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Aunque no Estés
1
A mi Tía Prudencia, que en Paz descanse,
“Fue una madre para mí”
2
NANDO
Capítulo
1
NUESTRA VIDA EN El CUARTEL DE MOGANDA
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Yo siempre he crecido con las normas de mis padres y les
agradezco por la esta disciplina, era el único hijo que tenían. Me
sentía orgulloso, el único de la casa, el príncipe que esperaba
heredero de la fortuna de mis padres, bueno, aunque en verdad no
una fortuna como tal. Porque mis padres no eran ricos, pero si, lo
poco que me ofrecían lo valoraba.
Mi madre se llama Prudencia Mikue, y mi Padre Feliciano
Ndong. Muchos prefieren unir su lazo de amor ante los ojos de
Dios, pero mis padres lo hicieron al estilo tradicional fang, se
casaron. Cuando yo ya había cumplido ocho años, y empecé a
entender con claridad que mis padres se amaban de verdad, un
amor de los que será imposible ser separados. Porque recuerdo
este día en que dijeron a mi madre que, si quería ser casada, que
entregue el dinero a un miembro de la familia. Y ella sin pensarlo
dos veces le entrego el dinero a su hermano mayor entre todos. El
coste era, trecientos mil francos, y luego vi cómo les juntaban las
manos a mis padres y les dijeron —Amor para siempre, —
prudencia y Feliciano ya sois hombre y mujer, no queremos
escuchar el día de mañana que uno de ustedes ya se muda, es el
matrimonio, tenéis que soportar los dos, los buenos momentos y
los difíciles, —se abrazaron y dieron un beso. Al instante las
mujeres venían cantando, —Anita ehee… Anita ehee…—las
mujeres en sus manos tenían una grande bandeja, que dentro
contenía un envuelto de calabaza. En este día sonreí y me sentía el
hijo más afortunado del mundo, teniendo a unos padres como
ellos.
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Catedral. Y cada domingo me llevaba a la iglesia era uno más de
la asamblea. Mi primera experiencia en una iglesia católica fue
buena y me gusto. Mi madre iba todos los sábados al ensayo de su
corro, junto con su amiga, Consuelo. Que venía con su coche a
por ella, eran tan amigas, que parecían ser hermanas.
Mi madre empezó a ejercer su profesión como maestra,
aunque el salario no era suficiente para los gastos de la casa,
porque a los docentes de mi país no se les pagaba gran cosa. Lo
que hizo a mi madre montar un negocio. Un día ella me encontró
viendo la televisión, y en sus manos tenía un plástico, y le
pregunte, —que es lo que habría dentro del plástico, —y me dijo
que salía a comprar productos para preparar buñuelos.
Capítulo
2
EL CAMBIO DE DESTINO
¹Egato: buñuelo, es una masa de harina que se fríe con abundante aceite, se mezcla con agua, leche, huevo
o levadura. (Nota del autor)
—Ya deberías estar listo para irte a la escuela, anda ve a
ducharte y vístete lo más rápido que sea, te he dejado el desayuno
en la mesa.
Deje de escuchar lo que me dijo mi madre Prudencia y
cuando supe que ya se fue de venta, me quede tumbado otra vez
en la cama. Al instante abrió la puerta de mi cuarto.
— ¿Nando?...
—Mamá… —Conteste levantando rápidamente de la cama
sin calzoncillos.
Entre en el baño, me duché, vestí mi uniforme. Ya no me cabía
tiempo para desayunar, metí mi desayuno en la mochila, para ir a
comer en clase, en la hora del recreo.
—Oye, Oye ¿no vas a dar un beso de despedida a tu mami?
—Mamá, estoy tarde.
—La tarde lo has buscado tú, esta será la última vez que te
despierto anda dame un beso.
Le di un beso y un abrazo a mi madre, a un paso para irme, de
repente me llamo a espaldas me agarro de la mano y me dijo:
—Te quiero mucho hijo.
—Yo también mamá. —dije.
—Quiero que cuando seas mayor, y cuando ya no esté a tu lado,
que agás lo mismo que ago. Contigo todos los días con tus hijos.
No olvides que una madre siempre tiene…
—Que estar preocupado de sus hijos —dije completando la
sagrada frase de mi madre.
—Eso mismo, no lo olvides hijo, no lo olvides. Y ahora ve,
ve que estas muy tarde.
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—Adiós, mamá.
—Adiós, hijo cuídate.
Me fui en clase y dejé a mi madre en su puesto de comercio
vendiendo egatos.
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Capítulo
3
ME QUEDE POR LAS CLASES
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profesora hacia nosotros.
—Como les ocurre charlar en plena clase, hablando de cosas
que no tienen que ver con el tema que estoy explicando, salid
fuera de mis clases.
Yo y Carmelo salimos fuera nos sentamos en la cantina
comiendo bocadillos. A la salida me fui en casa encontré a mis
padres atando y empaquetando las cosas y les dije.
—Me gustaría ir con vosotros pero que decís respecto a mis
estudios, tengo que quedarme aquí para terminar el curso así en
las vacaciones vengo a encontrarles.
—Es verdad lo que dices hijo pero temo a que te quedes
solo, ya no pertenecemos a este lugar pero tengo una idea mejor,
te quedaras aquí con tu madre así cuando os den las vacaciones
vendréis juntos.
Llego el día en que mi padre tenía que irse. Fuimos a
acompañarlo en el puerto, mi padre pidió a unos chicos que
estaban ahí que le ayuden a cargar las cosas y embarcarlas en el
buque, al terminar la embarcación, el buque pito para salir y
mientras mi padre subía nos daba señales de despedida. Una
semana después mi madre alquilo una casa que se encontraba en
el barrio Mbagan, la casa era de tablas con grandes agujeros en
algunas partes, mi madre tapaba dichos agujeros con prendas de
vestir a fin de que la gente que pasaba fuera no nos viesen por
dentro.
Capítulo
4
VACACIONES Y RUMBO A MALABO
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Nos dieron las vacaciones, era verano. Llego el momento en que
mi madre y yo teníamos que abandonar la ciudad de nuestras
vidas. Mi madre ya se había familiarizado con la ciudad de Bata,
en el guardaba muchos y buenos recuerdos inolvidables. Una de
ellas como el casamiento tradicional con mi padre, su negocio del
bar, su oficio como docente, su corro religioso católico, San
Kisito. Sus padres, sus hermanas y hermanos, y sus amigas. Mi
madre sentía por dentro un inmenso desconsuelo, y dentro del
avión veía desde mi asiento, como no paraba de contemplar la
ciudad a través de las ventanas cristalinas del avión. En cambio
yo, me sentía feliz. Porque llevaba muchos años soñando que
llegase ese día. Por conocer la capital de mi país, que solo lo veía
en la televisión, en los informativos de las ocho horas de la noche,
y ahora quería conocer aquella y hermosa ciudad con mis propios
ojos.
Llegamos a Malabo, en el aeropuerto, a lo lejos vimos a
papá, el vino a recibirnos, cuando nos vio vino corriendo a
saludarnos y dijo:
—Me alegra mucho en volver a veros, me hacías falta. —
dije con tanta emoción, —nosotros también papá.
— ¿De quién es la casa en que vamos a vivir? —pregunto
mi madre.
—La casa es nuestra, cuando vine la hice algunas reformas
es de cemento, solo tiene una habitación y un comedor, y decirte
que la casa que veras al lado nuestro es de tu suegra, mi madre.
—Pero como vamos a vivir estaremos incomodos sin
espacio, ¿no ves que el lugar es muy pequeño? y tendré que
verme todos los días con la cara de tu madre, y sabes que nunca
me he llevado bien con ella.
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—Sé que nunca os habéis llevado bien, pero no nos queda
de otra tendremos que aguantar el tiempo que vamos a convivir a
su lado hasta que nos den la casa en el cuartel.
