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Mario Domínguez Sánchez-Pinilla mariodos@cps.ucm.

es

TEORÍA SOCIOLÓGICA CONTEMPORÁNEA

1er cuatrimestre. Septiembre-Enero 2017-18

Tutorías: L y M 16:30-18:30; Despacho 2510

TEMA 1: FUNCIONALISMO
Estructura, sistema y función. Análisis de La estructura de la acción social. Una teoría general, El sistema

social. La estructura del comportamiento desviado. El modelo AGIL. La contribución de R.K. Merton a la

ciencia social. La estructura institucional de la vida social. Un paradigma del análisis funcional. El

paradigma de la desviación. Críticas al estructural funcionalismo.

En los años 1920s y 1930s hubo una gran cantidad de obras procedentes de la Universidad de Harvard,
centradas en torno a la idea de la normatividad de las conductas: las conductas humanas se orientan de manera
normativa, por valores, símbolos, signos... Es una sociología muy inmaterial, abstracto, muy teórico. Algunos
de los autores que han tratado la evolución del estructural-funcionalismo es Alvin Gouldner, la trata como una
anomalía salvaje en la tradición estadounidense (muy pragmática, preocupada por la cuestión metodológica,
como la Escuela de Chicago). Gouldner comprueba que hablar de la Ivy League tiene cierta relación con el
tipo de obras que se realizan. Existen algunos condicionamientos de esta comunidad académica:

- Aislamiento de clase. Contexto del Crack del 29, con fuertes oleadas de desempleo y pobreza. No
obstante, las universidades de la Ivy League no sufren esta crisis, debido a la financiación de grandes
empresas y familias. Profesores y alumnos comparten la misma forma de superar la crisis, desde la
élite, planteando una interacción social no problemática, no crítica con el sistema económico.
- Aislamiento espacial/territorial. Grandes corrientes de sociología de EEUU suelen estar vinculadas a
una ciudad (Chicago, con vocación urbana-ciudadana). No obstante, el estructural-funcionalismo
surge en pequeñas localidades de la costa oeste, n ambientes rurales “idílicos”.
- Escasa repercusión de la ciencia social, se buscan soluciones económicas, no sociales; los sociólogos
no son buscados para conseguir soluciones. Paradoja, dada la enorme crisis social del momento.

En suma, tenemos un aislamiento protector, tanto espacialmente como económicamente. Se ven


“aligerados” de la carga de la implicación social o la responsabilidad de la crisis, centrándose en lo “teórico”.

Otra explicación al respecto pone el foco en el desplazamiento que se dio en la sociología desde el siglo
XIX al XX. El eje fundamental ha pasado de Europa a Estados Unidos. Algunos autores entienden el
estructural-funcionalismo como una respuesta consciente de la escuela estadounidense para combatir los
“excesos de marxismo” de la ciencia social europea. El EF se prepara para dar una contra-respuesta global,
intentando hacer una revisión punto por punto al predominio europeo y “marxista” en la ciencia social.

Por su éxito, acabó siendo de manera muy rápida el canon de la sociología clásica en el siglo XX. Insistir
en el término de estructural-funcionalismo es en cierta medida falaz; si hay algo que funcione como base
aglutinadora de este paradigma es el concepto de “sistema”.

1
Función: acciones sociales con un tipo de propósito y que encajan en un sistema social en su conjunto

El EF es el análisis de las partes de una sociedad (funciones, estructuras, normas…) como partes de sistemas
más vastos de conductas, creencias o valores. Nunca se analiza nada aislado, sino en relación con las demás
partes de la sociedad. Aunque esto no es nuevo, ya se ve en autores del XIX como Durkheim, entonces estaba
enmarcado en el organicismo. El modelo orgánico para los decimonónicos era el ser humano, pero la metáfora
había cristalizado demasiado, pero había llegado más lejos de lo que hubiera sido útil. Malinowsy o Radcliffe-
Brown aún seguían anclados en esta metáfora. Posteriormente se dejó de lado el organicismo y se adoptó el
sistema como elemento central de la sociedad. El carácter sistémico implica, por un lado, la interdependencia
de una serie de partes y factores y, por otro lado, la tendencia de las partes a mantener un equilibrio entre ellas.
Para analizar la sociedad desde esta perspectiva debe cumplir las dos condiciones.

Talcott Parsons y Robert Merton fueron los teóricos clásicos de esta corriente, pero con diferencias. Parsons
representa la adhesión absoluta al modelo sistémico, mientras que Merton opta por una estrategia de adhesión
mínima (hay que demostrarlo). Ambos concuerdan, no obstante, en que explicar cualquier estructura, pauta,
creencia o acción hay que hacerlo en relación con el resto, a la totalidad.

Para Merton, el análisis funcional se concentra en una unidad delimitada del objeto de análisis y luego
buscar si esa pauta o creencia se mantiene y, por tanto, beneficia al conjunto. Merton, así, subraya el elemento
de interdependencia, pero parte del análisis de las unidades (inductivo). Parsons, al contrario, no se centra en
unidades específicas, sino en el análisis de la estructura contextual como sistema, comprobando luego si las
partes están interrelacionadas y generan una estabilidad (deductivo). Esta diferencia tiene repercusiones
respecto al tipo de análisis. Merton habla de la sociología como una construcción de teorías de alcance o rango
medio, donde las variables deben ser demostradas empíricamente para luego relacionarlas con los demás. Pero
no debemos confundirlo como un empirista. Hablar del alcance medio sobreentiende la existencia de dos patas
necesarias: empiria y teoría. No deja de lado la última. Parsons, por su parte, no da cabida al aspecto empírico;
su obsesión es construir una “gran” teoría, que contempla “la gran sociedad”; no contempla distintos tipos de
sociedades históricas. Su idea es construir un núcleo teórico fundamental que luego se aplicará. En conjunto,
pese a sus diferencias, los dos mantendrán el sistema como herramienta explicativa fundamental. La teoría
funcionalista no tratará de explicar como algo funciona, sino cómo cualquier tipo de función está
necesariamente relacionada con otras, formando un sistema. La reciprocidad entre las funciones dará
estabilidad al sistema. Para Parsons, esa reciprocidad existe a priori, mientras que para Merton hay que
demostrarla.

Esta reciprocidad funcional tiene también repercusiones en las diferencias entre ambos. Esta reciprocidad
es criticada en parte por Merton, revisando el paradigma funcionalista. Los antropólogos funcionalistas
pudieron encontrar esta reciprocidad en sociedades pequeñas, comunidades reducidas, poco diversificadas y
estables. El problema vino al atender a la reciprocidad funcional en sociedades complejas con alta
diversificación de funciones y conocimiento, y en continuo cambio.

TALCOTT PARSONS (1902-1979)

Catedrático de Harvard, hijo de un diácono. Escritura compleja, abstracta, casi con complejo adánico de ir
nombrando el mundo según llega. No hay piedad con el lector, no hay ejemplos ni nada concreto. Busca su
ideal de científico social, la “objetividad”, con una enorme distancia respecto de la realidad. SU objetivo es
construir un conjunto teórico, abstracto, par aluego ser aplicado a todo.

2
Su primera obra es La estructura de la acción social (1937), de referencia tras la Segunda Guerra Mundial.
EN primer lugar plantea el dilema en que a su juicio se encuentra el liberalismo (él es liberal). Viene a decir
que la idea simplista del progreso de la ciencia social en el XIX, que se basaba en la fe en la razón del individuo
para obtener un equilibrio social al agregarse las acciones racionales individuales. Parsons reconoce que esto
se ha roto tras las Primera Guerra Mundial y la crisis del 29. Los individuos no generan una sociedad
automáticamente estable. Hay que buscar cómo son las sociedades estables. Indagando en ello llega a la
conclusión de que el problema fundamental es el de utilitarismo; cómo el utilitarismo se ha infiltrado en esa
explicación liberal. EL utilitarismo concibe que el egoísmo de cada individuo llega a sus fines, quedándose en
una especie de máxima de sentido común. El científico social debe, pues, enfrentarse a ello pues no puede
conformarse con el sentido común. Por otro lado, también teme los colectivismos que habían surgido, y que
habían desplazado el eje explicativo al colectivo (de clase, de raza, de nación…), dejando atrás al individuo.
Para combatirlo propone construir una célula fundamental cuya repetición llevaría a la estabilidad del sistema
social. A esta célula, situación hipotética o modelo que nos sirve como ladrillo fundamental lo conoce como
“acto-unidad”.

