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ANTROPOLOG
INSTITUTO DE ANTROPOLOGUIA E HISTORIA
DE GUATEMALA
--:o:--
Consejo Directivo
Comit.é Editorial
Lic. Adolfo Molina
Roberto E. Smith
Antonio Tejeda F.
Lic. David Vela
Lic. Rugo Cerezo D.
Subscripción : Q J 2.50 al año; número suelto Q. 1.50. En dólares: $ 2.50 al año; nú-
mero suelto $ 1.50.
Todos los artículos, colaboraciones libros para comentarios y canje deberán enviarse
al Director del Instituto, en la dirección apuntada.
'·
menos de cien m etros de ancho, con a - autor, dar una comp leta descripción de to-
da la ce rámica y s us formas que é l men-
bundancia de cerámica en la superfi- ciona porq ue éstu ser:l hech o en futuras pu-
cie, pero sin estructuras, coi~ la posi- blicaciones por e l doctor A . V. Kidder y
ble excepción de varias t errazas artifi- Mr. E. M. Shook, e n conex i ón con los in-
c iales. Estas son probablemente de o- fo,·mes s obre las excavac iones de la _Institu-
c ió n Carnegie de Washington en Kam in al-
rigen colonial. E l tiempo sólo p ermitió juyú. La mayoría de los términ'os descrip-
recoger una pequeña colección de cerá- tivos en el anális is de la cerámica de f ases
mica en la superficie. El sitio está si- Amatle-Pamplona, Espera nza y Miraflores,
tuado directamente arriba de San P e- son de l doctor Lidder y los usados para la
fase Sacatepéquez fue ron daáos por Mr.
dro las Huertas a una distancia de 20 Shook ( Carnegie Yea rb ook, N" 47, 1949.
a 25 m etros al sur de la plaza. p. 215).
6 A ntJ·opología e Histo1·ia . de GuatemalcL
4. Cerámica pulida ?'ojo fin·o (M) : Tazón con ángulo básico redondea-
do en forma . de ,Z" [4].
Tazón con borde extendido [2].
Tazón con borde encorvado [2] . (5) 'rhompson (1948, fig. 44e) ilustra una "ce-
Tazón · casi cilíndrico [2]. rámica negra" de su Clásico Tardío, Fase
San Juan, pero también indica ~ su pres~n ..
Tazón con ángulo básico redondeado cia en nivel Antiguo Clásico, al . igual que
en forma de "Z" [1]. la fase de T ransición de este artículo.
8 A nt1·opología e Histo1·ia de Gucdemala
5. ''
Cer-ámicc~ ctnamnjada, 1JUlida. (E) .
Un tiesto con restos de estuco azul
en el interior que pueden ser debidos
al contacto con algún objeto estuca-
Asa decorada con círculos estampa-
do [1] .
dos [2].
Ill. Pe1·íoclo Clásico Ta1·dío
6. Dive¡·sas.
El material de este período- correspon-
Cerámica Tojo c1·uda. de estrechamente a las fases Amatle y
Fragmento de cabeza humana hueca Pamplona de Kaminaljuyú (KJS. p. 41).
[1] restos de pintura blanca a lrede- La división entre las dos fases no e3tá
dor de los ojos. Cabeza humana de definida todavía, de manera que, con una
un incensario (?) . excepción , el material se cons iderará co-
Ce1·ámica en café, cruda, cabeza hu- mo correspondiente a una sola fase llama-
mana muy fragmentada mostrando da Clásica Tardía. La cantidad de-· cerá-
diente y barba puntiaguda, con ore- mica obtenida es demasiado pequeña pa-
jera y collar aplicados [1]. ra permitir ninguna otra subdivisión .
Estudio Arqueológico en lct Falda No?·te del Volcán de Agua g
.5. Tazones de ce1·ámica "dm·a", pa1·edes 13. Ce1·ámica con pulimento en líneas:
delgadas (A-P) :
Cerámica pulida café sobre anaran-
Tazón redondeado [7]. jado deslustrado, decoración de círcu-
Tazón casi cilíndrico [9]. los concéntricos y líneas oblicuas, i-n-
Obj eto redondeado, en for ma de pie o terior arenoso [1] . .
agarradera crudamente inciso en una
cara humana [1]. 14. Ce1·á??tica C?'ttcla (A-P) :
6. Tazón de ce1·ámica "dura" "s quiggle" Comales con paredes ligeramente di-
(A -P): vergentes; pocos muestran señales de
haber sido puestos al fuego [5].
Tazón redondeado, borde ext endido,
líneas ondulantes incisas decorando Incensarios, fragmentos de adornos,
el exterior [ 1] . serie de botones aplicados [1].
Tiestos di versos [ 4].
15. Cerámica plomiza (A-P) :
"l. Ce·¡·ámicg, "T<¿ jar" (P) :
N o se encontró en esta excavación el
tipo San Juan, pero seguramente de-
Tazón redondeado, borde extendido,
bía de haber existido como se com-
serie hor izontal de botones aplicados
prueba por los ejemplares del Ame-
directamente debajo del borde, cada
r ican Museum of Natural History
botón con una impresión circular h e-
( Shepard, 1948, p. 126, fig. 10a 100;
cha con caña o hueso [3 ].
Wauchope, 1948, p. 145; Seler, 1915,
figs. 240, 241; Lothrop, 1936, p. 40).
8. Vasos cilíndricos de cerámica "dm·a"
Cerámica plomiza representando gue-
(.4):
reros arrodillados, ha sido divulgada
por Vaillant, (1927, tipo 3, N<? 415) y
Borde ext endido, simple [3] . (Cua-
por Shepard (1948, p . 150 fig. 4c.).
dro l. fig. 10).
La cerámica plomiza antropomorfa y
zoomorfa en realidad pertenece al
9. Ce1·á.mica 1·oja (A-P) : horizonte Post Clásico. (Cuadro I.
fig. 22).
Tazón red·o ndeado incisiones en fol·-
ma de tablero de aj ed rez [1]. 16. Asas:
Jarro con borde extendido [1].
Jarro con cuello divergente, borde Asas diversas de jarro [12].
perforado [11]. · A~as semi agujereadas de jarros [4].
(P) .
10. Ce rámica "Man·necos R ojo" sob1·e ana-
¡·anjaclo (A-P ¡ :
17. A1·tejactos de ban·o :
Vaso cilíndrico (?) [1]. Tiestos trabajados [1].
12. Cerámica color m·ema "Tiquisate" l. Vas ijas en cerámica "dura!', paredes
(A) : delgadas (A-P) :
!eros" crudos · e incensarios · ·"con espi- ca de "Tiquisate" indican una posible re-
ga '~ . puede deb erse a la . diferencia en lación con la Costa Sur, mientras que
actividades y cr eencias religiosas . .. Este la Rojo sobre anaranjado y los .objetos
interesante punto no puede ser má.s : in- de narir; vuelta hacia arriba encontra-
VQstigado s in ef ectuar otras excavacio- dos en los sahumadores post-clásicos, ha-
nes. blan en favor de una conexión con el
Una comparación adicional se hizo en- área Quiché y Alta Verapaz. La pre-
tre Ka~inaljuyú, Los Terrenos; Finca sencia de cerámica San Juan plomiza,
Pompeya .y un lug·ar situ'a do sobre u~a s in representaciones zoomorfas ni antro-
elevación 'arriba del pueblo de Arr'latit'lán. pomorfas es . otra señal de actividades
Este ' siÚo fué vis itado · primeram·imte por comerciales, p ero por la amplia distri-
E. l\1. Shooi, en 1942 y se hizo uri ma- bución de ella ( Shepard, 1~48, p. 112)
pa en 1949. Las colecciones de 1a su- es difícil al presente COI'\ectarla con al-
p~r'ficie (Lote E-23 del Museo) iiiíe él g una área defendida. Hasta donde. nos-
J{¡:io' durante años, rindieron ni.Úcho ma- otros .sabemos, San Juan p~omiza era
t~I'ia'i' Amatle-Pam plona'; aunqu~ alguna común solamente durante el período Clá-
cer'ámica Pre-Clásiéa y unas pocas piezas .sico' Tardío. .Se ha . epcontrado también
de Chinautlk polÍci·oma y CtÚ·amica vi- en Kaminaljuyú, Lago. de Amatitlán, en
driada 'histórica fÚeron también : encon.:. el centro del valle d,el Motagua y en" .El
tridas. Lo~ siguiE~nt'e~ objétos y f~i· Baúl, región de Cotzl}malh1,1apa . . La pre-
~~~s, comUil~S· e~ Kaminaljuyíi, :f8Jtan en sencia de esta cerámica en )~ll B.a úl es
. la· 'col~ccíiíri ' d~ Sho'ok' de Ahiatítiífn.·: de particular interés para po~_otr.os ~ , , ~n
1' ' '
la fase San Juan de ~llá (api·oxÍI'IW·-
L ' ··Cuellos .•de ·jarros con• caras humanas
damente contt;!mporánea éon )os perío,d.os
··· (A:-P). •.:'•;. .,: ...
Clásicos Tardíos de :Los Tei'renos y Fin-
2. · Jarros 'de cerámica , cruda ·con borde
ca Pompeya) esta cerámica se e~.cu~n
·dentellado (A). "· "'' •·· tra en asociación con la de "Tiquisate",
3'. Tazones '~b landos" (A) .• 1: : : , :!:
"Tejar", "Dura" y "Squiggle" .. De acuer-
4. . Cerámica cruda incisa ( P) . ,.
do con . Thompson (1948, p . . 49) la r e-
5; •"Candeleros" crudos de paredes .g1·ue-
gión Cotzumalhuapa, en particular El
. ' sas (P).
Baúl, era dominada por los mexicanos, Y
6. "Vasos. de ofrenda" de cerámica . c~·u-
posiblemente la gente de allí hablaban
da (P). · ,·
mexicano durante este período. Puede
En Amatitlán son bastante comunes identificarse con los Pipiles de habla
los tipos de cerámica rojo y blanco so- N áhua. El término Pipil fué usado a
bre anaranjado (Amatle polícroma) e in- veces en forma confusa por los cronistas
censarios con espigas, los primeros más y antiguos _ historiadores para déscribir
abundantes que en Kamina]juyú. En la la lengua y cultura de los grupos ~e
colección de E. M. Shook no hay sahuma- xicanos cm El Salvador y Guatemala, er.
dores de cerámica "dÚra." en forma de el siglo XVI (Fuentes y Guzmán, 1.932;
cucharón con agarraderas trenzadas. En García de Palacio, 1860). · (Cuadros III
conc'usión, el material recogido en Ama- y IV).
ti tlán parece ten er más relación con las Todavía no ha sido posible atribuir
cerá1;1icas de las faldas del Volcán de ning ún objeto cultural a este grupo ét-
Agua que con las de Amatle-Pamplona nico, con la posible excepción de piedras
de Kaminaljuyú . Algunas · interesantes labradas. De acuerdo con Thompson
conexiones pueden salir a luz si se hi- ( 1948, p. 50), esto puede haber sido cau-
cieran excavaciones en Amatitlán. sado por una invasión puramente ma!¡-
Las relaciones con otros lugares que culina, por parte de los Pipiles. Tal
no sean Kaminaljuyú y Amatitlán son puede haber sido el caso; sin embargo
mucho más .vagas, aunque esto puede de ello, podemos -seguir el bien conoci-
ser debido a la escacez de material a do g rito de combate "Che?·chez la f em-
mano. Los pocos fragmentos de eerámi- me" y buscar una mujer apropiada a
u; Antr opología e H istot·ia de Guat emal c~
los g ustos de los Pi pi les; pref er entem en- como procedentes de l área de Antigua
te una joven con bastantes conocimien- Finca Jauja y Ciudad Vieja respectiva~
tos sobre la manufactura de cerámica mente. Son, ciertam ente, de estética Cot-
según la tradición mexicana. Parece qu e zumalhuapa y pueden hasta ser cons i-
s olamente pocos años pasaron en inco- deradas como un producto de Cotzur.~.al
lora existencia de soltería, porque en el huapa.
siglo XVI, de acuerdo con las fu entes d J
Por estas razones el qu e escribe tiene
información, los descendientes de los Pi-
también la opinió~ de que la r 2lación
pilcs se habían multiplicado y ext endido
entre las r egiones Cotzumalhuapa y An-
de tal manera, qu e tres g randes áreas
tigua- Agua es más estrec ha de lo que
estaban bajo la domina ción Pipil en el
hubiera sido pos ible s i solamente hubi e-
t errito1·io g ua t emalteco. Estas área s s e
sen existido contactos comercfales. La
encontraban alrededor de la r egión s u-
cerámica puede ser transportada fá cil-
reste de Guatemala, junto a El Salva-
mente, pero las mu y p es.adas esculturas
dor; el centro del Valle del Mo tagua; y
grandes de piedra, s ugieren más bien una
lo que es ahora la moderna población d J
manufactura local. E s igualmente impro-
Escuintla. Además, Thompson (1948, p.
bable que este tipo hubiese sido adoptado
12), tiene motivos para creer qu e las
por un grupo étnico local enteramente
áreas dominadas en un tiempo por los
diferente si es que solo existían relacio-
Pipiles eran más exten s-ás de lo que fu e-
nes comerciales. Se presume, por con-
ron al tiempo de la · Conquista. Hay 1·a-
siguiente, que el área Antigua, en par-
zones para suponer que la 'influencia Pi-
ticular los sitios sobre la falda norte del ·
pi! p enetró hasta Antigua o que, en pa-
Volcán de Agua, estuvo ocupada o cotn-
labras de Thompson, Antigua y sus al-
partida por grupos de habla mexicana
rededores fu eron en una época parte del
durante la última parte del Período Clá~
territorio de Cotzumalhuapa.
sico Tardío. Si esta nebulosa influencia
Cotzumalhuapa puede ser atribuida a los
Esta teoría está basada sobre todo en
Pipiles puede suponerse entonces qu e
el hecho de que piedras labradas del ti-
grupos Pipiles habitaron en cierta época
_po Cotzumalh uapa no son raras én el
Los Terrenos y Finca Pompeya. Cuánto
á rea de Antigua (Seler-Sachs, 1925, p.
tiempo puede haber durado esta oc'upación
173) . Thompson menciona algunas proce-
y la extensión de sus actividades, son to-
dentes de las Fincas El Portal ( 1943, pi.
davía preguntas sin r espuesta.
10 g, h) y Los Pastores (1948, p . 29 fig.
15 a , b, e ) . De interés especial para noso-
tros es una cabeza con espig a, muy proba-
POSIBLE RE CONSTRUC CION
blemente un marcador de juego de pelota,
mencionada ya, qu e antig uam ente for- HISTORICA
maba parte de la c o ~ ección Alvarado en
'la Finca Pompeya ( Seler-Sachs, 1925, Pedodo P1·e-Clásico Anterior a 300 años
fig. 59, y Thompson, 1948, p. 29, fi g . D de JC. (6) .