Cuando terminaron de hablar mi padre me dijo a que parase
un taxi, pare el taxi y montamos, estando dentro del coche
mirando en la ventana veía grandes edificios, el taxi círculo por
una rotonda, en dicha rotonda al lado vi unas figuras
emblemáticas de tres mujeres, echas de cemento. Una llevaba
cargada en sus espaldas una cesta tradicional de mi etnia fang, la
otra tenía un cántaro de agua en la cabeza y la otra echaba el
cántaro de agua en el suelo. Todo, era precioso y le pregunte a mi
padre:
— ¿Cómo se llama ese lugar?
—Es la Plaza de la Mujer.
Llegamos en casa, la casa era muy pequeña no cabía tanto espacio
para que acomoden nuestras pertenencias, hasta el extremo en que
dormía en el sofá, pero mis ropas estaban en el cuarto de mis
padres, me mandaron a comprar panes para el desayuno, ni
apenas conocía el camino por donde se pasaba porque no conocía
la ciudad, vi a una joven y le pregunte:
—Por favor, ¿sabes dónde venden los panes?
—Sí, si quieres puedo enseñarte o acompañarte.
Ella me acompaño y compre los panes, en el camino de vuelta a
casa, le pregunte:
—Por cierto, ¿cómo se llama este barrio?
—Lampert, —me respondió.
Al llegar en casa. Encontré a Nelsi mi primo, que vino
hacernos una visita porque se enterró que ya vinimos a vivir en
Malabo. Yo y Nelsi nos saludamos y dijo:
— ¡wau…! Nando así te has crecido tanto.
—Al igual que tú. —dije.
Empecemos a platicar tomando refrescos mientras mi madre
ponía la mesa, estuvimos un buen rato platicando hasta que dijo:
—Bueno, Nando me tengo que ir en la universidad, ya
vengo a visitarles otro día.
— ¿Y qué carrera estudias en la universidad? —Pregunte,
—Estudio Bancas y Finanzas, en el turno de la noche. Y se
me está haciendo tarde a de irme.
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— ¿No vas a picar algo? —dijo mi madre.
—No tía Prudencia se me está haciendo tarde.
Al cabo de unos minutos vino mi padre del trabajo. Y dijo
qué le quitase las botas que llevaba puestas porque vino muy
cansado. De pronto escuchamos alguien llamar a la puerta. Me
levente y abrí, era la abuela Monserrat, no me saludo, parecía
como si fuese que delate de la puerta era invisible. Paso de mí, se
sentó al lado de mi padre y le pregunto:
— ¿Dónde está mi suegra?
—Ya durmió.
— ¿Tan pronto…? —dijo la abuela Monserrat. —y de
repente agarro a mi padre de la mano y le dijo:
—Ven, necesito hablar contigo a solas.
Se fueron a su casa, que quedaba al lado de la nuestra.
Viendo esta reacción de la abuela Monserrat y de papá, me llamo
mucho la atención. Me levante, Salí a fuera, a asomar la puerta de
su casa. Pegué mis oídos contra la puerta y empecé a escuchar.
—Al final le has traído, No sé qué solías pensar en tu mente
cuando te digo algo. Quiero saber, y más encima le traes que
venga a convivir conmigo a mi lado, hijo te has vuelto enfermo o
que. Ya te dije mil que busques a una mujer de verdad, aquí en
Malabo hay muchas. Cuando aún estabas en Bata siempre te lo
decía por teléfono, y no me hacías caso. Esa nuera no me cae
bien, no me gusta verla.
—Pero mamá, ¡por Dios…! Que cosas estas diciendo,
Prudencia es una buena mujer y tú lo sabes. No sé por qué la
tienes tanta manía. Es la mujer que me ha sabido comprender, con
ella me case y la amo. Ella es mi familia.
— ¿Qué…? Tu familia y que soy para ti. ¡Bale…! tu
familia. Esa mujer ahora es tu todo, como no soy nadie en tu vida
ya entendí. Pero una sola cosa te digo, ya veremos ella ahí y yo
aquí.
Mi padre ya venía, de pronto Salí de la puerta, me fui a
sentar rapidito en la silla como un inocente.
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Capítulo
4
EL ENCUENTRO
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todo vuestro quehacer solo está basado en el comercio, ni gracias
dais al Señor por lo que ganáis.
—Ya basta, sal de mi casa inmediatamente, si no abriré mi
boca y desenmascararte, he dicho fuera.
Y así mi tía se fue riéndose y burlándose de mi madre.
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Capítulo
5
PRUDENCIA UNA MUJER ACONSEJADORA
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Había comenzado las clases en mi nuevo centro, algunas veces
llegaba tarde pese a la distancia, era muy lejos. De hecho, mis
padres contrataron a un chofer que me esté llevando en clase. Y
gracias a ello nunca más volvía a llegar tarde.
En el cuartel mi madre era una de las mujeres colaboradoras,
cuando se trataba de ir a recibir al Gobierno o cuando este
realizaba algún acto. Un día de estos salía de la biblioteca
llegando en el cuartel, encontré a un grupo de mujeres bailando,
cantando y otras que tocaban instrumentos de música y veía a mi
madre haciendo lo mismo y le dije:
—Mamá ¿Por qué estáis bailando?
—Estamos ensayando el baile para recibir a los huéspedes
del presidente que vendrán mañana.
Me fui a casa al cabo de unos minutos alguien tocaba la puerta al
abrir, era una vecina que estaba llorando diciendo:
— wua wuiñ ma emú… mo vuarado. ²
— ¿Qué está pasando?, ¿Porque lloras?
— ¿Dónde está tu madre?
—Espera y cálmate voy a llamarla está cerca. —dije.
Fui a llamar a mi madre donde estaba bailando con aquellas
mujeres, y le dije que en casa hay una mujer que vino llorando
que la está esperando, me metí en mi cuarto porque no aguantaba
los llantos de esa mujer, mi madre pregunto a la mujer:
— ¿A ver dime, que ocurre?
—Estuve peleando con mi marido, dice que empaquete
todas mis ropas y que yo salga fuera de su casa.
— ¿Y piensas hacerlo?
—Sí, porque no me queda de otra es su casa.
—Ve donde tú marido, dile que le estoy llamando yo
Prudencia.
Cuando vino el marido de la mujer, mi madre le pregunto:
— ¿Porque echas fuera de casa a tu mujer?, —porque ella
no quiere obedecer mis normas, ni caso hace lo que la digo.
—Pero es tu mujer, no por eso tienes que echarla a la calle
las cosas en pareja se arreglan cuando estáis juntos y cuando hay
un buen entendimiento entre ambos, hoy mismo quiero verla
entrar en casa y tu mujer respete a tu marido, ambos tenéis que
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respetaros. Con aquellos consejos que mi madre les dijo se
fueron, se perdonaron aquella relación volvió perfecta y la mujer
volvía a vivir con su marido.
Gracias a mi madre, por haber aconsejado aquella pareja, en
el cuartel ya era de costumbre muchas de las mujeres de los
militares acudían donde ella para recibir consejos de los
problemas que les afectaba. Mi madre con un corazón bondadosa
no rechazaba a nadie, quería todos por igual les hablaba la verdad
que salía en lo más profundo de su corazón les quería mucho
como Dios nos quiere a
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Hoy tú me matas, ya estoy cansada con esto. (Nota del Autor)
todos nosotros.
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Capítulo
6
EL ACCIDENTE
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Capítulo
7
SEGUIMIENTO A DIOS
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Capítulo
8
LAS PALABRAS DEL DOCTOR
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Entrando en la nueva sala que la instalaron la encontré
comiendo.
— Al parecer alguien se nos está terminando la comida.
— Hola hijo.
— Hola mamá.
— ¿Has venido a verme?
—Claro, y me gustaría estar viniendo a verte todos días, así,
aunque tenga que faltar en clase. Ella sonrió y me pregunto:
— ¿Qué tal las clases?
— Mal.
— ¿Porque?
—Como que porque mamá, fue poco lo que te paso a poco
me quedo huérfano de madre y las clases no me pueden ir bien
sabiendo que te encuentras mal, ya que mañana es fin de semana
me quedare hoy a dormir contigo así tenga que sacarme de
patadas el doctor y sus enfermeras.
En la noche tumbe al lado de la camilla de mí, al cabo de
unos minutos vino una enfermera me dijo que levante de la
camilla, que me aparte de mi madre, porque tienen que darla los
medicamentos, inyectarla y ponerla un nuevo suero, le pregunte a
la enfermera:
— ¿Cuándo piensan evacuarla?
