibujo y, en 1951, fundó la revista El Ciervo. de Jacinto Guerrero, y La mujer de aquella no­
Colaborador de diversas publicaciones, entre che (1932), cuya partitura compuso el maestro
ellas La Estafeta Literaria y Cuadernos para el Moreno Torroba.
Diálogo, ha publicado los poemarios Atentado
en la isla (1970) y Viaje en coche (1974), las no­ GÓNGORA Y ARGOTE, Luis de (Córdoba,
velas León rugiente (1972), Desitjada Sumatra 1561-1627)
(1973) y Buscando un tesoro (1982), Premio Poeta. Miembro de una ilustre y culta familia,
Ateneo de Santander, y diversos ensayos, entre fue hijo de un notable bibliófilo cordobés que
los que destacan: Generaciones nuevas (1960), trabajó como juez de residencia en Madrid y,
El hombre y la igualdad (1961), Examen de la para la Inquisición en Córdoba, como juez de
democracia cristiana (1964), Todo es temporal bienes confiscados. A los 14 años, después de re­
menos Dios (1967), Catolicisme i societat capi­ cibir de su tío — racionero de la catedral de Cór­
talista (1973), La resposta de D ostoievski doba— algunos beneficios eclesiásticos, Gón­
(1974), Tres poetes i Den (Baudelaire, Una­ gora se vio obligado a tomar las órdenes menores
muno, Riba) (1979) y Cristianisme i conflicte so­ y, aunque estudió Cánones en Salamanca entre
cial (1982), galardonado con el Premio Francesc 1576 y 1580, no hay constancia de que obtuviese
Eiximenis. ningún título, y sí de que en aquella ciudad lle­
vaba una apasionada vida de juego, espectáculos
GOMIS, Lorenzo (Barcelona, 1924) taurinos, mujeres y poesía — de estas fechas da­
Poeta y ensayista en lenguas catalana y española. tan sus primeros poemas— , lo que le supuso di­
Licenciado en Derecho y profesor en la Facultad versas acusaciones oficiales y numerosas deu­
de Ciencias de la Información en Barcelona, ha das. De nuevo en Córdoba, recibe de su tío una
dirigido El Ciervo, revista de tendencia neocató­ canonjía y, ya con las órdenes mayores, continúa
lica fundada con su hermano Juan Gomis*, y El su vida alegre, llegando a viajar en diversas co­
Correo Catalán, además de colaborar en publi­ misiones del cabildo por las dos Castillas, Gali­
caciones como Destino y La Vanguardia. Poeta cia y Navarra, viajes en los que reproducía sus
de marcada espiritualidad cristiana, en sus poe­ placenteras aficiones. A instancias de su protec­
marios, a través del verso libre o del soneto, pa­ tor, el duque de Lerma, Góngora, que, envidioso
sando por el alejandrino, ha intentado profundi­ del éxito de Lope de Vega* en la corte, intentaba
376
GÓNGORA Y ARGOTE

también destacar, fue nombrado capellán de Fe­ pular, compuestos de romances, décimas, sone­
lipe III en 1617. Por fin en Madrid, y ya gozando tos, letrillas y canciones, la mayoría de ellos ante­
del éxito literario, comenzó a dirigir sus iras poé­ riores a 1613, y, otra, centrada en los poemas más
ticas contra el propio Lope y contra Quevedo*, extensos y difíciles, tales como las Soledades,
el cual, reaccionando desde una posición más se­ Fábula de Polifemo y Galatea o el Panegírico en
ria respecto a las cuestiones éticas, teológicas y honor del duque de Lerma. No obstante, en al­
metafísicas, rápidamente participó en el juego, si guna medida, se trata de una distinción artifi­
bien es probable que las diferencias entre ambos ciosa, ya que se da una proyección de las técnicas
tuviesen más que ver con antipatías de tipo per­ de unos en los otros, llegándose, si acaso, a una
sonal que con cuestiones intelectuales. Con la intensificación que forma parte de un mismo pro­
muerte de Felipe III y la subsiguiente caída de ceso de rebuscamientos, aliteraciones y rimas in­
los que habían sido valedores de Góngora, se ternas ya presentes en esos poemas tenidos por
produce el deterioro de su posición social, lo más populares que los mayores. Pocos poemas de
que, unido a los constantes e inmoderados gastos los considerados más sencillos lo son del todo. En
del poeta, le llevará casi a la ruina, hasta el punto ambos tipos de poemas, hace coincidir, contras­
de ser despedido de su casa, cuya compra inme­ tándolas — como señaló Dámaso Alonso*— , dos
diatamente anterior se sospecha que fue,obra de tendencias procedentes del Renacimiento* espa­
Quevedo. De nada le sirvieron los intentos por ñol: el acercamiento a la belleza huyendo de la
ganarse el favor del primer ministro, el conde- realidad y la búsqueda de lo humano concreto y
duque de Olivares, quien le prestó apoyos más fluctuante. De tal suerte, conviven el realismo
de apariencia que otra cosa. Aunque desde 1609 aplicado a las burlas y sátiras con el barroquismo
padecía los síntomas de la arteriosclerosis, no se­ sensualista de las composiciones mayores. Lo
ría hasta 1627, un año después de haber regre­ que de ninguna manera resultaría acertado es una
sado a Córdoba recuperado de una primera apo­ división de corte cronologista.
plejía, cuando le sobrevendría una segunda y En cuanto a los poemas del primer grupo — apro­
mortal mientras trabajaba en la redacción de sus ximadamente unas doscientas composiciones de
obras completas. arte menor— el poeta cordobés se muestra mali­
Ya desde muy joven, sus versos merecieron elo­ cioso y fresco en las letrillas, sarcástico y algo
gios, como el de Cervantes* en 1585, y, aunque pesimista, a veces obsceno y escatológico, en los
Góngora jamás publicó sus obras, estas circula­ romances y décimas, y, eso sí, siempre a una al­
ban de mano en mano, y un centenar de ellas fue­ tura poética difícilmente igualable. La calidad de
ron editadas en romanceros de la época y en la este tipo de versos se aprecia, sobre todo, en le­
célebre recopilación Flores de poetas ilustres trillas y romances, muy cuidados formalmente
(1605), de Pedro de Espinosa*. Su obra, una de estos últimos, tanto los de tipo lírico como aque­
las más influyentes en los autores de nuestra lite­ llos que dedica al tema del cautiverio y la pirate­
ratura, es fundamentalmente poética, siempre en ría, los moriscos y caballerescos, o los de tipo
estrofas tradicionales o italianas, si bien escribió burlesco y paródico en donde se com binan los
dos textos teatrales sin demasiado interés — Las juegos estructurales, las hipérboles y paronoma­
firm ezas de Isabela (1610) y El doctor Carlino sias, con la mala intención de un ánimo verdade­
(1613), que quedó inacabada— . Se sabe que ramente retorcido. Especial mención merece su
Góngora pretendía — según testimonio escrito de largo romance burlesco Fábula de Píramo y
un contem poráneo— «hacer algo; no para los Tisbe (1618), en el que aúna en el uso del octosí­
muchos», y lo consiguió. Creó una poética labo todos los recursos conceptistas y culteranos
nueva, distinta de las tradiciones anteriores, en la ya presentes en los versos menores. A tención
que su interés se centraba en que el español go­ aparte hay que dedicar a sus ciento sesenta y seis
zase de la misma dignidad poética que el latín. sonetos — además de los sesenta y dos que se le
La consecuencia inmediata es que sus versos re­ atribuyen— , estructura que comenzó a practicar
sultan a menudo oscuros y de difícil com pren­ de joven y que no abandonó del todo jamás, y en
sión, acaso porque, como pensaba Gracián*, en los que, siguiendo, en un principio, la línea pe-
el esfuerzo por entender algo está el deleite al trarquista y combinando agudeza e intención,
descubrirlo. Lo cierto es que Góngora dotó a la conseguía auténticas piezas de orfebrería. Los te­
poesía en lengua española de una potencialidad mas variados que trata en ellos van desde la sá­
desconocida hasta entonces, convirtiendo esa su­ tira, la polémica y la descripción de fiestas hasta
puesta complejidad de sus versos en un camino los panegíricos, funerarios, religiosos, o los de
nuevo a la lucidez. amor, posteriores a 1586 y en los que irrumpe un
La poesía de Góngora suele contemplarse desde amor que se basa en la descripción de la hermo­
una doble perspectiva: una que se refiere a los sura, una descripción que, aun huyendo ya del
pequeños poemas, más cercanos a un talante po­ intimismo de las emociones propio de los modos
377 GÓNGORA Y ARGOTE

renacentistas, mantiene ciertos nexos con otros les metáforas son, además, intercambiables, de
sonetos introspectivos en los que el poeta se manera que cualquier cosa blanca puede ser el
muestra amargo y escéptico. Es así como se pro­ referente último de aquella.
duce el tránsito de la mentalidad renacentista a Las Soledades, entre tanto, se alejan de la mito­
un Barroco* en el que impera la oscuridad y el logía grecolatina, tan del gusto renacentista, y
miedo a la muerte; un ejemplo de esto es el fa­ aportan la novedad de emplear la silva en un
moso soneto «M ientras por competir con tu ca­ poema extenso, lo que, al tratarse de una estrofa
bello» (1582), en el que deja atrás el cálido y se­ de periodos variables, le perm ite al autor una
reno mundo renacentista del «En tanto que de mayor libertad. Parece ser que Góngora tuvo la
rosa y azucena» de Garcilaso de la Vega*. intención de escribir cuatro largos poemas bajo
No obstante, lo que ha dado celebridad a Gón­ el título común de Soledades: Soledad de los
gora con el paso de los siglos han sido sus com­ campos; Soledad de las riberas; Soledad de las
posiciones mayores, causantes directas de lo que selvas y Soledad del yermo. La cosa se quedó en
se ha dado en llam ar culteranism o*, si bien, la una dedicatoria de treinta y siete versos al duque
ininteligibilidad frecuente se debe igualmente a de Béjar, la Soledad primera, de mil noventa y
la búsqueda del concepto, es decir a la relación un versos, completa — escrita antes del 13 de
secreta entre dos términos alejados. De ahí que mayo de 1613— , y un fragmento de novecien­
la tradicional distinción entre culteranismo y tos setenta y nueve versos de la Soledad se­
conceptismo* sea más artificiosa que eficaz, por gunda, en la que los últimos cuarenta y tres fue­
más que resulte cierto el hecho de que en los poe­ ron añadidos con posterioridad a su redacción
mas mayores se acentúa la dificultad del estilo original. El argumento de las Soledades — el
gongorino, algo que el propio poeta reconoce ha­ naufragio de un joven recogido por unos cabre­
cia 1613, al enorgullecerse de haberse hecho ros, unido a unos serranos para festejar unas bo­
«oscuro a los ignorantes». Dos son, fundam en­ das, finalmente embarcado con dos pescadores a
talmente, los textos a los que nos referimos al ha­ quienes acompaña a su isla y espectador de un
blar de los poemas mayores; de un lado la Fá­ episodio de caza desde la costa en su viaje de re­
bula de Polifemo y Galatea (1612), y, de otro, las greso a tierra firm e— solo es una excusa para
Soledades (1613), en los cuales la trama no deja indagar en los motivos descriptivos de la natura­
de ser irrelevante, en el sentido en que parece leza, acentuando lo bello, en alardes de sensua­
servirle únicamente para trabajar en los elemen­ lidad exultante, y desechando lo feo en una bús­
tos musicales del lenguaje. Los constantes valo­ queda de la armonía basada en una suntuosa,
res polisémicos convierten estos dos largos poe­ abundante y rica metaforización de la realidad.
mas en un sacrificio de lectura cuya intención El producto final es el más herm ético y com ­
últim a parece ser precisam ente esa: desdimen- plejo de la producción gongorina, algo que, en
sionar la noción misma de realidad. carta del propio poeta, él reconoce y justifica
El primero de ellos, el Polifemo, compuesto de aludiendo a que el espíritu encontrará satisfac­
sesenta y tres octavas reales, con un total de qui­ ción en el esfuerzo de tener que desvelar la os­
nientos cuatro endecasílabos, y basado en las curidad para hallar la verdad.
Metamorfosis de Ovidio, cuenta la venganza del Las técnicas empleadas son, pues, comunes a los
gigante Polifem o al descubrir los amores entre dos textos. Consisten en la acumulación de cul­
Acis y Galatea, y, en él, se dan cita magistrales tismos en muy pocos versos y en el uso del h i­
descripciones de los paisajes de Sicilia — morada pérbaton latinizante así como de la metáfora, ar­
del gigante— con las de la belleza de Galatea, a ticulada esta según un juego en donde aquellas
las que hay que sumar el excepcional clima lo­ que han sucumbido al desgaste de su uso origi­
grado en el encuentro de los enamorados. El ba­ nan otras nuevas, mecanismo que se une a la
rroquismo de las imágenes es brutal, metafórico creación de otras más, inauditas hasta la fecha,
y desmesurado, y, aunque la estructura formal en todo ello engarzado con un muy peculiar sentido
sucesión de octavas reales no resulta original, sí del ritmo en el que, en virtud de la colocación de
lo son la musicalidad y la temeridad de las metá­ una palabra, la intensidad del verso gana en mu­
foras, que da lugar a una constante sublimación sicalidad. Ritmo, pues, al que hay que unir el co­
de la realidad en imágenes puras. Esto forma lorismo típico andaluz, lo que convierte la poesía
parte de algo presente en toda su obra: la intensi­ de Góngora en un alud sensorial. Hay que aña­
ficación de los lugares comunes del Renaci­ dir, en esta línea poética, el Panegírico al duque
miento. Tal es el caso en el que, al hablarnos de de Lerma (1617), un denso poema compuesto de
los miembros de una mujer hermosa, transforme sesenta y nueve estrofas con un total de seiscien­
el símil en metáfora; la consecuencia es que es­ tas treinta y dos octavas reales.
tos ya no son como la «nieve» o el «cristal», sino A pesar de los muchos elogios que ha suscitado
que la mujer se convierte en la nieve misma. Ta­ su obra, no son menos los odios de los que ha
GONSAR 378

sido víctima, desde los durísimos ataques de sus tuberculosis grave, ha de pasar tres años en un
contemporáneos Quevedo y Lope hasta las ulte­ pueblo de la sierra leonesa, lo que le sirvió para
riores y encendidas críticas que se sucedieron a leer a fondo a los poetas de la G eneración del
lo largo de un siglo xviii más obsesionado por la 27* y a Juan Ramón Jiménez*. Una vez recupe­
prosa y el didactismo que por el lirismo esteti- rado, estudió Magisterio y Derecho en Oviedo y
cista heredado de la mentalidad renacentista. No Periodismo en Madrid. Más tarde, en 1972, tras
es menos cierta, sin embargo, la atención que ha una larga temporada en la capital, se trasladaría a
despertado su obra, de la cual surgen textos y ac­ Estados Unidos, a A lburquerque, donde ha pa­
titudes como el duro Antídoto contra las «Sole­ sado gran parte de su vida, alternando sus estan­
dades» (d. 1616), de Juan de Jáuregui*, la res­ cias allí con regresos esporádicos a España y es­
puesta a este por parte de Francisco Fernández calas en México. En la U niversidad de Nuevo
de Córdoba en su Examen del antídoto, los co­ México fue profesor de Literatura Española
mentarios de José Pellicer de Salas en Lecciones desde 1974 hasta su jubilación en 1993. Ángel
solemnes a las obras de don Luis de Góngora González ingresó en la Real Academia Española
(Madrid, 1630), los de Salcedo Coronel* en su en 1997. Considerado uno de los más destacados
edición Obras de don Luis de Góngora comenta­ representantes de la poesía social, de la Genera­
das (Madrid, 1636, 1644, 1648; 3 vols.),,1a recu­ ción de los 50*, es, no obstante, de los más origi­
peración de los modos gongorinos por parte de nales al introducir en su poesía, de verso blanco
la estética de los simbolistas franceses y del Mo­ y libre, tendente a la brevedad y la concisión for­
dernismo*, los trabajos de Menéndez Pelayo*, y, mal, tanto el elemento irónico distanciador como
ya en el siglo xx, el fundamental La lengua poé­ los matices emocionales de la experiencia senti­
tica de Góngora (1935), de Dámaso Alonso*, de mental individual. En sus versos, el egoísmo hu­
consulta imprescindible para cualquier acerca­ mano, la desesperanza, el canto a la solidaridad
miento al poeta cordobés, y que forma parte de y, a menudo, un intenso escepticismo amoroso y
una veneración que fue común a todos los poetas vital son los pilares sobre los que se sostiene un
del 27. La obra de Góngora, que, como ya hemos mundo poético antirromántico y realista en el
advertido, corrió manuscrita en vida del autor, se que se mantiene un constante equilibrio entre el
editó tras su muerte, en primera instancia a cargo yo y la colectividad a través de un tono melancó­
de Juan López de Vicuña, en Obras en verso del lico y a veces decepcionado. Sabio a la hora de
Homero español (Madrid, 1627), y, más ade­ combinar la profunda meditación metafísica con
lante, de Gonzalo de Hoces en Todas las obras el humorismo, a veces incluso con el chiste, se
de don Luis de Góngora en varios poemas trata quizá de uno de los poetas con mayor capa­
(1633). A las numerosas ediciones de obras de cidad para atravesar lo íntimo convirtiéndolo en
Góngora que se han ido sucediendo a lo largo del popular. Admirador de Juan Ramón Jiménez* y
tiempo, hay que añadir, por su curiosidad y mo­ de Machado*, sin renunciar a su pasado de poeta
dernidad, las Obras completas de don Luis de social, ha sabido introducir el ingenio y la ocu­
Góngora (1999) en formato electrónico, con ce- rrencia para abordar la desesperación desde el
derrón. buen humor. Es, asimismo, fundamental su refle­
xión sobre la palabra, sobre el descrédito que la
GONSAR, Camilo (Sárria, Lugo, 1931) caracteriza, así como el ahondamiento en la des­
Narrador en lengua gallega. Miembro de la Real memoria y la fe en la poesía. Animado a publicar
Academia Galega, es uno de los autores que, in­ por Carlos Bousoño* y Vicente A leixandre*,
fluido por los nuevos rumbos impuestos por los destacan poemarios como Áspero mundo (1956),
autores de la Generación del 50*, más contri­ con el que obtuvo un accésit del Premio Adonais,
buyó a poner al día a la narrativa gallega. Se le Sin esperanza, con convencimiento (1961),
deben obras en prosa como los cuentos de Lonxe Grado elemental (1962), galardonado con el Pre­
de nós e dentro (1961) y Arredor do non (1995), mio Antonio Machado, Palabra sobre palabra
las novelas Como calquera outro dia (1962), (1965, 1968, 1972 y 1977), en el que fue com ­
Cara a Times Square (1980) y Desfeita (1983; pendiando su obra, Tratado de urbanismo (1967
reed., 1987), galardonada con el Premio Crítica y 1976), Breves acotaciones para una biografía
Española en lengua gallega, Cemento e outras (1969), Procedimientos narrativos (1972),
escenas (1994) y Luz del Príncipe-Sol (cuatro Muestra de algunos procedimientos narrativos y
relatos de segundo grado) (1996). de las actitudes sentimentales que habitualmente
com portan (1976 y 1977), «Harsh World» and
GONZÁLEZ, Ángel (Oviedo, 1925) Other Poems (1977; ed. bilingüe), Prosemas o
Poeta. Aunque pasó la infancia y juventud en su menos (1983; ed. aumentada, 1985), en el que
tierra, la Guerra Civil interrumpe unos estudios acepta el reto de la experimentación, Deixis en
que solo podrá terminar en 1944. Víctima de una fantasma, biografía (1992), Luz, o fuego, o vida
379 GONZÁLEZ

(1996), con amplia introducción de Víctor Gar­ así como por las preocupaciones del pensa­
cía de la Concha*, la antología de poesía am o­ miento ilustrado y el rechazo de la estética ba­
rosa A todo am or (1997), que incluye un disco rroca. Su vida honesta contrasta con el marcado
compacto con la voz del poeta que lee sus ver­ erotismo de sus composiciones, en ocasiones de­
sos, una nueva antología, 101+19 = 120 (2000), dicadas a unas desconocidas Melisa y Mirta que,
que incluye algunos inéditos, y Otoños y otras al parecer de la crítica, esconden a mujeres rea­
luces (2001), poemario en ese momento espera- les. Son canciones a la italiana, de elegante sen­
dísimo tras nueve años de silencio. Entre sus di­ cillez y honda ternura, que a veces buscan en el
ferentes ensayos, deben mencionarse: Juan Ra­ heptasílabo otros ritmos de expresión. Destacan
món Jiménez (1973), E l grupo poético de 1927 poemas como la invectiva El murciélago ale­
(1976), Gabriel Celaya (1977) y A ntonio M a­ voso, poema satírico contra un murciélago que
chado (1979; reed., 1999), a los que hay que aña­ distrajo a la pastora Mirta, la amada del poeta, la
dir la recopilación de textos periodísticos Cin­ canción «A Melisa», la endecha «A Mirta au­
cuenta años de periodismo a ratos y otras prosas sente», el poema didáctico Las Edades (1776),
(1998) así como las conversaciones con poetas del que solo compuso la primera parte, dedicada
que se incluyen en Ángel González en la genera­ a La niñez, la oda A las Nobles Artes (1781) o la
ción del 50. Diálogo con los poetas de la expe­ égloga Llanto de Delio y profecía de Manzana­
riencia (1998). Ángel González ha recibido di­ res (1783).
versos e im portantes galardones, entre ellos el
Príncipe de Asturias, en 1985, el Salerno en 1991 GONZÁLEZ, Esteban -> Véase ESTEBANILLO
y el Reina Sofía en 1996. G ONZÁLEZ, Vida y hechos de.

GONZALEZ, David (San Andrés de los Tacones, GONZÁLEZ, Fernando (Telde, Las Palmas, 1899-
Gijón, Asturias, 1964) Madríd, 1972)
Poeta. Colaborador habitual de revistas y fanzi- Poeta. Destituido, tras la Guerra Civil, de su cáte­
nes, dirige la colección «Zigurat», editada por el dra de Lengua y Literatura Españolas en diversos
Ateneo Obrero de Gijón. Se trata de un autor pe­ institutos de Vigo, Bilbao y Madrid, se trasladó a
culiar, condenado a 20 años de prisión por atraco Valladolid, donde colaboró en la fundación de la
a mano armada y en cuyos versos esta experien­ revista Halcón y la colección poética del mismo
cia personal tiñe de fuerza visceral cuanto es­ nombre. Como creador, supone un puente entre
cribe, que es sencillam ente autobiográfico sin la tradición canaria, el modernismo isleño y las
ningún ocultam iento. Destacan sus poemarios tendencias poéticas posteriores del archipiélago.
Nebraska no sirve para nada (1995), El demonio Poeta intimista, doliente y formalmente sencillo,
te coma las orejas (1997), Ley de vida (1998), obsesionado por cuestiones como la amistad y el
que incluye algunas prosas, Sparrings (2000), amor, publicó obras como: Las canciones del
Sembrando hogueras (2001), La carretera roja alba (1918), Manantiales en la ruta (1923), Ho­
(2002) y La tristeza de los lápices (2002), galar­ gueras en la montaña (1924), El reloj sin horas
donada con el Premio Nacional de Poesía Blas (1929), Piedras blancas (1934) y Ofrendas a la
de Otero. Es autor, asimismo, de la recopilación nada (1949).
El último en morir que apague la luz. Atlas poé­
tico (2002). GONZÁLEZ, Gregorio (Rincón de Soto, Lo­
groño, h. 1580-?, d de 1604)
GONZÁLEZ, fray Diego Tadeo (Ciudad Ro­ Novelista. Autor de la novela picaresca El Gui­
drigo, Salamanca, 1732-Madrid, 1794) tón Honofre, de quien poco más se sabe que es­
Poeta de la escuela salmantina*, en la que se le tudió en Alcalá y Salamanca y que fue goberna­
conocía con el seudónimo de Delio, fue conocido dor del estado de Alcanadre en 1604. Su obra,
por la tertulia que reunía en su celda conventual conservada en un único manuscrito de 1604, iné­
a diferentes poetas del momento. Prior de los dito hasta el siglo xx, aunque sigue la línea del
agustinos en Salamanca, Madrid y Pamplona, in­ Lazarillo* el Guzmán de Alfarache y el Buscón,
gresó en la orden en 1751 y, aunque antes de mo­ es sentenciosa y se inscribe en el estilo y trama
rir ordenó destruir sus poesías, el padre Fernán­ propios del relato autobiográfico de un picaro.
dez de Rojas* las reunió y publicó en 1796,
comenzándose así una larga sucesión de edicio­ GONZÁLEZ, Javier (Madrid, 1957)
nes: 1796, 1805, 1812, 1817 y 1869. Influido por Narrador. En sus relatos, siempre de gran rea­
Horacio, fray Luis de León*, G arcilaso de la lismo, con profunda intención verista y naturali­
Vega*, Cadalso*, de quien fue íntimo amigo, y dad de estilo, aborda cuestiones angustiosas rela­
Jovellanos*, en sus versos se aprecia el gusto por cionadas con la cotidianidad, de un modo que
las cuestiones amorosas y la poesía anacreóntica, acusa grandes influencias de Kafka, pero con una
GONZÁLEZ

voz intensa que, sin duda, es propia y aguda, por tado diversas obras de Lope de Vega*, de quien se
más que la crítica haya señalado los ecos de Cla­ ha ocupado también en algunos trabajos, así como
rín*, Carver o Chéjov en sus páginas. Su prosa, de María de Zayas* o de Torquemada*. Destacan
meticulosa y elegante, concisa y fluida, recibe, su estudio sobre El coloquio de los perros (1912),
sin duda, otras influencias, como son las de Julio de Cervantes*, y sobre La novela cortesana
Cortázar y Horacio Quiroga. Debutó en el pano­ (1929), además de una documentada biografía de
rama literario con el libro de relatos Frigoríficos Isabel de Valois y el ensayo Cervantes, creador de
enA laska{ 1998). la novela corta española, aparecida postuma­
mente, en 1956 y 1958, en dos volúmenes.
GONZÁLEZ, Juan Manuel (M adrid, 1954)
Poeta, novelista y crítico. Con una actividad lite­ GONZÁLEZ ANAYA, Salvador (Málaga, 1879-
raria incesante y variada, como poeta hay que 1955)
destacar lo que a propósito de González dijera Novelista y poeta. Autor costumbrista en la línea
Luis Alberto de Cuenca*, que se trata de un autor de Estébanez Calderón*, sus obras rezuman un
que mezcla tradiciones épicas celtas con un neo- cierto romanticismo a la hora de referirse al ám­
simbolismo en la línea de Yeats y que conduce bito andaluz, en la descripción de sus paisajes y
hasta el prerrafaelismo. Una poesía la suya, pues, ambientes. Muy activo en la política conserva­
de ideas y de referentes culturales, en la que la pa­ dora del momento, se dio a conocer en el mundo
labra es el instrumento de conexión entre todos de la poesía con dos poemarios m odernistas:
esos elementos, algo que, en cierta medida, amal­ Cantos sin eco (1899) y Medallones (1900), a los
gama también sus textos en prosa. De lenguaje que, más tarde, habría que añadir la antología ti­
colorista, sus versos abordan la pérdida a través tulada Sus mejores versos (1930). Entre las no­
de una memoria melancólica en la que está pre­ velas, deben recordarse: Rebelión (1905), San­
sente el paisaje como referente del recuerdo. Des­ gre de Abel (1915), El castillo de irás y no
tacan sus poemarios Líneas minerales (1984), De volverás (1921), Las brujas de la ilusión (1923),
ritos y solsticios (1986), De sombras y transfigu­ Nido de cigüeñas (1927), La oración de la tarde
raciones (1987), El filo de la sangre (1996), con (1929), Nido real de gavilanes (1931), Las vesti­
el que obtuvo el Premio Jaime Gil de Biedma, duras recamadas (1932), Los naranjos de la
Madrigal de ausencia (1998), merecedor del Pre­ mezquita (1935), Luna de plata (1941), Luna de
mio de Poesía Mística Ángel Riesco, y Luces in­ sangre (1942), El camino invisible (1945) y La
ciertas (1999), galardonado con el Premio Uni- ja rra de azucenas (1948). Sus Obras completas
caja Rafael Alberti. Es autor, asimismo, de los se publicaron en 1948, el mismo año de su in­
libros de relatos Umbrías y litorales (1983) y Via­ greso en la Real Academia Española.
jes antiguos (1985), así como de las novelas Cua­
dernos de combate azul (1993), que recibió el GONZÁLEZ ARANGUREN, Jorge (San Seba s­
Premio Ojo Crítico, y El sol de octubre (1999), tián, 1938)
además de las crónicas literarias reunidas en La Poeta y novelista. Fundador de las revistas Kurpil
nieve en el espejo (1995), libro galardonado con y Kantil, ha colaborado en otras de m ayor re­
el Premio Atlántida de Cataluña. nombre, como Camp de l ’Arpa o Insula. Preocu­
pado por el individuo y sus problemas existen-
GONZÁLEZ, Manuel Vicente (Puente Castro, ciales y sociales, su obra m antiene un difícil
León, 1953) equilibrio entre barroquismo formal y las técni­
Narrador. Es editor de Del Oeste Ediciones y un cas realistas, algo que comparten tanto sus textos
autor en cuya obra tiene una extraordinaria im ­ poéticos como los narrativos. Uno de sus temas
portancia la vida rural y de provincias, abordada obsesivos es la relación entre seres a quienes se­
en distintas épocas y con atención a diferentes para una gran diferencia de edad, pero que están
aspectos de sus costumbres. Además del libro de unidos por intereses comunes. Deben recordarse
relatos Flaco Landuchi (1999), destacan sus no­ poemarios como: La vida nos sujeta (1971),
velas El ojo de la luna (1988), Fuera de ju ego Largo regreso a ítaca y otros poemas (1972), Vi­
(1998) y La otra vida de Julia (2000). vir con Proserpina (1974), La vida nos sujeta
(1976), De fuegos, tigres, ríos (1977), Premio
GONZÁLEZ DE AMEZÚA, Agustín (M adrid, Adonais, Doce para un fa g o t (1981) y Una
1881-1956) cuarta persona (1983), así como las novelas El
Crítico y ensayista. Doctorado en Derecho, des­ cielo para Bwana (1977), En otros parques
taca como uno de los más serios investigadores de donde estar ardiendo (1981), Campo de besos
la literatura del Siglo de Oro (véase EDAD DE (2000) y Cuarto de luna (2002), además del vo­
ORO) en su contexto histórico. Miembro de las lumen de relatos Últimas imaginarias (1977) o
Academias de la Historia y de la Lengua, ha edi­ el ensayo Narrativa vasca actual (1979).
381 GONZÁLEZ DEL CASTILLO

GONZÁLEZ-BLANCO, Andrés (Cuenca, 1888- res— , colaboró en las publicaciones más impor­
M adrid, 1924) tantes del momento e impartió numerosas confe­
Crítico, novelista y poeta. Colaborador en las rencias. Vivió la revolución mexicana junto a Pan­
principales revistas literarias, desarrolló una im ­ cho Villa y pasó largos años en tierras americanas.
portante labor crítica en la que destacó como difu­ Próximo a los círculos modernistas, fue uno de los
sor de la literatura portuguesa con numerosas edi­ fundadores de la revista Helios. De ideología con­
ciones comentadas, estudios y traducciones. En servadora reaccionaria, y defensor de una identi­
cuanto a su obra de creación, publicó poesías ar­ dad nacional tradicional, destacan, además de al­
moniosas, de carácter sentimental y melancólico, gunas traducciones de Nietzsche o E?a de Queiroz
con tendencia modernista y algo de provincianas, y de una apasionada biografía de Teresa de Jesús
así como novelas cortas de corte pasional que (1944), ensayos patrióticos reivindicativos contra
nunca le han permitido abandonar el lugar menor la leyenda negra de los españoles en las Indias
que ocupa en el panorama de la historia literaria como: Vindicación y honra de España (1944),
española. Deben m encionarse sus ensayos: Los Conquista y colonización de América por la ca­
contemporáneos (1907 y 1910), Historia de la no­ lumniada España (1945) o Martín Alonso Pinzón,
verdadero descubridor de América (1945).
vela en España desde el romanticismo a nuestros
días (1909), Elogio de la crítica (1911), Los dra­
GONZÁLEZ DE BOBADILLA, Bernardo (Cana­
maturgos españoles contemporáneos (1917) y Es­
rias, ?-?, d. de 1587)
critores representativos de América (1918), a los
Novelista. Lo poco que se sabe de este autor se
que hay que añadir una biografía crítica y una an­
lo debemos a él mismo por lo que nos cuenta en
tología comentada de Ramón de Campoamor*,
el prólogo de su novela pastoril Ninfas y pasto­
así como una edición de las Obras completas de
res de Henares (Alcalá de Henares, 1587), obra
Rubén Darío (véase MODERNISMO) y diversas
profundamente misógina, dividida en seis libros,
obras sobre autores como Larra* o Palacio Val­ en la que destacan dos ensayos sobre épica rena­
dés*. Fue autor, asimismo, de los poemarios Poe­ centista en los que imita a Ariosto. Cervantes*
mas de provincia y otros poem as (1910; reed., no la salvó en el escrutinio del Quijote.
1999), libro rescatado del olvido en 1999, con
prólogo de Andrés Trapiello*, al que hay que aña­ GONZÁLEZ DE CANDAMO, Bernardo (París,
dir el inédito Horas de ausencia, así como de las 1881-?)
novelas Doña Violante (1910), Julieta rediviva Periodista. Conocido por el seudónimo de Iván
(1912), El paraíso de los solteros (1916), María d ’Artedo, fue íntimo amigo de Rubén Darío
Jesús, casada y mártir (1923), Las francesitas del (véase MODERNISMO) y frecuentó a los autores
café (1923) y La juerga triste (1923), entre otras. de la Generación del 98*. Se le recuerda como
un profundo conocedor de la literatura francesa
GONZÁLEZ BLANCO, Edmundo (Uanes, Astu­ del momento.
rias,, 1877-Madrid, 1938)
Ensayista. Hermano del anterior, estudió Filoso­ GONZÁLEZ CARVAJAL, Tomás (Sevilla, 1747-
fía y Letras en M adrid, fue un ateneísta desta­ 1834)
cado y, como aquel, colaboró en las publicacio­ Poeta menor cuyas composiciones se ven nota­
nes más prestigiosas del momento. Además de blemente influidas por fray Luis de León*.
traducir algunas obras del inglés y de publicar al­ Miembro de las Academias de la Historia y de la
gunos cuentos y novelas propias, el grueso de su Lengua, colaboró en El Correo Literario.
producción pertenece al ensayo, género en el que
adolece de una cierta falta de rigor. Deben recor­ GONZÁLEZ DEL CASTILLO, Juan Ignacio (C á­
darse, no obstante, títulos como el ensayo dra­ diz, 1763-1800)
mático M uerte m ilitar (1902), El m aterialismo Dramaturgo. Profesor eventual de Nicolás Bóhl
(1907), Iberismo y germanismo (1917), Historia de Faber*, trabajó como apuntador teatral y vi­
del periodism o (1920), El universo invisible vió siempre en la indigencia. Fue autor de cua­
(1929), La m ujer según los diferentes aspectos renta y cuatro sainetes costumbristas, de am ­
de su espiritualidad (1930) y Nuevo ideal de la biente gaditano, al estilo de Ramón de la Cruz*,
humanidad (1931), así como un estudio biográ­ con los que gozó de éxitos en provincias, pero
fico y crítico sobre Jovellanos*. nunca en la capital, en la que jamás estrenó uno.
Deben recordarse títulos como El día de toros en
GONZÁLEZ BLANCO, Pedro (Luanco, Asturias, Cádiz, El soldado fanfarrón, El desafío de la Vi­
1879-Villaseca de la Sagra, Toledo, 1961) centa, La casa de vecindad o La maja resuelta,
Ensayista crítico. Estudió Filosofía y Letras en entre otros. No se publicaron hasta 1812. Asi­
Madrid y, como sus hermanos — los dos anterio­ mismo, escribió la tragedia Numa (1799), que
GONZÁLEZ DE CLAVIJO 382

supuso su debut y en la que se muestra partidario GONZÁLEZ EGIDO, Luciano (Salamanca, 1928)
de las doctrinas revolucionarias francesas, y la Ensayista y novelista. Doctor en Filosofía y Le­
comedia m oralista La madre hipócrita (1800). tras por la Universidad de Salamanca, dirigió la
Sus Obras completas no se editarían hasta 1914, revista Cinema Universitario, ha ejercido la crí­
fecha en la que se ocupó de ello la Real Acade­ tica de cine y ha sido colaborador de Televisión
mia Española. Española. Expulsado de la universidad por ra­
zones políticas durante el franquismo, es uno de
GONZÁLEZ DE CLAVIJO, Ruy (M adrid, finales los grandes especialistas en U nam uno*, como
siglo xiv-1412) demuestran sus ensayos: Salamanca. La gran
Cronista de viajes. Su obra está imbricada en su metáfora de Unamuno (1983), Agonizar en Sa­
biografía hasta el extremo de que a ella se debe. lamanca. Unamuno (1986) y la docum entada
En mayo de 1403 fue enviado por Enrique III biografía M iguel de Unamuno (1998). No obs­
con la embajada española a la corte de Persia, tante, sus incursiones en la novela hasta la fe­
viaje del que regresó en el mismo mes de 1406 y cha, El cuarzo rojo de Salamanca (1993), Pre­
que originó su obra Embajada a Tamerlán, no mio Miguel Delibes, El corazón inmóvil (1995),
editada hasta 1582 por Argote de Molina* en Se­ por la que obtuvo el Premio de la Crítica, La f a ­
villa. Este texto, escrito con claridad y,anima- tiga del sol (1997), El amor, la inocencia y otros
ción, está considerado como uno de los más rele­ excesos (1999) y La piel del tiempo (2002), aun­
vantes de la literatura española de viajes en la que tardías, pues comenzó a publicar narrativa
Edad Media, además de por las noticias que en él con 65 años, le han revelado, en virtud de su ex­
se dan, porque González de Clavijo fue el primer cepcional manejo de la técnica, como uno de los
español en viajar a Oriente y contarlo. No obs­ grandes narradores contem poráneos, capaz de
tante, se ha puesto en duda su autoría en favor crear juegos de engaño literario en los que la
del fraile Páez de Santamaría*, extremo que, sin trama se revela una clave esencial en el plantea­
embargo, no está demostrado. miento de los temas. Asimismo, se trata de un
narrador versado, capaz de ahondar en comple­
GONZÁLEZ DA COSTA, Adrián (Huelva, 1979) jos problem as psicológicos, además de urdir
Poeta. Licenciado en Filología Hispánica, debutó historias coherentes, sin fisuras, lo que lo con­
con el poemario Rúa dos domadores (2003), ga­ vierte en una de las figuras clave de la novela
lardonado con el Premio Adonais. actual. Otro de los aspectos fundam entales de
su obra es el lenguaje, una fiesta verbal, un es­
GONZÁLEZ CUESTA, Pablo (Sevilla, 1969) pañol prodigioso, exultante, una celebración
Narrador. Autor de las novelas Experto en silen­ lingüística constante, de una riqueza que parece
cios (1997), galardonada con el Premio Juan no tener límites.
March Cencillo, Los hijos de León Arinendiagui-
rre (1998), en la que está a medio camino entre GONZÁLEZ ELIPE, Francisco (Manzanares, Ciu­
el naturalismo* tremendista y el realismo* má­ dad Real, 1813-?)
gico, y La pasión de octubre (1999). Poeta y dramaturgo. De tem ática satírica, m u­
chos de sus versos se publicaron en el Semana­
GONZÁLEZ DELGADO, Fernándo -> Véase rio Pintoresco, si bien el grueso de sus poesías,
DELGADO, Fernando [González], siempre en la línea de Quevedo*, apareció en el
volumen Una audiencia. Poesías (1842). Fue au­
GONZÁLEZ DÉNIZ, Emilio (Gran Canaria, 1951) tor, asimismo, de algún drama y de diversas co­
Narrador. Profesor de Enseñanza Primaria, dirigió medias, entre las que destaca Querer como no es
una colección de libros publicada por el Gobierno costumbre (1841), y colaboró con Romero La-
de Canarias. Destacan, además de la obra teatral rrañaga*.
Dicen que me llamo Juan (1983), sus novelas Ti­
ritaña (1985), Bolero para una mujer (1985), El GONZÁLEZ DE ESLAVA, Ferrán (N avarra,
obelisco (1986), El llano amarillo (1986), Bastar­ 1533- Ciudad de M éxico, h. 1601)
dos de Bardiuia (1990), Sahara (1995), El Garoé Dramaturgo y poeta. De origen probablemente
(1996), La nube transparente (1997), Manzana leonés, se trasladó a Nueva España en 1558,
dorada (1998), Hotel Madrid (2001), en la que donde se convirtió en el más célebre autor teatral
aborda una ficción que presenta el amor vivido en aquellas tierras. Ordenado sacerdote en 1574,
por el director de cine John Huston en Las Palmas nos han llegado un total de dieciséis coloquios,
en los años cincuenta, lo que le sirve a González nueve loas y cuatro entremeses suyos, publica­
Déniz para evocar su infancia en esos años, así dos todos por fray Fernando Vello de Busta-
como las circunstancias sociales de la posguerra, mante en Coloquios espirituales y sacram enta­
e Ico, la princesa blanca (2002). les y Canciones divinas (México, 1610). Son
383 GONZÁLEZ LEDESMA

obras de interés extremo, ya que en ellas se da Poesía gallega contemporánea (1974) y Poesía
noticia de numerosos aspectos de la realidad me­ gallega de posguerra (1976; 2 vols.).
xicana. Favorecido por la amistad del arzobispo
de México, don Pedro M oya de Contreras, que GONZÁLEZ-GUERRERO, Antonio (Corullón,
intercedió ante el rey, logró salir de prisión tras León, 1954)
haber sido encarcelado por uno de sus entreme­ Poeta. En su poesía, nostálgica, dolida y agri­
ses satíricos. Fue autor, asimismo, de seis prelu­ dulce, la memoria es erótica, un recorrido por el
dios, cuatro interludios, sonetos garcilasistas y camino de las ausencias, de la vida como confe­
poesías burlescas. sión y como ajuste de cuentas con el pasado.
Destacan los poemarios: El peso de mi sombra
GONZÁLEZ ESPAÑA, Pilar (M adrid, 1960) (1980), Poemas del corazón ausente, Los dioses
Poetisa. Licenciada en Filología por la Universi­ y los días, El país de la nieve, Pentagrama de ju ­
dad Complutense de Madrid, y en Lengua, Lite­ nio (1999) y Recurso a la memoria (2001), con
ratura y Civilización Chinas por la Universidad el que obtuvo el Premio Bahía.
Michel de M ontaigne III de Burdeos, forma parte
del Centro de Estudios de Asia Oriental y es pro­ GONZÁLEZ IGLESIAS, Juan Antonio (Sala­
fesora de Lengua y Literatura Chinas. En sus manca, 1964)
versos conjuga sabiamente la prosa con una ver­ Poeta. Doctor en Filología Clásica, completó su
sificación de sutil claridad y gusto, siempre bus­ formación en Teoría de la Literatura y del Arte
cando el conocimiento profundo de la realidad a en Florencia y en París. Profesor de latín en la
través de los puntos de contacto entre el yo y el Universidad de Salamanca, ha traducido a Hora­
mundo, con no poca influencia de la filosofía y cio y a Ovidio. Influido por la voracidad vitalista
la estética orientales, por ejemplo del simbo­ de ciertos autores, entre ellos Miguel Ángel,
lismo de la poesía Tang. Conviene destacar su Walt Whitman o cierta visión estupefacta de la
poemario en prosa Una mano escondida en un corporeidad de Vicente Aleixandre*, es autor de
cajón (2002). una poesía de gran sensualidad, instintiva, y en
la que el cuerpo, como portador de la fuerza viva
GONZÁLEZ GARCÉS, Miguel (la Coruña, del deseo y el amor, se convierte en protagonista
1916-1989) sin censuras, visto como materia y en su animali­
Poeta en lenguas gallega y española. Fue miem­ dad esencial, objeto de deleite y principio de una
bro del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y sustanciosa sacralidad. En sus versos, el escena­
Arqueólogos en su ciudad y comenzó publicando rio es actual, con discotecas, ordenadores, refe­
poemarios en español, no haciéndolo en gallego rencias a la publicidad..., lo que lo liga a la poe­
hasta alcanzada la madurez. Hombre de gran cul­ sía de la experiencia* y a una concepción poética
tura y viajero incansable, estuvo ligado a varias que reivindica, en palabras del propio autor, la
revistas en español. En sus versos, contemplati­ similitud de «la acción y la contemplación, los
vos y de una claridad que los aproxima a la idea libros y los músculos». En todo caso, se trata de
de «poesía pura», se aprecia el peso de las tradi­ una poesía pagana, globalmente luminosa e hím-
ciones y canciones populares gallegas, así como nica, un canto a la plenitud en la que tiene una
la facilidad del autor para unificar belleza y sen­ gran im portancia la poesía, así como toda una
cillez formal a la hora de combinar los referentes concepción estética, del mundo griego. De tal
emocionales y geográficos. Se ha destacado asi­ suerte, se trata de un poeta que sabe aunar el cla­
mismo el simbolismo* decadente de su sensuali­ sicismo y la modernidad, el coloquialismo y la
dad, así como el erotismo ligado a referentes pic­ erudición en un canto flexible a la sensualidad.
tóricos y su sentido nostálgico del paisaje. Incluido en diferentes antologías de la poesía es­
Destacan los libros Isla de dos (1953), Poema pañola más reciente, hay que mencionar sus poe­
del imposible sosiego (1954), El libro y el verso marios La hermosura del héroe (1993), Esto es
(1958), Alrededor del mar (1961) y El cuervo en mi cuerpo (1997), galardonado con el Premio
la ventana (1967), a los que se suman, ya en ga­ Jaime Gil de Biedma, y Un ángulo me basta
llego, Bailada dos anxos (1961), Poemas ao meu (2002), Premio Generación del 27.
lar (1968), Poemas a Albertiño (1970), N asfais-
cas do soño (1972), Paso soa de luz (1975; bilin­ GONZÁLEZ LEDESMA, Francisco (Barcelona,
güe), Claridade en que a tenías me persigo 1927)
(1977; bilingüe), con el que recibió el Premio Novelista. Periodista de profesión, ha destacado
Nacional de la Crítica, Sede e luz (1986), que es como narrador, fundamentalmente de novela ne­
una recopilación de su poesía anterior, y Un gra y policiaca, en la que tiene especial protago­
home só na néboa (1989). Fue, asimismo, un no­ nismo un policía desengañado de Barcelona lla­
table antologo, famoso sobre todo por sus obras mado Méndez, y que respeta los cánones del
384
GONZÁLEZ MARTIN

género, aunque con grandes dotes para la verosi­ GONZÁLEZ POSADA, Adolfo ^ Véase POSADA,
militud y el análisis sociológico, con títulos Adolfo [González].
como: Los napoleones (1977), El expediente
Barcelona (1983), Las calles de nuestros padres GONZÁLEZ QUESADA, Ángel (Salamanca,
(1984), Crónica sentimental en rojo (1984), que 1952)
fue Premio Planeta, Soldados (1985), La dama Poeta. Catedrático de la Universidad de Sala­
de Cachem ira (1986), Los sím bolos (1987), manca, director teatral y actor, es autor de una
42 kilómetros de compasión (1987) y El pecado poesía que, tomando como fuente de inspiración
o algo parecido (2003). González Ledesma ha ciertas obras de arte, y por tanto muy influida por
recibido, además del mencionado, premios tan re­ Rafael Alberti* y su A la pintura, aborda un ca­
levantes como El Ciervo de Periodismo, el Inter­ tálogo de emociones que traducen los sentimien­
nacional de novela José Janés o el Ciudad de tos individuales. Destacan sus poemarios Abso­
Barcelona de cine, entre otros. luciones (1993), galardonado con el Premio
Gabriel Celaya, Desencuentro en Helmántica
GONZÁLEZ MARTÍN, Jerónimo Pablo (Sala­ (2001) y Galería XX (2002).
manca, 1933)
Poeta, traductor y pintor. Estudió Derecho y Filo­ GONZÁLEZ REIGOSA, Carlos (Lagoa de Pasto­
sofía y Letras en las universidades de Zaragoza, riza, Lugo, 1948)
Oviedo y Salamanca y, en 1960, se trasladó a Ca­ Narrador en lenguas gallega y española. Licen­
nadá, donde fundó la revista de poesía hispánica ciado en Ciencias Políticas y periodista, entre
Si la píldora bien supiera no la dorarían por de­ 1990 y 1997 fue director de Información de la
fuera y donde es catedrático de Literatura Espa­ Agencia Efe, de la que en la actualidad es direc­
ñola en la Trent University de Peterborough (On­ tor de Publicaciones, Análisis y Estilo. Es autor
tario). Con una poesía visceral y entusiasta, logra de numerosos artículos sobre literatura y política
ahondar en problemas tanto emocionales como internacional, así como de críticas teatrales y tex­
sociales. Destacan los poemarios Puede seguir tos sobre literatura. Se trata de un autor conocido
intensamente (1961), Canto a la desposada y por sus novelas policiacas de acción trepidante,
otros versos (1963), Andar a grillos (1966) y Los creador de dos personajes ya clásicos en el gé­
nuevos heraldos negros o Manual del hambriento nero, cuyos cánones respeta González Reigosa
(1969), entre otros. De su obra crítica hay que escrupulosamente, como son el periodista Carlos
mencionar tanto Poesía Hispánica, 1936-1939 Conde y el detective Nirvado Castro, ambos en
(1970) o Ensayo sobre la poesía gallega contem­ la línea de otras parejas creadas por autores cul­
poránea (1972), como su labor traductora en tivadores del género, como García Pavón*, G i­
Cinco poetas francocanadienses actuales (1966) ménez Bartlett* o Lorenzo Silva*. Hay que men­
o en Poesía Beat (1977). cionar sus novelas Oxford, amén (1982), Crime
en Compostela (1984), con la que obtuvo el Pre­
GONZÁLEZ MARTÍNEZ, Nicolás (siglo xvm) mio Xerais y que se tradujo al español — Crimen
Comediógrafo de quien apenas se sabe nada, salvo en Compostela— en 2000, O misterio de barco
que gozaron de éxito ciertas zarzuelas — No hay perdido (1988), A guerra do tabaco (1996), tra­
perjuicio sin castigo (s. a.)— y comedias firmadas ducida — La guerra del tabaco— en 2001, y
por él, como A falta de hechiceros lo quieren ser Narcos (2001), así como los libros de relatos Ho­
los gallegos y asombro de Salamanca (1742). nres de tras da Corda (1982), As pucharcas da
Lembranza (1985), Los otros disparos de Billy
GONZÁLEZ DE MENDOZA, Juan (?, 1545-?, (1986; en español), curioso libro sobre Billy el
1651) Niño, e Irmán Rei Artur (1987), además del libro
Su inclusión en estas páginas se debe a que fue de entrevistas Conversas de Carlos G. Reigosa
el autor del prim er libro historiográfico sobre con Gonzalo Torrente Ballester (1983) o los en­
China, titulado Historia de las cosas más nota­ sayos El regreso de los maquis y La agonía del
bles, ritos y costumbres del gran reino de China león (1996), galardonado con el Premio Rodolfo
(Roma, 1585; 2.a ed. Valencia, 1585). Walsh de literatura testimonial. En 1995 recibió
el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación
GONZÁLEZ DE MENDOZA, Pedro (?, 1340-Al- y Humanidades.
¡ubarrota, Portugal, 1385)
Poeta. Padre del también poeta Diego Hurtado GONZÁLEZ RUANO, César (M adrid, 1903-
de M endoza* y abuelo del marqués de Santi­ 1965)
llana*, escribió poesías dialogadas que se con­ N arrador, ensayista y poeta. Estudió Derecho.
servan en cancioneros* como el Cancionero de Colaborador de numerosas publicaciones de Es­
Baena (véase CANCIONERO). paña y de América, entre ellas ABC, Informado-
385 GONZÁLEZ DE TEJADA

nes o el Heraldo de M adrid y La Época, repor­ en sus páginas afronta el desasosiego del indi­
tero y corresponsal reputado, sus inicios litera­ viduo contem poráneo ante el mundo en que
rios tuvieron lugar en 1920 entre los poetas ul- vive y el desgarro producido por las emociones
traístas. Su abundante obra toca casi todos los más íntimas que rigen las relaciones humanas.
géneros, y en ella va desde los juegos vanguar­ En su obra se aprecian los valores de una narra­
distas hasta la introspección y reflexión íntima tiva de carácter digresivo, talante épico y honda
sobre los problemas emocionales y sentimenta­ factura moral. Entre sus obras, destacan el libro
les del individuo, dando lugar a una sugestiva li­ de relatos Los encuentros (1989) y la novela Un
teratura del yo. Deben recordarse novelas como: mundo exasperado (1995), por la que recibió el
La inmolada (1926), Circe (1935), La alegría de Premio Herralde.
andar (1943), M anuel de Montparnasse (1944),
Im itación del am or (1947), N i César ni nada GONZÁLEZ DE SALAS, Jusepe Antonio (M a­
(1951), Los oscuros dominios (1953), Cita con drid, 1588-1654)
el pasado (1954), La muerte de «El jilguero» Humanista y erudito. Célebre por haber publi­
(1958) y Humillación (1959), así como la come­ cado por vez primera los poemas de Quevedo*
dia poética La luna en las manos (1934); los ver­ — de quien fue amigo— bajo el título de El
sos de Aún (1920-1934) (1934) y Poesía, 1924- P arnaso español, monte en dos cumbres divi­
1944 (1944); los libros de memorias M adrid dido (M adrid, 1648), se ocupó de reflexionar
entrevisto (1934), Siluetas de escritores contem­ sobre las ideas literarias aristotélicas. Así, en su
poráneos (1949), M i medio siglo se confiesa a obra fundamental, el tratado de preceptiva lite­
medias (1951), La memoria veranea (1960) y raria Nueva idea de la Tragedia antigua o ilus­
Diario íntimo (1951-1965) (1970); el volumen tración última al libro singular de Poética de
de novelas breves A todo el mundo no le gusta el A ristóteles Stagirita (Madrid, 1633), defiende
amarillo (1961) o la selección de artículos Ca­ el teatro español frente a las unidades aristotéli­
liente M adrid (1961). Son de destacar sus bio­ cas y la libertad creadora frente a los rígidos y
grafías de Mata-Hari, Casanova, Unamuno y, so­ superados patrones clásicos, arremetiendo con­
bre todo, Baudelaire. Hay que añadir la edición tra toda afectación desde una paradójica ten­
de algunos de sus artículos en 1976 bajo el título dencia a la pedantería. Fue com entarista, asi­
de Trescientas prosas, y el reportaje Viaje a mismo, de la obra de Petronio y Plinio el Viejo,
África, editado en 1996.

GONZÁLEZ RUIZ, Nicolás (Matará, Barcelona, GONZÁLEZ SERRANO, Urbano (Navalm oral
1897-Madrid, 1967) de la M ata, Cáceres, 1848-M adrid, 1904)
Ensayista y narrador. Articulista en diarios como Ensayista. Catedrático de Filosofía, diputado re­
El Debate y Ya, había sido, en el curso 1921- publicano y discípulo de Salmerón, es uno de los
1922, profesor de Lengua y Literatura españolas teóricos del krausismo*, además de colaborador
en la U niversidad de Liverpool y, en 1961, fue en la Institución Libre de Enseñanza*. De su obra,
nombrado director de la Escuela de Periodismo con la que influyó notablemente en la juventud
de la Iglesia. Traductor de Shakespeare y Schi- de la época, destacan títulos como: Elementos de
11er, publicó algunas comedias, biografías, en­ ética o filosofía moral (1874), en colaboración
sayos, entre los que destacan: A ntología de la con Manuel de la Revilla*, La sociología cientí­
literatura periodística (1934), La literatura con­ fica (1884), La psicología fisiológica (1886),
temporánea (1943), P iezas m aestras del teatro Psicología del amor (1888) y Cartas... ¿pedagó­
teológico español (1946) y Genio y figura del pa­ gicas? (1895).
dre Pulgar ( 1961), y obras de narrativa, de las que
habría que recordar, entre otras: Cuentos del p a ­ GONZÁLEZ DE TEJADA, José (M adrid, 1833-
sado glorioso (1940), El regreso de las sombras 1894)
(1952) y la recopilación Obra selecta (1958). Dramaturgo, poeta y narrador. Colaborador de
diferentes publicaciones de la época, utilizó la
GONZÁLEZ SAINZ, José Ángel (Soria, 1956) sátira en toda su obra. Destacan comedias como
Narrador. Licenciado en Filología en B arce­ C amino del matrim onio (1859) y La novia de
lona, realizó estudios de Ingeniería, C iencias M arte (1864); los poem arios A nacreónticas
Políticas y Económ icas y actualm ente enseña de última moda (1860), El romancero del dos de
en la Universidad de Venecia. Traductor de nu­ mayo (1862) y Romances históricos, tradicio­
merosos autores italianos, fue fundador de la re­ nales y de capa y espada (1878), o las prosas
vista A rchipiélago. Influido no poco por auto­ de N arraciones históricas tomadas de los m e­
res como Juan Benet*, García Calvo*, Sánchez jo res hablistas castellanos (1866) y Cuentos
Ferlosio*, Faulkner, Thomas Bernhard o Kafka, caseros (1872).
GONZÁLEZ TORICES

GONZÁLEZ TORICES, José (Quintanilla del firmó el éxito, arriesgando en un profundo cam­
Olmo, Zamora, 1947) bio estilístico, con Tocarnos la cara (1995), a la
Narrador, poeta y autor teatral. Estudió Magiste­ que siguieron La conquista del aire (1998), lle­
rio en Tarragona y Filología Hispánica en la Uni­ vada al cine en 2000, y Lo real (2001).
versidad de Barcelona y ganó una beca de la Em­
bajada francesa para estudiar Arte Dramático en GORKIN, Julián [Gómez] (Benifairó de les Valls,
Madrid. Director de varias colecciones de litera­ Camp de M orvedre, Valencia, 1901 -París,
tura infantil, es uno de los autores con mayor Francia, 1987)
prestigio en la literatura para este público. De Dramaturgo y novelista. Conocido activista del
obra abundante, destacan títulos de teatro como: POUM, su intensa, contradictoria y en cierto
El rey de madera (1973), Teatro infantil (1974; sentido literaria actividad política, que lo llevó a
reed., 1983), El cerco de la peste (1976), Proceso padecer cárceles, exilio y penurias económicas,
a un espantapájaros (1980), E l milagro de las supuso, paradójicamente, que fuera pasando a
manos (1982), Esperando a Mambrií (1983), formar parte del olvido. Fue secretario general
Tolo y los tambores. La posada (1987), Irico de de las Juventudes Socialistas Valencianas en
Belén (1989), Mi teatrillo (1989), Los vencejos 1918 y uno de los creadores de la Federación Co­
rojos (1990), Tilín, Tilón, Tijerilla y Tijerón m unista de Levante en 1921. Exiliado en París
(1991), El grito de las lechugas (1993), E l uni­ como consecuencia del régimen de Primo de Ri­
cornio (1994), El señor de las guerras (1996) y vera, poco a poco su imagen se transformó en la
Las cuatro estaciones (1998). Por lo que respecta del revolucionario profesional, agente de la In­
a sus narraciones, hay que destacar: Nacho, el ternacional Comunista, propagandista y organi­
amigo de los pájaros (1980), Los miedos del ge­ zador en diversos países europeos. Expulsado de
neral tambor (1986), Las trompetas del Rey Bal­ la Internacional en 1929, a causa de sus m arca­
tasar (1987), Cuentos (1988), Déjame tener un das discrepancias, es en ese momento cuando co­
gato (1990), Tengo mucho cuento (1992), El re­ m ienza su más intensa actividad literaria con
belde espíritu deAmanahim (1995), galardonado obras de teatro social. A su regreso a España
con el Premio Internacional de Cuentos Miguel tomó contacto con los sectores comunistas más
de Unamuno, y El laberinto de los pájaros y críticos con la línea oficial del PCE, hasta que en
otros cuentos (1997), a los que hay que añadir los 1932 funda la sección m adrileña de la Federa­
poemas, ya lejos de la literatura infantil, de Se­ ción Comunista Ibérica. Nuevas peripecias pro­
mana Santa vallisoletana (1976), Castilla, pue­ pias de un relato de intriga, entre las que se cuen­
blo mío (1980), Palomas sueltas (1988), Cancio­ tan primero su relación y después su enemistad
nes (1989), A m or poniente (1990), Los hijos con Trotski, terminan en 1935 con la fundación
nuestros (1991), P lenitud del agua (1993) y del POUM (Partit Obrer d’Unificació Marxista),
Ángeles Eldila (1998). Es autor, asimismo, de que abre las puertas de nuevas e intrincadas vici­
obras educativas, como Textos para una drama- situdes políticas que lo llevaron a ser juzgado en
tización en la escuela (1972). Ha sido galardo­ B arcelona por sus propios correligionarios, que
nado con numerosos premios, entre ellos el M i­ lo mantuvieron en prisión hasta la caída de Cata­
guel de Unamuno de cuentos, el Gabriel Sijé de luña en manos de los nacionales, lo que le permi­
novela o el Ciudad de Valladolid de teatro. tió escapar a Francia, donde moderaría sus posi­
ciones, convirtiéndose en un abanderado del
GOPEGUI, Belén (M adrid, 1963) antiestalinismo. En 1940 se trasladó a México,
Novelista. Licenciada en Derecho, colaboró en donde se concentró en el ensayo político y man­
el suplemento literario del diario El Sol. Autora tuvo constantes relaciones con Estados Unidos,
que se ha convertido ya en uno de los puntos de las cuales lo llevaron a ser acusado incluso de
referencia de la gran narrativa joven española colaborar con la CIA, de la que habría recibido
por ser una de las personalidades que ahonda con fondos para financiar sus múltiples proyectos de
mayor profundidad en los deseos y temores de toda índole. Fue uno de los responsables del en­
sus personajes, retratando siempre la realidad de cuentro de todas las fuerzas políticas antifran­
nuestro tiempo. Con una escritura melancólica y quistas en Munich en 1962, en el cual destacaba
de gran lirismo poético, en la que combina el la figura de Salvador de M adariaga* y que fue
compromiso con el medio socio-cultural y el in­ calificado por Franco como «el contubernio de
timismo en torno a las relaciones individuales y Munich». En los años setenta dirigió el Pen Club
al análisis de la soledad, consiguió el éxito con de los escritores en el exilio y comenzó su mili-
La escala de los mapas (1993), novela que fue tancia en el PSOE. Durante su movidísima vida,
traducida a diversos idiomas y que recibió los dirigió algünos periódicos de carácter marcada­
premios Tigre Juan y de Primeras Novelas San­ mente ideológico y tradujo numerosos textos,
tiago del Nuevo Extremo. Más adelante, con­ pero quizá la más im portante de sus actividades
387 GOYTISOLO

periodísticas fuese la fundación, en 1953, de ces a Rubén Darío (véase MODERNISMO). Se dio
Cuadernos del Congreso p o r la Libertad de la a conocer con la tragedia simbólica La Reina Si­
Cultura, más conocida como Cuadernos, radi­ lencio (1911), a la que siguieron obras de ro­
cada en París y en la cual colaborarían autores tundo éxito como El eco (1913), La corte del
como Salvador de M adariaga, Aranguren*, Fe- Cuervo Blanco (1914) o Sirenas mudas (1915),
rrater M ora*, Am érico Castro*, Camilo José estrenada por la célebre actriz Margarita Xirgu.
Cela* o Dionisio Ridruejo*, y de Mañana en Son de destacar los poemas en prosa de Sueños
1965, revista que cerraría en 1966, lo que supuso de noches lejanas (1912), las poesías de El libro
el declive personal y político de Gorkin. Es uno de las danzarinas (1915), las que se incluyen en
de los autores panfletarios contra la burguesía y la antología Cuenta de la lavandera. Vía iris. An­
en favor de la revolución proletaria, siempre tenas siderales (1927) o las de Viaje a Belén
atento a la realidad histórica de la posguerra y (1949), colección de poemas, cuentos y villanci­
con un estilo m arcadam ente ideologizado. D e­ cos que entregó a la imprenta cuando ya se había
ben recordarse sus novelas Días de bohemia retirado de la vida literaria.
(1930) y La muerte en las manos (1957), cuyo
prólogo estaba escrito por su amigo el escritor GOYTISOLO, José Agustín (Barcelona, 1928-
John Dos Passos, así como los dramas La co­ 1999)
rriente. Una fa m ilia (1932), La guerra estalla Poeta. Hermano de Juan y Luis Goytisolo*, fue
mañana (1934), Fantasmas de la historia licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas.
(1958), El otro mundo (1959) — estas dos publi­ Miembro destacado de la conocida como Gene­
cadas en un único volumen en 1961— y Teatro ración del 50*, combinó en sus versos la ironía,
histórico-político (1961), además, desde luego, el sarcasmo y un compromiso social fuertemente
de ensayos, entre ellos: Capitalismo y Comu­ crítico que parte de la propia experiencia y tiende
nismo (1933), Caníbales políticos (H itlery Sta- a representar una conciencia generacional. In­
lin en España) (1941), Los problemas del socia­ fluido a partes iguales por Quevedo* y M a­
lismo en nuestro tiempo (1943), Europa ante el chado* e interesado por retomar las fuentes for­
socialismo o ante la muerte (1946), A sí asesina­ males de la poesía tradicional castellana, no
ron a Trotski (1948; 1.a ed. en español, 1950; ed., renunció, en cambio, a una expresión propia de
revisada en Francia, 1970, con la que obtuvo el la amargura que huyera de la repetición de fór­
Premio Voltaire), que había sido escrito en cola­ mulas anteriores, una amargura sostenida en la
boración con el general Leandro Sánchez-Sala- que se aprecian tanto una serenidad crispada,
zar, Comunista en España y antistalinista en la emotiva y nostálgica, cuanto una impotencia an­
URSS (R etratos y recuerdos de El Campesino) gustiosa, eso sí: siempre formuladas en lenguaje
(1956), M arx y la Rusia de ayer y de hoy (1956), directo, incluso sin renunciar al coloquialismo.
España, prim er ensayo de democracia popular En sus versos está presente el paso fragmentado
(1961) y, de carácter autobiográfico, El proceso del tiempo, lo que a veces lo conduce a la bús­
de Moscú en Barcelona. El sacrificio de Andrés queda de paraísos que solo están en la memoria,
Nin (1974), a los que hay que añadir la primera así como al refugio de un cinismo que se basa en
parte de sus memorias, El revolucionario profe­ el humor. Su lenguaje buscó la comunicación en­
sional (testimonio de un hombre de acción), que tre el sentimiento y la lucidez crítica, así como,
no vería la luz hasta 1975, tras la muerte de en palabras de Luis García Montero*, «una nos­
Franco, y que no tuvo continuación. talgia irónica, una ironía melancólica». Una poe­
sía la suya, en fin, irónica, cívica, elegiaca, tierna
GO Y DE SILVA, Ramón (El Ferrol, Lo Coruña, y amarga, renovadora y cuidadosa en la métrica,
1888-Madríd, 1962) emocionada y conmovedora. Fue destacado tra­
Poeta y dramaturgo. Influido por D ’Annunzio, ductor de Espriu*, Pasolini, Pavese o Ungaretti,
Maeterlinck y Rostand, y protegido de Pérez entre otros, aunque destacó por su condición de
Galdós*, ya a los 20 años consiguió ser premiado poeta. Su producción se inicia con El retorno
por la Real A cadem ia Española gracias al poe­ (1955), un largo poema elegiaco dedicado a su
mario La caja de Pandora. Fue colaborador de madre, muerta en un bombardeo en la Guerra Ci­
publicaciones como Mundo Gráfico, La Esfera o vil, al que siguieron Salmos al viento (1956),
Blanco y Negro, entre otras. De gran calidad lite­ Premio Boscán y que supuso la osadía de intro­
raria, representa el tránsito del modernismo a las ducir la sátira en la crítica social que practicaban
vanguardias — a las que intentó unirse con su tanto él como sus compañeros de generación,
manifiesto «Neolirismo», de 1919— , sobre todo Claridad (1960) — reeditados ambos en Años de­
en sus textos poéticos, aunque su teatro se mueve cisivos (1961)— , Algo sucede (1968), Bajo tole­
en la línea de un simbolismo no exento de com­ rancia (1977), Taller de arquitectura (1977), Del
ponentes esotéricos, tal y como le sucediera a ve­ tiempo y del olvido (1977), Palabras para Julia
GOYTISOLO

y otras canciones (1980; reed., 1999), reunión (1955), giran en torno al eje del mundo de la in­
de poemas anteriores al que se suma el que da tí­ fancia y la adolescencia y los problemas que se
tulo al libro, Los pasos del cazador (1980), A ve­ derivaron para quienes vivieron a esas edades
ces gran amor (1981), Sobre las circunstancias la Guerra Civil. A estas siguieron las novelas de la
(1983), Final de un adiós (1984), El rey m en­ trilogía El mañana efímero, nombre tomado de
digo (1988), La noche le es propicia (1992), N o­ Campos de Castilla de Antonio Machado*, en la
vísima oda a Barcelona (1993), escrita en cata­ que se integran El circo (1947), Fiestas (Buenos
lán, la recopilación de textos dispersos El ángel Aires, 1958) y La resaca (París, 1958), novelas
verde (1993), Cuadernos de El Escorial (1994), en las que el compromiso político es ya incues­
compuesto sobre todo por epigramas, Como los tionable. La isla (1961) es la novela que precede
trenes en la noche (1994), Las horas quemadas a Señas de identidad (México, 1966), viaje en
(1996), con carácter de autobiografía, una edi­ busca de la conciencia del desarraigo que supuso
ción de sus Poesía (1999), preparada por Carme un cambio radical en sus concepciones narrati­
Riera*, a las que hay que añadir una Antología vas, que dejó paso a diferentes puntos de vista,
personal (1997), acompañada de un cederrón en monólogos interiores, juegos temporales, utiliza­
el que el poeta lee sus propios versos, y otra titu­ ción de textos de prensa, alteraciones de la pun­
lada Poeta en Barcelona (1997), donde se reú­ tuación, etc., elementos que, junto a su decidido
nen poemas en los que medita sobre su infancia, análisis de la situación socio-política y cultural
el impacto de la Guerra Civil, la muerte de su de España y a la increíble habilidad lingüística,
madre o la posguerra clerical, entre otras cues­ la han convertido en una de las novelas funda­
tiones de la memoria. La mencionada Carme mentales de este siglo. En esta línea, aunque va­
Riera publicó, en 2003, una nueva antología, riando las temáticas, siguen los títulos que pu­
Los poemas son mi orgullo, que incluía los poe­ blicó después, Reivindicación del conde don
mas del autor en su versión original y no en la Julián (1970), Juan sin Tierra (1975), que pro­
revisión a la que los había sometido ulterior­ fundizan en el cuestionamiento de los mitos de
mente. Fue autor, asimismo, de importantes an­ la «España sagrada» desde diferentes juegos in­
tologías y ensayos, entre los que destacan: Poe­ tertextuales, Makbara (1980), que muestra defi­
tas catalanes contemporáneos (1969), Nueva nitivamente su rechazo del consumismo y del
poesía cubana (1972), Posible imagen de José modo de vida occidental, Paisajes después de la
Lezama Lima (1973) y Posible imagen de Jorge batalla (1982), novela excepcional en la que
Luis Borges (1974). Además del m encionado, confluyen sus técnicas narrativas favoritas y
recibió los Premios Adonais, Ausiás M arch y donde plantea el rechazo del que son víctimas los
Ciudad de Barcelona, así como la M edalla de residentes magrebíes en París, Las virtudes del
Oro de Florencia. pájaro solitario (1988), en la que intenta unificar
la mística sufí con la de san Juan de la Cruz*, La
GOYTISOLO, Juan (Barcelona, 1931) cuarentena (1991), La saga de los M arx (1993),
Novelista. Licenciado en Derecho por la U ni­ arriesgado y sorprendente juego narrativo, deu­
versidad de Barcelona, es hermano de José dor de no pocas técnicas cinematográficas, en el
Agustín y Luis Goytisolo*. Después de exiliarse que el mismísimo teórico del comunismo afronta
en París en 1956, trabajó como asesor literario el desmoronamiento de los regímenes del Este,
de la editorial Gallimard. A ctualm ente, vive a El sitio de los sitios (1996; reed., 2002), Caraji-
caballo entre la ciudad francesa y Marrakech, en comedia, de fra y Bugeo Montesino y otros pája­
Marruecos, y visita esporádicamente España. Es ros de vario plumaje y pluma (2000) y Telón de
uno de los autores más prestigiosos de la novela boca (2003), aparente novela que, sin embargo y
contemporánea española y de los más compro­ por su fragmentación, resulta difícil de encasillar
metidos en causas políticas internacionales. En en un modelo genérico, además de porque linda
contacto con los autores de la «escuela de Barce­ siempre el ensayo, el relato, el ensueño o la me­
lona» y con los del grupo «del medio siglo» en moria personal. A todas ellas hay que añadir una
Madrid, se inició en el realismo crítico, si bien, suerte de experimento o provocación literarios,
con el paso de los años, no ha dejado de experi­ novedoso y de prosa excepcional, Las semanas
mentar con su prosa, convirtiéndose en uno de del jardín (1997), un libro de título cervantino y
los puntales de la vanguardia y la heterodoxia «en teoría» escrito por veintiocho narradores,
narrativas. Convencido de que el escritor tiene la tantos como letras tiene el alfabeto árabe, pero a
obligación de devolver a la comunidad un los que se atribuye la decisión de inventar un au­
idioma diferente del que ha recibido, sus obras tor, un tal Juan Goytisolo, o G oitisolo o Goiti-
dan cuenta de semejante responsabilidad. Sus zolo, en el que se cuenta la historia de un poeta.
primeras novelas, Juego de manos (1954), fina­ Pero no es la novela el único campo en el que
lista del Premio Nadal, y Duelo en el Paraíso Goytisolo ha desarrollado sus capacidades crea­
GOYTISOLO

tivas, ya que hay que recordar textos variados, 21 años, el Premio Sésamo de cuentos. Estuvo
tales como su autobiografía, compuesta de Coto preso por cuestiones políticas, y ese fue un pe­
vedado (1985) y En los reinos de Taifas (1986), riodo decisivo en el cual germinó una nueva con­
en la que hace confesiones íntimas sobre sí cepción narrativa, alejada ya del realismo* social
mismo y da detalles de su form ación cultural; que se practicaba en aquel momento y que tanto
ambos volúmenes constituyen el libro Memorias le influyó en sus dos primeros textos. Se abre
(2002). Además, es autor de libros de viajes paso, pues, un nuevo modo de construir el relato,
como Campos de N íjar (1960) y La Chanca atento a la experimentación tanto como a la reac­
(1963), durísimo testimonio de la vida en ese ba­ tualización de ciertos modelos anteriores, sin que
rrio marginal de la Alcazaba almeriense, que se por ello se reduzca, sino muy al contrario, el pro­
reeditó en 2001 con un texto nuevo, «La Chanca, pósito crítico de su obra, en la que se atacan los
veinte años después», que había aparecido en la imperativos morales y sociales de una burguesía
revista Contracorrientes en 1985, y un prólogo vacía y sin sentido. Técnicamente, como en su
de José Ángel Valente*. Hay que recordar sus li­ día destacó Gimferrer*, hay una nueva forma en
bros de relatos, El mundo de los espejos (1952), Goytisolo de crear el lenguaje hablado, acaso
Premio José Janés a la Joven Literatura, Para vi­ como reflejo exacto de la realidad circundante,
vir aquí{ 1960) y Fin de fiesta (1962), o los ensa­ vista con precisión por quien es un agudo obser­
yos Problemas de la novela (1959), en el que vador del entorno. Es, en fin, un autor que se ha
afronta la necesidad de una literatura nacional ido desentendiendo de todo tipo de convencio­
popular y donde se ven los ecos teóricos de nes, dotado de unos recursos narrativos extraor­
Gramsci, Lukács o Sartre, Pueblo en marcha. dinarios, arriesgado y ambicioso como creador.
Tierras de M anzanillo (1963), los incluidos en El grueso de su producción se inicia con Las
El furgón de cola (1967), un auténtico ejercicio afueras (1959), novela compuesta por siete rela­
de autocrítica literaria y personal, D isidencias tos autónomos integrados para ofrecer una visión
(1977), Libertad, libertad, libertad (1978), El de la Barcelona de aquellos años y por la que re­
problema del Sahara (1979), Crónicas sarraci­ cibió el Premio Biblioteca Breve, a la que siguen
nas (1981; reed., 1998), Contracorrientes Las mismas palabras (1963), que acentúa aún
(1985), Estambul otomano (1989), Aproximacio­ más sus críticas a las clases favorecidas, Ojos,
nes a G audí en Capadocia (1991), formado por círculos, búhos (1970), en la que se distancia ya
textos sobre Turquía, Egipto y Marruecos, Cua­ del realismo más evidente y que, sumada a De-
derno de Sarajevo (1993), que recoge los artícu­ voraciones (1976) y Una sonrisa a través de la
los que, a modo de crónica sobre los salvajes lágrima, originaría el extraño y sorprendente
acontecimientos de la guerra en la ex-Yugoslavia, texto de Fábulas (1981), y la tetralogía Antago-
realizó para el diario El País, para el que escribe nía, formada por Recuento (México, 1973), Los
con cierta frecuencia, Argelia en el vendaval verdes de mayo hasta el mar (1976), Premio Ciu­
(1994), la reunión de ensayos sobre literatura de dad de Barcelona, La cólera de Aquiles (1979) y
El bosque de las letras (1995) y Cogitus interrup- Teoría del conocimiento (1981), que supone tal
tus (1999), de nuevo artículos en el volumen Pai­ vez su más ambicioso y logrado proyecto, en vir­
sajes de guerra (1996; reed. aumentada, 2001), tud del cual, y a partir del análisis de la forma­
centrados en el conflicto de Chechenia con Rusia, ción del novelista Raúl Ferrer Gaminde, de sus
así como en la violencia en Bosnia, Argelia y Pa­ frustraciones y fracasos, intenta la superación de
lestina, De la ceca a La Meca (1997), que es una la escritura lineal ofreciendo, al propio tiempo,
crónica de viajes por diversos países islámicos, y una meditación intertextual sobre la novela que
Pájaro que ensucia su propio nido (2001), en el termina convirtiéndose en una teoría literaria.
que recoge numerosos artículos y ensayos escritos Aunque es Antagonía su obra fundamental, des­
entre 1975 y 2000, y España y sus ejidos (2003), pués ha editado otras novelas como Estela del
que es una reunión de artículos y entrevistas con fuego que se aleja (1984), Premio de la Crítica,
el tema central de la inmigración. Goytisolo, ade­ Investigaciones y conjeturas de Claudio M en­
más, se ha ocupado de la obra de Blanco White*, doza (1985), Premio Fundación Pablo Iglesias,
de quien editó su Obra inglesa (1972). Es, asi­ La paradoja del ave migratoria (1987), en la que
mismo, el guionista del programa de TVE «Alqui- tiene gran importancia la experiencia onírica, Es­
bla», conjunto de documentales sobre las costum­ tatua con palomas (1992), Mzungo (1995), en la
bres e historia del mundo árabe. En 1985, recibió que se incluía un cederrón que le permitía al lec­
el Premio Europalia por el conjunto de su obra. tor jugar en la trama y en la construcción del de­
senlace de la historia, Placer licuante (1997), Es­
GOYTISOLO, Luis (Barcelona, 1935) calera hacia el cielo (1999), ambas dominadas
Novelista. Hermano de José Agustín y Juan Goy­ por un erotismo de gran sensualidad, Diario de
tisolo*, se dio a conocer cuando recibió, a los 360° (2000), con la que aborda el ambicioso pro­
GRACIA 390

yecto de dos tramas paralelas, historias dentro de la existencia. Se trata de una autora que sabe
historias, y que al mismo tiempo es autobiogra­ adentrarse de forma desgarrada en lo más em o­
fía, diario y ensayo, y Liberación (2003), que si­ tivo y humano, ello a través de un lenguaje hip­
gue la estela de aquella, e investiga en la im bri­ nótico que, desde la sobriedad, permite numero­
cación de estructura y trama. Es autor, además, sas y variadas interpretaciones. Ha publicado las
del ensayo El porvenir de la palabra (2002). novelas Fiebre para siempre (1994), con la que
Desde 1994, es miembro de la Real Academia obtuvo el Premio Ojo Crítico, Hijas de la noche
Española. en llamas (1999) y Mordake o la condición in­
fa m e (2001), en las que reflexiona sobre la be­
GRACIA, Antonio (Bigastro, Alicante, 1946) lleza y la sensibilidad femenina y masculina. Es
Poeta. Catedrático de Literatura en la Universi­ autora, asimismo y además de diferentes prólo­
dad de Alicante, dirige varias colecciones de gos, de libros de relatos como Trece historias
poesía y teatro en el Instituto de Cultura Juan breves (1995), Aquel verano, aquel amor (1997),
Gil-Albert, perteneciente a la Diputación de Ali­ El sueño de un verano (1998) y La lucidez de un
cante, y colabora en otras tantas, además de di­ siglo (2000).
rigir Algaria 0. En sus versos de la prim era
época, que va hasta 1983, momento en que de­ GRACIA, Juan (Ciudad Real, 1966)
tuvo su escritura durante quince años, ahonda en Narrador. Fue encuestador, dependiente y profe­
la angustia vital y en cualesquiera horrores de la sor de latín, Filosofía y Religión, entre otras pro­
existencia, de modo tan extremo que el propio fesiones. Se trata de uno más de los autores de la
lenguaje se resiente en la incapacidad expresiva, conocida como Generación X*, en la que se en­
en la dificultad lingüística para afrontarlo. globa a autores como Mañas*, Loriga* u otros, y
Quizá fue esa la razón de que el poeta dedicara en sus novelas urbanas, en clave generacional
una serie de años a recom poner su poesía, pe­ y de corte realista, domina la filosofía del «no
riodo que se interrum pe con un nuevo aliento hay futuro», con personajes abocados a la rutina
poético en el que se reclama la vida, algo que se a través de los excesos. Hay que m encionar su
ve en los propios títulos de los libros, y donde la novela Todo da igual (1999).
belleza es salvífica. En esta segunda época la es­
peranza se impone a la muerte y su poesía re­ GRACIA DEI, Pedro (finales siglo xv-1530?)
sulta más solidaria y reflexiva, impregnada por Heraldista. Miembro de la corte de los Reyes Ca­
una sosegada emoción que contrasta con lo que tólicos, se sabe que escribió algunas poesías y
en los inicios era solo agónico, ilum inada por que quizá participó en la Historia del rey don Pe­
una tenue luz que ofrece claridad donde antes dro y su descendencia, que es el linaje de las dos
todo era oscuro, una poesía, en fin, calm ada y Castillas (¿comienzos del siglo xvi?), si bien su
ya sobrepuesta a la angustia originaria. Autor de obra fundamental es: Blasón general y nobleza
los poem arios La estatura del ansia (1975), del universo (1489).
Palimpsesto (1980), Los ojos de la m etáfora
(1987), el volumen recopilatorio Fragmentos de GRACIA MOSTEO, José Luis (Calatorao, Z ara­
identidad. Poesía 1968-1983 (1993), que añadía goza, 1957)
a su obra anterior dos libros inéditos, Iconogra­ Narrador. Licenciado en Filosofía y Letras, es
fía del infierno y Poética para una poesía sin crítico literario en Heraldo de Aragón. Autor de
poetas, y a partir del cual se produciría el largo novelas como La saga de los Pirineos (1999) y
silencio ya referido, que se interrum piría con La dama cautiva de Jaca (2000), que confor­
Pliegos (1997), para seguir con Hacia la luz man una suerte de trilogía pirenaica con El ba­
(1998), tras el cual fueron apareciendo, además rón de Oliván (2002), la m encionada La dama
de la antología Memorial. Libro de los anhelos cautiva de Jaca despertó por sí sola la atención
(1999), Reconstrucción de un diario (2001), La de la crítica, que destacó la calidad de un juego
epopeya interior (2002), con el que obtuvo el literario en el que propone su autor un encuen­
Premio Fernando Rielo de Poesía M ística, y El tro entre Espronceda y el americano Alan Poe,
himno en la elegía (2002), galardonado con el que, según él, terminaron en un pueblo del Piri­
Premio Alegría. neo aragonés cortejando a la misma mujer, una
aldeana a la que formaron y amaron, hasta con­
GRACIA, Irene (Madrid, 1956) vertirla en una suerte de M ariana Pineda que
Narradora. Estudió Música y Pintura y Escultura termina muriendo por un ideal: el amor de esos
en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona. En dos hombres. Ha escrito, asimismo, una novela
sus páginas, a medio camino entre los efluvios humorística de intriga, El asesino de Zaragoza
del sueño y la contundencia del mito, la memoria (2001) y, en la misma línea, La desenterrada de
y los deseos se debaten sometidos al fatalismo de M onrepós (2002).
391 GRACIÁN

GRACIA TRINIDAD, Enrique (Madrid, 1950) dad en la que moriría ocho meses después de re­
Poeta. Conocido divulgador cultural, antologo, cibir el encargo.
adaptador de textos poéticos para recitales y gra­ Gracián, con brevedad de párrafos, densos,
baciones, ilustrador y actor, ha ejercido también construidos a base de juegos de palabras y hon­
la crítica teatral y literaria. Incluido en diferentes dos contenidos teóricos, representa la máxima
antologías, no solo en España, sino en países expresión del conceptismo*. Su literatura se
como Italia, Canadá, México o Estados Unidos, sostiene sobre la combinación de contenidos y
ha sido traducido a numerosos idiomas y mere­ decoración: los primeros son los conceptos y la
cedor de galardones tan importantes como un ac­ segunda la agudeza, a través de la cual se consi­
césit del Premio Adonais en 1972, el Premio Fe­ guen aquellos. Gracián busca la corresponden­
ria del Libro de M adrid en 1991, un accésit del cia existente entre los elementos dispares del
Premio Rafael Morales en 1992, el Premio Blas discurso a fin de conseguir el acto del entendi­
de Otero en 1993 o el Juan Alcaide en 1997, en­ m iento que es el concepto, en una fórmula pró­
tre otros. M iem bro de la Junta D irectiva de la xima al aforismo. La agudeza estructura con ar­
A sociación de Escritores y A rtistas Españoles, monía los conceptos, les da hermosura y puede
así como de otras prestigiosas asociaciones cul­ ser tanto conceptual y verbal cuanto de acción.
turales, es autor de poemarios como: Encuentros Cada palabra está buscada en un esfuerzo de
(1972), Canto del último profeta (1976), Cróni­ condensación con el que se pretende la plurali­
cas del laberinto (1992), A quemarropa (1993), dad de sentidos, una pluralidad que implique un
Restos de almanaque (1994), Historias para esfuerzo de comprensión. Su intención al medi­
tiempos raros (1995), Siempre tiempo (1997), tar sobre el hombre es siempre didáctico-moral.
Todo es papel (2002) y Alquim ia (Poesía reu­ Por un lado, disecciona las debilidades humanas
nida, 1972-2002) (2003), a los que hay que aña­ que le alejan de la perfección y, por otro, pro­
dir la antología de 41 poetas actuales titulada pone modelos de conducta para alcanzar aque­
Poetas en vivo (2002). Ha traducido a autores lla. La producción de Gracián se inicia con El
chinos medievales en la obra Cantos de amor y Héroe (1637; su edición príncipe está perdida,
de ausencia (2002). pero fue hecha en Huesca en 1647; la primera co­
nocida es de Madrid en 1653), libro costeado por
GRACIÁN, Baltasar (Belmonte de Calatayud, Lastanosa con el que, al no pedir permisos y es­
Zaragoza, 1601-Tarazona, Zaragoza, 1658) cudarse en el nombre de Lorenzo Gracián —para
N ovelista y tratadista. Su nombre completo era evitar la estricta censura de la Compañía— , se
Baltasar Gracián y Morales. Educado en Toledo granjea las antipatías de sus superiores en la Or­
con su tío, el clérigo Antonio Gracián, ya sus pa­ den. Dividido en veinte capítulos llamados pri­
dres lo habían orientado en los principios cris­ mores, e influido por Séneca, Aristóteles, Casti-
tianos. Ingresó en la Com pañía de Jesús en glione, Plutarco, Erasmo y Homero, el autor
1619, estudió Teología en Zaragoza y se ordenó plantea, con brevedad, otras tantas virtudes del
presbítero en 1627. Desde ese momento, enseña gran hombre, aquel destinado a dominar, con lo
G ramática, Teología y Filosofía en diferentes que se inicia un pensamiento genérico que pre­
ciudades, y, en 1635, toma los votos solemnes tende establecer en qué consisten la grandeza y
en Gandía, para trasladarse después a Huesca, la virtud del ser humano. A este, siguieron El
donde conoce a V incencio Juan de Lastanosa, Político don Fem ando el Católico (1640), que
hum anista de refinada cultura y mecenas que, carece de objetividad y se limita a adular la fi­
desde ese momento, apoyó a Gracián y facilitó gura de Fernando el Católico, y Arte de ingenio
sus relaciones con proceres de la corte y de las y tratado de la Agudeza (1642) — que, en 1648,
letras. En 1639 es nombrado confesor del virrey apareció modificado como Agudeza y arte de in­
de Aragón y Navarra, visita la corte en 1640, y genio, y en el que introduce cambios teóricos
predica en M adrid, Tarragona y Valencia; es más próximos a su literatura posterior— , tratado
nombrado capellán de los soldados que comba­ teórico basado en otro de Matteo Pellegrini, De-
tían a los franceses en Lérida y es destinado a lle Acutezze altrimenti, spiriti, vivezze e concetti
Huesca. Continúa predicando por tierras de Va­ (1639), que encantaba a Gracián y que, paradó­
lencia y, en 1651, comienzan sus problemas tras jicam ente, era contrario al conceptismo. En él,
la publicación de El Criticón sin el perm iso de intenta crear unas reglas, a partir de ejemplos li­
sus superiores, problem as que term inarían con terarios y de todo tipo de chistes y dichos, para
la prohibición, después de aparecer la tercera establecer la agudeza como categoría literaria.
parte del libro en 1657, de que siguiese escri­ En 1646 publicó El Discreto, manual que, en sus
biendo. Se le deniega su petición de trasladarse veinticinco capítulos denominados realces, trata,
a una orden m onacal y, en 1658, se le enco­ en función de la mesura y la prudencia — la vir­
mienda la rectoría del Colegio de Tarazona, ciu­ tud más preciada para Gracián— , de establecer
392
GRACIÁN

los patrones del hombre respetable, y, recopi­ Al propio tiempo, y entre medias de su vasta
lado por Lastanosa, aparece el Oráculo manual obra, vio la luz El Comulgatorio (Zaragoza,
y arte de prudencia. Sacada de los aforismos 1655), un devocionario compuesto por cincuenta
que se discurren en las obras de Lorenzo Gra­ meditaciones sobre la vida cristiana que supone
cián (Huesca, 1647), que reúne trescientas má­ su única obra de carácter estrictamente religioso
ximas, corregidas y com entadas por el propio y la única que firmó con su propio nombre. Las
Gracián, en las que sobre todo se abordan los te­ obras de Gracián gozaron, en vida, de numerosas
mas de la sabiduría y el ingenio. traducciones al francés, inglés, sueco o italiano,
El Criticón, cuya prim era parte se publicó en y, con el paso del tiempo, al rumano, al holandés,
1651 bajo la firma de García de Mariones y alemán, ruso o polaco, entre otras lenguas, lo que
el subtítulo de En la primavera de la niñez y en el le ha dado una proyección universal, convirtién­
estío de la juventud; la segunda, en 1653, bajo dolo — lo sería sin necesidad de semejante fenó­
el nombre, nuevamente, de Lorenzo Gracián y el meno— en uno de los puntales de nuestra litera­
subtítulo de Juiciosa, cortesana filosofía, en tura. Aunque ya en 1960 apareció una edición de
el otoño de la varonil edad, y la tercera, en 1657, sus Obras completas, es en 1993 cuando, en dos
con el subtítulo de En el invierno de la vejez, es, volúmenes, vio la luz la que, hasta la fecha, pa­
no obstante, la obra más célebre del prosista, en rece ser la más rigurosa y exhaustiva.
la que, ya lejos del juego ingenioso y aislado de
sus pensamientos sin argumentación, aborda un GRACIÁN, Jerónimo (Valladolid, 1545-Bruselas,
proyecto más ambicioso con la intención de 1614)
llegar al hombre de moral superior, constituyén­ Tratadista. Hijo de Diego Gracián de Alderete*, fue
dose, además, en un análisis global de las cos­ carmelita desde 1572 y confesor y discípulo de
tumbres de su época. Basada en la novela Eu- santa Teresa*, a quien instó a escribir Las Moradas
phormionis Lusinini Satyricon (1603-1607), de en 1577 y con la que mantuvo intensa correspon­
John Barclay, y en el Guzmán de Alfarache, de dencia. Perseguido por la Inquisición y expulsado
Mateo Alemán*, se trata de una inmensa alego­ de la Orden a pesar de los esfuerzos que hizo en
ría — en la línea de los Sueños, de Quevedo*, o Roma por defenderse, recibió la protección del vi­
de las obras de Juan de Mena*, Suárez de Figue- rrey de Nápoles en Sicilia, cayó preso en un viaje y,
roa* o Fernández de Ribera*— con intenciones tras ser retenido en Túnez, de donde finalmente se­
propias de la epopeya, dividida en capítulos lla­ ría rescatado, fue absuelto por el papa Clemen­
mados crisis en los que se examinan conductas. te VII. Obras importantes de Jerónimo Gracián son,
Su argumento se engarza a partir de los viajes de además, La lámpara encendida (1586), en la que se
Critilo, el hombre juicioso, y Andrenio, el hom­ ocupa de los deberes espirituales, Stimulo de la pro­
bre natural, quienes, tras encontrarse después de pagación de la Fe... (1586), Tratado de la redemp-
un naufragio, recorren diversos países entre con­ ción de captivos (1597), Dilucidario del verdadero
versaciones en las que censuran las corrupciones espíritu... (1604), donde expone minuciosamente la
que encuentran en su andadura, alabando la vir­ mística teresiana, de la que era profundo conoce­
tud y la sabiduría como único camino hacia la in­ dor, La peregrinación de Anastasio (1605), Regla
mortalidad. Critilo, ya en la segunda parte, en­ de la Virgen María (1611), El Soldado Catltolico
contrará a la Ninfa de las Artes y las Letras, (1611) y Arte breve de amar a Dios (1612), entre
excusa perfecta para que Gracián se ocupe de la otras. Sus Obras se publicaron en Madrid en 1616.
literatura de la época. Al final, llegados ambos a
Roma, acuden a una Academia en la que se dan GRACIÁN, Lorenzo -»Véase GRACIÁN, Baltasar.
cita grandes ingenios y, tras muchos incidentes,
terminan llegando a la isla de la inm ortalidad. GRACIÁN DE ALDERETE, Diego (Valladolid?,
Novela filosófica en la que confluyen, pues, 1510?-1600?)
elementos de la novela picaresca y de la caba­ Humanista y traductor. Padre de Jerónimo Gra­
lleresca, es, asimismo, un compendio de todo su cián* y Lucas Gracián Dantisco*, fue discípulo
pensamiento: la prudencia como norma y el de­ de Juan Luis Vives*, trabajó como intérprete del
sengaño como actitud en una existencia donde Emperador y tradujo a Jenofonte, Tucídides y los
nada es lo que parece. Supone la cima del pesi­ apotegmas y dichos agudos de Plutarco en Apo-
mismo Barroco*, y representa la com plejidad thegmas, que son los dichos notables v breves de
extrema del conceptismo*, oscuro y sembrado los Emperadores (Alcalá, 1533).
de claves. Fue una de las obras que más influyó
en el pensam iento de autores como C orneille, GRACIÁN DANTISCO, Lucas (Valladolid, 1543-
Voltaire, Nietzsche y, sobre todo, Schopen- M adrid, 1587)
hauer, que tradujo el Oráculo a instancias de Tratadista. Hijo de Gracián de Alderete*, y her­
Goethe. m ano de Jerónim o Gracián*. trabajó para Fe­
393 GRANADA

lipe II en la Secretaría de Lenguas, fue censor y amigo de san Juan de Ávila*, a quien conoció
bibliotecario de El Escorial. A él se debe el cé­ durante su estancia en Córdoba en la casa de los
lebre manual de cortesía Galateo español, des­ condes de Feria y de quien recibió su influencia
tierro de ignorancias, m aternario de avisos en los modos oratorios. Se vio obligado, en
(Madrid, 1593), adaptación del Galateo (1558), 1558, a defender su obra ante la Inquisición.
de D ella C asa, muy útil para estudiar las cos­ Aunque con una obra intelectualmente próxima
tumbres de la época, así como un A rte de escri­ a las tradiciones franciscana y agustina, se per­
bir cartas fa m iliares, publicado, postum a­ ciben en ella los temas y modos propios de la
mente, en Madrid en 1589. teología tomista, así como las influencias de Ci­
cerón y Quintiliano, Virgilio, Plutarco o Plinio,
GRAGERA, Abraham (M adrid, 7973) adaptados en sus métodos para la exposición de
Poeta. Se trata de un autor en cuyos versos se la doctrina cristiana. Mayoritariamente ascética,
nombra la extrañeza ante el mundo, ante las rea­ en muchos momentos hay una tendencia mística
lidades más cotidianas, que esconden a menudo y sentimental. Escribió en latín, español y portu­
las claves de las propias emociones. Ligado en gués, textos en los que utiliza periodos largos y
cierto sentido a la estela de la poesía de la expe­ fluidos propios de la oratoria, ricos de léxico
riencia*, destaca su poemario Desviaciones y de­ y estructurados con una arquitectura de gran
moras (1997). precisión, cuya intención es la difusión de la
doctrina cristiana basándose en la imitación de
GRAN CONQUISTA DE ULTRAMAR, La Cristo. Su influencia en Europa fue total, y sus
Libro de caballerías* del ciclo de las Cruzadas, textos gozaron de numerosas reediciones y tra­
escrito a principios del siglo xiv, en el que se ducciones.
cuenta la historia de estas hasta 1291 y que fue Varias son las obras fundamentales escritas por
publicado en Salamanca en 1503. Consta de mil Granada, entre biografías, opúsculos devotos,
cien capítulos en los que predominan los modos sermones, traducciones, etc. Ádemás de las bio­
medievales, es decir la imbricación constante en­ grafías de Juan de Ávila y Bartolomé de los Már­
tre historia y fantasía, con una tendencia clara a tires, y de las traducciones de la Escala espiri­
la proliferación de elementos maravillosos. Todo tual, de san Juan Clímaco, y de Menosprecio del
lo referente a Francia tiene su origen en la Histo­ mundo o imitación de Cristo, de Kempis, desta­
ria rerum in partibus transmarinis gestarum, de can títulos propios esenciales. El primero de
Guillerm o de Tirso. Los m ateriales que se em­ ellos es El libro de la oración y la meditación
plean en él provienen de versiones prosificadas (Salamanca, 1554), que expone, en catorce me­
de antiguos poemas épicos franceses, como He­ ditaciones y con tono de prédica ascética, los
lias, en el que se trata el tema de Lohengrin, que cinco grados de oración, y que influyó tanto en
se introduce en España como el «Caballero del los manuales de la época como en la poesía me­
Cisne», Li Caitif, La conquete de Jérusalem y La tafísica europea. En M em orial de la vida cris­
chanson d ’A ntioche. En la obra se cuentan las tiana (Lisboa, 1556), al que hay que sumar las
hazañas del caballero Godofredo de Bouillon, de Adiciones al memorial (Salamanca, 1574), se
quien se nos cuentan sus orígenes míticos y ha- aprecia un cambio hacia el misticismo, así como
giográfícos. las influencias platónicas y escolásticas, al expo­
ner sus tesis sobre el amor divino. Otros títulos
GRANADA, fray Luis de (G ranada, 1504-Lis- son: Vita Christi (1561), Compendio de doctrina
boa, 1588) christiana (Lisboa, 1559) y el manual para pre­
Tratadista, traductor y biógrafo. Su nombre ver­ dicadores Rhetorica ecclesiastica libri sex (Lis­
dadero era Luis de Sarriá. Hijo de una familia boa, 1576), traducido en 1770— Retórica ecle­
humilde gallega, recibió, tras quedarse huérfano siástica— por orden del obispo de Barcelona
de padre a los cinco años, la protección del conde Climent. Pero, sin duda, sus obras clave son:
de Tendilla, quien le brindó la posibilidad de ser Guía de pecadores (Lisboa, 1556; ed. completa
paje de sus hijos y estudiar con ellos. Ingresó en con la 2.a parte: Salamanca, 1567) e Introducción
los dominicos, para los que su madre había tra­ del símbolo de la fe (Salamanca, 1583; 5.a parte,
bajado de lavandera, estudió en el Colegio de 1585). En la Guía, dedicada a Felipe II, se tratan,
San Gregorio de Valladolid, donde seguramente en dos partes, con estilo ágil aunque oratorio, la
conoció, entre otros, a M elchor Cano*, y, tras virtud y sus ventajas y los métodos para huir del
ocupar diferentes cargos eclesiásticos, llegó a ser pecado. La Introducción es su libro más perfecto
provincial de Portugal en 1557, si bien rechazó y extenso, y en él conviven la defensa del cristia­
las propuestas de convertirse en obispo de Viseu nismo, una profunda teoría sobre la Divinidad y
y arzobispo de Braga. Célebre como predicador, un canto a la Naturaleza en el que se aprecian sus
sobre todo en A ndalucía y Extrem adura, fue tendencias franciscanas en su observación minu­
GRANDE 394

ciosa de las realidades más insignificantes como racio Martín (1978), Premio Nacional de Litera­
partes integrantes de la perfección y portadoras tura, y Poesía completa: 1958-1984 (1986), am­
del mensaje divino. Es en esta obra, meditación pliada en 1989. Es autor, asimismo, de im portan­
sobre la grandeza de Dios e himno a la creación, tes ensayos, como: Occidente, ficciones, yo
inspirada en san Basilio, san Ambrosio y Teodo- (1968), Apuntes sobre p oesía española de pos­
reto, donde más claros se escuchan los ecos de guerra (1970), M emoria del flam enco (1979),
Aristóteles y los escolásticos. Sus Obras, en ca­ Premio Nacional de Flamencología, Elogio de la
torce volúmenes, comenzaron a editarse en M a­ libertad (1984), Once artistas y un dios. Ensayos
drid a partir de 1906. sobre literatura hispanoamericana (1986) o
García Lorca y el flamenco (1992), así como de
GRANDE, Cristina (Lanaja, Huesca) novelas como El perro (1967), Premio Gabriel
Narradora. Estudió Filología Inglesa y Fotogra­ Miró, Por ejemplo, doscientas (1968), Parábo­
fía en Zaragoza. Debutó con el libro de relatos las (1975), Las calles (1980), Lugar siniestro
La novia parapente (2002), con el que seguía la este mundo, caballeros (1980) y La balada del
línea de otras narradoras reivindicativas del abuelo Palancas (2003), o de los relatos — gé­
mundo femenino a través de un estilo desenfa­ nero en el que ha sido reconocido con el Premio
dado que se adentra en las complejidades de la Eugenio D ’Ors— que se recogen en Fábula
relación entre mujeres y hombres. (1991), Decepción. Enmienda a la totalidad
(1994) y Té con pastas (2001).
GRANDE LARA, Félix (M érida, Badajoz, 7937)
Poeta, narrador y crítico. De formación autodi­ GRANDES, Almudena (Madrid, 7 960)
dacta, trabajó, durante su infancia y juventud, en Novelista. Licenciada en Geografía e Historia
diversos oficios — vaquero, pastor, vinatero, por la Universidad Complutense de Madrid, tra­
vendedor ambulante...— en Tomelloso, en Ciu­ bajó para diferentes editoriales, fundam ental­
dad Real, antes de trasladarse a M adrid, donde mente, y durante años, como redactora de textos
fue subdirector de Cuadernos Hispanoamerica­ por encargo. Colaboradora en radio y en el diario
nos. Considerado uno de los renovadores de la El País, en sus obras, que demuestran una gran
lírica, en su obra, deudora del surrealismo*, se capacidad para el análisis psicológico de los per­
aprecian tanto un hondo y amargo compromiso sonajes, sobre todo femeninos, queda patente su
social de corte existencialista cuanto vividos dominio de la narración, del ritmo, a través de un
contenidos eróticos. Combina, con estilo perso­ lenguaje que, sin hacer concesiones al público,
nal y a veces duro, un tono paródico incisivo con llega a él con claridad y fuerza, logrando un difí­
un ámbito de reflexiones sobre el instinto, la cil equilibrio entre rigor y popularidad. Caracte­
emotividad y la sensualidad, y afronta el amor y rizada toda su obra por una honda sentimentali-
la pasión, tanto en verso como en prosa, desde la dad y por una sinceridad sin trabas, obvia en la
perspectiva desolada que dejan las pasiones claridad con que se dirige al lector, consigue
cuando se extinguen. De tal suerte, puede decirse siempre comunicar con él y emocionarlo, lo que
que se trata de un poeta que ha ido más allá de la ha llevado siempre a conseguir grandes éxitos
un simple planteamiento social de la poesía, pre­ de ventas. El asunto que concentra su atención
ocupado a un tiempo por el lenguaje y compro­ narrativa es la búsqueda de la identidad personal
metido tanto con la memoria individual como a través de personajes que han ido llegando a
con la colectiva. Crítico y contrario al esteti­ edades en que todo viene cuestionado, principal­
cismo, ha planteado, no obstante, una constante mente el pasado, y, por tanto, el paso mismo del
emotividad hedonista, exaltadora de una carnali­ tiempo. La arquitectura de sus novelas es monu­
dad extrema y ligada en algunos casos a la tradi­ mental y perfecta, así como potente su dominio
ción hispanoárabe y al espíritu trágico que late verbal, lo que la convierte en una narradora sabia
en el cante jondo. Destacan poemarios como Ta­ y hábil. Tras darse a conocer con la novela Las
ranto. Homenaje a César Vallejo (1971), Las edades de Lulú (1989), galardonada con el Pre­
piedras (1964), Premio Adonais, en el que se mio La Sonrisa Vertical de narrativa erótica y lle­
aprecian las influencias del poeta peruano, a vada al cine por Bigas Luna, que supuso un ro­
quien dedicó su primer libro, y de Antonio M a­ tundo éxito de público y en la que aborda los
chado*, Música amenazada (1966), Premio Gui­ aspectos más oscuros e íntimos del deseo sexual
púzcoa, Blanco Spirituals (1967), Premio Casa femenino, publicó Te llamaré Viernes (1991), tra­
de las Américas, Biografía (1971), a modo de ducida ya a diversas lenguas, Malena es un nom­
obra completa, en el que se incluye el poemario bre de tango (1994), llevada al cine y en la que
en prosa Puedo escribir los versos más tristes ahonda en las constantes de m elancolía con las
esta noche (1971) — verso tomado de Neruda— , que el ámbito de los sentimientos, el abandono
la antología Años (1975), Las rubaiyatas de Ho­ de la infancia y el enfrentamiento con la realidad
395 GRASA

adulta, sostienen gran parte de su mundo litera­ GRANELL, Manuel (Oviedo, 1906-Caracas, Ve­
rio, Atlas de geografía humana (1998) y Los ai­ nezuela, 1993)
res difíciles (2002), a las que hay que añadir el Ensayista y poeta. Estudió Arquitectura, Derecho
volumen de relatos Modelos de mujer (1996). y Filosofía y Letras, y, tras exiliarse en 1939, fue
catedrático de Historia de la Filosofía Moderna
GRANDMONTAGNE, Francisco (Barbadillo de en la Universidad de Caracas desde 1950. Discí­
los Herreros, Burgos, 1866-San Sebastián, pulo de Ortega y Gasset* y de García Morente*,
1936) impulsó la Sociedad Venezolana de Filosofía y
Novelista. Emigrado a Argentina en 1886, fundó fue profesor honorario de la Universidad Simón
la revista La Vasconia y se dedicó al periodismo. Bolívar. Como poeta incluido en la Generación
De mentalidad noventayochista, se ocupó del del 27*, empleó los seudónimos de Manuel Cris­
tema de España y de la conciencia del emigrado, tóbal y Andrés Carbayo. Su obra poética apare­
y fue un autor admirado por M aeztu*, U na­ ció reunida en Umbral (1941), conjunto de sone­
muno* y Antonio M achado*. Su literatura, ele­ tos y décimas. Además de traducir las obras de
gante y de indudables valores idiom áticos, in­ algunos filósofos alemanes y franceses, ha publi­
daga, desde una visión no exenta de desencanto, cado una densa obra ensayística dedicada a temas
en los problemas sociales de los individuos de a antropológicos, filosóficos, de estética y litera­
pie, tanto de aquellos que pertenecen al mundo tura. Deben recordarse títulos como Cartas filo ­
rural cuanto de las víctimas del ámbito urbano. sóficas a una mujer (1946) Lógica (1949), Esté­
Asimismo, se ocupa de describir el Buenos A i­ tica de Azorín (1949), El humanismo como
res de finales de siglo. Destacan novelas como responsabilidad (1959), Ortega y su filosofía
Teodoro Foronda (1896), La Maldonada (1898) (1960), El hombre, un falsificador (1968) y La
y Vivos, tilingos y locos lindos (1901) y los en­ vecindad humana (1970), entre otros, a los que
sayos Crónicas de M arianela (1917), Paisajes hay que añadir la obra que preparaba en el mo­
de España. Galicia y Navarra (1922), Orígenes mento de su muerte: Testamento filosófico: car­
del progreso argentino. Una potencia en esbozo tas filosóficas a la nieta de Elena. En 1990 se
(1928) y Los inmigrantes prósperos (1933). Al­ creó en Venezuela la Fundación Manuel Granell,
gunos de sus más im portantes escritos se reco­ que, desde 1993, prepara la publicación de sus
gieron, ya postumamente, en Páginas escogidas Obras completas.
(1966).
GRANÉS, Salvador María (Madrid, 1840-1911)
GRANELL, Eugenio [Fernández] (La Coruña, Dramaturgo y libretista de zarzuela. Licenciado
19 12-Madrid, 2001) en Derecho, colaboró en diversas publicaciones
Narrador, poeta y pintor. Estudió M úsica en el de humor y dirigió algunas como El Iris, La A u­
Conservatorio de M adrid y, tras partir al exilio rora Literaria y La Semana Literaria. De estilo
en 1939, después de haber sido una de las figuras paródico y satírico, dejó su futuro como abogado
más significativas del POUM, vivió en diferen­ tras el éxito de su primera obra, Don José, Pepe
tes países sudamericanos, hasta que, en 1957, se y Pepito (1864). A esta siguieron algunos dramas
instaló en Nueva York, donde se doctoró en la y comedias como El estrangulado (1888) y Lo-
New School for Social Research y fue profesor rencín o el camarero del cine (1910). Colaboró
de Español en el Brooklyn College. Colaborador con diferentes autores — Felipe Pérez y Gonzá­
de revistas españolas y americanas, su obra, lez* y José Jackson Veyán*, entre otros— y es­
tanto en pintura como en literatura, es deudora trenó zarzuelas como Dos leones (1874), En el
del surrealismo*, y en ella combina el sórdido y nombre del padre (1886), Sustos y enredos
cruel hum orismo de la sátira con una profunda (1888), La hija de la mascota (1889), La santa
conciencia crítica de carácter socio-político. Cecilia (1892) o Los pordioseros (1908).
Destacan las novelas La novela del indio Tupi-
namba (1959), El clavo (1967) y Lo que suce­ GRASA, Ismael (Huesca, 1968)
dió... (1968 y 1989), los relatos de El hombre Novelista y poeta. Fue profesor, durante años, en
verde (1944) y Federica no era tonta y otros la Universidad de Lenguas Extranjeras de Xian,
cuentos (1970), los ensayos A rte y artistas de en China. Pertenece a una corriente de escritores
Guatemala (1949), Isla Cofre M ítico (1951) y La que empezó a prosperar a partir de mediados de
leyenda de Lorca y otros escritos (1973) y el los noventa y que trató de retratar la sociedad es­
poemario Estela de presagios (1981). Hay que pañola de los setenta. Habitantes todos ellos de
añadir a todo ello la edición, preparada por César esos momentos de transición política a la de­
Antonio Molina*, de sus prosas de carácter ensa- mocracia, y usando de referentes comunes que
yístico bajo el título Ensayos, encuentros e in­ recurrían a lo kitsch y a determinados fetiches,
venciones (1998). generalmente televisivos y musicales, abordaron
396
GRASSI Y TECHI

desde un costumbrismo* sentimental irónico, de añadir una nutrida obra dirigida a un público in­
tono jocoso y a través del distanciamiento de la fantil y juvenil, caso de: M emóries de l ’illa del
burla, los recuerdos de la infancia. El caso de vent (1991) y Sortides d ’emergencia (1992).
Grasa, no obstante, tiene de peculiar, frente a
otros nombres, como podría ser el de Félix Ro­ GRAU DELGADO, Jacinto (Barcelona, 1877-Bue-
meo*, el laconismo sentimental de su prosa, so­ nos Aires, Argentina, 1958)
bria e impasible, capaz de fundir experiencia per­ Dramaturgo. Ocupó cargos diplomáticos para la
sonal y colectiva en viñetas de extraordinaria R epública durante la Guerra Civil, lo que le
brevedad, pero que resultan como instantáneas obligó al exilio una vez terminado el conflicto, y
fieles de lo que fue una época com partida por se instaló en Buenos Aires. Con más éxito fuera
quienes apenas han superado la treintena. Su que dentro de España, Grau critica, en los prólo­
tono narrativo sabe fundir lirismo y crudeza con gos de sus obras, el teatro de su época, acusán­
sutil originalidad. Es autor de las novelas De M a­ dolo de trivial, comercial y falto de originalidad
drid al cielo (1994), por la que obtuvo el Premio — ya en 1903 había participado en el manifiesto-
Tigre Juan y que fue finalista del Premio He- protesta contra el homenaje a Echegaray*— .
rralde, y La tercera guerra mundial (2002), así Esta postura beligerante le lleva a ensayar dife­
como de los libros de viajes Días en China rentes formas teatrales dentro de los márgenes de
(1996), Fuera de casa (1999) y Sicilia (2000), la farsa, la tragedia, la crítica socio-política o la
los tres con mucho de novelescos. Asimismo, ha comedia, sin dejar nunca de lado los que son sus
publicado los poemarios La esforzada disciplina temas obsesivos: la muerte, el destino y la ilu­
del aristócrata (1995) y Nueva California sión, tratados siempre desde una perspectiva ten­
(2003). Ha sido, además, coordinador, con Justo dente a la desesperanza. Influido por el pensa­
Navarro*, del libro El mundo de Teresa Jassci miento de U namuno* y Nietzsche, tenía la
(1928-1999) (2001). intención de acabar con la modorra burguesa que
representaba Benavente*, intentando devolver al
GRASSI Y TECHI, Ángela (Crema, Italia, 1826- teatro su dimensión trágica a través de la recrea­
M adrid, 1883) ción de temas de inspiración clásica e histórica.
Novelista. Directora de El Correo de la Moda y Experimental, pasional, dramático y profundo,
colaboradora de Carolina Coronado*, es autora su teatro combina la seriedad en el tratamiento
de novelas costum bristas (véase COSTUMBRIS­ con un cierto tono poético. En su afán renovador,
MO) moralizantes con pretensiones históricas y colaboró en las experim entaciones teatrales de
no exentas de una cierta ñoñería sentimental. Martínez Sierra*.
Destacan títulos como: El lujo (1865), Las rique­ Destacan en su producción, no toda ella estrenada,
zas del alma (1866), Los que no siembran no co­ además de su primer texto — la novela Trasuntos
gen (1868) o El favorito de Carlos III (1884- (1899), prologada por Joan Maragall*— , La re­
1887), a los que, además de algunos dramas y dención de Judas (1903), Las bodas de Camacho
comedias, hay que añadir los versos de Poesías (1903), Entre llantas (1905), El conde de Alarcos
(1871). (1907), tragedia poética tomada del Romancero*,
El tercer demonio (1908), Don Juan de Carillana
GRAU I ANTOLÍ, Isidre (Sabadell, Barcelona, (1913), que, junto a El burlador que no se burla
1945) (1930), suponen sus dos aproximaciones al tema
Narrador en lengua catalana. Autor de una ex­ de Don Juan*; En Ildaria (1918), El hijo pródigo
tensa obra, formada por novelas y relatos, de su (1918), de tema bíblico, El señor de Pigmalión
novelística hay que destacar títulos como: Fú­ (1921), reflexión sobre el teatro dentro del teatro
gida en gris (1980), con la que obtuvo el Premio que recuerda no poco a Pirandello y que es consi­
Ciutat d ’Olot, Sol sense sol (1984), Vent de derada su mejor pieza, El caballero Varona (1928)
memoria (1984), galardonada con el Premio Ciu­ y Los tres locos del mundo (1930). Fue autor, asi­
tat de Palma, Elia (1985), Els colors de l ’aigua mismo, de la colección de ensayos Unamuno y la
(1986), que fue Premio Sant Jordi, La nit verme- angustia de su tiempo (1943).
lia (1989) y La vida escrita (1996), finalista del
Premio Carlemany. Entre sus libros de relatos se­ GREGORIO, Ernesto de
ñalamos: Alens d ’amor i de recanga (1982), que Narrador. Periodista que ha trabajado como ven­
recibió el Premio Xúquer, L'esperit de Campbor- d edor de cupones de la ONCE. En sus relatos
diol (1983), Del temps del jo c al jo c del temps aborda con originalidad asuntos como el amor, el
(1984), Premio Artis i Lletres de 1980, Dansa a paso del tiempo o la incomunicación, aunque
la ciutat vi(r)olada (1986), Rellotges fo ra de destaca todo aquello que tiene que ver con su pe­
punt (1987), Premio Joan Santamaría en 1985, y culiar experiencia de invidente. Hay que mencio­
En última instancia (1993), a los que hay que nar el libro de cuentos Cartas a Milsa (1999).
397 GUACHE

GRIEN, Raúl (La Coruña, 1924) 1962, renunció al funcionanado y, con ello, co­
Narrador y ensayista. Perito M ercantil, econo­ menzaron sus problemas con el franquismo. Sus
mista y colaborador en radio y en prensa, ocupó, simpatías — que no militancia, la cual se produ­
en los años sesenta, importantes cargos oficiales ciría en las filas del PSOE— por el Partido Co­
en Venezuela. Es autor de la novela A fueg o munista le llevaron a la cárcel y, en cuatro oca­
lento (1957), finalista del Premio Planeta, del li­ siones, ante los tribunales. Trabajó, asimismo,
bro de relatos Cuatro esquinas (1967) y de los para diversas editoriales y empresas publicita­
ensayos La novela fu tu ra (1959), M ujeres úni­ rias, o como conductor de coches fúnebres o
cas (1971) y Aspectos económicos del futuro de mozo de hospital durante sus estancias en el ex­
Galicia (1913). tranjero, además de ser, por algún tiempo, lector
de español en la Universidad de Estocolmo.
GRIJALBA, Silvia (Madrid) A dscrito al realismo social en sus comienzos
Narradora. Ligada a la publicidad y al cine, es como narrador, paulatinam ente fue adoptando
periodista, conocida en la prensa musical, y ha posiciones técnicas más experimentales y com­
trabajado como disk-jockey, lo que quizá le binándolas con los preceptos realistas de siem­
ha permitido conocer a fondo los escenarios y pre, que nunca abandonó y a los que dotó de un
ambientes nocturnos de una determinada juven­ fuerte mensaje combativo. Sus preocupaciones
tud. Alcohol, droga, sexo, muerte, y, en general, literarias se centran en la situación de los más
todos los tópicos propios de una cierta literatura desfavorecidos y de los trabajadores de diferen­
joven, conocida como Generación X*, que prac­ tes gremios: camioneros, pescadores, campesi­
tica un nuevo costumbrismo* y en la que desta­ nos, etc. En los últimos años de su vida fue víc­
can nombres como Ray Loriga*, José Angel M a­ tim a de un injusto olvido, de la pobreza más
ñas* o Daniel M úgica*. Hay que m encionar su absoluta y de una locura que lo mantuvo ingre­
novela Alivio rápido (2002). sado en diversos hospitales psiquiátricos de Sa­
lamanca, Sevilla y Málaga.
GRIJELMO, Alex (Burgos, 1956) Fue Premio Sésamo de cuentos en 1959 con Ger­
Periodista. Redactor de El País, diario de cuyo minal, sobre el mundo de la picaresca, aunque su
Libro de estilo es responsable, además de haber labor se ha desarrollado, sobre todo, en el ámbito
ejercido de jefe de redacción de la sección cultu­ de la novela con títulos como: La zanja (1961),
ral y de redactor jefe, ha pronunciado numerosas Un cielo difícilmente azul (1961), Testa de copo
conferencias en Sudamérica, y ha creado, asi­ (1963), El capirote (1964), Los cálidos dominios
mismo, diferentes talleres de redacción. Ponente (1969), Guarnición de silla (1970), Premio de la
en el I Congreso Internacional de la Lengua Es­ Crítica, Florido mayo (1973), Premio Alfaguara,
pañola de Zacatecas, México, forma parte de una La buena muerte (1976), Los invitados (1978),
comisión del Instituto Cervantes para la creación finalista del Premio Planeta, El correo de Estam­
de un manual de lengua y terminología común. bul (1980), Con flores a María (1981), Otoño in­
Ha publicado diferentes ensayos, amenos y di- dio (1983), El aborto de María (1985), El crimen
vulgativos, pero con un sólido conocimiento lin­ de las estanqueras (1985) y Giralda (1982-1985;
güístico, sobre la lengua. Entre ellos, destacan: 3 vols.). Es, asimismo, autor de relatos, como los
M anual de estilo del p eriodista (1997), La se­ que se recogen en Germinal y otros relatos
ducción de las palabras (2000), Defensa apasio­ (1963) e Inés ju st comming (1968), que reúne
nada del español (2000) y El estilo del perio ­ tres historias sobre la Cuba posrevolucionaria, y
dista (2001). de ensayos y libros de viajes, de entre los que
debe destacarse Por el río abajo (1964), escrito
GRIMALDI, Juan de (Francia, h. 1800-París, en colaboración con Armando López Salinas*.
1872)
Arreglista teatral de origen italiano. Se sabe que GRUPO DE BARCELONA -»Véase GENERACIÓN
fue empresario teatral y redactor de La Revista DEL 50.
Española, y, de entre sus muchos arreglos, des­
taca el que realizó para Todo lo vence el am or GUACHE, Ángel (Luanco, Asturias, 1950)
o La pata de cabra, m elomimodrama m itoló­ Poeta. Artista plástico y autor que combina tradi­
gico-burlesco de magia y de grande espectáculo ción y modernidad en poemas breves, contun­
(1831). dentes y emocionados, que hablan del amor y el
recuerdo, de la vida en su totalidad y del m o­
GROSSO, Alfonso (Sevilla, 1928-Valencina de mento cotidiano. Inicialmente deudor del surrea­
Concepción, Sevilla, 1995) lismo*, tanto su pintura como su poesía, que han
Novelista y guionista cinematográfico. Profesor seguido rutas paralelas, a veces superpuestas,
m ercantil, trabajó para el Estado hasta que, en han derivado en un lenguaje de signos de anota­
GUAL 398

ciones respectivamente gráficas y léxicas. Desta­ Libro de horas líricas (1925), Realidad inefable
can sus poemarios Me muerden los relojes (1942), Primavera tardía (1945), Canciones al
(1999-2000) y Un mundo (2000), a los que ha­ vuelo del aire (1945) y La soledad inquieta
bría que añadir, más allá de la realidad del libro, (1950). Ha traducido a poetas franceses, alemanes
la colección de Poesías geométricas que, como y catalanes, y es autor de ensayos críticos sobre li­
exposición, se presentaron en el Centro de Arte teratura, de libros de viajes como Valencia. Tierra
Reina Sofía de Madrid en 2001. y alma de un país (1974), de biografías, entre ellas
Castelar, verbo de la democracia (1932) y de edi­
GUAL, Adriá (Barcelona, 1872-1943) ' ciones críticas, entre las que merece atención
Dramaturgo en lengua catalana. Estudió Direc­ aparte la de las Poesías (1964), de V. W. Querol,
ción Escénica en París. Director, actor, profesor de la que, además, es traductor, y cuyas Obras
—dirigió, entre 1913 y 1932, la Escola Catalana completas se encargó de editar. Es, asimismo, el
d’Art Dramátic— , empresario — entre 1908 y responsable de una edición del Cantar de Mió Cid
1910 dirigió la Nova Empresa de Teatre Catalá—• (1940), con el texto original y una versión actuali­
y escenógrafo, inauguró, en 1898, la que sería zada, que prologó Dámaso Alonso*.
institución fundamental en la renovación moder­
nista (véase MODERNISMO) del teatro catalán, el GUBERN, Román (Barcelona, 1934)
Teatre íntim, con su obra Silenci. A trav'és de di­ Ensayista y crítico. Fue profesor de Historia del
cha institución dio a conocer el teatro de Ibsen, Cine en la University of Southern California y en
D ’Annunzio, Shakespeare y otros autores. In­ el California Institute o f Technology, en Pasa-
fluido por Maeterlinck y el naturalismo de Zola, dena, Estados Unidos, así como director del Ins­
desarrolló un teatro poético-simbólico que acen­ tituto Cervantes de Roma y, en la actualidad,
tuaba las atmósferas escenográficas, tales como ocupa la cátedra de Comunicación Audiovisual
la luz, la música, etc., a fin de conseguir mayor en la Facultad de Ciencias de la Comunicación
efectividad en el tratamiento naturalista de los te­ de la Universidad Autónoma de Barcelona, en la
mas. Entre sus obras destacan títulos como: La que fue decano. Profundo conocedor del mundo
culpable (1899), L ’emigrant (1900), M isteri de de la comunicación y del cine, en su obra se ha
dolor (1904), Els pobres m enestrals (1907), ocupado tanto de la historia de este último como
Donzell qui cerca muller (1910), Arlequí vividor de aspectos más concretos de su actualidad. Des­
(1912), La comedia extraordinaria de l ’home tacan, en su vasta producción, títulos como: La
que va perdre el temps (1914), Hores d ’am or i televisión (1965), Historia del cine (1969; reedi­
de tristesa (1918) y Fígaro o la dama s ’avorria tada y ampliada en 1987), La novela criminal
(1919). (1970), El lenguaje de los comics (1972-1981),
Cine contemporáneo (1974), Literatura de la
GUAL, Antonio (Palma de Mallorca, 1594-1655) imagen (1974), Un cine para el cadalso (40 años
Poeta. Doctor en Teología, fue canónigo de la ca­ de censura cinematográfica en España) (1975-
tedral de Palma, capellán del virrey de Nápoles y 1977), Premio Círculo de Escritores Cinem ato­
autor de poemas épicos próximos a la temática gráficos, El cine español en el exilio, 1936-1939
de las novelas bizantinas, y formalmente influi­ (1976), Comunicación y cultura de masas
dos por Góngora* y sus referentes mitológicos. (1977), La caza de brujas en Hollywood (1987),
Son tales obras: La Oronta (Nápoles, 1637), es­ •El simio informatizado (1987), Premio Fun-
crita en octavas, y El Cadmo (Nápoles, 1639), desco, Benito Perojo. Pionerismo y superviven­
también en octavas. cia (1994), Del bisonte a la realidad virtual. La
escena y el laberinto (1996), Proyector de luna.
GUARNER PÉREZ, Luis (Valencia, 1902-1986) El 27 y el cine (1999), El eros electrónico (2000),
Poeta y novelista bilingüe, tanto en catalán como un estudio sobre la representación del deseo
en español. Estudió Derecho y Filosofía y Letras desde Platón hasta la actualidad virtual, y M ás­
en la Universidad de Valencia, colaboró en diver­ caras de la ficción (2002), un análisis de los hé­
sas publicaciones de su tierra y fue catedrático de roes y heroínas que se han ido presentando a lo
Lengua y Literatura en institutos de diferentes ciu­ largo de la historia desde el Romanticismo*
dades. Ligado a los movimientos vanguardistas de hasta nuestros días. Es autor, asimismo, de la au­
los años veinte, ha publicado poemarios en cata­ tobiografía titulada Viaje de ida (1997).
lán, lengua en la que consiguió premios en algu­
nos Juegos Florales de Valencia, como la antolo­ GUDEL MART, Guillermo (C oscojuela de Fan-
gía Floracions (1924), Cangons de térra i de mar tova, Huesca, 1919)
(1936) y Recanga de tardor (1949), además de Poeta. De su numerosa obra, de gran sensualidad
otros en español, entre los que destacan: Breviario y melancolía, y en la que goza de especial tras­
sentimental (1921), Llama de amor viva (1923), cendencia estética el paisaje de su tierra, desta­
399 GUERRA GARRIDO

can poem arios como: Contra el aire (1959), lada La cabeza del durmiente (2003). A todo ello
Egloga nueva de la tierra propia (1970), Premio hay que añadir que fue el compilador de los Cuen­
San Jorge, Los pasos contados (1975), Más tie­ tos populares españoles, editados en dos volúme­
rra de España (1980), Velación de la carne nes en 1996 y 1997, obra que reúne la tradición de
(1982) y Poecromía (1983), entre otros. los relatos de todas las regiones de España, relatos
fantásticos, de milagros, encantamientos, ha­
GUELBENZU, José María (Madrid, 7944) das..., muy en la línea del libro que, con el mismo
Novelista. Colaborador en diferentes editoriales, cariz, editara el italiano Italo Calvino.
así como en diferentes publicaciones, es uno de
los autores más prestigiosos de la actual litera­ GÜELL, Isabel
tura española. Escritor de vasta cultura que, Narradora. Directora de la Unidad de Demencias
como reacción al realismo* social, busca en los del Instituí Dexeus de Barcelona, debutó en la li­
caminos de la experim entación para conseguir teratura con una novela en la que mostraba, con
una narrativa que, más allá del mero vanguar­ amenidad y gran sencillez de estilo, una trama de
dismo formal, ahonde en los conflictos senti­ crisis de pareja; su título: Corazón negro (1997).
mentales de los individuos, tanto en las relacio­
nes de pareja como en el propio proceso de GUERAU DE LIOST Véase BOFILL I MATES,
aprendizaje al que está sometido el ser humano. Jaume.
Uno de sus temas predilectos es el de la «educa­
ción sentimental» que implica el alejamiento de GUERRA DA CAL, Ernesto -> Véase DA CAL,
la infancia, al que, utilizando del monólogo inte­ Ernesto Guerra.
rior y de cualesquiera elementos que transgredan
la lógica de la trama, consigue aproxim arse en GUERRA GARRIDO, Raúl (Madrid, 1935)
un constante ejercicio sim bólico e intelectual Novelista. Su nombre verdadero es Raúl Fernán­
donde el pasado se constituye como el motor de dez Garrido. Farmacéutico y, durante muchos
la escritura. Todo ello, no obstante, se integra en años, trabajador del CSIC, ha sido presidente de
una crítica genérica y nihilista a las circunstan­ la Asociación Colegial de Escritores de España y
cias políticas del franquismo, origen de toda es­ reside en Guipúzcoa, lo que ha condicionado so­
cisión individual en el intento desesperado por bremanera su visión política de la realidad vasca
conseguir la armonía. Influido por Bécquer*, y española en general, asuntos ambos que han
Faulkner, James Joyce o Henry James, su pro­ formado parte de su literatura. En su obra, en­
ducción se inició con el poemario Espectros, la frenta, más allá del realismo* social, el materia­
casa antigua (1967), al que siguieron sus prime­ lismo de la sociedad contemporánea a la ética
ras indagaciones novelescas en El mercurio humanista en decadencia, abordando cuestiones
(1968), finalista del Premio Biblioteca Breve, y narrativas que, en definitiva, le sirven para refle­
Antifaz (1970), ambas todavía demasiado experi­ xionar a menudo sobre la fragilidad del ser con
m entales. Con El pasajero de ultram ar (1976) un tono existencial. El ejercicio de la memoria,
inicia ya, con mayores pretensiones de coheren­ abordado con el desencanto de un hondo escepti­
cia, el camino de indagación en los sentimientos cismo, le lleva a ahondar en el pasado en obras
que van surgiendo paralelamente al aprendizaje, que tienen algo de sólida tristeza, así como en la
tema que se desarrolla y adquiere nuevas varian­ realidad política española con una visión com ­
tes críticas y reflexivas en: La noche en casa prometida, desencantada y algo escéptica. Desta­
(1977), El río de la luna (1981), Premio de la can sus novelas: Cacereño (1969), Ni héroe ni
Crítica y considerada su mejor obra, El esperado nada (1969), El pornógrafo (1972), ¡Ay! (1972),
(1984), La mirada (1987), profunda indagación Hipótesis (1974), Lectura insólita de El Capital
en el absurdo del crimen desde la mirada del pro­ (1977; reed., 2001), galardonada con el Premio
pio criminal, La tierra prometida (1991), Premio Nadal y una de las novelas más crudas sobre el
P laza & Janés, El sentim iento (1995; reed., terrorismo de ETA, Pluma de pavo real, tambor
2003), Un peso en el mundo (1999), larga con­ de piel de perro (1977), Copenhague no existe
versación entre m aestro y discípula que supone (1979), La costumbre de morir (1980), Escrito
todo un repaso reflexivo a cuestiones como la en un dólar (1982), El año del wolfram (1984),
realidad, el bien, el mal, etc., así como un radical La mar es mala mujer (1987), Dulce objeto de
ejercicio de estilo al reducir todos los elementos amor (1990), La carta (1990), Viaje a una pro­
de la novela a uno: el diálogo, y No acosen al vincia interior (1991), Tantos inocentes (1996) y
asesino (2001), que constituye una honda inda­ El otoño siempre hiere (2000), a las que hay que
gación narrativa, usando de la excusa del género añadir el libro de relatos M icrófono oculto
policiaco, sobre el porqué y el cómo de un homi­ (1981) y el de viajes Castilla en canal (1999).
cidio, además de una novela de corte juvenil titu­ Además del ya mencionado Nadal, ha recibido
GUERRERO 400

premios como el Ciudad de Oviedo, el del A te­ y El libro mudo (1999) o los ensayos El teatro
neo de Santander, el Ciudad de Nueva York, el de Federico García Lorca (1948), Imagen de
Ciudad de San Sebastián de cuentos o el León M iguel H ernández (1951), La imagen activa y
Felipe de periodismo. el expresionismo (1955) e Historia del teatro es­
pañol contemporáneo (1962-1967; 4 vols.), por
GUERRERO, Manuel Vicente (siglo xvm) el que recibió el Premio Nacional de Teatro. En­
Dramaturgo y actor. Autor de obras breves y co­ tre otros muchos galardones recibidos, destacan
medias, así como de una Respuesta (1743) a los el Premio Ondas al m ejor director nacional de
ataques contra los actores del padre Gaspar Díaz teatro en 1962 y la Medalla de Oro del Festival
y de la tercera parte de El anillo de Giges. de Milán por la película El gran teatro del
mundo (1969).
GUERRERO LÓPEZ, José Francisco (Torre del
Mar, Málaga, 1958) GUEVARA (Medina del Campo, Valladolid, si­
Narrador. Profesor en la Universidad de Málaga, glo XV)
es autor de la novela Ojalá nos despierte la llu­ Poeta. Difícil de identificar entre otros autores,
via (2000), obra de suspense en la que la intriga debido a los muchos homónimos, en su obra poé­
de amores se hilvana con altas dosis de humor. tica, situada entre 1460 y 1490, parece ofrecer
datos biográficos suficientes al menos para ca­
GUERRERO RUIZ, Juan (Murcia, 1893-Madrid, racterizarlo. M antuvo polémicas y correspon­
1955) dencia con algunos autores, entre ellos Gómez
Crítico y editor. Estudió Derecho en Granada y M anrique* y Jorge Manrique*. De sus cuarenta
se doctoró en M adrid. Secretario de la revista y una composiciones poéticas, recogidas sobre
índice, fundada por Juan Ramón Jiménez*, con todo en el Cancionero general de 1511 y 1514,
quien mantuvo intensa am istad, dirigió, en en las que se aprecia una nueva concepción eró­
1922, el suplemento literario del diario m ur­ tica del amor, destaca el poema alegórico Sepul­
ciano La Verdad, fundó Verso y Prosa, con tura de Amor.
Jorge Guillén* en M urcia en 1927, y, con José
Luis Cano*, la Editorial Hispánica en 1940, ori­ GUEVARA, fray Antonio de (Treceño, Canta­
gen de la colección «Adonais» de poesía. bria?, 1481?-Mondoñedo, Lugo, 1545)
Amigo, asimismo, de poetas como Dámaso Tratadista. Segundón de una fam ilia noble de
Alonso*, Altolaguirre*, Salinas*, Guillén*, Al­ origen bastardo, estuvo desde niño en la corte de
berti*, Cernuda* o G arcía Lorca*, quien lo los Reyes Católicos y trabajó como paje del prín­
llamó el «cónsul general de la Poesía E spa­ cipe don Juan. Se formó en el convento de San
ñola», postumamente apareció su importante li­ Francisco de Valladolid y, tras permanecer en di­
bro de recuerdos y conversaciones Juan Ramón ferentes conventos, Carlos I le nombró, en 1521,
de viva voz (1961; reed., 1998). predicador de la corte y, en 1626, cronista, acti­
vidad que desarrolló hasta 1537. Parece ser que
GUERRERO ZAMORA, Juan (Melilla, 1927) escribió algunos discursos para el Emperador,
Novelista, poeta, dramaturgo y ensayista. Licen­ aunque no deja de ser solo una hipótesis, defen­
ciado en Filosofía y Letras por la Universidad dida fundamentalmente por Menéndez Pidal*; lo
de Madrid, fundó varios teatros universitarios y, que sí se sabe es que colaboró con él en diferen­
en 1954, el del Ateneo de Madrid. Miembro de tes campañas y que lo acompañó a Túnez e Ita­
la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico, lia. Obispo de Guadix y de Mondoñedo, e inqui­
adaptador de numerosas obras teatrales y direc­ sidor en Valencia, su obra alcanzó gran difusión.
tor escénico de otras, ha sido guionista, director Se ha señalado, por los estudiosos de su obra y
y realizador de Televisión Española, vicepresi­ personalidad, el contraste entre su vida y su acti­
dente de la Association Internationale de la Cri­ vidad como predicador, así como el contenido
tique Dramatique y miembro del Consejo Supe­ medieval de su obra, en la que se aprecia, unida
rior de Teatro y del Centro Español de Teatro de a su amplia cultura clásica, una falsa erudición
la UNESCO. En su obra destaca el profundo co­ fundada en invenciones que empleaba para apa­
nocimiento histórico de las situaciones que pre­ rentar conocimientos que no poseía. Así, se en­
senta, así como la erudición refinada y el estilo cuentran en sus páginas, siempre ampulosas y en
claro, cuidado, de gran belleza y soberbia poten­ estilo tautológico, auténticos disparates topográ­
cia verbal. Deben recordarse, en su producción, ficos, epigráficos, paleográficos y de toda índole,
los poemarios Alm a desnuda (1948) y Danza que ya fueron denunciados por contemporáneos
macabra, danza m ilagrosa (1951), el libro de como Melchor Cano*, denuncias a las que Gue­
relatos Un poco de ceniza (1952), novelas como vara solía responder escudándose en que todo
Estiércol (1953), Enterrar a los muertos (1957) cuanto decía procedía de las letras divinas. Logró,
401 GUILLEN

no obstante, gran prestigio en la Europa del xvi completas con un primer volumen dedicado a los
con obras en las que difundía la bondad natural ya mencionados Libro áureo de Marco Aurelio.
del hombre como idea esencial. Década de Césares.
Escribió Relox de príncipes o Libro áureo del
emperador Marco Aurelio (Valladolid, 1529), GUEVARA, José (Puebla de Guzmán, Huelva,
compuesto de dos obras, la prim era de las cua­ 1928)
les, un doctrinal de educación en tres libros en Dramaturgo.y pintor. Exiliado en Francia, ha es­
torno a la figura de M arco Aurelio, fue escrita crito su obra tanto en francés como en español,
entre 1518 y 1524 y a la que incorporó después al igual que Martín Elizondo* y Fernando Arra­
el Libro áureo que ya se había publicado en edi­ bal*. Próximo al teatro del absurdo de Ionesco,
ciones clandestinas, y sin su permiso, en Sevilla, abandona las técnicas formales del realismo, si
Lisboa y Zaragoza. En este texto — la edición bien mantiene sus preocupaciones críticas. En
conjunta de 1529— traza, intercalando algunas una tendencia imderground es uno de los repre­
cartas filosóficas y eróticas del emperador ro­ sentantes del nuevo teatro español. Destacan
mano, una vida ejem plar del personaje, inven­ obras como Después de la escalada (1964) y Les
tada en su m ayoría y basada en datos ficticios, téléphones (1966).
que termina por convertirse en una obra didác­
tica destinada a la form ación de príncipes. Las GUEVARA, Luis de (Segura, G uipúzcoa, ¿ s i­
fuentes de los dos textos son diversas, aunque glo XVII?)
destacan los datos tomados, en el Relox, de Plu­ Novelista. Apenas nada se sabe de él, salvo el lu­
tarco o Diógenes Laercio, entre otros autores. gar de nacimiento. Es autor de Intercadencias de
Asimismo, es autor de dos obritas menores: Vida la calentura de Amor, aprobado para su publica­
de diez emperadores (1539), una historia moral ción en 1683, libro que narra las aventuras y des­
de los emperadores que ofrece datos de las cos­ venturas amatorias de variados personajes, tales
tumbres romanas y que cambió su título por el de como príncipes, ladrones, hechiceras, putas, sol­
Década de Césares, y Aviso de privados y doc­ dados y bandidos.
trina de cortesanos (Valladolid, 1539), conocida
también como Despertador de cortesanos, inspi­ GUEVARA, fray Miguel de (?, 1585?-?, 1640)
rada en Castiglione y dividida en dos partes de Agustino de origen incierto, es uno de los auto­
diez capítulos cada una, donde compone un texto res, junto a santa Teresa de Jesús*, san Juan de la
sembrado de anécdotas biográficas, aventuras de Cruz*, fray Luis de León* o Lope de Vega*, en­
pajes y cortesanos pobres dirigido a quienes de­ tre otros, de los que se ha sospechado su autoría
seen conservar el favor de la corte o la aristocra­ del célebre «Soneto a Cristo Crucificado», que,
cia, todo ello en la línea del realismo picaresco. en el caso de Guevara, aparecía en su obra ma­
Publicó tam bién M enosprecio de corte y ala­ nuscrita Arte para aprender la lengua matlalt-
banza de aldea (Valladolid, 1539), tratado dedi­ zinga, fechado en 1638. Este es el motivo por el
cado a Juan III, rey de Portugal, en el que, en la cual debe aparecer aquí consignado.
tradición del estoicism o y del beatus Ule hora-
ciano, defiende la vida retirada frente a las co­ GUICHOT Y PARADOY, Joaquín (Madrid, 1820-
rrupciones y urgencias de la vida urbana y que 1906)
gozó de numerosas traducciones a otros idiomas, N ovelista y dramaturgo. Formado en Burdeos
al que se suman Arte de marear (1539), tratado (Francia), ejerció el periodismo en Madrid y Se­
erudito y de gran amenidad sobre las artes de na­ villa, colaborando en diferentes publicaciones.
vegación en el que se ofrecen consejos prácticos Como literato, cultivó la novela histórica y, para
para mejor surcar los mares, las Epístolas fa m i­ la escena, el drama y la comedia. Destacan sus
liares (Valladolid, 1539 y 1542), conjunto de novelas El adalid almogávar (1864), Aurora
ciento doce cartas dirigidas a diversos personajes (1866), La lucha de pasiones (1867) y Los crí­
a los que, en la tradición medieval de la epístola menes misteriosos (1872), y las obras teatrales
retórica como ejercicio literario, quizá jam ás Sin título (1854), El anillo (1876) y Maldita p o ­
fueron enviadas, Oratorio de religiosos y ejerci­ lítica (1876). Fue autor, asimismo, de la zarzuela
cio de virtuosos (Valladolid, 1542), obra de ca­ Dos golosos a una breva (1853).
rácter puram ente religioso destinado a forjar al
buen monje, y, en la misma línea, Monte Calva­ GUILLEM DE BERGUEDÁ -» Véase BERGUEDÁ,
rio (Salamanca, 1545), obra bíblica en la que Guillem de.
trata vidas de la historia antigua y vidas de san­
tos, y a la que, en edición postuma de 1549, se GUILLÉN, Claudio (París, Francia, 1924)
añade un largo comentario a la pasión de Cristo. Ensayista. Hijo del poeta Jorge Guillén*, se doc­
En 1994 se inició la publicación de sus Obras toró en Literatura Comparada en la Universidad
GUILLÉN 402

de Harvard en 1953. Se trata de uno de los gran­ de rima asonante. Esquemático tanto en el len­
des intelectuales españoles del siglo pasado y guaje como en el uso de las imágenes, opta por
quizá el mayor especialista en literatura compa­ la combinación esencial entre sustantivo y adje­
rada de nuestras letras. Catedrático de dicha ma­ tivo, a fin de lograr una metaforización connota-
teria en las universidades de San Diego, Califor­ tiva de los objetos cotidianos en donde la reali­
nia, Princeton y Harvard, de la que es profesor dad sea nombrada y no sugerida. Esto no implica
emérito, así como de la Autónoma de Barcelona que, a veces, se deje llevar por un cierto barro­
y de la Pompeu Fabra, abandonó España en 1939 quismo. No obstante, busca la pureza como sinó­
y no regresaría hasta 1982, año en que füe nom­ nimo de simplicidad, una pureza que dé cuenta
brado catedrático extraordinario de la m encio­ de la cosa en sí, y donde la poesía se limita a en­
nada Universidad Autónoma de Barcelona. Fue, contrarla y ofrecerla mostrando su belleza. Así,
asimismo, director de colecciones como «Clási­ cada cosa es nombrada, con exactitud y preci­
cos Alfaguara», «Escritores de América» y «La sión, en su utilidad más trivial, convirtiendo por
Biblioteca de Literatura Universal» de Espasa- tanto la metáfora en un ejercicio renovado que
Calpe. En 2002 fue elegido miembro de la Real depende de la realidad del objeto, y no en un re­
Real Academia Española. Como autor, con un ferente que, desde fuera de la realidad, nos lleve
estilo ajeno a la pedantería y en el cual la litera­ a ella. Se trata, pues, de un camino inverso en
tura es siempre entendida como fuente de belleza donde la sugerencia depende sustancialmente del
y pensamiento, no como materia de estudio, ha objeto elegido y no de un juego verbal en el que
publicado ediciones y estudios que han marcado este deba ser rastreado en la metáfora. Por todo
un hito en la crítica literaria española. Hay que ello, Guillén huye de la concepción del lenguaje
destacar, entre sus muchos ensayos, algunos de poético como un a priori y, aun siendo un abso­
ellos en inglés: Entre lo uno y lo diverso: intro­ luto, solo cobra sentido por su relación con la
ducción a la literatura comparada (1985), El realidad. Las cosas son cantadas desde su mundo
prim er Siglo de Oro: estudios sobre géneros y estético, lo que, no obstante, dificulta bastante la
modelos (1988), Teoría de la historia literaria lectura de sus poemas, dado que obliga al lector
(1989), La expresión total: notas sobre literatura a una emotividad paralela a la del poeta que le
y obscenidad (1993), El sol de los desterrados permita identificar la realidad nombrada. Guillén
(1995), Europa, ciencia e inconsciencia (1997), pretende cantar la creación, la armonía del uni­
Múltiples moradas. Ensayo de literatura compa­ verso, y de la propia existencia individual en él,
rada (1998), reunión de ensayos de naturaleza con una poesía rebosante de optimismo y de afir­
diversa por la que recibió el Premio Nacional de mación vital, ensombrecida, no obstante, por un
Ensayo en 1999, y Entre el saber y el conocer: reconocimiento de la existencia de lo negativo, a
moradas del estudio literario (2001). partir de 1945, que determina un tono más m e­
lancólico. Otra característica de sus versos, ade­
GUILLÉN, Jorge (Valladolid, 1893-M álaga, más de su visión positiva del mundo y del amor
1984) entendido como un eje espiritual, es la voluntad
Poeta y crítico literario. Considerado uno de los de orden y simetría, algo que se aprecia tanto en
puntales de la Generación del 27* y uno de el propio léxico cuanto en la concepción misma
los autores fundamentales del siglo xx, estudió de la publicación de sus obras e, incluso, en la
Filosofía y Letras en Madrid y Granada, se doc­ geometría formal de su diseño.
toró en 1924, fue lector en La Sorbona de París, Su obra, concebida desde el principio como uni­
donde sustituyó a Pedro Salinas*, catedrático en dad orgánica rigurosa, acusa las influencias de
las universidades de Murcia, Oxford y Sevilla, y, Juan Ramón Jiménez*, Mallarmé y Valéry. Toda
tras su exilio en 1936, ejerció la docencia en uni­ su producción responde al título general de Aire
versidades norteamericanas hasta 1971, fecha en nuestro (1968), obra com pleta que abarca tres
que se traslada a Italia hasta su regreso definitivo ciclos. El primero es el de Cántico, libro, divi­
a España tras la muerte de Franco. Colaborador dido en cinco partes, cuya escritura comenzó en
de revistas como Litoral, Poesía, Carmen, R e­ 1918 y que, tras su edición en 1928, que conte­
vista de Occidente o índice, entre otras, en 1927 nía setenta y cinco poemas, fue ampliado en
fundó, con Guerrero Ruiz*, la revista Verso y 1936 con cincuenta poemas más, en 1945 — fe­
Prosa. cha en que le añadió el subtítulo de Fe de vida,
Fiel a la métrica clásica del romance, la décima o con el que da cuenta de esa negatividad de la que
el soneto, y aunque las manipula en versos de hablábamos, y que ya estará presente en el resto
nueve sílabas, en cuartetas asonantes de seis sila­ de su obra— , ampliación que cuenta con dos­
bas y en pareados octosílabos consonantes o en cientos setenta poemas, y en 1950, edición que
endecasílabos asonantes, se decanta por los ver­ recoge un total de trescientos treinta y cuatro. El
sos de siete sílabas en estrofas de cuatro versos segundo ciclo es el de Clamor, que, con el subtí­
403 GUILLÉN DE SEGOVIA

tulo de Tiempo de historia, está formado por tres Barcelona, Límites (1971), Gesto segundo
volúmenes: Maremágnum (1957), ... Que van a (1972), Premio Boscán, Moheda (1979), M is
dar en la mar (1960) y A la altura de las circuns­ amados odres viejos (1987), Los estados trans­
tancias (1963), y en el que pesa ya una nueva parentes (1993), por el que recibió el Premio Na­
densidad poética alejada de la concisión de Cán­ cional de Poesía y que revisó y amplió en una
tico. El último ciclo es el de Homenaje (1967), nueva edición de 1998, y Las edades del frío
subtitulado Reunión de vidas, donde se ocupa de (2002), que sería la última entrega de la que él
figuras de la historia relacionadas con el poeta a m ismo ha considerado una trilogía compuesta
través de la cultura, la poesía o la amistad. Más por este y los mencionados Límites y Los esta­
tarde, ya mayor, publica Y otros poemas (1973) y dos transparentes, trilogía centrada en una refle­
Final (1982). Cántico sería el poemario jubiloso, xión metafísica, honda y madurada con el
entusiasta y lum inoso ante la vida; Clamor, en tiempo, sobre la propia existencia. A todo ello
cambio, rompe la dialéctica de aquel e introduce hay que sumar la antología Los alrededores del
en la alegría general sombrías protestas por el tiempo (1988) y la pieza teatral En el silencio
dolor y la opresión del hombre, sin llegar a una del padre.
renuncia de su fe en la vida. Debe recordarse,
asimismo, su producción en prosa, fundamental­ GUILLÉN SALAYA, Francisco (Segovia, 1899-
mente crítica y epistolar, además de conferencias Madrid, 1965)
o artículos, en la que, además de la correspon­ Narrador y dramaturgo. Activo miembro de las
dencia con Pedro Salinas, editada en 1992, des­ JONS, deben mencionarse, además de su trabajo
tacan títulos como Lenguaje y poesía. Algunos como crítico del suplemento literario de El Im-
casos españoles (1962; reed., 1969), publicado parcial, el libro de cuentos Cartones de Castilla
antes, en 1961, en inglés, El argumento de la (1930), la novela El diálogo de las pistolas
obra (1961), en el que analiza su propia escri­ (1931), la obra teatral La mujer de cera (1935) y
tura, Hacia «Cántico». Escritos de los años el volumen de memorias Los que nacimos con el
veinte (1980), que reúne los artículos publicados siglo (1953). Fue autor, asimismo, del ensayo
en esa década en la prensa vallisoletana, y El Parábola de la nueva literatura (1931).
hombre y la obra (1990), que fue su proyecto de
tesis de licenciatura en La Sorbona. En 1999 se GUILLÉN DE SEGOVIA, Pedro (Sevilla, h. 1413-
editaron en el volumen Obra en prosa la totali­ Segovia, h. 1480)
dad de sus textos críticos dispersos. Además de Poeta. Conocido como Pero Guillén y, a veces,
numerosos reconocimientos internacionales, en como Guillén de Sevilla, su apellido más célebre
1976 recibió el Premio Cervantes. se debe a que pasó toda su vida en Segovia. Es­
tuvo al servicio del arzobispo de Toledo, Pedro
GUILLÉN, Rafael (Granada, 1933) Carrillo, quien lo protegió después de haber ser­
Poeta. Estudió Comercio, trabajó como emplea­ vido a don Alvaro de Luna, tras cuya muerte
do de banca, ha sido conferenciante, colaborador Guillén se vio obligado a trabajar como copista
del grupo «Versos al aire libre» y de revistas para salir de la miseria. Como poeta, aunque re­
como ínsula, índice y Cuadernos H ispanoame­ sulta confuso, en sus versos ofrece numerosos
ricanos, y fundador y director de la colección datos de la vida social y literaria de su tiempo.
editorial «Veleta al Sur». Con una obra al m ar­ Escribió poemas de tema histórico, moral y satí­
gen de las modas y preocupada, desde una pers­ rico, algunos de los cuales se suman a los que
pectiva existencial y trascendente, tanto de los dieron lugar a polémicas literarias como las que
problemas sociales — sin ser poeta social ni per­ mantuvo con Lope de Stúñiga* y Gómez Manri­
tenecer, salvo por edad, a la Generación del que*. Destacan, en su obra, poemas como el
50*— como del amor, se ha confirm ado como largo Obra demandando consejo a un su amigo
uno de los grandes poetas de los últimos años. sobre su vida, la continuación de Canta tú cris­
Practica tanto las métricas y ritmos clásicos, pre­ tiana musa, escrito inicialmente por Juan de
ferentemente el soneto, cuanto el verso libre en Mena* y que continuó Gómez Manrique, un De­
una indagación constante sobre el tiempo y la cir sobre el amor, a imitación de Dante, Querella
existencia. Sus versos, de sintaxis lenta y tra­ de la gobernación y otros poemas políticos, Dis­
bada, crean atm ósferas obsesivas y misteriosas. cursos de los doce estados del mundo, una dura
De su numerosa obra, destacan poemarios como: crítica satírica, en treinta y seis coplas, contra
Antes de la esperanza (1956), Río de Dios prelados y mercaderes, inspirada en las «danzas
(1957), Pronuncio amor (1960), Canto a la es­ de la muerte» medievales, Los siete salmos peni­
posa (1963), Gesto (1964), Hombre en paz tenciales trovados, el único ensayo de poesía bí­
(1966), Tercer gesto (1967), Premio Leopoldo blica de la Edad Media española, en palabras de
Panero, Los vientos (1970), Premio Ciudad de M enéndez Pelayo*, y que, censurado por la ln-
GUILLÉN DE SEVILLA 404

quisición, fue excluido del Cancionero general, morta (1892), M aña Rosa (1894), Les m onges
y algunos poemas incluidos en el Cancionero de de Sant Aymant (1895), La festa del blat (1896),
Pero Guillén de Segovia. Fue autor, asimismo, Terra baixa (1897), su obra más im portante,
de una de las poéticas españolas del siglo xv, co­ M ossén Janot (1898) y La filia del mar (1900),
nocida como Gaya ciencia, pero titulada La gaya aquellos en los que practica las nuevas tenden­
de Segovia o Silva copiosísima de consonantes cias finiseculares, tales como Arran de térra
para alivio de trovadores, una suerte de diccio­ (1901), A igua que corre (1902), L ’aranya
nario de rimas que, aunque se encuentra manus­ (1906), La santa espina (1907) o La reina jove
crita en la Biblioteca Nacional de Madrid, se (1911), y, por fin, los que retornan a las preocu­
editó por primera vez en Helsinki en 1907. paciones juveniles: Indíbil i M andoni (1917) y
Joan Dalla (1921), entre otros. Dos antologías
GUILLÉN DE SEVILLA -> Véase GUILLÉN DE SE- postumas deben sumarse a este breve catálogo de
G O VIA, Pedro. obras: Obres selectes (1948) y, sobre todo, Tea­
tro selecte (1949-1955; 2 vols.).
GUIMERÁ, Ángel (Santa Cruz de Tenerife,
1849-Barcelona, 1924) GUINDA, Ángel (Zaragoza, 1948)
Poeta y dramaturgo en lengua catalana. Es uno Poeta. Colaborador en diferentes diarios y suple­
de los autores fundamentales de la Renaixen9a*. m entos literarios, se trata de un autor conside­
Trasladado de niño a Cataluña, sería en 1872 rado periférico de la Generación del 68 o de los
cuando fijaría residencia definitivamente en Bar­ novísimos*. Compañero de fatigas de Leopoldo
celona. Su fama llegó cuando, en 1877, tras ga­ María Panero*, ha seguido la corriente de colo-
nar los tres premios de poesía de los «Jocs Flo­ quialismo cotidiano iniciada por la así llamada
ráis», es nombrado M aestre de Gay Saber. En poesía de la experiencia* y ha reivindicado,
1895, fue elegido presidente del Ateneo barcelo­ desde el manifiesto «Poesía útil», una poesía que
nés. Su dedicación inicial es poética, con versos sirva al ser humano, moralmente para vivir, esté­
de carácter histórico y melodramático en los que ticamente para gozar y culturalmente para ensan­
combina el costumbrismo y las imitaciones de la char y afianzar su saber. En sus versos, de un ex­
poesía popular. Más tarde, se dedica al teatro, gé­ tremado realismo* existencial, ahonda en la
nero en el que, en una primera etapa, escribe tra­ claudicación individual y, por tanto, en la memo­
gedias en verso de inspiración romántica y tema ria desesperanzada. En ellos se aprecia esa idea
histórico influidas por Shakespeare, Schiller y suya de la poesía que aúna un carácter estético y
Victor Hugo. Paulatinamente, evoluciona hacia una profunda raigambre ética, meditativa, en la
un teatro en prosa en el que, al margen ya de las que juega un papel esencial la reflexión metapo-
tendencias románticas, opta por un realismo so­ ética. Destacan sus poemarios La pasión o la
cial que dé cuenta de la sociedad catalana en que duda (1972), Las imploxiones (1973), Cantos en
vive. Con las obras escritas en esta época, a par­ el exilio (1973), Acechante silencio (1973), La
tir de 1890, será con las que alcance la celebri­ senda (1974), Ataire (1975), Entre el amor y el
dad definitiva, además de conseguir su teatro odio (1977), Vida ávida (1980), Crepuscielo es­
más perfecto, de personajes y situaciones mejor plendor (1983), El almendro amargo (1989), Lo
caracterizados. La llegada del fin de siglo le lle­ terrible (I: Expedición a las tinieblas) (1990),
vará a un nuevo cambio en sus modos dram áti­ Claustro (Poesía 1970-1990) (1991), Breviario
cos a fin de actualizar estilo y temas, lo que le (1980-1992) (1992), Después de todo (1994),
hace introducir en su teatro elementos modernis­ Conocimiento del medio (1996), Huellas (1998)
tas que previam ente había criticado. Pero, de y La llegada del mal tiempo (1998), así como la
nuevo, en sus últimos años de vida, regresará a recopilación Biografía de la muerte (2001), en la
los temas históricos que le interesaron en la ju ­ que reunió sus versos escritos entre 1996 y 2000,
ventud, esta vez sazonados por oscuras abstrac­ y el libro de aforismos o variaciones, nunca de
ciones que dificultaban bastante la representa­ más de un verso, sobre el amor Toda la luz del
ción del texto. El grueso de su producción gozó mundo (2003).
de éxito en toda España gracias a las traduccio­
nes llevadas a cabo por Echegaray*. GUIRAO, Olga (Barcelona, 1956)
Su poesía se recoge en los dos volúmenes de Narradora. En sus obras destaca su capacidad
Poesies (1887 y 1920), y, de sus más de cuarenta para controlar el tempo narrativo y para combi­
piezas teatrales, destacan títulos como Gala Pla- nar la reflexión sobre la condición emocional de
cídia (1879), Judith de Welp (1833), El fill del rei los individuos con un lenguaje que exalta la be­
(1886), M ar i cell (1888) y Rei i monjo (1890), lleza. Destacan sus novelas M i querido Sebas­
todos ellos de su etapa inicial; los más conocidos tián (1992), Adversarios admirables (1996) y
de su giro realista: La boja (1890), L ’ánima Carta con diez años de retraso (2002).
405 GURMÉNDEZ

GULLÓN, Germán (Santander, 1945) la Real Academia Española. Crítico y ensayista


Narrador. Catedrático de Literatura Española en ponderado y de sólida cultura, es autor de una
la Universidad de Amsterdam, antes había sido obra variada en la que destacan su buen hacer li­
catedrático de Literatura Española y Teoría Lite­ terario y su rigor, lo que da a los textos ameni­
raria en las de Pennsylvania y C alifornia. Se dad e interés. Además de dos relatos, Fin de se­
trata de un autor en cuyos cuentos y novelas se mana (1934) y El destello (1948), y de la
ocupa, sobre todo, de los problemas cotidianos parodia sobre una obra de Blasco Ibáñez*, titu­
del individuo, de la soledad en medio de la rea­ lada Los cuatro file te s del Apocalipsis (1929),
lidad y el ensueño, ello con una mirada irónica a en colaboración con Luis Alonso Luengo*, des­
la hora de analizar la sociedad contemporánea, tacan obras de carácter ensayístico como: Nove­
que es cualquier cosa menos costumbrista. Des­ listas ingleses contemporáneos (1945), Cisne
taca, asim ismo, como creador de personajes, a sin lago (1951), Galdós, novelista moderno
m enudo víctimas de una esquizofrenia provo­ (1957), Conversaciones con Juan Ramón Jimé­
cada por esa situación en medio de dos vertien­ nez (1958), Direcciones del Modernismo (1963),
tes, lo que ofrece el mundo y lo que dictan los Autobiografías de Unamuno (1964), Pitago­
propios anhelos. En cuanto al mundo que pre­ rismo y modernismo (1967), El último Juan Ra­
sentan sus relatos, cabe decir que en ellos hay món Jiménez (1968), Una poética para Antonio
una burla de asuntos como el culto al cuerpo, el Machado (1970), Técnicas de Galdós (1970),
lujo superfluo, el sexo, las drogas, la prohibición Psicologías del autor y lógicas del personaje
del tabaco..., asuntos que están imbricados en la (1979), Espacio y novela (1980), La novela lí­
realidad hasta el extremo no solo de que el esce­ rica (1984), La juventud de Leopoldo Panero
nario pueda ser M adrid, sino de que está pre­ (1985) y Espacios poéticos de Antonio Machado
sente el cine de Almodóvar, los nombres de los (1987), a las que hay que sumar su supervisión
periódicos, personajes de la realidad y, en fin, del Diccionario de literatura española e hispa­
todo ello distorsionado por la mirada bufa de un noamericana (1993; 2 vols.). Entre otros galar­
autor que se aleja de cualquier tradición pesi­ dones recibidos, destaca la concesión, en 1989,
mista para ejercer su crítica. Respecto a los rela­ del Premio Príncipe de Asturias.
tos, hay que señalar que él mismo ha establecido
una diferencia entre el cuento y lo que llama GUNDISALVUS, Dominicus -»Véase ESCUELA
«cuentela», que serían historias inventadas con DE TRADUCTORES DE TOLEDO.
tela de cuento, que están sacadas de la realidad
y que pueden leerse como «ejemplos», pues es­ GURMÉNDEZ, Carlos (Montevideo, 1916-Ma-
tán seguidos de una m oraleja o simple explica­ drid, 1997)
ción, mientras que el cuento es invención abso­ Ensayista y filósofo. De origen uruguayo, se
luta, una interiorización de la mentira. Gullón trasladó a Madrid con ocho años y siempre se
usa ambos registros, y en ambos ha conseguido consideró madrileño, aunque la nacionalidad es­
el favor de la crítica. Destacan, además de dife­ pañola solo le sería concedida tras la muerte de
rentes estudios sobre literatura, los libros de re­ Franco. Estudió Derecho y Filosofía y Letras en
latos Adiós, H elena de Troya (1997) y Azulete la Universidad Complutense y completó sus es­
(2000), a los que hay que añadir, entre otras, la tudios de Filosofía en Berlín. Afiliado en la uni­
novela Querida hija (1999). versidad a una organización estudiantil de iz­
quierda, liderada por el historiador Manuel
GULLÓN, Ricardo (Astorga, León, 1908-Ma- Tuñón de Lara, como consecuencia de su activi­
drid, 1991) dad política no le fue permitido examinarse de
Ensayista y crítico. Abogado y fiscal, participó Derecho en Madrid una vez terminada la Guerra
en la fundación de diversas revistas locales en Civil, aunque con ciertas ayudas pudo terminar
su ciudad natal y de otras, de mayor relieve, ya la carrera. Exiliado en Francia a partir de 1951,
en Madrid, tales como Brújula (1932) y Litera­ en París fue traductor de la UNESCO y conoció
tura (1934), con Ildefonso M anuel Gil*, entre a algunos de los más importantes intelectuales de
otras. Colaboró en numerosas publicaciones eu­ la época, como Jean-Paul Sartre y Simone de
ropeas y americanas, entre ellas Revista de Oc­ Beauvoir. Amigo también de José Bergamín*,
cidente, Sur, ínsula, Cuadernos H ispanoam eri­ gracias a él se trasladó a Uruguay, donde dirigió
canos o Papeles de Son Armadans, prologó C uadernos, la edición española de La Licorne,
importantes obras y realizó ediciones de celebri­ revista bilingüe en la que había trabajado en
dades literarias de nuestra historia, y fue profe­ Francia. Su regreso a España, años después,
sor en las universidades de Puerto Rico, Middle- como diplomático uruguayo, fue breve, ya que la
bury y Texas, así como profesor visitante en dictadura en Uruguay lo expulsó de su cargo, de
otras muchas. En 1990 fue elegido miembro de modo que se volvió a instalar en la Península en
GUTIÉRREZ 406

1973, donde fue asesor literario de la Editorial GUTIÉRREZ, José (N igüelas, G ranada, 1955)
Santillana y uno de los miembros fundadores del Poeta. Ha trabajado en el Secretariado de Publi­
diario El País, en el que sería una de sus más caciones de la Universidad de Granada, codiri-
intensos colaboradores. Optimista e incisivo, gió colecciones de poesía como «Silene» y
abordó materias variadas, desde la dialéctica «Ánade», colabora en publicaciones como
vida-muerte, el surrealismo* y el romanticismo* ínsula, Hora de Poesía o El País, entre otras, y
hasta la memoria y la nostalgia, la melancolía, la es director de la revista de cultura de la Universi­
razón amorosa y el sentido de las pasiones, siem­ dad de Granada El Fingidor. Preciosista e in­
pre con estilo culto y erudito, pero jam ás pe­ fluido por la estética de los novísimos*, repleta
dante, y atento a los problemas sociales, a la alie­ de referencias clasicistas, son sus poemarios:
nación y profundamente crítico con la sociedad Ofrenda en la memoria (1976), Espejo y labe­
capitalista. Considerado el filósofo de los senti­ rinto (1978), El cerco de la luz (1978), La arma­
mientos y de la pasión, su análisis de ambas pul­ dura de sal (1980), El don de la derrota (1981) y
siones lo llevó a cabo desde una metodología De la renuncia (1989), a los que hay que añadir
marxista, si bien con una componente psicoana- Poemas 1976-1996 (1997). Es autor, asimismo,
lítica que enriqueció, humanizándolas, todas sus de los ensayos Manual de nostalgias. Invitación
reflexiones. Fue uno de los máximos exponentes a la poesía de Elena Martín Vivaldi (1982) e In­
del periodismo filosófico, entendiendo el ar­ troducción a la pintura de José Hernández
tículo periodístico como un género más de la fi­ Quero (1985).
losofía, a la que dotó de un lenguaje accesible sin
quitarle ni profundidad ni precisión. Entre sus GUTIÉRREZ, Juan -> Véase RUFO, Juan.
obras destacan: Teoría del humanismo (1954),
Ser para no ser (1963), El secreto de la aliena­ GUTIÉRREZ, Luis (Sevilla, 1771?-1809)
ción (1967), El tiempo y la dialéctica (1971), Novelista. Fraile trinitario, se le conoce por ha­
Teoría de los sentimientos (1981), Estudios so­ berse levantado contra la intolerancia — en res­
bre el amor (1985), Tratado de las pasiones puesta al Evangelio en triunfo, o historia de un
(1985), El secreto de la alienación y de la desa­ filósofo desengañado (1798), del peruano Pablo
lienación humana (1989), Crítica de la pasión de Olavide y Jáuregui— con su novela epistolar
pura I (1989), La melancolía (1990), Crítica de Bororquia o La víctima de la Inquisición (1801),
la pasión pura II (1993) y Ontología de la p a ­ cuyo título se transformó en la segunda edición,
sión (1996), a las que hay que añadir, aparecidas quedando como Cornelia Bororquia (1802).
postumamente, Diez sentimientos claves (1997)
y la recopilación de artículos, escritos entre 1974 GUTIÉRREZ, Menchu (M adrid, 1957)
y 1979 en La Voz de Galicia, titulada La Voz de Narradora y poetisa. Autora que, siempre en la
Carlos Gurméndez (1998), así como los artícu­ frontera de los géneros y reivindicando de ese
los que fuese publicando en El País, reunidos en modo una independencia clara respecto a los au­
Semblanzas en El País (1999). tores de su generación, comenzó mezclando re­
flexión y narración con un lirismo onírico que
GUTIÉRREZ, Fernando (Barcelona, 1911-1984) rozaba lo poético, poniendo una atención ex­
Poeta y crítico. Inició estudios de Ingeniería In­ trema en el perfil psicológico de los personajes,
dustrial que abandonaría para dedicarse al perio­ en sus obsesiones, miedos y debilidades. Paulati­
dismo y a tareas editoriales. Fundó, en 1945, con namente ha ido despojándose del léxico super-
Juan Ramón Masoliver* y Diego Navarro, la re­ fluo y ahondando en la condensación verbal
vista Entregas de Poesía, y ejerció la crítica de para, respetando ciertos cánones propios de la
arte en diversas publicaciones, entre ellas La causalidad de la novela clásica, evitar el anecdo-
Vanguardia. Como poeta, está en la línea estilís­ tario argumental, pero sin abandonar una densi­
tica y temática de Luis Rosales* o Luis Felipe dad poética plena de sugerencias líricas, donde
Vivanco*. Además de diversas antologías, tra­ al lenguaje se le exige el máximo de sus posibili­
ducciones de Proust, Homero o Dante, ediciones dades y en el que la imagen juega con los opues­
de clásicos, como El diablo cojuelo (1943) o las tos y con la semejanza, ahondando en la riqueza
Novelas ejemplares (1945), y la novela La de la metáfora con frases cortas, de sintaxis sen­
muerte supitaña (1960), destacan sus poemarios cilla, con una prosa morosa, que mezcla elemen­
Falso romance de la linda muerte (1942), Pri­ tos del cuento maravilloso, del relato oral y del
mera tristeza (1945), Los ángeles diversos poema alegórico. Por lo que se refiere a su poe­
(1947), Anteo e Isolda (1951), Premio Ciudad de sía, estamos ante versos en los que, más allá de
Barcelona y accésit del Garcilaso, Las puertas la sólita poesía de la experiencia*, se afronta la
del tiempo (1969), Premio Leopoldo Panero, y experiencia humana desde la com binación del
Antología (1945-1974) (1984). lenguaje con la imagen a fin de producir un
407 GUTIÉRREZ SOLÍS

nuevo modo de conocimiento del mundo. Desta­ grande (1902), El conde Perico (1906), La de­
can, además de sus poemarios La mordedura rrota de Mañara (1907), Te Iva (1911) y Clara
blanca (1989), galardonado con el Premio Ri­ Porcia (1925), todas incluidas bajo el título ge­
cardo Molina, y La mano muerta cuenta el di­ nérico de Los de mi tiempo; las novelas cortas y
nero de la vida (1997), sus novelas Basenji cuentos de Andróminas (1901), El placer del pe­
(1994), Viaje de estudios (1995), La tabla de las ligro (1912) y Poderoso caballero... (1923), en­
mareas (1998), La mujer ensimismada (2001) y tre otros títulos. Es autor, además, del drama
Latente (2002). Ha traducido, asimismo, El con­ Carlos Edel (1906) y de unas intensas memorias,
cepto del alm a en la antigua Grecia (2002), de repletas de anécdotas y acontecimientos litera­
Jan N. Bremmer, y se ha ocupado de continuar rios: M is primeros ochenta años (1925), texto
una biografía de san Juan de la Cruz que había que no se completaría hasta el sexto volumen, ti­
iniciado José Ángel Valente*, al que sorprendió tulado El ocaso de un siglo (1934).
la muerte.
GUTIÉRREZ LARREA, Luis -> Véase ANSELM I,
GUTIÉRREZ ABASCAL, Ricardo (Bilbao, 1890- Luigi.
M éxico, 1964)
Crítico de arte. Conocido por el seudónimo de GUTIÉRREZ SOLANA, José (Madrid, 1886-1945)
Juan de la Encina, colaboró en periódicos como Ensayista. Conocido pintor expresionista, here­
El Sol y La Voz, además de en publicaciones es­ dero del Goya de las pinturas negras, adopta una
pecíficas sobre arte. De sus numerosos ensayos visión sombría y esperpéntica (véase ESPER­
sobre pintura y monografías, destacan: Guiará y PENTO) similar, influida por Valle-Inclán*, en
Regoyos (1921), Victorio Macho (1926), Goya: todas sus obras literarias. Tosco en la sintaxis,
su mundo histórico y poético (1939), El Greco logra, no obstante, sórdidas estampas del M a­
(1944) y Velázquez (1945), entre otros. drid y la España del momento, de la que nos
ofrece escenas terribles, como unos padres que
GUTIÉRREZ DE ALBA, José María (Alcalá de en el entierro de su hijo no tienen dinero para
Guadaira, Sevilla, 1822-Sevilla, 1897) llevarlo en un ataúd, un anciano al que tienen
Poeta y dramaturgo. Realizó tareas diplomáticas que ayudar a hacer sus necesidades, fondas en
para la República en Colombia y, como literato, las que conviven curas y comisionistas, retratos
quizá deba ser recordado por la obra teatral de prostitutas, procesiones fantasmales, corridas
Diego Corrientes o el bandido generoso (1850). de toros, mataderos... Su lenguaje, como ha se­
ñalado Juan Bonilla*, resulta, en cambio, expre­
GUTIÉRREZ ALBELO, Emeterio (Icod de los Vinos, sivo y libre hasta extremos que lo llevan a una
Tenerife, 1905-Santa Cruz de Tenerife, 1969) suerte de prosa libertaria, y huye de las reglas
Poeta. Inicialm ente adscrito al surrealismo*, gramaticales tanto como de las de la lógica. Con
abandona estos postulados estéticos a partir de una visión trágica de las costumbres, e influido
los años cuarenta. Destacan poem arios como por los autores de la Generación del 98*, así
Enigma del invitado (1936), Cristo de Tacoronte como admirado por autores como Gómez de la
(1944), Los blancos pies en tierra (1951), Los Serna*, que le dedicó un libro, o Camilo José
milagros (1959), Geocanción de España (1964) Cela*, que le dedicó su discurso de ingreso en la
y, ya postum a, Poesía última (1970). En 1973, Academia, destacan sus obras Madrid: escenas
se editó, a modo de antología, Tenerife y el mar, y costumbres (1913 y 1918; 2 vols.), La España
libro que incluye trabajos críticos sobre Gutié­ negra (1920; reed., 1998), M adrid callejero
rrez Albelo. (1923) y Dos pueblos de Castilla (1924). Es au­
tor, asimismo, de una novela menor: Florencio
GUTIÉRREZ GAMERO, Emilio (M adrid, 1844- Cornejo (1926). En 1961 apareció su Obra lite­
1936) raria. Recientemente, en 2002, se publicó una
Novelista. Miembro del partido de Sagasta, fun­ edición facsímil de sus cuadernos parisienses de
cionario en diferentes m inisterios, diputado a notas y dibujos bajo el título de Cuadernos de
Cortes y G obernador Civil en diversas provin­ París.
cias, vivió desterrado en París. Fue elegido
miembro de la Real Academia Española en 1919. GUTIÉRREZ SOLÍS, Salvador
De vocación tardía, es autor de novelas senti­ Narrador. Autor ameno, capaz de jugar con los
mentales de tono realista en las que, a menudo, elementos narrativos para crear un entramado
se presenta el tem a político. Destacan, además metaliterario, es autor de las novelas Dictando al
de las novelas cortas de Del natural (1880), cojo (1994), galardonada con el Premio de No­
obras de mayor entidad como Sitilla (1897); las vela Corta de la Universidad de Sevilla, y La no­
novelas El ilustre M anquindoy (1899), La olla che de un novelista malaleche (1999).
GUTIÉRREZ TORRERO

GUTIÉRREZ TORRERO, Concepción -»Véase LA­ tando el patetismo neorromántico a través de un


G O S, Concha. tono que se sirve del mencionado coloquialismo
y de la cotidianidad para referirse a las emocio­
GUTIÉRREZ DE VEGAS, Fernando (siglo xvill) nes más hondas. No están exentos de su poesía,
Novelista. Nada se sabe de su vida, salvo que fue obviamente, el erotismo y la desesperanza, am­
autor de una novela de tono picaresco: Los enre­ bos siempre contemplados desde la elegancia de
dos de un lugar (1778-1781). un lenguaje que lo que nombra es siempre la so­
ledad sin evitar la sensualidad. Destacan sus li­
GUZMÁN, Abén -»Véase QUZM AN, Ibn. bros Poemas de Lida Sal (1981), accésit del Pre­
mio Puerta del Sol, La playa del olvido (1984),
GUZMÁN, Almudena (N avacerrada, M adrid, Premio Altair, Usted (1984), finalista del Premio
1964) Hiperión, Después del amor... (1988), El libro de
Poetisa. Doctorada en Filología Hispánica por la Tamar (1989) y Calendario (1998).
Universidad Autónoma de M adrid, ha colabo­
rado en diversas publicaciones, tales como ABC GUZMÁN, Ñuño de (Córdoba?, h. 1410-Sevi-
y Blanco y Negro, con artículos y entrevistas. Su lla, 1467/1493)
poesía, natural y emotiva, absorta en las sensa­ Traductor y humanista. A migo del marqués de
ciones cotidianas del amor y la pasión, se re­ Santillana*, hacia 1431 salió de España con in­
suelve en verso libre, en poemas coloquiales y tención de recorrer el mundo y, poco después de
narrativos, extraordinariamente expresivos a la su regreso, se vio obligado, por asuntos con la
hora de asomarse a los efectos psicológicos y fí­ justicia, a trasladarse a Florencia, ciudad en
sicos que la realidad cotidiana tiene sobre el in­ la que conoció a importantes celebridades cultu­
dividuo. La soledad provocada por el amor, o por rales del momento. Tradujo la Orazione a Gis-
el desamor, suele ocupar gran parte de sus refle­ mondo Pandolfo d e ’ Malatesta, refundió el De
xiones, así como la memoria sentimental que Ira (1445), de Séneca, y se sospecha que com ­
proviene del fracaso, todo ello, sin embargo, evi­ pendió la Ética a Nicómaco, de Aristóteles.
H
HA-LEVI, Salomón [o Selomoh] -»Véase SANTA educó en Granada y estuvo involucrado en nu­
MARIA, Pablo de. merosos conflictos entre musulmanes y cristia­
nos. Sufrió persecuciones en Toledo, junto a
HAEDO, fray Diego de (Burgos, ?-d. de 1612) otros judíos, y parece que en un viaje a Jerusalén
Tratadista. Benedictino, fue abad de Frómista, en fue asesinado por un fanático mahometano, aun­
Palencia, y publicó una extensa Topografía e his­ que otras versiones afirman que pudo morir en
toria general de Argel (Valladolid, 1612), en la Egipto. Se conservan suyas ochocientas veinti­
que, además de tratar cuestiones geográficas de siete composiciones poéticas en las que se mues­
índole descriptiva, se ocupa de los reyes del país tra como maestro de las descripciones de la natu­
y de la situación de los cautivos retenidos allí, raleza, a pesar de que sus grandes poemas son de
parte en la que Haedo confiesa haber utilizado tipo religioso. Estos últimos están incluidos en
testimonios directos recopilados por su tío. una colección de himnos denominada Siónidas,
en la que, además de un Himno a la Creación,
HALCÓN, Manuel (Sevilla, 1903-Madríd, 1989) habla del destierro de los suyos y de la Tierra
Novelista. De nombre completo Manuel Halcón Santa como un lugar real de redención. Asi­
Villalón-Daoiz, fue consejero Nacional de Fa­ mismo, escribió, entre 1130 y 1140, el diálogo
lange durante la Guerra Civil, director de la re­ Cuzary, en el que discute sobre las religiones y
vista Vértice y miembro de la Real Academia Es­ defiende el judaism o desde la revelación. Este
pañola. En su obra, de carácter realista, abordó método de discusión religiosa es recurrente en la
tanto los temas del campo andaluz o el mundo de obra de numerosos autores, entre ellos don Juan
la aristocracia — quizá sus dos asuntos favori­ Manuel*, Ramón Llull* o Boccaccio.
tos— como cuestiones históricas o el universo
psicológico femenino. Destacan novelas como El HARO IBARS, Eduardo (Tánger, 1948-Madrid,
hombre que espera (1925), Premio Ateneo de Se­ 1989)
villa, Aventuras de Juan Lucas (1944), La gran Poeta. Considerado un autor de vanguardia, en
borrachera (1953), Los Dueñas (1956), M onó­ su poesía se adentra en territorios emocionales
logo de una mujer fría (1960), Premio Nacional que ahondan en la ruina y el desamparo, ello al
de Literatura Miguel de Cervantes, Desnudo pu ­ margen de las modas literarias, con un estilo en
dor (1964), Ir a más (1967) o M anuela (1970), el que los nexos gramaticales o la puntuación se
así como los volúmenes de relatos Fin de raza reducen al mínimo y fluctuando a menudo entre
(1927), Cuentos (1948), Narraciones (1959) y el endecasílabo y el alejandrino. Haro aborda los
Cuentos del buen ánimo (1979). Es autor, asi­ conflictos psicológicos del hombre urbano desde
mismo, de la obra teatral La condesa de la Banda una perspectiva que lo convirtió en un poeta
(1951) y de los ensayos Recuerdos de Fernando «maldito», acaso por su forma de pensar y nom­
Villalón, poeta de Andalucía la Baja y ganadero brar la violencia, la muerte, la desesperación,
de toros bravos (1941) y Fotografías comentadas pero también por su propia biografía, ligada en
<1959). En 1971 apareció un volumen de Obras sus transgresiones a su poética, ambas en la fron­
completas, al que siguió un segundo en 1972 y, tera del horror. Es autor de los poemarios Pérdi­
ya en 1973, el libro titulado Obras selectas. das blancas (1978), Empalador (1980), Sex-Fic-
tion (1981) y En rojo (1985), reunidos todos
HALEVÍ, Jehuda (Toledo, 1085-?, 1143) ellos en Obra poética (2001), prologado por
Poeta. Acaso el más importante de los poetas his- Francisco Nieva*. Es autor, además, de los cuen­
pano-judíos, este médico, filósofo y teólogo se tos de El polvo azul (cuentos del nuevo mundo
HARO TECGLEN 410

eléctrico) (1985) y de algunos ensayos, entre los bajado, lo que le ha convertido, para muchos críti­
que destacan Gay R ock( 1975), Franco y los ma­ cos, en un autor frío. Temáticamente, se ocupa
sones (1977) o El libro de los héroes (1985). del deber, si bien adolece de falta de hondura psi­
cológica en el tratamiento de los personajes, y
HARO TECGLEN, Eduardo (Pozuelo de Alarcón, suele estar presente un trasfondo histórico.
Madrid, 7 924) Aunque se había estrenado en el teatro con Las
Ensayista. Crítico teatral, colaborador de diferen­ hijas de Gracián Ramírez (1831) — reelabora­
tes publicaciones — Informaciones, Triunfo, Sá­ ción de Nuestra Señora de Atocha, de Rojas Zo­
bado Gráfico, etc.— y corresponsal durante años rrilla*— , fue con el drama Los amantes de Te­
en París, en la actualidad tiene una columna dia­ ruel (1837), basado en la leyenda de los amores
ria en El País, donde, en su línea habitual, ana­ entre Diego Marsilla e Isabel Segura, de la que
liza, además de temas de actualidad política y ya se habían ocupado autores de la talla de Rey
cultural, la programación televisiva, no sin cier­ de Artieda*, Tirso de Molina* y Pérez de M on­
tas dosis de ironía, cuando no de sarcasmo. De es­ talbán*, como se dio a conocer y por el que hoy
tilo cuidado y ameno, tono mordaz e irónico y te­ se le recuerda. Escrito combinando prosa y
mática siempre comprometida, y siempre patente verso, e inicialmente de un hondo romanticismo
su vasta cultura, destacan en su obra, además del que, en versión revisada de 1849, se vería ate­
poemario La callada palabra (1948), prologado nuado en favor de la acción, alcanzó un gran
por Marqueríe*, ensayos como Una frustración: éxito, del que quedan como testimonio los elo­
los derechos del hombre (1969), La sociedad de gios de Larra*. Poco después, estrenó Doña
consumo (1973), Fascismo: génesis y desarrollo M encía o la boda en la Inquisición (1838), a la
(1975) y El 68: Las revoluciones imaginarias que siguió Alfonso el Casto (1841), con las que
(1988), a los que hay que añadir una biografía de no alcanzaría el éxito logrado por Los amantes.
Lope de Vega (2001). Más recientemente, pu­ Habría de esperar hasta 1844, con La jura de
blicó, dentro de una colección de «Diccionarios santa Gadea, para recuperar el prestigio y el
de autor», un Diccionario político (1995), así aplauso general. No obstante, algunas comedias,
como diversos libros que podríamos calificar de como La redoma encantada (1839), recreación de
memorialísticos, como El niño republicano las leyendas sobre Enrique de Villena*, La visio­
(1997), Hijo del siglo (1998) y El refugio (1999), naria (1840), Los polvos de la madre Celestina
los artículos reunidos en Cien días (1997), ade­ (1841) o Juan de las Viñas (1844), gozaron de un
más del ensayo histórico, en realidad un reportaje cierto favor popular. Del total de sesenta y ocho
periodístico, Arde M adrid (2000), en el que se dramas y adaptaciones, destacan, además, La ma­
ocupa, con amargura, nostalgia y rigor, de los dre de Pelayo (1846), La ley de raza (1852), Vida
días en que la capital de España estuvo sitiada por p or honra (1858) y El nial apóstol y el buen la­
las tropas de Franco, o el ensayo político Ser de drón (1860). Colaboró con Rodríguez Rubí* y
izquierdas (2001). Asimismo, hay que añadir el Bretón de los Herreros*, y sus Fábulas en verso
libro de conversaciones con Fernando Fernán- castellano (1848 y 1861), donde están recopilados
Gómez* La buena memoria (1997). algunos de los mejores romances antiguos, logra­
ron numerosas ediciones, además de encendidos
HARTZENBUSCH, Juan Eugenio (Madrid, 1806- elogios por parte de Menéndez Pelayo*. Realizó,
1880) asimismo, una versión de La campana, de Schi-
Dramaturgo y narrador. Hijo de un ebanista ale­ 11er, escribió novelas cortas, la más destacada de
mán, estudió en el Colegio de San Isidro de los je ­ ellas Mariquita la Pelona, y realizó diversos pró­
suitas en Madrid hasta que, como consecuencia logos de obras de clásicos como Lope de Vega*,
de una enfermedad del padre, se ve obligado a Ruiz de Alarcón* o Calderón* para la «“Biblio­
hacerse cargo de su taller y compaginar tal acti­ teca de Autores Españoles”». Fue autor, además,
vidad con su ascensión literaria. Taquígrafo del de unas Notas al Don Quijote en las que, pese a
Congreso, fue elegido miembro de la Real Aca­ manejar el texto con cierta arbitrariedad, aporta
demia Española en 1847 y, en 1862, nombrado importantes observaciones idiomáticas, y de un
director de la Biblioteca Nacional. Ya en 1827 Romancero pintoresco (1843). Por otra parte, su
había traducido obras francesas y refundido otras erudición le lleva a dirigir, entre 1839 y 1842, la
del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), al tiempo publicación en doce volúmenes del Teatro esco­
que colaboraba en prensa con artículos de crítica. gido de Tirso de Molina*. Sus Obras se editaron
En cuanto a su teatro, cabe decir que demuestra, en 1887-1892 en cinco volúmenes.
frente a la casi totalidad de los románticos, una
mayor moderación en el tono, si bien a menudo HATERO, Josan (Barcelona, 1970)
resulta ciertamente moralista. El estilo de Hart­ Narrador. Se trata de uno de los escritores jóvenes
zenbusch es de gran corrección, preciso y muy tra­ aparecidos en los últimos años en el panorama na­
411 HERNÁNDEZ

rrativo español, si bien en su caso con una perso­ HEREDIA, Raquel


nalidad ajena a las modas, tanto formales como te­ Narradora. Periodista de profesión, destacó por
máticas, y hondo en sus planteamientos argumén­ sus columnas en la revista Interviú. Comprome­
tales, siempre desde una sobriedad estilística que, tida con numerosas cuestiones sociales relacio­
en cambio, no rehuye la tradición de la gran litera­ nadas con la juventud, como drogas, sida, etc.,
tura, y ofrece una clara contemporaneidad en la también su narrativa, marcada por el intimismo y
visión del mundo y en la construcción de la trama. el tono coloquial, afronta tramas en las que des­
Es autor de la novela El pájaro bajo la lengua tacan los problemas que acechan al mundo de la
(1999) y de los libros de relatos Biografía de la adolescencia. Destaca su ensayo La agenda de
huida (1996) y Tu parte del trato (2003), con el los amigos muertos (1998), documento estreme-
que obtuvo el Premio de Relatos Villa de Algete. cedor sobre la droga escrito como consecuencia
de la muerte de su hija a causa de la heroína, la
HAZAÑAS Y LA RÚA, Joaquín (Sevilla, 1862- novela Hijos de la luna (1999) y el documento
1934) Patricia es su nombre de guerra. Confesiones de
Crítico e historiador de la literatura. Catedrático mi hija, yonqui y prostituta de lujo (2003), no­
de la Universidad de Sevilla, llegaría a ser su rec­ vela documental donde cuenta cómo su otra hija
tor. D estacan en su im portante y docum entada se convirtió en yonqui y en prostituta. Por su la­
obra crítica, títulos como Noticias de las acade­ bor periodística recibió el prestigioso Premio
mias literarias, artísticas y científicas de Sevilla Ondas en 1978.
en los siglos x v ii y x v u i (1887), Biografía del
poeta sevillano R odrigo Fernández de Ribera HÉRIZ, Enrique de (Barcelona, 1964)
(1889), La imprenta en Sevilla, 1475-1800 Novelista. Licenciado en Filología Hispánica por
(1892; ampliada en la edición postuma de 1945), la Universidad de Barcelona. Autor que combina
Mateo Alemán y sus obras (1892) y Los rufianes realismo* y alegoría en obras que siguen la in­
de Cervantes (1906), entre otros. Fue autor, asi­ triga de corte detectivesco, pero que se distancia
mismo, de una edición exhaustiva de las Obras del género a través de la ironía con la que pre­
de Gutierre de Cetina* (1895; 2 vols.). fiere fijar su mirada en la sociedad actual. Desta­
can dos novelas: El día menos pensado (1994) e
HEBREO, León Véase ABRAVANEL, Judá. Historia del desorden (2000).

HEDO, Juan (Ávila, 1971) HERNÁNDEZ, Alonso (Sevilla, h. 1460-h. 1515)


Poeta. Licenciado en Filología Hispánica por la Poeta e historiador. Los datos que se conocen
Universidad Complutense de Madrid, es también sobre él nos llegan a través de su Historia Parthe-
músico. Es autor de los libros: Ana M aría nopea (Roma, 1516), donde se dice que era se­
(1995), Sabor de M ar (1996), Como las catedra­ villano y que ejerció de protonotario apostólico,
les (1997), Veinte poemas de amor para Carmen además de haber pasado los últimos años de su
(1997), Poem as desde el A lto Guadarrama vida bajo la protección del cardenal Bernardino
(1997), La buena reputación (1998), Trayecto­ de Carvajal. En esta obra, cuenta, de acuerdo
rias (1998) y Canción de invierno (1999). con los cánones formales del siglo xv y en oc­
tavas de arte mayor, las hazañas del Gran Capi­
HELENO-FILO -» Véase MORA, José Joaquín de. tán, Gonzalo Fernández de Córdoba, en Nápo­
les. Es un libro de gran valor histórico que, a
HERAS, Moisés de las (Talavera de la Reina, To­ im itación de Juan de Mena* y su Laberinto de
ledo, 1965) Fortuna, construye un mundo alegórico en el
Narrador. Licenciado en Filología Hispánica, con que, no obstante, se aprecian los ecos de la Odi­
su primera novela, Escuchando a Filomena sea y la Eneida en sus partes más literarias. Fue
(2000), obtuvo el Premio Narrativa Joven de la autor, asimismo, de otra serie de obras, hoy per­
Universidad Complutense. En ella aborda una didas, tales como una Vita Christi, una Educa­
trama filosófica que se desarrolla en el siglo xiv. ción del príncipe o los Siete triumphos de las
El título de la obra, que está tomado de un verso de siete virtudes.
Góngora*, le sirve para un texto en el que su prota­
gonista tendrá que relacionarse con personajes HERNÁNDEZ, Antonio (Arcos de la Frontera,
como el arcipreste de Hita*, don Juan Manuel* o Cádiz, 1943)
el marqués de Santillana*. Se trata de un relato so­ Poeta, narrador y crítico. Estudió Ciencias de la
bre la vida y la muerte, sobre la elección del ins­ Educación y es funcionario. En sus versos,
tante, el carpe diem, en el que se rinde homenaje afronta el reto de romper con los moldes realis­
no solo a una época, sino a un lenguaje, a un modo tas desde una concepción simbólica del lenguaje
de expresar la sensualidad y el vacío ante el futuro. poético, aunque sin renunciar a la austeridad y a
412
HERNÁNDEZ

una concepción testimonial de la poesía. Es el san Kindán (1986), Premio Miguel Delibes de
más joven de los llamados «poetas del 60», entre Narrativa castellana, Silvestrito (1986), Campo-
los que destacan Félix Grande* o Manuel Ríos de lagua: sonata en cuatro movimientos (1990),
Ruiz*, entre otros. Destacan sus poemarios El El día que lloró Walt Whitman (1994), Una casa
mar es una tarde con campanas (1965), con el en la orilla de un río (1998), Los hijos de Jonás
que obtuvo un accésit del Premio Adonais, Oveja (2001) y La señora Lubomirska regresa a Polo­
negra (1969), Donde da la luz (1978), Premio nia (2003), con la que consiguió el reconoci­
Rafael Morales, Metaory (1979), Homo loquens miento generalizado de la crítica y que supone
(1981), Premio del Círculo de Bellas Artes de un cambio de rumbo en su narrativa, más ambi­
Madrid, Diezmo de madrugada (1982), Premio ciosa aquí, honda en el análisis de cuestiones
Leonor, Con tres heridas yo (1983), Premio Mi­ como la soledad, la guerra y la memoria. Es au­
guel Hernández, Compás errante (1985), Indu­ tor, asimismo, de diversos ensayos de viajes, ta­
mentaria (1986), Campo lunario (1987), Premio les como: Crónicas del poniente castellano
Tiflos, Lente de agua (1990) y Sagrada form a (1975; reed., 1986), Donde la Vieja Castilla se
(1994), Premio Jaime Gil de Biedma y, en 1995, acaba (1982), La Sierra del Alba (1990) y Viaje
Premio de la Crítica. Es autor, también, de nove­ a Serrada (1992).
las como Nana para dorm ir francesas (1988),
Volverá a reír la prim avera (1989), Sangrefría HERNÁNDEZ, Felipe (Barcelona, 1960)
(1994; reed., 2002), con la que consiguió el Pre­ Novelista. Tras abandonar los estudios de Lin­
mio Andalucía, y La leyenda de Géminis (1994), güística, trabajó en la enseñanza. Residente en
así como de lúcidos ensayos entre los que desta­ Mallorca, se dedica también a la música. Se trata
can Los premios literarios, ¿cosa nostra? de un escritor de prosa fuertemente intelectuali-
(1976), Una promoción desheredada: la poética zada y minuciosa, interesado en abstracciones
del 50 (1978), Guía secreta de Cádiz (1979), más que en argumentos al uso, y por tanto de ca­
Borges, Cela, Vargas Llosa y Rosales (1985) y rácter a menudo simbólico y con interés en argu­
El Betis: la marcha verde (1987). mentos de corte filosófico, muy influido por las
atmósferas kafkianas, reflexivo y agudo. Su na­
HERNÁNDEZ, Avelino (Valdegeña, Soria, 1944) rrativa, de corte m etafísico, tiene un profundo
Novelista. Ha desempeñado diversos cargos pú­ sentido alegórico y metafórico, de extrañamiento
blicos, como secretario general de la Consejería e ironía difícil con la que aborda el sufrimiento y
de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y la incertidumbre de la condición humana. Es au­
León, director de actividades del M unicipio de tor de novelas como El inspector y Naturaleza
Aranjuez, director de estudios y promoción cul­ (1989), finalista del Premio Herralde, El guarda
tural de Castilla y León y miembro del consejo nocturno (1992), La deuda (1998), La partitura
de dirección de la Universidad Rural Europea. Se (1999), Edén (2000) y Dunas (2003), galardo­
trata de un autor conocido sobre todo en un ám­ nada con el Premio Juan March Cencillo. Hay
bito local y que se ha dedicado, en gran medida, que señalar, asimismo, el poemario Medianoche
a la narrativa infantil y a los libros de viajes, si (1974) y el libro de relatos Inundación (1994).
bien es autor de algunas obras para adultos que,
en los últimos años, han recibido elogios de la HERNÁNDEZ, Julio (Cartagena, Murcia, 1869-?)
crítica, lo que le ha permitido adentrarse en el Dramaturgo y poeta. Director del diario local de
ámbito nacional de la literatura española. Sus su ciudad, El Eco de Cartagena, deben recor­
obras, en la línea de revitalización de la novela darse sus zarzuelas In nomine Patris (1893), Era
rural practicada por autores como Luis Mateo de noche y... llovía (1894) y Fine champagne
Diez*, José M aría M erino*, Juan Pedro A pari­ (1894), la comedia La cuerda matrimonial
cio* o Julio Llamazares*, buscan en el acervo (1906) y los poemarios De aquí y de allá (1896)
popular para narrar historias sencillas, plenas de y Género chico (1906).
simbolismo e intensidad, en las cuales recurre a
los mitos y leyendas del mundo campesino. Al HERNÁNDEZ, Mario (Palencia, 1945)
igual que el m encionado Diez, Hernández ha Poeta. Profesor de Literatura Española en la Uni­
creado en sus últimos relatos un pueblo, Campo versidad Autónoma de Madrid, fundó y dirigió,
del Agua, situado en su Soria natal. Hay, en fin, con Gonzalo Armero, la revista Trece de Niéve y
en sus textos una combinación de elementos má­ la colección de poesía del mismo nombre (1971-
gicos y míticos, irreales, con otros misteriosos, 1976). Su poesía refleja la admiración de su au­
que dan siempre lugar a tramas de gran ameni­ tor por Juan Ramón Jiménez* o García Lorca*,
dad. De su producción narrativa, destacan títulos así como un gusto formal y temático por el
como: Una vez había un pueblo (1981), Aún mundo clásico y los metros tradicionales. Sen­
queda sol en las bardas (1984), La historia de sual, esteticista y emotivo, destacan sus poema-
413 HERNÁNDEZ

ríos: Variante de noviembre (1975), Sombra ma­ en estos momentos cuando se inicia su aleja­
rina (1976), Enemigo de plata (1980), Para bien miento del catolicismo, del que había estado tan
morir (1983), Distinta sombra de Dánae (1987), próximo durante un tiempo, y se produce su for­
Tankas del m ar y los bosques (1989; reed., mación comunista. Son años de compromiso
1994), el curioso libro Plaza partida. Variacio­ ideológico que, al final de la Guerra Civil, tras
nes goyescas (1992), en el que conviven sus ver­ su participación como voluntario en el Quinto
sos con pinturas de Gonzalo Torné, y Sombras y Regimiento y en su intento de huida a Portugal,
variaciones (1995). Especialista en García lo llevan a ser detenido, torturado y trasladado
Lorca, de quien ha editado la práctica totalidad de prisión en prisión — Huelva, Sevilla, M a­
de su obra, así como una edición de sus dibujos, drid— , liberado durante unos días y, finalmente,
deja claro que es reputado ensayista literario y tras una nueva detención, condenado a muerte.
profundo conocedor del mundo de la pintura con El fallo no llegó a cumplirse debido a la media­
obras como Breve introducción a la literatura ción de Cossío, Dionisio Ridruejo* y Sánchez
gallega (1974), Fernando Zóbel: el misterio de Mazas*, que consiguieron una conmutación de
lo transparente (1977) o la recopilación de gre­ la pena por la de treinta años de cárcel. Nueva­
guerías de Ramón Gómez de la Serna* titulada mente va de prisión en prisión —Madrid, Ocaña,
Lunario de greguerías (1993), a las que habría Alicante— hasta que, enfermo de tuberculosis,
que añadir numerosas ediciones críticas de poe­ muere en penosas condiciones de frío y hambre
sía española contemporánea. el 28 de marzo de 1942.
Incluido normalmente en la nómina de poetas
HERNANDEZ, Máximo (Larache, M arruecos, que se conoce como Generación del 36*, de la que
1953) es quizá su figura más atractiva, se trata sin duda
Poeta. Ha sido codirector de las Aulas de la Es­ del modelo de poeta, encamación de la libertad,
cuela de Sabiduría Popular de Zamora y miem­ de la figura que lucha por el amor, la solidaridad
bro fundador de los Cuadernos de Poemas La y la justicia en defensa del hombre. El universo
Borrachería. Es autor de los poemarios: Cotidia­ poético de Hernández, tildado en un principio
nidades (1995), Bagatela (1998), Desde la isla como «impuro», al dejarse llevar en sus versos
(1998), Rumor de tu existencia (1998) y Matriz por los sentimientos amorosos hacia la que se
de la ceniza (1998), con el que obtuvo el Premio convertirá, en 1937, en su mujer, Josefina Man-
José Hierro. resa, lo delata, en todo momento, como un poeta
angustiado, tendente al hermetismo — sobre todo
HERNÁNDEZ, Miguel (Orihuela, Alicante, 1910- en sus comienzos— , víctima de una dolorosa
Alicante, 1942) frustración global y preocupado por la dialéctica
Poeta y dramaturgo. De familia campesina, pudo entre el amor y la muerte con una concepción
aprender a leer y escribir en el colegio de Santo existencial de la vida. A todo ello, habrá que su­
Domingo de los jesuitas, aunque enseguida fue mar el mundo sentimental que le provoca la pa­
obligado por su padre a hacerse cargo de sus re­ ternidad, que será determinante cuando, ya en
baños de cabras. Desde ese momento, su forma­ prisión, conozca el anuncio de la llegada de su
ción depende de él y de sus lecturas, así como del segundo hijo y la muerte del primero. El hecho
apoyo posterior de su amigo Ramón Sijé*, que de que, a partir de un determinado momento, su
lo alentó en su vocación poética al darle la opor­ poesía se hiciese más militante y revolucionaria,
tunidad publicar en su revista El Gallo Gris. En no lo lleva a abandonar su simbolismo atroz y su
sus largas jornadas campestres, leyó a los auto­ fuerza retórica. En toda su obra estará presente
res renacentistas y a los clásicos del Siglo de Oro siempre la confluencia del clasicismo formal re­
(véase EDAD DE ORO), tales como san Juan de la nacentista y barroco — un clasicismo que reivin­
Cruz*, Garcilaso de la Vega*, Quevedo* y Gón­ dicó en el uso de métrica y modelos garcilasia-
gora*, así como a otros autores más cercanos: nos y gongorinos, dotándolos de una nueva
Gabriel y Galán*, Rubén Darío (véase MODER­ vitalidad— con el laconismo exterior y la emoti­
NISMO), Antonio Machado* o Juan Ramón Ji­ vidad interna de la poesía popular.
ménez*. A partir de 1934, viaja a Madrid, ciudad Sus primeras composiciones las publicó en 1932
en la que trabaja en la redacción del diccionario en un periódico de Orihuela, para, más tarde, ya
taurino de José M aría de Cossío* y colabora en en Madrid, hacerlo en las revistas antes mencio­
las Misiones Pedagógicas de la República. Ade­ nadas. Su primer libro es Perito en lunas (1933),
más de publicar en la revista de Sijé, lo hace en libro oscuro que, en sus cuarenta y dos octavas
la de José Bergamín*, Cruz y Raya, y en Caballo reales, evidencia ya el mundo triste y la habili­
verde para la poesía, de Neruda, con quien trabó dad técnica del poeta tanto como el influjo de
una profunda amistad, así como con Vicente Góngora, a quien rinde homenaje, así como a los
Aleixandre*, otro de los autores que lo apoyó. Es poetas de la Generación del 27*. A este, siguie­
HERNÁNDEZ 414

ron un auto* sacramental, Quién te ha visto y agresividad a través de arriesgados ejercicios es­
quién te ve v sombra de lo que eras, publicado tructurales. Pese a ser autor de algunos poemarios,
en septiembre de 1934 en Cruz y Raya y en el ensayos y traducciones, es en la novela donde ha
que se distinguen los ecos de una cierta concien­ desarrollado sus mayores dotes de creador, usando
cia cristiana, y El rayo que no cesa (1936), el li­ un estilo que aunque a veces se apoya demasiado
bro más sólido del autor, en el que predominan en el epíteto, consigue crear un elegante equilibrio
los sonetos de tono garcilasiano, y uno de los que entre la función omnisciente del narrador y el dis­
más influyó en poetas posteriores. Es la culm ina­ curso de conciencia. Representante de la genera­
ción de los versos que com enzara a escribir en ción de narradores de los sesenta, en la estela del
1934 con la idea de reunidos bajo el título de El realismo social de los 50 (véase REALISMO y GE­
silbo vulnerado. Con la llegada de la guerra y el NERACIÓN DE LOS 50), en su obra el acento cae
acentuado comunismo del poeta, ve la luz Viento en los rasgos humanos de sus personajes, así
del pueblo (1937), poemario militante en el que, como en la fuerza de sus tramas. Destacan títulos
no obstante, está presente el mundo del amor, y como El buey en el matadero (1966) — que se re­
cuyo destino último era la recitación pública por editó, con el título de Presentimientos de lobos, en
parte de los soldados. Le siguen El hombre ace­ 1979— , Palabras en el muro (1969), El tirano in­
cha, escrito entre 1937 y 1939, en el que se anun­ móvil (1970), La ira de la noche (1970), Premio
cia ya el estremecedor patetismo de Cancionero Internacional Águilas, Invitado a morir (1972),
y romancero de ausencias, poemario escrito du­ Eterna memoria (1975), Premio Hispanoameri­
rante su cautiverio, entre 1938 y 1941, y que no cano Villa de Madrid, Algo está ocurriendo aquí
vería la luz hasta después de su muerte, concre­ (1976), Fábula de la ciudad (1979), Pido la
tamente en 1958. Lo mismo sucedió con Sino muerte al rey (1979), Bajo palio (1983), Los
sangriento y otros poem as (1940), en el que se amantes del sol poniente (1983), Premio Casino
ponen de manifiesto el horror y la crueldad. En­ de Mieres, El ayer perdido (1986), Sola en el Pa­
tre tanto, había publicado la pieza teatral en raíso (1987), Golgotha (1989), El secreter del rey
verso El labrador de más aire (1937), obra so­ (1995), sobre la figura de Alfonso XIII, Un des­
cial de ambiente rural e influida por Lope, a la tino de mujer (1997) y Da vos Platz (1998), con la
que hay que añadir La cola, El hombrecito, El re­ que obtuvo el Premio Principado de Asturias.
fugiado y Los sensatos, todas ellas incluidas en
el volumen Teatro en la guerra (1937). En 1957, HERNÁNDEZ GIL, Antonio (Puebla de Alcocer,
apareció una primera reunión de su prosa bajo el Badajoz, 1915-Madrid, 1993)
título de Dentro de luz■Después de diversas edi­ Narrador y ensayista. Abogado y director de la
ciones de obras de Miguel Hernández — en 1952, revista de poesía Cristal entre 1935 y 1936, su
1960 y 1976, entre otras— , se editó, en 1992 y celebridad se debe a los muchos e importantes
en dos volúmenes, una Obra completa que in­ cargos públicos que ha desempeñado, algunos de
cluye tanto la poesía como el teatro, la prosa y la los cuales le convirtieron en uno de los persona­
correspondencia del poeta alicantino. Asimismo, jes más respetados de la transición democrática
numerosas antologías de su poesía se han visto tras la muerte de Franco. Fue en 1986 cuando, en
en las librerías, las dos últimas de las cuales vie­ dos volúmenes, se publicaron gran parte de sus
ron la luz en 1999 y 2000. obras: por un lado, sus artículos, relatos y prosas
poéticas en La carpeta en form a de acordeón, y,
HERNÁNDEZ, Pedro (Andalucía, h. 1513-?) por otro, los ensayos de crítica literaria, historia
Historiador. Fue secretario del gobernador de Pa­ o filosofía en Literatura entre paréntesis.
raguay, Alvar Núñez Cabeza de Vaca*, con quien
escribió la primera parte de los Comentarios (Va­ HERNÁNDEZ LAFUENTE, Adolfo (Ceuta)
lladolid, 1554), primer libro español que cuenta Narrador. Autor de la novela Aguas de cristal,
la conquista del Río de la Plata. No se trata de un costas de ébano (1999), con mucho de relato de
historiador objetivo, pero tiene la virtud de des­ aventuras, así como de la ligereza narrativa del
cribir con precisión la vida de los indios y de dar estilo que lo caracteriza, pero en realidad un li­
noticia de las tensiones políticas existentes en el bro serio y comprometido en el que se denuncia
seno de las tropas españolas. la situación trágica de los emigrantes que desem­
barcan en las costas españolas y viven la explo­
HERNÁNDEZ, Ramón (Madrid, 1935) tación y el viaje dramático en pateras.
Novelista. Ingeniero agrícola, estudió Filosofía y
Ciencias Políticas, ha sido profesor en universi­ HERNÁNDEZ LARREA, José María (Pamplona,
dades americanas y es crítico literario en el dia­ 1954-1999)
rio El Mundo. Su obra, desde una visión existen­ Poeta. Autor de espíritu atormentado, a causa de
cialista y desolada del mundo, refleja una dura la pronta certeza de la muerte, cuyos versos abor­
415 HERRERA

dan sin miedo los vértigos que provoca la deso­ que respecta a su obra, tanto lírica como narra­
lación ante la vida, siempre con un lenguaje va­ tiva, cabe decir que se trata de un autor que se
liente, desenfadado y lúcido. Destacan obras deleita en la palabra y en la construcción de me­
como Los deseos capitales (1986) y el poemario táforas, más allá de la expresión de ideas o de la
postumo, publicado por familia y amigos, Siete construcción de argumentos. Hay que m encio­
veces siempre (1999). nar su novela Cuando fu i Claudia (2000). Gran
parte de su obra poética, libros como El demo­
HERNÁNDEZ RUANO, Diego (Huelva, 1902-?) nio de la analogía, En palacios de la culpa o Te
Narrador. Además de las novelas El pasado que debo el olvido, se encuentra en el poemario El
viene (1956) y H uellas del buey (1961), ambas sur del solitario: poesía 1984-2000 (2001).
de carácter realista e influidas por Alarcón*, fue
autor del poemario La tierra y yo (1965), sobre HERRERA, Antonio de -> Véase HERRERA Y TOR-
el paisaje de su tierra, y, sobre todo, del volumen DESILLAS, Antonio de.
de relatos Las pequeñas nubes (1933).
HERRERA, Fernando de (Sevilla, 1534-1597)
HERNANDO, Violeta (Barcelona, 1982) Poeta y tratadista. Conocido por sus contempo­
Narradora. A pesar de su edad, en su obra predo­ ráneos como el divino, es uno de los más altos
mina un tono riguroso, de sólida capacidad lin­ exponentes de la escuela sevillana*. Apenas hay
güística y ruda mirada, con las cuales aborda datos sobre su vida, si bien puede suponerse que
cuestiones como el sexo con una madurez que en tuvo una sólida formación humanística. Sí se co­
su día sorprendió a la crítica y en la que está pre­ noce su amistad con Juan de Mal Lara*, y, en los
sente el mundo juvenil y un contexto íntim a­ documentos, aparece ya en 1565 como clérigo
mente ligado al mundo del rock. Es autora del li­ beneficiado de la iglesia de San Andrés — solo
bro Muertos o algo mejor (1996). recibió las órdenes menores— , cargo con el que
se conformó toda su vida pese a las ofertas mejo­
HERNANZ ANGULO, Beatriz (Pontevedra, 1963) res que recibió, y gracias al cual pudo vivir, aun­
Poetisa. Autora culta y personalísima que no re­ que malamente. Se movía habitualmente, a pesar
sulta fácil situar en el panorama de la poesía es­ de su austeridad, carácter solitario y tendencia al
pañola más actual, pues juega con referentes tan recogimiento, en los círculos intelectuales, fun­
variados que de lo único que cabe hablar es de damentalmente en las tertulias que tenían lugar
eso tan vago que responde a «voz propia». en el palacio de los condes de Gelves, en las que
Usando lo mejor del clasicism o, en lo que su­ solían estar presentes Juan de la Cueva*, Bara-
pone un recordatorio de los mitos griegos y del hona de Soto*, Argote de Molina* y Baltasar del
mundo de la Ilíada, y lo más actual de lo mo­ Alcázar*, entre otros. Fino erudito y entregado
derno, y combinándolo con sabiduría e indepen­ al estudio, se ha dicho que se enamoró apasiona­
dencia, da lugar a una poesía en la que el viaje, damente de doña Leonor de Milán, la condesa de
las emociones y el lenguaje configuran una obra Gelves, a quien escribió sus poemas amorosos
imposible de encasillar. Destacan sus poemarios con el consentimiento de su marido, según con­
La lealtad del espejo (1993), La vigilia del fiesa Francisco Pacheco*, amigo de Herrera, en
tiempo (1996) y La epopeya del laberinto su Libro de retratos. No obstante, dicho amor no
(2002). deja de ser uno más de los típicos amores de la
poesía pospetrarquista, el amor imposible, inal­
HERRAIZ, Santiago (Madrid) canzable, propio del Renacimiento, teñido de un
Poeta. Con cierta tendencia a las sentencias y a platonismo en el que impera la norma caballe­
un sentimentalismo nostálgico, en el que se canta resca de evitar cualquier dato que conduzca a la
el dolor, la muerte y la ausencia, a veces con to­ identificación de la dama.
nos misteriosos. De sus poemarios destaca Árbol En la obra de Herrera, hombre de extraordinaria
sin hojas (2002), y es autor, además, de una no­ cultura, predomina una meditación que intelec-
vela dirigida a un público juvenil: Me queda M a­ tualiza la dulzura garcilasiana haciéndola m,ás
drid (2002). densa. Sus modos poéticos, aunque petrarquistas
— tomados al menos de los petrarquistas y no de
HERRERA, Ángel Antonio (Madrid, 1965) Petrarca mismo— , huyen de la vulgaridad bus­
Narrador y poeta. Periodista televisivo conocido cando expresiones más matizadas. Así, abundan
por su participación en programas dedicados a las imágenes grandilocuentes y pomposas, de un
los famosos, es no obstante nutrido poeta que re­ refinamiento métrico en el que conviven referen­
cientem ente debutó como novelista, gracias al cias m itológicas con largas y dulzonas secuen­
apoyo explícito de Francisco Umbral*, su prin­ cias amorosas influidas por una idea del amor
cipal valedor en el m undo de las letras. Por lo que viene, sobre todo, del mencionado Petrarca
HERRERA 416

y de Castiglione, y en la que predominan la me­ oportunos en su recopilación de 1582. En cuanto


lancolía y una absoluta idealización de la mujer. a su obra de erudición, destacan las Anotaciones
La hipérbole, el gusto por el colorido y las imá­ a Garcilaso de la Vega (Sevilla, 1580), texto en
genes sorprendentes, y el deseo de reunir en una el que, siguiendo el método analítico de ir verso
palabra una idea, aunque haya que inventarla, por verso, se permite digresiones intelectuales de
anuncian ya a Góngora*. Todo esto supone un orden filosófico, histórico, científico, etc., a tra­
proceso de renovación, un tránsito entre Garci­ vés de las cuales va tejiendo un complejo entra­
laso de la Vega* y Góngora, si bien no conviene mado de juicios literarios pormenorizados sobre
olvidar que muchos de sus poemas se vieron so­ la lengua, el uso de la metáfora, los neologis­
metidos a correcciones en las que él no tuvo ni mos, etc., en los que están presentes las influen­
arte ni parte, y en las que es posible que intervi­ cias de Aristóteles, Cicerón, Horacio, Quinti-
niese el capricho de los diversos editores a la liano y algunos preceptistas como Lorenzo de
hora de ir ciñendo la versificación al gusto de los Medici o Pico della Mirandola, entre otros. Hay
tiempos una vez desaparecido el autor. Dos ele­ quien ha acusado a Herrera, en este sentido, de
mentos conviven, fuera como fuese, en su poé­ plagiar literalmente a algunos de estos autores.
tica: de un lado, el motivo amoroso, en cuyo tra­ En cualquier caso, supone el primer intento serio
tamiento está presente, además, la influencia de español de teoría y estilística literaria, en la que
Ausiás March*, y, de otro, el tono recogido con anuncia un Arte poética que jamás llegó a termi­
el que medita sobre los acontecimientos históri­ nar. La obra no estuvo exenta de cierta polémica,
cos y en el que, sin embargo, se aprecian los ecos al haber obviado-Herrera, deliberadamente, las
de los modos narrativos del Antiguo Testamento. notas a Garcilaso que Francisco Sánchez de
Cualesquiera materiales de la tradición literaria, las Brozas* había publicado, en 1574, en Sala­
Herrera los reelabora y maneja con auténtica li­ manca, y en la que ya fijaba algunas fuentes del
bertad, y crea una voz peculiar, tanto en las for­ poeta. Por este asunto, se publicó una obra anó­
mas como en el tratamiento de los temas. De tal nima titulada Observaciones del licenciado
suerte, encontramos, por ejemplo, versos patrió­ Prete Jacopín, tras la que se ha apuntado la posi­
ticos escritos en estrofas de ocho y trece endeca­ ble pluma de Juan Fernández de Velasco*, con­
sílabos, algo que está lejos de los usos métricos destable de Castilla, obra donde se ridiculiza la
habituales en aquel momento. En la línea del cla­ obra herreriana, y que recibió su réplica en Res­
sicismo, abundan los sonetos, próximos ya a la puesta, aparecida después de 1585 y atribuida al
concepción gongorina, las canciones, las elegías propio Herrera. No obstante lo dicho, las Anota­
perfectas y refinadas y églogas en las que convi­ ciones de Herrera suponen una obra capital, en
ven modelos griegos y latinos. En su poesía he­ tanto que aporta sobre Garcilaso, en un clima en
roica y patriótica, retoma temas clásicos y bíbli­ el que era moda elogiar al poeta toledano como a
cos de los que no están ausentes las referencias un clásico, un análisis que lo convierte en puerta
alegóricas y mitológicas. Se sabe que abandonó de la modernidad en España, al estudiar minu­
la poesía tras la muerte de su supuesta amada, ciosamente su retórica y su estilo y atribuir a su
dedicándose de lleno a otros menesteres litera­ obra el rango de objeto estético. Pero no solo
rios relacionados con la historia. En su obra eru­ eso, ya que lo que en realidad hace Herrera es
dita, demuestra ser el primer crítico de nuestra servirse de Garcilaso para elaborar una teoría del
historia literaria, un crítico con grandes conoci­ lenguaje poético, y llega a altísimas cotas de eru­
mientos y un acervo cultural prodigioso, por más dición cuando reflexiona sobre el soneto, la oc­
que sus análisis resulten a menudo farragosos tava, la elegía, la m etáfora o los neologismos,
por los muchos datos que maneja. algo que hace, además, en una de las prosas más
Herrera debió de componer unas mil poesías, de brillantes de la segunda mitad del siglo xvi. La
las que nos quedan tan solo quinientas treinta. En obra de Herrera fue objeto de glosas, com enta­
1582, en Sevilla, se publicó una antología titu­ rios y estudios, y se reprodujo en facsímil o
lada Algunas obras, la única edición de sus poe­ transcrita, y llevó a alguien como Saavedra Fa­
mas preparada por él mismo y en la que se apre­ jardo* a considerar a Herrera «juez de los inge­
cian cambios sustanciales respecto al manuscrito nios» poéticos españoles y, muchos años des­
de 1572. Tenía preparado, según parece, un ma­ pués, a un Cernuda* a reconocer que el texto
nuscrito de todas sus obras que, misteriosamente, supone «un código del buen decir poético». No
desapareció días después de su muerte. Muchas obstante la relevancia de la obra, hubo que espe­
de sus poesías aparecieron en libros de otros rar hasta el año 2001 para ver por prim era vez
autores, aunque Pacheco reunió una muestra nu­ una edición crítica de las Anotaciones a la poe­
merosa de ellas, ya postum amente, en Versos sía de Garcilaso.
(1619), edición en la que se añaden aún más A partir de 1581, Herrera se dedicó con intensi­
cambios de los que el propio Herrera estim ara dad a la historiografía, aunque en 1572 había
417 HERRERA Y TORDESILLAS

aparecido una Relación de la guerra de Chipre y tuación de los exiliados. Destacan los libros de
suceso de la batalla naval de Lepanto destinada a relatos La parturienta (1936) y las novelas Acero
ofrecer una versión objetiva de la batalla de Le­ de M adrid (1938), Premio Nacional de Litera­
panto. Se sabe que la m ayoría de sus obras de tura, compartido con Entre dos fuegos, de Anto­
esta índole están perdidas, pero de la titulada Is- nio Sánchez Barbudo*, Puentes de sangre
toria general, Grande i universal istoria o tal (1938), Cumbres de Extremadura: novela de
vez Historia de las más notables cosas que han guerrilleros (México, 1938) — se reeditó en
sucedido en el mundo hasta Carlos V, se sospe­ 1945 y, con prólogo de María Zambrano*, en
cha que fue entregada a sus amigos hacia 1590, 1986— y Niebla de cuernos (Entreacto de Eu­
según versión de Pacheco. Se trataría de un texto ropa) (1940). Fue autor, asimismo, de obras de
en la línea de las historias, aún vigentes en teatro en la misma línea de vehemente intensi­
el xvi, en las que se daba cuenta de los aconteci­ dad política: Torredonjil (1937), Carpió de Tajo
mientos históricos desde Adán y Eva hasta los (1954), Plomo y mercurio (1965) y La serrana o
sucesos más contem poráneos al autor. Se con­ la comedia de la televisión (1968), así como de
serva, asimismo, su Tomás Moro (Sevilla, 1592), algunos poemarios, entre ellos el volumen de ro­
un estudio sobre las virtudes de este personaje mances Guerra viva (1938), Rimado de Madrid
que termina convirtiéndose en una guía de prín­ (1946), Árbol sin tierra (1950), Hacia el Sur se
cipes. En 1975, José M anuel Blecua* publicó fu e el domingo (París, 1955) — en edición hispa­
una cuidada edición de las Poesías de Herrera en nofrancesa: Dimanche verse le sud— y Cenizas
dos volúmenes. (1975). En 1977 se recopilaron algunos de sus
textos en Teatro para combatientes, y, en 1981,
HERRERA, Gabriel Alonso de (Talavera de la M aría Zambrano publicó una Antología de sus
Reina, Toledo, 1474?-d. de 1539) versos, mayoritariamente inéditos.
Tratadista. Hermano de Hemaldo Alonso de He­
rrera*, fue beneficiado de la colegiata de Tala- HERRERA Y RIBERA, Rodrigo de (?-M adrid,
vera y se dedicó a la agricultura, motivo por el 1641)
que recibió del cardenal Cisneros* el encargo de Comediógrafo. Ha habido confusión y polémica
redactar una obra, de comprensión popular, so­ respecto a este autor: Barrera y Leirado* lo creyó
bre la materia. De tal suerte, publicó su Agricul­ hijo del marqués de Auñón, confundiendo a este
tura general (Alcalá, 1513), que se tradujo a va­ autor portugués con el madrileño. El nuestro era
rias lenguas y se regaló entre los agricultores. de familia noble y estudió en el Colegio Imperial
Está basada en fuentes griegas, árabes y latinas, de los jesuitas en Madrid y en Salamanca hacia
gozó de gran influencia posterior y, en los años 1578; fue caballerizo de la duquesa de Nájera y
1818 y 1858, se reeditó con importantes anota­ uno de los autores de la escuela de Lope de
ciones científicas. Vega*, que lo elogió en El laurel de Apolo, así
como Cervantes* en su Viaje del Parnaso y Pé­
HERRERA, Hernaldo Alonso de (Talavera de la rez de Montalbán* en Para todos (M emoria de
Reina, Toledo, 1460-1527) los que escriben en Castilla) (1632). Su versifi­
Humanista. Profesor de las universidades de Sevi­ cación, carente de fuerza dramática, es correcta,
lla, Córdoba, Alcalá y Salamanca, fue uno de los y combina elementos religiosos, simbólicos y
latinistas más destacados de su época. Además de cortesanos de un modo que anuncia ya a Calde­
haber escrito una Gramática y una Retórica, es rón de la Barca*. Destacan títulos como: Lo cau­
autor de Breve disputa de ocho elevados contra teloso de un guante y confusión de un papel, El
Aristóteles y sus secuaces (1517), en la que diver­ primer templo de España, El voto de Santiago y
sos personajes, entre ellos su hermano Gabriel batalla de Clavijo, La fe no ha menester armas y
Alonso de Herrera*, debaten con el filósofo griego venida del inglés a Cádiz, la obra satírica Casti­
a fin de cuestionar algunos de sus postulados. gar p or defender y, su mejor obra, Del cielo
viene el buen rey, reeditada, en 1858, en la «“Bi­
HERRERA PETERE, José (G uadalajara, 1909- blioteca de Autores Españoles”», volumen XLV.
Ginebra, Suiza, 1977)
Narrador, dramaturgo y poeta. Abogado y miem­ HERRERA Y TORDESILLAS. Antonio de (Cuéllar,
bro del Partido Comunista, colaboró con la Re­ Segovia, 1549-Madria, 1625)
pública durante la Guerra Civil, motivo por el Cronista e historiador. Estudió en España y fue
cual, a su térm ino, se vio obligado a exiliarse. secretario de Gonzaga, virrey de Nápoles. De su
Después de pasar por varios países, se estableció producción histórica, en la que gozó del privile­
en Ginebra en 1947. A utor com prom etido, su gio de poder acceder a todos los documentos ofi­
obra, de carácter realista, apasionada y militante, ciales y en la que adolece de ciertas exageracio­
suele girar en tomo al tema de la guerra y la si­ nes en favor de España, además de Historia de lo
HERRERO GARCÍA 418

sucedido en Escocia e Inglaterra en cuarenta y HERVÁS Y COBO DE LA TORRE, José Gerardo


cuatro años que vivió María Estuardo, reina de (?, finales sig lo XVii-M adrid, 1742)
Escocia (Madrid, 1589; Lisboa, 1590), Historia Poeta. Doctor en Derecho, sacerdote y profesor
de Portugal (Madrid, 1591) e Historia de los su­ en Salamanca, es conocido por sus seudónimos
cesos de Francia, desde el año de 1585 que co­ Jorge Pitillas y Don Hugo Herrera de Jaspedós,
menzó la liga católica, hasta el fin del año 1598 con los que firmó numerosas críticas literarias en
(1598), destaca su Historia general del mundo en el Diario de los literatos. Considerado uno de los
tiempo del rey Don Felipe II (Madrid, 1601 y mejores poetas satíricos de nuestra lengua, es cé­
1612), obra de carácter nacionalista y fuerte­ lebre por su Sátira contra los malos escritores de
mente monárquica dividida en tres partes. No este siglo, obra en tercetos encadenados, publi­
obstante, su labor literaria principal se debe a su cada en el mencionado Diario en 1742, en la que
actividad como cronista de Indias y de Castilla, defiende a Luzán* y a Nicolás Boileau, poeta y
actividad en la que sirvió a Felipe II, Felipe III y crítico francés que también practicó la sátira, uti­
Felipe IV. Tras su muerte, le sucedió Tomás Ta- lizando los métodos de ambos. En ella, con es­
mayo de Vargas*. Trata los temas desde una con­ tilo sobrio, elegante y equilibrado, censura el
cepción humanística de la que surge una obra afrancesamiento de la literatura española, así
como las Décadas o Historia general de los he­ como la decadente tradición española. Fue autor,
chos de los castellanos en las islas y tierra firm e asimismo, de varias cartas críticas, publicadas en
del mar Océano (Madrid, 1601-1615; 4 vols.), en el mismo Diario, de las que destacan dos en las
la que se ocupa de los acontecimientos desde el que ataca sendas obritas gongorinas de unos ta­
descubrimiento hasta 1554, dejándose ver en ella les Pedro Nolasco Ocejo y Joaquín Casses. Sus
la influencia de la Crónica de Cervantes de Sala- obras se publicaron, en 1869, en el volumen LXI
zar*. Esta obra fue traducida al francés en 1659 y de la «Biblioteca de Autores Españoles».
reeditada, en diecisiete volúmenes, por la Acade­
mia de la Historia entre 1934 y 1958. Herrera, HERVÁS Y PANDURO, Lorenzo (Horcajo de
además, tradujo los cinco primeros libros de los Santiago, Cuenca, 1735-Roma, 1809)
Anales de Comelio Tácito en 1615, y figura en el Tratadista. Sacerdote de la Compañía de Jesús y
Catálogo de Autoridades de la Lengua. profesor de Humanidades y Filosofía en colegios
de la Orden, fue rector del Seminario de Nobles,
HERRERO GARCÍA, Miguel (Sevilla, 1885-Ma- en el que, además, enseñó Metafísica. Con la ex­
drid, 1962) pulsión de los jesuítas en 1767, se marchó a Ita­
Ensayista. Catedrático de latín en M adrid, fue lia, donde se dedicó al estudio de las M atemáti­
profundo investigador del Siglo de Oro (véase cas, la Astronomía, las Ciencias N aturales y la
EDAD DE ORO). Director de la revista Bibliogra­ Lingüística. Con el permiso de Carlos IV para
fía Hispánica y redactor del diario El Debate, fue que regresasen los ex-jesuitas, Hervás vivió tem­
lector en diversas universidades inglesas. Ade­ poralmente en Barcelona y Horcajo hasta su re­
más de algunos trabajos sobre el Madrid de Cal­ greso a Roma en 1801, donde fue nombrado pre­
derón de la Barca* y de un Sermonario clásico fecto de la biblioteca pontificia del Quirinal por
(1942), en el que se incluye un meticuloso estu­ Pío VII. Fue un gran erudito y el padre de la Fi­
dio sobre la oratoria sagrada de los siglos xvi lología comparada.
y xvii, publicó: Estimaciones literarias del si­ Destaca en su producción su Catálogo de las len­
glo x vii (1930) y, en 1948, una documentada bio­ guas de las naciones conocidas, y enumeración,
grafía de Cervantes*. división y clases de éstas según la diversidad de
sus idiomas y dialectos (1800-1805; 6 vols.; ree­
HERRERO MONTOTO, Manuel (Oviedo, 1950) ditada en 1979), obra para cuya redacción con­
Novelista. Licenciado en M edicina y Cirugía por sultó a misioneros en Asia y América y reunió to­
la Universidad de Valladolid, ha estudiado Geo­ das las gramáticas y diccionarios que encontró.
grafía e Historia en la de Oviedo. Fue colabora­ No obstante, él mismo elaboró las gramáticas de
dor del desaparecido diario El Independiente y más de cuarenta lenguas, así como numerosos
lo es de La Nueva España. Autor interesado en la vocabularios. El libro da noticia de más de tres­
existencia cotidiana de los seres anónimos, indi­ cientos idiomas y, todavía hoy, es una de las
viduos que viven el día a día con la resignación obras fundamentales de documentación lingüís­
de la rutina, además de Una visión fotográfica de tica. En él, Hervás cree en la diversidad de las
Asturias (1900-1925), ha publicado novelas lenguas, en la im posibilidad de reducirlas a un
como Manding (1990) y El habitante (1997). tipo común y en la estructura gramatical como el
elemento característico de los idiomas. Fue au­
HERREZUELO, Juan Véase FERNÁNDEZ HE- tor, asimismo, de Idea dell’Universo, monumen­
RREZUELO, Juan. tal obra enciclopédica, en veintiún tomos que es­
419 HIDALGO

cribió entre 1778 y 1787, que se tradujo al espa­ una experiencia metafísica, desolada y obsesiva,
ñol como Historia de la vida del hombre (1789- de la muerte. Solo publicó Raíz (1944) — en el
1799), y de obras de menor envergadura, aunque que se incluyen poemarios anteriores inéditos:
no de desdeñable im portancia: Descripción del Poesía (1936), Las luces asesinadas y otros poe­
Archivo de la Corona de Aragón, Descripción mas (1936), Mensaje hasta el aire (1938) y Ciu­
del Archivo de la Orden de Santiago, un Viaje es­ dad (1938)— , Los animales (1945) y, ya postu­
tático al mundo planetario, en que se observan mamente, Los muertos (1947), libro que apareció
el mecanism o y los principales fenóm enos del a las pocas semanas de su muerte gracias a los
cielo, se indagan sus causas físicas y se demues­ auspicios de Hierro, Aleixandre* y Garciasol*,
tran la existencia de Dios y sus admirables atri­ entre otros, y que vio una reedición en 1999 gra­
butos (1793-1794; 4 vols.), diversas obras peda­ cias a Julia Uceda*, que incorporó nuevos poe­
gógicas, entre ellas Escuela española de mas no incluidos en la edición de 1947, además
sordomudos o arte para enseñarles a escribir y de un estudio sobre el tema de la muerte en la
hablar el idioma español (1795), para quienes, poesía de Hidalgo. En 1951 se publicó en San­
además, escribió un Catecismo, El hombre físico tander, en la colección «Cantalapiedra», un
(1800; 2 vols.), el ataque a la Revolución fran­ nuevo texto, Canciones para niños, y, en 1970,
cesa Causas de la Revolución de Francia en el apareció la Obra poética de José Luis Hidalgo,
año de 1789 (1807; 2 vols.) y algunos textos que siempre en un ámbito restringido. Sería en 1976
quedaron inéditos, como una Historia del arte de cuando vería la luz, aunque en editora local, su
escribir y una Paleografía universal. Obra poética completa, reeditada mucho des­
pués, y ya con difusión nacional por primera vez,
HIDALGO, Gaspar Lucas (Madrid, 1560-1619) con el título de Poesías completas (2000).
Narrador. Apenas se sabe nada de la vida del au­
tor del anecdotario Carnestolendas de Castilla, HIDALGO, Luis Javier (Barcelona, 1966)
dividido en las tres noches del domingo, lunes y Poeta. Licenciado en Filología Hispánica, enseña
martes de Antruejo (Barcelona, 1605), recopila­ Lengua y Literatura Españolas en un instituto de
ción de anécdotas y cuentos licenciosos acaeci­ Ibiza. Incluido en diferentes antologías de la poe­
dos durante el carnaval madrileño. El libro, en la sía más reciente, destaca su poemario Muerte y
línea del Patrañuelo, de Juan de Timoneda*, fue transfiguración (1998), con el que obtuvo el Pre­
prohibido por la Inquisición y reeditado por la mio Ateneo de Albacete.
«Biblioteca de Autores Españoles» en 1855 en el
volumen XXXVI. HIDALGO, Manuel (siglo xviii)
Cómico y autor teatral de quien se sabe que, ade­
HIDALGO, José Luis (Torres, Cantabria, 1919- más de algunas loas, escribió la tragedia No hay
M adrid, 1947) traidores sin castigo, ni lealtad sin lograr pre­
Poeta y pintor. Huérfano de madre a tem prana mio (1770) y la comedia de magia El asombro de
edad, con la llegada de la Guerra Civil será mo­ Francia, Marta la romarantina (1771).
vilizado por los nacionales en M adrid y trasla­
dado a Valencia, ciudad donde estudió en la Es­ HIDALGO, Manuel (Pamplona, 1953)
cuela de Bellas Artes. Colaboró en las revistas Novelista. Periodista de profesión, especializado
Corcel, de Valencia, en cuya fundación participa, en crítica cinematográfica, ha sido redactor jefe
y, ya en Santander, en Proel, entrando en con­ ' de la revista Fotogramas, columnista y director
tacto con poetas locales entre los que se encon­ de la sección de «cultura» en Diario 16 y cola­
traba José Hierro* y Julio Maruri*. Al propio borador del diario El Mundo y de la revista Cos­
tiempo, desarrolló su vocación pictórica y vivió m opolitas Asimismo, ha dirigido y presentado
entre M adrid, Valencia y Santander, aunque diversos programas de televisión, además de ser
pronto hubo de enfrentarse a la tuberculosis que un reputado guionista de cine, nominado a un
acabaría con su vida. Formado intelectual y ar­ Premio Goya, y miembro de la Academia de las
tísticamente en los ecos del creacionismo* y el Artes y Ciencias Cinematográficas y de la Euro-
surrealismo*, su obra, tanto pictórica como poé­ pean Film Academy. Narrador de estilo ágil y
tica, se ve marcada por el horror de la guerra, la tendencia al humorismo irónico para reflejar
soledad, la muerte, que quizá sea el fondo cons­ ciertos aspectos de la vida social desde una óp­
tante de sus textos, y el sentimiento de ausencia tica de irónico y humorado costumbrismo, ade­
de Dios. Su poesía, desgarrada y telúrica, a m e­ más de algunos libros sobre cine, es autor de las
nudo simbólica, paulatinam ente se va haciendo novelas El pecador impecable (1986), obra de
más y más existencialista y honda, con versos de tono erótico que fue llevada al cine, Azucena,
factura clasicista en los que predominan los en­ que juega al tenis (1988), amable trama sobre los
decasílabos y alejandrinos y teñidos siempre por celos en la pareja, Olé (1991), una burla respe­
HIERRO 420

tuosa sobre ciertos mitos taurinos, Todos voso­ ciencia solidaria del compromiso, conviven con
tros (1995), La infanta baila (1997), Días de un vitalismo que no logra dejar de lado la visión
agosto (2000) y El cutis de las monjas (2002). pesimista de la realidad. Ni siquiera el amor sirve
Hay que mencionar, asimismo, el ensayo La gue­ para evitar la sensación de fracaso. Poco a poco,
rra del sofá (2000), en el que, con tono divertido sus versos han ido adquiriendo mayor suntuosi­
y ameno, estudia las conductas domésticas de la dad léxica, así como un cuidado específico en la
pareja, y el volumen Fobias (2002), en el que adjetivación, adentrándose más y más en un nihi­
reúne los testimonios de diez escritores sobre sus lismo vital y literario casi total, en un tipo de
propias fobias. composición que conlleva una mayor aspereza
expresiva y conceptual que da cuenta de la agri­
HIERRO, Fermín (Soria, 1963) dulce consistencia de la vida, en la cual el tiempo
Poeta. A medio camino entre poesía urbana y so­ es ese vacío que queda entre dos presentes, el
bre la naturaleza, con centro en el presente y en que genera las expectativas y el que se desgarra
la memoria, alusiva a la sensualidad del verano y en la memoria, y entre ellos la muerte que va lle­
al ocultamiento del invierno..., mezcla, en fin, nando ese espacio de la nada entre ambos. Son
de referentes e intenciones, pues al espíritu crí­ sus poemarios, incluidas las diferentes antolo­
tico añade afán renovador y, a ambos, emoción y gías: Tierra sin nosotros (1947), Alegría (1947),
sentimientos íntimos. De entre sus poemarios, Premio Adonais — reeditados estos dos bajo el
destaca Un lugar habitable (2000), con el que título de Poesías del momento (1947)— , Con las
obtuvo el Premio Ciudad de Córdoba Ricardo piedras, con el viento... (1950), Quinta del 42
Molina. (1953), por el que obtuvo el Premio Nacional de
Poesía, Antología poética (1953), Premio Nacio­
HIERRO, José (Madrid, 1922-2002) nal de Literatura, Estatuas yacentes (1955),
Poeta y crítico. Pasó su juventud en Santander, Cuanto sé de m í (1957; reed., 1999), Premio de
adonde se trasladó con su familia cuando él tenía la Crítica, Poesías escogidas (1960), Poesías
dos años. Afiliado a la Unión de Escritores y Ar­ completas, 1944-1962 (1962), Libro de las alu­
tistas Revolucionarios, tras la Guerra Civil, su cinaciones (1964), por el que, de nuevo, fue ga­
apoyo a un grupo de presos lo llevó a pasar él lardonado con el Premio de la Crítica, Compasi­
mismo cuatro años de cárcel, tras lo cual marchó vamente en la noche (1978), Antología (1985),
a Valencia, donde trabajó en una editorial. De Cabotaje (1988), Emblemas neurorradiológicos
nuevo en Santander, participó en la fundación de (1990), Prehistoria literaria (1991), en el que se
la revista Proel. En 1944 se traslada otra vez a recogen trece poemas escritos entre 1937 y 1938,
Valencia, para regresar a la capital cántabra en Agenda (1991), Antología poética (1993), Selec­
1947, en la que residirá hasta 1952, fecha en la ción de poemas (1993), Una lectura de José Hie­
cual se instaló en Madrid, ciudad en la que co­ rro (1994), Antología recordada de José Hierro
menzó a trabajar en Radio Nacional, de la que se (1994), Todos los sonetos, 1939-1993 (1995),
jubilaría en 1987. Amigo de José Luis Hidalgo* Nombres propios (1995) y la que se consideró su
y Julio Maruri*, con ellos participa en la men­ gran obra, con la cual alcanzó no solo el éxito de
cionada Proel y en la publicación valenciana crítica, sino el sorprendente del público: Cua­
Corcel. Considerado uno de los grandes poetas derno de Nueva York (1998), con el que una vez
españoles contemporáneos, su obra, madura más recibió el Premio de la Crítica y el Nacional
desde el comienzo, movida inicialmente por un de Literatura. A todos estos títulos, hay que aña­
cierto antiesteticismo y fuertemente conceptual, dir: Antología poética (1936-1998) (1998), am­
está marcada por las experiencias autobiográfi­ pliada en 2002 con los inéditos de Guardados en
cas. Superador del realismo* social de un Blas la sombra, al que luego nos referirem os, José
de Otero* o un Gabriel Celaya*, Hierro concibe Hierro para niños (1998), Sonetos (1999), M ú­
el lenguaje poético como un vehículo articulador sica (1999), Vida (1999), Antología personal
del misterio, de todo aquello que, en el subsuelo (2001), ¿Quépuede la poesía? (2002) y una reu­
de la realidad, necesita de la imaginación verbal nión de ensayos sobre poesía, narrativa, autores,
para ser comprendido o siquiera vislumbrado. arte, etc., pero también de cuentos y de dos bre­
No obstante, su poesía ha buscado, a menudo, en ves piezas teatrales: la mencionada Guardaos en
el coloquialismo y la sencillez una reconciliación la sombra (2002), que permite conocer el pensa­
humilde con la responsabilidad individual de la miento poético y estético del autor, así como su
creación. Efectivamente, el propio Hierro habló concepto de la escritura y sus preocupaciones
del tránsito de la poesía social a lo que él llamaba lingüísticas y morales. En 1981 recibió el Premio
«poesía testimonial» o «poesía en voz baja». Te­ Príncipe de Asturias al conjunto de su obra, y en
máticamente, la memoria, las ideas de la destruc­ 1998 el Premio Cervantes, aunque no fueron los
ción, el otoño y el crepúsculo, así como una con­ únicos galardones, pues a los ya mencionados
421 HORÉ

hay que añadir el Nacional de las Letras, el Reina pañol. Fue autor de Poema del campo (1925),
Sofía y el Europeo de Literatura Aristeión, con­ Poesía de perfil (1926), La rosa de los vientos
cedido por la Comunidad Europea. José Hierro (1927), Orillas de la luz (1928) — los cuatro aún
fue, asimismo, ensayista de prestigio en los cam­ en las lindes de la «poesía pura»— , La flo r de
pos de la literatura y la pintura, campo este úl­ California (1928), primera obra surrealista espa­
timo en el que destacó como crítico de arte desde ñola, y La sangre en libertad (1931).
que empezara a ocuparse de dichos asuntos en
1944 en periódicos santanderinos y hasta que a HISPALENSE, Juan -> Véase ESCUELA DE TRA­
finales de los años setenta él mismo confesara DUCTORES DE TOLEDO.
que le había dejado de interesar. No pudo hacer
efectivo su ingreso en la Real A cadem ia Espa­ HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y DE LA HERMOSA
ñola, de la que había sido elegido miembro en JARIFA -> Véase LIBRO DEL ABENCERRAJE.
2001 y para lo cual preparaba un discurso sobre
la prosa de Juan Ramón Jiménez*. HISTORIA DE ABINDARRÁEZ Y JARIFA -> Véase
LIBRO DEL ABENCERRAJE.
HIGINIO, Cayo Julio (Valencia?, siglo V a. de C.)
Tratadista. Fue bibliotecario de Augusto y amigo HISTORIA DE LOS SIETE SABIOS DE ROMA ->
de Ovidio y, aunque la mayoría de sus obras es­ Véase SIETE SABIOS DE ROMA.
tán perdidas, se sabe que escribió, además de un
comentario a la obra de Virgilio, obras como De HITA, arcipreste de Véase ARCIPRESTE DE
agricultura, De dis penatibus, De prorietatibus HITA; Juan Ruiz.
deorum y D efam iliis Trianis. Se sospecha, ade­
más, la posibilidad de que sea él el Higinio autor HOJEDA, Diego de (Sevilla, 1571 -Huánuco de
de Genealogiae, una recopilación de mitos cono­ los Caballeros, Perú, 1615)
cida como Fabulae gracias a la edición príncipe Poeta. Ingresó en la Orden de santo Domingo y,
publicada en Basilea, en 1535, por Miquilo. en 1591, un año después de llegar al Perú, se or­
denó sacerdote. Prior del convento del Rosario de
HINOJOSA, Eduardo de (Alhama, Granada, Lima, regentó los estudios de los dominicos hasta
1852-Madrid, 1919) que, en 1612, por problemas con sus superiores,
Historiador. Fue archivero y catedrático de Histo­ sobre todo con fray Alonso de Almería, fue rele­
ria del Derecho en Madrid, materia en la que se le vado del cargo, confinado, primero en el convento
considera iniciador de una nueva forma de conce­ de Cuzco y, después, en el de Huánuco. Es célebre
bir su estudio. Miembro de la Real Academia Es­ por su poema épico-religioso La Cristíada... que
pañola, así como de las Academias de la Historia y trata de la vida y muerte de Cristo Nuestro Señor
de Jurisprudencia, se dedicó a estudiar el Derecho (Sevilla, 1611), dedicado al virrey del Perú, el
romano o las influencias de la Filosofía y Teología marqués de Montesclaros, y escrito en dos mil oc­
de los siglos xvi y xvn en las ulteriores aplicacio­ tavas reales divididas en doce cantos de lenguaje
nes jurídicas, debiéndosele obras fundamentales solemne y emotivo. En él, según modelos clásicos
como'la Historia del Derecho romano (1885), His­ y de acuerdo a un tono místico, aborda el tema de
toria del Derecho español (1887) o El elemento la Pasión de Cristo, centrándose en sus tormentos
germánico en el Derecho español (1915), entre entre la última cena y el entierro, lo que le sirve a
otras, de las que deberían recordarse algunos estu­ Hojeda para meditar sobre cuestiones teológicas e
dios de arqueología publicados, en su día, por el históricas, así como para comparar sus padeci­
Museo Español de Antigüedades, y su aportación a mientos con los de Jesús. Como fuentes de esta
la Historia General de España que codirigió con obra se han visto, además de las bíblicas, a Ho­
Aureliano Fernández Guerra*. mero, Virgilio, Dante, Ariosto, La redención uni­
versal (1584), de un tal Francisco Hernández
HINOJOSA, José María (Campillos, Málaga, Blasco, y Christiad (1535), biografía de Cristo en
1904-Málaga, 1936) latín, de M. G. Vida. La obra del padre Hojeda fue
Poeta. Abogado, fundador, con M anuel Altola- alabada por Lope de Vega*, Mira de Amescua* y
guirre* y Emilio Prados*, de la revista Ambos, y Menéndez Pelayo*, entre otros.
director de Litoral, colaboró en la rebelión mili­
tar con la que se originó la Guerra Civil y fue fu­ HORÉ, María Gertrudis (Cádiz, 1748-1801)
silado por los republicanos. Tras una estancia en Poetisa. Religiosa, sus versos, sentimentales y
París, en la que conoció a los surrealistas, y sus anacreónticos, los publicó en el Correo de M a­
anteriores contactos con las vanguardias (véase drid y el Diario de Madrid. Es célebre tanto por
VANGUARDISMO), tomó para sí sus postulados, su supuesta belleza cuanto por la leyenda biográ­
convirtiéndose en el prim er poeta surrealista es­ fica que, sobre ella, escribió Fernán Caballero*.
HORMIGÓN 422

HORMIGÓN, Juan Antonio (Zaragoza, 1943) No obstante, la celebridad de Horozco se debe a


Ensayista y dramaturgo. Médico, director teatral las especulaciones que, a partir de las tesis de Ju­
y profesor en la Escuela de Arte Dramático de lio Cejador*, le daban por autor del Lazarillo de
Madrid, es autor de numerosos trabajos críticos Tormes, algo que no ha sido demostrado con sol­
sobre diversos autores. Aparte las obras teatrales vencia, según la opinión de Emilio Cotarelo*, y
La dama del olivar (1970), Judith contra Holo- que en buena medida se debe a la aparición de un
fernes (1973) o La vengadora de las mujeres joven picaro llamado Lazarillo en la mencionada
(1986), merecen mención ensayos como: Inves­ Representación de la Historia evangélica. Sí son
tigaciones sobre el espacio escénico (1970), Ju­ suyas, asimismo, obras como la colección de
lio César o la ambición del poder (según Shakes­ más de tres mil Refranes glosados, editados en
peare) (1977), Valle-Inclán y su tiempo (1982) y 1915-1916 por el citado Cotarelo, y Teatro uni­
Valle-Inclán: Cronología, escritos dispersos, versal de Proverbios, Adagios, o comúnmente
epistolario (1987), entre otros. llamados refranes... que más se usan en nuestra
España..., sus Relaciones toledanas (h. 1565),
HOROZCO, Agustín de (Escalona, h. 1550-1620) obra en prosa donde, a modo de crónica, reúne
Historiador y cronista. Estuvo al servicio de apuntes sobre literatura folclórica, a las que ha­
Diego Hurtado de M endoza* y, después de la bría que añadir un Libro de cuentos que, según
muerte de este, se convirtió en historiadoi- de Cá­ todos los indicios, permanece perdido.
diz, ciudad sobre la que escribió su Crónica
(1598). Autor de las vidas de los santos mártires HOROZCO Y COVARRUBIAS, Juan de (Toledo,
Servando y Germano en 1619, su obra funda­ ?-Guadix, Granada, 1608)
mental es: Discurso historial de la presa que del Tratadista. Hijo de Sebastián de Horozco* y her­
puerto de la M aamora hizo la armada real de mano de Sebastián de Covarrubias*, autor del
España, año de 1614 (1615). célebre Tesoro de la lengua castellana o espa­
ñola (1611), fue canónigo de la catedral de Se­
HOROZCO, Sebastián de (Toledo, h. 1510- villa, de la que más tarde sería arcipreste, antes
h. 1580) de convertirse en obispo de Guadix. Fue autor
Dramaturgo, poeta y cronista. Formado en el de Emblemas m orales (Segovia, 1589), expo­
mundo de las leyes y padre de Juan de Horozco nente fundam ental de la literatura «em blem á­
y Covarrubias* y de Sebastián de Covarrubias*, tica» — como lo serían algunos textos de Saave­
autor este último del célebre Tesoro de la lengua dra Fajardo*— , Paradoxas Christianas contra
castellana o española (1611), Horozco fue abo­ las falsas opiniones del mundo (Segovia, 1592),
gado en Toledo y ocupó diversos cargos adm i­ Symbola Sacra (1601), Consuelo de afligidos
nistrativos, alguno de los cuales estuvo relacio­ (1605) y Doctrina de príncipes enseñada por el
nado con la Inquisición. La difusión de su obra santo Job (Valladolid, 1605).
fue a través de manuscritos que parece ser solo
se movieron en escogidos círculos literarios. Aun HORTA, Heladio -> Véase ORTA, Eladio.
así, su poesía, popular, eminentemente burlesca
e inspirada formalmente en los cancioneros me­ HORTAI MASSANÉS, Joaquim (Barcelona, 1930)
dievales, se recoge en Cancionero, no editado Poeta y editor. Su labor como editor lo ha llevado
hasta 1874 por la Sociedad de Bibliófilos Anda­ a crear diversas colecciones como «Signe» o
luces, y en el que se incluyen piezas dramáticas «Quaderns de Teatre», entre otras. Como poeta,
como: Representación de la parábola de san siempre en lengua catalana, ha publicado poe­
Mateo a los veinte capítulos de su sagrado Evan­ marios en la línea del neorrealismo catalán, in­
gelio, que se representó en Toledo en 1548, Re­ fluidos por Antonio Machado*, Espriu* y Foix*,
presentación de la Historia evangélica del capí­ de entre los que destacan: Poemes de la nit
tulo nono de san Juan, Representación de la (1955), Home que espera (1957), Paraules per
famosa historia de Ruth, Coloquio de la Muerte, a no dormir (1960), Poesía, 1957-1966 (1966),
con todas las edades y estados y un Entremés a Balang d ’última hora (1974) o L afinestra de la
una monja parienta suya, quizá de 1550 y que es planta vuitena (1980). Sus versos han servido
tenido por el primer ejemplo de este género tea­ como letra a muchas canciones de músicos cata­
tral. Es su teatro una pieza más en defensa de la lanes contemporáneos. Es autor, asimismo, del
vía profana frente al teatro puramente religioso, ensayo Tres notes sobre música i poesía negra
y, al igual que en su poesía, suele tender a lo po­ (1959).
pular, sin abandonar un fondo devocional, con
personajes claramente orientados a entretener HOYO MARTÍNEZ, Arturo del (Madrid, 1917)
criticando. Se trata, en suma, de un ejercicio de Narrador, crítico y antologo. Licenciado en Filo­
revitalización de ciertos argumentos bíblicos. logía Románica y colaborador en diversas publi­
423 HUARTE DE SAN JUAN

caciones, entre ellas El Sol, Revista de Filología novelas y cincuenta relatos, títulos narrativos
Española, ínsula, La Estafeta Literaria y Poesía como: Cuestión de ambiente (1903), Mors in
Española, es conocido por su literatura infantil, vita (1904), Frivolidad (1905), A flo r de piel
si bien ha publicado obras como Teatro mundial (1907), Los emigrantes (1909), Del huerto del
(M il setecientos argumentos) (1956), en la que pecado (1909), libro de relatos, La vejez de He-
se dedica a resum ir diferentes obras célebres de liogábalo (1912), El horror de m orir (1914),
la literatura universal, Antología del soneto es­ Oro, seda, sangre y sol (1914), que recoge rela­
pañol clásico (1963), el estudio Baltasar Gra­ tos de tema taurino, El monstruo (1915), El pa ­
cián (Buenos Aires, 1965), Antología del soneto sado (1916), El oscuro dominio (1916), El cri­
español, siglos xvm y xix (1968) y no pocas edi­ men del fa u n o (1916), Novelas aristocráticas
ciones críticas de obras del propio Gracián, de (1917), las novelas breves de Llamarada
Lope de Vega*, García Lorca* o Miguel Hernán­ (1917), Las hetairas sabias (1918) y El árbol
dez*, así como el Teatro completo (México, genealógico (1918), así como el volumen de
1978), de Max Aub*. Destacan sus libros de prosas líricas Las hogueras de Castilla (1927).
cuentos infantiles: Primera caza y otros cuentos
(1965), Elpequeñuelo y otros cuentos (1967), En HOZ Y MOTA, Juan [Claudio] de la (M adrid,
la glorieta y otros sitios (1972), Las señas 1622-1717)
(1977), Prem io Hucha de Oro, El lobo y otros Dramaturgo. De familia hidalga burgalesa y
cuentos (1981) o Historias de Bigotillo, ratón de miembro de la Orden de Santiago desde 1653,
campo (1986). ocupó diversos cargos, entre ellos el de censor
teatral. Está considerado como uno de los auto­
HOYO SOLÓRZANO Y SOTOMAYOR, Cristó­ res menores de la escuela de Calderón de la
bal del (Tazacorte, Tenerife, 1677-La Laguna, Barca*, y en su producción destacan, además de
Tenerife, 1762) dos entremeses — El invisible y Los toros de A l­
Narrador y poeta. M arqués de San Andrés y viz­ calá— , comedias de corte religioso como San
conde de Buen Paso, fue poeta festivo y poco in­ Dimas — de la que se sirvió Hartzenbusch* para
teresante, aunque su celebridad se debe a sus su El mal apóstol y el buen ladrón— , M orir en
Cartas, que, editadas clandestinamente en 1740 la cruz con Cristo y José, salvador de Egipto;
o 1746, cuentan su agitada vida, sazonándola con otras comedias de asunto novelesco costum ­
críticas al Madrid de la época que le valieron la brista, como El Villano del Danubio, basada en
censura de la Inquisición. una anécdota sobre fray Antonio de Guevara*, o
El castigo de la miseria, que toma su argumento
HOYOS Y VINENT, Antonio de (M adrid, 1885- de una novela de María de Zayas*, o piezas his­
1940) tóricas como El montañés Juan Pascual y primer
N ovelista. M arqués de Vinent, estudió en asistente de Sevilla, en línea directa con El al­
Viena, donde su padre era embajador, Oxford y calde de Zalamea, de Calderón — que sirvió para
Madrid, ciudad en la que en los años de la Guerra obras posteriores del duque de Rivas* y de Zo­
Civil mostró sus simpatías por el anarquismo. rrilla* y en la que, no obstante, M enéndez Pe-
Murió en prisión. Colaborador de diferentes pu­ layo* vio la huella de Lope de Vega*— , o El
blicaciones, desde las más reaccionarias a las Abraham castellano y blasón de los guzmanes,
más revolucionarias, fue autor de novelas y libros basada en Más pesa el rey que la sangre, de Vé-
de relatos de tinte erótico — en los que combina lez de Guevara*.
misticismo y amor profano— , decadentes, este-
ticistas y de prosa recargada, en la línea de Fe­ HUARTE DE SAN JUAN, Juan (Saint Jean Pied de
lipe Trigo* o D ’A nnunzio, en los que a veces Port [Bajos Pirineos (antigua Navarra española,
tiene cabida una tenue crítica social centrada en hoy Francia)], h. 1530-Baeza, Jaén, h. 1588)
los ambientes aristocráticos y en donde los per­ Tratadista. Apenas se sabe de él, salvo que fue fi­
sonajes aparecen como víctim as de sus vicios. lósofo y que ejerció la Medicina en Linares y en
Sus páginas acusan la influencia de M adame Baeza desde 1566, si bien puede que se licen­
Valette, autora finisecular que, con el seudó­ ciara en la Universidad de Huesca y se doctorara
nimo de Rachilde, escribió diversas obras de en la de Alcalá en 1559. Una obra es la que le ha
tono sentim ental erótico, y de Paul Duval, dado fama, su Examen de ingenios para las cien­
quien, en la m isma línea, publicó obras m eno­ cias. Donde se muestra la diferencia de habilida­
res destinadas a su consum o m asivo. A unque des que hay en los hombres, y el género de letras
fue autor de diversos dram as, ensayos como que a cada uno responde en p articular (Baeza,
M editaciones (1918), La trayectoria de las re­ 1575), obra que, dedicada a Felipe II, hubo de re-
voluciones (1919) o A m érica: el libro de los elaborar, en 1594, debido a las censuras de la In­
orígenes (1927), destacan, de entre sus treinta quisición, que la incluyó en el índice de 1581. En
424
HUERTAS

ella, Huarte estudia las cualidades del cuerpo y mundo basada en una formación m ultidiscipli­
del ingenio con minuciosas exposiciones intelec­ nar. El humanista, entendido tal como lo enten­
tuales sobre cuestiones humanísticas y los diver­ dían en el siglo xv, era el experto en los studia
sos tipos humanos en las que no faltan divertidos humanitatis, es decir en disciplinas como gramá­
consejos, por ejemplo, para el buen funciona­ tica, retórica, poética, historia y filosofía moral,
miento del matrimonio. Atendiendo a la teoría de y es este el patrón al que responde el humanista
los humores — melancolía, sangre, bilis, flema— , italiano que se proyecta en Europa en el Renaci­
y a la combinación entre ellos, su intención es miento*, si bien, paulatinamente, el humanista
mostrar los métodos para lograr una educación va introduciéndose en otros ámbitos universita­
de los individuos atendiendo a su tipificación de rios, como son la Teología, el Derecho, la Medi­
acuerdo con sus aptitudes intelectuales y físicas. cina, la Astronomía o la Astrología, trasformán-
Influida por la Biblia, Hipócrates, Galeno, Pla­ dolos de raíz. En España, como consecuencia de
tón, Aristóteles, santo Tomás o Cicerón, gozó de la pervivencia de valores medievales durante el
numerosas traducciones y reediciones en francés, Renacimiento, este tuvo unos efectos menores
inglés, italiano, holandés, alemán y latín, y, a la que en el resto de Europa. Así pues, el hum a­
sazón, de un extraordinario éxito en toda Europa, nismo ve también disminuido su influjo, princi­
convirtiéndose, además, en libro fundamental palmente por el predominio de una tendencia
para la Medicina y Psicología posteriores, así técnica y filológica de carácter profesoral y de
como en fuente de obras como el Quijote o El li­ escasa influencia, así como por el hecho de que
cenciado Vidriera, de Cervantes*, y en influen­ la mayoría de los humanistas españoles, Joan Se­
cia ineludible en autores como Bacon o Pierre rra, Sánchez de Arévalo*, Arias Montano*, Juan
Charon. Luis Vives* o los Valdés*, vivían y ejercían en el
extranjero. En cualquier caso, el modelo hum a­
HUERTAS, Begoña (M adrid, 1965) nístico triunfante atrae a intelectuales españoles
Narradora. En sus obras aborda la crisis de iden­ del siglo xv como Enrique de Villena*, Alfonso
tidad y los diferentes fracasos de los jóvenes es­ de Cartagena*, Juan de Mena* o Alfonso Fer­
pañoles de la generación de los treinta años, su nández de Madrigal*, aunque estos nunca llega­
vacío existencial. Autora de las novelas Déjenme ron a asimilar los principios originarios, salvo en
dormir en paz (1998), una suerte de road movie, el caso de Alfonso de Palencia*, que sí supo aco­
y Por eso envejecemos tan deprisa (2001), así modarse a la historiografía propiciada por el hu­
como del libro de relatos A tragos (1996). manismo. Sea como fuere, el caso es que en la
introducción del m ovimiento humanista en Es­
HUETE, Jaime de (Alcañiz, Teruel, ?-? [1 .a mitad paña desempeñaron un papel decisivo ciertos in­
siglo XVI]) telectuales italianos al servicio de la reina Isabel
Dramaturgo. De vasta cultura clásica, es consi­ la Católica, como son Mártir de Anglería* o Lu­
derado autor erasmista. Dos comedias suyas, de cio Marineo Sículo*. El centro principal del hu­
tono similar a las obras de Torres Naharro* y manismo español se sitúa en la U niversidad de
deudoras de la Celestina, nos han llegado: Co­ Alcalá y el producto más significativo de su la­
media intitulada «Tesorina», la materia de la bor es la Biblia políglota complutense*, auspi­
cual es unos amores de uu penado p or una se­ ciada por Cisneros* y que se vería continuada
ñora y otras personas adhe rentes (h. 1525) y Co­ por Arias Montano en la Biblia políglota de Am ­
media llamada Vidriana (¿Zaragoza, 1528?). beres*, realizada a su cuidado. Además de la in­
fluencia del humanismo italiano en autores como
HUGUET, Joaquín (Valencia, 1962) fray Luis de León*, Boscán* o Garcilaso*, o de
Novelista. Autor que, con su primera novela en la decisiva resonancia en España, en lo referente
1999, El señor Teckel, ofreció una divertida, a la crítica de las costumbres del clero y a la de­
culta y osada sátira del género gótico para ironi­ fensa de una religiosidad más abierta y simple,
zar sobre ciertas cuestiones cuyo origen se en­ de la figura máxima del humanismo europeo,
cuentra en el período romántico, como la venera­ Erasmo de Rotterdam, en la ya mencionada línea
ción de la naturaleza salvaje o el culto al perro de los estudios filológicos destacan los trabajos
como metáfora de la bondad, asunto este que le de Nebrija*, el responsable, quizá, del afianza­
sirve para crear el personaje de un lobo-hombre miento definitivo del humanismo en la Penín­
de hilarante servilismo. sula, el Brócense*, Pedro Simón Abril* o Juan
Ginés de Sepúlveda*, entre otros. Respecto al in­
HUMANISMO flujo de Erasmo, muy claro en autores como Al­
Movimiento o actitud intelectual cuya eclosión fonso de Valdés* o el citado Vives, las cosas, sin
tuvo lugar durante el Renacimiento* y que, en embargo, acabarían por cambiar a consecuencia
general, devenía en una determinada visión del del espíritu contrarreform ista y su figura sería
425 HURTADO DE MENDOZA

víctim a de la hostilidad. En general, los hum a­ HURTADO DE MENDOZA, Antonio -> Véase
nistas dejan claro su antiescolasticism o, por lo HURTADO DE M ENDOZA Y LARREA, Anto­
cual su fuerza se apagará con el resurgimiento de nio.
la Escolástica. Teólogos como Francisco de Vi­
toria*, M elchor Cano*, Molina* o Suárez* se HURTADO DE MENDOZA, Diego (?, 1365-1
ven, no obstante, marcados por ciertas preocupa­ 1404)
ciones humanísticas, tales como el cuidado de la Poeta. Hijo de Pedro González de Mendoza*, pa­
pureza del latín y del estilo literario, algo que su­ dre del marqués de Santillana* y pariente del hu­
cede también en diferentes ámbitos de la litera­ manista de su mismo nombre Diego Hurtado de
tura, como son la poesía y el teatro escritos en la­ Mendoza*, fue almirante de Castilla y procer de
tín. La erudición será creciente, lo que dará lugar la corte de'E nrique III. Es autor de un cosaute
al surgimiento de las escuelas jesuitas que, final­ amatorio — canción en pareados con un estribillo
mente, se apartarán del espíritu humanista. después de cada uno de ellos— incluido en el
Como ha señalado el crítico Francisco Rico*, el Cancionero de Palacio (véase CANCIONERO).
humanismo supuso una etapa decisiva en la his­
toria de la cultura europea. Para Rico se trató de HURTADO DE MENDOZA, Diego (G ranada,
un proyecto pensado y desarrollado por filólo­ 1503-Madrid, 1575)
gos, historiadores y poetas que revitalizaron los Humanista, historiador y poeta. Hijo del conde de
studia hum anitatis durante cuatrocientos años, Tendilla y biznieto del marqués de Santillana*, el
siempre tratando de vencer la vacuidad de la Es­ primer marqués de Mondéjar estudió en Granada
colástica a través de los escritos greco-romanos y en Salamanca, y, aunque su familia intentó que
y de la historia para dotar al hombre de una se dedicara al sacerdocio, él tomó las armas y lu­
nueva ética, de una estética y de un pensamiento chó en las campañas de Pavía y Túnez. Desem­
nuevos. Se refiere Rico, en su El sueño del hu­ peñó numerosos cargos diplomáticos, entre los
manismo, a Lorenzo Valla, quien en su Elegan- cuales destacan los desarrollados en Inglaterra,
tiae latinae linguae (h. 1440) ya planteó la idea Venecia y, como emisario de Carlos V, en el Con­
de que el latín civilizó a los pueblos, dotándolos cilio de Trento. Tras su embajada en Roma, y des­
de una razón que los liberaba de la barbarie. De pués de haber sido gobernador de Siena y sofocar
ese modo, y a partir de ahí, cultivando las len­ allí una sublevación, ya de nuevo en España, en
guas y literaturas clásicas y a través de los nue­ 1556, ingresó en la Orden de Alcántara y, por di­
vos usos en la ciencia y el arte, com enzaron a versos problemas con Felipe II, fue desterrado a
florecer todos los saberes. Esto dio lugar, según Medina del Campo y a Granada hasta 1574, año
Rico, a una nueva pedagogía a partir de la cual el en que se le permitió regresar a la capital, aunque
hombre aprendió a vivir en la historia, en una no a Palacio. En la ciudad andaluza, se había
evolución dinám ica del conocim iento, y es en unido al ejército real para combatir el alzamiento
ese clima en el que surgieron los grandes guías de los moriscos en las Alpujarras en 1568.
intelectuales europeos, como los ya m enciona­ Representa los valores del humanista m ilitar y
dos Erasmo y Vives, figuras iniciales del cosmo­ aristócrata típicos del siglo xvi. Hombre de ex­
politismo. traordinaria cultura, conocedor del latín, el
griego, el hebreo y el árabe, fue amigo de nume­
HÚMARA Y SALAMANCA, Rafael (siglo xix) rosos artistas italianos, de Boscán* y de Garci­
Novelista. Nada se conoce de su biografía, salvo laso de la Vega*, y reunió, a lo largo de su vida,
que debió de pasar algún tiempo en Francia y una inmensa colección de libros y códices que, a
que su origen era sevillano. En sus obras hay un su muerte, legaría para la biblioteca de Felipe II
encendido apasionamiento, típico del patetismo en el Monasterio de El Escorial. Sus obras circu­
m elodramático del Rom anticismo*, así como laron manuscritas, si bien gozaron de gran difu­
una moralidad patriótica y la tendencia a un es­ sión. Su poesía, melancólica e italianizante, con­
tilo noble en la línea de autores como Walter vive con metros tradicionales, con lo que su
Scott o Chateaubriand. Fue autor, además de la tendencia petrarquista se ve interferida por mo­
Epístola-sermón a algunos zurriaguistas (1823), dos más populares, satíricos y paródicos, tanto
de las novelas históricas Ramiro, conde de Lu- en las églogas y los sonetos cuanto en las cancio­
cena (1823), considerada la primera novela his­ nes, villancicos, quintillas o en su Fábula de
tórica española, mucho antes de El señor de Adonis (1553), en octavas reales de fondo mito­
Bembibre, de Gil y Carrasco*, y Los amigos ene­ lógico. Además de lo ya mencionado, escribió
migos (1834). elegías, redondillas — que Lope de Vega* alabó
con vehemencia— y octosílabos innovadores,
HURTADO DE GUADALAJARA FAJARDO tratando asuntos idealistas, amorosos o filosófi­
Véase HURTADO DE VELARDE, Alfonso. cos, entre otros. Solo publicó, en vida, una epís­
HURTADO DE MENDOZA 42Ó

tola a Boscán, incluida en las Obras de este y nombrado secretario en 1623. También fue se­
Garcilaso, y la citada Fábula, y no sería hasta cretario de la Inquisición y, tras tomar los hábi­
1610 cuando aparecerían publicadas sus Obras tos de la Orden de Calatrava, llegó a ser comen­
en una edición de la que quedaron excluidos sus dador de Zorita. íntim o del conde-duque de
poemas satíricos y burlescos. Olivares, colaboró en alguna ocasión con Que­
En cuanto a su prosa, cabe decir que, además de vedo* y fue autor teatral de prestigio, sobre todo
haberse sospechado su autoría del Lazarillo de con comedias estilosas en las que, a menudo, lo­
Tormes * y del Diálogo entre Caronte y el ánima gra intensas descripciones psicológicas en las
de Pedro Luis Farnesio, hijo del Papa Paulo III que se anuncia ya al mejor Moliere. Destacan tí­
(1547), se le han atribuido otros muchos textos tulos como No hay amor donde hay agravio (h.
de carácter burlesco y satírico. Es en la prosa, no 1621), Querer por solo querer (1622), obra des­
obstante, donde más se aprecia su formación hu­ tinada a ser representada en fiestas cortesanas,
manística. Así puede comprobarse en su Guerra Cada loco con su tema (1630), comedia típica de
de Granada, publicada incom pleta en 1610 y, figurón, Quien más miente medra más (1631), El
también incompleta, en Lisboa en 1627. No sería marido hace m ujer y el trato muda costumbre
hasta 1730 cuando se publicaría completa, aun­ (1631-1632), en la que se ha visto una posible
que llena de erratas. La obra, en cualquier caso, fuente de L ’école des maris, del m encionado
dio origen a una polémica crítica al creerse que Moliere, Los empeños del mentir (d. de séptiem-
se trataba de una prosificación de los primeros bre de 1634) y El galán sin dama (h. 1635). Fue
dieciocho cantos de La Austriada de Juan Rufo*, autor, asimismo, de algún entremés, como es el
cuando, según parece, fue este último quien ver­ caso de Exam inador m icer Palomo y Getafe, y
sificó el texto de Hurtado de Mendoza. Es una de una discreta obra lírica de tradición culterana
obra detallista y rigurosa, heredera de los modos (véase CULTERANISMO), que se distribuyó m a­
de Salustio y Cornelio Tácito, en la que, al nuscrita en vida del autor y se recogió en Obras
tiempo que ejercita el buen hacer como historia­ líricas y cómicas, divinas y humanas, texto edi­
dor, no renuncia al preciosismo de un estilo rico tado en M adrid ya postumamente, en 1690. Es
y fluido. Asimismo, fue autor de una traducción digno de mención, de todos los incluidos en di­
de la Mecánica de Aristóteles y compuso, en la­ cho volumen, su poema religioso Vida de N ues­
tín, una Paraphrasis in totum Aristotelem. tra Señora (1672). Fue autor elogiado por Cer­
vantes*, Lope de Vega* y Góngora*, que incluso
HURTADO DE MENDOZA, Juan (Madrid, h. lo imitó.
1497-d. de 1550)
Poeta. Biznieto del marqués de Santillana*, se HURTADO DE TOLEDO, Luis (Toledo, h. 1510-
relacionó con humanistas alcalaínos y fue amigo d. de 1585)
de autores como Fernández de Oviedo*, Ramí­ Prosista y comediógrafo. Fue soldado en la cam­
rez Pagán* o Núñez de Reinoso*, entre otros. paña de Argel y párroco en san Vicente de To­
Fue autor de sonetos y versificaciones a la fran­ ledo, toda vez que se había ordenado sacerdote
cesa en pareados endecasílabos y serventesios, y en 1550. Es autor teatral de obras como Égloga
reaccionó contra los modos italianizantes en sobre el galardón y premio de amor, publicada en
boga. Destacan, en su obra, Alborada trovada 1553 con Proceso de cartas de amores, de Juan
(1546), un pliego en el que se incluyen doce so­ de Segura*, y Comedia de Preteo y Tribaldo, lla­
netos al Nacimiento, y la colección de poemas El mada disputa y remedio de amor (Toledo, 1553),
buen plazer trovado (1550). Se le considera, asi­ de carácter pastoril* y que había empezado Pe-
mismo, autor de una versión en hexámetros de rálvarez de Ayllón*. No obstante, su celebridad
las Coplas de Jorge Manrique*. se debe a las muchas atribuciones de las que ha
sido protagonista; así, se le consideró autor de la
HURTADO DE MENDOZA, Pedro Véase SEN- Tragedia Policiana (Toledo, 1547), de Sebastián
DEBAR. Fernández*, de la que solo realizó, según opinión
de Menéndez Pelayo*, correcciones de imprenta,
HURTADO DE MENDOZA Y LARREA, Antonio del Palmerín de Inglaterra (1547), obra de la que
(Castro Urdíales, Cantabria, 1586-Madrid, hoy se considera autor a Francisco de M oraes
1644) Cabral*, y del auto Las cortes de la M uerte
Dramaturgo y poeta. Conocido por sus contem­ (1557), firmado por Micael de Carvajal* y del
poráneos como El Discreto de Palacio, acaso que Hurtado solo fue responsable en la última
porque toda su producción estuvo destinada a sa­ parte. Sí fue autor, además de las comedias men­
tisfacer los gustos de la Corte, se trasladó muy cionadas, de un Memorial de algunas cosas no­
joven a Madrid, ciudad en la que ocupó diferen­ tables que tiene la imperial ciudad de Toledo
tes cargos en la corte de Felipe IV, de quien fue (1578), que permanece inédito, y del poema ale­
427 HURTADO DE LA VERA

górico, en la línea de Juan de Mena*, Las tres­ HURTADO DE VELARDE, Alfonso (siglo xvn)
cientas en defensa de las mujeres (1582), manus­ Dramaturgo. A menudo nombrado como Hur­
crito en el que se incluyen la narración Teatro tado de Guadalajara Fajardo, fue autor menor, de
pastoril, otra llamada H ospital de los necios y la escuela de Lope de Vega*, de quien se con­
una antología de proverbios en verso de carácter serva la comedia La gran tragedia de los infan­
moral bajo el título de Escuela de avisados. A él tes de Lara, escrita, entre 1612 y 1615, a im ita­
se debe, asimismo, una traducción de las M eta­ ción del Bastardo Mudarra, de Lope, y en la que
morfosis (Toledo, 1578), de Ovidio. demuestra gran fidelidad al texto de la crónica*.
Esta obra inspiró a Matos Fragoso* para la suya
HURTADO Y VALHONDO, Antonio (Cáceres, y, a través de este último, al duque de Rivas*. Su
1825-Madrid, 1875) primera edición apareció publicada en la compi­
Dramaturgo y poeta. Dirigente político, llegó a lación titulada Flor de comedias de España (Al­
ser gobernador civil, desde 1859, de Albacete, calá, 1615). Se sabe de otros textos inéditos de
Jaén, Valladolid, Cádiz, Valencia y Barcelona, Hurtado de Velarde, todos ellos desaparecidos,
así como consejero de Estado, hasta que, tras una de entre los que pueden mencionarse El Cid,
mala racha de pérdidas económicas y desgracias doña Sol y doña Elvira y El conde de las manos
personales, renunció a sus ideales políticos. Pu­ blancas. Asimismo, se ha especulado sobre su
blicó poemas románticos y religiosos en algunas autoría de diferentes obras, entre ellas un ro­
revistas, como Semanario Pintoresco Español o mance y otra titulada El triunfo del Avemaria, o
La Ilustración Española y Americana. Autor de la toma de Granada, firmada por «un ingenio de
dramas históricos y colaborador y amigo de Nú­ esta Corte»*.
ñez de Arce*, también escribió poesía narrativa
histórica y leyendas en verso en la línea costum­ HURTADO DE LA VERA, Pedro (siglo xvi)
brista del duque de Rivas*. Entre los primeros, Dramaturgo. De nombre verdadero Pedro Faria,
destacan el precoz La conquista de Cáceres nada más se sabe del autor de la comedia Dole­
(1842), Sueños y realidades (1866), sobre la ría del sueño del mundo (Amberes, 1572), una
boda de la reina Isabel, y El vals de Venzano alegoría en la que todos los personajes simboli­
(1872), en donde aparecen ya las aficiones espi­ zan las diferentes virtudes y vicios humanos. Fue
ritistas a las que se entregó al final de sus días. autor, asimismo, de Historia del príncipe Erasto
Son de destacar, en su obra poética, las coleccio­ (Amberes, 1573), una traducción tardía del Sen-
nes de leyendas El romancero de Hernán Cortés debar, una colección de cuentos, supuestamente
(1847), El romancero de la princesa (1852) y de origen indio y árabe, conocida por ese nom­
• Madrid dramático (1870), donde recrea anécdo­ bre y, en versión castellana, por el de Libro de los
tas y fantasías de algunos dramaturgos del Siglo engaños, cuya primera traducción fue encargada
de Oro (véase EDAD DE ORO). Escribió, además, por don Fadrique en 1253 y que sería muy cono­
algunas novelas costumbristas, pero nunca fue­ cida, en versión occidentalizada, como Siete Sa­
ron bien acogidas. bios de Roma.
I
IBÁÑEZ, Andrés (Madrid, 1961) IBN AL-JATIB (Loja, Granada, 1311-1374)
Narrador. Filólogo y músico — ha sido pianista Poeta y biógrafo. Obligado a huir de la corte de
de jazz durante años— , vivió en Nueva York y M uhammad V de Granada, fue perseguido y, fi­
empezó a escribir teatro en inglés, estrenando allí nalmente, ahorcado. Su obra fundamental es un
dos obras. Sus obras, siempre extensísimas, es­ compendio de biografías de poetas granadinos ti­
tán concebidas como un entramado estructural y tulado Círculo.
argumental de gran complejidad, con diversos
niveles conceptuales, narrativos, etc. La mitolo­ IBN BADJDJA, Abu Bakr Muhammad -» Véase
gía, la ciencia-ficción, los mundos misteriosos, AVEMPACE.
lo onírico, son elementos constantes en su prosa,
lo que da lugar a novelas de carácter filosófico IBN EZRA -» Véase ABEN-EZRA.
absolutamente im aginativas y, en gran medida,
psicodélicas. Además del poemario E l bulevar IBN GABIROL - » Véase GABIROL, Solomon ben
del crimen, con el que obtuvo un accésit del Pre­ Judah ibn.
mio Rafael Morales, es autor de las novelas La
música del mundo (1995), galardonada con el IBN GAYYAT —>Véase GAYYAT, Ishaq ben Yehuda
Premio Ojo Crítico de Radio Nacional, El mundo ben.
en la era de Varick (1999) y La sombra del p á ­
jaro lira (2003). IBN HASDAY, Abraham (Barcelona, ?-1240)
Poeta y filósofo hispano-judío. Ha pasado a la
IBAÑEZ DE SEGOVIA Gaspar (Madrid, 1628- historia literaria española como traductor del
Mondéjar, Guadalajara, 1708) árabe al hebreo de la leyenda budista «El hijo del
Historiador. M arqués de M ondéjar, Valher- rey y el derviche», que, en 1518, se publicaría
moso y A grópoli, dedicó su vida a las investi­ como Barlaam y Josafat, volumen en el que,
gaciones históricas y, en Madrid, en 1680, reu­ además, se incluyen algunas poesías suyas.
nió en una tertulia a los más grandes eruditos
del m om ento. Entre sus obras, destacan: La IBN HAYYAN, Abu Marwan (Córdoba, 987-
predicació n de Santiago en España (1682), 1075)
A dvertencia s a la «H istoria» del padre M a­ Historiador. Considerado como el más im por­
riana (Valencia, 1746) y Noticia y juicio de los tante de su época, nos quedan fragmentos de sus
principales historiadores de España (M adrid, dos obras fundamentales: al-Matin (Lo sólido) y
1748). al-Muqtabis (El que desea conocer), que, en to­
tal, sumaban setenta volúmenes.
IBN AL-'ARABI (Murcia, 1165-1240)
Poeta. Considerado como uno de los grandes IBN HAZM, Abu Muhammad 'Alí ibn Muham­
místicos musulmanes, sus obras fundamentales mad ¡bn Sa'id (Córdoba, 994-1064)
son Revelaciones de la Meca, en la que expone, Prosista y erudito. Fue primer m inistro de Ab-
centrándose en la idea del amor divino y con len­ derramán V cuando contaba solo con 30 años.
guaje alegórico, el ideario sufí, y Las perlas de Desterrado a Córdoba tras la revolución berbe­
sabiduría (1229). Fue autor, asimismo, de co­ risca, y conspirador desde la secta «zahiri», el
m entarios del Corán y de obras de metafísica, poder islám ico trató por todos los medios de
cosmología y psicología. Influyó notablemente destruir sus obras. Salvadas del fuego, nos han
en Dante y en Ramón Llull*. llegado algunas de ellas, de entre las que des­
IBN QUZMAN 430

taca El collar de la paloma, la más célebre de entre los que deben recordarse: Cuatro poetas de
todas, en la que analiza el am or profano e in­ hoy (1960), H omenaje a M iguel Hernández
serta citas tomadas de sus propios versos, y que (1960) y Vida de Miguel Hernández (1982).
hoy está considerada como el más interesante
de los tratados eróticos medievales de corte pla­ IGLESIA, Juanjo de la (Madrid, 1959)
tónico. Asimismo, hay que mencionar, entre los Narrador. Periodista y guionista, es conocido
numerosos tratados de historia, teología, lógica presentador televisivo del que fue famoso pro­
o arte poética: Fisal, o historia crítica de las re­ gram a «Caiga quien caiga», y antes lo había
ligiones, sectas y escuelas; Epístola erí elogio sido de programas literarios, así como guionista
de Al-Andalus, Bordado de la novia, Linajes de vídeos industriales y de publicidad y de pro­
árabes, Los caracteres y la conducta y P olé­ gramas de Radio Nacional de España, la COPE
mica religiosa con Ibn al-Nagrella, texto fuer­ y Onda Cero. Se lanzó a la literatura con la no­
temente antisemita. vela Que se mueran los feo s (1998), en la que,
a través de una autobiografía falsa y dispara­
IBN QUZMAN -» Véase QUZMAN, Ibn. tada, plantea con humor iconoclasta y descabe­
llado el problem a de la belleza física en el
IBN SA'ID (Alcalá la Real, Jaén, 1210-1274) mundo actual.
Poeta, historiador y geógrafo. Es autor1de El li­
bro de la esfera de la literatura, en el cual, en IGLESIA ALVARIÑO, Aauilino (San Juan de Vi-
dos partes, estudia a los poetas árabes de Oriente llórente, Lugo, 1909-Santiago de Compos-
y Occidente, y cuyo manuscrito original está en tela, 1961)
la Biblioteca Nacional de El Cairo. Poeta en lengua gallega. Abandonó la carrera
eclesiástica y enseñó latín. Con fuertes influen­
IBN TUFAYL (C ádiz [o G uadix, G ranada], cias clasicistas, sus versos, solemnes, abundan­
1105-?, 1185) tes en endecasílabos y siempre sujetos a rimas
Tratadista. Médico que ejerció su profesión con muy estrictas, abordan a menudo los ambientes
el sultán Yusuf, es célebre por su Hayy ibn Yaq- rurales. Destacan poemarios como Señardá
zan (El Viviente hijo del Vigilante), comentario a (1930), Corazón ao vento (1933), Cámaros ver­
la filosofía de Avicena que también se conoce des (1947), De día a día (1960), Lanza de soledá
como El filósofo autodidacta, y en el que trata, (1961), Nenia (1961) y Leva o seu cantare
desde un punto de vista místico, el camino de la (1964). Publicó, asimismo, algunos libros de
ignorancia a la sabiduría. La obra influyó nota­ poemas en español, así como diversos estudios
blemente en Ramón Llull*. críticos, además de traducciones al gallego de
obras de Horacio y Plauto.
IBN ZAYDUN (Córdoba, 1003-1071)
Poeta. Autor de poemas satíricos y de epístolas, IGLESIAS, Bieito (Quintián, Orense, 1957)
destaca sobre todo por sus versos amorosos a la Narrador en lenguas española y gallega. Estudió
hija del califa omeya al-Mustakfi, entre ellos Ca­ Geografía e H istoria en la Universidad de San­
sida en nun. tiago, ciudad en la que enseña lengua gallega.
C olaborador de diversos medios de com unica­
IBO ALFARO, Manuel (Cervera del río Alhama, ción, destaca como traductor al gallego de las no­
Logroño, 1828-Logroño, 1885) velas de Arthur Conan Doyle en la «Biblioteca
Novelista e historiador. Autor de novelas rosas, o Sherlock Holmes». Iniciado en el género cuen-
sentimentales, entre las que destacan: M alditas tístico, los temas de sus obras son puramente ga­
sean las mujeres (1848), La odalisca de los lau­ llegos, así como los ambientes en que se desarro­
reles (1858), La mora encantada (1859) y El tu­ llan sus textos y los personajes. Todo, pues, es
lipán florido (1860). gallego en este autor que, cómo no, m ezcla lo
real y lo fantástico para, sin evitar la parodia o
IFACH, María Gracia (Caudete, Albacete, un humorismo ácido, observar con mirada crítica
1905-Valencia, 1983) ciertas situaciones costumbristas, la vida aldea­
Narradora y crítica. Se la conoce por su seudó­ na, la universitaria, la política e incluso el galle­
nimo más que por Josefina Escolano, su verda­ guismo mismo, en un ejercicio de ironía que
dero nombre, y, además de haber colaborado en también resulta muy gallego. De entre sus nove­
diversas publicaciones, entre ellas El Urogallo e las, Aventura en Nassau (1991), Vento de seda
ínsula, fue destacada cuentista. Destacan libros (1992) y Miss Ourense (1994), destaca Bajo las
de relatos como La eterna bestia (1921), Locura más bellas estrellas (1999), prim era escrita en
la vida es (1941) y Espejismos (1951). A si­ español y ganadora del Premio Ciudad de Sala­
mismo, publicó numerosos estudios literarios, manca.
431 ILLÁN

IGLESIAS, Eduardo (San Sebastián, 1952) IGLESIES, Ignasi (Sant Andreu de Palomar; Va­
Narrador. Autor de las novelas Por las rutas de lencia, 1871-1928)
los viajeros (1996) y Tormenta seca (2001), en la Dramaturgo en lengua catalana. Relacionado con
que aborda, desde una perspectiva casi filosó­ el grupo modernista L’Aven§, es autor de dramas
fica, asuntos como la casualidad y el tiempo, proletarios, militantes y de carácter reivindica-
siempre en relación con el profundo análisis del tivo, en los que se acusan las influencias de Ib-
‘yo’ y de la búsqueda de la identidad. sen, Hauptmann y Maeterlink y que, a partir del
asentamiento del noucentisme (véase NOVECEN-
IGLESIAS, Gracia (Madrid, 1977) TISMO), dejaron de tener éxito. Destacan, tras su
Poetisa. En la línea poética de otras autoras jóve­ primera obra, estrenada cuando tenía 15 años, La
nes, como Ana M erino*, se trata de una autora forqa de l'orgull, otras como L ’ángel de fang
que combina una visión de la cotidianidad ba­ (1892), Fructidor (1887), La mare eterna
sada en cierto surrealism o* con una vivencia (1900), El cordel poblé (1902), Els vells (1903),
emocionada de la realidad. Hay que destacar su Foc nou (1909), Flor tardana (191-1), Els inmi-
único poemario hasta la fecha: Sospecho que soy grants (1916) y La llar apagada (1926).
humo (2003).
IGNACIO DE LOYOLA, san (Azpeitia, Guipúz­
IGLESIAS, Ignasi -> Véase IGLESIES, Ignasi. coa, 1491-Roma, 1556)
Soldado en su juventud, censurado por la Inquisi­
IGLESIAS DE LA CASA, José (Salamanca, 1748- ción a causa de sus reuniones en Alcalá, después
1791) de 1526, con estudiantes que practicaban la po­
Poeta. Estudió en la universidad de su ciudad y breza y el ascetismo, fundó la Compañía de Jesús
se ordenó sacerdote en 1783, a los 35 años. In­ en 1540, fue beatificado en 1609 y canonizado, por
fluido por Cadalso*, así como por los místicos el papa Gregorio XV, en 1622. En lo tocante a la
españoles, es uno de los representantes de la es­ literatura, el fundador de la Orden de los jesuitas,
cuela salm antina* jun to a M eléndez Valdés y de nombre seglar Iñigo López de Recalde, merece
fray Diego Tadeo G onzález*. Sus inicios fue­ ser recogido aquí por la influencia de su libro titu­
ron con poemas de carácter bucólico y satírico, lado Ejercicios espirituales, redactado en caste­
odas anacreónticas y epigram as en la línea de llano y traducido posteriormente al latín, lengua en
M arcial, atem perando su tono a raíz de su sa­ la que se editó como Exercitia spiritualia (Roma,
cerdocio. Cultivó las cuestiones amorosas, so­ 1548). Este texto marcó definitivamente los rum­
bre todo en metros cortos, y destacan sus églo­ bos políticos, espirituales y literarios de los siglos
gas, sátiras quevedescas en las que denunciaba posteriores en toda Europa, ya que muchos de los
las inm oralidades de sus contem poráneos, id i­ grandes pensadores y autores del Siglo de Oro
lios y letrillas, sobre todo las que se acogen al (véase EDAD DE ORO), como Juan de Mariana*,
título general de «La esposa aldeana». Tres poe­ Francisco Suárez* o Baltasar Gracián*, pertene­
mas publicó en vida: «Llanto de Zaragoza» cieron a la Orden. La intención del libro, en líneas
(1779), «La niñez laureada» (1785), y «La teo­ generales, era proponer la purificación del alma
logía» (1790), en los que, bastante extensos y para evitar el deseo, ejercitando los tres poderes
de tem a serio, em plea la silva. Sería dos años del espíritu: la memoria, la comprensión y la vo­
después de su muerte, en 1793, cuando, en dos luntad. Fue autor, asimismo, de una Autobiografía
volúm enes, se publicaran en Salam anca sus y de un Diario espiritual. Sus Obras completas se
poemas bajo el título de Poesías postumas. Fue editaron en Madrid en 1950.
autor, además, de El Piscator historial de Sala­
manca... cálculo astronómico y pronóstico dia­ ILDEFONSO DE TOLEDO, san (Toledo, 607-667)
rio (1776). Toda su obra se editó, en 1869, en el Tratadista. Arzobispo de Toledo entre 653 y 655,
volumen LXI de la «B iblioteca de Autores Es­ se ha especulado con la posibilidad de que hu­
pañoles». biese sido alumno de Isidoro de Sevilla*. De en­
tre sus obras, destaca la apasionada Libellus de
IGLESIAS HERMIDA, Prudencio (La Coruña, virginitate perpetua Mariae, adversus tres infi­
1884-Madrid, 1919) deles, traducida en 1444 por M artínez de Tala-
Narrador. Fue periodista y se le considera como vera y gracias a la que, por defender la perpetua
uno de los autores de la conocida como «Promo­ virginidad de María, fue conocido por el sobre­
ción de El Cuento Semanal», por la colección en nombre de El Capellán de la Virgen. Fue autor,
la que publicó muchos de sus relatos y novelas asimismo, de la biografía De virorum illustrium
cortas, la m ayoría de las cuales narraban las scriptis y de Liber in cognitione baptismi.
aventuras de un tal Juan del Duero, alter ego de
Iglesias. ILLÁN, Pedro -> Véase PERILLÁN BUXÓ, Eloy.
ILUSTRACIÓN 432

ILUSTRACIÓN vista Cruz y Raya, dirigida por José Berga-


Nombre con el que, paralelamente a los de «Des­ mín*, y hubo de exiliarse finalizada la Guerra
potismo», «Siglo de las Luces», «Siglo de la Ra­ Civil. En México, país en el que se estableció,
zón» o «Neoclasicismo» — según el ámbito de fue profesor de universidad y colaboró en di­
referencia sea político, filosófico o artístico— , versas publicaciones culturales. D estacan sus
se designa al movimiento filosófico iniciado en ensayos El pensam iento de Dilthey. Evolución
el siglo xviii por los franceses Voltaire, Diderot, y sistema (1946), Topía y utopía (1946) y Luz
Rousseau y Montesquieu, el filósofo inglés de la caverna (1951). Fue, asim ism o, notable
Locke y la célebre Encyclopédie (1751-1780), traductor de num erosos filósofos, entre ellos
que daría nombre al enciclopedismo y en la que Dilthey y Kant.
se trataba de ordenar racionalmente el Universo
superando las supersticiones y la ingenuidad. En IMPERIAL, micer Francisco (Génova?, 2 ° mitad
España, las obras de todos estos autores, salvo siglo xiV-Sevilla?, h. 1409)
las poéticas, fueron perseguidas por la Inquisi­ Poeta. Hijo de un joyero genovés que emigró con
ción. En ellas, también en las que se salvaron de su familia a Sevilla, vivió en la ciudad hispalense
las iras inquisitoriales, estaba presente un espí­ y llegó a ser nombrado Almirante de Castilla.
ritu satírico y racional marcado por la búsqueda Aunque sus comienzos poéticos fueron con poe­
de la felicidad terrena. Una de las consecuencias mas amorosos en la tradición gallego-castellana,
del pensamiento ilustrado fue el nacimiento de enriquecida con elementos de la poesía cortés
nuevas políticas urbanas, así como de institucio­ francesa y del dolce stil nuovo, es el primer autor
nes filantrópicas, si bien uno de los resultados que empleó en castellano el verso endecasílabo
más trascendentes fue la expulsión de los jesui­ italiano, antes que Garcilaso de la Vega* y Bos­
tas, a quienes la Ilustración consideraba una cán*, y el primero que introdujo en España el
fuerza política más dañina que la Iglesia misma, gusto por la alegoría a im itación de Dante. En
en 1767. El triunfo del espíritu ilustrado en Es­ sus comienzos, la presencia del gran autor flo­
paña viene de la mano del ascenso de los Borbo- rentino se había limitado a una imitación parcial
nes al trono, quienes fueron propiciando la fun­ en detalles aislados. Figura en el Cancionero de
dación de academias* y sociedades económicas Baena (véase CANCIONERO) con su D ezir de las
que, basadas en modelos franceses, fueron ex­ siete virtudes, que es una adaptación de fragmen­
tendiendo las ideas de la Ilustración, una Ilustra­ tos de la Divina Comedia. Fue autor, también, de
ción que en España, frente al ateísmo que carac­ un Dezir al nacimiento del rey don Juan (1405),
terizaba a la francesa, sería impulsada por el alto así como de poemas amorosos dedicados a Isa­
clero. Una peculiaridad más es que los autores bel González, amante del conde de Niebla, y de
españoles partícipes de la conciencia prove­ otro, titulado Por amor y loores de una hermosa
niente de la Ilustración, acaso como consecuen­ mujer de Sevilla, a una dama hecha prisionera en
cia de su origen común relacionado con las cla­ Oriente. Muy considerado en su época — influyó
ses dirigentes, no cuestionan ni la verdad en el marqués de Santillana*, que lo alabó en su
eclesiástica ni la autoridad real, si bien coinci­ Prohemio (h. 1449)— , actualmente se discute su
den en plantear sus respectivas e independientes relevancia.
parcelas de poder. Paralelamente, los avances de
la ciencia y de la investigación fueron eviden­ INFANTE, José (Málaga, 1946)
ciándose y, en el ámbito de la literatura, se pro­ Poeta y narrador. Incluido en la generación co­
dujo el triunfo de los géneros reflexivos, tales nocida como de los novísimos*, su lenguaje poé­
como la sátira de costumbres, el ensayo, la epís­ tico se caracteriza por la riqueza léxica y una
tola filosófica y, de forma especial, el perio­ cierta suntuosidad culterana. Pero no se trata de
dismo, todo ello en detrimento de la novela, que un simple esteticismo, sino que este vive de la
representaba la im aginación y no la reflexión. experiencia y se aúna con una honda reflexión
Nombres importantes del movimiento en España metafísica. Son sus poemarios Imágenes sucesi­
son: Jovellanos*, Quintana*, Cadalso*, Melén- vas (Cuadernos de María Isabel) (1971), Uranio
dez Valdés* y Mayans y Sisear*, aunque el pre­ 2000. Poemas del caos (1971), Elegía y no
cursor de todos ellos fue Feijoo*, quien ya de­ (1972), Premio Adonais, La uva duodécima
fendía, a principios del siglo, una fe al margen (1976), La nieve de su mano (1978), Retrato de
de supersticiones y fanatismos. fam ilia y un negativo (1980), El artificio de la
eternidad (1985), Poesía (1969-1989) (1991), en
IMAZ, Eugenio (San Sebastián, 1900-México, el que se recogen los anteriores, El don de lo in­
D.F., 1951) visible (1991) y La arena rota (1998), galardo­
Ensayista y traductor. Doctor en Filosofía y li­ nado con el Premio Ciudad de Cáceres Patrimo­
cenciado en D erecho, fue secretario de la re­ nio de la Humanidad. Es autor, asimismo, de la
433 INSTITUCIÓN UBRE DE ENSEÑANZA

novela histórica Victoria Eugenia de Battenberg. que gusta del uso de alejandrinos en sus versos,
Un am or traicionado (2003), con la que quedó en quien se aprecian los ecos de un evidente cla­
finalista del Premio Alfonso X El Sabio. sicismo tanto en la composición como en el uso
de las formas poéticas. Son sus poemarios: Las
INFANTES DE LARA, Leyenda de los siete vigilias (1983), Tríptico del fuego (1983), Bio­
Poema que, basado en unos hechos reales acae­ grafía (1984), Oficio de cuerpos (1985), Dos
cidos en el año 985, debió de ser compuesto poco poem as (1986), Brillante muerte (1986), La
después del 1000. Reconstruido por M enéndez senda jaque (1986), Premio Ricardo Molina, No­
Pidal* a través del rastreo de las crónicas*, el ticia del amor (1988), Habitaciones contiguas
poema cuenta una enemistad familiar, una trai­ (1991) y Vidas ajenas (1991).
ción y la correspondiente venganza, desarrollado
todo ello en la boda de Ruy Velázquez con doña INSTITUCIÓN UBRE DE ENSEÑANZA
Lambra a la que asisten los siete infantes de Lara Centro fundado en 1875 como Instituto privado y
(o de Salas), sobrinos de aquel. Acusados por libre, en el cual se empleaban métodos pedagógi­
ella de haberla ofendido, esta consigue conven­ cos que resultaban revolucionarios tanto en Es­
cer a su marido para que envíe al padre de los in­ paña como en Europa: se realizaban excursiones
fantes, Gonzalo Gustios, a Córdoba con un men­ a diversos lugares que estuviesen relacionados
saje para Almanzor en el que queda claro que hay con la materia, se visitaban los museos, galerías y
que matar al mensajero. Ruy Velázquez finge en­ talleres de los artistas para impartir las clases de
viar a sus sobrinos a luchar contra los moros, es­ arte, los libros de texto fueron eliminados, mien­
tos son asesinados a traición, enviadas sus cabe­ tras que eran decisivos para la evaluación los
zas a Córdoba y enseñadas por Almanzor a cuadernos de los alumnos, se suprimieron los exá­
Gustios, que, en ese momento, es su prisionero. El menes y se facilitó la relación personalizada pro­
resto de la historia se centra en el hijo bastardo de fesor-alumno con la drástica reducción del nú­
la hermana de Almanzor y Gustios, Mudarra, que mero de alumnos por clase; además, se potenció
será el vengador de sus hermanastros al acabar el espíritu crítico del alumnado a través del mé­
con la vida de Ruy Velázquez y su esposa. El cro­ todo intuitivo y se facilitó al máximo la elevación
nista de la Estoria de España, compuesta bajo la del status social de la mujer promocionando su
dirección de Alfonso X*, se basó en el cantar de acceso a una enseñanza laica. A todo ello se aña­
los Siete infantes de Lara, del cual existen dos dían las actividades al aire libre y la mínima vigi­
versiones más: una de la segunda mitad del si­ lancia de los estudiantes. Fue creada por Fran­
glo x m o d e principios del xrv, y otra prosificada, cisco Giner de los Ríos*, después de ser, junto a
según Pidal, en la Estoria de los godos. La le­ Salmerón*, Azcárate* y González Linares, expul­
yenda narrada en el poema dio lugar a numerosos sado de su cátedra y desterrado, como consecuen­
romances, así como a obras teatrales de autores cia de la oposición de todos ellos a las injerencias
como Juan de la Cueva*, Lope de Vega*, Hurtado gubernativas en materia de educación y a las
de Velarde*, Matos Fragoso*, Jerónimo de Cán­ constantes persecuciones a los intelectuales krau-
cer* y Juan Vélez de Guevara*, entre otros, y a sistas por parte del gobierno de Cánovas del Cas­
obras poéticas como El moro expósito, del duque tillo. La situación había sido la siguiente: un de­
de Rivas*, u otras de diversos poetas románticos. creto obligaba a los profesores al uso exclusivo
de los libros de texto, y los profesores universita­
INGENIO DE ESTA CORTE, Un rios estaban obligados a presentar una síntesis de
Seudónimo empleado por diversos autores tea­ sus cursos a fin de que los rectores pudiesen eli­
trales, nobles o miembros de la Iglesia, para minar las heterodoxias de orden moral, político o
ocultar su identidad en la época de Lope de religioso que creyesen oportunas. Castelar* y Sal­
Vega*. Una obra im portante firm ada de este merón renunciaron de inmediato y Giner fue de­
modo es El triunfo del Avemaria, sobre los en­ tenido por orden de Cánovas. Después de haberle
frentamientos entre cristianos y musulmanes en sido ofrecida a Giner la financiación de una uni­
Granada, que se atribuyó, errónea y aventurada­ versidad española en Gibraltar por parte de los in­
mente, a Felipe IV, cuando todo indica que su au­ gleses y la correspondiente renuncia de este,
tor fue Alonso Hurtado de Velarde*. funda, con independencia de la Iglesia y del Es­
tado, la mencionada Institución, cuyo primer Bo­
INGLADA, Rafael (Málaga, 1963) letín aparece en 1877 para no dejar de publicarse
Poeta. Director de diferentes colecciones poéti­ hasta 1936. Inmediatamente, contó con los apo­
cas, ha trabajado en el departamento de publica­ yos económicos de ciertas figuras ilustradas de la
ciones de la Fundación Pablo Ruiz Picasso y sus burguesía. Sin embargo, la Institución fue atacada
versos han sido incluidos en diferentes antolo­ por los sectores más conservadores, que, sin em­
gías. Se trata de un poeta de técnica depurada, bargo, no pudieron frenar su constante prestigio e
INSÚA 434

influencia, evidenciada por la calidad de sus (1930) y Nieves en Buenos Aires (1953). Fue au­
alumnos, mejor preparados y más tolerantes que tor, asimismo, de un curioso libro de viajes y en­
aquellos que procedían de las universidades o de sayos, Don Quijote en los A lpes (1907), de las
la educación confesional. El sustituto de Giner, piezas teatrales En fam ilia (1914), Nunca es
quien participó también en otros muchos proyec­ tarde (1914), Cabecita loca (1914), El amor tar­
tos de importancia, tales como la fundación del dío (1915) y La culpa ajena (1916), entre otras,
Museo Pedagógico Nacional, de la Junta para y de los libros de memorias M i tiempo y yo
Ampliación de Estudios e Investigaciones Cientí­ (1952), Horas felices, tiempos crueles (1953) y
ficas y de la célebre Residencia de Estudiantes, Amor, viajes y literatura (1959).
fue Manuel Bartolomé Cossío*, que supo conti­
nuar las directrices de su predecesor, aunque el IPARAGUIRRE, Manuel de (m e diad o s sig lo XVlll)
centro comenzó a decaer después de él. Para ha­ Dramaturgo. Nada se sabe de él salvo que, ade­
cerse una idea de la altura de las enseñanzas im­ más de haber escrito la tragedia La dama doctora
partidas por la Institución, basta con repasar por o La teología en la rueca (s. a.), tradujo y pu­
encima la nómina de fundadores y profesores, en­ blicó, en 1753, El avaro y El enfermo imagina­
tre la que se contaban nombres como los de Joa­ rio, ambas de Moliere.
quín Costa*, Juan Valera*, Concepción Arenal*,
José Echegaray* o Ventura Ruiz Aguilera*; asi­ IRIARTE, Bernardo de (La O rotava, Tenerife,
mismo, debe repasarse la de los alumnos, entre 1735-Burdeos, Francia, 1814)
los que se contaron Ortega y Gasset*, Unamuno*, Hermano de Tomás de Iriarte* y sobrino de Juan
Ángel Ganivet* o los hermanos Machado*. de Iriarte*, después de desem peñar diversos e
importantes cargos adm inistrativos fue deste­
INSÚA, Alberto (La Habana, Cuba, 1885-Ma- rrado de España. Fue director de los teatros de
clríd, 1963) los Reales Sitios, actividad durante la cual ela­
Novelista. Aunque cubano de nacimiento, se le boró una lista de obras del Siglo de Oro (véase
considera una de las figuras de la novela galante EDAD DE ORO) para que fuesen arregladas al
en España, y, dado que se trasladó a nuestro país gusto clasicista. Traductor de la tragedia Tan-
en 1890 y que aquí residió hasta su muerte, credo (1765), fue amigo, entre otros, de persona­
queda justificada su inclusión en nuestro catá­ jes como Jovellanos* y Meléndez Valdés*, con
logo de autores españoles. De verdadero nombre quienes mantuvo fluida correspondencia.
Alberto Galt y Escobar, más tarde adoptaría el
nombre literario de Alberto Insúa. Tras llegar a IRIARTE, Tomás de Véase IRIARTE Y ORO-
España con su familia cuando apenas contaba PESA, Tomás de.
cinco años de edad, vivió en Galicia durante
unos años y, en Madrid, estudió Derecho. En la IRIARTE Y CISNEROS, Juan de (Puerto de la
capital se dedicó al periodismo, y llegó a ser co­ Cruz, Tenerife, 1702-Madrid, 1771)
rresponsal de ABC en Francia durante la Primera Poeta y humanista. Se educó en Francia, donde
Guerra M undial; fue colaborador, entre otros tuvo por compañero a Voltaire, e Inglaterra y fue
medios, de La Gaceta Literaria y El Liberal. Es bibliotecario real, traductor de la Secretaría de Es­
autor de novelas sentimentales, inicialmente eró­ tado — puesto que cedió a su sobrino Tomás de
ticas y posteriormente, influido en gran medida Iriarte*— , preceptor de los hijos de los duques de
por Felipe Trigo* y Pérez Galdós*, de corte cos­ Béjar y de Alba y, desde 1747, miembro de la Real
tumbrista y registros folletinescos, con cierta Academia Española, con la que colaboró en su
tendencia al análisis psicológico, y con las que Diccionario y en su Gramática. Formó parte,
alcanzó un extraordinario éxito de público. Entre como crítico, de la redacción del Diario de los li­
ellas destacan: El triunfo (1909), La mujer fá c il teratos de España, y su obra va desde las biblio­
(1910), Las neuróticas (1910), La mujer desco­ grafías — realizó un catálogo de códices de la Bi­
nocida (1911), Las flechas del amor (1912), El blioteca Real en 1769— hasta los versos latinos y
peligro (1915), El alma y el cuerpo de don Juan epigramáticos. Destacan, además de algunas tra­
(1915), De un mundo a otro (1916), Las fro n te­ ducciones de Marcial, el poemario Taurimachia
ras de la pasión (1920), Un corazón burlado matritensis, sive ta uro ruin ludi (1725) y una Gra­
(1921), El negro que tenía el alma blanca mática latina (1771). Sus Obras sueltas aparecie­
(1922), con la cual alcanzó gran éxito y que, in­ ron, postumamente, en dos volúmenes en 1774.
cluso, sería adaptada al teatro por Federico Oli-
ver*, La mujer que necesita amar (1923), La mu­ IRIARTE Y OROPESA, Tomás de (Puerto de la
jer, el torero y el toro (1926), Humo, dolor, Cruz, Tenerife, 1750-Madrid, 1791)
placer (1928), El capitán M alacentella (1929), Fabulista, poeta, dramaturgo y tratadista. De fa­
El barco embrujado (1929), El amante invisible milia muy culta, en la que destacaron algunos de
435 IRIGOYEN

sus miembros como escritores, sucedió a su tío, y, desde 1954, correspondiente de la Real Acade­
Juan de Iriarte*, al frente del cargo de traductor mia Española. Partidario del régimen franquista,
de la Secretaría de Estado. En Madrid, ciudad a publicó diversos textos militantes, entre los que
la que se había trasladado a los 14 años, participó destaca Con el general Mola (1937), así como al­
en la vida social y en numerosas polémicas, mo­ gunos escritos biográficos sobre Espoz y Mina y
viéndose en los círculos literarios, sobre todo en numerosos tratados folcloristas, de entre los que
la tertulia de la Fonda de San Sebastián, y tra­ merecen mención: Retablo de curiosidades
bando amistad con individuos de la talla de Ca­ (1940), Batiburrillo navarro (1943), Navarrerías
dalso* o Fernández Moratín*. Se enfrentó, con (1944), Historias y costumbres (1949), Burlas y
su talante polemista propio del espíritu ilustrado, chanzas (1951), Vocabulario navarro (1952) y
a Ramón de la Cruz*, Samaniego*, M eléndez Cajón de sastre (1955), entre otros. Pero si me­
Valdés*, Juan José López de Sedaño* y, sobre rece su aparición en un diccionario de esta índole
todo, a Juan Pablo Forner* con quien mantuvo es debido a su magnífico El porqué de los di­
una larga batalla de textos cruzados. chos: Sentido, origen y anécdota de los dichos,
Clasicista convencido y dedicado en principio modismos y frases proverbiales de España con
al teatro, aunque nunca llegó a representar su otras muchas curiosidades (1955), obra curiosa,
prim era com edia H acer que hacemos (1768), erudita, amena y documentada en la que recopila
continuó con otras de carácter neoclásico, como cientos de frases hechas en español, analiza su
El don de gentes, o la habanera (1780), El se­ posible origen y busca sus referencias culturales
ñorito mimado, o la mala educación (1787) y y literarias.
La señorita malcriada (1788), escrita en verso,
en las que, ocupándose del tema de la educación IRIBARREN, Karmelo (San Sebastián, 1959)
de los hijos, sienta los precedentes de la m o­ Poeta. Es autor de los poemarios La condición
derna com edia de costum bres. Fue autor, ade­ urbana (1995), Serie B (1998) y Desde el fondo
más, de un dram a en prosa, La librería (¿Sala­ de la barra (1999).
manca, 1790?), y del m onólogo dram ático
unipersonal Guzmán el Bueno (1791). Publicó, IRIBARREN PATERNAIN, Manuel (Pamplona,
asimismo, un opúsculo satírico titulado Los lite­ 1902-1973)
ratos de Cuaresma (1773), que, si bien firmó N ovelista y dramaturgo. De formación autodi­
con el seudónim o de Don A m ador de Vera y dacta, ejerció como periodista en diarios como
Santa Clara, le condujo a la fama, diversas tra­ El Español, Arriba o El Alcázar, así como en La
ducciones — la mayoría del francés— , entre las Estafeta Literaria entre otras revistas. En sus
que destaca la traducción en verso que realizara obras, se aprecia el talante moralizador propio de
del Arte poética, de Horacio, en 1777, y el largo sus creencias religiosas e ideas políticas conser­
poem a didáctico en silvas La música (1779), vadoras. De sus novelas destacan Retorno
que llegó a traducirse a diferentes lenguas y que (1932), La ciudad (1939), San Hombre (1943),
ha de sumarse a otros poemas entre los que hay Pugna de almas (1944), Encrucijadas (1952), El
num erosos sonetos, y epigram as. Pero la obra tributo de los días (1968) y Las paredes ven
que más celebridad le ha reportado ha sido su (1971), finalista del Premio Blasco Ibáñez, a las
Fábulas literarias (1782), en donde se concitan que hay que sumar diversos dramas, sobre todo
sus presupuestos estéticos clasicistas y un acen­ La otra Eva, la espléndida biografía El príncipe
tuado talante satírico, más que el didactism o de Viana (1947) y diversos ensayos, como: Una
moralizante propio del género. En esta obra, de­ perspectiva histórica de la guerra en España
muestra dominar el arte de la versificación al ju ­ (1941), Los grandes hombres ante la muerte
gar con las octavas y los endecasílabos, así (1949), Navarra (1956), Pequeños hombres ante
como poseer una ironía finísima que le permite, la vida (1965) y Escritores navarros de ayer v de
en sus historias, hacer alusiones veladas a algu­ hoy (1970).
nos escritores de la época. En 1787 se editó, en
seis volúm enes, una Colección de obras en IRIGOYEN, Ramón (Pamplona, 1942)
verso y prosa, que se reeditó, revisada, en 1805, Poeta y narrador. Fue profesor de Latín y vivió
y que no incluye algunas obras que, aún hoy, se en Atenas durante cuatro años. Ha trabajado en
conservan inéditas en la Biblioteca Nacional de radio, para la COPE y la SER, televisión y más
Madrid. de quince periódicos, entre ellos El Mundo y La
Vanguardia. Escritor inclasificable y autor de
IRIBARREN, José María (lúdela, Navarra, 1906- una prosa brillante, irreverente, iconoclasta y lú­
1971) cida, con un manejo suelto del sarcasmo y mu­
Ensayista. Licenciado en Derecho por la Univer­ cho de cinismo, poseedor de un lenguaje directo
sidad de Deusto, fue secretario del general Mola e igualmente claro en sus poesías, se trata de uno
IRISARRI 436

de los más importantes traductores actuales de (1999). Es autora, asimismo, de los libros de re­
autores griegos, como Cavafis y Elitis, y de clá­ latos Lisa-Gioconda y otros cuentos (1991), con
sicos latinos: Catulo, Horacio o M arcial, entre el que obtuvo el Premio Isabel de Portugal de
otros. Ha editado los poemarios Cielos e invier­ Narrativa Breve, Trece días de invierno y otros
nos (1979-1980), Los abanicos del Caudillo cuentos (1993), galardonado con el mismo pre­
(1982) y Antología poética (1984). Además del mio que el anterior, Siete cuentos históricos y
relato Un cuchillo en el pantano, galardonado en siete que no lo son (1995), Diez relatos de Goya
1981 con el Segundo Premio Play-Boy de rela­ y su tiempo (1996), Premio Baltasar Gracián, y,
tos, ha publicado Inmaculada Cienfuegos y otros escrito conjuntamente con Magdalena Lasala*,
relatos (1991), así como la novela Víctor en Es­ Moras y cristianas (1998), en el cual ambas au­
tambul (1998). Es autor de diferentes volúmenes toras se centran en los problemas de la mujer a lo
recopilatorios de sus artículos, como El humor largo de los siglos x y xi, una condición fem e­
de los amores, Puñaladas traperas, Madrid. Sus nina marcada por la humillación y el silencio, así
gentes, calles y monumentos y Locas por el Ejér­ como de una biografía histórica novelada titu­
cito. En 1994, publicó una importante traducción lada La reina Urraca (2000).
y edición crítica de los Poemas del ya citado
C. P. Cavafis. Es autor, asimismo y además del ISERN, Damián (Palma de M allorca, 1852-
libro humorístico Historia del virgo, del ensayo Ciempozuelos, M adrid, 1914)
La locura de los césares (1999), donde se ocupa Ensayista. Periodista inicialmente de ideas con­
de la antigua Roma, y de Las anécdotas de Gre­ servadoras, pronto transformó su ideología en un
cia. Macedonia de humor (2000), además de un regeneracionismo próximo al talante noventayo-
curioso libro titulado Los clásicos en la empresa chista finisecular, y derivó hacia la locura que no
(2003), en el cual realiza un originalísimo estu­ le abandonaría hasta su muerte. Pesimista y es­
dio de literatura comparada, así como una anto­ céptico, publicó: De las evoluciones sociales y
logía, que le sirve para, usando las obras de los los métodos en la política (1895), Problemas y
clásicos de la literatura, como Cervantes*, fray teoremas económicos, sociales y jurídicos (1897),
Luis de León* o Gracián*, extraer consejos para D el desastre nacional y sus causas (1899), su
abordar diferentes situaciones laborales. obra fundamental, y De la defensa nacional
(1901).
IRISARRI, Ángeles de (Zaragoza, 1947)
Narradora. Licenciada en Filosofía y Letras, co­ ISIDORO DE SEVILLA, san (Cartagena, 560-
labora en la prensa y en la radio. En sus obras, 636)
claramente de corte histórico, se condensa la re­ Tratadista. El último padre de la Iglesia fue
creación de mundos míticos con el repaso de mo­ obispo de Sevilla desde 599, fecha en la que su­
mentos históricos del pasado lejano que perm i­ cedió en el cargo a su hermano, san Leandro.
ten a su autora reconstruir las formas de vida de Presidió, en 619, el segundo Concilio de la ciu­
dichos períodos, sobre todo de la Edad Media, de dad hispalense y el cuarto de Toledo en 633, en
la que se muestra como una auténtica especia­ el cual se unificó la liturgia en España. Hombre
lista, y sin olvidar en ningún caso la reivindica­ de gran sabiduría, y uno de los últimos prosistas
ción femenina en dicha reconstrucción, todo ello en latín, demostró gran capacidad para sintetizar
con un lenguaje exquisito y una fluidez deslum­ todos los saberes anteriores a él, si bien sus prin­
brante que se adapta perfectamente a los elemen­ cipios morales le llevaron a prohibir en su sede
tos fantásticos de sus obras, a los que se añade la episcopal las obras de Virgilio y Ovidio. En sus
ironía como mirada y la cotidianidad como esce­ textos, existe una clara intención formativa des­
nario en el que se desarrollan los hechos y se re­ tinada a educar a los clérigos para la pastoral,
conocen los personajes. Autora, pues, de novelas pero lo más im portante es que están dominados
de corte histórico, entre las que destacan Doña por dos intereses: la sistematización y la univer­
Toda, Reina de Navarra (1991), reconvertida en salización del saber. Destacan obras como Diffe-
El viaje de la reina (1997), El estrellero de san rentiae, Synonyma, Institutionum disciplinae,
Juan de la Peña (1992), El año de la inmortali­ Proemiorum liber unus, Regula monachorum,
dad (1993), Ermessenda, condesa de Barcelona De numeris, tratado que dedicó a analizar la sim-
(1994), ganadora del Premio Femenino Lumen, bología mística de los números en la Biblia; De
La cajita de lágrimas (1999), El collar del dra­ ordine creaturarum, sobre anatomía y biología;
gón (1999), Las damas del fin del mundo (1999) De natura rerum, dedicada a los saberes astronó­
e Isabel, la Reina. Las hijas de la luna roja micos y meteorológicos; las religiosas, en las que
(2001), a las que hay que añadir una serie de no­ dedica no pocos esfuerzos a combatir la herejía,
velas breves sobre brujas: La cacería maldita, como Contra iudaeos, Questiones adversus iu-
Entre Dios y el diablo, Aquelarre y La meiga daeos et ceteros infideles, De haeresibus, el Sen-
437 IZA ZAMÁCOLA

tiarum libri tres, primera summa theologica co­ mendo. Más adelante, en 1768, estando ya Isla
nocida, Quaestiones in Vetas Testamentum, Alle- en Italia, apareció clandestinamente la segunda
goriae quaedam Sacrae Scripturae, el Líber la- parte y, con posterioridad, el que hubiese sido el
mentationorum, precedente de la Imitación de prólogo de una tercera parte que jamás salió a la
Cristo de Tomás de Kempis, y De viris illustri- luz. La obra, dura crítica contra la ignorancia cle­
bus, o las de carácter histórico, como Laus Spa- rical, pretende, frente al oscurantismo de la ora­
niae, Chronica maiora, conocida también como toria en boga, una defensa del buen gusto y de la
Chronicon de sex aetatibus, en la que abarca claridad. Del resto de su obra, merecen recor­
desde la Creación hasta 615 a. C., o su célebre darse: Papeles crítico-apologéticos (1726), en la
Historia de regibus Gothorum, Wandalorum et que defiende al padre Feijoo*, El tapabocas
Suevorum. (1727), Cartas de Juan de la Encina (1732), Ju­
Pero, sin duda, su obra fundamental es Originum ventud triunfante (Salamanca, 1727), centrada en
sive Etymologiarum libri XX, que, conocida las fiestas en honor de los jesuitas Luis Gonzaga
como Etimologías, compendia, en veinte volú­ y Estanislao de Kostka, y escrita en colaboración
menes y con gran erudición filológica — que con Luis de Losada*, Triunfo del amor y de la
trata de definir los principales términos y expre­ lealtad. Día grande de Navarra (Zaragoza,
siones de la cultura latina vigente en su época— , 1746), donde se burla de la nobleza de Pam­
saberes de diversas materias, desde la teología, plona, Carta escrita p or el barbero de Corpa a
la gramática, la aritm ética y el derecho hasta la don José Maymó y Ribes (1758) y la traducción,
medicina o la agricultura, pasando por la zoolo­ bajo el seudónimo de Joaquín Federico Is-Salps,
gía, la lexicología, la geografía, la arquitectura, del Gil Blas de Santillana, de Lesage, aparecida,
mineralogía, materias de guerra, alimentos y jue­ en cuatro volúmenes, entre 1787 y 1788. Son de
gos, entre otras muchas y variadas cuestiones. destacar, además de otras traducciones de obras
C onsiderada como la gran enciclopedia de la francesas, entre ellas la del Año cristiano (1787-
Edad Media, tuvo gran repercusión en los esco­ 1788), de Croiset, en doce volúmenes, su corres­
lásticos y en toda la cultura medieval, y gozó de pondencia, editada, en cuatro, en 1786 por su her­
gran difusión en las más prestigiosas bibliotecas mana, bajo el título de Cartas fam iliares — en
de aquellos años. 1957 aparecería un volumen de Cartas inéditas— ,
y los Sermones (1792; 6 vols.). Otros escritos se
ISLA DE LA TORRE Y ROJO, José Francisco de recopilaron en Rebusco de las obras literarias,
(Vidanes, León, 1703-Bolonia, Italia, 1781) así en prosa como en verso, del P. J. F. Isla (1790
Novelista. Conocido como el padre Isla, ingresó y 1797). Fue autor, asimismo, durante los últimos
en la Compañía de Jesús a los 17 años, estudió filo­ años de su vida, del poema El Cicerón, en el que,
sofía y teología en la Universidad de Salamanca y en dieciséis cantos y doce mil versos, glosa la
ocupó cátedras en Medina del Campo, Pamplona, vida del orador latino y, con fina ironía, parodia
Segovia y Santiago de Compostela, y se convirtió la vida española de su tiempo.
en activo predicador en Valladolid y Zaragoza. Re­
sidió en Villagarcía de Campos, en Valladolid, y en ISUSQUIZA, Dámaso (siglo xviii)
Pontevedra hasta que, en 1767, hubo de abandonar Comediógrafo. Se sabe que, en 1800, tradujo El
España con motivo de la expulsión de los jesuitas. avaro, de Moliere, y que publicó, en 1804, la co­
Desde esa fecha, vivió en Italia, fundamentalmente media El celoso y la tonta.
en Civitavecchia, Córcega y Bolonia.
Se trata de uno de los escritores más populares ITURRALDE, Juan -> Véase PÉREZ PRAT, José
de la prim era mitad del siglo x v iii , antes del M aría.
afrancesamiento clasicista que se puso de moda
desde la llegada al trono de Carlos III. Su fama IXART Y MORAGAS, José -> Véase YXART Y
se debe, más que a una prosa de calidad, a su es­ M O RAGAS, Josep.
tilo hábilmente satírico, presente en la totalidad
de sus obras. Destaca, sobre todo, su novela, y IZA ZAMÁCOLA, Juan Antonio de (Dima, Viz­
una de las mejores del siglo, Historia del fam oso caya, 1758-Franáa, 1826?)
predicador fr a y G erundio de Campazas, alias Prosista. Conocido por la variedad de sus seudó­
Zotes { 1758), que, editada a nombre de Francisco nimos — Don Preciso, el más célebre de ellos, El
Lobón de Salazar — que era un cura de Villagar­ bascongado, Simón de Errotacoechecojuanaren-
cía de Campos, localidad vallisoletana— , es una semearena, El bachiller Zocamala, Don Juan
dura sátira, entre novelesca y didáctica, contra Extravagantísimo y Juan de Izaga y Ocerín— ,
los predicadores pretenciosos y vulgares. En fue escribano durante el reinado de José I y,
1760 sería prohibida por la Inquisición, aunque como consecuencia de sus ideas liberales, hubo
después de haber gozado ya de un éxito tre­ de exiliarse a Francia, donde vivió entre 1812 y
IZACARAY