El acto-unidad se podría representar de la siguiente forma: un actor individual persigue una serie de fines,
a partir de consideraciones mediadoras, que ya pueden ser medios (suerte, influencia, dinero…) o condiciones
(medios no doblegados por el actor, convertibles en medios; nacer pobre), y de regulaciones normativas (que
indican la forma lícita o reconocida para llegar a los fines).

Consideraciones mediadoras (medios y condiciones)- Durkheim, Marx

ACTOR FINES

(liberalismo) Regulaciones normativas - Weber

Se trata de una conciliación de la teoría decimonónica, de la tradición liberal y de las preocupaciones


colectivistas. El actor no es utilitarista, está mediado por lo social (lo colectivo), sirviendo esto como cortapisa
para el alcance de sus fines. Las condiciones no tienen por qué ser iguales para todos los actores, el sistema
simplemente contempla que todos los actores tengan la oportunidad de convertir las condiciones existentes en
medios para sus fines, proceso reglado por lo normativo. La desigualdad es una condición para que exista el
sistema; no pueden ser todos los actores iguales.

Parsons también afirma que el sistema de regulaciones normativas debe ser aceptado por todos, y también
debe ser inamovible; es similar al funcionamiento de la “mano invisible”. El sistema de valores se entiende
como un elemento natural, que ya está ahí. El actor también está ya ahí, con sus intenciones y fines, está ya
constituido, como los fines también.

Se acepta que este es el núcleo del juego fundamental, está determinado por naturaleza. No hay posibilidad
de innovación o cambio. Se presupone un consenso social en las normas, en los actores, en los fines.

En el resto de la obra busca cómo componer esta estructura social manteniendo la libertad del actor. El
actor está supeditado a ciertas consideraciones y normas que están por encima de él. Parsons persigue entonces
aquellas consideraciones mediadoras y regulaciones normativas que promueven la estabilidad del sistema.

No obstante, en todo este desarrollo, Parsons se ve obligado a una reconceptualización de la sociología y


las ciencias sociales. En las últimas páginas se replantea el objetivo de la sociología: “la ciencia que intenta
elaborar una teoría analítica de los sistemas de acción social, en la medida en que estos sistemas se entiendan

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en términos de la propiedad de integración de valores comunes”. Es una ciencia “objetiva”, que construye y
deconstruye (analítica) los sistemas de acción social (sin atender a lo material) que posean una integración de
valores comunes. Es decir, que solamente va a estudiar en aquellos casos en que toda la sociedad esté de
acuerdo con el conjunto de valores. La sociología analiza el consenso, lo estático. Parte de un idealismo muy
estrecho con respecto al alcance de la sociología.

Después de la Segunda Guerra Mundial publicará dos obras similares. Con Edward Shils publicará Valores,
motivos, sistemas de acción (1951). Por su cuenta publicará El sistema social (1951), utilizada como referencia
por la sociología bajo el franquismo.

Lo primero que llama la atención en esta obra es la utilización de Freud, sobre todo su teoría acerca de la
formación del superyó. La catexia es lo que lleva a un actor a identificarse con el objeto de su amor, y le
permite internalizar el objeto de su deseo dentro de sí mismo. A Parsons le va a interesar esta idea de la
internalización, que entiende que comienza con el niño, que es desde el principio social; introyecta a la
sociedad en su conjunto. Piensa que los actores están continuamente introyectando los aspectos sociales,
aunque serán diferentes en cada individuo salvo en un mínimo común. El conjunto de elementos comunes
introyectados es lo que permite a los individuos relacionarse en sociedad; ya conocen la sociedad, pues la han
interiorizado. Es la conocida como socialización de los valores culturales y los medios. Y esta idea es lo que
le lleva a plantear su modelo de tres sistemas: personalidad, sociedad y cultura. Estos sistemas son distinciones
analíticas y no entidades físicas; los individuos tienen elementos de los tres a la vez.

• La personalidad se refiere a las necesidades particulares de cada sistema (orgánicas, emocionales…)


y que se organizan en una entidad individual a través de la socialización. Le interesa subrayar que cada
individuo es distinto, la personalidad es lo que proporciona la unicidad de cada individuo. El actor ya
es en sí una entidad social, se constituido como tal.
• El sistema social es la parte fundamental de su propuesta. Alude a la “interacción normativa entre
diferentes tipos de personalidad”, que puede ser de cooperación, antagonismo… En definitiva, hay
más de una persona para conseguir un fin. El problema es el de la distribución, en un sistema de escasez
en el que la organización es clave.
• El sistema cultural no alude a las necesidades de la gente y a la naturaleza de las interacciones reales,
sino a amplios patrones simbólicos de sentido de valor que comparten todos los individuos. Dan forma
a las interacciones específicas y establecen las disposiciones de necesidad (penetran en los otros dos
sistemas). Es el sistema más abstracto o generalista de todos.

En una rara concesión a hablar de historia o concreción, entiende que en las sociedades modernas los tres
niveles se corresponden bastante entre sí, pero con diferencias. Lo que estaba muy integrado en sociedades
primitivas, se encuentra como disgregado o no perfectamente adecuado en las sociedades modernas. De ahí
que uno de los temas fundamentales del sistema social va a ser el porqué de los problemas en los sistemas
sociales modernos, de las desviaciones allí donde no debería haber desviaciones.

Entiende las sociedades modernas como redes de roles interactivos, que componen el sistema social. EL
rol es un nicho impersonal de interacciones, con expectativas hacia los demás, pero también inclinaciones,
exigencias… Los sistemas de rol son muy complejos en las sociedades modernas y se despliega ante muchos
grupos sociales. Pero lo importante es que exista una correlación entre esta complejidad de roles y la
personalidad y los sistemas culturales. La propia dispersión y variabilidad de los roles en las sociedades
modernas es lo que dificulta esa correspondencia. Parsons busca es correspondencia sutil (sin voluntad
explícita) entre los sistemas.

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Para los roles complejos se requieren unas personalidades muy difíciles de construir. La conclusión es
simple: habrá pocas personas que sean capaces de adquirir los roles más complejos. Un organismo sin voluntad
explícita de imponerse adjudicará los roles difíciles a aquellas personas con mayores capacidades. Lo contrario
ocurre con las personas con menos capacidad, que obtendrán roles más sencillos. Ello explica que las
sociedades produzcan muchos obreros y pocos médicos; la sociedad produce muy pocos roles de médico y
muchos de obrero. Parsons busca que haya esta correspondencia entre la demanda de roles y la oferta de
personalidades adecuadas.

Pero entre los roles y las personalidades habrá numerosos desequilibrios, sobre todo en sociedades
modernas. La sociología debe ocuparse de este tipo de fricciones para perfeccionar el mecanismo mediante el
que funciona. La metáfora que utiliza Parsons para representar este funcionamiento es el de la dicotomía entre
el álter y el ego. Se produce una continua fricción entre dos mentalidades y dos situaciones: la situación del
yo, en interacción con la situación del otro. Y esa interacción se ve enmarcada en un sistema común de valores.
El objetivo es conseguir un equilibrio entre las personalidades, los roles, las exigencias culturales, las
expectativas…

El análisis de la desviación en el sistema social da cuenta de la ausencia de equilibrio en el sistema social.


Parsons afirma que no hay un comportamiento desviado en sí mismo, sino desviado respecto de algo, es una
desviación relativa a un sistema de valores y expectativas de rol. La personalidad desviada no tiene que ver
con un problema interno, sino con un fallo en la interacción social. Esta perspectiva sociológica ofrece dos
perspectivas de esta idea de la desviación: desde el sistema social: si se da una desviación es que existe una
perturbación en el sistema de interacciones; desde las motivaciones personales: qué motivación tienen para
comportarse de una manera desviada.