—Eso solo lo decide el doctor, pero se ve que ella ya se está
mejorando y eso puede hacerla volver muy pronto a casa.
Cuando termino la enfermera le dije:
—Gracias.
—De nada, ya que te has quedado a dormir con tu madre
cualquiera cosa no dudes en llamarnos, cuídala.
Se fue la enfermera, no tenía ganas de dormir cogí una silla me
senté en ella y así pasé toda la noche observando a mi madre. Al
amanecer vino el doctor diciendo buenos días a los pacientes, al
llegar en la camilla de mi madre:
—Buenos días.
—Muy buenos días doctor, empecemos a reírnos.
— ¿Y estas sonrisas?, al parecer habéis pasado muy bien la noche
¿verdad?
—Sí, respondió mi madre y añadió, pero doctor extraño
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mucho mi casa quiero salirme de aquí.
—Es verdad, pero tenemos que asegurar que estés bien.
Mientras hablaba el doctor y mi madre, se puso la cara de enojo,
porque no aguantaba estar en el hospital quería volver a casa. De
inmediato vino la enfermera y la dijo que vaya a duchar que falta
poco para la hora del desayuno.
Una semana después, estaba en casa fregando la cocina,
sonó mi teléfono una llamada:
—Hola.
— ¿Mamá…? Eres tú…
—Sí, soy yo tengo que darte una buena noticia mañana
estaré de vuelta con vosotros en casa.
Al escuchar lo que me dijo mi madre estuve muy contento,
parecía un sueño volver a tener de vuelta a casa, mi corazón
estaba otra vez lleno de vida. Hasta en el extremo en que encendí
el aparato de música. En la mañana nos fuimos al hospital yo y mi
padre vino una enfermera llamarnos que nos quiere ver el doctor,
al entrar en el despacho del doctor nos dijo:
—Bien, ella se va, pero lo que os recomendaría es
trasladarla en otro país, a fin de que puede verse con otros
especialistas expertos, porque ella sufrió bastantes golpes y se la
tiene que hacer otra vez una buena revisión, en un país que
vosotros mismos como miembros de la familia ya tomareis la
decisión en qué país queréis que lo vaya hacer, bueno esto es
todo, pueden ir a por ella está en la sala esperándoles.
—Doctor gracias por todo, ―dijo mi padre.
Capítulo
9
LA RECUPERACIÓN
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Mi madre aun no podía caminar del todo bien, mi padre le agarro
por la mano derecha y yo lo mismo hice con su mano izquierda.
Al llegar mi madre miraba la casa como si fuese que nunca ha
vivido en ella, la miraba de una forma muy rara dijo:
—Dios es grande… No creí que volvería cruzar por esta
puerta.
Empezó a llorar, mi padre le abrazo con tanto sentimiento
que yo también me puse a llorar. En la tarde mi padre la llevo a
dar unas vueltas caminando para que ella no esté en un solo lugar
sin mover el cuerpo, lo hacían todos los días hasta que mi volvía
caminar mejor.
Salía de clase, me llamo por teléfono Nelsi, diciendo que le
encuentre en su casa, tome un taxi y fui ahí.
—Estas prendas son para ti.
— ¿Todo eso?
—Sí, todo tuyo.
—Nelsi, ¿se puede saber del porque me estas ofreciendo la
mayoría de tus prendas? Pregunte con tanta curiosidad con tanta
curiosidad.
—Porque la semana entrante me voy a Madrid, me han
concebido una beca, te entrego estas prendas porque no creo que
estas prendas las voy a vestir ahí, porque tendré muchas nuevas. Y
como eres un hermanito para mí de hecho te las entrego, ay
Nando te quiero mucho, no sabes cuánto te echare de menos.
De vuelta a casa, mi madre noto que traía una cara triste y
me pregunto levantándome la cabeza.
— ¿Te ocurre algo?
Le dije llorando que Nelsi se iba a estudiar fuera del país.
—No llores más, cuando el termine de estudiar su carrera, el
volverá con nosotros y veras que te traerá más cosas de las que te
ha dado, si lloras así ¿qué aras cuando me vaya? no olvides que el
doctor me recomendó hacer la revisión fuera del país.
Y así llego el día en que Nelsi tenía que viajar, no le puede
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acompañar en el aeropuerto porque a estas horas estaba en clase y
estábamos en la recta de los exámenes trimestrales, no podía
faltar.
Mi madre se recuperó ahora abría de esperar, cuando
termine de hacer los papeleos, para viajar y así cumplir lo que le
recomendó el doctor en el hospital. Vino de visita la tía Marta,
pero su visita al parecer no era nada bueno, empezó a decir a mi
madre que es una mala mujer, desde que ella recibió la sanidad no
quiere seguir a Dios y su palabra.
Mi madre le dijo:
—No es obligatorio que me vaya en la iglesia, yo desde mi
casa puedo orarle a Dios y El me escuchará, he sido siempre de la
religión católica, pero me he renunciado a ello, es mas no olvides
que nos conocemos muy bien hermana.
Estuve duchando, escuchaba ruidos de personas discutir al
salir del baño encontré a la tía Marta y a mi madre en silencio y
me extrañe porque cuando vieron mi presencia se callaron pronto
y le pregunte a mi madre por si algo está pasando, me dijo que no,
que entre en mi cuarto, al decírmelo se fue la tía Marta.
Era domingo, mi madre se fue en la iglesia en la que
congregaba la tía Marta, mi madre al entrar en pleno culto en el
apartado de las alabanzas, les encontró alabando mi madre
también seguía el ritmo, el culto se dio por finalizar, en la salida
muchos de los fieles cristianos de aquella iglesia se saludaban,
cuando mi madre quiso ir a saludar a la tía Marta la esquivo la
mano, pasándose de ella como si fuese que ella no está presente
en la iglesia. De repente mi madre se adelantó delante ella y la
dijo:
— ¿Porque no me quieres saludar?
— ¿Que has venido hacer? Deberías estar en tu casa con tu
marido y tu hijo, así que, déjame saludar a los hijos de Dios
porque tú no lo eres.
Mi madre quedo helada por las feas palabras que la dijo la
tía Marta, y con toda la vergüenza salió fuera de la iglesia muy
apenada, que su propia hermana la amenazara de esta forma entre
los demás. Mis padres sentados en el sofá viendo la televisión,
pregunto mi padre:
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— ¿Qué tal hoy en la iglesia?
Pero mi madre estaba callada, se notaba un silencio total en
ella, por seguro estaba pensando en algo, mi padre volvió a
preguntar por la segunda vez y en voz alta en el extremo en que
mi madre se asustó:
— ¿Qué tal hoy en la iglesia?
—Bien, respondió mi madre en voz baja.
—Bien no creo, porque desde que has venido tienes esta
cara.
— ¿Te ha pasado algo ahí?
—No, es que he venido muy cansada.
Mi madre no le quiso decir la verdad, a mi padre lo sucedido
en la iglesia con la tía Marta, porque se iba a sentirse avergonzada
ante él, que su propia hermana le dijera cosas iguales. Pero aun
así mi madre no dejo de irse a la iglesia y no la importaba del
rencor que tenía su hermana hacia ella.
En la noche mi madre preparando la cena, de inmediato
recibió una llamada telefónica:
— ¿Si?
—Hola…
—Hola he…perdón ¿con quién tengo el gusto de hablar?
—Soy yo Natividad, tu prima.
Mi madre empezó a reír con tanta alegría, diciendo:
—Oh Natividad, ¿a qué se debe a tu llamada? mucho tiempo
sin llamarnos no… ni tu voz reconocía.
—Me entero que vendrás a Europa, ¿Por qué no vienes aquí
en España? Aquí hay buenos especialistas.
—vale, vendré ahí.
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Capítulo
10
LA DESPEDIDA
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no sabe que su madre biológica es una espiritista de la maldad,
pero se proclama cristiana, estarás burlándote de todos, pero de
mí no. —Así le hablo mi madre a la tía Marta sin miedo a nada.
