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Después de describir la fobia social desde el manual de diagnóstico más utilizado, se afirma que es
un problema conductual y no una enfermedad. Se plantea con detalle su tratamiento con la
evaluación del problema. Se analiza, si es necesario, un entrenamiento en habilidades sociales y la
relación con otros problemas psicológicos. Finalmente, se describe con detalle cómo realizan el
tratamiento en grupo los psicólogos de Psicoterapeutas.com.
Dicha respuesta puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos
relacionada con una situación determinada. Aunque los adolescentes y adultos que padecen el
trastorno reconocen que este temor resulta excesivo o irracional (Criterio C), puede que esto no
suceda en los niños. En la mayoría de las ocasiones las situaciones sociales o actuaciones en
público acaban convirtiéndose en motivo de evitación, si bien otras veces el individuo puede
soportarlas aunque experimentando sumo terror (Criterio D).
El diagnóstico puede efectuarse sólo en los casos en los que el comportamiento de evitación, el
temor o la ansiedad de anticipación interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo,
sus relaciones laborales y su vida social, o bien genera un malestar clínicamente significativo
(Criterio E).
En las personas menores de 18 años los síntomas deben haber persistido como mínimo durante 6
meses antes de poder diagnosticar una fobia social (Criterio F).
El miedo o los comportamientos de evitación no se deben a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia o a una enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro
trastorno mental (p. ej., trastorno de angustia, trastorno de ansiedad por separación, trastorno
dismórfico corporal, trastorno generalizado del desarrollo, o trastorno esquizoide de la
personalidad) (Criterio G).
Si existe otro trastorno mental (p. ej., tartamudez, enfermedad de Parkinson, anorexia nerviosa),
el temor o el comportamiento de evitación no se limitan a la preocupación por su posible impacto
social (Criterio H).
Cuando el individuo con fobia social se encuentra en las situaciones sociales o en las actuaciones
en público temidas; experimenta una preocupación constante por la posibilidad de que resulten
embarazosas. Teme que los demás le vean como a un individuo ansioso, débil, «loco» o estúpido.
Los miedos de las personas en situaciones sociales
Estas personas pueden tener miedo de hablar en público porque creen que los demás se darán
cuenta de que su voz o sus manos están temblando; o porque piensan que en cualquier momento
les puede invadir una extrema ansiedad que les va a impedir mantener una conversación. Incluso,
por temor a no poder articular correctamente las palabras.
Puede que eviten comer, beber o escribir en público por miedo a sentirse en apuros cuando los
demás comprueben cómo les tiemblan las manos. Los individuos con fobia social experimentan
casi siempre síntomas de ansiedad (p. ej., palpitaciones, temblores, sudoración, molestias
gastrointestinales, diarrea, tensión muscular, enrojecimiento, confusión) en las situaciones
sociales temidas, y, en los casos más serios, estos síntomas pueden llegar a cumplir los criterios
diagnósticos de una crisis de angustia (v. pág. 403). El enrojecimiento es muy típico de la fobia
social.
«Se presenta una marcada ansiedad anticipatoria si la persona se ve enfrentada con la necesidad
de entrar en la situación social fóbica y evita normalmente dichas situaciones. De manera menos
frecuente, la persona se fuerza a sí misma a aguantar la situación social fóbica, pero se
experimenta con una intensa ansiedad. Normalmente, la persona teme que los otros puedan
detectar señales de ansiedad en la situación social fóbica. Se puede crear un círculo vicioso en el
cual el temor irracional genera ansiedad que a su vez deteriore la actuación, aumentando así la
motivación para evitar la situación fóbica. La persona reconoce siempre que su temor es excesivo
o poco razonable».
Se considera que hay dos tipos de fobia social: Generalizada: Cuando los temores se relacionan
con la mayoría de las situaciones sociales y Focalizada cuando el temor se da en situaciones
concretas.
Hay que tener en cuenta que la fobia social es una entidad diagnóstica, es decir, una etiqueta en la
que los profesionales incluimos conductas que se caracterizan por la evitación de situaciones
sociales. La vida y la humanidad es más compleja. Así por ejemplo, junto a la fobia social aparece
muy a menudo la depresión, frecuentemente ataques de pánico o crisis de angustia, y a veces el
trastorno obsesivo compulsivo. Esta complejidad se debe a que de lo que estamos hablando es de
conductas y no de enfermedades.
Los psicólogos, en nuestra práctica clínica diagnosticamos; pero tenemos muy claro las diferencias
de lo que hacemos con el diagnóstico de una enfermedad típica. Por ejemplo, una tuberculosis se
diagnostica, primero en base a determinados síntomas, tos con emisión de sangre, cierta fiebre,
cavernas en los pulmones, etc. que son debidos a una causa externa, la presencia del bacilo de
Koch. En la fobia social no hay un agente externo que la produzca.