1822. Escribió numerosas sátiras costumbristas mor del Dies Irae (1983) y Crónicas del buen
en las que evidencia un rico manejo del idioma, trote (1986); ensayos como Guía de las guías de
entre las que destacan: Libro de moda, o ensayo Granada (1976), La inscripción ibérica de Ar-
de las historias de los currutacos, pirracos y ma- jona (1976), Pragmáticas sobre los moriscos del
damitas de nuevo cuño (1795) y Elementos de la Reino de Granada (1977), Río Darro. Cronicón
ciencia contradanzaria, para que los currutacos, de Granada (1980) y Las guerrillas granadinas
pirracas y m adamitas de nuevo cuño puedan (1987), o la novela Los Judas (1983), Premio Al­
aprender p or principios a bailar las contradan­ jarafe. Es autor, asimismo, de los poemarios Hie-
zas po r sí solos o con las sillas de su casa rograma (1976) y Al-Kitab Arjona (1976), y del
(1796). Fue autor, asimismo, de obras jurídicas, libro de viajes El apócrifo de la A lpujarra Alta
folclóricas — Colección de las mejores coplas de (1969). En 2003 publicó Granada fingida, cró­
seguidillas, tiranas y polos que se han com ­ nica hum orística en la que va desbrozando los
puesto para cantar a la guitarra, por «Don Pre­ numerosos mitos en tomo a su ciudad natal. Ade­
ciso» (1799)— y de otras sobre el País Vasco, más del mencionado, ha recibido otros galardo­
como Historia de las naciones vascas de una y nes como el Premio de Cuentos Ateneo de Sevi­
otra parte del Pirineo... (Auch, 1818; 3 vols.) y lla, el García Pavón, el Puerta de Plata de Madrid
Perfecciones analíticas de la lengua bascongada o el Blanco White de Sevilla.
(1822).
IZQUIERDO, Luis (Barcelona, 1936)
IZACARAY, Jesús (Béjar, Salamanca, 1908-Ma- Poeta y ensayista. Catedrático de Literatura Es­
drid, 1980) pañola en la Universidad de Barcelona, es autor
Narrador. Periodista vinculado al Partido Comu­ de numerosas antologías poéticas, entre ellas de
nista de España, se exilió en París en 1939. Des­ Antonio Machado* y Pedro Salinas*, así como
tacan el libro de relatos Noche adelante (1962), de numerosos ensayos sobre autores hispanos, o
las novelas La hondonada (1961), Las ruinas de del libro Kafka, dedicado al célebre autor, a cu­
la muralla (1965), Madame García tras los cris­ yas obras también ha escrito algunas introduc­
tales (1968), editada inicialmente en francés y, ciones. Como poeta, destacan sus libros: Super­
en 1977, en español, Un muchacho en la Puerta vivencias (1970), El ausente (1979), Calendario
del Sol (1973) y Cuando estallaron los volcanes del nómada (1983), Señales de nieve (1995) y
(1978), los dos únicos volúmenes de la tetralogía Sesión continua (1998).
inacabada El río hacia la mar, a medio camino
entre la novela y las memorias. Sus reportajes IZQUIERDO, Paula (Madrid, 1962)
periodísticos se recogen en M adrid es nuestro Narradora. Doctora en Psicología, sus obras, de­
(1938) y La guerra que yo viví: crónicas de los claradamente influidas por Luis de Losada*, se
frentes españoles (1936-1939) (1978). caracterizan por la construcción de retratos que
tratan de esbozar la evolución psicológica de los
IZQUIERDO, Francisco (Granada, 1927) personajes. Presente en diferentes antologías de
Narrador y ensayista. Es destacado pintor y edi­ relatos, es autora de las novelas La vida sin se­
tor, además de periodista, y, en sus obras, el tema creto (1997) y El hueco de tu cuerpo (2000), a
central suele ser Andalucía, sobre todo la ciudad las que hay que añadir Cartas de amor salvaje(s)
de Granada, ya sea refiriéndose a cuestiones his­ (2000), volumen en el que estudia la correspon­
tóricas, culturales o sociales. Destacan los volú­ dencia amorosa de diferentes escritores desde fi­
menes de cuentos Las bestias y otros ejemplos nales del siglo xix hasta finales del xx, y los re­
(1967), Fiesta de cuerpo presente (1970), El ru­ latos incluidos en Anónimas (2002).
J
JACKSON VEYÁN, José (Cádiz, 1852-Madrid, árabes ordenados alfabéticamente. Asimismo,
1935) tradujo al catalán una obra de medicina de al-
A utor teatral y poeta. Fue autor de num erosas Zahrawi.
obras del género chico* y humorísticas. Son de
destacar las zarzuelas P escar en seco (1873), JAIME I, El Conquistador -> Véase JAUME I.
La perla cubana (1890), La Indiana (1893), El
barquillero (1900), El capote de paseo (1901), JANER, María de la Pau (Palma de M allorca,
ambas en colaboración con López Silva*, 1966)
Tropa ligera (1909), con A sensio M as*, y La Novelista en lenguas catalana y española. Doc­
alegría del abuelo (1911), así como los poem a­ tora en Filología Catalana por la Universitat de
rios Primeros acordes (1876), M i libro de m e­ les liles Balears, en la que es profesora, colabora
morias (1883), Allá va eso (1894) y Buñuelos en prensa, radio y televisión y es miembro de la
de viento (1913). Associació d’Escriptors en Llengua Catalana. En
sus obras, con un estilo ágil, aunque en cierto
JACOPÍN, Prete -> Véase FERNÁNDEZ DE VE- sentido superficial, aborda historias familiares y
LASCO, Juan. emociones simples desde una perspectiva narra­
tiva en la que demuestra tener una profunda ri­
JAÉN, María (Utrera, Sevilla, 1962) queza sensorial para la introspección psicológica
Narradora en lengua catalana. Aunque nacida en de matices estilísticos. La memoria y la vivifica­
Andalucía, estudió Filología Catalana en la Uni­ ción del presente, o su condenación, a través de
versidad de Barcelona. Dedicada principalmente ella es uno de los ejes temáticos fundamentales
al periodism o y a la televisión, colabora en el de su obra. Hay que destacar sus novelas L ’hora
diario El País y es guionista. En sus obras, de ca­ deis eclipsis (1989), Premio Andrómina, M ár­
rácter eminentemente lírico, centra su atención mara (1993), galardonada con el Premio Pru-
en personajes femeninos cuyas vidas se ven mar­ denci Bertrana y Premio Sant Joan, Natura d ’an­
cadas por la realidad emotiva que implica dicha guila (1995), Premio Carlemagny, Lola (1999),
condición, sin desatender nunca la pobreza y la Premio Ramón Llull, Oriente, Occidente. Dos
marginación como problemas. Destacan sus no­ historias de amor (2000), originariamente escrita
velas Amorrada al p iló (1986), traducida al es­ en catalán y que fue finalista del Premio Sant
pañol, en el mismo año, como El escote, de la Jordi en 1997, y Las mujeres que liay en m í
que se realizó una película, Sauna (1987), tam­ (2002), con la que quedó finalista del Premio
bién adaptada al cine, y La dona discreta (1997) Planeta.
— La m ujer discreta en la traducción española
que se realizo en 1999— . Es autora, asimismo, JANÉS, Clara (Barcelona, 1940)
de relatos, como los que se incluyen en el volu­ Poetisa, narradora, ensayista y traductora. Licen­
men La teva noia (1992). ciada en Filosofía y Letras en la Universidad de
Pamplona, estudió Literatura en las de Perugia,
JAFUDÁ BONSENYOR (Barcelona, 1250-1331) Grenoble, Oxford y París, en cuya Universidad
Traductor. Médico y miembro de una familia ju ­ París IV obtuvo el título de Maitre és lettres en
día relacionada con la Corte, Jaume II le encargó Literatura Comparada. Su obra poética, alejada
la redacción de contratos en árabe en Barcelona. del realismo*, ha evolucionado desde un trata­
Escribió Paraules de savis e de filósofs, com pi­ miento existencial de los conflictos emocionales
lación de setecientos cincuenta y tres proverbios a una poesía erótica de matices metafísicos, hu­
JARCHAS 440

yendo siempre de cualesquiera ornamentos líri­ primero que las presenta y estudia como textos
cos, próxima al espiritualismo oriental con reso­ independientes de las moaxajas es Emilio García
nancias del haiku, así como a la espiritualidad Gómez*, lo que, sin duda, es de una extraordina­
hindú. El resultado global es una poesía de corte ria utilidad para compararlas con otras manifes­
trascendente y de profundas sugerencias intelec­ taciones de la lírica medieval romance, si bien
tuales, cada vez más esencial y honda en la pro- implica un nuevo problema: el de considerarlas
fundización de lo oscuro y secreto que esconden como textos definitivos. Parece claro que no se
las cosas, de lo absoluto y de la fragilidad de la debe separar la jarcha de su marco, la moaxaja,
existencia. Es también destacada traductora del que fue creada hacia el año 900 por un tal Muqa-
checo, así como de la obra poética de Vladimir dam, quien tomó versos en lengua popular para
Holán y Jaroslav Seifert y de otros autores como construir sobre ellos sus propios poemas. De
Marguerite Duras, Katherine M ansfield o Wi- aquí se deduce que la jarcha es un clímax lírico
lliam Golding, entre otros, así como de autores de todo el poema y que este se construye sobre
turcos y persas, tanto modernos como clásicos ella. Las jarchas, que fueron tomadas como
místicos. Resultado de esta labor es el Premio prueba de la tesis de Menéndez Pidal*, esto es,
Nacional de Traducción de 1997 al conjunto de que se trataba de una tradición continua que ve­
su obra. Destacan poemarios como Las estrellas nía de las canciones populares romanas, tienen
vencidas (1964), Límite humano (1974), En por tanto un origen románico y son prueba de ese
busca de Cordelia y poemas rumanos (1975). Li­ fondo lírico popular-tradicional común en el Su­
bro de alienaciones (1980), Eros (1981), Vivir doeste de Europa. Con el descubrimiento de
(1983), galardonado con el Premio Ciudad de Stern se transforman las teorías sobre la lírica
Barcelona, Kampa (1986), Fósiles (1987), Lapi­ medieval. Hasta ese momento, se consideraba
dario (1988), Creciente fértil (1989), Vivir en el que la lírica conocida más antigua era la proven-
fuego (1993), Rosas de fuego (1996), Diván del zal, con realizaciones en gallego y catalán, difun­
ópalo de fueg o (1996), La indetenible quietud dida posteriormente en Castilla, débilmente en
(1998), poemario con grabados del artista vasco Berceo* y de forma más contundente en el arci­
Eduardo Chillida, El libro de los pájaros (1999), preste de Hita*. El hallazgo de Stern invierte la
Arcángel de sombra (1999), con el que obtuvo el cuestión, de manera que el origen de la primitiva
Premio Ciudad de Melilla, Paralajes (2002) y lírica estaría en el centro-sur de la Península y se
Los secretos del bosque (2002), Premio Jaime habría difundido hacia la periferia oralmente. En
Gil de Biedma, a los que habría que añadir la A n­ último término, las jarchas serían el eco de una
tología personal (1959-1979), editada, con ante­ tardía lírica latina común en toda Europa, seme­
rioridad, en 1979. Es autora, asimismo, de las jante, además, a manifestaciones líricas de otros
novelas La noche de Abel Micheli (1965), Desin­ países: canciones de amigo, villancicos castella­
tegración (1969), Cartas a Adriana (1976), Los nos, etc. Estos versos romances incluidos al final
caballos del sueño (1989) y El hombre de Adén de las moaxajas, es decir las jarchas, tuvieron
(1991), así como del libro de recuerdos de infan­ que ser coplas preexistentes que, oídas o leídas
cia y adolescencia Jardín y laberinto (1990) y de por poetas cultos, fueron incorporadas a las moa­
los relatos de Espejos de agua (1997). Hay que xajas. Y es aquí donde surge el problem a de la
mencionar, asimismo, ensayos como: Aprender autonomía de las jarchas. Al ser la transcripción
a envejecer (1973), La vida callada de Federico árabe vocálica, no sabemos si las interpretacio­
Mompoii (1979), biografía que fue Premio Ciu­ nes de Stern y García Gómez se aproximan al
dad de Barcelona y que se vería corregida y am­ original. Solo un conocimiento exhaustivo de los
pliada en Federico Mompou, vida, textos, docu­ porcentajes exactos entre palabras árabes y en
mentos (1987), el libro de viajes Sendas de romance podría aclarar si se trata de composicio­
Rumania (1981), Cinco poetas checos (1994), nes en romance que incluyen términos en árabe
Cirlot, el no mundo y la poesía imaginal (1996) o si sucede a la inversa.
y La palabra y el secreto (1999). Deben señalarse, pues, una serie de datos que re­
sultan problemáticos. En la recopilación de Gar­
JARCHAS cía Gómez hay cuarenta y tres moaxajas árabes,
Palabras en romance o en una mezcla de ro­ aunque, en realidad, son cuarenta y dos, pues una
mance y árabe vulgar que aparecen en las moa- está repetida. En la serie árabe hay seis repetidas,
xajas árabes y hebreas, que son composiciones mientras que en la hebrea son cinco. ¿No es ex­
cultas. Esto fue descubierto en 1948 por Stern. traño, o curioso como mínimo, que aparezcan
Las jarchas son las primeras manifestaciones lí­ tantas jarchas repetidas si son varios los poetas
ricas en lengua romance, que, como consecuen­ que crean sus moaxajas originales?, ¿resulta que
cia de su particular situación, presentan graves plagian una jarcha ya existente, en la que ni si­
dificultades de transcripción e interpretación. El quiera se aprecian diferencias lingüísticas?, o lo
441 JARDIEL PONCELA

que es lo mismo, ¿recogen las mismas jarchas, flejan, en mayor o menor medida, un mundo in­
pese a la dispersión geográfica o temporal, por­ terior y urbano en el que la naturaleza no tiene
que se las han oído cantar al pueblo o porque las cabida, al tiempo que es tangible en ellas el sen­
han leído?, ¿significa esto que habían sido ma­ timiento del yo que habla y la presencia muda de
nuscritas y difundidas con anterioridad? De lo sus interlocutores, fundamentalmente la del ob­
que no parece caber duda es de que si el poeta re­ jeto de sus desvelos: el ser amado, cuyas conduc­
coge una jarcha ya existente y la coloca al final tas y actitudes suelen reflejarse en el espejo del
de su propia moaxaja es porque im poniéndolo monólogo.
así el género no dispone de más repertorio dejar- La jarcha es el último de los qufls (versos que
chas y, por tanto, el plagio resulta inevitable. En terminan con la misma rima) de la moaxaja y,
cualquier caso, lo verdaderamente claro es que la por tanto, se trata de una unidad aparte. Su
jarcha no es propia, sino que ha sido tomada del asunto depende del poema y los versos se ponen,
acervo tradicional. Es muy probable que se base en general, en boca de un personaje que no es el
en jarchas leídas, por más que en su origen la tra­ poeta; en la mayoría de los casos, reproduce pa­
dición fuese oral, y es aquí precisamente donde labras de mujeres, mozos, borrachos o, incluso,
reside el problema básico: cuál es la procedencia palomas que se arrullan entre las ramas, y suelen
de la versión oral o de la versión escrita, como aparecer objetos inanimados o alegóricos como
sucede también en los romances. ¿Se trata de una la ciudad, la gloria, la guerra, etc. La estrofa con
composición popular directa, transm itida luego la que finaliza el poema, y que precede inmedia­
oralmente, o son com posiciones de un autor tamente a la jarcha, sirve para presentar, a modo
culto recreadas después y difundidas por el pue­ de eslabón con el cuerpo del poema, al personaje
blo? Son preguntas que, necesariamente, quedan que habla en esta. La poética de la moaxaja, ade­
sin una respuesta clara. Sin embargo, es lógico más, exige que la jarcha se escriba en algún dia­
suponer que las jarchas, al igual que la lírica pro­ lecto vernáculo. Se trata de detalles todos que
venzal, procedan de un estrato románico exten­ pueden explicarse gracias a la hipótesis del ori­
dido por toda Europa, y, yendo aún más lejos, se gen popular de la moaxaja, que parece hecha
podría decir que toda manifestación lírica surge para encuadrar en árabe una jarcha romance. Sea
en toda civilización más o menos organizada. El como fuere, lo importante es que poetas árabes y
hecho de que no existan textos no implica ausen­ hebreos cultos recogieron esas jarchas romances,
cia de género literario, como sucede con el teatro redactadas en la lengua vulgar que nadie escri­
y su «ausencia» en Castilla. Es entre 1050 y 1150 bía, y las tomaron como núcleo de intensidad lí­
cuando se da una mayor abundancia de jarchas, rica de sus moaxajas.
de las cuales es posible trazar su plano geográ­
fico y cronológico. En este plazo de tiempo no JARDIEL PONCELA, Enrique (M adrid, 1901-
se aprecian notables diferencias lingüísticas en­ 1952)
tre las diversas jarchas, lo que no hubiera ocu­ Dramaturgo y novelista. Considerado uno de los
rrido de haber recogido los poetas estas canción- renovadores del humor, Jardiel pertenece al
cillas en la calle. El hecho de que se trata de una grupo de autores que, en torno a 1920, irrumpie­
lengua literaria, transmitida por escrito, conven­ ron en el panorama literario humorístico, tales
cional y artificial, no impide su origen popular, como López Rubio*, Edgar Neville* o Tono*,
aunque funciona de manera autónoma, indepen­ entre otros. Tanto en su teatro como su narrativa,
diente de la tradición popular. influido por las vanguardias (véase VANGUAR­
Se dice de las jarchas que son canciones de mu­ DISMO) y, sobre todo, por Ramón Gómez de la
jer, quizá no escritas por ellas, pero sí puestas en Sema*, trata de acabar con el costumbrismo sen­
su boca, dato que las haría coincidir con las can­ timental en boga hasta entonces, típico de los sai­
tigas de amigo (véase LÍRICA MEDIEVAL), si bien netes de Amiches*, así como intenta distanciarse
no es algo totalm ente cierto al existir dos tipos del exitoso astracán de un Muñoz Seca*, lo que
diferentes de jarchas: por un lado, las de carácter le supone no pocas polémicas y, casi en cada es­
específicam ente fem enino y, por otro, las que treno, duros ataques por parte de la crítica. De
son solo circunstancialmente femeninas. No obs­ fondo pesimista, en el que no cuesta entrever a
tante, es verdad que la mayoría de las jarchas tie­ Quevedo*, y forma imaginativa, sus obras mues­
nen un contenido femenino, y que es una mujer tran una cierta complejidad tanto estructural
quien se expresa en ellas. Asimismo, el tema fun­ como temática, por más que, en apariencia, los
damental, que a veces responde a la mentalidad argumentos de las mismas resulten anecdóticos,
árabe, es el amoroso: la muchacha recurre a con­ si bien nadie puede negar en ellos una extraordi­
fidentes como la madre o las hermanas; el tono naria facilidad para el enredo. Su humorismo, sa­
es nostálgico, y se llora el abandono o la ausen­ tírico, basado en la inverosimilitud de las situa­
cia del ser amado. Por otro lado, las jarchas re­ ciones y en el absurdo y la paradoja — al igual
JARNÉS MILLÁN 442

que el de M ihura*— , es nuevo, deslumbrante, de sus personajes, combinando los aspectos más
inteligente, capaz de sorprender a través de un cotidianos de la vida, y alejado del realismo, con
lenguaje preciso y rebosante de registros inge­ las emociones viscerales de la sensibilidad artís­
niosos, y se adelanta a las concepciones escéni­ tica. Del mismo modo, toma de la mitología y
cas de Ionesco o Adamov. Hubo de esperarse, no los mundos legendarios no pocos de sus argu­
obstante, a su muerte para que sus piezas fuesen mentos y recursos formales. Se ha señalado, no
aceptadas unánimemente. sin cierta intencionalidad, la influencia de G a­
De su teatro, son de destacar obras como: Una briel Miró*, tanto en sus ensayos como en sus
noche de primavera sin sueño (1927), Usted tiene novelas, acaso por la decidida defensa del placer
ojos de mujer fa ta l (1933), Angelina o el honor en el autor aragonés, si bien su originalidad re­
de un brigadier. Un drama de 1880 (1934), paro­ side en una rica y peculiar combinación de iro­
dia del teatro de Echegaray*, Un adulterio de­ nía y escepticismo.
cente (1935), Las cinco advertencias de Satanás Deben recordarse, además de los cuentos de Sa­
(1935), Cuatro corazones con freno y marcha lón de estío (1929) y Escuela de libertad (1942),
atrás (1936), Un marido de ida y vuelta (1939), sus novelas El profesor inútil (1928; ampliada y
Eloísa está debajo de un almendro (1940), Los corregida en una reedición de 1934), centrada en
ladrones somos gente honrada (1941), Los habi­ la figura de un anti-Don Juan perseguido por las
tantes de la casa deshabitada (1942) y Los tigres mujeres, El convidado de papel (1928), Vida de
escondidos en la alcoba (1949). Asimismo, de­ san Alejo (1928), Paula y Paulita (1929), Locura
ben recordarse novelas como: El plano astral y muerte de Nadie (1929), Viviana y M erlín
(1922), Amor se escribe sin hache (1929), ¡Espé­ (1930), que incluye el prólogo autobiográfico
rame en Siberia, vida mía! (1930), Pero... ¿hubo «Los años de aprendizaje y alegría», Teoría del
alguna vez once mil vírgenes? (1931) y La «tour- zumbel (1930), Escenas junto a la muerte
née» de Dios (1932). En 1958 se editaron en Mé­ (1931), Lo rojo y lo azul (1932), donde se apre­
xico, en tres volúmenes, sus Obras completas y, cia la clara alusión irónica a la obra de Stendhal,
en 1977, dos tomos de Obra inédita. Tántalo (1935), Don Alvaro o la fuerza del tino
(1936), Su línea de fuego, que, escrita en 1938 y
JARNÉS MILLÁN, Benjamín (Codo, Zaragoza, centrada en la Guerra Civil, no se publicaría
1888-Madrid, 1949) hasta 1980, La novia del viento (1940) y Venus
Novelista y ensayista. De familia humilde, y con dinámica (1943). En cuanto a sus ensayos y bio­
veintiún hermanos, comenzó la carrera eclesiás­ grafías, libros todos ellos en los que predomina un
tica, que abandonó en 1908, estudió M agisterio vitalismo estético que huye de las frías precisio­
y, finalmente, ingresó en el Cuerpo Auxiliar del nes racionalistas, hay que mencionar: Mosén Pe­
Ejército en 1910. Colaborador asiduo de la Re­ dro (1924), Ejercicios. Notas críticas (1927), Sor
vista de Occidente, entre otras publicaciones Patrocinio, la monja de las llagas (1929), Zumala-
como El Sol o La Gaceta Literaria, entabló cárregui, el caudillo romántico (1931), Rúbricas
amistad con los más importantes escritores de su (1931), Fauna contemporánea (1933), Castelar,
época y se vio obligado, en 1939, a exiliarse en hombre del Sinaí (1935), Feria del libro (1935),
México, de donde regresó aquejado de una grave Cita de ensueños (1936), Doble agonía de Béc-
dolencia en 1948. Hoy por hoy, está considerado quer (1936), Cartas al Ebro (1940), Don Vasco
el novelista más importante de la Generación del ■de Quiroga, obispo de Utopía (1942), M anuel
27* y uno de los más relevantes prosistas de la Acuña, poeta de su siglo (1942), Stefan Zweig.
vanguardia* española, a pesar de haber padecido Cumbre apagada (1942), Españoles en América
un injusto olvido como consecuencia de su con­ (1943), C enantes (1944), Ariel disperso (1946),
dición de exiliado político. Las novelas de Jar- Libro de Esther (1935) y Eufrosina o la Gracia
nés, centradas en el atento estudio del yo y ten­ (1948). Fue autor, asimismo, de diversas traduc­
dentes a un cierto pesimismo, se caracterizan por ciones y del drama Sala de espera (1936). En
su estilo depurado, de una estilización próxim a 2002 se editó el volumen Salón de estío y otras
al lenguaje poético, y donde lo conceptual busca narraciones, que reunía su narrativa breve y al­
su equilibrio en las maniobras de una ironía que gunos inéditos, y en 2003 apareció Benjamín
sea capaz de establecer un nuevo eje entre pasión Jarnés: epistolario (1919-1939) y cuadernos ín­
y razón. En ellas, la acción está reducida al mí­ timos.
nimo. Atento a la modernidad, así como a la ac­
tualidad inmediata, y hombre de extraordinaria JAUME I [o JAIME o JACME], rey de Aragón, Va­
cultura, Jamés se mueve libremente entre los gé­ lencia y Mallorca (Montpellier, 1208-1276)
neros, experimentando, tomando de unos y otros Supuesto cronista. Conocido como «El Conquis­
todo cuanto precisa para establecer las «quietas» tador», por haber expulsado a los moros de las
acciones de sus textos y la pasividad de muchos Baleares y de Valencia en 1239, reinó entre 1213
443 JEREZ

y 1276, respaldó a Alfonso X* y organizó la fra­ cualquier tipo de alusión personal. En lo que se
casada expedición a Palestina en 1268. Protector refiere a su poesía, cabe decir que, tras un primer
de trovadores, parece que él mismo compuso periodo italianizante, su tono se hace más perso­
versos de los que hoy no tenemos evidencias, nal, y alcanza piezas de buen gusto y elegancia,
aunque sí se acepta por la crítica su — como mí­ aunque, según se ha dicho, sin excesivas ampli­
nimo— coautoría en la Chronica o commentari tudes temáticas.
del gloriosissim e invictissim rey en Jacme, rey Su primera obra fue una traducción en versos
d ’Aragó, de Mallorques e de Valencia (Valencia, castellanos de la Aminta de Torquato Tasso, edi­
1557) — conocido como Llibre deis fe its — , tada en Roma en 1608 y rehecha en 1618, a la
donde se cuentan las vicisitudes y anécdotas de que siguió el célebre Antídoto contra la p esti­
su reinado. Asimismo, se ha especulado mucho lente poesía de las «Soledades» (1616), su obra
con la posibilidad de que compilase Lo libre de cumbre contra el culteranismo junto al Discurso
la saviesa, obra en la tradición de los libros de poético contra el hablar culto y oscuro (Madrid,
sabiduría medievales. 1623), texto más ponderado que el anterior, si
bien no consiguió evitar los ataques de los defen­
JAURALDE POU, Pablo (Palencia, 1944) sores de Góngora. Continuó con la Carta del li­
Crítico y poeta. Profesor de Literatura en la Uni­ cenciado Claros, texto escrito hacia el año 1624
versidad Autónoma de Madrid y uno de los más donde centra sus críticas en los seguidores de
destacados especialistas en la obra de Quevedo*, Lope, y la A pología por la verdad (Madrid,
así como en la literatura del Siglo de Oro (véase 1625), en la que defiende a fray Hortensio Para-
EDAD DE ORO), es autor de numerosos artículos, vicino*, personaje que sería ridiculizado por el
ensayos breves, ediciones y obras de carácter fi­ padre Isla* en su Fray Gerundio de Campazas, y
lológico y biobibliográficas dedicadas a ambas que representa la oratoria barroca.
cuestiones, de entre las que destaca, sobre todo, Su producción poética se recoge en Rimas (Sevi­
su monum ental Francisco de Quevedo (1580- lla, 1618), que suma diversas poesías profanas,
1645) (1999), obra minuciosa, precisa, sólida y de carácter amoroso y moral, y sacras, y en las
extremada, y que es ya referencia indispensable que es patente la evocación de la obra horaciana.
para comprender la figura y la obra del célebre La edición está precedida de un prólogo en el
autor español. Debutó en la poesía con Sin em ­ que plantea su poética y que, más tarde, daría lu­
bargo (2000), en el que la crítica destacó preci­ gar al mencionado Discurso. La otra obra poé­
samente las influencias barrocas, principalmente tica es Orfeo (Madrid, 1624), poema culterano
del m encionado Q uevedo y de Lope de Vega*, en octavas reales, escrito a imitación de Ovidio,
algo que se ve ya desde el uso constante del so­ en el que muestra su habilidad en el tratamiento
neto hasta la reflexión sobre la condición hu­ de los temas clásicos y que le valió no pocas crí­
mana, si bien Jauralde juega con la palabra, se ticas, al resultar, en principio, contradictorio res­
divierte manipulándola y crea una poesía origi­ pecto a sus postulados, ya que él mismo incurría
nal en la que conviven el pasado y el presente. en neologismos y excesos verbales aun mayores
Posterior es el poem ario Trizas, bruces (2002), de los que censuraba en sus obras preceptivas.
que sigue la línea clásica del anterior, con ende­ Sus Poesías las editó la «Biblioteca de Autores
casílabos y dominio de los metros y la rima en Españoles» en el volumen XLII, en 1857. Asi­
poemas minuciosos, elegantes y cuidados. mismo, tradujo la Farsalia, de Lucano, que se
publicó postumamente en Madrid en 1684, y fue
JÁUREGUI Y AGUILAR, Juan de (Sevilla, 1583- autor de la sátira dramática El retraído (Barce­
M adrid, 1641) lona, 1635), comedia en la que los ataques se di­
Preceptista, poeta y pintor. También se le conoce rigen contra Quevedo. Las Obras de Jáuregui se
por Juan M artínez de Jáuregui y Hurtado de la publicaron completas, por primera vez, en 1973
Sal. Declarado enemigo de Góngora* y de Que­ en dos volúmenes.
vedo*, fue íntimo, sin embargo, de Cervantes*,
de quien pintó un célebre retrato, y de Lope de JÁUREGUI Y HURTADO DE LA SAL, Juan Mar­
Vega*, así como adm irador de Herrera*. Viajó tínez de -» Véase JAU REG U I Y AG U ILAR,
por Italia, donde estudió arte, y, en 1611, estuvo Juan de.
preso por cuestiones no suficientemente claras.
Miembro de la Orden de Calatrava y censor de JEREZ, Francisco López de (Jerez de la Frontera,
libros en M adrid desde 1619, su importancia li­ Cádiz, 1504-1539)
teraria radica, sobre todo, en su labor como pre­ Historiador. Fue nombrado por Pizarro cronista
ceptista, donde se aprecia un distanciamiento de la conquista de Perú, por lo que acompañó al
abstracto a la hora de criticar la obra de los culte­ conquistador en sus viajes de 1524, 1526 y
ranos gongorinos, m omentos en los que evita 1530. Como resultado de estos, vio la luz su Ver­
444
JÉRICA

dadera relación de la conquista del Perú y pro­ los sentidos y esté igualmente atenta al curso de
vincia del Cuzco llamada la Nueva Castilla (Se­ la historia, pero que desconfía del conocimiento
villa, 1544). En esta obra, detallada y precisa, y que pueda aportar sobre el devenir histórico. Una
una de las primeras Historias del Perú, el autor poesía, en fin, que sin renunciar a su com pro­
procura darle el tono de un informe oficial, ale­ miso civil no hace de este una bandera, por más
jado de cualquier tipo de subjetividades y gran­ que palpite en ella la rebelión. Aunque bastante
dilocuencias, aunque finalmente domina un tono desconocido en el panorama literario, a causa de
apologético. Menos partidista que esta será la la lentitud de su escritura y de su escasa relación
obra de Agustín de Zarate*. El texto se editó, en con los ambientes poéticos, la crítica lo consi­
1853, en el volumen XXVI de la «Biblioteca de dera uno de los renovadores de la poesía, inicia­
Autores Españoles». dor, como ya hemos insinuado, de caminos que
condujeron a los novísimos* de la célebre Anto­
JÉRICA [o XÉRICA] Y CORTA, Pablo de (Vitoria, logía de Castellet*. Autor, en fin, de gran presti­
1781 -Cagnotte, Francia, 1841) gio, cuyas obras casi siempre resultan premiadas,
Poeta. Estudió Filosofía y Derecho en la Univer­ destaca con poemarios como Grito con carne y
sidad de Oñate, tras lo cual se marchó a Cádiz, lluvia (1961), La valija (1962), Premio del Club
ciudad en la que se dedicó a colaborar en diver­ Internacional de Poesía, Ambitos de entonces
sas publicaciones. Fue alcalde de Vitoria y hubo (1963), La ciudad (1964), Premio Adonais, Coro
de exiliarse en Francia al finalizar el trienio libe­ de ánimas (1968), Premio Nacional de Poesía,
ral. Escribió cuentos en verso, epigramas y fábu­ Fiesta en la oscuridad (1976), Bajorrelieve
las políticas, siempre con estilo burlón y mordaz. (1990; reed., 1998), con el que obtuvo el Premio
Destacan, además de sus Ensayos poéticos (1814 Hispanoamericano de Literatura Juan Ramón Ji­
y 1817), los Cuentos jocosos (1804), Letrillas y ménez, e Itinerario para náufragos (1997), al
fábulas (1837) y Poesías (1822, 1831 y 1869), que se concedió el Premio Nacional de la Crítica
así como diversas traducciones y antologías. y el Nacional de Literatura. A ellos hay que aña­
dir la antología, preparada por él mismo, Ilum i­
JESÚS,, santa Teresa de -» Véase TERESA DE nación de los sentidos (antología) (2001) y el
JESÚS, santa. volumen, con estudio previo, que reúne los men­
cionados Bajorrelieve e Itinerario para náufra­
JESÚS DE ÁGREDA, sor María de -> Véase gos, aparecido en 2001. Su obra poética ha sido
ÁGREDA, sor María de Jesús de. galardonada, asimismo, con otros premios, como
el Fray Luis de León, el Ciudad de Zamora y el
JESÚS JIMÉNEZ, Diego -> Véase JIMÉNEZ, Diego Jaime Gil de Biedma. Ha editado, además, los
Jesús. ensayos Ocho poetas del Campo de Castilla
(1968), Martínez Novillo (1972) y José Sancha
JIMÉNEZ, Diego Jesús (Madrid, 1942) (1975).
Poeta. Pintor y poeta destacado en la poesía de
los años sesenta. Estudió Periodismo y trabajó en JIMÉNEZ, Juan Ramón (Moguer, Huelva, 1881-
el Ministerio de Información y Turismo. En los San Juan de Puerto Rico, 1958)
años setenta fundó y dirigió la colección poética Poeta. Considerado uno de los más influyentes
«Alfa», de la Editora Nacional, de donde sería poetas del siglo xx y como el que marca la tran­
despedido por razones políticas en 1977. Se trata sición entre el Modernismo* de Rubén Darío y
de un autor que supone un puente entre la poesía la Generación del 27*, Juan Ramón nació en el
social de la Generación del medio siglo (véase seno de una familia acomodada. Aficionado a la
GENERACIÓN DEL 50) con la estética culturalista pintura desde muy pequeño, estudió en los jesui­
de los años setenta, en versos donde la realidad y tas desde 1893 hasta 1896, año en que, tras fra­
la memoria histórica conviven con la im agina­ casar en sus estudios de Derecho en Sevilla, re­
ción y el paisaje trascendente. Rupturista res­ gresa a Moguer víctima de una enfermedad que
pecto a los moldes sociales en boga en aquel me­ lo marcará durante toda su vida, convirtiéndolo
dio siglo, y tendente a un mayor intimismo, se le en un hipocondríaco. En 1900 se marchá a M a­
puede considerar un investigador de la lengua drid y, poco después, en 1901, a un sanatorio en
que usa, conjugando el gusto por la palabra con Francia, al que fue enviado por su madre en un
una profunda preocupación ética y existencial. intento desesperado para que se repusiese de los
Su poesía es una poesía del misterio, atenta al trastornos nerviosos que le ocasionara al poeta la
enigma, exploradora de sí misma y, por tanto, muerte de su padre. De allí regresa a los pocos
metapoética, que se concibe a sí misma como en­ meses para continuar su reposo en un sanatorio
soñación y sugerencia, que investiga en lo oculto de M adrid y en la Sierra de Guadarrama. Es el
aunque se deje llevar por el estremecim iento de momento en que traba honda amistad con Valle-
445 JIMÉNEZ

Inclán*, Rubén Darío y Francisco Villaespesa*, simbolismo francés, así como por los ecos del
que serán mucho más que simples consejeros li­ Romancero* y el cancionero* españoles. En este
terarios: responsables, en gran medida, de sus período, la versificación abierta de Juan Ramón
primeros títulos. En 1905 se marcha de nuevo a tiende al romance de tono elegiaco y nostálgico,
su pueblo natal. Desde ese año escribe mucho y, a una poesía musical, refinada, subjetiva, sen­
en 1912, regresa a Madrid y se instala en la Resi­ sual, dominada por imágenes impresionistas. Es
dencia de Estudiantes, donde dirigirá las edicio­ en 1916 cuando se produce el cambio hacia una
nes del centro y conocerá a la que sería su com­ m usicalidad interna, más próxima a la concep­
pañera, Zenobia Cam prubí Aymar, m ujer de ción de la poesía pura, en sus palabras: «poesía
extraordinaria cultura y gran traductora de poe­ desnuda»; es el momento en que irrumpe con
sía, con la que se casa en 1916, en Nueva York, fuerza el uso del verso libre, de la palabra justa,
en un viaje a Estados Unidos, y con la que cola­ exacta, alejada de la anécdota, el momento en el
borará en la traducción de los versos de R. Ta- que todo el verso se condensa y concreta y se
gore — añadiendo versos suyos inspirados en los tiende a dar con la esencia de lo intrínseco. Así
del poeta hindú— . Con el comienzo de la Gue­ se deduce de sus versos, en los que podemos leer
rra Civil, Juan Ramón abandona España y conti­ una exigencia ineludible: que la «palabra sea / la
núa escribiendo en Florida, hasta que, en 1956, cosa misma, / creada por mi alma nuevamente».
se instala definitivam ente en Puerto Rico, una Y clama Juan Ramón: «¡Inteligencia, dame / el
vez que su salud se había visto ya seriamente de­ nombre exacto, y tuyo, / y suyo, y mío, de las co­
teriorada. Tres días después de la concesión del sas!». Solo la poesía parece poder hacerlo. El
Premio Nobel a su marido, en el mencionado sentido de la búsqueda es encontrar lo perfecto,
1956, Zenobia murió de cáncer, lo que sumió al la belleza misma. Perfección y belleza serán,
poeta en una profunda agonía anímica que, su­ desde este momento — pero, en realidad, durante
mada a los problemas físicos, terminaría con él toda su vida— , las dos obsesiones del poeta, uni­
apenas dos años después. Su labor literaria, más das a una personalísima idea de eternidad. Esa
allá de su obra específica de creación, que tanto aparente ruptura, no obstante, le lleva, a partir de
influyó a poetas de la talla de García Lorca*, entonces, a moverse entre las nuevas formas y la
Jorge Guillén*, Alberti*, Vicente Aleixandre*, constante revisión y depuración de lo ya escrito.
Dámaso A lonso*, Luis Cernuda* o Gerardo Más intelectual, sus versos se concentran, se ha­
Diego*, entre otros, y de sus colaboraciones crí­ cen compactos, precisos, movidos por un deseo
ticas en El Sol, España, La Gaceta Literaria o de absoluto que le lleva a un cierto misticismo
La Nación de Buenos Aires, se desarrolla tam ­ poético y a cometer no pocas excentricidades
bién en la creación de publicaciones como teóricas y prácticas. Por otro lado, puede afir­
índice, Si y Ley. marse que, en la primera época, existe una ma­
Muy influido por tempranas lecturas de Darío, a yor influencia externa del paisaje campestre y
lo que se suman su admiración por ciertos auto­ montañoso, así como, en la segunda, del mar, en
res románticos, como Bécquer*, Espronceda*, ambos casos como consecuencia de sus peripe­
Byron, Heine o Lamartine, además de Verlaine, cias biográficas. La obra de Juan Ramón siguió,
a quien imitó, y la tendencia que siempre tuvo a pues, una senda en la que la búsqueda de la ple­
la soledad y el aislam iento, su poesía m uestra nitud poética y el afán de depuración le llevaron
una m elancolía temerosa y aprensiva. Sus prime­ a dirigirse a un lector del que exigía una capaci­
ros poemas los publicó, a partir de 1899, en la re­ dad especial para hallar lo esencial del lenguaje
vista Vida Nueva, poemas que fueron recibidos poético; pensaba, en sus propias palabras, en una
con satisfacción por los modernistas. Es enton­ «inmensa minoría» preparada para desentrañar
ces cuando se inicia una obra fluida, riquísim a la cifra que se oculta en sus versos.
de matices, innovadora, cambiante y muy perso­ Un apresurado repaso de su obra poética —para­
nal, como se aprecia en la evolución de sus con­ lelamente fue escribiendo diversas prosas— se
cepciones y desarrollos poéticos, una obra que iniciaría con la publicación simultánea, en sep­
siempre estará inevitablemente ligada a su vida, tiembre de 1900, de Alma de violeta, cuyo título,
imbricada en el propio transcurrir de su existen­ según él mismo confiesa, le fue sugerido por Ru­
cia. Él mismo afirmaría ya en plena madurez: «la bén Darío, y que cuenta con un atrio de su inse­
poesía ha estado siempre íntimam ente fundida parable Francisco Villaespesa, y Ninfeas, pro­
con toda mi existencia, y no ha sido poesía obje­ puesto por Valle-Inclán y que conforma la otra
tiva casi nunca». En general, suele hablarse de parte de lo que previamente había sido visto por
dos épocas un tanto artificiosamente planteadas, el poeta como un libro unitario al que pretendía
pero útiles a los propósitos de una visión global. denominar Nubes. En 1902 aparecieron sus R i­
La primera, derivada del Modernismo, está mar­ mas, libro al que siguieron Arias tristes (1903),
cada por las pautas, más o menos evidentes, del algo más animoso que los anteriores, y Jardines
JIMÉNEZ 446

lejanos (1904), en el que se inicia una tendencia de Juan Ramón Jiménez (1932), los veinte cua­
intimista y misteriosa. En 1908 aparecen Elegías dernos de Presente (1934) y las hojas nuevas de
puras y Elegías intermedias, y, en 1909, Olvi­ prosa y verso tituladas Hojas sueltas (1935), to­
damos: Las hojas verdes, poemarios a los que si­ dos estos de muy variado contenido y compues­
guen Elegías lamentables (1910), Baladas de tos de constantes revisiones de su obra. Canción,
primavera (1910), La soledad sonora (1911), aparecido en 1936, es el inicio de un proyecto
Pastorales (1911), Poemas mágicos y dolientes poético del poeta no concluido, el de publicar su
(1911), M elancolía (1912) y Laberinto (1913). obra sometida a una organización formal. En
Posteriormente, además de las Poesías escogi­ 1941, tras superar una depresión de las numero­
das de Juan Ramón Jiménez, editada por The sas que padeció en su vida, y residente por en­
Hispanic Society of America en 1917, y de la pu­ tonces en Florida, concibió los poemas de Espa­
blicación de Platero y yo, obra en prosa que co­ cio, originalmente en verso, y Tiempo, en prosa,
menzara en 1906, que había aparecido en 1914 entendidos ambos como una autobiografía, ini­
— cuya primera edición completa es de 1917— y ciando con ello el que sería su período si no más
que terminaría por convertirse en la más difun­ prolífíco sí el que la crítica destaca como más va­
dida de su producción, escribe algunos de sus lioso. El primero de ellos Juan Ramón lo some­
poemarios fundamentales; así, Sonetos espiritua­ tió durante años a una constante revisión, hasta
les, escrito entre 1914 y 1915, Estío, d e '1916, y convertirlo en un poema dispuesto en prosa; en
Diario de un poeta recién casado, texto esencial cuanto a Tiempo, jam ás quedó concluido y su
en la poética juanramoniana, escrito entre enero prim era publicación sería nada menos que en
y julio de 1917 durante el recorrido hacia Esta­ 1986, en una edición que incluía ambos: Espa­
dos Unidos para reunirse con la que será su es­ cio y tiempo. Por sí solo, Tiempo vería la luz en
posa, en el que confluyen prosas y versos de gran 2001, ofreciendo todo su esplendor como m e­
intensidad y lirismo, versificaciones libres, iro­ morial estético, ético y crítico del autor. Poste­
nía, y una concepción del amor que se diversi­ riormente a este proceso depresivo apenas co­
fica entre su mujer, el mar y el país en donde el mentado, en 1946 aparece en Buenos Aires
poeta celebró su boda. Varios símbolos le sirven — después de la edición de las caricaturas líricas
recurrentemente para formular sus contradicto­ y retratos de Españoles de tres mundos (Buenos
rias emociones entre infancia perdida y futuro: el Aires, 1942), que fueron editándose por separado
cielo, el alma, el mar y el amor. Es la obra en la en revistas y diarios durante los primeros años
que de una m anera más evidente se percibe el veinte— una obra escrita muy anteriorm ente y
sentido simbólico que de la poesía tenía el poeta sometida a sucesivas correcciones, La estación
de Moguer, y, además de suponer el inicio del total, con las canciones de la nueva luz 1923-
cambio de su poesía, basado en la supresión de 1936 — reeditada en 1994— , pieza clave donde
las ornamentaciones adjetivas y del exceso de la palabra se ha convertido ya en el intermedia­
imágenes, inicia el simbolismo* en la poesía es­ rio entre abstracción y realidad. Romances de
pañola del siglo. Más adelante, como consecuen­ Coral Gables, 1939-1942 (1948) y, en 1949, Ani­
cia del constante proceso de revisión al que so­ mal de fondo, en la que el símbolo pierde con­
metía su obra, cambiaría el título por el de Diario creción y tiende al anhelo de eternidad, ratifican
de poeta y mar (1948). Eternidades, el otro libro lo sucedido en 1946 y dan carta de naturaleza a
esencial para comprender el cambio de sus con­ •una madurez poética en la que se ha acentuado la
cepciones poéticas, en el que incluso rechaza ex­ combinación metafísica entre religiosidad pan-
plícitamente su obra anterior, apareció en 1918, teísta y emoción intelectualizada. Sobre esto, y
y, tras él, Piedra y cielo (1919) y la Segunda an- la belleza de la que hemos hablado con anteriori­
tolojía poética (1922), que incluye una carta a dad, él mismo escribirá: «lo místico panteísta
Manuel García Morente*, a los que siguieron, en [es], la forma suprema de lo bello para mí [...] lo
1923, los volúmenes Poesía y Belleza, sendas poético lo considero como profundamente reli-
antologías de libros que no llegó a publicar y que jioso [í i c ], es relijión [s/c] inmanente sin credo
incluían poemas de otros dos, escritos entre 1918 absoluto que yo siempre he profesado». Esta úl­
y 1924, titulados La muerte y Unidad, consti­ tima obra, Animal de fondo, unida a La estación
tuido este por ocho cuadernos y que junto al otro total, constituirá el eje de Dios deseado y de­
solo pudieron ver la luz como obras en 1999, si seante, editado en el mismo 1949 y que, aunque
bien algunos años antes habían aparecido en edi­ incompleto, se reeditará como tal, en 1964, a
ción facsímil del proyecto juanram oniano más cargo de Antonio Sánchez Barbudo*. En 1957
amplio: La realidad invisible. Siguen después aparece la Tercera antolojía, que, junto a los ci­
Obra en marcha (1928), especie de diario poé­ tados Poesías escogidas, Segunda antolojía y
tico, Sucesión (1932), la selección, realizada por Canción, constituirán los intentos del poeta por
su mujer, Poesía en prosa y verso (1902-1932) seleccionar lo más intenso de su creación. Nunca
447 JIMÉNEZ DE CISNEROS

vio la luz una obra de la que había hablado, divi­ Ramón de viva voz, un volumen que recoge las
dida en seis volúmenes, en la que se reunía prosa conversaciones que durante años Juan Guerrero
y verso, y que tenía intención de publicar con el Ruiz* mantuvo con el poeta, pero que en la men­
título de Destino. Con posterioridad a su muerte, cionada edición se vieron maquilladas y que hu­
y teniendo en cuenta las complicaciones que su­ bieron de esperar a la edición definitiva que, en
pone la ordenación de la poesía de Juan Ramón, dos volúmenes, comenzó a publicarse en 1998.
se editaron diferentes antologías, entre ellas L e­
yenda (1978), ordenada y preparada en sus últi­ JIMÉNEZ ARRIBAS, Carlos (Madrid, 1966)
mos años de vida por el propio Juan Ramón, a la Poeta. Autor de profunda intensidad emotiva, no
que hay que añadir los aforismos de Ideolojía está exento de la influencia de Antonio Gamo-
(sic, 1990) y, como la más im portante de ellas, neda*, visible en su tendencia a la prosifícación
que incluso no se puede considerar como antolo­ de las emociones, que huye de cualquier liris­
gía, ya que incluye textos inéditos o solo publi­ mo gratuito. Destaca M anual de supervivencia
cados postumamente, Lírica para una Atlántida (2002), poemario escrito en prosa.
(1999), en la que se encuentran el postumo ya
mencionado Dios deseado y deseante, el también JIMÉNEZ DE AYLLÓN, Diego (Arcos de la Fron­
postumo En el otro costado (1974) y De ríos que tera, Cádiz, siglo xvi)
se van (1974), así como, en su integridad, un li­ Poeta. De él se sabe que fue militar y que pu­
bro anunciado por el propio Juan Ramón y que, blicó Famosos y heroicos hechos del Cid (Am-
bajo el título de Una colina meridiana, ordenó beres, 1568), poema épico compuesto de treinta
Alfonso Alegre Heitzmann, el responsable de tan y dos cantos, y Sonetos a ilustres varones (Am-
magna y compleja obra. beres, 1569).
En cuanto a su prosa, debe decirse, además de
que fue autor penetrante y lúcido, capaz de atinar JIMÉNEZ DE CISNEROS, Francisco (Torrela-
en la interpretación de sus contemporáneos con guna, Madrid, 1436-Roa, Burgos, 1517)
poderosas dosis de ironía, sarcasmo y, a menudo, Personaje cuya relevancia política en la Histo­
crudeza satírica, que mantuvo el elevado listón ria de España merecería varias páginas de aten­
establecido en su poesía. Sus creaciones narrati­ ción; sirva con decir que fue gran inquisidor y
vas responden a su increíble capacidad de inven­ administrador civil de las Españas y que amplió
tiva verbal y al no menos inusitado sentido del y extendió geográficam ente el poder de la In­
ritmo. Lo cierto es que la publicación de su obra quisición a Orán, Canarias y Cuba. El cardenal
en prosa sufrió el azar del capricho editorial, ya Cisneros* tiene importancia literaria como im­
que el propio Juan Ramón encomendó dicha ta­ pulsor de la cultura y, además de por haber sido
rea a editores en absoluto preocupados, como el él quien fundara, en 1506, la Universidad de Al­
poeta, por el cuidado de la publicación y selec­ calá de Henares, porque gracias a él, que reunió
ción de lo escrito. Solo con el paso del tiempo, a un grupo de eruditos, y a sus indicaciones se
cualificados estudiosos de su obra se han ido realizó la Biblia políglota complutense*. A de­
ocupando de sacar a la luz una pléyade de textos más de la mencionada institución, creó otras
que fueron escritos entre 1900 y 1952. Así, me­ tanto de carácter docente como benéfico, y pa­
recen destacarse las Primeras prosas y Cartas trocinó numerosas publicaciones, caso de la
(1962), seleccionadas por Francisco Garfias*, Agricultura general (1513), de Gabriel Alonso
Elejías andaluzas (1994) y las Historias y cuen­ de Herrera*, obra que se repartiría gratuita­
tos (1970, 1983 y 1994), ampliada en Cuentos de mente entre los agricultores. Tras su muerte, Pe­
Antolojía (1999), que ofrece 47 cuentos más que dro de Quintanilla pretendió conseguir la beati­
las anteriores. En 1962 Ricardo Gullón* publicó ficación del cardenal argumentando, en su
los textos del curso que Juan Ramón había im ­ sorprendente Oranum Xim enii virtute catholi-
partido en la Universidad de Puerto Rico en 1953 cum (Roma, 1658), que había contribuido a ex­
sobre el Modernismo, obra que se reeditaría des­ tender la fe católica por el mundo.
pués, en 1999, con el título El modernismo.
Apuntes de curso (1953). En 2002 se editaron JIMÉNEZ DE CISNEROS, García (Cisneros, Pa­
por primera vez, con introducción de Sánchez tencia, 1456-Montserrat, Barcelona, 1510)
Robayna*, que sustituyó en su encargo al falle­ Tratadista. Primo hermano del cardenal Cisne-
cido José Angel Valente*, los Libros de Madrid, ros*, fue el promotor de la reforma del monaste­
volumen inédito que reúne una abundante colec­ rio de M ontserrat, al que se trasladó tras haber
ción de prosas poéticas, escritas entre 1915 y permanecido en el de san Benito de Valladolid
1924, dedicadas a la ciudad en la que vivió hasta desde 1476. Nombrado abad en 1499, se ocupó
que se exilió por culpa de la Guerra Civil. Como de imprimir diversas obras doctrinales y publicó
documento interesante, en 1961 se publicó Juan el Directorio de las horas canónicas y Exercita-
JIMÉNEZ DE ENCISO

torio de la vida espiritual, ambas en 1500. Com­ como Por un cálido sendero (1978), en colabo­
pilación de diferentes textos espirituales, y obra ración con su marido, Cuarto de estar (1980), Sé
influyente en autores posteriores, como san Ig­ que vivo (1984) y Letanía doméstica para muje­
nacio de Loyola, esta segunda le convierte en res enamoradas (1986), el ensayo Carolina Co­
uno de los iniciadores de la oración mental ba­ ronado: apunte biográfico y antología (1983) y,
sada en un método. entre otras, la recopilación Panorama antológico
de poetisas españolas (1987).
JIMÉNEZ DE ENCISO, Diego (Sevilla, 1585-
1634) JIMÉNEZ FRAUD, Alberto (Málaga, 1883-Ma-
Comediógrafo. De origen riojano, fue regidor drid, 1964)
en el Ayuntamiento de Sevilla, cargo que enton­ Ensayista. Conocido por su labor al frente de la
ces se conocía como Veinticuatro, teniente de Residencia de Estudiantes y su vinculación con
alguacil mayor y tesorero de la Casa de Contra­ la Institución Libre de Enseñanza*, fue profe­
tación. Temporalmente, residía en Madrid, ciu­ sor en O xford y Cam bridge tras exiliarse en
dad en la que consiguió el favor de Felipe IV y 1936. Su regreso a España se produjo en 1964,
del conde-duque de Olivares, no pocos contac­ poco antes de su muerte. Destacan sus ensayos:
tos en la Corte y encendidos elogios de Lope de La ciudad del estudio (1944), Selección y re­
Vega*, Pérez de Montalbán* o Cervantes*, en­ fo rm a (1944),' Ocaso y restauración (1948),
tre otros. Sus comedias, no muy numerosas, lo Juan Valera y la generación de 1868 (1955), La
son menos debido a que pocas de ellas nos han Residencia de E studiantes (1972) y Visita a
quedado. Concretamente, se conservan siete co­ Maquiavelo (1972), además de Residentes. Sem­
medias de autoría segura y tres que se le atribu­ blanzas y recuerdos, obra publicada, postum a­
yen, bien manuscritas, bien editadas en diversas mente, en 1989.
Partes de comedias (Valencia, 1624; Barcelona,
1630; Huesca, 1634, etc.). La mayoría de ellas JIMÉNEZ LOSANTOS, Federico (Orihuela del
son de tema histórico, de estilo elegante y so­ Tremedal, Teruel, 1951)
brio, y, en todas, llama la atención la capacidad Periodista y ensayista. Colaborador en diferentes
de su autor para emocionar, definir personajes y medios de comunicación, entre ellos ABC, Dia­
dotarlos de peculiaridades psicológicas y huma­ rio 16, Cambio 16, el canal de televisión Tele 5 y
nidad, pericia no dem asiado frecuente en sus la emisora radiofónica COPE, en los últimos
contemporáneos. años ha destacado como comentarista político en
Destacan títulos como El encubierto, La mayor el diario El Mundo. Ha publicado — además del
hazaña de Carlos V, sobre el retiro del empera­ poemario Diván de Albarracín (1982)— ensayos
dor en el M onasterio de Yuste, Los M édici de tales como Lo que queda de España. Una p olí­
Florencia (publicada en la «Biblioteca de Auto­ tica de lecturas (1979; reed. 1995), La dictadura
res Españoles», vol. XLV, 1858), sobre el asesi­ silenciosa (1993), La última salida de M anuel
nato de Alejandro de M édici por su primo Lo­ Azaña (1994), Los nuestros (1999), volumen en
renzo, Juan Latino, sobre el esclavo negro que, el que se reúnen las semblanzas de diferentes
una vez llegado a España, aprendió latín, obtuvo personajes, que fue publicando en la sección que
su libertad por mediación de Juan de Austria y llevaba el mismo nombre en el mencionado pe­
llegó a convertirse en el preceptor de doña Ana riódico El Mundo, y Con Aznar y contra A znar
de Carlobal; la comedia religiosa Santa M arga­ (2002), nueva reunión de artículos políticos. En
rita, Los celos en el caballo, El casamiento con 1993 recibió el Premio César González Ruano de
celos y el rey Don Pedro de Aragón, Fábula de periodismo.
Criselio y Cleón, de 1632, a la que se conoció
como Júpiter vengado, El valiente sevillano y, JIMÉNEZ LOZANO, José (Langa, Ávila, 1930)
sobre todo, El príncipe don Carlos, obra con la Narrador, ensayista y poeta. Licenciado en Dere­
que inauguró, paralelamente con El águila del cho, Filosofía y Letras y Periodismo por las uni­
agua, de Vélez de Guevara*, una tradición de versidades de Valladolid, Salamanca y Madrid,
piezas ulteriores, basadas en la figura del hijo de ha ejercido el periodismo, rama en la que se es­
Felipe II, que alcanza hasta Schiller con su Don pecializó en investigaciones sobre la Historia de
Carlos de 1787. la Iglesia y en la que dirigió, como su amigo De­
libes*, El Norte de Castilla. Autor prolífico y de
JIMÉNEZ FARO, Luzmaría (Madrid, ?) extraordinario prestigio en las actuales letras es­
Poetisa. Dueña de la Editorial Torremozas, cen­ pañolas, en su obra narrativa suele adentrarse en
trada en la publicación de poesía escrita por mu­ las circunstancias de personajes angustiados y
jeres, y esposa del también poeta Antonio Por- sometidos a las coyunturas históricas de sus
petta*, ha publicado diversos poemarios, tales apartados reductos rurales, tratados siempre con
449 JIMÉNEZ MILLÁN

gran atención y a través de un lenguaje sobrio y de reflexiones, diarios o dietarios, Los tres cua­
una técnica argumental que se recrea en las nos­ dernos rojos (1985), Los ojos del icono (1988),
talgias individuales. A medida que ha ido pasando Discurso del icono y la candela (1990), Segundo
el tiempo, ha evolucionado la narrativa de este au­ abecedario (1992), La luz de una candela (1996)
tor, que con obras cada vez más breves y concisas, y Los cuadernos de letra pequeña (2003), así
pulidas y minuciosas, despojadas de lo superfluo, como los poemarios Oficio parvo (1979), Tantas
se ha convertido en un escritor de culto, en cuyos devastaciones (1992), Un fu lg o r tan breve
textos cabe desde la recreación histórica hasta la (1995), El tiempo de Eurídice (1996), Pájaros
reflexión religiosa. De su obra poética, cabe decir (2000) y Elegías menores (2002), en el que con­
que se trata de una de las poesías más hondas del fluyen los ecos de la poesía oriental con los de la
panorama español, poemas que celebran la vida tradición grecolatina, siempre, eso sí, con una
desde el dolor y la soledad. En todo caso, tanto en delicada belleza y un misticismo que producen
su poesía como en su prosa, es frecuente encon­ una poesía de extrema lucidez. Existe, asimismo,
trar el mundo bíblico como referencia o como un libro que recoge conversaciones con él, titu­
centro de sus reflexiones y argumentos, así como lado Una estancia holandesa. Conversación
el paisaje castellano, que no solo sirve de escena­ (1998). Premio Castilla y León de las Letras en
rio, sino que condiciona en numerosas ocasiones 1989, su prestigio se vio ratificado en 1992 con
las circunstancias del texto y de los personajes. la concesión del Premio Nacional de las Letras
Por lo que respecta a su obra ensayística, las cues­ Españolas, al que seguirían el Luca de Tena de
tiones religiosas han sido de extraordinaria impor­ Periodismo en 1993, la Medalla de Oro al Mérito
tancia y mantuvo, ya durante el franquismo, una en las Bellas Artes en 1998, el Miguel Delibes de
fuerte oposición al nacional-catolicismo. P eriodismo en 2001 y, como culminación, en
Es autor de novelas como: Historia de un otoño 2002, el Premio Cervantes.
(1971), Sam benito (1972), La salamandra
(1973), El santo de mayo (1976), Duelo en la JIMÉNEZ MARTOS, Luis (Córdoba, 1926)
Casa Grande (1982), Parábolas y cincunloquios Narrador, poeta y ensayista. Estudió Derecho en
de Rabí Isaac ben Yehuda: 1325-1402 (1985), El Granada y, desde 1956, reside en Madrid. Ha co­
grano de maíz rojo (1988), Premio de la Crítica, laborado en revistas como La Estafeta Literaria,
Sara de Ur (1989), Los grandes relatos (1991), Cuadernos Hispanoamericanos y Agora, y ha
El mudejarillo (1992), en tomo a la figura de san dirigido la colección «Adonais» de poesía. Su la­
Juan de la Cruz*, La boda de Angela (1993), Re­ bor como antologo es digna de mención al haber
lación topográfica (1993), Teorema de Pitágo- realizado importantes antologías, tales como
ras (1995), en la que, como contrapunto del re­ Nuevos poetas españoles (1961), la Antología
lato propiamente narrativo, interactúa un cierto general de Adonais en 1969 o la de La genera­
tono ensayístico, Un dedo en los labios (1996), ción poética de 1936 (1974). En su obra de crea­
Los compañeros (1997), Ronda de noche (1998), ción, destacan, además de los poemarios Por dis­
Las señoras (1999), M aestro Huidobro (1999), tinta luz (1963), Encuentro con Ulises (1969),
El hombre en la raya (2000), Los lobeznos que fue Premio Nacional de Literatura, Con los
(2001) y El viaje de Jonás (2002). Hay que men­ ojos distantes (1970), Los pasos litorales (1970),
cionar, asim ism o, los relatos de El cogedor de Madre de mi ceniza (1982) y Molino de Marios
ancianos (1993), Objetos perdidos: antología de (1986), los libros de narrativa Historia de Juan
cuentos (1993) y E l balneario: relatos (1998). Opositor (1956), Leyendas andaluzas (1964) y
De sus ensayos, señalamos: Nosotros los judíos Tientos (1969), así como los ensayos Poetas del
(1961), Un cristiano en rebeldía (1963), M edita­ Sur (1964), Informe sobre poesía española del
ción española sobre la libertad religiosa (1966), siglo xx (1975), Tientos de la pluma y el plumero
La ronquera de fr a y Luis y otras inquisiciones (1976) y Tientos de los toros y su gente (1981), a
(1973), Retratos y soledades (1977), Los cemen­ los que hay que sumar sus trabajos críticos sobre
terios civiles y la heterodoxia española (1978), autores fundamentales de nuestra literatura: Juan
Monasterios de Valladolid (1980), Sobre judíos, Valera (un liberal entre dos fuegos) (1973), Vi-
moriscos y conversos (1982), Guía espiritual de llaespesa (1977), Quevedo: poesía de España, la
Castilla (1984), una suerte de manifiesto que dio muerte y Dios (1980), o sus ediciones de las
origen a la fam osa exposición, que recorre Es­ obras de Gabriel y Galán* y Bécquer*, entre otros.
paña, «Las edades del hombre», Avila (1988), La En 1986, recibió, por el conjunto de su obra, el
lugareja (1991), San B audelio (1991), Unas Premio Castiglione de Sicilia.
cuantas confidencias (1993), Castilla y León
inolvidables (1994) y Retratos y naturalezas JIMÉNEZ MILLÁN, Antonio (Granada, 1954)
muertas (2000), a los que hay que añadir, ade­ Poeta. Profesor universitario, Enrique Molina
más de Estampas y memorias (1990), los libros Campos* situó su poesía en una promoción de la
JIMÉNEZ DE PATÓN 450

transición, en tanto que, junto a Javier Egea* y mediana*, trabó amistad con Quevedo* y Lope
Alvaro Salvador*, con los que formó el Colec­ de Vega*, de quien se mostró siempre ferviente
tivo 77, publicó el m anifiesto «La poesía más admirador. Su obra teórica, escrita mayoritaria-
transparente». En todo caso, la poesía de Jim é­ mente en vulgar y, por tanto, innovadora, recurre
nez Millán, y más allá de una ubicación cronoló­ a ejemplos que ya no están en latín, y responde
gica, tiene características propias, ya que aúna la siempre a un afán didactista. A esta característica
más autobiográfica y de la experiencia, propia de retórica hay que sumar sus valores doctrinarios
la Generación del medio siglo (véase GENE­ gramaticales, al proponer, al igual que Nebrija*,
RACIÓN DEL 50), con la de una poesía social más algunas innovaciones ortográficas. Destacan su
comprometida y crítica con la realidad, lo que en Elocuencia española en arte (Toledo, 1604), El
su caso conform a una poética sin duda íntima, perfecto predicador (Baeza, 1612), Epítome de
pero configurada por una preocupación colec­ la ortografía latina y castellana (Baeza, 1614) y
tiva. De tal suerte, en sus versos se da un proceso Mercuris trimegistus, sive de triplici eloquentia
de subjetivización de los referentes sociales, sen­ sacra, española, romana (Baeza, 1621), obra de­
tim entales y simbólicos de una generación, de dicada al mencionado conde y en la que se inclu­
manera tal que la memoria y la Historia están li­ yen las Instituciones de Gramática española.
gadas a una búsqueda individual de la palabra Asimismo, escribió otras obras de tem ática va­
que intenta nombrar las emociones. Este proceso riada, siempre de tendencia costumbrista, tales
de confluencia ha ido derivando en la poesía de como: D ecente colocación de la Santa Cruz
Jiménez M illán hacia versos más meditativos, (Cuenca, 1635), Discurso en fa v o r del santo y
más introspectivos e individuales, acaso teñidos L oable Estatuto de la Limpieza (Granada,
por dos preocupaciones más concretas: el tiempo 1638), Reforma de trages. Doctrina de fray Her­
y la muerte. Es autor de los poemarios: Predesti­ nando de Talavera (Baeza, 1638), en la que se
nados para sabios (1976), Ultimo recurso (1977), incluye un opúsculo dedicado al «buen uso del
Premio Federico García Lorca, De iconografía tabaco», y Discurso de los Tufos, Copetes y Cal­
(1982), Jardín inglés (1983), Restos de niebla vas (Baeza, 1639), entre otras. Por otra parte,
(1983), Poemas del desempleo (1985), Premio editó los Proverbios m orales de H eráclito, de
Guemica, Ventanas sobre el bosque (1987), Pre­ Alonso de Varros, en Baeza en 1605, traducción
mio Juan Carlos I, Espejos y bares (1990), de más de mil proverbios en griego y latín en la
Calma aparente (1994) y Casa invadida (1995), que se encuentra su Discurso de la langosta que
que había terminado de escribir en 1992. A todos en el tiempo presente aflige y en el venidero
ellos hay que añadir La mirada infiel. Antología amenaza.
poética, 1957-1985, que se publicó, prim ero en
1987, con prólogo del mencionado M olina Cam­ JIMÉNEZ PINTO, Sebastián (Jerez de la Fron­
pos, y se reeditó en 2000, con prólogo de Fran­ tera, Cádiz, 1965)
cisco Díaz de Castro*, con los nuevos poemarios Poeta. Estudió Derecho en la Facultad de Jerez
escritos hasta ese momento, así como con cinco de la Frontera de la Universidad de Cádiz. Presi­
poemas inéditos posteriores. Deben m encio­ dente del Ateneo Poético Jerezano y director de
narse, asimismo, sus ensayos: Los poem as de la revista poética Fuentevieja, que cuenta con un
Picasso (1983), La poesía de Rafael Alberti, portal en Internet, y de la colección de poesía
1930-1939 (1984), Vanguardia e ideología. «Cuadratur». Incluido en diferentes antologías y
Aproximación a la historia de las literaturas de con poemas aparecidos en prestigiosas publica­
vanguardia en Europa (1900-1930) (1984), ciones de ámbito nacional, ha conseguido la
Poesía catalana contemporánea (1993) y Entre atención de la crítica con poemarios como Luz
dos siglos (1994). de Sur, Mares de Vinagre, Como todos los mar­
tes, Piel de acíbar y Fagot.
JIMÉNEZ DE PATÓN, Bartolomé IAlmedina,
Ciudad Real, 1569-Villanueva de los Infan­ JIMÉNEZ DE QUESADA, Gonzalo (Granada, h.
tes, Ciudad Real, 1640) 1506-M ariquita, Tolima, Colom bia, 1579)
Humanista. Realizó sus estudios en el Colegio Cronista. Licenciado en Leyes y conocido des­
Imperial de los jesuitas en Madrid y en las uni­ cubridor y conquistador, exploró las tierras de la
versidades de Baeza y Salamanca, y posterior­ actual Colombia, después de haber llegado a
mente se dedicó a impartir clases de Gramática América en 1536, y fundó, en 1538, Santa Fe de
en Alcaraz en 1696 y, desde 1604, en Villanueva Bogotá. Una vez en España, intentó que el em ­
de los Infantes, de donde no se movió pese a las perador le otorgase las tierras descubiertas, fra­
numerosas ofertas que recibió de otros lugares casando en sus pretensiones y dedicándose a
de España. Escribano de la Inquisición y correo malgastar las riquezas conseguidas en las Indias
mayor, además de preceptor del conde de Villa- en diferentes viajes por Europa. Como conse­
451 JORDÁ

cuencia de su declive, regresó a América, donde JIMÉNEZ DE URREA, Pedro Manuel (?, h. 1486-
finalmente moriría víctima de la lepra. Defensor ?, h. 1535)
del verso castizo castellano, censuró el uso del Poeta y dramaturgo. De origen aragonés e hijo
endecasílabo italianizante, y cultivó una prosa de del primer conde de Aranda, imitó abiertamente
extraordinaria sobriedad. Aunque se han perdido a Petrarca y se dejó influir por Juan del Encina*,
la mayoría de sus textos, entre ellos el Compen­ Juan de Mena* y Jorge Manrique*. Poeta de agi­
dio historial de las conquistas del Nuevo Reino lidad y gracia, su Cancionero (Logroño, 1513),
de Granada, la Relación de la conquista del en la línea de la lírica del siglo xv, reúne versos
nuevo reino de Granada y Relación sobre los de tipo amoroso, didáctico y alegórico, así como
conquistadores y encomenderos, conservamos algunos villancicos y una versificación del pri­
sus Indicaciones para el buen gobierno (1549), mer acto de la Celestina. Del Cancionero se rea­
Apuntam ientos y anotaciones sobre la historia lizó una segunda edición ampliada en Toledo en
de Paulo Jovio (1576), obra que, dedicada a en­ 1516, en la cual se incluyeron una serie de
mendar los errores del historiador italiano sobre É glogas de carácter sentim ental y alegórico.
la Historia de España, com únm ente se conoce Fue autor, asimismo, de Peregrinación a Jeru-
como el Antijovio, una Colección de sermones salén, Roma y Santiago (Burgos, 1514), escrita
para ser predicados en las festividades de Nues­ en verso, de la comedia Penitencia de amor
tra Señora y Los ratos de Suesca, editado por (Burgos, 1514; también incluida en el Cancio­
Pedro Simón Abril* en Noticias historiales nero de 1516), para la que que se basó en diver­
(1627). sas novelas sentim entales y, de nuevo, en la
obra de Femando de Rojas*, y Églogas dramá­
JIMÉNEZ DE RADA, Rodrigo Véase XIMÉ- ticas (1516).
NEZ DE RADA, Rodrigo.
JIMENO, Vicente (Valencia, siglo xvm)
JIMÉNEZ REINALDO, Jesús (Tudela, Navarra, Editó, en dos volúmenes, la obra Escritores del
1962) reino de Valencia (1747-1749), un Utilísimo catá­
Poeta. Licenciado en Filología Hispánica por la logo de los autores de su siglo en esa zona de la
Universidad de Zaragoza, es profesor de Len­ Península.
gua y Literatura Españolas en un instituto ma­
drileño y ha publicado en numerosas revistas y JODRÁ DAVÓ, Carmen (Madrid, 1980)
periódicos. A utor de una poesía de corte exis- Poetisa. Estudiante de Filología Clásica en la
tencial en la que se ocupa de los límites, de las Universidad Autónoma de Madrid, es una cono­
diferentes fronteras de la supervivencia, ello cedora perspicaz de las más variadas técnicas
sirviéndose tanto de los sueños com o de los poéticas y, a pesar de su juventud, maneja con
sím bolos de la infancia, y dando cuenta de la m aestría estrofas clásicas como el soneto. En sus
presencia de la m uerte a lo largo de la propia versos, obviamente adolescentes, inseguros y
existencia. Es autor del poemario La mística del con mucho de influencias diversas y confusas, en
fracaso (2002). su mayoría de clásicos del barroco, sabe, no obs­
tante, dar cuenta de sus pasiones, miedos y du­
JIMÉNEZ ROMERO, Alfonso (Morón de la Fron­ das sin demasiadas trampas, con claridad e in­
tera, Cádiz, 1939) cluso ironía y atrevimiento, y ha sido reconocida
Dramaturgo. Vinculado al grupo del Teatro Estu­ por la crítica como una de las grandes promesas
dio Lebrijano, fundado en 1966 en el pueblo se­ de la poesía española. Hay que mencionar su poe­
villano de Lebrija por jóvenes y obreros, ya ha­ mario Las moras agraces (1999), con el que ob­
bía estrenado su primera obra, La jaula, en 1963. tuvo el Premio Hiperión. Figura en recopilacio­
Posteriorm ente aparecieron, entre otras, Diálo­ nes como A ntología de las mejores poesías de
gos de una espera (1965), Oratorio (1968), que amor en lengua española (2000), La voz y la es­
fue Premio Delfín, y De lo que ocurrió el día de critura. 80 propuestas poéticas desde los Viernes
la inauguración del Gran Hotel (1971), Premio de la Cacharrería (2001), Mujeres de carne y
Teruel, sin olvidar El juego de las hormigas ro­ verso (2002) y Ni Ariadnas ni Penélopes. Quince
jas, montada a finales de los años sesenta por el escritoras españolas para el siglo veintiuno
mencionado grupo teatral andaluz. En colabora­ (2 0 0 2 ).
ción con Salvador Távora*, escribió Quejío
(1972), obra que alcanzó un extraordinario éxito JORDÁ, Eduardo (Palma de Mallorca, 1956)
en París. Narrador y poeta. Autor que destaca por sus dia­
rios, el primero de los cuales está considerado el
JIMÉNEZ DE URREA, Jerónimo -> Véase URREA, ensayo Tánger. Terra incógnita (1997), que es
Jerónimo de. una suerte de diario íntimo y cuaderno de viaje,
452
JOVELLANOS

pero también, en cierto sentido, una novela, ria, de San Fernando y, desde 1781, de la Espa­
donde narra la vida de un hombre que sufre por ñola de la Lengua.
lo que hace y por lo que no, así como por lo que Su obra, que abarca casi todos los géneros, es
los demás hacen, y cuyo deseo último es desapa­ unitaria, sin embargo, por su carácter moral y re­
recer, alguien que, en definitiva, padece el dolor formador, reflejo de sus creencias éticas en la
de la memoria. El segundo, más bien un dietario nueva mentalidad del siglo, la Ilustración, y el
de carácter literario y de impresiones de viajes, subsecuente liberalismo de su ideología. Pero, al
es Canciones gitanas (2000). Es autor, asi­ propio tiempo, fue personaje moderado y tradi-
mismo, de dos monografías musicales, una sobre cionalista, defensor, aunque con matices, de la
Van Morrison (1990) y otra sobre Hank Williams monarquía, y detractor, también con no pocos
(1992). En 2001 debutó en la poesía con La esta­ matices, de la voluntad popular roussoniana, a la
ción de las lluvias, libro con el que obtuvo el que nuestro autor enfrentaba el concepto de opi­
Premio Renacimiento y en el que se muestra nión pública, «formada siempre por el juicio de­
dueño de una lírica concisa, limpia de preciosis­ sinteresado de los hombres de bien», dicho con
mos, esencial, capaz de dar cuenta de itinerarios sus propias palabras, y no exento de una cierta
y lugares que, sin duda, vienen de su constante ingenuidad. En cuanto a la ideología de Jovella­
interés por el viaje como modo de relacionarse nos que hemos mencionado, cabe decir, no obs­
con la realidad. A este siguió Ciudades de paso tante, que, desde su individualismo extremo,
(2001). Hay que mencionar, además del libro de consideraba que el poder político residía en cada
relatos Orco (2000), sus novelas La fiebre de uno de los individuos de la comunidad. A si­
Siam (1988) y Norte Grande (2002), resultado mismo, trató de conseguir profundas reformas en
de un viaje al desierto de Atacama y en la que la economía, la educación y la justicia. Sobria y
aborda con desolada tristeza el horror del Chile elegante, en general, puede afirmarse de su prosa
de Pinochet. — de indudable altura— que permanece alejada
del cultismo y del puritanismo estilístico tan pro­
JOVELLANOS, Gaspar Melchor de (Gijón, A s ­ pio de algunos autores de su tiempo. Como
turias, 1744-Puerto de Vega, Asturias, 1811) poeta, el ilustrado asturiano apenas destacó con
Historiador, ensayista, poeta y dramaturgo. Con­ algunas sátiras y epístolas bajo las cuales puede
siderado como la figura fundamental de la Ilus­ entreverse — al igual que en el resto de sus es­
tración* en España, perteneció a una familia de critos— el contenido filosófico y moral de su
la nobleza que, sin embargo, ostentaba una posi­ pensamiento, si bien debe decirse que sus ver­
ción económica modesta. Jovellanos estudió en sos influyeron notablem ente en autores como
Oviedo, Ávila y Alcalá, donde se graduó como M eléndez Valdés*, Cadalso* y, en general, en
bachiller en cánones en 1764. En 1767 fue nom­ los poetas de la escuela salm antina*. Influido
brado Alcalde del Crimen de la Real Audiencia por fray Luis de León*, Jovellanos pretendió
de Sevilla, ciudad en la que contactó con pensa­ alejar a la poesía española de los excesos retóri­
dores enciclopedistas y de la que fue trasladado, cos en los que esta había caído por influencia
por intercesión de Campomanes* y del conde de de Góngora*, y lo hizo ahondando en la subjeti­
Cabarrús*, a Madrid, donde se le nombró, en vidad.
1778, Alcalde de Casa y Corte hasta que, en Destacan, entre sus obras, la tragedia Pelayo
1780, fue ascendido a Consejero de las Ordenes (1769), estrenada en 1792 con el título de La
Militares. Tras la caída de Cabarrús, perdió el muerte de Matiuza, la comedia sentimental, cen­
apoyó real, y más aún con la llegada al trono de trada en las reformas del código penal, El delin­
Carlos IV. Desterrado a Gijón, donde fundaría el cuente honrado (1774), escrita a imitación de Le
Instituto Asturiano de Náutica, fue nombrado Fils naturale, de Diderot, y acaso la primera de
ministro de Gracia y Justicia en 1797, aunque este género en España y, sin duda, la más desta­
numerosos problemas con Godoy, la reina y la cada de todas cuantas se representaron en la
Inquisición terminaron con su destitución, nuevo época, Jovino a sus amigos de Salamanca
destierro en Gijón e ingreso en prisión en M a­ (1776), obra en la que insta a los poetas de la es­
llorca en 1801, donde permanecería hasta 1808. cuela de dicha ciudad a crear para la Ilustración,
En plena Guerra de la Independencia, José I el texto de carácter económico Informe sobre el
quiso nombrarle ministro, pero él solo aceptó en­ expediente de la ley agraria (1794), pieza funda­
cargarse de la representación de Asturias en la mental de su producción, o el tratado sobre las
Junta Central, cargo que ocupó hasta 1811, año diversiones hispanas Memoria para el arreglo de
en que dicha Junta se disolvió. Fue miembro de la policía de los espectáculos y diversiones p ú ­
la Sociedad Económica Matritense, de la Real blicas y sobre su origen en España (1796), a las
Junta de Comercio, M oneda y Minas y de las que hay que añadir, por supuesto, su Diario, re­
Academias de Cánones, de Derecho, de la Histo­ dactado en las puertas del siglo xix, aunque no
453 JUAN II

publicado hasta 1911 y, posteriorm ente, entre fie sta profana (1976), así como de la recopila­
1953 y 1955, en el que apreciamos tanto un mi- ción de la obra poética de Ignacio Prat*, que
.nucioso análisis cotidiano de las costumbres editó en 1983.
cuanto el método que emplea un pensador ilus­
trado, y otras obras de tipo ensayístico tales JUAN, Jorge -> Véase JUAN Y SANTACILLA,
como su Plan general de Instrucción Pública, Jorge.
M emoria en defensa de la Junta Central (1811),
escrito contra aquellos que critican la actividad JUAN, José Luis de (Palma de Mallorca, 1956)
política, Memorias del castillo de Bellver, escri­ Narrador. Licenciado en Derecho y Ciencias de
tas en su cautiverio de 1801 a 1808, o el Tratado la Información por la Universidad Autónoma de
teórico-práctico de enseñanza. A lo largo del si­ Barcelona, ha vivido en Italia y Estados Unidos
glo xix se editaron en diversas ocasiones las y se ha dedicado a la pintura y la escultura. Cola­
Obras completas de Jovellanos — la más desta­ bora en diarios como El País y Diario de M a­
cada de esas ediciones fue la Colección de llorca, así como en Revista de Libros y Clarín.
varias obras en prosa y verso (1830-1832; Autor de novelas cultas, quizá algo amaneradas
7 vols.)— , si bien las más completas y fiables se por lo que respecta a la expresión de una sensibi­
deben a Cándido N ocedal*, quien las publicó, lidad que se excede en los modos elegantes que
en 1858, en los volúmenes XLVI y L de la «Bi­ em plea y que da lugar a una literatura de corte
blioteca de Autores Españoles», aumentados a esteticista, con prolijas descripciones y numero­
cinco por el historiador Miguel Artola en 1956, sas referencias a los sentimientos, estas resultan
del LXXXV al LXXXVII. Sus Poesías se edita­ también innovadoras por lo que respecta a la es­
ron en Oviedo en 1961. tructura, que, sin ser especialmente revoluciona­
ria, sí exige del lector una atención especial. Un
JOVER, Javier (Palma de Mallorca, 1961) eje de su obra, en la que sabe ahondar en la ma­
Poeta. Editor y músico, colabora habitualmente teria psicológica que mueve a los personajes, o
en prensa y en diferentes revistas de poesía. De que los condiciona desde la infancia, es la refle­
sus poemarios, claram ente inmersos en la co­ xión sobre el tiempo, la realidad y la ficción, así
rriente de poesía del conocimiento, hay que des­ como el dolor en sí. Destacan sus novelas El api­
tacar: La luz que nunca yerra (1991), galardo­ cultor de Bonaparte (1996), con la que obtuvo el
nado con el Premio Ciudad de A lcalá de Premio Juan March Cencillo, La mano que fo r ­
Henares, El íntimo asedio (1991), con el que ob­ mula el deseo (1998), Este latente mundo (1999)
tuvo un accésit del Premio Rafael Alberti, y Do­ y Kaleidoscopio (2002), que quedó finalista del
micilio (1999). Premio Nadal y que supone un arriesgado ejerci­
cio de mutación de la novela histórica, a las que
JOVER, José Luis (Cuenca, 1946) hay que añadir el ensayo Incitación de la ver­
Poeta. Perteneciente a la generación conocida güenza (1999), en el cual, con tono literario y de­
como de los novísimos*, estudió Derecho y Pe­ jándose llevar por la divagación literaria y filo­
riodismo y trabajó como crítico literario en los sófica, rico en referencias, reflexiona sobre la
diarios Madrid, Inform aciones y Pueblo. D u­ vergüenza, y el libro de relatos La vida privada
rante los años 1984 y 1985, dirigió el programa de los verbos (2000). En el ámbito de la novela
de TVE «Autorretrato» y, adem ás de por su juvenil, publicó Recordando a Lampe (2001),
creación literaria, es conocido por sus traduc­ Premio Gran Angular y en la que construye una
ciones de Pessoa, Gérard de Nerval y Giuseppe intriga en tomo al ficticio asesinato del criado de
Ungaretti. Autor de una poesía compleja, en ella Kant, Martin Lampe, lo que le sirve, además,
trata de concretar los espacios más ocultos de la para abordar un retrato doméstico del maniático
mem oria a través de un ejercicio que, corri­ filósofo.
giendo la realidad inventada o aparente, da lu­
gar a im agos que se transforman en una icono­ JUAN II [rey de Castilla] (Toro, Zamora, 1405-
grafía definitiva. Destacan, entre sus poemarios, Valladolid, 1454)
Ocho poem as (1976), M em orial (1976), En el Hijo de Enrique III y heredero de la corona en
grabado (1979), Lección de música (1980), Pai­ 1406, era de carácter débil y delegó el ejercicio
saje (1982), Retrato de autor (1982), Para te­ del poder en don Alvaro de Luna*, amigo muy
ner la certeza de tu ausencia (1982), Campo de querido del rey, lo que le trajo no pocos proble­
estrellas (1983), C omposición de lugar (1984) mas con los nobles de la Corte. Se vio obligado a
y A esta baraja le fa lta n corazones (1993). Es desterrarlo varias veces, pero, al final, volvió a
autor, asimismo, de los libros de conversaciones llamarlo a su lado hasta que, sibilinamente enga­
Las estelas segalenianas de M anuel Ruvera ñado por su mujer, doña Isabel de Portugal,
(1975) y García-O choa: Realism o grotesco y firmó la orden de prisión del condestable y su
JUAN DE LOS ÁNGELES 454

condena a muerte, ejecutada por decapitación en Compañía de Jesús, con la que mantuvo siempre
1452. Pero la fama de Juan II se debe a su afición una relación fundamental, y llegó, incluso, a es­
por la literatura, que le llevó a potenciar la reno­ tar a punto de ingresar en ella. Su figura resultó
vación cultural castellana y a mantener cerca de decisiva en la fundación de la U niversidad de
él a una nutrida muestra de intelectuales. Culto y Baeza. Fue beatificado, en 1894, por León XIII,
preocupado por la cultura de sus colaboradores, y canonizado en 1970. Aparte de la obra citada
cerca de él estuvieron personajes como Alfonso anteriormente, su obra más difundida es el Epis­
Fernández de M adrigal* o Juan de Mena*. Él tolario espiritual para todos estados (Madrid,
mismo, como poeta, es citado por Juan R odrí­ 1578, y antes en Baeza), colección de cartas mar­
guez del Padrón* en el Cancionero de Palacio cadas por la dualidad de tonos antes indicada. Su
(véase CANCIONERO). estilo, en el que inventa giros y frases, es precur­
sor del de su discípulo fray Luis de Granada*.
JUAN DE LOS ÁNGELES, fray -> Véase Á N G E ­ Los destinatarios de dichas cartas eran desde san
LES, fray Juan de los. Ignacio* hasta san Juan de Dios, pasando por
santa Teresa de Jesús*, con quien mantuvo una
JUAN ARBÓ, Sebastián -» Véase ARBÓ , Se­ intensa correspondencia a propósito del Libro de
bastián Juan. la vida de esta. Escribió, asimismo, El Santísimo
Sacramento, Del conocimiento de sí mismo,
JUAN DE ÁVILA, san (Almodóvar del Campo, Contemptus mundi, nuevamente romanzado (Se­
Toledo, 1499-Montilla, Córdoba, 1569) villa, 1536), atribuido a fray Luis de Granada,
Autor ascético más que místico. Fue más cono­ pero que Juan de Á vila pudo haber traducido,
cido en la época como Juanes o Joanes de Avila, Doctrina christiana... (Valencia, 1554), Dos p lá ­
y todos los datos que conocemos de su vida han ticas hechas a sacerdotes... (Córdoba, 1595), Re­
sido deducidos por la crítica. Comenzó los estu­ glas de bien vivir (Amberes, 1595) y Documen­
dios de Leyes, en Salamanca, en 1514, abando­ tos espirituales (Madrid, 1623). Los muchos
nándolos para retirarse a hacer penitencia a su vi­ sermones de que fue autor se han perdido casi en
lla natal y, más tarde, en 1520, estudiar Teología su totalidad.
en Alcalá de Henares con Domingo de Soto*.
Quiso ir a las Indias de sacerdote, pero le conven­ JUAN DE LA CRUZ, san (Fontiveros, Á vila,
ció el arzobispo de Sevilla, Alonso M anrique, 1542-Úbeda, Jaén, 1591)
para quedarse en Andalucía a predicar; así lo hizo Poeta místico. Uno de los más grandes autores
en Écija, Alcalá de Guadaira y Lebrija. Estuvo de nuestra literatura, Juan de Yepes y Álvarez
prisionero de la Inquisición en Sevilla por ser sos­ estudió en los jesuitas de M edina del Campo, e
pechoso de luteranismo, pero salió absuelto. Su ingresó en la Orden de los carm elitas con 19
obra está dominada por su talante como predica­ años, en 1563, con el nombre de fray Juan de
dor: tono ascético, solo a veces impregnado de santo Matías. Poco después, en 1564, comenzó
misticismo, lo que introdujo la mística posterior. sus estudios de Teología en Salamanca, term i­
Escribió, probablemente en 1530, el comentario a nándolos en 1568. Un año antes, en 1567, es or­
los versículos 11 y 12 del salmo 44 — una de sus denado sacerdote y se produce el importante en­
obras fundamentales— , Audi, filia, et vide (M a­ cuentro con santa Teresa* — de cuyo convento
drid, 1557), para Sancha Carrillo, hija de los se­ fue director espiritual en 1572— , en virtud del
ñores de Guadalcázar, a quien convirtió, como cual Juan de la Cruz será convencido para ini­
hizo con otros muchos personajes ¡— entre ellos, ciar la reforma del Carmelo en su vertiente mas­
también, Francisco de Borja, cuya conversión, culina. Desde ese momento, funda monasterios
asimismo, se debió a la influencia de Juan de y conventos de carmelitas reformados o descal­
Ávila— , por lo que fue conocido como el Após­ zos en D uruelo — prim era fundación desde la
tol de Andalucía. Esta obra, revisada posterior­ que toma el nombre de fray Juan de la Cruz— ,
mente, y que había aparecido sin su consenti­ Pastrana, Alcalá, Ávila y Segovia hasta que, en
miento como Avisos y reglas cristianas (Alcalá, 1577, es encarcelado en Toledo durante ocho
1556), vio su edición definitiva en Toledo, en meses como consecuencia del enfrentam iento
1574, como Libro espiritual que trata de los ma­ con los carmelitas calzados de un monasterio no
los lenguajes del mundo, carne y demonio y de reformado de Toledo. En este período de reclu­
los remedios contra ellos. El libro es una renun­ sión es en el que escribe la m ayor parte de sus
ciación ascética del mundo y de sus vanidades, grandes poemas. Ya en 1578, se fuga de prisión
como exige el camino para el encuentro con Dios. y se dedica a las labores de la orden con los des­
Fundó, además de colegios de la Universidad en calzos. Es prior de diversos conventos y visita­
Ávila, otros menores en Jaén, Évora, Alcalá, Se­ dor de Andalucía hasta 1591, fecha en la que un
villa y Córdoba, pertenecientes después a la nuevo conflicto con la orden term ina con sus
455 JUAN DE LA CRUZ

cargos y, por poco, con su expulsión de ella. En Estos comentarios sobre su propia poesía, que no
1726 sería canonizado y, en 1926, declarado son de tipo humanístico y en los que se emplea
doctor de la Iglesia. la hermenéutica tradicional del comentario esco­
De una espiritualidad absoluta, sus escritos poé­ lástico, tratan de verbalizar el símbolo empleado
ticos — deudores, en gran medida, de Garcilaso en el verso, de hacerlo comprensible con la in­
de la Vega* y la poesía cancioneril— rozan el tención última de mostrar que la poesía supone
enigm a constante, el m isterio de una am bigüe­ una conceptualización de las vivencias religio­
dad que, en la m ayoría de los casos ni siquiera sas. Pero este ejercicio a veces se convierte en
es ambigüedad, sino oscura profundidad. Los excesivo, ya que las matizaciones van demasiado
versos — los poquísim os que se conservan— de lejos. Un ejemplo podemos tomarlo del comen­
san Juan logran, a través de una misteriosa com­ tario Noche oscura, en el que se refiere a la jo ­
binación léxica y semántica, nombrar lo inefa­ ven que simboliza el alma como «segura», y ex­
ble, referirse a todo cuanto desde las entrañas plica que es «segura» por estar alejada de los
del espíritu se niega a ser verbalizado y, sin em­ pecados de la carne, por ser guiada por Dios y
bargo, puede serlo en virtud de una concepción por seguir el camino del sufrimiento, un camino
no racional y de una expresión lingüística que que, para el santo de Avila, es «más provechoso
ningún otro autor ha alcanzado. El poeta aúna, que el de gozar y hacer». Como se ve, la comple­
para nom brar lo inefable, la música del propio jidad de su exégesis genera problemas no menos
poema, el ritmo, y, ante la insuficiencia del len­ indescifrables que los de los versos. Tanto en la
guaje, el sím bolo. Conviven m etáforas fuerte­ poesía como en la prosa, los significados asigna­
m ente expresivas con una sonoridad especial dos a los términos por el poeta — explicados en
formada por aliteraciones, acentuaciones inédi­ los comentarios— están lejos de los que cual­
tas y eufonías precisas. La principal dificultad quier lector común podría darles. Se trata, en
que presenta tiene que ver con una actividad a la suma, de unas prosas que, en no pocas ocasiones,
que son ajenos la mayoría de los hombres, la ex­ complican la comprensión del poema al acentuar
periencia mística, y por cuya naturaleza no nos sus ambigüedades y enigmas. Sus explicaciones,
vamos a preocupar aquí. Toda la imaginería em­ lejos de poner límites a las palabras, las difumi-
pleada por san Juan se refiere a la conexión del nan ampliando sus significados, ilimitándolos.
alma con Dios, con lo que el simbolismo alcanza C omparada con las de santa Teresa, la prosa de
cotas difícilm ente explicables con un comenta­ san Juan es menos coloquial, no tan vigorosa, y
rio textual. Cada uno de sus poemas se refiere, en raras ocasiones alcanza el nivel de su poesía.
en último término, a la im posibilidad de racio­ Pero hay que insistir en la calidad de esta, en la
nalizar a Dios. No obstante, hay que decir que originalidad y en los extremos espirituales que
para los tres poemas por los que el poeta abu- alcanza a través de imágenes delirantes y de las
lense es recordado, Cántico espiritual, escrito asociaciones sorprendentes en sus liras, fórmula
entre 1576 y 1578, N oche oscura del alma, de métrica elegida. En Noche oscura, compuesto de
1579, y Llama de amor viva, de hacia 1584, es­ ocho liras garcilasianas y el más bello de sus
cribió com entarios en prosa que son útiles a la poemas para muchos, la m encionada unión del
hora de comprender los significados contenidos alma con Dios está simbolizada por una mucha­
en los versos, además de suponer una analítica cha que escapa de su cuerpo por la noche para
mística que lo convierten en uno de los máximos encontrarse con su enamorado. La dualidad eró­
teóricos de la cristiandad. Pero hay que tener tica resulta ineludible a la hora de compartir la
en cuenta que el esfuerzo de estas explicaciones emoción de los versos, de dotarlos de hum ani­
— en la tradición de la poesía mística comentada dad, pero, por otra parte, la simbología alegórica
de los musulmanes— no está destinado a conse­ sexual alcanza cumbres poéticas sorprendentes.
guir racionalizar, sino, muy al contrario, a cons­ Ello sirve, en último término, para transformar el
tatar la mencionada imposibilidad de com pren­ plano humano en simbolismo religioso, sin que,
der a Dios. Esta es la raíz m ística de la obra de por ello, la lectura emocional se vea necesitada
san Juan. Las glosas al Cántico y a la Llama son de este. La casa es el cuerpo, la «sabiduría os­
de 1584; para la N oche oscura escribió, entre cura» es la guía divina, la «secreta escala» de la
1578 y 1583, los tratados de Subida del monte que nos habla tiene un doble sentido, ascendente
Carmelo y Noche oscura, que, con el mismo tí­ y descendente, hacia Dios o hacia la humillación
tulo del poem a original e inconcluso, está fe­ del yo, y el amado, obviamente, es la divinidad.
chado en 1579. Pero los comentarios a la Llama Con todo ello conviven elementos que le dan al
y el Cántico fueron, no obstante, publicados poema un sentido urgente, de im paciencia, de
después de su muerte: la Subida, Noche oscura una ansiedad que se deja respirar y sentir a me­
y Llama de am or viva con sus com entarios, en dida que se lee. El clímax del poema se produce
1618; el Cántico espiritual en Bruselas en 1627. con el fin de la tensión, con la calma del placer
456
JUAN MANUEL

consumado. Es ahí donde el poeta ha conse­ reinados de Fernando IV y Alfonso XI, en las
guido, con un símil humano, ofrecernos una que, según el momento, tomó partido depen­
emoción mística. No es discutible la altura litera­ diendo de las conveniencias e intereses de su
ria de semejante efecto. Llamo de amor viva, que casa. Fue Adelantado del Reino de Murcia, se­
consta de veinticuatro versos en liras, no garcila- ñor de Villena y Alarcón y uno de los nobles más
sianas, de seis versos, tiene nuevamente la apa­ poderosos e influyentes de su tiempo. Intelec-
riencia de un poema amoroso, aunque es más de­ tualmente, fue educado por los dominicos,
licado y, en el fondo, el de mayor contenido maestros de la escolástica que representaban la
místico. En él, san Juan prescinde de las vías defensa de los postulados tomistas frente a la es­
purgativa e iluminativa y se centra en los deleites piritualización de las vivencias personales, en­
de la unión amorosa. El Cántico espiritual, for­ carnada por franciscanos y ermitaños. De ellos
mado por cuarenta liras, resulta, acaso, más com­ aprendería el Infante el uso de los exem pla
plejo y esotérico al recurrir para los símbolos al como método para adoctrinar entreteniendo. Su
bucolismo refinado del Cantar de los Cantares muerte se produjo en el Monasterio de Peñafiel,
bíblico, remedando así una fórmula literaria, ten­ el 13 de junio de 1348, adonde se había retirado
dente a la ambigüedad y a la falta de conexiones y que él mismo había fundado; en dicho lugar no
lógicas, que no se aceptó en su época. Otra vez solo fue enterrado, sino que allí se depositó el
la amada, la «Esposa» en este caso, como sím­ códice con sus escritos. Tanto él como sus traba­
bolo del alma, busca al «Esposo», que es Cristo, jos desaparecieron.
y se produce la unión amorosa, pero para alcan­ En el personaje de don Juan Manuel, primer es­
zarla se dan tres etapas que el poeta, en su co­ critor de la literatura castellana con conciencia
mentario, explica como una primera vía purga­ de su oficio, confluyen las armas y las letras de
tiva, otra iluminativa y, finalmente, la unitiva. El una manera infrecuente en la época; se trata de un
significado poético goza, en los versos mismos, aristócrata y no de un clérigo, al tiempo que re­
de un ritmo que acompaña ese tránsito, que lo presenta el mundo noble medieval en su camino
transmite esencialmente al tiempo que lo nombra hacia el ocaso. En su obra, en cierto sentido una
lingüísticamente. El proceso es, sin duda, com­ suerte de memorias, están reflejadas sus ideas
plejo, aunque no debe olvidarse el éxtasis mís­ políticas y religiosas, que aparecen casi siempre
tico en que, se supone, fueron escritos todos sus como justificación de sus actos, a menudo repro­
poemas. San Juan escribió, asimismo, algunos bables. Asimismo, aparecen en ella tanto su de­
otros poemas que, en muchos casos, se vio obli­ voción dom inica cuanto la obsesiva ambición
gado a comerse para evitar que fuesen descubier­ que le movía. Su pretensión literaria fue siempre
tos. Además de la obra mencionada, nos quedan conciliar ambas tendencias: de un lado, ser un
algunas de sus piezas menores iniciales, concre­ gran señor, rico y noble, y, de otro, el deseo de
tamente cinco canciones, diez romances y dos alcanzar la vida eterna. No obstante, su defensa
glosas a lo divino*, escritas con desigual fortuna, prioritaria del orden feudal representa la convic­
en las que se mezclan las formas tradicionales y ción de que la salvación más segura se encuentra
las renacentistas y donde el poeta se muestra tan en su propio estado, por más que respete el papel
hondamente religioso como en sus grandes poe­ de los religiosos. La idea de que el deber de un
mas místicos, aunque marcado por los ecos pas­ gran señor es proteger sus estados y, con ellos, a
toriles de la lírica popular. Los más destacados la Iglesia es de gran peso en don Juan Manuel.
de estos versos menores son «Un pastorcillo solo Su obra, claramente didáctica, muestra, pues, sus
está penando» y «Tras de un amoroso lance», empeños políticos y sociales, y continúa la de su
ambos, como advertimos, de devota religiosidad tío Alfonso X, de la que toma la prosa pulida de
y en los que ya despunta el fervor místico de su su taller literario. La conciencia de escritor que
poesía posterior. Sabemos, por otra parte, que es­ mueve su obra es la que determina el constante
cribió un tratado, hoy perdido, titulado Las pro­ afán de perfeccionamiento de la misma, lo que le
piedades del pájaro solitario. En 2002 se edita­ lleva a ser el primero que corrige sus textos y los
ron Cántico espiritual y Poesía completa, a conserva manuscritos. Toda su obra refleja su
modo de obras completas. personalidad ambiciosa, así como el orgullo, y se
convierte en un modo de autoexaltación; el ejem­
JUAN MANUEL, infante don (Escalona, Toledo, plo más claro son las constantes referencias per­
1282-Peñafiel, Valladolid, 1348) sonales y citas de sí mismo, actitud en la que se
Prosista; el más im portante del siglo xiv y una aprecia un distanciam iento tanto de la antigüe­
de las figuras clave de la tradición literaria espa­ dad greco-latina como del saber de clerecía, ya
ñola. Miembro de la alta nobleza, sobrino de Al­ que prefiere referirse a sus propias obras y ejem­
fonso X* y nieto de Fernando 111, intervino en las plificar sus enseñanzas con sucesos y personajes
luchas nobiliarias que se produjeron durante los contemporáneos. Don Juan Manuel está conven­
457 JUAN MANUEL

cido del valor intrínseco de su creación, de ahí su padre, con lo que queda claro que el derecho
que dé gran importancia a la perfección formal. de reinar pertenecía a los miembros de su casa,
Su individualism o se ve también en el uso del la dinastía castellana, sucesora directa de Al­
lenguaje, en la eliminación, cuando le es posible, fonso X.
de las huellas del latín. Esa conciencia de escri­ Tal vez una de sus obras fundamentales sea el Li­
tor a que nos referim os se ve, pues, en su afán bro de los estados (1330), libro en el que existe
por generar un estilo propio, un estilo obsesiva­ un mayor equilibrio entre los elementos noveles­
mente claro, cualidad que consideraba esencial cos y didácticos; en él se nos habla de las leyes y
en todo lenguaje. Y así fue siempre salvo cuando estados dé los hombres — legos y clérigos— si­
comenzó a utilizar tem poralm ente refranes y guiendo el método clásico empleado en obras
proverbios que se imbricaban en un juego con­ como el Decamerón, el Enquiridión y la Gran
ceptista de vocablos. No obstante la sencillez y Fazienda de Ultramar, esto es, que alguien envía
claridad, es cuidadoso y selecto en la redacción un libro a un personaje, a modo de remedio, y
de su prosa, notablemente original respecto a la este lo hace público. Su trama, en la cual un niño
de su tío, por más que predomine una castellana es instruido en un ambiente cerrado por un filó­
austeridad en la forma. Como ya hemos apun­ sofo cristiano que lo convierte, y, con él, a todo
tado, predomina un criterio didáctico-moral ins­ el reino, presenta sim ilitudes con la leyenda de
pirado en el cristianismo, como él mismo explica Buda. El filósofo en cuestión, Julio, confiesa ha­
en El conde Lucanor cuando aclara que los cuen­ ber sido ayo en Castilla de don Juan Manuel, y
tos se deben al propósito de instruir deleitando. narra aspectos de la vida de este. Ideológica­
Pero al mismo tiempo, en su obra se aprecia la mente, están presentes las convicciones de don
influencia oriental, tanto en un sentido ideoló­ Juan Manuel, ya que el filósofo recomienda la
gico como literario. Ideológicamente, esta se ve armonía entre armas y letras y, para ello, cita los
en la presencia del yo, en el sentido pragmático libros del propio Infante. La salvación del alma
del saber y en dos de sus convicciones funda­ está en relación directa a la ley y el estado, y
mentales: que se puede servir a Dios en cualquier existe una defensa explícita del mundo feudal.
estado y que la vida contemplativa no es supe­ Literariamente resulta asombroso al mezclar los
rior a la activa. Literariamente, en la técnica de sucesos del libro con el libro mismo, dejando que
encerrar un conjunto de apólogos dentro de un los personajes, aun siendo librescos, no traten de
marco general y, sobre todo, en el hecho esencial ocultarlo. Es, en suma, un tratado práctico de
de su obra: la ilustración de las reglas morales a gobierno, con forma de diálogo, que, al tiempo,
base de cuentos y ejemplos. Pero, al tiempo, la se preocupa por el destino del hombre, siendo
herencia cristiana difumina o equilibra esta in­ su intención muy clara: demostrar que el hom­
fluencia oriental al sim plificar las estructuras, bre puede salvarse en todos los estados, siem­
omitiendo así una excesiva inserción de cuentos, pre y cuando no exista la pretensión de superar
y al separar el elemento proverbial del cuerpo el estado original — no olvidemos que el estado
narrativo, a fin de resaltar el efecto dramático feudal carece de movilidad— . Siguiendo con el
más que el im aginativo o el lírico. En cualquier repaso de sus obras, hay que referirse al Libro
caso, su mundo literario tiene una aplicación infinido o Libro de los castigos o consejos
directa: apropiándose de lo general para fines (h. 1336), dirigido a su hijo Fernando, cuyo do­
particulares, consigue, a través de sus intereses ble fin, intelectual y moralizador, se ve en los
personales, extraer reglas generales. Es una es­ muchos consejos de tipo espiritual y profano, o
trategia que lleva a que no haya una ruptura clara al Libro de las aves de la caza, texto sacado del
entre realidad y ficción, unidad que se apoya, de su tío y a cuyo carácter científico-técnico so­
asimismo, en la continua autorreferencialidad de bre la caza se añaden los consabidos datos perso­
su obra. nales de la vida de don Juan Manuel; en él de­
Sus obras conocidas son la Crónica abreviada fiende como prioridades la habilidad y la
(1320), en la que com pendia la E storia de E s­ práctica, enfrentándose con ello a los plantea­
paña de su tío Alfonso, el Libro del cavallero et mientos tradicionales al respecto, al tiempo que
del escudero (1326), enciclopedia de los conoci­ deja clara la imposibilidad de que la realidad
mientos de la época, que, estructurada de pueda ser objetivable, lo que le llevaría a ser uno
acuerdo a una serie de preguntas-respuestas de más en la unidad de seres similares. Otra obra es
carácter didáctico, utiliza como fuente el Llibre el tratado de devoción mañana Libro de la Asun­
del ordre de cavalleria, de Ramón Llull*; Tra­ ción, basado en el Marialem Aureum, de Jacobo
tado sobre las armas, obra genealógica de pro­ de la Vorágine — libro dedicado a la vida de los
paganda política y exaltación personal y de su li­ santos— , donde defiende el ideario m añano de
naje en la que habla de la ilegitim idad del los dominicos, basado en el dogma de la In­
reinado de Sancho IV al haber sido maldito por maculada Concepción.
JUAN Y SANTACILLA 458

Pero acaso la obra más importante, o al menos la algo importante: que la ficción que origina los
que ha perdurado como tal, de don Juan Manuel cuentos en el marco narrativo es independiente
sea El conde Lucanor o Libro de los enxiemplos en todos ellos, con lo que el Infante se anticipa a
del conde Lucanor e de Paíronio (1335). Rela­ Boccaccio en la independencia de los relatos y
cionado absolutamente con las colecciones de en el interés por la forma.
ejemplos* de la época, de hecho, la mayoría de Si bien la im portancia de don Juan M anuel se
estos exempla del libro han sido recogidos en debe a la prosa, hay que añadir que también fue
manuales de predicación dominicos. El Libro poeta, aunque solo conservemos suyos los dísti­
está compuesto de dos prólogos y cinco partes: cos con los que, a modo de moraleja, term ina
una primera — la fundamental— , con cincuenta cada relato del Conde Lucanor. Se sabe, no obs­
y un ejemplos; la segunda, que consta de un «Ra­ tante, que escribió un libro de versos, hoy desa­
zonamiento» y cien proverbios; la tercera, con parecido, con el título de Libro de las Cantigas.
cincuenta proverbios; la cuarta, con treinta, y la Otras obras desaparecidas son el Libro de la ca-
quinta, en la que el moralista medieval reflexiona vallería, la Crónica complida, que algunos han
sobre la salvación del alma, si bien el autor tam­ identificado con el Chronicon Domini Johannis
bién trata de adoctrinar a los hombres sobre Emmanuelis, publicado por el padre Énrique
cuestiones terrenas como la fama, la honra y la Flórez* en su España sagrada, el Libro de los
hacienda. Puede afirmarse que todos los temas engenios, las Reglas de trovar, el Libro de los sa­
tratados están relacionados con la ideología y la bios y un llamado Prólogo general.
clase social del autor, siempre condicionados por No es fácil cifrar la influencia posterior de quien
la honra e interés del caballero; así, se habla de elevó el romance castellano a una calidad plena­
las aspiraciones y problemas de los dominios es­ mente artística, si bien debe constatarse el hecho
piritual y material, político y social, de los com­ de que una gran parte de los ejemplos de su
portam ientos humanos y hábitos morales, de Conde Lucanor han pasado a la literatura poste­
virtudes y vicios, siendo la salvación el tema rior, tanto española como extranjera, de lo que
principal del plano trascendente. La elección de dan cuenta obras de autores como Calderón de la
los ejemplos, siempre con finalidad didáctica, y Barca*, Shakespeare, que basó La fierecilla do­
la del marco (consejero-aconsejado) es propia de mada en el del «mancebo que casó con una mu­
esa narrativa oriental de la que hablábamos an­ jer muy fuerte y muy brava», o Cervantes*. Asi­
tes. La obra está dirigida a una elite de personas mismo, numerosos cuentos y fábulas posteriores
instruidas en lengua vulgar que pertenecen a su de tradición popular se han originado a partir de
propia clase, la nobleza, y no a los clérigos. Esa las historias contadas por don Juan Manuel.
primera parte esencial está formada por una serie
de cuestiones en las que se insertan historias que JUAN Y SANTACILLA, Jorge (Novélela, Alicante,
funcionan como argumentos probatorios (los 1713-Madrid, 1773)
mencionados exempla), estructuradas sobre un Ensayista. Marino y director de diversas institu­
eje dialogístico donde, ante una pregunta del ciones en las que se formaba a los mandos mili­
conde, motivada por el deseo de saber, Patronio tares de la Marina, sus obras contribuyeron a la
contesta con un relato del que se extrae una en­ divulgación científica de la época. Destacan tex­
señanza que, apoyada por los versos finales del tos como Compendio de navegación para uso de
autor, pasa a un plano de validez general. De tal los caballeros guardias-marinas (1757) y, con
suerte, en cada ejemplo hay una parte ficticia (la Antonio de Ulloa*, Relación histórica del viaje
historia) y otra didáctica, y todos ellos funcionan a la América meridional... (1748), escrito a raíz
de acuerdo a tres grados de progresiva abstrac­ de una expedición conjunta en la que ambos se
ción: 1) Caso consultado a Patronio; 2) Aplica­ dedicaron a m edir los grados del m eridiano te­
ción hecha por Patronio al problema del conde; rrestre, Observaciones astronómicas y físicas...
3) Deducción del autor para conseguir una ense­ (1748) y Noticias secretas de América..., publi­
ñanza abstracta, la m oraleja, siempre con fin cada, postumamente, en 1826.
mnemotécnico. La práctica totalidad de relatos
que se utilizan en el texto, fábulas esópicas y JUARISTI, Jon (Bilbao, 1951)
orientales, alegorías, relatos fantásticos y heroi­ Poeta y ensayista tanto en euskera como en espa­
cos, parábolas y cuentos satíricos, eran ya cono­ ñol. Catedrático de Filología Española en la Uni­
cidos en su tiempo, unos tomados de fuentes ára­ versidad del País Vasco, empezó a estudiar Filo­
bes y otros de dominicas. Lo importante, en logía Románica en la Universidad de Deusto,
cualquier caso, es la recreación que don Juan siguió la carrera en Sevilla y, de nuevo en
Manuel hace de ellos, dotándolos de categoría Deusto, se licenció. Se doctoraría en la misma
artística y abriendo de una forma evidente el ca­ universidad en la que enseña. Elegido director
mino hacia la novela. Hay que tener en cuenta del Instituto Cervantes con el Gobierno del Par­
459 JUGLARES

tido Popular, fue también director de la B iblio­ rias de nacionalistas vascos (1999), El bosque
teca Nacional, cargo en el que sucedió a Luis Al­ originario (2000), profundo ensayo sobre el na­
berto de Cuenca*. Se trata de un autor vitalista, cionalismo, que escarba en las raíces mitológicas
atento a los problemas y emociones que suscita de diferentes identidades nacionales, o suprana-
la vida cotidiana, y que incorpora a su poesía cionales, colectivas: la griega, la romana, la cal­
cuestiones sociales específicas de la idiosincra­ dea, la escita, la celta y la aria, y La tribu atribu­
sia vasca de los últimos años. En sus versos, que lada. El nacionalismo vasco explicado a mi
combinan elegía y sátira, Juaristi cuestiona los padre (2002), nueva y honda indagación en el
mitos de los integrism os políticos y culturales nacionalismo vasco, esta vez a partir de las con­
vasco y español. Heredero de Gabriel Aresti*, secuencias de la Guerra Civil.
Gabriel Ferrater*, Blas de Otero*, Ángel Gonzá­
lez* y, sobre todo, de Gil de Biedma*, así como JUARROS ORTEGA, César (Madrid, 1879-1942)
de los autores de la Generación del 98*, su poe­ Novelista. Psiquiatra de profesión, destinó sus
sía, representante del figurativismo, intenta re­ esfuerzos a crear la E scuela Nacional de Anor­
novar la m étrica tradicional, aunque sin optar males que, con el tiempo, logró perfeccionar
abiertamente por el verso libre y, desde una for- hasta convertirla en un centro de gran importan­
malización conceptista, consigue una obra de ca­ cia médica y social. Miembro de la Academia de
rácter moral, comprometida y desencantada, de Medicina, sus novelas, de gran amenidad, están
carácter colectivo y civil, no intimista. A través marcadas por la ética regeneracionista; así, hay
de la intertextualidad, que es uno de sus recursos que recordar: El niño que no tuvo infancia
predilectos, así como de la precisión cáustica de (1927), Sor Alegría (1930) y El adulterio de un
su verso y de la música que lo aproxima a la tra­ hombre infeliz (1932). Entre sus ensayos, deben
dición de la canción, su poesía conecta con la tra­ mencionarse El breviario sentimental de la ma­
dición de la poesía entendida como com unica­ dre (1921) y El momento de la muerte (1925).
ción. Él mismo, que huye de la lírica visionaria
propia del Rom anticism o*, ha declarado en al­ JUDERÍAS Y LOYOT, Julián (Madrid, 1870-1918)
guna ocasión que el poema debe expresar ideas Ensayista. Sociólogo e historiador, y discípulo
susceptibles de exponerse en un ensayo. De tal de Menéndez Pelayo*, fue funcionario del M i­
suerte, y en íntima relación con sus propios ensa­ nisterio de Estado en el departamento de Inter­
yos, esa civilidad com prom etida viene de su pretación de Lenguas, ya que conocía a la per­
visión crítica del conflicto vasco, tratado con iro­ fección dieciséis idiomas, y Académico de la
nía, incluso con sarcasmo. Destacan sus poema­ Historia. La erudición de Juderías se aprecia en
rios: Diario del poeta recién cansado (1985), sus obras, la mayoría de ellas de exaltación pa­
Suma de varia intención (1987), Arte de marear triótica vehemente y tergiversadora de la reali­
(1989), Paisajes dom ésticos (1992), A gradeci­ dad histórica. Deben recordarse sus trabajos: La
das señas (1995), Tiempo desapacible (1996) y leyenda negra (1913) y Don Gaspar Melchor de
las antologías La sal de la culpa (1990), que Jovellanos: su vida, su tiempo, sus obras (1913).
reúne sus poemas desde 1989, Poemas inéditos
(1992-1993), M ediodía (1985-1993) (1994), JUGLARES
Poesía reunida (1985-1999) (2000) y Prosas (en Nombre con que se designaba en la Edad Media
verso) (2002), a los que hay que añadir, ya al a quienes se dedicaban a divertir a la gente con
margen de sus propios versos, F lor de baladas el ejercicio de algún arte de entretenimiento, ya
vascas (1989), obra en la que reúne poemas tra­ fuesen bufones, charlatanes, saltimbanquis, acto­
dicionales de su tierra, y el libro de reflexiones res, tañedores, etc., y que ejercían su arte vaga­
poéticas Sermo humilis (1999). Como ensayista, bundeando de pueblo en pueblo, de feria en feria
deben mencionarse sus libros: Euskarelen ideo- o de corte en corte. Los primeros testimonios de
logiak (1976), La leyenda de Juan Zuría (1980), las voces jocularis o joculator aparecen en Eu­
La tradición romántica. Leyendas vascas del si­ ropa en el siglo vil, y, de algún modo, eran conti­
glo XIX (1986), Literatura vasca (1987), Arte en nuadores de tradiciones antiguas, como las de los
el País Vasco (1987), El linaje de Aitor. La in­ mimos de Alejandría y de Roma, aunque conta­
vención de la tradición vasca (1987; reed., minadas, quizá, por elementos de las tradiciones
1998), Vestigios de Babel: para una arqueología germánica y árabe, lo que provocó la descon­
de los nacionalism os españoles (1992), El fianza de la Iglesia, que rechazaba las prácticas
chimbo expiatorio (La invención de la tradición teatrales de los juglares por lo que tenían de «de­
bilbaína 1876-1939) (1994; reed., 1999), El bu­ moníaco», así como por el origen pagano de sus
cle melancólico. Historias de nacionalistas vas­ prácticas. Por el contrario, contaban con el favor
cos (1997), que fue Premio Espasa de Ensayo y del pueblo y de los señores, que incluso los aco­
Premio Nacional, Sacra Némesis. Nuevas histo­ gían a su servicio, si bien la hostilidad eclesiás­
460
JULIÁN DE TOLEDO

tica da cuenta de la inferioridad moral y social a explicar el origen de las lenguas vernáculas en
la que estaban condenados los juglares. Un cam­ Europa, ya que es factor primordial en el naci­
bio im portante se produjo en el siglo xii como miento de las lenguas literarias modernas y en su
consecuencia de que Guillermo IX, duque de inicial desarrollo. El declive de la juglaría se pro­
Aquitania, comenzase a rivalizar con las facecias duce a finales de la Edad Media, con lo que las
y cancioncillas de los juglares, lo que les daba funciones de la materia y la métrica de los canta­
dignidad literaria, hasta el extremo de confundír­ res de gesta es adoptada por el Romancero*, que­
seles con los trovadores, hecho que llevó a Gui- dando como herederos de los juglares los ciegos,
raut de Riquier, en 1274, a dirigir una petición a que hasta hace muy poco difundían sus rom an­
Alfonso X* para que la terminología oficial re­ ces por los pueblos, romances que aún hoy se co­
conociera grados diferentes a unos y a otros. No nocen y repiten en determinadas zonas rurales
obstante, fueron los hechos los que terminaron peninsulares.
poniendo a cada uno en su lugar: unos, los trova­
dores, caracterizados por el refinamiento de su JULIÁN DE TOLEDO, san (Toledo, 642?-690)
arte; otros, los juglares, caracterizados por una Tratadista. Converso, fue arzobispo de Toledo
actividad basada en la divulgación y repetición, desde 680, y llegó a presidir los cuatro concilios
en la ejecución de lo escrito por los primeros, que se celebraron en la ciudad durante su m an­
aunque en ambos casos era necesario'un alto dato. Fue autor de tratados teológicos en los que
grado de creatividad: oral en el caso de los jugla­ demuestra profunda erudición, tales como: Líber
res, escrita en el de los trovadores. En España, prognosticorum fiituri saeculi, defensa del cris­
los primeros datos del empleo del término juglar tianismo contra el judaism o, la refutación del
son de 1116 y 1136, fechas en que aparecen ju ­ Talmud titulada De sextae aetatis comproba-
glares en Sahagún y en la corte de León. En la tione, un Líber de contrariis, quod graece ’A nti-
Península, alternaban juglares y trovadores de ceimenum voluit titulo adnotaris, en el cual in­
todas las regiones, desde Cataluña hasta Portu­ tenta reconciliar fragmentos antitéticos de la
gal, a los que se suman otros provenzales y fran­ Biblia, una Vita S. lldefonsi y Ars grammatica.
ceses, así como algunos procedentes de lugares Asimismo, continuó De viris illustribus, de san
tan dispares como Flandes, Inglaterra, Alemania, Isidoro de Sevilla*.
Escocia o Chipre. El origen de la juglaría penin­
sular resulta, por tanto, ciertam ente confuso, y JUNCEDA, Luis (Muñás-Luarco, Asturias, 1923)
está íntimamente ligado a las actividades de los Narrador y ensayista. Deben mencionarse las no­
scops anglosajones, de los spielm ónner alem a­ velas La llaga (1960), Cuadernos de un sacris­
nes y de los jongleurs franceses. tán (1964), Premio Selecciones Lengua Espa­
Existían diversos tipos de juglares, que podían ñola de Plaza & Janés, y El oro y el moro (1969),
ser tanto hombres como mujeres (juglaras o jugla- Premio Ciudad de Murcia. Es autor, asimismo,
retas): los «remedadores», que eran los que imi­ de ensayos entre los que destacan: Genio y figura
taban; los «cazurros», llamados así por la finali­ (1979), El porqué de las cosas (1979), Ciento
dad económica que perseguían; el «escolar cincuenta fam osos dichos (1981), Carlos I de
vagabundo» o «clérigo», llamado también «go- España (1981), Roald Am undsen (1982), Una
liardo», y los juglares «de gesta», que eran los historia para cada día (1985) y Del dicho al lie-
preferidos. No obstante, los dos tipos de juglares .cho (1991), que cuenta el origen y la historia de
a que se reducen todos ellos son los líricos y los más de ochocientos refranes y al que se suma su
narrativos, siendo estos últimos los encargados monumental Diccionario de refranes (1996),
de recitar los cantares de gesta*. Los nombres de prologado por Torrente Ballester*.
los juglares estaban en relación directa con el
instrumento musical que manejasen, con su co­ JUNYENT, Sebastián (M adrid, 1948)
metido o con su ingenio. De tal suerte, encontra­ Dramaturgo. Conocido por su labor como direc­
mos a un Citóla en la corte de Alfonso X, a un tal tor teatral, en sus obras, comedias de carácter
Alegret, a Pedro Agudo o a la danzadera G ra­ amable y tratamiento realista, presenta conflictos
ciosa Alegre, a los que se añaden otros que adop­ y tipos humanos cotidianos. Destacan: Ella y sus
taban nombres burlescos, caso de Maldicorpe o ellos (1971), Hay que deshacer la casa (1983),
Ancho. Los ropajes con que se vestían solían ser Premio Lope de Vega y que fue llevada al cine
llamativos, con colores chillones, de gran visto­ en 1996, Señora de... (1986), Gracias, abuela
sidad. Por lo que respecta a los beneficios que (1990) y Sólo para mujeres (1992).
obtenían, cabe decir que algunos juglares goza­
ron de posición acomodada, por lo que se puso JURADO LÓPEZ, Manuel (Sevilla, 1942)
límite legal a la generosidad de las gentes. La im­ Poeta, narrador y ensayista. Es profesor de Len­
portancia de los juglares resulta indiscutible para gua y Literatura Españolas y, en su poesía, vita-
461 JUVENCO

lista y en la que practica los metros clásicos, se Premio Felipe Trigo, Trístula (1985), Premio Na­
dejan sentir los efectos del andalucismo más ba­ varra de Novela, y Bajo de guía (2002), Premio
rroco y sensualista. Destacan los poemarios: Va del Tren. Es autor, entre otros, del ensayo La
madurando el tiempo (1976), Piedra adolescente poesía sevillana de los años setenta (1980).
(1978), Premio Ciudad de Palma, E lemental li­
turgia (1979), Ejercicio dual (la constante fa la ­ JUVENCO (h. 330 d de C.-?)
cia del espejo) (1979), Premio Rafael Morales, Poeta. Sacerdote de ascendencia noble, fue autor
Poemas (1980), De amore (1982) y Doble filo del primer poema épico latino cristiano, Evange-
(1986). En su obra narrativa, destacan: M em o­ liorum libri IV, que, en sus tres mil versos, deja
rias de la tierra y otros relatos (1982), Premio sentir la influencia de Virgilio. Su intención era
Aljarafe, M emento de los pavorreales (1985), apartar a los lectores cultos de los autores paganos.
V TB R O
DELOS INVEN
to r e s d e l a rte del m a rc a r» y d e
muchos tubaios que fe pallan e» Jjs ga-

Piíd.caJo.ii' Chtor ifta ydclcon

ycndcnfe eri Sdlemtnc* en cafd de VÚKcnte


de mUtfdcTrino._

Fray A ntonio de Guevara. Portada de Arte Jo rg e G uillen


de marear Pamplona, 1579
H um anism o. Estatutos fundacionales Tomás de Iriarte. Retrato de Joaquín Inza.
de la Universidad de Salamanca Museo del Prado. Madrid

San Isid o ro de Sevilla.


Retrato de Murillo conservado
en la catedral de Sevilla
Juan Ramón Jiménez. Portada de Platero y yo Gaspar Melchor de Jovellanos. Retrato de Francisco
de Goya. Museo del Prado. Madrid
...
OBRAS E S n ?' ■El CONDK
Compueílo por el excelentísimo principe
que en caminan a vna alma ala ^ don luán Manuel,hijo del Infante don Manuel,
PorelAfenerabiePF.Ivan d é l a jr nieto del fanáo rey don Fernando. J
délaReforma de N.Señdra del Carmen, ^ ^ Dingido
Par Gonjalo de Argote y de Molina.al muy llluftr# feto»
BienauenturadaVirgen.S .TerciadelefusFundadora de DON PED RO MANVEL
Gentil hombre Je la Cámara Je fu M»-
lamiíma Reforma. geftad, y de lu Conlejo.
Con vna rejunta déla vida JA pintor,y unos JijcurjtxpordP.F. Digjo
delejus Carmelita deJcalzo,Pr'tor delConumto Je Toledo.
Dirigido al IluñriG m o Señor DonGafpar de B orp Cardenal déla Santa
Id efia de Roma,del titu lo de SANTA CR.VZ enHierulaien.

Impreso jen a l c a l a por l a v iv d a m a n d m s s a n c h e s


ZZPELETA. ANNOaDE M . DC.XVIR- X ^ j J

San Juan de la C ruz. Portada de Obras espirituales. Infante don Juan M anuel. Portada de El conde
Alcalá de Henares, 1618 Lucanor

Ángela L abo rd eta Carmen Laforet


Fernando Lázaro C arreter Fray Luis de León. Retrato conservado en la Real
Academia Española. Madrid
María Teresa León junto a Rafael Alberti (h. 1931)

J’ “1"f M».*. emeUigi- leer.


fe w Vmljw¿>tcfjítr e»cr.
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Vnu»pw*i»i)í ¿* Vcyl^intr >vtni
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jlñm«jiíjft nvim<n Icdycic «nng*»'w*
■^/n ¿gL e tü>fiic{p^igc. «Jt rinijstinltT'.
l <5"iwjíí*!? f¿jnof íítUOU,'iTi* cfaníám"j
n^iv i?tijyic (íu-íonliMÍi’ il f.4tHaucní**
2Víul Wiv fueir.iV. Liña irtlne^u»• i

Libro de A lexandre. Manuscrito conservado Alberto Lista y A ragón. Retrato conservado


en la Biblioteca Nacional. Madrid en la Biblioteca Nacional. Madrid
K
KLÉBER, Eugenia (Barcelona, 1960) nalismo armónico, lo que llevó a Sanz del Río a
Narradora. Estudió Filosofía, Interpretación Dra­ pensar que los intelectuales españoles, partida­
mática y Música, es guionista de cine y cofunda- rios de mantener la religión sin renunciar a a sus
dora de la escuela y productora de cine Centre ideas liberales, lo preferirían a cualquier otro
d ’Estudis Cinem atográfics de Barcelona, en la pensamiento poskantiano de corte más radical.
que enseña como guionista. Es autora del guión, Sanz del Río tradujo y modificó la obra de
entre otras películas, de Torturados p or las ro­ Krause Das Urbild der Menschheit (1811), con­
sas, y un documental con guión suyo, La memo­ virtiéndola en Ideal de la humanidad para la
ria del agua, participó en el Festival de Cine de vida (1860), obra de carácter personal en la que
Cannes en 1992 y ganó en el Joris.Tvens Award se fijan los ideales del krausismo, pensamiento
de Amsterdam en 1993. Debutó en el panorama basado en un panteísmo que tiene a Dios como
literario con la novela A lgo se ha roto (1998), absoluto que contiene en sí la totalidad del
una profunda y complejísima obra que aborda la mundo sin que el mundo contenga a la divinidad.
relación m adre-hija desde la perspectiva de la De tal suerte, el cuerpo humano adquiere una
doble identidad y en un ambiente cerrado y profunda conciencia de ser, la humanidad se
claustrofóbico que debe mucho a ciertos espa­ plantea como un cuerpo orgánico hecho a ima­
cios creados por Juan Benet* o Fernández de gen de Dios y la ley se convierte en la forma den­
Castro*. Una obra en la que se aborda el re­ tro de la que se desarrolla la vida humana, razón
cuerdo de la infancia, el repaso de una juventud por la que dicha ley, además de regular la liber­
en la que ir explicándose la construcción del pro­ tad de acción, regula la vida de la humanidad
pio yo, sin dejar de lado el referente social del toda para que tanto individuos como organismos
franquismo como determinante en la formación, sociales puedan alcanzar los grados de perfec­
o deformación, individual. Se trata de una obra ción deseados. Para Krause, la religión tiene un
de gran riqueza lingüística en la que se presenta carácter negativo, no puede ayudar al hombre a
un ambiente ruinoso y sórdido, y todo ello desde alcanzar la perfección y se limita únicamente a
una perspectiva ambigua y extraña. constatar la existencia de la divinidad. Filosofía
optimista, las explicaciones de Sanz, ya desde las
KOSTKA VAYO, Estanislao Véase VAYO, Es­ Lecciones sobre el sistema de filosofía analítica
tanislao de Kostka. de Krause (1850), dieron origen a formulaciones
que pretendían transformar la vida del país por
KRAUSISMO medio de la educación, basándose en el respeto
Filosofía de carácter idealista, conciliadora del al individuo y en la creencia de sus posibilidades
idealismo subjetivo de Kant y Fichte y del idea­ de mejora. Es así como una generación española
lismo absoluto de Hegel y Schelling, fue creada de intelectuales rompió con la tradición escolás­
por el filósofo alemán Karl Christian Friedrich tica y religiosa abriéndose camino en las ideas
Krause (1781-1832) e introducida en España por del liberalismo. Aparecen así continuadores de
Julián Sanz del Río*, quien, después de estudiar Sanz del Río, a los que no unía una misma ideo­
sus doctrinas en el extranjero, las enseñó en la logía política, sino un afán común de ruptura con
Universidad de Madrid entre 1854 y 1867, ense­ el poder clerical y un espíritu de refundación
ñanzas a las que se suman las numerosas activi­ ética y cultural española, como Francisco Giner
dades que a finales de la década de los sesenta de los Ríos*, Nicolás Salmerón*, Emilio Caste-
del siglo se desarrollan en el Ateneo de Madrid. lar* o Gumersindo de Azcárate*, entre otros mu­
Se trataba de un pensamiento basado en el racio­ chos que hicieron proliferar los postulados krau-
KURTZ 464

sistas hasta el extremo de alcanzar una ruptura Premio Planeta, Detrás de la piedra (1958), Al
como la que supuso la fundación de la Institu­ lado del hombre (1961), sobre la virginidad, En
ción Libre de Enseñanza*, paradigma de las la oscuridad (1963), con la que fue finalista del
ideas krausistas en lo referente a la educación. Al Premio Café Gijón, El becerro de oro (1964),
propio tiempo, y además de ayudar al renaci­ Siete tiempos (1964), Las algas (1968), En la
miento de un cientifism o intelectual, el krau­ punta de los dedos (1968), Entre dos oscurida­
sismo, antes de perder su vigencia, influyó en au­ des (1969), duro alegato contra la pena de
tores como Pérez Galdós*, Clarín* o Unamuno*. muerte, Al otro lado del mar (1970), El viaje
Aunque sus ideas respecto a la integración de la (1975), Cálido julio (1975), Premio Ciudad de
sociedad en la cultura fueron meritorias, políti­ Barcelona, Cándidas palom as (1975), Premio
camente el krausismo mantuvo un elitismo en Ciudad de Barbastro, y El regreso (1976).
absoluto comprometido con las clases populares, Como narradora infantil, consiguió un éxito extra­
acaso como consecuencia de la desmedida con­ ordinario con las historias de la serie de Óscar, de
fianza que tenían sus defensores en la razón entre las que destacan Óscar cosmonauta (1962),
como fuerza transformadora, olvidando las anta- que fue finalista del Premio Lazarillo e incluida en
gonías ineludibles de la lucha de clases. la Lista de Honor del Premio Internacional Ander-
sen, Óscar y el yeti (1964), Óscar, espía atómico
KURTZ, Carmen (Barcelona, 1911-1999) (1964), Premio de la Comisión Católica de la In­
Narradora. Más conocida por su seudónimo, su fancia — al igual que Óscar en África (1975), que,
verdadero nombre era Carmen de Rafael Marés. además, consiguió el Premio del Ministerio de
Licenciada en Lengua Inglesa, estudió en el Cultura 1978— , Óscar y los hombres rana (1967),
Reino Unido y, tras casarse con un francés, se Óscar y los ovni (1967) y Óscar, Kina y el láser
trasladó a Francia, de donde regresaría a España (1978), que sería llevada al cine. Asimismo, creó
en 1943. Además de sus novelas de carácter rea­ al personaje de Violeta, con el que, en Violeta en el
lista, fuertemente críticas y habitualmente cen­ Oeste, le fue concedido el Premio Platero de Oro
tradas en los conflictos de la clase media, destaca en el Festival Infantil de Gijón. Otras obras de ca­
por textos de literatura infantil. Deben recor­ rácter infantil son: Color de fuego (1964), Premio
darse, entre las del primer grupo, novelas como: Lazarillo, Veva (1980), Premio de la Comisión Ca­
Duerme bajo las aguas (1955), Premio Ciudad tólica de la Infancia y que se usó como texto en
de Barcelona, en la que recrea sus vivencias en muchas escuelas, Fanfamus (1982), Querido Tim
Francia durante la Segunda Guerra Mundial, La (1983), Brun (1985), ¿Habéis visto un huevo?
vieja ley (1956), sobre la prostitución en la ju ­ (1990), Cosas que se pierden, amigos que se en­
ventud de posguerra, El desconocido (1957), cuentran (1992) y Pachu, perro guapo (1992).
L
LABARTA POSE, Enrique (Baio, La Coruña, Alberti*, marca la pauta de una versificación
1863-La Coruña, 1925) rebelde contra la sintaxis tradicional, heredera
Poeta. Fundador de diversas revistas humorísti­ del surrealismo*, dirigida por profundas amar­
cas en Galicia, escribió tanto en gallego como en gura y angustia existenciales. O lvidado y con
español. Su poesía en esta última lengua carece poem arios de difícil localización, tras su
de interés, siendo más relevante la que, en su len­ muerte, su poesía ha estado sometida a diferen­
gua materna, escribió con carácter cómico. D i­ tes revisiones e interpretaciones. Todos coinci­
chos versos están reunidos en Bálsamo de Fiera­ den en que se trata de una poesía la suya de
brás (Santiago de Compostela, 1889). corte existencial y crítico, rupturista, irreve­
rente y cáustica, em parentada con el pos­
LABORDETA, Ángela (Teruel, 1967) tismo*, pero heterodoxa también en su carácter
Narradora. Licenciada en Filosofía y Letras por vanguardista; no obstante, la crítica se divide
la Universidad de Zaragoza. Se trata de una es­ entre los que consideran que sus versos repre­
critora en quien se dan unas constantes narrati­ sentan, desde un carácter romántico, la poética
vas que giran en torno a la memoria familiar, la de la desesperación, que añora los paraísos per­
presencia im aginaria de fantasmas, el pasado didos, y quienes los sitúan en la corriente rea­
omnipresente, la nostalgia de la literatura de lista, com prom etidos política e ideológica­
aventuras de la adolescencia y juventud, así mente y que pretende la transform ación del
como la sórdida y perm anente amenaza de la mundo, lo que lo liga, sin duda, a Celaya* y
muerte. Destacan sus novelas A sí terminan los León Felipe*. En todo caso, es una de las voces
cuentos de hadas (1994), Rapitán (1997) y Bom­ fundam entales de la poesía española del siglo
bones de licor (2000), así como el volumen de pasado, esencial para comprender el complejo
relatos El novio de mi madre (2002). entramado de transformaciones líricas durante
la posguerra. Destacan sus poemarios: Sumido-
LABORDETA, Miguel (Z aragoza, 1921-1969) 25 (1948), Violento idílico (1949), Transeúnte
Poeta. De familia culta, se educó en un ambiente central (1950), M emorándum (1960), Epilírica
liberal, pero la Guerra Civil, de trágicas conse­ (1961) y Punto y aparte (1967), antología pre­
cuencias familiares, marca su adolescencia y, en p arada por el propio autor y que se reeditaría
gran medida, su poesía. Estudió en Madrid y en en 2000. Postumamente, se editaron Los S oli­
Zaragoza, donde se dedicó a la docencia y a pu­ loquios (1969) y Autopia (1972), así como una
blicar en diversas revistas literarias. Fundador de Obra completa de M iguel Labordeta, de 1983,
una suerte de organización llamada Oficina Poé­ que recoge poemas que, en su día, se inscribían
tica Internacional, así como de la revista Despa­ bajo el título de La escasa merienda de los ti­
cho literario, se trata de un poeta injustam ente gres y otros poem as (1975) y algunos de los
tratado en vida, ya que ostenta la peculiaridad de cuales habían aparecido en otras Obras com ­
no podérsele incluir ni en el garcilasism o en pletas, más bien incompletas, de 1972. Fue au­
boga que practicaron los poetas adscritos al régi­ tor, además, de un texto dram ático de corte
men franquista ni en la poesía militante de carác­ poético, escrito para un solo personaje, titulado
ter social de los contrarios a este, de modo que se O ficina de horizonte, que se estrenó en 1955.
sitúa al margen de la que sería su natural promo­ En 1995 se editó Abisal cáncer, un dietario
ción poética, la que sucede, durante la posguerra, amoroso, así como una amplia selección de sus
a la conocida como Generación del 36*. Influido versos, Metalírica, preparada por Antonio Fer­
tanto por Neruda y Dám aso A lonso* como por nández Molina*.
LACACI 466

LACACI, María Elvira (El Ferrol, La Coruña, ensayos, además de algunas ediciones de obras de
1934-M adrid, 1997) Azorín*, Quevedo* o León Felipe*, y de la mo­
Poetisa. Residente casi toda su vida en Madrid, nografía sobre el pintor De las Casas (1993), son:
practicó una poesía realista, sin excesivo valor Madrid y sus literaturas. De la generación del 98
formal, de lenguaje descarnado e intensa em o­ a la posguerra (1986), Felipe II. La idea de Eu­
cionalmente al combinar preocupaciones socia­ ropa (1986 y 1994) y Cervantes. Simbología de lo
les con otras de carácter religioso. Gran lectora universal (1988). Es autor, asimismo, del libro de
del Evangelio, Lacaci intentó una especie de fi- relatos Cuentos de media página (1983), de un
lantropismo cristiano, y esta particular sensibili­ magnífico Diccionario del Quijote (1994), esen­
dad cristiana la llevó a figurar en la célebre Anto­ cial para una lectura precisa de la obra cervantina,
logía de la poesía social (1965), realizada por y del Diccionario del Siglo de Oro (1996).
Leopoldo de Luis*. Destacan poemarios como
Humana voz (1957), con el que se convirtió en la LACASA, Cristina (Tarrasa, Barcelona, 1929)
primera mujer en obtener el Premio Adonais, So­ Poetisa. Licenciada en Psicología, es autora de
nido de Dios (1962), Al este de la ciudad (1963), una poesía oscura, abstracta, desgarrada y
galardonado con el Premio de la Crítica, y Moli­ amarga no exenta de un cierto carácter litúrgico.
nillo de papel (1968). D estacan, entre otros, los poem arios: La voz
oculta (1953), Los brazos en estela (1958), Un
LACARRA DE MIGUEL. José María (Estella, N a­ resplandor que perdonó la noche (1961), Con
varra, 1907-Pamplona, 1987) el sudor alzado (1964), Poemas de la muerte y
Historiador. Estudió Derecho e Historia en M a­ de la vida (1966), E ncender los olivos como
drid y, desde 1940, fue catedrático de Historia lámparas (1969), Ha llegado la hora (1971), El
Medieval de España en la Universidad de Zara­ viaje (1981), Ópalos del instante (1982), En un
goza. M edievalista eminente y uno de los más plural designio (1983) y Ramas de la esperanza
prestigiosos investigadores en cuestiones históri­ (1984). Es autora, asim ism o, de obras narrati­
cas relacionadas con la literatura, fundó el Cen­ vas — Jinetes sin caballo (1979), Los caballos
tro de Estudios Medievales de Aragón, fue el or­ sin brida (1981) y En el centro del arco iris
ganizador de la institución Príncipe de Viana, (1986)— , y ha recibido premios tan im portan­
miembro de la Medieval Academy of America y, tes como el de Poesía Castellana Ciudad de
desde 1972, de la Real Academia de la Historia, Barcelona, el Ciudad Mudéjar de Teruel, el Ciu­
así como de la de Nobles y Bellas Artes de San dad de Lérida y el Juan Alcover de Palm a de
Luis, en la que ingresó en 1981. Entre sus nume­ Mallorca.
rosas publicaciones se cuentan El combate de
Roldán y Ferragut (1934), Ideales de la vida en LACRUZ, Mario (Barcelona, 1929-2000)
la España del siglo XV: el caballero y el moro Narrador. Editor cuya actividad como tal durante
(1947) y Semblanza de Alfonso el Batallador el franquismo fue relevante, y autor de novelas
(1949). Fue fundamental su contribución a la en que la intriga, no exenta de un tratamiento iró- [
obra de Vázquez de Parga Iglesias* Las peregri­ nico, se une a profundos análisis psicológicos de
naciones a Santiago de Compostela (1948-1949; los personajes. Se lo considera, además, uno de
3 vols.). En 1984 se le otorgó la Medalla de Oro los precursores de la novela negra en España, si
de Navarra y en 1987 le fue concedido el Premio no el precursor único con la que fue su primera I
Aragón a las Ciencias Sociales y Humanas. obra. El inocente, en la que se da una original I
mezcla de novela policiaca y novela metafísica.
LACARTA, Manuel (M adrid, 1943) No obstante estas consideraciones generales, hay
Poeta, ensayista y narrador. Licenciado en Filo­ que añadir que se trata, asimismo, de uno de los
sofía y Letras, estudió Música en el Conservato­ autores que con mayor profundidad ha analizado
rio y ha ejercido la crítica de arte en importantes los procesos de corrupción individual durante el
revistas, tales como Arteguía, entre otras. Su franquismo, su fracaso moral y su cinismo, desde
poesía, im bricada a menudo en el mundo de la una posición sin duda crítica, aludiendo a la se­
pintura, comparte las experiencias del vanguar­ quedad ética y social de la época. Son sus obras
dismo. Destacan sus poemarios Reducto (1977), El inocente (1953; reed., 2000), Premio Simenon
Encarcelado en el silencio (1978), A l sur del de Novela de Aventuras, La tarde (1955; reed.,
norte (1982), Estar sin estancia (1983) y 34 p o ­ 1993), Premio Ciudad de Barcelona, y El ayu­
siciones para am ar a Bambi (1988), Premio dante del verdugo (1971), novela en la que se
Ambito Literario, a los que habría que añadir el ajustaba a los cánones del realismo social; desde
poema «Océano» (1984), aparecido en un pliego esta última obra no volvió a publicar. Es autor,
de edición no venal, y Cartamarines (1993), li­ asimismo, del libro de relatos Una tarde memo­
bro en edición limitada de cien ejemplares. Sus rable (1955).
467 LAFUENTE

LADRÓN DE GUEVARA, Eduardo (Madrid, 1939) de volver a la literatura hasta bastantes años des­
Dramaturgo. Alumno de la Real Escuela Supe­ pués. Sus textos, a pesar de estar marcados por el
rior de Arte Dramático, donde estudió Interpreta­ desencanto y un realismo no exento de cierta
ción y en la que ha sido profesor, ha triunfado crudeza, investigan en las pasiones, debilidades
como guionista de televisión con importantes se­ y entusiasmos de personajes femeninos, defini­
ries, de entre las cuales destacan F armacia de dos con precisa claridad, aportando una ilusión
guardia, Los ladrones van a la oficina o Cuén­ que genera un equilibrio literario de gran delica­
tame cómo paso, las tres de enorme éxito y en las deza y ternura. Laforet mezcla lo autobiográfico
que queda claro su gusto por un costumbrismo* con la ficción, y da lugar a tramas rápidas, de
en el que prima la caracterización de los perso­ gran eficacia narrativa, en las que huye de las de­
najes cotidianos. Además de la novela Y no vol­ moras propias de la novela psicológica; para
vió a comprar flores (1980), ha escrito las piezas adentrarse en la psicología de sus personajes, se
teatrales, a menudo influidas por el sentido lú- sirve de apuntes rápidos, perfectamente caracte­
dico de la escena: A gencia (1980), Only you, rizados. Además de su novela fundamental, a la
amor mío (1981), Coto de caza (1983), Cosa de que ya nos hemos referido, y de los libros de re­
dos (1986), por la que obtuvo el Premio Castilla- latos La llamada (1954) y La niña y otros relatos
La Mancha de Teatro, Volviste, Bisonte (1987) y (1983), destacan La isla y los demonios (1952),
Próxima parada, felicidad (1992). novela en la que de nuevo aborda el tema del
tránsito, esta vez el de la infancia a la adolescen­
LAFFITTE Y PÉREZ DEL PULGAR, María Véase cia de otro personaje femenino, La mujer nueva
CAM PO A LAN G E, María. (1955), por la que recibió el Premio Menorca y
el Nacional de Literatura, La insolación (1963),
LAFFÓN, Rafael (Sevilla, 1900-1978) primera parte de la trilogía Tres pasos fuera del
Poeta. Perteneciente al grupo de la revista M e­ tiempo, que nunca ha concluido, acaso por las
diodía, en cuya fundación participó activa­ duras críticas recibidas, y en la que el protago­
mente, se licenció en Derecho y Filosofía y Le­ nista es masculino, y Paralelo 35 (1967), tras la
tras en la U niversidad de Sevilla, ciudad en la cual ha enmudecido literariamente. Es autora,
que, junto a Joaquín Caro Romero*, fundó la co­ además, de una guía turística titulada Gran Ca­
lección poética «La Muestra» en 1962, y trabajó naria, publicada en 1961, y del ensayo Mi p ri­
como funcionario. Colaborador de num erosas mer viaje a USA (1981).
revistas, su nombre figura en prestigiosas anto­
logías poéticas. C oncibe la poesía como una LAFOURCADE, Agustín (Madrid, 1916)
mezcla de revelación y trascendencia, y sus poe­ Ensayista. Licenciado en Económicas y en Psi­
marios, que nacen del posmodernismo y atravie­ cología por la Universidad de Madrid, ha viajado
san una etapa creacionista, se caracterizan por por numerosos países, en los que ha sido invitado
su m usicalidad, hondura hum ana e im presio­ de importantes congresos científicos, y colabo­
nismo compositivo. Destacan libros como: Crá­ rado en prestigiosas publicaciones internaciona­
ter (1921), Signo + (1927), Identidad (1934), les. De su obra, eminentemente psicológica, al­
Romances y madrigales (1944), Poesías (1945), gunos de cuyos títulos publicó originariamente
Adviento de la angustia (1948), Vigilia del ja z ­ en francés e italiano, merecen destacarse los vo­
mín (1952), R om ances del santo rey (1952) y lúmenes: La Bonheur de la Vie (París, 1947),
A dos aguas (1961). Es autor, entre otros, de los E la Felicitó? (Florencia, 1955), Le Bonheur de
libros en prosa: Coda (1955), La rama ingrata chacun (Bruselas, 1958), El hombre, cada cual
(1959), La cicatriz y el reino (1964), Las inco­ (Oporto, 1959), El factor humano en la empresa
herencias de un niño sensible (1970) y Sinusoi­ (1965), Psicoanálisis de cada cual (1965), Amor
des y puzzle (1971). y Psicología (1967), Más allá en el amor (1971),
Psicología fundamental (1980) y la monumental
LAFORET DÍAZ, Carmen (Barcelona, 1921) trilogía Teoría y práctica de psicología fu n d a ­
Narradora. Tras abandonar las carreras de Filoso­ mental (1988).
fía y Letras y Derecho, consiguió, en 1945, uno
de los éxitos literarios más sonados: el Premio LAFUENTE, Federico (Lodosa, Navarra, 1857-?)
Nadal por su novela Nada, obra de iniciación que Narrador. Abogado, ejerció el periodismo y diri­
narra, en primera persona, las desilusiones de una gió algunos periódicos toledanos. Entre sus
joven que se enfrenta al desmoronamiento de sus obras en prosa, destacan: «La concepción» de
sueños por culpa de un am biente asfixiante, lo Murillo (1877), El collar de fuego (1881), Mari-
que le sirve de excusa para criticar a la burguesía Micona (1882), Corazones pobres (1884) y
barcelonesa de posguerra. La fam a conseguida Cuentos de la m ontaña (1915). Además de los
con el prem io cambia su vida, y ya no es capaz dramas Deudas de honor (1882), M ártir de lio-
LAFUENTE Y ZAMALLOA 468

ñor (1886) y En el crimen el castigo (1898), fue rraciones La vida y otros sueños (1969). Pero su
autor de los poemarios El despertar de un con­ verdadera actividad, como decimos, es la poé­
denado a muerte (1883) y La vocación (1886). tica, en la que destaca con poemarios como: Bal­
cón (1954), Los obstáculos (1955), El corazón
LAFUENTE Y ZAMALLOA, Modesto (Rabanal de cansado (1957), La soledad de siempre (1958),
los Caballeros, Palencia, 1806-Madrid, 1866) Arroyo claro (1958), Agua de Dios (1958), Luna
Ensayista. Abandonó la carrera eclesiástica y se de enero (1960), Campo abierto (1960), Tema
dedicó al periodismo, profesión que ejerció con fundam ental (1961), Golpeando el silencio
artículos mayoritariámente satíricos, y a la polí­ (1961), Canciones desde la barca (1962), Para
tica, donde destacó como liberal. Redactor único empezar (1963), Los anales (1966), Diario de un
del periódico Fray Gerundio, que se correspon­ hombre (1970), El cerco (1971), La aventura
día con el seudónimo empleado por él en muchas (1973), Fragmentos en espiral desde el pozo
de sus obras, fue también Académico de la His­ (1974), la antología Gótico florido (1976), Por
toria y poeta mediocre. Destacan sus obras: Ca- las ramas (1980), galardonado con el Premio
pilladas (1837-1844), una sátira de las intrigas Ámbito Literario, Elegías para un álbum (1982),
políticas del momento, Viajes de fra y Gerundio Con el arco a punto (1984), Más allá de la sole­
por Francia, Bélgica, Holanda y orillas del Rhin dad (1984), En la rueda del viento (1985) y Se­
(1843), Teatro social del siglo XIX (1846), Viaje gunda trilogía (1986), entre otros. Fue autora,
aerostático de fray Gerundio y Tirabeque (1847), asimismo, de la pieza teatral Después del medio­
Revista europea (1848) y, sobre todo, la m onu­ día, que se estrenó en Madrid en 1962.
mental obra de erudición Historia general de Es­
paña, compuesta de treinta volúmenes que se pu­ LAGUNA, Andrés (Segovia, h. 1499-Guadala-
blicaron entre 1850 y 1859. ¡ara, 1560)
Humanista y traductor. Médico de profesión, co­
LAGO, Eduardo nocido como el doctor Laguna, recibió una es­
Narrador. Licenciado en la U niversidad A utó­ merada educación en Segovia, Salamanca y Pa­
noma de M adrid, es profesor de Literatura Es­ rís, ciudades en las que aprendió latín, griego,
pañola en Estados Unidos, crítico literario y pe­ medicina y filosofía. Enseñó en Alcalá en 1536,
riodista. Posee un estilo claro y directo, sin fue médico de la Corte de Carlos V y de la ciu­
barroquismos de ningún tipo, ligero y al mismo dad de Metz hasta 1545, año en que se doctoró
tiempo concreto, conciso, reposado, con el que en Bolonia, para, cinco más tarde, ser elegido
sabe mantener la amenidad de lo que cuenta, con médico personal del papa Julio III. Entre las nu­
sencillez y elegancia. Destacan su libro de rela­ merosas obras que tradujo, destacan el De Phy-
tos Cuentos dispersos (2000) y el libro de viajes signomia (París, 1535), de A ristóteles, y el tra­
Cuaderno de Méjico (2000). tado de botánica médica Pedazio Dioscorides
Anazarbeo (Amberes, 1555), de Dioscorides, en­
LAGOS, Concha (Córdoba, 1913) tre otras muchas obras de clásicos como Galeno,
Poetisa y narradora. De nombre verdadero Con­ Teofrasto o Luciano. Autor de gran cultura y só­
cepción Gutiérrez Torrero, entre los años 1956 y lidos conocimientos médicos, su obra supone
1964, dirigió la revista, y ediciones de poesía, una recuperación del saber al modo clásico. De
«Agora», y es considerada una de las voces, aun­ • su producción propia destacan su Método anató­
que no principales, de la Generación del 50*. mico (1535) y, como especulación iniciada por el
Miembro de la Real Academia de Córdoba, viajó hispanista francés Marcel Bataillon (1895-1977),
intensamente por Europa, colaboró en prestigio­ que le considera su autor. Viaje de Turquía*,
sas publicaciones literarias y gran parte de su obra, mezcla de aventuras y de erudición, sobre
poesía figura en antologías tanto españolas como el pueblo otomano que, escrita en forma de diá­
extranjeras. Sus versos, de carácter intimista logo — algo típico del Renacim iento— , se pu­
— herederos, en gran medida, de los de Juan Ra­ blicó, por vez primera, en 1905 en el volumen II
món Jiménez* y Bécquer*— , a veces religiosos de la «Nueva Biblioteca de Autores Españoles».
y, siempre, hondamente existenciales, denuncian
la situación social de la España de los años se­ LAIGLESIA, Alvaro de (San Sebastián, 1922-
senta, pero sobre todo abordan con ternura y li­ Manchester, Gran Bretaña, 1981)
rismo cuestiones como el amor, la soledad y la Novelista. Conocido colaborador, durante la
tierra, esta dependiendo anímicamente de la nos­ Guerra Civil, de la publicación satírica La Am e­
talgia de la Andalucía de su infancia. En prosa ha tralladora, participó en la D ivisión Azul en
publicado, entre otras, El pantano (1954), A l sur 1942, donde, además de soldado, desempeñó las
del recuerdo (1955), La hija de Jairo (1963), que funciones de corresponsal del diario Informacio­
es una leyenda para niños, y el volumen de na­ nes. Fue director, entre 1944 y 1977, de La Co-
469 LAÍN ENTRALGO

domiz, revista de humor que él mismo fundara en Escorial, im portante plataforma literaria para
1941, considerada como el adalid de la tendencia muchos autores posteriores que conformarían la
jocosa del tremendismo, desde cuya tribuna im­ conocida como Generación del 36*. Conside­
portantes autores como Tono* o Mihura* — con rado uno de los intelectuales más prestigiosos de
quien colaboró en El caso de la mujer asesina- la posguerra, y uno de los que más contribuyó,
dita (1946), obra clave del teatro cómico español pese a su proximidad al régimen franquista, a la
contemporáneo— , entre otros, aprovechaban reconciliación intelectual, sus trabajos ensayísti-
para intentar burlar la censura y criticar, con sua­ cos demuestran, además de los ecos de la in­
vidad, al régimen franquista. Asimismo, escribió fluencia del filósofo Xavier Zubiri*, una cultura
para televisión los guiones de diversas series, y hondura de reflexión amplísimas en la que te­
como por ejemplo Vivir para ver o Historias na­ nían cabida desde los temas de su especialidad
turales. Autor de una gran cantidad de novelas científica, la psiquiatría, hasta otros de tipo his­
humorísticas de trama simple, deudoras del astra­ tórico, literario, filosófico o antropológico, en
cán aunque con no pocos guiños originales, algu­ muchas ocasiones referidos a la cultura española.
nas de las cuales se han traducido a diversos idio­ Su estilo literario resulta elegante, ágil, fluido e
mas, destacan: Un náufrago en la sopa (1943), El intenso, y su pensamiento, orientado siempre,
baúl de los cadáveres (1948), La gallina de los como hemos insinuado ya, a unificar la disper­
huevos de plomo (1950), Dios le ampare, imbécil sión del análisis intelectual, se caracteriza por la
(1955), ¡Qué bien huelen las señoras! (1957), Te densidad doctrinal, la templanza crítica y la agu­
quiero, bestia (1960), Tú también naciste desnu- deza. La dirección de la mayoría de sus estudios
dito (1961), Yo soy Fulana de Tal (1963) y Los hi­ está trazada por el interés histórico y por la pro­
jos de Pu (1979). fundidad teórico-antropológica a la hora de abor­
dar problemas médicos o psicosomáticos relacio­
LAIGLESIA, Juan Antonio de (Madrid, 7977) nados con el cuerpo humano mismo. Destacan,
Dramaturgo. A bogado de profesión, fundó la en su vasta, variada y profunda obra, títulos
compañía teatral La Carreta, desde la que difun­ como: Medicina e Historia (1941), Menéndez
dió diversos «pasos», «misterios» y, en general, Pelayo. Historia de sus problemas intelectuales
piezas de tipo religioso en las zonas rurales de (1944), La generación del 98 (1945) — integran­
España. Para dicha com pañía compuso más de tes, estos dos últimos, del posterior España como
una treintena de obras, muchas de las cuales se problema (1957)— , La antropología en la obra
editaron bajo los títulos de Retablos de «La Ca­ de fra y Luis de Granada (1946), Vestigios
rreta» y Nuevos Retablos de «La Carreta». Otras (1948), La historia clínica. Historia y teoría del
obras suyas son La rueda y El Vicario de Dios. relato pato gráfico (1950), Cajal y el problema
Su labor teatral se vio reconocida con la conce­ del saber (1952), Palabras menores (1952), Re­
sión de premios importantes, tales como el Cal­ flexiones sobre la vida espiritual de España
derón de la Barca de 1954. Es autor, asimismo, (1953), La espera y la esperanza. Historia y teo­
de algunas obras narrativas de literatura infantil, ría del esperar humano (1956), La empresa de
de entre las que destacan Cien cuentos nuevos ser hombre (1958), Ocio y trabajo (1960), Teo­
(1964) y ¡Chuic! (1984) con la que mereció un ría y realidad del otro (1961), El problema de la
accésit del Premio Lazarillo. Universidad (1967), Una y diversa España
(1968), Historia universal de la medicina (1969-
LAÍN ENTRALGO, Pedro (Urrea de G aén, Te­ 1975; 7 vols.), A qué llamamos España (1971),
ruel, 1908-Madrid, 2001) Sobre la amistad (1972), las memorias Descargo
Ensayista y dramaturgo. Estudió M edicina y de conciencia (1976), Ciencia, técnica y m edi­
Química en las universidades de Zaragoza, Va­ cina (1986), El cuerpo humano (1989), Cuerpo y
lencia y Madrid, así como Psiquiatría en Viena, y alma (1991), Esperanza en tiempos de crisis
llegó a ocupar las cátedras de Psicología Experi­ (1994), Alma, cuerpo, persona (1995), Teatro y
mental y de Historia de la Medicina en la de Ma­ vida (1996), Idea del hombre (1997) y Qué es el
drid, de la que, entre 1952 y 1956, desempeñaría hombre. Evolución y sentido de la vida (1999),
el cargo de rector magnífico. Fue, asimismo, di­ entre otros. Fue, asimismo, autor teatral, con
rector médico del manicomio de Valencia y de la obras como: Entre nosotros (1966), Cuando se
Editora Nacional, además de miembro de la Real espera (1967), Las voces y las máscaras (1967),
Academia Española, en la que ingresó en 1954 y Judith 44 (1967), Tan solo hombres (1967) y Em­
de la que fue director, entre 1982 y 1988, y di­ pecinado (1985), galardonada con el Premio
rector honorario después, perteneció también a Ciudad de Sevilla de Teatro, y preparó algunas
las de la Historia y Medicina. Redactor de la re­ ediciones de obras ajenas, como es el caso de su
vista Jerarquía, de ideología falangista, durante versión de El círculo de tiza caucasiano, de Ber-
la Guerra Civil fundó, con Dionisio Ridruejo*, tolt Brecht.
LAINEZ 470

LÁINEZ, Pedro -» Véase LAYNEZ, Pedro. LAMPILLAS, Francisco Xavier (M atará, Barce­
lona, 1731 -Génova, Italia, 1810)
LAMANA, Manuel (Madrid, 1922-Buenos Aires, Ensayista. Ingresó en los jesuítas en 1748, aban­
1996) donando su auténtico apellido Cerdá, y, tras en­
N ovelista y critico literario. M ilitante com u­ señar Retórica y Filosofía en Barcelona, se vio
nista, hubo de exiliarse en 1948, refugiándose obligado a m archar a Italia, debido a la expul­
en Francia, de donde se trasladaría posterior­ sión de los miembros de la Orden en 1767. En
mente a Buenos Aires, ciudad en la que se dedi­ Ferrara, enseñó Teología y se enfrentó a los ata­
caría a la docencia, en la universidad de dicha ques contra la literatura española de los también
ciudad, y al periodismo, además de fundar allí el jesuitas Gerolamo Tiraboschi, historiador de la
Instituto de Cultura Iberoargentina. Condenado literatura italiana, y del tratadista y escritor Sa-
en 1947, junto al hijo de Claudio Sánchez A l­ verio Bettinelli, lo que dio origen a su obra fun­
bornoz*, Nicolás, a trabajos forzados en las damental: Saggio Storico Apologético della let-
obras del Valle de los Caídos, protagonizó junto teratura Spagnuola contro le pergiudicate
a aquel una rocambolesca fuga con la ayuda de opinioni di alcuni m oderni (Génova, 1778-
Francisco Benet, hermano del escritor Juan Be­ 1781; 7 vols.) — traducido por Josefa Amar y
net*, y de Bárbara Probst Salomon, tras la cual Borbón* como Ensayo histórico-apologético de
y después de pasar por París y Londres, se mar­ la literatura española contra las opiniones pre­
chó a Argentina. De obra fuertemente com pro­ ocupadas de algunos escritores m odernos ita­
m etida, m ilitante a veces, destacan novelas lianos (Zaragoza, 1782-1786)— , en la que, a
como Otros hombres (1956 y 1989) y Los ino­ través de diversas disertaciones apologéticas no
centes (1959), así como el ensayo Literatura de exentas de vehemencia, niega la influencia de la
posguerra (1961). literatura italiana en la española y defiende la
autonomía y valores propios de esta. La obra le
LAMARQUE DE NOVOA, José (Sevilla, 1828- valió el perdón del rey y la respuesta de Tirabos­
1904) chi, a la que Lampillas contestó en Risposta alie
Poeta. De su obra poética, de corte patriótico y accuse compílate dal Sign. Abate Girolamo Ti­
formas clásicas, destacan poemarios como: Poe­ raboschi... intorno al Sagio Storico Apologético
sías líricas (1895), El fondo de mi cartera (Génova, 1778).
(1898), Desde mi retiro (1900) y Remembranzas
(1903), así como los trabajos recopilatorios: LANDA, Diego de (Cifuentes, Guadalajara, Es­
Poesías líricas y leyendas históricas y tradicio­ paña, 1524-Mérída, Yucatán, M éxico, 1579)
nales en verso (1867), España p o r don A lfon­ Cronista. Franciscano, ocupó altos cargos epis­
so XII. Versos (1875), Recuerdos de las mon­ copales e inquisitoriales en Nueva España, y es
tañas. Baladas y leyendas (1879), Desde la célebre por sus malos tratos a los indígenas, lo
montaña. Cartas (1883), obra que apareció fir­ que le valió el ser traído a España, de donde, tras
mada bajo el seudónimo de Ibero Abantíade, y ser absuelto, partió de nuevo a Yucatán como
Sueños de primavera. Leyendas (1891). obispo. No obstante sus actitudes, escribió una
de las más completas relaciones sobre la cultura
LAMILLAR, Juan (Sevilla, 1957) y la vida cotidiana del pueblo maya: Relación de
Poeta. Él mismo se ha declarado seguidor de la ■ las cosas de Yucatán (1565).
poesía de la experiencia*, aunque se trata de un
poeta culturalista y esteticista, de verso regular, LANDERO, Luis (Alburquerque, Badajoz, 1948)
sereno, melancólico y sutil, autor incluso de so­ Novelista. Nacido en el seno de una fam ilia
netos, que busca sus temas en el realismo* coti­ cam pesina em igrada a Madrid en los años se­
diano. Influido por Guillén* y García Baena*, en senta, se pagó los estudios desem peñando los
sus versos predominan las preocupaciones meta­ más variados y pintorescos oficios. Profesor
físicas, a veces de modo suntuoso, tratadas, en ayudante en la sección de Filología Francesa de
ocasiones, con cierta tendencia irracional de la Universidad Complutense de Madrid, actual­
corte surrealista. Destacan sus poemarios: Muro mente es profesor de Lengua y Literatura Espa­
contra la muerte (1982), Interiores (1986), Las ñolas en un instituto de bachillerato, además de
playas (1987), Música oscura (1989), El paisaje enseñar literatura en la Escuela de Arte Dramá­
infinito (1992) y Las lecciones del tiempo tico de Madrid. Considerado uno de los grandes
(1998), a los que hay que añadir, con el mismo novelistas actuales, se dio a conocer con la no­
título de uno de sus libros mencionados, la anto­ vela Juegos de la edad tardía (1989), obra in­
logía El paisaje infinito (1997) y Las lecciones tensa, de lenguaje rico, im aginación desbor­
del tiempo (2003), en el que añadió algunos poe­ dante y desencantada concepción del mundo,
mas inéditos. que le valió los Premios Nacional de Literatura
471 LARRA

y de la Crítica y que se convirtió en un éxito edi­ LAPESA MELGAR, Rafael (Valencia, 1908-Ma-
torial sin demasiados precedentes. En 1994 pu­ drid, 2001)
blicó Caballeros de fortuna, en la que, de nuevo, Filólogo y crítico. D iscípulo de Menéndez Pi­
el desencanto ante el paso del tiem po y la for­ dal* y Américo Castro*. Doctor en Letras, fue
zosa resignación ante la realidad m arcan el catedrático de Gramática Histórica en la Univer­
ritmo de una historia de pasiones fatales y aza­ sidad de Madrid. Colaborador de la Revista de
rosas escrita con tal m aestría técnica y riqueza Filología Española, así como de numerosas pu­
lingüística que convierten a Landero en uno de blicaciones especializadas, desde 1951 fue
los grandes de nuestras letras, a la que siguieron m iembro de la Real Academia Española, de la
El mágico aprendiz (1999) y El guitarrista que fue director interino en 1988 y en la que fi­
(2002). A todo ello hay que añadir una suerte de guró como director honorario. En su obra, siem­
libro de reflexiones literarias y evocaciones na­ pre erudita, sobre cuestiones estilísticas, lingüís­
rrativas, Entre líneas: el cuento o la vida (1996; ticas o de crítica literaria, destacan títulos como
reed., 2001), bellísimo homenaje a la literatura a Historia de la Lengua Española (1942), obra
través de la oralidad en que las historias se vi­ clave que ha gozado de sucesivas ediciones y en
ven en la cultura campesina, y el libro de viajes la que articula su análisis atendiendo a la re­
y memorias Esta es mi tierra (2002), guión del lación entre la evolución idiom ática en las
programa de televisión en el que, con el mismo diferentes épocas y el desarrollo de los consi­
título, reflexionaba sobre su lugar de origen, Al- guientes fenómenos fonéticos, léxicos y morfo-
burquerque, en Badajoz. sintácticos. Otras obras suyas, no menos impor­
tantes, son: La trayectoria poética de Garcilaso
LANDÍNEZ, Luis (Fuentes de San Esteban, Sala­ (1948), Los decires narrativos del marqués de
manca, 1911) Santillana (1951), La obra literaria del marqués
Poeta. Licenciado en Derecho por la U niversi­ de Santillana (1957), De la Edad Media a nues­
dad de Salam anca, ha editado num erosos poe­ tros días (1967), Poetas y prosistas de ayer y de
marios, de entre los que destacan: Tres poem as hoy (1977) y Garcilaso. Estudios completos
de la mar (1948), Aquella hora y otros versos de (1985), por citar solo algunas de las más impor­
amor (1950) y Sobre esta tierra nuestra (1952). tantes. En 1986, compartió el Premio Príncipe
Ha escrito, asimismo, textos en prosa, de los que de Asturias con el novelista Mario Vargas Llosa
debe recordarse la novela Los hijos de Máximo y en 1998 se publicó por vez prim era su tesis
Judas (1950). doctoral de 1931: El dialecto asturiano occiden­
tal en la Edad Media. Poco antes de su m uer­
LANDO, Ferrant Manuel de (Sevilla, 1350?- te aparecieron reunidos, en dos volúmenes, sus
1417?) Estudios de morfosintaxis histórica del espa­
Poeta. Muy probablemente, converso de ascen­ ñol (2000).
dencia francesa, fue paje de Juan I, discípulo de
Francisco Imperial* y uno de los difusores de la LARA, Antonio de -» Véase TONO.
alegoría y de los usos métricos empleados por
Dante, lo que le llevó a enfrentarse a Álvarez de LARA, José Manuel de (Motril, Granada, 1929)
Villasandino*, defensor del estilo llano. Cuenta Poeta. De su vasta obra, destacan poemarios
con un total de treinta y un poemas de carácter como: Surco nuevo (1957), Frontera del re­
doctrinal, los mejores dedicados a la Virgen, en cuerdo (1962), Lo perdido en el tiempo (1964),
el Cancionero de Baena (véase CANCIONERO), Umbral de la esperanza (1968), Plaza de las úl­
algunos de los cuales incluyó Menéndez Pelayo* timas citas (1970), Vestigios (1978), por el que le
en el volumen IV de su Antología de poetas líri­ fue concedido el Premio Ciudad de Huelva, El
cos castellanos. Fue, asimismo, recogido por el cielo que he perdido (1981) y Plaza Nueva
marqués de Santillana* en su Prohemio. (1987), entre otros.

LANZ DE CASAFONDA, Manuel (Peñaranda LAREDO, Bernardino de -> Véase MÍSTICA.


de Bracamonte, Salamanca, 1721 -Madrid,
1785) LARRA, Luis de (Madrid, 1862-1914)
Ensayista. D estacan sus obras: Sobre el estado Dramaturgo. Nieto de M ariano José de Larra*,
de la cultura española en el reinado de F er­ luchó en la Guerra de Cuba y fue empresario tea­
nando VI, no editado hasta 1972, y Diálogos de tral. Destacan sus piezas para la escena: La co­
Chindulza. leta del maestro (1902), La inclusera (1903), La
diosa del placer (1910) y El diablo en coche
LANZA, Silverio - » Véase AMORÓS Y VÁZQUEZ (1912), además de otras muchas entre las que no
DE FIGUEROA, Juan Bautista. pocas pertenecen al género chico*.
LARRA Y SÁNCHEZ DE CASTRO

LARRA Y SÁNCHEZ DE CASTRO, Mariano José Romanticismo* en su obra lo son como conse­
de (M adrid, 1809-1837) cuencia del espíritu trágico, de un pesimismo ro­
Narrador, periodista, dramaturgo y poeta. Hijo mántico que conecta directamente con el de los
de un médico de José Bonaparte, partió al exilio, clásicos del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO),
en 1813, a Francia, donde comenzó a estudiar con Cadalso*, y que abre las puertas a la ulterior
hasta que, en 1817, debido a la amnistía de Fer­ mentalidad noventayochista. El estilo de Larra,
nando VII, regresó a España y continuó estu­ sobrecogedor, escéptico, hiriente a veces en el
diando en los Escolapios de Madrid, primero, y, empleo descarnado de la ironía, está al servicio
más tarde, en el Imperial de los jesuitas. Empezó de una concepción del mundo filtrada a través de
estudios de Medicina, los abandonó y, en 1825, su propia y triste experiencia. Aunque escribió
inició la carrera de Leyes en Valladolid, conti­ poesías, todas ellas de corte neoclásico y sin de­
nuándola en Valencia y dejándola para regresar a masiado interés, como «Oda a la Exposición de
Madrid a ocupar una plaza que su padre le había la Industria española de 1827» (1827) u «Oda a
conseguido en las oficinas del Estado. Es en ese los terremotos de Valencia y Murcia» (1829), en­
momento cuando comienza a aparecer por las tre otras, la adaptación teatral de Les adieux au
tertulias literarias, entre ellas la de El Pamasillo, comptoir, del comediógrafo lúdico francés del si­
a escribir sus primeros versos y a dedicarse a la glo xix Eugéne Scribe, a la que tituló No más
política. En 1828, en febrero concretamente, co­ m ostrador (1831), los dramas Ricardo Dillón o
mienza a publicar, con el seudónimo de El el católico de Irlanda (1832) y el de corte ro­
duende, sus primeros artículos en el periódico mántico M acías (1834), en el que confluyen la
costumbrista Duende Satírico del Día, el cual se­ temática nacional legendaria — los amores adúl­
ría suspendido por orden gubernamental después teros frustrados del trovador gallego Macías*—
del quinto número. Poco después, en 1829, se y la interposición de la experiencia personal,
casa con Josefina Wetoret, con la que tuvo tres dando lugar a una pieza de inestimable fuerza, o
hijos, pese a lo cual, sobre todo por las diferen­ la novela El doncel de don Enrique el Doliente
cias temperamentales y culturales entre ambos, (1834), en la que utilizó el mismo tema em ­
el matrimonio fracasó. Es en 1832 cuando co­ pleado ya en Macías, aunque escribió todo esto,
menzó a tener relaciones con Dolores Armijo, decimos, lo que más prestigio le ha dado fueron
quien, a la postre, con su indiferencia, determi­ sus artículos periodísticos, a los que dotó de una
naría el final trágico — el tiro en la sien con que altura literaria sin igual y que recogió, en su
se suicidó— de la vida del escritor. En el mismo mayoría, en Colección de artículos dramáticos,
año, bajo el seudónimo de Juan Pérez de Mun- literarios, políticos y de costum bres (1835-
guía, nace su revista personal El pobrecito ha­ 1837). Destacan, entre ellos, algunos célebres
blador, de la que, hasta ser también prohibida por como «¿Quién es el público y dónde se le
la censura, saldrían a la calle catorce números y encuentra?», «El casarse pronto y m al», «El
que es, hoy, uno de los mejores testimonios pe­ castellano viejo», «Vuelva usted m añana»,
riodísticos de la vida cotidiana española del pri­ «Muerte del Pobrecito Hablador» o los últimos,
m er tercio del siglo XIX. Al año siguiente, en próximo ya el día de su m uerte, «El día de di­
1833, comenzó sus colaboraciones literarias, con funtos» y «La nochebuena de 1836», cargados
el conocido seudónimo de Fígaro, en Revista Es­ de una am argura desgarrada. N otable crítico
pañola, El Observador y El Español, todas ellas teatral, aún se recuerdan sus crónicas de los es­
de carácter costumbrista o de crítica política o li­ trenos de La conjuración de Venecia, de M artí­
teraria. Larra, además, fue diputado por Ávila, nez de la Rosa*, El trovador, de G arcía G utié­
aunque no llegó a desempeñar el cargo debido al rrez*, o de Los am antes de Teruel, de
pronunciamiento de los sargentos de La Granja. H artzenbusch*. En 1997 se editó el libro F í­
Estamos ante un romántico puro, en el sentido de garo. Colección de artículos dramáticos, litera­
que no solo concibe la obra literaria desde tal rios, políticos y de costumbres, volum en en el
perspectiva formal — la vertiente trágica— , sino que se proponía una antología de gran parte de
su vida misma, influido por la fiebre wertheriana sus textos de la más variada temática.
que, en aquellos días, y como consecuencia de la
obra de Goethe, había invadido Europa. Heredero LARRA Y WETORET, Luis Mariano de (M adrid,
de los ideales de la Revolución Francesa, aunque 1830-1901)
sin ser, propiam ente, un afrancesado — acu­ Dramaturgo. Hijo de M ariano José de Larra*,
sación a la que su memoria ha tenido que enfren­ colaboró, como su padre, en im portantes publi­
tarse— , sus pretensiones literarias van más allá caciones del momento, tales como La Época o
de una simple renovación, al intentar romper con La Ilustración Española, y fue, además, redactor
la tradición y el orden social establecido. Cual­ de la Gaceta de Madrid, funcionario de la Admi­
quiera de los temas m ínimamente próxim os al nistración, en la que ocupó diversos cargos, y di­
473 LARREA

rector artístico del Teatro Español. Fue en prensa Arqueólogos, y trabajó en el Archivo Histórico
donde publicó tanto artículos como cuentos, poe­ Nacional de Madrid. En 1926 se marcha a París,
mas y algunas novelas por entregas. No obstante, donde, con César Vallejo — de quien sería gran
su importancia se debe a las obras que escribió amigo, así como de Gerardo Diego*— , edita la
para la escena, con las cuales logró éxitos inusita­ revista Favorables París Poema; después, a
dos y una gran fortuna que gastó en poco tiempo. Perú, para, en 1936, de nuevo en París, apoyar al
De su teatro, siempre moralizante, aunque hábil a gobierno de la República de España. Al finalizar
la hora de mezclar los sentimientos con la comici­ la Guerra Civil se exilia en México, donde, con
dad, destacan, además de adaptaciones de obras Josep Camer* y José Bergamín*, dirige la «Junta
extranjeras y de algunos libretos de zarzuela, de Cultura Española» y la revista España Pere­
como el de El barberillo de Lavapiés (1874), La grina, plataforma desde la que se publicaron
vuelta al mundo (1875), ambas con música de gran parte de los textos de los escritores españo­
Barbieri, y La africanita (1888), dramas históri­ les en el exilio. Más tarde, con León Felipe*, crea­
cos como Batalla de reinos, En palacio y en la ca­ ría la revista Cuadernos Americanos, hasta que,
lle (1853), o Lanuza (1915); las comedias costum­ en 1956, es contratado como profesor en la Uni­
bristas Quien piensa mal, mal acierta (1851), Flor versidad de Córdoba, en Argentina.
del valle, La oración de la tarde (1858), la más cé­ Si bien sus inicios literarios estuvieron marcados
lebre y con la cual hubo de enfrentarse a acusacio­ por el creacionismo* de Vicente Huidobro y por
nes de plagio respecto a El cura de aldea, de Pé­ el influjo de las vanguardias francesas, sobre
rez Escrich*, Flores y perlas (1860), En brazos de todo el ultraísmo* — lo que le llevó a publicar,
la muerte (1866), Bienaventurados los que lloran en 1919, poemas en las revistas Grecia y Cer­
(1866) y Oros, copas, espadas y bastos (1866). De vantes— , su adhesión al surrealismo*, iniciada
sus novelas, deben mencionarse: La gota de tinta tras la influencia gongorina que le llevó a parti­
(1858), La última sonrisa (1891), y Tres noches cipar, en 1927, en la celebración del homenaje al
de amor y celos, entre otras. poeta andaluz, fue determinante en sus escritos.
Como fue determinante, en su cuasi-anonimato
LARRAMENDI, Manuel de (Andoain, G uipúz­ para los lectores españoles, el hecho de que deci­
coa, 1690-Loyola, Guipúzcoa, h. 1766) diera escribir en francés como método para, des­
Gramático y lexicógrafo. Miembro de la Compa­ vinculándose de la lengua materna, ejercitar la
ñía de Jesús, fue catedrático de Teología en Sala­ libertad lingüística. No obstante estos ejercicios
m anca y enseñó Retórica, Filosofía y lenguas formales, o en connivencia con ellos, su inten­
clásicas en Palencia y Valladolid. Fue profesor ción poética fue la de indagar en una realidad,
de la viuda del rey Carlos II el Hechizado, y de­ entendida cosmológicamente, conformada por
dicó la mayoría de sus estudios a la lengua vasca, vivencias espirituales, a menudo rayanas con una
de la que llegó a decir que era la única lengua cierta conciencia visionaria, y físicas — no debe
que ha sido siempre perfecta, así como que el es­ obviarse el hondo erotismo de muchos de sus
pañol descendía de ella. A pesar de semejantes versos— , tras las cuales se oculta la verdadera
afirmaciones, fue un hombre de gran cultura de identidad del hombre. Estructuras laberínticas y
cuya obra de carácter filológico destacan títulos hermetismo estarán al servicio de tal indagación,
como: De la antigüedad y universalidad del vas­ así como del deseo del poeta de dar con un len­
cuence en España (1728), la gramática vasca El guaje que conduzca directamente a la pasión, a
imposible vencido: arte de la lengua vascongada la tensión emocional y al conflicto interior. Sería
(Salamanca, 1729), Discurso histórico sobre la Gerardo Diego quien lo diese a conocer en su cé­
antigua y hermosa Cantabria (1736), Dicciona­ lebre Antología de poetas contemporáneos (1932
rio trilingüe, castellano, vascuence, latino (San y 1934), así como auspiciando la publicación en
Sebastián, 1745) y Corografía o descripción ge­ México del libro — con prosas y versos— de La­
neral de la muy noble y muy leal provincia de rrea Oscuro dominio (1935), ya en fechas en las
Guipúzcoa, que, aunque escrita en 1756, no se que había dejado de escribir poesía. En 1969,
publicaría hasta 1882. Influyó notablemente en aparecen en Barcelona, bajo el título de Versión
otros estudiosos del euskera, como Agustín Car- celeste, libro que había sido publicado en 1969
daberaz (1703-1770) o Sebastián M endiburu en Turín, sus versos escritos entre 1926 y 1932 y
(1708-1782). de cuyos ciento seis poemas únicamente una
veintena estaban en español.
LARREA, Juan (Bilbao, 1895-Córdoba, A rg en ­ Como prosista, sus profundos ensayos sobre arte
tina, 1980) o filosofía de la cultura aparecen casi como tex­
Poeta y ensayista. Licenciado en Filosofía y Le­ tos proféticos; así, merecen recordarse: Rendi­
tras por la Universidad de Deusto, fue bibliote­ ción de espíritu (1943), El surrealismo entre
cario del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Viejo y Nuevo Mundo (1944), The visión ofG uer-
LARRUBIERA Y CRESPO 474

nica (1947), escrito originariamente en inglés y LASSO DE LA VEGA, Ángel (San Fernando, Cá­
en el que analiza el lienzo de Picasso, La religión diz, 1831-Madrid, 1899)
del lenguaje español (1951), Razón de ser Dramaturgo y poeta. Fue archivero de profesión
(1956), La espada de la paloma (1956), César y colaboró en las revistas de la época, tales como
Vallejo o Hispanoamérica en la cruz de la razón La Ilustración Española y Am ericana y La E s­
(1958), Teleología de la cultura (1965), Del su­ paña Moderna, entre otras. Traductor de obras
rrealismo al Machu Picchu (1967), César Va­ clásicas, destacan, de su producción propia, la
llejo frente aA ndré Bretón (1969) y Cara y cruz comedia Una deuda de honor (1863), la zarzuela
de la República (1980), entre otros. La juglaresa (1867), el drama Un viaje a la eter­
nidad (1879), los poemas épicos El llanto de Ra­
LARRUBIERA Y CRESPO, Alejandro (M adrid, quel. Canto bíblico (1849) y La batalla de Pavía
1869-1937) (1861) o la oda A la ciencia (1880).
Narrador y dramaturgo. Dedicado desde joven al
periodismo como medio para ganarse la vida, co­ LASSO DE LA VEGA, Gabriel Lobo (M adrid,
laboró en publicaciones como La Ilustración Es­ 1558-h. 1616)
pañola y Am ericana y M adrid Cómico, entre Dramaturgo y poeta. Miembro de las cortes de
otras. Se le conoció, también, por el seudónimo Felipe II y Felipe III, escribió poemas épicos y
de Juan Sainete. Tendente al casticismo, sus romances que le dieron fama y prestigio en su
obras, no exentas de cierta comicidad, se centran época. Los temas históricos conviven en sus
en los problemas cotidianos de la clase media. versos con la sátira, así como la m étrica latina
Destacan las novelas: El crimen de un avaro lo hace con la castellana. Destacan, además de
(1888), Pintapoco (1896), Mimosa (1896), La las tragedias La destrucción de Constantinopla
Virgencita (1899), Márgara (1906), El hombre y La honra de D ido restaurada, ambas inclui­
que vivió dos veces (1911), El pecado de Eva das en Prim era parte del Romancero y trage­
(1915) y Vida fantástica (1917). Autor de cuen­ dias (Alcalá de Henares, 1587), los poemas re­
tos, merece recordarse el volumen Historias ma­ cogidos, sin su perm iso, en Flor de romances
drileñas (1897), hay que mencionar sus sainetes (1589), los poem as épicos Prim era parte de
Uno y repique (1890) y Los chicos (1897), así Cortés Valeroso y Mejicana (Madrid, 1588), de
como la zarzuela Los charros (1902). la que publicaría otra versión en 1594, Elogio
en loor de tres fa m o so s varones (Zaragoza,
LAS, Juan -> Véase CANSINOS ASSENS, Rafael. 1601) y la reunión de romances M anojuelo de
romances (Zaragoza, 1601), cuya segunda
LAS CASAS, Bartolomé de -> Véase C A S A S, parte, perdida, pasó al Romancero general de
Bartolomé de las. 1604. Inédito perm anece el m anuscrito de una
obra informativa sobre filósofos, historiadores,
LASALA, Magdalena (Zaragoza, 1958) poetas y gentes de la cultura de su tiempo: Va­
Narradora, poetisa y dramaturga. Directora tea­ rones y hombres doctos.
tral, en gran parte de sus obras se ha ocupado de
cuestiones relacionadas con la Edad Media. Ha LASSO DE LA VEGA, Rafael (Sevilla, 1890-
escrito poemarios como Frágil sangrante fra m ­ 1959)
buesa, Algunos poem as y Seré leve y parecerá Poeta. Marqués de Villanova, aunque comenzó
que no te amo (1993), en el cual, actualizándolos a escribir en la estela m odernista, term inó por
y en la línea de esa nueva sentimentalidad que ser uno de los paladines del ultraísm o* y del
sirve de contrapunto al erotismo en boga de los creacionismo*. Incansable viajero por Europa,
años noventa, recrea los rasgos del amor cortés por donde sus peripecias sentimentales y litera­
provenzal de finales del siglo xii. Es autora, ade­ rias constituirían materia de un relato, volvió a
más del libro de cuentos Fábulas de ahora España en los años cincuenta. De su obra poé­
(2000), en el que recupera la oralidad de la tradi­ tica cabe decir que no se trata solo, como se ha
ción del cuento popular, de otro libro de relatos, querido hacer ver, de un seguidor del M oder­
Moras y cristianas (1998), escrito con Ángeles nismo* de sabor machadiano, o de un ultraísta
de Irisarri*, en el que abordan la realidad feme­ tardío, sino que estamos ante un poeta con voz
nina en los siglos x y XI, así como de las novelas propia, aunque sin duda deudor de una estética
La estirpe de la m ariposa (1999), en este caso que le fue cercana. A propósito de la datación de
firmada por ella sola y en la que se ocupa del ca­ sus versos, el asunto se complica, pues él mismo
lifato cordobés con la dinastía Omeya, y Alman- ficcionalizó, por así decirlo, la fecha de sus es­
zor. El gran guerrero de Al-Ándalus (2002), en el critos. Destacan sus poemarios Rimas de silen­
que recrea los últimos días de vida del caudillo cio y soledad (1910), Las coronas de M irto
andalusí Abu Amir Muhammad. (1914), Prestigios (1916), Presencias (1918) y
475 LAZARILLO DE TORMES

El corazón iluminado y otros poemas (1919), to­ LAVERDE RUIZ, Gumersindo (Santander, 1840-
dos ellos pertenecientes a sus inicios m odernis­ M adrid, 1890)
tas, libros a los que hay que añadir G alería de Poeta. Se dedicó a la docencia y ocupó cargos
espejos (1920), originariamente escrito en fran­ administrativos. Pensador de ideas tradicionales,
cés, y Oaristes (1940), ejemplos ambos de su marcado catolicismo y antikrausista, participó en
paso a las vanguardias (véase VANGUARDISMO). la polémica contra los krausistas con el seudó­
En 1999 Juan M anuel Bonet* editó sus poesías nimo de L. Ruiz. Como poeta, es misterioso y re­
com pletas, a las que se añadieron ciertos poe­ curre a numerosas imágenes de difícil interpreta­
mas inéditos, en el volum en titulado Rafael ción, muy relacionadas con las atmósferas de la
Lasso de la Vega. poesía celta y escandinava. Destacan los tratados
de Ensayos críticos sobre Filosofía, Literatura e
LATASSA, Félix de (Zaragoza, 1733-1805) Instrucción Pública españolas (1868) — libro en
Biógrafo y erudito. Autor de una Biblioteca an­ el que se incluyen «El tradicionalismo en España
tigua (1796), su obra fundamental es una histo­ en el siglo x viii» y «Los estudios bíblicos»— y
ria, o catálogo de los escritores aragoneses más los poemas «La luna y el lirio», de tipo amoroso
notables desde el nacimiento de Cristo hasta el y que recuerda los cantos del bardo escocés del
año 1800, titu lad a B iblioteca nueva de escri­ siglo m Ossian, y «Paz y misterio». Su obra com­
tores aragoneses (1798-1802) que, con casi pleta en verso se editó en 1952.
tres mil entradas, sería refundida y am pliada
con la publicación postum a en Zaragoza, entre LAVIANO, Manuel Fermín de (finales sig lo xviii)
1884 y 1886, del D iccionario bibliográfico- Dramaturgo. Autor de comedias, la mayoría de
biográfico. carácter heroico, gozó del favor del público.
Destacan: La afrenta del Cid vengada (1784), La
LATORRE, José María (Zaragoza, 1945) conquista de Mequinenza por los Pardos de Ara­
Novelista. A utor transgresivo cuyos tem as, el gón (1787), la tragedia El Sigerico (1790) y
sexo y la violencia especialm ente, son aborda­ Triunfos al valor y honor en la corte de Rodrigo
dos con la crudeza de un lenguaje áspero y ob­ (1797). Fue traductor, asimismo, de algunas de
sesivo, capaz sin embargo de lograr altas cotas las obras fundamentales del autor italiano del si­
de entretenim iento, de generar intrigas im peca­ glo xviii Cario Goldoni.
bles y de ofrecer profundas reflexiones socio­
lógicas, así como de proponer que la cultura y LAYNEZ, Pedro (Madrid, h. 1538/1542?-1584)
el conocim iento son las únicas vías de salva­ Poeta. Fue ayudante de cámara del hijo de Felipe
ción en el mundo contemporáneo. No obstante II, el príncipe don Carlos, hasta 1568. Poética­
lo dicho, conviene recordar que se trata de un mente, se le conoció como Damón, y su obra,
autor que ha frecuentado tam bién géneros más célebre por los elogios que provocó que por
como el cine o el terror, influido en este último sí misma, mereció la admiración y el apoyo de
caso por la novela gótica y por autores como Cervantes*, Figueroa*, Ramírez Pagán* o Lope
Dickens o Henry James, así como la novela ju ­ de Vega*, todos ellos buenos amigos suyos. Muy
venil, registro en el que con la novela La m i­ influido por la métrica y modos poéticos de Gar­
rada de la noche (2002) obtuvo el Premio Gran cilaso de la Vega*, su poesía, obviamente de
Angular, y donde destaca con otra obra muy corte petrarquista, es simple y de carácter corte­
apreciada por ese público: La incógnita del sano. Escribió villancicos, sonetos, églogas y
volcán (2000). Entre sus obras más conocidas, elegías, y, aunque algunos de sus versos apare­
destacan las novelas: School Bus (1981), por la cieron en obras ajenas — por ejemplo en el Jar­
que se le concedió el Premio D egeneración de dín espiritual (1585), de Pedro de Padilla*— , su
los Ochenta, H uida de la ciudad araña (1981), obra no se publicó hasta bien entrado el siglo xx,
M iércoles de ceniza (1985), Sangre es el nom ­ momento en que vieron la luz dos ediciones de
bre del am or (1986), Osario (1987), La noche sus poesías, sobre todo la de Entrambasaguas*
transfigurada (1990), Fiesta perpetua (1992), de 1952.
Visita de tinieblas (1999), de carácter juvenil
pero terrorífica, repugnante, atroz y corrosiva LAZARILLO DE TORMES
hasta casi salirse de dicho tipo de novelas, y El Relato anónimo en prosa aparecido, en Burgos,
año de la celebración de la carne (1999), así Amberes y Alcalá en 1554, con el título de La
como los ensayos Luces y sombras del cine ne­ vida del lazarillo de Tormes y de sus fortunas y
gro (1981) y El cine fantástico (1987). Hay que adversidades, aunque es probable que existiera
destacar, asim ism o, una colección de cuentos una edición anterior de 1552 o 1553 de la que no
de terror titulada R elatos desde la m uerte se conserva ningún ejemplar. La cuestión de las
(1999). ediciones y de la fecha de escritura ha sido am­
LAZARILLO DE TORMES 476

pliamente debatida, ya que se habla de diversas rece tener que ver con el deshonroso matrimonio
refundiciones de dichas ediciones, aunque la que del protagonista, al cual se alude en el último ca­
ha llegado hasta nosotros es la que parte del texto pítulo y que era uno de los cotilleos que corrían
publicado en Amberes. Por lo que respecta a la por Toledo. M ovido por el afán de conseguir
fecha de composición, los únicos datos útiles, fama y para explicar la forma en que han de ga­
aunque equívocos, son los que proporciona el li­ narse la vida aquellos que no se han visto favore­
bro, referentes a hechos históricos como unas cidos por la Fortuna, Lázaro toma la pluma sin
Cortes en Toledo, de las que se celebraron dos, evitar el sarcasmo y decide, pues, no solo ocu­
en 1525 y en 1538, o una expedición a los Gel- parse del «caso», sino contar su vida. Así, sabe­
ves, de la que igualmente se realizaron dos, una mos que, hijo de un molinero del pueblo y de una
en 1510 y otra en 1520. Parece, en cualquier m ujer de vida disoluta, es entregado por esta a
caso, y según se deduce de ciertos indicios litera­ un ciego avaro que le enseñará todas las trampas
rios, que no pasó mucho tiempo entre la escritura imaginables para sobrevivir. Medio muerto de
y la publicación. Respecto a la autoría, el Lazari­ hambre, Lázaro engaña a su amo, lo abandona y
llo ha suscitado todo tipo de conjeturas; de un entra a trabajar para un clérigo, que resultará más
lado, fray José de Sigüenza*, en 1605, se lo atri­ avaro y cruel que aquel. Se nos cuentan los vi­
buyó a fray Juan de Ortega, que, en su opinión, cios del clérigo con tal saña que quizá fuera este
lo habría escrito en su etapa de estudiante en Sa­ el motivo de que la obra fuese tildada de eras-
lamanca; poco después, en 1607, Valerio Andrés mista. Tras salir de la casa del clérigo, Lázaro
Taxandro afirmó que se trataba de una obra de entra al servicio de un hidalgo que, lejos de res­
Diego Hurtado de Mendoza*, atribuciones am­ ponder a las apariencias, es pobre y hambriento,
bas que Deyermond considera viables, aunque él aunque es el único que, hasta el momento, le ha
añade la posibilidad de que su autor fuese Sebas­ tratado bien. Abandonado por su señor, que ha
tián de Horozco*. Otros investigadores han huido de las deudas, Lázaro comienza a servir a
apuntado nombres como los de Alfonso de Val­ un fraile de la M erced, después a un clérigo
dés*, Cristóbal de Villalón* o Lope de Rueda*, vendedor de bulas, a un pintor de panderos, a
todo ello sin que se haya conseguido clarificar el un capellán, como aguador, y a un alguacil,
asunto de una vez por todas. Considerada, en hasta que, finalmente, decidido a convertirse en
cualquier caso, la primera novela picaresca* y, «hombre de bien», se hace pregonero y se casa
acaso, el mejor y más claro exponente del gé­ con la criada y amante del arcipreste de san Sal­
nero, la obra fue incluida en el índice de 1559 vador, hom bre que le protege y a quien él de­
por anticlerical y erasmista, aunque continuó cir­ fiende de todos los ataques. Lázaro se muestra,
culando por España con tanto éxito que el propio al final del libro, afortunado, satisfecho y espe­
Felipe II ordenó la publicación de una versión ranzado.
expurgada, Lazarillo castigado, que apareció por Se trata de una obra fundamental por varias ra­
vez primera en 1573. Reimpreso el libro en Am­ zones, aunque quizá la más destacada de todas
beres en 1555 y en 1595, se editó en M ilán en ellas sea el que por primera vez en la literatura
1578 y en Bérgamo en 1597, y, a partir de 1599, española, al margen de los cuentos, aparece la
como consecuencia del éxito del Guzmán de Al- realidad contemporánea, justo en un momento li­
farache, de Mateo Alemán*, se reeditó en nueve terario en que los escritores parecen más intere­
ocasiones entre ese año y 1603. El posible eras- sados por la idealización del mundo, ya sea en
mismo del libro, negado por Marcel Bataillon, obras de carácter bizantino, pastoril o morisco,
ha sido muy discutido, dando pie a diversas hi­ en las que se muestran partidarios de explorar en
pótesis que van desde las de aquellos que lo con­ las extravagancias de la fantasía. En el Lazarillo,
sideran como un texto erasm ista hasta los que sin embargo, a través de un lenguaje llano, ajeno
ven en su autor a un católico que quiso denun­ a la retórica de esos otros textos, la crudeza mo­
ciar a los malos clérigos o, incluso, a un con­ ral y física transcurre en una geografía constata-
verso, idea esta última defendida por Américo ble, en lugares como Salamanca o Toledo, de
Castro* y basada en la crudeza de una burla en la existencia real. Estas son las razones de que se
que abundan las citas evangélicas mal intencio­ trate de un libro esencial, nuevo, hasta el ex­
nadas y en el hecho de que el protagonista se vea tremo de que un teórico de la literatura como
tutelado en varias ocasiones por clérigos de cos­ Bajtin haya llegado a afirmar que estamos ante
tumbres censurables. la primera novela moderna, o ante su más claro
Concebido como una autobiografía directa en esbozo. En ella se produce una caracterización
forma de carta, breve y escrita en siete tratados lacónica, y sin embargo profunda, de los perso­
de muy diversa longitud, Lázaro, ya adulto, le es­ najes, ejercicio en el que se anuncia ya el hacer
cribe a «vuestra merced» para responder a su so­ literario de Cervantes*. Más allá de una simple
licitud de que le cuente su «caso», caso que pa­ concatenación de anécdotas, el Lazarillo es una
477 LÁZARO CARRETER

conjunción de elementos folclóricos con los que muele (1931), Romances de Cuba y otros p o e­
se enhebra una tram a organizada, de gran suti­ mas (1937), Antología poética (1940), Sangre de
leza en la descripción de su protagonista desde la España (1941), Epistolario y otros poemas
infancia hasta la madurez y de acuerdo a un prin­ (1952), Español de dos riberas (1955), Lonxe
cipio de causalidad, si bien la división en trata­ (1955), escrito en gallego, y Homenaje a Aurelio
dos pertenecería, en opinión de Francisco Rico*, Arteta (1973). Además del ensayo Jacinto Bena-
al igual que el título, al editor de la edición prin­ vente (1925), del libro Retratos fam iliares
ceps, quizá Juan de Junta, y no al anónimo autor. (1945), en el que habla de su familia y que con­
Dicha división es desigual, pues existe una des­ tiene estudios sobre diversos autores, y de los
proporción entre los tres primeros y los siguien­ trabajos críticos Semblanzas y ensayos (1963),
tes que, aunque podría explicarse de acuerdo al Biografía de Rosalía de Castro (1966) y Vida y
m ayor o menor interés del narrador por ciertos obra de Jacinto Benavente (1965), fue autor de
sucesos, es plausible atribuir a una división edi­ la novela La noche de san Juan (1930) y de las
torial artificiosa. A unque la sátira social en la piezas teatrales Proa al sol (1931), La hoguera
obra se dirige, principalmente, a cuestiones reli­ del diablo (1932), ambos poemas dramáticos, La
giosas, son muchos los asuntos abordados desde hija del tabernero (1932), comedia popular en
tal perspectiva, tanto sociales como filosóficos. verso, El circo de la verbena (1933), Santa M a­
No obstante, parece, en opinión de algunos críti­ rina (1934), La casada sin marido (1936), Im a­
cos, que el Lazarillo pretende parodiar los trata­ gineros (1936) y la trilogía, aparecida en 1972,
dos que circulaban entonces sobre la formación formada por Alejandra, Ludovina y Elvira. Asi­
autodidacta. Frente a otras historias de carácter mismo, es memorable su traducción de Las flo ­
picaresco, principalm ente el ya citado Guzmán res del mal, de Baudelaire.
de Alfarache, el Lazarillo resulta más concisa y
carece de didactism o, además de ser anterior y LÁZARO, Maribel (Pueblonuevo, Córdoba, 1949)
de fijar en sus páginas los que serán rasgos esen­ Autora teatral. Destacan sus obras Humo de be­
ciales de dicho subgénero novelesco. leño (1982), Premio Nacional Calderón de la
Traducido inmediatamente al francés (1560), al Barca en 1985, «Mari y Julio»: dos dinosaurios
inglés (1576), al holandés (1579), al alemán pacíficos (1983), El mensaje de los dinosaurios f e ­
(1617) y al italiano (1622), durante dos siglos el lices (1983), La fo sa (1986) y Cinco historias
protagonista del Lazarillo alcanzó cotas de uni­ mágicas (1986).
versalidad semejantes a las conseguidas por don
Quijote o la Celestina. Además de en Europa, en LÁZARO CARRETER, Fernando (Zaragoza, 1923)
España dio lugar a continuaciones e imitaciones Filólogo y crítico. Catedrático, entre 1949 y
como la Segunda parte de Lazarillo (Amberes, 1970, de Gramática General y Crítica Literaria
1555), pobre y sin los aciertos del original, otra en la Universidad de Salamanca, de cuya Facul­
segunda parte, a cargo de Juan de Luna*, publi­ tad de Letras fue decano entre 1962 y 1968,
cada en París en 1620 y en la que se acentúan las ocupó la cátedra de Lengua Española en la Uni­
críticas al clero y a la Inquisición a través de un versidad Autónoma de Madrid desde 1970 hasta
realismo de gran crudeza, a veces gratuito, y una su jubilación. Profesor visitante en universidades
continuación, Lazarillo de Manzanares, de Juan de medio mundo y miembro de importantes ins­
Cortés de Tolosa*, que en el título aprovecha el tituciones culturales, es autor de numerosos estu­
éxito del original, aunque el modelo directo em­ dios de carácter gramatical y literario, así como
pleado por su autor es el Buscón de Quevedo*. de alguna pieza teatral, y ha colaborado en algu­
nas publicaciones, caso de los diarios Informa­
LÁZARO, Ángel (Orense, 1900-Madrid, 1985) ciones, ABC y, en la actualidad, en El País, en
Poeta, dramaturgo y narrador. Periodista durante los cuales se ha ido sucediendo una sección lla­
muchos años, siendo un adolescente marchó a La mada «El dardo en la palabra» en la que, seguido
Habana, ciudad en la que trabajó para el diario por infinidad de lectores, reflexiona sobre pecu­
El Comercio, en el que publica sus primeros ver­ liaridades de la lengua en el lenguaje cotidiano,
sos. En 1923 regresa a España y colabora en di­ siempre con un fino sentido del humor que a ve­
versas publicaciones, hasta que, en 1937, parte ces desemboca en descarnada ironía. En 1972
de nuevo hacia Cuba, esta vez víctima del exilio. fue elegido miembro de la Real Academia Espa­
Su obra, toda ella tendente al intimismo, atenta ñola, institución que pasa a dirigir en 1991,
al entorno de su G alicia natal y no exenta de siendo reelegido en 1994. Sería en 1998 cuando
compromiso político, se divide en tres frentes ge­ lo sustituiría en el cargo el hasta entonces secre­
néricos, siendo el poético el más importante. De­ tario de la A cademia Víctor García de la Con­
ben recordarse poemarios como El remanso gris cha*. Entre sus obras fundamentales, algunas de
(1920), Confesión (1927), El molino que no las cuales han contribuido decisivamente al estu­
LEAL 478

dio del Lazarillo de Tormes*, destacan: Las sean canciones tradicionales, juegos infanti­
ideas lingüísticas en España durante el siglo les, etc.— para los de tipo sagrado. La métrica
XVIII (1949), D iccionario de términos filo ló g i­ empleada tiende al verso corto y suele utilizar
cos (1953), Significado cultural de Feijoo numerosas alegorías y personificaciones con las
(1957), M oratín en su teatro (1961), Lope de que construye sus juegos de palabras, metáforas
Vega. Introducción a su vida y obra (1966), Tea­ y elaborados juegos de palabras. Fue muy ala­
tro medieval (1969), Construcción y sentido del bado por Cervantes* y Lope de Vega*, entre
«Lazarillo de Tormes» (1969), Crónicas del otros. En las tres partes de su obra Conceptos es­
Diccionario de Autoridades (1972), Estudios de pirituales a Nuestra Señora de la Fuencisla (Ma­
poética (1976), Estilo barroco y personalidad drid, 1600, 1606 y 1612) es donde elabora sus
creadora (1977), El libro en la cultura de los postulados doctrinales de un modo alegórico.
años ochenta (1984), el libro de texto para COU Otras obras son Juegos de Nochebuena con cien
Lengua Española (1986) y Clásicos españoles. enigmas hechos para honesta recreación (1611),
Estudios sobre la literatura española de los si­ donde versiona a lo divino* antiguos villancicos
glos xvi y xvu (2003). Hay que mencionar, asi­ y cantares populares medievales, lo que le val­
mismo, dos piezas teatrales de su autoría: La se­ dría ser incluida en el índice de 1667, R om an­
ñal (1955) y Un hombre ejemplar (1957). En los cero y M onstruo imaginado (1615), obra en la
últimos años ha ido editando, convirtiéndose en que juega con equívocos de agudeza e ingenio,
uno de los autores más vendidos, los artículos Conceptos a las llagas de san Francisco (1621)
de la serie periodística antes mencionada: El y Epigramas y Hieroglíficos a la vida de Cristo
dardo en la palabra (1997), que reúne los pu­ (1625). Las poesías de Ledesma se publicaron,
blicados en AB C e Informaciones, y El nuevo en 1866, en el volumen XXXV de la «Biblioteca
dardo en la palabra (2003), en el que se inclu­ de Autores Españoles».
yen los escritos en El País entre 1999 y 2002.
LEDESMA MIRANDA, Ramón (M adrid, 1901-
LEAL, Federico (Madrid, 1960) 1967)
Poeta. Con un tono de ciertas rem iniscencias Narrador. Estudió Derecho y Letras en la U ni­
m odernistas, aunque cauto y mesurado con el versidad Central de Madrid y, tras licenciarse, se
uso de las imágenes, sus versos abordan el do­ dedica a viajar por Europa. Influido en sus co­
lor de la pérdida sentimental acogiéndose a los mienzos por Rubén Darío (véase MODER­
modos de la que se conoce como poesía de la NISMO), su poesía, género con el que comenzó a
experiencia*. Destaca su poemario El sueño de escribir, evoluciona hacia una densidad intelec­
los días (1998). tual al modo unamuniano. Dedicado posterior­
mente a la novela y el cuento, considera la narra­
LEBRATO, Daniel (Sevilla, 1956) ción como un modo de concebir una teoría del
Poeta. Autor en quien lo biográfico se somete mundo a través de los sentim ientos y pasiones
continuamente a un descarnado e irónico sentido del hombre, quizá de ahí que sus textos consi­
del humor, no ajeno a cierta influencia queve­ gan, a menudo, profundas indagaciones psicoló­
desca, a través siempre de un lenguaje en el que gicas. Además de sus poem arios La fa z ilum i­
los juegos verbales y dobles sentidos actúan con­ nada (1921), Almanaques de auroras (1925) y
tra los excesos de la melancolía. Hay que men­ Treinta poem as de transición (1928), deben re­
cionar, entre otros, sus poemarios De quien mata cordarse las novelas Antes del mediodía (1930),
a un gigante (1987) y Hacia (1999). una de las mejores novelas de los años treinta,
Agonía y tres novelas más (1931), Evocación de
LEBRIJA, Antonio de -> Véase NEBRIJA, Elio Laura Estébanez (1932), sobre la muerte de la
Antonio de. actriz Rosario Pino, Almudena, o historia de vie­
jo s personajes (1936, primera versión; 1944, la
LECETA, Juan de -> Véase CELAYA, Gabriel. definitiva), que, muy influida por Flaubert,
aborda el tema del cainismo en el Madrid de la
LEDESMA BUITRAGO, Alonso de (Segovia, pequeña burguesía, y La casa de la Fama
1562-1633) (1951), crónica de una decadencia fam iliar por
Poeta. De familia humilde, parece ser que estu­ la que le fue concedido el Premio N acional de
dió con los jesuitas y, más tarde, en la Universi­ Literatura. Es de destacar, asimismo, el volumen
dad de Alcalá. Ocupó diversos cargos adm inis­ de relatos Saturno y sus hijos (1934), amén de
trativos en Segovia y se le considera iniciador los ensayos Gibraltar, la roca de Calpe (1957),
del conceptismo*. La mayoría de su poesía es de El Ateneo en su marco. Ambientes, ideas, fig u ­
carácter religioso, aunque también hay muestras ras (1961), Páginas de A ndalucía (1964) e His­
de versos profanos, a los que suele recurrir — ya torias de medio siglo (1965).
479 LENCERO

LEGUINA, Joaquín (Villaescusa, Cantabria, 1941) dré la guerra» (W. R. Hearst). Cuba 1898: la
Novelista. D octor en Ciencias Económicas por primera guerra que se inventó la prensa (1998),
la Universidad de M adrid y en Demografía por donde estudia la Guerra de Cuba a través de lo
la Sorbona de París, ha enseñado en la Facultad que supuso en los medios de comunicación, Ho­
de Ciencias Políticas y Sociología de la Univer­ tel Nirvana. La vuelta a Europa por los hoteles
sidad Complutense y en la Facultad Latinoame­ míticos y sus historias (1999), una suerte de dia­
ricana de Ciencias Sociales de Santiago de Chile. rios en los que se elogia la vida en el campo, titu­
Miembro del PSOE, su intensa actividad política lados: La felicidad de la tierra (1999), Recordad
lo ha llevado a ser concejal del Ayuntamiento de Pearl Harbor (2001) y Madre Volga (2003), un
Madrid, diputado y, desde 1983 hasta 1995, pre­ recorrido por la Rusia del siglo xx.
sidente de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Con sus novelas, que siguen una línea clásica LEIRAS PULPEIRO, Manuel (Mondoñedo, 1854-
realista muy ligada a la obra de Pío Baroja*, a 1912)
sus intenciones y modos narrativos, ha conse­ Poeta. Atento a las costumbres de su tierra, escri­
guido elogios de la crítica. Destacan, aparte de bió poesías convencionales sobre la vida de los
los relatos de Historias de la calle Cádiz (1985) campesinos en las que, no obstante, pueden apre­
y Cuernos (2002), que tienen como hilo conduc­ ciarse los ritmos tradicionales de la poesía ga­
tor la fidelidad sentimental y como escenario los llega. Destacan sus Cantares gallegos, incluidos
momentos históricos de la España del siglo xx, en el volumen postumo Poesías (1930).
las novelas: La fiesta de los locos (1989), sobre
la figura de Céline, Tu nombre envenena mis sue­ LEIVA RAMÍREZ DE ARELLANO, Francisco (M á­
ños (1992), en la línea de la novela negra, La tie­ laga, 1630-1676)
rra más hermosa (1996) y El corazón del viento Comediógrafo. Apenas se sabe de la vida de este
(2000) y, de nuevo siguiendo los más estrictos im itador de Calderón de la Barca*, salvo que
cánones del género negro, P or encima de toda escribió comedias heroicas, de figurón, de capa
sospecha (2003). Ha escrito, asimismo y entre y espada, religiosas y algunos entremeses. En
otros, el ensayo Los ríos desbordados (1994), la mayoría de sus obras muestra una gran capa­
donde analiza el llamado «Estado del bienestar» cidad para el humorismo y el chiste. Destacan
en relación con la evolución del socialismo en entre ellas algunas como Nuestra Señora de la
España, y la reunión de retratos femeninos titu­ Victoria (h. 1660), No hay contra un padre ra­
lada M alvadas y virtuosas. Retratos de mujeres zón (1673), El socorro de los mantos (a. 1669),
inquietantes (1997). Cuando no se aguarda, Príncipe tonto, ambas
escritas hacia 1675 y la últim a de ellas consi­
LEGUINECHE, Manuel (Arrazua, Vizcaya, 1941) derada una de las mejores comedias de figurón
Ensayista. Periodista de prestigio, ha trabajado de la época, El honor es lo primero, No hay
como corresponsal de guerra en algunos de los contra lealtad cautelas, El negro de cuerpo
más im portantes conflictos de los últimos tiem­ blanco, A lbania tiranizada, La dama p resi­
pos y ha colaborado en prensa y televisión. Aun­ dente, obra en la que las m ujeres visten y ac­
que ha escrito una novela, La tribu (1980), y la túan como hombres, y La mayor constancia de
pieza teatral La guerra de todos nosotros (1986), Mucio Scévola, entre otras. De sus entremeses,
su actividad literaria se ha centrado en el ensayo merece mención El poeta. En 1833 se publica­
y en la investigación periodística con títulos ron, en el volumen XLVII de la «Biblioteca de
como, entre otros, Los topos (1977), en colabo­ Autores Españoles», algunas de las piezas de
ración con Jesús Torbado* y en el que se ocupa Leiva.
de las personas que, perseguidas por el fran­
quismo, vivieron ocultas a lo largo de la dicta­ LEJÁRRAGA, María de la O -> Véase MARTÍNEZ
dura sin abandonar el país, El camino más corto SIERRA, María.
(1978), El estado del golpe (1981), La destruc­
ción de Gandhi (1983), el libro de viajes Sobre LENCERO, Carlos (Badajoz, 1951)
el volcán (1985; reed., 1999), donde ofrece un Narrador. Ligado al mundo del flamenco, en el
retrato cruel de Centroamérica, El precio del p a ­ que es conocido por sus composiciones para di­
raíso. De Mauthausen al Amazonas (1995), so­ ferentes cantaores, como Camarón o Raimundo
bre la peripecia vital del exiliado de la Guerra Amador, es autor de prosa ligera y a menudo sar­
Civil Antonio García Barón, Adiós Hong-Kong cástica, colorista y con gran dominio verbal, ca­
(1997), Yo te diré. La verdadera historia de los paz de crear sorprendentes y variados personajes
últimos de Filipinas (1998), en el que recrea, en­ y de retratar con precisión los ambientes margi­
tre la novela y el reportaje, la resistencia al norte nales. Hay que destacar, además de la novela Re­
de M anila de los últimos de Filipinas, «Yo p o n ­ tablo de Morales (1992), donde relata con humor
LENTINI

la vida del pintor Luis de M orales, apodado El LEÓN, Eva Véase MORANTE MATEOS, Pedro.
Divino, los libros de relatos La gran M ari
(1991), Un cuento chino y otros relatos (1996), LEÓN, Francisco (Canarias, 1970)
Caníbales (1996) y Camello de verano (1998). Poeta. Influido por la poesía metafísica de Sán­
chez Robayna*, en sus versos se ocupa de lo vi­
LENTINI, Javier (Barcelona, 1929) vido más que de la experiencia real inmediata,
Poeta y editor de la revista Hora de Poesía. Mé­ siempre entregado a una evocación que da
dico de profesión, destacan sus poemarios Can­ cuenta de un pasado mitificado y con una presen­
tos de muerte y añoranza (1964), Poesía espa­ cia constante de la naturaleza, contemplada con
cial (1972), Trilogía prohibida (1975), Museo de tono melancólico. Hay que mencionar su poema-
máquinas (1979), M useo de máscaras (1981), rio Tiempo entero (2002).
Diccionario perpetuo (1984) e Invención del
otoño (1988). LEÓN, Juan J. (Granada, 1946)
Poeta. Licenciado en Filología Románica y en
LENTINI, Rosa (Barcelona, 1957) H istoria Contemporánea por la U niversidad de
Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por G ranada, creó en 1974 la colección «Zumaya»
la Universidad A utónoma de Barcelona, parti­ de poesía. Autor con influencias quevedescas en
cipó en la fundación de las revistas de poesía el uso del ingenio, sus versos, de corte existen-
Asimetría (1986-1988) y Hora de Poesía (1979- cialista, reflexionan también sobre materias me-
1995), de la que fue directora y en la cual tra­ tapoéticas. Es autor de los poemarios: Espero la
dujo a numerosos autores. Editora y directora de caída del pájaro más triste (1974), Estos tiempos
Ediciones Igitur, es escritora de estilo marginal son un largo paréntesis de goma (1978; reed.,
y a contracorriente, y quizá por eso ausente de 1985), Conciencia puesta en pie (1986), Del co­
la mayoría de las antologías. Se sitúa lejos del razón y la experiencia (1988), que incluye toda
autobiografism o de la poesía más reciente, y su poesía entre 1970 y 1988, y Poemas satíricos
aborda la mem oria desde una mirada em ocio­ (1995), escritos entre 1973 y 1993, a los que hay
nada, que pretende dar cuenta de la sustancia que añadir, en colaboración con José Lupiáñez*,
más íntima que la dota de sentido. A Lentini le Enrique Morón* y Femando de Villena, Églogas
interesan las zonas ocultas de la realidad, y en de tierra (1996) y, con el mismo título de su li­
ellas se adentra huyendo de la narratividad, co­ bro de 1988, pero ahora con toda su poética de
locando la poesía en la frontera del pensa­ 1989 a 2000: Del corazón y la experiencia
m iento, transform ando el poema en materia de (2001). Ha publicado, asimismo, diferentes estu­
la reflexión, ya que su acercamiento a la memo­ dios, entre ellos: Literatura universal (1998) y
ria hace de esta un instrumento ajeno a los ava- Formas de expresión poética en el lenguaje po ­
tares históricos, convirtiéndolo en un recorrido pular (2000), reedición ampliada de Éxpresión
íntimo e interior que nombra la angustia ante la poética v expresión popular (1989).
muerte. Poesía, pues, existencial y ensim ismada
que conecta con poetas como Francisco Pino* o LEÓN, fray Luis de (Belmonte, Cuenca, 1527-
Antonio Gamoneda*, así como cierta poética M adrigal de las Altas Torres, A vila , 1591)
centroeuropea de la desolación. Autora, entre Poeta. Considerado uno de los más grandes poe­
otras muchas, de la traducción Siete poetas nor­ tas del Renacimiento* español, Luis Ponce de
teamericanas actuales (1991, 1992), en colabo­ León, que también fue eminente teólogo, exégeta
ración con Susan Schreibman, y de antologías, bíblico y filólogo políglota, sobre todo gran he­
entre ellas una de Carlos Edmundo de Ory* en braísta, vive desde los 14 años en Salamanca,
2001, como poetisa, y además de varias plaquet- ciudad donde estudia — teniendo por maestros a
tes, como es el caso de Leyendo a Alejandra Pi- M elchor Cano* y Domingo de Soto*— y en
zarnik (1999), Cuaderno de Egipto (2000) e In­ cuya universidad enseña. Ingresó en la Orden de
termedio (2001), es autora de los poemarios La los Agustinos en 1544 y, tras fracasar una pri­
noche es una voz soñada (1994) y El sur hacia mera vez en sus aspiraciones a lograr la Cátedra
m í (2001). de Teología, la consiguió en 1561, lo que supuso
que sus competidores dominicos comenzasen
LEOMARTE (siglo xiv) contra él una cadena de acusaciones que, a la
Se trata, posiblemente, del autor de la primera larga, le llevaría a ser detenido por la Inquisición
obra en castellano centrada en la leyenda de en 1572, acusado de haber dado prioridad en sus
Troya, Sumas de historia troyana, en la que, in­ comentarios al texto hebreo de la Biblia frente al
fluido por Alfonso X*, usa diversas fuentes, en­ de la Vulgata latino. Durante cinco años estuvo
tre ellas la General Estoria y la Primera Crónica preso en Valladolid, plazo tras el cual, y toda vez
General. que no pudo dem ostrarse su heterodoxia, se le
481 LEÓN

absolvió. Reanudó sus lecciones en la universi­ conceptuales y formales de la cultura clásica


dad — conocida es la frase con que lo hizo: «Di- cuanto las aportaciones de los renovadores del
cebamus hestema die» (Como decíamos ayer)— Renacimiento. Al combinar influencias clásicas,
y, desde ese mom ento, se dedicó por entero al búsqueda de trascendencia más allá de la realidad
trabajo, se graduó como M aestro en Artes en el del hombre y afán de conocimiento se convierte
Monasterio de San Facundo de Sahagún y tomó en el ejemplo más claro de un Renacimiento típi­
posesión de la cátedra de Sagrada Escritura camente español en el que se trasciende a los ám­
hasta que, en 1591, nueve días antes de su bitos del hombre como ente moral y se atiende al
muerte, fue elegido provincial de Castilla en el hombre histórico, por más que tal historicidad
capítulo de la Orden. dependa de la conducta individual. De tal suerte,
La obra de fray Luis contrasta con su vida: aque­ puede afirmarse que lo que en san Juan de la
lla orientada a la paz y la armonía; esta, agitada y Cruz* era una poesía de la trascendencia abso­
turbulenta, acaso por su carácter, marcado por el luta, del disfrute sensorial puro, en fray Luis lo
deseo de combatir la injusticia. Así, además de es del conocimiento en la irrenunciable unidad
ser el resultado de su experiencia vital, de su ba­ entre el hombre y su tiempo, de ahí que en algu­
talla contra las circunstancias inmediatas, sus nos de sus versos se acerque a la problemática
versos muestran una combinación de sed de tras­ nacional, dejando claro su talante histórico ajeno
cendencia con un vitalismo profundamente hu­ a las visiones místicas.
manístico en su forma de entender al hombre y Temáticamente, su poesía, dentro de una unidad
en su deseo de transformar sus desdichas en luci­ esencial, muestra cierta diversidad al cantar tanto
dez de sus posibilidades. De tal modo es así, que a la belleza femenina como a las virtudes frente
esa búsqueda de trascendencia se traduce en una a las conductas insanas o a la fugacidad y transi-
búsqueda de conocim iento, dando lugar a una toriedad del hombre y sus bienes. Existe, ade­
poesía impregnada de un espíritu puramente re­ más, una revitalización del Romancero*, no
nacentista en el que, en indisoluble maridaje, como influencia directa sobre sus versos, sino
conviven la plena conciencia de la condición te­ como hecho en sí, como antecedente histórico.
rrestre del hombre, sujeto a la contingencia y el En cuanto al estilo, cabe decir que la poesía de
sufrimiento, y el anhelo trascendente de una so­ ideas, con grandes preocupaciones éticas, practi­
brevida esencial. Esta doble condición de huma­ cada por fray Luis y, en general, por la escuela
nista y de hombre del Renacim iento se aprecia salmantina*, a la que él pertenecía, es clara y
en su intención de modificar la vida del hombre sencilla, diáfana y fresca. No estamos ante un
incorporándolo a unos principios éticos pragmá­ poeta en el que puedan encontrarse grandes ha­
ticos en virtud de su relación con los demás hom­ llazgos formales. Emplea, mayoritariamente, la
bres. Inspirada en Virgilio y en Horacio, sobre lira, en la línea de Garcilaso, y, cuando no lo
todo en los ideales de la naturaleza, la amistad y hace, recurre a los metros y estrofas italianizan­
la vida retirada, la poesía de fray Luis no está tes, dejando las coplas castellanas para ocasiones
exenta de los ecos de Petrarca a través, sobre puntuales. En todo caso, no parece prestar espe­
todo, de la obra de G arcilaso de la Vega*, así cial atención al cuidado de las formas, al modo
como de un platonism o, obviam ente petrar- en que lo hicieran el citado Garcilaso o Que­
quista, que ejerció una decisiva influencia en su vedo*, lo que en absoluto resta belleza a sus
pensamiento y en su forma de admirar los miste­ composiciones. Tal vez se deba a que el propio
rios y hermosura de la naturaleza. A ello, por su­ fray Luis consideraba la composición poética
puesto, hay que sumar la devoción de fray Luis como un ejercicio menor, no destinado, en prin­
por la poesía bíblica, en la que el esplendor de la cipio, a la publicación, en el que lo más impor­
naturaleza se encuentra unido a la idea de Dios. tante era expresar las ideas con claridad y sin
En consecuencia, puede afirmarse que este pla­ excesos verbales o técnicos que pudieran eclip­
tonismo adquiere en la obra del fraile agustino, sarlas. La lira es, pues, el método idóneo para
en tanto que antítesis entre verdad y apariencia, «una poesía de contención y de refreno», como
una configuración peculiar que le lleva a plan­ calificó Dámaso Alonso* a la obra del agustino
teamientos éticos y conceptuales que se reflejan conquense, al dificultar los engarces sintácticos
en su poesía en tomo a las contraposiciones entre y tender, en sus cinco versos, a concentrar el sig­
luz-sombra, perfeccción-imperfección y esencia- nificado. La lira le sirve, así, para evitar el des­
contingencia. De Horacio, asim ism o, toma lumbramiento verbal y, con indudable voluntad
aquellas virtudes paganas fácilm ente asim ila­ de estilo, concretar las ideas. En suma, y en pala­
bles por la ética cristiana, auténtico motor de las bras de Quevedo, los poemas de fray Luis son
reinterpretaciones llevadas a cabo por fray Luis, «el mejor blasón de la habla castellana», y, en
que sabe sintetizar como nadie, a través de las ellos, «la dicción es grande, propia y hermosa,
concepciones del cristianismo, tanto los valores con facilidad». Al propio tiempo, emplea nume­
LEÓN 482

rosos símbolos profundamente modernos, tales que se le dan a Cristo en las Sagradas E scritu­
como la noche, el valle, el mar, el puerto..., todos ras, en La perfecta casada (Salamanca, 1583),
ellos muy personales y, por tanto, alejados en su obra basada en el capítulo XXX I del Libro de
significación de los moldes puramente renacen­ los Proverbios de la Biblia, y dedicada a su so­
tistas. brina M aría Varela Osorio con m otivo de su
La obra de fray Luis, en verso y prosa, puede boda, en la que presenta a la m ujer cristiana
contem plarse de acuerdo a la división que él ideal y habla de sus deberes en el matrimonio y
mismo trazó de acuerdo a tres criterios: poesías que supone un magnífico retrato costum brista
originales, traducciones de autores profanos, ta­ de la sociedad de su tiempo, y en Exposición del
les como Virgilio, Horacio, Píndaro o Eurípides, «Libro de Job», traducción literal del texto b í­
y versiones de los libros sagrados, sobre todo del blico seguido de un com entario en prosa y de
de los Salmos, el Libro de Job, los Proverbios y una paráfrasis de este en tercetos y que no vería
la conocida, y problemática en su día, traducción la luz hasta que fray Diego González*, en el si­
del Cantar de los Cantares. Solo publicó en vida glo xviii , lo completara y editara. Fue autor, asi­
alguna obra en prosa, mientras que sus poesías, mismo, de numerosas obras en latín, com enta­
que corrieron manuscritas, únicamente serían rios teológicos sobre textos bíblicos la mayoría,
publicadas, en la edición corregida que preparara como De incarnatione, D efide, De spe, De cha-
el autor, por Quevedo, en 1631. Asimismo, se ritate, con las que consiguió el prestigio y la
puede atender, en relación con su poesía — muy fama en vida. En 2001 se publicó una edición
escasa— , toda vez que no es fácil fijar la fecha de sus Poesías completas, en la que se recogían,
de sus composiciones, a la división más tradicio­ además de sus versiones de Homero, Horacio o
nal —planteada por el hispanista italiano Oreste Virgilio, traducciones de textos bíblicos, como
Macrí— en función de tres etapas: poesía ante­ el libro de Job, el último capítulo de los Prover­
rior a la cárcel, de la cárcel y posterior a la cár­ bios y algunos Salmos, si bien no incluía su tra­
cel. De la primera de estas etapas serían los poe­ ducción del Cantar de los cantares.
mas «Canción de la vida solitaria», oda en la que
están presentes todos los motivos de la ética ho- LEON, María Teresa (Logroño, 1903-M adrid,
raciana, derivados del beatus ille, «A don Pedro 1988)
Portocarrero» (Virtud, hija del cielo...), «A Fe­ Narradora. Esposa de Rafael Alberti*, intervino
lipe Ruiz» (En vano el m ar fatiga...), «De la en favor de la República durante la G uerra C i­
Magdalena», «Profecía del Tajo», en la que, en vil, además de dirigir el Teatro de Arte y Propa­
coplas al rey don Rodrigo, se da de forma más ganda de M adrid y organizar las conocidas
clara el antecedente del Romancero que hemos como «Guerrillas del Teatro». En 1939 se exilió
mencionado, «Las serenas» y «A don Pedro Por­ junto a su marido hasta que, en 1977, regresaron
tocarrero» (La cana y alta cumbre...); a la etapa juntos a España. En sus obras, tanto cuentos
de prisión pertenecen «Noche serena», «Al li­ como novelas, alterna, con prosa clara y ele­
cenciado Juan de Grial», «Contra un juez avaro», gante, los temas fantásticos con el compromiso
«En una esperanza que salió vana», «En la as­ político y social, que se manifiesta en su percep­
censión», «A todos los santos», «A Santiago», ción y análisis de la guerra y de los problemas
«A Nuestra Señora» y «A la salida de la cárcel», de las mujeres, contem plados desde un fem i­
y, por último, a la época en que ya estaba de nismo equilibrado y el mismo lirismo que cubre
nuevo en libertad, «A Francisco de Salinas», «A toda su obra, más allá de la dimensión política
Felipe Ruiz» (¿Cuándo será que pueda...), «A Fe­ de la misma. Destacan, además de las novelas
lipe Ruiz» (¿Qué vale cuanto vee...), «De la vida Contra viento y marea (1941), Juego limpio
del cielo», «Al apartamiento» y «A don Pedro (1959; reed., 2000), quizá su obra más im por­
Portocarrero» (No siempre es poderosa...). tante, y M enesteos, marinero de abril (1965),
En prosa, la obra luisiana está basada, priorita­ los volúmenes de relatos Cuentos para soñar
riamente y como hemos advertido ya, en los es­ (1929), La bella del mal am or (1930), Rosa-
tudios bíblicos. Así sucede en todos sus títulos: Fría, patinadora de la luna (1934), Cuentos de
en su traducción del Cantar de los Cantares, la la España actual (1935), Morirás lejos (1942) y
primera que compuso, con solo 33 años y a peti­ Fábulas del tiempo amargo (1962). Escribió
ción de su prima, la monja Isabel Osorio, y en la también la pieza teatral Huelga en el puerto
que, tras cada una de las traducciones literales de (1933), el libro de análisis sobre la China de
los capítulos, se añade una glosa o comentario, Mao Sonríe China (1958), escrito en colabora­
en De los nombres de Cristo (Salamanca, 1583), ción con su marido, del volumen de recuerdos,
diálogo didáctico entre tres personajes en el acaso uno de sus mejores libros, con una prosa
marco de una naturaleza idílica y en el que el elevadísima y emotiva, Memoria de la melanco­
tema central de la conversación son los nombres lía (1970), que escribió en su exilio romano du­
483 LEÓN Y MANSILLA

rante los años sesenta y que se reeditó en 1999, lado La Escuela de los Sofistas (1910), obra en
y diversas biografías de personajes como C er­ la que, a modo de diálogo filosófico, se incluye
vantes* o Gustavo Adolfo Bécquer*. su texto «Examen de ingenios», donde responde
a cuantos detractores le acusaban de ser un nove­
LEÓN, Rafael de (Sevilla, 1908-Madrid, 1982) lista reaccionario. En 1944 aparecieron, en dos
Coplista y comediógrafo. Célebre por ser el au­ volúmenes, sus Obras completas.
tor de las letras de famosas coplas, a él se deben,
asimismo, piezas clásicas del folclorismo espa­ LEÓN AMORES, Carlos
ñol en las que lo sentimental, en forma de pasio­ Narrador. Licenciado en Geografía e Historia,
nes arrebatadas, constituye el eje argumental. especialidad de Prehistoria y Arqueología, por la
Destacan comedias como María de la O (1936), Universidad Autónoma de Madrid, fue profesor
Una canción y un clavel (1949), Profecía (1964) en la Universidad SEK de Segovia y, entre 1989
y María Reyes (1965), las tres últimas escritas en y 1993, arqueólogo y buceador del Museo Na­
colaboración con Antonio Quintero*. Publicó los cional de Arqueología Marítima de Cartagena.
poemarios Penas y alegrías del am or (1941), E specializado en construcción naval antigua y
Jardín de papel (1943) y Simple idea (1959), en­ director científico de ICASUR, ha codirigido y
tre otros. supervisado numerosas prospecciones y excava­
ciones arqueológicas submarinas, entre ellas la
LEÓN, Ricardo {Barcelona, 1877-Torrelodones, que realizó en el galeón español Nuestra Señora
M adrid, 1943) de Guadalupe, en la República Dominicana, ori­
Novelista. Desde joven se dedicó al periodismo y gen de la que sería su novela Huracán (2000),
a la poesía, actividades que no sirvieron para su­ que cuenta el hundimiento de un galeón español
perar sus dificultades económicas, razón por la en aguas de la República Dominicana en el siglo
que hubo de trabajar como funcionario del Banco xvill. Se trata de una obra que aúna el género his­
de España, lo que le llevó a vivir en ciudades tórico con el relato de aventuras y que destaca
como Santander, Málaga y Madrid entre 1901 y por su documentación y la capacidad para crear
1910. Desde 1915, fue miembro de la Real Aca­ entretenimiento.
demia Española. Su prosa, retórica y sobrecar­
gada para el gusto actual, le dio éxito entre los LEÓN BARRETO, Luis (Los Llanos deAridane, La
lectores de su época, si bien hay que destacar su Palma, 1949)
pulcritud estilística, en ocasiones tendente al re­ Narrador y poeta. Periodista de profesión, ha es­
buscamiento y una cierta cadencia versificadora. crito novelas en las que prima una concepción
Autor de novelas ideológicamente tradicionalis- clásica de la intriga, sazonada con elementos de
tas, de patriotismo vehemente y honda religiosi­ la novela de misterio, como: Ulrike tiene una
dad, destacan: Casta de hidalgos (1908), Come­ cita a las ocho (1975), Premio Pérez Galdós,
dia sentim ental (1909), Alcalá de los Zegríes M emorial de A. D. (1978), Las espiritistas de
(1910), El amor de los amores (1910), en la que Telde (1981), Premio Blasco Ibáñez y su obra
crea una especie de Quijote a lo divino* y que más conocida, La infinita guerra (1985), El mar
fue Premio Fastenrath de la Real Academia Es­ de la Fortuna (1986) y La casa de Los Picos
pañola, Alivio de caminantes (1911), Los centau­ (1999). Es autor, asimismo, del poemario Cróni­
ros (1912), Los Caballeros de la Cruz (1916), cas de todos nosotros (1972).
Gozos del amor y del dolor (1919), Am or de ca­
ridad (1922), Humos de rey (1923), El hombre LEÓN FELIPE -» Véase FELIPE, León.
nuevo (1925), Los trabajadores de la muerte
(1927), Jauja (1928), Las niñas de mis ojos LEÓN GROSS, Teodoro (Málaga, 1966)
(1929), Las siete vidas de Tomás Portolés Narrador. Profesor de la Facultad de Periodismo
(1931), novela en la que ridiculiza el psicoanáli­ en Málaga, ha escrito guiones para la radio y la
sis, Bajo el yugo de los bárbaros (1932), Rojo y televisión y colaborado en diferentes medios, en­
gualda (1934), Cristo en los infiernos (1943), so­ tre ellos el diario Sur. Destaca su obra Erótica del
bre los sucesos previos a la Guerra Civil, y La proceso (1987).
cumbre mística, publicada, postumam ente, en
1945. Fue autor, asimismo, de los poemarios LEÓN Y MANSILLA, José (Córdoba, finales si­
Lira de bronce (1901) y A livio de caminantes glo XVII-?, d. de 1730)
(1911), de relatos, entre los que deben recordarse Poeta. De escasa originalidad, se le recuerda por
los volúmenes titulados: Europa trágica (1917- haber sido el más sonado imitador de Góngora*
1919; 3 vols.), que es una colección de cuentos en el siglo xvn — práctica muy habitual— , lo
sobre la Primera Guerra M undial, y Cuentos de que le llevó a publicar una Soledad tercera
antaño y de hogaño (1921), y del ensayo nove­ (1718) carente de la imaginación de su modelo.
LEÓN MARCHANTE

LEÓN MARCHANTE, Manuel de (Pastrana, Gua- llegando a dirigir las páginas literarias del diario
dalajara, 1620/1627-Alcalá de Henares, ABC. Su ágil estilo literario lo pone al servicio
Madrid, 1680) de la crítica social, creando personajes profunda­
Poeta y dramaturgo. Estudió en Alcalá, donde se mente humanos y tramas emotivas que, no obs­
convirtió en maestro de Artes por su universidad tante, a veces pecan de excesiva dramatización.
en 1653, fue capellán del Colegio de Nobles en El carácter testimonial de sus novelas, así como
1655 y beneficiado de la Iglesia Magistral de los su estructura, ha facilitado que sus obras se ha­
santos Justo y Pastor. Su obra, muy numerosa, se yan llevado al cine. Destacan títulos como Los
compone, esencialmente, de versos religiosos de olvidados (1957), Los clarines del miedo (1958),
tono menor, entre los que destacan villancicos, novela crudamente realista centrada en la vida
coplas de ciego, seguidillas, romances y jácaras. miserable de los aprendices de torero, La boda
Se publicaron sus poesías, postumamente, bajo (1959), Bochorno (1960), Trampa (1962), H e­
el título de Obras poéticas postum as (Madrid, mos perdido el sol (1963), Tierra para m orir
1722-1733), divididas en tres volúmenes: sagra­ (1964), Las últimas banderas (1967), Premio
das, humanas y cómicas. Fue autor, además, de Planeta y obra que, además de ser la primera es­
algunas comedias no exentas de interés, tales crita en España sobre la guerra desde la perspec­
como No hay amar como fingir y La Virgen de la tiva republicana, ya anuncia el tema bélico que
Salceda, esta última la más destacada ele entre constituirá el centro de una serie de novelas pos­
otras escritas en colaboración con el padre Diego teriores, las que, después de Los fanáticos (1969)
Calleja, así como de entremeses de éxito, entre y Se vende un hombre (1973), formarían, con el
los que merecen mención: La estafeta, El gato y título genérico de Los años de la ira, el grupo de
la montera, Las barbas de valde, El Pericón, Re­ obras centradas en el tema de la Guerra Civil:
fugio de los poetas, Los pajes golosos, Los espe­ Los que perdimos (1974), La noche sin riberas
jos, El abad del Campillo, La pulga y la chispa y (1976) y Oscuro amanecer (1977). A estas, se­
Las tres manías, entre otros. guirían: El hombre que volvió del paraíso (1979)
y Secuestro en Puerta de Hierro (1982). Fue au­
LEÓN PINELO, Antonio de (Valladolid?, 1596- tor, asimismo, de libros variados de tono perio­
Madrid, 1660) dístico, ensayos y biografías, tales como: Con la
Tratadista. Descendiente de fam ilia judía, m o­ m aleta al hombro (1965), Por los caminos de
tivo por el que tuvo problem as con la Inquisi­ la medicina rural (1966), Mi viaje alrededor de
ción, llegó a América en 1604 y desempeñó re­ la locura (1972), obra en la que analizó dieci­
levantes tareas en el C onsejo de Indias. De nueve manicomios españoles, Diálogos sobre la
gran erudición, su obra combina, en no pocas violencia (1974), Carta abierta a un fanático
ocasiones, la fabulación y la precisión de cono­ (1975) y Angel Pestaña, retrato de un anarquista
cimientos. Así, destaca, además de obras histo- (1977), entre otros.
riográficas como Epítom e de la B iblioteca
O riental y O ccidental, N áutica y G eográfica LERTXUNDI, Ánjel (Son Sebastián, 1948)
(1629) y Tratado de C onfirm aciones reales... Novelista en euskera. Sin duda uno de los auto­
(1630), su Paraíso en el Nuevo M undo (1656), res esenciales de la actual literatura vasca, en sus
donde conviven m isticism o, im aginación y obras Lertxundi suele abordar asuntos como el
análisis. destino, la muerte, el miedo, la sociedad que
teme y el pasado, contemplado desde la perspec­
LEONARDO DE ARGENSOLA, Bartolomé -> tiva de la culpa. Novelas, en fin, de hondura
Véase ARGENSOLA, Bartolomé Leonardo de. emocional y psicológica en las que, con frecuen­
cia, dominan ciertos resortes del relato mítico,
LEONARDO DE ARGENSOLA, Lupercio -> Véase con registros bíblicos y medievales y en las que
ARGENSOLA, Lupercio Leonardo de. están presentes todas las contradicciones de la
propia existencia, del hecho de vivir. Es autor de
LERA, Ángel María de (Baides, G uadalajara, numerosas novelas de entre las que destacan Hu-
1912-M adrid, 1984) mik arrats artean (1970), Goiko kale (1973),
Novelista. Hijo de un médico rural, estudió Hu­ Aise einan zenidan eskua (1981), Auskalako
manidades en el Seminario de Vitoria y Derecho mendian (1984), Idatz eta marratz (1986), To­
en la Universidad de Granada, además de desem­ bacco days (1987) y, traducidas al español. Las
peñar los más variados oficios para poder subsis­ últimas sombras (1996), Un fin a l para Nora
tir. Durante la Guerra Civil apoyó a la República, (1999), Los días de la cera (2001), que recibió el
motivo por el que estuvo en prisión desde 1939 Premio Euskadi en 1999, y El huésped de la no­
hasta 1947, año a partir del cual se dedica a com­ che (2001), obra que en el original vasco — Piz-
paginar su actividad literaria con el periodismo, tiaren izena (El nombre de la bestia)— era un li­
485 LIBRO DEL ABENCERRAJE

bro de relatos que el propio autor convirtió en LEYVA, José (Sevilla, 1938)
novela para su versión española. En 1983 fue ga­ Novelista. Autor vanguardista que, a través de
lardonado con el Premio Jon M irande del Go­ interposiciones espacio-temporales y superposi­
bierno Vasco. ciones arguméntales, pretende romper las técni­
cas narrativas tradicionales. Conviven en sus
LETE, Xabier (Oyarzun, Guipúzcoa, 1944) textos los.ecos del absurdo y el surrealismo*.
Poeta en euskera. Además de haber escrito letras Destacan las novelas: Leitmotiv (1972), La cir­
para algunos de los más conocidos cantautores cuncisión del señor solo (1972), Premio Biblio­
vascos, él mismo es cantautor y autor de poema­ teca Breve, Heautontimoroumenos (1973), La
rios en los que conviven intim ism o y denuncia calle de los árboles dormidos (1974), Europa
social, no exenta esta última de un cierto desen- (1988) y Picasso, ¿estás ahí? (1989).
•canto y brotes de escepticismo. Destacan Egune-
tik egunera orduen gurpillean (Día a día en la LEZCANO, María Teresa (Madrid, 1959)
rueda de las horas) (1968) y Bigarren poema li- Novelista. Capaz de crear un extraño equilibrio
burua (Segundo libro de poemas) (1974). entre humor y acción, y con un manejo del
idioma excelente, parece atender, fundamental­
LEVERONI, Rosa (Barcelona, 1910-1985) mente, a las desgracias emocionales que provoca
Poetisa y narradora en lengua catalana. Conside­ el amor. Es autora de las novelas El último sueño
rada por Salvador Espriu* la poetisa más impor­ (1992), La vida evidente (1994) y Un mundo muy
tante de su generación, se trata sin duda de una confidencial (1998), con la que obtuvo el Premio
autora fundamental en el ámbito de la literatura Ateneo Ciudad de Valladolid y en la que, dando
escrita en catalán y figura clave en la recupera­ un giro temático respecto a las modas en curso,
ción de la lengua y la cultura catalanas en la pos­ se ocupa alegóricamente del final de un asilo de
guerra. D iscípula de Caries Riba*, huyendo de ancianos.
superficialidades y barroquismos, supo combinar
la búsqueda de un lenguaje con el que ahondar en LEZCANO MONTALVO, Pedro (M adrid, 1920-
la intimidad con el amor como cuestión central Las Palmas de Gran Canaria, 2002)
de los sentimientos. Fue uno de los miembros ori­ Poeta y dramaturgo. A los dos años, se traslada
ginarios de la Associació d ’Escriptors en Llengua con su familia a Las Palmas de Gran Canaria,
Catalana, que la nombraría socia de honor. Hay donde fija residencia y, años después, estudia Fi­
que destacar poemarios como Epigrames i losofía y Letras en la Universidad de La Laguna,
cangons (1938) y Poesía (1981), a los que hay de la que sería nombrado Doctor honoris causa.
que añadir la antología, preparada por Rosa Len- Publica sus primeros poemas en revistas tinerfe-
tini*, La casa desierta y otros poemas (2000), en ñas y, a partir de 1945, fecha en que ya vivía en
la que hay, además, numerosos poemas inéditos M adrid, colabora con sus textos en publicacio­
de entre 1937 y 1959. Sus relatos están recogidos nes como Garcilaso o La Estafeta, entre otras. A
en Contes (1985). En 1982 la Generalitat de Ca­ finales de los años cincuenta fundó en Gran Ca­
talunya le concedió la Creu de Sant Jordi. naria el Teatro Insular de Cámara, institución que
dirigirá durante diez años. Ejerció una intensa
LEVÍ DE BARRIOS, Daniel -» Véase BARRIOS, actividad política como diputado regional, presi­
Miguel de. dente del Cabildo Insular de Gran Canaria y con­
sejero de Educación. Además de sus poemarios,
LEYDA, Rafael (Madrid, 1870-1916) entre los que destacan Cinco poem as (1944),
Narrador. Abogado que fue conocido contertulio Poesía (1945), Romancero canario (1946), M u­
en el Ateneo de M adrid y que escribió para dia­ riendo dos a dos (1947), Romance del tiempo
rios como El Imparcial y El Liberal. De temática (1950) y Paloma o herramienta (1989), hay que
sentimental, sus obras no rehuyen los temas so­ recordar sus obras teatrales Desconfianza
ciales, algo que era común en los narradores de (1954), por la que obtuvo el Premio de Teatro del
la literatura folletinesca de la época. Destacan los Ateneo de Madrid — que compartió con Eusebio
libros de cuentos Valle de lágrimas (1903), con García Luengo*— , La ruleta del Sur (1956) y
prólogo de Pío Baroja*, y Tirano amor (1906), y Diario de una mosca (1994), así como el libro de
las novelas Santificarás las fiesta s (1907), Los relatos Cuentos sin geografía y otras narracio­
faldones de Mexía (1908) y las que se publicaron nes (1968).
en la colección «Los Contemporáneos»: Veraneo
sentimental (1909), Castillos de España (1910), LIBRO DEL ABENCERRAJE
D el Acueducto al Alcázar (1910), El sueño de Novela corta anónima aparecida por vez primera
unas noches de verano (1911) y Su prim er novio en el Inventario de Antonio de Villegas*, escrito
(1912), entre otras. hacia 1551 y aparecido en Medina del Campo en
LIBRO DE ALEXANDRE

1565, aunque ya Jorge de Montemayor* había muy por encima del resto de obras medievales
añadido una versión de ella en su edición valli­ sobre el tema. La unidad viene, precisamente, del
soletana de la Diana en 1561, libro que, debido a modo en que se entretejen los temas y episodios,
su éxito, aseguró también la fama del Abence­ procedimiento tan común en la época como la
rraje. Se cuenta en esta historia el amor entre narración lineal. Lo que en apariencia son digre­
Abindarráez, preso de Rodrigo de Narváez, al­ siones, sirven, en realidad, para realzar temas
caide de Antequera, y la hija del alcalde de Coín, fundamentales como la ruina de la grandeza hu­
Jarifa. Narváez deja que Abindarráez, bajo pala­ mana, la disolución del carácter del protagonista
bra de regresar a prisión, vaya a pedir la mano de y las maquinaciones de traición. Los relatos de
la mujer, con la que finalm ente regresa, dando aventuras a propósito de Alejandro Magno pro­
origen a la amistad entre el alcaide y él. Estos he­ vienen del libro de aventuras llamado Pseudo-
chos parece que tienen base histórica, lo que se Callistenes, y conectan con una tradición más o
deduce de no pocos romances fronterizos, ante­ menos histórica que difiere del sentido de la his­
riores a la novela, que tratan el mismo tema. Su toria que se tiene en la Edad Media, época en la
importancia reside, además de en suponer el ini­ que el saber se entiende por acumulación y
cio de la novela morisca* en España, en la digni­ donde la vuelta al pasado implica frenar el pro­
ficación del moro como personaje literario, ceso de la degeneración humana. En cualquier
como digno contendiente del cristiano y honrado caso, el Libro de Alexandre pertenece a una tra­
amigo suyo. La obrita gozó de gran éxito en el dición culta que desciende de fuentes escritas
Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), y fue recrea­ como el poema latino Alexandreis, de Gualterio
da y citada por autores como Cervantes* y Lope de Chatillon, y el Román d ’Alexandre, de A le­
de Vega*, entre otros. xandre de Bemay y Lambert di Tors. Frente a lo
que era frecuente en la época, el poeta se mues­
LIBRO DE ALEXANDRE tra como un erudito para quien su mester no con­
Se trata del poema más extenso del mester*. siste solo en una habilidad formal, sino en una
Compuesto por más de diez mil versos, sobre­ ciencia adquirida que lleva consigo la obligación
vive en dos manuscritos básicos, ambos incom­ de difundirla entre los menos letrados. El poema,
pletos, y en varios fragmentos. Compuesto, al que está repleto de anacronismos y de elementos
parecer, a principios del siglo xm, se supone que inverosímiles, demuestra que su autor no bus­
la lengua original fue el castellano y que no se caba el reflejo de la realidad histórica del mundo
escribió, como los otros textos del mester, diri­ clásico, sino que ve la época de Alejandro a tra­
gido a la lectura pública. El códice más correcto vés del prisma inmediato de la Edad Media.
y completo, conocido como P, tiene rasgos ara­ Todo responde al intento de buscarse los antepa­
goneses muy marcados, mientras que el otro, de­ sados en el mundo clásico y no en el judío. Así,
nominado O, resulta claramente leonés en sus pues, responde a la idea de que el cristianismo es
rasgos lingüísticos. Ambos difieren en algunos algo universal, intemporal, propio de un espíritu
aspectos de sus respectivas lecturas, incluidas las medieval que se propuso despiezar a los clásicos
atribuciones que se hacen en la estrofa final: si a fin de aprovechar de ellos parte de su sabidu­
en el O se dice que el copista es Juan Lorenzo, ría, reforzando con las autoridades del mundo
natural de Astorga, en el P se afirma que el poeta pagano la autoridad de las creencias admitidas.
es Gonzalo de Berceo*; la cuestión se complica De tal suerte, se hablaba de una serie de verda­
bastante con la aparición en el texto de los nom­ des naturales que era posible adm itir al mismo
bres Lorente y Gonzalo. A pesar de esto, se tiempo que las verdades reveladas del cristia­
acepta como válida la tesis de Em ilia Alarcos*, nismo, algo que ejem plifica a la perfección el
según la cual su autor es anónimo, si bien no son uso de la doctrina aristotélica por parte de santo
pocos los críticos que se inclinan por la autoría Tomás, si bien semejante práctica daba lugar a
de Berceo. no pocos anacronismos e irreverencias.
En el poema, se nos cuenta la vida de Alejandro La obra se divide en tres partes, cada una de las
M agno, personaje joven y ambicioso que, tras cuales cumple su función: la primera descubre el
derrocar al mayor imperio del mundo y fracasar carácter del héroe y presenta el mundo en que se
en el dominio de sí mismo, murió a manos de un realiza su formación, lo que permitirá compren­
traidor. La narración se ve interrumpida por la in­ der su comportamiento a lo largo de su vida; en
tercalación de diversos y variados episodios, la segunda se ponen de m anifiesto los trabajos
caso de la guerra de Troya, algo que, aunque se que habrá de padecer hasta conseguir su hege­
ha considerado como digresiones que afectaban monía en el mundo; la tercera consiste en el re­
a la unidad de la obra, hoy se interpreta como lato de su conquista del máximo poder sobre la
una sutileza estructural que no perturba la cohe­ Tierra y su fulminante caída posterior, lo que da
rencia y eficacia del texto, situándolo, además. pie a una serie de moralizaciones que entroncan
487 LIBRO DE APOLONIO

con el problem a de la visión del mundo y, en tría», como la primera del mester*, aunque hoy
consecuencia, con el significado final de la obra. se tiene por posterior al Libro de Alexandre*. La
Tema importante de discusión ha sido el de la ac­ transcrita «nueva maestría» parece referirse, más
titud del poeta por lo que se refiere a la salvación bien, a la novedad de conjunto que representaba
o condenación del héroe, que, en líneas genera­ el mester* de clerecía frente a la poesía de los ju ­
les, y en función de lo que aparece en el poema, glares*. Obra inmersa en la tradición griega tar­
supone la adaptación de una m ateria clásica a día de los libros de aventuras, desarrolla un argu­
una atmósfera cristiana y medieval. Alejandro mento bastante típico: la separación de una
fracasa porque no es capaz de vencerse a sí familia por los azares del mar, los secuestros y la
mismo moralmente. Pero es importante tratar de maldad de los enemigos. No en vano, este tipo
entender al personaje de Alejandro, lo que se de novelas se llamaron de «tempestad» por la
puede conseguir preguntándose por los motivos importancia que tenían en el argumento las tem­
que le llevan a actuar como actúa. Lejos de tener pestades marinas. El final deriva en un proceso
que ver con planteamientos épicos, el móvil de de anagnórisis que conduce a una conclusión fe­
Alejandro es la búsqueda de conocim iento; se liz. La fuente principal del libro es latina, la
trata de un afán de sabiduría, no de poseer. Dada Historia Apollonii regis Tyri, aunque la versión
esta circunstancia, el personaje aparece como española tiene más colorido y coherencia es­
una combinación de clérigo y caballero, doble tructural. Perteneciente a la cuaderna vía (véase
cualidad que es la que establece su carácter, ya MESTER), el poema tiene, no obstante, irregulari­
que Alejandro es presentado como el prototipo dades métricas. Conservado el Libro de Apolo-
del perfecto caballero medieval, a su vez sabio y nio en un manuscrito único en la biblioteca de El
rey. No obstante, el hom bre está en el mundo Escorial, en el que también se contienen la Vida
solo para aprender, y las conquistas son única­ de santa María Egipcíaca* y el Libre deis tres
mente un medio; pero el error de Alejandro con­ Reys d ’Orient, cuenta las aventuras de Apolonio,
siste en que su conocimiento se dirige de forma rey de Tiro, quien, al cabo de los años y de com­
exclusiva al mundo exterior y no a sí mismo, lo plicadas peripecias, recupera a su mujer y a su
que sin duda no es un pensamiento ni religioso hija Tarsiana, a la que encuentra convertida en
ni moral. La consecuencia es que a Alejandro le juglaresa. Puede decirse que el Libro posee una
falta el elemento moral. El mundo tiene forma de técnica perfecta y una gran plasticidad narrativa.
hombre, y el hombre es un pequeño mundo; el Un rasgo fundamental del poema es el desarrollo
resultado normal sería ver su lugar en el mismo escalonado de las aventuras, contado por su autor
y su relación con su creador. De todo lo dicho, se a través de una sabia gradación de contrastes que
deduce que el Libro de Alexandre tiene un ele­ alterna sucesivamente dinamismo y estatismo.
mento didáctico, que hay que dirigirse al interior Esta alternancia es, al mismo tiempo, uno de los
de uno para evitar el fracaso: conócete a ti aciertos y una de las claves del poema. En el
mismo y así podrás vencerte. Los paganos, inca­ cambio del dinamismo narrativo entronca con las
paces de vencerse a sí mismos, pagaron tal inca­ novelas bizantinas* y de aventuras anteriores y
pacidad cometiendo incontables errores. Es aquí posteriores; por lo que respecta al estatismo, de­
donde reside el didactism o del libro, que pre­ ben considerarse dos aspectos: de un lado, el diá­
senta la historia de Alejandro como un ejemplo logo, que, caracterizado por su organización pri­
de la vanidad de las cosas de este mundo. El va­ mitiva, produce sensación de realidad; de otro, la
lor de la obra reside, en último término, en la atracción por las descripciones musicales que lo
conjunción de sus aspectos estructurales y temá­ convierten en un poema de exaltación a la mú­
ticos, valor que solo se aprecia en el conjunto del sica. Otra cuestión, derivada del tratamiento te­
poema, no en secciones aisladas. Así, la maestría mático, es que estamos ante un libro en el que
narrativa del poema, además de por las cuestio­ domina el contraste entre buenos y malos y en el
nes temáticas respecto al equilibrio didáctico- cual se enseñan las recompensas de la virtud. Es
moral comentadas, se deriva de las numerosas y doctrinal como todos los del mester, y priman en
magistrales descripciones, com binadas con le­ él la censura de los pecados y el elogio y premio
yendas amenísimas, epístolas, arengas y una im­ de la virtud, representada en Apolonio y su fami­
bricación exquisita entre erudición y lirismo. En lia. Entre tanto, siguiendo la idea cristiana del
suma, una de las grandes composiciones poéti­ premio a los buenos y el castigo a los malos, es­
cas de la historia literaria española. tos últimos son castigados. La monotonía es evi­
tada a través de un manejo hábil de la narración
LIBRO DE APOLONIO y de la caracterización, así como gracias a las
Obra anónima del siglo xm, considerada por mu­ tensiones ocultas del incesto y por el marcado
chos, en función de lo que el propio poeta es­ contraste entre el héroe refinado y las situaciones
cribe, «com poner un rom ance de nueva maes­ primitivas en que el poeta lo sitúa. La importan­
LIBRO DE BUEN AMOR

cia de la obra reside en que incorpora un asunto tas simetrías compositivas, en la presencia de la
de la novelística oriental a la literatura castellana, idea central de la redención por las buenas accio­
añadiéndole elementos folclóricos que implican nes y por la entrega a la voluntad divina, lo que
la cristianización de elementos paganos. A si­ convierte a la obra, en cierta forma y con el sen­
mismo, el relato tiene una intencionalidad di- tido didáctico ya mencionado, en un manual de
dáctico-moral, no solo en sus concepciones de conducta.
fondo, sino en la aparición de ejemplos y prover­
bios que tratan de ejem plificar en Apolonio las LIBRO DEL CONOSCIMIENTO Df TODOS LOS
virtudes del caballero medieval. REYNOS E TIERRAS E SEÑORIOS QUE SON
POR EL MUNDO...
LIBRO DE BUEN AMOR -> Véase ARCIPRESTE Anónimo de mediados del siglo xiv en el que se
DE HITA; Juan Ruiz. cuenta un viaje, imaginario o no, supuestamente
protagonizado por un franciscano español. Su
LIBRO DEL CABALLERO ZIFAR [o CIFAR] importancia radica en que marca los límites del
Considerado el primer libro de caballerías* espa­ mundo conocido por vez prim era en Europa, y
ñol de cierta longitud, es de autor anónimo, aun­ en que, además, es el primer libro de este tipo es­
que se ha atribuido, en función de ciertos datos crito en español. Poco importa, en este sentido,
que aparecen en el prólogo, a Ferrán Martínez, que estuviese escrito delante de un mapa o que
clérigo que trabajó, como escribano especiali­ reflejase las andanzas reales de su protagonista.
zado en asuntos eclesiásticos, en la cancillería
real. Debió de ser escrito hacia 1300 o poco des­ LIBRO DE LA CONSOLACIÓN DE ESPAÑA
pués, quizá en 1321, en cualquier caso en la pri­ Anónimo escrito, entre 1434 y 1449, quizá por
mera mitad del siglo xiv. Los dos manuscritos un judío converso en el que, a través de un diá­
que se conservan están en la Biblioteca Nacional logo entre el Autor y España, se analizan las cau­
de Madrid y en la de París, y contó con dos edi­ sas de la crisis de la Castilla de Juan II*.
ciones principales aparecidas en Sevilla en 1512
y 1529. El comienzo del libro, en el que se afir­ LIBRO DE LOS DOZE SABIOS [o TRACTADO DE
maba que era una traducción al latín, y del latín LA NOBLEZA Y LEALTAD]
al romance, dio lugar a numerosas especulacio­ Se trata de una de las primeras obras castellanas
nes sobre la posible existencia de un original en prosa, que consiste en un manual de príncipes
árabe, aunque dicho procedimiento narrativo era encargado por Fernando III hacia el año 1237 y
común en ciertas obras, y absolutamente habitual que cuenta con un epílogo de los primeros años
en los posteriores libros de caballerías. En el li­ del reinado de Alfonso X*. Estilísticamente,
bro se cuentan las aventuras del caballero Zifar, combina la tradición oriental con el tono de las
de su esposa Grima y de sus hijos Garfín y Ro- obras jurídicas alfonsíes.
boán, y en él desempeña un papel importante la
figura del escudero Ribaldo, en la cual se anun­ LIBRO DE LOS ENGAÑOS - » Véase SENDEBAR.
cia ya lo que será el picaro, el «gracioso» de la
comedia del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) LIBRO DE MISERIA DE OMNE
o el mismísimo Sancho Panza. Además de cier­ Poema anónimo perteneciente al mester* de cle­
tos temas provenientes de fuentes orientales, de recía y encontrado en las ruinas de una torre en
sermones, regimientos de príncipes o de relatos un pueblo montañés de la comarca santanderina.
de aventuras caballerescas del ciclo artúrico, en Compuesto, quizá, en la segunda mitad del si­
sus páginas se cuenta la vida de san Eustaquio glo xiv, conservamos una versión incompleta
secularizada, todo ello con un estilo que debe formada por quinientas dos estrofas en cuaderna
mucho a las leyendas bizantinas de Heliodoro. vía, cuyos versos de dieciséis sílabas, a veces
Aparecen refranes, frases proverbiales, ejemplos irregulares y sustitutos de los habituales alejan­
y sermones introducidos por diálogos, todo ello drinos, están formados por hemistiquios octosi­
con un profundo sentido didáctico en el que el lábicos. Se trata de una versión libre del tratado
caballero, lejos de mantener las conductas de los de Inocencio III De contemptu mundi, obra es­
protagonistas de otros libros de caballerías, es crita a finales del xil y que, basada en numerosos
precavido ante el enemigo y vive las aventuras pasajes bíblicos, ofrece una visión negativa de la
de una forma diferente, próxima a la recreación vida mortal, los pecados del hombre y los males
de la realidad inmediata y a través de no pocos del mundo, visión a la cual en el Libro de mise­
recursos humorísticos que, formalmente, conec­ ria de omne, además de pasajes de alguna hagio­
tan con fórmulas empleadas en la literatura de grafía y de obras en romance, se añaden elemen­
tradición oral. Asimismo, se trata de una obra tos satíricos que delatan el desprecio de su autor,
compacta cuya unidad reside, además de en cier­ quizá un clérigo de aldea, por la nobleza, así
LINARES RIVAS

como una profunda capacidad humorística y bur­ vela El perro del hortelano (1898), piezas teatra­
lesca. Utiliza recursos retóricos variados, como la les como La niña de la bola (1888), El gorro fr i­
abreviación, o incluso eliminación, de numerosos gio (1888), Sociedad secreta (1890) y El balcón
detalles contados por Inocencio III y la amplia­ (1892), entre otras, algunas de las cuales las es­
ción, basada en disquisiciones, de otros, pri­ cribió en colaboración con autores de la talla de
mando siempre, en cualquier caso, la claridad de Celso Lucio y López* o Amiches*.
estilo y el deseo de hacerse comprender por parte
del público del momento, lo que le otorga a la LINARES, Abelardo (Sevilla, 1952)
obra, lejos de ser una simple recreación del mo­ Poeta. Librero y bibliófilo, es además editor
delo, un carácter de novedad. im portante, responsable y creador de la edito­
rial Renacim iento. Como poeta se trata de un
LIBROS DE CABALLERÍAS -> Véase CABALLE­ autor casi desconocido, o mejor sería decir casi
RIAS, libros de. secreto, de una poesía que, aunque deja sentir
los ecos de poetas admirados como Cernuda* o
LIENAS, Gemma (Barcelona, 1951) Borges, ha ido evolucionando de un cierto cla­
Narradora en lengua catalana. Estudió Filosofía y sicism o hacia expresiones vanguardistas de
Letras en la Universidad Autónoma de Barcelona corte muy personal, en las que la em oción no
e, interesada por el mundo de la psicología, parti­ se deja contener por un lenguaje que, en cam­
cipa en la fundación del primer colegio para niños bio, la potencia con novedosas form as de ex­
borderlines, donde trabaja como profesora. Dedi­ plotación lingüística en poesías que, en gran
cada después a la edición, trabaja en Santillana, m edida, se inspiran en la mitología. Destacan
SM y Alfaguara, para terminar compatibilizando poem arios como M itos (1979), Sombras
sus labores editoriales con la enseñanza universita­ (1986), E spejos (1991), con el que obtuvo el
ria. Conocida en Cataluña como autora de novelas Premio de la Crítica, Panorama (1995), Mitos
juveniles, su originalidad consiste en el uso chis­ (2001), de nuevo con el título del prim ero de
peante del diálogo, el realismo* de las descripcio­ ellos, que reúne la totalidad de su obra lírica
nes y la reflexión moral que trasciende a sus rela­ hasta ese momento, con el añadido de algunos
tos, centrados a menudo en la representación de poemas inéditos y dispersos, y Los versos del
toda suerte de conflictos y problemas sociales. buen amor (2001).
Destacan, entre las más recientes y traducidas al
español, sus novelas A sí es la vida, Carlota (1990), LINARES BECERRA, Luis (Madrid, 1887-1931)
que recibió una mención de honor del Internatio­ Dramaturgo y poeta. Redactor de diversas publi­
nal Board on Books for Youth, Billete de ida y caciones y poeta — sus versos se publicaron, en
vuelta (1999), Premio Odissea, Emi y Max. La 1908, con el título genérico de Canciones rebel­
aventura de las ballenas (1999), Anoche soñé con­ des— , de entre sus muchas obras teatrales desta­
tigo (2000) y El fin a l del juego (2003), galardo­ can Alma negra (1907), El calor del nido (1908),
nada con el Premio Ramón Llull. Entre las novelas Como las flores (1909), La noche del regimiento
para adultos, hay que citar Vol noctum (1987), con (1910), El cuento del dragón (1912), El gran si­
la que obtuvo el Premio Andrómina de Valencia. mulacro (1914), La escuela de las cortesanas
(1915) y la adaptación, del mismo título, de la
LIERN Y CERACH, Rafael María (Valencia, novela de Blasco Ibáñez* Los cuatro jinetes del
1832-Madrid, 1897) Apocalipsis.
Dramaturgo. A unque era abogado, no ejerció y
se dedicó a la escena en las labores de autor, crí­ UÑARES RIVAS, Manuel (Santiago de Compos-
tico e, incluso, actor. D irector del Teatro Real, tela, La Coruña, 1867-La Coruña, 1938)
del Español de M adrid y del Gayarre de Barce­ Dramaturgo. Abogado y juez, fue diputado, se­
lona, publicó numerosos escritos con el seudó­ nador vitalicio y miembro de la Real Academia
nimo de Amalfi. Hay que recordar obras como: Española desde 1921. M oralista e influido por
Una conversión en diez minutos (1854), La al­ Benavente*, también él escribió obras de tesis de
moneda del diablo (1862), Una casa de fiera s intención didáctica que, aunque destinadas a un
(1873) o la zarzuela Azulina (1876), entre otras. público burgués, censuraban sus vicios y cos­
tumbres. Escribió asimismo algunos dramas ru­
LIMENDOUX, Félix (M álaga, 1870-M adrid, rales de carácter naturalista (véase NATURA­
1908) LISMO). Gozó de gran éxito entre 1910 y 1930.
Dramaturgo. Colaborador en importantes publi­ Además de diversas novelas, entre ellas Lo que
caciones de la época, entre ellas La Vida Ga­ no vale la pena, y de piezas del género chico*,
lante, que dirigió tras dim itir su fundador, fue autor de obras teatrales entre las que las más
Eduardo Zamacois*, publicó, además de la no­ destacadas son: Aire de fu era (1903), El abo-
LINDO 490

tengo (1904), La estirpe de Júpiter (1904), dura sá­ drid. Colaborador, bajo el seudónimo de El ba­
tira contra la aristocracia, La cozaña (1905), El chiller don Diego de Bringas, en diversas publi­
ídolo (1906), en la que satiriza la vida política, El caciones de la época, es autor de la sátira Noví­
caballero lobo (1910), fábula en que la oveja, sím­ simo espejo y doctrinal de caballeros en doce
bolo de la gentileza femenina, termina triunfando, romances, así como de Novelas madrileñas
Lady Godiva (1912), Como buitres (1913), La (1868), Todo el mundo (1876) y Alza y baja
fuerza del mal (1914), La garra (1914), Las zarzas (1893). En colaboración con Francisco Silvela*
del camino (1917), Cobardías (1919), Doña desde­ escribió una obra de gran ingenio: La Filocalia o
nes (1919), Cristobalón (1920), La mala ley el arte de distinguir a los cursis de los que no lo
(1923), Primero, vivir... (1926), Mal año de lobos son (1868).
(1927), considerada una de sus obras más brillan­
tes, Como Dios nos hizo (1928), La espuma del LIÑÁN DE RIAZA, Pedro (Toledo?, 1556?-Ma-
champagne (1929), Todo Madrid lo sabía (1931) y drid, 1607)
¡Déjate querer, hombre! (1933). Debe recordarse, Poeta. Estudió Leyes en la Universidad de Sala­
además, su adaptación teatral de la novela de Pérez manca entre 1573 y 1584, se ordenó sacerdote en
Lugín* La casa de la Troya. 1600, el marqués de Camarasa lo eligió como se­
cretario particular en 1603 y, al final de su vida,
LINDO, Elvira (Cádiz, 1962) fue capellán en Torrijos. Sus primeros versos se
Narradora. Periodista, actriz ocasional y guionista imprimieron en 1578, en su época de estudiante
de radio, cine y televisión, consiguió la fama lite­ junto a Bartolomé Leonardo de Argensola* y
raria gracias a la serie de novelas infantiles prota­ Góngora*, de quienes fue amigo, así como de
gonizadas por Manolito Gafotas, creado para Ra­ Luis de Vargas* y Lope de Vega*. Gozó de extra­
dio Nacional y la Cadena Ser y que, convertido en ordinaria fama en vida, a la que contribuyeron los
personaje literario por consejo de su marido, Anto­ no escasos elogios de autores como Cervantes* o
nio Muñoz Molina*, a la autora le sirve para refle­ Gracián*, entre otros. Autor de versos festivos y
xionar sobre la infancia, la percepción que los ni­ poemas satíricos de gran ingenio, escribió tam ­
ños tienen de la realidad y, sobre todo, para, desde bién romances artísticos de rima tradicional — es
esa perspectiva, abordar una descamada crítica so­ decir, ocho sílabas como rima asonante alternada,
cial, ya que se trata de un niño de un barrio perifé­ aunque con estrofas de cuarteta-—, letrillas y, en
rico madrileño cuyas aventuras se desarrollan con general, composiciones en metros cortos en los
personajes de las clases menos favorecidas. Mano- que se defendía con gran soltura y de los que no
lito Gafotas fue posteriormente convertido en su­ está exenta una cierta preocupación religiosa.
jeto cinematográfico por su autora, que escribió el Uno de los temas que más trató, dado que perte­
guión de la película con sus aventuras. De las obras necía al círculo madrileño, fue el de Madrid, ciu­
de esa serie destacan: Los trapos sucios (1997), dad de la que cantó sus mujeres, su río, su en­
Manolito ‘on the road’ (1998), galardonada con el torno, etc. No obstante el aplauso a su obra, solo
Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, algunas de sus poesías se publicaron en vida del
Yo y el imbécil (1999), reunidas todas ellas, junto a autor, concretamente en Flores de poetas ilustres,
otras tres en el volumen Todo Manolito (2000), y de Pedro de Espinosa*. No sería hasta 1876, en
Manolito tiene un secreto (2002). Hay que recor­ Zaragoza, que aparecerían, de forma incompleta
dar, asimismo, Tinto de verano (2001), recopila­ y en edición defectuosa, sus Rimas en gran parte
ción de sus artículos de El País, que continuó con inéditas, a las que habría que sumar — aunque
los de la segunda época en El mundo es un pañuelo solo sea en el campo de la especulación— cien
(2002). Es autora, además, de las novelas para epigramas de los que nos habla Gracián y, ade­
adultos El otro barrio (1999), una obra sobre la más de otros tantos sonetos de los que, asimismo,
inocencia y el pasado, escrita con eficacia, econo­ da noticia Lope, seis comedias que no conocemos
mía de estilo y docilidad, y Algo más inesperado y que forman parte de lo que se sospecha escri­
que la muerte (2002), donde cambia el registro crí­ bió, pero que jamás ha sido visto tras su muerte.
tico costumbrista del resto de sus textos y aborda Debe recordarse, de entre todos sus poemas, «Las
un relato de corte dramático, lejos de lo que hasta bubas», que se conserva en manuscrito. «Así Rí-
ese momento la había recluido en lo que muchos selo cantaba» se le atribuyó durante largo tiempo
han considerado literatura menor. a Góngora, aunque hoy parece probado que es de
Liñán. Debe recordarse, además, que se le ha atri­
LINIERS Y GALLO-ALCÁNTARA, Santiago de buido el poema en tercetos «Vida del picaro», de
(Madrid, 1842-1908) 1601, sin que se haya confirmado su autoría. Al­
Narrador. Abogado perteneciente a la aristocra­ gunos de sus sonetos se habían incluido ya, en
cia — era conde de Liniers— , fundó el partido 1857, en el volumen XLII de la «Biblioteca de
Unión Católica y fue Gobernador Civil de M a­ Autores Españoles».
491 LÍRICA MEDIEVAL

LIÑÁN Y VERDUGO, Antonio de (siglo xvii) presión literaria en una época determinada, y, por
Narrador. N ada se sabe del autor bajo cuyo tanto, en poesía medieval, si se quieren fijar sus
nombre se editó, en 1620, una Guía y avisos de caracteres, hay que encontrar textos; de ahí el
forasteros, adonde se les enseña a huir de los problema.
peligros que ay en la vida de la Corte..., única Tradicionalmente, sobre todo M enéndez Pe-
obra suya que se conoce, aunque se haya espe­ layo*, se consideró que la aparición de la poesía
culado con su autoría en otros variados textos lírica en la Península es posterior a la de la poe­
hoy perdidos. D urante un tiempo, se ha su­ sía épica, lo cual se explicaba por la relación de
puesto que se tratara de un seudónimo em ­ esta última con la edad heroica castellana, mien­
pleado por fray Alonso Remón*, pero nada ha tras que la lírica era propia de una época culta y
podido dem ostrarse al respecto. El libro es una reflexiva. Esta teoría era útil para apoyar la prio­
suma de consejos, para cuantos vayan a viajar a ridad de la épica castellana frente a la francesa,
Madrid, en la que un M aestro graduado en Ar­ es decir que estaba basada en una concepción na­
tes y Teología y el cortesano don Antonio acon­ cionalista. Al creerse que a la épica pertenecían
sejan a Diego, joven recién llegado a la Corte, a las primeras manifestaciones en romance, E s­
través de ejem plos incluidos en breves relatos paña conseguía por tanto el honor de ser la ini­
de corte picaresco y con no pocas influencias de ciadora. Menéndez Pelayo presupone la existen­
Boccaccio, sobre el modo de evitar los peligros cia de una poesía escrita de origen provenzal que
de la ciudad. se habría desarrollado en Galicia y Cataluña du­
rante los siglos xm y xiv, aunque la gran revolu­
LION-DEPETRE, Alvaro ción en los estudios medievales se produce en
Narrador. Hijo de un exiliado, regresó a España 1948, año en el que Stern descubre un pequeño
muy joven y estudió en el Teatro Estudio de M a­ conjunto de poemas mozárabes, las jarchas*,
drid. Profesor de Guión en la Escuela Superior descubrimiento con el que el origen de la poesía
de Artes y Espectáculos de Madrid, trabajó como romance se adelanta al menos en cien años. Es
ayudante de dirección de Buñuel* y Orson We- así como hoy ya sabemos que los orígenes de la
lles. Ha escrito guiones para cine y televisión y literatura peninsular no residen en el canto épico
dirigido documentales y cortom etrajes. En su del Cantar de Mió Cid*, sino en unas estrofitas
obra, m arcada por un sentido de la intriga que líricas de un siglo antes, escritas, para más inri,
está ligado a la novela negra y a ritmos cinema­ en tierra de moros y no en Castilla.
tográficos, introduce escenarios y elementos de Varias son las posibilidades que se plantean a la
la novela histórica y abunda en detalles descrip­ hora de formular una teoría sobre los orígenes de
tivos que, en muchos casos, relegan los elemen­ la lírica en España: unos apuntan la posibilidad
tos narrativos a un segundo plano. Es autor de las de un origen provenzal; otros, árabe; algunos op­
novelas Los mejores días de la muerte de Pedro tan por unos inicios populares y no pocos prefie­
Velat (1986) y El último barón de Veras (2003), ren un origen litúrgico. Quienes defienden la
galardonada con el Premio de Novela Luis Be- oferta provenzal afirman que en el siglo xn apa­
renguer. rece en la Provenza un grupo de poetas que reali­
zan una literatura refinada y artificiosa que res­
LÍRICA MEDIEVAL ponderá a la denominación de la «gaya ciencia»,
Uno de los problemas fundamentales al estudiar compuesta y recitada por los trovadores en la
la literatura m edieval es el de los textos, pro­ corte provenzal. Con una m étrica y rima que
blema que se agrava notablemente al abordar la llega a ser muy compleja, el tema amoroso es el
lírica de este período, en el cual se cuenta con es­ fundamental. Se trata de una poesía que influye
casas manifestaciones escritas, cuando no nulas. directamente en Cataluña y, a través del camino
La literatura oral es un campo aún sin explorar de Santiago, en Galicia y Portugal. En esta línea,
suficientemente, lo que se añade a las dificulta­ se considera, pues, que la lírica peninsular es he­
des del estudio de los orígenes de la lírica penin­ redera de la provenzal, sin que exista anterior­
sular, y cualquier aproximación a la lírica medie­ mente a ella ninguna manifestación, con lo cual
val deberá tener en cuenta tanto la poesía se niega cualquier influencia popular y tradicio­
popular-tradicional como la poesía culta, puesto nal. La hipótesis arabista defiende que la poesía
que, en toda cultura, aparecen ligadas a las mani­ lírica en la Península nace de la poesía árabe del
festaciones folclóricas, a las tradiciones, así siglo ix. Según esta, a partir de Andalucía hubo
como a la religión o a la magia, expresiones asi­ una transferencia de temas y metros hacia el
milables a una literatura oral, aunque no es fre­ norte, de tal suerte que la moaxaja y el zéjel se­
cuente que pasen a la escritura. En cualquier rían adaptaciones peninsulares de las casidas del
caso, es necesario encontrar textos escritos para árabe clásico, pues desde el siglo x los árabes in­
poder dem ostrar la existencia de un tipo de ex­ cluían poemillas mozárabes tanto en zéjeles
492
lírica medieval

como en moaxajas: las jarchas. Sin duda, el des­ tiene una ascendencia provenzal. Dicha poesía,
cubrim iento de las jarchas sirvió para reforzar conservada en los cancioneros*, el primero de
esta teoría, hasta tal punto que hay quien las con­ los cuales puede fecharse en el siglo xv, está for­
sidera, basándose en la influencia de la poesía mada por poetas cortesanos que van desde el rey
árabe en Provenza, el origen mismo de la lírica don Dionís hasta humildes trovadores. Con pos­
del sudoeste de Europa. Por otra parte, los defen­ terioridad, ciertos poetas castellanos escribirán
sores de un origen popular apuntan que en el su­ poemas en gallego, caso del rey Alfonso X*. Las
doeste europeo hay un fondo de tradiciones ro­ composiciones más importantes de este corpus
mánicas del que son m uestra evidente tanto las lírico son, sin duda, las cantigas de amor, las de
jarchas como las cantigas de amigo y los villan­ escarnio y maldecir y las de amigo, a cuyo análi­
cicos. Se trataría de un fondo lírico con realiza­ sis nos vamos a dedicar inmediatamente.
ción en toda Europa y que nace de la necesidad Cantigas de amor. Dentro de la lírica galaico-
de una comunicación lírica, lo que significa que portuguesa son las que tienen una deuda más di­
existe una lírica primitiva tradicional cuya fecha recta con la poesía provenzal, de cuya vertiente
no se puede fijar. Parece lógico pensar que la amorosa siguen todas las pautas. Se trata de una
poesía popular latina pasa al romance cuando el poesía cortesana, convencional, carente de since­
pueblo empieza a hablarlo, y la semejanza entre ridad, retórica y monótona en la que se hacen su­
formas líricas en la Península sería el resultado tiles análisis del sentimiento amoroso, y en ella
de una tradición común, no de una influencia. predomina siempre la idealización de la amada.
Cuando aparecen las jarchas, Menéndez Pidal* La perspectiva que se adopta es la del propio
las toma como prueba suficiente de su teoría de poeta, quien cuenta sus cuitas de amor. La in­
la tradición continua, lo que se ha dado en llamar fluencia provenzal se aprecia con claridad en la
la hipótesis neotradicionalista. En cuanto a aque­ temática, en la actitud del poeta, en la expresión,
llos que son partidarios de un origen litúrgico, en la forma de las estrofas y en la métrica y la
aseguran que a partir del siglo xi aparecen junto terminología empleadas, una terminología en la
a los cantos litúrgicos unos cantos breves, los que el léxico es reducido y donde no hay un pa­
tropos, que nada tenían que ver con el texto y ralelismo que ligue las estrofas.
cuyo matiz principal era pagano. La innovación Cantigas de escarnio y maldecir. Influidas direc­
principal era la rima, que en latín no existía. Sea tamente por los serventesios provenzales, no si­
como fuere, lo cierto es que, pese a esta variedad guen la norma de forma tan rígida como las can­
de análisis, hoy se considera que existe una tra­ tigas de amor, ya que tienen un claro influjo
dición románica común, y que la aparición de la popular enraizado en el mundo gallego al explo­
lírica está ligada a la poesía popular, de lo que es tar la vena lírica y hum orística propia de este
prueba principal la jarcha. pueblo, como demuestra la historia de su litera­
Pero además de la jarcha, sobre la que puede tura. Existe una gran libertad temática y expre­
ahondarse en el lugar que le corresponde en este siva, todo a través de un lenguaje que alcanza, a
diccionario, es fundamental, como ya queda menudo, cotas de gran crudeza. Las cantigas de
apuntada, la influencia, en la poesía culta de escarnio son ataques encubiertos a personas, cla­
otras zonas, de la poesía amorosa provenzal del ses sociales o instituciones, frecuentemente con
siglo xii, influencia que se extiende, ya se ha di­ doble sentido y caracterizadas por la agudeza.
cho, a Cataluña y, por el camino de Santiago, a ' Son más sinceras, humorísticas y cortesanas que
Galicia y Portugal. La poesía provenzal, que apa­ las cantigas de maldecir, las cuales atacan tam ­
rece hacia el año 1100 en las pequeñas cortes bién a personajes concretos, pero en este caso di­
provenzales, aporta dos novedades fundamenta­ rectamente, dando el nombre en la composición.
les: el uso de la lengua vulgar y la autoría de los Sin presentar un cuadro concreto de la sociedad
textos, aunque también son importantes la secu­ medieval, son estas últimas las que tienen más
larización de la obra literaria y el papel de los influencia popular.
trovadores. Se trata de un arte refinado, sujeto a Cantigas de amigo. Dentro de la lírica gallego-
estrechas leyes, y ligado, en función del tema portuguesa, representan una manifestación de la
amoroso, a una concepción determinada de este poesía tradicional y autóctona, libre de influen­
sentimiento, el amor cortés, que no es sino el re­ cias extrapeninsulares y que, tanto en el tema
sultado de las relaciones de vasallaje del mundo como en el estilo, enlaza con las jarchas. Sus orí­
feudal; además, la dama, siempre idealizada, genes son inciertos, al igual que sucede con toda
suele ser una dama casada de la corte. De todo la lírica popular, aunque Prisciliano, ya en el si­
ello surgen una serie de géneros básicos: la can­ glo vi, nos da el esquem a formal paralelístico.
ción amorosa, la tensó y el serventesio. Sin duda, Sus características las distinguen con claridad de
la poesía culta y refinada que se da en las cortes las canciones de amor provenzales y gallegas, ya
de Galicia y Portugal durante los siglos xm y xiv que el autor suele poner la canción en boca de
493 LISTA Y ARAGÓN

una mujer soltera y del pueblo, mientras que en timonios sobre la poesía popular han permitido
Provenza la dama es siempre casada y pertenece construir un grupo genérico que se conoce con el
a la corte. Son fundamentales los elementos natu­ nombre de lírica popular y tradicional: popular en
rales, a veces oyentes circunstanciales de la can­ cuanto a su difusión en una comunidad, por lo que
ción de la chica, que busca constantemente al se refiere a sus diversas clases sociales y por la
amado, tema fundamental de estos poema. Ele­ condición de sus intérpretes; tradicional en cuanto
mentos secundarios son la madre y las hermanas, a que se mantiene en la memoria de esa comuni­
presencias que les dan a los versos un tono do­ dad a través de las generaciones como un fondo
méstico y pudoroso. Por lo que se refiere a los as­ que supone una identificación colectiva de su
pectos formales, se distinguen por el paralelismo constitución. Obviamente, las jarchas, las cantigas
de estrofas, recurso que permite la repetición de de amigo y los villancicos han de incluirse en este
ideas en una sucesión de versos cuyo punto de grupo genérico. En su forma original, esta lírica se
partida son breves expresiones que van variando halla en la canción folclórica que reúne letra y
solo en las palabras que constituyen la asonancia. canto, letra que constituirá lo que se conoce como
La base formal es, por tanto, la repetición y la va­ villancico básico. Las canciones de la lírica popu­
riación. La aparición de ciertos elementos tradi­ lar aparecen con perfiles concretos: en principio,
cionales, como son la muchacha, la ausencia/infi­ son cantos de villanos, lo que les otorga una pri­
delidad del amado o la presencia mágica de los mera delimitación social. En cuanto a los motivos
elementos (mar, ciervo, pinos, fuente), liga a es­ del canto, estos son diversos: el solaz, el trabajo y,
tas cantigas con otras manifestaciones líricas de por encima de ellos, el amor, un amor en cuya ex­
tipo popular-tradicional tanto de la Península posición domina el punto de vista femenino y que,
como del suroeste europeo. Las cantigas de en líneas generales, se refiere a situaciones ele­
amigo pertenecen al género más característico de mentales y que recorre un amplio orden de mati­
la prim itiva lírica europea en lengua vulgar: la ces que van desde la sutileza espiritual hasta la
canción de amor femenina, un tipo de composi­ materialización del mismo en la carne. El poeta
ción que se relaciona con el Frauenlied alemán, sabe cómo crear la letra de la canción para que el
la chanson defem m e francesa, las jarchas mozá­ oyente la identifique como propia de la lírica po­
rabes o el cantar de doncella castellano y catalán. pular, algo que sucede así porque el creador y el
Pero es conveniente referirse, además de todo lo oyente conocen la tradición de la misma e identi­
dicho, particularmente a la primitiva lírica popu­ fican la pieza como tal. Las características princi­
lar castellana, de la que se cuenta con escasos pales de las composiciones de la lírica popular son
testimonios. Hay, es cierto, menciones indirectas la brevedad y el dinamismo, la sobriedad, el sen­
en las crónicas, ejemplos en Berceo*, en la Ra­ tido dramático, la tendencia a una intensificación
zón de amor*, en el arcipreste de Hita* o en el expresiva de la afectividad y, como algo muy im­
marqués de Santillana*, así como en ciertas portante, la valoración poética tanto de la «pala­
obras narrativas. La ocasión de reunir un gran bra al aire libre» como del «nombre cotidiano de
número de textos aconteció como consecuencia las cosas».
de una moda literaria de mediados del siglo xv A modo de resumen puede añadirse lo siguiente:
que permitió acceder a la poesía popular en los la teoría del origen popular-tradicional de la lírica
cancioneros de las cortes de Aragón, Navarra y, primitiva se basa en los estudios sobre el folclore
sobre todo, de Castilla. Son poesías que se difun­ (refranes, cuentos, leyendas, canciones, bailes y
dieron como letras de canciones con su melodía, festejos). Siempre hay un texto que se considera
en las cuales los caracteres populares se mantie­ manifestación de una literatura oral, en la cual el
nen de manera clara principalmente en la cabeza pueblo desempeña un papel determinante en la
de las composiciones o en el estribillo. Es el vi­ transmisión de las canciones. Es así, pues, que
llancico la forma más acusada de esta corriente, consideramos una poesía como popular por su
en el cual tema y estilo ponen de manifiesto las origen, y la tenemos por tradicional en función de
características asignadas al villancico básico, es su pervivencia en variantes y refundiciones.
decir a un texto poético que representa la expre­
sión más sencilla de la lírica tradicional existente LISTA Y ARAGÓN, Alberto (Sevilla, 1775-1848)
en la canción popular. Los villancicos castella­ Poeta. Aunque atravesó grandes dificultades en
nos, aunque aparecen más tardíam ente que las su infancia, logró vencerlas con tesón y llegó a
jarchas y las cantigas de amigo, com parten la estudiar Filosofía, Teología y Matemáticas para,
mayoría de las características de ambos, ya que, a partir de 1796, dedicarse a la docencia, primero
al igual que aquellas, provienen del fondo popu­ en diferentes colegios, San Telmo de Sevilla y
lar tradicional de la poesía amorosa románica. San Mateo de Madrid, entre otros, y, por fin, en
Después de todo lo dicho, comienza a ser nece­ la Universidad de Sevilla, donde enseñó M ate­
sario fijar el concepto de «lírica popular». Los tes­ máticas e Historia. Asimismo, fue cofundador de
LIZANO 494

la Universidad Libre de Madrid. Ordenado sacer­ LIZANO, Jesús (Barcelona, 1931)


dote en 1804, colaboró con las tropas napoleó­ Poeta. Licenciado en Filosofía y Letras, atareado
nicas que entraron en España, y hubo de exi­ conferenciante y director de no pocos Sem ina­
liarse, al ser tenido por afrancesado, en Francia rios de Filosofía, es autor de una poesía crítica
hasta 1817, año en que regresó, pasó un largo pe­ en la línea de los poetas sociales de la posguerra,
riodo de ciudad en ciudad y terminó su periplo ligado a la Generación del medio siglo (véase GE­
instalándose de nuevo en la que le había visto na­ NERACIÓN DEL 50), pero anónimo en sus filas y
cer. A llí fue decano de la Facultad de Filosofía practicante de un m isticismo libertario que da
hasta su muerte. Miembro de la Real Academia cuenta de la realidad a través de una lírica pletó-
Española y de la Academia de la Historia, hom­ rica e hímnica. No obstante, esta generalización
bre de gran cultura y brillante pedagogo — alum­ necesita de matices, pues es la suya una obra
nos suyos fueron Espronceda* y Bécquer*, entre larga, variada y densa en la que hay ecos clási­
otros románticos— , se dedicó al periodismo y a cos, desde san Juan de la Cruz* hasta Jorge Man­
la crítica literaria, si bien la actividad por la que rique*, pasando por concepciones o miradas del
se le recuerda es la poesía, en la que, sin ser cla- mundo que remiten a Kafka o Camus, o ejerci­
sicista extremo, sí resultaba un seguidor de los cios poéticos concretos que retrotraen su obra a
postulados neoclásicos, aunque, en todo m o­ los versos de un Cirlot* o a los juegos fónicos de
mento, próximo al romanticismo, lo qúe le con­ Carlos Edmundo de Ory*. Una cantidad de ecos
vierte en un poeta a caballo entre ambos movi­ enorme que, sin embargo, lo ahoga el timbre de
mientos ético-estéticos. Temáticamente, a través su propia voz, que sin duda enlaza de forma clara
de poemas elegantes y de técnica precisa, si bien con un poeta como León Felipe*, pero que, aun
artificiosos, trató cuestiones filosóficas, amoro­ abordando las cuestiones sociales con un sentido
sas — estas al modo erótico-pastoril, algo que es­ utópico quijotesco, o sublimando la idea de fra­
taba de moda en la época— , sociales y religio­ caso, resulta de un apasionamiento frenético,
sas. Amigo de Blanco White*, Reinoso* y sentencioso, egótico, marcado por la verborragia
Arjona*, e influido por el clasicism o renacen­ de su escritura y concentrado casi siempre en la
tista, intentó reconstruir los modos horacianos a exaltación de una infancia que resulta esencial
partir de una mentalidad típicamente ilustrada. en su constante búsqueda de la inocencia. Vita-
R ecibe influencias de fray Luis de León*, san lista y caótico en sus versos, Lizano es grandilo­
Juan de la Cruz*, Fernando de Herrera*, Calde­ cuente y excesivo sin duda, pero también sincero
rón de la Barca* y Francisco de Rioja*. Como y capaz de intuiciones poéticas de una dimensión
ensayista, fue un liberal católico que siempre humana y emocional que sin duda lo sitúan entre
trató de equilibrar ambas tendencias. Sus poe­ los grandes poetas del siglo xx. Destacan poe­
mas, de entre los cuales destacan los romances marios como: Poemas de la tierra (1955), Jardín
«La cabaña» y «Zoraida», la oda «La muerte de Botánico (1957), Premio Boscán, Libro de la so­
Jesús», «Canto del esposo», «Himno del desgra­ ledad (1958), La Creación (1964), Tercera parte
ciado», «El trovador», «La Beneficencia», «La de La Creación (1965), La creación humana
amistad» y «La felicidad pública», se recopila­ (1968), Libro de los sonetos (1967), Fin de la tie­
ron, por vez primera, en 1822, bajo el título de rra (1972), Ser en el fondo (1974), Veinte poe­
Poesías, libro que se reeditaría en 1834 y 1837. mas desesperados y una canción de amor
Además, hay que recordar la adaptación que, en (1981), Labios como espadas (1983), Misticismo
verso suelto castellano, hiciera del poema heo- libertario (1985) y La palabra del hombre
rico-cómico Dunciada, del poeta inglés Alexan- (1990), a los que hay que añadir la reunión de sus
der Pope, y que Lista publicó como El imperio poesía completas en Lizania. Aventura poética
de la estupidez. En 1927, su poesía se completó (1945-2000) (2001), que se completa con un
con la publicación del volumen titulado Poesías apéndice en prosa que supone una suerte de idea­
inéditas. De sus ensayos hay que recordar, ade­ rio filosófico. Es autor, asimismo, del ensayo Fe­
más de algunas de sus lecciones magistrales, que derico García Lorca, semblanza subjetiva del
se publicaron como libros — así, Lecciones de li­ poeta (1964), de sendas ediciones de las Come­
teratura española explicadas en el Ateneo dias de A ristófanes (1966) y El conde Lucanor
(1836) y Lecciones de literatura dramática es­ (1968) y de la novela Camino de imperfección
pañola (1839)— , los volúmenes Artículos críti­ (1987).
cos y literarios (1840) y Ensayos literarios y crí­
ticos (1844). Le tentó el teatro, género en el que LIZÓN, Adolfo (Orihuela, Alicante, 1919)
escribió El enfermo de aprensión, el monólogo Novelista, poeta y ensayista. Doctor en Filoso­
Dido, basado en el canto IV de la Eneida, y tra­ fía y Letras por la U niversidad de M adrid, en
dujo Carlos IX o la escuela de los reyes, del dra­ 1944 se trasladó a Lisboa, ciudad en la que fue,
maturgo y poeta francés M arie-Joseph Chénier. durante veintiún años, profesor del Instituto
495 LLAMAZARES

Español y corresponsal de la Prensa del M ovi­ boga con versos marcados por el recuerdo de un
miento, así como, posteriorm ente, colaborador ayer mágico — del que no están exentas ciertas
de diversos diarios y de radio en la Em isora resonancias celtas y nórdicas infrecuentes en el
N acional de Lisboa. A utor de novelas de un panorama literario peninsular— , y del ensayo El
cierto pesim ism o, destacan títulos como Saulo entierro de Genarín (1981), es en el género no­
el leproso (1947) e H istoria de una sonrisa velístico donde ha logrado el éxito de público y
(1951). Este pesim ism o, derivado hacia un los elogios de la crítica. En cuanto a su literatura,
existencialism o intim ista, no exento de una cabe decir que está marcada por el ámbito rural
cierta fascinación por el erotismo, está presente en que nació, por sus costumbres y nostalgia del
en sus poem arios más célebres, tales como: paisaje, acaso por el hecho, más que significa­
D iapasón de la m ente (1941) y Disco rojo tivo, de que su pueblo natal fuese sepultado bajo
(1960). Deben recordarse, igualmente, su libro las aguas de un pantano —-llamado del Porma,
de relatos Cuentos de la mala uva (1944) y los que fuera construido por quien sería uno de sus
ensayos Ensayo crítico sobre Bécquer en su maestros literarios, Juan Benet*— , lo que le
Centenario (1936), Prem io de la Universidad llevó a perder toda referencia físico-cultural con
de M urcia, Brigadas Internacionales en E s­ el espacio de la infancia. Este acontecimiento
paña (1940), Léxico y estilo en G abriel M iró em ocionalmente determinante le lleva a cons­
(1942), Gabriel M iró y su tiempo (1944), E u­ truir una narrativa — y, por supuesto, una poe­
genio M ontes, canto y escollo de un estilo sía— marcada por la memoria, por el desánimo
(1945) e Isla de M adeira, orquídea del A tlá n ­ de una nostalgia fundada en la ausencia de refe­
tico (Lisboa, 1959). rentes. Tal es así que, en el prólogo de su libro de
viajes El río del olvido (1990), leemos: «El pai­
LLAGUNO Y AMÍROLA, Eugenio (Vitoria, Álava, saje es memoria». Existe una mitificación de ese
1724-Madrid, 1799) espacio perdido, de un paisaje leonés añorado
Tratadista y dram aturgo. Hombre de gran cul­ por un olvido que no podrá regresar sino a unos
tura e influyente políticamente, fue oficial de la recuerdos sin posible confirmación, repleto de
Secretaría de Estado y miembro de la Academia tradiciones y leyendas, de elementos que, más
de la H istoria, de la que llegaría a ser director. allá del símbolo, reaparecerán en sus textos — caso
Su obra, clasicista en las formas y en su ideolo­ de la nieve, tan frecuente en esa zona de España
gía, está dedicada, sobre todo, a la Historia, con y que forma parte del título de uno de sus poe­
reediciones anotadas de obras ajenas, lo que no m arios— , una mitificación, digo, que origina
le impidió escribir una comedia, La joven isleña, una de las escrituras más peculiares de la actual
inédita, aunque se representó en 1774, unos novela española. A todo ello no es ajeno un ta­
Apuntes autógrafos para la historia de la poesía lante crítico y reivindicativo gracias al cual el au­
y una traducción de A th a lía (1754), de Racine. tor, en ocasiones, aprovecha para analizar las
No obstante, su obra más im portante es el tra­ conciencias éticas derivadas del clima político de
tado N oticias de los arquitectos y arquitectura la dictadura franquista, si bien toda su creación
de España desde su Restauración, publicado, literaria, por decirlo a modo de resumen, gira en
postum am ente, en 1829 en cuatro volúmenes. tomo al ámbito rural y a la memoria. Las novelas
Son de destacar, asim ism o, sus ediciones de la que, hasta la fecha, ha publicado son: Luna de lo­
obra de Pedro López de Ayala*, hecha para la bos (1985), obra llevada al cine por Julio Sán­
Academia de la Historia, en dos volúmenes, en chez-Valdés en la que la existencia clandestina
1779, la de la Crónica de Alvaro de Luna (1784) de un grupo de maquis proporciona el material
y la de la Poética (1789; 2 vols.), de Ignacio Lu- narrativo para plantear el problema del acoso
zán*, entre otras. del hombre por el hombre; La lluvia amarilla
(1988), canto ecológico que cuenta, a partir del
LLAMAZARES, Julio (Vegamián, León, 1955) m onólogo del último habitante de un pueblo
N ovelista y poeta. Considerado uno de los más abandonado del Pirineo aragonés, la historia de
firmes valores de la narrativa española actual, se una aldea condenada a la desaparición y en la
licenció en Derecho, aunque pronto abandonó el que la soledad se convierte en el eje alrededor
ejercicio de su profesión para dedicarse al perio­ del cual gira toda la historia, y Escenas de cine
dismo en Madrid, actividad que ha desarrollado mudo (1994), novela cuya apariencia autobiográ­
en diferentes medios de com unicación, radio y fica es más evidente que en las anteriores, y en la
televisión, entre ellos, y, prioritariamente, en el que un niño llamado Julio recuerda, a través del
diario El País. Autor de dos poemarios, La lenti­ repaso de una treintena de fotografías — cada
tud de los bueyes (1979) y Memoria de la nieve una, un capítulo— , los primeros doce años de su
(1982), Premio Jorge Guillén, en los que queda infancia en un pueblo minero leonés llamado
claro su alejamiento de las corrientes poéticas en Olleros. Es autor, asimismo, del volumen perio­
LLANAS AGUILANIEDO 496
dístico En Babia (1991), así como de un relato (1931), Campesinos en la ciudad (1932), La
titulado Retrato de bañista (1995), basado en un braña (1934), la colección de leyendas Rabel
poema de 1983 escrito para form ar parte del (1934), Parábolas (1935), Retablo infantil
guión de la película El filandón, dirigida por (1935), M onteazor (1937) y Dolor de tierra
José M aría M artín Sarmiento. A todo ello hay verde (1949). A todos ellos hay que añadir, pu­
que añadir una nueva recopilación de artículos blicados postumamente, la recopilación de A r­
de prensa, Nadie escucha (1995), el volumen de tículos en prensa montañesa (1972; 3 vols.), la
narraciones En mitad de ninguna parte (1995) y, edición, en dos volúmenes, de sus Obras com­
además del ya mencionado El río del olvido, los pletas (1968) y el ensayo M itos y leyendas de
libros de viajes Tras-os-Montes (Un viaje portu­ Cantabria (1982).
gués) (1998), Los viajeros de Madrid (1998), en
donde recopila y com enta lo que escribieron LLANOS Y ALCARAZ, Adolfo (M urcia, finales
otros sobre sus estancias en Madrid, Tres histo­ siglo xix)
rias verdaderas (1998), breve libro de tres rela­ Ensayista, dramaturgo y poeta. Militar que parti­
tos que incluye algunos de los textos de los an­ cipó en la guerra de África, colaboró en diversas
teriores, y Cuadernos del Duero (1999). En publicaciones con artículos castrenses e históri­
1996 apareció una antología de su poesía y su cos. Entre sus obras, muchas de ellas de carácter
prosa, realizada por José Carlón* y titulada So­ histórico, hay que mencionar los poemas de Re­
bre la nieve. cuerdos. Colección de poesías (1876) y las pie­
zas teatrales que se recogieron en los tres volú­
LLANAS AGUILANIEDO, José María (Fonz, menes de Obras dramáticas y en los otros tantos
Huesca, 1875-Huesca, 1921) de Obras cómicas.
Narrador y ensayista. Estudió Farmacia en la
Universidad de Barcelona, centro en el que entró LLANOS TORRIGLIA, Félix (San Fernando, C á­
en contacto con los modernistas catalanes de la diz, 1868-Madrid, 1949)
revista L'Aveng, así como la literatura francesa Biógrafo y erudito. Miembro de Real Academia
del momento. Destinado como farmacéutico mi­ Española y de la Academia de la Historia, fue di­
litar en Sevilla, comenzó a colaborar en publica­ putado por el Partido Conservador y colaboró en
ciones locales, tanto específicas de su profesión la prensa madrileña bajo el seudónimo de T. Le-
como culturales en general, entre ellas Revista velfield. Entre sus muchos trabajos ensayísticos,
Nueva. Destinado en Madrid en 1900, colaboró quizá sea destacable el titulado Santas reinas
en revistas de la capital y participó en la vida in­ (1942).
telectual de la ciudad. Su siguiente destino fue
Marruecos, en donde sufriría un ataque de locura LLEDÓ ÍÑIGO, Emilio (Sevilla, 1927)
que le llevaría a ser internado entre 1912 y 1918. Ensayista. Licenciado en Filosofía y Letras en la
Teórico del Modernismo*, al que él llamaba Universidad de M adrid en 1952, se doctoró,
emotivismo, en sus novelas combina las técnicas como becario de la Alexander von Humboldt
naturalistas con un interés temático por la psico­ Stiftung, en la Universidad de Heidelberg (Ale­
logía y las sensaciones de sus personajes, todo mania), quedándose como profesor de dicha uni­
ello sin renunciar a un profundo simbolismo. versidad hasta 1962. Posteriormente, ocupó una
Además de su estudio Alma contemporánea. Es­ cátedra de instituto en Valladolid, otra en la Uni­
tudio de estética (1899), en el que expone sus versidad de La Laguna y, a partir de 1967, ha
teorías estéticas, de algunas traducciones y ensa­ sido catedrático de la Universidad Central de
yos antropológicos, publicó novelas entre las que Barcelona, así como director del Departamento
destacan Del jardín del am or (1902), Navegar de H istoria de la Filosofía de dicha institución
pintoresco (1904) y Pityusa (1908). hasta ocupar una cátedra en la Universidad Na­
cional de Educación a Distancia de Madrid en
LLANO, Manuel (Sopeña, Cantabria, 1898- 1978, en la que permaneció hasta su jubilación.
Santander, 1938) En 1987 fue centro de una encendida polémica,
Narrador. Autodidacta, nunca terminó sus estu­ ya que opositó sin éxito a una cátedra en la Uni­
dios de M agisterio y Náutica. M oralista en sus versidad Complutense de Madrid, un año antes
textos, con una prosa a menudo poética, nostál­ de ser elegido miembro vitalicio, en Berlín, del
gica, practica los modos del hacer folletinesco, Instituto para Estudios Avanzados, instalándose
en el cual no faltan los toques oportunos de crí­ en dicha ciudad a partir de 1990 durante tres
tica social, algo común a todos cuantos autores años. Allí recibió el prestigioso Premio Alexan­
han practicado esta modalidad de escritura. En­ der Von Humboldt, convocado por el Gobierno
tre sus libros de relatos, estampas y novelas des­ alemán. En noviembre de 1993 fue elegido
tacan: El sol de los m uertos (1929), Brañaflor miembro de la Real Academia Española, en la
497 LLORCA VILAPLANA

que ingresó en 1994 y donde desempeña el cargo dijo Guillermo (1947), La cigüeña dijo «sí»
de académico bibliotecario. De su vasta produc­ (1951), ¡Oh, doctor! (1953), La vida en un bloc
ción ensayística, formada por artículos y libros, (1952), ¿Qué hacemos con los hijos? (1959), Mi
destacan trabajos sobre filosofía griega, alemana mujer, el diablo..., y yo (1963) y Diálogos de un
y, sobre todo, filosofía del lenguaje. Uno de sus hombre solo (1964).
máximos esfuerzos teóricos ha sido el de plan­
tear metodológicamente una semántica filosófica LLOPIS, Jorge (Alcov, Alicante, 1919-Madrid,
a partir de estudios lingüísticos y filológicos, en­ 1976)
tendiendo que el pensar y el lenguaje están indi­ Autor teatral y novelista. Colaborador de La Co­
solublemente unidos a la hora de ubicarse el dorniz, escribió piezas en colaboración con
hombre en el mundo. En cuanto a la historia, Tono*, siempre haciendo gala de un humorismo
Lledó la concibe en virtud de la combinación en­ ingenioso y truculento. Entre dichas piezas con­
tre mem oria colectiva y progreso del conoci­ juntas destacan La viuda es sueño (1952), Fede­
miento, a fin de clarificar la razón, si la hubiere, rica de Bramante o las florecillas del fango
de los comportamientos individuales y sociales. (1953) y La última opereta (1960), a las que hay
Entre sus obras fundamentales, destacan: El con­ que añadir las de autoría individual, tales como
cepto de Poíesis en la filosofía griega (1961), Fi­ ¡Enriqueta sí; Enriqueta no! (1955), La tenta­
losofía y lenguaje (1970), La filosofía, hoy ción va de compras (1956), Creo en ti, pero me
(1975), El epicureismo (1984), El silencio de la engañas (1962), Niebla en el bigote (1962) y Los
escritura (1991), Premio Nacional de Ensayo, la pelópidas (1966). Como novelista, fue autor de
antología de ensayos breves Días y libros (1994), Operación Paquita (1958), parodia de la narra­
Memoria de la ética (1994), trabajo centrado en tiva policiaca. Asimismo, hay que mencionar,
la obra de A ristóteles, La memoria del Logos amén del libro misceláneo El hogar, tú y tu tía
(1997) e Imágenes y palabras (1998), que reúne (1959), los poemarios cómicos La rebelión de
escritos sobre arte, literatura, filosofía y pedago­ las musas (1972) y Las mil peores poesías de la
gía y al que se puede añadir, por su interés colo­ lengua castellana, en el que se burla de las anto­
quial y el número de asuntos que aborda, el libro logías que seleccionan los mejores versos de
de conversaciones Palabras entrevistas (1997). nuestra historia literaria.

LLOP, José Carlos (Palma de M allorca, 1956) LLOR, Miquel (Barcelona, 1894-1966)
Narrador y poeta. Es autor en quien el análisis de N arrador en lengua catalana. Sus obras, a me­
los sentimientos y descubrimientos de la infan­ nudo de carácter psicológico, ahondan en las
cia y la juventud se mezcla con el relato minu­ existencias de personajes fracasados. Destacan
cioso de asuntos políticos que a menudo se novelas como Historia gris (1925), que, en suce­
centran en la Guerra Civil y sus inmediatas con­ sivas ediciones aparecería con el título de Histo­
secuencias, como es el caso de los maquis o del ria grisa, Tántal (1928), Laura a la ciutat deis
propio ejército franquista durante la posguerra. sants (1931), Premio Crexells, a la que siguió
Además del libro de relatos La novela del siglo una segunda parte, El somniure deis sants (1947)
(1999), en el que se ocupa del fracaso individual, — aparecida después de L ’oreig al desert
destacan las novelas El desierto de los tártaros y (1934)— , Joc d ’infants (1950) y Un cam í de Da-
Háblame del tercer hombre (2001), así como los masc (1959). Entre sus libros de relatos hay que
dietarios, o acaso sería m ejor llamarlos diarios, recordar: L ’endemá del dolor (1930), L ’esguard
La estación inmóvil (1990), Champán y sapos al m irall (1933) y Sin fantasies (1934), que se
(1994) y Arsenal (1996), publicados en el volu­ editó conjuntamente con la mencionada L ’oreig
men único D iarios (2000) y a los que hay que al desert. Todos sus cuentos se reunieron en el
añadir El Japón de Los Á ngeles (1999). Sus li­ volumen Tots els contes (1952).
bros de poesía se han recopilado en Poesía,
1974-2001 (2002) y es autor del poemario en ca­ LLORCA VILAPLANA, Carmen (Alcoy, Alicante,
talán Quartet (2002). 1921)
Ensayista e historiadora. Estudió Filosofía y Letras
LLOPIS, Carlos (Madrid, 1912-1971) en Madrid, carrera en la que se doctoró en 1948.
Comediógrafo y actor. Escribió comedias influi­ Ha sido colaboradora en diferentes medios de co­
das por Amiches* en las que se aprecia un cierto municación, entre ellos el diario Pueblo o Radio
carácter moralizador. Destacan títulos como: Se Nacional de España, donde se ha dedicado al co­
rifa un hombre (1940), Cuando el hijo de Fulano mentario político. Perteneció al Consejo Superior
no es el hijo de Mengano (1941), ¡Ni Margarita de Investigaciones Científicas y enseñó en las Fa­
ni el diablo! (1943), Con la vida de otro (1945), cultades de Historia y de Ciencias de la Informa­
Nosotros, ellas..., y el duende (1946), Lo que no ción de la Universidad de Madrid. Con la muerte
LLORENTE 498

de Franco, ingresó en las filas de la UCD, después la juventud (1907), así como una historia, escrita
de cuyo derrumbe pasaría a formar parte de la en­ en prosa, de su ciudad titulada Valencia (1887-
tonces llamada Alianza Popular, partido en el que 1889; 2 vols.).
llega a ser eurodiputada. Además de haber publi­
cado, tardíamente, la novela El sistema (1970), ha LLORENTE SANJUÁN, Jesús (C ádiz, 1972)
escrito numerosos ensayos, entre los que destacan: Poeta. Se trata de uno de los escritores jóvenes
Europa, ¿en decadencia? (1949), prologado por cuya poesía se adentra en el territorio amoroso,
Laín Entralgo*, Isabel II y su tiempo (1956), Emi­ en el descubrimiento y angustia de las em ocio­
lio Castelar, precursor de la democracia cristiana nes, aunque a diferencia de otros poetas de su
(1966), Por los caminos de Europa (1972), Las edad, lo hace con ironía algo amarga, sencillez y
mujeres de los dictadores (1978) y Del apertu- nada de cursilería, y deja constancia de su decep­
rismo al cambio: mi testimonio (1986). ción existencial. No obstante, sigue los modos
conversacionales en boga, con el relato extrema­
LLORENTE, David (Madrid, 1974) damente coloquial de las experiencias cotidianas
Narrador. Debutante con la novela Kira (1998), como motor del verso, en una línea que viene de
que fue galardonada con el Premio Francisco Gil de Biedma* y Ángel González*, así como de
Umbral de Novela Corta, demuestra hondura a ciertos autores anglosajones del minimalismo
lo hora de abordar las pasiones que el ámor pro­ norteamericano (Carver) o de las corrientes del
voca, así como la frustración que le sigue, todo realismo crítico inglés (Martin Amis). Autor de
ello con lenguaje de extensos párrafos y en un los poemarios Luna hiena (1998) y Verano
escenario en el que lo grotesco y la irrealidad muerto (2000), además del curioso ensayo Los
crean un espacio angustioso y oprimente. Planetas (2000).

LLORENTE, Juan Antonio (Calahorra, Logroño, LLOVET, Enrique (Málaga, 1918)


1756-1823) Poeta, dramaturgo, ensayista y crítico. Estudió
Historiador. Secretario de la Inquisición, fue ex­ Derecho y Filosofía y Letras en Granada y M a­
pulsado por sospecharse que simpatizaba con el drid, así como la carrera diplomática, lo que le
liberalismo francés. Rehabilitado en 1793, in­ llevaría a ocupar los cargos de secretario de la
tentó liberalizar el Santo Oficio, lo que supuso Embajada Española en Teherán, cónsul en París
una nueva y definitiva expulsión. En Francia, y consejero cultural en la de Buenos Aires. Como
adonde partió con José Bonaparte, pudo publicar crítico, ha colaborado en diarios tan prestigiosos
sus obras, en las que, con gran inteligencia, ma­ como Informaciones, ABC, en el que empleó el
neja numerosa documentación, por más que su seudónimo de Marco Polo, y El País, además de
organización resulte en muchos momentos caó­ en la cadena SER de radio y en Televisión Espa­
tica. Destacan títulos como la monumental His- ñola, entidad para la que, además, ha realizado
toire critique de VInquisition d ’Espagne depuis los guiones de las series El jardín de Venus y De
lépoque de son établissement par Ferdinand VII cara al mundo, entre otras. Asimismo, los guio­
(París, 1817-1818; 4 vols.), titulada en España nes de algunos largometrajes, y sus trabajos pe­
Historia crítica de la Inquisición en España riodísticos y literarios, le han valido premios de
(1822; 10 vols.), y Observaciones críticas sobre gran prestigio, como el Nacional de Cinem ato­
el romance de Gil Blas de Santillana (1822). grafía en cinco ocasiones, el M ariano de Cavia
de periodismo, el Nacional de Teatro, el Nacio­
LLORENTE, Teodor (Valencia, 1836-1911) nal de Radiodifusión y Televisión y el Ondas.
Poeta. Estudió Derecho en Valencia y Madrid. Además de adaptaciones de clásicos y algunas
Dirigió numerosas publicaciones y, tras la Res­ obras teatrales propias, como Tururú (1960) y
tauración, ocupa altos cargos políticos. En 1879 Sócrates (1974), destacan su poemario Donaires
fundó los Jocs Floráis de Valencia, así como la de la piedra y el agua (1941), las novelas Eli-
sociedad en defensa de la lengua valenciana Lo zondo (1945) y Los últimos de Filipinas (1954),
Rat Penat. Además de traducir a los románticos la novela breve La operación C1 (1959) y los en­
europeos, tales como Byron, Goethe, Schiller, sayos Don Juan y el teatro en España (1955),
Victor Hugo y otros, escribió poesías de inspira­ M agia y milagro de la poesía popular (1956),
ción romántica (véase ROMANTICISMO) en espa­ Oriente M edio (1959), la guía literaria España
ñol y en valenciano, lengua a la que fue conver­ viva (1966), Premio Nacional de Literatura, y Lo
tido por María Aguiló* — que lo convenció para que sabemos del teatro (1967).
emplearla en su literatura— , todas ellas sobre el
amor, la fe religiosa y el sentir emocionado de la LLOVET SORIANO, Juan José (Santander, 1895)
patria. Destacan los poemarios Llibret de versos Poeta. Autor de corte modernista, fue figura des­
(1885), Nou llibret de versos (1902) y Versos de tacada en la Segovia de principios del siglo XX
499 LOBO

con una tertulia literaria que se conoció como habla de «razones necesarias» que demuestran
«tertulia de Machado», en la cual participó el pa­ los misterios de la fe católica, figuran el diálogo
dre de M aría Zambrano*, Blas Zambrano*, y Llibre del Gentil e los tres savis (h. 1272), en el
que fue motor de numerosos actos culturales con que los interlocutores del gentil son un cristiano,
grandes autores del momento. Destacan poema­ un judío y un musulmán, Llibre de Contemplado
rios como El rosal de la leyenda (1913) y Pegaso en Déu (h. 1272), larga oración de carácter enci­
encadenado (1914). Suya es, asimismo, la ope­ clopédico, el Llibre d ’Evast e d ’Aloma e de
reta Friné (1916). Blanquerna (h. 1283), la más célebre obra de
Llull que, además, está considerada la primera
LLULL, Ramón (Palma de M allorca, h. 1232- novela en catalán y en la que construye una so­
d. de 1315) ciedad cristiana utópica, y la novela Félix o Lli­
Poeta, prosista y filósofo. Conocido también por bre de les maravelles (concluida en París en
la forma latinizada de su nombre, Raimundo Lu- 1288), donde el protagonista es un peregrino que
lio, se educó en la corte mallorquina, en la que se dedica a predicar el mensaje divino y a con­
fue paje real con tan solo 14 años. Casado y con vertir infieles. De sus obras en verso, además de
dos hijos, y tras haber llevado una vida libertina, las que, al modo trovadoresco, escribiera en su
su vida, de pronto, da un vuelco a los 30 años: juventud y que destruyese él mismo tras la men­
según parece, en plena escritura de un poema las­ cionada visión mística, destacan los trescientos
civo, se le apareció la imagen de Cristo, lo que le sesenta y cinco poemas, en su mayoría metáforas
llevó a vender sus posesiones y abandonar a su morales, del Llibre d ’Amic e Amat (h. 1276), que
familia a fin de dedicar todos sus esfuerzos a la sirve, en la tradición musulmana, como guía dia­
conversión de los infieles. Dedica nueve años, ria de meditación a lo largo del año y que está
probablem ente de 1265 a 1274, a su formación considerado como una de las más bellas mues­
eclesiástica en París y aprendió árabe de la mano tras de la literatura mística, Medecina de pecat,
de un esclavo que había comprado a tal efecto. Llibre d ’Ave María, Plany de la Verge, Els cent
Fundó, hacia 1276, un colegio misionero en Mi- noms de Déu, D esconhort (1295/1305), poema
ramar y, a partir de 1287, comienza un peregri­ lírico-didáctico, y Cant de Ramón y Concili (h.
naje por Europa buscando el apoyo de las altas 1300), tenidas ambas como sus dos obras funda­
jerarquías para extender el m ensaje divino y, mentales en verso y en las que es patente una
dado que no lo consigue, se traslada a Túnez a honda crisis espiritual. Fue autor, asimismo, de
predicar y discutir sus tesis con sabios musulma­ un tratado sobre literatura, Rethorica nova, y de
nes. Las vicisitudes de ese primer viaje se repi­ otro destinado a la formación de los nobles caba­
tieron en un segundo, tras la inicial expulsión, y lleros medievales, Llibre de l ’ordre de cavayle-
dieron con él en la cárcel, para, en un tercer in­ ria (h. 1275), que fue imitado por don Juan Ma­
tento, después de haber viajado por Chipre y Ar­ nuel* en su Libro del cavallero et del escudero.
menia, terminar muriendo martirizado en Bugía, El final de sus días lo dedicó a la redacción de
Argelia. textos filosóficos dedicados a ampliar las ideas
Llull es tal vez el escritor más célebre de las le­ expuestas en su Ars compendiosa..., tal como el
tras catalanas, pues elevó el catalán a lengua lite­ Arbre de filosofía d ’Am or (h. 1298). Las dos edi­
raria. Supo mezclar con frescura lo culto y lo po­ ciones fiables de sus obras son: Beati Raymundi
pular. En sus obras, trató los más variados temas, Lulli opera (Maguncia, 1721-1741; 8 vols.) y
desde los novelescos y líricos hasta los morales, Obres (Palma, 1901; 20 vols.). Llull fue beatifi­
filosóficos, teológicos y apologéticos. Su doc­ cado por el papa Pío IX.
trina filosófica, basada en el uso de la alegoría,
representaciones gráficas y apólogos, creó es­ LOBO, Eugenio Gerardo (Cuerva, Toledo,
cuela e influyó notablem ente en las diferentes 1679-Barcelona, 1750)
corrientes espirituales de la Europa del m o­ Poeta. Tras participar en numerosas campañas
mento. Escribió un total de doscientas cincuenta en España, luchó en la Guerra de Sucesión en fa­
obras de atribución segura, todas ellas en latín y vor de Felipe V, Africa e Italia, alcanzó el grado
en castellano, si bien se cree que, aunque no se de teniente general en el Ejército y fue goberna­
conocen, también debió de redactar algunas en dor de Barcelona. Conocido como el «capitán
árabe. Las de la prim era época son en prosa, y, poeta», su poesía, generalmente de tema am o­
entre ellas, además del Ars compendiosa inve- roso, burlesco y satírico, sigue, según los gustos
niendi veritatem seu Ars magna et maior, que ti­ del xviii , la tradición barroca. Aunque dominaba
tulará en catalán Art abreujada de trobar veritat todo tipo de metros, son de destacar sus sonetos,
(Arte abreviada de encontrar la verdad), escrita romances y décimas. Hay que mencionar los poe­
por «inspiración divina» en el monasterio cister- marios Selva de las musas (1717), Obras poéti­
ciense del monte Randa mallorquín, y en la que cas (¿1724?) y Obras poéticas y líricas (1738).
LOBO 500

Fue autor, asimismo, de dos comedias que goza­ autobiográfico, los elementos cortesanos y las
ron del mismo éxito de público que sus poesías: aventuras, no con demasiada fortuna, aunque re­
El tejedor Palomeque y los mártires de Toledo y sultan interesantes las aportaciones históricas so­
El más justo rey de Grecia. bre Cerdeña. Fue autor, asimismo, de Los mil y
dozientos conseios y avisos discretos... (1571),
LOBO, Ramón (M aracaibo, Venezuela, 1955) tratado de corte moralizante.
Narrador. Aunque venezolano de nacimiento, su
inclusión en estas páginas se justifica por su la­ LOMAS CANTORAL, Jerónimo de (Valladolid,
bor en España como periodista y corresponsal de h. 1542-?, h. 1600)
guerra del diario El País. Autor del libro El hé­ Poeta. Apenas se sabe de él, salvo que sirvió a di­
roe inexistente (1999), en el que recogía sus ex­ ferentes nobles, entre ellos el conde de Miranda,
periencias en los diferentes países en guerra, de­ del que fue protegido. Su poesía, de corte petrar-
butó en la narrativa con la novela Isla África quista y moralizante — aunque también influida
(2001), en la que se adentra en la guerra civil de por los metros tradicionales castellanos de Gre­
Sierra Leona para contar una historia de amistad gorio Silvestre* y Cristóbal de Castillejo*— , a
entre un fotógrafo y un corresponsal, pero ofre­ imitación de Tasso, Bembo y Sannazaro, se cen­
ciendo una reflexión sobre África que está cerca tra, sobre todo, en temas como la naturaleza, la
del concepto del continente como estadó de con­ amistad, el amor y la familia, si bien hay algunos
ciencia de un autor como Conrad. también de asunto religioso. Las formas elegidas
suelen ser la epístola, la elegía, el soneto y el epi­
LODARES, Juan Ramón (M adrid, 1959) grama. Elogiado por Cervantes* en el Canto de
Lingüista. Doctorado en Filología Hispánica por Calíope, publicó sus Obras (Madrid, 1578) ani­
la Universidad Complutense, desde 1987 es pro­ mado por sus amigos.
fesor en la Autónoma de Madrid; su labor como
investigador se ha centrado, principalmente, en LONGARES, Manuel (Madrid, 1943)
la historia del español, siempre llevada a cabo Novelista. Licenciado en Derecho, ejerce el pe­
con erudición y mucho de amenidad y humo­ riodism o colaborando en diversas publicacio­
rismo, dando con ello lugar a ensayos de enorme nes. Con una concepción de la literatura susten­
riqueza documental con los que, en cambio, ha tada por el rigor de la autoexigencia, su obra
conseguido ser uno de los autores con mayor nú­ resulta escasa y de cierta densidad barroca en el
mero de ventas. Destacan, entre sus obras: His­ lenguaje, una densidad que, sin embargo, viene
toria de las letras (1996; reed., 2001), escrito en dada en una fluidez estilística impecable. Se
colaboración con Gregorio Salvador*, y El pa ­ trata, sin duda, de uno de los grandes escritores
raíso polígloto (2000). contem poráneos, con un altísim o concepto de
la literatura y una nula necesidad de form ar
LODARES, Ramón (Madrid, 1928) parte de la feria de las vanidades que supone el
Poeta. Aunque se licenció en Derecho en M a­ escenario público de la literatura en nuestros
drid, sus estudios los comenzó en Valencia. In­ días. Con cierta tendencia al análisis socioló­
fluido por los grandes clásicos de la literatura es­ gico, y mezclando la tradición de la novela rea­
pañola, en sus versos se aprecian los ecos de lista con el estilo del periodismo testimonial, se
Juan Ramón Jiménez* y Antonio Machado*, en­ ha ocupado de períodos diversos de la historia,
tre otros, sobre todo a la hora de cantar las emo­ entre ellos de la transición española a la dem o­
ciones que le produce el paisaje, tema central de cracia tras la muerte de Franco, pero desde una
su obra. Destacan poemarios como: Balbuceos perspectiva inédita, la de la burguesía m adri­
poéticos (1946), Poemas de la llanura en calma leña del barrio de Salam anca, usando de ele­
(1956) y Poemas de Castilla (1968). mentos barojianos, goyescos, valleinclanescos,
así como de referentes a la realidad de esos
LOFRASO, Antonio de (Alauer, Cerdeña, 1530- años, lo que da lugar a un retrato esperpéntico,
l 1590) pero objetivo y carente de discurso político. Es
Novelista. Se trasladó de Cerdeña a Barcelona a autor de las novelas El enfermo (1964), La no­
raíz de una acusación de asesinato. En la ciudad vela del corsé (1979), Soldaditos de Pavía
catalana sirvió a la hija de Luis de Zúñiga, co­ (1984), Operación Primavera (1992), No puedo
mendador mayor de Castilla. Su fama literaria se vivir sin ti (1995) y Romanticismo (2000), con
debe a una im itación de la Diana, de Jorge de la que obtuvo el Premio de la Crítica. A ellas
Montemayor*, la novela pastoril Los diez libros hay que añadir el volumen de relatos Extravíos
de Fortuna de A m or (1573), obra despreciada (1999). Ha publicado, asimismo, diversos ensa­
abiertamente por Cervantes* en la que mezcla la yos dedicados a la figura y la obra de Azorín* y
poesía popular, cancioneril e italianizante con lo Pío Baroja*.
501 LÓPEZ

LOPE, Manuel de (Burgos, 1949) construidos a partir de larguísimos monólogos,


Novelista. En 1970 se trasladó a vivir a Francia, lo discursos de personajes que bordean la locura. Au­
que condicionó su escritura llevándolo en sus ini­ tor del poemario El toro de Phálaris, lo es también
cios literarios a escribir en francés; de allí regresó y sobre todo de las novelas El orador cautivo
a Madrid en 1993. El pasado, el poder y la codicia (1997), con la que obtuvo el Premio Lengua de
son temas claves en la obra de este escritor de es­ Trapo, Delirios de Grandeza (1998), galardonada
tilo trabado, con dominio extraordinario del len­ con el Premio Ciudad de Majadahonda, Ahogados
guaje y de los ritmos. Se trata de un autor dotado (2000), novela completamente dialogada en la que,
con un refinado sentido del humor, siempre iró­ aparentemente ligada a la estructura teatral, sobre
nico y nunca cruel, capaz de extraer la sustancia todo del teatro del absurdo y en concreto de Sa­
estética no solo de cada frase, sino de la realidad muel Beckett, ni siquiera conocemos los nombres
misma, a través de un uso riquísimo de las imáge­ de los personajes, y Burdel de muertos (2001).
nes y de una construcción armónica, lo que no
quita, en cambio, un cierto sabor sombrío tanto en LÓPEZ, Elsa (Santa Isabel de Fernando Poo,
sus personajes como en su propia mirada de escri­ Guinea Ecuatorial, 1943)
tor. Entre sus novelas figuran: El otoño del siglo Poetisa. Doctora en Filosofía, creadora y direc­
(1981, aunque el original era en francés de 1980; tora de una editorial, residió largo tiempo en Ca­
reed., 1999), Jardines de África (1987; reed., narias, fue presidenta de la sección de Literatura
1992), M adrid continental (1987; reed., 1998), del Ateneo de Madrid y dirigió la Fundación An­
Octubre en el menú (1989), Albertina en el país tonio Gala. Autora de versos en los que el rea­
de los gararmantes (1990), Shakespeare al ano­ lismo* ahonda en la materia de las emociones,
checer (1992), Los amigos de Toti Tang (1992), aunque se trata de un realismo de enorme sen­
Bella en las tinieblas (1997), en la que novela la sualidad, que explora en los matices de las pala­
vida de una mujer que fue amante de un general bras cuestiones como el amor y la muerte. Por lo
franquista al tiempo que mantenía relaciones se­ que respecta a la narrativa, en sus obras domina
xuales con algunas de las futuras promesas de la una mirada femenina del mundo, con un lirismo,
que sería la generación literaria de los años cin­ a veces temurista, que pretende dar cuenta de un
cuenta, Las perlas peregrinas (1998), con la que modo de ver la realidad, de nombrarla, todo ello
obtuvo el Premio Primavera y que supone una pa­ al servicio de ejercicios nostálgicos sobre tiem­
rodia de la novela negra de intriga, las tres nove­ pos pasados, la infancia, el descubrimiento del
las breves que se incluyen en Música para tigres amor, descripciones de tipos y paisajes, pero al
(1999) —Los amigos de ‘Toti Tang’, Por ahí no, mismo tiempo como un repaso, a menudo crudo,
Moyano y Los labios de vermut— , y La sangre de épocas conflictivas, como el período de domi­
ajena (2000). A ello hay que añadir el volumen nación española en Guinea Ecuatorial. Como in­
iberia. La puerta iluminada (2003), primera en­ vestigadora, los ámbitos de sus estudios abarcan
trega de un libro de viajes en el que recorre y ana­ desde la identidad rural, la música tradicional o
liza cuestiones diversas sobre cada una de las co­ la medicina popular hasta la arquitectura en las
munidades autónomas españolas. sociedades campesinas. Destacan sus poemarios:
El viento y las adelfas (1973), Inevitable océano
LOPE DE VEGA -4 Véase V EG A CARPIO, Félix (1982), Penumbra (1985), Del amor imperfecto
Lope de. (1987), La Casa Cabrera (1989), Cementerio de
elefantes (1992), A l final del agua (1993), Trán­
LÓPEZ, Ángeles (Madrid, 1969) sito (1995) y Mar de amores (2002), con el que
Poetisa. Licenciada en Ciencias de la Información. obtuvo el Premio de Poesía José Hierro. A ellos
Muy influida por el surrealismo* y su imaginería, hay que añadir libros en prosa como el ensayo
juega con los mitos y un simbolismo que indaga José Pérez Vidal: biografía de un etnólogo cana­
en la experiencia biográfica. Hay que mencionar rio o la novela El corazón de los pájaros (2001).
su poemario Iscariote (2002), prologado por Anto­
nio Colinas* y en el que, en consonancia con cierto LÓPEZ, Eulogio
narrativismo, se centra en la figura de Judas, ar­ Narrador. Es autor de narrativa infantil, imagina­
quetipo de la traición y que a la autora le sirve para tiva y sencilla, en la que destaca el libro de rela­
ahondar en las pasiones y sentimientos humanos. tos Los Magos de Oriente (1997).

LÓPEZ, Carlos Eugenio (León, 1957) LÓPEZ, Fernando J.


Novelista. Desde mediados de los setenta ha resi­ Novelista. Debutó con la novela In(h)armónicos
dido fuera de España. Escritor cuya obra, sin duda (1999), en la que se mostró hábil en el manejo
compleja, gira en tomo a las posibilidades expresi­ discursivo del monólogo y en la eficacia de los
vas del discurso, lo que se manifiesta en textos diálogos, con una historia de corte detectivesco,
LÓPEZ 502

intrigante y amena, así como lírica en el uso del LÓPEZ ACEBAL, Francisco -> Véase AC EBAL,
lenguaje. Francisco.

LÓPEZ, Gregorio (Madrid, 1546-1596) LÓPEZ DE AGUILAR COUTIÑO, Francisco (s i­


Poeta. Autor que pasó su adolescencia como ermi­ g lo xvii)
taño, concretamente hasta 1562, año en que partió Panfletista. Apenas se sabe de él, salvo que fue
hacia México para dedicar el resto de sus días a íntimo amigo de Lope de Vega*, a quien defen­
cuidar enfermos, lo que hizo viviendo en la más dió, en Expostulatio Spongíae (1618), contra
cruda pobreza. Gran parte de su fama se debe a la los ataques que Pedro de Torres Rámila* había
leyenda según la cual se dice que él pudiera ser el vertido contra él y sus obras en su Spongia
hijo de Felipe II, el príncipe don Carlos, que, como (1617). Cuando publicó este texto, ya había es­
consecuencia de la fantasía popular, habría sido li­ crito, bajo el seudónimo de Franciscus Antidi-
berado por el hombre encargado de asesinarlo bajo dascalus, un vehem ente panfleto contra el
la condición de que partiese al Nuevo Mundo y, mencionado enemigo de Lope: Petro de Torres
tras cambiar de identidad, nunca revelase su autén­ Ramilae (1617).
tico origen. Su Manual y advertencia para obis­
pos, sacerdotes y confesores se encuentra en ma­ LÓPEZ ALARCÓN, Enrique (Málaga, 1891 - Cuba,
nuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid; otros 1948)
dos, el del Calendario histórico y el de Libro de Poeta y dramaturgo. Redactor jefe de la revista
los remedios contra enfermedades, se perdieron, La Tribuna, colaboró en otras muchas. Su poe­
aunque Nicolás Antonio* afirmara haberlos visto. sía, de gran sonoridad y esplendor verbal, sigue
Sin embargo, sí se publicó Explicación del Apoca­ la estela del simbolismo — sobre todo en los so­
lipsis una vez muerto el autor, en 1678. netos— , mientras que su teatro tiende a la farsa,
tanto por la brevedad cuanto por el humorismo
LÓPEZ, Mario (Bujulance, Córdoba, 1918) fácil que practica. Hay que recordar el poema-
Poeta. Estudió en el Instituto Escuela de la Insti­ rio Constelaciones p oéticas (1906) y las obras
tución Libre de Enseñanza*. Miembro, junto a de teatro Golondrinas (1905), Las m anos lar­
García Bena*, Aumente*, Ricardo Molina* o gas (1909), La Tizona (1914) y La madre Qui­
Bemier*, del grupo fundador de la revista cordo­ mera (1918).
besa Cántico, pertenece a la Real Academia de
Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Cór­ LÓPEZ ALLUÉ, Luis María (Barluenga, Huesca,
doba. Practica una poesía sensual y colorista, im­ 1861 -Huesca, 1928)
bricada en la tradición poética más andaluza y en Novelista y dramaturgo. Influido por Pereda*, se
la que demuestra un profundo sentimiento de su aprecia en sus textos un regionalism o em ocio­
tierra. Destacan sus poemarios: Garganta y cora­ nado y analítico a la hora de tratar las costum ­
zón del Sur (1951), Universo de pueblo (1960), bres e idiosincrasia aragonesas. Destacan las no­
Antología poética (1968), Nostalgiario andaluz velas Capuletos y M ontescos (1900) y Pedro y
(1979), El alarife (1981), Museo simbólico Juana (1902), así como los ensayos De Urel al
(1982) y Antología poética de Bujalance (1985). Moncayo (1902) y Alma montañesa (1913), o la
Es autor, asimismo, de los ensayos Córdoba en la pieza teatral La copla de picadillo (1913). Sus
poesía (1979) y Fuentes de Córdoba (1986). Obras completas se publicaron en 1928.