—Se ve que has venido muy preparada hoy para enfrentarte
con migo hermana, pero que una cosa te quede claro Nando es mi
hijo, mi hijo, lleva mi sangre por sus venas y que piensas hacer
el día que se entere que la Prudencia no es su madre y que él, el
imbécil de tu esposo al que llama papá no es su padre, pero
despreocúpate hermana no pienso soltar la sopa al igual que no
tienes que hacerla conmigo, puedes irte a España donde sea a mí
me da igual, y ahora lárgate de mi casa ojala te hubieras muerto
en aquel accidente.
Y así mi madre salió de la casa de la tía Marta, tomo un taxi
y dentro del vehículo empezó a llorar, el amable taxista le ofreció
un pañuelo para secarse las lágrimas.
Barriendo mi cuarto, de repente escuchaba llorar a mi madre
en su cuarto, quise entrar, pero no pude porque ella había
bloqueado la puerta con toda seguridad, a que nadie la molestara.
Llego el día que tenía que viajar, fuimos acompañarla en el
aeropuerto mi madre término de hacer la facturación y nos
sentamos los tres en la sala de espera. —le pregunte a mi madre,
—Mamá, ¿avisaste a la tía Natividad o Nelsi que uno de
ellos vaya a recibirte en el aeropuerto?
—No
— ¿y cuando piensas hacerlo?
—Ah…se me paso, ahora les dejo un mensaje.
Al cabo de unos minutos anunciaron que los pasajeros con rumbo
a España, tienen que subir en el avión. Mi madre se levantó
rápidamente sonriendo abrazo primero a mi padre y luego me
tocaba a mí, me abrazo tan profundo que me salían lágrimas como
si fuese para siempre y no volveré a verla, y luego me dijo:
—Cuídate mucho hijo, volveré muy pronto
—Sí, mamá
—Y una cosa quiero decirte, no vayas donde la tía Marta.
Me quede sorprendido porque nunca me había dicho algo
semejante, y parecía que algo marchaba.
— ¿Porque?
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—Hijo, nada de preguntas ¿vale?... por nada, solo que no
quiero que te vayas ahí de igual forma no quiero que te visite,
mantén la puerta siempre cerrada, ¿sí? —Adiós…
Capítulo
11
LA PÉRDIDA EN ESPAÑA
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país. Se quedó con la boca abierta al ver a mucha gente de la raza
blanca y como ella es de la raza negra, tenía miedo y vergüenza
en preguntar a uno de ellos el lugar que quería ir.
Cogió su maleta, caminado por las clases de Madrid
andando, pero sin saber el lugar por donde va. Y así anocheció,
justo el lugar que caminaba cerca estaba una cabina telefónica, en
la cabina telefónica estaba un blanco haciendo una llamada,
cuando el blanco terminó y ya se iba mi madre le —dijo
—Hola, soy negra.
El blanco se quedó asustado y veía a mi madre como una
loca
—Por favor ¿puedes ayudarme? —Pegunto mi madre
persiguiendo rápidamente al blanco a sus espaldas.
—Sí, contesto el blanco ¿En qué puedo ayudarte?
—Necesito hacer una llamada y no se utilizarlo, mientras lo
decía señalo el dedo a la cabina telefónica.
—Ah es muy fácil sabes… ven que te enseñe, observa, solo
basta con echarle unas monedas y marcas el número de la persona
que quieres llamar, por cierto, ¿cuánto dinero llevas encima?
—Tengo dos mil francos, —respondió mi madre sacando el
dinero dentro de su bolsa.
— ¿Dos mil francos? No entiendo, ¿de qué nacionalidad
eres?
— Ecuatoguineana ¿no conoces Guinea Ecuatorial? es un
país de África, áfrica central ¿no ves como hablo tu idioma?
porque vosotros nos colonizasteis, los españoles.
—Bueno, sí que conozco la historia esa, mujer sabes…
tengo mucha prisa a ver sin tengo unas monedas, a ver… ja, mira
aquí tengo hoy es tu día de suerte, se llama Euro ten échale y haz
tu llamada buenas noches.
—Muy buenas noches, ah… y gracias por las monedas.
—De nada.
Se fue el blanco, mi madre al hacer la llamada, contesto la
tía Natividad diciéndola del porque nadie ha venido recibirla en el
aeropuerto. La tía Natividad respondió:
—Prudencia, he mandado a una de mis trabajadoras a
recogerte y dicen que no te han visto ¿dónde te metiste? Y ¿en
qué lugar te encuentras?
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—No sé, no es Guinea ¿recuerdas? Para decirte el lugar que
me encuentro, solo sé que estoy en una cabina telefónica.
— ¿Puedes volver en el aeropuerto? Y me esperas fuera
vengo a por ti.
—No, respondió mi madre con una cara de enfado.
— ¿Y porque no puedes volver?
—porque ya no recuerdo el camino por el cual he venido.
Mi madre Prudencia hablando por teléfono con la tía
Natividad, de pronto sonó el tiempo limitado de la llamada, quiso
volver a echar más monedas, pero ya no la quedaba euros si no
francos. Salió donde estaba aquella cabina telefónica caminando,
se fue con su maleta a instalarse debajo de unas escaleras de un
edificio y ahí paso la noche.
En la mañana la tía Natividad llego en el aeropuerto, en sus
manos tenía la foto de mi madre, con la foto iba mostrando a la
gente por si alguno de ellos la pudo ver y saber el lugar en que se
fue, la tía Natividad iba mostrando la foto por las calles de la
ciudad de Madrid. Hasta que un señor le dijo:
—Por el camino que salgo he visto a esa mujer, durmiendo
bajo las escaleras de un edificio.
— ¿En serio? ―dijo Natividad con mucha alegría.
Cuando se fue por donde le había indicado aquel señor, encontró a
mi madre roncando de sueño, cuando la despertó con palmadas mi
madre se asustó, pero cuando abrió los ojos grito riendo.
—Natividad por fin nos vemos, ya estaba muy preocupada
que ya me he venido a perder aquí en España,
Se abrazaron profundamente, la tía Natividad, —dijo:
—Dios no lo ha querido de echo te he encontrado, vamos a
casa hay mucho de que contar.
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Capítulo
12
LA REVISIÓN EN LÉRIDA
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atendiendo a un paciente cuando termino con este, le tocaba el
turno a mi madre.
— Dime —dijo el doctor.
—Hace poco sufrí un accidente, los doctores, me
recomendaron viajar para verme con unos doctores expertos, de
echo he venido hacer la revisión aquí, para más o menos estar
segura que mi cuerpo está en perfectas condiciones.
—Bueno, quítate las ropas, ponte esa y túmbate en esta
cama, porque de aquí a unos minutos me te vamos a meter en el
escáner.
Metieron a mi madre en el escáner, minutos después la
sacaron,y el doctor dijo:
—No entiendo del porque te has molestado, en venir aquí,
estas bien de salud no padeces de nada, estas pero muy bien.
Mi madre se puso muy contenta, y ya no se preocupaba
tanto porque recibió buenas noticias del doctor,
—Dijo el doctor cuando mi madre ya se iba.
—Ten, lo que puedo hacer por ti es hacerte terminar estas
cicatrices que llevas encima, ten esa pomada úsala todos los días
después de ducharte, y veras como tus cicatrices se irán
desapareciendo.
—Gracias doctor.
Un mes después mi madre había terminado de cumplir uno
de los objetivos, por el cual se había ido a España ahora tenía que
volver a Guinea. Su regreso fue un cambio total, vino con una
buena salud, se notaba tanta felicidad en ella y volvía a hacer la
Prudencia de siempre una mujer trabajadora, bondadosa,
maravillosa, una mujer que todas las personas del cuartel
admiraban por la manera de comportase en la sociedad, y yo me
sentía feliz teniendo una madre como ella. La tía Marta vino en
casa tras haber escuchado que mi madre ya vino de su viaje, pero
me resulto extraño su presencia en casa porque hacía mucho
tiempo que no se acercaba a nosotros y más a mi madre, ella y mi
madre se fueron a la terraza, yo las seguía y me escondí detrás de
la puerta para que no me vean y empecé a escuchar:
— ¿A qué se debe tu visita?, si no estabas contenta el día
que vine a despedirme de ti.