J.5d). Esta cabeza con espig·a tien e una
No podemos es~ar muy equivocados si
cara humana con un tocado peculiar y
suponemos qu e los habitantes de la fal-
decoración especial en los ojos. Según
Thompson es indiscutiblemente del tipo da norte del volcán de Agua vivieron de
la misma manera durante tiempos Pre-
Cotzumalhuapa. Posiblemente también un
Clásicos, que sus " primos" de Kaminalr
producto de la escu ela escultórica de Cot-
juyú durante las f ases Miraflor es y Sa-
zumalhuapa, son las ca bezas chatas de
catepéquez. Probablem ente vivían en ca-
piedra (o hachas ) de tipo local (Tomp-
son, 1948, p. 24, fig . 19 a-e ) . Dos cabe- sas de paja y de adob e porque había en
zas mu y s imilares en estilo y manufac- ( 6) L as f echas usadas e n esta secció n ha n s ido
t ura, aho r a en el M us 2o A r qu eológico d e dadas a base de conjetura Jo m ás lógica po-
Guatema' a ( MN 3963 y 220 6) se t ien :.m s ihie.
Estudio A1·queológico en la Falda No1·te ·del Volcán de Agua 17
r es, o haber partido a otras regiones. tativamente . coloca el reinado · del" Rey
(7) La duración de esta supuesta ocu- Quiché Ahcan, bajo cuya jefatura ·Jos.
pación Pipi! del área de Antigua-Agua, Quich és y Cakchiqueles ganaron la gue-
es también desconocida. El ' aban- rra a los Zutuhiles y Pipiles, entre los.
dono de Los T errenos y Fincas Pompe- áñós 1363 y '1 383 D. de J. C. Refiriéndo-
ya, poco después de la desaparición de nos de nuevo a Thompson, (1943 p. 130),
las primeras vasijas plomizas antropo- él cree que el área de Antigua y la de
morfas o zoomorfas del período Post Clá- Cotzumalhuapa, pueden haber llegado a
sico, probablemente marca el fin de esta ser territorio Cakchiquel como una conse-
ocupación. cuencia del tratado de paz- con qu e ter-
minó la guerra. Esto explicaría el hech()
Pe1·íodo Post Clásico. 980 años a 1530 de que ambas áreas estuvieran habita-
años D. de J. C. das por gente de habla Cakchiquel cuan-
do la llegada de Alvarado a Guatemala .
Para añadir más confusión a la escena, Por este tiempo los Pipiles fueron em-
apareció otro grupo en el tablado . Sus pujados hacia el sur y este de la región,
jefes pretendieron ser de origen m exica- alrededor de las presentes poblaciones de
no, o para ser más específico, de TuJa, Escuintla y San Agustín Acasaguastlán.
y se conocen históricamente como Cak- De todas maneras las pruebas lin-
clliqueles. Solamente podemos conjeturar güísticas e históricas indican qu e la últi-
cuando fué que tal suceso tuvo lugar ma parte del período estuvo marcada
pero no estaríamos muy equivocados si por una ocupación Cakchiquel bien defi-
proponemos el año de 1300 D. de J . C. nida en el área Antigua-Agua. En lo
como fecha aproximada. La desaparición que se refiere a las Fincas Angostura y
de las cerámicas plomizas y la aparición Primavera, la cerámica encontrada allí
de la Blanco sobre rojo y Chinautla po- sugiere que probablemente sólo un gru-
lícroma, es la iniciación de la época "mi- po menor de invasores Cakchiqueles se
litarista" qu e estuvo caracterizada por estableció en esta área. En caso que la
una larga guerra entre las tribus Qui- cerámica Chinautla polícroma encontra-
chés, Cakchiqueles, Zutuhiles y Pipi les . da en el área Antigua-Agua sea exclu-
Citando a Thompson (1943, p. 130) ... sivamen te producto Pokomán, podía de-
"los Quichés y Cakchiqueles buscaban el berse al hecho de que estas gentes fue-
extender sus dominios a expensas de los ran aliadas de los Cakchiqueles y reali-
Zutuhiles y pueblos al sur. Estas dos zaran intensas relaciones comerciales con
tribus controlaban la mayor parte de las ellos. Estos grupos Pokomanes sirvieron
más ricas tierras productoras de cacao. algo así como de valla entre los Cakchi-
Estas estaban situadas sobre las faldas queles y los ya disminuidos territorios
de las montañas quE\ bajan hacia el Pa- Zutuhiles y Pipiles (Thompson, 1943, p .
cífico, y eran fuente de gran riqueza 131).
ya que el cacao se usaba como mone- Como gran final de la confusa esce-
da". Los Pipiles p eleaban al lado de los na, llegaron los Españoles, triunfantes
Zutuhiles contra las fu erzas aliadas de sobre sus caballos con brillantes arma-
los Quichés y Cakchiqueles. Los prime- duras, misioneros en negros talares Y
ros pronto se vieron forzado s a p edir la los feroces aliados mexicanos, de tal ma-
paz y a perder considerable parte de nera que los Cakchiqueles del área de
territorio. Wauchope (1949, p. 18) t en- Antigua se rindieron pronto y pacífica-
mente sin ofrecer resistencia, evitando
(7) Es interesante hacer nota r que algunos ja-
rros de cerámica moderna de Rabinal, lle- así al arqueólogo m ás complicaciones.
van cas i la misma decoración lineal "squigg le" Al releer este intento de reconstruc-
de la "cerámica dura", de los especímenes ción histórica y arqueológica de la falda
arqueológicos pertenecientes a la fase A-
Norte del volcán de Agua, el que escribe
matle-Pamplona. El área Salaffiá era un te -
rritorio. (Ion de se hablaba N ah u a en el si- sabe bien qu e ha ido mucho más lejos de
g lo XVI. lo que su material de investigación puede
Estudio A1·queológico en la Falda No1·te del Volcán de Agua 19
justificar. Déjesenos decir, sin embar- · Escobar, y antes de que se plantara ca-
go, que ha sacado bien el cuello con el fé allí, quedaba indudablemente visible
completo convencimiento de que el ha- desde la plaza. El nombre indígena de
cha del ejecutor puede caerle en cual- "Tzacualpa" fué cambiado después y el
quier momento. Cuando eso suceda mo- pueblo probablemente adoptó su nombre
rirá fe liz con la esperanza de que más presente de San Miguel Escobar del due-
y más investigadores le sigan sus pa- ño del terreno, Juan de Eséobar, siendo
e:>s, investigadores que estén, igualmen- San Miguel el Santo Patrón del lugar o
t e interesados en este un tanto descuida- de la familia Escobar. Esta costumbre
do campo, principalmente en lo que se re- de nombrar un pueblo o aldea por el nom-
fi ere a la correlación de la historia con bre del señor del "repartimiento" era
la arqueología. muy común en tiempos co:oniales. A me-
nudo añadían también el apellido del
CONCLUSIONES
dueño, como puede notarse en San Bar-
El material de cerámica recegido des- tolomé Becerra, San Gaspar de Vivar y
de el período Pre-Clásico hasta el de la probablemente San Miguel Escobar.
Conquista, muestra ·que la falda sur del Lo que sucedió a los Cakchiqueles que
Volcán de Agua tuvo un largo período allí residían no se sabe . . Sabemos, sin
de ocupación. Sin embargo, la mayor embargo, que los españoles seguían la
actividad de cerámica y arquitectura pa- política de alejar a los indígenas de la
rece haber tenido lugar durante el pe- vecindad de los templos "paganos" pa-
ríodo Clásico Tardío, a lgo así como 600 ra obligarlos a edificar nuevos puebbs
a 900 años D. de J. C. Moviéndose hacia conforme a métodos españoles o hacer-
el este sobre la falda del volcán, desde los establecerse en las afueras C.e una
Los Terrenos a la Finca Angostura uno ciudad colonial para obligarlos a traba-
puede fácilmente reconocer el cambio en jar en beneficio de los señores conquista-
las características de la cerámica. Los dores (Ximénez, c. 1721, Cap. LXXIV,
tipos; Pre-Clásicos se vuelven menos co- (1929, l. 484); Remesa!, 1619, Lib VIII,
munes y los tipos Post-Clásico y Colo- Cap. XXIV, ( 1932, 11, 242-244). Tal fué,
nial dominan. Se puede asumir por con- indudab' emente, el easo de los habitan-
siguiente, si nuestra análisis es correc- tes de las Fincas Angostura y Prima-
to, que el área más arriba de la pla- vera. El suburbio así formado debe ha-
za de San Pedro 1 a s H N e r t a s es- ber estado situado en algún lugar entre
taba todavía habitada al tiempo de la lo que son ahora San Miguel Escobar y
Conquista. Los sitios arqueológicos más San Pedro Las Huertas. Así situados,
al oeste, tales como Finca Pompeya y Los fueron también víctimas de la catástro-
Terrenos, · pueden haber sido abandona- fe del 10 de Septiembre de 1541 que des-
dos o usados solamente para actividades truyó la capital de los conquistadores,
de labranza, en ese tiempo. Santiago de los Caballeros. De acuer-
La actual localización del pueblo Sar. do con algunas opiniones varios de es-
Miguel Tzacualpa, tal como lo menciona tos Cakchiqueles sin hogar fundaron más
Fuentes y Guzmán (1932, l. p. 56) sigue tarde la población de J ocotenango en
siendo una incógnita, a pesar de que mu- 1542.
chos detalles nos inclinan a creer que es- La misma inundación que exp:.t!só a
tuvo en el área que está más abajo de los Cakchiqueles y a los conquistadores
las ruinas de la Finca Pompeya. Se pue- de sus h Jgares, no afectó al parecer a
de establecer la hipótesis de que esb los Tlascaltecas y Cholutecas, aliados,
área fué llamada "Tzacualpa" por los quienes estaban establecidos en las afue-
aliados mexicanos que trajo Alvarado, ras del oeste de la capital. Este otro
significando este nombre en Nahuatl "el suburbio de la ciudad ocupó una vez la
lugar de las viejas ¡;¡irámides". (Wau- región en derredor de la moderna plaza
chope, 1948, p. &3). Las ruinas están muy de Ciudad Vieja. Stephens en 1840 vi-
cerva ele :a pl:z.1 actual de San Miguel sitó esta población y se dió cuenta de que
20 Antr opología e Histo1·ia de Guatemala
los habitantes vivían casi de la misma popular, sino que un lugar que debe es-
manera que hacía trescientos años, cuan- tar en la vecindad del antiguo pueblo
do se habían establecido allí con todos de los Cakchiqueles. La cabeza con es-
los privilegios de un pueblo conquista- piga (Thompson 1948, fig. 15d), en la
dor (Stephens, 1842, Vol. I. p . 282). colección Alvarado, encontrada en la Fin- ·
ca Pompeya, puede muy bien representar
Todas las circunstancias indican que un marcador del "juego de pelota" men-
la inundación que destruyó la capital no cionado en el Libro Viejo. Si tal fue-
afectó el área habitada por los aliados ra el caso, entonces la plaza de la pri-
mexicanos de Alvarado. El lugar que mera ciudad de Santiago de los Caballe-
ocupó la capital con sus edificios más ros de Guatemala estuvo probablemente
importantes no puede ser, por consi- situada al pie del cerro, más abajo de
glYiente, Ciudad Vieja, según la creencia las ruinas de Finca Pompl!ya.
EXPLICACIONES AL CUADRO I.
5. Tazón con ángulo básico r edondea- 15. Vasija trípode de paredes diver-
do en forma de "Z" Cerámica ne- gentes. Cerámica cruda café.
gro-café. 16. Coma!, asas con impresiones h e-
6. Tazón con borde extendido, par.:!- chas con el dedo pulgar. Cerá-
des divergentes. Cerámica seudo mica cruda.
encarnada. (Número del M use o: 17. Incensario con paredes divergen-
3969). tes. Decoración "pellizcada". Ce-
rámica cruda.
III. Pe;íodo Clásico Tardío (600 a 980 18. J ano co:¡ borde extendido, pa-
D. J . C.) redeJ gruesas. Cerámica rojo
pálido sobre blanco.
7. Tazón redondeado con borde ex-
tendido, paredes gruesas. Cuá- 19. Jarro con borde plano y perfora-
mica "dura". do. Cerámica "dura".
Foto N9 l. LOS TERRENOS
Vista, en primer término de Los Terrenos; al fondo Ciudad Vieja.
Barranco d~ La Crv:z
TERRENOS
LOSEsenia A r . Altttud : I&S O M
P Olll.lmada.m~ntc :¡:JQO •
T!l>rraza D
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A
MAPA 3.
CLASES DE CERAMI CA Y FO R MAS MAS COMUNES EN EL
AREA AGUA.
C UADRO l.
.-------.....,-------- ·----- ------- ~ -- ~ ..
B .., .
111111111111111111!.;¡
3
1
PERIODO
PRE CLASICO
¡ - - - - - - - - - + - - - - - . . . . . 1 . . . - - - - - - - - -- - ---- ·----
II
PERIODO
De TRANSIC ION
08
C..:..-, A .
~0
. .
III
PERIODO
CL ASI CO TARDIO
11 u 12
~
""=/" ~ 14
~ '\ p~
o o o
~ ~ n
y
18
C7 23
IV
PERIODO
POST C LASICO
~
25
.,
:•an explicaciones véase ps. 18 y 19.
CUADRO lA.
N9 6
NQ 12
NQ 14
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N9 20 N9 24
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~ :>. ~ Clásico-Tardío 2 - - - 2 - - - - - - - - - 2
e$ :> -- -
~ ~ S Post-Clásico 19 9 6 - - - - - 4 - - - - 8 - - - 8 3
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~ ~n ¡:\:; TOTAL 21 9 6 - 2 - - - 4 - - - - 8 2 - - 8 3
e$ ~ Post-Clásico 7 - 1 - - - - - 6 - - - 4 3
~ ;a
¡f.; ~ TOTAL 7 - 1 - - - - - 6 - - - 4 3
Período
Fase Esperanza Fase San Francisco Fase Lato
de Transición
Período
abandonado abandonado abandonado
Post-Clásico
--
P eríodo Histórico -
Areas adyacentes
- -
Idioma Cakchiquel Idiom ~. Pokomam Idioma Cakchiqu el TrH nma Nahuat
Estudio A1·queológico en la Falda No1·te del Volcán de Agua 21
IV. Perí odo P ost Clásico (980 a 1530 D. 24. Vasija en forma de zapato. Ce-
J . C.)
rámica "micácea". (Número del
21. Jarro grande para almacenamien- Museo: 3967).
to con asas de ángulo agudo. Ce-
rámica cruda. (Número del Mu- 25. Tazón con borde encorvado. Ce-
seo: 3970). rámica rojo y negro sobre blan-
22. Vasija antropomorfa represen- co. (Chinautla polícroma).
tando a un guerrero arrodillado.
Cerámica plomiza. (Vaillant,
1927, No. 415; Shepard, 1948, p. Para la procedencia de las piezas ilus-
150). tradas, véase el texto.