LÓPEZ, Melchor (Tenerife, 1965) LÓPEZ ÁLVAREZ, Luis (La Barosa, León, 1930)
Poeta. Perteneciente al grupo de jóvenes de Pa­ Poeta. Ha vivido en diversos lugares del mundo
radiso, su poesía sigue, en cierta medida, los y, en su día, dirigió los servicios de Radio Tele­
cauces vanguardistas (véase VANGUARDISMO) visión Española en la UNESCO, organización en
de un Bretón o un Ungaretti, aunque algo hay la que ingresó en 1968. Poeta em ocional e in­
también de la métrica purista de Guillén*. El me­ tenso, en sus versos se aprecian tanto el interés
tro de López es, sin duda, el endecasílabo. Des­ por el paisaje y las esencias castellanas cuanto el
tacan sus poemarios Altos del sol (1995) y El es­ gusto por los clásicos. Deben mencionarse poe­
tilita (1997). marios como: Arriba sosegado (1953), Víspera
en Europa (1957), Las querencias (1969), Ru­
LÓPEZ, Pura (Almería, 1952) mor de Praga (1971), Los comuneros (1972),
Poetisa. Es autora de los poemarios Huellas de Cárcava (1974), Tránsito (1979), Cómputo
mi eco (1974), De p a r en p a r (1977), Para ven­ (Poesía 1952-1982) (1985) y Elegiaca (1985).
cer la sombra (1986) y Versos de asfalto (1995), Es autor, asimismo, de los ensayos Neruda,
así como del ensayo M iguel Hernández: un m uerte y testamento (1974) y Conversaciones
poeta necesario (1992). con Miguel Ángel Asturias (1974).
503 LÓPEZ DE AYALA

LÓPEZ ANDRADA, Alejandro (Villanueva del gía de poetas gaditanos contemporáneos


Duque, Córdoba, 1958) (1973), El duque de Rivas (1971) y Los cuentos
Poeta. En su obra, dominada por la nostalgia de del coronel (1981), entre otros.
la infancia, combina la claridad de la expresión
con la hondura de los contenidos en poemas LÓPEZ ARANDA, Ricardo (Santander, 1934-
donde está presente el ámbito rural. Además de Madrid, 1997)
la novela La bóveda de cuarzo, es autor de los Dramaturgo. Licenciado en Derecho, escribió
poemarios El rum or de los chopos (1995), con obras de carácter social en las que, no obstante,
el que obtuvo el Premio José Hierro, El cazador los elementos poéticos atemperan los efectos
de luciérnagas (1997), El humo de las viñas realistas con que es tratado el tema. En cualquier
(1999) y Los pájaros del fr ío (2001), galardo­ caso, siempre se trata de textos muy críticos.
nado con el Premio de la Asociación Andaluza Destacan, además de piezas de teatro infantil,
de Críticos Literarios, otorgado ex aequo con guiones televisivos y versiones cinematográficas
Alberto Torés*. de clásicos como Femando de Rojas*, Quevedo*
o Cervantes*, entre otros, títulos como Nunca
LÓPEZ ANGLADA, Luis (Ceuta, 1919) amanecerá (1958), Premio Nacional de Teatro
Poeta. Desde adolescente vivió en Valladolid, Universitario, Cerca de las estrellas (1961), Pre­
ciudad en la que estudió el bachillerato y en la mio Nacional Calderón de la Barca, Noche de
que dirigió algunas revistas estudiantiles. Lu­ san Juan (1964), Premio Nacional Lope de Vega,
chó en la Guerra Civil como alférez provisional Isabelita, la Miracielos (1978) y los dramas his­
con las tropas de Franco y, al term inar la con­ tóricos Isabel, reina de corazones (1983) y Yo,
tienda, estudió Filosofía y Letras en la misma Martín Lutero (1984), obra esta última cuya pri­
ciudad en que com enzara sus estudios. Poste­ mera versión data de 1963.
riormente, en 1941, ingresó en la Academia de
Transformación de Zaragoza, donde alcanzó el LÓPEZ ARANGUREN, José Luis -> Véase ARAN-
grado de teniente coronel de Infantería, siendo GUREN, José Luis [López],
destinado en Madrid. Además de su labor crea­
tiva, ha fundado y dirigido diversas revistas LÓPEZ DE AYALA, Adelardo (Guadalcanal, Se­
poéticas, entre ellas Halcón, en Valladolid, y villa, 1828-Madrid, 1879)
Palabra y Tiempo en Madrid, así como la colec­ Dramaturgo. Estudió Derecho en Sevilla, donde
ción de libros «Arbolé». Durante un tiempo, di­ conoció a García Gutiérrez*. Como político, es­
rigió el Aula de Poesía del A teneo de Madrid. tuvo a medio camino entre el liberalismo y el
Sus prim eros versos están vinculados a la re­ conservadurismo. Redactó la proclama de la re­
vista leonesa Espadaña. Poéticam ente, sigue volución de 1868, fue ministro, miembro de la
una línea clasicista en la que destaca el manejo Real Academia Española desde 1870, en la que
del soneto. Deben recordarse poemarios como: leyó su discurso Acerca del teatro de Calderón,
Albor (1941), Impaciencias (1943), Indicios de y presidente del Congreso con Cánovas. Célebre
la rosa (1945), A l p a r de tu sendero (1946), como orador, crítico y poeta, participó en la re­
Destino de la espada (1947), Continuo mensaje vista satírica El Padre Cobos, si bien el prestigio
(1949), La vida conquistada (1952), que reci­ literario se lo debe a sus obras teatrales en la lí­
bió un A ccésit del Prem io A donais, Dorada nea de la «alta comedia» decimonónica de un au­
canción (1954), Aventura (1958), Contem pla­ tor como Tamayo y Baus*. En una primera época
ción de España (1961), Premio Nacional de Li­ siguió las directrices del Romanticismo*, escri­
teratura, Sonetos a Ceuta (1964), Los amantes biendo preferentemente dramas históricos, si
(1972), Castilla amanecía como nueva (1974), bien, con el paso del tiempo, derivó hacia mani­
Ciudadano del alba (1978), Oficio m ilitar festaciones realistas en piezas críticas con la co­
(1983), Sonetos a la vida y fu n d a cio n es de rrupción, el cinismo de la vida pública y, en ge­
santa Teresa de Jesús (1983), Premio Nacional neral, con la sociedad de su tiempo. No obstante,
de Literatura, Canto de Tarik (1984), Memorial al contrario de lo sucedido en la novela, en el tea­
de antiguos vientos (1986) y Padre del m ar tro el realismo* no llegó a cuajar. Así, en el teatro
(1988), entre otros muchos. Adem ás de los ya de Ayala la cosa se queda en un intento pomposo
mencionados, ha recibido prem ios tan im por­ y solemne en el que se anuncian ya los dramas
tantes como el Boscán, el A usiás M arch, el de pasionales de Echegaray*. Su obra resulta, glo­
Poesía C astellana Ciudad de B arcelona, el balmente, refinada, poética y moralista; su tea­
Francisco de Q uevedo del A yuntam iento de tro, ya en concreto, evidencia un gran dominio
Madrid, etc. Es autor, asimismo, de la pieza tea­ escénico, aunque ideológicamente marcado por
tral Noche de luna en A storga (1954) y de d i­ un fuerte tradicionalismo que reacciona contra
versos ensayos, entre los que destacan A nto lo ­ el afrancesamiento en boga. Destacan, del pri­
504
LÓPEZ DE AYALA

mer período rom ántico, los dramas históricos gados interesa por la gran variedad que repre­
Un hombre de Estado (1851), sobre Rodrigo senta. En ella queda patente su conocimiento de
Calderón, privado del duque de Lerma, y Rioja los tecnicismos de los lenguajes filosófico, ju rí­
(1854), centrado en la figura del poeta andaluz y dico y teológico, a pesar de que el vocabulario
en su renuncia a un gran amor, a los que hay que que utiliza es sencillo. Emplea alegorías, metáfo­
añadir los de su segundo momento estético, el de ras y, sobre todo, símiles.
la «alta comedia»: El tejado de vidrio (1856), El En la vertiente poética, acaso la más intensa, des­
tanto p o r ciento (1861), El nuevo don Juan taca una obra fundamental, el largo poema, de
(1863) y Consuelo (1878), entre otros. Fue autor, ocho mil doscientos versos, Rimado de Palacio,
asimismo, de la novela Gustavo, prohibida por la redactado entre 1378 y 1403, o incluso después.
censura en 1852, y de libretos de zarzuela, entre Se trata de la última obra de gran extensión de la
los que destaca El conde de Castralla (1856). cuaderna vía, dentro de las reglas formales del
Sus Obras completas, que editara Tamayo y mester* de clerecía, en la que se recoge su hete­
Baus entre 1881 y 1885 en nueve volúmenes, se rogénea creación poética, escrita durante años,
volvieron a editar en 1965 en tres. marcada en ocasiones por métricas de arte mayor
que fueron añadidas por Juan Ruiz, arcipreste de
LÓPEZ DE AYALA, Ignacio (Grazalema, Cádiz, Hita*. El metro del Rimado, como decimos, es la
1747?-Tarifa, Cádiz, 1789) cuaderna vía, aunque se añaden versos alejandri­
Poeta, dramaturgo e historiador. Catedrático de nos en algunos momentos, de dieciséis silabas en
Retórica y Poética en los Reales Estudios de San otros, etc. Agrupa sus composiciones según su
Isidro de Madrid, y amigo de Fernández de Mo­ tema general, sin pretender eslabonar estructu­
ratín*, participó en la tertulia de la Fonda de San ralmente sus tres partes fundamentales. La pri­
Sebastián, en la que además de con el ya citado mera parte, y tras una confesión de sus pecados,
Moratín, se reunía con Iriarte* y Cadalso*. Fue reúne poemas religiosos, morales y didácticos y
miembro de la Academia de la Historia y censor está escrita toda ella en cuaderna vía; ofrece una
de los teatros madrileños. Entre sus obras, de ca­ visión sombría y satírica de la sociedad, tanto
rácter clasicista las literarias, y en su mayoría como consecuencia de la peste negra cuanto por
eruditas las de investigación, destacan títulos el conflicto en que los Trastámara habían sumido
como los de las tragedias Numancia destruida a Castilla. La segunda agrupa composiciones lí­
(1775), obra de fuerte intención patriótica y retó­ ricas religiosas, marianas concretamente, oracio­
rica artificiosa que fue criticada con dureza por nes y reflexiones sobre el cisma de Occidente de
Juan Pablo Forner*, y Habides, no editada hasta 1378 — caso del «Deytado del Cisma de O cci­
1974, y sus tratados H istoria de Federico el dente», en versos de arte mayor, en octavas de
Grande de Prusia (1767) e Historia de Gibraltar versos dodecasílabos— , y otras de tipo proven­
(1782). Fue autor, asimismo, de la segunda parte zal. Y la tercera parte, en la que el autor vuelve a
de la Guerra de Granada, de Diego Hurtado de la cuaderna vía, retoma nuevamente las cuestio­
Mendoza*, y de una Carta crítica (1781), fir­ nes morales con disquisiciones sobre vicios y
mada con el seudónimo de Gil Porras de M a­ virtudes y, en general, con m editaciones de ca­
chuca, en respuesta a ciertas cuestiones plantea­ rácter abstracto que contrastan con la concre­
das por los hermanos Rodríguez Mohedano* en ción, a menudo satírica, de la primera parte. En
su Historia literaria de España. este bloque final, encontramos dos extensas glo­
sas: una del Libro de Job y otra de Las Morales,
LÓPEZ DE AYALA, Pedro (Q uejana, Á lava?, de san Gregorio, que tradujo y versificó. Ayala
1332-Calahorra, Logroño, 1407) presenta una sociedad concebida de acuerdo al
Poeta, historiador y traductor. Conocido también canon medieval, un canon en el que Dios es el
como el Canciller Ayala o López de Ayala, es centro del mundo; el rey, su representante en la
quizá la figura más relevante de las letras caste­ Tierra, y los hombres, los habitantes de las mise­
llanas en la segunda mitad del siglo xiv. Hijo de rias cuya única esperanza es Dios. La ruptura de
un noble de grandes riquezas, él mismo fue no­ dicho orden es el origen de las desgracias y el
ble. Vivió un tiempo de turbulencias políticas: caos, de ahí que toda la obra del autor se oriente
sirvió a Pedro I, para pasarse después al bando didácticamente a mostrar los males que implica
de Enrique II, del que fue consejero, y, final­ semejante suceso.
mente, estuvo al lado del sucesor de este, Juan 1. Asimismo, y también como traductor, tradujo los
Fue alcalde de Vitoria y de Toledo en 1374 y ocho primeros libros del De casibus virorum
1375, respectivamente, y nombrado Gran Canci­ illustrium, de Boccaccio, las Décadas I, II y IV,
ller de Castilla en 1398. Ocupó cargos diplomá­ de Tito Livio, ayudado por la versión francesa de
ticos, entre ellos el de embajador en la corte de Pierre de Bercoeur, el De consolatione philoso-
Carlos VI de Francia. Su obra, de carácter fusti­ phiae, de Boecio, y el De sumo bono, de Isidoro
LÓPEZ-CASANOVA
505

de Sevilla*. En cuanto a su obra como historia­ LÓPEZ BECERRA, Salvador (Málaga, 1957)
dor, escribió las C rónicas de los reyes con los Poeta. Fundó la revista Pliegos de la Mar, y par­
que vivió: Pedro I, Enrique II, Juan I y el co­ ticipó en los círculos literarios de autores de la
mienzo de la de Enrique III. Se trata de textos talla de Vicente Aleixandre*, Jorge Guillén* o
que rompen la tradición alfonsí buscando la ve­ M aría Zambrano*. Colaborador de prestigiosas
racidad a través de inform aciones personales y publicaciones, como ínsula, Litoral o Cuadernos
de lecciones ejem plificadoras moralizantes. La Hispanoamericanos, y relacionado con el mundo
más im portante de ellas es la Crónica del rey de la fotografía y la pintura, ha participado en
don Pedro — que se editaría completa en Sevilla ediciones de catálogos y textos sobre la obra de
en 1495— , un relato de intenso dram atism o, pintores, como en el caso de su edición, con ocho
efectista y crudo, contrario a su protagonista, al grabados, del Cántico (1980), del mencionado
que retrata como un personaje misterioso y con­ Jorge Guillén. Puede decirse que es un continua­
tradictorio. En ella se basaría Prosper Mérimée dor de la tradición malagueña de los tipógrafos-
para su Histoire de don Pédre I. De las otras editores, como son los casos de Emilio Prados*
tres, cabe decir que la Crónica de Juan I y el co­ o Manuel Altolaguirre*. En cuanto a su poesía,
mienzo de la de Enrique III son, historiográfica- se inscribe en los ecos de un cierto clasicismo,
mente, las que aportan informaciones más preci­ no tanto métrico cuanto temático y léxico. Des­
sas y fiables. La de don Pedro, junto a las de tacan poemarios como: Poemas (1979), Museum
Enrique II y Juan I, aparecerían publicadas en (1983), Variaciones sobre el olvido (1983), El
Toledo en 1526. Fue autor, además, de obras patio (1984), Arquitectura del en/sueño & Afán
menores com o el Libro de la caga de las aves, de luz (1985), Lava (1985), Riente azar (1986),
tratado de cetrería que escribió durante su cauti­ Icástica (1990), Voluntad del fuego (1991),
verio portugués, después de la batalla de Aljuba- Grafo (1995) y Los cuadernos del Atlas —Guad,
rrota en 1385 — cuya fuente inm ediata es el Lalla y Lugar al sur del Sur (1996).
Livro de Falcoaria, de Pero Menino— , y un li­
bro llam ado L inaje de Ayala, hoy perdido, al LÓPEZ DE CARTAGENA, Diego (C artagena/Se­
igual que el romanceamiento que, según parece, villa?, siglos XIV-XV)
realizara de la Historia troyana, de Guido delle Humanista. Estudió en Alcalá y Salamanca y re­
Colonne. La influencia de López de Ayala fue sidió en Amberes y en París durante algún
decisiva en el Cancionero de Baena (véase CAN­ tiempo. Ya en España, fue nombrado arcipreste
CIONERO), en Pérez de Guzmán* y en los cro­ de Sevilla y enseñó letras clásicas. Erasmista, y
nistas del siglo xv. célebre ya por su traducción de El asno de oro
(Sevilla, 1513), de Apuleyo, fue quien por pri­
LÓPEZ DE BAEZA, Pedro (primera mitad siglo XIV) mera vez tradujo al español a Erasmo, al versio-
Clérigo de la Orden de Santiago, fue autor de nar su Querela pacis en el Tratado de cómo se
los D ichos de los Santos Padres, com pilados queja la paz (Sevilla, 1520).
entre 1327 y 1338. Basado en las Flores de filo ­
sofía, introduce temas cristianos e intercala ser­ LÓPEZ-CASANOVA, Arcadio (Lugo, 1942)
Poeta y ensayista en lenguas española y gallega.
mones.
Doctor en Filología, ha sido catedrático de insti­
LÓPEZ BAGO, Eduardo (?, h. 1855-AÜcante, tuto y, en la actualidad, es profesor en la Univer­
sidad de Valencia. Ha escrito poemarios en ga­
1931)
Novelista. Apenas se sabe de su biografía, salvo llego y en español en los que se aprecian gran
que, en torno a 1900, residía en Argentina. Su lirismo y riqueza verbal, el gusto por el juego so­
obra, influida tanto por Zola como por Eugéne noro, por las antítesis y reiteraciones y por los
Sue y Victor Hugo, practica la com binatoria tí­ elementos simbólicos. Deben mencionarse libros
pica de las novelas folletinescas (véase FOLLETIN) como: Hombre último (1961), Sonetos de espe­
decim onónicas de autores m enores, en las que ranza presentida (1965), M emoria dunha edá
se ofrece una pretendida crítica social realista (1976), Mesteres (1976; reed., 2002), Palabra de
combinada con sentimentalismos e intrigas que honor (1977), La oscura potestad (1979), galar­
capten la atención del lector, al tiem po que donado con el Premio Adonais y que, en reali­
atemperan los efectos de lo que sería un natura­ dad, era una suerte de reescritura del mencionado
lismo* duro. No obstante, él mismo consideraba M emoria dunha edá, Liturxia do corpo (1983),
sus textos como «estudios m édico-sociales». Antología personal (1987) y Razón de iniquidad
Destacan las novelas Los amores (1876), El p e ­ (1991). Es autor, asimismo, de trabajos ensayís-
riodista (1884), La soltera (1886), La m ujer, ticos sobre cuestiones lingüísticas y literarias, ta­
honrada (1886), Carne de nobles (1887), El les como: Lenguaje, expresión literaria y Lin­
güística del español (1971), Lengua Española.
preso (1888) y El separatista (1895).
LÓPEZ CASTILLO 506

La expresión literaria (1974), El análisis estilís­ mio Carlos Amiches, A p ieu fet (1973), Autopsia
tico (1975), Estructuras correlativas en la poesía a la matinada (1976), Premio Ciudad de Palma,
española contemporánea (1979), Poesía y novela y Homenatge a Rosselló-Pórcel (1985). Además
(1982) y La poesía romántica (1991), algunos de de los galardones mencionados, en 1987 recibió
los cuales están escritos en colaboración. el I Premio de las Letras, de Narrativa, de Palma
de Mallorca.
LÓPEZ CASTILLO, Santiago (1944)
Narrador. Periodista y presentador televisivo de LÓPEZ DE ENCISO, Bartolomé -» Véase N O ­
programas políticos y parlamentarios, es autor de VELA PASTORIL
la novela La cruz de la santera (2001).
LÓPEZ ESTRADA, Francisco (Barcelona, 1918)
LÓPEZ DE CASTRO, José Julián (Madrid, 1723- Crítico y ensayista. Ha sido catedrático de Len­
1726) gua y Literatura en las universidades de Madrid,
Librero e impresor. Editó la comedia Más vale La Laguna y Sevilla, en la que, además, dirigió
tarde que nunca (1756), entremeses como Los el Departamento de Literatura Española y los
áspides de Cleopatra, El barbero de repente, Los Cursos para Extranjeros. Profesor visitante en las
médicos de la moda, El sastre desastrado y Un más prestigiosas universidades de Estados U ni­
ventero y un ladrón, ¿cuál es mayor?, entre dos, ha dictado conferencias en medio mundo, es
otros, así como numerosos poemas populares miembro de diferentes academias, de la Hispanic
para ciegos y varios almanaques, entre 1752 y Society of America, desde 1963, y de la Real
1757, bajo los títulos de Piscatores para las da­ Academia Española desde 1965. Galardonado
mas y Piscatores para los pajes. con numerosos premios, goza del prestigio de ser
uno de los más serios investigadores filológicos
LÓPEZ DE CÓRDOBA, Leonor (Calatayud, Z a ­ de nuestro país. Ha editado a los clásicos, así
ragoza, 1362/1363-?, h. 1412) como obras fundamentales de grandes autores
Narradora. Hija de un sobrino de don Juan M a­ españoles, y ha realizado importantísimos estu­
nuel*, contó su vida en unas Memorias, una dios sobre literatura medieval y pastoril (véase
suerte de documento notarial finalizado hacia NOVELA PASTORIL). De entre sus muchas obras,
1402, que, en tono documental y conciso, supone destacan el estudio y edición del manuscrito del
la prim era autobiografía redactada en España. siglo xv, de Ruy González de Clavijo*, Emba­
jada a Tamerlán (1943), Estudio crítico de «La
LÓPEZ CRESPI, Miquel (Sa Pobla, M allorca, Galatea», de Cervantes (1948), Introducción a
1946) la literatura medieval española (1953), quizá
Poeta, narrador y dramaturgo en lenguas catalana uno de sus textos más relevantes, Antología de
y española. Corresponsal de Radio España Inde­ epístolas (1961), M étrica española del siglo XX
pendiente en los años sesenta, estuvo ligado al (1969), Rubén Darío y la Edad Media (1971), la
Partido Comunista, lo que le supuso detenciones, edición de la obra de Jorge de Montemayor* Los
cárceles, para pasar después a otros grupos polí­ siete libros de La Diana (1971), Perspectiva so­
ticos siempre de izquierda marxista hasta que, en bre Pío Baroja (1972), La prosa m edieval
1978, ingresa en el Partido Socialista de M a­ (1974), Los libros de pastores en la literatura es­
llorca. Colaborador asiduo en la prensa mallor­ pañola (1974) y Las poéticas castellanas en la
quína, es un autor de obra numerosa y muy pre­ Edad Media (1984), entre otras.
miada, tanto de títulos en catalán como en
español, en la que destacan los poemarios: Poe­ LÓPEZ FERREIRO, Antonio (Santiago de Com-
mes de la presó (1977), Foc ifu m (1983), Pre­ postela, La Coruña, 1837-San Pedro de Vi-
mio María Manent, Tragí D ’Electricitat Contra­ lanova, La Coruña, 1910)
ria (1983), Premio Principat d ’Andorra, Océano Novelista en lenguas gallega y española. Histo­
sin orillas (1984), El seco pulso del tambor riador, arqueólogo, canónigo y archivero de la
(1984), Premio Nacional de Poesía Antonio catedral de Santiago, está considerado como el
González de Lama, Caminals d ’arena (1985) y más importante narrador gallego del siglo xix.
Tatuatges, Límites y Silencios, los tres publica­ Creador de la revista Galicia Histórica, fue autor
dos en 1987. De sus obras narrativas, destacan: de novelas históricas muy bien ambientadas,
La guerra ju st acaba de comenqar (1974), los re­ acaso por la cantidad de documentos que pudo
latos de H istories p er a no anar mai a / ’escola m anejar gracias a su trabajo como archivero.
(1984), El canvi (1984), Premio Pompeu Fabra, Destacan, en su producción vernácula, títulos
y Paisatges de Sorra (1987), VIII Premio Joanot como A tecedeira de Bonaval (1894), tenida por
M artorell, entre otras. Como autor dramático la m ejor novela del Rexurdimiento gallego,
merecen mención Ara, a qui Toca? (1972), Pre­ O castelo de Pambre (1895) y O niño de pom-
507 LÓPEZ DE HARO

bas (1905). De su producción en español debe caciones, entre ellas Manantial, su labor crítica
m encionarse su m onumental Historia de la le ha llevado a publicar variados estudios y anto­
santa A. M. iglesia de Santiago de Compostela logías sobre la poesía erótica y amorosa espa­
(1898-1910; 11 vols.). ñola, tales como: Medio siglo de poesía amorosa
española (1959), Poesía amorosa (1967) y Poe­
LÓPEZ GARCÍA, Bernardo (Jaén, 1840-Madrid, sía erótica en la España del siglo xx (1978). En­
1870) tre sus poemarios, destacan: La soledad y el re­
Poeta. De sentido del humor refinado y gran li­ cuerdo (1951), Signo de amor (1954), Nuevos
rismo, aunque excesivamente retórico y barroco, poem as de amor (1972), Dios entre la niebla
debe su fama al poema «El dos de mayo», escrito (1952-1972) (1973) y Antología poética (1947-
en décimas de gran sonoridad y entusiasmo. Es­ 1979) (1981). Es autor, asimismo, del volumen
tos versos se encuentran en Poesías (1867), vo­ de narrativa Antología de relatos marroquíes
lumen al que, en 1880, postumamente, se añadie­ (1985). Entre otros premios, ha recibido el Na­
ron nuevas poesías. cional de Periodismo.

LÓPEZ DE GOMARA, Francisco (Gom ara, S o ­ LÓPEZ GRADOLÍ, Alfonso (Valencia, 1943)
ria, 1511 -Valladolid/Sevilla?, 1566?) Poeta. Licenciado en Derecho, ha publicado poe­
Historiador y cronista. Enseñó lenguas clásicas mas y relatos en diversas revistas literarias. Au­
en Alcalá, se ordenó sacerdote y visitó Roma, tor de una poesía luminosa influida por el ámbito
Argel — acompañando al Emperador— y Ambe­ mediterráneo, destacan los poemarios: El sabor
res, en donde se vio preso, y fue secretario y ca­ del sol (1968), Los instantes (1969), finalista del
pellán de Hernán Cortés* al regreso de este del Premio Álamo, Quizá Brigitte Bardot venga a
Nuevo Mundo. Formado en las letras clásicas, su tomar una copa esta noche (1971; reed., 1977),
visión de la Historia está mediatizada por el con­ libro experimental que interrumpe su itinerario
cepto clásico del héroe. En su obra fundamental, poético, Las señales del tiempo (1971), El aire
Historia de las Indias y conquista de México sombrío (1975), Poemas mediterráneos (1977),
(Zaragoza, 1552), exalta de forma épica la figura Una muchacha rodeada de espigas (1977), Las
de Cortés, atento únicam ente a los grandes he­ palabras (1978), Las cosas que mueren (1982),
chos y no a los detalles que puedan distorsionar­ Al-B asit (1982), Las señales de fuego (1985),
los, por lo que se resiente la objetividad. Este en­ Una sucesión de encuentros (1997), Los signos
foque, que implica el oscurecimiento del resto de de la soledad (2000) y Los bosques de la memo­
protagonistas de los acontecimientos, fue lo que ria: poesía 1968-2000 (2001), amplia selección
llevó a Bernal Díaz del Castillo* a escribir su de sus libros anteriores. Es autor, asimismo, de
Historia verdadera de la conquista de la Nueva una Guía secreta de Valencia (1974; reed.,
España, en la cual se pretende dar la visión del 1975), reportaje humorístico y desenfadado
hombre de acción. La de Gomara es la obra de sobre su ciudad natal, y de un Diccionario de lu­
un humanista, de estilo claro, crítica con las gares comunes (1977), divertida y original co­
fuentes que emplea y obsesionada por una preci­ lección de opiniones literarias ordenadas alfabé­
sión que se ve no obstante dificultada por el he­ ticamente.
cho de que su autor no presenciara directamente
lo que cuenta. En la primera parte se narran los LÓPEZ DE HARO, Diego (segunda mitad siglo xv)
descubrimientos hasta 1522 y, ya en la segunda, Poeta. Noble, fue gobernador de los Reyes Cató­
la conquista de México. Requisada la obra por la licos en Galicia, embajador en Roma y participó
Inquisición, a causa de las críticas que contenía a en la reconquista de Granada. Su poesía, propia
algunas decisiones de Carlos V, Gomara rehizo de justas y torneos, deja ver la influencia del
el texto para la segunda edición, publicada en Sa­ marqués de Santillana*. La mayor parte de sus
lamanca en 1568. Otras obras suyas fueron: Re­ versos fueron recogidos por Hernando del Casti­
lación de las conquistas de Hernán Cortés (Mé­ llo* en su Cancionero general (véase CANCIO­
xico, 1826) y Crónica de los Barbarroja, editada NERO) (Valencia, 1511), si bien escribió un Tes­
en el volumen VI del M emorial histórico espa­ tamento de amores, y un Aviso para cuerdos,
ñol (1853). formado por coplas que suman un total de nove­
cientos cuatro versos pronunciados, en diálogo
LÓPEZ GORGÉ, Jacinto (Alicante, 1925) con el autor, por personajes históricos y bíblicos
Poeta y crítico. Estudió el bachillerato en Valen­ como Cristo, Mahoma, Julio César o Adán y
cia y en M elilla, ciudad esta últim a en la que Eva. Fue, como poeta, duramente criticado por
también estudió M agisterio y que será determ i­ Garci Sánchez de Badajoz* en su Infierno de
nante como entorno vivo presente en su poesía amadores. Sus poemas se editaron, en 1882, en
posterior. Fundador y director de diversas publi­ dos volúmenes.
LÓPEZ DE HARO 508

LÓPEZ DE HARO, Rafael (San Clemente, Cuenca, netos, octosílabos, octavas, epístolas, églogas y
1876-Madrid, 1967) canciones, es siempre de tono desencantado. Pu­
Novelista y dramaturgo. Notario de profesión, su blicó un Cancionero (1586) y, con su nombre, se
obra se inspira en el realismo de Felipe Trigo*. imprimió, en Barcelona en 1615, una Relación
Considerado un naturalista, aunque con toques en romancillo.
galantes, sus textos tratan violentamente asuntos
esnobs. Sus novelas, después de En un lugar de LÓPEZ MARÍN, Enrique (Logroño, 1867-Ma-
la Mancha (1906), con la que se dio a conocer, dríd, 1919)
fueron divididas por él mismo en tres ciclos: Dramaturgo. Director de El Diablo Mundo y au­
«Novelas de la vida», entre las que destacan D o­ tor de obra numerosa — casi un centenar de pie­
minadoras (1907), durísimo análisis de la rapa­ zas— , en su m ayoría del género chico*, deben
cidad femenina, Pero el amor se va (1923) y Eva recordarse El enigma (1895), La japonesa
libertaria (1933); «Novelas de la carne», ciclo (1895), Charivari (1896), M adrid cómico
en el que deben recordarse títulos como El salto (1896), El tío Pepe (1897), Copito de nieve
de la novia (1908), Floración (1909), ataque a la (1903) y Vida galante (1903). Fue autor, asi­
frigidez de las m ujeres españolas, Entre todas mismo, de Cuplés y canciones (1911) y del re­
las mujeres (1910), Poseída (1911), un canto a pertorio de argumentos ¡Anda, la ópera! (1911),
los instintos bestiales, y La Venus míenle (1919); prologado por Jacinto Benavente*.
y «Novelas de las almas», en el que están, entre
otras, Sirena (1910), Ante el Cristo de Limpias LÓPEZ DE MENDOZA, íñigo -> SANTILLANA,
(1923), Adán, Eva y yo (1939) y Entredós marqués de.
(1955). De sus piezas teatrales destacan: Ser o
no ser (1926), La novia de ayer (1926) y Una LÓPEZ MONDÉJAR, Lola (Murcia, 1958)
conquista difícil (1931). En 1949 se editaron sus Narradora. Psicoanalista de profesión y presi­
Novelas escogidas. denta de la Asociación Murciana de Salud M en­
tal, debutó en 1997 con la novela Una casa en La
LÓPEZ DE HOYOS, Juan (Madrid, ?-1583) Habana, en la cual abordaba la historia de un de­
Profesor de Cervantes*, este sacerdote fue maes­ samor para analizar, con estilo contenido, la re­
tro de humanidades en el Estudio de M adrid y, cuperación de las ilusiones perdidas. A ella si­
desde 1580, párroco de San Andrés. Parece ser guió Yo nací con la Bossa Nova (2000), novela
que se trataba de un erasm ista de espíritu tole­ de iniciación, que aborda el proceso de cambio
rante. Destacan sus compilaciones de homenajes que supone el crecimiento y el descubrimiento.
oficiales Relación de la muerte y honras fú n e ­
bres del S. S. príncipe don Carlos, hijo de la M a­ LÓPEZ-MOZO, Jerónimo (Gerona, 1942)
jestad del Católico rey Don Felipe el segundo Dramaturgo. Representante del Nuevo Teatro
nuestro señor (1568), Historia y relación verda­ Español, un conjunto de autores que en los años
dera de la enfermedad, felicísimo tránsito y sun­ sesenta mantenía un cierto compromiso social,
tuosas exequias fúnebres de la serenísima reina pero que rechazaba la estética realista, se formó
de España doña Isabel de Valois (1569), obra en el teatro independiente, lo que dota a sus tex­
que incluye cuatro poemas del autor del Quijote, tos de un gran eclecticismo en el que se dan cita,
y Real aparato, y suntuoso recibimiento con que de modo equilibrado, influencias — de Brecht,
Madrid... recibió a la serenísima reina doña Ana Artaud o Peter Weiss, entre otros— , herencias
de Austria (1572). diversas y técnicas avanzadas, tales como las del
teatro épico, del Living Theatre, del happening,
LÓPEZ DE JEREZ, Francisco -» Véase JEREZ, del absurdo, del teatro-documento, etc. Sus obras
Francisco López de. resultan rigurosas, de gran calidad literaria y con
una compleja y original poética escénica, todo
LÓPEZ MAESTRO, Antonio Félix —>Véase M A­ ello, en ocasiones, al servicio de una dura crítica
NILLA, Antonio. a la situación socio-política española y, siempre,
en una constante búsqueda de nuevas formas de
LÓPEZ MALDONADO, Gabriel (Toledo?, ?-?, expresión teatral. Destacan, entre otros, títulos
d. de 1615?) como: Los novios o la teoría de los números
Poeta. Célebre por ser mencionado por el cura en combinatorios (1965), M oncho y Mirni (1967),
el escrutinio del Quijote como buen cantor de Premio Sitges, Negro en quince tiempos (1967),
versos, se sabe de él que vivió en la corte antes Los sedientos (1967), El testamento (1969), El
de 1585 y que, en Valencia, en 1591, era miem­ retorno (1969), Matadero solemne (1969), con­
bro de la Academia de los Nocturnos con el seu­ siderada la mejor de sus obras y galardonada con
dónimo de Sincero. Su poesía, formada por so­ el Premio Arniches del Ayuntamiento de A li­
509 LÓPEZ PELEGRÍN

cante, Collage occidental (1969), que fue Premio paña. Destacan poemarios como: D ejad crecer
Nacional de Teatro para Autores Universitarios, este silencio (1952), con el que obtuvo un accésit
Crap, fábrica de municiones (1969), finalista del del Premio Adonais, M i corazón se llama
Premio Guipúzcoa, M aniquí (1970), Anarchia Cudillero (1961; reed., 1986), Pongo la mano so­
36 (1971), Parece cosa de brujas (1973), Los f a ­ bre España (1961), finalista del Premio Interna­
bricantes de héroes se reúnen a com er (1975), cional Omegna, Canciones del amor prohibido
Como reses (1987), estas tres últimas escritas en (1961), Asilo poético (1990) y Ecólogas y urba­
colaboración con Luis M atilla*, D. J. (1987), nas (1996), a los que hay que añadir, en edición
Premio Castilla-La Mancha, Bagajes (1989), postuma, El tiempo de mi vida (2002), en el que
Premio Enrique Llovet de la Diputación de M á­ se reunió gran parte de su obra poética a modo
laga, Eloídes (1991), que fue Premio Hermanos de antología. Hay que tener presentes, asi­
Machado, Yo, maldita india... (1992), con la que mismo, sus novelas Central eléctrica (1957), fi­
obtuvo el Prem io Álvarez Quintero de la Real nalista del Premio Nadal, El hijo (1967) y La
Academia Española, Ahlán (1996), Premio Tirso hoja de parra (1973), a las que hay que añadir
de M olina, y Sin techo (1999). Es autor, asi­ su novela postuma El homóvil (20Ó2), sorpren­
mismo, del ensayo Teatro de barrio/teatro cam­ dente ejercicio literario que aúna el realismo y
pesino (1976). En 1997 recibió el Premio Nacio­ la ciencia-ficción. Hay que mencionar los volú­
nal de Literatura Dramática. menes de relatos Lucha por la respiración y
otros ejercicios narrativos (1980) y Lucha con­
LÓPEZ PACHECO, Jesús (Madrid, 1930-Ca- tra el murciélago y otros cuentos (1989), donde
nadá, 1997) aparecen tres fragmentos de lo que sería la men­
Poeta y narrador. Licenciado en Filología Romá­ cionada novela El homóvil. En 1955 obtuvo el
nica por la Universidad de Madrid, colaboró en Premio Sésamo de Cuentos con M aniquí per­
diferentes editoriales y fue uno de los difusores fecto. Es autor de la obra teatral infantil Jugue­
de la cultura italiana en España — lo que le su­ tes en la frontera (1965).
puso el Prem io de la Embajada de Italia en
1966— , traductor y profesor de Literatura Espa­ LÓPEZ DE PALACIOS RUBIOS, Juan -> Véase
ñola en Canadá, adonde hubo de exiliarse en PALACIOS RUBIOS, Juan López de.
1968, fecha a partir de la cual fue siempre censu­
rado y maldito en España. Antes había sido LÓPEZ PARADA, Esperanza (Madrid, 1962)
miembro del Partido Comunista y estado en pri­ Poetisa. Doctora en Literatura H ispanoameri­
sión. Su obra, tanto poética como novelística, se cana por la Universidad Complutense de Madrid,
circunscribe en el ámbito de la literatura del rea­ en la que es profesora de dicha materia desde
lismo* social de la Generación del 50*, siempre 1998, ha desempeñado su labor crítica literaria
con matices de una ironía profunda, no exenta de en diferentes publicaciones, tales como El País,
cierta amargura. Con enormes problemas de cen­ Diario 16 y ABC, y colaborado, además, en El
sura durante el franquism o, como ya hemos Urogallo, Revista de Occidente, Ínsula o El Crí­
anunciado, su actividad poética se vio olvidada tico, entre otras revistas. Con lenguaje intenso y
cuando se desvaneció el grupo de los autores del capacidad de asombro ante el mundo, la poesía
mencionado realismo social en España, mientras de López Parada se convierte en un lujo de imá­
él ya vivía en Canadá. Respecto a su poesía so­ genes tangibles, ofrecidas con una palabra conte­
cial cabe decir que ha ido envejeciendo, acaso nida y concisa, minuciosa, clara, en contacto con
porque su com prom iso era más agresivo, más lo que la autora ve y sin caer en retóricas senti­
marxista, por así decirlo, que el de muchos de mentales. Incluida en diferentes antologías, des­
sus compañeros de generación. Y así continuó, tacas sus poemarios: Como fru to de fronteras
con una poesía crítica contra el capitalism o, (1984), Género de medallas (1985), La cinta
desde postulados claram ente marxistas, en un roja (1987), Los tres días (1994) y El encargo
compromiso político pleno que lo llevó a soñar (2001). Es autora, asimismo, de ensayos de su
con que la poesía cambiara el mundo y que hizo especialidad, entre los que destaca: Una mirada
que el mundo se olvidara de él, relegándolo al al sesgo: la literatura hispanoamericana desde
papel de una figura menor en el coro de voces de los márgenes (1999).
la poesía social que bulló durante algunos años
en la España de Franco. De todos modos, a partir LÓPEZ PELEGRÍN, Santos (Cobeta, Guadala-
de su llegada a Canadá, fue desarrollándose un jara, 1801 -Aranjuez, Madrid, 1846)
proceso de escritura nuevo, en el que se acentua­ Poeta. Autor satírico a quien se conoce por el
ron la parodia y la ironía, siempre desencantadas, seudónimo de Abenámar y cuyas obras más co­
que desembocaron en actitudes claramente polé­ nocidas son Poesías (1842) y Filosofía de los to­
micas respecto al rumbo que iba tomando Es­ ros (1842).
LÓPEZ-PICÓ 510

LÓPEZ-PICÓ, Josep María (Barcelona, 1886- unidades. En cualquier caso, su influencia poste­
1959) rior fue decisiva, tanto que determinó las crea­
Poeta y narrador en lengua catalana. Fue uno de ciones literarias del mismísimo Cervantes*.
los principales difusores de la estética del «nou-
centismo» desde La Revista. Influido en sus co­ LÓPEZ PINILLOS, José (Sevilla, 1875-Madrid,
mienzos por el parnasianismo y el decadentismo, 1922)
a partir de 1915 sus poemarios tienden ya al inti- Narrador y dramaturgo. Dejó sus estudios de De­
mismo y a la poesía pura, pasando por un pe­ recho por carecer de recursos económicos y, tras
ríodo metafísico que terminaría, al final de sus trasladarse a Madrid en 1898, comenzó a colabo­
días, con unas concepciones cristianas ortodo­ rar en diferentes publicaciones con el seudónimo
xas. No obstante, siempre mantuvo una concep­ de Parmeno y creó un modo personal de realizar
ción intelectualizada de lo poético, atenta a la entrevistas. Su literatura, tanto las novelas como
perfección formal. Destacan libros de versos las piezas teatrales, es de un realismo violento,
como: Intermezzo galant (1910), Turment-Fro- fuertemente crítica a la hora de denunciar tanto
ment (1910), A m or senyor (1912), L ’ofrena los excesos y corrupciones sociales cuanto la
(1915), El retorn (1921), Elegía (1925) y L ’oci opresión e injusticia en que viven las clases más
de la paraula (1927), entre otros. Fue autor, asi­ desfavorecidas; no obstante, el tono es a veces
mismo, de obra en prosa, de la que destacan sus tan excesivo que llega a extremos de un tremen­
libros de narraciones Lleures barcelonins (1921) dismo efectista. El vocabulario es crudo y rico
y Les prim eres bones f estes (1934), además de en arcaísmos, los diálogos rotundos y brutales,
los ensayos Moralitats i pretextos (1917) o Entre todo ello desarrollado en ambientes sombríos.
la crítica i l ’ideal (1922). Destacan, además de novelas largas como Doña
Mesalina (1910), Las águilas (1911) y £7 lucha­
LÓPEZ PINCIANO, Alonso ( Valladolid, 1547- dor (1916), y las breves Frente al mar (1907), La
d. de 1627) sangre de Cristo (1907), Los enemigos (1908),
Preceptista y traductor. Llamado el Pinciano por El ladronzuelo (1911), El chiquito de los quie­
ser natural de Valladolid (Pintia se llamaba a una bros (1912), Ojo por ojo (1915) y Cintas rojas
mansión romana que se creía, equivocadamente, (1916), los dramas, muchos de ellos situados en
estaba ubicada en Valladolid, de ahí que Pincia un entorno rural andaluz, Hacia la dicha (1910),
sea uno de los modos de denominar a dicha ciu­ La casta (1912), El pantano (1913), Nuestro ene­
dad). Fue médico de la hermana de Felipe II y es­ migo (1913), La otra vida (1915), A tiro limpio
posa de Maximiliano II, la emperatriz doña Ma­ (1918), Esclavitud (1918), La red (1920), La tie­
ría. Gran erudito, está considerado uno de los rra (1921), El caudal de los hijos (1922) y, estre­
más importantes teóricos de la literatura del Re­ nada postumamente, Embrujamiento (1923), que
nacimiento y el creador de la filosofía literaria fue su mayor éxito teatral.
en España. Aunque tradujo, por su doble condi­
ción de helenista y de médico, los Pronósticos de LÓPEZ PRECIOSO, Juan Luis (Hellín, Albacete,
Hipócrates en su Hippocratis Prognosticum 1955)
(1596) y a Tucídides y Horacio (1591), y escri­ Poeta. Periodista especializado en temas cultura­
bió el poema épico castellano El Pelayo (Madrid, les, reside en Murcia desde niño. Autor en quien
1605), su obra fundamental es Philosophía Anti­ destaca la depuración formal de su verso, la con­
gua Poética (Madrid, 1596). Se trata de una pre­ cisión y la honda emotividad sensitiva. Incluido
ceptiva literaria, escrita en trece epístolas dialo­ en diferentes antologías, hay que mencionar sus
gadas, en la que el acercamiento a Aristóteles va poemarios Luminaria (1997), que fue recono­
más allá del mero hecho de conocer a sus comen­ cido como Libro Murciano del Año, Territorio
taristas italianos. Enterado, también a fondo, de interior (1998), galardonado con el Premio
las teorías de Platón, Horacio, de los com enta­ Emma Egea, y Trasluz (2001), Premio Francisco
rios del humanista Antonio Minturno, de Giro- Sánchez Bautista.
lamo Fracastoro y de Torquato Tasso en sus Dis-
corsi d ell’arte poética (1565-1566), el Pinciano LÓPEZ DE RECALDE, íñigo Véase IG N AC IO
va analizando en su obra diversos aspectos lite­ DE LOYOLA, san.
rarios, tales como la defensa de la imitación, la
verosimilitud, la métrica, el didactismo, la trage­ LÓPEZ-ROBERTS, Mauricio (Niza, Francia,
dia, la comedia, la épica, etc. Se ha dicho que su 1873-Madrid, 1940)
propósito al escribir esta obra era frenar, con una Novelista. Marqués de Torrehermosa, además de
defensa del clasicism o, el éxito de Lope de diplomático, ejerció la crítica de arte y el perio­
Vega* en aquel momento, así como responder a dismo. Influido por Pérez Galdós*, escribió no­
las críticas de este a la teoría aristotélica de las velas sobre la clase media y sus cotidianidades, a
511 LÓPEZ SALINAS

veces cercanas a la estética decadentista finise­ rior, en colaboración con Eduardo Ugarte. Des­
cular. Destacan títulos como: El porvenir de tacan en su producción obras como A lberto
Paco Tudela (1903), La novela de Lino Arnaiz (1949), Celos del aire (1950), Premio Fastenrath
(1905), El vagón de Tespis (1906), Doña M arti­ de la Real Academia Española, Veinte y cuarenta
rio (1907), El verdadero hogar (1917), El novio (1951), Una madeja de lana azul celeste (1951),
(1920) y El ave blanca (1922). Cena de Navidad (1952), El remedio en la me­
moria (1952), La venda en los ojos (1954), Pre­
LÓPEZ DE RONCESVALLES, García (N avarra?, mio Nacional de Teatro, La otra orilla (1954),
?-?, 1437) Premio Álvarez Quintero, El caballero de Bara­
Tesorero de Carlos III de Navarra. Autor de una ja s (1956), Las manos son inocentes (1958), el
breve Crónica (1404) de Navarra en la que hace único drama que escribió, Un trono para Christy
una apología de los reyes. Fue la fuente principal (1959), Diana está comunicando (1960), Esta
de la obra cronística de Carlos de Viana*. noche, tampoco (1961) y Nunca es tarde (1964).
Fue, asimismo, autor de la novela Roque Six
LÓPEZ RUBIO, José (Motril, G ranada, 1903- (1928), muy influida por el ya mencionado Gó­
1996) mez de la Sema, y traductor de obras de Moliere,
Dramaturgo y narrador. Estudió Derecho en la Oscar Wilde, Henri de Montherlant, Arthur Mi-
Universidad de Madrid, al tiempo que frecuen­ 11er, William Faulkner y Jaques Deval, entre
taba las tertulias literarias de la época. Colaboró otros; sus obras, a su vez, se han traducido y re­
en prensa con relatos — que se recopilarían en presentado en diferentes países.
Cuentos inverosím iles (1924)— y artículos de
un humorismo en la línea de Ramón Gómez de la LÓPEZ DE SAA, Leopoldo (Medina de Pomar,
Serna* y Jardiel Poncela* — de quienes fue Burgos, 1870-Madrid, 1936)
amigo— , concretamente en publicaciones como Novelista. Colaborador de las más importantes
Buen Humor, La Estafeta, Blanco y Negro, Los publicaciones de la época, tales como El Liberal,
lunes del Imparcial, El Sol y La Nación, entre Blanco y Negro o La Ilustración Española y
otras muchas. En 1930 es contratado por la M e­ Americana, entre otras, fue director de Pan y To­
tro Goldwyn M ayer para dialogar películas en ros. De entre sus obras, siempre ingeniosas y en
español en Hollywood; poco después, ficha por la línea del folletín* y del costumbrismo*, desta­
la Fox Film Corporation y colabora con ellos en can, además de la zarzuela M inué real (1918) y
num erosas películas. Su relación con el cine algunos cuentos, las novelas: El ciudadano Flor
continuará después en M éxico, en Cuba y, de Lis (1904), Carne de relieve (1912), Los in­
desde 1940, año en que regresó a España para dianos vuelven (1915) y Bruja de amor (1917).
dirigir la versión cinem atográfica de La M al­
querida, de Jacinto Benavente*, en nuestro LÓPEZ DE SALAMANCA, Juan (Salamanca, h.
país, donde escribió guiones, dirigió películas y 1385-Plasencia, Cáceres, 1479)
colaboró en las más prestigiosas revistas del Tratadista. Dominico, fue prefecto de estudios en
grem io, adem ás de en La Codorniz o en ABC. el convento de Salamanca y confesor de doña
Es a partir de 1949 cuando se dedica de lleno al Leonor de Pimentel. Hay que mencionar, además
teatro, aunque continuaría relacionado con el de una biografía, hoy perdida, de san Vicente Fe-
mundo del cine y, desde su aparición, con la te­ rrer, su tratado Concepción e nascencia de la Vir­
levisión. En 1982 fue elegido m iem bro de la gen y dos series de Evangelios moralizados, la
Real Academia Española. prim era publicada en Zamora en 1490 y la se­
Su teatro posterior a la guerra, aunque irónico, gunda conservada como manuscrito. Esta última
de gran calidad y con un excelente manejo del obra contiene dramatizaciones y ejemplos típi­
idioma, representa los valores del público bur­ cos de los sermones.
gués al que va dirigido. No obstante, la dinámica
de las obras, perfectamente construidas, es ágil y LÓPEZ SALINAS, Armando (Madrid, 1925)
el tono amable, al modo en que lo es en el teatro Novelista. Estudió el bachillerato durante la
benaventino, del que es continuador el de López G uerra Civil y militó en el Partido Comunista.
Rubio, así como lo será el de Ruiz Iriarte*. El Al término de esta, trabajó en oficios diversos y
tema central de sus comedias suele ser el amor, colaboró en distintas publicaciones como Cua­
con sus deleites y desengaños. Con su primera dernos para el Diálogo, Triunfo o Sábado Grá­
comedia, De la noche a la mañana (1928), con­ fico, entre otras, además de algunas extranjeras:
siguió el Primer Premio en el Concurso de Auto­ Secolul y Paese Sera. Como narrador, fue en su
res Noveles convocado por el diario ABC, lo que momento uno de los impulsores del realismo so­
supuso el reconocimiento para su segunda obra: cial con novelas comprometidas y duramente crí­
La casa de naipes (1930), escrita, como la ante­ ticas en las que analiza la situación de las clases
512
LÓPEZ SANCHO

trabajadoras. Dos son las novelas que ha editado, venganzas. En los mismos escenarios y pareci­
La mina (1960), finalista del Premio Nadal, y das circunstancias se desarrollan sus novelas La
Año tras año (1962), Premio Ruedo Ibérico. Pos­ llamada del almuédano (1990; reed., 2002), que
teriormente, ha escrito libros de viajes, en la tra­ fue Premio Ateneo de Sevilla en 1989 y donde se
dición de alguno de los autores de la Generación ocupa de la emigración española en el Magreb, y
del 98*, aunque con carácter documental y moti­ ¿Qué buscabais en M arrakech? (2000; reed.,
vados por sus preocupaciones sociales. De entre 2001), con la que quedó finalista del Premio
ellos, destacan: Caminando p or las Hurdes Café Gijón. A estas hay que añadir Celanova 42
(1960), escrito en colaboración con Antonio Fe- (1993), en la que, de forma completamente dife­
rres*, Por el río abajo (1966), con Alfonso rente, se ocupa de las vivencias de una niña en la
Grosso*, y Viaje al país gallego (1967), en cola­ posguerra española. Es famosa, asimismo, por
boración con Javier Alfaya*. Es autor, asimismo, las novelas infantiles Meriem y la ruta fantástica
del relato Aquel abril (1959), Premio Acento de (1991; reed., 2003) y En el país de M eriem
Cuentos, de la obra teatral para niños El pincel (1998; reed., 2003), en las que incide en esa mez­
mágico (1965), que fue llevada a televisión, de cla de exotismo, fantasía y humor, con diálogos
unas Estampas madrileñas (1965), del ensayo La vivaces, aventuras constantes y buen gusto que
alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura caracteriza también sus relatos para adultos, y a
(1977) y de una Antología (1977) de Larra*. Sus las que hay que añadir Los mil y un cuentos de
libros han sido traducidos a numerosas lenguas, Meriem (2003).
entre las que se cuentan el inglés, el francés, el
ruso, el checo, el polaco o el rumano. LÓPEZ DE SEDAÑO, José (siglo xvm)
Traductor y dramaturgo. A menudo se le con­
LÓPEZ SANCHO, Lorenzo (Asiorga, León, 1910- funde con Juan José López de Sedaño*, si bien
Madrid, 2001) hay claras diferencias entre ambos. El que ahora
Dramaturgo. Periodista, fue crítico teatral y de­ nos ocupa no es un defensor del Neoclasicismo.
portivo y cronista oficial de la Villa de Madrid. Escribió, además de las comedias M arta apa­
Su actividad profesional comenzó en El Faro As- rente y El huérfano inglés (1796), la tragedia La
torgano, del que pasó a El Ideal Gallego en silesia, pero donde más destacó fue en sus tra­
1944; posteriormente, fue corresponsal de La ducciones — comúnmente atribuidas al otro Ló­
Vanguardia en París y de A B C en diferentes pez de Sedaño— , principalmente las de El deser­
países de Europa y América. Fue en este diario tor (1793), del anticlasicista francés del xvm
donde se hizo célebre por sus críticas teatrales, a Louis Sébastien M ercier, y La posadera fe liz
las que se sumarían después las cinem atográfi­ (1799), del com ediógrafo veneciano, también
cas. Trabajó asimismo en RNE en La Coruña, del xvm, Cario Goldoni.
ciudad en la que fundó la revista La Rosa de los
Vientos. Escribió libros de cuentos, entre ellos LÓPEZ DE SEDAÑO, Juan José (Villoslada, Lo­
Binomio sentimental, libros de reportajes y guio­ groño, 1729-Madrid, 1801)
nes para televisión, si bien destaca en el mundo Dramaturgo. Estudió en Salamanca y, por media­
teatral con su obra Aurelia o la libertad de soñar. ción de Esquilache, ingresó en la Biblioteca
Real, actual Biblioteca Nacional. Fue hombre in­
LÓPEZ SARASÚA, Concha (?; 1932) fluyente e intervino en algunas polémicas litera­
Narradora. Especialista en cuestiones m arro­ rias con Vicente de los Ríos* y, sobre todo, con
quíes y enamorada de todo el mundo que cir­ Tomás de lriarte*, a quien se enfrentó por su
cunda ese país, es autora de lenguaje brillante y texto Donde las dan las toman, escrito para
grandes dotes descriptivas, en cuyos textos esa censurar su Parnaso español, y al que López de
pasión suya por el Magreb ha quedado reflejada Sedaño respondió con Coloquios de Espina
desde la primera hasta la última página. Hay que (M álaga, 1785; 4 vols.), obra firm ada con el
señalar de ella los libros de relatos A vuelo de pá ­ seudónimo de Juan María Chavero y Eslava de
jaro sobre Marruecos (1995), en el que se ofrece Ronda. Participó, asimismo, en la publicación
una visión entre legendaria y costum brista de satírica Belianís Literario con el seudónimo de
Marruecos, y La daga turca y otros relatos medi­ Patricio Bueno de Castilla. Escribió ciertos estu­
terráneos (1996), en el que, inspirándose en el dios sobre investigación arqueológica, la trage­
ambiente magrebí, mezcla con buen hacer rea­ dia Jahel (1763), obra de tema bíblico escrita en
lismo* y relato fantástico, todo ello con un len­ endecasílabos sueltos y cuyo prólogo es, en sí
guaje de gran naturalidad y jugando con los mismo, un tratado de la estética neoclásica y su
argumentos, dosificando el misterio y caracteri­ afán de enseñar y deleitar, y la comedia El m i­
zando con precisión a los personajes, siempre sántropo (1775), entre otras. Pero su obra funda­
moviéndose entre amores, pasiones, ensueños y mental es la antología de poetas del Siglo de Oro
513 LÓPEZ SOLER

(véase EDAD DE ORO) Parnaso español. Colec­ voltosa (1897), escrito con Shaw, con quien tam­
ción de poesías escogidas de los más célebres bién escribió Las bravias (1896), La chavala
poetas castellanos (1768-1778; 9 vols.), que in­ (1898) o Los buenos mozos (1900), y el sainete,
cluye una traducción de Vicente Espinel* de la escrito en colaboración con Jackson Veyán, El
Epístola a los Pisones, de Horacio, considerada barquillero (1900). También colaboró con Car­
una de las poéticas más importantes junto a la de los Ámiches* y mereció los elogios de Juan Va-
Aristóteles. Aunque útil, la obra es defectuosa, lera* en sus Ecos argentinos (1901).
ya que de ella están excluidos los poetas medie­
vales, cancioneriles y de Romancero, si bien dio LÓPEZ SOLER, Ramón (M anresa, Barcelona,
a conocer no pocos m anuscritos inéditos de la 1806-Madrid, 1836)
mencionada Biblioteca Real. Asimismo, y en esa Novelista. Estudió Leyes en Cervera y escribió
tendencia a defender la literatura española, pu­ en la publicación madrileña Revista Española.
blicó un Discurso andante en defensa de algu­ C onsiderado una de las figuras fundamentales
nos puntos de nuestra bella literatura (1785). del Romanticismo* en España, fue el fundador,
con Aribau*, de El Europeo en 1823, y, en 1833,
LÓPEZ DE SERANTES, Josefina (La Coruña, de El Vapor, dos publicaciones claves para la di­
1922-1998) fusión de la estética romántica. A él se debe la
Novelista. Sus inicios literarios fueron en el ám­ inauguración del género histórico de novela en
bito de la literatura infantil con cuentos que pu­ nuestro país según el modelo impuesto por Wal-
blicaba en diversas revistas. Posteriormente, su ter Scott, de quien comenzó, en 1828, una tra­
obra tomó otro rumbo con obras de pretensiones ducción de su Yvanhoe para un proyecto editorial
psicológicas aunque en exceso sentimentales. que sería prohibido por la censura. Para López
Destacan títulos como: Orgullo vencido (1948), Soler, en la Historia de España hay pasajes que,
D eber sagrado (1952), Un sueño de am or por sí mismos y en razón de su belleza, merecen
(1952), El misterio de Foretmer (1955), Volvie­ páginas literarias en las que justifica las exagera­
ron en primavera (1962), que fue radiada como ciones y anacronismos si, como consecuencia de
serial, El buen Papa Juan (1964), Benito Vicetto estos, se logra la amenidad e interés de la trama.
Iñorado (1978), Empezar a vivir (1985) y, escrita Poco a poco, la influencia inicial de Scott deja
en gallego, Vida e morte dun poeta (1986). paso a la de Victor Hugo, que se hará patente en
sus últimas novelas. En cualquier caso, debe
LÓPEZ SERRANO, Francisco (Épila, Zaragoza, mencionarse su capacidad para crear diálogos, su
1960) sentido estético del lenguaje y, acaso la más des­
Narrador. En sus cuentos, siempre con final sor­ tacada de sus habilidades, la elegancia con que
prendente, se sirve del sentido del humor y de combina, equilibrándolos, los elementos históri­
una prosa que bebe en las fuentes de los clásicos, cos y los novelescos. Destaca su obra Los ban­
aunque a veces usa de recursos propios de la cró­ dos de Castilla o El Caballero del Cisne (1830),
nica periodística, para ofrecer retratos costum ­ texto fundamental que sirve de inicio al género
bristas usando de la burla y de un humorismo a histórico en nuestra novelística y en cuyo pró­
veces demasiado disparatado y chistoso. Hay logo, verdadero manifiesto, encontramos el idea­
que mencionar el volumen El hígado de Shakes- rio romántico. La novela propiamente dicha se
perare (2000). desarrolla en la corte de Juan II, en la época de
don Alvaro de Luna. Tal fue el éxito de este li­
LÓPEZ SILVA, José (M adrid, 1860-Buenos A i­ bro, que, en 1832, publicó tres novelas cortas con
res, Argentina, 1925) el seudónimo de Don Gregorio Pérez de M i­
Dramaturgo y poeta. Colaborador del semanario randa, Enrique de Lorena, sobre el rey de Fran­
satírico Madrid Cómico, fue poeta festivo y cro­ cia Enrique III, Kar-Osmán, historia de los amo­
nista castizo. Escribió piezas teatrales del género ríos de un capitán griego con una española en el
chico, siempre de afán costumbrista y centradas siglo xvi, y Jaime el Barbudo, cuyo protagonista
en los rasgos más pintorescos del pueblo madri­ es un bandolero en la época de Fernando VII.
leño, en las que colaboró con Ricardo de la Hubo algunas más, como El primogénito de Al-
Vega*, Julio Pellicer, José Jackson Veyán* y Fer- burquerque (1833), centrada en los amores de
nández-Shaw*, entre otros. De sus poem arios, Pedro el Cruel y María de Padilla, si bien, del úl­
hoy olvidados, habría que m encionar M igajas tim o período victorhuguesco — y también fir­
(1890), Los barrios bajos (1896), Los Madriles m ada con el seudónimo mencionado— merece
(1896) o La musa del arroyo (1911). En cuanto a destacarse, sobre todo, La catedral de Sevilla
su teatro, merecen recordarse sus obras propias (1834), cuyo título es inevitablemente un recor­
Im calle de Toledo (1883), El estudiante (1907) y datorio del Nuestra Señora de París del autor
La vuelta de presidio (1908), el libreto de La Re­ francés, obra de la que aquella es heredera. Tras
LÓPEZ TORRES 514

su muerte, y aunque aparecieron las M emorias la Universidad Central desde 1912. En 1924 en­
del príncipe de Wolfer (1839), otros autores del tró a formar parte de la Real Academia Española.
género superaron al maestro y forzaron el olvido Hombre de gran cultura y erudición, además de
de su obra, entre ellos Navarro Villoslada* o En­ sus colaboraciones con Juan Valera*, el doctor
rique Gil y Carrasco*. Thebussem* y Narciso del Campillo* en la co­
lección «Cuentos y chascarrillos andaluces», de
LÓPEZ TORRES, Domingo (Tenerife, 1909-1937) los artículos suyos que aparecen en los volúme­
Poeta. Integrado en la corriente surrealista, cola­ nes Historia y viajes y Cosas de España y de su
boró en publicaciones como Cartones y Gaceta tratado taurino El espectáculo más nacional
de Arte. Asesinado en la Guerra Civil, sus obras (1899), destacan los volúmenes de cuentos y las
se publicaron postumamente. Así D iario de un novelas La decena del fra ile (1885), Chavala
sol de verano, con los poemas publicados en la (1893), El procurador Yerbabuena (1897) y La
prensa, y Lo imprevisto (1981). pelusa (1903).

LÓPEZ ÚBEDA, Juan -> Véase LÓPEZ DE ÚBEDA, LOPEZ DE VEGA, Antonio (Lisboa, h. 1586-Ma-
Juan. drid, h. 1655)
Poeta. Nada se sabe de él, salvo su participación
LÓPEZ DE ÚBEDA, Francisco (Toledo, 2.a mitad en certámenes poéticos de la época. El resto, su
siglo XVI-1 ° mitad del XVu) amistad con Lope de Vega* o que fuera secreta­
N ovelista. Apenas se sabe, salvo que era m é­ rio del condestable de Castilla, son suposiciones
dico, de este autor de quien se sospecha, por más o menos inverificables. Fue autor de Lírica
testim onio de N icolás Antonio*, que pertene­ poesía (Madrid, 1620), El perfecto señor. Sueño
cía a la Orden de los dom inicos. Su fam a se político (Madrid, 1626), obra en la línea de los
debe a su supuesta autoría del Libro de entrete­ consejos para el buen gobierno de príncipes, He-
nim iento de la picara Justina (M edina del ráclito y D emócrito de nuestro siglo (M adrid,
Campo, 1605), que, durante mucho tiem po, 1641), diálogo entre los dos filósofos, obras a
hasta las investigaciones de M arcel Bataillon, las que habría que añadir el manuscrito de otro
había sido atribuido al leonés fray Andrés Pé­ diálogo sobre diversas cuestiones: Paradojas
rez* e, incluso, al citado Nicolás Antonio, a pe­ racionales.
sar de que su nombre aparecía en la primera pá­
gina del texto. La obra es una sátira eficaz — de LÓPEZ-VEGA, Martín (Poo de Llanes, Asturias,
corte bufonesco, más que picaresco, y gran ri­ 1975)
queza lingüística— de las obsesiones genealó­ N arrador y poeta en bable y español. Estudió
gicas de las familias nobles, aunque adolece de F ilología H ispánica en la U niversidad de
torpezas arguméntales. Oviedo, en la que coordina el Taller de Letras.
Es coordinador, además, de la revista R eloj de
LÓPEZ DE ÚBEDA, Juan (Toledo, ?-d. de 1596) Arena. En su poesía lo onírico y lo real convi­
Poeta. Sus versos son, en gran medida, adapta­ ven en versos donde la visión del viaje con­
ciones a lo divino* de canciones populares, al densa su obsesión por el afán destructor del
modo en que lo encontramos en fray Ambrosio tiempo, todo ello apoyándose en una sólida
Montesino*. Entre sus obras, destacan el Can­ construcción cultural. Se trata de un poeta que
cionero general de la doctrina cristiana (Alcalá, puede adscribirse a la figuración más reciente
1579, 1586 y 1596), que reúne gran variedad de de la poesía española, con un lenguaje directo y
poesías a lo divino, el cancionero Vergel de flo ­ de tono coloquial que mezcla lecturas, lugares,
res divinas (Alcalá de Henares, 1582; edición co­ tiempos del recuerdo y naturalezas. Dicho tono
rregida y ampliada en 1588), en el que a las poe­ conversacional usa de num erosos referentes
sías de diversos autores, entre ellos fray Luis de culturales y aborda en muchas ocasiones la re­
León*, se suman las del propio López de Úbeda, flexión metapoética. Com binación, en fin, de
Coloquios: glosas, sonetos y romances, e una experiencia, memoria y cultura, como ejes y re­
Elegía del Alma... (Alcalá, 1586), Romance de ferentes de sus versos. Pese a su juventud, es
Nuestra Señora y de Santiago, patrón de España autor de una numerosa y sustanciosa obra poé­
(Cuenca, 1602) y R edondillas de los gloriosos tica, entre la que destacan títulos como: Poesía
mártires... (1602). y narraciones breves (1992), O bjetos roba­
dos (1994), Prem io A sturias Joven, Travesías
LÓPEZ VALDEMORO Y DE QUESADA, Juan (1996), Esiliu (1996-1997) (1998), Premio Cae-
Gualberto (M álaga, 1855-M adrid, 1935) bal, Les coraes de la roca (1999), escritos am ­
Novelista. Conde de las Navas, fue Bibliotecario bos en bable, el segundo de ellos en colabora­
Mayor de Palacio y catedrático de Paleografía en ción con Chechu G arcía, Los desvanes del
515 LÓPEZ DE ZÁRATE

mundo (1999), La emboscada (1999), Equipaje LÓPEZ DE YANGUAS, Hernán (Yanguas, S o­


de mano (2000), que es una suerte de traducción ria?, 1487?-?, 1550?)
personal de num erosos poetas, pero usándolos A utor teatral. Confundido erróneamente con el
como m áscara para su propia poesía, M ácula bachiller de la Pradilla*, fue maestro y tomó las
(2002) y Á rb o l desconocido (2002), galardo­ órdenes sacerdotales. López de Yanguas es, en
nado con el Prem io Em ilio A larcos, a los que su teatro, seguidor del de Juan del Encina* y Lu­
hay que añadir Cartas portuguesas (1998), una cas Fernández*. Sencillo en la Égloga en loor
suerte de diario o cajón de sastre que fue publi­ de la Natividad de Nuestro Señor (h. 1518), el
cando en un suplemento literario provincial du­ resto de sus piezas son más complejas y alegó­
rante una estancia universitaria en Braga; m is­ ricas con personajes como el Apetito y el
celánea, en fin, que demuestra no poco ingenio M undo, en ocasiones próximas a lo que habrá
y habilidad para el aforism o. Es autor, asi­ de ser el auto* sacramental. Tal es así en obras
mismo, de dos antologías: B otón de muestra: como: Farsa del mundo y moral (h. 1518), so­
pequeña antoloxía de lliteratura asturiana con­ bre el misterio de la Asunción, en la Farsa sa­
temporánea (1998) y Fruta del tiempo. A ntolo­ cram ental (h. 1520), escrita en coplas de arte
gía de poesía contem poránea en asturiano m ayor y considerada como el inicio de los
(2001), en la que se reúnen poesías de diversos m encionados autos, o en Farsa sobre la felice
autores que escriben en bable. nueva concordia y paz y concierto de nuestro
felicísim o emperador... y del... rey de Francia
LÓPEZ DE VILLALOBOS, Francisco (Villalobos, (1529), escrita con motivo de la tregua de
Zamora, 1473-?, h. 1549) Cambray del 15 de agosto de 1529. En su va­
Poeta, tratadista y traductor. De origen judío, lo riada y num erosa producción, destacan, ade­
que habría de traerle no pocos problemas con la más, el diálogo lucianesco D iálogo del m os­
Inquisición, se licenció en M edicina en la Uni­ quito (Valencia, 1521), las sentencias en verso
versidad de Salamanca y fue médico del duque de Los dichos o sentencias de los siete sabios
de Alba, de Fernando el Católico y de Carlos V. de Grecia (1549), la miscelánea a modo de re­
Moralista, sus textos, en los que supo recuperar franero, también en verso, Cincuenta vivas pre­
el espíritu discursivo aristotélico, evidencian una guntas con otras tantas respuestas (Valencia,
honda intención didáctica y un gran conoci­ 1550) y El «Nunc dimittis» trovado, diálogo en
m iento de la sociedad de su tiempo. Destacan, verso en el que rehace la Égloga de Plácida y
entre sus obras, el poema Sumario de la M edi­ Vitoriano de del Encina. Fue autor, asimismo,
cina (Salamanca, 1498), quinientas estrofas es­ de una adaptación de La nave de los locos, del
critas en romance trovado y considerado el pri­ poeta alemán Sebastian Brant, a la que tituló
m er poema didáctico castellano, en el que se Triumphos de locura (s. a.).
incluye Coplas sobre las pestíferas bubas, donde
quedan claras sus habilidades como poeta fes­ LÓPEZ DE ZÁRATE, Francisco (Logroño, 1580-
tivo, la obra m édica escrita en latín C ongrega­ Madrid, 1658)
ciones (1514), el Diálogo de las fiebres interpo­ Poeta y autor teatral. Estudió en Salamanca y fue
ladas, escrito en 1524, incluido en su Libro secretario de Rodrigo Calderón, autotitulado
intitulado los ocho problem as (Zamora, 1543) marqués de Siete Iglesias en la época de Feli­
— en el que conviven, en dos partes, ensayos so­ pe III, y ayudante del duque de Lerma, activida­
bre astronomía con otros de intención moral so­ des que terminaron de mala manera con la lle­
bre el hombre— y modificado en Diálogo entre gada al poder del conde-duque de Olivares. Su
Villalobos y su criado, y Tres grandes (Zaragoza, poesía amorosa sigue los patrones del petrar-
1544), obra en la que inicia la tradición del estu­ quismo, mientras que la que habla del hombre o
diante burlón y pendenciero que tanto influirá en de sí mismo, la mayoría de carácter moral, re­
textos posteriores. Como traductor, comentó los sulta más personal y honda. Destaca, sobre todo,
dos primeros libros de Plinio, Glosa que se pu­ su Poema heroico de la invención de la Cruz
blicó en Alcalá de Henares en 1524 y que suscitó que, aunque editado en 1648, había sido escrito
una polémica con Hernán Núñez*, y tradujo el en 1624. Alabado por Cervantes* en Persiles y
Amphitrion (Zaragoza, 1515), de Plauto, con in­ Sigismundo, está considerado como uno de los
tención de adaptar la comedia latina al teatro es­ m ejores poemas épicos religiosos y, en sus dos
pañol, y De virtutibus naturalibus, de Galeno. mil cincuenta y ocho octavas, relata el encuentro
Fue autor, asimismo, de un epistolario, en caste­ entre Constantino y un imaginario rey de Persia
llano y en latín, fechado entre 1498 y 1549. a las orillas del Éufrates. Fue autor, asimismo, de
Varias poesías (1619), Obras varias (Alcalá,
LÓPEZ DE VIVERO, Juan -» Véase PALACIOS 1651) y, en teatro, de la Tragedia de Hércules y
RUBIOS, Juan López de. La galeota reforzada.
516
LORDUY

LORDUY, Enrique (Bilbao) pensado (1947), y el libro Angélica (1955). Su


Poeta. Autor de versos en constante búsqueda de narrativa, tendente a la introspección y cuidada
una expresión propia que, en todo caso, nunca ha estilísticamente, de una pulcritud casi poética, es
sido servil con estilos precedentes ni con las mo­ concebida como un problema temporal, lo que le
das. Autor de diferentes poemarios entre 1984 y sitúa en la línea de Azorín*. Ha publicado títulos
1994, ha recibido, entre otros, el Premio Nervión como: La quinta soledad (1943), La sal perdida
y destaca su libro Esperando la luz (1999). (1947) y los volúmenes de la serie Los descono­
cidos, en la que hay pretensiones de mayor com­
LORÉN, Santiago (Belchite, Zaragoza, 1919) plejidad, Una conciencia de alquiler (1952), Pre­
Novelista. Médico prestigioso, ha sido profesor mio Álvarez Quintero de la Real Academia
de Historia de la Medicina en la Universidad de Española, Cuatro de fam ilia (1956), Los álamos
Zaragoza y trabajado en diferentes centros sani­ de Alonso Mora (1970) y Gran Café (1974), fi­
tarios. Redactor de diversas revistas científicas y nalista del Premio Planeta. Entre 1974 y 1977,
colaborador en programas divulgativos de la sa­ agrupó su obra narrativa en cuatro nuevas series:
lud en Televisión Española, es miembro de las Libro de la vocación, Novela del descontento,
Academias de Medicina de Sevilla y de Zara­ Memoria de la tierra y los muertos y Los adia­
goza. Su literatura, de un humorismo clásico y ses. Es autor de los ensayos:... Y al oeste, Portu­
amable, y basada, sobre todo, en sus experien­ gal (1946), Fantasía en la plazuela (1953), E x­
cias clínicas, ha gozado de cierto éxito. Desta­ tremadura, la fantasía heroica (1961), Fray Luis
can, además de numerosos ensayos médicos, de León (1964), Premio Fastenrath de la Real
obras narrativas como: Cuerpos, almas y todo Academia Española, Viaje de los ríos de España
• eso (1952), Una casa con goteras (1954), Pre­ (1968), Premio Nacional de Literatura Azorín,
mio Planeta, Vivos y muertos (1955), El verdugo Imagen de España: Extremadura (1968) y Los
cuidadoso (1956), El baile de Pan (1960), Las cuadernos de un joven creador (1971), entre
cuatro vidas del doctor Cucalón (1962), Siete al­ otros. A los premios mencionados, se suman
cobas (1965), Déjeme usted que le cuente otros internacionales y de carácter periodístico
(1966), El pantano (1967), V.I.P (1971), H isto­ como por ejemplo el Premio Luca de Tena de
ria de un pendón (1971), Clase única (1975), 1957, el Premio Hemingway 1962, el Premio In­
Elección de sepultura (1979) y La vieja del mo­ ternacional de Periodismo Usti 1964 y el nacio­
lino de aceite (1984), Premio Ateneo de Sevilla. nal de Periodismo en 1972.
Es autor, asimismo, del volumen de memorias
Memoria parcial (1978). LORIGA, Ray (Madrid, 1967)
Novelista. De nombre auténtico Jorge, está con­
LORENZO, Paulino (Logroño, 1975) siderado uno de los más firmes valores de la na­
Poeta. Paulino Lorenzo Zárate es estudiante de rrativa más joven española y el iniciador de toda
Filología Hispánica y colabora, entre otros m e­ una corriente narrativa, seguida por autores jóve­
dios de prensa, en el suplemento cultural del dia­ nes como José Ángel Mañas*, Daniel Múgica* o
rio La Rioja. Heredero de la poesía automática Juan Gracia*, integrantes de la conocida como
propia de los surrealistas, en sus versos, marca­ G eneración X*, en la que el mundo del rock, el
dos por la facilidad expresiva, abundan el desen­ alcohol, las drogas, la noche, el sexo y demás
fado, la ironía, el coloquialism o y la cotidiani­ asuntos de la juventud urbana se convierten en
dad, todo ello con gran libertad, pero sujeto al eje escenográfico y argumental para presentar
corsé del soneto en asonante, con el que juega, los problemas de cierto sector de la sociedad es­
como juega con cualesquiera sujeciones de los pañola. Después de realizar los trabajos más va­
moldes poéticos establecidos. Aparte de la pla- riados, como mozo de almacén o em pleado en
quette Ganas de hablar (1997), su prim er poe- una hamburguesería, comenzó a publicar relatos
mario fue Devoción privada (1999), con el que en la revista underground El canto de la tripula­
obtuvo el Premio Antonio Carvajal. ción, algunos de los cuales se recopilaron más
tarde en el libro Días extraños (1994). Autor bru­
LORENZO, Pedro de (Casas de Don Antonio, tal, novedoso, irónico, descamado, desesperada­
Cáceres, 1917) mente romántico, brutalmente lírico, de una ori­
Novelista, ensayista y poeta. Licenciado en De­ ginalidad en la que el idioma surge con toda su
recho, ha sido director del Diario Vasco, de la re­ fuerza y sinceridad, sus primeras novelas deno­
vista Garcilaso, de La Voz de Castilla y de las tan un cierto desencanto contra el que no sirven
páginas literarias de Arriba, además de director vías de escape como el rock, el alcohol, las dro­
adjunto de ABC. Es autor de numerosos ensayos, gas o el sexo, temas que ya hemos señalado
reportajes, crónicas de viajes y de versos, un como habituales en sus páginas. Estas novelas,
poema, editado privadamente, Tu dulce cuerpo con cierto carácter discursivo, reflexivas ante la
517 LOZANO LEYVA

realidad y el recuerdo de las emociones vividas del cuerpo, la conjunción de la memoria con el
en el aprendizaje de la adolescencia y la juven­ dolor, el deseo como motor de la dicha y de la
tud, dieron paso a una transformación tanto esti­ desdicha y una imaginería amorosa que tiene
lística como tem ática a finales de los noventa, como puntos de referencia la luz y el mar, todo
con la que, aparte de demostrar su personalidad e ello para crear una poesía que, como él mismo
independencia literarias al abandonar un filón en escribe en uno de sus poemas, le salva. Poeta, en
el que parecía estar perfectam ente situado, fue fin, que a través de un tenue simbolismo y de nu­
encauzando su narrativa hacia un análisis más merosos juegos adjetivos trata de explicarse y re­
profundo de los sentimientos, de su inconsecuen­ conocer el mundo a través del sentimiento amo­
cia e irresponsabilidad, así como de la culpa, ello roso. Hay que destacar sus poemarios: Jimmy,
con un nuevo estilo más humorístico, paródico y Jimmy (1974; reed., 2000), Figura en el Paseo
ajeno a la sentenciosidad brutal de los inicios. Son Marítimo (1981), Im rosa inclinada (1995), Pre­
sus novelas: Lo p eor de todo (1992), traducida mio de Poesía Juan de Baños, Hondo es el res­
ya a otros idiomas, Héroes (1993), que recibió el plandor (1998) y, con el nombre del ya mencio­
Premio El Sitio, D ías extraños (1994), Caídos nado, La rosa inclinada (poesía 1976-2001)
del cielo (1995), que él mismo llevó al cine con (2002), volumen en el que reúne, además del iné­
el título de La pistola de mi hermano en 1997, dito de prosas poéticas La estación azul, los poe­
Tokio ya no nos quiere (1999) y Trífero (2000). marios ya mencionados.

LOSADA, Basilio (Lugo, 1930) LOXA, Juan de (Loja, Granada)


Ensayista y narrador. Ha sido catedrático de Fi­ Poeta. Periodista, fundó en 1968 la revista Poe­
lología Gallega y Portuguesa en la Universidad sía 70, que dio lugar a un programa de radio que,
de Barcelona y es traductor y especialista en las en 1982, m erecería el Premio Ondas. Además,
literaturas gallega y portuguesa, así como estu­ fue el fundador del Museo Casa Natal de Fede­
dioso de la literatura brasileña. En reconoci­ rico García Lorca* en Fuente Vaqueros, del que
m iento a su labor de estudio y traducción, ha es director junto al Patronato García Lorca de la
recibido premios tan prestigiosos como el Nacio­ Diputación Provincial de Granada. Autor impor­
nal de Traducción, la Cruz de Sant Jordi, la Co- tante en el ambiente poético granadino, en sus
menda da Ordem do Infante Dom Henrique, versos combina con sazonada habilidad las van­
otorgada por el Gobierno portugués, la Orden del guardias, el humor y una cierta imagen de mal­
Cruceiro do sur, de Brasil, y la Medalla Castelao dito. Creador del «jundismo», a sus trabajos
de la Junta de Galicia. Debutó en el ámbito de la tanto fonéticos como visuales incorpora elemen­
novela con La peregrina (1999), sobre peregri­ tos del cante jondo. Ha recibido premios como la
nos en el siglo xm y que al mismo tiempo supone M edalla de Honor de la Real Academia de Be­
un minucioso estudio sobre la Edad Media. llas Artes de Granada. Ha sido autor de diferen­
tes espectáculos relacionados con el flamenco,
LOSADA, Luis de (Lugo, 1681-Salamanca, 1748) tales como: Ceremonial, 1975, ¡Ay!, que fue pre­
Tratadista. Jesuita, fue profesor. Empleó diferen­ sentado en Venecia y Nueva York, o Concierto
tes seudónimos, como Jorge Pitillas y Hugo He­ de fla uta y guitarra para Ángeles Caídos, así
rrera de Jaspedós, atribuidos erróneam ente al como de obras entre las que destacan: Crimen
padre Isla*, de quien Losada fue íntimo amigo. maravilloso (1981), Y lo que quea po r cantar
Su obra fundam ental es el Cursus philosophici (1981) y Christian Dios en cada rincón de mi
(1724), aunque también fueron relevantes ciertos cuerpo (Libro de las Monjas) (1982).
escritos satíricos.
LOYOLA, san Ignacio de —» Véase IGNACIO DE
LOSTALÉ, Javier (Madrid, 1942) LOYOLA, san.
Poeta. Presentador de program as radiofónicos,
sobre todo en Radio Nacional de España, y difu­ LOYOLA OYANGUREN, Ignacio de Véase
sor de la poesía española contemporánea, ha re­ O YANGUREN, Ignacio de Loyola.
cibido el Prem io Ondas y el N acional de F o­
mento a la Lectura, se dio a conocer en la LOZANO LEYVA, Manuel (Sevilla, 1949)
antología de cinco poetas del 68 Espejo del amor Novelista. Físico nuclear e historiador, es direc­
y de la muerte (1971), realizada por Antonio tor del D epartam ento de Física A tómica Mo-
Prieto* y prologada por Vicente Aleixandre*, ' lecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla, y
que es uno de los autores que más han influido autor, además de diferentes ensayos, alguno di-
en su obra, además de Rilke. Es autor de poemas vulgativo, como El cosmos en la palm a de la
inclasificables, de enorme sensualidad, con cier­ mano. Del Big Bang a nuestro origen en el polvo
tos dejes surrealistas, en los que impera la fuerza de estrellas (2002), de la novela E l enviado del
LOZANO Y SÁNCHEZ 518

rey (2000), ambientada en el siglo xvm y en la teneció a las Academias de la Lengua del Perú y
que recrea, a través de una intriga casi policiaca, a la Argentina de Letras. Periodista prolífico,
la vida cotidiana en aquellos días. como autor teatral es costumbrista, y destaca con
comedias inverosímiles, pretendidamente ideo­
LOZANO Y SÁNCHEZ, Cristóbal (Hellín, A lb a ­ lógicas en algunos casos, y escritas al modo tra­
cete, 1609-Toledo, 1667) dicional del género. Destacan, además de la zar­
Novelista y tratadista. Estudió en Alcalá, se or­ zuela El huésped del sevillano (1925), sus piezas
denó sacerdote y se doctoró en Teología en teatrales: ¿Quién soy yo? (1935), Premio Piquer
1640, y ocupó después diversos cargos eclesiás­ de la Real Academia Española, la continuación
ticos. Hombre culto y atento viajero, escribió de la anterior Yo soy Brandel (1938), De lo p in ­
obras de carácter narrativo, aunque doctrinales, tado a lo vivo (1944), La escala rota (1944), El
en las que prim a un didactism o moralizador y pulso era normal (1947), Dios se lo pague
que, acaso sin él pretenderlo, establecen un (1947), la farsa El vampiro de la calle Claudio
nexo entre el clasicismo y la modernidad al au­ Coello (1948), escrita en colaboración con Luis
nar historias populares y leyendas con episo­ Escobar*, Dos mujeres a las nueve (1949), Pre­
dios históricos y asuntos clásicos y religiosos, mio N acional de Teatro, El cóndor sin alas
práctica que desarrollarían más adelante los ro­ (1951), Premio Agustín Pujol, Don José, Pepe y
mánticos, algunos de ellos influidoá directa­ Pepito (1952), Premio Nacional, y su comedia de
mente por Lozano, tales como Z orrilla* y Es- más éxito, ¿Dónde vas, Alfonso XII? (1957), Pre­
pronceda*. Son sus obras más destacadas, mio Rolland, y ¿Dónde vas, triste de ti? (1959),
además de poesías y piezas teatrales de escaso ambas inspiradas en la Restauración y cierta­
valor: la recopilación de sentencias Flores Sa- mente apologéticas de la institución monárquica.
cramentorum (¿1635?), la novela P ersecucio­ Fue, asimismo, adaptador de obras como La pim ­
nes de Lucinda, dama valenciana, y trágicos pinela escarlata o El sombrero de tres picos, en­
sucesos de don Carlos (Valencia, 1638), el libro tre otras, además de autor de diversos ensayos,
destinado a la formación de sacerdotes El Buen entre ellos Mis amigos muertos (1971), y de vo­
Pastor (1641), el volumen de cuatro novelas lúmenes de cuentos, caso de Alboradas. En
cortas narradas por un ermitaño de M ontserrat 1952, se editaron dos volúmenes de Obras com­
Soledades de la vida y desengaños del mundo pletas.
(1658), en las que retoma, como hemos adver­
tido ya, mundos legendarios pasados y tradicio­ LUCA DE TENA Y BRUNET, Torcuato (M adrid,
nes populares, y la novela Las Serafinas (1672). 1923-1999)
Fue autor, asimismo, del tratado histórico, de fi­ Novelista. Hijo de Juan Ignacio Luca de Tena*,
nalidad ascética, en tres partes David p e rse ­ su labor periodística comenzó con una corres­
guido (1652, 1665 y 1673) y de un libro de bio­ ponsalía en Londres entre 1945 y 1947, a la que
grafías sobre reyes titulado Los Reyes Nuevos siguieron otras en Palestina, Israel, Washington,
de Toledo (1667), entre otras obras. Unión Soviética y Hungría. Fue, en dos ocasio­
nes, director de ABC, procurador a Cortes en
LOZANO DE VILCHES, Enriqueta (G ranada, 1964 y, en 1966, miembro del Consejo N acio­
1829-1895) nal de Prensa. Perteneció, asimismo, a la Real
Poeta, novelista y autora teatral. A utora de Academ ia Española. Sus novelas abordan, de
obras sentim entaloides, de un fondo religioso un modo que ha sido tildado de superficial, gra­
tradicional, destacan la pieza teatral Dios es rey ves conflictos humanos. D estacan, además de
de los reyes (1852), el poem ario La lira cris­ algunas piezas teatrales, entre las que deben re­
tiana (1857) o la novela Consuelo y ju ic io de cordarse Hay una luz sobre la cama (1970), que
Dios (1859). fue Premio Fastenrath de la Real Academia Es­
pañola, El triunfador (1971) y Visita inmoral o
LUCA DE TENA, Juan Ignacio (M adrid, 1897- la hija de los embajadores (1983), las novelas
1975) La otra vida del Capitán Contreras (1953),
Dramaturgo. Hijo del fundador de ABC, perió­ Edad prohibida (1958), Premio Larragoiti de la
dico que él mismo dirigió entre 1929 y 1939, es­ Sociedad Cervantina, La brújula loca (1965),
tudió Derecho en las universidades de El Esco­ La mujer de otro (1961), Premio Planeta, Pepa
rial y M adrid. De ideología m onárquica, se Niebla (1965), Premio Ateneo de Sevilla, Señor
dedicó a la política, práctica en la que llegaría a ex ministro (1977), Carta del más allá (1978),
ser diputado a Cortes por Sevilla en 1923 y em ­ Los renglones torcidos de Dios (1979), Los hi­
bajador en Chile, entre 1940 y 1943, y en Grecia jo s de la lluvia (1986), El fu tu ro fu e ayer
en 1962. En 1944 fue elegido miembro de la (1987), Las tribulaciones de una chica decente
Real Academia Española, y, posteriormente, per­ (1994) y ¡M ercedes, M ercedes! (1999). Fruto
LUCEÑO Y BECERRA

de sus experiencias periodísticas en el extran­ LUCENA, Juan de (Soria, ?-?, 1506)


jero fueron libros de reportajes novelados Tratadista. Muchas son las dudas sobre este au­
como: Mrs. Thompson, su mundo y yo (1952) y tor, aunque se sospecha que fue hijo del médico
Em bajador en el infierno (1955), Premio N a­ del marqués de Santillana*, Martín González de
cional de Literatura. Como poeta, sus versos es­ Lucena, y se sabe que fue consejero de Juan II,
tán en la línea del popularism o luminoso; debe de quien fue embajador en Roma — donde trabó
recordarse su libro de versos Espuma, nube, amistad con Eneas Silvio Piccolomini, quien se
viento (1945). En 1990 apareció el poem ario convertiría en el papa Pío II— , y que desempeñó
Poemas para después de muerto. De sus ensa­ cargos diplomáticos con los Reyes Católicos.
yos, cabe destacar: La prensa ante las masas Además de diversas epístolas a la Inquisición o a
(1952), Crónicas parlam entarias (1967), Los Gómez Manrique*, escribió una Epístola exhor­
m il y un descubrim ientos de A m érica (1968), tatoria a las letras, que es un elogio de Isabel la
las memorias de su infancia Papeles para la p e ­ Católica, un Tratado de los gualardones y, en
queña y la gran historia (1991) y América y sus 1463, el diálogo de estilo latinizante, dedicado a
enigmas (1992). Enrique IV, Vita san (Zamora, 1483), su obra
fundamental, en la que adapta el Dialogus de f e ­
LUCANO, Marco Anneo (Córdoba, 39-65) licítate vitae (h. 1445), de Bartolomeo Fazio.
Poeta. Sobrino de Séneca*, se suicidó al perder Los interlocutores del autor en el diálogo son
el favor de Nerón, de quien fue cuestor. Se le re­ Alfonso de Cartagena*, Juan de M ena* y el
cuerda por su poema épico sobre la batalla entre marqués de Santillana, quienes, después de su
César y Pom peyo De bellum civile, más cono­ coloquio, en el que, curiosamente, Cartagena
cido como Farsalia y del que solo nos han lle­ defiende a los judíos conversos, concluyen que
gado diez libros. El poema, defensor de la virtud la felicidad no puede alcanzarse durante la vida
y el destino frente a la concepción providencial terrenal.
mitológica de Homero y Virgilio, representa la
oposición estoica a la monarquía y es de una re­ LUCENA, Luis de (siglo xv)
tórica tensa y un hondo patetismo. Muy popular Novelista. Poco más se sabe de él salvo que era
en la Edad Media, fue traducido por Juan de Jáu- hijo del protonotario Juan Ramírez de Lucena.
regui* en 1614, aunque no se publicó hasta 1684. Su obra más conocida es la novela sentimental
Se sabe que escribió también otros poemas, hoy Repetición de amores, dedicada al príncipe
perdidos, como Ilíaca, sobre la muerte de Ho­ don Juan, hijo de los Reyes C atólicos, e im ­
mero, Catachthonion, en el que contaba el des­ presa en Salam anca, conjuntam ente con su
censo a los infiernos de un héroe, o Saturnalia, A rte de ajedrez, prim er libro español sobre la
escrito con motivo de las fiestas del mismo nom­ m ateria, hacia 1497. Es la Repetición un ejer­
bre, entre otros. cicio burlesco y misógino que parodia las lec­
ciones universitarias tomando trozos de las co­
LUCAS, Antonio (Madrid, 1975) medias hum anísticas y novelas sentim entales
Poeta. Autor cuyas referencias secretas remiten de la época.
al simbolismo* francés de un Rimbaud y al su­
rrealism o* español de la G eneración del 27*, LUCEÑO Y BECERRA, Tomás (M adrid, 1844-
sobre todo de autores com o G arcía Lorca* o 1933)
A leixandre*, pero que m uestra una extraordi­ Autor teatral. Abogado, fue redactor del Diario
naria capacidad para crear sugerentes imágenes de Sesiones del Senado en 1871. Autor culto, es­
propias, metáforas de gran belleza expresiva y tuvo muy influido por Ramón de la Cruz*, a
reflexiva y de carácter irracionalista. Hay que quien estudió a fondo. En sus sainetes y piezas
m encionar sus poem arios Alhi-M azeb (1992), del género chico*, del que se le considera funda­
A ntes del mundo (1995), con el que obtuvo un dor, suele tratar las costumbres madrileñas a tra­
accésit del Prem io A donais, y Lucernario vés de encuentros entre personajes propios del
(1999). ambiente callejero de la ciudad. Deben desta­
carse títulos como: El teatro moderno (1871),
LUCAS ACEVEDO, José (Cieza, Murcia, 1866-?) Cuadros al fresco (1879), Fiesta nacional
Novelista y poeta. Entre sus obras, figuran el (1882), ¡Hoy sale, hoy...! (1884), Ultramarinos
poemario Borrones (1909), las novelas El raro (1886), Las recomendaciones (1892), Los lunes
capricho de las cosas (1913) y La inquietud de «El Imparcial» (1894), La noche del Trova­
errante (1915), y el volumen de relatos Rosas de dor (1896), La niña del estanquero (1897) y La
abril (1916). comedianta fam osa (1908). En 1894 se publica­
ron muchas de sus obras en el volumen Teatro
LUCAS DE TUY -> Véase TUY, Lucas de. escogido.
520
LUCÍA MEGÍAS

LUCÍA MEGÍAS, José Manuel (Ibiza, 1967) revistas y periódicos, los reunió el propio autor
Poeta. Profesor en la Facultad de Filología Ro­ antes de morir en una obra, que incluye la men­
mánica de la Universidad Complutense de M a­ cionada Manso y que vería la luz postumamente:
drid, imparte cursos de doctorado en las de Va­ Hundezelle y otras vidas maltratadas (1998).
lencia y A lcalá de H enares. A utor de una
poesía que, escrita en verso libre, se desveló en LUELMO, José María (Valladolid, 1907-1991)
su prim er poem ario, Libro de horas (2000), Poeta. Fundó, con Francisco Pino*, algunas re­
como de una originalidad extrem a, al haber vistas de vanguardia, entre las que destacan M e­
construido el diario de una jo rn ad a en una seta y DDOOSS. Como poeta, su evolución ha
suerte de novela en verso sentimental y nostál­ ido desde las influencias de Jorge Guillén* hasta
gica, o largo poema, que aborda el tiempo a tra­ la poesía de corte filosófico, pasando por un
vés de la convivencia con los objetos cotidia­ cierto neorromanticismo en el tratam iento de
nos y extrae de lo más prosaico toda su emociones y paisajes. Hay que mencionar poe­
naturaleza poética y em ocional. Es autor, asi­ marios como: Inicial (1929), Ventura preferida
mismo y entre otras obras de su especialidad, (1936), Historias personales (1970), A salto de
de Imprenta y libros de caballerías (1999), de vida (1970), La libertad como medida (1984),
una A ntología de libros de caballerías caste­ Positano mar am ar (1984) y Salvaciones y
llanos (2000) y de un Diccionario filológico de creencias (1985). Fue autor, asimismo, del en­
literatura m edieval española (2002), en cola­ sayo Sobre la manifestación y el último lenguaje
boración con Carlos Alvar. en poesía (1985).

LUCIO Y LÓPEZ, Celso (Burgos, 1865-Madrid, LUGO Y DÁVILA, Francisco (?-Madríd, h. 1660)
1915) Novelista, poeta y humanista. De familia noble,
Autor teatral y poeta. Colaboró en diferentes pu­ en 1621 fue nombrado gobernador de la provin­
blicaciones, como El Globo o M adrid Cómico, cia de Chiapas en N ueva España, de donde re­
entre otras. Escribió piezas del género chico*, al­ gresó en 1632. Sus novelas, escritas en un estilo
gunas de las cuales fueron en colaboración con cervantino, tienen un fuerte carácter moral, y se
Arniches*, entre ellas Los puritanos (1894). La publicaron en el volumen Teatro popular. N ove­
más destacada de entre las de autoría propia es las morales para m ostrar los géneros de vida
Fresas de Aranjuez (1903); en 1906 se publicó del pueblo y afectos, costumbres y pasiones del
en el libro titulado Género chico su producción ánimo (1622), en cuyo proem io se encuentra
poética. una discusión sobre preceptiva novelística que
supone uno de los pocos ejemplos de esta prác­
LUEIRO REY, Manuel (Fornelos de Montes, Pon­ tica en el Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO).
tevedra, 1916-El Grove, Pontevedra, 1990) Fue autor, asim ism o, de unas R éplicas a las
Poeta y narrador en lenguas gallega y española. proposiciones de Gerardo Basso, una genealo­
Miembro de la célula pontevedresa del Partido gía fam iliar titulada De la nobleza exem plifi-
Comunista desde 1942, formó parte de las gue­ cada en el linaje Lugo y del Certamen evangé­
rrillas antifranquistas. Se trata de un escritor que lico (1656), en el que incluyó poem as suyos.
fue casi secreto, marginal y ajeno a los círculos Sus obras se reeditaron en 1906 a cargo de Emi­
literarios del franquismo, acaso porque en sus lio Cotarelo*.
textos resulta evidente la reivindicación ética,
social y política, desde un tono sobrio, con mu­ LUGRIS FREIRE, Manuel (Sada, La Coruña,
cho de costumbrismo* y ciertas vetas existencia- 1863-La Coruña, 1935)
les no exentas de una com ponente lírica. Se le Poeta y dramaturgo en lengua gallega. Emigrado
deben, además del libro de cuentos Nacencia a Cuba en 1883, fundó allí A gaita galega y cola­
(1950) y el volumen periodístico Virtud y gozo boró en periódicos isleños. Entre sus obras, nos­
de mis ríos gallegos (1962), Premio Nacional de tálgicas y emocionadas, destacan el poemario
Periodismo, novelas como Manso (1967), con la Soidades (1894), prologado por Curros Enrí-
que obtuvo el Premio Ciudad de Oviedo, Non de­ quez*, y el drama A ponte, estrenado en La Co­
bían medrar (1974), O sol na crista do galo ruña en 1903, fecha a partir de la cual se dedicó
(1982) y Un río camina (1987), así como los poe­ definitivamente al teatro.
marios Juncia de amor y vida (1959), Sonetos a
la ciudad de Vigo (1960), Un tempo de sol a sol LUIS, Leopoldo de (Córdoba, 1918)
(1974), Escolma ferida (1977) y Nova escolma Poeta y crítico. Pasó su infancia, Leopoldo Urru-
ferida (1988). Es autor, asimismo, del ensayo tia de Luis, en Valladolid y, ya en M adrid, ter­
Crónicas de una transición intransigente (1985). minó el bachillerato y los estudios de Pedagogía.
Sus relatos, que fueron publicándose en algunas Sus primeros versos los publicó en la revista
521 LUJAN

Garcilaso, y pasó después a colaborar en las más de M iguel Hernández (1965), Antología de la
prestigiosas revistas literarias de la época, entre poesía religiosa española contemporánea (1969),
ellas Insula, Poesía Española, Revista de Occi­ Vicente Aleixandre (1970), La poesía aprendida
dente, Papeles de Son Armadans, etc. Especia­ (1975), Antonio Machado, ejemplo y lección
lista en Miguel Hernández*, de quien fue amigo, (1975), Aproximaciones a la vida y la obra de
al igual que de Aleixandre*, sobre quien escribió León Felipe (1984), Ensayos sobre poetas anda­
quizá la mejor biografía que se ha publicado, ha luces del siglo xx (1986) y una nueva antología
desplegado su atención crítica en otros poetas de poemas de Miguel Hernández: Poemas socia­
como Antonio Machado* o León Felipe*. Hoy les, de guerra y de muerte (2001).
por hoy, su labor en el campo de la crítica es re­
conocida unánimemente como una de las más in­ LUIS DE GRANADA, fray -> Véase GRANADA,
tensas y hondas que se han desarrollado en nues­ fray Luis.de.
tro país. Está considerado, además, como uno de
los poetas más interesantes de la posguerra. Ini­ LUIS DE LEÓN, fray - » Véase LEÓN, fray Luis de.
cialmente adscrito al existencialismo, con una
poesía amarga y luctuosa, de profundo inti­ LUJÁN, Néstor (Matará, Barcelona, 1922-Bar-
mismo, pasa a escribir versos en los que la preo­ celona, 1995)
cupación por España se hace patente y que abren Novelista. Licenciado en Filosofía y Letras, cola­
las puertas al regreso a la introspección. Desta­ boró en numerosas publicaciones y fue director de
can, entre otros, poemarios como: Alba del hijo la revista Destino entre 1958 y 1975 e Historia y
(1946), Huésped de un tiempo sombrío (1948), Vida, así como prestigioso comentarista gastronó­
Los imposibles pájaros (1949), Los horizontes mico. Como narrador, solía ambientar sus historias
(1951), Elegía en otoño (1954), El padre (1954), en el Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) español,
El árbol y otros poem as (1954), El extraño si bien cualquier marco le servía para novelas que
(1955), Teatro real (1957), Juego limpio (1961), casi siempre fueron de tipo histórico. Destacan de
ambos editados juntos más tarde, en 1975, La luz entre su obra: Decidnos, ¿quién mató al conde?
a nuestro lado (1964), la recopilación Poesía, (1987), Por ver mi estrella María (1988), Casa-
1946-1968 (1968), Con los cinco sentidos (1970), nova o la incapacidad de perversión (1989), ini­
De aquí no se va nadie (1971), Igual que guantes cialmente escrita en catalán — al igual que En Ma-
grises (1979), Premio Nacional de Literatura, En­ yerling, una noche (1990), La loca jom ada (1991)
tre cañones me miro (1981), Premio Francisco de y Els fantasm es del Trianon (1995), galardonada
Quevedo del Ayuntamiento de Madrid, Una mu­ con el Premio Sant Jordi— , El collar de María An-
chacha mueve la cortina (1983), Del temor y de tonieta (1989), La puerta del oro (1990), Los espe­
la miseria (1985), Los caminos cortados. Antolo­ jo s paralelos (1991), con la que fue finalista del
gía general (1989), La sencillez de las fábulas Premio Planeta, y Cabaret catalán (1994). Fue en­
(1989), Reformatorio de adultos (1990), A quí se sayista variado y ameno, actividad en la que deben
está llamando (1990), Despedida de san Roque mencionarse títulos como Historia del toreo
(1994), El viejo llam ador (1996) y Elegías de (1954), Viaje a Francia (1968), Las recetas de
Struga (1998), a los que hay que añadir la ex­ Pickwick (1969), El libro de la cocina española.
haustiva antología En las ruinas del cielo de los Gastronomía e historia (1970), escrito en colabo­
dioses (1998). En su faceta como crítico y anto­ ración con Joan Perucho*, Viajes por las cocinas
logo hay que mencionar, sobre todo, la imprescin­ del mundo (1983), La cocina moderna (1985), La
dible antología Poesía social española contem ­ vida cotidiana en el Siglo de Oro español (1988),
poránea (1965), reeditada como Poesía social En campos de pluma. Retrato de una Europa de­
española contemporánea (1939-1968) (1969) y, saparecida (1992), Veinte siglos de cocina en Bar­
de nuevo, en 1981 y en 2001, esta última en edi­ celona (1993), Cuento de cuentos I. Origen y
ción de Fanny Rubio* y Jorge Urrutia*. En esta aventura de ciertas palabras y frases proverbiales
obra, De Luis sistematizó y teorizó sobre los au­ (1994) y Cuento de cuentos II (1994).
tores que practicaban una escritura poética por
entonces hegemónica, pero lo hizo con una visión LUJÁN, Pedro (Sevilla, siglo xvi)
integradora en la que tenían cabida poetas proce­ Novelista. Erasmista de quien se sabe que estu­
dentes de las más variadas tradiciones y genera­ dió en la Universidad de Alcalá. Además de los
ciones. Se trata de un libro que durante años libros de caballerías* Don Silves de la Selva (Se­
quedó relegado en el olvido, en gran parte por la villa, 1546), supuesta continuación del doceno
tendencia culturalista de los novísimos de los libro del Amadís, y Leandro el Bel (Toledo,
años setenta a despreciar cuanto tuviese que ver 1563), en los que comete todos los excesos pro­
con la crítica social y el compromiso. A ella hay pios del género, escribió, influido por los Colo­
que añadir la antología crítica Poemas amorosos quios de Erasmo y por fray Antonio de Gue­
LÜJÁN DE SAYAVEDRA 522

vara*, unos Coloquios matrimoniales en que se Los gitanos de la Bética (1951). Hay que recor­
trata como se han de haber entre sí los casados, dar, asimismo, que colaboró con Pemán* en la
y conservar en paz, criar sus hijos, y gobernar obra teatral La loba (1943). En 1942 se editaron
sus casas (Sevilla, 1550), sucesión de episodios cuatro volúmenes de Obras completas.
independientes pero interrelacionados por la apa­
rición de los mismos personajes en unos y otros. LUNA, Juan de (fin a le s s ig lo X V i-m ed ia d o s
del xvii)
LUJÁN DE SAYAVEDRA, Mateo Véase MARTÍ, Novelista y tratadista. Marchó de España hacia
Juan. 1612, estudió Teología en la escuela de Montau-
ban, simpatizó con el protestantismo, estuvo, en
LULIO, Raimundo Véase LLULL, Ramón. mayo de 1614, en el Sínodo Nacional de Francia,
y allí renunció a su obediencia a Roma. Entre
LUNA, Alvaro de (Cañete, Cuenca, h. 1381 -Va­ 1615 y 1621 enseñó gramática española en París
lladolid, 1453) y, desde ese último año hasta su muerte, los pasó
Poeta y tratadista. Era familiar de Pedro de en las Islas Británicas también como profesor. En
Luna*, el que sería el papa Benedicto XIII. Desde cuanto a su obra, de carácter pedagógico y reli­
que entrara en la corte como paje, su escalada en gioso, destacan títulos como Arte breve y compen­
el poder hasta ser nombrado condestable de Cas­ diosa para aprender a leer, escribir, pronunciar y
tilla por Juan II fue vertiginosa. Al hombre más hablar la lengua española (1615) — que se impri­
poderoso del reino de nada le valdría tanto poder miría bilingüe, en español y en inglés, seguido de
al morir decapitado en Valladolid. Gran animador un Coloquio familiar, en Londres en 1623— y
cultural de la corte de Juan II, su pensamiento era Diálogos fam iliares (1619). Pero su obra funda­
senequista, y sus actitudes arrogantes le granjea­ mental fue, en plena moda de imitación del Laza­
ron simpatías, por ejemplo la de Juan de Mena*, rillo de Tormes*, la Segunda parte del Lazarillo
y antipatías, entre las que se cuentan las de Fer­ de Tormes (París, 1620), escrita en el momento en
nán Pérez de Guzmán* y el marqués de Santi­ que la picaresca había llegado a la plenitud de su
llana*. Algunas muestras de su labor poética, die­ desarrollo y en la que critica, con extrema dureza,
ciséis poemas galantes, de tipo cancioneril y al clero español y a la Inquisición.
trovadoresco, aparecen en el Cancionero de Bae-
na (véase CANCIONERO). Pero su obra más im ­ LUNA, Pedro de (¡llueca, Zaragoza, 1328-Pe-
portante, cuya autoría aún no está clara, es el Li­ ñíscola, Castellón, 1423)
bro de las claras e virtuosas mugeres (1446), Tratadista. Perteneciente a los Luna aragoneses,
prologado por Juan de Mena, inspirado en el De el que es conocido como el «Papa Luna» se de­
claris mulieribus, de Boccaccio, y en el que se dicó a la vida eclesiástica después de haberle ten­
hace una apología de las mujeres, algo que parti­ tado la política y el ejército, llegó a ser cardenal
cipaba de la polémica surgida en el siglo xv entre y, finalmente, papa en 1394. Benedicto XIII, tal
quienes denostaban y defendían a las féminas. Su fue su nombre pontifical, padeció su cargo y se
estilo es elegante y carece de los latinismos típi­ vio abandonado por las monarquías europeas.
cos de otros autores de la época. En la primera de Además de un sermón suyo pronunciado en 1390
las tres partes de la obra, aparecen figuras del An­ en Pamplona, se especula con su posible autoría
tiguo Testamento; en la segunda, mujeres griegas del Libro de las consolaciones de la vida hu­
y romanas como Lucrecia o Dido, y, en la tercera, mana (p. del siglo xv), un tratado de remedios
las que él llama «dueñas e doncellas del pueblo para consolar al hombre en sus padecim ientos
Cathólico christiano», tales como santa Ana o mundanos.
María Egipcíaca. En cuanto a la llamada Crónica
de don Alvaro de Luna, que fue impresa por el LUPIANEZ, José (La Linea de la Concepción,
nieto de don Alvaro en Milán en 1546, debió de Cádiz, 1955)
ser escrita por un allegado del condestable, quizá Poeta. Licenciado en Filosofía por la Universidad
Gonzalo Chacón*, y abarca el reinado de Juan II. de^ Granada, fundó las colecciones «Silene» y
«Anade» y perteneció al Consejo de Redacción
LUNA, José Carlos de (Málaga, 1890-Madrid, de la revista Letras de Sur. Es profesor de Litera­
1964) tura y Crítica Literaria en la UNED. En su poesía,
Poeta. De temática andalucista neopopular, sus de corte intimista, y en la que la naturaleza se pre­
poemas están influidos por García Lorca*. Des­ senta como un cauce de sugerencias em ociona­
tacan los poemarios El Cristo de los gitanos les, destacan los poemarios: Ladrón de fuego
(1932), La taberna de los Tres Reyes (1933) y El (1975), Río solar (1978), El jardín de ópalo
café de Chinitas (1939). Entre sus ensayos, de­ (1980), Amante de gacela (1980), Música de es­
ben mencionarse Historia de Gibraltar (1944) y feras (1982), Arcanos (1984) y Laurel de la eos-
523 LYRIA

tumbre (1988), a los que hay que añadir Églogas fue la Poética o reglas de la poesía en general y
de tierra (1996), escrito en colaboración con Juan de sus principales especies (1737), en la que de­
J. León*, Femando de Villena y Enrique Morón*. fine la doctrina neoclásica española. Inspirada en
los postulados del teórico y poeta francés del si­
LUQUE, Aurora (Almería, 1962) glo xvn Nicolás Boileau, conocido como Boileau-
Poetisa. Profesora de Griego y columnista del dia­ Despréaux, y en el padre Le Bossu, la obra deja
rio Sur, su formación clásica le ha permitido aunar ver, asimismo, la influencia de los comentaristas
la tradición clásica con la modernidad, lo que ha de Aristóteles y del historiador y erudito italiano
dado origen a una suerte de culturalismo vitalista. Ludovico Antonio Moratori. Dividida en cuatro
En su poesía, donde combina humor y melanco­ libros, la Poética, lejos de una defensa del arte por
lía, aparecen los mitos clásicos implicados en la el arte, defiende la poesía como imitación de la
cotidianidad, pero sobre todo el deseo y el cuerpo naturaleza para deleite y utilidad de los hombres,
como centro y motor de las emociones, de la pul­ no admite la poesía en prosa y plantea sus valores
sión de vida, algo que obviamente conecta direc­ educativos y moralizadores. Alaba, en lo referente
tamente con Grecia. Es autora de los poemarios: a la poesía épica, a Homero, denostando, sin em­
Hiperiónida (1982), Premio García Lorca, Pro­ bargo, a cuantos poetas emplean la mitología pa­
blemas de doblaje (1989), que fue accésit del Pre­ gana. La epopeya tiene una finalidad didáctica y
mio Adonais, Carpe Noctem (1994), con el que ejemplificadora. Para el teatro, defiende las unida­
obtuvo el Premio Juan Carlos I, Transitoria des dramáticas y, aunque admira a los autores es­
(1998), finalista del Premio Rafael Alberti, Por­ pañoles por su ingenio y capacidad para despertar
tuaria. Antología (1982-2002) (2002), que es una atención, plantea la separación de géneros y la
selección de su obra, y Camaradas de ícaro condición del teatro como escuela de moral y
(2003), galardonado con el Premio Alfonso VIII. comportamientos. Este texto tuvo una influencia
Ha publicado, asimismo, una antología de poesía decisiva en la literatura española del siglo x viii.
erótica griega con el título de Los dados de Eros. Además de esta obra, publicó, en defensa de su
Poética, un Discurso apologético... (Pamplona,
LUQUE, Fernando —>Véase PÉREZ FERNÁNDEZ, 1741), una Carta latina... (Zaragoza, 1743), algu­
Pedro. - nas obras eruditas de historiografía, economía y
política, una traducción de la comedia La razón
LUSTONÓ, Eduardo de (M adrid, 1849-1906) contra la moda, de Nivelle de la Chaussée, otra de
Narrador, dramaturgo y poeta. Colaborador en La clemencia de Tito, de Metastasio, la comedia
revistas como La Ilustración Española y Am eri­ La Virtud coronada (1742) y unas Memorias lite­
cana o Madrid Cómico, entre otras, su escritura rarias de París (Madrid, 1751), en las que queda
es de carácter festivo y satírico. Destacan los claro su talante ilustrado y restaurador.
cuentos de El quitapesares (1870), El hazmerreír
(1871) y La capa del estudiante (1880), el melo­ LUZÓN, Juan de (?-?, h. 1508)
drama El ciudadano Simón (1894), escrito en co­ Poeta. Sirviente de doña Juana de Aragón, escri­
laboración con Antonio Palomero*, y un Cancio­ bió, a imitación de Juan de Mena*, poesías mo­
nero de amores (1903). Colaboró en algunas de rales y religiosas, tanto en arte mayor como en
las obras cómicas de Ramos Carrión*. arte menor. Su obra se recogió en un libro, edi­
tado en Zaragoza en 1508, con dos títulos: Can­
LUZÁN CLARAMUNT DE SUELVES Y GURREA, cionero y Suma de las virtudes.
Ignacio de (Zaragoza, 1702-Madrid, 1754)
Poeta y tratadista. A menudo se le confunde con el LYRIA, Hado (Barcelona, 1940)
abad de Piedra, Ignacio Luzán y Ayuda, con quien Poetisa. Residente en Milán, Italia, donde estu­
no tiene nada que ver. Protegido del ministro José dió Pintura en la Accademia di Brera, Myriam
de Carvajal, su formación había tenido lugar en Sumbolovich, de madre catalana y padre sefar­
Italia, de la mano de Giambattista Vico, y, ya en dita, es conocida como Hado Lyria. Pintora, con­
España, desempeñó numerosos e importantes car­ sultora de literatura española para diferentes edi­
gos públicos, entre ellos el de secretario de la Em­ toriales italianas y conocida como la traductora,
bajada de París y el de superintendente de la Real sobre todo, de Borges, Juan Marsé* y Vázquez
Casa de la Moneda. Miembro de la Real Acade­ Montalbán*. Influida por la poesía conversacio­
mia Española desde 1741, también lo fue de las nal y circunstancial de los sesenta, en 1a línea de
de la Historia, San Femando y de Buenas Letras Gil de Biedma*, pero libre de cualesquiera cor­
de Barcelona. Empleó diversos seudónimos, entre sés literarios, se trata de una autora a la que se
ellos El Peregrino, íñigo de Lanuza o Ignacio puede incluir en la estela de la poesía de la expe­
Philalethes. Como poeta de circunstancias, escri­ riencia*. Conscientemente influida por John
bió La Giganteida, pero su obra más importante Donne, es autora del poemario Delenda (1999).
M
M. MARÍN, Francisco -» Véase M ARÍN, Fran­ MACÍAS, El enamorado (Galicia, 2 .a mitad si­
cisco M. glo XIV-1 ° mitad siglo xv)
Trovador que aparece en el Cancionero de Bae-
M. RODRÍGEZ, Josep -» Véase RODRÍGUEZ, na (véase CANCIONERO), cuyos poemas, de es­
Josep M. tilo trovadoresco y, obviamente, cancioneril, es­
tán presentes también en distintos cancioneros*.
MACANAZ, Melchor Rafael de (Hellín, A lb a ­ Son los cuatro poemas del Cancionero de Baena
cete, 1670-1760) los únicos que hoy se consideran de autoría se­
T ratadista. Inició su form ación en Valencia, gura, si bien se le atribuyen más de veinte com­
para, en 1685, in gresar en la U niversidad de posiciones. A pesar de que debe destacarse su
Salamanca, en la que, tras graduarse in utroque habilidad para combinar los metros cortos, su
iure, llegaría a ser catedrático de instituto. Per­ fama se debe — en pleno declive del estilo can­
sonaje de gran relevancia política en su m o­ cioneril— a su leyenda como arquetipo del ena­
mento, ocupó num erosos cargos al servicio de m orado platónico y desesperanzado, muerto a
Carlos II, Felipe V y Fernando VI, entre ellos manos de un marido injustamente celoso. El ori­
los de gobernador del Consejo, intendente ge­ gen de tal leyenda puede encontrarse en los poe­
neral de Aragón y em bajador en Francia y en mas que se le atribuyeron, aunque su posterior
los Países Bajos. Pero será en 1709, después de im portancia se debe a la mención que de él hi­
haber sido nom brado ju ez de C onfiscaciones cieron, como protagonista literario de sus obras,
en 1707, y a co nsecuencia de su intento de autores de la talla de Juan de Mena*, Rodríguez
controlar los poderes de la Iglesia, cuando se de la Cámara* — con quien, incluso, llegó a
enfrenta al arzobispo de V alencia y es exco­ identificársele— , el marqués de Santillana*,
m ulgado. Tras la deserción del arzobispo, Lope de Vega*, Blanca Cándamo o, sobre todo,
vuelve a ocuparse de diversos encargos oficia­ Larra*, que le dedicó su drama romántico Ma-
les, aunque finalm ente será encarcelado por la cías (1834).
Inquisición en 1748. Perm anece preso en el
Castillo de San Antón, en La Coruña, hasta ju ­ MACÍAS Y GARCÍA, Marcelo (Astorga, León,
lio de 1760, unos meses antes de su muerte. En 1843-Orense, 1941)
sus obras, que no publicó en vida, queda claro Ensayista y poeta. Fue clérigo y catedrático del
su enfrentam iento con la institución eclesiás­ Instituto de Orense. Además de la leyenda La
tica, siempre en tono erudito y con argumentos m ejor venganza, leyenda sevillana (1887) y de
de gran solidez intelectual. A dem ás del C atá­ su novela Toque del alba (1887), deben recor­
logo de las obras de M elchor Rafael de M aca- darse sus ensayos: Elogio del sabio benedictino
naz y de la D efensa crítica de la Inquisición Fr. Benito Jerónimo Feijoo (1887), Poetas reli­
(1788; 2 vols.), editadas am bas por A ntonio giosos inéditos del siglo xvi (1890) y Elementos
Valladares y Sotom ayor*, nos quedan varios de literatura preceptiva (1915).
manuscritos suyos como una «Apologética h is­
tórica», fechado en 1724, y una «M em oria so­ MACÍAS PICAVEA, Ricardo (Santoña, Canta­
bre los intereses de la m onarquía de España y bria, 1847-Valladolid, 1899)
el Nuevo M undo», de 1734. En 1874 apareció Ensayista. Catedrático de Psicología, Lógica y
en M adrid un volum en de Obras escogidas, y, Ética en diversos institutos de Tortosa y Vallado-
en 1879, Las R egalías de los señores reyes de lid, fue autor de obras en las que son evidentes
Aragón. tanto su desencanto con la política nacional
MACHADO 526

cuanto su preocupación por el progreso social y laico y liberal, su honradez, así como al europeís-
la educación. Destacan, además de dos poemas mo de cultura, el escepticism o iconoclasta y la
— «Kosmos» (1872) y «Andrés y María» (iné­ búsqueda de autenticidad en los valores hum a­
dito)— o las novelas La melancolía del choque, nos y divinos. Se documentan como primeras
El derecho de la fuerza (ambas publicadas como lecturas del poeta el Romancero de Agustín Du-
folletines* en La Libertad) y La Tierra de Cam­ rán*, así como Dickens, Bécquer* o Shakespe­
pos (1897-1898; 2 vols.), ensayos como Apuntes are. Asimismo, hay que añadir una pasión total
y estudios sobre la instrucción pública en E s­ por el teatro que dará origen a la fundación de un
paña y sus reformas (1882) y, sobre todo, El pro­ círculo de cómicos en 1886. En 1888 termina sus
blema nacional. Hechos, causas y remedios estudios en la Institución y, tras una crisis fami­
(1899), libro en la línea intelectual de Joaquín liar — que lleva a su padre a em igrar a Puerto
Costa*, en el que se proponen soluciones a los Rico, de donde regresará enfermo para morir en
males que surgieron del desastre de 1898. Sevilla en 1893— , ingresa el 16 de mayo de
1889 en el Instituto de San Isidro, de donde pa­
MACHADO, José (Madrid, 1974) sará al año siguiente al Cardenal Cisneros. No
Narrador. Perteneciente a la que ya se conoce fue un alumno brillante, de hecho no alcanzará el
como generación «Kronen», en alusión al tipo de bachillerato hasta 1900, pero en cambio asiste
personajes que protagonizaban la novela del diariamente, durante casi veinte años, a la B i­
mismo título de José Angel Mañas*, se trata de blioteca Nacional, y, en 1899, marcha a París,
un autor que nombra una realidad inconexa, ju ­ donde trabaja como traductor de la editorial Gar-
gando incluso con los elementos tipográficos. Es nier. A su regreso, al año siguiente, los dos her­
autor del libro A dos ruedas (1996). manos participan intensamente en la vida artís­
tica madrileña asistiendo a círculos literarios,
MACHADO Y ÁLVAREZ, Antonio (Santiago de revistas y cafés. Enseguida, comienza a publicar
Compostela, La Coruña, 1848-Sevilla, 1892) sus primeros poemas en revistas culturales como
Folclorista, está considerado el iniciador de los Electra, Alma española, Renacimiento y Helios,
estudios sobre folclore en España. Fue juez en todos ellos recogidos después en la edición de
sevilla, profesor de Derecho y colaborador con Soledades de 1903. Hace oposiciones a la cáte­
numerosos estudios en diversas revistas, en al­ dra de francés, que consigue en 1906 para, un
gunas de las cuales empleó el seudónimo Demó- año después, trasladarse destinado a Soria, ciu­
filo. M iembro de la Folklore Society de Lon­ dad que resultará definitiva en su vida. Allí co­
dres, destacan entre sus obras, muchas de las noce a Leonor Izquierdo, de tan solo 16 años,
cuales fueron traducidas a lenguas europeas: hija de la dueña de la pensión, con la que se casa
Folklore andaluz y Bases del folklo re español en 1909. Esta nueva situación, y el contacto con
(1881), además de una Colección de cantes fla ­ el mundo castellano, transforma su poesía. Gra­
mencos (1881) y otra Colección de enigmas y cias a una beca de la Junta de A m pliación de
adivinanzas (1883). Asimismo, publicó y editó Estudios, vuelve a París en 1911, esta vez con su
la Biblioteca de las Tradiciones Populares Es­ jovencísima esposa. Allí, Machado sigue cursos
pañolas (1883-1888; 11 vols.), redactando él de Bédier y Bergson, escribe y goza junto a su
mismo el volumen V, Estudios sobre la litera­ mujer de la felicidad de la vida parisiense, pero
tura popular (1884). por poco tiempo: Leonor se siente repentina­
mente enferma y han de volver a Soria, donde el
MACHADO RUIZ, Antonio (Sevilla, 1875-Co- poeta se dedica a cuidar a su mujer hasta que esta
lliure, Francia, 1939) muere en agosto de 1912, dejando en Machado
Poeta. Es uno de los más destacados autores de una huella que lo marcará de por vida. Soria se
la conocida como Generación del 98* y uno de vuelve entonces insoportable, y decide trasla­
los poetas más influyentes en la poesía española darse al Instituto de Baeza primero y, después,
contemporánea. Hijo de un famoso folclorista, en 1919, al de Segovia. Durante este tiempo, es­
Antonio Machado y Álvarez*, el afecto de su fa­ tudia Filosofía, alcanzando el doctorado en 1917.
milia, que le acompañó siempre, sería fundamen­ Desde Segovia, sus contactos con M adrid son
tal en la vida del poeta. En 1883, a causa del constantes, y se intensifica su participación en la
nombramiento del abuelo, Machado Núñez, vida cultural con escritos en importantes publica­
como catedrático de la Universidad Central, se ciones y la colaboración, desde 1926, con su her­
trasladan todos a M adrid y, en com pañía de su mano, en obras de teatro firmadas por ambos. Es
hermano Manuel, entra en la Institución Libre de en esa misma fecha cuando inicia en Revista de
Enseñanza, que se había fundado siete años an­ Occidente la serie de heterónimos que encabeza
tes y que resultará decisiva en la educación de A bel M artín y que culmina con la creación de
Antonio, dando lugar a su sencillez de espíritu Juan de Mairena. También en esta época, M a­
527 MACHADO RUIZ

chado inicia una relación am orosa con «Guio- grandes temas que son el paisaje, la preocupa­
mar», m ujer que desempeñó un papel im por­ ción histórica y el amor. En una tercera etapa,
tantísimo en la vida y en la obra del poeta sevi­ M achado nos habla de una Andalucía de la que
llano, y cuya identidad se corresponde con la de se siente desterrado y donde se actualizan los re­
la poetisa Pilar de Valderrama*, recomendada cuerdos de la infancia; se trata de una visión po­
por Machado a Unamuno* en una carta fechada pular, no personal e histórica como cuando ha­
en enero de 1929 — dichas cartas, en las que es blaba de Castilla. Ve Andalucía a través de los
evidente la intensidad emocional de la relación ojos del pueblo, olvidándose de sí mismo y de
entre ambos, se editaron en el volumen Cartas a sus angustias. Por fin, en una cuarta y última
Pilar (1994)— . En 1927 es elegido miembro de fase, encontramos una poesía profundamente fi­
la Real Academia Española, y se funda en Sego- losófica, tendente al aforismo, sentenciosa, de
via, por iniciativa suya, una Universidad Popular versos cortos. Es por esta vía por la que Machado
que increm enta las actividades culturales de la crea los heterónimos en que se desdobla, Abel
ciudad. Tras la proclamación de la República en Martín y Juan de Mairena, y por la que entramos
1931, se traslada al Instituto Calderón de M a­ en una prosa aforística que reflexiona sobre la
drid, y Juan de Mairena se convierte en colabo­ poesía y la realidad humana.
rador del Diario de Madrid y posteriormente de Siente Machado las preocupaciones comunes a
El Sol. Con el inicio de la Guerra Civil en 1936, todos los autores de la conocida como Genera­
Machado se m archa a Valencia, donde colabora ción del 98, el problema histórico nacional y el
aún como Mairena en Hora de España, mientras interés por el paisaje que ya hemos citado. A Ma­
su salud va deteriorándose al mismo ritmo que chado le atrae la realidad física e histórica de Es­
su ánimo. Es en febrero de 1939 cuando el poeta paña, y le sobrecoge el destino nacional de esta.
abandona España, junto a su madre y otros fami­ Ve Castilla como un entorno oscuro y adusto,
liares, con destino a Francia. En Colliure, con­ plagado de personajes dramáticos, locos o
cretamente en el hotel Quintana, es acogido ya crim inales como los hijos de Alvargonzález;
muy enfermo, y allí morirá pocos días después, pero hay esperanza, y el autor es compasivo con
el día 22 del mismo mes, miércoles de Ceniza, a la tierra castellana, una tierra entusiasta y triste a
las tres y media de la tarde. un tiempo, algo que aparece en sus personales re­
No es blasfemo afirmar que, en general, hay una creaciones del paisaje, un paisaje humanizado,
gran parquedad de medios en la poesía de M a­ descrito sobriamente en una constante im bri­
chado, así como pocas innovaciones m étricas cación de formas, colores y realidades sociales;
y una pobreza retórica evidente, y «sin embargo se trata de un escenario humano donde se funden
— como señala Manuel Alvar*— rara vez en presente y pasado, y en el que se yuxtaponen,
nuestra poesía se habrá encontrado un testimonio constantemente, las referencias visuales y las
más sincero y auténtico. Porque rara vez las pa­ históricas. Además de estas cuestiones propias
labras han significado más directamente aquello del espíritu regeneracionista, el cual colea en vir­
que querían significar. Las palabras en carne tud del krausismo* que se respira entre los inte­
viva, sin lienzos que la puedan ocultar». Así, lectuales de la época, el amor es una cuestión
puede hablarse de la poesía de Machado como de palpitante en la poesía de Machado, pero un
una poesía auténtica; no hay en ella histrionismo amor que aparece oblicuamente, no como en Pe­
ninguno ni ostentación en bellezas vacuas, solo dro Salinas*. En un principio, aparece vaga­
equilibrio al mostrar la propia intimidad con es­ m ente, distante, para vivificar después toda su
pontánea elegancia en lo que podemos atre­ poesía soriana desde dentro, ya que es en ese pai­
vernos a concebir como una poesía púdica. M a­ saje donde el poeta ha amado.
chado nos señala las cosas con tímidos gestos Inicia Antonio Machado su poesía en torno a
que muestran su belleza, están presentes como 1899, influido claramente por las corrientes mo­
realidades vividas, cargadas de humanidad, for­ dernistas de autores como Verlaine o Rubén Da­
mando parte de su vida personal. De este modo, río (véase MODERNISMO), asimilando la renova­
ofrece apuntes levísimos sobre los escenarios o ción del léxico y de las imágenes, la suntuosidad
situaciones en las que han de vivificarse las rea­ de las palabras y la sensualidad de las metáforas
lidades que nombra. y evocaciones de estos, pero indagando cada vez
Pueden distinguirse cuatro fases en la poesía de más en sí mismo. Ya con estas peculiaridades se
Antonio Machado: una primera, de gran simpli­ publica Soledades, que presenta un problema bi­
cidad, centrada en los temas infantiles y en el re­ bliográfico, puesto que aparecidas en 1902, lle­
cuerdo, evocaciones de un pasado intim ista van pie de im prenta de 1903; se reimprimen en
donde aparece ya la temporalidad de su obra; una 1904 y adquieren su forma plena en 1907 como
segunda fase que coincide con Campos de Casti­ Soledades. Galerías. Otros poemas, ligeramente
lla, centrada en Soria, en la que deslumbran tres transformado el título en 1919, edición en la que
MACHADO RUIZ 528

leemos Soledades, Galerías y otros poemas. Se 2001 se publicó el libro Prosas dispersas (1893-
trata de una muestra de Modernismo* poético in­ 1936), en el que se reunían textos inéditos, pró­
clinado hacia el intimismo y el simbolismo, logos, artículos, entrevistas, críticas y cartas a
parca en retóricas y decoraciones deslumbrantes. Juan Ramón Jiménez, Unamuno* y O rtega y
Aparecen en esta primera obra los símbolos y te­ Gasset*, sobre temas tan variados como la polí­
mas fundamentales, como son el recuerdo, el ca­ tica, el arte, el teatro, el periodismo, la filosofía o
mino, el jardín, la fuente, el sueño, la melanco­ la literatura en general.
lía... Se trata, según muchos autores — Juan
Ramón Jiménez* o Cernuda*, entre ellos— , de MACHADO RUIZ, Manuel (Sevilla, 1874-Ma-
su obra más brillante, una obra que concentra un drid, 1947)
lirismo desbordante y que medita sobre lo pasa­ Poeta y dramaturgo. Hijo de Antonio Machado y
jero y lo eterno, el recuerdo y el sueño, el espa­ Álvarez* y hermano mayor de Antonio M a­
cio poetizado o la monotonía del vivir. chado*, las vidas de ambos hermanos están uni­
Con Campos de Castilla (1912), nos enfrenta­ das durante la infancia, en la que toda la familia
mos al cambio en su poesía. Es un libro hete­ se vio obligada a trasladarse a Madrid como con­
rogéneo, que habla sobre el paisaje y el hombre secuencia del nombramiento del abuelo como
soriano, en el que se expresan las preocupaciones catedrático de la Universidad Central, y la juven­
ya mentadas sobre España a través de un proceso tud, aunque terminarían separándose a causa de
de objetivización, y que será reeditado, en vida la Guerra Civil al tomar partido por diferentes
del poeta, en la prim era de las ediciones de las bandos. Estudiante en la Institución Libre de En­
Poesías completas bajo el título de «Varia», y señanza, se licenció en Filosofía en 1897 en la
que recuperará el de Campos de Castilla en la de Universidad de Sevilla, fue periodista, con ar­
1928. En la edición de 1917 añade el autor al­ tículos y versos firmados muchos de ellos con el
gunos poemas anteriores, así como otros sobre el seudónimo de Polilla en el periódico La Carica­
paisaje de Baeza. En 1924 aparece Nuevas can­ tura, bibliotecario, en las Bibliotecas Nacional y
ciones, donde se alternan el carácter sentencioso, Municipal de M adrid, y crítico teatral. Entre
la canción popular y los poemas de gran depura­ 1899 y 1900 estuvo en París con su hermano,
ción expresiva dedicados a los paisajes caste­ ciudad en la que conoció a Rubén Darío (véase
llano y andaluz. En el mismo año, inicia el Can­ MODERNISMO), a quien consideraba su maestro,
cionero apócrifo, incorporado posteriormente a y a Amado Ñervo. Su vida cambia al casarse con
las diversas ediciones de las Poesías completas, su prima, Eulalia Cáceres, mujer profundamente
y en el que profundiza en el tono aforístico o la religiosa que sería definitiva en los momentos en
conceptualización, recogiendo las canciones a que Manuel se viese obligado a tom ar partido
Guiomar. Abel Martín y su discípulo Juan de ideológico por los triunfadores de la Guerra Ci­
Mairena aparecen como autores de muchos de vil. En 1938 fue elegido miembro de la Real
estos poemas. Hay gran número de textos en Academia Española. Como poeta, se inicia en el
prosa en el libro, textos que analizan la creación Modernismo*, siguiendo la estela de Rubén Da­
poética. Es aquí, en este Cancionero apócrifo, río y, por la vía del simbolismo* de Verlaine,
donde vemos la personal formulación del ensayo aunque su poesía tiende a la sensualidad y el hu­
creada por M achado en la última parte de su morismo y no a la sonoridad rubeniana. De tintes
vida, expresión que alcanza su cumbre en los es­ andalucistas, su poesía, atenta a lo popular, en la
critos de Juan de Mairena, publicados en 1936, que hay coplas, malagueñas, sevillanas, etc.,
en vísperas de la Guerra Civil, como Juan de peca a veces de cierta superficialidad, si bien re­
Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuer­ sulta espontánea, musical, elegante y rica en su
dos de un profesor apócrifo, a los que habrá que vocabulario, a menudo tendente a la melancolía.
añadir tanto los artículos periodísticos como el Los metros más frecuentes son los que forman
cuaderno de impresiones y meditaciones, anota­ parte de la tradición modernista, como por ejem­
das entre 1912 y 1925, aparecidas bajo el título plo el alejandrino. Hay también numerosos ver­
de Los complementarios y otras obras postumas sos inspirados en la pintura, sonetos sobre todo,
en 1957. Las obras teatrales escritas en colabora­ en los que encuentra el marco idóneo para abor­
ción con su hermano, y en las que intentaron la dar la historia como tema poético. Por lo que res­
renovación del teatro poético, son: Desdichas de pecta a su prosa, cabe decir que lo que se conoce,
la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Juan de aunque poco, como cuentos, son en realidad es­
Mañara (1927), Las adelfas (1928), La Lola se tampas, litografías, situaciones narrativas estáti­
va a los puertos (1930), La prim a Fernanda cas, más un testimonio que un ejercicio de narra­
(1931), La duquesa de Benamejí (1932), la única ción, aunque siempre con la prosa poderosa y
en que se alternan el verso y la prosa, y El hom­ sensual que caracteriza, en verso, toda su obra.
bre que murió en la guerra (1940; postuma). En Son sus poemarios, además de Tristes y alegres
529 MADARIAGA

(1894) y Etcétera (1895), escritos en colabora­ ford y, desde 1972, al cantón suizo de Ticino
ción con Enrique Paradas*: Alma (1900), Capri­ hasta la muerte de Franco. Ideológicamente, Ma-
chos (1905), La fiesta nacional (Rojo y negro) dariaga representa el espíritu europeizador que,
(1906), El m al poema (1909), Museo (1910), nacido en Giner de los Ríos* y los krausistas,
Trofeos (1910), A polo (1911), Cante hondo pasa por la Generación del 98* y se perpetúa en
(1912), Canciones y dedicatorias (1915), Sevilla Ortega y Gasset*. Muy influyente en Europa, su
y otros poem as (1918), Ars m oriendi (1921), obra, escrita tanto en español como en francés y
Phoenix (1936), editado por M anuel Altolagui- en inglés, trata la cuestión de España desde una
rre*, Horas de oro (1938), Cadencias de caden­ perspectiva en la que se integran análisis en ab­
cias (1943) y H oracio (1947). Fue autor de las soluto patrioteros y, aunque patrióticos, de una
obras en prosa El amor y la muerte (1913), reco­ objetividad histórica propia de un hispanista frío
pilación de sus cuentos, reeditada, con dos rela­ y equilibrado, actitud intelectual que ha llevado
tos más, como Cuentos completos (1999), La a muchos críticos a hablar de la influencia de
guerra literaria (1914) y Día p o r día de mi ca­ Unamuno*. A Madariaga, hombre liberal mode­
lendario (1918), el volumen de crítica teatral Un rado, tolerante, reconciliador y cosmopolita, in­
año de teatro (1918). Las piezas teatrales escri­ teresado profundamente en la psicología de los
tas en colaboración con su hermano son: Desdi­ pueblos, le preocupa la relación de España con
chas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Europa e Hispanoamérica. Entre sus muchísimas
Juan de Mañara (1927), Las adelfas (1928), La obras ensayísticas, tanto de carácter histórico,
Lola se va a los puertos (1930), La prim a Fer­ político, memorialístico o de análisis literario,
nanda (1931) y La duquesa de Benamejí (1932), destacan: La guerra desde Londres (1918), En­
además de El hombre que murió en la guerra, es­ sayos anglo-españoles (1922) — que incluye tra­
trenada en 1940, ya muerto Antonio. No obs­ bajos como Shelley and Calderón and other es-
tante, anterior a estas y de autoría propia es la says on English and Spanish poetry, que había
obra A m or al vuelo (1904). En 1922 se habían sido publicado en 1920— , Guía del lector del
publicado cinco volúmenes de Obras completas, «Quijote» (1926), Ingleses, franceses y españo­
ampliados posteriormente, en 1940 y 1942, con les (1929), España. Ensayo de Historia Contem­
Poesía: Opera Omnia Lyrica. poránea (1931; completada en 1978), De la an­
gustia a la libertad (1935), Vida del muy
MACUA, Ángeles magnífico señor don Cristóbal Colón (1940),
Narradora. Debutó en el panorama literario con Hernán Cortés (1941), Cuadro histórico de las
la novela Días de luna (1998), obra en la que se Indias (1945; 2 vols.), ¡Ojo, vencedores! (1945),
aproxima a un cierto misticismo con no poco de Simón Bolívar (1949), Bosquejo de Europa
religioso y mágico a través de un lenguaje (1951), El auge y el ocaso del imperio español
hondo, pero en el que la oralidad resulta funda­ en América (1958), De Galdós a Lorca (1960),
mental, al tratarse de un relato de carácter rural. Retrato de un hombre de pie (1964), Mujeres es­
pañolas (1972), las Memorias (1921-1936):
MADARIAGA, Salvador de (La Coruña, 1886- Amanecer sin mediodía (1974), Españoles de mi
Locarno, Suiza, 1978) tiempo (1974), A la orilla del río de los sucesos
Ensayista, novelista y poeta. Se licenció como (1975) y, ya postuma, la reunión de textos de Ca­
Ingeniero de Minas en Francia, si bien, a partir rácter y destino de Europa (1980). También fue
de 1916, abandonó su profesión como ingeniero autor de una interesante obra literaria poética y
de los ferrocarriles para dedicarse intensamente de ficción, compuesta tanto de poesías como de
al periodismo desde las páginas del diario londi­ novelas y piezas teatrales. Entre los poemarios y
nense The Times. En Londres, a partir de 1921, poemas destacan: Romances de ciego (1922), La
trabajó para la Sociedad de Naciones, organismo fu en te serena (1927), «Elegía a la muerte de
del que, entre 1935 y 1936, sería representante Unamuno» (1937), «Elegía a la muerte de Fede­
en Ginebra, y fue profesor de Literatura Espa­ rico García Lorca» (1938), Rosa de cieno y ce­
ñola en la Universidad de O xford de 1928 a niza (1942) y La que huele a tomillo y a romero
1931, convirtiéndose en una figura de prestigio. (1958). Sus novelas, algunas de carácter histó­
Con el triunfo de la República en España, desem­ rico, son: A rcevaly los ingleses (1925), La jirafa
peñó cargos políticos, como los de embajador en sagrada (1925), una suerte de utopía hum orís­
Washington y en París, y, con el gobierno de Le- tica, situada en un país imaginario, Ebania, en el
rroux, ministro de Instrucción Pública. En 1936 año 6922, en la que satiriza el mundo inglés, El
fue elegido miembro de la Real Academia Espa­ enemigo de Dios (1926), Sir Bob (1930), Ramo
ñola, aunque no leería su discurso de ingreso de errores (1952), La camarada Ana (1956),
hasta 1976, una vez terminado el exilio que, tras Sanco Panco (1964) y Yo-yo y yo-él (1967), a las
finalizar la Guerra Civil, le llevó a Ginebra, Ox­ que hay que añadir las históricas del ciclo Esqui-
MADRAMANY Y CALATAYUD 530

veles y M anriques: El corazón de piedra verde dad en la que ejerció la crítica cinematográfica y
(1943), Guerra en la sangre (1957), Una gota de escribió guiones. Entre sus obras, además de re­
tiempo (1958), El semental negro (1961) y Sata- portajes novelados sobre la vida española, tales
nael (1966). A todo ello, habría que sumar algu­ como Los desterrados de la Dictadura (Reporta­
nas piezas teatrales; entre las más destacadas, es­ je s y testimonios) (1930), Ocho meses y un día
tán: La muerte de Carmen, Mió Cid, Don Carlos en el Gobierno Civil de Barcelona (Confesiones
o El doce de octubre de Cervantes, entre otras. y testimonios) (1932) y 14 de abril. (Novela-re-
portaje) (1934), destacan los ensayos Las últi­
MADRAMANY Y CALATAYUD, Mariano (Alcu­ mas veinticuatro horas de Francisco Layret
dia de Carlet, Valencia, 1750-Palma de M a ­ (1942), Genio e ingenio de don M iguel de Una­
llorca, 1832) muno (1943), La vida altiva de Valle-Inclán
Ensayista. Fue autor de la novela El engaño feliz (1943), Cine de hoy y de mañana (1945) y Cin­
(1795) y de folletos satíricos como Oración en cuenta años de cine (1946). Fue autor, asimismo,
defensa de los gatos (1786) y Oración en que se de algunas piezas teatrales de escaso interés, de
persuade que es menor mal sufrir ratones que te­ entre las que merece destacarse Marie Curie, es­
ner gatos (1799), aunque es más interesante su crita en colaboración con Alejandro Casona*, es­
faceta ensayística histórico-literaria de obras trenada en La Habana en 1940.
como el Tratado de la nobleza de la>corona de
Aragón (1788) o el Tratado de la elocución o del MADRID, Juan (Málaga, 1947)
perfecto lenguaje y buen estilo respecto al caste­ Novelista. Licenciado en Historia Contemporá­
llano (1795). nea por la Universidad de Salamanca, ha sido
profesor y, durante muchos años, ha ejercido el
MADRAZO Y DE KUNTZ, Pedro (Roma, 1816- periodismo de investigación, especializándose
Madrid, 1898) en temas de sucesos, en diferentes medios, entre
Crítico de arte y poeta. Hijo del pintor José Ma- ellos la revista Cambio 16 y la televisión, para la
drazo y colaborador de numerosas publicaciones que ha sido guionista. Su literatura, que se ha
de la época, fundó, en 1835, El Artista. Pese a querido incluir, sin más, dentro del género negro
que su poesía es de escasa calidad, fue un gran o policiaco, tiene, sin embargo, serios matices
crítico de arte, como se ve en sus volúmenes de propios de la novela psicológica. Con tramas sór­
la colección Recuerdos y bellezas de España didas, desarrolladas en ambientes crispados y
(1844-1886), concebida por el litógrafo Fran­ marginales, más que la intriga en tomo a la pre­
cisco Javier Parcerisa y en la que colaboraron gunta de ¿quién es el asesino?, basada en el
Quadrado*, Pi y Margall* y Piferrer*. enigma sobre la identidad de este, a Madrid pa­
rece interesarle la búsqueda de dicha respuesta
MADRID, fray Alonso de (M adrid, siglo xvi) en relación con su entidad, con el por qué psico­
Asceta. Franciscano de cuya vida se sabe poco, lógico de los actos y el carácter del delincuente.
aunque influyó notablemente en la literatura as- Al propio tiempo, en la línea de otros autores ac­
cético-mística de la Edad de Oro*, especial­ tuales relacionados con el género, sus novelas le
mente en san Ignacio de Loyola* y en santa Te­ sirven como medio de denuncia social así como
resa de Jesús*, con su Arte para servir a Dios para crear nuevos espacios narrativos en los que
(Burgos, 1521/1524?). Otra obra suya es Espejo se inserta una suerte de meditación sobre la lite­
de ilustres personas (Burgos, 1524). ratura misma, cruzada de referencias a otros au­
tores. Conocedor profundo de la mentalidad de
MADRID, Francisco de (siglo xv) los criminales, de su lenguaje, del mundo en que
Poeta. Secretario de Juan II* y de los Reyes Ca­ se mueven, ha escrito las siguientes novelas:
tólicos, debe su fama a una Egloga de carácter Beso de amigo (1980; reed., 1983), Las aparien­
político que compuso hacia 1495 y en la que se cias no engañan (1982), Nada que hacer (1984),
aprecia la influencia de Juan del Encina*. Com­ Regalo de la casa (1986), Oídos sordos (1991),
puesta en octavas de arte mayor, y basada en las Cuartos oscuros (1993), Viejos amores (1993),
guerras contra Carlos VIII de Francia, es una ale­ Días contados (1993), obra que fue adaptada al
goría en exaltación del rey Fernando. Se le han cine, en 1994, por Imanol Uribe, Cuentas p e n ­
atribuido las Coplas de Mingo Revulgo*, aunque dientes (1995), regreso a los cánones de la no­
sin demasiada base. vela negra en la que recupera a su detective par­
ticular Toni Romano, M alos tiem pos (1995),
MADRID, Francisco (Barcelona, 1900-Buenos M ujeres & mujeres (1996), Restos de carmín
Aires, 1952) (1999) y Grupo de Noche (2002). Es autor, ade­
Narrador y ensayista. Periodista, hubo de exi­ más de novelas dirigidas a un público juvenil,
liarse tras la Guerra Civil en Buenos Aires, ciu­ como Hotel Paraíso (1987), Los cañones de Du-
531 MAEZTU WHITNEY

rango (1996), Los piratas de Ranghum (1996), de los ensayos Fantasía sobre los chinos (1924),
Tánger (1997), En el mar de China (1997) y El Nuevo discurso sobre los chinos (1927) o La ca­
fugitivo de Borneo (1998). Hay que recordar al­ morra dormida (1927).
gunos libros de relatos: Un trabajo fá c il (1984),
Jungla (1988) y Crónicas del M adrid oscuro MAEZTU WHITNEY, María de (Vitoria, 1882-
(1994), así como los trece guiones de la serie te­ M ar del Plata, Argentina, 1947)
levisiva Brigada central (1990), una crónica de Ensayista y pedagoga. Hermana de Gustavo y
carácter periodístico sobre una organización Ramiro de Maeztu*, estudió en Salamanca y en
anarquista andaluza de finales del siglo xix, La M adrid, donde fue alumna de maestros como
M ano Negra (1998), y un libro de viajes: A m a­ Unamuno* y Ortega y Gasset*. Enseñó Pedago­
zonas: un viaje imposible (2001), en el que de­ gía en Madrid y en Buenos Aires — ciudad en
nuncia la degradación de la selva y las denigran­ cuya universidad fue profesora de Filosofía de la
tes condiciones de miseria de sus habitantes. Se Educación hasta su muerte— , y fue agregada
trata de uno de los autores españoles más tradu­ cultural de la Embajada de España. En 1915
cidos a otras lenguas. fundó en la capital española la Residencia de Se­
ñoritas, ejerció la docencia en el Instituto Es­
MADRIGAL, Alfonso de Véase FERNÁNDEZ cuela y colaboró con la Facultad de Filosofía y
DE MADRIGAL, Alfonso. Letras. En 1936 se trasladó a Argentina. Entre
sus muchos ensayos, destacan una Historia de la
MAESTRE, Pedro (Elda, Alicante, 1967) cultura europea y una Antología de los prosistas
Narrador. Licenciado en Filología Hispánica. españoles del siglo XX.
Autor de la generación más joven del panorama
literario, cuyo reconocimiento tras la concesión MAEZTU WHITNEY, Ramiro de (Vitoria, 1874-
del Premio Nadal no se confirmó ulteriormente, Madrid, 1936)
debido a un estilo demasiado ampuloso y a unas Ensayista. Estudió el bachillerato en su ciudad
intenciones que desbordaban el trabajo literario natal, de donde se trasladaría, a causa de las difi­
real. Reflexivo y ambicioso, M aestre se quedó cultades económicas familiares, a París y a Cuba
durante un tiempo en un propósito de aparente para, finalmente, y después de una estancia de
hondura intelectual, aunque sin llegar a superar cuatro años en Bilbao, fijar residencia en Madrid,
ciertas banalidades, lo que fue poco a poco supe­ ciudad en la que se consagraría al periodismo a
rando hasta alcanzar un tono literario adulto y partir de 1897. Debido a los mencionados proble­
nuevo, basado en la ternura y el dominio de la mas económicos no pudo cursar estudios univer­
voz narrativa, algo que la crítica ha destacado sitarios, lo que no le impidió gozar de gran presti­
como fundam ental de este autor que, aun ha­ gio intelectual gracias a sus artículos progresistas,
blando de los problemas de los jóvenes con el siempre apasionados, en publicaciones como El
lenguaje de los jóvenes, en el ambiente del rock, País, El Imparcial o Vida Nueva, entre otras. Con
el alcohol y demás, ha ido consiguiendo profun­ Azorín* y Baroja* formó el llamado «Grupo de
dizar en el retrato de los maltratados, de la Es­ los tres», uno de los más representativos del pen­
paña de los perdedores, de la gente de la perife­ samiento de la Generación del 98*, y, en 1905,
ria. Destacan sus novelas Trapos sucios (1995), fue nombrado corresponsal en el extranjero, pa­
que fue finalista del Premio Nuevos Narradores, sando una larga temporada en Londres. Con el es­
Matando dinosaurios con tirachinas (1996), con tallido de la Primera Guerra Mundial se produce
la que obtuvo el Premio Nadal, Benidorm, Beni- un cambio en su ideología al reconvertirse a un
dorm, Benidorm (1997) y Alféreces provisiona­ catolicismo militante. Desde su regreso a España
les (1999). en 1919, este cambio ideológico se acentúa hasta
el extremo de apoyar la dictadura de Primo de Ri­
MAESTRE PEDRO -» Véase GÓ M EZ BARROSO, vera desde posiciones antiliberales y antimarxis­
Pedro. tas, razón por la que le es concedida la embajada
en Argentina, que ocupará entre 1928 y 1930. En
MAEZTU WHITNEY, Gustavo de (Vitoria, 1887- 1931 dirige la revista conservadora Acción Espa­
Estella, Navarra, 1947) ñola, en 1932 ingresa en la Academia de Ciencias
N ovelista, ensayista y pintor. Hermano de Ra­ Morales y Políticas, y, en 1935, es elegido miem­
miro de Maeztu*, su actividad pictórica fue la bro de la Real Academia Española. Diputado mo­
que le llevó al reconocimiento general, si bien es nárquico durante la República, a poco de comen­
autor casi desconocido de algunas novelas de zar la Guerra Civil, en octubre del 36, es fusilado
corte folletinesco como Andanzas y episodios del por el bando republicano.
señor Doro (1911), El imperio del gato azul Como ya hemos señalado, el pensamiento, emi­
(1911) y El vecino del tercero (1912), así como nentemente social, de Maeztu experimentó una
MAGRINYÁ 532

brusca revolución interior, pues pasó de postula­ espíritu, libro inacabado al que dedicó los últi­
dos casi anarquistas, muy influidos por la filoso­ mos años de su vida; en 1962 apareció una reco­
fía de Nietzsche, a una cierta lógica socialista pilación de sus textos titulada Autobiografía, y,
que desembocó en concepciones cristianas para, en 1977, se editó el volumen Artículos descono­
por último, entrar de lleno en una retórica cató­ cidos, 1897-1904. En 2000 se publicó un volu­
lica, dogmática y tradicionalista defensora de los men que, con el título de Ramiro de Maeztu.
valores más conservadores. Tal vez, el periodo Obra literaria olvidada, reunía una selección de
decisivo para este cambio fuese su estancia en cuentos, poemas, teatro y artículos literarios.
Gran Bretaña, durante el cual es posible que,
frente a la conciencia general de los noventayo- MAGRINYÁ, Luis (Palma de M allorca, 1960)
chistas, y la suya propia, sobre la decadencia de Narrador. Tenido por parte de la crítica como uno
España, viese el contraste de la próspera vida in­ de los mejores escritores de relatos de la actual
glesa. A ello se suma, en esos años, la revivifica­ narrativa española, estos demuestran una indaga­
ción del catolicismo, al que él nunca había re­ ción profunda, a través de un marcado gusto por
nunciado, lo que dota a su pensamiento de un la artificiosidad, en la realidad a través del con­
fuerte carácter hispanista, al considerar a España traste entre evidencia y ocultación, siendo la fama
portadora de valores misioneros como nación, uno de los asuntos centrales de sus páginas. Se
algo que él ve en el descubrimiento de América trata de un escritor con un extraordinario dominio
y en la gloria española como Imperio unido, ca­ de los tiempos y ritmos narrativos, capaz de crear
tólico y evangelizador, única manera de enfren­ ambigüedades arguméntales sorprendentes. Ade­
tarse al desmembramiento liberal extranjerizante más de los libros de relatos, Los aéreos y Belinda
nacido del espíritu ilustrado y enciclopedista de y el monstruo (1995), que lo habían convertido en
la Revolución Francesa, origen, según él, de to­ autor de culto, con su debut en la novela, Los dos
dos los males. Esta concepción del riesgo liberal, Luises (2000), obtuvo el prestigioso Premio He-
que arranca en pensadores como el padre Diego rralde, aunque no el favor unánime de la crítica,
José de Cádiz*, con El soldado católico en gue­ que reivindicó sus capacidades como autor de re­
rra de religión, o fray Rafael de Vélez, en su latos antes que su habilidad como novelista.
obra Apología del altar y del trono — conocida
como Preservativo al defender la guerra santa MAIMÓNIDES, Moisés (Córdoba, 1135-Egipto,
como medio para preservar la unidad— y que 1204)
considera la indisolubilidad de la patria con la re­ Tratadista jurídico y filósofo. De su padre, juez
ligión, es la que llega a Maeztu, que, en la tradi­ judío y gran erudito, recibió lecciones de m ate­
ción de la defensa de una España elegida por máticas y astronomía, así como una enseñanza
Dios, considerará la nación como una unidad de ética basada en la Biblia y el Talmud. En 1160 se
destino, idea que alcanzará su máximo esplendor vio obligado a trasladarse con su familia a Fez,
en los postulados franquistas. La defensa de la como consecuencia de las persecuciones religio­
hispanidad es, pues, su eje doctrinal, apoyado sas practicadas por los almohades tras su entrada
siempre en la dimensión católica de sus posibili­ en Córdoba en 1148, para, después de un pere­
dades imperiales, lo que da a su obra una vehe­ grinaje por diversas ciudades, establecerse en
mencia que le resta efectividad argumental y so­ Alejandría como gran rabino y médico del sul­
lidez doctrinal. No obstante, su estilo resulta tán. La obra de Maimónides representa la sínte­
sobrio, huidizo respecto a la retórica, por más sis más completa de los principios religiosos, ju ­
que sus escritos estén ya ciertam ente caducos. rídicos y rituales de las tradiciones judía y
Sus obras fundamentales, en las que defiende los filosófica greco-árabe. Considerado el más im ­
valores universales com o la Verdad, la Ju sti­ portante pensador científico de la Edad Media,
cia, etc., por encima de los intereses individua­ las obras destacadas de Maimónides, que siem­
les, son Hacia otra España ( 1899), una selección pre escribió en árabe, son unos comentarios del
personal de treinta y siete artículos suyos, La cri­ Mishnah (1168), el tratado M ishnah Torah
sis del humanismo (1919) — publicado inicial­ (1180) — Repetición de la Ley, también conocido
mente en inglés, en 1916, como Authority, Liberty como La mano fu e rte— , que es uno de los m e­
and Function in the Light o f the War— , Don jores textos medievales sobre la ley mosaica, y,
Quijote, don Juan y la Celestina (1926) y los ar­ sobre todo, la interpretación aristotélica de la re­
tículos reunidos en Defensa de la hispanidad ligión judía, escrita en árabe, Guía de los indeci­
(1934). Fue autor, asimismo, de obras de ficción sos o Guía de perplejos, traducida al hebreo en
como diversos cuentos o el folletín La guerra de 1190, y al castellano en el siglo xv por Pedro
Transvaal y los m isterios de la banca de Lon­ Díaz de Toledo*, la cual influyó notablemente en
dres, publicado por entregas en el diario El País filósofos posteriores como Spinoza y Tomás
entre 1900 y 1901. En 1958 se editó Defensa del de Aquino, así como en ciertos escritores, entre
533 MALDONADO DE GUEVARA Y OCAMPO

ellos Alfonso de la Torre*. En dicha obra, diri­ cuela de Gramática y Humanidades en la que se
gida a aquellos pensadores a quienes sus estudios formaron gran parte de los autores a los que
han llevado a enfrentarse con la religión, se pre­ suele incluirse en la llamada escuela sevillana*.
tende armonizar la fe con la razón. Para Maimó- Su sucesor al frente de dicho centro sería Diego
nides, la experiencia sensible y el intelecto con­ Girón*. En 1561 fue encarcelado durante unos
ducen por igual a confirmar la fe. meses por la Inquisición. Interesado por la cul­
tura popular, sus méritos están en ser un transmi­
MAINER, José Carlos sor de cultura, un magnífico maestro. Entre sus
Crítico y ensayista. Catedrático de Literatura Es- obras, siempre marcadas por su formación clá­
I pañola en la Universidad de Zaragoza, en sus en­ sica, destacan In sintaxis scholia (Sevilla, 1567),
sayos aúna el rigor y la documentación del espe­ In Aphtonii progymnasmata scholia (Sevilla,
cialista con la capacidad y la inspiración del 1567), texto didáctico en el que difunde las ense­
ensayista dotado de estilo. Entre sus obras desta­ ñanzas de sus maestros; la colección de refranes
can: Falange y literatura (1971), La Edad de comentados, con gran despliegue de erudición y
Plata (1902-1939) (1975), donde se ocupa de la referencias grecolatinas, Philosophia vulgar (Se­
literatura española del primer tercio del siglo xx, villa, 1568), obra en la que destacan los cuentos
La doma de la Quimera. Ensayos sobre naciona­ y apólogos que acompañan a los proverbios y
lism o)’ cultura en España (1988), De postguerra que está en la línea de los Adagia de Erasmo; el
(1951-1990) (1994), H istoria, literatura, socie­ poema en verso suelto La hermosa Psyche, no
dad (1988), ampliada en una nueva edición de editado hasta 1947, y las prosas de circunstan­
2000, y La escritura desatada (2000). cias Recibimiento que hizo Sevilla al rey Felipe II
(Sevilla, 1570) y Descripción de la galera real
MAIZKURRENA, María (Londres, 1962) de Don Juan de Austria. Tenemos noticia de
Poetisa. Autora bilbaína, aunque nacida en Ingla­ que escribió alguna pieza teatral italianizante,
terra, Mari Feli Maizcurrena regresó con su fami­ aunque no se conocen los textos. En el volu­
lia al País Vasco cuando contaba ocho años de men XLII de la «Biblioteca de Autores Españo­
edad, y en la Universidad de Deusto se licenció en les» aparecen ejemplos de sus poemas, sobre
Filología Hispánica. Columnista del diario El Co­ todo epigramas y versos latinos, entre los que
rreo y directora de la revista literaria Ipar Atea, su destacan «Los trabajos de Hércules», «El marti­
poesía busca, a través de un lenguaje conversacio­ rio de los santos» y «La muerte de Orfeo».
nal, directo, melancólico e irónico, en los fracasos
de los sueños revolucionarios de juventud las ex­ MALDONADO DE GUEVARA Y OCAMPO, Luis
plicaciones del tiempo como cauce de la vida y (Salamanca, 1860-Madrid, 1926)
como creador de lo que se convertirá en memoria. Narrador. Catedrático de Derecho en la Univer­
La austeridad de su estilo y la ausencia de efectis­ sidad de Salamanca, fue rector de esta y diputado
mos supone un ejercicio de meditación en el que a Cortes. Amigo de Miguel de Unamuno*, su li­
se escuchan los ecos de otra poesía meditativa, la teratura es de carácter costumbrista, sobre todo
de un Cemuda* o un Hólderlin, Eliot o E. Dickin- en lo que respecta al ámbito charro y su dialecto,
son. Realidad existente y memoria son una misma es decir el de las aldeas salmantinas. Gran parte
cosa en su poesía, conviven como una realidad to­ de sus textos permanecen inéditos, y de los pu­
tal donde el recuerdo es el yo mismo. Es autora de blicados merece mencionarse Las querellas del
los poemarios Los otros reinos (1987), que le su­ ciego de Robliza (1894), obra no venal prologada
puso una mención especial en el Premio Alonso por Unamuno, entusiasmado con el libro, en la
de Ercilla del Gobierno Vasco, Los cantos del que Maldonado inventó a un ciego autor de can­
Dios oscuro y otros poem as (1989), con el que tares, así como sus coplas y versos de tradición
quedó finalista en dicho premio, Una temporada popular. Fue autor, asimismo, de los cuentos de
en el invierno (1990), Viento del Norte (1992), ga­ Del campo y de la ciudad (1902), de la novela El
lardonado con el Hispano de Plata y que ya había pantano de Elisa (Novela ejemplar) (1907), Ora­
recibido el Premio Imagínate Euskadi, y Tiempo ción inaugural de la Universidad de Salamanca
(2001), con el que obtuvo el Premio Antonio Ma­ (1920), Don Quijote en los estudios de Sala­
chado en Baeza. Es autora, asimismo, de la novela manca, libro editado postumamente en 1960, al
corta Adiós a doña Laura (2000). igual que «Mis Memorias». Estampas salmanti­
nas (1986), de algunas obras sobre cuestiones
MAL LARA, Juan de (Sevilla, 1524-1571) académicas de su especialidad y de piezas teatra­
Humanista. Estudió en las universidades de Sa­ les, como por ejemplo el drama La montaraza de
lamanca, con Hernán Núñez*, y Barcelona, con Olmedo, que se estrenó con éxito. En 1928, unos
el humanista Francisco de Escobar. En Sevilla, amigos habían editado una Antología de las
ciudad a la que regresó en 1548, abrió una es­ obras de don Luis de Maldonado.
MALLADA 534

MALLADA, Lucas (Huesca, 1841 -Madrid, 1921) la guerra, novelas deportivas y rosas, siendo en
Ensayista. Ingeniero de minas y profesor de Pa­ el primero de los géneros en el que destaca, a
leontología, es uno de los autores destacados del partir de 1943, con la publicación de una colec­
regeneracionismo*. Crítico con el carácter apá­ ción de cien novelas de dicho tema. Es a partir
tico y perezoso de los españoles, en su obra es­ de 1954, con la aparición de la serie «El Co­
tudia la pobreza del suelo español, propone so­ yote», difundida también por radio, cuando Ma-
luciones para la crisis agrícola y denuncia la llorquí alcanza la popularidad definitiva en el
incompetencia de la Administración, y anuncia, mundo de la literatura popular.
como consecuencia de todo ello, el adveni­
miento revolucionario de la República. Su obra MALÓN DE CHAIDE, Pedro (Cascante, N ava­
fundamental es Los males de la patria y la f u ­ rra, h. 1530-Barcelona, 1589)
tura revolución española. Consideraciones ge­ Asceta y predicador. Agustino, profesó, en 1557,
nerales acerca de sus causas y efectos (1890), a en el convento de agustinos de Salamanca, y fue
las que hay que añadir otras anteriores, como alumno del padre Guevara* y de fray Luis de
Descripción física y geológica de la provincia León*. Posteriormente, enseñaría en Burgos, se­
de Huesca (1878), Proyecto de una nueva divi­ ría prior en Zaragoza y en Huesca, ciudad en la
sión territorial de España (1881) y Sinopsis de que se doctorará en Teología y en la que, como
las especies fó siles que se han encontrado en en la anterior, será catedrático de Sagrada Escri­
España (1885), y otras posteriores entre las que tura desde 1580 hasta ser nombrado, en 1586,
destacan Cartas aragonesas (1905) y Reformas prior del convento de Barcelona. Compartía con
urbanas de M adrid (1907). Como miembro fray Luis y con Alonso de Orozco*, frente a la
de la comisión del mapa geológico español, tesis dominica que lo consideraba un sacrilegio,
debe mencionarse su monumental Explicación la necesidad de traducir las Escrituras a las len­
del mapa geológico de España (1895-1911; guas romances, algo que determinó la construc­
7 vols.). ción de su única obra publicada, a la que debe
su fama literaria, La conversión de la M agda­
MALLORQUÍ, César (Barcelona, 1953) lena, en que se exponen los tres estados que tuvo
Narrador. Conocido autor de literatura juvenil, de pecadora, y de penitente, y de gracia (Barce­
es hijo del creador de «El Coyote», José Mallor- lona, 1588), escrita entre 1578 y 1583 y en la
quí. Vivió su infancia en Madrid, donde estudia­ que desarrolla una paráfrasis de los pasajes
ría en la Facultad de Ciencias de la Información evangélicos que conciernen a esta santa, orde­
de la Universidad Com plutense. A partir de nando el libro de acuerdo a los tres estados del
1970 comenzó a publicar en diferentes revistas, personaje que señala el título: inocente peca­
entre ellas La Codorniz, y en los ochenta se de­ dora, penitente arrepentida y alma en gracia re­
dicó a la publicidad. De entre sus novelas desta­ conciliada con Dios. En el texto, de corte ascé­
can: La vara de hierro (1993), El coleccionista tico, a veces próximo a la mística y muy influido
de sellos (1996), galardonada con el Premio Gi- por el neoplatonismo de fray Luis, se combinan
gamesh, El último trabajo del Señor Luna con maestría notas populares costumbristas y di­
(1997), con la que obtuvo el Premio Edebé de gresiones sobre otros santos con recreaciones de
Literatura Juvenil, dem ostrando con ella un salmos, como la del número 88, Misericordias
nuevo modo de dirigirse a los lectores más jó ­ Domini in aeternum cantabo, y traducciones de
venes a través de un dominio de la intriga, Ovidio, Virgilio y Juvenal, aunque Malón es un
amena y absolutamente actual, La Fraternidad defensor absoluto de la lengua vulgar, algo que
de Eihwaz (1998), La cruz de El Dorado (1999), se aprecia en la claridad de su creación, no tan
Premio Edebé, El maestro oscuro (1999), La ca­ densa como podría ser la de fray Luis. El pró­
tedral (2000), am bientada en la Edad M edia, logo, una hermosa defensa del castellano, critica
muy documentada y con un suspense que, entre los abusos de la literatura profana y caballe­
la acción y el misterio, le valió el reconoci­ resca. En cuanto a los versos que jalonan el
miento público y de la crítica, así como el Pre­ texto, son sobrios y brillantes, siempre en la lí­
mio Gran Angular, La Mansión Dax (2001) y El nea de la escuela salm antina*. M enéndez Pe-
hombre de arena (2001). layo* lo consideró uno de los libros más elegan­
tes de la literatura religiosa española. La gran
MALLORQUÍ FIGUEROLA, José (Barcelona, obra de Malón se reeditó, en 1853, en el volu­
1913-?, 1972) men XXVII de la «Biblioteca de Autores Espa­
Novelista. Sin estudios y de formación autodi­ ñoles» y, en 1931, en dos volúmenes. Fue autor,
dacta es, sin embargo, un gran lector desde muy asimismo, de obras hoy perdidas, como el Tra­
joven. Traductor para la editorial Molino, en tado de san Pedro y de san Juan y un Libro de
1936 comenzó a publicar novelas del oeste y, tras todos los santos.
535 MANENT I CISA

MALPARTIDA, Juan (Marbella, M álaga, 1956) universitaria (1952-1956 y 1956-1958), las narra­
Poeta, ensayista y narrador. Jefe de redacción de ciones cortas, entre la vanguardia y el realismo, de
Cuadernos H ispanoam ericanos, traductor de Tina, a interludis (1956) y Pol-len (1963), obra por
Eliot y Bretón y crítico literario, en su obra poé­ la que consiguió el Premio Víctor Catalá.
tica ha huido de cualquier vanguardismo, así
como de adscripciones a cualesquiera corrientes MANEGAT, Julio (Barcelona, 1922)
al uso, incluida la poesía de la experiencia*, y ha Novelista y dramaturgo. Licenciado en Filología
escrito una poesía atenta sobre todo a la belleza Semítica, también ha ejercido el periodismo, lle­
de la voz, aunque no descuidada ni con la reali­ gando a ser subdirector de El Noticiero Univer­
dad narrada, más que poetizada, ni con la indaga­ sal, periódico en el que publicó numerosas críti­
ción introspectiva en las emociones más ambi­ cas literarias y teatrales, y director de la Escuela
guas. Es autor, además de diferentes poemarios, de Periodismo de Barcelona. Miembro fundador
entre los que destacan Canto rodado (1986), Es­ del prestigioso Premio de la Crítica, es colabora­
piral (1990), Gravitación (1990), Bajo un mismo dor habitual en prensa y radio. Inicialmente, es­
sol (1991) y Hora rasante (1997), del ensayo La cribió poemas, para pasar después al teatro con
perfección indefensa (1998), en el que se ocupa una veintena de obras, algunas de las cuales fue­
de los que considera fundadores de la poesía his­ ron estrenadas en teatros de cámara. Pero el gé­
pánica actual, desde Valente*, Gil de Biedma* o nero en que destaca es la novela, en el cual se
Sánchez Robayna*, entre otros españoles, hasta inicia en 1958. Entre sus obras recordamos, ade­
Octavio Paz, César Vallejo o A lfonso Reyes, y más del poemario Canción en la sangre (1948),
de la novela La tarde a la deriva (2002), con la de piezas teatrales como Todos los días (1955),
que se lanzó al panorama novelístico para refle­ El silencio de Dios (1956), inscrita en la co­
xionar sobre el tiempo, el hecho mismo de con­ rriente del teatro religioso-cristiano, y Antes,
tar, la m em oria como fijación del tránsito que algo, alguien... (1974), que fue Premio Nacional
supone la vida. de Teatro, o del volumen de relatos Historias de
los otros (1967), al que habría que sumar el
MALUENDA, Antonio de (Burgos, 1554-1615) cuento El coleccionista, por el que obtuvo el Pre­
Poeta. Hizo estudios eclesiásticos en Salamanca mio Hucha de Oro en 1984, las novelas La ciu­
y vivió en Roma; en 1584 fue nombrado abad de dad amarilla (1958), La feria vacía (1961), Pre­
San Millán. La única obra suya que conservamos mio Ciudad de Barcelona, El pan y los peces
es un Cancionero, introducido elogiosam ente (1963), Spanish show (1965), Cerco de sombra
por Villamediana*, en el que se dan cita sonetos (1971), M aíz para las gallinas (1971), Premio
amorosos, religiosos y morales. Ciudad de Gerona, Amado mundo podrido
(1976) y Ellos siguen pasando (1979). Es autor,
MALUENDA, Jacinto Alonso (Valencia, finales asimismo, del ensayo La función crítica en la
siglo xvi-d. de 1657) prensa (1968).
Poeta y autor teatral. Director de la casa de co­
medias de Valencia, cargo en el que sucedió a su MANENT I CISA, María (Barcelona, 1898)
padre, Alonso de Maluenda, es escritor jocoso y Poeta y ensayista en lengua catalana. Colabora­
satírico en el que se aprecian ecos gongorinos. dor de diversas publicaciones y prestigioso pu­
Destacan los poemas, casi todos festivos, fábu­ blicista, fue miembro fundador de la Revista de
las, romances y décimas, de Cozquilla del gusto Poesía, nacida en Barcelona en 1925 y que Ma-
(Valencia, 1629), Bureo de las musas del Turia nent llegaría a dirigir. Desde 1934 formó parte,
(Valencia, 1631) y Tropezón de la risa (¿Valen­ junto a Caries Riba*, J. V. Foix*, Tomás Garcés*
cia, 1636?). Sus piezas teatrales, tales como La y Joan Teixidor*, de la redacción de Quaderns
Virgen de los desamparados, El sitio de Tortosa de Poesia. Como poeta, está influido por Verda-
y santo Tomás de Villanueva, fueron prohibidas guer* y Carner*, así como por la poesía china,
en 1646 y autorizadas de nuevo a partir de 1650. que le llevó a practicar una versificación en la lí­
Es probable autor de santa M aría Magdalena, nea de la poesía pura, el romanticismo inglés y el
obra que sirvió para la reapertura de los teatros simbolismo*. Destacan sus poemarios: La
madrileños en 1650. branca (1918), La collita en la boira (1920),
L ’ombra i altres poemes (1931), La ciutat del
MALUQUER I BONET, Jordi (Barcelona, 1935) temps (1961) y El gran vent i les heures (1983).
Poeta y narrador en lengua catalana. Licenciado en Ha sido fundamental su labor como traductor de
Derecho por la Universidad de Barcelona, ha sido autores en lengua inglesa al catalán, algo que se
redactor de diversas publicaciones, entre ellas El aprecia en obras como Els sonets i odes de John
Coireo Catalán, y director de Avui. Destacan, ade­ Keats (1919), Poemes de Rupert Brooke (1931),
más de los poemas recogidos en Antología poética Versions de l ’anglés (1938), la traducción, en
MANFREDI CANO 536

1946, del Epipsychidion, de Schelley, o en la an­ paisaje y las estaciones, pero más como correlato
tología Poesía anglesa i nordamericana (1955). del sucederse de las emociones, de la vida, del
Dicho interés por los autores anglosajones le mundo mismo, que por una necesidad expresio­
llevó a publicar el ensayo Notes sobre literatura nista marcada por el estilo. Incluido en diferentes
estrangera (1934), aparecido en español con el antologías, entre ellas Selección nacional. Última
título de Cómo nace el poema y otros ensayos y poesía española (1995) y La generación del 99
notas (1962). Asimismo, realizó importantes tra­ (1999), de José Luis García Martín*, destacan sus
ducciones del chino en L ’aire daurat (1928), poemarios Canción de amor acaso (1993), Sin
Més interpretacions de poesía xinesa (1967) y recuerdos ni afanes (1994), 1967 (1995), Una
Com un núvol lleuger (1968), Premio Lletra clara conciencia (1997), para el que recibió una
d’Or. Son dignas de mención, también, entre sus Ayuda a la Creación Literaria del M inisterio de
obras, los volúmenes de evocaciones personales Cultura, Salón de rechazados (1998) y Canción
Montseny (Zodiac d ’un paisatge) (1948) y A flo r gris (2002), con el que obtuvo el Premio Emilio
d ’oblit (1968), Premio crítica Serra d ’Or, los en­ Prados de la Diputación Provincial de Málaga.
sayos, además del citado anteriormente, Poesía, También ha escrito libros dirigidos a un público
llenguatge, form a (1973), El vel de Mara (1975), infantil y juvenil, como Mi primer libro del Real
L ’aroma d ’arc (1982), Llibres d ’ara i d ’antany Madrid (2002) e Historia del Real Madrid para
(1982) y Rellegint (1987) y la novela El vel de jóvenes (2002). Ha sido galardonado con diver­
Maia: dietari de la Guerra Civil, 1936-1939 sos premios de relatos, como el Luis Mateo Diez
(1975), que recibió el Premio Josep Pía. o el NH en 2001, y de periodismo, entre los que
destacan el Francisco Valdés y, en 2001, el Don
MANFREDI CANO, Domingo (Aznolcázor, S e­ Quijote de la Junta de Castilla-La Mancha. Asi­
villa, 1918) mismo, en 1999 y 2000 obtuvo la Beca Valle-In-
Novelista. Alférez provisional durante la Guerra clán que otorga el Ministerio de Asuntos Exterio­
Civil, había comenzado a escribir desde muy res en la Academia de España en Roma.
joven, practicando todos los géneros literarios.
Colaborador de publicaciones españolas y ex­ MANRIQUE, Gómez (Amusco, Palencia, 1412-
tranjeras, fue profesor de Periodismo en la Uni­ Toledo, h. 1490)
versidad de La Laguna y perteneció al Cuerpo Poeta y dramaturgo. Sobrino del marqués de
General de Policía. Traductor de los más impor­ Santillana* y tío de Jorge Manrique*, fue, como
tantes autores en lengua inglesa, entre ellos Cecil todos los miembros de su poderosa familia, hom­
Roberts, H. G. Wells o W illiam Faulkner, sus bre de armas y destacado político enfrentado a
obras han sido traducidas a los idiomas más im­ don Alvaro de Luna*. Gómez Manrique fue, asi­
portantes, y han sido m erecedoras de los galar­ mismo, enemigo de Enrique IV tras la muerte de
dones más prestigiosos, tales como los premios Juan II*, partidario del infante don Alfonso, y,
de novela Ateneo de Valladolid, el Ciudad de Se­ desde 1474, corregidor de la ciudad de Toledo.
villa, el Ciudad de Oviedo o el Juan Valera de pe­ Desempeñó, además, un importante papel en las
riodismo, entre otros. Autor de guiones para el negociaciones previas a la boda de los Reyes Ca­
cine, la radio y la televisión, así como de algunos tólicos. Notable poeta — aunque él siempre con­
poemarios y ensayos, en los que se ha ocupado sideró su obra literaria con modestia— , en un
en profundidad del flamenco, destaca con nove­ Cancionero propio individual — editado en 1885
las de carácter documental como Las lomas tie­ en dos volúmenes— , que se conserva m anus­
nen espinos (1955), La rastra (1956), Tierra ne­ crito, figuran ciento ocho composiciones suyas
gra (1957), La piedra (1958), A los pies de los que podemos resumir en dos tendencias: obras
caballos (1959), Juan el Negro (1974) y Las car­ amorosas, a la manera galaico-provenzal del
tas (1984), a las que hay que añadir los ensayos amor cortés, y poesías doctrinales, morales y ele­
Geografía del cante jondo (1963) y Lusitania giacas al modo de Juan de Mena* o de su tío el
show (1972), además del poemario Hombre soy marqués de Santillana, grupo este último de mar­
(1976) y Tú, Guiomar (1983), narración breve cado estoicismo, en el que se encuentra lo mejor
con la que obtuvo el Premio Antonio Machado. de su creación, escrito siempre con naturalidad,
sin latinismos forzados y al margen de compara­
MANILLA, Antonio (León, 1967) ciones eruditas. No obstante, también cultivó la
Poeta. De nombre verdadero Antonio Félix Ló­ poesía intrascendente, estrenas y aguinaldos, y la
pez M aestro, es historiador y periodista. C ola­ composición burlesca, como es el caso de «Ra­
bora en el diario ABC y es director adjunto de zonamiento de un rocín a un paje». Varias de sus
Publicaciones de la Editorial Everest. En sus ver­ poesías aparecen en el Cancionero general
sos, claramente imbricados en la tradición del (véase CANCIONERO) (1511). Destacan, por ci­
simbolismo*, tienen un papel predominante el tar solo algunos ejemplos, versos como los de
537 MANRIQUE

«Batalla de amores», «Planto de las virtudes e MANRIQUE, Jorge (Paredes de Nava, Patencia,
poesía por el magnífico señor don íñigo de Men­ h. 1440-Castillo de Garcimuñoz, Cuenca,
doza», «Exclamación y querella de la goberna­ 1479)
ción», de fuerte intención satírica, «Regimiento Poeta. Hijo del conde de Paredes, don Rodrigo
de príncipes», dedicado a los Reyes Católicos y Manrique — gran militar y político intrigante— ,
quizá escrito en 1482, el poema religioso «Loo­ su familia, una de las más poderosas entre las de
res e suplicaciones de Nuestra Señora», las ele­ la nobleza castellana, participó en las campañas
gías «A la muerte del marqués de Santillana» y, de reconquista y en las diversas contiendas inter­
en coplas de arte mayor, «Defunción del muy no­ nas que se produjeron durante los reinados de
ble Garcilaso de la Vega», el homenaje a Juan de Juan II* y Enrique IV, y ocupó los puestos clave
Mena de «Prosecución que hizo de las Coplas de en la vida de Castilla. En el seno de tal familia,
los siete pecados mortales», continuación de la en la que tuvo un lugar de cierto relieve, se
obra de su maestro, como otras muchas obras de formó Jorge Manrique, caballero de la Orden de
poetas del momento, y, sobre todo, las «Coplas Santiago, comendador de Montizón y capitán de
para el señor Diego Arias de Ávila», tenidas por la Hermandad del reino de Toledo. Con su padre
un precedente de las célebres Coplas de su so­ y con su tío, Gómez Manrique*, estuvo del lado
brino Jorge Manrique. del infante don Alfonso contra Enrique IV, para
Como autor de teatro, es tenido por uno de los después continuar en el bando de doña Isabel.
más destacados representantes del teatro reli­ Luchó contra el marqués de Villena en el campo
gioso del siglo xv y el primero de esta época de de Calatrava y participó en el cerco de Uclés
quien conservamos obra, por más que sus apor­ junto a su padre. Su muerte se produjo, precisa­
taciones sean cuestionables dada la sencillez mente, en las luchas contra las tropas de Villena
compositiva de los textos. Sus dos obras funda­ frente al castillo de Garcimuñoz. Aunque ente­
mentales son la Representación del Nacimiento rrado en la iglesia del convento de Uclés, actual­
de Nuestro Señor, redactada entre 1467 y 1481, y mente se ignora el paradero de los restos de este
las Lamentaciones fech a s para Semana Santa. poeta, cortesano y hombre de armas cuya vida,
La primera de ellas, compuesta a requerim iento truncada en plena juventud, ha sido comparada a
de su hermana María, vicaria en el monasterio de la de Garcilaso de la Vega*.
Calabazanos, en el que se representó esta pieza, Considerado uno de los grandes poetas de nues­
es muy rudimentaria, si bien su importancia ra­ tra lengua, apenas se conservan suyas unas cin­
dica en pertenecer al género del drama litúrgico, cuenta composiciones, la mayoría de las cuales
del que no se conserva ningún ejemplo desde el son poesías amorosas al gusto trovadoresco y
Auto de los Reyes Magos. Los personajes de cortesano de la época, además de tres poemas
M anrique apenas hablan entre sí, establecién­ burlescos y, por supuesto, las Coplas, sin cuya
dose una relación radial que va de los personajes composición quizá no pasaría de ser uno de tan­
y símbolos de los instrumentos de la Pasión, pre­ tos entre los poetas de cancionero* del siglo, por
sentados al Niño al final de la obra — antes de la debajo incluso del marqués de Santillana*, Juan
nana que la cierra— , a este. La Representación, del Mena* o Gómez Manrique. Influido por dos
en la que pueden destacarse los rasgos de origen corrientes, la de la escuela galaica, fortalecida
lírico, está relacionada con el primitivo Officium por un influjo provenzal, y la de la escuela ita­
pastorum , si bien su técnica y ausencia de diá­ liana, de la que tomó el alegorismo dantesco y la
logo revela un retroceso en la construcción dra­ canción petrarquista, su poesía amorosa puede
mática, aunque su contextura dram ática es in­ inscribirse en la línea manierista de los trovado­
cuestionable. Las Lamentaciones, segunda de las res. En cualquier caso, esta poesía, vista en con­
obras, e inscrita dentro del ciclo de la Pasión, re­ junto, goza de un cierto interés al persistir en su
sultan menos meritorias incluso, y no consta que obsesión por el tema de la muerte, que, unida a
fueran representadas. Consisten en una sucesión un cierto cansancio de vivir, dota de melancolía
de escenas sin apenas trama dramática donde incluso los versos más frívolos y ligeros. Son
desborda un incesante y com partido llanto de poemas virtuosistas en la línea del conceptismo
santa M aría y san Juan ante la Magdalena. Tras retórico propio de la época, si bien destacan no­
dicho llanto, el apóstol da cuenta de la muerte de tas personales que alejan al poeta del amanera­
Cristo. Hay quien ha considerado esta obra como miento de escuela al que nos hemos referido. En
una versión del Planctus Mariae, oficio litúrgico opinión de Pedro Salinas* — gran estudioso del
muy antiguo y con abundantes versiones, mez­ poeta palentino— , no se trata de poesías ocasio­
clado con el tópico del mensaje fatal. Hay otras nales, sino del resultado de una construcción
obras dram áticas de Gómez M anrique, todas intelectual bien diseñada en virtud de una con­
ellas sin interés y pertenecientes al género de la cepción organizada y coherente de la vida senti­
mascarada. mental, la cual responde a la idea del amor como
MANRIQUE 538

centro de la actividad vital del hombre. Es la la Muerte dialoga con don Rodrigo, llevando a
concepción amorosa propia del amor cortés, si este a aceptar con resignación cristiana su trán­
bien Manrique traza una suerte de compendio sito final.
abreviado al respecto, en el que hay que destacar Para Salinas, la obra recoge una tradición de te­
un cierto tono militar que se hace patente en el mas y formas expresivas que, al propio tiempo,
vocabulario y en la intención de las metáforas, a el poeta recicla con aportaciones personales que
menudo alusivas a motivos castrenses. Destacan transforman dichas herencias en una construc­
los poemas que comienzan: «Es una muerte es­ ción absolutamente original. Respecto a la natu­
condida», «Con dolorido cuidado», «Quien no raleza del poema, las Coplas se inscriben, en
estuviera en presencia», «Ved qué congoja la cuanto que elegía, en un género largamente cul­
mía» y «Porque estando él durmiendo le besó su tivado a lo largo de la Edad Media bajo los nom­
amiga». El resto de su poesía, antes de referirnos bres de «llanto» o «defunción», y en el que des­
a sus célebres Coplas, lo constituyen tres com ­ tacan nombres como los de Juan Ruiz, arcipreste
posiciones burlescas en la tradición de las canti­ de Hita*, el marqués de Santillana — que se ha­
gas de escarnio y maldecir, tales como el «Con­ bía limitado a italianizar el género— , Gómez
vite que hizo a su madrastra» o las «Coplas a una Manrique, Pérez de Guzmán* y, en general, otros
beoda». ilustres poetas del Cancionero de Baena (véase
Pero es, efectivamente, con las Copla's de Jorge CANCIONERO). En las elegías medievales, que
Manrique a la muerte de su padre, el Maestre son poesía de carácter moral, se canta al difunto
don Rodrigo, con las que nuestro poeta logra como guía de conducta al ser este emblema de
ocupar un puesto de privilegio en las letras espa­ ejemplaridad, y en ellas el tema central es la
ñolas de todos los tiempos. No podía ser de otro muerte, un tema inserto en la tradición medieval
modo. Con esta obra, escrita en 1476 y no publi­ con tópicos como los de la fugacidad del tiempo,
cada hasta 1494 en Sevilla — postumamente— , la fortuna y la insignificancia de los bienes terre­
en la que quiso rendir tributo a su padre inmorta­ nales en una vida mortal. La cuestión arrancaba
lizándolo, consiguió inmortalizarse a sí mismo. de antiguo, concretamente del vanitas vanitatum
Se trata de cuarenta coplas de pie quebrado, es­ del Eclesiastés, como idea m edular del cristia­
trofa que puede ofrecer diversas combinaciones, nismo. Manrique contaba con modelos en la lite­
siendo la elegida por M anrique las parejas de ratura castellana, tales como los poemas de Gon­
sixtillas constituidas por una doble serie de dos zalo de Berceo*; el Rimado de Palacio, de
octosílabos más un tetrasílabo — con rim a abe, Ayala*, con su glosa a las Morales de san Grego­
abe— , algo ya empleado por Juan de Mena. Este rio; los poetas del citado Cancionero de Baena;
tipo de coplas hoy se conocen como «coplas el Bías contra Fortuna, de Santillana, o las Co­
manriqueñas». El poema, tomado globalmente, plas para el señor Diego Arias de Avila, de su tío
puede dividirse, estructural y temáticamente, en Gómez Manrique. En suma, la pregunta tópica
tres partes, las cuales coinciden con lo que viene del ubi sunt? reaparece una y otra vez a lo largo
denominándose «las tres vidas», o las tres «di­ de la Edad Media, así como los conceptos sobre
mensiones» de la vida: la perdurable o eterna, la la muerte y la Fortuna. Dada esta tradición, de
mortal o perecedera y la de la fama, que vive en orden formal, tem ático y conceptual, en la que
el recuerdo de la posteridad. Como vamos a ver, incluso las formas métricas ya habían sido repe­
forma y contenido se solapan, interdependiendo tidamente usadas en el medioevo, ¿cuál es la ori­
de un modo trascendente. De un lado, una pri­ ginalidad de M anrique? Vamos a dedicarnos,
mera, formada por las trece primeras estrofas, en desde ahora, a intentar responder a esta pregunta.
las que se aborda una consideración general so­ Hay que recordar que el «M enosprecio del
bre la fugacidad de la vida, planteada de forma Mundo» y la «gran rueda de la Fortuna» consti­
universal y en la que el poeta exhorta al hombre tuían el sustento y soporte sobre el que el pensa­
a recordar su condición mortal y su destino di­ miento del hombre medieval apoyaba la seguri­
vino. La segunda parte, que iría de la estrofa XIV dad de su existencia y el sentido de sus actos. En
a la XXIV, supone la ilustración, con ejemplos este marco, Manrique consigue expresar los
concretos, de lo dicho anteriormente, del engaño grandes lugares comunes de la literatura ascética
fascinador de gentes a las que de nada sirvió la y, en general, de toda reflexión sobre la vida,
gloria en el momento de ser tragadas por la pero de un modo en que, al leer el texto, su ex­
muerte. Y, por último, una tercera parte, que va presión se convierte en la forma más precisa, es­
desde la estrofa XXV hasta el final, en la que pontánea y justa de plantear tales conceptos.
aparece el Maestre, motivo central del poema, y Aunque es im portantísimo, en relación con la
que, a su vez, se divide en dos partes: una pri­ originalidad, el uso de una forma estrófica ligera,
mera, en la que el poeta se dedica a elogiar al hé­ que contrasta con la gravedad de la elegía, pero
roe, sus virtudes y hazañas, y una segunda donde contribuye, con su musical flexibilidad, a la ex­
539 MANRIQUE

presión diáfana y llana del pensamiento, el gran sino por la desaparición de su fama, de la apa­
acierto del poeta está en el esfuerzo de sobriedad riencia de fama que encubría la falta de una au­
y de eliminación, lo que le adentra en la idea del téntica vida de honor. Vemos ahora la importan­
clasicismo y, a la sazón, le otorga a Manrique un cia de la estructura que antes planteábamos, ya
sentido de permanencia. Este ejercicio, elegante que las Coplas se presentan como un conjunto
e intemporal, consiste en la supresión de cultis­ homogéneo y perfectamente estructurado. La úl­
mos, hipérbatos y adjetivos innecesarios, con­ tima parte, además de completar, da sentido a la
centrándose en lo sustantivo. Manrique, frente al meditación que sobre la muerte ha tenido lugar
carácter acumulativo de las elegías anteriores, en las dos anteriores. El aspecto moral está pre­
reduce el radio de extensión histórica, el área sente en la enseñanza o guía para saber vivir y,
geográfica y el número de personajes, y se queda en consecuencia, para saber morir. Obrar bien es
tan solo con siete, mucho más humanos al ser in­ el modo de conseguir una doble vida: la de la
mediatamente anteriores y contemporáneos. Con fama y la eterna. El tema central de la obra es la
la aparición del Maestre en la obra se produce el eterna oposición entre temporalidad y eternidad,
momento de máxima proximidad y, por tanto, de proyectada en los versos de acuerdo al antago­
más honda humanización — pese, no obstante, a nismo entre los bienes terrenales y los espiritua­
la aparición, en dos estrofas, de los emperadores les. La vacilación entre los dos conduce, final­
romanos, algo que contradice, en alguna medida, mente, a la convicción de la primacía de lo
aunque sin llegar a negarlos del todo, los valores eterno.
manriqueños. Estilísticamente, en las Coplas se emplea el len­
Hay que referirse, asim ism o, tanto al trata­ guaje del intimismo, un lenguaje fácil de com­
miento de la muerte en las Coplas, como al tema prender. M anrique comunica una experiencia
del tiempo, ambas ideas relacionadas entre sí. por medio de un proceso dialéctico que va de lo
En cuanto a la primera cuestión, cabe decir que particular a lo general, empleando el imperativo
su peculiaridad reside en la sobriedad clásica para llamar la atención sobre las realidades ge­
con que aparece la muerte, de la cual, aun gravi­ néricas y las definiciones para aceptarlas. El uso
tando densamente en la parte central del poema, verbal está relacionado con el afán de generali­
solo conocemos sus efectos. La crueldad y agre­ zación, y las interjecciones funcionan como su­
sividad de esta muerte tratada por Manrique re­ geridoras de lo impersonal. Es la técnica del
side en el sigilo con el que se acerca, en la des­ juego de contrarios. La exhortación es uno de
proporción que apreciamos entre el verdugo y los métodos estilísticos que guía el poema y
su víctima. El poeta rehuye la macabra y trucu­ que, de acuerdo con el sermón, la pieza típica­
lenta presencia de la muerte de las Danzas de la mente oratoria, desarrolla tres fines: docere, de­
M u erte*, pues sabe que se trata de un recurso lectare, movere. De ahí que Manrique se emplee
superficial y él parece tener interés en dejar a fondo con el estilo expositivo, exponiendo lar­
claro que el horror que sentim os se debe a que gam ente las realidades del mundo, solo entre­
no contactamos con ella, a que solo podemos su­ cortadas por afirmaciones doctrinales o de ca­
gerirla con metáforas. La única personificación rácter convulsivo que le dan al poema una fuerte
de la muerte en el poema se da cuando aparece sentenciosidad. Todo ello contribuye al sentido
como un caballero armado. Respecto al tiempo, unitario de las Coplas, poema escrito a la muer­
problem a capital ligado a la muerte, ya que es te y, a la vez, a un muerto, pero un muerto en
gracias a él como se puede conseguir una deter­ particular que representa, a través de un proceso
m inada form a de supervivencia, la vida de la de generalizaciones, a todos los muertos. Las
fama, y si bien el concepto cristiano-m edieval Coplas no pueden entenderse mientras se con­
de la caducidad de lo hum ano-terrenal se im ­ templen lo genérico humano y lo humano indi­
pone en las dos primeras partes, su modo de en­ vidual como elementos separados. La fusión y
tenderlo por parte de M anrique es, en palabras el equilibrio de ambos es lo que da grandeza al
de Américo Castro*, «sereno, reposado y alen­ poema.
tador». La idea es que, aunque inevitable, la Por otro lado, y como un complemento a la ori­
muerte puede ser vencida por una vida de honor ginalidad manriqueña, sugerida ya anterior­
y heroísmo, no solo como vía de acceso al pre­ mente, está el modo en que el poeta emplea los
mio de la salvación eterna, sino a una nueva tópicos medievales. Manrique los selecciona, los
forma de vida terrena: la de la fama, el único as­ integra y los vivifica, atendiendo a las dos tradi­
pecto renacentista que sirve de contrapunto a los ciones que sobre la muerte le ofrece su siglo:
elementos medievales presentes en el poema. El una, macabra e interpretativamente materialista,
eco que resuena en las Coplas es, en suma, el de rica en detalles plásticos, que es la de las D an­
una afirmación de la vida. El dolor del poeta se zas; y otra, la del cristianismo puro. La primera
manifiesta no por la muerte de los personajes, Manrique la rechaza por superficial y espectacu­
MANRIQUE DE LARA 540

lar, y se queda con la segunda. Alejado del em­ temas, dem uestra una singular preferencia por
pleo de la alegoría a la italiana, si bien algo hay los problemas sociales y existenciales, si bien el
de ella, en su forma más sobria, en el diálogo en­ amor es también, con el paisaje y el arte, un
tre el Maestre y la M uerte, el acercam iento de punto de referencia para sus reflexiones, a veces
personajes, muy reducidos, consigue que el ubi realizadas con un tono culturalista, aunque
sunt? se vivifique. Y es aquí donde reside la ori­ siempre con un vigor en el que caben desde el
ginalidad y grandeza de un poeta, en la capaci­ verso libre hasta el soneto, el romance o cuales­
dad de reelaborar las tradiciones dotándolas de quiera opciones formales. Destacan poemarios
nuevos matices y significados. Puede decirse, en como: Pedro, el ciego (1954), con el que recibió
fin, que Manrique es un poeta de transición entre el Premio Ciudad de Barcelona, Elegías y gozos
la Edad M edia y el Renacimiento, al combinar temporales (1956), Retablo (1959), Río Espe­
con naturalidad y coherencia las ideas esenciales ranza (1960), Réquiem (1961), Segundo poema
que sobre la vida cimentaban el pensamiento de trágico (1962), Crónica del cosmonauta (1963),
ambos periodos. La concepción medieval de la Galería (1967), La rebelión de los sentidos
vida como un valle de lágrimas y un camino que (1970), Hombre y paisaje (1972), Etim ologías
recorrer para conseguir la vida eterna, se suma de la sangre (1982), D el fu eg o a la tiniebla
en nuestro poeta a la necesidad, típicamente re­ (1986), Rito de la consolación (1987) y Antolo­
nacentista, de concebir una gloria mundana, la gía, 1954-1986 (1987). Es autor, asimismo, de
cual se manifiesta en la fama, que perdura des­ una abundante obra narrativa y ensayística, en la
pués de muerto el hombre. que destacan las novelas Confesión de parte
Jorge Manrique ha ejercido gran influencia en (1963), Premio Elisenda de Monteada, El borra­
poetas posteriores. De sus contemporáneos me­ cho del Nim bus (1967), Pasaje de prim era
recen destacarse los nombres de Antón de Mon- (1969), Cerco de sombras (1911) y El pequeño
toro*, Diego de San Pedro* o Juan de Padilla*. doctor (1972), títulos a los que hay que añadir
Posteriormente, ha merecido los elogios de ilus­ los de sus biografías Antonio Machado (1968),
tres personajes, como son Nebrija*, Juan del En­ Gerardo Diego (1970), Vaquero Turcios (1973),
cina*, Juan de Valdés*, Lope de Vega*, Que­ Beulas (1976), Lapayese del Río (1978), G ui­
vedo* o Gracián*, entre otros, a los que hay que llermo Díaz-Plaja (1982) y El indio Enrique y
sumar, ya más cerca de nuestros días, a Amador Fray Bartolom é de las Casas (1988), o los de
de los Ríos*, M enéndez y Pelayo* o los miem­ trabajos críticos como: El mundo negro (1970),
bros de la Generación del 27*, entre ellos, y so­ Homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer (1972), El
bre todo, Antonio Machado* y el ya citado Pedro escritor ante el hecho social (1972), Poetas so­
Salinas. Sus Obras completas se editaron por vez ciales españoles (1974), acaso su libro teórico
primera en Buenos Aires en 1949. más destacado, o Centenario de Juan Ramón J i­
ménez (1982), entre otros. Es autor, además, de
MANRIQUE DE LARA, José Gerardo (Granada, la curiosa obra para la escena ¡Al diablo con el
1922) mito! Juguete musical para café-teatro (1973).
Poeta y novelista. Figura relevante del panorama En 1987, con su relato «El tren de los desterra­
cultural español, fue, junto a José Hierro* y Au­ dos», recibió el Premio Antonio Machado de na­
rora de Albornoz*, uno de los fundadores, en rrativa, que debe sumarse a la larga lista de ga­
1965, de la agrupación literaria Plaza Mayor, de lardones con los que ha sido reconocida su
carácter independiente y cuya labor en la difu­ producción literaria.
sión de las manifestaciones artísticas, incluso las
de carácter social, fue decisiva. Responsable de MANTERO, Manuel (Sevilla, 1930)
ciclos de conferencias transm itidos por Radio Poeta. Doctor en Derecho y profesor de Filoso­
Nacional, redactor de la revista Poesía Española, fía del Derecho en las universidades de Sevilla
colaborador de ABC y Ya y de no pocas publica­ y Madrid, fue, asimismo, catedrático de Litera­
ciones nacionales y extranjeras, entre ellas El Li­ tura Española en la U niversidad de Georgia.
bro Español, dirigió la «Colección de Grandes Colaborador en im portantes revistas culturales,
Escritores Contemporáneos», fue secretario ge­ entre ellas ínsula y Agora, es miembro del Con­
neral del Ateneo de M adrid y presidente de la sejo Superior de Investigaciones Científicas. Su
Asociación de Escritores y A rtistas Españoles. poesía, esencialm ente de carácter social-rea-
Aunque su nombre no suele incluirse en la nó­ lista, ha sabido com binar im aginación y reali­
mina de autores de la Generación del 50*, lo dad en una ruta que ha derivado en el in ti­
cierto es que su obra pertenece a ella con pleno mismo. Capaz de establecer un vínculo entre el
derecho. Su poesía, en la que puede apreciarse realismo* y el sim bolism o*, en una curiosa
una formación clásica, resulta, sin embargo, no­ simbiosis entre lírica y épica, sus versos hablan,
vedosa y arriesgada. Capaz de abarcar todos los esencialmente, del hombre, de su papel en una
541 MAÑAS

sociedad deshabitada, pero sin quejas vehemen­ MANUEL Y RODRÍGUEZ, Miguel óe (1 .a mitad
tes ni panfletos políticos de fondo, em pleando siglo x v iii? - 1 ° mitad siglo XIX?)
solo un lenguaje de gran belleza, com bativo, Erudito. Apenas se conocen datos de la vida de
eso sí, y de absoluta sinceridad, en absoluto este autor que publicó gran parte de su obra con
ajeno, en cam bio, a la ironía o el sarcasm o. el economista y jurisconsulto aragonés Asso del
D estacan sus poem arios La carne antigua Río (1742-1814). Sí se sabe que fue bibliotecario
(1954), Mínimas del ciprés y los labios (1958), del Centro de Estudios San Isidro. Su obra de ca­
Tiempo del hombre (1960), que fue Premio N a­ rácter jurídico tuvo gran repercusión académica,
cional de Literatura, La lámpara común (1962), y recuperó numerosos textos antiguos, demos­
M isa solem ne (1966), Premio Fastenrath de la trando gran habilidad en el manejo de la do­
Real Academ ia Española, Poesía, 1958-1971 cumentación y unos profundos conocimientos
(1972), Ya quiere am anecer (1975), M emorias histórico-jurídicos. Destacan, además de sus Ins­
de Deucalión (1982), New Songs fo r the Ruins tituciones de Derecho Civil de Castilla, títulos
o f Spain (1986), en edición bilingüe, y la reu­ de la tradición jurídica anterior como: Ordena­
nión de sus poemas en Como llama en el dia­ miento de Alcalá, Cortes de los reinados de San­
mante (1996) y Primavera del ser (2003), apa­ cho IV y Fernando IV o el Fuero viejo de Casti­
recido tras un larguísim o silencio. D estacan, lla, y el proyecto de una monumental Historia
asimismo, sus trabajos críticos Poesía española del Derecho español, en cuatro tomos, que no
contemporánea (1966), La poesía del Yo al N o­ publicaría. Fue autor, asimismo, de una Vida del
sotros (1971), Los derechos del hombre en la santo rey don Fernando.
poesía hispánica contem poránea (1973), Cra-
tes de Tebas (1980) y Poetas españoles de p os­ MANZANO, Luis (siglo xx)
guerra (1986). Es autor, adem ás, de la novela Autor teatral de cuya biografía nada se sabe.
Estiércol del león (1980). Además de colaborar con Manuel de Góngora*
en varias obras, entre ellas Un caballero español,
MANTEROLA, José (San Sebastián, 1849-1884) es autor de las comedias El cojo (1907), Alcalá
Antologo. Bibliotecario de la Biblioteca Pública de los gandules (1923) y Miss Mary Merino
de San Sebastián, fue fundador y editor de la re­ (1923).
vista de poesía en euskera Euskal-Erria. Su im­
portancia, no obstante, reside en haber sido el au­ MAÑA RUIZ, Víctor (Cádiz, 1960)
tor de la primera antología de poesía vasca, Narrador. Licenciado en Filología Románica, en­
Cancionero vasco (1877-1880), obra precisa que seña italiano en la Escuela Oficial de Idiomas de
se sostiene en un importante aparato biobiliográ- Málaga. Se dio a conocer con la novela De la llu­
fico y en numerosas notas de gran interés. via sobre el fuego (2001), con la que obtuvo el
Premio Café Gijón y en la que aborda, con hu­
MANTUANO, Pedro (1585?-1656) mor desenfadado, la relación entre un hombre y
Historiador. Secretario del gran condestable de tres mujeres, y ofrece con ella un retrato de los
Castilla, Luis de Velasco, colaboró en el go­ jóvenes actuales y del modo en que viven las pa­
bierno de Milán. Su presencia en este dicciona­ siones amorosas.
rio se justifica por haber sido el autor de Adver­
tencia a la historia de Juan de Mariana (Milán, MAÑAS, Alfredo (Ainzón, Zaragoza, 1924)
1611; ed. aumentada, Madrid, 1613), obra en la Dramaturgo. Es también guionista y actor. Como
que corregía los datos aportados por el padre autor teatral, destacan sus obras populares de ca­
Mariana* en su Historia general de España, con rácter poético, en alguna de las cuales aborda, sin
la que se suscitó una gran polémica. Fue autor, demasiada profundidad, la lucha de clases. Ade­
asimismo, de Casamientos de España y Francia, más de algunas adaptaciones de textos de Pérez
y viaje del duque de Lerma llevando la reina Galdós*, destacan títulos como: La feria de
cristianísim a doña Ana de Austria al paso de Cuernicabra (1959), La historia de los Tarantos
Beobia (1618). (1962), La feria del come y calla (1964) y Don
Juan (1966).
MANUEL, infante don Juan -> Véase JUAN MA­
NUEL, infante don. MAÑAS, José Ángel (Madrid, 1971)
Novelista. Licenciado en Historia Contemporá­
MANUEL ANTONIO - » Véase PÉREZ SÁNCHEZ, nea, se trata de un autor en la línea de un costum­
Manuel Antonio. brismo* actual y duro que se puede calificar de
urbano noctámbulo, practicada por algunos de
MANUEL DE LANDO, Ferrant ->Véase LANDO, los autores más jóvenes de la actual literatura:
vocabulario agresivo, generalmente en argot ur-
Ferrant Manuel de.
MAÑAS 542

baño, experiencias nocturnas, droga, sexo, desin­ Mundo y ha recibido premios como el Ondas de
hibición y, en suma, toda una serie de tópicos que Televisión o el Nacional de Radiodifusión. Ma-
son planteados a través de una construcción lite­ qua está considerado como uno de los más inte­
raria de gran simplicidad que apuesta por la sor­ resantes autores del actual panorama literario es­
didez de intención realista, pero que da cuenta pañol. Interesado en el análisis de la realidad,
solo de una reiterativa visión de la juventud ma­ tanto política y social como individual, en donde
drileña de los noventa. Se trata, en fin, del retrato se ocupa a menudo de los conflictos que genera
de una juventud desorientada, sin objetivos ni la pasión, es autor de novelas como: El cadáver
creencias, entregada a su propia inercia inscrita del tiempo (1976), Aventuras de Percy en A us­
en un aura de romanticismo ácido, amargo. Hay tralia (1978), Las condiciones objetivas (1982),
que mencionar sus novelas: Historias del Kronen Invierno sin pretexto (1992), Premio Café Gijón
(1994), finalista del Premio Nadal y que tuvo una con el que inicio una serie sobre Madrid, llamada
versión cinematográfica, dirigida por Montxo «Madrid a ciegas», que continuó con Uso de ra­
Armendáriz, Mensaka (1995), también llevada al zón (1993), y a las que hay que añadir La mosca
cine, en esta ocasión por Salvador García, Ciu­ sin atributos (1995), Padre e hija (1996) y Amor
dad rayada (1998) y Sonko 95 (1999), las cuatro africano (1999). Ha publicado, asimismo y entre
como una tetralogía en la que, según ha decla­ otras, las piezas teatrales La soledad del guarda­
rado el propio autor, quiso reflejar el'am biente espaldas (1987), Triste animal (1990) y Coches
juvenil madrileño, dinámica que se rompió con abandonados (1992), finalista del Premio Nacio­
M undo burbuja (2001), en la que el protago­ nal de Literatura Dramática y que fue llevada al
nismo de un joven escritor le permite adentrarse cine por él mismo con el título de Chevrolet; el
en reflexiones de carácter literario, algo que, más ensayo El cadáver del tiempo (1976) y el volu­
o menos, ya había sucedido en Soy un escritor men de crónicas periodísticas Y un p ar de hue­
frustrado (1996), donde cambió de registro y se vos fritos (1995).
adentró en una suerte de suspense psicológico
ambientado en el mundillo de la literatura. MARAGALL I GORINA, Joan (Barcelona, 1860-
1911)
MAÑAS, Pilar (Madrid, 1952) Poeta y ensayista en lengua catalana, fue también
Narradora. En sus cuentos, que tienden a la bre­ importante traductor. Aunque se licenció en De­
vedad, domina la tensa emoción del recuerdo y recho, en contra de los deseos de su padre, dedi­
de los sentimientos, todo ello contado con len­ cado a la industria textil, jamás ejerció. Ayudado
guaje preciso y pausado, pero capaz, en cambio, por el mecenazgo de este, en 1890 el director del
de ofrecer instantáneas velocísimas de los perso­ Diario de Barcelona Mañé i Flaquer le abre las
najes y un profundo recorrido tembloroso por las puertas de la redacción de su periódico, en el que
rutas del amor a través de los detalles menos lla­ Maragall llegaría a escribir más de doscientos ar­
mativos de la cotidianidad. Es autora de los li­ tículos en español sobre temas políticos, sociales
bros de relatos El salario de seda (1995) y La y literarios. Políticamente, fue un conservador
piel del frío (2000). catalanista al que, no obstante, le resultaba fácil
amar a España, lo que le llevó a defender un sis­
MAÑER, Salvador José (Cádiz, 1676-Madrid, tema federativo regional y no una abierta inde­
1751) pendencia, todo ello dentro de los cánones del re-
Tratadista. Célebre por ser uno de los más coléri­ generacionsimo*. Como los noventayochistas
cos críticos contra la obra de Feijoo* Teatro Crí­ que escribían en español, Maragall lamentaba el
tico Universal. Oculto tras diversos seudónimos individualismo, la decadencia, tanto catalana
firmó obras como Antiteatro crítico (1719- como española, y el provincianismo, y dem os­
1731), compuesta de varios volúmenes, Tratado traba un gran amor al paisaje y a la lengua. Ca­
de ortografía castellana (1742) y, entre 1738 y sado en 1891, y padre nada menos que de trece
1745, el periódico «Mercurio Histórico y Polí­ hijos, había comenzado en su adolescencia escri­
tico», en que se contiene el estado presente de la biendo poesías influidas por Goethe — a quien
Europa. A los errores en la obra de Feijoo seña­ tradujo al catalán— , para reaccionar más tarde
lados por Mañer, más de setenta, aquel respon­ contra el decadente decorativismo de los moder­
dió con una Ilustración apologética (1729) nistas, en cuyas revistas había participado. Pasa
donde denunciaba más de cuatrocientos en la re­ entonces, allá por el 1898, y después de abogar
futación de Mañer. por una poesía más natural, a una concepción
poética vitalista y de interés social, siempre inte­
MAQUA, Javier (Madrid, 1945) resada en la belleza y de la que surge una lírica
Novelista y dramaturgo. Director de cine y reali­ de cierto tono místico y gran sencillez que, en su
zador de televisión, colabora en el diario El esplritualismo global, afecta al resto de sus escri­
543 MARAVALL

tos. En cualquier caso, y en suma, su escritura grafías, siempre muy documentadas, consiguen
demuestra profunda espiritualidad y un idea­ convertir al biografiado en emblema de carácter
lismo similar al de los autores que él trató de di­ ético, psicológico o sociológico de un determi­
fundir en España, caso de Nietzsche, de quien nado periodo. Su prosa, persuasiva y espontá­
había traducido en 1898 su Zaratliustra, Ruskin, nea, convierte la erudición de sus conocimien­
Ibsen y Emerson. En cuanto a los temas, cabe de­ tos en un ameno ejercicio de lectura. De su
cir que en sus versos aborda el deseo de eterni­ vastísim a obra, merecen destacarse títulos
dad, la dialéctica entre la vida espiritual y la de como: Manual de medicina interna (1916), Tres
los sentidos, el destino individual y el colectivo ensayos sobre la vida sexual (1926), no exenta
0 el enfrentam iento entre cristianism o y vita­ de un tono moralizante ya obsoleto, Amor, con­
lismo. De él se ha dicho que supuso una ruptura veniencia y eugenesia (1929), Amiel. Un estu­
con el rom anticism o autóctono catalán y que dio sobre la timidez (1932), Raíz y decoro de
abrió las puertas a la modernidad. Su teoría esté­ España (1933), Las ideas biológicas del padre
tica puede resumirse en su afirmación de que la F eijoo (1934), Ensayo biológico sobre E nri­
palabra es un arma de exactitud que nos permite que IV d e Castilla y su tiempo (1934), Vocación
apoderarnos de lo real en su integridad más y ética (1935), El conde-duque de Olivares (La
plena. Destacan sus poemarios Poesies origináis pasión de m andar) (1936), acaso una de sus
1 traduccions (1891), Poesies (1895), que recoge obras fundam entales, Tiberio. Historia de un
sus poemas de adolescencia, Visions i cants resentimiento (1939), Don Juan. Ensayos sobre
(1900), en el que recrea ciertos mitos catalanes, el origen de su leyenda (1940), Luis Vives (Un
Les disperses (1904), Enllá (1906), que fue Pre­ español fuera de España) (1942), Ensayos libe­
mio Fastenrath de la Real Academia Española y rales (1946), Antonio Pérez (El hombre, el
en cuyos versos parece descubrir la naturaleza, drama, la época) (1947), Cajal: su tiempo y el
Seqiiéncies (1911) y, editada postumamente, nuestro (1950), El médico y su ejercicio profe­
Nausica (1913), obra teatral en verso, a las que sional en nuestro tiempo (1952), El Greco y To­
hay que sumar ensayos como Notes autobiográ- ledo (1957) y Los tres Vélez (1960), entre otros
fiques (1885-1886), en las que se aprecia su vi­ m uchos. Sus Obras completas han ido publi­
sión apasionada de la literatura, Elogi de la p a ­ cándose desde 1966.
remia (1903), la recopilación A n id e s (1904) y
Elogi de la poesía (1907). Entre 1912 y 1913 se MARAVALL, José Antonio (Játiva, Valencia,
editaron por vez primera, en once volúmenes, 1911 -Madrid, 1986)
sus Obras completas, aumentadas a veinticuatro Historiador y ensayista. Catedrático de la Facul­
volúmenes entre 1929 y 1955 y a veintiséis en tad de Ciencias Políticas y Económicas de la
los años 1960 y 1961. Universidad de Madrid, fue director del Colegio
de España de la Ciudad U niversitaria de París,
MARAÑÓN POSADILLO, Gregorio (M adrid, en cuya Universidad de la Sorbona ocupó, entre
1887-1960) 1969 y 1971, una cátedra asociada. Colaborador
Ensayista, historiador y biógrafo. Médico de pro­ de publicaciones tan im portantes como Revista
fesión y miembro de las Academias de Medicina, de Occidente, de la que perteneció al Consejo
de Ciencias, de Historia y de la Real Academia Asesor, Cruz y Raya y El Sol, dirigió los Cua­
Española, fue célebre endocrinólogo — catedrá­ dernos Hispanoamericanos y fue miembro, en­
tico de dicha especialidad en la Universidad de tre otras instituciones, de la Academia de la His­
Madrid— y, en 1924, fundó el Instituto de Pato­ toria y de la Hispanic Society of America. Su
logía. Miembro, en 1926, de la Alianza Republi­ obra, muy ligada al mundo de la literatura, de­
cana, junto a Azaña*, Lerroux y otros, fue uno m uestra que es uno de los intelectuales de ma­
de los firmantes, en 1931, del manifiesto «Al ser­ yor envergadura del siglo xx. Destacan, en su
vicio de la República», y, durante el franquismo, producción, obras como: El humanismo de las
aunque no se exilió, sí mantuvo una actitud dis­ armas en Don Quijote (1948), prologado por
tante del régimen, y llegó a dirigir al propio Menéndez Pidal*, El concepto de España en la
Franco distintos escritos en los que denunciaba Edad Media (1955), Teoría del saber histórico
la falta de libertades y exigía la amnistía para los (1958), Ortega en nuestra situación (1959),
presos políticos. Bajo la influencia de su amigo Carlos V y el pensamiento político del Renaci­
Ortega y Gasset* desarrolló una im portante la­ miento (1960), Velázquez y el espíritu de la mo­
bor en la recuperación de diversos episodios y dernidad (1960), Menéndez Pidal y la historia
personajes de la historia de España, a los que eli­ del pensam iento (1960), Las Comunidades de
gió en función de su peripecia personal de Castilla, una prim era revolución moderna
acuerdo con un criterio selectivo atento a las po­ (1963), El mundo social de «La Celestina»
sibles anormalidades de sus caracteres. Sus bio­ (1964), que recibió el Premio de Escritores Eu­
MARCELA DE SAN FÉLIX 544

ropeos, A ntiguos y Modernos. La idea de p ro ­ seguido por los poetas del amor cortés. El resul­
greso en el desarrollo inicial de una sociedad tado es una poesía que analiza las contradiccio­
(1966) y Estado moderno y m entalidad social. nes profundas de la vida individual frente a los
Siglos x v a xvn ( 1972). valores del mundo que le rodea. Todo ello tami­
zado por las influencias recibidas de Aristóteles,
MARCELA DE SAN FÉLIX, sor -> Véase SAN FÉ­ Séneca, Ovidio, Dante, Boecio o Ramón Llull*,
LIX, sor Marcela de. sin olvidar la del trovador provenzal Amaut Da­
niel. El motivo que sobresale en todas sus refle­
MARCH, Ausiás (G andía?, h. 1395-Valencia, xiones es claramente el amor, un sentimiento que
1459) dirige, en la mayoría de los casos, a una dama
Poeta en lengua catalana. De fam ilia aristocrá­ llamada Teresa Bou o Momboy, la cual se oculta
tica — que había ascendido a la nobleza en en seudónimos como «Plena de seny (Prudente
1360— , se dedicó a las armas en su juventud, y dama)», «Llir entre cards (Lirio entre cardos)»,
participó en las campañas de Cerdeña, Córcega y «Mon darrer be (Mi último bien)» o «Fol amor
en la expedición de Gerba, en el norte de África, (Loco amor)». Este amor le conduce a constan­
siempre junto a Alfonso el Magnánimo. A partir tes tensiones anímicas que originan una medita­
de 1425 se hace cargo de la halconería real en la ción en la que se crea una doctrina en torno a la
Albufera, y es cuando se dedica en exclusiva a la virtud, el placer, la culpa, el bien, la voluntad, la
administración de su patrim onio feudal. Casado razón y el tiempo. Su obra, formada, según sus
en primeras nupcias, en 1437, con Isabel Marto­ propias palabras, por escritos, dichos y dictados,
rell, hermana del autor de Tirant lo Blanc, Joanot no cantos, compuestos de razón y rima, es la
Martorell*, contrajo, tras la muerte de esta, ven­ consecuencia, sin embargo, de una búsqueda que
tajoso matrimonio en una segunda ocasión, en huye de los modelos retóricos. Todo lo que escri­
1443, con Joana Escom a, a quien perdió en bió se ha ordenado como Cantos de amor, M ora­
1454; si bien no tuvo hijos con ninguna de sus les, Espirituales y De Muerte. En la época, no
dos esposas, sí se sabe que tuvo cuatro fuera del obstante, circularon m ultitud de manuscritos y
matrimonio. Está considerado como el fundador ediciones diversas, lo que da cuenta de la gran
de la poesía catalana y el primer poeta catalán influencia que el poeta valenciano tuvo en las li­
que se aleja definitivamente del lenguaje trova­ teraturas catalana y española posteriores. Esos
doresco, debido a que — en opinión de M enén­ ecos, propiciados por las traducciones al caste­
dez Pelayo*— concede gran importancia a lo in­ llano de Baltasar de Romaní, en 1539, y Jorge de
terno y subjetivo frente al mundo exterior, Montemayor*, en 1562, alcanzan a Garcilaso de
profundiza en el análisis psicológico y posee una la Vega*, a autores como Herrera*, Cetina* y, en
ascética tristeza. Elogiado por el marqués de general, a toda la lírica del Siglo de Oro (véase
Santillana* en su Prohemio, fue un gran conoce­ EDAD DE ORO). La primera edición de obras de
dor de la cultura clásica e italiana. Su poesía, sin March fue bilingüe y apareció en Valencia en
embargo, en contraste con los poetas del dolce 1539, si bien la primera realmente completa fue
stil nuovo, es de gran oscuridad, tendente a la la de Barcelona de 1543.
metafísica, introvertida y moralista, y está car­
gada de imágenes terribles. Los ciento veintio­ MARCH, Jaume (Barcelona, 1335?-1410?)
cho poemas de que consta su obra, con un total Poeta. Hermano de Pere March* y tío de Ausiás
de unos diez mil versos, son de cronología in­ March*, perteneció a la alta burguesía y se
cierta, aunque la crítica ha optado por dividir su dedicó a las armas y a las letras. Además de es­
obra en dos periodos: uno primero de poemas cribir, en 1371 y por encargo de Pedro IV de
breves y amorosos, que se correspondería con los Aragón, un diccionario de rimas, Llibre de con-
versos de juventud, y, otro, ya de madurez, en el cordances, destacó con poemas de influencia
que se incluirían aquellos otros de carácter moral trovadoresca. Se han conservado tres poemas
y mayor longitud. Sea como fuere, la métrica alegóricos y seis líricos, de entre los que destaca
mantiene una unidad, pues en la gran mayoría «La joiosa gorda».
predominan los endecasílabos clásicos con ce­
sura después de la cuarta sílaba y las octavas en MARCH, Pere (Valencia, 1338?-1413)
las rimas cruzadas y en las rimas encadenadas, Poeta. Padre de Ausiás March* y hermano de
según el modelo que había sido fijado por Ra­ Jaume March*, formó parte en la elaboración, en
món Vidal de Besalú* en 1200. Tres son, por otra 1393, de los estatutos del Consistori de la Gaia
parte, los temas fundamentales que aborda en su Ciencia. De entre sus poemas, tres narrativos y
poesía: el amoroso, el ético y la relación entre el nueve líricos, de influencia trovadoresca y no
hombre y Dios, tratados siempre muy por encima editados hasta 1934, destaca «Al punt que hom
de la óptica tanto escolástica cuanto del código naix, comen?a de morir».
545 MARCHENA RUIZ DE CUETO

MARCH ALCALÁ, Susana (Barcelona, 1915- mento, como sucede en su novela más famosa,
1991) La tienda de palabras (1999), seleccionada por
Poetisa y novelista. Estudió C om ercio y co­ la Jugendbibliothek de Munich para la exposi­
menzó a publicar en periódicos y revistas a los ción «The White ravens» de la Feria Internacio­
14 años. Casada con R icardo Fernández de la nal del Libro de Bolonia 2000 y en la que el len­
Reguera* — con quien participó en muchos de guaje mismo es la materia de la propia trama,
los volúmenes de los Episodios nacionales con­ donde resultan de especial relevancia los virtuo­
temporáneos— , fue colaboradora de las revistas sismos lingüísticos del autor, que van desde los
más prestigiosas, tanto españolas como extran­ acrósticos o los palíndromos y anagramas hasta
jeras. Su obra ha sido traducida a diferentes len­ las dilogías, las paronomasias o los calambures,
guas y fue miembro de la Com unidad Europea en un continuo ejercicio de acertijos, malabaris-
de Escritores. En su poesía, de carácter inti­ mos e ironías estructurales. Es autor, asimismo,
mista, destacan libros como R utas (1938), La de los ensayos Manual ilustrado de copia y chu-
pasión desvelada (1946), A rdiente voz (1948), letaje (1985), Técnicas de comunicación en ra­
I El viento (1951), La tristeza (1953), accésit del dio (1994), La venganza, el placer de la justicia
Premio Adonais, Esta mujer que soy (1959), la salvaje (1995), Bocadillos de delfín. Anuncios y
antología Poemas (1966), Los poem as del hijo vida cotidiana en la España de la posguerra
(1970) y Poemas de la Plaza Real (1987), Pre­ (1996), estudio sobre la publicidad durante los
mio Angaro. En cuanto a sus novelas, muy apa­ años del franquismo. Hay que destacar su obra
sionadas y no exentas de cierto desencanto vital, teatral Un cuento encantado (1982), por la que le
deben mencionarse títulos como Nido de vence­ fue otorgado el Premio Barahona de Soto de Tea­
jo s (1943), Canto rodado (1944), Nina (1949), tro Infantil.
finalista del Prem io Ciudad de Barcelona, y
Algo muere cada día (1955), a los que hay que MARCHENA RUIZ DE CUETO, José (Utrera, Se­
añadir los libros de relatos Narraciones (1946), villa, 1768-Madrid, 1821)
que firmó con el seudónimo de Alauda, y Cosas Poeta, dramaturgo y erudito conocido como el
que pasan (1983). abate Marchena, cuya vida ofrece mayor interés
que su actividad propiamente literaria y que es el
MARCH PUJOL, Juan Antonio ejemplo más típico del afrancesado. Tras estu­
Narrador. Fue director del Instituto de Coopera­ diar en Sevilla, Madrid y Salamanca, donde se li­
ción Iberoam ericana. A utor de la novela Espé­ cenció en Leyes en 1788, y recibir las Órdenes
rame en La Habana (1998), en la que hace un re­ M enores, abandonó la vida eclesiástica y co­
paso de la situación económica y social de Cuba menzó la que sería una intensa vida política. An­
antes y después de la llegada al poder de Castro. tes de salir de España, había fundado el periódico
El Observador, prohibido por la Inquisición en
MARCHAMALO, Jesús (Madrid, 1960) 1790, después de ocho números, y que, en París,
Narrador. Profesor del M áster de Radio en la volvería a publicar como Le Spectateur. En Fran­
Universidad Complutense y coordinador técnico cia, adonde se trasladó en 1792, participó en Pa­
de los Cursos de Postgrado del Instituto de la rís en los sucesos de la Revolución Francesa, pri­
Comunicación Radiofónica de la misma univer­ mero con los jacobinos y, después, con los
sidad, enseña en la Universidad Francisco de Vi­ girondinos, lo que le supuso la persecución de
toria Técnicas de Realización en radio, es perio­ Robespierre y su encarcelamiento. Su regreso a
dista de profesión y trabaja en radio, prensa y España, una vez convertido en bonapartista, se
televisión, y ha colaborado en diarios como Pue­ produjo como archivero del Ministerio del Inte­
blo, Informaciones y Diario 16, así como en Ra­ rior, nombrado por el general Murat en 1808.
dio Nacional, dirigiendo y presentando diferen­ Ocupó diversos cargos con José Bonaparte, entre
tes programas. Para la televisión, ha sido autor ellos el de director de la Gaceta de Madrid, el
de numerosos guiones de programas de TVE, periódico oficial gubernativo, se vio obligado a
Tele 5 y Telemadrid, además de productor y re­ exiliarse de nuevo a Francia y, desde 1820, otra
dactor jefe de otros. En 1989 su trayectoria pe­ vez en nuestro país, continuó participando acti­
riodística fue reconocida con la concesión del vamente en las polémicas políticas hasta su
Premio ícaro de Periodismo, uno más de los mu­ muerte. Fue, en suma, un ilustrado liberal que
chos galardones internacionales que ha recibido, trató de difundir en su país las ideas revoluciona­
entre los que también destaca el Premio N acio­ rias aprendidas en Francia.
nal de Periodism o M iguel Delibes de 1999. Se Excelente latinista y gran traductor, son magnífi­
trata de un autor ingenioso y hábil en la construc­ cas sus traducciones del De Rerum Naturae, de
ción de intrigas, capaz de jugar con el lenguaje y Lucrecio, así como las de diversas obras de Vol-
de que su juego se convierta en parte del argu­ taire, Moliere, Rousseau, Ossian y Montesquieu.
MARCIAL 546

A él se debe la invención de un supuesto frag­ compuesto en el año 80 con motivo de la inaugu­


mento desconocido del Satiricón, de Petronio, ración del Coliseo por Tito. En los años 84 y 85
publicado como Fragmentum Petronii (¿1802?), aparecieron los dos libros de los Xenia — dísti­
así como de ciertos versos de Catulo, que no de­ cos que, en las saturnales, acompañaban los re­
jaban de ser simples bromas literarias, pero con galos a amigos y parientes— y de los Apopho-
las que consiguió engañar a muchos antes de reta — parejas de dísticos que iban con los
confesar él mismo su juego. Su obra, en la que se regalos que se llevaban, ganados en suerte, los
mostró como un clasicista de gran rigidez, convidados de un rico anfitrión— . Sus versos in­
ameno y culto, aunque nada serio, se compone fluyeron en Gracián*, Baltasar del Alcázar*,
principalmente de folletos y artículos de circuns­ Ruiz de Alarcón* y Ramón de la Cruz*, entre
tancias. En ella, que forma parte del debate polí­ otros muchos.
tico e ideológico de la época, quedan claros tanto
su anticlericalismo como su afán polemista con­ MARCO, Concha de (Soria, 1916)
tra la Inquisición y el absolutismo, además de, en Poetisa. L icenciada en Ciencias Naturales, ha
sus textos en calidad de preceptista, su admira­ sido profesora visitante de la U niversidad de
ción por los clásicos franceses. Destacan títulos Puerto Rico. Su poesía, no exenta de un cierto
como la proclama A la nación española (1793), sarcasmo, ahonda con originalidad, y sin dejar
la tragedia Polixena (1808), la antología Leccio­ de lado ciertos experim entos form ales, en la
nes de Filosofía M oral y de Elocuencia (1820), dialéctica entre el pesim ism o y el optim ism o
unas Reflexiones sobre los emigrados franceses, más vitalista. Autora de poemarios como Hora
un Ensayo de Teología, el Apostrofe a la libertad 0, 5 (1966), Diario de la mañana (1968), libro
y diversos poemas cargados de inquietudes ideo­ que responde a la estructura de un periódico,
lógicas y políticas — no editados hasta 1875 en Acta de identificación (1969), Congreso de
el volumen LXVI1 de la «Biblioteca de Autores Maldoror (1970), Tarot (1973), Prem io Juan
Españoles»— , entre los cuales acaso sean los Ramón Jim énez, y Una noche de invierno
más destacados la oda A Cristo crucificado y la (1974). Ha publicado, asimismo, ensayos, entre
Epístola de Abelardo a Eloísa, en verso libre y los que destaca La mujer española del Rom an­
en el más puro estilo de la escuela sevillana*. En ticismo (1970).
1892 y 1896, en dos volúmenes, Menéndez Pe-
layo editó en Sevilla sus Obras literarias escogi­ MARCO, Joaquín (Barcelona, 1935)
das de manuscritos y raros, título al que habría Poeta. Catedrático de Filología Española en la
que añadir la colección de escritos históricos, po­ Universidad de Barcelona, dirigió la colección
líticos y literarios aparecidos en Obra española «Ocnos» de poesía. Sus versos, a medio camino
en prosa, volumen publicado en 1991. entre las preocupaciones sociales de los poetas
de la Generación del 50* y las estéticas de los
MARCIAL (Bilbilis, próxim o a la actual Calata- novísimos* surgidos a finales de los sesenta,
yud, 40-102) combinan, no sin ironía, el coloquialismo, la in­
Poeta. Su nombre latino era Marcus Valerius vestigación formal y la más honda m editación
Martialis. Célebre por fijar el epigrama como gé­ sobre el hombre. Entre sus poemarios destacan:
nero definido. De fam ilia humilde, tras recibir Fiesta en la calle (1961), Abrir una ventana a
una esmerada educación abandonó los estudios veces no es sencillo (1965), Algunos crímenes y
retóricos que había iniciado en Roma — adonde otros poem as (1971), Aire sin voz (1974), Poe­
había llegado con la ayuda de poderosas familias sía, 1961-1975 (1976), Esta noche (1978) y El
españolas establecidas en la ciudad, y en la que significado de nuestro presente (1983). Es autor
fue protegido de Domiciano— , regresó a España de diversos ensayos, entre los que deben mencio­
y se dedicó plenamente a la literatura. Es autor narse: Ejercicios literarios (1969), Nueva litera­
de casi mil quinientos Epigramas, recogidos en tura en España y América (1972), Literatura p o ­
catorce libros, de tono sardónico en los que co­ pular en España en los siglos xvm y xix (1977) y
menta con ironía, y satirizándolas, las costum ­ El modernismo literario (1984), además de algu­
bres de los hombres y mujeres de su época. En nos otros en catalán, como Sobre literatura cata­
estos epigramas, se muestra inteligente y senten­ taría i altres essaigs (1968) o La nova poesía ca­
cioso sobre cuestiones como la hipocresía, de­ talana (1980; tr. al español en 1984).
mostrando, pese a la carga de escarnio habitual
en los últimos versos que los componían, unas MARCO Y SANCHÍS, José (Valencia, 1830-Ma-
grandes cualidades de observador de la realidad drid, 1895)
social que le rodeaba. Escribió, asimismo, un Lí­ Dramaturgo. Colaborador en diferentes publica­
ber de spectaculis, no publicado hasta 1602 y ciones, se casó por poderes con la novelista Ma­
formado por treinta y tres epigramas que había ría del Pilar Sinués*, a la que pidió la mano sin
547 MARÍ

conocerla a través de un poema en que, según pa­ MARGARITA LA TORNERA, Leyenda de


rece, colaboró Bécquer*, y de la que más tarde Leyenda m ariana muy difundida en la Edad
se separaría. Fue autor de obras dram áticas de M edia y tratada, por prim era vez, por A lfon­
gran aceptación popular, tales como: La pava so X* en una de sus cantigas a Santa María.
trufada (1865), Libertad en la cadena (1857), El Cuenta la historia de la monja M argarita, teso­
sol de invierno (1860), El peor enemigo (1861), rera del convento, quien, después de dejar las
Sin padre (1861), Hoy (1866) y Roberto el dia­ llaves del tesoro en el altar de la Virgen, y de
blo (1891). pedirle protección a esta, abandona el convento
en compañía de su amante. Una vez se ha mar­
MARCUS VALERIUS MARTIALIS -> Véase MAR­ chado, la Virgen sustituye a la m onja fugada,
CIAL. que, a su regreso, arrepentida de sus pecados,
encontrará que su ausencia no ha sido notada ya
MARGARIT, Joan (Sanaüja, Lérida, 1938) que la Virgen se ha ocupado de realizar todas
Poeta en lenguas catalana y española. Catedrá­ sus tareas sin ser reconocida. Cuenta el suceso
tico en la Escuela Superior de Arquitectura de la a sus hermanas y todas juntas proclaman el mi­
Universidad de Barcelona, su poesía, de carácter lagro. Esta leyenda fue utilizada, posterior­
realista, aborda, con sencillez, claridad y un tono mente, por autores como Lope de Vega*, que la
intim ista los conflictos de la cotidianidad, y m anejó en La buena guarda o la encom ienda
afronta con rotundidad los vértigos y miedos que bien guardada, Avellaneda* en su Quijote, Vé-
proporciona el fracaso de la existencia. Aparte lez de Guevara* en su auto* sacramental La
esta generalización, pueden establecerse dos eta­ abadesa del cielo, y Zorrilla* en el poema
pas en su obra: una prim era en la que, conside­ «Margarita la Tornera».
rado como uno de los jóvenes de la Generación
del 68*, escribe en castellano pero al margen de MARÍ, Antoni (Ibiza, 1944)
la estética neovanguardista en curso de los noví­ Poeta y narrador en lengua catalana. Catedrático
simos*, sino en la estela más m editativa de los de Teoría del Arte en la Universidad Pompeu Fa-
poetas de la Generación del medio siglo (véase bra, en su poesía, en la que se escuchan los ecos
GENERACIÓN DEL 50); una segunda, que inicia de T. S. Eliot, es fundamental el ritmo y los con­
en 1980, en la que se decide por el catalán como trastes que este establece con los diferentes mo­
lengua, y en la que indaga en sentimientos como m entos poéticos y con los juegos cíclicos a tra­
el amor, entendido como parte inseparable de la vés de los cuales propone los temas que aborda,
realidad cotidiana y no, sin más, como la expe­ desde perspectivas diferentes, con una cierta re­
riencia sentimental y erótica de los amantes, un petición obsesiva. Dichos temas giran en tomo a
amor que produce felicidad en el hecho, pero que la pérdida de lo que se fue y a la memoria como
acerca a la muerte al tiempo que trata de eludirla ruta del reencuentro con lo perdido, todo ello
y que, en sí, es el motor de la memoria con la que desde la desolación, aunque en ningún caso de­
se lucha inútilmente contra el tiempo. Su poesía, jándose llevar por retóricas barrocas o exagera­
pues, tiene un velo de tristeza existencial, un pe­ ciones verbales de ningún tipo, simplemente
simismo que nombra la felicidad efímera, siem­ mostrando la perplejidad ante la fugacidad de lo
pre ligada a la añoranza de la juventud, senti­ real y la eternidad de la naturaleza misma. Ene­
miento de nostalgia resignada con el que se migo, no obstante, de los géneros, su narrativa
construye la propia escritura y que dota de sen­ aúna hasta la fecha la tradición de la novela de
tido a la literatura. Destacan, entre otros, sus poe­ ideas, compleja y de hondos planteam ientos,
marios Cantos para la coral de un hombre solo con la de las novelas de viaje, sobre todo por
(1963), Doméstico nací (1965), Crónica (1975), mar, en la que se entrevén las influencias de
Vell malentés (1981), Cants d ’Hekatónim de Ti- Conrad. Es autor de los poemarios El preludi (El
fundis (1982), que fue Premio Miquel de Palol, preludio) (1979), un poema que combina fragili­
L ’ombra de l ’altre mar (1982), Lórdre del temps dad de lo cotidiano con eternidad de la natura­
(1985), M ar d ’hivern (1986), Cien poem as leza, esos dos asuntos que ya hemos señalado
(1997), en edición bilingüe, E stació de Franga como esenciales en su obra, Un viatge d ’hivern
(1999), en edición bilingüe, la recopilación titu­ (Un viaje de invierno) (1989), galardonado con
lada Poesía amorosa completa (1980-2000) el Premio Nacional de la Crítica, y El desert
(2001) y Joana (2002), libro terrible, aparecido (1997) — El desierto (1998)— , a los que hay
al mismo tiempo en catalán y en edición bilingüe que añadir las novelas El vaso de plata (1991),
traducida por él mismo, en el que aborda la Premio de la Crítica Serra d ’Or y Ciutat de Bar­
muerte de su hija tras una agonía de ocho meses celona, El camino de Vincennes (1995) y Ents-
y que cuenta con una impresionante oración in­ pringen (2000). Es autor, asimismo, de los ensa­
troductoria de Pere Rovira*. yos L ’home de geni (1984), también Premio de
MARÍA CORONEL 548

la Crítica Serra d ’Or, La volnntat expressiva sura de la Biblia Políglota de Amberes* y su pa­
(1990), con el que obtuvo el Premio de la Gene- pel en la edición de las obras de San Isidoro en
ralitat de C atalunya y de nuevo el Serra d ’Or, 1599. Muy crítico, fue un gran investigador, sa­
Formes del individualisme (1994), una vez más bio biblista, más que teólogo, y polígrafo de
Premio de la Crítica Serra d ’Or, y de una edición saber enciclopédico más que historiador de al­
de pensamientos y aforism os de M aría Zam- tura. Aunque escribió en latín, sus reflexiones son
brano*, Dictados y sentencias (1999), cosecha­ propiamente españolas. Por su forma y por su
dos aquí y allá en las diferentes obras de la céle­ fondo, puede afirmarse que sus tratados son au­
bre pensadora. Es autor, asim ismo, de una muy ténticos ensayos sobre los más variados temas ¡
conocida antología sobre el Romanticismo* ale­ políticos, morales, económicos, filosóficos, cien- 1
mán: El entusiasmo y la quietud (1979; reed., tíficos...
ampliada, 1998). Sus obras fundamentales son De rege et regis
institutione (Toledo, 1599), exponente de su pen­
MARÍA CORONEL -> Véase ÁGREDA, sor M a­ samiento político, centrado en la idea de que el
ría de Jesús de. hombre es un animal sociable, y en la que, ata­
cando el supuesto derecho divino de los reyes,
MARÍA EGIPCÍACA, Vida de santa Mariana justifica el tiranicidio — de ella se dijo
Poema hagiográfíco anónimo, compuesto quizá que llevó a Ravaillac a asesinar a Enrique IV de
hacia 1215, perteneciente al grupo de poemas Francia en 1610— , De ponderibus et mensuri-
narrativos en verso corto, y que está a caballo bus (Toledo, 1599), el Discurso de las cosas de
entre la lírica y el mester* de clerecía. Basado 1a Compañía, que le supuso un duro enfrenta­
en fuentes francesas, concretam ente en Vie de miento con las jerarquías de su Orden, y los
Sairtte Marie VEgyptianne, tiene también alguna Tractatus septem (Colonia, 1609), que reúne du­
relación con los Evangelios apócrifos. Escrito ros ataques contra la burocracia y la corrupción,
en versos heptasílabos pareados, aunque de una y uno de los cuales, De inonetae inutatione, le
forma irregular, debido a la adaptación al caste­ ocasionó no pocos problemas políticos. Pero
llano, consta de mil cuatrocientos cincuenta y un acaso la más importante de sus obras sea su His-
versos. Aunque muy relacionado con el tono ju ­ toriae de rebus Hispaniae libri XX (Toledo,
glaresco por el empleo de elementos populares, 1592), que él mismo tradujo como Historia Ge­
emplea su autor — adaptador/traductor— , quizá neral de España (Toledo, 1601; 2 vols.) antes de
un clérigo riojano, ciertos procedimientos retó­ completarla en la edición de 1605 aparecida en
ricos cultos, así como una finalidad didáctica, Maguncia: Historia de rebns Hispaniae libri XXX.
algo que sucede en todos los textos hagiográfi- Esta obra abarca hasta la muerte de Fernando el
cos del siglo xm propios del mester* de clere­ Católico, y, en ella, inspirándose en las crónicas I
cía. En el poema se cuenta la historia de María anteriores, aunque solo hasta lo tolerable en la
Egipcíaca, bella pecadora dedicada a la prostitu­ época, pretende dar a conocer la historia de Es­
ción en Alejandría que, tras una peregrinación a paña en Europa ordenando lo que otros habían
Jerusalén, se arrepiente y marcha al desierto del recogido y con una fuerte com ponente patrió­
Jordán a cum plir penitencia; allí se encuentra tica. Historiográficamente, se le ha acusado de |
con el anacoreta Gozimás y, finalmente, muere carecer de criterio científico al no haberse dedi­
santamente. cado a depurar las fuentes que maneja, así como
de prestar dem asiada atención a lo «pinto­
MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA -> Véase resco». No obstante, las descripciones que hace
ÁGREDA, sor M aría de Jesús de. son espléndidas, y, aunque puedan discutirse
sus interpretaciones — así lo hizo, por ejemplo,
MARIANA, Juan de (Talavera de la Reina, To­ Pedro Mantuano*— , es difícil cuestionar la ele­
ledo, 1536-Toledo, 1624) gancia de su prosa. El éxito de la obra fue es­
Tratadista. Es, junto a Baltasar Gracián*, uno de pectacular: cinco ediciones en veintidós años y
los grandes escritores jesuitas. Tras estudiar Ar­ varias traducciones a diversas lenguas; su in­
tes y Leyes en la Universidad de Alcalá, profesó fluencia, incuestionable.
en la Compañía de Jesús en 1554. Más tarde, a
partir de 1561 — año en que se ordena sacer­ MARÍAS, Fernando (Bilbao, 1958)
dote— , se dedicó a la enseñanza y la predicación Narrador. Autor de guiones de cine y televisión,
en Roma, París, ciudad en la que se doctoró en ha sido realizador de publicidad. En su narra­
Teología, y Flandes, y se retiró a Toledo en 1574. tiva, en la que domina lo psicológico y político
Ya asentado en España, ocupó altos cargos con­ sobre lo individual, destaca el control del ritmo,
sultivos, entre ellos el de consejero de la Inquisi­ con mucho de cinematográfico, lo que se apre­
ción. Célebres fueron su participación en la cen­ cia también en los argumentos mismos, que dan
549 MARÍAS

lugar a obras amenas, de entretenimiento, en las dinario dominio de los recursos léxicos y sintác­
que prima la acción, así como la mezcla hábil de ticos. Hasta hoy, ha publicado las siguientes no­
géneros, como la novela histórica, erótica, gó­ velas: Los dominios del lobo (1971), Travesía
tica, etc., con misterios, sangre, acción, elemen­ del horizonte (1972), El monarca del tiempo
tos todos ellos destinados al gran público. In­ (1978), El siglo (1983), El hombre sentimental
fluido por Stevenson, M ary Shelley y Joseph (1986), que fue Premio Herralde, Todas las al­
Conrad, tres nombres que, por sí solos, indican mas (1989), Premio Ciudad de Barcelona, Cora­
con claridad los intereses de M arías, sus textos zón tan blanco (1992), Premio de la Crítica, ade­
levantan estructuras fundadas sobre enigmas y más del Premio Internacional Impac en Irlanda
que juegan con la sorpresa. Autor de las nove­ en 1997, Mañana en la batalla piensa en m í
las: La luz prodigiosa (1991), Premio Ciudad de (1994), galardonada en 1995 con el Premio Fas-
Barbastro, se publicaría en 1998 y en la que crea tenrath de la Real Academia Española y, en
la ficción de que García Lorca no hubiese agosto del mismo año, con el prestigioso Premio
muerto en 1936 y que sería llevada al cine, Esta Rómulo Gallegos, así como con el Femina en
noche m oriré (1996; reed., 2001), Los fabulosos Francia al mejor libro extranjero, Negra espalda
hombres película (1998), dirigida a un público del tiempo (1998), en la que cambió com pleta­
juvenil, El niño de los coroneles (2001), galar­ mente el curso de su narrativa, construyendo un
donada con el Premio Nadal, y La mujer de las relato de corte memorial, a medio camino entre
alas grises (2003). Hay que mencionar, asi­ la realidad biográfica y la ficción, pero no una
mismo, el libro, escrito como serie de televisión novela en el sentido convencional del término,
en colaboración con Juan Bas*, Páginas ocultas sino un juego que nace a partir de Todas las al­
de la historia (1999), donde a modo de reporta­ mas y de los efectos que tuvo sobre su propia
jes se crean historias disparatadas, invenciones vida, interpretaciones y confusiones que se suce­
históricas que, como ficciones, se pretenden dieron y que sirve a Marías para, sin evitar la fic­
reales. En el ámbito de la literatura juvenil, M a­ ción, reflexionar, como es común en todas sus
rías ha publicado, además de la ya mencionada obras, sobre el destino, el tiempo, la casualidad
más arriba, una historia de intrigas y enredos, en la existencia..., ello con una amargura si cabe
muy divertida y documentada: El vengador del mayor que el sólito escepticismo que lo caracte­
R if( 2001). riza, con gran m aestría en el uso del párrafo
largo, como es su costumbre, con un ojo preciso
MARÍAS, Javier (Madrid, 1951) para nombrar y analizar lo más cotidiano y ha­
Novelista. Considerado uno de los mejores y ciendo uso de una comicidad a menudo cáustica,
más prestigiosos narradores actuales, es uno de otra de las características fundamentales de su
los autores españoles más conocidos y admira­ escritura, y Tu rostro mañana. I. Fiebre y lanza
dos en el extranjero. Hijo de Julián Marías*, se (2002), galardonada con el Premio Salambó y
licenció en Filología Inglesa y ha enseñado en la que sigue en la línea de la anterior, incluso usa
Universidad de Oxford, en Estados Unidos y en personajes que allí estaban, como lo estaban en
la Universidad Complutense de M adrid. En la Todas las almas, aunque iniciando en este caso
actualidad, es colaborador habitual en diferentes un ciclo. Es autor, asimismo, de los relatos de
revistas culturales y periódicos de Madrid y Bar­ Mientras ellas duermen (1990), así como de
celona, entre ellos el diario El País. Formado otros aparecidos en diversas revistas y antolo­
literariamente al amparo de Juan Benet*, la in­ gías, y ha publicado las recopilaciones de ensa­
fluencia de este, así como de la literatura anglo­ yos breves y artículos Pasiones pasadas (1991),
sajona — principalmente la novela de aventuras Vidas escritas (1992), Literatura y fantasm a
inglesa— , ha sido decisiva. En sus obras, en las (1993), Vida del fantasma. Entusiasmos, bromas,
que ha sido acusado de huir de los problemas so- reminiscencias y cañones recortados (1995), la
cio-políticos de la España contemporánea, Ma- recopilación de artículos, siempre polémicos y a
rías se muestra introspectivo, oscuro a veces en contracorriente, escritos entre 1994 y 1996 en El
la trama, e indaga con maestría en las emociones Semanal, suplemento de diferentes diarios regio­
y en la cotidianidad, dejando ver, en ocasiones, nales, Mano de sombra (1997), más artículos en
su interés por las historias de m isterio, aunque Seré amado cuando falte (1999) y A veces un ca­
sin practicarlas en puridad. Sus personajes, natu­ ballero (2001), de nuevo con artículos de El Se­
rales y bien definidos, viven inmersos en conflic­ manal. En un volumen se recogieron sus artícu­
tos sentimentales, desencantados, incapaces de los dedicados exclusivamente al fútbol: Salvajes
definirse e im potentes ante la m onotonía de la y sentimentales. Letras de fú tb o l (2002). Otras
vida diaria. E stilísticam ente, su prosa resulta obras suyas son la extraña antología Cuentos
culta, de gran perfección, rica en matices, imagi­ únicos (1989) y, entre otras muchas de John Up-
nativa, sin barroquismos, aunque con un extraor­ dike, Thomas Hardy o Sir Thomas Browne, la
MARÍAS 550

espléndida traducción de Tristram Shandy, de su obra es variada, como se aprecia en el amplí­


Laurence Sterne, por la que recibió el Premio simo catálogo bibliográfico de su producción, en
Nacional de Traducción en 1979, o las poesías de la que destacan títulos como Historia de la Filo­
Faulkner en el libro Si yo amaneciera otra vez. sofía (1941), La filosofía del Padre Gratry
William Faulkner, un entusiasmo (1997), donde (1941), que fue su tesis doctoral, reprobada al ser
además las comenta. Elogiado por la crítica in­ leída, M iguel de Unamuno (1943), Premio Fas-
ternacional, sus obras han sido traducidas al fran­ tenrath de la Real Academia Española en 1947,
cés, inglés, alemán, holandés, italiano, portu­ San Anselmo y el insensato y otros estudios de f i ­
gués, danés y griego, y ha consiguido con ellas losofía (1944), Idea de la metafísica (1944), In­
importantes éxitos de venta en el extranjero. En troducción a la filosofía (1947), Ortega y la idea
1997 aparecieron dos cintas, con el título de No de la razón vital (1948), El método histórico de
más amores, en las que el autor leía una selec­ las generaciones (1949), que, com pletado en
ción de ocho de sus mejores cuentos. Asimismo, 1989, aparecería con el título de Constelaciones
también en 1997, se publicaron, reunidos en un y generaciones, el Diccionario de literatura que,
único volumen titulado Miramientos, los textos con Germán Bleiberg*, comenzara a preparar en
que, entre 1995 y 1997, Marías fue escribiendo 1949 para Revista de Occidente, El tema del
en la revista Cuadernos Cervantes, y en los que hombre (1950), La Escolástica en su mundo y en
describe los rostros y actitudes de una serie de el nuestro (1951), Aquí y ahora (1952), Ensayos
personajes, de los que ofrece dos fotografías que de convivencia (1953), El existencialismo en Es­
reflejan el paso del tiempo en sus vidas. paña (1953), B iografía de la Filosofía (1954),
Ensayos de teoría (1954), La estructura social
MARÍAS, Julián (Valladolid, 1914) (Teoría y método) (1955), Los Estados Unidos en
Filósofo y ensayista. Doctorado en Filosofía por escorzo (1956), El intelectual y su mundo
la Universidad Central de Madrid en 1951 y dis­ (1956), El oficio del pensam iento (1958), Or­
cípulo de Ortega y Gasset* y de Xavier Zubiri*, tega. Circunstancia y vocación (1960), Los es­
Julián Marías Aguilera, padre del también escri­ pañoles (1962), que incluye estudios sobre
tor Javier Marías*, ha colaborado en publicacio­ diversos escritores, caso de Moratín* o Jovella-
nes como Revista de Occidente, Cruz y Raya, el nos*, La España posible en tiempo de Carlos III
diario ABC y su suplemento, Blanco y Negro, en (1963), Nuestra Andalucía (1965), Valle-Inclán
el que ha desarrollado una larga labor como crí­ en el Ruedo Ibérico (1966), Consideración de
tico cinematográfico. Fue fundador, con Ortega, Cataluña (1966), Visto y no visto: Crónicas de
del Instituto de Humanidades de M adrid en cine (1962; 1967), Análisis de los Estados Uni­
1948, y ha enseñado en diversas universidades dos (1968), Nuevos ensayos de Filosofía (1968),
de Estados Unidos e Hispanoamérica, si bien, Antropología m etafísica (1970), Innovación y
debido a su colaboración con la República, fue arcaísmo (1973), La España real (1976), La de­
apartado del mundo académico español, vién­ volución de España (1977), España en nuestras
dose forzado a la enseñanza privada y a las tra­ manos (1978), La mujer en el siglo XX (1980),
ducciones hasta comienzos de los años cin­ Cinco años de España (1981), H ispanoamérica
cuenta, en los que ya contaba con gran prestigio (1984), Breve tratado de la ilusión (1984), Es­
internacional. En 1964 ingresó en la Real Aca­ paña inteligible: razón histórica de las Espa-
demia Española y, en 1977, tras la muerte de ñas (1985), Cara y cruz de la electrónica
Franco, fue propuesto como Senador por desig­ (1985), La libertad en juego (1986), La mujer y
nación real. Elegido catedrático extraordinario su sombra (1986), Ser español (1987), La fe lic i­
de la Universidad a Distancia, funda la revista dad humana (1988), las memorias de Una vida
Cuenta y Razón para la Fundación de Estudios presente (1989-1990; 3 vols.), Cer\>antes clave
Sociológicos. Considerado uno de los pensado­ española (1991), La educación sentim ental
res más destacados españoles, así como uno de (1992), Tratado de lo mejor. La moral y las nor­
los más leídos por todo tipo de público, se trata mas de la vida (1995), España ante la historia y
de un autor cuyo pensamiento, en sus obras más ante sí misma (1996), Persona (1996), El curso
densas, desde una percepción historicista y libe­ del tiempo (1998; 2 vols.) y La perspectiva cris­
ral, preocupada siempre de cuestiones metafísi­ tiana (1999), a las que hay que añadir su labor
cas, resulta profundamente ético y social, desa­ como coordinador del volumen 25 años de rei­
rrollando en él una «visión responsable» del nado de Juan Carlos I (2000), en el que diver­
mundo que ha evolucionado más y más hacia po­ sos autores reflexionan sobre la materia que pro­
siciones moderadas. Es im portante en sus pági­ pone el título. Es autor, asimismo, de numerosas
nas tanto la cuestión de España, su evolución his­ traducciones y ediciones críticas de obras de
tórica y social, como la vida cultural y literaria a Platón, Aristóteles, Séneca, Leibniz o Dilthey,
lo largo de los siglos. No obstante, la temática de entre otros.
551 MARÍN GUTIÉRREZ

MARICHAL, Juan (Santa Cruz de Tenerife, 1922) rradores jóvenes españoles, y las novelas Víspe­
Ensayista y crítico literario. Tras interrumpir sus ras (1999), en la que, desde la óptica del rea­
estudios a causa de la Guerra Civil, se vio obli­ lismo* sucio, estudia la perspectiva del repri­
gado a continuarlos en Francia, Marruecos, M é­ mido, la visión del amor solo como deseo
xico y Princeton, en cuya universidad se doctoró carnal, Ramo (2001) y Rosa (2002), en donde
en 1949 con una tesis sobre Feijoo* dirigida por aborda minuciosamente las diferentes etapas de
Américo Castro*. Ha sido profesor de Lengua una relación amorosa.
y Literatura en las universidades de H arvard y
Pennsylvania, y es uno de los más im portantes MARÍN, Francisco M. (Zaragoza, 1956)
investigadores sobre el género ensayístico en Narrador. Se trata de un autor en quien domina el
España, desde el Renacimiento* hasta Ortega y relato de aventuras, mezclado con toques fantás­
Gasset*, con estudios en los que se ocupa de sus ticos y con detalles de la novela realista, un
ramificaciones ideológicas. Su obra fundamen­ eclecticismo que le sirve para ofrecer un retrato
tal sobre el asunto es La voluntad de estilo social de la posguerra, como sucede en sus nove­
(1957). Es autor, asimismo, de numerosos traba­ las La tumba del galés (1998), con la que obtuvo
jos en revistas especializadas, así como de la el Premio Alba Prensa Canaria, Las montañas de
edición postum a de las obras de su suegro, Pe­ la luna (2000), en donde aborda, a medio camino
dro Salinas*, y de las Obras completas (1966- entre el reportaje y la narración, un viaje al
1968; 4 vols.) de M anuel Azaña*, textos a los África Negra, y Corazón de tigre (2001). Es au­
que hay que sumar ensayos como El nuevo pen­ tor, asimismo, de cuentos que han aparecido en
samiento político español (1966) y El designio diferentes antologías.
de Unamuno (2002).
MARÍN, Pedro (siglo xm)
MARICHALAR, Antonio (Logroño, 1893-Ma- M onje del monasterio de Silos, su importancia
drid, 1973) radica en que escribió los M iráculos de sancto
Ensayista. Marqués de Montesa, Marichalar era Domingo, primera obra escrita en castellano en
licenciado en Derecho por la Universidad de M a­ un convento, ya que, hasta ese momento, los frai­
drid. Miembro de la Academia de la Historia, fue les solo habían empleado el latín.
colaborador habitual de las publicaciones más
prestigiosas de España, entre ellas el diario El MARÍN, Pedro
Sol, Revista de Occidente y Escorial, así como Poeta. En sus versos el centro temático es la so­
de otras del extranjero. Hombre culto, discípulo ledad contemplativa de la naturaleza, todo a tra­
de Ortega y Gasset*, fue un crítico de arte y lite­ vés de un tono elegiaco en el que la infancia y el
ratura exigente y un escritor de estilo elegante y canto a la vida se confunden en un tiempo que
sobrada erudición. Además de numerosos prólo­ pertenece a la memoria. Debutó con el poemario
gos a obras de Motherlant o Joyce, o de diversas Los días prometidos (2002).
ediciones críticas, entre ellas la de El cortesano
(1942), de B altasar de C astiglione, es autor de MARÍN ESTRADA, Pablo Antón (Sama de Lan-
ensayos como Palma (1923), de las críticas de greo, Asturias, 1966)
arte de Giróla (1926), de los estudios literarios Narrador y poeta en bable. Escritor que se dio a
de M entira desnuda (1933), de la biografía conocer con una novela, originariamente escrita
Riesgo y ventura del duque de Osuna (1930) y en bable, dirigida a un público juvenil y galar­
de Tres figuras del siglo xvi (1945), Las cadenas donada con el Premio Abril, en la que, influido
del duque de Alba (1947) y Julián Romero por la literatura m arinera, principalm ente por
(1952), entre otras obras. Joseph Conrad, plantea una historia de apren­
dizaje; su título, Los caminos sin fin (2000).
MARIGÓMEZ, Luis (Nava de la Asunción, Se- A esta novela siguió El am or de La Habana
govia, 1957) (2003), una obra en la que se mezclan los géne­
Narrador. Incluido en diversas antologías y co­ ros, en un alarde de transformismo literario que
laborador de numerosas publicaciones, ha sido aúna relatos y referencias históricas, la crónica,
traductor de autores como Raym ond Carver, lo fantástico y la narración, así como lo colec­
Ezra Pound, M argaret Atwood o Donald Bart- tivo y lo personal, también escrita en bable y
helme, entre otros. A utor aún m inoritario, a que él mismo tradujo al español. Como poeta,
quien se debe, además de una novela por entre­ está incluido en la antología Fruta del tiempo.
gas en una revista y dos relatos, un interesante A ntología de poesía contem poránea en astu­
libro, Rama (1998), en el que se incluyen tres re­ riano (2001).
latos en los que parodia, con sutil ironía, la lite­
ratura sem ierótica típica de muchos de los na­ MARÍN GUTIÉRREZ, José -* Véase SIJÉ, Ramón.
MARINA 552

MARINA, José Antonio (Toledo, 1939) (Madrid, 1587), y de De Rebus Hispaniae memo-
Ensayista. Estudió Filosofía en la Universidad rabilibus Libri X XV (Alcalá, 1530), así como de
Complutense. Catedrático de Filosofía de Ense­ un extenso epistolario en latín.
ñanza Secundaria y profesor de Teoría de la Edu­
cación en la Universidad Autónoma de Madrid, MARISCAL MONTES, Julio (A rcos de la Fron­
se trata de un escritor polifacético, conocido por tera, Cádiz, 1922-1977)
sus ensayos divulgativos sobre materias relacio­ Poeta. Es uno de los más destacados representan­
nadas con la ética y por sus colaboraciones en la tes de la Generación del 50*. Poeta existencial,
prensa, sobre todo en ABC, El Mundo y El País, sus versos, marcados por la desesperanza y una
todo ello en una constante renovación del ensa­ nada desdeñable búsqueda religiosa, se sirven de
yismo español que no cae nunca ni en la triviali- experiencias autobiográficas, que son las que le
zación ni en la simpleza. En sus textos se aprecia brindan, desde la cotidianidad, los elementos
un compromiso claro con la contemporaneidad, para sus reflexiones. En ellas, conviven el amor,
de modo que todos los asuntos de los que se desde una doble vertiente idealizada y carnal, y
ocupa pertenecen a la cotidianidad actual, vistos el compromiso social con el hombre alienado por
desde una perspectiva ética. De tal suerte, M a­ las circunstancias del trabajo, un tema que, en
rina ha reflexionado y reflexiona sobre cuestio­ Mariscal Montes, tiene más que ver con un im­
nes como los sentimientos, Dios, la sexualidad, pulso religioso que con una toma de posición po­
la política, los derechos, la adolescencia, el di­ lítica. Destacan poemarios como: Corral de
nero, la pareja, el lenguaje... Es autor de obras muertos (1953), Pasan hombres oscuros (1955),
con gran éxito de público, como: Teoría de la in­ Poemas de ausencia (1957), Quinta palabra
teligencia creadora (1995), Ética para náufra­ (1958), Tierra de secanos (1962), Tierra (1965),
gos (1996), El laberinto sentimental (1998), El Último día (1971), Poemas a Soledad (1975),
misterio de la voluntad perdida (1998), La selva Trébol de cuatro hojas (1976) y Antología p oé­
del lenguaje: introducción a un diccionario de tica (1978).
los sentimientos (1999), Elogio y refutación del
ingenio (2000), Diccionario de los sentimientos MÁRMOL, Manuel María del (Sevilla, 1776-
(2000), escrito en colaboración con M arisa Ló­ 1840)
pez Penas, El vuelo de la inteligencia (2000), Poeta. Pertenece a la escuela poética sevillana
Crónicas de la ultramodernidad (2000), La lu­ que encabezó Lista. Fue capellán real, catedrá­
cha po r la dignidad (2001), La inteligencia lin­ tico de Filosofía Experimental en la Universidad
güística (2001), Dictamen sobre Dios (2002), de Sevilla, director de la A cademia de Buenas
Hablemos de la vida (2002), en el que se reco­ Letras y destacado orador. En sus versos, de in­
gen conversaciones con la periodista Nativel tención neoclásica, aunque formalmente influi­
Preciado*, El rompecabezas de la sexualidad dos por la métrica popular del romance y la se­
(2002) y Memorias de un investigador privado guidilla, abordó asuntos como el mundo pastoril,
(2003), libro de reflexión, formado por artículos, al modo en que era frecuente hacerlo en el siglo
prólogos, crónicas y conferencias en el que xvm. Escribió, además del dram a pastoril Los
aborda cuestiones éticas y sentimentales a través amantes generosos (1806), el poemario Interva­
de un personaje de ficción. los de mi enfermedad (1816), escrito a raíz de
una grave dolencia, una Colección de poesías di­
MARINEO SÍCULO, Lucio (Bidino, Sicilia, 1460- versas (1828), otra Colección de epigramas
España, 1533) (1834) y un Romancero (1834), obras a las que
Humanista. Aunque era italiano, su presencia en habría que añadir, entre otras de carácter pedagó­
estas páginas se justifica por la dedicación con gico, una en la que, en 1832, vertió en verso el
que se empleó en el estudio de la cultura espa­ sistema de Copérnico.
ñola, amén de que pasó toda su vida en nuestro
país. Profesor, inicialmente, de Literatura griega MÁRMOL CARVAJAL, Luis (G ranada, 1520?-
y latina en Palermo, pasaría a enseñar durante 1600)
doce años en la Universidad de Salamanca. De H istoriador y novelista. Participó, en 1535, en
gran influencia en el Renacimiento* español, fue la expedición de Túnez y, durante su posterior
capellán y cronista de Fernando el Católico, así estancia de veintidós años en Á frica, estuvo
como educador de los hijos de la nobleza. Desta­ preso algunos años. Gran conocedor del mundo
can sus obras De laudibus Hispaniae Libri VII islámico, sus obras ofrecen gran profusión de
(a. de 1504), De Aragoniae Regibus et eorum re­ datos, si bien no alcanzan la frescura y am eni­
bus gestis Libri V (Zaragoza, 1509), obra de la dad de los textos sobre los mismos tem as de
que se editó aparte el Sumario de la vida de los Diego Hurtado de Mendoza* o Pérez de Hita*.
Reyes Católicos, don Fernando y doña Isabel Como títulos esenciales, destacan la D escrip­
553 MÁRQUEZ

ción general del Africa, sus guerras y vicisitu­ recogidas en Versiones representables de teatro
des desde la fundación del mahometismo hasta griego y latino (1966). En vida, recibió impor­
el año 1561 (Granada, 1573-1599; 3 vols.) y la tantes premios por su labor crítica, entre ellos, en
H istoria de la rebelión y castigo de los m oris­ 1934, el Nacional de Crítica de la Cámara O fi­
cos del reino de Granada (Málaga, 1600), esta cial del Libro, el Luca de Tena en 1939, el Na­
última — que llegó a traducirse al francés— es­ cional de Crítica Teatral en 1953 y el Nacional
crita como réplica oficial a la versión de los de Libros de Teatro en el año 1959.
mismos hechos redactada por el m encionado
Hurtado de Mendoza. MARQUÉS Y ESPEJO, Antonio (G árgoles de
A bajo, Guadalajara, 1762-?)
MARQUERÍE MOMPÍN, Alfredo (Mahón, M e ­ Poeta, narrador y dramaturgo. Destacan, entre
norcai, 1907-Minglanilla, Cuenca, 1974) otras obras de este sacerdote, el poem ario
Poeta, novelista y ensayista. Doctorado en Dere­ Desahogos líricos... como un antídoto excelente
cho, colaboró en revistas como Parábola o Alfar, contra la enfermedad del amor (1802), las pie­
fue im portante crítico teatral en diarios como zas teatrales El aguador de París (1802), La f i ­
ABC y Pueblo, subdirector de Informaciones, co­ lantropía (1812) y Los compadres codiciosos
rresponsal de prensa en diversos países, funda­ (1826), las narraciones M emorias de Blanca
dor del periódico España en Tánger, redactor Capel lo, gran duquesa de Toscana (1803), Viaje
jefe de No-Do, cronista de Radio y Televisión de un filósofo a Selenépolis (1804) y Anastasia
Española, director teatral y profesor de la Es­ o la recompensa de la hospitalidad (1818), ade­
cuela de Periodismo, además de colaborador en más de algunos textos de carácter peculiar
pista de espectáculos circenses de carácter bené­ como: Diccionario de varios conocimientos crí­
fico. Destaca como cronista periodístico, si bien ticos, eruditos y curiosos (1802), Retórica epis­
deben mencionarse poemarios suyos como Ro­ tolar (1803) o Historia de los naufragios... su­
sas líricas (1923), Veintitrés poemas (1927), M a­ cedidos en el mar desde el siglo XV hasta el
drid: lilas de mayo (1933), Reloj (1934), accésit presente (1803).
del Premio Nacional de Literatura, y Arquita de
Noé (1947), formado por poemas infantiles. En­ MARQUÉS DE MOLÍNS - » Véase ROCA DE TO-
tre sus novelas, la mayoría muy superficiales, GO RES, Mariano.
aunque no exentas de cierto carácter satírico-so­
cial, destacan: Una vida estúpida (1934), Blas y MARQUÉS DE SANTILLANA -» Véase SANTI-
su mecanógrafa (1939), Cuatro pisos y la porte­ LLANA, marqués de.
ría (1940), Don Laureano y sus seis aventuras
(1940), Novelas para leer en un viaje (1942), El MARQUÉS DE VALDEFLORES -» Véase VELÁZ-
misterio del circo (1942), N uevas aventuras de QUEZ DE VELASCO, Luis José.
don Laureano (1945), El torero y su sombra
(1947), Cuando cae el telón (1951) y La antesala MÁRQUEZ, Eduard (Barcelona, 1960)
del infierno (1975), entre otras. Fue autor, asi­ Narrador y poeta en lengua catalana. Conocido
mismo, de piezas teatrales, de entre las que re­ como autor de obras dirigidas a un público infan­
cordamos Fue en una venta (1926), escrita en co­ til, así como de poesías y algunos cuentos, en sus
laboración con José M aría Alfaro*, El agua obras el eje esencial es la dimensión inabarcable
hierve (1955) y Cuatro en el juego (1955), ade­ de la memoria y la imposibilidad de luchar con­
más de haber publicado biografías y numerosos tra las heridas que va dejando el tiempo. Es autor
ensayos, entre ellos: Artistas y temas segovianos de la novela Cinc nits defebrer (Cinco noches de
(1930), Inglaterra y los ingleses (1939), Desde febrero) (2002).
la silla eléctrica (1942), Sobre la vida y la obra
de don Carlos Arniches (1944), Francisco Piza- MÁRQUEZ, Joaquín (Sevilla, 1934)
rro, largo en vida y en hazañas (1945), Jardiel Poeta y narrador. Aunque es autor de diversas
Poncela y su teatro (1945), Doña María de Pa­ obras narrativas reconocidas, como Reconstruc­
dilla. Un amor constante (1952), Veinte años de ción de la niebla (1984), Premio Antonio Camu­
teatro en España (1959), Alfonso Paso y su tea­ ñas, y El jinete del caballo de copas (1987), Pre­
tro (1960), El teatro que yo he visto (1968), Es­ mio Andalucía, destaca como poeta, galardonado
paña: ¡Qué país! (1970), Cincuenta personajes y respetado, con: Hay tiempo de nacer (1973),
del teatro universal (1972) y Realidad y fantasía Los pies de las estrellas (1974), Premio Aldeba-
en el teatro de Jaime Salom (1974), a los que hay rán, La casa navegable (1975), Premio Ciudad
que añadir el libro de memorias Personas y per­ de Barcelona, El tren desnudo (1975), Premio
sonajes. Memorias informales (1971) y diversas Álamo, Pasos en la memoria (1977), Premio Au­
traducciones y adaptaciones de clásicos, algunas siás March, Albergue para noctámbulos (1978),
MÁRQUEZ 554

La lluvia traducida (1978), Solo de caracola radicalizó su conservadurismo, y, tras la Guerra


para un amor lejano (1978), Premio Boscán, La Civil, que pasó en Argentina, llegó a alabar la po­
aguja sobre la piedra (1982), Substancia fu g i­ lítica de Franco. No obstante, también escribió
tiva (1984), Premio Miguel Hernández, Cristal comedias en prosa sobre temas contemporáneos
de Bohemia (1985) y Fe de erratas (1985). en las que, igualmente, hay que destacar su capa­
cidad para la construcción teatral y para dotar a
MÁRQUEZ, Jorge (Sevilla, 1958) sus textos de un emocionado carácter épico.
Narrador. Autor y director teatral, en sus obras se Miembro de la Real Academia Española, m ere­
aprecia la herencia de la literatura folletinesca cen mencionarse poemarios como Odas (1900),
(véase FOLLETÍN), al menos en el uso argumental Las Vendimias (1901), Canciones del momento
de elementos como los amores ocultos, los crí­ (1910) y Tierras de España (1914). De sus dra­
menes y suicidios, etc. Ha publicado las novelas mas, tanto históricos como rurales, destacan: Las
El claro de los trece perros (1997), ganadora del hijas del Cid (1908), Doña M aría la Brava
Premio Ciudad de Salamanca, y Los agachados (1909), En Flandes se ha puesto el sol (1910), El
(2003). rey trovador (1912), El retablo de Agrellano
(1913), El Gran Capitán (1916), La ermita, la
MÁRQUEZ, fray Juan (M adrid, 1565-Sala- fuente y el río (1927), Salvadora (1929), Fuente
manca, 1621) , escondida (1931), Los Julianes (1932) y Teresa
Tratadista. Agustino desde 1581, estudió en la de Jesús (1933). Hay que recordar sus comedias
Universidad de Toledo, enseñó Teología en la de Cuando florezcan los rosales (1914) , -Dondiego
Salamanca y fue predicador de Felipe III desde de noche (1918), Alimaña (1919) y El camino de
1616. Elogiado por Lope de Vega*, Tirso de Mo­ la felicidad (1929), además de novelas como La
lina* y Juan de Mariana* por la altura de su caravana (1907), Almas anónimas (1908) y M a­
prosa, le debemos, fundamentalmente, dos obras ternidad (1917). Sus Obras completas se edita­
importantes de tema ascético; por un lado Los dos ron, en siete volúmenes, en 1944, a los que, en
estados de la espiritual Jerusalén, sobre los sal­ 1951, se añadió uno más; en ellas se incluyen los
mos C X X V y CXXVI (Medina, 1603), cuyo ma­ recuerdos autobiográficos de Yo y los días, serie
nuscrito se encuentra en la Biblioteca Nacional que publicara en la revista bonaerense Caras y
de Madrid y en el que aparecen algunos versos de Caretas entre 1937 y 1938.
autoría dudosa que no pasaron a las ediciones im­
presas, y El gobernador cristiano deducido de las MARQUINA, Pedro (Zaragoza, ?-1886)
vidas de Moisés y Josué, príncipes del pueblo de Poeta y dramaturgo. Aunque gozó de cierto
Dios (Salamanca, 1612), pieza muy popular que, éxito, sus obras no le ayudaron a superar la mise­
por encargo del duque de Feria, Márquez escribió ria. Entre los estrenos sonados de sus piezas tea­
como refutación a El príncipe de M aquiavelo. trales destacan los de El sitio de París (1871),
Fue autor, asimismo, de Origen de los frailes er­ que escribiera en colaboración con Perillán
mitaños de la Orden de san Agustín (Salamanca, Buxó*, La espada de Berenguer (1872), El arce­
1618) y de la Vida del venerable P. Fr. Alonso de diano de san Gil (1873), acaso la más famosa de
Orozco, obra publicada, postumamente, en 1648. ellas, ¡Viva Cuba española! (1876), El poeta de
guardilla (1878), Palabra de aragonés (1882).
MARQUINA, Eduardo (Barcelona, 1879-Nueva Destacan, asimismo, poemarios como Papel im­
York, 1946) preso (1878) y El reo (1884).
Dramaturgo. Es uno de los autores más popula­
res de los primeros treinta años del siglo xx en el MARRERO, Vicente (Arucas, Gran Canaria,
teatro español. Aunque escribió poesías, influido 1922-Madrid, 2000)
por la estética modernista (véase MODERNISMO) Ensayista y poeta. Doctor en Derecho, residió du­
y la visión desencantada noventayochista (véase rante algún tiempo en Alemania, donde fue lector
GENERACIÓN DEL 98), y en las que se apuntan de español en la Universidad de Friburgo, se de­
ya los temas de su teatro, tales como la nostalgia dicó a la publicidad y, vinculado al Opus Dei, fue
del pasado, concretam ente de la España de los jefe de prensa del Ministerio de la Gobernación
Austrias y del Siglo de Oro (véase EDAD DE con la dictadura de Franco y uno de los ideólogos
ORO), la reivindicación de valores tradicionales del carlismo tradicionalista. Fundó la Editorial
como la familia, la religión o la raza, y el rechazo Cálamo y colaboró con el Consejo Superior de
del progreso, será en el drama histórico en el gé­ Investigaciones Científicas a partir de 1953, en
nero en que destaque. En él, busca los tiempos cuya revista Arbor participaría antes de fundar
heroicos, las leyendas y la recreación de sucesos Pnnta Europa, de la que sería director entre 1955
de brujería y magia del siglo xvi. Posterior­ y 1966. Profesor de Movimientos Artísticos Con­
mente, con la llegada de la República, Marquina temporáneos en la Facultad de Ciencias de la In­
555 MARSET

formación de la Universidad Complutense desde tor, aprendiz metalúrgico o joyero, tanto en Es­
los últimos años del franquismo, fue nombrado paña como en el extranjero. Es a partir de 1959,
profesor titular en 1984. Publicó numerosos en­ fecha en que consigue el Premio Sésamo de
sayos sobre política, arte y literatura, así como di­ Cuentos por su relato «Nada para morir», cuando
versos poemarios, conoció a Picasso y se reveló su vida se orienta definitivamente al periodismo
como especialista en su obra, que analizó con in­ y la creación literaria, convirtiéndose, en poco
cisiva profundidad. De entre su obra ensayística, tiempo, en uno de los autores más respetados y
destacan: Picasso y el toro (1952; reed., 1955), El elogiados de la narrativa española contemporá­
poder entrañable (1952), La escultura en movi­ nea. Colaborador de diversas publicaciones,
miento de Angel Ferrant (1954), Maeztu (1955), como por ejemplo Muchas Gracias o Por Favor,
obra por la que recibió el Premio Nacional de Li­ ambas de carácter humorístico, su producción
teratura Menéndez Pelayo, El tradicionalismo es­ novelística tiende, a menudo también con humo­
pañol del siglo xix (1955), El enigma de España rismo, aunque predominen la ironía y la sátira, a
en la danza española (1959), que fue Premio 18 analizar la degradación moral y social de la pos­
de Julio, El Cristo de Unamuno (1960), Ortega, guerra empleando las técnicas del realismo* so­
filósofo mundano (1961), La guerra española y cial, si bien, a veces, experimenta con otro tipo
el «trust» de los cerebros (1961; reed., 1963), La de mecanismos narrativos. Las diferencias de
consolidación política. Teoría de una posibilidad clase en su Barcelona natal, los dolidos recuer­
española (1964), Santiago Ramírez, su vida y su dos de su infancia y adolescencia en un ambiente
obra (1971), España, ¿en el banquillo? (1973) y opresivo, la memoria ineludible de los vencidos
Picasso y el monstruo (1986). En el conjunto de o el enfrentamiento entre los jóvenes trabajado­
sus poemarios, deben recordarse La voz que no res y los de la burguesía dominante, sobre todo
conoces (1966), Con la mano en el pecho (1969), en el ámbito universitario, son algunos de los te­
Las horas encontradas y canción en Castilla mas que le sirven para aproximarse a una situa­
(1970) e Historia de una amistad (1971). ción social a la que, a menudo, se enfrenta con
crudeza para reflejar la degradación física y so­
MARRODÁN, Mario Ángel (Portugalete, V iz­ cial de su ciudad. Destacan novelas como Ence­
caya, 1932) rrados con un solo juguete (1960), Esta cara de
Poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Dere­ la luna (1962), Ultimas tardes con Teresa
cho, estudió Filosofía y Letras y ha ejercido la (1966), por la que consiguió el prestigioso Pre­
crítica de arte y literaria, como colaborador en mio Biblioteca Breve, La oscura historia de la
numerosas publicaciones. Se trata de uno de los prima Montse (1970), Si te dicen que caí (1973),
escritores con mayor número de obras, más de Premio Internacional de Novela de México, La
trescientas publicadas, y de premios conseguidos muchacha de las bragas de oro (1978), Premio
con ellas. De entre su muy amplia producción Planeta, Un día volveré (1982), Ronda del Gui-
poética, con la que ha cultivado tendencias y re­ nardó (1984), Premio Ciudad de Barcelona, El
gistros variadísimos, destacan libros como: A n ­ amante bilingüe (1990), Premio Ateneo de Sevi­
sia de vida (1950), M undo de la sangre (1952), lla, El embrujo de Shanghai (1993; ed. revisada
Oficio terrenal (1956), Poética elemental y ampliada en 1995), galardonada con el Premio
(1959), Las raíces del espíritu (1961), M ar y sol de la Crítica y el Premio Europa de Literatura, y
(1962),Cronista del presente (1964), Raza de Rabos de lagartija (2000), con la que obtuvo el
Dioses (1966), Las fuerzas del momento (1970), Premio Nadal y el Nacional de Narrativa, nove­
por el que recibió el Premio Villa de Bilbao, Se las algunas de las cuales han sido llevadas al cine
prohíbe cantar (1973), Homenaje al dolor con exitosos resultados. Deben recordarse, ade­
(1976), que fuera Premio Basterra, Azar de aza­ más, los relatos incluidos en Teniente Bravo
res (1984) y Sufrir a fuego lento (1985). Es au­ (1987), que unidos a otros muchos aparecieron
tor, asimismo, de diversos ensayos, entre los que en sus Cuentos completos (2002), así como sus
merecen mencionarse: La razón contemplativa colaboraciones en prensa, recogidas en volúme­
(1954), Seres con corona de papel (1968), Crea­ nes como Confidencias de un chorizo (1977) y
dores líricos vascos de hoy (1978) y Antología en las dos series de Señoras y señores (1977
de las minas (1984), textos a los que habría que y 1988). En julio de 1997 recibió, por el conjunto
añadir, como ejemplo de su acercamiento al tea­ de su obra, el prestigioso Premio Rulfo, el Cer­
tro, la pieza Itxasotarak (Gente de mar) (1979). vantes latinoamericano, convirtiéndose así en el
prim er autor español que lo conseguía.
MARSÉ, Juan (Barcelona, 1933)
N ovelista. Antes de dedicarse a la literatura, y MARSET, Juan Carlos (Albacete, 1963)
después de abandonar los estudios a los 13 años, Poeta. Licenciado en Filosofía y Filología His­
desempeñó diversos oficios, tales como traduc­ pánica y fundador del Aula de Pensamiento y
MARSILLACH 556
Poesía María Zambrano, enseñó en la Universi­ gunda parte de Alemán, este sería el autor de
dad de Columbia, Estados Unidos, y en Italia. parte del texto, ya que, según parece, M artí ha­
Profesor en la Universidad de Sevilla, es editor bría conocido, anticipadamente, parte del argu­
de la revista de arte, música y literatura Sibila. mento de la continuación que estaba preparando
Autor en cuyas obras conviven concepciones Alemán, lo que ha originado una polémica sobre
poéticas muy diferentes, que van del poema las diferencias de calidad en el texto al contrastar
largo a la poesía dram atizada o el poema en las variaciones que, supuestamente, se hubiera
prosa, y en el que la realidad urbana se m ani­ visto obligado a realizar el autor sevillano y
fiesta siempre como eje en tomo al cual se refle­ aquellos pasajes que bien pudiese haber utilizado
xiona sobre el individuo. Destacan sus poema­ este del texto de Martí. El «falso» Guzmán es, no
rios Puer profeta (1989), con el que obtuvo el obstante, un libro en el que aparecen noticias his­
Premio Adonais, y Leyenda napolitana (1999). tóricas de cierto interés, aunque los discursos
morales resulten extremadamente densos, lo que
MARSILLACH, Adolfo (Barcelona, 1868-1935) va en detrimento de la acción, y su autor no haya
Novelista y dramaturgo que, no obstante, destacó sido capaz de alcanzar los propósitos educativos
por su labor como periodista y cronista taurino con que Alemán sí supo dotar al suyo.
en diarios como El Liberal y ABC. Deben recor­
darse, en todo caso, su novela La ciudad anár­ MARTÍ, Manuel (Castellón, 1663-Alicante, 1737)
quica (1911) y las piezas teatrales El redentor del Humanista conocido como El deán Martí. Toda
pueblo y Las dos sendas, ambas de 1916. su obra, de gran erudición y con la que influyó
notablemente en numerosos autores — entre
MARSILLACH SORIANO, Adolfo (Barcelona, ellos, Gregorio Mayans y Sisear*— , la escribió
1928-Madrid, 2002) en latín, de la cual deben destacarse las Décimas
Actor, dramaturgo y novelista. Director del Tea­ sobre la brevedad de la vida y sus desengaños y
tro Español en los años sesenta y, más reciente­ La oración que en defensa del pedo (pro crepitu
mente, de la Compañía Nacional de Teatro Clá­ ventris) compuso el doctísimo y célebre..., que,
sico, fue colaborador habitual de diversas aunque publicada originariam ente en latín en
publicaciones y conocido actor. Además de diri­ 1768, se tradujo en 1776.
gir, protagonizó numerosas películas, obras tea­
trales y series de televisión. Autor de la obra tea­ MARTÍ BUACÁ, Alfons C. (Palma de M allorca,
tral Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, con la 1968)
que consiguió un rotundo éxito, en los últimos Narrador. Autor cuya narrativa, influida en cierta
años había debutado en el mundo de la novela medida por Chesterton, ha jugado con la mezcla
con Se vende ático (1995), galardonada con el de reflexión filosófica y relato de viajes, e in­
Premio Espasa Humor. Las memorias de Tan le­ cluso abordado el ensayo desde la perspectiva
jos, tan cerca. Mi vida (1998), libro de nostálgica del diálogo socrático. Uno de los asuntos centra­
sinceridad, marcado por el descubrimiento del les de su obra es la desesperación humana, el do­
cáncer, mereció el prestigioso Premio Comillas. lor y la angustia que suponen vivir. Destacan su
novela El hombre que quiso ser hombre (1998) y
MARTÍ, Juan (Orihuela, Valencia, h. 1570-Valen- el ensayo De la polis a la desaparición (2000).
cia, 1604)
Conocido por el seudónimo de Mateo Luján de MARTÍ MIQUEL, Jaime (V illaiovosa, Alicante,
Sayavedra, su fama se debe a que con tal nombre 1840-Madrid, 1910)
aparecía firmada la segunda parte apócrifa del Poeta, novelista y antologo. Director de diversas
Guzmán de Alfarache, publicada en Valencia en publicaciones, entre ellas El Siglo, al marqués de
1602. Apenas se sabe de él que fue abogado y, Benzú se deben poemarios como Noches (1885),
quizá, profesor de Derecho en Valencia, según Ecos de la juventud (1887) y El cantor de los cas­
cuenta el propio Mateo Alemán* en el prólogo tillos (1905), además de, entre otras, la novela El
de la auténtica segunda parte de su obra. Tam­ proceso de Satanás (1906) y diversas antologías
bién se le ha identificado, aunque sin dem asia­ de poetas extranjeros a quienes él mismo tradujo.
dos datos que lo certifiquen, con un doctor en
Cánones, un tal micer Juan José M artí (1570- MARTÍ PINEDA, Andreu —>Véase PINEDA, Ari­
1604), que, con el nombre de Atrevimiento, fue el reu Martí.
miembro de la Academia de los Nocturnos (véase
ACADEMIA). La crítica no parece ponerse de MARTÍ I POL, Miquel (Roda de Ter, Vich, Barce­
acuerdo a propósito del valor del texto de Martí, lona, 1929)
tenido por muchos como falsificación, si bien se­ Poeta en lengua catalana. De fam ilia humilde,
gún el m encionado prólogo de la legítima se­ hasta 1970, fecha en que contrajo una grave en­
557 MARTÍN

fermedad, trabajó en una fábrica textil de su pue­ Alfa 7, Muts i a la gábia (1987), Barcelona con-
blo. Colaborador de la revista Oriflama, su nom­ nection (1988), Cuidados intensivos (1990), Por
bre suena con frecuencia en las listas de candida­ el amor de Dios (1994), Jugar a m atar (1995),
tos al Premio Nobel. Su poesía, a la que siempre Fantasmas cotidianos (1996), que incluye dos
se ha dedicado con fervor, ha fluctuado desde cuentos célebres de su autor, «Dejad que los cai­
posiciones de un existencialismo metafísico y re­ manes se acerquen a mí» y «Alma en pena», Be­
ligioso en un prim er momento, para pasar ulte­ llísimas personas (2000), con la que obtuvo el
riormente a un realismo* atento a la historia y a Premio Hammet de la Asociación Internacional
lo cotidiano, comprometido con los maltratados de Escritores de Novela Policiaca y el Premio
y teñido de una cruda ironía, y derivar final­ Ateneo de Sevilla, y Corpus delicti (2002), libros
mente, a partir de la enferm edad mencionada, a los que hay que añadir, entre otras novelas ju ­
hacia una poesía intimista, autoanalítica, base de veniles, La Antártida en peligro (1987), Infierno
una reflexión profunda sobre la condición hu­ forestal (1987), Todos los detectives se llaman
mana, de retórica descarnada. En definitiva se Flanagan (1993), El amigo Malaspina (1994),
trata de una poesía esencial y sustancialm ente escritas, como todas las protagonizadas por el jo ­
triste, lúcida y serenamente nihilista, repleta de ven detective Flanagan, con Jaume Ribera, Fla­
meandros reflexivos y sobriedad metafórica, nagan de luxe (1995), Flanagan 007 (1998) y El
aunque ligada a la conciencia civil de su autor. diablo en el juego de rol (2002), a la que se con­
Destacan poem arios como Paraules al vent cedió el Premio Edelvives y el Alandar, entre
(1954), Quinze poemes (1957), El poblé (1966), otras, a las que habría que añadir la infantil Gre­
La fábrica, que, aunque escrito en 1959, no se gorio Miedo y Medio (2000). Es autor, además,
editaría hasta 1976, Vint-i-set poem es en tres de la pieza teatral L ’hotel de la mala mort (El ho­
temps (1972), La pell del violí (1974), Cinc es- tel de la mala muerte) (1997).
grafiats a la mateixa paret (1975), Quadern de
vacances (1976), Crónica de demá (1977), Esti­ MARTÍN, Fernando (Madrid, 1959)
mada M arta (1978), Obra completa (1979; 3 Narrador. Titulado como actor en la Real Escuela
vols.), L ’ámbit de tots els ámbits (1981), A ntolo­ Superior de Arte Dramático y Danza de Madrid,
gía poética (1982), Primer llibre de Bloomsbury ha trabajado en numerosas películas, obras tea­
(1983), Autobiografía (1984), Llibre d ’absencies trales y series televisivas. Crítico musical del
(1985) y una nueva Antología (1986), libros a los diario El País y de otras publicaciones, ha sido,
que hay que añadir el poemario bilingüe Después además, cantante y compositor del grupo musi­
de todo (2002) y los relatos de Contes de la Vila cal Desperados, con el que publicó cinco discos,
de R i altres narracions (1981) y las memorias colaborador en diferentes emisoras de radio y
noveladas Obertura catalana (1988). guionista televisivo. Ha impartido cursos sobre
cuestiones radiofónicas para la Comunidad Au­
MARTIALIS, Marcus Valerius Véase M AR­ tónoma de Madrid y el Ayuntamiento. Autor de
CIAL. cuentos aparecidos en alguna antología, entre sus
libros, marcados por la ironía ácida y un humo­
MARTÍN, Andreu (Barcelona, 1949) rismo casi constante, destacan: La Pantoja, la di­
Novelista tanto en catalán como en lengua espa­ vertida biografía de una heroína de la canción
ñola. Conocido sobre todo en el ámbito de la no­ (1991) y Cómo aprobarlo todo, sin dar ni chapa
vela negra, es autor, no obstante, de algunas (1994).
obras de literatura infantil y juvenil. En sus no­
velas policiacas, M artín demuestra un gran do­ MARTÍN, Luis G. (Madrid, 19Ó2)
minio de la acción, a lo que se une un riguroso Narrador. Licenciado en Filología Hispánica por
control del lenguaje a la hora de analizar la vio­ la Universidad Complutense y máster en Geren­
lencia, el sexo y la corrupción con verosimilitud, cia de Empresas por el Instituto Empresa, es edi­
sin exageraciones ni medias tintas, pero sí como tor. Autor interesado en crear contrapartidas
forma realista de denuncia social y política. En emocionales al racionalismo, con personajes que
sus obras, pues, hay una tendencia al naturalismo viven pasiones o idealizaciones o quimeras ínti­
en el tratamiento de la violencia, así como una mamente ligadas al más evidente sentimiento ro­
estudiada aproxim ación psicológica a sus por­ mántico, con una idea de la belleza que al tiempo
qués. Destacan títulos como Aprende y calla es anhelo y sometimiento. No obstante, en su
(1979), A la vejez navajazos (1980), Prótesis obra se ha ocupado también de sentimientos
(1980), Premio Círculo del Crimen, Por amor al opuestos, como la venganza o el rencor. De es­
arte (1981), La camisa del revés (1983), El ca­ tilo muy imbricado en la formalidad decimonó­
ballo y el m ono (1984), M em ento de difuntos nica, consigue en cambio ligar su prosa, así
(1985), El día menos pensado (1986), Premio como la trama, a las más escuetas piruetas expre­
MARTÍN 558

sivas y arguméntales de los autores, por ejemplo, en la que analiza las pasiones individuales, el
de la generación beat. Además de los libros de amor y el erotismo a través de una mirada m ís­
relatos Los oscuros (1990) y El alma del erizo tica y con sorprendente atención a los placeres
(2002), ocho relatos más la novela breve Toda gastronómicos.
una vida, hay que destacar las novelas La dulce
ira (1995) y La muerte de Tadzio (2000), con la MARTÍN, Salustiano (Paradas de Rubiales, S a ­
que obtuvo el Premio Gómez de la Serna y que lamanca, 1950)
supone una suerte de glosa a Muerte en Venecia, Poeta. Profesor de enseñanza secundaria, se trata
de Thomas Mann, a las que hay que añadir de un autor reivindicativo, de una agresividad
Amante del sexo busca pareja morbosa (2002), verbal que refleja, sin mesura, la agresividad real
una suerte de experimento periodístico o socio­ de una conciencia cívica que no se amedrenta a
lógico en el que reunía las respuestas reales que través de la poesía, sino que, muy al contrario, se
había recibido a un anuncio puesto en el perió­ sirve de ella para reclamar lo justo. Formó parte
dico con la leyenda que da título al libro. Es au­ de las antologías Versos de tiza (1999) y Voces
tor, asimismo, de la edición Cuentos españoles del extremo (1999), en esta última junto a otros
contemporáneos: 1975-1992 (1995). poetas célebres de las generaciones más jóvenes,
como es el caso de Jorge Riechmann*, y suyos
MARTÍN, Manuel José (M adrid, sigla xvm) son poemarios como: La mano con la herida
Narrador e impresor. Su literatura se centra en (1995), que obtuvo el Premio Joaquín Benito de
personajes de la Historia y de la Biblia, con los Lucas, y Pasa la voz, hermano (2000).
que construye narraciones e intrigas de gran
aceptación popular, tanto porque su publicación MARTÍN ABRIL, Francisco Javier (Valladolid,
se hacía en pliegos a los que tenía acceso una 1908-1997)
enorme cantidad de lectores cuanto por la propia Poeta y novelista. Licenciado en Derecho por la
naturaleza popular de los relatos. Publicada Universidad de Valladolid, fue catedrático de De­
suelta, destaca la Historia verdadera y extraña recho Civil y secretario de A dministración de
del conde Fernán González y su esposa doña Justicia, aunque pronto abandonó el ejercicio de
Sancha (1770), obra a la que habría que añadir su profesión para dedicarse al periodismo y a la
colecciones como Colección de varias historias, literatura. Colaboró, entre otros, en los diarios
así sagradas como profanas, de los más célebres ABC, La Vanguardia y El Norte de Castilla, y di­
héroes del mundo... (1780) o Tertulia de la aldea rigió el Diario Regional de la capital vallisole­
y miscelánea curiosa de sucesos notables, aven­ tana, actividad periodística por la que, en 1941,
turas divertidas y chistes graciosos para entrete­ obtuvo el Premio Mariano de Cavia, y de Radio
nerse las noches de invierno y del verano (1782). Valladolid. Académico correspondiente de la
Real Academia Española desde 1986, recibió nu­
MARTÍN, Paco (Lugo, 1940) merosos y prestigiosos premios periodísticos,
Narrador en lengua gallega. Profesor en una es­ como el Mariano de Cavia, el Nacional de Perio­
cuela, ha sido destacado autor de obras infantiles dismo Francisco Franco y el Francisco de Cossío.
y juveniles entre las que recordamos Muxicas no En sus versos, se aprecia su predilección por los
espello (1971), No cadeixo (1976), E agora cun ambientes y costumbres tranquilas, y en ellos
ceo de Lama (1981) y Das cousas de Ramón La- ahondó en una meditación melancólica sobre la
mote (1985), novela con la que obtuvo el Premio fugacidad, si bien no están exentos de un cierto
Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y cuya espíritu tradicionalista en su manera de contem­
traducción al español apareció en 1987. Es autor, plar el mundo. Entre sus poemarios, destacan:
asimismo, de ensayos como O libro das adiviñas Violetas mojadas (1936), Romancero guerrero
(1975) y Que cousa é cousa? (1985). (1936), Castilla y la guerra (1937), Luna de sep­
tiembre (1939), Libros en galeradas (1943), Ro­
MARTÍN, Sabas (Santa Cruz de Tenerife, 1954) mance de la muerte de Manolete (1947), Cancio­
Narrador. Periodista y compilador de una antolo­ nero (1949), Ahora y siempre (1953) y Nostalgia
gía de narradores jóvenes, Páginas am arillas de la meseta. Poemas (1964), que mereció el Pre­
(1997), junto a José Huerta, en su literatura, mio Ciudad de Valladolid. Es autor, asimismo, de
donde usa de un humorismo a veces amargo y cí­ numerosos libros en prosa, de entre los que hay
nico, se ocupa prioritariamente de las pasiones que mencionar las novelas A sí es mejor (1943) y
amorosas, a través de las cuales ahonda en las Cartas a una novicia (1954) o los ensayos y li­
contradicciones del individuo. M erecen desta­ bros de crónicas El jardín entrevisto. Ensayos
carse sus novelas Los trabajos de Esther o El (1943), Castilla, ensayos (1944), Día tras día.
fuego en los espejos (1999), juego metaliterario Crónicas, ensayos (1947), la autobiografía Humo
de carácter erótico, y La noche enterrada (2002), (1962) y Crónica desordenada (1969).
I'

Julio Llamazares

P e d ro López de Ayala.
S E R E N I S S i M Ó REy
Pea¡,o,hijo del R e y don Aioir,
P o rta d a de Crónica
' c:anilla-
del rey don Pedro
LA HISTORIA tr a g e d ia .
GENERAL DELAS INDIAS,
con todos ios defcubrim ientos,y colas nota
bles que han acaefcido cnellas, d en d i
LA J A H É L ,
SACADA DE LA SA G R A D A ESCRITU RA
que fe ganaron hafta agora,efcn-
ta p o r Francifco L opej por Don Juan Jofeph López de Sedaño, I
ACTORES.
AñaJtoft <h tmuo U Jeferipetony traca JdZTndiai,
con v»m llaabhabttica delai Proumciar, lflait
Puerco^C iudaJnj nombra de conqúfladoru
3 Varona p rm ápala <¡u< alia hanpajjado.
'a , Confidente de JahiL

EN A M JC E R J. ■
En cafa’de IuáfiSteelfío»
A ñ o .M .O .L líl! , '

Francisco López de G om ara. P o rta d a de Ju an José López de Sedaño. Pág in a de la trag ed ia


Historia de las Indias Jahel. B iblioteca N acional. M a d rid

T o rcu a to Luca de Tena y B ru n et N é sto r Luján


A n to n io y M a n u el M achado

Ignacio de Luzán. Portada de Poética o reglas de la poesía


en general y de sus principales especies

S alvador de M adariaga Jo rg e M anrique. R e trato de Ju an de B org o ñ a.


Casa de la C u ltu ra . T o le d o
Ausiás March. Supuesto retrato del p o eta, en el retablo
de san ta A na de la c o leg iata de X átíva. Valencia
M arsé ju n to a A na M aría M a tu te , A na M aría M o ix , Jaim e Gil de B iedm a, A lejandra V idal, C arlos Barrall
e Y vonne Barral

A dolfo M arsillach C a rm en M artín Gaite


Luis Martín-Santos
Tiempo de silencio

Francisco M artínez de la Rosa. R e trato co n serv ad o


en la Real A cadem ia E sp añ o la. M a d rid

A rriba a la iz q u ierd a , Luis M artín-Santos.


P o rta d a de Tiempo de silencio

C X o s cinco Itbíoa&dTaxa&o i tnumcíblecauaUero


Zirm tccl Manco Df roca Calata.•Canillero
rrotcr&.gl qual poífualía cauallma alcicoa ícr üik Jo a n o t M artorell. P o rta d a d e Tirant lo Blnnc.
cipcpccfar tel imprno t* grcaa* E d ició n de 1511 ,
A na M aría M atute

A rriba a la d e recha, G re g o rio M ayans y Sisear

En «pe fe cótienenlas reglas,declaraciones


y auifos del libro del arte de natiegar. F e ­
cho por el maeftro Pedrode Medina
P e d ro d e M edina. rcjfnoDfSfuina.
P o rta d a d e Regimiento C on pjímUesio real. $ b
de navegación
Juan M eléndez Valdés.
Retrato de Goya.
Biblioteca Nacional.
Madrid

Marcelino M enéndez
Pelayo. Retrato de Julio
Madrazo. Biblioteca
Menéndez Pelayo.
Santander

Juan de Mena. Grabado


que representa al poeta
haciendo entrega al rey
don Juan de su obra.
Biblioteca Nacional.
Madrid
559 MARTÍN GAITE

MARTÍN ABRIL, José Luis (Valladolid 1918) MARTÍN ELIZONDO, José (Guecho, Vizcaya,
Novelista y ensayista. Funcionario de varios Mi­ 1922)
nisterios, ocupó diversos e im portantes cargos Dramaturgo. Exiliado en Francia desde 1947,
públicos, colaboró en Televisión Española, así donde fundó, en 1956, el grupo Los Amigos del
como en publicaciones españolas y extranjeras, Teatro Español, con el que ha producido obras
y enseñó en la Escuela Nacional de Administra­ para los exiliados que viven en Francia. Profesor
ción Pública de A lcalá de Henares. Autor m ar­ de la Universidad de Toulouse y, desde 1960, di­
cado por el esteticismo y los valores tradiciona­ rector escénico del Centro Dramático Nacional
les, entre sus novelas destacan: El espíritu del Grenier de la misma ciudad, es autor de un teatro
camino (1958), A lo largo del sendero (1965), ideológicamente comprometido en el que domi­
Las nubes bajas (1968) o La herida (1976), li­ nan ciertas preocupaciones, tales como los efec­
bros a los que hay que añadir los volúmenes de tos de la tiranía sobre el individuo, la ineficacia
relatos El banco sin respaldo (1966) y El viento de las revoluciones o la injusticia en el reparto
se acuesta al atardecer (1973), por el que obten­ de los bienes, todo ello tratado siempre con ex­
dría el Premio Nacional de Literatura Miguel de trema y sardónica crudeza, en la línea del esper­
Cervantes. pento*. Destacan títulos, algunos de ellos en
francés, como: Juana creó la noche (1960), Du-
MARTÍN DE BERNARDO, Jerónimo (siglo xix) rango (1961), Aniversario (1962), De verdugo a
Autor desconocido de quien nos han llegado la verdugo (1964), La guarda del puente (1965), La
novela El emprendedor o Aventuras de un espa­ garra y la dura escuela de los Perejones (1967),
ñol en el Asia (1805) y el poemario Ocios de mi Otra vez el mal toro (1967), Lafaim (1968), Las
arresto (1807). iluminaciones (1976) y Las hilanderas (1980), a
los que habría que añadir La rebelión de Segis­
MARTÍN DESCALZO, José Luis (Madridejos, To­ mundo (1986), una adaptación de La vida es
ledo, 1930-Madrid, 1991) sueño, de Calderón*.
Poeta y novelista. Sacerdote, amplió estudios en
Roma y, a su regreso, dirigió un teatro de cámara MARTÍN GAITE, Carmen (Salamanca, 1925-
en Valladolid. Ha ejercido el periodismo y, en la Madrid, 2000)
línea del existencialismo cristiano, su narrativa Novelista. Doctorada en Filosofía y Letras por la
se ha ocupado de los conflictos sociales y de Universidad de Madrid, aunque había estudiado
cómo estos afectan a la relación del hombre con en la de Salamanca, está considerada como una
Dios. Se trata, en cualquier caso, de una narra­ de las escritoras más importantes de la narrativa
tiva muy humana y de gran libertad expresiva. española contemporánea. Amiga, y compañera
Destacan títulos como: D iálogos de cuatro de generación — la que se ha dado en llamar de
muertos (1954), La frontera de Dios (1956), por «los niños de la guerra»— , de autores tan dispa­
la que obtuvo el Premio Nadal, San José García res como Ignacio Aldecoa*, Luis M artín-San­
(1958), El hombre que no sabía pecar (1961), tos*, Jesús Fernández Santos* o Sánchez Ferlo-
Lobos, perros y corderos (1978), El demonio de sio*, con quien estuvo casada, en sus obras
media tarde (1982) y Paco y su gata (1984). En­ abordó, con ternura y una mirada marcada por la
tre sus poemarios destacan: Fábulas con Dios al emotividad, una serie de temas recurrentes, tales
fo n d o (1957), Camino de la cruz (1957), Que­ como la rutina diaria, la incomunicación hu­
rido mundo terrible (1970), Apócrifo (1975), mana, la libertad y el miedo que esta provoca, la
Apócrifo del domingo (1983) y El joven Dios búsqueda de la identidad y el mundo de la mujer,
(1986), títulos a los que hay que añadir los de aunque esto último siempre muy por encima de
piezas teatrales como La hoguera feliz (1962), A la pacata mentalidad sectaria de cierta escritura
dos barajas (1972) y Las prostitutas os precede­ femenina, únicamente capaz de dar cuenta de fe­
rán en el reino de los cielos (1986) o los de los nómenos que nunca podrían ser tenidos por uni­
ensayos Un cura se confiesa (1955), Por un versales. En Martín Gaite, sin embargo, el ám­
mundo menos malo (1958), Un periodista en el bito de lo femenino puede resultar igualmente
Concilio (1963), Dios es alegre (1971), Taran- representativo del masculino, en tanto que sus
cón, el Cardenal del cambio (1982), Razones mujeres, cuyos conflictos efectivamente devie­
para la esperanza (1984), Razones para la ale­ nen en un análisis de su situación en la sociedad,
gría (1985), Razones para el am or { 1986), que viven emociones, dramas y miedos perfecta­
serían editados conjuntam ente en Razones mente asumibles también por la mentalidad del
(2001), y Vida y m isterio de Jesús de Nazaret hombre. Es en este sentido en el que debe afir­
(1987). Por su faceta de periodista, recibió Pre­ marse que su literatura, sin dejar de lado su con­
mios tan importantes como el Conde de Godó, el dición de escritora — con todo lo que conlleva— ,
Luca de Tena o el González Ruano. tiene un carácter universal. Preocupada siempre
MARTÍN GARZO

de la construcción psicológica de sus personajes, los que se incluyen en El cuento de nunca aca­
nada hay en ellos del maniqueísmo que, en otros bar (1983) y Dos relatos fantásticos (1986), ade­
autores, da lugar a obras sin sutilezas ni ambi­ más de una edición de sus Cuentos completos
güedades; es así como los protagonistas de sus que se editó en 1978 y a la que habría que añadir
obras resultan profunda y absolutamente huma­ el volumen de relatos Cuentos completos y un
nos. Influida por Kafka o Italo Svevo, siempre monólogo (1994) y Cuéntame (1999), en el que
intentó romper las ataduras de la literatura social, reunió ensayos y cuentos escritos entre 1953 y
motivo por el cual tendió a investigar en los pro­ 1997. Fue, asimismo, fértil y cualificada traduc­
cesos introspectivos, así como a construir mu­ tora de textos de E?a de Queiroz, Rilke, Flaubert,
chas de sus novelas como reflexiones metalitera- Virginia W oolf o C. S. Lewis, entre otros, así
rias, dotando a la propia escritura de un carácter como autora de la antología bilingüe — en cola­
individual del que no podían estar exentas sus boración con Andrés Ruiz Tarazona— Ocho si­
obsesiones como escritora. glos de poesía gallega (1972), en la que se ocupa
Aunque su primer texto es el cuento «Un día de de la selección y traducción de los poemas que
libertad» (1953), el reconocimiento unánime de abarcan hasta el siglo xv, o guionista de televi­
sus contemporáneos se inicia con El balneario sión en las series santa Teresa de Jesús y Celia,
(1955), relato con el que consiguió el Premio esta última sobre las aventuras del personaje
Café Gijón. A dicha obra siguen: E ntre'visillos creado por Elena Fortún*. En 1994 publicó la
(1958), galardonada, en su día, con el Premio obra teatral La hermana pequeña, que había sido
Nadal, el libro de relatos Las ataduras (1960) y escrita en 1959 y que se estrenaría en 1999, y el
Ritmo lento (1963), novela que fuera finalista del mismo año de su muerte, apareció Cartas de
Premio Biblioteca Breve y que significó una amor de la monja portuguesa Marianna Alcofo-
pausa en su creación narrativa. A partir de este rado. Entre los premios con los que se ha visto
momento, inicia una labor investigadora que da reconocida su labor creadora, además de los ya
sus frutos en ensayos como El proceso de Maca- mencionados, hay que recordar el de la Crítica,
naz. Historia de un em papelamiento (1970), el Príncipe de Asturias en 1988, compartido con
Usos amorosos del siglo XVIII en España (1972), José Ángel Valente*, el Castilla y León de las
La búsqueda de interlocutor y otras búsquedas Letras en 1992, la M edalla de Oro del Círculo
(1973), reeditado en 2000 con la inclusión de de Bellas Artes en 1997 y, en 1994, el Premio
nuevos textos, y Macanaz, otro paciente de la In­ Nacional de las Letras al conjunto de su obra.
quisición (1975). Vuelve a la novela con Retahi­ Con posterioridad a su muerte, com enzaron a
las (1974), a la que siguen Fragmentos de inte­ publicarse diversos textos inéditos: en prim er
rior (1976) y El cuarto de atrás (1978), Premio lugar, la novela inacabada Los parentescos
Nacional de Literatura, obras que alterna, y que (2001), con una introducción de Belén Gope-
seguirá alternando, con el ensayo, publicando El gui*; después, el poemario Poemas (2001),
conde de Guadalhorce, su época y su labor donde, además de la grabación de sus lecturas
(1977). Entretanto, había publicado el poemario que acompaña el texto, se incluyen dos inéditos
A rachas (1976) y la narración infantil El castillo no presentes en la edición de sus Poesías apare­
de las tres murallas (1981). A todas estas obras cida en 1999. Respecto a su poesía, cabe decir
siguieron un nuevo relato para niños, El pastel que está ligada a la infancia, sobre todo a las
del diablo (1985), los ensayos Usos amorosos de canciones de esa época, de una niñez y juventud
la posguerra española (1987), Premio Anagrama salmantinas hechas de canciones y que donan su
de Ensayo y Libro de Oro de los libreros españo­ m usicalidad y sus estribillos a los versos de
les, Desde la ventana (1987) y Agua pasada Martín Gaite, poetisa de lectura en voz alta, de
(1993), el drama A palo seco (1988), las novelas soniquete y alegría nostálgica, de em ociones
Caperucita en Manhattan (1990), Nubosidad va­ primarias y palpables, circenses, donde se ven
riable (1992), finalista del Premio Nacional de trapecistas, funambulistas y patinadores. A estos
Literatura, y La reina de las nieves (1994). Ade­ dos primeros textos siguieron, por un lado, el
más, apareció Esperando el porvenir. Homenaje volumen de conferencias Pido la palabra (2002)
a Ignacio Aldecoa (1994), en el que se recogen y, finalmente, una recopilación de los cuadernos
cuatro conferencias pronunciadas por Martín que se encontraron tras su muerte, titulada Cua­
Gaite en la Fundación Juan March. A todas estas dernos de todo (2002).
obras, hay que añadir dos nuevas novelas, Lo
raro es vivir (1997), finalista del Premio Fasten- MARTÍN GARZO, Gustavo (Valladolid, 1948)
rath, e Irse de casa (1998), así como la selección Novelista. Psicólogo de profesión, fue codirector
de textos suyos publicada con el título de Hilo a de la revista Un ángel más y en la actualidad co­
la cometa. La visión, la memoria y el sueño labora en muchos medios de la prensa nacional.
(1995). Fue autora, asimismo, de relatos, como En sus obras, definidas por la interiorización y la
561 MARTÍN RECUERDA

sutileza formal y reflexiva, destaca un gusto lí­ El parque cierra a las ocho (1959), Los enanos
rico por lo misterioso, ajeno casi por completo a colgados de la lluvia (escrita en 1959; publicada
las fluctuaciones de la realidad. Inmersas siem­ en 1987), Tres piezas rotas, Trilogía de los años
pre en un clima entre fantasmagórico, legendario inciertos — que incluye No hemos perdido este
y mítico, y todas ellas con un cuidadísimo estilo, crepúsculo, Quemados sin arder y La herencia
se puede entrever una cierta obsesión por la fi­ de lo perdido— , Teatro canalla, Tierra de nadie
gura de la mujer, así como por el amor como de­ o la más reciente El ramo de flores (1998). Ha
sestabilizador de lo real y el papel que desem ­ escrito, asimismo, poemarios, de entre los que
peña la literatura. Aunque sus inicios literarios destacan Hombre del pueblo, Sonetos de la isla o
fueron con las novelas Luz no usada (1985) y Libro de inocencia, a los que hay que añadir tex­
Una tienda junto al agua (1991), así como con el tos infantiles en prosa, marcados igualmente por
libro de relatos El amigo de las mujeres (1992), una intención social de compromiso, como es el
su salto a la fama literaria se produce con la con­ caso de Las andanzas de Pinocho (1972)
cesión, en 1994, del Premio Nacional de Litera­
tura a su novela E l lenguaje de las fuentes MARTÍN JURADO, Jordi
(1993), una recreación elegante, sobria y con un Narrador. Debutó con la novela Niños (1998),
personalísimo estilo, de la relación entre María y galardonada con el Premio de Novela Jaén y en
José, padres de Jesús. A esta, siguieron las nove­ la que se mostraba heredero de un surrealismo
las Marea oculta (1994), galardonada con el Pre­ orientado a la crítica social a través del humo­
mio Miguel Delibes y en la que analiza el fracaso rismo y la experimentación.
amoroso a través de las voces y experiencias de
dos mujeres, La princesa manca (1995), en la MARTÍN LARGO, José Ramón (Toledo, 1960)
cual resuenan los ecos de los mundos sorpren­ Novelista. Guionista televisivo, ha impartido cla­
dentes de los cuentos de Andersen, La vida ses de guión cinematográfico. Poseedor de un es­
nueva (1996), El pequeño heredero (1997) y Ña tilo muy personal, ligero y fluido, con el que
y Bel (1997), a las que hay que añadir el pequeño aborda cuestiones de gran profundidad filosó­
volumen de relatos Los cuadernos del natura­ fica, sus obras no permiten clasificarlo, pues
lista (1997), las novelas Las historias de Marta y concibe la novela como un ejercicio complejo en
Fernando (1999), con la que obtuvo el Premio el que todo cabe y donde nada resulta manido. Es
Nadal, El valle de las gigantas (2000), La soña­ autor de las novelas El momento de la luna
dora (2002) y el relato infantil Una miga de pan (1995), El añil (1997) y La noche y la niebla
(2000), así como los artículos reunidos en El hilo (2000), a las que hay que añadir el ensayo La Ju­
azul (2001) y El libro de los encargos (2003), en día de Toledo desde Lope de Vega hasta Franz
el que se reúnen diferentes textos escritos por en­ G rillparzer (2000), donde se ocupa, con erudi­
cargo y en el que se aprecia una suerte de auto­ ción y hondura, de la influencia de esa leyenda
biografía. en la literatura española.

MARTÍN GRANIZO, Isaac (León, 1880-1908) MARTÍN NUCIO Véase ROMANCERO.


Poeta y narrador. Partícipe de un costumbrismo
sentimentalista influido por José María Gabriel y MARTÍN RECUERDA, José (G ranada, 1923)
Galán*, destacan sus obras Cantos y cuentos Dramaturgo. Licenciado en Filosofía y Letras,
(1900), Prosa, cuentos y artículos humorísticos durante los años cincuenta, época en que dirigió
(1909) y Poesías (\910). el Teatro Universitario de Granada, se dedicó a
adaptar a los clásicos en representaciones que re­
MARTÍN INIESTA, Fernando (C ieza, M urcia, corrieron toda Andalucía, actividad que prolon­
1933) gará en el exterior, cuando fue becado por la Uni­
Dramaturgo. Autor de acentuado compromiso versidad de la Sorbona de París. Además de
social, fue uno de los dramaturgos convencidos enseñar en las universidades de Washington y La
de que la literatura podía enfrentarse al dictador Laguna, se ocupó de la cátedra Juan del Encina
usando contra él la voz del pueblo. Teatro el de la Universidad de Salamanca hasta su jubila­
suyo, pues, de denuncia, incluso el escrito en los ción en 1988. En cuanto a su teatro, cabe decir
años de la democracia, acaso la razón, unida a su que, influido por la tradición del teatro español
lejanía de círculos y cam arillas, de que se trate — sobre todo por García Lorca* y Valle-In-
de un autor casi desconocido y poco o nada re­ clán*— , y desde un realismo* duro, se ocupa de
presentado. Ganador del Premio Tirso de Molina la situación social de los más desfavorecidos, pa­
en 1961 y del Plaza Mayor en 1983 por La tierra sando de una mentalidad algo más lírica y con­
prometida, entre sus muchas piezas, a menudo formista en sus inicios, en la que los personajes
con telón de fondo histórico, hay que mencionar: son víctimas sin llegar a rebelarse, a una acen­
MARTÍN SAAVEDRA 562

tuación del dramatismo y a la denuncia desga­ dual del hombre en una sociedad corrompida en
rrada, a partir de los años sesenta, en piezas donde sus cimientos como consecuencia de los privile­
los protagonistas ya son capaces de resistir y plan­ gios burgueses. Es así como con su prim era y
tar cara. Sitúa sus dramas en la Andalucía trágica tardía novela, Tiempo de silencio (1962), que ob­
y violenta, amarga y dura, marcada por todo tipo tuvo el Premio Pío Baroja, consigue dar carpe­
de discriminaciones y represiones, lo que ha lle­ tazo al realismo social e iniciar, en nuestro país,
vado a Ruiz Ramón a decir de Martín Recuerda una nueva forma de novelar con mayor amplitud
que es el autor que más se acerca a un «teatro de de miras. En este sentido, su concepción de la
la crueldad». Deben destacarse títulos como El novela y su intentona de renovar el panorama na­
enemigo (1943), La llanura (1954), El teatrito de rrativo tienen mucho que ver con lo sucedido con
don Ramón (1957), con el que obtuvo el Premio otro de los grandes renovadores de la novelística,
Nacional Lope de Vega, Las salvajes en Puente y, aunque mantuvieron diferencias, amigo suyo,
San Gil (1961), El Cristo (1964), ¿Quién quiere Juan Benet*. En la mencionada obra, Martín-
una copla del Arcipreste de Hita? (1965), reela­ Santos aborda una radiografía sociocultural de la
boración del Libro de Buen Amor, Como las secas España del momento centrándose en una acción
cañas del camino (1966), El caraqueño (1968), que se desarrolla en el M adrid asfixiante de
Las arrecogías del beaterío de santa María Egip­ 1949. Su estilo, extremadamente elaborado, de
cíaca (1970), El engañao (1972), premiada de gran complejidad técnica, con el que consigue
nuevo con el Lope de Vega, Las conversiones que los sucesos de la acción interactúen con in­
(1980), Caballos desbocaos (1981) y Carteles ro­ terpretaciones filosóficas e históricas, procede de
tos (1983). Es autor, asimismo, de diversos ensa­ la tradición del expresionismo quevedesco y va-
yos, entre los que destacan La tragedia de España lleinclanesco, fuente de ejercicios irónicos y de
en la obra dramática de José Marino Rodríguez m etaforizaciones que conviven con la estética
Méndez (desde la Restauración hasta la dictadura kafkiana y los modos renovadores de la novela
de Franco) (1979) y Análisis de «Doña Rosita la practicados por Thomas Mann y James Joyce. En
Soltera» (tragedia sin sangre) (1979). suma, el logro de su novela consiste en haber
conciliado una suerte de perspectivas diversas en
MARTÍN SAAVEDRA. Antón -> Véase SALAVE- una unidad literaria en que, sin desdeñar la de­
RRI, Vicente Adolfo. nuncia social y el compromiso, investiga en el
hacer narrativo como un trabajo estético. Tras su
MARTÍN-SANTOS, Luis (Larache, M arruecos, muerte, ocurrida como consecuencia de un acci­
1924-Vitoria, 1964) dente automovilístico, aparecieron otras rdos
Novelista. De nombre completo Luis Martín- obras: el libro de relatos Apólogos y otras prosas
Santos de Ribera es sin duda uno de los más in­ inéditas (1970) y la novela inacabada, muy pró­
fluyentes escritores de la posguerra española. xima en intenciones y desarrollo a la citada
Martín-Santos estudió Medicina en la Universi­ Tiempo de silencio, Tiempo de destrucción, que,
dad de Salamanca, y se doctoró en la de Madrid reorganizada por el crítico José Carlos Mainer*,
en 1947. Como psiquiatra, dirigió el Sanatorio se publicaría en 1975. Merecen acaso mencio­
Psiquiátrico de San Sebastián y escribió diversos narse, aparte del poemario Grana gris (1945;
libros sobre materias propias de su profesión. En reed. 20Ó3), en el que se muestra, acaso por su ju ­
el ámbito cultural del momento, se relaciona con ventud de entonces, como un poeta rom ántica­
los autores de la Generación del 50* conocida mente existencialista y añorante, dos textos más
como «del medio siglo», con los que mantendrá del autor, de un lado su tesis Dilthey, Jaspers y la
agudas diferencias intelectuales. A pesar de la comprensión del enfermo mental (1955), funda­
brevedad de su obra, esta se ha convertido en mental, en opinión del mencionado Benet para
punto de referencia ineludible para comprender conocer la personalidad de Martín-Santos, y, de
la renovación de la novela en España. Si bien otro, el ensayo, influido por El ser y la nada
mantenía una actitud estética realista, en relación (1943), de Sartre, Libertad, temporalidad y trans­
directa con una concepción marxista del mundo, ferencia en el psicoanálisis existencial (1964).
su escritura trata de romper los moldes del rea­
lismo social, e indaga en nuevas estructuras na­ MARTÍN VIGIL, José Luis (Oviedo, 1919)
rrativas que se desem baracen de la dogmática Novelista. Aunque comenzó los estudios de In­
objetivista empleada hasta entonces por los auto­ geniería Naval, la Guerra Civil le obligó a inte­
res comprometidos. La intención de Martín-San­ rrumpirlos. Combatiente voluntario con los na­
tos es conciliar el individualismo existencialista, cionales, recibió diversas condecoraciones y, a
en boga en los años cuarenta, con el colectivismo los 24 años, ingresó en la Compañía de Jesús,
socializante de los cincuenta, y ofrecer una refle­ que abandonaría más tarde, si bien llegó a licen­
xión sobre la posibilidad de un desarrollo indivi­ ciarse en Filosofía y Letras, Humanidades y Teo-
563 MARTÍNEZ

logia. A pesar de lo voluminoso de su obra y de 1995 dirigió el espacio humorístico de dicha ca­
los numerosos premios recibidos, su literatura no dena «Las noticias del guiñol». Además del libro
pasa de ser un ejercicio superficial a la hora de cómico, surgido de su experiencia televisiva, Es­
abordar los conflictos sociales, fundam ental­ paña va bien (1997), es autor de la novela Soy
mente aquellos que afectan más directamente a Julia (2001).
los jóvenes. Deben destacarse, no obstante, no­
velas de éxito como La vida sale al encuentro MARTÍNEZ, Esteban (Figueras, Gerona, 1962)
(1953), dirigida principalmente a los adolescen­ Poeta. Autor en quien lo cotidiano cobra perfiles
tes, sus padres y educadores, Cierto olor a p o ­ míticos, a través de versos en las que está siem­
drido (1959), Una chabola en Bilbao (1960), Los pre presente el recuerdo de la infancia, los luga­
curas comunistas (1965), Un sexo llamado débil res vividos, la muerte y una reflexión continua
(1967), Sentencia para un menor (1969), Primer sobre la propia escritura. El lenguaje que emplea,
amor, prim er dolor (1972), La droga es joven de cierto barroquismo, es denso, aunque convive
(1978), El rollo de mis padres (1981), El delito con la tendencia conversacional de la poesía de
es ser m ujer (1983), El sexo de los ángeles la experiencia. Hay que citar su primer poemario
(1987) y Ganimedes en Manhattan (1988), entre Palabras indefensas (1999), con el que obtuvo el
otras, muchas de las cuales han sido traducidas a Premio Juan Ramón Jiménez.
diferentes idiomas. Es autor, asimismo, de piezas
teatrales, entre ellas Valió la pena (1977). MARTÍNEZ, Ferrán Véase LIBRO DEL CABA­
LLERO ZIFAR [o CIFAR],
MARTÍN VIVALDI, Elena (Granada, 1907-1998)
Poetisa. Licenciada en Filosofía y Letras, fue bi- MARTÍNEZ, Gabi (Barcelona, 1971)
bliotecaria de dicha facultad en la Universidad de Narrador. Colaborador de prestigiosas revistas
Granada. Perteneciente a la conocida como «pri­ culturales como Ajoblanco y Qué leer, publicó
mera generación de posguerra», la crítica la ha si­ un primer libro a medio camino entre la crónica
tuado en una estela poética que toma de poetas periodística y la novela de aventuras, Solo ma­
como García Lorca*, Alberti*, Salinas* y Juan rroquí (1999), del que la crítica destacó la agili­
Ramón Jiménez* su propio aliento poético, siem­ dad de su estilo y la originalidad de su propuesta,
pre ligado a Andalucía. Sus versos, de tono nos­ que en principio se plantea como libro de viajes,
tálgico y romántico, íntimo y profundo, ofrecen pero fabulado y con una fuerza sensorial que
una lúcida y sensible presentación de los aspectos propone sabores, olores, sonidos...
más cotidianos de la soledad. Destacan poema­
rios como Escalera de luna (1945), El alma des­ MARTÍNEZ, José Luis (Valencia, 1959)
velada (1953), Cumplida soledad (1958), Arco en Poeta. Autor en cuyos versos se sirve de la ironía
desenlace (1963), Materia de esperanza (1968), para distanciarse de la realidad poética, de modo
Diario incompleto de abril (1971), Durante este que son numerosas las ocasiones en que se da
tiempo (1972), Cumplida soledad. Antología, una reflexión metaliteraria sobre la experiencia,
1953-1976 (1976), Los árboles presento (1977), si bien el recuerdo se manifiesta con una poten­
Nocturnos (1981), Jardín que fu e (1985), Tiempo cia evocativa que da cuenta de la tragedia misma
a la orilla. 1942-1984 (1985), a modo de obra de la temporalidad. El dolor metafísico, no obs­
completa, Antología (1989) y Las ventanas ilu­ tante, se supera con el humor, si bien los senti­
minadas: Antología (1997), selección preparada mientos suponen un lugar del que huir es impo­
por Rafael Juárez y Luis García Montero*. sible, ni siquiera con la burla. Incluido en
antologías como La poesía valenciana en caste­
MARTINES, Pero (?-Palma de M allorca, 1463) llano (1987), destacan sus poemarios Culture
Poeta. Considerado, después de Llull*, el más im­ Club (1986), 20 poemas de am or y un par de
portante poeta sacro de la literatura medieval cata­ canciones desesperadas (1987), Inventario
lana. Políticamente contrario a Juan II*, sus ideas (1987), Pameos y meopas de Rosa Silla (1989),
le conducirían a prisión y, en 1463, al cadalso. Es escrito entre 1984 y 1985 y de título cortaza-
en la cárcel donde escribe su Mirall deis divináis riano, y Abandonadas ocupaciones (1997), con
assots — Espejo de los divinos azotes— , tratado el que obtuvo el Premio Tardor.
ascético de hermosa prosa en el que aparecen poe­
sías religiosas de tono extremadamente pasional. MARTÍNEZ, Martín (Madrid, 1684-?)
Tratadista. Estudió Medicina en la Universidad
MARTÍNEZ, Antonio (Barcelona, 1963) de Alcalá, fue médico en el Hospital General de
Narrador. Fue periodista en Radio Nacional de Madrid, plaza que ganó por oposición en 1706, y
España, en el diario Avui y responsable de infor­ de cámara de Felipe V, además de presidente de
mación política en Canal +, donde a partir de la Regia Sociedad de Medicina de Sevilla. Está
MARTÍNEZ AGUIRRE 564

considerado el más destacado renovador de la entre sus más de veinticinco piezas, títulos como
medicina española de la primera mitad del siglo Orestiada 39 (1960), Los mendigos (1961), La pla­
xv iii . Filosóficamente ecléctico, se especializó zuela (1962), En el país de Jauja (1962), El pensa­
en anatomía, y dio a la imprenta diversas obras miento circular (1963), Las gafas negras del señor
que le han convertido en uno de los grandes tra­ Blanco (1966), El héroe (1965), El camaleón
tadistas médicos de su época. La justificación de (1967), dos escenificaciones de pasajes cervanti­
su presencia en este diccionario viene dada por nos, Sancho español (1967) y El patio de Monipo­
su empleo de un español no solo de gran riqueza dio (1968), Los papeles (1968), los tres volúmenes
y precisión, sino por su constitución casticista, de Farsas contemporáneas (1969), en los que se
enfrentándose así a los cultismos y galicismos incluyen piezas en un acto y que fueron merecedo­
tan en boga en los escritos sobre medicina de sus res del Premio Guipúzcoa, La muy legal esclavitud
contemporáneos. Destacan, en el conjunto de su (1970), La improvisación (1971), una de sus obras
obra, Medicina sceptica (1722-1725), Anatomía más complejas, Retablo en tiempo presente
completa del hombre (1728), su mejor y más (1970), Premio Palencia, Las estampas (1971),
completa obra, y P hilosophia sceptica (1730). Teatro difícil (1971), Fábulas zoológicas (1976),
Romancero secreto de un casto varón (1976), Los
MARTÍNEZ AGUIRRE, Carlos (M adrid 1974) comediantes (1982), Camila, mi amor (1987), Pi-
Poeta. Hijo de Antonio Martínez Menchén* y so­ sito clandestino (1990), Matrimonio para tres
brino de Félix Grande*, es licenciado en Filolo­ (1991) y Salir en la foto (1994).
gía Clásica y Hebrea en la Universidad Complu­
tense de Madrid y profesor en el Instituto MARTÍNEZ-BARBEITO, Carlos (La Coruña, 1913)
Cervantes de Atenas. En sus versos, m arcados Novelista. Doctor en Derecho por la Universidad
por un ejercicio irónico a veces descarnado, y de Madrid, ha sido asesor y crítico literario de
siempre con desenfado y humor, ha intentado Televisión Española, así como de Radio Nacio­
huir del desgarrado sentim entalism o de cierta nal, profesor de H istoria en la misma universi­
poesía joven usando la parodia. Incluido en dife­ dad en que se doctoró y director del M useo de
rentes antologías, como por ejemplo La genera­ Música de Madrid. Miembro de la Real A cade­
ción del 99 (1999), de José Luis García Martín*, mia Galega, además de numerosos ensayos so­
es autor del poemario La camarera del cine Doré bre Galicia, la heráldica y las bibliografías, des­
y otros poemas (1997), con el que quedó finalista tacan sus novelas El bosque de Ancines (1947) y
del Premio Hiperión. Las pasiones artificiales (1950).

