Está en la página 1de 6

Lo que aprendí en mi último mes

Cuento

Presentación:
Es una narración de una mujer sencilla, trabajadora, querida; en su último mes antes que el covid –
19 se la llevara, donde relata como fue su vida antes del coronavirus y al padecerlo, su compartir
con hijos, esposo, cuñada, nietos, sus recuerdos y memorias, conversaciones, lo que aprendió y
como se adaptó en sus últimos momentos.

Autora: xxxxxx
Sección: xxxx
Materia: xxxx
Lo que aprendí en mi último mes

Mi historia comienza a finales de abril del presente año,


donde para ninguno de nosotros ha sido fácil, la pandemia
cambió la vida de todos por completo; déjame
presentarme, mi nombre es Dorila, mujer de 51 años de
edad, no lo oculto, porque soy feliz de haber llegado al
medio siglo de vida, mi profesión es educadora, enseño en
una escuela de labores, mi esposo Kluvert, también
educador jubilado, donde actualmente trabaja como
distribuidor de productos de limpieza, quien me acompaña
cada día, donde compartimos, hablamos, recordamos
cada reunión y sobre todo en las noches nos
comunicamos con nuestros hijos, Klivert y Marimar, de 30
y 25 años de edad, respectivamente. Mientras cenábamos
en nuestra casa, una noche oscura y fría pero con un cielo
hermoso, luna llena, iluminaba nuestro patio trasero,
recordábamos nuestras reuniones de Diciembre, le dije:
- ¿Amor recuerda cuando estábamos todos reunidos, mi mamá, mis hermanas, nuestros
hijos, cuñados, sobrinos y nietos? Cuando todos sentados comíamos la cena navideña, no
dejábamos de hablar y de reír.
- Si mi amor, fue una noche muy bonita, poder compartir con nuestros hijos y nietos, la verdad
que disfruto cuando vienen y nos visitan, sobre todo nuestra hija que vive lejos.
Interiormente, mi mente no dejaba de pensar en mi hija que vive lejos, esta situación ha hecho que
nuestro núcleo familiar se separe y con el covid – 19, hace más difícil volvernos a reunir, mientras
hablaba con mi esposo, nuestra hija Marimar (una joven atlética, inteligente, hermosa, comparada
con una de las mejores atletas de Venezuela, pues representó a su país varios años en el mundo de
la natación), llama a través de una video llamada al celular, el cual era cómico porque el sonido que
tenía era el de un teléfono de los 90, rin rin rin, contesté :
- Bendición mamá y papá, ¿cómo están?
- Bien hija, todos bien, gracias a Dios, aquí cenando con su
papá.
- Qué bien, me alegra, ¿mi hermano?
- En casa de él, con los nietos, está hoy cuidando a esas
tremenduras, mientras que nosotros recordando nuestra última
reunión en diciembre.
- Si mamá, fue un mes super bonito de compartir todos, los
extraño mucho a todos.
- Y nosotros a ti Marimar, y usted ¿cómo ha estado?
- Bien mamá, con mucho trabajo y preocupada con lo del coronavirus, aquí ha afectado a
toda la ciudad, esto parece una ciudad apocalíptica por la soledad que se siente en esas
calles, si ya se que soy exagerada pero es así mamá, las calles están solas.
- Tranquila hija, lo que importa es que estés bien cuídate mucho, usa tapabocas, lávate las
manos, siga las instrucciones de la OMS.
- Si mamá, eso hago, bendición, voy a continuar trabajando.
- Dios me la bendiga, feliz noche.
- Feliz noche, mamá.
Esa noche, mi esposo se acostó temprano porque su día fue fuerte, mientras yo lavaba los
platos, de pronto me sentí mal, empecé a sentir síntomas leves de gripe y de tos, pero no le
paré, así me acosté.
Al pasar los días, visito a Klivert; su casa
que queda en el piso inferior es muy
bonita, estaba realizando panes un arte
que aprendió de su papá; mis nietos,
hermosos, tremendos, me llenan de
alegría cada día; mientras juagaba con
los niños, mi hijo me comenta que se va
del país, su situación económica no era
del todo buena y debía hacer algo por
sus hijos y por la familia en general, para
mí fue fuerte no lo podía creer, primero
se va mi hija y luego se va mi otro hijo,
no quería aceptar esta realidad pero
bueno no tenía de otra, porque se que lo
hacen por buscar un futuro para sus
hijos, para su familia, para ayudarnos a
nosotros.