BIBLIOGRAFIA
nor que la mitad de las dimensiones de las hileras más bajas de una de las pa-
la base. Hacia la mitad de la altura del redes exteriores,- al lado oeste (lámina
lado este (lámina N9 3), se puede ver N9 4b).
lo que resta de un cuarto y éste fué el El cuarto vacío en e l "Cerro de La-
centro de nuestr.1s actividades. Sobre ja", situado como fuera de su centro, al
este cuarto hay una pared, como en cres- lado norte y este, tiene sin duda alguna
ta de 3 metros de ebpesor y 5 metros de un cuarto igual, balanceándolo, en el la-
a l tura, que abraza la estructura desde el do sur. No consideramos práctico ex-
lado norte hasta el lado sur (lámina N9 plorar esta parte, debido a la peligrosa
3. Sección Este-Oeste) . Las variaciones proximidad de la pared del sitio, inclina-
v1stas en la fachada de esta pared, muy da sobre el área que debiera ser estu-
bien pueden indicar paneles hundidos y diada. Pero hay aún otras preguntas:
cornisas salientes, pero no se vió ninguna ¿Habrá otra pareja de cuartos al lado
evidencia de nichos. Arriba de la bóve- oeste también, en un nivel igual al del
da del cuarto se pueden apreciar vesti- cuartó estudíado? ¿O habría cuartos en
gios de dos pisos calizos: el inferior pa- la sub-estructura debajo de los ya co-
rece extenderse bajo la pared amenazan- nocidos? Hay espacio de sobra para
te y el superior curvándose hacia él. Sj ellos, y el ·hecho de que la pared in-
esta pared representa una cresta enton- terna en el cuarto vacío se hubiese
ces fué elevada en un período posterior hundido · a 30-40 cms. parece indi-
al que fueron construidos los cuartos de car que hay debajo más espacio de lo
abajo, como el piso inferior testifica, pe- que la clase de construcción puede mos-
ro el piso superior fué puesto al tiem- trar (lámina N9 3) . Cuando la Direc-
po de construir dicha pared central. ción General de Caminos decida remo-
Algún tiempo después de construida ver el montículo, se podrá encontrar la
esta cresta la estructura empezó a caer- solución al problema.
se y la pared a hundirse y desplomarse Este cuarto tan derruido no podía o-
hacia el este (láminas N9 3 y 4c). E s frecer muchos detalles arquitectónicos,
entonces cuando probablemente las ofren- salvo el hecho de que estaba definitiva-
das fueron colocadas en los cuartos y és- mente tapiado a la manera especial ca-
tos tapiados; u na masa sólida fué aña- racterística de la cultura maya. Sin em-
dida fuera para impedir que el centro se bargo en este caso no hay proyección al
derrumbara. Esto prueba que el "Ce- principiar la bóveda, como se encuentra
rro de Laja" fué construido en tres dife- generalmente en ias estructuras mayas, y
rentes períodos por lo menos: en vez de eso se encuentra una línea de
. 19-El bloque central que contiene los piedr~s redondas e irregulares de lado
cuartos y el piso inferior arriba de ellos. que cubrieron la pared vertical, antes de
29-El bloque central de mampcstería, que la bóveda fuera empezada (lámina
que puede representar una cresta apoya- N9 5a). Es muy difícil ver la razón d" l
da en sí misma y conectada con el se- por qué de esta línea de piedras redon-
gundo piso arriba de la bóveda. deadas, 15-20 cms. en diámetro, coloca-
39-La capa exterior de mampostería, das al empezar la curvatura de la bóve-
construida para soportar y evitar la caí~ da, ya que esto tendía positivameJ'!te a de-
da de la cresta y hacer la estructura más bilitar la construcción y no puede expli-
grande y más imponente. . carse como adorno ya que la pared y la
Pero cómo era la apariencia exterior bóveda fueron repelladas completamen-
al ser terminada es algo que ya nunca te al terminarlas. ¿Sería esto para evi-
podrá saberse. Esta antigua construc.. tar el mucho uso de lajas? Los nátivos
ción, como todas las otras ruinas que ~e del lugar no saben de donde trajeron los
encuentran en el mundo, ha servido por antiguos arquitectos este material, se
siglos enteros como cantera para extraer supone que hay existencia en el valle. En
materiales, y nada existe de su facha- 1937 el Doctor PoHock fué informado en
da exterior, excepción hecha talvez de Papalguapa que estas lajas fueron traí-
Las Ruinas de Asunción Mita 25
das de un lugar 20 leguas distante de ~egundo en este grupo casi tan alto co-
allí. Esta declaración fué puesta en du- mo el "Cerro de Laja", pero un poco
da, con mucha razó:1, p::~r la citada per- más pequeño en circunferencia, orientado
sona. hacia el este-oeste. Hace algun tiempo
La bóveda es relativamente chata: 1.10 alguien cavó una entrada en el lado este
verticalmente y 0.80 horizontalmente, del tope, exponiendo una pared longitu-
pero la depre~ión de una de las paredes dinal central, similar aunque inferior en
laterales pudo muy bien haber alterado tamaño a aquella encontrada en el "Ce-
las proporciones originales. Construida rro de Laja". Esta pared central, o cres-
de lajas, una línea se va proyectando po- ta, está construida también de laj as, y
co a poco sobre la otra hasta terminar se usó mezcla para amarrarlas. El res-
de tapar una abertura como de · 15-20 to del montículo contiene menos lajas Y
cms. Toda la mampostería está colocada más tierra o barro. Este montículo po-
con mezcla de barro color amarillo-café, dría ser más viejo que el "Cerro de La-
aplicada en abundancia. No hay duda ja": se basa esta aseveración en el he-
de que gran · cantidad de cal quemada, cho que en otros lugares como en Co-
usada como amarre, se puso en est a mez- pán, a medida que transcurría el tiempo
cla de barro, pero el repello que cubría los edificios se tornaron mis grandes Y
tanto las paredes como la bóveda fuó he- más imp onentes, hasta que de súbito el
cho de cal mezclada con arena fina, pro- régimen se vino abajo y cesaron de ser
uablemente de la misma -manera qu J se construidos, probablemente t:;mto aquí
hace hoy día. como allá.
Otro de los distintivos interesantes en
este cuarto lo constituyen 3 nichos en ca- Montículos 3 y 4:
da pared grande, divididos equitativa-
mente y cada uno de 0.50 de ancho y al- Son más pequeños y menos imponen-
to y 0.35 a 50 de profundidad, aproxi- tes, construidos de lajas, tierra y piedras
madamente. Esa clase. de nichos son de rÍú. Los mon.tículos 2, 3, 4, y 5 for-
muy comunes en San Agustín Acasaguas- man un pequeño patio en el lado oes-
tlán y en Copán, Honduras; el Doctor te del "Cerro de Laja", al través dé!
Pollock menciona nichos similares en Pa- cual pasa la actual carretera; sin duda
palg:uapa, 1937. alguna pertenecen todos a la misma épo-
Al extremo sur del cuarto hay cua- ca general. U n pavimento de piedra que
tro gradas que conducen ·a un descan- une los montículos 3 y 5 es la única evi-
so central y mide cada una como 0.40 dencia de caminos precolombinos en este
metros de altura y 0.50 de ancho; la valle.
inferior, por excepción, mide 0.52 de an-
cho. Este descanso forma el centro del Montículo 5 (lámina N9 6a):
montículo y aquí estaba la puerta a los
cuartos. Solamente la jamba norte fué Es otra estructura cortada por la ca-
encontrada. Cómo estaba arreglada la rretera (1935-1937) y de la cual ahora
entrada no lo sabremos nunca, pero el queda en pie . menos de la mitad (lámi-
hecho de que no se haya encontrado din- na N9 2). En 1937 el doctor Pollo~k
teles de piedra, indica que fueron usa- notó que lo que pare~ían ser los restos
dos dinteles de madera. de dos columnas quedaban aun en par-
tes visibles en cada lado de la entrada.
GRUPO "A" EN GENERAL (lámina Ahora solo quedan partes de la pared
Número 2): sur; de un magnífico piso que muestra
pintura roja y de una gruesa pared cen-
Montículo 2 (lámina N9 6b): tral. La evidencia de columnas atesti-
guadas tanto por Pollock y Shook ( 1942),
Al cruzar el c'lrr:ino, a l oeste del "Ce- parece indicar vinculaciones culturales
rro de Laja" está el montículo N9 2 el con Tezumal, El Salvador, que no es-
26 Antropología e Historia de Guatemala
tán tan distantes, y que son de mucho cepción de las zonas finales de Copán,
interés. Honduras. La Señora Kidder encontró
una cabeza de jaguar en el campo de pe-
Montículo 6: lota (Kidder, 1942).
Al este del extremo nort~ del montícu- GRUPQ "C" (lámina N9 1):
lo 8, está un campo de juego de p~lota,
descubierto en 1937 por la Sra. Kidder. Este grupo es realmente una continua-
Su orientación es de norte a sur, con zo- ción, cuesta arriba del grupo "A", ex-
nas de extremos cerrados, y bancas in- cepto que éste empieza en una terraz1
clinadas colindando con las paredes ver- a nivel diferente del anterior. Consiste
ticales de juego. En el centro de la zo- en una serie de pequeños montículos de
na del extremo norte de la pared, es- forma piramidal, casas y patios en te-
tán los restos de una pequeña estructu- rrazas, arreglados alrededor de un C!lm-
ra rectangular, muy parecida a la en- po de pelota. La mayoría de estos mon-
contrada en Zaculeu, Huehuetenango. tículos han sido excavados en tiempos a-
Este tipo de campo corresponde mucho trás por varios exploradores y para men-
a aquellos vistos en el valle de Motagua, cionar unos cuantos: los propios dueños
en San José Pínula, Jalapa y con ex- del terreno; los hermanos Menéndez; e l
Las Ruinas de Asunción Mita 27
Número l.
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Número 3
a
b
N9 4 a El Cerro de Laja visto del este.
b El Cerro de Laja, lado oeste mostrando las hiladas más bajas de la pared
exterior.
e Cuarto en el Cerro de Laja, mirando hacia afuera.
a
b
N9 6 a E l Cerro N9 5; mostrando suelo y paredes cortadas por el camino, Grupo A.
b El Cerro N9 2; punta este, mostrando la pared central, Grupo A.
b e
f
1\<? 7 a Cabeza de cotorra, lado izquierdo. En el zaguán de Alejandro Arrio:a.
b Cabeza de cotorra, vista de frente. En el zaguán de Alejandro Arrio1a,
e Gaoeza de cowrra, lado derecho. En el zaguán de Alejandro Arnola
d fugo enterrado en la puerta de la casa de Sabino Morales.
1!! .t'lato Copador encontrado en las ruinas; propiedad del señor A lcalde, Ar ·
nulfo Aragón.
f Fragmentos de metates y manos encontrados superficialmente en el Grupr; A .
N9 8 a Cinco c1:1entas de jade encontradas en el cuarto del Cerro de Laja.
b Ejemplos de cuentas de conchas de mar, encontrados en el r.uarto del Ce-
rro de Laja.
_ _ _ _ IOc..m
b
NQ 9 Dibujo de cabeza de serpiente, encontrada cerca del campo de pelota en el
Grupo C.
Las Ruinas de Asunción Mita 29
BIBLIOGRAFIA
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1875. - The Native Races of the Pacific States. Vol. l. Apleton and Com-
pany, New York.
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SHOOK, E. M.
1942 y 1947. - Anotaciones y Cartografía inéditas.
NOTICIAS DEL MAIZ
SU ORIGEN, DISTRIBUCION Y RELACIONES CON LAS
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DAVID VELA
.
serp iente , las cua les e n t ra ro n en el a mas ij o ción del P ea body M usse um, 1913.
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Raynaud , traduc id a a l español "por Men doza (6) George C. Vailla n t; Aztecs o! Mez ico. Deu-
Y As turias, Guate mala , TipOflra fía N acio- bleday, D oran a nd Company Inc. ; Ga rden
nal, 1937. City, N . Y ., 1941. Cap. L .
32 Antropología e Historia de Guatemala
esas plantas pudo haber tenido por se- modificar las costumbres del hombre y
P.a rado su propio sitio de cultivo. No su manera de vivir en el continente a-
obstante, el gran pri ncipio que puede mericano, comenzó a descender de los va-
guiarnos es que ninguna de las plantas lles elevados al sur de Guatemala, con
cultivadas por los indios americanos fué dirección a la costa llana del Atlá nti-
conocida en Asia, Europa o Africa, an- co. Este conocimiento llegó gradualmen-
tes de la colonización blanca en América; t e hasta los mayas que en aquella época
la introducción de dichas plantas aumen- lejana vivían en pequeños grupos dis-
tó en más del doble la provisión de a li- persos entre las grandes selvas del nor-
mentos para los viejos continentes". t e de Guatemala (hoy departamento del
No es extraño, pues, que arqueólogos Petén), y los transformó, de nómades
y etnólogos dirigiesen preferente atención que eran, atenidos a la caza y la pesca ,
al problema, íntimamente conectado con con añadidura de frutas silvestres, nue-
el interés básico de la integral finalidad ces, yerbas y raíces, en agricultores pri-
de sus investigaciones. R. A. Emerson y mitivos establecidos en residencias fijas".