45
—Solo vine para saber que te han dicho los doctores de ahí.
— ¿y crees que voy a contártelo? Mejor vete de mi casa
como has venido, porque veo que hasta serias capaz de
envenenarme.
—Solo quiero que sepas, que no voy a darte mucho tiempo
se lo dices, o se lo digo yo, —dijo la tía Marta.
Y se fue. Cuando Salí del escondite encontré a mi madre que
estaba temblando y se cayó al suelo, mi padre no estaba en casa
empecé a gritar: —Socorro… Socorro… Que alguien me ayude,
de pronto.
Vino una vecina con su marido ellos disponían de un
vehículo y me dijeron que la llevemos al hospital, la montamos en
el vehículo y durante la trayectoria se nos iba vomitando teníamos
que volver a llevarla en el hospital la Paz, pero no se pudo, porque
Mi madre ya estaba en un estado muy crítico de echo nos
fuimos a Leori Comba, un hospital policlínico que estaba situado
en el centro de la ciudad.
46
Capítulo
13
LA MUERTE DE PRUDENCIA
Capítulo
14
EL CAMPO SANTO
50
Por fin, estábamos de vuelta en Bata. Subimos en uno de los
lujosos cochazos de mi abuelo, camino al campo santo. Que se
encontraba en el barrio Santa Cruz. Y con el mismo nombre de la
iglesia. Tumbado en el coche, me quede dormido sin darme
cuenta.
Al cabo de unos minutos me despertó mi abuelo:
—Nando ya hemos salido en la iglesia, ahora ha de ir a dejar
el cuerpo de tu madre descansar. Anda vamos.
Mis piernas comenzaron a temblar, llegamos al lugar de las
almas en pena, mientras que el pastor daba sus últimas
predicaciones. En mi alma sentía un inmenso vacío, un vacío
infinito, mi madre ya no estaba a mi lado y cada recuerdo de ella
era doloroso. Minutos después vino un señor, en sus manos trajo
un folio se colocó en medio de todos y empezó a leer el
manuscrito que contenía el folio:
—Señoras y señores presentes en este entierro, os damos la
bienvenida y las gracias, por acudir al acompañamiento de vuestra
queridísima, amiga, madre y compañera. A vuestra hermana Doña
Prudencia Mikue. Decirles que Prudencia Mikue. Nació el día 23
de julio del año 1984, como todos sabemos. Que era del distrito
de Niefang, Enigakugu. Una mujer que supo enfrentarse al
mundo, mostrando todo el cariño hacia sus seres queridos.
Colaborando en la sociedad, en su familia; en el hogar donde
vivía con su esposo, hablamos de Don Feliciano Ndong. Una
relación inmensamente feliz que ha durado muchos años, hasta
que la madre naturaleza, que es la muerte le ha llevado a uno. Es
una tragedia muy dolorosa. Que creo que muchos que estamos
aquí presentes, no olvidaremos jamás. Esta desaparición física.
Resaltarles una vez más, que. Prudencia Mikue como cualquier
mujer ha marcado grandes metas; una mujer trabajadora, que
ejercía la profesión de maestra, sirviendo de apoyo a cualquier
persona que se le acercaba. Prudencia Mikue que descanse en la
paz de Señor. Es todo.
51
Ataron las cuerdas con el ataúd, y cuatro hombres sujetaron
fuertemente el ataúd bajándola suavemente hasta el infinito de la
tierra.
Todos lloraban orando, diciendo el último adiós a mi madre.
Echando las flores en el ataúd. Comencé a llorar diciendo:
—Mamá ¿Por qué me has abandonado? Será muy difícil
creer que ya no estas junto a mí, «pero, aunque no estés voy hacer
fuerte, como me lo has pedido»
52
Capítulo
15
UN PASEO AL DESCUBRIMIENTO
53
—Abuela no tengo hambre.
—Pero tienes que comer mi nieto querido, mírate pareces
tener sida estas muy flaco, te he preparado lo que te gusta uno de
tus platos preferidos, Mendjana3.
— ¡Ay! Abuela no te hubieras molestado, pero ya vengo
enseguida término de ducharme. —dije sonriendo.
En la mesa comí poco.
—Me voy.
—Pero si casi no has comido gran cosa.
—Ya no me quedan fuerzas abuela quiero descansar.
—Quiero dormir un poco. —dije
—Bale descansa, pobrecito mi niño que golpe tan fuerte ¡ay!
3
Mendjana: Puré de patatas con azúcar, comida tradicional. Típico de la etnia fang. (Nota del
Autor)
Dios mi hija, mi hija Prudencia, en qué lugar te encuentras ahora.
Cuando desperté era medio día, la brisa recorría en el patio
podía ver el cielo y el arco iris, me senté en las escaleras
manejando mi celular, minutos después me fui en el paseo
marítimo. Veía el mar lo alumbraban los reflejos de los rayos
solares, todo era precioso, cerré los ojos y el viento soplaba mis
cabellos. Camine durante lo que parecieron horas, contemplando
aquel lugar turístico. Vi a unos jóvenes en grupo, manejando sus
celulares, me llamo mucho la atención y me acerqué a uno.
—Hola, —salude tímidamente.
—Hola.
— ¿Por qué estáis todos manejando vuestros celulares?
—Ah, porque hay una red wifi gratis.
—haaa…
—Si quieres te abro la contraseña.
—Si.
Me pusieron la red wifi, conecté por WhatsApp mi primo
Nelsi estaba en línea y le escribí:
—Nelsi ¿sabías que mamá ya ha fallecido?
—Sí, me entere por los medios informativos, como me
gustaría estar ahí ahora en estos momentos y hacerte compañía
primo.
54
Capítulo
16
LA SEPARACIÓN CON MI PADRE
55
—Pero abuelo no podéis hacerme eso, quiero estar con mi
padre él y mi madre han hecho cargo de mí y ahora que no está mi
madre, tengo que vivir con él, tiene que hacerse cargo de mí.
—Hijo nadie nos va a separar —dijo mi padre agarrándome
la mano.
—Suelta a mi nieto y lárgate de mi casa.
Mi padre sin pensarlo dos veces se fue.
—Abuela sabes que mi madre y la tía Marta nuca se
llevaron bien, aunque eran son hermanas ella me ara mucho daño
—dije.
—Te entiendo, pero yo y tu abuelo no podemos hacer nada
tienes que ir a vivir con ella.
— ¿mi tía? Y el s mi padre abuela mi padre no os entiendo a
los dos.
De repente mi abuelo le marco a tía Marta por teléfono diciéndola
que de aquí a tres estaré de vuelta a Malabo a vivir con ella.
—Explicarme, Por qué la tía Marta tiene que hacerse cargo
de mi porque abuela por qué.
—No lo sé.
— ¿Abuelo?
—Tampoco lo sé, algún día lo entenderás.
—Por favor no me dejen ir a vivir con la tía Marta por favor,
dije de rodillas suplicando a mis abuelos, pero ellos no llegaron a
concebir mi parición.
—Y se me olvido ya tienes que empezar de ir preparando
tus maltas para volver.
De repente me fui corriendo y me tumbe en una de las
esquinas del barrio, empecé a llorar, estaba destrozado la vida no
es justa y tampoco esperaba que lo fuese para mí.
Capítulo
17
60
ME ENAMORE Y SALÍ DEL CLÓSET
Faltaba unos minutos, para que suenen las campanas para entrar
en el aula. Estando en el recreo, Salí a fueras del centro a
imprimir mis ejercicios, en una papelería que se encontraba cerca
del centro. A la vuelta se me acercó Esperanza, lo más curioso fue
que, a pesar de que le rechace vino hacia mí y me dijo:
—Nando, ¿no estas enterado?
— ¿De qué cosa? —pregunte con inquietud.
—Hoy vendrá el nuevo profesor, que nos va impartir las
clases de Literatura. De los rumores que he escuchado dicen, que
es un blanco. Ha sido sustituido por el profesor Samuel Mba que
teníamos.
—Y según la directiva dicen que será nuestro profesor tutor.
—añadió Esperanza.