Goffman vendrá a decir que Parsons estaba a un paso de afirmar que el problema no eran las personas, sino
las normas. Pero Parsons no da este paso, no se plantea la norma como un elemento de poder. Lo admite como
sistema normativo dado sin cuestionarlo. Aun así, en su línea relativista, admite que las normas no son siempre
muy precisas respecto al comportamiento, y de ahí que establezca una primera distinción entre los actos y las
normas. Una cosa son las expectativas normativas explícitas y otras las expectativas normativas vagas. En el
caso de las últimas falla la identificación entre normas y comportamiento. Otra distinción es la existente entre
el comportamiento requerido y el comportamiento opcional. Una tercera distinción es entre comportamientos
requeridos y comportamientos prohibidos (derecho penal). Lo que encuentra Parsons, pues, son zonas de
ambigüedad, donde se rompe la identificación entre norma y comportamiento.

TEORÍA DE LA DESVIACIÓN DE TALCOTT PARSONS


Variables

1. Tensión: es una perturbación del sistema de interacción social. No es todavía un comportamiento desviado,
es su antesala, aunque no lleva automáticamente a él.

Fuentes de tensión:

o Pauta específica de expectativas de rol: hay roles muy especializados, impersonales y muchas
expectativas de logro y responsabilidad, que frustran la consecución de los instintos inmediatos de los
individuos.
o Opacidad de expectativas de rol: puede deberse a que un rol se desempeña con diferentes grupos.
o Conflicto de roles: cumplimiento de dos o más roles por parte de un actor.

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Atenuación de la tensión: las sociedades, antes de que se desarrollen desviaciones, utilizan toda esta panoplia
de mecanismos para prevenirlas.

- Dar un mayor peso a una de las expectativas de rol (jerarquización)


- Fijar momentos diversos para actuaciones conflictivas
- Ocultar las actividades desarrolladas con un rol respecto a otro
- Desarrollar ciertas racionalizaciones: la más importante, se requieren diferentes comportamientos para
distintos roles.

2. Dirección de la desviación. Tensión que se convierte en crónica es desviación. Ante la tensión crónica, la
respuesta más consistente en términos psicológicos es comportarse de manera ambivalente (varias situaciones
en el eje). Ejes
2.1. Tendencia a la alienación
2.2. Diferenciación en la actividad

ACTIVIDAD PASIVIDAD

AQUIESCENCIA Orientación hacia la realización Aquiescencia compulsiva en las


Predominio del conformismo compulsiva (innovación) expectativas de status (ritualismo),
típico de los burócratas.
ALIENACIÓN Rebeldía (rebelión) Abandono (retraimiento)
Predominio de la desobediencia

2.3. Objeto de la respuesta: respuesta centrada en otros actores (OBJETOS SOCIALES) o en


NORMAS. El cuadro así se complicaría con más variables.

3. Estructura empírica del comportamiento desviado: más allá de las categorías analíticas. Cómo se desvían
los individuos. Distingue dos dimensiones colectivas y una individual.
3.1. Desviación individual: la persona se ve motivada a desviarse. Existe una predisposición de la
persona activamente alienada hacia el crimen, que puede suponer una innovación etc. El conformismo
activo lleva a la innovación conformista.
3.2. Colectivización de la desviación: la inmensa mayoría de la desviación se produce de manera
colectiva, pues el grupo protege y ampara las desviaciones, ofrece motivos y refugio para la desviación.
La agrupación de desviados se produce gracias a la habilidad para sobrevivir, la comodidad que produce
estar entre personas que piensan parecido, pero también permite la ambivalencia (el desviado satisface
sus tendencias alienadoras a la vez que sus tendencias conformistas; rechaza la autoridad legal, pero se
somete a la norma del grupo1).
3.3. Colectivización de la desviación que desafía a la autoridad: además de romper con las normas
existentes, desafía al sistema en su totalidad. Intenta imponer nuevas normas no sólo al grupo, sino a la
sociedad en su conjunto. Estas personas también son ambivalentes, pues mantienen un sistema moral
integrado, pero busca destruir el sistema moral de la sociedad.

4. Control social (actuación) o prevención de conductas desviadas


• Posibilidades institucionalizadas para la exteriorización de la tendencia desviada en contextos legales
o cuasilegales, para dirigirla hacia zonas inofensivas.
o Expresión ritualizada ("ritual funerario"): contiene la tensión y la ritualiza.
o Instituciones secundarias ("cultura juvenil"): es muy permisiva, y por tanto constituye una
válvula de seguridad que permite a las personas expresar emociones y tensiones en una época
de su vida con tal de que luego no vuelvan a hacerlo.
• Contención y control de la desviación

1
Ello explica la existencia de códigos de valores en el crimen organizado o estricta disciplina en los grupos extremistas.
Otro ejemplo: el antisemita es prejuicioso, está alienado, pero también mantiene una fuerte rectitud moral desde la que
puede criticar el judaísmo.

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o Aislamiento: encarcelamiento criminal, traslado a manicomios…
o Encapsulamiento (Insulation): no existe la voluntad explicita de aislar al individuo de la
comunidad, sino que se produce de manera “voluntaria”. Un ejemplo es el gueto.
• Otros procedimientos en combinación: rehabilitación o reinserción social, terapias…

CRÍTICA: Falta de operatividad: no se puede realizar un estudio empírico a partir de toda esta teoría. No es
operacionalizable para alguien que pretende ser tan analítico. Laxitud analítica: muchas variables y
entrecruces.

El último Parsons plantea una vía intermedia. No busca una gran teoría que unifique las formas de análisis de
la sociedad, sino más bien algo más operativo, aunque no llegue a ser puramente empírico. En esta última fase
es clave Economía y sociedad (1956), compilación de autores en honor a Weber. La intervención de Parsons
se basa en el desarrollo de un modelo, el “modelo de intercambio” o “modelo AGIL”, para analizar los sistemas
sociales, en especial, sus instituciones. Va a utilizar las tablas de input y output, que subdividen el sistema
social en 4 apartados. Pero lo fundamental no es la división, sino que ofrece cada sistema a los demás, que
aportan para que el resto se sustente.

• Adaptación (A): economía y gestión de recursos, fuerzas materiales que deben enfrentarse; gestionar
la escasez.
• Goal attainment o capacidad de alcanzar metas (G): política, gobernanza; control y organización de
las fuerzas externas, a través de metas políticas.
• Integración (I): jerarquía, grupos; normas de grupo que resuelven el impulso de los individuos a formar
parte del colectivo.
• Latencia (L): discurso institucional; mantenimiento de patrones y valores de las instituciones.

• ECONOMÍA, • POLÍTICA,
GESTIÓN DE GOBERNANZA. Control
RECURSOS. Fuerzas y organización de las
materiales, dadas, a fuerzas externas, a
través de las metas pol
las que debemos
enfrentarnos. Ante la
escasez, cómo Goal
repartir. attainment o
Adaptación Capacidad de
alcanzar
metas

Latencia Integración

• DISCURSO • JERARQUÍA,
INSTITUCIONAL. GRUPOS. Normas de
Mantenimiento de grupo que resuelven
patrones y valores el impulso de los
institucionales individuos a formar
parte del colectivo

El objetivo es aplicar estas categorías analíticas a las instituciones del sistema social, para ver cómo se
interrelacionan y se influyen mutuamente.

Conclusión
Sistema social estable y ordenado Sistema social en anomia
Adaptado a su entorno ecológico. Adaptación mínima o nula.

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Coordinado y estructurado en lo que a fines y Escasa coordinación, con pluralismo extremo y
objetivos se refiere. profunda fragmentación.
Pautas valorativas transmitidas con exactitud a los Falta de funcionalidad de los mecanismos de
demás actores. socialización.
Consecuentemente a todo esto, al encontrarse los Mecanismos de solución de problemas descoordinados
mecanismos perfectamente coordinados, las o desbordados, sin posibilidad de ser efectivos.
instituciones destinadas a resolver conflictos apenas
intervienen, maximizando así su actividad.

