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EVALUACIÒN Y MEJORA EN LA GESTIÒN ESCOLAR.

La gestión institucional parte de una idea de mejora escolar, un conjunto de prácticas y


escenarios para la gestión cuyo objetivo es gestar una buena escuela. La gestión escolar es
agente y, al mismo tiempo, factor de mejora. Por eso, la gestión, el trabajo del directivo, marcan
una diferencia.
Las prácticas de gestión se orientan a las siguientes acciones:

 Garantizar la estrecha relación entre la visión de la escuela y los planes de acción que se
desarrollen.

 Otorgar importancia al proceso de la planificación, que es tan vital como el plan,


promoviendo la participación de todos los implicados.

 Actualizar el plan de manera constante y modificarlo cuando se considere necesario.


Las estrategias enfocadas al cambio institucional: en lugar de estudiar la dimensión técnica de la
enseñanza del profesor individual, la innovación se dirige a los centros escolares como lugares
de trabajo, así se diferencias de otras muchas estrategias y métodos de enseñanza, aunque
ambos se encaminen, obviamente, a mejorar el aprendizaje de los alumnos, misión última que
justifica la experiencia escolar. Las estrategias de innovación inciden en la dimensión
organizativa y de trabajo conjunto del centro, las estrategias de enseñanza en el aula, a las que
se le ha llamado cambio de primer orden, mientras las estrategias de innovación se sitúan como
cambios de segundo orden: roles, estructuras y modos de trabajo.
Así, movimientos como escuelas eficaces, mejora de la escuela y reestructuración escolar, a
pesar de sus diferencias y orientaciones específicas, confluyen en tomar el centro escolar como
organización en la unidad de cambio. El movimiento de las “escuelas eficaces” quiere
demostrar que existen centros escolares que marcan diferencias en los resultados conseguidos
por los alumnos, frente a otros centros inefectivos. Una segunda orientación, “mejora de la
escuela” pretende generar las condiciones internas de los centros que promuevan el propio
desarrollo de la organización. Por último, la “reestructuración escolar” se propone rediseñar los
centros escolares, con un énfasis en la gestión basada en la escuela, rediseñando los roles y
estructuras organizativas. Esta corriente se une al movimiento “gestión por la calidad total” que
pretende aplicar a los centros escolares estrategias empresariales.
El desarrollo profesional se concibe como un proceso continuo de aprendizaje, que cambia la
acción profesional del profesor, a través de sus experiencias y de cómo éstas influyen en su
práctica diaria. Por otra parte, el curriculum es algo a construir en un proceso de deliberación y
decisión comunitaria. El desarrollo curricular se integra en el desarrollo institucional: hay que
resituar la dimensión individual docente en el contexto del propio crecimiento del centro como
institución. Aporta también una importante guía de planificación de la mejora que debe ser
progresiva y que debe tener en cuenta la predicción.
Por último, estudia las organizaciones educativas desde una perspectiva novedosa, que tiene
potencialidad para explicar y promover procesos de desarrollo. Para ello es necesario una puesta
en marcha de una política pública coordinada nacionalmente, coordinando la acción de los
distintos actores (nacionales, provinciales, municipales/locales) en un cuadro común de
responsabilidades, trabajar en la mejora de las normas ya existentes respecto de espacios,
equipamiento y recursos para la enseñanza. Es necesario establecer políticas y procedimientos
que estimulen y faciliten la participación de todos los alumnos, docentes, servicios de apoyo
externos, familia y la comunidad local, con el fin de promover el desarrollo de una comunidad
abierta.

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