J . H. K empton (7) de la Carnegie Ins- Luego, aceptando como premisa la anti-
titution o! Washington, declaran en am- güedad del sistema de las milpas y las
plio informe que "hay razones para creer quemas o 1·ozas, opina que fue probable-
que en la época prehisp á nica el maíz tu- mente el colapso de la agricultura la cau-
vo un papel igualmente o acaso aún más sa principal de la caída del viejo impe-
importante que hoy. Esto explica por rio, explicándose así, a la vez, los gran-
qué, de la cabal comprensión del esta- des éxodos que dejaron abandonadas sus
do actual y la interpretación de pasados ciudades y oratorios, en sitios qu e r econ-
acontecimientos, depende en gran parte quistó la selva ; se apoya, en fin, en la
· nuestro conocimiento de los m étodos uti- autoridad del biólogo O. F. Cook: "la ci-
lizados en el cultivo del maíz y la poten- vilización se acaba cuando un país agrí-
cialidad de la región para producir es- cola deja de ser a propósito para la a-
ta planta". Consideran no menos im- gricultura". En abono de esa premisa
portante establecer si se conserva a tra- sentad a por Morley, queremos recordar
vés del tiempo, desde f echa inmemorial, aquí e l pasaje del Popo! Buj en que Ju-
el mismo sistema de labranza; para con- najup e Ixbalanqué hacen su milpa, prac-
cluir que "de la solución de este proble- ticando e l descombro del t erreno, ·a)udien-
ma depende el que nos formemos alguna do a los destrozos que hacen ciertos ani-
idea r especto al tamaño y distribución de males y a la invasión constante de la sel-
la población, los sistemas económicos Y va, sugiriendo la necesidad de la . limpia
sociales de la época y las causas de la y, por último, mencionando claramente
decadencia del antiguo imperio maya". Ja quema cuando deciden: "velaremos es-
Tales son, en efecto, las consecuencias ta noche nuestra roza".
que sacara el doctor Sylvanus G. Morley Donald D. Brand, del Depar tam ento de
(8), para quien el maíz funda la civili- Antropología de la Universidad de Nue-
zación maya y, más tarde, el sistema de vo México, coincide en adjudicarle capi-
cultivo determina su decadencia y la de- tal importancia a la cuestión; hablando
sintegración del vasto imperio antiguo. del origen del maíz y del cálculo del tiem-
Dice: " ... con seguridad más de mil años po que debió transcurrir antes de perfec-
antes de J esucristo, el conocimiento del cionarse su aprovechamiento, afirma: "la
precioso cereal que estaba destinado a solución de estos problemas podrá acar
so, de terminar la antigüedad de la agri-
(7) El Estudio Agronómico de Yucatán - Car- cultura en el Nuevo Mundo, y suminis-
negie Institution of Washington. Anuario
correspondiente a 1934-35, Washington, Dic.
trará su punto de comparación con la del
1935. antiguo". Al r especto, Cook y Kempton
(8) The ln•criptiono of Pete'1t. - Publicaciones
- ya citados-, han ido más lejos, acep-
de la Instituc ión Carnegie. Washington; tando "que la agricultura es anterior en
Vol. IV, Cap. XI, Pág. 247. el Nuevo Mundo y qu e el maíz es el más
Noticias del Maíz . 33
antiguo de los cereales cultivados". Sin se, es el grano más completamente do-
extremar en este punto sus c~mc lusion es, mesticado; 1a evidencia botánica en es-
en otra publicación (9) expone Kemp- te punto es inequívoca".
ton muy interesantes ideas desde el pun- Advertimos, desde luego, que no sólo
to de vista comparativo. Para este au- con r elación a los estudios sobre la cul-
tor, la historia de la civilización s e con- tura de los antiguos mayas debe intere-
funde con la historia de la agricultura; sar la elucidación de tales cuestiones,
acepta para el Viejo Mundo la opinión pues el maíz resulta el primé·o, o uno
de autoridades acordes en que la agricul- de los primeros, entre los artículos fun-
tura comienza con la domesticación de damentales para el sustento de la pobla·
animales y el sedentarismo del hombre ción indígena en toda la América, y en
se afirma en la necesidad de proveerse parte a 'guna se conoce a ciencia cierta
de forraje para aquéllos; sin embargo, la fech3., aproximada siquiera, de su in-
"la agricultura de los habitantes preco- troducción; en cambio, en lugares bien
lombinos del Nuevo Mundo prueba que e!' alejados entre sí hay la misma inmemo-
más alto tipo de cultivo de plantas puede . rial tradición de su aprovechamiento y
darse por completo independientemente son idénticos o muy similares los siste-
de los anima'es", como se desprende de mas usados en su cultivo. A los aser-
la ex istencia de tres culturas america- tos de los doctrwes Morris Steggerda, Ro-
nas sin otros animales domésticos qu e el ber Redfield y Rollin Atwood, quienes es-
perro, el pavo y la llama, ninguno de los timan el consumo del maíz en un 85 %
cuales podría considerarse como causa, de los productos alimentic2os del Estado
directa o indirecta, de la tendencia al de Yucatán, en México, corresponden,
sedentarismo, o como determinante del por •demplo, los trabajos de Mois és Sá-
cultivo de la tierra; en fin, si el ingenio enz Bobre el indio peruano y ecua toriano
mecánico de los europeos supera al del (10), para no citar otros muchos, y Gua-
indio americano, éste produce con sus tema'a debe calcular igua!es o mayor <!s
plantas una cultura perfectamente adap- cifras. En conexión con esta generali-
tada a la vida que escogió, con un rit- dad del problema, subrayamos la contro-
mo sereno y con un conformismo que se versia a que aludía anterior cita de Vai-
prolonga hasta nuestros días, precidido llant, sobre atribuir la cuna del maíz a
por la abundancia de la tierra, en con- innominada cultura preincaica, tomando
currencia de circunstancias que favore- en cuenta la vasta y perfecta organiza-
cen la vida sin mayor esfuerzo. N o ha- ción agrícola del imperio inca, señalado
ce cuestión de la superioridad de unos como posible sitio del perfeccionamiento
u otros en el desarrollo de s u agricultu- de algún antecesor selvático del maíz
ra, se concreta a constatar que los indí- ( 11) ; y hasta en el registro paleontoló-
genas americanos sobresalen en la ha- gico, que desafortunadamente sigue s ien-
bilida d para amoldar las plantas a sus do una página en blimco, se mantuvo por
necesidades, y señala como su más gran- cierto tiempo un supuesto fósil que re-
de obra el desenvolvimiento del cultivo sultó ser una pura elaboración ( 12). Aún
del maíz, grano que produce m á s semi- cuando no t enemos a mano la cita preci-
llas por acre. "Considerado en relación sa, recordamos una información que nos
con otras especies en estado salvaje en
(10) El In dio Ecuatoriano -
la naturaleza, el maíz es una monstruo- El Indio Peruano ;
Publicac iones de la Secretaría de Educación .
sidad, casi incapaz de mantenerse por sí M éxico, 1938.
mismo sin la ayuda del hombre. Ninguno
(11) O. F. Cook, "Peru as a center of domest i-
de los cereales del Viej o Mundo alcanza
cation", 1925.
ese a lto grado de dependencia de los hu-
manos cuidados, y el maíz, puede de c:r- ( 12.) G. N. Collins, HA fosil ear of maize". J ourw
n a! Heredity N 9 JO, 1919 . - R. W . Brown,
(9) Maize as a m ea8'Ure of i'rldian skill. Bob- "The s upposed fosil eat· of maize from Cuzco,
tín de la Universidad de Nuevo México, N 4? Peru" ; Jour. Washington Acad. 3cience :
296. Albuquerque. 193 3. N 9 24, 1934.
34 A ntTopología e HistoTia de Guatemala
año d~ 1932, fecha en que los esposos a otro maíz más tardío, que produce a
Wilson y Dorothy Popenoe reportaron los seis meses, le dan el nombre de tewa;
haberla encontrado también en el sureste en fin, el color del grano, también toma-
de Guatemala, en Jutiapa. La Institu- do en cuenta al seleccionar semillas pa-
ción Carnegie organizó una expedición ra la siembra, motiva otra distinción de
especial, en 1935, para determinar el clases igualmente designadas con espe-
área ocupada por dicha planta en nues- ciales vocablos, aparte de variedades fun-
tro país. Los trabajos realizados por Mr. dadas en otras características.
Wilson, de la United Fruit Company, Y Desde hace mucho tiempo, pues, se ha
el doctor Kempton, del Departamento de puesto atención al estudio del teocinte
Agricultura de los Estados Unidos, evi- - :ambién se dice teosinte y así lo escri-
denciaron su existencia esporádica en ben los autores ingleses y en Costa Ri-
una superficie triangular entre el lago ca-, como posible tipo selvático ante-
Retana, Moyuta y Papa turro: así como ~esor del maíz, y hasta la fecha -según
plantas dispersas en N erltón y J acalte- Kempton-, "los botánicos de la escue-
nango, del departamento de Huehuete- la conservadora prefieren creer que el
nango. Comprobose que en Guatemala maíz fué desarrollado por un lento pro-
abunda, más que en México, en estado sel- ceso selectivo del teocinte" Por otra par-
vático e independiente de las zona• cul- te, se da el caso de que del maíz -Zea
tivadas de maíz; que de preferencia se mays, derivado del haitiano mahis- no
puede producir a tres mil pies, o a ma- se conoce más que una especie, la culti-
yor altura; y que nuestro teocinte difie- vada, la cual como ya dijimos, ha evolu-
re del mexicano, al punto de poder ca- cionado en grado sumo, a trav~s de mi-
racterizarse dos variedades: la del sur lenios, y es la gramínea mejor domesti-
de Guatemala y la de las mesetas de Mé- cada por el hombre. Una o más especies
xico. Cabe agregar que un estudio de de esta tribu Maydea, facilitarían los es-
morfología cromosómica, del doctor A. tudios sobre su origen y el método de do-
E. Longley, determinó como una varir - mesticación.
dad intermedia entre aquéllas, la que se
encuentra en vasta zona de Chiapas ; Corresponde a Guatemala el hallazgo
Long ley concluía: "MientnB :>e conside- del teocinte, como lo anotó el ,perito agró-
re que esta planta tiene un papel Jecisi- nomo José Ignacio AguiJar G. (15), sien-
vo en la creación del maíz, la región en do su descubrid01:; Emilio Galván, hacen-
que con más probabilidad se originó el dado del departamento de Santa Ro11a, es
• maíz parece que hubiera sido la de los decir, en la zona indicada por los espo-
Altos de~ Oeste de Guatemala" sos Popenoe. Por iniciativa del señor
Galván, en 1868 se envió dicha planta a
Tal criterio, así como la consideración París, para que fuese estudiada.
de haberse diferenciado dos especies prin- Abu:1da en Guatemala según adverti-
cipales del teocinte por razón de su p e- mos, en regiones del suroeste y el noroes-
riodicidad: annal la una y perenne la te del país, y se sugiere la posibi'idad de
otra, deben llamar nuestra lltenciÓn ha- que esta última, por Nentón, San Anto-
cia las distintas clases del maíz que tam- nio Huista y J acaltenango, sea la cuna de
bién se distingu.en por su per·odicidad,
tan cercano pariente del maíz. Nuestro
particularmente en la región de Huehuete- agrónomo AguiJar G. se refiere, aunq ;_e
nango, como lo han anotado Olivu· La desde el punto de vista de su aprovecha-
Farge y Douglas Byers, de la Universi- miento como forraj .:!, a la variedad Eu-
dad de Tulane ( 14), recogiendo nombres chlaena Luxurians, clasificada por Du-
jacaltecas para sus distintos tipos, así reu y As ch crson. Propágase por semi-
ockal tsaiik, que quiere decir "sesenta lla, de preferencia en clima templado Y
días"; icep cahau, "tres meses o lunas";
(15) "Ensa1108 en el e8t1<dio de plantas forraj e·
( U ) " Tit.e 11ear bcarer' B, peop l<J" Pág. 69 Nue- ras en Guatemala"; Tipograffa Nacional;
va Orleans, La., 19 31. Gua temala, U 39.
96 Antropología e Historia de GuattJmala
templado-cálido, exigiendo los mismos te· crepancia de criterio acerca del lugar que
rrenos y condiciones del maíz para su dichos parientes deben ocupar en la ge-
desarrollo; alcanza así hasta 3. 70 m ztros nealog,a d<!l maíz".
de altura, amacolla muy bien y, con cin- Weatherwax recoge las confirmadas
co cortes al año rinde 18 toneladas de fo- conclusiones de los naturalistas, sobrc
rraje en cada corte. una libre y espontánea hibridación de
El teocinte -Euchlaena mexicana, teocínte, y ambas plantas obtenidas ba-
Schraeder-, "se distingue de la tribu de jo el control de la experimentación, re-
las maydeas por sus espigas masculinas sultan fecundas. Kempton Y. otros auto-
numerosas en la panoja terminal y fe- l·es hacen, además, referencia al hallaz-
meninas en la axila de las hojas, con go del teocinte en las milperías de las
grandes brácteas membranosas; del gé- zonas mexicanas ya nombradas, regular-
nero Zca se distingue por sus espigas mente en los límites de los maizales, ·y
femeninas libres en cada axila y que al hecho indudable de su .c ontaminación
se desprenden por segmentos. Las espi- con el maíz, al punto de arrancarlo pre-
guillas masculinas son dos en cada arte- ventivamente los cultivadores. Esta cir-
jo, una sentada y otra pedunculada, am- custancia puede quizá explicar que el teo-
bas bif oras, con glumas membranosas: cinte no ocupe zonas más extensas y pres-
las femeninas en espigas dísticas, apa- ta mayor significación a su persistencia
rentem,:mte monísticas fasciculadas en las en las regiones donde existe, para el ca-
axilas de las hojas, sus artejos trapezoi- so de comprobarse su relación con el or:-
dales, que se desprenden alternativa Y gen del género Zea y con vistas a la de-
oblícuamente con los bordes de la conca- terminación de su cuna. Al respecto;
vid:o:J abarcando la ¡-:urna cartilagínea Y en fin, se pi ensa que la planta se encuen-
formando con ella en la madurez una en- tra en la meseta del D:strito Federal de
voltura fructífera lisa, cartEagínea, es- México por haberse llevado del sur de
tilos muy alargados y bífidos en el ápi- Guatemala para el jardín botánico de los
ce". Se han identificado por su duración aztecas, que Cortés celebra en sus Cartas
dos especies, anual la anteriorme:1te de relación: Kempton agrega: "Pudo
d~scrita y otra ,perenne -Euchlaena también suceder que, al transportar maíz
perenni•-· Algunos hablan de una plan- a México, algunos híbridos por cruoo-
ta trienal, sin duda confundiéndola con miento natural del maíz y el teocinte se
el maicillo que entusiasmó a Lumholtz incluyesen inadvertidamente". No bas-
-Holc~tB so1·ghum-, que es un sorgo ex- taría, sin embargo, ese indicio para de-
tensamente empleado como planta forra- cidirse. Weatherwax previene que "al-
jera en Guatemala. Al respecto puede gunas otras diferencias pueden buscarse,
consultarse el libro "Plantas forrajeras aparte de las de carácter morfológico".
cultivadas o de posible cultivo en Gua- Más difícil sería aún probar que los
temala", del agrónomo Jorge García Sa- indígenas transformaron en el curso de
las, publicado por la secretaría de agri- una lenta selección al teocinte, hasta lle-
cultura, Tipografía Nacional, 1935. g-ar a las variedades del género Zea en
¿Es el teocinte la planta que dió ori- · América. Kcmpton p lantea dos dudas, a
gen al maíz y, en este caso, se deb a a saber : aún cuando se haya intentado y
los m:tyas su transformación? A·:¡uí es realizado una continuada selección de se-
donde se dividen los criterios; cua' quier millas del teocinte, es muy fuerte imagi-
conclusión queda en el terreno de la con- nar que tal empeño diera por resultado
jetura. Kempton anota que "la opinión el maíz; luego, cuesta creer que los in-
de los botánicos no es unamme en dígenas hayan llegado a convert:r el teo-
cuanto a relacionar el origen del maíz cinte en una planta tan distinta en cuan-
con la existencia de parient 2s selváticos to a su rendimiento para la alimentación;
del mi ~mo. Si se considera que el maíz por último, concceríamos variaciones in-
difiere mucho de sus más cercanos pa- termedias y sólo tenemos el teocinte, cu-
rentescos, es muy natural que haya dis- yas caracterí :::t i~:ts son por completo las
Noticias del Maíz 37
de una planta silvestre intocada por el les puede apreciarse como una mutación
hombre. digna de tomarse en cuenta, comparati-
En cambio, se arguye que es indudable vamente, para imaginar la transforma-
que la intervención del hombre, median- ción del teocinte u otro de los parientes
te la selección de las semillas y forma de del maíz en el único género conocido y
cultivo, aparte de las condiciones natur:.- q~1 e, sin embargo, es planta a tal grado
les de la tierra y el clima, influyen en !a domesticada que sólo puede concebirse co-
producción del n'laíz, como que el género mo un producto de la habilidad huma-
Zca presenta sesenta o más variedades na para adueñarse de la naturaleza y a-
determinadas por la ·forma, color y tama- comodar los elementos circundantes a la
ño -del grano. El mismo Weatherwax par- s:J.tisfacción de sus necesidades.