ROBERT KING MERTON (1910-2003)

Origen judío, barrios bajos de Philadefia. Padre del economista Robert Merton. No fue discípulo de Parsons
en sentido estricto, sino de Pitirin Sorokin, con el que escribió Dinámica social y cultural. Se forma en Harvard,
centro fundamental del estructural-funcionalismo, pero se mudó a la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Trabajó en torno al Instituto de teoría social aplicada, junto Lazarsfeld. Obsesión por vincular cualquier tipo
de análisis teórico-funcional con una respuesta estadística y empírica. Es claro y elegante en su escritura, con
numerosas ejemplificaciones. Profunda vena empírica, buscando resolver las variables con las que construye
su teoría. Contrariamente a Parsons, busca teorías de alcance medio, con mezcla de empiria y teoría. Su tesis
doctoral se titulaba Ciencia, tecnología y sociedad en la Inglaterra del XVII, analizando las condiciones que
permitieron establecer un tipo de pensamiento acto para el desarrollo científico en Inglaterra (no católico,
mundo no encantado…). Su obra fundamental fue Teoría y estructuras sociales (1949), donde está
comprendida la mayor parte de su aportación al estructural-funcionalismo. Otra obra es A hombros de gigantes
(1965), donde afirma la necesidad de apoyarse sobre los teóricos clásicos de la sociología. Otro libro es
Ambivalencia sociológica.

Su criterio es bastante diferente al de Parsons. Hay un claro autoanálisis del estructural-funcionalismo, hasta
el punto de llegar al plantear un nuevo paradigma estructural-funcional. En su obra fundamental Teoría y
estructuras sociales apreciamos una autocrítica de los postulados básicos del funcionalismo antropológico,
pues entiende que deben probarse. Critica la unidad funcional de la sociedad, el funcionalismo universal y la
indispensabilidad.

- Unidad funcional de la sociedad: todas las creencias, postulados, normas y prácticas sociales son
funcionales para la sociedad en su conjunto y para los individuos en particular. Implica que las
diferentes partes de un sistema están altamente integradas para poder ser funcionales unas con otras.
Merton insiste en que, si bien no puede desecharse esta idea, no obstante debe demostrarse, sobre todo
en las sociedades modernas.
- Universalismo funcional: todas las normas, pautas y creencias cumplen funciones positivas. Esto es
muy cuestionable: fanatismo religioso, fervor nacionalista en época atómica…
- Indispensabilidad: todos los aspectos estandarizados, repetidos, no solamente cumplen funciones y
son positivas, sino que además representan partes indispensables para el funcionamiento del todo. No
puede funcionar el todo sin que esas partes existan. Ninguna otra pauta podría funcionar que la que ya
hay entonces; no se podría dar el cambio social. Se debe demostrar esto o bien encontrar
sustitutos/alternativas funcionales a aquellas pautas que existen.

Estos presupuestos no empíricos les sirvieron a los antropólogos para evitar el criterio evolucionista, para no
hacer corresponder las sociedades primitivas con las nuestras (como un desarrollo lineal). Pero hay que
comprobar estos supuestos empíricamente. En última instancia, pues, propugna un encuentro entre la teoría y
la empiria. Además, critica que en el funcionalismo se guíe la investigación preguntando a los sujetos por qué

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hacen lo que hacen, desde un enfoque subjetivo o EMIC2. Ello hace que las respuestas siempre sean positivas.
Merton entiende que el sociólogo debe adaptar un enfoque ETIC, pues debe analizar por sí mismo las funciones
de la sociedad. Ello nos llevará a darnos cuenta de que también existen disfunciones en el sistema, elementos
negativos, que no aparecían al confiar en las respuestas de los sujetos. Por ejemplo, a la esclavitud fue
disfuncional tanto para sus víctimas como para el sistema económico que produjo en el sur de EEUU.

Junto a las funciones y las disfunciones, Merton también destaca la existencia de no funciones: aquellas cuyas
consecuencias son irrelevantes para el funcionamiento del sistema. Entre ellas se cuentan aquellas pautas o
creencias que podrían ser funcionales en el pasado, pero ahora no tienen influencia casi. Por ejemplo, el honor
o la honra. Busca elaborar una especia de saldo neto funcional, que le da la idea de que el análisis del sistema
debe también investigar en otros niveles además del más amplio à análisis multinivel: la esclavitud no pudo
ser solo disfuncional para el sistema completo en sí, sino también, por ejemplo, nos podemos preguntar si fue
funcional para la población blanca pobre; negativa porque mantenía los salarios bajos, positiva porque los
aupaba en la escala social al estar los esclavos por debajo.

Distinción entre funciones latentes (no intencionadas) y manifiestas (intencionadas). La función manifiesta de
la esclavitud fue el aumento de la capacidad económica del sur, pero tenía como función latente elevar a las
clases más bajas un peldaño en la escala social.

Las consecuencias previstas e imprevistas de la acción social. Para las previstas no hace falta análisis
sociológico, los actores son conscientes de las consecuencias de sus actos. Para las imprevistas se necesita
investigación, idea que llevó a algunos de sus discípulos a identificar este cometido con el papel de la
sociología. Las consecuencias imprevistas contienen funciones latentes, disfunciones latentes y no funciones
latentes.

Una pauta/creencia/conducta puede ser funcional para el sistema en su conjunto, y no obstante seguir
existiendo. La disfunción puede ser estable. Ej.: discriminación de las minorías (desperdicio de talento) y de
la mujer (desperdicio de talento, pero funcional al patriarcado).

Por último, lo que mantiene es que nada es indispensable para el correcto funcionamiento del sistema social.
Debe existir un esfuerzo por parte del analista para buscar sustitutos funcionales. Con ello, Merton acepta que
lo que existe puede ser eliminado y desplazado por otra pauta que pudiera encajar en el sistema.

Teoría del rol y el estatus. Son elementos básicos de la estructura social. El estatus señala una posición en un
sistema social que implica un conjunto determinado de derechos y obligaciones, el cual se expresa en las
expectativas que tienen los otros del sujeto; así, es relativo. El rol o papel es el comportamiento concreto del
estatus que se orienta según las expectativas deseadas. Pero ocurre que cada estatus se relaciona con multitud
de grupos de referencia, con lo que una persona tiene que llegar a cumplir diferentes roles. Se conoce como
desempeño de rol o conjunto de roles (rol-set) y funciona en relación con las expectativas diferenciales de los
distintos grupos con los que se relaciona. Ello obliga a que un estatus desempeñe roles en conflicto entre ellos,
lo que puede llevar a una disfunción en el sistema social. Se necesitan mecanismos de evitación, compensación
o superación para superar la problemática de roles conflictivos. Ej.: el carácter relativo de la importancia del
estatus, coaligarse en torno a un órgano corporativo que permita estar por encima de las expectativas de rol,
abreviar los tiempos. Lo que añade Merton a Parsons es la complejidad de la relación entre estatus y rol. Una
sociedad muy desarrollada poseerá numerosos mecanismos para resolver este conflicto de rol.


2
ETIC: respuesta última la da el investigador, sujetos son inconscientes de por qué hacen lo que hacen. EMIC: se pregunta
a los actores por qué hacen lo que hacen, y se toma ello como respuesta.

9
Maquinaria política en EEUU. Formal/informal. Hay instituciones establecidas, marcadas en pautas, como
los partidos políticos. Pero ello no puede funcionar por sí mismo. Necesita una dinámica informal que permita
a la formal reproducirse e introducir a nuevos individuos en los partidos. Lo informal es el liderazgo, que
proporciona ayuda y compresión a los más débiles por encima de las restricciones burocráticas. Esto es porque
entiende que una máquina burocrática, como es el partido, no podrá llegar nunca hasta los débiles. Sólo se
podrá hacer a través de la figura simbólica del líder. Así se consigue introducir a la maquinaria política a
aquellos no formaban parte de ello; lo informal de la maquinaria política es lo que permite incluir a aquellos
que no estaban incluidos. También, lo informal permite la movilidad social en la burocracia. Que alguien fuera
de la maquinaria política pueda entrar en ella abre simbólicamente la puerta (la posibilidad) a que cualquier
persona lo sea, aunque en la práctica sólo unos pocos lo consigan. La maquinaria política se constituye en un
principio de regulación, reducción de la competencia y orden que, aún no representando el todo, aspira a ello
a través del lado informal (liderazgo). Esto no siempre ha existido, pero una vez introducido en el siglo XVIII
en Estados Unidos adquiere un carácter estable: mitos de la democracia americana, como el equilibrio de poder,
las elecciones abiertas a cualquiera…

Grupos informales en el universo laboral. En las consecuencias no previstas de la acción, lo que importa
más a los trabajadores es su posición en el grupo informal, y no si reciben un salario menor o mayor. El grupo
informal actúa dentro de la pirámide organizativa de la empresa, permitiendo que ésta se mantenga en
equilibrio. Introduciendo un elemento informal, como el grupo natural, permite incluir a todos aquellos que no
se sientan identificados con la empresa en sí (organización formal). Potenciando el grupo natural se consigue
un mayor rendimiento de los trabajadores y devoción a la empresa de manera indirecta. La lealtad se basa en
los grupos naturales, no en la parte formal.