MARTÍNEZ BALLESTEROS, Antonio (Toledo, 1929) MARTÍNEZ DE BURGOS, Juan (Burgos, finales
Dramaturgo. Autodidacta, llegaría a dedicarse a siglo Xiv-Bemfica, Portugal, d. de 1453)
la dirección teatral. Su teatro, dentro del realismo* Dominico y regidor de Burgos que, a pesar de
social más ortodoxo en sus primeras produccio­ haber escrito numerosos poemas religiosos y
nes, más alegórico después — tanto para despis­ morales, tanto en arte mayor como menor, debe
tar a la censura como para conseguir un mayor su fama a una carta dirigida a su hijo, la cual,
efecto en los espectadores— , se ha ocupado de más que por sus muchos datos biográficos, su­
asuntos como el papel tiránico de la burocracia o pone un tratado moral de educación en el que
la inutilidad de las palabras bajo el totalitarismo, abundan referencias literarias y bíblicas, y que se
siempre atento al problema de la integridad hu­ ajusta a los cánones del género epistolar tal como
mana. Influido por el sainete, puede decirse que los fijara san Bernardo en la Epístola de cura rei
su teatro ha atravesado tres etapas bien definidas, familiaris.
las dos ya insinuadas, en las que impera el rea­
lismo social, y una última en donde opta por la MARTÍNEZ CACHERO, José María (O viedo,
simplificación de los elementos de la fábula dra­ 1924)
mática, por la brevedad y el esquematismo. En Ensayista. Catedrático durante años de la Uni­
cualquier caso, y a pesar de los diferentes meca­ versidad de Oviedo y colaborador en numerosas
nismo elegidos, siempre ha pretendido lo mismo: publicaciones, es uno de los críticos más presti­
dar cuenta de la corrupción de la sociedad con­ giosos de nuestra historia literaria y uno de los
temporánea mostrando todos y cada uno de sus máximos especialistas en Azorín*, así como es­
vicios y degradaciones. Sus personajes, sin nin­ tudioso de la obra de Clarín*, Bécquer* o Jove-
guna complejidad dramática, se limitan a expre­ llanos*, entre otros. De los muchos trabajos que
sar las diversas críticas, que se ofrecen al espec­ ha publicado, además de ediciones críticas y ar­
tador con absoluta claridad, lo que favorece una tículos en numerosas publicaciones, destacan
de las críticas más evidentes a su producción: el N ovelistas españoles de hoy (1945), Menéndez
carácter moralista y docente de esta. Destacan, Pelayo y Asturias (1956), por el que le fue con­
565 MARTÍNEZ DRAKE

cedido el Premio Menéndez Pelayo, Las novelas bien es autor de algunas novelas como Con el
de Azorín (1960), La novela española entre 1939 fantasm a de un loco (1973), La otra muerte de
y 1969. Historia de una aventura (1973), aumen­ Picasso (1979), El otoño de una prim avera
tada y corregida sucesivamente en Historia de la (1983) y Odisea blanca (1986), entre otras. Re­
novela española entre 1939 y 1975 (1979), La latos suyos son, por citar solo algunos, Jesusico
novela española entre 1939 y 1980. Historia de (1974), Noche de Reyes (1977) o El corazón del
una aventura (1986) y La novela española entre leproso (1983). Ha publicado, asimismo, nume­
1939 y el fin de siglo. Historia de una aventura rosos ensayos, de entre los que deben desta­
(1997), Pérez Galdós y Clarín (1993), en cola­ carse: Viaje circular p or la montaña llevando
boración con Francisco Caudet*, y el volumen p or lazarillo el verso de Gerardo Diego (1974),
tercero, dedicado a los siglos x ix y XX, de Histo­ La valoración del arte (1976), Picasso y los in­
ria de la Literatura Española (1995). Fue, asi­ telectuales españoles de D ’Ors a la crítica de
mismo, quien terminó la magna obra Escritores arte actual (1981), Aires de Santander (1982) y
y artistas asturianos, iniciada en 1936 en tres vo­ Cinco pintores cántabros (1984), a los que hay
lúmenes por Constantino Suárez Fernández*, y que añadir el estudio preliminar a la edición de
que él finalizó con cuatro más entre 1956 y 1959. 2000 de Don Quijote, rey de España (2000), de
M atilde de la Torre*.
MARTÍNEZ DE CALA Y XARANA [o JARAVA],
Antonio —>Véase NEBRIJA, Elio Antonio de. MARTÍNEZ COLOMER, Vicente (Benisa, A li­
cante, 1762-Valencia, 1820)
MARTÍNEZ DE CAMPOS Y SERRANO, Carlos Novelista. Clérigo a quien debemos obras histó­
(París, 1887-Madrid, 1975) ricas, religiosas y políticas, y el poemario titulado
Ensayista. D uque de la Torre y conde de Llo­ Poesías (1818), si bien destaca en el mundo lite­
vera, ingresó en la Academia de Artillería de Se­ rario con novelas de corte sentimental y de aven­
govia en 1903. M ilitar prestigioso, ocupó nume­ turas no exentas de intención didáctica, algunas
rosos cargos en las altas esferas m ilitares de las cuales firmó con el seudónimo de Fran­
durante la dictadura de Franco, en cuyo bando cisca Boronat y Borja, tales como El Valdemaro
luchó durante la G uerra Civil. Jefe del Estado (1792), Novelas morales (1804), Sor Inés (1815)
Mayor Central del Ejército, fue gobernador mi­ y Reflexiones sobre las costumbres (1818).
litar del Campo de Gibraltar, capitán general de
C anarias y em bajador extraordinario en Chile. MARTÍNEZ-CONDE, Ricardo (Santiago de Com-
Elegido miembro de la Real Academia Española postela, La Coruña, 1951)
en 1949, también ocupó silla en la de la H isto­ Poeta. Autor no demasiado conocido a causa de
ria, y colaboró en no pocas publicaciones, entre la escasa difusión de sus obras, algunas de las
ellas Cruz y Raya, Arbor, Estudios Políticos y cuales se las ha costeado él mismo, y al hecho de
Cuadernos Hispanoamericanos. Entre sus obras que no participa de grupos o cónclaves literarios,
fundamentales, tratados militares en su mayoría, ajeno por completo a la farándula social. No obs­
destacan algunas en las que predominan un co­ tante, se trata de uno de los poetas cuya voz
nocim iento profundo de la m ateria tratada y la suena con más personalidad en el ámbito de la lí­
explicitud minuciosa; así: El arte m ilitar aéreo rica española de los últimos años. Influido acaso
(1928), La artillería en la batalla (1929), Cues­ por el portugués Pessoa, así como por los haikus
tiones de la anteguerra (1942), Teoría de la gue­ orientales y, en gran medida, por Emily Dickin-
rra (1945), las mem orias Ayer. 1892-1931 son, aunque sin evitar los ecos de la poesía más
(1946), cuya segunda parte se publicó en 1970, tradicional española, incluidas las jarchas*, en
Dilemas, temas militares (1953) y España bé­ sus versos, de carácter meditativo y enigmático,
lica, voluminosa obra que comenzara a publicar escritos con sobriedad y condensación expresi­
en 1961 y en la que se recogen todas las campa­ vas, se ocupa de las emociones, a menudo del
ñas militares españolas. sentimiento amoroso, con una mezcla de ausen­
cia y celebración, de sugerencia y silencio, de le­
MARTÍNEZ CASTILLO, Ana (Albacete, 1978) vedad y densidad. Destacan sus poemarios Los
Narradora. Colaboradora de la revista Isla des­ argumentos de la tarde (1991), Sombras de agua
nuda, es autora del relato Carretera abajo (1993) y Evoé (1997).
(1997), con el que ganó el concurso Los Nuevos
de Alfaguara. MARTÍNEZ DRAKE, Luis (M adrid, 1934-1999)
Poeta. Catedrático de Filosofía y coetáneo de la
MARTÍNEZ CEREZO, Antonio (M urcia, 1943) Generación del 50*, se trata de un autor influido
Narrador y ensayista. Importante crítico de arte, inicialmente por César Vallejo y, posteriormente,
destaca sobre todo en el mundo del cuento, si por la poesía de José Ángel Valente*, en lo que
MARTÍNEZ DE ESPINEL 566
representaría un viaje desde la necesaria fuerza MARTÍNEZ DE JÁUREGUI Y HURTADO DE LA
de la expresión al valor profundamente necesario SAL, Juan Véase JÁUREGUI Y AGUILAR,
del silencio. En sus versos puede apreciarse una Juan de.
honda investigación en el idioma y en el modo
en que este sirve para nombrar la experiencia MARTÍNEZ KLEISER, Luis (M adrid, 1883-1971)
subjetiva. Los últimos tiempos de su vida los de­ Poeta y narrador. Doctor en Derecho y, desde
dicó a pintar, desarrollando su investigación ex­ 1946, miembro de la Real Academia Española,
presiva en el campo de las artes plásticas. Solo ejerció el periodismo y fue autor de numerosas no­
publicó en vida un poemario, La Yerba (1960), velas en la línea del realismo, entre las que desta­
con el que obtuvo un accésit del Premio Adonais. can: Rarezas (1904), Esteban Rampa (1905), La
Postumamente, apareció el volumen Poesía reu­ obispillo (1907), El número 30 (1922) y Talegos
nida (1999), en el que se incluye, además del de talegas (1929). Publicó, asimismo, y además de
mencionado libro, toda su obra inédita. poemarios, piezas teatrales o el volumen de relatos
De sobremesa. Cuentos y apólogos (1957), diver­
MARTÍNEZ DE ESPINEL, Vicente -> Véase ESPI­ sos ensayos, entre los que merecen recordarse El
NEL, Vicente [Martínez de]. mundo novelado de Pereda (1907), Del siglo de
los chisperos (1925), Guía de Madrid para el año
MARTÍNEZ FALERO, Luis (Albacete, 1965) 1656 (1926), Los nombres de las antiguas calles
Poeta. Licenciado en Filología Hispánica y pro­ de Madrid (1927) y, sobre todo, el célebre Refra­
fesor en un instituto de su ciudad natal, perte­ nero general ideológico español (1953).
nece al grupo de la revista Barcarola. Hay que
mencionar sus poemarios M emoria del destie­ MARTÍNEZ LAÍNEZ, Fernando (Barcelona, 1941)
rro (1989), con el que obtuvo el Premio Platero Narrador. Licenciado en Ciencias de la Informa­
del Club del Libro Español de la ONU en Gine­ ción, y diplomado en la Escuela Oficial de Perio­
bra, Teoría de la devastación (1995) y Plenitud dismo, ha sido delegado de la Agencia EFE, co­
de la materia (1997), galardonado con el Pre­ rresponsal en numerosos países y director de
mio Adonais. programas de Radio Nacional de España. Autor
de libros en los que el viaje se convierte en la ex­
MARTÍNEZ GARRIDO, Alfonso (Nava/moral de periencia esencial que abre las puertas a reflexio­
la Mata, Cáceres, 1936) nes tanto individuales como a investigaciones de
Novelista. Director del diario El Faro de Ceuta, carácter ensayístico, a medio camino entre lo do­
ha colaborado en diversos periódicos, entre ellos cumental y la ficción, es un apasionado también
el desaparecido El Alcázar y ABC. Es autor de de asuntos policiales, lo que se aprecia clara­
novelas como El miedo y la esperanza (1963; mente en sus obras. Entre las novelas y libros de
reed., 2000), con la que obtuvo el Premio Nadal, relatos que ha publicado, destacan: Carne de
El círculo vicioso (1967; reed., 1986), Los ju e ­ Trueque (1978), Destruyan a Anderson (1983),
ves, globos (1982), Premio Gemma de Novela Rastros y restos (1985), Tampoco llegarás a Sa-
Corta, y La leyenda de Pedro el raro (1987), ga­ markanda (1986), De asesinos, paisajes y otras
lardonada con el Premio Felipe Trigo, así como palpitaciones (1986), Se va el caimán (1988),
de diversos relatos premiados en certámenes tan Viena, Praga, Budapest. El imperio enterrado
prestigiosos como el Hucha de Oro, organizado (1999), un libro mosaico, a medio camino entre
por la Confederación Española de Cajas de Aho­ el libro de viajes, la guía, el ensayo histórico-li-
rro. Asimismo, ha publicado el poemario Ha na­ terario y la crónica militar, en el que se ocupa de
cido un hombre (1957) y algunos ensayos, entre analizar el imperio austrohúngaro, y Tras los p a ­
ellos Destino: Moscú (1971) y Vietnam no era sos de Drácula (2001), con el que obtuvo el Pre­
una fiesta (1975). mio Grandes Viajeros y que aborda un retrato de
las precariedades de la sociedad rumana. Ha pu­
MARTÍNEZ GIL, Fernando (Toledo, 1956) blicado el ensayo Crímenes sin castigo (2002),
Narrador. Autor de la novela juvenil Historia de en el que trata algunos casos no resueltos de la
un libro (2001), en donde se relata cómo un ejem­ historia de la criminología, y es autor, asimismo,
plar de la Odisea pasa de mano en mano desde la de ensayos sobre Pío Baroja* y Miguel Servet*.
época normanda hasta nuestros días.
MARTÍNEZ LLORCA, Ricardo (Salamanca, 1966)
MARTÍNEZ GUIJARRO, Juan -> Véase MARTÍNEZ Novelista. Es autor de las novelas Tan alto el si­
SILICEO MUÑOZ, Juan. lencio (1998) y El paisaje vacío (2001), galardo­
nada con el Premio Jaén. Ha publicado, asi­
MARTÍNEZ DEL GUIJO, Juan -> Véase MARTÍNEZ mismo, el relato de viajes titulado El cinturón de
SILICEO MUÑOZ, Juan. cobre (2001).
567 MARTÍNEZ DE MEDINA

MARTÍNEZ LÓPEZ, Andrés Véase SOREL, que la riqueza son los frutos del trabajo del hom­
Andrés. bre, que consumir productos nacionales es la
práctica que en mayor medida impulsa la econo­
MARTÍNEZ LÓPEZ, Pedro (Burgos, 1800-Bur- m ía y plantea la decadencia española del siglo
deos, Francia, ?) x v ii , añorando la prosperidad del tiempo pa­
Prosista. Autor de diversas obras de corte ensa- sado. La causa fundamental de semejante situa­
yístico, algunas políticas y fuertemente críticas, ción estaría para él en la veneración a lo extran­
entre las que destacan El mundo tal como es o to­ jero y en el exceso de consumo de productos de
dos locos (1828-1829), Las brujas de Zugarra- fuera. Sus tres obras más relevantes, Discursos,
murdi (1835), Una noche de infierno, vista entre M emoriales y Epítome, sabemos por él mismo
sueños (1836), en la que critica con dureza a que fueron escritas entre 1650 y 1660, y pode­
M artínez de la Rosa*, y una Gramática caste­ mos destacar un Memorial en razón del remedio
llana (París, 1851). de la despoblación, pobreza y esterilidad de Es­
paña, que sigue la línea del pensamiento de Luis
MARTÍNEZ MARINA, Francisco (Oviedo, 1754- Valle de la Cerda*.
Zaragoza, 1833)
Ensayista. Economista e historiador del Derecho, MARTÍNEZ MEDIERO, Manuel (Badajoz, 1939)
fue canónigo, rector de la Universidad de Alcalá, Dramaturgo. Licenciado en Ciencias Económi­
diputado a Cortes por Asturias, académico de la cas, literariamente a medio camino entre el rea­
Real Academia Española y director de la Acade­ lismo* y el experimentalismo, es autor, ideológi­
mia de la Historia, cargo durante el cual se ocupó camente, de un teatro comprometido con los más
de preparar, entre otras, las obras de Alfonso X*, débiles, a menudo expresionista, que busca nue­
en especial las Partidas. Atacado por la ya en­ vas formas técnicas de expresión escénica, con
tonces agonizante Inquisición — term inaría frecuencia próximas al teatro del absurdo y, en
siendo desterrado a Zaragoza— , mantuvo una ocasiones, a la pura farsa y al esperpento*. De su
intensa correspondencia política con Jovella- teatro, a veces alegórico, siempre irónico y en el
nos*. Tenaz estudioso de los arabismos en espa­ cual suele criticar el simbolismo* desde el des­
ñol, se ocupó, también, de asuntos histórico-jurí- caro de sus diálogos y la fuerza hilarante de su
dicos, así como de otros de crítica y filosofía crítica, destacan piezas como La gaviota y el mar
política en obras en las que, desde el iusnatura- (Jacinta se marchó a la guerra) (1967), accésit
lismo clásico y defendiendo la soberanía popu­ Premio Nacional de Teatro Universitario y en la
lar, se enfrenta a las doctrinas del absolutismo, que combina la narración en primera persona con
además de a las concepciones positivistas, racio­ escenificaciones de partes del relato, Mientras la
nalistas, utilitaristas e individualistas del Dere­ gallina duerme (1968), El último gallinero
cho. El resultado es una obra en la que aúna aná­ (1969), Premio Nacional del Festival de Sitges,
lisis de códigos con datos provenientes de las Un hongo sobre Nagasaki (1970), El hombre que
crónicas. Destacan títulos como: Ensayo histó- fu e a todas las guerras (1970), A dolf (1911), Es­
rico-crítico sobre el origen y progreso de las len­ pectáculo siglo x x (1971), El regreso de los es­
guas, señaladam ente el romance castellano corpiones, escrita en 1971, aunque inédita, Las
(1805), Ensayo histórico-crítico sobre la antigua Planchadoras (1974), por la que obtuvo el I Pre­
legislación y principales cuerpos legales de los mio Ciudad de Alcoy, El bebé furioso (1974),
reinos de León y Castilla (1808), Teoría de las Las hermanas de Bujfalo Bill (1975), Juana del
Cortes de León y Castilla (1813), Discurso sobre Am or Hermoso (1983) y Las largas vacaciones
el origen de la monarquía y sobre la naturaleza de Oliveira Solazar (1997), estrenada en Lisboa
del gobierno español (1813), Discurso sobre las y en la que satiriza al dictador portugués. De sus
sociedades p atrióticas (1820) e H istoria de la muchísimos títulos, dos se reunieron en el volu­
vida de Nuestro Señor Jesucristo y de la doctrina men El gato Félix / El marco incomparable
y moral cristianas (1832), entre otras. (1997) y en 1999 comenzó la publicación de sus
Obras completas, que en 2000 ya iba por el sép­
MARTÍNEZ DE MATA, Francisco (Motril, G ra ­ timo volumen. En el mencionado año de 1999 re­
nada, 1.a mitad siglo XVII?-?) cibió la Medalla de Extremadura, otorgada por la
Ensayista. Autor de quien los escasos datos bio­ Junta de Extremadura.
gráficos que conocemos están en sus propias
obras. Sabemos, por ejemplo, que fue procura­ MARTÍNEZ DE MEDINA, Gonzalo (Sevilla?, fi­
dor de galeotes y que conocía bien los textos de nales siglo xiv?-?, 1434)
Aristóteles y Catón, entre otros. En sus obras, Poeta de quien nada se sabe, salvo que escribió
Martínez de Mata analiza la interdependencia de sátiras políticas y poemas filosóficos que están
los diferentes sectores de la economía, considera incluidos en el Cancionero de Baena (véase
MARTÍNEZ MENA 568

CANCIONERO), así como panegíricos en los que destacadas sean Los Esforcias de Milán y El ter­
se ocupa de los éxitos militares de Fernando de cero de su afrenta, esta última publicada en 1858
Antequera. en el volumen XLVII de la «Biblioteca de Auto­
res Españoles».
MARTÍNEZ MENA, Alfonso (Alhama de Murcia,
Murcia, 1928) MARTÍNEZ MESANZA, Julio (Madrid, 1955)
Narrador. Doctorado en Derecho por la Univer­ Poeta. Considerado por la crítica como uno de
sidad de Madrid, es perito mercantil y, desde los máximos representantes de la tendencia épica
1967, año en que se licenció, periodista. Funda­ de la nueva poesía española, sus versos, en los
dor de la revista poética Sazón, fue redactor de que predominan los ecos clasicistas, giran en
otras como SP y Car. Es autor de novelas como torno a parábolas inspiradas en un mundo caba­
El espejo de Narciso (1962), Conozco tu vida, lleresco y medieval, repleto de símbolos y fanta­
John (1969), Las alimañas (1971), El arca de sías que hacen pensar en la influencia del autor
Noé (1972), Introito a la esperanza (1972), por argentino Jorge Luis Borges. Al modo del Cán­
la que recibió el Premio Ciudad de M urcia, El tico de Jorge Guillén*, Martínez Mesanza ha ido
címbalo estruendoso (1972) y La tierra de nadie incorporando bajo el mismo título el grueso de
(1982), galardonada con el Premio Nacional de sus poemas según han ido apareciendo. De tal
Literatura para Jóvenes. Pero donde de verdad suerte, su poética queda constituida por los poe­
destaca es en el género cuentístico, en el cual de­ marios Europa (1983), Europa (1985-87) (1988)
muestra dominio de las situaciones, limpieza de y Europa y otros poemas (1990).
estilo y, sobre todo, una profunda sutileza a la
hora de presentar la realidad individual de seres MARTÍNEZ DE MINGO, Luis ( Logroño, 1948)
que padecen alguna tristeza. Deben recordarse li­ N arrador y poeta. Autor casi desconocido de
bros como El extraño (1967), del cual el cuento quien se sabe que es autor, además de dos poe­
que le da título fue Premio Sésamo, Antifigura­ marios y de un libro de relatos, así como de dos
ciones (1977), que obtuvo el Premio Alvarez antologías y una biografía del director de cine
Quintero de la Academia Española, Hombres con José Luis Borau*, de dos novelas: Bestiario del
toro dentro (1983), Incidentario (1986) y Otrosí corazón (1999) y El perro de Dostoievski (2001),
(1988). Además de los premios mencionados, ha una sorprendente novela de corte picaresco, pero
recibido numerosos más, como el Hucha de Oro, ambientada en la actualidad, en la que, a medio
el Gabriel Miró, el San Fernando, el Ciudad de camino del ensayo literario y la biografía ficti­
Barbastro, el García Pavón o el Ciudad de Bar­ cia, se presenta una reflexión profunda sobre el
celona, entre otros. mal y la literatura. Pero el eclecticismo de la obra
se aprecia asimismo en la mezcla de estilos, que
MARTÍNEZ MENCHÉN, Antonio (Linares, Jaén, recuerda a veces a la novela folletinesca decimo­
1930) nónica y a veces al de la ya mencionada pica­
Novelista. Licenciado en Derecho, ha trabajado resca* del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO).
como funcionario público. Con un intento de re­ Se trata, en fin, de un autor contracorriente, ajeno
novación, es autor de novelas de carácter exis- a las modas o a los dictados del mercado, en cuya
tencial, entre ellas Cinco variaciones (1963), Las obra se cruzan referentes literarios es los m o­
tapias (1969), Pro patria morí (1980) y La huida mentos de la movida madrileña y con numerosos
(1988), a las que habría que añadir diversos en­ apuntes sobre la realidad sociohistórica.
sayos, como por ejemplo: Del desengaño litera­
rio (1970) y Narraciones infantiles y cambio so­ MARTÍNEZ MONTESINOS, Carlos (Albacete,
cial (1971), el libro de relatos Inquisidores 1967)
(1977) y varias narraciones infantiles: Fosco Narrador. Con influencias que la crítica ha seña­
(1985), Una historia sin nombre (1987), El des­ lado de Valle-Inclán* y Gómez de la Serna*, y
pertar de Tina (1988) y Del Seto de Oriente y con una visión no realista, sino ligada a elemen­
otros relatos fantásticos (1988). tos fantásticos y m aravillosos, muy en la línea
del realismo* mágico sudamericano y con cier­
MARTÍNEZ DE MENESES, Antonio (Toledo, tas sugerencias de orden surrealista, su obra se
1608-d. de 1650) centra en el mundo rural, pero más allá de refe­
Autor teatral y poeta. Nada se sabe de su vida, y rentes concretos y con una idea mítica de la na­
de su teatro puede afirmarse que siguió la línea turaleza, expresada a partir de elementos abstrac­
de Calderón*. De entre sus obras, la mayoría es­ tos y con un lenguaje que abunda en lo grotesco
critas en colaboración con Juan de Santos de Za- y estrambótico con sentido del humor a menudo
baleta*, Jerónimo de Cáncer*, Agustín Moreto*, eficaz. Es autor del libro de relatos Una bandada
Luis Belmonte Bermúdez* y otros, quizá las más de mujeres muertas (2000).
569 MARTÍNEZ REVERTE

MARTÍNEZ MOROY, José (Cartagena, M urcia, res, sátira de costumbres (1882) y Diálogos de
1837-1861) salón, páginas representables (1887).
Poeta. Poeta alabado por Hartzenbusch* y Cas-
telar*, quienes anotaron y prologaron respectiva­ MARTÍNEZ DE PISÓN, Ignacio (Zaragoza, 1960)
mente el volumen Poesías (1864), en el cual se Novelista. Filólogo y traductor, es uno de los
recogieron todos los versos que había escrito. más destacados narradores de la que aún se viene
denominando joven literatura española. Bus­
MARTÍNEZ MUÑOZ, José Antonio (M urcia, cando sus temas en la angustia de lo cotidiano,
1959) ha conseguido una obra contundente y unitaria,
Poeta. Dirige y presenta programas de poesía en elogiada por la crítica, en la que con humorismo
la emisora Onda Regional de Murcia. Irónico y distanciado se ha ido ocupando del ámbito fami­
experimental, en sus versos el centro es la deso­ liar, de la memoria y de los procesos de aprendi­
lación, acaso recreando los tópicos poéticos más zaje en la búsqueda del propio destino y a través
al uso al respecto. Hay que m encionar sus poe­ de los conflictos generacionales y de sensibili­
marios N ec aliquid retinendum (1985), con el dad con los padres. El resultado es una obra glo­
que obtuvo el Premio Murcia Joven y que fue re­ bal, caracterizada por la visión introspectiva de
presentado en teatro en 1987, la plaquette Moa- cierto pesimismo, atenta a la desilusión y a los
n in ’(some blues) (1999), Un nocturno para saxo mundos inestables emocionalmente que caracte­
y otros poem as (2000), La lluvia en el cristal rizan a sus personajes. Literariamente, se trata de
(2000), M édanos (2001) y Nada, nadie (2002). una narrativa que combina con equilibrios des­
lumbrantes, como ha señalado el crítico Rafael
MARTÍNEZ MURGUÍA, Manuel Antonio -> Véase Conte*, la ligereza y la densidad, pues cada vez
MURGUÍA, Manuel. más ha ido adentrándose en la configuración de
su estilo, aparentemente sencillo, un entramado
MARTÍNEZ OLMEDILLA, Augusto (Madrid, 1880- de realidad social y moral que aumentan el peso
1965) y profundidad del análisis emocional que siem­
Narrador. Doctor en Derecho por la Universidad pre está detrás de sus páginas, ello a través de
de Madrid, se dio a conocer en publicaciones de­ una perspectiva de marcado cariz realista. Ha pu­
dicadas al género del cuento, tales como El blicado las novelas La ternura del dragón
Cuento Semanal o Los Contemporáneos. Escri­ (1985), con la que obtuvo el Premio Casino de
bió centenares de cuentos, numerosas novelas y M ieres, Alguien te observa en secreto (1986),
no pocas obras teatrales, además de artículos en Antofagasta (1987), Nuevo plano de la ciudad
la prensa de la época. En su narrativa, influida secreta (1992), galardonada con el Premio To­
por Palacio Valdés*, de quien era admirador, do­ rrente Ballester, Carreteras secundarias (1996),
mina la claridad de un lenguaje a disposición de llevada al cine con un guión escrito por él mismo
historias sencillas y sin pretensiones, con ciertos y dirigido por Emilio Martínez Lázaro, María
toques de erotismo moderado, siempre de carác­ Bonita (2000) y El tiempo de las mujeres (2003),
ter realista y atentas a los deseos lectores de en­ así como los libros de relatos El fin de los bue­
tretenerse. Además de dos crónicas de carácter nos tiempos (1994) y Foto de fam ilia (1998),
costum brista, M emorias de un afrancesado además de las novelas juveniles El tesoro de los
(1908) y Nuevas memorias de un afrancesado hermanos Bravo (1996), El viaje americano
(en el M adrid goyesco) (1952), contadas por un (1998), sobre los españoles que trabajaron en
supuesto marqués del Crepúsculo Vespertino, Hollywood a finales de los años veinte e inicios
destacan novelas como Los hijos (1912), Siem ­ de la década siguiente como dobladores para el
previva (1913) y La ley de Malthus (1913), ade­ mercado hispano, y Una guerra africana (2000),
más del ensayo Los teatros de M adrid (1948). en la que se ocupa de la guerra de Marruecos.

MARTÍNEZ PEDROSA, Fernando (M adrid, MARTÍNEZ REVERTE, Jorge (Madrid, 1948)


1830-1829) Novelista. Periodista de profesión, es colabora­
Dramaturgo. Colaborador de numerosos diarios dor habitual del diario El País, y en sus novelas,
de la época como crítico, entre ellos el Diario de en algunas de las cuales el protagonista es un pe­
Barcelona y La Ilustración Católica, del que fue riodista por él inventado, Gálvez, aborda con hu­
director, escribió dramas como La paloma torcaz mor, aunque con no menos seriedad documental
(1860); comedias, entre ellas La madre del cor­ y periodística, asuntos de actualidad desde una
dero (1863); las zarzuelas La red de flores (1861) perspectiva de corte policial ligera y amena. Des­
y La flo r del cardo (1873); versos como Nubes y tacan novelas como Demasiado para Gálvez
flores (1874), y textos inclasificables, acaso cró­ (1979), en la que se centraba en la agonía del
nicas de costumbres, tales como Perfiles y colo­ franquismo y el caso Sérpico, El mensajero
MARTÍNEZ RISCO Y AGÜERO 570

(1982), Gálvez en Euskcidi (1982), nuevo caso de nifestaciones evidentes del hacer romántico en
su periodista, esta vez sobre los problemas de la España. Tal vez sea así por su espíritu ecléctico y
violencia en el País Vasco, El último café (1989), conciliador, tanto en política como en literatura.
El cambio del cambio (1996), en donde Gálvez Cabe decir que, como poeta, resulta mediocre y
reaparece para moverse en los laberintos de la sin profundidad en sus versos más cuidados, los
corrupción de los gobiernos socialistas, y Gálvez anacreónticos y de tema erótico, tan del gusto neo­
en la frontera (2001), que aborda los actuales clásico. En los poemas de metro largo tiende, no
problemas de racismo, inmigración y xenofobia. obstante, a la melancolía romántica, y en sus epi­
Es autor, asimismo, de un libro en el que critica gramas políticos se queda corto en la intención
ciertas actitudes de la prensa con ironía y sin evi­ crítica. Todo ello puede verse en sus Poesías
tar la autocrítica: Perro come perro. Guía para (1833). Autor de una versión de la obra de Hora­
leer los periódicos (2002). cio Epístola a los Pisones (1819), de la biografía
Hernán Pérez del Pulgar el de las hazañas
MARTÍNEZ RISCO Y AGÜERO, Vicente -» Véase (1834), y de la novela histórica publicada por en­
RISCO AGÜERO, Vicente. tregas Doña Isabel de Solis, reina de Granada
(1837-1846), en la línea de Walter Scott, también
MARTÍNEZ DE LA ROSA, Francisco (Granada, escribió textos políticos, tales como El espíritu
1787-Madrid, 1862) del siglo (1835) y Bosquejo de la política de Es­
Dramaturgo y poeta. Considerado uno de los paña (1853), aunque es, sin duda, en el teatro
grandes autores del Romanticismo* español, fue donde consigue las cotas más altas de su escri­
descendiente de fam ilia acomodada y un niño tura. En sus obras, en las que estarán presentes
prodigio. Licenciado en artes a los 14 años, a los los elementos del gusto dominante de cada mo­
18 obtenía la cátedra de Filosofía de la Universi­ mento en que escribe, conviven los rasgos de la
dad de Granada. Fue, asimismo, prestigioso polí­ comedia moratiniana, de la tragedia griega y del
tico, y llegó a ostentar importantes cargos en la romanticismo. Así, destacan obras como la tra­
Administración. Su agitada vida pública merece, gedia histórica La viuda de Padilla (1814), en la
aunque sea, un apretado resumen. Comisario de que los comuneros de Castilla le sirven para re­
la Junta de Granada, tras pasar a la de Cádiz, y presentar sus ideas constitucionalistas, la trage­
después de ser esta ocupada por los franceses, se dia neoclásica Morayma (1818), otras, herederas
vio obligado a huir a Londres. A su regreso, sería de la escuela de M oratín*, como Lo que puede
elegido diputado por su ciudad natal; poco des­ un empleo (1820) y La niña en la casa y la m a­
pués, con la restauración del absolutismo de Fer­ dre en la máscara (1821), comedias escritas en
nando Vil, es condenado a ocho años de prisión romance octosílabo, a las que habría que añadir
hasta que, como consecuencia de la sublevación otras como Los celos infundados o el marido en
de Riego, es liberado, elegido de nuevo diputado la chimenea (1833) y La boda y el duelo (1839),
por Granada y, en 1822, jefe de Gobierno, cargo la tragedia clásica Edipo (1829), producto de una
del que dimitiría a raíz de la sublevación de Fer­ minuciosa lectura de Sófocles, y, compuestas en­
nández de Córdoba. De regreso Fernando Vil, tre 1823 y 1831, periodo en que Martínez de la
Martínez de la Rosa se exilia de España hasta Rosa estaba en París, Aben Humeya, editada ori­
1831, para, en 1834, recibir de la Reina Regente, ginariamente en francés como Aben Humeya, ou
María Cristina, el encargo de formar Gobierno, 'la révolte des maures sous Philippe II (París,
si bien volvería a dimitir tras fracasar su gestión 1830) y que, traducida por él mismo, se estrenó
y no contentar a nadie con el Estatuto Real que en Madrid en 1836, y La conjuración de Vene-
había redactado su Gobierno. Las turbulencias cia, que, tras su estreno en París en 1830, lo ha­
de su actividad no cesan, y, en 1840, se ve obli­ ría en Madrid en 1834. Estas dos últimas acaso
gado a salir de nuevo del país después de su en­ sean las piezas más representativas de su teatro.
frentamiento con Espartero. Tras la caída de este, La primera de ellas es un drama histórico en
regresa, y, en 1847, se encarga de la embajada prosa, influido por Hurtado de Mendoza* y Ma­
española en París hasta 1849, fecha en que es nuel María del Mármol*, en el que se cuenta la
nombrado embajador en Roma. En 1852 es ele­ rebelión de los moriscos en las Alpujarras; la se­
gido presidente de la Cámara y, en 1858, se le de­ gunda, otro drama histórico en prosa para el que
signa para el cargo de presidente del Consejo de se documentó en la Histoire de la république de
Estado. Además, y entre tanto, desde 1839, fue Venise, del conde Daru, sigue la estela del ro­
director de la Real Academia Española. manticismo aprendido por él en Francia con una
Aunque su ideario poético, expresado en verso en trama amorosa que sirve de soporte al tema cen­
su Poética (1831), era afín a los principios neo­ tral: la frustrada conspiración veneciana de los
clásicos, lejos del romanticismo imperante, no Querinis y los Tiépolos en 1310. La obra trans­
cabe duda de que su teatro supone una de las ma­ curre en los ambientes sombríos, sepulcrales y
571 MARTÍNEZ SIERRA

misteriosos tan del gusto de dicho movimiento, reed., 1998), De acedía (1985) y Ejercicio sobre
y, en ella, se concitan diálogos apasionados, Rilke (1988), a los que habría que añadir una An­
ideales exagerados, rápidos cambios de fortuna, tología poética (1994), Cantil (1995) y Cordura
un marco histórico y diversas intrigas. Está con­ (1999). Ha publicado, además de numerosas y
siderada como el primer drama romántico espa­ cuidadas traducciones de poetas extranjeros, la
ñol, ya que se estrenó unos meses antes que el novela Diario Austral (1987) y cuatro volúme­
Macías, de Larra*, y un año antes que Don nes de memorias, Infancia y corrupciones
Alvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas*, (1993), Una juventud (1997) y Jazz y días de llu­
dos textos fundamentales de dicho movimiento via (2002), además de Cargar la suerte (1995),
en España. una suerte de diario, o cuaderno de notas sobre
literatura y vida, que abarca de 1968 a 1992 y
MARTÍNEZ RUIZ, José -> Véase AZORÍN. que tuvo su continuidad en Esquirlas (2000), que
va desde 1993 hasta 1999. Es autor, además, de
MARTÍNEZ SAGI, Ana María (Barcelona, 1907- Poesía satírica española. Antología (1997), obra
2000) exhaustiva y minuciosa que reúne los versos sa­
Poetisa. Apenas hay datos biográficos sobre ella tíricos de numerosos poetas de la historia litera­
y nadie la cita en las enciclopedias literarias, así ria española.
como tampoco en los libros que deberían reco­
nocerle no solo sus éxitos deportivos en la nata­ MARTÍNEZ SIERRA, Gregorio (M adrid, 1881-
ción o el lanzamiento de jabalina, sino el haber 1947)
sido la primera mujer que formó parte de una co­ Dramaturgo, poeta y novelista. Considerado uno
misión directiva: la del Bar^a. Hubo de ser Juan de los impulsores del Modernismo*, desde la re­
Manuel de Prada* quien, en su obra Las esqui­ vista Helios (1903) y la editorial Renacimiento
nas del aire, de la que es protagonista, reivindi­ (1907), dirigió el teatro Eslava de Madrid y fue
cara la figura de esta poetisa y deportista famosa un director artístico de extraordinario talento y
en los años treinta. sorprendente originalidad, así como el responsa­
ble del primer estreno de García Lorca*. Hoy se
MARTÍNEZ SARRIÓN, Antonio (Albacete, 1939) considera que su labor como director escénico es
Poeta y narrador. Aunque incluido en su día en la más relevante que su aportación personal como
antología Nueve novísimos (1970), de Josep M a­ creador, prácticamente nula tanto en los temas
ría Castellet*, su poesía no resulta, en puridad, ni como en la técnica. En su teatro, en la línea del
culturalista ni decadentista, rasgos que, genérica­ simbolismo* y tendente a un sentimentalismo
mente, se han tenido como comunes de los auto­ sensiblero en el que aparecen, no obstante, des­
res en ella incluidos. En sus versos, y aunque con tellos de una cierta ironía amable, se ha visto, y
una posición antirrealista, Sarrión conecta con la hasta cierto punto demostrado — véase la obra de
poesía inmediatamente anterior tanto por su de­ Antonina Rodrigo* María Lejárraga. Una mujer
nuncia de los desastres de la Historia cuanto por en la sombra (1992)— , la mano creadora de su
la temporalidad que emanan, al tiempo que ejer­ esposa María Martínez Sierra*, de quien se sabe
cita un vanguardismo en donde los referentes mi­ colaboró con él, pero de quien se sospecha escri­
tológicos conviven con una palabra hondamente bió la mayoría de las obras que firmaba su ma­
humana. La poesía de Sarrión, desde sus oríge­ rido, del que se separaría en 1922. En cualquier
nes, ha ido desembocando en una mayor sobrie­ caso, el asunto es que se trata de un teatro temu-
dad, en un denso sentido de lo coloquial, hasta rista, muy influido por Maeterlink — a quien tra­
llegar a un cierto lirismo moral, im pregnado de dujo— , en el que lo poético irrumpe en el drama
ternura y reflexividad, muy próximo a la deno­ realista dotándolo de un optimismo con no poco
m inada poesía de la experiencia*, aunque en de ñoñería. No obstante, y aunque su fama se
ocasiones de grave tono meditativo, así como de debe a su «creación» teatral — con la que consi­
complejas secuencias sintácticas que dan cuenta guió una popularidad que no ha resistido el paso
de la complejidad de las reflexiones mismas. Su del tiempo— , comenzó publicando el poemario
español es claro y limpio, sin concesiones a nin­ Poema del trabajo (1898), escrito a los 17 años y
gún barroquismo verbal. Caso atípico, pues, en prologado por Benavente*, al que siguieron otras
el entorno de los novísimos*, es autor de poema­ obras no de teatro, acaso como reacción al fra­
rios como Teatro de operaciones (1967), Pautas caso de su comedia Mamá en un certamen con­
para conjurados (1970), Una tromba m ortal vocado por el diario El Liberal, si bien esta sería
para los balleneros (1975), El centro inaccesible estrenada con éxito en 1913. Dichas obras son
(1980), en la que reunió sus, hasta entonces, poe­ Diálogos fantásticos (1899), los poemas en
sías com pletas con prólogo de Jenaro Talens*, prosa de Flores de escarcha (1900), las novelas
Sequías (1983), Horizonte desde la rada (1983; Almas ausentes (1900), que fuera Premio de la Bi­
MARTÍNEZ SIERRA 572

blioteca Mignon, Horas de sol (1901), Pascua flo ­ verdadero nombre era María de la O Lejárraga.
rida (1903), las novelas cortas de Sol de la tarde M aestra nacional durante algunos años, estudió
(1904), La humilde verdad (1905), los ensayos Pedagogía en Bélgica, fue activa feminista, mili­
Hamlet y Alma de Sarah Bem hardt (1905) y La tante del PSOE y diputada por Granada en 1933
tristeza del Quijote (1905), las obras irrepresenta- y 1934. Tras la Guerra Civil hubo de exiliarse
bles, en realidad cuentos poemáticos en forma primero en Niza, después en México, Nueva
dramática, de Teatro de ensueño (1905), volumen York y, finalmente, Argentina. Si, como se sos­
con ilustraciones líricas de Juan Ramón Jiménez*, pecha, fue la mano oculta de muchas de las obras
las prosas poéticas de Motivos (1905) o la novela de su marido, cabe decir — tales conclusiones se
Tú eres la paz (1906). A estas, siguieron otras mu­ desprenderían de los títulos firmados por Grego­
chas —ya paralelamente a su producción teatral— , rio Martínez Sierra— que su literatura es de un
de las que merecen destacarse La feria de Neuilly sentimentalismo sensiblero, blando y temurista,
(1907), una suerte de memorias frívolas sobre Pa­ carente por completo de intensidad y hondura.
rís, los cuentos de Aldea ilusoria (1907), el poe­ Si, por el contrario, tuviéramos por suyas solo las
mario La casa de la primavera (1907), libro que obras que firmó con su nombre, su literatura no
incluye versos de Rubén Darío (véase MODER­ deja de ser una suma de reivindicaciones socia­
NISMO), el ya citado Juan Ramón, Eduar,do Mar- les y colectivistas, de carácter didáctico y no
quina*, Francisco Villaespesa* y Enrique Díez- exentas de intensidad, pero de escaso valor lite­
Canedo*, los ensayos de Todo es uno y lo mismo rario. Tal es así en Cuentos breves (1899), lectu­
(1910), las novelas El amor catedrático (1910), ras recreativas para niños, el ensayo La mujer es­
El diablo se ríe (1916) y Abril melancólico pañola ante la República (1931), los textos
(1916), nuevos ensayos, entre ellos Feminismo, autobiográficos Una mujer po r los caminos de
feminidad, españolismo (1917), Fuente serena España. Recuerdos de propagandista (1952) y
(1918) y La mujer moderna (1920) — interesantes Gregorio y yo: medio siglo de colaboración
dada su peculiar relación literario-sentimental con (1953; reed., 2000), o las narraciones Viajes de
su esposa— , y el volumen de cuentos Cada uno y una gota de agua (1954) y Fiesta en el Olimpo y
su vida (1924), por ejemplo. Fue autor, asimismo, otras diversiones menos olímpicas (1960). Fue,
de los libretos de zarzuela de Las golondrinas además, precisa traductora de M aeterlink, Io-
(1912) y La llama (1918), de la comedia lírica, nesco y Thomton Wilder.
con música de Joaquín Turina, Margot (1914), au­
tor también de la partitura del «misterio» titulado MARTÍNEZ SILÍCEO MUÑOZ, Juan (Villagarcía
Navidad (1916), y del ballet, para Manuel de Fa­ de la Torre, Badajoz, 1486-Toledo, 1557)
lla, El amor brujo (1915). Tratadista. Más conocido por el nombre con el
Pero hemos dicho que, en el grueso de su obra, el que figura en esta entrada, también lo fue por el
género al que debe su hueco en la Historia de la suyo verdadero, Juan Martínez del Guijo o Juan
Literatura es el teatro, y acaso sea así por obras Martínez Guijarro — no hay consenso respecto a
como: Torre de marfil (1908), Juventud, divino este particular— , además de como el cardenal
tesoro (1908), La sombra del padre (1908), Pri­ Silíceo. Parece ser que este asunto del apellido se
mavera en otoño (1911), Canción de cuna (1911) debe a que latinizó el genitivo de la rama pa­
— llevada al cine, recientemente, por el director terna, del Guijo, por el adjetivo Silíceo. Sea
José Luis Garci—■, Lirio entre espinas (1911), como fuere, este sacerdote de familia de labrado­
Madame Pepita (1912), el conocido monólogo res, que estudió en Llerena, en el convento de los
Sólo para mujeres (1913), La Pasión (1914), dominicos de Valencia, en Roma y en París, ca­
Amanecer (1915), El reino de Dios (1916), La tedrático de Filosofía en la Universidad de Sala­
adúltera penitente (1917), Sueño de una noche de manca y maestro de Felipe II en sus años de prín­
agosto (1918), Cada uno y su vida (1919), Don cipe, fue obispo de Cartagena, arzobispo de
Juan de España (1921), Rosas mustias (1926), El Toledo desde 1545 y cardenal nombrado por Pa­
camino de la felicidad (1929) — en colaboración blo IV. Eminente matemático, pedagogo y filó­
con el ya mencionado Eduardo Marquina— y sofo, fue llamado «padre de los pobres» pues,
Triángulo (1930), entre otras muchas. Hay que según parece, a ellos dedicó, y no al enriqueci­
destacar, además, su labor como traductor en m iento de su familia, todas las rentas y bienes
obras, por ejemplo, de Santiago Rusiñol*, Jules que originaba el arzobispado, como demuestran
Renard, Tristan Bemard, Goldoni o Ibsen. los diferentes centros que construyó para los más
desfavorecidos. Entre sus obras, se cuentan, ade­
MARTÍNEZ SIERRA, María (San Millón de la Co­ más de profundos y extensos com entarios a la
gollo, Logroño, 1874-Buenos A ires, 1974) obra de Aristóteles, una Arithmetica theorica et
Narradora, ensayista y traductora. Esposa de practica (París, 1514), In prim am Alfonseam
Gregorio Martínez Sierra* entre 1900 y 1922, su sectionem in qua primaria dyalectices elementa
573 MÁRTIR DE ANGLERÍA

comperiuntur (Salamanca, 1520), Opus quod ción con el folletinista Wenceslao Ayguals de
calculationem appellant (Salamanca, 1520), el Izco*. Fue, asimismo, gran viajero — forzado
tratado De divino nomine lesus per nomen tetra- por los efectos que producían sus textos— , y, en
grammaton significaío liber unus (Toledo, el mundo literario, además de sus poemas bur­
1550), Dominicae praecationis expositio (To­ lescos y satíricos, en los que se muestra como
ledo, 1550), Defensorium statuti Toletani (To­ gran versificador, escribió novelas mediocres a
ledo, 1554) y Orationis... «Salvae reginae...» ex­ imitación del francés Eugéne Sue, como Los
positio (Toledo, 1555). misterios de M adrid (1844-1845), La vida en el
chaleco (1859) o Los espadachines (1869), y
MARTÍNEZ DE TOLEDO, Alfonso -> Véase AR ­ piezas teatrales, caso de Ir por lana y salir tras­
CIPRESTE DE TALAVERA; Alfonso M artínez quilado (1843), El padrino a mojicones (1843) o
de Toledo. Palo de ciego (1845). Pero los terrenos donde
más destaca son, como ya queda dicho, el de las
MARTÍNEZ TORNEL, José (Murcia, 1845-1916) poesías satíricas y festivas y el del periodismo
Entre las obras de este periodista destacan R o ­ crítico-costumbrista; en ese ámbito, sobresale
mances populares m urcianos (1876) y la zar­ con títulos como Poesías jocosas y satíricas
zuela Fuensanta (1909). (1842), El baile de las brujas (1843), Los políti­
cos en camisa (1845), Los siete mil pecados ca­
MARTÍNEZ TORRES, Augusto (M adrid, 1942) pitales (1846), el volumen de crítica literaria, en
Narrador. Nieto de Martínez Olmedilla* y desta­ el mismo tono sardónico, Juicio crítico de los
cado crítico cinematográfico del diario El País, poetas españoles contemporáneos (1854) y El
autor de diferentes obras sobre el género y de dómine Lucas (1872). Es im portante reseñar
diccionarios que gozan de extraordinario presti­ que, pese al escaso interés de sus creaciones, su
gio, ha dirigido dos largom etrajes y producido cultura le permitió descubrir el error de Adolfo
infinidad de cortos. Es autor, asimismo, de una de Castro y Rossi* que había atribuido a Cervan­
nutrida obra narrativa, en la que destacan nove­ tes* la autoría de la obra El buscapié.
las como Fases de la luna (1974), El viaje en
tren (1974) y Fuego de mis entrañas (2001), in­ MÁRTIR DE ANGLERÍA, Pedro (Arona, Italia,
fluida por Nabokov, así como el libro de entre­ 1459-Granada, 1526)
vistas con directores y guionistas españoles Ci­ Humanista. De nombre verdadero Pietro Martire
neastas insólitos (2001) y La memoria fílm ica d’Anghiera, en sus obras latinas emplea la forma
(2002), volumen de memorias en el que, desen­ adjetiva Anglerius, aunque es conocido como fi­
fadadam ente y entre el ensayo y la ficción, gura en la entradilla. Estudió Medicina, y se cree
aborda sus experiencias cinematográficas. que fue médico del rey Luis XI de Francia. En
Roma sirvió a algunos cardenales, y, en 1487, el
MARTÍNEZ VILLERGAS, Juan (Gomeznarro, Va­ conde de Tendilla lo trajo, con el patrocinio de
lladolid, 1816-Zamora, 1894) Isabel la Católica, a España, en donde enseñó,
Poeta. Individuo de vida agitada, como conse­ junto a Lucio Marineo Sículo*, latín en la corte y
cuencia de sus problemas económicos y de algu­ fue protonotario apostólico y consejero y cro­
nos de sus escritos, estudió en la escuela rural de nista de Indias. Tuvo como alumno a Garcilaso
su pueblo y, tras quedarse huérfano, viajó a Ma­ de la Vega* y fue uno de los principales difuso­
drid, donde comenzó a trabajar en la Oficina de res del humanismo entre la nobleza. En latín, es­
Contaduría. Lector voraz, con tan solo 21 años cribió himnos, epigramas y cantos que se publi­
ya eran conocidas sus composiciones jocosas y carían en Opera (Sevilla, 1511). Pero acaso sus
satíricas, contrapunto del Romanticismo* impe­ obras fundamentales sean el extenso epistolario
rante. Ideológicamente, fue republicano, e inter­ Opus epistolarum (Alcalá, 1530), a partir del
vino activamente en la política del m omento y cual puede tenerse una idea cabal de los sucesos
en la prensa, desde la que criticó duramente a los históricos acaecidos en España entre 1488 y
políticos conservadores, sobre todo a Narváez y 1525, y, escritas entre 1511 y 1516, con no pocos
Espartero, lo que le supuso ir en varias ocasio­ ecos de los modos de la historiografía clásica, so­
nes a la cárcel. Fundó diversas publicaciones; en bre todo de Tito Livio, las Décadas de orbe novo
1861, en Cuba, el periódico El Moro Muza, el (Alcalá, 1530), su obra fundamental — traducida
cual, en sucesivos viajes al país caribeño, re- al inglés y al alemán en 1555 y 1582, respectiva­
fundó una y otra vez hasta 1871, y, en Argentina, mente— , cuyos importantes y minuciosos mate­
en 1875, el semanario A ntón Perulero. A estas, riales sobre hechos políticos, hazañas militares,
deben sumarse otras específicamente de carácter fauna, flora, religiones indígenas y costumbres
satírico como El Tío Camorra, Don Circunstan­ provienen de sus continuos contactos con nave­
cias, Patifiesto y Jeremías, creadas en colabora­ gantes y conquistadores.
MÁRTIR RIZO 574

M Á R T I R R I Z O , J u a n P a b l o (Madrid, 1593-1642) Fiammetta y el Decamerón, de Boccaccio, nos


Tratadista. Sacerdote, era, según él mismo afir­ cuenta el viaje y aventuras del protagonista, Ti­
maba, nieto de Pedro Mártir de Anglería*, aun­ rant, desde Inglaterra, a través de Sicilia, el Im­
que no es probable que así fuera. Buen traductor perio griego y el Norte de África, hasta Constan-
de obras latinas y francesas, y activo polemista, tinopla, donde el héroe muere. Esta acción sigue
participó en numerosas controversias, fue íntimo con casi total fidelidad un hecho histórico: la ex­
amigo de Quevedo* y el más duro de los críticos pedición a Oriente del caudillo italiano Roger de
de Lope de Vega*, contra quien ayudó a escribir Flor (1262-1307). La diferencia respecto a otros
a Pedro Torres Rámila* su violentísim a obra libros de esta índole está, precisam ente, en la
Spongia (1617), en la que también participó mezcla que se da en el Tirant entre ficción y rea­
Cristóbal Suárez de Figueroa*. Defensor de las lidad, ya que los episodios caballerescos que en
ideas aristotélicas, es autor de obras en las que él se narran tienen un aura de autenticidad inu­
confluyen juicios morales con inestimables sual en el género. Destacan el gusto realista del
apuntes históricos, entre las que destacan, ade­ texto, patente sobre todo en los momentos de
más de no pocos poemas, obras influidas por Tá­ amor entre Tirant y Carmesina, las alternancias
cito tales como Historia de la vida de Lucio An- entre batallas y episodios amorosos, no tan ca­
neo Séneca español (Madrid, 1625), N orte de prichosas como eran frecuentes en otros títulos,
príncipes (Madrid, 1626), Defensa de la verdad y la combinación del estilo latinizante de los dis­
que escribió don Francisco de Quevedo y Ville­ cursos largos con la sencillez y los valencianis­
gas (Madrid, 1628), Historia trágica de la vida y mos de los diálogos. Se trata de un realismo que
m uerte del duque de Virón (B arcelona, 1629) se asienta en una nueva forma de narrar, en una
— que inspiró El mariscal de Virón a Pérez de naturalidad que, sin esfuerzos, encuentra los de­
M ontalbán*— , H istoria de Cuenca (Madrid, talles, actitudes y palabras de la vida diaria, todo
1629) y El Rómulo (Madrid, 1633), entre otras. ello con una simplicidad y verismo naturalista
que aproximan el libro a la novela moderna. Sin
M A R T O R E L L , J o a n o t (Gandía, Valencia, duda, el texto emplea los medios de expresión de
1413/1415?-?, 1468/1470?) un arte distinto, sin nada que se le asemeje en la
Novelista en lengua catalana. Caballero de aza­ Edad Media. Asimismo, Tirant no es un caba­
rosa vida de quien sabemos solo que estuvo im­ llero andante como los demás, ya que pone su es­
plicado en numerosas querellas y que conoció las pada al servicio de la cristiandad amenazada por
cortes de Portugal, Inglaterra y Nápoles. Además los turcos, desapareciendo de la obra con ello
de unas cartas de batalla, escritas según los cáno­ todo lo fantástico y variando el concepto del
nes jurídicos y militares de la época, que cruzó, amor cortés por el de un extremado sensualismo.
en 1437, con Joan de Montpalau por el agravio a Existe un problema respecto a las características
su hermana Damiana Martorell, y del poema ina­ peculiares de la lengua en que se escribió: el va­
cabado Guillem de Varoic (una adaptación de lenciano-catalán. En el castellano de entonces no
otro francés titulado Gui de Warwick), conoce­ podían escribirse las sabrosas desvergüenzas del
mos su obra fundamental, la novela de caballe­ Tirant, ni alcanzarse el realismo circunstancial y
rías* Tirant lo Blanc, la mejor novela catalana cotidiano que prodiga la novela valenciana, ra­
medieval y una de las más importantes del gé­ zones por las que la traducción al castellano
nero. Se sospecha, asimismo, su posible autoría pierde muchísimo. La obra, que se tradujo al es­
de la también novela de caballerías, esta incon­ pañol en 1511, influyó notablemente, sin em ­
clusa, Flor de cavallería, pero todo queda en una bargo, en autores como Ariosto, Matteo Bande-
especulación más o menos fundada. En cuanto al 11o o el ya mencionado Cervantes. No obstante,
Tirant, parece que comenzó a redactarla en 1454, la novela no tuvo demasiado éxito popular, tal
si bien ni las tres partes que Martorell escribiera, vez porque el realismo prematuro y las descama­
dedicadas al infante Fernando de Portugal, ni la das crudezas que en ella se narran no llenaban las
continuación de M artí de Galba*, llegaron a exigencias de los lectores habituales de los libros
verse publicadas hasta la edición de Valencia de de caballerías.
1490. En ella, juzgada por Cervantes* — para
quien fue la primera de las novelas de caballe­ M A R U J Á N C E R Ó N , J u a n P e d r o (Sevilla/Cá­
rías— como «tesoro de contento y mina de pasa­ diz?, ?-?, 1770)
tiempo», confluyen ironía, comicidad y descrip­ Poeta. Pasó no pocos apuros con la justicia tras
ciones en lo que es ya un primer intento de acusar a José de Cañizares*, entonces censor de
parodia de este tipo de literatura. Influida por el comedias, de dictador. Conocido por sus sátiras
Llivre de l ’ordre de cavayleria, de Ramón Llull*, y coplas, también tradujo obras de Cario Gol-
por la Crónica, de Ramón M untaner*, la Vita doni, caso de La buena hija (1762), y escribió, él
nuova, de Dante, las Epístolas, de Petrarca, y la mismo, piezas teatrales de cierto éxito.
575 MAS Y LAGLERA

MARURI, Julio (Santander, 1920) vocación reflexiva da cuenta de su nihilismo.


Poeta. Aficionado a la pintura, algo que compar­ Poesía inicialmente de corte narrativo, ha ido de­
tía con su amigo de la infancia José Luis H i­ rivando hacia otra por así decir más poética, en
dalgo*, comenzó a estudiar Dibujo en 1933, pero la que abundan las preguntas y la cavilación con­
en 1938 fue llamado a filas, si bien llegaría a ex­ tinua, dependiente siempre de la contemplación,
poner en 1948. Vinculado al grupo de José Hie­ más espiritual y en la que la extrañeza de vivir se
rro* y el mencionado H idalgo en torno a la re­ manifiesta con sus rasgos más conspicuos, dando
vista Proel, fundada por los tres, ha mantenido cuenta de los agravios del amor, de la perpleji­
con ellos una estrecha amistad. Es en 1944, fe­ dad que este y la realidad toda provocan y de los
cha en que se encuentra de nuevo con su viejo enigmas que suscita la palabra misma. Hay algo,
amigo Hidalgo y conoce a Hierro y a Carlos asimismo, de ascetismo visionario y clarividente
Bousoño*, cuando publica su prim er poema en en la búsqueda de lo esencial, que se exalta y se
la revista Espadaña. Poco después, en 1947, manifiesta en el verso mismo, si bien a través de
muere su amigo de siempre y, en 1950, tras leer una retórica desbordante, de imágenes hermosas
a san Juan de la Cruz*, y como consecuencia de y métrica impecable, que crean una convivencia
una crisis personal y espiritual, ingresa en el Co­ perfecta entre reflexión y lirismo. Incluido en las
legio Preparatorio de los Carmelitas Descalzos más im portantes antologías poéticas, destacan
de Navarra; un año más tarde, iniciaría el novi­ obras como: El último de la fiesta (1987), Cua­
ciado en Larrea para vivir después en el con­ tro noches (1988), La vida de frontera (1991),
vento de Begoña con el nombre de fray Casto del Los países nocturnos (1996), Metales pesados
Niño Jesús. No obstante, una crisis religiosa lo (2001), con la que obtuvo el Premio de la Crítica
lleva a Bélgica y a Francia, donde, tras abando­ ese mismo año y el Nacional de Literatura en
nar la Orden, residirá por largo tiempo en París 2002, y Poesía a contratiempo (2002).
dedicado a la pintura. Se trata de un poeta com­
prometido y crispado, al igual que aquellos, cu­ MARZO, José (Madrid, 1967)
yas intenciones, aunque también en la línea de la Narrador. Autor crítico con su propia generación,
rehumanización, dem uestran, no obstante, m a­ sobre todo con la tendencia a la frivolidad, es au­
yor serenidad y, acaso, hondura. Sus primeros tor, entre otras, de la novela Un rincón para César.
versos, de 1940, reciben la influencia del simbo­
lismo* español de comienzos del siglo XX. Son MAS, Dimas (Tetuán, 1953)
sus poemarios: Las aves y los niños (1945), Los Narrador. Este autor barcelonés, aunque nacido
años (1947), accésit del Premio Adonais, Obra en Tetuán, combina en sus obras el gusto por la
poética (1956), que incluye un poem a-prólogo trama folletinesca, aunque también por las ambi­
de Vicente Aleixandre*, Antología poética güedades de un Kafka. Es autor de las novelas El
(1957), por la que fue galardonado con el Premio tesoro de Fermín M inar (1992) y Nadie es per­
N acional de Literatura, Unos poem as (1959), sona (1997), en la que recrea la Barcelona de
Como animal muy limpio (1963) y Entre Laredo mediados del siglo xix.
y Holanda (1970).
MAS, Miguel (Valencia, 1955)
MARZAL, Carlos (Valencia, 1961) Poeta. Licenciado en Filología Hispánica por la
Poeta. Filólogo, profesor de instituto y crítico en Universidad de Valencia, es autor de versos en
diferentes publicaciones, entre ellas A BC Cultu­ los que deslum bra la sensualidad em ocionada
ral, codirigió la revista Quites, revista taurina de del mundo físico, pero desde una visión honda
literatura. Es autor de cierto conceptism o y de de la emoción que este emana y adoptando una
tendencia metafísica, influido por Juan Ramón perspectiva realista que da cuenta no solo de las
Jiménez*, Francisco Brines*, Gil de Biedma* y vivencias, sino del nihilismo consecuente y pre­
Claudio Rodríguez*, y al que la crítica ha situado vio a la propia mirada poética. Entre sus poema­
ya en la corriente de la poesía de la experiencia*. rios, destacan: Frágil ciudad del tiempo (1975),
Aunque no exenta su poesía de un descreimiento Celebración de un cuerpo horizontal (1978), El
que lo lleva a adoptar una postura burlona, sobre testigo (1982), La hora transparente (1985), Os­
todo cuando aborda con ligereza hum orística cura como la carne (1992) y Amanecer clandes­
cuestiones como la intrascendencia del arte, y tino (1998).
que sin duda sigue los cánones de la poesía ur­
bana y del hedonismo descarado de la m encio­ MAS Y LAGLERA, José (Écija, Sevilla, 1885-
nada estética de la experiencia, la suya ahonda Madrid, 1941)
de una forma absoluta en lo más hondo y ambi­ Novelista. Hijo del poeta Benito Mas y Prat*, fue
guo de la individualidad, lo que da lugar a una discípulo de Vicente Blasco Ibáñez* y, desde su
poética de marcada tendencia metafísica, cuya llegada a Madrid en 1909, colaborador en nume­
MAS Y PRAT 576

rosas publicaciones, entre ellas Mundo Gráfico y comenzara a redactar durante su exilio italiano,
ABC. Viajante de comercio, sus novelas, en las en 1781, y de la que apareció en Foligno un pri­
que se combina el naturalismo*, ya demasiado mer volumen: Storia critica di Spagna e della
manido por entonces, con los elementos propios cultura spagnuola in ogni genere, preceduta da
del costumbrismo*, evidencian un compromiso un discorso preliminare, es la Historia crítica de
social que, aunque de un modo simplista, en sus España y de su cultura, publicada en español, en
últimas obras derivó en la ironía política. No veinte tomos, entre 1783 y 1805, en la que, a di­
obstante, alcanzó gran éxito, como se demuestra ferencia del citado Lampillas — cuyo tono era
en las traducciones que se hicieron de sus obras apologético— , opta por ser crítico, como indica
a las principales lenguas europeas. Publicó sus el propio título. Aunque su intención era que apa­
novelas, al igual que el mencionado Blasco lbá- reciera publicada completa en Italia y en italiano,
ñez, en ciclos; así, al de «Novelas de la mujer» después del fracaso de los dos primeros volúme­
pertenecen Soledad (1915), Sacrificio (1918) y nes en esa lengua se dio cuenta de que una obra
Esperanza (1919), y la serie «Novelas sevilla­ así no habría de gozar de éxito en aquel país y la
nas» la forman La bruja (1911), La estrella de la publicó aquí. Dicho fracaso se debió a una falta
Giralda (1918), La orgía (1919), Por las aguas de tacto político por parte de Masdéu, ya que el
del río (1921), Hampa y miseria (1923), y La lo­ texto demostraba una cierta animadversión hacia
cura de un erudito (1926). Están, asimismo, la los italianos. En él, que abarca únicamente hasta
serie «Novelas alucinantes», formada por El el siglo xi, el criticismo resulta excesivo, y llega
baile de los espectros (1916), Los sueños de un incluso a negar cuantos episodios o personajes
morfinómano (1921) y La huida (1927), una contengan elementos legendarios, lo que le lleva
«Novela de Castilla», El rastrero (1922), una «No­ a cuestionar la existencia misma del Cid, a pesar,
vela exótica», La piedra del fuego (1924), una incluso, de que ya se había hallado la Historia
«Novela de Galicia», la titulada La costa de la Ruderici. Dichas dudas, que incluían no pocas
muerte (1928), «Novelas del campo andaluz», tradiciones hispánicas absolutamente documen­
como Luna y sol de la marisma (1930) y El re­ tadas, tuvieron como consecuencia la inclusión
baño hambriento en la tierra feraz (1935), y, por de la obra en el Indice de la Inquisición.
fin, las «Novelas docentes» Yo soy honrada, ca­ Mientras publicaba su monumental Historia, y al
ballero (1932) y En la selvática Bribonicia tiempo que se implicaba en todas las polémicas
(1932). sobre el valor de la literatura española, editó,
además de la ya mencionada antología de poetas
MAS Y PRAT, Benito (Écija, Sevilla, 1846-1892) del Siglo de Oro, trabajos de epigrafía latina y de
Poeta. Padre de José Mas y Laglera*, fundó di­ numismática o varias vidas de santos, una Colec­
versas publicaciones periódicas, y, aunque pu­ ción de lápidas y medallas (1789), un Memorial
blicó novelas, como La redoma de homúnculus (1800), contra la Revolución Francesa, un Arte
(1880) y La dama blanca (h. 1885), y zarzuelas, poética fácil (1801), escrita en diálogo, y un Arte
entre ellas Agustina de Aragón (1891), fue poeta poética italiana (1803).
influido por Bécquer* en poemarios como Hojas
secas (1872), Nocturnos (1875) e Idea de Dios MASIP, Paulino -» Véase MASSIP ROCA, Pau­
(1879). lino.

MASDEU, Juan Francisco (Palermo, Italia, MASÓ SIMÓN, Salustiano (Alcalá de Henares,
1744-Valencia, 1817) Madrid, 1923)
Tratadista. Aunque nacido en Italia, era de fami­ Poeta. Traductor y corrector, es autor de poema­
lia catalana y, tras ingresar en la Compañía de Je­ rios, en la línea de la poesía social* existencia-
sús en 1759, ya en 1767 vivía en España, lo que lista, en los que su máxima preocupación es la
lo obligó, en ese año, a someterse al decreto de responsabilidad cívica, a la que se unen, sin em­
expulsión de los jesuitas. Volvió a Italia, donde bargo, planteamientos individualistas que, en
permaneció hasta 1814, fecha en la que regresó ocasiones, le llevan a investigar en la escritura
de nuevo a nuestro país. Aunque el eje de su obra automática. Destacan libros como Contem pla­
lo dedicó, al igual que otros autores, como es el ción y aventura (1957), accésit del Premio Ado-
caso de Juan de Andrés* y Lampillas*, a defen­ nais, Historia de un tiempo futuro (1961), nuevo
der el estado de las letras españolas frente a los accésit en el Premio Adonais, Jaque mate
ataques italianos, sus primeras com posiciones (1962), Premio Guipúzcoa, La pared (1964), ga­
fueron poéticas: una serie de sonetos arcaicos y lardonado con el Premio Eduardo Alonso, Canto
una traducción de diversos poetas castellanos del para la muerte (1968), finalista del Premio Leo­
Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) que editó, en poldo Panero, La m úsica y el recuerdo (1969),
dos tomos, en 1788. Su obra fundamental, que ya Premio Ciudad de Palma, Coro concertado
577 MASSIP ROCA

(1971), Pentagrama sin pájaros (1973), Ejerci­ modo que las dos cuestiones centrales menciona­
cios de contrapunto (1975), A s í es Babilonia das se desdibujan en un marco desolado, triste y
(1978), Canción de lo tachado (1980), Las glo­ no desde luego idílico, como en gran parte de la
sas del oscuro (1981), Premio Ciudad de Bada­ poesía cuando evoca la infancia. Exactamente lo
joz, Poesía escogida (1984) y Don de fábula mismo sucede cuando se ocupa del sexo y el amor,
(1986), que fue Premio Ciudad de Irún. Además entendidos de forma contradictoria y en donde la
de los muchos galardones mencionados, en 1986 vergüenza, la crueldad, el horror y, en gran me­
recibió el Premio Nacional de Traducción de Li­ dida, lo escatológico, definen el espacio de una
teratura Infantil y Juvenil por la obra El viento memoria angustiada. Destacan sus poemarios
de los sauces. Vertedero de Otaca (1987), Poesía reunida
(1999), en el que se recogen libros anteriores,
MASOLIVER, Juan Ramón (Zaragoza, 1910- como El jardín aciago, La casa de la maleza, En
Barcelona, 1997) el bosque de Celia y Los senderos del mar, así
Crítico literario. Licenciado en Filosofía y Letras como buen número de poemas dispersos escritos
y en Derecho por la Universidad de Barcelona, entre 1977 y 1998, todo ello prologado por An­
fundó, en la Universidad de Génova, en la que drés Sánchez Robayna*, al que hay que añadir La
fue lector, un lectorado en lengua catalana, ade­ memoria sin tregua (2002). Entre sus novelas hay
más de la revista Hélix, en 1929, que fue la que que citar Retiro lo escrito (1988) y Beatriz Miami
introdujo el surrealismo* en Cataluña. Colabora­ (1991). Asimismo, publicó, en colaboración con
dor de diarios como La Vanguardia, del que fue Fernando Valls, una antología de cuentos, Los
corresponsal en diversos países y del que dirigi­ cuentos que cuentan (1998), en la que figuran au­
ría su sección literaria, y de El Sol, dirigió en tores como Marcos Giralt*, Javier Cercas*, Juan
Barcelona, entre 1944 y 1947, la revista Entre­ Bonilla*, Antonio Soler*, José Ovejero* o Pedro
gas de Poesía, y fue miembro fundador de Des­ Sorela*, entre otros.
tino. Estuvo vinculado a grandes intelectuales
del siglo xx, como Dalí*, su primo Luis Buñuel* MASSANÉS I DALMAU, María Josepa (Tarra­
o James Joyce y Ezra Pound, de quien fue secre­ gona, 1811 -Barcelona, 1887)
tario en Italia, país que consideraba su segunda Poetisa. Dentro de la Renaixen9a* catalana, es­
patria. Fue traductor de autores italianos, como cribió poemarios, tanto en catalán como en espa­
Cavalcanti o Gadda, así como de otros catalanes, ñol, que, desde un tibio Romanticismo* inicial,
caso de J. V. Foix* y Gimferrer*. Amigo de Dio­ derivaron en el realismo*. Destacan títulos como
nisio Ridruejo*, con quien compartió su apoyo Poesías (1841) y Flores marchitas (1850), a los
al bando franquista durante la Guerra Civil, fue que habría que añadir la Antología poética edi­
nombrado delegado de Prensa y Propaganda, si tada en 1991.
bien renegó de sus filiaciones políticas en plena
primera posguerra, completamente asqueado del MASSIP ROCA, Paulino (La Granadella, Lérida,
clima que se había instalado en España. La ma­ 1899-Cholula, México, 1963)
yor parte de su obra periodística la escribió en Dramaturgo y novelista. Periodista en diarios
catalán, demostrando, en su frecuente herm e­ como La Estampa, El Sol y La Vanguardia, y
tismo, profundas cultura y erudición, hondo libe­ más conocido como Masip, dirigió La Voz y, tras
ralismo estético y esa habilidad cronística de au­ la Guerra Civil, en la que luchó con los republi­
tores como Corpus Barga* o González Ruano*. canos, hubo de exiliarse en México, circunstan­
Entre sus obras, destacan: Guía de Roma e itine­ cia que marcaría la temática de una obra fiel a los
rarios de Italia (1950), Presentación de James modos realistas. En aquel país sería colaborador
Joyce (1981) y Antología poética de Ausiás de las publicaciones del exilio, tales como La Es­
March (1981). En 1994 se publicó una recopila­ paña Peregrina o Las Españas, entre otras, pero
ción de sus artículos titulada Perfil de sombras. permanecería al margen de las grandes corrien­
tes literarias, lo que lo conduciría a un olvido en
MASOLIVER RODENAS, Juan Antonio (Barce­ el que ha permanecido durante años. A pesar de
lona, 1939) su implicación emocional y vital en la Guerra Ci­
Novelista y poeta. Sobrino de Juan Ramón Ma- vil, en sus obras el conflicto se trata con una sor­
soliver*, es autor de lenguaje seco, sin fiorituras, prendente objetivización, lo que convierte sus
que publicó tardíamente. Coetáneo de los novísi­ textos en antidoctrinarios y equilibrados. Se
mos*, en sus versos dom inan dos obsesiones trata, sin duda, de uno de los autores que con m a­
centradas en la memoria: la infancia y la adoles­ yor hondura y capacidad ha afrontado literaria­
cencia y el descubrimiento del sexo. Se trata de mente el conflicto, así como de uno de los escri­
un autor desubicado generacionalmente, de verso tores que mejor ha sabido usar el lenguaje
profundo, marcado por la densidad existencial, de coloquial en personajes populares descritos con
MATA 578

gran maestría y sobriedad. Además del poemario (1927), La reconquista (1929), Una m ujer a la
Líricos remansos (1917) y de numerosos guio­ medida (1934), El am or de cada uno (1943) y
nes cinematográficos, destacan sus novelas El Celosas (1945). Fue, asimismo, autor de obras
diario de Hamlet García (México, 1944), acaso de teatro vulgares, entre ellas la comedia rural El
su obra más conocida, editada por primera vez nublado (1923) y algunas anteriores, reunidas
en España en 1987 y que sería reeditada, con bajo el título común de Teatro trágico, escritas
prólogo de Muñoz Molina*, en 2000, La aven­ entre 1900 y 1915. En 1951 aparecieron, en tres
tura de Marta Abril (1953) y las reunidas en La volúmenes y con prólogo de Alberto Insúa*, sus
trampa (1954). Fue autor, asimismo, del libro de Obras completas.
relatos De quince me llevo una (1949) y de las
piezas teatrales Dúo (1929), La frontera (1932), MATA I FONTANET, Pedro (Reus, Tarragona,
El báculo y el paraguas (1936), El hombre que 1811 -Madrid, 1877)
hizo un milagro (1944) y El reemplazo (1955). N ovelista y poeta. Médico, está considerado
como el introductor de la medicina legal en Es­
MATA, Jordi (Barcelona, 1966) paña. De ideología liberal, colaboró en diversas
Narrador en lengua catalana. Licenciado en Geo­ publicaciones, e incluso llegó a fundar una, La
grafía e Historia y autor multipremiado, se carac­ Joven España (1839), en la que se mostraba
terizan sus obras por el extraordinario dominio como defensor entusiasta de las ideas democráti­
de la intriga, en el más puro estilo de novela del cas, lo que le supuso el encarcelamiento y el des­
género, registro a través del cual propone revi­ tierro en Francia. Escribió, además de numerosas
siones históricas que aumenten el atractivo de lo obras científicas, novelas, la mayoría de ellas de
que es una buena literatura de entretenimiento. tema histórico, en las que predominan el tono
Hay que destacar sus novelas L ’espós infernal costumbrista y ciertos ecos románticos. D esta­
(1990), Am ors maleíts (1992), El comprador can títulos como El poeta y el banquero: esce­
(1994), El capvespre de l ’heroi (1995), Reines i nas contemporáneas de la revolución española
peons (1996), galardonada con el Premio Ciudad (1841-1842), Las amazonas (1852), El idiota o
de Alzira, El misteri de Berlín (1997) —El mis­ los trabucaires del Pirineo (1856), La campana
terio de Berlín (1998)— , con la que obtuvo el del terror (1860), La monja enterrada en vida
Premio Sant Jordi, La compassió del dimoni (1860), Los moros del R if ( 1860) y Los mártires
(1999), Premio Joanot M artorell, y La segona de Siria (1861). Debe mencionarse, asimismo, el
mort de Shakespeare (1999), que obtuvo el Pre­ poemario Fotografías íntimas (1875), en el que
mio Néstor Luján de Novela Histórica. recogió toda su producción del género.

MATA, Pedro (Madrid, 1875-1946) MATEA CALDERÓN, Antonio (Albacete, 1931)


Novelista. Abandonó los estudios de Medicina Poeta. Además de algunas obras narrativas, entre
por el periodismo, actividad a la que se dedicó ellas La soga. M etáforas (1969) y La noche de
en diarios como El Español y ABC, entre otros. Leandro Petrull (1982), ha publicado numerosos
Uno de los novelistas de mayor éxito entre 1916 poemarios, de los que destacan Versos a mi ciu­
y 1936, sus novelas, sin pretensiones y en la lí­ dad (1954), No busques el porqué... (romances y
nea del folletín sentimental, se acercaron a un miniaturas) (1957), Lírica de color (1976), Des­
suave erotismo de corte naturalista (véase NATU­ terrado (1977), Sonetos en gris m ayor (1977),
RALISMO), siempre dentro de los gustos burgue­ por el que recibió el Premio de Poesía de la Di­
ses en los que abundan temas como la galante­ putación Provincial de Albacete, La mosca
ría, el adulterio perdonado o las circunstancias (1978), Sembrando palabras (1979), Triángulo
de la familia, muy al estilo del teatro de Bena- epicéntrico (1982), Bodrios (1982), Viaje a la in­
vente*. Técnicamente, suele em plear el relato gle de lina señora (1982), Eros senil (séase viejo
autobiográfico a través de manuscritos de los verde) (1984), M ujer en form a de alcancía
que el autor solo es un copista. Destacan títulos (1985), Heraldos de silencio (1985), Homenaje
como Ganarás el pan (1904), las novelas cortas a Terrín (1987), Concreta orfebrería (1987), Re­
La celada de Alonso Quijano (1909), El misterio tratos de mi ruta (1992), Llanura y Vallés (1995)
de los ojos claros (1912) y Ni amor, ni arte y Del m ar y los molinos (1998).
(1913), o las incluidas en Irresponsables (1921),
otras novelas largas como Corazones sin rumbo MATELLANES, Miguel Ángel (Sevilla, 1966)
(1916), Un grito en la noche (1918), M uñecos Novelista. Importante editor, ganó el Premio de
(1920), El hombre de la rosa blanca (1922), Una Novela Histórica Apostrofe con la novela El libro
aventura demasiado fácil (1924), El hombre que de los pájaros (1999), en la que se recrean las cró­
se reía del amor (1924), Más allá del amor y de nicas* del siglo XI, las cuitas del Cid, los reinos de
la vida (1926), Más allá del amor y de la muerte Taifas, mundos mágicos y los Libros Sagrados.
579 MATHÍAS

MATEO, Andrés María (Villabrágima, Vallado- MATHEU Y SANZ, Lorenzo (Valencia, 1618-
lid, 1906) 1680)
Ensayista. Doctor en Filosofía por la U niver­ Tratadista. De familia de la baja nobleza valen­
sidad de Comillas, en la que también se ordenó ciana, su condición de jurista — se graduó en la
sacerdote, se licenció en Teología y en Historia U niversidad de Valencia en 1638— le ayudó a
por la de Madrid, fue secretario del Archivo Ge­ ascender socialmente. Caballero de la Orden de
neral de Simancas y profesor en el Instituto de Montesa, ocupó cargos jurídicos de relevancia
Valladolid, tras lo cual ocuparía diversos cargos con Felipe IV, hasta convertirse en alcalde de
administrativos en el Ateneo de M adrid. Perio­ Madrid, consejero de Indias y regente del Su­
dista, ha publicado numerosos ensayos, entre los premo Consejo de Aragón. Autor de importantí­
que destacan: Santo Tomás de Aquino, patrono simos tratados jurídicos, entre ellos el Tractatus
de las Escuelas Católicas (1925), Isabel la Cató­ de Regimine Regni Valenctiae, sive selectarum
lica: la mujer y la Reina (1927) y Colón e Isabel interpretationum ad principaliores foros eius-
la Católica (1942). dem (Valencia, 1654 y 1656), el célebre Tracta­
tus de recriminali, sive controversiarum usufre-
MATEO, Lope (Salamanca, 1898-?) quentium in causis criminalibus, cum earum
Poeta. En la línea de la poesía tradicional, ha pu­ decissionibus tam in Aula Hispana Suprema cri-
blicado poemarios marcados por el tema caste­ minum, quam in Summo Senatu Novi Orbis
llano, siempre tratado en tono heroico. Destacan (Lyon, 1676), uno de los textos más difundidos
los poemarios Ráfagas de la selva (1922) y M a­ en los ámbitos legales en la Europa del m o­
dre Castilla (1943), libros a los que habría que mento, y el Tratado de la celebración de Cortes
añadir el ensayo Isabel la Católica (1929). generales del reyno de Valencia (Madrid, 1677),
fue, además, poeta en catalán y español, traduc­
MATEO DÍEZ, Luis —>Véase DÍEZ, Luis Mateo. tor del latín y del catalán — debe recordarse su
traducción de L ’espill, de Jaume Roig*— , autor
MATEO LUJÁN DE SAYAVEDRA Véase MARTÍ, de comedias como Dos verdades encontradas y
Juan. Los chulos de Madrid, así como tratadista de te­
mas variados, entre ellos, claro está, la literatura.
MATEOS, José (Je re z de la Frontera, Cádiz, Suyas son, además de la atribuida a él Vida y
1963) martirio del glorioso español san Lorenzo
Poeta. Conocido recientemente, y ya merecedor (1636), obras como: Relación de fiestas de laJn-
de atención por parte de la crítica, en sus versos, maculada (Valencia, 1653), Festivas demostra­
influidos por ciertos m odernistas, combina los ciones al nacimiento del príncipe de España D.
tonos conversacionales en alejandrinos con la Felipe Próspero (Valencia, 1658), Crítica de re­
reflexión autobiográfica de tono trascendente. flexión y censura de las censuras. Fantasía apo­
De cierto tono m etafísico, hay algo de honda logética y m oral (Valencia, 1658) — en la que,
trascendencia religiosa en sus poemas, en los bajo el seudónimo de Sancho Terzón y Muela,
que de m anera emotiva, pero contenida, acaso critica duramente El Criticón, de Baltasar Gra-
bajo la influencia de Juan Ramón Jiménez*, re­ cián*— y Piedra de toque de la verdad sobre
flexiona sobre la muerte y sus consecuencias te­ cuál es la verdadera patria de san Lorenzo (Bar­
rrenales. Destaca por sus poem arios Una ex­ celona, 1673).
traña ciudad (1990), D ías en claro (1995) y
Canciones (2000) y La niebla (2003), un único MATHÍAS, Julio (Málaga, 1921)
poema en endecasílabos divivido en seis partes, Poeta, ensayista y comediógrafo. Colaborador
a los que hay que añadir el ensayo Soliloquios y en diversos diarios de su ciudad, se traslada a
divinanzas (1998). Madrid donde continúa sus colaboraciones en
prensa, sobre todo en ABC. Miembro de la Aca­
MATHEU Y AYBAR, José María (Zaragoza, 1845- demia de Bellas Artes de San Telmo desde 1954,
Madrid, 1929) en 1967 ingresó en la Real de Bellas Artes de Va­
Narrador. Abogado de profesión, escribió, ade­ lladolid. Jefe de programaciones de Radio Na­
más de numerosos artículos, no pocos poemas y cional durante años, su poesía, mayoritariamente
alguna comedia, novelas exitosas en su día, y publicada en periódicos y revistas, sigue la es­
hoy olvidadas, como La ilustre figuranta (1886), tela de los poetas malagueños de los años cua­
Un rincón del paraíso (1887), Un santo varón renta, mientras que su teatro, en el que colaboró
(1888), Jaque a la reina (1889; 2 vols.), El santo con Alfonso Paso*, definido por la ironía y, a
patrono (1892), La gran nodriza (1893), Marro- menudo, la simple comicidad, resulta un tanto
dán Primero (1897), Carmela rediviva (1899), efectista. Destacan, en su obra, el poemario So­
G entil caballero (1900) y Aprendizaje (1904). netos a un fantasm a (1943), las obras teatrales
MATILLA 580

El diablo en la puerta (1946), Nocturno cerca de su tiempo, entre ellos Cáncer*, Montalbán*,
del cielo (1959), La hermosa fea (1963), refun­ Moreto* y Diamante*, llegando a escribir obras
dición de la obra de Lope de Vega* hecha en co­ en colaboración con algunos, por ejemplo, con el
laboración con Paso, y Hasta llegar a enten­ mencionado Moreto, La defensa de la fe y prín­
derse (1964), versión española, también en cipe prodigioso (Alcalá, 1651) y, con Moreto y
colaboración con el citado A lfonso Paso, de la Cáncer, una de sus piezas religiosas: San Gil de
comedia de Tennessee Williams Period o fa d - Portugal. Epígono de Calderón de la Barca*,
justment. Entre sus ensayos y biografías, mere­ destacó como entremesista y, técnicamente, fue
cen mención: Una academia poética en el M a­ un maestro en la construcción ingeniosa de intri­
drid del siglo xviii (1957), El marqués de gas, si bien su manera de hacer teatro representa
Valdeflores. Su vida, su obra, su tiempo (1959), los estertores de los viejos moldes. Cuidadoso en
Moratín (1964), Don Luis deAlderete y Soto, A l­ el uso del lenguaje, en el que muestra gran flui­
guacil M ayor de la Inquisición y curandero dez, a menudo resulta pedante. Además de haber
(1965), Un dramaturgo del siglo XVII (1966), refundido piezas como El sabio en su retiro y vi­
obra por la que fue galardonado con el Premio llano en su rincón, La venganza en el despeño y
Rivadeneyra de la Real Academia Española, y tirano de Navarra y Juan Labrador, escribió co­
Benavente (1969), estudio biográfíco-crítico que medias religiosas, las más im portantes de ellas
acaso sea uno de sus mejores trabajos. El marido de su madre, en tomo a la vida de san
Gregorio, El Job de las mujeres; Santa Isabel,
MATILLA, Luis (San Sebastián, 1939) reina de Hungría y San Félix de Cantalicio,
Dramaturgo. Colaborador del diario Madrid, su otras comedias de enredo como El galán de su
teatro, muy influido por la farsa y el esperpento*, mujer, Lorenzo me llamo y carbonero de Toledo
debe ser incluido dentro de las propuestas del y Riesgos y alivios de un manto, así como obras
teatro independiente, de lo que se ha dado en lla­ históricas de corte heroico, entre las cuales las
mar el Nuevo Teatro Español. Preocupado por la más destacadas son: La toma de Valencia p or el
efectividad de sus obras en el público, estas es­ Cid, No está en matar el vencer y, sobre todo, El
tán construidas en tomo a ciertas imágenes obse­ traidor contra su sangre, en la que el duque de
sivas que, a su vez, tienen como centro la aliena­ Rivas* se inspiró para escribir El moro expósito.
ción individual y colectiva, imágenes que dotan Como poeta, claramente gongorino, publicó Fá­
a sus piezas de una cierta aura de pesadilla, así bula burlesca de Apolo y Leucotoe (1652) y Fá­
como de un cierto hermetismo. Los títulos fun­ bula de Eco y Narciso (1655), ambas claros
damentales que deben destacarse son: Una dulce ejemplos de su gran capacidad para la versifica­
invasión (1966), La ventana (1967), F uneral ción. Gran parte de sus comedias aparecieron pu­
(1968), Una guerra en cada esquina (1968), El blicadas en Comedias escogidas de los mejores
hombre de las cien manos (1969), El Observa­ ingenios de España (1657), obra a la que hay que
dor (1969), El adiós del mariscal (1969), Post- añadir la primera parte de sus Obras completas
mortem (1970), finalista del Premio Tirso de publicada en 1658 en Madrid.
M olina, El piano (1970), Ejercicios en la red
(1970), Los chicos del violón (1971), El Fer­ MATOSES, Manuel (Valencia, 1844-M adrid,
nando (1972) —escrita en colaboración con di­ 1901)
versos autores— , Los fabricantes de héroes se Dramaturgo. Colaborador de diversas publica­
reúnen a comer (1975), Volar sin alas (1978), ciones de la época y director, con Ricardo Sepúl-
Como eres (1979) — escrita con López-Mozo* y veda*, de El Mundo Cómico, empleó varios seu­
merecedora en su día del Premio Arniches— , La dónimos, entre ellos Ambrosio Lamela y Andrés
gran cacería (1979), Ejercicios para equilibris­ Corguelo, en obras como A prim era sangre
tas (1982), Teatro para armar y desarmar (1985) (1874), Ni tanto, ni tan calvo... (1876) y Los go­
y De aventuras p or la luz (1988). Asimismo, y rrones (1882), a las que hay que añadir títulos
como fruto de sus muchos cursillos de teatro narrativos como: Zaragata. Fragmentos de la
para niños, hay que destacar el curioso manual, a historia de un infeliz (1873), Del montón, retra­
medio camino entre la ficción y el libro pedagó­ tos de sujetos que se ven en todas partes (1887),
gico, La aventura del teatro (2000). Danza de monos (1892) y Aleluyas finas (1895).
Fue, asimismo, traductor de La fierecilla do­
MATOS FRAGOSO, Juan de (Alvito, Alemtejo, mada, de Shakespeare.
Portugal, 1608-Madrid, 1689)
Dramaturgo y poeta portugués que escribió su MATURANA Y VÁZQUEZ, Vicenta (C ádiz,
obra en castellano. Estudió en Evora, aunque la 1793-Alcalá de Henares, M adrid, 1859)
mayor parte de su vida la pasó en Madrid, ciudad Poetisa y novelista. A utora de poem arios muy
en la que trató a la mayoría de autores teatrales sentimentales y simplones, además de novelas
581 MAURA

como Teodoro o el huérfano agradecido (1825), lista del Premio Nadal, Fiesta al noroeste
Sofía y Enrique (1829) y A m ar después de (1953), por la que obtuvo el Premio Café Gijón,
la muerte (s. a.), así como de unos Ensayos poé­ Pequeño teatro (1954), Premio Planeta de ese
ticos (1828), reunió sus versos en Poesías año y que, en realidad, había sido su primera no­
(1841). vela escrita ya en 1943, En esta tierra (1955),
reescritura de La luciérnaga, novela a la que, en
MATUTE, Ana María (Barcelona, 1926) su día, le había sido negada la licencia de publi­
N ovelista. Tras estudiar el bachillerato, co­ cación, Loshijos muertos (1958), una de sus no­
menzó estudios de m úsica y pintura, abandonán­ velas esenciales a la que fueron concedidos los
dolos más tarde para dedicarse en exclusividad Premios de la Crítica y el Nacional de Literatura
a la literatura. Prestigiosa conferenciante por M iguel de Cervantes, la trilogía titulada «Los
medio mundo, además de haber sido lectora en m ercaderes», formada por Primera memoria
diversas universidades estadounidenses — la (1960), con la que, en este caso sí, obtuvo el
Universidad de Boston ha constituido la «Ana Premio Nadal, Los soldados lloran de noche
María M atute Collection» con sus documentos (1964), que mereció el Premio Fastenrath de la
y manuscritos— , es miembro de la Hispanic So- Real Academia Española, y La trampa (1969),
ciety of America, así como de otras prestigiosas trilogía simultánea en su publicación a obras
organizaciones culturales, como la Real Acade­ como A la m itad del camino (1961), El río
mia Española, en la que ingresó en enero de (1963), títulos estos dos de marcado carácter au­
1997. Como escritora, es una de las piezas clave tobiográfico, y La torre vigía (1971), en la que
de la narrativa española del siglo xx. Con una se adelantan los climas y asuntos de la fábula de
prosa al margen del realism o social puro, aun­ hadas que estarán presentes en sus siguientes
que ciertam ente com prom etida y realista, se novelas: Olvidado rey Gudú (1996) y Aranma-
ocupó en sus com ienzos de los efectos de la noth (2000). Es autora, asimismo, de libros de
Guerra Civil desde la perspectiva de la infancia, relatos, entre los que se cuentan Los niños ton­
es decir desde el punto de vista de los que ella tos (1956), El tiempo (1956), Tres y un sueño
misma llamó «los niños asombrados». Todo ello (1961), Historias de la A rtám ila (1961), A lgu­
origina una literatura en la que, sin abandonar nos muchachos (1968) y Sólo un pie descalzo
nunca el referente de la realidad española, lo (1984), volumen de cuentos para niños por el
dramático se ve atemperado, y al propio tiempo que recibió el Premio Nacional de Literatura In­
acentuado cruelmente, por la delicadeza de las fantil y Juvenil y que continúa la tradición de
em ociones, unas em ociones filtradas por unos otros libros de relatos infantiles y juveniles su­
modos narrativos en los que el lirism o ofrece yos como: El país de la pizarra (1956), Paulina
una nueva cara de la realidad social plasmada (1960), El saltamontes verde (1960), Caballito
con extraordinaria sensibilidad. Tema esencial loco (1962), Carnavalito (1962), El polizón de
en sus textos es el enfrentamiento entre herm a­ Ulises (1975), merecedor del Premio Lazarillo,
nos, sus causas y, sobre todo, las consecuencias y E l verdadero fin a l de la Bella Durmiente
que definirán más tarde el ámbito de los apren­ (1996), con el que obtuvo el Premio Ciutat de
dizajes y, a la larga, el análogo proceso de amor- Barcelona, todos ellos y algunos más reunidos
odio que ferm enta en el mundo de la pareja. A en un único volumen, Todos mis cuentos (2000),
este asunto, se añaden el conflicto entre idea­ al que hay que añadir sus primeros relatos in­
lismo y realidad, el paso del tiempo vivido como cluidos en Cuentos de infancia (2002). Muchas
tragedia, y la soledad y vulnerabilidad de niños de estas obras infantiles han sido traducidas a
y pobres, hermanados, de algún modo, en dicha más de veinte idiomas, llegando a emplearse di­
vivencia. Cabe decir, no obstante, que, en el nú­ chas traducciones como textos escolares en el
cleo de sus novelas, existe un ligero mani- extranjero. Sus relatos se publicaron en el volu­
queísmo al que se debe que los personajes, a me­ men Cuentos completos (1978), aunque existe
nudo, resulten demasiado extrem os; por otra un curioso libro, Casa de juegos prohibidos
parte, en cuanto a su lenguaje, cierta pedantería (1997), en el que Pedro M anuel Víllora, espe­
lo hace derivar en una ficcionalidad retórica­ cialista en la autora, compila todos los cuentos
mente exagerada y en la que agotan las numero­ de la autora referidos a niños cuya identidad se
sas adjetivaciones y prolongadas descripciones. rompió a causa de la Guerra Civil.
Con los años su narrativa se fue transformando,
un cambio que consistió, esencialm ente, en el MAURA, Antonio Véase MAURA Y MONTA-
abandono del realism o y la entrada en ámbitos NER, Antonio.
en donde lo mágico y lo legendario cobran un
protagonismo casi absoluto. Ha publicado las si­ MAURA, Gabriel -> Véase MAURA Y GAM AZO,
guientes novelas: Los A bel (1948), que fue fina­ Gabriel.
MAURA 582

MAURA, Honorio -> Véase MAURA Y GAMA- MAURA Y MONTANER, Antonio (Palma de M a ­
ZO , Honorio. llorca, 1853-Torrelodones, M ad rid , 1925)
Político, orador y jurisconsulto. Padre de Gabriel
MAURA, Julia (Madrid, 1910-1971) y de Honorio Maura*, estudió Derecho en M a­
Autora teatral y novelista. Continuadora del tea­ drid, ciudad a la que llegó en plena revolución de
tro de Benavente*, escribió piezas costumbristas 1868, y, ya en 1881, fue elegido diputado del
de corte sentimental, comedias de tesis morali­ Partido Liberal. A partir de ahí, su carrera polí­
zantes como La mentira del silencio (1944), tica sería una de las más destacadas de la reciente
Siempre (1952), Chocolate a la española (1952) historia española: vicepresidente del Congreso,
y La eterna doña Juana (1954), así como algu­ ministro de U ltramar y de Gracia y Justicia,
nas novelas, entre ellas Eva y la vida (1943), abandonó su partido y se convirtió en ministro
Como la tierra y el mar (¿1944?) y ¡Quién su­ de la Gobernación con Silvela, hasta que, en
piera escribir! (¿1945?). 1903, fue proclamado jefe del Partido Conserva­
dor y nombrado presidente del Consejo de M i­
MAURA Y GAMAZO, Gabriel (M adrid, 1879- nistros. Poco después, en 1904, sufriría un aten­
1963) tado sin consecuencias en Barcelona, y, en 1907,
Historiador y ensayista. Hijo de Antonio Maura*, es elegido de nuevo presidente del Consejo; un
hermano del dramaturgo Honorio Maura1*, duque segundo atentado le sucedería, también en la
de Maura y conde la Mortera, además de emi­ Ciudad Condal, en 1910. 1913 es el año en que
nente jurisconsulto, diputado y senador, fue mi­ renuncia a la jefatura de los conservadores y, en
nistro en el último Gobierno de la monarquía y 1918, al frente del Partido Maurista presidiría el
miembro de la Real Academia Española y de las G obierno de la nación. Presidente de la Real
Academias de la Historia y de Ciencias Morales Academia Española, su celebridad se debe a la
y Políticas. Entre sus obras, la mayoría ensayos eficacia y calidad de sus discursos, que le han
divulgativos de carácter histórico, destacan títu­ llevado a ser, quizá, el ejemplo más claro de la
los como Rincones de la historia. Apuntes para alta oratoria política; él fue quien dotó a esta
la historia social de España (1910 y 1941), La práctica en España de un auténtico estatus litera­
política armónica (1915), Historia crítica del rei­ rio. Enfático, irónico, reflexivo y enérgico en los
nado de don Alfonso XIII durante su menoridad momentos precisos, su discurso de ingreso en la
(1912-1925), Dolor de España (1932), Supersti­ Academia, en 1902, se tituló La oratoria como
ciones de los siglos xvi y xvii (1943), La crisis de género literario. Postumamente, en 1929, se pu­
Europa (1952), Vida y reinado de Carlos II blicó una recopilación de Dictámenes.
(1954) y Desistimiento español en la empresa im­
perial (1959), a las que habría que añadir una MAURÍN, Joaquín (Bonanza, Huesca, 1896-
obra anterior que, a modo de adelanto de unas Nueva York, EE. UU., 1973)
memorias que jamás llegaría a publicar, se tituló Ensayista. De familia campesina, en un principio
Recuerdos de mi vida (1934). y por iniciativa de esta, a punto estuvo de con­
vertirse en sacerdote, para lo que comenzó a es­
MAURA Y GAMAZO, Honorio (Madrid, 1886- tudiar latín en el seminario de Barbastro. La ex­
Fuenterrabía, Guipúzcoa, 1936) periencia no llegó a mayores y terminó como
Dramaturgo. Hijo de A ntonio M aura* y her­ maestro tras estudiar en el Liceo escolar de Lé­
mano del historiador Gabriel Maura*, tras estu­ rida. Sus inquietudes políticas lo llevan a escribir
diar Ingeniería y Derecho en Suiza, Alemania y en El Ideal, publicación de las Juventudes Repu­
Madrid, se dedicó a viajar, y, a su regreso a Es­ blicanas, aunque, después, ingresaría en la CNT,
paña en 1914, centró su actividad literaria en el organización en la que ocuparía importantes car­
teatro hasta que fuera asesinado durante la Gue­ gos. Partidario de que la CNT se adhiriera a la
rra Civil. Autor de comedias fluidas y garbosas, Internacional Comunista, el fracaso de sus plan­
de diálogos vivos, irónicas y moralizantes, gozó teamientos le lleva a crear en 1922, en Bilbao,
de cierto éxito y demostró conocer la sociedad los Comités Sindicalistas Revolucionarios, los
burguesa y aristocrática que retrataba en ellas. cuales, en 1924, se integrarían en el Partido Co­
Colaborador en algunas piezas con G regorio munista de España. Esta circunstancia terminaría
M artínez Sierra*, como Susana tiene un se­ por provocar muchos problemas a Maurín, que,
creto, Mary la insoportable y Julieta compra un en 1931, después de algunos intentos infructuo­
hijo, escribió, entre otras, ¡Me lo daba el cora­ sos por parte de la IC, sería finalm ente expul­
zón! (1930), La noche loca (1931), El balcón de sado. Activo participante en las organizaciones
la felic id a d (1933), El príncipe que todo lo obreras del momento, en 1935 fue elegido secre­
aprendió en la vida (1933) y Hay que ser m o­ tario general del Partido Obrero de Unificación
dernos (1933). Marxista, convirtiéndose en diputado por Barce­
583 MAYANS Y SISCAR

lona en las elecciones de 1936. El estallido de la moderna, y recibió esta inquietud de su maestro
Guerra Civil le sorprendió en Santiago de Com- M anuel Martí*. A los autores de esta corriente,
postela, mal lugar para estar el 18 de julio, pues fue generalmente asociados a la época de Carlos III,
detenido y no recibió la libertad condicional hasta se les suele atribuir un rupturismo de origen fran­
diez años después, en 1946, año en que partió a su cés, políticamente revolucionario y tan crítico re­
exilio estadounidense, en el cual mantuvo una in­ ligiosamente que, en la mayor parte de los casos,
tensa relación personal y epistolar con conocidos conduce al ateísmo. No es el caso de Mayans,
exiliados, entre ellos Ramón J. Sender*. La justifi­ que, en esta línea, luchó por introducir en España
cación de este apretado resumen de su vida polí­ la moderna historiografía científica — fundó una
tica está en una obra centrada en tales cuestiones, Academia Valenciana en 1742, que fracasó en
en los conflictos de clase y en el compromiso ideo­ 1751— , pero matizando mucho todos los extre­
lógico, a veces marcada por un tono ciertamente mos mencionados, en el sentido en que él, siem­
panfletario, pero que sería punto de referencia pre próximo al erasmismo, usó fuentes no solo
inexcusable de la intelectualidad de izquierdas du­ francesas, sino españolas y europeas al margen
rante el franquismo. Destacan títulos como Los de cualquier radicalismo revolucionario, si­
hombres de la Dictadura (1930) y La Revolución guiendo el curso de la Ilustración europea junto
Española (1932), obra que se reeditó en París, en a los demás intelectuales valencianos del m o­
1966, como Revolución y contrarrevolución. mento. Muy influido por el historiador y erudito
italiano Ludovico Antonio Muratori, un ilustrado
MAURY Y CASTAÑEDA, Juan María (M álaga, católico, los trabajos de Mayans, aunque no son
1772-París, 1845) de estricta índole literaria, fueron fundamentales
Poeta y traductor. Educado en Francia e Inglate­ para comprender y comenzar a valorar la litera­
rra, su afinidad con José Bonaparte le llevó, al tura española de los siglos xv y xvi. Él fue quien
término de la Guerra de la Independencia, a exi­ acuñó la expresión Siglo de Oro (véase EDAD DE
liarse en París. M iem bro de la Real Academia ORO), que, en su opinión, era la que correspon­
Española, se dio a conocer como poeta en M a­ día a las letras hispanas del xvi, y a él se deben
drid con una poesía, en general, sentimental y, en ediciones de la obra de Juan de Valdés*, Ne­
ocasiones, de corte narrativo, siempre demos­ brija*, con quien compartía la defensa de la pu­
trando un profundo conocimiento de la métrica. reza idiomática de nuestra lengua, Juan Luis Vi­
Destacan largos poemas como La agresión bri­ ves*, fray Luis de León*, Nicolás Antonio* y
tánica (1806) y Esvero y Almedora (1840), aun­ Sánchez de las Brozas*. Colaborador del Diario
que lo que de verdad merece atención es su tra­ de los Literatos — en el que firmó sus textos con
ducción al francés de algunos clásicos españoles el seudónimo de Plácido Veranio— , mantuvo
titulada L ’Espagne poétique (1826). con los autores habituales en esta publicación
duras polémicas sobre la obra de Feijoo*. Fue,
MAYANS Y SISCAR, Gregorio (Oliva, Valencia, por otro lado, firme partidario de reformar la ora­
1699-1781) toria sagrada en favor de la sencillez, lo que,
Ensayista. Considerado una de las figuras clave unido al resto de sus actitudes independientes del
de la Ilustración* española, enseñó Derecho en poder y a su criticismo histórico, le supuso per­
la Universidad de Valencia y fue bibliotecario de secuciones y, finalmente, su obligado retiro.
la Biblioteca Real, cargo al que renunció, des­ Destacan, entre sus obras, la Oración en ala­
pués de lo cual, en 1740, se retiró a Oliva, donde banza de las obras de Diego Saavedra Fajardo
dedicó su vida a sus estudios y publicaciones, (1725), Oración que exhorta a seguir la verda­
que él mismo editaba, así como a mantener una dera idea de la elocuencia española (1727),
constante correspondencia con eruditos y litera­ Cartas latinas (1732), dedicadas al cardenal
tos de la época como Muratori y Voltaire. Solo al Fleury, El orador cristiano (1733), Vida de M i­
final de su vida recibió la atención del poder guel de Cervantes, incluida en el Quijote editado
cuando se le encargó, coincidiendo con la expul­ en Londres en 1737 y que es la primera biografía
sión de los jesuítas en 1767, un plan de reforma del gran escritor alcalaíno, Orígenes de la len­
de la Universidad española que jamás se puso en gua española (1737), considerada su obra funda­
práctica. Heredero de los novatores, o lo que es mental y en la que por vez primera se publica el
lo mismo «innovadores», de fines del xvii , o sea Diálogo de la lengua de Juan de Valdés, Ensayos
los científicos que se alejaron del aristotelismo y oratorios (1739), Retórica (1757), Vida de fra y
de la escolástica para defender la nueva ciencia Luis de León (1761) y, en cinco volúmenes, una
experimental y el humanismo racional renacen­ Vida de Virgilio (1778). A todo ello habría que
tista, fue una de las figuras del pensamiento re­ añadir numerosas ediciones del propio Virgilio,
formador español del siglo xvm, que se caracte­ de Horacio, Terencio, Cicerón y de la mayoría de
rizaban por buscar el contacto con la ciencia los clásicos españoles del xvi.
MAYMUN 584

MAYMUN, Moisés Ben -» Véase MAIMÓNI- hombre de oro (1998), La piel (1998), Amarillo
DES, Moisés. (1998), Angelus Novus (1999), Cartas de amor a
Stalin (1999) y El Gordo y el Flaco (2000), a las
MAYORAL, Marina (Mondoñedo, Lugo, 1942) que habría que añadir versiones de obras de Frie-
Narradora. Profesora de Literatura Española en la drich Dürrenmatt y Calderón de la Barca*.
Universidad Complutense de Madrid. En sus
obras aborda con enorme destreza literaria y MAYRATA, Ramón (Madrid, 1952)
emocional, pero sin evitar ciertos toques de iro­ Narrador, poeta y ensayista. A utor de una obra
nía y jugando a veces con estructuras qué recu­ ingente, destaca también como pintor y escultor.
rren al relato dentro del relato o a la multiplicidad Hay que m encionar sus obras narrativas Si me
de perspectivas, el mundo de los sentimientos, de escuchas esta noche (1991), El imperio desierto
las relaciones que se agotan, de la pasión en el (1992), El sillón malva (1994), A lí Bey, el A basí
amor, de la desazón ante la vida, a veces aden­ (1995) y M iracielos (2000), los poem arios E s­
trándose en situaciones destiladas por el misterio, pejo del amor y de la muerte (1971), Estética de
concentrándose siempre en los detalles que confi­ la serpiente (1972), Sin puertas (1996) y Confín
guran a sus personajes, entre los cuales traza con de la ciudad (1998), a los que hay que añadir,
gran precisión las figuras femeninas, sin caer ja ­ además de la obra teatral La Vía Láctea (1993),
más en las fáciles tentaciones que ofrece la litera­ los ensayos Por arte de magia (1982), El ojo de
tura específicamente femenina o, en el peor de los la arbitrariedad (1986; reed., 1992), La sangre
casos, feminista. Se trata, asimismo, de una escri­ del turco (1990), Viajes por Egipto y Asia Menor
tora que no se conforma con el relato lineal, de (1996; reed., 1998) y Relatos del Sahara (2001).
modo que en muchos de sus cuentos experimenta
tanto con las estructuras como con los registros, MEANA, Fernando (Figueras, Gerona, 1885-?,
provocando cruces de realidad y ficción de ex­ 1943)
trema originalidad y creando un escenario mítico Narrador. Apenas se sabe de la vida de quien,
al que ha llamado Brétama, en el cual transcurre bajo el seudónimo de Tirso Medina, escribió di­
gran parte de su obra. Es autora de novelas como versas novelas satíricas de corte realista, algunas
Cándida otra vez (1979), Al otro lado (1980), La de ellas al margen de los modos humorísticos de
única libertad (1982; reed., 2002), Contra muerte la época. Los títulos de algunas de ellas son: La
y amor (1985), Recóndita armonía (1994) y La dama de los peces de colores (1924), El asesino
sombra del ángel (2000). Asimismo, ha publi­ de la muñeca (1925), El monumento a Goro
cado los volúmenes de relatos Morir en sus bra­ (1928), Mis dos mitades (1929) y El asno encan­
zos y otros cuentos (1989), Recuerda cuerpo tado (1932).
(1998) y Querida amiga (2001), traducido por
ella misma, en los que el asunto central es la pa­ MEDEL, Elena (Córdoba, 1985)
sión amorosa, y diversos ensayos, entre ellos La Poetisa. Autora precocísima, en sus versos, muy
poesía de Rosalía de Castro (1974), Análisis de influidos por diferentes autores y corrientes, re­
textos (poesía y prosa españolas) (1977) y Rosa­ visa toda una mitología de la infancia con mirada
lía de Castro (1986). irónica y, a veces, cruel. Por sus poemas desfilan
Heidi, los Simpson y toda una galería de perso­
MAYORGA, Juan (Madrid, 1965) najes ligada a la cultura televisiva de los niños
Dramaturgo. Doctor en Filosofía y Matemáticas, de los años ochenta y noventa. Incluida en dife­
es profesor, desde 1998, de Dramaturgia, Histo­ rentes antologías, entre ellas La lógica de Orfeo
ria del Pensamiento y Sociología en la Real Es­ (2003), de Luis Antonio de Villena*, es autora
cuela Superior de Arte Dramático de Madrid, del poemario Mi prim er bikini (2002), con poe­
miembro del colectivo de escritura El Astillero y mas escritos cuando tenía 15 años y por el que
del consejo de redacción de la revista Primer recibió el Premio Andalucía Joven de Poesía del
Acto. Al margen del realismo*, es autor de un año 2001.
teatro de ideas, generalmente de corte histórico,
interesado en forzar la reflexión de los especta­ MEDINA, Francisco de (Sevilla, ?-1615?)
dores. Entre sus obras, destacan: Siete hombres Poeta de la escuela sevillana* que fue alumno de
buenos (1989), con la que recibió un accésit del Mal Lara*, profesor de latín en Jerez de la Fron­
Premio Marqués de Bradomín, M ás ceniza tera y catedrático en la U niversidad de Osuna.
(1992), que obtuvo un accésit del Premio Calde­ Autor de numerosas traducciones del latín, a las
rón de la Barca, El traductor de Blumetnberg que debe un enorme prestigio, escribió una «Oda
(1993), Concierto fa ta l de la viuda Kolakowski a Garcilaso» y el prólogo, a modo de manifiesto,
(1994), El sueño de Ginebra (1996), El jardín de las Anotaciones a Garcilaso (Sevilla, 1580),
quemado (1997), La mala imagen (1997), El de Femando de Herrera*.
585 MEDINA MEDINILLA

MEDINA, Juan de (M edina del Campo, Valla­ trumentos náuticos, cartas de navegación y ense­
dolid, 1491?-?, 1572) ñar a los pilotos. Medina alcanzó fama mundial
Tratadista. Conocido también como Juan Robles, como maestro en la ciencia náutica y llegó a ser
ha habido estudiosos que los han considerado consultado por el Consejo de Indias para deter­
como individuos diferentes, fundamentalmente minar la posición correcta de ciertas islas del Pa­
por el error a que indujo Nicolás Antonio* en su cífico, entre ellas Filipinas. Publicó una obra que
Bibliotheca hispana al hablar por separado de se tradujo a casi todas las lenguas cultas, Arte de
ambos. Los escasos datos biográficos que se co­ navegar (1545), ocho libros que se refundieron
nocen sobre él se deben al benedictino Antonio más tarde como libro didáctico en Regimiento de
de Yepes, abad y cronista general de la Orden. navegación (1552), al cual, a su vez reactuali-
Según este, se ordenó benedictino en Montserrat zado, se añadieron veinte Avisos en un nuevo Re­
en 1519 y fue prior y abad de numerosos con­ gimiento en 1563. Otras obras suyas fueron el Li­
ventos, entre ellos San Pedro de M ontes, Santa bro de las grandezas y cosas memorables de
M aría la Real de Nájera, San Vicente de Sala­ España (1548) y un tratado, en forma de diálogo,
manca y Zelorio, todo ello entre 1539 y 1564. sobre la religión y las virtudes titulado Libro de
Erudito de gran elocuencia en el arte de la predi­ la verdad (1554).
cación, consiguió que, tras hablar en numerosas
ocasiones sobre la limosna, se dictaran en Sala­ MEDINA, Vicente (Archena, Murcia, 1866-1936)
m anca y Valladolid una serie de ordenanzas Poeta. De. familia humilde, estudió Magisterio,
destinadas a socorrer a los pobres. Sus ideas al trabajó en una botica, fue voluntario en Filipi­
respecto consistían en que el Estado reglam en­ nas y contable en Cartagena. En 1905, por mo­
tara un sistema general de ayudas benéficas para tivos económicos, emigró a A rgentina, donde
los más necesitados, el cual sería después con­ fue maestro en Rosario de Santa Fe hasta su re­
trolado por cada una de las poblaciones en las greso a España en 1929. Aunque autor de algu­
que estos desarrollasen sus diversas ocupacio­ nos dramas rurales, entre ellos El rento (1898),
nes. Entre sus obras, destacan La venta de los debe su fama a la poesía, en su gran mayoría de
vasallos de las iglesias, veintiocho folios ma­ corte regional y nostálgico, con poemas senci­
nuscritos que se conservan inéditos en la Bi­ llos, al margen de las influencias modernistas y
blioteca Nacional de Madrid, Nueva traslación ricos en localismos del dialecto de la huerta
e interpretación de los cuatro Evangelios, murciana, el panocho, en los que predomina el
igualmente m anuscrita y conservada en El Es­ recuerdo de los paisajes y las costumbres de su
corial, si bien, a partir de 1792, se abordó el pro­ tierra, aunque también supo abordar cuestiones
yecto de publicarla, idea desechada tras haberse de carácter social y sentimental. Gozaron de po­
preparado ya la edición de los tres primeros to­ pularidad, y fueron muy elogiados por Azorín*,
mos; y, finalmente, De la orden que en algunos Clarín* o Maragall*, muchos de sus poemarios.
pueblos de España se ha puesto en la limosna Entre ellos, muy numerosos, destacan Aires
para remedio de los verdaderos pobres, escrita murcianos (1898) — obra que fue puliendo, am­
por indicación del arzobispo de Toledo hacia pliando y reestructurando a lo largo de su vida
1540, im presa en Salam anca en 1545 y reim ­ y que se publicó en su totalidad en Aires m ur­
presa en V alladolid en 1757 y 1766 com o La cianos, recopilación completa (1898-1928)
caridad discreta practicada con los mendigos, (Murcia, 1981)— , Alma del pueblo (1900), La
y utilidades que logra la república en su reco­ canción de la vida (1902), La canción de la
gimiento. huerta (1905), Canciones de guerra (1914),
Canciones para niños (1919), Sin rumbo
MEDINA, Pedro de (?, 1493?-Sevilla, 1567?) (1922), Aires argentinos (1927) y Belén de Pas­
Tratadista. Clérigo de cuyos datos biográficos tores y Villancicos (1932). A estos títulos hay
apenas se sabe, sí puede decirse que creció en la que añadir unas Obras completas, que, en vein­
residencia de los duques de M edinasidonia, que tiséis volúmenes, se publicaron en Rosario de
quizá se graduara en Sevilla, aunque se sospecha Santa Fe entre 1919 y 1927.
su autodidactismo, y que, sin duda, y debido a su
sólida formación, en 1520 fue nombrado tutor MEDINA MEDINILLA, Pedro (Sevilla, ?-a. de
del heredero de los duques. Experto en cuestio­ 1621)
nes de navegación, intentó que, ya al margen de Poeta. Nada se sabe de su vida salvo que, junto a
sus labores de tutoría, le nombraran cosmógrafo, Baltasar Elisio de Medinilla*, con el que no debe
para lo que envió un texto, Libro de Cosmogra­ confundírsele, estuvo muy próximo a Lope de
fía (1538), que le condujo al año siguiente a ocu­ Vega*, el cual lo elogió en El laurel de Apolo, al
par el puesto de examinador de pilotos en la Casa igual que Cervantes* en su Viaje al Parnaso. Au­
de Contratación, lo que le permitió construir ins­ tor de una égloga a la muerte de Isabel de Ur-
MEDINILLA 586
bina, incluida en La Filomena de Lope, sus obras (1959), Diario de una maestra (1961), Bibiana
dispersas se encuentran en el Parnaso español de (1963), El señor García (1966), Andrés (1967),
Juan José López de Sedaño*. que mereció el Premio Sésamo, La otra circuns­
tancia (1972), El bochancho (1974), E l fabuloso
MEDINILLA, Baltasar Elisio de (Toledo, 1585- imperio de Juan sin Tierra (1981), que repre­
1620) senta una incursión en la novela fantástica con
Poeta. Discípulo y amigo de Lope de Vega*, no ciertas dosis de trama policiaca e, incluso, de tra­
debe confundírsele con Pedro M edina M edini- gedia griega, y El urogallo (1982), libros a los
11a*, poeta también próximo a ambos. Tras una que hay que añadir, entre otros, volúmenes de re­
vida repleta de lances y problemas, literaria­ latos como Compás de espera (1954) y La última
mente mediocre, terminó siendo asesinado por xana (1986). Asimismo, ha publicado la biogra­
Jerónimo de Andrada y Rivadeneira, Señor de fía Isabel II de España (1966), Guía monumen­
Olías. Fue autor de poesías, escritas en su mayo­ tal y artística de Asturias (1970), un ensayo so­
ría a lo divino*, entre ellas, acaso la más célebre, bre la escritora sueca Selma Lagerlóf (1971), los
«La limpia Concepción de la Virgen Nuestra Se­ libros de recuerdos Atrapados en la ratonera:
ñora» (M adrid, 1617), en cinco cantos de octa­ memorias de una novelista (1980) y En el viejo
vas reales, y el poema narrativo «Descripción de desván (1991), una recopilación de conferencias
Buenavista, recreación de la vega de'Toledo» titulada ¿Podrá la ciencia resucitar al hombre?
(1617), sobre la finca del cardenal Sandoval y (1991) y la narración autobiográfica En celda co­
Rojas en la que se celebraban reuniones litera­ mún (1996), obra que la censura franquista le im­
rias; este poema está escrito a imitación de «La pidió publicar en 1963 y que cuenta su paso por
descripción de la abadía, jardín del duque de la cárcel tras haber participado en una manifesta­
Alba», de Lope, y el manuscrito en el que Medi- ción en apoyo a los mineros asturianos en 1962.
nilla lo amplió se encuentra en la Biblioteca Na­
cional de Madrid, en la que también figura un MEDIO SIGLO, Generación del -> Véase G EN E­
manuscrito de sus Obras divinas. Asimismo, fue RACION DEL 50.
autor, en prosa, de un Discurso sobre el remedio
de las cosas de Toledo (Toledo, 1618), de mar­ MEDRANO, Francisco de (Sevilla, 1565/1570-
cado acento local. 1606/1607)
Poeta. De familia acomodada, estudió con los je­
MEDINILLA, fray Cándido -> Véase BERMEJO, suítas y, en 1584, ingresó en la Compañía, que
Ildefonso Antonio. abandonaría en 1602 para regresar a Sevilla
como presbítero, después de haberse ordenado
MEDIO, Dolores (Oviedo, 1911-1996) sacerdote en Salamanca y de dedicarse a la ense­
Novelista. Después de estudiar, durante la infan­ ñanza en colegios de esta ciudad, así como en
cia, Música y Dibujo en la Escuela de Bellas Ar­ otros de G alicia y de Valladolid. Su muerte re­
tes, cursó la carrera de M agisterio, ejerciendo pentina mientras leía un romance a sus amigos
como maestra hasta 1945, fecha en la cual, tras fue la causa de que solo queden suyos cincuenta
la concesión del Premio Concha Espina a su y dos sonetos, la mayoría amorosos, en la -línea
cuento «Nina» — que sería publicado, en ese petrarquista neoplatónica y dirigidos a mujeres
mismo año, en un volumen dedicado a cuentistas • diferentes — Catalina de Salazar, Inés de Quiño­
españoles contemporáneos— , se trasladó a M a­ nes y María de Esquivel, nombres que, respecti­
drid, donde se dedicó al periodismo, al tiempo vamente, ocultan las Galatina, Flora y A m a­
que ampliaba sus estudios en la Escuela Superior ranto de los versos— , treinta y cuatro odas,
de Educación y en la Escuela Oficial de Perio­ influidas por Horacio a través de fray Luis de
dismo. Aficionada a la literatura desde niña — a León*, dedicadas casi en su totalidad a sus ami­
los nueve años organizó una compañía infantil gos, tres romances sacros, repletos de juegos
que representaba las obritas que ella misma es­ conceptistas, y dos décimas. Se trata, por decirlo
cribía— , su primera novela la escribió a los 12 de una manera global, de un poeta a medio ca­
años, aunque no llegó a publicarse. Enmarcada mino entre la escuela sevillana* y la salm an­
por la crítica dentro de la literatura social, en sus tina*, capaz de com binar los estilos de una y
novelas predominan las reflexiones existenciales otra. La publicación de estas poesías se llevó a
sobre la frustración, el vacío, la enajenación y la cabo, postumamente, en Palermo en 1617, junto
inútil y desesperada búsqueda de la autenticidad. a los Remedios de amor de Pedro Venegas Saa­
Destacan títulos como Nosotros, los Rivero vedra, buen amigo suyo. Hay que recordar una
(1952), novela galardonada con el Premio Nadal, anécdota: en uno de los manuscritos de la Epís­
Compás de espera (1954), Mañana (1954), Fun­ tola moral a Fabio aparece una nota marginal
cionario público (1956), El pez sigue flotando que la atribuye a M edrano, si bien Dámaso
587 MELÉNDEZ VALDÉS

Alonso*, sin duda el mejor y más atento estu­ por la Real Academia Española y editada en
dioso de su obra, demostró la autoría de Andrés 1780, fue considerado, por sus contemporáneos
Fernández de Andrada*. — quienes le admiraron sin reservas tras la lec­
tura, en 1783, de su oda «La gloria de las artes»
MEDRANO, Francisco Sebastián (M adrid, h. en la Academia de San Fernando— , el restaura­
1600?-?, 1653) dor de la poesía castellana, actividad a la que se
Poeta y autor teatral. Sacerdote, se doctoró en entregó vocacionalmente. Preocupado en corre­
Teología y fue tesorero del duque de Feria y pre­ gir constantemente sus versos, como demuestran
sidente de la Academia Poética madrileña. Su las distintas ediciones de su poesía, parte del aná­
obra literaria, compuesta por silvas, comedias no lisis de la naturaleza propio de la estética rococó,
representadas y alguna tragedia, nos ha llegado algo que se aprecia en poemas como «El Amor
gracias a la recopilación de su amigo Castillo So- mariposa», «El ricito» o «El lunarcito». Desde
lórzano*, quien publicó Favores de las musas estos presupuestos estéticos, paulatinamente va
(Milán, 1631), libro en el que se encuentran obras transformando sus concepciones a través de un
de juventud como la comedia mitológica La ven­ cierto prerromanticismo sentimental y subjetivo,
ganza de amor, la de enredo Lealtad, amor y sobre todo hasta 1795, para alcanzar, por fin, el
amistad o la tragedia, sobre san Juan Bautista y Neoclasicismo ilustrado en los años noventa del
escrita según los cánones neoaristotélicos de los siglo. Poeta en quien conviven dos tendencias,
cinco actos y la división en escenas, El lucero una formada por el bucolismo y el erotismo y,
eclipsado. Una segunda parte de Rimas, en la que otra, formada por el sentido filantrópico y la pro­
había poesías a lo divino*, sátiras, versos de ca­ fundidad filosófica, los casi quinientos versos
rácter bucólico y comedias como La luna de Va­ que escribió muestran diversidad de metros —hep-
lencia, se perdió en un naufragio. Por otro lado, tasílabos, silva, endecasílabos, etc.— , estilos, gé­
Medrano publicó diversos tratados de tema reli­ neros y temas, si bien los más numerosos están
gioso, entre ellos: Relación de la fiesta del Santí­ dedicados al amor, casi siempre en tono galante
simo Sacramento (1613), Soliloquios del Ave M a­ y delicado, al margen de las pasiones y contem­
ría (1629) y Caridad y misericordia que deben plando este sentimiento desde una perspectiva
los fieles... a las ánimas del Purgatorio (1650). lúdica en la que inocencia y malicia se combinan
con sutileza; ejemplos de esto son los poemas
MEJÍA, Pedro -> Véase M EXÍA, Pedro [o Pero]. «De mis niñeces» o «La paloma de Filis». No
obstante, algunos aislados como «El tocador» o
MELÉNDEZ VALDÉS, Juan (Ribera del Fresno, «El lecho de Filis» resultan menos suaves. Todos
Badajoz, 1754-Montpeílier, Francia, 1817) ellos, composiciones ligeras a menudo anacreón­
Poeta. Tras hacer sus primeros estudios en Almen- ticas aprendidas de Cadalso, están dedicados a
dralejo, pasó a la corte, donde estudió Lenguas clá­ nombres como la mencionada Filis, Dorila, Lisa
sicas y Filosofía para, en 1772, ingresar en la Uni­ o Galatea, tras los que seguro se esconden amo­
versidad de Salamanca a fin de estudiar Leyes, res reales de la juventud del poeta. Es a partir de
actividad que alternó con las Humanidades, disci­ 1780 cuando parece que su atención poética se
plina de la que llegaría a ser catedrático en esa centra más en cuestiones filosóficas y religiosas,
misma universidad. Este periodo de su vida es es­ así como en otras de carácter político marcadas
pecial, pues en esos días conoce a Cadalso* y Jo- por las ideas de la Ilustración*, y, por supuesto,
vellanos*, de quienes recibiría una profunda in­ sin olvidarse de la naturaleza. Lo filosófico suele
fluencia — sobre todo del primero— ; sin embargo, tender al tono elegiaco en poemas largos y medi­
en 1789, abandona la enseñanza para dedicarse a la tativos en los que se aprecia la fe del poeta en el
magistratura, en la que pasa de las Audiencias de orden del universo, en la bondad de su director,
Zaragoza y Valladolid a la de Madrid, ciudad en la Dios, y en la hermandad de los hombres. Filan­
que ejerció como fiscal del Tribunal Supremo. En trópico, Meléndez Valdés se muestra, además,
1798, al caer su amigo Jovellanos, es desterrado su­ moralmente partidario de la virtud, si bien aboga
cesivamente a Medina del Campo, Zaragoza y Sa­ por una religiosidad sin supersticiones ni fana­
lamanca, pero regresa a Madrid después de la abdi­ tismo, siempre tolerante, y deja ver una honda
cación de Carlos IV en 1808, y es nombrado preocupación por la injusticia y la frustración del
consejero de José I, presidente de la Junta de Ins­ ser humano. Ejemplos de esta poesía son «El in­
trucción Pública y, junto a Moratín*, miembro de vierno es el tiempo de la meditación», «El filó­
la Comisión de Teatros, cargo que ocupa hasta que, sofo en el campo», «La prosperidad aparente de
como consecuencia de la derrota del ejército napo­ los malos» o «La presencia de Dios». Al propio
leónico, se ve obligado a exiliarse al sur de Francia. tiempo, aquella naturaleza de sus inicios ya no
Figura esencial de la escuela salm antina*, ya está tan estereotipada, es más subjetiva y sus for­
desde que escribiera la égloga Batilo, premiada mas dependen de las reacciones que produce en
MELERO RIVAS

el sujeto que la contempla. Más introspectiva, lo llevó a preparar dos antologías de cuentos ara­
surge, frente a la emoción de lo sublime, la idea goneses en colaboración con Ramón Acín*, así
del tiempo destructor, el cual define dicha rela­ como los numerosísimos artículos y ensayos que
ción entre individuo y entorno, idea que viene de ha escrito sobre figuras de la talla de Benjamín
la epistem ología sensualista de ciertos poetas Jarnés*, el mencionado Acín o Ignacio Prat*.
franceses e ingleses, la cual le hace alejarse de M erece la pena señalar su libro de memorias
una poesía puramente descriptiva. Esto puede Leer para contarlo. M emorias de un bibliófilo
verse en poemas como «Del vivir de las flores», aragonés (2003), en el que se muestra como un
«ADorila», «El árbol caído» o «La tarde», en los cronista de estilo ágil capaz de contar historias
que surge el poeta melancólico y, por qué no, de­ divertidas y repletas de anécdotas.
sesperado. Es aquí, precisamente, donde conecta
con las dimensiones emocionales del Rom anti­ MELGAREJO, Luis (La Zubia, G ranada, 1977)
cismo* y acaso se convierte en su iniciador en Poeta y narrador. Licenciado en Filología Hispá­
España; el extremo del subjetivismo romántico nica por la Universidad de Granada, colabora en
llega en su poema dedicado a Jovellanos, «A Jo- la revista Letra Clara y sus poemas están inclui­
vino, el melancólico» (1794), en el que aparece dos en diferentes antologías. Ganó el Premio Fe­
acuñada la idea del fastidio universal tap defini­ derico García Lorca de Relato con Koldo (1997),
tiva para entender las actitudes de esta corriente al que seguirían las plaquettes El cepo (1999) y
literaria. De igual forma, puede apreciarse tam­ La persona equivocada (2000), que serían in­
bién el sentir romántico en los dos romances de cluidas en su primer poemario: El libro del cepo
«Doña Elvira», leyenda incompleta en la que (2000), con el que obtuvo el Premio Hiperión.
está presente el tenebrismo. Así pues, debe que­
dar claro que en él confluyen la animosidad ro­ MELINI, Nicolás (Santa Cruz de La Palma, 1969)
mántica con las actitudes filosóficas de la Ilus­ Narrador y guionista. Crítico cinematográfico, es
tración, unidas, en último término, a un afán autor de diferentes guiones de cortometrajes. En­
cientifista, defensor del progreso y atento a los tre sus obras destacan el libro de cuentos Histo­
problemas de colectivos como el de los campesi­ ria sin cariño de Remedios Quiero Besarte
nos, algo que define poemas como «Epístola al (1999) y la novela El futbolista asesino (2000).
príncipe de la paz», «Los segadores», «Los ara­
dores», «La vendimia» o las odas a José I. Forma MELLIZO, Felipe (Córdoba, 1932-Madrid, 2000)
parte esta visión de una conciencia política pre­ Narrador y ensayista. Licenciado en Derecho y
sente en los romances «Alarma española» y en Periodismo, colaboró en numerosas publica­
«Alarma segunda a las tropas españolas», que, ciones, fue corresponsal del diario Pueblo en el
aunque dejan claros sus sentimientos de dolor extranjero, redactor de la agencia Efe, de la que
por la situación española ante la invasión fran­ sería presidente en 1986, director de diversos
cesa, no le impedirían ni quedar seducido por las espacios televisivos y radiofónicos y colabora­
ideas ilustradas ni jurar fidelidad colectiva a José dor del diario El País. Además de dos novelas,
Bonaparte. Pese a que publicó una comedia sin Los redimidos (1962), por la que recibió el Pre­
éxito, Las bodas de Camacho el rico (1784), y mio Leopoldo Alas, y Otra manera de cantar
unos Discursos forenses, editados, postum a­ el tango (1986), y del libro de relatos Arturo,
mente, por su amigo Quintana* en 1821, son las rey (1976), publicó ensayos como El lenguaje
Poesías, como queda dicho, las que, además de de los políticos (1968), Literatura y enferm e­
mostrarlo como autor preocupado por su obra, le dad (1979) y De letras y números (1986), entre
consagraron como el primer poeta español del si­ otros.
glo xviii. La primera edición de estas es de 1785,
a la que siguieron la de Valladolid — en tres vo­ MELO, Francisco Manuel de (Lisboa, Portugal,
lúmenes— en 1797, la de Valencia en 1811 y, ya 1608-Alcántara, Portugal, 1666)
tras su muerte, la de M adrid de 1820. Tiempo Tratadista, poeta y autor teatral. De familia no­
después, aparecerían unos «Besos de Amor» ble, quedó huérfano a los 18 años y se alistó en
(1894), en 1954, el volumen de Poesías inéditas uno de los tercios portugueses que reclutó Felipe
a cargo de Rodríguez-M oñino* y, en 1964, la IV en 1629 con destino a Flandes, aunque no
Correspondencia relativa a la reunión de los pudo llegar allí a causa del naufragio de su barco,
hospitales de Avila. motivo por el cual regresó a la corte, donde al­
ternó residencia con Portugal. Desde ese m o­
MELERO RIVAS, José Luis (Zaragoza, 1956) mento, en el que se inicia una vida repleta de
M emorialista y bibliófilo. Se trata fundamental­ azares, desempeña im portantes misiones polí­
mente de una figura de la bibliofilia aragonesa, tico-militares para el conde-duque de Olivares
aunque hay que destacar su labor editorial, que hasta llegar a ser nombrado gobernador de Ba­
589 MENA

yona, en Galicia. Pero quizá su destino más rele­ variadas de las que merece aunque solo sea una
vante fuera el de maestre de campo en el ejército mención su novela picaresca en portugués Escri­
del marqués de los Vélez, puesto del que fue en­ torio avarento, una de las más importantes de su
cargado en 1640, al estallar la sublevación cata­ época.
lana, y que le llevaría a narrar, por iniciativa del
citado marqués, los episodios de dicha campaña MEMBA, Javier (Madrid, 1959)
en la que es considerada su obra fundamental, Novelista. Relacionado con el mundo del cine
Historia de los movimientos, separación y Gue­ en la realización de cortometrajes, es uno de los
rra de Cataluña (Lisboa, 1645), escrita en una representantes de la nueva narrativa española,
excepcional prosa castellana y que publicara privilegio conseguido tras la publicación de no­
bajo el seudónimo de Clemente Libertino. Acu­ velas como Hotel Savoy (1987), Homenaje a
sado de conspiración contra el rey, había sido an­ Kid Valencia (1989) y Disciplina, que, aunque
tes encarcelado por Olivares y, tras ser liberado anterior a las otras, no apareció hasta 1991. Es
por falta de pruebas, en 1641 volvió a Portugal, autor, asimismo, del volumen de relatos Textos
donde entró al servicio de Juan IV, para el que del desastre.
desempeñó importantes tareas diplom áticas en
Inglaterra y Holanda, decantándose, además, por MENA, Juan de (Córdoba, 1411 -Torrelaauna,
la independencia. Una nueva acusación, esta de M adrid, 1456)
asesinato, le lleva al destierro en Brasil entre Poeta. Poco se sabe de la vida de quien es una de
1655 y 1658, al regreso del cual se dedicó total­ las máximas figuras de la literatura española de
mente a su actividad literaria. todos los tiempos. Lo que se conoce es gracias
De entre sus numerosas obras, en las que abun­ a Hernán Núñez*, com entarista del Laberinto
dan las com posiciones líricas de corte concep­ — pieza clave de Mena, como veremos— en la
tista — muchas de ellas a imitación de su amigo edición de 1499. Frente a la mayoría de los poe­
Quevedo*— , tanto en castellano como en portu­ tas de la corte de Juan II*, Mena es fundamental­
gués, destaca la ya mencionada Historia, com ­ mente un hombre de letras, entregado en cuerpo
plejo estudio, en cinco libros, de las circunstan­ y alma a su obra, y no uno de esos poetas-guerre­
cias políticas de ese momento y todo un alarde ros típicos de las crónicas* del siglo xv. Parece
de imparcialidad a la hora de analizar las razones ser, aunque no es algo suficientemente probado,
del enfrentamiento de los catalanes con la corona que pertenecía a una familia de conversos, que
española. La obra, inspirada en Tácito e influida estudió en su ciudad natal, en Salamanca, en
por Hurtado de Mendoza* y su Guerra de Gra­ cuya universidad se licenció de maestro en Ar­
nada, demuestra, además de un gran dominio del tes, y, bajo la protección del cardenal Juan de
castellano, apoyada por la frecuencia de aciertos Torquemada, en Florencia -—ciudad en la que pa­
constructivos, lo que lleva a pensar en la inten­ rece que tomó las órdenes menores— , que se
ción literaria de su autor, demuestra, digo, un só­ casó dos veces y que no tuvo hijos. Cuando re­
lido mundo intelectual, lo que se traduce en las gresó de Florencia, fue nombrado «secretario de
muchas reflexiones de gran belleza. A ella, hay cartas latinas» por Juan II, y, a partir de ahí, es­
que añadir otras de menor relieve como Política tuvo en contacto con los más destacados perso­
m ilitar (1638), algunos tratados en favor de la najes políticos y literarios del momento. Fiel
independencia portuguesa, tales como Declara­ siempre al rey y a don Alvaro de Luna*, fue
ción p o r el reino de Portugal (1643) y D em os­ nombrado cronista real como recompensa por
tración po r el reino de Portugal (1645); biogra­ haber compuesto el Laberinto de Fortuna, obra a
fías, de las que destacan una de san Francisco, la que inmediatamente nos referiremos. Célebre
titulada El mayor pequeño (1647), y El Fénix de en su época, Mena fue calificado por Nebrija*
África (1649), centrada en la vida de san Agustín como un clásico, como el poeta español por ex­
— ambas incluidas, junto a otros tratados ascéti­ celencia. Tras su muerte — sobre cuyos motivos
cos, en Obras morales (Roma, 1664)— , un volu­ se especula diciendo que fue a consecuencia de
men de Cartas familiares (1664) y una colección la caída de un caballo o por una enfermedad— ,
de poesías portuguesas y castellanas titulada Las fue enterrado en Torrelaguna a expensas del mar­
tres musas del Melodino (1649), cuya edición se qués de Santillana*, uno de sus más devotos ad­
amplió en Obras métricas (1665). Al propio miradores.
tiempo, hay que mencionar la moralista Carta de Por lo que se refiere a su obra, hay que advertir
guía de casados (1651); la miscelánea, que in­ que resulta imposible dotarla de una cronología
cluye cinco investigaciones históricas, titulada fija, salvo en el caso del Laberinto, del que al
Epanáforas de varia historia portuguesa (1660); menos se sabe que fue terminado en febrero de
la com edia Auto do fid a lg o aprendiz (1676), y 1444. Salvo este largo poema, el resto de su pro­
los Apólogos dialogais (1721), entre otras obras ducción está inmerso en el estilo palaciego de los
MENA 590

poetas del momento. Dos son los grupos en los están destinadas a una minoría, es en el que
que pueden dividirse sus obras: están compuestas el Claro-escuro y la Coro­
nación del marqués de Santillana, además de
1. Obras de corte trovadoresco y cortesano. Se la que es su obra fundamental, el Laberinto
trata, en su mayoría, de com posiciones bre­ de Fortuna. La primera de ellas — compuesta
ves, en metros cortos, de temática política y de estrofas de ocho versos de arte mayor para
amorosa, otras que siguen la estructura de pre­ los escuro y de coplas en octosílabos para la
guntas y respuestas y algunos decires mora­ narración más sencilla, lo claro— es una
les. Las poesías políticas son las que se pue­ mezcla de la poesía cancioneril con diversas
den fechar de manera más fiable, pertenecen a formas alegóricas en la que, de modo cul­
la madurez del poeta y son posteriores al La­ tista, se construye un episodio am oroso re­
berinto. Elogiosas con don Alvaro de Luna y gido por los usos de la poesía cortesana. En
con Juan II, exhortan a la unidad nacional, se cuanto a la Coronación — escrita para cele­
inspiran en los acontecimientos políticos del brar el triunfo de íñigo López de M endoza en
momento, sobre todo en las victorias m ilita­ la toma de Huelm a contra los moros en
res, y, como queda dicho, son muy breves. En 1438— , se trata de una alegoría, compuesta
las amorosas, propias de la lírica del siglo xv, en cincuenta y una quintillas dobles de arte
el amor cortés, que va perdiendo vigor y no­ menor (octosílabos), en la que, tras una des­
vedad, tiende a ser expresado fríamente con cripción de los horrores del infierno, el autor
complicados recursos estilísticos y de versifi­ asciende al Monte Parnaso, en donde asiste a
cación. Difíciles de datar, hay quien, como la coronación, como excelso poeta, del m ar­
José Amador de los Ríos*, se ha atrevido a si­ qués de Santillana. Puede afirm arse que es
tuarlas en la juventud del autor, si bien no hay una obra puente entre los dos estilos de
evidencias que apoyen dicha hipótesis. Como Mena, y sirve para, a través de su pretencio-
ejemplo, pueden citarse las que comienzan sidad, reconocer a los autores favoritos del
Donde yago en esta cama y Muy más clara poeta, los cuales van apareciendo uno detrás
que la luna. Sobre las preguntas y respuestas de otro: Homero, Lucano, Virgilio, Séneca,
hay que decir que, como demuestra el Cancio­ Ovidio, Vegecio y Boecio. Las estrofas del
nero de Baena (véase CANCIONERO), el de­ poema van acom pañadas de un com entario
bate poético es una convención literaria muy en prosa — ambos em papados de artificios
popular en ese periodo de la literatura. Lejos estilísticos: hipérbatos exagerados, latinis­
de ejercitarse, como los juglares*, en el arte mos léxicos y sintácticos, alusiones constan­
de la calumnia, Mena se sirve de este modo de tes a la m itología clásica— , que sirve para
poetizar solo para divertirse junto a su colabo­ conocer a sus autores favoritos y sus opinio­
rador, el ya citado marqués de Santillana*. nes sobre los estilos poéticos, así como para
También breves, suelen detenerse tras la pri­ entender su interés por la erudición filoló­
mera respuesta. A veces, como sucede en los gica. La intención de crear una lengua litera­
cancioneros, se trata simplemente de «adevi- ria distinta de la vulgar, propósito ya presente
nan?as» triviales. Por lo que se refiere a los en el comentario en prosa a esta Coronación,
decires morales, su centro son las cuestiones se desarrollará de una manera más precisa en
morales típicas del siglo xv; así sucede, por el verso.
ejemplo en Razonamiento que face... con la
Muerte, en el cual, teniendo como punto de Pero el poema en el que hay que detenerse nece­
referencia el esquema dialogado de las D an­ sariamente es el Laberinto de Fortuna, que,
zas de la Muerte*, y a través de los temas del como ya queda dicho, Mena terminó de escribir
ubi sunt? y de la muerte niveladora, Mena en 1444 y que dedicó a Juan II. También cono­
llega a las conclusiones cristianas de un modo cido como las Trescientas, a pesar de que las es­
y con un estilo que hace sospechar que se trata trofas que lo componen no son tales, sino dos­
de una composición de juventud. El Dezir que cientas noventa y siete — a las que, en las
fizo... sobre la justicia e pleytos, e de la grant ediciones clásicas, se añadieron tres más— , está
vanidad deste mundo, aunque sin unidad, ya escrito en octavas de arte mayor o de verso do­
que está a medio camino entre la sátira sobre decasílabo, si bien abundan los de once sílabas.
la justicia y la convencionalidad de un sermón El poeta creía que a través de este poema alegó­
sobre la inestabilidad de la fortuna humana, rico, que toma su idea general de la Divina Co­
resulta algo más original. media, de Dante, el castellano podía elevarse a la
2. Obras de tipo italianizante y de corte clá­ altura del latín. Su estructura responde a un tema
sico. En este segundo estilo de M ena, en el general de carácter mitológico en el que se inter­
que se muestra como poeta culto cuyas obras calan una serie de episodios históricos. En resu­
591 MENA

men, nos cuenta cómo el poeta, arrebatado por el rarias, ya que la idea de una Castilla fuerte y
carro de la diosa Belona, es transportado al pala­ unida permanece inevitablem ente asociada a
cio de la Fortuna, en el cual, guiado por la Provi­ otra respecto a la grandeza lingüística. A co­
dencia, contempla la máquina m undana y, en mienzos del xv, el castellano era considerado
ella, tres ruedas, dos inmóviles, representación una lengua bastarda del latín, por debajo, en
del pasado y del porvenir, y una en movimiento cuanto a su literatura, de Homero o Virgilio. A
que representa el presente. Cada rueda consta de lo largo del siglo, son varios los autores que se
siete círculos, influidos por los siete planetas, en proponen terminar con esta situación reputando
los que el autor sitúa a los más variados persona­ al castellano. Juan de Mena, en concreto, es
jes: en la rueda del pasado están los históricos y quien pretende de forma más radical revelar las
mitológicos; en la del presente, haciendo una sín­ posibilidades inherentes de su lengua acercán­
tesis de la Historia de España, sitúa a destacados dola todo lo posible al latín, que conocía en pro­
poetas, reyes y magnates; y, en la del futuro, se fundidad. De tal suerte, y toda vez que conside­
dedica a pronosticar las glorias de Juan II, al que raba la lengua romance seca y árida, introduce
ve como inminente artífice de la unidad y gloria numerosos latinismos que convierten su lectura
nacionales, aunque, cuando intenta ver más en difícil. Así, incorpora vocablos latinos al cas­
claro, la visión se desvanece. tellano (caso de belígero), utiliza términos de
El poema, obviam ente, está muy influido por origen latino restituidos a su forma etimológica
Dante, aunque también están presentes los ecos (así sucede, por ejemplo, con pluvia), otros res­
de Virgilio y Lucano — sobre todo de las Geór­ tituidos a una acepción latina que no tenían ya
gicas y de la Farsalia— , preferencia por los clá­ en castellano (inhumano por sobrehumano),
sicos que dem uestra la preocupación de Mena crea analogías a partir de sufijos latinos (ome-
por dignificar y elevar poéticamente a la lengua rio), emplea el ablativo absoluto (la cual, mis
castellana. Al igual que Dante, nuestro autor plegarias oídas, implora), utiliza el participio
pretendía renovar su lengua por medio de los presente como adjetivo (fueron las causas a m í
clásicos, y no a partir de ninguna lengua vulgar. latitantes), como gerundio (mas fúyenles ellos,
Se ha destacado la importancia que en el poema su tacto negantes) o con valor de oración de re­
tiene el elem ento moral: M ena no intenta solo lativo (Pentapolín conocimos siguiente), usa la
halagar el orgullo nacional, sino mover a los oración de infinitivo (desque sentida la su pro­
castellanos a tom ar conciencia de su destino y, porción / de humana form a non ser discre­
con valor y virtud, prestarle servicio. El poeta pante), separa el sustantivo y el adjetivo (¡O
condena los vicios que debilitan a Castilla y elo­ matador de mi fijo cruel!), intercala palabras en
gia las virtudes contrarias, representadas por expresiones hechas (vayan de gente sabidos en
don Alvaro de Luna, el conde de N iebla y, por gente), o sustituye nombres personales o geo­
supuesto, Juan II. Políticam ente, parece existir gráficos por alusiones perifrásticas (los muros
un deseo de que las diferentes facciones enfren­ que Febo ha travado, en donde alude a Troya).
tadas se unan para expulsar a los moros, y, en Asimismo, introduce diversos aspectos arcai­
suma, un ofrecim iento a Juan II para que tome zantes, tanto en el vocabulario (mesnada), como
las riendas de este supuesto movimiento nacio­ en la sintaxis, por ejemplo usando el adjetivo
nal y continúe la cruzada en la que sus anteceso­ con función adverbial (respóndeme breve como
res ya se habían distinguido. Por otro lado, las sabidora) o con función de partitivo (fallamos
ideas paganas de la antigüedad, los hados y la muy pocos de tales), o empleando el posesivo
Fortuna, que consideraban la suerte hum ana arcaico con artículo (la su barca) y los pronom­
como consecuencia de un azar ciego, se enfren­ bres enclíticos (hanles partido).
taban a la Providencia cristiana, paganismo y Pero de Mena se sospecha que fue autor, tam ­
providencialismo entre los que fluctúa el poeta. bién, de obras en prosa. Al margen del ya citado
Pero Juan de Mena no habla en contra de la For­ comentario a la Coronación, se le ha atribuido
tuna; su intención, mucho más ambiciosa, es re­ una Ilíada en romance, versión del texto de Ho­
formar el ambiente moral de la nación y evitar mero traducida, a su vez, de la versión latina de
que el espíritu guerrero de sus com patriotas se Píndaro Tebano, algo que nadie llegó a saber en
consuma en luchas fratricidas, proponiendo que, su tiempo, y en la que, bajo el título de Omero
con un sentido patriótico, aquel se dirija contra romangado, de nuevo abundan los latinismos y
los moros. la ornamentación. Además, se dan por suyas va­
Por lo que se refiere al estilo y los modos litera­ rias obras menores de estilo más llano y carácter
rios del poema, cabe decir que es la cumbre de didáctico. Esta forma de escribir tiende a lo na­
la influencia de lo alegórico y de Dante en el si­ rrativo y, en ella, el autor aclara los neologismos
glo xv. Lo anteriormente dicho respecto a las in­ parafraseándolos, dejándose llevar tan solo por
tenciones políticas no está desligado de las lite­ algunas alusiones clásicas. Por lo que se ve,
MENA 592

Mena era capaz de ajustar su estilo al tema que Premio Francisco de Quevedo, Puertas urgentes
tratara y según fuese la intención artística. Ejem­ (1980), El otro libro de Job (1982), La zarza ar­
plos de estas obras son el Tratado sobre el título diendo (1985), por el que le fue concedido el
de duque, tendente, no obstante, a una cierta or­ Premio Jorge Manrique, y Este milagro nuestro
namentación, el tratado genealógico Memoria de (1986), Premio Provincia de Guadalajara. Ha pu­
algunos linajes, el proemio del Libro de las vir­ blicado, asimismo, algunos libros en prosa, entre
tuosas v claras mujeres, de Alvaro de Luna, en ellos Epistolario de Arturo Gazul (1982) y Ma-
el que, prescindiendo de latinismos léxicos, aún zantino: un hombre para el folklore manchego
permanecen los sintácticos, y el Tratado de (1985).
amor, de estilo directo y sencillo, cuyo contenido
coincide, en parte, con el del círculo de Venus en MENASSA DE LUCIA, Alejandra (Madrid, 1972)
el Laberinto. Poetisa. Licenciada en Medicina por la U niver­
Queda mencionar, por último, la que es la última sidad de Alcalá de Henares, forma parte de los
obra de Juan de Mena, Debate de la Razón con­ talleres de la editorial Grupo Cero, de cuya es­
tra la Voluntad — también conocida como Co­ cuela de psicoanálisis es psicoanalista y donde,
pla de los pecados mortales— , interrumpida por además, coordina el taller de poesía. Es autora
la muerte del autor y en la que, en la tradición de los poemarios Primera inquietud (1995), A l
del diálogo medieval, se vuelve a la alegoría, en oído del viento (1999), La m uerte en casa
este caso más sencilla que en el Laberinto. En (2001), galardonado con el Premio Pablo Me-
ella, bajo un tono moral ascético, se aborda la nassa, y La llave de los días (2002). Ha publi­
disputa que la Razón mantiene con los pecados cado, asimismo y entre otros trabajos clínicos,
mortales. Psicoanálisis y medicina (2001), que recibió el
Es interesante recordar aquí la tan discutida pa­ Premio Pablo Menassa.
ternidad del prim er acto de la Celestina, del
cual su autor, Fernando de Rojas*, afirmaba MENCHACA, Antonio (Las A renas, V izcaya,
que ya lo había encontrado escrito; él mismo 1921)
dice: «no tenía su firma del autor, el cual según Narrador. Capitán de corbeta de la Armada, ha
algunos dizen fue Juan de Mena». Lo m encio­ trabajado en medios periodísticos, en los que ha
namos solo por consignar una posibilidad a la desarrollado una importante labor humanística.
que la crítica ha prestado atención, así como a En sus textos, donde destaca el afán memorialís-
la sospecha de que Mena hubiese podido parti­ tico y los rasgos esenciales de la novela histórica,
cipar en la Crónica de Juan II, participación ne­ se aprecia un modo tradicional de narrar y de
gada con solvencia por M enéndez Pelayo*. Las construir la trama, así como profundos conoci­
obras de Mena, que influyeron extraordinaria­ mientos tanto históricos como de materia m ari­
mente hasta bien entrado el siglo x v ii , fueron nera. Entre sus novelas destacan La rosa de los
editadas y com entadas, además de por el ya vientos (1999) y una trilogía compuesta por las
m encionado Hernán Núñez, por el hum anista novelas, publicadas en 1995, La Crisálida, Amor
Francisco Sánchez de las Brozas* en 1582, que siempre asediado y Las cenizas del esplendor.
consideró a Mena como el paradigma de la poe­
sía heroica y moral. MÉNDEZ, Concha (Madrid, 1898-México, 1986)
Poetisa. Esposa de Manuel Altolaguirre*, deben
MENA, Miguel (Madrid, 1959) recordarse poemarios suyos como Surtidor
Narrador. Locutor de Radio Zaragoza y colum­ (1928), Canciones de mar y tierra (1930), Niño
nista de El Periódico. Considerado un renovador y sombras (1936), Sombras y sueños (1944) y Vi­
de la novela policiaca y de aventuras, género en llancicos (1949), a los que hay que añadir Vida a
el que ha introducido el sentido del humor, así vida y Vida o río, que se editaron en un mismo
como las técnicas del cine de enredo, acabando volumen en 1979, y el libro de recuerdos, publi­
con los tópicos y lugares comunes del género. cado postumamente, M emorias habladas, m e­
Destacan sus novelas Bendita calamidad (1996), morias armadas (1991).
El escondite inglés (1998), Onda media (1999) y
Cambio de marcha (2000). MÉNDEZ, Gloria (Ferrol, La Coruña, 1969)
Narradora. Estudió Filología Española en la Uni­
MENA CANTERO, Francisco (Madrid, 1936) versidad de Barcelona y fotografía en París, ma­
Poeta. Autor de numerosos poemarios, deben teria esta que ha enseñado en la Universidad
destacarse algunos como Aún no lia llegado ayer Anahuac de México. Fotógrafa y traductora, es
(1972), Esta ausencia total (1975), que mereció autora de guiones cinematográficos, así como de
el Premio Ricardo Molina, Mar de altura (1978), la novela El informe Kristeva (1997), indagación
Diario de una bruja (1979), galardonado con el apócrifa sobre un personaje apócrifo.
593 MÉNDEZ RUBIO

MÉNDEZ, José (1985), Bretanya, Esmeraldina (1987) y Arraia-


Poeta. Autor de una poesía que en sus inicios ten­ nos (1994), volumen de relatos publicado en es­
día a la síntesis, acaso influida por José Ángel pañol en traducción de Luisa Castro*, al igual
Valente*, y que se ocupaba del paso del tiempo, que la antología Fría Hortensia y otros cuentos
de la huidiza realidad a través de lo íntimo en un (1999), donde se recogen diversas traducciones
momento en que la poesía comenzaba a abando­ al español de sus originales gallegos. Entre los
nar el culturalismo en favor de lo figurativo. Y poemarios, merecen mención Voce na néboa
esa es la línea que siguió después el autor, al (1957), Antoloxía p opular (1972), con poemas
margen de las corrientes poéticas, buscando los firmados por el heterónimo Heriberto Bens, Con
instantes de la cotidianidad de manera obsesiva, pólvora e magnolias (1976) — traducido al espa­
tratando de fijarlos en el poema, de evitarles el ñol en 1994 en edición prologada por Antonio
deterioro del recuerdo. En su poesía, donde con­ Gamoneda* y que, ya en su día, recibió el Pre­
fiesa que «escribir es aprender a convocar el si­ mio de la Crítica— , Sirventés pola destrucción
lencio», conviven un profundo sentimiento telú­ de Occitania (1975), Poesía enteira de H eri­
rico con la reflexión existencial más propia de berto Bens (1980), que incluye el apenas citado
autores como Claudio Rodríguez*, Gamoneda* y los poemas de la mencionada Antoloxia popu­
o Luis Rosales*. Destacan sus poemarios El ofi­ lar, O fin dun canto (1982), Erótica (1992) y Es­
cio de la necesidad (1980) y la antología La mi­ tirpe (1994). Es autor, asimismo, de diversos en­
rada (2002), en el que a sus tres libros anteriores sayos, entre los cuales figura, por ejemplo, De
se suma el inédito Ahora que es siempre después. Pondal a Novoneyra (1984).

MÉNDEZ BEJARANO, Mario (Sevilla, 1857-Ma- MÉNDEZ NIETO, Juan (Portugal, siglo xvi-Car-
drid, 1931) tagena de Indias, comienzos del XVII)
Crítico y ensayista. Catedrático de instituto, Tratadista. Aunque no terminó sus estudios de
ejerció en Granada y M adrid, siendo, además, Artes y M edicina en Salamanca, ejerció como
diputado en varias legislaturas. Conocido por médico en diversas localidades españolas, entre
sus libros de texto sobre Literatura e Historia li­ ellas Toledo y Sevilla. Se sabe que en 1562 es­
teraria, su erudición le llevó a publicar ensayos taba en Santo Domingo y, en 1569, en Cartagena
tan interesantes como H istoria política de los de Indias, donde murió. La mayoría de sus obras
afrancesados (1902), Vida y obras de don José están inéditas, aunque merecen destacarse dos
Blanco y Crespo (W hite) (1905), que fue pre­ obras terminadas en 1607, De la facultad de los
miado por la Real Academia Española, La cien­ alimentos y medicamentos indianos y la autobio­
cia del verso (1908) y Bibliografía hispalense grafía Discursos medicinales.
de ultramar (1912).
MÉNDEZ RUBIO, Antonio (Fuente del Arco, Ba­
MÉNDEZ FERRÍN, Xosé Luis (Orense, 1938) dajoz, 1967)
Narrador y poeta en lengua gallega. Licenciado Poeta y ensayista. Profesor en el Departamento
en Filología Románica en Madrid, desde muy jo ­ de Teoría de los Lenguajes de la Universidad de
ven militó en el nacionalismo radical. Colabora­ Valencia, es la suya una poética de hondos pos­
dor en prensa, activo polem ista y defensor de tulados especulativos, en la cual, frente a las co­
postulados independentistas, desarrolló una in­ rrientes del pensamiento débil, se manifiesta una
tensa actividad política que le creó numerosos comprometida conciencia ética y civil, un huma­
problemas con el franquismo, lo que lo llevó a la nismo nuevo que se enfrenta al conservadurismo
cárcel. Se trata, sin duda, de una de las figuras neutral tan en boga en los esteticismos más ac­
fundamentales de la cultura gallega actual, así tuales. Su contemplación no se dirige a la reali­
como de uno de los renovadores de la literatura dad exterior, sino a sí misma como objeto de re­
en lengua gallega. Su ideología, más aún que sus flexión, a través de poemas breves y concretos,
simples convicciones, se traslada a una obra en alejados de la imaginería gratuita, a menudo
la que lo biográfico desempeña un papel funda­ construidos en heptasílabos y sin dejarse tentar
mental. En sus textos conviven la más dura reali­ por ningún efectismo. En gran medida se trata,
dad social, como por ejemplo los problemas de como ha señalado la crítica, de una poesía que
los pescadores o la emigración, con la fantasía busca la pureza. Es autor de poemarios como
más absoluta, referentes míticos propios de la Llegada a Dublín (1988), Fugitivo tesoro
im aginación celta. Deben destacarse libros na­ (1993), El fin del mundo (1995), Un lugar que
rrativos como Percival e outras historias (1958), no existe (1998) y Trasluz (2002), así como de
O crepúsculo e as form igas (1966), Elipsis e ou­ los ensayos El conflicto entre lo popular y lo ma­
tras sombras (1971), Antón e os inocentes sivo (1995) y Encrucijadas. Elementos de crítica
(1976), Crónica de nós (1980), Arnoia, Arnoia de la cultura (1997).
MENDICUTTI 594

MENDICUTTI, Eduardo (Sanlúcar de Barra- pulsado de la Universidad Complutense por sus


meda, Cádiz, 1948) actividades políticas cuando estudiaba Econo­
Narrador. Titulado en Periodismo por la antigua mía y Ciencias Políticas. En 1980 ingresó en el
Escuela Oficial de Madrid, ha colaborado en nu­ Alto Comisariado de las Naciones Unidas para
merosas publicaciones, entre ellas, y más recien­ los Refugiados (ACNUR), lo que lo llevó a par­
temente, en el diario El Mundo. Sus comienzos ticipar en diferentes program as de ayuda en
literarios fueron con relatos y novelas cortas que África y Sudam érica hasta que, en 1990, fue
le valieron premios como el Sésamo en 1973, por trasladado a G inebra como encargado de las
Tatuaje — que permanece inédita— , y el Café Gi- operaciones especiales y en 1991 nombrado Co­
jón en 1974 por Ceniza, que fue editada en 1975. ordinador Humanitario de Naciones Unidas en
Desde este momento se hace público uno de los los Balcanes, puesto desde el que dirigió la ma­
mundos literarios más irónicos y, hasta cierto yor operación de la historia de la ONU, consi­
punto, cínicos del panorama actual, si bien esta guiendo con ello consolidar su prestigio interna­
apariencia de humorismo no consigue ocultar un cional. En 1993 es trasladado a Bruselas y en
profundo dolor que trasciende a todas las histo­ 1994 se presenta como candidato del PSOE al
rias que afronta. En sus textos, donde la memoria Parlamento Europeo, es nom brado vicepresi­
y el dolor que esta provoca constituyen el sub­ dente de la Comisión de Exteriores y reelegido
suelo sobre el que se desarrollan, se encuentra, en 1999, y es allí donde ha desempeñado impor­
además, un sentido análisis de la descomposición tantes tareas políticas, además de en muchísimas
social del mundo del sur, de la nostalgia de la in­ organizaciones no gubernam entales de las que
fancia o de la marginalidad a la que están conde­ es miembro y colaborador activo. Su com pro­
nados ciertos grupos sociales, como los homose­ miso social le ha valido infinidad de premios y
xuales, y el precio altísimo que deben pagar para reconocim ientos internacionales. En 2003 se
no caer en la tentación de uniformarse y ser como presentó como candidato de los Verdes a las
los demás. Conviene destacar su dominio de las elecciones autonómicas españolas. Es colabora­
jergas y el coloquialismo en los diálogos, así dor habitual de los diarios El País y El Perió­
como el profundo lirismo con el que contempla dico de Catalunya. Ha publicado obras en las
estados como la infancia o la vejez, con una prosa que su experiencia personal ha dejado una hue­
delicadísim a y elaborada. Ha alcanzado el éxito lla evidente y en las que están presentes algunos
con novelas en las que, mezclando coloquialismo de los conflictos y escenarios presenciados y co­
y refinamiento, analiza las conductas e inquietu­ nocidos gracias a su actividad. Entre ellas, des­
des de su generación. Estas son: Una mala noche tacan la novela Pura vida (1998), finalista del
la tiene cualquiera (1982), Última conversación Premio Planeta y en la que demostró una extra­
(1984), El salto del ángel (1985), El palomo cojo ordinaria capacidad para la creación de un per­
(1991) — llevada al cine, en 1995, por Jaime de sonaje femenino, El am or armado (1999), edi­
Armiñán*— , Los novios búlgaros (1993), Yo no ción última y ampliada de una obra con la que
tengo la culpa de haber nacido tan sexy (1997), mostró el horror de ciertos conflictos bélicos y
El beso del cosaco (2000), El ángel descuidado humanos y cuyas ventas fueron destinadas a
(2002) y Duelo en Marilyn City (2003), una burla ayudas benéficas, y Luanda, 1936 (2001), no­
enloquecida de las novelas de vaqueros. Ha pu­ vela de amor ambientada de nuevo en África,
blicado, además, los volúmenes de relatos Siete que le sirve para ofrecer una visión de los pro­
contra Georgia (1987) y Fuego de marzo (1995). blemas de la zona. Entre sus numerosos ensa­
yos, hay que mencionar Por la tercera izquierda
MENDIETA, Jerónimo de (Vitoria, 1525-México, (2001), escrito a dos manos con el activista de
1604) mayo del 68 Daniel Cohn-Bendit.
Tratadista. Este fraile franciscano, que ocupó im­
portantes cargos en su Orden, llegó a Nueva Es­ MENDIOLA INSAUSTI, José María (San Sebas­
paña en 1554. Allí se dedica a evangelizar e in­ tián, 1929-2003)
vestigar, dos actividades gracias a las cuales Novelista. Licenciado en Derecho por la Univer­
alcanzó un profundo conocimiento de la lengua sidad de Valladolid y periodista, fue redactor de
náhuatl. Destaca, de entre todas sus obras, y ade­ El Diario Vasco y El Correo, en los que escribió
más de un gran número de cartas, la Historia sobre materias tan variadas como la vida social o
eclesiástica indiana, que, aunque escrita en la economía, dedicándose también a la crítica li­
1596, no se publicaría hasta 1860. teraria y dirigiendo la revista literaria Musas.
Preocupado por asuntos como la incomunicación
MENDILUCE, José María (Madrid, 1951) y la dictadura, en sus novelas se aprecia, a veces,
Ensayista y novelista. M ilitante de los m ovi­ la influencia de Kafka. Destacan títulos como
mientos antifranquistas universitarios, fue ex­ Jonás y la gruta (1958), Premio Café Gijón,
595 MENDOZA

Muerte por fusilamiento (1964), por la que había en 1557, sus estudios de Arte y Filosofía en la
recibido el Premio Nadal en 1962, Dios en el Universidad de Alcalá de Henares, en 1557 co­
suelo (1964), Con un ratón en la mano (1973), menzó su carrera militar en las expediciones de
Premio Puente Colgante, Las dim ensiones del Orán (1563) y de Malta (1565), a las que siguió
cuerpo humano (1974), con la que obtuvo el Pre­ su valerosa participación en Flandes con el du­
mio Ciudad de Irún, M aldito funcionario (1974), que de Alba, a consecuencia de la cual se le con­
Las delicias del exilio (1984) y La vida es fá c il cedería el hábito de Santiago en 1576 y, en 1582,
(1987). Es autor, asimismo, del libro de relatos sería nombrado comendador de Peñausende.
Diez mil cigüeñas (1961), que fue galardonado Con un estilo sencillo y precisión en los datos, a
con el Premio Ciudad de San Sebastián. Novelas él se deben unos importantes Comentarios de lo
como El tranvía urbano y La inocencia y el de­ sucedido en las guerras de los Países Bajos
sencanto perm anecen inéditas a pesar de haber desde el año 1567 hasta el de 1577, obra que, pu­
resultado finalistas en sendas convocatorias del blicada primeramente en francés en 1591 y, un
Premio Planeta, así como otras catorce destina­ año más tarde, en español, está incluida en el vo­
das a un público juvenil. lumen XXVIII de la «Biblioteca de Autores Es­
pañoles». Fue autor, asimismo, de una Theórica
MENDIZÁBAL Y GARCÍA LAVÍN DE VELASCO, y práctica de la guerra (Madrid, 1595) y de unas
Federico de (Madrid, 1901-1988) Odas a la conversión de un pecador, incluidas en
Poeta, novelista, dramaturgo y ensayista. Poca las Poesías espirituales publicadas por Francisco
información se tiene de este autor prolífico del Cerdá* en 1779.
que se conocen, sin embargo, algunas de sus pe­
ripecias vitales. Periodista por la Escuela O fi­ MENDOZA, Eduardo (Barcelona, 1943)
cial de Madrid, hizo estudios militares y de Ha­ Novelista. Traductor simultáneo para la ONU,
cienda y colaboró en numerosas publicaciones. durante el desarrollo de esa actividad vivió en
M iembro de Academ ias españolas y ex tranje­ Nueva York. Actualmente vive en Barcelona y,
ras, y caballero de la Orden M ilitar del Salva­ con cierta frecuencia, colabora en diferentes pu­
dor y Santa Brígida sueca, fue galardonado con blicaciones, entre ellas el diario El País. En
más de ciento veinte premios literarios en todo cuanto a su literatura, cabe decir que es uno de
el mundo, lo que no ha servido para que aban­ los novelistas más influyentes en la actual litera­
done el espacio menor que le corresponde en la tura española. En sus libros, en los que conflu­
historia literaria. Con más de un centenar de li­ yen humor, ironía, mirada escéptica, sentido de
bros en su haber, hay que m encionar al menos la aventura y lenguajes diversos, ha abordado
poemarios como Canciones de luna y sol y S i­ desde la crítica política hasta el sentido de la be­
renas atlánticas, los dramas Los espejos de las lleza, con frecuencia todo ello tomando como
alm as y El últim o Abdalláh, las novelas Una punto de referencia la ciudad de Barcelona y con
loca del corazón y Las flo re s de la novia y el un estilo que huye de toda retórica. En los últi­
ensayo histórico España íntima en los siglos xv mos años ha desarrollado la parodia y la defor­
y XVI. mación caricaturesca y satírica de la realidad so­
cio-histórica a través de personajes y tramas
MENDOZA, Ángel (Puerto de Santa M aría, Cá­ exageradas, ridiculizando nombres, rozando el
diz, 1969) absurdo argumental, propiciando situaciones dis­
Poeta. En sus versos, siempre acordes con la tra­ paratadas, fomentando el equívoco en una burla
dición estética de la poesía más guilleniana, se constante de las técnicas del folletín, acaso como
da una continuidad con el simbolismo* andaluz rebelión contra la novela, de la cual ha augurado
de posguerra, en una poesía con gusto por las su fin, pero siempre en todo caso como un m é­
asonancias y atenta a la infancia. Incluido en di­ todo para presentar los desmanes de la sociedad
ferentes antologías y ganador de premios como contemporánea y la corrupción política y econó­
el Nacional Jóvenes Creadores de 1996 o el Ar­ m ica de nuestro tiempo. Deben mencionarse tí­
cipreste de Hita en 2001, es autor de los cuader­ tulos como La verdad sobre el caso Savolta
nos La canción del verano (1995) y El Norte (1975), obra con la que obtuvo el Premio de la
(1999), así como de los poemarios Pequeñas p o ­ Crítica, y que acaso sea su novela más relevante,
sesiones (2000) y Cercanías (2002). dos novelas humorísticas de corte policiaco, El
misterio de la cripta embrujada (1978) y El la­
MENDOZA, Bernardino de (G uadalajara, berinto de las aceitunas (1982), La ciudad de los
1540?-M adrid, 1604) prodigios (1986), tal vez la más exitosa de todas,
Historiador. Descendiente, por parte de padre, La isla inaudita (1989), estructuralmente arries­
del marqués de Santillana*, su madre era hija de gada y en la que Venecia se convierte en el eje de
un hermano del cardenal Cisneros. Tras terminar, sus meditaciones, Sin noticias de Gurb (1990),
MENDOZA 596

historia satírica sobre un extraterrestre aparecida suerte de piececilla dram ática a modo de D iá­
en forma de folletín veraniego en el diario El logo de nacimiento pastoral.
País, El año del diluvio (1992), Una comedia li­ Fue autor, asimismo, de textos de carácter reli­
gera (1996), La aventura del tocador de señoras gioso, moral y político-social, tales como, entre
(2001), novela en la que recupera a los protago­ otros: Los gozos de Nuestra Señora, las Coplas
nistas de aquellas dos novelas policiacas ya men­ de la Cena de Nuestro Señor, Coplas a la Veró­
cionadas, y El último trayecto de Horacio Dos nica, Coplas al Espíritu Santo, el tratado Lamen­
(2002), juguete cómico de carácter futurista que tación a la quinta angustia, De las ceremonias
juega con los esquemas de la ciencia-ficción al de la misa (Sevilla, 1499), las Coplas en vitupe­
estilo de la mencionada historia de Gurb. Es au­ rio de las malas hembras y en loor de las buenas
tor, asimismo, de los ensayos Nueva York (1986), mugeres, de un plagio de las Coplas contra los
Barcelona modernista (1989), escrita en colabo­ pecados mortales, de Juan de Mena*, a la que ti­
ración con su hermana, y Pío Baroja (2001), tuló Justa de la Razón y la Sensualidad, del Ser­
donde realiza una semblanza biográfica acompa­ món trabado, dedicado al rey Fernando, y, diri­
ñada de una antología de textos de Baroja*, así gido a la reina, escribió el D echado de la reina
como de la pieza teatral en catalán Restauració doña Isabel. Se conservan, además de dos cartas,
(1990), traducida por él mismo al español en una a la Reina Isabel y otra al rey don Femando,
1991 como Restauración. De su actividad como quizá de finales de 1498, muchos poemas ensal­
traductor puede mencionarse la versión de las zando a los reyes y no pocos de contenido amo­
cartas de Lord Byron que, en su día, había selec­ roso y carácter cortesano.
cionado Gil de Biedma* y que se publicaron bajo Se le han atribuido, al parecer con bastante fiabi­
el título Débil es la carne. Correspondencia ve­ lidad — según ha demostrado Julio Rodríguez-
neciana (1816-1819) (1999). Puértolas*— , las Coplas de Mingo Revulgo*, fe­
chadas en 1464 y cuya autoría, durante largo
MENDOZA, fray íñiao de (B urgos, h. 1425- tiempo, miraba a otros autores como Rodrigo
h. 1507) Cota*, Juan de Mena, Hernando del Pulgar* y
Poeta. Fraile franciscano y bisnieto de Juan Hur­ Alfonso de Palencia*.
tado de Mendoza*, fue favorito y privado de
Juan II*, miembro de la corte de Enrique IV y MENDOZA MONTEAGUDO, Juan de (?, 1575-
protegido de Isabel la Católica, de quien fue, ?, 1560?)
además, predicador. Parece ser que en 1495 se Poeta. Apenas se sabe de él salvo que, a los 15
había retirado ya de la vida cortesana. En un con­ años, se embarcó rumbo al Nuevo Mundo,
vento de Valladolid se dedicó a practicar la vida donde, en 1599, se enroló en Chile con las tropas
religiosa que, desde 1500, puso al servicio de su de Francisco de Quiñones. En cuanto a su obra,
orden con empresas tan complejas como partici­ fue autor de una crónica en verso, Las guerras
par en la pacificación surgida entre franciscanos de Chile (1610), compuesta de ocho mil versos
y dominicos como consecuencia del debate en divididos en once cantos, que resulta útil sobre
tomo a la Inmaculada Concepción. Considerado todo para acceder a las costumbres chilenas de
poeta de la época de los Reyes Católicos, sin em­ finales del siglo xvi.
bargo su obra más importante, Vita Christi, es­
crita en quintillas dobles en 1467 o 1468, perte­ MENÉNDEZ AGUSTY, José (Madrid, 1875-Bar-
nece al reinado de Enrique IV. Se trata de una celona, 1931)
obra repleta de alusiones críticas a personajes Novelista. Colaborador en im portantes publica­
históricos, incluido el rey, lo que ocasionó reac­ ciones, dirigió El País. Entre sus novelas, desta­
ciones que le obligaron a rehacer la primera ver­ can La hija de don Quijote (1901), Las ligas de
sión entre 1469 y 1470. La segunda también era Juanita (1903), El cazador de doncellas (1903),
crítica, pero sin las mencionadas alusiones, y la La viuda inconsolable (1903) y M ario de Abre-
siguiente revisión mantenía la dureza del tono. das (1905).
La impresión definitiva de la Vita Christi fue en
1482. La narración de los hechos, quizá incom­ MENÉNDEZ PELAYO, Enrique (Santander, 1861-
pleta — ya que solo llega hasta la degollación de M adrid, 1921)
los inocentes— y que combina elementos popu­ Poeta y novelista. Hermano de M arcelino Me-
lares y cultos, se ve interrumpida en numerosas néndez Pelayo*, era doctor en Medicina, aunque
ocasiones por romances moralizantes en octosí­ se dedicó prioritariamente a la literatura. Hom­
labos — la mayoría de ellos típicamente francis­ bre de profunda fe religiosa, en sus obras, en las
canos, al ensalzar entre las virtudes la pobreza— , que se aprecia la influencia de Amos de Esca­
los cuales se combinan con sátiras sobre las cos­ lante*, estilo cuidado e intención moralizante,
tumbres de la época, himnos, canciones y una destacan poemarios como Poesías (1886), Ro-
597 MENÉNDEZ PELAYO

mcincero de una aldeana (1892), Via crucis árabe que se hicieron sobre el mismo suelo. En
nuevo (1907) y Cancionero de la vida quieta este sentido, y en la línea del Romanticismo* y
(1915), y las novelas El idilio de la Robleda el idealismo alemán de Schlegel y Hegel, M e­
(1909) y, publicada postumamente, M emorias de néndez Pelayo concibió una literatura nacional,
uno a quien no sucedió nada (1922). del mismo modo que en Italia lo hiciera el crítico
Francesco De Sanctis (1817-1883) o, en Francia,
MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino (Santander■ Gustave Lanson (1857-1934).
1856-1912) Aunque sus trabajos, desde la juventud, los plan­
Filólogo, polígrafo y ensayista. Niño prodigio y teó de acuerdo a extensos planes, suele dividirse
uno de los personajes más cultos de su época, su producción en dos épocas, una primera en la
aprendió latín y se interesó por las humanidades que figuran títulos como La ciencia española
clásicas en el Instituto de Santander. Estudió en (1877), obra inscrita en la polémica europea de
la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona, la posible compatibilidad entre ciencia y reli­
de donde pasó a Madrid y Valladolid. En la ciu­ gión, Horacio en España (1877), Historia de los
dad condal es donde recibió la influencia de su heterodoxos españoles (1880-1882), una «histo­
maestro Milá y Fontanals*, de quien editaría, en ria eclesiástica vuelta al revés», como él mismo
1887, sus Obras, y cuyo m agisterio term inaría la denominó, en la que aborda desde la época vi­
llegando a su discípulo Menéndez Pidal*. Cate­ sigótica hasta el siglo xix, señalando el predomi­
drático de Historia Crítica de la Literatura Espa­ nio de la ortodoxia en el pensamiento español y
ñola en la Universidad de Madrid a los 22 años, tildando de antiespañoles a numerosos autores
en 1880 fue elegido miembro de la Real Acade­ considerados como heterodoxos, Calderón y su
mia Española. Bibliotecario de la Academia de teatro (1881) y, por encima de todas ellas, su mo­
la Historia en 1892, y, más tarde, académico de numental Historia de las ideas estéticas en Es­
la de Ciencias Morales y Políticas, es nombrado paña (1882), obra clave en la que, superando la
director de la B iblioteca Nacional en 1898. En simple exposición de las doctrinas de los trata­
1901 ingresa en la Academia de Bellas Artes de distas, se relacionan las doctrinas literarias y ar­
San Femando y, en 1911, se convierte en direc­ tísticas españolas con las del resto de Europa,
tor de la Academia de la Historia. Entre tanto, su constituyendo así un estudio minucioso de la li­
actividad política le llevó a ser diputado conser­ teratura española y global de la estética europea,
vador por M allorca en 1884, por Zaragoza en todo ello influido, acaso, por la visión histórico-
1891 y senador por la Universidad de Oviedo en comparada del filólogo alemán Friedrich Diez*,
1892. Hombre de gran erudición, su portentosa cuyas obras conocía bien a través de las enseñan­
inteligencia, unida a una memoria prodigiosa y zas de su maestro M ilá y Fontanals. A un se­
una voluntad imperturbable, dieron lugar a una gundo periodo, caracterizado ya por una mayor
de las obras más precisas, profundas y exhausti­ ecuanimidad en sus juicios, pertenecerían su Bi­
vas sobre la historia de la literatura española. In­ bliografía hispano-latina clásica (1902), los Es­
telectual aficionado a la polémica, muy religioso tudios de crítica literaria (1884-1908), la Anto­
y patriótico, buscó la grandeza del país en el Si­ logía de poetas líricos castellanos (1890-1908)
glo de Oro (véase EDAD DE ORO), viendo el ori­ y los Orígenes de la novela (1905-1910), entre
gen de la decadencia española en la llegada a otros títulos a los que habría que añadir sus do­
nuestras fronteras del enciclopedism o europeo cumentadísimos prólogos a las Obras de Lope de
del siglo xvm, el cual llevó a abandonar la tradi­ Vega, que le encargara la Real Academia Espa­
ción católica nacional. Estas ideas son tal vez las ñola, una indispensable Historia de la poesía
responsables de que el acercamiento a su obra se hispanoamericana desde sus orígenes hasta
haya hecho, en muchos casos, no sin cierta pre­ 1892, primera obra en la que alguien se ocupó de
vención. Entre los temas fundamentales de los la historia literaria de nuestra lengua al otro lado
que se ocupó dentro de sus estudios sobre la del Atlántico, y sus propias Obras completas,
Edad Media española, destacan la épica, que él que comenzara a preparar en 1905 y terminó en
entendió como más cercana al espíritu nacional 1911, concibiéndola en diecinueve tomos. Más
que la francesa, la obra de Gonzalo de Berceo*, tarde, en 1940, el CSIC comenzó a publicar unas
la del infante don Juan Manuel*, el Arcipreste de Obras completas que, en total, suman sesenta y
Hita* o la Celestina. También abordó el estudio cinco volúmenes. Asimismo, existe un epistola­
del teatro español del siglo x vii, se opuso al na­ rio completo, editado entre 1982 y 1991, que
turalismo*, exceptuando a Clarín*, y, en general, consta de veintitrés volúmenes. Y a todo ello
concibió la historia de la literatura española conviene añadir la original edición de Menéndez
como un todo ligado al territorio peninsular en el Pelayo digital (Obras completas, Epistolario,
que se incluyen las literaturas castellana, gallega, Bibliografía) (2000), en edición electrónica en
portuguesa, catalana, hispano-latina, hebrea y cederrón.
MENÉNDEZ PIDAL 598

MENÉNDEZ PIDAL, Juan (Madrid, 1861-1915) los trabajos de investigación de Menéndez Pidal,
Crítico y poeta. Ingresó en la Real Academia Es­ quien, con método riguroso, ofreció a la Filolo­
pañola en el mismo año de su muerte y, además gía española trabajos m odélicos de gran m inu­
de algunos estudios sobre la leyenda de don Ro­ ciosidad y precisión, de una objetividad sin ta­
drigo, Francesillo de Zúñiga* y Cristóbal de cha, gracias a la cual se ofrecen siempre las
Castillejo*, entre otros, publicó unas Poesías de diversas perspectivizaciones de los problemas
gran lirismo y, en su labor de folclorista, Poesía que trata. Superador del positivism o, en ellos
popular; colección de los viejos romances que se — en los cuales demuestra haberse percatado de
cantan por los asturianos en la danza prima, es- que la historia lingüística, la literaria y la polí­
foyarzas yfilandones, recogidos directamente de tico-social son un todo inseparable— , además de
la boca del pueblo (1885). abordar cuestiones históricas, lingüísticas, paleo-
gráficas, bibliográficas y literarias con una sol­
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón (La Coruña, 1869- vencia intelectual sencillamente asombrosa,
Madrid, 1968) rompe con los moldes de la crítica anterior, sobre
Filólogo y crítico. Considerado uno de los pri­ todo a través de unas anotaciones en las que nada
meros romanistas del mundo y quizá la máxima hay ya del barroquismo del xix y sí mucho de
autoridad en el conocimiento de la Edad Media, exactitud, claridad y profusión de referencias.
estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Asimismo, supo impulsar los estudios lingüísti­
Madrid, en la que fue discípulo de Menéndez Pe- cos en España rodeándose de colaboradores ex­
layo* y se doctoró en 1893. En 1899 ganó, en cepcionales como, entre otros, Américo Castro*,
esta universidad, la cátedra de Filología Compa­ Navarro Tomás*, Amado Alonso*, Federico de
rada de lenguas latina y española, y, en 1902, in­ Onís*, Dámaso Alonso*, Samuel Gili Gaya* o
gresó en la Real Academia Española, que ya le Rafael Lapesa*. Cabe mencionar, de entre sus
había premiado, en 1895, por su trabajo sobre El muchas conclusiones, una que por célebre m e­
poem a del Cid y de la que sería presidente en rece su recuerdo: la historicidad y tradicionali-
1925 y, de nuevo, tras ser apartado de ella en dad de la épica medieval, en la que, según él, al
1939, en 1947. Participante, en 1907, en la fun­ ser el gusto literario colectivo, los autores se su­
dación de la Junta para Ampliación de Estudios e mergen en dicha colectividad convirtiéndose en
Investigaciones y, en 1910, del Centro de Estu­ anónimos.
dios Históricos, fue elegido miembro de la Aca­ Entre los muchos títulos que publicó, sumando
demia de la Historia en 1912 y su prestigio na­ estudios literarios, trabajos sobre historia del es­
cional e internacional se vio ratificado con pañol, ediciones documentales, estudios dialec­
numerosos doctorados honoris causa en diversas tales y fonéticos, las imprescindibles investiga­
universidades, entre ellas Hamburgo, Bruselas, ciones sobre el Cid, etc., y que nos llevarían a
Lobaina, Tubinga, París y Oxford, así como por una lista interminable, destacan: La leyenda de
el Homenaje, en tres volúmenes, que, en 1925, los siete infantes de Lara (1896), premiado por
se le ofreció con motivo de sus bodas de plata la Real Academia de la Historia, Crónicas gene­
como profesor, en el que participaron los más rales de España (1898), M anual elem ental de
importantes hispanistas españoles y extranjeros Gramática H istórica española (1904), perfec­
del momento. Antes, en 1914, había fundado la cionado en sucesivas ediciones y que, según los
prestigiosa Revista de Filología Española, con­ hispanistas del momento, suponía el primer aná­
vertida en poco tiempo en la mejor publicación lisis de las leyes fonéticas y morfológicas del es­
de la especialidad y en la que, enseguida, a la co­ pañol, Cantar de Mió Cid; texto, gramática y vo­
laboración de los especialistas españoles se su­ cabulario (1908-1912), La epopeya castellana a
maron los extranjeros. Su labor investigadora, través de la literatura española (1910), cuya pri­
con la que cambió el rumbo de la historiografía y mera edición fue en francés, Poesía juglaresca y
de los estudios literarios, hay que situarla en un juglares (1924), La España del Cid (1929), Reli­
momento en el que la lingüística acababa de im­ quias de la poesía épica española (1951), El pa­
plantarse en las universidades europeas como dre Las Casas. Su doble personalidad (1963),
disciplina científica, ya fuera desde perspectivas que fuera muy polémico, y, sobre todo, la monu­
historicistas o comparatistas, y tener en cuenta mental Orígenes del español, obra que, apare­
que en España las cosas distaban mucho de ser cida en 1926, ha llegado hasta 1986 con una es­
así. De su maestro Menéndez Pelayo recibió las tructura total de ampliaciones y revisiones que
ideas de Milá y Fontanals*, profundo conocedor alcanzan los ocho tomos. Asimismo, y desde su
de las nuevas directrices de la estética alemana y, jubilación en 1939, se ocupó de la dirección de
concretamente, de la Filología Rom ánica ini­ la inmensa Historia de España de la editorial Es-
ciada por el alemán, de origen español, Friedrich pasa-Calpe. Postumamente, se editaron obras su­
Diez*. Esta formación sólida y amplia definirá yas como el Romancero tradicional de las len­
599 MERINO

guas hispánicas, que, aunque de 1957, no vería sidad de Ohio, donde estudiaba un Máster en Li­
la luz completo hasta 1978, al igual que sus Es­ teratura Española y Latinoamericana, y en 2000
tudios sobre el Romancero no lo habían hecho en la de Pittsburgh, donde terminó su doctorado,
hasta 1973. especializándose en teoría y análisis del cómic.
En la actualidad enseña en la Appalachian State
MEOGO, Pero (siglo xm) University. Ha colaborado en diferentes publica­
Poeta. Juglar de cuya biografía, como sucede con ciones, como Clarín, Leer o ABC, entre otras, y
la mayoría de ellos, nada sabemos. Puede sospe­ participado en numerosos recitales, seminarios y
charse, quizá, que se trataba de un monje que conferencias. Autora de una poesía en la que, sin
colgara los hábitos para dedicarse a la juglaría y rehuir cierto surrealismo* de la cotidianidad,
que, cansado de divertir a los poderosos, se con­ predomina el monólogo como reflexión de las
sagró a la poesía popular. Su obra se reduce a experiencias vividas y de la perplejidad ante el
nueve cantigas de amigo (véase LÍRICA MEDIE­ mundo, crea un diálogo constante entre la reali­
VAL), de orden narrativo y con diálogos, a las dad presente y la memoria a través de las ideas
que, sin embargo, algunos críticos se han refe­ del viaje y la distancia. Incluida en diferentes an­
rido como próximas a las chansons de toile, muy tologías, entre ellas La generación del 99 (1999),
celebradas por las damas de la nobleza. Se trata, de García Martín*, destacan sus poemarios Pre­
en suma, de versos hasta cierto punto simbolis­ parativos para un viaje (1994), con el que ob­
tas, repletos de imágenes insinuantes y de metá­ tuvo el Premio Adonais, Los días gemelos
foras, lo que le convierten en uno de los grandes (1997), La voz de los relojes (2000) y Juego de
autores de la lírica medieval. niños (2003), galardonado con el Premio Al­
fonso VIII, ex aequo con Aurora Luque*.
MERANO Y GUZMÁN, Antonio (siglo xviii )
Comediógrafo de quien, únicamente, se conoce la MERINO, Andrés (Elciego, Álava, 1733-Valen-
comedia de magia El mágico de Apolonio (1749). cia, 1787)
De obra extraña, apenas sabemos de él que, ade­
MERÁS Y QUEIPO DE LLANO, Ignacio (Astu­ más de escribir diversas utopías, tales como Tra­
rias, 1703-1797) tado de la monarquía columbina, su gobierno y
Poeta. Partidario de los modos franceses en el causa de su ruina y La monarquía de los leones,
teatro, como se ve en su traducción de un tratado continuó El hombre feliz, independiente del
de declamación titulado El arte del teatro, en que mundo y de la fortuna, del portugués Teodoro
se m anifiestan los verdaderos principios de la Almeida, en La mujer feliz, dependiente del
declamación teatral y la diferencia que hay de mundo y la fortuna (1786), que firmó con el seu­
ésta a la del púlpito y tribunales (1783), reunió dónimo de El Filósofo Incógnito.
sus poemas anacreónticos y de corte moral en
Obras poéticas (1797). MERINO, Ignacio (Valladolid, 1954)
Narrador. Historiador y experto en heráldica, es
MERCADER Y CERVELLÓN, Gaspar (Valencia, autor de novelas históricas que juegan con la in­
1568-1631) triga y los sentimientos, así como con la defensa
Poeta y novelista. Conde de Buñol, representó a del mundo femenino. Hay que destacar Amor es
la nobleza valenciana en diversos cargos políti­ rey tan grande (Leonor de Guzmán) (2000), que
cos, perteneció a la Academia de los Nocturnos cuenta la pasión entre Leonor de Guzmán y el
(véase ACADEMIAS) con el nombre de Relám ­ rey Alfonso XI de Castilla.
pago, y, aunque escribió poemas con los que par­
ticipó en certámenes, su obra fundamental es la MERINO, José María (La Coruña, 1941)
novela pastoril El Prado de Valencia (1600), en Narrador. Después de pasar su infancia y adoles­
la que, en tres libros, y con una acción floja, in­ cencia en León, se trasladó a Madrid. Sus co­
serta poemas de compañeros suyos en la mencio­ mienzos fueron en el mundo de la poesía con Si­
nada Academia y alude en clave a personajes de tio de Tarifa (1972), Cumpleaños lejos de casa
la corte virreinal del duque de Lerma. Un «Re­ (1973) y Mírame Medusa y otros poemas (1984),
trato político del rey Alfonso VIII» escrito por él libros que, bajo el título común del segundo de
apareció en la obra anónima Varios elocuentes li­ ellos, Cumpleaños lejos de casa, se editaron en
bros recogidos en uno (1726). 1987. Considerado uno de los autores españoles
contemporáneos que de manera más decisiva ha
MERINO, Ana (Madrid, 1971) contribuido a convertir el cuento corto en género
Poetisa. Licenciada en Historia Moderna y Con­ mayor, los mundos que aborda, partiendo a me­
tem poránea por la U niversidad A utónom a de nudo de referentes fantásticos, se mueven en el
Madrid, entre 1995 y 1997 enseñó en la Univer­ universo extraño de la literatura en la literatura,
MERINO 600

es decir de la configuración literaria de la meta- MERINO, Olga (Barcelona, 1965)


ficción, una metaliteratura que a menudo desem­ Narradora. Estudió Historia y Literatura Latinoa­
boca en el terror y, en ocasiones, en reflexiones mericanas y fue corresponsal en Londres y en
irónicas sobre el mundo, pero siempre dejando Moscú de El Periódico de Cataluña. Es autora de
un poso de alegoría, de parábola, y mostrando la novela Cenizas rojas (1999), en la cual, usando
con dominio narrativo que el pasado remoto y el de su autobiografía para crear una ficción nove­
presente están ligados por hilos misteriosos que lesca, sitúa la acción en la transición del comu­
solo la literatura puede destejer. En su mundo li­ nismo salvaje a Yeltsin, desde una óptica que no
terario, la memoria y la infancia se constituyen, elude el costumbrismo*, pero creando un difícil
en gran medida, como los ejes esenciales en equilibrio entre novela profunda y comercial, en
tomo a los cuales gira la literatura misma, la fan­ la que el entretenimiento no impide la reflexión.
tasía, el misterio, la im aginación que oculta lo
real. Se inició en el ámbito de las narraciones MERINO MORALES, Francisco (Villalbilla, M a ­
breves con el libro Cuentos del reino secreto drid, 1963)
(1982), al que siguieron El viajero perdido Narrador y poeta. Licenciado en Derecho por la
(1990) y Cuentos del Barrio del Refugio (1994), Universidad de Alcalá de Henares. Además del
todo lo cual se reunió en el volumen Cincuenta libro de relatos Los rostros de azar (1991), es au­
cuentos y una fábula (1997), al que seguiría Cua­ tor de una novela, El mal de la piedra (1999), ga­
tro nocturnos (1999), que incluye las novelas lardonada con el Premio Felipe Trigo y en la que
breves El hechizo de Iris, La Dama de Urz, El juega con la intriga en un contexto que se refiere
mar interior y El misterio Vallota. Entre tanto, la a la construcción de la Basílica de San Pedro, y
publicación de estos la ha alternado con novelas que entra en la tradición de las novelas sobre los
en las que las características puramente litera­ Borgia o los Médici. Mezcla pues de novela his­
rias, mucho más complejas y, a veces, haciendo tórica y novela de intriga, con no pocas influen­
confluir diversas tramas, devienen en mundos te­ cias, al mismo tiempo, de la novela picaresca*,
máticos similares a los de sus relatos. Así, desta­ pero que propone, paralelamente a la recreación
can Novela de Andrés Choz (1976), por la que histórica, una reflexión sobre el aprendizaje. En
obtuvo el Premio Novelas y Cuentos y que, revi­ 2000 publicó su primer poemario: Comedia del
sada más tarde, publicaría de nuevo en 1987, El placer y la fatalidad.
caldero de oro (1981), La orilla oscura (1985),
de carácter onírico y galardonada con el P re­ MERINO Y PICHILO, Gabriel (M ad rid , 1862-
mio de la C rítica, tres novelas dedicadas a la 1903)
conquista de A m érica, El oro de los sueños Comediógrafo. Director de Gente teatral y re­
(1986), La tierra del tiempo perdido (1987) y dactor de El Imparcial, es famoso por zarzuelas
Las lágrimas del sol (1989), reunidas después como Frutos coloniales (1885) y La esposa del
bajo el título de Crónicas m estizas (1992), El señor (1895), a las que hay que añadir las come­
centro del aire (1991), Los trenes del verano dias La hermana de la caridad (1901) y, a modo
(1992), No soy un libro (1993), Intram uros de parodia de Electro, Electroterapia (1901).
(1998), una suerte de libro de anotaciones no­
veladas, reflexiones, mem oria o novela de re­ MESA, Bruno (Santa Cruz de Tenerife, 1975)
cuerdos, Los invisibles (2000) y El heredero Poeta. En sus versos el dolor de existir y la vo­
(2003). Es autor, en colaboración con Juan Pe­ luntad luchan en una poesía polifónica en donde
dro Aparicio*, del libro de viajes titulado Los las diversas voces, o monólogos, muestran al in­
caminos del Esla (1980) y de Leyendas espa­ dividuo indefenso, sometiendo al poema a un
ñolas de todos los tiempos (2000), una recopi­ proceso de enm ascaramiento a través del cual
lación de fábulas y leyendas al estilo de la céle­ ocultarse y huir. Se trata de una poesía medita­
bre obra del autor italiano Italo C alvino, así tiva en la que esperanza y escepticism o convi­
como de Días imaginarios (2002), compendio ven, del mismo modo que lo hacen la amargura y
extraño y de gran originalidad de escritos, que el placer. Es autor de los poemarios El laborato­
van del relato brevísimo al ensayo, pasando por rio (2000), galardonado con el Premio Loewe, y
la breve meditación o el apunte poético, en los Nadie (2002), con el que obtuvo un accésit del
que reflexiona sobre la actualidad, los senti­ Premio Jaime Gil de Biedma.
mientos, la literatura..., todo. Ha publicado,
asimismo, libros de literatura infantil, como el MESA, Cristóbal de (Zafra, Badajoz, 1561-Ma­
relato Regreso al cuaderno de hojas blancas drid, 1633)
(1997), y, en 1998, la recopilación de relatos ya Poeta. Estudió Artes y Filosofía en Sevilla, ciu­
no infantiles, sino para adultos, Cien años de dad en la que intimó con autores como Herrera*
cuentos (1898-1998). y Barahona de Soto*, y algunos cursos de Leyes
601 MESEGUER SOLER

en la Universidad de Salamanca, en la cual fue tura le acercan a las de la Generación del 98*. No
alumno de Sánchez de las Brozas*, quien le in­ obstante, como poeta influido por el M oder­
culcó su amor por las letras clásicas. Fue capellán nismo*, sus adjetivaciones coloristas resultan
del conde de Castelar y duque de Béjar a su re­ muy sensoriales, es simbolista — tendente a un
greso de Italia, donde había conocido a Torquato cierto exotismo frenado por un más que arcai­
Tasso, poeta al que imitó y de quien tomó el cla­ zante casticismo— e intimista. De su escasa obra
sicismo de sus versos. Pese a la escasa importan­ merecen recordarse, además de las obras poéti­
cia actual de sus versos, recibió las alabanzas de cas en prosa Tragicomedia (1910) y Flor p a ­
Lope de Vega*, en su El laurel de Apolo, y de gana, que, aunque editada independientemente
Cervantes* en La Galatea, y, además de traducir en 1915, estaba ya incluida el libro Flor pagana.
a Homero — su versión de la llíada no llegó a im­ Bíblica. Serranas. De la Vida. Del ensueño
primirse— y a Virgilio, publicó diversas obras (1905), los poemarios Tierra y alma (1906), An­
entre las que destacan Las Navas de Tolosa danzas serranas (1910), Cancionero castellano
(1604), poema épico, escrito en 1594 y dedicado (1911 y 1917), El silencio de la cartuja (1916),
a Felipe III, en el que se describe la batalla que por el que obtuvo el Premio Fastenrath de la
dio fin a la hegemonía musulmana, Valle de lá­ Real Academia Española, y La posada y el ca­
grimas y diversas rimas (1607), volumen en el m ino (1928). Además de una edición de sus
que, además del Valle — poema religioso escrito P oesías completas (1941), deben recordarse
en octavas en el que dedica cantos a la M agda­ una Antología poética, prologada por Ramón
lena, san Pedro, David, etc.— , se incluyen sone­ Pérez de Ayala*, su edición de De los nombres
tos — uno de Tasso, «Fábula de Narciso»— , sex­ de Cristo, de fray Luis de León*, y una recopi­
tinas, una égloga, diversos poemas en castellano lación postuma de sus críticas teatrales, Aposti­
e italiano y un Compendio del arte poética, es­ llas a la escena (1929). Ya en 1930 se había
crito en esdrújulos, basado en Aristóteles, diri­ publicado, además, un volumen de Obras com­
gido a Juan de Velasco y publicado suelto en pletas. Como traductor, sin embargo, es memo­
1607; el poema, también épico, Restauración de rable su versión de Rojo y negro (1919), de
España (1607), dividido en diez cantos y en el Stendhal.
que se cuenta la gesta de don Pelayo en Cova-
donga, Rimas de Cristóbal de Mesa a don Alonso MESA TORÉ, José Antonio (Málaga, 1963)
de Zúñiga y Sotomayor, duque de Béjar (1611), Poeta. Autor de una poesía intimista en la que la
El patrón de España (1612), libro en el que hay pasión, el desamor y el hastío conviven y son tra­
numerosos poemas dedicados a los amigos sevi­ tados, como en otros poetas de su generación,
llanos, a los que ya nos hemos referido, y en el con tono de extraordinaria gravedad, carente de
cual, principalmente, se cuenta la misión apos­ humorismo y en tono lastimoso. Se trata de un
tólica jacobea por tierras españolas, y Rimas poeta que, en todo caso, ironiza con la rima, un
(1618). Autor de una tragedia, Pompeyo, esta rasgo más que lo acomoda junto a los poetas más
aparece incluida en su traducción de las Églogas jóvenes en lengua española, que de ese modo in­
y Geórgicas, de Virgilio, editada en 1616. tentan un cierto distanciamiento que los aleje de
lo trágico. Se trata, asimismo, de un autor que
MESA, Enrique de (M adrid, 1878-1929) juega con la música verbal y la plasticidad de las
Poeta. Funcionario del Ministerio de Instrucción imágenes, todo ello para dar cuenta de la sole­
Pública, colaborador, como crítico de teatro, de dad, el abandono, la alegría del amor, el dolor de
diversos periódicos de la época — El Liberal, El su pérdida o la tristeza incontenible de la muerte.
Imparcial o La Nación, entre otros— y de revis­ En sus versos se mezclan estrofas de métrica tra­
tas modernistas españolas, como Helios o Faro, dicional con el verso libre, en cuyo uso se apre­
reaccionó contra el clasicism o tomando como cian patrones que vienen de García Bena* o Luis
modelo tanto a autores de la talla de Berceo*, el Cernuda*. Destacan sus poemarios El amigo
Arcipreste de Hita*, el marqués de Santillana*, imaginario (1991) y La primavera nórdica
Juan del Encina* o Lope de Vega*, como a los (1998)
poetas del cancionero*. Cantó en sus versos la
geografía de Gredos y Guadarram a, las cuales MESEGUER SOLER, Agustín (Madrid, 1914-1975)
había recorrido a pie, y que representan, junto a Poeta. Licenciado en Derecho. Aunque publicó
su amor a Castilla, su interés por la naturaleza, poemas sueltos en diversas revistas, solo dos poe­
tema que debe sumarse en su poesía al amoroso, marios, en los cuales el sentimiento íntimo con­
entendido desde una mirada hogareña tradicio­ vive con la conciencia social, lograron ver la luz,
nal. Tópico en la concepción del campesinado, Quince poemas en sí, autorretrato y saludo al
folclorista, paisajista y perfeccionista en el es­ hombre bueno y Poemas de recaída y cancionero
tilo, las preocupaciones castellanas de su litera­ del Mastia, ambos en 1958.
MESONERO ROMANOS 602

MESONERO ROMANOS, Ramón de (M adrid, ninguna afectación, ciertos valores de la ética


1803-1882) burguesa, tales como el trabajo o el ahorro, pero
Narrador. Considerado el costum brista (véase dan cuenta, no sin cierta ironía, de las conductas
COSTUMBRISMO) español por antonomasia, per­ tanto de esa clase como de las más populares en
tenecía a una familia acomodada y, tras abando­ una sociedad en transformación. Sin ánimo de
nar los estudios de Latinidad y Filosofía que ha­ discusiones, puede afirmarse que su intención es
bía iniciado en 1813 en el Instituto de San Isidro describir. A estas obras, y además de un R e­
de Madrid, se ocupó de los negocios de su padre, cuerdo de un viaje por Francia y Bélgica o de las
al frente de los cuales estuvo durante trece años. anotaciones de obras de Tirso de Molina* y Lope
En 1823 se alistó con las tropas constitucionalis- de Vega*, entre otros autores, que preparó para
tas para hacer frente a los Cien mil hijos de san el teatro y que están en algunos volúmenes de la
Luis, pero, a partir de 1833, y hasta 1835, se de­ «B iblioteca de Autores E spañoles», destacan
dicó exclusivamente a viajar por España, Francia El antiguo M adrid (1861), Tipos y caracteres
e Inglaterra. En 1836, un año después de haber (1861) y, especialmente. Memorias de un seten­
resucitado el Ateneo, funda el Semanario Pinto­ tón, natural y vecino de M adrid (1880), título
resco Español (1836-1857), y, pese al hervidero fundamental para repasar la vida cultural madri­
que era la política española de aquellos momen­ leña durante los reinados de Femando VII e Isa­
tos, M esonero se m antiene al m argen de con­ bel II y en el que se encuentra su personal acep­
flictos, dedicado únicamente al estudio de docu­ ción de «costumbrismo», entendido por él como
mentos en archivos y bibliotecas. No obstante, bosquejos con acción dram ática sencilla, que
en 1846 fue elegido concejal del Ayuntamiento se refieren a caracteres variados y verosímiles,
de Madrid, al año siguiente miembro de la Real en los que dom ina el diálogo anim ado y cas­
Academia Española y, en 1864, cronista de la ca­ tizo y que reúnan las condiciones del drama y la
pital. Como periodista, se había iniciado en el In­ novela. Entre 1903 y 1905 se editaron dos volú­
dicador de las Novedades, de los Espectáculos y menes de Trabajos no coleccionados, ambos in­
de las Artes (1822), si bien sus primeros artícu­ cluidos después en sus Obras completas (1967;
los costumbristas, firmados con el seudónimo de 5 vols.).
El Curioso Parlante, aparecieron, a partir de
1832, en Cartas Españolas, donde que también MESQUIDA, Biel (Castellón de la Plana, 1947)
escribe el otro gran costumbrista, Estébanez Cal­ Narrador en lengua catalana. Influido por la ora-
derón*, Revista Española y, sobre todo, en el Se­ lidad de las Rondalles, así como por la literatura
manario que él mismo había fundado. En ellos catalana de autores como Pía*, Villalonga* y Ro-
estaría el germen de las futuras Escenas m atri­ doreda*, además del mallorquín Blas Bonet*,
tenses. El grueso de su obra está formado por sus Mesquida sintetiza todos esos elementos en un
escritos, artículos en su mayoría, dedicados a sentimentalismo propio a través del cual nace
describir y analizar los acontecimientos sociales una mirada emocionada y melancólica de su tie­
y culturales de España a través de los hechos y rra, y en ese entorno se integran historias donde
las costumbres de Madrid, ciudad de la que, por son esenciales el amor y la muerte, la escritura
otra parte, ofrece un interesante panorama histó- en sí y el aprendizaje. Destacan sus novelas L ’a-
rico-urbanístico. Aunque ya en 1822 había publi­ dolescent de sal (1975) y Excelsior (1998), tra­
cado un folleto con carácter anónimo, M is ratos ducida esta por José Carlos Llop*.
perdidos o bosquejo de Madrid en 1820 y 1821,
en el que repasa las costumbres de la ciudad, su MESTER
primera obra importante no aparecería hasta Denominación con la que se hace habitualmente
1831, El manual de Madrid, a la que seguirían referencia a la literatura medieval, distinguién­
las recopilaciones de sus cuadros, aparecidos en dose entre dos grandes géneros literarios: mester
las dos revistas citadas, de Panorama matritense, de clerecía y mester de juglaría. Suele tenerse al
cuadros de costumbres de la capital observados primero como el practicado por los clérigos o
y descritos por El Curioso Parlante (1835) y Es­ personas doctas de la Edad Media, el cual se
cenas matritenses (1842), obra esta última muy opone al de juglaría, que se refiere a la poesía de
influida, tanto en su concepción cuanto en los los juglares* o cantores populares en el mismo
usos idiomáticos, por la novela picaresca* y el periodo. No obstante, el hecho de que, de
teatro del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), y acuerdo a sus respectivas características y a las
en la que intentó captar los cambios morales y diferentes conexiones entre ambos, la distinción
socio-culturales de la sociedad española a partir no esté muy clara y resulte más artificiosa que
de la vida de la ciudad. Al margen de análisis po­ real, obliga a no darles a estos conceptos entra­
líticos, sus Escenas reflejan, con gran habilidad das diferentes en estas páginas, sino a intentar
en la construcción del relato, gran sencillez y sin explicarlos en un análisis común. Obras como el
603 MESTER

Poema de Fernán González* o la Vida de santa vehículo normal de sus escritos. Para com uni­
María Egipcíaca*, por no citar a Berceo*, el Li­ carse con el pueblo, emplean las lenguas verná­
bro de Alexandre* y el Libro de Apoloido*, rati­ culas, a las que dotan de una dignidad adecuada
fican esta dificultad a la hora de diferenciar sen­ a su cometido; es el momento en que la denomi­
dos mesteres. Es necesario, en prim er lugar, nación de clérigo se amplía, pasando a designar
repasar, aunque sea brevemente, las circunstan­ al hombre que, educado en la sabiduría, se ocupa
cias históricas de la época. En el siglo xn, se dio de aconsejar y enseñar a los demás.
en la mayor parte del occidente europeo, además Es en el Libro de Alexandre donde aparece la pri­
de un resurgir de la cultura, un cambio general mera declaración realizada por un autor sobre su
en diversos aspectos de la vida, tales como las obra: «Mester traigo fermoso, non es de joglaría,
ciudades, la economía monetaria, las rutas co­ / mester es sin pecado, ca es de clerezía; / fablar
merciales, las peregrinaciones y cruzadas o las curso rimado por la cuaderna vía, / a sílabas con­
órdenes mendicantes. Es un periodo en el que, en tadas, ca es grant maestría». A partir de este
el ámbito de la educación, son fundamentales las texto, se hizo la tradicional división entre mester
traducciones de obras árabes, hebreas y griegas, de juglaría y mester de clerecía, distinción que se
así como el hecho de que las escuelas catedrali­ apoya en las características métricas. El texto,
cias den paso al studium generóle, conocido más sin duda, implica una conciencia literaria, o me­
tarde como universidad. En este estado de cosas, jor aún: una conciencia de superioridad literaria
España es una excepción, fundam entalm ente y de prestigio social. Clérigos y juglares, con sus
como consecuencia de la Reconquista, que frena respectivos mesteres, aparecen así claramente di­
el avance cultural. La expansión de Fernando III ferenciados, tanto en su obra cuanto en su inten­
traería consigo la recuperación económ ica y el ción, si bien la distinción no es tan evidente y ra­
desarrollo de la educación, al tiempo que el ca­ dical como el autor de Libro de Alexandre creía.
mino de Santiago supone el despertar económico El primer grupo de poetas con un programa lite­
de una serie de ciudades y el establecimiento de rario común no aparece hasta el siglo xm; se trata
lazos con Europa que implican, por fin, un des­ de poetas que utilizan una nueva forma métrica
pertar cultural. En el siglo xm, este resurgir eco­ conocida como cuaderna vía, es decir versos de
nómico trae como consecuencia la fundación, catorce sílabas, con cesura tras la séptima, en te-
hacia 1210, de la Universidad de Palencia y el trástrofos monorrimos. El nombre de cuaderna
florecim iento del arte gótico, lo que se suma a vía se ha tomado, obviamente, del ya citado Li­
que, con Fernando III, musulmanes y judíos se bro de Alexandre, donde, como hemos visto,
establezcan en zonas cristianas, lo cual produce aparecen también las designaciones de mester de
una situación de convivencia que hara posible la clerecía y de juglaría. Estamos ante una forma
Escuela de Traductores de Toledo*. Por lo que métrica procedente de Francia, por lo que cabe
respecta al siglo xiv, España vive una época de pensar que el mester de clerecía surgiera en la
honda crisis socioeconómica. Los esfuerzos rea­ Universidad de Palencia, dado que allí había
lizados en la expansión anterior ocasionaron una maestros franceses encargados de enseñar a la
reacción cuyas consecuencias más inmediatas que sería la primera generación de universitarios
fueron la despoblación y el estancamiento eco­ españoles.
nómico. A estas dificultades, hay que añadir la Los principales poemas del mester de clerecía en
guerra civil de finales del reinado de Alfonso X*, el siglo xm se escriben entre 1225 y 1265. Ade­
así como el acceso al trono de dos reyes menores más de tener conciencia de grupo, los poetas sa­
de edad, Fernando IV y Alfonso XI; su sucesor, ben de otras obras del grupo en las que se apre­
Pedro I, consiguió im pulsar el progreso econó­ cian notables semejanzas técnicas de unas a
mico de Castilla, truncado, sin embargo, por la otras, lo que justifica la denominación de cua­
peste negra y por la guerra civil contra Enrique derna vía. Lo que ya no es tan claro es que la de­
de Trastámara. Este proceso se desarrolla en Es­ nominación de mester de clerecía pueda apli­
paña paralelamente a la crisis que recorre Europa carse a los poemas en cuaderna vía del siglo xiv,
entera. Este es el ambiente en que se desarrolla y mucho menos que puedan reunirse bajo la eti­
la literatura que nos ocupa. queta de mester de juglaría, sin riesgo de resultar
El clérigo, que es un hombre de Iglesia y que, por una clasificación artificial, el resto de los poemas
tanto, se encuentra dentro de su disciplina y a escritos durante los siglos xm y xiv. De hecho,
ella debe su formación cultural, representa el es­ Deyermond no considera los poemas del xiv
calafón intelectual más alto en la Edad M edia, dentro del mester de clerecía. No obstante, los
siendo solo igualado por las culturas árabe y ju ­ rasgos que suelen definir al mester como grupo
día, de gran pujanza en la Península. El funda­ homogéneo son el uso de la cuaderna vía, del ro­
mento de la expansión cultural es, por tanto y so­ mance y de los temas eruditos de procedencia es­
bre todo, religioso, de manera que el latín es el crita y latina, por más que en no pocas ocasiones
MESTER DE CLERECÍA 604

los asuntos sean de índole muy distinta. Crono­ que son difíciles de situar por estar a caballo en­
lógicamente, el mester de clerecía abarca desde tre la juglaría y la clerecía. Esta distinción la rea­
mediados del siglo xm hasta finales del xiv, lizamos de acuerdo con dos criterios:
pero, aunque durante el primero de estos siglos . 1. Obras cultas: estarían en este grupo, junto a
fue fiel al rigor de los moldes métricos de la cua­ obras de la primera mitad del siglo xm, como
derna vía, a partir del xiv estos empiezan a dege­ las de Berceo y los libros de Alexandre y de
nerar al tiempo que cobra importancia la proyec­ Apolonio, otras de la segunda mitad, caso del
ción personal del escritor; esta es la razón de que Poema de Fernán González, y textos del xiv
el mencionado Deyermond, además de otros crí­ como el Libro de Buen Amor, la Vida de san
ticos, consideren que los poemas escritos en ese Ildefonso, del Beneficiado de Úbeda*, el
último siglo no pertenecen al mester de clerecía. Poema de Yuguf y el Rimado de Palacio.
Hablar de cuaderna vía es hablar de dificultad, 2. Obras semicultas: en él se incluyen textos de
dado que su forma es simbólica y que, por tanto, la primera mitad del siglo xm , como son
representa una concepción de la realidad que Disputa del alma y el cuerpo*, Razón de amor*
plantea unos esquemas previos a la realización con los denuestos del agua y el vino, otros de
concreta. Se trata, pues, de que la lengua entre en la segunda mitad del siglo, el Llibre deis tres
unos esquemas previos, lo que impide la libertad reys d ’Orient, la Historia troyana polim é-
a la hora de crear las cláusulas. De este modo, trica, Elena y María y la Vida de santa María
cuando, por ejemplo, el Arcipreste de Hita* prac­ Egipcíaca, a los que se añadirían, por fin, al­
tica una cuaderna vía imperfecta está reflejando gunos del xiv, como el Libro de miseria de
la ruptura de una situación ideológica. De tal omne, los Gozos de la Virgen, el Libro del p e ­
suerte, puede manejarse un esquema básico que cado original o los Proverbios de Salomón.
sirve para aclarar las cosas: de un lado, clerecía
significaría rigidez, verdad y autoridad; de otro, MESTER DE CLERECÍA -> Véase MESTER.
juglaría se estaría refiriendo, por oposición, a
fluidez, falsedad y falsificación. La rima, que es MESTER DE JUGLARÍA -> Véanse MESTER y JU ­
un invento romance, no procede del latín; los au­ GLARES.
tores del mester la emplean porque sus modelos
no son los clásicos latinos, sino los cristianos, MESTRE, Juan Carlos (Villafranca del Bierzo,
más concretamente los que emplean el latín litúr­ león, 1957)
gico. En consecuencia, resulta que las obras del Poeta. Estudió Ciencias de la Inform ación en
mester de clerecía son traducciones o adaptaciones Barcelona y es asiduo colaborador en la prensa
de obras latinas, lo que implica una intención vul- nacional. Pintor también, pasó varios años vi­
garizadora, explicable por el elemento didáctico viendo en Chile y ha expuesto su obra plástica en
común a todas las obras del mester. Las obras son numerosas salas de todo el mundo, colaborando
de tipo erudito latino o religiosas, caso de los ya con su obra en publicaciones de otros creadores,
mencionados Libro de Alexandre y de Apolonio. como Amancio Prada, Rafael Pérez Estrada* o
En cualquier caso, y pese a todo lo dicho, se puede José María Parreño*. Ha sido, asimismo, becario
concluir que la cuaderna vía, o mester de clerecía, en la Academia de España en Roma. Hay que
es un género literario porque tiene homogeneidad destacar sus poemarios Siete poem as escritos
formal y de contenidos, así como una finalidad junto a la lluvia (1982), La visita de Safo (1983),
unitaria, el didactismo. Las obras fundamentales Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (1986),
del mester de clerecía pueden dividirse, en fun­ galardonado con el Premio Adonais, Las páginas
ción de sus contenidos, en tres grupos: del fuego (1987), El arca de los dones (1992),
1. Didáctica religiosa: Berceo y el Libro de m i­ edición del mencionado Pérez Estrada, Los cua­
seria de omne*. dernos del Paraíso (1992), La poesía ha caído
2. Didáctica profana: Proverbios de Salomón y en desgracia (1992), con el que obtiene el Pre­
Exemplos de Catón. mio Jaime Gil de Biedma, y el libro-poem a La
3. Biografías: primeros textos de Berceo, entre tumba de Keats (1999), que ganó por unanim i­
1220 y 1230: San Millón, Santo Domingo, dad el Premio Jaén.
Santa Oria, M artirio de San Lorenzo y los
Milagros, además de obras como Libro de MESTRE, Pedro -> Véase MAESTRE, Pedro.
Alexandre, Libro de Apolonio, Libro de Buen
Amor, del Arcipreste, el Rimado de Palacio, MESTRES, Apel-les (Barcelona, 1854-1936)
de López de Ayala*, el Poema de Yuguf* y el Poeta, dramaturgo y prosista en lengua catalana.
Poema de Fernán González. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Barce­
Asimismo, puede establecerse una distinción de lona, después de lo cual se dedicó profesional­
obras que, aunque imperfecta, ayuda a ubicar las mente al dibujo hasta 1912, año en que su pro­
605 MEXÍA

gresiva pérdida de visión le impidió continuar en el estilo, adolece de una cierta tendencia imi­
haciéndolo. Sus caricaturas políticas se publica­ tatoria respecto a la retórica latina. Es autor de
ron en diarios como El Globo y El Liberal, y fue obras como el poema Llibre de Fortuna e
ilustrador de ediciones de obras de Cervantes* o Prudencia (1381), todavía de corte medieval en
Pérez Galdós*, entre otros, así como de las suyas lo alegórico, muy influido por Boecio y por el
propias. En estas, desde un cierto romanticismo* Román de la Rose, en el que abundan los giros
se acercó a la estética modernista. Destacan poe­ occitanos típicos de la poesía lírica, de un diá­
marios como Avant (1875), Microcosmos (1876) logo titulado Apología (h. 1395), de un Sermó
y Cangons illustrades (1879), operetas en cata­ alejado del estilo provenzal y religiosamente es­
lán como Picarol (1901), m usicada por G rana­ céptico e ideologizado en el que predominan los
dos, y La Rosons (1901), en este caso con parti­ aspectos providencialistas y los nuevos modos
tura de Enrique M orera, las piezas teatrales del humanismo italiano, de La medecina apro-
Sirena (1906), Joan de l ’Os (1907), Els sense cor priada a tot mal, obra quizá escrita en torno a
(1909), Justicia! (1912) y La viola d ’or (1914), a 1398, y de diversas traducciones, entre ellas
las que hay que añadir obras en prosa, sumas de Historia de Valter e Griselda (1388), reelabora­
leyendas populares y recuerdos de corte costum­ ción, a través del Griseldis de Petrarca, de la úl­
brista, como Records ifantasies (1906) y Contes tima novela del Decamerón, de Boccaccio, en la
bosquetans (1908), entre otras. que se exalta la fidelidad conyugal, la historieta
de amor Com se comporta Ovidi essent enamo-
METGE, Bernat (Barcelona, 1345?-1413) rat (¿1389?), y el De vetula pseudoovidiano.
Humanista y poeta en lengua catalana. Introdu­ Pero, sin duda, su obra fundamental es Lo Somni
cido por su padrastro — Ferrer Sayol, protonota- (1399), escrita en una prosa cancilleresca en la
rio de la Reina Elionor de Sicilia, tercera esposa que confluyen las influencias clásicas de Cicerón
de Pere III el Cerem onioso— en el círculo de y Ovidio con las renacentistas de Petrarca — de
personas próximas a los reyes de Aragón, estuvo, quien acababa de leer el Secretum— y Boccac­
primero y siendo aún muy joven, al servicio de cio, se trata de un diálogo alegórico filosófico
la esposa de Pedro IV, Leonor de Sicilia, para, entre Juan I, Orfeo y Tiresias, de personajes y es­
más tarde, convertirse en escribano de quien rei­ tructura italianizantes, en el que se debaten los
naría como Juan I, entonces duque de Gerona. Al vicios y virtudes del hombre, el cisma de Occi­
ser este elegido heredero, Metge es nombrado se­ dente y la inmortalidad del alma desde una pers­
cretario suyo, lo que supone un ascenso econó­ pectiva de gran escepticismo. En él son intere­
mico para él, y, en consecuencia, una reacción en santes sus opiniones sobre el trilingüismo, así
su contra de los consellers de Barcelona y de la como la tendencia misógina propia de la época.
esposa del hermano de Juan, M aría de Luna. Entre las diversas ediciones actuales de su obra,
Como resultado de un proceso en 1386, cuya la más rigurosa es la de sus Obres completes
causa se desconoce, M etge es encarcelado du­ (1950), realizada por Martín de Riquer*.
rante un año, si bien, al ser coronado Juan I en
1387, volverá a convertirse en su secretario, re­ MEXÍA, Hernán [o Fernán] (Jaén, ?-d. de 1477)
cuperando con ello un prestigio que culmina en Poeta. Apenas sabemos nada de su vida, salvo
1393 al ser nombrado por doña Violante, reina y que pertenecía a la nobleza, que fue veinticuatro
esposa de Juan, procurador general, es decir el de su ciudad natal, que sirvió en la casa del Ade­
encargado de gestionar todos sus intereses. lantado de Andalucía y que estuvo implicado, en
Metge, a consecuencia de la extraña muerte de 1468, en el intento de asesinato de Miguel Lucas
Juan I, fue acusado, junto a otros consejeros, de de Iranzo, motivo por el cual ingresó en prisión.
que el fallecimiento del rey se hubiera producido Aficionado a la heráldica y a la genealogía, res­
sin recibir este los correspondientes auxilios es­ pecto a su obra cabe decir que muestra tenden­
pirituales. La polémica le lleva de nuevo a la cár­ cias similares a las de Álvarez Gato*, de quien
cel hasta que, rehabilitado por el nuevo rey, Mar­ fue amigo, y que su poesía, en la que abundan sá­
tín el Humano, es elegido por él secretario en tiras y poemas amorosos, resulta fina en la
1403, cargo que siguió ocupando hasta la muerte forma, aunque confusa en sus contenidos. Han
de aquel en 1410, año a partir del cual Metge se sobrevivido suyos diez poemas, coplas incluidas
retira de la vida pública sin que sea fácil saber en el Cancionero general (véase CANCIONERO),
nada de él hasta su muerte. acaso las más famosas de las cuales sean las titu­
Como escritor, es el representante máximo del ladas «A una partida que hizo de donde su amiga
humanismo prerrenacentista catalán y el primer quedaba», «Mundo ciego, mundo ciego» y, so­
autor que empleó esta lengua en obras de carác­ bre todo, aquellas en que descubre los defectos
ter puram ente humanista. En sus escritos, se de las condiciones de las damas, continuadoras
muestra escéptico e irónico, y, aunque elegante de la polémica antifem inista iniciada por Pere
MEXÍA ÓOÓ

Torroella* en sus Coplas de las calidades de las tras coetáneos a cada egregio personaje, y de
damas, concretamente en su «Maldezir de muje­ unos Coloquios y Diálogos (Sevilla, 1547), obra
res», y de los irónicos comentarios del Arcipreste en la que recoge, con no pocas alusiones a las au­
de Talavera* en su Corbacho. Fue autor, asi­ toridades clásicas en cada materia, algunas de las
mismo, de la compilación genealógica sobre su cuestiones de índole científica que más preocu­
familia Nobiliario vero (Sevilla, 1492) y de un paban a los humanistas, además de costumbres y
libro de linajes de Jaén perdido desde el siglo x vii . creencias de la época. Fue autor de éxito, lo que
Sus textos los editó Foulché-Delbosc en el volu­ se demuestra con las diecisiete reediciones de su
men XIX de la «Nueva Biblioteca de Autores Es­ Silva, así como con las traducciones de la misma
pañoles» bajo el título de Cancionero castellano al italiano, al francés y al inglés.
del siglo xv.
MEXÍA DE LA CERDA, Luis (?, 1580-?, 1635)
MEXÍA, Pedro [o Pero] (Sevilla, 1497-1551) Autor teatral. No se sabe si se trata del Luis Me-
Humanista y poeta. Estudió latín en su ciudad xía que figura como autor del Apólogo de la
natal y Leyes en Salamanca, fue experto en M a­ ociosidad y el trabajo que aparece en las Obras
temática, Astrología, Astronomía e Historia, al­ (Alcalá, 1546), de Francisco Cervantes de Sala-
calde de la Hermandad de hijosdalgo^ contador zar*. Sí puede afirmarse que su obra más célebre
de Su Majestad en la Casa de Contratación, regi­ fue la pieza teatral Doña Inés de Castro, reina de
dor veinticuatro de Sevilla y, desde 1548, cro­ Portugal, publicada por vez primera en la Ter­
nista del Emperador Carlos V, cargo que ocupó cera parte de las comedias de Lope de Vega*, y
tras la muerte de fray Antonio de Guevara*. que está basada en la Nise lastimosa, de Jeró­
Hombre de cultura exquisita y extraordinaria, nimo Bermúdez*. Parece que fue autor, asi­
antiluterano y erasmista, dedicó su vida al estu­ mismo, de los autos Las pruebas del linaje hu­
dio y mantuvo relación epistolar con personajes mano (1621) y El juego del hombre (manuscrito
de la talla intelectual de Erasmo de Rotterdam en la Biblioteca Nacional de Madrid).
— a cuya influencia no pudo sustraerse— , Juan
Luis Vives* y Juan Ginés de Sepúlveda*. Su MEY, Sebastián (Valencia, 1586?-1641?)
obra demuestra un profundo trabajo compilador Fabulista. Miembro de una ilustre familia de im­
y recolector del material histórico y científico presores valencianos, su obra fundamental es
tanto de la antigüedad cuanto del momento en Fabulario de cuentos antiguos y nuevos (Valen­
que vivió. Su intención fue la de difundir una cia, 1613), en el cual se incluyen cincuenta y
cultura que estaba reservada a quienes conocie­ siete cuentos y fábulas de origen clásico, oriental
ran el latín, para lo cual empleó un castellano de e italiano, tomados algunos de ellos de Fedro y
altura, muy elegante, pero, en todo caso, accesi­ Esopo. Los dos únicos originales de la obra se
ble. Destaca, entre todas sus obras, la miscelánea encuentran en las Bibliotecas Nacionales de Pa­
Silva de varia lección (Sevilla, 1540), en la que, rís y de Madrid.
en cuatro partes y según el modelo de las reco­
lecciones clásicas, francesas e italianas — las MICHELENA, Salvador (Z arauz, G uipúzcoa,
Noctes acticae de Aulo Gelio, la Naturalis histo­ 1919-La Chaux de Fonds, Suiza, 1965)
ria de Plinio, el Banquete de los sofistas de Ate­ Poeta en euskera. Sacerdote, estuvo destinado en
neo, las Saturnales de Macrobio o las obras de diversos países, entre ellos Cuba, M éxico y
Valerio Máximo, Ludovico Celio, Nicolao Leo- Suiza, país este último desde el que criticó con
nico, etc.— , reúne, con el fin de divertir e ins­ dureza el régimen franquista. En sus poemarios,
truir, infinidad de temas, narraciones, noticias firmados con el nombre de Salbatore Mitxelena,
sobre cosas y lugares, anécdotas y curiosidades confluyen la nostalgia de su tierra y la emoción
sobre naturaleza, Historia, Arqueología, etc. Pero religiosa. Destacan títulos como Arantzazu Eus-
fue autor, además, de una Historia del Empera­ kal Sinismenaren (1949) y Arraun ta amets
dor Carlos V (publicada íntegra, por vez pri­ (1956), a los que hay que añadir la historia del
mera, en el volumen XL1V de la Revue Hispani- monasterio de Aránzazu A m a-Sem eak Arantza-
que en 1918), que no completó, al llegar solo, en cuko Kondairan (1951) y el ensayo sobre Una-
cinco libros, hasta la coronación de Bolonia en muno* Unamuno ta abendats (1958).
1530, y que basó en numerosos informes y docu­
mentos, de la Historia Imperial y cesárea (Sevi­ MICÓ, José María (Barcelona, 1961)
lla, 1545), donde, a modo de resumen de las cró­ Poeta en lenguas española y catalana. Doctor en
nicas clásicas, añade a las biografías de los Filología H ispánica por la U niversidad Autó­
emperadores, desde Julio César hasta M axim i­ noma de Barcelona y profesor de Literatura en la
liano I de Austria, informaciones sobre las fuen­ Pompeu Fabra, donde dirige el Institu Universi-
tes empleadas y sobre los Papas y hombres de le­ tari de Cultura, está especializado en el Siglo de
607 MIGUEL

Oro (véase EDAD DE ORO). Se trata de un autor dente automovilístico que le costó la vida, se
que, contra la tendencia de la poesía más joven editó un libro suyo de entrevistas con mujeres
de convertir el mundo urbano en centro de la vi­ del mundo literario y político español, La mujer
sión poética, propone el ámbito rural, en el que del español (1977).
el poeta busca las raíces y la unión con la natura­
leza, todo ello a través de un lenguaje de corte MIGOYA, Hernán (Ponferrada, 1971)
clásico, con resonancias de Guillén*. Además de Narrador. Periodista, guionista y hombre de
su ensayo La fragua de las «Soledades» (1990), cine, forma parte del equipo de dirección del
destacan sus poemarios La espera (1992), Letras Festival Internacional de Cinema de Catalunya
para cantar (1997) y Camino de Ronda (1998). (Sitges) y ha escrito y dirigido varios cortome­
trajes. Se trata de un autor de fina mordacidad y
MIERES, Tomás (G e ro n a , finales sig lo XIV?- sutil espíritu crítico. Aparte de una guía de des­
2 .a mitad siglo xv?) nudos cinematográficos, ¡Desnudas! (1996), ha
Tratadista. Es posible que estudiara en Italia, publicado numerosos cómics, algunos de ellos
donde se licenció en Leyes. Consejero de Al­ premiados en el Salón Internacional del Cómic
fonso el M agnánimo, desempeñó diversos car­ de Barcelona, y ha dirigido importantes publica­
gos públicos y, como intelectual, representa el ciones relacionadas con dicho género, como por
espíritu renacentista. Conocedor profundo del ejemplo El Víbora. Pero sin duda debe su fama
derecho patrio y considerado como el más ilustre a la publicación de su libro Todas putas (2003),
comentarista del Derecho en Cataluña, abordó en una suerte de fresco, en diversos relatos, de di­
1430 una tarea fundamental, que no retom aría ferentes relaciones y vivencias sexuales, trata­
para perfeccionarla hasta 1439: compilar los an­ das desde un punto de vista crudo y sarcástico
tiguos usos y costumbres de Gerona, proyecto al que lo llevó a ser acusado de misógino y a ser
que dio fin en Consuetudines D iócesis Gerun- víctima de una agria polémica y de una intolera­
densis, obra que, en sus doscientos veintisiete ca­ ble censura, que llegó incluso a la retirada del li­
pítulos, recoge las diferentes normas del D ere­ bro de las librerías.
cho procesal, adm inistrativo, feudal y señorial
precedentes de la costum bre local. Otras obras MIGUEL, Amando de (Pereruela, Zamora, 1937)
suyas son: Apparatus super Constitutionibus Cu- Ensayista. Catedrático de Sociología en la Uni­
riarum Generalium Cathaloniae, iniciada en versidad Complutense de Madrid, estudió en la
1439 y concluida, al parecer, poco después de Universidad de Columbia, en Nueva York, y ha
1446, y en la que, con gran erudición, comenta sido profesor visitante en distintas universidades
las Constituciones generales de Cataluña inten­ norteamericanas y en el Colegio de México. Es
tando arm onizar las aspiraciones de la M onar­ colaborador de diferentes publicaciones, la re­
quía con el sistema de libertades exigido por la vista Época y el diario El Mundo entre ellas, así
nueva clase burguesa; Scholia et interpretatione como en la radio, la cadena COPE, y es director
de las Constitutionum Curiarum Generalium de la consultoría de opinión pública, estudios so­
Cathalonie, el Tratato de sometents o soni emiso ciológicos y mercado Tábula-V. Se trata de uno
y unas Apostillas a los capítulos del privilegio de los intelectuales más conocidos por el gran
del estamento sacramental, entre otras muchas. público, gracias a su presencia en numerosos
programas de televisión, a sus constantes cola­
MIEZA, Carmen (Barcelona, 1931-1976) boraciones en la prensa escrita y al carácter di:
Novelista. De nombre completo Carmen Farrés vulgativo de sus obras, hondas y rigurosas, pero
Sirvent — más tarde tom aría el apellido de su escritas siempre con un lenguaje ameno y claro
marido, Antonio M ieza— , después de estudiar en el que no se echan de menos ni la ironía ni el
en un internado, con el estallido de la Guerra Ci­ sentido común. Es autor de una importante serie
vil, su familia tuvo que separarse hasta que, a su de informes anuales sobre La sociedad española,
término, ella viaja a México para reunirse con su patrocinados por la Fundación General de la
padre, que se encontraba allí exiliado desde Universidad Complutense y que han ido apare­
1939. En aquel país colabora en diversas publi­ ciendo, anualmente y sin interrupción, desde
caciones y, con Tomás Salvador*, funda Edicio­ 1994 hasta 2003; se trata de un proyecto que,
nes Marte. En su literatura, son temas centrales partiendo de amplias y minuciosas encuestas a la
la guerra y el exilio. Publicó las novelas Las ba­ población, está considerado como uno de los in­
rreras (1960), con la que fue finalista del Premio tentos más ambiciosos de cuantos se han reali­
Nadal, La imposible canción (1962), por la que zado en España para estudiar los elementos bási­
obtuvo el Premio Selecciones de Lengua Espa­ cos de la estructura social y de la vida cotidiana
ñola, y Una mañana (1964), Prem io Urriza, de españolas. Hay que destacar, asimismo, entre los
Lérida. Postumamente, al año siguiente del acci­ m uchos ensayos publicados por De Miguel,
MIGUEL NAVARRO

otras obras como: La perversión del lenguaje que estuvo al frente hasta 1947 y en la que
(1994), La España de nuestros abuelos (1995), coincidieron autores de la talla y originalidad de
Manual del perfecto sociólogo (1996), Con sen­ Neville*, Tono* o López Rubio*. Estas dos pu­
tido común (1996), El im pacto de la telefonía blicaciones, fundamentales en la historia del hu­
móvil en la sociedad española (1997), Autobio­ m orismo español contemporáneo, revoluciona­
grafía de los españoles (1997), Opinión pública ron el mundo del humor al superar todos los
y nivel de vida (1998), Sociología de la alcoba tópicos en boga. Escribió numerosos diálogos y
(1998), La vida cotidiana de los españoles en el guiones cinematográficos, entre ellos, y por ci­
siglo xx (2001) y Retrato de Aznar: con paisaje tar un ejem plo m em orable, el de Bienvenido
al fondo (2002). Mr. Marshall, con Bardem y Luis G. Berlanga.
Influido por Góm ez de la Serna* y Jardiel
MIGUEL NAVARRO, Martín (Tarazona, Za ra ­ Poncela* — a quien, no obstante, se adelantó en
goza, 1600-1644) m uchas de las innovaciones— , por la estética
Poeta y tratadista. Fue canónigo de Tarazona vanguardista y el mundo del cine, Mihura repre­
desde 1634 y amigo de Bartolomé Leonardo de senta la ruptura con los antiguos cánones del hu­
Argensola*. Autor de poemas de corte clasicista, mor, al inocularle a los elementos de crítica so­
su talante antigongorino recuerda al de Lupercio cial una irracionalidad, un escepticism o y una
Leonardo de Argensola*. Sin demasiada impor­ ironía que anticiparon — en opinión de E. Io-
tancia literaria, son dignos de mención, sin em­ nesco— el teatro del absurdo, pues supo hacer
bargo, dos tratados inéditos: Tratado de Geogra­ convivir el humor trágico con el ridículo. Supo,
fía y Tratado de Cosmografía. como nadie, jugar con las distorsiones de las cos­
tumbres, aunque, en su momento, no fue com ­
MIGUEL DEL VAL, Mariano (Zaragoza, 1875- prendido y el público se mostró reacio a sus
1912) innovaciones. Como ha señalado Francisco Um­
Poeta. Fue, además de fundador de la revista Ate­ bral*, Mihura, autor «moderadamente rebelde»
neo en 1906, crítico literario en importantes dia­ de una comedia burguesa con ráfagas de imagi­
rios, entre ellos Los Lunes de «El Imparcial», El nación vanguardista, estaba fascinado por las vi­
Liberal y La Esfera. Deben recordarse sus poe­ das mediocres, por las fantasías del «hombre gris
marios Edad dorada (1905) y El libro de las glo­ y peatonal», y, frente a la necesidad de Jardiel de
sas explicar el absurdo en el último acto de sus co­
medias, él prescinde de las exigencias del sen­
MÍGUEZ, Mario (Madrid, 1962) tido común y ya no explica nada. Para Umbral,
Poeta. Se dio a conocer con el libro 23 poemas Mihura «es un caso claro de gran renovador frus­
(1998), después de que durante años fuese casi trado no solo por la censura franquista, sino por
un poeta clandestino, salvo por lo que, de cuando la incultura nacional».
en cuando, publicaba en diferentes revistas. En Comenzó escribiendo en colaboración con otros
sus versos, quizá de lo mejor y más serio que grandes autores del momento; así, destacan pie­
ofrece la poesía española de las últimas décadas, zas como Ni pobre, ni rico, sino todo lo contrario
el amor, con la carnalidad entendida como huida, (1939), con Tono, Viva lo imposible o el conta­
es el eje espiritual en torno al cual giran numero­ ble de estrellas (1939), con Joaquín Calvo So-
sas reflexiones sobre el lugar del hombre en el telo*, o El caso de la mujer asesinadita (1946),
mundo, y da lugar a una poesía a medio camino con Alvaro de Laiglesia*. No obstante, y entre
entre lo filosófico y lo religioso, en la que la pa­ tanto, ya había escrito en 1932, mucho antes de
sión sirve como punto de contacto con las sensa­ que Poncela hubiese dado a la escena las obras
ciones, aunque vivida de modo desolado, como que se considera revolucionarían el teatro có­
un indicio del misterio, m otor esencial de sus mico, su obra maestra, Tres sombreros de copa,
versos, que encierra en sí la propia vida. si bien no se estrenaría hasta 1952, en la época
en que. de hecho, comenzó a estrenar regular­
MIHURA, Miguel (Madrid, 1905-1977) mente. El trasfondo crítico y profundamente se­
Autor teatral. Además del bachillerato, estudió rio de esta comedia, galardonada con el Premio
idiomas, música y dibujo, y es es 1924 cuando Nacional de Teatro y en la que confluyen todas
comienza a publicar sus dibujos, historietas có­ las características que hemos comentado, se pro­
micas y cuentos en las revistas humorísticas de yecta quizá, aunque de forma más atenuada, en
toda España y en algunos diarios, entre ellos La las siguientes, de menor calidad, pero importan­
Voz y Ya. Durante la Guerra Civil dirigió en San tes y de gran éxito. Así, deben recordarse títulos
Sebastián la revista satírica La Ametralladora, como: A media luz los tres (1953), El caso de la
para, más adelante, en 1942, fundar y también di­ señora estupenda (1953), El caso del señor ves­
rigir otra publicación célebre, La Codorniz, en la tido de violeta (1954), Sublime decisión (1955),
609 MILLÁN

M i adorado Juan (1956), que también mereció santo Tomás, De los trovadores en España
el Premio Nacional de Teatro, Carlota (1957), (1861), Ressenya histórica i crítica deis antics
M elocotón en alm íbar (1958), con la que ob­ poetes catalans (1865), Romancerillo catalán
tuvo el Premio de la Crítica de Barcelona, Ma- (1882) —que era una revisión muy ampliada de
ribel y la extraña fa m ilia (1959), nuevam ente sus O bservaciones de 1853— y De la poesía
Premio Nacional y, también, Premio de la Crí­ heroico-popular castellana (1874). Fue autor,
tica de Barcelona, La bella Dorotea (1963), Ni- asimismo, de poemarios en catalán en los que,
nette y un señor de Murcia (1964), Premio N a­ desde la literatura medieval, rescató los mode­
cional de L iteratura C alderón de la Barca, La los populares y épicos; así destacan títulos
tetera (1965), Ninette, modas de París (1966), como L a fo n t de na M elior (1843), La cangó
que fuera Premio Leopoldo Cano de Valladolid, del pros Bernart (1867) y La complanta d ’en
y Sólo el am or y la luna traen fo rtu n a (1968). Guillem (1872). Además, debe saberse que tra­
Una primera edición de su teatro se publicó ya dujo a Horacio, Dante y G oethe. Sus Obras
en 1967 bajo el título de Teatro selecto. Fue au­ completas las editó, en ocho volúmenes, su dis­
tor, asimism o, de un jocoso libro titulado Mis cípulo Menéndez Pelayo entre 1886 y 1896, y,
memorias. entre 1922 y 1933, aparecieron dos volúmenes
de su correspondencia bajo el título de Epis-
MILÁ Y FONTANALS, Manuel (Villafranca del tolari.
Penedés, Barcelona, 1818-Barcelona, 1884)
Ensayista y poeta tanto en español como en cata­ MILÁN, Luis (Valencia, siglo xvi)
lán. Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras, Poeta y músico. Llamado a la corte de Juan III
obtuvo en 1847 la cátedra de Literatura Española de Portugal como consecuencia de la fama que
en la Universidad de Barcelona. Fue, en su había alcanzado en Valencia en la de Germana de
tiempo, el único romanista español que conoció Foix, escribió poesías cultas y tradicionales,
los estudios de su especialidad en toda Europa, y tanto sonetos y canciones como villancicos y re­
está considerado como el primer provenzalista dondillas, cuentos, noticias y sabrosas enseñan­
en España durante el siglo xix y, de alguna ma­ zas musicales. Así se ve en obras como Libro de
nera, el fundador en nuestro país de los estudios motes de damas y caballeros (Valencia, 1530),
filológicos. Colaborador habitual en importantes Libro de la música de vihuela intitulado «El
publicaciones como la Revue des langues roma­ Maestro» (Valencia, 1536) y El cortesano, edi­
nes y Romanía — y en los diarios El Imparcial y tada en Valencia en 1561, bastante después del
Diario de Barcelona— , fue el primer presidente momento en que se cree que murió.
de los Jocs Floráis de Barcelona (1859) y contri­
buyó decisivamente al surgimiento de la Renai- MILLÁN, Fernando (Villarodrigo, Jaén, 1944)
xen5a* catalana. M iembro de la Real Academia Poeta. Figura representativa de la corriente expe­
Española y de la de Historia, presidió la de Bue­ rimental que marcó gran parte de la poesía espa­
nas Letras de Barcelona entre 1861 y 1878. ñola entre los años 1968 y 1975, su importancia
Abordó en su obra cuestiones como la relación reside tanto en su obra de carácter divulgativo
entre la poesía popular catalana y la épica de como en la de creación propia, en las que ha
Castilla, las influencias de la lírica provenzal en mostrado un compromiso vanguardista de carác­
Cataluña, Castilla y Portugal o las características ter ético y social, en el que la innovación se
del renacim iento literario catalán, entre otras adentra en los problemas históricos y sociales de
muchas. Maestro de Menéndez Pelayo*, a quien su época, concibiendo el arte y la vida como un
legó todos sus papeles, influyó decisivam ente todo. Miembro del grupo Problemática 63, sus
tanto en él como en Menéndez Pidal*. Su papel primeros versos aparecieron en revistas como
fundamental, no obstante, fue el de dotar de un Poesía Española y Llanura, y en 1968 fundó el
método a los estudios críticos españoles de lite­ grupo N.O., que organizó numerosas exposicio­
ratura comparada. Desde una posición rigorista, nes vanguardistas y publicó numerosos artículos
iniciada hacia 1840 y ya lejos de sus coqueteos y libros que dieron entidad a la vanguardia* es­
iniciales con el romanticismo liberal, supo ser­ pañola del momento. Asimismo, fundó en 1981
virse del em pirism o y el positivism o de las es­ la revista Metaphora y pertenece, desde 1993, al
cuelas filológicas alemana y francesa. Destacan consejo editorial de Abreojos. Además del en­
sus obras Compendio de arte poética (1844), en sayo La escritura en libertad (antología de poe­
la que expone, muy influido por los hermanos sía experimental) (1975), escrito en colaboración
Schlegel, sus ideas sobre el Romanticismo* his­ con Jesús G. Sánchez, ha publicado poemarios
tórico, Observaciones sobre la poesía popular como Textos y antitextos (1970), Mitogramas
(1853), Estética (1857), en la que se m uestra (1968-1976) (1979), Ejercicios para una escri­
próximo al idealismo alemán y a las tesis de tura no pobre (1979) y Prosae (1981).
MILLAN 610

MILLÁN, José Antonio (M adrid, 1954) tas Planas de Poesía y Millares, que no fueron
Novelista. Estudió Filología Hispánica en la las únicas en que publicara sus versos. Dentro de
Universidad Autónoma de Madrid. Aficionado a la línea de la poesía social*, buscó en los símbo­
experimentar en sus novelas y partidario, al igual los y el ritmo las esencias de la comunicación, si
que el italiano Italo Calvino, de entender la lite­ bien fue evolucionando hacia un intimismo nos­
ratura como juego, ha desarrollado gran parte de tálgico y más coloquial. D estacan poemarios
su actividad creadora en el ámbito de Internet. como Sueño a la deriva (1944), Deshielo de la
Colaborador del diario El País, son conocidas noche (1945), La sangre que me hierve (1946),
sus numerosas investigaciones en torno a las El grito en el cielo (1946), La estrella y el cora­
nuevas tecnologías y su relación con la lengua. zón (1949), De la ventana a la calle (1949),
Ha creado una página web que se ha convertido Ofensiva de prim avera (1950), Poemas de la
en un archivo enciclopédico y en una alternativa Creación (1951), Cauce natural (1951), Siete
a la edición tradicional. De sus muchas activida­ elegías a un tiempo (1960), Nuevas escrituras
des hay que destacar su labor como director del (1964), Habla viva (1964), La hebra (1965),
Centro Virtual Cervantes, del Instituto Cervan­ Poesía unánime (1967), que fue la primera anto­
tes, así como de la Editorial Taurus y de la colec­ logía de su obra, Segunda enseñanza (1974),
ción «Gramática del Español», con el gramático Función al aire libre (1975), Desde aquí (1977),
y académico Ignacio Bosque. Ha publicado, ade­ la antología El paraíso de los nudos (1979), en la
más de los libros infantiles C. El pequeño libro que se incluyen numerosos poemas inéditos, A n­
que aún no tenía nombre (1993) y El árbol de dén verde (1982), Tierra batida (1986), Más le­
narices (2002), los libros de relatos Sobre las jo s que yo amargo (1987), M etam orfosis de la
brasas (1988) y La memoria (y otras extremida­ estrella (1988) y, como última antología, La p a ­
des) (1991), y las novelas El día intermitente labra o la vida (1989).
(1990), Nueva Lisboa (1995), centrada en la rea­
lidad virtual y en la que mezcla ciencia-ficción, MILLÁS, Juan José (Valencia, 1946)
literatura fantástica e, incluso, referencias a los Narrador. Licenciado en Filosofía y Letras por la
clásicos, y Base y el generador m isterioso Universidad de Madrid, es colaborador habitual
(2002), dirigida de nuevo a un público juvenil, del diario El País. Cuidadoso con el idioma, in­
en la que juega con dos géneros, el de aventuras genioso en la construcción de las tramas y muy
y, una vez más, la ciencia-ficción. Es autor, asi­ hábil a la hora de hacer convivir sencillez léxica
mismo, de los ensayos De redes y saberes. Edu­ con dificultad estructural, sus novelas y relatos
cación y cultura en las nuevas tecnologías juegan con el azar entre realidad y ficción, ámbi­
(1998), en el que se ocupa de analizar las venta­ tos no siempre fáciles de distinguir para los
jas, inconvenientes y problemas de Internet, personajes de Millás, los cuales, a menudo m a­
Internet y el español (2001), La lectura y la so­ niáticos o un tanto obsesivos, descubren, con fre­
ciedad del conocimiento (2001) y Telecomunica­ cuencia, en el reverso de lo real, una identidad
ciones, sociedad y cultura (2002). personal que, tratada con ironía por el narrador,
pretende dar cuenta, a través de la perplejidad,
MILLÁN ASTRAY, Pilar (La Coruña, 1879-Ma- de las angustias cotidianas a las que se enfrenta
drid, 1949) el individuo urbano de nuestros días. La indivi­
Autora teatral y narradora. Aunque escribió, sin dualidad — a menudo planteada como un descu­
éxito, novelas cortas y cuentos, no sucedió lo brimiento de la identidad a través de un «do­
mismo con sus comedias asainetadas, con las que ble»— , la soledad en la convivencia necesaria o
logró no poca popularidad. En ellas, ambientadas la incomprensión del mundo son temas a los que
habitualmente en un Madrid algo ficticio, trata de se enfrenta en su obra este autor cuyo éxito ac­
mostrar, a través de personajes femeninos estereo­ tual lo convierte en uno de los escritores más
tipados, las costumbres de su tiempo. Destacan tí­ prestigiosos de la narrativa española contempo­
tulos como El juramento de la Primorosa (1924), ránea. Es autor de las siguientes novelas: Cer­
La tonta del bote (1925), que fue llevada al cine, bero son las sombras (1975), por la que fue ga­
Los amores de la Nati (1931) y La mercería de la lardonado con el Premio Sésamo, Visión del
Dalia Roja (1932). Merece mencionarse su adap­ ahogado (1977), El jardín vacío (1981), Papel
tación de Adán y Eva (1925), original de Guy Bol- mojado (1983), Letra muerta (1984), estas dos
ton y George Middleton. últimas junto a Cerbero... incluidas en el volu­
men Tres novelas cortas (1998), El desorden de
MILLARES, Agustín (Las Palmas de Gran Cana­ tu nombre (1988), La soledad era esto (1990),
ria, 1917-1989) ganadora del Premio Nadal, Volver a casa
Poeta. Fue jefe administrativo de una compañía (1990), novela que se publicó por capítulos en
naviera y, junto a sus hermanos, fundó las revis­ el diario El Sol, estas tres últimas incluidas en el
611 MIÑANO Y BEDOYA

volumen Trilogía de la soledad (1996), Ella ima­ jos. Es autor de las novelas Las palmeras de car­
gina (1994), novela formada por diferentes tra­ tón (1948) — incluida por Joaquín de Entramba-
mas (o relatos) en torno a la figura de un perso­ saguas* en Las mejores novelas españolas con­
naje central, Vicente Holgado, Tonto, muerto, temporáneas (vol. XI, Madrid, 1969)—-, Los
bastardo e invisible (1995), El orden alfabético revólveres hablan de sus cosas (1953) y Adelita
(1998), No mires debajo de la cama (1999) y, ga­ en su desván (1991), de numerosos cuentos, en­
lardonada con el Premio Prim avera de Novela, tre ellos el titulado «Nicolás» (1964), de la obra
Dos mujeres en Praga (2002), títulos a los que teatral El oso y el madrileño (1973) y de obras a
hay que añadir los relatos de Primavera de luto y medio camino entre lo narrativo, el cuadro de
otros cuentos (1992) y Cuentos de adúlteros de­ costumbres, el dibujo, o la viñeta social, como
sorientados (2003), en donde se recogían relatos son, entre otras, Historia de la gente (1955 y
aparecidos en diferentes revistas y periódicos. Es 1984), Historia de Madrid (1961) e Historia del
autor, asimismo, de varias recopilaciones de sus traje (1963). En 1980 recibió el Premio Nacional
artículos en El País, entre ellas Algo que te con­ de Periodismo.
cierne (1995), Cuerpo y prótesis (2000) y Arti-
cuentos (2001), con artículos aparecidos en el MIÑANA, Juan (Barcelona, 1959)
mencionado diario y en otros a partir de 1993, a Novelista. Se trata de uno más de los autores que
los que hay que añadir el volumen de relatos han creado su obra en torno a la mitificación de
Cuentos a la intemperie (1997) y un libro, publi­ la ciudad de Barcelona, como ha sucedido en
cado con el dibujante Forges, titulado Números quienes el propio Miñana reconoce como sus an­
pares, impares e idiotas (2001), en el que se tecesores: Juan Marsé*, Eduardo Mendoza* y
ocupa en tono cómico de las matemáticas. Vázquez Montalbán*. En sus páginas, donde el
cine forma parte esencial, tanto como elemento
MILLÁS VALLICROSA, José María (Santa C o­ central de ciertos homenajes como por su im­
loma de Farnés, G erona, 1897-Barcelona, pronta estilística por lo que respecta a la intriga,
1970) está presente la realidad social e histórica, tra­
Ensayista. Catedrático de Lengua Hebrea en la tada a menudo con puntas de ironía que roza la
Universidad de Barcelona, dedicó su labor inves­ crueldad, pero que vienen suavizadas por la ter­
tigadora y docente al estudio de las jarchas* y, nura de la mirada. Es autor de las novelas La
en general, de la primitiva lírica peninsular. Ade­ playa de Pekín (1998) y Noticias del mundo real
más de sus trabajos ensayísticos sobre Gabirol*, (1999). Su primera novela, La Claque (1986), se
Jehuda Haleví* o sobre las tablas astronómicas la editó Vázquez Montalbán*.
de Aben-Ezra*, destacan otros como La poesía
sagrada hebraicoespañola (1940) y Literatura MIÑANO, Víctor Manuel (Lora del Río, Sevilla,
hebraicoespañola (1967). 1970)
Poeta. En sus versos está presente la angustia del
MINGO REVULGO, Coplas de -> Véase C O ­ amor, expresada a través de palabras cuyos sig­
PLAS DE M INGO REVULGO. nificados le obsesionan en una búsqueda cons­
tante de definición. Introspectivo hasta lograr un
MINGOTE BARRACHINA, Antonio (Sitges, Bar­ intimismo total, reclama la belleza de la pasión,
celona, 1919) y se sirve del papel, del propio lenguaje para su­
Narrador. Conocido como dibujante por sus nu­ perar toda desolación, toda soledad, que viene de
merosas viñetas en la prensa, sobre todo las que, la vivencia del amor como eternidad, como ple­
después de muchos años, siguen apareciendo en nitud. Es autor del poemario Estábamos ha­
el diario ABC, y por las que, en su día, pudieron blando de ti (2000), galardonado con el Premio
verse en la célebre publicación La Codorniz, Paul Beckett.
abandonó sus estudios de Filosofía y Letras para
dedicarse al arte y la literatura. Autor de ilustra­ MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián de (Becerril de
ciones para obras ajenas, así como de guiones ci­ Campos, Falencia, 1779-Bayona, Francia,
nematográficos, libretos de comedias musicales, 1845)
textos para radio y series televisivas, en 1987 fue Ensayista. Realizó sus primeros estudios ecle­
elegido miembro de número de la Real Real Aca­ siásticos en el seminario de Palencia, de donde
demia Española. Ingenioso, irónico, mordaz a pasó a Salamanca para estudiar jurisprudencia.
veces, siem pre sutil y de gran capacidad para Es en esa ciudad en la que comienza a interesarse
captar las esencias de los problemas de la actua­ por la medicina, a consecuencia de lo cual es en­
lidad, en sus obras literarias también hay algo de viado a Toledo en 1795 como familiar del arzo­
todo esto, así como de la ternura esencial con la bispo de dicha ciudad, el cardenal Lorenzana.
que suele tratar a los protagonistas de sus dibu­ Allí se convierte en tutor del nieto de Carlos III,
MIÑANO Y LAS CASAS 612

Luis de Borbón, de quien será más tarde secreta­ bre cuestiones religiosas fue autor de otras sobre
rio en Sevilla. Su llegada a la ciudad andaluza le la literatura y la lengua españolas, tales como
supone conocer a grandes intelectuales del mo­ Frases de los autores clásicos españoles (1899),
mento, circunstancia que determinará su acerca­ Rebusca de frases castizas (1907) y Prontuario
miento a las ideas de la Ilustración*. Tal es así de hispauismo y bavbarismo (1908).
que, en 1812, sale de España como afrancesado.
Permanece en Francia hasta 1816, fecha en que MIR, Miguel (Palma de Mallorca, 18 4 1-Madrid,
regresa a Madrid, si bien terminaría trasladán­ 1912)
dose de nuevo al país galo. Miembro de la Aca­ Ensayista. Hermano de Juan Mir* y miembro de
demia de la Historia y colaborador de la publica­ la Real Academia Española desde 1886, fue je ­
ción madrileña El Censor— creada por él, Lista* suíta hasta 1891, año en que, por desavenencias
y Hermosilla, en la que aparecieron sus Cartas con sus superiores, abandonó la Com pañía y
de don Justo Balanza y las Cartas del m adri­ arremetió contra ella en Los jesuítas de puertas
leño— , escribió artículos de carácter costum ­ adentro (1895) y en su H istoria interna docu­
brista — tal vez los primeros del siglo xix— en mentada de la Compañía de Jesús (1913). Pero
los que satiriza de forma brutal las costumbres es antes cuando, en otro tipo de obras, demuestra
españolas e ironiza sobre el absolutismo, como sus dotes como investigador. Además de su dis­
sucede en los recogidos en Lamentos de un po- curso de ingreso en la Academia, Causas de la
brecito holgazán (1820). Pero donde se ven cla­ grandeza y perfección de la lengua castellana en
ramente sus ideas afrancesadas es en Historia de el Siglo de Oro de nuestra literatura, merecen
la revolución de España de 1820-1823, p or un recordarse Bartolomé Leonardo de Argensola
testigo ocular (1824). Es autor, asimismo, del (1891), Santa Teresa, su vida, su espíritu, sus
Diccionario Geográfico Estadístico de España y fundaciones (1912) y su edición de los Oradores
Portugal (1826-1829; 11 vols.), obra no muy fia­ clásicos españoles, editada en el tomo I de la
ble en sus datos y que ocasionó una dura polé­ «Nueva Biblioteca de Autores Españoles».
mica con Fermín Caballero*. Tradujo la Historia
de la Revolución francesa, de Thiers, a la que MIRA, Juan José (Puerta de Segura, Jaén,
añadió diversas matizaciones. 1907-Barcelona, 1980)
Novelista. Seudónimo literario de Juan José Mo­
MIÑANO Y LAS CASAS, Andrés de (?, 1756-?, reno Sánchez, se trata de un autor autodidacta y
1811) que pasó una vida de penurias, lindando siempre
Autor teatral. Además de querer publicar, en con la pobreza; licenciado en Derecho, aunque
1804, un D ia d o de los espectáculos que no jamás ejerció la abogacía, desempeñó diversos
llegó a ver la luz, escribió una comedia costum­ empleos, como representante de productos pas­
brista, El gusto del día (1802), sátira de tono cla- teleros o contable de una ferretería, y formó
sicista en cuyo prólogo censuró las comedias parte, en la clandestinidad, del Partido Com u­
sentimentales. nista, lo que lo llevó a ser detenido y encarcelado
en 1956 en Barcelona tras el desmantelamiento
MIQUELARENA, Jacinto (Bilbao, 1891-París, del PSUC. Fue autor de novelas ya olvidadas en
1962) las que analiza el contraste entre el deseo y lo
Narrador. Corresponsal de ABC y del Diario de que la realidad ofrece, si bien se le conoce por su
Barcelona, sus obras demuestran gran habilidad amplia producción de novelas policiacas, caso de
en el arte de la descripción de ambientes y un El misterio de las siete trompetas (1944), El re­
sentido del humor de gran agudeza. Es autor de loj acusador (1945), firmadas con el seudónimo
los libros de reportajes El gusto de Holanda José J. Morán, La muerte al teléfono (1946), ya
(1929), ... Pero ellos no tienen bananas (1930), firmada con su seudónimo habitual, Juan José
Veintitrés (1931) y Stadium (1932) entre otros, Mira, y las ocho novelas de la serie conocida
del diálogo Unificación (1938), escrito en plena como «El Canario», aparecidas en 1951, ambien­
Guerra Civil, de novelas como El otro mundo tadas en Nueva York y protagonizadas por el pe­
(1939) y Don Adolfo el libertino. Novela de 1900 riodista español Valentín García Laínez, su se­
(1940) y de las crónicas bélicas de Un corres­ cretaria miss Kane y un canario, Cinnamon, que
ponsal en la guerra (1942), concebidas en el da vida al despacho de ambos. Estas últimas tie­
frente alemán. nen su importancia, ya que entre intrigas policia­
les y de espionaje comienzan a filtrarse críticas
MIR, Juan (Palma de M allorca, 1840-Tortosa, al Partido Comunista, del que Mira comenzaba a
Tarragona, 1917) distanciarse en esos momentos. Destacan, entre
Ensayista. Filólogo y jesuíta, al igual que su her­ otras obras ya no pertenecientes al género poli­
mano Miguel Mir*, además de algunas obras so­ ciaco, títulos como El gran bazar (1931), A sí es
613 MIRALLES

la rosa (1945), Rita Suárez (1946), El billete de a medio camino entre el ascetismo y el amor de
cien dólares (1949), En la noche no hay caminos efectos prerrománticos, El arpa de David y, so­
(1952), con la que obtuvo el Premio Planeta, y bre todo, El esclavo del demonio (1612; publi­
Mañana es ayer (1955), que tuvo problemas con cada por Valbuena Prat* en el volumen LXX de
la censura, ya que se centra en la Guerra Civil, y la colección «Clásicos Castellanos»), pieza clave
que había presentado al Premio Nadal de 1951 de la historia del teatro español en la que, al re­
bajo el título de Pago más que nadie. Fue autor, crear la historia de fray Gil de Santarén — perso­
asimismo, de algunos ensayos, entre los que des­ naje portugués que, tras vender su alma al dia­
taca Biografía de la novela policiaca (1956). blo, se convirtió— , está presente el conflicto
entre predestinación y libre albedrío. Es proba­
MIRA DE AMESCUA, Antonio (Guadix, Granada, ble que se basara en la Historia general de santo
1574?-1644) Domingo y de su orden, de Hernando del Casti­
Dramaturgo y poeta. De familia descendiente de llo*, pero lo que es claro es que influyó en la
conquistadores, tras estudiar en su ciudad natal y obra de Calderón El mágico prodigioso y en
en Granada, donde cursó Leyes y Cánones en el Caer para levantarse, pieza escrita en colabora­
Colegio de San Miguel, se ordena sacerdote en ción por Cáncer*, Moreto* y Matos Fragoso*.
1609, y es nombrado capellán de la capilla de los En cuanto a las obras de corte histórico deben re­
Reyes Católicos de Granada. Estuvo con el cordarse El ejemplo mayor de la desdicha, El
conde de Lemos en Nápoles, durante su virrei­ conde Alarcos, historia tomada del Romancero*,
nato allí, entre 1606 y 1616, fue capellán del car­ Los carboneros de Francia, La desdichada Ra­
denal-infante don Femando en 1619, año en que, quel, No hay dicha ni desdicha hasta la muerte y
ya en Madrid, frecuentó las tertulias, y arcediano Obligar contra su sangre. Comedias de costum­
de Guadix desde 1632, cargo en el que protago­ bres son: La Fénix de Salamanca, La casa del
nizó no pocos altercados a consecuencia de su tahúr, La tercera de sí misma, No hay burlas con
difícil tem peramento. Considerado uno de los las mujeres, Lo que puede una sospecha, Galán
autores de la escuela de Lope de Vega*, su tea­ valiente y discreto y El palacio confuso. Por lo
tro, un tanto descuidado y con ligeros defectos que se refiere a los autos sacramentales, son de
de forma a la hora de conseguir una coherencia interés El sol de medianoche, La jura del prín­
para interrelacionar las escenas, tiene interés ya cipe, Las pruebas de Cristo, El heredero, Pedro
que, aun en la línea de las fórmulas expresivas Telonario y La mayor soberbia humana de Na-
populares de Lope, están presentes, además de bucodonosor, en el que el rey asirio es presen­
numerosos rasgos estilísticos en los que se anun­ tado como símbolo de la arrogancia del hombre
cia el mejor Calderón de la Barca*, los excesos frente a Dios.
expresivos del gongorismo. La acción de sus Como poeta, además de una Canción real a una
obras da lugar a numerosas historias confusas, en mudanza —que apareció incluida en Poesías va­
virtud de las cuales podrían haberse escrito otras rias de grandes ingenios (Zaragoza, 1654)— ,
tantas obras, aunque consigue una gran fuerza atribuida a él ya desde Gracián*, y de diversas
dram ática en el tratam iento de los temas. Sea quintillas, romances y redondillas, fue autor de
como fuere, el caso es que está considerado uno Acteón y Diana, poema incluido por Juan Nico­
de los más grandes autores del género de las co­ lás Bóhl de Faber* en su Floresta, publicada en
medias de intriga o de capa y espada. el volumen XLII de la «Biblioteca de Autores
Escribió casi sesenta obras entre autos* sacra­ Españoles», colección en cuyo volumen XLV se
mentales, obras de tema bíblico e histórico y co­ publicaron varias obras teatrales de Mira.
medias de santos — de carácter hagiográfico— y
las citadas de capa y espada. De tal suerte, suele MIRALLES, Alberto (Elche, Alicante, 1940)
abordarse su teatro en razón de una clasificación Dramaturgo. Perteneciente a la corriente del
que responde a tres apartados: las comedias reli­ Nuevo Teatro Español, a la generación de auto­
giosas, las históricas y las de costum bres y los res a la que él mismo se refirió como «la más
mencionados autos, entre los cuales se cuentan premiada y menos representada» y que estaba
algunos de los más interesantes de la literatura formada por autores que aun rechazando la esté­
española, al ser el primer autor que los basara en tica realista participaban del compromiso social,
hechos históricos. Son las piezas religiosas, casi fundó y dirigió, desde 1966, el taller de teatro ex­
siempre de intención didáctica, las que se consi­ perimental Cátaro, nacido en la Escuela de Arte
deran las mejores de su producción; así, desta­ Dramático de Barcelona. La intención de Mira-
can: Los prodigios de la vara y capitán de Israel, lies, ya desde entonces, es recuperar el valor de
Vida y muerte de san Lázaro, La adúltera vir­ . la expresión corporal en los actores, razón por la
tuosa santa María Egipcíaca, El clavo de Jael, cual cobran extraordinaria importancia elemen­
La mesonera del cielo, donde plantea una trama tos como el coro, la danza, el canto, etc. En su
MI RALLES 614

teatro, exitoso sobre todo entre los años 1967 y Conservado en su día en el Archivo de Indias de
1976, ha tratado siempre de analizar la sociedad Sevilla, influyó en la obra de su amigo Barco de
con humorismo desm itificador y recurriendo, Centenera*. Debe recordarse también su Come­
como método, a la parábola histórica, haciendo dia pródiga (Sevilla, 1554), drama en redondi­
con ellos de su teatro de corte social un sólido pi­ llas dobles, y dividido en siete actos, en el cual,
lar que refleja las circunstancias individuales. combinando elementos bíblicos con otros toma­
Además de diversos ensayos sobre teatro, como dos de la Celestina, hace confluir las dos tenden­
Nuevos rumbos del teatro (1974) y Nuevo teatro cias del teatro español de la primera mitad del si­
español: una alternativa social (1977), que lo glo XVI.
convirtieron en un crítico relevante, destacan sus
obras: Catarofausto (1969), Espectáculo «co- MIRAS, Domingo (Campo de Criptana, Ciudad
llage» (1970), Céfiro agreste de olímpicos com­ Real, 1934)
bates (1980), El jardín de nuestra infancia Dramaturgo. Licenciado en Derecho y funciona­
(1983), Sois como niños (1983), El cuento de rio de la A dministración, es miembro del Con­
nunca acabar (1984), La edad de los prodigios sejo de Redacción de la revista Primer Acto. Sus
(1987), Capa y espada (1988), Comisaría espe­ obras, en las que prefiere a protagonistas margi­
cial para mujeres (1992), Manzanas acules, hi­ nados, son de carácter histórico y de corte rea­
gos celestes (1993) — que se estrenó en 1998 con lista. Adaptador de numerosos textos clásicos,
el título de Píntame en la eternidad— y Carci­ también para niños, es autor de más de una vein­
noma intraductal (2002), texto comprometido en tena de obras, entre las que destacan títulos como
el que se ocupa del terrorismo de ETA. Es autor, Una fam ilia normal (1970; ed., 1999), Egisto
asimismo, de adaptaciones de textos clásicos, (1971), Penélope (1971), Fedra (1971), accésit
como Arcipreste (2000), para el famoso actor del Premio Lope de Vega, La Saturna (1973), ga­
Rafael Álvarez El Brujo. lardonada con el Premio Diego Sánchez de Ba­
dajoz, De san Pascual a san Gil (1975), con la
MIRALLES, Santiago (Madrid) que obtuvo, por fin, el mencionado Premio Lope
Novelista. Diplomático de profesión, debutó con de Vega y el Lebrel Blanco, La ventana del ahor­
la novela La tierra ligera (2000), ambientada en cado (1975; ed., 1986), Las brujas de Barahona
Centroamérica y en la que trata de recuperar el (1977-1978), Las alumbradas de la Encamación
lenguaje latinoamericano, de forma pasional, con Benita (1979), que fue Premio Tirso de Molina,
estilo algo ampuloso que, en cambio, se torna El jarro de plata (1980), El doctor Torralba
ágil y preciso al ocuparse de los personajes, ha­ (1982; ed., 1996), Premio Ciudad de Palencia,
ciendo un análisis social y del poder en esa re­ La tirana (1982), El libro de Salomón (1984),
gión del planeta. Premio Ciudad de San Sebastián, La monja Alfé­
rez (1986; ed., 1992), merecedora del Premio
MIRANDA, J. Luis (Málaga, 1939) Ciudad de Alcorcón, la mencionada Una fam ilia
Dramaturgo. Médico de profesión, sus primeras normal y Gente que prospera (1972; ed. 2000),
obras se estrenaron en los años sesenta, después galardonadas con el prestigioso Premio Nacional
de lo cual no volvió a los teatros hasta los ochenta. de Literatura Dramática, y Aurora (2002), cen­
Se trata de un autor en cuyas obras, que huyen trada en el asesinato de la joven Hildegart a ma­
del realismo*, destaca la fuerza poética con que nos de su madre, una feminista fanática, en 1933,
se desarrolla un intenso romanticismo* de corte y que le sirve a Miras para reflexionar sobre el
casi místico. Hay que mencionar sus obras Car­ fanatismo y la libertad.
tas marcadas, Jaque a la dama, Ramírez, con la
que obtuvo el Premio Tirso de Molina, La niña MIRÓ, Gabriel (Alicante, 1879-Madrid, 1930)
del almanaque, galardonada con el Premio Enri­ Novelista. De nombre completo G abriel Fran­
que Llovet, y En el lioyo de las agujas, Premio cisco Miró Ferrer, estudió como alumno interno
Lope de Vega. en el colegio de los jesuitas de Orihuela, de
donde pasó a las universidades de Valencia y
MIRANDA DE VILLAFAÑA, fray Luis de (Piasen- Granada hasta licenciarse en Derecho. Incluido
d a , h. 1500-?, 1575) en la generación novecentista o de 1914, en la
Dramaturgo y poeta. Viajó a Sudamérica con Pe­ que suelen ubicarse nombres como los de Ortega
dro de Mendoza y estuvo en prisión durante ocho y Gasset*, Pérez de Ayala* o Azaña*, entre
meses por intentar liberar a Alvar Núñez Cabeza otros, su vida fue, no obstante, sencilla, y no par­
de Vaca, encarcelado tras la primera revolución ticipó en los círculos intelectuales del momento,
del Paraguay. Fray Luis fue autor de un Romance limitándose a colaborar en publicaciones como,
elegiaco (h. 1544), en el que, en cuartetas de pie por ejemplo, el Diario de Barcelona, La Nación
quebrado, cuenta la conquista del Río de la Plata. o El Sol. A partir de 1906, y a consecuencia tanto
615 MIRÓN

de los escasos ingresos que le proporcionaba su (1901), Hilván de escenas (1903), obras ambas
actividad literaria como de su fracaso en unas de las que Miró renegó siempre y que serían ex­
oposiciones a la Judicatura, se convierte en mo­ cluidas por él mismo de sus Obras completas
desto funcionario de la A dm inistración de A li­ (1932-1949; 12 vols.), Del vivir (1904), Nómada
cante, de la que pasa a la de Barcelona y, final­ (1908), obra con la que se dio a conocer al ser
mente, a partir de 1920, a los M inisterios de premiada, como ya queda dicho, por El Cuento
Trabajo e Instrucción Pública en Madrid. Entre Semanal, La novela de mi amigo (1908), Amores
tanto, desarrollaba su actividad creadora. En de Antón Hernando (1909) — que se convertiría
1914 comenzó a dirigir la Enciclopedia Sagrada después en Niño y grande (1922)— , La palma
Católica, que hubo de abandonar a causa de la rota (1909), El hijo santo (1909), también ex­
quiebra de la editorial; en 1908, ganó con su no­ cluida de sus Obras completas, Las cerezas del
vela Nómada un premio convocado por El cementerio (1910), obra fundamental con la que
Cuento Semanal, y, en 1925, el Premio Mariano se inicia su madurez literaria, Dentro del cercado
de Cavia por su cuento «Huerto de cruces». Pese (1912), Figuras de la Pasión del Señor (1916),
a las dos propuestas que se hicieron para que in­ El abuelo del rey (1915), Libro de Sigüenza
gresase en la Real A cadem ia Española — la úl­ (1917), en la que retoma al personaje que da tí­
tima de las cuales estuvo encabezada por Azo- tulo al libro y que había aparecido ya en Del vi­
rín*, Palacio Valdés* y Ricardo León*— , fue vir como su alter ego — humorista, poeta e hi­
rechazado por los sectores conservadores, ofen­ dalgo rural— , El humo dormido (1919), Nuestro
didos a raíz de la publicación de su novela El padre san D aniel (1921), El obispo leproso
obispo leproso. (1925), acaso sus dos obras fundamentales y li­
En cuanto a su obra, hay que decir varias cosas. gadas a modo de retablo narrativo, y Años y le­
En prim er lugar que, como afirmara Ángel del guas (1928), última novela de la trilogía prota­
Río*, en la prosa de Miró culminan las tenden­ gonizada por Sigüenza. A todas estas novelas
cias líricas e im presionistas del Modernismo*. hay que añadir libros de relatos como Del huerto
Se trata de una prosa sensual, detallista, barroca, provinciano (1912), La señora, los suyos y los
rítmica y virtuosa a través de la cual se asoma a otros (1912), relato reeditado después como Los
las vidas de personajes desesperanzados que vi­ pies y los zapatos de Enriqueta (1927), Los ami­
ven en ambientes inhóspitos, razón por la cual se gos, los amantes y la muerte (1915), que, a su
le relaciona siempre con la Generación del 98*. vez, sería incluido, dentro de las ya citadas
En sus textos, a menudo pesimistas, el ambiente Obras completas, en el libro Corpus y otros
predomina sobre la acción, motivo por el cual a cuentos, y, por último, el libro de estampas El
lo descriptivo le sucede lo mismo sobre lo narra­ ángel, el molino, el caracol del faro (1921). Sus
tivo. A Miró parecen interesarle más los senti­ colaboraciones periodísticas se recogieron, pos­
mientos y sensaciones que los hechos. Atento a tumamente, en el volumen Glosas de Sigüenza
las emociones sensoriales, su léxico es abundan­ (1952), libro del que se puede concluir la rele­
tísimo y de gran plasticidad; no olvidemos la im­ vancia de este personaje, a todas luces similar,
portancia que confesó concederle a la palabra en lo que a su significado se refiere, al Juan de
como «idea hecha carne». De tal suerte, la elec­ Mairena de Antonio Machado*. Asimismo, en
ción de los adjetivos resulta escrupulosa y, al 1982 se editó Sigüenza y el m irador azul, texto
propio tiempo, dota a los párrafos de una intensi­ inédito en el que se da la réplica a las críticas que
dad poética difícil de encontrar en otros autores un día recibiera Miró por parte de Ortega y Gas-
del momento. Precisión, exactitud incluso, y li­ set* a propósito de El obispo leproso.
rismo, pues, en textos en los que el paisaje va­
lenciano adquiere un protagonismo esencial, MIRÓN, Andrés (Guadalcanal, Sevilla, 1941)
solo comparable al que tendrán los recuerdos de Poeta. Es Profesor en Sevilla y, entre sus nume­
su infancia en Orihuela, exponente máximo del rosos poemarios, merecen destacarse: La selva
carácter autobiográfico de la mayoría de sus li­ en esta orilla (1965), Las mariposas de Palas
bros. El pasado y el presente se funden en un Atenea (1974), Cantoral de un tiempo marchito
constante ejercicio de mem oria con el que pre­ (1977), El polvo del peregrino (1978), Libro de
tende reconocerse y tomar conciencia de su iden­ las baladas (1979), Concierto para brisa y cre­
tidad. Se trata, en suma, de novelas y cuentos en púsculo (1980), Libro de las estatuas de los hé­
los que cobran importancia esencial la elipsis, la roes (1984), Huerto de Betania (1987), Rimado
reflexión y el recuerdo como instrumentos narra­ de topacio (1990), Salterio (1990), Las niñas del
tivos en virtud de los cuales pueda estructurarse hotel blanco (1995), Carta de navegar (1997) y
lo que, en principio, aparece fragmentado y dis­ M arabú (1999), a los que hay que añadir la an­
perso a través de una mirada im presionista. En­ tología homenaje que le dedicó el Ayuntamiento
tre sus novelas, destacan: La m ujer de Ojeda de Sevilla en 2002. Su obra, incluida en nume­
MISERIA DE OMNE 616

rosas antologías, ha sido galardonada con presti­ guras ineludibles como los carmelitas san Juan
giosos premios, entre ellos el Jorge Guillén de de la Cruz* o santa Teresa de Jesús*, Bemardino
1979, el Ciudad de Irún en 1980, el Ciudad de de Laredo, autor de la Subida del monte Sión por
Guadalajara de 1986 y, en el mismo año, el Luis la vía contemplativa (1535), poema que inspiró
de Góngora. la Subida del monte Carmelo del citado san Juan,
Francisco de Osuna*, quien, pese a ser más un
MISERIA DE OMNE, Libro de -> Véase LIBRO ascético que un místico, influyó decisivamente
DE MISERIA DE OMNE. en la obra de santa Teresa, santo Tomás de Villa-
nueva*, Cristóbal de Fonseca*, el beato Alonso
MÍSTICA de Orozco* o fray Juan de los Ángeles*, entre
Palabra que se deriva del griego (myein, cerrar; otros, a los que hay que añadir figuras heterodo­
mystikós, cerrado, arcano, misterioso) y que se xas, extrañas en la fidelidad que los m ísticos
refiere al grado más elevado de la unión del alma mantuvieron respecto a los dogmas de la Iglesia,
con Dios. Se diferencia de la ascética* por refe­ como el erasmista Juan de Valdés*, el panteísta
rirse esta a la ejercitación del espíritu humano Servet* o el quietista Miguel de Molinos*, here­
para la perfección, mientras que la mística le dero de las ideas de los alumbrados.
añade al alma perfeccionada la unión con Dios.
La mística española, acaso la más desarrollada, MITXELENA, Salbatore -h>Véase M ICHELENA,
bebe de fuentes como la mística alemana medie­ Salvador.
val, representada por Eckhart sobre todo, las
poesías de amor de los trovadores, las novelas de MOAXAJA -> Véase JARCHAS.
caballerías*, el petrarquismo o el neoplatonismo,
sin olvidar los textos de los Padres de la Iglesia. MOCEDADES DE RODRIGO
Las reglas severísimas del asceta son modifica­ Poema épico (véase CANTAR DE GESTA) del ter­
das por el místico en un lenguaje de amor, pues, cer cuarto del siglo xiv, redactado quizá entre
frente al estado de vigilia activa de la ascética la 1350 y 1360 por un clérigo de Palencia, en el cual
mística intuye, no necesita del pensamiento, del se narran las hazañas juveniles del Cid, y cuyo
entendimiento, del ejercicio. Surge así el con­ único manuscrito, compuesto por mil ciento se­
cepto de amor místico, resultado de la unión es­ senta y cuatro versos, se encuentra en la Biblio­
piritual con Dios, quien se introduce en el alma teca Nacional de París. Parece que se trata de una
del hombre. Nada tiene que ver este estado, se­ refundición de una Gesta de las mocedades de
gún los místicos, con la contemplación del rostro Rodrigo, hoy perdida, a la que se refirieron algu­
divino. En esta suerte de reacciones espirituales, nas crónicas del siglo xiv, tales como la Crónica
que no intelectuales, surge la poesía mística, pro­ de Castilla y la Crónica de 1344. Las M oceda­
ducida como inspiración consecuente del amor des siguen los patrones del mester* de juglaría,
sobrenatural, una poesía de metáforas delirantes, es decir composición en tiradas, rima asonante e
que trata de nombrar lo inefable a través de un isometría en versos de dieciséis sílabas con ce­
simbolismo de fuerza extraordinaria, surgido de sura en la octava. La historia que se nos cuenta,
una intimidad especial y en el que la sensibilidad después de una aproximación a la vida de Fernán
alcanza cotas de fantasía poética difícilmente su­ González — basada en el Poema de Fernán Gon­
perable. Se trata de una poesía nacida del éxtasis zález*— , y de una digresión sobre los privilegios
de la unión «enamorada», de la pérdida del sen­ y derechos de la diócesis de Palencia, parte de
tido y de la lógica, una poesía independiente del los enfrentamientos entre el conde Gómez de
intelecto y ligada profundamente al sentimiento, Gormaz y el padre del Cid, Diego Laínez. Tras la
palabra vivificada en la inconsciencia creadora, muerte de Gómez, su hija Ximena acude a recla­
ajena a los límites del orden lógico semántico y, mar justicia ante Fernando I, pero más tarde de­
sin embargo, plena de significados. En España, cide casarse con el Cid, quien aparece ante el rey
la mística es una de las grandes manifestaciones practicando una conducta arrogante y soberbia
literarias del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), que nada tiene que vez con las actitudes del pro­
lo que supone una gran influencia en el resto de tagonista del Cantar de Mió Cid*, y jura no vol­
autores del momento, al igual que estos influirán ver con Ximena hasta que no haya conseguido
en mayor o menor medida en la escritura de los vencer en cinco batallas. A partir de ahí, comien­
místicos. Pero la influencia de la m ística no se zan las diferentes peripecias bélicas y persona­
reduce al ámbito de la literatura, ya que alcan­ les, entre ellas la aparición de san Lázaro conver­
zará también a las obras de los grandes pintores tido en leproso, hasta que, finalmente, vence al
del momento. rey de Francia, que, en connivencia con el Papa
Representantes de esta escritura, o próximos a y el emperador, había impuesto un ultimátum a
ella en uno u otro momento, son, además de fi­ Castilla para que esta rindiera un tributo anual.
617 MODERNISMO

El poema se interrumpe en el momento en que el duce a un gusto especial por lo maravilloso, lo


Cid ha retado, en París, a los Doce Pares, sin que fantástico y lo oculto, sin olvidarnos de la droga,
podamos acceder al enfrentamiento. Se trata de que se convierte en este momento en un instru­
un texto que goza de menos calidad y credibili­ mento útil para derivar en nuevos estados de
dad que el mencionado Cantar, aunque tuvo una conciencia. Las imágenes que recrean este nuevo
influencia decisiva en la form ación de los ro­ ámbito de lo estético buscan el significado en
mances sobre las hazañas más antiguas del Cid, cisnes y nenúfares, en referentes del mundo clá­
por no hablar de la influencia que tuvo en Las sico, en el color azul y en adjetivaciones sorpren­
mocedades del Cid de Guillén de Castro*, en la dentes que ahondan en una espiritualidad deli­
que, a su vez, se inspiraría Corneille para escri­ cuescente y ambigua. Se trata de reencontrarse
bir su Le Cid. con una belleza sepultada por la poesía burguesa
del xix, y para conseguirlo todo es lícito. De ahí
MOCHALES, Enrique (Bilbao, 1964) que el modernismo sea, en realidad, un m ovi­
Narrador. A utor de estilo ágil y sorprendente miento/actitud entusiasta y libre cuya influencia
trato de los argumentos, destaca su libro de rela­ posterior ha sido tan relevante que a ellos se debe
tos Me das miedo cuando bailas (2000). un concepto de poesía, purista y radical, que ha
marcado toda la poesía del siglo xx. Aparte de
MODERNISMO Darío o de Amado Ñervo, poetas hispanoameri­
Movimiento literario de gran complejidad, cuyas canos cuyos nombres están ligados al moder­
ramificaciones llegaron a convertirse incluso en nismo, nombres españoles como los de Salvador
una actitud intelectual y en una moda cultural en Rueda*, Valle-Inclán*, Antonio Machado* o
la que estuvieron implicadas todas las artes. Na­ Juan Ramón Jiménez*, entre otros muchos, se
cido a partir de la obra Azul (1888), del poeta ni­ dejaron tocar por los nuevos modos estéticos de
caragüense Rubén Darío, del que se hablará en estos delicados cantores de la melancolía y el en­
detalle al final de esta entrada, su periodo de sueño.
efervescencia literaria puede extenderse hasta Pero no cabe duda de que capítulo aparte merece,
1910, si bien su desarrollo como actitud rebelde pese a las restricciones de estas páginas, la figura
contra la ortodoxia se iniciaría hacia 1933 o de Rubén Darío, de nombre real Félix Rubén
1934. El ámbito de influencia modernista, aun­ García Sarmiento y conocido como «el vate de
que nacido en Hispanoamérica y de radical im ­ América», poeta nicaragüense nacido en 1867 en
portancia en España, fue internacional, y, pese a la localidad de Metapa, hoy Ciudad Darío, y cu­
que la confusión rige sus presupuestos, puede yos primeros versos, aparte de un soneto escrito
afirmarse que, partiendo del simbolismo* y del en 1879, con tan solo 12 años, aparecieron un
pamasianismo, reacciona contra el naturalismo* año después, en 1880, en el diario El termóme­
materialista de Zola, y, en consecuencia, contra tro, algunos firmados como Bruno Erdia y otros
el prosaísmo en que había desembocado la deca­ como Bernardo I. U. Tal precocidad se debió a
dencia rom ántica. Su pretensión fue crear una que tras la temprana separación de sus padres,
poesía intemporal, es decir eterna, que recreara fue criado por una abuela que lo mimó y consin­
la atm ósfera de lo real a través del mundo oní­ tió, presentándolo en sociedad como un niño
rico y sensualista en el que la metáfora tenía un prodigio. En consecuencia, a partir de 1881 pu­
papel decisivo. Así, se producen innovaciones blicó en el diario político La Verdad, consi­
métricas y rítmicas que revivían los temas me­ guiendo con dicha precocidad la atención de los
dievales y renacentistas olvidados, y a partir de lectores, hasta el punto de que en 1882 leyó en el
las cuales se produce una eclosión de actitudes Palacio del Ejecutivo el poema «El Libro», lo
poéticas y, en general, artísticas a menudo con­ que le supuso que el Gobierno le propusiera pa­
tradictorias. Del modernismo surgen, pues, «is- garle los estudios en el colegio de Granada, lo
mos» tales como el decadentism o, el indige­ que él rechazó. Años después, entre 1884 y 1888,
nismo, el exotismo, el esteticismo, el positivismo, trabajó en la Secretaría de la Presidencia y en la
el erotismo acentuado o el esoterismo en sus más Biblioteca Nacional de Nicaragua, colaborando
radicales m anifestaciones. Se busca, en todo ya con asiduidad en diferentes diarios, tales
caso, la evasión del mundo burgués a través de la como el Diario de Nicaragua, El Ferrocarril y
evocación de una estética pretérita, de una ima­ El Porvenir, y dirigió, con Eugenio López y Pe­
ginería que, en gran medida, conecta con el espí­ dro Ortiz, El Imparcial en Managua, trabajando,
ritu apasionado del Rom anticism o*. De tal asimismo, en la redacción de Época. En dicho
suerte, suele hablarse de un cierto refinamiento periodo, concretamente en 1886, viajó a Chile,
estético que no es sino una consecuencia de la lo que le permitió entrar en contacto con la me­
huida de la realidad en un viaje hacia lo excep­ trópoli, quedando fascinado, y será allí donde se
cional en todos los sentidos, un viaje que con­ producirá el hito fundamental de su carrera lite­
MODERNISMO 618

raria, como ya hemos dicho, con la publicación, nuevas combinaciones métricas, cambios de
en 1888, de Azul en Valparaíso (libro que revisa­ acentuación sorprendentes, pausas y rimas inte­
ría en 1890), lo que lo lleva a convertirse en muy riores a veces incluso blasfemas de acuerdo con
poco tiempo en el escritor más admirado, im i­ los criterios canónicos, reacios a sus juegos de
tado y, desde luego, criticado de finales del siglo asonancias y disonancias. Pero no hay que olvi­
xix y comienzos del xx. Tanto la crítica como dar en la poesía de Rubén Darío, pese a la consa­
numerosos escritores, entre ellos Juan Valera*, bida aportación estética de su obra, el com po­
alabaron el libro. En 1891 se casó en Managua nente social y cívico que lo lleva a exaltar héroes
con Rafaela Contreras, que moriría en 1893, de­ nacionales y hechos gloriosos o a censurar perio­
jándole un hijo, un año después de su viaje a Es­ dos de desventura, todo ello intentando elevar a
paña como representante del Gobierno nicara­ la poesía política por encima de los cánones re­
güense en los actos del IV Centenario del tóricos al uso. Pese al esfuerzo, no hay duda de
descubrimiento de América. En el mismo año que esa parte de su obra no goza de la elegancia
1893 se casa con Rosario Murillo. A partir de ese del resto, algo que la crítica ha atribuido a un dis-
momento se inicia un periodo de viajes por Fran­ tanciamiento que se debía al hecho de que se tra­
cia, Estados Unidos, Chile y una larga estancia taba de problemas a los que racionalm ente se
en Buenos Aires, donde trabajó para el diario La sentía ligado y que exigían su compromiso, pero
Nación, lo que aumentó su prestigio y fama in­ que no vivían realmente en su piel.
ternacionales y le permitió regresar a España en Poeta, en fin, de vida vivida, apasionada, sen­
1898 como corresponsal, lo que a su vez le sirve sual, en la que gozó del exceso de los placeres
para alternar residencia entre Madrid y París. En mundanos, de su obra cabe decir que sus inicios
la capital de España conocería en 1900 a una mu­ líricos combinan el tradicionalism o con un ro­
jer de origen campesino, Francisca Sánchez, con manticismo aprendido del poeta Gustavo Adolfo
la que tuvo un hijo y que lo acompañaría hasta el Bécquer*, aunque comprometidos socialmente;
final de sus días. Poeta de éxito en toda Europa y estamos hablando de Abrojos (1887) y Canto
en América, en 1907, tras su vuelta momentánea épico a las glorias de Chile (1888). Su obra clave,
a su país para intentar resolver su divorcio con la mencionada Azul, es deudora aún del romanti­
Rosario, es nombrado embajador de Nicaragua cismo, y en ella exalta el amor en armonía con la
en España, «ministro residente», lo que lo lleva a naturaleza y el cosmos. Se trata de una obra di­
viajar y a convertirse al mismo tiempo en emba­ vidida en cuatro partes: «Primaveral», que se
jador del modernismo por el mundo. En estos centra en la visión sagrada del amor sexual, si­
viajes comprueba, desde su mentalidad fiel a sus guiendo el modelo del Cantar de los Cantares;
raíces provincianas, la decadencia del mundo eu­ «Estival», que se refiere al amor en tanto que ins­
ropeo, al tiempo que entra en contacto, sobre tinto; «Autumnal», que habla del amor nostál­
todo en París, con los parnasianistas y simbolis­ gico, e «Invernal», donde el amor sufre una mu­
tas, gracias a los cuales abandona los restos de tación mundana y moderna, con amantes que
provincialismo regionalista para adentrarse en desafían al tiempo y a las estaciones. Como
una poética universalista, convencido de tener queda dicho, Azul convierte a Darío en el crea­
una misión: contarle al mundo su vida cotidiana, dor de algo nuevo, de ese modernismo que lo
pero a través de símbolos marcados por la metá­ convirtió, a ojos de muchos, como los menciona­
fora y el hermetismo. La incorporación a sus ver­ dos Valle-Inclán y Antonio Machado, en el ins-
sos de dioses y diosas del mundo greco-romano, taurador de una nueva época en la poesía en len­
así como de imágenes del mundo oriental, refe­ gua española. Posterior es Prosas profanas (1896
rentes de la Italia medieval, de Francia y de la y 1901), que es una obra de corte simbolista, re­
América indígena, es la consecuencia del cosmo­ pleta de una im aginería exótica y en la que el
politismo adquirido en sus numerosos viajes, amor ya no se trata en su relación armónica con
todo ello briosamente conciliado en un estilo al el cosmos o la naturaleza, sino con el arte. A ella
tiempo rico y adornado, sobrio y sencillo, de una siguió Cantos de vida y esperanza (1905), quizá
personalidad que creó esa nueva línea de escri­ el exponente máximo de la necesidad de que el
tura a la que nos venimos referido. Naturaleza, arte supere a la naturaleza y sin duda el mejor
historia, mitología, literatura y ciencia son ámbi­ ejemplo de la m usicalidad decorativa y la refi­
tos de los que Darío se sirve para ahondar en su nada composición a las que hemos aludido como
ideal poético y para transgredir las normas socia­ características de su estilo. El arte restablece el
les al tiempo que expresa los gustos de su época, orden que se ha difuminado en el caos de la na­
lo que constituye su máxima originalidad. El re­ turaleza, consiguiendo una armonía divina, al
sultado es una poesía elevada y refinada, m usi­ tiempo que le permite expresar su preocupación
cal, rítmica, melódica y ornamentada con cientos por el futuro de la cultura hispana. De 1907 es El
de elementos decorativos, una poesía que aportó canto errante, libro de corte político-social y
619 MOIX

pretensiones universales en el que se ocupa de La endiablada, escrito hacia 1624, con el que se
los eternos problemas de la humanidad, y refle­ inauguró en Perú la literatura de corte eminente­
xiona además sobre asuntos que conciernen a la mente satírico y en el que aparecen criticadas cier­
cultura hispana. tas costumbres madrileñas y limeñas, suya es la
A partir de 1910, con la crisis espiritual que con­ segunda parte del Árbol de los Veras (Milán,
dujo al estallido de las vanguardias (véase VAN­ 1636), cuya primera parte pertenece a Alonso Ló­
GUARDISMO) y a su constante búsqueda de nue­ pez de Haro, y obras perdidas como De los hijos
vas experiencias, la vivencia del arte por el arte a ilustres, El predicador y la comedia La dama
la que se había entregado Darío lo lanza a la con­ muda. Asimismo, en la Biblioteca del Palacio
tradicción de que el arte, pese a sus intenciones Real de Madrid se conserva el manuscrito de unas
creadoras, ni resuelve nada ni salva a nadie, de Memorias de la Gran Ciudad del Cuzco, cabeza
modo que se abandona al alcoholismo y a la ex­ de los reynos del Perú, compuestas de cuarenta y
centricidad bohemia. En 1913, atrapado en un dos capítulos en ciento sesenta y cinco folios.
rapto de misticismo, se retira a la isla de M a­
llorca, donde com ienza a escribir la novela La MOGUEL Y URQUIZA, Juan Antonio (Eibar, Gui­
isla de oro, jamás concluida y en la que se esbo­ púzcoa, 1745-Marquina, Vizcaya, 1804)
zaba su visión del desastre hacia el que Europa Novelista. Sacerdote — párroco de la iglesia de
se encaminaba. También allí escribe Canto a Ar­ Jemein, en Marquina— , fue uno de los defenso­
gentina y otros poemas (1914), obra menor que res del vasco como lengua originaria y universal
sigue el modelo del Canto a m í mismo de Walt de España, arrinconada más tarde, según él, por
Whitman. En 1915, huyendo de una Europa des­ azares históricos. Ideológicamente afrancesado,
garrada por la guerra y ya enfermo, vuelve a escribió obras, tanto en euskera como en español
América. Moriría el 6 de febrero de 1916, poco — en la primera de las lenguas escribe aquellas
después de llegar a Managua, en la ciudad de cuyos destinatarios son las clases populares— ,
León, tras una intervención quirúrgica. como el libro de catequesis Confesio ta comu-
Conviene reiterar que la figura de Rubén Darío nioco sacramentuen gañean Eracasteac (1800),
supuso un puente obligado entre las letras hispa­ unas Versiones bascongadas de varias arengas y
nas de uno y otro lado del océano, sobre todo en oraciones selectas de los mejores autores latinos
un momento de decadencia y repetición en las le­ (1802), Nomenclatura de las voces guipuzcoa-
tras españolas, a las que él aportó una savia nas, sus correspondientes vizcaínas y castella­
nueva de la que alim entarse y que daría como nas, para que se puedan entender ambos dialec­
frutos más jugosos al ya citado Juan Ramón Ji­ tos (1803), la traducción del catecismo de Astete,
ménez, parte de las vanguardias y a gran parte de a la que tituló Cristinauren jaquinvidea, y, publi­
la Generación del 27*. cado postumamente, un volumen de Cartas y di­
sertaciones de don Juan Antonio M oguel sobre
MOGA, Eduardo (Barcelona, 1962) la lengua vascongada (1854). Dentro de la lite­
Poeta. En sus versos, que gustan del endecasí­ ratura vasca, es su novela Perú Abarca, escrita
labo como metro poético, pues el endecasílabo en 1800, pero no editada hasta 1955 en Zarauz,
tiene su propia música y otorga un sentido global la que está considerada como una de las más im­
a las reflexiones que solo en apariencia sobrevi­ portantes, y, en ella, con una clara intención mo­
ven separadas, gira obsesiva y enfáticamente en ralizante, plantea la idea de que los cultos tienen
torno a la intim idad de las emociones, creando que aprender de los rústicos en cuestiones lin­
un espacio introspectivo de gran emoción y hon­ güísticas. Suya es, además, una traducción al
dura. Ha ido evolucionando de una poesía larga vasco de los Pensées, de Pascal.
hacia la fragmentación, en un intento de abordar
las sensaciones concentrando el significado de la MOHEDANO, fray Pedrp y fray Rafael Rodrí­
escritura. Es autor de los poemarios Razón de ser guez -> Véase RODRIGUEZ M O H EDAN O ,
(1992), Ángel mortal (1994), La luz oída (1996), Fray Pedro y fray Rafael.
galardonado con el Premio Adonais, El barro en
la mirada (1998) y El corazón, la nada (1999). MOISES BN MAYMUN -» Véase MAIMÓNI-
DES, Moisés.
M OGROVEJO DE LA CERDA, Juan (M a d rid ,
h. 1600-Cuzco, Perú?, h. 1670) MOISÉS SEFARDÍ, Rabí -» Véase A LFO N SO ,
Prosista. En Perú, país al que se trasladó con su Pero [o PEDRO],
padre siendo aún muy joven, fue alcalde y regidor
de Cuzco. Si bien puede considerársele un autor MOIX, Ana María (Barcelona, 1947)
peruano, su lugar de nacimiento justifica su inclu­ Poetisa y narradora. Hermana de Terenci Moix*,
sión en este diccionario. Autor de un breve relato, fue incluida por Josep M aria Castellet* en su
620
MOIX

antología Nueve novísimos poetas españoles nes tratadas con estilo depurado, ambicioso y no
(1970). A pesar de haber padecido desigual for­ exento de cierto barroquismo constructivo. Así,
tuna con la crítica y con los lectores, así como de el mundo literario de Moix resulta iconoclasta,
haber realizado incursiones en diferentes géne­ provocador y, sobre todo, independiente de mo­
ros, su obra defiende, por así decirlo, un rigor es­ das o tendencias. Atento, por ejemplo, a la mito-
tilístico en el que clasicismo y modernidad tratan manía del pop y a los excesos melodramáticos, a
de establecerse al mismo nivel tanto en la prosa él se deben obras que aúnan calidad estética y ac­
como en el verso. Por lo que se refiere a sus cesibilidad, como demuestran los muchos pre­
cuentos, es común a todos ellos el juego entre mios recibidos y el número de lectores que apo­
realidad y apariencia, así como la presencia de yan sus textos, en los cuales domina a veces el
personajes que viven en el ensimismamiento y la tono irónico, irreverente y vitriólico con el que
frustración. Se trata de una prosa irónica en la se burla de ciertos valores morales, culturales,
que sátira y reflexión se conjugan para, desde religiosos, políticos y sociales. A partir de m e­
postulados a veces experimentales, abordar las diados de los años noventa comenzó a cultivar
pasiones humanas, el amor y la mortalidad. Es una parodia muy personal, creando con estilo
autora de los poemarios Baladas del dulce Jim propio una metáfora de España a partir de anéc­
(1969), Cali me Stone (1969) y No time fo r flo - dotas hilarantes que, sin embargo, sirven de sos­
wers (1971), incluidos en el volumen A imagen y tén para reflexiones de hondo calado en las que
semejanza (1983). Asimismo, ha publicado, ade­ se intuye un no menos hondo pesimismo. Su
más de los libros de relatos Ese chico pelirrojo irrupción en el panorama literario fue con el li­
al que veo cada día (1972), Las virtudes peligro­ bro de narraciones La torre de los vicios capita­
sas (1985) y De mi vida real nada sé (2002), en les (1968-1969), que, originariamente escrito en
el que reúne, a modo de antología, cuentos ante­ catalán —La torre deis vicis capitals— , recibió
riores de diferentes fechas y de corte vanguar­ el Premio Víctor Catalá y hubo de someterse a
dista, el texto infantil Miguelón (1986) y las no­ los recortes de la censura. Más adelante, en 1978
velas Julia (1970), Walter, ¿por qué te fuiste? y 1979. respectivamente, los relatos prohibidos
(1973) y Vals negro (1994), centrada en el perso­ entonces aparecerían en L ili Barcelona i altres
naje de Elizabeth de Austria-Hungría, más cono­ travestís y Assassinar amb l ’amor i altres contes
cida como Sissi, y con la que obtuvo el Premio deis anys seixanta. En 1969 se edita su novela
Ciudad de Barcelona. Es autora, asimismo y Onades sobre una roca deserta, con la que ob­
entre otros, de los ensayos Mara Girona: una tiene el Premio Josep Pía y que se traduciría un
pintura en libertad (1977) y 24 horas con ¡a año después como Olas sobre una roca desierta,
‘Gauche divine ’ (2002), en el que seleccionó di­ a la que siguen El dia que va m orir M arilyn
ferentes textos escritos en los años setenta sobre (1969), cuya traducción al español — El día en
algunos personajes de la vida intelectual cata­ que murió Marilyn (1970)— recibe el Premio de
lana, tales como Marsé*, Gil de Biedma* o el ya la Crítica, al igual que sucedería con La increada
mencionado Castellet. conciencia de la raza o melodrama (1976) — ga­
lardonada, además, con el Prudenci Bartrana— y
MOIX, Terenci (Barcelona, 1942-2003) con L ’irnperi sodomita i altres histories lieréti-
Novelista en lenguas catalana y española. De ques (1976), libros a los que deben añadirse
nombre verdadero Ramón, fue uno de los auto­ Mundo macho (1971; reed. 1986) y Sadístic, es-
res que contó con una más devota atención del perpéntic i ádliue m etafisic (1976), por el que
público y de los jurados de premios literarios. mereció el Premio Joan Estelrich. A partir de
Profundo conocedor del mundo del cine, cola­ esos años, en los que publicó, entre otros, ensa­
boró en numerosas publicaciones, entre ellas yos y libros de viajes como Iniciado a una his­
ABC y El País, y presentó y dirigió algunos pro­ toria del cine (1967), Los comics, arte para el
gramas televisivos dedicados al cine y a la cul­ consumo y form as pos (1968), El sadismo de
tura egipcia, siempre cultivando de sí mismo el nuestra infancia (1970), Terenci del Nilo. Viaje
personaje histriónico que tanto le gustó ser ante sentimental a Egipto (1970), Crónicas italianas
los otros. Durante los años sesenta vivió en Lon­ (1971), Hollywood stories (1971; 2 vols.) y Te-
dres, París, Suiza, Egipto — una de sus grandes renda ais USA (1974), o la pieza teatral Tartan
obsesiones— , Roma y Madrid. Aunque escribió deis micos contra l ’estreta de l ’Ensanxe (1974),
ciertas obras en catalán, la totalidad de sus éxitos a partir de esos años, decimos, se inicia una ca­
se ha producido con obras traducidas de esa len­ rrera literaria meteórica, repleta de reconoci­
gua o directamente escritas en español. Es uno mientos, millones en ventas y no pocos elogios
de los autores que, en su día, rompieron con la de la crítica a pesar del éxito popular. Comienza
tradición del realismo* iniciada en la posguerra, a publicar entonces novelas como Nuestro Vir­
entrando en un mundo de fantasías y recreacio­ gen de los mártires (1983), ¡Amami, Alfredo! o
621 MOLINA

polvo de estrellas (1984), No digas que fu e un MOLINA, César Antonio (La Coruña, 1952)
sueño (1986), que recibe el Premio Planeta, Poeta. Licenciado en Derecho y doctor en Cien­
El sueño de Alejandría (1988), Garras de astra­ cias de la Información, estudió Lengua y Litera­
cán (1991) y Venus Bonaparte (1994), a las que tura italianas en la universidad para extranjeros
deben sumarse el libro de viajes Tres viajes ro­ de Perugia. Ha colaborado en diferentes publi­
m ánticos (1987), sobre Grecia, el M agreb y caciones, entre ellas Informaciones, El País,
M éxico, las m em orias de El peso de la paja Insula, Quimera, Hora de Poesía, Revista de Oc­
— iniciadas en 1990 con El cine de los sábados, cidente o Diario 16, periódico para el que dirige
que hablaba de la infancia y continuadas, en sus suplementos culturales, y trabajado para di­
1993, con El beso de Peter Pan, donde aborda versas editoriales. En su poesía, hay una clara
la adolescencia, y Extraño en el paraíso (1998), evolución desde los postulados más esteticistas y
sobre sus estancias por París, Londres y Madrid culturalistas de los años setenta hasta la depura­
entre 1962 y 1966— , la reunión de sus textos ción concentrada de sus poemarios más recien­
eróticos en el volum en La noche no es h er­ tes. En el camino, ha pasado de un intento de ex­
mosa (1994) o la colección de artículos de plicar la historia a través de los mitos y de los
prensa Sufrir de amores (1995) y las crónicas referentes culturalistas a una búsqueda del
de M is inm ortales del cine (1991), que conti­ enigma individual a través de la palabra misma.
nuó en Mis inm ortales del cine. H ollywood, Dado que el lenguaje cotidiano no explica, ni
años 50 (2001). Entre tanto, publicó las novelas puede hacerlo, la realidad existencial con el pro­
M ujercísim as (1995), El amargo don de la be­ ceso que termina en la sinrazón de la muerte,
lleza (1996), con la que obtuvo el Premio Fer­ M olina tiende a la búsqueda de la emoción ce­
nando Lara, Chulas y fa m o sa s (1999), con la rrada, de la vivencia honda que, como resultado,
que continuó el ejercicio de novelar, con su ofrece una poesía hermética que habla de la in-
prosa subversiva, ciertas conductas actuales de certidumbre y en la que el sujeto aparece escin­
las mujeres modernas que había iniciado con la dido de la realidad histórica, con el único nexo
m encionada Garras de astracán y continuado de la naturaleza, el paisaje mismo, para anudarse
en Mujercísimas, y El arpista ciego (2002), con al mundo y escapar del paso del tiempo. Una
la que volvió a recibir el Prem io José M anuel poesía, en fin, que nombra la existencia desarrai­
Lara y que supuso su regreso novelístico a los gada del hombre actual. Además de diversas tra­
escenarios egipcios. Hay que recordar, por otra ducciones, entre ellas la del poeta portugués
parte, su labor como traductor, sobre todo de Jorge de Sena, ediciones de obras de Alvaro
Shakespeare, y las diversas colecciones sobre Cunqueiro* y Torrente Ballester*, y ensayos lite­
cine que dirigió para periódicos y ediciones por rarios como El curso literario español (1978 y
fascículos. 1979), Nueva escritura francesa (1980), La re­
vista «Alfar» y la prensa literaria de su época
MOLAS, Joaquín (Barcelona, 1930) (1984), Camilo José Cela, poeta bilingüe (1986),
Crítico. Doctorado en Lenguas Románicas en la Medio siglo de prensa literaria española: 1900-
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad 1950 (1990) y Sobre el iberismo y otros escritos
de Barcelona en 1958, ha sido profesor en dicha de literatura portuguesa (1990), destacan sus
institución, lector de lengua catalana en Liver­ poemarios Épica (1974), Proyecto preliminar
pool y colaborador de prestigiosas publicaciones para una arqueología de campo (1978), Ultimas
filológicas. Entre sus numerosos ensayos, tanto horas en Lisca Blanca (1979), Ocho poemas
en español como en catalán, destacan títulos (1982), A noite no crátere (1982), La estancia
como Obras poéticas de Juan Boscán (1957), saqueada (1983), Los cuatro continentes (1986),
realizado en colaboración con Martín de Riquer* Gobierno de un jardín (1986), Derivas (1987) y
— al igual que Poesía heroico-popular caste­ El fin de Finisterre (1987) — en edición bilingüe
llana (1959)— , Poesía catalana romántica gallego-español— , obras a las que hay que aña­
(1963), Poesía catalana de la R esta u ra d o dir el de su obra poética completa, publicada
(1966), Literatura i realitat (1968) y Realidad y bajo el título de Las ruinas del mundo (1991), a
crisis de la cultura catalana (1968). Ha colabo­ la que siguieron los poemarios Para no ir a parte
rado, asimismo, con Josep María Castellet* y en alguna (1999) y Olas en la noche (2000). Es au­
varios volúmenes de la colección «Literatura Ca­ tor, asimismo, del libro Vivir sin ser visto
talana Antigua». En 1998 recibió el Premio de (2001), una mezcla de memorias, dietario y li­
Honor de las Letras por su labor como crítico e bro de viajes, formado por brevísimos textos a
historiador de la literatura. modo de poemas en prosa, que tuvo su continui­
dad en un nuevo volumen m em orialístico con
MOLINA, Antonio -> Véase FERNÁNDEZ M O ­ forma de diario: Regresar a donde no estuvimos
LINA , Antonio. (2003).
MOLINA 622

MOLINA, Luis de (Cuenca, 1535-Madríd, 1601) con el que obtendría el Premio Adonais, Elegía
Tratadista. Ingresó en la Com pañía de Jesús a de Medina Azahara (1957), La casa (1966) y A la
los 20 años y gran parte de sus estudios supe­ luz de cada día (1967), a la que siguieron, ya
riores los realizó en Portugal, país en el que postumamente, Regalo de amante y Cancio­
pasó la mayor parte de su vida. Enseñó Filoso­ nero, ambas publicadas en 1975, su Obra poé­
fía en Coim bra y ocupó la C átedra de Prim a tica completa (1982; 2 vols.) y su Diario (1937-
Teología en Évora. En 1590 se retira a Cuenca, 1946) (1990).
donde se dedica a preparar sus cursos de Teolo­
gía hasta 1600, año en que es llamado para en­ MOLINA, Roberto (Alcázar, Albacete, 1883-
señar Ética en el Colegio Im perial de Madrid. Madrid, 1958)
La importancia de su obra radica, por un lado, Novelista. Autor de obras cortas de carácter na­
en el campo de la teología y, por otro, en el de turalista, abordó con intenciones moralistas los
la filosofía jurídica. D efensor del libre albe­ problemas sociales de la clase media. Destacan
drío, sus tesis dieron lugar a relevantes polémi­ sus novelas El veterano (1913), Los demonios de
cas teológicas en el seno de la Iglesia, funda­ Potranco (1918), Dolor de juventud (1924), por
mentalm ente entre jesuitas y dom inicos. Para la que recibió el Premio Nacional de Literatura,
él, la gracia de Dios depende para que sea eficaz La infeliz aventura (1930), Tinieblas (1939), Pe­
de la voluntad humana a la hora de recibirla. Su ña rr isea (1943) y Chuscos, matones y bandidos
obra fundamental fue Concordia liberi arbitrii (1956). Hay que recordar también su colección
cum gratiae donis, divina praescientia, provi- de ensayos Capacidad de sufrimiento en los es­
dentia, praedestinatione et reprobationes (Lis­ píritus superiores (1955). Entre su producción fi­
boa, 1588). Las tesis de Luis de M olina influ­ guran además crónicas, obras poéticas y teatrales
yeron la literatura de la época; tal es así que y artículos periodísticos.
El condenado p o r desconfiado, de Tirso de
Molina*, se origina como consecuencia de di­ MOLINA, Tirso de Véase TIRSO DE M O ­
cha discusión. Además de esta obra teológica, LINA.
de entre las que escribió de carácter jurídico-
filosófico destaca De iustitia et iure, cuyos MOLINA CAMPOS, Enrique (Madrid, 1930)
tres primeros volúmenes aparecieron, en 1593, Crítico y poeta. Profesor en la Universidad de
1597 y 1600, en Cuenca, y los tres restantes, ya Granada, es autor de poemarios muy cuidados y
postumos, salieron a la luz en el año 1609 en en los que predomina una visión existencialista
Amberes. de la realidad. Destacan títulos como En verdad
os digo (1956), La puerta (1959), Historia na­
MOLINA, Ricardo (Puente Geni!, Córdoba, tural (1965), Poemas del hilo (1967), En medio
1917-Córdoba, 1969) de todo (1974), Visiones y lástim as (1983) y
Poeta. Licenciado en Filosofía y Letras, fue ca­ Siete poemas (1988), a los que debe añadirse su
tedrático del Instituto de Enseñanza M edia de poesía com pleta reunida en La señal que nos
Córdoba y fundador, en 1947, de la im portante valga. 1952-1990 (1991).
revista Cántico, en la que participan, entre otros,
Pablo García Bena*, Juan Bernier*, Julio A u­ MOLINA FOIX, Vicente (Elche, Alicante, 1949)
mente* y Mario López*. Con una poesía de Novelista y poeta. Incluido en su día entre los
corte neobarroco, en la que conviven suntuosi­ Nueve novísimos poetas españoles (1970), de
dad formal y vitalismo temático, aborda inicial­ Castellet*, colabora en diversas publicaciones,
mente cuestiones como la naturaleza y el amor, entre ellas el diario El País, y es destacado tra­
este último tratado, a menudo, con una cierta ductor con traducciones entre las que destacan
exaltación sentim ental en la que resuenan los sus versiones al español de numerosas películas
ecos de Cernuda* y Juan Ramón Jiménez*. Con en inglés, entre ellas la práctica totalidad de las
posterioridad, su poesía se aproxima a un cierto estrenadas en nuestro país por Stanley Kubrick.
existencialism o religioso que abre la puerta a Poeta de estilo directo, irónico, confesional, aun­
construcciones más sencillas. Aunque la mayo­ que distante con sus propias preocupaciones, en
ría de sus obras circularon manuscritas entre sus sus versos habla del paso del tiempo y del deseo.
amistades, el primer libro suyo que apareció fue Además de los poemarios Los espías del realista
El río de los ángeles, que lo hizo en 1945 en la (1990) y Vanas penas de amor (1998), en el que
revista madrileña Fantasía. Después, verían la se incluyen poemas inéditos de Los sonetos del
luz sus Tres poemas (1948), Elegías de Sandua contrariado, como novelista, ámbito en el que
(1948), en el que, de un modo personal, funde demuestra gran riqueza estilística, así como una
una cierta expresión surrealista con un andalu­ arriesgada concepción de la técnica del relato, ha
cismo de imágenes brillantes, Corimbo (1949), publicado M useo provincial de los horrores
Ó23 MOLÍNS

(1970), Busto (1973), Premio Barral, La com u­ del Premio Lorenzo Nieto López de la Real Aca­
nión de los atletas (1979), Los padres viudos dem ia Española, institución que la tuvo como
(1983), por la que obtuvo el Premio Azorín, La candidata a uno de sus sillones.
quincena soviética (1988), merecedora en su día
del Premio Herralde, La misa de Baroja (1995), MOLINOS, Miguel de (Muniesa, Teruel, 1628-
La mujer sin cabeza (1997), en la que aborda el Roma, 1696)
género policiaco, El vampiro de la calle Méjico Tratadista. Ordenado jesuíta en Valencia, la
(2002), con la que obtuvo el Premio Alfonso misma ciudad en que estudió, fue beneficiado de
García Ramos y en la que recupera el costum ­ la iglesia de San Andrés, y, en Roma, adonde se
brismo de La quincena soviética, donde se alejó trasladó a finales de 1663, comienza a conseguir
definitivam ente de sus culturalismos iniciales. gran prestigio como predicador y a ser tratado,
Se trata de un costum brism o* el suyo de corte incluso, como un iluminado. En 1685 es dete­
irónico y transgresor, de hum orism o amargo. nido y condenado a cadena perpetua como con­
En el m undo del teatro, ha escrito el dram a secuencia del contenido de sus escritos, si bien
Los abrazos del pu lp o (1985) y ha realizado es probable que las afirmaciones por las que fue
diversas adaptaciones de clásicos españoles y procesado proviniesen de cartas o testimonios de
extranjeros, como por ejem plo una del Don sus discípulos y no de las páginas escritas por él.
Juan. Es autor, asimismo, de obras variadas En cualquier caso, fue obligado a abjurar. Su
como: La Edad de Oro (1997), volumen en el obra fundamental, publicada al mismo tiempo en
que recopila diferentes entrevistas a personalida­ italiano y castellano, es Guía espiritual (Roma,
des de la cultura española que habían superado 1675), condenada por la Inquisición y desenca­
los 70 años y que aparecieron en el diario El País denante de los muchos problemas de Molinos.
entre 1995 y 1996, y El novio del cine (2000), li­ Pese a las prohibiciones, se tradujo a numerosos
bro de memorias en el que hace un repaso auto­ idiomas y gozó de un tremendo éxito en Europa.
biográfico a través de sus vivencias en relación La obra — cuyo título completo en castellano fue
con el cine. Guía espiritual que desembaraza el alma, y con­
duce por el interior camino, para alcanzar la
MOLINA TEMBOURY, Pedro (Málaga, 1955) perfecta contemplación y el rico tesoro de la in­
Narrador y poeta. Guionista de series documen­ terior paz— , en la cual se sientan las bases del
tales y para televisión, fue entre 1987 y 1990, «quietismo» — considerada una desviación heré­
fundador y director del Centro Cultural Español tica de la verdadera espiritualidad— , influyó de­
en Buenos Aires, dependiente del Instituto de cisivamente en el pietismo alemán y originó su­
Cooperación Iberoamericana. Entre 1991 y 1994 cesivas controversias, aunque no en España,
participó en la fundación del Ateneo Americano donde apenas tuvo repercusiones. En esencia, en
de la Casa de América de Madrid, el cual dirigió. el texto se expone la tesis de que para amar a
Autor cuyo sentido del humor, crítico siempre y Dios, objetivo último del alma, esta no ha de ha­
sardónico a veces, da lugar a un estilo sarcástico cer nada, simplemente permanecer limpia, sin pe­
con el que aborda cuestiones como el fran­ cado, aligerada de preocupaciones o meditacio­
quismo, como sucede en su novela Adiós, Padre nes, es decir, quieta, y esperar a que Dios haga el
Eterno (1997), de la que no queda excluida la resto. Lo que esto significa es que el objetivo úl­
ironía contra la izquierda. Es autor también de timo es un amor desinteresado, libre de castigo o
las novelas Madre Gallina África (1985), El recompensa. Entre tanto, el hombre debe entre­
hombre de M adrid (1990) y Por pasiones así garse al vacío espiritual, el camino más corto para
(2002), así como de los poemarios País de octu­ llegar a Dios, pero un camino no demasiado bien
bre (1981), que mereció el Premio Puerta del visto por sus detractores, ya que ante una tenta­
Sol, y El mago (1983), galardonado con el Pre­ ción camal el alma se dejaría llevar pasivamente,
mio Internacional Ciudad de Melilla, y del libro sin preocupación ninguna, permitiendo actuar al
de viajes Viaje a los dos Tíbet. De Lhasa a Dha- demonio. Escribió, asimismo, otras obras, como
rantsala (2000), con mucho de reflexión política por ejemplo: La devoción de la buena muerte.
sobre la situación en esa zona. Ejercicio de consideración y meditación (Valen­
cia, 1662), que firmó con el seudónimo de Juan
MOLINER RUIZ. María (Paniza, Zaragoza, Bautista Catalá, Breve tratado de la comnnión
1900-Madrid, 1981) cotidiana (Roma, 1675), Cartas a nn caballero
Filóloga y lexicógrafa. Funcionaría del Cuerpo español desengañado, para animarle a tener ora­
Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos, ción mental (Roma, 1676).
merece su inclusión en este diccionario por ser la
autora del magnífico Diccionario de uso del es­ MOLÍNS, marqués de -» Véase RO CA DE TO-
pañol (1966-1967; 2 vols.), merecedor en su día GO RES, Mariano.
MOLLA 624