ticipa hasta cierto punto de tal criterio,
De allí que surgiera una segunda su-
ap licado a los agricultores indígenas, al
gestión, en el sentido de un brus::o cam-
advertir que de los métodos adoptados
bio, bajo influencias desconocidas; la sú-
por ellos pudieron derivarse cambios a-
bita mutación del teocinte en maíz, por
preciables en la planta primitiva; por
lo menos hasta un grado en que podía ser
ejemplo: "Encerrando un número de
ya aprovechada por el hombre esa plan-
plantas reunidas en espacio de terreno
ta intermedia, objeto luego de una cul-
relativamente pequeño, se obtuvo la pro-
tura selectiva, hasta brindar el géneJ;O
ducción de un solo tallo por cada grano y
que desde tiempo inmemorial viene cons-
se llegó a lograr buenas condiciones pa-
tituyendo la base de la a ·imentación de
ra la germina ~ ió :1. Esta misma influen-
nuestros indígenas, a quienes nadie re-
cia ha contribuido a la produceión de una
gatea el .honor de haber obsequiado a
sola grande mazorca y ·además, co!ldujo
Europ~ y al resto del mundo ta:~ úth
a la ya conocida intolerancia de la pr J-
producto, con otros artículos originarios
ducc ión; sin embargo, en esta vía el
del nuevo mundo, como el tabaco, el r:a-
maíz contrasta profundamente con el
cao, la patata, etcétera. La larga es-
teocinte, el cual no ha sido hasta aho-
cala de transformaciones en una magni-
ra sujeto al cultivo en laderas y como
tud necesaria para convertir en un solo
resultado, en nuestro parecer, todavía
tallo las ma~ollas del teocinte, dice Kemp-
produce muchos tallos y aún mayor can-
ton, pueden ocurrir más rápidamente en
t idad de pequeñas espigas por cada se-
la imaginación que rm la realidad; el
milla y no muestra lo dañinos efectos de
mismo autor agrega que las mutaciones
la autofertilización".
en el maíz y probablemente también en
De este modo, el cómo, dónde y cuán-
el teocinte no son cosa rara, mas pa-
do la planta selvática original fué do-
recen insignifcantes, en efecto, si se
mesticada vienen quedando sin respues-
comparan con los cambios requeridos pa-
t a; pero gra n mayoría de botánicos in-
ra alterar el teocinte hasta hacerlo al-
sisten en la concepción de un primitivo
go parecido al maíz.
m aíz que, en último término, no es fuer-
za que sea el maíz -se dice-, cuyas ca- Ante lo improbable de una simple es-
r acterísticas estarían tan completamente cala para la gradual transformación del
divorciadas de las de lo~ actuales pa- teocinte en maíz, continúa explicando
r ientes selváticos del g énero Zea como de Kempton, se ha sugerido también que
las variedades comerciales del maíz más varias y largas escalas de profundas mu-
evolucionadas. No menos se llama la a- taciones ocurrieron r especto al teocinte
tención acerca de una falta de varia- . y de su combinación pudo resultar el g é-
ciones sensibles durante · larguísimos pe- nero Zea; puede presumirse, rudamente
r íodos, pues acaso hayan transcurrido dicho, que una mutación dió la tusa del
mil o dos mil años de cultivo constante maíz; otra, más grandes semillas y una
sin cambios que no se expliquen nabral- tercera las glumas membranosas, et~étera;
mente por condiciones de clima, suelo Y éstas, o algunas de éstas, se combina-
selección de semilla, ninguno de los cua- rían en una sola planta por medio na-
38 Ant1·opología e Historia de Guatemala
se explicarla la existencia de tantas va- t re; sólo Clark Wissler señala t reinta
r iedades, inclusive por la hibridación del plantas de excepcional valor. También su-
nuevo género teocinte con el género Zea; ministra clara idea de los conocimientos
así se logra coordinar diversas hipótesis botánicos de los indígenas, la gran canti-
con datos impresionantes suministrados dad y eficaz utilización de plantas me-
por la investigación botánica; y, final- dicinales, sin que h a sta la f echa se co-
mente, se justifica la importancia del nozcan todos los secretos de su inter esan-
occidente de Guatemala como un ce:c1t ro te m edicina. Cabe pues preguntar: ¿ Co-
secundario del origen de variedades cü l- nociendo y empleando para diversos usos
tivadas de maíz. gran variedad de plantas, cultivándolas
En un estudio posterior de Mangels- y suj etando el fruto colectado a cuidado-
dorf, en colaborad ón con el doctor James sa elaboración para su mejor aprovecha-
Vv. Cameron, dedicado específicamente a miento, por qué no iban a ser capaces de
Guatemala, se busca la argumentación cultivar y mejorar un maíz silvestre?
p ara corroborar la anterior hipótesis, a La existencia de la llama en la Amé~
saber: "l.- que el maíz cultivado s e ori- rica del Sur no es suficiente para supo._
g:nó de una forma silvestre de vaina que ner mejores condiciones del desenvolvi-
en un tiempo fué y lo es todavía, indí- miento agrícola en el Perú; y en cuanto
gena de las tierras bajas de Sudamérica; a las circunstancia privilegiadas de cli-·
2.- que la euchlaena (teocinte ), el con- ma y suelo que n ecesita el g énero Zéa
génere más cercano del m a íz, es un pr o- para subsistir, éstas se dan indudab:e-
ducto reciente de la hibridacíón natural ' me nte m á s bien en Centroamérica que
del Zea y el tri psacum, ocurrida después en la región peruana que se qui ere supo-
de que el maíz cultivado fué introducido ner cuna del maíz. Mangelsdorf tien"e
por el hombre en la América Central; . que conceder qu e en el área maya se ha-
3.- que los nuevos t ipos de maíz or igina- bía desenvuelto la agricultura, con . fri-
dos directa o indirectamente de est e cr u- joles y g üicoyes como base, antes ..-de la
ce, y que evidencian m ezcla con el trip- intr oducción del maíz, haciendo de es~
s acum constituyen la mayoría de las va- t e último cultivo la causa del extraordi-
r iedades de Norte y Centr oaméric a " (16 ). nario f lorecimiento de la civilización ma- '
Los propios autores, sin emba r go, m :i- ya . P or último; reconoce que sólo una
nif ies tan que han tenido que usar la coor dinac:ón de p osteriores datos botáni-
imaginación, siquiera sea de modo j ui- cos y a r queológicos facilitarán la solución
cioso, para completar los datos de la ex- del problema, y que únicament e . ha he-
periencia y prestar base a sus conclusio- cho casar piezas dispersas del rompe-ca-
nes. En efecto, no se trata sólo del maí z bezas que propone a los cientjficos el.·
sino de numerosas plantas or ig inar ias de or igen del maíz. .. . . ... :.
A mér ica, conocida s, cultivada s y socia l- Dej a mos de lado cualquier dud~. opues- • '··'
mente aprovechadas con anterioridad al ta a la capacidad de los mayas_ u otros
de s~ ubrimiento del N uevo Mundo. No es grup os evolucion a dos del N u evo Continen. -· ·
n eces a r io nombr arlas a todas o señal a r t e para operar la transforma-ció~. del
la univer sal importancia de a lgunas de m a íz, pues un a rgumento de es~- n ~tura- · ·'
e llas y su post erior distribu ción · hacia leza p odr ía oponer se a cualquier pueblo
las más diversas p a rtes del g lobo t erres- y a l hombr e e n gen eral, en una cadena ·
sin fi n qu e nos r educiría al r ecUrso t eo- ·
(1 6) " E l Occiden te de Guatem a la, u n cen ~ ro se- lógico de la revelación, el cual t ampoco
cund ario de origen de va rieda.des de m aí z" .
Apénd ice al libro "El origen del :maí1;
falt a en la mitología de m ayas y azte ~ a s .
indio y s us congéne res.,, por P . C. Mangels- U n argum ento qu e no se p recisa en la
dorf y R. G. Reeves, en la traducción del exposición de Ma ngelsdorf y Reeves se-
D r. J . Epamin ondas Quin tana. Guatem ala, ría m á s atendible ; la idea de qu e Mes oa-
T ipografía Nacio nal, 1943 . E l orig in al a -
mérlc:l, lo mismo qu e el Asi a Menor en el
pareci ó e n "1Votas y apuntes del Museo bo-
tánico de la Un iv er s.idad de H ar v ard", Vol. Viejo ],fu ndo, fu é en est e Continente el
10, N o 8, 1943. estadio en qu e chocaron las culturas r es-
40 Antropología e Historia de Guatemala
pectivamente provenientes del norte y del ios tipos cultivados del maíz a través d 3l
sur; pero no son claras a este respecto esplendoroso pero posterior desenvolvi-
las evidencias de la arqueología. En fin, miento de la gran organización Inca:
queda en mayor obscuridad el problema Para decidir en este punto, debemos
cronológico, ya que carecemos de datos atenernos a la antigüedad del conocimien-
ciertos sobre el aparecimiento y desarro- to y aprovechamiento del maíz entre los
llo de las culturas arcaícas, preinca en pueblos de América, para complementar a
el sur y premaya en Centroamérica. No la luz de las investigaciones históricas ios
obstante, queremos a 1 udir a la hipótesis resultados de las expe:riencias botánicas,
preponderante entre los actuales perua- y hasta debemos profundizar en las tra-
nistas sobre la probable influencia de diciones de carácter mítico identificables
centroamericanos -mayas o mayoides- · en la penumbra de su prehistoria. Lla-
y de mexicanos -nahoas o toltecas- en man la atención, en efecto, la abundan-
los albores de las culturas peruanas, sien- cia de alusiones al maíz en manuscritos
do el doctor Max Uhle (17) el más in- y leyendas indígenas mexicanos y cen-
clinado a creer en la procedencia maya troamericanos, así como la insistencia
o maya-quiché de las culturas proto-nas- con que se hacen coincidir el momento de
ca, proto-chimú y de Chavin ; el antropó- su organización y el hallazgo de aque-
logo Horacio Úrteaga (18), sin perjui- lla planta.
cio de reconocer la casi segura inmigra- En la séptima tradición del Popo! Buj ,
ción de elementos asiáticos u oceánicos cuando se creaba el hombre, se habla del
en las costas occidentales de Sudaméri- inmemorial hal!azgo del maíz, e inequí-
<;a, admite la hipótesis de esa influencia vocamente, de su importancia como - ali-
de aquellas culturas del Norte, como apo- mento esencial: "de Paxil -lugar don-
yada en pruebas de más va' or y por hon- de se ven cosas agradables- y de Kaya-
das y múltiples huellas, en b costa y en lá -lugar de producción- como se les
los Andes, y acepta la suposición d3 que llama de allí vinieron las mazorcas ama-
unos mil años antes de la era cristiana rillas y blancas. Estos son los nombres
ya las costas del Perú y acaso a' gunos de los animales que les proporcionaron
p:untos de la Sierra estaban habitados la noticia de los alimentos: Yak, Utiu,
por salvajes que tuvieran un tronco co- Que! y Joj. Cuatro fueron los anima-
mún con las familias indígenas que has- les que trajeron la noticia de las mazor-
ta nuestros días habitan diversos sitios cas amari:las y de las mazorcas blancas,
de la América Central. Por ese mismo donde abundaban también el Pataxte y
tiempo, según las presunciones dJ Mor- el Cacao, donde no se veía más que za-
ley y otros arqueólogos ya se había de- potales, anonales, nanzales, jocotales, ma-
sarrollado aquí hasta alto grado la agri- tasanales y miel; llenos de comidas ju-
cultura, haciendo posible el florecimien- gosas estaban los lugares que nombran
to de la civilización maya, la cual tuvo Paxil y Kayalá. Había alimentos de to-
como base de sustentación el maíz y ha- da clases y tamaños, producto de plan-
bía avanzado enormemente por el siglo tas pequeñas y grandes; y los animales
teréero después de Cristo, fecha en que les enseñaron el camino a donde debían
se data la iniciación de las grandes civi- ir a traerlos".
lizaciones peruanas. Precisamente, se- No menos antiguas son, en el mismo
rá n ecesario tomar en cuenta estos da- documento, las referencias a la manera
t~s para no juzgar sobre las posibilida- de cultivar y aprovechar el grano funda-
des de la transformación y fijación de mental. La doncella Ixquic es enviada
por su suegra a tapixcar. en la milpa de
( 17) M a x Uhle. " Los elem entos con stitutivoa de los Ajup --<!Uarta tradición- ; cuando de-
las civiliz aci on es and inas" ; Quito, 1925 --
saparecen convertidos en monos Jum-
"Principios de las civ iliza ciones p eruanas" .