Análisis de las tasas diferenciales de desviación. Merton utilizará la anomia de Durkheim para explicar
ciertas conductas desviadas. Pese al ámbito más amplio, su planteamiento es muy similar al de Durkheim con
las tasas de suicidio. Así, busca explicar lo social a través de lo social, entendiendo la desviación como una
consecuencia de factores sociales. La idea de desviación tiene que ver con la falta de integración. Similitudes
D_M: explicación de lo social desde los social, tasas diferenciales, problema de integración. No obstante, para
Durkheim la anomia es falta de regulación y en cambio para Merton es una disyunción entre normas culturales
e institucionales. Además, Merton busca variables para entender esta disyuntiva en la sociedad estadounidense
(ej.: cómo se puede ser rico trabajando duro, lo cual no suele ser la regla).

MODOS DE ADAPTACIÓN METAS CULTURALES MEDIOS INSTITUCIONALES

Conformismo + +
Innovación (cuando no + -
sirven/funcionan las normas)

Ritualismo (al subrayar el espíritu - +


de la ley y las normas, se
preocupan menos por la eficacia
de las mismas)

Retraimiento (negación de las - -


metas y los medios por la
distancia tan absoluta que existe
para conseguirlo)

10
Rebelión (rechazo de metas y +/- +/-
medios, pero imposición de unos
propios considerados más
legítimos y válidos de los que
existen)

Pero Merton intenta encontrar diferentes niveles de desviación según los grupos sociales en los Estados Unidos
de los años 50. La clase obrera, por ejemplo, será básicamente conformista, pues el crecimiento económico les
beneficia (años 50, incremento de la productividad, subida de salarios, sociedad del consumo) y las
instituciones les ayudan; ello contribuye a la estabilidad de la sociedad estadounidense. Aquellos del lumpen,
tan lejos de los medios para conseguir las metas culturales, deberán innovar nuevos medios para alcanzarlas.
Las clases medias burocráticas destacaran por su lealtad a las normas, aunque con ello pierdan eficacia con
respecto a la consecución de la riqueza. Los retraídos de la sociedad serán la parte más baja y la más alta de la
sociedad (vagabundos, enfermos mentales; élite, porque temen el ascenso social: quien todo lo tiene puede
despreciar que otras personas lo consigan y cómo lo consigan). Los rebeldes serán los intelectuales jóvenes o
estudiantes, pues el sistema no les ofrece lo que ellos esperan conseguir, lo que les obliga a proponer nuevas
metas y medios. La rebelión, no obstante, es un modelo de adaptación válido y, por tanto, no supone un peligro
verdadero para el sistema (“cultura juvenil” de Parsons).

En este cuadro, como en el de Parsons, los sujetos con conducta desviada viven en la ambivalencia: pueden
tener un modo de adaptación rebelde combinado con el conformista, por ejemplo.

CRÍTICAS A MERTON y el estructural-funcionalismo

Críticas sustantivas: incapacidad de ocuparse de la historia, del cambio social y el conflicto, y tiene un sesgo
conservador.

- El estructural-funcionalismo no es válido para tratar cuestiones históricas, es ahistórico. No es una


cuestión banal, tiene su origen en el precedente del funcionalismo antropológico que iba en contra del
evolucionismo; en contra del principio “lo primitivo es antiguo”. Su origen es ahistórico de origen.
Pero también es ahistórico porque se focaliza únicamente en el presente.
- El estructural-funcionalismo es incapaz de analizar el cambio social. Otra vez, viene de origen: las
sociedades primitivas analizadas por los antropólogos funcionalistas son eminentemente estáticas.
Además, la integración entre las estructuras del sistema social deja poco margen para el cambio social.
- El estructural-funcionalismo es incapaz de analizar el conflicto social, pues sólo inciden en el consenso
social. Consideran al conflicto como destructivo. Incluso temáticamente, los autores del estructural-
funcionalismo se dedican a la cultura o las normas, que suele estar establecido sobre el consenso.
- Tiene un sesgo conservador, acentuando las ventajas del status quo sin plantearse los inconvenientes.
Además, este sesgo se acentúa al restarle capacidad de incidencia al actor, como un ser pasivo. Y
también, el EF no ve que las normas culturales suelen ser imposición de un grupo para su propio
beneficio.

Críticas de los aspectos lógicos y metodológicos

- El EF es vago, ambiguo y muy poco claro. No define exactamente la función y la estructura, o las
relaciones entre las partes de la estructura. Ello se debe en parte al nivel de análisis que exige este
paradigma, especialmente en Parsons. La “gran teoría” requiere de un análisis muy abstracto con poca
concreción.

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- El EF tiene una enorme presunción por construir una gran teoría unificada que sirva para cualquier
sociedad. Muchos críticos lo ven como una pura ilusión, pues lo máximo a lo que puede aspirar una
teoría es a elaborar un conjunto de conceptos, y ni siquiera a esto llegan por su abstracción.
- No hay ninguna metodología que sea capaz de satisfacer tal ambición desmedida de la “gran teoría”.
- El EF ha despreciado una metodología muy útil hasta el momento como es el método comparativo
(Marx, Weber…). Si todo se analiza dentro del sistema solamente se puede explicar ese sistema, no se
pueden explicar otras sociedades con lo mismo

Críticas a la totalidad

- El estructural-funcionalismo es excesivamente teleológico y tautológico. Aunque es lícito y corriente


en la teoría social entender que las partes de la sociedad tengan sus fines y realización, en el EF buscar
el fin del sistema en todas y cada una de sus partes. Es tautológico, siguiendo una explicación circular:
hay un sistema que se explica a cada una de sus partes, y cada una de sus partes se explica en relación
con el sistema; sin explicar las partes ni el sistema.
- Carlos Moya: el análisis del EF sólo es útil para explicar el Estados Unidos de su época. Una teoría
con ambición de totalidad, que sólo sirve para una sociedad concreta y acotada en espacio y lugar.

TEMA 2: ESCUELA DE FRANKFURT

Los antecedentes. Características de la escuela. Max Horkheimer: teoría tradicional y teoría crítica.

Autoridad, familia y carácter autoritario. Crítica de la razón instrumental y del positivismo. Herbert Marcuse:

las últimas consecuencias de la teoría crítica. La formación de su pensamiento, Marx y Freud. Eros y

civilización: crítica cultural y social. Desublimación represiva y racionalidad tecnológica: el hombre

unidimensional.

Escuela de Frankfurt es un término acuñado en el siglo pasado para designar a todo movimiento intelectual
de carácter marxista. Se plantea como una teoría crítica del resto, y la definición que ofrece uno de los autores
(Ritzer) es la de una teoría ofertada por neomarxistas alemanes insatisfechos por la deriva economicista del
marxismo. Pero en realidad había mucho más, estaba formada a su vez por diversos grupos socialdemócratas
que cuestionaban ese marxismo ortodoxo. Es por ello que la escuela de Frankfurt es una escuela autoconsciente
de serlo y que opera en sentido corporativo, organizado, etc.

Es una línea de pensamiento que abarca 2 o incluso 3 generaciones y se extiende desde los años 20, el 23 de
febrero de 1923 en Alemania, Frankfurt. Inicialmente con un contenido de biblioteca que intenta recuperar los
archivos sociales. Pero este criterio inicial fue cambiando. Max Horkheimer acuña el término de teoría crítica,
y decide, tras el ascenso de los nazis, llevar la escuela a la universidad de Columbia, y plantear la vuelta tras
la posguerra.