MOLLÁ, Jordi (Hospitalet de Llobregat, Barce­ MONARDES, Nicolás Bautista (Sevilla, h. 1493-
lona, 1968) 1588)
Narrador. Conocido actor del más reciente cine Tratadista. En la Universidad de Alcalá, en la
español, comenzó estudiando para adm inistra­ que se graduó como bachiller en Artes y Filoso­
tivo, pero pronto abandonó dichos estudios e in­ fía y en Medicina, recibió la influencia intelec­
gresó en el Instituí del Teatre de Barcelona, donde tual de Nebrija*, patente después en todas sus
estuvo tres años antes de ingresar en Teatre obras. Más tarde, en 1547, se doctoró en la Uni­
Lliure. Más tarde, completaría su formación en versidad de Sevilla, ciudad que no abandonaría
Italia, Hungría e Inglaterra y comenzaría a parti­ ya nunca. Fue traficante de esclavos, com er­
cipar como figurante en películas y en publicidad, ciante de plantas medicinales y médico, profe­
hasta que lo eligen para representar un papel en sión en la que alcanzó notable prestigio. Huma­
una serie de la televisión autónoma catalana. Su nista de gran cultura y científico de sólida
debut cinematográfico vino de la mano del direc­ formación en el estudio de la naturaleza, fue el
tor Bigas Luna en 1992, con la película Jamón, primero que describió algunas especies vegeta­
jamón, junto a Javier Bardem y Penélope Cruz, les hasta entonces desconocidas y el responsa­
momento a partir del cual comenzó su carrera de ble de las primeras descripciones detalladas de
éxitos continuos. Asimismo, y aparte de dirigir otras muchas, por ejemplo el tabaco, así como
varios cortometrajes, ha ido desarrollando una la­ de diversos bálsamos. En suma, sus aportacio­
bor literaria que la crítica ha señalado como meri­ nes científicas están entre las más importantes y
toria y en la que destacan dos novelas: Las prime­ difundidas de cuantas se realizaron en la Europa
ras veces (1997; traducción catalana, 1999), del siglo xvi.
conjunto de relatos en el que narra las primeras De sus obras, dedicadas a temas variados como
experiencias de un niño, Iván, con un tono me­ los cítricos, la sangría en el «mal de costado»
lancólico a la hora de mirar hacia la infancia y como técnica m édica — tema polémico en la
con una frescura narrativa que se ha destacado época— , la nieve o la rosa, destacan el Diálogo
como su rasgo esencial, y Agua estancada llamado Pharmacodilosis o declaración medici­
(2000), un ejercicio más arriesgado donde aborda nal (1536), en el que recomienda, dado que los
emociones complejas como la soledad, el amor, árabes son los responsables de la decadencia de
la muerte, desde una perspectiva cíclica que da la botánica y de la medicina, volver a los clási­
lugar a una trama compleja, en la que las fronte­ cos, el Diálogo del Hierro (1574), primera m o­
ras entre realidad y ficción se diluyen, pero tra­ nografía, a modo de diálogo, sobre un tema que
tada con un lenguaje sencillo. no volvería a abordarse hasta el siglo xvm , y,
acaso la más importante, su Historia M edicinal
MOLLÁ LÓPEZ, Juan (Paterna, Valencia, 1928) de las cosas que se traen de nuestras Indias Oc­
Narrador y poeta. Licenciado en Derecho en Ma­ cidentales, y de la piedra bezaar y de la yerba
drid, adonde se había trasladado en 1949, ade­ escorzonera, cuyos dos primeros libros aparecie­
más de ejercer su profesión se dedica a la crítica ron en los años 1565 y 1571, respectivamente, y
teatral y es asesor de la Asociación Colegial de el tercero en 1574. Se trata de una obra funda­
Escritores de España. Aunque es conocido como mental en la que explica las peculiaridades de
novelista, en su haber figuran poemarios como Pie ciertos minerales y vegetales de aplicación me­
del silencio. Canto al Cares (1958), País de la dicinal. Es autor, asimismo, de una traducción
lluvia (1967), Milenios (1980), Memoria de p a ­ de la Sevillana M edicina (1545), de Juan de
peles amarillos (1982), Som bra, medida de la Aviñón.
luz (1985) y una Antología poética (1986). Entre
sus novelas, hay que destacar Segunda com pa­ MONCADA, Francisco de (Valencia, 1586-
ñía (1963), Premio Selecciones de Lengua Es­ Goch, Flandes, 1635)
pañola de Plaza & Janés, El solar ( 1965), Fuera Tratadista. Conde de Osuna y marqués de Aytona,
de juego (1967), Cuarenta vueltas al Sol (1975) su figura es la del artista aristócrata, político y mi­
y La caracola herida (1982, aunque escrita en litar típico del siglo xvi: el cortesano renacentista.
1955), a las que hay que añadir una trilogía astu­ Embajador en Alemania y gobernador en Milán,
riana de relatos, escritos en colaboración con ocupó numerosos cargos de importancia para Fe­
Víctor Alperi* y formada por Sueño de sombra lipe IV. De sólida cultura, no obstante es un polí­
(1960), Agua india (1961) y Cristo habló en la tico y, por tanto, su obra tiende a actualizar políti­
montaña (1962). Es autor, asimismo, del ensayo camente cuanto narra, modulado todo ello por un
Carlos Bousoño en la poesía de nuestro tiempo estilo en el que se aprecia que manejó las antiguas
(1987), en el que analiza, a través de la poesía, crónicas. Su obra más importante es la Expedición
la evolución ideológica en España desde la Gue­ de catalanes y aragoneses contra turcos y griegos
rra Civil. (Barcelona, 1623), donde, aun siendo una obra tí­
625 MONESCILLO Y VISO

picamente humanista, pondera las hazañas de sus mental, muy influyente en la época y en siglos
antepasados con un estilo en el que, tendiendo al posteriores, fue Restauración política de E s­
realismo en las formas, las aventuras extraordina­ paña (1619).
rias que se cuentan consiguen darle un inmenso
atractivo literario. Fue autor, asimismo, de una MONCAYO Y GURREA, Juan de (Zaragoza?,
densa Vida de Severino Boecio, publicada en h. 1600-d. de 1656)
Francfort, postumamente, en 1642, pero que ya Poeta. Marqués de San Felices, estuvo muy rela­
había circulado manuscrita. cionado con el grupo de Andrés de Uztarroz*.
Con variedad de temas y metros, escribió fábulas
MONCADA, Jesús (M equinenza, Zaraqoza, en octavas reales y romances sobre asuntos bí­
1941) blicos, de circunstancias o heroicos, siempre si­
Novelista en lenguas catalana y española. Intere­ guiendo los modos gongorinos. Además de R i­
sado en la descripción emotiva del paisaje del Pi­ mas (Zaragoza, 1652; se sabe de una edición
rineo catalán, así como en sus connotaciones cul­ perdida de 1636), publicó Poema trágico de Ata­
turales, es artífice de una escritura de modos lanta e Hipomenes (1656).
com prom etidos y estilo rayano en el esper­
pento*, que busca en lo grotesco la reflexión de MONDRAGÓN, Jerónimo de (siglo xvi)
la realidad. En sus obras la memoria es esencial Tratadista. Jurisconsulto y humanista (véase HU­
y ha creado, en las tierras limítrofes de Aragón MANISMO) de sólida formación, se sospecha que
con Cataluña, un territorio mítico, Mequinensa, pudo estudiar en Aragón y en Italia y se sabe
localidad hundida bajo las aguas del Ebro, con que vivió en Zaragoza en la segunda mitad del
resonancias de los creados por Faulkner, García siglo XVI. Destacan sus obras Arte para compo­
Márquez, Juan Benet* o Luis Mateo Diez*, un ner un metro castellano — hoy perdida, pero de
mundo que representa la realidad y al que aplica la que, según las descripciones bibliográficas
una lupa esperpentizada (véase ESPERPENTO) con existentes, hubo una edición en Zaragoza en
la que destapa los horrores y las angustias colec­ 1593— y, sobre todo, Censura de la locura hu­
tivas a caballo entre el realismo* y la fantasía. mana y excelencias della (Lérida, 1598), en la
Sus personajes viven y, al mismo tiempo, inven­ que se ha querido ver una influencia del Elogio
tan sus vidas. Traducidas al español ha publicado de la locura, de Erasmo, influencia que ha sido
las novelas C a m íd e Sirga (1988) - Camino de discutida por el hecho de que la obra sea, sin
Sirga (1989), La galería de les estatúes (1992) - más, un anecdotario procedente de numerosas
La galería de las estatuas (1993), Estremida fuentes. Al parecer, dicho anecdotario es un
memória (1997) - Memoria estremecida (1999). modo de demostrar que los verdaderos locos son
Además es autor de los libros de relatos Histo­ en realidad aquellos que se mueven por el mundo
ries de la má esquerra (1981) - H istorias de la con prestigio de cuerdos. Fue autor, asimismo,
mano izquierda (1982), El Café de la Granota de Horas de recreación (Zaragoza, 1588), tra­
(1985) - El café de la Rana (1998) y Calaveres ducción de los Detti e tfa tti piacevoli e gravi, de
atónites (1999) - Calaveras atónitas (1999). Ludovico Guicciardini, así como de diversos
Miembro de la Associació d’Escriptors en Llen- poemas que aparecen en un volumen titulado Iti-
gua Catalana, su producción literaria lo ha hecho nerarium ordinandorum (Zaragoza, 1594), del
m erecedor de premios como el Nacional de la abad Carrillo.
Crítica, el Ciudad de Barcelona, el de la Crítica
Serra d ’Or, el Premio de los Escritores Catalanes MONESCILLO Y VISO, Antolín (Corral de Cala-
en 2000 y la Cruz de Sant Jordi en 2001. trava, Ciudad Real, 1811-Toledo, 1897)
Tratadista. Estudió en Toledo la carrera eclesiás­
MONCADA, Sancho de (Toledo, 2 .a mitad si­ tica, se ordenó sacerdote en 1836 y se doctoró en
glo xvi?-1 ° mitad del x v ii ?) Teología en 1840. Entre los numerosos cargos
Tratadista. Doctor en Teología y catedrático de que ocupó, destacan los de obispo, en Calahorra y
Filosofía y de Sagrada Escritura, conocía a la Jaén, y arzobispo de Valencia — en el ejercicio del
perfección a los clásicos y trató de analizar los cual fue nombrado cardenal— y de Toledo. Hubo
problemas específicam ente españoles. Preocu­ de participar en los diversos conflictos entre la
pado por la decadencia del país, sus reflexiones Iglesia y el Estado — sufrió destierro siendo aún
económ icas participaron de la idea, común en un cura joven— , y en sus obras deja clara su tesis
Europa, de que el crecimiento al unísono de las de que aquella debe mantenerse independiente de
naciones era imposible, y propuso, para aumen­ este. No fueron pocos los problemas que le oca­
tar la riqueza peninsular, la nacionalización de sionó su defensa de los intereses eclesiásticos, so­
la econom ía española, llegando incluso al ex­ bre todo durante el sexenio revolucionario de
tremo de plantear la autarquía. Su obra funda­ 1868 a 1874, periodo en el que fue diputado y se­
MONLAU

nador. En las Cortes Constituyentes de 1869 se como responsable del Instituto Internacional del
opuso a la libertad religiosa y, paulatinamente, fue Teatro del Mediterráneo y del Festival Internacio­
distanciándose de todos los partidos políticos. Co­ nal Madrid Sur, además de catedrático de la Real
laborador en diversas publicaciones, entre ellas La Escuela Superior de Arte Dramático. Es autor de
Cruz, traductor de numerosas obras, la más desta­ versiones de diversos autores, entre ellos Bertold
cada de las cuales fue el Diccionario de Teología, Brecht, de guiones cinematográficos, de cientos
de Bergier, deben mencionarse sus Pensamientos de artículos y de numerosos ensayos, entre ellos:
(1873) y sus pastorales, reunidas en los siete volú­ Lo que sabemos del cine (1967), Teatro de M ax
menes de Documentos y escritos doctrinales. Aub (1971), Treinta años de teatro de la derecha
(1971), García Lorca (1974), El teatro del 98
MONLAU, Pedro Felipe (Barcelona, 1808-Ma- frente a la sociedad española (1975) y Larra, es­
drid, 1871) critor sobre teatro (1976).
Tratadista. Licenciado en Medicina y Cirugía, fue
catedrático en la Universidad de Madrid y ocupó MONNER, Ricardo (Barcelona, 1853-Buenos
diversos cargos como, por ejemplo, el de director Aires, 1927)
de la Escuela Diplomática, director del Museo Ar­ Ensayista, poeta y narrador. Director en Barce­
queológico Nacional y otros en la Dirección Gene­ lona de la publicación Ambos Mundos, se marchó
ral de Beneficencia y Sanidad. Fue miembro de las a Argentina, país en el que publicó la mayoría de
academias de Ciencias Morales y Políticas y de la sus ensayos históricos, centrados sobre todo en la
Lengua. Su obra, en la que demuestra poseer una colonización de América, y de crítica literaria, así
cultura enciclopédica, está formada por más de como las obras poéticas y narrativas. Deben des­
ochenta títulos, sin contar ni las traducciones ni los tacarse sus ensayos Breves noticias sobre la no­
informes o artículos. En ella, tocó los más variados vela española contemporánea (1889), Pinceladas
temas: la literatura, la higiene, las matemáticas, la históricas (1892), su importante Gramática de la
medicina, la política, la geografía, los idiomas, lengua castellana (1892), Los catalanes en la de­
etc., destacando sobre todo en las cuestiones higié­ fensa y reconquista de Buenos Aires (1893) y Un
nicas, literarias y filosóficas. Preocupado por la si­ novelista español: Pío Baroja (1912), títulos a los
tuación del proletariado tras la industrialización, que habría que añadir los de poemarios como Fe
es, no obstante, un burgués liberal más interesado y amor (1879), Oraciones, rimas y cantares (1887),
en teorizar que en participar de un compromiso Más rimas (1888), Desde la falda (1912) y Mis
real con los más desfavorecidos. Deben destacarse dos banderas (1912), o los de sus Cuentos inco­
obras como Abajo las murallas (1841), importante loros (1881) y la novela Meves (1914).
estudio sobre los problemas de urbanismo y sanea­
miento de Barcelona, Remedios del pauperismo MONROY Y SILVA, Cristóbal de (Alcalá de
(1845), Elementos de higiene privada o arte de Guadaira, Sevilla, 1612-Sevilla, 1649)
conservar la salud del individuo (1846), Elemen­ Dramaturgo. Regidor perpetuo de su villa natal,
tos de higiene pública o arte de conservar la salud en cuanto a su obra cabe decir que fue seguidor
de los pueblos (1847), Higiene del matrimonio o de la escuela de Lope de Vega*, a quien imitó.
libro de los casados (1853), texto moralista sobre Escribió comedias religiosas, de costumbres e
las relaciones sexuales, e Higiene industrial histórico-legendarias de éxito, y en todas ellas se
(1856), a los que hay que añadir su Diccionario muestra hábil en la caracterización de los perso­
etimológico de la lengua castellana (1856). najes secundarios y en la versificación, y seguro
en el manejo de las técnicas escénicas y de los
MONLEÓN BENNACER, José (Tabernes de Valí- diálogos. No obstante, hay que decir que gozó de
digna, Valencia, 1927) un gran reconocim iento como historiador, por
Ensayista. Abogado, fue alumno de la Escuela de más que hoy se le recuerde como dramaturgo.
Cinematografía y director de la colección teatral Además de una refundición de la Fuente Ovejuna
de la editorial Taurus. Como crítico teatral, ha co­ de Lope, destacan La batalla de Pavía y prisión
laborado en numerosas publicaciones y, en reco­ del rey Francisco, Las mocedades del duque de
nocimiento a su labor periodística sobre teatro, en Osuna — también tomada de su maestro— y El
1960 recibió el Premio Nacional. Fue uno de los ofensor de sí mismo, editadas las tres en el volu­
fundadores de organizaciones como el Teatro Po­ men XLIX de la «Biblioteca de Autores Españo­
pular Español y el Centro Dramático número 1 de les». En la línea de La fuerza del natural, de M o­
Madrid, se ocupó de dirigir el Departamento Tea­ reto* y Cáncer*, está su comedia M udanzas de
tral del Instituto Alemán de Madrid y, al frente de la fortuna y firm ezas del amor. M uchas de sus
algunos espectáculos escénicos, ha cosechado obras se publicaron en Doce comedias de dife­
importantes éxitos en Europa. Fue, asimismo, rentes autores (1641), en el volumen cuarenta y
fundador y director de la revista Primer Acto, así uno de los Varios... (Valencia) y en Comedias de
627 MONTEMAYOR

los mejores autores (1652). A sus obras para la adopción, lo que llevó a sus compatriotas, que
escena hay que añadir otras de muy diverso cariz no vieron bien su integración en España, a
como su Vida del Padre Maestro Ignacio de Lo- prohibir sus obras en Portugal. Probablemente
yola (México, 1639) y un Epítome de la historia de familia humilde, en sus comienzos «artísti­
de Troya (Sevilla, 1641). cos» se ganó la vida como músico, y llegó a ser
cantor de la capilla de la hermana de Juan III de
M O N S Ó , I m m a (Lérida, 1959) Portugal, doña María, con la que vino a España
Narradora en lengua catalana. Se dio a conocer al convertirse en esposa de Felipe II, aún prín­
con una novela, titulada en español Nunca se cipe. En 1551 entró al servicio de la reina doña
sabe (1997), galardonada con el Premio Tigre Juana en Portugal, y es probable que acompa­
Juan y que había sido publicada un año antes en ñara a Felipe II en su viaje a Inglaterra. Estuvo
catalán. En ella se aprecia el gusto de la autora en Flandes, donde intervino en la guerra, y, tras
por lo mágico y sobrenatural, por los intercam ­ su regreso a España en 1559, ya en Valencia,
bios de personalidad, por el azar y el fracaso, continuó sirviendo a nobles señores, como es el
todo ello visto con escepticismo y un cierto nihi­ caso del barón de Bicorb y Quesa, Juan Caste-
lismo y con un estilo marcado por la sensualidad llá, y al duque de Sessa, don Gonzalo Fernández
de las descripciones y un cierto cosmopolitismo de Córdoba. Al final de su vida, se trasladó a Ita­
escenográfico. Después, con la aparición de lia, probablemente al Piamonte, donde se cree
Como unas vacaciones (1999), se confirmó su que murió asesinado por motivos amorosos. Pa­
poder descriptivo, así como el europeísmo de sus rece ser que mantuvo amistad con importantes
escenarios y la capacidad para combinar el desa­ autores, tales como Feliciano de Silva*, Gutie­
rrollo argumental con el relato anecdótico de la rre de Cetina* o Camoes*.
minucia, todo ello con inteligentes dotes de iro­ Aunque escribió versos de cierto interés, inclui­
nía, delicadeza literaria y ternura humana. Siguió dos en su Cancionero (Amberes, 1554) — am­
Todo un carácter (2001), publicada simultánea­ pliado en Segundo cancionero espiritual (Ambe­
mente en catalán — Tot un carácter— , en la que res, 1558)— , tanto de tema religioso — que la
analiza, a través del conflicto entre una madre y Inquisición se encargó de prohibir— como pro­
una hija, las presiones y remordimientos que pro­ fano, de tema amoroso y en forma ya italiani­
vocan la vida doméstica. zante, ya tradicional, y vertió al castellano los
Cants d ’amor, de Ausiás March*, no es en el ám­
M O N T A L V O , G a r c i O r d ó ñ e z [o R o d r í g u e z ] d e - » bito de la poesía en el que destaca. Obras suyas,
Véase RODRÍGUEZ DE MONTALVO, G arci. muchas de ellas de una religiosidad laica, típica
de la época, son — además de tres autos religio­
M O N T E L L S Y N A D A L , F r a n c i s c o d e P a u l a (Bar­ sos representados ante el príncipe Felipe en tomo
celona, 1813-1893) a 1547— : un Diálogo espiritual (¿1544?), dedi­
Ensayista. Licenciado en M edicina y doctor en cado a Juan III y que se conserva en manuscrito,
Ciencias, fue un físico y químico destacado y, en la una Exposición moral sobre el salmo ochenta y
Universidad de Granada, fue catedrático, decano seis (Alcalá, 1548) y una carta dirigida desde
y rector. Autor de obras científicas que, en su día, Amberes a un grande de España titulada De los
el Consejo Real de Instrucción Pública eligió trabajos de los reyes (1558), en la que refundió
como textos, y con las que se formaron numero­ Os trabalhos do rey, de Louren£o de Cáceres, si
sos intelectuales de la Restauración, fue admira­ bien la obra por la cual se le recuerda es Los siete
dor de Gil y Zárate* y, en gran medida, precursor libros de la Diana, impresa en Valencia sin fe­
de las ideas del regeneracionism o* en España. cha, y, posteriormente, no fechada, en Milán,
Creía en la salvación de España a través de la aunque quizá fuese en 1559. Se trata del texto
ciencia y de la universidad, motivo por el cual que fija la novela pastoril en España, tras una tra­
quiso adaptar el pensamiento científico a las ne­ dición que viene, entre otros, de Teócrito, Virgi­
cesidades industriales del momento con una obra lio, Ribeiro o Sannazaro. Influida por el plato­
en la que domina el carácter docente, utilitario, nismo de los Diálogos de amor, de León Hebreo,
en cierto sentido prepositivista. Entre sus obras, está escrita en una prosa excepcional, de gran
al margen de las científicas, destaca su Historia musicalidad, en la que se combinan los versos
del origen y fundación de la U niversidad de cantados por los pastores, Diana, Sireno y Syl-
Granada (1870). vano, en el curso de las narraciones de sus cuitas
amorosas, entremezclándose en ella una serie de
M O N T E M A Y O R , J o r g e d e (Montemor-o-Velho, historias con protagonistas novelescos, caso del
Portugal, h. 1520-Piamonte?, h. 1561) episodio de Félix y Felismena, tomados de la
Novelista. Aunque portugués, es el maestro de obra de Mateo Bandello, o de la narración mo­
la novela pastoril* española, y castellano de risca de Abindarráez y Jarifa — incluida a partir
MONTENGÓN Y PARET 628

de la edición de Valladolid de 1561— , y que no triz, locutora y guionista cinem atográfica, co­
es otra cosa que una versión del libro del Aben­ menzando a publicar sus obras, todas ellas en in­
cerraje■*. En la obra de Montemayor se quiso ver glés. En Canadá organizó, asimismo, ciclos de
a personajes reales ocultos bajo los pastores pro­ conferencias para dar a conocer la España demo­
tagonistas, aunque se trata de una especulación crática que intentaba salir del franquismo. Más
sin fundamento. El caso es que, aunque escrita tarde vuelve a España, y fija su residencia en
en principio para la nobleza, su acogida fue más Barcelona. Es autora, entre otras, de novelas
amplia y su éxito posterior increíble. Traducida como The immigrants, We stood together, Todas
al francés, al inglés y al alemán, marcó un hito esas guerras (2000), primera de sus obras tradu­
en Europa e influyó a autores como Honoré cidas al español, y The Villa M arini ( Villa Ma-
d’Urfé, Charles Sorel o, ya en el siglo x v iii , a rini) (2001), a las que hay que añadir la obra tea­
Jean-Pierre Claris de Florian. Asimismo, hubo tral Frida K (1995), que se representó con éxito
continuadores de la obra, tales como Alonso Pé­ en varios países, entre ellos México, Cuba y Es­
rez* en su Segunda parte de la Diana, Gil Polo* tados Unidos.
en la Diana enamorada o un tal Gabriel Hernán­
dez en una Tercera parte de la Diana, en su M O N T E R O , I s a a c (Madrid, 1936)
tiempo inédita y hoy perdida, sin olvidar la ver­ Novelista. Estudió Derecho, Filosofía y Letras y
sión de Bartolomé Ponce* en su Clara Diana a Periodismo, ha colaborado en numerosas publi­
lo divino. caciones y ha escrito guiones para televisión.
Autor de obras de estilo culto, en las que predo­
M O N T E N G Ó N Y P A R E T , P e d r o (Alicante, 1745- mina una cierta amargura, es un maestro del sar­
Nápoles, Italia, 1824) casmo y se sirve de la literatura para profundi­
Novelista, poeta y traductor. Catedrático de Gra­ zar con sentido crítico en la realidad social y en
mática en el colegio de la Compañía de Jesús de los comportamientos morales de sus compatrio­
Onteniente, aunque era novicio aún cuando los tas. Su literatura, seria y comprometida, además
jesuitas fueron expulsados de España en 1767, de ajena a las modas, no ha gozado, injusta­
hubo de acompañarlos en su exilio. Más tarde, mente, de la atención de la crítica y del público.
ya en Italia, se secularizó y se casó. Su literatura, Desde su cuento «El teléfono», por el que reci­
que adolece de numerosos galicismos e italianis- biera en 1957 el Premio Sésamo, ha publicado
mos, acaso por haber salido de su país tan joven, novelas entre las que destacan la novela corta
merece mención, si acaso, en el ámbito de la Una cuestión privada (1964), galardonada tam ­
prosa, aunque puede afirmarse que se trata de un bién con el Premio Sésamo, Al fin a l de la p r i­
autor sin importancia por mucho que, en vida, mavera (1966), Los días de amor, guerra y om­
gozara de cierto éxito. Inspiradas en el Emilio de nipotencia de D avid «el Callado» (1972), la
Rousseau, escribió sus novelas filosófico-peda- serie titulada Documentos secretos (1972, 1974
gógicas Eusebio (1786-1788; 4 vols.), prohibida y 1978; 3 vols.) — en la que, además del primer
en su día por la Inquisición al considerar peli­ volumen, cuyo título es el mismo que da nom­
grosa la intención de su autor de enseñar normas bre al conjunto, se incluyen Árboles y ropa de
morales al margen de la religión, y Eudoxia, hija vestir y Necesidad de un nombre propio— , Arte
de Belisario (1793), a las que hay que añadir real (1979), Alrededor de un día de abril, que,
otras como Anterior (1788) y Rodrigo (1793), de aunque escrita en 1966, no publicaría hasta
corte épico, y Mirtilo, o los pastores trashuman­ 1981, Pájaro de una tormenta (1984), Señales
tes (1795), en la que conviven prosa y verso de humo (1988), Estados de ánimo (1994), La­
como sucedía en la novela pastoril*. Además de drón de lunas (1998), con la que obtuvo el Pre­
traducir a Sófocles, y a su contemporáneo el mio de la Crítica, y La fuga del mar (2000). Es
poeta James Macpherson, conocido como el falso autor, asimismo, de diversos ensayos, de entre
Ossián — bardo escocés del siglo m— , escribió los que destaca Abraham Lincoln (1991).
poesías con el seudónimo de Filopatro, editadas
bajo el título de Odas entre 1778 y 1779 en tres M O N TERO , M anuel
volúmenes, la miscelánea Frioleras eruditas y Narrador. Es autor de novelas en las que predo­
curiosas para la pública instrucción (1801) y un mina la intriga de corte policiaco, con todos los
Compendio de la historia de Roma (1802), es­ elementos propios del género, la agilidad de
crito en italiano. ritmo y el lenguaje efectista. No obstante, M on­
tero añade ironía y cinismo, con los que consi­
M O N T E R O , G l o r í a (Queensland, Australia) gue una m irada de reportero para asom arse al
Narradora. De fam ilia asturiana de emigrantes, mundo de la droga y la prostitución de los bajos
estudió música y teatro y se trasladó a Canadá, fondos, lo que quizá le resta indagación litera­
donde se dedicó a la canción y trabajó como ac­ ria, dejándolo en la superficie de la denuncia
629 MONTES

periodística. D estaca su novela La red de Ha- MONTERO DÍAZ, Santiago (El Ferrol, La Co­
ller (1998). ruña, 1911-1985)
Historiador. Doctor en Filosofía y Letras por la
MONTERO, Rosa (Madrid, 1951) Universidad de Madrid, había vivido su infancia
Novelista. Periodista de profesión, es colabora­ en Cuba, de donde regresó a España en 1922. Su
dora habitual del diario El País y una de las es­ biografía resulta apasionante e ideológicamente
critoras más populares de la narrativa española sorprendente. Fue catedrático de Historia en la
actual. Atenta siempre a los problemas sociales y Universidad de Murcia y de Historia de la Filo­
emocionales de las mujeres, así como a la reali­ sofía en la de Madrid, así como miembro del
dad cultural de la España contemporánea, es au­ Cuerpo de Archiveros y Arqueólogos del Estado
tora de tramas agridulces en las que, con inteli­ y vicepresidente de la Sección de Ciencias His­
gencia narrativa e imaginación, sabe combinar la tóricas del Ateneo de Madrid entre 1931 y 1933.
ternura en el tratamiento de los personajes con la Militante comunista cuando se proclamó la Re­
crítica dura al entorno que condiciona los suce­ pública, al poco tiempo da un giro radical y en
sos, todo ello sin olvidar a veces un humor ácido 1933 ya forma parte de las Juventudes Nacional-
que, en la mayoría de ocasiones, convive con una Sindicalistas, llegando a desempeñar diferentes
ironía de intención mordaz. Su lenguaje, rico, cargos en Galicia hasta que, en febrero de 1934,
metafórico, no huye sin embargo de la expresión como consecuencia de la fusión con la Falange,
realista. Es autora de las novelas Crónica del de­ dimite de todos sus cargos y se da de baja en la
sam or (1979), La función Delta (1981), Te tra­ organización. Con el estallido de la Guerra Ci­
taré como a una reina (1983), Amado amo (1988), vil, apoya al bando nacional, se dedica a la pro­
Temblor (1990), La hija del Caníbal (1997), ga­ paganda y publica textos como La política so­
lardonada con el Premio Primavera, El corazón cial en la zona marxista (1938) y La revolución
del Tártaro (2001), en la que, a través de una nacional-sindicalista y los trabajadores (1939).
suerte de thriller psicológico, se adentra en los En 1965 forma parte de la cabeza de la manifes­
sentimientos extremos, el miedo, el dolor y la tación estudiantil que supuso, junto a la suya, la
parte más oscura de las emociones humanas, y expulsión de sus cátedras a Tierno Galván*,
La loca de la casa (2003). Asimismo es autora García Calvo* y José Luis López Aranguren*,
de los cuentos reunidos en Amantes y enemigos momento a partir del cual se marchó a Chile,
(Cuentos de p a rejas) (1998), y ha recogido donde mantuvo relación con los movimientos de
gran parte de sus artículos periodísticos en La izquierda revolucionaria y se acentuó su nacio­
vida desnuda (1994) y breves biografías, pu ­ nalismo gallego. Entre sus obras más relevantes
blicadas periódicam ente en el suplemento El destacan: Juan Huarte de San Juan (1931), Las
País semanal, en Pasiones (1999), además de ideas estéticas del padre Feijoo (1932), Intro­
otros artículos de viajes, escritos entre 1979 y ducción al estudio de la Edad Media Universal
1998, en Estampas bostonianas y otros viajes (1936), Integración del arte en una doctrina de
(2002). la Historia (1940), Alejandro Magno (1944),
A puntes de historia política universal de la
MONTERO ALONSO, José (Santander, 1904) Edad Moderna (1943) y Cervantes, compañero
Ensayista. Profesor de Literatura durante años, eterno (1957).
colaborador en prensa, traductor y adaptador
teatral, es autor de numerosos e importantes en­ MONTERO GLEZ -> Véase GLEZ, Montero.
sayos biográficos sobre personajes de la cultura
española, así como de otros de tema variado. MONTES, Eugenio (Bande, Orense, 1897-Ma-
Entre ellos, destacan su A ntología de poetas y drid, 1982)
prosistas españoles (1930), por la que recibió el Poeta y ensayista. Licenciado en Filosofía y Le­
Premio Nacional de Literatura, Pedro M uñoz tras y Derecho, fue catedrático de Filosofía del
Seca (1940), Cancionero de la guerra (1941), Instituto de Cádiz, y, más tarde, del Español de
Ventura de la Vega (1944), que le valió un nuevo Lisboa. Ingresó en la Real Academia Española en
Premio Nacional de Literatura, Goya (1945), Ja­ 1978, y, en su día, fue miembro fundador de la Fa­
cinto Benavente, su vida y su teatro (1965), La lange, colaboró en diarios como El Sol, El Debate
sonrisa de los Reyes (1978), Sucedió en Palacio y ABC, para los que realizó diversas corresponsa­
(1979), Usandizaga (1984), Am ores y amoríos lías en Londres, París, Berlín y Roma. En 1963,
en M adrid (1985) y El m aestro Francisco fue nombrado director del Instituto de España en
Alonso (1988). Además de los premios mencio­ Roma. Aunque fue hombre de inspiración clasi-
nados, ha recibido otros como el N acional de cista, en los años veinte participó del espíritu de
Periodism o, el Luca de Tena y el Francisco de las vanguardias (véase VANGUARDISMO), sobre
Cossío. todo del ultraísmo*, llegando a publicar algunos
MONTESER 630

poemas en las revistas Grecia y Nos. En lengua se incluyen los artículos por los que recibió el
gallega publicó los poemarios O vello mariñeiro Premio de la Crítica de Asturias al Columnismo
toma o sol (1922) y Versos a tres cás o neto Literario 2001.
(1930), el libro de relatos Tres contos (1939) y el
ensayo Estética da niuñeira (1940), inaugurando MONTESINO, Ambrosio (Huete, Cuenca,
así un género que, desde ese momento, no aban­ 1444/1450-Madrid, 1512/1513)
donaría en el futuro, y en el cual destacó con un Poeta. Fraile franciscano en el convento de San
estilo entre lo conceptista y lo metafórico. Suyos Juan de los Reyes de Toledo, fundado por Isa­
son libros, ya en español, como: El viajero y su bel la Católica en 1476, fue confesor de la reina
sombra (1940), Federico II de Sicilia y Alfonso X y de numerosos nobles entre 1492 y 1503, y
de Castilla (1943), Melodía italiana (1943), Ele­ llegó a disputarse los favores reales con íñigo
gías europeas (1949), La estrella y la estela de Mendoza*. Obispo de Sarda, en Albania, en
(1953) y Discurso a la catolicidad española 1512, participó en la reforma religiosa empren­
(1954). Su Obra en galego apareció, postuma­ dida por el cardenal Cisneros. Como poeta reli­
mente, en 1984. gioso, es uno de los pocos que no se dejó influir
por los modos italianos, perm aneciendo fiel a
MONTESER, Francisco Antonio de (Alameda, las tradiciones de la poesía castellana, como se
Sevilla?, h. 1602-Madrid, 1668) aprecia en sus octosílabos, en los que reapare­
Autor teatral. No es seguro que naciese en Sevi­ cen motivos populares traspasados a lo divino*.
lla, aunque sí está demostrada su estancia en M a­ En sus versos, en los que predominan los temas
drid desde 1620, ciudad donde estuvo casado con marianos, o relativos a la vida de Cristo y de al­
una actriz, Manuela de Escamilla, y en la que gunos santos, el sentido estético queda subordi­
murió asesinado por un criado del embajador de nado a los im perativos morales y religiosos,
Portugal. Autor de bailes — Los extravagantes— siempre con un tono tendente a la predicación.
y entremeses —La Hidalga, El maulero o Los lo­ Publicó unas Coplas sobre diversas devogiones
cos— , tuvo éxito con su versión burlesca de El y misterios de nuestra sancta fe catholica (To­
caballero de Olmedo, de Lope de Vega*, y con ledo, h. 1485) — en las que se incluyen las de
su comedia La restauración de España, escrita Nuestra Señora Reina del Cielo, In nativitate
en colaboración con Diego de Silva* y Antonio Christi o las del destierro de Nuestro Señor— ,
de Solís*. En la obra Deleite de la discreción y y un Cancionero de diversas obras de nuevo
fá c il escuela de la agudeza (1743), de Bernar- trovadas (Toledo, 1508), en el que reunió sus
dino Fernández de Velasco y Pimentel*, apare­ versos, también los de las C oplas refundidos.
cen algunos epigramas suyos. Destaca, asimismo, su traducción de una de las
obras espirituales más relevantes de la época, la
MONTESERÍN CORRALES, Pepe (Pravia, Astu­ Vita Christi (A lcalá, 1502 o 1503), del monje
rias, 1952) alemán Ludolfo de Sajonia, por encargo de los
Narrador. Arquitecto técnico de profesión y cola­ Reyes Católicos, en la que se muestra riguroso
borador del diario La Nueva España, en el que, y didactista y a la que debe añadirse, además,
entre otras cosas, escribió sobre fútbol durante su traducción de las Meditaciones de san Agus­
su etapa como consejero del Oviedo, ha ganado tín. Revisó, asimismo, por encargo del Rey Fer­
numerosos premios con relatos dominados por el nando, los Evangelios y epístolas de G onzalo
sentido del humor, a veces maligno, a veces irri­ García de Santa M aría*, obra en cuya edición
tante, mordaz, otras desenfadado, paródico, au­ de Zaragoza de 1525 se incluyeron ochenta y
tocrítico y tierno, relatos, en fin, en los que do­ seis sermones de fray A m brosio, y parece ser
mina la fabulación burlesca, con mucho de la que llevó a cabo la versión de un Breviario de
farsa grotesca que arranca de Rabelais y, pasando la Inmaculada Concepción, del que no se con­
por el Barroco*, llega hasta el esperpento* va- servan noticias.
lleinclanesco y el surrealismo*. Destacan sus li­
bros de cuentos Los chispazos burlones de las MONTESINOS, Antonio de (?-Venezuela, 1540)
estrellas (1998), con el que obtuvo el Premio Dominico, fue uno de los primeros en predicar el
Caja España, El viajero que huye (1999), La Evangelio en el Nuevo Mundo, donde se com ­
mano entera (2002) y Caperucita y el lobo prometió a fondo en la defensa de los indios. De­
(2002), así como las novelas M ar de fondo nunció las atrocidades que los españoles come­
(1993), Mañana perdí los nervios (1997), Caba­ tían con ellos en sermones donde demostraba
llos de cartón (1999), galardonada con el Premio excelentes dotes de orador, como en el caso de
Francisco Ayala, y Azúcar (2000). Hay que men­ su Ego Vox Clamantis in deserto, ratificado por
cionar también la recopilación de artículos perio­ todos los miembros de su orden y que le acarreó
dísticos Tengo que coger la flo r (2002), en el que no pocos problemas. Poco a poco, y a través de
631 MONTORO

sucesivos sermones, M ontesinos consiguió, con respondía a los preceptos clásicos de las piezas
la ayuda de Las Casas*, el apoyo del rey y, final­ griegas y latinas. La importancia de Montiano y
mente, el del cardenal Cisneros, que abogó por Luyando, discípulo de Luzán*, en la literatura
el cumplim iento de las disposiciones reales en española se reduce a ser uno de los representan­
favor de los aborígenes. tes de la preceptiva neoclásica. Además del me­
lodrama La lira de Orfeo (1719) y del poema
M O N T E S I N O S , R a f a e l (Sevilla, 1920 ) El robo de D iana (1727), ambos m ediocres,
Poeta. Tras estudiar el bachillerato en su ciudad su obra principal es Discursos sobre las trage­
natal, se trasladó a Madrid en 1941. Sus prim e­ dias españolas (1750-1753), en la que expone
ros poemas aparecen en la revista Garcilaso y, las teorías antes mencionadas, ejemplificándo­
con los años, funda una tertulia de gran prestigio las en dos tragedias suyas incluidas en el libro:
y un cine-club. En 1963 fue elegido miembro de Virginia y Ataúlfo, que nunca fueron represen­
la Hispanic Society de Nueva York. Autor de una tadas y en las que están presentes sus ideas po­
poesía de carácter intimista y neopopular, de la líticas. Fue autor, asimismo, del opúsculo polí­
que no están exentas las preocupaciones sociales tico Cotejo de la conducta de S. M. con el rey
y a menudo cruzada por una veta de nostalgia, en británico.
sus versos se aprecia la influencia de autores
como Bécquer*, Antonio Machado* o Luis Cer- M O N T O L I Ú , P e d r o (Madrid, 1954)
nuda*. Destacan sus poemarios Balada de amor Narrador. Periodista de profesión, ha colaborado
prim ero (1944), El libro de las cosas perdidas en diversas revistas y periódicos como Triunfo,
(1946), Las incredulidades (1948), Cuaderno de Informaciones, El País o La Vanguardia. Es au­
las últimas nostalgias (1954), País de la espe­ tor de la novela La memoria de cristal (2002).
ranza (1955), por el que recibió el Premio Ate­ Cronista oficial de la Villa de Madrid, ha escrito,
neo de Madrid, la antología titulada La soledad y entre otros, los libros: Madrid. Villa y Corte
los días (1956), El tiempo en nuestros brazos (1987), Madrid en la Guerra Civil (1998-1999;
(1958), galardonado con los Premios Ciudad de 2 vols.) y la Enciclopedia de Madrid (2002).
Sevilla y Nacional de Literatura, La verdad y
otras dudas (1967), Poesía: 1944-1979 (1979), M O N T O R O , A n t ó n d e (Montoro, Córdoba,
Último cuerpo de campanas (1980) y De la nie­ 1404? -Córdoba, 1480?)
bla y sus nombres (1985), a los que hay que aña­ Poeta. Judío converso, era sastre o comerciante
dir Antología poética (2003). Es autor, asi­ de ropas — se le conoció como «el ropero de
mismo, de diversos ensayos, entre los que Córdoba»— , es decir de origen humilde, algo
figuran Los años irreparables (prosas en memo­ atípico entre los poetas de su tiempo. Escribía
ria de la niñez) (1952), Antonio Zarco (estudio para conseguir favores de los grandes señores,
sobre su vida y su obra) (1976), Bécquer. B io­ respondiendo con sátiras feroces cuando no lo
grafía e imagen (1977), m erecedor de los Pre­ lograba. Conoció a poetas como Juan de Mena*,
mios Nacional de Literatura y Fastenrath de la el marqués de Santillana*, con quienes mantuvo
Real A cadem ia Española, y Libro de los g o ­ una buena relación, Juan de Valladolid*, el co­
rriones (1984). Sobre Bécquer publicó, en 1995, mendador Román o Juan Agraz*, a los que, sin
la edición más completa de sus Rimas que ha embargo, se enfrentó en duras polémicas. Aun­
aparecido hasta la fecha, en la que se incluyen que escribía durante el reinado de Juan II*, su
tres que fueron rechazadas por el poeta rom án­ m ayor importancia la alcanzó en su vejez, du­
tico. rante el reinado de Enrique IV, y son destacadas,
sobre todo, las sátiras a Juan Poeta, resultantes
M O N T I A N O Y L U Y A N D O , A g u s t í n (Valladolid, de su odio al mencionado Juan de Valladolid.
1697-Madrid, 1764) Fue autor, asimismo, de poemas amorosos y «se­
Dramaturgo, poeta y tratadista. Participó en la rios», de entre los que destacan los dirigidos al
fundación de la A cadem ia de la Historia, de la duque de Medina Sidonia y el poema «A la
que fue su prim er director, y perteneció, asi­ muerte de los dos hermanos Comendadores», si
mismo, a la Real A cadem ia Española, además bien su calidad como autor burlesco supera con
de a la del Buen Gusto de Madrid, en la que par­ mucho los aciertos del resto de su obra. Sus ver­
ticipaba con el nombre de Humilde, y a otras sos, la mayoría de los cuales los escribió en octo­
Academias extranjeras. Lo más importante de su sílabos — ciento cincuenta en arte menor frente a
obra está dedicado a la crítica, con obras en las cuatro en arte mayor— , están incluidos en diver­
que se analiza la poesía, sobre todo la égloga y sos cancioneros, entre ellos el Cancionero gene­
la sátira, y el teatro, visto desde una percepción ral (véase CANCIONERO) (1511), de Hernando
clasicista, en virtud de la cual llega a afirm ar del Castillo*. Se le han atribuido las llamadas
que la tragedia que se había cultivado en España Coplas del Provincial, las Coplas de ¡Ay, pana­
MONTORO Y RAUTENSTRAUCH 632

dera!* y, sin demasiada fiabilidad, dos poemas señador gráfico y guionista de radio y de tele­
incluidos en la obra Cancionero de obras de bur­ visión, habiendo alcanzado el éxito en un pro­
las provocantes a risa (1519). gram a radiofónico junto al tam bién escritor
Sergi Pámies*. Considerado uno de los más
MONTORO Y RAUTENSTRAUCH, Luis (Sevilla, importantes autores de la nueva generación de
1851-1929) escritores catalanes, muchos de sus libros han
Poeta, narrador y dramaturgo. Colaborador en di­ sido traducidos al español. Com parado por
versas publicaciones de la época, como La Epoca ciertos críticos con Kafka, Borges y Nabokov,
o La Ilustración Española y Americana, mantuvo está considerado uno de los mejores autores de
amistad con Juan Ramón Jiménez*, a quien ad­ relatos contemporáneo, con historias que, en su
miró profundamente. Además de comedias como concisión, como fotografías de la realidad in­
Crónica de la capital (1870) y La transmigración mediata, y sin escatimar un ápice de ironía, lo­
de las almas (1873) — escritas en colaboración gran transmitir los miedos, conflictos y debili­
con Manuel Cano y Cueto*— , o los dramas 7o- dades del hombre contem poráneo. Entre sus
rrigiano (1873) y El último día (1874), publicó libros de relatos, destacan: L ’udol del griso al
los poemarios Melancolía (1872), Granos de caire de les clavegueres (1976), con el que ob­
arena (1875), Poesías (1876), Pequeños poemas tuvo el Premio Prudenci Bertrana, S e lf Service
(1877), A la lumbre del hogar (1890), La musa (1977), U f va dir ell (1978) — incluido en M e­
popular (1893), Flores del campo (1894), La se­ locotón de manzana (1981)— , ...Olivetti, Mou-
villana (1895), Desde el cortijo. Sonetos (1896) y linez, C haffoteaux et M aury (1980), que fue
Sevilla (1896), y las novelas Los cuatro ochavos Premio de la Crítica, L ’illa de M aians (1985),
(1901) y El duro del vecino (1903), entre otras. Premio de la C rítica y traducido al español
como La isla de M aians (1987), El perqué de
MONTOYA, Alfredo (Barcelona, 1962) tot plegat (1993), que se publicó en español
Narrador. Debutó en el panorama narrativo con como El porqué de las cosas (1994) y cuyas
la novela Donde acaba el arco iris (1998), en la historias, posteriorm ente, fueron llevadas al
cual se adentra en el proceso de enfermizo ensi­ cine; Guadalajara (1996; ed. en español,
m ismam iento de un narrador que recuerda no 1997), Ochenta y seis cuentos (2001), edición
poco a la voz narrativa del argentino Ernesto revisada de sus mejores relatos, traducidos por
Sábato, aunque también al mundo de reflexión Javier Cercas*, y El m ejor de los m undos
filosófica de Schopenhauer, todo ello para (2002), traducido por él mismo. Ha publicado,
ahondar, sin evitar un inteligente uso de la iro­ asimismo, las novelas Benzina (1983) — en es­
nía, en el sinsentido de la existencia. Con esta pañol Gasolina (1984)— , La m agnitud de la
obra creó un nuevo estilo de novela negra, en la tragedia (1990) y, en su versión castellana, El
que el humor ayuda a suavizar los posibles ex­ mejor de los mundos (2002). Es autor de diver­
cesos psicologizantes. Se trata pues de un autor sos ensayos, entre los que destacan El día del
de género, pero que nada tiene que ver con la senyor (1984) y Zzzzzzz... (1987), a los que hay
crudeza de autores como Juan M adrid* o An- que añadir la colección de sus artículos, reuni­
dreu Martín*, ni con las derivaciones de crítica dos en El tema del tema (2003). Algunas de sus
social que tienen los textos de este tipo escritos obras han sido ya traducidas al inglés, francés,
por Vázquez M ontalbán*. A esa prim era no­ alemán, ruso o sueco, entre otras lenguas.
vela, y confirmando todo lo dicho, siguió Nos­
talgia de la muerte (2000). MOR DE FUENTES, José (Monzón, Huesca,
1762-1848)
MONTOYA, Luis de (Belmonte, Cuenca, ?-Lis- Narrador y poeta. Ingeniero naval, se dedicó a
boa, Portugal, 1569) la literatura, aunque firmó algunas obras rela­
Tratadista. Agustino discípulo de santo Tomás de cionadas con su profesión originaria. C olabo­
Villanueva*, es autor de Obras muy devotas y rador de la prensa zaragozana, escribió poesías
provechosas (Amberes, 1556), Obras de los que anacreónticas, reunidas en Poesías varias
aman a Dios (Lisboa, 1565) y Vida de Jesús (1796-1800: 3 vols.), y una novela, El cariño
(Lisboa, 1568). Algunas de sus obras se incluye­ perfecto o A lfonso y Serafina (1798), cuyo
ron entre las de san Francisco de Borja, caso de éxito le empujó a ampliarla y a publicarla como
Doctrina que un religioso envió a nn caballero La Serafina (1807). Pero, sin duda, su fama se
amigo suyo (Medina del Campo, 1534). debe a un curioso libro de corte autobiográfico,
Bosquejillo de la vida y escritos de don José
MONZÓ, Quim (Barcelona, 1952) M or de Fuentes, delineado p o r él m ismo
N arrador en lengua catalana. Ha sido, entre (1836), en el que deja constancia, a través de
otras cosas, dibujante, letrista de canciones, di­ una curiosidad intelectual sin lím ite y de una
633 MORA

prosa de gran viveza, de los acontecimientos y (1912), Desde la puerta al portillo (1914), Las
costumbres de la vida española, y en particular tres Marías (1917), El «otro» barrio (1918), La
aragonesa, del periodo de entre siglos. Fue una maja del Buen Retiro (1918), Los hijos de nadie
obra adm irada por Ferrer del Río* y Azorín*. (1919) y La peliculera (1923).
Mor de Fuentes fue también destacado traductor:
suyas son traducciones del Werther, de Goethe, MORA, Francisco (Valverde de Júcar, Cuenca,
de la Nouvelle Héloise, de Rousseau, de textos 1960)
de Horacio, T ácito y Salustio y de la m onu­ Poeta. En sus versos juega irónicamente con con­
mental H istory o f the decline and fa ll o f the ceptos como el amor o la soledad, creando la voz
Román empire, del h istoriador b ritánico Ed- metapoética y sarcástica de un yo desdoblado, y
ward G ibbon, a la que él, en un alarde de pe­ dando origen a una tendencia surrealista, honda­
dantería, tituló H istoria del menoscabo y mente simbólica, para afrontar la memoria, que
vuelco del imperio romano. Sin valor literario es la obsesión central de sus poemas. Paulatina­
ninguno, deben citarse, no obstante, algunas mente, ha ido incorporando a sus versos una lí­
piezas teatrales, como por ejem plo: La fo n d a rica más concreta, que habla con sequedad de la
de París, El egoísta o La m ujer varonil. amargura y la incertidumbre, concentrada en la
infancia, territorio remoto y cercano a un tiempo.
MORA, Ángeles (Rute, Córdoba, 1952) Destacan sus poemarios De la tierra adentro
Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por la (1980), La luna en los álamos (1992) y Memoria
Universidad de Granada, se trata de una autora del silencio (2000).
que participa del impulso rehumanizador que vi­
vió la poesía de los años ochenta en Granada, MORA, José Joaquín de (Cádiz, 1783-Madrid,
cuya consecuencia fue una «nueva sentimentali- 1864)
dad» de cuyos numerosos referentes cinem ato­ Poeta y crítico. Ejerció la abogacía y colaboró en
gráficos y literarios, siempre centrados en el ero­ diversas publicaciones de la época, además de
tismo, que le servían de sostén M ora se ha ido fundar y dirigir otras, durante su estancia en Lon­
despojando con el tiempo. Incluida, junto a Gar­ dres, como por ejemplo el Museo Universal de
cía Montero* o Alvaro Salvador*, entre otros, en Ciencias y Artes. Políticamente liberal, hubo de
la corriente conocida como poesía de la expe­ huir de España, de donde se trasladó a la capital
riencia*, en sus versos, a menudo tendentes al británica en 1823 y, posteriormente, a varios
sonido del endecasílabo, la memoria y la reali­ países sudamericanos, en los cuales mantuvo re­
dad conjugan un mundo de referentes inm edia­ lación con importantes literatos, ejerció el perio­
tos que convocan constantem ente el paso del dismo y la actividad docente y colaboró con di­
tiempo, el amor, la ausencia, la muerte, todo ello versos gobiernos, entre ellos el de Chile, en cuya
con un lenguaje conversacional, irónico, preciso Constitución colaboró como redactor. A su re­
y contundente, repleto de sugerencias, que le greso, fue cónsul en Inglaterra, y, en 1848, in­
sirve también para reflexionar sobre el sentido gresó en la Real Academia Española. Aunque
mismo de la poesía. Destacan sus poemarios: partidario del Neoclasicismo en la célebre polé­
Pensando que el camino iba derecho (1982), La m ica «calderoniana» contra Juan Nicolás Bóhl
canción del olvido (1985), La guerra de los de Faber*, quien defendía el teatro de Calderón
treinta años (1990), galardonado con el Premio de la Barca* desde sus conocidos postulados ro­
Nacional Rafael Alberti, La dama errante mánticos, después Mora evoluciona, hasta osci­
(1990), Silencio/4 (1994), Elegía y postales lar, tanto como crítico cuanto como poeta, entre
(1994), Antología poética (1982-1995) (1995), su inicial Neoclasicismo y el Romanticismo*, si
Cámara subjetiva (1996), Canto de sirenas bien la tendencia al intelectualismo dieciochesco
(1997), Caligrafía de ayer (2000), ¿Las mujeres se mantiene preponderante. Destacan sus poema­
son mágicas? (2000) y Contradicciones, pájaros rios Meditaciones poéticas (1826), Poesías
(2001), con el que obtuvo el Premio Ciudad de (1836 y 1853) y, sobre todo, el libro de poesía
Melilla. narrativa Leyendas españolas (1840). Fue, asi­
mismo, traductor de Ivanlioe, de Walter Scott, y
MORA, Fernando (Madrid, 1878-1939) publicó unas M em orias del reinado de Fer­
Narrador. Colaborador en numerosas publicacio­ nando Vil (1824).
nes, como novelista, y en la línea de lo que, en
teatro, serían los modos del género chico*, quiso MORA, León -> Véase M ORANTE M ATEOS,
mostrar las condiciones de los madrileños más Pedro.
humildes. De entre sus novelas y novelas cortas
destacan títulos como Los vecinos del héroe MORA, Pedro -> Véase M ORANTE M ATEOS,
(1910), Nieve (1910), El patio de M onipodio Pedro.
MORA 634

MORA, Vicente Luis (Córdoba, 1970) duda, una de las mejores novelas de caballerías*,
Poeta. Con lenguaje desenfadado, extraordina­ y parte integrante de una serie caballeresca muy
riamente irónico, desenvuelto y juvenil, huyendo famosa, la de los Palmerines, continuadora de los
de todo lirismo, ha criticado y analizado el cam­ Amadises, y de la cual los tres más célebres fue­
bio de las conductas como consecuencia de In­ ron el Palmerín de Oliva (1511), el Prim aleón
ternet en su poemario Mester de Cibervía (2000), (1512) y el texto de Moraes. De su vida, se sabe
galardonado con el Premio Arcipreste de Hita. que estuvo ligado al noble Francisco de No-
ronha, conde de Linhares, de quien fue secretario
MORA-FIGUEROA, Santiago de (Jerez de la durante su embajada en París entre 1540 y 1543,
Frontera, Cádiz, 1941) que allí se enamoró de una sirvienta de la Reina,
Ensayista. Marqués de Tamarón, fue director del que se casó con la dama portuguesa Bárbara Ma-
Instituto Cervantes y es un escritor de corte con­ deira, que en 1550 estaba en Lisboa y que su
servador, tanto ideológica como estilísticamente. muerte se produjo, al parecer, en circunstancias
Destaca su ensayo El siglo xx y otras calamida­ violentas. Al mencionado amor parisino escribió
des (1997), en el que repasa la historia cultural y su Disculpa de unos amores suyos que tuvo en
política del siglo al que alude el título, así como París con la señorita Torcy.
su primera incursión en la novela, El rompi­
miento de Gloria (2003), evocación autobiográ­ MORAL, Ignacio del (San Sebastián, 1957)
fica en la que se siguen los modelos tradiciona­ Dramaturgo. Guionista televisivo de series de éxito
les de la novela de aprendizaje. como Eva y Adán, Agencia matrimonial, Farma­
cia de guardia, Todos los hombres sois iguales,
MORA PUJADAS, Víctor (Barcelona, 1931) Querido maestro, El comisario, etc., y cinemato­
Narrador en lenguas catalana y española. Hijo gráfico en películas como Los lunes al sol o La ba­
de republicanos, perteneció al Partido Com u­ raja del rey don Pedro, basada en la obra de Agus­
nista y fue encarcelado durante el franquismo. tín García Calvo*. Es autor de un teatro de corte
Aunque comenzó escribiendo cuentos en espa­ social en la línea de otros autores como Ernesto
ñol, por los cuales obtuvo premios como el Sé­ Caballero*, Paloma Pedrero* o Alfonso Armada*.
samo y el Leopoldo Alas, en 1965 publicó su Su teatro busca la trama, la ironía de los diálogos,
prim er volumen de relatos en catalán, El café la caracterización de personajes y su multiplicidad
deis homes tristos, por el que obtuvo el Premio de significados, intentado siempre la reflexión sin
Víctor Catalá. Es conocido por sus tebeos, caso olvidarse de la diversión. Entre sus obras destacan:
de El Capitán Trueno y El Jabato. En ese La gran muralla (1982), Premio de Teatro Infantil
mismo año aparece su prim era novela, La pinja sobre el Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ba­
morta, a la que seguirán otras en años posterio­ dajoz, Soledad y ensueño de Robinson Crusoe
res: Els platans de Barcelona, El tramvia blau, (1983; nueva versión, 1999), Sabina y las brujas
París flasli-back o Muy al sur del Estrecho de (o la noche de Sabina) (1985), Una del Oeste
Behring, entre otras. Al propio tiempo, fueron (1986), Historias para-lelas (1987), Un día de es­
apareciendo nuevos libros de relatos, como por pías o El caso del repollo con gafas (1988), Aqua-
ejemplo Mozarella i Gorgonzola o La víctima, rium (1989), Días de calor (1989), galardonada
a los que habría que añadir ensayos, de entre los con el Premio Cabildo Insular de Gran canaria,
cuales quizá el más destacado sea el libro de en­ Osezzznos (1992), La mirada del hombre oscuro
trevistas Converses a París (1969). Testimonio (1993), con la que obtuvo el Premio de Teatro de
esencial de las muchas dificultades de su vida, la Sociedad General de Autores de España, Fuga­
políticas, económicas y de salud, son sus dieta­ das (1994), Páginas arrancadas del diario de P.
rios: Diario de a bordo (2001). (1997), Boniface y el rey de Ruanda (rey Negro)
(1997), Que no se entere nadie hasta después de
MORAES CABRAL, Francisco de (Portugal, las elecciones (2000), Premio Hogar Sur de Teatro
1500?-Évora, Portugal, 1572) de Comedia, y Como oseznos (2001), que se ins­
Novelista. Aunque portugués, su inclusión en piró en la mencionada Osezzznos.
este diccionario está justificada por el hecho de
que su célebre novela Palmerín de Inglaterra, MORAL, José Antonio del (Colmenar de Oreja,
escrita en portugués en 1544 y alabada por Cer­ Madrid, 1943)
vantes* en el Quijote, apareció publicada pri­ Novelista. Periodista de profesión, es autor de
mero en castellano, en 1547-1548 en Toledo, en novelas como Nacido para morir (1985), Repó­
traducción, se cree, de Luis Hurtado de Toledo* quer (1986) y La guerra secreta (1986), títulos a
— a quien, durante un tiempo, se consideró autor los que habría que añadir los de sus ensayos El
de la obra— , mientras que en su lengua origina­ enigma de Curro Romero (1987) y La tauroma­
ria no aparecería hasta 1567 en Évora. Es, sin quia de José María Manzanares (1987).
635 MORALES

M O R A L E J A Y N A V A R R O , J o s é (M adrid, 1711- paña... (Alcalá, 1574-1577; 2 vols.) y Los cinco


1763) libros postreros... (Córdoba, 1586).
Autor de una serie de cincuenta almanaques ilus­
trados que, desde 1744 hasta su muerte, fue publi­ M O R A L E S , C r i s t ó b a l d e (siglo xvn)
cando bajo el título de Piscatores, y en los que dejó Actor y dramaturgo. Se le atribuye una Comedia
claras sus aficiones astrológicas y matemáticas. de El Caballero de Olmedo, escrita hacia 1606,
es decir, anterior a la que, con el mismo título,
M O RALES (finales sig lo o sig lo XVil) escribiera Lope de Vega*, la cual se ha datado
Autor de quien no se sabe el nombre, aunque se entre 1615 y 1626 — quizá fuese de 1620— , y
ha especulado con el de Pedro o Alonso, e in­ que se sospecha sirvió al gran Lope como «ins­
cluso se le ha llegado a identificar con Cristóbal piración». Además de esta atribución, también se
de M orales*, autor conocido en aquella época. ha visto en él al Morales* autor de El conde loco
Firmadas únicamente con el apellido, han sobre­ y Los naufragios de Leopoldo, dos comedias de
vivido dos comedias, E l conde loco y Los nau­ finales del siglo xvi o comienzos del xvn en las
fragios de Leopoldo, ambas iniciadoras, en algún que tan solo figuraba el apellido.
sentido, de un nuevo teatro ya desligado de los
patrones del de Juan de la Cueva*. M O R A L E S , G r e g o r i o —> Véase MORALES VI-
LLENA, Gregorio.
M O R A L E S , A m b r o s i o d e (Córdoba, 1513-1591)
Humanista. Monje jerónimo y sacerdote, estudió M O R A L E S , J o s é L u is
Humanidades en la Universidad de Alcalá de He­ Poeta. Es autor del poemario El aroma del tacto
nares, donde fue discípulo de Melchor Cano* en (1999), galardonado con el Premio José Hierro.
Teología, y en la de Salamanca, en esta con su
tío, el famoso humanista Fernán Pérez de Oliva*. M O R A L E S , J o s é R i c a r d o (Málaga, 1915)
Profesor de Retórica de Juan de Austria y cate­ Dramaturgo. Catedrático de Historia del Arte en
drático en el centro alcalaíno en el que realizó Chile, país al que se exilió en 1939, allí fundaría
sus estudios, Felipe II le nombró, en 1563, Cro­ un teatro experimental en la universidad. Su tea­
nista de Castilla, y, en 1577, se convirtió en vica­ tro en América está próximo al del absurdo, si
rio y administrador de los hospitales de Puente bien la realidad tiene gran importancia, por más
del Arzobispo. Es el ejemplo típico del hum a­ que se vea matizada por ciertos tics surrealistas.
nista (véase HUMANISMO) dedicado a la investi­ Además de Burlilla de don Berrendo, doña Ca-
gación y el primer historiador español que utiliza racolines y su Amante, juguete mínimo (1938),
como fuentes textos no escritos, tales como mo­ única obra que conocemos anterior a su salida de
numentos, medallas, inscripciones, etc., dotando España, son de destacar títulos como: El embus­
a la moderna historiografía de una visión cientí­ tero en su enredo (1944), De puertas adentro
fica más amplia. Además de editar los libros de (1944), Pequeñas causas (1946), A ojos cerra­
su tío, a los que añadió quince discursos propios, dos (1947) — estas tres últimas incluidas en La
y de defender los Anales, de su amigo Jerónimo vida im posible— , Bárbara Fidele (1946), Los
de Zurita*, en una Apología de los Anales — pu­ culpables (1964), La cosa humana (1966), El se­
blicada postum am ente en Zaragoza en 1610— , gundo piso (1968), Cómo el poder de las noti­
escrita contra los ataques de Alonso de Santa cias nos da noticias del poder (1969), Nuestro
Cruz*, además de esto, digo, escribió obras Norte es el Sur (1978) y El torero por las astas
como un D iscurso sobre la lengua castellana (1983), a las que habría que añadir seis piezas
(1546), Prisión del arzobispo de Toledo fra y breves en un acto escritas entre 1963 y 1965: La
Bartolom é de Carranza (1559), un Viaje santo Odisea, La grieta, Prohibida la reproducción,
(1573; ed. del padre Enrique Flórez* en 1756 en La teoría y el método, El canal de la Mancha y La
Madrid), en el que ofreció sus observaciones tras adaptación al medio.
un viaje de estudio por León, Galicia y Asturias
al que le había enviado el rey, un Libro de las an­ M O R A L E S , R a f a e l (Talavera de la Reina, Toledo,
tigüedades de las ciudades de España (Alcalá, 1919)
1575) y diversos opúsculos manuscritos que se Poeta y narrador. Licenciado en Filología Romá­
encuentran en El Escorial y de los cuales, a modo nica por la Universidad de Madrid, ha ejercido la
de recopilación, se publicarían mucho después crítica literaria en diarios y revistas, ha sido di­
O púsculos castellanos (Madrid, 1793; 3 vols.). rector del Aula de Literatura del Ateneo de Ma­
Pero, sin duda, su labor fundamental como histo­ drid y de la revista Estafeta Literaria, profesor
riador corresponde a la continuación de la Cró­ en la Universidad Complutense y miembro des­
nica de Florián de Ocampo* hasta 1307, y cuyos tacado de la Fundación Juan M arch, lo es tam ­
resultados los plasmó en Crónica General de Es­ bién de la Hispanic Society of America de Nueva
636
MORALES

York. Poeta pesimista y existencial, dentro de la de honda intimidad em ocional, se trata de una
corriente del neohumanismo cristiano, e influido poesía sensorial en la que dominan los tonos
por el neorromanticismo de Miguel Hernández*, hímnicos y épicos, el léxico sonoro, las metáfo­
en sus versos quedan patentes la hondura y el ras, alegorías y un escrupuloso cuidado de la
dramatismo desesperanzado de las preocupacio­ rima y la métrica. Tema esencial en sus poema­
nes sociales y el miedo a la cotidianidad indivi­ rios es el mar y todo cuanto semánticamente
dual, en la cual la soledad y el amor condicionan tenga relación con él; al propio tiempo, de Walt
el propio vivir. Como él mismo ha declarado, Whitman tomó la idea de que tanto el mundo mi­
siempre ha deseado que su poesía «responda a lo tológico griego como los avances de la tecnolo­
más noble y hondamente humano». Pertenece, gía moderna servían como mundo de inspiración
sin duda, a esa generación de la primera posgue­ poética. Fue autor de libros como Poemas de la
rra, conocida como Generación del 36*, que, aún gloria, del amor y del m ar (1908) y Las rosas de
influida por Garcilaso de la Vega* y su sereni­ Hércules — cuyo segundo libro, paradójica­
dad, abordaba tres temas esenciales: el amor, la mente, se publicó en 1919 y el primero, en edi­
religión y el imperio. No obstante, Morales, ción postuma, en 1922— , en el que se incluye su
como algunos otros de sus compañeros, fue deri­ célebre «Oda al Atlántico».
vando hacia una huida del esteticismo, de la rigi­
dez intelectual y de una cierta deshumanización M O R A L E S G A R C Í A , R a ú l (Madrid, 1973)
del arte para acercarse a una valorización vital y Poeta y narrador. Debutó con el poemario Del
existencial. En el caso de M orales este viaje lo nombre de las cosas (1998), en el que ya se ob­
conduce a una poesía que roza el tremendismo, servaban las pulsiones de la memoria, ello a tra­
la heterodoxia religiosa y un tipo de denuncia vés de un lenguaje que, influido por Eliot, ahon­
política que abre las puertas de la poesía social daba en los problemas de la existencia con
de la Generación del 50*. Destacan poemarios vocación de ruptura, quebrando ritmos y creando
como Poemas del Toro (1943), El corazón y ¡a tie­ imágenes que dotaban de nuevos significados a
rra (1946), Los desterrados (1947), Canción so­ las palabras. Es autor, asimismo, del libro de
bre el asfalto (1954), por el que obtuvo el Premio cuentos El devorador de sombras (2000), en el
Nacional de Literatura, La máscara y los dientes que presenta siete historias de terror, al modo
(1962), La rueda y el viento (1971), Prado de ser­ clásico, que homenajean al género anglosajón.
pientes (1982) y Obra poética (1982), a los que
habría que añadir un par de antologías, aparecidas M O R A L E S N I E V A , F r a n c i s c o - » Véase NIEVA,
en 1958 y 1979, Entre tantos adioses (1993), la Francisco.
antología Por aquí pasó un hombre (1999) y Obra
poética completa (1943-1999) (1999), así como el M O R A L E S S A N M A R T Í N , B e r n a r d o (El C ab a ­
reciente poemario Poemas de la luz y la palabra ñal, Valencia, 1864-Valencia, 1947)
(2003). Como novelista, ha publicado Dardo, el Narrador. Colaborador de publicaciones como La
caballo del bosque (1961) y Grañadero, toro Ilustración Española y Americana o La Esfera, es
bravo (1964 y 1988). Es autor, asimismo, del en­ autor de obras de corte realista en las que el mundo
sayo Reflexiones sobre mi poesía (1982). rural valenciano recuerda, inevitablemente, a
Blasco lbáñez*. En cualquier caso, supo dejarse
M O R A L E S , T o m á s {Moya, Gran Canaria, 1885- influir por la novela histórica, así como, con el
Las Palmas, 1921) paso del tiempo, por el simbolismo*. Destacan,
Poeta. Figura esencial de la literatura canaria, se además de algunos dramas en valenciano, sus no­
licenció en Medicina en la Universidad de M a­ velas La Ralla (1905), Racimo de horca (1908), La
drid, aunque había comenzado la carrera en la de tribuna roja (1909), Alma de artista (1909), Eró­
Cádiz, y colaboró en diversas publicaciones, tica (1912), El príncipe Fantasio (1913) y Eva in­
como la Revista Latina, hasta que, por falta de mortal (1917).
trabajo, hubo de regresar a Canarias, donde se
casa y trabaja como médico rural, además de in­ M O R A L E S V I L L E N A , G r e g o r i o (Granada, 1952)
tervenir en política. Admirado por algunos poe­ Novelista. Ha publicado los siguientes títulos: Y
tas de su tiempo, entre ellos Villaespesa* o Anto­ Hesperia fu e hecha (1982), Puntos de vista
nio Machado*, e influyente en otros, caso de (1985) y La cuarta locura (1989), a los que hay
Fernando González* o Agustín M illares*, fue que añadir la reunión de artículos sobre ciencia y
continuador de la grandiosidad verbal y temática narrativa El cadáver de Balzac (1998).
del Modernismo* de Rubén Darío y Salvador
Rueda*, al igual que sus otros dos grandes com­ M O R A N , F e r n a n d o (Avilés, Asturias, 1926)
pañeros isleños: Alonso Quesada* y Saulo To- Narrador y ensayista. Diplomático y licenciado
rón*. Aunque no faltan reflexiones sobre asuntos en Ciencias Políticas y Económicas, enseñó en la
637 MORATO CALDEIRO

Escuela Diplomática, fue senador y es diputado nea íntimamente ligados a las preocupaciones
del PSOE, partido con cuyo Gobierno fue minis­ fem eninas, sin delirios metafóricos ni m anio­
tro de Asuntos Exteriores (1982-1985) y parla­ bras tópicas, dejando clara constancia de las
mentario europeo. Es autor de novelas en las que emociones que construyen los sentimientos de
se acerca al realismo social. Merecen m encio­ una mujer. Hay que destacar su poemario La in­
narse, además de los volúmenes de relatos Joe solencia (2001), con el que obtuvo el Premio José
Giménez, promotor de ideas (1964 y 1982) y El Hierro.
día en que... (1997), las novelas También se
muere el mar (1958; reed., 1985), El Profeta M O R A N T E M A T E O S , P e d r o (Toledo, 1887-Ma-
(1961) y Bloc de notas (1995). De sus ensayos, drid, 1974)
la mayoría sobre literatura y política, destacan: Narrador. Trabajó como tipógrafo en Madrid y
Explicación de una limitación (1971), Novela y París, ciudad en la que se casó. Con el comienzo
semidesarrollo (1971), Revolución y tradición en de la Primera Guerra Mundial, regresa a la capi­
África Negra (1971), Una política exterior para tal española, donde entra a trabajar como correc­
España (1980), La destrucción del lenguaje tor de pruebas del diario La Nación. Con los
(1982) y Carta a un joven sobre la Europa que años, sería ayudante de Eduardo Aunós Pérez*.
viene. A todo ello hay que añadir P alimpsesto Entre las muchas novelas que publicó, la mayo­
(2003), un recorrido biográfico que, sin ser unas ría de carácter erótico y muchas de ellas firma­
memorias, analiza sus experiencias políticas y das con seudónimos como Eva León, León
culturales. Mora, René Renolt — seudónimo con el que
existe una novela titulada Julio y Julia, cuya au­
M O R Á N , G r e g o r i o (Oviedo, 1947) toría puede ser atribuible a Morante— o Pedro
Narrador. Periodista de profesión, sus obras de Mora, destacan Perico — a la que siguió una se­
carácter periodístico han despertado en los últi­ rie con este personaje de protagonista— , La inú­
mos años una inusitada atención de la opinión til lujuria, Pepita, El martirio de la insaciedad,
pública. Es autor de las novelas Nunca llegaré a A m or de apache y La de los cabellos blancos.
Santiago (1997) y El viaje ruso de un vendedor Hay publicada, al parecer, una novela que, con
de helados ( 2001), a las que hay que añadir el el título de La inesperada esposa, está firmada
volumen de artículos Llueve a cántaros. Cróni­ por un tal René Reolt — sin ene— , que Camilo
cas intempestivas (1999) y los ensayos El maes­ José Cela* consideró del mismo autor que nos
tro en el erial: Ortega y Gasset y la cultura del ocupa.
franquism o y Los españoles que dejaron de
serlo: cómo y p or qué Euskadi se ha convertido M O R A T Í N , L e a n d r o F e r n á n d e z d e — > Véase
en la gran herida de España (2003). FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Leandro.

M O R Á N , J e r ó n i m o (Valladolid, 1817-Madrid, M O R A T ÍN , N ic o lá s F e r n á n d e z d e Véase


1872) FERNÁNDEZ DE MORATIN, Nicolás.
Poeta y dramaturgo. Colaborador de publicacio­
nes como El teatro, No me olvides o El artista, M O R A T O C A L D E I R O , J u a n J o s é (Madrid, 1864-
fundó, en 1867, La Guirnalda y fue acérrimo de­ 1938)
fensor de los postulados estéticos del Rom anti­ Tipógrafo. Ingresa muy pronto en el PSOE, en
cismo*, al igual que Miguel de los Santos Álva­ 1882 — ocupándose enseguida de administrar la
rez* y Zorrilla*. Además de las máximas morales publicación El Socialista— , para alcanzar en
en verso de Doctrina de Salomón (1849) y de su 1899 un puesto en la Secretaría del partido, del
Vida de Miguel de Cervantes (1863), lo más des­ que sería expulsado en 1904 para ser readmitido
tacado de su producción está en sus dramas y co­ un cuarto de siglo más tarde. Fue colaborador de
medias con títulos como Los cortesanos de don El Heraldo de Madrid, Hoy, Libertad y otros dia­
Juan II (1839), Don Ramiro (1840) y La ocasión rios, eminente traductor de obras de Lafargue,
por los cabellos (1840), a los que hay que añadir Charles Nodier, Salgari, E§a de Queirós o
las zarzuelas Fra D iávolo (1857), La dama George Sand, gran historiador del arte tipográ­
blanca (1858) y Las damas de la camelia (1861). fico, de ciertos periodos históricos españoles y
documentado biógrafo de personajes del mundo
M O R Á N , J o s é J . - > Véase MIRA, Juan José. obrero. Además de los numerosísimos folletos y
artículos, destacan sus libros: Notas para la his­
M O R A N O , M a r í a C r i s t i n a (Madrid, 1967) toria de los modos de producción en España
Poetisa. Autora de sólido lenguaje realista, capaz (1897), Guía práctica del compositor tipográfico
de combinar eneasílabos, endecasílabos y metros (1900), El partido socialista obrero (1918),
libres, aborda problemas de la vida contemporá­ Jaime Vera y el socialismo (1918), Historia de la
MOREIRAS 638

Sección Española de la Internacional (1868- domina la contemplación y meditación de la na­


1874) (1919) y Pablo Iglesias Posse. Educador turaleza, así como de la cultura, concentrándose
de muchedumbres (1931). siempre en la im portancia de la mirada. D esta­
can sus «diarios», que es como ha llamado a di­
MOREIRAS, Eduardo (Quiroga, Lugo, 1914- ferentes series de poemas: La puntada y el nudo
Vigo, 1991) (1993) y En el cuartel de invierno (1998). Es,
Poeta en lengua gallega. Fundador y director de la asimismo, autor de una decena de libros de poe­
revista Mensajes de Poesía, fue traductor al espa­ sía, entre ellos: D iecisiete poem as (1978), En
ñol de Paul Éluard. Con una obra interesada en los contra y a fa vo r (1980) De cara a la pared y
motivos del clasicismo griego, dio a la luz poema­ otros poemas (1984), 324 poemas breves (1987),
rios cuyo tema central suele ser el mar, repletos de Última argucia de la razón práctica (1989), ga­
un simbolismo que no elude los misterios y que lardonado con el Premio Rafael Alberti, y El f i ­
aborda con gravedad todas las emociones trascen­ nal de la contemplación (1991), con el que ob­
dentes. Aunque sus prim eros libros fueron en tuvo el Premio Jaime Gil de Biedma.
español, El bosque encantado (1947), Éxtasis
(1948) y Los oficios (1952), los que se consideran MORENO, Miguel (Villacastín, Madrid, h.
el eje de su producción están en gallego; así, des­ 1591-Roma, 1635)
tacan: A realidade esencial (1955), Paisaxe en Novelista y poeta. Rebuscado y oscuro a conse­
rocha viva (1958), Os nobres carreiros (1970), tí­ cuencia de las muchas referencias mitológicas,
tulos en los que aparecen poemas que están inclui­ trató de adaptar los modos de Góngora* al len­
dos en la importante antología Poesía gallega guaje novelesco. Destacan sus obras El cuerdo
contemporánea (1974), de Miguel González Gar- amante (h. 1628) y La desdicha en la constan­
cés*, y O libro dos mortos (1979). cia, a las que deben añadirse unos Avisos (M a­
drid, 1631) y los epigramas de Flores de España
MORENO, Ángels (Gandía, Valencia, 1939) (Roma, 1635).
Narradora en lengua catalana. Sus obras se ca­
racterizan por la capacidad para crear persona­ MORENO ANCILLO, Álvaro (Talavera de la
jes, así como por la hondura con que aborda la Reina, Toledo, 1966)
cotidianidad. Hay que destacar su novela más re­ Narrador. Autor de corte realista que aborda
ciente: M alson (2001), galardonada con el Pre­ cuestiones históricas, como la Guerra Civil espa­
mio Ciutat d ’Alzira. ñola, desde una perspectiva que no huye de los
profundos conflictos humanos individuales que
MORENO, Antonio (Alicante, 1964) asaltan al individuo. Destaca su novela La casa
Poeta. En sus versos la cotidianidad de los he­ de los lobos.
chos es motivo de reflexión sobre la propia exis­
tencia, sobre la quietud y los deseos, sobre el MORENO BÁEZ, Enrique (Sevilla, 1908)
tiempo, que en sus poemas se presenta a través Crítico y ensayista. Doctor en Filosofía y Letras,
de la consistencia y la condensación. Se trata de estudió en la Universidad de La Plata y, en 1933,
una poesía que, influida por Brines* y César Si­ trabajó, a las órdenes de Menéndez Pidal*, en el
món*, y con ecos de la prosa directa de un Ga­ Centro de Estudios Históricos. Enseñó en las
briel Miró* o un Azorín*, indaga metafísica- universidades de Oxford y Cambridge, en el
mente y casi con la rectitud de la prosa, pero King’s College de Londres, en la Universidad de
ofreciendo numerosos elementos simbólicos y Oviedo y en la de Santiago de Compostela.
obsesionada por todo lo sensorial. Es autor de los Miembro de diversas academias, lo fue también
poemarios El libro del yermo, Solar antiguo, Vi­ de la Real Academia Española. Afinado crítico y
sión del humo y M etafísicas (2001), además de profundo conocedor de la literatura clásica espa­
los libros de prosa Alrededores y Partes de un ñola, destacan, además de ediciones suyas de
todo (1999). textos de M ontemayor* o don Juan Manuel*,
obras como Lección y sentido de «Guzmán deAl-
MORENO, Luis Javier (Segovia, 1946) farache» (1948), Antología de la poesía espa­
Poeta. Profesor y colaborador en numerosas pu­ ñola (1952), Nosotros y nuestros clásicos (1961),
blicaciones, estuvo en 1985 en la Universidad de Reflexiones sobre el «Quijote» (1968) y Los ci­
Iowa, en Estados Unidos, país por cuya Was­ mientos de Europa (1971).
hington University de St. Louis es M aster of
Arts. Regresó a su actividad docente en España MORENO GODINO, Florencio (Madrid, 1829-
en 1987, acontecimiento que, en gran medida, 1906)
marcó tanto su reflexión poética como su escri­ Poeta y dramaturgo. Colaborador de las revistas
tura. En sus versos, muy a menudo metapoéticos, Pluma y Lápiz y Revista Española, fue redactor
639 MORENO VILLA

del Diario Español y participante en la bohemia elegías (1907) y El avaro (1907). Fue autor, asi­
madrileña, cuyos detalles describió en sus artícu­ mismo, de la comedia Vicios, apuros y risa.
los. Autor de obras variadas, entre ellas los ver­
sos de Poesías (1862) y Sonetos de broma M O R E N O V I L L A , J o s é (Málaga, 1887-México,
(1900), publicó también el drama Nerón (1892) 1955)
y dos textos en prosa: Una traducción del «Qui­ Poeta y pintor. De familia acomodada, estudió
jote» (1869) y, postumamente, El último bohe­ con los jesuitas y, al terminar el bachillerato, fue
mio (1908). enviado a Alemania para estudiar Química. En
Friburgo, donde está durante tres años, descubre
M O R E N O J U R A D O , J o s é A n t o n i o (Sevilla, 1946) su vocación literaria y artística, para, después de
Poeta. D octor en F ilología C lásica, no está su regreso a España en 1910, estudiar Historia
exento de ciertas influencias de poetas esencia­ del Arte. Terminada la carrera, ingresa en el Cen­
les en lengua griega, como C avafis, Seferis o tro de Estudios Históricos y consigue plaza en el
Elytis. Su formación ha determinado su poesía, Cuerpo de Archivos. Desde 1917 es biblioteca­
ya que en ella el clasicismo es esencial, tanto en rio, actividad que compagina con la pintura y li­
la form a com o en el tratam iento de los temas. geros escarceos literarios en revistas, acaso faci­
Autor de poemas melancólicos y sobrios, de los litados por el hecho de que vive en la Residencia
que no está excluida una ironía sombría y con­ de Estudiantes. Pasa la guerra en Madrid y en
tenida, ha sabido siempre arriesgar en sus li­ Valencia y, en 1937, es enviado por la Junta de
bros, apostando por nuevos modos de expresión Cultura a dictar unas conferencias en América,
y de abordar las temáticas a las que se ha ido en­ circunstancia que marcaría su destino, pues allí
frentado. Ciertas claves se repiten en sus versos, se casaría y fijaría residencia. Aunque se le suele
como el hecho de que la poesía es metarrealidad considerar como precursor de la Generación del
o la devoción por la metáfora, de la que se sirve 27*, en realidad su poesía se enmarca a la per­
para, incluso, mostrar un profundo compromiso fección en las tendencias de dicho grupo. Suele
ético con quienes sufren. Ha publicado poem a­ dividirse su producción en tres periodos: uno pri­
rios como C anciones y poem as (1969), D iti­ mero marcado por las ideas de los noventayo-
rambos para mi propia burla (1974), por el que chistas, donde se aprecian una cierta densidad
obtuvo el Premio Adonais, Razón de la presen­ simbólica en la que pueden escucharse los ecos
cia (1977), m erecedor del Premio A ldebarán, de Rubén Darío (véase MODERNISMO), una ten­
Daimon en la niebla (1980), Para un dios de in­ dencia a las reflexiones filosóficas prosaicas in­
vierno (1981), Bajar a la memoria (1985), que sertas en lo poético y un folclorismo andaluz pai­
fue Prem io Juan Ramón Jiménez, M itología sajista y con fuertes influencias centroeuropeas.
personal (1986), Aracne (1989), Variaciones al Otro, iniciado a partir de 1920 y que abarcaría
estilo de N anos Valaoritis (1990) y Nugae hasta 1936, en el que se da la comunión ideoló­
(1990), a los que hay que añadir Variaciones en gica y estética con sus amigos del 27, comunión
mar y en otoño, Antología poética (1973-1900) de la que no están excluidas las piruetas surrea­
(1990) y Las elegías del monte A tos (1999). Es listas; y un tercero que, desde ese año fatídico del
autor, asimismo, de no pocos ensayos, de entre estallido bélico, se extendería hasta el fin de sus
los que destacan: R uptura y m im esis (Aproxi­ días y en el que la nostalgia, la amargura y la so­
m ación a la jo ven poesía sevillana) (1982), ledad propiciadas por el exilio originan poemas
Odysseas Elytis (1982) y Yorgos Seferis (1988). de fuerte sentimentalidad y mayor hondura. En
Traductor prestigioso, ha traducido diversos general, puede afirmarse que, a lo largo de su
textos griegos, como ocurre en Fedro. Poemas vida literaria, fueron determinantes las influen­
(1979). cias de Juan Ramón Jiménez*, en cuanto a la
esencialidad de lo poético, de Unamuno* en lo
M O R E N O S Á N C H E Z , J u a n J o s é - » Véase MIRA, tocante a las preocupaciones intelectuales, y de
Juan José. A ntonio Machado* como artífice de una con­
ciencia poético-ideológica. Todo ello da lugar a
M O R E N O T O R R A D O , L u is (Salvaleón, Badajoz, una poética de corte intelectual, a menudo expe-
1853-?) rim entalista y tendente a proponer reflexiones
Poeta. Archivero y colaborador en diversas pu­ profundas sobre la realidad.
blicaciones, deben recordarse sus poemarios, sin Incluido en la célebre Antología (1932), de Ge­
demasiado interés en sus formas blandas y ma- rardo Diego*, fue autor de los siguientes poema­
nieristas, Explosiones del sentim iento (1884), rios — muchos de ellos ilustrados por él mismo— :
Exhalaciones del alma (1885), En busca de la Garba (1913) — con prólogo de Ortega y Gas-
igualdad (1890), Nuevas poesías (1894), Idilios set*— , El pasajero (1914), Luchas de «Pena» y
y elegías (1896), Poesías serias (1900), Nuevas «Alegría» y su transfiguración (1915), Evolucio­
MORET 640

nes (1918), Florilegio (1920) — prologado por el zas las compuso para las fiestas reales. Como au­
ensayista dominicano Henríquez Ureña— , Colec­ tor teatral, se le considera un reelaborador de
ción (1924), Jacinta la pelirroja (1929), libro fun­ obras anteriores. Continuador de la comedia lo­
damental en el que, desde un antirromanticismo pesca y, sobre todo, de los dramas de Calderón*,
sorprendente, aborda la huella amorosa dejada por a quien, de algún modo, refundió, aunque aña­
una joven neoyorquina con la que vivió una histo­ diéndole fórmulas personales, tales como acen­
ria sentimental en 1927, las tres series de las Ca- tuar la abstracción o perfilando más a los perso­
rambas (1931), Puentes que no acaban (1933), Sa­ najes, entre los que destaca el gracioso, quien, en
lón sin muros (1936), Puerta severa (1941), La ocasiones, se convierte en el eje y sostén de la in­
noche del Verbo (1942), La música que llevaba triga. Sus aciertos más reconocidos tienen que
(1949), a modo de antología de su obra anterior, y, ver con la comedia, género en el que, a través de
ya postumo, Voz en vuelo a su cuna (1961), en el personajes ante los que mantiene un equilibrado
que se incluye un poema de apertura de Jorge Gui- distanciamiento, la acción se sostiene sobre un
llén*. Publicó, asimismo, y además de su célebre tipo determinado y no sobre la intriga, lo que de­
autobiografía Vida en claro (1944), el volumen de viene en una mayor im plicación del espectador.
relatos Patrañas (1921), la pieza teatral La come­ De tal suerte, sus mejores piezas son las com e­
dia de un tímido (1924), los ensayos Locos, ena­ dias de figurón, en las que el azar determina to­
nos, negros y niños palaciegos. Gente de placer das las situaciones y los personajes dependen ab­
que tuvieron los Austrias en la Corte española solutamente de él. No obstante, escribió todo
desde 1563 a 1700 (1939), Cornucopia de México tipo de obras, siempre demostrando un manejo
(1940) y Doce manos mexicanas: Ensayo de qui- perfecto de los diálogos y artística destreza a la
rosofía (1941), así como ediciones críticas de Lope hora de dotar a la acción de regularidad. Así, y
de Rueda* y Espronceda* y, entre otros trabajos tras su primera obra. Los engaños de un engaño
críticos sobre arte, una traducción de Los concep­ y confusión de papel, quizá escrita a los 22 años,
tos fundamentales de la Historia del Arte, del entre las piezas de tema religioso destacan: La
historiador de arte suizo Heinrich Wólfflin (1864- cena del rey Baltasar, Vida de San Alejo, La
1945). En 1982 se publicó una completa Antología adúltera penitente, El más ilustre francés. Caer
de su obra poética y, en 1998, aparecieron, en cola­ para levantar, San Bernardo y San Francisco de
boración de la Residencia de Estudiantes y el Co­ Sena; históricas son El valiente justiciero y rico­
legio de México, sus Poesías completas. hombre de Alcalá, que no es sino una reelabora­
ción de El infanzón de Illescas, de Lope de
M O R E T , X a v i e r (Barcelona, 1952) Vega*, Los jueces de Castilla, Cómo se vengan
Novelista en lengua catalana. Periodista y tra­ los nobles y Antioco y Seleuco. De las comedías
ductor, se declara admirador de autores británi­ costumbristas deben destacarse la gran comedia
cos como Evelyn Waugh, David Lodge o Tom de salón del siglo x vii español, El desdén con el
Sharpe, y ha destripado en sus obras, con ironía, desdén (1652) — que sería im itada después, en­
los entresijos del mundo literario, creando una tre otros muchos, por M oliere en La princesse
caricatura, una parodia de un ámbito que conoce d ’Elide o por Cario Gozzi en Principessa filo ­
bien. Destacan sus novelas L ’americá que esti- sofa, y que recuerda bastante a La vengadora de
mava Moby Dick (1982), El impostor sentimen­ las mujeres, de Lope de Vega— , y El lindo don
tal (1997), traducida del catalán por él mismo, y Diego, pieza clave editada en 1662 y en la que se
El último Hippy (1998), con ribetes de novela ne­ muestra hábil en los diálogos y genial en el ma­
gra, así como el ensayo Tiempo de editores nejo de la ironía; temáticamente, sigue a El Nar­
(2002), una suerte de historia de la edición en Es­ ciso en su opinión, de Guillén de Castro*, y fue
paña durante la dictadura franquista, y los libros imitada, entre otros, por el francés Paul Scarron
de viajes América, América (1998) y La isla se­ en Don Japliet d ’Armenie. Estas serían las dos
creta. Un recorrido p or Islandia (2002), con el grandes obras de Moreto que, como se ve, no re­
que consiguió el Premio Grandes Viajeros. sultan enteramente originales en cuanto al tema
elegido, si bien influyeron decisivam ente en el
M O R E T O Y C A B A Ñ A , A g u s t í n (Madrid, 1618- teatro europeo posterior, sobre todo en los come­
Toledo, 1669) diógrafos franceses, algo que también sucedió
Dramaturgo. De familia de origen italiano, se li­ con Rojas Zorrilla*.
cenció en Arte en Alcalá de Henares en 1639 y, De entre las comedias de enredo son célebres El
en 1642, recibió las órdenes sacerdotales. Entró parecido en la corte, No puede ser, que, si­
al servicio del arzobispo de Toledo, Baltasar guiendo a El m ayor imposible, de Lope, sería
Moscoso y Sandoval, en 1657, y llegó a alcanzar muy imitada en Inglaterra, El valiente justiciero,
un beneficio en el Hospital de san Nicolás. Como Sin honra no hay valentía, Trampa adelante y La
poeta de la corte de Felipe IV, algunas de sus pie­ confusión de un jardín. Asimismo, representó
641 MOSTAZA

otro tipo de comedias, claram ente burlescas, (1996), Cementerio de Narila (1996), Senderos de
caso de Escarramán, Las travesuras de Pantoja, Al-Ándalus (1999) y Del tiempo frágil (1999), a
y De fuera vendrá quien de casa nos echará, ba­ los que hay que añadir, publicado con Juan J.
sada en ¿De cuándo acá nos vino?, también de León*, José Lupiáñez* y Fernando de Villena,
Lope de Vega y que inspiró a Corneille para su Églogas de tierra (1996). Entre sus obras de tea­
Le barón d ’Albicras. Además de entremeses en tro destacan La mecedora (1998) y la Trilogía del
la línea de Cervantes* y Quiñones de Bena- esparto (1999), en la que se incluyen Fin de año,
vente*, tales como Alcolea, El cortacaras, Doña La noche de los perros y Las flores del ocaso.
Esquina, La reliquia, El hijo del vecino y Las ga­
leras de la honra, realizó una adaptación dramá­ M O R O T E , L u is (Valencia, 1862-Madrid, 1913)
tica de El licenciado Vidriera cervantino. Sus Ensayista. Abogado, fue corresponsal en Cuba
obras se publicaron en tres partes en 1654, 1676 de El Liberal, y, en sus ensayos, se muestra inte­
y 1681. lectualmente regeneracionista y demócrata. Des­
tacan sus obras: La moral de la derrota (1900),
M O R E Y , M i g u e l (Barcelona, 1950) el libro de entrevistas El pulso de España (1904),
Ensayista. Prestigioso filósofo, es autor de lúci­ Los frailes en España (1904) y Sagas ta. Melilla.
dos ensayos, entre los que destacan: Los preso- Cuba (1908), entre otras.
cráticos (1981 y 1984), Lectura de Foucault
(1983 y 1986), El hombre como argumento M O S E S E F A R D Í - > Véase A LFO N SO , Pero [o
(1987), El camino de Santiago (1987) y Deseo PEDRO],
de ser piel roja (1994), galardonado con el Pre­
mio Anagrama. M O S Q U E R A D E F I G U E R O A , C r i s t ó b a l (Sevilla,
1547-Écija, Sevilla, 1610)
M O R I L L A S , E s t h e r (Jaén, 1968) Tratadista. De origen converso, estudió Humani­
Poetisa. Se trata de una escritora en la que la rea­ dades con Mal Lara* y Leyes en las universida­
lidad exterior, el mundo, convive con la interior, des de Salamanca y Osuna. Corregidor de Utrera
la conciencia, la meditación y el sentimiento. De y del Puerto de Santa María, del que fue también
tal suerte, sus versos, con una música tradicio­ capitán jgeneral, desempeñó el cargo de corregi­
nalmente lírica, si bien usa de la prosa poética, a dor de Ecija. Participó en las expediciones a las
la que en general tiene una clara tendencia, ob­ Azores y a las Terceras. Admirado por Juan de la
servan lo cotidiano, y entresacan imágenes que Cueva*, Baltasar del Alcázar* y Cervantes*, fue
nombran el tiempo, su paso ineludible. Es autora amigo de Fernando de Herrera*, para quien es­
de los poemarios A lgunas ciudades (1994), que cribió el prólogo de su Relación de la guerra de
reunía poemas en prosa, y Mujeres (2001). Chipre y suceso de la batalla naval de Lepanto
(1572), y en cuyas Anotaciones (1580) Herrera
M O R I L L Ó N , R u f i n o F é l i x (Mérida, Cáceres, incluyó los versos de su amigo Mosquera, for­
1929) mados por un Prólogo en versos sueltos a la Tra­
Poeta. En su poesía, de corte machadiano, el re­ gicomedia de santa Catarina, del padre Avila,
cuerdo es la esencia del verso en poesías que odas a imitación de fray Luis de León*, elegías,
desde el silencio y el asombro cotidiano tratan sonetos, canciones, villancicos en octosílabos,
de explicar las emociones de la existencia. Des­ una epístola y parte de unos tercetos sobre Eros
tacan poem arios como: Tarde cerrada, Creste­ y Anteros. Fue autor de un Comentario en breve
ría de la sal, Consum ación del tiempo, P ár­ compendio de Disciplina militar (1583).
pado de espumas, Reloj de arena y M emoria de
la luz (1998). M O S T A Z A , B a r t o l o m é (Santa Colomba de Sa-
nabria, Zamora, 1907-Madrid, 1982)
M O R IS C A , n o v e la Véase NOVELA MORISCA. Poeta y ensayista. Licenciado en Filología Clá­
sica, en Filosofía y en Derecho por la Universi­
M O R Ó N , E n r i q u e (Cádiar, Granada, 1942) dad de Salamanca, fue subdirector del diario Ya
Poeta y dramaturgo. Autor de una poesía de pro­ y profesor en la Escuela Oficial de Periodismo.
fundo carácter meditativo y una de las voces so­ Desde muy joven colaboró en numerosas publi­
bresalientes de la poesía española de los años se­ caciones, entre ellas Cuadernos Hispanoameri­
tenta. Destacan poemarios como Paisaje del amor canos, con artículos de crítica literaria, y con
y el desvelo (1970), Odas numerales (1972), Tem­ poemas en Escorial y Poesía Española. Además
plo (1977), Bestiario (1979), Cantos adversos de algunos ensayos, entre los que hay que seña­
(1985), Crónica del viento (1988), Poesía 1970- lar su incompleta Panorámica de la poesía espa­
1988 (1988), Despojos (1990), La brisa de no­ ñola en castellano, obra en la que estudió desde
viembre (1995), Veredas (1995), Otoñal égloga las jarchas* hasta el siglo xx, destacan dos de sus
MOSTEIRO 642

poemarios: Búsqueda (1949) y La vida en vilo tre tu vida y mi sueño (1934), Pliegos de cordel
(1952). Entre los diferentes reconocimientos a su (1936), Vuelo y firm eza (1936), Cantando entre
obra destaca el Premio Nacional de Periodismo, cielo y sangre (1941), Temblor (1941), Apenas
que le fue concedido en dos ocasiones. esto (Antología 1934-1959) (1959), Rodando en
tu silencio (1964), Los villancicos de mi catedral
M O S T E I R O , C a r l o s (Xeve, Pontevedra, 1955) (1967) y Cuenca en volandas (1967). Es autor,
Narrador en lengua gallega. Es autor de la novela además, de diversos ensayos, entre los que des­
Manual de instrucciones para querer a Irene taca Sorpresa de España (1962), de los libros in­
(2001), con la que obtuvo el Premio Abril de Na­ fantiles en prosa El niño que tenía un vidrio
rrativa Juvenil y en la que aborda la entrada de verde (1962) y Bertolín, uno, dos, tres (1962),
una niña en la adolescencia mezclando elemen­ con el que obtuvo el Premio Lazarillo.
tos de magia y un juego entre el narrador y sus
personajes, a través del cual se suaviza la carga M Ú G I C A , D a n i e l (San Sebastián, 1967)
dramática del libro. Otras obras son: A segunda Novelista. Hijo de Enrique Múgica, ministro en
hora da tarde (1994) y O día que M iguel Indu- uno de los gobiernos del PSOE y actual Defen­
ráin pasou por Gonderande (1999). sor del Pueblo, ha colaborado en diferentes pu­
blicaciones, entre ellas el diario El País. Hasta la
M O T O L IN ÍA Véase BENAVENTE, Tóribio de. fecha ha editado algunas novelas, pretendida­
mente intimistas y afínes a la estética del rock de
M O Y A , M a n u e l (Fuenteheridos, Huelva, 1960) los narradores más jóvenes, como sería el caso
Poeta y narrador. Director de la revista Sin em­ de Ray Loriga*. Con un lenguaje de pretendidas
bargo e incluido en diferentes antologías, es au­ reflexiones morales, lo cierto es que aborda una
tor de los poemarios: La noche extranjera galería de personajes monótona literaria y huma­
(1994), Las horas expropiadas (1995), Las islas namente, en cuyas peripecias apenas se encuen­
sumergidas (1997), La posesión del humo tra algún despunte de análisis social o psicoló­
(1997), con el que obtuvo el Premio Ciudad de gico, de una introspección que es, sin duda, su
Córdoba, Salario (1998) y la antología H abita­ objetivo final, aunque no logra adentrarse en las
ción con islas (1999). Hay que mencionar su no­ experiencias existenciales. Además de la obra di­
vela Regreso al tigre (2000). rigida a un público juvenil La senda de los ele­
fantes (1995), hay que mencionar sus novelas En
M O Y A V A L L E , A n t o n i o - P r o m e t e o (Montiel, Ciu­ los hilos del títere (1988), Uno se vuelve loco
dad Real, 1949) (1989), galardonada con el Premio Ateneo de Se­
Narrador. Licenciado en Geografía e Historia por villa, La ciudad de abajo (1996), Corazón negro
la Universidad de Valencia, en la actualidad tra­ (1998) y Mala saña (2000).
baja como traductor. En su narrativa aborda tanto
las cuestiones sociales como el análisis psicoló­ M Ú G I C A , R a f a e l — > Véase CELAYA, Gabriel.
gico. Destacan el libro de relatos Retrato del fa s ­
cista adolescente (1975) y las novelas De la di­ M U L D E R P IE R L U I S I D E D A U N E R , E l i s a b e t h (Bar­
vina proporción (1981), Ópera ibérica (1983), celona, 1904-1987)
La loba (1985) y Asesinos en la ciudad ideal. Poetisa y narradora. De padre holandés y madre
Una historia de autómatas (1986). sudamericana, comenzó escribiendo poesía, si
bien, con el paso del tiempo, consiguió un
M U E L A S , F e d e r i c o (Cuenca, 1910-1974) puesto, aunque menor, en el mundo de la narra­
Poeta. Licenciado en Derecho, Farmacia y Cien­ tiva. Con gran calidad técnica, aunque sin renun­
cias Naturales, dirigió diversas publicaciones, ciar a la sencillez, se ocupó, principalmente, de
fundó la revista literaria El Bergantín y colaboró analizar la psicología de personajes femeninos.
en otras como La Gaceta Literaria, Escorial y Deben destacarse, además de poem arios como
Vértice. Fundador, asimismo, del grupo de teatro Embrujamiento (1927), Sinfonía en rojo (1929),
de guiñol La Cometa, con el que recorrió nume­ La hora emocionada (1931), La canción crista­
rosos pueblos de España, fue redactor de Radio lina (1940) y Poemas mediterráneos (1949) los
Nacional y cronista oficial de su ciudad natal. libros de relatos Una china en la casa y otras his­
Como poeta, inicialmente neopopularista, con el torias (1941), Los cuentos del viejo reloj (1941)
tiempo avanzó hacia una poesía humanista, a ve­ y En este mundo (1945) y las novelas La historia
ces religiosa, en la línea de Luis Rosales*, una de Java (1935), Crepúsculo de una ninfa (1942),
poesía en la que se combinan los metros clásicos Las hogueras de otoño (1945), Alba Grey
con el verso libre, ambos manejados con igual (1947), Eran cuatro (1954), Luna de m áscaras
destreza. Premio Nacional de Poesía, destacan (1958) y Las noches del Gato Verde (1963), en­
sus poemarios Aurora de voces altas (1934), En­ tre otras muchas.
643 MUNTANER

M U N Á R R I Z , J e s ú s (San Sebastián, 1940) del Traité des beaux-arts réduits á un seul prin­
Poeta y editor. Licenciado en Filología Alemana, cipe (1746), del filósofo y literato francés Char­
es director de la prestigiosa Editorial Hiperión y les Batteux.
tenido por uno de los representantes de la vario­
pinta generación de 1970, a la que pertenecerían M U N IB E E ID IÁ Q U E Z , F r a n c is c o J a v i e r M a r í a
otros autores como Martínez Sarrión*, José M a­ d e (Azcoitia, Guipúzcoa, 1729-1785)
ría Álvarez* o Luis Antonio de Villena*, aunque Autor teatral y crítico. Conde de Peñaflorida, tí­
mucho más próximo, en cambio, a concepciones tulo por el que fue más célebre, y tío del famoso
poéticas como las de Angel González* o a las Samaniego*, fundó y dirigió la Real Sociedad
más comprometidas de un Blas de Otero* o Ga­ Patriótica Vascongada de Amigos del País y el
briel Celaya* que a las representantes del arte Seminario de Vergara. Típico ilustrado, escribió
por el arte predominantes entre los poetas de su piezas teatrales, entre ellas la ópera cómica El
generación. En aquellos primeros años setenta, borracho burlado y el sainete El carnaval, y dos
en los que predominaban las corrientes neovan- obras ensayísticas: Los aldeanos críticos (1758)
guardistas, Munárriz se decantó por una estética y Observaciones sobre la poesía vascongada,
arriesgada y a contracorriente, con mucho de an- hoy perdida.
ticipatoria, que terminaría abriendo las puertas a
lo que después se denominó poesía de la expe­ M U N T A D A S J O R N E T , J u a n F e d e r i c o (Barcelona,
riencia*. En su poesía, irónica, a veces cáustica, 1826-Monasterio de Piedra, Zaragoza,
tierna, irreverente y lúdica, confluyen el eco de 1912)
los alardes técnicos de la vanguardia más esteti- Novelista. Autor romántico (véase ROMANTI­
cista con las preocupaciones civiles, dando ori­ CISMO), destaca su novela de corte picaresco Gil
gen a poemas breves, de expresión sencilla, so­ Pérez de Marchamalo (1866; 2 vols.), si bien es
bria, directa, y contundentes de contenido, acaso autor de dramas históricos como Una lección de
conceptuales, en los que un fino sentido del hu­ corte, La última noche de Camoens, Boadicea y
mor lo salva de cualquier declamación panfleta- Deudas pagadas, entre otros.
ria o del más mínimo delirio profético. Una poe­
sía, en fin, en la que se aprecia una mirada crítica M U N T A N E R , R a m ó n (Peralada, Gerona, 1265-
del mundo por la que fluye una moral basada en Ibiza, 1336)
la solidaridad y con un sentido radical, también Cronista. Gran militar, intervino en las campañas
estéticamente, de la libertad, que no renuncia al mediterráneas con motivo de la expansión arago­
lirism o ni a las m editaciones sobre la relación nesa. Pertenecía a una familia acomodada y, con
amorosa o la propia experiencia cultural. Desta­ tan solo diez años, entró a formar parte del sé­
can sus poemarios Viajes y estancias (1975), quito del rey Pedro el Grande. Enrolado en 1285
Cuarentena (1977), Esos tus ojos (1981), Ca­ con Roger de Lauria, participó en la conquista de
mino de la voz (1988), Otros labios me sueñan Menorca entre 1286 y 1287 y en el sitio de Mes-
(1992), De lo real y su análisis (1994) y Cora­ sina en 1301. Fue capitán y gestor de intendencia
zón independiente (1998), a los que hay que aña­ con los almogávares de Roger de Flor, y, aunque
dir Viento fresco (2000), poemario en gran me­ solicitó ya en 1309 ser reintegrado a Valencia,
dida de corte burlesco que, por diversas razones, hasta 1325 no se convertiría en jurado de la ciu­
había permanecido inédito desde los años setenta dad. Considerado el mejor historiógrafo catalán
en que fue escrito y en el que se aprecian influen­ de la Edad Media, su obra capital es la Crónica
cias rupturistas, claramente experimentales e in­ — de título completo Crónica o descripció deis
novadoras del postismo*, la antología Peaje fets e hazanyes del inclyt rey don Jaume Primer,
para el alba (antología 1972-2000) (2000), rea­ rey d ’Aragó, de Mallorques e de Valencia— , que
lizada por Á ngela Vallvey*, y Artes y oficios comenzara a redactar en ese mismo año de 1325
(2002). Es, asimismo, destacado traductor de y en la que recoge los hechos de los que había
obras de Rilke, Hólderlin o Celan, entre otros au­ sido protagonista, como sucede con L ’expedició
tores, así como autor del poem ario para niños deis catalans a Orient. Impresa por vez primera
Disparatarlo (2001), en el que usa como punto en Valencia en 1558, historiográficam ente re­
de referencia cuentos infantiles clásicos. sulta novedosa al estar narrada en primera per­
sona, y no como otras crónicas que emplean
M U N Á R R I Z , J o s é L u is (siglos xvm yxix) complicados recursos retóricos; en estilo di­
Poeta y traductor. Académ ico de Bellas Artes, recto, de forma amena y con numerosos detalles
publicó sus versos en diversos periódicos y es p intorescos, se nos cuentan, en sus doscientos
conocido por su traducción de las Lecciones so­ noventa y ocho capítulos, los sucesos acaecidos
bre retórica y B ellas Letras (1798-1799), de entre los reinados de Jaime I el Conquistador y
H. Blair, que estaba en la misma línea clasicista Alfonso el Benigno. La intención de Muntaner
MUÑIZ 644

fue que su obra sirviese de pauta a los futuros los diversos problemas a los que se enfrentan. En
reyes de la Corona de Aragón. Pese a las exage­ la misma línea de denuncia social está su novela
raciones en favor de los catalanes, sus datos son La huelga (1968), galardonada con el Premio
aún hoy empleados por los especialistas en Elisenda de Monteada, en la cual el estilo carac­
aquella época, y hay que recordar que, a lo largo terístico del autor, a base de frases cortas, se ve
del siglo xix, gozó de un éxito extraordinario ahora modulado por fragmentos de prosa poética
que supuso la publicación de varias ediciones y que sirven de soporte a extensos monólogos in­
estudios críticos. teriores. Es autor, asimismo, de obras dedicadas
a su ciudad natal, tales como: Gijón y los gijone-
M U Ñ I Z , C a r l o s (Madrid, 1927) ses, Los fantasmas de Marola o el libro de sone­
Dramaturgo. A bogado y funcionario de H a­ tos Primera penumbra, a los que hay que añadir
cienda, fue autor de algunos guiones para pro­ el ensayo histórico Orellana, el tuerto del Ama­
gramas dramáticos de TVE — entre ellos los de zonas (1998).
la serie Visto para sentencia— , así como de al­
gunas piezas teatrales infantiles. En su teatro, de M U Ñ I Z M A R T Í N , Ó s c a r (Barcelona, 1930-1997)
índole crítico-social, se da una curiosa combina­ Novelista. A bogado de profesión, fue autor de
ción entre los modos de la farsa, el esperpento, numerosas novelas, de entre las que deben men­
el teatro del absurdo europeo y un realismo de cionarse El coronel (1968), El ladrido (1969), El
carácter expresionista, consiguiendo así un tono juego del diablo (1970), galardonada con el Pre­
ajustado a la constante denuncia de las desigual­ mio Ciudad de Oviedo, El verano de la dinamita
dades sociales y de la deshumanización del in­ (1974), Con la piel cosida (1974), con la que ob­
dividuo que practica en sus obras, muy en lá lí­ tuvo el Premio Ateneo de Valladolid, y La verda­
nea de los espacios am bientales sugeridos por dera historia de la Isla del Tesoro (1985). Fue
Kafka. Destacan títulos como Telarañas (1955), autor, asimismo, de diversos ensayos, entre ellos
En silencio (1956), El grillo (1957), con la que Asturias en la Guerra Civil (1976) y El Consejo
obtuviera el Premio del Teatro Nacional de Cá­ de Asturias y León (1978).
mara y Ensayo, Ruinas (1958), El precio de los
sueños (1958), galardonada con el Premio Car­ M U Ñ I Z R O M E R O , C a r l o s (Rosal de la Frontera,
los Arniches, El guiñol de don Julio (1960), El Huelva, 1930)
tintero (1961) — quizá su mejor obra y en la Narrador. Sacerdote jesuíta y licenciado en Fi­
que, de m anera más clara, se m anifiestan los losofía y Letras, fue colaborador de publicacio­
ecos kafkianos— , La pirámide (1962), El caba­ nes como El Correo de A ndalucía, Ideal y Re­
llo del caballero (1965), Un solo de saxofón seña, entre otras, en las que destacó como crítico
(1965), Las viejas difíciles (1966), Miserere por con diversos trabajos importantes sobre Buero
un medio fraile (1969) y Tragicomedia del sere­ Vallejo* y León Felipe*. Como novelista, perte­
nísimo príncipe don Carlos (1971). Ha adap­ nece al grupo renovador andaluz, fuertemente
tado, además, obras de Pérez Galdós*, Baroja* crítico y al que se conoció como los «narralu-
y Cervantes*. ces», en el que se incluye a un autor como José
Nogales*. Se trata de un escritor con un registro
M U Ñ I Z , M a u r o (Gijón, Asturias, 1931) ácido y humorístico claro, de estilo rico y minu­
Narrador. Licenciado en Ciencias de la Informa­ cioso, profundo conocedor de Andalucía, que es
ción por la Universidad Complutense de Madrid, sin duda el centro de su narrativa, hecha de una
en su labor periodística destacó como redactor sabia combinación de tragedia y humor. Desta­
jefe de publicaciones como El Comercio, El Es­ can sus novelas El llanto de los buitres (1971),
pañol, La Actualidad Española y Gaceta Ilus­ finalista del Premio Ateneo de Sevilla, y Los ca­
trada, así como por su actividad como guionista balleros del hacha (1972), Premio Ángel Gani-
y director de los servicios informativos de Tele­ vet, a las que hay que añadir, entre otros, libros
visión Española. Todo ello le supuso la conce­ de relatos como Relatos andaluces (1973), Ab-
sión del prestigioso Premio Víctor de la Serna, derramán aupado a un dromedario y otros rela­
concedido por la Asociación de la Prensa de Ma­ tos cordobeses (1982) y El sacamuelas en el dol­
drid. Entre sus obras, de corte crítico-realista, men y otros relatos p or Huelva (1985). Además
aunque sin renunciar a ciertas ligerezas senti­ del poemario Cachorro muerto (1974), debe re­
m entales al hablar de asuntos relacionados con cordarse su ensayo Seis poetas granadinos p os­
su tierra asturiana, destacan los relatos de La teriores a García Lorca (1973).
paga (1963), libro por el que obtuvo el Premio
Sésamo y en cuyos dieciséis relatos evita todo M U Ñ Ó N , S a n c h o (?-?, d. de 1601)
tipo de m ensaje directo, lim itándose a m ostrar Novelista. Profesor en la Universidad de Sala­
las reacciones de diversos personajes pobres ante manca y continuador del ciclo de las Celestinas
645 MUÑOZ

de Feliciano de Silva* y Gómez de Toledo*, es M aestlin, Thomas Digges y Thaddaeus Hage-


célebre por su Tragicomedia de Lisandro y Rose- cius, es uno de los textos más precisos sobre di­
lia (Salamanca, 1542), al parecer de la crítica la cho tema.
mejor de todas ellas.
M U Ñ O Z , J o s é L u is (Salamanca, 1951)
M U Ñ O Z , A d o l f o (León, 1964) Novelista. Autor principalmente de novelas de
Narrador. Debutó en la literatura con la novela género, negro, erótico, terror, etc., que poco a
Tengo palabras de fuego (1998), de carácter his­ poco ha ido conduciendo su literatura a territo­
tórico, truculenta y de intriga, centrada en la rios en los que, con ironía y cierta crudeza, ha ido
corte de Felipe IV. Muy bien recibida por la crí­ elaborando una crítica de la sociedad. Destacan
tica, M uñoz se sirve de un periodo del pasado títulos como El cadáver bajo el jardín (1986),
para plantearse interrogantes éticos y narrativos con la que obtuvo el Premio Tigre Juan, Barce­
así como problem as de la naturaleza humana lona, negra (1986), Serás gaviota (1988), El ba­
que sirven como metáforas del mundo contem ­ rroco (1988), La casa del sueño (1989), La lan­
poráneo. zadora de cuchillos (1989), Pubis de vello rojo
(1990) y Lifting (2000), con la que obtuvo el Pre­
M U Ñ O Z , A n to n io (siglo xviii?) mio Café Gijón y en la que se produjo un giro en
Narrador. Autor de relatos de corte costumbrista, su narrativa al abordar el análisis de las familias
precursores de la narrativa española del siglo que surgieron de la generación del 68.
XVIII. Destacan M orir viviendo en la aldea y vi­
vir muriendo en la corte (1737) y Aventuras en M U Ñ O Z , Jo sé M anuel
verso y prosa del insigne poeta y su discreto Narrador. Autor que se ha demostrado maestro
compañero (1739). en el ensamblaje de la trama narrativa, usa la in­
triga detectivesca para plantear problemas gene­
M U Ñ O Z , I s a a c (Granada, 1885-Madrid, 1924) racionales y la búsqueda de la identidad social, e
Novelista. Estudió en las universidades de Argel individual, de las gentes de su edad. Debutó con
y de El Cairo y, aunque escribió versos, como la novela Derramaplaceres (1999).
novelista, género en el que destaca, pertenece de
lleno, como consecuencia de la exuberancia ver­ M U Ñ O Z , J u a n B a u t i s t a (Valencia, 1745-1799)
bal, el sensualismo, la espiritualidad esteticista y Historiador. Dominico y académico de la Histo­
el exotismo temático y de los escenarios del de­ ria, es autor detallista y documentado de una His­
cadentismo de fin de siglo. Deben recordarse sus toria del Nuevo Mundo (1793) en la que se cuen­
novelas Vida (1904), Voluptuosidad (1905), M o­ tan los hechos de la conquista hasta 1500.
rena y trágica (1908; reed., 1999), La fiesta de
la sangre (1909), Alma infanzona (1910), Los M U Ñ O Z , L u is (Granada, 1966)
ojos de A starté (1911), Ambigua y cruel. Novela Poeta. Licenciado en Filología Española y Filo­
siria (1912) y Esmeralda de Oriente. Novela ma- logía Románica por la Universidad de Granada,
grebí (1914). es director de la revista Hélice. Muy ligado a las
corrientes simbolistas que han surcado la poesía
M U Ñ O Z , J e r ó n i m o (Valencia, h. 1520-Sala- a lo largo del siglo xx, así como a la corriente
manca, h. 1591) poética que viene en los últimos años de Gra­
Tratadista. Graduado de bachiller y maestro en nada, e influido por la necesidad de cambio for­
Artes por la Universidad de Valencia, fue cate­ mal llevada a cabo por un poeta como Luis Cer-
drático de hebreo en la Universidad de Ancona y nuda* o por los haceres expresivos de un Gil de
en la de Valencia, y se encargó, en 1565, de la cá­ Biedma*, ha sometido a su escritura a hondos
tedra de Matemáticas en el Estudio General va­ ejercicios de coloquialismo con los que ha que­
lenciano. Es en 1578 cuando se convierte en ca­ rido flexibilizar los rigores de la imagen. De tal
tedrático de A strología de la U niversidad de suerte, y aunque muchos críticos lo consideran
Salamanca. Destacadísimo hebraísta, geógrafo, uno más de los poetas realistas a quienes se puede
astrólogo, astrónomo y matemático, fue un gran incluir en el elenco de la poesía de la experien­
conocedor de las lenguas clásicas, partidario de cia*, o de «la nueva sentimentalidad», hay que
Platón y Demócrito frente a Aristóteles y ejem­ añadir un matiz importante: que su poesía busca
plo máximo del espíritu cientifista del Renaci­ obsesivamente adentrarse en ese territorio com­
miento. Aunque dejó numerosas obras inéditas, plejo y oscuro que se sitúa entre la lírica más bru­
deben destacarse otras como Aritmética (1566) y mosa y simbólica y la precisión del coloquia­
el Libro del nuevo cometa (1573), sobre la «su­ lismo que nombra la realidad de los hechos, las
perno va» y que, junto a los trabajos de Tycho tensiones, esenciales en sus versos, entre el amor
Brahe — quien comentó los escritos de Muñoz— , y el tiempo. La ambigüedad de sus versos entre
MUÑOZ 646

vaguedad y precisión, entre nombre y sugerencia, de sus ensayos, Modos y afectos del fragm ento
huye de la retórica banal tanto como de la narrati- (1998), en el cual se ocupa de diferentes autores,
vidad anecdótica de tanta poesía joven y recurre entre ellos María Manent*, de los diarios de Gil
en numerosas ocasiones a la épica, lo que da lugar de Biedma* o de Trapiello*, así como de G ui­
a una poesía combativa y culta a un tiempo, con llermo Carnero*, entre otros, a través de un es­
ecos modernistas, pero en todo caso y siempre de pléndido estilo literario, basado en la erudición y
una modernidad acuciante. Sea como fuere, de la amenidad, sin excluir el esteticismo de la pro­
Gil de Biedma ha aprendido la tendencia a la bre­ pia narración y la brillantez de la exposición. Sin
vedad coloquial, a la concisión, al verso casi duda uno de los actuales ensayistas que hacen
siempre blanco, algo que Muñoz ha ido acen­ con el ensayo literatura.
tuando a medida que ha ido publicando, ello en
una tendencia cerebral que busca el conflicto en M U Ñ O Z M O L I N A , A n t o n i o (Úbeda, Jaén, 1956)
los contrarios. Una poesía, en fin, que como ha Novelista. Estudió Periodismo en Madrid y se li­
señalado Luis Antonio de Villena*, «busca, desde cenció en Historia del Arte en la Universidad de
el realismo*, otra poesía indagadora, misteriosa y Granada. Miembro desde 1995 de la Real A ca­
lúcida, sin distingos». Destacan sus poemarios demia Española, está considerado uno de los más
Calle del mar (1987), Septiembre (1991), con el relevantes escritores españoles de los últimos
que quedó finalista del Premio Hiperión, Manza­ años. Colabora en diversas publicaciones y, con
nas amarillas (1995), El apetito (1998) y Corres­ regularidad, en el diario El País. En sus obras,
pondencias (2001), galardonado con el Premio escritas con gran maestría técnica, sin llegar a ser
Jaime Gil de Biedma y a los que hay que añadir militante, sí se deja ver un profundo com pro­
una Pequeña antología poética (2001). miso político, preocupado seriamente por la con­
servación de la memoria histórica, sobre todo en
M U Ñ O Z , T it o (Barcelona, 1956) aquello que se refiere a los años del franquismo,
Poeta. Publicitario de profesión y autor de letras aunque sin dejarse llevar por la literatura social.
de rock and roll. Con tan solo dos poemarios, Si­ Muy al contrario, en sus tramas tienen extraordi­
renas en conserva (1996) y Metralla (1999), este naria importancia, cuando no prioridad absoluta,
poeta catalán se ha adentrado en un mundo de el mundo de los sentimientos y las emociones ín­
nostalgias en donde la infancia y la adolescencia timas de sus protagonistas: el amor, el deseo, el
se presentan de manera clara y concjsa, sin retó­ miedo al tiempo, el desgaste de las relaciones, la
ricas, construyendo un mundo poético en el que cobardía, la duda, etc., todo ello como argamasa
predomina un lenguaje directo, acaso con algún de unos argumentos en los que el peso de la rea­
apunte o filigrana surrealista que no renuncia a lidad histórica marca las identidades de los indi­
la ironía, y con un apego a la realidad que bien viduos. En sus páginas se aprecia una visión me­
podría permitir que se le inscriba en la apretada lancólica del mundo, siempre paralela a una
lista de la poesía de la experiencia*. alegría profunda de vivir, una dicha serena a par­
tir de la cual se desarrolla un profundo y compro­
M U Ñ O Z A R C O N A D A , C é s a r - > Véase ARCO- metido sentido civil de la sociedad, fuertemente
NADA, César [Muñoz], ético y defensor de la condición individual y so­
cial del hombre. Con influencia de autores como
M U Ñ O Z D E B U E N D Í A , M a r í a L u i s a (Huelva, Faulkner y Juan Carlos Onetti, en algunas de sus
1898) novelas la acción se refiere a, o transcurre en,
Poetisa y novelista. Esposa de Rogelio Buendía* Mágina, ciudad ficticia que podría ser su Úbeda
y colaboradora de numerosas publicaciones, es­ natal y que, en la línea de otras célebres inven­
cribió cuentos para niños, si bien destacan sus ciones literarias — la Macondo de G arcía M ár­
poemarios Bosque sin salida (1934), prologado quez, la Santa M aría de Onetti o la Región de
Juan Ramón Jiménez*, Lluvia en verano (1967) Juan Benet*, por citar solo algunos ejemplos— ,
y La princesita de la sal (1967), formado por sirve de entorno para que unos personajes per­
versos infantiles. Fue autora de novelas sin inte­ fectamente trazados, nunca arquetípicos, y siem­
rés literario como Toros y palomas, Tres días de pre humanos en sus contradicciones se enfrenten
amor y El amor no pide permiso, entre otras. a las circunstancias socio-históricas generadas
por la dictadura. El lenguaje empleado por M u­
M U Ñ O Z D Í A Z , E u g e n i o —» Véase NOEL, Eugenio. ñoz Molina es de gran precisión, léxicamente
muy rico e insertado siempre en una sintaxis no
M U Ñ O Z M I L L A N E S , J o s é (Cáceres, 1951) exenta de complicaciones. Es, sin duda, uno de
Ensayista. Crítico literario, traductor y profesor los autores centrales en lo que a la novela con­
de Literatura Comparada, su presencia en este temporánea se refiere, y así viene destacándolo
diccionario se justifica por la publicación de uno la crítica desde sus primeras obras.
647 MUÑOZ QUIRÓS

Ha publicado las novelas Beatus lile (1986), que randa (1904) y Lucha de humos (1912), a los que
fue Premio ícaro, El invierno en Lisboa (1987), hay que añadir los de los libros de cuentos Colo­
con la que obtuvo los Premios Nacional de Lite­ rín colorado (1908) y De guante blanco (1916).
ratura y de la Crítica, Beltenebros (1989), llevada Sus poemarios son Menudencias épicas (1897) y
al cine por Pilar Miró, El jin ete polaco (1991; Romancero del Niño de Nazaret, bastante vulga­
reed., revisada, 2002), galardonada con los Pre­ res, como los versos que aparecen intercalados
mios Planeta y, de nuevo, Nacional de Literatura, en otra novela suya: Juegos florales.
Los misterios de M adrid (1992), publicada por
entregas en El País y en la que se cuentan, a M U Ñ O Z P U E L L E S , V i c e n t e ( Valencia, 1948)
modo de parodia del folletín*, las peripecias en Novelista. Licenciado en Ciencias Biológicas, es
M adrid de Lorencito Quesada, cronista de Má- profesor de Biología en la Universidad de Valen­
gina en El jin ete polaco, El dueño del secreto cia. Autor de peculiar trayectoria, en la que ca­
(1994), Plenilunio (1997), La colina de los sa­ ben desde la literatura erótica hasta la biografía o
crificios (1998), novela corta, casi un relato, pu­ la literatura infantil. En sus obras suele retomar,
blicada en un volumen único, Carlota Fainberg sin delimitar los espacios de la ficción y la reali­
(1999), En ausencia de Blanca (2001) y Sefarad dad, a figuras que existieron, y recrea con ellas
(2001), novela ambiciosa en la que se imbrican historias fantásticas en cuya verosimilitud está la
su biografía personal, reflexiones sobre la cons­ característica esencial de su literatura, una vero­
trucción misma de la novela y diferentes histo­ sim ilitud que trata de lograr a base de precisio­
rias a fin de abordar problem as como el de la nes antropológicas o históricas de toda índole.
identidad, la exclusión, las fronteras o el exilio, Ha escrito también, con dedicación y seriedad,
con una fuerte presencia de realidad, con autores pues lo considera un terreno respetable y esen­
como Kafka, Primo Levi o Walter Benjamín, en­ cial de la literatura, libros para niños. Ha publi­
tre otros, que se mueven por las páginas de la fic­ cado, además de un volumen de entrevistas con
ción en episodios reales de sus vidas. Es autor, el director de cine Luis García Berlanga, Infier­
además, de unas memorias de su estancia en la nos eróticos (1995), que reúne fotografías e ilus­
mili, Ardor guerrero (1995), así como de los vo­ traciones de la colección erótica privada de Ber­
lúmenes de cuentos Las otras vidas (1988) y langa, las novelas Anacaona (1980), con la que
Nada del otro mundo (1993), de libros que reco­ obtuvo el Premio Sonrisa Vertical de literatura
gen sus muchas colaboraciones periodísticas, El erótica, Amor burgués (1982), Campos de Marte
Robinson urbano (1984; reed., 1993), Diario del (1985), Tierra de humo (1986), galardonada con
N autilus (1985; reed., 2002), Escrito en un ins­ el Premio de la Crítica de la Comunidad Valen­
tante (1997), en el que se reúnen textos breves ciana, La noche de los tiempos (1987), Premio
aparecidos en prensa y leídos en radio, Pura ale­ Ciudad de Valencia, Sombras paralelas (1989),
gría (1998), textos periodísticos sobre literatura, El último manuscrito de Hernando Colón
y una recopilación de artículos aparecidos en El (1992), Huellas en la nieve (1993), La ciudad en
País Semanal titulada La vida p o r delante llamas (1993), La emperatriz Eugenia en Zulu-
(2002). Hay que m encionar ensayos como Cór­ landia (1994), con la que obtuvo el Premio Azo-
doba de los Omeyas (1991) y La verdad de la fic ­ rín y el de la Crítica Valenciana, La curvatura del
ción (1993), en el que reunió las conferencias so­ empeine (1996), de carácter erótico, El tigre de
bre su propia literatura que, en enero de 1991, Tasmania (1998) y Las desventuras de un escri­
dictara en la Fundación Juan March de Madrid. tor en provincias (2003). En 1999 obtuvo el Pre­
Una obra curiosa es la que, en 1993, publicó con mio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con
el fotógrafo Ricardo Martín: Sostener la mirada. el cuento Óscar y el león de correos. Es autor,
Imágenes de La Alpujarra, donde analiza los ti­ asimismo, de las biografías Yo, Colón (1992) y
pos recogidos por la cámara de su compañero de El cráneo de Goya (1997).
edición.
M U Ñ O Z Q U I R Ó S , J o s é M a r í a (Ávila, 1957)
M U Ñ O Z P A B Ó N , J u a n F ra n c is c o (Hinojos, Poeta. Catedrático de Lengua y Literatura. En su
Huelva, 1866-Sevilla, 1920) poesía, la realidad se presenta a través de la me­
Poeta y novelista. Canónigo en Sevilla y colabo­ moria, de una suma de instantes vividos que con­
rador en publicaciones como El Universo, El Co­ figura el presente, pues cada elemento del mundo
rreo Español y El Debate, fue autor menor de solo existe en relación con los demás, y al tiempo
novelas costum bristas aderezadas por el colo­ por la destrucción que conlleva el tiempo, que
rismo andaluz, andalucismos a imitación del ha­ otorga la conciencia de la efímera permanencia
bla popular y ciertos toques de moralidad cris­ de las cosas. De tal suerte, la cosmovisión de
tiana. Deben recordarse títulos como Justa y Muñoz Quirós, amarga y honda, está constituida
Rufina (1901), La Millona (1902), Javier de M i­ por la unión de diferentes microcosmos, por la
648
MUÑOZ ROJAS

conjunción de luces y sombras, de claroscuros esto, y bastante más, es la poesía de Muñoz Ro­
que dibujan los perfiles de las emociones y las jas, una poesía que en los últimos años consti­
cosas. De entre sus poemarios destacan: Ternura tuye una suerte de memorias en las que repasa la
extraña (1983), Razón de luna (1984), La estan­ infancia, la juventud, la madurez. Destacan en su
cia (1986), Carpe Diem (1987), Naufragio y obra, corta y en gran medida inédita, poemarios
otras islas (1988), Ritual de los espejos (1990), como Versos del retorno (1929), Ardiente jinete
Rosa Rosae (1995), El sueño del guerrero (1931), Canciones (escritas entre 1933 y 1940),
(1995), Memorial (1995), la antología Quince Sonetos de amor por un autor indiferente (1942),
años no es nada (1997), Dibujo de la luz (1998), Abril en el alma (1942-1943), Cantos a Rosa
Ávila desde la noche (1999) y M aterial reser­ (1954; reed., 1999), poemario reeditado y au­
vado (2000), con el que obtuvo el Premio Jaime mentado con diecinueve nuevos poemas en
Gil de Biedma. 1999, Lugares del corazón (1962), Coplillas
(1966), Salmo (1970), Oscuridad adentro
M U Ñ O Z R O J A S , J o s é A n t o n i o (Antequera, Má­ (1980), la reunión de su Poesía (1989), Objetos
laga, 1909) perdidos (1997), con el que obtuvo el prestigioso
Poeta y narrador. Licenciado en Derecho por la Premio Nacional de Literatura en 1998, y Entre
Universidad Central de Madrid, estudió Litera­ otros olvidos (2001), que obtuvo el Premio de
tura Inglesa en Cambridge, en la misma univer­ Poesía Iberoamericana Reina Sofía en 2002. Es
sidad en la que sería lector de español, y fue se­ autor, asimismo, de obras narrativas como el vo­
cretario general del Banco Urquijo, en el que lumen m em orialístico Historias de fam ilia
dirigió la Sociedad de Estudios y Publicaciones. (1945; reed., 2000), las prosas poéticas de Las
Integrado en el clasicism o de la posguerra, cosas del campo (1953; reed., 1999), que gran
amigo de Altolaguirre*, Dámaso Alonso*, Vi­ parte de la crítica considera su obra maestra, Las
cente Aleixandre* y Bousoño* y participante, musarañas (1957; reed., 2002), que son unas
como jovencísim o miembro del grupo andaluz memorias de infancia de soberbia belleza, Cuen­
de la Generación del 27*, en las revistas Cruz y tos surrealistas (1974), que había sido escrito en
Raya y Mediodía, fundó y dirigió, en 1950, A los años treinta, Antequera, norte de mi plum a
quien conmigo va, con Alfonso Canales*. Puede (1977), Amigos y maestros (1992), que son sus
afirmarse como rasgo general que su poesía está memorias literarias, La gran m usaraña (1994),
en la línea de rehumanización cristiana practi­ casi doscientas páginas de recuerdos y estampas
cada por otros autores de la conocida como Ge­ de su propia vida en las que quedan claras sus
neración del 36*, como Luis Rosales*, Vivanco* fascinaciones literarias, entre ellas las que sintió
o Bergamín*, y en ella predominan asuntos por los poetas John Donne y T. S. Eliot, Dejado
como el paso del tiempo, la soledad y el re­ ir (Estancias y viajes) (1995), diario escrito entre
cuerdo. No obstante, la obra de Muñoz Rojas se los años cincuenta y setenta. Deben recordarse,
despliega como la sucesión de un crecimiento, asimismo, sus traducciones de los versos de
en el cual se entrevén las influencias de poetas Wordsworth. Es autor, además, de Ensayos an-
que vienen desde el Renacimiento*, tales como glo-andaluces (1996), en los que se ocupa de
Jorge Manrique*, san Juan de la Cruz*, Garci­ poesía inglesa y andaluza.
laso de la Vega* o Gutierre de Cetina*, hasta las
voces más contemporáneas, como las de un Una­ M U Ñ O Z S A N R O M Á N , J o s é (Camas, Sevilla,
muno*, un Antonio Machado* o Juan Ramón Ji­ 1876-?)
ménez*, sin olvidar cierta impronta surrealista Poeta. Director de El Liberal sevillano, se trata
en sus primeros poemarios. Se trata de una poe­ de un poeta de corte modernista, de tintes regio­
sía en la que la religión se presenta no con sim­ nales populares y registros poéticos que, en gran
plicidad, sino con los matices de la duda, una medida, bebe de los de Bécquer*. Además de las
duda que viene de la incertidumbre filosófica novelas Sequía (1908) y Mayo florido (1916), y
que proporcionan la m ística* y Pascal, dando de algunas piezas teatrales, destacan sus poema­
lugar a un intimismo trascendente, unido a una rios Barquillos de canela (1898), M ariposas
espiritualidad serena y concisa, que quizá consti­ (1901), Zarza florida (1907) y Del solar sevi­
tuyan los rasgos más reconocibles en sus versos, llano (1916).
de los que no está exento el desengaño. Pero,
además, en su poesía hay reflexión aforística, M U Ñ O Z S E C A , P e d r o (Puerto de Santa María,
capacidad para nombrar el instante, ecos de la Cádiz, 1881 -Madrid, 1936)
copla neopopularista, lenguaje conversacional, Autor teatral. Tras estudiar Derecho y Filosofía
sencillez a raudales para nombrar el amor, muy y Letras en la Universidad de Sevilla, se dedicó
garcilasiana, conceptism o*, canto a la belleza al teatro, género en el que llegaría a convertirse
natural, la iluminación de los sentidos...: todo en uno de los autores más exitosos del primer
649 MURCIANO

tercio del siglo XX. Su carrera literaria se vería M U R C I A N O , A n t o n i o (Arcos de la Frontera,


truncada al ser fusilado, a manos de los republi­ Cádiz, 1929)
canos, durante la Guerra Civil, y después de ha­ Poeta. Estudió la carrera de Comercio en Jerez
berse ganado, durante los años de la República, y Derecho en la Universidad de Sevilla y, con
los odios de ciertas facciones a causa de su tea­ su hermano Carlos Murciano* y otros poetas,
tro cargado de ironía y sátiras políticas. Si bien fundó la revista Alcaraván en 1949, que origi­
es cierto que su muerte fue utilizada por el naría una colección de libros con el mismo tí­
bando vencedor y que, por contra, ciertas sus­ tulo y un premio literario en 1953. Colaborador
ceptibilidades han m inim izado el valor de su de numerosas revistas, miembro de institucio­
teatro, el caso es que M uñoz Seca representa un nes culturales españolas y extranjeras y traduc­
hum orism o sin duda sim ple aunque no exento tor del portugués, italiano, inglés y árabe, su
de aciertos en lo que al manejo de la comicidad poesía, apaso como consecuencia de sus pro­
se refiere. C reador del «astracán», subgénero fundos conocimientos sobre el flamenco, se ve
teatral que surge del declive del género chico* marcada por las tradiciones del andalucismo y
y en el que predominan, en un afán de teatrali- por un colorismo y musicalidad impresionistas.
zación extrem a, las exageraciones de la reali­ D estacan los poem arios N avidad (1952), El
dad, el diálogo disparatado y las distorsiones de pueblo (1955), Am or a la palabra (1957), La
acciones y personajes con fines hum orísticos, semilla (1959), accésit del Premio Adonais, De
destacó como ágil e ingenioso versificador con la piedra a la estrella (1960), con el que obtuvo
cientos de obras. Algunas de ellas las escribió el Premio Ciudad de Santander, Los días ínti­
en colaboración con autores como Pérez Fer­ mos (1962), Perfil del cante (1965), galardo­
nández*, G arcía Á lvarez*, López de Haro* y nado con el Premio N acional de Poesía Fla­
Azorín*, entre otros. Destacan títulos como El menca, Canción mía (1966), Fe de vida (1968),
verdugo de Sevilla (1916), La venganza de don Premio Ciudad de Palma, Sur de llamas (1970),
M endo (1918), auténtica obra m aestra del hu­ Libro de horas (1975) y Concierto en m í
mor y parodia genial de los dramones históricos (1982). Es autor, asimismo, de una Antología de
en verso, La plum a verde (1922), Los extreme­ poetas de Arcos de la Frontera (1958) y de los
ños se tocan (1926), ¡Usted es Ortiz! (1927), El ensayos El Cid jurista (1955), Plaza de la m e­
clam or (1928), La oca (1931), Anacleto se di­ m oria (1967), por el que fue finalista del Pre­
vorcia (1932), El gran ciudadano (1935) y La mio Nacional de Literatura, Campo sur (1980)
plasmatoria (1935). y Jerez y su vendimia en la poesía española
contemporánea (1981). En colaboración con su
M U Q A F F A ', A b d a l l a h i b n a l - (?-?, 757) hermano Carlos ha escrito Los ángeles del vino
Célebre por ser el artífice de la traducción del (1954) y Corpus Christi (1961).
Kalila wa-Dimna del antiguo persa al árabe. A
raíz de dicha traducción se origina la importantí­ M U R C I A N O , C a r l o s (Arcos de la Frontera, Cá­
sima tradición de la fábula de Calila e Dimna*, diz, 1931)
motivo por el cual se justifica su inclusión en Poeta y crítico. Intendente M ercantil por la Es­
este diccionario. cuela Central Superior de Madrid, puesto que
abandonó para dedicarse exclusivamente a la li­
M U R A D O , M i g u e l - A n x o (Lugo, 1965) teratura, es miembro de las academias de Cien­
Narrador en lenguas gallega y española. Perio­ cias y Letras de Cádiz, Málaga, Córdoba y Valla­
dista de profesión, ha escrito guiones de cine y dolid. Hermano de Antonio Murciano*, con él
televisión y es autor de relatos de gran fuerza na­ fundó la revista Alcaraván en 1949, además de
rrativa, a menudo consecuencia de su experien­ colaborar en algunas de sus obras. Traductor, crí­
cia como reportero de guerra. Ganador del Pre­ tico musical y literario de prestigiosas revistas,
mio Café Gijón, destacan, entre sus muchos entre ellas La Estafeta Literaria, y colaborador
libros en sus dos lenguas, Ruido (1995), libro de en diversos diarios, como es el caso de ABC, su
relatos que fue el resultado de su experiencia poesía es de corte clasicista, como se aprecia en
como reportero en Yugoslavia y que mereció el poem arios como El alma repartida (1954),
Premio Arzobispo San Clemente, El silencio de Tiempo de ceniza (1961), Un día más o menos
los obuses (1997) y Mércores de cinza (1998). Es (1963), Desde la carne al alma (1963), Los años
autor, además, de poesía, caso de los poemarios y las sombras (1966), Libro de epitafios (1967),
Lapidario dos heterodoxos y Bestiario dos des­ Premio Boscán, Este claro silencio (1970), con
contentos (1985), de ensayos, como Aproxim a­ el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía,
ción a Luis Pimentel, y de algunas obras de tea­ Yerba y olvido (1977), galardonado con el Pre­
tro, entre las que hay que m encionar A grande mio González de Lama, Del tiempo y soledad
noite de Fiz e Historias peregrinas. (1978), Premio Francisco de Quevedo, Medita-
MURGUÍA 650

don e s en Socar (1982), Historias de otra edad rante la Guerra Civil fue secretaria de la Institu-
(1984), que fue Premio Leonor, La bufanda ama­ ció de les Lletres Catalanes. Se exilió en Fran­
rilla (1985), Quizá mis lentos ojos (1986), que cia primero, para pasar después a la República
obtuvo el Premio Ibn Zaydun y el Prometeo, De D ominicana, Cuba y, en 1939, a M éxico, de
roble y seda, Premio Ciudad de Segovia, y Dimi­ donde regresaría a Cataluña en 1970. Miembro
nuto jardín como una araña, merecedor del Pre­ de honor de la Associació d’Escriptors en Llen­
mio San Juan de la Cruz. Es autor, asimismo, de gua Catalana y colaboradora en numerosas pu­
libros de narrativa infantil, como El mar sigue blicaciones, fue autora, entre otras, de novelas
esperando (1982), galardonado con el Premio como Joana Mas (1933), La peixera (1938), El
Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, así meravellós viatge de Nico Huehuetl a través de
como de otras obras en prosa como La aguja Méxic (1974), que fue Premio Josep M. Folch i
(1966), Cartas a Toby (1972), Triste canta el Torres de Novela Juvenil, El llibre d ’Eli (1982),
búho (1974) o Las manos en el agua (1981). En­ Res no és veritat (1984) y Aquest será el prin-
tre sus ensayos figuran Las sombras en la poesía cipi (1986). Además del volum en de cuentos
de Pedro Salinas (1962), H ada una revisión de Vila de l ’est (1946), hay que destacar sus ensa­
Campoamor (1967), Hervás y Panduro y los yos Crónica de la vida d ’A gustí Bartra (1967)
mundos habitados (1971) y De letras venezola­ y L ’obra de Bartra (1975).
nas (1985), así como de la edición de De mar a
mar (1984), colección de textos inéditos de Pilar M U R I L L O , E n r i q u e (Barcelona, 1944)
de Valderrama*, la que fuera célebre «Guiomar» Narrador y poeta. Periodista, editor y destacado
de los versos de Machado*. En el año 2000 se le representante de lo que se ha dado en llam ar
concedió al conjunto de su obra el prestigioso nueva narrativa española, se trata de un autor
Premio Atlántida. cuyo lenguaje m ezcla elementos simbolistas y
sentimentales, el humor y el coloquialismo inti-
M U R G U Í A , M a n u e l (San Tirso de Oseiro, La Co­ mista para dar cuenta moral de las frustraciones
ruña, 1833-La Coruña, 1923) de los individuos de nuestro tiempo. Traductor,
Ensayista. De nombre completo Manuel Antonio ha publicado, además del poemario Las dim en­
Martínez Murguía. Aunque comenzó en San­ siones saciadas (1979), las novelas El secreto
tiago de Compostela la carrera de Farmacia, la del arte (1984), El centro del mundo (1988) y
abandonó por la escritura, llegando a ser perio­ Qué nos pasa (2002).
dista de prestigio en publicaciones como La Ibe­
ria o La Crónica de Ambos Mundos, entre otras, M U R U A , K e p a (Zarauz, Guipúzcoa, 1962)
además de dirigir La Ilustración Gallega y Astu­ Poeta. Estudió Filosofía y Letras en la U niver­
riana. Casado con Rosalía de Castro* en 1858, sidad del País Vasco y se licenció en H istoria
fue archivero en Simancas, jefe del Archivo Ge­ del Arte por la Universidad de Oviedo, especia­
neral de Galicia y el primer presidente de la Real lizándose en M usicología y Vanguardias A rtís­
Academia Galega. M antuvo una dura polémica ticas. En 1996 fundó en V itoria la E ditorial
sobre el gallego con Juan Valera* y criticó con Bassarai y en 2000 la revista virtual Luke, apro­
saña la obra literaria de Pardo Bazán*. Escribió ximación a los nuevos medios tecnológicos a
de todo, poesía, novela, tratados de historia, de través del arte y la literatura. Autor inclasifica­
derecho, de arqueología, de folclore, y crítica li­ ble, casi de culto, y de honda intensidad, de una
teraria. Como novelista, siguió la línea del ro­ poesía fuerte, rígida, de lenguaje sobrio y m e­
manticismo en obras como Desde el cielo y lancólico, con el que, a veces a través de ele­
Mientras duerme. Destacan, no obstante entre mentos simbólicos, aborda los conflictos del in­
sus muchas obras, el Diccionario de escritores dividuo frente a la comunidad, del individuo en
gallegos (Vigo, 1862; vol. 1), incompleto, la His­ la ciudad, del amor, la libertad y la memoria en
toria de Galicia (1866-1880), de la cual solo lle­ un recorrido que comienza, a la manera clásica,
garon a publicarse cuatro tomos y una parte del en la infancia. D estacan, además del libro de
quinto, los ensayos de Los precursores (1885) y aforismos La poesía y tú, sus poemarios Abste­
el volumen dedicado a Galicia (Barcelona, mio de honores, Cardiolemas, Cavando la tie­
1888) en la colección «España: sus monumentos rra con tus sueños, Siempre conté hasta diez y
y artes». nunca apareciste (2000) y Un lugar p o r noso­
tros (2000).
M U R I A , A n n a (Barcelona, 1904-Tarrasa, Bar­
celona, 2002) M U R Ú A [ o M O R Ú A ] , M a r t í n d e (Guipúzcoa, fi­
N ovelista y ensayista en lengua catalana. C a­ nales siglo XVl-XVIl)
sada con A gustí Bartra* y fundadora en 1936 Cronista. Fraile mercedario, marchó a Perú en
del Grup Sindical d ’Escriptors Catalans, du­ torno a 1577, y, en 1616, pidió permiso en M a­
drid para publicar su Historia general del Perú. historia y de arquitectura militar, merecen men­
Origen y descendencia de los Incas, obra sensua­ ción las dedicadas a la astronomía, obras que le
lista y fantasiosa. convirtieron en uno de los más destacados pen­
sadores sobre esta materia. Además de su impor­
M U T , V i c e n t e (Palma de Mallorca, 1614-1687) tantísimo Tratado de arquitectura militar (1664),
Tratadista. Sargento, contador e ingeniero, desde deben recordarse su De solé alfonsino restituto
1641 fue cronista general de Mallorca. Entre sus (1649), las Observationes motuum caelestium
obras, en las que hay hagiografías, tratados de (1666) y Cometarum anni MDCLXV (1666).
N
N Á C H E R H E R N Á N D E Z , E n r i q u e (Moya, Gran Habbus. Entre tanto, en 1027, se proclamó visir
Canaria, 1912) y, entre 1038 y 1059, mandó la armada en los
Novelista. Médico de profesión, especializado en asedios de Sevilla, Carmona y Almería. Impor­
traumatología, y colaborador en numerosas publi­ tante mecenas, ayudó a los estudiantes pobres y
caciones, es autor de novelas realistas de cierto pa­ a Ibn Gabirol* tras su destierro de Zaragoza.
tetismo. Entre ellas, las más destacadas son Buhar­ Como poeta, es autor de versos religiosos muy
dilla (1950), Un poco de tifus (1952), Cama 36 influidos por la Biblia, la mayoría escritos en he­
(1953), Sobre la tierra ardiente (1954), galardo­ breo y con un tema central: la fugacidad de la
nada con el Premio Ondas, Volvió la paz (1955), vida y de los placeres. Otros, tocan temas ascéti­
que fue Premio Valencia, Guanche (1957), Premio cos, dentro del género hebreo Zuhd, y cuestiones
Pérez Galdós, Los ninguno (1959), merecedora del militares. Títulos de libros son: Ben Tehillim
Premio Ciudad de Sevilla, Cerco de arena (1961), (Nuevos salmos), Ben M ishlei (Nuevos Prover­
Tongo (1963), Esa especie de hombres (1969), con bios) y Ben Kohelet (Nuevo Eclesiastés), a los
la que obtuvo el Premio Blasco Ibáñez, Se vende el que habría que añadir los más de mil quinientos
sol (1969) y La evasión de los débiles (1972). De poemas suyos que, en 1934, se editaron en Ox­
sus diversos ensayos, deben recordarse Desde el ford en el volumen titulado Divan Shmuel ha-
prim er aullador al cerebro sapiens (1972), Nagid — título en el que se alude al modo en que
El mono vestido (1975), Proceso a la publicidad era conocido entre sus compañeros judíos: «ha-
(1977) y El éxito (1979). Nagid» (el príncipe)— . Fue autor, asimismo, de
no pocas obras en prosa, entre ellas una gramá­
N A C H M A N , M o s e s B e n (Gerona, 1194?-?, 1270) tica hebrea hoy perdida: Sefer na-osher.
Erudito. Conocido también como Nachmánides,
fue rabino de Gerona y líder de un grupo caba­ N Á JE R A , E s te b a n d e Véase ROM ANCERO.
lista. Frente a las influencias de M aimónides*,
derivó hacia la mística* y fue uno de los partici­ N A M O R A D O M A C Í A S - » Véase M AC ÍAS, El
pantes en el debate que, en 1263, organizó en enamorado.
Barcelona Jaime I a propósito de las diferencias
entre judaism o y cristianismo en el modo de ana­ N A R B O N A , R a f a e l (Córdoba, 1911-Madrid,
lizar el carácter de Jesús. Sus opiniones le obli­ 1972)
garon a exiliarse como consecuencia de las reac­ Novelista. Crítico literario, colaboró en ABC,
ciones de los dominicos. De su labor intelectual, Pueblo y El Alcázar, fue autor de novelas de
destacan sus comentarios al Pentateuco (Perush corte realista, entre las que destacan Una luz en
al ha-Tora) y a los libros de Job y Ruth. la sombra (1945), Ausencia sin retorno (1953),
por la que obtuvo el Premio Pérez Galdós,
N A C H M Á N ID E S Véase N ACH M AN, Moses La paz imposible (1966) y Carta al hijo (1970).
Ben. Además de algunas piezas teatrales, como por
ejemplo La ciudad de los sueños (1947) y, ba­
N A G R E L L A , S h e m u e l h a - L e v ¡ b e n Y o s e f (Mé- sada en pasajes de Quevedo*, la comedia Los p i­
rida, Cáceres, 993-1056) caros (1965). Fue autor del volumen de cuentos
Poeta. Importante rabino y general, se educó en La difícil convivencia (1961) y de ensayos como:
Córdoba, aunque en 1013 marchó a Málaga, en Palacio Valdés o la armonía (1941), El aliento
donde fue nombrado secretario del visir y, más de un siglo. Menéndez Peíayo (1942) y Polémica
tarde, entre 1025 y 1050, del rey de Granada de nuestro tiempo (1968).
NASARRE 654

N A S A R R E , P i l a r (Huesca, 1956) Traductor del libro II de la Eneida (Burgos,


Novelista. Narradora cuyo estilo literario se 1528), fue autor, asimismo, de una Comedia
adentra a menudo en los registros de la poesía a Claudiana (1536), escrita en coplas.
través de un lenguaje de extraordinaria potencia
evocadora y m etafórica. Entre los temas que N A T U R A L IS M O
aborda destacan por su esencialidad el desgaste Movimiento literario que, aunque nacido y desa­
del amor y la fuerza inaprehensible e ineludible rrollado principalm ente en Francia, influyó de
de la pasión, y lo hace desde un intimismo intros­ manera decisiva en el resto de la literatura euro­
pectivo en el que caben ambigüedades como la pea, de forma prioritaria en la novela, y, cómo
imposibilidad de congeniar pasión amorosa y no, en la española, aunque en menor grado, du­
creación artística. Es autora de las novelas A l rante la segunda mitad del siglo xix. El represen­
otro lado (1990), El último concierto (1990), El tante fundamental de esta tendencia es Emile
país de Nunca Jamás (1993) y Diálogo de som­ Zola. La intención prim ordial del naturalismo
bras (1998). era dotar a la novela de un cientifísmo que le per­
mitiese convertirse en fuente de conocimiento de
N A S A R R E Y F É R R I Z , B l a s A n t o n i o (Alquézar, la realidad, de ahí que, partiendo de una base fi­
Huesca, 1689-Madrid, 1751) losófica, el positivism o de Comte, em please el
Erudito y bibliógrafo. Catedrático de Derecho en método de la observación, documentación y ex­
Zaragoza, tras su llegada a Madrid se convirtió perimentación, lo que llevó al propio Zola a lla­
en director de la B iblioteca de Palacio y marla «novela experimental». El resultado final
en miembro de la Real Academia Española. Su son novelas que abordan todos los detalles de la
fama se debe a las polémicas que mantuvo en su realidad, a menudo con una minuciosidad de la­
tiempo, entre ellas la que despertó su Disertación boratorio que, en ocasiones, se convierte en una
sobre las comedias de España, y a las airadas recreación de sus aspectos más sórdidos, lo cual
opiniones que vertió sobre el teatro español y llevó a M enéndez Pelayo* a referirse al natura­
sobre Cervantes*. En la línea del Neoclasicismo lismo como un romanticismo al revés, o sea
de Luzán*, atacó las obras de Lope de Vega* y de como un intento de deformar la realidad hacia la
sus seguidores, aunque, sin duda, el juicio que le fealdad y no exaltando la belleza. Se trata, en
ha hecho tristemente célebre fue el que, bajo el suma, de una reacción contra la imaginación,
seudónimo de Isidro Perales y Torres, lanzó en concepto que había estado asociado a la novela
su reimpresión del Quijote (1732) de Avella­ hasta ese momento y que, relegado por el positi­
neda*, y en el que consideraba la versión de este vismo a una categoría teológica, había que susti­
superior a la de Cervantes. Sobre Cervantes tam­ tuir por la observación, tanto de la realidad física
bién dijo que sus comedias — que él reeditó como, por supuesto, de la psíquica, ya que esta
en 1749— estaban escritas contra Lope y que, en revolución literaria se produce en un momento
cualquier caso, la intención cervantina había sido de esplendor psicologista. Así pues, al naturalista
la de burlarse de todas las de su tiempo. No obs­ le interesan las condiciones de vida de sus perso­
tante, a Nasarre se debe una magnífica edición de najes, las circunstancias sociales que le rodean y,
la Biblioteca de la poligrafía española (1738), sin duda, su fisiología, todo ello a fin de poder
de Cristóbal Rodríguez. estudiar objetivamente el papel del individuo en
el medio en que vive. Semejantes intereses lleva­
N A T A S , F r a n c i s c o d e l a s (siglo xvi) ron a estos escritores a abordar cuestiones tabú
Autor teatral. Apenas se sabe de él sino lo que él como la prostitución, el incesto, el adulterio o
mismo afirma en una de sus obras conocidas, cualesquiera injusticias sociales, lo que, como
Comedia Tidea (1550), en donde leemos que era era de esperar, produjo las reacciones más encen­
beneficiado de la Colegiata de Covarrubias y sa­ didas por parte de los tradicionalistas. Se con­
cerdote en la iglesia de Santa Cruz de Revilla. vierten en fundamentales, por tanto, asuntos
Aunque la obra en cuestión fue considerada por como el proletariado, las luchas de clase o los
Menéndez Pelayo* una mala transposición en diferentes abusos de la burguesía. La novela na­
verso de la Celestina, tan mala que, además, turalista intenta hacer desaparecer la voz organi­
tiene un final feliz, hay que destacar la influencia zadora y autoritaria del narrador, del autor-auto­
que sobre ella tuvieron el mundo pastoril y la re­ ridad, para cedérsela a los personajes, que actúan
tórica lingüística de Juan del Encina*. La obra, y hablan por sí mismos, lo que, en consecuencia,
en la que, a diferencia de la de Fernando de Ro­ les lleva a diversificarse, carentes de libertad, en
jas*, la alcahueta se llama Beroe y los enamora­ función de las leyes sociales y de su herencia fa­
dos Tiedo y Faustina, fue incluida en los índices miliar (genética, diríamos hoy), razón por la que
de 1559 y 1583. Hay una reimpresión de 1913, la distinción entre «buenos» y «malos» ya no
debida a la Sociedad de Bibliófilos Madrileños. está tan clara. Puede resumirse que dos eran las
Vlester de clerecía. M an u scrito del Libro de Apolonio. Ju an José Millas
B ib lio teca del M o n a ste rio de El E scorial. M a d rid

G a b r ie l m ir ó

LAS CEREZAS :j
D E L C E M E N T E R IO j
(NOVELA)

COMPAÑIA I3ER0-AMERICANA OE PUBLICACIONES (S. A.)

G abriel M iró. P o rta d a de Las cerezas


del cementerio
M odernism o. Ilustración realizada p o r Rafael de T eren ci Moix
Penagos para la o bra de Francisco Villaespesa titulada
Amor de otoño, publicada en La Esfera (1 9 1 6 )

Cancionero del exce-


L E N T IS S IM O P O E T A G E O R -
ge de Montemayor:de nucuo emen­
dado y corregido.

^ [ D I R I G I D O A L IL L 'V S T R I S S I -
mo Señor Gonzalo Fernandez de Cordmia,
D uque de Sefla.y deTerra noua, Mar­
ques de Bito uto, Conde de Cabra,
Scñordc Vacua.

En C aragop en caía déla biuda de Bartholo-


m cdcNagera. A ñ o .M . D . L X I I . Jo rg e de M ontem ayor.
P o rta d a de su Cancionero.
ftVcndcnfc en cafa de Miguel de Sudues, Infjnjon.
E d ic ió n de 15 6 2
A g u stín M o r e to . R e p arto
N . 12 7. P ag -I
y co m ien z o de la c o m ed ia
C O M E D IA FA M O SA.
El parecido en la corte.
B iblioteca N acional.
M ad rid E L PARECIDO
EN LA CORTE.
DE DON AGUSTIN MORETO.
HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES.

D. Diego , Cala,,. D. /-elix,Galán. V UhCartero.

JO RNADA PRIMERA.
Sahi Don Femandoy Tacónde camino. por no pensar que estás loco.

‘¡quemhoy se apea
men esta-Villa,
is l'é r í'z í
H-Jrjg's^S
y huyendo el riesgo al proceso,

un"cr¡“aia cadT^cSo'1’ ilustalMadrid


i™ , ha gastado:
Km l’or ,qui venirla vi:
puo en la laU-va h.v Sermón,
r x f t r c 1™
yo lie de esperarla , laenn, íx ^ r ,= r ”
E iiríE r
con que almorzar y comer.

P e d ro M u ñ o z Seca
N aturalism o. Portada
de La barraca, novela
de Vicente Blasco Ibáñez

Francisco Nieva

Elio A ntonio de N ebrija.


Retrato conservado
en la Biblioteca
Colombina. Sevilla
L I B R O

HISTORICO P O L I T I C O .

SOLO MADRID
ES CORTE,
Y EL. C O R T E S A N O E N M A D R ID .

Diuididó en qaatro Libros.


E N EL P R I M E R O SE D IS C V R R E N LAS
ventajas, que Madrid, y a en quanto Poblacion, ya en quanto
Corte,haze a las demas del Orbe.Los tres fíguientes inftruyen
al Cortefano con Dogmas Chriftianamente Politicos^para / v „
adorno del entendimiento, aliño de la vo- ^

Pon DO A' JLQ.M-SO N V N T .Z DE


Coromfta gaitrd de Cu en ejlos

.VD.FERNANDO DE FONSECARVIZDECONTRER.A.S,
Marques de laLapilla, Cauailerodcl Orden de Santiago, de los
Conícjosdc Guerra, y Camarade Indias, Secrctaricrdrt '
Confcjo de Eftado, y del Deípacho ?¿ccUAldeGATAS1
Yniueríal.

C O N L IC E N C IA .
En Madrid, Por As t r i s G arcía ob -la Icle^ia. Añ’o i6jS.
fendeje enptlmprenU c# U calle ddMefon deParedes,

N ovísim os. Félix de Azúa Alonso N únez de Castro. Portada de Sólo Madrid
es corte, Madrid, 1658. Biblioteca Nacional. Madrid

José Luis O laizola


Francisco Pacheco.
Portada de Libro
de descripción de
verdaderos retratos
de ilustres y memorables
varones. Sevilla, 1599

11 ALDEAP ili
% r a s c o m p le ta s x le A J ÍJa d o Y a ld e

'DICIONES F A X TOM O 1

Armando Palacio .Valdés.


Portada de La aldea
perdida

Ángel Palom ino


NAVALES

vertientes de la novela naturalista: por un lado, la novela española posm oderna (1987), Pío Ba-
ideológica, y, por otro, la técnico-estilística. La roja. El escritor y la crítica (1990), Unamuno
primera de ellas se basaba en la creencia de que desde la posmodernidad. Antinomia y síntesis
relaciones sociales y organismos individuales ontológica (1992), Más allá de la posmoderni­
funcionaban del mismo modo, de manera que el dad. Estética de la nueva novela y cine españo­
camino de la plenitud al deterioro y a la destruc­ les (1996), La narrativa española en la era glo­
ción parecía ineludible. Para dar cuenta de seme­ bal. Imagen/Comunicación/Ficción (2002) y Del
jante proceso, el escritor debía em plear un mé­ 98 a Cela. Los clásicos modernos y la nueva crí­
todo científico, es decir crear las condiciones tica. Ensayos teóricos y prácticos (2003).
propias de un experimento, o lo que es lo mismo
un escenario que permitiera la objetividad del NAVALES, Ana María (Zaragoza, 7939)
análisis de situaciones en las que podría apre­ Poetisa y narradora. Doctora en Filosofía y Le­
ciarse la evolución individual de los personajes tras por la Universidad de Zaragoza y profesora
en razón a su propia condición personal y a las de Literatura Hispanoamericana, codirige la re­
condiciones sociales de las que, inevitablemente, vista Turia y es jefa de la Sección de Creación
depende. Aunque gozó de una gran aceptación, Literaria del Instituto de Estudios Turolenses del
paulatinamente el espiritualismo ruso de autores CSIC. De manera genérica puede afirmarse que
como Dostoyevski o Tolstoi, en absoluto ajenos en sus numerosas obras se muestra como una au­
a la condición angustiada de la existencia, con­ tora intimista y melancólica, y hay que destacar,
tribuiría al cambio y evolución de la literatura en asimismo, que se trata de una magnífica cuen­
Europa. En España, los efectos de esta actitud, tista, como demuestran los distintos premios re­
aparte de a algunos folletines irrelevantes, alcan­ cibidos, en cuyos relatos, muchos de los cuales
zaron, en algunos momentos de su producción, a han sido origen de sus novelas, conviven fanta­
autores como Pérez Galdós*, Clarín*, Blasco sía, cultura y realidad, ello a fin de cancelar los
Ibáñez*, Pereda* y, sobre todo, a Em ilia Pardo límites entre lo real y lo literario. Por lo que res­
Bazán*, adalid del naturalismo en nuestro país, pecta a la poesía, ya en sus comienzos, en plena
como dem uestra La cuestión palpitante, volu­ euforia culturalista de los novísimos*, ella pro­
men en el que reunió sus artículos al respecto, ponía una estética diferente, basada en el inti-
aparecidos en La Época. Sea como fuere, está mismo, reflexiva y alejada del culturalismo, más
claro que en España se trató de un naturalismo atenta al amor efímero, los dolores de la existen­
atemperado, dulcificado, respecto al determi- cia y la certeza de la muerte. En general gusta de
nismo y la irreligiosidad de los franceses, que lo los tonos elegiacos, con algún apunte surrealista,
único que consiguió fue críticas radicales de au­ versos breves, aunque también con poemas que
tores como Campoamor* o Valera*, entre otros. casi son en prosa, una poesía adjetivada para
abordar el conflicto que supone la supervivencia
NAVA ÁLVAREZ, Gaspar María de -> Véase de la memoria y su lucha con el miedo, así como
NOROÑA, conde de. para afrontar los conflictos de la realidad y todo
su dolor, contra lo cual se presenta la poesía
NAVAJAS, Gonzalo (Barcelona, 1946) como refugio. Autora, pues, de una poesía intros­
Narrador. Catedrático de Literatura Moderna y pectiva e intimista, de inquietudes existenciales
Cine en la Universidad de California, pertenece y cierta pulsión irracionalista, pero nunca ensi­
al consejo editorial de numerosas revistas espe­ mismada, ya que su conciencia es lúcida, aunque
cializadas, ha publicado numerosos escritos so­ desolada. Además de sus novelas Dos mucha­
bre literatura española y dictado conferencias en chos metidos en un sobre azul (1976), El regreso
Europa y Estados Unidos. Se trata de un escritor de Julieta Always (1981), Mi tía Elisa (1983), El
atento a la narratividad de la prosa, pero no me­ laberinto del Quetzal (1985), con la que obtuvo
nos a la hondura conceptual de su propuesta, ba­ el Premio Antonio Camuñas, Tres mujeres
sada en la fusión de los contrarios, un ejercicio (1995), hay que destacar el importante volumen
muy intelectualizado que está ligado a las teorías de relatos Cuentos de Bloomsbury (1991; reed.,
literarias que ha presentado en algunos de sus en­ 1999) y la antología de relatos Cuentos de las dos
sayos y que convierte su narrativa en difícil. Au­ orillas (2001). Entre sus poemarios figuran Junto
tor de las novelas De la destrucción de la urbe a la última piel (1973), Restos de lacre y cera de
(1987), Una pregunta más para el amor (1991) y vigilias (1975), En las palabras (1976), De!
La última estación (2002), cierre de la trilogía El fuego secreto (1978), Premio San Jorge, Mester
viajero sin fronteras. Es autor, asimismo y entre de amor (1979), que obtuvo un accésit del Pre­
otros, de los ensayos La novela de Juan Goyti- mio Adonais, Los espías de Sísifo (1981), Nueva,
solo (1979), M imesis y cultura en la ficción. Teo­ vieja estancia (1983), galardonado con el Premio
ría de la novela (1985), Teoría y práctica de la José Luis Hidalgo, Los labios de la luna (1989),
NAVARRETE 656

Los espejos de la palabra (Antología personal) Alonso A lcalá y Herrera* y, más actualmente,
(1991), Hallarás otro mar (1993), M ar de fondo Jardiel Poncela*, además de aparecer un ro­
(poesía 1978-1998) (1998) y Escrito en el silen­ mance escrito sin la o en La vida de Estebanillo
cio (1999). Como ensayista ha publicado, entre González*. Fue autor, asimismo, del sainete
otros, Cuatro novelistas españoles: Delibes, Al- La casa de juego (1644), sobre las peripecias de
decoa, Sueiro y Umbral (1974) y La lady y su un estafador. Las dos novelas citadas al co­
abanico (2000), galardonado con el Premio Sial mienzo fueron reeditadas en el volumen XXXIII
y en el que se ocupa de diferentes escritoras, es­ de la «Biblioteca de Autores Españoles» en 1854.
bozando sus retratos y comentando sus obras.
Es autora, asimismo, de dos antologías, una de NAVARRO, Hipólito G. (Huelva, 1961)
Poesía aragonesa contemporánea (1978-1988) Narrador. Autor en quien la literatura se plantea
y otra de Narradores aragoneses contem porá­ como juego, narrativo, argumental y estilístico,
neos (1980). en el que mezcla géneros, fragmenta el relato o
roza en los argumentos la literatura del absurdo y
NAVARRETE, José de (Puerto de Santa M aría, el surrealismo*, aunque todo ello dejando más o
Cádiz, 1836-Niza, Francia, 1901) menos claras ciertas obsesiones temáticas que
Autor teatral y novelista. Militar, ejerció el pe­ van del mundo onírico a la riqueza verbal o los
riodismo político en importantes publicaciones, discursos paronomásicos. Destacan sus libros de
además de celebrar en su casa una tertulia a la relatos El aburrimiento, Lester (1996) y Los ti­
que asistían personalidades literarias como Va- gres albinos (2000), así como la novela La m e­
lera* y Alarcón*, entre otros. Amén de los libros dusa de Niza (2000), de carácter socarrón y en la
de memorias Desde Wad-Ras a Sevilla, acuare­ que el escenario es el mundo urbano, que le valió
las de la campaña de Africa (1876) y Norte y la concesión del Premio Ateneo de Valladolid y
Sur, recuerdos alegres de Vizcaya y mi tierra una mención especial de la Asociación Andaluza
(1882), o el libro sobre política Las llaves del Es­ de Críticos Literarios.
trecho (1882), escribió la comedia La cesta de la
plaza (1875) y la novela María de los Ángeles NAVARRO, Justo (Granada, 1953)
(1883), a los que habría que añadir los poemas Novelista y poeta. Estudió Filología en su ciudad
que publicó en prensa. natal. Escritor de m últiples registros, su obra,
tanto lírica como narrativa, resulta de gran ri­
NAVARRETE Y FERNÁNDEZ LANDA, Ramón de queza léxica y formal, en general arriesgada y
(Madrid, 1822-1889) exquisita, a menudo atenta a los conflictos gene­
Novelista y dramaturgo. Colaborador de diver­ rados por el amor, sobre todo a la desilusión y los
sas publicaciones y director de La Gaceta, uti­ desengaños. Se trata de una narrativa que, en
lizó en muchos de sus artículos el seudónimo de cierto sentido influida por Thomas Bernhard,
Asmodeo. Además de sus novelas costumbristas, ahonda en la sobriedad en tomo a las reiteracio­
tales como Madrid y nuestro siglo (1845), Miste­ nes de toda índole, léxicas, sintácticas y morfo­
rios del corazón (1845) y Una mujer misteriosa lógicas, y presenta un mundo sórdido y trágico,
(1847), escribió para el teatro Don Rodrigo Cal­ con rigor estético y ético. Como traductor, con­
derón o La caída de un ministro (1841), ¡Un ente viene destacar su labor en poesía, por ejemplo
singular! (1847) y Caprichos de la fortuna traduciendo versos de Gimferrer*. Son sus poe-
(1849), entre otras obras. marios Los nadadores (1985), Un aviador prevé
su muerte (1986), con el que obtuvo el Premio
NAVARRETE Y RIBERA, Francisco (Sevilla, de la Crítica, y La visión (1987). Ha publicado
1592-1652?) las novelas El doble del doble (1988), Hermana
Dramaturgo y novelista. Fue notario papal en la muerte (1989), Premio Navarra, Accidentes ínti­
corte de Madrid y mantuvo amistad con Lope de mos (1990), Premio Herralde, La casa del padre
Vega*. Autor de obra breve y extraña, escribió (1994), Oppi (1998), El alma del controlador
diversas obras en las que practicó la omisión de aéreo (2000) y F. (2003), obra original que, en
ciertas vocales. De tal suerte, en su obra Flor de puridad, no es exactamente una novela, sino una
sainetes (1640), además de sus entremeses, apa­ evocación del poeta catalán Gabriel Ferrater*,
recen dos novelas cortas, El caballero invisible y más próxima a la semblanza que a la biografía,
Los dos hermanos, novelita esta última en la que pero con mucho de ensayo y de especulación na­
omitió el uso de la vocal a. En la misma línea, en rrativa. A todos estos títulos debe añadirse, por
otras piezas prescindió del uso de las demás vo­ su valor literario, su prólogo a la colección de
cales. Esta peculiaridad de Navarrete de escribir textos autobiográficos del novelista norteameri­
sin emplear ciertas vocales no es exclusiva de él; cano Paul Auster El cuaderno rojo (1994), tradu­
entre otros autores que la han practicado están cidos también por él.
657 NAVEROS

NAVARRO, Pedro (Toledo, siglo xvi) ticos del Alto Aragón (1957), Métrica española
Dramaturgo, director escénico y actor. Aunque (1959) — ampliado en Métrica española: reseña
escribió varias obras, merece destacar su Come­ histórica y descriptiva (1966)— , y La voz y la
dia muy ejem plar de la m arquesa de Saluzia, entonación en los personajes literarios (1976),
llamada Griselda (h. 1580), muy confusa aun­ así como su labor al frente del ambicioso Atlas
que elogiada por Lope de Vega* y Cervantes*, lingüístico de la Península Ibérica.
quien vio en ella grandes dotes para el efectismo
escénico. NAVARRO Y RODRIGO, Carlos (Alicante, 1833-
Madrid, 1903)
NAVARRO LEDESMA, Francisco (Toledo, 1869- Narrador, poeta y ensayista. Aunque pertenecía a
M adrid, 1905) una familia pobre, llegaría a dirigir un Ministe­
Ensayista y narrador. Licenciado en Derecho y rio. Redactor de La Época y La Política, fue cro­
Filosofía y Letras, perteneció al Cuerpo de Ar­ nista de la guerra de África y autor de libros his­
chiveros y fue catedrático del Instituto de San tóricos. En cualquier caso, deben recordarse sus
Isidro de M adrid. Crítico literario, colaboró en Ensayos poéticos (1851), un volumen de Poesías
diversos periódicos — entre ellos La Ilustración (1857) y las narraciones de Cuadros al fresco,
Española y Am ericana y Blanco y Negro— , en cuentos de todos los colores, menos verdes
los cuales, además, escribió sobre política, arte y (1868).
temas sociales, dejando siempre patente su vasta
cultura. Fundó el semanario satírico Gedeón, fue NAVARRO VILLOSLADA, Francisco (Viana, Na­
amigo de Ángel Ganivet* y se enfrentó dura­ varra, 1818-1895)
mente a Clarín*. Destaca como autor de textos Novelista. Estudió Filosofía y Teología en San­
pedagógicos, entre los que merecen mención tiago de Compostela y Derecho en Madrid. Di­
Lecciones de literatura general (1900-1902) y el putado y senador del partido tradicionalista, sus
ensayo biográfico, considerado durante mucho ideas conservadoras y en defensa del carlismo
tiempo la mejor biografía de Cervantes*, El in­ quedaron claras en sus encendidas colaboracio­
genioso hidalgo M iguel de Cervantes Saavedra nes periodísticas. Fue director del Semanario
(1905), muy útil para conocer las características Pintoresco Español, y fundó, entre otras publi­
del periodo histórico en que vivió el autor del caciones, El Pensamiento Español en 1860,
Quijote, y en el que se sirvió de los Documentos desde la que atacó con dureza a los pensadores
cervantinos, de Pérez Pastor*. También escribió demócratas y krausistas. En la etapa revolucio­
cuentos, como los del libro En un lugar de la naria de 1869 a 1874 se expatrió y fue secretario
Mancha... (1905). del pretendiente al trono don Carlos. Como lite­
rato, es autor de novelas históricas de corte regio­
NAVARRO TOMÁS, Tomás (La Roda de la M an­ nal en las que combina la fantasía con la recons­
cha, A lbacete, 1884-Cam bridge, EE. UU., trucción minuciosa de ambientes medievales,
1979) siempre desde una ideologización profunda de
Filólogo. Estudió en Valencia y fue uno de los la realidad histórica. Las más destacadas son
más importantes colaboradores de Menéndez Pi- Doña Blanca de Navarra. Crónica del siglo XV
dal* en su Centro de Estudios Históricos, en el (1847), Doña Urraca de Castilla (1849) y Amaya
cual se ocupó de dirigir el laboratorio de Foné­ o los vascos en el siglo vm (1879). Hay que men­
tica. Miembro del Cuerpo de Archiveros, profe­ cionar, asimismo, su poema narrativo «Lu-
sor de la U niversidad de Columbia, en Nueva chana» (1840), en el que exaltaba la figura de
York, y miembro de la Real Academia Española, Espartero, y la hagiografía San Alfonso María de
ha sido uno de los mejores fonetistas que ha dado Ligorio (1887).
la investigación filológica española y es tenido
por muchos como el fundador de la Fonética his­ NAVEROS, Miguel (Madrid, 1956)
pana moderna. Publicó numerosos estudios de Poeta y narrador. Periodista de profesión, se
dialectología y no pocas ediciones de clásicos de lanzó a la novela con La ciudad del sol (1999),
nuestra literatura, entre ellos santa Teresa de Je­ una suerte de árida y apasionada crónica mo­
sús* y Garcilaso de la Vega*. Además de sus es­ num ental del siglo XX y, en concreto, del des­
tudios fonéticos en la Revista de Filología Espa­ m oronam iento de la izquierda, aún más deta­
ñola, y en otras prestigiosas publicaciones lladam ente de la izquierda española. A ella
estadounidenses e hispanoamericanas, destacan siguió A l calor del día (2001), en la que, con
obras como: Manual de pronunciación española talante costum brista y en la línea descomunal
(1918), M anual de entonación española (1944), de la prim era, al modo decim onónico, aborda
Estudios de fonología española (1946), El espa­ un retrato de la sociedad contem poránea, con
ñol en Puerto Rico (1948), Documentos lingüís­ una galería enorme de personajes, 30 principa­
NEBRIJA 658

les, que pretende abarcar la totalidad de posibi­ En este contexto al que nos referimos, dadas las
lidades sociales e individuales que le permitan peculiaridades intelectuales de Nebrija y para en­
abordar su crítica. trar ya en la trascendencia de su labor, hay que
decir de él, en primer lugar, que reformó las en­
NEBRIJA, Elio Antonio de (Lebriia, Sevilla, señanzas del latín basándose en los métodos de
1444-Alcalá de Henares, Madrid, 1522) su gran maestro, el humanista italiano Lorenzo
Humanista y filólogo. Su nombre completo era Valla. La idea de N ebrija era que, frente a las
Antonio Martínez de Cala y X arana — algunos gramatistae medievales de los «bárbaros», era
escriben Jarava— , que firmó sus escritos en ro­ necesario conocer la filología clásica para domi­
mance como Antonio de Lebrija, mientras que en nar el instrumento fundamental de la inteligen­
los latinos emplea el adjetivo Nebrissensis, con cia: el lenguaje. De tal suerte, publica sus tres
el que parece querer asociar su pueblo natal con obras esenciales, obras con las que se abren las
la antigua Nebrissa sevillana. Estudió en la Uni­ puertas de una nueva forma de entender los estu­
versidad de Salamanca y, hacia 1463, marchó a dios filológicos y gramaticales: Introductiones
Italia, donde perm anecería al parecer durante latinae (Salamanca, 1481), Vocabulario latino-
diez años entre el colegio de San Clemente de español (Salamanca, 1492) y su Gramática Cas­
Bolonia y las universidades de Roma, Padua, tellana o Arte de la lengua castellana (1492).
Pisa y Florencia. Cuando regresa a España entra Las Introductiones se reeditaron en 1485, edi­
al servicio del arzobispo de Sevilla, Alfonso de ción a la que, en 1495, añadió diversas correc­
Fonseca, con quien estará tres años, y enseña du­ ciones y un Comentario, después de que, en
rante diez Gramática y Retórica en la Universi­ 1488, tradujera la obra al castellano por indica­
dad de Salamanca, abandonando la docencia ción de la Reina Isabel y publicara un volumen
temporalmente, hasta 1509, para ocuparse, por bilingüe. En dicha traducción, hay una dedicato­
encargo del cardenal Cisneros, de la revisión de ria en la que Nebrija explicita sus intenciones in­
los textos griegos y latinos de la Biblia políglota telectuales: rechaza los viejos métodos escolásti­
com plutense*. En 1514, pasa a enseñar en la cos, tiene a los autores de la antigüedad como
Universidad de Alcalá. modelos del presente, defiende el conocimiento
La importancia de Nebrija en la historia de nues­ riguroso del latín para conseguir una ciencia a la
tra lengua es necesario explicarla, además, en el altura del hombre y se refiere a la lengua caste­
entorno histórico. Es en la época de los Reyes llana como digna émula de la latina. Las Intro-
Católicos cuando se forja el concepto de Estado ductiones se reimprimieron en Francia e Italia
moderno. Por otro lado, la expansión política es­ hasta mediados del siglo xvi. Con el Vocabula­
pañola favorece el contacto con el Renacimiento rio, Nebrija completa aún más las necesidades de
italiano, lo que supone una profundización en el la incipiente lexicografía española en una obra
conocimiento de la antigüedad greco-latina y una que incluye más de treinta mil palabras y que ha­
fusión entre lo renacentista y lo medieval que bría de verse adaptada después en versiones ca­
origina, por ejemplo, una obra como la Celes­ talanas, italianas y francesas destinadas a los es­
tina. El latín, como lengua de un vastísimo im ­ tudiantes.
perio, es en ese momento el patrón rector, lo que Pero es sin duda su Gram ática Castellana la
lleva al im perio español, y de suyo a los Reyes obra que cierra el ciclo. Su revolución consiste,
Católicos, a necesitar igualmente de una lengua como ya hemos advertido, en ser la primera de
común tan potente y prestigiosa como aquella. una lengua vulgar, algo que está en la línea de
Es en este propósito donde encuentran a un cola­ las intenciones renacentistas respecto al hecho
borador fundamental: Antonio de Nebrija, que de dignificar las lenguas rom ances. En este
term inaría por convertirse no solo en la figura caso, se continúa la idea de considerar la gramá­
cumbre del humanismo español, sino en el intro­ tica como arte. En el prólogo, Nebrija reclama
ductor de la filología en España. Fue un hombre como necesario un instrum ento de com unica­
de amplísima cultura, de conocimientos enciclo­ ción suficiente que sirviese a todos los pueblos
pédicos sobre los más variados asuntos, domina­ que ya integraban el nuevo reino; por ello, con­
dor del latín y del griego y, como el resto de los sidera im prescindible fijar su uso y estructura
humanistas de su tiempo, con una aspiración con el fin de lograr un instrumento riguroso de
esencial: formarse una visión completa del Uni­ comunicación y creación. Dicha lengua debe
verso. Pero, sin duda, su mérito principal, en rela­ ser, además, fiel vehículo de la cultura y de las
ción con el afán unificador de los monarcas, tiene hazañas del presente.
que ver con el hecho de que él fue el primer autor Pero Nebrija fue autor de otras muchas obras re­
de una gramática sobre una lengua vulgar, obra lativas a variadas cuestiones. Además de unas
con la que dignificó el castellano, equiparándolo, Reglas de ortografía castellana (1517), en las
tanto política como artísticamente, al latín. que entiende como prioritaria la pronunciación
659 NEIRA VILAS

frente a la etimología, y de unas Differentiae, tra­ NEIRA, Rosario (Oviedo, 1973)


tado lexicográfico sobre la sinonimia basado en Poetisa. Más interesada en las imágenes y en la
los Elegantiarum (1435-1444), de Valla, escri­ experiencia sensible que en la forma y el análi­
bió estudios de retórica y lenguas antiguas, caso sis, sus versos transmiten las emociones de ma­
de su A rtis Rhetorices compendiosa coaptatio, nera íntima y casi secreta. Destacan sus poema­
los tres tratados del estudio escrituriano Quin- rios No somos ángeles (1996), con el que obtuvo
quagenae, obras de contenido jurídico, entre el Premio Adonais, y Poemas del tránsito y de la
ellas el Lexicón iuris Civilis (Salamanca, 1506), espera (2002).
un tratado de pedagogía, De liberis educandis
— escrito en 1590, aunque inédito hasta 1903— , NEIRA DE MOSQUERA, Antonio (Santiago de
unas Repetitiones, o lecciones magistrales, pro­ Compostela, La Coruña, 1818-1853)
nunciadas en la universidad, diversos Comenta­ Novelista. Colaborador de diversas publicacio­
rios a autores como Prudencio o Virgilio, una nes, entre ellas el diario madrileño El Imparcial,
colección versificada de máximas titulada Dicta en el que empleó el seudónimo de El doctor Ma-
philosophorum ex D iogene Laertio, obras his­ latesta, atacó duramente a muchos de sus con­
tóricas como De bello Nauariensis o Rerum a temporáneos, lo que le valió no pocas enemista­
Ferdinando et Elisabe Hispaniarum felicissim is des. Además de recopilar leyendas gallegas, es
regibus gestarum decades duae, el tratado Cos- autor de novelas que combinan el costumbrismo
mographia y otros textos sobre arqueología, por y la sátira. Escribió Don Suero de Toledo, cuento
ejemplo su A ntigüedades de España (Burgos, que amplió en la novela La marquesa de Camba
1499), las anotaciones bíblicas a pasajes dudo­ y Rodeiro, y Las ferias de Madrid.
sos de su Apología, comentarios a poemas e, in­
cluso, composiciones en verso, tales como Salu- NEIRA VILAS, Xosé (Gres, Vila de Cruces, Pon­
tatio ad patriam y A d artem suam auctor, a las tevedra, 1928)
que habría que añadir unas Adnotationes in L i­ Narrador y poeta en lengua gallega. Hijo de la­
bros Pandectarum, que no llegó a terminar, y briegos, trabajó en el campo hasta que en 1949
una Obra de Vocablos a la que él se refería como se trasladó a Argentina, donde fundó la Editorial
su mejor obra y que, sin embargo, no se ha con­ Follas Novas, las Mocedades Galeguistas y el
servado. I Congreso da Emigración Galega. Después, en
1961, se instala en Cuba, en donde llegó a de­
NEGUERELA, Diego de (siglo xvi) sempeñar, comprometido en el proceso revolu­
Dramaturgo. Autor de quien se conoce solo una cionario, un cargo en el Ministerio de Industrias
obra, F arsa llamada Ardamisa, quizá escrita Básicas, aunque sin abandonar nunca la escritura
para una boda hacia 1530 y en la que se aprecian y el periodismo en gallego y creando la Sección
influencias de Torres Naharro*, Lope de Rueda*, Gallega del Instituto de Literatura y Lingüística
Juan del Encina* y Lucas Fernández*. Aunque de la Academia de Ciencias de Cuba. Hace po­
abundan, en su composición, las coplas de arte cos años, regresó definitivamente a Galicia. Su
mayor, son más numerosas las de pie quebrado. poesía es de corte social, al igual que su narra­
En cuanto a los personajes, cabe decir que apare­ tiva, atenta a los problemas de las clases más
cen dos m odelos de la com edia del xvi: el en­ desfavorecidas, sobre todo a las penalidades de
fermo de amor y el fanfarrón cobarde. los campesinos. Publicó, además de narraciones
para niños, como A marela taravela (1976) o
NEILA, Manuel (Hervás, Cáceres, 1950) De cando o Susofoi carteiro (1987), poemarios,
Poeta y ensayista. Estudió Filosofía y Letras en entre los que destacan Dende lonxe (1960), In-
la Universidad de Oviedo y es profesor de Lite­ quedo latexar (1969) y Cantarolas e contos para
ratura. Colaborador en el diario ovetense La a xente miuda (1975), y ensayos: Galegos no
Nueva España, así como en la revista Clarín, y golfo de México (1981), libro de reportajes ga­
traductor de Nerval y Baudelaire, es autor de los lardonado con el Premio de la Crítica, Castelao
poemarios Clamor de lo incesante (1978) y Las en Cuba (1983-87) y A prensa galega de Cuba
líneas de la vida (1996), del curioso volumen de (1985) como los más destacados. Pero es en el
textos variados El silencio roto (1998) y de ar­ ámbito de la novela en el que merece mención
tículos que ha ido publicando en el suplemento con títulos como Memorias dun neno labrego
cultural del mencionado diario y de la revista an­ (1961), novela autobiográfica traducida a nume­
tedicha, reunidos en el libro Las palabras y los rosas lenguas y que se cuenta entre las más exi­
días (2000). Es autor, asimismo, de una edición tosas de la literatura gallega, Camino bretemoso
de Papeles postumos. Fragmentos de un diario (1967), Remuiño de sombras (1973), Aqueles
disperso (1925-1930), del escritor m adrileño anos do M oncho (1977), con la que obtuvo el
Ángel Sánchez Rivero*. Premio de la Crítica en gallego, Querido Tomás
NEOCLASICISMO 660

(1980) y Tempo novo (1987), a los que hay que debe el haber sido destinado a Washington, lo
añadir volúmenes de relatos como Xente no Ro- que le permitió entrar en contacto con el mundo
dicio (1965), que se centra en la vida campesina, de Hollywood, trabar íntima amistad con Char­
A muller de ferro (1969) y Cartas a Lelo (1971), les Chaplin y pasar allí largos periodos, colabo­
entre otros. En 1986 recibió el Premio Pedrón de rando en las versiones en español de ciertas pelí­
Honra al conjunto de su obra y en 1988 la M eda­ culas y aprendiendo las técnicas del cine sonoro.
lla Castelao. La Guerra Civil lo sorprendió en labores diplo­
máticas en Marruecos, y a punto estuvo de ser
NEOCLASICISMO -> Véase ILUSTRACIÓN. fusilado. Enseguida comenzó a colaborar en pu­
blicaciones del bando nacional y dirigió diver­
NEUMAN, Andrés (Buenos A ires, Argentina, sos documentales de propaganda, a los que si­
1977) guieron algunos largometrajes en la posguerra
Poeta y novelista. Estudiante de Filología Hispá­ de calado claramente fascista. Pero además de
nica en la Universidad de Granada, se ha conver­ un notable director de cine, donde había debu­
tido en uno de los autores más relevantes y pre­ tado en 1935, y aunque su trayectoria alcanza el
miados de la literatura más joven de los últimos éxito a partir de los años cuarenta y durante los
años del siglo XX y primeros del xxi. Aunque na­ cincuenta, con películas ya mucho más refina­
cido en Argentina, tras nacionalizarse español, das, irónicas y alejadas del tono propagandista y
pero sobre todo por la temática y el contexto de tosco de los primeros años de posguerra, in­
sus obras, se trata ya de uno de los autores espa­ fluido ahora por el neorrealism o italiano, ade­
ñoles más mimados por la crítica. En sus versos, más de ello, se dedicó a la literatura. Colabora­
inscritos en el coloquialismo heredero de la poe­ dor en prensa como articulista inteligente, como
sía de la experiencia*, y con algo del simbo­ literato ha permanecido relegado a un injusto ol­
lismo* de autores como Baudelaire y Rimbaud, vido, más por razones políticas que por una ló­
la memoria desempeña un papel fundamental en gica crítica, ya que, con una prosa elegante y
la aproximación a cualquier sentimiento, así amena, supo dotar al humor de ingeniosos y lo­
como en las dudas metafísicas, con algo de los grados matices muy en la línea del que se conoce
ecos del desengaño romántico, que suscita su como humor inglés. En teatro, consiguió diálo­
contemplación del mundo. Por lo que respecta a gos brillantes y situaciones escénicas de gran na­
su narrativa, la crítica ha señalado su capacidad turalidad con piezas amables de un humorismo
para combinar, basándose en la concisión, el sen­ sentimental que conecta con Miguel M ihura*,
tido de la narración con un lirismo conmovedor López Rubio* y Ruiz Iriarte*, lo que se ha dado
y, al mismo tiempo, punzante, todo al servicio de en llamar «el otro 27». Destacan, además de los
la crónica del desarraigo, del análisis de la bús­ cuentos de Eva y Adán (1926; reed., 2000), que
queda de un lugar en el mundo. Es autor de la no­ siguen la línea del humor absurdo, M úsica de
vela Bariloche (1999), que fue finalista del Pre­ fondo (1936) y El día más largo de m onsieur
mio Herralde, como fue también finalista del Marcel (1966), sus novelas Don Clorato de Po­
Premio Primavera con La vida en las ventanas tasa (1929), Frente de M adrid (1942), La fa m i­
(2002). Hay que mencionar, asimismo, el libro lia M ínguez (1946), Producciones García S. A.
de relatos El que espera (2000). Como poeta des­ (1956) y La piedrecita angular (1957). Pero
tacan sus poemarios Métodos de la noche (1998), donde consiguió éxitos sonados fue en el teatro
con el que obtuvo el Premio de Poesía Joven An­ con piezas como Margarita y los hombres
tonio Carvajal, El jugador de billar (2000) y El (1934), El baile (1952), considerada su mejor
tobogán (2002), galardonado con el Premio Hi- obra y que adaptaría al cine, Veinte añitos
perión. (1954), Rapto (1955), Adelita (1955), Prohibido
en otoño (1957), Alta fidelidad (1957), La vida
NEVILLE, Edgar (Madrid, 1899-1967) en un hilo (1959), también llevada por él a la
Narrador, dramaturgo y poeta. De nombre com­ pantalla con notable éxito, y La extraña noche
pleto Edgar Neville Romreé, hijo de un inge­ de bodas (1963). Entre sus numerosas películas,
niero inglés y de la condesa Berlanga de Duero, realizó una versión de Nada, de Carmen Lafo-
estudió en Madrid y en Suiza, estudios que inte­ ret*. Hay que añadir a toda su obra un volumen
rrumpió en 1921 para marchar como voluntario de Poemas (1967) y unas «Notas autobiográfi­
a la guerra de Marruecos, desde donde escribió cas», integradas por ‘Recuerdos infantiles’ y la
crónicas con el seudónimo El voluntario Ben correspondencia con Gómez de la Serna*, que
Aquí para el periódico La Epoca. Participa en la se incluyen en el libro Edgar Neville. Entre el
tertulia de Ramón Gómez de la Serna* y, tras li­ humor y la nostalgia (1999), biografía escrita
cenciarse en Derecho, ingresa en la carrera di­ por María Luisa Burguera, especialista que se ha
plomática en 1924, actividad esta última a la que ocupado de la obra del autor madrileño.
661 NIEVA

NIEREMBERG Y OTTIN, fray Juan Eusebio (M a ­ de relatos La tierra (1958) y Los desterrados
drid, 1595-1658) (1960), con el que obtuvo el Premio Leopoldo
Tratadista. H ijo de un matrimonio alemán lle­ Alas. Es autor, asimismo, del poemario Siete
gado a España para servir a la hija de Carlos I, años y unos días (1971) y del libro infantil Un
María de Austria, ingresó en la Compañía de Je­ mundo sin «coca-cola» (1991).
sús en 1614, en cuyo Colegio Imperial de M a­
drid estudió, además de en las universidades de NIETO DE MOLINA, Francisco (Cádiz, h. 1730-?)
A lcalá y Salamanca, ordenándose sacerdote Poeta. Autor de una poesía burlesca de corte satí­
nueve años después. Confesor de diversas per­ rico, destacan sus poemarios Elfabulero (1764)
sonalidades de la Corte y profesor de G ram á­ y Juguetes del ingenio y rasgos de la poesía
tica, Erudición, Sagrada E scritura e H istoria (1768), a los que habría que añadir el poema
Natural, se trata de un autor ascético a quien se heroico-burlesco La Perromaquia (1765). De­
deben numerosos tratados de tema filosófico y fensor del teatro barroco en una polémica con
político en los que quedan claros tanto su pro­ Moratín* y Nasarre*, es autor además de un Dis­
fundo conocimiento de los místicos como su só­ curso en defensa de las comedias de Lope Félix
lida formación humanística y teológica. En sus de Vega Carpió y en contra del «Prólogo crí­
obras se propuso demostrar que lo terrenal solo tico» (1768).
es un camino para lograr la eternidad. Destacan,
además de unas biografías de san Ignacio y san NIEVA, Francisco (Valdepeñas, Ciudad Real,
Francisco de Borja, títulos como: Obras y días. 1927)
M anual de señores y príncipes (1628), Curiosa Dramaturgo, ensayista y novelista. Matriculado
filosofía (1630), Vida divina y camino real para en la Escuela de Bellas Artes de Madrid para es­
la perfección (1633), Oculta filo so fía (1634), tudiar pintura, Francisco Morales Nieva entró, en
M aquiavelism o degollado (1637), que publicó 1945, en contacto con el postismo* y, en 1948,
con el seudónimo de P. Clemente Coello, Apre­ se marchó a París, en donde mantuvo estrecha re­
cio y estima de la divina gracia (1638) y Causa lación con autores como Georges Bataille, Sa­
y remedio de los males públicos (1642), si bien muel Beckett y Eugéne Ionesco, llegando a ser
sus obra más im portantes es De la diferencia galardonado con el Premio Polignac al conjunto
entre lo tem poral y lo eterno. Crisol de desen­ de su obra. En Francia publica numerosos ensa­
gaños (1643). E xiste, adem ás, un Epistolario yos teatrales en el Centre National de la Recher-
suyo — editado en 1915 en la colección «Clási­ che Scientifique, en cuyo equipo trabaja durante
cos castellanos»— , m uy útil para entender la la década de los cincuenta. Regresa a España en
vida española de la época, ya que se trata, más 1964, después de pasar un año en Venecia, y se
que de cartas, de tratados dirigidos a personas instala en Madrid, ciudad que abandona esporá­
imaginarias. Fue, asimismo, traductor de la Im i­ dicamente para pasar temporadas en Roma y
tación de Cristo, de Kempis, en De la herm o­ Berlín. Considerado uno de los personajes fun­
sura de Dios y su am abilidad (1641). En 1957, damentales del «nuevo teatro» español, aunque
en el volumen CIII de la «Biblioteca de Autores en un principio su producción artística se centró
Españoles», se publicaron las Obras escogidas en la pintura, pronto se dedicó a la escritura tea­
de Nieremberg. tral, la escenografía, la dirección operística, el fi-
gurinismo, el ensayo, el articulismo en prensa, la
NIETO, Ramón (La Coruña, 1934) docencia, etc., todo ello siempre relacionado con
Narrador. Licenciado en Derecho y en Filoso­ el teatro, aunque, en 1994, se lanzó al terreno de
fía y Letras, y colaborador, hasta 1963, en nu­ la novela. En 1986 fue elegido miembro de la
m erosas p ublicaciones, así com o en la radio, Real Academia Española, en la que ingresa en
fue director de publicaciones de la UNESCO. 1990, y en 1992 le fue concedido el Premio Prín­
Autor com prom etido, en sus novelas denuncia cipe de Asturias de las Letras. Ya antes, en 1980,
la situación de los más desfavorecidos em ple­ había conseguido un Premio Nacional de Teatro
ando las técnicas del realismo* social, si bien, que, en 1992, volvería a lograr. Asimismo, su la­
a partir de 1970, introduce un cierto experi- bor como articulista fue reconocida con el Pre­
mentalism o form al sin renunciar al carácter mio Mariano de Cavia.
crítico-objetivista de su literatura. Premio Sé­ Autor de un teatro diferente, no gratuito ni arbi­
samo de novela corta en 1957, destacan sus no­ trario, de un esteticismo complejo y antirrealista
velas La fieb re (1959), El sol am argo (1961), que opta, además, por el planteamiento de asun­
La patria y el pan (1962), Vía m uerta (1964), tos que rompen la tradición ideológica del teatro
La cala (1965), La señorita (1974) — La seño­ social de la posguerra, aunque comenzó a escri­
rita B, de 1971, había sido censurada— y Los bir obras en 1949 no se lanza a publicar hasta
monjes (1984), a las que hay que añadir los libros los años setenta. Incomprendido por el público
NIFO 662

— lo que ha supuesto que su teatro apenas se toro (1975). En 1991 se editaron dos volúmenes
haya representado— , en sus obras la búsqueda de su Teatro completo, a los que se añadiría pos­
de la belleza esconde, no obstante, un com pro­ teriormente el libro Centón de teatro (1997), que
miso radical en el análisis profundo de la reali­ incluía algunas obras no publicadas en aquellos.
dad española, del soporte antropológico y cultu­ En 1995, el Théatre N ational de la Colline de
ral de una conciencia nacional determinada por París estrenó El retablo de las condenadas, que
numerosos factores. Están presentes siempre las agrupaba tres piezas breves definidas por la
contradicciones del alma humana, la necesidad combinación de sensualidad y crueldad: Cape-
de transgredir emocional y estéticam ente, así rucita y el otro, No es verdad y Te quiero, zorra,
como una constante anulación de las relaciones la primera de las cuales fue escrita para Televi­
lógicas entre lo posible y lo im posible, entre la sión Española y las dos últimas se estrenaron en
materia y el espíritu, entre la física y la m etafí­ 1988 en Madrid. Adaptador de gran número de
sica; se trata de un teatro absolutamente libre, obras, de autores como Aristófanes, Galdós*, el
abierto a todo. En cierta medida histriónico, su duque de Rivas*, cuyo Don Alvaro estrenó en
lenguaje es hiperbólico, las escenografías sun­ 1983, Larra*, sobre quien dio a las tablas Som­
tuosas, casi litúrgicas, en una concepción teatral bra y quimera de Larra (1976), o Cervantes*,
que retoma planteamientos en algún punto va- entre otros, así como de Manuscrito encontrado
lleinclanescos, en el sentido en que los persona­ en Zaragoza (2002), la célebre novela del autor
jes y los temas existen sin inhibiciones, con mar­ polaco del siglo xviii Jan Potocki, es también
cadas influencias del mundo estético de Goya y autor del volumen de artículos En tela de juicio
del rupturismo provocativo de los franceses Al- (1988). En los años noventa se presentó como
fred Jarry y Antonin Artaud. Quizá sea un modo novelista con El viaje a Pantaélica. Diario del
de com prender lo que representa el teatro de caballero Cambicio de Santiago. Año de gracia
Nieva escuchar lo que él piensa acerca del de 1787 (1994), novela iniciada en 1964 a la que
mismo como fenómeno: «el teatro es vida aluci­ no dio fin hasta octubre de 1993, y en la cual
nada e intensa [...] es una ceremonia ilegal, un está presente el mundo verbal y estético del
crimen gustoso e inmune [...] es el otro mundo, Nieva teatral, el culturalismo sustancial y esen­
la otra vida, el más allá de nuestra conciencia». cial de su lenguaje. A esa primera novela, siguie­
En gran parte, todo lo que podría decirse, y aquí ron Granada de las mil noches (1994) y La
se ha dicho, de su teatro puede aplicarse en la llama vestida de negro. N ovela de m isterios y
misma medida a sus novelas, de manera que que­ sobrecogimientos (1995), protagonizada de
dará claro que la vastedad de su mundo cultural nuevo por el caballero Cambricio de Santiago de
y de sus referencias librescas se desbocan con El viaje a Pantaélica. Oceánida (1996) y Carne
una fantasía que es la misma que caracteriza toda de murciélago (1998). Hay que añadir a todo
su producción. Como en su mundo escénico, es ello la recopilación de relatos Argumentarlo clá­
capaz de aunar, en palabras del crítico Rafael sico (2001) y Las cosas como fueron. Memorias
Conte, vanguardia y tradición, surrealismo* y (2 0 0 2 ).
clasicismo.
En cuanto a su producción, que él mismo la ha NIFO, Francisco Mariano (A lcañiz, Teruel,
dividido en teatro inicial, teatro furioso, de farsa 1719-Madrid, 1803)
y calamidad, de crónica y estampa, versiones li­ Periodista y poeta. Nipho — como él mismo es­
bres y dos reóperas, destacan principalm ente cribía su apellido— fue un personaje que, en
dos de esas tendencias: de un lado, un «teatro de gran medida, debe ser considerado el introduc­
farsa y calam idad», en el que estarían obras tor en España del periódico. H ombre activo y
como Malditas sean Coronada y su hija (1952), escritor m ediocre, detestado por Leandro Fer­
El Rayo colgado (1952), Tórtolas, crepúsculo nández de Moratín*, fundó numerosas publica­
y... telón (1953), El corazón acelerado (1953), ciones a través de las cuales — muchas de vida
El m aravilloso catarro de Lord B ashaville efímera— divulgó toda clase de noticias cientí­
(1967), La señora Tártara (1970), Funeral y p a ­ ficas, políticas, culturales, etc. De estas publi­
sacalle (1971) y El baile de los ardientes caciones destacan Diario noticioso (1758),
(1975), y, de otro, un «teatro furioso» al que per­ considerado el prim er periódico español, El
tenecen piezas como La Pascua negra (1955), murmurador imparcial (1761), El Correo gene­
El fa ndango asombroso (1961), El Aquelarre ral de España (1770) y El Correo de M adrid
del Pitiflauti (1961), Pelo de Tormenta (1962), (1786), entre otras. Publicó una obra en siete to­
Es bueno no tener cabeza (1966), La carroza de mos, Ca.xón de sastre literario o percha de
plomo candente (1973), El combate de Opalos y maulero erudito, con muchos retales buenos,
Tasia (1976), Nosferatu (Aquelarre y noche roja mejores y medianos, útiles, graciosos y hones­
de) (1975; reeds., 1994 y 2000) y Coronada y el tos, para evitar las funestas consecuencias del
663 NOEL

ocio sin las rigideces del trabajo; antes bien, a de esta Corte, entre ellos El ju ez de su causa
caricias del gusto (1760-1761), en la que reco­ (1868) y La Carmañola (1869), en el que se
piló diversos textos de la literatura clásica, so­ aprecian ecos de Tamayo*.
bre todo poemas. A pesar de su defensa de los
autos* sacram entales, motivo por el cual pole­ NOEL, Eugenio (M adrid, 1885-Barcelona,
mizó con Clavijo y Fajardo*, no logró evitar su 1936)
prohibición. En 1805, ya postum am ente y en Novelista y ensayista. Aunque su verdadero
dos volúmenes, se editó Colección de los mejo­ nombre era Eugenio Muñoz Díaz, fue siempre
res papeles poéticos y composiciones dram áti­ más conocido, y ha pasado a la posteridad, por el
cas de don Francisco Mariano Nipho. Fue, asi­ seudónimo que empleó desde sus comienzos:
mismo, traductor. Eugenio Noel. Personaje bohemio, estuvo un
tiempo en un seminario y, en 1909, se fue como
NIPHO, Francisco Mariano -» Véase N IFO , voluntario a la guerra de África. De formación
Francisco Mariano. autodidacta por su origen humilde, se le suele si­
tuar entre los inmediatos epígonos de la Genera­
NISENO, fray Diego (siglo xvii ) ción del 98*, aunque él no se sintió afín al grupo,
Biógrafo y tratadista. Fueron célebres sus polé­ siendo con Gutiérrez Solana* con el único con
micas contra las sátiras de Quevedo*. Centrado quien mantuvo afinidades. Su fuerte personali­
en el análisis de cuestiones religiosas, fue autor dad, rebelde y provocativa, le llevó a escribir
de una interpretación de la providencia basada violentas crónicas sobre las condiciones de las
en los libros de Isaac y Jacob, El político del tropas españolas en África en España Nueva, y a
cielo (1637-1638; 2 vols.), de biografías de san­ declararse, en numerosos artículos, antiflamen-
tos, El Fenis de la Grecia de san Basilio el quista y antitaurino en una época de veneración
Grande (1643) y El lucero de la tarde, san Juan a toreros como Belmonte y Joselito, artículos por
apóstol, evangelista y profeta (1649), y de diver­ los cuales terminaría ingresando en prisión. Crí­
sas obras en latín bajo el título de Opera omnia tico con la sociedad española de su época y fuer­
(Maguncia, 1650-1651). temente anticlerical, se mostró regeneracionista
en numerosas obras de las que, a pesar de em­
NOCEDAL Y RODRÍGUEZ DE LA FLOR, Cándido plear una prosa arcaizante, no están exentos cier­
(La Coruña, 1821 -Madrid, 1885) tos hallazgos lingüísticos, un sentido del humor
Periodista. Licenciado en Derecho por la Univer­ cargado de amargura en su visión satírica de la
sidad de A lcalá de Henares, y político primero sociedad y un cierto erotismo de corte moder­
del Partido Progresista, después de tendencias nista. Gómez de la Serna*, uno de los autores
moderadas y, finalmente, en el sector neo-cató­ que se ocuparon, junto a Azorín* o Unamuno*,
lico conservador, fue gran orador, fundó el diario de su obra, llegó a decir de él que «nació para ser
satírico-político El Padre Cobos y los periódicos genial». A pesar de todo, murió pobre de solem­
católicos La Constancia y El Siglo Futuro, y fue nidad, pero siendo acaso el más noventayochista
redactor de La Gaceta de Madrid. M iembro de de los autores del 98, el que con más ahínco vi­
las Academias de Ciencias Morales y Políticas, sitó y profundizó las tierras de España, denun­
desde 1857, y de la Real A cadem ia Española ciando sus males y miserias. Como novelista, pu­
desde 1860, fueron célebres sus discursos de blicó, además de diversos volúmenes de novelas
corte conservador, así como su tertulia. Debe re­ cortas, entre ellos Alma de santa (1909), El rey
cordársele, no obstante, por sus prólogos a las se divierte (1913), El «allegretto» de la Sinfo­
obras de Jovellanos* publicadas por la «Biblio­ nía VII (1917), La señorita mema (1919), Los
teca de Autores Españoles». frailes de príncipe Benito tuvieron una vez ham­
bre (1925), Martín el de la Paula (1926), El pica­
NOCEDAL Y ROMEA, Ramón (M adrid, 1848- dor Veneno y otras novelas (1927) y La novela de
1907) un toro (1931), una única novela larga: Las siete
Dramaturgo. Hijo de Cándido Nocedal* y so­ Cucas ( Una mancebía en Castilla) (1927). Sus
brino del actor Julián Romea*, se licenció en De­ Novelas escogidas se publicaron en 1956. Entre
recho en la Universidad Central de Madrid, es­ sus ensayos y reportajes ensayísticos, más o me­
cribió en La Constancia y dirigió el periódico nos novelados, destacan títulos como Lo que vi
católico El Siglo Futuro, fundados ambos por su en la guerra. Diario de un soldado (1912), Pan y
padre y en los que, como aquel, dejó muestras de toros (1913), Nervios de la raza (1915), Las ca­
su tradicionalismo político. También parlamen­ peas (1915), Castillos de España (1915), Seño­
tario, fue autor de dramas en verso, influidos por ritos chulos, fenóm enos, gitanos y flam encos
el teatro clásico español y que propiciaron no po­ (1916), Piel de España (1917), España nervio a
cos escándalos, bajo el seudónimo de Un ingenio nervio (1924), Raza y alma (1926) y Aguafuertes
664
NOGALES

ibéricos (1927), a los que habría que añadir unas aparecida en Toledo en 1477, Libro de cocina...
Vidas de santos, diablos, mártires, frailes, cléri­ de muchos potajes y salsas y guisados, traducido
gos y almas en pena (1916) y un Diario íntimo del original catalán por el propio Ñola.
que no se publicaría hasta 1962 y 1968 en dos
volúmenes. En 1997 se recogieron también en N O M B E L A Y T A B A R E S , J u l i o (M adrid, 1836-
dos volúmenes, con el título Raíces de España y 1919)
prologadas y seleccionadas por Andrés Trapie- Dramaturgo y novelista. Secretario del militar
11o*, sus obras fundamentales. carlista Ramón Cabrera y amigo de Bécquer*,
colaboró en no pocas publicaciones, llegando a
N O G A L E S , J o s é (Valverde del Camino, Huelva, ser redactor de El Diario Español, en el cual pu­
1868-Madrid, 1907) blicó sus primeras novelas por entregas, y fue
Narrador. Licenciado en Derecho por la Universi­ uno de los fundadores de la Asociación de Escri­
dad de Sevilla y periodista de cierta fama en Ma­ tores y Artistas de España. Creador prolífico, se
drid y en Argentina, fundó varios periódicos, en­ trata de un moralista autor de folletines intrigan­
tre ellos La coalición republicana en Huelva en tes en los que, a menudo, se escuchan los ecos de
1888. De ideas claramente acordes con el regene- la novela histórica. Destacan, de entre sus nume­
racionismo*, hoy forma parte de esa galería de rosísimas novelas, títulos como Desde el cielo
autores casi olvidados de la historia de.la litera­ (1857), Una mujer muerta en vida (1861), Histo­
tura española. Se trata, no obstante, de un escritor ria de un minuto (1862), El coche del diablo
de fino oído para la lengua, así como de un minu­ (1863), El prim er millón (1867), Hernán Cortés
cioso observador de las costumbres, capaz ade­ (1868), La fiebre de riquezas (1871), Detrás de
más de una ironía a menudo fulminante, muy en las trincheras (1876), El vil m etal (1879),
la línea del esperpento*. Asimismo, demostró va­ El amor propio (1889) o La flo r de la nieve
lor al denunciar las corrupciones sociales del ca­ (1916). Por otra parte, y además de obras como
ciquismo, que había conducido a la miseria y el una Historia de la Música (1860) o unas Cróni­
analfabetismo a gran parte de la población rural. cas de la provincia de Navarra (1868), le debe­
Fue autor de las novelas Mariquita León (1901) y mos un libro autobiográfico útil para informar­
El último patriota (1901), así como de un célebre nos de la vida cultural y política madrileña de la
cuento, «Las tres cosas del tío Juan», con el que segunda mitad del siglo xix, así como de otras
había obtenido, en 1900, el primer premio de un cuestiones como los romances de ciego o la in­
concurso convocado por el diario El Liberal. Pu­ dustria folletinesca: Impresiones y recuerdos
blicó, asimismo, un volumen en el que había reco­ (1910-1912; 4 vols.). Su vastísima producción se
gido diversos artículos y cuentos: Mosaico (1891). recogió, en 1914, en unas Obras completas que
En los últimos años, en que se ha extendido una sumaban un total de veintidós volúmenes.
cierta moda de recuperación de autores desconoci­
dos, han aparecido los volúmenes Biografía de N O N E L L , C a r m e n (Barcelona, 1920)
José Nogales (2000) y una selección de Artículos Novelista y ensayista. Es sobrina del pintor Isi­
escogidos (2000), ambos del estudioso Ángel Ma­ dro Nonell. Colaboradora en prensa en periódi­
nuel Rodríguez, que reivindican su figura. cos como ABC o La Vanguardia, en 1957 consi­
guió una beca del entonces llamado M inisterio
N O G U É S Y M I L A G R O , R o m u a l d o (Borja, Zara­ de Educación Nacional para estudiar el arte con­
goza, 1824-Madrid, 1899) temporáneo alemán en Alemania, periodo en el
Narrador. General del Ejército y reputado anti­ que fue corresponsal del diario Pueblo en Berlín.
cuario, en la mayoría de sus obras, generalmente Entre sus novelas destacan: El cauce perdido
sobre temas militares y folcloristas, se ocultó tras (1945), Caminos cruzados (1946), Cumbres de
la leyenda Un soldado viejo natural de Borja. amor (1946), Romance de Estrella y el mar
Destacan títulos como Cuentos, dichos, anéc­ (1948), Idilio maldito (1949), Resurgir (1953),
dotas y modismos aragoneses (1881 y 1885), La historia del «Farol» (1953), Historia román­
Cuentos para gente menuda (1887), Cuentos, ti­ tica (1954), El pastor (1955), Zoco Grande
pos y modismos de Aragón, cuentos baturros (1956), con la que obtuvo el Premio Fémina,
(1898), a los que hay que añadir el libro de me­ Munich: Leopoldstrasse, 207 (1962), La vida
morias Aventuras y desventuras de un soldado empieza hoy (1966), Los que se quedan (1967) y
viejo natural de Borja (1898). Hostal Lolita (1969), galardonada con el Premio
Armengot. Es autora, asimismo, de cuentos in­
Ñ O L A , R u p e r t o (Cataluña, sig lo XV-?) fantiles, de libros de viajes y ensayos, de entre
Cocinero real, escribió una obra culinaria de los que destacan: Mujeres en la vida de los artis­
cierta fama, cuya primera edición conocida es de tas (1946), Los cinco: músicos nacionalistas ru­
1525 en Logroño, aunque suele hablarse de otra sos (1948), sobre los músicos nacionalistas ru­
665 NOVAIS

sos, Rutas de Navarra, Rioja y Vascongadas poemarios en los que la naturaleza tiene un pro­
(1967), y Cerámica y alfarería populares de Es­ tagonismo esencial, fue el primero, no obstante,
paña (1973). que superó la tradición sentimental de Rosalía de
Castro* sin necesidad de abandonar ni el inti-
NORA, Eugenio de (Zacos, León, 1923) mismo ni el gusto por la sencillez expresiva y
Poeta y crítico. Licenciado en Filología Romá­ emocional ni, por supuesto, el carácter descrip­
nica por la Universidad de Madrid, carrera en la tivo de las costumbres de su tierra. Escribió los
que se doctoró en 1960, Eugenio García de Nora siguientes libros: Invernó, De ruada (1895),
—o Eugenio García González de Nora— fue ca­ Montañescas (1904), las cantigas de A Virxen e a
tedrático de Lengua y Literatura Españolas en la paisanaxe y Do Ermo (1920).
Universidad de Berna. Cofundador, junto a Vic­
toriano Crémer*, de la importante revista litera­ NOROÑA, conde de (Castellón de la Plana,
ria Espadaña en 1944, en la que, desde su reco­ 1760-Madrid, 1815)
nocido antigarcilasismo, se inaugura una poesía Poeta y traductor. Diplomático y militar, el conde
desgarrada y rupturista respecto a los postulados de Noroña, Gaspar María de Nava Álvarez, par­
poéticos del momento. En su poesía, Eugenio de ticipó en la lucha contra los invasores franceses.
Nora aborda cuestiones existenciales como la Considerado como seguidor de las tendencias de
preocupación individual ante la muerte, aunque Meléndez Valdés*, escribió tanto poemas líricos
siempre atento, desde un lenguaje de gran ri­ como épicos y anacreónticas de temas exóticos,
queza y habilidad métrica — en el cual combina si bien destaca como traductor de poemas orien­
el prosaísmo libre y la disciplina de metros como tales de las versiones inglesas y latinas de diver­
el soneto— , a las cuestiones sociales, por más sos orientalistas, caso, por ejemplo, de William
que su atención prioritaria se dirija al individuo Jones, en las que el conde de Noroña traduce
y, desde luego, sin que su poesía social* pretenda contra los gustos afrancesados. Además de sus
nunca convertirse en un recurso populista con el Poesías (1799), entre las que destaca una oda sá-
cual defender ideales políticos. Poeta, en fin, fica, «Venus junto a Amira dormida» y otra «Oda
comprometido, de una lírica objetivista, que a la paz de 1795» — Poesías que, junto a las
aúna la mirada personal con la descripción rea­ m encionadas traducciones, Poesías asiáticas
lista y que en sus versos medita sobre las alter­ puestas en verso castellano (París, 1833), están
nativas a la tradición simbolista. Destacan sus publicadas en el volumen LXIII de la «Biblio­
poemarios Cantos al destino (1945), A m or pro­ teca de Autores Españoles» (1871)— , postuma­
metido (1946), Contemplación del tiempo (1948), mente apareció un poema narrativo, de quince
galardonado con un accésit del Premio Adonais, mil versos, sobre los musulmanes españoles:
Siempre (1953), España, pasión de vida (1954), Ommíada (1816; 2 vols.). Fue autor, asimismo,
con el que obtuvo el Premio Boscán, y Poesía de obras teatrales sin interés, como por ejemplo
1939-1964 (1975), en el que se incluye un libro la tragedia Madama González y las comedias
nuevo: Angulares. En 1946 había publicado de El hombre marcial y El cortejo enredador.
forma anónima y clandestina el libro de versos
Pueblo cautivo. Es autor, asimismo, del ensayo NOUCENTISME -> Véase NOVECENTISMO.
La novela española contemporánea (1958-1962;
3 vols.). A todo lo escrito hay que añadir, apare­ NOVAIS, José Antonio (Madrid, 1925)
cido por prim era vez en edición facsímil en Poeta, dramaturgo y narrador. Estudió Filosofía
1978, N o he de callar... Cantos civiles, 1944- y Derecho en la Universidad de Madrid y se ti­
1951 (1997), volumen en el que se publican poe­ tuló en Periodismo, actividad que ha ejercido,
mas escritos por De Nora entre 1944 y 1951 y entre otros medios, en los diarios Le Monde y
cuya autoría él no había reconocido hasta ese O Estado de Sao Paulo, de los que ha sido co­
momento y a los que, en la edición de 1997, aña­ rresponsal, además de colaborar en el periódico
dió tres notas de recuerdos autobiográficos que mexicano Novedades y en diversas publicacio­
explican la naturaleza de este primer libro anti­ nes españolas y extranjeras. Asimismo, ha sido
franquista. director de la sección española de la Grande En­
ciclopedia Luso-Brasileira, publicada en Lisboa.
NORIEGA VARELA, Antón (Mondoñedo, Lugo, De su producción literaria, destacan poemarios
1869-1947) como Nocturnos (1947), Las form idables señas
Poeta en lengua gallega. En el sem inario de su (1952), Miedo y hombre (1955) y Poemas de
villa natal conoce a los clásicos, Virgilio y Hora­ Amsterdam (1957), además de los cuentos de
cio, y, tras comenzar a estudiar Filosofía, lo deja Calle del Reloj (1950), la novela Cristo-Fede-
para convertirse en maestro rural en diferentes rico (1959) y las piezas teatrales El gallo y la tie­
villas de la montaña y la costa lucenses. Autor de rra (1951) y Admeto (1953).
NOVÁS CALVO 666

NOVÁS CALVO, Lino (As Grafías do Sur, La Co­ catalana del siglo xix a través de la restitución
ruña, 1905-Nueva York, 1983) de un humanismo que conectaba con el de per­
Narrador, ensayista y traductor. Residió en Cuba sonajes de la entidad de M artorell* y Roís de
desde niño hasta 1940, y colaboró en publicacio­ Corella*, y que se basaba en el placer por el arte,
nes como Revista de avance, Orbe, Revista de la precisión lingüística y, fundamentalmente, el
Occidente y La Gaceta Literaria, entre otras, a rigor intelectual. En líneas generales, la actitud
las que se unen Bohemia Libre y Vanidades, en básica que les movía era la oposición al Moder­
las cuales participa durante su exilio en Nueva nismo* y a la tradición rom ántica, todo ello
York desde 1963, circunstancia gracias a la cual desde un fervor poético que, salvo el interés por
llegaría a ser profesor de la universidad neoyor­ el ensayo, arrinconó a otros géneros, sobre todo
quina de Siracusa hasta jubilarse en 1974. In­ a la novela, a la que consideraban «realista» y,
fluido por la literatura de raigambre psicológica por tanto, ajena al carácter culturalista que regía
y por las experimentaciones narrativas del «flujo la búsqueda de armonía defendida por todos
de conciencia» de autores anglosajones como ellos. Además del m encionado d ’Ors, deben
William Faulkner, Sherwood Anderson o James mencionarse nombres como los de Caries Riba*
Joyce, su narrativa emplea, asimismo, técnicas y Josep Carner*, por citar solo los ejemplos
cinematográficas y se le considera uno de los acaso más significativos.
precursores del «realismo mágico» hispanoame­
ricano. Además de los cuentos de La luna nona y NOVELA BIZANTINA
otros cuentos (1942) y Cayo Canas (1946), am­ Género novelesco, basado en las aventuras y en
bientados en las clases bajas cubanas, y de las los viajes de complicada urdimbre, cuyos ante­
novelas cortas No sé quién soy (1945), En los cedentes se encuentran en obras como la Odisea
traspatios (1946) y Maneras de contar (1970), y la Eneida, y, sobre todo, en Leucipe y Clito-
debe destacarse su magnífica novela El negrero fonte, de Aquiles Tacio, que se tradujo completa
(1933), en la que se aprecia una cierta influencia en España en 1554, y en las Etiópicas o Teáge-
de Baroja*. Ha sido, además, notable traductor nes y Cariclea, de Heliodoro, traducida al espa­
de autores como Aldous Huxley, Hemingway o ñol también en 1554 de una versión francesa.
el ya mencionado Faulkner. Ambos textos se versionaron en numerosas oca­
siones y fueron difundiéndose de una forma im­
NOVECENTISMO parable. Aventuras, pues, peregrinaciones, via­
Término adoptado de la revista 900 (1926), de jes, cautiverios, piratas, búsqueda y no pocas
Bontem pelli, con el que se quiere expresar el tramas im bricadas unas en otras y, por tanto,
espíritu del siglo xx, así como de las corrientes confusas, son las características esenciales del
intelectuales procedentes del futurismo. El in­ género, que alcanza su apogeo en España du­
troductor del térm ino en España fue Eugenio rante los siglos x v i y x v ii . Una de las primeras
d ’Ors*, quien ya antes lideraba, por decirlo así, obras españolas del género, ya presente en Boc­
un movim iento de tendencia sim ilar en C a­ caccio, es la Selva de aventuras (Barcelona,
taluña, el noucentism e — al que enseguida me 1565), de Jerónim o de Contreras*, basada en
referiré— . Generalmente, designa a todos aque­ una traducción de II libro del Peregrino (1508),
llos autores que pretendían formar una tenden­ de Jacopo Caviceo, realizada por Hernando
cia europea que, frente a la tradición nacional, Díaz en 1527. Los textos principales, sin em ­
se basara en un espíritu europeísta capaz de op­ bargo, son El peregrino en su patria (Sevilla,
tar por la novedad y por lo conceptual frente a 1604), de Lope de Vega*, y Persiles y Sigis­
la tradición y a lo figurativo. Suelen incluirse m undo (1617), de Cervantes*, que ya se había
en este epígrafe a autores como Ortega y Gas- basado en los moldes del género para algunas de
set*, Valle-Inclán*, Pérez de Ayala* o Martínez sus Novelas ejemplares. Habría que añadir, ade­
Sierra*, entre otros. más, una obra como Seniprilis y G eronodano
Anterior a la configuración de este movimiento (1629), imitación del Persiles cervantino reali­
es el noucentisme catalán, que data de 1906, fe­ zada por Enríquez de Zúñiga*, y algunas de las
cha en que se celebró el Primer Congreso Inter­ novelitas incluidas en Novelas amorosas y ejem­
nacional de Lengua Catalana y en el que, ade­ plares (1637), de María de Zayas*. No obstante,
más, apareció el m anifiesto La nacionalitat el género afectó a num erosos autores de la
catalana, firmado por Enric Prat de la Riba*, época, de ahí que en obras de Gil Polo*, Tirso
responsable a su vez de la fundación, un año de M olina*, G onzalo de Céspedes* o Castillo
más tarde, del Instituí d ’Estudis Catalans. En un Solórzano* aparezcan no pocos ingredientes de
espíritu sim ilar al del posterior novecentism o, esta novela de aventuras o bizantina, tan influ­
d’Ors y otros intelectuales catalanes abogan por yente como lo fue la literatura pastoril (véase no­
la desaparición de la rusticidad de la literatura vela PASTORIL).
667 NOVELA SENTIMENTAL

NOVELA MORISCA obtuvo un éxito europeo solo comparable a la


Tema narrativo que surge en las primeras déca­ Cárcel de amor, de Diego de San Pedro*, y,
das del siglo xvi, cuando, en 1502, la Pragm á­ como esta, dio lugar a múltiples continuaciones,
tica de los Reyes Católicos crea las condiciones entre ellas, quizá como la más directa heredera,
sociales que la hacen surgir históricamente. Se Diana enamorada, de Gil Polo*, que goza de la
trata de una forma narrativa caracterizada por la particularidad de que en ella tienen cabida diver­
sencillez argumental, siempre de conducta idea­ sos elementos propios de la novela bizantina*,
lista en lo tocante a amor y sacrificio, extensión lo que significa un intento de búsqueda de
comprimida, final feliz y un lenguaje estilizado acción en un género eminentemente estático
salpicado de arabism os. Estas narraciones, en como es el pastoril. Otras obras herederas, en
las que se cuida mucho el elemento decorativo mayor o menor medida, de la Diana, sobre todo
ambiental, suelen aparecer insertas en conjuntos por sus claves autobiográficas, son El pastor de
narrativos a los que sirve de contrapunto ameno Fílida (Madrid, 1582), de Luis Gálvez de Mon-
según los principios de la intercalación propicia­ talvo*, La Arcadia (1598), de Lope de Vega*,
dos por el espíritu renacentista. Así sucede, por que la reconvertiría a lo divino* en Los pastores
ejemplo, con el Libro del A bencerraje*. Gene­ de Belén (1612), El prado de Valencia (Valen­
ralmente de ambientación granadina, suelen de­ cia, 1600), de Gaspar Mercader*, y La constante
sarrollar el tema de cautivos y, en ellas, predo­ Amarilis (Valencia, 1609), de Cristóbal Suárez
mina un mundo de generosidad y belleza que de Figueroa*, a las que deben añadirse obras
im pregnará no pocas obras del siglo x v ii . Ade­ menores como Desengaño de celos (Madrid,
más de la ya mencionada, deben destacarse una 1586), de Bartolomé López de Enciso, Ninfas y
historia como la Ozmin y Daraja, asentada por pastores de Henares (Alcalá, 1587), de Ber­
Mateo Alemán* en la primera parte de su Guz- nardo González de Bobadilla*, Los cinco libros
mán de Alfarache, o de la del caballero Luzmán, de la enamorada Elísea (1594), de Jerónimo
incluida en la Selva de aventuras, de Jerónimo de Covarrubias*, Cintia de Aranjuez (Madrid,
de Contreras*. 1629), de Gabriel de Corral*, y, ya tardíamente
y posterior a la que se tiene como última mani­
NOVELA PASTORIL festación del género, la citada obra de Gonzalo
Género literario eminentem ente renacentista de Saavedra, Vigilia y octavario de san Juan
que, ocasionalmente, se sirve como modelo del Bautista (1679), de Ana Francisca Abarca de
sistema narrativo de L'Arcadia, de Sannazaro, Bolea*. No debe olvidarse, por supuesto, que,
obra de éxito sin par en su momento. Su origen, siguiendo la estela del mundo pastoril, también
eminentemente lírico, está en Virgilio, si bien la Cervantes* había contribuido al género con su
novela pastoril, desde el mencionado Sannazaro, novela La Galatea (Alcalá, 1585).
y recordando el Ameto, de Boccaccio, mezclará
prosa y verso, eligiendo en muchos casos formas NOVELA PICARESCA -4 Véase PICARESCA.
métricas tan aristocráticas como la sextina pro-
venzal. Es así como este tipo de novelas se ori­ NOVELA SENTIMENTAL
gina dentro de los márgenes de la norm a rena­ Tipo de novelas que proliferan durante el rei­
centista, de ahí el valor concedido al diálogo, en nado de los Reyes Católicos y que sufren el
el cual se conjugan el carácter culto de la lírica y mismo proceso que los libros de caballerías*:
un ideal amoroso de la vida que proviene del comienzan su decadencia a partir de 1560 con el
neoplatonismo. El resultado, por ejemplo, puede auge de la novela pastoril*. No obstante, frente
verse en los personajes femeninos de este am­ a los libros de caballerías, las novelas sentimen­
biente pastoril, los cuales están llenos de encanto tales son breves y tratan un único asunto, el
y armonía. La novela pastoril implica la transfor­ amoroso, al que se supeditan cualesquiera otros
mación autobiográfica del autor en pastor a tra­ elementos, tales como los guerreros, justo al
vés del amor. Se trata de una transformación que contrario de lo que sucede en los de caballerías.
se produce en contacto con una naturaleza ideali­ Existen una serie de rasgos fundamentales que
zada y a través del diálogo renacentista con otros las caracterizan: su argumento es simple, hay un
pastores. El mundo al que aspiran todos ellos es escaso número de aventuras, aparecen cartas y
la Arcadia. elementos autobiográficos y alegóricos. Son
En España, la trayectoria de la novela pastoril obras en las que, frente al amor cortés, no apa­
abarca desde la segunda mitad del siglo xvi hasta rece el amor adúltero, el abandonado es siempre
los comienzos del xvii o, lo que es lo mismo, el caballero y, aunque no suele haber una en­
desde la Diana, de Jorge de M ontem ayor*, fe­ trega inmediata de la mujer, si la hay es prácti­
chada en tomo a 1559, hasta Los pastores del Be- camente anecdótica. En teoría, son obras que se
tis (1633), de Gonzalo de Saavedra*. La Diana producen como ejemplo y consuelo. En opinión
NOVE LA SENTIMENTAL

de Menéndez Pelayo*, la novela sentimental de­ personajes y, respecto a las mujeres, una combi­
riva, en gran medida, de los libros de caballe­ nación de dulzura femenina y tendencia fem i­
rías, de los que conserva muchos rasgos, si bien nista en un ambiente caballeresco. Todos estos
están inspiradas por conceptos de la vida muy rasgos llevan a pensar en un género novelesco de
distintos, ya que, como queda dicho, en las sen­ carácter cortesano y emparentado con la lírica de
timentales todo está subordinado al amor, que es la época que ha dado lugar a no pocas interpreta­
el alma de la obra. El cambio esencial es que se ciones críticas. Unos han dicho de las novelas
trata de un intento de novela íntim a frente a la sentimentales que son narraciones extraordina­
acción externa que definía a las obras anteriores. rias, aunque sin monstruos ni ínsulas fabulosas,
El modelo principal se encuentra en dos textos, y que, lejos de centrarse en esforzados héroes,
la Fiammetta, de Boccaccio, y la Historia de pretenden ser relatos de ejemplares cortesanos y
duobus amantibus Eurialo y Lucretia, com ­ amadores. Su fondo autobiográfico afecta a un
puesta en 1444 por Eneas Silvio Piccolomini. yo ejemplar y retórico, humanamente conmove­
En ambos, la mujer se vuelve activa y aparece dor que, a diferencia de lo que sucede en los li­
ya el modelo del envío. Debe tenerse en cuenta, bros de caballerías, presenta a unos amadores
además, que es un tipo de novela íntim amente que lloran sentimentalmente. Además de desa­
ligado al nacimiento de la burguesía: si en una rrollar los procesos eróticos, en lo tocante a las
sociedad feudal encontramos siempre héroes co­ mujeres serían novelas que pretenden adentrarse
lectivos, con la ruptura de esta sociedad aparece en la psicología femenina. El amor de estas no­
el individualismo, es decir, un culto al individuo velas se ajusta a los postulados del amor cortés,
como tal individuo. Se produce, asimismo, un en el cual los amadores son conscientes de su
apartamiento de los principios religiosos, de au­ pertenencia a una comunidad selecta merced a la
toridad y de naturaleza, y los héroes se convier­ intensidad de sus sentimientos, sentimientos que
ten en problemáticos, dado que el héroe del si­ singularizan y dignifican. Estamos ante héroes
glo xv se encuentra en lucha con el mundo. En inflexibles en su pasión y para quienes el mundo
suma, en estas obras se reflejan las contradiccio­ es subjetivo. La realidad carece de autonomía y
nes entre los viejos y los nuevos valores. No la idealización se acrecienta por el hecho de que
obstante, ha habido sectores de la crítica que no la sumisión y el servicio del amante ni espera ni
han aceptado un encuadre tan preciso, alu­ recibe recompensa.
diendo, en unos casos, que algunas obras no res­ Pero, conectando con la tradición a la que antes
ponden al modelo de las fuentes citadas y, en me refería, hay que decir que estas obras tienen
otros, que ni siquiera existe la novela sentimen­ un hilo narrativo conductor que inserta un cierto
tal como género. Pero, se diga lo que se diga, la número de núcleos retóricos: sermones, «carte­
verdad es que se puede hablar de la novela sen­ les» de desafío, súplicas, debates doctrinales, pe­
timental en el siglo xv, con el matiz, por su­ queñas alegorías y epístolas. El argumento suele
puesto, de que el número de novelas a las que ser una historia sentimental de desenlace funesto
puede convenir la definición es muy reducido. y un fondo en el que está presente la m oraliza­
La tradición a la que pertenecen, además de las ción del autor o de otro personaje que finge ser
dos obras citadas, es muy variada: hay que ha­ espectador de los hechos y que instaura un sinto­
blar tanto del trasfondo mágico-caballeresco de m ático ‘yo’ narrativo. Estamos ante héroes que
una parte de la literatura artúrica, el alegorismo en escasísimas ocasiones actúan o hablan, y son
de la poesía y de la narrativa francesa e italiana los mensajes escritos los que dan la medida de la
de la baja Edad Media, los poemas amorosos de lejanía de la amada. Las heroínas españolas son
los cancioneros del siglo xv o la autobiografía solteras, pero rechazan y hacen sufrir al amante
sentim ental, como de ciertos m odelos de elo­ como consecuencia de un único motivo: el có­
cuencia sentimental que ya estaban de moda en digo del honor. La inaccesibilidad de la amada
la literatura castellana, por ejemplo los serm o­ no es un ideal, sino una institución que la socie­
nes* de la Historia troyana. dad oficial obliga a respetar con un rigor puri­
En principio, una serie de materiales son indis­ tano, actitud detrás de la cual está la extremada
pensables para la construcción de una novela voluntad de conservación de una sociedad caba­
sentimental: un narrador-autor como personaje, lleresca que ve amenazados sus valores.
cartas, en las que se combina intimidad y subjeti­ En España, las novelas sentimentales tienen una
vidad, una acción no medieval y un público cor­ época de florecim iento que va, más o menos,
tesano-burgués, especialm ente mujeres. Estos desde 1440, fecha aproximada en que Juan Ro­
elementos propician textos que reúnen ciertos dríguez del Padrón* compuso su Siervo libre de
rasgos característicos: la artificiosidad de las amor, hasta 1495, año de aparición del Grimalte
aventuras y del estilo, la minuciosa descripción y Gradissa, de Juan de Flores*, si bien hay un
de los sentimientos, la exaltación idealista de los largo periodo de influencias y difusiones, tanto
669 NOVÍSIMOS

en España como en Europa, hasta el siglo x v ii . referentes musicales, del jazz, del pop o del
Aparte de estos dos autores, quien sin duda re­ mundo del cómic, dando lugar a poemas repletos
presenta de una forma más clara al género es de enumeraciones caóticas y referencias cultura­
Diego de San Pedro*, autor de obras como el les que sobrecargaban su lectura, dejando de lado
Tractado de amores de Arnalte e Lucenda, la las emociones del poeta, sus sentimientos más
Cárcel de amor, la principal de ellas, y El des­ íntimos, y concentrándose en los efectos del len­
precio de Fortuna. guaje mismo. En palabras del mencionado Luis
Alberto de Cuenca: «no nos apetecía escribir
NOVÍSIMOS nada que no tuviera unos orígenes culturales, li­
La conocida como Generación de los novísimos brescos». Es decir, que hay una pretensión de
o del 68 tiene su origen en la antología que en anonimato, de cancelación de los datos biográfi­
abril de 1970 publicó Josep M aria Castellet* cos, de la identidad poética en favor de los ele­
en la editorial de Carlos Barral* con el título de mentos externos al poema mismo y que, en cam­
Nueve novísim os poetas españoles, en la cual, bio, lo conforman. Al propio tiempo, estos
de m anera algo caprichosa, el crítico catalán, poetas buscaban la provocación en sus declara­
que reconoce que trataba de establecer un juego ciones, confesando gustos que traspasaban las
entre las palabras «nueve» y «novísimos» — lo fronteras peninsulares, demostrando su preferen­
que sin duda podría haber dado lugar a la inclu­ cia por la literatura en otras lenguas, sobre todo
sión de doce, quince o los que fueran— incluía a en francés e inglés, y defendiendo el individua­
Pere Gimferrer*, Leopoldo M ana Panero*, José lismo, la modernidad, la vanguardia, el surrea­
María Álvarez*, Guillerm o Carnero*, Manuel lism o..., y cerrando filas en tomo a autores que,
Vázquez M ontalbán*, Antonio M artínez Sa- tras la guerra, habían quedado relegados al ol­
rrión*, Félix de Azúa*, Vicente Molina Foix* y vido y no a las grandes figuras que habían tra­
Ana María Moix*. A partir de este momento, en zado una época durante la posguerra.
sucesivas antologías, esta nómina iría creciendo La evidente paradoja que se escondía en tales ac­
con otros autores como Antonio Colinas*, José titudes, como la de ser al mismo tiempo contra-
Miguel Ullán*, Jenaro Talens*, Luis Alberto de culturales y culturalistas, no disminuyó el efecto
Cuenca*, Jaim e Siles*, Justo Jorge Padrón*, que semejantes propuestas estéticas tuvieron en
Luis A ntonio de Villena*, Miguel d ’Ors*, José la escritura y en los intereses literarios de los
Luis García Martín* y Abelardo Linares*, entre poetas que comenzaban a escribir por esas fe­
otros. chas, que durante largo tiempo siguieron dicha
La antología original de Castellet, en la que cada estela. Pero del mismo modo se produjo una
selección de poemas iba precedida por una poé­ reacción de la crítica y de los autores que, liga­
tica redactada por los propios autores, supuso dos a la literatura realista de corte social, consi­
una revolución de carácter generacional y estilís­ deraban la poesía como un instrumento de lucha
tico, ya que se trataba, por un lado, de autores jó ­ basado en la sencillez, ajeno a cualesquiera cul-
venes, la primera generación de poetas nacidos turalismos. Para algunos de ellos se trataba tan
tras la Guerra Civil, lo que había sido una de las solo de provocadores, fanáticos de las exquisite­
exigencias del antologo, y por otro de escritores ces de Pound y Eliot. Pero hubo también quien,
que esgrim ían nuevos modos de expresión que como Carlos Bousoño*, vio en esta nueva forma
se oponían a los que hasta ese momento habían de expresión poética un síntoma de que la poesía
dominado el panorama poético. De modo ge­ social estaba en decadencia, de que había ago­
nérico puede afirmarse que existía una reivindi­ tado sus esquemas y sus objetivos y de que la
cación común a todos ellos, en la cual latía el poesía debía buscar de nuevo «la sorpresa y la
espíritu de rebeldía contra lo establecido, la bús­ irrealidad». Fue Rafael Conte* el que habló por
queda de lo que hasta ese momento no se había vez primera de «escuela veneciana» — acaso
hecho, el rechazo a una poesía demasiado identi­ como referencia al libro italiano I novissimi que
ficada con el realismo* y los problemas sociales. había servido de modelo a la antología de Caste­
De tal suerte, todos ellos compartían el gusto por llet— , refiriéndose a este grupo de poetas como
un esteticismo decadente, en el cual dominaban desenfadados, escépticos, brillantes y esteticis-
los excesos y exotismos lujosos del léxico m o­ tas, si bien destacó — pese a los aspectos comu­
dernista, y por un malditismo propio de un espí­ nes que hemos señalado aquí— su falta de uni­
ritu vanguardista que mostraba preferencia por dad, ya que por un lado había algunos de sus
las prácticas experimentales. El lenguaje de sus miembros ricos, cultos y viajados, un poco seño­
versos, por tanto, incorporaba elementos suntuo­ ritos, «hijos de papá», mientras otros mantenían
sos, tecnicistas, claramente influidos por los me­ una politización comprometida, como Vázquez
dios de comunicación de masas, cinematográfi­ M ontalbán. El propio Castellet, muchos años
cos, de gusto kitsch, así como lugares exóticos, después, ha reconocido que lo que pretendió con
NOVO 670

aquella antología fue una doble declaración lite­ de una experiencia, supuso un revulsivo que ba­
raria de principios: que el franquismo había ter­ saba la escritura en la relación directa con la
minado y que, con él, también la poesía como cotidianidad del mundo y que creó toda una
arma de combate. corriente que llega hasta los momentos más re­
En todo caso, la aparente novedad que llevaba cientes. En ella destacan poetas como Luis Gar­
consigo la propuesta estética de los novísimos no cía Montero*, su apóstol más conspicuo, Carlos
lo era tanto, pues conviene destacar que con an­ Marzal* o Lorenzo Oliván*.
terioridad poetas como Claudio Rodríguez*, Gil Como se ve, el efecto que en su día provocaron
de Biedma*, José Ángel Valente*. Ángel Gonzá­ las que muchos consideraron bravatas culturalis-
lez* o Francisco Brines*, entre otros, ya habían tas ha ido conformando lo que ha sido y es la
intentado y conseguido liberarse de patrones, poesía española de nuestros días. Curiosamente,
exigencias o dogales ideológicos, buscando en la muchos de aquellos poetas de entonces han
poesía un medio de conocimiento de la realidad. abandonado la poesía, convirtiéndose en narra­
Esta misma reacción contra el realismo social de dores que desde luego han moderado, si no aban­
muchos de los novísimos se vería con el tiempo donado definitivamente, aquellas propuestas es­
matizada por el reconocimiento de los aspectos téticas y, por qué no decirlo, éticas. Tal es el caso
positivos que se habían dado en toda esa escri­ de autores como M olina Foix, Azúa, Moix y
tura anterior que con tanta virulencia estética se Vázquez Montalbán. Los demás, aun escribiendo
había rechazado. De tal suerte, a partir de los poesía, han ido derivando hacia posiciones bien
años setenta, ya entrados los ochenta, la corriente diversas de las que defendían entonces. En todo
iniciada por los novísimos se escinde en dos nue­ caso, el fenómeno literario de los novísimos fue
vas tendencias: la de los continuadores puros, esencial, como se ha visto de las evoluciones ul­
esteticistas, «posnovísimos», en palabras del ya teriores, para entender la poesía española de los
citado Villena, y la de los que se conoce como años setenta, ochenta y noventa.
«poetas de la reflexión», que practican la que se
ha dado en llamar «poética del silencio». La pri­ NOVO, Olga (Vilarmao-Pobra de Brollón, Lugo,
mera de ellas está formada por poetas que can­ 1975)
tan el cuerpo, la juventud perdida, el paisaje me­ Poetisa en lengua gallega. Autora jovencísima y
diterráneo, la luz, el mundo de los sentidos; la por el momento conocida en un ámbito local,
segunda, claramente introspectiva, parte de que pero de cuya obra se ha ocupado alguna publica­
la experiencia poética es un acto inefable y la ción de ámbito nacional. Es autora de los poema-
palabra un instrum ento inútil. Los autores del ríos: A teta sobre o sol (1996), Nos ñus (1997) y
prim er grupo son herederos de la poesía de Ca- Amar éfa zer vento (1998), pero está incluida en
vafis o Cernuda*, caso del propio Luis Antonio diferentes antologías de poesía joven, como Rías
de Villena, que se entrega a la glosa hedonista de tinta (1999) y Pasar la página. Poetas para el
de los placeres, la belleza física y los goces del nuevo milenio (2000).
cuerpo; los del segundo, deudores de la voz poé­
tica de Celan o del mencionado Valente, creen NOVO Y COLSÓN, Pedro de (Cádiz, 1846-Ma-
que el poema es el lugar de la reflexión sobre la drid, 1931)
propia escritura, sobre el poema en sí, un ejerci­ Dramaturgo. Marino de profesión, colaboró en
cio de abstracción metapoética que se aprecia en diversas publicaciones navales y en otras como
autores como Andrés Sánchez Robayna* o La Ilustración Española y Americana y Heraldo,
Jaime Siles*. y fue miembro de las academias de la Historia y
Pero aún hay más; de aquellas rebeliones de los de la Lengua. Influido por la tragedia romántica
novísimos surgen aún una tercera y una cuarta (véase ROMANTICISMO), a menudo de corte his­
vía. En primer lugar la de quienes, fieles todavía tórico, fue autor de un teatro sin excesos, sobrio
al simbolismo* y al surrealismo*, se mantienen en los planteamientos y certero en la definición
en los márgenes del esteticismo verbal cultura- de caracteres. Destacan los dramas Vasco Núñez
lista, como es el caso de Gimferrer o de alguien de Balboa (1878), La manta del caballo (1878),
como César Antonio Molina*. En segundo, la de Corazón de hombre (1884), La bofetada (1890),
autores que, como en su día los novísimos se re­ en prosa y uno de sus mayores éxitos, y El pró­
belaron contra las exigencias del realismo social, digo (1891), a los que hay que añadir las come­
se rebelan ahora claramente contra las de las dias Hombre de corazón (1884), que, aunque del
nuevas propuestas nacidas de aquella generación mismo año, nada tiene que ver con la obra ya
de los setenta. Se trata de poetas que, a finales de mencionada Corazón de hombre, y Un archimi­
los años ochenta, usan la expresión poesía de la llonario (1886), así como la zarzuela Todo por
experiencia*, la cual pese a lo intrínsecam ente ella (1890), con música de Ruperto Chapí. Fue
absurdo de su significado, pues toda poesía nace autor, asimismo, de trabajos sobre asuntos marí­
671 NÚÑEZ

timos, tales como: Última teoría sobre la Atlán- vida, su tiempo y su obra (1956; 2 vols.), Cana­
tida (1879), Sobre los viajes apócrifos de Juan rias en la obra de Lope de Vega (1964), Una­
de Fuca y de Lorenzo Ferrer Maldonado (1881) muno en Canarias (1964), Novela y drama de Tu­
e Historia de la guerra de España en el Pacífico llo Montalbán (1965) y Cartas del archivo de
(1882), y del relato novelesco Un marino del si­ Galdós (1968), entre otros.
glo XIX o Paseo científico por el océano.
N U N E S , A r i a s (siglo xm)
N O V O A , M a t í a s d e (Toledo, 1576?-?, 1652?) Poeta. Clérigo y colaborador de Alfonso X*,
Historiador. Fue edecán del que habría de con­ aparece en el códice de las Cantigas de santa
vertirse en Felipe IV y simpatizante del duque de María, cuya coordinación bien pudiera ser que el
Lerma. Escribió unas H istoria de Felipe III e Rey Sabio se la hubiese encargado a él, y de la
Historia de Felipe IV, incluidas en sus Memorias mayoría de las cuales quizá sea el autor. En sus
y cuyos manuscritos se publicarían en la «Colec­ composiciones, en las que suele emplear el ser-
ción de Documentos Inéditos para la Historia de ventesio, combinó con elegancia el ritmo, la sá­
España» en 1875 y 1876, y que Cánovas del Cas­ tira y el razonamiento en no pocas cantigas de
tillo*, en su M atías de Novoa, Monografía de un amigo (véase LÍRICA MEDIEVAL).
historiador desconocido (1870), ya consideró
originales de Novoa, y no de un tal Bernabé de N Ú Ñ E Z , A n í b a l (Salamanca, 1944-1987)
Vivanco, como siempre se había creído. Poeta. A utor casi desconocido en cuya poesía
destaca las com plicadas pruebas a las que so­
N O V O A S A N T O S , R o b e r t o (La Coruña, 1885- m etía a las formas poéticas clásicas, para ex­
Santiago de Compostela, La Coruña, 1933) traer de ellas todo su potencial expresivo. Au­
Ensayista. Médico de profesión y catedrático de tor, entre otros, de los siguientes poemarios:
Patología en las universidades de Santiago y Ma­ Elegías (1980), Cuarzo (1981), Clave de los
drid, escribió, además de numerosas obras médi­ tres reinos (1986) y Estampas de ultramar
cas, otras filosóficas y sobre la relación entre me­ (1986), a los que hay que añadir Naturaleza no
dicina y literatura, entre las que destacan: El recuperable (1990) y Definición de savia (1991),
instinto de la muerte (1927), La mujer, nuestro postumos.
sexto sentido y otros esbozos (1928) y Patogra­
fía de santa Teresa de Jesús (1932). N Ú Ñ E Z , F e l i p e (Plasencia, 1955)
Poeta. En los versos de este autor casi secreto,
N U C I O , M a r t í n — > Véase ROMANCERO. siempre al margen de modas o imposiciones es­
téticas, hay un instinto de transgresión que in­
N U E D A , L u is (Madrid, 1883-1952) tenta rebelarse contra la herencia de la tradición
Ensayista. Además de trabajos como De música: poética a través de poemas extremadamente bre­
epistolario de un melómano (1920) y los ensa­ ves, de lenguaje depurado y despojado obsesiva­
yos de Un libro raro (1926), con los que consi­ mente de todo lo inútil, ofreciendo una visión de
guió no pocas polémicas, su obra fundamental es la realidad inmediata repleta de ironía y, con fre­
la antología M il libros (1940), en la que se inclu­ cuencia, superando lo cáustico. Hay que destacar
yen resúmenes, comentarios y diversas peculia­ sus poemarios, siempre en ediciones clandesti­
ridades de otras tantas obras de la literatura uni­ nas y minoritarias: Tris, tras, princesa (1975),
versal, y que, en 1969, Antonio Espina* amplió a Leticia va del laberinto al treinta (1977), Los se­
dos volúmenes en los que se incluyeron referen­ res y las fuerzas (1979), Equidistancia (1983),
cias de textos hispanoamericanos. Nombres o cifras (1985) y Balizamiento para un
aterrizaje nocturno (1998), volumen que reúne
N U E Z C A B A L L E R O , S e b a s t iá n M a n u e l d e la su obra completa hasta ese momento. Es autor,
(Las Palmas de Gran Canaria, 1917) asimismo, del ensayo Para acabar de una vez
Poeta y ensayista. Licenciado en Farmacia por la con la voz media (1998), donde se enfrenta,
Universidad de Granada y en Filosofía por la de siempre con su conciencia transgresora, a ese
La Laguna, se doctoró en esta última disciplina pensamiento único y blando que domina la con­
en Madrid. Ha sido catedrático en la Facultad de temporaneidad.
Filosofía y Letras de la mencionada Universidad
de La Laguna y redactor de la Revista de Historia N Ú Ñ E Z , H e r n á n - > Véase NÚÑEZ DE TOLEDO
Canaria. Entre sus poemarios, destacan M i flo r Y GUZM ÁN, Hernán.
hasta la nave (1946), La zarza ardiendo (1949) y
Catorce poemas (1964), obras a las que hay que N Ú Ñ E Z , N i c o l á s (Valencia, h. 1470-?)
añadir, además de los cuentos de Una noche en Poeta. Célebre sobre todo por su tratado Cárcel
vela (1953), ensayos como Tomás Morales, su de amor, incluido como apéndice en la obra del
NÚÑEZ 672

mismo título (Burgos, 1496), de Diego de San e Italia, y escribió guiones cinematográficos y te­
Pedro*, y en el que se combinan prosa y verso. levisivos. Fueron importantes sus críticas litera­
Asimismo, es uno de los autores del Cancionero rias en la revista La Libertad, dirigida por Cansi­
general (véase CANCIONERO). nos Assens*. Autor de novelas de tema variado,
en las que combina a veces ciencia-ficción con
NÚÑEZ, Vicente (Aauilar de la Frontera, C ór­ temas históricos y preocupaciones políticas
doba, 1926-2002) como el exilio, también escribió una pentalogía
Poeta. Ausente de las antologías de poesía con­ dedicada a la decadencia de la Roma imperial,
temporánea y, por tanto, olvidado por la crítica, cuya novela más destacada fue la prim era de
es, sin embargo, poeta de culto. Muy ligado al ellas: El lazo de púrpura (1957), galardonada en
grupo de la revista Cántico a partir de 1954, su día con el Premio Nacional de Literatura Mi­
suele incluírsele, más por los modos poéticos guel de Cervantes, y a la que siguieron El hom­
que por los temas, entre los poetas andaluces cer­ bre de Damasco (1958), El denario de plata
canos a la conocida como Generación del 50*, si (1959), La piedra y el César (1960) y Las colum­
bien se trata de un caso peculiar que, aunque se nas de fuego (1967). Destacan, además, títulos
acoge a esa poesía europea y cemudiana de corte como Konco (1943), M ujer de medianoche
pagano en sus inicios, así como al uso común del (1945), Días de huracán (1949), La gota de mer­
alejandrino, ahonda en una percepción melancó­ curio (1954), que fuera finalista del Premio N a­
lica del mundo más allá de la simple exaltación dal, Segunda agonía (1955), Tu presencia en el
de los sentidos e introduce, por ejemplo, el uso tiempo (1955), Cuando Alfonso era rey (1962),
de una silva cortante y sentenciosa. Es autor, Gloria en subasta (1964), por la que obtuvo el
pues, de una poesía, de temática claramente cor­ Premio de la Crítica, Pecado original (1965), Se-
dobesa y andaluza, en la que a pesar de la pre­ míramis (1966), Sol de Babilonia (1967), AI filo
sencia de elementos sensuales, estos se ponen al de la sospecha (1971) y Víspera sin mañana
servicio de las ruinas, de una realidad que debe (1971).
ser escrutada y en la que las preocupaciones
amorosas, en un marco urbano y rural a la vez, NÚÑEZ DE ARCE, Gaspar (Valladolid, 1832-
y la belleza se ven matizadas por el paso del M adríd, 1903)
tiempo, todo ello tratado con un lenguaje exqui­ Dramaturgo y poeta. Aunque pasó sus primeros
sito, sin barroquismos superfluos, y con volun­ años en Toledo, estudió en Madrid, ciudad en la
tad de optimismo. Paulatinamente, su poesía fue que inició su carrera periodística en el diario El
haciéndose más m editativa a partir de los años Observador. Cronista en el periódico La Iberia
ochenta, transformando las reflexiones sobre el de la campaña de África (1859-1860) — crónicas
amor en una profunda contemplación del ser, que reuniría, en 1860, en el volumen Recuerdos
abreviando el poema, acudiendo a la sentencia de la guerra de África— , fue Gobernador Civil
como expresión y rebelándose contra la poeti­ de Barcelona, ministro de U ltramar en el Go­
zación de la realidad. El resultado final es una bierno de Sagasta y, desde 1874, miembro de la
poética severa y enunciativa en la que las fuerzas Real Academia Española. Personaje de carácter
naturales revelan la naturaleza del ser, escuchán­ extraño, amargado quizá por un accidente infan­
dose en sus versos los ecos de Rilke. Destacan, til que le deformó el tórax, hoy es recordado más
entre otros, sus poemarios: Elegía a un amigo por sus versos que por sus dramas y comedias.
muerto (1954), Tres poemas ancestrales (1955), Es su poesía, honda e intensa, virtuosa en las for­
Los días terrestres (1957), Poemas ancestrales mas, muy cuidada y marcada por dualidades reli­
(1980), Ocaso en Poley (1982), Cinco epístolas giosas y emocionales concernientes al enfrenta­
a los ipagrenses (1984) — Ipagra es Aguilar de la miento entre los ideales y la debilidad humana,
Frontera, su pueblo natal— , Teselas para un mo­ existe una profunda admiración por Dante, así
saico (1985), Poesía (1954-1986) (1988; reed., como una tendencia al simbolismo* y a la musi­
ampliada en 1995) e Himnos y textos (1989), a calidad esteticista que han llevado a relacionarlo
los que hay que añadir la amplia selección de su con el mundo artístico de prerrafaelitas como el
poesía en Viaje al retorno (Antología poética) británico, pintor y también poeta, Dante Gabriel
(2000), prologada por el poeta vallisoletano Mi­ Rossetti, y, en definitiva, como precursor del
guel Casado*. Modernismo*. Sus poemas históricos, a diferen­
cia de los escritos por los románticos, no inten­
NÚÑEZ ALONSO, Alejandro (Gijón, Asturias, tan describir ambientes; pero, sin duda, sus me­
1905-Quebec, Canadá, 1982) jores versos tienen un carácter social, un sentido
Novelista. Ejerció el periodismo en España, Mé­ cívico que pretende repercusiones políticas. En
xico — país al que se trasladó en 1929 y en el que este sentido, están marcados por un grave pesi­
permaneció hasta los años cincuenta— , Francia mismo, así como por un tono en cierto sentido
673 NÚÑEZ Y DÍAZ

oratorio que lo aleja, en su servilismo ideológico de España. De caracter, al parecer, autoritario,


y político, del valor poético. Fue, en suma, junto sus hombres se sublevaron en 1544, lo arrestaron
a Campoamor*, el poeta más exitoso del m o­ y lo enviaron de regreso a nuestro país, donde
mento. Pero, como ya se ha dicho, también escri­ fue condenado por el Consejo de Indias a destie­
bió teatro, obras de corte histórico en las que la rro en Orán, del que sería perdonado ocho años
tendencia a lo poético le condujo definitivamente después por el rey. Nombrado juez del Tribunal
a pasarse a los terrenos del verso. Destacan pie­ Supremo en Sevilla, allí permaneció ya hasta su
zas teatrales como La cuenta del zapatero muerte. Su importancia literaria se debe a la na­
(1858), Deudas de la honra (1863), Quien debe, rración de sus múltiples aventuras en los Naufra­
paga (1867), Justicia providencial (1872) y, so­ gios (1542) — cuyo título completo era Nau­
bre todo, El haz de leña (1872), sobre el encarce­ fragios y relación de la jornada que hizo a la
lamiento del príncipe Carlos, hijo de Felipe II, tí­ Florida con el adelantado Pánfilo de Narváez— ,
tulos a los que habría que añadir los de otras publicados conjuntamente con los Comentarios,
obras escritas en colaboración con Antonio Hur­ obra en la que analiza su gobierno en las tierras
tado y Valhondo*, tales como H erir en la som ­ del Plata, en 1555. La obra es una fuente esen­
bra (1866) o La jota aragonesa (1866). En 1879 cial para acercarse a la constitución etnográfica
se publicaron unas Obras dramáticas, en las que de los pueblos del sur de Norteamérica y está
aparecen todas sus obras. editada en el volumen XXII de la «Biblioteca de
De sus poemas, muchos de ellos concebidos para Autores Españoles».
la recitación, merecen destacarse Raimundo Lu-
lio (1875), Un idilio y una elegía (1878), La selva NÚÑEZ DE CASTRO, Alonso (M adrid, 1627-
oscura (1879), en el cual se aprecian los mencio­ 1695)
nados fervores dantescos, La última lamentación Historiador. Cronista de Felipe IV, fue autor de
de Lord Byron (1879), escrito en octavas, El vér­ estilo pedestre, pero que manejó numerosas
tigo (1879), en décimas, La visión de fra y M ar­ fuentes. Entre sus obras se cuentan el Espejo
tín (1880), Hernán el lobo (1881), que dejó sin cristalino de armas para generales valerosos,
terminar, La pesca (1884), Maruja (1886), Poe­ de desengaños para cristianos príncipes (1648),
mas cortos (1895) y ¡Sursum corda! (1900), a Séneca impugnado de Séneca en cuestiones p o ­
los que hay que añadir, por supuesto, su Gritos líticas y morales (1651), Vida de las fundadoras
de combate (1875), en el que poetizó, con ecos del monasterio del Caballero de Gracia (1658),
románticos, sus preocupaciones socio-políticas, Sólo M adrid es corte (1658), en la que reivindi­
e incluyó poemas dedicados a Darwin, a Voltaire, caba una condición capitalina para Madrid, de la
a la duda y a la tristeza, entre otros asuntos. En que la ciudad gozó a partir de 1650, Historia
1920 se editaron en Nueva York sus Poesías eclesiástica y seglar de la ciudad de Guadala-
completas. Escribió, asimismo, un Discurso so­ ja ra (1658) y Ley viva de príncipes perfectos
bre la poesía (1887), en el que defiende la poesía (1673). Fue autor, asimismo, de una Vida de san
frente al m aterialismo creciente y censura los Fernando que no se publicaría hasta 1943, y
prosaísmos de Campoamor. continuador de Corona gótica, castellana y aus­
tríaca, la historia de Saavedra Fajardo* que
NÚÑEZ CABEZA DE VACA, Alvar (Jerez de la abarcaba desde 716 a. de C. hasta el reinado de
Frontera, Cádiz, h. 1500-Sevilla, 1558) Enrique II, continuación que se publicó en Ma­
Cronista. Explorador y aventurero de ilustre fa­ drid en 1681.
m ilia andaluza, su padre, Pedro de Vera, con­
quistó Canarias. Se embarcó, en 1527, rumbo a NÚÑEZ DE CEPEDA, Francisco (Toledo, siglo xvii)
La Florida, para explorarla y colonizarla, como Jesuita a quien debemos una obra, Idea del buen
tesorero de la expedición de Pánfilo de Narváez. pastor representada en empresas sacras, versión
Fue uno de los pocos supervivientes que se sal­ a lo divino* de la Idea de un príncipe político
varían del naufragio de la flota en la isla de Mal- cristiano representada en cien empresas, de Saa­
hado, lo que no evitó numerosas vicisitudes pos­ vedra Fajardo*, y que no se editaría hasta 1882
teriores por los territorios del Golfo de México, en Lyon y, posteriormente, en el volumen XXXV
entre ellas la de ser cautivo de los indios masia- de la «Biblioteca de Autores Españoles».
nes, hasta que se reencontró por fin con otros tres
compañeros supervivientes con los que regresó NÚÑEZ Y DÍAZ, Francisco de Paula (Sevilla,
andando desde Norteamérica a Nueva España y, 1766-Granada, 1832)
en 1537, a la Península. Nombrado gobernador Poeta. De la escuela sevillana* y bautizado por
del Río de la Plata en 1540, exploró el Paraguay, Lista* como «Píndaro del Cristianismo», fue au­
y, en 1542, descubrió las cataratas de Iguazú al tor de Odas, algunas de las cuales aparecieron en
frente de la expedición con la que había salido el Correo Literario de Sevilla.
NÚÑEZ DE REINOSO 674

N Ú Ñ E Z D E R E I N O S O , A l o n s o (La A lca rria , mendador griego»— , en sus escritos solía firmar


Guadalaiara, finales siglo XV-Ferrara, Italia?, con el sobrenombre latino Ferdinandus Pincia-
d. de 1552) nus, haciendo referencia a Pincia, nombre anti­
Poeta y narrador. Apenas se sabe de su vida salvo guo de Valladolid y motivo por el que se le cono­
que estudió en Salamanca, que pasó temporadas ció como el Pinciano. Enseñó Retórica en la
en Ciudad Rodrigo, donde trabó amistad con Fe­ Universidad de Alcalá — donde su firma se con­
liciano de Silva*, y que hubo de exiliarse en dos virtió únicamente en Hernán Núñez— y Griego
ocasiones, una prim era en Portugal, país en el en la de Salamanca, donde cubrió la plaza que de­
que quizá tratara a Sá de M iranda*, y, una se­ jara Nebrija* tras su muerte. Su celebridad se
gunda, en Italia. Todos estos datos los conoce­ debe a las muchas traducciones críticas que rea­
mos por los poemas que acompañan a su novela lizó sobre autores clásicos tales como Séneca
Historia de los amores de Clareo y Florisea, y (Basilea, 1529), Pomponio Mela (1544) y Plinio
las tristezas y trabajos de la sinventura Isea, na­ (Salamanca, 1544), entre otros. Estas ediciones
tural de la ciudad de Éfeso, que, en los dieci­ gozaron de un extraordinario prestigio en Europa.
nueve primeros capítulos, es una imitación, con­ Fue autor, asimismo, de un célebre comentario
fesada por el autor, del libro V de Los amores de sobre la obra de Juan de Mena*, Las CCC del fa ­
Leucipe y Clitophonte, de Aquiles Tacio, tomada mosísimo poeta Juan de Mena (Zaragoza, 1490),
por Núñez de Reinoso de la versión en vulgar de que pretende ser un manual de geografía, artes y
los Ragionamenti amorosi (1546), de Ludovico mitología, de una traducción directa del latín de
Dolce. Su obra, en la que, además, se aprecian la Historia de Bohemia (1509), de Eneas Silvio,
los ecos de Ovidio, Séneca, Virgilio y Horacio, que dedicó al conde de Tendilla, y de una compi­
se publicó en Venecia en 1552, y se trata de una lación de Refranes y proverbios glosados (Sala­
novela bizantina de gran calidad en la que consi­ manca, 1555). Pero, sin duda, una de las activida­
gue personajes humanos y cordiales, a mayor al­ des fundamentales que realizara Núñez fue por
tura que los del original de Tacio. Aparecen en encargo del cardenal Cisneros: una versión latina
ella, asimismo, episodios inventados por él, y de los Setenta, libro originariamente escrito en
que están a medio camino entre lo pastoril (véase griego, para \a. Biblia políglota complutense*.
NOVELA PASTORIL), lo sentimental y lo caballe­
resco*. Ñ U Ñ O , A n a (Caracas, Venezuela, 1957)
Poetisa y ensayista. Licenciada en Filología In­
N Ú Ñ E Z R O L D Á N , F r a n c i s c o (Madrid) glesa y Francesa en la U niversidad Sorbonne-
Novelista. Afincado en Sevilla, es autor de la no­ Nouvelle de París, aunque venezolana de naci­
vela histórica Guatarral, almirante y pirata miento, su presencia en estas páginas no está
(2001), centrada en la conquista de Cádiz por los justificada solo por el hecho de vivir en Barce­
ingleses. lona desde 1991, sino por ser uno de los persona­
jes más activos de la vida cultural española como
N Ú Ñ E Z D E T O L E D O Y G U Z M Á N , H e r n á n (Va­ directora, entre 1997 y 2001, de una de las más
lladolid, h. 1475-Salamanca, 1553) importantes revistas literarias peninsulares: Qui­
Filólogo. Hijo del escribano de Enrique IV, Fer­ mera. Además, ha publicado numerosos artícu­
nando Núñez de Toledo, estudió en el colegio del los y críticas de literatura y cine en otras publica­
Gran Cardenal de Valladolid y, a los 14 años, in­ ciones nacionales, caso de El Viejo Topo, y
gresó en la Orden de Santiago. Entre 1490 y extranjeras, como Vuelta, en México, o El N a­
1498, estudió becado en el colegio de San C le­ cional y El Universal en su país. Autora del en­
mente de Bolonia, periodo tras el cual regresa a sayo José Lezama Lima (2001), hay que mencio­
España como preceptor de los Mendoza en Gra­ nar, sobre todo, sus poemarios Las voces
nada. Gran helenista — a consecuencia de lo cual encontradas (1989) y Sextinario (1999; reed.,
sus contemporáneos le conocían como el «Co­ 2001 ).
OBREGÓN, Antonio de (M adrid, 1910-1985)
o elogios a los Habsburgo, de cuya dinastía pre­
Novelista y poeta. Licenciado en Filosofía y Le­ tende probar su antigüedad. Sin editar en su día,
tras, siendo aún muy joven colaboró en publica­ quedaron un catálogo de los obispos de Zamora
ciones como La Gaceta Literaria y Revista de y un Libro de los Linajes y Armas, el cual se en­
Occidente, y fue crítico teatral de El Sol, Madrid, cuentra en la biblioteca de los condes de Lemos
A BC y Arriba. Director de los servicios de Pro­ en Monforte, Lugo. En 1791 se publicó en Ma­
paganda de la Falange, secretario del Ateneo de drid una edición de sus Obras.
M adrid y del Pen Club, escribió guiones cinema­
tográficos y dirigió sus propias películas en Pa­ OCAÑA, Francisco de (siglo xvi)
rís, Berlín y Roma. Como novelista, es autor de Con su firma se publicó un Cancionero para can­
novelas de corte vanguardista, siendo quizá el úl­ tar la noche de Navidad y las fiestas de Pascua
timo que desarrollara semejantes imperativos es­ (Alcalá de Henares, 1603), muchas de cuyas com­
téticos. D estacan títulos como Efectos navales posiciones en metros cortos terminarían siendo
(1931) y Hermes en la vía pública (1934), a los adaptadas a melodías populares. De hecho, dos de
que hay que añadir el poemario en prosa y verso sus canciones están incluidas en el Romancero y
El campo, la ciudad y el cielo (1929) y los ensa­ cancionero sagrados, publicado en el volumen
yos Villon, poeta del viejo París (1954) y El ve­ XXXV de la «Biblioteca de Autores Españoles».
nerable Bernardino de Obregón (1956).
OCAÑA, Javier (Madrid, 1964)
OCAMPO, Florión de [o D'] (Zamora, 1495?- Poeta. Autor en cuyos versos domina una visión
1558?) desolada del amor, siempre autorreferente y que
Historiador. Alumno de Nebrija* en la Universi­ se alimenta de sí mismo. Hay que destacar su
dad de A lcalá entre 1509 y 1514, tomó partido poemario Sol imposible (1999), con el que ob­
por los comuneros y, desde 1521, fue secretario tuvo el Premio Ciudad de Benicarló.
del obispo de Zamora Antonio de Acuña. Tras or­
denarse sacerdote, fue cronista de Castilla y, en OCHARÁN MAZAS, Luis de (Bilbao, 1858-?)
1539, de Carlos V, para convertirse más tarde, en Novelista. Fue autor de novelas en las que des­
1541, en canónigo de la catedral de Zamora. Au­ taca su interés tanto por el realismo* costumbrista
tor de Las quatro partes enteras de la crónica de (véase COSTUMBRISMO) cuanto por el análisis
España que m andó componer el serenísimo rey psicológico, un tanto tosco, de los personajes.
don Alfonso llamado el Sabio (Zamora, 1541), Destacan sus tres novelas con nombre de mujer:
obra en la que reprodujo un manuscrito de la que Ángela (1887), Marichu (1916) y Lola (1920).
Menéndez Pidal* llamó «Tercera crónica gene­
ral», y con la que dio lugar a numerosas críticas OCHOA, Eugenio de -> Véase O C H O A Y
y a no pocos elogios, entre ellos el de Ambrosio MONTIEL, Eugenio de.
de Morales*, escribió, además, Los cuatro libros
prim eros de la crónica general de España (Z a­ OCHOA, Juan (Avilés, Asturias, 1864-Oviedo,
mora, 1543), en la cual trató de abarcar la histo­ 1899)
ria del mundo hasta los romanos y que aumentó Narrador. Colaboró, desde 1892, con sátiras po­
en un quinto libro en una nueva edición apare­ líticas en el diario madrileño La Justicia. En la
cida en Medina del Campo en 1553. Esta última línea sentimental e irónico-humorística de Pala­
obra, en la que introduce numerosas leyendas e cio Valdés* y Clarín* respectivamente, escribió
invenciones, aúna las concepciones clásicas con obras marcadas por su interés hacia los desvali­
OCHOA Y MONTIEL 676

dos, siempre desde una perspectiva realista. Des­ O J E D A , A n t o n i o (Las Palmas de Gran Canaria)
tacan sus novelas breves Su amado discípulo Narrador. Periodista y guionista de cine y televi­
(1894), Los señores de Hermida (1896) y Un sión, es autor de novelas en el más puro género
alma de Dios (1898). negro, de intrigas lineales, con crímenes, investi­
gaciones y todo cuanto pueda desear el lector de
O C H O A Y M O N T I E L , E u g e n i o d e (Lezo, G ui­ este tipo de libros. D estaca Suerte de matar
púzcoa, 1815-Madrid, 1872) (1998), que tiene la originalidad de que se desa­
Erudito, novelista y traductor. Según parece, rrolla en el ambiente taurino.
pudo ser hijo natural del abate Sebastián de Mi-
ñano*, quien le habría ayudado a ingresar en el O L A I Z O L A , J o s é L u is (San Sebastián, 1927)
colegio madrileño de San Mateo, dirigido por Novelista. Abogado de profesión, es conocido
Lista*, de quien Ochoa sería uno de sus mejores sobre todo por sus obras en el terreno de la na­
discípulos. Más tarde, al cierre de esta institución, rrativa infantil, así como por las que ha dedicado
continuó estudiando en el Santo Tomás y, desde a diferentes periodos históricos, muchas de ellas
1828, en la Escuela Central de Altes y Oficios de con el trasfondo de la Guerra Civil, siempre con
París con una beca oficial. Su regreso a España se estilo realista, sin preciosismos y en búsqueda de
produce en 1834, fecha en la que comienza a co­ lo concreto y de la trama, lo que las convierte en
laborar en la Gaceta de Madrid para, un año des­ amenas novelas de aventuras. Al margen de sus
pués, fundar, con su cuñado, Federico de Ma- obras dirigidas a los niños, entre las que destaca
drazo, una de las revistas fundamentales del el relato Cucho (1982), galardonado con el Pre­
Romanticismo* español: El Artista, en la que, mio Barco de Vapor, ha publicado novelas como
pese a su efímera vida (1835-1836), llegará a pu­ Lolo (1976), Plañido (1976), con la que obtuvo
blicar un total de ochenta y dos piezas en verso y el Premio Ateneo de Sevilla, La guerra del gene­
prosa. Amigo de Ventura de la Vega* y de Es- ral Escobar (1983), galardonada con el Premio
pronceda*, participó en la tertulia madrileña de Planeta y que fue llevada al teatro, y El amante
El Pamasillo. Asesor y traductor, sirvió de enlace vicario (2003), así como las novelas biográficas
entre el mundo editorial parisino y la creación li­ El caballero del Cid (2000), Los amores de san
teraria española desde que, en 1837, se trasladara Juan de la Cruz (2000) y Juan Sebastián Elcano
a la capital francesa y dirigiera la «Colección de (2002), entre otras. Éxito de ventas fue su libro
los mejores autores españoles antiguos y moder­ de conversaciones con Juan Antonio Vallejo-Ná-
nos». Allí publicó antologías de poesía y teatro gera*, publicado tras la muerte de este. Es, asi­
de nuestros clásicos, con lo que ayudó a difundir mismo, compositor, y suya es la Misa del Tercer
la literatura española en la Europa del momento. Milenio (1998), que obtuvo el Premio Bravo.
Además de ocupar diversos cargos administrati­
vos, de ser diputado y director de Instrucción Pú­ O L A V I D E Y J Á U R E G U I , P a b l o d e (Lima, Perú,
blica, fue miembro de la Real Academia Española 1725-Baeza, Jaén, 1803)
desde 1844. Por cuestiones políticas, se vio obli­ Novelista y poeta. Aunque nació en Perú, donde
gado a abandonar España durante una temporada fue catedrático en la Universidad de San Marcos
en 1854. Además de ensayos históricos, de estu­ y consejero de la Audiencia de Lima, fue uno de
dios críticos sobre Hartzenbusch* o el Cancio­ los intelectuales más importantes de la España
nero de Baena (véase CANCIONERO), de piezas del siglo xviii. Aquí se trasladó en 1752, donde
teatrales, como Un día de 1823 (1835) o Incerti- se convirtió en intendente de los Cuatro Reinos
dumbre y amor (1835), o de poemarios, entre los de Andalucía. Amigo de Campomanes*, Jovella-
que merece mención Ecos del alma (1841), des­ nos* y Capmany*, sus posiciones intelectuales
tacan su novela El auto de fe (1837; 3 vols.), so­ reformistas, propias de un librepensador, dieron
bre la relación entre el príncipe don Carlos y su la primera escuela de actores en Sevilla y el pri­
padre Felipe II, y los relatos costumbristas de Pa­ mer plan de reforma universitaria planteado en el
rís, Londres y Madrid (1861). Entre las compila­ país. Tuvo una célebre tertulia, a la que asistían
ciones que publicara en Francia, destacan: Tesoro im portantes intelectuales del momento y en la
del teatro español (1835), Tesoro de Romanceros que se difundían las nuevas ideas filosóficas.
españoles (1838), Apuntes para una biblioteca de Perseguido por la Inquisición, fue encarcelado
autores españoles contemporáneos en prosa y en 1778, aunque logró huir a Francia, donde se
verso (1840), Catálogo razonado de los m anus­ le nombró ciudadano de honor de la República.
critos españoles de la Biblioteca de París (1844) Perdonado por Carlos IV, regresó a España en
y Tesoro de los escritores místicos españoles 1798. Paulatinamente, fue renegando de sus
(1847). Como traductor, gozó de éxito su versión ideas y tendiendo a un conservadurismo de ins­
de Hernani, de Victor Hugo, así como otras de piración religiosa, quizá como consecuencia de
Walter Scott y Dumas. las persecuciones y acosos de los que era víc­
677 OLIVER

tima, lo que dio lugar a poemas y escritos reli­ Literatura en un instituto cántabro, ha codirigido
giosos que, en ocasiones, parafraseaban los sal­ las revistas Reloj de Arena y Ultramar y cola­
mos. Traductor de numerosos dramaturgos fran­ bora en el diario ABC. Aunque sin alejarse del
ceses, caso de Voltaire, Lemierre, Regnard, todo de la poesía de la experiencia* que ha mar­
M ercier o Racine, deben destacarse obras como cado a los poetas más jóvenes, Oliván ha ido
El Evangelio en triunfo, o historia de un filósofo adentrándose en otras rutas menos cómodas,
desengañado (1798) y Poemas cristianos, en que como la indagación en lo más oscuro de la con­
se exponen con sencillez las verdades más im­ ciencia, en zonas en las que la reflexión ahonda
portantes de la religión (1799), a las que habría en el misterio más que en la realidad inmediata y
que añadir una serie de novelas basadas, en gran externa. Puede afirmarse que Oliván busca con
medida, en la narrativa breve del Siglo de Oro ironía crítica y reflexiva en los pliegues de lo co­
(véase EDAD DE ORO), y en las que condena los tidiano. Autor de la perplejidad, de la mirada
vicios y defiende las virtudes. desnuda frente al mundo, ingenua incluso, y he­
redero de Gómez de la Sema* y Juan Ramón Ji­
O L IA R T , A l b e r t o (M érída, Badajoz, 1928) ménez*, se sirve del ritmo y de la metáfora para
Narrador. Licenciado en Derecho por la Univer­ transmitir la emoción poética, de modo que pro­
sidad de Barcelona, fue director administrativo pone versos que, aunque inicialmente eran más
de Renfe, director general del Banco Hispanoa­ coloristas, y aun sin renunciar a tales cromatis­
mericano, del Urquijo y de Cross, y desempeñó mos, se han adentrado en espesuras que han ido
un papel fundam ental en la política española exigiendo la presencia de una palabra más hosca
durante la transición del franquismo a la demo­ y desengañada. Traductor de la poesía de John
cracia como ministro de Industria y Energía, de Keats y Emily Dickinson, e incluido en las más
Sanidad y Consumo y de Defensa, cargos todos importantes antologías de la poesía reciente, ta­
ellos que no im pidieron que fuese amigo, ver­ les como Selección nacional. Ultima poesía es­
daderamente íntimo y continuo, de toda una ge­ pañola y La generación del 99, ambas de José
neración de escritores, entre los que estaban Luis García Martín*, es autor de la novela
Juan Benet*, Carlos B arral*, Gil de Biedma* La eterna novedad del mundo (1993), así como
o Juan García H ortelano*, que fueron los res­ de los poemarios Cuatro trazos (1988; reed.,
ponsables de que abandonara la clandestinidad 1993), que es una colección de aforismos, Único
literaria y se atreviera a publicar sus poemas en norte (1995), Visiones y revisiones (1995), galar­
la revista Laye. Es autor de Contra el olvido donado con el Premio Luis Cernuda, El mundo
(1998), volum en de m emorias que recibió el hecho pedazos (1999), nueva reunión de aforis­
prestigioso Premio Com illas y en el que rinde mos, y Puntos de fuga (2001), con el que obtuvo
homenaje, con prosa elegante, ponderada y so­ el Premio Loewe.
bria, a su fam ilia y a sus amigos m uertos, así
como repasa lo que fue la terrible y traumática O L IV E , P e d r o M a r í a (siglos xviii -xix )
experiencia de la G uerra Civil y de la p os­ Editor y novelista. Autor de numerosas novelas,
guerra. entre ellas las incluidas en Las noches de in­
vierno (1796-1797; 7 vols.), y quizá de La gitana
O L IV A , F e r n á n P é r e z d e Véase PÉREZ DE o Memorias egipcias (1817), atribuida a él y pu­
OLIVA, Fernán [o Hernán]. blicada sin nombre, su fama se debe a su papel al
frente de colecciones como Memorial literario o
O L I V A , S a l v a d o r (Bañólas, Gerona, 1942) biblioteca de ciencias y artes (1801-1805), Efe­
Poeta en lengua catalana. Profesor universitario mérides de España, históricas y literarias (1804-
y traductor de Shakespeare al catalán, es autor de 1818; 12 vols.), M inerva o el revisor general
poemarios, influidos por la lírica anglosajona, en (1805) y Biblioteca universal de novelas, histo­
los que ahonda en la experiencia moral, entre rias y cuentos (1817). Fue autor, asimismo, de
ellos Marees del desig (1975) y Terres perdudes una comedia: El padre de fam ilia (1801).
(1981). Además de haber traducido la poesía de
Auden y todo el teatro del mencionado Shakes­ O L I V E R , F e d e r i c o (Chípiona, Cádiz, 1837-Ma-
peare, ha publicado ensayos, entre los que des­ drid, 1956)
taca M étrica catalana (1980) e Introducción a Dramaturgo. Cultivó, dentro del teatro social de
Shakespeare (2001). corte regeneracionista, desde la comedia psico­
lógica de corte costumbrista hasta el melodrama
O L I V Á N , L o r e n z o (Castro Urdíales, Cantabria, social, siempre con intenciones críticas respecto
1968) de la situación socio-cultural española. Influido
Poeta. Licenciado en Filología Hispánica por la por Pérez Galdós* y Dicenta*, destacan obras
Universidad de Oviedo, es profesor de Lengua y como La muralla (1898), Los semidioses (1914),
OLIVER 678

El pueblo dormido (1918), Lo que ellas quieren O L L E R I M O R A G A S , N a r c í s (Valls, Tarragona,


(1925), Los cómicos de la legua (1925), El azar 1846-Barcelona, 1930)
(1926), la comedia policiaca Han matado a don Narrador en lengua catalana. Abogado de pro­
Juan (1929) y, sobre todo, Los pistoleros (1931), fesión y catalanista de ideas liberales, fue autor
en la que la sátira social alcanza cotas de calidad inspirado en sus inicios por el Romanticismo*
impecable. Fue autor, asimismo, de zarzuelas, y cuyas prim eras obras, perdidas o inéditas,
caso de Las hilanderas (1929), con m úsica de fueron escritas en español. Pronto, lee a Zola y,
Serrano, así como de una adaptación teatral, en bajo la influencia de su primo Josep Yxart*, se
1930, de la exitosa novela de Alberto Insúa* decanta por una percepción realista del mundo,
El negro que tenía el alma blanca. dando lugar a una narrativa interesada por lo
cotidiano, que intenta superar el costumbrismo
O L I V E R , J o a n - > Véase QUART, Pere. y en la que nace el naturalism o* catalán, por
más que él renegara del principio determ inista
O L I V E R , M i q u e l d e i s S a n t s (Campanet, M a ­ de los naturalistas franceses. Figura principal
llorca, 1864-Barcelona, 1920) de la Renaixen?a*, trató de mostrar las peculia­
N ovelista y poeta en catalán. Aunque comenzó ridades de la sociedad de su tiempo analizando
la carrera de Derecho, motivo por el cual se ha­ los factores que explicaban su configuración,
bía trasladado a B arcelona en 1881, no la ter­ como por ejemplo el ascenso de la burguesía en
minó y, tras regresar a Mallorca, comenzó a co­ tiempos de la Restauración. En su producción
laborar en diversas publicaciones locales y a destacan novelas cortas como Croquis del na­
relacionarse intensamente con los autores m o­ tural (1879), Sor Sanxa (1879) e Isabel de Gal-
dernistas de L ’Aveng, hasta que, en 1904, se ceran (1880), a las que sigue su novela larga La
instala en Barcelona, donde dirigiría el Diario Papallona (1882), prologada en su traducción
de Barcelona y La Vanguardia. Fue autor de francesa por Zola, y, de nuevo, narraciones bre­
poemas, de entre los que destacan los incluidos ves como L ’escanyapobres (1883) y La bufe-
en el volumen Poesies (1910), en los que m a­ tada (1884), el libro de relatos Notes de color
neja con habilidad la ironía y las formas estéti­ (1883), la novela Vilaniu (1885), los cuentos de
cas del M odernism o*, y de novelas costum ­ De tots colors (1888) y la monumental L afebre
bristas, críticas con la sociedad m allorquína, d 'o r (1890-1892; 3 vols.), adaptada en 1995
como L ’hostal de la Bolla (1903) y La ciutat de como serie televisiva de éxito: La fie b re del
Mallorques (1906). Entre las recopilaciones de oro. Posteriormente, en plena efervescencia del
sus artículos, figuran La cuestión regional Modernismo*, publica las novelas La Bogeria
(1899), La literatura en Mallorca (1903) y En­ (1899), en la que destaca la utilización del
tre dos Españas (1906). punto de vista, y Pilar Prim (1906), intento de
novela psicológica, en las que no renuncia a sus
O L I V E R B E L M A S . A n t o n i o (Cartagena, M urcia, pretensiones realistas y a las que deben aña­
1903-Madrid, 1968) dirse narraciones cortas como Rurals i urbanes
Poeta y ensayista. Fue profesor de Literatura en (1916) o A l llapis i a la ploma (1918) y algunas
la Universidad de Madrid, especializándose en piezas teatrales. Fundamentales son sus Memo-
Rubén Darío (véase MODERNISMO), de quien ries literáries, aparecidas postum am ente en
editaría diversas obras, entre ellas Cantos de vida 1962.
y esperanza (1963), y colaborador de numerosas
revistas literarias. Como poeta admirador del ni­ O L M O , L a u r o (Barco de Valdeorras, Orense,
caragüense, se aprecian ecos modernistas en sus 1922-Madrid, 1994)
poemarios M ástil (1925), Tiempo cenital (1932), Dramaturgo y narrador. De infancia azarosa, tras
Elegía a Gabriel Miró (1935), Libro de loas llegar a Madrid a los ocho años y estudiar un
(1947) y Loas arquitectónicas (1951). Fue autor tiempo en las escuelas m unicipales, fue trasla­
de ensayos, entre ellos De Cervantes a la poesía dado, a consecuencia de la Guerra Civil, y junto
(1944), que firmó con el seudónimo de Andrés a otros niños de las llamadas colonias infantiles,
Caballero, y Este otro Rubén Darío (1960), con a Alicante, en cuyo instituto ingresó hasta que el
el que obtuvo el Premio Aedos. Publicó trabajos curso de los acontecimientos bélicos interrum ­
diversos sobre Góngora*, Lope de Vega*, Garci­ pió sus estudios. Ya en M adrid, term inada la
laso de la Vega* y literatura hispanoamericana. guerra, se dedica a trabajar en diversos oficios e
Carmen Conde*, que fuera su esposa, publicó ingresa en el Ateneo de Madrid, donde inicia su
sus Obras completas en 1971. formación autodidacta. Sus inicios literarios se
dan en el ámbito de la poesía y el relato breve
O L L E R , A n a — » Véase O RELLANA, Francisco con el poemario D el aire (1954), la narración
José. breve Cuno (1954) y los libros de relatos Doce
679 OLÓZAGA

cuentos y uno más (1956), por el que obtuvo el OLMOS, Alberto (Segovia, 1974)
Premio Leopoldo Alas, y La peseta del hermano Narrador. Autor de una literatura de carácter me­
mayor (1958), a la que siguió la novela Ayer, 27 ditativo que, además de entroncar con ciertas
de octubre (1957), con la que quedó finalista del obras de Juan Goytisolo* o Juan Benet*, lo man­
Premio Nadal. Irrum pe en el panoram a teatral tiene en la línea de la narrativa más actual, en la
con la obra La camisa, galardonada con el Pre­ que domina la ausencia de argumento y la identi­
mio Valle-Inclán en 1961 y estrenada un año ficación del autor con el protagonista, que refle­
después con rotundo éxito, tanto que, en ese xiona sin pausa y, sobre todo, dando rienda
mismo 1962 recibiría los Premios Larra y el Na­ suelta a sus obsesiones generacionales, como si
cional de Teatro, para, en 1963, merecer el Álva- se tratara de una confesión. El tono de sus pági­
rez Quintero de la Real A cadem ia Española y, nas es desolado y nihilista, en la línea de la na­
en 1964, ser declarada en Buenos Aires la mejor rrativa más joven. Hay que mencionar su novela
obra extranjera en idioma original. Se inicia en de debut, A bordo del naufragio (1998), con la
ese momento una carrera como dramaturgo mar­ quedó finalista del Premio Herralde.
cada por el compromiso social, con obras realis­
tas en las que el lenguaje llano sirve a su autor OLMOS, fray Andrés de (Burgos, 1500?-Mé-
para ofrecer una crónica cruda de la realidad es­ xico, 1571)
pañola. Teatro de denuncia, pues, el de Lauro Autor teatral y tratadista. Fraile franciscano, par­
Olmo, un teatro en el que la protesta se ciñe a ticipó en la evangelización de Nueva España,
un realism o duro que, paulatinam ente, fue adonde llegó como misionero en 1524 y en
abriéndose a nuevas posibilidades expresivas en donde aprendería el náhuatl y otras lenguas indí­
la línea de la alegoría y el expresionismo, apro­ genas que después empleará para sus diversos
ximándose, en fin, a tendencias estéticas en las tratados religiosos y gramaticales. Su labor reli­
que se aprecian los ecos del esperpento, método giosa sería continuada por Bernardino de Saha-
útil para mostrar la cara más amarga de la reali­ gún*. Entre estos trabajos, destaca su Arte de la
dad. No obstante la calidad de sus piezas, no to­ lengua mexicana — terminada en 1547 y no pu­
das fueron perm itidas en la España de Franco, blicada hasta 1875 en París— , obra a la que hay
con lo que hay que establecer una distinción en­ que añadir la que se considera primera obra tea­
tre las publicadas y estrenadas, caso de La ca­ tral de evangelización y que se le atribuye a Ol­
misa, intensa denuncia contra las circunstancias mos, Auto del Juicio Final, que fue estrenada en­
que obligaban a emigrar a muchos españoles, La tre 1535 y 1548 en la iglesia de San José de
pechuga de la sardina (1963), El cuerpo (1966) Naturales en la Ciudad de México.
y English spoken (1968), y las que no recibieron
autorización para su estreno y quedaron inédi­ OLONA, Luis de (M álaga, 1823-Barcelona,
tas: El cuarto poder (1964) — título bajo el que, 1863)
después, se agruparán una serie de piezas breves Autor teatral. Famoso empresario de teatro, le
escritas hasta 1967: La noticia, N uevo retablo apasionó la zarzuela, género que se afanó en im­
de las maravillas y olé, El mercadillo utópico, pulsar y para el que escribió piezas como Buenas
De cómo el hombre limpión tiró de la manta y noches, señor don Simón (1852), El valle de An­
El soplo— , La condecoración (1964), estrenada dorra (1852), Catalina (1854) y El sargento Fe­
solo en la Universidad de Burdeos en 1965, derico (1855), entre otras. Fue autor, asimismo,
M are Nostrnm (1966), Plaza M enor (1967) y de las comedias ¿Se acabarán los enredos?
Leónidas el Grande (1972). Entre tanto, apare­ (1846) o La cabeza a pájaros (1850), los dramas
cieron dos nuevas novelas, El gran sapo (1964), históricos La tierra del rey don Sebastián (1844)
que recibió el Prem io Elisenda M onteada, y o El caudillo de Zamora (1847) y sainetes de
Golfos de bien (1968), así como la pieza teatral tono popular, entre los que destacan Malas tenta­
infantil El raterillo (1967). Posteriormente, pu­ ciones, Las diez de la noche, Las bodas de Jua­
blicaría nuevas obras teatrales, entre ellas H is­ nita y Los misterios de Madrid.
toria de un pechicidio (1974), José García
(1979), Pablo Iglesias (1984), merecedora tam ­ OLÓZAGA, Salustiano (Oyón, Á lava, 1805-
bién del Premio Álvarez Quintero de la Real Enghien, París, 1873)
Academia Española, y La jerga nacional (1986), Ensayista. Célebre político progresista, cuya
así como el ensayo Isidro Parra: los Anchos biografía pública bien merece un repaso. Estu­
(1979) y más textos infantiles: los teatrales, en dió Filosofía y Derecho en M adrid; tras unos
colaboración con su mujer, Pilar Enciso*, A sam ­ comienzos políticos algo agitados — estuvo
blea General y dos piezas más (1981) y los dos preso por una conjuración en la que participó en
volúmenes de Teatro infantil (1987), y el relato 1831, escapó y marchó al exilio hasta 1832— ,
Pick, el búho (1987). sería elegido por Mendizábal para ser jefe poli-
onaindía

tico de M adrid, cargo del que dim itirá. Más


tarde, en 1836, participa en la comisión que re­ Narrador. Realizador de televisión, fue profesor
dacta la que será la Constitución de 1837, y, en de Literatura. Debutó con la novela Tirón (2000),
1838, en la comisión que redactó el Reglamento en la que, adentrándose en el sórdido, violento y
del Congreso de los D iputados. Es en 1842 corrupto mundo de la prostitución callejera, de­
cuando encabeza uno de los sectores del Partido mostró gran habilidad en el planteamiento de es­
Progresista, el antiesparterista, que acabará con­ cenas de acción, sin intentar lucimientos con la
virtiéndose en el más numeroso. Su éxito polí­ prosa y dejándola que se subordine com pleta­
tico le lleva a convertirse, al cumplir la mayoría mente al argumento.
de edad Isabel II en 1843, en ministro de Estado
y presidente del Consejo de M inistros, cargo ONÍS Y SÁNCHEZ, Federico de (Salam anca,
efímero, pues las Cortes se disolverían ocho 1885-San Juan, Puerto Rico, 1966)
días después de su nombramiento. Emigrado a Ensayista. A lumno de M enéndez Pidal* y ca­
Inglaterra tras unas acusaciones parlamentarias tedrático de las universidades de O viedo y
de González Bravo, regresa a España en 1848, Salamanca, fue, desde 1916, director del D e­
después de haber sido elegido en el 47 diputado. partam ento de Español de la U niversidad de
Poco a poco sus posturas al frente de los progre­ Columbia en Nueva York. Hispanista de renom­
sistas «puros» se radicalizan en favor de la bre, dirigió la Revista de Estudios Hispánicos y
acción revolucionaria. Tras presidir la comisión la Revista Hispánica M oderna y colaboró en
que redacta la Constitución de 1869, marcha de otras muchas con estudios que contribuyeron a
embajador a París, ciudad en la que fallecería. difundir el hispanismo, así como con las nume­
Hombre muy culto y orador im pecable, su in­ rosas introducciones a varios volúmenes, publi­
clusión en estas páginas está ju stificada tanto cados en la colección de literatura de la Edito­
por sus discursos cuanto por sus Estudios sobre rial Heath and Co., dedicados, entre otros, a
elocuencia política, Jurisprudencia, H istoria y Baroja*, Azorín*, Galdós*. Juan Ramón Jim é­
Moral (1871). nez*, etc. Destacan, además de su colaboración
con Américo Castro* en la edición de los Fue­
ONAINDÍA, Mario (Bilbao, 1948-Vitoria, 2003) ros leoneses, y de ediciones de Torres Villa-
Narrador en euskera y español. Político carismá- rroel* o fray Luis de León*, obras como Martín
tico, sus comienzos estuvieron ligados, tras Fierro y la poesía tradicional (1924), Ensayos
abandonar el seminario en que estudió, a la or­ sobre el sentido de la cultura española (1932),
ganización terrorista ETA, de la que se apartaría Antología de la poesía española e hispano­
posteriormente — ya lejano el día de su condena americana (1882-1932) (1934) y España en
a muerte por los tribunales franquistas y los América (1955).
ocho años de prisión— para situar sus plantea­
mientos en el socialismo moderado. Fue fun­ ONTAÑÓN, Santiago (Santander, 1905-Ma-
dador y Secretario General de la desaparecida drid, 1989)
Euskadiko Ezkerra entre 1977 y 1986 y ha cola­ Autor teatral. Decorador en diciembre de 1932
borado en diferentes publicaciones. Profundo del grupo La Barraca de García Lorca*, escribió
conocedor de las técnicas de escritura de guio­ piezas de teatro para ser representadas por Las
nes cinematográficos, m ateria sobre la que ha Guerrillas del Teatro durante la Guerra Civil.
impartido cursos, es autor de novelas como Destaca, además de la farsa política El bulo, la
Grande Placen aurkituko gara (1983), Del rin- obra El saboteador (1938).
cón-en-motorra (1985), La Tau y el caldero
(1985), Prem ios Ciudad de Irún y G rijalbo, y OÑA, Pedro de (Burgos, h. 1550-Gaeta, Italia,
Olagarroa (1986), galardonada con el Premio 1626)
Azkue de Novela. Ha publicado, asimismo, di­ Autor ascético a quien no hay que confundir con
versos ensayos, de entre los que destacan: L u ­ el poeta chileno del mismo siglo Pedro de Oña.
chas y defensas de los renteros y mecheros El burgalés fue mercedario, obispo de Venezuela
(1978), Autonom ía y socialism o (1979), Gan en 1602 y de Gaeta, en Italia. Gran estilista, su
ipuiak (1983), Carta abierta sobre los peí-juicios calidad literaria le llevó a ser incluido en el libro
que acarrean los prejuicios nacionalistas de Autoridades de la Lengua. De él debe recor­
(1995), Guía para orientarse en el laberinto darse el tratado sobre el pecado y la muerte Pos­
vasco (2000) y La construcción de la nación es­ trimerías del hombre (Madrid, 1603).
pañola. Republicanism o y nacionalism o en la
ilustración (2002), a los que hay que añadir el ORDAZ, Jorge
libro de memorias El precio de la libertad. M e­ Narrador. Finalista del Premio Nadal con la no­
morias (1948-1977) (2001). vela La perla de Oriente (1993). Es autor tam ­
681 ORMAECHEA

bién de literatura infantil y juvenil, género en el ORELLANA, Francisco José (Albuñol, Granada,
que se puede destacar su novela Perdido Edén 1820-Barcelona, 1891)
(1998), sobre el desastre de Filipinas. Novelista. Economista, historiador y militar de
profesión, utilizó el seudónimo de Ana Oller en
ORDÓÑEZ, Marcos (Barcelona, 1957) sus novelas costumbristas y de aventuras por en­
Narrador. Periodista cultural, es crítico teatral tregas con pretensiones socializantes. Destacan
del diario E l País y autor de diversos guiones Cristóbal Colón (1853), Isabel I (1853), La reina
cinem atográficos. En sus obras destacan la loca de amor (1854), Quevedo (1857), Mundo,
construcción de tramas que fluyen con gran fa­ dinero y mujer (1859), Flor de oro (1863), Luz
cilidad, así como la precisión a la hora de carac­ del alba o el hombre de cuatro siglos (1857) y
terizar personajes. Se trata de un autor de tono Los pecados capitales (1856-1866). Fue autor,
irreverente y punzante, de lúcida ironía, cuyos asimismo, de poemas que aparecieron en 1848
argumentos y modos narrativos deben mucho a en el diario barcelonés El Universal, el mismo
los modos cinem atográficos. D estacan obras año en que se recogieron en el libro Lágrimas del
como Una vuelta p o r el Rialto (1994), Rancho corazón (1848), y de un Diccionario de dispara­
Aparte (1997), mención especial del jurado en tes (1882), entre otras obras diversas.
el Premio Nadal, Puerto Á ngel (2000), Tartán
en Acapulco (2001) y Comedia con fan ta sm a ORIHUELA, Antonio (Moguer, Huelva, 1965)
(2002), a las que hay que añadir Aire y fuego: Poeta y pintor. Doctor en Historia por la Univer­
m em orias (2002) y A p ie de obra: escritos so­ sidad de Sevilla, ha publicado numerosos estu­
bre teatro (2003). dios sobre su especialidad. Autor de poesía vi­
sual, ha participado en numerosas exposiciones.
ORDÓÑEZ DE MONTALVO, Garci -> Véase En sus versos, en los que a veces se escuchan los
RODRIGUEZ DE MONTALVO, G arci. ecos de su paisano Juan Ramón Jiménez*, es la
memoria el origen de la escritura y de la refle­
OREJUDO UTRILLA, Antonio (M adrid, 1963) xión, que se remonta a la infancia en su pueblo,
Narrador. Licenciado en F ilología H ispánica, contemplada con amargura a veces irónica, emo­
se doctoró en E stados U nidos, donde trabajó ción y rabia. El resultado es una poesía que aúna
como profesor de Literatura en algunas de sus la crónica interior y social, en la representación
universidades. En la actualidad enseña L itera­ de los sufrimientos de los humildes, y en la cual
tura E spañola en la U niversidad de A lm ería. el paisaje y todos los elementos de la naturaleza
En sus obras com bina el sarcasm o con el tre­ cobran vida para representar el entorno de los re­
mendismo, con un tono irreverente en el que el cuerdos. Incluido en diferentes antologías, como
sentido del hum or tiene, en ocasiones, algo de Voces del extremo (poesía y conciencia) (2001),
gam berro y provocador, así como bastante de es autor de poemarios como Perros muertos en
ese nihilism o escatológico tan de moda en m u­ la carretera (1995), Edad de Hierro (1997) y Lo
chos autores de esa que la prensa calificó un que piensa la ballena del arponero (2001), a los
día como G eneración X*, y a la que O rejudo que hay que añadir Piedra, corazón del mundo
pertenece, que beben de un cierto espíritu van­ (Antología personal 1995-2001) (2001).
guardista y que crean una narrativa que, ironi­
zando sobre sí m ism a, vanagloriándose de su ORMAECHEA, Nicolás (O reja, Guipúzcoa,
descreim iento y evitando cualquier sospecha 1888-Añorbe, Navarra, 1961)
de solem nidad o ternura, se obsesiona por di­ Poeta, tratadista y traductor en euskera. Se le co­
vertir con un hum orism o que huye de todo noce más por el seudónimo que empleó, Orixe.
conflicto en un intento por evitar cualquier pe­ Jesuita desde 1905 hasta 1923, año en que aban­
ligro de realism o*. Incluido con alguno de sus donó la Compañía, estudió Filosofía y se dedicó
cuentos en antologías recientes, además de di­ a la enseñanza en diversas ciudades cántabras y
ferentes obras relacionadas con su e sp eciali­ vascas. Amigo de José María Aguirre*, la Gue­
dad docente, com o C artas de batalla (1993), rra Civil le llevaría a prisión, de la que saldría
Las epístolas fam ilia res (1994) y una edición para el exilio, primero en Francia y, después, por
anotada de las N ovelas ejem plares (1997), varios países de América, de donde regresaría en
es autor de las novelas Fabulosas narraciones 1954 para, en 1959, ser elegido miembro de la
p o r historias (1996), galardonada con el Pre­ Academia de la Lengua Vasca. Sus versos, varia­
mio Tigre Juan y que es un juego narrativo am­ dos y ágiles, aportaron al euskera nuevas posibi­
bientado y protagonizado en y por la G e­ lidades formales. Magnífico traductor, a él se de­
neración del 27*, y Ventajas de viajar en ben versiones en vasco del Lazarillo de Tormes*,
tren (2000), con la que obtuvo el Prem io A n­ las Confesiones, de san Agustín, y los Salmos,
dalucía. entre otras. Pero lo más relevante de su obra lo
ORIXE

conforman una Vida del Cura de Santa Cruz dolid en 1601, su breve tratado De nueve nom­
(1929), los poemas místicos de Barne-muinetan bres de Cristo, obra cuyo manuscrito permane­
(1934), un poema a modo de epopeya del pueblo ció inédito hasta 1888, año en que se editó en
vasco, Euskaldunak, su gran obra, terminada en La ciudad de Dios, y en el cual se ha visto el an­
1935 pero que no podría publicarse hasta 1950, tecedente de la obra de fray Luis de León. Hay
al igual que le sucedería a su tratado religioso publicadas varias com pilaciones de sus obras,
Jainkoaren billa, cuya edición no vería la luz entre ellas Recopilación de todas las obras (Va­
sino postumamente en 1971. lladolid, 1554-1555) y Obras (Salamanca, 1895-
1896; 2 vols.).
ORIXE -> Véase ORM AECHEA, Nicolás’.
OROZCO Y COVARRUBIAS, Juan de -> Véase
OROSIO, Paulo (Braga, Portugal, siglo iv) HOROZCO Y COVARRUBIAS, Juan de.
Sacerdote que ejerció en Tarragona, discípulo de
san A gustín — a quien conoció en Africa tras ORS, Eugenio d' —» Véase O RS Y R O V IRA,
huir de la invasión vándala de 409— , que escri­ Eugenio d'.
bió en España la primera historia universal que
se conserva: los siete libros de Historiae adver- ORS, Miguel d' (Santiago de Compostela, La
sus paganus, que abarcan desde la,creación Coruña, 1946)
hasta 417. Poeta. Profesor de Literatura Española en la Uni­
versidad de Granada y autor de una poesía senci­
OROZCO, beato Alonso de (Oropesa, Toledo, lla formalmente, directa, sutil y concentrada en
1500-Madrid, 1591) los sentimientos que provoca la realidad, nunca
Tratadista místico. Estudió Derecho en Sala­ participó de la renovación de las vanguardias*
manca, donde se convirtió en agustino en 1523. que dominaba la poesía de los años setenta. En
Fue prior en diversas provincias españolas y, en sus versos, siempre desde un lenguaje que nom­
1554, Carlos V le nombró predicador real. En bra la cotidianidad y dominados por una mirada
1882 sería beatificado por León XIII. Está con­ escéptica y melancólica de la vida, están presen­
siderado como el iniciador de la literatura mís­ tes el amor y la memoria, los amigos, la propia
tica española y fue conocido por su defensa del escritura y un sentido trascendente, en gran me­
empleo del castellano en los libros religiosos, al dida religioso, de la existencia. Esta crónica con­
igual que otros agustinos como fray Luis de versacional de la cotidianidad, en cierto sentido
León* y Malón de Chaide*. Su estilo literario es vitalista, debe mucho, también por lo que res­
sobrio y, en alguna medida, castizo. Destacan, pecta a la ironía que la sostiene, a Gil de
en su vasta producción — acaso potenciada por Biedma*, aunque sin el eco crítico y social de
la aparición de la Virgen, de la que él mismo este. Asimismo, en su poesía se escucha el eco
confiesa fue único y privilegiado espectador en de voces coetáneas como las de V íctor Botas*,
1542, y en la que esta le dio una orden tajante: Francisco Bejarano* o Luis Alberto de Cuenca*.
«escribe»— , obras como Soliloquios de la P a­ Ha influido notablemente en numerosos poetas
sión de Nuestro Señor ( 1534), Vergel de oración jóvenes, como Jesús Beades*, Abel Feu o Gar-
y Monte de contemplación, ambas impresas an­ cía-M áiquez, dejando en ellos una im pronta
tes de 1544, Consideraciones acerca de los que los ha conducido hacia la reflexión sobre te­
nombres de Cristo (Sevilla, 1544), Examen de mas tabú, como Dios. Hay que añadir que se
conciencia (Sevilla, 1551), Crónica del glorioso trata de un experto en la obra de Manuel M a­
padre y doctor de la yglesia san Agustín (Sevi­ chado*. De su obra destacan sus poemarios Del
lla, 1551), Desposorio espiritual (Baeza, 1553), amor, del olvido (1972), Ciego en Granada
Las siete palabras que la Virgen Santísima ha­ (1975), Códex i (1981), Chronica (1982), Es
bló (Valladolid, 1556), en la que se incluye una cielo y es azul (1984), Curso superior de igno­
convencida defensa del castellano, Historia de rancia (1987), que fue galardonado con el
la reyna de Saba (Salamanca, 1565), Victoria Premio Nacional de la Crítica, Poemas (1988),
del mundo (1566), la colección de sermones Canciones, oraciones, panfletos, impoemas, epi­
Epistolario Christiano para todos los estados gramas y ripios o Cajón de sastre donde hallará
(Alcalá, 1567), Libro de la suavidad de Dios todo cuanto deseare el lector amigo, y el no
(Salamanca, 1576), Victoria de la muerte (Bur­ tanto sobradas razones para seguir en sus trece
gos, 1583), Arte de amar a Dios y al prójim o (1990), La música extremada (1991), Cosas que
(Alcalá, 1585) y Guarda de la lengua (Madrid, no soporto en un poema (1991), Punto y aparte
1590). A todos estos títulos hay que añadir, ade­ (1966-1990) (1992), La imagen de su cara
más de Las confesiones del pecador fra y Alonso (1994), Variación sobre una variación de Juan
de Orozco, aparecidas postumamente en Valla­ Garzón (1996), Hacia otra luz más pura (1999)
683 ORS Y ROVIRA

y 2001. Poesías escogidas (2001). Asimismo, es Catalans, y comienza a formar parte de la inte­
autor de los ensayos: Los «Poemas del toro» de lectualidad castellana, aunque hasta 1953 no
Rafael M orales (1972), Reivindicación de M a­ conseguiría una cátedra en la Universidad de
nuel Machado (1973), Vida y poesía de Alonso Madrid. M iembro de la Real Academia Espa­
de Ledesma (1974), y Estudios sobre M anuel ñola, hubo de enfrentarse, pese a su incuestiona­
Machado (2001). ble talla intelectual, al trato a menudo injusto,
pese a la admiración que suscitaba su figura, no
ORS, Pablo J. d' [M adrid, 1963) tanto de sus contemporáneos como de las gene­
Narrador. Doctor en Teología, es docente de una raciones posteriores. Su liderazgo intelectual en
filial de la Universidad de Salamanca en su ciu­ los momentos iniciales de la Falange, el hecho
dad natal, así como capellán de la Universidad de ocupar el cargo de director de la Jefatura Na­
Autónoma de Madrid y encargado de uno de los cional de Bellas Artes y, en suma, su proximidad
talleres de escritura de la Real Escuela Superior real a Franco durante la Guerra Civil y, posterior­
de Arte Dramático. Además de haber escrito mente, en el régimen, le dieron una mala imagen
la adaptación teatral de Canción de Navidad que llegaría a eclipsar la profundidad e inteligen­
(1998), de Charles Dickens, por la que obtuvo el cia de su pensamiento, aunque no tanto como
Premio Celestina de la Crítica, se dio a conocer para negar la evidencia de que se trata de uno de
con el libro de relatos El estreno (2000), en los los pensadores fundamentales de la cultura del
cuales muestra sus preferencias literarias, home­ siglo xx. Con una obra escrita en catalán, espa­
najeando a figuras como Thomas Bemhard, M i­ ñol y francés, d ’Ors es miembro de pleno dere­
lán Kundera, Günter Grass, Italo Calvino o Fer­ cho de la Generación inmediatamente posterior
nando Pessoa. A medio camino entre la alegoría al 98*, es decir de la de Ortega y Gasset*, Gó­
y la crítica literario-biográfica, la figura del es­ mez de la Serna* y Marañón*. Los asuntos de los
critor es el eje central del libro, visto a través de que se ocupó fueron variados, desde la política,
diferentes y complejas perspectivas literarias que la literatura, el arte, la filosofía y la ciencia hasta
le sirven siempre como referente de cualesquiera otras cuestiones de índole más cotidiana, todos
reflexiones ulteriores. Algo parecido sucedió con ellos siempre desde una defensa consciente de la
su primera novela, Las ideas puras (2000), fina­ idea de «civilización». Sus ideas, fundamentales
lista del prestigioso Premio Herralde, en la que en lo referente a la Historia y el Arte, y en las que
aborda una reflexión de orden filosófico que reacciona contra el sentimentalismo modernista,
juega con la imagen de W ittgenstein, así como se articulan en tomo a su «novecentismo»*, fór­
con un repaso hondo, crítico hasta extremos casi mula nueva y personal que le lleva a afirmar su
provocativos, de todos los grandes sistemas filo­ célebre aserto de que «lo que no es tradición es
sóficos, acaso para llegar a un desprecio de la es­ plagio». Europeísta convencido, la mejor mues­
peculación en contraste con las em ociones, el tra de su talante en este sentido la da una de sus
sexo y todo tipo de pasiones eróticas. afirmaciones: «toda guerra europea es una gue­
rra civil». Filosófica e históricamente, trató de
ORS Y ROVIRA, Eugenio d' (Barcelona, 1882- plantear la importancia de la forma a la hora de
Vilanova i la Geítrú, Barcelona, 1954) analizar los estilos, la necesidad de superar el ra­
Ensayista y narrador. Licenciado en Derecho por cionalismo desde una perspectiva nueva en la
la Universidad de Barcelona, realizó estudios en que el sentido morfológico del arte sea el que dé
diferentes países, como Francia, Suiza, Bélgica o la información sobre la relevancia de este. Sagaz
Alemania, y se doctoró en M adrid con su tesis crítico de arte, la fama europea de d ’Ors fue tre­
Genealogía im perial del im perialismo (1905), menda, sobre todo como consecuencia de sus
doctorado al que añadiría, ocho años más tarde, reinterpretaciones de lo barroco como contrarias
el de Filosofía con la tesis Las aporías de Zenón a lo clásico, lo que le llevó a establecer dos cate­
y la noción moderna del espacio-tiempo. Ya en gorías para cada uno de los términos: lo clásico
1906 consigue una columna diaria en La Veu de entendido como producto en el que prevalece la
Catalunya, a la que titula «Glossari» — la cual, sencillez, la unidad, la armonía y la inteligencia,
después, continuará en español fundam ental­ la obra, en suma, acabada y pulida; y lo barroco
mente en los diarios ABC y Arriba— y en la que, como toda aquella obra artística en donde prima
con el seudónimo de Xénius, analiza las cuestio­ la vida, el instinto, la pasión de la naturaleza ca­
nes más candentes de la actualidad. Son años de paz de llevar a las hipérboles y los excesos. En
juventud en los que participa, junto a Prat de la cualquier caso, su obsesión temática fue la per­
Riba, en el catalanismo activo, si bien en 1923 se fección, lo que él llamaba «la obra bien hecha».
traslada a Madrid, tras ser destituido de sus car­ En cuanto a su estilo literario, hay que decir que,
gos de director del Consell de Pedagogía de la aunque de gran perfección, resulta la suya una
Mancomunitat y secretario del Instituí d ’Estudis prosa un tanto fría, excesivamente artificiosa y
684
ORTA

cuidada, sin la frescura de la espontaneidad y y heroísmo (1915), Grandeza y servidumbre de


que, a la postre, agota. Cultista, elige las palabras la inteligencia (1919), Poussin y el Greco (1922),
con sumo cuidado, incluso el ritmo de cada una Tres horas en el Museo del Prado (1923), Goya.
de ellas en la frase, consciente de que lo que está M i salón de Otoño (1924), Religio est libertas
haciendo ha de ser — y es de hecho— un pro­ (1925), Una primera lección de filosofía (1927;
ducto artístico; no en vano, él recurría, para refe­ publicado en catalán en 1916), El arte de Goya
rirse a la labor de la escritura, a la comparación (1928), Las ideas y las formas: estudios sobre la
con el hacer de los ceramistas, siempre cuidado­ morfología de la cultura (1928), La vida de
sos en la lenta y minuciosa manipulación de su Goya (1929), Paul Cézanne (1930), Pablo P i­
obra. Lo que sucede así, sin embargo, es que su casso (1930), obra que se vería reeditada en Pa­
supuesta defensa teórica del clasicismo deriva en blo Picasso tres revisiones (2001), Lo barroco
una práctica barroca y recargada, repleta de ma­ (1936), Cartas a una soledad (1939), Epos de
nipulaciones léxicas y formales que dan al traste los destinos (1943), Estilos del pensar (1945) y
con las planteadas sencillez y unidad. Esta es El secreto de ¡a filosofía (1947), entre otros, y a
quizá la mayor de las contradicciones de su obra, los que habría que añadir uno fundamental que
la cual se añade a la más que obvia intención di- se editó postumamente: La ciencia de la cultura
dactista de aquella. De lo que no cabe duda, sin (1964). Fue autor, asimismo, de la tragedia sim­
embargo, es del respeto que su obra alcanzó, de bólica El non Prometen encadenat (1920) y de
su vasta cultura y de una finísima ironía que es la obra teatral Guillermo Tell (1926). En 2002
reflejo de una inteligencia de gran agudeza. aparecieron, además del ya mencionado volu­
Por lo que refiere a su obra, es indudable que lo men de glosas, dos curiosos libros que contribu­
más conocido de ella son sus glosas, esto es, las yeron a aumentar el grueso de su obra ensayís-
columnas periodísticas a las que siempre llamó tica. Por un lado se publicó Lo barroco, ensayo
«Glosario» — como ya se ha m encionado al cuya primera edición había aparecido en Fran­
mentar sus inicios en catalán— , en las que supo cia en 1935; por otro, Cincuenta años de pintura
difundir diariamente, en pequeñas pero maestras catalana, jam ás editado y que fue un proyecto
dosis, la cultura europea del momento en España de 1923.
y que se editaron primero como G losan (1906),
después como Glosario (1920) y, por fin, como ORTA, Eladio (Isla Canela, Ayamonte, Huelva,
Novísimo glosario (1946), a las que hay que aña­ 1957)
dir los libros titulados Último glosario. I. Helve­ Poeta. Estudió para asistente social en Huelva y
cia y los lobos (1998), Último glosario (1999) y colaboró en diferentes publicaciones. Su poesía,
El designio y la ensalada / El guante impar fuerte y a menudo de alto contenido erótico, no
(2002), que recoge los volúmenes cuarto y tiene ni miedo a las palabras ni a las sensaciones
quinto de su Último glosario, de las glosas apa­ que se aproximan a los límites. Incluido en dife­
recidas en el diario más oficial del franquismo. rentes antologías, entre ellas Voces del extremo
Arriba, durante 1949, 1950 y enero de 1951, y (poesía y conciencia) (2001), es autor de Los
que vino a completar la edición de sus célebres cuadernos del tío Prudencio (1992), Encuentro
glosas, la que hemos mencionado que se inició en H (1994), Resistencia por estética (1998), así
en 1998. Fue autor de numerosas y variadas como de las plaquettes En tránsito (1990; reed.,
obras, algunas en catalán, como las selecciones 1995), que él mismo calificó de antipoemas, y
de sus glosas La ben plantada (1911) — obra rec­ Leche de camello (1999).
tificada en La verdadera historia de Lidia de Ca-
daqués, que se editó, postumamente, en 1954— , ORTEGA, Carlos -> Véase O R TEG A BAYÓ N ,
Tina i la guerra gran (1914), Flos sophornm Carlos.
(1914) y Gualba, la de mil veus (1915), a las que
habría que añadir las narraciones que, en 1905, ORTEGA, Esperanza (Falencia, 1953)
Díez-Canedo* tradujo como La muerte de Isidro Poetisa. Autora que se adentra en las sensaciones
Nonell y el ensayo Els fenom ens irreversibles i más que en los hechos, atenta a la realidad coti­
la concepció antropica de l ’univers (1910). En diana y a la inmediatez familiar. Con minuciosa
español publicó obras narrativas como El valle escritura, delicada con la palabra, siempre dúctil
de Josafat (1921; publicado en catalán en 1918), y esencial, pretende en el recogimiento nombrar
Oceanografía del tedio e historias de las Espa­ el mundo como este exige ser nombrado, sin pa­
rragueras (1921; en catalán en 1916), U-turnit sar por ningún tamiz, lo que la convierte en una
(1923) y Cuando ya esté tranquilo (1930); ensa­ autora que podríamos llamar esencialista, obse­
yos filosóficos, históricos y artísticos como De sionada con la depuración extrema de la palabra
la amistad y del diálogo (1914), La filosofía del misma, con su inmediatez. Es autora de los poe­
hombre que trabaja y juega (1914), Aprendizaje marios Algún día (1988), Mudanza (1994), Hilo
685 ORTEGA Y GASSET

solo (1995), con el que obtuvo el Premio Gil de Francia. Colaborador de la editorial Ámbito, re­
Biedma, La mano sobre el papel (2002) y Como dactor de la revista vallisoletana El signo del go­
si fuera una palabra (2002). rrión y experto en Técnicas de Documentación
por la U niversidad de Clermont-Ferrand, en
ORTEGA, Joaquín 1994 fue elegido director de la Biblioteca Na­
Narrador. Sacerdote de reconocido prestigio den­ cional de Madrid, cargo que ocupó hasta 1996.
tro de la curia, fue portavoz de la Conferencia Traductor de autores como Julio Verne, Paul Ce­
Episcopal y director de la revista Eclesia y de la lan, Rousseau y Moliere, entre otros, ha publi­
«Biblioteca de Autores Cristianos». Debutó en cado trabajos críticos sobre literatura y filosofía.
la narrativa con la novela Las manos atadas Como poeta, emocional y sensual, atento a los
(1997), sorprendente ejercicio, en cambio, de li­ desastres que provoca la soledad, es autor de los
bertad creadora, de memoria, de estilo y de crí­ poemarios: Cruciare semetipsum (1986), Re­
tica hacia la Iglesia. Se trata de una obra de corte cuentos y La lengua blanda (1995), galardonado
intimista sentimental, pero con una construcción en segundo lugar en el Premio Gil de Biedma.
en la que se aprecia un extraordinario dominio Es autor, asimismo, de los ensayos sobre litera­
de los recursos narrativos. tura recogidos en Lo excelso y lo raro (1997), en
los que reflexiona sobre la poesía a través de la
ORTEGA, M.° Antonia (M adrid, 1954) filosofía.
Poetisa. Licenciada en Derecho, ejerce como abo­
gada criminalista y dirige la colección «Durendal» ORTEGA Y FRÍAS, Ramón (G ra n ad a , 1825-
de la editorial Huerga & Fierro, colaborando ade­ M adrid, 1883)
más asiduamente en diversas publicaciones, entre Novelista. Imitador de Fernández y González*,
ellas Los cuadernos del Sur del Diario de Cór­ su celebridad se debe al hecho de que fue uno
doba. Autora de personalism o estilo, única quizá de los más fecundos autores de novelas por en­
en el panorama de la poesía más actual, en sus tregas o folletines* — escribió más de ciento
versos, caracterizados por una fuerza expresiva, cincuenta— . Carentes de valor literario, estas
violenta, a veces excesiva y en la que la crítica ha abundan en todos los tópicos del género, parti­
hablado de ecos de Valle-Inclán*, se modula con cularmente en las truculencias arguméntales, el
la intensidad y fluidez honda de una autora como horror y la sangre, son efectistas y tienden a ca­
Blanca Andreu*. No obstante, ajena a movimien­ racterizaciones muy sim plificadas. General­
tos, escuelas, corrientes y demás imposiciones del m ente de tema histórico, versaron sobre Feli­
mercado, Ortega busca con su poesía una fusión, pe II y la leyenda negra; otras, que subtituló como
un mestizaje, con lo minoritario y marginal, porta­ «novelas de costumbres», las ambientó en el si­
voz de una expresión nueva capaz de nombrar glo xix, y muchas fueron protagonizadas por
también emociones vividas de una forma igual­ aventureros en lugares exóticos. Pueden citarse,
mente nueva. Es autora de poemarios como Epica entre otras que gozaron de gran popularidad: El
de la soledad (1988), La viña de oro (1989), Des­ caballero Relámpago (1853), Guzmán el Bueno
censo al cielo (1991), El espía de Dios (1994), La (1856), El D iablo en Palacio (1857), El p elu ­
pobreza dorada (1994), Sí, Antología poética o quero del rey (1860), Rostros blancos y con­
La existencia larvada (1998) y Junio López ciencias negras (1865), El hijo pródigo (1866),
(1999), considerada su obra fundamental, y en la A belardo y Eloísa (1867), El Tribunal de la
que aúna en un poema dramático, en el que do­ sangre o los secretos del rey (1867), El siglo de
mina la forma dialógica como esencia del teatro, las tinieblas o Las memorias de un inquisidor
tradiciones que rinden hom enaje a la literatura (1868), La gente cursi (1872), La loca del Vati­
mística y religiosa, al concepto del amor cortés, cano (1874), El Cid (1875), La sombra de Fe­
al teatro del absurdo y al humor surrealista, todo lipe II (1875), Un año entre los salvajes (1875),
ello proponiendo una profunda reflexión sobre Los libertinos (1876), La casa de Tócame-Ro­
nuestra sociedad, el amor y el eterno femenino, y que (1877), Un reinado de sangre (1879), El
concluyendo que la soledad es un método de co­ testamento de un conspirador (1880) y Viajes
nocimiento, que el humor sirve para contrapesar del capitán Milton (1882).
la inteligencia de la consciencia y el amor para
constituir al ser mismo. Es autora, además, de la ORTEGA Y GASSET, José (Madrid, 1883-1955)
plaquette Veneno 135, «La Virgen de la Cárcel y Filósofo y ensayista, es una de las figuras más
de los Prostíbulos» (2000). destacadas e influyentes del pensamiento espa­
ñol del siglo XX. Tras estudiar el bachillerato en
ORTEGA BAYÓN, Carlos (Valladolid, 1957) el colegio de jesuitas de Miraflores del Palo, en
Poeta y traductor. Licenciado en Filología Fran­ Málaga, y un año en Deusto, se licenció en Filo­
cesa y Alemana, ha enseñado ocasionalmente en sofía y Letras en la Universidad de Madrid en
ORTEGA Y GASSET 686

1902, para, en 1904, conseguir el doctorado con estilo y precisión, consiguiendo obras en las que
su tesis Los terrores del año mil (Crítica de una lo filosófico se reconvierte en literario, y a la in­
leyenda). Un año después, se m archa a ampliar versa. A través de los periódicos y de los libros,
estudios a las universidades de Leipzig, Berlín y como desde las conferencias, promocionó la ne­
Marburgo, en la que fue discípulo del célebre fi­ cesidad de un público/lector reflexivo y cons­
lósofo neokantiano Hermann Cohén. Es en 1910 ciente, intelectualmente riguroso, que creyera en
cuando ocupa la cátedra de Metafísica de la Uni­ la regeneración cultural de España, desechara los
versidad de Madrid, en la que permanecerá hasta viejos conceptos decimonónicos y aceptara la
1936. Ya desde 1902, Ortega había venido cola­ evolución cultural del momento. De modo gene­
borando en las más prestigiosas publicaciones ral, no obstante, puede afirmarse que la filosofía
— entre ellas La Nación, El Imparcial, La Lec­ de Ortega se inscribe en los parámetros de la co­
tura, Helios o El Sol— , bien con su nombre, bien rriente vitalista representada en Francia por
con el seudónimo de Rubén de Cendoya, siendo Henri Bergson, influida sin duda por el existen-
en 1923 cuando funda la célebre Revista de Oc­ cialismo de H eidegger y la fenom enología de
cidente, y la editorial paralela, uno de los ejes Husserl, aunque su pensamiento no es doctrinal,
esenciales de articulación de la intelectualidad sino abierto, como señalara Ferrater Mora*. Or­
española hasta 1936, fecha en que deja de edi­ tega pretendió superar el simple debate entre idea­
tarse hasta que, en 1963, ya tras la muerte del lismo y realismo con planteamientos en los que,
fundador, reanudó su publicación. Antes, en frente al objetivismo cientifista, se interrelacio-
1915, había fundado la revista España y, en nan conceptos más amplios y matizados, como
1920, la editorial Calpe, en la que dirigió la «Bi­ raciovitalismo, circunstancialidad o perspecti-
blioteca de ideas del siglo xx». Es al comenzar vismo. Filósofo de la «circunstancia», célebre
la Guerra Civil en 1936, después de un periodo por su aserto «Yo soy yo y mi circunstancia», Or­
de participación política destacada en la Agrupa­ tega considera la vida humana como «realidad
ción al Servicio de la República, junto a Mara- radical», a cada hombre como único, de modo
ñón* y Pérez de Ayala*, y como diputado — que que la realidad no puede ser contemplada objeti­
dura hasta 1933— , cuando Ortega sale de Es­ vamente, sino que dicha contemplación depen­
paña hasta 1945; son años que pasa en Francia, derá de la perspectiva y de las mencionadas cir­
Holanda, Argentina y Portugal con una intensa cunstancias, de la relación establecida en cada
labor como conferenciante. En 1948 funda, con caso entre el yo y las cosas. Para él, la razón pura
Julián Marías*, el Instituto de Humanidades de — la físico-matemática— solo es una forma par­
Madrid, y, a partir de 1949, continúa dictando ticular de la razón, por encima de la cual está la
conferencias con regularidad en Estados Unidos, «razón vital», la vida misma, lo que conduce a
Alemania y Suiza; en 1951, es nombrado doctor que las cosas humanas solo puedan ser compren­
honoris causa de la Universidad de Glasgow, en didas dentro de la vida y funcionando en ella, en
un momento en que la difusión de sus obras en el una vida que, además, es histórica, lo que con­
mundo es ya incuestionable. vierte esa «razón vital» en «razón histórica». De
En cuanto a su obra, cabe decir que se ocupó en aquí surge la teoría orteguiana de las generacio­
ella de las cuestiones más variadas de la política, nes, según la cual se establece un nuevo criterio
la cultura y la sociedad moderna, excediendo con de análisis histórico, filológico y literario. Es en
mucho el ámbito de la Filosofía, no solo por la este sentido en el que su pensamiento adquiere
materia temática de la misma, sino también por una dimensión más amplia, dado que dicha rela­
el estilo, en el cual evidencia unos modos más li­ ción individual con la realidad deriva para él en
terarios que filosóficos, herederos, acaso, de las la creación, motivo por el cual dedica gran parte
renovaciones llevadas a cabo por autores de de su obra a la teoría literaria y artística. Política­
la Generación del 98* como Azorín*, Baroja*, mente, estuvo marcado por su formación euro­
Valle-Inclán* o Unamuno*. Su prosa es nítida pea, lo que le lleva a percibir las cosas de un
y clara, ordenada, de frase corta, muy vigorosa y modo diferente a como lo hicieron globalmente
de un gran didactismo en el gusto por ciertas me­ los pensadores noventayochistas. Ortega, dicho
táforas claramente poéticas que le ayudan a apre­ de modo simplista, cree en un gobierno elitista
hender la realidad, en virtud de las cuales consi­ de los intelectuales y rechaza los postulados de
gue crear una terminología filosófica en español, la Restauración, si bien, y de manera más amplia,
asimilable por cualquier lector, con la que propo­ puede afirmarse que sus planteamientos políticos
ner sus propias ideas y a través de la cual puede se orientan a conseguir, más que transformacio­
reconvertir los conceptos del pensamiento euro­ nes concretas en el sistema, un cambio profundo
peo. Renuncia a los neologismos y emplea ex­ en la moral individual.
presiones habituales del español, como los mo­ No resulta fácil establecer aquí un índice de
dismos. Esto le permite combinar flexibilidad de obras, siquiera una selección, pues son tantas y
687 ORTEGA MUNILLA

tan variadas que la com plejidad de semejante a las que hay que añadir otras, publicadas postu­
propósito lo hace casi imposible. En cualquier mamente, como El hombre y la gente (1957),
caso, y con un criterio informativo, sí pueden ¿Qué es filosofía? (1958), Idea de principio en
m encionarse una serie de obras fundam entales Leibniz (1958), M editación del pueblo joven
que perm iten abarcar los diferentes asuntos de (1958), Meditación de Europa (1960), Origen y
los que se ocupó. Gran parte de esta obra la cons­ epílogo de la filosofía (1960) y Pasado y porve­
tituyen artículos y ensayos, muchos de ellos reu­ nir para el hombre actual (1962). A la edición de
nidos en libros, a los que se suman volúmenes in­ los seis volúmenes de sus Obras completas
dependientes y unitarios. Su prim er libro fue (1946-1947) hay que añadir las Obras inéditas
Meditaciones del Quijote (1914) —del mismo (1956) y los doce volúmenes que, de nuevo bajo
año en que pronuncia su célebre conferencia el título de Obras completas, se publicaron en
Vieja y nueva política —•, en donde analiza la 1983, lo que da una idea de las dimensiones
obra de Cervantes* a la luz de una nueva pers­ prácticamente inabarcables de su producción.
pectiva, la del realism o del siglo xix. En 1916, Posteriormente, en 1996, se publicó Meditación
año de publicación de los ensayos de Personas, de nuestro tiempo, libro que recogía las nueve
obras, cosas, escritos antes de 1912, comenzó la conferencias impartidas por Ortega en sus dos
edición de una serie de ensayos, no periódicos, viajes a Argentina.
sobre temas literarios y culturales bajo el título
de El Espectador, que constará de un total de ORTEGA MOREJÓN, José María de (M adrid,
ocho entregas, entre el mencionado año 1916 y 1860-?)
1934, y cuyos contenidos se combinan estrecha­ Poeta, novelista y dramaturgo. Con los seudóni­
mente con sus artículos políticos en El Sol. Los mos Román Gatojero y Angel M iguel fue cola­
más destacados de los trabajos incluidos en estos borador en diversas publicaciones, entre ellas La
ocho volúmenes son «Verdad y Perspectiva», Ilustración Española y Americana. Autor de
«Tres cuadros del vino», «Conciencia, objeto y dramas como Epílogo de una culpa (1885), El
las tres distancias de este», «Ideas sobre Pío Ba- sol nuevo. Cuadro dramático (1889) y El pro­
roja», «M usicalia», «Biología y pedagogía», tector de Inglaterra (1916), destacó en la poesía
«Las dos grandes metáforas», «Vitalidad, alma, con libros como Ratos perdidos (1897) y De
espíritu», «Dios a la vista», «La interpretación otoñada (1914). Publicó, asimismo, obras en
bélica de la Historia», «El silencio, gran brah­ prosa como los relatos de Cuentos de color de
mán» y «Tiempo, distancia y forma en el arte de lila y fragm entos sin color (1887) y la novela
Proust», por destacar solo algunos de ellos. Otras Cosas pasadas (1913).
obras clave son España invertebrada (1921), en
la que, a partir del concepto de «decadencia» ORTEGA MUNILLA, José (Cárdenas, Cuba,
analiza la falta de estructuración de España y la 1856-Madrid, 1922)
falta de unas minorías selectas, El tema de nues­ Narrador. Cubano de nacimiento, debido al cargo
tro tiempo (1923), en la que se plantean temas administrativo que allí desempeñaba su padre,
esenciales de su filosofía bajo la pretensión de fue una de las figuras más destacadas del mundo
«ordenar el mundo desde el punto de vista de la literario español del siglo xix. Eclipsado por la
vida», Las Atlántidas (1924), La deshum aniza­ fama de su hijo, José Ortega y Gasset*, fue se­
ción del arte e ideas sobre la novela (1925), li­ m inarista en Cuenca y en Gerona, abandonó la
bro en el que denuncia a la vanguardia por su ale­ carrera eclesiástica en 1868 y se licenció en De­
jam iento de la realidad, Espíritu de la letra recho. En 1902 fue elegido miembro de la Real
(1927), M irabeau o el político (1927), Kant Academia Española. Como periodista, escribió
(1924-1929), La redención de las provincias y la miles de artículos en las más célebres publica­
decadencia nacional (1929), La rebelión de las ciones, entre ellas La Iberia, donde fue redactor,
masas (1930; 1.a ed. crítica en español: 1998), fundó la revista literaria La Linterna y dirigió el
una de sus obras más polémicas, en la que for­ suplemento cultural Los lunes de El Imparcial y,
mula su apartamiento de las mayorías e inicia un más adelante, el diario completo. En su faceta de
cierto pesimismo desengañado que culmina en el narrador, fue autor de novelas realistas, en la lí­
discurso «Rectificación de la República» (1931), nea de Balzac o Dickens, preocupado por cues­
Misión de la Universidad (1930), En torno a Ga- tiones sociales al modo naturalista en que lo hi­
lileo (1933), M isión del bibliotecario (1935), En­ ciera Zola, cuestiones que trató sin profundidad
simismam iento y alteración; M editación de la psicológica, con estilo depurado y un refina­
técnica (1939), Ideas y creencias (1940), E stu­ miento lingüístico similar al de sus artículos pe­
dios sobre el am or (1941), Historia como sis­ riodísticos, acaso de un estilismo recargado que
tema (1941 en español), Teoría de Andalucía va en detrimento de las intenciones críticas. Fue
(1942) y Papeles sobre Velázquezy Goya (1950), declarado admirador de los autores menciona­
ORTEGA SPOTTORNO

dos, así como de Pérez Galdós*, Valera* y, por rácter litúrgico, histórico y hagiográfico. Gran
supuesto, Cervantes*. parte de su obra en latín y en romance aún no se
Destacan en su producción las novelas La ciga­ ha publicado. Sus obras más destacadas son los
rra (1879), Lucio Tréllez (1879), El tren directo opúsculos incluidos en Los tratados del doctor
(1880), Sor Lucila (1880) — continuación de la Alonso Ortiz (1493), una compilación del Misal
primera— , El fauno y la dríada (1882), Cleopa- mozárabe (Toledo, 1500) y otra del Breviario
tra Pérez (1884), con la que inició una serie de (1502), a las que habría que añadir un Diálogo
novelas «aristocráticas» que se desarrollaban en en latín sobre la muerte del príncipe don Juan,
los ambientes de la nobleza, Idilio lúgubre otro, igualmente en latín, en el que escenificó
(1887) y La señorita Cisniega (1918), aunque una conversación entre los Reyes Católicos, y
suelen recordarse como más meritorias las narra­ una traducción castellana del Arbor, célebre
ciones breves recogidas en Relaciones contem­ compilación espiritual de Ubertino da Casale.
poráneas (1883-1919), entre las que destacan
«Tremielga» (1897), «Fifína» (1897) y «El espe­ ORTIZ, Fernando (Sevilla, 1947)
juelo de la gloria». Fue autor, asimismo, de la Poeta y ensayista. Crítico literario en publicacio­
adaptación teatral Estracilla (1918), cuyo título nes tan relevantes como La Estafeta Literaria,
se corresponde con la novela original de 1917, ínsula o El País, colaboró asiduamente en la
de la que era autor, y de los libros de viajes Viñe­ prensa andaluza, sobre todo en Diario 16 de An­
tas del Sardinero y mares y montañas (1887) y dalucía. Miembro de la Asociación Española de
Viajes de un cronista (1892), en los que se mues­ Críticos Literarios, así como del jurado de los
tra hábil en las descripciones. Premios Nacionales de la Crítica, en sus versos,
de tenue escepticismo y tono romántico y melan­
ORTEGA SPOTTORNO, José (M adrid, 1916- cólico, aborda el temblor interno de las emocio­
2002 ) nes provocadas por la pérdida, con mucho de lo
Narrador y ensayista. Hijo menor del filósofo Or­ que se puede encontrar en la poesía de un Gus­
tega y Gasset*, este ingeniero agrónomo fue, ade­ tavo Adolfo Bécquer*. Entre sus libros, y además
más de senador en las Cortes Constituyentes, uno de los ensayos y colecciones de artículos de volú­
de los constantes impulsores de Revista de Occi­ menes como: Introducción a la poesía andaluza •
dente, que dirigió, fundador del diario El País, contemporánea (1981), La estirpe de Bécquer
del que fue presidente hasta 1986, fecha en la que (1982; reed., corregida y aumentada, 1985), El
fue nombrado presidente de honor, y el creador elefante en la cristalería (1984), El hombre del
de Alianza Editorial, cuya colección de bolsillo Renacimiento (1988), Sevilla y los sevillanos
revolucionó el mundo de la edición en España a (1992), La caja china (1993), Manual del vera­
finales de los años sesenta publicando a precios neante perpetuo (1994), Verso y glosa (1996), Se­
asequibles clásicos españoles y universales, así villa. Pequeña historia de una gran ciudad
como libros universitarios prohibidos por el fran­ (1997) y Contraluz de la lírica (1998), destacan
quismo. Autor de obras narrativas como: El área los poemarios: Primera despedida (1978), Perso-
remota, Relatos en espiral, Historia probable de nae (1981), Vieja amiga (1984), Marzo (1986),
los Spottorno o Los amores en cinco minutos, La ciudad y sus sombras (1986), Recado de es­
quizá su obra cumbre fue Los Ortega (2002), una cribir (1990), Un funcionario (1991), El verano
monumental indagación en los orígenes de su fa­ (1992), Vieja amiga (1975-1993) (1994), recopi­
milia paterna que no pudo ver publicada. lación de sus poesías hasta esa fecha con el título
del libro mencionado de 1984, Moneditas (1996)
ORTIZ, Agustín (Aragón?, siglo xvi) y Posdata (1999), así como el volumen de me­
Conocido por su comedia Radiana, imitación de morias Apuntes autobiográficos y otros papeles
la Celestina escrita en cinco actos y en coplas (2001), construido no del modo tradicional, sino
de pie quebrado hacia 1533, aunque la edición a base de estampas y artículos. Es autor, asi­
que se conserva es de 1534. Se aprecian las in­ mismo, de una edición en homenaje a Gil-Albert*
fluencias de Gil Vicente* y Torres Naharro*. (1978), de un epistolario inédito de Luis Cer-
nuda* (1981), así como de una antología de su
ORTIZ, Alonso (Villarrobledo, A lbacete, ?-To­ poesía (2002), además de antologías de la poesía
ledo, 1503) de Alberto García Ulecia* (1985), de prosas de
Tratadista. Estudió Leyes en la Universidad de Joaquín Romero Murube* (1995) y de los versos
Salamanca — a cuya biblioteca donaría sus libros de Pablo García Baena* (2000).
en 1503— , y fue canónigo con el cardenal Cis­
neros* en Toledo, ciudad en la que entraría en el ORTIZ, Lourdes (Madrid, 1943)
círculo de los Reyes Católicos. De amplia forma­ Novelista. Profesora de Historia del Arte en la
ción cultural, su estilo es retórico en obras de ca­ Escuela de Arte Dramático, en sus obras hay in­
689 ORTÚÑEZ DE CALAHORRA

gredientes de novela policiaca, pero sobre todo gos (1861). Además de comedias y zarzuelas,
despuntes de crítica social, así como un análisis como Un sobrino (1857), publicó versos que se
profundo de las emociones de los perdedores, de reunieron en Poesías (1884).
los derrotados, a través de una literatura cuyo
realismo* no cae nunca en la literatura socioló­ ORTIZ SANZ, José Francisco (?-Valencia, 1882)
gica y que, en ocasiones, ha abordado la novela Tratadista y dramaturgo. Presbítero y biblioteca­
histórica para dichos análisis. Es autora de nove­ rio real, fue miembro de las Academias de la
las como: Luz de la memoria (1976), Picadura H istoria y de la de San Fernando. Importante
mortal (1979), En días como éstos (1980), traductor, vertió al español el tratado de inter­
Urraca (1982), Arcángeles (1986), Los motivos pretación El teatro (1789), de F. Milizia, Los
de Circe (1988), La liberta (1999) y Cara de diez libros de Arquitectura (1787), de Vitrubio,
niño (2002). Ha publicado, además de un ensayo y Los cuatro libros de Arquitectura de Palladio
sobre Rimbaud, Comunicación crítica (1978) y (1797). Respecto al mundo teatral fue muy crí­
El sueño de la pasión (1997), un repaso de cier­ tico y mantuvo una dura polémica con Cándido
tos personajes literarios de la historia para anali­ M aría Trigueros* por el ataque que contra él
zar el am or como m otor de la inspiración, la lanzó en Carta de... al caballero de las cinco le­
pieza teatral Las murallas de Jericó (1980) y el tras E.A.D.L.M. acerca del drama nuevo intitu­
volumen de relatos Fátima de los naufragios. lado «Dios protege la inocencia» (1788), que
Relatos de tierra y mar (1998). firmó, como otras obras, con el seudónimo Es-
cenófilo Ortomeno. Fue autor, asimismo, de la
ORTIZ DE CISNEROS Véase RIBADENEYRA, tragedia Orestes en Sciro (1790) y del libro so­
Pedro de. bre arquitectura Viaje arquitectónico anticuario
de España (1807).
ORTIZ LULL, Silvia (Denia, Alicante, 1969)
Poetisa. Con su prim er libro, También vosotros ORTIZ DE ZÚÑIGA Y DEL ALCÁZAR, Diego (Se­
(2000), consiguió despertar el interés de una crí­ villa, 1633-1680)
tica que destacó su capacidad para nom brar el Historiador y tratadista. Aunque escribió una im­
dolor, el vacío y la inexistencia a través de ver­ portante genealogía de su familia titulada Dis­
sos sin ascendencia, libres en su transcurso y sus curso genealógico de los Ortizes de Sevilla
orígenes, que tantean registros variados para es­ (1670), la fama se la debe a su autoría de una de
carbar en las rutas del deseo. las más eruditas y objetivas historias particulares
de las escritas durante el Siglo de Oro (véase
ORTIZ DE PINEDO, José (Jaén, 1881-Madrid, EDAD DE ORO): Anales eclesiásticos y seculares
1959) de la ciudad de Sevilla (1677), corregida y reedi­
Poeta, narrador y autor teatral. Crítico literario tada posteriormente (1796) por un tal Antonio
en diversas publicaciones, entre ellas ABC, pu­ María Espinosa.
blicó sus versos en otras como Renacimiento o
Helios. De corte subjetivista, e influidos por el ORTS-RAMOS, Tomás (Benidorm, Alicante,
im presionism o, son sus poem arios C anciones 1866-?, 1939)
juveniles (1901), Poemas breves (1902), Dolo- Narrador. Especialista en temas taurinos, cola­
rosas (1903), H uerto humilde (1907) y La jo r ­ boró, en ocasiones con el seudónimo El Niño de
nada (1910). Fue autor, asimismo, de diversas Dios, en publicaciones como La Vanguardia,
com edias, de entre las que destaca Las fe a s fundó otras en Madrid — El Látigo— y Barce­
(1909), y de varias obras narrativas, caso de lona — El Saltillo y Todo Leche— y fue corres­
El pobre amor y La dulce mentira, ambas edi­ ponsal en Francia y en algunos países hispanoa­
tadas en 1911. mericanos. Como narrador, publicó diversas
obras, entre las que destacan: Una historia vul­
ORTIZ DE PINEDO, Manuel (M adrid, 1831- gar (1892), Todo por nada (1894), La alegría de
1901) amar (1901), Confesiones de mujeres (1904),
Dramaturgo. Como político fue destacada su la­ Eróticos y sentimentales (1905) y El implacable
bor como director del Patrimonio durante la re­ amor (1905). Tradujo, asimismo, obras de D ’An-
volución del 68. Escribió para diversas publica­ nunzio y Stendhal.
ciones, entre ellas La Política, sátiras de gran
crudeza y obtuvo fama con dramas de corte na­ ORTÚÑEZ DE CALAHORRA, Diego (Nájera, Lo­
turalista, em papados de denuncia social y crí­ groño, siglo xvi)
tica costumbrista, como Los pobres de M adrid Debe su celebridad al libro de caballerías* Es­
(1857), Una mujer de historia. Culpa y castigo pejo de príncipes y cavalleros (Zaragoza, 1555),
(1857), M adrid en 1818 (1860) y Frutos amar­ conocido también como El caballero del Febo.
ORY