Quito, 1920. batz y Junchcen, sus div:nos hermanos
toman su ha ~ h:1.s: "sólo cortaban y ra-
,(18) " El lmp•rio :incaico"; L;m a, 1931. jaban pal:: s, lo mismo qu e las ramas, los
Noticias del Maíz 41
,v arejones y los bejucos que cubrían los te que al désarrollo alcanzado por las cul-
árboles, los que quemaban después que turas prehistóricas de México y Centroa-
era cortado ... " En la misma quinta tra- mérica corresponden las varias · formas
dición, a la _que pertenece la anterior re- de utiliz 1ci:ón · del ma1z, prestando a-
ferencia, se habla de la costumbre de ve- tención preferente á' los :metates o pie-
lar la milpa para defenderla de Jof. ani- dras ·d e moler en las regiones que tuvie-
males dañinos; en la séptima, de de3.:-; ra- ron como base de su economía al maíz.
nar y moler el grano. Casi parece un Además de los ritos atinentes con la
re~uerdo histórico esa afirmación de que gramínea:·· americana, daría iluminadores
los animale3 enseñaron al hombre a la resultados una cuidadosa investigación
existencia del maíz, y la relación entre lingüística respecto a los nombres del maíz
esta planta y las culturas mayenses se y sus parientes botánicos, y asimismo un
transunta en su consmogonía, ya quc el recuento de las palabras que se refieren
hombre fué hecho de maíz. En el manus- al cultivo y a la preparación del grano
crito de Cale! Tzumpam (19) se hahla de como alimento.
una larga peregrinación, en la cual su- Mientras los resultados de esa plural
frieron las tribus grandes trabajQs ''por investigación se coordinan y se expre-
haber perdido 1::. semilla del grano de san en un juicio sincrético, que elimine
maíz, que habían hallado en Tnlan, co- las hoy flagrantes contradicciones, tene-
mo grano y pan '[lrop:o, y natural de la mos que concluír, con el doctor Kempton:
tierra, creado en estas regiones po,· el "Cualquiera que sea b teoría o com':li-
poder y sabiduría de los dioseS!"; y rli· nación de teorías que se prueben como co-
ce que despué3 de aquellas calamidade!l rrectas, todas ellas requieren un largo
"volvieron a encontrar peregrinando tres período para el proceso final en la pro-
pies de maíz; en el lugar de Panbilil, de ducción del maíz. Este proceso final, es
cuyo fruto volvieron a sembrar, multipli- unánimemente aceptado que lo practicó
cándose de siembra en aiembra, hasta el el indio americano, ya sea que produje-
siglo presente". Otras muchas citas po · se el maíz mediante la selección de pe-
drían aducirse, en un medio geográfico queñas variedades de alguna planta pa-
hasta cie1·to punto bien de'imitado en recida .al teocinte o de algunas . especies
tierras que hoy son de México y Guate· extinguidas; ya lo hiciera derivar de una
mala, y sería interesante que la etnolo- combinación de varias mutaciones con-
gía americana investigara la proceden- juntas y una selección subsiguiente; o
cia y transmisión de leyendas y tradi- bien la estabilizó y desarrolló de un hí-
ciones sobre el maíz, en todos los luga- brido, por esfuerzo y pericia de varias
res en donde se extendió primitivam~n generaciones que tomaron parte en ~ llo
te el cultivo. antes de obtener una planta botánicamen-
te estable. Esto se había logrado antes de
En cuanto a los métodos para su a-
que las mazorcas preinca (ya r:os referi-
provechamiento, es interesante el estu-
mos antes a serias objeciones opuestas
dio de Katherine Bartlett (20), quien da
con sobrada razón una gran importancia a la autenticidad del hallazgo de un su-
la forma en que se preparaban los ali- puesto fósil en Cuzco) y Basket-makers
fueran enterradas. Cuando después di-
mentos, creyendo que su variedad y cui-
chas especies alcanzaron su actual esta-
dado en la condimentación es otro de tan-
tos índices del nivel de cultura alcanz:¡l- bilidad, se extendió el maíz a través de
do por los pueblos; y al respecto advier- una gran parte de las Américas y se
transformó en la planta alimenticia bá-
(19) ' Francisco de Fuente.. y Guzmán - "Re- sica para las civilizaciones indígenas.
cordación Florida". Tomo III, Pág. 392. Ti- Nos resta declarar nuestra irregatea-
po¡rrafía Nacional; Guatemala, 1935.
ble ad·miración por los trabajos del
doctor Mangelsdorf, y la debida grati-
( 20) "The utiUzation o! maize amono the an ..
cient pueblos". Universidad de Nuevo Mé· tud al doctor Quintana por ·su empeño
xico, Boletin N 9 5, Vol. I, Pág. 153. en difu ndir dicha obra mediante b tra-
42 Antropología e Historia de Guatemala
ducción editada por el gobierno de Gua- nálisis, así como la aportación de muchos
temala. En nada queremos restar mé- datos nuevos; debe servir por tanto de
ritos a la acuciosa investigación botáni- punto de partida a la arqueología y a la
ca del naturalista de Harvard, que tan- etnología, en la comprobación y comple-
ta luz ha hecho sobre este problema; mento de las evidencias botánicas, todo
sin embargo, creemos prematuras las con- lo cual merece una investigación especial,
clusiones, así se declare el uso de la ima- en obsequio a la importancia que tan sin-
ginación juiciosa. El estudio de Mangels- gular problema tiene para el plantea-
dorf marca una etapa importante, que miento y resolución de otros que se re-
consiste en la recopilación de todas las lacionan con la existencia y correlación
noticias antes conocidas, y su exacto a- de las civilizaciones americanas.
LA FUNDACION DEL CONVENTO DE SANTA
CLARA EN LA ANTIGUA
HEINRICH BERLIN .
las hipotecas no podían apoderarse de des del despacho que el Comisario Ge-
las casas en referencia. neral había de expedir estrechas e indis-
El obispo y la Audiencia se dejaron pensables patentes con todo el rigor de
convencer por los motivos aducidos y la las constituciones de la orden para que
última expidió el siguiente decreto: "Dá- con ningún pretexto se excediese ni al-
sele el pase en la forma ordinaria y sen- terase lo resuelto ( ?) en él se ejecutó
tada en los libros de cédulas se vuelva así y uno y otro se presentó en mi Au-
original a la parte para su ejecución Y diencia de Guatemala y se le dió el cum-
por lo que toca a esta Audiencia se a- plimiento, sin embargo de haberse opues-
prueban las fincas de los · treinta mil Pe- to el fiscal de ella y por no haber oído
sos. Lo de suso salió decretado y rubri- (sic!) la patente pasada de mi Comi-
cado de la· sala del Real Acuerdo de Jus- sario de las Indias y para que en nin-
ticia por los Señores Presidentes y Oi- gún tiempo pueda obstar este defecto a
dores de esta Real Audiencia, es a saber la fundación que se halla muy adelan-
Su Señoría' ' el Señor Don Gabriel Sán- tada me han suplicado que atento a que
c.hez de Berrospe del Consejo de Su Ma- el actual Comisario General ha expedi-
jestad, Presidente y Doctores Don Bar- do la que presentaba, sea servido man-
tolomé de Amezqueta, Don Pedro de 0- darle dar paso de ella y aprobar todo
zaeta y Licenciado Don Juan Gerónimo lo ejecutado en esta fundación y visto en
Duardo quien envía su voto cerrado Y el referido Consejo lo pedido por mi fis-
sellado a dicho Real Acuerdo asistiendo cal en él, he resueltÓ se dé paso a la
el Señor Licenciado Don Joseph Gutié- expresada patente y aprobar, como aprue-
rres de Ja Peña del Consejo de Su Ma- bo, todo lo ejecutado en orden a esta
jestad y su fiscal En dicha Real Audien- fundación, sin que ahora ni en tiempo
cia. En Guatemala en 10 de junio de alguno pueda obstar ·a la Provincia ni
1699 años. Don Diego de Argüeilo". su síndico la circunstancia de no haber-
A pesar· de su victoria ante la Audien- se pasado por mi Consejo la primera
cia, los ftancis,~anos reconocieron -im- patente como se previno en el despacho
plícitamente- que la falta del "pase" de 12 de septiembre de 1693 cuyo conte-
era un reparo justificado y para evitai nido es mi voluntad se ejecute. Fecha
que en el ' futuro una Audiencia meno~ en Madrid a 27 de marzo de 1700 años.
benévola volviera a insistir en ella, hi- Yo el Rey. - Por mandado del Rey,
cieron que su Comisario de Indias escri- Nuestro Señor. Don Manuel de Aperre-
biera de nuevo la patente pasándola co- gui".
rrectamente a través del Consejo de In- No esperaban, sin embargo, los fran-
dias y consiguieron para mayor seguri- ciscanos la llegada de la nueva patente
dad todavía otra Cédula Real cuyo tenor y Cédula sino, apoyados en el Decreto
es el siguiente: "El Rey. Por cuanto de arriba, emprendieron desde luego lo~
en despacho de 12 de septiembre del añ.o demás pasos para que se verificara la
pasado de 1693 fui servido conceder _h- fundación, máxime que él propio Presi-
cencia para que en la ciudad de Santia- dente de la Audiencia ya con fecha 17
go de Guatemala se fundase un conven- de julio de 1699 escribiera al Virrey de
to de religiosas de Santa Clara de la se- Nueva España, el Conde de Moctezu-
gunda regla que ha de esta1: sujeta , a ma, que cooperare a h remisión de las
la Provincia del Sto. Nombre de Jesus monjas fundadoras. Al efecto ordena-
de aquella ciudad con diferentes calida- ron el 15 de agosto de 1699 que los Pa-
des, que por menor se expresan en el_ ci- dres Fray Jua·:J. de' Rivera y Fr~y Se-
tado despacho, y ahora Fray Franc1sco bastián de Figueroa se fueran a Nueva
de Ayeta, custodio actual de la Provin- · España para acompañar a dos o tres re-
cia del Santo Evangelio de México Y ligiosas clarisas escogidas allá, nombrán-
Procurador General de todas las de las dose a ambos padres desde luego como
Indias en esta Corte, m e ha representa- Eus confesores desde el morr.ento que en-
do que siendo una de las particularida- traren a la jurisdicción de la Provincia
La Fundación del Convento de Santa Clara en La Antigua 45
Isabel Rosa de Christo, por Maestra de dió aviso desde luego a todas las autori-
N o'Vicias a la Madre Gerónima de la A- dades. (7)
sunción, por Portera y Tornera a la Ma- El propio obispo de la diócesis escri-
dre Manuela de Santa Clara, por Vica- bió una cart:l de bienvenida que inserta-
ria de coro a la Madre María de J esús, mos a conti:m::~ción íntegramente, no tan-
por Sacristana a la Madre María de San to por el interés histórico como por su
Gabriel y les rogamos in visceribus J e- redacción y para que se tenga una idea
su Christi que así en el camino como en del estilo que se acostumbraba entonces
el convento atiendan de quien son hijas entre personns del estado eclesiástico:
para que los perfumes, fragancias y sua- "Muy Reverenda Madre Abadesa Mi-
vidades de su santidad y ej emplo, vir- chaela de la Concepción con las demás
tud y lo demás que dé el edificado y se madres, hijas de mi Madre S~nta C~a
dé en todo nuestro amante Dios por ser- ra. Ayer ta1·de anticipó mi atención el
vido. . . En este nuestro convento de San dar a Vuestras Reverendas la bien veni-
Francisco de la ciudad de Puebla de da por un p::~pel que escribí a la Muy
los Angeles en 19 de oc·Luhre de 1699 Reverenda Madre Teresa de la l!:ncar-
años. Fray Bartolomé ·Giner". nación, Presidente in Capite y Madre
perpetua de esa Santa Comun idad. En
N o conocemos los detalLs del viaJe de
el · dicho papel le refiero a la Muy Re-
las monjas, acompaii 1das por el propio
verenda Madre diese a Vuestras geve-
Padre G.ner, pero por los documentos
rendas la bien llegada como yo he dado
siguientes se ve que luego emprendieron
al Señor las g racias por las muchas mi-
el traslado o. Guatemaia, p;;rque ya con
sericordias que Dios ha obrado con Vues-
fecha 26 de noviembre de 1699 Fray J.
tras Reverendas en tiempo tan calami-
B. Alvarez de Toledo escribió a los pa-
toso como epidemial; hablo con ciencia
. dres guardianes de los conventos fran- .
experimental, pues siendo yo un guaia-
ciscanos situados sobre la ruta, una car-
cán y un hombre de indecible r~bustez,
ta que contiene. entre otros detalles tam-
hoy me hallo enfermo rendido del rigor
bién estos: "Ponemos en la noticia de
del tiempo tan poco favorable, asegu-
Vuestras Paternidades y Reverencias
rándoles a Vuestras Reverendas, como
como hoy día de la fecha tuvimos carta
les asegurará el Doctor Don Miguel Fer-
de ' Nuestro Reverendísimo Padre Comi-
nández, médico de esta ciudad, que ha 22
sario General en qu e nos da parte de lo
días que me hallo padeciendo .penosas ca-
cercano que están a esta nuestra Pro-
lenturas con otros achaques circunveci-
vincia las Religiosas de Nuestra Madre
nos que obligaron al médico a desahu-
Santa Clara que su P. Reverendísimo per-
ciarme, pero las misericordias de Dios
sonalmente viene conduciendo a esta ciu-
como Todopoderoso las ha manifestado
dad por fundador a s de este convento que
en mis trabajos, mejorando los días y mi
se espera. El aprecio grande con que
salud que tengo por sin duda debo la
nos da ejemplo su P. Reverendísimo en-
vida a las piadosas oraciones de toda esa
cargándose el oficio de conductor de di-
11anta comunidad, donde tengo una par-
chas religiosas preciándose de Angel
bita de hijitas que a breves diligencias
Custodio de las esposas del Señor, la vir-
s~ manifestarán a Vuestras Reverendas.
tud rara de dichas seiioras, pobres nu es-
Otro coro angélico tengo en el convento
tras hermanas. . . rogamos. . . se esme-
de mi Señor::~ Santa Catarina que tam-
ren en su recibimiento y hospicio. . . que
bién darán la obediencia a Vuestras Re-
el número de dichas r eligiosas es el de
verendas el día o dí as que Vuestras Re-
las vírgenes prudentes cinco, que vienen
verendas gustaren de irse a recrear, pues
exhalado de si olor suavísimo de vir-
los tres conventos de nuestra obediencia.
tudes ... "
los tienen Vuestras Reverendas muy a la
Llegaron las monjas a Guatemala en suy:t, pu es siendo hijas de mi Madre
el mes de diciembre del mismo año de S::~:-~ta Clara debajo de cuyo patrocinio
1699, y Fray J. B. Alvarez de Toledo te::1go tres sobrinas mías en la ciudad
La Fundación del Convento de Santa Clara en La Antigua 47
fué electo en Ministro General Nuestro no obligan a pecado mortal sino tan so-
Reverendísimo Padre Fray Juan Meri- lamente cinco que son obediencia, pobre-
nero. za, castidad y clausura y el modo de eli-
gir Madre Abadesa y de poner la que se
CAPITULO PRIMERO dic e en el ca pítulo cuatro de dicha r e-
gla, conio está declarado por el Sant o Pa-
DE LA OBLIGACIÓN DE ESTAS pa Eugenio Cuarto.