La producción intelectual es grandísima, con muchos autores, temáticas, disciplinas. Es difícil encontrar algo
dentro de las ciencias sociales que no haya sido tocado por esta escuela. Muchos de los autores estaban
adscritos y diferentes disciplinas. Theodor Adorno, es filósofo y musicólogo. La música occidental tiene sobre
todo armonía, y la escuela rompe con esta tendencia introduciendo las matemáticas. Erich Fromm, inicialmente
importante pero exiliado después, vive de la psicología y el psicoanálisis. Otros autores son Franz Neumann,
Otto Kircheimer, con una obra fundamental del análisis del delito, o Herbert Marcuse. Este último es bastante

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opuesto en su teoría a Horkheimer, y en él encontramos duras críticas al capitalismo de la época. La escuela
llega a una segunda generación con autores como Jürgen Habermas, o Claus Offe, autor de análisis sobre
movimientos sociales o el Estado de Bienestar.

El carácter fundamental de la escuela de Frankfurt es la crítica que tiene como meta última revelar con
mayor precisión cómo es la sociedad contemporánea, no solamente la sociedad capitalista occidental, sino
también las de la URSS o comunistas. Consideran la sociedad enferma, la cual debe ser superada o trascendida.
Una vertiente importante es la crítica de las teorías del conocimiento que han dado origen a estas sociedades.
Es crítica con respecto a la teoría marxista, no se identifica con ningún partido, clase, etc. En última instancia
es una crítica de la cultura, y acuñan términos como la industria cultural, las sociedades de masa, etc.
Entienden que cualquier investigación debe proponer la sociedad investigada como un todo. Ej: con la familia
se debe estudiar también su origen, evolución, etc. Por ello renuncian a plantear sociologías especializadas.
No basta con analizar la industria cultural, sino que se debe desarrollar con una sociedad productiva y
capitalista.

Características fundamentales de todos los autores que hacen que se permita hablar de una única escuela:

• Considerando el marxismo no solo como el punto de llegada sino más bien de partida. En sus escritos
aparecen autores no marxistas como Nietzsche.
• Es una escuela expresamente no partidista, no relacionada con ningún partido ni movimiento social.
Fue crítico con todos ellos.
• Se da una influencia común, la del filósofo húngaro Georg Lukács. Este escribe un tratado Historia y
conciencia de clase. Proponía, de forma paralela a lo hecho por Marx en la economía, plantear no
solamente la crítica económica de las sociedades, sino también filosófica. De ahí que utilice las
categorías que utiliza Marx. El fetichismo de la mercancía, tal como lo plantea Marx, a juicio de
Lukács, abarca toda la vida y las relaciones sociales. Esta cosificación hace que todo lo humano,
reacciones, acciones, se traten como si fueran cosas, objetos. Todo se convierte en un objeto que puede
ser consumido. Es una característica propia de las sociedades contemporáneas, donde las cosas
dominan a los seres humanos y estos acaban parecidos a ellas. La teoría del valor y la maximización
del beneficio se extiende a todos los actores y a la conciencia de los seres humanos.
• A pesar de esta influencia, no son una escuela de discípulos de él. Sus miembros siempre subrayaron
la independencia de la teoría. Solo siendo independiente puede abarcar la totalidad. Sostienen que la
teoría es una forma de praxis, una manera de estar en el mundo y por tanto de cambio social.
Kolakovski alega como crítica que llevan a cabo una praxis no política que no sirve de guía hecha por
burgueses.
• Aceptando la explotación del proletariado, esta escuela no se relacionó con esta categoría. Conciben
que esta cosificación afecta por entero a todos los grupos sociales, y no podemos hallar en el
proletariado un antagonista ontológico de las sociedades contemporáneas. No podemos encontrar en
esta clase una especie de punto exterior a la sociedad capitalista. Esto muestra el carácter pesimista
que les lleva a rechazar gran parte de la obra de Marx
• Insisten en trascender este tipo de sociedades. La idea básica siempre es transformar por entero la
sociedad, lograr una revolución absoluta. Si bien, todo ello no aporta una utopía en sentido estricto
relacionada con el pesimismo de la época, siendo la mayoría judíos obligados a emigrar que han vivido
la masacre, la amenaza de la Guerra Fría que supone la destrucción mutua asegurada. “Después de
Auschwitz no hay poesía”. Carácter por tanto desesperanzado.
• El periodo de desarrollo inicial de la escuela coincide con la derrota del Nazismo en Europa, y es una
corriente muy sensible a los elementos del autoritarismo, y los análisis acerca de los estados

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occidentales siempre se refieren al factor autoritario que se puede encontrar en ellos. La religión no
era tan importante para ellos este tema como se podría pensar.
• La escuela de Frankfurt entró en conflicto con las demás escuelas, ya que son críticos con ellos. Contra
los sociólogos empiristas, estructural- funcionalismo, existencialismo… Atacan a las consecuencias
de la sociedad de masas. Plantean que de la sociedad de masas se debe hablar de ellas ahora, en las
sociedades occidentales y comunistas. La masa está formada por individuos que se creen únicos, pero
que son atomizados y manipulables. Analizan los medios de comunicación insistiendo en el carácter
de industria cultural.

La influencia de la escuela de Frankfurt abarca mucho más de lo que ella desarrollo, y ha dejado de ser europea
para extenderse a América. Permanece como elemento básico de las ciencias sociales en la actualidad, pero su
unidad se ha evaporado.

Dos autores a tratar: Horkheimer y Marcuse.

Horkheimer nace en una familia judía de clase alta, formado en una filosofía alemana. Fue director del
instituto y marcha a la universidad de Columbia, a Nueva York, y donde recibe a los exiliados. Es autor de
multitud de obras, como “La dialéctica de la Ilustración”. Ofrece una primera definición de la teoría crítica:
• Es independiente respecto a las doctrinas existentes
• La convicción de una sociedad irremediablemente enferma que necesita una revolución total.
• La creencia de que el análisis de la sociedad existente es un elemento ya en sí de la sociedad. La teoría
ya es praxis, pero no puede depender de ningún interés social.

Acuña este término para oponerlo a lo que él llama “teorías tradicionales”, que legitiman el status quo y la
ideología dominante. De ahí que la crítica se presente a sí misma como aquella que busca cuestionar las
estructuras de dominio, y dar cuenta de cómo ellas oprimen a los seres humanos. Solo la teoría crítica da cuenta
de la irracionalidad de la sociedad. Insiste en que las teorías tradicionales son parciales, y considera que es un
análisis racional pero no completo. No son capaces de ver la macroirracionalidad de las sociedades
occidentales. Lo que también se puede aplicar a los individuos. Que en sus acciones particulares se muestran
racionales, pero el sistema en su conjunto es irracional. La economía burguesa tradicional, por ejemplo, no
cuestiona el todo, no se da cuenta de que el mercado impone sus propias decisiones y no está al servicio de los
individuos. Este tipo de teorías tradicionales se preguntan el cómo de las cosas, nunca se preguntan el por qué
o para qué. En sus criterios no entra la consideración de la totalidad. Con respecto a la cuestión de la
irracionalidad y la razón humana, hace un gran discurso considerando a la razón como método liberador, pero
que sufre un cambio con la ilustración, donde la razón se aplica a la naturaleza y se convierte en una razón
instrumental que consiste en cómo dominar la naturaleza y obtener beneficios de ella. Por ello, esa razón
ilustrada que supuestamente liberaba al ser humano ha hecho todo lo contrario. El Estado nace como la
negación de la servidumbre que supone el feudalismo, pero con la razón instrumental esta se vuelve más sutil
pero más eficaz, conduciendo a la aceptación o conformismo con ella. Plantea una conciencia correcta, no
alienada, que enfoca desde la teoría crítica para detectar la macroirracionalidad.

Otra de las categorías imprescindibles es la de totalidad. Plantea la crítica a las teorías tradicionales de no
poder aceptar la idea de que la totalidad es contradicción. Este desfase entre las microracionalidades de la
acción individual y el modo de analizarlos, que contrasta con la macroirracionalidad del todo, es lo que permite
que la razón instrumental pueda actuar en términos de represión y normalización, en nombre de la razón. Esto
sigue muy de carca a Marx cuando habla de producción de mercancía y el uso de la fuerza de trabajo. Cuestiona

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ampliamente el proletariado como garantía de fuente de conocimiento, y más aún como palanca revolucionaria.
El proletariado aparece en la sociedad capitalista, y por tanto la reproduce.