—Que bien, ¿verdad? —Dije —me gustan los blancos, ellos
tienen un sistema de enseñanza muy culta, pero que en realidad es
muy buena. —nos pusimos a reír.
No pudimos seguir con la conversación, de pronto sonaron las
campanas. En el aula, la noticia del día era de aquel profesor.
Todos no paraban de hablar de él. Todos anhelaban conocerle. Lo
típico de los guineanos, cuando se trata de la raza blanca.
Iba acercando la hora de las clases de Lengua y Literatura, y
hablando del rey de roma, vino el profesor. Era opuesto, elegante,
guapo. Tenía los labios rosados, Llevaba una chaqueta negra y
una corbata de color rojo vino, en sus manos trajo consigo una
cartera pequeña de color negro, parecido a un maletín para
guardar documentos personales, académicos, y otras cosas más,
sus cabellos eran de color negro y llevaba un corte, parecido al de
Cristiano Ronaldo o Welbeck, yo que sé. Solo sé que le quedaba
bonito y me gusto. Toda el aula se quedó en silencio, con las
bocas abiertas. Mis compañeras se sentían atraído por el profesor,
61
y creo que cada una de ellas ya soñaba con ser su príncipe azul.
Otras que iban retratándole fotos a escondidas debajo de sus
pupitres:
—Buenas…, soy vuestro nuevo profesor de Lengua y
literatura. Me llamo Jorge Muñoz Nchama, mi padre es un
español y mi madre ecuatoguineana. Pero en mi infancia lo pase
conviviendo con mi padre en España, después de finalizar mi
carrera y graduarme como Licenciado en la Filología Hispánica,
en la universidad Complutense de Madrid. De hecho, he visto
oportuno venir aquí en Guinea a ver a mi madre. Y por gracia, los
directivos de este centro, me han contratado para impartirles las
clases. Decirles que no soy muy bueno con los nombres. Pero eso
sí, espero llevarme bien con vosotros. Hoy no tomaremos ninguna
clase, sino que, vamos a conocernos. Es decir, cada uno se pondrá
de pie desde su asiento y ara una breve presentación.
66
Capítulo
18
MI AMOR PLATÓNICO
Cumpleaños feliz…
Cumpleaños feliz…
Te deseamos Nandito…
Cumpleaños feliz…
69
Esperanza
En mi vida era la primera vez que sentía algo por alguien, pero
creo que me había equivocado de persona. Jorge tenía novia, y yo
no tenía página, una relación es cosa de dos personas, la tercera
persona esta para buscar conflicto. Y ese era yo, quite los ojos en
Jorge. Pensé que mi realidad y de poder vivir mi experiencia de
amar estaba guiado por Jorge, pero no, si no que era una aventura
vivida en un profundo dolor, en el cual se había convertido en un
amor platónico con un final del desamor, Pero aun así lo tenía
guardado su amor en mi corazón no para ser mi príncipe azul,
sino mi profesor.
71
Capítulo
19
LA MATANZA OSCURA
72
padre:
— ¿Qué haces en mi casa?
—Tengo el derecho de venir a verle, es mi hijo hace mucho
que no le veo, por favor unos minutos más con él y me voy.
—Nada de minutos coge todo lo que le has regalado y
lárgate de mi casa ahora mismo, o quieres que le diga la verdad
delante de él.
—No, no por favor, al menos déjame despedirme de él.
De repente mi madre beso en la frente y se fue con tanta
tristeza, me puse a llorar en el fondo de mi corazón a fin de que la
tía Marta no se diera cuenta que estoy llorando, me fui a mi cuarto
cogí la almohada y mientras la abrazaba lloraba. Pero lo que me
llamo la atención era cuando la tía Marta le dijo a mi padre lo de
la verdad, no lo entendía parecía que algo me están ocultando, la
tía Marta tras la visita de mi padre se quedó muy ofuscada, se
enfadó muchísimo. Era las tres de la madrugada, ella vino a mi
cuarto y me dijo:
—Levántate y vístete pronto, tenemos que irnos acabo de
escuchar su llamada y ella nos está esperando.
La manera que ella estaba vestida me daba tanto miedo, estaba
vestida como aquella noche que la vino a coger aquel señor.
De repente vino un coche y era este señor la tía Marta dijo a
qué monte, el señor este nos llevaba camino al bosque y la tía
Marta me dijo:
—Me vas a dar hoy el permiso de sacrificio y empezó a reír.
Pero no entendía lo que ella me decía con esto, pero si tenía tanto
miedo. Al llegar en aquel lugar, era una curandería y veía a una
mujer sentada en el trono era la jefa, la daban por nombre
Bendeng, llevaba vestida de negro al igual que la tía Marta, y al
lado suyo estaba mucha gente que formaban una especie como un
circulo, cada uno de ellos en las manos tenían dos palos. Mientras
tocaban los palos cantaban, en el centro de todas estas personas
había un espejo, al lado estaba un cuchillo de doble filo. En la
parte que se aguanta, tenía una pluma atada con una tela de color
rojo y una cruz dibujada de carbón.
De repente la tía Marta se colocó en el centro, me echo la
mirada y me dijo que también me colocase en el centro junto a
ella. Mientras cantaban Bendeng venia acercándose, cuando llego
73
delante de nosotros la gente para de cantar había un silencio total.
Ni se volvió a escuchar el ruido de los palos ni de aquel tambor
qué hacía que tenga tanto miedo. Y luego Bendeng le pregunto a
la tía Marta.
— ¿Esta lista? —Sí, ella respondió sin miedo a nada.
Y luego la tía Marta me dijo que repita todas las palabras que
salgan de la boca de Bendeng, Bendeng decía:
—4Ma Nando… maluewua, evumwi, endagaben.
Ane… one,evumsise…one.Mahi, nsisimwe… va.
74
4
Yo Nando, te llamo en ese lugar ahora mismo, estés donde estés. Invoco tu presencia aquí.
(Nota del Autor)
Capítulo
20
EL SAFRICIO CUMPLIDO
77
Capítulo
21
LA HORA DEL SECRETO
Querido Nando:
Quiero decirte primero que, pase lo que pase te amo con
todo mi corazón, has sido un maravilloso y excelente hijo para
mí. Este donde este siempre lo serás, eres el hijo que no pude
78
tener en mi vida. Yo soy tu tía, cuando tan solo tenías tres
meses tu verdadera madre mi hermana, a la que llamas tía
Marta te me entrego a que hiciera cargo de ti. Naciste en un
cuarto cutre, estos cuartos oscuros que hace años siempre
estuvo cerrado entre telarañas y llenas de ratas en pequeñas
esquinas ya no hablo de aquella humedad, todo un olor
tremendo. Pero gracias a una comadrona del barrio en que
vivíamos, hizo todo lo posible que puedas ver la luz de hoy
día, todo ello a pesar que tu padre que en paz descanse era un
doctor. Tu madre Marta para llegar a quedarse embaraza
acudía en las curanderías, practicando ciertos ritos
espirituales de gente ya muerta, de igual forma iba en las
iglesias. Pero tú al nacer no duro mucho tiempo aquellos
espíritus se posaron ella y empezó a enferma y ya no pudo
hacerse cargo de ti, como estuve siempre sola con Feliciano
mi esposo, al que todo ese tiempo has estado llamando papá
pero que en verdad no es tu padre, te nos entregó. Por eso
siempre Marta tu madre va en la iglesia buscando la sanidad,
no va para hacer la voluntad de Dios, pero de noche practica
la maldad. Por eso ella quería someterme también a ello, y vi
que esta vida no es buena de echo me tenía acosada a que te
diga la verdad que tú eres su hijo. Y no quería hacerlo
porque no quería verte sufrir, porque uno de sus objetivos era
recuperarte y enseñarte esa mala vida de la oscuridad que no
es buena. Esa es toda la verdad, que Dios me perdone por
haberte ocultado aquello por mucho tiempo.