Es una de las obras de este género — ya en deca­ y venir formal, emocional y temático lo con­
dencia cuando aparece el libro— que consiguió vierte en un viajero de sí a la búsqueda constante
más éxito, lo que llevó a que se publicaran suce­ de la escritura y de la vida, siempre escindido en­
sivas reediciones y cuatro continuaciones, así tre la ruptura de la m odernidad y la tradición
como a que sus aventuras se incorporasen al Ro­ neobarroca. La mayor parte de su obra poética se
mancero* nuevo. Se trata de un «regimiento de publicó en revistas, tales como Cuadernos H is­
caballeros» en el que predominan los parlamen­ panoamericanos, Revista Brasileña de Cultura
tos morales de carácter filosófico. o Papeles de Son Armadans, si bien pueden des­
tacarse poemarios como: Sombras y pájaros
ORY, Carlos Edmundo de (Cádiz, 1923) (1940), Canciones amargas (1942), Versos de
Poeta y narrador. Vivió en Francia, donde fue pronto (1945), Los sonetos (1963), Poemas
profesor en la Universidad de Amiens, y es uno (1969), M úsica del lobo (1970), Poesía: 1945-
de los creadores más personales del panorama 1969 (1970), libro realizado por Félix Grande* y
poético español desde que, después de trasla­ con el que consiguió salir del anonimato, Téc­
darse a M adrid en 1943, fundara el postismo* nica y llanto (1971), Los poemas de 1944(1913),
con Eduardo Chicharro* y Silvano Sernesi. Hijo Poesía abierta (1974), Lee sin temor (1976),
del poeta modernista Eduardo de Ory*, antes de Energeia (1978), M etanoia (1978), La flauta
ir a la capital inició estudios en la Escuela de prohibida (1979), M iserable ternura. Cabaña
Náutica de Cádiz en 1936, los cuales abandona­ (1981), Nabla (1982), Aerolitos (1985), conjunto
ría pronto. Ya en Madrid, donde trabaja como bi­ de aforismos, Poesía prim era (1940-1941)
bliotecario del Parque Móvil de los Ministerios, (1985), Soneto vivo (1988), Nuevos aerolitos
y tras la citada fundación, apoyada en dos revis­ (1995) y, prologado por Gim ferrer* y con epí­
tas de escasa vida, Postismo y La Cerbatana, da logo de Jaume Pont*, Melos melancolía (1999),
un giro más de tuerca en su intento por recuperar que reúne dos libros: Érase una vez y Nabla, que
la vanguardia frente a la poética del momento incluyen poemas escritos durante casi veinte
publicando, en 1951 y junto al pintor dom ini­ años, entre 1977 y 1994. En su faceta narrativa,
cano Darío Suro, el manifiesto introrrealista, en abundante y en la misma línea que sus versos, ha
el que se sientan las bases de un arte basado en la editado volúmenes de relatos como: El bosque
realidad interna del hombre y cuya expresión (1952), Kikiriquí-Mangó (1954), Una exhibición
debe nacer de estados de conciencia dominados peligrosa (1964), El alfabeto griego (1970) y
por el misterio. Poco después, en 1955, tras una Basuras (1975), además de la novela M ephibo-
breve estancia en Perú como profesor, fija resi­ seth en Onuo. Diario de un loco (1973) y los vo­
dencia en París, becado por la Fundación March, lúmenes de diarios: Diario (1975) y Eunice Fu-
hasta 1968, año en que se instala en Amiens y cata (1984). Deben recordarse, además, sus
funda el A telier de Poésie Ouverte, conocido ensayos Camus y el ateísmo in extremis (1964),
como A.P.O. Hasta este punto, pues, su poética Federico García Lorca (1967) e Iconografías y
evoluciona del siguiente modo: una primera estelas (1991).
etapa que se corresponde con sus años gaditanos,
marcada por el Modernismo*; una segunda, los ORY, Eduardo de (C ádiz, 1884-1939)
años madrileños, en los que predominan sus in­ Poeta. Difusor del Modernismo* — como Fran­
tentos rupturistas de corte vanguardista, y un cisco Villaespesa* en su día— , a través de publi­
tercer momento, desde su llegada a Francia, en caciones inspiradas por él, como Azul, en sus dos
que entenderá la poesía como una creación co­ etapas, España y América, La Diana y Gente Co­
lectiva y tratará de desarrollarla a partir de reu­ nocida, fue autor de una poesía intimista, en la
niones y discusiones encaminadas a la copartici­ línea de Bécquer*, que, sin embargo, durante los
pación y extensión mayoritaria de aquella. De años veinte, supo ir vaciándose de truculencias
forma general, puede afirmarse que sus versos formales, superando el M odernismo, y, final­
han intentado abordar, desde la época del exis- mente, aproximándose a las vanguardias. Deben
tencialismo, la destrucción interior desde la per­ recordarse sus poemarios: Plumaditas (1902),
cepción de la ruina exterior, con lo que él mismo Ecos de mi lira (1903), Aires de Andalucía
llamó el «mugido del ser». Posteriormente, se (1904), Laureles-rosas (1905), El pájaro azul
produjo una derivación hacia un cierto esote- (1906), La prim avera canta (1907), M ariposas
rismo filosófico, alejado de cualquier convencio­ de oro (1907), Bouquet de azucenas (1908),
nalismo, en donde predomina una escritura me- Alma de luz (1909), Lo que dicen las campanas
tapoética muy próxima a lo bárdico. No obstante, (1909), M ármoles líricos (1909), Caravana de
se trata de un poeta que César Antonio Molina* ensueños (1911), Hacia las cumbres (1917),
ha calificado como «nómada, apátrida del Cascabeles de plata (1923), Inquietudes (1925),
mundo», en el sentido en que es un autor cuyo ir Rarezas literarias (1925) e Intimidades litera-
691 OSUNA

rías (1937). Fue autor, asimismo, de diversos en­ la lista de celebridades en la historia de la litera­
sayos, tales como: Gómez Carrillo (1909), M a­ tura española; en este campo destacaron trabajos
nuela Reina (1916), Rubén Darío (1917) y minuciosos como: Galería bibliográfica de ar­
Amado Ñervo (1918). tistas españoles del siglo XIX (1868-1884), Gale­
ría biográfica de artistas españoles del siglo XIX
OSIO (C órdoba, 256-Zemun, actual Serbia, (1883-1884), Ensayo de un catálogo de periodis­
357) tas españoles del siglo XIX (1903-1904), Apuntes
Tratadista. Obispo de Córdoba desde 295, a prin­ para un Diccionario de escritoras españolas del
cipios del siglo iv, ya en Roma, sufrió torturas siglo xix (1889-1890; ed. en La España M o­
por parte de Diocleciano y Maximiliano, e inter­ derna) y Apuntes para un Diccionario de escri­
vino decisivamente en la conversión de Constan­ toras americanas del siglo xix (1891-1892; tam­
tino, que lo exilió a Sirmio, la actual Zemun en bién editado en La España M oderna).
Serbia. Presidió los concilios de Arles, Nicea y
Sárdica, a los que sometió diversas resoluciones, OSSORIO Y GALLARDO, Ángel (Madrid, 1873-
y su celebridad en el seno de la Iglesia se debe a Buenos Aires, Argentina, 1946)
la form ulación del concepto de «homuosion», Ensayista. Abogado de profesión, fue goberna­
según la cual, y en oposición a la doctrina dor de Barcelona con el Gobierno de Maura, a
arriana, afirma la divinidad del Hijo. Dos obras quien defendió en los tribunales, al igual que a
suyas importantes se han perdido: una dedicada Alcalá Zamora y a Lluis Companys. Opositor a
a su hermana, De laude virginitatem, y un De in- la dictadura de Primo de Rivera, hubo de exi­
terpretatione vestium sacerdotalium. Es uno de liarse con motivo de la Guerra Civil, exilio en el
los santos venerados actualmente por la Iglesia que formó parte del gobierno Grial en 1945. Es
ortodoxa griega. autor de una obra jurídica y política de importan­
cia, en la que destacan títulos como: Julio de
OSORO, Jasone (Elgoibar, Guipúzcoa, 1971) 1909 en Barcelona (1910), Historias del pensa­
Narradora en euskera. Periodista y guionista, co­ miento político catalán durante la guerra de Es­
labora en diversas publicaciones y trabaja en la paña con la república francesa (1913) y Cartas
televisión vasca. En sus cuentos el amor es el eje a una señora sobre Derecho Político (1930). Fue
en torno al cual gira una galería de personajes autor, asimismo, del volumen autobiográfico Mis
que le sirven a su autora para reflexionar sobre memorias (1946).
los desmembramientos del amor, sobre la multi­
plicidad de perspectivas que es necesaria para OSUNA, Francisco de (Osuna, Sevilla, 1492-?,
com prender cabalm ente dicho sentimiento. El h. 1541)
ámbito en el que se desarrollan sus historias, mi­ Escritor ascético. Religioso franciscano desde
nuciosas en la trama y en las que nada resulta 1513, había pasado su infancia en Osuna y, en
irrelevante, es la ciudad. Es autora de una bio­ 1510, parece que participó en la toma de Trípoli.
grafía de Isadora Duncan (1998) y de la novela Puede ser que estudiara Teología en Alcalá, aun­
para jóvenes Jara (2001), así como de los libros que también es posible que lo hiciera en Sala­
de relatos Tentazioak ( Tentaciones) (1998) y manca, y, en torno a 1523, destacó como predi­
D esnudos (2002), traducido al español por ella cador en La Salceda. Está documentada su
misma y con el que obtuvo el Premio Euskadi de estancia en Sevilla como comisario general de
Plata al libro más vendido. Indias entre 1527 y 1531, para, después, viajar a
Francia, Alemania y Países Bajos, de donde re­
OSSORIO Y BERNARD, Manuel (Algeciras, Cá­ gresa a España en 1537 muy influido por las
diz, 1839-Madrid, 1904) ideas ascéticas de Ruysbroeck y Tomás de Kem-
Bibliógrafo y narrador. Redactor de publicacio­ pis. Sus textos muestran a un ascético práctico,
nes como El Contemporáneo, El Español y La no tanto especulativo como relator de sus propias
Correspondencia, publicó una serie de cuadros experiencias, de estilo popular, muy claro y elo­
de costumbres, La república de las letras (1876), cuente y m anifiestamente interesado en el
y varias obras de carácter infantil, tanto en verso «amor» como eje director de la vida contempla­
como en prosa, entre las que destacan: M oral in­ tiva. Es autor de una obra fundamental, Abece­
fantil. Páginas en verso (1876), Lecturas de la dario espiritual (1525-1554), dividida en seis
infancia. Cuentos (1880), Album infantil. Cuen­ partes, cada una de las cuales se subdivide a su
tos, máximas y enseñanzas, en prosa y en verso vez en tratados explicativos a propósito de las
(1885), Gente menuda. Romances infantiles máximas que los encabezan, las cuales siguen un
(1891), Poemas infantiles (1894) y E pigramas orden alfabético. Originariamente, la obra parece
infantiles (1895). Pero es sin duda su labor como que fue planeada en tres partes, siendo las demás
bibliógrafo la que le ha dado ocasión de engrosar una serie de escritos heterogéneos cuya ordena­
692
OTERO

ción se debió a los editores. De tal suerte, el Pri­ lar ni a las inquietudes sociales, motivadas por
mer abecedario (Sevilla, 1525) son enseñanzas su fe en la humanidad y por un espíritu de lucha
para meditar sobre la Pasión de Cristo; el Segundo inquebrantable. La poesía de Blas de Otero, en
abecedario (Sevilla, 1530) propone los modos definitiva, encabeza una suerte de vanguardia*
para alcanzar la disciplina ascética espiritual y en la medida en que rompe con el lenguaje de los
corporal; el Tercer abecedario (Toledo, 1527), poetas que permanecían al margen de la política,
acaso el fundamental y decisivo en la formación esos poetas de posguerra que eran afines al régi­
de santa Teresa de Jesús*, es esencialmente mís­ men; una poesía, en fin, que supone una protesta
tico y se refiere a la manera de conseguir la ora­ civil y política y una reivindicación de la verdad.
ción en el recogimiento. En cuanto a los restantes Asimismo, su poesía suponía una conciencia crí­
tres abecedarios, tanto el Cuarto abecedario, co­ tica histórica que intentaba crear un frente de
nocido como Ley de amor santo (1530), como los opinión contra la dictadura franquista. Después
otros dos, el Quinto abecedario (Burgos, 1541) y del primer poemario, de carácter religioso, Cán­
el Sexto abecedario (Sevilla, 1554), son de carác­ tico espiritual (1942), aparecería, ya en 1950, el
ter ascético, cantan las virtudes de la pobreza y ha­ desolador Ángel fieram ente humano, libro en la
blan de las heridas de Jesucristo. El resultado final línea conmovedora y trágica de otros de Dámaso
demuestra, dicho de manera global, un profundo Alonso* o José Luis Hidalgo*. En este poemario
conocimiento de la Sagrada Escritura y del pensa­ predomina una religiosidad dolorida, compañera
miento de los Padres de la Iglesia. de un hondo nihilismo consecuencia de una vi­
Fue autor, asimismo, del tratado eucarístico Gra­ sión global y colectiva de la existencia. Es el que
cioso convite de las gracias del Santo Sacra­ abre el camino al mundo del otro, a la presencia
mento del Altar (Sevilla, 1530) y de una guía es­ de la humanidad en sus versos, concretamente a
piritual de los estados de soltería, matrimonio un libro como Redoble de conciencia (1951), en
y viudez: Norte de los estados (Burgos, 1541), y el que irrumpe de forma más clara el conflicto
de numerosos sermones latinos. bélico español y que se publicaría conjuntamente
con el anterior en Alicia (1958), cuyo título está
OTERO, Blas de (Bilbao, 1916-Madrid, 1979) formado por la primera y última sílaba de los de
Poeta. Licenciado en Derecho, fue prolífico con­ dichos libros y por el que recibió el Premio Fas-
ferenciante en España y residió durante tempora­ tenrath de la Real Academia Española. El resto
das en Francia, Rusia, China o Cuba. Hoy por de su producción la forman títulos como: Pido la
hoy, está considerado como una de las máximas paz y la palabra (1955), En castellano (1960;
figuras de la poesía social* y testimonial de la ed. en 1959 en francés como Parler clair), reuni­
posguerra. Poeta, no obstante, de un persona­ dos ambos en Con la inmensa mayoría (1960), al
lismo intimista en sus comienzos, muy influido que siguieron Hacia la inmensa mayoría (1962),
por san Juan de la Cruz*, fray Luis de León* y en el que se incluían todos sus anteriores libros
santa Teresa de Jesús*, trató, en dicha etapa ini­ excepto el Cántico espiritual, Esto no es un libro
cial, problemas existenciales y religiosos con un (1963), Que trata de España (1964), Expresión y
lenguaje de tendencia barroquista y gran depura­ reunión (1941-1969) (1969 y 1981), M ientras
ción de las formas que, paulatinamente, derivaría (1970) y Poesía con nombres (1977). A estas
hacia una poesía social interesada, desde una obras hay que añadir sus H istorias fingidas y
perspectiva marxista — fue simpatizante del Par­ verdaderas (1970 y 1980), conjunto de poemas
tido Comunista en la clandestinidad— , en los en prosa de carácter experimental, y Mediabio-
problemas colectivos, acaso por su preocupación grafía (1997), una antología temática en la que
en torno a las consecuencias de la Guerra Civil; se reunían los poemas de contenido biográfico.
es un momento en el que predomina en sus ver­
sos un lenguaje violento, dramático y desga­ OTERO, Luis
rrado. España va convirtiéndose en el eje de su Narrador. Periodista interesado desde una perspec­
obra, una España vivida con una emoción contra­ tiva costumbrista e irónica en la España de la pos­
dictoria entre el amor y el odio. Es la época en guerra y en las consecuencias emocionales y socia­
que confiesa que su poesía va dirigida a «la in­ les de la Guerra Civil, en sus obras usa un lenguaje
mensa mayoría», motivo por el cual el dram a­ que trata de reproducir el habla un tanto chusca del
tismo de su lenguaje es, al propio tiempo, más ac­ franquismo, así como ahondar en las miserias mo­
cesible. A partir de 1965 intenta nuevas formas en rales del régimen y en lo que estas supusieron en
poemas que aparecerán en antologías, formas las imposiciones de la vida cotidiana. Además de
que derivan en el empleo de una métrica más li­ diferentes ensayos, como Al paso alegre de la paz
bre, en un enriquecim iento expresivo y en un (1996), Mi mamá me mima (1998), La española
cierto retorno al intimismo, a la angustia metafí­ cuando besa (1999) o El sexto, no fornicar (2002),
sica, todo ello sin renunciar ni al lenguaje popu­ destaca su novela Gris marengo (1987).
693 OVANDO SANTARÉN

OTERO PEDRAYO, Ramón (Orense, 1888-1976) entre los que destacan: El diablo blanco (1928),
Narrador y ensayista en lengua gallega. Licen­ ¡Viva el rey! (1929), El tesoro de Cuauhtemoc
ciado en Derecho y en Filosofía y Letras y dipu­ (1930), El hombre que tuvo harén (1931), Río re­
tado en las Cortes Constituyentes de la Segunda vuelto (1932) y Anticípolis (1933). No obstante,
República por el Partido Galleguista, fue cate­ las obras en prosa por las que es recordado son
drático de instituto y, después, de Geografía en la otras, de viajes o temas variados de cierta frivoli­
Universidad de Santiago, convirtiéndose tras la dad, como: Las mujeres de la literatura (1917),
Guerra Civil en uno de los más destacados repre­ Frases históricas (1918), Animales célebres
sentantes de la resistencia cultural gallega frente (1919), De España al Japón (1927), En el remoto
al nacionalismo español del régimen franquista. Cipango (1927), Al Senegal en avión (1928), el
Miembro de la generación aglutinada en tomo a texto mitológico Los dioses que se fueron (1929)
la revista Nos, que defendía el uso del gallego o el curioso La Tierra es redonda. Novela de
para cualesquiera trabajos intelectuales, y aun­ aventuras alrededor del mundo (1933).
que en la primera posguerra escribió en español,
los temas de los que trataba eran ya gallegos. OTXOA, Julia (San Sebastián, 1953)
Cultivó, además de la poesía, el teatro y el en­ Poetisa. Autora en cuyos versos la opresión del
sayo, el cuento y la novela, siendo este último el miedo y la muerte se presenta con desconcierto,
género de su especialidad. Novelista de estilo ba­ un dolor colectivo e individual que habla, tam­
rroco y prosa muy elaborada, de gran riqueza, el bién, de las leyendas y ritos vascos. Declarada
tema central de su obra es Galicia, sobre todo la heredera de las tradiciones de su tierra, así como
decadencia de la clase «fidalga» del siglo xix y ligada a la naturaleza vasca, en su poesía está
el deterioro ético. Deben destacarse novelas su­ presente el elemento mágico de su cultura, pero
yas como Os camiños da vida (1928), novela no menos que un hondo compromiso social que
fundamental en la que predomina la nostalgia de renuncia al olvido histórico. Como narradora,
la vida tradicional gallega, Arredor de s í (1930), sus cuentos, a veces de una brevedad extrema,
A romería de Xelmírez (1934), en la que se recrea juegan con el misterio, la intriga, la sorpresa y el
la Galicia del siglo xn, Fra Vernero (1934), que absurdo. Además de haber escrito algunos traba­
pretende ser un análisis de la situación histórico- jos sobre poesía y narrativa vascas, así como
cultural del siglo xvm europeo, Devalar (1935), obras narrativas infantiles, destacan sus poema­
O mesón dos Ermos (1936), Las palmas del con­ rios: Composición entre la luz y la sombra
vento (1941), Adolescencia (1944) y La voca­ (1978), Luz del aire (1982), en colaboración con
ción de Adrián Silva (1950). Otros libros narrati­ Ricardo Ugarte, Cuaderno de bitácora (1985),
vos destacados son las novelas cortas Pantelas Centauro (1985), Antología poética (1986),
home libre (1925), O purgatorio de don Ramiro La edad de los bárbaros (Bari, Italia, 1997) y
(1926) y Escrita no néboa (1927), a los que hay Im nieve en los manzanos (2000). Es autora, asi­
que añadir los libros de relatos Contos do camiño m ismo, de los libros de relatos Kískili-Káskala
e da rúa (1932) y Entre a vendima e a castiñeira (1994), prologado por Javier Torneo*, y Varia­
(1957). Fue autor, asimismo, de la obra teatral ciones sobre un cuadro de Paul Klee (2003).
A lagarada (1929) y de ensayos como Sintese
xeográfica de Galicia (1926), Guía de Galicia OUDIN, César (?-?, 1625)
(1926), Treinta y tres lecciones de Geografía ge­ Gramático francés, e intérprete del rey en len­
neral (1929), Romanticismo, saudade, senti­ guas germánicas, a quien incluimos en este dic­
miento da raza e da térra en Pastor Díaz, Rosa­ cionario debido a que publicó, en 1597, una gra­
lía de Castro e Pondal (1931), E stética del mática española que sentó las bases de las que,
paisaje gallego (1932) y, sobre todo, Ensayo his­ inmediatamente después, se sucedieron en diver­
tórico sobre la cultura gallega (1933), de gran sos países europeos. Otro texto suyo, muy usado
influencia entre los galleguistas. En el volumen por lexicógrafos europeos en la composición de
Parladoiro (1973) se recogieron sus colabora­ diccionarios de español, fue el Tesoro de las dos
ciones periodísticas. lenguas francesa y española (1607). Merecen re­
cordarse, asimismo, sus Refranes y proverbios
OTEYZA, Luis de (Zafra, Badajoz, 1883-Cara- castellanos traducidos al francés.
cas, Venezuela, 1961)
Narrador y poeta. Además de una labor meritoria OVANDO SANTARÉN, Juan de (Málaga, 1624-
como periodista, y de ciertos poemarios escritos 1706)
según los patrones estéticos del modernismo, Poeta. Estudió Leyes en Granada y fue militar de
como por ejemplo Flores de almendro (1903), prestigio. Hombre de biografía azarosa, escribió
Brumas (1905) y Versos de los veinte años poesía, tanto en castellano, latín como italiano,
(1923), Oteyza fue novelista prolífico con títulos siempre de corte gongorino y con algunas de las
694
OVEJERO

cuales participó en no pocos festejos. Destacan 2001), que fue galardonado con el Premio Ciu­
poemarios como Exemplar de castigos y pieda­ dad de Irún, y El Estado de la Nación (2002), y
des (Málaga, 1650), Ocios de Castalia (Málaga, el libro de viajes China para hipocondríacos. De
1663), Poemas lúgubres (Málaga, 1665) y Orfeo Nanjing a Kunming (1998), con el que obtuvo el
militar (Málaga, 1688). Fue autor, asimismo, de Premio Grandes Viajeros.
diversas comedias, entre ellas: El engaño en la
fineza y La fortuna en la desgracia. OVIEDO, Rocío (Madrid, 1953)
Poetisa. Profesora de Literatura Hispanoameri­
OVEJERO, José (Madrid, 1958) cana en la Universidad Complutense de Madrid,
Narrador, ensayista, novelista y poeta. Licen­ ha publicado numerosos artículos y estudios so­
ciado en Geografía e Historia, vivió en Alema­ bre diversas cuestiones relacionadas con su espe­
nia y en Bruselas, en donde ha trabajado de in­ cialidad. Ya en 1976 el mismísimo Gerardo
térprete entre 1998 y 2000, y enseña en una Diego* realizó una antología de sus versos que
Universidad madrileña. Colaborador en diferen­ jamás vio la luz. Destaca su poemario A l encuen­
tes publicaciones, autor de corte realista cuyo tro (1999).
lenguaje bien cuidado, a veces barroco y exube­
rante, le sirve para abordar un tipo de novela, OVIEDO Y SQUARZAFIGO, Juan de (M adrid,
a veces negra, con pretensiones psicológicas 1702-1753)
y sociales. Con tendencia a un cierto costum ­ Poeta. Fraile carmelita que respondía al nombre
brism o*, ha sabido, no obstante, dem ostrar un de Juan de la Concepción, fue eminente orador y
incisivo sentido irónico de la realidad a través versificador con gran sentido del humor. Miem­
del uso de recursos estructurales y estilísticos bro de la Real Academia Española, en la que in­
originales, como el uso de las voces cruzadas y gresó en 1744 con su discurso en verso Oración
de los diversos puntos de vista, que perm iten gratulatoria, escribió, también en el mismo año,
abordar de un modo poliédrico los conflictos que un Piscator cómico en el que imitó a Torres Vi-
presenta en sus textos. Por lo que respecta a su llarroel*. Bajo el seudónimo de Don Juan de
poesía, cabe decir que mezcla registros tan dis­ Madrid, fue autor de obras poéticas cómicas
pares como el humor o el lirismo clásico con do­ como El patán de Carabanchel, Guerra y paz de
sis de compromiso social. Narrativa y lírica, en las estrellas y El poeta oculto.
fin, huye de barroquismos superfluos y busca lo
concreto con un lenguaje directo. Hay que men­ OYANGUREN, Ignacio de Loyola (siglo xviii)
cionar, además del ensayo Bruselas (1996; reed., Tratadista. Abogado de profesión, fue autor, en
2000), sus novelas Añoranza del héroe (1997; pleno epicentro de las polémicas dieciochescas,
reed., 2002), Huir de Palermo (1999) y Un mal de una apología del teatro español del Siglo de
año para Miki (2003), así como los libros de re­ Oro (véase EDAD DE ORO) en respuesta a las crí­
latos Cuentos para salvarnos a todos (1996) y ticas de Blas Antonio Nasarre*: Discurso crítico
Qué raros son los hombres (2000), los poem a­ sobre el origen, calidad y estado presente de las
rios B iografía del explorador (1993; reed., comedias en España (1750).
p
PACHECO, Francisco (Jerez de la Frontera, Cá­ Fue autor, asimismo, del Poema de la conquista
diz, 1540?-Sevilla, 1599) de la Bética, más mediocre que sus sonetos, pu­
Humanista. Canónigo de la catedral de Sevilla, blicados, en 1857, en el volumen XXXII de la
tío del pintor y poeta Francisco Pacheco*, con «Biblioteca de Autores Españoles».
quien no debe confundírsele, y amigo y mentor
de Femando de Herrera*, fue uno de los impul­ PACHECO, Joaquín Francisco (Écija, Sevilla,
sores de la conocida como escuela sevillana*. Se 1808-Madria, 1865)
sabe que reunió en su casa a los más importantes Dramaturgo y poeta. Importante político del «pu­
poetas andaluces, entre ellos al mencionado He­ ritanismo», rama conservadora del Partido Mo­
rrera y a Baltasar del Alcázar*. A pesar de su derado — fue embajador, ministro y presidente
constante fomento de las letras y las artes en Se­ del Consejo— , colaboró en numerosas publica­
villa, no se conserva ninguna de sus obras en cas­ ciones, entre ellas El Siglo, El Español y La Es­
tellano, aunque sí nos ha quedado una oda a Gar­ paña, fue autor de dramas, entre los que destacan
cilaso* escrita en latín: Natalis alma lumine Alfredo (1835) y Bernardo del Carpió (1848), de
candidus. la tragedia Los infantes de Lara (1826) y de poe­
mas, los cuales se publicaron bajo el título de
PACHECO, Francisco (Sanlúcar de Barrameda, Meditación (1834). Todos sus artículos en prensa
Cádiz, 1564-Sevilla, 1644) aparecieron en el volumen Literatura, historia y
Pintor, erudito y poeta. Sobrino del canónigo y política (1864).
humanista sevillano Francisco Pacheco*, con el
que no hay que confundirlo, era suegro del céle­ PACHECO, Manuel (Olivenza, Badajoz, 1920-
bre pintor Diego Velázquez. Fue editor y compi­ Badajoz, 1998)
lador de la obra de otros poetas, entre ellos Bal­ Poeta. Autodidacta, quedó marcado por una in­
tasar del Alcázar* y Fernando de Herrera* fancia triste, ya que con apenas siete años hubo
— versos de este último que editó en 1619 inter­ de ingresar en un orfelinato, y por el desastre de
calándolos con otros suyos y de Pablo de Céspe­ la Guerra Civil. Tuvo que trabajar en diferentes
des*— , y autor de dos tratados fundamentales, oficios, tales como ebanista, cargador de muelle,
uno im portante en el orden literario, el Libro de albañil o fotógrafo ambulante, entre otros, antes
descripción de verdaderos retratos de ilustres y de editar sus poemas en prestigiosas publicacio­
memorables varones, iniciado en Sevilla en nes de España, América, Francia, Chipre o Ca­
1599, y no terminado (se imprimió en Sevilla en nadá. Miembro de diferentes Academias, como
1870), en el que, junto a los dibujos-retratos de la de Historia y Heráldica de Atenas, y, desde
ilustres personajes literarios — a muchos de los 1991, de la Real Academia de Extremadura,
cuales conoció en las reuniones en casa de su siempre vivió en condiciones de gran precarie­
tío— , se describen sus cualidades y caracteres, y dad, hasta el punto de que el Ayuntamiento de
otro estrictamente de pintura: Arte de la pintura, Badajoz tuvo que otorgarle un piso en una ba­
su antigüedad y grandeza (Sevilla, 1649), que rriada pacense. De formación autodidacta, está
terminara de escribir en 1638 y que — con acusa­ considerado, por su expresión realista y el com­
das influencias del arquitecto y teórico italiano promiso existencialista de sus versos en la con-
León Battista Alberti, de Leonardo da Vinci y del cienciación, como uno de los poetas fundamen­
pintor, arquitecto y también teórico Giorgio Va- tales de la poesía social* de posguerra, aunque
sari— acaso sea el más importante trabajo teó­ de sus poemas no está excluido el mundo oní­
rico sobre esta materia en la España de la época. rico, plasmación de una imaginería que tiene mu­
696
PACHECO DE NARVÁEZ

cho que ver con el surrealismo*. Él mismo de­ marqués de Cádiz, Ponce de León, fue autor de
claró en diversas ocasiones que «toda la poesía dos obras que le dieron fama: Retablo del Car­
es social, lo es la de Quevedo, la del arcipreste tujo sobre la vida de Nuestro Redentor Jesu
de H ita...». Vinculado a poetas de la Generación Cristo, terminado en 1500, impreso en Alcalá en
de 1951 como Gloria Fuertes*, Gabriel Celaya* 1505 y reimpreso en Sevilla en 1513, y Los doce
o Labordeta*, fue traducido a casi todas las len­ triunfos de los doce apóstoles, terminados en
guas de cultura. Suyos son poem arios como 1518 y editados en Sevilla en 1521. Ambos poe­
Ausencia de mis manos (1949), En la tierra del mas, escritos en verso dodecasílabo, son de un
cáncer (1953), Los caballos del alba (1954), realismo de gran plasticidad, superior al de los
Presencia mía (1955), Poemas al hijo (1960), poetas alegóricos, si bien en los episodios histó­
Poemas en form a de... (1962), Poesía en la tie­ ricos está por debajo de la m aestría de Mena, a
rra (1970), Para curar el cáncer no sirven las li­ quien imita tanto en los recursos latinizantes y en
bélulas (1970), El emblema del sueño (1972), las construcciones sintácticas. El primero de
Cantares de ojos abiertos (1976), Nunca se ha ellos, de gran dramatismo, además de constar de
vivido como se muere ahora (1977), El cine y cuatro tablas que se corresponden con los cuatro
otros poemas (1978), Diario de Laurentino Aga- evangelios, lo que da una pista del carácter pic-
pito Agaputa (1981), Azules sonidos de la m ú­ tórico-contemplativo que tiene la obra, goza de
sica (1982) y Las noches del buzo (1994), for­ la peculiaridad de ofrecer la identidad del autor
mado por cuarenta y cinco poemas, entonces oculta en un acróstico próximo al final en el que,
incluidos como inéditos en la sección del mismo al margen de la estructura común em pleada en
título del volumen segundo de la m encionada este sistema, inicia cada verso con dos o más le­
Poesía, y cincuenta y un «minipoemas» nuevos. tras. El segundo, formado por mil estrofas de
En 1986 habían aparecido tres volúmenes de nueve versos, aúna, con espíritu narrativo, diver­
Poesía, a modo de compilación total de su obra, sos simbolismos astrológicos — canta los hechos
a los que siguieron Poemas de color sepia (1987) de los apóstoles refiriéndolos a los signos del Zo­
y, ya tras su muerte, la Poesía completa (1999), diaco— y cosmográficos con un viaje al infierno
nueva recopilación realizada por el autor y de la y al purgatorio en el que se aprecian los ecos de
que, a causa de que la muerte lo sorprendiera Dante y los clásicos, con no pocas alusiones a los
mientras trabajaba en ella, quedaron excluidos personajes de la tradición épica. Al igual que el
numerosos materiales inéditos. citado Laberinto, se encuentran perdidas una se­
rie de fábulas mitológicas de las que se refiere en
PACHECO DE NARVÁEZ, Luis (?, 1615-?) el prólogo del Retablo, y de cuya escritura se
Tratadista. Profesor de esgrima, fue enemigo de arrepiente.
Quevedo*, a quien corrigió respecto a uno de los
acometimientos a los que el insigne escritor se PADILLA, fray Pedro de (Linares, Jaén, h. 1550-?,
había referido en uno de sus textos, lo que dio lu­ d de 1605)
gar a una pelea entre ambos. De sus libros, todos Poeta. Conocemos su lugar de origen gracias a
sobre esta práctica, destacan: Libro de las gran­ El laurel de Apolo, de Lope de Vega*. Sabemos
dezas de la espada (1600), Las cien conclusio­ que se graduó como bachiller en Artes en G ra­
nes, o form as de saber de la verdadera destreza nada, que, en 1572, aún estudiaba Teología en
(1608) y Engaño y desengaño de los errores que Alcalá, y que ingresó, en 1585, en los carmelitas
se han querido introducir en la destreza de las de Madrid. Dos son las referencias en virtud de
armas (1672). las cuales puede darse una fecha aproximativa de
su muerte: de un lado, todavía en 1599 estaba
PADILLA, Juan de (Sevilla, 1468-1520) vivo, ya que en dicho año aprobó El Isidro, de
Poeta. Pese a que los datos sobre su vida son Lope; y, de otro, como consecuencia de las refe­
confusos, sí se sabe que era conocido como el rencias del Quijote, se sabe que, en 1605, lo se­
Cartujano o el Cartujo, debido a que profesó en guía estando. Famoso en su tiempo, y amigo de
la cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevi­ los más grandes escritores, entre ellos el m en­
lla. Según parece, desde joven se interesó por los cionado Lope de Vega, Cervantes*, Gálvez de
clásicos, lo cual afectaría notablem ente a sus Montalvo* o Ercilla*, gozó del aprecio literario
obras. Considerado uno de los últimos represen­ y personal de todos ellos, como lo demuestran,
tantes de la escuela alegórico-dantesca, no fue, por ejemplo, los poemas laudatorios escritos por
en opinión de Menéndez Pelayo*, ni poeta me­ Cervantes en las obras de Padilla. De su poesía
dieval ni renacentista. Además de un poema hoy cabe decir que estaba dentro de la corriente de
perdido, aunque se sabe fue impreso en 1493, es­ poetas que, interesados en la tradición castellana,
crito en ciento cincuenta coplas de arte mayor y sobre todo en el romance, se opusieron a las in­
a imitación de Juan de M ena*, Laberinto del novaciones de Boscán* en lo que se refiere al en­
697 PADRÓN

decasílabo; que, en algunos casos, imitó a Jorge PADORNO, Manuel (Santa Cruz de Tenerife,
Manrique* — como sucede en las coplas de pie 1933-Madrid, 2002)
quebrado del Jardín— y que supo combinar con Poeta. También reputado pintor, autodidacta
habilidad metros cultos y populares, caso de los tanto en las letras como en las artes plásticas, se
sonetos, los romances y las canciones. Es, en trata de uno de los más conocidos polemistas de
suma, un poeta de transición hacia el Rom an­ la prensa canaria y, en su día, uno de los impul­
cero* nuevo. Fue autor de Tesoro de varias poe­ sores de la Real Academia Española Canaria,
sías (Madrid, 1580), Églogas pastoriles (Sevilla, proyecto que nunca llegó a consumarse debido a
1582), Romancero (1583), importante colección las infinitas trabas de la Administración. Figura
de romances históricos, mitológicos, moriscos y fundamental de la cultura insular del siglo xx e
pastoriles en los que conviven historias fantásti­ importante editor, creador de la colección «Poe­
cas con otras sobre las guerras de Carlos V y Fe­ sía para todos» en 1965, es representante del sec­
lipe II, Jardín espiritual (1585), con versos cen­ tor canario de la Generación del 50*, aunque con
trados en Cristo, la Virgen y los santos, y el una voz diferente a la de aquellos, ya que, frente
poema épico Grandezas y excelencias de la Vir­ al interés social, opone una marcada inclinación
gen (1587). Tradujo en prosa Monarchia de por el mundo onírico. En sus versos, en los cua­
Christo (Valladolid, 1590), del italiano J. Anto­ les perdura la música y la lógica del endecasí­
nio Pantera, y La verdadera historia y el admira­ labo, hay una obsesión rítmica a través de la cual
ble suceso del segundo cerco de Diu, estando nombra el silencio del retiro y la serenidad del
don Juan Mazcarenhas p o r capitán y goberna­ paisaje. De técnica impecable, ajena a cuales­
dor (Alcalá, 1597), del portugués Gerónimo quiera empalagos rítmicos y a todo tipo de ma­
Corte-Real. nierismos, su poesía se acerca a lo mínimo, a la
realidad de los detalles y, al mismo tiempo, se
PADORNO, Eugenio (Barcelona, 1942) trata de un renovador de la conciencia canaria,
Poeta. Aunque catalán de nacim iento, pasó su alguien que se ocupa, también a través del
infancia en Las Palmas de Gran Canaria. Doc­ poema, de presentar la evolución de una realidad
tor en Filología Hispánica, es profesor de Teo­ social y cultural, abierto al mestizaje y paralela­
ría de la L iteratura en la U niversidad de Las mente a la universalidad. Destacan, además de
Palmas y ha creado y dirigido diferentes colec­ algunos ensayos, como Sobre la indiferencia y el
ciones poéticas, además de la im portante revista ocultamiento: la indefinición cultural canaria
Philologica canariensia de la Facultad de Filo­ (1990), y numerosos catálogos de sus exposicio­
logía, de la que es vicedecano. Se trata de un nes, sus poemarios: O í crecer a las palomas
escritor m inoritario, aunque respetado por la (1955), A ntología inédita (1959), A la sombra
crítica, y autor de una obra poética de difícil lo­ del mar (1963), por el que obtuvo el accésit del
calización, pues ha editado siempre tiradas de Premio Adonais, Pepe Satán (1970), Coral Juan
poquísim os ejem plares y muy espaciadas. En García (1977), Una bebida desconocida (1986),
sus versos, la realidad le convoca preguntas, así El náufrago sale (1980-1988) (1989), El hombre
como los sentidos mismos a través de los cuales que llega al exterior (1990), El nómada sale (An­
contacta con ella, y que le sirven de centro de tología 1983-1989) (1990), Desnudo en Punta
sus reflexiones. Algunos críticos se han referido Brava (1991), Una aventura blanca (1991), el
a su lenguaje como «el hablar oscuro» de Euge­ largo poema Égloga del agua (1991; 2.a ed., co­
nio Padorno, a través del cual el poeta intenta rregida y aumentada, 1992), Efigie canaria
nombrar, escéptico y angustiado, las cosas y sus (1993), Premio de Poesía del Ayuntamiento de
superficies, las que le ofrecen los sentidos. Ade­ Las Palmas, Éxtasis (1994), Para mayor gloria
más de ciertos ensayos, tales como Poesía com­ (1998) y Hacia otra realidad (2000). En 1990
pleta de D om ingo Rivero. Ensayo de lina edi­ fue galardonado con el Premio Canarias de Lite­
ción crítica, con un estudio de la vida y obra ratura.
del poeta (1994), Juan Ismael (1995), Algunos
materiales para la definición de la poesía ca­ PADRE ISLA -» Véase ISLA DE LA TORRE Y
naria (2001) y La p arte p o r el todo (2002), y ROJO, José Francisco de.
traducciones, destacan sus poem arios: M eta ­
morfosis (1969; reed., 1980), Comedia (1977), PADRÓN, Justo Jorge (Las Palmas de Gran Ca­
Septenario (1985), Teoría de una experiencia naria, 1943)
(1989), donde reordenó lo publicado hasta Poeta. Entre las muchas actividades culturales
entonces, D iálogo del poeta y su m ar (1992), que ha desarrollado, fue secretario general del
B orrador (1992), Paseo antes de la torm enta Pen Club Español entre 1983 y 1990, así como
(1996), Memoria poética (1998) y Para una f o ­ director de la revista plurilingüe Equivalencias y
gata (2000). de diversos festivales internaciones de poesía. Es
698
PADRÓS DE PALACIOS

uno de los autores de posguerra con un reconoci­ les* y fue colaborador de Diego Hurtado de
miento internacional más amplio; su obra ha sido Mendoza* en la reunión de numerosos códices
traducida a más de veinte idiomas y ha merecido clásicos. Se conserva, manuscrita, su correspon­
galardones de prestigio tanto en España como en dencia y se sabe que su biblioteca, una de las más
el extranjero, tales como el Premio Internacional grandes y valiosas de la época, pasó a engrosar
de la Academia Sueca en 1972 o el Premio Eu­ la de El Escorial por expreso deseo de Felipe II,
ropa de Literatura en 1986, entre otros muchos. de quien fue capellán y para quien escribió un
En sus versos predomina un lirismo inspirado en Cuestionario sobre materias relacionadas con el
la naturaleza y el amor, temas a partir de los cua­ Nuevo Mundo, algo que se puso de moda en la
les reflexiona sobre el hombre a través de un len­ época, en cartas que de allí procedían y en las
guaje que funde realidad y ensoñación en un que diferentes estudiosos planteaban «cuestio­
canto emocionado de la vida. Destacan poem a­ nes» de cosmografía como la longitud de los días
rios como: Los oscuros fuegos (1971), con el que veraniegos e invernales en aquellas regiones, si
obtuvo el Premio Adonais y que fue finalista las sombras se mueven hacia la derecha o hacia
del Premio de la Crítica, Mar de la noche (1973), la izquierda, la existencia de ciertas especies de
Premio Boscán, Los círculos del infierno (1976), animales, tamaños, etc. Puede citarse, aunque sin
Premio Fastenrath de la Real Academia Española certezas sobre su datación, su obra M emoria de
y Premio de la Asociación de Escritores Suecos, las cosas necesarias para escribir la Historia.
Ningún ruido, ningún silencio (Antología p oé­
tica, 1971-1976) (1978), El abedul en llamas PÁEZ DE RIBERA, Ruy (Sevilla, finales siglo XIV-
(1978), Otesnita (1979), recogido, con otros, en ?, siglo XV)
Obra poética: 1971-1980 (1980), La visita del Poeta. Es probable que fuese miembro de la
mar (1980-1984) (1984), Los dones de la tierra ilustre fam ilia de los Afán de Ribera, aunque
(1982-1983) (1984), Sólo muere la mano que te esto no le sirvió para evitar la ruina. Discípulo
escribe (1989) y Los rostros escuchados (1989). de Francisco Imperial*, autor que inició la imi­
Es autor, asimismo, de diversos ensayos, entre tación dantesca en España, se conservan suyos
los que destacan: La nueva poesía sueca (1972), un total de catorce poemas incluidos en el Can­
La poesía contemporánea noruega (1973), Pa­ cionero de Baena (véase CANCIONERO) (núme­
norama de la narrativa islandesa contemporá­ ros 288-300), en los cuales se reflejan las pena­
nea (1974) y La poesía nórdica de la posguerra lidades que pasó en vida, así como su interés por
(1974), entre otros. temas como el estado político de Castilla en los
reinados de Enrique III y Juan II*, asunto que
PADRÓS DE PALACIOS, Esteban (Barcelona, trata con marcado acento épico. Se le han atri­
1925) buido varias obras: Proceso que ovieron en uno
Narrador. Doctor en Medicina por la U niversi­ la D olencia e la Vejez e el Destierro e la P o­
dad de Barcelona, fue uno de los fundadores del breza, en el que dom ina una fijación por los
prestigioso Premio Leopoldo Alas de Cuentos. efectos de la última de estas figuras alegóricas,
Contemporáneo de un autor como Medardo acaso el mal que más se cebó en él, y Proceso
Fraile*, es conocido por sus narraciones policia­ entre la Sobervia e la Mesura, ambas de 1406,
cas, en las que sabe combinar épocas y registros además del Sexto libro de Amadís de Gaula (Sa­
con ironía, pero sobre todo se trata de un escritor lamanca, 1510).
con extraordinario dominio de la trama de breve
distancia, en unos relatos que conjugan la ironía PÁEZ DE SANTAMARÍA, Alonso (?, finales si­
con el ritmo secreto que se aproxima a las vidas glo xiv-?, siglo xv)
de personajes que siempre tienen algo de auto- Fraile de los Predicadores y teólogo a quien se
destructivos. Destacan entre sus obras volúme­ considera el verdadero recopilador del relato de
nes de cuentos como Aljaba (1958), La lumbre y la embajada enviada a Tamerlán por Enrique III
las tinieblas (1966), Velatorio para vivos (1977), en 1403, Embajada a Tamerlán, atribuido habi­
El pozo de los deseos (2000) y Las extrañas ve­ tualmente a González de Clavijo*.
ladas (2003).
PAJARES, Nicasio (Padrón, La Coruña, 1881-
PÁEZ DE CASTRO, Juan (Quer, G uadalajara, 1956)
1512?-1570) Novelista. Se trata de uno de esos autores prácti­
Humanista. Célebre autor del género epistolar, camente desconocidos, cuya recuperación edito­
estudió en Alcalá, fue hombre culto — profundo rial se debió en gran parte al tesón de Camilo
conocedor de lenguas como el latín, el griego, el José Cela* y al interés de Juan Manuel de
italiano y el árabe— , mantuvo intensa amistad Prada*. Pajares gozó de cierta fama durante la
con Florián de Ocampo* y Ambrosio de M ora­ dictadura de Primo de Rivera y la Segunda Re­
699
PALACIO VALDÉS

pública, emigró a América, como otros muchos incluidas en Cabezas y calabazas (1864), los
gallegos, y volvió a España en los años veinte, numerosos artículos políticos que conforman
llegando a ser colaborador de la prestigiosa re­ De Tetuán a Valencia, haciendo noche en Mira-
vista España. Tras la Guerra Civil, sin que se flores (1865), las leyendas que aparecen en Vela­
sepa bien por qué, se sumió en la m iseria y en das de otoño (1884), muy influidas por Zorrilla*,
ella permaneció hasta su muerte. Admirador del M elodías íntimas (1884), Chispas (1894), que
dinamism o de un Pío Baroja* y del expresio­ recoge las sátiras poéticas que publicara bajo el
nismo* de Valle-Inclán*, se trata de un autor sin m ismo título en El Imparcial, en las que resue­
duda menor, pero que fue uno más de cuantos nan los ecos de Campoamor*, o sus Cien sonetos
trataron de explorar nuevas rutas literarias, tales políticos (1870). Otras obras suyas son: Doce
como Arconada*, Díaz Fernández* o Carranque reales de prosa y algunos versos gratis (1864),
de Ríos*, im pelido por los vientos de la van­ Viaje cómico al interior de la política (1865), Le­
guardia*, sobre todo por el futurismo* y, en gran tra menuda (1877) y Mi vida en prosa. Crónicas
medida también, por esa estética expresionista íntimas (s.a.). Fue autor, asimismo, de adaptacio­
de su admirado Valle. En sus obras estas influen­ nes de obras teatrales extranjeras.
cias se manifiestan en el registro paródico, que
bebe de las fuentes del Quijote, tomando de él PALACIO VALDÉS, Armando (Entralgo, Astu­
cuanto de grotesco e hilarante haya para la ca­ rias, 1853-Madrid, 1938)
racterización de sus personajes, que resultan ex­ N ovelista y crítico. Estudió el bachillerato en
travagantes, soñadores, románticos y líricos. Las Oviedo, donde intimó con Clarín*, y la carrera
dos obras que de él se conocen, El conquistador de Derecho en Madrid, adonde se había trasla­
de los trópicos (1923) y Cómo pervirtieron a dado en 1870. Es en la capital donde comienzan
Palleiros (1931), aparecieron en un único volu­ sus colaboraciones en prensa, las cuales irá reu­
men en 2000. niendo en libros paulatinamente. En Madrid con­
tinúa su amistad con el autor de La regenta, que
PALACIO, Eduardo del (M álaga, 1836?-Ma- duraría hasta la muerte de este, y, aunque en sus
drid, 1900) primeros artículos se muestra muy crítico con la
Narrador y dramaturgo. Colaborador humorísti­ situación surgida de la Restauración, poco a poco
co de corte costumbrista (véase COSTUMBRISMO) fue adoptando una actitud más conformista.
en diversas publicaciones como Madrid Cómico, M iembro de la Real Academia Española, en la
El Imparcial o El Globo, son de destacar, además que ingresa con el discurso ¿Qué es un literato?
de diversas comedias, como por ejemplo M i mu­ ¿Qué representa? ¿Cuál es el papel que debe re­
je r y el vecino (1860), obras narrativas, también presentar? (1921), su producción, muy nume­
costumbristas, como El garbanzo (1875), El rosa, va desde la crítica hasta la novela. Ideoló­
fraile del Rastro (1886), Cuadros vivos (a pluma gicamente, fue evolucionando desde posiciones
y al pelo) (1891) y Adán y compañía (1892). moderadas y críticas hacia un conservadurismo
— inicialmente crítico— que culminaría en la de­
PALACIO, Manuel del (Lérida, 1831 -Madrid. fensa de la dictadura de Primo de Rivera y en un
1906) esplritualismo cristiano no demasiado profundo.
Poeta satírico. Vivió en diversas ciudades espa­ Como crítico demostraba la variedad y cantidad
ñolas, como Soria, Valladolid, La Coruña, Gra­ de lecturas acometidas, era muy reflexivo, analí­
nada, en la que se unió al grupo literario La tico y juicioso, si bien en sus inicios se mostraba
Cuerda Granadina — del que form aban parte inseguro y superficial. De sus novelas, cabe de­
Alarcón* y Fernández y González*— , y Madrid. cir que, aunque realista próximo a los modos de
Desempeñó cargos diplomáticos en Florencia y Valera*, permaneció alejado de las sucesivas co­
en Uruguay; fundó, con Luis Rivera*, la revista rrientes del siglo, tanto del naturalismo* — del
satírica Gil Blas en 1864 y fue funcionario del que condenó sus «groseros excesos», sobre todo
Ministerio de Estado. Antes, en 1867, Narváez lo los de Zola, aunque tontearía en algún momento
había desterrado a Puerto Rico, donde permane­ con los usos naturalistas— como del M oder­
ció un año, y, desde 1892, fue miembro de la nismo*, así como de los ecos románticos o de las
Real Academ ia Española. Sus ideas políticas, piruetas experimentales. Sus obras, a las que se
inicialmente progresistas, derivaron hacia el con­ ha acusado de excesivo sentimentalismo, caen,
servadurismo. Criticado duramente por Clarín*, es cierto, en una tem planza poética y esperan­
a quien dedicó uno de sus muchos folletos satíri­ zada algo dulzona, de la que, sin embargo, no
cos exaltados, escritos tanto en prosa como en está exenta un humorismo contenido, a veces
verso, Clarín entre dos platos (1889), fue autor amargo, en el que se pueden ver las influencias
de obras variadas, como las semblanzas caricatu­ tanto de Dickens como de Pérez de Ayala* o su
rescas de políticos y artistas, escritas en verso, amigo Clarín. Pero no conviene olvidar que, en
700
PALACIOS

el prólogo a La hermana San Sulpicio, se mostró personas de distinta posición económica, en este
partidario de conmover a los lectores y no de caso entre un pescador y una chica de mejor si­
darles en qué pensar. Palacio Valdés opinaba que tuación, Riverita (1886), en la que, como en su
la novela, como obra artística, debía potenciar la segunda parte, Maximino (1887), se dan cita si­
sensibilidad estética del lector y que, para ello, la tuaciones amorosas autobiográficas y un hondo
realidad de la que habla una novela debe dar pesimismo, El cuarto poder (1888), sobre el
como resultado un efecto bello. En sus novelas, mundo de la prensa, La hermana san Sulpicio
las cuales suelen tener por escenario Asturias, si (1889), en cuyo prólogo — al que ya nos hemos
bien ofreció un amplio panorama de costumbres referido— ofrece sustanciosas reflexiones nove­
de otros lugares como Valencia, Andalucía o Ma­ lísticas y donde la trama, la crisis de vocación
drid, supo caracterizar con precisión a los perso­ de una novicia enam orada de un médico ga­
najes, sobre todo a los femeninos y a los secun­ llego, se desarrolla en un escenario andaluz, La
darios, a los que dotó de una fuerza especial en espuma (1891), alegato contra la alta sociedad
diálogos meritorios, mostrándose muy hábil en madrileña y la explotación de los mineros en un
las descripciones de ambiente y caracteres. Aun­ tono ajeno a sensiblerías y, acaso, próxim a al
que no tiene ni el brillo verbal de Pereda* ni la criticado naturalismo, La fe (1892), sobre el sen­
refinada agudeza psicológica de Pérez Galdós*, timiento religioso, la rigidez de los dogmas y la
supo crear autenticidad de ámbitos y'm em ora­ prohibición que llegaría a ser prohibida, El maes-
bles diálogos. Claro y sencillo, rehuyó tanto ar­ trante (1893), que aborda la cuestión del adulte­
caísmos como neologismos, aunque, en honor a rio, El origen del pensamiento (1895), Los ma­
la verdad, tuvo una cierta tendencia clasicista. jo s de Cádiz (1896), La alegría del capitán
Traducido a numerosas lenguas, en especial al Ribot (1899), sobre los amores de un marino con
inglés, lo cierto es que gozó de un tremendo una mujer casada en el entorno valenciano, Tris­
éxito, antes en el extranjero, donde quizá ha sido tón o el pesim ism o (1906), novela favorita de
uno de los autores españoles con mayor renom­ Palacio que narra el fracaso de un individuo
bre junto a Blasco Ibáñez*, que en España, éxito cuya idea de la humanidad está movida por sen­
que no le acompañó hasta el fin de sus días. Des­ timientos negativos, La aldea perdida (1911), en
pertó, sin embargo, el entusiasmo de un novelista torno a las costum bres cam pesinas, Papeles
como el norteamericano William Dean Howells. del doctor Angélico (1911), Años de juventud del
De entre sus obras ensayísticas, críticas y perio­ doctor Angélico (1918), dos obras en las que el
dísticas recopilatorias, deben recordarse: Sem­ autor se convierte en el editor de los papeles ín­
blanzas literarias (1871), donde reunió los ar­ timos de un amigo, La hija de Natalia (1924),
tículos publicados en Revista Europea, de la que Santa Rogelia (1926), Los cármenes de G ra­
fue director, Los oradores del Ateneo (1878), nada (1927) y Sinfonía pastoral (1930). Fue
muy rica en retratos literarios, Los novelistas es­ autor, asimismo, de libros de relatos como Se­
pañoles (1878), Nuevo viaje al Parnaso (1879), ducción (1914), Cuentos escogidos (1923), El
La literatura en 1881 (1882), escrita en colabora­ pájaro en la nieve y otros cuentos (1925) y
ción con Clarín, Aguas fuertes (1884), en la que A cara o cruz (1929). En 1935, se publicaron en
se recogen artículos breves, La guerra injusta Madrid sus Obras completas.
(1917), donde se muestra partidario del bando
aliado en la Primera Guerra Mundial, La novela PALACIOS, Miguel de (G ijón, Asturias, 1863-
de un novelista (1921), memorias de juventud Covadonga, Asturias, 1920)
cuya segunda parte aparecería, postumamente, Dramaturgo y libretista de zarzuela. Aunque es­
como Álbum de un ciego (1940), que incluye un cribió poemas de corte romántico (véase RO­
prólogo a cincuenta artículos; Testamento litera­ MANTICISMO), leyendas históricas, novelas y re­
rio (1929), importante documento personal en el latos, debe su hueco en la historia literaria
que conviven reflexiones filosóficas, políticas y española a dos actividades complementarias: su
estéticas con recuerdos íntimos, y El gobierno de labor como director de revistas teatrales y sus
las mujeres (1931), ensayo antifeminista sobre la piezas para el teatro, sobre todo zarzuelas, gran
política de las mujeres. parte de las cuales las escribió en colaboración
En cuanto a las novelas, deben recordarse: El se­ con Guillermo Perrín*. Destacan en su produc­
ñorito Octavio (1881), curiosa a la hora de afron­ ción su obra juvenil Modesto González (1881) y
tar la oposición entre realidad y ficción, Marta la opereta cómica El rajá de Bengala (1917).
y María (1883), que plantea, con grandes acier­
tos descriptivos, el fanatismo religioso, y con la PALACIOS RUBIOS, Juan López de (Palacios
que consigue dar el definitivo salto a la fama, Rubios, Salamanca, 1450?-?, 1525?)
El idilio de un enfermo (1884), José (1885), que Tratadista. Tomó su apellido, según costumbre
aborda los problemas que supone el amor entre renacentista, del pueblo que le vio nacer, si bien
701 PALAO

su nombre real era Juan López de Vivero. Cate­ mayor de la hermana del rey, María de Austria.
drático en las universidades de Salamanca — en Viajó con ella por Europa y, de vuelta en España,
la que estudió— y de Valladolid, ocupó diversos volvió al Consejo de Indias y, en 1640, fue en­
cargos políticos importantes, entre ellos los de viado como obispo, visitador general de las In­
oidor de las cancillerías de Valladolid y Ciudad dias y juez de residencia a Puebla de los Ánge­
Real y el de presidente de la M esta. Jurista de les, en México. Dos años más tarde es nombrado
prestigio en la época, necesitó esforzarse para virrey, gobernador, presidente y capitán general
convertirse en miembro del Consejo Real, ya que de Nueva España y arzobispo de México, aunque
no contaba con ascendientes ilustres en su fami­ termina prefiriendo sus anteriores ocupaciones
lia. No obstante, contó con el favor de los Reyes en Puebla, donde desarrolló una actividad me­
Católicos, motivo por el cual su obra supone una morable en el plano económico, político y cultu­
suerte de propaganda en su favor. Autor de ten­ ral, creando un triple Seminario Conciliar al que
dencia m oralizante, destaca su Tratado del es­ dotó de diversas cátedras de Teología, Filosofía,
fuerzo bélico heroico (Salamanca, 1524), la más Retórica y Gramática, así como de una biblioteca
im portante de sus obras en castellano, que se que hoy se conoce como Palafoxiana. Fundó
suma a sus numerosos comentarios jurídicos en conventos, construyó más de cuarenta iglesias,
latín, de los que destacan Repetitio rubricae et fue elogiado por el papa Inocencio X y se en­
capituli p er vestras, de donationibus ínter virum frentó a los jesuítas, enfrentamiento que provocó
et uxorem (1503), que, en la línea de los repeti­ numerosos documentos que, más adelante, en
tio, es un comentario sobre ciertos pasajes jurídi­ 1767, serían utilizados para la expulsión de los
cos, De iustitia et iure obtentionis ac retentionis miembros de la Compañía de Jesús de América.
regni Navarrae (escrito hacia 1514), De insulis Regresó a España, por orden del rey, en 1649, y
(entre 1512 y 1516), obra amplia, y de gran eru­ en 1654 fue nombrado obispo de Osma. Tras su
dición, que trata de justificar el dominio español muerte, se inició un proceso destinado a su cano­
en América y que se suma a su célebre Requeri­ nización pero, por diversos avatares, no culminó
miento (1513), destinado a ser leído a los indios y el único apelativo con el que la Iglesia le re­
de aquellas tierras para que se sometieran al do­ cuerda es el de «Venerable».
minio hispánico y aceptasen la fe católica, pues, En cuanto a su obra, abordó cuestiones históricas
de no ser así, se les podría guerrear y, finalmente, y religiosas en tratados que, al igual que en otras
someter como esclavos. obras de carácter literario, demostraron un barro­
quismo contenido, claro, tendente a la sencillez,
PALAFOX Y MENDOZA, Juan de (Fitero, Nava­ con una sintaxis directa y sin riesgos de ambi­
rra, 1óOO-Osma, Soria, 1659) güedad en la expresión de las ideas. Hay que se­
Tratadista y novelista. Figura capital en la polí­ ñalar que muchos de sus textos se publicaron
tica de su época, su biografía, muy ligada a la postumamente, y, de entre sus títulos, podemos
que será temática de su obra, y muy literaria en destacar poemarios religiosos como Varón de de­
sí misma, merece un breve resumen. Miembro de seos (1642) y Año espiritual (1656), en los que
ilustre familia aragonesa, era hijo ilegítimo del se produce una evocación de la espiritualidad de
segundo marqués de Ariza y una dama noble de los místicos; el tratado apologético en favor
nombre oculto que, al nacer, lo abandonó para de los misioneros De la naturaleza y virtudes del
evitar el deshonor. Recogido por un labriego, va­ indio (¿1650?), en el cual argumenta social y po­
sallo del marqués, aprendió de este el oficio de líticamente con la misma soltura que imbrica re­
pastor, hasta que, a los diez años, su padre lo re­ latos y anécdotas de índole literaria, la novela
conoció e incorporó como hijo favorito a la fa­ alegórica El p astor de Nochebuena (1660), en
milia, llegando más tarde a gobernar sus bienes. la que, no sin cierta retórica, intenta congeniar la
En 1610 com ienza su formación, que se inicia vida terrenal con la espiritual, y su autobiografía
con los jesuítas de Tarazona y continúa en las espiritual Vida interior (Barcelona, 1687). Se
universidades de Huesca, Alcalá, Salamanca y ocupó, asimismo, de editar y comentar, en 1658,
Sigüenza, en la que se doctora en Cánones. Su las cartas de santa Teresa, y, en 1762, se publica­
carrera política comienza en las Cortes de M on­ ron, con el patrocinio de Carlos III, catorce volú­
zón, convocadas por Felipe IV en 1626, en las menes de Obras completas.
cuales participó como diputado por el estado de
la nobleza. Inmediatamente, es nombrado conse­ PALAO, Paloma (Madrid, 1944-Palma de M a ­
jero real, fiscal del Consejo de Guerra en Madrid llorca, 1986)
y del Consejo de Indias, pero, tras ciertos desen­ Poetisa. Abogada, ocupada en tareas diplomáti­
gaños, da un vuelco a su vida para dedicarse, cas, sus poemarios demuestran un gran cuidado
desde la pobreza, a la penitencia, ordenarse sa­ formal en la expresión de sentimientos de pro­
cerdote y convertirse en capellán y limosnero fundo intimismo. Destacan, entre otros: El gato
PALAU 702

junto al agua (1970), Del corazón de mi pueblo PALAU I FABRE, Josep (Barcelona, 1917)
(1977), Resurrección de la memoria (1978) y Poeta, dramaturgo, ensayista y narrador en len­
Contemplación del destierro (1982). gua catalana. Fundador de la revista Poesía en
1944, estudió Filosofía y Letras y residió en Pa­
PALAU, Bartolomé (Burbáguena, Teruel, h. rís más de quince años. Próximo al vanguar­
1520-?) dismo en su concepción extrema de lo poético,
Dramaturgo. Estudió en Salamanca. Su impor­ así como uno de los máximos especialistas en Pi­
tancia reside en ser el iniciador de los temas de casso, su poesía se inició con versos de métrica
Historia nacional con el primer drama histórico breve, rimados, muy ligados a sonidos que re­
español: Historia de la gloriosa santa Osoria cuerdan a los cancioneros medievales y en los
(Barcelona, 1637), al que habría que añadir otra que poco a poco se fue insertando una experi­
obra hoy perdida, Historia de santa Librada. mentación novedosa en la que el lenguaje expe­
Destacan, entre sus obras, unas de corte cómico, rim enta una ebullición sensual que, al mismo
otras de mayor seriedad, Farsa llamada «Custo­ tiempo, va delineándose en formas de un expre­
dia del hombre» (Astorga, 1547), un poema dra­ sionismo atroz que, en un cierto momento, le
m ático-alegórico en cinco actos o jornadas, es­ lleva, acaso por pura contradicción o simple­
crito en coplas de pie quebrado hacia 1541 para mente por la im posibilidad de ir más allá, al
la fiesta de Corpus Christi, cuyo tema recuerda al abandono de la poesía en los años cincuenta.
de los autos* sacramentales, Farsa llamada sal­ Reunió su poesía en Poemes de 1’alquimista
mantina (Salamanca, 1552), largo entremés, con (1952, 1972, 1986 y 2002), en edición española,
prólogo cómico, cinco jornadas y escrito en co­ Poemas del alquimista, aunque ha publicado
plas de pie quebrado, en el que, en la línea de la también diversas obras teatrales, como Esquelet
Celestina, y con ecos de Torres Naharro*, aborda de Don Joan (1957), Electra (1964), las reunidas
la vida de los estudiantes — quizá fuese escrita en Teatre de Palau Fabre (1977) o Avui, Romeo i
para que ellos la representaran— y las clases ba­ Julieta (1987), narrativas — Contes despulláis
jas, y una Victoria Christi (Zaragoza, 1569), obra (1983) y La tesi doctoral del diable (1984)— y
popularísima que, en imitación del Breve summa- ensayísticas, caso de La tragedia o el llenguatge
rio da historia Déos (1527), de Gil Vicente*, re­ de la llibertat (1961), El mirall embruixat
presenta alegóricamente la Redención. (1962), Doble assaig sobre Picasso (1963), tra­
bajo por el que recibió el Premio Yxart, Qua-
PALAU I CATALÁ, Melchor de (Matará, Barce­ derns de l ’alqnimista (1976), Nous quaderns de
lona, 1843-Madríd, 1910) Valquimista (1983), galardonada con el Premio
Poeta y crítico, tanto en catalán como en español. de la Generalitat de Catalunya, El «Gernika» de
Ingeniero y abogado, fue catedrático de Geología Picasso (1979) y la extensa bibliografía picas-
y miembro de la Academia de Bellas Artes de San siana Picasso vivent (1981), una muestra tan solo
Femando, de la de Buenas Letras de Barcelona y, de sus más de veinte libros sobre el pintor mala­
desde 1908, de la Real Academia Española. Cola­ gueño.
borador en diversas publicaciones, entre ellas
La Ilustración Española y Americana, fue poeta PALAZUELOS, Fernando (Bilbao, 1965)
influido por Heine y, supo combinar en su poesía Narrador. Autor que pertenece a una tradición li­
los modos populares, en estilo de gran concisión teraria en la que se aborda la conciencia del yo,
y sencillez, con un más amplio abanico de temas analizando el proceso de reconstrucción psico­
y expresiones referidas a cuestiones científicas, lógica de un personaje que trata de recomponer
para lo cual empleaba, además, tecnicismos pro­ su conciencia de sí. D ebutó en el mundo de la
pios del ámbito de la ciencia. Destacan poema­ novela con La trastienda azul (1998), obra cen­
rios como Cantares (1866), Poesías y cantares trada en el París del siglo xix y con la que ob­
(1878), Verdades poéticas (1879), en el que se in­ tuvo tres importantes premios: el Torrente Ba­
cluyen poemas cuyos títulos dan muestra de sus llester, el Ciudad de La Laguna y el Tigre Juan.
intereses temáticos — «La poesía de la ciencia», Se trata de un texto en el que se aprecian tanto
«Al carbón de piedra», «Las plantas insectívo­ su habilidad para la construcción del relato
ras», «A la Geología», etc.— , Nuevos cantares como la profundidad a la hora de presentar los
(1883) y Cantares populares y literarios (1900). perfiles psicológicos de sus personajes. A esa
Fue autor, asimismo, y además de un Diccionario prim era novela siguió Papeles de penum bra
de catalanismos, de libros como la leyenda poé- (2001), que confirmó las expectativas que había
tico-religiosa De Belén al Calvario (1876), de la despertado con aquella, pero añadiendo un com­
recopilación de ensayos críticos Acontecimientos ponente de profundidad aún mayor, ya que se
literarios (1895) y de una traducción al español trata de un hondo análisis sobre la espirituali­
de L ’Atlántida (1878), de Jacint Verdaguer*. dad, basado en gran medida en ciertas reflexio­
703 PALLÍN

nes de Kierkegaard, a través de las cuales crea 1915. En la línea de López de Ayala* y con un
un discurso introspectivo sobre la desespera­ teatro bien versificado de carácter moralizante,
ción, la angustia y la soledad. en el que a veces consiguió notables caracteriza­
ciones de personajes, destacan obras como: Ca­
PALENCIA, Alfonso [Fernández] de (Burgo de rrera de obstáculos (1880), El guardián de la
Osma, Soria?, 1423-Sevilla, d. de 1492) casa (1881), Cariños que matan (1882), La cha­
Tratadista. Emparentado con Alfonso de Carta­ rra (1884), Comediantes y toreros o la vicaría
gena*, en cuya casa se educó, estuvo en Floren­ (1897), Currita Albornoz (1897), cuyo personaje
cia, donde se relacionó con diversos humanistas central lo tomó de Pequeñeces, del padre Luis
(véase HUMANISMO) y sirvió al cardenal Bessa- Coloma*, obra que Palencia adaptó para el tea­
rion, y estudió en Roma hasta 1453, fecha tras la tro, Pepita Tudó (1901), Las alegres comadres
cual regresa a España y sustituye a Juan de (1907), La nube (1908), A l amor de la lumbre
Mena*, tras su muerte en 1456, como cronista y (1910) y La bella Pinguito (1915).
secretario de cartas latinas de Enrique IV. Pronto
toma parte en las intrigas políticas pasándose al PALLARÉS, María del Carmen (M adrid, 1950)
bando del infante don Alfonso; después de la Poetisa. Deben recordarse sus poemarios Del
m uerte de este, sirvió a la futura reina Isabel, lado de la ausencia (1979), Molino de agua
para quien tam bién sería cronista, y, pasado el (1980), La llave de grafito (1984), Caravanserai
año 1476, se encarga de organizar la Santa Her­ (1987), Antología, 1979-1986 (1987), Luces de
mandad en Sevilla. N ada más se sabe de él, travesía (1989) y Abba (1995). Galardonada con
salvo la fecha de su muerte. De sólida form a­ diversos premios provinciales de poesía, es au­
ción, un claro talante humanista impregna todas tora también de algunas obras narrativas, entre
sus obras, E pístolas latinas — publicadas en las que hay que destacar: No está, se la han lle­
1982— , elegantes traducciones de Plutarco (Se­ vado (1982).
villa, 1491) y Josefo (Sevilla, 1492), textos geo­
gráficos, etc. Como cronista, es veraz, sigue la PALLARÉS, Pilar (Culleredo, La Coruña, 1957)
línea de Tito Livio y se muestra escrupuloso en Poetisa y ensayista en lenguas española y ga­
el manejo de los datos. Deben destacarse, ade­ llega. Licenciada en Filología Gallega por la
más de su Universal vocabulario en latín y en Universidad de Santiago, enseña lengua gallega
romance (Sevilla, 1490), precedente de Ne- en un instituto de La Coruña, es crítica literaria y
brija*, obras como la sátira crítico-alegórica colabora en diferentes revistas especializadas,
Guerra e batalla campal que los perros contra entre ellas Anthropos, y en calidad de articulista
los lobos hubieron, escrita en 1456 y editada en en diarios como O Correo Galego y El País. Es
Sevilla quizá en 1490, y que está en la línea de autora de los poemarios: Entre lusco y fusco
las alegorías políticas militares, el diálogo ale­ (1980), galardonado con el Premio Poesía Nova
górico Perfección del triunfo militar, de 1460, do Facho en 1979, Sétima soidade (1984), con el
aunque editado igualm ente tal vez en 1490 en que obtuvo el Premio Esquío, y Libro das devo-
Sevilla, ambos escritos inicialmente en latín y racións (1996), Premio de la Crítica a obras en
traducidos por él mismo al castellano, y Gesta gallego, a los que se añaden ensayos y ediciones
hispaniensia ex annalibus suorum dierum co- como: Literatura do século xx (1988), Rosas na
llecta, crónica del reinado de Enrique IV durante sombra (A poesía de Luis Pimentel) (1991), Fi­
el periodo que va de 1440 a 1477, conocida tam­ lio de Eva (88 poemas de Ricardo Carvalho Ca­
bién como Décadas y traducida al español como lero) (1992), Ricardo Carvalho Calero: a digni-
Crónica de Enrique IV (Madrid, 1904-1912), en dade persoal (1994) y Rafael Dieste: caderno
la cual critica duramente tanto al rey como a don didáctico (1995).
Álvaro de Luna*. Sin embargo, frente a la neu­
tralidad de esta obra, existe otro punto de vista PALLÍN, Yolanda (Madrid, 1965)
sobre este reinado en la Crónica del rey don En­ Dramaturga. Licenciada en Filología por la Uni­
rique el cuarto de este nombre, de Diego Enrí- versidad Complutense de Madrid y en Interpre­
quez del Castillo*. tación por la Real Escuela Superior de Arte Dra­
mático, ha trabajado como actriz en teatro
PALENCIA, Ceferino (Fuente de Pedro Naharro, universitario y en diferentes compañías indepen­
Cuenca, 1859-Madrid, 1928) dientes. Su teatro aboga por la vuelta a los oríge­
Dramaturgo y poeta. Empresario del Teatro Es­ nes, en los cuales tan im portante era el autor
pañol, viajó por América con la com pañía al como el actor, de modo que acaso por su condi­
frente de la cual estaba su mujer, la célebre actriz ción de actriz, en sus textos se concentra en la re­
María Tubáu, a quien sustituyó al morir en la cá­ levancia de los personajes, más que en el plan­
tedra de D eclam ación del Conservatorio en teamiento en sí de los temas. Entre sus obras,
704
PALMA

algunas representadas y no editadas, destacan: Madrid, para, más tarde, ocupar importantes car­
Hiel (1993), Tierra de nadie (1994), Los restos gos eclesiásticos, entre ellos los de rector del co­
de la noche (1995), galardonada con el Premio legio de Talavera (1592), del de A lcalá en tres
María Teresa León, La mirada (1996), con la que ocasiones, de Murcia y del Colegio Imperial de
obtuvo un accésit del Premio Marqués de Brado- Madrid (1618-1622), además de Provincial de la
mín, D.N.I. (1996), Como la vida misma (1996), Orden en Toledo en dos ocasiones (1614 y
Los motivos de Anselmo Fuentes (1996), Premio 1627). Intimó con el padre Ribadeneyra*. Entre
Calderón de la Barca, Lista negra (1997) y Las sus obras, casi todas ascéticas y publicadas sin
manos (1998), en colaboración con José Ramón mucho entusiasmo, destacan: Historia de la Sa­
Fernández* y Javier Yagüe. grada Pasión, sacada de los cuatro Evangelios
(Alcalá, 1624), Camino espiritual de la manera
PALMA, Alonso (Toledo, siglo xv) que lo enseñaba el bienaventurado padre san Ig­
Historiador. Conocido también como El bachi­ nacio de Loyola en el libro de los Exercicios (Al­
ller Palma, apenas se sabe de él que estudió en calá, 1625) y Práctica y breve declaración del
Salamanca. Fue autor de Divina retribución so­ camino espiritual (Madrid, 1629), a las que ha­
bre la caída de España en tiempo del noble rey bría que añadir todas aquellas que no publicara
Don Juan el Primero, obra que abarca desde la en vida, entre ellas: Breve tratado de los exáme­
batalla de Aljubarrota en 1385 hasta la llegada de nes de conciencia: General y particular, Tratado
los Reyes Católicos a Toro en 1478. Dirigida a del uso y abuso de la Sagrada Comunión, unas
un público popular más que erudito, su m anus­ M editaciones de Nuestra Señora y Vida del p a ­
crito se encuentra en El Escorial, aunque fue pu­ dre Pedro de Ribadeneyra, algunas de las cuales
blicada en 1879 en «Bibliófilos Españoles». aparecieron, entre 1961 y 1963, en los volúme­
nes CXLIV, CXLV y CLX de la «Biblioteca de
PALMA, Félix J. (Sanlúcar de Barrameda, C á­ Autores Españoles».
diz, 1968)
Narrador. Asesor editorial y colaborador en nu­ PALMIRENO, Juan Lorenzo (A lcañiz, Teruel,
merosas publicaciones, es autor de relatos en los 1524-Valencia, 1579)
que la ficción se inserta en la realidad, dejando Humanista. Considerado uno de los últimos re­
clara su intención de dar prioridad absoluta a lo presentantes del erasmismo, fue helenista, lati­
insólito. Ajeno al racionalismo, pero sin embargo nista y, desde 1557, catedrático en la Universi­
capaz de dotar de verosimilitud a su desbordante dad de Zaragoza, en donde enseñó Artes y
imaginación, en sus cuentos, cargados de un hu­ Filosofía hasta 1561, fecha en que pasa a ocupar
morismo basado en la paradoja y la sorpresa, se la cátedra de Retórica y Poética de la Universi­
aprecia una gran riqueza de vocabulario, esmero dad de Valencia, en la que se graduó como bachi­
en la adjetivación y un cierto lirismo en el tono, ller en Medicina en 1563. Seguidor de la co­
control de la medida e ingenio para conseguir de­ rriente ciceroniana, defendió el ascenso de los
senlaces imprevistos. Se trata de textos que ha­ estudiantes de las clases bajas gracias a las Hu­
blan, sobre todo, de la imposibilidad de las rela­ manidades y propuso reformas en los métodos de
ciones, así como de la resignada e inconsciente estudio de la universidad valenciana, entre ellas
búsqueda de estas. Incluido en diferentes antolo­ la de enseñar el latín partiendo de la lengua ma­
gías, destacan los relatos de El vigilante de la sa­ terna del alumno o utilizar el teatro en lengua
lamandra (1998), M étodos de supervivencia vulgar para aprender declamación. Fue partida­
(1999), Las interioridades (2002), galardonado rio de la enseñanza cíclica de la gramática, de la
con el Premio Tiflos, y Las lágrimas de Lorenzo lectura atenta de los clásicos y del aprendizaje
(2002), finalista del Premio Internacional Max del griego, a cuya enseñanza se dedicó con
Aub. A todos ellos hay que añadir la novela La ahínco. Su prosa está repleta de los giros y m o­
hormiga que quiso ser astronauta (2001), que en dismos del mejor latín clásico. Destacan, además
gran medida sigue el estilo que ha ido marcando de numerosos textos de gramática y griego, sus
sus relatos. obras Retliorica (Valencia, 1546 y 1565; 2 vols.),
en la que se incluyen muestras de teatro escolar,
PALMA, Luis de la (Toledo, 1559-Madrid, 1641) para, como queda dicho, aprender a declamar,
Predicador y autor ascético. Ingresó en el novi­ Selva de vocablos y fra ses de medidas y mone­
ciado de los jesuítas de Toledo a los 15 años, en das (Valencia, 1563), El estudioso de la aldea
1575, de donde pasó a Alcalá y Navalcamero. En (Valencia, 1568), Vocabulario del humanista
Alcalá estudia Artes, Filosofía y Teología, y en­ (1569), en la que proporciona equivalencias cas­
seña estas dos últimas disciplinas en esta Univer­ tellanas, latinas y catalanas, El latino de repente
sidad y en la de M urcia. Entre 1590 y 1592 al­ (1573) y El estudioso cortesano (1573), a las que
canzó gran celebridad como predicador en habría que añadir, en latín, De vera etfacili imita-
705 PALOMAS

tione Ciceronis (1560) y Campi eloquentiae (Va­ de les mirades (1983), galardonado con los Pre­
lencia, 1574). El índice de todas las obras de Pal- mios Caries Riba y Crítica Serra D ’Or, El viatge
mireno se encuentra en el primer volumen de la misterios (1983), Indiferencia (1986), La nit ita­
Biblioteca nueva de escritores aragoneses, de Fé­ liana (1986), Quintern (1992), Estudis en menor
lix de Latassa*. (1995), El sol i la mort (1996) y Gralles al galli-
ner (1996), entre otros incluidos en Nombra y
PALOL, Miquel de (Barcelona, 1953) tendrás (antología bilingüe) (1998). Ha publi­
Poeta y narrador en lengua catalana. Arquitecto, cado, asimismo, los libros de relatos Sense com-
experto en matemáticas, hombre de gran cultura promís de perversitat (1991), Amb l'O lor
clásica y profundo conocedor de la música, tras d 'Africa (1992), Les tres ties (1992), Entre las
un largo periplo literario como poeta, actual­ hélices (1993), el críptico e inclasificable Gra-
mente está considerado uno de los narradores fomáquies (1993) — Grafomaquias (1998), en el
más prestigiosos de Cataluña y, por extensión, de cual cabe de todo, reflexiones literarias, crípticos
España. Colaborador en numerosas publicacio­ experimentos formales, juegos ininteligibles...,
nes, entre ellas La Vanguardia, El País, ABC, y Contes per vells adolescents (1997), que fue
El Periódico de Catalunya, El M undo e Interviú, reconocido con el Premio Víctor Catalá, a los
se trata de un autor que ha conseguido un mundo que hay que añadir, escrito originariamente en
personalísimo en el que conviven registros pro­ catalán, el ensayo de viajes Descubrir España
pios del relato fantástico y legendario con la es­ (1999). No obstante, la fama nacional le ha lle­
peculación filosófica. Las historias de sus narra­ gado por sus novelas, originariamente escritas en
ciones, acaso alegóricas, hacen confluir mundos catalán, como la casi totalidad de su obra, entre
oníricos, míticos, esotéricos, místicos, etc., y do­ las cuales destacan: El jardí deis set crepuscles
tan al texto de un enigmático sentido del descu­ (1989) — El jardín de los siete crepúsculos
brimiento de la realidad futura, sin caer nunca en (1991), acaso la más importante y reconocida de
los moldes de la ciencia-ficción, y en él consti­ su producción, galardonada con el Premio Joan
tuye un eje central el mundo de la astronomía. Crexells, el Premio de la Crítica Serra d ’Or, el
Complejo mundo narrativo el de Palol, que usa Nacional de la Crítica y el Nacional de Literatura
de sus muchos conocimientos para crear estruc­ Catalana, ígur N eblí (1994), Premio Ciudad de
turas com plejísim as, arquitecturas narrativas Barcelona, L ’ángel d hora en hora (1995) — El
descomunales en las que la escritura, entendida ángel de hora en hora (1997), El legislador
como juego, exige la complicidad lectora, la pa­ (1997), con la que obtuvo el Premio Josep Pía, el
ciencia y el deseo de verse sometida a una suerte relato filosófico Consulta a Ripseu (1997), la no­
de ejercicio de atención y análisis. No queda ex­ vela de aventuras La venus del Kilimanjaro
cluido de su literatura, en la que a menudo do­ (1998), escrita con Xavier Moret*, y El Quin-
mina una exuberancia lingüística desbordante, el corn. Una historia romántica (1998) — El Quin-
complejo entramado político y social de la reali­ cornio. Una historia romántica (2001), centrada
dad, que en diferentes ocasiones se ve abordado en la historia de una pasión absoluta y traducida
desde una perspectiva crítica que ahonda en las del catalán por Jesús Pardo*, que mereció el Pre­
diferentes corrupciones que trascienden a lo real. mio Sant Jordi. A todas estas obras es necesario
Su labor poética se gestó en las cercanías de lo sumar la monumental biografía Jacint Verdaguer
que fueron los novísimos*, más atento a la ex­ (2002). Además de los galardones que hemos
presividad del lenguaje que al significado que mencionado, en 1998 le fue otorgado al conjunto
este transmitiera, evolucionando después, siem­ de su obra el Premio Rosalía de Castro.
pre con una poesía barroca y lingüística más que
de la experiencia, hacia una mayor concreción en PALOMAS, Alejandro (Barcelona, 1967)
sus visiones de lo real, aunque sin evitar el desa­ Narrador. Licenciado en Filología Inglesa por la
forado uso del lenguaje. En definitiva, quien en U niversidad de Barcelona, obtuvo un M. A. in
sus inicios partió de concepciones clásicas de la Poetics en el New College de San Francisco, en
literatura ha ido convirtiéndose en uno de los au­ Estados Unidos. Colabora en numerosas publi­
tores más claramente vanguardista, experim en­ caciones, entre ellas el diario El País, y coordi­
tal, arriesgado y difícil de las letras peninsulares. nador del suplemento del Festival de Cine de
Es autor de poemarios como: Lotus ( I a part) Málaga, es también un prestigioso traductor de
(1972), Lotus (2apart) (1973), Delta (1973), Llet autores como Katherine Mansfield, Gertrude
i vi (1974), Arxiu de poem es independents Stein o Jack London. Autor en cuya obra funda­
(1975), L 'aneguet lleig (1977), Quan? (1979), mental hasta la fecha, la novela A p esar de todo
con el que obtuvo el Premio Josep Sebastiá Pons, (2002), se dedica a desm itificar el mundo gla-
Encara m or aquella primavera (1981), Salamó mouroso de la homosexualidad, defendiendo una
(1982), Rapsódies de Moneada (1982), El porxo sentimentalidad no reivindicativa, sino pura­
PALOMERO 706

mente emocional, y denunciando la parte vio­ Los que se quedaron (1980), La chica de Mahón
lenta de semejantes relaciones. Sus otras dos no­ (1982), El pecado de Paquita (1985), Quiero un
velas son: Aguam arina (1997) y El tiempo del hijo de Julio (1986) y Han volado el toro del co­
corazón (2002). ñac (2000). Entre sus libros de relatos destacan:
Suspense en el Cañaveral (1970), Premio Leo­
PALOMERO, Antonio (Málaga, 1869-1914) poldo Alas, y Los mejores cuentos (1973), volu­
Poeta y dramaturgo. Fue célebre periodista, men en el que se incluyen «Detrás de un aligus­
oculto tras el seudónimo de Gil Parrado, con el tre o un evónimo» (1970), que fuera Premio La
que firmó no pocos de sus artículos en diarios Felguera, o «Informe a la Superioridad» (1972),
como El Liberal, El País, M adrid Cómico, etc., Premio Hucha de Oro, a los que hay que añadir
así como sus poemas. De humorismo satírico, Los mejores cuentos de Ángel Palomino (1999).
destacan los versos de poemarios como: Versos Como queda dicho, ha publicado numerosos en­
políticos (1895), Cancionero de Gil Parrado sayos, de los cuales merecen mención: Mientras
(1900), libro en el que se recogen los poemas que velas las armas (1942), El m ilagro turístico
publicara periódicamente en Gedeón bajo el (1972), Carta abierta a una sueca (1974), Mis
mismo título, Coplas de Gil Parrado (1906) y cartas a Su Majestad (1981), Caudillo (1994) y
Versos de Gil Parrado (1913). Para el teatro es­ Defensa del Alcázar (1995).
cribió, con García Álvarez*, La trompa de Eus­
taquio (1892), con Eduardo de Lustonó*, El ciu­ PALOU I COL, Juan (Palma de M allorca, 1828-
dadano Simón (1894) y, solo, Raffles (1908). 1906)
Dramaturgo. Su presencia en estas páginas, pese
PALOMERO, Josep (Borriana, Castellón) a haber escrito solo tres obras, se debe a la pri­
Narrador. Autor en quien lo costumbrista fun­ mera de ellas, el drama histórico La campana de
ciona como estilo, ello al servicio de novelas en la Almudaina (1859), que alcanzó un sonado
general de corte histórico. Hay que destacar la éxito de público y crítica, lo que no sucedió con
obra que le ha dado fama: Els secrets de Meissen Im espada y el laúd (1865) y Don Pedro del Pu-
(1994) — Los secretos de Meissen (1999), que ñalet (1900).
recibió el Premio Valencia de Literatura y que
fue el origen de una serie de televisión de éxito. PÁMIES, Sergi (París, 1960)
Narrador en lengua catalana. De formación auto­
PALOMINO JIMÉNEZ, Ángel (Toledo, 1919) didacta, desempeñó los más variados oficios,
Narrador. Aunque comenzó la carrera de Cien­ como contable en una empresa de muebles, y
cias Químicas en la Universidad de Madrid, tras poco a poco comenzó a publicar sus cuentos.
el comienzo de la Guerra Civil ingresa en la Aca­ G uionista de radio, donde colaboró con Quim
demia de Infantería. Oficial, fue instructor del Monzó* en la telenovela Sang bruta, y articulista
Ejército del Jalifa en M arruecos y profesor de en la prensa barcelonesa y nacional, por ejemplo
Historia y Geografía Militar en la Academia de en el diario El País, está considerado uno de los
Infantería, así como colaborador habitual en pu­ nuevos y más firmes valores de la narrativa en
blicaciones como ABC o La Codorniz. Premiado Cataluña. Sus obras han sido ya traducidas al es­
en numerosas ocasiones, entre ellas siete veces pañol y al francés con un meritorio éxito de crí­
galardonado con el Premio Ejército de Literatura tica y público. Poseedor de una fina e ingeniosa
y Periodismo, se adentró en el sector hotelero y ironía, gracias a la cual se acentúa el sentido pe­
fue director de importantes hoteles. Como escri­ simista de su narrativa, su sentido del humor
tor, además de un poemario de corte humorístico, opera sobre las pequeñas angustias emocionales
La luna no se llama Pérez (1955), destacan en su de la vida cotidiana, jugando con las situaciones
producción numerosos cuentos y novelas de hu­ urbanas, a través de un estilo contundente y di­
morismo fácil y supuesta ironía, así como ensa­ recto, sintético, seco incluso, con el que logra
yos en los que deja claras sus afinidades con el una secuencialidad en gran medida cinematográ­
régimen franquista. Deben recordarse novelas fica y muy expresiva por sí misma. Pámies huye
suyas como: El César de papel (1959), Zamora y de la meditación de toda índole y en sus obras
Gomorra (1968), por la que obtuvo el Premio In­ parece ofrecer tan solo motivos para la diversión,
ternacional de Prensa, Torremolinos Gran Hotel eso sí siempre reveladores de una realidad reco­
(1971), accésit del Premio Alfaguara y galardo­ nocible, que será la que, en todo caso, provoque
nada con el Premio Nacional de Literatura M i­ en el lector las correspondientes reflexiones. No
guel de Cervantes, M emorias de un intelectual obstante, sus preocupaciones son claras y anun­
antifranquista (1972), Madrid, Costa Fleming cian vértigos que a todos pertenecen: el dolor, el
(1973), Tú y tu primo Paco (1974), Todo incluido miedo, la duda o la esperanza, asuntos que Pá­
(1975), Divorcio para una virgen rota (1977), mies propone a través de ejercicios desbordantes
707 PANERO

de imaginación y en textos que, en ocasiones, re­ dona (1983). Entre los galardones que ha reci­
miten a los de autores como Cortázar, Roberto bido, en 2001 su obra fue reconocida con el Pre­
Arlt o Carlos Fuentes. Es autor de los libros de mio de Honor de las Letras Catalanas.
cuentos T ’hauria de caure la cara de vergonya
(1986) — Debería caérsete la cara de vergüenza PAMPLONA ESCUDERO, Rafael (Zaragoza,
(1986), Infecció (1987) — Infección (1987), La 1865-1928)
gran novel.la sobre Barcelona (1998), galardo­ Novelista. Colaborador de diversas publica­
nado con el Premi de la Crítica Serra d ’Or y que ciones, como Blanco y Negro, obtuvo éxito con
fue traducido, La gran novela de Barcelona novelas que seguían la tradición realista decimo­
(1998), por Javier Cercas*, y L ’áltim llibre de nónica. Entre ellas, muy numerosas, destacan:
Sergi Pámies (2000) — El último libro de Sergi Cuartel de inválidos (1904), Engracia (1905),
Pámies (2000), así como de las novelas La p ri­ Boda y mortaja (1909) y Don Martín el humano
mera pedra (1990) — La primera piedra (1991), (1918).
que mereció el Premio ícaro, L ’instint (1992) —
El instinto (1994), con la que obtuvo el Premio PANERO, Juan (Astorga, León, 1908-1937)
Prudenci Bertrana, y Sentimental (1996), todas Poeta. Perteneciente a la generación poética in­
ellas obras escritas originariam ente en catalán. mediatamente anterior a la Guerra Civil y her­
mano del también poeta Leopoldo Panero*, vio
PÁMIES, Teresa (Balaguer, Lérida, 1919) truncada su carrera literaria como consecuencia
Narradora, ensayista y poetisa en lenguas cata­ del accidente de tráfico que, tempranamente,
lana y española. De formación autodidacta, desa­ habría de costarle la vida en la carretera entre
rrolló una intensísim a actividad política en los León y Astorga. Amigo del peruano César Va-
momentos previos a la Guerra Civil y fue miem­ llejo y de Luis Rosales*, escribió en prosa en re­
bro del Partido Comunista. Su producción, en vistas como La Saeta — en la que también pu­
gran medida consecuencia de su vivencia de la blicó algún poema suelto— y Humo con el
Guerra Civil y del exilio, que pasó hasta 1971 en seudónimo de Critilo. Posee una concepción
Sudamérica, Checoslovaquia y Francia, se centra trascendente de la poesía, en la que conviven,
con frecuencia, y en un tono de elevado compro­ en la línea clasicista seguida por los poetas es­
miso político, en la memoria histórica del pe­ pañoles desde 1934, visiones desencantadas del
riodo que va desde la Segunda República hasta am or — posible solo en la eternidad del más
el mayo del 68 francés. Colaboradora en nume­ allá— , la naturaleza, la religión y la muerte.
rosos medios, como el diario Avui, y en publica­ Editó un único poemario, Cantos del ofreci­
ciones científicas y culturales, es autora de una miento (1936), publicado por la «Colección Hé­
vastísima obra en prosa, entre novelas y libros de roe» y a cuyos poemas habría que añadir los
relatos, como: La filia del pres (1967), Testament que, postumamente, aparecerían en las revistas
a Praga (1971), galardonada con el Premio Jo­ Escorial (1940), Espadaña (1944) y Castilla
sep Pía de las Letras Catalanas y quizá su libro (1983-1984), o, en su día, en el suplemento Sí
más conocido, Quam érem capitans (1974), con del periódico Arriba, en el que vio la luz una
la que obtuvo el Premio Joan Estelrich, Va pleure «Selección poética» (1942). En 1986 apareció
tot el dia (1974; reeds., 1981 y 1995), Dona de en Astorga su Obra poética.
pres (1975; reed., 1999), Quam érem refugiáis
(1975), Crónica de la vetlla (1975), el diario de PANERO, Juan Luis (Madrid, 1942)
mayo del 68 Si vas a a París, papá... (1975), Poeta. Hijo de Leopoldo Panero* y hermano de
Amor clandestí (1977; reed., 1998), Aquell vellet Leopoldo María Panero*, desde un primer mo­
genti i pulcre (1978), Massa tard p er a Celia mento su poesía demostró una absoluta indepen­
(1984; reed., 1996), Aventura mexicana del noi dencia respecto a la de su padre, así como, poste­
Pau Rispa (1985), La primavera d l ’ávia (1989; riormente, del dominio culturalista de la poética
reed., 1990) y La filia del Gudari (1998; reed., de los setenta. El amor, dotado de una fuerte
2001). Es autora, asimismo, de los poemarios carga erótica, el paso del tiempo y la muerte, so­
Croniques de náufrags (1977), La chivata bre todo el suicidio, dictan el sentido a versos de
(1986) y Sagrest amb Filipina (1986), así como los que no está ausente una honda preocupación
de los ensayos Romanticismo m ilitante (1976), social, pese, eso sí, al fuerte carácter individual
Una española llamada Dolores Ibárruri (1976), de sus reflexiones. Para Panero, a través del
Los niños de la guerra (1977), M emoria deis sexo, como ocurre con el alcohol, el hombre
morts (1981; tr., 1998), Cartes al f il recluta puede hacerle un quiebro a la muerte — aunque
(1984) y Gente del meu exili (1985), a las que estos sean, en sí mismos, «trucos» de la propia
hay que añadir La aventura de envejecer (2002). muerte— y, al tiempo, a una vida dominada por
Ha escrito, además, una obra teatral: Opinió de la soledad y por el ejercicio condenatorio de la
708
PANERO

propia memoria. Se trata, en definitiva, de una menudo sobria e influida por Antonio M a­
poesía de la desolación, llena de desamores, fraca­ chado*, están el amor, el paisaje, la melancolía
sos y melancolía, siempre personal e indepen­ frente al pasado de la infancia, la búsqueda de
diente, ajena a cualesquiera círculos literarios o Dios desde la duda y, sobre todo, el análisis recu­
corrientes a la moda y con un subsuelo nihilista. rrente de las motivaciones y el estado de su pro­
Es, asimismo, una poesía en la que domina el pia alma y del sentimiento religioso, todo ello a
verso libre, pero que acompasa con gran sabiduría través de una lírica esperanzada en la que predo­
los ritmos tradicionales con los sueltos. En sus pá­ mina un profundo sentido estético de la belleza y
ginas abundan los homenajes literarios a autores de la que, sin embargo, no están exentos los fo­
como Gabriel Ferrater*, Luis Cernuda*, Alfonso gonazos de una amarga conciencia existencial,
Costafreda* o Pavese, estos dos últimos grandes lo que dota a sus versos de una agónica y contra­
meditadores del suicidio. Ha escrito los poema­ dictoria dualidad que le acerca a Unamuno*. Sus
rios: A través del tiempo (1968), Los trucos de la versos se definen, desde la búsqueda de la senci­
muerte (1975), Desapariciones y fracasos (1975), llez, por la armonía entre el planteamiento del
Juegos para aplazar la muerte (1966-1983) concepto y el lirismo, entre el intimismo y la ele­
(1984), volumen en el que reunía los dos primeros gía. Además de los dieciocho poemas redactados
mencionados y parte del tercero, Antes que llegue entre 1930 y 1932 que, bajo el título de Versos
la noche (1985), galardonado con el Premio Ciu­ del Guadarrama, aparecieron en 1943 en Fanta­
dad de Barcelona, Galería de fantasm as (1988), sía, suplemento de La Estafeta Literaria, y los
Los viajes sin fin (1993), a los que hay que añadir versos de La estancia vacía, editados en 1944 en
Poesía completa (1968-1996) (1997), que a lo ya Escorial, que apareció como libro en 1945 y en
publicado en el citado Juegos para aplazar la el que queda constancia de su amarga experien­
muerte añade los tres libros siguientes menciona­ cia intelectual y emocional durante la guerra,
dos, y Enigmas y despedidas (1999). Con el libro destacan sus poemarios Escrito a cada instante
memorialístico Sin rumbo cierto. Memorias con­ (1949), con el que conseguiría el Premio Fasten-
versadas con Fernando Valls (2000), obtuvo el rath de la Real Academia Española, Canto p e r­
prestigioso Premio Comillas. sonal (1953), libro en tercetos encadenados pro­
logado por Ridruejo e inspirado en el Canto
PANERO, Leopoldo (Astorga, León, 1909-Cas- general (1950), de Pablo Neruda — a quien de­
tríllo de las Piedras, León, 1962) dicó una Carta perdida a Pablo Neruda (1953)
Poeta. Licenciado en Derecho, estudió en Cam­ en la que enfrenta su visión de la guerra española
bridge, Tours y Poitiers, estancias fuera de Es­ a la del poeta chileno— , algunos poemas sueltos
paña en las que se gesta su profundo conoci­ en diversas revistas, Desde el umbral de un
miento de la poesía inglesa y francesa. Hermano sueño (1959), Romances y canciones (1960),
de Juan Panero*, casado con la escritora Felici­ Cándida puerta (1960), el libro Poesías (1963),
dad Blanc* y miembro, por edad y modos, de la que recoge sus poemas hasta la fecha, y, postu­
conocida como Generación del 36*, pasó no po­ mamente, las Obras completas (1973), organiza­
cos problemas al ser detenido al comienzo de la das por su hijo Juan Luis Panero*, volumen en el
Guerra Civil acusado de ser amigo de intelectua­ que aparecen numerosos poemas inéditos. Fue
les marxistas, lo que a punto estuvo de terminar autor, asimismo, de diversos trabajos críticos so­
en fusilamiento de no ser por las gestiones de su bre autores como los mencionados M achado y
madre con la esposa de Franco. La situación de Vivanco o Vicente Aleixandre*.
sospechas que se cernieron sobre él y su familia
le obligaron a integrarse en las tropas nacionales, PANERO, Leopoldo María (Madrid, 1948)
hecho que supondría ulteriores desprestigios ante Poeta. Hijo de Leopoldo Panero* y hermano de
los intelectuales de su tiempo, si bien, y aunque Juan Luis*, se trata, sin embargo, de una voz
defendió al régimen franquista, para el que cola­ poética más violenta, dura y amarga que la del
boró ocupando algunos cargos culturales, jamás resto de los miembros de la familia. Ingresado,
pudo abandonar las dudas al respecto. después de no pocos problemas mentales, en el
Sus primeras composiciones poéticas aparecie­ hospital psiquiátrico Santa Águeda de Mondra-
ron en diversas publicaciones y, tras algunos ex­ gón, en Guipúzcoa, esa experiencia la plasmará
perimentos gongorinos y vanguardistas en revis­ en algunos de sus libros de los años ochenta y
tas como Nueva Revista, Noroeste y Sudeste, noventa. Actualmente vive recluido en el hospi­
contribuyó decisivamente, junto a otros autores tal psiquiátrico de Las Palmas de Gran Canaria.
como Luis Rosales*, Dionisio Ridruejo*, Luis En sus versos, a menudo de un agudo experimen-
Felipe Vivanco* y Germán Bleiberg*, a desligar talismo formal y rupturistas respecto a las con­
a la poesía española de las rémoras de las van­ venciones ideológicas, se produce una descar­
guardias*. Entre los temas centrales de su obra, a nada visión del sexo, una feroz búsqueda de la
709 PÁNIKER ALEMANY

muerte, autodestructiva y que conduce a sentir la en la Universidad de Barcelona, los completó en


existencia como uno horror en el que se produce Bonn y los amplió en Londres y Oxford. Se doc­
una constante aniquilación del yo, acaso conse­ toró en Filosofía en la Universidad de Madrid,
cuencia de la destrucción de los mitos de la in­ en Ciencias Químicas en la de Barcelona y en
fancia y, por tanto, de la inutilidad del recuerdo. Teología en Roma, y, en 1946, se ordenó sacer­
En sus poemas, siempre atormentados y terri­ dote, perteneciendo al Opus Dei hasta mediados
bles, dominan la angustia del yo, el sinsentido de de los años sesenta, en que se dio de baja tras nu­
la existencia y del mundo mismo, la suciedad merosos problemas y polémicas con las jerar­
amatoria, la humillación, la herida física y moral quías eclesiásticas y después de no pocas provo­
de la derrota, la tendencia metapoética y la escri­ caciones políticas. A partir de ese momento, y de
tura y la poesía como arma contra la muerte. Se­ un viaje a la India, se acercaría a las religiones
leccionado por Josep Maria Castellet* en su orientales. Impulsor de la revista Arbor, pertene­
Nueve novísimos poetas españoles (1970), desta­ ció al Consejo Superior de Investigaciones Cien­
can sus poemarios: Por el camino de Swan tíficas y en los últimos tiempos, desde 2001, pre­
(1968), A sí se fundó Camaby Street (1970; reed., side una fundación y predica en Catalunya Radio.
1999), Teoría (1973), Narciso en el acorde úl­ Además de erudito, teólogo y político fue cate­
timo de las fla u ta s (1979), The last river toge- drático de Religiones Comparadas en la Univer­
ther (1980), El que no ve (1980), Dioscuros sidad de Harvard y en la de Santa Bárbara. En la
(1982), El último hombre (1984), Poesía 1970- estela de Teilhard de Chardin, se trata de un au­
1985 (1986), que recoge algunos de sus libros tor que ha sabido fundir la cultura europea con la
anteriores, Poemas del manicomio de Mondra- india, profundizando en ellas como complemen­
gón (1987), Piedra negra o del temblor (1992), tarias y adentrándose en una espiritualidad diri­
Heroína y otros poemas (1992), Orfebre (1994), gida a ahondar en los elementos comunes del
Guarida de un animal que no existe (1998), Teo­ hinduismo, el hebraísmo y el cristianismo, pero
ría lautreamoniana del plagio (1999), Abismo enfocando siempre toda reflexión y pensamiento
(1999), Teoría del miedo (2000), que tuvo una como inseparable de la naturaleza. De entre sus
reedición, con el mismo título, ampliada con 34 muchas obras de análisis religioso y ético, desta­
nuevos poemas, un año después, en 2001, Poesía can: La India, gente, cultura y creencia (1958),
completa (1970-2000) (2001), Suplicio en la por la que fue galardonado con el Premio Nacio­
cruz (2001), A guila contra el hombre / Poemas nal de Literatura, El silencio de Dios (1970), El
para un suicidam iento (2001) y M e amarás silencio del Buda. Una introducción al ateísmo
cuando esté muerto (2001), escrito en colabora­ religioso (1996), Invitación a la sabiduría
ción con el poeta canario José Aguedo Olivares*, (1998) y La intuición cosmoteándrica (1999).
así como M i cerebro es una rosa (1998), volu­
men que recoge artículos, conferencias, prólo­ PÁNIKER ALEMANY, Salvador (Barcelona, 1927)
gos, cuentos perdidos y textos de variada proce­ Ensayista. De padre indio e hindú y madre cata­
dencia, y la autobiografía Prueba de vida (2001). lana, es licenciado en Filosofía y Letras y doctor
Debe destacarse, además de por su carácter de en Ingeniería Industrial por la Universidad de
curiosidad poética, el poema, o monólogo o dis­ Barcelona, en la que ha enseñado Filosofía. Her­
curso, a dos manos Tensó (1997), escrito con el mano de Raimundo Pániker*, es conferenciante
poeta italiano Claudio Rizzo. Ha publicado, asi­ incansable, cofundador de la revista Convivium,
mismo, los libros de cuentos En lugar del hijo fundador de la editorial Kairós y colaborador de
(1976) y Dos relatos y una perversión (1984). numerosas publicaciones, entre ellas el diario La
Vanguardia, y ha sido prologuista de fama, nom­
PANES, Antonio (Granada?, 1625-?, 1676) brado ensayista del año en 1968 e investigador
Autor místico que perteneció a la Orden de los profundo de las religiones orientales: hinduismo,
franciscanos descalzos. Dos obras le hacen me­ tantrismo, budismo... Su obra, de un hondo rigor
recedor de un puesto en la historia literaria: Es­ filosófico, se caracteriza por la constante conci­
cala mística (1675) y los poemas religiosos de liación de contrarios, de modo que todo estudio
Estímulo de amor divino. Se le ha atribuido la sobre la modernidad lo es sobre los orígenes, al
décima «Bendita sea tu pureza», escrita en honor igual que cuando reflexiona sobre el arte no ex­
de la Virgen. cluye la ciencia, o piensa lo masculino desde su
oposición o complementariedad con lo feme­
PÁNIKER ALEMANY, Raimundo (Barcelona, 1918) nino. Destacan sus obras: Conversaciones en
Ensayista. Hermano de Salvador Pániker*, ha Cataluña (1966), Catalunya com a problema
empleado a veces distinta grafía para escribir su (1967), Los signos y las cosas (1969), Conversa­
nombre, recurriendo al catalán: Raimon Pánik- ciones en M adrid (1970), La dificultad de ser es­
kar y Raimundo Pánikkar. Empezó sus estudios p añol (1979), Aproximación al origen (1982),
PANIKKAR 710

Primer testamento (1985), Ensayos retroprogre- y a que lo retratara el Greco, a quien dedicaría
sivos (1987) y Segunda memoria (1988), entre cuatro sonetos. Escribió más de un centenar de
otras, a las que hay que añadir su diario personal sermones, pese a lo cual publicó poco en vida.
Cuaderno amarillo (2000) y Variaciones 95 La mayoría de ellos son piezas cuaresmales, a las
(2002), libro de memorias a medio camino entre que se añaden sermones de santos y oraciones
narrativa, poesía y filosofía. fúnebres. Habrían de ser sus hermanos en la Or­
den quienes, postumamente, se encargaran de la
PANIKKAR [o PÁNIKER] ALEMANY, Raimundo publicación de sus obras. Así, y además de los
[o Raimon] -» Véase PÁNIKER ALEM ANY, Epitafios o elogios funerales (1621), Sermón de
Raimundo. santa Teresa (1625), Panegírico funeral de Fe­
lipe III (1625) y Sermón de la soledad (1626),
PAPELL, Antonio deben destacarse las Oraciones evangélicas de
Narrador. Periodista de profesión y columnista Adviento y Cuaresma (1636), Oraciones evangé­
en diferentes medios, en sus obras aborda, con licas o discursos panegíricos y morales (1638;
lenguaje sobrio, la memoria, concentrada sobre reed. 1766, 6 vols.), Oraciones evangélicas en
todo en las consecuencias psicológicas de la las festividades de Christo Nuestro Señor y su
Guerra Civil. Destacan Memoria de aparecidos Santísima Madre (1640), las poesías sacras y
(1983), Guerra Galana (1986) y La ira del p er­ profanas de Obras postumas divinas y humanas
dedor (1997). (1641) y Obras postumas (Alcalá, 1650), donde
se incluyen una «Loa» y la comedia Gridonia o
PARADAS DEL CERRO, Enrique (Madrid, 1871-?) Cielo de Am or vengado. Paravicino tuvo no po­
Poeta y autor teatral. Según parece vivió una cos imitadores, los cuales fueron atacados con
vida repleta de acontecim ientos, amó a A nda­ dureza por Mayans y Sisear* y, sobre todo, con
lucía y fue popular a finales del siglo xix, in ­ cruda ironía, por el padre Isla* en su Fray Ge­
form aciones todas ellas que conocem os a tra­ rundio de Campazas.
vés de M iguel Sawa* y los dos hermanos
Machado*, colaboradores habituales del perió­ PARCERISAS, Francesc (Begues, Barcelona, 1944)
dico madrileño La Caricatura, fundado por Pa­ Poeta en lengua catalana. Licenciado en Filosofía
radas en 1892. Además de num erosas piezas en la Universidad de Barcelona y doctor en Teo­
teatrales, zarzuelas, revistas m usicales, etc., ría de la Traducción por la Universidad A utó­
fue autor de poemarios de corte popular como: noma de Barcelona, fue lector en Bristol, ha sido
Agonías (1891), U ndulaciones (1893), Tristes destacado traductor y editor y es profesor en la
y alegres (1894), Etcétera (1895), estos dos es­ Facultad de Traducción e Interpretación de la
critos con M anuel M achado, e Impresiones. mencionada Universidad Autónoma barcelonesa,
Cantares (1913). de la que ha sido vicerrector y jefe del Departa­
mento de Traducción. Colabora, asimismo, en
PARAVICINO Y ARTEAGA, Hortensio Félix (M a­ numerosas publicaciones culturales y literarias,
drid, 1580-1633) así como en La Vanguardia, El País, Avui y Diari
Tratadista y poeta. De origen italiano, estudió de Barcelona, entre otros. Director de la Institu-
primero en los jesuitas de Ocaña y, después, en ció de les Lletres Catalanes, fue presidente de la
las universidades de Alcalá y de Salamanca, tras Associació d ’Escriptors en Llengua Catalana.
lo cual ingresó en los trinitarios en 1600, orden D estacan, a medio camino entre la percepción
de la que llegaría a ser Provincial, cargo que le realista y los modos poéticos de la poesía nortea­
llevaría a viajar por Flandes, Francia, Italia y nu­ mericana, sus poemarios: Vint poemes civils
merosas tierras de España. Predicador de Feli­ (1967), Premio Joan Salvat-Papasseit, Escultures
pe III y Felipe IV, alcanzó gran fama en estos de mar (1969), Homes que es banyen (1970), que
menesteres y hoy es considerado el máximo re­ recibió el Premio Caries Riba, Discurs sobre les
presentante de la oratoria sagrada barroca, en la matéries terrestres (1972), Granollers, fu lla
que, pese a la riqueza ornamental y el empleo de baixa (1973), Latituts deis cavalls (1974), Dues
antítesis, símiles, metáforas e hipérbatos, despunta suites (1976), L ’edat d ’or (1983), galardonado
como autor claro y de prosa rítmica. En su barro­ con el Premio de la Crítica de Poesía Catalana y
quismo, existen, en gran medida, similitudes con de Literatura Catalana de la Generalitat de Cata­
el lenguaje de Góngora*, al que admiraba. Su ce­ lunya, Poemes (1969-1989) (1989), Amulet verd
lebridad llevó a que a él se refirieran autores (1991), Triomf del present: Obra poética (1965-
como Lope de Vega*, Quevedo*, Juan de Jáure- 1983) (1991), que obtuvo el Premio Lletra d ’Or,
gui*, autor de una Apología en 1625, Pellicer de Focs d ’octubre (1992), Premio Ciudad de Barce­
Ossau*, que escribió un panegírico de Paravi- lona, y Natura morta amb nens (2000). Ha publi­
cino en 1634, Gracián* o Calderón de la Barca*, cado, además, una antología de Poesía inglesa y
711 PARDO BAZÁN

norteamericana (1985), y ha recibido premios tobiografía, Autorretrato sin retoques (1996) y


importantes de traducción, como el Crítica Serra Memorias de memoria (2001), y el libro de artícu­
d’Or y el Cavall Verd-Rafael Jaume por sus ver­ los Zapatos para el pie izquierdo (1998).
siones de las poesías de Seamus Heaney y de
Ezra Pound, si bien ha traducido numerosas obras PARDO BAZÁN, Emilia (La Coruña, 1851-Ma­
del francés y del italiano. Es autor, asimismo, de drid, 1921)
L ’objecte immediat (1991), que es una selección Novelista, cuentista y ensayista. Hija de los con­
de artículos, de un libro de texto sobre Literatura des de Bazán — heredaría el título como condesa
catalana (1997) y de Cent anys de traducció al de Pardo Bazán en 1890— , fue desde niña gran
catalá (1891-1990) (1998), antología de textos lectora, gracias a lo cual logró suplir con creces
catalanes sobre traducción escrita en colabora­ las carencias de la educación elemental a la que
ción con Montserrat Bacardí y Joan Fontcuberta. estaban condenadas las mujeres, llegando a po­
seer una gran cultura. Muy joven, en 1868, se
PARDAL, Yolanda (Madrid, 1960) casó con José Quiroga, carlista dieciocho años
Novelista. Debutó en el panorama literario con mayor que ella, y se traslada con él a Madrid. Es
la novela Un mal paso (2003), en la que, si­ entonces cuando comienza a viajar incansable­
guiendo la línea de otros narradores jóvenes in­ mente por Francia, Suiza, Bélgica, Italia, Austria
teresados en la mem oria histórica, recreaba la e Inglaterra, a colaborar en la prensa, a destacar
Guerra Civil y la posguerra, demostrando gran como conferenciante y a conseguir un prestigio
dominio de los recursos realistas más clásicos, que la lleva a ser nombrada, en 1910, consejera
así como dotes para el intimismo psicológico. de Instrucción Pública. Son los años en que se re­
conocen sus méritos literarios, ya que en 1876
PARDO, Carlos (M adrid, 1975) recibió un premio en Orense por su ensayo Estu­
Poeta. Arriesgado creador de imágenes audaces, dio crítico de las obras del padre Feijoo, justo
ofrece una sugestiva m ultiplicidad de voces en dos años después de haber visitado a Victor
sus poemas, que anuncian a un jovencísimo gran Hugo, iniciándose de inmediato un interés por
poeta. Incluido en diferentes antologías de la los naturalistas que marcaría su obra. Se separa
poesía española más joven, entre ellas La lógica de su marido, ofendido por la reputación alcan­
de Orfeo (2003), de Luis Antonio de Villena*, zada por su esposa, e inicia un romance con Pé­
destacan sus poemarios El invernadero (1996), rez Galdós*, a quien terminaría reemplazando
finalista del Premio Hiperión, y Desvelo sin p ai­ por Lázaro Galdiano, director de La España Mo­
saje (2002), con el que había obtenido el Premio derna, publicación en la que ella participaba. Es
Emilio Prados en 2001. en 1886 cuando conoce a Zola, a Daudet y a los
hermanos Goncourt en París, fecha en la que está
PARDO, Jesús (Torrelavega, Cantabria, 1927) leyendo a los novelistas rusos. Surgen sus polé­
Narrador. Como periodista, ha sido corresponsal micas con Pereda* y Clarín*, entre 1891 y 1893
de los diarios P ueblo y M adrid en numerosos publica una revista hecha por ella en su totalidad,
países. Más tarde, tras el cierre del Madrid, entró Nuevo Teatro Crítico, dirige la sección de litera­
en la A gencia Efe como delegado en Ginebra, tura del Ateneo de M adrid y, más adelante, en
fundó la revista Historia 16 y ocupó diversas co­ 1916, y pese a la oposición del Claustro, se crea
rresponsalías para Cambio 16. En sus obras, en para ella la Cátedra de Literaturas Neolatinas en
general, cabe una ironía desbordante, brutal a ve­ la Universidad Central. Exitosa carrera que, sin
ces, combinada con la erudición de sus muchos embargo, no culminaría con su admisión en la
conocimientos y experiencias, lo que convierte Real Academia Española, a la que había inten­
sus textos en m uestrarios de saber y diversión. tado acceder en 1891. Políticamente, simpatizó
Es autor de las obras narrativas Ahora es preciso con el carlismo — llegó a entrevistarse, en 1877
morir (1982), Ramas secas del pasado (1984), en Roma, con el pretendiente— , si bien termina­
Cantidades discretas (1987) y Eclipses (1993), ría atacándolo una vez asumido el regeneracio-
que conforman la tetralogía novelesca titulada nismo. Al propio tiempo, mantuvo relación con
Un español de mi tiempo, a las que hay que aña­ positivistas y krausistas, llegando a confesar su
dir, fuera de dicho ciclo, Operación Barbarrosa admiración por Giner de los Ríos*.
(1988). Ha publicado los poemarios Presente Paralelamente a su peripecia vital, se produce
vindicativo estrictamente epidérmico (1977) y una evolución literaria que se inicia con los típi­
Faz en las fauces del tiempo (1983), así como los cos escarceos de una dama de salón del siglo xix:
ensayos históricos Conversaciones con Transil- escribe versos dedicados a su primer hijo — caso
vania (1988) y Aureliano. El emperador que se del poema «Jaime» (1881)— y cuentos fantásti­
hizo llamar dios (2001). Hay que mencionar, asi­ cos. Su primera novela, muy ñoña y en la que
mismo, los volúmenes de memorias, o acaso au­ aún se escuchan los ecos románticos, Pascual
PARDO DE FIGUEROA

López. Autobiografía de un estudiante de medi­ anterior, por el idealismo religioso de cierta no­
cina (1879) — aparecida en Revista de España— , vela española de la última década del siglo xix,
hace explícita su admiración por Valera*, la cual La piedra angular (1891), Doña M ilagros
se difumina en Un viaje de novios (1881), en la (1894), M emorias de un solterón (1896), El te­
que ya su atención se dirige a la nueva novela soro de Gastón (1897), El saludo de tas Brujas
francesa naturalista. Es a partir de 1882, con sus (1897), M isterio (1902), novela histórica sobre
artículos sobre La cuestión palpitante, apareci­ el hijo de Luis XVI, La quimera (1905), en la
dos en La Época hasta 1883 — publicados como que se acrecienta un cristianismo de resonancias
libro, prologado por Clarín, con el mismo título tolstonianas, La sirena negra (1908), que van
y en ese año— , cuando su posición literaria se confirmando la llegada de esos nuevos aires traí­
decanta claramente hacia el naturalismo*, si bien dos por el Modernismo*, y Dulce dueño (1911).
defendía un realismo* español en el que estarían De sus numerosísimos cuentos, cabe destacar los
presentes las raíces de la picaresca* y de Cervan­ incluidos en La dama joven y otros cuentos
tes*. Estas simpatías por los naturalistas, que ella (1885), Cuentos escogidos (1891), Cuentos de
pretendió hermanar con su cristianismo, le valie­ Marineda (1892), Arco Iris (1895), Cuentos sa-
ron numerosas críticas — la más sonada de ellas cro-profanos (1899), En tranvía (1901) y Cuen­
la de Valera— de quienes consideraban ese tipo tos trágicos (1912), entre otros de los ocho to­
de novelas como sórdidas y antirreligiosas, ya mos totales. Por otra parte, la mayoría de sus
que no estaba bien visto que algo así atrajera artículos fueron recogidos en libro, como sucede
a una mujer católica. Y lo cierto es que, poco a con los que se incluyen en La literatura y otras
poco, se ha producido una transformación inte­ hierbas (1887), La revolución y la novela de Ru­
lectual infrecuente en las mujeres de aquellos sia (1887; 3 vols.), tema sobre el que dictó una
años, sometidas a numerosas limitaciones; tanto famosa conferencia en el Ateneo, Polémicas y
es así, que se gana el trato y el respeto, cuando no estudios literarios (1892), Lecciones de litera­
la admiración, de algunos de los grandes literatos tura (1906) y La literatura francesa moderna
del momento, y el desprecio de otros. Cultivó (1910 y 1914; 2 vols.), a los que habría que aña­
prácticamente todos los géneros, si bien destacó dir, entre otros ensayos: Los poetas épicos cris­
en la novela, el cuento — escribió más de seis­ tianos: Dante, Tasso, Milton, Hojeda, Klopstock,
cientos— y la crítica. Su naturalismo es un rea­ Chateaubriand (1876), San Francisco de Asís y
lismo atento a ciertos matices de la ciencia expe­ la poesía (1881), al que sigue la biografía histó­
rimental y a sus modos de expresión, acaso como rica San Francisco de Asís (1882), un libro de
reacción al idealismo, y el resultado final es de­ evocaciones titulado De mi tierra (1888), La p e­
masiado servil respecto al modelo francés. Lo dagogía en la literatura del Renacimiento (1889)
que está claro es que supo captar los ambientes y Hernán Cortés y sus hazañas (1914). Hay tam­
rurales con crudeza, la decadencia del individuo bién, en su producción, libros de viajes como
y de la sociedad y los sentimientos producidos en A l pie de la torre Eiffel (1889), Por Francia y
la miseria, que demostró agilidad en el estilo y por Alemania (1890), Por la España pintoresca
capacidad para manejar los recursos descriptivos. (1895), Cuarenta días en la Exposición Univer­
Por otra parte, fue una encendida defensora de los sal de París (1900) y Por la Europa católica
derechos de la mujer, lo que ha llevado a tildarla (1902). Asimismo, probó fortuna en el teatro,
de feminista, una de las primeras españolas. pero los estrenos, en 1906, del drama Verdad y
Otras novelas suyas son La tribuna (1883), en la de su comedia Cuesta abajo supusieron un au­
que presenta con garra naturalista la situación de téntico fracaso.
las clases bajas, atendiendo a la situación de las La mayor parte de sus textos están incluidos en
trabajadoras de la fábrica de tabacos de La Co­ Obras completas (1891-1912; 41 vols.); en la edi­
ruña, la novela corta Bucólica (1884) — que se ción en tres volúmenes de 1947 y 1973, figuran
publicó en Revista de España— , El cisne de Vi- solo las novelas y unos quinientos sesenta cuen­
lamorta (1885), Los pazos de Ulloa (1886), su tos. En 1999 se editó una recopilación de artículos
novela más célebre y en la que el naturalismo y cartas suyos en los que aborda los problemas
se suaviza ligeramente, La madre naturaleza de la mujer. Posteriormente, fueron apareciendo
(1887), sórdido análisis de una situación inces­ nuevos volúmenes de una nueva edición de
tuosa y, en general, de la decadencia de la clase Obras completas, que llegó, en 2002, al volu­
terrateniente gallega, de la crueldad de la vida men VI, con novelas ejemplares y novelas cortas.
campesina y del mal, Insolación (1889), Morriña
(1889), Una cristiana (1890), a partir de la cual PARDO DE FIGUEROA, Mariano (Medina-Sido-
se inician las influencias modernistas y el aban­ nia, Cádiz, 1828-Cádiz, 1918)
dono progresivo de las técnicas y percepciones Narrador. Conocido por su seudónimo, Doctor
naturalistas, La prueba (1890), afectada, como la Thebussem —juguete sem ántico que, aña­
713 PARRA

diendo una ‘h \ se refiere, germ anizándolo, al PARÉS, Nuria (Barcelona, 1925)


término ‘em bustes’— , fue doctor en D erecho Poetisa. Exiliada con motivo de la Guerra Ci­
Civil y Canónico, m iem bro de la Real A cade­ vil, primero en Francia y, después, en México,
mia Española y de la de H istoria, así como de realizó numerosas traducciones y publicó ensa­
diversas sociedades culturales, y caballero del yos y críticas de arte. Coloquialista e influida
hábito de Santiago. Personaje pintoresco, eru­ por el tono del romance, sus versos están mar­
dito, poseedor de un gran ingenio, y con extra­ cados por el exilio, causa principal del desa­
ñas aficiones, fue autor de estilo trabajado. rraigo en que se centran muchos de ellos. Des­
Contribuyó decisivam ente a la celebración del tacan poemarios como Romances de la voz sola
tercer centenario del Quijote con su constancia (1951), Canto llano (1959) y Colofón de la luz
de unos ocho años hablando de la obra cervan­ (1987).
tina en sus «Epístolas D roapianas». Escribió
pequeñas historias con mucho encanto, además PARIENTE, Ángel (Gijón, Asturias, 1937)
de diversos libros sobre asuntos filatélicos y Poeta y ensayista. Fundador de la editorial Júcar
postales o sobre temas culinarios. Pueden recor­ en 1972, en la poesía de Ángel Manuel Aragón
darse títulos como las Futesas literarias, el cu­ P ariente, a menudo m elancólica y escéptica,
rioso Literatura filatélica de España (1876), La conviven el compromiso social con la expresión
mesa moderna: cartas sobre el comedor y la co­ simbólica, en ocasiones de carácter críptico, y el
cina cambiadas entre el D octor Thebussem y un irracionalismo formal. Destacan los poemarios:
cocinero de Su M ajestad (1883) y la miscelánea También a m í me gusta la bella música (1967),
Ristra de ajos (1886), que se am pliaría en una Este error (1968), Ser alguna vez (1981), Los
Segunda ristra de ajos (compuesta de X IV ca­ sueños (1989) y Oscuro corazón de la llama
bezas) (1894). Mantuvo una rica corresponden­ (1996), así como sus ensayos Antología de la
cia con muchos escritores del momento, m ues­ poesía culterana (1981), Góngora (1982), Anto­
tra de lo cual es el volumen postumo Epistolario logía de la poesía surrealista (en lengua espa­
del D octor Thebussem y Rodríguez M arín ñola) (1985), En torno a Góngora (1987) y Ra­
(1883-1917) (1942). zonado desorden (Textos surrealistas) (1991).
Es autor, asimismo, de Diccionario temático del
PAREDES, Antonio de (Extremadura, h. 1590-To- Surrealismo (1996) y de un Diccionario Biblio­
ledo, n. 1622) gráfico de la poesía española (siglo XX) (2001),
Poeta. Fue militar, parece ser que vivió en Cór­ con el que obtuvo el Premio de Bibliografía
doba y participó, en 1614, en la beatificación de 2002 de la Biblioteca Nacional de España. Hay
santa Teresa de Jesús*. Como poeta, a veces in­ que recordar, además, su labor como traductor,
fluido por Góngora*, destacaron sus sonetos, le­ en la que destacan sus versiones de la obra de
trillas, odas y romances amorosos. Recordemos, Lautréamont.
de entre sus obras, Canción fúnebre panegírica
(1605), Rimas (1622), que son los borradores de PARMENO Véase LÓPEZ PINILLOS, José.
sus versos publicados por sus amigos, y una Fá­
bula de Daphne y Apolo, escrita en octavas. PARRA, Antonio (Murcia, 1954)
Poeta y ensayista. Flam encólogo y estudioso
PARELLADA, Pablo (Valls, Tarragona, 1855-Za- del sufismo, es autor de obra escasa, cuyos si­
ragoza, 1944) lencios han durado años. En sus versos convi­
Novelista y dram aturgo. Coronel del E jército, ven personajes reales e im aginarios, con voz
fue profesor en la A cadem ia General M ilitar y propia, en escenarios en los cuales tienen im ­
colaborador de las más prestigiosas publicacio­ portancia paisajes vitales como el Mediterráneo
nes, entre ellas ABC, La Vanguardia, M adrid y que conforman una suerte de historia en cada
Cómico y N uevo M undo, entre otras. En el poema. No está exento de su poesía un claro in­
mundo teatral destacó con sainetes, operetas y terés épico, aunque tampoco escasea lo lúdico,
comedias como: Los asistentes (1895), El figón todo ello con un trasfondo irónico que le sirve
(1898), El regimiento de Lupián (1898), Teno­ para adentrarse en el misterio de la existencia.
rio modernista (1906), De pesca (1908), El gay Asimismo, se entrevén en sus versos el mundo
saber (1911), Tenorio m usical (1912), P elé y de los toros y el flamenco, dos ejes esenciales
M elé (1917) y ¿Tienen razón las m ujeres? en su vida. Su poesía, cargada de melancolía y
(1919). Fue autor, asimismo, de las novelas M e­ atenta al paso del tiempo, se ha reunido en el
m orias de un sietem esino (1919) y La mosca volumen Poemas (1979-1997) (1997). Hay que
dorada (1926). M uchos de sus artículos los in­ m encionar, asim ism o, el ensayo Abenarabi
cluyó en el volumen The Patent London super- (2000), sobre el pensador m ístico musulmán
fin e (1896). Ibn al-’Arabi*.
714
PÁRRAGA MARTEL DE LA FUENTE

PÁRRAGA MARTEL DE LA FUENTE, Francisco que Cervantes le había dedicado con la figura de
(siglo xviii) Ginés de Pasamonte en el capítulo XXII de su
Novelista. Apenas se tienen datos de este autor. gran obra. Su Vida y trabajos se publicó en el
Según él mismo confiesa en su novela Historia volumen XC de la «Biblioteca de Autores Espa­
de Lisseno y Fenissa (1701), en la que se combi­ ñoles».
nan la forma bizantina con el tema pastoril, sus
comienzos fueron en el teatro, género en el que PASCAL ROS, Alfonso (Pamplona, 1965)
fracasó. Poeta. Miembro del consejo de redacción de la
revista navarra Río Arga, en sus versos la emo­
PARREÑO, José María (Madrid, 1958) ción cobra un cariz a veces religioso, una reli­
Poeta. Autor de una poesía deliberadam ente al gión que reivindica, sin más, la condición esen­
margen de las estéticas de moda, en sus versos cialmente débil del hombre. De su obra, con la
se aprecia la obsesión por la cotidianidad circun­ que ha conseguido numerosos premios regiona­
dante y por la presencia de los sentimientos en les, destacan sus poemarios: Poeta de un tiempo
ella. Culto y al mismo tiempo enraizado en la imaginario (1987), Convite de abalorios (1987),
contemporaneidad, en sus páginas destila un hu­ Lo que Hem ingway contó de España (1987),
morismo sardónico y satírico en donde las emo­ Supe de ti tu incertidumbre/Los poemas del apá-
ciones y la imaginación conviven en un espacio trida (1990), Nocturnos sin protocolo/Tirones
común. Ha publicado los poemarios: Instruccio­ (1991), La quema de Van Gogh y otras visiones
nes p ara blindar un corazón (1981), Libro de (1992), M odales de los cuerpos desolados/De ti
las sombras (1986), galardonado con el Premio impaciencias (1993), Los vínculos del verdugo
Leonor, Las reglas del juego (1987), Postrime­ (1993), De aquellos mares, estos sueños (1993),
rías (1989), Fe de erratas (1990), a modo de Once poem as de cosas (1994), Prim era reu­
poesías completas hasta ese momento, e Intimi- nión, Antología poética 1985-1990 (1995), Mo-
datoria (1991). Es autor, asimismo, de Las gue­ dus Faciendi (1999), con el que obtuvo el Pre­
rras civiles (1995), obra muy original a medio mio Ángel M artínez Baigorri, y M ares bajo
camino entre el diario fragmentario, el volumen noches (2000). Es autor, además, de los libros
de relatos independientes y la novela, y de Via­ de relatos H istorias a ramalazos (1991) y Dos
je s de un antipático (1999), también extraño, cuentos (1993), así como de ensayos y guías
pues com bina la meditación, la descripción, el como: Las razones del príncipe. Una biografía
reportaje y el poema para reflexionar, a modo de de Carlos de Viana (1998), Semblantes y sem ­
diario, sobre dos viajes realizados por el autor blanzas (1999), Navarra (1999), Vive y descu­
a China, en 1992, y a Durham, Estados Unidos, bre Pamplona (2000), Guía CEPSA (Capítulo
en 1995. de Navarra) (2002). Ha publicado también va­
rias antologías de otros autores, como Los nue­
PASAMONTE, Jerónimo de (Ibdes, Zaragoza, vos poetas (1995), Poesía vasca contem porá­
1533-?, d. de 1605) nea (1998) y Antología de la poesía navarra
Narrador. Estudió latinidad con un clérigo tío actual (2001).
suyo, fue soldado en el tercio de don Miguel de
Moneada en 1571, participó en la batalla de Le- PASCUAL, Emilio (Tejares, Segovia)
panto — donde debió de conocer a Cervantes*, Narrador. Licenciado en Filología Hispánica, ha
con quien es probable que mantuviera serias di­ trabajado en diversas editoriales y en la actuali­
ferencias— y en la conquista de Túnez, donde dad es director general de publicaciones infanti­
cayó preso de los turcos en 1574, lo que le su­ les y juveniles de la editorial Anaya. Colabora­
puso un largo cautiverio hasta ser rescatado en dor de distintas publicaciones, ha realizado
Constantinopla en 1592. Ya en España, vivió en ediciones críticas de autores como Horacio Qui­
Aragón y en Madrid. La obra por la que se le re­ roga, Daniel Defoe o Cervantes*. Autor de libros
cuerda es su autobiografía Vida y trabajos de Je­ infantiles y juveniles, en sus obras consigue una
rónimo de Pasamonte, iniciada después de 1593 mezcla de realidad y ficción que rompe con los
y concluida en Nápoles en 1605. Admirador de habituales moldes de la narrativa para los más jó ­
Ariosto, en el texto, carente de valores literarios, venes. Destacan sus obras: El purgatorio de don
aunque de gran viveza, cuenta sus peripecias Oficio (1977), Aventuras en el Gris (1990), Las
personales con profundo sentido religioso y en­ trompetas de Jericó (1992), Día de Reyes Magos
tre no pocas alucinaciones. Son abundantes los (1999), con la que obtuvo el Premio Lazarillo y
aragonesismos e italianismos. Se ha sospechado, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juve­
asimismo, que es él quien está detrás del Fer­ nil y que gozó del favor entusiasta de público y
nández de Avellaneda* que firmó el falso Q ui­ crítica, y La novela de aventuras, o volver tras
jote, quizá porque es muy obvia la ridiculización un largo viaje (1999).
715 PASTOR-LÓPEZ

PASCUAL, san Pedro -» V éase PEDRO PAS­ sima sociedad (1962), La corbata (1963), La ofi­
CUAL, san. cina (1965), Los peces gordos (1965), Sí, quiero
(1965), Premio de la Crítica de Barcelona, Que­
PASO, Alfonso (Madrid, 1926-1978) rido profesor (1966), Premio Leopoldo Cano de
Dramaturgo. De familia de gente del teatro — era Valladolid, y Por lo menos tres (1969). Fue au­
hijo de Antonio Paso*— y licenciado en Filoso­ tor, asimismo, de numerosos guiones cinemato­
fía y Letras en 1951, en la especialidad de Histo­ gráficos, con los que también fue merecedor de
ria de América, también estudió Egiptología y, no pocos galardones.
durante ocho años, Psiquiatría. Colaborador de
diarios como ABC, El Alcázar y Diario de Bar­ PASO Y CANO, Antonio (Granada, 1870-Ma-
celona, desde muy joven se sintió atraído por el dríd, 1958)
teatro — ya en sus años universitarios dirigió Dramaturgo. Padre de Alfonso Paso*, fue redac­
grupos experimentales— , llegando a convertirse, tor de diversos diarios y autor de piezas del gé­
con los años, en uno de los autores más exitosos nero chico*, de comedias y sainetes, en algunas
del franquismo. Autor de una fecundidad excep­ de las cuales colaboró con Abati*, Arniches*,
cional, escribió más de ciento veinte comedias Muñoz Seca* o su propio hijo. Destacan, de en­
— muchas veces tenía en cartel varias al mismo tre sus más de doscientas piezas, La candelada
tiempo— , y prácticamente todas permanecían en (1894), La marcha de Cádiz (1896), La alegría
los escenarios un mínimo de cinco meses, casi de la huerta (1900), El trébol (1904), El arte de
siempre con más de doscientas representaciones. ser bonita (1905) y Genio y figura (1910).
Colaboró en diversas empresas teatrales, con au­
tores como Alfonso Sastre*, en la revista Primer PASO Y CANO, Manuel (Granada, 1864-Ma-
Acto, y su celebridad se vio refrendada con la d r i d 1901)
concesión de numerosos premios, con la traduc­ Poeta. Hermano de Antonio Paso*, licenciado en
ción de sus obras a las principales lenguas y con Filosofía y Letras y redactor de diferentes perió­
estrenos en la práctica totalidad de países de His­ dicos, entre ellos El Heraldo de Madrid, llevó
panoamérica. una vida bohemia, alcanzó cierto éxito a finales
En cuanto a su teatro, evolucionó desde un hu­ de siglo con algunas piezas teatrales — colaboró
morismo crítico en la línea de Mihura*, movido con Dicenta* en los libretos de Curro Vargas y
por su afán renovador frente al teatro de posgue­ Rosario la Cortijera— y terminó siendo una víc­
rra, pasando después por un breve periodo de de­ tima del alcohol. Como poeta, aunque tocado de
nuncia social, hacia un teatro de humor puro, po­ los modos y temas posrománticos, se adelanta en
pulista y sin com plicaciones, que le valió el gran medida al Modernismo* al emplear adjeti­
aprecio del público, aunque no el de la crítica. vaciones y metros extraños en aquellos días.
Víctima de su público — burgués y al que se re­ Muy admirado por Juan Ramón Jiménez*, su
fería diciendo que tenía gustos m ediocres— , y poesía, en gran parte dispersa en las revistas más
de las numerosas concesiones que le hizo a este, importantes del momento, se recoge en Nieblas
puede decirse, no obstante, que, desde su muerte, (1886) y Páginas de oro (1900).
ha sufrido un injusto olvido, ya que, aunque falto
de profundidad, fue ingenioso y hábil en la cons­ PASTOR, Javier (Madrid)
trucción de los diálogos, ligeros, a menudo senti­ Narrador. Debutó en el panorama literario, de la
mentales, pero de un dinamismo eficaz. D esta­ mano de Juan Goytisolo*, con la novela Frag­
can, en su vasta producción, obras como: Un menta (1999), arriesgado e insólito ejercicio de
tic-tac de reloj ( 1946), Sueño de amor en la so­ construcción novelesca, de lenguaje bello y si­
lapa (48 horas de felicidad) (1952), con la que nuoso, basado en los fragmentos del recuerdo de
obtuvo el Premio Barcelona, Una bomba lla­ un personaje que reconstruye su propia vida en
mada Abelardo (1953), Los pobrecitos (1957), cinco partes, usando recursos de las vanguar­
galardonada con el Premio Carlos Arniches del dias*, tanto del surrealismo* o el dadaísmo*
Ayuntamiento de A licante, El cielo dentro de como de las que, herederas de aquellas, aparecie­
casa (1957), Premio Nacional de Teatro y Alva- ron en España y Europa en los años sesenta.
rez Quintero de la Real Academia Española, Jui­
cio contra un sinvergüenza (1958), Usted puede PASTOR DÍAZ, Nícomedes —> Véase DÍAZ
ser un asesino (1958), donde se aventura en una CORBEILLE, Nicomedes Pastor.
trama policial, Cena de matrimonios (1959), No
hay novedad, doña Adela (1959), La boda de la PASTOR-LÓPEZ, Mateo (Quesa, Valencia, 1927)
chica (1960), Aurelia y sus hombres (1961), de Ensayista. Profesor en universidades francesas y
nuevo Premio Nacional, Las buenas personas escandinavas, destacan entre sus trabajos ensa-
(1961), Las que tienen que servir (1962), Buení- yísticos, además de un Diccionario español-
716
PASTOR DE LA ROCA

sueco (1966), un Compendio de Historia de Es­ lato y no solo político, el poder como opresión
paña (Estocolmo, 1955), unas Lecciones de L i­ del individuo, el poder en todas sus manifesta­
teratura Española (Estocolmo, 1955) y una se­ ciones. En esta obra, con fuertes dosis de ironía
lección de Páginas españolas contemporáneas y recurriendo a la alegoría y a la metáfora, se es­
(1967). coró hacia una literatura a todas luces de una di­
ficultad mucho mayor.
PASTOR DE LA ROCA, José (Dolores, Alicante,
1824-Alicante, 1875) PAZ Y MELIÁ, Antonio (Talavera de la Reina, To­
Novelista. Fue autor de novelas históricas como: ledo, 1842-Madrid, 1927)
La llave de oro o los orientales (1848) y La co­ Editor y paleógrafo. Archivero de la Biblioteca
rona de fuego o los subterráneos de las torres de Nacional de Madrid y colaborador de revistas y
Altamira (1863). colecciones eruditas, a él se debe un célebre Ca­
tálogo de las piezas de teatro manuscritas de la
PASTORIL -> Véase NO VELA PASTORIL y Biblioteca Nacional (1899), así como los catálo­
BUCÓLICA. gos de los archivos de las casas de Alba y Medi-
naceli. Fue editor, asimismo, de las obras de Ro­
PATÁN, Federico (Gijón, Asturias, 1937) dríguez de la Cámara*, Alfonso Palencia* y
Poeta y novelista. Trasladado a México al finali­ Gómez Manrique*, entre otros, además de diver­
zar la Guerra Civil, es profesor universitario. Su sos opúsculos de los siglos xiv al xvi.
poesía, atenta a las vivencias cotidianas, expresa
con sencillez la pérdida de la infancia, el desa­ PAZ PASAMAR, Pilar (Jerez de la Frontera, Cá­
rraigo y, en general, todos los sentimientos pro­ diz, 1933)
vocados por el exilio. Destacan poemarios como Poetisa. Estudió en la U niversidad de Madrid
Del oscuro canto (1965), Los caminos del alba los dos años comunes de Filosofía y Letras. Co­
(1968), A orillas del silencio (1977), Fuego laboradora en diversas revistas, y redactora de
lleno de sem illas (1980) e Im ágenes (1986), a la gaditana Platero, sus prim eros poemas apa­
los que hay que añadir la antología Dos veces el recieron en el diario jerezano Ayer. Desde 1963
mismo río (1987). Traductor y autor de diversos pertenece a la Real Academ ia H ispanoam eri­
trabajos críticos, debe recordarse su novela cana de Cádiz. Es autora de una poesía de lo co­
Último exilio (1985), con la que obtuvo el Pre­ tidiano, de un lirismo alejado de lo prosaico en
mio Villaurrutia. el que se aprecian influencias de G óngora* en
romances que recuerdan, asimismo, a Juan Ra­
PAULA CASTRO, Francisco de -» Véase C A S ­ món Jiménez*, sonetos en los que se escuchan
TRO, Francisco de Paula. los ecos de Miguel Hernández*, o versos blan­
cos de corte neopopular que vienen de la poesía
PAULA MONTELLS Y NADAL, Francisco de -> de Alberti*. En su poesía, Paz Pasamar se da a
Véase MONTELLS Y NADAL, Francisco de la búsqueda de la esencia de lo concreto y en
Paula. ella se habla del amor, la religiosidad y la rela­
ción con los hijos, dejando a veces paso al her­
PAULA_NÚÑEZ,Y DÍAZ, Francisco de -» Véase metismo de ciertas líricas heterodoxas. D esta­
NÚÑEZ Y DÍAZ, Francisco de Paula. can sus poem arios: Mara (1951), Los buenos
días (1954), por el que obtuvo un accésit del
PAYNO, Juan Antonio (Madrid, 1941) Premio Adonais, Ablativo am or (1955), galar­
Novelista. Dedicado a su cátedra de Economía donado con el Premio Juventud, Del abreviado
en la Universidad Alfonso X El Sabio, de la que m ar (1957), La soledad, contigo (1961), Violen­
fue destituido por mantenerse firme en sus posi­ cia i?imóvil (1967), La torre de Babel y otros
ciones ideológicas, se trata de un autor peculiar a asuntos (1982), La alacena (1987) y Poemas
quien se deben tan solo dos obras, separadas en­ lapidarios (1990), a los que hay que añadir
tre sí por más de treinta años. En 1961 ganó el la antología Ópera lecta. Antología poética
Premio Nadal con la novela El curso, en la cual (2001). Ha escrito también alguna obra de tea­
abordaba un retrato minucioso y original de la tro y narraciones breves.
juventud universitaria de la época con estilo y
lenguaje de sorprendente espontaneidad, sin en­ PEDRAZA, Juan de (?)
tregarse a ejercicios narrativos de ninguna ín­ Nada se sabe de este autor que firmó una Danza
dole. Sin embargo, con el paso del tiempo, en de la Muerte (1551), perteneciente al género tí­
1997, publicó una segunda novela, Romance pico de la baja Edad Media. La obra se editó en
para la mano diestra de una orquesta zurda, en el volumen LVIII de la «Biblioteca de Autores
la que abordaba el problema del poder en sentido Españoles».
717 PEDRO ALFONSO

PEDRAZA, Pilar (Toledo, 1951) donde intervino como actriz en numerosas obras,
Narradora. Doctora en Historia, es especialista es representante de una línea de realismo* poé­
en el Renacimiento* y el Barroco* y profesora tico de ambiente urbano, ha sido directora y pro­
de Historia del Arte en la Universidad de Valen­ tagonista de algunas de sus obras, traducidas mu­
cia. En sus obras, ofrece recurrentemente una su­ chas de ellas a diferentes idiomas y que gozan de
perposición de mundos im aginarios y reales a enorme éxito en el extranjero, si bien hay que de­
través del tema de la confusión entre la memoria cir que su teatro en España ha quedado injusta­
imaginada y la aprendida, todo ello acompañado mente condenado a las salas alternativas. In­
de una presencia constante de la muerte. El mis­ fluida por Buero Vallejo*, así como por Lorca*,
terio, en sus páginas, no es solo una razón de la Strindberg, Ibsen, Chejov, Oscar Wilde o Ten-
intriga, o viceversa, sino una fuente del desaso­ nessee W illiams, es autora de una obra que la
siego, a través de la presencia frecuente de per­ lanzó al éxito, La llamada de Lauren (1984), así
sonajes inanimados, pero vivos, mordaces y como de otras muchas entre las que destacan:
crueles. Es autora de las siguientes novelas: Resguardo personal (1985), Invierno de luna
La fase del rubí (1987), Las joyas de la serpiente alegre (1985), que recibió el Premio Tirso de
(1988), con la que obtuvo el Premio Ciudad de Molina, Besos de lobo (1986), El color de agosto
Valencia, La pequeña pasión (1990), La bella, (1987), que recibió un accésit del Premio Nacio­
enigma y pesadilla (1991), Las novias inmóviles nal de Teatro Breve de San Javier, la obra infan­
(1994), Paisaje con reptiles (1996), Piel de sá­ til Las fresas mágicas (1987), La isla amarilla
tiro (1998) y La perra de Alejandría (2003), a (1988), Una estrella (1990), De la noche al alba
las que hay que añadir los ensayos Barroco efí­ (1992), Aliento de equilibrista (1993), El pasa­
mero en Valencia (1980), F ellini (1993) y M á­ manos (1994), Locas de amar (1994), La noche
quinas de amar. Secretos del cuerpo artificial que ilumina (1995) y Cachorros de negro mirar
(1998), donde se ocupa de analizar los autóma­ (1995). En 1999 se publicó una antología de su
tas y robots femeninos, en consonancia con esa teatro breve con el título de Juego de noches.
obsesión literaria suya por los seres inertes, y el Nueve obras en un acto. A todo ello hay que aña­
libro de relatos Arcano trece. Cuentos crueles dir N oches de amor efímero (1989), serie de
(2 0 0 0 ). obras, denominadas «nocturnos», de una gran se­
rie sobre el amor inesperado y el miedo al cam­
PEDREGAL Y CAÑEDO, Manuel (G rao, A stu­ bio, cuya revisión, dirigida por Ernesto Caba­
rias, 1832-Madrid, 1896) llero*, se estrenó en 2003 y en la que se incluían
Ensayista. Graduado en Derecho por la Univer­ dos piezas posteriores, la mencionada La noche
sidad de Oviedo, fue diputado, gobernador de La que ilumina y De la noche al alba, además de
Coruña y, en suma, republicano decidido. Su ca­ una de las del texto de 1992: Solos esta noche.
rrera política alcanzó su más alto escalón en
1873 al ser nombrado ministro de Hacienda en el PEDRO, Maestre -> Véase GÓM EZ BARROSO,
gabinete de Castelar, cargo en el que intentó inú­ Pedro.
tilmente normalizar la situación del Tesoro espa­
ñol, muy grave desde 1868, y que los economis­ PEDRO DE ALCÁNTARA, san (Alcántara, (¿áce­
tas liberales no habían conseguido estabilizar. En res, 1499-Arenas de San Pedro, A vila,
1876 participó en la fundación de la Institución 1562)
Libre de Enseñanza*. En su obra, destacan una Tratadista místico. Estudió Filosofía en Sala­
serie de trabajos históricos, jurídicos y económi­ manca, para ingresar, por fin, en la Orden de
cos muy rigurosos, tales como Estudio sobre el San Francisco y, en 1524, ordenarse sacerdote.
engrandecim iento y la decadencia de España Fundó, en 1540, el monasterio de El Pedroso. In­
(1878) y M aterias para el estudio del Derecho fluyó profundamente en Juan de Avila* y en
M unicipal Consuetudinario de España (1885), santa Teresa de Jesús*, con quien mantuvo una
intensa relación epistolar. A él se debe un con­
cepto esencial de la mística: la «contemplación
PEDRERO, Paloma (Madrid, 1957) adquirida». Su obra fundamental es el Tratado
Dramaturga. Licenciada en Antropología por la de la oración y meditación (Lisboa, 1560), una
Universidad Com plutense de M adrid, se di­ adaptación del libro de igual título de fray Luis
plomó en Psicología G estáltica en el Instituto de Granada*. Fue autor, asimismo, de Petición
Gestalt de Florencia y estudió Interpretación, Di­ especial de amor a Dios (h. 1650). En 1662 fue
rección de Escena y Estructura Dramática. Cola­ beatificado, y canonizado en 1669.
boradora del diario ABC, miembro del Consejo
de Redacción de la revista P rim er A cto desde PEDRO ALFONSO -> Véase ALFO N SO , Pero [o
1992 y fundadora de la com pañía Cachivache, Pedro],
PEDRO EL CEREMONIOSO 718

PEDRO EL CEREMONIOSO -> Véase PERE EL diez títulos y en la que el hilo conductor se des­
CERIM ONIÓS [III de Cataluña y IV de A ra ­ pliega a través de un personaje central, La térra
gón], prohibida, que, en cuatro volúmenes, plantea el
problema del exilio político, y Anónim, el último
PEDRO PASCUAL, san (?, h. 1227-Granada, de los ciclos que inició. De su extensa e impor­
1300) tante producción novelística deben destacarse tí­
Tratadista religioso. Apenas se sabe de este autor tulos como: Es vessa una sang fá cil (1954), Les
de cuya existencia se ha llegado a dudar, pues in­ fin estres s ’obren de nit (1957), La má contra
cluso se sospecha que lo habrían creado los mer- l ’horitzó (1961), Balang fins a la matinada (1963),
cedarios en el siglo xvil en virtud de ciertas ne­ Cendra per Martina (1965), Avui es parla de mi
cesidades documentales de la Orden respecto a (1966), M ’enterro en els fonam ents (1967), Totes
obras religiosas posteriores al siglo xm. No obs­ les bésties de cárrega (1967), Mossegar-se la
tante, los datos con los que se cuenta, resultado o cua (1968), Unes mans plenes de sol (1972), Un
no de una invención literaria, dicen que fue mer- camí amb Eva (1973), Espais de fecunditat irre-
cedario, obispo de Jaén desde 1296 y que, tras gulars (1973), M ecanoscrit del segon origen
ser hecho prisionero por los moros en 1298, mu­ (1974), Acte de violencia (1975), Cartes a Jones
rió en la cárcel de Granada. En cuanto a sus Street (1978), Exemplar d ’arxiu: Únicamentper­
obras, se le atribuyen títulos en castellano, latín sones autoritzades (1982), D omicili perm anent
y catalán, entre las que destacan: Nou istories re- (1984), A p o crif quatre (1985), Crucifeminació
ligioses o contemplacions, Llibre de Gamaliel, (1986) y Trayecte fin a l (1986), entre otros. Fue
Destrucció de Hierusalem, Disputa contra los autor, asimismo, del poemario Esser en el món
jueus, conocida más adelante como Biblia p e ­ (1949), de las piezas teatrales Cruma (1957), en
queña, Glosa del Pater noster, Tratado del libre la que los personajes, que recuerdan a los de las
albedrío e Impugnación de la secta de Mahoma. obras de Samuel Beckett, juegan y entremezclan
Otras obras son: Tratado contra los que dicen realidad y fantasía, pasado y futuro, Homes i no
que h ayfadas y venturas, Exposición del Credo (1959), S ituado bis (1964), L ’ús de la materia
y Tratado que prueba que Dios es Trinidad, que (1976) y D ’ara a demá (1982), y de libros de en­
aunque atribuidas a él, se cree que pertenecerían sayos como Els elefants son contagiosos (1974)
a Alfonso de Valladolid*. En cuanto al tratado la­ y A casa amb papers falsos (1981). En 1979 fue
tino De regimine principum y a una Glosa de los galardonado con el Premi d ’Honor de les Lletres
diez m andamientos puede decirse que la aven­ Catalanes.
tura de atribuírsela a este san Pedro Pascual re­
sulta arriesgada. En todo caso, y a pesar de las PELLICER, Casiano (?)
numerosas posibilidades de que estemos ante Tratadista y traductor. Hijo de Juan Antonio Pe-
una farsa de la imaginación, el hecho es que fue llicer*, fue bibliotecario de la Biblioteca Real.
canonizado en 1670. Suele considerarse su obra más im portante el
Tratado histórico sobre el origen y progresos de
PEDRO DE PORTUGAL, condestable don —> las comedias y del histrionismo en España
Véase PORTUGAL, condestable don Pedro (1804), que algunos atribuyen a su padre. Como
de. traductor, suyas son magníficas versiones de La
Galatea (1797), del francés Jean-Pierre Claris de
PEDROLO, Manuel de (L'Aranyó, Lérida, 1918- Florian (1755-1794) — que se había inspirado
Barcelona, 1990) para su composición en la obra cervantina— , y
Novelista y dramaturgo en lengua catalana. Aun­ del Werther, de Goethe, a la cual se le negó la li­
que comenzó los estudios de Medicina, no llegó cencia para su impresión en 1800.
a terminarlos, pues participó en la Guerra Civil,
experiencia que le llevaría a ser internado en un PELLICER, Juan Antonio -> Véase PELLICER Y
campo de concentración. Tanto en su faceta de SAFO RCADA, Juan Antonio.
novelista como en la de dramaturgo, desarrolló
una intensa actividad marcada por la experimen­ PELLICER DE OSSAU SALAS Y TOVAR, José (Za­
tación técnica, sin desatender en ningún m o­ ragoza, 1602-Madrid, 1679)
mento la realidad socio-política y psicológica de Historiador, polígrafo, cronista y poeta. Hombre
nuestro tiempo, de la que le preocupaba el bino­ de falsa erudición, parece que fue en las univer­
mio entre libertad y comunicación humana. Pu­ sidades de Alcalá y Madrid donde estudió Filo­
blicó, asimismo, algunas novelas de corte poli­ sofía y Humanidades, y no en la de Salamanca,
ciaco. Algunas de sus novelas pertenecen a en la que, en todo caso, hubiera cursado durante
series, las más destacadas de las cuales son algún tiempo Derecho Canónico y Civil o Teolo­
Temps obert, iniciada en 1963, com puesta de gía. Escribió memoriales genealógicos — dudo-
719 PEMÁN

sámente docum entados en datos de los falsos años, profesión que abandonaría para dedicarse a
cronicones— para quienes se lo encargaban, fue la literatura. Destacó como conferenciante por su
caballero de Santiago, cronista de C astilla y oratoria, de una elocuencia decimonónica rica en
León desde 1625, tras la muerte de A ntonio de recursos poéticos, y, entre 1944 y 1947, dirigió
Herrera*, y el sustituto, desde 1640, de Barto­ la Real Academia Española, a la que pertenecía
lomé Leonardo de Argensola* como cronista de desde 1936. Ideológicamente fue monárquico y
Aragón. De estilo pedante, y admirador de Para- católico, y, como escritor, obtuvo numerosos éxi­
vicino*, entre las más de doscientas obras de tos, ya desde antes de la Guerra Civil, con un tea­
tema variado que escribió deben destacarse Vida tro que, inspirado en temas históricos naciona­
de Góngora (a. 1630) y Lecciones solemnes a las les, estaba siempre al servicio de sus ideas
obras de don Luis de Góngora (1630), obras am­ políticas y religiosas. Aunque se le ha situado
bas de extraordinaria importancia para conocer como seguidor de Franco, la verdad es que sus
al poeta cordobés, pero muy criticadas en su día, ideas monárquicas le trajeron no pocos proble­
los poemarios El Fénix y su historia natural mas con la Falange y con el régimen. Gozó de la
(1630) y La Astrea sáfica (1641), de los cuales admiración y el seguimiento fiel de un público
aparecen algunos fragmentos en el volumen XXI burgués amante del ingenio amable de sus textos
(1852) de la «Biblioteca de Autores Españoles», y próximo al patriotismo tradicionalista que se
o los libros históricos Idea de la comedia de Cas­ brindaba en ellos. En su faceta poética, pasó de
tilla (1635), Cadena historial o Historia de las una versificación inicial neopopulista, y lírica­
historias del mundo (escrita entre 1639 y 1644), mente influida por Gabriel y Galán* y Juan Ra­
documento autógrafo de carácter político, Idea món Jiménez*, a un andalucismo no exento de
del principado de Cataluña (1642) y, aparecidos cierto folclorismo léxico.
postumamente, unos Anales de la monarquía de Merecen recordarse poemarios como: De la vida
España (1681). Obras suyas hoy perdidas, entre sencilla (1923), A la rueda rueda (1929), El ba­
ellas una traducción de Aquiles Tacio, aparecie­ rrio de Santa Cruz (1931), Elegía de la tradición
ron en una Biblioteca form ada p o r los libros y de España (1931), Señorita del mar (1934),
obras públicas de J. Pellicer, editada en 1671. Poema de la Bestia y el Ángel (1938), en el que
Gran parte de la crítica ha señalado que Pellicer se ha visto su adhesión incondicional al régimen
de Ossau quizá falsificara algunas obras, caso del franquista, Poesías, 1923-1937 (1937), Las flo ­
Centón epistolario, del Libro de los llantos o del res del bien (1946) y Poesía: nueva antología,
Libro de las querellas, entre otras. El fue, ade­ 1917-1959 (1959), entre otros. De sus piezas tea­
más, el responsable de que, en 1634, se editaran trales, más de medio centenar entre dramas his­
las Obras de su amigo Anastasio Pantaleón de tóricos, y de tesis, en verso, y farsas o comedias
Ribera*. costumbristas, además de adaptaciones de obras
clásicas — La Orestiada, Edipo rey, Antígona,
PELLICER Y SAFORCADA, Juan Antonio (Enci- Electra, Hamlet, etc.-—, destacan títulos como:
nacorba, Z aragoza, 1738-M adrid, 1806) El divino impaciente (1933), basada en la figura
Ensayista. Erudito, bibliotecario de la Biblioteca de san Francisco Javier, Cisneros (1934),
Real y miembro de la Academia de la Historia, Cuando las Cortes de Cádiz ( 1934), Julieta y Ro­
realizó sus estudios en la Universidad de Alcalá. meo (1936), Almoneda (1937), De ellos es el
Padre de Casiano Pellicer* y gran cervantista, a mundo (1938), La santa virreina (1939), Por la
él se debe una edición corregida y anotada del Virgen capitana (1940), El testamento de la ma­
Quijote (1797; 5 vols.), que incluía una docu­ riposa (1941), obra en la línea del teatro poético-
mentada biografía del gran autor alcalaíno y que, simbólico, M ettemich (1942), Yo no he venido a
después, se publicaría independientemente como traer la paz (1943), La loba (1943) — escrita en
Vida de Cervantes (1800) y que es la segunda colaboración con José Carlos de Luna*— , La
biografía de Cervantes aparecida en español, casa (1946), En tierra de nadie (1947), La ver­
después de la inicial de M ayans y Sisear*. A si­ dad (1947), Por el camino de la verdad (1950),
mismo, publicó un Examen crítico del tomo pri­ Callados como muertos (1952), En las manos
mero del anti-Quijote (1806), sobre el texto de del hijo (1953), Los tres etcéteras de don Simón
Nicolás Pérez*, aunque su obra más importante (1958) y La viudita naviera (1960). Escribió,
había aparecido ya anteriormente: Ensayo de una además, artículos en diversos periódicos, princi­
biblioteca de traductores españoles (1778). palmente en ABC, y ensayos en los que defendía
la restauración monárquica, como Elegía de la
PEMÁN, José María (Cádiz, 1898-1981) tradición de España (1931) y Cartas a un escép­
Dramaturgo, poeta, narrador y ensayista. Doctor tico en materia de gobierno (1935). Deben recor­
en Derecho, estudios que realizó en Sevilla y darse obras en prosa como las novelas Historia
Madrid, ejerció como penalista durante algunos del fantasma y doña Juanita (1927) y Señor de su
720
PENAGOS

ánimo (1943), los cuentos que recogió, por ejem­ PEÑALOSA Y MONDRAGON, fray Benito (?-?,
plo, en Volaterías (1932) y en Cuentos sin impor­ 1629)
tancia (1937), y los libros de viajes De Madrid a Autor de una obra disparatada, Cinco excelen­
Oviedo (1933) y El paraíso y la serpiente (1943), cias de Español que despueblan España para
sobre sus experiencias en América. una mayor potencia y dilatación (Pamplona,
1620), en la que se dice que los españoles, entre
PENAGOS, Rafael de (Madrid, 1924) otras glorias, desarrollaron un sistema filosófico
Poeta. Hijo del célebre pintor y dibujante del mil años antes que los griegos y que practicaron
mismo nombre, fue colaborador en diarios como las leyes de Dios antes que Moisés.
Pueblo y ABC, y se ha ocupado, en numerosas
conferencias y artículos, de difundir por Hispano­ PEÑARANDA, Carlos (Sevilla, 1848-M adrid,
américa la gran poesía española. Juan Ramón Ji­ 1908)
ménez*, en 1955, le ayudó a lanzarse al panorama Poeta. Gran viajero, ocupó cargos públicos en
poético. Es autor de poemarios como: Sonetos del Madrid y en Filipinas y fue colaborador asiduo
buen año (1954), Memoria de mis días (1962), en diversas publicaciones, entre ellas La Ilus­
Declaración de equipaje (1963), Cómo pasa el tración Española y Am ericana. Deben recor­
viento (1964), con el que obtuvo el Premio Nacio­ darse poem arios suyos como Indecisiones
nal de Literatura, Carta a León Felipe (1967) y (1873), Cantos del pueblo (1875), Odas (1877),
Poemas a Consuelo (1986). Hay que mencionar, Poesías selectas (1893) y Sonetos (1908), a los
asimismo, el volumen de ensayo M emoria de que habría que añadir, además del dram a El
doce escritores (1956-1982) (1999; reed., 2001), obrero de Maguncia (1883), dos recopilaciones
libro en el que reúne una docena de retratos de au­ de sus artículos: M ás prosas, artículos litera­
tores a los que conoció gracias a su padre. rios, críticos v biográficos (1895) y Por la p a ­
tria ( m i ) .
PENI RÍOS, Manuel (Chapela, Pontevedra,
1940-Madrid, 1999) PERAILE, Meliano (Villanueva de la Ja ra ,
Ensayista. Aunque solía firmar sus libros como Cuenca, 1922)
M anuel Ríos M azcarelle, en homenaje a su Narrador. Profesor de Lengua y Literatura, en
abuelo, su verdadero nombre era Manuel Peni. sus libros de cuentos y novelas plantea tanto
De formación autodidacta y sólida cultura, tra­ cuestiones metafísicas como sociales. Deben re­
bajó en una empresa de distribución editorial y cordarse, además de un único poemario, Las
dedicó sus esfuerzos como escritor a divulgar agonías (1970), libros de relatos como Cuentos
numerosos temas históricos, siempre con ameni­ clandestinos (1970), ínsula Ibérica (1972), M a­
dad y exhaustivo manejo de las fuentes, como trícula libre (1976), Episodios Nazionales I y II
dan cuenta sus ensayos La casa de Austria. Una (1978 y 1983; 2 vols.), Molino de tiempo (1981),
dinastía enferma (1992), Vida privada de los Un alma sola ni canta ni llora (1984) y El Chu­
Borbones (1993 y 1994; 2 vols.) y Diccionario chos y el payaso volador (1988), este último de
de los reyes de España (1995), además de dife­ carácter infantil. Es autor, asimismo, de novelas
rentes monografías sobre Isabel I o Carlos V, en­ como Tiempo probable (1965) y Fuentes fug iti­
tre otras. vas (1987). Entre otros premios de cuentos im­
portantes, ha recibido el García Pavón de 1963,
PEÑA Y GOÑI, Antonio (San Sebastián, 1846- el Ignacio Aldecoa de 1975 y el Hucha de Oro
M adrid, 1896) de 1979.
Ensayista. Colaborador satírico en numerosas
publicaciones, como El Liberal, Madrid Cómico, PERATALLADA, Juan de (Peratallada, Gerona?,
El Imparcial, El Globo o La Época, fue director 2 ° mitad siglo x iu ? -? , 1.a mitad del siglo XIV)
de La Crítica. Utilizó diversos y variados seudó­ Tratadista. Franciscano que estudió Filosofía en
nimos, entre ellos La tía Jerorna, y publicó obras Toulouse, se sabe que estuvo en prisión, quizá
en las que dejó claras sus dos grandes pasiones: por denunciar las riquezas del clero y por sus
la música y la tauromaquia. Así, destacan títulos osadas interpretaciones de las profecías. Fue, sin
como: B arbieri (1875), Impresiones musicales duda, uno de los alquimistas más prestigiosos de
(1878), La ópera española y la música dram á­ la Edad Media y, precisamente por su condición
tica en España en el siglo XIX (1881), Contra la de alquimista, como sucede con otros colegas su­
ópera española (1885) y Lagartijo y Frascuelo v yos, es difícil precisar la autoría de sus obras. No
su tiempo (1887). obstante, puede afirmarse con bastante certeza
que escribió un Liber de consideratione quintae
PEÑAFLORIDA, conde de -» Véase MUNIBE essentiae, cuya primera versión impresa data de
E IDIAQUEZ, Francisco Javier María de. 1541, y que es más bien un tratado sobre el elixir
721 PEREDA

de la juventud, y un Líber lucís, en el que se des­ dona para volver a la tranquila vida cántabra, de­
criben las siete operaciones que, desde el ácido dicarse a las letras — ya en la paz y estabilidad
sulfúrico, conducen a la transmutación. de un matrimonio celebrado en 1869— y a culti­
var su amistad con personajes como Menéndez
PERDOMO ACEDO, Pedro (Las Palmas de Gran Pelayo*, Pérez Galdós*, con quien realizaría un
Canaria, 1897-?} viaje a Portugal, o Clarín*. En 1896 fue elegido
Poeta. Fue catedrático de Lengua y Literatura en miembro de la Real Academia Española, en la
su ciudad natal y colaborador en la prensa cana­ que ingresó con un discurso que ensalzaba la no­
ria y madrileña. Su obra poética, desde los ini­ vela regionalista.
cios, acusa la influencia de movimientos como el Su personalidad, marcada por la defensa de las
surrealismo* y el ultraísmo*. Debe destacarse su tradiciones nacionales, incluida la religión, se
poemario Ave breve (1948). vio reflejada en su literatura. Cabe decir que fue
uno de los grandes representantes del realismo*
PERE EL CERIMONIÓS [III de Cataluña y IV de costumbrista, en su vertiente regionalista, del si­
Aragón] (Balaguer, Lérida, 1319-1387) glo xix, y que, por tanto, representa el tránsito
Historiador y uno de los grandes impulsores de del costumbrismo* hacia el realismo. Tanto en
la Historiografía. M onarca catalano-aragonés, sus cuentos, que él llamó «escenas», como en sus
conocido como «el Ceremonioso» por su estricta novelas se refleja el ambiente y las costumbres
observancia de la etiqueta palatina, que, entre de las gentes de Cantabria a través de un len­
otras empresas políticas, recuperó Mallorca y Si­ guaje atento al habla popular de los vaqueros y
cilia y venció a Pedro el Cruel. Pero la razón por los viejos marinos, y, siempre, reivindicando el
la que es incluido en estas páginas es su proyecto pasado tranquilo — desde una posición literaria
cultural, en virtud del cual se reestructuraron los que refleja su ideología conservadora— frente a
archivos de la Corona, se reorganizó su biblio­ los agobios y absurdos propiciados por el pro­
teca y se creo un cuerpo de archiveros y traduc­ greso. Fernández Montesinos* se ha referido al
tores. En el terreno jurídico impulsó la elabora­ género practicado por Pereda como «novela idi­
ción de las Ordinacions de la reial casa d ’Aragó, lio», ya que reivindica los espacios naturales a
que fueron finalizadas en 1344, pero, y sobre través de descripciones paisajísticas de un li­
todo, participó en tres obras de carácter histórico: rismo que desborda a lo narrativo. Es así como
Compendi historial, la Crónica general deis reis los paisajes, los retratos y las escenas tienen para
d ’Aragó — conocida como Crónica de Sant Joan Pereda más importancia que la acción. Su rea­
de la Penya— y, fundamentalmente, en la Cró­ lismo, cuyo origen estaba en el costumbrismo*,
nica de Pere III, prácticamente suya en su totali­ se mantuvo al margen de la literatura extranjera,
dad, aunque se rodeó para su redacción — entre por ejemplo del naturalismo* francés, si bien en
1363 y 1387— de numerosos colaboradores, y algunos momentos participó de un pesimismo si­
que tiene por modelo la Chronica de Jaume I*. milar al de los grandes autores de aquel movi­
Ésta Crónica de Pere III se editó por vez primera miento. En lo que se refiere al estilo, las obras de
en Barcelona en 1547. Fue autor, asimismo, de Pereda evidencian, además de un gran manejo
discursos políticos y de tres composiciones poé­ del diálogo, del cual se sirve para dar pinceladas
ticas circunstanciales. sobre los personajes, gran precisión y expresivi­
dad léxica, a través de adjetivos muy gráficos y
PERE QUART -» Véase QUART, Pere. ajustados. Sin embargo, sí debe decirse que tien­
den a crear planteamientos maniqueos con clara
PEREDA, José María de (Polanco, Cantabria, intención moralizante.
1833-Santander, 1906) Deben recordarse obras de cuadros breves, muy
Novelista. De fam ilia estrictam ente católica, influidos por Mesonero Romanos*, tales como
acomodada y numerosa — él era el m enor de Escenas montañesas (1864), Ensayos dram áti­
veintidós hermanos— , tras estudiar el bachille­ cos (1869), que incluye obras escritas en verso y
rato en Santander se trasladó a Madrid en 1852 estrenadas en Santander, Tipos y paisajes (1871),
para ingresar en la Academia de Artillería e ini­ muy admirada por Galdós, Bocetos al temple
ciar unos estudios que abandonaría en 1855 (1876) — que recoge tres de sus primeras tentati­
como consecuencia de su conocida aversión a las vas novelescas: La mujer del César (1870), Los
matemáticas. Regresa a Santander y comienza a hombres de pro (1871) y Oros son triunfos
colaborar en las revistas La Abeja Montañesa y, (1876)— , Tipos trashumantes (1877) y Esbozos
fundada por él, El Tío Cayetano. Tras viajar a y rasguños (1881). No obstante, en el campo en
París en 1865 sus ideas conservadoras le llevan a donde destacó realmente fue en la novela con tí­
afiliarse al partido carlista y, finalm ente, a con­ tulos como El buey suelto (1878), en respuesta a
vertirse en diputado en 1871, actividad que aban­ una novela de Balzac y donde defiende la institu­
722
PEREDA

ción del matrimonio, Don Gonzalo González de fiera campesina (1919) y Cenizas y leyendas •
la Gonzalera (1878), en la que se ridiculizan el (1920). Fue autor, asimismo, de algunos libros
caciquismo y el liberalismo, De tal palo, tal asti­ de viajes.
lla (1880), de fuerte carácter moral y con la que
quiso responder a Gloria, de Galdós, El sabor de PEREGIL, Francisco (Nerva, Huelva, 1967)
la tierruca (1882), con la que se inicia en la pre­ Narrador. Periodista de profesión, fue enviado
sentación de ambientes rurales idílicos, Pedro especial de El País a Bagdad en la guerra de Irak
Sánchez (1883), especie de novela picaresca mo­ de 2003. Debutó con la novela Dulce como la
derna basada en sus recuerdos de estudiante, allá hiel de tus labios (1998), de corte policiaco y que
en los años de la revolución de 1854, y en la que, gira en torno a Internet con amenidad y una
amén de crítico con semejantes momentos políti­ trama tensa, así como con los ingredientes típi­
cos, ya se muestra como un maestro en el manejo cos del género, droga y sexo, bajos fondos y ven­
de la primera persona y en la caracterización de ganza. Posteriormente, apareció Era tan bella
personajes, Sotileza (1885), novela del mar con­ (2000), novela de sentimientos en la que se habla
siderada una de las grandes narraciones del si­ de amor, celos y odio, todo ello a través de un li­
glo xix y en la que se alcanzan extremos impre­ rismo y un cuidado verbal que marca las distan­
sionantes de hondura psicológica, La Montálvez cias respecto a su obra anterior.
(1888), reflejo crítico de la sociedad madrileña,
La puchera (1889), A l prim er vuelo (1891), Nu­ PEREIRA, Antonio (Villafranca del Bierzo, León,
bes de estío (1891), Peñas arriba (1895), conside­ 1923)
rada la novela de la montaña y acaso la muestra Narrador y poeta. Estudió el bachillerato en su
más elevada del lirismo narrativo del siglo xix, ciudad natal y en Ponferrada, terminó Magisterio
en la que el campo se convierte en símbolo de la y ha sido viajante de comercio. Sus primeros
libertad frente a la opresión de la ciudad, y Pa- poemas los publicó en las revistas Alba y Espa-
chín González (1896). Entre 1888 y 1900 se pu­ daña, pero, pese a que ha editado algunos poe- ¡
blicaron en Madrid diecisiete volúmenes de marios, la faceta en la que destaca es la narrativa,
Obras completas, tantos y tan incompletos como sobre todo el cuento, siendo acaso uno de los
tendría la edición aparecida entre 1921 y 1930, más brillantes cuentistas españoles del siglo xx.
a la que seguiría la de dos volúmenes publicada Sus historias, de corte claramente costumbrista,
entre 1948 y 1950 por la editorial Aguilar. Es im­ atienden a lo cotidiano, casi lo anecdótico, ini­
portante señalar, en todo caso, que existe, reali­ cialmente relacionado todo ello con el ámbito
zado por Anthony H. Clarke, un Manual de bi­ leonés, si bien no se ha puesto cortapisas a la
bliografía perediana (Santander, 1974). hora de experim entar y, poco a poco, ir am ­
pliando ámbitos. A través de un estilo realista,
PEREDA, Rosa (Santander, 1949) hondamente lírico y tierno y marcado por la iro­
Novelista. Debutó con la novela La sombra del nía, del que no está exento el interés por el ero­
gudari (1999), en la que abordaba con grandes tismo, puede decirse que ha evolucionado hacia
dotes de equilibrio ideológico y ajuste narrativo una mayor concisión expresiva, unida a una bre­
una acción, todo ello con un rotundo uso realista vedad basada en la sugerencia y en los finales
del lenguaje, aunque con perfiles poéticos, que elusivos, de significado implícito. En este sen­
se desarrolla en torno a un atentado terrorista de tido, las historias de Pereira, en las que multi­
ETA y a numerosas reflexiones sobre la concien­ plica las perspectivas y los tiempos, exigen la co­
cia ideológica de la izquierda. Es autora, asi­ laboración lectora, hasta el punto de que, sin ella,
mismo, de los ensayos El triángulo amoroso no pocos de los relatos aparentarían ser una
(1992), Teatros del corazón (1997) y El amor: suerte de enigma en clave. Sea como fuere, nada
una historia universal (2001), en el que hace un resulta gratuito, y, en definitiva, remite, desde
recorrido por las diferentes culturas para estudiar cierta perspectiva costumbrista, a la realidad de
antropológicam ente la vivencia de este senti­ una época y a los caracteres de la vida de provin­
miento y las mitologías a que ha dado lugar. An­ cias. Además de poemarios como El regreso
tes, en 1979, había sido autora, junto a Concep­ (1964), Del monte y los caminos (1966), Cancio­
ción García del Moral, de la antología Joven nero de Sagres (1969), Dibujo de figura (1972) y
poesía española. Contar y seguir (1972), en el que recopiló los an­
teriores, deben mencionarse sus novelas: Un si­
PEREDA Y REVILLA, Vicente de (Santander, tio para Soledad (1969), La costa de los fuegos
1881 -Madrid, 1950) tardíos (1973) y País de los Losada (1978,
Novelista. Hijo de José M aría de Pereda*, in­ reed. 1999), y, por supuesto, sus libros de relatos
tentó la novela psicológica desde una matizada Una ventana a la carretera (1966), con el que
ironía en títulos como Viejo poem a (1910), La obtuvo el Premio Leopoldo Alas, El ingeniero
723 PÉREZ

Balboa y otras historias civiles (1976), Historias incluida durante los siglos x v i y x v ii en la edi­
veniales de am or (1978), Los brazos de la i ción de la Diana original de Montemayor y con
griega (1982), El síndrome de Estocolmo (1988), la que Pérez, cuyo texto se tradujo al francés, el
galardonado con el Premio Fastenrath de la Real inglés y el alemán, logró más celebridad que Gil
Academia Española, Picassos en el desván Polo* con su Diana enamorada, aunque esta úl­
(1991), Las ciudades de Poniente (1994), que re­ tima fuese de mayor calidad.
cibió el Premio Torrente Ballester, Relatos sin
fronteras (1998), la selección personal Me gusta PEREZ, fray Andrés (León, siglo XVI-?, siglo xvii )
contar (1999), Cuentos de la Cábila (2000) y la Apenas se sabe de este dominico, salvo que de­
recopilación Cuentos del medio siglo (2000). Es bió de ingresar en la Orden a los 14 años y que
autor, asimismo, de un volumen de crónicas y re­ en 1592 comenzó a predicar por las tierras de Es­
cuerdos titulado Reseñas y confidencias (1985) y paña. Fue autor de una Vida de san Raymundo de
de la recopilación de ensayos Antología de la Peñafort (1601), de unos Sermones de Quares-
seda y el hierro (1986). ma (Valladolid, 1618) y de Sermones de los santos
(Valladolid, 1622). Durante un tiempo, y en vir­
PERELLÓN, Carlos (M adrid, 1957) tud de las opiniones de Nicolás Antonio*, se le
Novelista. Ha estudiado Arqueología en Perú y consideró autor de La picara Justina, obra que
Filología H ispánica en M adrid, y. a partir de más adelante terminaría por atribuirse a quien,
1983, ha vivido en Nueva York, ciudad a la que hoy por hoy, parece cierto fue su autor: Francisco
fue para trabajar como corresponsal de las N a­ López de Ubeda*, tenido antaño por seudónimo
ciones Unidas para The Associated Press. Intere­ de Pérez y, sin embargo, identidad diferente a la
sado en contar historias, más que en ofrecerle al de este.
lector rutas trabajosas, sus obras muestran una
gran capacidad a la hora de construir una trama PÉREZ, Antonio (M adrid, 1540?-París, 1611)
armónica y cerrada. Su estilo es fluido y rico en Prosista. Autor de interesante vida, esencial para
elementos destinados a conseguir la emoción comprender y explicar su obra, a la que dedica­
lectora, muy en la línea de las grandes novelas mos aquí un apretado resumen. Hijo de Gonzalo
del siglo xix. Además de críticas de arte, cine y Pérez, que fuera secretario del emperador y de
literatura en diversas publicaciones, es autor de Felipe II; educado en Italia en las tierras del prín­
tres novelas, la última de las cuales, La ciudad cipe de Éboli, estudió, desde 1552, en las univer­
doble (1994), le catapultó al panorama de la lite­ sidades de Alcalá, Lovaina, Salamanca y Padua,
ratura española contemporánea al compartir, con tránsito estudiantil que le llevaría a convertirse
la obra de Pedro Zarraluki* Historia del silencio, en un hombre de sólida cultura. Su formación
el Premio Herralde de Novela. Las dos anterio­ política se la debe a su padre, tras cuya muerte se
res, aún inéditas, son: Volveré mañana (1993), encargó de sustituirlo en el cargo, hecho refren­
con la que llegó a la final del Premio Juan March dado por el rey en 1567. Como personaje pró­
Cencillo, y Am anda (1994), galardonada con el ximo al rey, pronto inició una vida marcada por
Premio Ciudad de Majadahonda. el lujo y la ostentación, ganada a golpe de co­
rrupciones, como sobornos, venta de cargos y
PERERA, Arturo (Madrid, 1850-?) negocios sucios. Asimismo, propició intrigas pa­
Dramaturgo y narrador. Colaborador de diversas laciegas que terminarían con la detención de Pé­
publicaciones y redactor jefe de El Globo, fue rez como consecuencia de su participación en el
miembro fundador de la Asociación de la Prensa asesinato de Juan de Escobedo, secretario de
de Madrid en 1895. Autor de dramas como Juan de Austria y amigo de Pérez, aunque, por
El único remedio (1886), La flo r del almendro iniciativa del rey, fue acusado de corrupción,
(1902) y Rafaela, destacan también sus com e­ condenado a prisión de dos años, multas de ele­
dias Volver a la razón (1889) y Lazos indisolu­ vada cuantía, suspensión del cargo y destierro de
bles (1914). Entre su obra narrativa, merecen diez años. No obstante, la prudencia real no le
mencionarse los libros de relatos Amores y amo­ salvaría de ser acusado del crimen en 1589, mo­
ríos. (Historias y cuentos) (1896) y M ás histo­ tivo por el que padeció torturas. En 1590 huye a
rias y cuentos (1918), además de las novelas Un Aragón, donde se acoge al derecho foral y a los
am or del infierno (1878) y La confesión de un apoyos con los que allí contaba, pero pronto es
confesor (1898). reclamado por la Inquisición y, tras los intentos
de detención de esta, se producen disturbios de­
PEREZ, Alonso (Salamanca, siglo xvi) rivados de la posible violación inquisitorial de
Poeta. M édico y amigo de Jorge de M ontema- los fueros. La situación trató de resolverse con el
yor*, debe su fama al hecho de haber escrito envío de tropas desde Madrid, pero el resultado
la Segunda parte de la Diana (Valencia, 1564), final fue la huida a Francia de Pérez el 24 de di­
724
PÉREZ

ciembre de 1591, circunstancia que originó su trama, y viceversa. De tal suerte, en sus textos
opúsculo Un pedazo de historia de lo sucedido domina la idea de «juego»: hay un juego litera­
en Zaragoza de Aragón, a 24 de diciembre del rio, un juego también con la palabra, en el que el
año de 1591 (Pau, 1591). En Francia recibió apo­ desenlace narrativo y la propia progresión del
yos y comenzó a intentar desestabilizar desde allí texto vienen burlados en favor de la idea de en­
los territorios españoles, algo que también hizo sueño frente a la realidad en sí. Influido por Cor­
en Inglaterra facilitándole al conde de Essex in­ tázar y en cierta medida por Onetti, así como más
formación para su ataque a Cádiz. Asimismo, directamente por Álvaro Cunqueiro* y José
apoyó a Enrique IV en la guerra contra España, Ángel Valente*, destacan sus novelas Un mon­
intentó una alianza franco-británica y, finalmente, tón de años tristes (1999), narración de corte
olvidado por la monarquía francesa, intentó el policiaco influida por Vázquez Montalbán* y
perdón de la corona española sin conseguirlo, ter­ Chandler, en la que, yendo más allá de los m ol­
m inando sus días en la pobreza y en el exilio. des del género, dota de la cotidianidad nacional a
Hasta 1615, ya postumamente, no sería rehabili­ un inspector cuya tristeza es esencial en el relato,
tado por la Inquisición. Fue autor de Norte de y Nembrot (2002).
príncipes, dirigido al duque de Lerma y no edi­
tado hasta 1788, de una correspondencia, Cartas PÉREZ ANDÚJAR, Javier (Barcelona, 1965)
(París, 1598), abundante y de gran interés para Narrador. Autor comprometido e irónico, origi­
conocer la España de su tiempo — está recogida nal en su capacidad para hacer confluir registros
en el volumen XIII (1850) de la «Biblioteca de y estilos, es autor de la novela Catalanes todos.
Autores Españoles»— , y, como obra más impor­ Las quince visitas de Franco a Cataluña (2002),
tante, de unas Relaciones (París, 1598) en las que obra en la que, en una suerte de cómic documen­
pretende justificar sus actitudes políticas pasadas. tal y a través de un estilo que mezcla comicidad
con la influencia de los fanzines, se critican los
PÉREZ, Dionisio (Grazalema, Cádiz, 1871 -Ma­ comportamientos de la burguesía catalana du­
drid, 1935) rante y después del franquismo.
Narrador. Colaborador en prensa, entre otras pu­
blicaciones en El Imparcial, ABC y El Sol, donde PÉREZ DE AYALA, Ramón (O viedo, 1880-Ma-
firmó con diversos seudónimos, es autor de no­ drid, 1962)
velas como Jesús (Memorias de un jesuíta novi­ Novelista, ensayista y poeta. Su formación co­
cio) (1898), La juncalera (1902) y En el lendel mienza en los jesuítas de San Zoilo, en Carrión
de la vida (1926). de los Condes (Palencia), y finaliza con la licen­
ciatura en Derecho en Oviedo, en donde, además
PÉREZ, Marcos -> Véase SENDEBAR. de ser discípulo de Clarín* — a quien veneró
siempre— , es influido por el krausismo y el lai­
PÉREZ, Martín (?, h. 1250-?, h. 1325) cismo de ciertos profesores como Adolfo Gonzá­
Autor de un Libro de las confesiones, redactado lez Posada* y Rafael Altamira*. Tras una breve
entre 1312 y 1317, que respondía al nombre de estancia en Inglaterra, se dedica a la literatura re­
Martinus Petri y de quien se sabe que estaba en lacionándose íntimamente con las corrientes mo­
la Universidad de Bolonia en 1269 y que, entre dernistas y con la Institución Libre de Ense­
1278 y 1279, fue canónigo en Salamanca. En ñanza*, viaja a Italia becado por la Junta de
cuanto a la obra, en la que se habla de los oficios Ampliación de Estudios, al igual que a A lem a­
de la época, se trata de un método de penitencia. nia, donde estudia Estética en la Universidad de
Munich, es corresponsal de guerra para el diario
PÉREZ, Nicolás (Játiva, Valencia, ?-?, 1828) La Prensa de Buenos Aires durante la Primera
Ensayista y traductor. Conocido también por su Guerra Mundial, funda la Agrupación al Servicio
seudónimo, El Setabiense, además de diversas de la República en compañía de Marañón* y Or­
traducciones, como la de la comedia de Moliere tega y Gasset* y, desde 1931 hasta la victoria del
El fanático por la nobleza (1807), fue autor de Frente Popular en las elecciones de 1936, desem­
El anti-Q uijote (1805), donde pretendía demos­ peña el cargo de em bajador de la República en
trar que la obra de Cervantes* no era una novela. Londres. Exiliado con motivo de la Guerra Civil,
regresa a España definitivam ente en 1954 des­
PÉREZ ÁLVAREZ, José María (O Barco de Val- pués de pasar esos años en Francia y Argentina,
deorras, Orense, 1952) y, ya aquí, se dedica a escribir en la prensa, sobre
Narrador. Autor en el que, al margen de modas o todo en el diario ABC. Desde 1928 fue miembro
círculos literarios, se aprecia una clara concien­ de la Real Academia Española.
cia de estilo, donde la estructura narrativa, estu­ Figura capital del novecentism o, heredero del
diada hasta sus mínimos detalles, condiciona la mundo intelectual de los autores de la Genera­
725 PÉREZ BAYER

ción del 98*, a cuyos temas se aproximó desde las B elarmino y Apolonio (1921), sobre el len­
una óptica de mayor serenidad intelectual, es guaje, Luna de miel, luna de hiel (1923), Los tra­
una de las figuras más cultas y originales de los bajos de Urbano y Simona (1923), ambas sobre
años veinte. Como el resto de sus com pañeros la educación sexual, y Tigre Juan (1926) y El cu­
generacionales novecentistas, Eugenio d ’Ors*, randero de su honra (1926), las dos dedicadas al
Gómez de la Serna* o Gabriel Miró*, prefiere tema del honor.
desligarse de las normas clásicas heredadas del Los poemarios de los que fue autor son los si­
realismo y escribir con una prosa más artística guientes: La paz del sendero (1904), El sendero
tendente a la intelectualización de los argumen­ innumerable (1916), considerado el más técnico
tos. Fundamentalmente novelista, aprende la téc­ y cuyo fondo simbólico es el mar, El sendero an­
nica narrativa de Pérez Galdós*, a la que dota, dante (1921), de tono pesimista y en el que el
sin embargo, de una ideologización de gran pro­ símbolo de referencia es el río, y El sendero ar­
fundidad en la que no faltan ni el escepticismo diente, publicado postumamente en sus Obras
ni la ironía melancólica aprendida de Clarín. El completas (1964 y ss.; 4 vols.) y en el cual se
escenario de sus obras suele ser Asturias y, con­ sirve del símbolo fuego. De su vasta producción
cretamente, Pilares, trasunto ficticio de la ciudad ensayística deben destacarse: Las máscaras
de Oviedo, también en una maniobra literaria (1917-1919; 2 vols.), en el que reunió sus críti­
que recuerda al autor de La regenta y que le cas teatrales, algo pasionales algunas de ellas en
sirve para censurar las costumbres de una capital sus defensas de Galdós* o en sus ataques a Be-
de provincias así como plantear numerosos con­ navente*, Hermán, encadenado (1917), que re­
flictos ideológicos. Como poeta, aunque em o­ coge sus experiencias en el frente italiano como
cional y nacido a la poesía al amparo del Moder­ corresponsal en la Primera Guerra Munidal, y
nismo*, resulta demasiado prosaico, en una línea Política y toros (1918), que contiene durísimas
conceptual que recuerda a Unamuno* y formal­ críticas políticas en las que queda patente el anti­
mente demasiado duro. Supo, sin embargo, esta­ militarismo de Pérez de Ayala. Cabría quizá aña­
blecer un mundo simbólico de gran riqueza en el dir a este catálogo de obras algunas monografías
que, tomando la vida como un «sendero», la pre­ de arte, como las dedicadas a Julio Antonio y M i­
sencia de elementos de la naturaleza servía como guel Viladrich, y las narraciones breves incluidas
contrapunto metafórico de gran intensidad lírica. en Bajo el signo de Artemisa (1916) y El ombligo
Por otra parte, en su faceta ensayística y de ar­ del mundo (1924).
ticulista, la más prolífica, se muestra construc­
tivo y comedido, en una tendencia muy europea, PÉREZ AZAUSTRE, Joaquín (Córdoba, 1976)
analítica y racional. Poeta. Autor del poemario Una interpretación
En cuanto a su producción narrativa, suspendida (2001), con el que obtuvo el Premio Adonais, la
por causas inexplicables en 1926, en plena m a­ crítica ha destacado su originalidad al abordar, a
durez y cuando gozaba del reconocimiento de la través de un repaso histórico-lírico, la historia de
crítica, puede hablarse, siguiendo a Andrés Amo- España, el drama colectivo, desde el final de la
rós* — máximo especialista en Pérez de Ayala— , Guerra Civil hasta nuestros días, lo que sin duda
de tres etapas: una primera, en la que imperan los le sirve para ahondar también en reflexiones pro­
elementos autobiográficos a través del personaje pias. Se trata de un libro novedoso en el que se
de Alberto Díaz de Guzmán, formada por Tinie­ rinde homenaje a autores y obras que se convier­
blas en las cumbres (1907), que firmó con el seu­ ten, más que en referentes, en puntales o arbotan­
dónimo de Plotino Cuevas, A.M .D.G. (La vida tes de su recorrido, de modo que por sus páginas
en los colegios de jesuítas) (1910), dura y polé­ aparecen Antonio Machado*, Miguel Hernán­
mica crítica contra la educación, La pata de la dez*, Vicente Aleixandre*, Claudio Rodríguez*
raposa (1912) y Troteras y danzaderas (1913), o Muñoz Molina*.
sobre la bohemia madrileña; una segunda, cons­
tituida por las conocidas como «tres novelas po­ PÉREZ BAYER, Francisco (Valencia, 1711-1794)
emáticas de la vida española», Prometeo (1915- Ensayista. Célebre hebraísta, enseñó hebreo en
1916), Luz de domingo (1915-1916) y La caída las universidades de Valencia y Salamanca, las
de los limones (1915-1916), novelas cuya per­ mismas en las que había estudiado, y fue director
cepción de España resulta sumamente desagra­ de la Biblioteca Real de Madrid — actual Biblio­
dable y que suponen un momento de transición, teca Nacional, en la que se encuentran la mayo­
y, por último, una tercera etapa en la que la ex­ ría de sus manuscritos— , así como un profundo
presión narrativa se intensifica por lo que a tras­ conocedor de otras bibliotecas y archivos, espe­
cendencia se refiere, superando con ello el cialmente de las catedrales salmantina, toledana
corsé de lo autobiográfico y adentrándose en y escurialense. Fue especialista, además, en epi­
cuestiones universales: así, tenemos sus nove­ grafía, numismática y arqueología y un reforma­
PÉREZ DEL CAMINO 726

dor con ideas próximas a las de los ilustrados. De P É R E Z C L O T E T , P e d r o (Villaluenga del Rosario,
tal suerte, sus informes fueron decisivos para la Cádiz, 1902-Ronda, M álaga, 1966)
reforma de los colegios mayores, reforma en la Poeta. Doctor en Derecho, se dedicó a profundi­
que contó con el apoyo del confesor de Carlos III, zar en el estudio de la literatura y costumbres de
fray Joaquín de Osma. Además de recoger nume­ Andalucía. Fundador de la revista gaditana Isla,
rosos documentos, medallas y materiales diver­ desde la que dio a conocer la obra poética de au­
sos para la investigación histórica, actividad que tores inéditos, en su poesía se aprecian las in­
desarrolló por encargo de la Academia de la His­ fluencias de los clásicos españoles y la búsqueda
toria, de la que era miembro numerario, junto a de lo que se ha dado en llamar «poesía pura».
Andrés Marcos Burriel* y Luis José Velázquez Destacan poemarios suyos como: Signo del alba
de Velasco*, publicó un Catálogo de la Real Bi­ (1925), Trasluz (1933), A la sombra de mi vida
blioteca de El Escorial (Roma, 1756) y Por la li­ (1935), Romances de la sierra de Cádiz (1940),
bertad de la literatura española (1769), memo­ Invocaciones (1941), A las orillas del silencio
ria dirigida a Carlos III en la que se muestra un (1943), Presencia fiel (1944), Soledades en vuelo
tanto airado con la situación universitaria de la (1945), Bajo la voz amiga (1949), libro de pro­
época. Fue autor, asimismo, de estudios sobre el sas poéticas, y Noche del hombre (1950). Fue au­
alfabeto y la lengua fenicia (1772) y sobre las tor, asimismo, de estudios críticos como La «Po­
monedas hebreo-samaritanas (1781), y reeditó la lítica de Dios» de Quevedo (1928), La sierra de
Bibliotheca vetus, de Nicolás Antonio*. Cádiz en la literatura (1937) y Algunas notas so­
bre la Andalucía del Padre Coloma (1949), entre
P É R E Z D E L C A M I N O , M a n u e l N o r b e r t o (Bur­ otros.
gos, 1783-Cusac Medoc, Francia, 1842)
Poeta. Ideológicamente afrancesado, hubo de sa­ P É R E Z D A N N , C a r l o s (Luarca, Asturias, 1936)
lir de España. Deben recordarse sus poemarios Dramaturgo. H abitualmente tenido por uno de
La opinión (1820) y Poética y sátiras (1829), li­ los autores del llamado Nuevo Teatro Español,
bro en el cual, en seis cantos escritos en octavas en sus obras ha empleado técnicas naturalistas
reales, ofrece una poética basada en Horacio y junto a otras de vanguardia en las que se aprecia 1
Boileau. Fue gran traductor, como lo demuestran la influencia de Brecht. Destacan títulos como La
su versión de las Geórgicas (1876), de Virgilio, inundación (1962), con la que alcanzó la final I
así como de obras de Tíbulo y Catulo. del Premio Valle-Inclán, M i guerra (1965), ga- 1
lardonada con el Premio Amiches, y El incansa­
P É R E Z C A P O , F e l i p e (Sevilla, 1878-?) ble Peter Casli o Los cuernos de la abundancia
Dramaturgo y narrador. Hijo de Pérez y Gonzá­ (1967). entre otros.
lez*, además de libros de cuentos como De aquí
y de allí (1903), Fruta prohibida (1910) y Pasti­ P É R E Z E C H E V A R R Í A , F r a n c i s c o (M adrid, 1842-
llas de menta (1914), y de algunas novelas, entre 1884)
ellas Flor de la estufa (1908), A m or vicioso Dramaturgo y poeta. Es autor, entre otras obras,
(1908) y Los misterios del amor (1918), escribió de las comedias El centro de gravedad (1870),
zarzuelas, sainetes, entremeses y, en general, nu­ Los celos de una vieja (1870), Las quintas
merosas piezas cómicas entre las que, pese a su (1870) y Lo que vale el talento (1879), así como
falta de notoriedad, destacan El organista de de los dramas de tema histórico, en la línea de
Móstoles (1904), El alma del cantarillo (1906), los modos románticos, La Beltraneja (1871),
¡Yo necesito casarme! (1912) y La novia de don Doña María Coronel (1872), Doña Inés de Cas­
Juan (1915). tro (1874), L ’Hereu (1874), La Fornarina
(1876), El frontero de Baeza (1877) y Luchar
P É R E Z C A S A U X , M a n u e l (San Fernando, C á­ contra la razón (1887), escritos todos ellos en
diz, 1930) colaboración con Francisco Luis de Retes*. Sus
Dramaturgo. Perteneciente a los autores del lla­ poemas aparecieron publicados en diversas re­
mado Nuevo Teatro Español, es autor de farsas y vistas, entre ellas La Ilustración Española y
obras de carácter experimental, propias de los Americana.
grupos de teatro independiente, como: La cena
de los camareros (1964), Historia de la divertida P É R E Z E S C R I C H , E n r i q u e (Valencia, 1829-Ma-
ciudad de Caribdis (1969), La curiosa invención drid, 1897)
de la escuela de plañidores (1971), La fam ilia de Novelista y dramaturgo. Fue uno de los folleti-
Carlos IV (1972), por la que recibió el Premio nistas más leídos y mejor pagados, pese a lo cual
Sitges en 1973, y No existe eternidad como la no pudo evitar la pobreza al final de su vida, que
tuya (2000), galardonada con el Premio Cafetín terminó como director del Asilo de las Mercedes.
Croché. En sus novelas, muy en la línea impuesta por
727 PÉREZ FERRARI

Fernández y González*, el vicio es vencido por nocido prestigio y calidad, lo que a veces hace
una virtud tratada desde una perspectiva sobre- que la propia narración se resienta en las caden­
cargadamente católica, con lo que el elemento cias de una sucesión de imágenes demasiado
predominante de sus novelas es el moralismo densas, de un lirismo entregado a una ineludible
sentimental. Se trata de obras escritas apresura­ e hipnótica belleza formal. Además de obras
damente, truculentas y sin pretensiones literarias. narrativas como Valle de los Galanes (1968),
Sus comienzos como escritor, sin embargo, fue­ La bañera (1970), Luciferi Fanum (Luces, faros
ron en el teatro, con piezas como La Pasión y sombras) (1984) y la novela La extranjera
y muerte de Jesús (1856), que llegó a convertir­ (1999), es autor de, entre otros poemarios,
se en pieza habitual los Viernes de Cuaresma, Informe (1972), el libro de prosas poéticas Fetario
El maestro de baile (1856) o El cura de aldea de homínidos celestes (1975), Tres propuestas
(1858), esta última — que fue acusada de plagio asilogísmicas (1979), Loggia (1982), Especula­
de La oración de la tarde por su autor, Luis Ma­ ciones en la misma naturaleza (1983), Memorial
riano de Larra*— adaptada por él mismo en la para otras estaciones (1984), Libro de horas
novela del mismo título (1861). De su obra, (1985), Santuario (1986), Siete elegías m edi­
aparte de El frac azul (1864), novela autobiográ­ terráneas como siete pecados capitales (1987),
fica, destacan las novelas por entregas: El mártir Libro de los espejos y las sombras (1988), Jar­
del Gólgota (1863-1864), originariamente drama dín del unicornio (1989), Tratado de las nubes
teatral, Las obras de misericordia (1864-1865), (1990), Libro de los reyes (y obra poética 1985-
La esposa m ártir (1864), La m ujer adúltera 1989) (1990), antología prologada por Manuel
(1864), La perdición de la mujer (1866), Los hi­ Alvar*, Los oficios del sueño (1991), La noche
jo s de la fe (1866), El pan de los pobres (1868), nos persigue (1992), La sombra del obelisco
El amor de los amores (1873), La caridad cris­ (1993), las prosas poéticas de El domador
tiana (1879), El camino del bien (1882), La her­ (1995), Ulises o libro de las distancias (1997),
mosura del alm a (1882), H istoria de un beso El viento vertical (1998) y, con poemas seleccio­
(1887) y Sor Clemencia (1895), entre otras. nados por José Ángel Cilleruelo*, El ladrón de
atardeceres (1998), a los que habría que añadir
PÉREZ ESTRADA, Rafael (Málaga, 1934-2000) Cosmología esencial (2000), preparada por el
Poeta, narrador y dramaturgo. Licenciado en De­ mencionado Cilleruelo, y la antología postuma,
recho por la Universidad de Granada, ejerció la autorizada por él mismo, La palabra destino. A n­
abogacía en su ciudad. En su obra, muchas veces tología (2001). Como autor teatral, destacan sus
inclasificable, donde pueden apreciarse influen­ obras Edipo aceptado, los sueños (1972), por la
cias de Gómez de la Sema* por lo que respecta a que recibió el Premio García Lorca, y Festivo
la fantasía y al ingenio lingüístico que despliega, pretexto de elegía (1974). Hay que añadir a todo
se aproxim a a la realidad con una visión deli­ ello un extraño libro de escasa tirada, Bestiario
rante que intenta exprimir todas las posibles su­ de Livermoore (1988), El levitador y su vértigo
gerencias emotivas y estéticas que puedan escon­ (1999), recopilación de textos inéditos que in­
derse en ella. No es fácil a veces en sus textos cluye reflexiones, prosas, breves comentarios, y
deslindar la poesía de la prosa, pues algunos de los cuentos breves de El muchacho amarillo
sus poemarios pueden constituir en realidad bre­ (2 0 0 0 ).
ves relatos poéticos, o breverías, por llamarlas
con un neologismo que podría resultar acertado PÉREZ FERNÁNDEZ, Pedro (Sevilla, 1885-Ma-
si no olvidamos la mencionada influencia de Gó­ drid, 1956)
mez de la Serna. Él mismo confesó que su sis­ Dramaturgo. Destacó con un teatro cómico en la
tema poético se basaba en «la pasión de lo línea del astracán de Muñoz Seca*, con quien es­
breve». De tal suerte, hay que señalar que en sus cribió casi un centenar de obras, entre ellas Los
versos existe una recurrencia de elementos como extremeños se tocan (1927), al igual que algunas
el aforismo, el cuento-imagen o la imagen- otras en colaboración con Fernández Ardavín*,
poema, todo ello siempre concentrado en pro­ como El señor Pandolfo (1917), o con un desco­
puestas metafóricas de brevedad hondamente co­ nocido Fernando Luque, caso de El presidente
municativa. Desde principios estéticos cuyo Mínguez (1917) y La última astracanada (1918).
origen se encuentra en la vanguardia, la narrativa Del resto de su producción, escrita exclusiva­
de Pérez Estrada navega contra corriente; se trata mente por él, destacan títulos como El oro del
de un autor que aúna la introspección con el moro (1918), Lola, Lolita, Lolilla y Lolo (1924)
riesgo formal, sin evitar los misterios a los que y Mañana me mato (1935).
induce la percepción onírica de la realidad. Todo
ello, además, con un evidente lenguaje poético, PÉREZ FERRARI, Emilio -> Véase FERRARI, Emi­
condición inexcusable en quien es poeta de reco­ lio.
PÉREZ FERRERO

PÉREZ FERRERO, Miguel (M adrid, 1905-1978) mento cuando se dedica plenamente a escribir, j
Ensayista. Doctor en Derecho, colaboró en las actividad que no abandonará jamás y a la que se
más prestigiosas publicaciones, entre ellas La entregará en exclusiva tras dos intentonas en la
Gaceta Literaria, Cruz y Raya, La Nación de escritura teatral, el drama La expulsión de los
Buenos Aires — diario para el que colaboró du­ moriscos (1865; hoy perdida) y la comedia Un
rante su estancia en París entre 1937 y 1941— , joven de provecho. En 1892, con el estreno de su
El Liberal y ABC — del que fue redactor y co­ obra Realidad, es cuando, paralelamente a su ac­
rresponsal— , además de dirigir las páginas li­ tividad narrativa, comenzaría a dedicarse tam ­
terarias del H eraldo de M adrid y participar en bién al teatro, que tanto le interesara de joven,
la redacción del Alm anaque literario para con obras que, en gran medida — y en concreto
1935. D estacado crítico literario y cinem ato­ esta— , serían escenificaciones de sus novelas,
gráfico, traductor y ensayista, a quien elogiaron aunque no fueron pocas las obras escritas especí­
desde Valle-Inclán* hasta Gregorio Marañón*, ficamente para el teatro.
m erecen recordarse sus biografías, en las que Fue hombre liberal y anticlerical, lo que le oca­
consigue aunar el rigor de datos con la am eni­ sionó no pocos ataques, si bien su modestia le
dad de numerosas anécdotas de prim era mano. granjeó la amistad y el respeto de personalidades
Entre ellas, deben recordarse Vida de Ramón tan alejadas ideológicamente de él como Pereda*
(1935), sobre Gómez de la Serna*, Pío Baroja o Menéndez Pelayo*. Elegido diputado por Gua-
en su rincón (1940), Vida de Antonio Machado yama, Puerto Rico, en 1886, aunque nunca llegó
y M anuel (1947), Vida de Pío Baroja (1960) y a participar en el Parlamento, su actividad polí­
Ramón Pérez de Ayala (1973), libros a los que tica continuaría en 1907, siempre con cierta des­
deben sumarse los diversos escritos recogidos gana, al llegar al Congreso como diputado repu­
en volúmenes como Unos y otros (1947) y A l­ blicano y, en 1909, encabezando, junto a Pablo
gunos españoles (1972), muy útiles para cono­ Iglesias, la candidatura de la Conjunción Repu­
cer datos sobre diversos intelectuales y artistas blicano-Socialista por Madrid. Desde 1889 fue
de la época. Entre el resto de su producción en­ miembro de la Real Academia Española, ingreso
sayística hay que citar El derrotero de la novela que se retrasó como consecuencia de las enemis­
(1934) y Tertulias y grupos literarios (1974), tades políticas conservadoras que mantenía, y
en el que repasa el mundo cultural desde los que fueron también responsables de que no lie- i
años veinte a los cuarenta. A sus comienzos li­ gase a concedérsele el Premio Nobel, para el que ]
terarios pertenecen poem arios como El bufón era firme candidato. En lo sentimental, le gusta­
de la reina y otros poem as (1923) y Luces de ron las mujeres y no fueron pocas las relaciones
bengala (1925). que mantuvo a lo largo de su vida. En sus artícu­
los de los diarios La Nación y El Debate practicó
PÉREZ GALDÓS, Benito (Las Palmas de Gran la crítica teatral, musical y el comentario político
Canaria, 1843-Madrid, 1920) y de asuntos sociales variados, actividad que
Novelista y dramaturgo. Es el autor que, con una compatibilizó con el éxito y el prestigio que iban
obra de dimensiones casi inabarcables, consiguió alcanzando sus novelas. Pero lo cierto es que,
prestigiar la novela española en el panorama eu­ pese a la fama, cantidad de obras, rapidez en es­
ropeo, haciendo que esta alcanzara cotas que cribirlas y beneficios económicos conseguidos,
solo se habían conseguido en el siglo xvn. Perte­ el final de sus días fue triste: sumido en la ce­
neciente a una familia de clase media — su padre guera, con poco dinero y víctima de no pocos
era teniente coronel y había participado en la odios políticos.
Guerra de la Independencia— , de situación eco­ Lector infatigable de los costumbristas, román­
nómica desahogada, realizó el bachillerato en su ticos y clásicos, recibió, además de la ya m en­
ciudad natal, donde mostró afición por el dibujo, cionada influencia de Balzac, y de la de los no­
la música y los libros. En 1862 se trasladó a Ma­ velistas rusos, la de Dickens, a quien leyó con
drid para estudiar Derecho, carrera que termina fervor y de quien tradujo los P ickwick papers.
en 1869, aunque nunca la ejercería, más intere­ Ambos autores marcarían sus obras de finales de
sado como estaba ya por el mundo de las letras y, los sesenta, en las que quiso reflejar las actitu­
desde su llegada a la capital, por la calle y el con­ des de la burguesía madrileña. Profundo cono­
tacto con la gente. Es entonces cuando conoce el cedor de Madrid, de sus calles y rincones ocul­
krausismo*, traba amistad con Clarín* en el Ate­ tos, así como de los cafés y teatros que tanto
neo, comienza a colaborar en la prensa madrileña frecuentara, heredó la sabiduría al respecto de
y, en 1867, a raíz de un viaje a París, conoce la un M esonero Romanos*, además de cultivar,
obra de Balzac, hecho que marcará sus comien­ como consecuencia de todo ello, un curioso
zos literarios tanto como los consejos recibidos aprendizaje que, a la larga, le ayudaría a combi­
de Giner de los Ríos*. Es a partir de ese mo­ nar con maestría el retrato de las diversas clases
729 PÉREZ GALDÓS

sociales con los sucesos de la Historia, el paisaje de su prim era época son sustituidas por una
urbano y los caracteres psicológicos tanto indi­ suerte de ironía cervantina. Una nueva vuelta de
viduales como de los diversos estratos colecti­ tuerca se producirá al final de la década de los
vos de la sociedad.. Su ideario novelístico, supe- ochenta y comienzo de los noventa, en la que el
rador del mero costumbrismo, está en su artículo alcance ético de sus textos deviene en un más
de 1870 «O bservaciones sobre la novela con­ profundo análisis, si cabe, de la clase media.
temporánea en España», que no era sino la re ­ Son los años en que retom a los Episodios N a­
seña sobre un libro de Ruiz Aguilera*. No obs­ cionales, que, sin embargo, se irán apartando
tante, por esos años está iniciándose en la novela poco a poco de esta dirección. En definitiva,
con textos en los que aún se escuchan los ecos Galdós ha pasado de un periodo inicial en el que
románticos, patentes en la concepción exaltada lo que parece interesarle son los ambientes, su
y maniquea de los personajes, aunque su explo­ representatividad social y ciertos estados de
ración del presente a través de la reconstrucción ánimo, periodo en que los personajes son esque­
del pasado no se define de acuerdo a los caracte­ mas o casos aislados, a otro momento en que es­
res de la novela histórica de los románticos, sino tos se definen por sus vidas y no solo por el pa­
a través de un filtro realista. Es la época de sus pel que representan en las novelas de tesis. Esta
novelas de tesis, en las cuales predom inan lar­ evolución galdosiana se refleja en la teatraliza-
gos discursos de los personajes, en cuyos retra­ ción de sus novelas, en la progresiva importan­
tos se detiene en exceso, morosas descripciones cia del diálogo frente a las referencias circuns­
y ciertos efectos truculentos que le aproximan a tanciales, ambientales, lo que, en cierto exceso,
la literatura de folletín*. le lleva a prescindir de tal manera del mundo
Será en los años ochenta cuando sus ideas krau- como parte de las vidas narradas que en sus últi­
sistas de conciliación toman forma adulta, ajenas mas novelas cae en nuevos esquematismos,
ya a la exaltación inicial, algo que se aprecia en ahora como consecuencia de un exceso de abs­
sus colaboraciones políticas en Revista de Es­ tracción. Puede decirse, no obstante, que fue
paña y en las novelas de ese periodo, si bien per­ Galdós quien con más valentía se atrevió a su­
dura una fuerte crítica a la España tradicional. perar los corsés temáticos y técnicos tanto del
Una fecha fundamental es 1873, año en que se romanticismo como del realismo castizo impe­
inicia la publicación de los Episodios naciona­ rante, dotando a la literatura española de un ca­
les, que irán apareciendo, en un total de cuarenta rácter propio y nuevo con el que aproximarse a
y seis novelas, hasta 1912, cuyas prim eras dos la realidad social y moral del país.
series de veinte volúmenes concluirían en 1879, Su actividad literaria fundamental fue, por tanto,
interrumpiéndose su periodicidad hasta 1898, en la novelística, en donde llegó a crear un mundo
que ya no deja de escribirlos hasta la quinta se­ de personajes, los cuales reaparecen en muchas
rie, que quedará incompleta. Se trata de un pro­ novelas asumiendo papeles distintos y con el
yecto en el que, novelando la Historia, se quiere trasfondo común del Madrid del siglo xix, que
mostrar la diferencia entre dos Españas enfrenta­ acaso sea el más importante abanico de indivi­
das, así como los procesos políticos que, a través duos creado en las letras españolas. Es impor­
de las guerras carlistas, conducirán a la Restau­ tante entender la obra de Galdós, en su conjunto,
ración. Es así como, al mismo tiempo, se va más que como una suma de novelas individuales
abriendo paso la etapa de madurez de Galdós, la como una narración descomunal de acuerdo a
de las llamadas «Novelas españolas contemporá­ dos visiones: por un lado la de las novelas pura­
neas», ejercicio radical la iniciación a un natura­ mente de ficción, en las que predomina la inven­
lismo* con el fondo del Madrid de la época, un ción y, por otro, los Episodios, definidos por el
Madrid de personajes preocupados exclusiva­ substrato real que los origina, aunque hay que
mente por el dinero y las apariencias, ajenos a la decir que, como ya hemos visto, nunca en sus
moral dictada por los códigos religiosos; unos textos pueden separarse el elemento ficticio de
personajes que son explorados psicológicamente su trasfondo real, del contexto que origina lo li­
por el autor de acuerdo a nuevas técnicas como terario. De tal suerte, su literatura es realista,
el monólogo interior, la perspectivización del re­ pero de un realismo diferente al de otros autores
lato a través del estilo indirecto, el protagonismo realistas, en quienes lo verdaderamente impor­
del narrador en primera persona o la polifonía de tante es el elemento descriptivo frente al narra­
voces, elementos con los que se pretende dar tivo. En Galdós impera la narración en sí misma,
cuenta de la sociedad toda tanto como de los in­ el quehacer de los personajes, su evolución, so­
dividuos que la conforman. Galdós abandona bre una mera presentación del contexto, que, en
aquí las tesis extremas, los discursos tediosos, y sus novelas, deviene en las vidas de sus indivi­
demuestra haber alcanzado un alto grado de co­ duos. Ya se ha insinuado que el ámbito social al
nocimiento psicológico; asimismo, las rabietas que dedica más atención es el de la clase media,
730
PÉREZ GALDÓS

de tal manera que el resto de clases sociales, total de cuarenta y dos volúmenes, veinticuatro
tanto el pueblo bajo como la aristocracia, ven­ obras teatrales, quince volúmenes de artículos y
drán determinados por la visión que aquella diferentes escritos de asunto variado— , de
tenga de estas. El tema de sus obras, globalmente acuerdo con el proceso evolutivo comentado
expresado, es la vida cotidiana, que, como ya he pueden establecerse tres periodos en su produc­
advertido, se diversifica a medida que su escri­ ción: uno primero, iniciado por novelas como
tura evoluciona, ganando en perspectivizaciones La fontana de oro (1871), La sombra (1871) y
y en una amplia diversificación de los puntos de El audaz (1871), primeras tentativas de novela
vista. El estilo, por tanto, se coloquializa, se vi­ histórica a las que siguen Doña Perfecta (1876),
vifica y se torna directo y ágil, lo que, no obs­ Gloria (1877), La familia de León Rock (1878) y
tante, le lleva, en ocasiones, a ciertos excesos de M arianela (1878), novelas de tesis a las cuales
rapidez y trivialidad. se ha llamado también «novelas de la intoleran­
Comentario aparte, además de los que inmedia­ cia», dado el carácter combativo que contra esta
tamente nos impondrán algunas de sus novelas, actitud mantiene en ellas Galdós, así como con­
merecen los ya citados Episodios nacionales, en tra el inmovilismo de la tradición. En 1873,
los que Galdós supo servirse de un hilo de fic­ como ya se ha advertido, se inician los Episodios
ción para presentar al lector los sucesos históri­ Nacionales, con dos series primeras de diez no­
cos de la España del siglo xix desde Trafalgar velas cada una, interrum pidas en 1879 hasta
hasta, como queda dicho, la Restauración, todo 1898, fecha en que retoma el proyecto para con­
ello atendiendo más a las características genera­ tinuarlo en otras tres series, igualmente de diez
les de los hechos que a la minucia documental. novelas cada una salvo la quinta, que quedó en
El equilibrio entre lo novelesco y lo puramente seis. Hay una figura central novelesca que da
histórico es magistral sobre todo en las dos pri­ unidad a los relatos de cada serie, como son, res­
meras series, aunque el gran logro del autor con­ pectivamente, Gabriel Araceli, Salvador Monsa-
siste en insertar de una forma natural, verosímil lud, Fernando Calpena, Pepe Fajardo y Tito Li­
y crítica las vidas privadas en el curso de la His­ viano, personajes con los que conviven aquellos '
toria, algo que, por otra parte, sucede también en otros tomados de la realidad histórica. Los Epi­
el resto de sus novelas. En alguna medida, las sodios quedan, pues, en sus cinco series, del si- j
dos primeras que escribió, anteriores a los Episo­ guíente modo: 1.a serie (1873-1875): Trafalgar, \
dios, La fontana de oro y El audaz, anuncian lo La corte de Carlos IV, El 19 de marzo y el 2 de
que aquellos habrán de ser, y que, al interrumpir­ mayo. Bailen, Napoleón en Chamartín, Zara­
los, prosiguió en el intento de novelar la socie­ goza, Gerona, Cádiz, Juan M artín el Empeci­
dad española de mediados de siglo. En cuanto a nado y La batalla de los Arapiles; 2.a serie
las tres series iniciadas en 1898, tras la interrup­ (1875-1879): El equipaje del rey José, Memorias
ción al finalizar la segunda, debe decirse que son de un cortesano de 1815, La segunda casaca, El
posteriores a sus grandes novelas y que respon­ Grande Oriente, El 7 de julio, Los cien mil hijos
dieron, casi exclusivamente, a motivos económi­ de san Luis, El terror de 1824, Un voluntario
cos, por lo que la consecuencia inmediata fue realista, Los apostólicos y Un fa cc io so más y
una ligera pérdida de intensidad, toda la que se algunos fra ile s menos; 3.a serie (1898-1900):
puede observar en un autor que, por esas fechas, Zumalacárregui, M endizábal, De Oñate a La
ya domina el género que practica. Granja, Luchana, La campaña del Maestrazgo,
Por lo que se refiere al teatro galdosiano, hay que La estafeta romántica, Vergara, Montes de Oca,
recordar que muchas de las obras fueron adapta­ Los Ayacuchos y Bodas reales; 4.a serie (1902-
ciones de sus novelas y que, por tanto, aun las 1907): Las tormentas del 48, Narváez, Los duen­
que nacieron independientemente de la narrativa, des de la camarilla, La revolución de junio,
responden a los criterios aplicados a su mundo O ’Donnell, Aita Tettauen, Carlos VI en la R á­
novelístico, a un proceso similar de renovación. pita, La vuelta al mundo de la «Numancia»,
En cualquier caso, se trata de un teatro técnica y Prim y La de los tristes destinos; 5.a serie (1907-
temáticamente pobre, convencional, aunque efi­ 1912): España sin rey, España trágica, A m a­
caz a la hora de poner sobre las tablas a persona­ deo I, La primera República, De Cartago a Sa-
jes vivos en situaciones ligadas a la realidad, y gunto y Cánovas. Entre tanto, se habían iniciado
del que no están exentas la alegoría, cierta poeti­ ya las que se han dado en llamar «novelas con­
zación y una dura crítica de la sociedad conser­ temporáneas», entre las que destacan La deshe­
vadora. redada (1881), que suele tomarse como el inicio
Autor de una de las obras más numerosas e in­ de la etapa naturalista de Galdós, aunque su sig­
fluyentes de la literatura española de todos los nificado real tiene que ver más con el abandono
tiempos — cuarenta y seis volúmenes de Episo­ de las novelas de tesis, abandono que continúa
dios Nacionales, treinta y cuatro novelas, en un en El amigo Manso (1882), El doctor Centeno
731 PÉREZ DE GUZMÁN

(1883), Tormento (1884) y La de Bringas (1884), y Crónica de Madrid, si bien muchos escritos de
obras en las que se consuma ya el monólogo inte­ este tipo permanecen aún dispersos. Existe un
rior y la multiplicación de los personajes, apare­ volumen recopilatorio de sus textos críticos so­
cen las nuevas técnicas antes mencionadas y la bre literatura, prólogos y breves ensayos dedica­
narración se dota de mayor autonomía. Conti­ dos a los más variados asuntos, tales como el
núan obras como Lo prohibido (1884-1885) y tránsito de la novela costumbrista y romántica a
Fortunata y Jacinta (1886-1887), cima de la no­ la naturalista, titulado Ensayos de crítica litera­
vela galdosiana y un auténtico fresco de la socie­ ria, que apareció en 1971, se amplió en 1990 y,
dad del M adrid de la época que pretende aunar nuevamente, con la inclusión de nuevos escritos,
los ambientes madrileños en virtud a los de cada en 1999. En 1994 se inició una edición en Ma­
uno de los cuerpos sociales: el popular, represen­ drid, por fin rigurosa y de calidad en cuanto a
tado fundamentalmente por Fortunata; el burgués organización y cronología, de sus Obras comple­
de los negociantes prósperos, caso de los Santa tas, a cargo de Domingo Ynduráin* y que co­
Cruz, y la pequeña burguesía de los Rubio, Lope menzó con seis volúmenes de Novelas.
o el usurero Torquemada. Por otro lado, en la no­
vela es esencial el enfrentamiento de dos concep­ PÉREZ Y GONZÁLEZ, Felipe (Sevilla, 1846-Ma-
ciones del amor, consecuencia quizá de dos mo­ drid, 1910)
dos diferentes de educación y de dos situaciones Autor teatral. Abogado, como periodista cola­
económicas: el de Fortunata, quien, movida por boró, a veces firmando con los seudónimos Ur­
el instinto, lo acepta todo; y el de Jacinta, perte­ bano Cortés y Tello Téllez, en las más destacadas
neciente a la burguesía acomodada, que repre­ publicaciones de su tiempo, tales como La Ilus­
senta el amor conyugal. Otras novelas son Miau tración Española y Americana, El Imparcial, El
(1888), sobre la corrupción política, La incógnita Liberal y Madrid Cómico. Aunque escribió poe­
(1889), Realidad (1889), las novelas de Torque­ sía y numerosos relatos humorísticos, fue en el
mada (1889-1895) — Torquemada en la hoguera, mundo del teatro donde destacó con piezas como
Torquemada en la cruz, Torquemada en el purga­ la zarzuela La Gran Vía (1886), libreto de ro­
torio, Torquemada y san Pedro— , Ángel Guerra tundo éxito al que hay que añadir otros como los
(1891), Tristana (1892), Nazarín (1895), Halma de Oro, plata, cobre y... nada (1888), Lo pasado,
(1895), Misericordia (1897), estas cinco últimas pasado (1889) y El marquesito (1892), así como
de un profundo espiritualismo que recuerda a la comedia El Niño Jesús (1885), el libro de rela­
Tolstoi, El caballero encantado (1909), próxima tos Pompas de jabón (1895) y la recopilación de
al Modernismo* de aquellos días, y La razón de escritos humorísticos Chucherías, fruslerías his­
la sinrazón (1905), acaso la peor, entre otras con tóricas y chascarrillos de la historia (1898). Fue
las que culmina su profundización en distintos autor, asimismo, de unos apuntes para redactar
problemas éticos generados en el seno de una so­ una biografía de Luis Vélez de Guevara*.
ciedad como la española.
De su teatro, además de las piezas de juventud PÉREZ DE GUZMÁN, Fernán (?, h. 1376/1379-
ya comentadas, deben mencionarse obras como Batres, Navalcarnero, M adrid, 1460)
Realidad (1892), La loca de la casa (1893), am­ Poeta y prosista. Aunque se desconoce su fecha
bas estrenadas con éxito, La de san Quintín y lugar de nacimiento, sí se sabe de su parentesco
(1894), Los condenados (1895), que fue un fra­ con grandes hombres de letras, ya que era so­
caso, Voluntad (1895), D oña Perfecta (1896), brino de López de Ayala* y tío del marqués de
Electra (1901), nuevo y sonado triunfo escénico Santillana*. Hombre de sólida formación litera­
al que se sumaron motivos políticos, Alma y vida ria, era un noble al servicio de la corona, hombre
(1902), Mariucha (1903), El abuelo (1904), Ca- de letras y armas como tantos otros en aquella
sandra (1910), Celia en los infiernos (1913) y época, y siempre, hasta su definitivo retiro a sus
Santa Juana de Castilla (1918). posesiones de Batres, estuvo próximo a los acon­
Existe una edición, absolutamente im perfecta y tecimientos políticos y culturales que se sucedie­
en ocasiones disparatada, de sus Obras comple­ ron en la corte de Juan II*. De tal suerte, parece
tas (1941; 5 vols.; 9 en la última reimpresión), ser que fue partidario del infante don Enrique de
que incluye algunos artículos políticos, diarios Aragón en 1419, que participó en la batalla de
de viaje, escritos autobiográficos o críticas tea­ Higueruela en 1431, lo que le supuso juicio y pri­
trales, Obras a la que habían precedido unas sión, de la que fue liberado por intervención del
Obras inéditas de Galdós (1923-1933; 11 vols.), Papa al año siguiente y que terminaría siendo la
entre las que se encuentran otros textos de carác­ razón, junto a sus enfrentamientos con don
ter misceláneo, tales como Fisonomías sociales, Alvaro de Luna*, que le llevaría a retirarse defi­
Arte y crítica, Política española (2 vols.), To­ nitivamente a su señorío, hacia 1435, para entre­
ledo: su historia y su leyenda, Viajes y fantasías garse al estudio.
732
PÉREZ DE GUZMÁN

Buen conocedor del romance, de su obra puede semblanzas, compendio de retratos de caballeros
decirse que abarca disciplinas como la traduc­ y prelados de las cortes de Enrique III y Juan II
ción, la poesía, la epístola y la historiografía. que está a medio camino entre la biografía y la
Realizó traducciones de textos y fragmentos de H istoria y que, durante un tiempo, se tuvo por
S éneca*, C icerón o Boecio, entre otros a los una tercera parte de la anterior. El estilo de esta
que incluyó en la recopilación La Floresta de última obra, escrita entre 1450 y 1455, se define
los Filósofos. En cuanto a su labor como poeta, por la elegancia y la concisión. Es su pieza más
m iem bro de la generación de los autores de importante, y, en ella, sigue el modelo clásico de
cancionero de la corte de Juan II, tales como acuerdo a una presentación de cada personaje en
Álvarez de V illasandino*, Suero de Ribera* o virtud del nombre del personaje en cuestión, su
Imperial*, deben distinguirse dos periodos: uno linaje, la descripción física y psicológica, sus ac­
prim ero de carácter cortesano, en el que predo­ tividades, las relaciones personales y, final­
minan los versos de tema amoroso de influen­ mente, su muerte. Puede afirmarse que se trata
cia provenzal, como se ve en el Decir a Leonor de un ejemplo raro, acaso por su mayor proximi­
de los Paños y en Decir que fiz o a su amiga, dad al estilo de Tácito, del género iniciado por
incluidos, junto a otros, en el Cancionero de las Vitae parallelae de Plutarco. Tres ediciones
Baena (véase CANCIONERO), y un segundo mo­ fundamentales de esta obra de Pérez de Guzmán
mento de madurez en el cual impera la tenden­ vieron la luz a lo largo del siglo pasado: en 1954,
cia moralizadora y didáctica, consecuencia tal 1965 y 1998.
vez de su retiro, en el que pudo reflexionar so­
bre sus experiencias vitales y romper con la su­ PÉREZ DE GUZMÁN, Pedro Alonso (M adrid,
perficialidad de cierta poesía alegórica; de este 1724-1779)
m omento, marcado también por los contenidos Poeta. Aparte de sus traducciones de Racine y
historiográficos y las incursiones en temas reli­ Fontenelle, del duque de M edina Sidonia hay
giosos, sobre todo en los marianos y en los de­ que reseñar sus Varias poesías y cartas en verso.
dicados a la Pasión de Cristo, serían las Coplas
de vicios e virtudes, en octavillas y coplas de PÉREZ HENARES, Antonio (Buajalaro, Guada-
arte mayor donde combina ciertos elementos lajara, 1953)
populares, Coplas a la m uerte del obispo de Narrador. Periodista, estudió Ciencias Políticas
Burgos, en relación directa con las Danzas de y Sociología en la Universidad de Madrid. Em­
la Muerte* y dedicadas a quien fuera su amigo pezó su labor profesional con 18 años en el dia­
el obispo Alfonso de Cartagena*, la Requesta rio Pueblo, fue redactor jefe de M undo Obrero,
fech a al m agnífico marqués de Santillana, de director del semanario Tribuna, redactor político
carácter autobiográfico, el com entario de los de diferentes publicaciones y contertulio en nu­
diez mandamientos, de los siete pecados capita­ merosos programas radiofónicos y televisivos.
les y de las siete obras de m isericordia titulado En sus novelas demuestra sus capacidades como
Confesión rimada, la D octrina a Sara y Los narrador descriptivo, y en ellas opta por cuestio­
Loores a los claros varones de España, una nes en las que quedan claras sus dotes como ob­
apología, en coplas de arte menor, de ciertos servador de la sociedad, acaso consecuencia de
proceres de la Historia española que aparecería su larga experiencia periodística, y una sólida
en el Cancionero del duque de Híjar. formación hum anística que se traduce en un
Como prosista, empleó un estilo grave y áspero, claro enciclopedismo. Influido por el realismo*
un tono moralizante y sentencioso y, al igual que mágico, sus textos no están exentos de elem en­
en sus versos de madurez, dejó entrever el pesi­ tos legendarios e históricos. Es autor de novelas
mismo propio del estoicismo cristiano y el inte­ como La piel de la tierra, La cruzada del perro
rés por la historiografía. Su concepción de esta (1985), galardonada con el Premio Tigre Juan,
última, no obstante, se enfrentaba a la defendida El río de la Lamia (1998) y Nublares (2000), ex­
por muchos, según la cual el artificio era impor­ traña novela ambientada en la prehistoria en la
tante en la Historia; para Pérez de Guzmán lo que se ocupa del guerrero Ojo Largo, que bien
fundamental era la verosimilitud y la objetivi­ pudo ser uno de los arqueros representados en
dad, no la retórica. Las obras más relevantes en alguna de las cuevas rupestres españolas, la cual
esta línea fueron M ar de historias (Valladolid, tuvo su continuación en El hijo de la garza
1512), en cuyas dos partes, adaptación ampliada (2002). Ha publicado, asimismo, diferente ensa­
y personalizada del Mare historiarían de Gio­ yos, algunos escritos en colaboración y entre los
vanni della Colonna, se abocetan las vidas y he­ que hay que destacar: El poder m ilitar en Es­
chos de egregios personajes — en la primera, se paña, La conducta sexual de los españoles, Los
trata de emperadores y príncipes, y, en la se­ nuevos señores feudales (1994), A sí será Es­
gunda, de santos y sabios— , y G eneraciones y paña y Las siete vidas del progre. De los años
733 PÉREZ DE HITA

sesenta al tercer milenio (2003), en el cual, con 25 años. No obstante, y pese a su gran cultura, se
ácido sarcasmo, analiza la evolución de la iz­ ignora dónde y cómo se educó, si bien durante
quierda en España. un tiempo se ha sospechado su origen campesino
y que trabajó como zapatero en Murcia. Su im­
PÉREZ DE HERRERA, Cristóbal (Salamanca, portancia como autor se la debe al hecho de ha­
1556-Madrid', 1620) ber iniciado la novela histórica en la literatura
Tratadista y poeta. Estudió M edicina en la Uni­ nacional, que como único ejemplo anterior de al­
versidad de Salamanca, pasó por la de Alcalá de gún parecido con el género solo contaba con el
Henares, ejerció como médico del rey desde Libro del Abencerraje*, el cual le sirvió de mo­
1577 y, a partir de 1585, fue protomédico de las delo a Pérez de Hita. La obra con que lo consi­
galeras de España. Por encargo de Felipe II ini­ gue es su Historia de los bandos de los Zegríes y
ció, en 1592, una investigación encaminada a so­ Abencerrajes, caballeros moros de Granada, de
lucionar la situación de los mendigos españoles, las civiles guerras que hubo en ella... hasta que
proyecto que hubo de interrum pirse con la lle­ el rey don Femando el quinto la ganó, cuya pri­
gada al trono de Felipe III. No obstante, los be­ mera parte apareció en Zaragoza en 1595 y la se­
neficios que obtuvo de su profesión term inaría gunda, en Cuenca, en 1619, y que terminaría co­
dedicándolos a mantener un hospicio en Madrid. nociéndose como Las guerras de Granada. En la
Escribió obras que pertenecen al campo de la primera parte, acaso la más interesante, mediante
medicina, como el Compendium totius Medici- la excusa de la narración de los enfrentamientos
nae ad Tyrones (1614), en el que resume los co­ entre estas dos familias del periodo nazarí, que
nocimientos de la época, y, fruto de aquellos es­ están contados por medio de la combinación de
tudios sobre la m endicidad, es el compendio elementos históricos con otros fantásticos y amo­
Discursos del amparo de los legítimos pobres y rosos de origen romanceril, consigue una visión
reducción de los fingidos y de la fundación y prin­ literaria, de gran exquisitez y lujo verbal, de la
cipio de los albergues destos reynosy amparo de Granada anterior a la conquista. Además, inter­
la milicia dellos (Madrid, 1598), al que había pre­ cala romances moriscos y se muestra preciso en
cedido un Discurso a la Católica y Real Mages- las descripciones. Esta primera parte se basa, en
tad del rey don Felipe señor nuestro, suplicándole gran medida, en el Compendio historial de Este­
se sirva de que los pobres mendigantes verdade­ ban de Garibay* y en las Crónicas de Hernando
ros de estos sus reinos se amparen y socorran, y del Pulgar*. En cuanto a la segunda parte, cen­
los fingidos se reduzcan y reformen (1595), escri­ trada en la rebelión de los moriscos en las Alpu­
tos, nueve en total, en los que intenta desenmas­ jarras y en la que aparecen romances del propio
carar a los falsos mendigos y sus trucos, por lo Pérez de Hita, cabe decir que está influida por La
que la obra se convierte en un profundo y útil es­ Austriada, de Juan Rufo*, y que en ella las con­
tudio sobre la picaresca del siglo xvi. En esta lí­ cesiones a la imaginación novelesca son más es­
nea, en la que a menudo se sirvió de los «emble­ casas. De algunas de sus partes extrajeron los te­
mas», escribió textos como Defensa de las mas para sus obras autores como Calderón de la
criaturas de tierna edad (Valladolid, 1604) y Cu­ Barca*, que de aquí tomó la inspiración para su
ración del cuerpo de la república o remedios para A m or después de la muerte, Martínez de la
el bien y la salud del cuerpo de la república (Ma­ Rosa* para su Aben Hitmeya, Fernández y Gon­
drid, 1610). Fue autor, asimismo, y además de un zález* para M onfíes de las Alpujarras, o Alar­
Elogio a las encarecidas virtudes de... Felipe II... cón* para La Alpnjarra. Crónica de gran intensi­
y de su ejemplar y Cristianísima muerte... (Valla­ dad, y ejemplo fundamental del género morisco
dolid, 1604), de Proverbios morales y consejos en la literatura española, la trascendencia poste­
cristianos (Madrid, 1618), colección de enigmas rior de la Historia de Pérez de Hita fue increíble
en quintillas, glosados en prosa, que combinan en toda Europa, ya que, además de las diversas
elementos de carácter erudito con otros populares traducciones que de ella se hicieron al inglés, el
y que tal vez sea la más importante colección de francés y el alemán, ejerció una poderosa in­
refranes y sentencias del siglo xvn. fluencia en el gusto por lo árabe de grandes auto­
res neoclásicos y románticos de los siglos xviii
PÉREZ DE HITA, Ginés (Muía, Murcia, h. 1544- y xix como mademoiselle de Scudéry, madame
Lorca, Murcia, 1619?) de Lafayette, Chateaubriand, Villedieu, Schlegel
Novelista y poeta. Autor de quien apenas se co­ o Washington Irving.
nocen datos, aunque puede aventurarse 1544 Pérez de Hita fue autor, asimismo, del poema
como su fecha aproximada de nacim iento, dado épico Libro de la población y hazañas de la ciu­
que, en su participación como escudero del mar­ dad de Lorca y del Bello Troyano, adaptación en
qués de los Vélez en la guerra contra los moris­ verso de la Crónica troyana, ambos poemas es­
cos, iniciada en 1569, parece ser que contaba con critos en tomo a 1592.
734
PÉREZ Y LÓPEZ

PÉREZ Y LÓPEZ, Antonio Xavier (Sevilla, 1736- Amantes (1991), dirigida por Vicente Aranda. En
1792) sus novelas, la perspectiva elegida suele ser la de
Ensayista. Perteneció al claustro de la Universi­ la primera persona, la del psicópata protagonista,
dad de Sevilla, fue alcalde mayor de Palancar y lo que da lugar a tramas en las que confluyen la
miembro de la Academia de Buenas Letras de la violencia, un lenguaje de gran crudeza y el sexo,
capital hispalense. Se trata de un ilustrado de am­ elementos que combina, con fina ironía y mirada
plios conocimientos y de ideas conservadoras, atenta, con aquellos otros que brinda la cotidia­
tales como la defensa de la monarquía. Es autor nidad. Destacan títulos como: Días de guardar
de obras como Discurso sobre la honra y des­ (1981), El ángel triste (1983), Las reglas del
honra legal (Madrid, 1781), Principios del or­ juego (1985), La mano armada (1986), El papel
den esencial de la naturaleza (Madrid, 1785) y de víctima (1988), Las noches contadas (1990),
Theatro de la legislación universal de España e Desgracias personales (1994), Jugar a m atar
Indias (Madrid, 1791-1798; 25 vols.), m onu­ (1995) y Rincones del paraíso (1997).
mental compendio de carácter enciclopédico que
consiste, fundamentalmente, en un repertorio de PÉREZ DE MIRANDA, don Gregorio -» Véase
términos jurídicos. LÓPEZ SOLER, Ramón.

PÉREZ LÓPEZ, María Ángeles (Valladolid, PÉREZ MONTALBÁN, Isabel (Córdoba, 1964)
1967) Poetisa. Se trata de una de las autoras más nom­
Poetisa. Se trata de una escritora cuya poesía bradas de la poesía española actual y a la que la
aborda la búsqueda de la relación entre el len­ crítica presta una mayor atención. En su poesía
guaje, las cosas y los estados del alma, lo que aborda, desde la emoción primaria de las sensa­
conduce a una vivencia de la carne y de la natu­ ciones inmediatas, los hechos de la cotidianidad
raleza en donde el lenguaje no es solo palabra y las carencias que se esconden en una realidad
sino celebración de la vida. Es autora de los poe­ amarga. Se trata de versos a menudo descarna­
marios La sola materia (1998) y Carnalidad del dos en los que oscila entre la narratividad y el
frío (2000), galardonado con el Premio Ciudad irracionalismo, atentos a la emoción individual
de Badajoz. pero comprometidos con la realidad social desde
un tono reivindicativo. Incluida en numerosas
PÉREZ LUGÍN, Alejandro (M adrid, 1870-El antologías de poesía actual, entre ellas Feroces
Burgo, La Coruña, 1926) (1998), Milenio (1999), Poesía ultimísima (1999)
Novelista. Estudió Derecho en la U niversidad y Voces del extremo (poesía y conciencia) (2001),
de Santiago de Compostela y ejerció, además de es autora de los poemarios: No es precisa la
la abogacía el periodismo, profesión en la que se muerte (1992), que obtuvo el Premio Ciudad de
haría famoso con sus crónicas taurinas bajo el M álaga de Literatura Joven, Pueblo nómada
seudónimo de Don Pío. En su faceta de nove­ (1995), Puente levadizo (1996), Premio Barca­
lista, es heredero del costumbrismo realista, al rola, Fuegos japoneses en la bahía (1996), Car­
que añade un cierto sentim entalism o. Además tas de amor de un comunista (2000), Los muer­
de varios volúmenes que recogen sus trabajos tos nómadas (2001), con el que obtuvo el Premio
periodísticos, como De Titta Ruffo a la Fons, Leonor, y De la nieve embrionaria (2002).
pasando por Machaquito (1912), La amiga del
rey. Las tiples. La vicaría (1917) y La corre- PÉREZ DE MONTALBÁN, Juan (M adrid, 1602-
doira y la rúa (1919), publicó varias novelas, de 1638)
entre las que destacan La casa de la Troya (Es­ Dramaturgo, novelista y poeta. Hijo de Alonso
tudiantina) (1915), obra melodramática sobre la Pérez, editor de origen converso y amigo de
vida estudiantil en Santiago que alcanzó un tre­ Lope de Vega*, estudió en Alcalá, donde se doc­
mendo éxito, llegando a ser prem iada por la toró en Teología. Se ordenó sacerdote en 1625,
Real Academia Española y llevada al cine y al ingresó en la congregación de San Pedro y fue
teatro, y Currito de la Cruz (1921), además de notario apostólico de la Inquisición. Muy in­
La Virgen del Rocío ya entró en Triana (1926) y fluido por Lope, a quien veneró como maestro y
Arm inda M oscoso (1928), ambas de aparición al que glorificó, tras su muerte, en la que es pri­
postuma. mera biografía del «Fénix», Fama postuma a la
vida y muerte del doctor fray Lope Félix de Vega
PÉREZ MERINERO, Carlos (Écija, Sevilla, 1950) Carpió y elogios panegíricos a la inmortalidad
Novelista. A utor representativo de la narrativa de su nombre (1636) — en la que colaboraron
policiaca, ha colaborado además en los guiones también la mayor parte de los poetas contempo­
de series televisivas, como La huella del crimen, ráneos— , tuvo por enemigo a Quevedo*, quien
o en los de películas cinematográficas, caso de le atacó duramente, sobre todo a raíz del Para to­
735
PÉREZ NIEVA

dos al que luego me referiré. Sus inicios litera­ sacramentales merece recordarse aquí Polifemo.
rios, amén de su comedia M orir y disim ular Fue autor, asimismo, de adaptaciones de aventu­
(1619), escrita con 17 años y que Lope le ayu­ ras caballerescas, tales como Palmerín de Oliva
dara a estrenar, fueron poéticos, concretamente y Don Florisel de Niquea, y de La gitanilla, de
en un certamen de 1620, al que seguiría otro or­ Cervantes*, de Los amantes de Teruel y de obras
ganizado con motivo de las canonizaciones de de Heliodoro. De su creación poética hay que
1622, y en el que obtendría dos premios. Aunque nombrar Orfeo en lengua castellana (1624),
la muerte le llegó, prem aturam ente, a los 36 poema en cuatro cantos que hubo quien lo atri­
años, tras un periodo de progresiva locura, seme­ buyó a Lope, por más que este lo negara, y que,
jantes circunstancias no fueron suficientes para en estilo culterano, supone una encendida de­
im pedir una obra numerosa. Como novelista, fensa del castellano.
permaneció fiel a los gustos de la época con ar­
gumentos fantásticos, erótico-amorosos y de PÉREZ DE MOYA, Juan (Santisteban del Puerto,
aventuras. Como autor teatral, y en la misma lí­ Jaén, 1513?-Granaaa, 1597)
nea atenta a los gustos, fue autor de unas sesenta Tratadista. Aunque se sabe con certeza que estu­
comedias, religiosas, históricas, costumbristas de dió en Salamanca, no parece probable que pasara
capa y espada, y autos de poca originalidad; de por Alcalá, como tampoco que desempeñara al­
obras, en suma, demasiado influidas por el hacer guna cátedra. Sí es seguro que fue capellán en su
de su admirado Lope. pueblo natal en 1536, beneficiado de San Mar­
Entre sus novelas, destacan las ocho incluidas en cos de León y, desde 1590, canónigo de la cate­
Sucesos y prodigios de am or en ocho novelas dral de Granada. En cuanto a su obra, eminente­
ejemplares (1624), obra traducida a diversas len­ mente de tema científico, cabe decir que destacó
guas y que gozó de quince ediciones a lo largo en el campo de la Matemática con obras divulga-
del siglo x v ii ; dos de ellas, La villana de Pinto tivas muy ricas en curiosidades, divulgación que
y Los prim os amantes, aparecen en el volu­ practicó también en textos sobre náutica, astro­
men XXXIII (1854), de la «Biblioteca de Autores nomía, filosofía natural y geografía. Por lo que
Españoles». Exito similar lo tuvo su narración se refiere a sus escritos de carácter más específi­
Vida y purgatorio de san Patricio (1627), a la que camente literario, además de una Varia historia
siguió una miscelánea formada por novelas, algu­ de Sanctas e ilustres mujeres (Madrid, 1583) y
nas comedias y discursos varios: Para todos. Comparaciones o símiles de vicios y virtudes
Exemplos morales, humanos y divinos (1633), (Alcalá, 1584), debe señalarse una obra, Philo-
estructurada en siete partes — una por día de la sophia secreta (Madrid, 1585), tratado humanís­
semana— de acuerdo a la fórm ula seguida por tico, erudito y de intención moralizadora, sobre
Boccaccio en su Decamerón, es decir una reu­ la mitología greco-romana, en el cual, de forma
nión de caballeros y damas que, al finalizar el amena, se cuentan las relaciones entre los dife­
día, se dedican una lectura después de mantener rentes mitos, añadiendo al final de cada fábula
conversaciones eruditas. Esta obra, de la que ha­ una consecuencia moral. Fue una obra muy di­
bía comenzado una segunda parte que quedaría fundida y reeditada. De las obras matemáticas
inconclusa — al igual que un A rte de bien que antes se mencionaban, deben destacarse
morir— , es muy útil, ya que da noticia de unos Compendio de la Regla de la cosa o Arte Mayor
trescientos escritores, y de ella hay que decir que (1558), importante ya que es el segundo libro de
recibió el brutal ataque de Quevedo, ya mencio­ álgebra impreso en España en castellano, y que
nado, en La perinola. De sus comedias, publica­ Pérez de Moya incluyó en su Aritmética prác­
das en dos partes en 1635 y 1638, podemos des­ tica y especulativa (Salamanca, 1562), obra fun­
tacar títulos como El divino portugués, El hijo damental que gozó de treinta ediciones hasta
del serafín, San Antonio de Padua, San Pedro de 1875 y a la que siguieron Tratado de Matemáti­
Alcántara, Santa María Egipcíaca, La gitana de cas (Alcalá, 1573) y Tratado de Geometría (Al­
Menfis y Las sacratísimas form as de Alcalá, to­ calá, 1573).
das ellas de tema religioso, aunque de una reli­
giosidad popular; Diego García de Paredes, La PÉREZ DE MUNGUÍA, Juan -> Véase LARRA Y
monja alférez, El segundo Séneca de España, so­ S ÁN CH EZ DE CASTRO , M ariano José de.
bre Felipe II y los hechos de su reinado, y Don
Juan de Austria, estas de carácter histórico, y La PÉREZ NIEVA, Alfonso (Madrid, 1859-Badaioz,
toquera vizcaína, La más constante mujer, No 1931)
hay vida como la honra, Como padre y como rey, Novelista. Estudió Filosofía y Letras y fue céle­
Cum plir con su obligación, Ser prudente y ser bre periodista. En su faceta narrativa, es autor de
sufrido y La doncella de labor, todas costumbris­ novelas de corte realista, muy sentimentales, en
tas de capa y espada o de intriga. De sus autos* las que se deja influir por el análisis de tipos que
736
PÉREZ DE OLIVA

practicó el costumbrismo* de la época romántica verdad cristiana. Se trata, sin duda, de su obra
(véase ROMANTICISMO). Fue autor de cuentos, fundamental, continuada por Cervantes de Sala-
crónicas de viajes y del poemario Mi muerta zar*, que la incluyó en sus Obras (Alcalá, 1546),
(1903), dedicado a su mujer. Destacan, entre sus y traducida posteriormente al italiano y al fran­
novelas, títulos como Esperanza y Caridad (1885), cés. No fue este, en cambio, el único diálogo, ya
La última lucha (1888), El alma dormida (1889), que Pérez de O liva escribió: D iálogo entre el
El señor Carrascas (1889), Ágata (1897), La tie­ cardenal Juan M artínez Silíceo, la Aritmética y
rra redentora (1897), La savia (1899), La dulce la Fama; Discurso sobre la lengua castellana e,
oscuridad (1907) y La alemanita (1914). inconclusos, el Diálogo del uso de las riquezas y
un Diálogo de la castidad, obras a las que deben
PÉREZ DE OLIVA, Fernán [o Hernán] (Córdoba, añadirse un Razonamiento que hizo en Sala­
1494-Medina del Campo, Valladolid, 1531) manca el día de la lección de oposición a la cá­
Humanista. De familia noble, según sus propias tedra de Philosophia moral, Razonam iento so ­
informaciones parece que estudió tres años en bre la navegación por el Guadalquivir, Tratado
Salamanca y uno en Alcalá, estudios que amplia­ en latín sobre la piedra imán, Historia de la in­
ría durante dos años en París, en cuya Universi­ vención de las Indias y, de entre sus versos, in­
dad enseñó Filosofía y Letras Humanas, y tres en cluidos en Parnaso español (1772; en el vol. 6),
Roma. Protegido del papa León X, fue catedrá­ de Juan José López de Sedaño*, la elegía de
tico de Teología en la universidad salmantina, de corte manriqueño, escrita en coplas de pie que­
la que se convierte en rector en 1529. Su muerte brado, Lamentación al saqueo de Roma, puesta
repentina le impidió convertirse en preceptor de en boca de Clemente VIL
Felipe II, cargo para el que había sido elegido
por Carlos V. Su sólida formación, unida a las in­ PÉREZ ORTIZ, Luis (León, 1957)
quietudes culturales propias de la época, le lle­ Narrador. Licenciado en Bellas Artes y Filosofía,
van a ocuparse de una amplia diversidad de gé­ trabaja como ilustrador. Debutó en el panorama
neros; de tal suerte, escribió poesía, historia, literario, apadrinado por Luis Goytisolo*, con la
filosofía y discursos, y destacó como cuidado­ novela La escondida senda (1998), en la que
so versionador, faceta que le incardina con el juega narrativamente con la confluencia de dos
mundo del teatro al traducir obras clásicas como narradores en uno y en la que, con no poco de la
las tragedias griegas Electra, de Sófocles, que él ciencia-ficción y ciertos homenajes a fray Luis
reescribió como La venganza de Agam enón, y de León* y recordatorios de Epicuro, se ve la in­
Hécuba, de Eurípides, que tituló Hécuba triste, o fluencia de su «padrino» en el tono introspectivo.
la comedia latina Anfitrión, de Plauto, que tras A ella siguieron Apuntes de M alpaís (1998), I
su reelaboración se convirtió en Comedia de A n­ donde de nuevo arriesga con la estructura,
fitrión. Se trata de versiones en prosa de gran ca­ creando un mundo de 194 breves relatos, de apa­
lidad, obras propias de Pérez de Oliva inspiradas riencia independiente, pero que suponen un todo
en los textos clásicos mencionados más que sim­ caleidoscópico con el que analiza minuciosa­
ples traducciones. En ellas, sustituye el contexto mente nuestra sociedad contemporánea, y Bal- I
de religiosidad pagana, acaso extraña para el pú­ neario de almas (2000), que sigue innovando,
blico de la época, por una moralidad de referen­ esta vez con una múltiple implicación lectora en
tes cristianos. Aunque no tuvieron demasiado la trama y un juego de tiempos narrativos.
éxito, sí debe decirse que contribuyeron decisi­
vamente al auge del teatro clásico en las univer­ PÉREZ DE LA OSSA, Huberto (Albacete, 1897-
sidades, así como a la valoración del castellano Salamanca, 1983)
como lengua con la que acercar al pueblo los te­ Novelista. Doctorado en Filosofía y Letras en
mas del teatro clásico greco-latino. Estas obras Barcelona, estuvo vinculado al mundo del teatro,
permanecieron inéditas hasta su muerte, tras la tanto al frente de la cátedra de Dirección Escé­
cual fueron editadas en Córdoba en 1586 por su nica en la Escuela Superior de Arte Dramático
sobrino, el cronista Ambrosio de M orales*, si como en su puesto de director del Teatro Nacio­
bien parece ser que, en 1528, se hizo en Burgos nal María Guerrero de Madrid. Escritor afín a la
una edición del Anfitrión y de Electra. estética decadentista, no rehuyó en su prosa las
No obstante los títulos mencionados, fue autor técnicas narrativas del realismo*. De entre sus
de otro tipo de obras, caso del Diálogo de la dig­ novelas merecen destacarse El ancla de Jasón
nidad del hombre, una disputa entre dos amigos (1921), La lámpara del dolor (1923), El opio del
a propósito de la condición humana, del bien y ensueño (1924), La santa duquesa (1924), con la
del mal, que, en la línea de una larga tradición en que obtuvo el Premio Nacional de Literatura, La
tomo al tema, consigue unificar diversas tenden­ casa de los masones (1927), Obreros, zánganos
cias de pensamiento haciéndolas derivar hacia la y reinas (1928), Los amigos de Claudio (1931) y
737 PÉREZ PRAT

El aprendiz del ángel (1953). Fue autor, asi­ P É R E Z P L A S E N C I A , E z e q u i e l (Santa Cruz de Te­
mismo, del poemario Polifonías (1922), del vo­ nerife, 1957)
lumen de relatos Veletas (1926) y de la pieza tea­ Narrador y periodista. Es autor de los libros de
tral En el kilómetro 13 (1945), obra esta a la que relatos El teléfono y otros cuentos (1989) y La
hay que añadir una adaptación de Dulcinea ilusión de los vencidos (1998), con el que obtuvo
(1944), original de Gastón Baty, y otra de la Ce­ un accésit del Premio de Cuentos Santa Cruz de
lestina (1957), realizada en colaboración con Tenerife 1997. Asimismo, ha publicado una se­
Luis Escobar*. Además, escribió biografías de lección de artículos, Los Caminaleando (1995),
santa Teresa* (1930), Danton (1930), Orellana el libro testimonial El regreso de Calvert Casey
(1935) y Almagro (1936). (1999) y el relato Decena de un cronopio (2000),
galardonado en el Premio Internacional de Cuen­
P É R E Z O V E J E R O , Á n g e l a (Talavera de la Reina. tos Juan Rulfo.
Toledo, 1961)
Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por la P É R E Z P R A T , J o s é M a r í a (Salamanca, 1917-
Universidad Com plutense de M adrid, ha sido Madrid, 1999)
lectora en la Universidad de Milán. Colabora­ Narrador. Abogado del Estado, empleó en sus
dora y crítica literaria en diversas publicaciones, textos el seudónimo de Juan Iturralde, con el
en sus versos, en los que es constante la presen­ que es conocida su obra. Escritor tardío que solo
cia de imágenes urbanas, las preguntas sin res­ una minoría de lectores conocía en los años
puesta dibujan una existencia en la que la oscuri­ ochenta, fue un escritor elogiado por la crítica
dad parece ser su sustancia, y en la que la pero cuyas obras no contaron con la difusión que
melancolía construye la visión m editativa del merecía. Tampoco ha merecido páginas en dife­
mundo. Es autora de los poemarios El ángel rentes antologías y diccionarios, algo que se ex­
triste (1998) y Umbral y luz (2000). plica mal si uno se aproxima a sus obras, que
contemplan la realidad con una amargura melan­
P É R E Z P A S T O R , C r i s t ó b a l (Horche, Guadala- cólica que nunca lleva al estilo a caer en sensi­
¡ara, 1833-1908) blerías de ningún tipo. Impresionante resulta la
Ensayista. Archivero, capellán de las Descalzas visión descarnada, dramática, triste, que ofrece
Reales de M adrid y miembro de la Real Acade­ de la Guerra Civil española en su gran obra. Días
mia Española desde 1905, fue especialista en la de llamas, a la que enseguida nos referiremos,
obra de Cervantes* e historiador eminente sobre dando cuenta del horror que supuso y de los la­
el siglo xix. Además de haber publicado diversas berintos existenciales a los que dio lugar, pero al
obras de investigación como La imprenta en To­ mismo tiempo sometiendo la trama a un ejerci­
ledo (1887), Bibliografía madrileña del siglo xvi cio constante de reelaboración y experimenta­
(1891), La imprenta en Medina del Campo ción narrativa, lo que convierte su obra, sin duda,
(1895), Proceso de Lope de Vega (1901) y Nue­ en compleja. Es autor de varias novelas, entre
vos datos acerca del histrionismo español en los ellas El viaje a Atenas (1975), que se reeditaría
siglos xvi y xvii (1901-1914), sacó a la luz dos con prólogo de Constantino Bértolo en 2001 y a
textos esenciales: Documentos cervantinos hasta la que se ha denominado «novela de agonía», y
ahora inéditos (1897-1901; 2 vols.) y Documen­ en la cual se centra en la historia de un anciano
tos para la biografía de don Pedro Calderón de que vuelve a Grecia para cumplir una misión
la Barca {1905). contra la dictadura de los coroneles, lo que le
sirve a Pérez Prat para abordar la evocación de
P É R E Z Y P É R E Z , R a f a e l (Cuatretondeta, Alicante, un país abocado a las dictaduras. El mismo año,
1891-Alicante, 1984) publicó Labios descarnados (1975; reed., 2002,
Novelista. Estudió M agisterio y ejerció la docen­ con prólogo de Luis Suñén*), novela claramente
cia. Comenzó su carrera literaria colaborando centrada en el tema de la muerte. Pero la que des­
con poesías en el Diario de Alicante. Destacó en taca sobre las demás es la ya mencionada Días
el género de la novela «rosa», donde supo urdir de llamas, aparecida en 1979, reeditada ocho
tramas históricas con estilo llano y coloristas años más tarde, con elogioso prólogo de Carmen
descripciones del gusto popular. De su numerosa M artín Gaite*, y de nuevo en 2000. Está consi­
producción, merecen destacarse títulos como: derada, sin lugar a dudas, como una de las mejo­
Los caballeros de Loyola (1929), El hada A le­ res novelas sobre la Guerra Civil, apreciada por
gría (1930), Los cien caballeros de Isabel la Ca­ alguien tan obsesionado por el asunto, y por la
tólica (1931), Madrinita buena (1932), El chófer alta literatura, como Juan Benet*. Se trata de un
de M aría Luz (1941), La doncella de Loarre relato riguroso en el que se combina la evocación
(1942), El tem plario (1950), Aquella mujer y el monólogo, lo que da lugar a la superposición
(1957) y Novios de verano (1964). de dos tiempos, el pasado y el presente, meca­
PÉREZ DEL PULGAR 738

nismo a través del cual lturralde aborda las pro­ escrita, ha conseguido con sus novelas grandes
fundas contradicciones de las que nació la propia éxitos de ventas, tanto en España como en el ex­
guerra y que, además, provocó. Retrospección e tranjero. Su éxito prim ero y el lento reconoci­
introspección, en fin, como mecanismo narrativo miento de la crítica culm inaron en enero de
para construir una de las novelas magistrales de 2003, cuando fue elegido m iembro de la Real
la literatura española del siglo xx, sorprendente­ Academia Española. En sus obras, la aventura y
mente olvidada durante años y relegada al la intriga, en cierto sentido muy en la línea de
mismo anonimato al que lo estuvo su autor en los folletines (véase FOLLETÍN) decimonónicos,
vida. son dos de los elementos esenciales, a través de
cuyos resortes, manejados con maestría, consi­
PÉREZ DEL PULGAR, Hernán (Ciudad Real, 1451- gue relatos plagados de referencias culturales de
Granada, 1531) diversa índole, pictóricas, históricas y literarias,
Cronista. Conocido como «el de las Hazañas», pero que logran captar la atención lectora. Fuer­
mereció el reconocimiento de los Reyes Católi­ temente influido por el relato de aventuras de
cos por sus acciones durante la Reconquista, en grandes autores del género, como Conrad o Du-
la que participó, con sobradas y numerosas mas, es autor de las novelas El húsar (1986), El
muestras de valentía — por ejemplo durante el maestro de esgrima (1988), que fue llevada al
cerco de Granada— , al lado de Gonzalo Fernán­ cine, La tabla de Flandes (1990), que también
dez de Córdoba, «el Gran Capitán», motivo por cuenta con su correspondiente versión cinema­
el que Carlos V le encargaría, en 1526, la obra tográfica y con la que obtuvo el Grand Prix de
que le ha dado celebridad: Breve parte de las ha­ Literatura Policiaca en Francia, El club Dumas
zañas del excelente nombrado Gran Capitán (1993), galardonada con el Premio Rosenkrantz
(Sevilla, 1527), crónica, a menudo cultista y pe­ de Dinam arca a la m ejor novela policiaca, La
tulante, sobre las acciones militares de este, que sombra del águila (1993), editada previamente
sería reeditada por M artínez de la Rosa* en por entregas en el diario El País, Territorio co-
1834. La escasa mención de las campañas de Ita­ manche (1994), llevada al cine en 1997 y cuyo
lia y la excesiva atención a los hechos acaecidos guión se publicó el mismo año, La piel del tam­
en Granada ha sido el motivo de que, a menudo, bor (1997), por la que recibió en Francia el Pre­
se le haya confundido con el cronista oficial de mio Jean M onnet de Literatura Europea, La
los Reyes Católicos, Hernando del Pulgar*. carta esférica (2000) y La Reina del Sur (2002),
a las que hay que añadir la serie en la que es pro­
PÉREZ-RAMOS, Antonio (Santander; 1953) tagonista el capitán Alatriste, nombre tomado
Narrador. Estudió Filología Inglesa, Filosofía y del apellido de su amigo el escritor mexicano
Filología Eslava en Cambridge, por la que es Sealtiel Alatriste, cuyo primer título fue, preci­
doctor en Filosofía, y en Moscú. Profesor de His­ samente, El capitán Alatriste (1997), escrito en
toria de la Filosofía y de la Ciencia en la Univer­ colaboración con C. Pérez-Reverte, al que si­
sidad de M urcia, colabora en el diario El País. guieron Limpieza de sangre (1997) — estas dos
En sus obras indaga sobre el poder, sus corrup­ publicadas, en 2001, en una edición especial
ciones, sus excesos y peligros, concentrándose para niños acompañada de material didáctico— ,
casi siempre en el ámbito universitario, así tam­ El sol de Breda (1998) y El oro del rey (2000),
bién la Iglesia o el Estado, y sin evitar un fino que primero había aparecido en Internet, donde
sentido del humor que lo conduce una y otra vez había circulado durante un mes antes de editarse
a cierta malignidad irónica a través del ejercicio como libro. En 1995 apareció un prim er volu­
de la parodia y de las deformaciones grotescas. men de Obra breve, en el que se recogen la men­
Es autor, además de diversas obras relacionadas cionada novela breve El húsar, los relatos de La
con su labor investigadora, como Francis Ba- sombra del águila, también publicado ya aparte,
con's Idea o f Science and the M a ker’s Know- Una cuestión de honor, publicado igualmente
ledge Tradition (1988), de las novelas Los traba­ por entregas en El País en 1994, La pasajera del
jo s de Artem ia (1995), La resurrección de ‘Sati C arlos’, que había visto la luz en 1992, y
Telémaco (1996) y El paraíso perdido (2001). artículos periodísticos publicados en la revista
El Semanal entre 1991 y 1992; a ello hay que
PÉREZ-REVERTE, Arturo (Cartagena, 1951) añadir otro volumen de artículos, pertenecientes
Novelista. Además de ser ya uno de los narrado­ a la misma revista, titulado Patente de corso
res españoles mejor considerados, es también (1993-1998) (1998) y un pequeño librito que
uno de los periodistas de más reconocido presti­ reúne textos Sobre cuadros, libros y héroes
gio. Licenciado en Ciencias Políticas y Perio­ (1998). Otra recopilación de artículos se en­
dismo y, durante años, reportero de guerra, tanto cuentra en el volum en Con ánimo de ofender
para la televisión y la radio como para la prensa (1998-2001) (2001).
739
PÉREZ DE VIVERO

PÉREZ RODRÍGUEZ, Pascual (Valencia, 1804- Cristo (1941), Fernán González (1943) e Histo­
1868) ria del Condado de Castilla (1945), obra galar­
Novelista. Fundador del Diario M ercantil y di­ donada con el Premio Francisco Franco. Debe
rector de El Conciliador, escribió novelas histó­ m encionarse, asimismo, su poemario In térra
ricas entre las que destacan títulos como La torre pax (1940).
gótica (1831), La amnistía cristiana (1833), El
hombre invisible (1833) y La urna sangrienta o PÉREZ VALIENTE, Salvador (Fortuna, M urcia,
El panteón de Scianella (1834). 1919)
Poeta. Estudió Filosofía y Letras en M adrid y
PÉREZ SÁNCHEZ, Manuel Antonio (Rianxo, La fue redactor jefe de Radio Nacional. Colabora­
Coruña, 1900-1930) dor en numerosas publicaciones, como el diario
Poeta en lengua gallega. Se le conoce como Ma­ Arriba, formó parte del grupo de poetas jóvenes
nuel Antonio, forma con la que siempre firmó del Café Gijón Juventud Creadora, en el que se
sus versos. Estudió Filosofía y Letras en la Uni­ contaban autores como Ramón de Garciasol* o
versidad de Santiago, aunque abandonó la ca­ José García Nieto*, entre otros, y perteneció al
rrera para convertirse en capitán de la M arina grupo de la revista Garcilaso. En sus versos, fá­
M ercante. Heredero, en cierta medida, del M o­ cilmente incluibles en la poesía social* de pos­
dernismo*, su poesía representa, no obstante, la guerra, dominan no obstante los asuntos de la
innovación frente a las concepciones poéticas individualidad del poeta. Destacan poemarios
tradicionalistas, una renovación que surge de un suyos como: Cuando ya no hay remedio (1947),
rico empleo de la metáfora y que condujo a que P or tercera vez (1953), que recibió un accésit
la literatura gallega se incorporara a las vanguar­ del Premio Adonais, Lo mismo de siempre
dias. Sus primeros versos son de 1920 y 1921; en (1960), No amanece (1962), Volcán (1967), El
1922 publica, con el pintor Álvaro Cebreiro, el que busca (1973), La tarde a perros (1976), Con
manifiesto M áis alá, pero solo editó un poema- odio, con temor, con ira (1977), Tiempo en Ávila
rio como libro: De catro en catro. Follas dun y yo (1980), La memoria, ese olvido (1984) y
diario de abordo. Cercado de m í (2000). En 2002, el Ayunta­
miento de Fortuna, que ese mismo año había re­
PÉREZ SANTIAGO, Justo -» Véase PÉREZ DE cibido del autor la donación de su biblioteca de
URBEL, fray Justo. 9.000 volúmenes, editó en dos tomos sus Obras
completas.
PÉREZ SAUQUILLO, Vanesa (Madrid, 1978)
Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por la PÉREZ DE VARGAS, Bernardo (M adrid?, ?-2
Universidad Complutense, es colaboradora de la 1570?)
sección de literatura juvenil de la editorial Alfa­ Tratadista. Los datos que se conocen de su bio­
guara y ejerce la crítica literaria. Es autora del li­ grafía aparecen en sus obras, de las que se con­
bro en prosa El fungible (1997), al que hay que cluye que nació en M adrid, que su familia era
añadir el poem ario Estrellas p or la alfombra noble y que se trasladó a Coín, en Málaga. Au­
(2001), con el que obtuvo el Premio de Poesía tor muy citado por los historiadores, destacó en
Joven Antonio Carvajal. obras de Astronomía y Astrología y de Metalur­
gia. Así, deben recordarse títulos como Fábrica
PÉREZ DE URBEL, fray Justo (Pedrosa del Río del Universo (1563) y De re metallica (1568),
Urbel, Burgos, 1895-?) su obra más importante cuyo mérito principal,
Ensayista y poeta. Justo Pérez Santiago, cuyo además de constituir una útil recopilación de
nombre de religión, tras ingresar en la Orden Be­ los grandes tratadistas en la materia, reside en
nedictina y ordenarse sacerdote en 1918, fue el haber vertido al castellano una serie de cono­
que figura en este encabezamiento, ocupó la cá­ cim ientos hasta entonces reservados a otras
tedra de Historia de la Edad Media en la Univer­ lenguas.
sidad de Madrid y fue abad mitrado de la Basí­
lica del Valle de los Caídos. De gran erudición y PÉREZ DE VILLAGRÁ, Gaspar (España, 1551?-
conocedor profundo de diversas lenguas, entre Guatemala, 1621?)
ellas el hebreo y el árabe, tradujo libros ingleses Poeta. Participó como soldado en la conquista
y alemanes y colaboró en publicaciones como La del norte de México y a él se debe Historia de la
Época, Arriba y ABC. Investigador histórico y Nueva México (1610), poema épico de ricas des­
hagiógrafo, destacan ensayos suyos como San cripciones paisajísticas.
Eulogio de Córdoba (1927), El claustro de Silos
(1930), Los monjes españoles en la Edad Media PÉREZ DE VIVERO, Alonso -> Véase ALTAMIRA,
(1933), San Isidoro de Sevilla (1940), Vida de vizconde de.
740
PÉREZ ZÚÑIGA

PÉREZ ZÚÑIGA, Ernesto (Madrid, 1971) tú me dices ven (1996) y El pabellón azul (1998),
Poeta y narrador. Editor de profesión, ha sido ambientada en el mundo del circo, al que está
profesor de Lengua y Literatura y asesor literario muy ligado como presidente de varias asociacio­
de varias editoriales. En sus versos dominan cier­ nes internacionales, la consagración le vino con
tos temas, como la soledad, el desamor y el la concesión del Premio Ateneo de Sevilla por la
tiempo, abordados de modo simbólico en dife­ novela Paso a dos (1999), centrada en las conse­
rentes obras en las que el irracionalismo y cierta cuencias todavía vivas de la Guerra Civil y que
musicalidad de fondo recuerdan al Luis Eduardo fue finalista del Premio Nacional de Literatura, a
Aute* de tono más introspectivo y hermético o la que siguieron Bruma rio (2000), donde se
al García Lorca* de corte más surrealista. Su adentra, en un relato de corte mítico y con perso­
verso es cortante, breve, y los espacios a menudo najes arquetípicos, en una reflexión sobre la me­
son míticos. Autor de diferentes libros en prosa, moria, y Libro de actas (2003).
entre ellos el volumen de relatos Las botas de
siete leguas y otras maneras de morir (2002), PERO ALFONSO -> Véase A LFO N SO , Pero [o
hay que m encionar sus poemarios El vigilante, Pedro],
Los cuartos menguantes, Ella cena de día (2000)
y Calles para un pez luna (2002), galardonado PEROGORDO Y RODRÍGUEZ, Gregorio (M a ­
con el Premio de Arte Joven de la Comunidad de drid, 1840-1891)
Madrid. Ensayista. Además de sus colaboraciones en
prensa religiosa, merecen mencionarse obras
PÉREZ ZÚÑIGA, Juan (Madrid, 1860-1938) como Achaques del sexo feo (1863), La Virgen
Narrador. Abogado y violinista, en 1880 entró en de la Almudena (1864) y La Iglesia y el Estado
la redacción de Madrid Cómico, aunque también en sus relaciones mutuas en España (1868).
colaboró en publicaciones como ABC, El Liberal
y Heraldo de Madrid, entre otras. Fue autor de PERRÍN Y VICO, Guillermo (Málaga, 1857-Ma-
obras festivas que alcanzaron gran popularidad, drid, 1923)
de entre las cuales merecen mención: Viajes mo­ Comediógrafo y libretista de zarzuela. Aunque
rrocotudos en busca de «Trifinus Melancolicus» comenzó la carrera de D erecho, la abandonó
(1901), los cuentos de ¡Buen humor! (1907) y el para dedicarse a la literatura. Escribió numero­
libro de memorias El placer de recordar (1935). sos libretos, muchos de los cuales los hizo en
colaboración con M iguel de Palacios*, a los
PERILLÁN BUXÓ, Eloy (Valladolid, 1848-La Ha­ que pusieron música los más célebres composi­
bana, Cuba, 188 y) tores del momento. El éxito que alcanzaron las
Dramaturgo. Colaborador en numerosas publica­ obras de ambos, siem pre ingeniosas y accesi­
ciones españolas e hispanoamericanas, firmadas bles, fue im presionante. Además de las obras
a veces como Pedro Illán, El bachiller Juan de exclusivamente de Perín, caso de la zarzuela en ¡
Lima y Eva Canel, recorrió diversos países de verso Los em pecinados (1890) y de la opereta
Hispanoamérica y fue catedrático de Literatura La reina de los mercados (1909), entre otras
en Montevideo. En cuanto a su obra, hay que de­ muchas, hay que destacar títulos de las coescri­
cir que escribió numerosas piezas teatrales, tanto tas con Palacios, como Certamen nacional
en prosa como en verso, de las que destacan la (1888), El barbero de Sevilla (1901), célebre
comedia Cortés y Pizarro (1871), el drama El si­ zarzuela en verso, Bohem ios (1904), la revista
tio de París (1871), en colaboración con Pedro musical Cinematógrafo nacional (1907), Ense­
M arquina*, y las zarzuelas La copa de plata ñanza libre (1910), la opereta La corte de Fa­
(1873) y Apolo y Apeles (1873), entre otras. Del raón (1910), Las mujeres de don Juan (1912) y
resto de su obra, amplia y variada —crítica lite­ La Generala (1913), a las que deben sumarse
raria, política, biografías, etc.— , merecen men­ otras escritas con Fernández Lapuente, como
ción: Retratos de cuerpo entero (1870) y la no­ por ejemplo Correo interior (1901) y La soleá
vela Bengala (1887). (1901).

PERNAS, Ramón (Vivero, Lugo, 1952) PERSIA, Juan de (?, 1567?-?)


Narrador. Licenciado en Ciencias de la Informa­ Tratadista. Hijo del sultán Alí Beq, su verdadero
ción y en Sociología, ha sido redactor, editoria- nombre, previo a su conversión al catolicismo
lista y guionista de televisión. En la actualidad tras su llegada a España en 1601, era ‘Uruq Beg.
trabaja para una gran empresa comercial y es el Fue autor de las Relaciones (1604), divididas en
presidente de la Asociación de Periodistas Galle­ tres libros en los que fue ayudado por fray
gos en Madrid. Autor de estilo a veces lírico, Alonso Remón* y donde hace referencia, ade­
muy atento al lenguaje. Autor de las novelas Si más de a su propia experiencia vital — viaje a
741 PERUCHO

España y conversión—•, a los reyes y propósitos colaborador — preferentemente como crítico de


de Persia y a las guerras contra los turcos. Los arte, materia en la que es un auténtico especia­
dos primeros libros abundan en noticias históri­ lista— en numerosas publicaciones, entre ellas
cas y geográficas sobre Persia, especialm ente en el diario La Vanguardia. Sus comienzos lite­
del siglo xvi. rarios son poéticos y se desarrollan en tomo a los
poetas de posguerra agrupados en la revista
PERSIO, Félix (Sevilla, siglo XVII-?) Ariel. De abundantísima obra, en el campo de la
Poeta y autor teatral. Nada se sabe de la vida de poesía destaca con versos que, en una primera
este autor cuyo seudónimo era Bertiso y cuyas época, son de corte surrealista, mientras que los
obras eran difundidas en pliegos sueltos manus­ más recientes apuntan hacia la forma del diario.
critos. U nicam ente conocemos su autoría de En todo caso, y entendida globalmente, su poe­
obras teatrales como Entremeses de la infanta sía resulta polisémica, poliédrica, y en ella la
Palancona, La Peregrina del cielo o el Auto del presencia de lo perecedero, de la fugacidad de las
Nacimiento, así como de una Segunda parte de cosas, es abordada con una mezcla de delicadeza
la vida del picaro (M adrid, 1654), en verso, y oriental, distancia y siempre una elegancia culta.
unos poemas aparecidos en La harpa de Belén Se trata de versos en los que el fondo melancó­
(Sevilla, 1677). lico viene tamizado por un cierto humorismo, y
en ellos, en la suma de símbolos constantes como
PERTIERRA, Tino (Gijón, Asturias, 1964) la sangre, los insectos o la cera, representativos
Narrador. Estudió Derecho en Oviedo y Perio­ de dos de sus obsesiones, el tiempo y la muerte,
dismo en Madrid, ha sido periodista en diferen­ conviven referentes de la pintura y de la litera­
tes medios y colaborador en algunas publicacio­ tura. Como narrador, recurre a mundos fantásti­
nes, entre ellas La Nueva España, diario en el cos y oníricos en los que imperan, a través de una
que trabaja como crítico cinematográfico, ade­ sutil ironía, lo maravilloso, la sensualidad y los
más de dirigir un taller literario y dar clases de referentes cultistas, que, desde luego, no están
periodismo. Autor en cuyas páginas parece que ausentes de su poesía. Se trata de una prosa labe­
el amor, los deseos y el torbellino de la pasión ríntica, de un juego constante de la trama, ameno
se convierten en centro esencial, asuntos todos y en el que la realidad y la invención no siempre
tratados con ingenio y a partir de construcciones respetan sus límites. Fue, por así decirlo, inven­
narrativas arriesgadas y originales, así como de tor de un nuevo tipo de artículo literario en el que
diálogos que, en su deuda con el cine, se con­ mezcla a personajes históricos con personajes de
vierten en un auténtico logro de la pluma de este ficción y seres fantásticos. Deben recordarse, en­
autor asturiano. Literatura, pues, ágil y ligera, a tre otros muchos, poemarios como Sota la sang
veces próxim a a la narración periodística, pero (1947), Aurora per vosaltres (1951), El médium
siempre con un punto de ironía que contribuye (1954), por el que recibió el Premio Ciudad de
al distanciamiento. Es autor del libro de relatos Barcelona, El país de les meravelles (1956), An­
Los seres heridos (1996), con el que obtuvo el tología poética (1970), Poesía, 1947-1973
Premio Tigre Juan, así como de las novelas (1978), la antología bilingüe Poesía, 1947-1981
¿Acaso mentías cuando dijiste que me amabas? (1982), Cuadern d'Albinyana (1983), Obra poé­
(1997) y Toda la verdad sobre las m entiras de tica completa (1984), Itineraris d ’Orient (1985),
los hombres (1999), a las que hay que añadir Els miralls (1986), La medusa (1987), El duque
Nosotras (2001), un curioso libro en el que, a de Portland sale a la calle (1988), Cendres i dia-
través de la invención de diferentes mujeres que mants (1989), Inscripcions, lapides, esteles
monologan, se adentra en la mentalidad y los (1993), Els dies de la Sicilia i la Germánica
sentimientos fem eninos. Asimismo, ha publi­ (1994), Un silencio olvidado: poesía (1943-
cado obras dirigidas a un público juvenil, como 1947) (1995), en el que se reúnen algunos poe­
El secreto de Sara (1996), Jesse James estudió- mas inéditos en español y otros desperdigados,
aquí (1998), sobre los conflictos sociales y fa­ Versos d ’una tardor (1995), El fa r (1997), La mi­
miliares de un joven, y Románticos.com (2002), rada d ’Antinea (1998) y Els morts (2000), libros
escrita con Lucía Galán y en la que cuenta una a los que deben añadirse, además de Els jardins
historia de am or entre adolescentes a través de botánics (1997), que obtuvo el Premio de la Crí­
un chat, y los ensayos Asturias, un viaje al pa ­ tica en catalán, y Antología poética (2000), edi­
raíso y Pasión de cine. ción bilingüe con traducción del propio autor, en
colaboración con Rosa Lentini*, las prosas líri­
PERUCHO, Joan (Barcelona, 1920) cas, caracterizadas por su barroquismo y breve­
Poeta y narrador tanto en lengua española como dad, incluidas, entre otros, en: Diana i la mar
catalana. Estudió Derecho en Barcelona, alcanzó M orta (1953), Amb la técnica de Lovecraft
la judicatura, que ha ejercido siempre, y ha sido (1956), Roses sumriures i diables (1963) — apa­
PESSARRODONA 742

recido en español como Rosas, diablos y sonri­ lín suite (1985) y Homenaje a Walter Benjamín
sas (1970), Aparicions ifantasm es (1968) y Gá- (1989), reeditados en español en 2002, así como
bia p e r a petits animals feligos (1981), además de los relatos D urand Gardens / La revolución
del volumen Cuentos (1986). (2002), el primero de ellos un homenaje a Lon­
Asimismo, Perucho ha publicado novelas como dres y el segundo una reflexión sobre la posgue­
Llibre de cavalleries (1957) — en español Libro rra española.
de caballerías (1976), Les histories naturals
(1960), Les aventures del cavalíer Kosmas PETISME, Ángel (Calatayud, Zaragoza, 1960)
(1981; también en español), galardonada con el Poeta. Músico y cantante, se trata de un autor de
Premio Ramón Llull, el Nacional de la Crítica de lenguaje rotundo y directo, que cuida la palabra
1981 y, en 1982, el Joan Crexells, Pamela hasta los extremos últimos de la expresión,
(1983), Dietario apócrifo de Octavio de Romeu atento a cuestiones que huyen de lo política­
(1985), La guerra de la Contxinxina (1986), Els mente correcto y que aúnan la lírica de la natura­
emperadors d ’Abissínia (1989) y El baró de leza con los referentes más hoscos del mundo ur­
Maldá o Les bésties de Vinfern (1994) — El ba­ bano, que mezclan ironía y dolor, locura y
rón y las bestias del infierno (2000). Entre los li­ belleza. En sus versos plantea a menudo el des­
bros de ensayo, de viajes y los que recogen sus concierto del individuo ante las nuevas tecnolo­
artículos periodísticos destacan: Galería de es­ gías y la globalización. Destacan sus poemarios
pejos sin fondo (1963), El arte en las artes Cosmética y terror (1984), El océano de las es­
(1964), Gandí, una arquitectura de anticipación crituras (1989), La habitación salvaje (1990),
(1967), Joan Miró y Cataluña (1968), La sonrisa A m or y cartografía (1993), Constelaciones al
de Eros (1968), La cultura y el mundo visual abrir la nevera (1996) y Buenos días, colesterol
(1968), Los misterios de Barcelona y otras infor­ (2000), galardonado con el Premio Sial, a los que
maciones (1968), Botánica oculta o el falso Pa- hay que añadir diferentes discos, entre ellos el
racelso (1969; reed., 1980), El libro de la cocina disco-libro Cierzo (1997).
española. Gastronomía e historia (1970), escrito
en colaboración con Néstor Luján*, H istories PETRI, Martinus -> Véase PÉREZ, Martín.
apócrifes (1974), Els balnearis (1975), M ons-
truari fantástic (1976) — Bestiario fantástico Pl Y MARGALL, Francisco (Barcelona, 1824-
(1990), Una semántica visual (1986), Els labe- M adrid, 1901)
rints de Bizanci (1989), Espectacles & secrets Ensayista. Célebre político al que se recuerda por
(1992), La gespa contra el cel (1993), El Pares su labor al frente del Ministerio de la Goberna­
del desert (1998), La meva visió del món (1998) ción y como presidente de la Primera República
y Gastronomía i cultura (1999), a los que debe Española. En un principio, en 1831, ingresó en el
sumarse una suerte de memorias tituladas Els seminario, centro en el que se aficionó a las hu­
jardins de la malenconia (1992) — Los jardines manidades y a las lenguas clásicas, y que aban­
de la melancolía (1993). En 1997 habían apare­ dona, en 1837, para matricularse en la Facultad
cido ya nueve volúmenes de Obres completes. Es de Derecho, carrera de la que terminaría docto­
autor, asimismo, de un curioso libro de miscelá­ rándose en M adrid. En la capital, com ienza a
nea, en el que se incluyen reflexiones, relatos de colaborar en la prensa y, tras el cierre del diario
viajes, comentarios literarios, etc., titulado La El Correo, entra a trabajar en una sucursal de
máscara de hierro y otras máscaras (1999). M u­ banco, ingresa en el Partido D emócrata y, en
chos son los premios que ha recibido a lo largo 1856, funda la revista La Razón. Tras pasar una
de su trayectoria literaria, tales como el de la Ge­ breve temporada en Vergara (Guipúzcoa), re­
neralitat de Catalunya en 1995, el Rosalía de gresa a Madrid e ingresa en la redacción de La
Castro al conjunto de su obra en 1996, en 2002 Discusión, periódico del cual se convertiría en
el Premio Nacional de las Letras Españolas tam­ director en 1864. D espués de ser elegido dipu­
bién al conjunto de su obra, así como la Medalla tado por Barcelona y participar en las Cortes que
de Oro al Mérito Cultural, Científico y Artístico redactan la Constitución de 1869, va transfor­
del Ayuntamiento de Barcelona. mándose en líder del Partido Republicano Fede­
ralista, del que se convertirá en jefe en 1870,
PESSARRODONA, Marta (Tarrasa, Barcelona, aunque perderá el puesto. En 1873 es nombrado
1941) ministro de la Gobernación, llamado al cargo por
Poetisa, ensayista y narradora en lenguas cata­ Estanislao Figueras, tras cuya dimisión pasa a
lana y española. Fue lectora de español en la presidir la República. Ideológicam ente, fue un
Universidad de Nottingham, Inglaterra, y desde defensor de los derechos individuales, del fede­
1987 coordina la Comisión Internacional para la ralismo y un detractor de la monarquía. Entre sus
Difusión de la Cultura Catalana. Autora de Ber­ muchos ensayos, tanto de carácter crítico como
743
PICARESCA

histórico, destacan: Historia de la pintura en Es­ como picaresca alcanza sus caracteres más sig­
paña (1851), Estudios sobre la Edad M edia nificativos. El éxito de esta obra y de su reim ­
(1852) — que fue prohibido por la Iglesia y reim­ presión, así como de la segunda parte de Alemán
preso en 1873— , La República de 1837 (1874), (1604) y de otras fraudulentas, caso de la de
Las Nacionalidades (1876), una de sus obras Juan Martí*, originó toda una cadena de obras
fundamentales, Joyas literarias (1876), un pri­ protagonizadas por este tipo de personaje y cen­
mer volumen de una Historia General de A m é­ tradas en el mundo de la delincuencia, llegando
rica (1878), La Federación (1880), Las luchas incluso a Rinconete y Cortadillo de Cervantes*.
de nuestros días (1884), Observaciones sobre el Pero debe aclararse que, aunque la vida de vaga­
carácter de don Juan Tenorio (1884) y Rebelión bundeo y pordiosería es común a casi todas las
(1897), a los que deben añadirse su finalización, naciones europeas de la época, es cierto que en
en 1848, de la obra Recuerdos y bellezas de Es­ España esta situación da origen a una novela cu­
paña, de Piferrer*, de la que realizó el volumen yas peculiaridades están íntimamente ligadas a
dedicado a Cataluña y partes de los de Granada y la hondura humana, y no solo a la risa, así como
Sevilla, una Introducción a la Historia de E s­ a la alta literatura, debido a los grandes autores
paña en el siglo xrx, cuyos apuntes ordenó y pu­ que la cultivaron, algo que en otros países solo
blicó su hijo, y unas Cartas íntimas editadas, era tratado por géneros populares considerados
postumamente, en 1911. inferiores.
Puede decirse que el género se define por tres ca­
PICARESCA racterísticas: se trata de historias autobiográficas,
Con esta denominación genérica se hace referen­ hay un relato de las penalidades sufridas por un
cia a un grupo de novelas, muy numeroso y va­ individuo y el deseo de cambiar de clase. Escri­
riado, escritas en España durante los siglos xvi tas la mayoría de estas novelas, pues, en forma
y x v ii . Por lo que respecta al significado de la autobiográfica, es decir en primera persona, sue­
palabra picaro, identificado con marmitón en un len tener un carácter episódico y una intención
texto de 1525, y aunque conservó este signifi­ justificatoria. En ellas, el protagonista cuenta sus
cado, pasó a connotar la idea de deshonestidad propias aventuras, las cuales dan cuenta de una
y, en un sentido más actual, podría identificarse vida vulgar, interesada solo en salir del paso
con delincuente, si bien, ajeno a la violencia, el como sea, empleando cualesquiera malas artes
picaro es un individuo que, carente de escrúpu­ que sean necesarias y al margen de ambiciones
los, busca el triunfo fácil sin asumir responsabi­ heroicas o similares. La novela picaresca suele
lidades y con una actitud parasitaria. Se ha rela­ carecer de construcción arquitectónica previa, de
cionado el término con las diversas acepciones un plan compositivo, lo que le otorga la natura­
de picar, sobre todo por lo que respecta a los pi­ leza de género abierto, aunque hay aparentes ex­
caros de cocina, quienes, como los pinches, te­ cepciones, como la del Lazarillo. La unidad de
nían por misión picar la carne o las salsas, aun­ tono y ambiente de cada obra dependerá de la
que también puede derivar del hecho de que su manera empleada en la interpretación de la reali­
trabajo carecía de salario y, para sobrevivir, pi­ dad, si bien puede afirmarse que, en general, lo
caban de las com idas que tenían delante. Otro picaresco responde a una forma de enfocar la
posible origen, entre las muchas hipótesis al res­ vida, en la cual el picaro, después de una infan­
pecto, hace referencia a los picard franceses, ha­ cia marcada por experiencias amargas, se verá
bitantes de la región de Picardía, limítrofe con abocado al resentimiento frente a la sociedad y,
Flandes, y que servían a los soldados españoles por tanto, a una actitud antiheroica. En puridad,
para referirse a los desertores como vestidos a lo no puede hablarse de un género claro, de acuerdo
picard, es decir sucios, andrajosos y desarrapa­ a un rigor canónico, debido fundamentalmente a
dos. Sea como fuere, el caso es que a mediados que no todas las obras responden ni a unas mis­
del siglo xvi, como consecuencia de diversas cir­ mas intenciones ni a una similitud de caracterís­
cunstancias sociales referidas a la obsesión por ticas formales, lo que conduciría, en muchos ca­
la honra o la nobleza de sangre, así como por el sos, y tras la eclosión del género, a una tendencia
problema de la mendicidad, aparece una obra. hacia otras fórmulas narrativas que se sirven de
Lazarillo de T o rn es* que, aunque considerada él pero que adquieren una fisonomía propia. Pero
uno de los ejemplos máximos del género, no es no es necesario llegar a los coletazos de la pica­
el primer texto en el que el autor se refiere a su resca, ya que, por ejemplo, en las que suelen te­
personaje como picaro, algo que sucede por vez nerse por las tres grandes obras del género, las
prim era algunos años después, en 1599, en el dos ya mencionadas, Lazarillo y Guzmán, y el
Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán*, obra Buscón, de Quevedo, existen ya diferencias apre­
a partir de la cual se considera al género pica­ ciabas. La primera de ellas es una autobiografía
resco como tal, ya que en ella lo que conocemos epistolar de un sujeto de baja condición, algo que
744
PICATOSTE

contrasta ya con la nobleza de los héroes de los llo de Manzanares (1620), de Juan Cortés de To-
libros de caballerías*, contada en forma epistolar losa*. La desordenada codicia de los bienes aje­
y con una intención explicativa, justificatoria y nos (París, 1619), de Carlos García*, y Varia fo r ­
consecuente de un determinado estado del perso­ tuna del soldado Píndaro (Lisboa, 1626), de
naje al que accedemos al final. A estas intencio­ Gonzalo de Céspedes y Meneses*, a las que ha­
nes se añaden, posteriormente, otras de diferente bría que añadir, aunque no menores precisa­
índole, ya sean críticas, satíricas, irónicas u mente, las que, en relación con otros géneros na­
orientadas a transm itir un alto grado de verosi­ rrativos, derivan de la mencionada obra de López
militud. En el caso del Guzmán la intención prin­ de Úbeda, La picara Justina, y que están prota­
cipal es ya didáctico-m oralizante, pues es una gonizadas por mujeres, caso de La hija de Celes­
obra en la que las aventuras de su protagonista, tina (1612), de Alonso Jerónimo de Salas Barba-
menos agobiado por las necesidades que Lázaro, dillo*, o de algunas de las obras de Alonso de
sirven a su autor para reflexionar sobre diversas Castillo Solórzano*. El género, como queda di­
materias de una forma más profunda que en el cho, fue fundiéndose y solapándose en otros, y
Lazarillo. Después, ya otros autores emplearán, aunque su disolución como tal se produjo hacia
adaptarán u omitirán, en virtud de intereses va­ mediados del siglo xvii, influyó decididamente
riados, caracteres que les eran comunes a estas en obras extranjeras como el Simplicius Simpli-
dos obras. Así, Quevedo en su Historia de la cissimus (1668), del alemán Grimmelshausen, o
vida del buscón llamado don Pablos, ejemplo de la Historia de Gil Blas de Santillana (1715-
vagamundos y espejo de tacaños, escrita entre 1735), del francés Lesage, a las que habría que
1603 y 1604 y no publicada, con variantes y pro­ sumar otras posteriores, que sentaron las bases
blemas (véase QUEVEDO Y VILLEGAS, Francisco de la novela de costumbres y de observación de
de), hasta 1626 en Zaragoza, se desinteresa tanto la realidad, hasta bien entrado el siglo xix e, in­
de la unidad de sentido, basada en los efectos de cluso, el xx, en el cual los patrones picarescos
causalidad de los episodios de sus modelos, han servido de soporte a no pocos textos litera­
como de las posibilidades críticas. Él prefiere la rios. Paralelamente a la evolución del género ha­
burla descarnada, la caricatura y el distancia- cia la novela de aventuras, así como al intercam­
miento emocional respecto de su personaje. bio de elementos con la novela corta, se produjo
Otras obras im portantes del género son La p i­ una transferencia de intenciones y técnicas que
cara Justina (Medina del Campo, 1605), de terminaría fijando, como digo, el costumbrismo*.
Francisco López de Úbeda*, con la que se inau­ No olvidemos que el costumbrista se limita, en
guran las obras de esta índole protagonizadas por muchos casos, a ofrecer cuadros sueltos de la
mujeres, y El Guitón Honofre, de Gregorio Gon­ sociedad, sin que necesariamente haya que enla­
zález*, obra conservada en un único manuscrito zarlos en un relato, y con un afán meramente
de 1604. A todos estos títulos mencionados hay descriptivo, algo que tiene su origen en la frag­
que añadir otros que, sirviéndose del molde inau­ mentación episódica de la picaresca.
gurado por la picaresca, lo transforman y mani­
pulan según necesidades narrativas diversas, PICATOSTE, Felipe (Madrid, 1834-1892)
como sucede en la Vida del escudero Marcos de Ensayista. Ocupó diversos cargos públicos tras
Obregón (Madrid, 1618), de Vicente Espinel*, el triunfo de la revolución del 68, dirigió La Ga­
protagonizada por un viejo y en la que el autor se ceta y fue administrador de la Imprenta N acio­
deja llevar por su propia biografía y por numero­ nal. De sus obras, dedicadas prioritariamente a la
sas digresiones morales basadas en su propia vir­ crítica literaria y a la historia, destacan: Centena­
tud, en El donado hablador Alonso, mozo de mu­ rio de Calderón (1881), La estética en la natura­
chos amos (1624-1626), de Jerónimo de Alcalá*, leza, en la ciencia y en el arte (1882) y Don Juan
cuyo protagonista es igualmente virtuoso, o en Tenorio (1883).
La vida y hechos de Estebanillo González* (Am-
beres, 1646), de autor anónimo y en la que se re­ PICÓN, Jacinto Octavio (M adrid, 1852-1923)
fieren las andanzas, documentadas histórica­ Narrador. De nombre completo Jacinto Octavio
mente, de bufón por Flandes, así como en otras, Picón y Bouchet, era sobrino del autor de zar­
más deliberadamente alejadas de sus modelos pi­ zuelas José Picón* y, en su tiempo, uno de los
carescos aunque deudoras de él: El diablo co­ autores más conocidos de la generación del pa­
juelo (1641), de Luis Vélez de Guevara*, o El si­ dre Luis Coloma* y de Armando Palacio Val­
glo pitagórico, publicada en 1644 con la Vida de dés*. Estudió Derecho y, tras licenciarse, consi­
don Gregorio Guadaña, ambas de Antonio Enrí- guió un puesto en el M inisterio de U ltram ar y
quez Gómez* y en las que, al igual que en la de comenzó a colaborar en las publicaciones más
Vélez, se alejan definitivamente de una voluntad prestigiosas, entre ellas La Ilustración Española
realista. Obras menores del género son el Lazari­ y Americana, El Imparcial, ABC, etc. Fue en­
745 PIFERRER

viado especial en la Exposición Universal de Pa­ PIDAL, Pedro José (Villaviciosa, Asturias, 1799-
rís de 1878, secretario de la sección de L itera­ M adrid, 1865)
tura del Ateneo y, en 1900, ingresó en la Real E nsayista y erudito. M arqués de Pidal, título
Academia Ee-pañola — de la que, en 1914, sería que se creó para él en 1847, estudió Derecho en
elegido bibliotecario— , dos años antes de ha­ Oviedo, colaboró en la prensa madrileña y fue
cerlo en la de Bellas Artes de San Fernando. En miembro de las Academias de la Historia, de la
1903 se convirtió en diputado por M adrid en la de Ciencias M orales y Políticas, de la de San
candidatura republicana, junto a personajes Fernando y, desde 1844, de la Real Academia
como Nicolás Salmerón* y Joaquín Costa*, y Española. Hombre de gran cultura, perteneció
desde 1912 fue vicepresidente del Patronato del al Partido M oderado y ocupó diversos cargos
Museo del Prado. Debido a sus actividades polí­ públicos, como por ejemplo fiscal togado del
ticas, Picón se granjeó numerosos enemigos, lo Tribunal M ayor de Cuentas, diputado a Cortes
que, a la larga, derivaría en el olvido, acaso in­ por Asturias, ministro de Gobernación en el pri­
justificado, del que hoy es víctima. En cuanto a m er ministerio Narváez, en 1844, y en el gabi­
su obra literaria, cabe decir que escribió novelas nete de Istúriz en 1846, así como m inistro de
y cuentos en los que predomina el tema del Estado en dos gobiernos más de Narváez, em­
amor, siempre entendido desde una óptica de bajador en Roma y senador vitalicio. Padeció
libertad enfrentada a la institución del matrimo­ exilio a consecuencia de la revolución progre­
nio, y en los que se mantiene como narrador dis­ sista de septiembre de 1840. De su obra, cabe
tanciado e irónico. Su narrativa, de estilo depu­ decir que realizó profundas investigaciones
rado, se aproxim a al naturalismo*, técnica que sobre Malón de Chaide*, la métrica de las can­
emplea para abordar el erotismo desde una vi­ tigas de Alfonso X* y, sobre todo, la poesía me­
sión sensualista. De tal suerte, se aprecian en sus dieval española, tema que estudió en el magní­
páginas las influencias estilísticas de los natura­ fico prólogo a su edición del Cancionero de
listas franceses, sobre todo Balzac, y conceptua­ Baena (1851). A él se deben, asimismo, las pri­
les de los románticos, especialm ente de Victor m eras ediciones de libros como Disputa del
Hugo y Dumas. Deben destacarse sus novelas alma y el cuerpo, Vida de santa M aría E gip­
Lázaro (1882), que alcanzó gran éxito, Las hi­ cíaca*, el Libro de A polonio* y La adoración
jastras del amor (1884), Juan Vulgar (1885), en de los Santos Reyes.
un volumen que incluía varios cuentos, El ene­
migo (1887), La honrada (1890), Dulce y sa­ PIERA, Carlos (Madrid, 1942)
brosa (1891), considerada su obra más represen­ Poeta. Doctorado en Filología Española en Esta­
tativa, Juanita Tenorio (1910) y Sacramento dos Unidos y profesor de la Universidad A utó­
(1914). Asimismo, merecen mención sus libros noma de Madrid, dirigió la revista La balsa de la
de relatos N ovelitas (1892), Cuentos de mi Medusa. De su poesía debe decirse que tiende a
tiempo (1895), Tres mujeres (1896), Cuentos la introspección y que, desde una absoluta com­
(1900), La vistosa (1901), Drama de fam ilia binación entre claridad y sobriedad, es ajena a
(1903) y Mujeres (1911), a los que hay que aña­ cualquier tipo de delirio formal. Algunos de sus
dir, aparecido postumamente, Desencanto (1925), poemarios son: Versos (1972), Antología para un
además de dos magníficos ensayos, el largo Vida papagayo (1985) y De lo que viene como si se
y obra de don Diego Velázquez (1899) y El des­ fuera (1989).
nudo en el arte (1902).
PIERNA, Milagros (Zamora)
PICÓN, José (M adrid, 1829-Valladolid, 1873) Narradora. Autora en quien la melancolía y la
Autor teatral. Tío de Jacinto Octavio Picón*, nostalgia conviven con estilo sobrio en el cual
destacó en el mundo de la zarzuela con libretos domina la polifonía. Es autora de la novela Ángel
en los que se incluían fuertes dosis de sátira. de agosto (1997), galardonada con el Premio
Además de algunas com edias, tales como La Ana María Matute en 1996 y en la que aborda las
corte de los milagros (1862) y Palco, modista y relaciones familiares.
coche (1867), fue autor de zarzuelas relevantes,
de entre las que destacan: Memorias de un estu­ PIFERRER, Pablo (Barcelona, 1818-1848)
diante (1860), Anarquía conyugal (1861), La Poeta y prosista. M iembro de la generación de
isla de san Balandrán (1862), La doble vista M ilá y Fontanals*, Rubio i Lluch* y Rubio i
(1863), El médico de las damas (1864) y, sobre Ors*, con quienes compartió el espíritu liberal
todo, Pan y toros (1864), musicada por Barbieri del prim er Romanticismo*, estudió jurispru­
y en la que se contiene una visión muy crítica de dencia, fue bibliotecario y profesor, así como
la corte de Carlos IV, lo que llevó a que fuese colaborador en publicaciones como Diario de
prohibida en 1867. Barcelona, La Verdad, El Vapor y El Guardia
PILARES 746

Nacional, entre otras. Estuvo muy influido por P I N I S O L E R , J o s e p (Tarragona, 1842-Barce-


el romanticismo historicista de los hermanos lona, 1927)
Schlegel, así como por la idea hegeliana del arte N ovelista en lengua catalana. En sus obras
como absoluto, y terminó siendo un conservador com bina el costum brism o regionalista con un
convencido que siempre defendió una actitud cosm opolitism o realista en el que se insertan
contraria a la utilización del catalán como lengua elem entos propios de la disquisición erudita.
literaria, lo que, sin embargo, no le impidió dedi­ Además de diversas traducciones de autores
car gran parte de su atención intelectual a su tie­ como Erasmo, Vives o Tomás M oro, destacan
rra. Como poeta, combinó el idealismo amoroso, sus novelas La fa m ilia deis Garrigues (1887),
cierto simbolismo, la nostalgia del pasado y el Jaume (1888) y Níobe (1889), así como la pieza
gusto por la poesía popular. Fue autor, entre teatral Sogra i ñora (1890) y el ensayo, publi­
otras obras, de la primera parte de Recuerdos y cado postumamente, Comentaris sobre llibres i
bellezas de España (1839-1848) — que fuera autors (1947).
concebida por el pintor y litógrafo Francisco Ja­
vier Parcerisa, autor de todas las láminas del li­ P I N A , M a r i a n o (Madrid, 1820-1883)
bro— , obra de erudición arqueológica cuya úl­ Dramaturgo. De su obra, cuestionable en térm i­
tim a parte fue concluida por Pi y Margall* y en nos literarios, pero aceptada por el público, des­
la que participaron también QuadradO* y Pedro tacan, además de la comedia Juan el perdió
Madrazo*, de una antología de Clásicos espa­ (1848), en la que parodió a Zorrilla*, y de nove­
ñoles (1846; l.er vol.), en la que incluía una crí­ las de escaso interés, diversas zarzuelas, algunas
tica sobre los autores, y de una recopilación del m usicadas por Barbieri, entre ellas La Noche­
Romancero catalán, term inada por el m encio­ buena (1848), El joven Virginio (1858), El sordo
nado Milá y Fontanals en 1852, que recopiló las (1859), M atar o m orir (1863) y Los dioses del
escasas poesías de Piferrer — un total de dieci­ Olimpo (1864).
séis— en Composiciones poéticas de don Pablo
Piferrer, don Juan Francisco Carbó y don José P I N A R , F l o r e n c i a (siglo xv)
Semis y Mensá (1851). De sus poemas, destacan Poetisa. Una de las pocas mujeres que destacan
«Canción de la primavera», incluida por Menén- en la poesía en el siglo xv. Bien es cierto que
dez Pelayo* en su selección Las cien mejores solo pueden atribuírsele con certeza seis poemas,
poesías, «El ermitaño de M ontserrat» y la le­ en los cuales predom ina un claro simbolismo
yenda «Alina y el genio». erótico.

P IL A R E S , M a n u e l (Pola de Lena, Asturias, 1921- P I N C I A N O , E l - » Véase NÚÑEZ DE TOLEDO Y


Madrid, 1992) G UZM ÁN, Hernán.
Poeta y narrador. De nombre verdadero Manuel
Fernández Martínez, estudió por libre bachille­ P I N E D A , A n d r e u M a r t í (Valencia?, h. 1483-
rato y magisterio, alternando dichos estudios con 1566)
diversos trabajos en la mina, como albañil, cha­ Poeta en lengua catalana. Notario entre 1512 y
tarrero y empleado de la RENFE. Autor de una 1566, destaca por sus composiciones religiosas
poesía solidaria y comprometida socialmente, dedicadas a la Virgen y a la Pasión de Cristo, mu­
aunque sin excesos de vehemencia política, re­ chas de las cuales, entre ellas fragmentos de
sulta a menudo profundamente intimista, y, for­ Consells a un casat, han sido recogidas por Cas-
malmente, responde al pulso dictado por la clari­ tellet* y Joaquín Molas* en Ocho siglos de poe­
dad y la sencillez. Algo similar ocurre en su sía catalana (Barcelona, 1969). A simismo, su
narrativa, donde se muestra preocupado por los Procés o disputa de viudes y donzelles aparece
conflictos psicológicos del individuo en relación en el Spill (1561), de Jaume Roig*.
con el entorno social. Destacan sus poemarios:
Poemas mineros (1946), Sociedad limitada P I N E D A , J u a n d e (Madrigal de las Altas Torres,
(1950), Primer libro de antisueños (1969) y Se­ A vila, 1521 ?-Medina del Cam po, Vallado-
gundo libro de antisueños (1984). De su obra en lid, 1597)
prosa hay que citar la novela El andén (1951), Tratadista y erudito. Tras estudiar con los fran­
con la que obtuvo el Premio Café Gijón, y los li­ ciscanos de Arévalo, se graduó bachiller en Sa­
bros de relatos H istorias de la cuenca minera lam anca en 1540 y hacia 1544 tomó, en la
(1953), Cuentos de la buena y de la mala pipa misma ciudad, el hábito de san Francisco. Pre­
(1960) y Cuentos (1989). dicador de renombre, su fama en este sentido le
supuso num erosas envidias y enfrentam ientos
P IM E N T E L , L u is [ V á z q u e z F e r n á n d e z ] - » Véase con superiores, razón por la cual terminaría de­
VAZQUEZ FERNANDEZ PIMENTEL, Luis. dicándose a la investigación. En cuanto a su
747
PINO

obra, cabe decir que maneja un idioma de gran PINO, Francisco (Valladolid, 1910-2002)
riqueza, si bien el estilo adolece de una cierta Poeta. Cofundador de las revistas Meseta, DDO-
rigidez. Destacan obras como Vida de san Juan OSS y A la nueva ventura, fue uno de los autores
B autista (Salam anca, 1574), La monarquía formado en torno a la figura de Jorge Guillén*.
eclesiástica o H istoria U niversal del mundo En cuanto a sus versos, dentro de lo que podría
(Zaragoza, 1576), en la que cita numerosísimas denominarse «poesía concreta» o «escritura en
fuentes y a la práctica totalidad de autores co­ libertad», cabe decir que es un poeta de profunda
nocidos — unos mil— , un resumen del Libro del religiosidad, de corte conservador y solitario, lo
Paso Honroso de Suero de Quiñones (Salaman­ que en ningún caso significa triste, que ha sido
ca, 1588) y, sobre todo, Los treinta y cinco diá­ capaz de alternar la influencia lírica tradicional
logos fam iliares de la agricultura cristiana (Sa­ con los elementos más conspicuos de la vanguar­
lamanca, 1589), muy útil para aproximarse a la dia, siempre trascendiendo el uso de la palabra y
visión de un clérigo sobre la vida del últim o quedando desbordado por la fuerza de las imáge­
cuarto del siglo xvi. nes a través de versos sorprendentemente visua­
les que no huyen de la felicidad. En su poesía es­
PINULA, Ramiro (Bilbao, 1923) tán, no obstante, la presencia de la muerte, la
Novelista. Estudió M aestría Industrial, en la esperanza del amor, la infancia como reclamo y
Escuela de Artes y Oficios, y Náutica, llegando el deseo a través de la figura femenina, que re­
a navegar en cargueros por todo el mundo presenta a veces al mundo mismo, la totalidad, la
como oficial de m áquinas. Com o narrador, vida. De entre sus libros, muchos de ellos publi­
atento en gran medida a las circunstancias so- cados en ediciones muy limitadas, casi secretas,
cio-culturales de su pueblo, se han señalado destacan, además del ensayo En no importa qué
como características esenciales de su prosa el idioma (1986), los poemarios Espesa rama
pesimismo y la desesperanza. Deben destacarse (1942), que incluye poemas amorosos que había
las novelas Las ciegas hormigas (1961), por la comenzado a escribir durante la Guerra Civil,
que recibió el Premio Nadal y. el de la Crítica y Versos religiosos (1954), Textos económicos
que fue traducida a doce idiomas, En el tiempo (1956), Solar (1956; reed., 1970), uno de los tex­
de los tallos verdes (1969), Seno (1972), que tos clave de la poesía experimental española,
fuera finalista del Prem io Planeta, E l salto Vuelapluma (1957), de clara influencia juanra-
(1975) y Antonio B... «el Rojo», ciudadano de moniana, Cinco preludios (1966), que reúne su
tercera (1977; 2 vols.). Es autor, asimismo, de poesía de carácter religioso, Textos económicos
libros de relatos com o ¡Recuerda, oh, re­ (1969), Poema (1972), Hombre, canción (1973),
cuerda! (1975), Prim eras historias de la gu e­ Octaedro mortal o reloj de arena (1973), Anti­
rra interm inable (1977) y Verdes valles, co li­ salmos (1978), Máquina delicada (1981), Vuela­
nas rojas (1986), y de la obra teatral Proceso, plum a y versos para distraerme (1982), Cua­
anatem atización y quema de una bruja en un derno salvaje (1983), A sí que (1987), Hay más
ensayo general (1978). (1989), SIYNO SINO (1994), obra en la que el
crítico Antonio Piedra reunió los poemas de
PINILLOS, Manuel (Zaragoza, 1914-1989) corte experimental, el larguísimo poema en 17
Poeta. Licenciado en Derecho en Zaragoza, ejer­ cantos y 6 poetaras, o poemas visuales, Pasaje
ció la crítica literaria en diversas publicaciones y de la muerte niña (1999), la antología Ella. 50
fue el fundador de. Á m bito en 1951. De sus nu­ poemas de amor (1999) y, publicados al mismo
merosos poemarios, en los que se aprecia un pro­ tiempo, ambos en 2000, Tejas: lugar de Dios.
fundo individualism o influido por H ólderlin y Poema, volumen concebido como un «poema to­
Rilke, merecen destacarse títulos como: A la tal, cierto», y Tejas: lugar de Dios. Obertura, el
puerta del hombre (1948), Sentado sobre el suelo primero de los cuales es de fuerte carácter expe­
(1951), Dem asiados ángeles (1951), Tierra de rimental, siendo el segundo un libro de factura
nadie (1952), por el que obtuvo el Premio Ciu­ clásica, enorme lirismo y alegría de vivir. A ellos
dad de Barcelona, La muerte o la vida (1955), El hay que añadir Distinto y junto (1990), editado
octavo día (1958), Débil tronco querido (1959), por el mencionado Antonio Piedra y en el que se
Debajo del cielo (1960), El corral ajeno (1962), intenta recoger, a modo de obra completa, la mis­
Aún queda sol en los veranos (1962), Esperar no teriosa trayectoria poética de Pino, La canción
es sueño (1962), Nada es del todo (1963), Atar­ del deseo (2000), libro inédito, que recoge poe­
dece sin m í (1964), Lugar de origen (1965), Del mas no incluidos en el anterior y fechados, en
menos al más (1966), Viento y marea (1968), plena Guerra Civil, entre 1936 y 1939 y que re­
Hasta aquí, del Edén (1970), Sitiado en la orilla flejan la escritura a diario, apasionadamente, de
(1976), Viajero interior (1980) y Cuando acorta un poema para quien habría de ser su esposa,
el día (1982). M aría Jiménez Aguirre, la antología Cien poe­
748
PINTO

mas (1999), así como los poemarios últimos tro*, entre otros. Aunque intentó la poesía,
El pájaro enjaulado (2002) y Claro decir (2002). campo en el que merecen mencionarse su «An­
A todo lo demás hay que añadir las dos, así lla­ tonio e M argarida», ejemplo claro de lírica bu­
madas, «traducciones infieles» de Poe y Valéry, cólica, destacó como latinista y gramático, como
Traducción infiel de ‘El cuervo’de Edgar A. Poe se aprecia en su obra más célebre: A Gaita Ga­
(1997) y Cántico de las columnas (1997), en las lega, tocada pelo Gaiteiro, ou Carta de Cristus
que con pasión y humor se somete a la vulnera­ para ir deprendendo a ler, escribir efa la r ben a
bilidad de toda traducción, creando un concepto, lingua galega (1853).
«poetura», que combina manchas, imágenes y
elementos verbales para que la infidelidad, que PIÑA, Juan de (Buendía, Cuenca, h. 1566-?,
solo en el amor tiene cabida, pueda perdonarse 1643)
con generosidad. Novelista. Escribano de Felipe II y amigo de
Lope de Vega* — llegó a mediar en alguna de sus
PINTO, Alfonso (Madrid, 1924) aventuras amorosas— , tiene un interés relativo
Poeta. Licenciado en Filosofía y Letras por la como autor, supeditado siempre a la figura de
Universidad de Barcelona, ha colaborado como Lope en los estudiosos de este. Su prosa fue re­
poeta y crítico literario en diversas revistas, de buscada, enigmática al abusar de las elipsis ver­
entre las que destacan Cántico e ínsula. Deben bales y excesiva en lo que a referencias m itoló­
mencionarse, entre otros, sus poemarios Cora­ gicas se refiere, si bien no empleó latinismos.
zón en la tierra (1948), H abitado de sueño Destacan obras como Novelas exemplares y pro­
(1950) y La p a z y otros poemas (1952). Es autor, digiosas historias (1624), volumen en el que se
asimismo, de una Antología de poetas brasileños incluyen «La duquesa de Normandía», «El ce­
de ahora (1949). loso engañado», «Los amantes sin terceros», «El
casado por amor», «El engaño en la verdad»,
PINTO GROTE, Carlos (La Laguna, Tenerife, «Amar por ejemplo» y «El m atemático di­
1923) choso», además de la comedia en verso A m ar y I
Poeta y narrador. Neuropsiquiatra de profesión, disimular, el libro Varias fortunas (1627), que re­
sus poesías se definen por un intenso intimismo, coge las novelas «Las fortunas de don Antonio
como se ve en los poemarios Las tardes o el de­ Hurtado de Mendoza», «Fortunas del segundo
seo (1954), Las preguntas al silencio (1956), Orlando», «Fortunas de la duquesa de M ilán,
Elegía p o r un hombre muerto en un campo de Leonor Esforza» y «Próspera y adversa fortuna
concentración (1956), El llanto alegre (1957), del tirano Guillermo, rey de la Gran Bretaña»,
Muda compasión del tiempo (1963), Siempre ha además de «Las fortunas del príncipe de Polo­
pasado algo (1964), Como un grano de trigo nia», Casos prodigiosos y cueva encantada
(1965), En este gran vacío (1967), Sin alba ni (1628), obra en la que aúna la novela italiani­
crepúsculo (1967), Oneiron (1973), Unas cosas zante, los elementos fantásticos y el realismo, y
y otras (1974), Tratado del mal (1981), Cantatas Segunda parte de los Casos prodigiosos (1629). i
(1984) y La trampa de la noche (1989). Del resto Fue autor, asimismo, del libro sobre m itología
de su obra, destacan libros de relatos como Cua­ Epítome de las fábulas de la antigüedad (1635).
tro sueños extraños (1956), Las horas del hospi­
tal y otros cuentos (1966) y Un poco de humo y PIÑER, Luis [Álvarez] (G ijón, Asturias, 1910-
otros relatos (1984), así como diversos ensayos M adrid, 1999)
científicos y sobre arte, entre ellos Juan Ismael. Poeta. Alumno primero, en el Instituto Jovella-
Ocultaciones (1992), dedicado al pintor tiner- nos de Gijón, y colaborador, después, de Gerardo
feño. En 1999 apareció su prim era novela: Los Diego* en la revista Carmen. Condenado desde
papeles de Abilio Santos. el final de la Guerra Civil, que a punto estuvo de
costarle la vida, a un necesario y triste exilio in­
PINTOS, Juan Manuel (Pontevedra, 1 811-Vigo, terior, sus poemas siguen ese cauce de secre-
1876) tismo y, muy desconocidos en el panorama lite­
Ensayista. Formado por los dominicos, con rario español, puede decirse que aúnan los
quienes estudió Humanidades en La Coruña, es­ caracteres esenciales de la poética de la Genera­
tudió Derecho en Santiago, fue juez de primera ción del 27* y que siguen especialmente cerca la
instancia en Cambados, cesante y registrador de poética de Diego. Destacan los poemarios: Suite
la propiedad en Vigo. Paralelamente a su activi­ alucinada. Poemas (1936) y En resumen. 1927-
dad jurídica, se dedicó a estudiar problemas fi­ 1988 (1992), que reúne gran parte de su obra y
lológicos y gramaticales del gallego, justo en los que obtuvo el Premio Nacional de Literatura.
mismos momentos en que escribían su obra au­ Fue autor, asimismo, de Tres ensayos de teoría
tores como Curros Enríquez* o Rosalía de Cas­ (1940-1945) (1995) y, postumamente, se reco­
749 PIRAIA Y CRIADO

gieron sus anotaciones sobre el poeta amigo en memoria, de las cosas que existen a nuestro lado,
Memoria de Gerardo Diego (1999). En 1991 ha­ de la vitalidad y la melancolía a un tiempo, una
bía recibido el Prem io Nacional de Literatura. poesía marcada por un cierto sentido de derrota,
pero que busca en la luz de la vida el instrumento
PIQUER ARRUFAT, Andrés (Fórnoles, Teruel. para luchar contra el tiempo, la gravedad de los
1711-Madrid, 1772) recuerdos, la im potencia ante el futuro y la im­
Tratadista y filósofo. Conocido como «el Hipó­ posibilidad de los anhelos. Ha publicado los si­
crates español» y tío de Juan Pablo Forner*, estu­ guientes libros de poemas: Tentativas de un
dió Filosofía y Medicina en la Universidad de Va­ héroe derrotado (1985), como separata de Cua­
lencia, en la que, entre 1742 y 1751, sería dernos Hispanoamericanos, Castillos de Aquita-
catedrático de Anatomía. Desde 1751 residió en nia (Modena, 1987), La palabra cuando (1992;
Madrid, donde fue médico de cámara de Fer­ reed., 2001), galardonado con el Premio José
nando VI y vicepresidente de la Real Academia Hierro, y La latitud de los caballos (1999), con
Médica Matritense. Su traslado de ciudad coinci­ el que obtuvo el Premio Antonio M achado en
dió con un giro hacia el empirismo y en defensa Baeza y que quedó Finalista en 2000 del Premio
de la observación clínica, actitud antisistemática Nacional de Poesía, a los cuales hay que añadir
y ecléctica que le llevó a revisar las obras médi­ Mele di mare (2003), antología bilingüe español-
cas y filosóficas escritas hasta la fecha, como Me­ italiano de sus poesías hasta ese momento, que
dicina vetus et nova (1735), Física moderna, ra­ incluye completo La latitud de los caballos y
cional y experimental (1745), obra clave pues es poemas de un libro aún no editado, Teoría del
la primera publicada sobre la materia en español, horizonte. Es autor, asimismo, de las traduccio­
Lógica moderna (1747) y el Tratado de calentu­ nes de La M iel (1994), de Tonino Guerra, del
ras (1751), y a dar a la imprenta otras ya de ma­ poemario Ponte Milvio (2001) de Marco Lodoli,
durez, como Filosofía moral para la juventud es­ de la Poesía completa (2002) del mencionado
pañola (1755), Las obras de Hipócrates más Tonino Guerra y de Poemas (2002), de Izet Sa-
selectas (1757-1770), tres tomos, que incluían los rajlic, así como de la antología de poemas de este
textos en griego, latín y español, gracias a los cua­ último Una calle para mi nombre (2003).
les se ganó el apodo mencionado, Institutiones
medicae (1762) y Praxis médica (1764-1766). PIQUERO, José Luis (Mieres, Asturias, 1967)
Poeta. Crítico literario y de arte en diferentes me­
PIQUERAS, Juan Vicente (Los Duques de Re­ dios, fue codirector de la revista Escrito en el
quería, Valencia, 1960) Agua y, desde 1996, es redactor jefe de la sec­
Poeta. Profesor de Español en el Instituto Cer­ ción de Cultura del semanario asturiano Les No­
vantes de Roma, vivió en Francia y es, en la ac­ ticies. En bable ha publicado traducciones como
tualidad, uno de los poetas más interesantes del Cincuenta poem es ingleses del sieglu XX y La
panorama literario español. Ajeno a modas, eti­ gata nel teyáu de zinc caliente, de Tennessee Wi­
quetas y corrientes literarias, aunque influido, lliams. Se trata de uno de los representantes más
más emocional que literariamente, por autores claros del realismo* psicológico en la poesía ac­
como José Hierro*, a quien le unió una honda tual, con una poesía descamada, de verso libre y
amistad, o Francisco Brines*, su poesía, nostál­ ritmos y sonoridades nuevas, que muestra sin
gica y emotiva, evoca la infancia rural, al tiempo ninguna cautela los entresijos de las emociones.
que se adentra en una búsqueda de la identidad Incluido en diferentes antologías de la poesía es­
personal, siempre amedrentada por la sensación pañola más actual, entre ellas 10 menos 30
de exilio, no solo geográfico, sino también senti­ (1997), de Luis Antonio de Villena*, y La gene­
mental, así como por la indefensión ante el ración del 99 (1999), de García Martín*, desta­
tiempo que transcurre ajeno a los deseos y la ne­ can sus poemarios: Las ruinas (1989), El buen
cesidad de una huida más interesada en partir discípulo (1992), Cazador de autógrafos (1994),
que en llegar. En sus versos, de una riqueza ex­ galardonado con el Premio Asturias Joven de
presiva extraordinaria y con una delicada habili­ Poesía, y M onstruos perfectos (1997), que re­
dad para la creación de im ágenes, está presente sultó finalista del Premio de la Crítica.
el paisaje como un elemento más de la sensuali­
dad a través de la cual Piqueras penetra en la rea­ PIRALA Y CRIADO, Antonio (Madrid, 1824-1903)
lidad a la búsqueda de una explicación no racio­ Narrador. Miembro de la Real Academia Espa­
nal de la verdad del mundo y de las propias ñola y de la de Historia, fue historiador de re­
vivencias. Poesía, en fin, de la intimidad, de la nombre y colaborador en diferentes publicacio­
emoción secreta, de la privacidad, pero ajena al nes, tales como La Ilustración Española y Gente
ensimismamiento de otros autores de su genera­ Vieja. Destaca su novela Celinda (1843), tintada
ción; poesía de los sentidos, de la carne y de la de rasgos propios de su interés por la Historia.
PISCATOR DE SALAMANCA 750

PISCATOR DE SALAMANCA, El -» Véase TO ­ que quiso dar cuenta de las experiencias cotidia­
RRES VILLARROEL, Diego de. nas de la vida. Desde una perspectiva realista,
rehuyó el psicologismo y los excesos virtuosis­
PISONERO RIESGO, Santiago (Bilbao 1972) tas que fácilmente hubiera podido practicar
Novelista. Licenciado en Ciencias Políticas y desde su sólida y amplísima cultura. Aunque ma-
Sociología en la Universidad de Deusto, ha tra­ yoritariamente escrita en catalán, destacan de sus
bajado como técnico en estudios sociales y cola­ obras algunos títulos en español, sobre todo
bora en diversas publicaciones, así como en la aquellos que fueron escritos en los años de pos­
radio. Debutó con la novela Artbelza el vascón guerra, periodo en el que el uso del catalán es­
(2000), con la que obtuvo el Premio Luis Beren- taba sometido a ciertas dificultades. Entre ellos,
guer y en la que se recrea la batalla de Roncesva- merecen mención: Historia de la Segunda Repú­
lles en el siglo vm, dando lugar a una novela de blica española (1940-1941), Guía de la Costa
aventuras, de estilo descriptivo, atenta a las cos­ Brava (1941), Las ciudades del m ar (1942),
tumbres y al paisaje vascos y en la que combina Viaje en autobús (1942), Rusiñol y su tiempo
el género histórico y los elementos míticos. Pos­ (1942), El pintor Joaquín M ir (1944), Un señor
teriormente, apareció, una vez más con ambien- de Barcelona (1945), H um or honesto y vago
tación medieval, La tumba de Límete (2003). (1945), La huida del tiempo (1945), Viaje a pie
(1949), Guía de Mallorca, Menorca e Ibiza (1950)
PITA, Elena (Ares, La Coruña, 1962) y Lo infinitamente pequeño (1954). A estos, de­
Novelista. Periodista de profesión, se dio a cono­ ben sumarse otros en catalán, escritos antes de la
cer en el panorama literario con la novela A m or guerra y, de nuevo, a partir de 1945, tales como:
sin decir Amalia (2002), una historia de corte Enríe de Casanovas (1920), Negre i Taronja
realista en la que aborda la crisis de dos mujeres (1924), Coses vistes (1925), Rússia (1925), Lian-
a partir de los años ochenta, obligadas a renun­ tem a mágica (1926), Relacions (1927), Cartes
ciar a la libertad sexual a causa de la irrupción meridionals (1929), M adrid (un dietari) (1929),
del sida. Todo ello sirve para una reflexión ágil y Vint i cinc anys de política catalanista (1931),
sencilla sobre una generación que vio truncada Viatge a Catalunya (1934), Cadaqués (1947),
sus expectativas. Bodegó amb peixos (1950), Pa i ra'ím (1951), El
carrer estret (1951), con el que obtuvo el Premio
PITARRA, Serafí —» Véase SOLER, Frederic. Joanot Martorell, El vent de garbí (1952), Les
hores (1953), P eixfregit (1954), Cartes d ’Itália
PITILLAS, Jorge -» Véase LOSADA, Luis de. (1955), Week end d ’estiu a New York (1955) y las
semblanzas biográficas de Homenots (1958-
PLA, Josep - » Véase PLA I CASADEVALL, Josep. 1962), a los que hay que añadir otras obras, mu­
chas de las cuales aparecerían por primera vez en
PLA I CASADEVALL, Josep (Palafrugell, Gerona, los cuarenta y seis volúmenes de Obras comple­
1897-Llofríu, Gerona, 1981) tas, iniciados en 1956, tales como El cuadern
Narrador en lenguas catalana y española. Estu­ gris (1966; reeds. 1994 y 2002), recopilación
dió el bachillerato en Gerona y Derecho en Bar­ propia de sus escritos que terminaría convirtién­
celona, inmediatamente después de abandonar la dose en la más representativa de sus obras del
carrera de Medicina. A los 20 años comenzó a género cronístico y que fue traducida al caste­
trabajar como periodista de información general llano por Dionisio Ridruejo* y su esposa Gloria
en el diario Las Noticias, para, entre 1919 y Ros, Notes p er a un diari (1967-68), Notes dis­
1939, ocuparse de diversas corresponsalías de perses (1969), Guia de Catalunya (1973), Notes ,
diarios madrileños y barceloneses en distintas p er a Silvia (1974), Articles sense cua (1975),
ciudades europeas. Aunque estuvo relacionado N otes del capvesprol (1979), Ven re Catalunya \
políticam ente con Cambó y la Lliga Regiona- (1979), El geni del país i altres proses (1981) y
lista, parece probable que, durante la Guerra Ci­ Obres de museu (1981), ilustrada por Salvador
vil, realizara tareas de información al servicio del Dalí*. Hay que añadir a todo ello la publicación
bando de Franco. Desde 1939, ya en Barcelona, de sus artículos en el diario madrileño El Sol, in­
dirige La Vanguardia, para, no mucho tiempo cluidos en el volumen Cartas europeas. Cróni- I
después, retirarse al Ampurdán. Desde 1940, co­ cas en El Sol, 1920-1928, junto a las de Josep ¡
laboró en la revista Destino hasta 1975. Su obra, M aría de Sagarra*, los Dietarios, que se publi­
compuesta de memorias, libros de viajes, retra­ caron entre 2001 y 2002, en dos volúmenes: el I
tos, crónica política, dietarios, narraciones y primero, Dietarios (I): El cuaderno gris / Notas
diarios, se ha venido calificando como «prosa dispersas (2001); el segundo es Dietarios (volu­
narrativa no imaginativa» y en ella destacan men II). Notas para Silvia / Notas del crepúsculo
el estilo minucioso, detallista y coloquial con el (2002).
Los componentes de la revista España en 1915. De derecha a izquierda, sentados,
Ramón Pérez de Ayala, Pío Baroja, Azorín y Ortega y Gasset; de pie, Juan Guixé,
Fernando Marco, Luis Bello, Gustavo Pittaluga, Luis de Zulueta, Luis Bagaría, Luis
García Bilbao, Rafael de Penagos y José Ruiz Castillo

Benito Pérez Galdós. Retrato de Joaquín Sorolla. Colección particular


A R IT M E T IC A ,

PRACTICA
Y
E SP E C V L A T IV A .D E L BA C H IL L E R IV A N
Pcrez de Moya.
A O R A N V EV A M E N T E C O R R E G I D A ,’
y añadida por el mifmo Autor muchas cofas, con otros
¿os libros,y vna tabla muy copiofa di las cofas mas
notables de codo lo que en efte libro
fe contiene.
_ D E D IC A D O
AL SE K '0 71 V O N I V J N VE LA HO Z MOTA*
,
Caballera de la Orden de S'Jago del Confejo defu Magcf-
tad,en el ${eal de Hacienda,y Contaduría
mayor de!la.