- Bueno hijo, no voy a detenerte solo quiero que sepa que nosotros cuidaremos de los nietos
mientras se estabiliza. (Dentro de mí, una parte me decía: Noooo, no lo deje ir, me voy a
sentir sola, me va hacer falta, ya mi hija se fue hace años y aun pienso que fue ayer, ahora
mi hijo)
- Gracias mamá, gracias por estar siempre presente, ayudándome.
- Tranquilo, para eso estoy, para apoyarte siempre.
Lo abracé tan fuerte como la primera vez que lo tuve en mis brazos, aunque externamente estaba
sonriente y apoyándolo, por dentro sentía que parte de mi corazón se iba con él, hasta que al
siguiente día parte rumbo a su nuevo destino, esa noche empecé a sentirme un poco asfixiada con
la tos, me tomé un medicamento y me acosté.
Dos días después, converso a través de una video llamada con
mi cuñada, Malule, una mujer que la considero mi hermana, es
mi confidente, persona inteligente y que siempre me escucha,
ambas hablamos de todo, de la vida, de nuestras cosas, nos
desahogamos, lloramos, reímos, siempre la comparo conmigo
no porque se parezca en lo físico pues ella es morena, delgada
y bajita, yo soy gordita, blanca y un poco mas alta, sino en
actitud, somos mujeres guerreras, fuertes, siempre luchando
con las adversidades como debe ser, una mujer integra, de
familia; le comento sobre cómo me dolió que se fuera mi hijo,
pero que entendía el motivo de su nuevo viaje, ella me consuela
y me da palabras de ánimo, aunque me hizo sentir bien, en el
fondo no quería creer que mis hijos estaban en el extranjero.
En ese momento entra mi esposo que llegaba de trabajar y
nos sentamos frente al celular a hablar con Malule, (-es cómico
como hace un año antes de la pandemia nos reuníamos cada
fin de semana para hablar y distraernos, hoy en día la realidad
es otra, nos reunimos de manera digital, eso cambia nuestra
perspectiva-). Entre los tres hablábamos sobre que íbamos
hacer el día de las madres, aunque estaban prohibidas las
reuniones, queríamos buscar la manera de compartir ese día.
Después de tanto hablar llegamos a un acuerdo, ya sabíamos
que íbamos a cocinar; luego de conversar con mi esposo, ceno
y me acuesto a dormir.
Esa noche no me sentí bien, sentía que me ahogaba, la tos no paraba, mi mente creía que las
paredes escuchaban como mis pulmones gritaban pidiendo ayuda, cuando me empezó a faltar el
aire, le digo a Kluvert, quien rápidamente se cambia prende la camioneta y me lleva al hospital, el
lugar estaba full de pacientes, la infraestructura no era la mejor, techos y paredes le hacía falta
pintura, pero no había de otra, tenían que internarme, al momento de hacerme los exámenes,
determinan que estoy contagiada de covid – 19, en ese momento como si tuviera a otra persona al
frente empezaba hablar internamente -¿cómo es posible, yo contagiada?, no puede ser, ¿cuándo?
En que momento…-, pero ahí estaba en una camilla, en un cuarto de un hospital, junto con otros
pacientes que también tienen covid, mi vida cambió, un día estaba en casa, compartiendo y al otro
estaba en el hospital con un virus implacable que invade China y que con la velocidad de un
relámpago se expande por el mundo. Este virus ataca a todos sin distinción de razas o credos y
redobla su virulencia con violencia contra las personas ancianas. Pasaban los días y mi situación no
era muy buena, tenía el celular en mis manos de manera que pudiera comunicarme con mis seres
queridos, no podía hablar pero si escribir, les decía que todo estaba bien para que no se preocupara,
siempre confiando en mi Dios, que me va a sacar de esta, para volver a reunirme con mis hijos,
nietos, esposo, familia, amigos, las cosas se fueron colocando graves, no entendía que pasaba, mi
cuerpo no reaccionaba, como me costaba respirar como si los pulmones los aplastara un camión de
carga, los doctores deciden pasarme a UCI, bueno en ese momento entendí que no era mis planes
lo que se estaban ejecutando no era lo que quería para mí, son los planes del señor y solo él sabe
porque me llamó a reunirme tan rápido, me duele no haberme despedido de mi familia, pero en el
fondo sé que saben que los amo, que luche como una guerrera para volvernos a ver, pero mi Dios
tenía otros planes, siempre tiene mejores planes y no los discuto.
Aprendí que no hace falta tener dinero o grandes lujos
cuando la familia lo es todo, que lo negativo del coronavirus
tal vez, es como nos afecta trabajar, la economía, no poder
compartir con nuestras familias, pero de ello aprendimos
aspectos positivos de cómo podemos buscar alternativas,
que una simple llamada o video llamada es tan valioso
como tener un carro nuevo, que la vida es corta y cada
momento que vivimos debe ser atesorado, dar cada día las
gracias por un día más de vida, ser agradecidos con
despertar cada mañana y poder respirar, sentirse vivos.
Como dijo el comediante Charles Chaplin “La vida es una
obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe,
baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida
antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos”, a
mis hijos, esposo, nietos, familia y amistades, quiero que
sepan que estoy feliz de tener esta vida de haberlos
conocido, de que se cruzaran en mi vida, gracias a Dios por
lo que tuve, no es un adiós es un hasta luego, los
extrañaré.
Reflexión Personal

Mi día a día ha cambiado mucho debido a que no volví a compartir con mis amigos del liceo, ni a ver
clases presenciales, reuniones en el recreo con mis compañeros y disfrutar mi último año de
bachillerato como es de costumbre en años anteriores, en cuanto a mi vida familiar extraño compartir
los cumpleaños, la navidad pasada y fines de semana por motivo de este terrible virus por eso
señalo estos aspectos positivos y negativos:

Aspectos Negativos Aspectos Positivos


La muerte de un ser querido o Familia y comunidad más unidad.
cualquiera que sufra de este virus.
No compartir físicamente con nuestros seres Tiempo de calidad con la familia
queridos
Miedo e incertidumbre. Valoración a las nuevas tecnologías.
El oportunismo de los comerciantes y personas Generosidad, solidaridad, tolerancia y empatía.
en general.
Efectos negativos en la economía por efectos de Precaución e higiene personal.
la cuarentena.

Deseo que esta catástrofe nos sirva para reflexionar y poder corregir errores, pero tengo miedo de
que en poco tiempo volvamos a olvidar y tanto sufrimiento no haya servido para mejorar. Deseo que
la vacuna llegue cuanto antes y sea para todo el mundo y al alcance de todos. Y para terminar,
quiero y espero que esté muy cerca, el momento de poder abrazar a los que tanto extraño.

También podría gustarte