Prudencia Mikue
80
Capitulo
23
HABLA MI TIA SONIA
81
sospecharon que estaba embarazada algo que ella misma no se dio
cuenta y tuvieron que echarla del monasterio. Porque para ser
monja hay unas reglas que se tiene que acatar entre ellos está, el
celibato, la obediencia, la pobreza, la castidad y, en algunos casos,
el aislamiento total de la vida civil, conocida como clausula. Ella
entro en el silencio y pensó que la única opción para llevar su vida
adelante era abortar, porque no tenía recursos digamos para criar a
su bebe. Pero ella también miro la otra parte, que si llegara
abortar cometería uno de los pecados que prohíbe Dios en las
santas escrituras y así no podrá seguir con su misión de ser una
hermana en cristo. Un año después vino a Malabo a buscarse la
vida, como es la capital todos vienen a buscar un buen trabajo o
negocio parar llevar a cabo su futuro. Donde dio a luz un niño que
dejaba todos los días en el orfanato, un colegio de monjas.
Mientras ella se iba al mercado ejercer el negocio de manicura,
gracias a esa manicura construyo una casa de tablas. y es la que
vive hoy en día con su hijo.
85
Capítulo
86
22
LA BÚSQUEDA
89
Capítulo
23
EL PLAN DEL FRACASO
90
para que la desate las cuerdas con mis dientes, haciéndolo logre
desatarla. Al desatarla me desato a mí.
Bloquearon todas las ventanas de la casa con toda seguridad, no
había forma en que podamos escapar, empecé a buscar estrategias
para que podamos escapar, a mis espaldas Esperanza cogió el
teléfono y le marco a la policía.
— ¿Que has hecho? Te dije que no llamaras a la policía
—Lo siento Nando, pero no me quedaba de otra
De pronto vino la tía Marta.
— ¿Cómo habéis conseguido desataros?
Esperanza se afrontó con la tía Marta, la agarro los cabellos y
empezaron a pelear, mientras peleaban Esperanza me —dijo,
—Nando, busca las llaves para abrir la puerta.
Buscando las claves no las veía, me fui a la cocina y cogí un
hacha, empecé a romper la puerta. De repente, la tía Marta
empujo fuertemente Esperanza y se la choco la cabeza contra la
pared, empezó a sangrar y se hecho al suelo, cuando lo vi deje el
hacha rápidamente corriendo donde ella.
—No… no… Esperanza, Esperanza me dio su mano y me
—Dijo, —Lo siento.
Esperanza se la paro la respiración, y murió ante mis brazos
me puse a llorar porque había perdido a una gran amiga.
Al instante oímos el coche de la policía llegar, la tía Marta me
agarro la mano y me hizo subir a su vehículo con fuerzas. —dije.
— ¿Dónde me llevas?
—Aun lugar que estarás seguro, donde nadie jamás va
encontrarte.
Sabía que no iba a ser un lugar agradable, porque cuando el
vehículo se adentró en el bosque me di cuenta que me llevaba otra
vez en la curandería.
—Hemos llegado, bájate del coche.
—De aquí no me muevo, aunque tengas que córtame las
piernas.
De repente se acercó hacia mí, me golpeo en la nuca me caí
al suelo quedé inconsciente y se aprovechó en atarme.
—Le he traído, llego el momento de sacrificarlo.
—Sabía que le traerías nos conocemos, —dijo Bendeng
riéndose carcajadas.
91
En mitad de la noche comencé a temblar, tenía mucha fiebre
mi cuerpo ardía por dentro. Bendeng llamo a uno de sus sirvientes
hechiceros que me hicieran un corte con el cuchillo porque
necesitaban mi sangre. Yo sudaba y no podía moverme porque
cuando lo hacia las ataduras me hacían mucho daño.
De pronto escuche el sonido el tambor porque ya iba a
comenzar el acto de iniciación para mi sacrificio. Al cabo de un
rato vinieron a por mí, me di cuenta que en mi alrededor había
cientos de personas venidas de lugares muy lejanas convocadas
por Bendeng. En el centro había una cabra atada y todos cantaban
para mi muerte.
En un momento apareció Bendeng detrás suya estaba la tía
Marta con un cuchillo de doble filo en la mano.
—Le pregunte— ¿Serias capaz de hacerme eso? De matar a
tu propio hijo.
—Hacedle callar. —Ordenó Bendeng.
Y luego vino uno de sus sirvientes, y me pusieron la cabeza
encima de un tronco de árbol cortado.
— ¿Esta lista?
—Sí, —respondió la tía Marta elevando el cuchillo hacia
arriba para matarme.
No podía hacer nada para impedir mi muerte, cerré los ojos
respiré hondo y en voz baja susurré con las ultimas y sagradas
palabras que dijo el hijo del alfa y omega antes de morir:
—Dios en tus manos encomiendo mi espíritu, mama he aquí
a tu hijo, ¿Dónde estás?
De repente apareció el espíritu de mi madre Prudencia
muchos empezaron a huirse rápidamente, mientras la tía Marta y
Bendeng se enfrentaban a mi madre. Bendeng cogió su poderoso
bastón para combatir, pero mi madre la ilumino con una luz muy
poderosa que Bendeng no pudo resistir, porque se la acabo las
fuerzas de sus espíritus que la hacían ser tan poderosa, Bendeng
se quedó muerta en espíritu y ya era una persona normal de carne
y hueso, con la iluminación de Prudencia se cayó al suelo y
murió. La tía Marta al ver morir a su fiel reina ante ella se echó a
la fuga corriendo a oscuras en el bosque.
Al cabo de dos horas, a fueras de la curandería aparco el
coche del cuerpo de policías Akamanam,5 me quede quieto susurre
92
y dije:
5
Akamanam: Utilizado en la langua vernácula fang. Es el cuerpo de policías que se encarga de
velar por la seguridad de los ciudadanos. (Nota del Autor)
93
Llegamos a Guantánamo me bajaron del coche, estaba
nervioso, me agarraron y me metieron en la celda. El comandante
se quedó parado detrás de las rejas de la celda y dijo:
—Esperaremos que la justicia tome cartas al asunto, y si es
posible ya tienes que ir pensando en buscarte un abogado, pero
por de momento estarás aquí con nosotros.
Todo plan tiene un fallo fatal, a veces reside los cimientos, incluso
en los que se supone más cuidadosos una gran cautela no siempre
es garantía de éxito, cuando un plan se levanta sobre cimientos
inestables, el fracaso no es solo una posibilidad, es una certeza.
94
Capítulo
24
UNA NUEVA FAMILIA QUE CONOCÍ EN LA CÁRCEL
98
Capítulo
25
EL JUICIO
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El juicio está formado por un sujeto (el concepto de objeto del
juicio), un predicado (el concepto de aplicar al sujeto) y la copula
lo que establece si lo pensado es propio o no del objeto del juicio,
“el ser humano es malo” es un ejemplo de juicio, donde “el ser
humano”, es el sujeto, “malo” es el predicado y “es” es la copula.
Es lo que me tocaba a mí, me calificaban de mala persona,
poniéndome cualquier nombre que les parecía bueno, unos me
decían asesino, delincuente, ladrón, peligroso etc… pero pasaba
de ello, fingía como si fuese que no les hacía caso, pero que en
verdad todo lo dicho contra mi personaje me dolía por dentro, a
pesar de ser inocente de lo que me acusan. No iban a creerme por
el mero hecho de decir que soy inocente, no. Es imposible creerlo
y más si son los policías que ni siquiera te dejan explicar del
porqué de eso, no, no te dejan aclarar las cosas. Bien ¿y dónde se
trata asuntos iguales? En el palacio justicia y llego ese día, el día
en que tenía que enfrentarme con la justicia.
—Dejad entrar al acusado. —dijo el juez poniéndose las
gafas.
Abrieron la puerta y me traían esposado, en medio del público
acudiente al gran juicio.
—Sacarle las esposas —dijo el juez echándome un vistazo
raro.
—Ve Nando, acomódate aquí, después de esta mujer que
falta poco que llegue, tocara tu turno en ir a declarar tu inocencia,
con detalles lo que verdaderamente paso en esta noche en la
curandería, ¿vale? —dijo la abogada Soraya.
—Oye Soraya ¿Qué mujer? —pregunte curiosamente.
—Lamentablemente no lo sé, solo tengo la información que
me han dado esta mañana, dicen que estuvo también en la
curandería. Y a ti te pregunto ¿No la conoces?