En Madrid: Por i
A etju de G M tl 4tLt<m, Mtrtader d/librti, Y,¿M' mj« t»[*
inlspuinaMStl, '• “

Juan Pérez de M oya. Portada de Aritmética práctica


y especulativa. Edición de 1675

i ¡/ P R IM E R A , Y SEGUNDA P A R T E ^ l jÜ
|> A} DE LA VIDA , Y HECHOS l * |, f

IjjjD BL P I C A R O { ||
I» i i G U 2M A N D E A LFA R A C H E, }| j;|
|| |/E S C R ITA POR M ATHEO A L E M A N ,lj¡j|
r ^G uiado d íl Roy nuestro Sci'or, i J J‘5“
¡ NATURAL , Y VECINO DE SEVILLA. U
H jí . ® £ D r e A D O ,m {ííf
l ? » í\ AL s e m o r DON JO S B P ll Az.fiMUP/E7,
I jf ? dtl Con/ajo i, S. M. enti Retl
\ CORREGIDO , Y ENMENDADO EN ESTA TMrRESSION.

ílU liN MADRID : En la Imprenta de L orenzo)


X* $¿ £ * I'!"

Picaresca. Portada del Guzmán de Alfnrachc.


Edición de 1750
Soledad T u ertólas

Manuel José Q uintana.


Portada de Poesías

Francisco de Q uevedo y Villegas.


Retrato de Diego Velázquez.
Museo Valencia de Don Juan. Madrid
Luis Racionero

{€amifo ^foóé (€e£a

LA FAMILIA DE
PA8CUALDUARTE

Santiago R am ón y Cajal. Retrato de Madrazo. Realismo. Portada de La fam ilia de Pascual Duarte,
Ateneo de Madrid de Camilo José Cela Trulock
Rosa Regás (derecha)
con Marcela Serrano,
ganadora y finalista
del Premio Planeta 2001

Renacim iento. Portada de las obras de Boscán y Pedro de Ribadeneyra. Retrato conservado
Garcilaso de la Vega. Biblioteca Nacional. Madrid en la Real Academia Española. Madrid
Duque de Rivas. Retrato conservado en la Academia Claudio R odríguez
de la Lengua de Córdoba
Fray Pedro y fray Rafael
A P O L O G I A Rodríguez M ohedano.
Portada de Apología
D E L T O M O V.
del tomo V
DE LA HISTORIA LITERARIA
DE E S P A Ñ A ,
CON DOS C A R T A S
SOBRE EL MISMO ASUNTO?
QUE SIRVEN DE INTRODUCCION.

, ,
Por los PP. Fr. R a f a e l y Fr. P edro Rodríguez
,
Mohedano LeCtores jubilados y Padres de la Pro­
vincia de S. Miguel de Andalucía , Orden Tercero Re­
gular de N. S. P. S. Francisco en el Convento de
S. Antonio Abad de Granada.

MADRID. MDCCLXXIX.

Por D. Joachin (barra , Impresor de Cámara de S. M.

| | g | Tragicomedia t>e£attfto?
¡ ^ a f k líb e a .ígiilaqual fe con
ienen (oemaeoe fuac^adablc r
mlceelíílo)ni!icDasieiitccíasf¿
Mofa Ice:? atufos mu? ncccfTarí '
©para mlcebos: moffrandoles
j s engaños qelta» encerrados
iifcrmcntesyalcabuetas.
^ imeuainérc añadido el tratado 0¿£¿turfoTcfcauto
.Zváflbt fuoaípaficro9.TBiJcuainét¿b|^tado»' " ,

Fernando de Rojas.
Primera página de la
Celestina. Toledo, 1526

Antonio R odríguez-M oñino


751 POESÍA de la e xp erien cia

PLANA, Lorenzo (Lérida, 1965) ción del poema corresponde a una degenerada
Poeta. Autor de versos en los que reflexiona, con forma de la cuaderna vía (véase MESTER), aun­
lenguaje claro y conciso, en la línea de Gil de que carece de rim a interna. Formado por tres­
Biedma* y a modo de confesión, sobre el des­ cientas doce estrofas, se sospecha que el autor
concierto ante la existencia y, sobre todo, sobre fue un morisco aragonés. Durante un tiempo, y
las consecuencias del paso del tiempo. Incluido hasta la aparición de las jarchas*, se pensó que
en las antologías 10 menos 30 (1997) y La lógica se trataba de la primera muestra de literatura al­
de Orfeo (2003), ambas de Luis Antonio de Vi- jamiada. Se conservan dos manuscritos, uno en
llena*, hay que mencionar sus poemarios La his­ la Biblioteca N acional de M adrid y otro en la
toria de Silly Boy (1991), Ancla (1995) y E x­ Academia de la Historia, y fue editado por Me-
traño (2000). néndez Pidal* en 1902.

PLANO, Juan Francisco del (Zaragoza, 1762?- POESÍA DE LA EXPERIENCIA


1808) Con este nombre se conoce a un tipo de poesía
Dramaturgo, poeta y ensayista. Influido por la que, reaccionando contra la poesía de los llama­
versificación de los Argensola*, fue autor, entre dos novísimos* de los años setenta, intenta, en
otras obras, de la tragedia El sacrificio de Calli- los ochenta, recuperar la experiencia individual
roe (1797) y de la comedia La orgulloso (1801). del poeta frente al interés culturalista, esteti-
Asimismo, m erecen mención su Arte poética cista y fundam entalm ente formal de aquellos.
(1784), escrita en verso, y el Ensayo sobre la me­ Es obvio que el concepto se presta a discusión,
joría de nuestro teatro (1789), además de las pues una sola pregunta, ¿no es toda la poesía re­
poesías que aparecerían, postumamente, en Poe­ sultado de una experiencia?, podría echar por
sías selectas (1880). tierra cualquier formulación teórica con seme­
jante punto de partida. No obstante, parece
PLATERO, José María (Madrid, 1893-?) claro que se trata solo de un nombre que ha ser­
Poeta. Su dependencia del simbolismo* se apre­ vido como reivindicación frente al delirio cul­
cia en poem arios como Las prim eras rosas turalista de los mencionados novísimos y con el
(1913), Tránsito (1914) y Poema del buen anun- cual se pretende solo recordar precisam ente
ciamiento (1916). eso: que la poesía es consecuencia de una expe­
riencia personal, íntima, sensual, emocional,
PLAZA, José María (Burgos) psicológica. Frente a la pérdida de la identidad
Narrador. Periodista de profesión, además de ha­ que caracterizaba la poesía de los novísimos,
ber publicado poemarios, ensayos periodísticos, sin biografía ni datos personales, los poetas
biografías y novelas, así como cuatro antologías que defienden esta «poesía de la experiencia»
de la literatura española centradas en cada uno usan precisamente materiales de su experiencia
de los cuatro géneros tradicionales, ha conse­ personal, tanto en prim era como en segunda
guido el reconocim iento con la novela La espera persona, lo que liga el concepto a sus orígenes,
(2003), galardonada con el Premio Internacional el libro The Poetry o f Experience, de Robert
de Novela Luis Berenguer y en la que aborda, Langbaum. En él se estudiaba el monólogo dra­
como en otras de sus obras, diferentes conflictos mático en la lírica inglesa, defendiendo la tesis
de tipo sexual, sobre todo lo que respecta a las de que es un observador quien refiere la expe­
desigualdades del amor y al desencuentro, si bien riencia que se cuenta en el poema, un personaje,
en este caso ha abandonado el que hasta ahora en fin, ajeno al poeta y al que este dota de las
había sido su habitual tono irónico, sustituyén­ cualidades que le permitan contar. El resultado
dolo por una introspección psicológica que se en esa poesía de los años ochenta es que el
combina con una gran capacidad narrativa para poema aparece repleto de biografía, de detalles
seguir la evolución de la cotidianidad. personales, de reflexiones íntimas, de un yo
poético que, incluso en la invención de biogra­
POEMA DE MIO CID -> Véase CANTAR DE MIO fías ficticias, nada tiene que ver con lo que
CID. hasta ese momento practicaban los menciona­
dos novísim os. Además, aparecen personajes
POEMA DE YU£UF que hablan de los gustos de ese protagonista del
Se trata de uno de los últimos poemas del mes- poema, de sus problemas, su entorno social, su
ter* de clerecía, y, en él, se nos narra la vida de realidad, verídica o ficticia.
José desde la perspectiva ofrecida por el Corán, De tal suerte, lo más importante de esta nueva es­
aunque com pletada por las tradiciones m edie­ critura es la presencia del ‘yo’, la profundización
vales. Parece que surge en las comunidades ára­ en los sentimientos, la narración de lo cotidiano,
bes de Aragón y puede decirse que la versifica­ lo que se ha dado también en llamar una «nueva
POESÍA SOCIAL 752

sentimentalidad». A sí sucede en quienes la crí­ la tradición poética, pero al mismo tiempo se


tica considera autores representativos, de un quiere comunicar con un lector que ante aquellos
modo u otro, de esta poética: autores como Luis parajes de la fantasía que dibujaban los novísi­
Alberto de Cuenca*, Abelardo Linares*, José mos solo tenía a su alcance la perplejidad fasci­
Luis García M artín*, Miguel d ’Ors*, Dionisia nada y pasiva. Aquellos escenarios delirantes
García*, Jon Juaristi*, Luis García Montero*, eran lugares a los que el poeta no entraba, que
Antonio Cabrera*, Carlos Marzal*, Lorenzo Oli- presentaba desde fuera; en el mundo urbano de
ván*, Felipe Benítez Reyes*, Antonio Moreno*, los poetas de la experiencia, el poeta vive, y con
Pedro Casariego* o Julio M artínez M esanza*. su vivencia cotidiana crea una complicidad con
En los versos de todos ellos, en mayor o menor las experiencias del lector, que reconoce los he­
medida, y desde luego dependiendo de sus res­ chos y los lugares como propios. Pero para evitar
pectivas evoluciones personales, se aprecia la sentimentalismos o identificaciones exageradas,
complicidad con el lector, la com unicación di­ así como un patetismo de intimismo excesivo,
recta, la presencia de vida por todas partes, de in­ los poetas recurren a la ironía como arma de dis-
timidad, de anécdotas privadas, de detalles de la tanciamiento, y es ahí donde se da el desdobla­
realidad inm ediata y diaria, aunque en muchos miento en los posibles personajes de ficción que
casos sea a través de una segunda persona o de la pueblan el poema: guerreros, princesas, reyes,
evocación de personajes de ficción o históricos, policías y criminales, seres deprimidos, amas de
una máscara que en todo caso no pretende ocul­ casa hundidas en el tedio..., una galería humana
tar unas necesidades diferentes de expresión poé­ que le sirve al poeta tanto para distanciarse como
tica. Esa «ficcionalización del yo», de la que ha para llamar la atención del lector, pues dichos
hablado el crítico García-Posada* para referirse personajes, aunque ya no sea desde la primera
a dicha práctica poética, no niega el yo, sino que persona del yo poético, también hablan de sus
lo potencia, convirtiéndolo en personaje narrado, emociones, de sus miedos y de sus alegrías, tris­
contado, poetizado, pero revelado en su compo­ tezas, éxitos y cobardías, y lo hacen con el relato
nente de realidad. de la anécdota, de la m inucia diaria de la que
No obstante, todas estas novedades no lo son ta­ pueden extraerse reflexiones vitales.
les, ya que se trata de una recuperación de la tra­ De todos modos, y pese al rechazo contra los
dición coloquialista, del «intimismo confesio­ elementos vanguardistas practicados por los no­
nal» del que hablaba Guillermo Carnero*, que vísimos, los poetas de la experiencia no renun­
habían usado autores de la Generación del 50* cian al mundo de los sueños, a esa realidad oní­
como Jaime Gil de Biedma*, Ángel González* o rica que permite contrastar realidad y fantasía,
Francisco Brines*, e incluso José Ángel Va- lo imaginado, lo recordado, lo inventado y lo vi­
lente*, y que se había visto en cierta medida in­ vido, en definitiva la materia de que está hecha
terrumpida por la irrupción en el panorama poé­ la vida. Esa ambigüedad experiencial es la que
tico de esos jóvenes que aparecieron en la no solo da cuenta de la realidad personal, sino
famosa antología, Nueve novísimos poetas espa­ que permite, desde luego, mitificaciones de la
ñoles (1970), de Josep M aria Castellet*. Al realidad que se basan en elem entos profunda­
mismo tiempo se produce una vuelta a la rima y mente subjetivos, algo que puede provocar la
a los metros clásicos, a los ecos de la épica en la connotación en el lector y, por tanto, de nuevo la
presencia de la individualidad, y por otro lado se • complicidad. Pero en cualquier caso en lugares
introducen en el verso el humor y la ironía, la pa­ reconocibles, vividos diariamente, porciones de
rodia incluso. calle, de barrio, de ciudad provincial o de gran
Pero sin duda uno de los rasgos esenciales de capital, que permiten identificarse no solo con
esta nueva poética es la introducción del paisaje los lugares sino con los sentim ientos que ex­
urbano, que se convierte en el escenario de la presa el poeta, en muchos casos marcados por la
poesía, y también en el tema. Se trata de una ciu­ desesperanza.
dad que a menudo muestra, de modo hiperrea-
lista, sus rasgos más duros, en cierto sentido POESÍA SOCIAL -> Véase G EN ER A C IÓ N DEL
expresionistas, bares, aparcamientos, seres mar­ 50.
ginales... Se ha señalado que este rasgo puede
tener que ver con el abandono de ciertas rebel­ POGGIO, Juan Bautista (Santa C ru z de la
días anteriores y con el reconocimiento de la mo­ Palma, Tenerife, 1632-1707)
dernidad, de la actualidad, al margen de la huida Poeta y dramaturgo. De intenso barroquismo, sus
contestataria vanguardista, que buscaba en el obras, tanto las loas marianas como los textos
exotismo una recuperación escenográfica pura­ dramáticos, sobre todo loas sacramentales influi­
mente esteticista, barroca, veneciana, simbó­ das por Calderón*, permanecieron inéditas,
lica... En este sentido, se quiere comunicar con salvo un opúsculo poético aparecido en 1688.
753 POMBO

POLO, Gaspar Gil —>Véase GIL POLO, Gaspar. pinillos en vinagre (1891). Fue autor, asimismo,
de Realidad poética de mis montañas. Cuadros
POLO DE MEDINA. Salvador Jacinto (M urcia, de costumbres de la sierra de Albarracín (1873;
1603-Alcantarilla, Murcia, 1676) 2.a parte: 1910), Borrones ejemplares (1883),
Tratadista y poeta. Estudió en el colegio-sem i­ Bocetos de brocha gorda (1886), de unas Memo­
nario de San Fulgencio, en el que quizá fuera rias de un sexagenario, y de una corresponden­
discípulo de Cascales* y del que llegaría a ser cia que se editó en Santander, bajo el título de
rector a partir de 1646. Ya en Madrid, en 1630, Cuarenta cartas inéditas, en 1990.
tuvo relación con Lope de Vega*, e intimó con
Rivadeneyra* y con Solís*. Ordenado sacerdote POMBO, Álvaro (Santander, 1939)
en 1638, fue secretario del obispo Juan Vélez de Novelista y poeta. Licenciado en Filosofía y Le­
Valdivielso en Lugo y Ávila y administrador de tras por la Universidad de Madrid y Bachelor of
los bienes de una importante familia, los Usode- Arts en Filosofía en el Birbeck College de Lon­
mar. Como poeta fue un culterano, hábil en la dres, vivió en Inglaterra desde 1966 a 1977. En
construcción de epigramas. Entre sus obras des­ sus obras narrativas imperan una serie de moti­
tacan Academ ias del jardín (M adrid, 1630), vos como las relaciones humanas, la com pleji­
miscelánea salpicada de versos propios y ajenos dad contradictoria de las conductas humanas, la
y cuestiones de crítica literaria introducidas en homosexualidad y los vínculos entre servidores
las conversaciones de un grupo de amigos en la y servidos, así como recreaciones nostálgicas del
villa de los marqueses de Espinardo entre 1625 mundo de la infancia, todo ello a través de un
y 1630, la colección de poemas burlescos El lenguaje de gran riqueza, hábil en el manejo de
buen hum or de las M usas (1630), sobre la crí­ los diferentes registros expresivos, en el que con­
tica literaria, Ocios de la soledad (Murcia, viven lo puramente narrativo con la introspec­
1633), com posición de gran extensión y de ca­ ción psicológica y la reflexión filosófica. Ade­
rácter burlesco, en la que critica el gongorismo más de diversos poemarios, como es el caso de
sin dejar de inscribirse en él, diversas parodias Protocolos (1973), Variaciones (1977), galardo­
de fábulas m itológicas, como la de Apolo y nado con el Premio de Poesía El Bardo, Hacia
Dafne o la de Pan y Siringa, la obra en prosa una constitución poética del año en curso (1980)
A Lelio: Gobierno moral (Murcia, 1657), doce y el largo poema Protocolos para la rehabilita­
tratados de carácter didáctico, cada uno de ellos ción del firmamento (1992), es autor de obras en
resumido al final en verso, en los que se acon­ prosa con las que ha conseguido situarse entre
seja a un joven sobre el poder y en favor de la las figuras fundamentales de la novelística espa­
medianía y la prudencia, y H ospital de incura­ ñola de los últimos años. Así, ha publicado las
bles y viaje de este mundo y el otro (Orihuela, novelas: El parecido (1979), El hijo adoptivo
1636), en la que se aprecian los ecos de los Sue­ (1983), El héroe de las mansardas de Mansard
ños de Quevedo*. Algunas de sus com posicio­ (1983), por la que obtuvo el Premio Herralde,
nes aparecieron en el volumen XLII de la «Bi­ Los delitos insignificantes (1986), El metro de
blioteca de Autores Españoles», y son de señalar platino iridiado (1990), Aparición del eterno fe ­
las Obras escogidas (1931), editadas por Cos- menino contada por S. M. el Rey (1993), Tele­
sío*, y las Obras completas (1948), realizadas pena de Celia Cecilia Villalobo (1995), Donde
por Valbuena Prat*. las mujeres (1997), con la que obtuvo el Premio
Nacional de Narrativa, La cuadratura del
POLO Y PEYROLÓN, Manuel (Cañete, Cuenca, círculo (1999), ambientada en el siglo xn y que
1846-Valencia, 1918) mereció el Premio Fastenrath, y El cielo raso
Novelista. Catedrático de Filosofía en los institu­ (2002), merecedora del Premio José Manuel
tos de Teruel y de Valencia, fue un tradicionalista Lara y a la que las más importantes editoriales
católico, enemigo del krausismo* y contrario al españolas otorgaron de común acuerdo el Pre­
naturalismo*, con éxito de público y muy esti­ mio a la Mejor Novela publicada en castellano
mado por autores como Emilia Pardo Bazán* y ese año. Es autor, asimismo, de los volúmenes
Menéndez Pelayo*. De sus novelas, de corte cos­ de cuentos Relatos sobre la fa lta de sustancia
tumbrista, destacan Los Mayos (1879), sobre las (1977) y Cuentos reciclados (1997), a los que
costumbres aragonesas y en la que se aprecian hay que añadir un libro en el que recopila dife­
las influencias de Fernán Caballero*, las novelas rentes retratos de personajes conocidos: Alrede­
de tesis Sacramento y concubinato. (Novela ori­ dores (2002). La mayor parte de sus libros han
ginal de costumbres contemporáneas) (1884) y sido traducidos a las principales lenguas, lo que
Sólita o amores archiplatónicos (1886), Cabe- lo ha convertido en uno de los autores españoles
cita de ajo (1887) Quien m al anda, ¿cómo más conocidos en el extranjero, junto a Muñoz
acaba? (1890), Seis novelas cortas (1891) y Pe­ Molina* y Javier Marías*.
POMBO ANGULO 754

POMBO ANGULO, Manuel (Santander, 1912) autor de más de un centenar de catálogos de ex­
Novelista. Licenciado en M edicina por la U ni­ posiciones de pintores y escultores. Destacan
versidad de Valladolid, amplió estudios en Ale­ obras suyas como el poemario Amada de la luz
mania. En ese país fue corresponsal de los dia­ (1965), las novelas Flores en el pelo (1973) y Las
rios Ya — del que llegaría a ser subdirector— y cien torres de Babel (1990), con la que obtuvo el
La Vanguardia. Es autor de una obra novelística Premio Felipe Trigo, y los ensayos Ramón Gó­
no exenta de cierto tremendismo en la que, a tra­ mez de la Sem a (1968), Aventura y destino de Va-
vés de un planteamiento realista, se aprecia una lle-Inclán (1969), Samuel Beckett (1970), Miguel
clara intención moralizante. Deben destacarse tí­ Mihura (1972) La sociedad sin fronteras (1972),
tulos como La juventud no vuelve (1945), En la Introducción al teatro contemporáneo (1969), ga­
orilla (1946), Hospital General (1948), finalista lardonado con el Premio Nacional de Teatro para
del Premio Nadal, Sin patria (1949), galardo­ libros sobre temas teatrales, Villaseñor (1971),
nada con el Premio Nacional de Literatura Enri­ Arte, hombres y literatura de hoy (1977), La ex­
que Larreta, Valle sombrío (1951), que fuera Pre­ periencia artística del impresionismo (1977),
mio Pujol, El agua amarga (1952), Sol sin Tendencias del arte contemporáneo (1979) y
sombra (1954) y La sombra de las banderas Saulo Mercader (1991), entre otros.
(1969), que recibió el Premio Ateneo de Sevilla.
Es autor, además, de guiones cinematográficos, PONCE DE LA FUENTE, Constantino (San Cle­
del volumen de crónicas Alemania y yo (1952), mente, Cuenca, 1502?-Sevilla, 1560)
del poemario Aún (1955) y de obras teatrales, en­ Tratadista. Descendiente de judíos conversos, es­
tre ellas la comedia Te espero ayer (1966), con la tudió en la Universidad de Alcalá, aunque se li­
que obtuvo el Premio Lope de Vega. cenció en Sevilla en 1534. En esta ciudad fue
predicador en la catedral y, desde 1548, predica­
POMET, Antonio (Granada, 1973) dor real en la corte, además de catedrático de Sa­
Narrador. Autor de una prosa ágil, ingeniosa y grada Escritura en la universidad hispalense y,
arriesgada, de quien la crítica ha señalado in­ desde 1556, canónigo magistral. Sus obras y ser­
fluencias de uno de sus autores admirados, Julio mones le llevaron a ser sospechoso de herejía y,
Cortázar. Debutó con el volumen de relatos Mil acusado de luterano, será encarcelado por la In­
perros dormidos (2003), galardonado con el Pre­ quisición en 1558, siendo juzgado y condenado
mio Andalucía Joven de Narrativa 2002. después de muerto, lo que supuso que sus textos
fuesen incluidos en el Indice de libros prohibi­
PONCE, fray Bartolomé (siglo xvi) dos. Destacan obras como Confesión de un peca­
Novelista. Monje cisterciense de origen aragonés dor (1544), Sermón del Monte (1544) y Doctrina
a quien se debe la novela pastoril* Primera parte Christiana (1554-1555), entre otras.
de la Clara Diana a lo divino, de la que, aunque
aparecida en 1582, constan las aprobaciones de PONCE DE LEÓN, Basilio (Granada, 1560-Sa-
1577 y la licencia real de 1571, lo que da cuenta lamanca, 1629)
de probables ediciones anteriores. La obra, en la Poeta y autor de sermones. Agustino y sobrino
que aparecen representados el Mundo, el Demo­ de fray Luis de León*, de quien fue discípulo en
nio, la Carne, etc., es una transposición devota, Salamanca, ocupó sendas cátedras en las univer­
según confesión del propio autor, al mundo pro­ sidades de Alcalá y Salamanca. Es autor de prosa
fano que aparece en la Diana de Montemayor*, fluida, rica en expresiones populares. Debe su
adaptación que, no obstante, cuenta con numero­ fama a los sermones, que comenzara a publicar
sos valores individuales del propio Ponce. en 1605 con los Sermones de Cuaresma y que
quedarían completos en 1608 y 1610. Fue autor,
PONCE, Fernando (Puertollano, Ciudad Real, asimismo, de una Apología dedicada a su tío, la
1937) cual permanece manuscrita en la Biblioteca Na­
Ensayista, narrador y poeta. Licenciado en Dere­ cional de Madrid, y de tratados de teología en la­
cho y doctor en Ciencias de la Información por tín, entre ellos De agno typico (1604).
la Universidad de Madrid, en la que fue profesor
entre 1971 y 1986, publicó sus primeros textos PONCE DE LEÓN, Luis -> Véase LEÓ N, fray
en el diario Lanza de Ciudad Real, y colaboró en Luis de.
numerosas publicaciones, como Poesía Espa­
ñola, La Estafeta Literaria, Informaciones, ABC PONDAL ABENTE, Eduardo (Puenteceso, La Co-
o la revista de arte Arteguía, para la que actual­ ruña, 1835-La Coruña, 1917)
mente escribe con regularidad. Es miembro en Poeta en lengua gallega. Estudió Medicina en la
excedencia del CSIC, fue director del Diario Ha­ Universidad de Santiago de Compostela, ejerció
blado Cultural de Radio Nacional de España y es en la Sanidad M ilitar y lo abandonó todo para
755 PONZ

retirarse a La Coruña a escribir. Poeta influido, (1981), Diván (1982), con el que obtuvo el Pre­
en gran medida, por los mundos gongorinos, lo mio Vicent Andrés Estellés, y Raó d ’atzar
que destaca en sus versos es el canto, marcado (Obra poética 1975-1989) (1990). Es autor, asi­
por el espíritu celta, a la tierra gallega y a la me­ mismo, de los ensayos Poesía abierta (1974),
lancolía amorosa, todo ello desde un panteísmo que es una antología de la poesía de Carlos Ed­
pesim ista y teñido del mismo espíritu solitario mundo de Ory*, La nova poesía catalana
que caracterizó su vida. Está considerado como (1980) — La nueva poesía catalana (1984), en
el creador del gallego literario moderno. Deben edición bilingüe, El corrent G.V. L ’obrapoética
destacarse sus poemarios: A campana d ’Anllons de Guillem Viladot (1986), El postismo. Un mo­
(1861), Queixumes dos pinos (1886) — Rum o­ vimiento estético-literario de vanguardia (1987)
res de los pinos (1877) y O dolmen de Dombate y La poesía de Carlos Edmundo de Ory (1998),
(1895), a los que hay que añadir el largo poema entre otros.
épico inconcluso Os Eoas, que, en octavas rea­
les e inspirado en Os Lusiadas de Camoes* y en PONTE, Pero da (Pontevedra, finales siglo Xll-úl-
la Jerusalén libertada de Tasso, canta la exis­ timo cuarto del Xlll)
tencia de los eoas, hijos de la aurora y portado­ Poeta. Escudero en la Corte de Fernando III,
res de la luz. No debe olvidarse la reunión de pasó después a la Corte aragonesa y viajó por
sus versos llevada a cabo por la Real Academia Navarra y Castilla. Se sabe que compuso, a par­
Galega en Queixumes dos pinos y poesías inédi­ tir de 1235, serventesios y plantos, así como que
tas (1935). cantó, en 1238, la conquista de Valencia. Suyos
son siete cantigas de amigo (véase LÍRICA MEDIE­
PONS, Josep Sebastiá (Illa del Riberal, Rosellón VAL), siete canciones de amor, una tensón y
francés, 1886-1962) treinta y siete dezires de escarnio.
Poeta en lengua catalana. En sus versos se apre­
cian el sentimiento popular de la tierra a través PONZ, Antonio (Belchí, Valencia, 1725-Madrid,
de una sugerente combinación de ecos románti­ 1792)
cos (véase ROMANTICISMO) y elem entos del Narrador. Abandonó la carrera eclesiástica, estu­
simbolismo*. Además de la obra teatral en verso dió Bellas Artes en la Escuela de Bellas Artes de
L a fo n t de l ’Albera (1922), de algunas obras de San Fernando de Madrid — de la que sería secre­
erudición, entre las que destaca La littérature tario durante veintiún años— y en Italia, de
catalane en Roussillon au XVU et au XVIII siécle donde regresa en 1765. Es encargado por Cam­
(1929), y de la narración Llibre de les set sive- pomanes* de inventariar las colecciones de pin­
lles (1956), debe destacarse su Obra poética, tura de los jesuitas expulsados, comenzando por
aparecida postumamente en 1976, y en la que se los colegios de Andalucía, a lo que se dedicó du­
incluyen poemas como «Valí closa» o «Parpella rante años y que fue el origen de su monumental
d ’or», que recuerdan las Églogas de Virgilio, y Viaje de España (1772-1794; 18 vols.), libro de
que Castellet* y Molas* recopilaron en su Ocho viajes en el que, por supuesto, se ocupa de los te­
siglos de poesía catalana (1969). soros artísticos españoles desde una perspectiva
reformista propia de un espíritu ilustrado neocla-
PONS I GALLARZA, Josep Lluis (Sant Andreu sicista, esto es, rechazando tanto el gótico como
del Palomar, Barcelona, 1823-Palma de M a ­ el barroco. A esta obra suele añadirse, en dos vo­
llorca, 1894) lúmenes, el Viaje fuera de España (1785), conse­
Poeta en lengua catalana. Ejerció de abogado, cuencia de sus recorridos por Francia, Inglaterra,
enseñó Retórica y Poética en Barcelona y Geo­ Holanda y Flandes a partir de 1783. La primera
grafía e Historia en Palma de Mallorca. Influido vez que se imprimió el Viaje de España, en dos
por el N eoclasicism o (véase ILUSTRACIÓN), en volúmenes en 1772 y 1773, su título fue Viaje de
sus versos se deja ver su ideología conservadora, España o cartas en que se da noticia de las co­
de tintes románticos, en la forma de presentar lí­ sas más apreciables y dignas de saberse que hay
ricamente la naturaleza, como se ve en su poema en ella, y apareció firmada con el seudónimo de
«Lo pi de Formentor». Merece mención su elo­ Pedro Antonio de la Puente. En sus páginas, deja
gio idealizado de la clase media «L’olivera m a­ clara su torpeza como escritor, aunque es útil por
llorquína», su más célebre poema. Su poesía no las razones comentadas, además de por incluir
se editaría hasta 1892. numerosos datos de comercio, agricultura, admi­
nistración, costumbres y otras materias variadas.
PONT, Jaume (Lérida, 1947) Fue el responsable, asimismo, de la edición de
Poeta en lengua catalana. Profesor universitario, los Comentarios de la pintura (1788), de Felipe
es autor de diversos poemarios, entre ellos Límits de Guevara, a partir de unos manuscritos que en­
(1976), Els veis de l ’eclipsi (1980), Jardí barbar contró en Plasencia.
PORCEL 756

PORCEL, Baltasar (A n d ra tx, M allorca, 1937) pode, lo fue también de la Real Academia Espa­
Prosista y dramaturgo en lenguas catalana y es­ ñola y de la de Historia. Además de traductor, a
pañola. C olaborador de La Vanguardia y de él se deben una serie de versos en los que se
otras publicaciones, en sus obras, tanto teatrales aprecian los modos gongorinos y el gusto por lo
como narrativas, se aprecian las influencias de mitológico, como sucede en la Fábula deA lfeo y
Brecht, con textos crudos y violentos, alusivos, Aretusa, en octavas reales, en otra burlesca sobre
no elusivos, al sexo y al odio, de lenguaje ágil y Acteón y Diana y en el largo poema Adonis, di­
mitificadores del paisaje de su tierra natal, que vidido en cuatro églogas venatorias, y escrito en
le sirve como referencia para construir una me­ silvas, tercetos y octavas, y que, como el resto de
táfora de la condición humana. Su concepción sus poemas — canciones, sonetos...— , permane­
de la novela combina el realismo* y la imagina­ ció inédito hasta su publicación en el volu­
ción de manera que crea un espacio suyo de li­ men LX1 de la «Biblioteca de Autores Españo­
rism o y tragedia. Deben mencionarse obras de les» en 1864. Este poema aborda la pérdida de la
teatro como Els condemnats (1959), Teatre castidad y el inevitable camino hacia los celos en
(1965), volumen en el que reunió sus obras an­ que desemboca el amor.
teriores, y Els dolgos murmuris del mar (1981).
Pero en el ámbito en donde es más conocido es PORIDAT DE LAS PORIDADES
en el de la prosa, donde merecen mención nove­ Libro escrito quizá a mediados del siglo xm, que,
las y libros de relatos como Solnegre (1961), por en realidad, es una traducción castellana de Sirr
el que obtuvo el Premio Ciudad de Palma, La al-asrar, obra árabe atribuida a Aristóteles erró­
lluna i el «cala llamp» (1963) — La luna y el ve­ neamente y conocida por el título de la versión
lero— , Els escorpins (1965) — Los alacranes latina, Secretum secretorum, que se presenta
(1986)— , Els argonautes (1968) — Los argo­ como una serie de consejos otorgados por Aris­
nautas (1981)— , galardonada con el Premio de tóteles a Alejandro Magno. La obra, en la línea
la Crítica Catalana, Difunts sota els ametllers en de otros «espejos de príncipes», está formada por
flo r (1970) — Difuntos bajo los almendros en ejemplos y consejos dirigidos a los reyes para el
flo r— , Premio Josep Pía y Premio de la Crítica, buen gobierno de los pueblos, lo cual se combina
Cavalls cap a la fosca (1975) — Caballos hacia con no pocas nociones de esoterismo, astrología,
la noche (1978 y 2000)— , que mereció el Pre­ alquimia, magia o medicina, entre otras discipli­
mio Prudencia Bertrana, así como el Internacio­ nas. Asimismo, se incluyen en el mismo manus­
nal Mediterráneo, concedido en Italia, y que está crito dos cartas apócrifas del emperador Alejan­
considerada como su mejor novela, Tots els con­ dro, el Libro de los buenos proverbios y los
tes (1984), Les primaveres i les tardors — Pri­ Enseñamientos et castigos de Alixandre. Fue un
maveras y otoños (1986)— , galardonada con el libro muy influyente en la literatura político-mo­
Premio Sant Jordi y el de la Generalitat de Ca­ ral de la época.
talunya a la mejor obra del año, Lola y los p e ­
ces muertos (1997), que había sido publicada en PORLAN, Alberto (M adrid, 1947)
catalán en 1994, El cord el senglar (2000), Pre­ Poeta y narrador. De su obra, merecen mención,
mio Ramón Llull, y L ’em perador o l ’ull del aparte de la novela Quasar azul (1981), sus poe­
vent (2001) — El Emperador o El ojo del ciclón marios Pájaro (1981) y Luz de oriente (1991),
(2001)— , en la que se ocupa de los prisioneros así como el ensayo La sinrazón de Rosa Chacel
de Napoleón en la isla de Cabrera, considerada (1984).
como el prim er campo de concentración de la
historia. A su producción hay que añadir libros PORLÁN, Rafael (Córdoba, 1899-Jaén, 1945)
de viajes, como Crónica d ’atabalades navega- Poeta. Fue colaborador de publicaciones como
cions (1971) — Crónica de atolondrados nave­ Litoral, M ediodía y Carmen, entre otras. En la
gantes (1973)— , y ensayos, caso de Els xuetes línea del andalucismo refinado, escribió los poe­
(1969) — Los chuetas (1971)— , Los catalanes marios: Pirrón en Tarifa (1926), Romances y
de hoy (1971), Catalunya vista desde fu era canciones (1936) y, aparecido postumamente,
(1970), China, una revolución en pie (1974), Poesías (1948),
Sanvisens (1985) y Els meus inédits de Lloreng
Villalonga (1987). En 2002 le fue concedido el PORPETTA, Antonio (Elda, Alicante, 1936)
Premio Nacional de Literatura de la Generalitat Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad
de Catalunya. de Madrid y doctor en Ciencias de la Informa­
ción, se diplomó en Genealogía, Heráldica y No­
PORCEL, José Antonio (G ranada, 1715-1 7 9 4 ) biliaria por el CSIC y fue coordinador de publi­
Poeta. Sacerdote, miembro de la madrileña Aca­ caciones de la Asociación de Escritores y
demia del Buen Gusto y de la granadina del Trí­ Artistas Españoles. Autor preocupado por las re­
757 PORTOLÉS

laciones existenciales entre el individuo y su en­ PORTAL, Marta (Nava, Asturias, 1930)
torno, en sus versos se aprecia un universo temá­ Novelista. Doctora en Ciencias de la Informa­
tico que gira alrededor del recuerdo, el paso del ción y funcionaría en los años cincuenta del Mi­
tiempo y la soledad. Deben destacarse los poe­ nisterio de Información y Turismo, ha sido pro­
marios Por un cálido sendero (1978), firmado fesora de Lengua y Literatura en la Facultad de
conjuntamente con Luzmaría Jiménez Faro*, su Ciencias de la Información de la Universidad
esposa, La huella en la ceniza (1980), con el que C omplutense de Madrid. Colaboradora de nu­
obtuvo el prim er accésit en el Premio Miguel merosas publicaciones, entre ellas índice o La
Ángel de Árgum osa del Ateneo de Santander, Estafeta Literaria, en su narrativa, de corte rea­
Cuaderno de los acercamientos (1980), Premio lista y acentos sociales, deben destacarse las no­
Angaro, Meditación de los asombros (1981), ga­ velas A tientas y a ciegas (1966), con la que ob­
lardonado con el Premio Gules, Ardieron ya los tuvo el Premio Planeta, A ras de las sombras
sándalos (1982), El clavicordio ante el espejo (1968), Ladridos a la luna (1970), El buen ca­
(1984), que mereció el Premio Hilly M endels- mino (1975), Un espacio erótico (1983), Pago
sohnn, Los sigilos violados (1985), ganador de la de traición (1983) y El ángel caído (1995). Es
VIII Bienal de Poesía Provincia de León, Adagio autora, además, de las novelas cortas incluidas
mediterráneo (1996), galardonado con el Premio en El malmuerto (1967), de los relatos de La
José Hierro, Territorio del fuego, Década del in­ veintena (1973) y de diversos ensayos, como
somnio, Silva de extravagancias y Penúltima in­ por ejemplo El maíz: grano sagrado de América
temperie. Asimismo, es autor de diversos ensa­ (1970), resultado de sus experiencias tras la con­
yos, entre ellos: Carolina Coronado: apunte cesión de una beca de estudios en Colombia,
biográfico y antología (1983), en colaboración Proceso narrativo de la Revolución Mexicana
con su mujer, y Escritores y artistas españoles (1977), Análisis semiológico de «Pedro Pá­
(Historia de una asociación centenaria) (1986). ramo» (1981) y Rulfo: dinámica de la violencia
(1984).
PORRAS, Antonio (Pozoblanco, Córdoba, 1895-
1970) PORTEIRO, María Xosé (Madrid, 1952)
Novelista. Licenciado en Derecho, hubo de exi­ Narradora en lengua gallega. Periodista de pro­
liarse como consecuencia de la Guerra Civil, y fesión, parlamentaria socialista del Parlamento
no regresó a España hasta poco antes de su gallego y concejala del Ayuntamiento de Vigo,
muerte. Ensayista brillante, destaca como nove­ fue responsable de los actos de celebración de
lista de inclinación melodramática, aunque afín a Santiago como Capital Europea de la Cultura
las tendencias de la vanguardia, en obras como Compostela 2000. Se lanzó al mundo de la na­
El centro de las almas (1924), Santa M ujer rrativa con una obra, Covardes (2001), novela
Nueva (1925) y Lourdes y el aduanero (1928). negra de corte tradicional en la que aborda el
Fue autor, asimismo, del libro de relatos Curra asesinato de una prostituta, a fin de ofrecer una
(1922), de El m isterioso asesino de Potestad reflexión sobre el tráfico de esclavas y la prosti­
(1923), volumen en el que se incluyen ensayos tución en general, y en la que se dan los elemen­
humorísticos y algunas novelitas breves, y de los tos del género: sexo, violencia, alcohol, crimen,
ensayos Quevedo (1930) y El burlador de Sevi­ droga...
lla (1937).
PORTILLO, Eduardo M. del (M adrid, 1895-?)
PORTA, A. G. -» Véase G ARCÍA PORTA, Anto­ Dramaturgo. Autor hoy olvidado a quien se de­
nio. ben obras como Su admiradora y amiga (1926),
Calle de la Amargura (1937), Monte perdido
PORTA GRAELL, María Asunción (O rgañá, Lé­ (1952), galardonada con el Premio Ciudad de
rida, 1914) Barcelona, y El silencio de Dios (1955), a las que
Novelista. C olaboradora en diferentes publica­ hay que añadir una adaptación teatral de El ma­
ciones, fue autora de diversas novelas, muchas yorazgo de Labraz, de Pío Baroja*, y su edición
de las cuales fueron seleccionadas para premios del Teatro completo deArniches (1948).
tan prestigiosos como el Planeta, el Nadal, el Al­
faguara o el Biblioteca Breve, sin que llegara a PORTOLÉS, Jerónimo (Barbastro, Huesca,
conseguir ninguno de ellos. Así, deben recor­ 2.a mitad siglo XVl?-príncipios siglo XVII?)
darse títulos como Permiso de residencia (1955), Tratadista. Estudió Leyes en la Universidad de
La misma tierra nos reclama (1957), Damas de Zaragoza y, en 1584, se convirtió en doctor en
Indias (1957), con la que obtuvo el Premio Inter­ Cánones. Siendo ya sacerdote, marchó a Roma
nacional Club de España en M éxico, Joshua y, a su regreso, le fueron concedidos varios be­
(1961), El Casal (1962) y Los criollos (1972). neficios eclesiásticos. Escolástico en el método
PORTUGAL 758

empleado, y defensor del derecho romano, fue POSADA, Adolfo [González] (O viedo, 1860-
autor de obras de carácter jurídico de gran eru­ M adrid, 1944)
dición y profundos conocim ientos legales, Ensayista. Estudió Derecho en la Universidad de
como Tractatns de consortibns eiusdem reí et Oviedo, tras abandonar unos primeros arrebatos
fideicom iso Legali (Zaragoza, 1584), Scholia, de vocación militar. Próximo desde muy joven a
sive adnotationes ad Repertorium M ichaelis los pensadores krausistas (véase KRAUSISMO), a
M olini superfo ris et obsei-vantis Regni Arago- quienes se acercó a través de Clarín*, su prepa­
num (Zaragoza, 1588-1591; 4 partes), Trotado ración del doctorado y de las oposiciones a cáte­
del oficio, poder, ju risdicción y obligaciones dra en Madrid estuvo tutelada por Giner de los
que tienen los jurados de los lugares de la co­ Ríos*. Sería en 1883 cuando obtuviera la cátedra
munidad de Daroca, asi en las causas crimina­ de Derecho Político de la universidad en la que
les, como en las civiles (Zaragoza, 1590) y De había estudiado, puesto desde el que intentaría la
reis inquirendis ab Inquisitoribus (Zaragoza, renovación pedagógica y el acercamiento de la
1618). universidad a las clases trabajadoras. Vinculado
a la Institución Libre de Enseñanza* e interesado
PORTUGAL, condestable don Pedro de (Coim- por la Sociología — fue miembro del Instituto In­
bra, Portugal, 1429?-Granollers, Barcelona. ternacional de Sociología de París y trabajó para
1466) el Instituto de Reformas Sociales en Madrid— ,
Poeta. Hijo del regente de Portugal, su influencia fue uno de los iniciadores de esta ciencia en Es­
en el mundo político y cultural del siglo xv fue paña. En 1910 obtuvo la Cátedra de Derecho
importante. Por razones políticas, fue desterrado Municipal Comparado en la Universidad de Ma­
de Portugal, lo que le llevó a vivir en tierras de drid y, en 1921, se convirtió en senador del Par­
Castilla de un modo precario. Tras el regreso a su tido Reformista. Con la llegada de Primo de
patria, volvió a salir de ella para ocupar el trono Rivera dimitió de sus cargos, y, tras el adveni­
de Cataluña, donde reinó dos años, y que le ha­ miento de la Segunda República, le ofrecieron
bían ofrecido en 1463 los opositores a Juan II. diferentes puestos de los que más tarde sería des­
Fue un humanista aficionado a la bibliofilia, y el tituido por el Frente Popular. Al com enzar la
prim er portugués en emplear el castellano para Guerra Civil se exilió, pero a su término regresó
escribir. Es conocido por el Prohemio e carta a Madrid. En cuanto a su obra, cabe decir que es­
que le dirigió el marqués de Santillana*, y que se cribió ensayos sociológicos y jurídicos, así como
incluyó en Opúsculos literarios de los siglos XIV manuales universitarios, siempre movidos por un
a xvi (1892). Hay que referirse a una obra suya espíritu reformista, inspirado en el positivismo,
como la Sátira de infelice e felice vida, origina­ que pretendía integrar las fuerzas sociales de
riamente escrita en portugués, entre 1445 y 1449 forma armónica y solidaria; aunar los esfuerzos
y traducida al castellano en el periodo que va de del Estado y de los sindicatos. De sus obras, me­
1450 a 1453, y que dedicó a su hermana, la reina recen mención: Principios de Derecho Político.
Isabel de Portugal. Se trata de un ensayo de no­ Introducción (1884), El parlamentarismo (1887),
vela, escrito en prosa y verso, que, pese a su tí­ Ideas pedagógicas modernas (1892), prologada
tulo, no tiene elementos satíricos, sino un fin por Clarín, Literatura y problemas de Sociología
amonestador y ciertos elementos de la poesía (1901), Política v enseñanza (1904) Teorías po ­
cancioneril y de su teoría de amor. Es, en gran líticas (1905), Principios de Sociología (1908) y
medida, una suerte de relato sentimental de amo­ El régimen constitucional (1930), a las que hay
res adolescentes, muy erudito en las glosas que que añadir una Breve historia del krausismo es­
lo acompañan, con numerosos elementos alegó­ pañol no aparecida hasta 1981.
ricos y mitológicos. Hay una cierta influencia de
la Vita nuova, de Dante, que se observa en la POSADAS, Carmen (M ontevideo, Uruauay,
profusión de latinismos, así como del Siervo li­ 1953) y 7
bre de amor, de Rodríguez de la Cámara*. Su­ Narradora. En 1965, con apenas 12 años, se ins­
yas son también las Coplas del m enosprecio e tala en Madrid, donde siempre ha vivido, salvo
contempto de las cosas fam osas del mundo en los momentos en que su fam ilia ha pasado
(¿1453?; impresa en Zaragoza en 1490), coplas temporadas en Moscú, Buenos Aires o Londres,
de arte mayor que quieren ser una doctrina ética debidos al cargo de embajador de su padre. Con­
en la tradición de la fugacidad de la vida, la Tra­ siderada a todos los efectos española, durante un
gedia de la insigne reina doña Isabel (1457), es­ tiempo su matrimonio con el entonces director
crito autobiográfico y elegiaco, en cuatro partes del Banco de España Mariano Rubio la mantuvo
que combinan prosa y verso, influido por Boe­ en las páginas de todas las revistas del corazón.
cio y por ciertas partes de la Biblia, sobre todo Sin embargo, con la publicación de sus primeras
el Libro de Job. obras, demostró una calidad literaria que des­
759 POZO GARZA

pués, una y otra vez, la crítica ha ido ratificando. — participó en la Guerra Civil en favor de la Re­
Poseedora de un estilo ágil, en el que el idioma pública— , sus obras dan cuenta de las desigual­
es tratado con fuerza y del que no queda excluida dades sociales, sobre todo las rurales, tema que
la ironía, en algunos de sus textos se ha ocupado, analiza con frustración y que es el eje de su lite­
con mirada crítica, minuciosa e irónica, de la ratura, mucho más universalista y renovadora
vida de la burguesía acomodada. Además del li­ que la de otros autores catalanes del género. Ade­
bro de cuentos Nada es lo que parece (1998), en más de la farsa Quan passava la tragedia (1920)
los que demuestra un gran ingenio para construir y de dramas como L ’endemá de bodes (1904),
finales sorpresa y, al mismo tiempo, para jugar Papallones (1920), Primera volada (1921), M a­
con el registro del humor negro, es autora de las ria Lluisa i els seus pretendents (1928) y Vivim a
novelas Cinco moscas azules (1996), Pequeñas les palpentes (1930), deben destacarse, sobre
infamias (1998), con la que ganó el Premio Pla­ todo, sus novelas rurales Per la vida (1900),
neta, Un veneno llamado amor. De pasiones, ce­ Quan se fa nosa (1903) y, por encima de ellas,
los y muerte (1999) y La Bella Otero (2001), así La vida i la mort d ’en Jordi Fraginals (1912).
como de Por el ojo de la cerradura. Una crónica
voyeur de la sociedad (2001) y de un recetario POVEDA CASTROVERDE, san Pedro (Linares,
para hipocondríacos titulado La hernia de Vi- Jaén, 1874-1936)
ríato (2002), escrito a dos manos con Sofía Ruiz Ensayista. Sacerdote teresiano que dedicó su
del Cueto. Conviene señalar su faceta de narra­ vida a la pedagogía, sobre todo a través de la
dora infantil, donde destaca, entre otros, su libro propagación de la catolicidad española. Parti­
Dorilda (2001). cipó activamente en la lucha contra la seculari­
zación de la docencia y criticó duramente a la
POSTISMO Institución Libre de Enseñanza*, contra la que
M ovimiento poético fundado por Eduardo Chi­ proyectó una Institución Católica de Enseñanza
charro*, Carlos Edmundo de Ory* y Silvano Ser- que no llegó realizarse y que pretendía la forma­
nesi. Basado en un sentido lúdico de la poesía, ción de profesores católicos. Sus ideas plantea­
así como en los componentes oníricos de la im a­ ban también las diferencias entre los sexos, y
ginación propuestos por el surrealismo*, lo que llegaron a ser muy influyentes en la pedagogía
les lleva a practicar numerosos juegos léxicos, de la posguerra. Deben mencionarse obras como
pretendía conectar con las vanguardias imperan­ Ensayo de proyectos pedagógicos (1911), El es­
tes en los años de preguerra. Sus dos órganos de tudio de la pedagogía en los seminarios (1916),
expresión fueron las revistas Postismo (1945) y H ablemos de las alumnas (1935) y, aparecidas
Caracola, desde los cuales reivindicaron una pa­ postumamente, Meditaciones y consideraciones
labra imaginativa, desenfadada y anticonvencio­ (1944-1946) e Itinerario pedagógico (1964).
nal que rompiera el ambiente cerrado de la cul­
tura española de los años cuarenta. POZO, Raúl del
Novelista. Periodista de profesión — es colabo­
POTTECHER GAMIR, Beatriz (M adrid, 1961) rador prestigioso en no pocas publicaciones y en
Narradora. Licenciada en Historia del Arte en la la radio y la televisión— , se dio a conocer en los
U niversidad de B arcelona, se ha dedicado a la años noventa en el panorama narrativo. Dotado
crítica de arte y ha realizado no pocas traduc­ para las intrigas, capaz de crear ritmos narrati­
ciones. Ha sido y es, asimism o, colaboradora vos en los que se ve la mano del periodista y ha­
habitual en diferentes publicaciones, entre ellas bilidoso en la construcción de tramas noveles­
los diarios El Mundo, La Verdad y La Vanguar­ cas, ha publicado novelas con ecos del realismo*
dia. Entre sus obras hay que destacar títulos sucio, que han gozado de gran éxito de ventas:
como: Falenas negras en el antiguo lugar del Noche de tahúres (1994), La novia (1995) y No
corazón (1981), Ciertos tonos del negro (1985), es elegante matar a una mujer descalza (1999).
Onca (1987), los relatos de Vete como se va mi Hay que señalar, asimismo, la colección de ar­
cuerpo (1992), A rtefactos eróticos (1993), en­ tículos periodísticos reunida en Una derecha sin
sayo en el que repasaba diferentes objetos y fe­ héroes (1998).
tiches sexuales, y La isla de los perros (1994).
POZO GARZA, Luz (Ribadeo, Lugo, 1922)
POUS I PAGÉS, Josep (Figueras, Gerona, 1873- Poetisa y ensayista bilingüe. Licenciada en Filo­
Barcelona, 1952) logía Románica por la Universidad de Oviedo,
Novelista y dramaturgo en lengua catalana. Sus estudió música. Catedrática de Literatura Espa­
inicios en la escritura tuvieron lugar en ciertas ñola hasta 1987, año en que se jubiló, había pu­
publicaciones barcelonesas de raigam bre m o­ blicado sus primeros escritos en numerosas re­
dernista. De marcadas convicciones socialistas vistas culturales y literarias, tales como Poesía
PRADA 760

Española o ínsula, y ella misma se ocuparía el arte de pasar hambre (1996), libro con el que
posteriormente de dirigir la revista bilingüe obtuvo el Premio Café Bretón de Logroño, asi­
Nordés. Correspondiente de la Real Academia mismo publicó la edición completa de las nove­
Galega desde 1950, en 1996 fue nombrada aca­ las de Silverio Lanza* en 1999 o el volumen
démica. Es autora de numerosos poemarios, en­ Desgarrados y excéntricos (2001), donde es­
tre los que destacan: Ánfora (1949), O paxaro cribe, con erudición y pasión, las biografías de
na boca (1952), El vagabundo (1952), Cita en 15 autores de la literatura española casi anóni­
el viento (1962), Ultimas palabras / Verbas de- mos y despreciados por la crítica, como, entre
rradeiras (1976), Concerto de outono (1981), otros, Nicasio Pajares*, Silverio Lanza* o Pedro
Falando a Rosalía (1985), Códice Calixtino Luis de Gálvez*. Esta obra, junto a las mencio­
(1986) y Prometeo a flo r de loto (1992), galar­ nadas Las máscaras del héroe y Las esquinas del
donado con el Premio Miguel González Garcés. aire conforman una trilogía por él mismo deno­
Deben m encionarse, asimismo, ensayos como minada «del fracaso». Ha publicado dos recopi­
Un libro de poem as de Luis Seoane (1975), laciones de artículos: Reserva natural (1998) y
Cunqueiro: M anierism o e creación (1981), Animales de compañía (2000), actividad perio­
Dieste: una narrativa actual (1982), Martin Co- dística que le ha valido diversos premios, entre
dax: analise dunha obsesión (1987), Galicia fe- ellos el prestigioso González Ruano.
rida: a visión de Luis Seoane (1994),' Vida se­
creta de Rosalía (1996), Diálogos con Rosalía PRADA SAMPER, José Manuel de (Salamanca,
(1997) y Tres poetas meievais da ría de Vigo: 1963)
Martín Coda (1998), entre otros muchos. Ensayista. Traductor y folclorista, merece figurar
en estas páginas en tanto que reunió, en una an­
PRADA, Juan Manuel de (Baracaldo, Vizcaya, tología documentadísima cincuenta y seis relatos
1970) sobre el diablo, procedentes de treinta culturas
Narrador. Pasó su infancia en Zamora y parte de diferentes, europeas y americanas: Las mil caras
su primera juventud en Salamanca, donde se li­ del Diablo (1998).
cenció en Derecho, aunque siempre se ha dedi­
cado a la literatura, colaborando, además, en di­ PRADILLA, bachiller de la (siglo xvi)
ferentes medios periodísticos, entre ellos el Poeta. Si nos fiamos de lo que dice en el subtí­
diario ABC. Poseedor de un estilo cuidado, así tulo de su única obra conocida, se confiesa cate­
como de extraordinarias dotes narrativas para la drático de Santo Domingo de la Calzada. Se
construcción de la trama y de los personajes, es trata de una Egloga Real, compuesta, según él
un magnífico creador de fórmulas metafóricas, mismo dice, para representarla en Valladolid en
con un uso del lenguaje basado en la inventiva y diciembre de 1517 en celebración de la llegada
en el dominio de la lengua. De Prada se convirtió de Carlos I. Es una composición pastoril (véase
en un fenómeno editorial con Coños (1995; BUCÓLICA) en coplas de pie quebrado a la que
reed., 2000), un provocador, original y divertido acompañan una versión latina y comentarios en
libro en el que repasa diferentes tipologías feme­ prosa. Se ha sospechado que Pradilla sea un falso
ninas partiendo de las características de sus órga­ nombre que oculte a Hernán López de Yanguas*,
nos sexuales. Hay que destacar, asimismo, los pero esta hipótesis es claramente disparatada.
volúmenes de relatos Una temporada en Melchi-
nar (1994) y El silencio del patinador (1995), PRADO, Adrián del (siglo xvn)
además de las novelas Las m áscaras del héroe Poeta. Fraile jerónim o de quien nada más se
(1996), que fue su primera novela y que obtuvo sabe, salvo su autoría de una «Canción real a san
el Premio Ojo Crítico, La tempestad (1997), con Hierónimo en Siria», en veinte estancias y un en­
la que recibió el Premio Planeta, Las esquinas vío, de corte realista en la descripción del en­
del aire (2000), donde recrea la vida de la poe­ torno y famosa en su tiempo, tal vez por su osado
tisa Ana M aría M artínez Sagi*, fam osa depor­ arranque: «En la desierta Siria destemplada...».
tista de los años treinta, que publicó varios libros Se trata de un poema religioso que emplea los re­
de poesía y a la que nadie se refiere jam ás, y cursos de la poesía culterana para elogiar las vir­
La vida invisible (2003), galardonada con el Pre­ tudes del santo, y en el que se aprecia una cierta
mio Primavera. En realidad, De Prada se ha mos­ fascinación barroca por la naturaleza. Este
trado siempre interesado en las vidas y obras de poema, a partir del Cancionero de 1628, se reim­
autores olvidados y menospreciados por las primió con el romance «Al Santísimo Sacra­
grandes corrientes de la historia literaria, y a él mento», y es de ese modo como aparece en el
se debe la recuperación de un autor práctica­ volumen XXXV (1855) de la «Biblioteca de Auto­
mente desconocido, Armando Buscarini*, de res Españoles» y en la Floresta de lírica espa­
quien escribió la biografía Armando Buscarini o ñola (1968), editada por Blecua*.
761 PRADOS

PRADO, Andrés de (Sigüenza, Guadalajara, si­ que vas y quién te crees que eres (1996), dirigida
glo xvilj a un público juvenil, pero que ofrece todos los
Prosista. Solo se tienen sospechas sobre su bio­ resortes típicos de su narrativa, a cuyo tono poé­
grafía: que quizá fuera sacerdote, que acaso vi­ tico peculiar se añade la desbordante imagina­
viera en Zaragoza, etc., todas ellas sin confirmar. ción con la que propone un originalísimo juego
Sí se sabe, en cambio, que fue autor de Merien­ literario, Alguien se acerca (1998), No sólo el
das del ingenio y entretenimientos del gusto (Za­ fuego (1999), con la que obtuvo el Premio Anda­
ragoza, 1663), colección de seis relatos en la lí­ lucía, y La nieve está vacia (2000), hay que men­
nea de los que contiene el Decamerón de cionar sus poemarios Un caso sencillo (1986), El
Boccaccio y muy influidos por Lope de Rueda*. corazón azul del alumbrado (1990), Asuntos
personales (1991), Cobijo contra la tormenta
PRADO, Benjamín (M adrid, 1961) (1995), con el que obtuvo el Premio Hiperión,
Narrador y poeta. Buen amigo, confidente y co­ Todos nosotros (1998), Ecuador (poesía 1986-
nocedor de la obra de Rafael Alberti*, de quien 2001) (2002), volumen en el que reúne los ante­
trazó un retrato apasionado en A la sombra del riores, ordenándolos, en cambio, de acuerdo a un
ángel (13 años con A lberti) (2002), destaca criterio temático, reescribiéndolos en muchos ca­
como poeta, si bien en sus comienzos, en los que sos y añadiendo algunos poemas inéditos, e Ice­
estuvo ligado al grupo granadino conocido como berg (2002). Es autor, asimismo, de los ensayos
«de la nueva sentimentalidad», se notaba dema­ Siete maneras de decir manzana (2000) y Los
siado la influencia de su admirado maestro, así nombres de Antígona (2001), un original volu­
como la de otros autores que, de uno u otro modo, men de biografías, galardonado con el Premio de
han perm anecido en sus versos, como Eliot, Ensayo y Humanidades José Ortega y Gasset, en
Pound o Robert Lowell. No obstante, Prado es el que se ocupa de las vidas de las escritoras
capaz de crear una poesía repleta de imágenes Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva, Carson
propias, deambulando con soltura por una poesía McCullers, María Teresa León* e Isak Dinesen.
de gran intimismo, confesional casi, hasta llegar Como autor de relatos, hay que destacar su libro
a la brevedad de mensajes ambiguos y simbóli­ Jamás saldré vivo de este mundo (2003), en el
cos que recuerdan el haiku o que rozan el afo­ que, en un extremo más de originalidad, colabo­
rismo, siempre sin dejar de lado una evidente re­ ran, como autores y como personajes, escritores
flexión m etapoética. Poesía, pues, ingeniosa y de la talla de Almudena Grandes*, Juan Marsé*,
brillante, en cierto sentido narrativa, pues son Javier Marías* y Enrique Vila-Matas*.
muchos los poemas en los que es otro, y no el au­
tor, quien habla, y enumerativa. PRADO NOGUEIRA, José Luis (El Ferrol, La
En su prosa, cuyos inicios mostraron una imbri­ Coruña, 1919)
cación evidente en las mitologías juveniles de la Poeta. Militar, hubo de interrumpir sus estudios
época, donde predom inaba el gusto por la mú­ de ingreso en la Escuela Naval M ilitar como
sica y el cine, ha ido evolucionando hacia regis­ consecuencia del comienzo de la Guerra Civil, a
tros más densos, aun cuando mantiene su rela­ cuyo término sí se produjo este. Ha sido director
ción íntima con las gentes, inquietudes, intereses del Aula de Poesía del Ateneo de Madrid. En su
y problemas de su generación, e intenta renovar poesía, marcada por el intimismo, se aprecian in­
el género novelesco a través de la manipulación fluencias clasicistas y un escrupuloso respeto por
de sus resortes, y combinando elementos metali- los metros tradicionales. Deben destacarse los
terarios. En la combinación de culturalismo y re­ poemarios Testigos de excepción (1953), Orato­
lato de la cotidianidad, su narrativa intenta mez­ rio del Guadarrama (1956), Respuesta a Car­
clar registros que nombren tanto el desgarro men (1958), Miserere en la tumba de R. N.
como la tensión poemática, en una imbricación (1960), que fue galardonado con el Premio Na­
de influencias en las que se reconoce a autores cional de Literatura y el Ciudad de Barcelona,
norteamericanos como Bukowski o Carver, o a Sonetos de una media muerte (1963), La carta
alguien tan distinto como Pío Baroja*. Ameno y (1966), con el que obtuvo el Premio Leopoldo
hondo al mismo tiempo, Prado aborda cuestio­ Panero, El signo (1968) y La rana (1969).
nes como el fracaso individual, el destino in­
cierto o la voluntad soñadora, y todo ello deja al PRADOS, Emilio (Málaga, 1899-México, 1962)
final un poso amargo de evidente pesim ism o y Poeta. Considerado uno de los miembros rele­
usa la novela de género, como es el caso de la vantes de la conocida como Generación del 27*,
novela negra, para plantear asuntos como el mal. fue alumno del Instituto Escuela y de la Residen­
Además de las novelas Raro (1995), con la que cia de Estudiantes, y no pudo concluir sus estu­
fue descubierto como autor, N unca le des la dios de Filosofía en Alemania, concretamente en
mano a un pistolero zurdo (1996), Dónde crees la Universidad de Friburgo de Brisgovia. Amigo
PRAT

de Juan Ramón Jiménez*, Vicente Aleixandre* y nero menor para los combatientes (1938), Jar­
Federico García Lorca*, pertenece al grupo de dín cerrado, escrito en 1946, Penumbras y Río
poetas que se formaron en torno a la revista Lito­ natural, los tres escritos entre 1940 y 1956 y edi­
ral, revista que él mismo fundara en compañía tados en 1957, Memoria del olvido (1940), M í­
de Manuel Altolaguirre* originalmente como la nima muerte (1944), D orm ido en la yerba
Editorial Sur. Conoció en París a Picasso y se en­ (1953), que es una antología del anterior, Antolo­
tusiasmó con las nuevas corrientes surrealistas. gía (1923-53) (1954), Circuncisión del sueño
Su participación en favor de la República du­ (1957), La sombra abierta (1961), La piedra es­
rante la Guerra Civil, tanto en el Socorro Rojo y crita (1961), Transparencias (1962), formado
en Altavoz del Frente con Alberti* como en la­ por poemas que pertenecen a Circuncisión del
bores de apoyo a las Brigadas Internacionales, se sueño, Signos del ser (1962) y, ya postumos,
había concretado, antes del estallido bélico, en Últimos poemas (1965), que incluye Cita sin lí­
tareas de instrucción cultural en el barrio de pes­ mites, libro en el que trabajaba cuando murió, y
cadores pobres de El Palo, en Málaga. Estas acti­ Poesías completas (México, 1975-1976), edita­
vidades le obligaron a exiliarse, tras un breve das por Carlos Blanco Aguinaga* y el filólogo
paso por París, a México, donde trabaja en la Antonio Carreira. A estos títulos hay que añadir
Editorial Séneca y se dedica a la docencia hasta un Diario íntimo aparecido en 1966, publicado
su muerte. Poeta prácticam ente anónimo antes en 1998, y la Correspondencia que mantuvo con
de la Guerra Civil, fue gracias a Gerardo Diego* uno de sus críticos, José Sánchez-Banús, pu­
y su primera antología en 1932 que salió a la luz, blicada en 1995. En 1999 se publicó, en dos vo­
aunque se negó, por razones ideológicas, a for­ lúmenes, una nueva y cuidadísim a edición de
mar parte de la segunda en 1934. Poesías completas, una vez más realizada por
Como poeta, sus versos aúnan intimismo y este­ Blanco Aguinaga y Carreira.
ticismo, todo ello a través de una profunda hu­
manidad y de una perfección formal extraordina­ PRAT, Ignacio (Zaragoza, 1945-Barcelona,
ria, que es capaz de manejar los metros cultos 1982)
con la misma soltura que los populares. Si sus Poeta y ensayista. Profundo investigador y pro­
inicios estuvieron dentro de un cierto popula- fesor en Barcelona, sus poemarios, profunda­
rismo andaluz, muy influido por Juan Ramón, mente renovadores y ajenos a tendencias o es­
Antonio Machado* y Góngora* y en el que pre­ cuelas, no aparecerían hasta después de su
dominan temas como la soledad, el tiempo y el muerte, aunque pueden consignarse del siguiente
sueño, a veces tratados a partir de un simbo­ modo: Trenza (1974), A sí se hacen las efes
lismo* ciertam ente hermético, pronto desem ­ (1978), Para ti (1980), Contra ti-Para ti (1982)
bocó en una estética surrealista que abriría paso y Cuatro poemas (1982), todos ellos incluidos en
a una poesía claramente comprometida, intere­ Para ti (1963-1981) (1983). Por lo que se refiere
sada en los problemas sociales, que deriva en los a su tarea crítica, deben recordarse ensayos como
poemas finales escritos durante el exilio, marca­ «Aire nuestro» de Jorge Guillén (1974) y, edita­
dos por un misticismo solitario de gran lirismo y dos postumamente. Estudios sobre poesía con­
honda intensidad emocional. Fue un autor que temporánea (1983) y El muchacho despatriado.
dedicó los últimos veinte años de su vida a escri­ Juan Ramón Jiménez en Francia (1901) (1986).
bir, corregir y editar sus versos, en los que a me­
nudo juega con una puntuación no académica, si­ PRAT DE LA RIBA I SARRA, Enric (Castelltersol,
milar a la que se encuentra en otros poetas de su Barcelona, 1870-1917)
generación. Son sus obras, muchas de ellas iné­ Ensayista en lengua catalana. Doctorado en De­
ditas hasta tiempo después de ser escritas: recho por la Universidad de M adrid, fue, en
Tiempo. Veinte poemas en verso (1925), Seis es­ 1892, secretario de la Unión Catalanista y cola­
tampas para un rompecabezas (1926), que per­ borador en numerosas publicaciones catalanas,
maneció inédita durante años y que es el primer entre ellas La Ven de Catalunya, de la que, en
poemario surrealista español, Canciones d e lfa - 1899, se convierte en director. Político im por­
rero (1926), El misterio del agua (escrita entre tante de la Lliga Regionalista, es elegido dipu­
1926 y 1927, aunque no editada hasta 1954), tado por Barcelona en 1905, para, dos años más
Vuelta (Seguimientos-ausencias) (1927), Cuerpo tarde, convertirse en presidente de la Diputación
perseguido (escrita entre 1927 y 1928, no se pu­ de Barcelona, desde la que creará el Instituí
blicó hasta 1954), El calendario incompleto del d’Estudis Catalans, institución que potenciará la
pan y el pescado (escrito en 1933 y 1934 y que creación de la Mancomunidad, hecho que se pro­
tardaría años en aparecer), El llanto subterráneo duce y que le llevará a la presidencia de la misma
(1936), obra importante que com bina surrea­ en 1914. Ideólogo del regionalismo burgués ca­
lismo y compromiso, Romances (1937), Cancio­ talán y gran investigador, publicó, además del
763 PRÍNCIPE

célebre manifiesto La nacionalitat catalana nes existenciales, tales como la angustia ante la
(1906), con el cual se da forma explícita al espí­ muerte, frecuente en sus páginas. Sin duda, y a
ritu del noucentisme (véase NOVECENTISMO), pesar de que no forma parte de la galería de au­
obras como Compendi de doctrina catalanista tores más conocidos de nuestras letras, estamos
(1895), Compendi de la H istoria de Catalunya ante uno de los grandes escritores españoles.
(1898), que recibió un galardón en los Juegos Deben destacarse títulos como Tres pisadas de
Florales de ese año, Normes ortográfiques (1913), hombre (1955), novela galardonada con el Pre­
Diccionari ortografíe (1914) y Per Catalunya i mio Planeta, Buenas noches, Arguelles (1956),
l ’Espanya gran (1916), entre otras. Vuelve atrás, Lázaro (1958), Encuentro con Ili-
tia (1961), Elegía por una esperanza (1962),
PRECIADO, Nativel (M adrid, 1948) Prólogo a una muerte (1968), Secretum (1972),
Periodista y narradora. Estudió Ciencias Políti­ Carta sin tiempo (1975), El embajador (1988),
cas en la Universidad Complutense y Periodismo centrada en la figura de D iego H urtado de
en la Escuela Oficial de Madrid. Conocida en los M endoza*, La desatada historia del caballero
ámbitos periodísticos como una especialista en Palmaverde (1991), La enferm edad del amor
el género de la entrevista, comenzó en el diario (1993), El ciego de Quíos (1996), Isla Blanca
Madrid, para trabajar después en ABC, Televi­ (1997), con la que obtuvo el Premio Andalucía
sión Española, Radio Nacional, Cope, Onda de la Crítica, La lluvia del tiempo (1998) y Re­
Cero, El Periódico de Catalunya, la revista liquias de la llama (2000). Entre sus ensayos,
Tiempo, de la que fue uno de sus fundadores en hay que mencionar Los caminos actuales de la
1982, la Cadena Ser y Antena 3 Televisión. Se crítica (1969), Ensayo semiológico de sistemas
trata de una narradora que con su primera novela, literarios (1972), M orfología de la novela
El egoísta (1999), crónica de la realidad muy (1974), Estudios de literatura europea (1975),
próxima al realism o* periodístico, quedó fina­ Garcilaso de la Vega (1975), Coherencia y re­
lista del Premio Planeta. Entre sus obras, además levancia textual (De Berceo a Baroja) (1980),
de El sentir de las mujeres (1996), volumen en el Para leer a santa Teresa (1981) y Poesía espa­
que recoge diversas entrevistas con mujeres que ñola del siglo xvi (1985), entre otros a los que
han tenido éxito en sus profesiones, Amigos ínti­ habría que añadir una im portante antología
mos (1998), en donde narra sus experiencias per­ de cinco poetas pertenecientes a la Generación
sonales con la amistad, y Extrañas parejas del 68*, titulada Espejo del am or y de la
(2000), colección de artículos sobre el amor, des­ muerte (1971), cuyo prólogo se debe a Vicente
tacan: Grafomanías (1999), el ensayo Hablemos Aleixandre*.
de la vida (2002), una suerte de reflexión escrita
a dos manos con el filósofo José Antonio Marina, PRIETO NADAL, Ana (Barcelona, 1976)
y la novela Bodas de plata (2003). Ha recibido, Narradora. Autora de la novela La matriz y la
además de los mencionados, diversos galardones sombra (2002), galardonada con el Premio Ojo
que reconocen su labor periodística, como por Crítico y en la que el amor y el sexo conforman
ejemplo el Francisco Cerecedo de 1986, otor­ un escenario de emociones profundas, analiza­
gado por la Asociación de Periodistas Europeos, das con vehemencia, en el extremo de los senti­
y el Víctor de la Sema de 1988 de la Asociación mientos y con una enorme potencia lírica, mez­
de la Prensa. clando registros con extraordinaria sabiduría.

PRIETO, Antonio (Almería, 1930) PRÍNCIPE, Miguel Agustín (Caspe, Zaragoza,


Novelista. Licenciado en Filosofía y Letras en 1811 -Madrid, 1863)
Madrid, de cuya Universidad Complutense fue Dramaturgo y poeta. Abogado, fue catedrático de
catedrático de Literatura, después de haber en­ Literatura en la Universidad de Zaragoza, biblio­
señado en las universidades de Pisa y M álaga, tecario de la Nacional y colaborador en impor­
es especialista en literatura italiana, en el R e­ tantes publicaciones, tales como El Espectador y
nacimiento* y en la poesía amorosa y caballe­ El Semanario Pintoresco, entre otras. Uno de los
resca medievales, lo que dota a sus textos de no últimos autores del romanticismo, de su variada
pocas referencias clásicas. Trabaja, adem ás, obra pueden señalarse dramas históricos como El
para la editorial Planeta. Al margen del debate conde don Julián (1839) y Mauregato o el feudo
entre literatura social y m etafísica, en sus no­ de las cien doncellas (1851), la comedia Periqui­
velas com bina las técnicas propias del rea­ llo entre ellas (1844), poemarios, también del
lism o* con otras más arriesgadas, incluso las gusto romántico aunque próximos a la poesía tra­
metaliterarias propias de una narrativa más in- dicional española, como Poesías ligeras, satíri­
telectualizada, siem pre, eso sí, em pleando re­ cas y festivas (1840) y Fábulas en verso caste­
cursos simbólicos a la hora de abordar cuestio­ llano y en variedad de rimas (1861-1862) o el
PRÍNCIPE DE VIANA

relato inconcluso en prosa La casa de Pero Her­ de provincia y que gozó de la confianza del em­
nández (1848). Fue autor, asimismo, de una mé­ perador Teodosio, si bien abandonó en la madu­
trica castellana y de diversos ensayos, entre ellos rez la m aquinaria im perial para dedicarse a la
el histórico-satírico Tirios y troyanos. H istoria vida cristiana. En su obra poética, en la que se
trágico-cómica-política de la España del siglo muestra como profundo conocedor de la lírica la­
XIX, con observaciones tremendas sobre las vi­ tina, conviven el paganismo típico de esta con
una defensa del cristianismo, siempre con gran
das, hechos y milagros de nuestros hombres y
animales públicos, escritas entre agridulce y jo ­ habilidad en el manejo de los resortes retóricos,
coserio (1845), así como de, sobre la comedianta en los que era versado. Asimismo, fue el intro­
de ese nombre, La Baltasarada, escrito en cola­ ductor en la poesía cristiana del himno literario y
boración con García Gutiérrez* y Gil y Zárate*. de la epopeya alegórica. Aunque su obra es rica
en registros — desde cuestiones litúrgicas, alego­
PRÍNCIPE DE VIANA - » Véase VIANA, Carlos de. rías y epigramas— deben reseñarse aquí como
principales los doce himnos, en distintos metros,
PROAZA, Alonso de (Asturias, 1445-Valenáa, dedicados a la plegaria, que se recogen en Cat-
1519) hemerion, los catorce himnos en honor de los
Poeta y prosista. Humanista de quien se sabe que mártires españoles y romanos incluidos en su Pe-
estudió en Salamanca y que se traslado a Valen­ ristephanon, la Psychomaquia — Batalla por el
cia, en cuya Universidad, concretam ente en la alma— , una larga alegoría en hexámetros en la
cátedra de Retórica, desempeñó la docencia que se describe la batalla entre vicios y virtudes
desde 1504. Conocido por ser com entarista de por la posesión del alma, dos poemas didácticos
Raimundo Lulio*, así como por su importante en refutación de diversas herejías, Apotheosis y
papel como editor y corrector, estuvo vinculado Hamartigenia, ambos en hexámetros, así como
a algunas ediciones de la Celestina, además de a la obra de historiografía Tituli historiarum y el
numerosas obras fundamentales editadas en Va­ opúsculo político Contra Syinmachum, escrito en
lencia a lo largo del siglo xv, caso de la Comedia defensa del obispo de Milán en el año 384.
Thebayda, que se le ha llegado a atribuir. Como
autor, entre otras obras escribió una Orado liicu- PUENTE, José Vicente (Madrid, 1915-1995)
lenta de laudibus Valentiae y diversas poesías in­ Dramaturgo. Licenciado en Derecho y Filosofía
cluidas en el Cancionero general (véase CAN­ y Letras, amplió estudios en Francia, Suiza, Bél­
CIONERO). gica y Alemania, fue corresponsal en Buenos Ai­
res de ABC y colaborador de diferentes diarios,
PROVINCIAL, coplas del - » Véase COPLAS DEL entre ellos el Ya. Aunque publicó algunas nove­
PROVINCIAL. las, entre ellas Viudas blancas (1937) y Una
chica topolino (1942), destacan sus piezas tea­
PRÓXITA, Gilabert de (Valencia, ?-Génova, Ita­ trales M ari Dolor (1937), galardonada con el
lia, 1405) Premio Piquer de la Real Academia Española, y
Poeta en lengua catalana. De ascendencia napo­ Gente que pasa (1943), escrita en colaboración
litana, intervino en diferentes campañas, entre con Agustín de Foxá* y que también recibió el
ellas las expediciones catalanas a Sicilia y Cer- mismo reconocimiento de la Academia. Fue au­
deña, en 1329 y 1395 respectivamente. Exiliado tor, asimismo, de una adaptación del Fausto de
en Valencia como consecuencia de su participa­ Goethe, de un libro de reportajes sobre Madrid y
ción en luchas de bandería, se conservan suyas de una biografía de Manolete.
veintiuna composiciones, todas ellas en la tradi­
ción del amor cortés trovadoresco de resonancias PUENTE, Luis de la (Valladolid, 1554-1624)
italianas. En 1954, Martín de Riquer* publicó Autor ascético. Perteneciente a los jesuítas, fue
sus Poesies. un defensor acérrimo de la oración y la mortifi­
cación como vías de la glorificación cristiana. Su
PRUDENCIO (348-?) obra, muy detallada y ordenada, que fue tradu­
Poeta. De origen hispánico, se sospecha, debido cida a numerosos idiomas, le dio gran fama en
a los contenidos de su obra, que Aurelius Pruden- Europa. Destacan sus Meditaciones de los miste­
tius Clemens, el poeta cristiano más importante rios de nuestra santa Fe con la práctica de la
en lengua latina, pudo nacer en Calagurris — la oración mental sobre ellos (Valladolid, 1600;
actual Calahorra, en La Rioja— , aunque es pro­ 1605 en 2 vols.), obra a la que hay que añadir
bable también que procediera de Caesaraugusta otras como: Guía espiritual (Valladolid, 1609),
(Zaragoza) o de Tarraco (Tarragona). Sea como De la perfección del cristiano en todos sus esta­
fuere, lo que sí parece cierto es que nació en la dos (1612-1616; 3 vols.) y, aparecidas postuma­
Península, que fue en dos ocasiones gobernador mente, Directorio espiritual para la confesión,
765 PUÉRTOLAS

comunión y misa (1625), Sentimientos y avisos al instante ha sustituido casi definitivamente al


espirituales del padre Luis de la Puente (1672), recuerdo de lo perdido. Asimismo, en ella se
Vida de doña Marina de Escobar (1665), con­ canta ascéticamente el retiro y la renuncia, resul­
cluida por el padre Pinto Ramírez, compañero tado amargo de esa alegría que poco a poco va
de Orden, y Obras espirituales (Madrid, 1690; contemplándose con nostalgia. Es autor de los
6 vols.), en donde se incluyen todos sus textos. poemarios: El tiempo que nos teje (1982), Un
jardín al olvido (1987), que ganó un accésit del
PUENTE, Pedro Antonio de lo -» Véase PONZ, Premio Adonais, Las cordilleras del alba (1991),
Antonio. libro en prosa que, en realidad, es un libro de
poesía, Paisaje de invierno (1993), prologado
PUERTO, Carlos (M adrid, 1942) por Antonio Gamoneda*, Estelas (1995), Seña­
Novelista y ensayista. Ha sido colaborador de les (1997), Premio Gil de Biedma, y Las sílabas
numerosas publicaciones, entre ellas los diarios del mundo (1999).
Ya e Informaciones y las revistas Triunfo, Signo
y La Estafeta Literaria. Traductor de obras de PUERTOCARRERO, ¿Luis de? (siglo xv-siglo xvi)
Simenon o Slaughter, entre otros, se le conoce Poeta de quien tenemos referencias por Antón de
por ser uno de los renovadores de la novela ju ­ Montoro* y cuyos poemas aparecen solo en la
venil, aunque ha escrito tam bién obras para segunda edición, la de 1514, del Cancionero ge­
adultos y, tanto en unas como en otras, ha creado neral (véase CANCIONERO). El prestigio se lo
un modo de entrelazar arte y vida, sentimientos debe al poema de setenta y ocho estrofas titulado
y sensualidad. Deben destacarse, entre otras, sus Coplas, donde el poeta y la amada, en presencia
novelas: Tiempo sin Angela (1965), Algo de tie­ de otra mujer, dialogan en lo que no es sino una
rra mojada (1966), No he muerto todavía parodia del «servicio amoroso».
(1967), Agonizante sol (1969), por la que obtuvo
el Prem io Ciudad de León, El nuevo silencio PUÉRTOLAS, Soledad (Zaragoza, 1947)
(1970), galardonada con el Premio Lyteroy, El Novelista. Estudió Periodismo en Madrid y Len­
niño de un millón de años (1987), El m isterio gua y Literatura Española y Portuguesa en la
del colegio em brujado (1996) y La mirada Universidad de California. Colaboradora de al­
(1997), en la que una joven lucha por sobrepo­ gunas publicaciones — actualmente en el diario
nerse al sida, El espíritu del Bolshoi (1999), No El País— , para las que ha escrito cuentos y críti­
leas este libro (2000), Las manos de Luz (2000) cas literarias, Soledad Puértolas Villanueva es
y Los extraños viajeros (2001). De entre sus en­ una de las escritoras de mayor prestigio dentro
sayos, hay que mencionar: Historia universal del panorama de la narrativa española contempo­
del cine (1968), Las edades del amor ( 1968), La ránea. Autora de personajes, diestra en el manejo
mujer del año 2000 (1970) y La censura como de estos en diferentes situaciones, capaz de aden­
problema (1975). trarse con sencillez y sin excesos ni hipérboles
de ningún tipo en seres que, la mayor parte de las
PUERTO, José Luis (La A lberca, Salamanca, veces, viven en una suerte de fracaso mediocre
1953) y cotidiano, frágiles y callados. En sus novelas
Poeta. Profesor. Catedrático de Lengua y Litera­ plantea, de un modo u otro, el m isterio de la
tura y etnógrafo, en sus versos, influidos en gran propia identidad, su descubrimiento una vez su­
medida por ecos de poetas tan dispares como peradas la infancia y la adolescencia, y la forma
Celan, José Ángel Valente*, A ntonio Colinas* en que aquel reordena las relaciones individuales
o Claudio Rodríguez*, se aprecia una obsesión y colectivas. La memoria, así como las relacio­
central por el tiempo, entendido, según sus pro­ nes familiares, amorosas y de amistad, se suce­
pias palabras, como «el verdadero texto hu­ den en sus relatos con la fragmentación que
mano»; y en ese ‘texto’ se presenta como mo­ aquella misma impone. Todo ello, siempre, con
mento esencial del recuerdo, y de la construcción un estilo propio basado en la concisión, sin elo­
de la propia vida, la infancia. Su poesía, que a cuencias, a través del cual aborda las tragedias
veces contempla la realidad directamente y otras cotidianas de la vida, lo más íntimo e interior
a través del arte, es un ejercicio de memoria, desde la más elevada naturalidad literaria. Es au­
aunque a lo largo de los diferentes libros ha ido tora de las novelas: El bandido doblemente ar­
convirtiéndose en un poeta más meditativo, con­ mado (1980), con la que obtuvo el Premio Sé­
cibiendo la poesía como un instrumento de refle­ samo, Burdeos (1986), Todos mienten (1988),
xión e interpretación del mundo, y reduciendo al Queda la noche (1989), galardonada con el Pre­
máximo los elementos narrativos o descriptivos. mio Planeta, Días del arenal (1992), Si al atar­
En los últimos años su poesía ha adquirido un decer llegara el mensajero (1995), Una vida
cierto carácter hímnico, elegiaco, donde el canto inesperada (1997), A través de las ondas (1998),
PUIG 766

La Rosa de Plata (1999), en la que sorprende de suicidio. Allí trabó relación con grupos anar­
adentrándose en las leyendas del ciclo artúrico, y quistas y publicó sus primeros versos. Poco des­
La señora Berg (1999). Ha publicado, además de pués, entre 1902 y 1904, vagabundea por Fran­
los libros de relatos Una enfermedad moral cia, antes de regresar a Barcelona y comenzar a
(1983), La corriente del golfo (1993), Gente que colaborar en La Vanguardia. Con la llegada de
vino a mi boda (1998) y Adiós a las novias la República comienza una intensa actividad po­
(2000), un libro de textos autobiográficos, Re­ lítica que lo lleva convertirse en diputado, tanto
cuerdos de otra persona (1996), el volumen de de las Cortes españolas como del Parlament de
ensayos La vida oculta (1993), galardonado con Catalunya, y en conseller de A sistencia Social
el Premio Anagrama, un libro de homenaje a su de la Generalitat. Es en 1936 cuando se ve im ­
madre, con recuerdos y vivencias, Con mi madre plicado en un escándalo de malversación de fon­
(2001), y dos obras dirigidas a un público juve­ dos públicos por la compra de armas que, toda­
nil: La sombra de una noche (1986; reed., 1998) vía hoy, está por aclarar. Tras la Guerra Civil, se
y El recorrido de los animales (1988). exilió en Francia.
En cuanto a su obra, hay que decir que, en una
PUIG, Valentí (Palma de Mallorca, 1949) primera época modernista, su teatro, influido por
Narrador y ensayista en lenguas catalana y espa­ el de Ibsen, fue sumamente ideológico y vita-
ñola. En sus obras, a través de un estilo'fiel a un lista, defensor del individualismo frente a las
cierto clasicismo narrativo, a veces tendente al convenciones sociales y ambientado en el mundo
artificio, suele estar presente la evolución de la rural. Después, a partir de 1914, se deja llevar
sociedad mallorquína, así como una sensualidad por el gusto del público burgués y comienza su
verbal que contrasta con la sobriedad estilística y declive, lo que lo lleva a la narrativa, en la que se
un cierto conservadurismo en la mirada del entrega de lleno a la recreación autobiográfica.
mundo. Es autor, entre otras muchas obras, de De sus obras teatrales, hay que destacar: Dialegs
los relatos de Dones que fum en (1983) y Manio­ dramátics (1904), La dama alegre (1904), La ba-
bres privades (1999) — Maniobras privadas gassa (Boires de la ciutat) (1905), Arrels mortes
(2002), así como de las novelas Complot (1986), (1906), Aigiies encantades (1907), La dama ena­
Somni Delta (1987), con la que obtuvo el Premio morada (1908), Senyora Isabel (1917), Si n ’era
Ramón Llull, y Primera fuga (2000), todas ellas una minyona (1918) y L ’escola de prontesos
traducidas al español, al igual que sus dietarios (1922), entre otras. Por otro lado, deben recor­
Bosc endins (1982), que se refiere a los años se­ darse sus novelas L ’home que tenia tnés d ’una
tenta, Materia obscura (1991), en el que abarca vida (1925), Les fa ce d es d ’un amor (1925), Ser­
el periodo que va de 1980 a 1984, y Cien días del vitud (1926), Una mica d ’amor (1927), El cercle
milenio (2001) o los ensayos Veure Mallorca, mágic (1929), con la que obtuvo el Premio Cre-
Menorca i Eiviss (1986), Dublín (1987), este úl­ xells, Camins de Franga (1934) y, sobre todo, El
timo originariamente escrito en lengua española, pellegrí apassionat, su obra cumbre, escrita en­
Annus horribilis (1990), Lady Hamilton (1994), tre 1938 y 1952 y que se publicaría en doce vo­
Progres (1994), Cuando sea rey. Consejos a un lúmenes entre ese último año y 1977. En su com­
futuro monarca (1998), en el que, también en es­ posición, dimensiones y, acaso, intención, así
pañol, repasa los problemas socio-políticos de como en el psicologismo épico que la orienta,
ese momento con humor escéptico, y L ’home de •pueden sospecharse las influencias de Dos-
l ’abric (1998), a medio camino con la novela, toievski y Proust.
galardonado con el Premio Josep Pía y traducido
como El hombre del abrigo, en el cual se ocupa PUIGBLANCH, Antonio (M atará, Barcelona,
de la figura de Josep Pía*, al igual que en su Dic- 1775-Londres, 1840)
cionari Pía de Literatura (2000). En catalán es­ Ensayista y poeta. Profesor de Hebreo en la Uni­
tán escritos los poemarios L ’estiu madur (1985) versidad de Alcalá, fue catedrático en la de M a­
y Blanc de blancs (2001). Hay que mencionar, drid y diputado durante el trienio liberal. En
asimismo, el volum en de artículos Vicis del 1815 y 1823 padeció sendos exilios en Londres.
temps (1990). Además de fragmentos de dos poemas en cata­
lán, «Les comunitats de Castella» y «Lo temple
PUIG I FERRETER, Joan (La Selva del Camp, Ta­ de la Gloria», este último atribuido a él, deben
rragona, 1882-París, 1956) destacarse, sobre todo, trabajos suyos como:
Dramaturgo, poeta y novelista en lengua cata­ La inquisición sin máscara (1811), Veras y no
lana. Hijo natural de un terrateniente, circuns­ bromas de un español emigrado en Londres
tancia que m arcaría su juventud y su obra, y de (1923) y, dirigidos contra Joaquín Lorenzo Vi-
formación autodidacta, se trasladó a Barcelona llanueva*, unos Opúsculos gramático-satíricos
en 1899, después de sobreponerse a un intento (1828-1834).
767 PULGAR

PUJALS, Esteban (Vilaseca, Tarragona, 1911) vidad que se propone en el título mismo. Hasta
Ensayista. Licenciado en Filosofía y Letras por la fecha, ha publicado las siguientes novelas: La
la U niversidad de Barcelona, se doctoró en las sombra del tiempo (1981), Un viaje a España
de M adrid y Londres y amplió estudios en Ox­ (1983), El lugar del aire (1984), que conforman
ford. Profesor del Instituto de España en la capi­ una trilogía, El otoño en Crimea (1985), La no­
tal británica durante muchos años, ha sido cola­ che más lejana (1986), Jardín inglés (1987), Los
borador del CSIC y, entre otras labores docentes, secretos de san Gervasio (1994) y Cada vez que
catedrático de Literatura Inglesa en la Universi­ decimos adiós (1999), obras a las que hay que
dad Complutense de Madrid. Asimismo, ha cola­ añadir los poemarios Gian Lorenzo (1987), Des­
borado en las más prestigiosas publicaciones varios de la edad (1994), Vidas de poetas (1995),
filológicas y literarias. De su obra, rigurosa y Los aventureros (1996), Conversación (1998),
amplia, destacan títulos como: Espronceda y Retrato de París (1998), H ai-kais del abanico
Lord Byron (1949), que obtuvo el Premio Me- japonés (1999), donde demuestra su habilidad
néndez Pelayo, El pensam iento político de Ed- para seguir la tradición de los breves poemas clá­
mund Burke (1954), España y la guerra de 1936 sicos japoneses llamados haikus y hai-kais, pero
en la poesía de Roy Campbell (1959), Drama, en clave actual, Esta verdadera historia (1999)
pensam iento y poesía en la literatura inglesa y La pared amarilla (2002), donde se ocupa,
(1965), El Romanticismo inglés (1969), Perspec­ de forma original y con extrema minuciosidad, de
tiva de la poesía inglesa del siglo x x (1972), la figura del pintor holandés Johannes Vermeer.
Lord Byron en España (1982) e Historia de la Li­
teratura Inglesa (1984). Por otra parte, deben PUJOL, Joan (Matará, Barcelona, 1514-?, prin­
mencionarse su edición y traducción Dylan Tho- cipios siglo xvil)
mas: Poemas (1955) y su revisión y prólogo a la Poeta en lengua catalana. Fue presbítero en Ma­
primera traducción española de El Paraíso per­ taré y, en su poesía, imitó a Ausiás March*, de
dido (1967), de Milton. cuyos poemas escribió cinco glosas. Además
de poemas religiosos y de un poema épico sobre
PUJOL, Carlos (Barcelona, 1936) la batalla de Lepanto, La singular i admirable
Ensayista, novelista y poeta. Doctorado en Filo­ victoria que, per la gracia de nostre senyor Déu,
sofía y Letras, es uno de los más prestigiosos crí­ obtingué el sereníssim senyor don Joan d'A us­
ticos españoles, así como uno de los traductores tria de la potentíssima armada turquesca (Bar­
e historiadores de la literatura francesa de mayor celona, 1573), al que se conoció solo como Le­
solvencia. Asim ism o, ha aparecido en el pano­ panto, destaca su Visió en somni, donde el poeta
rama novelesco con libros en los que se aprecia March se convierte en protagonista para lamen­
su interés por la novela histórica, aunque ajeno a tarse de la ignorancia de sus contemporáneos
modas y clichés de género y con enorme capaci­ respecto a su obra. Todos sus versos se conser­
dad para crear intrigas entretenidas y bien cons­ van en manuscrito en la Biblioteca Nacional de
truidas. De forma tardía se incorporó a la nómina París, de los que Molas* y Castellet* rescataron
de los grandes poetas españoles, algo influido «Etern factor de tota creatura» para su Ocho si­
por la poesía social de la Generación de los 50*, glos de poesía catalana (1969).
pero con una voz personal, profunda y em ocio­
nada que, no obstante, apenas ha servido para PULGAR, Hernando del (Pulgar, Toledo?, h.
despertar por sus versos una atención que viene 1420/1430-?, 1493)
eclipsada por su labor como crítico y narrador. Cronista. Hijo de conversos, fue cronista de En­
En su poesía predom ina el tono comunicativo, rique IV y secretario y embajador de los Reyes
basado en un conocimiento profundo de elemen­ Católicos en Francia, a quienes, además, acom­
tos fundamentales de la composición como el so­ pañó en diversas campañas militares, entre ellas
neto, el alejandrino, el endecasílabo, el heptasí- la de Granada, de la que Pulgar se ocupó en su
labo o la silva. Como autor de aforism os, hay célebre Crónica de los Reyes Católicos, que
que destacar su contundencia infalible, concreta abarca hasta 1490 y que introduce innovaciones
y sin medias tintas. Deben destacarse sus ensa­ en la tradición de la crónica castellana, tales
yos Voltaire (1973), B alzac y la «Comedia hu­ como la combinación de opiniones personales y
mana» (1974), La novela extramuros (1975), materiales documentales a través de la alternan­
A becé de la literatura francesa (1976), Leer a cia de epístolas, arengas, discursos y un sinfín
Saint-Sim on (1979), Juan Perucho, el mágico de elementos que, en boca de los personajes, se­
prodigioso (1986), 1900: Semblanzas históricas gún la tradición de Tito Livio, añaden elocuen­
(1987), Cuaderno de escritura (1988) y Tarea de cia, un cierto carácter literario y vitalidad al
escribir (1998), que es una suma de artículos y ejercicio historiográfico. La Crónica, dividida
aforismos de carácter metaliterario sobre la acti­ en tres libros o partes, resulta, no obstante, muy
PUNTÍ 768

erudita, y fue traducida al latín por Nebrija*, a que el padre Mariana* llegó a atribuir incluso al
cuyo nombre se publicó en Valladolid en 1565, mismo Pulgar. Es probable que escribiera tam­
no apareciendo en castellano hasta 1567, fecha bién una Crónica de Enrique IV, hoy perdida.
en que se publicó en Zaragoza bajo el nombre Debe aclararse que no hay que confundir a este
de Pulgar. autor con Pérez del Pulgar*, algo que, en ocasio­
La otra obra fundamental es Claros varones de nes, ha sucedido.
Castilla, quizá de 1485, aunque impresa en To­
ledo en 1486, y que reúne una serie de veinticua­ PUNTÍ, Jordi (Manlleu, Barcelona, 1967)
tro breves biografías de celebridades, como por Narrador en lengua catalana. Periodista y tra­
ejemplo las del marqués de Santillana* y Garci­ ductor, es autor de relatos en los que, con un
laso de la Vega*. Influida por Valerio y Plutarco, sentido de unidad, y aun siendo amplia su diver­
modelos que, en el prólogo, reconoce haber em­ sidad estilística y argumental, todos comparten
pleado, y en la línea de las Generaciones y sem­ una perspectiva coherente, en el sentido en que
blanzas de Pérez de Guzmán*, a quien también todos ellos proponen la idea de que siempre hay
cita, se aprecian intenciones políticas y un mar­ una historia perversa, que la vida cotidiana es
cado acento en los contenidos éticos de los retra­ una im itación fallida de la ficción, así como en
tos, además de gran profusión de citas sabias y todos ellos hay una presencia de lo mediocre y
consejos morales que le dan cierta artifi'ciosidad. sórdido, pero tratado con humor. Es la suya, en
No obstante, son retratos en cuya brevedad re­ fin, una literatura de lo grotesco y calificada de
side un ágil sentido literario y una marcada in­ rara por la crítica, rara por gustar de lo raro, y a
tencionalidad de acertar en los rasgos esenciales la que se ha emparentado con la de otros autores
de cada personaje. Asimismo, deben recordarse como Quim Monzó*, Sergi Pámies* o Vila-Ma-
sus Letras (¿Burgos, 1485?), o cartas, de temas tas*. Destaca su libro de relatos Pell d'Arm adi­
variados y tonos diversos, pues las hay tanto se­ llo (1998) — Piel de armadillo (2001).
rias y de orden político como jocosas, y en las
que se descubren también ecos ciceronianos. PUYOL Y ALONSO, Julio (León, 1865-1937)
Hubo dos ediciones, una con quince cartas y otra Ensayista. H istoriador y crítico, a él se deben
que incluía treinta y dos, pero, en cualquier caso, obras penetrantes y rigurosas, tales como: Cuen­
es una de las muestras más importantes de las co­ tos populares leoneses (1905), El arcipreste de
lecciones de epístolas romances del siglo xv. Se Hita (1906), una reconstrucción del Cantar de
trata de un epistolario dirigido a personajes de la gesta de Sancho II de Castilla (1911), Las H er­
época, unos reconocibles, otros encubiertos, aun­ mandades de Castilla v León (1913), Elogio de
que también hay cartas cuyos destinatarios son Cervantes (1916), Los cronistas de Enrique IV
amigos o la propia hija de Pulgar. Y, por último, (1921) y una edición crítica de La picara Justina
suyas son unas Glosas a las Coplas de Mingo (1912), de López de Úbeda*, por citar solo algu­
Revulgo (¿1485?), no carentes de cierta ironía y nos de sus muchos ensayos.
QUADRADO NIETO, José María (Ciudadela,
M enorca, 1819-Palma de M allorca, 1896)
o dell, que no sería la única publicación en la que
participaría, pues su nombre pudo verse en más
Ensayista. Historiador, archivero y arqueólogo, de diez diarios y revistas de prestigio. Presidente
fue también activo periodista, sobre todo en pu­ de la Associació d’Escriptors en Llengua Cata­
blicaciones católicas. Seguidor de las doctrinas lana, de la que sería miembro de honor, y miem­
políticas de Balmes*, supo combinar erudición y bro de la Institució de les Lletres Catalanes, fue
gusto artístico y colaboró en la obra Recuerdos jefe de redacción de la versión española del mo­
y bellezas de España, concebida por el litógrafo y numental Diccionario Literario Bompiani. Fun­
pintor Francisco Javier Parcerisa — autor de to­ dador de diversas agrupaciones teatrales, miem­
das las láminas— , y en la que, bajo la batuta ini­ bro de no pocos jurados literarios, y editor de
cial de Piferrer*, autor de la mayor parte, cola­ renombre, su prestigio fue creciendo hasta con­
boraron él, Pedro M adrazo* y Pi y M argall*. vertirlo en una de las figuras principales del
A Quadrado le correspondieron los volúmenes mundo intelectual español del siglo xx.
dedicados a Aragón, Castilla la Nueva, Asturias, Inicialmente, coqueteó con las vanguardias na­
León, Valladolid, Palencia y Zamora y Sala­ rrativas y teatrales y, en sus primeros poemas,
manca, Ávila y Segovia, con lo cual se convirtió, reaccionó contra el sim bolismo* desde un rea­
quizá, en el máximo artífice de la idea. Muchos lismo* atento a la anécdota y profundamente
de sus trabajos de otra índole están incluidos en marcado por la experiencia de la Guerra Civil y
su obra Ensayos religiosos, políticos y literarios el exilio, lo que dota a toda su obra de un escep­
(1853-1863), cuyo prólogo, en la segunda edición ticismo desolado y racionalista. Sus versos en­
de 1893-1896, en tres volúmenes, está firmado cierran una cruda, paródica y satírica amargura
por M enéndez Pelayo*. Asimismo, escribió una que reacciona contra todas las convenciones y a
importante obra histórica: Forenses y ciudada­ la cual se suma, en su obra teatral, la satirización
nos: historia de las disensiones civiles de M a­ cáustica de las costumbres burguesas a través de
llorca en el siglo xv (1847), y, además de algunos un lenguaje popular y unos modos escénicos en
poemas sin importancia, tradujo a Shakespeare. los que puede verse la influencia de Brecht. De
sus comedias en catalán, hay que recordar: Gai-
QUART, Pere (Sabadell, Barcelona, 1899-Bar- rebé un acte o Joan, Joana i Joanet (1929; ed.,
celona, 1986) 1989), Cataclisme (1935), Alió que tal vegada
Poeta, dramaturgo y narrador en lengua catalana. s ’esdevingué (1936; ed., 1987), Cambrera nova
De nombre real Joan Oliver i Sallares, es célebre (1936), L afam (1938; ed., 1975), obra por la que
por su seudónimo: Pere Quart, y está conside­ obtuvo el Premio del Teatre Catalá de la Come­
rado uno de los cinco poeta catalanes más impor­ dia, a la que siguieron, tras su regreso a Barce­
tantes del siglo xx y acaso el más original. De fa­ lona en 1948, Tercet en re (1959), Tres comedies
milia industrial barcelonesa, estudió Derecho en (1960), volumen por el que recibió el Premio
la Universidad de Barcelona, y, como conse­ Angel Guimerá y que incluía Ball robat (1958),
cuencia de la Guerra Civil, se exilió, viajando Primera representado y Una drecera, La gran
por numerosos países europeos e hispanoameri­ pietat (1960), galardonada con el Premio Ángel
canos, en uno de los cuales, Chile, residió du­ Guimerá, Quatre comedies en un acte (1970),
rante ocho años, dedicándose al periodismo y a volumen formado por A lió que tal vegada s ’es­
la traducción. En 1925 había sido, con Francesc devingué, Cambrera nova y Vivaldai l ’Africa te­
Trabal*, el fundador de la editorial La Mirada en nebrosa, y, aparecido postumamente, el libro
Sabadell, ciudad donde dirigió el Diari de Saba­ Ball robat a Joan Oliver (i altres) (1995). A si­
QUEIPO 770

mismo, son importantes sus poemarios: Les de- ciones, ajena a las modas en que prima el argu­
capitacions (1934), Oda a Barcelona (1936), mento, en la que analiza la historia real de la ce­
Bestiari (1937), Premio Joaquim Folguera, Saló guera progresiva padecida por el traductor inglés
de tardor (1947), Terra de naufragis (1956), que de la novela del Nobel portugués Saramago In­
fuera Premio Ossa Menor, Vacances pagades form e sobre la ceguera, traductor transmutado
(1960; versión bilingüe en 1965), Premio Ausiás aquí en un gallego residente en Estados Unidos.
March y Premio Lletra d’Or, D otze aiguaforts
i un autoretrat de Josep G ranyer (1962), Cir- QUEIPO DE LLANO RUIZ DE SARAVIA, José
cumstáncies (1968), Quatre mil m orís (1977), Mar\a (Oviedo, 1786-París, 1843)
Poesía empírica (1981), galardonado con el Pre­ Historiador. Conde de Toreno. Tras el levanta­
mio de la Generalitat de Catalunya, y Refugi de m iento del Dos de Mayo se convirtió en ene­
versos (1987), a los que hay que añadir las anto­ migo de los franceses, razón por la cual huyó a
logías Poesía de Pere Quart (1949), Obra de Oviedo. Fue el encargado, por parte de la Junta
Pere Quarí (1963), Poemes escolliís (1983) y, de Asturias, de solicitar ayuda a Inglaterra, m i­
aparecidos postumamente, A níología (1993) y sión de la que regresó en 1808 para continuar sus
Els millors poemes (1998), así como la grabación actividades políticas en la Junta Central y, en
Poesía de Pere Quarí: doíze poem es dits p er 1810, con solo 24 años, ser elegido diputado. La
l ’auíor (1968), que no fue la única veráión gra­ vuelta de Femando VII supuso su exilio, del que
bada de sus versos, si bien la mayoría de ellas la regresa tras el levantamiento de Riego en 1820,
realizaron prestigiosos cantautores y actores ca­ aunque, en 1823, con el retomo del absolutismo,
talanes. Fue autor, además, de los libros de rela­ tras la invasión de 1823, se ve obligado a m ar­
tos Una íragédia a Lil-lipuí (1928), Coníraban char a París, de donde solo podrá regresar en
(1936) y Biografía de Loí i alíres proses (1963), 1833 tras la amnistía. En el plazo de dos años,
a los que añadimos el ensayo Tros de paper entre 1834 y 1835, se convirtió en ministro de
(1970) y el volumen memorialístico, aparecido Hacienda y en presidente del Consejo, cargo que
tras su muerte, Temps, records (1991), que había abandona en esa última fecha para, tras la revo­
recibido en 1960 el Premio M artí Peydró. Pre­ lución de septiembre de 1840 y la salida del país
mio de Honor de las Letras Catalanas en 1970 y de la regente María Cristina, exiliarse volunta­
Ciudad de Barcelona en 1980, su inconformismo riamente de nuevo en París. Antes, en 1837, ha­
lo llevó a rechazar la Cruz de Sant Jordi. En su bía sido nombrado académico de la Historia.
faceta de traductor realizó en catalán obras de Además de una obra incompleta, Hisíoria de la
autores como Chéjov, Moliere, cuya versión de dominación de la casa de Ausíria, publicó una
El misáníropo le supuso la concesión del Premio célebre Hisíoria del levaníamienío, guerra y re­
del Presidente de la República Francesa, Colette, volución de España, aparecida en francés, en
Goldoni, Shaw, el mencionado Brecht o Samuel cinco volúmenes, entre 1835 y 1838, y, en espa­
Beckett. En 1975 comenzó la publicación de sus ñol, en tres volúmenes, en 1836 y 1838, edición
Obres compleíes, de cuyos cuatro volúmenes, el que revisaría el propio Queipo de Llano en otra
último de los cuales apareció en 1999, el primero de 1848 que constaría de cuatro volúmenes. Se
está dedicado a la poesía, el segundo al teatro, el trata de un texto meritorio y claro, literariamente
tercero a sus versiones teatrales de otros autores hablando, que sigue una concepción histórica
y el cuarto a la narrativa. •clásica y metódica. Otras obras suyas son la reu­
nión de Discursos parlameníarios (1872), donde
QUEIPO, Xavier (Santiago de Compostela, La se aprecian sus reconocidas dotes de orador, y el
Coruña, 1957) Diario de un viaje a Iíalia (1882).
Narrador en lengua gallega. Biólogo de profesión,
vive y trabaja en Bruselas. En su narrativa, com­ QUEIPO DE LLANO Y VALDÉS, Joaauín José
bina ciertas tendencias experimentales que juegan (Cangas de N arcea, Asturias, 1727-1796)
con la forma y ciertas preocupaciones históricas de Poeta. M ilitar y conde de Toreno, empleó seu­
las que no está exenta la memoria de la Guerra Ci­ dónimos como Fileno y Cypariso, y su poesía,
vil. Es autor de libros como: Ártico e outros mares de carácter ocasional, casi siempre con motivo de
(1990), con el que obtuvo el Premio de la Crítica, asuntos relacionados con la familia real, también
los relatos de Ringside (1993), Diario de un nó­ cuenta con argumentos morales y religiosos. Debe
mada (1993), Coníornos (1994), O paso do No­ destacarse La mueríe de Abel (1788).
roeste (1996), que recibió el Premio de Novela Gar­
cía Barros, autor de la novela Mondiños (1996), de QUEROL, Vicente Wenceslao (Valencia, 1836-
los relatos de O ladrón de esperma (2000), Premio Bétera, Valencia, 1889)
Café Dublín, y de Papaveníos (2001), palabra que Poeta. Abogado, fue subdirector de la Compañía
significa ‘cometa’ y que titula una novela de sensa­ de Ferrocarriles en Madrid, Zaragoza y Alicante.
771 QUEVEDO Y VILLEGAS

Considerado uno de los iniciadores del renaci­ prólogo de Unamuno* y profundamente melan­
miento literario valenciano al originar, en 1859, cólico, el poema dramático en tres actos La um­
los Juegos Florales en el Paraninfo de la U ni­ bría (1923) y, postumamente, Los caminos dis­
versidad de Valencia — también colaboró en el persos (1944), libro que terminara poco tiempo
mantenim iento de los de Barcelona, los cuales antes de su muerte. Sus Obras completas se pu­
presidió en 1885— , e íntimo amigo de Teodor blicarían, en 1986, en seis volúmenes en Gran
Llórente*, fue seguidor poético de la tradición de Canaria.
Quintana* con poesías, muchas de ellas odas de
tendencia neoclásica, en las que im peran los te­ QUESADA, Julio
mas religiosos, familiares y político-patrióticos, Ensayista y narrador. Catedrático de Filosofía en
tratados siempre con exquisito buen gusto esté­ la Universidad Autónoma de Madrid y colabora­
tico y ponderado equilibrio entre el brío verbal y dor de numerosas publicaciones, entre ellas el
la ternura. Valera* lo tenía por uno de los gran­ diario El País y Cuadernos del Sur, se trata de un
des poetas españoles. El volumen en donde se ensayista de enorme cultura y acentuado incon­
encuentran sus versos, Rimas (1877), que fue au­ formismo, especializado en el nihilismo, en
mentado postumamente (1891) ■ — en 1924 apare­ Nietzsche y en cuestiones sobre religión, lo que
cerían bajo el título de Poesías— , y que, en su se aprecia en obras como: Un pensamiento in­
primera edición fue prologado por Pedro Anto­ tempestivo (1988), sobre la figura de Nietzsche,
nio de Alarcón*, incluye célebres composiciones El pino, el tiempo, el lenguaje (1991), Una sed
como la «Oda a las Bellas Artes», el largo poema antigua (1992), Ateísmo difícil (en favor de Oc­
religioso «Jesucristo», los políticos «A la guerra cidente) (1996), en el que aborda la religión
de Africa», «A la libertad» y «A la paz», entre como problema en el fin de siglo y que fue fina­
otros, y poemas de corte horaciano como los que lista del Premio Anagrama de Ensayo, El nihi­
aparecen bajo el epígrafe de «Poesías fam ilia­ lismo activo. Genealogía de la m odernidad
res», sin olvidar una serie de «Rimes en catalá». (1999), La belleza y los humillados (2001), Por
Fue, con la colaboración del m encionado Lló­ qué pensamos lo que pensamos (Otra historia de
rente, excelente traductor de El corsario y Childe la filosofía) (2003). Debutó en el panorama lite­
Harold, de Byron. rario con la novela El último filósofo (1998),
obra de iniciación en todos los sentidos, no solo
QUESADA, Alonso (Las Palmas de Gran Canaria, literario, sino también filosófica y emocional por
1886/1888-Santa Brígida, Canarias, 1925) lo que respecta a la trama, en la que domina una
Poeta. Más conocido por su seudónim o que por ironía a veces descamada.
su verdadero nombre, Rafael Romero Quesada,
pasó en su vida no pocos problemas, motivados QUEVEDO, Niño (Madrid, 1929)
por la repentina muerte del padre, lo que le obligó Narrador, guionista y director de cine. Abogado
a hacerse cargo de la familia y a trabajar de ofici­ de profesión, su nombre completo es Benigno-
nista en compañías inglesas instaladas en su ciu­ Ángel Quevedo Gil. Autor de guiones de pelícu­
dad natal. Aunque hasta el momento de la trage­ las como Vivir mañana (1983) y Futuro imper­
dia familiar había recibido una buena educación, fecto (1984), ambas dirigidas y producidas por él
a partir de entonces su formación fue autodi­ mismo, deben destacarse algunas de sus novelas,
dacta, a base de lecturas que, con el tiempo, le m arcadas por un claro compromiso político,
llevarían a adquirir un sólido conocim iento de como Las noches sin estrellas (1961), Las cuatro
otras lenguas. Fue periodista, traductor de poesía estaciones (1974) y Mi abuelo, el rojo (1982), así
francesa, italiana e inglesa, y, sobre todo, poeta, como el libro de relatos Fuera de combate y
con versos en los que se ven reflejadas todas las otros relatos (2001), galardonado con el Premio
dificultades emocionales y económ icas de su de Narraciones Breves Antonio Machado.
vida. Influido por el Modernismo* — cuyos mol­
des básicos compartió con los posm odernistas QUEVEDO GIL, Benigno-Ángel Véase QUE­
Tomás Morales* y Saulo Torón*— , introdujo en VEDO, Niño.
los modos de este numerosas novedades que an­
ticipan las de las vanguardias, predominando en QUEVEDO Y VILLEGAS, Francisco de (M adrid,
sus poemas, atentos a lo cotidiano, el prosaísmo 1580-Villanueva de los Infantes, Ciudad
y un marcado acento irónico. Además de algunas Real, 1645)
piezas teatrales breves y de bastantes artículos, Sin duda es Quevedo — de nombre completo
reunidos en Crónicas de la ciudad y de la noche Francisco Gómez de Quevedo y Villegas— uno
(1919), muy crítico con sus paisanos, publicó los de los más grandes autores no solo del Barroco*
poemarios Hipos (1907), bajo el seudónimo de español, sino de toda la historia de nuestra litera­
Gil Arribato, El lino de los sueños (1915), con tura. Figura capital de las letras universales, su
QUEVEDO Y VILLEGAS 772

talento quizá sea el más completo de cuantos au­ mas que se han conservado manuscritos. Lo que
tores figuran en estas páginas: político de talla, indignó a Góngora es que Quevedo estuviese
intelectual asceta, poeta y prosista de altura ini­ rehaciendo en tono de pitorreo sus mejores roman­
gualable, satírico mordaz de primer orden, todo ces; son los días en que Quevedo declara que de­
cuanto salió de su pluma llevó el sello indiscuti­ dicará toda su vida a reírse de Góngora. Y lo
ble del genio. Nacido en el seno de una familia hizo. En 1609, cuando Quevedo ya goza de fama
de funcionarios de Palacio — su padre, Pedro suficiente tras su inclusión en el libro de E spi­
Gómez de Quevedo, fue secretario de la princesa nosa, reaparece la polémica: acaba de traducir a
María, esposa de Maximiliano de Alemania; su Anacreonte, y Góngora se burla de él. Al morir
madre, M aría de Santibáñez, camarera de la este, en 1627, Quevedo se percata de que Gón­
reina, y su abuela, azafata de esta y que, al pare­ gora se ha convertido en un clásico, hasta el
cer, consiguió numerosas becas y ayudas para su punto de que va a ser comentado, como sucedía
nieto— , durante toda su vida mantendría, sote- con Horacio. De tal suerte, decide vengarse con
rradamente, un odio inveterado hacia la nobleza, poemas, así que busca a poetas como fray Luis
a la que no pertenecía. Dado que su vida, bas­ de León* y Francisco de la Torre*, sobre quienes
tante agitada políticamente, está, en gran m e­ declara que ellos sí que son auténticos poetas, y
dida, muy ligada a la gestación de su obra — sus los edita en 1630 y 1631 — hay que decir que son
dos grandes pasiones fueron la literatura y la po­ las primeras ediciones que se publican de estos
lítica— , vamos a repasar esta al amparo de aque­ autores: en el prólogo de la de fray Luis se en­
lla, fundamentalm ente debido a que la ordena­ cuentra el ideario poético de Quevedo— para, de
ción y explicación de sus textos no es tarea ese modo, crear un contrapunto de Góngora.
sencilla de otro modo. A esto se añade un salvaje epitafio contra Gón­
Parece ser que se educó, en primer lugar, en Pa­ gora escrito por Quevedo. Esta enemistad entre
lacio y en el convictorio del colegio de los jesuí­ ambos, que ha pasado a la historia literaria como
tas de Ocaña, con ayo y preceptor, de donde pasó algo más que una simple anécdota, hay que seña­
a la Universidad de Alcalá en 1596, en la que es­ lar que respondió, además de a diferencias litera­
tudia, hasta 1600, Filosofía, Lenguas clásicas, rias, a otras de carácter ideológico en las que, en
francés e italiano, y a la de Valladolid — ciudad a no poca medida, se fundaban aquellas: Quevedo
la que se traslada la Corte, hasta 1606, en que re­ fue siempre un conservador, y Góngora alguien
gresa a Madrid— , después, para estudiar Teolo­ mucho más libre en sus concepciones poéticas.
gía, y en la que vive en un pupilaje. Por esas fe­ Espinosa, como queda dicho, incluye también a
chas, mantiene una intensa correspondencia con Quevedo en su antología, unos dieciocho poe­
el hum anista Justo Lipsio, que ya entonces lo mas, junto a Arguijo*, Góngora, Lupercio Ar-
consideraba una «gloria de los españoles». Sus gensola* y el propio Espinosa, entre otros. Es
primeras lecturas, aproximadamente fechadas en importante que los ejemplares de las Flores son
tomo a 1595, son del Romancero*, de Herrera*, distintos y que, en algunos de ellos, se han qui­
de los manieristas, los petrarquistas, las cancio­ tado algunos poemas de Quevedo, como por
nes tradicionales, y, de lo que se está haciendo ejemplo uno que dedicó a la M agdalena y que
nuevo, lee, sobre todo, la poesía horaciana no fue censurado por mezclar lo religioso y lo pro­
estoica, de corte meditativo, a Rioja*, etc. Es en fano. Todo ello, unido a la complejidad en la cla­
torno a 1599 cuando comienza a escribir, sobre sificación de sus textos, ha dado lugar, como se
todo refritos de Góngora*, aunque está ya bus­ verá más adelante, a un auténtico caos a la hora
cando una forma estrófica nueva para la poesía de ordenar la obra quevediana, sobre todo la poé­
meditativa, la silva. Su primer poema publicado tica. Hay que decir ya que sus poemas, al igual
es de 1599 y apareció en los preliminares de un que en la obra de Espinosa, aparecieron siempre
libro de poemas a lo divino*. En 1603 llega a en antologías y florilegios, pero jam ás publica­
Valladolid Góngora — que ya es un poeta consa­ dos independientemente como obras unitarias y
grado y bastante mayor que Quevedo, quien solo reconocidas suyas.
cuenta 23 años— para ver a Pedro de Espinosa*, Cuando, en torno a 1600, la poesía deriva hacia
también andaluz, que preparaba una antología de formas temáticas nuevas (poesía meditativa, etc.),
poetas cultos o de «vanguardia», la que será su no se produce ningún cambio en las formas mé­
Flores de poetas ilustres (1605), que, aunque no tricas: tanto Quevedo como Carrillo* o Rioja si­
tuvo éxito, sí retrata el ambiente poético de la guen recurriendo, por ejemplo, a los tercetos y
época. En esos momento, Quevedo se encon­ las estancias. Es en 1603 cuando Quevedo, en un
traba reconvirtiendo en burlas sus poemas, y es alarde investigador, está inventando las «silvas
entonces cuando ambos, él y Góngora, cruzan estaciadas», llamadas así por estar basadas en el
sus primeros versos, que demostraban ya su mu­ poeta latino Publio Papinio Estacio. Lo que está
tua enemistad. Se trata de quince o veinte poe­ haciendo, en realidad, es adaptar, escribir silvas
773 QUEVEDO Y VILLEGAS

en las que trata de rom per la rigidez, como se nes grotescas de los viejos romances, que se es­
aprecia en el empleo de versos de siete y once sí­ cribían para ser cantadas en los entreactos de las
labas ligados de forma indeterminada, lo que po­ comedias. No obstante, el auge de las jácaras es
sibilita la utilización de un número de versos va­ posterior a la muerte de Quevedo, si bien va per­
riable. La prim era silva métrica de Quevedo es diendo, poco a poco, su carácter escatológico
de 1604, cuya intención, a todas luces, es la de original y su lugar en los entreactos. Este aleja­
cambiar el ritmo de la poesía culta. Se sabe que, miento de los orígenes se ve en el hecho de que
por esas fechas, está trabajando en un libro de un autor como Montoro* escribirá jácaras dedi­
silvas que no aparecerá jamás. cadas a Cristo y a la Virgen. El desprecio de
Poco antes, desde 1609, Quevedo se ha movido Lope y de Góngora tiene que ver con el hecho de
en la Corte buscando acomodo junto a un noble, que, hacia 1580, los grandes autores escribían,
un mecenazgo que encontrará en el duque de frente al Romancero* viejo y al nuevo, romances
Osuna, personaje al que admirará de forma ex­ artísticos, mientras que, en 1600, otros autores
trema, pues representará para Quevedo el ideal comienzan a burlarse de esos romances escritos
de hombre político. Quevedo se encuentra depri­ por los grandes, entre ellos Góngora. Comien­
mido por el comienzo de la decadencia política zan, pues, los romances grotescos, puerta abierta
— es en esos años, precisam ente entre 1609 y de la jácara, en la que Quevedo desplegará todo
1613, cuando se produce la expulsión de los mo­ su ingenio, habilidad y cultura poéticas, ya que
riscos— , depresión que encuentra acomodo en en ellas es capaz de hacer confluir lo más culto
poemas de carácter neoestoico y en las traduc­ de su lenguaje con un conocimiento minucioso
ciones de los clásicos. Son los años en que está del habla de germanías, es decir del argot de los
escribiendo el segundo, tercero y cuarto sueño de bajos fondos.
su obra en prosa Sueños (1608-1613) — a la que En 1613, Quevedo se marcha a Italia y se lleva
me referiré más adelante— , así como algunos las silvas, a las que antes me refería, para traba­
trataditos filosóficos y literarios, la obra poética jar en ellas — hay que decir que el mejor manus­
Discurso de las privanzas y, también en prosa, crito de estas está en Nápoles— , con tan mala
La España defendida, que comienza en 1609 y suerte que, a su regreso en 161 9 , se encuentra
que es im portante por ser la primera vez que un con las Soledades de Góngora, que no es sino
escritor escribe para defender a España antes de una silva enorme. Góngora le ha pisado la inno­
la Generación del 98*. Se trata de un texto que vación mientras Quevedo estaba en el extranjero,
formula los valores españoles desde un punto de de ahí que su libro no saliera nunca a la calle. Su
vista de gran conservadurismo. Son todas ellas etapa en Italia, en la que solo escribe poesía, es
obras en prosa escritas al mismo tiempo que la de una intensa actividad diplomática, actividad
comentada traducción de Anacreonte, o que otra que le llena lo suficiente como para no necesitar
de Epicteto en endecasílabos y una versificación de la literaria, salvo de la brevedad que implica
de los Trenos de Jeremías, Lágrimas de Jeremías la poesía. Pese a este periodo en el país más libre
castellanas, que quedó inédita. Es la época en del momento, Quevedo continúa siendo un hom­
que Quevedo está intentando salvar lo mejor de bre de ideas conservadoras radicales. En Italia ha
la literatura clásica a través de versiones muy li­ sido secretario, confidente y amigo del duque de
bres, aunque de altísima calidad. 1613 es un año Osuna, que utilizó a Quevedo en misiones confi­
crucial, pues en él envía a una tía suya treinta denciales, relacionadas con la Hacienda, durante
poemas del H eráclito cristiano, que es ya una sus virreinatos en Palermo y Nápoles. Sin duda
poesía de calidad formal incuestionable, como ninguna, nuestro autor fue el centro del mundo
queda demostrado en el uso magistral de ciertos diplomático de entonces, hasta el extremo de
encabalgamientos o en el empleo de coloquialis- que, en la conjuración de Venecia de 1617 — cuya
mos para expresar los extremos de la pasión. Se leyenda habla de él como de quien movía los hi­
trata de una cristianización de los clásicos, clasi­ los de la reyerta— , parece que se buscaba a Que­
ficados como «Salmos» y fechados en junio del vedo para colgarlo, justo un año antes de que,
citado 1613, en los que muestra su dolor y arre­ precisamente por los éxitos logrados en sus mi­
pentim iento, aunque no son de contenido reli­ siones, sea nombrado caballero de la Orden de
gioso, sino m etafísico. El fondo es siempre Santiago, tres antes de convertirse en señor de La
amargo y suelen term inar con una imagen de la Torre de Juan Abad, lo que sucede en 1620 des­
muerte. pués de no pocos pleitos y esfuerzos por conse­
Al mismo tiem po, desde 1610, y hasta 1630 o guirlo. Son días en los que Quevedo es un perso­
1635, Quevedo está escribiendo jácaras. Maestro naje respetado y temido. Cuando llega a Madrid,
de un género despreciado por Góngora y Lope de lo hace como emisario del duque de Osuna y con
Vega*, por considerarlo un subgénero literario, una letra aceptada de 200.000 ducados, un dinero
Quevedo supo como nadie manejar estas versio­ que emplea para cohechar en la Corte, una Corte
QUEVEDO Y VILLEGAS 774

que, como él mismo cuenta en sus cartas de la gando, en primer lugar, que ni esta ni las demás
época, es corrupta y putrefacta. Estas cartas sal­ obras aparecidas — salvo unas religiosas— , son
drán a relucir tras la muerte de Felipe III. suyas, y, en segundo, que, al estar en letra im ­
Antes de su regreso en 1619 escribe Política de presa, significa que se ha publicado fuera de Cas­
Dios y gobierno de Cristo, obra basada en el tilla y sin su consentimiento.
Evangelio en la que analiza el papel del privado En estos años, a partir de 1620, escribió muchísi­
y del monarca, y que, como se verá más adelante, mos romances jocosos y decide publicar sus
no publica hasta 1626. Tras la muerte de Felipe III, obras después de expurgarlas, entre ellas Política
que se hizo nombrar cardenal antes de morir, y de Dios y gobierno de Cristo, tiranía de Satanás,
con quien la monarquía era frágil, le sucede en que aparece corregida en 1626. En cuanto a los
el trono Felipe IV, que solo cuenta con 16 años. Sueños, se los entrega a su amigo Alvaro Monsal
El duque de Lerma, que había detentado casi con el título de Juguetes de la niñez y travesuras
todo el poder con Felipe III, era la cabeza visible del ingenio, volumen que está preparando en
de un sistema sembrado de grandes fortunas y 1629 y del que ha quitado todo lo escandaloso y
corrupciones en el que él mismo, así como sus grosero. Consigue las aprobaciones, si bien no lo
colaboradores, se había enriquecido muchísimo. publica hasta 1631, justo un año después de la re­
La situación española es caótica. Surge en este dacción del Indice de libros prohibidos y en el
momento una figura política, hasta entonces de mismo en que aparece su opúsculo de crítica li­
segunda fila, el duque de Olivares, a quien el teraria La aguja de navegar cultos con la receta
nuevo rey pide que sanee las costumbres. La pri­ para hacer Soledades en un día, duro ataque
mera medida es la detención de los duques de contra Góngora y sus continuadores que sigue la
Lerma, Uceda y Osuna, que origina un pleito es­ estela de La culta latiniparla, consejos burlescos
candaloso, y, por el efecto de simpatía, el des­ para hablar en culto redactados en 1629. Pero,
prestigio de Quevedo. Los acontecimientos se entre 1625 y 1626, se había visto enredado en
precipitan y la tensión aumenta: el marqués de nuevas polémicas. Después de que los carmelitas
Siete Iglesias es ejecutado en la Plaza Mayor de propusieran a santa Teresa de Jesús* como pa­
Madrid, y el duque de Lerma sale airoso gracias traña de España, Quevedo había reaccionado
a que es cardenal. Quevedo comienza a escribir desde una de sus misiones de Italia con escritos
entonces, entre 1620 y 1621, Grandes anales de violentísimos en defensa de la candidatura
quince días — que no se editará hasta 1788— , de Santiago — al fin y al cabo él era caballero de
donde cuenta, ensalzándolos, los primeros Santiago y, además, misógino— , como el Memo­
quince días de Felipe IV en el trono, y Mundo rial por el patronato de Santiago y Su espada
caduco y desvarios de la edad — cuya edición por Santiago, sólo y único patrón de las Españas
verá la luz solo en 1852— . También de 1620 es (1628). La cuestión llega a tal extremo que el rey
una Vida de santo Tomás de Villanueva. Hasta le destierra a La Torre, lo que no impide que siga
entonces aún no había publicado nada, salvo, escribiendo, llegando incluso a enviarle un m a­
claro está, las poesías suyas difundidas en antolo­ nuscrito al rey. Es decir, que, en esos momentos,
gías. Escribe el «Sueño de la muerte» (1622) y tra­ está polemizando en tres frentes: por un lado so­
baja en obras de carácter festivo. Su reconciliación bre sus ediciones, por otro sobre el asunto de
con el nuevo gobierno comienza a ser efectiva en santa Teresa y, por último, como ya dijimos, bus­
torno a 1625, si bien Felipe IV crea la Junta de cando poetas que sirvan de antídoto al éxito de
Reformación, que se ocupa de analizar los casos Góngora tras su muerte.
escandalosos de la Corte y que decide encar­ Es en 1631 cuando el conde-duque de Olivares
garse, además del caso de Tirso de Molina*, del le llama para que se encargue de defender su po­
de Quevedo, a quien se acusa de vivir amance­ lítica económica. Antes, en 1628, Quevedo está
bado con unas señoras, las Ledesmas, con las escribiendo Lince de Italia y zahori español,
que tenía hijos. En cualquier caso, en ese mismo obra en prosa donde sugería la posibilidad de,
año de 1625, Quevedo se marcha con la «jornada como consecuencia de sus conocimientos, tener
real» a su visita a las costas de Andalucía y aloja un puesto en la política en aquel país. Poco des­
a la com itiva real en sus tierras. En 1625/1626 pués, en 1630, se publica, también en prosa, El
muere el duque de Osuna en prisión y, en 1626, chitón de las taravillas, libro pirata aparecido
acompaña de nuevo a la comitiva real a su viaje como anónimo, aunque era de Quevedo, y cuyo
a Aragón. Es evidente que se encuentra de nuevo contenido era brutal en contra de cuantos denos­
integrado en la Corte. Durante ese viaje, sin em­ taban la política económica del conde-duque; tan
bargo, comienzan a publicarse en Zaragoza y salvajes eran sus contenidos que Lope lo tildó de
Barcelona sus obras, entre ellas el Buscón, que «venenoso». En 1632 se le nombra secretario del
se encuentra en la calle cuando regresa a Madrid. rey, iniciándose con ello un periodo en el que, de
Los moralistas le atacan, pero él se defiende ale­ nuevo, escribe mucho, y en el que aparece Rómulo,
775 QUEVEDO Y VILLEGAS

del marqués Virgilio Malvezzi (1632), que es una tírica-costumbrista, algunos opúsculos políticos
traducción del libro italiano del mismo autor. Si y, sobre todo, tratados neoestoicos de corte ascé­
la etapa anterior, entre 1620 y 1630, había sido tico, como por ejemplo Providencia de Dios y La
su período más vitalista, como se ve en sus nu­ ciencia del santo Job. Son años en los que no
merosas jácaras y en los muchos romances, co­ sabe por qué está en la cárcel. En 1643 está
mienza ahora, sobre todo a partir de 1634 o escribiendo Vida de san Pablo o la caída para
1635, a escribir una poesía más moral y seria que levantarse, es decir, otra obra en la que da la im­
coincide con su intento de lavar su imagen pú­ presión de ser un sabio que aprovecha el encar­
blica, intento que culminará en 1634, por suge­ celamiento para pensar. Es en el verano de ese
rencias cortesanas, con su matrimonio con doña año, tras la caída de Olivares, cuando el fiscal
Esperanza de M endoza, señora de Cetina, viuda que lleva el caso propone liberarlo y, en julio, a
y madre de dos hijos de la que se separará en los 63 años de edad, sale de la cárcel. Cuando
1636. De 1633 es La Perinola, brutal embestida llega a Madrid es recibido por algunos nobles y
contra Pérez de Montalbán*, y la última obra en animado por el duque de Medinaceli. Se dedica a
circulación de Quevedo, pues desde ese mo­ terminar la obra sobre san Pablo, que será su úl­
mento no aparecen rnás opúsculos, aunque es­ tima obra extensa en prosa, y, durante un año de
cribe obras filosóficas en prosa como La cuna y estancia en Madrid, prepara ediciones de sus li­
la sepultura (1635), de carácter ascético. Se sabe bros, de Marco Bruto, entre ellas, en la que ana­
que está escribiendo La hora de todos, y debe de­ liza, desde una perspectiva estoica, el texto de
cirse que, aunque la poesía política de 1640 ha Plutarco sobre la vida de aquel. Después, ya en
querido atribuirse siempre a Quevedo, parece ya 1644, se marcha a La Torre a descansar, pero se
demostrado que no es suya. En 1635 escribe una encuentra muy mal. En sus cartas, en las últimas
obra triste y grave, Virtud militante, en la que es­ de las cuales se le ve muy angustiado, dice que
tamos ante un Quevedo taciturno en el que quizá está preparando una edición de sus poesías; al fin
a los muchos problem as se suman sus desave­ y al cabo ya no tiene nada que perder. Aunque
nencias maritales. Son poesías intimistas. A su parece que le ayuda su amigo Salas, no le da
regreso de uno de los viajes a La Torre, los fran­ tiempo, porque en septiembre de 1645, inmedia­
ceses declaran la guerra a España y Quevedo pu­ tamente después de trasladarse a la vecina Villa-
blica Carta al serenísimo Luis X III (1635), que nueva de los Infantes, muere.
coincide con la aparición en Valencia de una obra Es a partir de este momento cuando, más allá de
difamatoria contra él: Tribunal de la ju sta ven­ los hechos que he tratado de resumir, comienza
ganza, erigido contra los escritos de don Fran­ la leyenda sobre Quevedo, que, hasta tal grado
cisco de Quevedo, maestro de errores, doctor en de confusión conduce su figura que sirve con de­
desvergüenzas, licenciado en bufonerías, bachi­ cir que Torres Villarroel* firmaba como Que­
ller en suciedades, catedrático de vicios y proto- vedo algunas de sus sátiras. Imaginemos entonces
diablo entre los hombres, libro importante pues, la complejidad a la hora de ordenar y dar por se­
en él, sus autores — el padre Aliaga, confesor de guras gran parte de sus poesías. Ya se ha dicho
Felipe III, un tal Francisco de Pacheco y el padre que Quevedo no publicó sus poemas en vida. La
Niseno, amigo de M ontalbán— , además de acu­ consecuencia inmediata ha sido la suerte de dis­
sarle de muchas cosas, hablan de la autoría de paratadas ediciones de sus obras que, desde el
sus obras, demostrando saber lo que dicen, pues momento de su muerte y hasta nuestros días, han
no se equivocan en ninguna. La obra afectó mu­ ido saliendo de la imprenta, y a las que no me re­
chísimo a Quevedo. feriré porque sería — por espacio y ejercicio de
A partir de 1636 y hasta 1639, se sabe muy poco investigación— materia de otro estudio.
de Quevedo. Una de sus últimas cartas es de Los poemas más privados y emocionales, como
1638, en momentos en que Madrid es un hervi­ los morales y amorosos, se conocen por unos po­
dero político y España se desmorona. Parece que cos manuscritos, ya que los mantenía guardados.
de ese mismo año es su traducción de la obra de En cuanto a los romances y la poesía satírica, los
Séneca De los remedios de cualquier fortuna. En voceaba y difundía él mismo. Unicamente en su
diciembre de 1639, a raíz de un turbio asunto po­ epistolario final reconoce estar preparando una
lítico con Francia en el que se ve implicado, de­ edición de sus poesías, aunque nunca llevó a
tienen a Quevedo — cuenta la leyenda que por un cabo su propósito, que sí consumó González de
memorial titulado Católica, sacra, real m ajes­ Salas* después de morir Quevedo, quien había
tad, aparecido bajo la servilleta de Felipe IV— , agrupado sus poemas por Musas. González de
y es encarcelado en la prisión de San Marcos de Salas publica las seis primeras en 1648 bajo el tí­
León durante cuatro años, tiempo en el que, pese tulo de El Parnaso español, monte en dos cum­
a las malas condiciones en que estaba, escribe bres dividido, y, en 1670, Pedro Alderete Que­
memoriales, romances festivos, poesía moral, sa­ vedo — sobrino del escritor— , tras la muerte de
QUEVEDO Y VILLEGAS 776

Salas, publica las tres restantes, Las tres musas íntima que se m uestra en momentos diversos.
últimas castellanas, aunque con numerosos erro­ Los poemas específicamente religiosos ni son
res que, más allá de la datación, tienen que ver tantos ni de calidad especial, salvo, claro está, al­
con el hecho de que incluye poemas que no son gunos del Heráclito cristiano, sesenta o setenta
de Quevedo, dándolos como suyos, y escamotea sonetos, romances y un poema heroico en octa­
otros de autoría segura. Sin duda, lo más valioso vas reales, «A Cristo crucificado». Hay que tener
aparece en el Parnaso de González de Salas, si muy claro que cualquier clasificación cronoló­
bien hay que advertir que, esparcidos por todo el gica corre ciertos riesgos de falsear la realidad,
mundo, existen unos dos mil manuscritos de ya que Quevedo escribió poesía de todos los ti­
Quevedo. Aún hoy, falta un catálogo preciso de pos en todas las épocas de su vida. Por ejemplo,
la obra de Quevedo, pues no se sabe con exacti­ hay varios poemas de contenido sacro de 1613, y
tud qué escribió y qué no. Por ejemplo, la mayo­ el mencionado poema «A Cristo crucificado»
ría de los poemas obscenos atribuidos a él no son tiene que ser anterior a 1621. Entre 1620 y 1635
suyos, al igual que muchos otros de celebracio­ hay numerosos poemas de carácter religioso, la
nes, si bien no es descartable la posibilidad de mayoría de los cuales debieron de tener su ori­
que todo tenga que ver con que él mismo no con­ gen en circunstancias determinadas. Para este
fesaba su autoría, como ocurrió con el Buscón, tipo de poesías, Quevedo prefiere formas cerra­
que, al igual que sucede con otras obras, jam ás das y poco digresivas, como el soneto. La estruc­
confesó haber escrito. tura de dichos sonetos, siempre impecables,
En líneas generales, puede afirmarse que Q ue­ muestra a un narrador, testigo de lo que narra,
vedo fue un nostálgico de la grandeza hispánica, que se dirige a algún personaje también presente.
capaz de presentar cualquier cuestión, ya fuera El efecto inmediato es una vivificación magistral
política, cotidiana, costumbrista, etc., con una de las escenas. Otro rasgo importante es la im ­
crueldad ajena a la cordialidad, desde una visión precación en segunda persona, un tic típico de
amarga y desencantada, a menudo violenta, pero Quevedo, utilizado casi siem pre para hablar
siempre a través de un lenguaje de altura inigua­ de Dios. Hay también casos de prosopopeya, en
lable. De su poesía, una de las grandes del mo­ donde las piedras y paisajes toman la palabra, y
mento junto a las de los citados Lope y Góngora, no el poeta, lo que contribuye igualmente a la vi­
cabe decir que representa la seriedad, el talante vificación y, al mismo tiempo, le permite intro­
grave, la profundidad intelectual y política, la vi­ ducir el lenguaje admonitorio. Otros incluyen
sión histórica. La poesía seria de Quevedo, en narración y diálogo, y muy pocos son puramente
contra de lo que puede parecer, no es tan difícil líricos. Suele emplear periodos cortos en los que
de entender como la burlesca, que, frecuente­ encabalga muy pocas estrofas: es cortante y di­
mente, es muy conceptista, con una carga semán­ recto, actualiza todas las escenas bíblicas y las
tica difícil. Pero hay, en general en su poesía, un acompaña con meditaciones personales religio­
gusto por la utilización de abstractos que exigen sas. También en este tipo de poesía de carácter
una intelectualización muy fuerte. Todo esto pro­ religioso se deja ver su conservadurism o, pro­
duce una especie de sequedad en construcciones yectado en su visión de un Cristo triunfante, jus­
rígidas y tan perfectas que el poema parece cons­ ticiero y vengador. Por otro lado, en las conside­
truido en bloques. raciones de tipo mundano, se refiere a ministros
De su poesía política deben destacarse los es­ y reyes en comparación al Rey del Cielo. Ataca
pléndidos sonetos dirigidos al duque de Osuna, a los tiranos, poderosos y ambiciosos y conmina a
don Pedro Téllez de Girón, el conflictivo memo­ los reyes a despreciar las riquezas. Puede afir­
rial a Felipe IV que, se dice, originó su encarce­ marse que, en gran medida, los asuntos religio­
lamiento, la Epístola al conde-duque de Olivares sos se emplean para temas que son constantes en
o el célebre «Miré los muros de la patria mía». su obra. Es precisamente esta conexión entre te­
Por lo que se refiere a los poemas de corte amo­ mas la que da lugar a sus más hermosos y lo­
roso es donde Quevedo se muestra más concep­ grados poemas. Pero donde suele tenerse a Que­
tista, paradójicamente ligado a la tan censurada vedo por maestro es en la poesía burlesca, en la
por él lírica de Góngora, aunque con una hon­ que se muestra sangrante y despiadado con los
dura en la expresión del sentimiento mucho ma­ gongorinos, con Góngora en concreto, como su­
yor. Sutil y de gran finura lírica se presenta en las cede en «Erase un hombre a una nariz pegado».
letrillas, en muchas de las cuales surge el tono Cercanos a este mundo satírico están los ro­
burlesco. mances y las jácaras que he comentado con an­
La poesía sacro-religiosa aparece en el epígrafe terioridad.
de la «Musa huraña» de la edición de 1670. Pero No obstante, Q uevedo fue, así como excelente
resulta que lo religioso, en sentido estricto, no poeta, no menos magnífico prosista. Además de
está donde esperamos, ya que es una religiosidad las muchas obras ya mencionadas — solo una pe­
777 QUEVEDO Y VILLEGAS

queña parte de las que escribió— , tanto filosófi­ negar que fuese su autor, actitud que demuestra
cas como de crítica literaria, políticas, etc., mere­ el deseo por su parte de quitarse problemas de
cen un aparte dos textos claves de su creación: encima. Por lo que se refiere a la datación, son
los Sueños y el Buscón. En cuanto a la primera, muchos los problemas: lo único constatable es
los Sueños, vieron la luz, tras una prim era reu­ que es anterior a 1626 y posterior a 1603; lo de­
nión imperfecta de todos ellos en 1627, en 1631 más, simples especulaciones basadas, en gran
con el título ya consignado de Juguetes de la ni­ medida, en las muchas referencias históricas, a
ñez y travesuras del ingenio. Se trata de seis menudo extrañas y contradictorias, que aparecen
narraciones, escritas en forma de diálogo y rela­ en el propio texto. Sea como fuere, y una vez he­
tivamente cortas, en las que se muestran, carica­ chas estas importantes advertencias por mor de
turizadas y deformadas de forma grotesca, las gen­ una claridad no siempre practicada por quienes
tes, costum bres y oficios de su época. Son las hablan de esta gran obra, hay que decir que esta­
siguientes: «El sueño de las calaveras», «El al­ mos ante un extraño caso de novela picaresca*.
guacil alguacilado», «Las zahúrdas de Plutón», Obviamente, desde un punto de vista argumental
«El mundo por dentro», «La visita de los chis­ o temático, lo es; desde otro, atento a la forma y
tes» y «El entrometido, la dueña y el soplón». En estructura, no tanto. Pero sucede que ambas pers­
la misma línea están las fantasías morales D is­ pectivas de análisis no son excluyentes y, por
curso de todos los diablos o infierno enmendado ello, deben interactuar. Según Domingo Yndu-
(1628) y La hora de todos y la fortuna con seso ráin*, el Buscón está en la línea de la novela pi­
(1635), más extensa y donde cuenta la conmo­ caresca, la de Lazarillo de Tormes* y la de Guz-
ción que sufre el m undo al hacerse un reparto mán de Alfarache, fundamentalmente porque
equitativo de cosas; es una excelente sátira polí­ parte de sus planteamientos, aunque en muchos
tica y costumbrista. casos los contradiga. La obra de Quevedo, frente
La otra gran obra, Historia de la vida del Buscón a la estructura causa-efecto de la narración epi­
llamado don Pablos, ejemplo de vagamundos y sódica picaresca, opta por los episodios indepen­
espejo de tacaños, apareció por vez primera en dientes e, incluso, contradictorios. Esta incon­
Z aragoza en 1626, muy posiblemente, como gruencia de Quevedo — seguimos con el certero
queda dicho, sin el consentimiento del autor, que análisis de Y nduráin— tiene que ver con que,
la habría escrito entre 1603 y 1604. Sobre las pri­ por un lado, el autor mantiene los planteamien­
meras ediciones de la obra, así como sobre la fe­ tos de la novela picaresca, pero alterando su fun­
cha de escritura de la misma, conviene matizar ción, quizá porque no le interesa demasiado nin­
que existe una segunda edición, también de 1626 gún plan del episodio, sino las circunstancias que
y localizada en Zaragoza, si bien parece que fue van surgiendo y que le seducen como narrador.
impresa en el mismo año pero en Madrid. Es el Aquí no existe el propósito de narrar una vida
año, igualmente, de otra edición en Barcelona, a desde un criterio unificador, como sucede en La­
la que siguen, en vida de Quevedo, otra en Va­ zarillo y Guzmán, sobre todo porque Pablos no
lencia en 1627, en Zaragoza en 1628, Rouen en alcanza una situación desde donde poder contar
1631, el mismo año que aparece una más en y juzgar su vida, lo que supone que la doble pers­
Pam plona y, por último, la de Lisboa de 1632. pectiva desaparezca, aunque sí existe la alternan­
Son tres las versiones manuscritas que se conser­ cia de criterios para presentar los hechos. Por
van del Buscón, lo que ha dado pie a pensar, tras diversas razones, cuya precisión escapa a la ne­
las investigaciones de Lázaro Carreter*, que cesaria concisión que exigen estas páginas, Que­
hubo dos redacciones de la obra o, al menos, una vedo habla por boca de su protagonista, lo que
primitiva y otra retocada, y ambas, por supuesto, hace que se tambaleen los cimientos de la novela
del propio Quevedo. Lo que sí parece claro es picaresca: es decir que se mantiene la forma auto­
que ninguna de las versiones se hizo en Castilla, biográfica, pero no las causas de que lo sea, que­
algo que tiene su lógica, ya que la censura era dando todo reducido a una simple narración en
menos estricta en los reinos de la Corona de Ara­ primera persona, una primera persona que, sin
gón que allí. Esto demuestra, ni más ni menos, embargo, no lleva a que la historia del personaje
las precauciones tomadas por los editores caste­ sea el motivo central de la obra. Pablos no siem­
llanos antes de lanzarse a publicar una obra que, pre está implicado en los hechos, sino que, en
efectivam ente, fue blanco de la Inquisición en ocasiones, actúa como cronista irónico de anéc­
1646. Pero puede sospecharse que lo que en rea­ dotas liberadas del contexto, lo que le aparta del
lidad ocurría era que los libreros, más que temer protagonismo biográfico en los sucesos que sí
la censura, trataban más bien de evitar los cáno­ ostentan los picaros puros del género. Lo que
nes del autor, pues es obvio que todas las edicio­ sí comparte con otros picaros es su deseo de as­
nes eran piratas, pese a lo cual jam ás Quevedo censo social y sus reiterados fracasos en cada
reclamó la autoría de la obra, llegando incluso a intento. Es decir, que Quevedo, con alardes de
QUILES 778

imaginación poco comunes y con una libertad sean— , manipularla y moverse libremente en el
frente a los modelos ciertamente meritoria y ge­ terreno de la literatura.
nial — como sucede con Cervantes*— , se salta El resultado final es una obra, sin embargo, de
los cánones y hace prevalecer el elemento sor­ fondo amargo, de claroscuros violentos en la que
presa sobre cualquier sistema o modelo previo trasciende un universo de personajes def hampa
organizado. En suma, siguiendo los razonamien­ presentados desde una caricatura trágica que no
tos de Ynduráin, el personaje de Quevedo «está evita ni lo macabro ni lo repugnante. El lenguaje
en contradicción permanente con los criterios de Quevedo, a menudo ininteligible, le sirve para
ideológicos desde los que se juzga la realidad». retorcer los moldes de un género, para llevarlo
Quevedo respeta la formula de ficción del género hasta sus últimas consecuencias, las que devie­
picaresco, pero el protagonista, que al igual que nen en la visión amarga y desmesurada de la
los de las otras novelas picarescas, tiene un ori­ vida. Lo que consigue Quevedo es, nada más y
gen vil, no se dirige al lector, sino a un destinata­ nada menos, que, evitando la ternura y dejando
rio anónimo. En lo que respecta a la posible in­ un sedimento enfangado de pesimismo, abrir las
tención moral, parece claro que al personaje de puertas al esperpento*, es decir, inventar un me­
Quevedo le importan poco los delitos, y no pa­ canismo nuevo de escritura, todo ello desde una
rece plausible ninguna hipótesis que aluda a mo- arquitectura literaria de gran precisión, la cual se
ralismos en el Buscón. Se ha censuradora gratui- suma a los otros muchos rasgos, tanto poéticos
dad del sentido burlesco de la obra, como cuando como prosísticos, que configuran la que quizá
Lázaro Carreter lo califica como «una burla por sea primera pluma de las letras españolas, solo
la burla misma», sin embargo lo que parece es comparable a la del indiscutido autor del Quijote.
que Quevedo, al margen de intenciones morali­ Sería absurdo señalar aquí, ni siquiera apuntar
zantes, conceptualiza los hechos y delitos de los mínimamente, una bibliografía sobre Quevedo,
personajes, los toma como anécdotas de tipos y pues para quienes la necesitaren, existen ya las
no como posibles elementos de las vidas de per­ bibliografías quevedianas adecuadas en las obras
sonas. La intención, por tanto, parece que es la oportunas. Igualmente, no tendría sentido refe­
de reproducir las actitudes de la clase dominante: rirse a las numerosísimas ediciones que han ido
la crueldad o indiferencia ante el sufrimiento sucediéndose de su obra. No obstante, y aparte
ajeno, en este caso mantenida por el narrador, de las muchas existentes, críticas y no, de su poe­
por el propio Quevedo, quien emplea, como sía, entre las que quizá una de las más destacadas
digo, tipos, de modo que su crítica o burla es sea la Obra poética (1999), en tres volúmenes,
contra los implicados en los sucesos: las monjas, realizada por José Manuel Blecua*, conviene se­
los clérigos mundanos o los nobles que no saben ñalar la recientísima, aparecida en 2003, Obra
escribir, y no tanto la religión o la nobleza. Sus completa: Prosa, volumen patrocinado por la
críticas se dirigen a las transgresiones practicadas Sociedad Estatal de Conmemoraciones Cultura­
por el sistema y no a la sociedad como sistema. les y en el que se incluyen treinta y cinco piezas
Aunque él parte de la realidad, de la sociedad di­ agrupadas en: satíricas, morales, políticas, filo­
vidida en clases, no parece tan evidente como sóficas, históricas y religiosas. Se trata de la pri­
quizá se desearía que practique la crítica social. mera edición segura de la prosa de Quevedo,
Su personalísim o cinismo tal vez sea el respon­ pues aunque hubo intentos de abordar la tarea
sable de que, aun coincidiendo con aquellos que de reuniría toda a lo largo de los siglos xvn
reivindican algo, no se levante para reivindicarlo y xviii , así como ulteriormente en el xix — céle­
con ellos, lo que no quiere decir que la obra sea, bre es la edición de Aureliano Fernández Gue­
simplemente, un ejercicio cómico destinado a rra*, llevada a cabo entre 1852 y 1859— , y a lo
hacer reír al lector, que lo es, sino que a ello largo del xx — véase Astrana M arín*— , todos
añade elementos de sorpresa que admiran a fracasaron ante la dificultad de la empresa. El ob­
aquel, todo ello al margen de fines didácticos. La jetivo de esta última edición, bajo la dirección de
m aestría de Quevedo reside en la exageración, Alfonso Rey y con la participación de Pablo Jau-
una exageración que impide el fin moral, ya que ralde* (autor de una monumental y celebrada bio­
los personajes que protagonizan los hechos son, grafía), ha sido ordenar la obra de Quevedo de
en gran medida, locos desmesurados. Quevedo acuerdo con criterios temáticos y cronológicos,
presenta casos que están fuera de lo común y que, así como ofrecer la totalidad de los textos, inclui­
sin embargo, pertenecen a lo común, con lo cual dos algunos prácticamente desconocidos.
el quiebro a la realidad desde la realidad misma,
el contraste genial, se realiza con una maestría QUILES, Eduardo (Valencia, 1940)
técnica quizá sin precedentes. Su intención úl­ Dramaturgo y narrador. Residente durante años
tima: producir sorpresa y admiración adecuando en México, a causa de la persecución franquista,
la realidad a sus conveniencias — sean las que pertenece a la generación underground y de van­
779 QUINTERO RAMÍREZ

guardia de los setenta, fue director de la revista atención sobre todo en cuestiones patrióticas,
A rt Teatral, fundador de la compañía Escena I y siempre enfrentado a la tiranía y dejando clara su
ha estrenado gran parte de sus obras en Estados defensa del progreso y la felicidad. Inicialmente
Unidos. Es autor de un teatro comprometido en seguidor del mencionado Valdés, pronto se dejó
el que el centro de atención es la conflictiva rela­ seducir por las composiciones de Álvarez de
ción entre el individuo y su entorno, casi siempre Cienfuegos*, lo que le llevó a escribir odas de
en piezas breves y con preferencia por el monó­ extremada elocuencia y gran precisión formal en
logo. Asimismo, ha escrito novelas y relatos en las que, a través de una entonación arrebatada, se
la línea de la literatura fantástica. Deben desta­ hacían síntesis históricas con fondo semipolítico.
carse obras como El asalariado (1969), El hom­ Se ha dicho que Quintana escribía primero en
bre-bebé (1969), El frigorífico (1972), Pigmeos, prosa, trasladando después los textos al verso, lo
vagabundos y om nipotentes (1972), La concu­ que no sería de extrañar dado el empleo de la
bina y el dictador (1978), Largas noches de mu­ silva, en la que abundan los versos sin rima. De
je r (1981) y La navaja (1985), así como el volu­ estas odas, destacan títulos como «A la expedi­
men Teatro del personaje, en el que reunió parte ción española para propagar la vacuna en Amé­
de su obra dramática breve, narrativa y ensayís- rica», «A la invención de la imprenta» y «A Jo­
tica. A estos títulos hay que añadir novelas como vellanos», entre otras muchas. Como prosista,
Los faran d u lero s (1970), galardonada, en L é­ fue extraordinario orador y crítico penetrante. De
rida, con el Premio Autores Nuevos, El carnaval su obra poética, deben destacarse Poesías (1788)
del relajo (1981), La visita del enano extrate­ y Poesías patrióticas (1808), en la que se en­
rrestre (1984), El regreso de Ion, el extraterres­ cuentran títulos célebres como «A la paz entre
tre (1986) e Ion y su perro.K han-G uau (1987). España y Francia en 1795», «A Guzmán el
Bueno», «A Juan de Padilla», «Al combate de
QUINTANA Y LORENZO, Manuel José (M a ­ Trafalgar», «El Panteón de El Escorial» y «A Es­
drid, 1772-1857) paña después de la revolución de Marzo», por ci­
Poeta y prosista. Discípulo de Meléndez Valdés* tar solo algunos. M eritoria fue su divulgación
en la Universidad de Salamanca, donde estudió de la poesía del Siglo de Oro (véase EDAD DE
Leyes, y amigo de Jovellanos*, fue un enciclo­ ORO) en Colección de poesías castellanas y
pedista típico y una de las personalidades poéti­ Musa épica (1807; ed. aumentada en 1817), an­
cas fundamentales de la escuela poética salman­ tología lúcidam ente comentada, y La musa
tina y, en general, de la poesía española del siglo épica (1833; 2 vols.), donde se centró en los
xix, así como de la política de comienzos de ese grandes poemas narrativos de la gran época de
siglo. Fiel a la Junta General durante la invasión la literatura española. De su obra en prosa, hay
napoleónica, en la que ocupó diversos cargos de que recordar Vida de Cervantes (1797), Vidas de
responsabilidad, fundó y dirigió, además del pe­ españoles célebres (1807, 1830 y 1833; 3 vols.)
riódico Variedades de Ciencias, Literatura y y Cartas a lord Holland (1852), obras a las que
Arte, el Sem anario Patriótico, desde donde se hay que añadir una biografía de Meléndez Val­
convirtió, en gran medida, en el líder unificador dés y diversos estudios sobre el Romancero*.
de la resistencia española. Al regreso a España Fue autor, asimismo, de dos intentonas teatra­
de Fernando VII padeció los vaivenes políticos les: las tragedias en verso El duque de Viseo
entre absolutistas y constitucionalistas — de los (1801) y Pelayo (1805), a las que habría que
que era partidario— , llegando a ingresar en pri­ añadir otras tres, Roger de Flor, El príncipe de
sión en 1814 y a ser procesado por la Inquisición. Viana y Doña Blanca de Borbón, hoy perdidas.
Presidente de la Dirección de Estudios en 1820, Sus obras están incluidas en el volumen XIX
fue de nuevo detenido y apresado en 1823, tras (1852) de la «Biblioteca de Autores Españoles»,
lo cual, cinco años después, regresa a Madrid y dirigido por él mismo, y en el LXVII (1872) de
se retira tanto de la política como de la literatura. Obras inéditas, preparado por su sobrino. Asi­
Así perm aneció hasta 1833, fecha de la muerte mismo, hay una edición de sus obras, en tres vo­
de Femando VII, en que es nombrado, entre otras lúmenes, aparecida en 1897-1898.
cosas, director de Instrucción Pública, senador y
ayo instructor de Isabel II. Tal fue su prestigio QUINTERO, hermanos -> Véase ÁLVAREZ
que, en 1855, fue protagonista de un homenaje QUINTERO, Serafín y Joaquín.
hasta entonces no realizado en España: una coro­
nación pública que fue llevada a cabo por la mis­ QUINTERO RAMÍREZ, Antonio (Jerez de la
mísima reina, quien ciñó la corona al poeta. Frontera, Cádiz, 1895-Madrid, 1977)
Moderado, clasicista en lo literario, y no román­ Dramaturgo. Imitador del teatro de los hermanos
tico, como a menudo se ha afirmado, e influido Álvarez Quintero*, deben recordarse obras cos­
por la filosofía escocesa, como poeta centró su tumbristas suyas, escritas con otros autores,
QUINTILIANO

como La copla andaluza (1929), El alma de la chos galardones con que fue reconocida su obra,
copla (1930), Los caballeros (1932), Como tú, figuran no pocos y prestigiosos dedicados a su
ninguna (1934), Oro y marfil (1934) y el juguete narrativa. Considerado a menudo como uno de
cómico, escrito en colaboración con Pérez Fer­ los miembros de la Generación del 50*, inicial­
nández*, La casa de las brujas (1941). mente recibió la influencia de los modelos poé­
ticos neoclásicos, quedando en sus versos un
QUINTILIANO (Calahorra, La Rio ja, 35-?, 99?) posterior y característico culturalismo — funda­
Tratadista. Educado en Roma, allí enseñó Retó­ mentalmente libresco— que, sin embargo, supo
rica y Elocuencia, y se convirtió en uno de los dejar paso, con el paso del tiempo y de otras ex­
más reputados maestros de ambas disciplinas. Su periencias poéticas, a un narrativismo capaz de
obra fundamental fue De institutione oratoria, dar cuenta, de forma incitadora, de las experien­
exitosa en su época y donde analiza, influido por cias personales e históricas. Influido por los re­
Cicerón, cómo debe ser la formación de todo gistros históricos de un Kavafis, así como por el
orador. Fue una obra fundamental para los huma­ talante poético de Pound y Eliot, la culta poesía
nistas de los siglos xv y xvi. A esta debe añadirse de Quiñones no renuncia a las raíces populares,
otra, hoy perdida, De causis corruptae eloquen- al sabor y al olor de la tierra, como tampoco a la
tiae, en la que analiza las causas de la decaden­ oralidad que, sin duda, envuelve toda su poesía,
cia de la oratoria romana. escrita para ser leída en voz alta y donde cuanto
de épico hay en ella está tejido con lirismo. En
QUINTO, José María de (Madrid, 1925) su poesía hay, asimismo, un rasgo esencial: la in-
Dramaturgo, narrador y crítico. Miembro, desde tertextualidad de dicho culturalismo, en la que
1947, del grupo experimental escénico Arte conviven la historia, el folclore y las leyendas,
Nuevo, fundó, en 1948, La Carátula, agrupación así como las citas y traducciones. Presentes en su
de teatro de cámara desde la que se dan a conocer obra están el mundo marino, la Andalucía de rai­
obras de autores tan dispares como Bemard Shaw, gambre árabe y la memoria, todo ello en versos
Strindberg, O ’Neill o García Lorca*. Fundó en en los que las analogías entablan un diálogo en­
1950, con Alfonso Sastre*, el T.A.S. (Teatro de tre naturaleza e Historia del que hacen partícipe
Agitación Social), cuyo manifiesto apareció, fir­ implicado al lector. Incluido en las más im por­
mado por ambos, en La Hora, pero que no pudo tantes antologías poéticas, fue autor de los poe­
iniciar sus actuaciones. Más tarde, también con marios: Ascanio o libro de las flores (1957), Cer­
Sastre, funda y dirige el G.T.R. (Grupo de Teatro canía de la gracia (1957), que obtuvo un accésit
Realista), que sí actúa en Madrid. Como ensayista del Premio Adonais, Retratos violentos v Oda al
y crítico de gran lucidez ha colaborado en presti­ cante (1949-1963) (1963) y En vida (1964), ga­
giosas publicaciones, entre ellas Cuadernos His­ lardonado con el Premio Leopoldo Panero, a los
panoamericanos, Revista Española, Indice, Pape­ que hay que añadir a partir de ese momento, por
les de Son Armadans, La Estafeta Literaria e supuesto, el grueso de sus libros poéticos, a los
ínsula. Defensor de un teatro social, comprome­ cuales dio el nombre global de Crónicas, un ci­
tido y vinculado a las clases populares, en reac­ clo que siguió a lo largo de toda su vida y con el
ción a la herencia del teatro burgués, además de la cual, en opinión de José Hierro*, fue cambiando
obra teatral Sed (1947), ha publicado el libro de el rumbo de la poesía española. En ellas, con­
relatos Las calles y los hombres (1957), la novela frontando pasado histórico y presente, se acercó
Toque de silencio (1965) y ensayos como La tra­ de un modo original a diferentes épocas, recreán­
gedia y el hombre: notas estético-sociológicas dolos y extrayendo de ellos lecciones de expe­
(1962), El teatro y la sociología (1969) y Crítica riencia y vida. Son sus títulos: Crónicas de mar y
teatral de los sesenta (1997). Como traductor, tierra (1968), epilogadas por el mencionado Hie­
destacan sus versiones de obras de Jaques Bemard rro, Las crónicas de Al-Ándalus (1970), Circuns­
y Tennessee Williams, entre otros muchos a los tancias y acordes (1970), Ben-Jaqan (1973),
que, además, ha llevado a escena. Las crónicas am ericanas (1973), M em orán­
dum (1975), que obtuvo el Premio Internacional
QUIÑONES. Fernando (Chiclana de la Fron­ El Olivo, Las crónicas del 40 o Salero de España
tera, Cádiz, 1930-Cádiz, 1998) (1976), Las crónicas inglesas (1980), Muro de
Poeta y narrador. Colaborador de diversos me­ hetairas, también llamado Fruto de afición tanta
dios de comunicación, fue el responsable de la o Libro de las putas (1981), Los poemas flam en­
edición española del R eader’s Digest, donde se cos y un relato de lo mismo (1983), Las crónicas
encargó de editar numerosas antologías del de Hispania (1985), Galardonado con el Premio
cuento español, europeo, norteamericano y lati­ Internacional Ciudad de Melilla, Las crónicas de
noamericano. Flamencólogo de conocida solven­ Castilla (1989), Premio Tiflos, Tiempo (1991),
cia, destacó como poeta, aunque, entre los mu­ Las crónicas del Yemen (1994), Casa puesta en
781 QUIÑONES DE BENAVENTE

placeres o Últimos p liegos de la carta a Clori QUIÑONES, Javier (Burgos, 1954)


con otros poemas eróticos (1994), Las crónicas Narrador. Profesor de literatura y especialista en
yugoslavas (1997), Geografía e historia (1997), la obra de Max Aub*, es autor del libro de rela­
Los poem as de Córdoba (1997), Cien poem as tos De libertad tendidas mis banderas (1993),
(1997), selección preparada por Carlos Marzal*, Premio Max Aub, así como de la novela Años
y Las crónicas de Rosemont (1998), con el que triunfales (1997), que obtuvo el Premio Ciudad
obtuvo el Premio Gil de Biedma, a los que hay de Barbastro y en la que se ocupa de la figura del
que añadir, en el volumen I de Obra escogida de socialista Julián Besteiro para reflexionar sobre
Fernando Quiñones (1998), El libro de las cró­ las consecuencias sombrías de la Guerra Civil,
nicas, que reúne todos los libros de esta serie. un periodo que reaparece en las cuatro historias
Por lo que respecta a su obra en prosa, además que conforman su libro El final del sueño (2002).
de las obras teatrales Tres piezas de horror A estas obras hay que añadir la novela juvenil De
(1961), Carmen (1980), Andalucía en pie (1980; ahora en adelante (1995).
ed., 2002) y El grito (1983), publicó los libros de
relatos: Cinco historias del vino (1960), La gran QUIÑONES, Suero de (?, 1409-?, 1458)
temporada (1960, aunque el colofón del libro lo Poeta. Caballero y militar medieval de vida agi­
fecha el 31 de enero de 1961), colección de 15 tada, famoso por su participación en diversas
relatos taurinos que amplió y corrigió en la se­ campañas, entre ellas la de Fuerte Ventura, en
gunda edición de 1998, La guerra, el mar y otros 1428, junto al infante don Enrique, o en la bata­
excesos (1966), Historias de la Argentina lla de Higueruela, con don Álvaro de Luna*, en
(1966), Sexteto de amor ibérico y dos amores ar­ 1431. Pero, sin duda, la más célebre es el paso
gentinos (1972), E l viejo país (1978), Nos han sobre el río Órbigo, que cuenta Rodríguez de
dejado solos. Libro de los andaluces (1980), La Lena* en su Libro del Paso Honroso. Como
bonita historia de la legionaria, la Conchi Ga­ poeta, escribió canciones de amor, otras de corte
lán y el chulo Málaga (1986), Viento sur (1987), popular y un romance, Por unos puertos arriba,
Doce relatos andaluces (1989), la selección L e­ que reúne todas las características de Roman­
gionaria (1992), Con el viento sur (1996), que es cero* viejo.
una autoantología retocada y ampliada del men­
cionado Viento sur, El coro a dos voces (una no­
vela de relatos) (1997), el volumen II de la Obra
QUIÑONES DE BENAVENTE, Luis (Toledo h.
1590/1593-Madrid, 1651)
,
escogida de Fernando Quiñones (2001), dedi­ Autor dramático. No se conocen datos precisos
cado a sus relatos, y Relatos, S. L. (2001), a los sobre su vida, aunque se cree que era ya sacer­
que hay que añadir las novelas Un torero (1956), dote en la primera década del siglo xvn. Poco
por la que obtuvo el Premio Sésamo, Las mil no­ más se sabe, salvo que empleaba el título de «li­
ches de Hortensia Romero (1979), con la que cenciado» — aunque no sabemos si realizó estu­
quedó finalista del Premio Planeta, La canción dios— , que fue músico y autor de bailes, que
del pirata. Vida y embarques del bribón Can­ mantuvo amistad con Lope de Vega* y que, al fi­
tueso (1983), nuevam ente finalista del Premio nal de sus días, fue miembro de la orden tercera
Planeta, El amor de Soledad Acosta (1989), En­ de San Francisco y de los esclavos del Santísimo
cierro y fu g a de san Juan de Aquitania (1990), Sacramento, algo común a otros autores de su
con la que obtuvo el Premio Café Gijón, Vueltas tiempo. Escribió jácaras, loas y numerosos entre­
sin fecha (1994), Premio de Novela Breve Juan meses con una nueva fórmula que puede deno­
March Cencillo, y La visita (1998). Deben men­ minarse «entremés cantado». La primera noticia
cionarse, asimismo, algunos ensayos: De Cádiz que de él tenemos aparece en 1618 en el entre­
y sus cantes (1964), Últimos rumbos de la poesía més Examinador micer Palomo y Getafe, de An­
española. La posguerra: 1939-1966. Estudio y tonio Hurtado de Mendoza*, si bien consta algún
antología (1966), A ndalucía (1968), El f la ­ entremés suyo fechado en 1612. Buen costum­
menco, vida y muerte (1971), Toros y arte flamenco brista, supo, a través de un sutil espíritu crítico,
(1982), escrito en C olaboración con José Blas captar tipos sociales y situaciones y presentarlos
Vega, Óscar Estruga, escultor (1985), El fl a ­ con ingenio e intención crítico-caricaturesca,
menco (1985), A ntología del cante gitano de dando lugar a nuevos finales en los que, invaria­
nuestra tierra: de Manuel Torre a Antonio Mai- blemente, se terminaba bailando, en vez de a pa­
rena (1986), A ntonio Mairena. Su obra, su sig­ los. Su obra se ha dividido en piezas realistas,
nificado (1989), ¿Qué es el flam enco? (1992) y particularm ente las com edias en miniatura, y
... Y al sur, Jimena (1996), además de las reunio­ fantásticas, los entrem eses cantados, que son,
nes de artículos Fotos de carné. Recordatorio obviamente, los más famosos de su producción,
(1990), Celuloide al canto y otros artículos de y que se representaron con éxito, exactamente
cine (1999) y Por la América Morena (1999). igual que las jácaras, en los entreactos de mu­
QUIROGA 782

chas com edias entre 1620 y 1650. Muy próxi­ través de la cual se quiso superar un realismo que
mo a lo que, en el siglo xix, será el género había quedado desfasado. Deben destacarse sus
chico*, creó una serie de híbridos literarios cu­ novelas: La soledad sonora (1949), relato que,
riosos, como es el caso de la loa entrem esada. en palabras de su autora, «no pasa de ser un in­
Fue muy elogiado por Tirso de Molina*, quien tento», Viento del Norte (1950), galardonada con
le atribuyó, en su comedia Tanto vale lo de más el Premio Nadal, La sangre (1952), Algo pasa en
como lo de menos (1621), unos trescientos en­ la calle (1954), La enferma (1955), La careta
tremeses. (1955), Im última corrida (1958), curiosa novela
Aunque ya era un autor muy popular en 1623, la dialogada, Tristura (1960), con la que obtuvo el
primera colección de sus obras fue publicada en Premio de la Crítica y a la que más adelante cam­
Madrid, en 1645, costeada por su amigo Manuel biará el título — Secreto de una infancia. Novela
Antonio de Vargas y bajo el título de Jocoseria, de una niña— , Escribo tu nombre (1965), Pre­
Burlas, veras o reprehensión moral y festiva de sente profundo (1973) y Grandes soledades
los desórdenes públicos, que incluye un total de (1983), a las que hay que añadir, entre otros, el
cuarenta y ocho piezas. La fama de la que llega­ libro de relatos Plácida, la joven, y otras narra­
ría a gozar le llevaría a ser conocido como el ciones (1956).
«pontífice de los bailes y entremeses». De las
piezas anteriores a 1632 destacan La m alcon­ QUIROGA, Pedro de (?, 1540?-?, 1595?)
tenta, El retablo, Las alforjas, El abadejillo, Sacerdote y misionero en Perú, fue autor de unos
El talego-niño y El gori-gori. Posteriores, mere­ curiosos Coloquios de la verdad (¿1583?), no
cen mención: El guardainfante, El soldado Juan editados hasta 1922, y en los que, a través de
Rana, La visita de la cárcel, El murmurador, cuatro diálogos entre un indio, un español y un
El doctor Juan Rana, El aceitunero, Las habla­ ermitaño, analiza diversos aspectos de la con­
doras, la famosa serie en seis partes de Los al­ quista y da numerosos datos sobre costumbres y
caldes encontrados y, quizá la más famosa de sus supersticiones, siempre bajo un enfoque influido
obras, La puente segoviana, en dos partes. En por la Relación de la destruyción de las Indias,
cualquier caso, y contando con el dato aportado de Bartolomé de las Casas*.
por Tirso de Molina, no parece descabellada la
cifra de novecientas obras teatrales breves que le QUIROGA CLÉRIGO, Manuel (M adrid, 1945)
atribuye Cotarelo y Morí*, quien consiguió reu­ Poeta. En sus versos, ambientadas en el paisaje
nir solo ciento cuarenta y dos. urbano, huye de todo culturalismo y se concentra
en la vida al alcance de la mano. Se trata de una
QUIROGA, Elena (Santander, 1921 -La Coruña, poesía espiritual y civil, que se sirve, como en el
1995) caso de su poemario Los jardines latinos (1998),
Novelista. De familia gallega, su padre era conde de un espacio, concretamente Roma, para conci­
de San Martín de Quiroga, pasó su infancia en liar o meditar sobre todas las relaciones posibles
Orense, aunque estudió y pasó temporadas en su entre el pasado y el futuro.
ciudad natal, en Bilbao, Roma y La Coruña, todo
ello hasta 1950, año en que se casa con el histo­ QUIROGA PLA, José María (M adrid, 1902-
riador Dalmiro de la Válgoma y se instala en Ma­ Ginebra, Suiza, 1955)
drid. Formó parte de la Real Academia Española Ensayista y poeta. Yerno de Unamuno*, fue
desde 1984. En su literatura, frecuentemente am­ miembro del Centro de Estudios Históricos, cola­
bientada en las tierras gallegas, e inicialm ente borador de numerosas publicaciones, en las que
heredera de un realismo* de tendencia natura­ ha quedado dispersa gran parte de su obra, y par­
lista, sobresalen varias preocupaciones esencia­ ticipó en tareas administrativas para la República
les: el modo en que la naturaleza afecta a las per­ durante la Guerra Civil, motivo por el que hubo
sonas, las relaciones entre estas, el modo en que de exiliarse. Su poesía muestra preferencia por
vienen determinadas por ciertos estados psico­ las formas métricas clásicas. Gran parte de los
lógicos, la soledad, las dificultades de com uni­ poemas que integrarían su libro Baladas para
cación y el entorno social. Desde sus primeros acordeón los publicó en la revista Litoral. No
escritos, fue introduciendo algunas técnicas in­ obstante, reunió sus versos en Morir al día (1946)
novadoras, muchas aprendidas de Faulkner, y La realidad reflejada (1955), que recoge los
como es el caso del monólogo interior y de la poemas escritos durante el exilio. Debe destacarse
perspectivización a través de diferentes puntos su labor como traductor, en la que sobresalen las
de vista, a fin de profundizar en la objetividad y versiones de Proust, iniciadas con Pedro Salinas*
en el análisis psicológico de ciertos sentimientos y continuadas solo. Fue autor, asimismo, de la no­
ocultos. Es una de las representantes fundamen­ vela Melita busca sensaciones (1920), que apare­
tales de la conocida como «nueva objetividad», a ció bajo el seudónimo Anselmo Reguera.
QUIRÓS (?, último tercio del siglo xv-?, 1.a mi­ en edición prologada por Menéndez Pelayo*, si
tad del siglo xvi) bien Amador de los Ríos* había editado algunas
Poeta. Solo conocemos de él ciertos poemas su­ en 1838.
yos en pliegos sueltos, algunos romances viejos
sin fecha y otros que aparecen en el Cancionero QUIROSA, Pilar (Tetuán, 1956)
general (véase CANCIONERO) y en el C ancio­ Poetisa. Vive en Almería y es autora de poema­
nero musical de Palacio. En algunos de ellos se rios como: Orion (1990), Islas provisionales
hace mención de personajes conocidos, como es (1991), Arenal de silencios (1992), Avenida de
el caso de Juan Fernández de Heredia*. M adrid (1993), Pacto con Eleusis (1994), Por
acuerdo tácito (1995), D eshabitadas estancias
QUIRÓS, Pedro de (Sevilla, h. 1600-M adrid, (1997) y El lenguaje de Hydra (1998).
1667)
Poeta y prosista. Hacia 1624, fecha en que se QUTIYYA, Abu Bakr ibn al- (Córdoba, ?-977)
asentó en Sevilla la Comunidad de Clérigos M e­ Historiador. De nombre castellanizado Abenal-
nores, ingresó en ella como uno de sus primeros cutia, es autor en árabe de una im portantísima
miembros. Tras abandonar su ciudad natal, en historia de España hasta Abderramán III (912-
la que aún estaba en 1649, fue prepósito de la 961), publicada como Historia de la conquista
Orden en Salamanca y Visitador General. Ade­ de España (1926), en edición que había sido pre­
más de varias obras en prosa, como una relación parada por Pascual de Gayangos* y con traduc­
de las honras fúnebres de Felipe IV, Presenta­ ción de Julián Ribera y Tarrago*.
ción real (1665), una Vida del venerable padre
Bartolomé SimoriUi y unos Comentarios al pro­ QUZMAN, Ibn (Córdoba, 1078?-1160)
fe ta Jonás, fue un buen poeta, conceptuoso y Poeta, también conocido como Ben Quzman y
próximo a los poetas m adrileños del x v ii , que Abén Quzman (o Guzmán). Miembro destacado
dejó un manuscrito titulado Poesías divinas y hu­ de la corte de al-Mutawakkil de Badajoz, la aban­
manas del P. Pedro de Quirós, en el que hay donó en 1094 y, desde ese momento, vivió de en­
epigram as en coplas, décimas, rom ances, m a­ cargos poéticos. De su obra se editó, en 1933, un
drigales, traducciones de him nos, endechas, Cancionero en el que se incluyen ciento cuarenta
loas, canciones y unos cuarenta sonetos. Te­ y nueve zéjeles — algunos de ellos mezclados con
máticamente, hay desde poemas religiosos en la jarchas* que entremezclan palabras romances—
línea de los de Lope de Vega*, hasta festivos. que cantan, con tono de sutil picardía, a la co­
Famosos son el soneto «A Itálica» la égloga re­ mida, el vino, el amor y, en general, a los placeres
ligiosa «Al nacimiento de Cristo» y el madrigal sensuales. Fue traducido por Ribera y Tarrago*.
«Tórtola am ante». Sus poesías se publicaron Su obra completa la editó Emilio García Gómez*
en Sevilla en 1887, Poesías divinas y humanas, en Todo Ben Guzmán (Madrid, 1972; 3 vols.).
R
RABANAL, Luis Miguel (Riello, león, 7957) rar dos o tres años para ver la luz. Así comenzó
Poeta. En su poesía ha evolucionado desde la exu­ una carrera literaria marcada por la clandestini­
berancia formal hasta una poesía más centrada en dad o, como él mismo dice, por la «invisibilidad»,
lo cotidiano, para llegar a una sobriedad en la que condenado al olvido en vida y silenciado por sus
juega con una doble voz que, a modo de concien­ teóricos compañeros de generación, lo que le ha
cia femenina, reflexiona como interlocutor sobre llevado después, al ser declarado por la crítica
las emociones, la memoria y la muerte, todo ello como uno más de aquel grupo, a reivindicar, con
con una sólida conciencia contemplativa del pre­ cierto despecho, su condición de autor de los no­
sente. Destacan sus poemarios Variaciones (Total venta. Gracias a Carlos Barral*, que comenzó a
S. E. ú O.) (1977), Obdulia azul (1980), Labios de publicar algunos de sus libros, cambió su destino
la locura (1983), Cuaderno de junio (1984), personal y literario, ya que regresó a España, de
Rená, a solas con nosotros (1984), (Técnicas) donde se había marchado en 1957, marcado por
para abrazar un oscuro nombre (1985), Palabras la soledad, las imposibilidades y la angustia de la
para Obdulia (1985), La memoria buscando sus posguerra. Además de coguionista de las pelícu­
disfraces (1986), O podríamos amarnos sin que las Tiempo de silencio y Libertarias (1997), de
nadie se entere (1989), galardonado con el Premio Vicente Aranda, basada en su novela La monja
Leonor, Diez poemas para leer (y amar) detrás de libertaria (1996), destacan libros, algunos de
los saúcos (1990), Libro de citas (1993), Premio ellos con una historia peculiar, como A veces,
Cálamo de Poesía Erótica, Cáncer de invierno hasta ahora (1965), El niño asombrado (1967),
(1998), La última vez (2000) y, en edición electró­ Marco en el sueño (1969; reed. en 1999) y Me­
nica, La casa vieja (2002). mento Morí (1989), novela que empezó a escri­
bir en 1950 y que jugaba con una estructura
RABÍ ABNER DE BURGOS -> Véase VALLADO- arriesgada, gracias a la cual se iban afrontando
LID, Alfonso de. regresiones respecto a los pasados referidos en
cada uno de los capítulos, de manera que el final
RABÍ MOISÉS SEFARDÍ -> Véase A LFO N SO , sería el principio; iba a llamarse Zoilo y estuvo
Pero [o PEDRO], en un cajón más de veinte años, hasta que afrontó
su reescritura entre 1976 y 1980. Cuando por fin
RABINAD, Antonio (Barcelona, 1927) la publicó, en 1983, la editorial quebró y el texto
Novelista. Autor poco conocido que, por edad, nunca llegó a las librerías. Hubo de esperar hasta
estilo y temática, pertenece a la Generación del finales de los ochenta para ver el libro en la calle
50*, pero que no tuvo fortuna en sus inicios, lo con el título ya mencionado y en la edición ci­
que supuso que, aun siendo un iniciador del rea­ tada más arriba. A estas obras hay que añadir la
lismo* social, pasara desapercibido respecto a novela, por así llamarla, de memorias El hombre
los autores que dieron prestigio al grupo. Amigo indigno. Una vida de posguerra (2000), crónica
de los Goytisolo* y de Ana María Matute* en su donde cuenta con detalle sus peripecias vitales y
juventud, publicó su primer relato en 1948 en la literarias hasta 1957, año en que se exilió, y un
revista Destino, un año antes de presentarse al poemario inédito que escribió con 17 años y al­
Premio Nadal con la novela Los contactos fu rti­ gunos de cuyos poemas solo han sido leídos en
vos, con la que quedó finalista, pero que no fue público: Derrotero iluminado. Sin duda se trata
publicada, de modo que la presentó al Premio In­ de un autor que merece ser rescatado, con todos
ternacional Prim era Novela, de José Janés, y los honores, del injusto abandono al que ha sido
ganó, aunque por culpa de la censura debió espe­ sometido.
RACIONERO 786

RACIONERO, Luis (Seu d'Urgell, Lérida, 1940) Granada (1869), entre otros, a los que habría
Ensayista y novelista. Ingeniero industrial y li­ que añadir su participación en la Historia Gene­
cenciado en Ciencias Económicas, entre 1968 y ral de España de Fernández Guerra* e Hino-
1970 realizó estudios de doctorado en U rba­ josa*, y en la Historia de la villa y corte de M a­
nismo en la Universidad de Berkeley, California, drid (1861-1864), en la que colaboró con
después de obtener una beca Fullbright. Entre los Amador de los Ríos*.
años 1971 y 1977 fue profesor de dicha materia
en la Escuela de Arquitectura de la Universidad RAFAEL MARES, Carmen de -> Véase KURTZ,
de Barcelona, enseñando también en la Facul­ Carmen.
tad de Económicas. Enseñó en el Churchill Co-
llege de Cambridge de 1993 a 1994 y dirigió la RÁFOLS-CASAMADA, Albert (Barcelona, 1923)
Biblioteca Nacional de Madrid. Colaborador de Poeta y pintor. Quizá más conocido en su faceta
numerosas publicaciones, ensayista prestigioso pictórica, en la que destaca como uno de los ar­
sobre cuestiones de arte, orientalismo, filosofía, tistas plásticos más im portantes de la segunda
etc., y rostro habitual en tertulias televisivas, pro­ mitad del siglo xx, no conviene olvidar su tra­
gramas de debate y cursos universitarios de yectoria poética. Fundador de la escuela de arte
verano, es también novelista. En sus obras narra­ y diseño Eina en 1967 en Barcelona, en su poé­
tivas, donde se aprecia su profunda cultura hu­ tica destaca una cierta textura pictórica, así
manista, recurre a momentos históricos que le como una paleta de colores que conforman una
sirven como referencia para analizar problemas unidad con su pintura, una visión única de la rea­
psicológicos del hombre de hoy. E stilística­ lidad, en la que domina el símbolo de la ventana,
mente, puede decirse que domina las técnicas presente en la gran m ayoría de sus versos y
descriptivas, manejando con soltura todos los que alude a la luz, al instante limitado. Se trata
materiales lingüísticos que le sirven para ello. de una poesía carente de puntuación, elíptica y
Deben destacarse, además de la novela histórica llena de espacios en blanco, en la que se pres­
en catalán Cercamón (1982), galardonada con el cinde de cualesquiera elementos expresivos in­
Premio Prudenci Bertrana, ensayos suyos como necesarios para nom brar lo cotidiano. Además
Filosofía del underground (1977), Leonardo da de sus Dietarios, destacan sus reuniones de
Vinci (1978), Del paro al ocio (1983), por el que poesía Signe d ’aire. Obra poética, 1968-1976
recibió el Premio Anagrama de Ensayo, La forja (1976), en la que se recogía gran parte de su
del exilio (1985), El arte de vivir (1989), F lo­ poesía, hasta ese momento desconocida, Signe
rencia de los Médicis (1989), Atenas de Pericles d ’aire. Obra poética 1939-1999 (2000) y El co­
(1993), El arte de escribir. Emoción y placer del lor de las piedras (2003), volumen que por vez
acto creador (1995) y El progreso decadente primera reúne en edición bilingüe parte de su,
(2000), galardonado con el Prem io Espasa de creación lírica.
Ensayo. Es autor, asimismo, de diversos corto­
metrajes, como por ejemplo La fiesta de los lo­ RAIDA, Pedro (Sevilla, h. 1890-?)
cos, con el que obtuvo el Premio del Jurado del Poeta y narrador. Fue administrador de la revista
Festival de Cannes en 1979. De su obra narra­ ultraísta de Sevilla Grecia, y autor, entre otras
tiva hay que destacar La cárcel del amor (1996), obras, del poemario Mercedes (poem as absur­
novela ganadora del Premio Azorín, La sonrisa dos) (1920), de la novela Un belmontista (1926)
de la Gioconda (1999), novela que aborda la y del ensayo Amor y tiempo de poetas en guerra
vida de Leonardo da Vinci con la que obtuvo el total (1955).
Premio Fernando Lara, y El alquimista trovador
(2003), donde se centra en la figura de Ramón RAIMUNDO, arzobispo (Salvetat, Gascuña, ?-
Llull*. Toledo, 1152)
Personaje de extraordinaria importancia para las
RADA Y DELGADO, Juan de Dios de la (Alme­ letras españolas, profesó en la Orden de Cluny y
ría, 1827-Madrid, 1901) llegó a España acompañando a don Bernardo,
Ensayista. Arqueólogo, catedrático de la Univer­ llegada a partir de la cual su influencia va en au­
sidad de Madrid y miembro de las Academias de mento. Accede a la sede de Osma en 1109 y,
la Historia y de Bellas Artes de San Fernando, desde ese puesto, se enfrenta al obispo de Bur­
además de poesías menores, algunas novelas gos y accede a la política, llegando a convertirse
históricas sin importancia o el drama Cristóbal en enemigo de Alfonso I, de cuya boda con doña
Colón (1863), fue autor de trabajos históricos re­ Urraca no fue partidario. Fue encarcelado en
levantes como H istoria de la Orden de M aría 1111, pero su vida pública continúa con el as­
Luisa (1865), Mujeres célebres de España y censo al trono de Alfonso VII y, en poco tiempo,
P ortugal (1868) y Crónica de la provincia de en 1125, se ha convertido en arzobispo de To­
787 RAMÍREZ LOZANO

ledo. Pero su fama literaria la debe sobre todo al en ejercicio, ocupó importantes cargos públicos,
hecho de haber colaborado en impulsar la céle­ entre ellos, y desde 1611, el de consejero crimi­
bre Escuela de Traductores* de esa ciudad, a la nal del reino de Aragón. Fue autor de obras de
que, como sabemos, se debe la introducción de carácter jurídico en las que dejaba claro su ta­
las letras árabes en la cultura europea de la Edad lante regalista; así, debe recordarse su tratado De
Media. No obstante, sus artífices fundamentales regia analyticus tractatus, qua suprema et abso­
fueron Dom inicus G undisalvus y Juan H ispa­ luta in Principes potestas translata fuit, cum
lense, que trabajaron juntos en la mayoría de las quodam corporis politici ad instar phisici, capi-
versiones al latín. El gran continuador de la tarea tis et membrorum conexione (Zaragoza, 1616),
de la escuela fue, como se sabe, Alfonso X*. al que habría que añadir unos Comentaría super
Omnibus Regni Aragonie Observantiis que no se
RAM DE VIU, Luis (Zaragoza, 1864-1907) editaron.
Poeta. Personaje luctuoso, al conde de Hervés se
le conoce por ser víctima de una obsesión enfer­ RAMÍREZ ÁNGEL, Emiliano ( Toledo, 1883-Ma-
miza por la muerte, que le llevaba a pasear con drid, 1928)
insólita frecuencia por los cementerios. Colabo­ Poeta, novelista y cronista de Madrid. Periodista,
rador de diversas publicaciones, entre ellas Bar­ fue un costumbrista de prosa refinada atento a
celona Cómica y La Ilustración Española y los quehaceres de la clase media. Además del
Americana, destacan sus poemarios Amparo, poemario La flo r de los años (1908-1924) (1924)
poema en tres cantos (1887), Dos guitarras, can­ y de novelas como La tirana (1907), Después de
tares (1892), Horas de luz (1894), Viva España la siega (1909), La voz lejana (1915), Los ojos
(1898) y D el fo n d o del alma, obras postum as abiertos (1916), Los ojos cerrados (1924) y Uno
(1908-1909). de los dos (1927), fue autor de libros de crónicas
madrileñas, ricos en el retrato de escenas de cos­
RAMÍREZ, Francisco (Las Palmas, 1968) tumbres, como Madrid sentimental (1907), Bom­
Narrador. Se trata de un escritor casi descono­ billa-Sol-Ventas (1915) y La Villa y Corte pinto­
cido del que la crítica, en cambio, ha señalado su resca (1924), obra galardonada por la Real
buen hacer en la creación de personajes, así Academia Española. Fue, asimismo, Premio Ma­
como su capacidad para reflexionar sobre los riano de Cavia en 1924.
buenos sentimientos con sinceridad y sin artifi­
cios. Es autor, entre otras, de la novela El sigilo RAMÍREZ [o REMÍREZ] DE ARELLANO, Feliciano
de la lluvia (2000), con la que obtuvo el Premio (Villaescusa de Haro, Cuenca, siglo xvn)
Francisco Umbral. Poeta. De él cuenta Espinel*, en su M arcos de
Obregón, que poseía una memoria sorprendente,
RAMÍREZ, Juan (?-?, 1521) motivo por el cual es conocido. Debido a esta pe­
E scribano de cámara de los Reyes Católicos. culiaridad era capaz de recordar las comedias a
Apenas se tienen noticias de su vida salvo que, las que asistía y, después, al llegar a casa, escri­
en 1495, fue nombrado «escribano del Consejo birlas al pie de la letra. Así lo comenta Suárez de
del rey e de la reina», cargo que, entre otros pri­ Figueroa* en su Plaza universal de todas las
vilegios, le permitía vivir en el Consejo. Renun­ ciencias y artes (1615). De tal suerte, se convir­
ció al cargo en 1517 en favor de su hijo. Lo que tió en uno de los más famosos plagiarios de la
sí parece cierto es que fue el responsable de la re­ época, llegando a copiar incluso obras de Lope
copilación de textos que conforman el Libro de de Vega*. Un fenómeno similar sucedió también
las Bulas y Pragmáticas de los Reyes Católicos con las obras de Shakespeare en Inglaterra. Las
(1503), costeado por él y que supone un fiel do­ obras de Ramírez, junto a poemas de Lope, Cal­
cumento de las actividades y decisiones político- derón*, Mira de Amescua* o Rojas Zorrilla*, en­
religiosas del momento. tre otros, se incluye en la obra Ultima línea de la
vida y avisos para la muerte (Zaragoza, 1640).
RAMÍREZ, Luis Véase RINCÓN V E G A , Lu­
ciano. RAMÍREZ LOZANO, José Antonio (Nogales,
Badajoz, 1950)
RAMÍREZ, Pedro Calixto (Zaragoza, 1556- Poeta y novelista. Profesor de Lengua y Litera­
1627) tura en Sevilla, es autor de novela infantil y juve­
Tratadista. Estudió Humanidades, Filosofía y Ju­ nil, de prosa desbordante y agilidad en la cons­
risprudencia en las universidades de Huesca y trucción de la trama. Además de poemarios como
Lérida, llegando a doctorarse en Leyes en la de Canciones a cara y cruz (1974), Antifonario
Zaragoza. C atedrático en esta última, de cuyos para un derrumbe (1978), Fabulario (1981), Sy-
estatutos escribió el prólogo (1618), y abogado bila Famiana (1983), Bestiario de Cabildo
RAMÍREZ PAGÁN

(1984), galardonado con el Premio Juan Ramón dios históricos Antigüedades célticas de la isla
Jiménez, Teluria (1987), Premio Alberti, y B o­ de Menorca (1818) y una rigurosísima y célebre
lero (1988), que fue Premio Ricardo Molina, ha Historia civil y política de Menorca (1819). De
publicado las novelas Flos Sanctorum (1981), atribución insegura es la comedia Zelmira.
Premio Ateneo de Valladolid, Gárgola (1985),
con la que obtuvo el Premio Azorín y que fue RAMÓN, Esther {Madrid, 1970)
candidata al Premio Nacional de Literatura en Poetisa. Colaboradora en numerosas publicacio­
1986, y Titirimundi (1987), así como la novela nes literarias, como El Crítico, Revista de Libros
juvenil El cuerno de Maltea (1998), que enlaza o Leer, entre otras, ha participado en Radio N a­
con la tradición picaresca*. Su poemario Pipiri- cional y en el servidor cultural de Internet Oc-
faunia (1995) fue seleccionado en 1996 como nos. En una línea poética de claro irracionalismo,
una de las mejores obras infantiles en español o sea alejada de las corrientes ligadas a la poesía
por el Banco Mundial del Libro en Venezuela. de la experiencia*, es autora de poemas muy bre­
ves en los que la naturaleza inmediata sirve para
RAMÍREZ PAGÁN, Diego (Murcia, h. 1524-1 convocar fantasmas y miedos, así como el vér­
d. de 1562) tigo ante la muerte con palabras secas y contun­
Poeta. Tras estudiar en la Universidad de Alcalá, dentes. Es autora de un poemario, influido por
se ordenó sacerdote en 1544, llegando a ser ca­ Gamoneda* y O lvido G arcía Valdés*, y prolo­
pellán de los duques de Segorbe. En la línea de gado por Juan Carlos Suñén*, que se titula Tun­
la tradición italiana de Cetina* y Figueroa*, de dra (2002).
quien, al igual que de Jorge de Montemayor*,
fue amigo — con ambos mantuvo corresponden­ RAMÓN Y CAJAL, Santiago (Petilla de Aragón,
cia— , es autor de numerosos sonetos elegiacos Navarra, 1852-Madria, 1934)
sobre muertos ilustres, Fernández de Heredia*, Ensayista e investigador. Médico e histólogo ce­
Carlos V, Juan de Mena* o Boscán*, entre otros, lebérrimo, sus descubrimientos científicos le lle­
poemas de alabanza, un sermón en endecasíla­ varon a recibir el Premio Nobel en 1906. Hijo de
bos, una suerte de cancionero amoroso, madriga­ un médico rural, estudió Medicina en la Univer­
les, un poema en octavas y églogas a imitación sidad de Zaragoza, en la que se licenció en 1873.
de Virgilio, por citar solo algunos de los muchos Tras ganar unas oposiciones a médico militar, es­
poemas de metro y tema variado que aparecen en tuvo ocho meses con las tropas que luchaban
su obra Floresta de varia poesía (1562). En el contra los carlistas en Cataluña e, inm ediata­
volumen se recogen también algunas de sus epís­ mente después, fue trasladado a Cuba, de donde
tolas con Montemayor y Figueroa. no regresaría hasta 1875, después de haber par­
ticipado en la guerra colonial. Fue en 1877
RAMÍREZ DE SAAVEDRA Y CUETO, Enrique -> cuando, por diversas circunstancias y relaciones,
Véase SAAVEDRA Y CUETO, Enrique Ramí­ comenzó su interés por la histología, disciplina
rez de. que absorbería ya su atención de manera abso­
luta. El fracaso en sus primeras oposiciones a cá­
RAMIS I RAMIS, Joan (Mahón, Menorca, 1746- tedra no le impidió ganar, en 1883, la de Anato­
1819) mía de la Facultad de M edicina de Valencia.
Dramaturgo y poeta en lengua catalana, si bien Cuatro años la ocupó, tiempo en el que investigó
sus primeros versos, de la época en que estudiaba de manera profunda y dio a la imprenta algunos
Retórica y Filosofía en M allorca (1762-1765), trabajos sobre la materia, principalmente un M a­
los escribió tanto en catalán como en latín y en nual de H istología (1884). Es a partir de 1887
español. Graduado en Derecho en Aviñón en cuando se interesa más concretam ente por la
1767, recibió fuertes influencias de la literatura neurohistología, disciplina para la que se crean
francesa neoclásica. Desde ese momento se con­ nuevas cátedras, una de las cuales, la de Barce­
vierte en el máximo representante del Neoclasi­ lona, la ocupa él hasta 1892, en que fue trasla­
cismo catalán. Fundador en M enorca de la So- dado a la de Madrid. En 1901 recibe el encargo
cietat de cultura de Maó, es autor de dramas de dirigir el Laboratorio de Investigaciones Bio­
como Lucrecia (1769), quizá su obra más impor­ lógicas, cuando ya es una auténtica eminencia in­
tante y una de las fundamentales del teatro en ca­ ternacional, prestigio que se vería refrendado por
talán de la época, Arminda (1775), Constancia la concesión del mencionado Nobel de 1906, que
(1779) y Rosaura o el més constant amor (1783). hubo de compartir con el médico italiano Cami-
Debe destacarse, asimismo, su égloga Tirsis i 11o Golgi. Su labor científica, por resumirla incu­
Philis (1783). Entre sus obras en español, la rriendo en crasa simplificación, consistió en ex­
m ayoría muy mediocres, merecen mención el plorar la estructura del sistema nervioso; su
poema narrativo La Alonsíada (1818) y los estu­ conclusión más conocida: la terminación por
789 RAMOS MARTÍN

contacto de las fibras nerviosas en la sustancia sentido íntimo (1982), Apología del presente
gris; el aspecto innovador de sus investigaciones: (1989) y Después de la pasión política (1999), a
planteaban la individualidad de las células ner­ los que habría que añadir ediciones de obras de
viosas, contradiciendo abiertamente la doctrina Foucault, Nietzsche, Locke o Montesquieu.
reticularista. Obviamente, no es este el lugar para
concretar explicaciones al respecto; solo añadir RAMOS CARRIÓN, Miguel (Zamora, 1845-Ma-
que su influencia científica posterior fue funda­ drid, 1915)
mental, llegando incluso, y a pesar de la veloci­ Autor teatral. Ocupó cargos burocráticos, cola­
dad con que se suceden los descubrimientos en boró en prensa y fundó el semanario Las Discipli­
el mundo de la ciencia, hasta nuestros días, en nas, en el que escribió con el seudónimo de Boab-
que ya es un clásico de la biomedicina contem­ dil el Chico. Fue uno de los más conocidos
poránea. autores de zarzuelas y sainetes cómicos, preocu­
Pero no es únicamente su faceta científica la que pado, casi exclusivamente, por hacer reír. Desta­
interesa, ya que ocupa un lugar preeminente en can títulos como Un sarao y una soirée (1866),
el panorama de la literatura española, no solo por Los sobrinos del capitán Grant (1877), La tem­
haber sido elegido miembro de la Real Academia pestad (1882), La bruja (1887), El chaleco blanco
Española en 1905 — aunque no llegara a tomar (1890) y Agua, azucarillos y aguardiente (1897),
posesión de su sillón— . En gran medida precur­ una de su obras más populares. Además de escri­
sor de las ideas de la Generación del 98*, fue ab­ bir comedias ligeras como Los señoritos (1874),
solutamente crítico, como muchos de los intelec­ Cada loco con su tema (1874), León y leona
tuales contemporáneos, con la precaria situación (1874) y El noveno mandamiento (1879), fue au­
cultural de España. Como literato, escribió cuen­ tor de numerosas piezas en colaboración con Vital
tos, reflexiones, textos autobiográficos y ensayos Aza*, como por ejemplo: La ocasión la pintan
científico-literarios, siempre con una prosa rigu­ calva (1879), ¡Adiós, Madrid! (1880), Los lobos
rosa y dinámica. Además de sus grandes obras marinos (1887), El Señor Gobernador (1889), El
científicas, entre las que destaca El sistema ner­ oso muerto (1891), El rey que rabió (1891) y Za-
vioso en el hombre y los vertebrados, terminada ragiieta (1894). Colaboró con otros autores, entre
entre 1905 y 1907, después de haber comenzado ellos, y además de su propio hijo, Ramos Martín*,
a publicarla en 1897, hay que señalar otras, ya con Antonio Estremera*, Campo Arana* y Lus-
más sustancialm ente de ensayism o literario, tonó*. En 1916 se publicó su Prosa escogida.
como Reglas y consejos sobre investigación
científica: Los tónicos de la voluntad (1897) y RAMOS DE CASTRO, Francisco (Madrid, 1890-
Psicología de don Quijote y el quijotismo (1905), 1963)
a las que hay que añadir otras como los volú­ Dramaturgo. Licenciado en Derecho y colabora­
menes de m em orias de Recuerdos de mi vida dor en numerosas publicaciones, entre ellas los
(I, 1901-1917; II, 1923), Charlas de café, p en ­ diarios La Nación, Informaciones o La Hoja del
samientos, anécdotas y confidencias (1920), Lunes, escribió comedias, sainetes, zarzuelas y
Cuando yo era niño: La infancia de Ramón y juguetes cómicos, así como algunos guiones de
Cajal contada p or él mismo (1921) y El mundo películas. De sus obras más renombradas, a me­
visto a los ochenta años (1934), o el libro de re­ nudo de tono paródico, merecen mención: ¡Pare
latos Cuentos de vacaciones (1905). Sus Obras usted la jaca, amigo! (1928), La maté porque era
completas aparecieron en 1947. mía (1932), El niño se las trae (1933), La culpa
fu e de aquel maldito (1934) y La del manojo de
RAMÓN VIDAL DE BESALÚ -> Véase VIDAL DE rosas (1935), sainete musicado por Sorozábal.
BESALÚ, Ramón.
RAMOS DEL MANZANO, Francisco (?-?, 1683)
RAMONEDA, Josep (Cervero, Lérida, 1949) Tratadista. Profesor de Derecho en Salamanca,
Ensayista. Licenciado en Filosofía por la Univer­ fue uno de los grandes juristas españoles. El in­
sidad Autónoma de Barcelona, en la que fue pro­ terés literario de su obra, dedicada a cuestiones
fesor de Filosofía Contemporánea entre 1975 y jurídicas, radica en las aportaciones culturales
1990, fue director del Instituto de Humanidades que son consecuencia de sus muchos conoci­
barcelonés y fundador de la revista Saber en mientos. Debe destacarse un título: Reinados de
1980. Director del Centro de Cultura Contempo­ menor edad y de grandes reyes (1672).
ránea de Barcelona, colaboró en La Vanguardia,
entre 1980 y 1996, y en la actualidad es una de RAMOS MARTÍN, Antonio (Madrid, 1885-?)
las más prestigiosas firmas del diario El País y Comediógrafo. Hijo de Ramos Carrión*, con
participa en la Cadena Ser. Es autor de numero­ quien colaboró, y hermano de José Ramos Mar­
sos ensayos de filosofía política, entre ellos: El tín*, siguió la línea cómica de su padre en entre­
RAMOS MARTÍN 790

meses como Calabazas (1905) y El mejor de los RAZÓN DE AMOR


mundos (1914), así como en los sainetes El sexo Razón de amor, con los denuestos del agua y el
débil (1912), La cocina (1912), La redacción vino es el ejemplo más destacado y enigmático
(1913) y La afición (1915), entre otros. del género de los debates escrito en el siglo xm.
Dividido en dos partes, la primera de las cuales,
RAMOS MARTÍN, José (Madrid, 1892-1974) Razón de amor, no es sino una composición lí­
Autor teatral. Muy influido por su padre, Miguel rica de tipo provenzal, culta y de cariz escolar, lo
Ramos Carrión*, fue colaborador en prensa y au­ que se cuenta en la segunda es la disputa entre el
tor de comedias, farsas y sainetes, así como de agua y el vino provocada por el hecho de que, ac­
libretos de zarzuela que gozaron de gran popula­ cidentalmente, una copa de agua salpica a otra de
ridad. Además de estas últimas, entre las que vino. De tal suerte, el vino se ve acusado por el
destacan Colilla IV (1920), La alsaciana (1921), agua de perturbar la razón de quienes lo beben,
La montería (1922), Los gavilanes (1923), Cam- mientras que este acusa a aquella de haberlo
panela (1930) y La loca juventud (1931), deben adulterado y se defiende recordando que la san­
recordarse, de entre las primeras mencionadas, gre de Cristo se transforma en vino, con lo que
Madrecita (1911), El nido de la paloma (1912), queda claro su carácter sagrado; la réplica del
La leyenda del maestro (1914), El redil (1914), agua se centra en que ella también lo es al resul­
Gramática parda (1916), Las madreselvas tar indispensable en el bautismo. Hay críticos
(1916), Los inculpables (1918), Su desconsolada que defienden que se trata de dos poemas unidos
viuda (1920) y La marimandona (1931). por un copista en un único manuscrito, aunque
no saben explicar una división de los textos que
RAMOS OREA, Tomás (Madrid, 1936) no está nada clara. Lo que parece más verosímil
Poeta. Ha sido profesor de Literatura española en es que se trate de una sola pieza, lo que se deduce
la Q ueen’s U niversity de Canadá, y, entre sus de las diversas tradiciones románicas, como las
poemarios, m erecen mención La fu en te o Ella disputas latinas y la lírica galaico-portuguesa y
(1962), Amor venidero (1964) y Vocación y des­ provenzal, si bien se plantea un problema de di­
tino (1968), a los que hay que añadir el libro en fícil solución: averiguar cuál es el tema común.
prosa En marcha (viajes y reflexiones) (1968) y Interpretado desde varios puntos de vista — desde
una antología de poesía inglesa. un simbolismo cristiano o a través de sus cone­
xiones con las doctrinas cátaras— , la teoría más
RAMOS PÉREZ, Vicente (Guardamar del Se­ sólida parece la de Spitzer, quien ve el poema
gura, Alicante, 1919} como una síntesis necesaria de contrarios y, más
Ensayista y poeta. Doctor en Filosofía y Letras y concretam ente, como la m utua necesidad del
miembro de la Real Academia Española y de la amor físico y espiritual. Se daría, pues, una su­
de Historia, fue profesor en la U niversidad de perposición de un plano sobrenatural en uno te­
Estocolmo y está considerado el cronista oficial rrestre, ya que superpone al debate del agua y el
de la provincia de Alicante, de la cual recibió, en vino el de la Castidad y la Lujuria. M enéndez
1997, la Medalla de Oro. Es autor de ensayos so­ Pidal* defendió el tono juglaresco del poema en
bre el mundo literario, preferentemente relacio­ función del metro irregular, los pareados y la
nado con el ámbito alicantino, como El mundo mezcla de consonantes y asonantes, aunque hoy
de Gabriel M iró (1964), Literatura alicantina, se tiende a pensar en él como poema escolar ba­
1839-1939 (1966), Literatura alicantina de la sado en tradiciones cultas románicas. En opi­
posguerra (1967), Rafael Altamira (1968), Sal­ nión de Domingo Ynduráin*, se trata de la obra
vador Rueda y Alicante (1969), Raíces deAzorín amorosa de un poeta vagabundo, goliardesco,
(1970), M iguel Hernández (1973), Estudios de convertido a lo divino* por otro autor, como
literatura alicantina (1979) y Palabra y pensa­ puede deducirse de alteraciones m étricas que
miento de Rafael Altamira (1987). Como poeta, aparecen en las partes temáticas más conflicti­
también muy reconocido y en el que se aprecia vas, consecuencia de la mano de ese segundo
la capacidad para imbricar tierra y sentimiento, autor.
destacan sus poemarios Pórtico auroral (1943),
Voz derramada (1946), Cántico de la Creación y REALISMO
del am or (1950), Honda llamada (1952), Des­ Periodo que se desarrolla en España, con re­
tino de tu ausencia (1957), Elegías de Guadalest traso respecto a Europa, aproximadamente en­
(1958) y Fábulas de la mañana y el mar (1970). tre 1840 y 1890. Posterior al Romanticismo* y
anterior al M odernismo*, pretendía, frente a la
RANGEL, Violeta C. (Sevilla, 1968) abstracción y al subjetivismo' románticos, acer­
Poetisa. Hay que señalar dos libros suyos: La p o ­ carse a la realidad cotidiana m ostrándola tal
sesión del humo (1997) y Para nada (1999). cual y prescindiendo del yo en todo cuanto se
791 REALISMO

describe. Inicialm ente, se trató de un realismo cirse una rehumanización social comprometida
castizo, basado en el desarrollo de escenas cos­ que huía de la deshumanización de los años
tumbristas pero unidas por un nexo novelesco, veinte. Así, autores como Ramón J. Sender*,
es decir, urdidas gracias a un argumento. Muy Max Aub*, Francisco Ayala* o Rosa Chacel*,
unido a la tradición, esto es, a la defensa del or­ desde el exilio forzoso tras la Guerra Civil, abor­
den establecido, el patriotismo y la obediencia a dan el tema de la guerra desde una perspectiva
la Iglesia, e incluso ligado aún a un cierto espí­ claramente ideológica, al margen completamente
ritu romántico, la m irada se dirigía al pasado y de lo que se escribía en España. En este sentido,
entroncaba, form alm ente, con lo aprendido de en la inmediata posguerra, dentro de nuestras
autores del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) fronteras el franquismo limitó el desarrollo natu­
como Cervantes* y Quevedo*, así como con la ral de la literatura, prohibiendo esa literatura so­
novela picaresca*. Hay que pensar en autores cial que solo fue posible para quienes marcharon
como Fernán Caballero*, Pedro Antonio de Alar­ al exilio. Pero tampoco la estética de los años
cón* y José María de Pereda*, grupo del que hay veinte le va bien al régimen, de modo que las
que apartar a Juan Valera*, quien, pese a su es­ únicas alternativas posibles son la narrativa ideo­
trecha vinculación con lo español, se deja influir lógica, el humorismo o un realismo plano de es­
por la narrativa alemana, esto es, por el poder de tilo tradicional, que solo se ve renovado, ya en
los elementos im aginativos. Es a partir de los los años cuarenta, por casos excepcionales como
años setenta, sobre todo en los ochenta, del si­ los de Camilo José Cela*, Carmen Laforet* o
glo xix cuando se produce una transición, un Miguel Delibes*, que, con tono sombrío y ten­
nuevo hacer realista basado en el interés por las dencia al existencialismo, presentan la desola­
circunstancias socio-históricas, un nuevo hacer ción de la posguerra a través de personajes mar­
cuyo modelo es Flaubert. El protagonismo de la cados por la frustración. Esta visión de la
burguesía, el ascenso de la clase media y, funda­ realidad contrastaba con el triunfalismo de la li­
m entalmente, una nueva conciencia filosófica teratura adicta al régimen, y Cela fue acusado,
origina una literatura por completo diferente de como consecuencia de La fam ilia de Pascual
los cánones del costumbrismo*. De tal suerte, la Duarte, de un tremendismo que deformaba la
influencia de Francia y el naturalismo* termina realidad exagerando sus extremos más desagra­
derivando en una escritura de intención objeti- dables. Cómo fue posible la publicación de una
vista, en la cual los elementos psicológicos y fi­ obra así es algo que explica solo el hecho de que
siológicos adquieren una im portancia esencial. Cela en aquellos años fuese un adicto al régimen.
Es el momento de apogeo de autores como Pérez En los años cincuenta la situación política de Es­
Galdós* o Clarín*, a los que se suma, en un tono paña comienza a cambiar ligeramente con el
más dependiente del citado naturalismo, Emilia lento abandono del aislamiento y la incorpora­
Pardo Bazán*. La novela toma conciencia de sí ción a ciertos organismos internacionales. Tales
misma como instrumento cargado de responsabi­ hechos provocan un desarrollo turístico e indus­
lidades a la hora de abordar lo concreto, y la iro­ trial que supone una mejoría económ ica y el
nía sustituye definitivamente al localismo y blan­ subsiguiente cambio de las costumbres. De tal
dura del costumbrismo. Así, podemos referirnos suerte, los cam pesinos em igran a la ciudad y
al realismo literario como a una conciencia litera­ van apareciendo los suburbios urbanos, marca­
ria que concentra su atención en las cosas, tanto fí­ dos por la pobreza a veces extrema. Quienes
sicas como psíquicas y sociales, y que deriva en eran más jóvenes durante la guerra comienzan a
una descripción de los tipos y de los estados de denunciar semejante situación, sobre todo en
ánimo, de la realidad social en suma. Se da, en círculos universitarios y obreros. La literatura,
gran medida, una anteposición de las cosas a las ciertamente, recoge tales inquietudes sociales,
personas, incluso, en el afán por presentar las cir­ abandonando esa perspectiva existencial que
cunstancias de una época, una anteposición a lo había caracterizado la mirada de los escritores de
que les sucede a los personajes y a lo que hacen. los años cuarenta. El propio Cela publica una
Es de aquí de donde puede concluirse el carácter obra diferente, La Colmena, más testimonial y
más descriptivo que narrativo del realismo, carac­ crítica, y a partir de 1954 se manifiesta una revo­
terística muy general de la que, sin embargo, se es­ lución literaria en la que van viéndose implica­
caparía un Galdós, quien se muestra más atento a dos autores como Ignacio Aldecoa*, Ana María
la narración misma, al quehacer de los personajes M atute*, Jesús Fernández Santos*, Juan Goyti­
en un escenario que cumple la función de ámbito solo*, Rafael Sánchez Ferlosio* o Juan García
en que estos se mueven. En este sentido, Galdós Hortelano*, entre otros. Todos ellos se ocupan de
sería el menos realista de los realistas españoles. la realidad española, de las condiciones sociales
A partir de los años treinta, tanto en el ámbito de de los campesinos, de sus dificultades para in­
la novela como en la poesía, comenzó a produ­ corporarse al mundo urbano, de las injusticias la­
REALISMO SOCIAL 792

borales, económicas, culturales, de la explota­ nen sus poesías y en cuya segunda edición (Ambe­
ción del proletariado como modo de enriqueci­ res, 1660) se incluía el Entremés de los maridos
miento de una burguesía abúlica y banal. Todo conformes, destacan Selva militar y política (Colo­
ello lo presentan estos escritores a través de un nia, 1652), largo poema en donde confluyen sus
estilo sencillo, huyendo de complicaciones que teorías militares y su experiencia diplomática, La
impidan a cualquier lector el acceso al libro. Constancia victoriosa (Colonia, 1655), en la que
cuenta las penalidades de Job, Selva Sagrada
REALISMO SOCIAL -> Véanse REALISMO y G E ­ (1657), donde se limita a traducir los Salmos, Tre­
NERACIÓN DEL 50 nos de Jeremías (1655), una traducción más, e Idi­
lio sacro (Amberes, 1660). Fue autor, asimismo,
REBOIRAS, Ramón F. (San Xulián de Laiño, Pa­ de Discurso sobre la hermosura y el amor (1652),
drón, La Coruña, 1961) en la línea del platonismo renacentista, y de unas
Novelista y poeta. Periodista de profesión, redac­ Selvas dánicas (Copenhague, 1655), narración ge­
tor jefe de la revista Rolling Stones, es un autor nealógica extensa sobre la casa real danesa en la
cuyos registros literarios parten de la sobriedad, que se ataca duramente al luteranismo y que, pro­
tanto estilística como verbal, acaso como medios bablemente, le llevó a ser destituido de su cargo de
para proponer el hastío de la realidad. Destacan embajador. Fue autor, asimismo, de la comedia
sus novelas Corazonada (1996), El guardián de Amar despreciando riesgos. Fue autor elogiado por
las ruinas (1997), El día de los enamorados Moratín* en su obra La derrota de los pedantes.
(2000) y Hazlo p o r m í (2003). A todo ello hay
que añadir el poemario El resto del mundo RECHE, Juan Carlos (Córdoba, 1976)
(1999), que supuso su debut en el panorama poé­ Poeta. Ha vivido en Roma, donde fue lector de
tico y con el cual demostró una madurez e inten­ español en el Liceo Classico Eugenio Móntale y
sidad que sorprendió a la crítica. Se trata del re­ profesor en el Instituto Cervantes. Editor de di­
sultado de veinte años de escritura, una suerte de versas colecciones poéticas, es director de la co­
viaje de la memoria a través del viaje real que va lección «4 estaciones» y en 2003 se trasladó a
de una infancia rural a un conocimiento culto del Lisboa. Su poesía, como él mismo ha declarado,
mundo, con lenguaje coloquial y transparente y es ajena a corrientes y tendencias actuales, y si­
sirviéndose del viaje exterior para indagar en el gue únicamente una línea posmodernista. Tra­
propio viaje interior, en la propia identidad, la ductor de la poetisa griega Katerian Gogu, ha pu­
cual se conforma a través de una memoria que se blicado la plaquette La cítara de plástico (1996)
desdobla en el pasado lejano de la infancia y en el y el cuaderno de poesía experimental El maletín
más reciente de las lecturas y experiencias que de la pantera rosa (1998), así como el libro de
han culturizado su mirada, a fin de llegar a una poemas El dolor y la velocidad (1999).
concepción existencial de sí mismo como fruto de
las experiencias del amor y del paso del tiempo. REDEL Y AGUI LAR, Enrique (Córdoba, 1872-
1909)
REBOLLEDO, Bernardino de (León, 1597-Ma- Poeta. De clara orientación modernista (véase MO­
drid, 1676) DERNISMO), destacan sus poemarios Desvarios.
Poeta, tratadista y dramaturgo. Señor de Irián, fue Poemas líricos (1891), Lluvia de flores (1892) y
nombrado conde de Rebolledo, en 1638, como re­ A l aire libre (1893). Sus Obras literarias apare­
compensa a sus méritos militares, alcanzados en cieron, prologadas por Salvador Rueda*, en 1897.
su participación en los combates contra los turcos
y en la Guerra de los Treinta Años. Embajador en REGALADO, José Manuel (Salamanca, 1941)
Hungría y Dinamarca, en este último país ayudó a Poeta. En sus versos, el cuerpo, la sensualidad
la defensa de la capital en la guerra contra Suecia. del amor, el deseo como emoción real de la carne
Ya en España, adonde volvió a los 65 años, fue y del espíritu, fluctúan con la simbiosis entre
nombrado presidente del Consejo de Castilla. concupiscencia y espiritualidad. Entre sus poe­
Tanta actividad política y militar no frenó sus an­ marios, destacan: Cuerpo a cuerpo (1990), Pe­
sias literarias, que le llevaron a escribir durante núltima memoria (ese airado deseo) (1991), Los
toda su vida, dando origen a una obra, la mayor poemas del padre (1991), Dimensión de la orgía
parte de ella de carácter didáctico, al margen de (1995) y La edad de la mirada (1999). En 1992
cualquiera de las corrientes que se practicaban en recibió el Premio América de Poesía.
la Península, sobre todo del gongorismo en boga,
como consecuencia de su prolongada estancia en REGÁS, Rosa (Barcelona, 1933)
el extranjero, si bien, poéticamente, se aprecia la Novelista. Estudió música en el Conservatorio
influencia soterrada de los Argensola*. Además de del Liceo de Barcelona, francés en París e inglés
Ocios (Amberes, 1656), volumen en el que se reú­ en Oxford. Licenciada en Filosofía por la Uni­
793 REGIDOR

versidad Central de Barcelona en 1964, trabajó en sus obras, salvo algunas excepciones, anali­
en Seix-Barral entre ese año y 1970, fecha en que zan problemas de naturaleza política y econó­
funda la Editorial La Gaya Ciencia, dedicada a mica desde puntos de vista marcados por el espi-
temas de poesía, política, filosofía, literatura, ritualismo. Es cierto que, en estrecha relación
economía y arquitectura, y en la que publicó al­ con el positivismo, empleaban datos concretos y
gunos de los primeros ensayos de Juan Benet*, y estadísticas, pero sin dejar de lado ni su actitud
Ediciones Bausán, dirigida por ella hasta 1983 y espiritualista ni las vaguedades y generalizacio­
cuyo centro de atención era la literatura infantil. nes con las que, una y otra vez, responsabiliza­
Asimismo, en 1974, fundó la revista Arquitectu­ ban de los males de España al «carácter nacio­
ras Bis, y, en 1975, la revista de Filosofía Los nal», a la abulia y el escepticismo del pueblo
Cuadernos de la Gaya Ciencia, ambas con la co­ español. Su rechazo a la política de la Restaura­
laboración de los más célebres intelectuales del ción es, junto a la defensa de una dictadura tem­
momento. Entre 1983 y 1994 trabajó como tra­ poral, el célebre «cirujano de hierro» de Joaquín
ductora para diferentes organizaciones de las Na­ Costa*, una de las características comunes más
ciones Unidas, fecha esta últim a a partir de la marcadas, esta última origen de que a los pensa­
cual dirigió el Ateneo Americano de la Casa de dores regeneracionistas se les considerara profas­
América hasta su dimisión en 1998. Colaboradora cistas. El ideal más extendido entre ellos era el
de numerosas publicaciones, entre ellas Ajo- de conseguir una monarquía autoritaria, antipar­
blanco, El Mundo, La Vanguardia, ABC o El País, lamentaria, antidemocrática y al servicio de un
entre otras, es autora de novelas en las que la concepto cristiano del mundo. No obstante, y
prosa, serena, contenida, de una fluidez precio­ además de quienes consideraban la dictadura
sista, se ve dirigida por un tono de intensidad poé­ solo como una medida extrema, caso de José
tica, ajena a movim ientos o escuelas, interesada María Salaverría* o de Ramiro de Maeztu*,
tan solo en investigar sentimientos y en donde el hubo autores, como Luis Morote*, que entendían
ritmo de la narración dé cuenta de un fluir de ideas que la democracia era la única vía de salvación
que está por encima de cualesquiera concesiones del Estado. Sea como fuere, y salvo Morote o
a los «ismos». Además de los ensayos Ginebra Joaquín Sánchez de Toca*, lo cierto es que el re-
(1988), sobre la ciudad en la que vivió como tra­ generacionismo, siempre elitista y acusado de no
ductora de la Organización Mundial de la Salud, y tener en cuenta a la clase obrera, pretendía una
Sangre de mi sangre (La aventura de los hijos) revolución desde arriba y que no rompiera con el
(1998), o del libro de viajes Viaje a la luz del orden establecido. Aunque algunos de ellos,
Chain (1995), ha publicado las novelas Memoria como consecuencia del atraso de España, se
de Almator{ 1991), Azul (1994), por la que obtuvo mostraron como europeístas radicales, la mayo­
el Premio Nadal, Luna lunera (1999), galardo­ ría hablaban de un espíritu nacional marcada­
nada con el Premio Ciudad de Barcelona, centrada mente nacionalista, cerrado al exterior e intere­
en la posguerra en Cataluña y con cierto carácter sado solo en lo genuinamente español, de lo cual
autobiográfico, y La canción de Dorotea (2002), es ejemplo el célebre concepto de «hispanidad»
que obtuvo el Premio Planeta, a las que hay que de Maeztu. Prestaron especial atención a la re­
añadir, además del libro de relatos Pobre corazón forma de la enseñanza, considerada como el me­
(1996), otro con textos de variada índole, Desde canismo de formación de hombres de futuro, en
el mar (1997), y un volumen en el que recopila sus la línea ideológica de la Institución Libre de En­
colaboraciones en el diario El País, Canciones de señanza*, y de la agricultura, base fundamental
amor y de batalla (1995). En 2000 fue la respon­ de la economía nacional. Sus máximos represen­
sable de un volumen en el que varios autores ren­ tantes, además del inspirador Lucas Mallada* y
dían homenaje a la ciudad de Madrid: De M a­ de los mencionados Costa, Salaverría, Maeztu,
drid... al cielo. Sánchez de Toca y Morote, fueron Ricardo Ma­
cías Picavea*, Ángel Ganivet*, César Silió*, Ju­
REGENERACIONISMO lio Senador* o Rafael Altamira*, entre otros.
Movimiento ideológico surgido en España como
consecuencia de la crisis política y m ilitar de REGIDOR, Máximo (V a lla d o lid 1929)
1898. La reacción de una minoría selecta de in­ Novelista. Crítico cinematográfico y colabora­
telectuales burgueses contra la decadencia no se dor en prensa, estamos ante un escritor compro­
hace esperar, y estos com ienzan a analizar las metido cuyas novelas se centran en el ámbito ru­
causas que la han producido desde unas ideas ral, y en las que toma partido claro por los más
reform istas íntim am ente ligadas a la filosofía desfavorecidos. Destacan: El pan muerto (1962),
del krausism o*. C aracterizados por un cierto por la que obtuvo el Premio Ateneo de Vallado-
pesimismo, se les ha acusado de falta de prag­ lid, No tenemos sitio para caminar (1967) y No
matism o a la hora de aportar soluciones, pues dejarse morir ( 1968).
REGUERA 794

REGUERA, Anselmo -> Véase Q U IRO G A PLA, REINA, Casiodoro de (Granada, 1520-?, h.
José María. 1584)
Traductor. Descendiente de moriscos, se convir­
REGUERA VALDELOMAR, Juan de la mi­ tió al protestantismo y salió de España en 1557,
tad siglo xix) dedicándose posteriormente, y de manera exclu­
Ensayista. Apenas se sabe de su vida, salvo que siva, a la que sería la prim era traducción com ­
trabajó en la Chancillería de Granada y que es­ pleta de la Biblia al español: La Biblia, que es los
cribió obras de síntesis de carácter normativo, al­ sacros libros del Viejo y Nuevo Testamento, tras­
gunas de las cuales llegan a tal esquematismo ladada en español (Basilea, 1569). Se trata de
que consisten únicamente en cuadros sinópticos. una versión conocida como «Biblia del Oso»,
Pueden citarse ejemplos como su Resumen de la por el emblema del editor que aparece en la por­
historia cronológica del Derecho y leyes genera­ tada: un oso comiendo miel. La figura de Reina
les de España, form ado en dos tablas o planos fue reivindicada por Menéndez Pelayo* en el vo­
(Madrid, 1798) y Guía para el estudio del Dere­ lumen V de su descomunal Historia de los hete­
cho patrio (Madrid, 1807-1808), que se sirve de rodoxos españoles (1882).
los esquemas del anterior. Pero, sin duda, su obra
más ambiciosa y precisa fue la Novísimp Recopi­ REINA Y MONTILLA, Manuel (Puente Geni!,
lación (1805), selección de normas elaborada Córdoba, 1856-1905)
por mandato real y que había sido suspendida an­ Poeta. Estudió Derecho en las universidades de
tes de encargársela a él como consecuencia de Sevilla, Granada y Madrid. Fue hombre de gran­
distintos avatares. des recursos económ icos que prácticam ente
nunca abandonó su finca de Campo Real. M iem­
REI NÚÑEZ, Luis (La Coruña, 1958) bro de la Academia de las Buenas Letras de Se­
Poeta y novelista en lengua gallega. Periodista villa desde 1895 y diputado en 1896, fue, ade­
que ejerce su profesión en Pontevedra, es autor más de senador, colaborador de numerosas
de cuatro poemarios incluidos en Ronda invisi­ publicaciones y fundador de Diana. Revista
ble (2000), así como de diferentes ensayos, entre quincenal de Política, Literatura, Ciencia y A r­
ellos A travesía dun século (1987), que es una tes, revista desde la que dio a conocer a nume­
biografía de Rafael Dieste*, Poetas andantes na­ rosos poetas, entre ellos Baudelaire. Se trata de
vegantes (1995) y Muros, alma mareira (2001), un poeta de transición del posrom anticism o al
una suerte de memorias de infancia y adolescen­ M odernism o*, representativo de un estilo que
cia, o del libro de viajes a la Costa de la Muerte reacciona contra los modos rom ánticos aden­
Imán Fisterra (1995). Debutó en el panorama trándose en la música del verso, en sus elemen­
narrativo con la novela Expediente Artieda tos rítmicos y en la fantasía. Influido en sus ini­
(2002), Premio Xerais de Novela y traducida del cios por el parnasianismo, así como por autores
original gallego por él mismo, y que es un análi­ como Bécquer*, Zorrilla*, Núñez de Arce* o
sis de la resistencia antifranquista en los años Musset — a quien tradujo— , siempre desarrolló
cincuenta, centrado en la figura de un derrotado, su interés por la forma en brillantes adjetivacio­
cuyo tratamiento recuerda, por estilo y mirada de nes y a través de recursos coloristas y un exceso
los hechos, a Jorge Semprún*. de decoración, relacionando el ámbito poético
con los de la música y la pintura y alcanzando
REIG, Rafael (Cangas de Onís, Asturias, 1963) las lindes del Modernismo. A partir de un cierto
Narrador. Estudió Filosofía y Letras en Madrid y momento, concretam ente 1894, la mayoría de
Nueva York, donde se doctoró. Ha vivido en Co­ sus versos toman la inspiración de personajes y
lombia y ha sido profesor universitario. Autor de obras creados por otros autores. En sus versos,
novela negra que destaca por su humorismo co­ supo exaltar las emociones de la vida, sin huir
rrosivo y crítico y su capacidad para integrar de sentim ientos como la nostalgia o la am ar­
géneros en la novela policiaca, como la ciencia- gura. Deben destacarse sus poemarios: Andan­
ficción, señalaremos títulos como: Esa oscu­ tes y allegros (1877), que aún es vacilante y en
ra gente (1990), Marilyn Monroe: autobiogra­ el que, en ocasiones, im ita la copla popular,
fía apócrifa (1992), La fórm ula Omega (1998), Cromos y acuarelas (Cantos de nuestra época)
Razón de más (1999), publicada en Internet por (1878), El dedal de plata. M onólogo en verso
entregas, y Sangre a borbotones (2002). (1885), La vida inquieta (1894), La canción de
las estrellas. Poema (1895), Poemas paganos
REIGNER, Claudina -> Véase RETANA, Álvaro. (1896), Rayo de sol. Poema. Y otras com posi­
ciones (1897), El jardín de los poetas (1899) y,
REIGOSA, Carlos G. -> Véase GONZÁLEZ REI- aparecido postumamente, Robles de la selva sa­
G O SA , Carlos. grada (1906). Fue autor admirado por Juan Ra­
795 RELLÁN

món Jiménez* y Rubén Darío (véase MODER­ se vio obligado a exiliarse a México, donde fundó
NISMO). y dirigió las revistas poéticas Ars, Litoral, Ultra­
mar y Romance. Entre 1947 y 1957 dirigió el su­
REINOSA, Rodrigo de (?, h. 1450-?, h. 1520) plemento dominical del diario mexicano El Na­
Poeta. Aunque no se sabe de su vida, parece que cional, en cuyas páginas tuvo una sección fija
existen elementos para sospechar que naciera en habitualmente dedicada a temas españoles. Como
tierras de Cantabria. Como escritor, supo asimilar poeta, pertenece a la tendencia neopopularista an­
códigos del habla popular, como el lenguaje de daluza; cultivó el verso corto y temáticamente
gemianías, lo que dio a sus versos originalidad de supo ahondar en materias como el olvido, el
registros, que no alardes formales, los cuales no le sueño y la dialéctica entre realidad y mundo inte­
interesaban lo más mínimo. Por lo que se refiere a rior. Se ocupó también de cuestiones políticas,
los temas, trató, sobre todo, asuntos amorosos y fundamentalmente de las derivadas de la vivencia
satíricos de costumbres, si bien no desdeñó las del exilio, aunque con menor fortuna, ya que el
cuestiones religiosas. En algún sentido se le ha resultado resulta declamatorio. Entre sus poema­
considerado como antecedente de la poesía rufia­ rios, hay que destacar: Fidelidad del sueño
nesca. De su obra, cabe decir que se ha conser­ (1943), El Genil y los olivos (1944), El oscuro lí­
vado en pliegos sueltos impresos, y que, de ella, mite (1948), Noche adentro (1949), Cantar del
deben recordarse las Coplas de las comadres. vencido (1945), Elegía rota para un himno
(1963) y Alas de tierra (1943-1973) (1973), reco­
REiNOSO, Félix José (Sevilla, 1772-Madrid, pilados posteriormente, junto a otros, algunos de
1841) ellos inéditos, en Poesía (1943-1975) (1975) y La
Poeta. Sacerdote y uno de los fundadores, mien­ mirada del hombre (1978). De su obra en prosa,
tras estudiaba Teología en Sevilla, de la neoclá­ hay que mencionar: La esfinge mestiza. Crónica
sica Academia Particular de las Letras Humanas menor de México (1943) y El poeta y su pueblo.
(1793), fue amigo de Blanco White* y de Lista*, Homenaje a Federico García Lorca (1974).
a quienes dedicó diversas composiciones, y cola­
borador en revistas con el seudónimo de Fileno. REJAULE Y TOLEDO, Pedro Juan de -> Véase
Nombrado racionero de la catedral hispalense por TURIA, Ricardo del.
José Bonaparte, hubo de enfrentarse a serias difi­
cultades económicas con el regreso de Fernan­ REJÓN [o REXÓN] Y LUCAS, Diego Ventura
do VII, problemas que se resolvieron cuando la (Murcia, 1721-1796)
Sociedad Económica le encargó de la cátedra de Narrador y poeta. Consejero de Estado y secreta­
Humanidades, aunque no por mucho tiempo, rio de Estado de Carlos III, ingresó en la Real
pues fue destituido de la cátedra y hubo de ocu­ Academia Española en 1786. En contra de lo que
par cargos sin im portancia en la Diputación de se ha pensado, Diego Ventura Rexón y Lucas no
Cádiz. Escribió poemas pastoriles, odas sagradas fue seudónimo de Rejón de Silva*, sino que exis­
y morales y anacreónticas de estilo neoclásico. tió realmente y este fue su hijo. Célebre por la na­
Debe destacarse el libro Poesías de una Acade­ rración satírica, heredera de la picaresca*, Aventu­
mia de las Letras Humanas (1797), en el que se ras de Juan Luis. Historia divertida que puede ser
anuncian los modos prerrománticos, y sus poe­ útil (Madrid, 1781), también escribió, en octavas
mas Al Ser Supremo contra los incrédulos jocoserias, una Fábula de Céfalo y Pocris (1763).
(1796), Epístola a Silvio (1799) y, sobre todo, La Para el teatro escribió la tragedia fallida Gabriela.
inocencia perdida (1799), que, escrito en octa­
vas y, aunque vulgar, está salpicado de descrip­ REJÓN DE SILVA, Diego Antonio (Murcia,
ciones de gran belleza. Su inspiración más inme­ 1740-?)
diata está en el Paraíso perdido de Milton. En Ensayista y poeta. No se trata del seudónimo de
prosa escribió una apología de los afrancesados: Diego Ventura Rejón y Lucas*, como durante
Examen sobre los delitos de infidelidad a la p a ­ mucho tiempo se ha creído, sino de su hijo, que
tria, imputados a los españoles sometidos bajo mantuvo una relación constante con la Academia
la dominación francesa (1816), que le llevó a ser de Bellas Artes de San Femando. Poeta prosaico,
acusado de heterodoxo. Sus versos se incluyeron además del poema didáctico «La pintura» (Sego-
en el volumen LXVII (1875) de la «Biblioteca via, 1786), hay que destacar, ya en prosa, su Dic­
de Autores Españoles». cionario de las nobles artes (1786), entre otras
obras dedicadas a temas artísticos.
REJANO, Juan (Puente Genil, Córdoba, 1903-
México, D.F., 1976) RELLÁN, Miguel (Tetuán, 1943)
Poeta. Secretario de la Editorial Cénit de Madrid Dramaturgo, narrador y actor. Se trata de uno de
antes de la Guerra Civil, al final de la contienda los actores más celebrados y conocidos del pa­
RELIAN 796

norama teatral y cinematográfico español de los (1632), de Bernal Díaz del Castillo*, en la que
últimos años, ha participado en películas tan ce­ no es improbable que incluyera materiales pro­
lebradas como: Sé infiel y no mires con quién pios. Ha habido muchos críticos que han pen­
(1985), Tata mía (1986), por la que recibió el sado que es la misma persona que Antonio de
Premio Goya al Mejor Actor de Reparto, El viaje Liñán y Verdugo*, aunque no es probable que
a ninguna parte (1986), El bosque animado tengan nada que ver entre sí.
(1987), Bajarse al moro (1988), Todos a la cár­
cel (1993) o El perro del hortelano (1995), entre RENACIMIENTO
otras muchas. Comenzó a estudiar M edicina, Periodo de renovación literaria, artística y cientí­
pero pronto empezó a colaborar en el Teatro Es­ fica que abarca desde mediados del siglo xv
pañol Universitario, en grupos independientes de hasta finales del xvi y que, quizá, haya sido el
los años sesenta y, por tanto, en su conciencia momento fundamental de cambio, de revolución
crítica y provocativa. M iembro fundador del intelectual, de la historia del mundo hasta nues­
grupo Esperpento y vinculado a los integrantes tros días. Sus inicios son en Italia, y desde allí se
del Teatro Estudio Lebrijano, en sus obras usa un extiende al resto de países. Si puede hablarse de
lenguaje que conecta con un casticismo barroco unas características generales, estas son el antro-
e hiperbólico, en el cual están, así como en el ca­ pocentrismo, un deseo de liberación, la vuelta a
rácter escatológico y lascivo de sus textos, cier­ los modelos clásicos, griegos y latinos, y un flo­
tos dramaturgos de la tardía posguerra española, recimiento de todas las manifestaciones artísti­
como Nieva* o Romero Esteo*. Aparte de cier­ cas y culturales. Pero el asunto es tan complejo
tas obras de teatro de difícil localización, como que semejante caracterización para lo único que
El guerrero ciego (1967), La puerta (1968) y puede ser útil es para delimitar levemente el con­
Crónica indecente de la muerte del cantor cepto y asomarse a las cuestiones intelectuales
(1985), es autor de la novela Seguro que el mú­ que en realidad abarca. En España, el tránsito a
sico resucita (1998), que supuso su exordio na­ la nueva mentalidad renacentista coincide, más
rrativo y que está escrita en una estupenda prosa o menos, con la unificación de Aragón y Casti­
irrespetuosa, de tono feroz y carnavalesco. lla, si bien desde Juan II* se habían entrevisto
indicios de cambio, fundam entalm ente en lo
RELLÁN, Miguel Ángel -> Véase RELLÁN, M i­ que respecta a la madurez de la lengua española
guel. y a la influencia de las formas italianas en la li­
teratura y el pensam iento. M etros como el so­
REMON, fray Alonso (Vara del Rey, Cuenca, neto o el endecasílabo, además de temas petrar-
1561-Madrid, 1632) quistas, van introduciéndose en una mentalidad
Dramaturgo, prosista y orador. Fraile merceda- m edieval que en nuestras tierras perdura hasta
rio, orden en la que ingresó en 1605 y de la que casi el final del siglo xvi. Sea como fuere, lo
fue cronista en su Historia general de la Orden cierto es que, en lo que respecta a la literatura
de la Merced (1618-1633; 2 vols.), se doctoró en aristocrática, el renacimiento está presente desde
Teología en la Universidad de Alcalá de Hena­ el siglo xv, mientras que en la vertiente popu­
res. Recibió los elogios de Lope de Vega* y de lar, lo medieval se deja sentir hasta comienzos
Cervantes*. Deben recordarse obras suyas sobre del xvii. En general, no obstante, la literatura espa­
oratoria, disciplina en la que fue célebre, como ñola del periodo renacentista, al igual que en el
La espada sagrada y arte para nuevos predica­ resto de Europa, aumenta su producción y su di­
dores (1616), Gobierno humano sacado del di­ fusión, pero pierde frescura y espontaneidad, se
vino (1624) y La casa de la razón y el desengaño vuelve amanerada, pedante, y tiende al adoctri­
(1625), así como piezas teatrales tanto históricas namiento. Una serie de rasgos pueden definirla:
(El Señor don Juan de Austria en Flandes o El la complejidad ideológica, la diversificación de
sitio de Mons) y hagiográficas (San Juan Evan­ los temas, la aparición de géneros y el predomi­
gelista — 1588— o El santo sin nacer y m ártir nio de una tendencia culta, la cual se manifiesta
sin morir), como de enredo, caso de ¿De cuando en el uso de latinismos o en las manifestaciones
acá nos vino?, que escribiera en colaboración con m itológicas, como una parte de la im portancia
Lope. Fue autor, asimismo, de diversos tratados que cobra la antigüedad clásica. Se escribe en la­
morales y costumbristas, como Historia y exce­ tín y en un castellano italianizante, caso de Bos­
lencias de la imagen de Nuestra Señora de los cán* o Garcilaso de la Vega* en poesía, pero se
Remedios de la villa de Madrid y Entretenimien­ toma en serio la lengua vulgar, que adquiere con­
tos y juegos honestos (1623), por citar solo un ciencia de sí, prueba de lo cual son las numero­
par de ejemplos, de una Vida del Caballero de sas teorizaciones al respecto. Pero, literaria­
Gracia (1620) y de una edición de la H istoria mente, quizá lo más im portante sea el hecho de
verdadera de la conquista de Nueva España que la literatura, frente a lo que representa en la
797 RENGIFO

Edad Media, pasa a ser considerada como una de de la de Barcelona), se vio refrendado en Lo
las actividades esenciales del hombre. Muy im­ Gayter del Llobregat (1841), de Joaquim Rubio i
portante es, además, la literatura religiosa, tanto Ors*, al que siguió la restauración de los Jocs
en su concepción específica como tal cuanto en Floráis de Barcelona (concursos periódicos de
la variante «profana» de tema religioso, todo ello poesía). Aunque los géneros más cultivados fue­
como consecuencia de la adscripción, a media­ ron la prosa periodística, la crítica de arte y, por
dos del siglo xvi, a la Contrarreforma. Es así Narcís Oller* y Víctor Catalá*, la novela natura­
como surgen, además de poemas de honda reli­ lista, no debe olvidarse el teatro, en el que desta­
giosidad, autos* sacram entales, comedias de caron figuras como Frederic Soler* y Ángel Gui­
santos, obras en las que está presente el tema de merá*, así como la poesía de Jacint Verdaguer*,
la religión, aunque no sean religiosas, una poesía basada en la fusión de los elementos cultos y po­
que, inspirada en temas religiosos, sirve para el pulares de la lengua catalana.
esparcimiento, o reconversiones a lo divino* de
gran diversidad de composiciones profanas. Pero RENALES FERNÁNDEZ, Jorge -> Véase CAM ­
quizá uno de los elem entos fundam entales del POS, Jorge.
Renacimiento sea el Humanismo*, esa nueva
conciencia educativa y literaria en la que se basó RENDÉ, Joan (Barcelona, 1943)
la nueva orientación intelectual y la visión subsi­ Narrador en lengua catalana. Comenzó a estudiar
guiente del mundo, una revolución procedente de Periodismo, Medicina y Filosofía y Letras,
Italia que, en gran medida, la élite de nobles y pronto se sintió atraído por la literatura y co­
clérigos que conformaba nuestras letras no supo menzó a escribir en el diario Avui una columna
asumir como consecuencia de haber vivido en que firmaba como Doctor Scópius y que le su­
una tradición intelectual absolutamente diferente. pondrá la concesión del Premio Ciudad de Bar­
Además de detractores, como Alfonso de Car­ celona de Periodismo. Guionista de radio y tele­
tagena* o Rodrigo Sánchez de Arévalo*, que vie­ visión, tuvo su im portancia como escritor a
ron los peligros ideológicos asociados a las nue­ finales de los años setenta, cuando destacó como
vas propuestas temáticas, estilísticas y doctrinales, cuentista, aunque inmediatamente se dedicó al
la nómina de autores influidos, en mayor o menor periodismo y a la escritura de guiones televisi­
medida y con mayor o menor fortuna, por las nue­ vos. Está considerado, no obstante, como un es­
vas ideas humanistas inyectadas por la revolución tilista dentro del catalán, lo que ha demostrado,
renacentista es extensa, tanto que citar a autores con una literatura de fuerte compromiso ideoló­
como Enrique de Villena*, Alfonso Fernández de gico, en las novelas que ha ido publicando poste­
Madrigal*, Juan de Mena*, el marqués de Santi­ riormente en los años noventa. De sus libros de
llana*, Elio Antonio de Nebrija*, Juan Luis Vi­ relatos hay que m encionar Sumari d ’homicida
ves*, Pedro de Valencia*, Hernán Núñez de To­ (1978), Premio Víctor Catalá, y Llibre defigura-
ledo y Guzmán*, conocido como el Pinciano o cions (1982), Destacan sus novelas La cavalleria
Sánchez de las Brozas* es apenas decir nada so­ impossible (1992), El llegat del príncep de Larsa
bre el eco que alcanzó esa nueva mentalidad a la (1993), El viatger (1994) y El barber violador
que no todos nuestros compatriotas supieron (1998), con la que obtuvo el Premio de la Crítica
adaptarse, pero que representó la irrupción de la y que se concentra en los años de la dictadura
modernidad en nuestras fronteras. franquista.

RENAIXENCA RENDUELES, José Luis (G ijón, Asturias, 1972)


Movimiento catalán, desarrollado a partir de me­ Poeta. En su poesía, aun siendo un autor joven,
diados del siglo xix, que pretendía restaurar la dom ina un sentim iento de derrota que tras­
tradición cultural catalana. Este renacimiento o luce los objetos y la realidad hasta conducir a
resurgir de la literatura catalana tiene sus antece­ una nostalgia sorprendente en donde la infan­
dentes más inmediatos en los estudios de María cia se presenta como un paraíso perdido. In­
Aguiló* y Milá y Fontanals*, si bien la aparición cluido en la antología 10 menos 30 (1997), de
de la Oda a la patria (1833), de B uenaventura Luis Antonio de Villena*, es un continuador de
Carlos Aribau*, puede considerarse el origen del la poesía figurativa de los años ochenta y no­
interés por las características del arte local. Este venta. A utor de dos poem arios, M omentos
sentimiento, paralelo a una serie de circunstan­ Acotados (1996) y U ltrajes (1999), es autor,
cias políticas y culturales (como fueron el rena­ asimismo, del libro de relatos Historias de Co­
cer del sistem a representativo en España en marca (1998).
1834, la libertad de expresión, la supresión de
uno de los centros del anticatalanismo, la U ni­ RENGIFO, Juan Díaz Véase DÍAZ RENGIFO,
versidad de Cervera, o la restauración, en 1835, Juan.
RENOLT 798

RENOLT, René -» Véase MORANTE M ATEOS, La sangre por las cosas (1955), Gracia pensa­
Pedro. tiva (1969) y La vida cuando llueve (1987), y del
ensayo Gente del toro (1971), fue autor de las
REOLT, René -> Véase M ORANTE M ATEOS, novelas El cuajarán (1971; reed. 1985), que le
Pedro. dio proyección nacional al recibir el Premio Na­
dal, Pesebres de caoba (1982), galardonada con
RÉPIDE, Pedro de (Madrid, 1882-1948) el Premio Villa de Bilbao, y Agua del sur (1985),
Novelista y dramaturgo. Estudió Filosofía y Le­ con la que obtuvo el Premio Ciudad de Granada.
tras, amplió estudios en La Sorbona de París y Publicó, asimismo, el volumen de relatos La vida
dirigió la Biblioteca de Isabel II. En 1904 regresa y otros cuentos (1980), que mereció el Premio
a Madrid, comienza a colaborar en la prensa y Aljarafe de Narrativa.
participa en la fundación del diario La Libertad.
Fue, asimismo, cronista oficial de la ciudad de RESENDE, García de -» Véase G ARCÍA DE RE-
Madrid, motivo central, por cierto, de la mayor SENDE.
parte de su obra, que, en tono castizo, recreó am­
bientes, costumbres populares y anécdotas de la RETANA, Alvaro jBatangas, Filipinas, 1890-
capital de España. Este fue el motivo por el que Torrejón de A raoz, M adrid, 1970)
pronto su literatura se quedó anticuada. Con tan Novelista. Hijo de Retana y Gamboa*, personaje
solo 19 años, publicó el poemario Las canciones excéntrico, famoso dibujante, figurinista y autor
(1901). Su primera novela, La enamorada indis­ de las letras de numerosas canciones para tona­
creta o El peligro en la verdad (1905), apareció dilleras, usó mucho el seudónimo de Claudina
en la prensa. Otras novelas suyas son: Agua en Reigner. Tras la Guerra Civil pasó siete años en
cestillo (1906), Del Rastro a Maravillas (1907), prisión. Como narrador, escribió obras provoca­
Noche perdida (1908), Paquito Candil (1909), tivas e irónicas en las que, de manera refinada,
Los cohetes de la verbena (1910), La buena fam a siguiendo la estela del decadentismo finisecular
(1911), Un conspirador de ayer (1911), El puer­ y aproximándose a los modos de la novela ga­
to sereno (1913), Chamberí p o r Fuencarral lante, se ocupó, sobre todo, de personajes trans-
(1913), La venganza de la Julia (1913), La N e­ gresores, fundamentalmente de los homosexua­
gra (1915), El regalo de la madrina (1915) y les. Destacan obras suyas como Ninfas y sátiros
El m aleficio de la U (1919). Además, publicó (1918), Las «locas» de postín (1920), El príncipe
otras obras en prosa, también de carácter cos­ que quiso ser princesa (1920), El fuego de Les-
tumbrista, como El Madrid de los abuelos (1908), bos (1921), Mi novia y mi novio (1923), El in­
Costumbres y devociones madrileñas (1914), fierno de la voluptuosidad (1924), Flor del mal
La lámpara de la fa m a (1919), La villa de las (1924), Historia de una «vedette» contada por
Siete Estrellas (1923), Isabel II, reina de E s­ su perro (1954), Estrellas del cuplé (1963) e His­
paña (1932), A lfonso X II (1936) y, postum a­ toria del arte frívolo (1964). De su vida y su obra
mente, Novelas madrileñas (1951) y Las calles se ha ocupado con detalle el poeta Luis Antonio
de M adrid (1971), volumen en el que se reco­ de Villena*.
gen crónicas escritas entre 1921 y 1925. A de­
más del ya mencionado, escribió el poem ario RETANA Y GAMBOA, Wenceslao Emilio (Boa-
Estam pas grotescas, al que solo puede asig­ dilla del M onte, M ad rid , 1862-M adrid,
narse una fecha aproximada en torno a 1924 y 1924)
al que hay que añadir diversas obras teatrales Ensayista y novelista. Padre de Alvaro Retana*,
irrelevantes. no terminó sus estudios de Ingeniería. Marchó a
Filipinas, donde residió gran parte de su vida, y
REQUENA, José María de (Carmona, Sevilla, en donde fue gobernador de Batanga. A su re ­
1925-Sevilla, 1998) greso, su participación política se hizo más ac­
Poeta y novelista. Licenciado en Derecho por la tiva, llegando a convertirse en diputado en 1896
Universidad de Sevilla y en Periodismo por y a ocupar cargos públicos, como gobernador de
la Escuela Oficial de Madrid, ingresó como re­ Huesca y Teruel e inspector general de Policía de
dactor de La Gaceta del Norte de Bilbao, de Barcelona. En 1924 fue elegido miembro de la
donde se trasladó a Sevilla, en 1964, para dirigir Academia de la Historia. Fue uno de los más pe­
El Correo de Andalucía. Como narrador, perte­ netrantes y eruditos conocedores del mundo fili­
necía a la corriente del realismo* localista, muy pino, que estudió en obras de carácter histórico y
influido en los modos narrativos por Manuel An- lingüístico, tales como Apuntes para la Historia,
dújar*. En una línea temática similar, en la que Vida y escritos del doctor José Rizal, Frailes y
se aúnan localismo y emoción intimista, se en­ clérigos y El judío batanqueño. De su obra es­
cuentran sus versos. Además de los poemarios trictamente literaria debe recordarse su novela
799 REVILLA Y MORENO

La tristeza errante (1903), en la que demuestra plice de quienes la sufren y padecen cualquier
ser un profundo conocedor de las actitudes y pre­ forma de tiranía, también la del hambre. Además
ocupaciones femeninas. de la novela Todos los sueños del mundo (1999),
en la que analiza la jungla urbana de Madrid, hay
RETES, Francisco Luis de (Tarragona, 1822-Ma- que destacar las que conforman la Trilogía de
drid, 1901) Centroamérica (2000), publicadas separada­
Dramaturgo y poeta. Fue autor de dramas y co­ mente con anterioridad y cuyos títulos son Los
medias históricas en la línea del teatro romántico dioses bajo la lluvia (1986), situada en la Nica­
en boga, al igual que sus versos. La mayoría de ragua sandinista, El aroma del copal (1989), en
sus poemas aparecieron, desde 1842, en el Sema­ Guatemala, y El hombre de la guerra (1994), en
nario Pintoresco, siendo el más destacado de Honduras, así como La noche detenida (2002),
ellos el poema épico «La Hispálida» (1843). En ambientada en Sarajevo, donde el propio autor
cuanto a sus piezas teatrales, escritas en colabo­ estuvo en 1992, experiencia que había contado
ración con Pérez Echevarría*, deben recordarse en su libro-reportaje Bienvenido al infierno. A
La Beltraneja (1871), Doña M aría Coronel ellas hay que añadir sus célebres y celebrados li­
(1872), Doña Inés de Castro (1874), El frontero bros de viajes, tales como El sueño de África
de Baeza (1877) y Luchar contra la razón (1996), que obtuvo el Premio Elle, Vagabundo en
(1887), entre otras. África (1998), Corazón de Ulises. Un viaje
griego (1999), Todos los sueños del mundo
REVENGA Y ALZAMORA, Ricardo (Valencia, (1999) y Los caminos perdidos de África (2002),
primera mitad siglo XIX?-?, principios siglo xx) así como el volumen de crónicas periodísticas de
Dramaturgo y ensayista. Apenas se sabe de su viaje Billete de ida. Los mejores reportajes de un
vida, salvo que dirigía, en 1886, el periódico va­ gran viajero (2000) y una biografía: Dios, el dia­
lenciano El Album y que, en 1903, colaboraba en blo y la aventura. La historia de Pedro Páez, el
El Heraldo de Madrid. Fue autor de comedias, español que descubrió el Nilo Azul (2001), donde
entre ellas Quien al cielo escupe... y Salvadora... aborda la biografía, como libro de aventuras, del
y Salvadora, aunque destacó en el campo de los jesuíta que, en 1618, encontró las fuentes del Nilo
estudios estadísticos, primero con su traducción, en el lago Tana de Etiopía. En 2003 publicó una
en 1888, del Tratado técnico-práctico de Esta­ selección comentada de sus fotografías en los di­
dística y, después, con sus dos grandes obras: el ferentes viajes de su vida: El ojo sentimental.
folleto La muerte en Madrid, estudio demográ­
fico (Madrid, 1901) y La muerte en España. Es­ REVILLA, José de la (?, 1800-?, 1859)
tudio estadístico sobre la m ortalidad (M adrid, Ensayista. Catedrático de Literatura Española en
1904), ambos, sobre todo el segundo, ensayos el Ateneo de Madrid, supernumerario de la Real
documentadísim os y minuciosos extrem ada­ Academia Española en 1836 y académico desde
mente útiles por la amplísima información que 1839, lo fue también de la de Buenas Letras de
facilitan. Sevilla. Colaborador del Semanario Pintoresco,
en él escribió importantes artículos, como algu­
REVERTE, Javier (Madrid, 1944) nos dedicados a Cervantes* y a la literatura rabí-
Narrador. Estudió Periodismo y Filosofía. Des­ nica española. Fue un liberal a quien se ha consi­
pués de más de veinte años dedicado al perio­ derado uno más de los teóricos reformadores de
dismo, entre 1971 y 1976 fue corresponsal de la Universidad, si bien en sus obras se aprecia un
prensa en Londres y París y ha escrito numero­ hondo elitismo cultural que va en perjuicio de las
sos guiones para series dramáticas y programas clases desfavorecidas. Participó en la redacción
informativos en televisión y radio. Viajero incan­ de la Ley General de Instrucción Pública de 1857
sable y quizá el autor fundamental en España de junto a Gil y Zárate*. Además de trabajos litera­
lo que se conoce como literatura de viajes, aun­ rios como por ejemplo Juicio crítico de D. Lean­
que entendida de un modo muy peculiar en el dro Fernández de M oratín (1833), destaca su
que combina la crónica personal, emotiva y sen­ Breve reseña del estado presente de la educación
sual, con la perspectiva histórica, comprometida pública en España (Madrid, 1854).
y pasionalmente relacionada con la realidad vi­
vida por quien la cuenta. En sus textos es indis­ REVILLA Y MORENO, Manuel de la (M adrid,
pensable la cultura literaria, pues las referencias 1846-El Escorial, M adrid, 1881)
a la literatura son, en muchos casos, esenciales Ensayista y poeta. Catedrático de la Universidad
para comprender no solo el hilo conductor de su de Madrid desde 1876, escribió mucho, en diver­
viaje sino la índole de su mirada, siempre emo­ sos periódicos, sobre cuestiones literarias, polí­
cionada, im plicada, dolida en la vivencia de la ticas y filosóficas, generalmente provocando
miseria, pero no misericorde, sino herida y cóm­ agrias polémicas. Sus ideas estéticas evoluciona­
REY 800

ron del krausismo* al neokantismo, siempre REY CANO, José Luis (Puente Genil, Córdoba,
desde una orientación positivista, como puede 1973)
verse en sus Principios de literatura general Poeta. Estudió Derecho y se licenció en Filoso­
(1872). Traductor y comentarista de las obras de fía y Letras. Profesor de Lengua y Literatura y
Descartes en 1878, también publicó un volumen traductor de poesía inglesa, sus versos figuran
de poemas: Dudas y tristezas (1875). Gran parte en diferentes antologías. En ellos, de clara fac­
de sus artículos se recogieron en los volúmenes tura figurativa y con tendencia m etafísica, se
postumos Obras (1883) y Críticas (1884-1885). deja llevar por un ligero tono culturalista que,
en cierto sentido, viene de la influencia de auto­
REY, Alfonso res no realistas como Vicente Aleixandre* o Juan
Narrador. Catedrático en la Universidad de San­ Ramón Jim énez*, y deja entrever un código
tiago y uno de los máximos especialistas en la poético de clara raigambre clásica. El contenido
obra de Quevedo*, parte de cuyos textos ha edi­ de su poesía es el ‘y o ’, un cierto ensim ism a­
tado y sobre quien ha escrito múltiples ensayos, miento en el que los problemas únicos parecen
como por ejemplo el im portante Quevedo y la ser los suyos con la identidad del yo, aunque no
poesía moral española (1996). Responsable del olvida numerosas referencias a la historia con­
m onumental volumen Obra en prosa (2003), tem poránea y ciertas reflexiones sobre la poe­
primero de la más reciente y com pleta edición sía misma y el afán de belleza. Incluido en di­
de las obras de Quevedo* hasta la fecha, destaca ferentes antologías, destacan sus poem arios:
su novela Imitación compuesta (1996), obra con Un evangelio español (1997) y La luz y la p a ­
la que se dio a conocer en el panorama narrativo labra (2002).
y en la que reivindica la realidad gallega con
una historia de am or en los últim os años del REY DEL CORRAL, José Antonio (Zaragoza,
franquismo y primeros de la transición a la de­ 1939-1995)
mocracia. Poeta. Entre sus poemarios destacan: Poemas
de la incomunicación (1964), Cantos colectivos
REY DE ARTIEDA, Andrés (Valencia, 1544?- (1967), Tiempo contratiempo (1977), Cancione­
1613) ro de dos mundos (1978), Décimas de la tercera
Poeta y dramaturgo. Tras estudiar Leyes en las orilla (1984), Poemas (Selección 1964-1987)
universidades de Lérida y Tortosa, donde se doc­ (1987), Poemas del sentido (1987), Muerte ci­
toró en 1585, abandonó la abogacía por las ar­ vil (1987) y Parlapalabra (1995).
mas, llegando a convertirse en Capitán de Infan­
tería. Combatió en Lepanto, Chipre y otras REY MOLINÉ, Antonio (C ádiz, ?-Madrid, 1936)
campañas y fue miembro de la Academia de los Narrador. Representante de la bohemia literaria
Nocturnos (véase ACADEMIAS) con el apodo de madrileña y colaborador de numerosas publica­
Centinela. Poeta precoz, ya a los 14 años mere­ ciones. con cierta frecuencia empleó el seudó­
ció los elogios de Gaspar Gil Polo*, y destacó nimo Dorio de Gádex, al que hace referencia uno
como sonetista. Además de unas Octavas a la ve­ de los personajes de Luces de bohemia de Valle-
nida del rey don Felipe... (1586), encargadas por Inclán*. Deben destacarse sus novelas Tregua
la ciudad de Valencia, y de los poemas reunidos (1908), Lolita Acuña (1909), Por el camino de
en la miscelánea Discursos, epístolas y epigra­ las tonterías... (1910) y Princesa de fábula
mas de Artemidoro (Zaragoza, 1605), fue autor (1910), a las que hay que añadir el libro de rela­
de una tragedia célebre, en la cual supo ocuparse tos Cuentos al oído (1911) y el anecdotario De
del amor trágico con m irada universal, Los los malditos, de los divinos... (1914).
amantes (Valencia, 1581), basada en la leyenda
de los amantes de Teruel, en lo que se anticipa a REY NÚÑEZ, Luis -» Véase REI NÚ Ñ EZ, Luis.
otros autores que la trataron, entre ellos Hartzen-
busch*, y a la que deben sumarse otras piezas REY SOTO, Antonio (Santa Cruz de Arrabaldo,
teatrales hoy perdidas, tales como Los encantos Orense, 1879-Madrid, 1966)
de Merlín, El príncipe vicioso y Am adís de Dramaturgo, novelista y poeta. Sacerdote, en­
Gaula. Tanto en los D iscursos como en Los señó Literatura en G uatem ala y fue autor de
amantes aparecen sendas epístolas, al marqués obras teatrales en verso, en las que combinaba
de C uéllar y a Tomás de Vilanova respectiva­ los modos teatrales de Marquina* con los de los
mente, en las que expresa sus posiciones teóricas autores del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO),
respecto a la tragedia y la comedia. Sus Poesías periodo que afectó al grueso de su obra. Deben
se publicaron unificadas en los volúmenes XXV destacarse las piezas teatrales Amor que vence al
(1866) y XL11 (1867) de la «Biblioteca de Auto­ amor (1917) y Cuento del lar (1918), a las que
res Españoles». hay que añadir los poemarios Falenas (1905) y
801 RIAL

Nido de áspides (1911), así como la novela La ción pasión-odio hacia el amante, las servidum­
loba (1918). Existe una edición de sus Obras bres y placeres del amor o el enfrentamiento de
completas (1965). la mujer con el mundo. Además de la denuncia
social que subyace a su poesía, lo cierto es que
REYES, Arturo -> Véase REYES AGUILAR, A r­ se trata de una poesía ruda que se adentra en la
turo. interioridad, en la experiencia íntima de las emo­
ciones, del dolor hondo del alma, en la amargura
REYES, Matías de los (Borox, Toledo, 1581-Ma­ de las consecuencias psicológicas de ciertas ex­
drid?, d. de 1640) periencias, todo ello con un lenguaje que usa de
Dramaturgo y novelista. Poco se sabe de él, salvo ciertas imágenes que deben no poco al surrea­
que estudió Humanidades en la Universidad de lismo* y a través del verso libre.
Alcalá, estudios que no terminaría, ya que pronto
pasó a ocupar el cargo de adm inistrador de las REYES AGUILAR, Arturo (Málaga, 1864-1913)
alcabalas reales de las tierras de la Orden de N ovelista y poeta. Huérfano desde niño, se vio
Alcántara en la provincia de la Serena, en Extre­ obligado a trabajar en los más variados oficios.
madura, puesto que no abandonaría nunca. Per­ A utor de obras costumbristas de tono andaluz,
teneciente a la escuela de Tirso de Molina*, y no supo, sin embargo, huir del simple folclorismo
exento de las influencias de Lope de Vega*, fue de bailes y coplas y dotar a sus textos, tanto poé­
autor de comedias religiosas y de enredo, siem­ ticos como narrativos, de entidad literaria al ahon­
pre en la línea del aristotelism o pero m arcadas dar en el trasfondo trágico de su pueblo, a todo
por el intento de unificar, preferentemente en sus cuanto se oculta en el colorismo habitual de An­
obras narrativas, el diálogo humanista con la no­ dalucía. Además del libro de relatos Cosas de mi
vela pastoril* a fin de ahondar aún más en cues­ tierra (1893), hay que recordar sus novelas Car-
tiones de tipo filosófico. A través de su literatura tucherita (1897), El lugar de la viñuela (1898),
realizó numerosas investigaciones formales y te­ La Goletera (1900), Las de Pinto (1908), El niño
máticas, lo cual puede ser consecuencia de su ne­ de los caireles (1908), Cielo azul (1911), Sangre
cesidad, como converso, de ganarse un puesto en gitana (1911), Sangre torera (1912) y Ovo y ley
las letras de la época. Es, a pesar del injusto ol­ (1913), así como sus poemarios Intimas (1891),
vido del que ha sido víctima, uno de los repre­ Desde el surco (1896), Otoñales (1910), Béticas
sentantes más dignos de la novela cortesana en (1910), Romances andaluces (1912) y, aparecido
España. En 1629 apareció en Jaén un volumen postumamente, Del crepúsculo (1914).
en el que se recogían diversas comedias suyas,
entre ellas: Los enredos del diablo, El qué dirán REYES HUERTAS, Antonio (Campanario, Bada­
y donaires de Pedro Corchuelo, Di mentira y sa­ joz, 1887-Badajoz, 1952)
carás verdad, Dar al tiempo lo que es suyo y Re­ Poeta. Modernista (véase MODERNISMO) en sus
presentación de la vida y rapto de Elias. Tres son versos, escribió también obras narrativas de
las novelas por las que debe recordársele: El cu­ corte costumbrista (véase COSTUMBRISMO) so­
rial del Parnaso (Madrid, 1624), de carácter di­ bre Extremadura. Además del poemario Triste­
dáctico, El M eandro (Jaén, 1636), en la que se zas (1908), hay que destacar los libros en prosa:
amalgaman la novela bizantina, la picaresca y la Lo que está en el corazón (1918), La sangre de
comedia, y Para algunos (1640), escrita a imita­ la raza (1919), Los humildes senderos (1920) y
ción de Para todos, de Pérez de Montalbán* y en La ciénaga (1921).
donde se incluye El agravio agradecido, magní­
fica adaptación del Anfitrión, de Plauto. En todas REZANO IMPERIAL, Antonio (siglo xviii)
estas obras se demuestra ese afán de síntesis esti­ Comediógrafo. Nada se sabe de él, salvo que fue
lística que le m ovió a escribir. Fue autor, asi­ un defensor acérrimo del mundo del teatro y que
mismo, de un auto al Nacimiento de Cristo que estrenó sus obras, todas de carácter popular, a
permanece inédito en la Biblioteca Nacional de m ediados del siglo x v iii. Su defensa del teatro
Madrid. aparece en Desengaño de los engaños en que vi­
ven los que ven y ejecutan comedias. Tratado so­
REYES, Miriam (Orense, 1974) bre la cómica, parte principal de la representa­
Poetisa. Autora que figuraba en la antología Fe­ ción (1768).
roces (1998), es una de las escritoras destacadas
del reciente panorama poético. Con una voz a RIAL, José Antonio (San Fernando, Cádiz, 1911)
contracorriente, agresiva, violenta, dura, brutal, Dramaturgo y novelista. Su participación en las
es autora de Espejo negro (2001), libro poema en Juventudes de Izquierda Republicana le costó,
el que aborda, desde la terrible experiencia del después de la Guerra Civil, cinco años de pri­
aborto, em ociones tan complejas como la rela­ sión, tras los cuales se exilió a Venezuela. Res­
RIAZA GARNACHO

pecto a su teatro, hay que decir que, dentro de los nes, tanto vitales como intelectuales. Están den­
modos del teatro más puramente social, no desa­ tro de una línea clasicista de gran exquisitez, y se
tiende el análisis psicológico, todo ello, a me­ inicia en un postsim bolism o que, en gran m e­
nudo, a través de un crudo humor negro. Deben dida, se aparta del noucentisme (véase NOVE-
destacarse obras como: La muerte de García CENTISMO) hacia posiciones más intelectuales y
Lorca (1969), El padre (1977) y Bolívar (1982), meditativas. En ellas, además de la cercana in­
a las que hay que añadir la novela Gente de mar, fluencia de Camer*, pueden escucharse los ecos
que había publicado en 1947, antes de exiliarse. anteriores de Petrarca y, por supuesto, de los
simbolistas M allarmé y Valéry. Posteriormente,
RIAZA GARNACHO, Luis (Madrid, 1925) después de la Guerra Civil, una serie de crisis es­
Dramaturgo. Se le suele incluir en lo que se ha pirituales le llevarán a abordar una poética dife­
dado en llamar el Nuevo Teatro Español. Autor rente, influida incluso por las tankas japonesas,
extraño en cuyo teatro confluyen las técnicas es- en la que analiza dram áticamente cuestiones
perpénticas con elementos escénicos tales como como la propia guerra o la relación hombre-Dios,
el empleo de grandes muñecos articulados, todo hasta llegar finalmente a una poesía de corte na­
ello, a menudo, puesto al servicio de un fuerte rrativo a la que intentará desnudar de contenidos.
sentido crítico-social. Sus intenciones desmitifi- Fue también eminente crítico, así como autor de
cadoras a través del humor alcanzan temas como cuentos infantiles, entre los que destacan las na­
el del poder, la censura o la moral, y, en general, rraciones incluidas en Sis Joans (1928). Sus
a todas las formas y temas practicados por el tea­ obras influyeron decisivamente en autores poste­
tro contemporáneo. En una vuelta de tuerca más riores, entre ellos Espriu*.
respecto a las fórmulas experimentales del teatro De sus poemarios, deben destacarse títulos
de nuestros días, Riaza aplica el esperpento* a como: Primer llibre d ’estances (1919), Estatices.
las formas de expresión teatral de la realidad, y Llibre segon (1930), Tres suites (1939), Elegies
no directamente a la realidad misma. En ese sen­ de Bierville (1942), compleja elaboración de te­
tido, resulta un autor profundamente autocrítico mas cultos y clásicos con el motivo central del
y original. Entre sus obras, generalmente de tono exilio, en el que se observan influencias de Goethe
paródico, destacan: El caballo dentro de la mu­ y que Costafreda* tradujera al español, Del jo c i
ralla (1962), Los muñecos (1966), Las jaulas del fo c (1946), Salvatge cor (1952), colección de
(1969), Representación de «Don Juan Tenorio» bellísimos sonetos, y Esbog de tres oratoris
por el carro de las meretrices ambulantes (1957). Por lo que se refiere a su labor de crítico
(1973), El desván de los machos y el sótano de literario, reunió sus escritos en varios volúm e­
las hembras (1974), Retrato de dama con perrito nes, entre ellos: Escolis (1921), Els marges
(1976), El palacio de los monos (1978), Medea (1927), Per comprendre (1937) y ... Més els poe-
es un buen chico (1981), Epílogo (1983), Los pe­ mes (1957). De sus muchas traducciones, aparte
rros (1986) y La noche de los cerdos (1990), en­ de las ya mencionadas, deben recordarse los vo­
tre otras. Es autor, asimismo, del poemario Libro lúmenes Versions de Hólderlin (1944) y, apare­
de los anillos infernales (1981). cido postumamente, Poemes de Kavafis (1962).

RIBA, Caries (Barcelona, 1893-1959) RIBADENEYRA, Pedro de (Toledo, 1526-Ma-


Poeta, traductor y prosista en lengua catalana. drid, 1611)
Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras, Tratadista. De apellido secular Ortiz de Cisneros,
amplió estudios en Alemania y París. Profesor de adoptó Ribadeneyra por el lugar de G alicia del
la Escola de Bibliotecáries y de Griego en la que procedía su abuela materna: Riba de Neyra.
Universidad de Barcelona, su prestigio intelec­ También se le conoce por Rivadeneyra o Ribade-
tual como animador de la vida cultural catalana neira. Paje de A lejandro Farnesio en Toledo
comenzó pronto y continuó durante los años de hasta 1539, fue el mismísimo san Ignacio, a
la Segunda República. Hubo de exiliarse en 1939 quien conoció en Roma, el que le convenció para
hasta 1942, año en que regresó y en el que co­ ingresar en la Compañía de Jesús, teniéndole
menzó a trabajar como editor y traductor de clá­ siempre por uno de sus preferidos, lo que le llevó
sicos grecolatinos para la Fundació Bernat a encargarle importantes misiones. Ribadeneyra
Metge; entre otros tradujo a Virgilio, Homero — en fue el responsable del establecim iento de la
1911, ya había publicado una traducción de las Compañía en Bélgica. Antes había estudiado Hu­
Bucólicas del primero y, en 1919, de la Odisea manidades en Padua, fue profesor de Retórica en
del segundo— , Plutarco, Jenofonte, Esquilo, Palermo y, entre 1552 y 1556, en el Colegio Ro­
Sófocles y Eurípides, de cuyas obras produjo mano. Su regreso a España se produce, como
ediciones magistrales. En cuanto a sus versos, consecuencia de la precariedad de su salud, en
puede decirse que suponen una suma de pasio­ 1574, fecha en la que se instala en Toledo hasta
803 RIBERA Y TARRAGO

1583, cuando definitivamente se traslada a M a­ cuencia de una sátira contra el conde-duque de


drid. Escribió gran parte de su obra en latín, aun­ Olivares. Participó en todas las justas poéticas de
que muchas de ellas las tradujo él mismo al cas­ la Corte. Su vida turbulenta le llevó a padecer
tellano, siempre con criterio documental y una sífilis durante veinte meses, aunque su
riguroso, aunque sin evitar espléndidos contras­ muerte se la produciría una herida desafortunada
tes entre realismo y un espíritu poético cargado causada por confusión de su asesino. Imitador de
de melancolía. Góngora* y de Paravicino*, fue poeta prosaico
Fue eminente biógrafo, historiador de la Iglesia en los temas serios y ameno en los versos burles­
y escritor ascético. De tal suerte, sus obras sue­ cos, donde se mostraba finamente irónico. Aun­
len dividirse en tres grupos: las histórico-apolo- que se le han atribuido dos comedias, Origen de
géticas, entre las que hay que citar la Vida de san los Machucas y El blasón de los Machucas, de
Ignacio de Loyola, redactada prim eramente en entre sus obras destacan una Fábula de Europa,
latín en 1572 y, posteriormente, en 1583, en cas­ poema alegórico de tendencia claramente culte­
tellano, y a la que hay que añadir sendas biogra­ rana, y varios Vejámenes en los que se burla de
fías de san Francisco de Borja y del padre Diego algunos escritores del momento. Fueron sus ami­
Laynez que se publicaron sueltas en M adrid en gos quienes, al mando de José Pellicer de Os-
1594, el Tratado del modo de gobierno de san sau*, en 1634, editaron sus Obras, edición a la
Ignacio (Madrid, 1578) y Flos sanctorum (1599- que seguirían otra en el mismo año y tres más a
1601; 2 vols.), o Libro de las vidas de los santos. lo largo del siglo. Parece que suya es, además,
La biografía de san Ignacio es de extraordinaria una sátira dirigida al duque de Lerma titulada El
importancia, ya que aporta datos que, debido a búho, así como un Cuaderno de versos de Anas­
su proximidad personal con el personaje, resul­ tasio Pantaleón.
tan de una utilidad histórica inexcusable. A un
segundo grupo de obras, las ascético-m orales, RIBERA, Suero de (siglo xv)
pertenecerían Tratado de la tribulación (Madrid, Poeta. Perteneció a la Corte de Juan II*, y, des­
1589), la más importante y triste, en la que acon­ pués, estuvo en la del rey Ferrante en Italia. Par­
seja frente a la adversidad, y Tratado de la reli­ ticipó en polémicas con Pérez de Guzmán* o
gión y virtudes que debe tener el príncipe cris­ Juan de Valladolid*, entre otros. Sus poemas, tí­
tiano para gobernar y conservar sus Estados. picos de la poesía cortesana de herencia proven-
Contra lo que Nicolás Machiavelo y los políticos zal, están incluidos en el Cancionero de Palacio
deste tiempo enseñan (Madrid, 1595), en el que (véase CANCIONERO). Deben destacarse sus Re­
se revela, además, como teórico político. Por fin, glas a los galanes, una suerte de manual del cor­
en un tercer bloque de obras de carácter miscelá­ tesano, y Misa de Amor, que pertenece a la tradi­
neo, deben incluirse títulos como Historia ecle­ ción de las parodias de los textos sagrados.
siástica del cisma del reino de Inglaterra (M a­
drid, 1588), en la que, aunque se apoya en otros RIBERO Y LARREA, Bernardo Alonso (siglo xvm)
autores que habían analizado el tema y no elude Novelista. Unicamente se sabe de él que fue el
el tono doctrinal, añade ricas aportaciones perso­ autor de la novela a la que se conoce como Qui­
nales tomadas de su experiencia en la Inglaterra jo te de la Cantabria, que apareció entre 1792 y
de M aría Tudor, M anual de oraciones (Madrid, 1800. Influida inicialmente por la obra de Cer­
1607) e Illustrium Scriptorum religionis Societa- vantes*, se trata de un elogio de la sociedad bri­
tis Iesu Cathalogus (Amberes, 1608), que es la tánica, justificado en el viaje que lleva al prota­
primera gran bibliografía de los jesuítas. gonista a Inglaterra. Hay crítica social contra los
modos de algunos nobles. El autor dice que la
RIBEIRA DE SAHAGÚN, fray Bernardino de -> term inación de la obra fue pedida por el rey, a
Véase SAH AG ÚN , fray Bernardino de. quien encantó.

RIBERA, Anastasio Pantaleón de (M adrid, RIBERA Y TARRAGO, Julián (Carcagente, Va­


1600-1629) lencia, 1858-Madríd, 1934)
Poeta. Perteneciente, tal como él mismo confe­ Ensayista. Fue catedrático de Árabe en las uni­
saba, a la escuela gongorina, formó parte de Aca­ versidades de Zaragoza y Madrid, director de va­
demias literarias, estudió Leyes en las universi­ rias publicaciones especializadas sobre la mate­
dades de Alcalá y Salamanca y luchó en Flandes, ria y uno de los iniciadores de la historia de la
donde se distinguió en la toma de Ostende. Pa­ cultura islámica en nuestro país. Fue colabora­
rece que fue hombre ingenioso, querido por al­ dor fundamental de Francisco Codera* en su
gunos nobles, sobre todo por el duque de Medina «B iblioteca A rábigo-H ispana» (1882-1895;
Sidonia, e, incluso, por el propio Felipe IV, al 10 vols.). Miembro de la Real Academia Espa­
menos hasta que cayó en desgracia como conse­ ñola, muchos fueron los temas que abordó en sus
estudios, desde las instituciones docentes y ju rí­ charro* o Carlos Edmundo de Ory*, entre otros.
dicas hasta las peculiaridades del dialecto romá­ Fundó él mismo varias revistas en Barcelona y
nico hablado ya por los mozárabes españoles, fe­ Cuenca, y continuó colaborando en otras m u­
nómeno que él se encargó de descubrir, o desde chas. Director de la colección poética «El toro de
la lírica arabigoandaluza hasta cuestiones de musi­ barro», gracias a su tesón descubrió a no pocos
cología hispanoárabe como fuente de la música poetas. Fue autor de poemarios como El mar
concebida por los trovadores. Deben destacarse (1959), La casa (1960), Los duendes (1965),
obras suyas fundamentales como: La enseñanza 20 poemas experimentales (1972), Poemas junto
entre los musulmanes españoles (1893), Bibliófi­ a un pueblo (1977) y Poemas de am ar y p asar
los y bibliotecas de la España musulmana (1981), entre otros. Asimismo, publicó numero­
(1896), Orígenes de la Justicia de Aragón sos libros de relatos, entre ellos Los cuentos de
(1897), La épica entre los musulmanes españo­ Contrebia (1978), El hallazgo de Simuel (1980)
les (1915), Música de las Cantigas (1922) y D i­ y Columnario de Cuenca (1987), por el que reci­
sertaciones y opúsculos (1928). Asimismo, editó bió el Premio G aviota de Oro, además de las
la Historia de los jueces de Córdoba, de Aljo- obras teatrales La solución del hombre (1967) y
xani, y el Cancionero (1912), de Ibn Quzman*, y la tragedia La razón de Antígona (1980). Como
tradujo la importante obra de Qutiyya*, dramaturgo, en 1949 realizó una versión de
Hamlet, así como, en años posteriores, diversas
RIBÓ, Ignacio (Barcelona, 1971) versiones de clásicos griegos y españoles.
Narrador en lenguas catalana y española. Desta­
can sus novelas També somien els búfals y, ya en RICO, Eugenia (Oviedo, 1972)
castellano, La ley de la gravedad (2002), una crí­ Narradora. Estudió Derecho y Relaciones Inter­
tica social de la vida contemporánea y de una co­ nacionales en Oviedo, Toulouse y Bruselas, an­
tidianidad basada en el dinero. tes de instalarse en Madrid. Aparte de colaborar
en diferentes publicaciones, trabaja en una em­
RIBOT I FONTSERÉ, Antonio (Vich, Barcelona, presa que se ocupa de la regeneración de las co­
1813-Madrid, 1871) marcas mineras. Autora cuyo estilo recurre a la
Poeta y dramaturgo. Colaborador de numerosas frase breve, rica y contundente, con mucho de li­
publicaciones, entre ellas el Diario de Barcelona rismo, y que crea una narrativa que se inserta en
y El Espectador, formó parte del grupo de libera­ la mejor tradición literaria clásica, que arranca
les reunidos en torno a El propagador de la li­ de Fernando de Rojas* y que se concentra en
bertad. Sus ideas políticas le llevaron a la cárcel asuntos como la muerte, el dolor, la soledad y la
y a ser deportado en varias ocasiones. Diputado, ausencia. Aparte de su prim era novela, Los
en 1845 se estableció en Madrid. Destacó con amantes tristes, consiguió los elogios de la crí­
versos en los que, pese a los ecos románticos, el tica con La muerte blanca (2002), galardonada
tono es neoclásico y los temas prioritariamente con el Premio Azorín.
políticos. Deben recordarse sus poemarios: Poe­
sías (1833), Mis flores (1837), M i navegación RICO, Francisco (Barcelona, 1942)
(1839), Poesías patrióticas (1841), Poesías es­ Crítico y ensayista. Profesor de la Universidad
cogidas (1846) y el poema narrativo Solimán y Autónoma de Barcelona, lo ha sido también en
Zaida (1849). Fue autor, asimismo, y además de Estados Unidos, y es frecuente colaborador en
una poética romántica, Emancipación literaria las más prestigiosas revistas especializadas.
(1837), de los dramas Cristóbal Colón (1837) y Considerado uno de los más importantes estudio­
El puñal (1840), de las comedias Quiero ha­ sos de nuestra literatura, Francisco Rico Manri­
cerme bullanguero (1841) y Un cuarto con dos que es miembro de la Real Academia Española y
alcobas (1848) y de la novela histórica Don Juan autor de numerosas ediciones de clásicos espa­
I de Castilla (1852). ñoles a las que hay que añadir una prolífica pro­
ducción crítica en la que ha abordado con minu­
RICA, Carlos de la (Pravia, Asturias, 1930- ciosidad temas que van desde la picaresca* hasta
Cuenca, 1997) la literatura española medieval y la del Siglo de
Poeta, dramaturgo y narrador. Ordenado presbí­ Oro (véase EDAD DE ORO) o el Humanismo*,
tero en Cuenca en 1956, estuvo vinculado al siempre con profunda y fluida erudición, aunque
grupo de poetas vanguardistas muchos de ellos de manera ágil y amena, como una constante in­
pertenecientes al postismo*, que se formó en vitación a la reflexión y al estudio de los lecto­
torno a la revista madrileña El Pájaro de Paja, res. Además de ser el director de la monumental
en cuya nómina destacan firmas como las de Ga- y original Historia y crítica de la literatura es­
bino Alejandro Carriedo*, Ángel Crespo*, Fede­ pañola (1980-1984; 8 vols.), deben destacarse,
rico M uelas*, Gabriel Celaya*, Eduardo Chi­ de entre su variada y amplia producción, títulos
805 RIDAO

como: La novela picaresca y el punto de vista, RICO-GODOY, Carmen (París, 1939-Madrid,


fundamental ensayo sobre el asunto que, apare­ 2001)
cido en 1970, se reeditaría, ampliado, en 2000, Narradora y periodista. Nacida en Francia como
Las letras latinas del siglo XII en Galicia, El pe­ consecuencia del exilio de su madre, la también
queño mundo del hombre — Varia fortuna de una periodista Josefina Carabias, regresó a España en
idea en las letras españolas (1970), El sueño del 1944 y pasó gran parte de su infancia en Arenas
humanismo. De Petrarca a Erasmo (1993; reeds., de San Pedro, Ávila, pueblo que marcaría gran
1997 y 2002 en edición corregida y aumentada) parte de su escritura. Áños después, acompaña a
' y Figuras con paisaje (1995), por citar solo al­ su familia a Estados Unidos y allí, en la Univer­
gunos ejemplos. A todo ello hay que añadir una sidad de Georgetown, en Washington, se licenció
monumental recopilación de relatos universales en 1958 en Ciencias Políticas. Al año siguiente,
titulada Todos los cuentos (2002; 2 vols.) y la en París, realizó un máster en Relaciones Inter­
reunión de artículos de Estudios de literatura y nacionales. En 1967 se trasladó, de recién casada
otras cosas (2002). en París, a Argentina, donde viviría hasta 1971 y
donde desem peñaría los más variados oficios,
RICO, Manuel (M adrid, 1952) como enfermera, traductora, secretaria o técnica
Narrador, poeta y crítico. Licenciado en Cien­ encefalografista, entre otros. Ya en su etapa ar­
cias de la Inform ación, ha sido diputado de la gentina había colaborado en algunas revistas,
Asamblea de Madrid, director de diversos cen­ pero es en Madrid, tras vencer no pocas reticen­
tros culturales y colaborador asiduo en diversas cias, cuando ingresa en la recién aparecida
publicaciones con artículos de temas políticos, Cambio 16, lo que la fue convirtiendo en una de
literarios y culturales. En su obra, tanto narra­ las periodistas más apreciadas del panorama
tiva como poética, aunque sobre todo en aque­ español. Posteriorm ente, su firm a se vería en
lla, maneja con soltura los hilos de la descrip­ Diario 16, Marie Claire o Historia 16. Entre los
ción, sin caer en ningún exceso lírico y creando galardones que le mereció su actividad periodís­
una muy personal construcción estilística, ocu­ tica, destaca la concesión, en 1996, del Premio
pándose, sobre todo, de los laberintos de la de Periodismo Francisco Cerecedo. Se trata de
conducta individual a través de la memoria, o al una autora irónica, con una fina visión crítica
menos con más interés por ella que por la expe­ de los modos sociales, atenta a lo cotidiano y
riencia misma. Además de poemarios como, en­ muy concentrada en la denuncia, a través de un
tre otros: Poco im porta romper con las alon­ humorismo a veces ácido, de la situación de las
dras (1980), E l vuelo liberado (1986) y La m ujeres, del culto al cuerpo, de las relaciones
densidad de los espejos (1997), galardonado de pareja, sus vicios y tópicos, la familia, los ri­
con el Prem io Juan Ramón Jim énez, hay que tos nacionales, el mundo laboral..., todo caía
destacar sus obras narrativas E stilográficas bajo su prism a sardónico y era cortado por su
(1987), M ar de octubre (1989), Filos de la no­ afilado bisturí, que diseccionó la sociedad y los
che (1990), La mujer muerta (2000) y Los días entramados personales para dar con los dramas
de Eisenhow er (2002), novela con la que ob ­ cotidianos de la existencia. D estacan, además
tuvo el Premio A ndalucía de Novela, así como del libro de relatos La costilla asada de Adán
el ensayo M emoria, deseo y compasión. Una (1996), cuyos textos fueron adaptados para el
aproxim ación a la poesía de M anuel Vázquez teatro en 2000, las novelas Cómo ser mujer y
M ontalbán (2001). no m orir en el intento (1990), Cómo ser infeliz
y disfrutarlo (1991), ambas llevadas al cine con
RICO Y AMAT, Juan (Elda, Alicante, 1821-Ma- guiones suyos y enorme éxito de taquilla, Cuer­
drid, 1870) nos de m ujer (1992), que tam bién contó con
Poeta, dramaturgo y ensayista. Abogado de pro­ versión cinem atográfica, Cortados, solos y
fesión y colaborador de numerosas publicacio­ con (mala) leche (1999), Fin de fie sta (2001)
nes, sobre todo satíricas de ideología conserva­ y los artículos de La neurona iconoclasta (2000),
dora, se inició como poeta con Poesías (1842), que había ido escribiendo en las mencionadas
que contó con un prólogo de Hartzenbusch*. Cambio 16 y Marie Claire desde los años se­
Prosista de modos costum bristas, deben desta­ tenta, y los de corte político de Bajo elfic u s de
carse sus Cuadros de costumbres (1844) y traba­ La Moncloa. Los señores presidentes v otras
jos ensayísticos como el Diccionario de los polí­ hierbas (2002).
ticos o verdadero sentido de las voces y fra ses
más usuales entre los mismos (1855; reed. 1976), RIDAO, José María (Madrid, 1961)
su obra más conocida, Historia política y parla­ Narrador. Licenciado en Filología Árabe y en
mentaria de España (1860) y El libro de los se­ Derecho, ingresó en la Carrera D iplomática en
nadores y diputados (1862). 1987, lo que le ha llevado a países como Angola,
RIDRUEJO

Rusia o Francia. Se trata de un autor en quien la ledad del tiempo (1947), Elegías (1948), En once
memoria se constituye como eje literario en años (1935-1945) (1950), volumen a modo de
tomo al cual se reflexiona sobre el dolor, lo que poesías completas por el que recibió el Premio
da lugar a un ejercicio nostálgico desgarrado. La Nacional de Literatura, Los prim eros días
infancia, la adolescencia, el paso a la juventud y (1959), Hasta la fecha (1961), nueva intentona
la propia madurez como futuro son observadas de poesías completas, la antología 122 poem as
con la tristeza infeliz de los deseos incumplidos, (1962), Cuaderno catalán (1965), Casi en pro­
como el resultado, en fin, de un fracaso. Debutó sa (1972), Cuadernillo de Lisboa (1974) y En
en la narrativa con la novela Agosto en el Pa­ breve (1975). De sus obras en prosa, en las que
raíso (1998), en la que con el trasfondo de la supo mostrar una lúcida visión de los aconteci­
Guerra Civil, reflexiona con melancólica mirada mientos socio-culturales de su época, destacan:
sobre el fracaso individual y la derrota moral y Tiempo de reencarnar (1958), La Europa que se
humana de quienes perdieron la guerra. Su estilo proyecta (1958), Dentro del tiempo (1960), En
juega con las estructuras y la superposición de algunas ocasiones (1960), Escrito en España
tiempos, creando una narración compleja, ajena (1962 y 1964), Cataluña (1968), Guía de Casti­
a las facilidades que imponen los escaparates li­ lla la Vieja (1968; 2 vols.) y, aparecida postuma­
terarios. Posteriormente, publicó el libro de rela­ mente, Casi unas memorias (1976). En 1944,
tos Excusas para el doctor Huarte (19Í39), en el además, había escrito teatro, y sacó a la luz la
cual se confirmaban sus intereses y modos narra­ pieza Don Juan; el pacto con la vida, y fue autor
tivos, al que siguió una nueva novela: El mundo de una edición muy personal, anotada y prolo­
a media voz (2001). Hay que mencionar, asi­ gada, de la Crónica de Ayala: Las muertes del rey
mismo, el ensayo Contra la historia (2000) y la Don Pedro (1972).
recopilación de artículos, complementarios de
aquel, La desilusión permanente (2000). RIECHMANN, Jorge (Madrid, 1962)
Poeta y ensayista. Licenciado en Ciencias Mate­
RIDRUEJO, Dionisio (Burgo de Osma, Soria, máticas por la Universidad Complutense de M a­
1912-Madrid, 1975) drid en 1986, cursó estudios de Filosofía en la
Poeta. Licenciado en Derecho, falangista en su UNED y Literatura Alemana en la Universidad
juventud, Director General de Propaganda con de Humboldt en Berlín, doctorándose en Cien­
las tropas nacionales durante la Guerra Civil, vo­ cias Políticas por la U niversidad Autónoma de
luntario de la División Azul y fundador, con Laín Barcelona en 1993. Profesor de Filosofía Moral
Entralgo*, de la importante revista Escorial. En en la Universidad de Barcelona desde 1995, vi­
1942 renunció a sus cargos y, ya en 1951, co­ vió en Berlín y en París, y dirigió el área de M e­
menzó a oponerse duramente al régimen de dio Ambiente de la Fundación Primero de Mayo.
Franco, lo que le llevó a exiliarse en Francia. En En la actualidad es investigador sobre cuestiones
Roma fue corresponsal y profesor del' Instituto medioambientales en el Instituto Sindical de Tra­
Español de Lengua y Literatura. Profesor de Li­ bajo, Ambiente y Salud del sindicato CCOO, en
teratura Española en diferentes universidades cuyo Departamento Confederal de Medio A m ­
norteamericanas, su figura es indispensable en el biente es responsable de biotecnologías y ali­
mundo intelectual de la posguerra. Incluido poé­ mentación. Esta labor profesional le ha llevado a
ticamente en la conocida como Generación del publicar numerosos artículos y ensayos en diver­
36*, su poesía representa un cierto retomo al cla­ sas publicaciones. Considerado uno de los poe­
sicismo, aunque temáticamente, tanto como en tas más relevantes de los últimos años, fue direc­
lo formal, donde se muestra muy sobrio, sus poe­ tor, con José M aría Parreño*, de la colección
mas resultan audaces, en gran medida renovado­ poética «Hoja por ojo» de la editorial Germanía.
res. Puede decirse que, al igual que en política Como poeta, y aunque procedente de una poesía
evolucionó, así lo hizo en poesía, pasando del de talante metafísico, es autor de versos en los
formalismo garcilasista a una poesía de corte que existe una profunda conciencia cívica y so­
existencial. Se ocupó de asuntos como el amor, cial, pero de los que no están exentos asuntos de
el paisaje, la religión, la amistad, la política, la profundo intimismo como el amor o la amistad.
muerte, etc. Maestro del soneto, metro en el que Su poesía más reciente ha ido por esos derrote­
se aprecian las influencias del aludido Garcilaso ros de la denuncia, una poesía política y de ideas
de la Vega*, empleó también el verso libre. De­ llevada a cabo con prosaísmo, a veces con seque­
ben destacarse sus poemarios: Plural (1935), vo­ dad, pero siempre con rigor y no como en la ya
lumen en el que recoge poemas escritos entre antigua poesía social*, sino con mentalidad glo-
1929 y 1934, Primer libro de amor (1939), Poe­ balizadora, pues lo que hoy es necesario denun­
sía en armas (1940), Fábula de la doncella y el ciar no pertenece solo a España, sino a todo el
río (1943), Sonetos a la piedra (1943), En la so­ planeta, y ello con una clarísima conciencia mo­
807 RIERA

ral y actitud política, aunque sin renunciar a un sobre la necesidad, vista desde perspectivas políti­
sentido del hum or a menudo difícil y siempre cas, éticas, culturales, sociológicas y psicoanalíti-
irónico, entendido como un recurso estético. In­ cas. Como traductor del francés y del alemán, hay
fluido, según han señalado ciertos críticos rele­ que recordar sus traducciones de diferentes obras
vantes, por Rimbaud, Pavese y Brecht, la cru­ de René Char, Henri Michaux, Christoph Hein,
deza de su lírica tiene mucho de juego formal, de Heiner Müller, Erich Fried o Heinrich von Kleist.
pretensión aforística; explora siempre todas las
posibilidades, semánticas y fonéticas del idioma RIEGO Y NÚÑEZ, Eugenio Antonio del (?,
y emplea registros léxicos que recurren a la pu­ 1748-Oviedo, 1816)
blicidad, los graffiti, la terminología política..., Poeta. Padre del célebre general Riego, fue
siempre a contracorriente y hasta ahora solo en miembro de la Sociedad Económica de Asturias
su intento, ajeno a cualesquiera lirismos o ador­ y poeta menor de quien se recuerda su poema
nos retóricos. Destacan en su producción los Los pastores de Narcea (1784).
poemarios: Figuración de ti (1979), Borradores
para una fidelidad (1984), Diálogo de la herida RIERA, Carme (Palma de M allorca, 1949)
(1985), Cántico de la erosión (1987), Cuaderno N ovelista en lenguas catalana y española. Doc­
de Berlín (1989), M aterial móvil (precedido de tora en Filología Hispánica es profesora de uni­
‘27 maneras de responder a un golpe’ (1993), El versidad y colaboradora en diarios y revistas tan
corte bajo la p iel (1994), Baila con un extran­ prestigiosos como La Vanguardia, El País, ínsula
jero (1994), Donde es posible la vida (1995), la o Revista de Occidente, entre otros. Posee un
antología Am ante sin regreso (poesía amorosa lenguaje de extraordinaria riqueza y colorido, así
1981-1994) (1995), La lengua de la muerte como una variedad de registros que, unida a la
(1997), El día que dejé de leer EL PAÍS (1997), exhaustiva documentación de la mayoría de sus
galardonado con el Premio Jaén y en el que, textos, que beben de fuentes históricas, la con­
arriesgando con la forma, a veces incluye extrac­ vierte en una de las mejores escritoras actuales,
tos de textos de ese periódico, Muro con inscrip­ capaz de combinar con extraordinaria soltura re­
ciones (2000), Trabajo temporal (2000), La es­ ferentes cultos y populares, sobre todo en el uso
tación vacía (2000), Desandar lo andado (2001), del lenguaje coloquial mallorquín. Además de
Poema de uno que pasa (2002) y Un zumbido los volúmenes de cuentos Te deix, amor, la mar
cercano (2003). Entre sus ensayos sobre cuestio­ como a penyora (1975), que fue Premio Recull-
nes poéticas y estéticas hay que mencionar: Ex­ Francesc Puig i Llensa, Jo pos per testimoni les
ploración del archipiélago. Un acercamiento a gavines (1977), Gairebé un conte o la vida de
René Citar (1986). Poesía practicable (1990), Ramón Llull (1980), Epitelis tendríssims (1981),
Canciones allende lo humano (1998) y Resisten­ La molt exemplar historia del gos mágic i de la
cia de materiales (2003), si bien hay que desta­ seva cua (1988) y Contra l ’am or en compa-
car otros de índole diferente, como por ejemplo: nyia i altres relats (1991), es autora de novelas
¿Problemas con los frenos de emergencia? M o­ como: Una primavera per a Doménico Guarini
vimientos ecologistas y partidos verdes en A le­ (1980), con la que obtuvo el Premio Prudenci
mania, Holanda y Francia (1991), Los verdes Bertrana, Epitelis tendrissimis (1981), Questió
alemanes: historia y análisis de un experimento d ’am or propi (1987), Joc de miralls (1988),
ecopacifista afín a les del siglo XX (1994), Redes Premio Ramón Llull, la novela histórica Dins el
que dan libertad. Introducción a los nuevos mo­ darrer blau (1993) — En el último azul (1994),
vimientos sociales (1994), en el que analiza el con la que obtuvo Premios como el Josep Pía,
papel pujante y com plejo de grupos como los Joan Crexells, Lletra d ’Or, el N acional de Li­
ecologistas, los pacifistas o las feministas y que teratura y el Elio Vittorini del Departam ento
está escrito en colaboración con Francisco Fer­ de Turismo de Siracusa, y Cap al cel obert
nández Buey, al igual que Ni tribunos. Ideas y (2000) — Por el cielo y más allá (2001), con la
m ateriales para un program a ecosocialista que cerró el díptico dedicado a los judíos ma­
(1997), en el cual se ocupan de la sociedad con­ llorquines y que mereció el Premio de la Crítica
tem poránea y de sus m ales políticos y econó­ Serra d ’Or. Es autora, además de una edición de
micos, y, ya de autoría solo suya: Un mundo la Poesía completa (1998) de Carlos Barral*, de
vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tec- los ensayos Els cementiris de Barcelona (1980),
nociencia (2000) y Todo tiene un límite: ecolo­ La obra poética de José Agustín Goytisolo
gía y transform ación social (2001). Es, asi­ (1987), La escuela de Barcelona (1988), galar­
mismo, coordinador del volumen Necesitar, donado con el Premio Anagrama, La obra p oé­
desear, vivir. Sobre necesidades, desarrollo hu­ tica de Carlos Barral (1990), Hay veneno y
mano, crecimiento económico y sustentabilidad ja zm ín en su tinta: aproxim ación a la poesía
(1998), que reúne ensayos de diferentes autores de J. A. Goytisolo (1991), Llam aradas de luz
RIERA

(1991) y Escenarios para la felicidad: estam ­ obtuvo el Premio Herralde, y Una cerveza en
pas de Mallorca ( 1994), todos ellos escritos ori­ Kenia (1995).
ginariam ente en español, y a los que hay que
añadir sus dietarios: Temps d ’una espera (1998) RIERA LLORCA, Vicen? (Barcelona, 1903-Pi-
— Tiempo de Espera (1998). En el año 2000 la neda de Mar, Barcelona, 1991)
Generalitat de Catalunya le concedió la Creu de Novelista y ensayista en lenguas catalana y espa­
Sant Jordi. ñola. Estudió Comercio en Barcelona, después
de haber pasado la infancia en Formentera y en
RIERA, Miquel Ángel (Manacor, Mallorca, 1930) un pueblecito de Tarragona. Destacado perio­
Novelista y poeta en lengua catalana. Licenciado dista, fue redactor de diversos diarios barcelone­
en Derecho por la Universidad de Barcelona. ses, entre ellos L ’Opinió, y, en 1939, se exilió
Como narrador, su obra se enmarca en la narra­ primero en Francia, después en la República Do­
tiva de carácter psicológico, donde, como en su minicana y, por fin, en 1942, en México. Allí,
poesía, busca la belleza en términos absolutos y ejerció el periodismo, dirigió durante doce años
ve al hombre como centro del mundo. Sus preo­ la revista Pont Blau y se dedicó a realizar traduc­
cupaciones narrativas giran en torno a los pro­ ciones para algunas editoriales. Marcado por las
blemas de la convivencia humana, sobre todo a circunstancias de la guerra y el exilio, como es­
las peculiaridades de las relaciones ante situacio­ critor se le considera una de las figuras im por­
nes extremas. Poéticamente influido en sus ini­ tantes del realismo* histórico en el exilio, algo
cios por el espíritu poético de la Generación del que se aprecia en el contenido de sus novelas,
27*, en especial por la carencia de rima y la mez­ muchas de ellas centradas en el periodo concreto
cla de elementos surrealistas y lenguaje barroco, que va de 1931 a 1962, y en la obsesión por la
paulatinamente fue buscando un lenguaje más di­ exactitud de los datos. Influida por las técnicas
recto, sobrio y de imágenes realistas y sencillas. narrativas norteamericanas de entreguerras, tales
Es así como se adentra en una poesía de marcado como el fragmentarismo, objetivismo y simulta­
carácter social, definida por una mirada crítica de neidad de acciones, sobre todo de autores como
tonos satíricos. Deben destacarse, en su amplia John Dos Passos y Ernest Hemingway, se trata
producción, novelas como Fusta i martiri de sant de una literatura, la suya, testimonial, crítica y en
Andreu (1973), Morir quam cal (1974), galardo­ gran medida de intención pedagógica, en la que
nada con los Premios Sant Jordi y Crítica Serra prima la intención de recuperar la memoria his­
D ’Or, Léndemá de mai (1978), con la que obtuvo tórica. De su producción, hay que destacar las
el Premio Nacional de Crítica Narrativa Catalana, novelas: Tots tres surten per l ’Ozama (1946;
Panorama amb dona (1983), que recibió el Pre­ reeds., 1967. 1980 y 1996), en la que se ocupa de
mio Crítica Serra D ’Or, Els déus inaccessibles la experiencia de los catalanes en el exilio, Roda
( 1987), traducido al español — Los dioses inacce­ de malcontentes (1967), con la que quedó fina­
sibles— por Antón Castro* en 1994, e Illa Flau- lista del Premio Sant Jordi, Amb permís de l ’en-
bert (1990). De sus poemarios, hay que recordar terramorts (1970), con la que obtuvo el Premio
Poemes de Nai (1965), Biografía (1969-1970) Prudenci Bertrana el mismo año y el de la Crí­
(1974), La bellesa de l ’home (1979), al que se tica Serra d ’Or en 1971, Joc de xocs (1970;
concedió el Premio Joan Alcover, Llibre de bena- ed. española, 1970), Fes memoria, Bel (1972), ga­
venturances (1980), Tots els poemes (1975-1981) lardonadas ambas con el Premio Sant Jordi, Canvi
(1985), El pis de la badia (1992) y Crónica las­ de via (1976), Plou sobre mullat (1979), Torna,
civa d ’una decadencia (1995). Ramón (1984), Tira cap on puguis (1985), Tor­
nar o no tornar (1987) y Estiu a Pineda (1991),
RIERA DE LEYVA, José María (Alm ería, 1934) entre otras muchas. Deben mencionarse, tam ­
Novelista. Estudió Arquitectura y Periodismo en bién, los libros de cuentos Giovanna i altres con­
Barcelona y se ha dedicado con gran ahínco a la tes (1956) y, aparecido postumamente, Georgette
publicidad. Relacionado por la crítica, en lo que i altres contes (1995), sus ensayos Catalunya en
respecta a sus modos narrativos, con el rea­ la Corona d ’Aragó (1955), Premio Jaume Serra
lismo* norteamericano de influencia cinem a­ Hunter, Non obstináis (1971) y, también pos­
tográfica, es un escritor objetivista, sobrio de tumo, Els exiliáis catalans a M éxic (1994) y las
estilo, a veces incluso lacónico, interesado en memorias tituladas El metí pas peí temps (1979).
la relación que mantienen los individuos con la Autor, asimismo, de una obra teatral, La sorpresa
realidad y con la imagen que tienen de esta. Ga­ de Berta (1979), en 1993 apareció el epistolario
lardonado con el Premio Sésamo de cuentos Epistolari Joan Fuster-Viceng Riera Llorca.
en 1959, es autor de las novelas: El otro país Miembro de honor de la Associació d’Escriptors
(1970), Lejos de Marrakech (1989), Territorio en Llengua Catalana, en 1985 la Generalitat de
enemigo (1991 ),A ves de paso (1993), con la que Catalunya le otorgó la Cruz de Sant Jordi.
RÍO SAINZ

RIESTRA, Blanca (La Coruña, 1970) Cartas cruzadas entre Paul Eluard y Teofrasto
Narradora. Aunque estudió dos años de Derecho, Bombasto, llamado Paracelso (1976), Borrado­
se licenció en Filología Hispánica en la Univer­ res para un m anifiesto en las manos (1982) y
sidad de Santiago de Com postela y ha colabo­ ETA (1985).
rado en el diario El Mundo. Autora que se ha
ocupado en sus textos de afrontar la desgana RÍO, Ángel del (Soria, 1900-Nueva York, 1962)
existencial de los jóvenes, ello sin necesitar de Ensayista. Catedrático de Lengua y Literatura
fórmulas arguméntales específicas, sino más españolas en la Universidad de Colum bia de
bien a través de la ausencia de trama y la cons­ Nueva York, fue uno de los grandes investiga­
trucción de un relato que no es sino la propia mi­ dores de nuestra crítica y colaborador asiduo de
rada. Además de los libros de relatos La rana las más prestigiosas publicaciones especiali­
azul (1992) e Isla Decepción (1998), con el que zadas en la materia. Editor de las obras de Jo-
obtuvo el Premio de Narraciones Breves Anto­ vellanos*, hay que destacar en su producción
nio Machado, destacan sus novelas Anatol y dos títulos como: El concepto contemporáneo de
más (1996) y La canción de las cerezas (2001), España (1946), Historia de la Literatura espa­
galardonada con el Premio Ateneo Joven de Se­ ñola (1948), Vida y obra de Federico García
villa y con la que ella misma ha confesado que Lorca (1952), Estudios galdosianos (1953),
rinde homenaje a la picaresca*. A ntología G eneral de la Literatura Española
(1954), escrito en colaboración con su espo­
RIGALT, Carmen (Vinaixa, Lérida, 1949) sa, Introducción a «Poeta en Nueva York», de
Narradora. Periodista muy conocida por sus Lorca (1958) y El mundo hispánico y el mundo
num erosos polém icas con los personajes del anglosajón en América. Choque y atracción de
así llam ado «mundo del corazón», es autora dos culturas (1960). Postumamente, aparecie­
de la novela M i corazón que baila con espi­ ron unos Estudios sobre literatura contemporá­
gas (1997), finalista del Prem io Planeta, y del nea española.
diario novelado D iario de una adicta a casi
todo (2002). RÍO SAINZ, José del (Santander, 1884-Madrid,
1964)
RINCON VEGA, Luciano (Santoña, Cantabria, Poeta. Estudió N áutica y fue capitán de barco.
1933-Bilbao, 1994) En su labor como periodista destaca por haber
Ensayista. Ligado, en su juventud, a los m ovi­ sido el fundador de La Voz de Cantabria y por
m ientos cristianos, en los años cincuenta fue sus muchos artículos, firmados con el seudó­
uno de los fundadores del FELIPE (Frente de nimo Pick. Como poeta, aunque de obra escasa,
Liberación Popular), lo que le llevó, tras ser ju z­ m erecen atención sus versos dedicados al mar,
gado en consejo de guerra, a perm anecer tres en los que conviven pasión y nostalgia y donde
años en prisión. Fue com pañero de m ilitancia, se aprecian las influencias, reconocidas por él,
en la izquierda dem ocrática, de Jorge Sem- de Rubén Darío (véase MODERNISMO) y Tomás
prún*, entre otros. Nuevamente, en 1971, sería Morales*. No obstante, hay que destacar en él
condenado y encarcelado, por el Tribunal de Or­ algunas características peculiares, como son la
den Público, por haber escrito una biografía procacidad, el gusto por los ambientes sórdidos,
crítica de Franco: F rancisco Franco: historia burdeles, tabernas de puerto, lo morboso y tre-
de un m esianism o (1964 y 1976). Ya en los mendista, la teatralidad que escandalizaba a las
ochenta, en plena dem ocracia, escribió, entre buenas conciencias de la España de la primera
otros, en los diarios La Gaceta del Norte y El mitad del siglo xx, pero también un gusto ro­
Correo Español de Bilbao, desde donde criticó mántico por la aventura, a través de un coloquia-
duram ente el radicalism o abertzale y, en p ar­ lism o efusivo que resulta de una sorprendente
ticular, las acciones de ETA, y colaboró asidua­ modernidad. Deben destacarse sus libros Versos
mente en El País y en RTVE de Bilbao. Publicó del mar y de los viajes (1912), Hampa (1923),
algunos de sus libros en Francia con el seudó­ Versos del mar y otros poem as (1925), galar­
nimo Luis Ramírez. Fue uno de los más profun­ donado con el Premio Fastenrath de la Real
dos analistas de la vida política española, sobre Academ ia Española, Versos de circunstancias
todo de la convulsa situación en el País Vasco, a (1926) y Antología (1953), que reunía poemas
través de un estilo ágil y corrosivo que com bi­ no editados en libros, a los que hay que añadir
naba la frescura del anecdotario cotidiano con Poesía (2000), volumen que reúne toda su poe­
la penetración en los resortes globales de la so­ sía. Recopiló sus artículos en un volumen titu­
ciedad. De sus obras, hay que señalar títu ­ lado Aire de la calle, que tenía el mismo título
los como N uestros prim eros veinticinco años que su columna diaria en el citado diario La Voz
(1964), M añana crónica anticipada (1965), de Cantabria.
RIOJA 810

RIOJA, Francisco de (Sevilla, 1583-M adrid, su obra, Gaetano Chiappini, que las editó en Flo­
1659) rencia en 1975.
Poeta y prosista. Teólogo, jurista y erudito, gozó
de la protección del conde-duque de Olivares, RÍOS, Blanca de los (Sevilla, 1862-M adrid,
del que fue consejero desde 1621 y a quien 1956)
acompañaría, tras su caída, a los destierros en Ensayista, poetisa y novelista. Sobrina de A ma­
Loeches y Toro. Pertenecía a una fam ilia hu­ dor de los Ríos*, y de nombre completo Blanca
milde, tomó las órdenes menores en 1594; había de los Ríos Nostench, fue discípula de Menéñdez
estudiado Humanidades en Sevilla, y adquirió Pelayo* — sobre cuya obra fue una autoridad—
una sólida formación en lenguas. Después de la y una de las grandes especialistas en los escrito­
muerte del ex-favorito del rey, se retiró a su ciu­ res castellanos del Siglo de Oro (véase EDAD DE
dad natal desengañado de todo, pero, allí, el ca­ ORO), particularmente en Tirso de Molina*, so­
bildo le designó su agente en Madrid, por lo que bre quien escribió, además de otras obras, un
regresó, en 1654, a la ciudad en la que había par­ Estudio biográfico y crítico de Tirso de M olina
ticipado activamente de la vida cultural. Allí fue que fue premiado por la Real Academ ia Espa­
bibliotecario de Felipe IV, cargo que venía de­ ñola en 1889 y en el que aclaraba num erosos
sempeñando desde 1634, y cronista de Castilla, puntos oscuros de la cronología de sus obras.
y mantuvo una intensa relación literaria con fi­ Ha publicado, asim ism o, num erosos trabajos
guras como Lope de Vega*, Montalbán* y Cer­ sobre Calderón de la Barca*, Cervantes*, santa
vantes*. Se le conocía como duro polem ista en Teresa de Jesús*, etc. Destacan sus ensayos Del
materias históricas y religiosas y como buen con­ siglo de oro: estudios literarios (1910), Las m u­
sejero. Como poeta, está en la línea de Herrera* jeres de Tirso (1910), De la mística y de la no­
y representa algunas de las preocupaciones más vela contemporánea (1910), De Calderón y su
típicamente barrocas, como por ejemplo la tris­ obra (1917), «La vida es sueño» y los diez Se­
teza, teñida de cierto talante estoico. Fue autor gismundos de Calderón (1926), El enigma bio­
de composiciones poéticas amorosas, de sabor gráfico de Tirso de Molina (1928) y la edición
petrarquista, y morales, escritas con exquisita de las Obras dramáticas completas, también de
elegancia verbal y en las que predominan temas Tirso, que publicó en tres volúmenes en 1947,
como la caducidad de la vida, la belleza efímera, edición que se vería corregida en otra, ya pos­
el desengaño, la soledad y duras críticas contra tuma, en 1958. Deben mencionarse, asimismo,
la ambición desmedida. Dichas poesías suman sus obras específicam ente literarias, perte­
un total de sesenta sonetos, dos sextinas, tres necientes a los campos de la poesía y la nove­
composiciones en décimas y once silvas. En to­ la; así, hay que recordar sus poem arios E s­
das ellas, tiene también un im portante papel la peranzas y recuerdos (1881), La novia del
naturaleza, concretamente las flores, que acaso marinero (1886) y ¿Vida o sueño? (1914), y las
representan su gusto por lo pequeño y fugaz. De­ novelas La niña de Sanabria, M elita Palma
ben destacarse sus silvas «A la rosa», «Al cla­ (1901), de clara raigambre costumbrista, La san­
vel», «A la arrebolera» o «Al jazmín» como al­ gre española (1907) y M adrid goyesco (1908),
gunas de sus piezas líricas principales, a las que entre otras.
habría que añadir otras de carácter moral como
«A la constancia», «A la riqueza» y «A la po­ RÍOS, Fernando de los (Ronda, M álaga, 1879-
breza». Hay que decir que fue maestro del so­ Nueva York, 1949)
neto, algunos de tono moralizante y otros gongo- Ensayista. Fue uno de los más destacados inte­
rinos. No fue autor, sin embargo, de dos célebres lectuales del Partido Socialista. Catedrático de
composiciones que, erróneamente, se le atribu­ Derecho Político, fue ministro de Instrucción Pú­
yeron: Canción de las ruinas de Itálica, en reali­ blica y de Estado durante la Segunda República,
dad de Rodrigo Caro*, y Epístola moral a Fabio, y, después de la Guerra Civil, se exilió a Estados
cuya autoría pertenece, según dem ostrara D á­ Unidos, en donde se dedicó a la enseñanza. No
maso Alonso*, a Andrés Fernández deAndrada*. obstante, consiguió crear una serie de organis­
En prosa, escribió diversos estudios retóricos, de mos que sobrevivieron al cambio político sur­
entre los cuales el más destacado quizá sea Avi­ gido de la contienda: así, creaciones suyas que
sos de las partes que ha de tener un predicador. permanecieron son el Centro de Estudios Árabes
En 1797 apareció una colección de Poesías iné­ en Granada y en Madrid, el Centro de Estudios
ditas, y, en el volumen XXXII (1857) de la «Bi­ H ispanoamericanos de Sevilla y la Universidad
blioteca de Autores Españoles», figuran los ver­ Internacional de Verano de Santander. Fue, asi­
sos de Rioja. La edición más com pleta de sus mismo, promotor del grupo teatral La Barraca
poesías fue llevada a cabo, sin embargo, por el que dirigiera García Lorca*. Su obra, rica en ma­
que ya es considerado el máximo especialista en tices, rechaza el marxismo ortodoxo desde una
811 RÍOS RUIZ

perspectiva de influencias krausistas y denuncia lacionado con el Camilo José Cela* de Mrs.
al capitalismo como responsable de la pérdida de Caldwell habla con su hijo o de Oficio de tinie­
los valores espirituales. Deben destacarse sus blas, 5, pero también en esto es rotundo García-
obras La filosofía del Derecho en don Francisco Posada cuando afirma que el sentido de la inven­
Giner y su relación con el pensamiento contem­ ción verbal de Cela era allí trágico, mientras que
poráneo (1916), La crisis actual de la democra­ el de Ríos es «lúdico o jocoso», esclavo del inge­
cia (1917), Una supervivencia señorial (1920), nio, lo que, según él, llevará a Ríos a convertirse
Mi viaje a la Rusia sovietista (1921), El sentido en «un Quevedo para aficionados». Coautor con
humanista del socialismo (1926) y Religión y Es­ el Premio Nobel mexicano Octavio Paz de Solo
tado en la España del siglo xvi (1927). a dos voces (1973; reed., ampliada, 1999) y Tea­
tro de signos (1974), las novelas más representa­
RÍOS, Julián (Vigo, Pontevedra, 1941) tivas de Ríos son, además de la mencionada
Novelista. Director de diversas colecciones edi­ Larva (1983), Poundemónium (1985; reed.,
toriales y miembro del consejo de redacción de 1999), Amores que atan o Belles Lettres (1995;
algunas revistas, es colaborador de publicacio­ reed., 2000), Álbum de Babel (1995), Monstrua-
nes de Europa y América. Está considerado uno rio (1999), en la que dio un ligerísimo giro for­
de los narradores más osados y renovadores del mal atenuando la experimentación, La vida se­
panorama literario español contemporáneo. xual de las palabras (2000) y Puente del alma
Desde que, en octubre de 1973, se publicó un (2000), a las que hay que añadir los relatos de
primer adelanto de su novela Larva, novela en Sombreros para Alicia (1992), ampliado como
curso, en la revista mexicana Plural — que abri­ Nuevos sombreros para Alicia (2002). Es autor,
ría el camino a nuevos pasajes y traducciones en asimismo, de ensayos que demuestran su afini­
revistas europeas y am ericanas— , se convirtió dad con ciertos pintores contemporáneos: Impre­
en un texto admirado y odiado a un tiempo, que siones de Kitaj: la novela pintada (1989) y Las
dio origen a una constante polém ica crítica en tentaciones de Antonio Saura (1991), así como
tomo a su figura, elevada a los altares de la origi­ de la edición preparada con Eduardo Arroyo del
nalidad absoluta en la Enciclopedia Británica y, Ulises ilustrado (1992).
sin embargo, silenciada en recientes antologías
de la novela española del siglo xx. Sea como RÍOS, Vicente de los (Córdoba, 1732-Madrid,
fuere, lo cierto es que es una de las novelas más 1779)
im pactantes y polém icas de los últimos años. Ensayista. Teniente coronel, profesor de la Aca­
D etractores y adm iradores la han estudiado a demia de Artillería de Segovia y miembro de la
fondo, unos teniéndola como Un simple plagio Real Academia Española y de la de Historia, fue
del Ulises de Joyce, o más concreta y exacta­ autor de numerosos tratados castrenses, aunque
mente de las manipulaciones y juegos lingüísti­ se le recuerda por un libro titulado A nálisis del
cos de su Finnegans Wake; los otros, considerán­ «Quijote» (1780), en el cual pretendía demostrar
dola una magistral hazaña lingüística y narrativa, que la obra de Cervantes era un poema épico.
heredera siempre, y en todo caso, de la obra del Obviamente, fue muy criticado, y la más desta­
autor irlandés. Posteriormente, Julián Ríos ha ido cada de las críticas que recibió fue la de José
publicando nuevas obras, siempre con ánimo in­ Marchena*, que, en el prólogo a sus Lecciones
vestigador, espíritu lúdico respecto al lenguaje y de Filosofía Moral y de Elocuencia (1820), uti­
tratando de rom per los esquemas e imperativos lizó las tesis del padre Isla* para diferenciar en­
tradicionales de la novela contemporánea. De lo tre épica e historia a fin de desbaratar los argu­
que no cabe duda es de la exigencia de lectores mentos de Ríos.
cultos, pues se trata de textos repletos de referen­
cias, citas y metáforas que se concatenan en una RÍO§ MAZCARELLE, Manuel —> Véase PENI
suerte de selva del idioma, y no solo, pues su RÍOS, Manuel.
vasta cultura está hecha de referentes artísticos,
cinem atográficos, poéticos, que convierten sus RÍO? Y NOSTENCH, Blanca de los -> Véase
textos en enigmas de una profundidad a menudo RÍOS, Blanca de los.
insondable. Que esté consiguiendo o no renovar
la novela, calar en los lectores y abrir nuevos ca­ RÍOS RUIZ, Manuel (Jerez de la Frontera, C á­
minos es otra cuestión, sobre la que resulta inte­ diz, 1934)
resante la opinión de García-Posada*, que consi­ Poeta y ensayista. Fue secretario de redacción de
dera que este m odo de narrar, este tipo de La Estafeta Literaria, revista en la que publicó
vanguardismo estricto, ha pasado, ha sido supe­ numerosas críticas literarias. En la línea del fol-
rado, pues, según sus propias palabras «el van­ clorismo andaluz, es autor de una poesía de hon­
guardismo es ya tradición». Hay quien lo ha re­ dos sentimientos, colorista, repleta de imágenes,
RIOSALIDO

sensual y rítmica. Asim ismo, es uno de los fla- nes. Y es que todo es misterioso, todo pasa, nada
mencólogos más prestigiosos. Destacan, de entre permanece, la realidad solo se intuye, todo está
sus muchos poemarios, La búsqueda (1963), Do­ poblado de presencias que no existen... Esta es la
lor de sur (1969), con el que obtuvo el Premio materia de su poética: el vacío de la memoria,
Bécquer, El oboe (1972), Premio Boscán y N a­ fundado en sus propias experiencias vitales. Su
cional de Literatura, Los arriates (1973), galar­ gusto por la música se manifiesta también en sus
donado con el Premio Ciudad de Irún, La paz versos, que gozan de una elegancia especial y de
de los escándalos (1975), Vasijas y deidades un sentido del ritmo y del estilo escrupulosos.
(1977), que mereció el Premio Rafael Morales, Deben destacarse sus poemarios: Las tardes en
Razón, vigilia y elegía de Manuel Torre (1978), sus oficios y dos gardenias fo r you (1978), Esta
Premio Nacional de Poesía Flamenca, Una ine­ música (1979), La Tauromaquia (1980), Sermón
fable presencia (1981), Piedra de amolar (1982), de la barbarie (1981), El humo de los barcos
que recibió el Premio Juan Ramón Jiménez, A n­ (1986), con el que obtuvo el Premio Internacio­
tología poética (1983), Figuraciones (1986), nal de Poesía Juan Carlos I, la antología Música
Poemas mayores (1987) y Juratorio (1991). Es y pretexto (1989), Las sílabas ocultas (1990),
autor, asimismo, de diversos ensayos, entre ellos: Niebla y confín (1992), Premio Tiflos, y Hoy es
Introducción al cante flamenco (\912)^Jerez del niebla (2002).
ayer al futuro (1985), Diccionario Enciclopédico
Ilustrado del Flamenco (1988) y El gran libro RIPOLL, Laila (Madrid, 1964)
del flamenco (2002). Dramaturga. Tras estudiar en la Real Escuela Su­
perior de Arte D ramático, fundó la compañía
RIOSALIDO, Jesús (Madrid, 1937) Producciones Micomicón, dedicada fundamen­
Poeta, dramaturgo y novelista. Autor de tenden­ talmente al teatro clásico y donde ella dirige e in­
cia experimental, en sus versos trata de combinar terpreta obras de autores como Calderón de la
distintas corrientes de la poesía española, las que Barca*. En la actualidad, además de dirigir nu­
vienen del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO) y merosos cursos en Sudam érica y en diferentes
aquellas más recientes practicadas por las van­ universidades, es profesora de interpretación y
guardias (véase VANGUARDISMO). Deben desta­ teatro clásico en la Escuela La Lavandería de
carse sus poemarios Zéjel del libro de amor y al­ Madrid. D estaca su obra La ciudad sitiada
gunos más (1969), El diván de las sombras (1996), con la que obtuvo el Premio^ Caja E s­
(1971), Maqamat (1974), Didi Malimud (1978), paña, aunque es autora de otras como Árbol de la
Andersens Boulevard (1980), con el que obtuvo esperanza. Unos cuantos piquetitos, que recibió
el Premio Villa de Martorell, Cliristianias Digte una beca para la creación artística de la Comuni­
(1981), Circo de urgencias (1984), Ático al sol dad de Madrid, Altra Bilis (cuando estemos más
(1984), galardonado con el Premio fray Luis de tranquilas), mención especial del jurado del Pre­
León, Heroína en mis brazos (1985), Premio mio María Teresa León, y El día más fe liz de
Francisco de Quevedo, y Alcor (1986), a los que nuestra vida.
hay que añadir una Antología poética (1969-
1986) (1987). Es autor, asimismo, de obras tea­ RIQUER MORERA, Martín de (Barcelona, 1914)
trales como Afrodita Jean (1983) y Negocio Ensayista en lenguas catalana y española y filó­
blanco (1987), entre otras, y de la novela La logo. Se trata de uno de los más prestigiosos crí­
dama de Ostende (1986), que fue Premio Camilo ticos que ha dado este siglo y merece un lugar en
José Cela, además de haber publicado el ensayo estas páginas por su contribución al conoci­
El cancionero de Uppsala (1983). miento de mucha de la gran literatura española.
Fue catedrático de Historia de las Literaturas
RIPOLL, Domingo María (Madrid, ?-1775) Románicas en la Universidad de Barcelona, de
Dramaturgo. Escribano del rey, estrenó diversas la que ahora es profesor emérito, y miembro de la
obras, entre ellas la comedia de magia Marta la Real A cademia Española, en la que ingresó en
romarantina. Fue también poeta ocasional. 1965 con el discurso Vida caballeresca en la Es­
paña del siglo xv. Es miembro, asimismo, de la
RIPOLL, José Ramón (Cádiz, 1952) Academia de la Historia, de la Real Academia
Poeta. Conocido comentarista de música clásica Sevillana de Buenas Letras, de la Academia de
en Radio Nacional de España, colabora en dife­ Sevenze y de la Hispanic Society o f America,
rentes publicaciones musicales especializadas y además de presidente de la Reial A cadémia de
dirige Revista Atlántica de Poesía. En sus versos Bones Lletres de Barcelona y jefe de la Sección
la poesía misma se presenta como misterio, y en de Literaturas Romances del CSIC. Medievalista
él solo la sensualidad del lenguaje puede alcan­ fundamental, los campos en que ha desarrollado
zar el sentido último de las cosas, de las emocio­ su magisterio son amplios, y van desde profun­
813 RIUS

dos estudios de M ontemayor* y Covarrubias* mado en tomo a la revista y editorial del mismo
hasta estudios sobre la lírica provenzal que le nombre fundadas por él, dirigió, desde 1917, la
han convertido en uno de los más prestigiosos revista La Centuria, y fue uno de los más activos
provenzalistas, así como en uno de los máximos organizadores del nacionalismo gallego de la
expertos en el Siglo de Oro (véase EDAD DE preguerra. Desde 1918 perteneció a As Irmanda-
ORO). La característica fundamental de sus estu­ des da Fala, de las que sería dirigente para, en
dios es el sabio equilibrio entre erudición y ame­ 1922, encabezar la escisión nacionalista radical
nidad. De su obra, extensísim a, hay que desta­ ING. En la Segunda República, participó en la
car: L'hum anism e caíala (1935), sus ediciones fundación del Partido Galleguista, si bien sus
del Cancionero de Boscán*, de las Obras com­ tendencias conservadoras fueron alejándole del
pletas (1959) de Guillem de Cervera*, de Bemat partido y derivando en lo que, tras la Guerra Ci­
Metge* (1959), Jordi de Sant Jordi* y del Tirant vil, sería una comunión total con el régimen fran­
lo Blanc (1947), así como los estudios La lírica quista. Articulista prolífico y narrador con in­
de los trovadores (1948), Los cantares de gesta mensas dotes para la fabulación, destacan en su
franceses (sus problemas, su relación con E s­ producción sus ensayos, a menudo dedicados a
paña) (1952), una prestigiosísim a edición del temas relacionados con el renacimiento cultural
Quijote (1965), Caballeros andantes españoles gallego. No obstante, en ellos abarcó temas di­
(1967), L ’arnés del cavaller (1969), galardonada versos que van desde el vanguardismo literario y
con el Premio Ramón Llull, El combate imagi­ el folclorismo hasta la teoría política y estética.
nario (1973), una antología de Los Trovadores. De entre todos ellos, deben destacarse Teoría do
H istoria literaria y textos (1948, 1975, 1983; nacionalismo galego (1920), El problema polí­
3 vols.), Quinte generacions d ’una fam ilia cata­ tico de Galicia (1930), Estudo etnográfico da Te­
lana (1979; ed., ampliada, 1999), en donde cuen­ rra de Melide (1933), Nós, os inadaptados
ta la historia de su propia familia, su versión es­ (1933), Mitteleuropa (1934), Hipótesis e proble­
pañola de la Chanson de Roland (1983), y La mas do folklore galego-portugués (1936), Histo­
tragedia de Lancelot (1984), libros a los que ha­ ria de los judíos desde la destrucción del Templo
bría que añadir la parte dedicada a la Edad M e­ (1944), Satanás, biografía del diablo (1947),
dia de la Historia de la Literatura catalana El fin del mundo en la tradición popular gallega
(1987; 10 vols.), dirigida por él, Aproximación al (1948), Los tesoros legendarios de Galicia
Quijote (1986), Cervantes, Pasamonte y Avella­ (1950), Léria (1961), selección de escritos pro­
neda (1988), A pro xim a d o al Tirant lo Blanc cedentes de Nós, Historia de Galicia (1962), Et­
(1990), que recibió el Premio Nacional de En­ nografía; cultura espiritual (1962) y Mitología
sayo, Antología de poetes catalans (un mileni de cristiana (1963). De sus libros de narraciones,
literatura). 1. Época M edieval (1997) y, desde hay que mencionar: Do caso que lie aconteceu
luego, escrita en colaboración con José M aría ao Doctor Albeiros (1919), A Trabe de Ouro e a
Valverde*, la célebre Historia de la Literatura Trabe de Alquitrán (1925), Á Contada (1926) y Os
Universal (1957; 3 vols.), a lo que hay que aña­ europeus en Abranles (1927), a los que hay que
dir Llegendes históriques catalanes (2002). En­ añadir las novelas O porco de Pé (1928) y La
tre los num erosos galardones que ha recibido, puerta de paja (1953), mezcla de fantasía y
destacan, en 1988, el M ichel de M ontaigne, el erudición que recuerda a La vida es sueño, de
M enéndez Pelayo en 1990, en 1997 el presti­ Calderón*, y con la que quedó finalista del Pre­
gioso Prem io Príncipe de Asturias de Ciencias mio Nadal. Postumamente, en 1981, aparecieron
Sociales y en 2002 el Nacional de las Letras. dos novelas más: Gamalandalfa y La verídica
historia del niño con dos cabezas de Promonta.
RISCO AGÜERO, Vicente (Orense, 1884-1963) Fue autor, asimismo, de la pieza teatral O bufón
Ensayista y narrador en lenguas gallega y espa­ d ’el-rei( 1928).
ñola. De nom bre com pleto Vicente Martínez
Risco Agüero, se licenció en Derecho y fue cate­ RIUS, Luis (Tarancón, Cuenca, 1930-M éxico,
drático de Historia y de Metodología de la Histo­ D.F., 1984)
ria en la Escuela Normal de Maestros de Orense Poeta y ensayista. Siendo aún muy niño, y como
desde 1917a 1945, y de Paidología y Organiza­ consecuencia de la Guerra Civil, hubo de trasla­
ción escolar en Madrid a partir de esa última fe­ darse con su familia a Francia, donde permane­
cha y hasta 1949, año en que regresó a Orense ció hasta 1939, año en que se trasladan a México,
para enseñar Filosofía. Desde su erudición y am­ país que no abandonará nunca. Doctorado en Le­
plia cultura, supo difundir en los ambientes cul­ tras por la Universidad Nacional Autónoma, fue
tos gallegos a numerosos autores nuevos de la li­ profesor en la Universidad de Guanajuato, en la
teratura europea. M iembro de la generación de que dirigió la Escuela de Filosofía y Letras. Fun­
intelectuales galleguistas del grupo Nós, for­ dador de varias revistas literarias, entre ellas Cía-
RIVADENEYRA 814

vileño y Segrel, se le considera uno de los poetas rectamente en la consolidación de su vocación li­
de la segunda generación del exilio. En sus poe­ teraria. Durante el trienio liberal, de 1820 a 1823,
mas, dominan el conocimiento de los clásicos, la fue diputado a Cortes. Con el restablecimiento
suavidad lírica, el simbolismo de gran sencillez del absolutismo, es condenado a muerte, motivo
y la contención, muy expresiva en versos mayo- por el cual se ve obligado a refugiarse en Gibral-
ritariamente breves. Fue autor, además, de bas­ tar, desde donde pasará a Inglaterra y, de allí, a
tantes ensayos en los que abordó cuestiones so­ Malta, en donde permanece durante cinco años.
bre la poesía española del exilio. Publicó los Fue el periodo en que entra en contacto con la li­
siguientes poemarios: Canciones de vela (1951), teratura inglesa a través de su amigo el escritor
Canciones de ausencia (1954), Canciones de John Hookham; es el momento en que practica
amor y de sombra (1965) y Canciones a Pilar la atenta lectura de Shakespeare, Byron y Scott.
Rioja (1970), a los que hay que añadir Cuestión Regresará a España tras la muerte de Fernando
de amor y otros poemas (1984), que fue el título VII, hereda el título nobiliario que le hubiera co­
con el que se publicó una antología de sus poe­ rrespondido a su hermano, muerto en 1834, y,
sías. De sus ensayos, hay que mencionar: Los derivando ya hacia el conservadurismo, ingresa
grandes textos de la literatura española hasta en el gobierno de Istúriz, tras cuya caída se exi­
1700 (1966) y, sobre todo, León Felipe, poeta de lió de nuevo en G ibraltar y, posteriormente, en
barro (Biografía) (1968). Lisboa. Está de nuevo en España en 1846, fecha
en que es elegido senador por Cádiz y miembro
RIVADENEYRA, Manuel (Barcelona, 1805-Ma- de la Real Academia Española, que pasará a diri­
drid, 1872) gir en 1862. Intervino decisivamente en la decla­
Editor. Su inclusión en estas páginas viene justi­ ración de m ayoría de edad de Isabel II, se le
ficada por haber sido él quien creara la «Biblio­ nombra embajador en Nápoles y, en 1851, dimite
teca de Autores Españoles» a la que, en muchas y vuelve a su país. Es en 1853 cuando entra a for­
entradas, nos venimos refiriendo. Fue una colec­ mar parte de la Academia de la Historia, para, en
ción creada por él con tesón y no pocas dificulta­ 1859, ser nombrado embajador en París y, un año
des económicas, a la que se debe la difusión de después, por motivos de salud, dimitir. En 1863
numerosos textos de la historia literaria española es nombrado presidente del Consejo de Estado.
que, de no haber aparecido en ella, quizá hubie­ Su larga lista de reconocimientos culmina con la
sen permanecido en el anonimato. concesión, poco antes de morir, del Collar del
Toisón de Oro, recibido de manos de la reina.
RIVADENEYRA, Pedro de V éase RIBADE- Por lo que se refiere a su poética, se inició en la
NEYRA, Pedro de. estética del N eoclasicismo con poesías anacre­
ónticas y bucólicas y versos patrióticos, pasando,
RIVAS, duque de (Córdoba, 1791-Madrid, 1865) a raíz de su contacto con la literatura inglesa, a
Poeta y dramaturgo. De nombre Ángel de Saave­ posiciones románticas desde las que escribe le­
dra y Ramírez de Baquedano, más conocido en yendas y romances de tema histórico. Como dra­
la historia literaria como el duque de Rivas, per­ maturgo, ocurre algo similar, ya que pasa de es­
teneció a una familia aristocrática, que, práctica­ cribir tragedias de corte neoclásico a dedicarse a
mente desde el momento de nacer, le hizo parti­ los dramas históricos. De tal suerte, sus primeros
cipar de todos los privilegios de su clase: ya a la versos, próximos a la estética de Meléndez Val­
edad de seis meses le fue impuesta la Cruz de dés* y al mencionado Quintana, los reúne en
Caballero de Justicia de la Orden de Malta, a los Poesías (1814-1820), libro en el que sobresale
siete el despacho de capitán de Caballería agre­ su oda «A la victoria de Bailén»; posteriores, ya
gado al Regimiento del infante y, a los ocho, el en la línea rom ántica mencionada, son poemas
hábito de Santiago. Educado en el Seminario de como «El desterrado», «El sueño del proscrito»
Nobles de Madrid entre 1802 y 1806, ya desde (1824), «A las estrellas» o «El faro de Malta»
niño había tenido preceptores franceses que le (1828), sus leyendas Florinda (1826), de raigam­
iniciaron en el conocimiento de su lengua e his­ bre clasicista en el empleo de las octavas, y La
toria. En la última fecha consignada, ingresó en azucena milagrosa (1847), esta últim a a im ita­
la guardia del rey. A partir de ese momento, su ción de La azucena silvestre, de Zorrilla*, así
biografía, en la que irá derivando desde el libera­ como los romances históricos El Moro Expósito
lismo hacia posiciones conservadoras, es agi­ o Córdoba y Burgos en el siglo XI (1834), ro­
tada. Participante en la Guerra de la Independen­ mance heroico en doce cantos, prologado por Al­
cia, donde parece que destaca por su heroísmo, calá Galiano*, en el que recrea la leyenda de Mu-
resultó herido en Ocaña en 1809, por lo que fue darra y sus hermanos, los infantes de Lara, y que
destinado al Estado Mayor en Cádiz, donde co­ supone la primera muestra del medievalismo ro­
noció a Manuel José Quintana*, quien influye di­ mántico en la poesía española, y Romances his­
815 RIVAS

tóricos (1841), fundamentales en el proceso de RIVAS, Manuel (La Coruña, 1957)


recuperación del Romancero* y en los que pre­ Narrador y poeta en lenguas gallega y española.
dominan el pintoresquismo descriptivo y los ele­ Colaborador habitual de diarios como El Ideal
mentos nacionales. Entre estos romances, en los Gallego, Diario de Galicia, La Voz de Galicia y
que tienen tanta importancia las leyendas popu­ El País y director de la revista de crítica Luzes
lares como las crónicas medievales, deben desta­ de Galiza, se trata de uno de los más destacados
carse una serie de cuadros históricos: «El Alcá­ representantes de la nueva narrativa española. En
zar de Sevilla», «El fratricidio», «El conde de sus obras, donde confluye una extrema concien­
Villamediana» y, sobre todo, «Un castellano cia crítica y un empleo exquisito y sensualista
leal», que recrea la historia del conde de Bena- del lenguaje, tiene gran peso el mundo mágico y
vente, quien incendia su palacio porque en él se legendario de la cultura gallega, así como el
ha refugiado el duque de Borbón, el cual había mundo de los sentimientos y, en general, las rela­
traicionado a su señor, el rey de Francia. Por lo ciones entre diferentes generaciones. No obs­
que respecta al teatro, pasa de tragedias neoclási­ tante, en los últimos años se ha concentrado en
cas como A liatar (1816), Doña Blanca (1817), afrontar conflictos humanos que tienen como
cuyo único m anuscrito fue destruido en 1823, origen y escenario la Guerra Civil española, lo
El duque de A quitania (1817), Lanuza (1822) que le sirve para ahondar en las traiciones y des­
o Arias Gonzalo (1827) al drama ya puramente lealtades que provoca el miedo. En su poesía, por
rom ántico de Don Alvaro o la fuerza del sino otro lado, está muy presente el valor popular de
(1835), obra en la que confluyen tanto los ele­ su lengua natal, aunque Rivas siempre ha cui­
mentos trágicos y cómicos como la prosa y el dado con mimo el desdoblamiento de la pluri-
verso, y en cuyas páginas aparecen los ingredien­ significación del lenguaje. Deben destacarse,
tes típicos de la estética del Romanticismo*: hé­ además de ciertos poemarios como Libro de
roe noble y generoso de origen misterioso en el Entroido (1981), Balada ñas praias do Oeste
cual se mezclan los caracteres del galán lopesco (1985), Mohicania (1987), Ningún cisne (1989),
y del personaje byroniano, tormentas, desafíos, Premio Leiladoura, Costa da morte Blues (1995)
fatalismo y pasiones excesivas, incluso el suici­ o la antología O pobo da noite (El pueblo de la
dio. Otras obras suyas fueron: Tanto vales cuanto noche) (1997), que cuenta con un disco com­
tienes (1840), que recuerda a Moratín*, Solaces pacto en el que el poeta lee sus versos en espa­
de un prisionero (1841), La morisca de Alajuar ñol, los artículos de No mellor país do mundo
(1841), El parador de Bailén (1844), todas ellas (1991) o los ensayos Toxos e flores: Humor, des­
de capa y espada, y El desengaño de un sueño trucción e saudade no reino de Galicia (1992),
(1842), drama simbólico que hunde sus raíces en Galicia, bonsai atlántico. Descripción del Anti­
la comedia barroca y que su autor no vería estre­ guo Reino del Oeste (1994), la miscelánea de ar­
nado en vida. Fue autor, entre otro tipo de obras, tículos periodísticos y textos literarios de El
de una Historia de la sublevación de Nápoles. periodismo es un cuento (1997) y las sátiras pe­
Sus Obras completas aparecieron, en siete volú­ riodísticas aparecidas en la prensa gallega de Ga­
menes, entre los años 1894 y 1904. Posterior­ licia, Galicia (2001). Es autor, asimismo, de la
mente, en 1957, la «Biblioteca de Autores Espa­ novela Todo beu (1985), su primera obra en prosa,
ñoles» las editaría en tres. de la mezcla de relatos y poemas Un millón de va­
cas (1989), galardonada con el Premio de la Crí­
RIVAS, Enrique de (Madrid, 1931) tica, En salvaje compañía (1994), escrita original­
Poeta. Exiliado tras la Guerra Civil en Francia y, mente en gallego y que le supuso un éxito de
finalmente, en México, es poeta de la experien­ público y crítica extraordinario, así como el Pre­
cia, aunque no en la línea en que en los últimos mio de la Crítica gallega, Los comedores de pata­
años se entiende este concepto, sino más bien en tas (1991), Qué me queres, amor? (1996) — ¿Qué
el sentido estricto de la expresión, es decir con la me quieres, amor? (1996), Premio Torrente Ba-
mirada atenta a las experiencias propias y la pa­ llester y Premio Nacional de Literatura y en el que
labra al servicio de lo real, aunque también en­ se encuentra el cuento La lengua de las maripo­
tiende el lenguaje desde una perspectiva lúdica sas, que fue llevado al cine, y El pueblo de la no­
y, por tanto, experimenta con las formas. Desta­ che (1997), la novela O lapis do carpinteiro
can sus poemarios: Primeros poemas (1949), En (1998) — El lápiz del carpintero (1998), que fue
la herencia del día (1966), Tiempo ilícito (1980), Premio de la Crítica y Premio de la sección belga
Como quien lava con luz las cosas (1984) y El de Amnistía Internacional, Ella, maldita alma
espejo y su sombra (1985). Ha publicado, asi­ (1999), la mezcla de cuentos y crónica perio­
mismo, Cuando acabe la guerra (1992), libro de dística A man dos paíños (2000), La mano del
memorias que se suma a otras obras de carácter emigrante (2001), El secreto de la tierra (1999)
ensayístico. — volumen en el que se recuperan las menciona­
RIVAS CHERIF 816

das obras Un millón de vacas y Los comedores Leer. En sus páginas, escritas con frases discursi­
de patatas— , el libro de relatos Las llamadas vas, largas, solemnes, heredera del realismo*
perdidas (2002) y una colección de textos de va­ más puro, pero con ecos del realismo mágico su­
riada índole, M ujer en el baño (2003), apareci­ damericano, del cuento de hadas, es importante
dos en el diario El País. Es autor, asimismo, de el paisaje gallego más agreste y la vida rural,
relatos para niños, entre los que destaca Bala pero sobre todo el análisis de los conflictos del
perdida (1998). erotismo, de la renuncia y del escepticismo que
va produciendo la sucesión de las derrotas. Es
RIVAS CHERIF, Cipriano de (Madrid, 1891-Mé­ autora de las novelas El refugio (1995), con la
xico, D.F., 1969) que obtuvo el Premio de Novela Corta Joven y
Narrador, poeta y dramaturgo. Doctor en Dere­ Brillantes, Que veinte años no es nada (1998),
cho, cuñado de Manuel Azaña*, con quien dirigió con la que recibió el Premio Ateneo Joven de Se­
La Pluma, y colaborador de numerosas publica­ villa, y Linus Daff, inventor de historias (2000).
ciones, entre ellas El Liberal o El Sol, por citar
solo algunas, hubo de exiliarse en Francia en RIVERO, Domingo (Arucas, Gran Canaria,
1939, lo que no le sirvió para huir del franquismo, 1852-Las Palmas de Gran Canaria, 1929)
a cuya justicia fue entregado por los alemanes, Poeta. Aunque apenas publicó en vida, es uno de
con lo que permaneció en prisión hasta 1947 en los poetas relevantes del fin de siglo. De gran
que pudo marcharse a México. Director escénico originalidad de planteamientos, sus versos, pre­
de gran trascendencia para la renovación del tea­ ferentemente sus sonetos, dejan bien claras, a
tro, dirigió diversas compañías, entre ellas la de partir de su profundidad emocional y la brusque­
la célebre actriz Margarita Xirgu. Él mismo fue dad expresiva, las influencias unamunianas y su
autor de obras dramáticas como, entre otras: marcado desplazamiento respecto a los presu­
Trance (1926), Un sueño de la razón (1929) y La puestos modernistas (véase MODERNISMO). Dos
costumbre (1946). Debe destacarse, asimismo, el recopilaciones son las que dan cuenta de su obra
ensayo Cómo hacer teatro: Apuntes de orienta­ poética: Homenaje a Domingo Rivero (1966) y
ción profesional en las artes y oficios del teatro Poesías (1991).
español, cuya publicación no se produjo hasta
1991. Del resto de su producción quizá merecen RIVERO TARAVILLO, Antonio (Melilla, 1963)
recordarse su poemario Versos de abril (1907), el Poeta. Se trata de uno de los autores de la más re­
relato Los cuernos de la luna (1908), la novela ciente generación de poetas ligados a la poesía
Un camarada más (1921) y el ensayo Retrato de de la experiencia*, ello a través de versos de
un desconocido (1961), sobre el mencionado corte clásico en los que con tono realista y len­
Azaña. Fue también brillante traductor. guaje transparente, aunque no exento de imáge­
nes de cierto simbolismo*, aborda las trampas
RIVERA, Luis (Valencia de Alcántara, Cáceres, del paso del tiempo y el ejercicio de la memoria.
1826-Maaríd, 1872) Destaca su poemario Farewell to poesy (2002).
Dramaturgo. Fundador del diario satírico Gil Es, asimismo, traductor de una edición de Anti­
Blas (1864), ejerció el periodismo colaborando guos poemas irlandeses.
en diversas publicaciones y, principalmente,
como redactor de La Discusión. De sus piezas ROBERT, Roberto (Barcelona, 1830-M adríd,
teatrales, comedias, dramas y zarzuelas, desta­ 1873)
can, de entre las primeras, La luna de miel Narrador en lenguas catalana y española. A cti­
(1857) y Presente, mi general (1859), dramas vo político republicano, ocupó diversos cargos
como Las aves de paso (1858), El honor y el tra­ públicos y padeció persecuciones. Colaboró en |
bajo (1859), El padre de fam ilia (1859), Al borde numerosas publicaciones y, entre 1865 y 1866,
del abismo (1863) y La profecía (1864), y las publicó en catalán una serie de artículos cos­
zarzuelas A rey muerto (1860), El secreto de una tumbristas en Un tros de paper, y, en la misma
dama (1862) y El estudiante de Salamanca línea del retrato de costumbres, dirigió una mis­
(1867). Fue autor, asimismo, de la novela Los hi­ celánea: Las españolas pintadas po r los espa­
jos de la fortuna (1855). ñoles (1871-1872). Fue autor costumbrista (véa­
se COSTUMBRISMO), siempre dejándose llevar
RIVERA DE LA CRUZ, Marta (Lugo, 1970) por la sátira de intención política, como se apre­
Narradora. Licenciada en Ciencias de la Infor­ cia en su novela El último enamorado (1857)
mación por la Universidad Complutense de M a­ y en libros de tema variado como Los cachiva­
drid, donde se doctoró en Filología Hispánica, y ches de antaño (1869), Los tiempos de Maricas­
periodista de profesión, colabora en numerosas taña (1870) y La espumadera de los siglos
publicaciones literarias, entre ellas la revista (1871).
817 RODOREDA

ROBLES, Juan —>Véase MEDINA, Juan de. riorm ente, con la restauración absolutista, fue
perseguido. Por lo que se refiere a sus obras, se
ROBLES, Salvador (Águilas, Murcia, 1956) trata de textos en los que predominan, en tono
Narrador. Licenciado en Filosofía y Ciencias de propagandista y de acuerdo con la tradición del
la Educación por la Universidad de Deusto, es sainete, las cuestiones políticas en favor de la
autor de numerosos artículos de psicopedagogía, causa constitucional. Además de romances po­
así como de manuales de autoestima y estrategia pulares y de sainetes costumbristas como El
de aprendizaje, tales como Ser más, Tú Puedes y sarau de la Patacada, destacan sus piezas
Los abuelos también van a la escuela (1994). Su L ’hermano Bunyol y Nu mane ia de Catalunya,
faceta narrativa ha desvelado a un autor capaz de entre otras de las que le dieron fama en torno a
abordar emociones intensas, como las que pro­ 1820 y 1823.
voca la enfermedad, una de sus obsesiones lite­
rarias. Es autor de las novelas Noche clara y La ROCA DE TOGORES, Mariano (Albacete, 1812-
luz del silencio (1998). Lequeitio, Vizcaya, 1889)
Poeta y dramaturgo. Marqués de Molíns, estudió
ROBLES SOLER, Antonio (Robledo de Chaveta, en Madrid con Ventura de la Vega*, Espronceda*
M adrid, 1897-San Lorenzo de El Escorial, y Fernández Guerra*, destacándose como alum­
M adrid, 1983) no ejemplar; de hecho, a los 17 años estaba de­
Narrador. Conocido por ser uno de los máximos sempeñando una cátedra de Matemáticas en un
representantes de la literatura infantil y juvenil instituto alicantino. Miembro de la Real Acade­
española, estudió Derecho en la Universidad de mia Española y de la de San Fernando, fue direc­
Madrid y fue colaborador, con el seudónimo An- tor de esta última desde 1865. Buen amigo de
toniorrobles, de importantes publicaciones, fre­ Larra*, ocupó, además, diversos cargos políti­
cuentemente con artículos y narraciones de hu­ cos, entre ellos el de ministro de Fomento y de
mor. En 1939 se exilió en México, país en el que Marina, y diplomáticos, y fue colaborador asi­
continúa sus actividades periodísticas y de donde duo de numerosas publicaciones, entre ellas el
regresaría en 1972. Es narrador de ingenio, a me­ Semanario Pintoresco Español, donde aparecie­
nudo sarcástico, casi corrosivo, en cuyas novelas ron, en 1939, algunos cuentos y novelas suyos.
para adultos suelen estar presentes, de una u otra Se trata de un poeta indefinible, a medio camino
forma, los conflictos sociales y políticos. En sus entre el clasicismo y el Romanticismo*, cuya
relatos infantiles, género en el que destacó y en poesía, formada preferentemente por leyendas,
el que no hay puntos de contacto con su novelís­ apareció en Obras poéticas (1857). Como autor
tica, trató de difundir los presupuestos pedagógi­ teatral, practicó el drama histórico. Deben desta­
cos de la Institución Libre de Enseñanza. Deben carse, por el éxito obtenido, sus piezas dramáti­
destacarse libros de relatos como: Veintiséis cas Doña María de Molina (1837), en la que se
cuentos infantiles en orden alfabético (1930), sirve de la excusa histórica para plantear los pro­
Cuentos de los juguetes vivos (1931), Cuentos de blemas políticos del momento, y La espada de
las cosas de Navidad (1932), Hermanos monigo­ un caballero, sobre el duque de Alba y que, aun­
tes (1935), ¿Se comió el lobo a Caperucita? que escrito en 1831, no se estrenaría hasta quince
(1942), 8 estrellas y 8 cenzontles (1954) y Rom- años después con el título de El duque de Alba.
petacones y cien cuentos (1962). De sus novelas,
hay que mencionar: Tres (1926), El archipiélago RODAO, José (Cantalejo, Segovia, 1865-Sego-
de la muñequería (1928), El muerto, su adulte­ via, 1927)
rio y la ironía (1929), Novia, partido p or dos Poeta. Colaborador de numerosas publicaciones,
(1931), Torerito soberbio (1932) y El refugiado entre ellas Heraldo de Madrid, Madrid Cómico
Centauro Flores (1944). Fue autor, asimismo, de o Blanco y Negro, empleó diversos seudónimos,
otras obras como las biografías Albéniz, genio de tales como Pepe o Paganini. Deben destacarse,
Iberia (1953) y Granados (1954), el ensayo De además del juguete cómico Los tímidos (1891),
literatura infantil o 50 respuestas de Antoniorro- sus poemarios Retazos (1886), Noche y día
bles (1966) y una suerte de memorias a la que ti­ (1894), Polvo y paja (1900), Música de organi­
tuló Los escalones de una vida: autobiografía y llo (1910), Ripios con moraleja (1912) y Coplas
otros comentarios (1981). de la aldea (1918).