Plantea a su vez una crítica al positivismo. El positivismo defiende un único método científico aplicable a
todas las ciencias. Este procede de las ciencias naturales y se usa como modelo de fiabilidad y precisión de
todas las disciplinas. Consideran que cualquier tipo de conocimiento es intrínsecamente neutral, y los
científicos se creen capaces de excluir los valores humanos de su trabajo tradicional. Cualquier tipo de ciencia,
por tanto, no debe defender ningún tipo de acción social. Por estas razones la teoría crítica se opone al
positivismo, por 4 aspectos:

• El objeto de las ciencias sociales es determinar qué es el ser humano realmente. Estos para qués no se
pueden observar empíricamente ni medir, él propone que más bien pueden ser descubiertos. El ser
humano tiene un tipo de exigencias no medibles como el derecho a la felicidad o la libertad, y esto no
se puede aprender desde un punto de vista conductista ni empírico.
• El positivismo tiende a considerar el mundo como un proceso natural, cosificándolo. Frente a ello, la
teoría crítica analiza cómo los actores pueden influir en este mundo naturalizado y cosificado. Busca
no una mera comprensión, sino analizar la acción humana como actos posibles de emancipación. Los
positivistas son pasivos, y según este autor no tienen en cuenta la libertad y capacidad de acción
humana. Hay que buscar esa capacidad de emancipación.
• Los críticos atacan al postivismo por limitarse a evaluar la medida en que los medios se adecuan a los
fines, pero nunca se plantean los fines en sí mismos. De ahí el carácter intrínsecamente conservador
del positivsmo, al no cuestionarse esto nunca desafía al sistema existente. Absolutizan los hechos y
cosifican y naturalizan el orden existente. Consideran que el mundo es de hechos acabados, el
observador solo pone orden en esos hechos.
• Según la teoría critica, la percepción no puede aislarse nunca de su génesis social histórica, lo que
indica que toda percepción es un proceso cambiante que se contrapone a las ideas del positivismo. De
nuevo aquí encontramos la idea de la teoría como una praxis, pues los teóricos críticos consideran que
la teoría favorece la emancipación, considerando el mundo como algo construido que inicia un proceso
de cambio social. Para la teoría crítica no hay normas existentes cerradas e incuestionables. Todo es
criticable. No creer que hay hechos, sino plantear el proceso de su génesis.

El autor busca que la teoría sea una autoconciencia, concluyendo que la teoría crítica tiene un carácter
activo y destructivo, pues cuestiona lo que existe, no da cosas por hecho, etc. El sujeto y objeto de la teoría
crítica es el mundo capitalista que a su juicio impide el desarrollo humano y amenaza al mundo de manera
permanente. De ahí el hecho, al menos teóricamente, de prever otra sociedad que no sea esta.

¿Cuáles serían las debilidades de la teoría crítica? Visión muy elitista que prescinde de uno de los aspectos
fundamentales del marxismo, la fe en el proletariado y su capacidad revolucionaria. Pecan de excesiva
generalidad, con poca concreción incapaz de generar una teoría política que sirviese de guía. Kolakovski
considera que el problema fundamental es que es una forma parcial de marxismo que no ofrece sustitución a
aquello que abandona.

HORKHEIMER (1895-1973) Y ADORNO (1903-1969)

En el caso de Horkheimer y Adorno se aplica todo el conjunto teórico a una vertiente sociológica. Estudio del
Estado, de la industria cultural (La dialéctica de la Ilustración) y de la familia y el autoritarismo.

La dialéctica de la Ilustración: desmienten la idea preponderante del momento de que el mundo


cultural vive un declive o u caos cultural. Ellos cuestionan radicalmente esto porque entienden que lo que se
está dando es la culminación o estructuración total de la cultura, convirtiéndose en un sistema complejo e

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interrelacionado donde la convergencia de las diferentes artes, disciplinas y sus técnicas de producción
desarrolla un papel fundamental. Cada sector está armonizado en sí mismo y con respecto a los demás. Esta
armonización abarca la totalidad de las artes y todos sus planos, estilístico, estético, política. Constituyen una
identidad estructura y unificada que se denomina como “industria cultural”, dedicada a la gestión de la
superestructura. Todo ello no puede ser explicado simplemente a través del avance tecnológico, sino que es un
producto complejo del capitalismo. Frente a la habitual explicación tecnológica, ellos defienden que ese no es
el único elemento que caracteriza a la industria cultural: antes de ese momento, las diferentes industrias
culturales raramente estaban vinculadas entre sí; en cambio, esta nueva superestructura capitalista debe
entenderse desde su totalidad y cómo está imbricada o estrechamente relacionada con la infraestructura
económica. El concepto de “industria cultural” ha tenido un largo recorrido. El carácter industrializado de la
industria cultural, no obstante, puede aportar una función legitimadora de la propia industria, como una
correspondencia objetiva y comprensible del plano industrial-productivo. Precisamente la clave para ellos está
ahí: el carácter naturalizado y automático de la cultura vinculada a la industria. Quieren comprender cómo la
gestión de la estructura cultural oculta la verdadera función de la industria cultural. Su verdadera función es
conseguir el carácter de universalidad de la civilización industrial, que afirma el dominio de la razón
instrumental en la conciencia de los individuos. Es un planteamiento parecido al de Walter Benjamin, que
entendía que la industria cultural era una transposición tardía de las condiciones de producción industriales al
mundo de la cultura (“época de la reproductividad técnica”; discos, fotografía…). Pero Adorno y Horkheimer
quieren ir más allá, entienden que esta nueva entidad alimenta a la vez que se nutre de la cultura de masas. Y,
por ello, esta industria cultural no es neutra, pues está al servicio de una causa, la causa del capital. La industria
cultural es un sistema de dominación, busca consagrarse como un aparato de generación de servidumbre. El
sometimiento, no obstante, no es de carácter forzoso, sino consentido, sutil. En este sentido, la producción
cultural es clave para la reproducción social capitalista. Vista esta finalidad fundamental, ¿cómo se logra?

¿Cómo generar estabilidad? A través de la inclusión de la diferencia /elasticidad dentro del propio sistema
industrial. Se busca controlar todo, hasta aquello que se produzca fuera de las pautas normalizadas. La
integración es de carácter sistémico, incluso de aquello que no sea propiamente industrial. Generar un sistema
de distinciones planificadas: novela negra, romántica, ciencia ficción…, con numerosos nichos de mercado.
Esto permite llegar a más espacios, públicos y artes, a un espacio social más vasto. También a través de la
apariencia de una cierta competencia, que se basa en la elección de los agentes, permitiendo la unicidad sin
planificación centralizada.

Todo ello es una estructura de dominación sutil que supera la coerción física y utiliza la estética y el estilo
como instrumentos de violencia simbólica. Poco a poco, esta armonización va minando la producción creativa
del arte, sometiéndola al sistema capitalista. Benjamin, cuando hablaba de la reproductividad técnica, afirmaba
la pérdida del “aura” de la obra de arte, su singularidad y conexión con la capacidad creativa del artista. Esta
aura se basaba en la capacidad de la obra para “independizarse” de las condiciones materiales de su producción,
como una entidad propia, con valor en sí misma. La eliminación del particularismo, para Adorno y
Horkheimer, no es una cuestión añadida o un mal menor, sino necesaria, pues el arte se incorpora a la lógica
del capitalismo. La obra artística, sea reproducida u original, se convierte en una mercancía de consumo.
Incluso lo singular y específico es un producto de consumo. Todo en este tipo de producción industrial cultural
es previsible: los planteamientos están previamente estructurados, los esquemas son conocidos. Todo está
calculado para que un producto concreto alcance sus expectativas de consumo. Todo aquel espacio íntimo de
la creatividad, de la espontaneidad desaparece y se somete a una lógica de dominación y supeditación del
artista. El arte ya no es un vehículo para que un autor se exprese, sino un medio para un fin existente, que es
el consumo. Esta la nueva teleología del arte dentro de esta industria cultural. La convergencia de las artes es
una integración vertical que consigue maximizar los beneficios. Esta integración vertical logra también
impregnar todas las esferas de lo social: nunca como ahora el arte ha estado tan extendido en distintos ámbitos.