— ¡Mmmm…! No sé, es que en esta noche había una suma
de gente y no me fijaba las caras.
—Dejen entrar al testigo. —dijo el juez.
— ¿Mamá?
—Es–es… tu–tu… ¿madre…? —pregunto la abogada
cristina.
—Sí, es mi madre, estoy perdido.
—No diga eso, vamos a ver cómo va todo, que para eso soy
100
una abogada, no nos vamos a rendirnos. Pero eso sí, después del
receso me cuantas como es eso de que ella es tu madre, ¿vale?
—Si —respondí.
Después la entregaron la biblia, puso la mano en ella y la
preguntaron:
— ¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad?
—Sí, lo juro —dijo Marta elevando la mano.
Toda la sala se quedó en silencio, Al sentarse Marta de repente
apareció el espíritu de Prudencia, la única persona que veía el
espíritu era ella se levantó del asiento y dijo:
Esta… aquí..., esta… aquí… ¿Tu otra ves? Déjame en paz estás
muerta, muerta…
—No voy a dejarte hasta que no pares de hacerle daño a la
gente. —dijo prudencia iluminándola con una luz muy poderosa.
Toda la gente asistente en el juicio, empezaron a levantar de sus
asientos, mirando raramente a Marta. De repente Marta empezó a
desenmascarar a sí misma confesando en su lengua todos los
males cometidos llorando. La gente se quedó sorprendida, otros
que ponían la mano en la cabeza lamentando aquella situación y
otros empezaron a condenarla diciendo:
— ¡Bruja…! ¡Asesina…! ¡Eres una criminal te mereces la
muerte!
— ¡Silencio la sala! —dijo el juez gritando. —voy a
culminar la sentencia, al escuchar las palabras horribles salir de la
boca de esta mujer. Nando te declaro totalmente libre de lo que se
te acusa. Y tu madre, lo siento mucho ¡La condeno a muerte!
Me acerqué al juez rápidamente y me puse de rodillas y le dije:
—Señor juez, por favor es mi madre, ¿no hay otra manera
que arreglar eso?
—Entiendo por lo que estas sufriendo ahora, pero nosotros
trabajamos con la justicia, y todo lo escuchado salir de la boca de
tu madre, no se merece nada sino la muerte.
Los policías agarraron a Marta la esposaron y luego la llevaron en
la cárcel.
101
Capítulo
26
EL CASTIGO DE MARTA
Capítulo
27
UN SUEÑO CUMPLIDO
104
entregaron el micrófono, todas caras estaban puestas en mí.
Y uno de mis compañeros me decía en voz baja.
—Tu puedes Nando, vamos… Tienes que conseguirlo.
De repente sentí el soplo del viento, cuando incliné la cabeza
hacia atrás. Escuchaba la voz de mi madre Prudencia y me decía.
—Tu puedes hijo, hazlo por ti. Y luego escuchaba a
Esperanza decir —Tu puedes Nando, eres muy valiente hazlo por
todas las personas que te quieren.
El director del centro ya venía a sacarme del escenario, porque me
veían mucho tiempo parado con el micrófono sin actuar
De repente dije:
—Esta canción la dedico a mi madre Prudencia que en paz
descanse, aunque en verdad no es mi madre biológica, pero
siempre lo será este dónde este. Es mi tía sí, pero nunca dejara de
ser mi madre porque la llevo aquí en el fondo de mi corazón.
Y así empecé a cantar esta canción:
Aunque no Estés
I
Al despertar su rostro no está, yo me pregunto dónde se habría
ido, sin dejarme una pista de su olor este perfume que acariciaba
en mi piel.
Aunque no estés, puedo seguir
Aunque no estés, puedo luchar
Aunque no estés, puedo esforzarme…
Aunque no estés
Corro:
Cada nota es una canción… nanana
Pero hoy quiero hacerte cantar para ti
Da igual… aunque no estés, aunque no estés, aunque no estés
II
Aunque no estés, puedo vencer
Aunque no estés, puedo reír
Aunque no estés, puedo cantar…
Aunque no estés
Corro:
Cada nota es una canción…na na na
Pero hoy quiero hacerte cantar para ti
105
Da igual, aunque no estés, aunque no estés, aunque no estés.
III
Aunque no estés, puedo enfrentarme contra el miedo…
Aunque no estés
Corro:
Cada nota es una canción…na na na
Pero hoy quiero hacerte cantar para ti
Da igual, aunque no esté
Aunque no estés, aunque no estés
6
UNGE: Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial, es la principal universidad de la República
de Guinea Ecuatorial en África Central. Su campus principal se localiza en la ciudad capital,
Malabo. (Nota del Autor)
firmando una serie de documentos que acreditaba que ahora son
mis padres. Pero aun con eso nunca olvide a la familia de parte de
mis padres biológicos, en espacial a mis abuelos, aunque habían
hecho una mala jugada conmigo, pero aun así les quiero
demasiado. Y en varias ocasiones les dejaba una carta, siempre
con el mismo contenido.
Queridos Abuelos:
Desde aquí os hecho mucho de menos, quiero que os
quedéis tranquilizados. Porque ahora me encuentro en
perfectas condiciones. La señora Carlota y el señor
Rodolfo, revelan por mi bienestar. Ahora son mi familia,
como lo son ustedes también. Decirles que os quiero mucho,
eso nunca lo olvidéis.
Nando
fin
108
Poemas Satíricos y explicativos
109
MADRE PRUDENCIA
111
AUNQUE NO ESTÉS
112
ÚLTIMO DE MAMÁ
Presume de eso,
Tradición que nunca termina
El amor hacia mamá,
Se me hace más grande
Toda la alegría
Seresplandece en mí,
Al escuchar
¡Último de mamá!
113
PLAYAS DE SIPOPO
114
VIERNES DE LOS ESTUDIANTES
Respiramosmuy hondo,
Por fin es viernes.
¡Oh aquel desamparo exterior
Y enorme del silencio
TE QUIERO EN EL SILENCIO
115
Cogidos de la mano no lleva el viento,
Perdiendo nuestro recorrido en el espacio sin avisar
Y sin responder del porque nuestras miradas dan señales,
En el silencio de nuestras pupilas
Arden nuestros labios,
LA VIDA ES DURA
116
La vida es dura jugamos la suerte,
A veces cuando te toca te crees ser superior
Ya llevo la edad suficiente para quedarme quieto,
Cuando me hablan de la muerte
MI LLANTO
117
Dejarme que llore como aquel que sufre,
En vida la tortura,
NO SALES DE MI MENTE
No sales de mi mente,
Porque aun percibo la fragancia que desprendía tu cuerpo,
No sales de mi mente,
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Porque aún recuerdo tus labios pegados contra los míos,
No sales de mi mente,
Porque aún recuerdo tu cuerpo acostado en mi cama, llena de
rosa,
No sales de mi mente,
Porque tu hermosura es superior que la naturaleza,
No sales de mi mente,
Porque me enamore del primer regalo que me ofreciste el 14 de
febrero,
No sales de mi mente,
Porque creaste dentro de mí un mundo feliz,
No sales de mi mente,
Porque aún sigo pensando y extrañándote conmigo.
LA PARTIDA
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Pero cuando muera,
La oblación lamentara, querrán ver mi cuerpo que ya dejo de
respirar,
Pero Cuando muera,
En el velorio habrá bebida a montón, sin faltar el café,
Pero cuando muera,
Tendré un ataúd, colocado detrás de la cubierta de un coche
lujoso, camino al campo santo,
Pero cuando muera,
Muchas flores dejaran en mi tumba,
Diciendo buenas palabras sobre mí y el cura culminando
diciendo,
Que en paz descanse.
Llévame contigo,
A un lugar que estemos tu y yo,
Llévame contigo,
Y dame tus alas a volar
Llévame contigo,
Donde la naturaleza nos invita a florecer nuestra relación,
Llévame contigo
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Donde podemos lograr nuestro sueños y serlos realidad,
Llévame contigo,
Donde podremos gozar de nuestra vida cómoda y feliz.
ROSAS A CÁNDIDO
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