CONSTITUCIONES
CAPITULO SEGUNDO
Todas las monjas descalzas y recole-
tas están obligadas a guardar (las) cons- DEL OFICIO DIVINO, ORACIÓN
tituciones generales hechas para todas Y SILENCIO
las monjas, no sólo que está decretado
y determinado por decretos de los San- Aunque la costumbre de cantar el ofi
tos Concilios y Bulas apostó icas sino cío divino es santa y piadosa, introduci
en todo aquello que es común y general da por los santos padres, pero porque las
a todas las religiosas y pertenecen y con- monjas descalzas tengan más lugar de
vienen a la mayor observancia de su re- darse al ejercicio de la ·santa oración y
gla y estado religioso, pero por cuanto contemplación y demás oficios peniten-
las dichas monjas descalzas y recoletas ciales, se ordena y manda que el oficio
con mayor rigor y pureza desean y pro- divino no se cante aunque sea en canto
curan guardar su regla y santas costum- llano, sino que se diga en tono rezado
bres, se ordena y manda que no sólo ob- con pausa distinta, clara y devota ca-
serven las dichas constituciones genei'a- . menzando todas juntas y pausando u::á-
les hechas para todas las religiosas, mas . nimemente hasta el ·fin.
también cumplan y guarden estas cons- Díganse siempre los maitines a media
tituciones hechas para las descalzas y noche y serán rezados como también Pri-
recoletas. ma y completas para que quede tiempo
Declaramos que no es la intención del cómodo para darse al ejercicio de la ora-
Capítulo General abrogar ni quitar las ción mental; la tercia, misa y vísperas
constituciones que usó la venerable Sor serán en ton o advirtiendo q ue cuanto ma-
Coleta Bolet para las religiosas descal- yor fuere la f iesta y solemnidad tanto
zas ni las que tuvieren hechas las pro- más alto, más solemnemente y con reve-
vincias para el buen gobierno de las re- rencia se debe decir el oficio divino.
ligiosas ni las particula1·es que se obser- Todos los coros de las descalzas y re-
van en cada convento ni sus loables cos- coletas serán a ltos y si en algún conven-
tumbres, especiales ceremonias o forma to fuere forzoso haya algún coro bajo,
de vivir que se ordena para más estre- tendrá dos rejas, distinta una de otra
cha guarda de su regla, antes quiere vara y cuarta y para qu e en ello no ha-
que todas ella3 se guarden como no sean ya disformidad o singularidad en las re-
contrarias a l Santo Concilio de Trento, jas de los coros sino qu e en todo haya
santos cánones y estas constitu c.~ones . conformidad e igualdad, ordenamos que
Por tanto tendrán obligación tres ve- en el coro r.o haya más de una reja de
ces al año por el mes de enero, mayo y fierro fuerte y tenga los agujeros es-
septiembre a leer en la comunidad las pesos y estará por de fuera guarnecida
constituciones generales hechas por to- de picos de fierro grandes y tendrá só-
das las monjas y éstas para todas las lo diez palmos de alto y diez de ancho
descalzas y recoletas y las particulares y un velo negro e.l cual no se quitará si-
de las provincias y conventos para que no para oír la palabra de Dios o cuando
así tengan todas noticias de sus obliga- alcen al Santísimo Sacramento. Y para
ciones. Declaramos que todas las cosas que en ri gor de la observancia de su re-
contenidas en la regla de Nuestra Madre gla e instituto-; y loables costumbres se
Santa Clara que observan las descalzas ejecuten con espíritu y devoción, se or-
La Fundación del Convento de Santa Clara en La Antigua 49
dena que todos los días del año se ten- Todas las religiosas dormirán en un
gan dos horas de oración mental en esta dormitorio común; damos empero licen-
forma: después de Prima una hora, des- cia para que haya dormitorio con divi-
pués de completas ·otra hora y acaba- sión de celdas, de manera que cada re-
doS los maitines media hora más desde ligiosa esté en la suya, pero ésto se ha-
la Resurección hasta exaltación de la ga en tal disposición que la Madre Aba-
Cruz, por la brevedad de las noches, se desa con una o dos puertas las cierre de
tendrá después de Nona la cual se había noche y mandamos que las dichas celdas
de tener después de maitines y siempre no tengan más de una pieza que sea pe-
como se dijo en las constituciones gene- queña y recoleta en todo.
rales precederá a la oración algún li- No consentirá la Madre Abadesa que
bro espiritual. en las dichas celdas haya curiosidad al-
Las monjas descalzas de la primera guna aunque sea a título de devoción,
regla ;: o comerán carne sino en tiempo sino que resplandezca en todo el espíri-
de necesidad y ayunarán todos los días tu de la santa pobreza y reformación,
como está ordenado en su regla. contentándose con una cruz de palo e
Las otras monjas recoletas ayunarán imágen pobre y la Madre Abadesa que
todos los ayunos de la iglesia, el advien- consintiere lo contrario sea suspensa por
to desde Todos Santos hasta la Nativi- dos meses y la religiosa castigada.
dad del Señor y los viernes del año y Ordenamos y mandamos con todo ri-
vísperas de Nuestra Señora y las que a- gor que ninguna religiosa tenga celda
yunaren la cuaresma de los Benditos que particular aunque sea en los conventos
ordenó Nuestro Padre San Francisco sean donde los dormitorios son comunes, sin
benditas del Señor. disquisición (¿distinción?) de celdas y la
Guarden todas silencio desde acabadas Madre Abadesa que lo contrario consintie-
completas, hasta después de dichas las re sea privada de su oficio por 6 meses y
horas por la mañana y continuamente el Padre Provincial en teniendo noticia de
le guarden en el coro y claustro; y en ello se la quitará a la religiosa y hará
la enfermería por el consuelo de las en- la celda pieza común del convento. .,
fermas podrán hablar pero en vn7. baja Los hábitos serán siempre de sayal o
y compuesta y las que fueren derectuo- jerga y si en algunas provincias fu ere
sas en la guarda de ésto serán peniten- forzoso ser de paño ha de ser de lo más
ciadas por la Madre Abadesa. barato y menos precio. Los hábitos serán
al modo de los religioso¡¡ recoletos sin
alforza alguna y sólo tendrán 14 o 15
CAPITULO TERCERO
palmos de ruedo y no tocarán en el sue-
lo y las bocas (de las) mangas ad
DE LA VIDA COMÚN Y HÁBITO summum tendrán un palmo y los mantos
DE LAS RELIGIOSAS estarán levantados del suelo una tercia.
Y los tocados de las religiosas sean de
Por cuanto el mucho número de reli- lino, lisos, llanos y llegarán hasta la
giosas suele causa)/ confusión y más en cuerda y ésta será de cáñamo o esparto
conventos reformados, se ordena y man- y al cuello no tendrán otra cosa alguna
da que en nuestros ~onventos de descal- y los ve'os negros y de ninguna manera
zas y reeoletas no exceda jamás el nú- serán de seda ni otra materia preciosa
mero de ::!3, excepto en el Real de las y euriosa sino más conforme a su estado
D~scalzas de Madrid, donde habrá el nú- recoleto y la Madre Abadesa que lo con-
mero seftalado por el Real Patronato y sintiere sea suspensa por dos meses.
procurarse que haya siempre, que haya Las monjas descalzas no ha'l de traer
vacos de este número, cuatro para si se más de suelas o alpargatas de cáñamo
ofrec-i ere entrar alguna persona de gran- salvo en tiempo de necesidad que podrán
de importancia y haya lugar donde pue- traer pea'les con licencia de la Madre A-
da entrar. badesa. Las demás recoletas podrán an-
50 Antropología e Historia de Guatemala
dar calzadas pero todas han de traer Declárase que las dichas descalzas
zapatos o espargatas y· por ningún caso guarden con todo rigor la pobreza en co-
se permita tí·aigan chapines o chanclos mún y en particular de su regla. Po-
( ?) y la Madre Abadesa que lo consin- drán tener rentas para sustento de . to- .
tiere sea privada de su oficio. das las personas seculares y eclesiásti-
Las descalzas de la primera regla de cas que asisten a servir al dicho conven-
Nuestra Madre Santa Clara usarán de to, item para el reparo de sus conven-
las ropas contenidas en su reg:a, las de- tos y adorno de sus iglesias y sacristía y
. más re~oletas no podrán traer lienzo si- finalmente para todo aque~lo que no per-
no es con nece3idad aprobada por la Ma- tenece al sustento y vestuario de dichas
dre Abadesa, podrán empero usar de tu- religiosas.
niquilla de estameño y la demás ropa Item se declara que observando la di-
q~e juzgare la Madre Abadesa convinie- cha pobreza pueden tener algunos lega-
re. dos y situados que dejaren los patrones
La cama de las religiosas sea pobre y otras personas para que se les dé por
y no podrán usar sino de jergones de vía de limosna y que en e!lás como (ilegi-
paja salvo las necesitadas que con !icen- ble) limosnas a que no tienen derecho al-
cía de la Madre Abadesa podrán tener guno las pueden recibir en la forma y
cokhones, sábanas y camisas. manera que las reciben los religiosos de
Todas las enfermas que no están pa- nuestra orden y con las limitaciones pues-
ra asistir a las comunidades dormirán tas en nuestras constituciones generales.
eri la enfermería común y no se consien- Y por cuanto muchos conv.::ntos de des-
ta que ninguna religiosa aunque sea la calzas se han fundado y fundan en luga-
Madre Abadesa se cure fuera de la di- res cortos donde moralmente sin milagro
cha enfe¡;mería. es imposible poderse sustentar de limos-
En la cama estarán con sus hábitos y na ordinaria sin tener renta en común,
velos con toda compostura en especial declaramos que las dichas monjas des-
cu~ndo entraren los médicos u otros de calzas puedan lícitamente sin quebranta-
fuera y entonces echarán los velos en el miento de su regla tener rentas en co-
rostro. mún como las demás · religiosas de las
Y para que en el modo de tratarse ha- otras órdenes y así sin pecado alguno po-
ya uniformidad ordenamos que todas se drán recibir dote de las novicias y po-
llamen de caridad, excepto la Madre A- nerlos en rentas.
badesa y las que hubieran sido que les Prohibimos que ninguna de las mon-
dirán Reverendísima. jas recoletas que tienen rentas en común
puedan tener rentas o peculios en parti-
cular para sus necesidades síno todo lo
CAPITULO CUARTO que les dieren o quisieren dar sus pa-
rientes o bienhechores entren en el cuer-
DE LA POBREZA po de la comunidad, porque todas han de
vivir de común content§.ndose con lo que
Exhórtase a todas las 1•eligiosas des- la comunidad les di(',{e.
calzas de la primera regla que obser- EncargamQs mucho a las Madres A-
ven y guarden la pobreza santa que es- badesas que socorran con puntualidad
tá ordenada en su regla no teniendo ren- todas las necesidades de las religio~;as
tas en común ni en particular sino que así de comer como de vestir y ot·:as co-
vivan de limosna que les hagan los fie- sas, no dando lugar a que las rel'giosas
les fiando en Dios, Nuestro Señor, que tengan necesidad de recurrir a personas
les remediará en sus necesidades y or- devotas que se las remedien y se ocasio-
denamos que (roto) compelidas a tener ne la relajación de una cosa tan santa e
rentas en común según les es . concedida importante como es vivir todas de comu-
por el privilegio que les dió el Señor Pa- nidad y así encargamos a los Pac:res
pa Inocencia Cuarto. Provinciales que en sus visitas cuiden
•
La Fundación del Convento de Santa Clara en La An.t igua
mucho de ésto y hallando que las Madres Estará la grada o red en la pieza mis-
Abadesas no cumplen con su obligación ma donde está el torno a la cUal pieza
las priven de su oficio. no podrá entrar religiosa alguna sin li-
cencia expresa de la Madre Abadesa ex-
Item se manda que toda la labor que cepto la tornera y vicaria y mandamos
hicieren las religiosas sea para la comu- que ninguna religiosa aunque sea con li-
nidad y así en acabando la tienen de en- ' cencia de la Madre Abadesa pueda ha-
tregar a la Madre Abadesa para que ella blar a la dicha grada sin estar presen-
disponga de ella lo que más conviniere tes dos de las discretas no más y la re-
y ordenam<>s que las religiosas estén o- ligiosa que hablare sin estar presentes
bligadas a hacer la labor que les orde- dichas discretas dirá la culpa, si reinci-
nare y mandare la Madre Abadesa a diere se le quitará el velo por dos meses
quien encargamos procure que las reli- y la Madre Abadesa que fuere negligen-
giosas habiendo con las obligaciones del te en ejecutar ésto será castigada al ar-
coro, oración y otros ministerios forzo- bitrio del Padre Provincial.
sos, acudan a la labor procurando no es-
tar ociosas por ser este vicio tan dañoso Ninguna, antes que salga el sol o des-
para el alma. pués que e l sol se pone, podrá hablar a
ninguno a la grada ni en la cuaresma de
CAPITULO QUINTO San Martín y cuaresma mayor, salvo el
sacerdote por causa de confesar o si o-
.DE LA CLAUSURA, PUERTAS Y REDE!! curriere alguna causa gravísima aproba-
da de la Madre Abadesa. Todos los re-
En razón de la clausura estarán obli- .ca u dos y papeles que trajeren a · las re-
gadas a guar"dar todo lo que está man- ligiosas los tienen de dar las torneras a
dado en los decretos apostólicos y cons- la Madre Abadesa para que los vea Y
tituciones generales. hechas para todas registre y ninguna religiosa podrá escri-
las monjas y para que ésto se observe bir papel alguno sin que primero le lea
con más rigor en los conventos de las la Madre ABadesa y dé licencia para en-
descalzas y recoletas se manda que de viarle y la que lo contrario hiciere dirá
ninguna manera se les consienta tener la culpa en el refectorio y se le dará una
más de una puerta reglar de la cual ha- reprehensión y si no se enmendare sea
brá dos llaves, la una tendrá la Madre privada del velo por dos meses.
Abadesa y la otra la tornera y por la En los conventos de descalzas de la
dicha puerta reglar nunca se tiene de primera regla no podrá haber criadas ni
hablar ni los Provinciales darán licen- frailas o donadas sirvientes sino qué las
cia para ello y la Madre Abadesa y por- relig iosas se han de servir .a si mismas
teras que lo consintieren sean perpetua- y tienen de hacer todos los oficios de la
mente inhábiles de tener oficio ipso facto casa por semanas conforme al orden de
privadas de los que tienen. la tabla que tienen de hacer todos los sá-
bados.
No podrán tener en los dichos conven-
tos más de una grada o red, por donde Exhortamos a todos los demás conven-
han de librar las religiosas y ésta sólo tos de recoletas observen esto mismo,
tendrá de ancho y alto una vara en la pero en caso que por causas urgentísi-
cual habrá una reja fuerte y muy espesa mas juzgare el definitorio convenir se
con púas de una cuarta y por parte de admitan sirvientes procure sean éstas
adentro una rayo de fierro con agujeros frail as o donadas las cuales se han de
tan pequeños que sólo se pueda oír lo recibir con las condiciones y calidades
que se habla y no ver la persona para lo ordenadas en las constituciones generales
cual tendrá también su velo negro y abra para todas las monjas como también los
por dentro su puerta que tiene de estar seglares criados en caso que no puedan
siempre cerrada sino es cuando se libre. ser donadas. (8).
NOTAS
detallado. La.g iglesias de conventos de está nublado aunque sea de día es me-
monjas por lo menos en México suelen nester luz para leer, pues ¿cómú podre-
tener dos puertas laterales y ninguna mos allí rezar? Y otro yerro se sigue
en la parte opuesta al altar mayor a de no habernos hecho coro bajo debajo
causa del coro bajo; en consecuencia del alto, y es que como no cabe la bó-
tampoco tienen fachadas elaboradas. La v eda del entierro de las religiosas den-
iglesia de Santa Clara en la Antigua, tro del corito bajo, hicieron dicha bóve-
e!ppero, tiene una fachada muy bella. da fuera de la clausura en el cuerpo de
Se ve claramente, sin embargo, que su la iglesia, lo cual es contra nuestra cons-
puerta se tapió más tarde y que el mu- titución que manda seamos enterradas
ro del coro bajo, que lo separa de la na- dentro de la clausura, a que se llega que
ve principal de la iglesia, es un agrega- de la falta de coro bajo las pobres en-
do posterior. Estos hechos no escapan fermas que por su f laqueza no pueden
a nadie quien con detenimiento mira la subir la escalera del coro alto no les sir-
iglesia. Debo la explicación de tan curio- ve ir al corito bajo, por no verse por
so fenómeno al Padre Lamadrid quien el más del Altar Ma yor será preciso se
para la presente publicación me facilitó queden sin Misa o la oigan con la pa-
copia de una carta de las Clarisas de red maestra de por medio.
