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Acompañamiento
Para familias y maestros.
Maria Elena Rodriguez
Ritmo diario, consideraciones y
estrategias a través del lenguaje y la
higiene, que fortalecen el cuerpo
espiritual.
Adentrandonos en el segundo día de
acompañamiento, podríamos consensuar
que un estilo de vida rítmico y seguro
fortalece la voluntad del niño y es la base
para que se convierta en un adulto fiable
y “disciplinado”. Porque hablamos de
voluntad, es aquella energía que se
proyecta hacia cierta acción, si yo se que
cuando escucho una canción en
particular debo despertar seguramente
voy a ir relacionando positivamente
ambas situaciones.
Como padres, madres y maestros
tenemos el desafío de ayudar a los niños
a entrar en los ritmos del día y la noche,
aquellos que ayudan a regular el sueño y
la vigilia, el cual es un gran tema de
consulta de las familias, como regular el
sueño de los niños. Este tema da para
hacer todo un acompañamiento en
realidad, ya que hay tantas influencias
como la luz del día, lo que comen, que
actividades realiza, si tienen
sobreexposición a la tecnología... Ufff en
fin... Pero estoy muy segura que el ritmo
ayuda, no es infalible, para nada,
personalmente no logro que Esteban
duerma siesta todos los días a la misma
hora y eso fecta su hora de dormir en la
noche. Pero tomo esto como un desafío
porque se que el trata de comunicarse
conmigo y demandar mi atención. Así que
junto a Horacio lo blindamos de amor
nada más.... Incluso disfrutamos ese
tiempo en exclusiva con el, ya que Rafaela
duerme indefectiblemente alrededor de
las 21 hrs.
El ritmo diario también se marca en los
tiempos de alimentación y ayuno, de estar
dentro y estar fuera de casa (patio o paseos).
Como decíamos ayer es bueno ir regulando los
ritmos sociales y atencionales, que están
relacionados con la capacidad de estar solos y
estar acompañados, de estar quietos y estar en
movimiento, de estar centrados y estar
relajados. No podemos esperar tener un hijo
que no se mueva o que no te busque... Sería
triste finalmente... Cada inhalación y
exhalación tiene su magia... Hay que cuidar las
transiciones y para eso el lenguaje es de gran
ayuda, en el primer septenio podemos
conducirlos fácilmente por el día a través de
canciones, juegos de dedos y rimas, en el
segundo septenio podemos hacerlo con juegos
rítmicos y poesias. Los símbolos en el tercer
septenio y el liderazgo de las transiciones son
importantes. Como yo tengo de todos los
septenios en casa, veo a diario de todo
aquello... Rafaela ama los juegos de dedo.
Claro, ella los aprende y se los muestra a su
hermano, las canciones, ustedes saben por los
videos como disfruta de esta energía muy
delicada y armoniosa para la vida familiar.
A menudo las tensiones del día a día provienen
de una falta de ritmo de la que no somos
conscientes, es clave rmpatizar y poner dos
donde la niñez está... experimentando,
tocando y que poco a poco ellos mismos lo
lleven al pensamiento, lo entienden y lo
empiezan a disfrutar.
Debemos cuidar también no caer en la
tentación de saturar la agenda de la niñez con
actividades, no le tengamos miedo al tiempo
de ocio... Desde ahí por ejemplo surgió mi
pequeña cuentacuentos cielito estrellado... La
creatividad surge del ocio. Dejemosle tiempo
para “soñar” o para no hacer nada. Por lo
general se cree que el niño necesita un
estímulo nuevo y constante. Pero realmente
no es así. La escalada de sobrestimulacion es la
puerta de entrada a las adicciones a temprana
edad. Suena fuerte adicción... Pero nos
circundan varias.... Podemos ignorarlas pero
no desaparecerán.... pasa mas de 2 horas
jugando en el teléfono? Se enoja cuando le
limitas el tiempo en el móvil? Deja de socializar
o hacer actividades cotidianas por el uso del
móvil? Eso es por definición adicción. Como
todo, hay que decidirse a cambiar mostrándole
otras alternativas igual o más divertidas.
Los menores de siete años tienen potencialmente
la capacidad de entretenerse con medios muy
simples (un palo, una tela, la caja de un regalo
jaja a quien no le ha pasado? …) y la necesidad de
repetir las mis experiencias una y otra vez .
En el ritmo del día es fundamental variar
momentos de concentración (“contracción”,
hacia adentro) como lectura, pintura, tareas
intelectuales de cualquier tipo…, con momentos
de relajación (“expansión”, hacia afuera) con
actividades idealmente al aire libre, de
movimiento, ejercicio o deporte de cualquier
tipo.