En el caso de la fobia social tampoco es así. Los que leen el diagnóstico y se sienten identificados
piensan que les falla su autoestima, o que los neurotransmisores los tiene desequilibrados. Pero la
autoestima no es un ente con existencia independiente de nuestra conducta, y los
neurotransmisores están al servicio de nuestra conducta y también se desequilibran debido a
como nos comportamos.
Lo que los psicólogos sabemos es que, en los trastornos de ansiedad, son nuestras propias
conductas, nuestras evitaciones, las que mantienen el problema, independientemente de su
origen.
Hay que diferenciar entre lo que llamamos fobia social y lo que llamamos timidez. La diferencia
desde el punto de vista clínico está en el impacto que tiene en la vida de la persona, por eso
hablamos de fobia social cuando la vida personal o laboral está gravemente afectada. Pero la
diferencia fundamental reside en que el tímido acude a las situaciones en las que está incómodo,
con mucho miedo; pero acude. Y, cuando lo hace sistemáticamente, finalmente se le aplica la ley
universal de la habituación y las situaciones se le hacen más soportables. Mientras que el que
decimos que tiene fobia social suele evitar esas situaciones de manera sistemática o si acude se
preocupa más de intentar estar tranquilo y controlar su ansiedad que de atender, participar o
hacer lo que tiene que hacer en esa situación.
Tratamiento
En el Curso Terapéutico de Aceptación I y II se muestran las leyes que rigen nuestros temores,
nuestros pensamientos y nuestras emociones. Contiene también una descripción asequible para
todo el mundo de las técnicas terapéuticas básicas de la terapia de aceptación y compromiso, que
se plasman en una serie de ejercicios graduados.
En este enlace se muestra como se aplica de forma concreta el curso a la fobia social
El Curso no es una terapia, porque cada uno tiene la responsabilidad de enfrentarse o no a lo que
teme.
·Como se ha indicado la base del tratamiento es la exposición, es decir, acudir a las situaciones
temidas; pero preparado, sabiendo que es lo que hay que hacer y entrenando para no evitar la
ansiedad.
Para ello, es necesario primeramente asegurarse que se tienen las habilidades sociales necesarias.
Los estudios de las habilidades sociales han indicado que las básicas son las siguientes:
Habilidades Sociales
2.Hablar en público
5.Pedir favores
6.Rechazar peticiones
7.Hacer cumplidos
8.Aceptar cumplidos
Personas moduladoras
Amigos del mismo sexo
Padres
Familiares
Compañeros de trabajo
Contactos de consumidor
Profesionales
Niños
Habilidades de comunicación
Verbales
Contenido:
Habla egocéntrica,
Instrucciones,
Preguntas.
Comentarios,
Charla informal,
Expresiones ejecutivas,
Mensajes latentes.
Apropiado
Reforzante
No verbales
Voz:
Volumen, tono, timbre, claridad, velocidad, énfasis, fluidez, uhms, ehs, pausas y vacilaciones
Tiene una gran Importancia el miedo a los síntomas de ansiedad para la permanencia de la fobia
social.
Tragar
Sudar
Rubor
Temblores
Tartamudeo
Temblores
Disfonías.
Problemas circulatorios (rubor) No importa que se le vea o no, si lo siente. (Cara rara)
La ansiedad les lleva a estar muy atentos a ella para intentar evitarla y no se enteran de lo que se
les dice lo que implica un mal desempeño social. Son espectadores de sí mismos.
Ejemplos
En casi todos los trastornos que cursan con ansiedad podemos encontrar un aspecto social, como
la agorafobia, el trastorno obsesivo compulsivo. De hecho la terapia interpersonal trata con éxito
muchos trastornos como depresión, anorexia, bulimia, etc. actuando solamente sobre las
relaciones interpersonales.
Reestructuración cognitiva
Tratamiento en grupo
Ventajas:
Aprendizaje vicario
Independencia del paciente, es él quien se resuelve los problemas no tiene que esperar la guía
personalizada del terapeuta.
Motivación al cambio por el éxito de los demás. Les ayuda a creer en las técnicas que se emplean.
Beneficio de que hay otras personas para crear situaciones sociales diversas.
Permite por ejemplo mantener una bronca durante el tiempo necesario para la habituación
Se puede mantener el rechazo o el hecho de reconocer el síntoma de ansiedad que no se da en la
situación social. Casi nunca a nadie se le dice te has puesto colorado en una situación social.
Tratamiento en grupo
TÉCNICAS EMPLEADAS
Modelado
Técnicas cognitivas
Reestructuración
Inoculación al estrés
Resolución de problemas
Etc.
TAREAS EN CASA
Estructurado:
Se realizan una serie de sesiones con contenido fijado para entrenar en determinados aspectos.
(Relación entre los pacientes muy controlada).
Semiestructurado:
El contenido de las sesiones se adaptan los ejercicios a las necesidades concretas de los
participantes.
No estructurado:
Se establece una relación parecida a la de un grupo de amigos. (Comidas, cenas, tomar cañas, …)
Ejercicios concretos
Aplicación
Seguimiento
Ventajas
Ensayo de conducta