ROBRENYO, Josep (?, 1780-?, 1838) RODOREDA, Mercé (Barcelona, 1909-Gerona,


Dram aturgo y poeta en lengua catalana. Fue 1983)
actor, y desem peñó principalm ente papeles de Narradora en lengua catalana. De formación au­
gracioso entre 1811 y 1820. Se dio a conocer todidacta, colaboró desde muy joven con sus
como escritor durante el Trienio Liberal. Poste­ cuentos en diversas publicaciones catalanas, en­
RODRIGO

tre ellas La Rambla o La Publicitat. Al finalizar La sala de les mines. En el año 1980, recibió el
la Guerra Civil se exilió en Francia, país en el Premi d ’Honor de les Lletres Catalanes en reco­
que permaneció durante más de veinte años y nocimiento a toda su creación literaria.
desde el que colaboraba en revistas clandestinas,
tales como Antologías y Occident. Participó ade­ RODRIGO, Antonina (Granada, 1935)
más en los Jocs Floráis organizados en el exilio, en Ensayista. De formación autodidacta, desde muy
los cuales obtuvo varios galardones y, en 1949, joven colaboró en los diarios granadinos, así
fue proclamada «mestre en gai saber». Literaria­ como en revistas literarias. En la actualidad, re­
mente, y tras una primera etapa de influencia side en Barcelona y es considerada una de las en­
vanguardista (véase VANGUARDISMO), entra de sayistas más prestigiosas sobre asuntos fem eni­
lleno en un tipo de narrativa eminentemente psi­ nos, sobre todo los biográficos, y en ella destaca
cológica de corte realista, una forma de escribir la minuciosidad de los datos que aporta y la cali­
que, paulatinamente, irá derivando hacia mundos dad literaria de su estilo. Asimismo, es especia­
más fantásticos dominados por una visión mítica lista en la Generación del 27*, en particular en
y misteriosa de la realidad, siempre, eso sí, con temas lorquianos. De su obra, merecen desta­
una escritura de marcada hondura poética y re­ carse títulos como: Mariana de Pineda, heroína
pleta de simbolismos. Los temas fundamentales de la libertad (1965), Almagro y su corral de co­
de sus novelas giran en tomo al mundo psicoló­ medias (1969), M aría Antonia Fernández «La
gico de la mujer, sobre todo el derivado de la re­ Caramba» (1972), que es un profundo estudio
lación amorosa y del paso de la adolescencia a la sobre el teatro del siglo xvm, Margarita Xirgu y
madurez. En sus cuentos, como en todo su su teatro (1974), García Lorca en Cataluña
mundo narrativo, repletos de sensibilidad des­ (1975), Doctor Trueta, héroe anónimo de dos
criptiva, aparece la memoria de la Guerra Civil, guerras (1977), Mujeres de España. Las silencia­
de la cotidianidad desilusionada de unos perso­ das (1977), Lorca-Dalí. Una amistad traicionada
najes cuya soledad se manifiesta en su frágil de­ (1981), García Lorca. El amigo de Cataluña
samparo, sobre todo, también en ellos como en (1984), Memoria de Granada (1984), Figuras y
sus novelas, en el de las mujeres. Es a partir de estampas del Madrid goyesco (1987), María Le-
los años sesenta cuando comienzan a traducirse járraga. Una mujer en la sombra (1992), M uje­
sus obras y la fam a de Rodoreda se consuma. res para la historia. La España silenciada del si­
Deben destacarse sus novelas Sóc una dona hon­ glo xx (1996), M ujer y exilio. 1939 (1999), con
rada? (1932), Del que hom no p o tfu g ir (1934), prólogo de Manuel Vázquez Montalbán*, y Tex­
Un día de la vida d ’un home (1934), Crim tos de una médico libertaria (2002), donde estu­
(1936), Aloma (1938), galardonada con el Pre­ dia la figura de la doctora Amparo Poch y Gas­
mio Crexells, La plaga del Diamant (1962), in­ cón. Es autora, asimismo, de la obra de teatro
discutiblemente su obra fundamental y en la que infantil Retablo de Nochebuena (1960).
hace confluir, en el drama personal de una mujer,
los elementos psicológicos, históricos y simbóli­ RODRÍGUEZ, Alonso (Valladolid, 1538-Sevilla,
cos para contar su transformación desde la inge­ 1612)
nuidad de la preguerra al desmoronamiento mo­ Tratadista. Jesuíta desde 1557, fue autor sobrio,
ral de la posguerra, El carrer de les Camélies de prosa castiza cuya obra mereció en su época
(1966), por la que recibiera los Premios Sant numerosas ediciones y traducciones. La Iglesia
Jordi y Ramón Llull, Jardí vora el mar (1967), le honra con el título de «Venerable» y su nom­
Mirall trencat (1974), Viatges, flors (1980), con bre figura en el Catálogo de Autoridades de la
la que obtuvo los Premios Serra d ’Or y Ciudad Lengua publicado por la Real Academia Espa­
de Barcelona, Quanta, quanta guerra (1980), de ñola. No hay que confundirle con san Alonso I
nuevo Premio Serra d’Or, y, aparecida postuma­ Rodríguez*, contemporáneo del padre Alonso y
mente, La m ort i la prim avera (1986). Fue au­ que compartió con él Orden religiosa. Deben !
tora, asimismo, de libros de relatos, entre ellos destacarse su tratado ascético Ejercicio de p er­
Vint-i-dos contes (1958), que mereció el Premio fección y virtudes cristianas (Sevilla, 1609), di­
Víctor Catalá, La nieva Cristina i altres contes vido en tres partes, cada una de las cuales se di- |
(1976), El pare de les Magnólies (1976) y Sem- vide, a su vez, en ocho tratados, y, aparecido
blava de seda i altres contes (1978), a los que postumamente: Tratado de la conformidad con
hay que añadir la recopilación Tots els contes la voluntad de Dios (1680).
(1979) y la edición de Cuentos completos (2002)
en español, traducidos por Ana M aría M oix*, RODRÍGUEZ, san Alonso (Seaovia, 1531-Palma
José Batlló* y Clara Janés*, aparte de alguno tra­ de Mallorca, 1617)
ducido por la propia Rodoreda. En 1979, estrenó Tratadista. No debe confundírsele con el padre
un montaje teatral sobre algunos de sus cuentos: Alonso Rodríguez*, también jesuita y contem­
819 RODRÍGUEZ

poráneo suyo. Este estudió en la Universidad de siguió bajar a la poesía de su pedestal retórico, al
Alcalá con Francisco de Villanueva, entró en el crear un nexo entre la emoción, la realidad natu­
colegio de Gandía de la Compañía de Jesús en ral y la reflexión social, ajeno a lirismos super-
1571, donde estudió el noviciado, para trasla­ fluos y próximo a la voz de las emociones. Fue,
darse después al colegio de M ontesión de M a­ asim ismo y además de amigo íntimo de poetas
llorca y, en 1573, recibir los votos. Hasta 1585 como Vicente Aleixandre* o Blas de Otero*, des­
no se incorporaría definitivamente a la Compa­ tacado traductor de T. S. Eliot y, en general, pro­
ñía. Fue, al parecer, hombre de gran humildad fundo conocedor de la obra de poetas ingleses
que dejó numerosos escritos, M emoriales auto­ como Coleridge, Shelley, Keats o Wordsworth,
biográficos, tratados ascéticos y m ísticos, etc., entre otros. Son sus poemarios: Don de la ebrie­
que no se publicaron hasta 1885, en que apare­ dad (1953), con el que obtuvo el Premio Adonais,
cieron muchos de ellos reunidos bajo el título de Conjuros (1958), Alianza y condena (1965), ga­
Obras espirituales del beato Alfonso Rodríguez. lardonado con el Premio de la Crítica y del cual
Su canonización se produjo en 1888 y su fiesta se editaría, en 2001, una edición facsimilar, El
se celebra el 30 de octubre. vuelo de la celebración (1976), Desde mis poe­
mas (1983), que reúne sus poemas hasta ese mo­
RODRÍGUEZ, Claudio [Zamora, 1934-Madrid, mento y por el que recibió el Premio Nacional de
1999) Literatura, y Casi una leyenda (1991; reed.,
Poeta. Licenciado en Filología Románica en 1999), a los que hay que añadir la edición de su
1957, Claudio Rodríguez García es uno de los Poesía completa (1953-1991) (2001). Fue autor,
m áximos representantes de la conocida como asimismo, de un volumen de reflexión poética ti­
Generación del 50*. Fue lector de español en las tulado Reflexiones sobre mi poesía (1985). En
universidades de Nottingham y Cambridge, 1986 recibió el Premio Castilla y León de las Le­
m iembro de la Real Academia Española, en la tras en reconocimiento a la totalidad de su obra,
que ingresó en 1987 para sustituir a Gerardo galardón al que hay que añadir, en 1993, el Prín­
Diego*, y, desde 1995, del Patronato del Insti­ cipe de Asturias de las Letras y el Reina Sofía.
tuto Cervantes. Por lo que se refiere a su poesía,
cabe decir que parte de posiciones realistas, si RODRÍGUEZ, Gonzalo, arcediano de Toro (?,
bien sus pretensiones son superarlas a través de 1380-?)
una profundización en el intimismo, todo ello sin Poeta. Nada se sabe de él, salvo que fue uno de los
apartarse de la realidad social que le circunda, testigos del tratado entre España y Portugal con
aunque dota a su análisis poético de numerosos motivo de la boda entre la hija de Fernando y
recursos léxicos y emocionales que revelan una Juan I. Escribió versos de tema amoroso, correctos,
sólida garra imaginativa. Se trata, pues, de una aunque algo atildados y superficiales, en gallego y
poesía que no huye de la realidad vigente, pero castellano, que aparecen recogidos en el Cancio­
que para dar cuenta de ella recurre a una investi­ nero de Baena (véase CANCIONERO), y de entre
gación de índole metafísica. Un nuevo modo de los cuales el más curioso es su testamento satírico.
poetizar en el que tienen cabida la alegoría, el
sentido irónico y, en general, la confluencia de RODRÍGUEZ, Ildefonso (León, 1952)
revelaciones anteriores, como las aportadas por Poeta y narrador. Saxofonista y autor cuya voz
el surrealism o*, cuyos métodos le perm itieron se adentra en el realismo* poético más radical,
superar la apariencia de la realidad a través del con una poesía que, sin embargo, no huye de la
irracionalism o y el símbolo, el cual hunde sus plurisignificación de las palabras, como no huye
raíces en la tierra, y crea un subsuelo simbólico de la memoria de los sentidos, o de las sugeren­
de carácter telúrico. Los temas que le interesa­ cias oníricas, para que las cosas cobren un signi­
ron, a menudo tratados desde una perspectiva ficado más verdadero. Su lenguaje, a veces pro­
melancólica, fueron la presencia del otro, la sístico, busca la confesión de la intimidad más
amistad, los rasgos de la cotidianidad, la infan­ oculta, en un subjetivismo que recurre a la me­
cia, el ámbito familiar, la identidad individual m oria para explicar la realidad inmediata. Se
descubierta a través del recuerdo y el amor, y el trata de un poeta, pues, que en las certezas busca
paisaje castellano, elemento unificador de todas lo inasequible, lo oculto, en un proceso de inte­
las vivencias presentes y pasadas, clave diferen- riorización que, sin embargo, no resulta ensimis­
ciadora de su poesía. Poeta de lo cotidiano, su mado, pues el yo trasciende y se convierte en una
poesía, de gran perfección formal y riqueza lé­ representación de la propia existencia pasada y
xica, aúna condensación expresiva, claridad y del amor cotidiano a las cosas. Como narrador,
naturalidad poéticas para transformar el compro­ su mundo resulta igualmente onírico y realista,
miso político en compromiso moral y solidario. con lo que no renuncia a los postulados básicos
En definitiva, puede decirse que Rodríguez con- de su poética, como no renuncia a la fuerza de la

i
RODRÍGUEZ 820

metáfora. Destacan sus poemarios Mis animales en la que era copista y mantenía relación con los
obligatorios (1995), Coplas del amo (1997), poetas amigos de Cervantes*. Lope de Vega* se
largo poema en prosa definido por su narrativi- refiere a él como «doctor». Le debemos una obra
dad, al que hay que añadir el libro de relatos Son importante: el Romancero historiado, editado en
del sueño (1998). 1581, aunque se sabe de una edición perdida de
1579, recopilación ilustrada de romances del
RODRÍGUEZ, Josefina -» Véase ALD EC O A, cerco de Zamora, aparecidos ya en el Romancero
Josefina R. de Lorenzo de Sepúlveda*, del ciclo de Troya y
de otros procedentes de los libros de caballe­
RODRÍGUEZ, Josep M. (Súria, Barcelona, 1976) rías*, al final de los cuales hay cartas pastoriles
Poeta. Incluido entre otras en la antología La ló­ en verso y églogas. Fue autor, asimismo, de Con­
gica de Orfeo (2003), de Luis Antonio de Villena*, ceptos de divina poesía (1599), suma de escritos
es autor de una poesía figurativa en la que la reali­ propios y ajenos.
dad, la dialéctica vida y muerte, así como la dupli­
cidad de la conciencia suponen el eje temático y RODRÍGUEZ, Miguel Ángel
emocional de sus versos, en los cuales la poesía se Novelista. Fue secretario de Estado de Comuni­
plantea como fuente de conocimiento. Es autor, cación con el Partido Popular y uno de sus políti­
además del cuaderno en catalán Castells'de sorra cos más populares, conocido en los medios de
(1999), de los poemarios Las deudas del viajero comunicación como MAR y muy versado en los
(1998) y Frío (2002). Ha publicado, asimismo, la entresijos de la prensa, la radio y la televisión,
antología Yo es otro. Autorretratos de la nueva asuntos que han formado parte de la trama de al­
poesía (2001), en la que se incluyen poetas de su guno de sus libros. Debutó en el mundo de la na­
misma generación, nacidos entre 1965 y 1977. rrativa con la novela Las últimas horas del barrio
de la Cruz (1996), a la que siguió El candida­
RODRÍGUEZ, Juan (siglo xvi) to muerto (1998), obra de política-ficción con no
Autor a quien se conoce por haber imitado la Ce­ poco de ironía sobre la política española.
lestina de Fernando de Rojas* en su Comedia
Florinea (Medina del Campo, 1554), obra que, RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco (Salamanca,
sin embargo, tiene sus modelos en Feliciano de 1922)
Silva* y en la Comedia Thebayda (véase COME­ Filólogo. Se licenció en Filología Clásica por la
DIA DE SEPÚLVEDA). Universidad de Salamanca, y obtuvo el docto­
rado en la de Madrid en 1946. En 1952, tras un
RODRÍGUEZ, Julián (Ceclavín, Cáceres, 1968) periodo de catedrático en el Instituto Cardenal
Narrador. Ha dirigido algunas revistas literarias Cisneros de Madrid y en la Universidad de Bar­
y de arte y colabora en diferentes editoriales, ca­ celona, obtuvo la cátedra de Filología Griega en
nales televisivos y publicaciones. Autor que des­ la Universidad de Madrid, de cuyo departamento
taca por la austeridad y sobriedad con que ma­ sería director. En 1954 se convirtió en secretario
neja el lenguaje y las estructuras narrativas, ello de la Sociedad Española de Estudios Clásicos,
al servicio de historias marcadas por la tristeza, que pronto pasaría a presidir, al igual que la So­
la impotencia y la resignación que emanan, a me­ ciedad Española de Lingüística. En la actualidad
nudo centradas en las complejidades del mundo • es catedrático emérito de la Universidad Com ­
emocional de las mujeres. Destacan el libro de plutense. Asimismo, ha colaborado en las más
relatos, prosas, a veces casi poemas, en el que prestigiosas publicaciones especializadas, de­
usa testimonios femeninos para presentar las mostrando ser una de las figuras esenciales en lo
emociones de las mujeres, Mujeres, m anzanas que a estudios sobre literatura indoeuropea en
(2000), la novela Lo improbable (2001), de nue­ general se refiere, y es miembro de la Real Aca­
vo atenta a las evoluciones de la conciencia fe­ demia Española desde 1991. Se trata de un inte­
menina, y el volumen La sombra y la penumbra lectual de indudable prestigio y de uno de los
(2002), en el que se reúnen tres novelas cortas: máximos helenistas de este siglo, reconocido con
Cavar, Palabras y Máscaras. Es autor, además, numerosos galardones y doctorados honoris
de una novela juvenil, Tiempo de invierno causa en universidades españolas y extranjeras.
(1998), galardonada con el Premio Cáceres de De su vastísima obra, merecen mencionarse títu­
Novela Corta, y de un poemario, Nevada (2000). los indispensables como: El sistema gentilicio
decimal de los indoeuropeos occidentales y los
RODRÍGUEZ, Lucas (Alcalá de Henares, Ma- orígenes de Roma (1948), Védico y sánscrito
dríd, siglo XVI- ?, siglo XVli) clásicos (1953), El héroe trágico y el filósofo
Compilador. Apenas se sabe de este personaje platónico (1962), Evolución y estructura del
que, entre 1579 y 1590, vivía en Alcalá, ciudad verbo indoeuropeo (1963), Estudios de Lingüís­
821 RODRÍGUEZ ÁLVAREZ

tica General (1969), Lingüística Estructural (1947), Antología de la poesía española contem­
(1969), Fiesta, comedia y tragedia. Sobre los poránea (1950), Vida y sentido de la poesía ac­
orígenes griegos del teatro (1972), Raíces grie­ tual (1956) y Hora actual de la novela en el
gas de la cultura moderna (1976), El mundo de mundo (1961), a los cuales puede añadirse, ade­
la lírica griega antigua (1981), Nuevos estudios más de numerosas monografías sobre diversos
de Lingüística General (1988), Nuevos estudios de pintores y trabajos sobre Solana o el im presio­
lingüística indoeuropea (1988), Historia de la nismo español, Crónica del verano regio (1993).
democracia (1997), Del teatro griego al teatro de
hoy (1999) e Historia de la lengua griega. De los RODRÍGUEZ ALDECOA [o DE ALDECOA], Jose­
orígenes a nuestros días (1999), entre otros. Es fina —>Véase ALDECOA, Josefina R.
autor, asimismo, de la recopilación Líricos grie­
gos arcaicos (1981), que mereció el Premio Fray RODRÍGUEZ DE ALMELA, Diego (?, 1426?-?,
Luis de León de Traducción, así como responsa­ 1491/1492)
ble de un monumental Diccionario griego-espa­ Prosista. Discípulo de Alfonso de Cartagena*, fue
ñol (1980-1986). En 2000 se recopilaron sus ar­ capellán de Isabel la Católica, arcipreste de Val
tículos sobre viajes por España aparecidos en de Santibáñez y cronista real a raíz de la redac­
periódicos como ABC, El País, La Vanguardia o ción de la Compilación de las crónicas et esto-
El Independiente, entre otros, bajo el título de rias de España, terminada en 1491 y aún inédita,
Peregrinaciones y recuerdos. en la que recoge desde los orígenes del mundo
hasta Enrique IV. Precisamente por influencia de
RODRÍGUEZ ALCALDE, Leopoldo (Santander• aquel, y basándose en los textos por él prepara­
1920) dos, escribió Valerio de las historias escolásticas
Poeta y ensayista. Licenciado en Derecho y emi­ y de los hechos de España, quizá realizado en
nente traductor, formó parte del grupo de poetas torno a 1472, aunque no se publicaría hasta 1487
de la revista Proel, y, de entre todos ellos, fue el en Murcia, y que constituye un anecdotario, de
de mayor formación cultural. Crítico de arte y carácter didáctico y moralista, clasificado por ca­
ensayista riguroso, en su poesía confluyen cier­ tegorías morales cuyo origen está en los Dichos y
tas preocupaciones religiosas con un no menos hechos memorables de Valerio Máximo, a cuya
notorio desencanto m arcado por la ironía del didáctica daba gran importancia Alfonso de Car­
verso, todo ello junto a un sutil erotismo redefi- tagena. La mano de este se ve también en Compi­
nido constantemente por la evocación amorosa. lación de las batallas campales (Murcia, 1487),
El resultado final es una poesía donde, a través manual de caballería dividido en dos periodos:
de una gran riqueza léxica en la que predominan uno que da cuenta de las batallas acaecidas hasta
las deslumbrantes adjetivaciones, la fuerza de las Cristo y otro de las resueltas hasta la fecha de re­
metáforas, la precisión del léxico y el gusto por dacción. Fue autor, asimismo, de Cartas de tema
el ritmo, la búsqueda de la belleza se convierte histórico y estructura miscelánea y de una Com­
en el m otor principal, un motor movido por la pilación de los milagros de Santiago editada en
pasión, la sensualidad, el cinismo y la piedad. M urcia en el siglo xx, concretamente en 1946.
Aunque gran parte de su obra poética se encuen­
tra reunida en el volumen Jugando a la vida RODRÍGUEZ ALMODÓVAR, Antonio (Alcalá de
(1982), entre sus poemarios destacan: Viernes Guadaira, Sevilla, 1941)
Santo (1951), Cancionero de M onte Corbán Poeta y crítico. Conocido antologo y estudioso
(1952), El duende (1953), La invisible frontera del cuento popular español, es autor de una poe­
(1954), Playa de octubre (1961), La ceniza en la sía de forma narrativa y expresión directa, con
frente (1961), Nocturno de otro país (1969 y poemas extensos y que suponen una suerte de re­
1975), La derrota de las horas (1970), Un silen­ flexión estética sobre la realidad exterior, amén
cio con toda el alma (1978), Tríptico de la bahía de un profundo análisis de la visión que el hom­
(1978), La estela del buque fantasm a (1981), bre tiene de la historia y del tiempo. Destacan sus
M elodía del márm ol (1982), Llama sobre el poemarios A pesar de los dioses (1994) y Poe­
lienzo (1986), Rostros del día y de la noche mas del viajero (1999). Es autor, asimismo, de
(1987), La sonrisa ante el espejo (1988), La co­ un volumen dirigido a un público infantil, El
lumna y el vértigo, aparecido en 1989, aunque sapo y la rana se saltan la evolución (1998), en
escrito en 1969, La sombra del deseo (1993) y la el que pretende unir ciencia y literatura expli­
antología Canciones para una biografía (poesía cando a través de un cuento la evolución y los
1948-1993) (1995). Asimismo, de su numerosa peligros a los que está sometida en la actualidad.
obra ensayística, formada por traducciones, crí­
tica literaria y crítica de arte, destacan títulos RODRÍGUEZ ÁLVAREZ, Alejandro -> Véase C A ­
como: Antología de la poesía francesa religiosa SO N A, Alejandro.
RODRÍGUEZ DE ARELLANO 822

RODRÍGUEZ DE ARELLANO, Vicente (Navarra, de un teatro social, de protesta, que muestra la sor­
h. 1750-1 d. de 1806) didez de manera descamada y sin ocultar el desen­
Poeta, dramaturgo y novelista. Fue eminente tra­ canto. Deben destacarse títulos como Queda la
ductor y escritor de registros diversos. Además ceniza (1957), Un hombre duerme (1960), farsa
de intentar la narrativa en una obra inspirada en sobre unos recién casados que, semanalmente, re­
Boccaccio, El Decamerón español. Colección presentan una vida imaginaria, La madriguera
de varios hechos, raros y divertidos (1805), fue (1960), obra muy crítica en la que, tras la histo­
poeta ingenioso y burlesco, tal como puede ria de varias familias forzadas a vivir realquila­
verse en Poesías varias (1806) o en las décimas das en una vivienda compartida, se esconde un
de un Memorial burlesco, aunque también serio, análisis de cómo la sociedad genera resenti­
lo que viene avalado por los Extremos de lealtad mientos y conflictos al impedir a los individuos
y valor heroico navarro (1789), poema épico es­ acceder a una casa digna en la que puede alcan­
crito en octavas. Para el teatro escribió piezas, zarse la intimidad, y El charlatán (1962), farsa
en torno a las veintiséis, muchas de las cuales simbolista sobre la mentira y el miedo en la que
son originales, caso de Las tres sultanas o So ­ se aborda la explotación que unos padres com e­
limán 11 (1793), Cecilia y Dorsán (1800), La ten sobre su hija.
dama labradora (1801) o La Fulgencio (1801),
entre otras; el resto son refundiciones'de obras RODRÍGUEZ DE LA CÁMARA, Juan (Padrón, La
francesas. Coruña, h. 1390-Herbón, La Coruña, 1450)
Poeta y novelista. Conocido también, debido a
RODRÍGUEZ AVECILLA, Ceferino (Vaiiadoiid, su lugar de nacimiento, como Juan Rodríguez del
1880-?, 1936?) Padrón, apenas se tienen datos de su vida, a me­
Dramaturgo y narrador. Se conocen sus obras nudo confundida con la leyenda del enamorado
dramáticas En mala tarde (1905), Silencio (1913) Macías*, trovador gallego que fue auténtico
y Los caminos de Roma (1917), así como las no­ ejemplo de amantes. Se sabe, eso sí, que fue hi­
velas Los crepúsculos (1906) y Rincón de humil­ dalgo gallego, que, al igual que otros poetas del
des (1908). momento, sirvió en la Corte de Juan II*, de quien
tal vez fuese paje, que viajó, como servidor del
RODRÍGUEZ BAIXERAS, Xavier (Tarragona, cardenal Cervantes, por Italia, en cuyas tierras
1945) aprendió de la cultura italiana, sobre todo de
Poeta en lengua gallega. Próximo a las poéticas ciertas obras de la literatura sentimental como la
de Josep Camer* y Machado*, el autor se mueve Fiammetta, de Boccaccio, que llegó a Tierra
en todos los metros posibles, desde el soneto Santa, donde quizá profesara como franciscano,
hasta el verso libre, así como en el poema en y que acabó sus días retirado en el convento ga­
prosa, siempre con un profundo compromiso llego de Herbón, quizá despechado por el re­
ético que huye de la autobiografía. Traductor al chazo de una dama de la corte enojada por sus
gallego de autores catalanes e italianos, así como indiscreciones al haber contado este su privado
de autores gallegos al castellano y al catalán, ha amor. El carácter de sus obras es autobiográfico,
recibido premios tan prestigiosos como el de la de ahí, precisamente, la identificación que se ha
Crítica y el de la Crítica Gallega. Destacan poe­ hecho entre el mencionado Macías y él, pero, so-
marios como Fentos no mar (1981), Lembranza ' bre todo, sus escritos representan sus intereses
do areal (1985), Anos de viaxe (1987) — antolo­ aristocráticos y postrovadorescos. Atraído por
gía que incluye sus obras anteriores y Os celes­ los problemas de la nobleza, enfrentada en aque­
tes faiados y A gándara da noite— , galardonado llos días con don Alvaro de Luna*, en todos sus
con el Premio de la Crítica Nacional, Visitantes escritos se revela su doble tradicionalismo, tanto
(1991), Premio González Garcés, Sonetos do ir- ideológico como literario. Sus versos, de corte
mán (1991), Nadador (1995), Premio de la Crí­ sacro-profano y, sobre todo, amoroso, pertene­
tica Gallega, Beira Norte (1997), con el que ob­ cen a la tradición cortesana provenzal, especial­
tuvo de nuevo el Premio de la Crítica Nacional, mente a la gallego-portuguesa, y están incluidos
y la antología bilingüe, donde él mismo es el tra­ en los cancioneros* fundamentales del siglo xv,
ductor: Las aguas abandonadas (1999). sobre todo en el Cancionero de Baena. Deben
destacarse poemas suyos como Siete gozos de
RODRÍGUEZ BUDED, Ricardo (M adrid, 1928) amor y Diez mandamientos de amor. A su nom­
Dramaturgo. Sus obras, que oscilan entre el rea­ bre, además, figuran en un Cancionero del M u­
lismo* y la farsa de raíz esperpéntica (véase ES­ seo Británico algunos romances como Conde Ar-
PERPENTO), aúnan preocupaciones propias de las naldos. La Infantina y Rosa Florida, atribución
vanguardias con otras relacionadas con el teatro que, según parece, resulta poco acertada, aunque
de denuncia del primer Buero Vallejo*. Se trata algunos críticos relevantes la aceptan.
823 RODRÍGUEZ CAÑADA

Pero, tal vez, su obra fundamental es la novela de Juan II. Se trata de dos tratados complemen­
en prosa y verso Siervo libre de amor (h. 1440), tarios: el primero de ellos, una apología de las
primera novela sentimental* castellana en la que mujeres — opuesto al Corbaccio, de Boccaccio
el amor se aborda tanto como sentimiento no co­ y a la misógina obra, íntimamente ligada a esta,
rrespondido cuanto como relación que tiende a de M artínez de Toledo*— en la que enumera,
la tragedia. Obra dirigida a las mujeres y con un en la tradición del debate, las razones de la su­
fuerte carácter moralizador, está escrita en forma perioridad femenina, y, el segundo, como com­
de epístola a un amigo. En ella conviven lo bio­ plemento del anterior, una presentación de las
gráfico, en forma de tratado alegórico y dividido virtudes y grados de la nobleza. Rodríguez de
en tres partes, y lo ejemplar, representado por la la Cámara adaptó al castellano las Heroidas de
«Estoria de los dos amadores, Ardanlier e Liessa», Ovidio (de tema amoroso) en su Bursario, lo
libro de aventuras sentimentales insertado en el que lo convierte en escritor prerrenacentista, y
grueso de la obra y con el que pretende ejempli­ fue autor de tres epístolas amorosas que, ade­
ficar lo dicho en las partes que conforman el otro más de dejar sentir la influencia ovidiana, tal
plano, el que se refiere, y que plantea las tres vez están en el origen de su Siervo libre de
posturas ante el amor, al «hombre que amó y fue amor: Madreselva a Mausol, Troilo a Briseida
amado», sim bolizado con el arrayán, el que y Briseida a Troilo. Escribió también algunas
«bien amó y fue desamado», simbolizado con el obras que no han llegado hasta nosotros, caso
álamo blanco, y el que «ni amó ni fue amado», del tratado de heráldica Oriflama y de un Com­
simbolizado por el olivo y que representa la vía pendio de los linajes de Galicia. En 1982 se pu­
del entendimiento y la renuncia intelectual. La blicaron en M adrid unas Obras completas de
historia de los dos amadores, basada en la histo­ Rodríguez de la Cámara.
ria de Inés de Castro (la amante de un príncipe
portugués asesinada por mandato del rey), ter­ RODRÍGUEZ CAMPOMANES [o DE CAMPO-
mina, de forma trágica, con la muerte de Liessa MANES], Pedro (Santa Eulalia de Sorriba,
y el suicidio de su amante. La felicidad que en­ Tineo, Asturias, 1723-Madrid, 1802)
cuentran A rdanlier y Liessa se destruye final­ Ensayista. Conde de Campomanes, fue presi­
mente, aunque su amor consumado contrasta con dente del Real Consejo de Castilla, de las Cortes
el amor no correspondido de Yrena hacia él. De del Reino, de la Academia de la Historia y uno
algún modo, el mundo rural es representación del de los impulsores de las Sociedades Económicas.
amor correspondido, mientras que la corte sim­ Figura fundamental entre los políticos ilustrados
boliza el que no lo es. La acción externa es es­ (véase ILUSTRACIÓN) españoles, a él se deben
casa y la mayor parte del libro se dedica a la dis­ obras como: Disertaciones históricas del orden
cusión y el análisis de las emociones. Los de los templarios (1747), Discurso sobre el fo ­
amantes, que rompen con las reglas sociales, han mento de la industria popular (1774) y Discurso
de refugiarse en el bosque; cuando el rey, repre­ sobre la educación popular de los artesanos y su
sentante de la ju sticia social, mata a Liessa es fomento (1775).
cuando se entra en esa segunda fase mencionada,
la de amar sin ser amado, que conduce a una re­ RODRÍGUEZ CAÑADA, Basilio (Navalvillar de
nuncia total y al suicidio, los dos únicos caminos Pela, Badajoz, 1961)
que le quedan al amante. La moraleja de la obra Poeta y crítico. Profesor de Comunicación en la
sería que aquellos que aman están condenados a Universidad y director de Sial Ediciones, en sus
la muerte, al suicidio, de manera que solo aque­ versos, definidos por la búsqueda de una nueva
llos que renuncian intelectualmente al amor al­ sentimentalidad, la presencia de la mujer y del
canzarán la paz. El título general de la obra, sentimiento amoroso mismo es absoluta. El len­
Siervo libre de amor, que ha dado lugar a polé­ guaje que emplea para ello es de un coloquia-
micas entre los críticos, parece hacer referencia lismo propio de la confidencia, pero a menudo
a la entrega voluntaria a las pasiones, lo que, en con un estilo de corte modernista de fin de siglo.
relación con el contenido del texto, rem ite a la Es autor, entre otros, de los poemarios Acreedor
combinación de las concepciones ética y caba­ de eternidades (1997) y La llama azul (1999),
lleresca del amor, un amor que implica una ac­ donde recogió una antología poética propia de
titud individualista que no es adm itida por el obras publicadas entre 1983 y 1997. Es autor,
sistema. Por otro lado, aparecen incluidas siete asimismo, de una interesante antología llamada
canciones cuyos referentes inm ediatos son lo Poesía ultimísima (1997), en la que se encuen­
autobiográfico y lo erótico que aparece en la tran treinta y cinco autores que, sin coincidir en
epístola. Fue autor, asimismo, de Triunfo de las una sola corriente, dan cuenta de la enorme he­
donas y Cadira de honor, ambas obras relacio­ terogeneidad de tendencias poéticas del mo­
nadas entre sí y dedicadas a la prim era esposa mento.
RODRÍGUEZ CASTELAO 824

RODRÍGUEZ CASTELAO, Alfonso (Rionxo, La Co­ diversos momentos de la vida del autor, a los que
ruña, 1886-Buenos Aires, Argentina, 1950) hay que añadir la novela Os dous de sempre
Narrador y ensayista en lengua gallega. De fami­ (1934), en la línea de la novela picaresca*, y li­
lia humilde — su padre era patrón de pesca— , en bros de carácter ensayístico, muchos de ellos
1896 emigró con su familia a Argentina, donde formados por estudios etnográficos, como Ai
permaneció hasta 1900, año en que regresó a Es­ cruces de pedra na Bretaña (1930), Galiza már­
paña. Ya aquí, cursa el bachillerato en dos años tir (1937), compuesto por textos y dibujos, Atila
y, por deseo paterno, estudia Medicina en la Uni­ en Galicia (1937), Milicianos (1938), Sempre en
versidad de Santiago, carrera que nunca ejercerá, Galiza (1944), en el que se refleja su ideario po­
y colabora en la fundación del semanario El Bar­ lítico y social, y As cruces de pedra na Galiza
bero Municipal (1909-1914). Por contra, se de­ (1949). Fue autor, asimismo, de la pieza teatral
dica a pintar, enseña dibujo en un instituto y pre­ Os vellos no deben namorarse (1941), una farsa
para oposiciones al cuerpo de Estadística. En de corte expresionista y popular. Sus dibujos,
1916, después de haberse iniciado en política en dispersos muchos de ellos en las publicaciones
el agrarismo, se incorpora al grupo nacionalista en las que colaboró, forman series temáticas,
As Irmandades de Fala y funda, con Otero Pe- como sucede, por ejemplo, con Cincoenta homes
drayo* y Vicente Risco*, el grupo Nós, punto de por dez reás (1931) o con la mencionada Galiza
encuentro de la vida cultural y política de Gali­ mártir.
cia entre 1920 y 1936. Poco a poco, va ganando
notoriedad con sus dibujos de crítica social y RODRÍGUEZ CHICHARRO, César (M ad rid,
política Cousas da vida, aparecidos en diversos 1930-México, D.F., 1984)
periódicos y que van acompañados de su corres­ Poeta. Hubo de trasladarse a México como con­
pondiente pie escrito. En 1926 es elegido miem­ secuencia de la Guerra Civil, fundó la revista La
bro de la Real Academia Galega. Entre 1931 y palabra y el hombre y enseñó en universidades
1933, su liderazgo en el Partido G alleguista le mexicanas, venezolanas y estadounidenses. De­
obliga a hacer un paréntesis en sus tareas lite­ ben recordarse sus poemarios: Con una mano en
rarias. Es desterrado a Badajoz por Lerroux el ancla (1952), Eternidad es barro (1954),
en 1934, lo que le permite reanudar su quehacer Aventura del miedo (1962), La huella de tu nom­
como escritor, si bien no se aparta de la polí­ bre (1963), Aguja de marear (1973) y Final­
tica, pues en 1936 se convirtió en diputado del mente (1983).
Frente Popular. Tras la Guerra Civil hubo de exi­
liarse, y desde ese momento participa en el go­ RODRÍGUEZ CONCEPCIÓN, Anelio (Santa Cruz
bierno republicano en el exilio presidido por de La Palma, 1963)
Giral en 1946. Poeta. Hay que m encionar sus poemarios P oe­
Por lo que se refiere a su obra, siempre escribió mas de la guagua (1984), Poma (1987) y La ciu­
en gallego excepto algunos discursos y los ar­ dad se rompe y se levanta (1990), los poemas en
tículos que publicó en El Liberal de Madrid. prosa de Relación de seres imprescindibles
D esm itificador de los tópicos costum bristas a (1998) y los volúmenes de relatos La Habana y
través de un humorismo marcado por el sar­ otros cuentos (1990) y Ocho relatos y un diálogo
casmo, su atención se centra en la realidad so­ (1994), con el que obtuvo el Premio de Cuentos
cio-cultural gallega, tanto en los ensayos como Santa Cruz de Tenerife 1992.
en los relatos, y destaca en ambos géneros por su
profunda y sutil capacidad para captar las esen­ RODRÍGUEZ DEL CORRAL, José Luis (Morón de
cias de su pueblo desde un humorismo crítico y la Frontera, Sevilla, 1959)
popular. Demostró en sus páginas un amor sin Novelista. Colaborador del suplemento cultural
medida por los desvalidos y por su tierra, así del D iario de Sevilla, ha sido director de la re­
como por una lengua que empleó con extrem o vista Tempestad. Debutó con la novela erótica
cuidado. En cuanto a sus dibujos, decir tan solo Llámalo deseo (2003), con la que obtuvo el Pre­
que responden a la misma actitud crítica que sus mio La Sonrisa Vertical.
narraciones, todo ello movido por un realism o
crítico e incisivo orientado a la denuncia de las RODRÍGUEZ DE CUENCA, Juan (siglo xiv)
injusticias sociales. De su producción, hay que Historiador. Apenas se sabe de su vida, excep­
destacar los libros de relatos Un olio de vidro to que fue despensero de la esposa de E nri­
(1920), Cousas (1926, 1929 y 1934), donde re­ que III el Doliente y que escribió un Sumario de
coge los dibujos y textos a que antes nos refe­ los reyes de España que abarca desde Pelayo
ríamos, la mayoría humorísticos sobre los pro­ hasta el mencionado Enrique. La obra no sería
blemas del cam pesinado gallego, y Retrincos publicada hasta 1781, fecha en que se editó en
(1934), colección de cinco cuentos referidos a Madrid.
825 RODRÍGUEZ m a rco s

RODRÍGUEZ FER, Claudio (Lugo, 1956) poesía de la experiencia*. En sus versos hay una
Poeta en lengua gallega. Catedrático de Lengua evocación de la infancia basada en el cultura-
y Literatura, deben destacarse sus poemarios lismo, algo que se da en sus primeros poemarios,
Poemas de amor sen morte (1979), Tigres de ter­ así como mucho de neorrealismo urbano o de
nura (1981), por el que obtuvo el Premio de la mundos oníricos en los más recientes, algo que,
Crítica, Cinepoemas (1983), Historia da Lúa en definitiva, no lo desliga, como quizá él hu­
(1984), A boca violeta (1987) y Lugo blues biese deseado, de sus coetáneos de esa otra vía
(1987), entre otros. Es autor, además, de ensa­ «de la experiencia». Autor de una interesante an­
yos, A Galicia misteriosa de A nxel Fole (1981), tología de poetas considerados independientes,
y de obras narrativas como Meta-relatos (1988). Elogio de la diferencia. Antología consultada de
Es importante antologo de poesía gallega y ha poetas no clónicos (1997), así como de la novela
editado la obra de autores como Ánxel Fole* o Los demonios de Vysehrad (1999), destaca la an­
José Ángel Valente*. tología de su poesía, titulada Una hebra de es­
plendor (2000), que reúne parte de su obra de en­
RODRÍGUEZ FISCHER, Ana (Veiga, Asturias, tre 1979 y 1999.
1957)
Narradora y ensayista. Doctorada en Filología RODRÍGUEZ DE LENA, Pedro (siglo xv)
Hispánica, es profesora de Lengua y Literatura Prosista. Nada se sabe de su vida, a excepción de
Españolas en la Universidad de Barcelona y es­ que fue escribano de Juan II*. Suyo es el Libro
pecialista en la obra de Rosa Chacel*, ha escrito del Paso Honroso defendido por el excelente ca­
sobre otros autores, desde Fernández de M ora­ ballero Suero de Quiñones, en el que se cuenta la
tín* hasta Juan Marsé*, pasando por Rosalía de defensa del puente de san Marcos, sobre el río
Castro*, A zaña* o A ltolaguirre*, entre otros. Órbigo, cerca de León, realizada por el caballero
Crítica literaria del diario ABC y en diferentes Suero de Quiñones*, quien se comprometió, con
revistas especializadas, en su narrativa domina nueve amigos, a defender durante un mes el paso
la polifonía, con personajes que van relatando la sobre dicho río. Pelearon sesenta y ocho caballe­
realidad, sobre todo lo que tiene que ver con ros, españoles y extranjeros, contra diez mante­
la ciudad de B arcelona, con la adolescencia y nedores, llegándose a celebrar setecientos com­
con el encuentro con el mundo adulto. Es autora bates. Es un libro que relata hechos ciertos
de un curioso libro. Cartas a Rosa Cliacel, que — contados también en la Crónica de Juan II y
es una sem blanza de la escritora a través de lo en los Anales de Jerónimo de Zurita*— , y, por
que le dicen sus corresponsales, así como de las tanto, resulta muy útil para aproximarse a las
novelas Objetos extraviados (1995), con la que costumbres caballerescas de finales de la Edad
obtuvo el Premio Fem enino Lumen, B atir de Media, muchas de las cuales eran aventuras rea­
alas (1998), Ciudadanos (1998) y Pasiones ta­ lizadas a imagen y semejanza de lo que ocurría
tuadas (2002). en los libros de caballerías*. El texto de Rodrí­
guez de Lena fue condensado por Juan de Pi­
RODRÍGUEZ GARCÍA, José Luis (León, 1949) neda* para su publicación (Salamanca, 1588).
Poeta y ensayista. Profesor de Historia de la Filo­
sofía Moderna y Contemporánea en la Universi­ RODRÍGUEZ MARCOS, Javier (Nuñomoral, Cá­
dad de Zaragoza, ha reflexionado en sus obras ceres, 1970)
tanto sobre cuestiones filosóficas como literarias. Poeta y narrador. Especialista en arte y arquitec­
Ha publicado poemarios como Tan sólo infiernos tura, fue redactor del suplemento cultural de
sobre la hierba (1981), El unicornio en su jardín ABC y en la actualidad lo es de Babelia, de El
(1984), De luminosas estancias (1986) y El labe­ País. Riguroso y coherente en la fusión de las
rinto de los espejos (1986), entre otros. Es autor, formas con el contenido de sus poemas, en su
asimismo, de los ensayos: Escritura, poder, sen­ poesía se encuentra un refinado culto por el len­
tido (1979), Artaud (1981), Introducción a Ficbte guaje, una confianza desmedida en su valor y po­
(1982), Marx en España (1983), Friedrich H ól­ sibilidades, aunque siempre cauto y austero, re­
derlin: el exiliado en la tierra (1988; 2 vols.) y celoso respecto a los riesgos de un exceso de
Verdad y escritura. Hólderlin, Poe, Artaud, Ba- palabras, lo que le lleva a una condensada clari­
taille, Benjamín, Blanchot (2000), así como de la dad expresiva. Su pretensión parece clara, y no
novela Al final de la noche (1999). ajena a una también clara intención de convertir
el lenguaje en un contenedor de la realidad
RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, Antonio (Córdoba, 1959) misma, al modo que proponía ya Vicente Huido-
Poeta y crítico. Coordinador del suplemento lite­ bro. Si en sus inicios su poesía, en la que el viaje
rario del diario Córdoba, fue quien acuñó el con­ ha sido siempre un eje argumental, estaba mar­
cepto de «poética de la diferencia», frente a la cada por cierto expresionismo, posteriormente
RODRÍGUEZ MARÍN 826

ha ido despojándose de dichos amaneramientos íntimamente ligado a los grupos de teatro catala­
para llegar a una palabra más desnuda, más es­ nes, pertenece a la generación de Martín Re­
cueta, reducida a sus líneas esenciales de expre­ cuerda* y Lauro Olmo*. Autor de una produc­
sión. Por lo que respecta a su prosa, cabe decir ción vastísima, en la que no todas las obras han
que es un narrador de fina ironía, con cuyo hu­ llegado a estrenarse o publicarse, su teatro — gé­
morismo se dedica a desmenuzar los entresijos nero principal de su literatura— , claramente rea­
del mundo literario, de la escritura y de la sole­ lista, y sin olvidar la herencia del esperpento de
dad misma del acto creador. Debe destacarse, Valle-Inclán*, opta por la denuncia. Teatro crí­
además del libro de relatos Nosotros. Los solita­ tico, de muchos personajes, la acusación cons­
rios (1997) y del dietario de viajes Medio mundo tante de Rodríguez Méndez es contra una socie­
(1998), los poemarios Naufragios (1995), galar­ dad que acorrala a víctimas inocentes, contra una
donado con el Premio Extremadura Carolina Co­ sociedad, la española, cuya historia refleja los
ronado, Mientras arden (1996), Premio Ciudad caracteres de la tragedia. Por elegir acaso algu­
de Jaén, Frágil (2002), que obtuvo el Premio Ojo nos de los títulos fundamentales, deben citarse:
Crítico de RNE, así como el ensayo, escrito en El milagro del pan y de los peces (1953), que re-
colaboración con Anatxu Zabalbeascoa*, Vidas elaboraría posteriormente con el título de La
construidas (1999), en el que se reúnen .diversas puerta de las tinieblas (1963), Vagones de m a­
biografías de arquitectos. dera (1959), Los inocentes de la M oncloa
(1960), obra galardonada con el Premio Larra,
RODRÍGUEZ MARÍN, Francisco (Osuna, Sevilla, Vendimia de Francia (1964), La batalla del Ver-
1885-Madrid, 1943) dun (1966), El vano ayer (1963), M aría Slo-
Crítico, folclorista y poeta. Abogado, hubo de dowska o la aventura del radium (1964), Bodas
abandonar su profesión por problemas de salud. que fueron fam osas del Pingajo y la Fandanga
Fue director de la Biblioteca Nacional y miem­ (1965), El círculo de tiza de Cartagena (1966),
bro de la Real Academia Española, en la que in­ Historia de unos cuantos (1970), Flor de otoño
gresó en 1905. Como poeta, siguió los patrones (1974), Teresa de Ávila (1982), El pájaro solita­
de la poesía clásica española, algo que también rio (1993), pieza no estrenada que, en 1994, le
practicó en sus obras narrativas. En su actividad supuso la concesión del Premio Nacional de
investigadora, recopiló refranes, términos popu­ Teatro, y Última batalla en El Pardo (2001),
lares y canciones, aunque lo principal de sus es­ reflexión cruda sobre la Guerra Civil. Es autor,
tudios fueron sus aportaciones bibliográficas asimismo, de obras narrativas como Pobrecitos,
sobre los autores clásicos, a quienes editó, prin­ pero no honrados (1972), Los herederos de la
cipalmente a Cervantes*, lo que le llevó a ser promesa (1979), El cisne de Cisneros (1981) y
uno de los más prestigiosos cervantistas. A de­ Cosas de la transición (1984), que obtuvo el
más de dos poemarios, Madrigales y Sonetos, así Premio Tigre Juan de Novela Corta. De sus en­
como de la antología Cuentos populares españo­ sayos, también numerosos, hay que recordar:
les (1882-1883; 5 vols.), Nueva poemática del Los teleadictos (1971), C om entarios im perti­
tiempo (1891) y el importante trabajo lexicográ­ nentes sobre el teatro español (1972), Ensayo
fico Dos mil quinientas voces castizas y bien au­ sobre la «inteligencia» española (1972), Ciuda­
torizadas que piden lugar en nuestro léxico danos de tercera (1974) y La incultura teatral
(1922), deben recordarse sus ediciones de las en España (1974).
Flores de poetas ilustres, de Espinosa*, de El dia­
blo cojuelo, de Vélez de Guevara*, de las poe­ RODRÍGUEZ DE MESA, Gregorio —>Véase SIL­
sías de Baltasar del Alcázar* o una biografía de VESTRE, Gregorio.
Barahona de Soto*, si bien lo más im portante
de su producción, como ya queda dicho, se re­ RODRÍGUEZ MOHEDANO, fray Pedro (C ór­
fiere a Cervantes, campo en el que hay que re­ doba,, 1722-Granada, h. 1783) y fray Ra­
cordar sus ediciones de varias Novelas ejempla­ fael (Córdoba, 1725-Granada, h. 1783)
res y, sobre todo, la magnífica y prestigiosa que Frailes franciscanos y hermanos que residieron
realizara del Quijote (1911), que aparecería, en­ en el convento de San Antonio Abad de Granada
tre 1947 y 1949, en diez volúmenes. y a quienes se conoce por su Historia literaria
de España, desde su prim era población hasta
RODRÍGUEZ MÉNDEZ, José María (M adrid, nuestros días, nueve tomos publicados, en diez
1925) volúmenes, entre 1766 y 1791. La obra, que pre­
Dramaturgo, narrador y ensayista. Colaborador tendía ser una monumental historia de la litera­
en numerosas publicaciones, principalmente en tura española, se quedó en la literatura hispano-
El Noticiero Universal, para el que escribió latina, concretamente en Lucano*. No obstante
desde diversos países como Italia o Argentina, e la erudición que demuestran sobre los temas tra­
827 RODRÍGUEZ-MOÑINO

tados, el texto provocó encendidas polémicas y que Esplandián aparecía en las primitivas redac­
duras críticas, como la de Ignacio López de ciones de la obra y que, en consecuencia, no fue
Ayala* en su Carta crítica (1781), a la que los una invención de Montalvo.
frailes replicaron con la Apología del tomo V Por lo que se refiere al tema, el libro imita libre­
(1779). mente las novelas del ciclo bretón, y está tejido
por las más maravillosas y variadas aventuras. El
RODRÍGUEZ DE MONTALVO, Garci (siglo xvi) argumento puede resumirse, a modo de titulares,
Sabemos de él lo que se dice en su edición del del siguiente modo: comienza con el nacimiento
grandioso libro de caballerías* Amadís de Gau- de Amadís, al que sigue su crianza en casa del es­
la, que fue corregidor de M edina del Campo en cudero Gandales de Escocia, sus amores con la
época de los Reyes Católicos, que era aficionado princesa Oriana, la ceremonia en que es armado
a la caza, y, según el investigador Narciso caballero, el reconocimiento de sus padres, el en­
Alonso Cortés*, que pertenecía al linaje de los cantamiento de Amadís en el palacio de Arcalaus
Pollinos de M olina, que era hidalgo en 1482 y y su desencantamiento, el combate con su her­
que, según los documentos, había muerto en mano Galaor, la prueba del Arco de los Leales
1505. Es importante señalar que en las ediciones Amadores, la penitencia que, con el nombre de
posteriores a la prim era aparece el nombre de Beltenebros, realiza en la Peña Pobre, el combate
Garci Ordóñez de Montalvo, obviamente, la y triunfo sobre el monstruo Endriago en la isla
misma persona. del Diablo y el matrimonio final. El curso de esta
Por lo que se refiere al Amadís, hay que decir que acción, reseñada aquí de acuerdo a sus aconteci­
quizá sea el más destacado libro de caballerías y mientos fundamentales, se ve interrumpida por
que se trata de un producto original hispánico numerosos episodios secundarios en los que apa­
dentro del ciclo artúrico. El texto que ha llegado recen otros personajes. Sus aventuras, en las que
hasta nosotros es una refundición preparada a fi­ se mezcla el mundo heroico y el lírico, suceden
nales del siglo xv por Rodríguez de Montalvo, si en diversas zonas de Europa, lo que, entre otras
bien se sabe seguro que la obra existía en la Pe­ cosas, hace que la novela carezca de carácter na­
nínsula antes de 1325, pues Rodríguez-Moñino* cional. Algunas de las características esenciales
encontró un fragmento anterior a la refundición del texto son la facilidad con que la acción se de­
de Montalvo. La crítica ha planteado la necesi­ sarrolla y la habilidad con que dispone de recur­
dad de postular diferentes versiones para intentar sos variados. Amadís es el prototipo de héroe ca­
resolver el problem a generado por las distintas balleresco, aunque sus aventuras suceden en un
redacciones del texto. Según esto, habría que ambiente de idealismo sentimental. Su encarna­
contemplar la posibilidad de una redacción pri­ ción del caballero perfecto es la causa de que el
mitiva de principios del siglo xiv, una segunda libro tenga un alto valor didáctico y social, así
versión, dividida en tres libros y realizada a par­ como de que se convirtiera en código de honor
tir de la segunda mitad del xiv y, por fin, la úl­ para varias generaciones. Todo ello, así como el
tima refundición de M ontalvo, que habría sido hecho de representar la única posibilidad de eva­
hecha entre 1492 y 1506. Sin embargo, la pri­ sión para los lectores de su tiempo, es lo que
mera edición conocida apareció en Zaragoza en llevó al Amadís a alcanzar el éxito tan inmenso
1508, aunque es evidente que hubo alguna im ­ del que gozó. Su difusión por Europa fue acaso
presión anterior. Pero existen más problemas, mayor que la que tuvo en la Península, lo que no
como por ejemplo el de su autor y la lengua en impidió la desaprobación de la obra por parte de
que fue primitivamente escrito, lo que ha propi­ num erosos m oralistas que veían en los libros
ciado que Portugal y Francia se hayan atribuido de caballerías, así como un peligroso estímulo de
la paternidad de la novela. Y lo cierto es que, en quimeras y necedades, el riesgo de nocivas in­
una crónica de 1454, se afirma que el autor es el fluencias para la vida moral. La obra, sin em­
portugués Vasco de Lobeira. No obstante, las in­ bargo, provocó numerosas imitaciones, lo que
vestigaciones más recientes no permiten ya acep­ llevó a que el siglo xvi conociera la más prolí-
tar la filiación portuguesa ni francesa como via­ fica manifestación del género. Las más destaca­
bles, principalm ente porque el m encionado das fueron, quizá, las continuaciones llevadas a
fragmento hallado por R odríguez-M oñino está cabo por Feliciano de Silva*.
en castellano. En el prólogo de la obra, el propio
Montalvo afirma que esta era producto de varios RODRÍGUEZ-MOÑINO, Antonio (Calzadilla de
autores y que constaba de cuatro libros que él se los Caños, Badajoz, 1910-Madrid, 1970)
había encargado de modernizar y enmendar, así Filólogo y bibliógrafo. Bibliotecario del Museo
como de añadir uno propio titulado Sergas de Es- Lázaro Galdiano de Madrid, profesor en la Uni­
plandián, el hijo de Amadís. Lo que sucede es versidad de Berkeley, en California, miembro de
que el fragmento de Rodríguez-Moñino muestra la Real Academia Española, vicepresidente de la
r o d ríg ue z del padró n

Hispanic Society of America y continuador de la Historia, Alienación (1976), Historia social de la


labor bibliográfica de Bartolomé José Gallardo* literatura española (1978; 3 vols.), Poesía crítica
— a quien dedicó varios estudios y cuya corres­ y satírica del siglo XV (1981), Literatura fascista
pondencia publicó— , fue uno de los grandes eru­ española (1996 y 1987; 2 vols.) y Cancionero de
ditos y estudiosos de nuestra literatura, lo cual fray Ambrosio Montesinos (1987), entre otros.
quedó demostrado en el más de medio centenar
de obras que publicó. Fue, asim ismo, el funda­ RODRÍGUEZ RUBÍ, Tomás (Málaga, 1817-Ma-
dor de la Revista Española (1953) y, en 1965, de dirió, 1890)
la colección «Clásicos Castalia», en la Editorial Dramaturgo, ensayista y poeta. Político mode­
Castalia que él mismo fundara. De todas sus rado que, entre otros cargos políticos, fue minis­
obras, así como de las numerosas ediciones, es­ tro de Ultramar en 1868. Tras la Revolución de
pecialmente de cancioneros y romanceros, impo­ Septiembre hubo de exiliarse y, tras la Restaura­
sibles de consignar aquí, deben destacarse: His­ ción, fue comisario regio de Hacienda en Cuba.
toria literaria de Extremadura (1942 y 1950; Ingresó en la Real Academia Española en 1860.
2 vols.), Don Bartolomé José Gallardo (1776- Fue autor de piezas costum bristas de clara in­
1852) (1955), El prim er manuscrito del «Amadís tención didáctica, de otras pertenecientes, por
de Gaula» (1957), Las fuentes de Romancero ge­ sus diálogos de salón y su am biente aristocrá­
neral (1957; 12 vols.), Construcción crítica y tico, al género de la «alta comedia», y de algu­
realidad histórica de la poesía española de los nas de tema histórico de orientación romántica.
siglos XVI y XVII (1965), La silva de romances de Suele emplear el verso, a menudo con imperfec­
Barcelona, 1561 (1969), Diccionario bibliográ­ ciones y superficialidades técnicas. Hay que
fico de pliegos sueltos poéticos (siglo xvi) destacar obras suyas como: Toros y cañas
(1970), obra que forma parte de sus indispensa­ (1840), Rivera o la fortuna en la prisión (1841),
bles repertorios bibliográficos de algunas colec­ La venta de Cárdenas (1842), Isabel la Católica
ciones de impresos y manuscritos, La imprenta (1843), La rueda de la fo rtu n a (1843 y 1844;
de Antonio Sancha (1971) y, aparecido postuma­ 2 partes), Bandera negra (1844), El arte de ha­
mente, La transmisión de la poesía española de cer fortuna (1845), Borrascas del corazón
los Siglos de Oro (1976). (1846), El Fénix de los ingenios (1853), La es­
cala de la vida (1858), La entrada en el gran
RODRÍGUEZ DEL PADRÓN, Juan -> Véase mundo (1874), El gran filón (1874) y Fiarse del
RODRIGUEZ DE LA CÁM ARA, Juan. porvenir (1874). Fue autor, asimismo, de un
poemario pionero en la poesía de carácter regio­
RODRÍGUEZ PINILLA, Cándido (Ledesma, Sala­ nal, Poesías andaluzas (1841), y de la novela
manca, 1856-Salamanca, 1931) El hermano de la mar (1845).
Poeta. Profundamente humano en el tratamiento
íntimo de los temas, a menudo relacionados con RODRÍGUEZ RUIZ, Esteban (Alcubillas, Ciudad
la experiencia de su ceguera y con su región, y Real, 1950)
sencillo en las formas, deben recordarse sus poe­ Narrador. En su obra, en la que está presente el
marios: M emorias de un m ártir (1888), Cantos ámbito manchego y, en general, popular, la me­
de la noche (1899) y El poem a de la tierra moria es el eje a través del cual se reflexiona so­
(1914). bre la vivencia de la realidad, ello con alguna
pleitesía a un cierto costumbrismo*, aunque la
RODRÍGUEZ-PUÉRTOLAS, Julio (Zaragoza, estampa de costumbres le abre las puertas de un
1936) lirismo en la evocación, sazonado de metáforas y
Crítico. Ha sido profesor de la Universidad de aliteraciones que conviven con una sintaxis tra­
Los Ángeles, en California, y en la actualidad bada en numerosas subordinadas y prolijas adje­
enseña en la Universidad Autónoma de Madrid. tivaciones. De tal suerte, queda claro el profundo
Estudioso de variados temas de la literatura, que interés de Rodríguez Ruiz por el lenguaje, por
van desde cuestiones medievales hasta la litera­ sus texturas y posibilidades expresivas, y consi­
tura decimonónica, deben destacarse, entre sus gue textos de gran delicadeza y buen gusto. Ade­
muchas publicaciones y aparte de las numerosas más del ensayo La M ancha y el Hombre en la
ediciones de autores españoles, libros como: poesía de Juan Alcaide (1993), hay que mencio­
Fray Iñigo de Mendoza y sus «Coplas de vita nar su novela Evocación (1997).
Christi» (1968), Poesía de protesta en la Edad
Media castellana (1968), su edición del Cancio­ RODRÍGUEZ SPITERI, Carlos (M álaga, 1911)
nero de fray íñigo de Mendoza* (1969), De la Poeta. Estudió Derecho en las universidades de
Edad Media a la Edad conflictiva (1972), Gal­ Madrid y Granada, y, como poeta, pertenece al
dós: Burguesía y revolución (1975), Literatura, grupo de autores que suelen llamarse Generación
829 ROIG

del 36*. Fundador de la revista Caracola, ha co­ histórica y literaria se ven ratificados por una
laborado en numerosas publicaciones. Preocu­ vastísima obra en la que predominan ensayos
pado por España, es autor de versos dolientes científicos que se sitúan en la frontera entre la
unas veces, jubilosos otras, en los que puede psicología y la biología, la antropología y la so­
apreciarse la influencia de Unamuno. De entre ciología, la terapéutica y la moral o la crítica de
sus num erosísim os poem arios, hay que recor­ los valores estéticos. Deben destacarse, acaso
dar: Choque fe liz (1935), Los reinos de la se­ por elegir algunos de sus títulos, trabajos como:
creta esperanza (1938), Hasta que la voz des­ Patología psicosom ática (1949), El hombre a
canse (1943), Am arga sombra (1947), Las prueba (1951), Cerebro interno y mundo emo­
voces del ángel (1950), M álaga (1953), dedi­ cional (1952), La medicina actual (1954), Ur­
cado a su ciudad y ampliado en Málaga (nuevos dimbre afectiva y enfermedad. Introducción a
poem as) (1999), Ese día (1959), Una puerta an­ una medicina psicosomática (1960), Entre el si­
cha (1962), Los espejos (1964), Las cumbres lencio y la palabra (1960), Niño, fam ilia y so­
(1966), Cinco poem as (1966), Callar jun to s ciedad (1960) y El hombre como encuentro
(1967), Se viene a los ojos (1969), No todo es (1969), a los que habría que añadir títulos tan
silencio (1972), En una huida (1973), Días ines­ sugerentes como Violencia y ternura o Los
perados (1975), De este tiempo y de otro tiempo duendes del Prado.
(1978), Día que viene claro (1979) y Pablo Pa-
lazuelo (1985). ROGERIO SÁNCHEZ, José -> Véase SÁNCHEZ,
José Rogerio.
RODRÍGUEZ DE VILLAVICIOSA, Sebastián (Tor-
desillas, Valladolid1618?-d. de 1660) ROIG, Jaume (Valencia, h. 1400-Benimémet,
Dramaturgo. Clérigo, vivió intensamente la vida Valencia, 1478)
teatral madrileña, y llegó a colaborar con autores Poeta en lengua catalana. Estudió Medicina, pro­
como Cáncer*, Moreto*, Matos* y Francisco de bablemente en Lérida y París, y ejerció, desde
Avellaneda*. Destacó como entremesista, género 1450, como médico de la reina María, esposa de
en el que merecen recordarse sus obras La casa Alfonso el Magnánimo. Su obra principal es el
de vecindad, Las visitas y El retrato de Juan Llibre de consells, nombre con el que apareció
Rana, sobre un personaje a quien dedicara tam­ en las ediciones de 1531 y 1561, también lla­
bién varios entremeses Quiñones de Benavente*. mado Llibre de les dones o mes verament dit de
Pero su obra más importante, además de la co­ consells, aunque su nombre más célebre es Spill
media La dama corregidor, fue, sin duda, Cuan­ (Espejo). Escrito en «noves rimades», es decir en
tas veo, tantas quiero, escrita en colaboración versos de cuatro más cuatro sílabas, y en primera
con el mencionado Avellaneda. persona, se trata de un largo poema didáctico de
gran virtuosismo expresivo, gusto realista y ca­
ROF CARBALLO, Juan (Lugo, 1905-M adrid, rácter misógino en la línea del Corbaccio de
1994) Boccaccio y del Corbacho del arcipreste de Ta­
Ensayista. Estudió Medicina en Santiago, Barce­ lavera*. Supone, asimismo, un fresco de la so­
lona y Madrid, y posteriormente amplió sus estu­ ciedad catalana del siglo xv. Participó con sus
dios en Viena, Colonia, Copenhague, París y versos en el que está considerado el primer libro
Berlín. Especialista en anatomía patológica y ra­ impreso en España, Les trobes en lahors de la
diología clínica, estudió tales disciplinas con los Verge Marie*.
más prestigiosos maestros en la materia, se doc­
toró en Madrid y fue, durante ocho años, profe­ ROIG, Montserrat (Barcelona, 1946-1991)
sor auxiliar en la Universidad de Central, así Novelista en lenguas catalana y española. Estu­
como jefe de Endocrinología de la Fundación Ji­ dió Filosofía y Letras en su ciudad natal, fue lec­
ménez Díaz. Fundó el Instituto de Ciencias del tora en la Universidad de Bristol y colaboradora
Hombre y el Instituto de M edicina Psicosomá- en numerosas publicaciones. Se dedicó priorita­
tica y Psicoterapia Médica. M iembro de honor riamente al periodismo, donde destacó como
de varias sociedades extranjeras y experto de la personalísima y sugerente entrevistadora. Su
Organización Mundial de la Salud, ingresó en la obra literaria alcanzó gran éxito debido a las tra­
A cadem ia de M edicina en 1969 y en la Real ducciones al español que se realizaron de todos
Academia Española en 1984. Entre los muchos sus títulos. Poseedora de un estilo en el que la
galardones que recibió en vida, destacan la M e­ ironía forma el subsuelo de cuanto relata, supo
dalla Castelao de la Xunta de Galicia en 1986 y, retratar a la burguesía catalana, así como desple­
concedido por la Fundación Hombre, el Premio gar su mirada minuciosa por su adorada ciudad
Centenario Gregorio Marañón en 1987. Su pres­ de Barcelona. No obstante, sus últimas obras se
tigio internacional y su formación humanística, volvieron más reflexivas, tratando de indagar en
ROÍS DE CORELLA 830

su identidad, así como en la de la propia escri­ santa Anna, Historia de Josefy, principalmente,
tura, que también fue centro de su meditación. Historia de santa Magdalena. Mantuvo, además,
Deben destacarse, además de los libros de cuen­ correspondencia con Carlos de Viana*. A si­
tos Molta roba i poc sabó, i tan neta que la volen mismo, participó con sus poemas en el certamen
(1970), con el que obtuvo el Premio Víctor Ca- mañano celebrado en Valencia que dio lugar a la
talá, y El canto de la juventud (1989), las nove­ publicación de Les trobes en lahors de la Verge
las Ramona, adéu (1972) — Ramona, adiós Marie*, considerado como el prim er libro im ­
(1980), El temps de les cireres (El tiempo de las preso en España.
cerezas) (1977), galardonada con el Premio Sant
Jordi, en la que aborda el tema de la pequeña ROJAS, Carlos (Barcelona, 1928)
burguesía barcelonesa de la posguerra, L ’hora Novelista. D octor en Filosofía y Letras por la
violeta (La hora violeta) (1980), las tres confor­ Universidad de Madrid y catedrático de Lengua
man su trilogía sobre la decadencia de la men­ y Literatura españolas en Estados Unidos, Carlos
cionada burguesía, L ’ópera quotidiana (1982), Rojas Vila es uno de los autores que mayores
La veu melodiosa (1987) y Dime que me quieres controversias ha despertado, ya que muchos han
aunque sea mentira (1991). De su obra ensayís- tenido sus obras como representantes de la «no­
tica, además de los tres volúmenes de enfrevistas vela católica», mientras que otros la han consi­
a personalidades de la cultura catalana recogidos derado «novela intelectual». Lo que sí parece
en Retrats paral.lels (1975-1980), hay que recor­ claro es que su reacción contra el realismo* crí­
dar Rafael Vidiella o l ’aventura de la revolució tico de los años cincuenta le llevó a practicar una
(1977), Els catalans ais camps nazis (1977), que literatura de orden metafísico en la que se adivi­
mereció el Premio Crítica Serra D ’Or, ¿Tiempo nan intenciones filosóficas, deseos de una analí­
de mujer? (1980) y L ’agulla daurada (1985), tica en todo punto diferente a la practicada por
Premio de Literatura Catalana de la Generalitat. los autores del realismo testimonial. Así, su ma­
Postumamente, apareció una minuciosa recopi­ nera de abordar al individuo y el devenir histó­
lación de sus artículos periodísticos cuya traduc­ rico desborda, con mucho, una simple m otiva­
ción al español fue Ultima crónica. Diario ción descriptiva. En algunas de sus obras, la
abierto 1990-1991 (1994). ficción busca a personajes de la realidad para re­
crear en ellos, desde un punto de vista polémico,
ROÍS DE CORELLA, Joan (Gandía?, 1433/1443- el momento histórico correspondiente. En gran
Valencia, 1497) medida se le considera, por gran parte de la crí­
Poeta y prosista en lengua catalana. Hijo primo­ tica, uno de los más acreditados representantes
génito de una fam ilia noble que, sin embargo, de la novela histórica, género que ha cultivado
optó por la carrera eclesiástica. Pese a que fue con profusión. Deben destacarse sus novelas De
así, los escasos datos biográficos que se poseen barro y de esperanza (1957), El futuro ha co­
no permiten afirm ar que llegara a ordenarse menzado (1958), El asesino de César (1959), ga­
sacerdote, aunque sí parece verosímil que tuviera lardonada con el Premio Ciudad de Barcelona,
descendencia con Isabel Martínez, así como re­ Las llaves del infierno (1962), La ternura del
laciones amorosas con otras mujeres. Fue su for­ hombre invisible (1963), Adolfo Hitler está en mi
tuna personal la que le permitió dedicarse a la casa (1965), Auto de fe (1968), por la que obtuvo
literatura y a la predicación. El caso es que esta­ el Premio Nacional de Literatura, Aquelarre
mos ante la última gran figura de la literatura (1970), Azaña (1973), que fue Premio Planeta,
medieval catalana, ejemplo claro de la influencia Memorias inéditas de José Antonio Primo de Ri­
que tuvieron los modelos clásicos e italianos. vera (1977), El Valle de los Caídos (1978), El in­
Poeta amoroso, en la línea de Ausiás March*, fue genioso hidalgo y poeta Federico García Lorca
también poeta religioso, que se centró, sobre asciende a los infiernos (1980), a la que se con­
todo, en temas marianos. Como prosista, escri­ cedió el Premio Nadal, El sueño de Sarajevo
bió piezas de carácter epistolar, algunas narracio­ (1982), El jardín de las Hespérides (1988), El
nes sentimentales y, al final de su vida, textos re­ jardín de Atocha (1990), Yo, Goya (1991), Pro­
ligiosos. Hay que destacar, por tanto, el poema ceso a Godoy (1992) y El bastardo del rey
amoroso La balada de la garsa i l'esmerla, los (1999). Además de la novela en catalán Rei de
religiosos Vida de la Sacratíssima Verge, en rims Roma (1966), hay que recordar algunos de sus
y la Versió (1488), o trabajos en prosa como ensayos, tales como La revolución francesa
Tragedia de Caldesa (h. 1458), narración muy (1956), Diálogos para otra España (1966), Por
artificiosa sobre una infidelidad, los relatos sen­ qué perdimos la guerra (1970), La guerra civil
timentales Historia de Leander i Hero, Historia vista por los exiliados (1975), Retratos antifran­
de Jason i Medea y Parlament en casa de Beren- quistas (1977), El mundo mítico y mágico de Sal­
guer Mercader, entre otros, y Vida de la gloriosa vador D alí (1985) y Puñeta, la Españeta (2000),
831 ROJAS

donde se ocupa de las epístolas políticas y mora­ como distracción estudiantil, a continuarlo, lle­
les, entre otros. Ha preparado, asimismo, edicio­ gando a añadir quince más. No obstante, el pro­
nes críticas de obras de Aldous Huxley, John Dos blema resulta extraordinariamente complejo,
Passos y de otros autores norteamericanos, así quizá uno de los más confusos de la historia de
como obras divulgativas sobre arte. la literatura española, y necesita de las aclaracio­
nes pertinentes, tanto por lo que se refiere a las
ROJAS, Cristóbal de (Toledo, 1555-Cádiz, ediciones de la obra como a la autoría.
1614) La obra nos ha llegado en dos versiones: la pri­
Tratadista. Es probable que estudiara Matemáti­ mera, titulada Comedia de Calisto y Melibea, en
cas en su ciudad natal, aunque la experiencia dieciséis actos; y, una segunda, en veintiuno, ti­
como arquitecto la consiguió trabajando en las tulada Tragicomedia de Calisto y Melibea. Las
obras de El Escorial junto a Juan de Herrera. primeras ediciones, hasta el momento en que la
Construyó numerosas edificaciones en diversas Celestina adquiere su definitiva forma en vein­
zonas de España, y fue especialista en fortifica­ tiún actos, se concretan en tres estado muy clara­
ciones militares. Enseñó en la Academia de M a­ mente definidos:
temáticas de Madrid y es el primer español que — Edición princeps, en Burgos, en 1499, ejem­
escribió un tratado com pleto de fortificación. plar único falto de hojas al principio y al final,
Deben destacarse sus textos Teórica y práctica sin título y que comienza con el argumento del
de fortificación (1598), en el que ofrecía impor­ Acto I.
tantes innovaciones en la materia, y Compendio — Ediciones de Toledo en 1500 y de Sevilla en
y breve resolución de fortificaciones (1613), 1501, las cuales, también en ejemplares únicos,
obras a las que hay que añadir, publicado postu­ contienen una carta de «El autor a un su amigo»,
mamente en nuestros días, un Sumario de la m i­ once octavas acrósticas de arte mayor, el argu­
licia antigua y moderna (1985). mento de la obra, los dieciséis actos con sus ar­
gumentos y unas coplas del corrector Alonso de
ROJAS, Fernando de (Puebla de Montalbán, To­ Proaza*, las cuales explican de qué modo debe
ledo, h. 1475-Talavera de la Reina, Toledo, leerse el acróstico y dan el lugar y la fecha de im­
1541) presión.
Apenas existen datos fiables sobre la vida del in­ — Ediciones de Salamanca, Toledo y tres de Se­
signe autor de la Celestina. Sabemos que fue hijo villa, todas ellas de 1502, en las que ya aparece
de Garci González Ponce de Rojas y Catalina de el título definitivo de Tragicomedia, excepto una
Rojas, ambos de origen converso, que era bachi­ de las sevillanas que se titula Libro de Calisto y
ller por Salamanca, alcalde mayor de Talavera y Melibea y de la puta vieja Celestina.
que estuvo casado con Leonor Alvarez. Se cono­ En todas estas ediciones, se añade un prólogo
cen su testamento, otorgado el 3 de abril de 1541, tras las octavas acrósticas y otras tres octavas
y una Probanza de hidalguía de sangre, docu­ precediendo a las coplas de Proaza. Asimismo,
m entos ambos que se publicaron en los núm e­ se intercalan unos pasajes, se suprimen otros y,
ros XII y XVI de la Revista de Filología Espa­ con el nombre de Tratado de Centurio, se agre­
ñola en 1925 y 1929, respectivamente. El día 8 gan cinco actos más a continuación del XIV, de
de abril de 1541, la mujer de Femando de Rojas manera que los primitivos XV y XVI se convier­
comenzó el inventario de sus bienes, lo que, ade­ ten, en las nuevas ediciones, en el XX y XXI.
más de hacernos suponer que debió de morir in­ Aún más, en la edición de Toledo de 1526, apa­
m ediatam ente después de entregar testamento, reció, intercalado con el número XIX, otro acto,
nos permite conocer algunos datos más relacio­ llamado «el de Trasso», del que se prescinde
nados con su persona, como por ejemplo los con­ siempre por su escasa calidad. El representante
tenidos de su impresionante biblioteca, formada más antiguo del texto de 1502 que nos ha llegado
por libros de actualidad como el Cancionero ge­ es una traducción italiana de 1506. Todas estas
neral (véase CANCIONERO), las crónicas*, obras ediciones ven la luz entre 1510 y 1520, siendo
de Juan de Mena*, El Cortesano, de Castiglione, posteriores a la primera edición de la Tragicome­
textos de Boecio, de Erasmo, la Cárcel de amor, dia en castellano, la de Zaragoza en 1507. Las
de Diego de San Pedro*, etc., así como por las transformaciones más importantes de la obra ter­
obras de Ovidio, Apuleyo, Esopo, Séneca, Boc­ minan en la edición de Valencia de 1514, por lo
caccio y Petrarca, entre otros, y libros de caba­ que es esta la que se considera versión definitiva.
llerías*. Con estos pocos datos, lo que realmente Es en 2000 cuando se acomete la edición crítica
interesa es la única obra suya que conocemos, la más importante de las muchas que al cabo de los
Celestina, cuya paternidad ha sido, asimismo, años se han ido publicando, precedidas siempre
cuestionable, ya que parece que encontró redac­ de estudios de especialistas y acompañadas por
tado su prim er auto (el más largo) y se limitó, cientos de notas; se trata de una labor de altísima
ROJAS 832

precisión filológica, resultado del trabajo de va­ de un nuevo estilo que es consciente de la nece­
rios autores bajo la supervisión de Francisco sidad de una clarificación creativa.
Rico*. Por lo que se refiere al problema de las interpo­
Ya mencionaba antes el problema de la autoría. laciones y actos añadidos, el asunto ha suscitado
En el prólogo de «El autor a un su amigo», se menos discusiones y, en general, toda la crítica
dice que el primer acto es de distinta mano que afirma la paternidad de Rojas. En lo que los críti­
los quince restantes, y es ahí donde, indirecta­ cos no parecen estar tan de acuerdo es en las ven­
mente, se da el nombre del autor, Fernando de turas o defectos que tantas variaciones implican.
Rojas, de quien se nos dice que terminó la obra. Para unos, dicha alteración de las diversas edi­
Es en uno de los prólogos de autor donde este co­ ciones es desacertada ya que se abusa de la eru­
menta que encontró escrito el acto primero y que, dición y la acción se ve retardada por la acumu­
admirado por él, decidió apartarse de sus activi­ lación de sentencias y elementos pintorescos.
dades y completarlo en quince días de vacacio­ Según estos, la obra estaba bien terminada y po­
nes. Y el problema evidente es el que surge de la seía un intenso final; nada de lo que después se
pregunta ¿quién escribió ese primer acto? En las añadió era necesario. Por el contrario, hay otros
ediciones de la Comedia se aludía a él como anó­ que señalan mejoras evidentes en los añadidos e
nimo, pero en la Tragicomedia se insinúa la po­ interpolaciones: se ahonda en el carácter de Me­
sibilidad de su autoría a Juan de Mena* o Ro­ libea, quien llega, incluso, a cambiar, se profun­
drigo de Cota*, algo que hoy está completamente diza, asimismo, en los rasgos de cada personaje,
descartado. También se dice que aumentó la obra se explican mejor los acontecimientos y se pre­
en cinco actos más como consecuencia de las para con mayor cuidado la tragedia final. Este
exigencias del público y para prolongar los amo­ sector de la crítica considera que las adiciones
res entre Calisto y Melibea. Está claro que el pro­ representan una maduración lógica y necesaria
blema sobre la unidad o pluralidad de autores es de la primera versión. Como se ve, existen opi­
fundamental. Parece, no obstante, que, en el mo­ niones para todos los gustos, y acaso ninguna de
mento de las investigaciones actuales, no hay ellas sea errónea.
duda sobre el hecho de que Fernando de Rojas Otro problema no desdeñable es el de la inter­
fue el autor parcial o total de la obra. Las dudas vención del corrector Proaza, quien quizá mani­
continúan a propósito de su autoría del Acto 1 y pulara los prólogos, aunque esto no es fácil de
de los cinco añadidos en la versión de la Tragi­ demostrar. Y, por último, una cuestión impor­
comedia. Cabe decir que, durante los siglos xvi tante es la de los «argumentos» atribuidos por
y xvn se aceptó que Rojas no era el autor del pri­ Rojas a los impresores. Según Gilman, los argu­
mer acto. Sería después, con la crítica neoclásica, mentos de la Comedia resumen la acción (lo
cuando se planteó la existencia de un único au­ anecdótico y superficial) y pasan por alto la reac­
tor, tesis que fue defendida también por Menén- ción de los personajes, sus sentimientos tal como
dez Pelayo*. Es en el siglo xx, con Menéndez Pi- surgen del diálogo, justamente lo más importante
dal*, cuando de nuevo toma forma la sospecha de la Celestina. Sin embargo, los argumentos de
de la doble autoría, sospecha que se apoya en da­ la Tragicomedia sí se refieren a dicha reacción y,
tos como que el primer acto sea más largo que además, se los atribuye Rojas a sí mismo. Sea
los demás, que este acto nunca sea alterado en las como fuere, el argumento general subraya el pro­
sucesivas modificaciones del texto, que las fuen­ pósito didáctico-moral que mueve al autor, al
tes de este no parecen las mismas que las de los igual que los prólogos anuncian la doble inten­
restantes, en las que puede verse el influjo de Pe­ cionalidad literaria y moral.
trarca, que existen diferencias lingüísticas entre Pero entremos en otros asuntos conflictivos de la
uno y otros, que la visión de la realidad no es la obra. En la Celestina, que aparece entre el cre­
misma en el primero y en los demás (como ejem­ púsculo de la Edad Media y el alba del Renaci­
plo se cita el jardín de Melibea, cuyo acceso es miento*, convergen todas las com entes de la li­
fácil en el Acto 1 y difícil en el resto de la obra) y teratura medieval y todos los atisbos del nuevo
que existen evidentes diferencias estilísticas de mundo renacentista. Se trata de una obra única,
todos los actos respecto del primero, en el que sin ninguna otra que se le parezca antes o des­
abundan los arcaísmos. No obstante estas expli­ pués. Su origen viene dado por el título tanto
caciones, hay quienes, como Gilman, defienden como por su estructura dialogada, lo que lleva a
la autoría única, argumentando que las diferen­ pensar que comenzó siendo una tentativa de es­
cias estilísticas no remiten a diferentes autores, cribir en castellano una comedia humanística a
sino más bien al cambio de épocas y al modo en imitación de las piezas que, escritas por los auto­
que este va afectando al mismo autor durante las res latinos de la Italia renacentista, estaban reno­
sucesivas redacciones del texto. De tal suerte, los vando las tradiciones de la antigua Roma. Pero
cambios formales responderían a las exigencias la verdad es que semejantes antecedentes fueron
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desdibujándose a medida que la obra avanzaba. que estuviese tomado de los libros de aventuras
Todo ello plantea un problema también com ­ sentimentales, en pleno apogeo cuando Rojas es­
plejo: el del género de la obra. El carácter de taba escribiendo. Otro influjo esencial, ya seña­
pieza dramática parece imponerse por su estruc­ lado, es el de Petrarca, principalmente en lo que
tura en actos y la ausencia de partes propiamente se refiere al pesimismo. Es probable que lo que
narradas. No obstante, su extensión y el especial Rojas quisiera escribir fuese un «arte de amores»
modo de plasm ar el paso del tiempo obligan a al margen del modelo novelesco-epistolar en
pensar en la forma novelesca. El asunto ha lle­ boga por aquellos días.
vado, en diferentes momentos, a referirse a la La originalidad de la obra viene de un nuevo
Celestina como «novela dramática», caso de planteamiento de la realidad en virtud de la di­
Moratín*, o como «novela dialogada», en pala­ versificación, que proporciona al drama un esce­
bras de Deyermond. Lo que no se puede negar es nario múltiple, una riqueza de gestos inconcebi­
que la influencia prioritaria de la obra afecta al ble en la comedia romana y en la medieval, una
desarrollo de la narrativa, por mucho que no esté variedad inmensa de tonos y temas en el diálogo,
concebida como obra novelesca propiamente di­ que es concebido como una conversación nor­
cha. Es evidente que tampoco fue concebida para mal, diferente a lo que suponía el diálogo orato­
la representación teatral, al menos como hoy en­ rio. Por otro lado, se simplifica el argumento en
tendemos esta. En la práctica, hay que entenderla favor de una elaboración minuciosa de la acción,
como una obra pensada para ser leída en voz alta, el ambiente y los caracteres. Los personajes se
ya que no se puede olvidar que las obras en prosa definen por la superposición de imágenes toma­
era frecuente que se leyeran de ese modo. Ade­ das desde diversos puntos de vista: presente y
más de las opiniones de M oratín o de D eyer­ pasado, dichos y hechos, realidad y ensueño, pa­
mond ya mencionadas, Lida de Malkiel, la pres­ labra exterior e interior, juicio propio y ajeno.
tigiosa crítica argentina — profunda estudiosa de Existe, al propio tiempo, una insólita interferen­
la obra de Rojas— , defiende su carácter estricta­ cia entre personajes «bajos» y «altos» que le
mente dramático, mientras que Gilman concluye otorga a los primeros una no menos insólita au­
que se trata de una obra agenérica, algo diferente tonomía artística. Asimismo, el autor consigue
y anterior a la cristalización tanto del drama relatar cambios afectivos extremos, como el de
como de la novela propiamente dichos. Melibea y Pármeno, la variable relación de algu­
La peculiaridad de la Celestina consiste en con­ nos de sus personajes, caso de Sempronio y Ce­
ciliar con flexibilidad la estructura orgánica ce­ lestina, y, en general, la maduración de todos los
rrada de la comedia humanística con la episódica sujetos en escena.
y abierta del teatro medieval, y con ello se consi­ En cuanto al estilo de la obra, lejos de interpreta­
gue una obra distinta y compleja, enteram ente ciones basadas en la simple yuxtaposición de
nueva. Llegados a este punto, es imprescindible concepciones heroicas y prosaicas, del idealismo
referirse, aunque sea brevemente, a las raíces li­ y el realismo o de la confluencia de un estilo
terarias del texto que, lejos de ser populares, son culto y un lenguaje popular, hay que afirmar que
cultas. Las fuentes, numerosísimas, van desde lo que sucede no es esa yuxtaposición sin más,
Heráclito, Aristóteles, Horacio, Persio, Virgilio y sino una íntima ligazón de todos estos factores.
Séneca hasta la Biblia, Boecio, Petrarca, Boccac­ Los sentimientos y el lenguaje de Calisto son tan
cio, Alfonso X*, Juan Ruiz, arcipreste de Hita*, reales como los de sus criados. En los diálogos, a
el arcipreste de Talavera*, Mena o Jorge Manri­ ningún personaje le corresponde un nivel estilís­
que*, entre otras muchas. Pese a los ecos de estos tico determinado: este varía en función del tema
autores, presentes sobre todo en las sentencias de que se trate y de los interlocutores. Existe, ade­
la obra, hay que decir que, estructuralm ente, la más, un perfecto equilibrio entre la tradición
Celestina viene de la ya referida comedia huma­ culta y la realista: frases cultas y alusiones erudi­
nística practicada en Italia durante el siglo xiv, tas conviven con un lenguaje vivo y popular, re­
que no era sino una imitación, en latín, de la co­ pleto de refranes y expresiones irónicas y humo­
media latina clásica, cuyos temas — los de la hu­ rísticas, refranes que, en muchos casos, están
manística— giraban en tomo a la vida baja o a la empleados con intenciones perversas, de induda­
seducción y, a menudo, se combinaban. La obra ble cinismo, lo que, a la sazón, definirá a los per­
de Rojas pretendía ser una com edia de esta ín­ sonajes según el empleo que hagan de ellos. Al
dole pero en castellano; pretensión que, sin duda, tiempo, hay un lenguaje detallado que sugiere
quedó ampliamente superada. De entrada, su fi­ verismo; junto a los periodos amplios aparecen
nal imponía una novedad sobre los finales mar­ frases cortas, apoyadas en máximas. En suma, en
cados por el regocijo o, cínicamente, por el aban­ el estilo retórico del siglo xv se inserta lo popu­
dono del amante; en este caso el desenlace lar para imprimirle dramatismo y variedad. Entre
trágico resultaba completamente diferente, aun­ tanto, el diálogo permite explorar en los senti­
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mientos íntimos de los personajes, en sus preo­ sonajes, quienes irán revelando su personalidad
cupaciones vitales: cualquier inform ación que en función de la postura que mantengan frente a
pretendamos recibir de los personajes de la Ce­ esa pasión. Para Calisto el amor lo es todo; para
lestina habrá de provenir de sus propias palabras, los criados un medio de obtener beneficios; para
así como de los apartes, con los que se quiere Celestina, una fuente de vida, y, para Melibea, en
provocar un juicio en los oyentes; es en este sen­ principio atraída por Calisto, se presenta como
tido en el que el procedimiento tiene una inten­ un problema en virtud de las limitaciones del en­
ción moralizante. Conviven diálogos de largos torno social. El hecho cierto es que la obra su­
parlamentos, herederos del diálogo oratorio, y pone un contraste constante entre amor y muerte,
réplicas breves, fundamentalmente con el propó­ una muerte que, en cierta medida, se convierte
sito, no solo de servir a las acciones, sino de tra­ en un personaje más, en alguien con quien todos
zar los caracteres. La Celestina, por estas y otras cuentan desde el principio y que determ ina las
razones que bien merecerían un largo estudio, se conductas de todos los demás. Es evidente que,
convierte en un modelo del perfecto equilibrio en relación con ella, está el asunto del tiempo,
que se intentó crear en los albores del Renaci­ que supone un problema constante en la obra y
miento. que funciona como eje sobre el que se acentúa el
Por lo que al argumento se refiere, y aunque de dramatismo, debido sobre todo a que el tiempo
sobra conocido, trataré de resumirlo en breves domina al hombre. Es patente en la obra la an­
pinceladas. Historia de amor apasionado, Calis­ gustia que provoca el tiempo perdido y que
to se enamora de Melibea, es rechazado y, si­ transcurre sin remedio. Está presente, por ello,
guiendo los consejos de su criado Sempronio, re­ en la Celestina un anticipado deseo de carpe
curre a la ayuda de Celestina, una vieja bruja y diem (aprovechar la ocasión), debido a la con­
alcahueta. Los planes de esta encuentran la resis­ ciencia que se tiene de la fugacidad de la vida. Y
tencia de su fiel criado, Pármeno, aunque, por es aquí donde surge otra de las cuestiones funda­
medio de la brujería, consigue ganar a la donce­ mentales de la obra: el materialismo que aflora
lla y vencer, entre tanto, la resistencia del criado. en todas sus páginas: todos los personajes tienen
Calisto se encuentra con Melibea en secreto, los un interés exclusivo por gozar de todos los bie­
criados se pelean por la recompensa, matan a la nes materiales. Todos los personajes, que se pre­
vieja y son ejecutados. A la noche siguiente, Ca­ sentan con una aguda conciencia de individuos,
listo seduce a Melibea. En la Comedia, Calisto tienden a cosificar a los demás (salvo Melibea),
cae y muere al salir del jardín, Melibea se suicida en tanto que los bienes materiales mediatizan to­
y Pleberio hace un lamento final. Por contra, en das las relaciones humanas presentes en la obra.
la Tragicomedia Calisto retorna a su casa des­ Los intentos de comunicarse unos con otros ter­
pués de la seducción, de manera que los encuen­ minan fracasando siempre a causa de la falta de
tros terminan sucediéndose por espacio de un una auténtica comunicación, ya que están media­
mes. Mientras, Areúsa y Elicia planean vengarse tizados por lo material. Ni siquiera el amor sirve
de los dos amantes con un plan que termina de­ para facilitar esa verdadera comunicación, ya
sencadenando una serie de sucesos que hacen que se trata de un sentimiento puramente sexual.
que Calisto caiga y muera cuando trata de defen­ La consecuencia es la soledad. La soledad y la
der a sus criados de un peligro que, en realidad, lucha individual, temas que ya no son medieva­
no existe. Desde este momento, la tragedia se de­ les, subyacen en la obra de una manera clara. De
sarrolla en los mismos términos que en la versión hecho, ahí reside uno de los rasgos esenciales de
de la Comedia: suicidio de Melibea y lamento de la Celestina: el individualismo. Estamos ante
Pleberio. criaturas singulares, no tipos. En cuanto a las re­
Esencialmente, este es el argumento, por su­ laciones, el autor pretende contar una historia de
puesto reducido a un planteamiento en exceso amor, pero esta escapa de las condiciones del
esquemático. En cuanto a la interpretación de la matrimonio, igual que sucede en la novela senti­
estructura subyacente, puede realizarse de dos mental y en el amor cortés.
maneras: como la trama de una comedia huma­ Brevemente, hay que hablar de los personajes,
nística desviada hacia un trágico desenlace pro­ que, por ser individuos, como ya he señalado, no
pio de los relatos sentimentales de la época o, por pueden definirse de una vez, sino que su defini­
otro lado, como una estructura muy trabada en la ción va surgiendo matizadamente de sus hechos
que el personaje determina la acción, la acción y de sus palabras, y varía, incluso, a lo largo de
transform a al personaje y un encadenamiento la obra, aunque, por supuesto, insertos en sus res­
inexorable de causas lo gobierna todo. pectivas órbitas individuales. Celestina es el per­
La acción se inicia con un acontecim iento for­ sonaje más vivido de toda la obra, el único del
tuito que desencadena el amor, que se convertirá que se nos da una descripción fidedigna: codi­
en el eje de la obra, pues afectará a todos los per­ ciosa, lujuriosa, ansiosa de poder, vive y goza su
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profesión; representa el elemento subversivo Ese planto en el que se advierte el desengaño


dentro de la sociedad. Calisto es, por un lado, un frente a la fortuna, el mundo y el amor supone un
enamorado absorbido por su pasión y, por otro, refuerzo a la presencia de la muerte, de su supe­
un egoísta obsesionado con satisfacerla y, por rioridad sobre el amor y, por tanto, del carácter
tanto, ajeno a otros sucesos y personajes. No es moral de la obra. Quienes, desde otra posición
un héroe, de ahí que su m uerte no sea heroica, crítica, no defienden dicho carácter moral, argu­
sino fortuita y estúpida; no es un amante idea­ m entan que en este discurso de Pleberio se en­
lista, sino cínico. Su rasgo fundamental es la in­ cierra el nihilismo del autor y el carácter hetero­
seguridad. Con esta inseguridad contrasta M eli­ doxo de sus ideas. Sería, en este sentido, la
bea, poseedora de una activa resolución gracias a representación de los nuevos valores renacentis­
la cual actúa de modo práctico y preciso. Con tas (de la liquidación del mundo feudal), pero al
este personaje Rojas demuestra su habilidad lite­ tiempo que niega dichos nuevos valores. En de­
raria, ya que consigue m atizar con agudeza el finitiva: en ese discurso está el pesimismo de Ro­
proceso de la pasión fem enina desde el primer jas, un pesimismo sin solución. Pero nos falta un
rechazo a Calisto hasta su entrega en las escenas personaje, Centurio, el valentón incorporado a la
del jardín. La pasión de Melibea está descrita de Tragicomedia que, según Lida de Malkiel, es el
modo magistral. No es ingenua, sino resuelta y más original de la obra. Es un bravo profesional
apasionada; sabe lo que es el amor y arde en an­ y el único personaje cómico; el trazado de su ca­
sias de experimentarlo. Es distinta al resto de los rácter es un verdadero ejercicio de ironía.
personajes ya que es la única que cree en el amor, En definitiva, lo que sí hay que decir respecto a
por eso busca un grado superior de com unica­ todos estos personajes es que se juega con la sub­
ción, aunque no lo conseguirá con Calisto, que jetividad, que cada uno de ellos es dueño de su
es inferior a ella. La tragedia de M elibea es do­ texto y deforma la realidad de acuerdo con sus
ble: fracasa en su deseo de amor auténtico y en intereses. Debido a la ausencia de acotaciones y
su deseo de comunicación. Pero lo más impor­ a la falta de narrador no es posible llegar a cono­
tante de ella en la obra es que representa a un cer la realidad objetiva de la Celestina.
nuevo tipo de mujer: su actividad contrasta con Por último, hay que abordar, aunque sea también
la pasividad tradicional de las amadas medieva­ brevemente, una cuestión extraordinariamente
les. En gran medida, aquí Melibea consigue que im portante: la de la intención y sentido de la
el papel de la mujer pase de ser el de amada al de obra, que ha dado lugar a diversas polémicas. En
amante. Por otro lado, Pármeno y Sempronio es­ primer lugar, el autor de la Celestina nos ofrece
tán al nivel de sus señores: no son un contra­ un cuadro de la sociedad renacentista, cuyos
punto cóm ico-deformado de ellos, como suce­ miembros afirman su individualidad, buscan el
derá en la comedia del siglo x vii . Ambos reflejan deleite y miran por sus propios intereses. La in­
la grave crisis social del mundo medieval en su tención que se oculta en este planteamiento ha
intento de convertirse en una sociedad moderna. sido ampliamente discutida. Rojas concibió su
Tienen conciencia de sí mismos y mantienen con obra como la pintura de un mundo vivo, retra­
su amor relaciones económicas. Al tiempo, am­ tado en su verdad para que el lector dedujera las
bos son distintos entre sí: Pármeno, como M eli­ consecuencias. De aquí es de donde nace la polé­
bea, sufre una crisis que le transform a radical­ mica. Quienes quieren ver una intención didác-
mente; en gran medida es el antecesor trágico de tico-moral parten de dos supuestos: que el argu­
otro célebre corrompido, Lázaro de Tormes, aun­ mento es el eje capital de la obra y que Rojas se
que esto no es extraño en una obra que, en lo que inspiró en la vida real. Bataillon defendió que la
se refiere al mundo de los criados, funciona intención del autor fue que la obra se entendiera
como un anticipo de lo que será la novela pica­ y se leyera como una moralidad. Quienes gustan
resca* española. Respecto a Elicia y Areúsa, en de esta hipótesis recurren, claro está, a los prólo­
cuanto que putas son libres, trabajan por su gos de Rojas, en los que siempre insiste en el ca­
cuenta, en oposición a los criados. Sirven de con­ rácter didáctico, pero dichos prólogos han sido,
trapunto a los amores de Calisto y Melibea, y son como ya dijimos, objeto de controversias. En
conscientes de su posición en el mundo, posición gran medida, puede que Rojas esté intentando
de la que se sienten orgullosas. Pleberio tiene, mostrarnos los efectos destructivos de las pasio­
entre tanto, un papel principal y único: el de pro­ nes y es probable que quisiera condenar los ex­
nunciar el discurso final. Es un hombre q u e ja - cesos del amor cortés. Quienes lo ven así, tienen
más se ha enterado de nada y que está a mucha a Rojas como un m oralista víctima del pesi­
distancia de lo que representarán los típicos pa­ mismo. Una prueba de semejante censura estaría
dres de las com edias del xvn. Su discurso, sin en que los pecadores mueren sin confesar: en pe­
embargo, tiene una trem enda im portancia, ya cado mortal. De tal suerte, y siempre según los
que en él se ha querido ver el sentido de la obra. partidarios de la interpretación moralista, esta­
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mos ante una obra moral profundamente conser­ tanto a la novela como al teatro, primero como
vadora que trata sobre los problemas de una cantera de tipos, situaciones y motivos, segundo,
época para denunciarlos; capta las renovaciones como acicate de creaciones análogas, como
ideológicas de una época, no le gustan y las re­ prueba de que los marginados sociales podían
chaza. En suma y en el fondo, estaría escrita con­ ser materia de una buena literatura cuyos reper­
tra la novela sentimental y contra la actitud que torios se encontraban en las plazas y mercados y
mueve a escribir esas obras. El final desastroso no en las librerías. Rojas demostró que el antihé­
no deja, según estos críticos, lugar a dudas res­ roe valía tanto como el héroe. La Celestina se
pecto del carácter conservador — ideológica­ convierte así en factor decisivo para el surgi­
mente hablando— de Rojas. miento de la novela de la Edad de Oro* y, en
Por otro lado, están los críticos del Rom anti­ consecuencia, de la novela moderna. Fernando
cismo*, quienes vieron en la historia de Calisto de Rojas, según el mencionado Américo Castro,
y Melibea la representación de la pasión arreba­ precedió a Cervantes en la aventura de trastornar
tada y trágica, la exaltación del amor por encima el sentido de la materia literaria anterior a ellos,
de todo, un amor todopoderoso en cuyos exce­ de servirse de ella para fines im previsibles,
sos residía su autenticidad. Lo que estos críticos como un pretexto más bien que como un texto.
ven en la obra es una protesta social, yna pos­ Las claves de su éxito quizá hayan sido su vitali­
tura com prometida ante una realidad injusta, dad, su humor y su estilo, factores todos ellos
algo que estaría muy ligado al origen converso que he intentado estuvieran presentes en esta
del autor, tema al que dio una extraordinaria im­ apretada presentación.
portancia Gilman. En la línea de la crítica social
de la obra de Rojas estaría Maravall*, quien la ROJAS VILLANDRANDO, Agustín de (Madrid,
ve inserta en el complejo ámbito de las transfor­ 1572-Monzón de Campos, Patencia, h. 1635)
maciones de la sociedad prerrenacentista. Para C om ediógrafo, actor y prosista. De vida agi­
Rodríguez-Puértolas*, la Celestina presenta una tada, fue soldado en Francia, donde estuvo pri­
sociedad corrompida por el comercialismo que, sionero, y en Italia, luchó como corsario contra
sin embargo, de palabra valora la fidelidad y la los ingleses, le persiguió la Justicia por haber
honradez de trato. La obra refleja el hundi­ matado a un hombre en M álaga y residió en di­
miento del feudalismo organicista: su autor des­ versas ciudades españolas, Sevilla, Granada y
truye sistem áticam ente todo valor tradicional Valladolid, sin que esté muy claro cómo se ga­
establecido, en decadencia o no, al tiempo que naba la vida; no en vano se le conocía como el
niega el nuevo sistema y los nuevos valores. Los «caballero del milagro». Se sabe, eso sí, que ha­
personajes, en esta interpretación, luchan por ser bía abandonado las armas a los 21 años y que
libres, por ser ellos mismos; representan, pues, fue cómico en diversas compañías. No conoce­
la ideología humanista: el valor de la persona mos con exactitud la fecha de su muerte; su mu­
frente a lo colectivo y a los orígenes. Pero, en jer, con la que se había casado en 1603 en la úl­
resumen, lo que resulta más sensato es pensar tima de las ciudades m encionadas, se decía
que la Celestina refleja actitudes morales y ras­ viuda en 1635, y el últim o docum ento que se
gos sociales identificables históricamente en la conserva en el que se da testimonio de que Ro­
corriente humanística del Renacimiento. En opi­ jas vive, una petición de confirmación de privi­
nión de Am érico Castro*, la obra de Rojas es legio de hidalguía, es de 1618. Fue, como Lope
significativa como ejemplo de arrem etida, no de Rueda*, autor y actor de comedias, como por
crítica y directam ente lanzada contra la socie­ ejemplo El natural desdichado (1601), prece­
dad en torno, sino contra la sociedad ideal de las dente de La vida es sueño de Calderón*. No
valoraciones literarias. obstante, las obras por las que se le recuerda,
Dejando ya de lado las interpretaciones, y en las cuales no pertenecen al género teatral, son:
cuanto a la influencia que tuvo la obra, cabe de­ El viaje entretenido (Madrid, 1603), una misce­
cir que gozó de un éxito enorme, con m ultitud lánea en tono hum orístico y form a de diálogo,
de ediciones y traducciones a otras lenguas. En mantenido por el autor y sus compañeros acto­
la literatura española, su influjo fue decisivo, no res, que reúne anécdotas de la vida teatral y
solo por las imitaciones que hubo, sino por su re­ cuya importancia reside en las muchas informa­
flejo, por ejemplo, en las últimas églogas de ciones que proporciona sobre la composición y
Juan del Encina*, en obras de Gil Vicente*, distribución de las compañía teatrales — en ella
Torres Naharro*, Lope de Rueda* y Juan de la incluyó también cuarenta o cincuenta loas— , y
Cueva*, en La Dorotea, de Lope de Vega* y en El buen repúblico (Salamanca, 1611), en la que,
las Novelas ejemplares o los Entremeses de Cer­ a través de un tono doctrinal y severo, da ins­
vantes*. La influencia de la Celestina se ha ex­ trucciones sobre el buen gobierno y que fue
tendido, pese a lo que decíamos al comienzo, prohibida por la Inquisición.
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ROJAS ZORRILLA, Francisco de (Toledo, 1607- cenificó temas novelescos de Cervantes*, como
M adrid, 1648) su adaptación del Persiles y Sigismundo, estre­
Dramaturgo. De niño fue trasladado a M adrid, nada en El Pardo en 1633. Fue muy cuidadoso
y, aunque estudió Humanidades en las universi­ con la estructura de sus obras, siempre ágiles
dades de Toledo y Salam anca, no parece que por lo que se refiere al ritmo y sin excesos pseu-
llegara a graduarse. En 1631 regresa a la capi­ dopoéticos en el manejo del lenguaje. Sus co­
tal, se integra en la vida literaria y m antiene medias demuestran gran hondura en el análisis
am istad con los más im portantes autores del psicológico a través de mecanismos como la so­
momento, entre ellos Antonio Coello*, Pérez de carronería o la trampa apicarada.
M ontalbán* y Calderón de la Barca*. En 1637 La mayoría de sus obras — setenta comedias y
y 1638 participó en unos vejámenes a raíz de dramas, quince autos y dos entremeses, además
los cuales sería apuñalado, aunque sin conse­ de las colaboraciones mencionadas con los dra­
cuencias. Aunque se casó en 1640, fecha en que maturgos de la época— se publicaron en dos par­
se estrenó el teatro del Palacio del Buen Retiro tes, reunidas por el autor, en 1640 y en 1645. De
con una obra suya, Los bandos de Verona, man­ entre sus títulos destacan piezas como Progne y
tuvo un apasionado romance con la mujer de un Filomena, Los encantos de Medea o Los áspides
com ediante y tuvo una hija que llegaría a ser de Cleopatra, ambas en la tradición clásica, No
una famosa actriz, Francisca Bezón, La Bezona. hay ser padre siendo rey, en la que se aprecia
En 1643 se le concedió el hábito de la Orden de bien esa escisión paterna de la que hablaba antes,
Santiago y se sospecha que su muerte no fue na­ ya que aquí el personaje oscila entre su condi­
tural debido a que no hizo testam ento y hubo ción de juez y su sentimiento filial, Cada cual lo
que solicitar licencia del vicario para la inhu­ que le toca, la más representativa en lo que a la
mación. Fue poeta de circunstancias, como lo función de la mujer vengadora se refiere, Del rey
demuestra un soneto con el que colaboró en el abajo, ninguno o El labrador más honrado, Gar­
A nfiteatro de Felipe el Grande, colección de cía del Castañar, el más im portante de los dra­
loores a Felipe IV como consecuencia de la mas de honra y venganza y una de las muestras
«gesta» de este al haber matado a un toro de un escénicas de mayor equilibrio entre ternura,
arcabuzazo desde su ventana. Como dram a­ emotividad de sentimientos y sentido trágico,
turgo, aunque se le adscribió erróneamente a la Entre bobos anda el juego (o Don Lucas del Ci­
escuela de Calderón, quizá por haber escrito, garral), su más célebre drama de figurón en
exclusivam ente por razones económ icas, una donde se inicia la tradición de personajes viejos
serie de autos* sacram entales en la línea cal­ que quieren casarse con jovencitas, comedias de
deroniana, caso de El gran p atio de P alacio costumbre como: Abrir el ojo, Donde hay agra­
(1647), en realidad perteneció a la de Lope de vios no hay celos, Obligados y ofendidos, Pri­
Vega*. Fue autor de comedias de costumbres y mero es la honra que el gusto o Lo que son las
de figurón, de dram as históricos y tragedias. mujeres, las tragedias de tipo histórico El Caín
Por lo que se refiere al figurón, personaje ri­ de Cataluña, que se publicó suelta en Alcalá en
dículo en sus actitudes, sobre todo cuando pre­ 1651, M orir pensando matar o El profeta falso
tende aparentar nobleza y finura de ademanes, Mahorna o la hagiográfica Santa Isabel, reina de
se le considera pionero. En sus comedias trató Portugal. Las obras de Rojas Zorrilla influyeron
con maestría cuestiones de celos y honor, siem­ decisivamente en el extranjero; así, hay que de­
pre de una forma más personal a como lo hacían cir que fue imitado por Rotrou, Lesage, Scarron,
el grueso de los autores del momento, como se Beaurmarchais y Corneille, quien se basó en él
aprecia en el especial protagonismo de la mujer para sus Les illustres ennemis y Don Bertrand du
en los conflictos de honor, una m ujer a la que Cigarral. En 1861, se publicaron sus Comedias
Rojas da, por prim era vez, libertad de acción. escogidas en el volumen LIV de la «Biblioteca
Con algunos de esos autores colaboró, caso de de Autores Españoles».
Vélez de Guevara*, Mira de Amescua* o el pro­
pio Calderón, con quien firmó la com edia El ROJO, Alfonso (Ponferrada)
monstruo de la fortuna. Sus tragedias han des­ Narrador y periodista. Conocido reportero de
pertado gran interés de la crítica, quizá porque guerra y colaborador del diario El Mundo, del
reúnen las peculiaridades del estilo de Rojas que fue fundador y en el cual es adjunto al direc­
Zorrilla: el efectismo melodramático, la acumu­ tor, se licenció en Derecho y en Ciencias de la
lación de recursos trágicos de origen senequista Información. Colaborador de periódicos extran­
y la sutileza en el tratamiento de la figura real y jeros como The Guardian y el italiano Corriere
de la paterna en el contexto de la tragedia al della Sera, su labor periodística le ha supuesto la
desdoblarlos funcionalm ente. También fue au­ concesión del Premio a la Mejor Labor Informa­
tor de com edias m itológicas y religiosas, y es­ tiva en el Exterior, otorgado por la Asociación de
ROLDÁN 838

la Prensa Extranjera. Es autor de novelas de in­ cional de M elilla, Nuevas máscaras y utopías
triga, de prosa ágil, en muchas de las cuales do­ (1988), Antología poética (1953-1988) (1989),
mina la acción. Destacan: El sonido del cascabel Romancero de ida y vuelta (1991) y La nunca
(1996), sobre la perversidad humana, El ojo huyente rosa (1996).
ajeno (1997), en la que aborda la corrupción en
el mundo del periodismo y el amarillismo sin es­ ROMA, Pepa (La Sentiu, Lérida)
crúpulos, Instinto anim al (1998), un thriller de Narradora y ensayista. Estudió Filosofía y Letras
estilo clásico, Pecado (1998). Es autor, asi­ y Ciencias de la Información en Barcelona y ha
mismo, de libros de corte periodístico y de inves­ colaborado en La Vanguardia, Diario 16 y El Pe­
tigación, como: La comida del tigre (1980), en el riódico de Cataluña entre otros medios de la
que se ocupa de la revolución nicaragüense, Dia­ prensa escrita, además de en Televisión Espa­
rio de la guerra (1991), sobre la guerra del ñola. Dedicada a escribir guiones televisivos y
Golfo, Moscú sin brújula (1992), que aborda el con una larga carrera en los medios de comuni­
derrumbamiento de la Unión Soviética, Yugosla­ cación, en sus obras muestra una gran capacidad
via. Holocausto en los Balcanes (1992), La odi­ para crear entramados narrativos, en los que
sea de la tribu blanca (1993), centrado en el mezcla planos temporales y voces que se super­
conflicto sudafricano en tomo al apartheid, y R e­ ponen a través de elipsis de gran originalidad. De
portero de Guerra (1995), sobre su experiencia y tal suerte, conviven estilos distintos, desde el es­
la de sus compañeros de profesión en los diferen­ tilo directo al indirecto, pasando por el m onó­
tes conflictos bélicos. logo o el libre indirecto. Todo ello le sirve para
reflexionar sobre el presente, a menudo con
ROLDÁN, José María (Sevilla, 1771-1828) cierto desencanto, al concluir que es una forma
Poeta. Sacerdote y predicador de cierta fama, de destrucción respecto al pasado. Autora de las
perteneció al grupo poético sevillano del siglo xvm novelas Cómo desaparecer sin ser visto (1991) y
y publicó sus poemas en El correo literario. Mandala (1997), con la que obtuvo el Premio
Amigo de Reinoso*, en sus versos abundan los Andalucía de Novela, ha publicado, además de
temas neoclásicos y religiosos. Además del dos libros de entrevistas a escritores, Hablan
poema filosófico El hombre vivificador y des­ ellos (1998), en los que estos expresan sus opi­
tructor de la naturaleza, deben recordarse sus niones sobre las mujeres, y Ser hombre (2001),
odas A la Resurrección de Jesucristo y A la ve­ donde reflexionan sobre la condición masculina,
nida del Espíritu Santo. ensayos como De profesión periodista (2000) y
un ensayo-crónica en donde analiza la formación
ROLDÁN, Mariano (Rute, Córdoba, 1932) y desarrollo de los movimientos sociales contra
Poeta. Licenciado en Derecho por la Universidad la globalización: Jaque a la globalización. Cómo
de Oviedo, estudió en la Escuela Oficial de Pe­ crean su red los nuevos m ovimientos sociales y
riodismo de M adrid y es Miembro de la Real alternativos (2001).
Academia de Córdoba. Participó en los grupos
poéticos cordobeses surgidos hacia 1950, fundó ROMÁN, ¿Diego? (?-?, d. de 1497)
la revista Alfoz y formó parte del grupo editor de Poeta. Muchas han sido las especulaciones sobre
la Revista del Mediodía. Poeta hondo y lacónico, su figura, aunque, finalmente, se le ha identifi­
próximo al conceptismo expresivo y atento a las cado como Diego Román, comendador Román,
circunstancias históricas, en gran medida conti­ se ha sabido que sirvió al duque de Alba y a los
núa la tendencia antiesteticista de los años cua­ Reyes Católicos, quienes le perdonaron el haber
renta y puede englobársele en la línea neohuma- servido al rey Alfonso de Portugal en la guerra
nista de autores como Claudio Rodríguez* y de sucesión de 1475. También se sospecha su re­
Eladio Cabañero*, entre otros. Traductor de Lu- lación con Antón de Montoro*, con quien man­
cano y Catulo, así como valedor en España de la tuvo polémicas literarias. Escribió poesía devota,
poetisa suicida italiana Antonia Pozzi, de sus Coplas de la Pasión con la Resurrección, según
poemarios, hay que destacar: Registro del mundo los cánones de la época, dos dezires y diversos
y dos sonetos (1953), Memorial en tres tiempos poemas amorosos incluidos en diversos cancio­
(1955), Uno que pasaba (1957), Poemas para un neros, entre ellos el Cancionero General (véase
amor (1957), La realidad (1959), Hombre nue­ CANCIONERO).
vo (1961), por el que obtuvo el Premio Adonais,
Ley del canto (1970), Poesía (1953-73) (1974), ROMANCERO
Elegías convencionales (1977), Inútil crimen Composiciones de carácter épico o épico-lírico,
(1977), Alerta amantes (1977), selección de sus generalmente breves, compuestas originaria­
poemas cuya edición completa apareció en 1978, mente para ser cantadas o recitadas con acompa­
Asamblea de máscaras (1981), Premio Interna­ ñamiento musical. Los romances están forma­
839 ROMANCERO

dos, en su forma más simple, por un número in­ explica por el olvido de muchos de los elemen­
definido de versos octosílabos, con rima aso­ tos que el fragmento tenía en su totalidad, lo que
nante en los pares y libres los impares; por lo propicia el desarrollo de otros de mayor intensi­
normal, es solo una la asonancia. Se trata de una dad lírica que poetizan e intensifican subjetiva­
consecuencia de escribir como versos diferentes mente las partes seleccionadas.
los dos hemistiquios del verso heroico. Para Me- Durante el siglo xv, los romances no fueron es­
néndez Pidal*, uno de los máximos especialistas critos, salvo excepciones, y, por lo tanto, su
en la materia, la forma métrica del Romancero es transmisión fue fundamentalmente oral. Este es
una tirada de versos de dieciséis sílabas con aso­ un factor determinante, ya que el romance vivió
nancia monorrima, lo que, en sustancia, es la durante generaciones sometido a una constante
misma versificación de las gestas medievales. elaboración, a continuas modificaciones que se
Por lo que respecta a las fechas, y en función del iban introduciendo en el texto. Cada romance va
momento histórico en que se recogen y publican variando en el tiempo y en el espacio, por lo cual
los romances, pueden establecerse varias divisio­ las versiones llegaron a ser muy numerosas.
nes del Romancero tradicional: por un lado, se Como ejemplo, baste recordar las ciento sesenta
divide en Romancero viejo, que puede datarse en y cuatro versiones diferentes del romance de Ge-
los siglos xv, xvi y parte del xvn, y en Roman­ rineldo recopiladas por Menéndez Pidal. La in­
cero de tradición oral moderna, perteneciente a vención de la im prenta trae consigo la difusión
los siglos xix y xx; por otro, se suele establecer de los romances, que comienzan a ser coleccio­
una distinción entre romances viejos de los si­ nados y publicados a partir del siglo xvi, inicial­
glos xiv y x v y nuevos o artísticos, compuestos mente en pliegos sueltos de los cuales han lle­
estos últimos a partir de la segunda mitad del xvi gado pocos a nuestros días. De los pliegos
por poetas cultos. El interés por los romances co­ sueltos, hay que decir que, a finales del siglo xv,
mienza en el Romanticismo*, cuyos devotos lo los romances comienzan a aparecer, junto a otras
consideraban la más antigua manifestación de la composiciones poéticas, en cuadernillos de ocho,
poesía épica (véase CANTAR DE GESTA), llegando dieciséis o treinta y dos páginas, muy baratos y a
a afirm ar que los grandes cantares de gesta se cuya fragilidad se debe su desaparición. De los
componían reuniendo series de romances sobre millares que se sabe se publicaron, conservamos
el mismo personaje o tema. Sería Menéndez Pi­ apenas un centenar del siglo xvi, el más antiguo
dal quien, acertadam ente, da la vuelta al argu­ de los cuales parece estar editado en Zaragoza
mento y afirma que las primeras creaciones épi­ hacia 1506. El primer cancionero que incluye ro­
cas fueron los cantares de gesta, transm itidos mances es el Cancionero General (Valencia,
oralmente, pero que, con la decadencia del gé­ 1511), de Hernando del Castillo*, aunque se con­
nero, el gusto popular, influido por las nuevas sidera que el Libro en el qual se contienen cin­
corrientes poéticas, rechazó los largos poemas cuenta romances con sus villancicos y desechas
antiguos, aficionándose a formas más breves, lo (h. 1525 o 1530) es el primer cancionero de ro­
cual, unido a la dificultad de retener en la memo­ mances. El segundo sería el Cancionero de ro­
ria las extensas gestas, llevó a que la atención se m ances (Amberes, h. 1547 o 1549), publicado
concentrara solo en los episodios más sobresa­ por Martín Nució y que contiene más de ciento
lientes. Así pues, estos fragmentos se conservan cincuenta procedentes, en su mayoría, de pliegos
en la memoria de la gente y cobran vida indepen­ sueltos o del mencionado Cancionero General, y
diente: estamos ante los romances épicos tradi­ que gozó de un éxito tal que, en 1550, se hicie­
cionales. Posteriormente, se irían componiendo ron tres reimpresiones, una de las cuales, la del
otros sobre diversos asuntos, diferenciados de propio Nució, añadía veinticinco romances más.
los primeros por su mayor extensión, la novedad Esta es la que establece el texto que habría de re­
de los temas, el tono menos dramático y más na­ editarse a su nombre en 1555, 1568 y 1581. Asi­
rrativo: estamos ante los romances llamados ju ­ mismo, Esteban de Nájera publicó la colección
glarescos, que pueden ser líricos, sentimentales, Silva de varios romances (1550 y 1551; 3 vols.),
novelescos, etc. Además, a partir del siglo xvi se que añadía más de cuarenta y cinco romances
fueron utilizando las numerosas anécdotas que respecto a la de Nució. Esta obra de Nájera se re­
aparecían en las crónicas*, lo que supuso la for­ copilaría en 1561 en la Silva de Barcelona, que
mación del grupo de los romances cronísticos. se convertiría, según Rodríguez-Moñino*, en la
Sea como fuere, y como diferencia respecto de fuente de propagación del Romancero viejo. To­
las anteriores formas épicas, aparecen en los ro­ das estas colecciones citadas, aunque dedicadas
mances cantares específicos que introducen ele­ casi enteramente a los romances viejos, incluyen
mentos más líricos y subjetivos, lo que trae como ya algunos de los llamados cronísticos. Es en la
consecuencia la eliminación de los componentes segunda mitad del siglo xvi cuando comienzan a
narrativos no considerados esenciales. Esto se aparecer unidos los romances viejos y los nue­
ROMANCERO

vos, como ocurre en la Rosa de romances (Va­ Lope de Vega, Guillén de Castro* y Vélez de
lencia, 1573), de Timoneda*, en cuyas cuatro Guevara*, quienes, además de incluir romances
partes, Rosa de amores, Rosa española, Rosa en sus obras, basan muchos de sus argumentos
gentil y Rosa real, agrupa en torno a ciento no­ en temas romancescos. Posteriormente, durante
venta romances nuevos y viejos. Sin embargo, es el Romanticismo, se revaloriza la poesía popular
en las dos últimas décadas del xvi cuando se y, con ello, los romances: así, se publican colec­
acentúa el éxito editorial del Romancero nuevo. ciones de romances viejos y nuevos del Siglo de
Grandes poetas como Góngora*, Cervantes*, Oro (véase EDAD DE ORO), entre las que destaca,
Lope de Vega*, Juan de Salinas* o Miñán de en España, el Romancero general, de Agustín
Riaza escriben romances, y dan origen a un es­ Durán*, en el que se incluyen algunos textos de
tilo nuevo que, en cualquier caso, mantiene fuer­ la tradición moderna.
tes raíces que le ligan al pasado. Es el momento Pero hablemos ya de las características generales
en que la imprenta deja de publicar los romances de los romances, que, sim plificándolas en ex­
antiguos y tradicionales y centra sus esfuerzos en tremo, podrían resumirse en las siguientes: son
la nueva producción. Los romanceros se multi­ anónimos, tienen un carácter de oralidad, debido
plican, y, desde 1589 hasta 1597, aparecen en di­ al subdesarrollo de los medios de comunicación,
versas ciudades españolas hasta nueve partes, poseen lirismo, dramatismo e intensidad, no mo­
casi siempre bajo el título de Flor de romances ralizan, ofrecen finales dramáticos y presentan el
nuevos, hasta que aparece en Madrid, ya limpia tiempo como dimensión dramática, son patrióti­
de romances viejos, la gran compilación titulada cos y nacionalistas, se interesan por las cualida­
Romancero general en que se contienen todos des humanas del hombre, por sus asuntos ínti­
los romances que andan impressos en las nueve mos y, por tanto, son universalistas, a lo que se
partes de Romanceros, ahora nuevamente im- añade la presencia de un narrador objetivo e im­
presso, añadido y enmendado. En 1605, mien­ personal. De algún modo, y pese a la variedad de
tras se siguen publicando diversas partes de Flo­ sus temas y a su pervivencia en el tiempo, el Ro­
res, hasta sumar un total de trece, las cuales se mancero tiene unas características inconfundi­
incorporaron a la edición de 1604 del Romancero bles, ya que los romances constituyen una forma
general, mientras sucede esto, digo, aparece en especial de tradición y cultura. Estilísticamente,
Valladolid una Segunda parte del Romancero ge­ emplean gran variedad de recursos para producir
neral y Flor de diversa poesía. Se ha iniciado diversos efectos poéticos, son parcos en la adje­
una nueva etapa en la historia de los romances. tivación, utilizan repeticiones y paralelismos de
Otras fuentes de difusión de los romances du­ gran eficacia poética, tienen gran viveza narra­
rante los siglos xv y xvi, además de los pliegos tiva, componen rápidamente el escenario y cap­
sueltos, los cancioneros y los romanceros, son tan enseguida la atención del oyente/lector, in­
ciertos libros de música y, en menor medida, los troduciéndole directamente en el centro del tema
manuscritos privados, a los que se suman los ro­ e interrumpiéndose en el momento más dramá­
mances fronterizos y tradicionales incluidos por tico como consecuencia de su carácter fragmen­
algunos escritores del siglo xvi en sus obras, tario. Asimismo, su rapidez de diálogo les da un
caso de Pérez de Hita*, Argote de Molina* o el extraordinario movimiento dramático, se aproxi­
ya citado Timoneda. Cabe decir de los libros de man inmediatamente a la realidad, lo que propor­
música, que, a finales del xv, algunos romances ciona a las descripciones fuerza plástica, esca­
aparecen ya en el Cancionero musical de Pala­ sean los elementos fantásticos o m aravillosos,
cio, que contiene el repertorio musical de la corte tienen gran capacidad de evocación en los m o­
de los Reyes Católicos, aunque lo hacen de un mentos poéticos, armonizan lo popular y lo refi­
modo fragmentado como consecuencia de su nado, dan importancia a la forma como reflejo de
adaptación para el canto. Asimismo, a lo largo lo social y emplean símbolos, descripciones,
del siglo xvi, los músicos incluyen en sus trata­ enumeraciones de carácter intuitivo, fórmulas
dos algunos textos, generalmente incompletos. épicas y arcaísmos. De manera más concreta,
Todas estas fuentes, además de permitimos acce­ hay que afirmar que una de las características
der a textos de origen medieval, hacen patente lingüísticas principales del Romancero es la al­
una de las características esenciales del Roman­ ternancia verbal; además de por razones rítm i­
cero: su condición de poesía tradicional. Pero, cas, esta alternancia se presenta como un recurso
por otra parte, hay que añadir fuentes dispares estilístico con diversas funciones: animación de
como el teatro de los siglos xvi y xvn, en cuyas las descripciones, dar relevancia a ciertas accio­
obras se introducen romances extensos. El pri­ nes o aceleración del ritmo narrativo, entre otras.
mer testimonio de esto sería la Farsa del Obispo La anarquía en el uso verbal está relacionada con
don Gonzalo (1587), de Francisco de la Cueva y la existente en los cantares de gesta. De este
Silva*, al que siguen más tarde autores como modo, y para evitar la monotonía, el presente
841 ROMANCERO

puede indicar acciones de sujetos anónimos, per­ lísticos de localización espacial y temporal, epí­
sonajes en movimiento o la acción en su desen­ tetos generales y particulares y nombres propios
volvimiento, mientras que el pretérito destaca que se repiten. Hay pequeños motivos que apare­
hechos individuales, acciones perfectivas o su­ cen en varios romances («armarse de todas ar­
braya el momento culminante de un hecho nota­ mas»), y motivos más amplios que adaptan
ble. Muy curioso es el conocido como imper­ diversas formas, caso de las maldiciones, los la­
fecto desrealizador, con el que se pretende una mentos, las invocaciones y los juramentos, todos
irrealidad de expresión y que deja flotando he­ ellos susceptibles de ser expresados por medio
chos y palabras como en un estado de indecisión de fórmulas. Además de los tópicos y fórmulas
temporal altamente poética. En cuanto a los re­ que constituyen lo que se conoce por formu­
cursos formales, la poesía popular tiene una gran lismo, el Romancero utiliza con el mismo carác­
cantidad de recursos propios, recursos que los ro­ ter elementos formales como los esquemas repe­
mances, en cuanto que poesía popular, emplean. titivos y antitéticos ya mencionados, y convierte
Entre los más comunes del género están: la repe­ a buen número de recursos y procedimientos,
tición, la antítesis y la enumeración. La repeti­ como consecuencia del uso que de ellos hace, en
ción, si es sintáctica, puede producirse entre dos «fórmulas de composición».
hemistiquios de un mismo verso, entre dos ver­ Respecto a los temas, el romance admite todo
sos o entre un grupo de versos, y, si es semántica, tipo de temas: la guerra, la rebelión, la traición,
se refiere a simples palabras o a parejas de con­ el heroísmo, el amor, la fidelidad, el adulterio, la
ceptos análogos; el paralelism o, en su sentido aventura y la muerte. Temas, motivos, situacio­
más estricto, es utilizado en sus dos formas prin­ nes y circunstancias se repiten, pero cada ro­
cipales: variado por sinonimia o variado por in­ mance, incluso cada versión, es distinto y único.
versión. Debido a la monorrima, el paralelismo Las fuentes de los asuntos que tratan están, entre
estricto aparece entre dos hemistiquios, y no en­ otras, tanto en la Historia de España como en la
tre dos versos, para no afectar a la rima. También novela europea y bizantina*, en la épica francesa
la repetición fónica está presente bajo la forma o en las leyendas y cuentos folclóricos. Parece
de figura etimológica («moro de la morería»), y que los romances más antiguos son los de temas
hay, además, muchas repeticiones textuales de líricos y trovadorescos relacionados con la ba­
dos, tres o cuatro palabras, incluso de todo un he­ lada europea. Teniendo en cuenta las fechas hi­
mistiquio, sobre todo en los diálogos, que es en potéticas, habrá que considerar como más cerca­
donde más aparecen este tipo de repeticiones. nos al origen del género los romances llamados
Por lo que respecta a la antítesis, se utiliza m u­ noticieros, y quizá también los que toman sus ar­
cho para expresar una oposición, para lo que se gumentos de la contemporánea épica española.
emplean términos antitéticos, o una diferencia, En cualquier caso, antes de finalizar el siglo xv,
en este caso empleando términos no antitéticos. está ya atestiguada la amplia gama temática del
A veces, la antítesis no aparece en esquemas, R omancero español. El móvil práctico de las
sino libre («vega abajo, vega arriba»). Y, final­ epopeyas nacionales, esto es, la difusión de noti­
mente, la enumeración es muy usada en sus va­ cias importantes para el destino político y social
rias modalidades, ya que, a la vez que describe, de la comunidad, o lo que es lo mismo, la fun­
caracteriza o informa, colma el deseo de nombrar ción noticiera, parece que se trasladó de los can­
y detallar la realidad, y responden a un mismo tares de gesta a los romances. El Romancero so­
tiempo a las necesidades del autor y del oyente. bre temas épicos surge del contacto directo con
Se trata de enum eraciones que pueden ser ex­ los géneros literarios que trataban ya aquella ma­
haustivas, es decir que especifican todos los ele­ teria, que son, además de los mencionados can­
mentos que componen el total, o más restringida, tares de gesta, las novelas y las crónicas genera­
cuando nombran solo los elementos más repre­ les y particulares. Por otro lado, los temas
sentativos del todo. cortesanos de estilo cancioneril no aparecen
Recursos fundamentales del Romancero, intrín­ hasta los últimos decenios del siglo xv, mientras
secos a su carácter de poesía oral, son el formu­ que no abundan los romances religiosos debido
lismo y los tópicos. No son elementos invaria­ al carácter esencialmente profano del conjunto
bles, ya que cada fórmula o tópico se adapta a la del Romancero. En las cuestiones pasionales,
situación concreta en que se usa, incluso las fór­ destaca el sentimiento amoroso en sus más va­
mulas más fijas, las cuales también tienen varia­ riadas manifestaciones, así como un tema típica­
ciones. Hay que distinguir, en principio, las fór­ mente medieval, el conflicto rey-vasallo, siendo
mulas generales (saludos) de las particulares ó lo más frecuente que el vasallo goce de las sim­
propias de un romance, estas últimas empleadas patías del público. Un tema de cierta importancia
en varias ocasiones en un texto ante una misma es también la «caída de príncipes», tratado casi
situación. Existen, sin embargo, tópicos formu- siempre a modo de lamentación. Por facilitar las
ROMANCES 842

cosas, un esquema válido para clasificar temáti­ tiene respecto al hecho de que un texto popular
camente a los romances podría ser el siguiente: no pertenece a nadie en particular; este se con­
vierte en propio en el momento en que se
1) Romances históricos: divididos en noticieros aprende. La materia de la que está hecho el ro­
(dentro de los cuales estarían los fronterizos y mance favorece la modificación: versos descrip­
los históricos varios) y en histórico-épicos. tivos o caracterizadores que pueden variar sin
2) Romances de invención: divididos en caba­ que se vea afectada la intriga. Las variaciones se
llerescos y novelescos. producen, por tanto, como consecuencia de la
idea de que un texto heredado puede m anipu­
Para entender todo lo que tiene que ver con esta larse como si fuera propio. Además, dichas va­
multiplicidad tem ática y estilística de los ro­ riaciones se derivan de la gran cantidad de moti­
mances, es necesario asomarse al conjunto his­ vos secundarios y de elipsis, así como de la
tórico en que se desarrollan. La crisis feudal del calidad del estilo. La tradición oral, más allá de
siglo xiv coincide con la decadencia de la épica suponer una mera transm isión, le otorga al ro­
nacional y con el auge de los romances, de ma­ mance la doble cualidad de algo que se conserva
nera que estos son la manifestación artística del y que se varía a la vez.
feudalismo en descomposición. Existe una cri­
sis de valores que se traduce en diversós aspec­ ROMANCES -> Véase ROM ANCERO.
tos. El hom bre no forma parte ya de un orden
social cósmico, por lo que se produce la apari­ ROMANONES, conde de (Madrid, 1863-1950)
ción de un hondo sentimiento de soledad, de hé­ Prosista. Importante político, estudió Derecho en
roes conflictivos en un mundo hostil; el hombre Madrid y se doctoró en Bolonia. Miembro, desde
ya no se integra, y por eso tiene que entrar en joven, del Partido Liberal, ocupó im portantes
una relación dialéctica con el universo, en la cargos políticos, entre ellos alcalde, diputado, se­
cual resulta aniquilado y, como consecuencia, nador, ministro en diferentes legislaturas, presi­
marcha hacia un destino trágico y frustrado. La dente del Congreso y presidente del Gobierno en
base del problema, pues, son las relaciones del tres ocasiones, en 1912, 1914 y 1919. Defensor
héroe con el mundo exterior. El héroe del Ro­ de Alfonso XIII al implantarse la Segunda Repú­
mancero expresa complejos sentimientos de so­ blica, fue presidente de la A cademia de Bellas
ledad, angustia, miedo, frustración, falta de co­ Artes de San Fernando y miembro de la de la
municación, etc. Es un héroe fragmentado como Historia. De sus muchas obras, biografías y en­
producto de una sociedad y pn universo que se sayos políticos, destacan títulos como Notas de
están desintegrando. Frente a ello, el amor es la una vida 1912-1931 (cuyos dos primeros volú­
única salida, la m anera de recuperar la unidad menes se publicaron en los años veinte, el último
perdida y la comunicación con los demás, algo en 1947 y todos ellos en una reedición completa
que es propio del mundo moderno o que, al me­ en 1999, en la que aparecen dos textos que no fi­
nos, le abre paso. guraban en la edición original) y ...Y a sí sucedió,
Otra cuestión de peso, mencionada ya a lo largo Observaciones y recuerdos..., ambos de carácter
de estas líneas, es la de la tradición oral en rela­ memorialístico.
ción con la transmisión de los romances. El ro­
mance está sometido a las dos fuerzas que rigen ROMANTICISMO
la poesía popular: la conservación y la renova­ Término con el que los escritores europeos de
ción. Las distintas versiones de un poema son el principios del siglo xix querían significar los
resultado del trabajo de la tradición regida por nuevos modos literarios que practicaban. Sus
ambas fuerzas. La conservación permite que un ideas encerraban concepciones artísticas diferen­
texto perdure durante años, incluso siglos, en la tes a las que se habían practicado hasta la fecha,
memoria colectiva a través del boca a boca, pero aunque el término que empleaban provenía de
en el ser humano no hay una tendencia a repetir una palabra, «romántico», que ya se había usado
lo heredado tal cual le ha sido transmitido. Como con frecuencia desde m ediados del siglo x v n .
contrafuerza, existe, por tanto, un deseo de reno­ Los inicios reales de este complejo de tendencias
vación que da lugar a las variaciones, unas varia­ y formas se produjeron, sin embargo, en Inglate­
ciones que pueden ser infinitas y que se deben a rra en el xvin, después de que el inglés Borwell
muy diversos motivos: rimas y metros, usos mu­ em pleara el término romantik, en 1765, al res­
sicales, interpretaciones de motivos, gusto por pecto de Córcega, y se extendió poco después a
destacar unas partes sobre otras, cambios de en­ Alemania y al resto de países de Europa, siendo
foque, deseos de actualización, adaptación al España uno de sus receptores más tardíos, ya que
medio, etc. Todo este trabajo de la tradición es aquí sus efectos no se hicieron notar hasta el se­
posible gracias a la conciencia que cada persona gundo o tercer decenio del siglo, debido a la
843 ROMANTICISMO

fuerza de los moldes neoclásicos. La decadencia miento, la verdad es que la defensa de la imagi­
del movimiento se produjo a mitad del siglo. nación — concepto fundamental del Romanti­
Consecuencia inmediata del idealismo filosó­ cismo— propició el tránsito hacia la modernidad
fico, del historicismo y de la transición del Anti­ literaria. La crisis político-social del momento
guo Régimen a la sociedad burguesa, en general hizo que, paulatinamente, los románticos reafir­
suele entenderse el Romanticismo no solo como maran aún más su yo, lo que les lleva, en gran
un estilo opuesto al clasicismo, sino como una medida, a vivirse como héroes, a recrearse en hé­
forma de vida, si bien la realidad es bastante más roes de sí mismos. Ideológicam ente liberales
compleja, pues responde a un intrincado proceso — no podía ser de otro modo— , esa autenticidad
de teorización y práctica. Como forma de vida, únicamente posible en la inspiración personal
de concebir el mundo, lo cierto es que se puede llevó a que incluso los de tendencia más reaccio­
mantener una actitud romántica más allá de unas naria, fuesen, en palabras de Julián Marías*, «li­
concepciones literarias, es decir, fuera incluso de beralmente reaccionarios». Una característica
los límites pautados por la historia para ubicar el fundamental del gusto romántico es el interés por
apogeo del Romanticism o como fenómeno es­ el pasado más allá del xviii , y, por tanto, también
trictamente artístico. Frente a la razón como ins­ al margen del clasicismo antiguo, modelo de
trumento de raciocinio, tal como había sido en­ este. Su pasión se materializa estéticamente en la
tendida a lo largo del siglo xviii y que trajo como Edad Media, en una Edad M edia conformada,
consecuencia inm ediata una ordenación de la junto al otro gran centro de su interés, el mundo
vida, los románticos reaccionan adentrándose en islámico, por lo remoto y lo exótico, por lo dis­
las potencias oscuras del hombre, en su profun­ tinto. Así, una imaginería formada por castillos
didad emocional, lo que provoca una dilatación ruinosos, damas frágiles, monjes y caballeros
de ese orden vital anterior. Lanzados a la vida convive con elementos como alcázares, odalis­
con temeridad, pese a la desesperación conocida cas, eunucos, alfanges, piratas, cautivos, etc. Es­
como el mal du siécle, viven inmersos en un de­ tos gustos no son sino el reflejo de una ideología
lirio de dolor y placer, es decir, en pleno epicen­ romántica que amaba a los países por sus pecu­
tro del sentimiento y de la pasión. Todo esto con­ liaridades, lo que conduce, ineludiblemente, a
fluye, pues, es una imbricación espiritual entre una defensa política de las nacionalidades. El
lo patético y lo «sublime», término este último Oriente o la defensa de la independencia de Gre­
analizado en profundidad por Kant. Así, lo que cia, adonde el propio Byron marchó a luchar, se
aparentem ente resultaría una contradicción, en suma al interés general por España, símbolo de
ellos se produce como una vivencia gozosa del lo exótico por su natural ruinoso, por la con­
sufrimiento, una vivencia estética y emocional fluencia que en nuestro país se producía entre
que no atiende a los límites.'La vida de muchos raíces orientales y personalidad, lo que le dio a
de los románticos estuvo marcada por la urgen­ nuestro país un protagonismo esencial en las ma­
cia, por la maduración inm ediata y, en conse­ nifestaciones artísticas del Romanticismo euro­
cuencia, con la muerte prematura, pues, como se peo. Literariamente, cuatro géneros son los que
sabe, la mayoría de los más destacados de ellos se cultivaron de forma prioritaria: la novela his­
murieron jóvenes: Byron, Larra* o Espronceda*, tórica de tema medieval o exótico, el libro de
por citar solo a algunos. Los sentimientos son el viajes, el drama, desmedido, sin unidades y mez­
m otor esencial de la vivencia romántica, unos clando verso y prosa, y, por supuesto, la poesía.
sentim ientos que, frente a la razón, son indivi­ Si novela histórica y libros de viajes escasean en
duales, intransferibles y, a menudo, incomunica­ España, no sucede lo mismo con el drama y la
bles, lo que les otorga una clara condición de poesía, esta última de carácter narrativo, here­
«incomprendidos». Esta individualidad choca dera del Romancero* y, por tanto, desarrollada
frontalmente con la sociabilidad del siglo x viii , en no pocos romances históricos o leyendas en
algo que se traduce, por supuesto, en los modos verso. La nueva concepción poética parte de las
literarios; lo que en aquel siglo eran cartas para ideas respecto a la autorreferencialidad del len­
ser leídas en grupo o reuniones constantes en los guaje poético expuestas por Friedrich Schlegel,
salones, ahora son diarios íntimos. Es el triunfo y llega a España filtrada a través de la revista Va­
del yo, de un yo marcado por la unicidad y la ori­ riedades de Ciencias, Literatura y Artes (1805),
ginalidad en el ahondam iento de las vivencias dirigida por Manuel José Quintana*, que publica
exclusivas e íntimas. De todo ello se concluye un escrito titulado «Reflexiones sobre la Poe­
que el Romanticismo se aproxima a la vida quizá sía», en el que, frente a la tradición francesa, ya
como en ningún otro momento de la Historia; la se opta abiertamente por la nueva poesía ale­
literatura no será ya solo una creación artística, mana. En lo que respecta al teatro, en España se
sino una expresión de la vida. A pesar de que esto produce, entre 1814 y 1820, lo que se ha dado en
produjo un cierto clima de repetición y amanera­ llamar la «querella calderoniana», o lo que es lo
ROMEA 844

mismo, un profundo debate sobre el teatro clá­ (1835), del duque de Rivas, El trovador (1836),
sico español que devenía, por sí misma, no solo de García Gutiérrez, y Los am antes de Teruel
en un enfrentamiento de carácter literario, sino (1837), de Hartzenbusch, a las que se suman las
en uno ideológico entre los partidarios del Anti­ Poesías (1839), de Espronceda y, en 1844, Don
guo Régimen y los defensores del Estado liberal. Juan Tenorio, de Zorrilla. A partir de este m o­
Puede hablarse de cuatro generaciones diferentes mento, se produce el declive de la literatura ro­
románticas, una vez superado el prerromanti- mántica, declive en el que irrum pirán con voz
cismo, que sería todo aquello que ya anunciaba propia, aunque fuera ya de tiempo, Pedro Anto­
el Romanticismo cuando todavía no existía. Una nio de Alarcón* y sus relatos fantásticos, y Gus­
primera, esforzada en imponer una nueva sensi­ tavo Adolfo Bécquer* con una poesía de carácter
bilidad vital, estaría representada por autores simbolizador.
como Walter Scott, los hermanos Schlegel,
Novalis, los idealistas alemanes, Chateaubriand ROMEA, Julián (Aldea de San Juan, M urcia,
y a la que, en España, deben sumarse, en todo 1818-Madrid, 1863)
caso, nombres como los de Juan Nicolás Bóhl de Ensayista y poeta. Considerado como uno de los
Faber*, partidario de asumir los principios ger­ actores más famosos de su tiempo, auténtico de­
manos del absoluto literario y del gusto por la li­ fensor de la naturalidad en la declamación, fue
teratura antigua española, y Juan Nicasio G a­ profesor en el Real Conservatorio de Madrid.
llego*. A una segunda generación, formada por Sus folletos y textos sobre la materia se emplea­
individuos conscientes y orgullosos de su condi­ ron como manuales; así, por ejemplo, hay que re­
ción de románticos, pertenecerían, entre otros, cordar: Ideas generales sobre el arte del teatro
Byron, Schopenhauer, Stendhal, Manzoni y, en (1858), Manual de declamación (1851 y 1865) y
España, Alberto Lista* y Martínez de la Rosa*. Los héroes del teatro (Reflexiones sobre la m a­
La tercera generación, aquella en la que se pro­ nera de representar la tragedia) (1866). Recogió
duce la eclosión en Europa, goza de plena con­ sus poemas líricos, influidos por Meléndez Val­
ciencia de sí y, por ello, inicia la autocrítica y la dés*, en Poesías (1846 y 1861).
ironía — no en España— , cuenta con nombres
como Keats, Schelley, Carlyle, Heine, Lam ar­ ROMEA, Julián (Zaragoza, 1848-Madrid, 1903)
tine, Balzac, Dumas padre, M érimé, Sué, Leo- Actor y dramaturgo. Sobrino de Julián Romea*,
pardi y, en nuestro país, el duque de Rivas*, Bue­ como él se dedicó al teatro en la doble vertiente
naventura Carlos Aribau*, Trueba y Cossío* y señalada. De entre sus textos, merecen recor­
Estébanez Calderón*. Es en la cuarta generación, darse El padrino del «nene» o todo por el arte
ya no rigurosamente romántica en Europa, (1896), El señor Joaquín (1898) y La tempra-
cuando triunfa el Romanticismo por excelencia nica (1900).
en España, lo cual confirma el retraso de su lle­
gada; cuenta con nombres extranjeros como los ROMEA Y TAPIA, Juan Cristóbal (Aragón, s i­
de Thackeray, Dickens, M usset o Whitman, y, glo xvm)
aquí, con Juan Arólas*, Hartzenbusch*, M eso­ Polemista. Fue el responsable del periódico El
nero Romanos* y sus artículos de costumbres, escritor sin título (1763), desde cuyas páginas
Ramón López Soler*, Espronceda, Larra, García mantuvo una dura polém ica con Clavijo y Fa­
Gutiérrez*, Gil y Carrasco*, Gertrudis Gómez de jardo* a propósito de los autos* sacramentales,
Avellaneda*, Nicomedes Pastor Díaz*, Eugenio asunto que formaba parte de la polémica surgida
de Ochoa*, Zorrilla*, Campoamor* o Francisco en aquellos días sobre el teatro español del Siglo
Navarro Villoslada*, entre otros muchos. de Oro (véase EDAD DE ORO), teatro defendido
En España, el Romanticismo, originariam ente con firmeza por Romea.
casticista y ligado al Siglo de Oro (véase EDAD
DE ORO), penetró después de los intentos de acli­ ROMEO, Félix (Zaragoza, 1968)
matación de Juan Nicolás Bóhl de Faber. Las di­ Narrador. Periodista televisivo, ocupado en asun­
versas traducciones que se realizan de obras de tos literarios, del desaparecido programa «La
Walter Scott, Byron o Víctor Hugo colaboran a Mandragora», de la 2 de TVE. Como escritor se
la difusión del espíritu romántico, que, dentro de trata de uno de los autores con un estilo y temá­
nuestras fronteras, alcanza su esplendor entre tica más personales y originales del más reciente
1834 y 1844, fundamentalmente después del re­ panorama literario. Con un mundo genuinamente
greso de los exiliados políticos — liberales y ro­ pulp, que recuerda en parte al cine de Tarantino
mánticos— tras la muerte de Fernando VII en y al de Alex de la Iglesia, en sus obras el lector
1833. Se trata de una eclosión que se produce se adentra en salas de tatuajes, timbas de póquer
con obras como La conjuración de Venecia y paisajes desolados trazados con una estética
(1834), de M artínez de la Rosa*, Don Alvaro que tiene mucho de los dibujos animados de la
845 ROMERO

Warner, y por ellas desfilan transexuales, actores ROMERO, Emilio (Arévalo, Ávila, 1917-Madríd,
pomo, personajes fracasados, perdedores, infini­ 2003)
dad de individuos que viven y conviven con re­ Novelista, ensayista y dramaturgo. Periodista
ferencias constantes a lo más pop de la historia prestigioso e incisivo, considerado maestro de
social de la España reciente, desde Uri Geller, periodistas y Premio Nacional de Periodismo en
aquel vidente que doblaba cucharas en televi­ 1995, colaboró en las páginas de las más impor­
sión, hasta los huevos Kinder sorpresa. Se trata, tantes publicaciones españolas y fue director, en­
no obstante, de un autor con fuerza narrativa, ca­ tre otros diarios, del desaparecido Pueblo. Es au­
paz de construir una épica de la derrota, de abor­ tor, asimismo, de una nutrida obra novelística de
dar la precariedad absoluta de estos personajes corte testimonial, así como de piezas teatrales, en
sin desgarros sentimentales, sino más bien con las que predomina el mismo sedimento sarcástico
un extraño y difícil equilibrio entre contención, que está presente en el resto de su obra, y de nu­
hum or cañí y exageración barroca, para dar merosos ensayos. Hay que destacar, de su pro­
cuenta de su agonía creando atmósferas sórdidas ducción narrativa, novelas como: La paz empieza
con total visceralidad. Es autor de las novela Di­ nunca (1957), galardonada con el Premio Pla­
bujos animados (1994; reed., 1996), en la que se neta, El vagabundo pasa de largo (1959), Todos
ocupa de la ciudad de su infancia, y Discothéque morían en «Casa Manchada» (1969), Una golfa
(2001), mezcla de culebrón televisivo y tragedia subió a los cielos (1981) y Tres chicas y un fo ­
clásica en la que se oyen ecos de tragedia shakes- rastero (1987), Premio Ateneo de Sevilla, a los
periana y de Buñuel, que da lugar a un retrato que hay que añadir el volumen misceláneo Mis
kitsch de España. versos secretos y prosas canallas (1981). De sus
obras teatrales, elegimos las siguientes: Historias
ROMEO, Leopoldo (Z aragoza, 1870-M adrid, de media tarde (1964), Las ratas suben a la ciu­
1925) dad (1964), Las personas decentes me asustan
Periodista. Su inclusión en estas páginas viene (1964), Lola, su novio y yo (1966), Verde donce­
motivada por su trascendente actividad periodís­ lla (1967), Sólo Dios puede juzgarme (1969), El
tica. Licenciado en Derecho y en Filosofía y Le­ amante jubilado (1970) y La Cliocholila o El fin
tras por la Universidad de Zaragoza, fue redactor del mundo es el jueves (1984). Pero es en el ám­
de El Tiempo, director de La correspondencia de bito del ensayo, muchos de ellos volúmenes en
España y fundador de Informaciones. Asimismo, los que recoge sus duras críticas sobre la socie­
destaca su labor como corresponsal de diversas dad española de los últimos años, donde el nú­
publicaciones y sus muchas campañas de prensa mero de publicaciones es mayor. Destacan, entre
en apoyo de ideales altruistas. ellos, algunos como: Juego limpio (1962), Car­
tas a un príncipe (1963), por el que obtuvo el
ROMERA-NAVARRO, Miguel (Almería, 1888- Premio Nacional de Literatura, Cartas al pueblo
1954) soberano (1965), Cartas al rey (1973), Cartas
Crítico. Nacionalizado estadounidense en 1927, pornopolíticas (1977), El discreto impertinente
enseñó Literatura Española en la Universidad de (1978), Crónicas malditas (1979), Retratos de
Texas. Gran estudioso de la obra de Gracián*, época (1985), Tragicomedia de España (Unas
además de sus ediciones de El criticón (Filadel- memorias sin contemplaciones) (1985), Testigo
fia, 1938-1940; 3 vols.) y del Oráculo manual y de la historia (1986) y Un desnudo de la historia
arte de prudencia (Madrid, 1954), hay que des­ (1992), por elegir solo algunos.
tacar sus trabajos Historia de la literatura espa­
ñola (Boston, 1928), M iguel de Unamuno (Ma­ ROMERO, Luis (Barcelona, 1916)
drid, 1928), La percepción dramática de Lope de Novelista. Inició y abandonó los estudios de Pro­
Vega y otros ensayos sobre el Fénix (Madrid, fesorado Mercantil, trabajó en una compañía
1935) y, sobre todo, sus Estudios sobre Gracián aseguradora, lo que le permitió acceder, de pri­
(Austin, Texas, 1950). mera mano, a graves problemas humanos, y fue
un gran viajero, lo que le llevó a vivir, entre 1950
ROMERO, Dionisio (Santander, 1961) y 1952, en Buenos Aires. Antes, durante la Gue­
Poeta. Influido por la poética del haiku, en sus rra Civil, había luchado con las tropas de Franco
versos se adentra en la realidad natural de las co­ y, al terminar, participó en la División Azul. Co­
sas, buscando en ellas la emoción profunda y el laborador habitual en numerosas publicaciones
sentido del mundo, a través de breves fogonazos españolas, tanto con artículos y crónicas como
que nombran la pulsión de lo fugaz. Destaca su con cuentos, es autor de obras en las que denun­
poemario Kaligandaki (1998), fruto de un viaje cia situaciones sociales injustas, aunque nunca
al Him alaya y en el que domina el espíritu bu­ ha descuidado la investigación eminentemente
dista al que nos hemos referido. formal de la novela y, desde mediados de los
ROMERO

años cincuenta, pareció decantarse hacia una ROMERO DE CEPEDA, Joaquín (B adajoz, si­
trama más psicológica. Hay que destacar, entre glo xvi)
todos sus títulos, La noria (1952), novela impor­ Poeta y dramaturgo. No hay datos sobre su vida,
tante, galardonada con el Premio Nadal, y, según salvo los que conciernen a la composición de sus
gran parte de la crítica, influida por el Ulises de obras. Como poeta, imitó los metros tradiciona­
Joyce y por La colmena, de Cela*, pues se trata les de Castillejo* y Gregorio Silvestre*, aunque
de un día en la vida de Barcelona contado a tra­ también empleó, ocasionalmente, metros latinos.
vés de los monólogos de una larga serie de per­ Hay que destacar, además de diversos sonetos,
sonajes, pero cuya naturaleza estilística estaba ya glosas y romances, los poemas incluidos en Fa­
esbozada en un autor como Carranque de Ríos*, mosísimos romances (h. 1577) y en Obras (Sevi­
representante de la corriente social-realista du­ lla, 1582). En verso compuso también una Des-
rante la República. No obstante, el verdadero ori­ truyción de Troya (Toledo, 1583) y una Vida y
gen de dicha obra está en Manhattan Transfer fábulas de Esopo (Sevilla, 1590). Fue autor de
(1925), de John Dos Passos. Otras obras de no dos comedias: Salvaje, de tema celestinesco, y
menor importancia son: Carta de ayer (1953), Metamorfosea, pastoril. En prosa escribió una
Las viejas voces (1955), Los otros (1956), La No­ suerte de libro de caballerías*, Rosián de Casti­
chebuena (1960), La corriente (1962) y El caci­ lla (Lisboa, 1586).
que (1963), con la que obtuvo el Premió Planeta.
Deben recordarse, asimismo, los volúmenes de ROMERO ESTEO, Miguel (Montoro, Córdoba,
relatos La finestra (1956), escrito en catalán, 1930)
Esas sombras del trasmundo (1957) y Tudá (1957), Dramaturgo. Inició estudios de Derecho, Cien­
así como el poemario Cuerda tensa (1950). En ca­ cias Políticas, Teología, Periodismo y Económi­
talán ha publicado Els nostres números (1982) y cas en diversas Facultades, aunque pronto se de­
Castell de cartes (1991), con el que obtuvo el dicó al teatro. Es autor de un teatro realista en el
Premio Ramón Llull. De sus ensayos, muchos de que se insertan elementos grotescos. Sus obras,
carácter histórico, la mayoría centrados en la Se­ de extensión desmesurada, rompen con las tradi­
gunda República y la Guerra Civil, y otros dedi­ cionales medidas del tiempo practicadas en el
cados a la figura de Salvador Dalí*, sobre cuya teatro, de ahí que sean, la gran mayoría, irrepre-
obra Romero ha sido uno de los grandes especia­ sentables. Gracias a semejante práctica, consigue
listas, hay que mencionar: Tabernas (1950), apartarse absolutamente de la «cultura oficial»,
Barcelona (1954), Tres días de julio (1967), so­ aunque, por supuesto, sin dejar de enfrentarse a
bre el estallido de la Guerra Civil, Desastre en ella en los contenidos, así como a la situación po­
Cartagena (1971), en donde se ocupa de la rebe­ lítica, lo que lo convierte en uno de los autores
lión de marzo de 1939, Todo D alí es un rostro malditos del franquismo y en uno de los más re­
(1975), El fin a l de la guerra (1976), magnífica conocidos en el extranjero. El lenguaje que em ­
contribución a la historia de la contienda, Cara plea es, al propio tiempo, novedoso, ni de acade­
y cruz de la República (1981), Por qué y cómo mia ni barriobajero, sino, como lo ha calificado
mataron a Calvo Sotelo (1982), que mereció el la crítica, de plaza pública, de espacios abiertos,
prestigioso Premio Espejo de España, Aquel de fiesta popular, repleto de ambigüedades, pa­
Dalí (1984), Dedálico Dalí (1989) y Salvador Da­ ródico, desvergonzado, profundamente humano
lí (\992). y real, en suma: lleno de matices. La estructura
de sus obras se realiza en secuencias, no en ac­
ROMERO, Rafael -> Véase QUESADA, Alonso. tos, con lo que contribuye a que el desarrollo de
la acción se despliegue de un modo diferente a
ROMERO, Vicente como lo hace en las habituales configuraciones
Narrador. Periodista de profesión, es uno de los escénicas. Teatro, pues, absolutamente nuevo,
reporteros de guerra más veteranos y prestigio­ provocativo y, sin dudarlo, de altísima calidad,
sos del periodismo español, famoso por su parti­ que pretende criticar una determinada visión del
cipación en programas de investigación periodís­ mundo situándose fuera del mundo. Hay que
tica televisivos como «Informe Semanal» o «En destacar títulos como Pizzicato irrisorio y gran
Portada». Esta faceta profesional, además de per­ pavana de lechuzos (1966), Pontifical (1967),
mitirle escribir obras periodísticas como Pol Pot, que cuenta con casi 450 folios, Patética de los
el último verdugo o Misioneros en los infiernos, pellejos santos y el ánima piadosa (1970), Fies­
ha marcado sus incursiones en la novela, en las tas gordas del vino y del tocino (1973), Pasodo-
que merece destacarse El miedo es un camello ble (1974), Horror vacui (1974), Paraphernalia
ciego (2002), donde aborda el antiislamismo en de la olla podrida, la misericordia y la consola­
Argel y da cuenta con precisión del ambiente ción (1975; pero estrenada en 1972), El vodevil
opresivo y de la violencia latente. de la pálida, pálida, pálida, pálida rosa (1979),
R om anticism o. E nsayo de la o b ra de José Z o rrilla Don Juan Tenorio. M a d rid , o c tu b re de 2 0 0 0
P e d ro S a lin a s c o n , en prim e r té rm in o , Ig n ac io Sán ch ez M ejías y Jorge G uillén; d e trá s, A n to n io
M arichalar, José B ergam ín , C o rp u s Barga, V icen te A leix an d re, Fed e ric o G arcía L o rca y D ám aso
A lo n so
Carlos Seco Serrano

Ramón J. Sender A rriba, a la izq u ierd a , A lfo n so Sastre.


R e p rese n tac ió n de la o b ra La cornada, e stren ad a
en el T ea tro L ara de M a d rid d u ran te
la te m p o rad a 1 9 5 9 -1 9 6 0

Míster W itt
en el Cantón

R a m ón ). Sender. P o rta d a de Míster Witt


F .s p os d 'C nl p c, S .A.
en el Cantón
L u cio A n n co Séneca. M an u scrito del siglo x iv de
u n a de sus tragedias. B iblioteca de G irolam ini.
N áp o les

A rriba, a la dere ch a , P e d ro Sim ón. P o rta d a de


Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme
en las Indias occidentales, B iblioteca N acional.
M ad rid

A n to n io Soler
A n to n io de Solís y Rivadeneyra. P o rta d a de Historia G o n za lo Suárez
de la conquista de México, población y progresos de la
América septentrional, conocida con el nombre de Nueva
España. E dició n de 17 0 4

M ap uel Tamayo y Baus


847 ROS

Tartesos y Gárgoris, rey de reyes (1985), galar­ también consideraba maestro poético. En sus
donada con el Premio Enrique Llovet. Publicó, versos, delicadamente elaborados y en metros
en Papeles de Son Armadans, una selección de clásicos, y prosas, a menudo de un lirismo recar­
poemas titulada Hierofanías (1975). Su prestigio gado, siempre estuvo presente su región y, prio­
internacional llevó a que, en 1985, le otorgaran ritariamente, su ciudad, a la que dotó de una en­
el Premio Europa en Estrasburgo, y por fin fue tidad estética irreal, quintaesenciada. Destacan
reconocido en España con el Premio Andalucía sus poemarios: Sombra apasionada (1929), Dios
de Teatro de la Junta de Andalucía en 1992. En en la ciudad (1934), Canción del amante anda­
2000 le nombraron Hijo Adoptivo de la provin­ luz (1941), Kasida del olvido (1947), Tierra y
cia de Málaga. canción (1948), Memoriales (1950) y Lejos y en
la mano (1959). De sus obras en prosa hay que
ROMERO LARRAÑAGA, Gregorio (M a d rid , recordar: Sevilla en los labios (1938), Discurso
1814-1872) de la mentira (1943), Pueblo lejano (1954) y Los
Poeta, novelista y dramaturgo. Oficial de la Bi­ cielos que perdimos (1964). Una biografía suya
blioteca Nacional y colaborador en diversas pu­ sobre Francisco de Bruna mereció, en 1964, el
blicaciones, entre ellas El Semanario Pintoresco, Premio Ciudad de Sevilla. En 1995 se publica­
se trata de uno de los poetas menores del Roman­ ron tres volúmenes de Obras escogidas.
ticismo*. Imitador de Zorrilla* y Escosura* en la
creación de leyendas, fue, como narrador, autor ROMERO PECHE, Juan Luis (Málaga, 1954)
idealista, en la misma línea histórico-legendaria, Narrador. Autor no muy conocido, pero capaz en
y sentimental con ademanes costumbristas. Por sus cuentos, género por el que muestra predilec­
lo que se refiere al teatro, escribió, obviamente, ción, de crear climas que juegan, al margen de
sobre temas históricos. Hay que destacar en su convencionalismos y con absoluta originalidad,
producción el cuento romántico en verso El sa­ con un extraño equilibrio entre humor y desaso­
yón (1836), obra basada en El bulto vestido de ne­ siego, ironía y cultura, en su mirada de la coti­
gro capuz, del mencionado Escosura, Poesías dianidad. M erecen destacarse una colección de
(1841), Cuentos históricos, leyendas antiguas y cuentos, entre lo costumbrista y lo fantástico,
tradiciones populares de España (1841), H isto­ donde a veces predomina un cierto tono senten­
rias caballerescas españolas (1843), ambos en cioso, Física y química, S. L. (1999), y el volu­
verso, la novela histórica La Virgen del valle men de relatos Las mudanzas (2000), en torno a
(1847), La enferma del corazón (1846 y 1858; los diferentes tipos de mudanzas: morales, emo­
2 vols.), novela en verso de carácter sentimental, cionales, sentimentales, físicas. Es autor, asi­
o las piezas teatrales Jimena de Ordóñez (1838), mismo, de una colección de libros minúsculos,
La vieja del candilejo (1838), Garcilaso de la Vega 5 entremeses 5, en los que, aunando vanguardia
(1840), Padilla o El asedio de Medina (1845), Fe­ y tradición, desarrolla breves piezas teatrales sa­
lipe el Hermoso (1845), escrita con Eusebio As- tíricas que se burlan de la modernidad, la polí­
querino* y que obtuvo un gran éxito, El gabán del tica, la sociedad y la religión.
rey (1847), sobre Enrique III el Doliente, y La cruz
de la Torreblanca (1847), entre otras. Fue autor, ROMERO QUESADA, Rafael -» Véase QUE-
asimismo, de piezas sobre temas literarios, tales SADA, Alonso.
como Macías el enamorado, El licenciado Vi­
driera y una parodia de Los amantes de Teruel. ROMO, Jaime
Narrador. Es autor de Un cubo lleno de can­
ROMERO MURUBE, Joaquín (Los Palacios, Sevi­ grejos (1998), en el cual realiza un retrato esper-
lla, 1904-Sevilla, 1969) péntico de la España contemporánea, a modo de
Poeta. Estudió Derecho en la Universidad de Se­ sainete político, y da rienda suelta a una imagi­
villa, fue redactor jefe de la revista Mediodía — en nación desbordante que crea una galería de per­
la que intentó conjugar tradición y novedad y sonajes absurdos y exagerados al tiempo que hi­
que fue la voz de la Generación del 27* sevi­ larantes para construir una parodia ácida de la
llana— y director de los Reales Alcázares, cargo España contemporánea.
que ganó por oposición en 1943. Amigo de poe­
tas como Luis Cernuda* y Federico García RONCESVALLES, Cantar de -» Véase CANTAR
Lorca*, fue poeta neopopular y andalucista de DE RONCESVALLES.
modos exquisitos. Clasicista en las formas,
nunca negó las influencias de líricos sevillanos ROS, Félix (Barcelona, 1912-Estambul, 1974)
como Rioja* o Bécquer*. En lo que se refiere a Poeta, dramaturgo y crítico. Licenciado en Filo­
la prosa, reconoció el doble m agisterio de G a­ sofía y Letras y en Derecho, Félix Ros Cebrián
briel M iró* y Juan Ramón Jiménez*, a quien fue catedrático de Lengua y Literatura españolas
ROS

y decano del Colegio de Doctores y Licenciados ROS DE OLANO, Antonio (Caracas, 1808-Ma-
de Barcelona. D irector de diversas publicacio­ drid, 1886)
nes, también dirigió el Teatro Experimental de Narrador y poeta. Importante militar, vino a Es­
aquella ciudad y el Benavente y el M aría Gue­ paña a los cinco años; a los dieciocho, era alfé­
rrero de Madrid. Colaborador de la prestigiosa rez de la G uardia Real de Infantería y, aún sin
revista literaria Cruz y Raya, y de diarios como haber cumplido los cuarenta, teniente general.
Ya, ABC y La Vanguardia, dictó numerosos cur­ Conde de Alm ina y marqués de Guad-el-Jelú,
sos en universidades de Hispanoamérica. Adaptó ayudante de Espoz y Mina y de Narváez durante
numerosas obras de teatro para televisión. De sus la primera guerra carlista, compaginó sus acti­
poemarios, deben destacarse: Verde voz (1934), vidades castrenses con su vocación literaria.
Nueve poem as de Valéry y doce sonetos de la Ocupó numerosos cargos públicos, fue dipu­
muerte (1939), Sonetos y romance (1941), Los tado, senador, ministro, director general de In­
bienes del mundo (1945), Dichos de amor fantería, y participó activam ente en todas las
(1949), Elegías (1952), Condenado a muerte actividades políticas de la época, desde la re­
(1967) y Libro de Félix (1971), a los que hay que volución de ju lio de 1854 hasta la de 1868.
añadir Poesías completas (1963) y Antología Como escritor, participó de la estética romántica
poética de la lengua catalana (puesta en versos en poesía, quizá influido por su amistad con Es-
castellanos) (1965). De sus piezas teatrales hay pronceda*, para quien escribió el prólogo de El
que citar: Los alegres compadres del Viso (1950), diablo mundo y con quien colaboró en la come­
Nuestro amor termina el día 30 (1952), con la dia Ni el tío ni el sobrino. Destacan sus roman­
que obtuvo el Premio Especial Lope de Vega, e ces y sonetos. En su faceta narrativa, resultó ori­
Historias del abuelo (1955), galardonada con el ginal la sabia combinación que realizaba entre
Premio Nacional de Teatro Infantil, así como nu­ ingenio, barroquismo y fantasía, si bien el exceso
merosas adaptaciones de autores clásicos españo­ de misterio y simbolismo convierte sus obras en
les y extranjeros, entre ellos Victor Hugo o Tirso incómodas de leer. Hay que destacar, además de
de Molina*. Es autor, asimismo, de numerosos sus Poesías (1886), las novelas El diablo las
ensayos literarios y biográficos, de entre los que carga (1840) y El doctor Lañuela (1863), así
merecen recordarse: Francisco de Quevedo como el volumen de relatos Cuentos estrambóti­
(1940), Campoamor (1942), Ganivet, a cincuenta cos (1868). Fue autor, además, de Observaciones
años vista, y de lince (1949), Notas parciales so­ sobre el carácter militar y político en la guerra
bre Arniches (1957) y El conde-duque de Oliva­ del Norte (1836), Leyendas de África (1860),
res (1971), a los que habría que añadir algunos Jornadas de retorno escritas p o r un aparecido
volúmenes de crónicas como Un meridional en (1873), sobre su infancia gerundense, y de unos
Rusia (1936), De la estrella de Oriente a la estre­ Episodios militares (1883).
lla del Norte (1965) y De Acapulco a Nueva York,
pasando por los Balcanes (1971), además de bas­ ROSA, Julio Manuel de la (Sevilla, 1935)
tantes títulos de pedagogía. Narrador. Autor adscrito al grupo que se conoció
como los «narraluces», escritores que estuvieron
ROS, Samuel (Valencia, 1904-Madrid, 1945) en torno a la figura de A lfonso Grosso* en los
Narrador y dramaturgo. Abogado por la Univer­ años setenta. Casi desconocido, pues se ha man­
sidad de Valencia, pronto dedicó su vida al pe­ tenido al margen de los circuitos literarios, su
riodismo y la literatura. Colaborador de impor­ obra se vio influida por Ignacio Aldecoa* en sus
tantes publicaciones, como ABC, El Sol y El comienzos, y quedó impregnada de un realismo*
Debate, fundó La Voz de España en Chile en moderado hasta que fue dejándose tocar, a partir
1937, y fue director de la revista falangista ma­ de los años setenta, por la obra de autores como
drileña Vértice. Literariamente, combinó el li­ Faulkner o Borges, que condujeron a un cambio
rismo, las técnicas de vanguardia (véase VAN­ global en la literatura de esos años hacia un ma­
GUARDISMO) y un humorismo muy acusado, yor trasfondo simbólico y una más compleja fac­
todo ello con marcadas influencias de Gómez de tura narrativa. Las intenciones de De la Rosa en
la Serna*, a cuya tertulia acudió. Hay que citar aquella época consistían en crear una obra culta
obras suyas como los libros de relatos Marcha que a partir de los mitos explicase la realidad
atrás (1931), Cuentas y cuentos (1942) y Cuen­ contemporánea, centrándose en numerosas oca­
tos de humor (1944), así como, por supuesto, las siones, también recientemente, en la Guerra Ci­
novelas El ventrílocuo y la muda (1930), El hom­ vil. Entre sus obras, además de las dirigidas a un
bre de los medios abrazos (1933), Los vivos y los público juvenil y de ensayos sobre literatura con­
muertos (1937) y Meses de esperanza y lentejas temporánea, destacan los libros de relatos No es­
(1939), o piezas teatrales como En el otro cuarto tamos solos (1962), De campana a campana
(1940) y Víspera (1941). (1964), Nuestros hermanos (1973) y La columna
849 ROSALES

y otros relatos (1993), así como de las novelas guras más relevantes de la llamada Generación
La explosión (1966), Fin de semana en Etruria del 36*, comienza a publicar poemas en la re­
(1972), galardonada con el Premio Sésamo en vista Los Cuatro Vientos en 1933 y entra en con­
1971, pero publicada un año después por proble­ tacto con otros poetas como Luis Felipe Vi-
mas con la censura, Croquis a mano alzada vanco*, con quien colaboraría en algunas obras,
(1973), La sangre y el eco (1978), Las campanas o los Panero*. Escribe sus primeros artículos li­
de Antoñito Cincodedos (1987) y Crónica de los terarios en la revista Cruz y Raya, de José Berga-
espejos (1995). mín*, y participa en la guerra en las filas de la
Falange, desde las que intentó, inútilmente, sal­
ROSADO,MARTÍN, Félix (Las Navas del M a r­ varle la vida a su queridísimo amigo García
qués, Ávila, 1964) Lorca*. Ya pasada la Guerra Civil, se convierte
Narrador. Periodista y autor de libros de divulga­ en secretario de Escorial, fundada por Laín En-
ción historiográfica, es autor de novela histórica tralgo*, Dionisio Ridruejo* y otros intelectuales
en la que se combinan las exigencias del relato falangistas de tendencia liberal, y una de las pu­
de intriga y de la literatura sentimental. Destaca blicaciones literarias que más influirían en la
su novela Sangre de Luna (2001), centrada en la poesía española del siglo xx. Posteriormente,
guerra de Cuba. dirigiría Cuadernos Hispanoamericanos y, en
1962, ingresaría en la Real Academia Española.
ROSAL, María (Fernán Núñez, Córdoba, 1961) Los últimos años de su vida estarían marcados
Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica, cola­ por la tragedia: víctima de una enfermedad, per­
bora en diario El Día de Córdoba. Incluida en di­ dió gran parte de sus facultades cerebrales y,
versas antologías de poesía femenina, se trata de ayudado por su mujer, hubo de aprender nueva­
una autora que, influida por el mundo lírico de mente a leer. A pesar de ello, aún pudo brindar,
Walt W hitman y por ciertos ecos surrealistas, es­ en algunas conferencias e intervenciones públi­
cribe sobre la soledad y la frustración del desa­ cas, algunas brillantes intervenciones sobre su
mor, pero también sobre la muerte, siempre con peripecia poética y personal. Intelectual mode­
un lenguaje que se deleita en las im ágenes, el rado, pese a su militancia política, desde los pri­
ritmo, las metáforas y la conjunción de contra­ meros momentos de la posguerra defendió la to­
rios para dar cuenta de las heridas emocionales y lerancia, tanto en sus versos como en sus
de las dudas y contradicciones a que inducen los artículos. Influido inicialmente por la hondura
sentimientos y las pasiones eróticas, tratadas con metafísica y sentimental de autores como fray
sensualidad desbordante. Es autora de los poe- Luis de León*, san Juan de la Cruz*, Lope de
marios Abuso de confianza (1995), galardonado Vega* o Quevedo*, sus versos fueron tendiendo,
con el Premio Gabriel Celaya, Vuelo rasante poco a poco, hacia un emotivo y claro intimismo,
(1996), que obtuvo el Premio Luis Carrillo y So- basado en la decadencia espiritual de la posgue­
tomayor, D on del unicornio (1996), Premio de rra, en la im posibilidad del amor y la presencia
Poesía Erótica Cálamo, Ruegos y preguntas agobiante de la muerte. Recurre entonces al re­
(2001), Premio Ana del Valle, Tregua (2001), ga­ cuerdo, a la memoria de una infancia perdida en
lardonado con el Premio Ciudad de Córdoba Ri­ la que busca su propia identidad y los perfiles de
cardo Molina, Travelling de acompañamiento la esperanza, aunque nunca logró abandonar la
(2002), La resaca del fuego (2002), A pie de pá ­ amargura y la visión desolada del mundo en poe­
gina (2002) y Otra vez Bartleby (2002), que me­ mas en los que el acento recae sobre su experien­
reció el Premio Cáceres Patrimonio Mundial. cia autobiográfica. Denostado durante un tiempo,
como consecuencia del auge de la poesía social*,
ROSALES, José Carlos (Granada, 1952) pronto se vio en sus versos la calidad del gran
Poeta. Autor de una poesía intim ista, que no poeta que era, la trascendente resonancia de la
huye ni de la ironía ni del sarcasmo y que busca angustia, la densidad existencial y la maestría
el conocimiento a través de lo fragmentario, de técnica — de una perfección métrica desusada— ,
lo efímero y de lo aparentem ente ilusorio. Hay la depuración léxica, capaz de combinar de ma­
que destacar sus poemarios El buzo incorregible nera originalísima lo mejor del clasicismo y de
(1988), El precio de los días (1991), La nieve las vanguardias, de quien ya es considerado
blanca (1995) y El horizonte (2003). como uno de los grandes autores del siglo.
Poemarios esenciales para nuestra historia litera­
ROSALES, Luis (Granada, 1910-Madrid, 1992) ria están firmados por él; así, y aparte del ejerci­
Poeta y crítico. Luis Rosales Camacho inició las cio retórico practicado en Retablo Sacro del Na­
carreras de Letras y Derecho en Granada, tras lo cimiento del Señor (1940), de emocionada
cual se fue a Madrid, donde estudia Filología Ro­ espiritualidad, hay que recordar Abril (1935), li­
mánica y se doctora. Considerado una de las fi­ bro de poesía amorosa en el que no faltan algu­
ROSAS DE OQUENDO 850

nos versos de tema religioso, La casa encendida ROSELL Y LÓPEZ, Cayetano (Aravaca, Madrid,
(1949), poema unitario modulado en versículos, 1817-Madrid, 1883)
de longitud variada y sin estrofas, donde, in­ Traductor. Profesor de Bibliografía en la Escuela
cluso, recurre a la repetición de palabras, hemis­ Diplomática, archivero y miembro de la Acade­
tiquios y periodos sintácticos, en el que acude de mia de la Historia, fue autor de numerosos estu­
lleno a sus experiencias biográficas y en el que dios literarios e históricos para publicaciones
presenta la existencia concreta del hombre en re­ como La Ilustración Española y Americana.
lación con las dualidades de las que es víctima: Aunque escribió alguna zarzuela y diversos pró­
memoria-olvido, soledad-compañía, vida-muerte. logos para ediciones de la «Biblioteca de Auto­
Se trata, sin duda, de la obra fundamental de Ro­ res Españoles», su labor más meritoria fue la de
sales, así como de una de las obras clave de la traductor, actividad en la que destacan sus ver­
poesía de posguerra. En ella, la memoria fam i­ siones de la Divina Comedia, de Dante, o de El
liar y la hostilidad del tiempo sirven al poeta para paraíso perdido, de Milton.
componer un texto articulado de un modo pecu­
liar, como si se tratara de una composición musi­ ROSELLÓ-PORCEL, Bartolomeu (Palma de M a ­
cal en diferentes movim ientos y a través de cu­ llorca, 1913-El Brull, Montseny, 1938)
yos compases aparecen sueños, recuerdos y Poeta en lengua catalana. Discípulo de Gabriel
realidad, conciliados en imágenes que deben no Alomar* y buen conocedor de las lenguas latina,
poco al surrealismo*. Siguieron Rimas (1951), inglesa, francesa e italiana, en su poesía convi­
escrito a partir de 1937, de un profundo pesi­ ven el barroquismo, las tendencias vanguardistas
mismo y por el que obtuvo el Premio Nacional y otras de tipo popular con las influencias post­
de Literatura, El contenido del corazón (1969), simbolistas de Camer* y Riba*, todo ello com ­
donde el poeta elaboró una prosa poética distinta, binado de forma muy personal. A pesar de su
acaso influida por Rilke, pero en todo caso de muerte prematura a consecuencia de la tubercu­
una originalidad en la que se integran todas las losis, dejó, además de algunas traducciones y en­
modalidades discursivas, Segundo Abril (1972), sayos, poemarios de gran intensidad y hondura
Canciones (1973), Como el corte hace sangre melancólica, tales como Nou poem es (1933),
(1974), Diario de una resurrección (1979), libro Quadem de sonets (1934) y, aparecido postuma­
esencial, en lo que respecta a la combinación en­ mente, Im itado del fo c (1938), en homenaje a
tre contenidos existenciales y técnicas experi­ Espriu*. En 1949 se publicó en Palma su Obra
mentales, galardonado con el Premio de la Crí­ lírica.
tica, los tres libros de la serie «La carta entera»:
La almadraba (1980), Un rostro en cada ola ROSETE NIÑO, Pedro (siglo xvn)
(1982) y Oigo el silencio universal del miedo Comediógrafo. Colaborador de algunos autores
(1984). Entre 1981 y 1983 se editaron sus poe­ de su tiempo, entre ellos Cáncer* y Martínez de
mas en Poesía reunida, obra a la que hay que Meneses*, con quienes compuso El mejor repre­
añadir la edición de sus Obras completas, ini­ sentante, san Ginés. Fue alabado por Bances
ciada en 1996 con el volumen dedicado a la poe­ Candamo* y por el mencionado Cáncer. Obra de
sía. De su obra crítica, de una riqueza analítica autoría única suya fue M adrid por dentro, estre­
excepcional, deben recordarse títulos como: Cer­ nada en 1641, en la que retrataba la vida de los
vantes y la libertad (1960 y 1985), El senti­ bajos fondos, lo que, según cuenta Pellicer de
miento del desengaño en la poesía barroca Ossau*, provocó que el público le esperase y
(1966), Pasión y muerte del conde de Villame- maltratase a la salida de la representación.
diana (1969), que fue su discurso de ingreso en
la Academia, Lírica española (1972) y Antonio ROSO DE LUNA, Mario (Logrosán, Cáceres,
Machado (1978). Luis Rosales recibió, en 1982, 1872-M adrid, 1931)
el prestigioso Premio Cervantes. Ensayista y narrador. Estudió Derecho, Filosofía,
Ciencias y Astronomía, lo que le dio una sólida
ROSAS DE OQUENDO, Mateo (Sevilla, 1559?- formación. Propagador de las doctrinas teosófi-
1612?) cas, conferenciante y colaborador de numerosas
Poeta. Viajero y aventurero, estuvo en Perú y en publicaciones, en 1893 descubrió un cometa que
México y dejó escrito un Cancionero que incluía lleva su nombre. Sus ensayos, sobre materias va­
tanto poemas suyos como ajenos. Su lenguaje es riadas que van de la filosofía y la ciencia a la reli­
burlón y los contenidos de los versos, la mayoría gión y la historia, se enfrentan al materialismo a
de ellos romances, son satíricos respecto a las través de una espiritualidad que defiende la frater­
costumbres criollas y a la heroicidad de los con­ nidad universal. En la misma línea intelectual es­
quistadores. Tiene otros poemas en los que de­ tán sus obras narrativas. Destacan ensayos como:
muestra su admiración por la ciudad de México. Hacia la gnosis. Ciencia y teosofía (1909), En el
851 RUBERT DE VENTOS

umbral del misterio (1909 y 1921), De gentes de cultades económicas y que no terminó hasta
otro mundo (1917), El libro que mata a la muerte 1916. Desde muy pronto, comenzó a colaborar
o Libro de los Jiñas (1920) y El simbolismo de las en la prensa catalana, y dirigió la publicación fe­
religiones del mundo (1925). Obras narrativas de deral La Avanzada. Fundador, asimismo, de la
relieve son El tesoro de los lagos de Somiedo organización política Joventut Federal, fue se­
(1916), La humanidad y los Césares (1916), de guidor de Pi y Margall* y su participación polí­
profundo antimilitarismo, De Sevilla al Yucatán tica dentro del nacionalismo fue, además de po­
(1918) y Del árbol de las Hespérides (1923). lémica, muy relevante. Hubo de exiliarse al
finalizar la Guerra Civil. De entre todas sus
ROSSETTI, Ana (San Fernando, C ádiz, 1950) obras, además de la obra teatral Vida nova
Poetisa, dramaturga y narradora. Autora de poe­ (1904), destacan Historia deis moviments nacio-
marios en los que la pasión amorosa, la exuberan­ nals e Historia Nacional de Catalunya.
cia del deseo y el paso del tiempo, tratados con
sensualidad y sin temor a los excesos, se convier­ ROYUELA, Fernando (Madrid, 1963)
ten en motores temáticos, ha publicado también Narrador. Licenciado en Derecho, en sus obras,
las piezas teatrales: El saltamontes (1974), Sueño en las que últimamente ha cambiado las coorde­
en tres actos (1975) y La casa de las espirales nadas ambientales, se ha ocupado a menudo de
(1977). Suyos son, además de la novela Plumas los bajos fondos madrileños, y creado un uni­
de España (1988), en la que, entroncando con la verso, con origen en la literatura gótica, de de­
picaresca*, se adentra en el mundo de seres mar­ sesperados y seres miserables y malignos, mons­
ginales como homosexuales y artistas de varieda­ truosos, que cometen crímenes horrendos y
des, los libros de cuentos Alevosías (1991), con­ reciben castigos ejemplares, exagerando, a tra­
junto de relatos eróticos con el que obtuvo el vés de lo grotesco, los aspectos más siniestros de
Premio La Sonrisa Vertical, y Una mano de san­ la realidad que provocan en el lector un desagra­
tos (1997), insólito libro dedicado a ángeles y vír­ dable desasosiego. Su estilo es barroco y sobre­
genes que fue el resultado de una estancia en Ita­ cargado, retórico hasta lo ostentoso. Además de
lia, a los que hay que añadir el volumen Recuento algunos poemarios, como Las metamorfosis del
(2001), en el que se recogen todos sus relatos. vampiro, Devoración de España o El libro de los
Hay que destacar, asimismo, los poemarios Los nombres de la carne, hay que destacar sus nove­
devaneos de Erato (1980), galardonado con el las El prado de los monstruos (1996), Callejero
Premio Gules, Dioscuros (1982), Indicios vehe­ de Judas (1997) y La mala muerte (2000), galar­
mentes (1985), Devocionario (1987), que obtuvo donada con el Premio El Ojo Crítico y que bebe
el Premio Juan Carlos I, Yesterday (1988), A pun­ en la tradición de la novela picaresca*, repleta de
tes de ciudades (1990) y Punto Umbrío (1995). precedentes que se insertan en el barroco* caste­
Ha publicado libros para niños, entre ellos los de llano y con mucho del lenguaje y de los modos
la serie Un baúl lleno de... dinosaurios..., m o­ quevedescos.
mias..., piratas..., lluvia... (1997), en los cuales
demuestra, además de una fantasía desbordante y RUBERT DE VENTOS, Xavier (Barcelona, 1939)
un conocim iento exhaustivo de los diálogos de Ensayista y narrador en lenguas catalana y espa­
los niños, su habilidad para los dobles sentidos y ñola. Filósofo de prestigio y catedrático en la
el juego de sugerencias con el lenguaje. Universidad de Barcelona, es autor de numero­
sos y atinados ensayos sobre materias variadas.
ROVIRA, Pere (Vilaseca de Solcina, Tarragona, Su estilo, siempre marcado por el rigor y por la
1947) necesidad de desvelar los dogmas del saber, des­
Poeta en lengua catalana. Autor en quien domi­ taca por su acerada ironía, capaz de diseccionar
nan las reflexiones sobre el tiempo, siempre con con precisión los asuntos más complejos, que
lenguaje claro y meditaciones directas, destaca ofrece al lector con agilidad, entusiasmo y hon­
la antología en español Para qué sirve la sed dura. Así, destacan: El arte ensimismado (1963),
(2002), en cuyas traducciones, además de él Teoría de la sensibilidad (1969), M oral y nueva
mismo, colaboraron autores como Vicente G a­ cultura (1971), La estética y sus herejías (1973),
llego* y Carlos Marzal*, entre otros. Es autor, Premio Anagrama de Ensayo, Ensayo sobre el
asimismo, de una impresionante oración que en­ desorden (1975), De la modernidad (1980), Eu­
cabeza el libro Joana de Joan Margarit*. ropa y otros ensayos (1986), El laberinto de la
hispanidad (1987), galardonado con el Premio
ROVIRA I VIRGILI, Antoni (Tarragona, 1882- Espejo de España, Nacionalismos. El laberinto
Perpiñán, Francia, 1949) de la identidad (1994), De la identidad a la inde­
Historiador en catalán. Estudió Derecho en Bar­ pendencia: la nueva transición (1999), Dios en­
celona, carrera que hubo de interrumpir por difi­ tre otros inconvenientes (2000) y, en catalán,
RUBIA BARCIA

¿Per qué filosofía? (1983) y Pensadors catalans poemarios en los que los problemas individuales
(1987), entre otros. Entre sus novelas destaca El y colectivos confluyen en un todo de tratamiento
cortesano y su fantasma (1991), cuyo original en extraordinariamente original. Además de dos im­
catalán había ganado el Premio Josep Pía. portantes ensayos, Las revistas poéticas españo­
las (1939-1975) (1976) y Poesía española con­
RUBIA BARCIA, José (El Ferrol, La Coruña, 1914) temporánea (1939-1980) (1981), ha escrito los
Narrador y ensayista. Estudió Filosofía y Letras poemarios: Primeros poemas (1966), Acribillado
en la Universidad de Granada, colaboró en pu­ amor (1970), Retracciones (1982), Reverso
blicaciones republicanas durante la Guerra Civil, (1987) y Dresde (1990). Ha publicado, además
a cuyo término se exilió y, en Estados Unidos, de una primeriza A Madrid por capricho, las no­
fue catedrático en la Universidad de California. velas La sal del chocolate (1992), La casa del
Ha colaborado en numerosas publicaciones es­ halcón (1995), dura sátira sobre la vida política,
pañolas y americanas. Además de un auto sacra­ literaria y sentimental de los años noventa, y El
mental, Tres en uno. Auto Sacramental a la dios dormido (1998), obra ambiciosa que, sir­
usanza antigua (1940) y de los relatos reunidos viéndose de la figura de Cristo, fabula con la mi­
en Umbral de sueños (1961 y 1989), poemas en rada de mujer enamorada de M aría Magdalena.
prosa basados en textos de autores medievales,
Prosas de razón y hiel (1976), A aza enraizada. RUBIO, Rodrigo (Montalvos, A lbacete, 1931)
Cantigas de bendizer (1981), escrito en gallego Narrador y ensayista. Periodista de profesión, es
y en español, y Con Luis Buñuel en Hollywood y autor de numerosas obras narrativas de carácter
después (1992), es autor de numerosos estudios realista en las que aborda desde cuestiones socia­
sobre diversos autores españoles, como Lope de les y políticas, a través de un agudo sentido crí­
Vega*, Gabriel Miró*, Unamuno* — Unamuno, tico, hasta religiosas. A pesar de su identificación
Creator and Creation (1967)— y, sobre todo, con el realismo*, lo cierto es que se ha ocupado
Valle-Inclán* —Bibliografía e iconografía de de inocularle ciertas dosis de elementos fantásti­
Valle-Inclán, 1886-1936 (1960)— , así como de cos, que, en ocasiones, le han llevado a una es­
algunos más breves y variados reunidos en Len­ critura mucho más libre, ajena por completo a los
gua y cultura (1972) y M emoria de España rigores de cualquier «ismo». Deben destacarse
(1989-1990; 2 vols.), entre otros. sus novelas La feria (1962), con la que obtuvo el
Premio Ateneo de Valladolid, Un mundo a cues­
RUBIALES, Sebastián tas (1963), galardonada con el Premio Gabriel
Novelista. Se dio a conocer con la novela Del Miró, Equipaje de amor para la tierra (1965),
viento al infinito (2000), de la que la crítica des­ que fuera Premio Planeta, La espera (1966), La
tacó su cuidado uso del idioma, así como la ca­ sotana (1968), Oración de otoño (1970), Agoni­
pacidad poética de su estilo, capaz de crear una zante sol (1972), El gramófono (1974), Cuarteto
complejidad de frases de amplio vocabulario. de máscaras (1976), Premio Novelas y Cuentos,
La silla de oro (1978), que fue concebida como
RUBIO, Carlos (Córdoba, 1833-1871) parte de una trilogía, Banco de niebla (1985),
Novelista y poeta. Secretario de Prim, mantuvo Los sueños de Bruno (1990), para lectores jóve­
una dura polémica con Castelar* desde las pági­ nes, y Un camino de rosas (1992), a las que hay
nas de La Iberia, en donde, a menudo, empleó el que añadir los volúmenes de relatos: Palabras
seudónimo Pablo Gámbara. Publicó, en diver­ muertas sobre el polvo (1967), Papeles am ari­
sas revistas, relatos fantásticos que se recogerían llos en el arca (1969), Premio Álvarez Quintero,
en el volumen Cuentos (1868). Deben desta­ y El regicida (1969). De entre sus ensayos, hay
carse, además de su drama Nicolás Rienzi, el que mencionar: La deshumanización del campo
tribuno (1872), sus novelas Lo que nos fa lta (1966), Narrativa española (1970), M inusváli­
(1853), Otro Artagan (1855), Martín de Aranda dos (1971), Crónicas de nuestro tiempo (1972),
(1865) y María y Esperanza (1865). España no hay más que una (1973), Crónicas de
andar y ver España (1973) y Albacete, tierras y
RUBIO, Fanny (Linares, Jaén, 1949) pueblos (1983).
Ensayista, poetisa y novelista. Doctora en Filo­
logía Románica, enseñó en las universidades de RUBIO I BALAGUER, Jordi (B arcelona, 1887-
Granada y Fez, y, en la actualidad, es profesora 1982)
de Literatura Española en la Universidad Com­ Investigador e historiador en lengua catalana.
plutense de Madrid, además de colaboradora ha­ Hijo de Rubio i Lluch*, se doctoró en Filosofía y
bitual en Televisión Española y en num erosas Letras en 1907, dirigió la Biblioteca de Cata­
publicaciones. Autora de importantes trabajos lunya entre 1923 y 1939 y fue uno de los promo­
críticos sobre poesía, es, ella misma, autora de tores de la Escuela de Bibliotecarias de Barce­
853 RUEDA

lona. Fue, asimismo, profesor en la Universidad a publicar sus poemas en catalán en el Diario de
de Barcelona, en la que enseñó Bibliología, Lite­ Barcelona con el seudónimo Lo Gayter del Llo­
ratura Española y Literatura Catalana. Profundo bregat, precisamente el título con el que aparece­
investigador, sus trabajos se centraron, priorita­ rían, en 1841, 1858 y 1888-1902, los volúmenes
riamente, en la cultura catalana, la historiografía, que los recogen y amplían. Poeta influido por los
el humanismo y Llull*, y siempre dejó ver su es­ románticos franceses y españoles, en el prólogo
píritu positivista y la idea de que la literatura era a la primera de dichas ediciones reivindicó el uso
un hecho vivo. Deben destacarse títulos como De del catalán como lengua literaria, motivo por el
l ’Edat M itjana al Renaixem ent (1948), La cul­ cual dichas páginas se convirtieron en el mani­
tura catalana del Renaixement a la Decadencia fiesto del Romanticismo* catalán, al que se ha
(1964) y, sobre todo, la parte dedicada a la «Lite­ dado en llamar Renaixen?a*, movimiento de
ratura catalana» incluida en Historia general de signo conservador e historicista. El prólogo de la
las literaturas hispánicas. segunda de tales ediciones se ocupaba de anali­
zar la evolución de la cultura catalana desde la
RUBIO I LLUCH, Antoni (Valladolid, 1856-Bar- publicación de la primera. La tercera edición
celona, 1936) constaba de cuatro volúmenes e incluía los ver­
H istoriador y crítico literario en lenguas espa­ sos en varias lenguas. Sus poemas se caracteri­
ñola y catalana. Hijo del poeta Joaquim Rubio i zan por la familiar intimidad y por la evocación
Ors* y padre de Rubio i Balaguer*, fue discí­ del glorioso pasado de Cataluña. Por lo que se re­
pulo de Milá i Fontanals*, a quien sucedería en fiere a sus dramas históricos, hay que destacar tí­
su cátedra de la Universidad de Barcelona, com­ tulos como Guttemberg (1880) y Luter (1888).
pañero de estudios de Menéndez Pelayo* profe­ De las obras de crítica, merecen mención: Breve
sor de Literatura catalana en el Instituí d’Estudis reseña del actual renacimiento de la lengua y li­
U niversitaris C atalans de Barcelona, del que teratura catalana (1877), Ausiás March y su
sería presidente, así como de la A cadem ia de época (1882) y Noticia de la vida y escritos de
Bones Lletres. M iem bro de la Real Academia D. Manuel Milá y Fontanals (1887).
Española desde 1927, colaboró en las más pres­
tigiosas publicaciones y fue un ávido estudioso RUEDA, Lope de (Sevilla, 1505?-C órdoba,
de la cultura catalana y sus influencias, aunque 1565)
también de la literatura española en general. Fue Autor teatral. Quizá de familia artesana, se sabe
un especialista en el tema de la dominación ca­ que desempeñó el oficio de batihoja o, lo que es
talana en Grecia tras la expedición de los almo­ lo mismo, batidor de panes de oro. No obstante,
gávares. De entre sus ensayos, hay que destacar: su vocación teatral le llevó a reunir a un grupo
El sentimiento del honor en el teatro de Calde­ de cómicos ambulantes y convertirse en actor,
rón (1882), La expedición y dominación de los autor y director de comedias. Con su compañía
catalanes en Oriente juzgadas p o r los griegos recorrió buena parte de España representando las
(1883), Lo g ayter del Llobregat (1902), sobre piezas que él mismo componía. En unas ocasio­
la influencia de su padre en la Renaixen?a*, nes se trataba de giras breves, y, en otras, de es­
D ocum ents p e r 1’historia de la cultura cata­ tancias más largas en diversas ciudades, como
lana m ig-eval (1908-1921; 2 vols.), La cultura ocurrió en Valladolid — donde el ayuntamiento
catalana en el regnat de Pere III (1917) y Joan I le asignó un salario que empleó para construir un
humanista i el prim er periode de l ’humanisme corral para representar sus comedias— , Segovia,
catalá (1919), a los que hay que añadir, apare­ Sevilla, Valencia y Toledo entre los años 1551 y
cido postum am ente, D iplom atari de l ’Orient 1564. Rueda, conocedor del italiano, tiene una
catalá (1947). A él se deben también im portan­ deuda absoluta con las compañías italianas que
tes ediciones, como son la de C urial y Giielfa recorrían la Península por aquel entonces, tanto
(1901) o la de la Crónica de Pedro el Cerem o­ en los temas como en los métodos, e, incluso,
nioso (1911). como enseguida veremos, en el contenido explí­
cito de sus comedias. Como ellos, se dedicaba a
RUBIO I ORS, Joaquim (Barcelona, 1818-1899) montar sus obras en representaciones privadas en
Poeta, dramaturgo y crítico en lenguas española palacios — como la que realizara por encargo del
y catalana. Abandonó la carrera eclesiástica para conde de Benavente en presencia de Felipe II, en
estudiar Derecho y Filosofía y Letras. En 1847 viaje hacia Italia— , a representar los autos* de la
obtuvo una cátedra de Literatura en la Universi­ procesión del Corpus, para lo cual recibían el en­
dad de Valladolid y, en 1858, de Literatura en la cargo de los ayuntamientos — como ocurrió con
de Barcelona. Fue uno de los principales artífi­ el de Sevilla en 1559, donde representó en carros
ces de la restauración de los Jocs Floráis de Bar­ por las calles El hijo pródigo y Auto de Naval y
celona en 1859. Ya antes, desde 1839, comenzó Abigail, y con el de Toledo en 1560— , y a actuar
RUEDA 854

para todo el público, lo que llevó a acotar espa­ del resto de los prelopistas. Fue autor, asimismo,
cios, corrales y patios, a tal efecto y a cobrar en­ de unos Coloquios pastoriles: Camilia y Tymbrio
trada. Tanto en las representaciones cortesanas en prosa y, en verso, Coloquio llamado prendas
como en las públicas, necesariamente más po­ de amor. En verso, concretamente en quintillas,
bres de recursos, alcanzó fama, en su faceta de escribió también una Disputa y cuestión de amor,
actor, por su interpretación de papeles como el y se le atribuye un Diálogo sobre la invención de
de negra o bobo. En las cortesanas, para las que las calzas, en el que los lacayos ridiculizan esa
contaba con más medios, dejó constancia de su nueva prenda. Sus obras no se publicarían hasta
habilidad en el manejo de los recursos técnicos. después de su muerte; el encargado de editarlas
Admirado por Cervantes*, Rojas Villandrando*, fue Joan Timoneda*, quien es probable que ma­
Juan de la Cueva* o Juan Rufo*, entre otros, fue nipulase los textos. Quedaron del siguiente
creador de un lenguaje en prosa coloquial y po­ modo: Cuatro comedias y dos coloquios pastori­
pular que sustituyó al verso, si bien no deben ol­ les (1567), Compendio llamado el deleitoso, en
vidarse ni las mencionadas influencias italianas el cual se contienen muchos pasos graciosos
ni otras provenientes del teatro religioso y del (1567) y Registro de representantes a do van re­
teatro culto. Escribió cuatro comedias, Eufemia, gistrados p o r I. Timoneda muchos y graciosos
Armelina, Los engañados y Medora, todas ellas pasos de Lope de Rueda y otros diversos autores
íntimamente ligadas a otras italianas: así, Eufe­ (1570). Las obras de Lope de Rueda despertaron
mia tiene analogías con algún fragmento del De- tal admiración que no faltaron imitadores, entre
camerón, de Boccaccio, al igual que le sucedió a los que se cuentan Andrés de Prado*, Alonso de
Cymbeline, de Shakespeare; Arm elina es deu­ la Vega* y Diego de Neguerela*.
dora de Attilia, de A. Francesco Raineri, y de
11 servigiale, de Cecchi; Los engañados, en la RUEDA, Salvador (Benaque, M álaga, 1857-
que cuenta las complicadas situaciones motivadas Málaga, 1933)
por el parecido físico de dos hermanos, remite a Poeta, narrador y dramaturgo. Salvador Rueda
G l’ingannati, comedia anónima, aunque quizá Santos pertenecía a una fam ilia humilde, tanto
fuese de A. Piccolomini, si bien el tema está ya que, aún a los 18 años, era casi analfabeto. Gra­
en Plauto; y, por fin, Medora, cuyos referentes se cias a la ayuda de algunas personas, sobre todo
encuentran en La ciganna, de A. Giancarli. Se Núñez de Arce*, que le dio un trabajo en La Ga­
trata, pues, de comedias nada originales y cuyo ceta, llegó, en poco tiempo, a colaborar en otras
argumento sirve como sostén del diálogo; la di­ publicaciones de prestigio. Funcionario provin­
visión de las mismas en escenas da lugar a cierta cial de Archivos, fue destinado a la Biblioteca de
artificiosidad en el tránsito de unas a otras y, por la Universidad de Madrid y viajó a Filipinas y
supuesto, en los finales de cada una. Es precisa­ por diversos países de Hispanoamérica. Como
mente en los tránsitos en los que Lope de Rueda poeta, deja clara la insatisfacción por los modos
introduce los «pasos», la aportación fundamental postrománticos de frases grandilocuentes y co­
de Rueda al teatro: cuadros sueltos de gran co­ mienza a practicar una poesía que culminará Ru­
micidad y realismo, repletos de giros conversa­ bén Darío (véase MODERNISMO). Precursor del
cionales y de refranes, que intercalaba en sus co­ hacer de los modernistas, se aprecian sin em ­
medias y con los que se convirtió en el iniciador bargo carencias en cuanto al conocimiento de los
del entremés. Algunos de ellos — aproxim ada­ clásicos; su poesía, aunque espontánea, fácil y a
mente cuarenta de los que sobreviven veinticua­ menudo superficial, tiende a la exuberancia y
tro, catorce de ellos insertos en las comedias— desmesura del lenguaje del Modernismo*, en
son: La carátula (1545), El convidado (1546), este caso repleto de un colorismo imaginativo
La tierra de Jauja (1547), Las aceitunas (1548) muy de la poesía andaluza. Preocupado por el
y otros como Cornudo y contento, P agar y no ritmo y experimentador con los metros, la musi­
pagar, La generosa paliza, El rufián cobarde y calidad y los referentes mitológicos le acercan a
Los lacayos ladrones. Sus tramas suelen ser ele­ lo que será, en puridad, lo más característico de
mentales, los desenlaces sencillos y el modo con los modernistas. En todo caso, se le considera
que están contados, a través de diálogos vivaces, como uno de los representantes del modernismo
extremadamente ágil. Fue, asimismo, hábil crea­ español. Deben destacarse poemarios como:
dor de tipos, tales como la mencionada negra, el Renglones cortos (1880), Noventa estrofas (1883),
vizcaíno, el bobo — anuncio de lo que será el Cuadros de Andalucía (1883), Poema nacional:
gracioso del teatro posterior— , la gitana o el fan­ costumbres populares (1885), Sinfonía del año
farrón. En general, puede decirse que el principal (1888), Poema nacional: aires españoles (1890),
logro de Rueda fue el de elevar a categoría esté­ Himno a la carne (1890), Cantos de la vendimia
tica la corriente cómico-popular, apartándose de (1891), prologado por Clarín*, En tropel (1892),
las complicaciones psicológicas del teatro culto para el que Darío escribió su poema «Pórtico»,
855 RUIBAL

Camafeos (1897), P iedras preciosas (1900), propio don Juan de Austria, el poema demuestra
Fuente de salud (1906), Trompetas de órgano una absoluta falta de unidad y, en él, lleva a cabo
(1907), Lenguas de fuego (1908), El poema a la una prolongación de sus actividades picarescas
m ujer (1910), C antando p o r ambos mundos en vida, ya que los primeros dieciocho cantos
(1913), Antología poética (1928), El poema del — del total de veinticuatro— son una transposi­
beso (1932) y, aparecidos postum am ente, A n ­ ción en verso de la Guerra de Granada de Diego
tología poética (1944) y Claves y sím bolos Hurtado de Mendoza*, a cuyo manuscrito había
(1957). Antes, en 1911, había aparecido un vo­ tenido acceso. También es deudor de los poemas
lumen de Poesías completas. Del resto de su épicos de Virgilio o Ariosto, entre otros. Rufo lo
obra, merecen destacarse las novelas, en unos comenzó en 1571, y circuló manuscrito hasta su
casos también con aires modernistas y, en otros, edición. Gozó de un éxito extraordinario, acaso
de corte costumbrista, El gusano de luz (1889), como consecuencia de la contemporaneidad de
La reja (1890), La gitana (1892), Fuente de sa­ los hechos tratados, por lo que inmediatamente
lud (1906), prologada por Unamuno*, La cópula se realizaron dos reediciones: una primera en To­
(1906), El salvaje (1909), La vocación (1921) y ledo en 1585 y, otra, en Alcalá en 1586. Fue muy
El secreto de una náyade (1922); los libros de elogiado por numerosos autores, entre ellos Gón-
relatos El patio andaluz (1886), El cielo alegre gora*, Cervantes* y Lupercio Leonardo de Ar-
(1887), Granada y Sevilla (1890), Bajo la parra gensola*, algunos de los cuales le consideraron
(1890), Tanda de valses (1891) y Sinfonía calle­ el «nuevo Homero». Su otra gran actividad poé­
jera (1896), y las obras teatrales, todas de un li­ tica tiene que ver con la escritura de apotegmas,
rismo evidente, La musa (1902), La guitarra los cuales se reúnen en Las seiscientas apoteg­
(1907) y El vaso de rocío. Idilio griego (1908). mas y otras obras en verso (Toledo, 1596), co­
Fue autor, asimism o, del ensayo poético El lección de dichos, anécdotas, sentencias, agude­
ritmo (1894). zas e ingeniosidades sacadas de su experiencia
personal, muchas de ellas referidas a la chispa
RUFO, Canio (Gades [C ádiz], siglo I d. de C.) andaluza propia de los cordobeses, con lo que
Poeta. Nacido en España, vivió en la Roma de nos ofrece un fresco de las costumbres de la
Domiciano y fue amigo de Marcial*. Quizá es­ época. Al final del volumen, incluyó una «Carta
tuvo casado (o fue su amante) con Teófila*. Au­ a su hijo», la elegía «A la muerte de un ratón», el
tor de epigramas y elegías de gran dulzura y jo ­ romance sangriento «Los comendadores de Cór­
vialidad, también escribió tragedias. doba» y un soneto, muy alabado por Gracián*,
que comienza: «Di, Ana, ¿eres Diana?». El resto
RUFO, Juan (Córdoba, 1547?-?, d. de 1620) de las poesías escritas por Rufo las publicó
Poeta. Conocido como Juan Rufo o Juan Gutié­ Adolfo de Castro* en el volumen XLII de la «Bi­
rrez — con ambos nombres firmó— , era hijo del blioteca de Autores Españoles» en 1857.
tintorero Luis Rofos, cuyo apellido varió por ca­
pricho. Individuo inconstante y pendenciero, vi­ RUFO, Luis (Córdoba, 1581-1653)
vió una vida de inusitadas peripecias: perdió el Poeta y pintor. Hijo de Juan Rufo*, desde niño
tiempo en su etapa de estudiante en Salamanca, acompañó a su padre a las tertulias literarias. Cé­
se metió en líos por asuntos de faldas, algunos de lebre retratista, estuvo en la Corte de Felipe III y
los cuales le llevaron a pasar temporadas en pri­ en la casa del príncipe Filiberto de Saboya en
sión, y casi toda su vida se vio acosado por deu­ Madrid. A él se deben Las quinientas apotegmas,
das de juego. Nueve veces renunció al puesto de colección de dichos agudos influidos por la obra
jurado de Córdoba, que ocupó gracias a que su de su padre.
padre compró el cargo, protagonizó una estafa,
se granjeó la amistad de don Juan de Austria, lu­ RUIBAL, José (Pontevedra, 1925-1999)
chó en la guerra contra los moriscos en 1568 y Dramaturgo. Perteneciente a lo que fue conocido
en la batalla de Lepanto, después de lo cual si­ como Nuevo Teatro Español, en los años cin­
guió como soldado en Nápoles. Se casó en 1581, cuenta se marchó a Argentina y Uruguay, países
tuvo tres hijos, uno de ellos, Luis Rufo*, poeta en los que comenzó a escribir. Tras regresar a Es­
como él, y vivió en varias ciudades, Toledo, Se­ paña, em pieza a colaborar en la prensa y es­
villa y Madrid hasta que, al morir su padre, re­ trena algunas de sus piezas en Nueva York. Por
gresó a Córdoba para ocuparse de su negocio de lo que se refiere a su teatro, igual que sus
tintorería. Su obra más conocida es, sin duda, La «com pañeros» de generación — Luis Matilla*
Austriada (Madrid, 1584), largo poema épico en o Luis Riaza* entre otros— , reacciona contra
octavas reales sobre la guerra de Granada y la el realismo* anterior a través del simbolismo* y
batalla de Lepanto. Aunque repleto de datos ve­ la sátira alegórica, muy influido por el teatro del
races, proporcionados la mayoría de ellos por el absurdo. Una serie de rasgos distinguen el teatro
RUILÓPEZ 856

de Ruibal: el antidramatismo, la presencia de (1949), Tragedia en lo azul (1950), A través de


personajes-pretexto cuya función es pronunciar unas horas (1955), La guerra sobre los hombros
frases alusivas y de doble sentido, una clara sim- (1957) y La espera (1962), ambas premiadas en
bología animal y el fragmentarismo, todo ello, los Festivales de Moscú, Como un cuento de
en muchos casos, al servicio de una crítica que, otoño (1964), Las manos vacías (1955), Taberna
en determinados momentos, roza la parábola po­ andaluza (1968), ¿Por qué Abel matará a Caín?
lítico-social. De sus muchas obras, algunas de las (1969), Réquiem por mi infancia (1970), Golpes
cuales se han traducido a diversos idiomas como bajos (1971), Rosas iluminadas (1982), Los ár­
el inglés, el alemán, el polaco o el portugués, boles bajo la luna (1983), Ocaña, el fuego infi­
destacan: La ciencia del birlibirloque (1956), nito (1986) y Memoria de aquella guerra (1986),
Los mendigos (1957), El Asno (1962), Su majes­ que mereció el Premio Nacional de Teatro Cal­
tad la sota (1965), El hombre y la mosca (1968), derón de la Barca.
La máquina de pedir (1969) y Teatro sobre tea­
tro (1975), volumen en el que se reunieron ocho RUIZ, Cristóbal (Málaga, 1966)
de sus piezas cortas. Son dignas de mención tam­ Novelista. Guionista televisivo, es autor en quien
bién una serie de obras para café-teatro, escritas se aprecia la influencia no solo del lenguaje ci­
entre 1968 y 1969: Los mutantes, La secretaria, nematográfico, sino concretamente de las pelícu­
El rabo, Los ojos, El padre y El superagente. las de carretera y de asesinos en serie, pero que
en este caso pueden asesinar en Andalucía y huir
RUILÓPEZ, José Moría (Oviedo, 1948) por los campos de La Mancha, lo que determina
Narrador. Licenciado en Filología, es autor de no poco el humorismo que trasciende sus pági­
numerosas obras en las que domina un tono me­ nas. Heredera de la novela negra, con la misma
lancólico en el que la memoria dibuja la realidad intensidad que de la picaresca* o del relato de
presente, pero atento a la realidad social de los aventuras, su literatura combina todos estos ele­
años del franquismo. Además de numerosos mentos con agilidad. Hay que citar la que fue su
cuentos aparecidos en diferentes revistas y pre­ primera novela: El Loco Wonder (1999).
miados, hay que destacar sus novelas Mutación
(1987), Premio Frutos Secos en Elche, La p ri­ RUIZ, Juan Véase ARCIPRESTE DE HITA;
sión vitalicia (1988), galardonada con el Premio Juan Ruiz.
Ciudad de Alcorcón, Todo junto al río (1998), de
carácter biográfico y con una sentim entalidad RUIZ, Luis Manuel (Sevilla, 1973)
nostálgica a la hora de mirar a la infancia a tra­ Narrador. Estudió Filosofía en Sevilla y en la
vés de una narración en la que afronta poderosas U niversidad de Versailles Saint-Quentin-en-
descripciones, reflexiones sobre el silencio y el Yvelines y es colaborador de diferentes medios,
sexo callado y un fresco de la emigración en los entre ellos El País. Autor de novelas de género,
duros años de la dictadura. que, en la línea de Pérez-Reverte*, muestran un
dom inio de la intriga, entre histórica y poli­
RUIZ, Andrés (Sevilla, 1928) ciaca, truculenta y aventurera, al servicio del
Dramaturgo. Hijo de un cargador en el muelle de entretenimiento, pero que da cuenta de una ex­
Sevilla, que fue encarcelado por presunto comu­ traordinaria cultura y de una deuda constante
nista y que murió tuberculoso como consecuen­ con el folletín* decim onónico. Es autor de las
cia de las torturas a que fue sometido en 1948 en novelas El criterio de las moscas (1998), galar­
la prisión, fue testigo también de la muerte de su donada con el Prem io de Novela Corta de la
hermana por hambre. Por falta de recursos eco­ U niversidad de Sevilla, Sólo una cosa no hay
nómicos, no pudo estudiar y su formación fue (2000), con la que obtuvo el Premio Internacio­
autodidacta. Exiliado en la Unión Soviética, re­ nal en la Feria de Frankfurt, y Obertura fr a n ­
gresó a España en 1962 y él mismo se entregó: cesa (2002).
fue sometido a durísimos interrogatorios y per­
maneció en una celda de castigo en Carabanchel. RUIZ, Raúl (Badalona, Barcelona, 1947-Barce-
Poco después, fue expulsado de España y, en Gi­ lona, 1987)
nebra, comenzó a trabajar para la Organización Novelista. Autor de novelas históricas, repletas
Internacional del Trabajo. Quizá como conse­ de referentes culturales, entre las que figuran las
cuencia de su experiencia vital, es autor de un que conforman la trilogía «Ciclo de Taormina»:
teatro realista de denuncia política y social sobre El tirano de Taormina (1980), Sixto VI. Relación
la España de la posguerra. En sus obras, queda inverosímil de un papado infinito (1986) y La pe­
reflejada con crudeza toda la miseria, el hambre regrina y prestigiosa historia de Arnaldo de
y el horror de aquellos años. Destacan, en su vas­ Montserrat (1984), así como Los papeles de Fla-
tísima producción, obras como Pequeño retablo vio Alvisi (1985) y Hay un lugar feliz lejos, muy
857 RUIZ DE ALARCÓN Y MENDOZA

lejos (1987). Fue autor, además, de prosas poéti­ sino por sus modelos literarios, porque sus co­
cas, las cuales se reunieron, postumamente, en el medias transcurren en la Península y porque re­
volumen El alfabeto de la luna (1992). sidió en España durante toda su vida y aquí es­
trenó con el resto de los autores del momento. De
RUIZ, Roberto (Madrid, 1925) familia noble de Cuenca por parte de padre, estu­
Narrador. Exiliado desde 1939, vivió en Fran­ dió Artes en la Universidad de México, se tras­
cia, estudió Filosofía en México y enseñó en lada a España en 1600 y estudia Cánones en la
universidades de Estados Unidos. Es autor de Universidad de Salamanca. Ejerce la abogacía en
relatos, como los incluidos en Esquemas (1954), Sevilla y regresa a México en 1608, en el mismo
y de novelas, algunas de ellas publicadas prime­ viaje en que lo hace Mateo Alemán*. Allí no
ramente en francés, de entre las cuales las más consigue entrar como profesor en la Universidad
destacadas son: Plazas sin muros (1960), El úl­ mexicana, en la que, sin embargo, se gradúa en
timo oasis (1964), Los jueces implacables (1970) Leyes. El fracaso en las diversas oposiciones le
y Paraíso cerrado, cielo abierto (1977). De sus lleva a regresar a España en 1613, de donde ya
ensayos, hay que m encionar La ética de Saint- no saldrá nunca. Se dedicó a escribir por razones
Exupéry (1952). económicas y, aunque vivirá con bastante desaho­
go, morirá olvidado de sus contemporáneos. Re­
RUIZ AGUILERA, Ventura (Salamanca, 1820- lator interino del Consejo de Indias — cargo que,
M adrid, 1881) una vez alcanzado en 1626, le llevó a abandonar
Poeta y dramaturgo. Estudió Medicina en su ciu­ el teatro— , fue amigo de Tirso de Molina* — es
dad natal, aunque ejerció durante breve tiempo probable que colaborara con él— , aunque man­
ya que pronto se dedicó a la literatura. Periodista, tuvo malas relaciones con Lope de Vega* y con
participó en diversas publicaciones, dirigió el Quevedo*, quienes, como algunos otros escrito­
Museo Arqueológico Nacional y fue un defensor res de su tiempo, Góngora*, Vélez de Guevara*,
del progresismo. Como poeta, sus versos refle­ Pérez de Montalbán* o Mira de Amescua*, se
jan una em otiva ternura, aunque no consiguen burlaron cruel y despiadadamente de su defecto
grandes logros literarios; destacan los de tema le­ físico: una joroba de pecho y espalda que, fatal­
gendario y patriótico, breves cuadros costum­ mente, se unía a su baja estatura. Tal vez, un mo­
bristas y sociales, diálogos dramáticos, romances tivo más para el odio del resto de los autores
y baladas. También escribió obras teatrales acor­ fuese que su teatro — el teatro de un mexicano
des con el gusto de su tiempo. De sus poemarios, deforme— interesó a la familia real. Suele consi­
hay que destacar Ecos nacionales (1849 y 1854), derarse su corcova, así como su aspecto barbita­
donde recogió num erosas leyendas patrióticas heño, como una de las causas del talante morali-
con intención didáctica, Veladas poéticas (1860), zador de su teatro, ya que sus comedias tienen a
Elegías (1862), dedicadas a la muerte de su hija, menudo un carácter ético que parece dirigido
de gran sencillez y con variados metros, Inspira­ contra ese tipo de burlas sangrientas. En este sen­
ciones (1865), Armonías y cantares (1865), Le­ tido, sus obras son diferentes al resto del teatro
yenda de Nochebuena (1867), en donde recoge del Siglo de Oro (véase EDAD DE ORO), si bien
poemas sobre los ideales evangélicos, Armonías siguen las directrices de las piezas lopescas.
y rimas varias (1869) y Las estaciones del año Poco amigo de improvisaciones y de los desen­
(1879). Fue autor, asimismo, de unas Sátiras laces geniales, su teatro, muy trabajado, es con­
(1849), dedicadas a cuestiones sociales y litera­ tenido, conceptual en el manejo del idioma, de
rias y que suponen un magnífico catálogo del ha­ diálogos racionales y rico en personajes de be­
bla vulgar, y de una Arcadia m oderna (1867), lleza psicológica, no física, que terminan triun­
que es una sátira de la literatura idílica influida fando por sus condiciones espirituales y por su
por Horacio y Juvenal y en la que algunos pasa­ autoestima, que son las categorías en las que se
jes recuerdan a Pereda*. Como dramaturgo hay basa el concepto del honor en Alarcón. La estruc­
que mencionar los dramas Bernardo de Saldaña tura de sus enredos gira en torno a tres galanes y
(1848), escrito en colaboración con Francisco dos damas, las cuales elegirán a sus enamorados.
Zea*, Camino de P ortugal (1849) y F lor m ar­ De tendencia a la sobriedad, discreto y elegante,
chita (1853). Fue autor, además, de la novela El el' sentimiento prioritario de sus comedias es el
beso de Judas (1860). de la dignidad humana, lo que las convierte en
manuales de buena conducta. Estas característi­
RUIZ DE ALARCÓN Y MENDOZA, Juan (Taxco, cas le impidieron tener éxito ante un público que
México?, 1581?-Madrid, 1639) gustaba de las acciones del teatro de Lope, aun­
Dramaturgo. A unque nacido en M éxico, está que sí fue admirado por la tragedia francesa, que
considerado como uno más de los grandes auto­ fue la que lo proyectó intemacionalmente; así su­
res españoles, no solo por los temas de sus obras, cede en Le menteur, de Corneille, y en II bu-
RUIZ BARRACHINA

giardo, de Goldoni, cuyo origen se encuentra treno de 1623 fue propiciado por el mencionado
en La verdad sospechosa, la obra m aestra de Mira de Amescua; El tejedor de Segovia, en la
Alarcón. No obstante, su teatro, a pesar de las que se anticipa al drama romántico contando la
muchas m aniobras de las que fue víctim a por venganza de un hombre contra los asesinos de su
sus detractores, goza de unas condiciones pecu­ padre; La prueba de las promesas, en la que se
liares: se trata, además de lo dicho, de un teatro utiliza un cuento del Conde Lucanor, de don Juan
laico, en el que Dios no determ ina a los per­ Manuel*; Los pechos privilegiados, en la que la
sonajes, un teatro de interiores, urbano, inte­ lealtad a un soberano provoca la traición a una
resado en el sentim iento de la am istad, muy mujer; La crueldad por el honor, donde, en rela­
crítico con la nobleza, aunque capaz de crear ción con una historia tomada de los Anales de Zu­
diversos tipos dentro de un m ismo estam ento rita*, se cuenta el dilema de un príncipe obligado
social en función de sus categorías morales, un a escoger entre la lealtad a su soberano y la ho­
teatro recogido y, sobre todo, de finísimas ma- nestidad, y El examen de maridos, donde la mu­
tizaciones psicológicas, en el que los persona­ jer adquiere un papel dominante al ser ella quien,
jes no están tan atentos a las presiones sociales al organizar un certamen para elegir marido, de­
como sucede en la mayoría de las obras de sus termina el grueso de la acción. En esta obra hay
contemporáneos. ciertas concomitancias con El mercader de Vene-
Escribió poco, en comparación con el resto de cia, de Shakespeare, fundamentalmente porque
sus contemporáneos, tan solo veinticuatro come­ ambas tienen el mismo origen italiano.
dias; veinte las publicó en dos tomos: el primero, El resto de las comedias, Quien mal anda, mal
en el que se incluyen ocho, en 1628, y, el se­ acaba, donde se ofrece la dramatización del pacto
gundo, en 1634, con doce más. Las de la primera de un morisco con el diablo que remite a un pro­
parte son: Los favores del mundo (o Ganar per­ ceso real de la Inquisición en Cuenca, No hay mal
diendo), una lección moral cuyo héroe se llama que p or bien no venga o Don Domingo de Don
Ruiz de Alarcón; la comedia de enredo La indus­ Blas, Quién engaña más a quién, Siempre ayuda
tria y la suerte, obra im portante para aproxi­ la verdad, Algunas hazañas del marqués de Ca­
marse a la habilidad de Alarcón a la hora de con­ ñete y La culpa busca la pena, y el agravio la
traponer caracteres y en la que, como casi venganza, aparecieron publicadas en otras colec­
siempre, triunfará ante la dama el más desfavo­ ciones, como por ejemplo en el volumen XX de
recido; Las paredes oyen, patético grito de rebe­ la «Biblioteca de Autores Españoles».
lión en cuyo protagonista, Juan de Mendoza, se
ha querido ver al deforme Alarcón, feo aunque RUIZ BARRACHINA, Emilio (M adrid, 1963)
grande de espíritu, y que resume las intenciones Novelista. Trabajó como periodista en Colombia
éticas de su teatro al hacer triunfar la autentici­ durante diez años, y allí publicó ensayos como
dad interior y la nobleza frente al aspecto físico; Historia de Colombia (1994) y Cuarto poder: La
El semejante a sí mismo, de enredo; la fantástica absorción de los medios de comunicación por los
La cueva de Salamanca; M udarse p o r m ejo­ m edios financieros (1996). Tras regresar a Es­
rarse, sobre la inconstancia de los amantes; Todo paña en 1977 comenzó a dedicarse a la literatura.
es ventura, de la que no está clara su autoría, y el Es autor de las novelas Calam arí (1998), A la
drama moral El desdichado en fingir. En la se­ sombra de los sueños (2000), El arco de la luna
gunda parte están: Los empeños de un engaño. (2001), en la que se ocupa de una historia de
El dueño de las estrellas, que es una historia de amor en la Cartagena de Indias colonial y por la
Licurgo de Esparta, La amistad castigada, evo­ que le fue concedido el Premio Internacional
cación de la Sicilia de Dión, La m anganilla de Luis Berenguer, y No te olvides de matarme
Melilla, que remite a los temas de magia, Ganar (2003), a las que hay que añadir el ensayo Bru­
amigos, ejemplo fundamental de lo que comen­ jos, reyes e inquisidores (2003), un estudio sobre
taba antes respecto al enfrentamiento moral den­ la lucha de poderes desde el imperio romano
tro de un mismo estrato social; aquí, dos nobles hasta nuestros días, en la cual confluyen la eco­
ruines se oponen al marqués don Fadrique, que nomía, la política y la religión.
encarna la nobleza de alma y que es ya uno de
los personajes esenciales de la historia del teatro RUIZ DE CISNEROS, Juan -> Véase A R C I­
español, La verdad sospechosa, su obra más cé­ PRESTE DE HITA; Juan Ruiz.
lebre, auténtico ejercicio de enredo en el que un
mentiroso es condenado a no casarse con la mu­ RUIZ CONTRERAS, Luis (Castelló de Ampurias,
jer a la que ama y que, finalm ente, se convierte G erona, 1863-Madria, 1953)
en una crítica a las apariencias de los valores so­ Ensayista y narrador. C olaborador en diversas
ciales; El Anticristo, que está inspirada en los publicaciones, él mismo fundó algunas, como
Evangelios apócrifos y cuyo fracaso en el es­ Revista Nueva, en la que aparecieron las prime­
859 RUIZ PEÑA

ras m anifestaciones de la Generación del 98*. La guerra empieza en Cuba (1955), La vida pri­
Además de algunos poemarios — De un poeta vada de mamá (1956), Esta noche es la víspera
muerto (1907)— y piezas teatrales sin dem a­ (1958), Un paraguas bajo la lluvia (1965) y
siado interés, escribió ensayos im portantes La muchacha del sombrerito rosa (1967), a las
como: Libritos, librotes y librajos (1894), De que hay que añadir la antología Teatro selecto de
guante blanco (1895), Medio siglo de teatro in­ Víctor Ruiz Iriarte (1967).
fructuoso (1930) y, sobre todo, unas M emorias
de un desmemoriado (1946), en las que cuenta RUIZ MANTILLA, Jesús (Santander■1965)
sus relaciones con escritores de com ienzos del Narrador. Usando de ciertas perspectivas surrea­
siglo xx. Deben destacarse los libros de relatos listas, Ruiz Mantilla publicó la novela Los ojos
Historias crueles (1888) y De amor (1896). no ven (1997), en la que recreaba, a través de una
trama intrigante, la imagen de Salvador Dalí*
RUIZ DE CORELLA, Juan -> Véase ROÍS DE CO- como farsante.
RELLA, Joan.
RUIZ NOGUERA, Francisco (Frigiliana, Málaga,
RUIZ FIGUEROA, José (Santiago de Compos- 1951)
tela, La Coruña, 1820-1 1855) Poeta. Profesor de Lingüística Aplicada en la
Dramaturgo. Director de La Nación y La Gaceta, Universidad de Málaga, fundó la revista El La­
y fundador él mismo de publicaciones como El berinto de Zinc. A través de un humor escéptico,
Porvenir y el periódico satírico Santiago y a el poeta aborda la reflexión existencial que su­
ellos, escribió cuadros costumbristas para el Se­ pone concordar la memoria con el presente y las
manario Pintoresco Español. Deben reseñarse previsiones de futuro, y crea una ligazón metafí­
sus dramas El arzobispo don Suero (1840), sica entre el tiempo y el olvido. En sus versos,
prohibido por la Iglesia, y También por amor se cultos y dominados por el recuerdo y por una
muere (1848). exaltación de la belleza mundana por medio de
la palabra que nombra las certidumbres a que in­
RUIZ IRIARTE [o DE IRIARTE], Víctor (M adrid, vita la materia, están presentes el erotismo y el
1912-1982) mundo clásico, también uno y otro como contra­
Dramaturgo. Comenzó su carrera literaria cola­ puntos de la desolación a que invita la memoria
borando en diversas publicaciones, entre ellas El y contra la que hay que luchar con la exaltación
Sol, y seguiría después, durante los años sesenta, de lo real, con el gozo de los sentidos. Su poesía
con sus artículos en ABC y otros diarios. Es des­ es una síntesis de la tradición clásica y de la van­
pués de la Guerra Civil cuando sus obras teatra­ guardia*. Coautor de una Antología de la poesía
les comienzan a alcanzar un éxito imparable. Fue española contemporánea (Ottawa/Nueva York,
presidente de la Sociedad de Autores de España. 1991), ha publicado los poemarios: Campo de
En la línea de Edgar Neville* o López Rubio*, plum a (1984), La manzana de Tántalo (1986),
sus comedias, en las que predom ina un opti­ La luz grabada (1990), Simulacro de fuego
mismo lírico de corte sentimental, abundan en (1993), Verbi gratia (1996), Arte de restaurar
diálogos ingeniosos, ocurrentes y muy bien es­ (1997), todos ellos incluidos, con el título del
critos, y en una suave sátira social costumbrista. primero de ellos, en Campo de pluma. Poesía
Los temas intrascendentes sirven para que, a tra­ reunida (1997), al que siguieron El año de los
vés del humor, la fantasía y la realidad se engar­ ceros (2002) y El oro de los sueños (2002), con
cen en juegos escénicos de gran ternura con los el que obtuvo el Premio Antonio Machado en
que Ruiz Iriarte funde diversos géneros teatrales Baeza.
como la comedia de costumbres, el vaudeville, el
sainete, la com edia psicológica y la farsa. Fue RUIZ PEÑA, Juan (Jerez de la Frontera, Cádiz,
autor, asimismo, de numerosos guiones para el 1915-Sev¡lla, 1992)
cine y la televisión, como las cincuenta y cuatro Poeta y prosista. Fue catedrático de Literatura
obras cortas de La pequeña comedia. De sus Española en diferentes centros, entre ellos la
obras, deben destacarse: Un día en la gloria U niversidad de Salamanca, fundador, en 1935,
(1943), El puente de los suicidas (1944), Acade­ de la revista Nueva poesía, en la línea de de­
mia de amor (1946), galardonada con el Premio fensa de la poesía pura juanramoniana, director
Piquer de la Real Academia, El aprendiz de de la revista Alamo y miembro de la Real Acade­
amante (1947), Los pájaros ciegos (1948), Las mia Española. Con una poesía meditativa y ele­
mujeres decentes (1949), El lando de seis caba­ giaca, inicialmente próxima al colorismo formal
llos (1950), E l gran minué (1951), Juego de ni­ y temático andaluz que, paulatinamente, fue ga­
ños (1952), con la que obtuvo el Premio N acio­ nando en sobriedad, consiguió hacerse un hueco
nal de Teatro, E l pobrecito embustero (1953), en la gran poesía de este siglo. Influido por Una-
RUIZ RAMÓN 860

muño* y Antonio Machado* a menudo está pre­ RUIZ DE LA VEGA, Domingo (Sevilla, 1789-
sente en sus versos el eco de un hondo sentido 1868)
religioso. Los rasgos esenciales de su poesía se Poeta. Dos obras suyas merecen mención: el
trasladan a sus obras en prosa, en las cuales con­ largo y erudito poema El Pelayo (1839-1840) y,
sigue delicados apuntes líricos que las convier­ aparecido postumamente, un volumen de Re­
ten en prosas poéticas. Destacan sus poemarios: cuerdos de la juventud (1871).
Canto de los dos (1940), Libro de los recuerdos
(1946), Vida del poeta (1950), que recibió un ac­ RUIZ ZAFÓN, Carlos (Barcelona, 1964)
césit del Premio Adonais, La vida misma (1956), Narrador. Licenciado en Periodismo y colabora­
Andaluz solo (1962), Nudo (1966), Maduro para dor de La Vanguardia y de El País, fue director
el sueño (1970), Versos ju n to s (1974), por el publicitario y vive, desde 1994, en Los Angeles,
que obtuvo el Premio Nacional de Literatura, y donde escribe guiones cinematográficos. En su
Arco iris (1983). En prosa escribió Historia en obra dirigida al público adulto hay una mirada
el sur (1954), Memorias de Mambruno (1956), nostálgica y siniestra de la realidad, así como un
Cuadernos de un solitario (1958), N uevas m e­ retrato de la España de posguerra, todo ello a tra­
morias de Mambruno (1960), Papeles postumos vés de una imbricación de géneros en la que do­
de M ambruno (1963) y Aforismos de Verecundo minan ecos de la novela de intriga, la comedia
Abisbal (1971). urbana costumbrista, el cuento gótico y el relato
histórico en la línea del realismo* decim onó­
RUIZ RAMÓN, Francisco (Játiva, Valencia, nico. Es autor de las novelas juveniles El p rín­
1930) cipe de la niebla (1993), con la que obtuvo el
Dramaturgo y crítico. Doctor en Filosofía y Le­ Premio Edebé de novela juvenil, El palacio de
tras por la Universidad de Madrid, ha sido cate­ la medianoche (1994), Las luces de septiembre
drático en Estados Unidos, Puerto Rico y Oslo. (1995) y Marina (1999). Hay que referirse, no
Colaborador en las más prestigiosas publicacio­ obstante, a la que supuso un auténtico fenómeno
nes, tanto españolas como extranjeras, tales editorial: La sombra del viento (2002), que ha­
como ínsula o Cuadernos Hispanoamericanos, bía sido finalista del Premio Lara en 2000 y que
es uno de los más relevantes especialistas en el lo sería, tras su traducción al catalán, del Premi
teatro español contemporáneo. Autor él mismo Llibreter en 2002, el mismo año de su publica­
de piezas dramáticas, entre las que destacan ción, y que está siendo traducida a los idiomas
Juego de espejos (1963), por la que obtuvo el más im portantes con extraordinarios éxitos de
Premio de Teatro del Ateneo de Puerto Rico, y venta.
Nupcias (1965), es con sus ensayos literarios con
los que ha logrado el respeto de la práctica tota­ RUPÉREZ, Ángel (Burgos, 1953)
lidad de la crítica literaria española. De entre Poeta y novelista. Profesor de Teoría de la Lite­
estos, destacan: Tres personajes galdosianos ratura en la Universidad Complutense de Madrid
(1964), numerosas ediciones críticas de las obras y crítico literario del diario El País, se trata de un
de autores como Lope de Vega* y Calderón de la autor que no solo se ha mantenido al margen de
Barca*, y, sobre todo, sus Historia del teatro es­ las modas poéticas, sino que ha vivido aislado
pañol (desde sus orígenes hasta 1900) (1964) del ruido literario, ajeno a él y ha dejado que este
e H istoria del Teatro Español: Siglo XX (1967; lo mantuviera allí, en el anonimato. En sus ver­
2 vols.; vol. 11, 1971, 1974, 1976 y 1986), pun­ sos resulta esencial la presencia de la naturaleza,
to de referencia ineludible, fundam entalmente ayudando a que su poesía, de corte meditativo
el volumen II, dedicado al siglo xx, para cono­ más que sentimental, concilie la belleza externa
cer la evolución de la escena española. Otros con el orden del espíritu, a que el exterior y la
títulos suyos que han contribuido d ecisiva­ emoción convivan en un caudal emocionado de
m ente a la crítica teatral contem poránea son: experiencias. Poesía, pues, telúrica, muy influida
Estudios del teatro español clásico y contem ­ por poetas ingleses de corte romántico como
poráneo (1978), Teatro clásico español: P ro­ Emily Brónte o Gerald M anley Hopkins, en la
blemas de una lectura actual (ed., 1980), Cal­ que el amor a la naturaleza se m anifiesta en el
derón y la tragedia (1984), C elebración y entusiasmo sensorial que provoca, en la embria­
catarsis (1988), El mito en el teatro clásico es­ guez de existir en el viento y bajo el sol, en el
pañol (1988), América en el teatro clásico espa­ canto al prodigio de vivir, en la celebración de la
ñol (1993) y Paradigmas del teatro clásico es­ existencia. Se trata de una naturaleza, en fin, en
pañol (1997). la que está presente también la memoria de la in­
fancia, el viaje como reconocim iento de sí, el
RUIZ DE SANTAYANA, Jorge Véase SANTA- viaje que acompaña a las estaciones, o acompa­
YANA Y BORRÁS, Jorge Ruiz de. ñado por ellas, un viaje que interpreta las señales
del paisaje. Por lo que respecta a la forma, sus (1897), y las novelas L ’auca del senyor Esteve
versos son largos, caudalosos, generalm ente es­ (1907), en la que aborda el conflicto entre el ar­
critos en heptasílabos. Entre sus poemarios más tista y la sociedad burguesa y que adaptaría al tea­
recientes, destacan En otro corazón (1983), Las tro en 1917, El caíala en la Mancha (1914), igual­
hojas secas (1985), Conversación en junio (1992), mente versionada para teatro en 1918, y Josepet
Lo que han visto mis ojos (1993) y Una razón de Sant Celoni (1918), las piezas teatrales L ’home
para vivir (1998). Además de una edición de las de l ’orgue (1890), L ’alegria que passa (1891), El
poesías de Claudio Rodríguez* (1992), es autor, ja rd í abandonat (1900), Cigales i formigues
asimismo, de la importante antología Lírica in­ (1901), Llibertat (1901), Els Jocs Floráis de Cam-
glesa del siglo xix (1987), en la que se ocupó, prosa (1902), L héroi (1903), El místic (1904) y
además, de la traducción, y debutó en la narrativa La bona gent (1906). Fue autor, asimismo, de li­
con la novela Vidas ajenas (2002), en la que la bros de escenas paisajísticas como Del Born al
crítica encontró influencias de Henry James por Plata (1911) y L ’illa de la calma (1922).
su tratamiento del misterio, la obsesión y la ruina
en tomo a una trama que reúne los elementos clá­ RUYRA, Joaquim (Gerona, 1858-Barcelona,
sicos de ese tipo de relato misterioso. 1939)
Narrador y poeta en lengua catalana. Estudió De­
RUS, Miguel Ángel de (Madrid, 1964) recho en la Universidad de Barcelona, dedicó su
Narrador. Autor de obras en las que predomina el vida al cuidado de su hacienda, fue miembro de la
desparpajo y la sorna, más que la ironía. Desta­ sección filológica del Instituí d ’Estudis Catalans y
can los relatos de Cuentos irreverentes y Putas colaboró en diversas publicaciones noucentistas,
de fin de siglo (1998). si bien, y pese a su amistad con Verdaguer* y Gui-
merá*, jamás se incorporó ni a la Renaixen9a*, ni
RUSIÑOL I PRATS, Santiago (Barcelona, 1861- al Modernismo* ni al noucentisme (véase NOVE-
Aranjuez, M adrid, 1931) CENTISMO), y se dedicó a practicar un ruralismo
Dramaturgo y narrador en lengua catalana y uno narrativo de estilo personal, acaso idealizado, en
de los pintores fundamentales del siglo xx. cuyos inicios tuvo mucho que ver el naturalismo*
Miembro de una familia de la alta burguesía bar­ de Zola, aunque Ruyra rechazó siempre sus aspec­
celonesa, fue, en palabras de Joaquín M olas*, tos más crudos, tal vez por las pasiones que en él
uno de los representantes de la «bohemia do­ habían despertado los modos románticos. Por lo
rada» del fin de siglo, de la actitud antiburguesa que respecta a la poesía, experimentó con los me­
y de la sacralización del arte. Influido por el sim­ tros, aquí sí muy influido por los versos de Ver-
bolismo* europeo tras un viaje a París en 1887, laine. Entre sus libros de narraciones destacan:
donde entró en contacto con los pintores impre­ Marines i boscatges (1903), reeditado como
sionistas, es uno de los iniciadores de la corriente Pinya de rosa junto a una novela, L ’idilli d ’en
del «arte por el arte» del Modernismo* catalán, Temme (1920), La parada (1919), El reni de treta-
principalmente como consecuencia de las cinco quatre (1925) y Entre flam es (1928). Dejó, ade­
«Festes M odernistes» que celebrara en su casa más, una novela larga inacabada. La gent del mas
entre 1892 y 1899. Por lo que a la literatura se re­ Aulet. De los poemarios hay que mencionar,
fiere, sus primeras obras están escritas bajo el in­ aparte de un primer poema dramático en español,
flujo de la estela modernista, aunque, paulatina­ El canto de la pescadora (1889), títulos como
mente, fue derivando hacia una obra menos L ’únic remei (1891), El país del pler (1906), Fa­
esteticista, más irónica y crítica con la sociedad lles i ventisques (1919) y la selección La cobla
y la política de su tiempo. Al final de sus días, y (1931). Hay que recordar, asimismo, su extenso
aunque había com patibilizado literatura y pin­ ensayo sobre sus propias técnicas narrativas L ’edu-
tura, se dedicó casi exclusivamente a esta última. cació de la inventiva (1921).
Deben destacarse, además de narraciones deca­
dentistas como Anant peí món (1896), Oracións RYUS, Ana -> Véase ANG ÉLICO , Halma.
SÁ DE MIRANDA, Francisco de (Coimbra, Por­
s más de com partir inquietudes poéticas, com­
tugal, 1482-Q uinta de Tapada, M inho, partiesen una misma mujer como objeto de sus
Portugal, 1558) sentimientos y de sus versos. Ambos poetas es­
Poeta en lenguas portuguesa y castellana. Aun­ tuvieron, sin duda, muy unidos en todos los ór­
que portugués, el hecho de que su obra esté denes, tanto que, además de aludir a Garcilaso
escrita m ayoritariam ente en castellano le con­ en algunos de sus poemas, cantó su muerte con
vierte en uno de los primeros clásicos de la lite­ extrem ada belleza y sentim iento en la égloga
ratura española. Tras pasar la infancia y adoles­ «N em oroso». Los tem as de sus poesías, ade­
cencia en Coimbra, estudió Leyes en Lisboa, más de ciertas sátiras, son religiosos y, funda­
donde se doctoró. Más tarde, en 1520, tras la mentalm ente, am orosos. De su obra, deben
muerte de su padre, marchó a Italia a ampliar es­ destacarse canciones como «Puédese ésta lla­
tudios, y allí, introducido en los ambientes litera­ mar vida», «Can?ao a Nossa Senhora», escrita
rios por Vittoria Colonna, pariente de Sá, cono­ en portugués, o la dedicada a la Anunciación,
ció a personajes de la talla de Bembo, Sannazaro la égloga «Celia», la endecha «Quien viese
y Ariosto. En 1526, a su regreso de Italia, estuvo aquel día», la copla de arte m ayor de su «La­
en la corte de Castilla, en donde conoció a Garci­ m entación» o las elegías a la muerte del prín­
laso* y a Boscán*, que fueron quienes en mayor cipe don Juan de Portugal o a Antonia Ferreira.
medida le animaron en el empeño de renovar la Por supuesto, un lugar prioritario en su produc­
métrica de la poesía del momento. Aproximada­ ción lo tienen la égloga «Alexo» y la «Fábula
mente en 1530 se casó con doña B riolanja de de Mondego», las dos piezas con las que inau­
Azevedo y tuvo un hijo que moriría en el sitio de guró en Portugal el mundo petrarquista. Fue
Ceuta. El resto de su vida lo pasó retirado en su autor, asimismo, de dos com edias sin dem a­
Quinta de Tapada, practicando lo que había de­ siado interés, Estrangeiros y Vilhalpando, am -’
fendido teóricamente desde siempre: la libertad e bas incluidas en el índice de 1624. Sus Obras
independencia. aparecieron, postum am ente, en 1595 y, de
Considerado como uno de los introductores en nuevo, en 1614.
la Península — desde luego en Portugal— de
los nuevos m etros y temas italianos, mantuvo, SAAVEDRA, Gonzalo de (Córdoba, 1633?-?)
sin embargo, una cierta independencia poética Novelista. Poco se sabe de su vida, a excepción
respecto de los m odelos de Petrarca y el neo­ de que fue gobernador de una de las provincias
platonism o, fundam entalm ente porque nunca del sur de Italia. Debe recordarse, sobre todo, su
abandonó los m etros tradicionales. La m ayor novela pastoril Los pastores del Betis (Trani,
parte de su obra, escrita en castellano, se com ­ 1633), sin demasiado valor literario aunque inte­
pone de églogas, sonetos, canciones y epístolas resante por ser la última de este género que se es­
en las que demuestra un interés absoluto por la cribió en castellano.
form a. De tal suerte, som etió a sus versos a
constantes correcciones y reescrituras, a reela­ SAAVEDRA Y CUETO, Enrique Ramírez de
boraciones, en suma, orientadas a aproximarse (Malta, 1828-Madrid, 1914)
más y más a la esencia de lo poético, a la iden­ Poeta. Hijo del duque de Rivas*, sus versos fue­
tificación inefable entre la ética y la pasión. En ron admirados por Valera*. Además de leyendas
la Corte portuguesa Sá de M iranda conoció y e historias novelescas, escribió los poemas in­
trató a Isabel Freyre, la Elisa de Garcilaso que, cluidos en la única obra suya que merece recor­
en los versos de Sá, fue Celia. Es curioso que, ade­ darse: Sentir y soñar (1876).
864
SAAVEDRA FAJARDO

SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Algezares, M ur­ Spagna (1630) y Respuesta al manifiesto de


cia, 1584-Madrid, 1648) Francia (1635). En una línea similar, están tex­
Tratadista. Hijo de fam ilia noble, se doctoró tos como Introducciones a la Política y Razón
en D erecho Canónico y Civil en la U niv ersi­ de Estado del rey Católico don Fernando, autó­
dad de Salamanca, la misma en la que se había grafo escrito en febrero de 1631, e inédito hasta
licenciado. Su vida como diplom ático co ­ 1853, que formaba parte de su proyecto de com­
menzó como secretario de cifra del cardenal poner una política teórico-práctica actualizando
Borja en 1600, lo que le llevó a despachar im ­ la Política de A ristóteles y en la que Fernando
portantes asuntos en Roma y Nápoles. M iem ­ el Católico representa el ideal del monarca,
bro de la Orden de Santiago desde 1607, en como lo representaba también para Gracián*.
1617 fue nom brado canónigo de la Orden, Esta obra es el germen de Empresas políticas o
aunque no recibió los hábitos mayores. Asistió Idea de un príncipe político-cristiano represen­
a los cónclaves en los que se eligió a los papas tada en cien empresas (Munich, 1640; reed. con
Gregorio XV, en 1621, y Urbano V III en 1623, una empresa más en Milán, 1643), encuadrada
momento a partir del cual su carrera diplom á­ en la corriente renacentista de los «emblemas»
tica cobra un prestigio que lo lleva a conver­ y, en gran medida, el m ejor libro europeo del
tirse en em bajador en Roma y en Alemania, en género; son cien esquemas o guiones de educa­
consejero de Indias y en m inistro plenipoten­ ción del príncipe cristiano, con lema latino y
ciario en el Congreso para la Paz celebrado en dibujo significativo al frente, basados en las
Münster en 1643, entre otros cargos y además m encionadas Introducciones y opuestos a los
de num erosas m isiones que realizara en M u­ principios planteados por M aquiavelo; se trata,
nich, el Franco Condado, Ratisbona, Bruselas, asimismo, de un tratado psicológico, con claras
Viena, etc. pretensiones científicas, del hom bre como ser
Por lo que se refiere a su obra, esta es funda­ político, una conjunción única de política y lite­
mentalmente de carácter político e histórico y, ratura. Otra de sus grandes obras es Corona gó­
en ella, reflexiona sobre el sentido y los medios tica, castellana y austríaca (Münster, 1646), de
de la política española en Europa. Teórico del la que solo apareció la prim era parte — sería
Estado, en sus escritos deja ver, además de su continuada por Núñez de Castro*— y en la que
erudición a todos los niveles, un ideario político relata, con gran profusión de detalles y en la tra­
basado en el imperio de la ley, en la defensa del dición estilística de los historiadores latinos, la
patriotismo y en la convicción de que el arte de historia de los godos con una intención subya­
reinar depende de la experiencia. Sus textos, cente clara: mostrar los derechos del imperio so­
ponderados, elegantes y amenos, respiran un bre los territorios que eran motivo de conflicto.
cierto estoicismo, y su pretensión prioritaria fue Finalm ente, hay que m encionar una obra pos­
la de com patibilizar la práctica política y la tuma, República literaria, escrita quizá hacia
ética cristiana; quiso, además, extraer un cono­ 1640 — aunque existe una versión primitiva de
cimiento general de la política tanto a través de 1613, más crítica y de espíritu claramente rena­
su experiencia personal en ella como a partir de centista— , si bien se publicó bajo el título de
las inform aciones facilitadas por la Historia y Juicio de artes y sciencias (Madrid, 1655) en la
por la Biblia. Su estilo literario fue anticicero­ que aparece como autor un tal Claudio Antonio
niano: sentencioso y a base de frases cortas; el de Cabrera; es una sátira, también a la manera
resultado final, una obra política que, global­ lucianesca — pues se trata de un sueño— , sobre
mente, y al margen de las cuestiones particula­ la abundancia de autores y libros de las literatu­
res tratadas por Saavedra, tiene un carácter uni­ ras española y extranjera. El autor escucha a
versal. Escribió tratados y opúsculos, panfletos Heráclito y Demócrito, entre otros guías que le
anónimos que, en contra de lo que era frecuente, conducen por una ciudad fantástica habitada por
él em pleaba para prom over la paz, como es el las artes y las ciencias, criticar la poesía espa­
caso de Locuras de Europa (h. 1643-1645), pan­ ñola de Juan de Mena*, Herrera* y Góngora*,
fleto político aparecido por vez prim era en 1748 entre otros, y da inestimables noticias sobre di­
y que está en la tradición de los de Luciano y versos hombres de ciencia. La primera edición
Alfonso de Valdés*; se trata de un diálogo en el de sus Obras completas se publicó en Amberes,
que Luciano y Mercurio repasan la situación po­ en cuatro volúm enes, entre 1677 y 1678. A c­
lítica española respecto de Europa. Se sabe que tualmente, la edición más completa sigue siendo
fue autor de m uchos más, aunque solo se han la que publicara Ángel G onzález Palencia en
conservado dos, Suspiros de Francia y Disper- Madrid en 1946.
tador a los trece cantones esguízaros, a los cua­
les habría que añadir otros de autoría dudosa: SAAVEDRA Y RAMÍREZ DE BAQUEDANO, Ángel
Indisposizione generalle della monarchia di de —>Véase RIVAS, duque de.
865 SÁDABA

SABIDO, Vicente (Mérida, Badajoz, 1953) mismo y term ina con tres Coloquios que son
Poeta. Estudió Filología Románica en la Univer­ una miscelánea con comentarios irónicos sobre
sidad de Granada, en la cual ha sido profesor de m aterias tan diversas como la meteorología, la
Literatura Española, y colabora habitualmente en m edicina, la higiene o la filosofía. Dos de los
diversas publicaciones especializadas, en las que diálogos de la obra se publicaron en 1873 en el
ha escrito numerosos estudios de crítica literaria. volumen LXV de la «Biblioteca de Autores Es­
De sus poemarios, en los que él mismo confiesa pañoles», y, en 1935, apareció una edición
que desea dar cuenta de los fenómenos irraciona­ completa.
les, afectivos-im aginativos, deben destacarse:
Aria (1975), Décadas y mitos (1977), Sylva SABUCO DE NANTES, Oliva (A lcaraz, A lb a ­
(1981), A dagio para una diosa muerta (1988), cete, 1562-?, 1625?)
Antología poética (1990) y Los cuarenta princi­ Durante largo tiempo se le atribuyó la obra de su
pales (1999). padre, Miguel Sabuco y Álvarez*, Nueva filoso­
fía del hombre, aunque hoy por hoy se sabe que
SABINA, Joaquín (Úbeda, Jaén, 1949) no fue escritora.
Cantante y poeta. Conocido cantante, comenzó a
estudiar en la Universidad de Granada, pero SACO E ARCE, Xoan Antonio (San Martíño de
pronto lo dejó para marcharse a Londres, de Alongos, Orense, 1836-1881)
donde regresaría en 1977. Su prim er disco apare­ Poeta y erudito. Profesor de griego en Ponteve­
ció al año siguiente, e inauguró una carrera de dra, escribió sus versos en español — salvo
éxitos, tanto en España como en Hispanoam é­ nueve— , los cuales, caracterizados por su temá­
rica, que llega hasta nuestros días con canciones tica religiosa y la delicadeza en las formas, apa­
en las que habla de calles y personajes margina­ recieron en Poesías (Orense, 1866). Además de
les, borrachos, prostitutas, ladrones y, sobre todo, ser el autor de la primera Gramática gallega
de fracasos amorosos, desgana, abandonos. Re­ (1866), dejó inéditas una Literatura popular de
cientemente ha dado a conocer sus poemas, re­ Galicia y una Colección de coplas, romances,
pletos de hallazgos y metáforas que recuerdan a cuentos y refranes gallegos.
los de sus letras, igualm ente repletas de viven­
cias nocturnas, amigos de aventuras, alevosías, SÁDABA, Javier (Portugalete, Vizcaya, 1940)
pero que se distinguen de aquellas sobre todo Filósofo y ensayista. Licenciado en Filosofía por
porque ha optado por la forma del soneto. Desta­ la Universidad Pontificia de Salamanca y por la
can, además del libro de recuerdos Con buena le­ Complutense de Madrid, en Teología por la Gre­
tra (2002), los poemarios Ciento volando (2001) goriana de Roma, se doctoró en Filosofía en la
y Ciento volando de catorce (2002), prologado Universidad Autónoma de Madrid, en la que es
por Luis García Montero*. catedrático de Ética y Filosofía de la Religión.
Miembro desde 1999 del Consejo Asesor del Pa­
SABIOS DE ROMA, Siete -> Véase SIETE S A ­ tronato del Instituto de Filosofía del CSIC y co­
BIOS DE ROMA. laborador habitual de diversas publicaciones, en­
tre ellas el diario El Mundo, ha publicado cientos
SABUCO Y ÁLVAREZ, Miguel (A lcaraz, A lb a ­ de artículos en revistas de investigación relacio­
cete, 1529?-1588) nadas con su especialidad docente y colaborado
Filósofo. Apenas se sabe del autor de los diálo­ en numerosos libros colectivos de filosofía. Es
gos filosóficos incluidos en Nueva filosofía del conocedor profundo de la historia de las religio­
hombre, no conocida ni alcanzada de los gran­ nes, autor de numerosos artículos sobre ética y
des filósofos antiguos: la qual mejora la vida y política, siempre irónicos, a veces hasta la mor­
salud hum ana (M adrid, 1587), atribuida en la dacidad, así como uno de los más representati­
portada a su hija, O liva Sabuco de N antes*, vos divulgadores de cuestiones filosóficas, y de
aunque ya está probado que el autor fue él y reflexiones sobre la ciencia, y la bioética en par­
que el motivo de que apareciese en portada el ticular, en nuestro país. Entre sus muchos ensa­
nombre de su hija debió de responder a un re ­ yos, merecen destacarse: Lenguaje religioso y f i ­
clamo literario o a un regalo de Miguel Sabuco. losofía analítica (1977), ¿Qué es un sistema de
En esta obra, en la que defiende que las pasio­ creencias? (1978), Saber vivir (1984; reed., con
nes deben anteponerse a la razón, mantiene que comentarios a cada capítulo, 1998), que fue un
todos lo males provienen del cerebro. En ella, éxito editorial y en el que planteaba el concepto
aconseja de forma amena sobre la forma de po­ de la buena vida cotidiana, Lenguaje, magia y
ner rem edio a las pasiones a través de la lec­ metafísica (el otro Wittgenstein) (1985), sobre un
tura, los paseos por el campo, etc. La obra co­ autor al que ha dedicado gran parte de su refle­
mienza con un Coloquio del conocimiento de sí xión, Las causas perdidas (1987), Euskadi: pen­
SÁENZ DE AGUIRRE

sar el conflicto (1987), escrito con Fernando Sa- SÁENZ DÍEZ SERRA, Narciso -» Véase SERRA,
vater*, con quien ha mantenido encendidas polé­ Narciso.
micas, E l amor contra la moral (1988), Saber
m orir (1992), Dios y sus máscaras (1993), La SÁEZ, José Antonio (Albox, Almería, 1957)
ventana y el mundo (1993), El perdón (1995), Poeta. A utor de una obra narrativa, Virginia
Diccionario de ética (1997), Nacionalismo e iz­ W oolfno pudo amarme (1983), entre sus poema­
quierda (1998), El hombre espiritual. Ética, mo­ rios destacan: Vulnerado arcángel, La visión de
ral y religión ante el nuevo milenio (1999) y La arena (1987), Á rbol de iluminados (1991), Las
vida en nuestras manos (2000), en el que se aves que se fueron (1995) y Libro del desvali­
ocupa de las ciencias de la vida y sus limitacio­ miento (1997), a los que hay que añadir sus ensa­
nes morales. Fue autor, asimismo y junto al teó­ yos Textos sobre Ramón Sijé (1985) y Ramón
logo Enrique M iret Magdalena, de un ensayo Sijé: Oleza, pasional natividad estética de Ga­
comparativo sobre los catecismos titulado El ca­ briel Miró (1990), así como la antología Poesía
tecismo de nuestros padres (1998), así como, con almeriense contemporánea (1992), escrita con
el científico José Luis Velázquez, de Hombres a Pedro M. Domeñe.
la carta: Los dilemas de la bioética (1998), so­
bre la clonación. Es autor de la novela At\ior dia­ SÁEZ DE MELGAR, Faustino (Villamanrique,
rio (1997). Ciudad Real, 1834-Madríd, 1895)
Novelista. Colaboradora en prensa, ella misma
SÁENZ DE AGUIRRE, José (Logroño, 1630-Roma, fundó algunas revistas. Es autora de novelas en
1699) las que, desde una perspectiva conservadora,
Teólogo y ensayista. Miembro de la congrega­ analiza cuestiones femeninas. Destacan títulos
ción benedictina de Valladolid, profesó en el como: La pastora de Guadiela (1860), La mar­
M onasterio de San Millán de la Cogolla. Bachi­ quesa de Pinares (1861) y Ix>s miserables de Es­
ller en Artes y en Teología por la U niversidad paña o secretos de la Corte (1862-1863). A si­
de Irache, en Navarra, enseñó estas materias en mismo, y además del poemario La lira del Tajo
el colegio de San Vicente de Salam anca, así (1859) o el drama La cadena rota (1879), pu­
como antes había im partido clases de Retórica blicó varios volúmenes que reunían algunos de
y Literatura en su Orden. Catedrático en la Uni­ sus artículos periodísticos, entre ellos Deberes
versidad de Salamanca, se trasladó a Roma, de la mujer (1866) y Manual de la joven adoles­
donde fue considerado uno de los teólogos, ca­ cente (1893).
nonistas e historiadores más prestigiosos, y
desde donde trabajó en favor de los intereses de SAGARRA, Joan de (París, 1938)
la monarquía española. Especialista en la obra Crítico teatral. Hijo de Josep M aria de Saga­
de Anselmo, fue el inspirador del proyecto de rra* y licenciado en el Instituto de Estudios
crear en España la escuela teológica ansel- Teatrales de la universidad parisiense de la Sor-
miana. Destacan sus obras Philosophia rationa- bona, se trata de uno de los críticos teatrales
lis novo-antiqua (1671-1675), De virtutibus et más prestigiosos. Colaborador del diario El
vitiis (1677), Santi Anselmi theologia commen- País en su edición de Cataluña, su estilo perio­
tariis illustrata (1680-1685), Auctoritas infalli- dístico es mordaz, siempre sarcástico y a m e­
bilis et summa cathedrae santi Petri (1683) y nudo de una crueldad que en no pocas ocasio­
Collectio maxima conciliorum Hispaniae nes le ha llevado a protagonizar encendidas
(Roma, 1693-1694), de extraordinarios conteni­ polém icas con personajes del m undo teatral.
dos en lo que a la historia de la Iglesia española Hay que destacar el volum en La horma de mi
se refiere. sombrero (1997), donde reunió gran parte de
sus artículos.
SÁENZ ALONSO, Mercedes (Son Sebastián,
1918) SAGARRA, Josep Maria de (Barcelona, 1894-
Novelista. Corresponsal de diversas publicacio­ 1961)
nes en el extranjero, entre sus novelas, en las que Dramaturgo, poeta y novelista en lenguas cata­
predomina una visión nostálgica y existencial de lana y española. De familia aristocrática, Josep
la realidad, destacan: Bajos fondos (1949), Altas Maria de Sagarra i de Castellamau se licenció en
esferas (1950), El tiempo que se fu e (1951) y La D erecho, aunque siempre se dedicó a la litera­
pequeña ciudad (1952). Es autora de ensayos tura. Colaborador en numerosas publicaciones,
como: D el molino al minarete: viajes p o r H o­ La Vanguardia, Diario de Barcelona, Destino, y
landa y M arruecos (1947), D el Bosforo a Gi- amigo de Carner*, Josep Pía* y Maragall*, así
braltar (1962), Don Juan y el donjuanismo como de Ortega y Gasset*, que le ofreció la co­
(1969) y Bécquer: poeta innovador (1976). rresponsalía en Berlín del diario El Sol, hubo de
867 SAHAGÚN

exiliarse con motivo de la Guerra Civil, periodo con el Premio Fastenrath de la Real Academia
durante el que estuvo refugiado en Francia hasta Española, El comte Arnau (1928; reeds., 1948,
su regreso a Cataluña en 1940, momento en que 1966, 1990, 1995 y 1997), El poema de Nadal
se incorporó a la vida literaria clandestina. Autor (1931), La rosa de cristall (1933), ya próximo al
de una poesía épica de metros tradicionales en la simbolismo*, Ancores i estrelles (1936), Entre
que recrea los mitos nacionales catalanes, tam ­ l ’Equador i els trópics (1947), fruto de su luna
bién escribió versos sensualistas de gran inti- de miel en 1938, y el larguísimo poema narrativo
mismo y próximos a la canción popular. Fue au­ El poema de M ontserrat (4 vols., 1950, 1952,
tor, asimismo, de comedias de costumbres, 1954, 1955; ed., final, 1956), a los que habría
poemas dram áticos, que le supusieron un éxito que añadir diferentes antologías postumas, como
arrollador en la escena catalana, y tragedias que, Poemes satírics de Josep María de Sagarra
aunque son herederas del Romanticismo* poé­ (1989) y Evocado (1995), selección de poemas
tico, acusan cierta influencia del teatro de Ignasi inéditos publicados en la prensa. Novelas impor­
Iglesies*. A partir de los años cuarenta su teatro tantes suyas son: Paulina Buxareu (1919), Els
adquirió un tono existencialista más hondo, lo ocells amics (1922), All i Salobre (1929) y, sobre
que le hizo perder el favor del público con el que todo, la más famosa: Vida privada (1932; reeds.,
habían contado sus poemas dramáticos y come­ 1965, 1963 y 1988; traducciones españolas en
dias. Como novelista, permaneció en la tradición 1957, 1984 y 1994, esta última a cargo de Váz­
realista, y fue también eminente traductor al ca­ quez Montalbán* y José Agustín Goytisolo*),
talán de obras de Shakespeare, M oliere y de la con la que obtuvo el Premio Crexells de la Gene­
Divina Comedia de Dante. En general, de su es­ ralitat de Catalunya y en la que recrea la Barce­
tilo puede afirmarse que fue un magnífico obser­ lona del tiempo de la proclamación de la Repú­
vador de las costumbres y de la realidad circun­ blica. A ellas hay que añadir Elogi deis ocells,
dante toda, así como un excelente retratista y un aparecida postumamente en 1988. Gran parte de
óptimo contador de historias. El Gobierno espa­ sus colaboraciones periodísticas las reunió en
ñol le concedió, en 1960, la Gran Cruz de A l­ volúmenes como Café, copa i puro (1930),
fonso X el Sabio, que él aceptó, provocando una L ’aperitiu (1937) y, en español, Cola de gallo
encendida polém ica con el catalanismo, que lo (1959) y, aparecido postumamente, en Retratos
consideró condescendiente con la dictadura. (1987), Critiques de teatre: La Publicitat, 1922-
Además de participar en la realización de nume­ 1927 (1987), L ’ánima de les coses. Tria d ’arti-
rosas revistas musicales del Paralelo barcelonés, cles apareguts a La Publicitat, 1922-1929
de sus muchísimas obras teatrales propias, entre (2001) y Cartas europeas. Crónicas en El Sol,
tragedias, dramas burgueses y comedias, inclui­ 1920-1928 (2001), que incluía sus artículos en el
das comedias m usicales de costumbres catala­ diario madrileño El Sol y también los del men­
nas, destacan: Rondalla d ’esparvers (1917), cionado Josep Pía. Fue autor de un bellísimo li­
Joan Enrich (1918), El jardinet del seu amor bro de viaje, escrito originariamente en español,
(1922), Margal Prior (1926), La Llúcia i la Ra- El camino azul (1942), en el que cuenta su luna
moneta (1928), Les llágrimes de l ’Angelina de miel en 1938 por Tahití y la Polinesia y que
(1928), Judit (1929), La filia del Carm esí amplió posteriormente en catalán, La ruta blava.
(1929), La corona d ’espines (1930), L ’Hostal de Viatge a les mars del Sud, en 1964, texto que fue
la Gloria (1931), Premio Ignasi Iglésies de la el utilizado para la versión completa y definitiva:
Generalitat de Catalunya, El Cafe de la Marina La ruta azul (2000). Deben mencionarse, asi­
(1933), La Rambla de lesfloristes (1935), Reina mismo, sus M emories (1954; traducción espa­
(1935), El prestigi deis morís (1946), La fortuna ñola en 1957; reed., 1998). Sus Obras completas
de Silvia (1947), Galatea (1948), L ’hereu i la f o ­ se editaron primero desde 1948 hasta 1986, con
rastera (1949), Les vinyes del P riorat (1950), cuatro volúmenes de teatro completo, uno de
L ’alcova vermella (1952), estas tres últimas poesía en 1962, las prosas en 1967 y 1986, dos
quizá sus piezas más famosas, L a fe rid a llum i­ volúmenes más de teatro en 1979 y 1981, su
nosa (1954), exitosísim o drama burgués de in­ mencionada traducción de la Divina Comedia de
tención religiosa, traducido a diferentes lenguas, Dante en 1983 y sus traducciones del teatro de
llevado al cine y merecedor del Premio Nacional Shakespeare en 1986, 1989 y 1990. Una nueva
de Comedia, y Soparem a casa (1959). Entre sus edición de Obras completas comenzó a publi­
poemarios, merecen mención títulos como: Pri­ carse en 1994.
m er llibre de poem es (1914), El mal cagador
(1916), Cangons d ’abril i de novembre (1918), SAHAGÚN, fray Bernardino de (Sahoaún,
Poemes i cangons (1922), Cangons de taberna i León, 1500?-Méx¡co, 1590)
d ’oblit (1922), Cangons de rem i de vela (1923), Cronista. Tras estudiar en Salamanca, cambiar su
Cangons de totes les hores (1925), galardonado apellido Ribeira por el de su villa natal y orde­
SAHAGÚN

narse sacerdote con los franciscanos en 1524, se SAID ARMESTO, Víctor (Pontevedra, 1871-Ma-
traslada a México en 1529. Gran conocedor del drid, 1914)
náhuatl, lengua que aprendió de los indios que Ensayista y crítico. Catedrático de Literatura Es­
Cortés* había traído a España, se convierte allí pañola en diversos institutos, lo fue de Literatura
en misionero y en maestro de nobles indígenas Galaico-portuguesa en las universidades de M ur­
en el colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde cia y de Madrid. Colaboró, asimismo, en las más
demostró ya en varias ocasiones su cariño por los prestigiosas publicaciones con sus trabajos críti­
indios, como en la peste que tuvo que soportar la cos sobre literatura y filosofía y fue uno de los
ciudad. En náhuatl escribe su obra fundamental, más prestigiosos estudiosos de la historia litera­
Historio general de las cosas de la Nueva E s­ ria y el folclore. Deben destacarse sus ensayos
paña, concluida en la lengua nativa en 1560 y La leyenda de don Juan (1908) y Tristón y la li­
traducida por él mismo al castellano en 1582, teratura rústica (1911), así como sus escrupulo­
y en la que, con ayuda de sus colaboradores, con­ sas ediciones de Las mocedades del Cid, de Gui-
sigue un lúcido ejercicio antropológico y etno­ llén de Castro*, y de Los cigarrales de Toledo,
gráfico sobre la cultura mexicana precolombina. de Tirso de Molina*, textos todos a los que ha­
Inédita hasta 1829, se trata de una crónica, en bría que añadir numerosas obras inéditas sobre
doce libros, del imperio de los aztecas, de sus cuestiones relacionadas con la literatura gallega.
cultos religiosos, sus costumbres, su configura­
ción social y de la conquista de México por parte SAINZ, Hermógenes (Melilla, 1928)
de los españoles. En ella, dem uestra Sahagún Dramaturgo. Autor que ha sabido hacer suyos los
gran espiritualidad, conocimiento de la lengua diversos estilos del teatro contemporáneo, no es
nativa y, sobre todo, profundos y respetuosos co­ posible unificar criterios respecto a las caracte­
nocimientos de la vida de los indígenas. Fue la rísticas formales de su teatro. Influido en gran
obra en la que se basaría Juan de Torquemada* medida por Bertold Brecht y el teatro del ab­
para su M onarquía indiana (Sevilla, 1615). Es­ surdo, por el neo-expresionismo y las vanguar­
cribió otras obras tanto en castellano como en dias norteamericanas, solo se puede afumar que,
náhuatl, la mayoría de carácter religioso, filoló­ en sus obras, deja claro su compromiso ideoló­
gico e histórico y de las cuales solo tenemos no­ gico al abordar, desde una visión a menudo de­
ticias por las referencias de otros autores. Se sesperanzada. temas como la m iseria o el con­
sabe, no obstante, que la única obra que publicó flicto que se produce en un mundo cerrado y
en vida fue Psalmodia cristiana y Sermonario de muerto ante la llegada de otro abierto, libre y vivo.
los santos del año (1583). Deben destacarse títulos como el poema dramá­
tico Dionisio (1967), que fue Premio Nacional
SAHAGÚN, Carlos (Onil, Alicante, 1938) Universitario, La espera injuriosa (1967), galar­
Poeta. Licenciado en Filosofía y Letras por la donada con el Premio Guipúzcoa, La madre
Universidad de Madrid y catedrático de Lengua (1970), finalista del Premio Lope de Vega, La
y Literatura en un instituto de Segovia, su poe­ niña Piedad (1972) y La historia de los A rráiz
sía, por encim a de los criterios realistas de los (1973), que, dividida en cincuenta y cuatro cua­
años cincuenta, es comprometida e intelectual, dros, es una larga narración dialogada.
form alm ente perfecta e irónica, y filosófica­
mente profunda, en el tratamiento de los temas SAINZ DE LA MAZA, Aro
sociales y políticos. La infancia dolorida, hum i­ Narrador. Destaca como escritor cuidadoso con
llada por la m iseria y el ham bre, el vivir del el estilo, hábil en el manejo de la estructura na­
hombre y problemas como la libertad, la solida­ rrativa y de los ritmos de la trama, y es poseedor
ridad y la paz son los temas prioritarios de unos de una ironía que lo aleja de las blandas ternuras
versos en los que, sin dejarse tentar por el pro­ de mucha sentimentalidad propia de los autores
saísmo, dem uestra, no obstante, gran conten­ más jóvenes. Es autor de dos novelas: Nada es
ción y sobriedad. Deben destacarse sus poema­ azul (1997) y La m ujer de Judas (1998), a las
rios: Hombre naciente (1955), galardonado con que hay que añadir el libro de relatos La culpa la
el Prem io José Luis Hidalgo, Profecías del tiene la tonta de Eva (2002) y la novela infantil
agua (1957), Premio Adonais, Como si hubiera El jugador de frontón.
muerto un niño (1961), por el que obtuvo el
Premio Boscán, E star contigo (1973), merece­ SAINZ DE ROBLES, Federico Carlos (M adrid,
dor del Premio Juan Ramón Jiménez, Memorial 1898-1982)
de la noche (1976), que reúne los tres anterio­ Ensayista, erudito, poeta y novelista. Licenciado
res, y Primer y último oficio (1979 y 1981), que en Derecho y Filosofía y Letras por la Universi­
le supuso la concesión del Premio Nacional de dad de M adrid, fue archivero-bibliotecario-ar-
Literatura. queólogo del Ayuntamiento de Madrid y director
869 SAIZARBITORIA

de la H em eroteca Municipal. Perteneciente al desde 1952. Ha ocupado importantes cargos jurí­


CSIC y miembro de la Hispanic Society of Ame­ dicos una vez instaurada la democracia en 1975,
rica de Nueva York, ocupó el cargo de bibliote­ tales como presidente del Consejo General del
cario de la Sociedad General de Autores de Es­ Poder Judicial y del Tribunal Supremo. Fruto de
paña. Fue miembro de la Academia Venezolana su sólida cultura es un importante ensayo, Histo­
de la Lengua y catedrático de instituto, ejerció la ria y antología de las Utopías (1964), al que ha­
crítica literaria en diversas publicaciones, entre bría que añadir sus estudios y prólogos a las
ellas el diario Madrid, y destacó como asesor de obras de Albert Camus y de Gogol, así como el
algunas editoriales. Su capacidad de trabajo volumen de narraciones El monje, el tiempo y la
asombró tanto como su erudición, consecuencia serpiente (1959).
de las cuales son sus numerosísimas obras en los
diferentes géneros, si bien es recordado por SAINZ RODRÍGUEZ, Pedro (M adrid, 1898-
aquellos ensayos en los que pretendió la divulga­ 1986)
ción y el entretenim iento y por sus crónicas de Ensayista. Doctor en Filosofía y Letras y Dere­
Madrid, de la que, desde 1966, fue cronista ofi­ cho por la universidad Central de M adrid, fue
cial, y, desde 1980, hijo predilecto. Deben desta­ catedrático en las universidades de Oviedo, de
carse, además de dichos ensayos, de entre los Madrid y de Comillas. Miembro de la Real Aca­
que hay que mencionar, sin duda, sus numerosos demia Española y de la de Historia, fue ministro
Diccionarios (de Literatura, de Sinónimos y an­ de Educación en el primer gabinete de Franco y
tónimos, de M itología Universal, de la Sabidu­ autor de numerosos ensayos, entre los que desta­
ría, en colaboración con Tomás Borrás*, de M u­ can algunos como: Las polémicas sobre cultura
jeres célebres, etc.), sus ediciones y estudios española (1919), Documentos para la historia
sobre Pérez Galdós*, Emilia Pardo Bazán*, Ja­ de la crítica literaria en España (1921), La obra
cinto Benavente*, Lope de Vega* y otros, y títu­ de Clarín (1921), Introducción a la historia de
los como: Por qué es Madrid capital de España la literatura mística en España (1927), galardo­
(1931), Cuentos viejos de la vieja España nado con el Premio Nacional de Literatura, San
(1941), H istoria y antología del teatro español Ignacio de Loyola y Erasmo (1956), Espirituali­
(1942-1943; 7 vols.), Historia y antología de la dad española (1961), Evolución de las ideas so­
poesía española (1943), Velázquez, vivificador bre la decadencia española y otros estudios de
de imágenes (1943), Cuerpo y alma de M adrid crítica literaria (1962) y Gastronomía y Litera­
(1945), Panorama literario (1953-1955; 3 vols.), tura (1971), a los que habría que añadir diversos
Los teatros de M adrid (1954), Los movimientos ensayos sobre Bartolomé José Gallardo* y sobre
literarios (1955), Castillos de España (1956), La Menéndez Pelayo*, autor sobre quien decretó,
novela española en el siglo xx (1957), Enigmas siendo ministro, que se publicara la edición de
de cincuenta mujeres inolvidables (1960), Ayer y sus Obras completas.
hoy. La evolución de la sociedad española en
cien años (1960), La letra y el espíritu (Cien años SAIZARBITORIA, Ramón (San Sebastián, 1944)
de Literatura española: 1860-1960) (1961), Ra­ Narrador en euskera. Fue concejal de Euskadiko
ros y olvidados (1971) y La promoción de «El Ezkerra en el Ayuntamiento de su ciudad. Consi­
cuento semanal» (1975), los poemarios de corte derado uno de los renovadores de las letras en
intimista, en la línea del posmodernismo, La so­ euskera, es autor con una clara conciencia gene­
ledad recóndita (1920), prologado por Manuel racional, cultural, política y social, que en sus
Machado*, El silencio sonoro (1923), Ritmo inte­ obras aborda la idiosincrasia vasca y los proble­
rior (1927), Poemillas a Celina (1957) y Diálo­ mas intrínsecos del nacionalismo, pero como
gos de la sombra y la pena (1967). Fue autor, asi­ fondo real de historias en las que priman las con­
mismo, de diversas novelas a las que llamó tradicciones sentimentales, la desilusión y el
«novelerías», en muchas de las cuales intentó ri­ curso de las emociones de una generación, la
diculizar la cursilería sentimental de buena parte suya, desgarrada individual y colectivamente.
de la narrativa española: Mario en el fo so de los Entre sus novelas, se cuentan: Hamaika pauso
leones (1925), La decadencia de lo azul celeste (Los pasos incontables) (1998), Am or y guerra
(1925), Madrid... y el resto del mundo (1928) y (1999), en la que aborda los problemas del amor
Escorial: vida y transfiguración, que, aunque es­ y del desamor, así como de la persistencia del pa­
crita en 1938, se publicó en 1963. sado en el presente, con un lenguaje irónico que
analiza la realidad, crea hondos retratos psicoló­
SAINZ DE ROBLES Y RODRÍGUEZ, Federico gicos y mantiene con destreza la tensión narra­
Carlos (Madrid, 1927) tiva de una trama de intriga, y Gorde nazjazu lur-
Crítico y ensayista. Hijo de Federico Carlos pean (Guárdame bajo tierra) (2003), formada
Sainz de Robles*, es doctor en Derecho y juez por cinco novelas cortas.
SAL 870

SAL, Juan de la (Sevilla, h. 1550-h. 1620) la televisión. M iembro de la A ssociació d ’Es-


Epistológrafo. Obispo en Argelia, se le recuerda criptors en Llengua Catalana, pertenece a la ge­
por las siete cartas que escribiera al duque de neración que, en los años sesenta, sustituyó a los
Medina Sidonia, publicadas en el volumen grandes maestros catalanes de la guerra y de la
XXXVI de la «Biblioteca de Autores Españoles» primera posguerra, como Rodoreda*, V illa­
en 1855, y con las cuales ha conseguido ocupar longa*, Perucho*, Pía* o Calders*, y a la que
un lugar en la historia de la literatura epistolar. pertenecen nombres como Miquel Angel Riera*,
Baltasar Porcel* o el Terenci Moix* de la pri­
SALABERT, Juana (París, 1962) mera época, cuando escribía en catalán. Intere­
Novelista. Licenciada en Filología Francesa por sado por la obra de escritores como Marcel
la Universidad de Toulouse Le-M irail, ha ejer­ Proust, Thomas Mann, Rainer M. Rilke y Cesare
cido la crítica literaria y la traducción, y ha cola­ Pavese, se trata de un autor que, aun habiéndose
borado además en diferentes publicaciones, en­ iniciado bajo la influencia de las corrientes más
tre ellas el diario El Mundo. Considerada una realistas, siguió la experim entación propia del
escritora difícil, ocupada en la propia literatura sesentayochismo y que, paulatinamente, fue evo­
y ajena a modas, su narrativa exige del lector un lucionando hacia una literatura más moral o, en
trabajo reconstructivo. Se trata de textos en los sentido amplio, existencial. Todo ello no le ha
que se superponen tiempos y voces narrativas, llevado a abandonar un humorismo severo ni,
elementos simbólicos y oníricos, y en los que se desde luego, su afán de explorador sociológico
aborda el territorio de la desesperación, de la de la catalanidad, aunque muchas veces el tras-
marginación individual y de la derrota humana, fondo de su obra lo constituya la reflexión sobre
todo ello a través de la memoria, el recuerdo del la muerte, que está, sin duda, más allá de fronte­
dolor. La memoria, el enfrentamiento de la rea­ ras y lenguas. Se trata de un escritor catalán en
lidad individual con el pasado, el fracaso emo­ sentido profundo.
cional y la soledad son, pues, los ejes en torno a Entre sus novelas, la gran mayoría traducidas al
los cuales gira su narrativa. Tras su primera no­ español, hay que destacar El cau (1966), Arañas
vela, Varadero (1996), fue finalista del Premio (1967), Entre juliol i setembre (1967), dirigida a
Nadal con Arde lo que será (1996), historia ur­ un público adolescente y con la que obtuvo el
bana de okupas y desaparecidos, a la que siguie­ Premio Joaquim Ruyra, 52 hores a través de la
ron M ar de los espejos (1998) y el libro de rela­ pell (1970) — 52 horas a través de la piel
tos Aire nada más (1999), seguido de nuevo por (1974), finalista del Premio Prudenci Bertrana,
una novela, Velódromo de Invierno (2001), ga­ Aquel! gust agre de l ’estel (1977), compleja no­
lardonada con el Premio Biblioteca Breve y de vela, basada en la vida del mencionado Pavese y
una extraordinaria crudeza como documento de que tiene intenciones totalizadoras en su visión
denuncia de unos hechos reales: el interna- cosmológica, El viatge prodigios d ’en Ferran
miento en campos de exterminio de una serie de Pinyol (1978; 6 vols.), Peí cam í ral del Nord
judíos, numerosos niños entre ellos, detenidos (1980) — Por el camino real del norte (1986),
en el París ocupado por los nazis en 1942. Es au­ Sóc Etntna (1983) — Soy Emma (1984), M em o­
tora, asimismo, del libro de viajes por las capita­ rial de Claudi M. Broch (1986) — Memorial de
les del antiguo imperio aunstrohúngaro Estación d a n d i M. Broch (1987), por la que recibió el
Central (1999). Premio Nacional de la Crítica, Claris (1990), El
sol de la tarda (1992) — El sol de la tarde
SALADO, Manuel (Córdoba, 1945) (1994), galardonada con los Premios Sant Jordi
Novelista de quien hay que m encionar algunos y Crexells, El tiempo del diablo (1994), que apa­
títulos como: Zapatos sin cordones (1971), Con reció sim ultáneam ente en catalán y español
la piel dormida (1978), La maldición de Cristo — Un tiempo del diablo— y en la que aborda el
Céspedes (1979), La cuadramenta (1980), A pa­ tema de la pasión, La m ar no está mai sola
sionadamente (1981) y Yo maté a Federico Gar­ (1996) — La mar nunca está sola (1997), con la
cía Lorca (1985), entre otros. que ganó el Premio Carlemany, y Cómplices de
ciutat (1999) — Cómplices de ciudad (2000),
SALADRIGAS, Robert (Barcelona, 1940) novela compuesta, en realidad, por doce relatos
Novelista en lengua catalana. Aunque estudió las que construyen una elegía de Barcelona. Consi­
carreras de perito y profesor mercantil, ejerce el derado también un renovador de la novela infan­
periodismo y la crítica literaria desde que co­ til y juvenil, sus aportaciones, basadas en el len­
menzara a colaborar en publicaciones como ABC guaje directo, claro y sin juegos literarios de
y La Vanguardia, entre otros diarios. Fue, ade­ ningún tipo, se aprecian, además de en la m en­
más, director literario de la Editorial Dopesa de cionada Entre juliol i setembre, en títulos como:
Barcelona y ha escrito y dirigido programas para L'Alex, el 8 i el 10 (1970) — Álex, el 8 y el 10
871 SALAS BARBADILLO

(1985), en los seis volúmenes de la novela El vida agitada, en 1609 fue procesado por ases­
viatge prodigios d ’En Ferran Pinyol (1971- tarle varias cuchilladas a un tal don Diego de
1978), que contaría con una versión radiofónica, Persia; tras abandonar la prisión, unas sátiras di­
Histories a mig cam í (1977), Visions de cada rigidas a unos alguaciles le supusieron el destie­
hora (1984), reeditada con el título Contes de rro por dos años, el cual fue reducido a uno por
cada hora (1993), El vuelo de la cometa (1984; un indulto, aunque no sirvió de mucho pues en
1989), El temps del diable (1994) y A m ic Lu Zaragoza sufrió otra condena similar por causas
(1995) — Am igo Lu (1996). De sus volúmenes desconocidas. Ya en Madrid, mantuvo amistad
de cuentos destacan B oires (1970), g alardo­ con Paravicino*, Valdivielso*, Pérez M ontal­
nado con el Prem io V íctor Catalá, N éixer de bán* y Cervantes* y hubo de enfrentarse a la
nou, cada dia (1979), Sota la volta del temps ruina económica y a una sordera progresiva.
(1981), Imatges del meu mirall (1983), que em ­ Además de escribir poesías y piezas teatrales, so­
plea técnicas del relato oral, puesto en boca de bre todo entremeses y comedias, se le recuerda
personajes que tienden a mitificar los orígenes, como autor de novelas cortas, aunque no a la al­
y Tauromaquia: sol i lluna (1991), que muestra tura de las escritas por su amigo Cervantes,
a personajes am enazados por la existencia y quien, junto a Lope de Vega* y otros, elogió sus
que en la palabra encuentran el modo de defen­ textos. Su importancia como autor reside en la
derse. mucha información que aporta sobre la vida ma­
Es autor, asimismo, de los ensayos Las confesio­ drileña del siglo xvn, así como por su capacidad
nes no católicas de España (1972), V Escola del sincrética de géneros y por la habilidad en la
M ar i la ren ovado pedagógica a Catalunya construcción burlesca de los personajes de la
(1972) y Literatura i societat a la Catalunya d ’avui época, características todas que le dieron enorme
(1977), entre otros. En el año 2000 comenzó la éxito en vida. Supo combinar los elementos de la
publicación de su Obra completa. novela picaresca*, satírica y cortesana, así como
los de los diálogos, en novelas no moralistas en
SALAMANCA, El Piscator de -» Véase TORRES las que ni los problemas sociales ni la intención
VILLARROEL, Diego de. didáctica suponen una característica esencial de
su contenido. Se trata de obras en las que se al­
SALAS, Ada (Cáceres, 1965) ternan los cuadros de costumbres, las sátiras y
Poetisa. Licenciada en Filología Hispánica por la los momentos picarescos con dichos ingeniosos
Universidad de Extremadura es profesora en ins­ y poesías festivas, de modo que no puede ha­
titutos de Enseñanza Secundaria y autora de los blarse de novelas estudiadas o previstas argu-
poemarios: Arte y memoria del inocente (1988), m entalmente, sino de textos fragmentados y de
con el que había recibido el Premio Juan Manuel gran amenidad en los que consigue crear un gé­
Rozas, Variaciones en blanco (1994), galardo­ nero intermedio entre picaresca y costumbrismo,
nado con el Prem io Hiperión, La sed (1997) y entre la novela y el teatro.
Lugar de la derrota (2002). Su obra fundamental es La hija de Celestina (Za­
ragoza, 1612), graciosa censura de los vicios de la
SALAS, Francisco Gregorio (Jaraicejo, Cáceres, ? - época, en la línea de la novela picaresca y de los
M adrid, 1808) modos dialogados de la obra de Fernando de
Poeta. Sacerdote, fue capellán de la Real Casa de Rojas*, a la que solo se parece en su distancia-
Santa M aría M agdalena de M adrid. Su poesía, miento de la autobiografía propia de la picaresca.
aunque de carácter bucólico (véase BUCÓLICA) en Su éxito le llevó a ampliarla en Im ingeniosa He­
el tratam iento de la Naturaleza, suele tender al lena (1614), donde incluyó la novelita Preten­
prosaísmo, como le censuraron Cueto* y Fernán­ diente discreto, cuentos y algunos versos. Esta
dez de Moratín*. E scribió también versos reli­ obra sería imitada por Scarron y por Moliere. Del
giosos y epigramas. Destacan sus poemarios El resto de sus obras, deben destacarse El caballero
observatorio rústico (1.a parte, M adrid, 1772; puntual (1614), cuyo protagonista es don Qui­
2.a parte, 1774 y 1777) y Poesías serias y jocosas jote; Corrección de vicios (1615), en la que
(1775), a los que hay que añadir Juicios críticos reúne ocho narraciones, entre picarescas y satíri­
(1778), en los que combina prosa y verso. cas, tres de ellas versificadas, Segunda parte del
caballero puntual. Los prodigios de amor
SALAS BARBADILLO, Alonso Jerónimo de (M a­ (1619); El Sagaz E stado, marido examinado
drid, 1581-1635) (1620), novela dramática en la línea de la Celes­
Novelista y poeta. Hijo de un agente de negocios tina; El caballero perfecto (1620), quizá basada
de Nueva España, Diego de Salas, estudió Filo­ en El Cortesano, de Castiglione; El sutil cordo­
sofía en Madrid y Alcalá y Leyes en Valladolid, bés Pedro de Urdemalas (1620), claramente pi­
y, en 1603, sucedió a su padre en la agencia. De caresca, Casa del placer honesto (1620), com­
SALAS Y QUIROGA 872

puesta por piezas dramáticas, poesías y cuentos, Pero las obras por las que se le recuerda son, fun­
La sabia Flora Malsabidilla (1621), de estruc­ damentalmente, los poemarios Poesías (1834),
tura dialogada, Cortesano descortés (1621), en cuyo prólogo representa uno de los más encendi­
la misma línea, El necio bien afortunado (1621), dos manifiestos en favor del Romanticismo, y
La fiesta de la boda de la incansable mal casada Mis consuelos (1840).
(1622), miscelánea de corte satírico, Don Diego
de noche (1623), compuesta por nueve aventuras SALAVERRI, Vicente Adolfo (Viniegra de A bajo,
nocturnas y una de sus mejores obras, en ella La Rioja, 1887-Montevideo, Uruguay, 1971)
aparecen algunas epístolas satíricas que anuncian Narrador, ensayista y dramaturgo. Aunque na­
la Estafeta del dios Momo (1627), reunión de se­ cido en España, motivo por el que se le incluye
senta y cuatro epístolas satíricas, El curioso y en estas páginas, se nacionalizó uruguayo des­
sabio Alejandro, fisc a l y ju ez de vidas ajenas pués de instalarse en ese país tras haber em i­
(1634), muestra de su habilidad para la carica­ grado a Buenos Aires en 1902. Colaborador en
tura literaria, y Coronas del Parnaso y platos de numerosas publicaciones, a menudo empleó el
las musas (1635), en donde narra un hipotético seudónimo Antón Martín Saavedra. Si bien sus
viaje al Parnaso acompañado por otros escrito­ comienzos tienen una clara inspiración moder­
res. Fue autor, asimismo, y además de unos tres nista (véase MODERNISMO), paulatinamente fue
sonetos sueltos y una docena de epigramas — apa­ derivando hacia una escritura atenta a los proble­
recidos todos ellos en 1857 en el volumen XLII mas urbanos primero y, después, a la vida rural.
de la «Biblioteca de Autores Españoles»— , de En esa última narrativa se aprecian campesinos
los libros de poesía Patrona de M adrid restituida en absoluto idealizados, sino tratados desde un
(1609), largo poema épico, Rimas castellanas punto de vista realista. Deben destacarse sus li­
(1618) y Triunfos de la beata sor Juana de la bros de relatos La vida humilde (1912), La lo­
Cruz (1621), así como de entremeses, El buscao- cura del fa u n o (1921), Cuentos del Río de la
ficios, El caprichoso en su gusto y la dama se­ Plata (1921) y El manantial y otros cuentos del
tentona y Las aventuras de la corte, y de la co­ campo (1927). a los que hay que añadir las nove­
media La escuela de Celestina y el hidalgo las El corazón de María (1919), La mujer inmo­
presumido (1620). lada (1920), Este era un país... (1927), El hijo
del león (1922) y Deform arse es vivir (1924).
SALAS Y QUIROGA, Jacinto de (La Coruña, Fue autor, asimismo, y además de una biografía.
1813-Madrid, 1849) Animales con pluma: el periodism o por dentro
Poeta y narrador. Huérfano desde niño, se educó (1918), de los ensayos Del picadero al proscenio
en Burdeos, donde conoció los textos de los clá­ (1913). Hombres del Uruguay (1915), La come­
sicos franceses así como a los románticos Byron, dia de la vida (1917), Los hombres de España
Lamartine y Victor Hugo. Tras vivir en Perú, (desde Maura al Vivillo) (1918) y La visión opti­
adonde había marchado en 1830, regresó a Eu­ mista (1919).
ropa y residió durante algunos años en Inglaterra
y Francia antes de volver a Madrid, donde cola­ SALAVERRÍA, José María (Vinaroz, Castellón,
bora en El Artista y funda la revista de inspira­ 1873-Madrid, 1940)
ción romántica No me olvides (1837), en la que Narrador y ensayista. De familia vasca de origen
colaboran autores como Espronceda*, Pastor humilde — su padre era farero en Vinaroz— ,
Díaz* y Zorrilla*, entre otros. Su participación pasó parte de su infancia en San Sebastián y,
en las publicaciones de la época serían constan­ desde muy joven, desempeñó los más variados
tes desde ese momento. Desde 1839 fue diplo­ oficios, desde telegrafista a delineante. De for­
mático en Puerto Rico y en La Habana. Poeta ro­ mación autodidacta, estuvo largos años en Suda-
mántico, en sus versos están todos los tópicos de mérica y fue prolífico periodista. En sus obras,
este movimiento (véase ROMANTICISMO), aun­ donde inicialmente se mostró extranjerizante,
que predominan temas como la soledad y el crítico con la España de su tiempo y regeneracio-
amor, siempre tratados con honda melancolía, nista, seguirá planteamientos conservadores, cas­
aunque se pierde en reflexiones filosóficas pla­ tizos y nacionalistas, en la línea de Ramiro de
gadas de exageraciones típicamente románticas. Maeztu*, Y dejará clara su defensa de lo espa­
Como novelista, practicó un costumbrismo* re- ñol, de la tradición y de la monarquía. Así, y aun­
generacionista. De sus obras en prosa destacan que critica duramente el europeísmo de los no-
Viajes (1840), donde cuenta sus experiencias en ventayochistas, es partidario del contacto con
América, y la novela El dios del siglo (1848), te­ Europa, aunque no desde el sentimiento de infe­
nida por un precedente del realismo* en la que rioridad característico de esos años. Destacó,
enfrenta a dos personajes que representan dos principalmente, en el campo del ensayo, aunque
fuerzas sociales diferentes: el dinero y el talento. fue autor de algunas obras narrativas, como las
873 SALAZAR Y ALARCÓN

novelas La Virgen de Aránzazu (1909), próxima leyendas, y Secretos de la Gramática española


a las posiciones de los autores de la Generación (1640), donde, al igual que en Las clavellinas,
del 98*, Nicéforo el Bueno (1909), El rey Nicé- utilizó explícitamente cuentos de la Floresta de
foro (1923), en la que se incluían la anterior y el Melchor de Santa Cruz*.
cuento Nicéforo el Tirano (1910), y Una mujer
en la calle (1940), y de la obra teatral Guerra de SALAZAR, Diego de (Toledo, siglo xvi)
mujeres (1922). De su producción ensayística Tratadista y poeta. Militar, sirvió en Italia a las
deben recordarse títulos como El perro negro órdenes del Gran Capitán. Publicó una versión
(1906), Vieja España (Impresión de Castilla) de las Trece questiones, del Filocolo de Boc­
(1907), prologado por Galdós*, Tierra argentina caccio en 1546 en Toledo, y tradujo, junto al
(1910), Las sombras de Loyola (1911), A lo le­ canónigo Diego López de Ayala y a Blasco de
jos. España vista desde Am érica (1914), C ua­ Garay, La Arcadia, de Sannazaro, traducción
dros europeos (1916), La afirmación española que se publicó en Toledo en 1549. Además de
(1917), El muchacho español (1917), M artín otras traducciones de obras de historiadores
Fierro y el criollismo español (1918), Los con­ clásicos, fue autor de un Tratado de re militari,
quistadores (1918), Alma vasca (1920), Los fa n ­ auténtico plagio del Arte de la guerra de Ma-
tasmas del M useo (1920), Santa Teresa (1921), quiavelo, así como de un Tratado de la cavalle-
Los paladines ilum inados (1925), Retratos ría hecho a manera de diálogo... (1536), consi­
(1926), Sevilla y el andalucismo (1929), Nuevos derado hoy como fundamental en la literatura
retratos (1930), Bolívar el libertador (1930) e militar española.
íñigo de Loyola (1935).
SALAZAR, Pedro de (?-?, 1576)
SALAZAR, Adolfo (Madrid, 1890-Cuba, 1958) Narrador y tratadista. Padre de Eugenio de Sala-
Ensayista y compositor. Se trata de uno de los zar y Alarcón* y capitán en las filas de Carlos V
grandes musicólogos y está considerado como el y Felipe II, es el primer autor español que escri­
fundador de la crítica musical en España. Cola­ bió una colección de historias breves que, en sus
borador en publicaciones como Revista de Occi­ propias palabras, «los italianos llaman novellas»,
dente, El Sol y Cruz y Raya, se marchó a A m é­ por lo cual se le considera pionero en el género
rica al término de la Guerra Civil. Fue un erudito de la novela corta. Inspirados en autores italia­
en numerosas materias, aunque destacan sus tra­ nos, estos Cuentos permanecen inéditos, aunque
bajos sobre los temas relacionados con su espe­ se sabe que fueron escritos y dedicados a Fe­
cialidad, que siempre supo relacionar con otros lipe II entre 1552 y 1570. Otras obras de Salazar
factores, tanto literarios como históricos o cultu­ son una Historia y primera parte de la guerra de
rales en general. Deben destacarse libros como don Carlos V... en Nápoles (1548), de la que bur­
Música y músicos de hoy (1928), Sinfonía y ba­ lara Diego Hurtado de Mendoza*, una Historia
llet (1929), La m úsica en la sociedad europea de la guerra y presa de Africa... (1552) e Hispa-
(1942-1946), su obra fundamental, y, aparecido nia victrix (1570).
postumamente, La música en Cervantes y otros
ensayos (1962). SALAZAR Y ALARCÓN, Eugenio (M adrid,
h. 1530-Valladolid, 1602)
SALAZAR, Ambrosio de (M urcia, 1575?-?, Poeta. Hijo de Pedro de Salazar*, estudió Leyes
d. de 1640) en Alcalá, Salamanca y Sigüenza, ocupó diver­
Prosista y poeta. Aventurero en las guerras de sos cargos políticos en las Islas Canarias, donde
Religión, fue intérprete del rey Enrique IV y fue gobernador, y en Sudamérica, donde fue oi­
maestro de español del futuro Luis XIII de Fran­ dor en México, Santo Domingo y Guatemala.
cia, país en el que, además, enseñó lengua espa­ Consejero de Indias en 1601, es autor de epísto­
ñola. Secretario de la reina Ana de Austria desde las satíricas y poemas en los que canta el amor a
1615, de sus obras merecen destacarse diversas su mujer. Además de las Cartas, del poema ale­
colecciones de cuentos y misceláneas con fines górico Navegación del alma por el discurso de
pedagógicos, tales como: Alm oneda general de todas las edades del hombre y de la Silva de poe­
las más curiosas recopilaciones de los reinos de sía, en cuyas tres partes, dedicadas a poesía amo­
España (París, 1612), Las clavellinas de recrea­ rosa, de circunstancias y de devoción, demuestra
ción (Ruán, 1614), Espejo general de la Gramá­ su dominio de los géneros menores, quedaron
tica en D iálogos (Ruán, 1614), Libro de flores también inéditos unos Estudios jurídicos. Algu­
diversas y curiosas en tres tratados (París, nas de estas obras, todas ellas, como digo, sin pu­
1619), Flores diversas y curiosas (París, 1620), blicar en vida del autor, aparecerían después: las
Thesoro de diversa lición (París, 1636), influido cartas se incluyeron en el volumen CLXXVI de
por Pedro Mexía* y en el que incluye numerosas la «Biblioteca de Autores Españoles», y poemas
SALAZAR CHAPELA 874

como «Canto del cisne» o el que comienza «¡Va­ obra en dos partes en la que, Juan de Vera y Ta-
rias y lindas flores...!» se publicaron en el volu­ sis*, amigo de Salazar, publicó postumamente
men XLII de la misma colección. los textos de este. En la segunda de dichas partes
está incluida su obra dramática, en la que desta­
SALAZAR CHAPELA, Esteban (M álaga, 1900- can piezas como Elegir al enemigo, La m ejor
Londres, 1965) flo r de Sicilia, Segunda Celestina, Sin armas
Novelista. Redactor de El Sol y colaborador de vence el amor, El mérito es la corona y encantos
Revista de Occidente, La Voz y La Gaceta Lite­ de amor, El amor más desgraciado (Céfalo y Po-
raria, participó en las más famosas tertulias lite­ cris), Tetis y Peleo, Los juegos olímpicos, las tres
rarias, conoció a Ortega y Gasset*, fue amigo de últimas de carácter mitológico, y El encanto es
Antonio Espina* y Francisco Ayala* y, en 1939, la hermosura, esta última terminada en el lecho
tuvo que exiliarse al Reino Unido, donde se en­ de muerte. Tradujo, además, a Anacreonte y Au-
cargó del Boletín del republicano Instituto de Es­ sonio. Algunos de sus poemas aparecieron en
paña en Londres, del que además fue secretario, 1857 en el volumen XLII de la «Biblioteca de
y, durante dos años, enseñó en la Universidad de Autores Españoles», colección en cuyo volumen
Cambridge. Es uno de esos autores que han pa­ XLIX se editaron también dos obras teatrales.
sado a engrosar las filas del olvido en la litera­
tura española, quizá por su condición dé exiliado SALCEDO ARTEAGA, Emilio (Salamanca, 1929-
o tal vez porque los asuntos que aborda su litera­ 1992)
tura no siguen las exigencias de las actuales mo­ Ensayista. La Guerra Civil le sorprendió en El
das literarias. Fue autor de novelas definidas por Escorial, quedó huérfano de padre a los 14 años,
un ligero humorismo agridulce, irónicas, satíri­ comenzó a escribir a los 16 en El Adelantado de
cas a veces y en las que está presente la realidad Salamanca y, al año siguiente, en La Gaceta Re­
del exilio, tratada siempre con una serenidad con gional. Indeciso, aunque ya con una sólida for­
algo de estoicismo senequista. Se trata de textos mación que había comenzado con intensas lectu­
aunados en la tradición estilística, mezcla de rea­ ras tras una larga convalecencia cuando era un
lismo* y didactismo, aunque tamizado este por niño, comenzó a estudiar Medicina y luego D e­
su sentido del humor, a veces con tendencia al recho, carreras que dejó para dedicarse a trabajar
tono de reportaje, lo que se explica por su extra­ como agente comercial y de seguros. Casado a
ordinaria condición de periodista. Sus obras fue­ los 22 años, continuó escribiendo y, en breve, se
ron Pero sin hijos (1931), novela que Salazar re­ convertiría en director del Teatro Universitario
pudiaba y de la que él mismo se dedicaría a de Salamanca con motivo del VII centenario de
romper cuantos ejemplares cayeran en sus ma­ su universidad. En 1957 es elegido miembro del
nos, Perico en Londres (1947), ensayística y dis­ Centro de Estudios Salmantinos y no es hasta
cursiva, Desnudo en Picadilly (1959) y, apareci­ 1959 cuando comienza a estudiar Filología Ro­
das postumamente, Después de la bomba (1966), mánica en Salamanca, de la que por fin se licen­
estas dos últimas consideradas sus obras funda­ cia. Después de trasladarse a Valladolid, es nom­
mentales, y En aquella Valencia (2001). brado en 1968 redactor jefe de El Norte de
Castilla. Hombre culto, en sus textos ensayísti-
SALAZAR Y TORRE, Agustín de (Almazán, S o ­ cos ha abordado diversas cuestiones literarias y
ria, 1642-Madrid, 1675) de otras materias, como se aprecia en sus ensa­
Poeta y dramaturgo. De niño marchó a México, yos Salvación del poeta (Gabriel y Galán en su
donde estudió con los jesuítas, para, más tarde, tiempo y en el nuestro) (1955), premiado por las
regresar a España con el duque de Alburquerque, Diputaciones de Cáceres y Salamanca, Litera­
al que acompañaría como sargento mayor a Ale­ tura salmantina del siglo xx (1960), Vida de don
mania y Sicilia. A pesar de su corta carrera lite­ Miguel de Unamuno (1964), Teatro y sociedad
raria, ya desde sus comienzos consiguió el reco­ en el Valladolid del siglo xix (1978), Escritores
nocimiento, como cuando en el mencionado contemporáneos en Castilla y León (1982), Rosa
colegio mexicano ganó un premio por su decla­ Chacel (1983) y M iguel Delibes, novelista de
mación y com entarios sobre las Soledades de Castilla (1986). Fue autor, asimismo, de novelas
Góngora*, poeta al que, por cierto, debe mucho cortas, como Puesto en la vida (1961) y El co­
en sus propios versos, ya que fue un gongorino checito rojo (1963), a las que hay que añadir el
en sus églogas, romances, silvas, sonetos y letri­ volumen de cuentos Relatos y paisajes (1964).
llas. Deben destacarse obras como el canto en
prosa y verso Teatro de la vida humana o Las es­ SALCEDO CORONEL, José García de (Sevilla,
taciones del día, poemarios incluidos en Cythara 1592?-M adrid, 1651)
de Apolo, varias poesías divinas y humanas que Poeta y comentarista. Militar, estudió en Sevilla
escribió don Agustín de Salazar (1681 y 1694), y Alcalá, viajó a Italia como capitán de la escolta
875
SALINAS

del duque de Alcalá, virrey de Nápoles, ocupó en España (Brujas, brujerías y amuletos)
diversos cargos políticos allí, entre ellos el de go­ (1905), La crim inalidad y la penalidad en el
bernador de Capua, y estuvo al servicio del car­ Quijote (1905) y Evolución penitenciaria en Es­
denal infante don Femando de Austria. Admira­ paña (1918).
dor e im itador de Góngora*, fue, asimismo,
comentarista de su obra, apartado este en el que, S A L I N A S , F r a n c i s c o (Burqos, 1513-Salamanca,
en algunos momentos, criticó al maestro cordo­ 1590)
bés desde estrictos postulados clasicistas. Admi­ Humanista, musicólogo y matemático. Desde
rado él por Lope de Vega* y Vélez de Guevara*, muy joven se dedicó con pasión al estudio de la
sus versos, como queda dicho, fueron gongori- m úsica, acaso por la ceguera de la que fue víc­
nos, lo que se dem uestra en libros de poemas tima desde los diez años. No obstante sus difi­
como Rimas (1624), A riadna (1624), largo cultades físicas, estudió Griego, Latín, Artes y
poema en octavas, Cristales de H elicona o Se­ Filosofía en la Universidad de Salamanca. Prote­
gunda parte de las Rimas (1642) y Panegírico al gido por el arzobispo de Santiago, fue como fa­
serenísimo infante Cardenal (1636). Pero, sin miliar suyo a Roma, ciudad en la que amplió sus
duda, la obra que le ha dado fam a es Obras de conocimientos hasta convertirse en uno de los
don Luis de Góngora comentadas (Madrid, grandes eruditos de su tiempo, así como en uno
1636, 1644 y 1648; 3 vols.), indispensable en la de los grandes intérpretes de órgano. A su re­
difusión del gongorismo, aunque muy discutida greso a España, después de estar un cuarto de si­
en la primera mitad del siglo xvii . glo en la ciudad italiana, ganó por oposición, en
1575, la cátedra de Música de la universidad en
S A L E S , J o a n (Barcelona, 1912-1983) la que había estudiado. A la enseñanza habría de
N ovelista y poeta en lengua catalana. Se exilió dedicarse ya hasta su muerte. Admirado por fray
tras la Guerra Civil y regresó a su ciudad natal Luis de León*, que le dedicó su célebre «Oda a
en 1948 para dedicarse a labores editoriales. Salinas», se le debe una obra fundamental en la
D estacado traductor al catalán, en sus obras, que da cuenta de todos los conocimientos adqui­
comprom etidas a la hora de abordar un tema ridos en la disciplina a la que dedicó su vida: De
como el exilio, aunque no exentas de sentido del M úsica libri séptem (1577), donde presenta un
humor, destacan el poemario Viatge d ’un mori- impresionante catálogo de música profana del si­
bund (1952), la novela Incerta gloria (1956), ga­ glo xvi. Fue autor, asimismo, de una Corrección
lardonada con el Premio Joanot Martorell — cuya del calendario Gregoriano y de traducciones de
traducción al español por parte de Carlos Pujol* algunos epigramas de Marcial.
obtuvo, en 1968, el Premio Ramón Llull— y que
sería ampliada en 1969, y la pieza teatral Tirant S A L I N A S , J a v i e r (Bilbao, 1972)
lo Blanc a Grecia (1972), de corte humorístico. Poeta y novelista. Autor del poemario Cantos a
Fue autor, asimismo, de la edición de las Poe

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