Guatemala al Comisario General de los Otro yerro se ha cometido que es ha-
franciscanos de Nueva España y que ber dejado los confesionarios tan bajos
fué encontrado por él en el volumen que no se pueden sentar los confesores
164 (fs. 61 vta - 66) en el Museo Na- . en sillas ordinarias, sino a lo más en
cional de México. La carta lleva fe- cajuelas o banquillas ordinarias muy ba-
cha 24 de abril de 1733 y en la parte jas, están sin hueco a lá iglesia y nues-
que nos interesa dice: tra constitución manda que tengan puer-
"Los grandes yerros que por la ma- tas de madera con llaves que estén siem-
la dirección de la obra se han cometi- pre cerradas y que el P. Vicario tenga
do. U no es haber cerrado con tabiques las llaves de fuera y la M. Abadesa las
la reja del coro alto, dejándola tan an- de dentro.
gosta como una ventan a, que ni la ter-
cia parte de la Comunidad podrá ver la El comulgatorio tan pequeño como e l
Misa del Altar Mayor, y ésto unas tras cuadro de una hijuela de tapar el caliz.
de otras y las demás se quedarán con Todo ésto, Rmo. P. necesita de compo-
la Misa oída detrás de los tabiques que ner. Aun la S~a. Presidenta que nos fre-
median por lo que suplicamos también cuenta con gran cariño, ha lamentado
a V . Rma. conceda y mande que la re- lo ridículo y lo mucho que ha sentido el
ja del Coro Alto sea como es costumbre que no estuviese a gusto de las religiü-
en todos los coros altos que, quitados sas, que siempre temió S . . Sría. el que
los tabiques, lo llene todo la reja para se nos hubiese privado el tratarle de la
poder todas oír Misa. obra, siendo nosotras quien habíamos
Otro yerro es haber hecho el coro ba- de vivir en ella, así nos lo ha dicho S.
jo junto al Altar Mayor tan corto y Sría. y por si acaso el Sr. Obispo hi-
estrecho que para los entierros no ca- ciera algún empeño para el remedio de
ben la mesa y hacheros por que lo ocu- todo ésto diremos a V. Rma. lo que ha
pa casi todo la bóveda del entierro de pasado.
las religiosas; es tan estrecho que para Mandó el Rey, nuestro Señor q. D. g.
que pueda estar toda la Comunidad · es que entrase S. I'ma. a ver lo que falta-
preciso que estemos intimadas y tocan- ba en el Convento; fué su Ilma. a ver
do unas a otras, y de esta suerte ¿ Có- primero la obra de la Iglesia, donde en
mo podremos tener oración mental? Es presencia del R. P. Provincial y demás
el dicho corito tan oscuro que no tiene religiosos que le acompañaban, fué re-
más luz que una claraboya corta a- prob~ndo todos los yerros que aquí van
rriba, en medio de la bóveda y cuando referidos y que necesitaban de remedio;
51¡, Antropología e H istoria de Guatemala
entró a la clausura y como tan amante logramos el que fuese V. Rma. quien ce-
de las religiosas y deseoso de que vivan lebrase el Capítulo, nos dió S. Sria. pa-
consoladas, díjonos lo ridículo que esta- labra; y por si acaso ahora escribe su
ba y que ocurriésemos a los Prelados; Sría. a V. Rma. ésto es lo que ha pa-
respondimos que estábamos ligadas con sado con toda ingenuidad, no crea V.
obediencias y descomuniones para no ha- Rma. que nosotras hemos h echo empe-
blar ni una palabra; condolióse mucho ño, pues no cabía tal cosa, cuando he-
de nuestro desconsuelo y nos dió palabra mos estado sintiendo y callando ... " Por
que al Capítulo se empeñaría, creyen- el estado actual del convento se ve que
do que V. Rma. viniese: a celebrarlo y se accedió a las peticiones de las mon-
siendo tanta nuestra desgracia que no jas.
NOTA BIBLIOGRAFICA
Catecismo 1 de la 1 Doctrina C?·is- rías para que éste pudiera, probable-
tiana en 1 lengua Kiché y Cakchiquel mente, recibir la Comunión. Después,
1 para uso 1 de los Cu1·as PárTocos en una segunda parte -Catecismo de
de los 1 pueblos de Guatemala.-/ cuatro partes para enseñar una parte
1680. cada domingo entre dos maestros-ade-
más de repasarle lo aprendido en lo que
Manuscrito dé 210 pagmas, sin nombre podríamos llamar la "doctrina" se le da-
de autor ni dato alguno que mdique su ban otros conocimientos importantes so-
procedencia. El Museo Nacional de His- bre la vida en ultratumba, el fin del
toria y Bellas Artes lo adquirió por mundo, etc.
compra al Pbro. Julio Ma,rtínez Flo- El manuscrito en cuestión consta de
res, quien nos informa lo obtuvo en es- dos partes, cada una de las cuales va
ta capital del doctor Héctor Montano dividida en varios títulos. La primera
Novella. parte contiene las enseñanzas cristianas
En la primera hoja tiene el ms. la en quiché y castellano, a dos columnas.
fecha de 1680, p ero el tipo de escritura La segunda corresponde al catecismo cak-
parece acusar un origen más reciente chiquel en el cual ya no se repiten la
(siglo XVIII). Acaso se trate de una traducción castellana limitándose el au-
copia de otro Catecismo más antiguo. tor a dar la siguiente explicación: "El
El manuscrito es uno de los tantos ca- castellano que corresponde a este Cate-
tecismos compuestos por los frailes y cu- cismo, es el mismo castellano que se ve
ras misioneros para la instrucción reli- en el Catecismo Antecedente en lengua
giosa de los "naturales", instrucción que, Kiché; y por eso se han enumerado las
por recomendaciones de la Corona, de- preguntas y respuestas, para que el cu-
bía hacerse preferentemente en sus len- rioso vea con facilidad el castellano que
guas, a fin de que fuera efectiva. Co- conviene a la pregunta y respuesta que
mo para reforzar esta tesis escribió el no entendiere".
desconocido autor del manustrito, en el Damos a continuación los títulos de la
reverso de la primera hoja la siguiente primera parte (quiché-caste'lana), mis-
sentencia: "Querer el Rey que sus vasa- mos que se repiten, lo decimos otra vez,
llos sean instruidos en lengua Castella- en la segunda.
na que no entienden, es querer que la CATECISMO de la Doctrina Cristia-
instrucción sea nula, o mylagroza; Sed na en lengua Kiché y Cakchiquel pa-
sic ets que el Rey no puede querer que ra uso de los Curas Parrocos de los pue-
la instrucción de sus vasallos sea nula, blos de Guatemala.-1680.
o mylagrosa: ergo el Rey no puede que-
rer que sus vasallos sean instruidos en CATECISMO EN LENGUA KICHE
lengua Castellana que no entienden: y PARA ENSEÑAR LA DOCTRINA
por esso paga Cáthedra de Lengua". DiARIAMENTE (1)
El método de enseñanza que debían se-
guir los que usaran el Catecismo era el -En la primera semana se enseñará
viejo y conocido de la repetición. En la -el Pater Nostre veinte veces.
mayor parte se hace uso de diálogos con -En la segunda semana se enseñará
preguntas y respuestas fijas. En di ez solamente el Ave María treinta veces.
semanas se debía enseñ,ar al nuevo cris- -En la tercera semana se enseñará
tiano las nociones fundamentales necesa- solamente la Salve Regina quince veces.
56 Antropología e Hi!toria de Guatemala
NOTAS
Con ese deseo recorrió ext ensas zonas mado "Arte .C olonial" y por nuestras su-
del México Indíg~na, visitó Honduras, gestivas artes populares.
Guatema la, et c., disparando infatigable- Desde su s años estudiantiles comenzó
m ente su cámara fotográfica para cap- a escribir, publicando diversos ensayos
tar el espíritu artístico de las culturas en los que se percibe una bien adquirida
a ntiguas. cultura y a lgunos toques de rebeldía -
Y ya que cito a la hermana República congénita en él- ante diversas situacio-·
de Guatemala, recuerdo sus conceptos e- nes por las que atravesó la Universidad
logiosos del acervo artístico que más allá Nacion al Autónoma de México.
de nuestras fronteras conserva ese país. P<mlatinamente, pero en forma segu-
El archivo fotográfico de Salvador Tos- ra, su p ersonalidad como crítico de ar-
cano posee una cantidad considerable te se fué destacando importantemente
de monumentos centro-americanos como hasta llegar a ocupar puestos tan pres-
las inmutables estelas de Quiriguá y los tigiosos como el de Director de Artes
impresionantes ejemplos del mister:oso Plásticas. Posteriormente tuvo a su car-
Petén. go el Departamento de Artes Plásticas
El resultado parcial de sus estudios e de la ·Secretaría de Educación Púb'ica
investigaciones nos los presentaba en bre- y f inalmente desempeñó el secretariado
ves y sustanciosos artículos de ]os Ana- del Ir:stituto Nacional de Antropología e
les del Instituto de Investigaciones Es- Historia.
téticas del que era miembro fundador y ¡ Qué pocos años transcurren desde que
a cuya instancia se editaron por vez pri- en realidad deja de ser estudiante -al
mera est as publicaciones. recibir su grado de licenciado en dere-
Precisamente en el número 5 de dichos cho (1937)-, hasta el de su muerte, pa-
Anales, Toscano publicó un ensayo so- ra labor tan fecunda y concienzuda!
bre la escultura estofada de Guatemala Investigaciones, . obra publicada, . ma-
en el que se vislumbra para un futuro g isterio, conferencias , etc., en sólo doce
qu e infortunadamente no llegó, el estu- años de infatigable labor cuitural que
dio completo de tan importante manifes- interrumpe brutalmente la tragedia que
tación artística. se desarrolló en las faldas n evadas del
Su vida giró siempre _en torno de la Popocatépetl.
Universidad en donde obtuvo. el grado de La última distinción la recibe del Go-
Licenciado en Derecho y la Cátedra de bierno de Francia quien le otorga las
Arte Precolombino que desempeñó hasta Palmas Académicas, que a mi modo .de
su trágica muerte acaecida el 26 de Sep- ver es el único tipo de compensación al
tiembre de 1949. trabajo científico, que satisface a los
Su insatisfacción cultural por los temas verdaderos intelectuales como· Salvador
artísticos lo hizo abordar los más varia- Toscano.
dos temas estéticos de México, desde su
especialidad, el arte precolombino, has- JOSE SERVIN PALENCIA
ta el gran movimiento pictórico moder-
no, pasando por el tradicionalmente !la- México, D. F., Septiembre de· 1950.
' ·L: .• ~; .
LIBROS Y REVISTAS
Uaxactun, Guatemala: Excavationll of Estas fases pueden distinguirse tanto en
1931-1937. A Ledyard Smith. Carnegi€. las subestructuras cuanto en las supere¡¡-
Institution of Washington. Washington tructuras. En estas últimas la diferen-
D. C. 1950. cia entre Bóveda I y Bóveda II es de lo
más importante. Así en la fase Bóveda
Desde que Sylvanus G. Morley des- I las paredes de los templos se co:1stra-
cubriera y bautizara en 1916 Uaxactun yeron encima de un piso bien definido
(Petén), estas ruinas mayas han atraí- de su respectiva subestructura, práctica
do la atención de los arqueólogos. Fué que se abandonó en la fase Bóveda II .
el propio descubridor quien propuso que En esta última todas las paredes -tan-
fueran exploradas en forma sistemática to interiores como exteriores - se recu-
y sus colegas de la Institución Carnegie brían con gTandes piedras cuidadosa-
hicieron réalidad el proyecto de Morley , mente recortadas; en la fase Bóveda I
practicando allá en la selva ·petenera y se utilizaron, en cambio, piedra~a toscas;
completamente aislados del resto del mun- en ambas fases, sin embargo, después
do, grandes excavaciones año tras año todo fué repellado con estuco. Igual-
desde 1926 hasta 1937. Uaxactun corres- mente, la bóveda en la· fase I se _,hízo
pondió a las esperanzas puestas en él y mediante lajas más bien delgadas y en
los intrépidos exploradores vieron sus es- la fase II con grandes piedras sin el uso
fuerzos compensados con creces. de cuñas. Una vez establecidas estas
El resultado de las investigaciones ha diferencias fundamentales es fácil cla-
sido puesto a la disposición del mundo sificar otros edificios mayas de toda la
científico en publicaciones dadas a luz, región central dentro de este esquema
poco a poco, por las personas que toma- general y establecer con ello su proba-
ron parte en ellas. De esta manera se ble posición te~poral relativa. Parale-
suma ahora a la ya larga lista de publi- lo con estos cambios de arquitectura co-
caciones sobre Uaxactun el nuevo libro rre un cambio de cerámica; Prebóveda
de A. Ledyard Smith. Es el estudio bá- está asociada con cerámica preclásica
sico de la arquitectura en Uaxactun, o- ( Chicanel), Bóveda I con la llamada
mitiendo únicamente lo ya divulgado por Tzakol y II con Tepeu. Este cambio pa-
Ricketson con respecto al grupo E. Su ralelo pudo establecerse gracias al hecho
valor difícilmente podrá sobreestimar- de que los constructores de U axactun u-
se. A. L. Smith nos hace presenciar por tilizaron gran cantidad de tiestos en el
lo menos 700 años de actividad construc- relleno de sus construcciones. Así un
tiva que podemos ver evolucionando pa- edificio de la fase Bóveda II contiene
so a paso; nos enseña cómo el interés de tiestos Tepeu y anteriores, mientras que
los arquitectos mayas primero · se con- uno de la fase Bóveda I sólo contendría
centra en un grupo y luego en otro; có- Tzakol y anteriores. De una manera
mo un complejo arquitectónico empieza tentativa y valiéndose de la asociación
al principio con sencillas plataformas con estelas fechadas, el autor sitúa Tza-
para trocarse al fin en un complicado kol y la fase Bóveda I entre 8.12.0.0.0
palacio. Claro está que en un período y 9.8.0.0.0 y T ep eu y Bóveda II desde
tan largo también los métodos de cons- 9.8.0.0.0 hasta después de 10.3.0.0.0. Lue-
trucción experimentan serios cambios y go el capítulo final queda dedicado al
así Smith establece tres fases principa- análisis y descripción de todos los entie-
' les: Prebóveda, Bóveda I y Bóveda II. rros encontrados.
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