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Un ejemplo de ello es cómo el arte se funde con la publicidad, cómo se interrelacionan ambas esferas hasta
que se termina por borrar la distancia entre ellas. El lenguaje literario termina por estandarizarse para parecerse
a la publicidad, la novela se convierte en periodismo y el periodismo en novela. Ese lenguaje utilitario,
transversal a todos los sectores de la industria cultural, eleva temas, propone agendas y asienta conceptos. Las
fórmulas mágicas que introduce la publicidad acaban por sentar los cánones de lo estético (ej. carácter
hiperrealista, propone el plano más alto al que la realidad aspira).

En este carácter hiperrealista encontramos un proyecto político. Por ejemplo, los horóscopos están escritos
con lenguaje utilitario, de manera que se puedan identificar con este todos los deseos. Los horóscopos
destruyen discursivamente la capacidad de agencia de los individuos y grupos, promulgan que los sujetos
asuman una pasividad instrumental al sistema capitalista.

En definitiva, en esta nueva industria cultura, en la que convergen los medios de comunicación de masas,
marca no sólo la agenda, sino también los propios términos en que las cosas deben ser entendidas. Es una
maquinaria de generación de ideología que se niega a sí misma como tal, debido a la sutileza de su proceder.
No hace falta que el lenguaje utilitarista se corresponda a la ideología de la clase dominante sino a la
reproducción social del capitalismo. La ideología no se formula de forma explícita, sino que se sugiere, se
insufla; se sumerge a la masa en esa realidad sugerente y totalizadora. La ideología ya no pertenece a una clase,
sino a un sistema en su conjunto, que se autorreproduce independientemente de que, por supuesto, beneficie a
una(s) clase(s) sobre otras3.

Autoridad y familia (1936), Autoridad y familia en la época actual (1949): la génesis del autoritarismo
tiene una relación evidente aunque compleja con la estructura familiar patriarcal. Horkheimer busca un análisis
de la totalidad histórica de este tipo de familia: burguesa, que se ha expandido al resto de la sociedad. Su origen
tiene que ver con la emancipación de este tipo de familia (familia nuclear) respecto a los modelos medievales
(familia troncal). La emancipación del capitalismo del Antiguo Régimen ha supuesto la emancipación de la
familia burguesa. Esta familia sigue siendo una familia patriarcal, feudal, basada en aspectos irracionales como
la sangre, la fidelidad y la jerarquía. La paradoja inicial es que si el capitalismo supone la racionalidad
instrumental en las relaciones sociales, no obstante mantiene incólume una familia basada en valores
irracionales. El resto de relaciones sociales ha supuesto la atomización de los individuos en el resto de los
ámbitos sociales, dejando a la familia burguesa como el único cimiento social ue les queda a los individuos.
No obstante, se ha ido debilitando: su parte material (sostenimiento económico) ha desaparecido; la función
del padre también se socava por la emancipación económica de sus miembros, debilitándose la veneración al
pater familias. Y aún así, se mantienen los elementos simbólicos irracionales, que se basan en el aprendizaje
del respeto, la ley y el orden que existen en las sociedades capitalistas. La familia sirve, en última instancia,
como agente socializante de los individuos para su vinculación con el resto.

Este tipo de familia logra un acuerdo casi universal en cuanto a su defensa y sostenimiento (fe absoluta en
la familia), aunque el proceso de atomización de los individuos siga desarrollándose. De la familia capitalista
se exalta la pareja, los cónyuges, el matrimonio, y esto redunda en el carácter asimétrico y jerarquizado de la
familia; esto es porque en efecto la mujer se hace más dependiente que en la familia tradicional, la mujer no
se realiza si no se casa. La dependencia es también simbólica. El matrimonio se convierte cada vez más en una
solución pragmática en lo emocional: no nos podemos fiar de nadie salvo de la familia. La familia es el único
y último refugio emocional que se tiene. Pero por ello las familias tienden a fracasar. Cuantas mayores las
expectativas, más facilidad de que fracase, pues se distancia la ideología de lo real. Y por ser refugio, cuando
fracasan, los individuos buscan formar nuevas familias. Los individuos no son nadie sin su pareja; si uno le
falla, se busca otro; los individuos son intercambiables, en la misma línea que las relaciones comerciales. El


3
Terry Eagleton.

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matrimonio se convierte en un consumo de parejas. Los hijos/as descubre pronto el carácter asimétrico de esta
relación de los cónyuges.

- La función padre es todo aquello con lo que se quiere identificar, lo necesario para el desarrollo de los
individuos, pero también recorta y establece los límites de tu identidad (te da género, una categoría
social…). Nos relaciona con el poder, pero la función padre es débil. Sólo nos ayuda a identificarnos
con un super padre o espacios superiores de identificación (grupos de pares, jefes, el Estado).
- La función madre, tradicionalmente vinculada con la debilidad, es requerida para que planifique
racionalmente la educación. El amor se administra como un ingrediente pedagógico. Así, la madre ha
perdido uno de los aspectos que anteriormente poseía, como agente de intermediación entre el
principio de realidad (padre) y sus hijos. Suavizaba o filtraba el choque con la realidad. La madre
permitía imaginar otro mundo posible, una variación del principio de realidad. En la sociedad
capitalista, no obstante, la madre sirve de facilitación del tránsito de los hijos a la sociedad, inculcando
la organización de la vida privada, el deber…

La personalidad autoritaria aprendida de estas familias es eminentemente convencional, atiende a los


estereotipos. Consiste en aprender la figura del padre como lejano pero generoso, jerarca estricto pero justo
(figura del manager, estadista…), para identificarse con él (obedecer para luego mandar). La madre está
relacionada con aspectos como la higiene, la organización, la utilidad práctica. Esta reconfiguración de la
familia lleva a una generalización de la superficialidad de los comportamientos, una ausencia de vínculos
emocionales…

La primera represión frente al padre (complejo de Edipo) sólo aparece en algunos momentos concretos
como agresividad ocasional: desprecio a lo débil (amor), antifeminismo (rechazo de lo opuesto). La familia
establece el nosotros, lo que debeos ser, y los otros, lo que debemos evitar y despreciar. Plantea un mundo
expresado en términos dicotómicos.

Todo este proceso se considera por la gente como lo normal, se entiende como natural, cuando en realidad
está condicionado por numerosas condiciones económicas, estéticas… Y aunque seamos conscientes de ello y
queramos combatirlo, no se trata de algo pedagógico, pues este tipo de conductas están ya previamente
codificadas. La propia idea de familia condiciona ya una serie de comportamientos. La formación de la
personalidad autoritaria y exaltación del principio de sumisión son elementos constructivos de la familia en sí,
independientes del grado de formación y la voluntad.

En definitiva, lo que ofrece Horkheimer es un análisis profundo, a largo plazo, que utiliza la génesis
histórica de elementos como la familia para hallar estructuras a priori ocultas.

Ø Propiedades autoritarias de la familia capitalista: Aprendizaje de la sumisión, identificación


con el polo de poder, carácter estereotipado del pensamiento, superficialidad de las emociones,
patrones de género y construcción de la dicotomía de lo otro (lo que está moralmente por debajo
de; los judíos, la mujer, los fracasados…).

HERBERT MARCUSE (1898-1979)

Nos presenta una mayor radicalidad de la que hemos visto en Horkheimer, que se explica también en su
militancia activa (pasado espartaquista). Fue miembro de la OSS (Oficina de Estudios Estratégicos), embrión
de la CIA. Es uno de los autores de la Escuela de Frankfurt que más ha incidido en los aspectos de la conciencia.
Se empieza a conocer en los años 40 al Marx joven y sus reflexiones de la alienación. Marcuse tomará el relevo
y desconfiará del mundo del trabajo, criticará el trabajo como elemento de alienación. Hay también un
encuentro especial con Freud en su obra, pues intentó fusionar a Freud y Marx (Eros y civilización): frente a

18
la represión psicológica de cada individuo existe una represión histórica en términos de clase. La historia del
ser humano es la historia de su represión.

Contexto de debate intelectual intenso acerca del análisis de Marx. Su análisis profundo del capitalismo es
sumamente abstracto para entender lo que ha ocurrido respecto del ser humano. Tenemos descripciones del
sistema, de los antagonismos de clase, pero no de la subjetividad de los individuos. El marxismo resultaba muy
vago acerca de la subjetividad de los individuos. Más allá de Marx, el marxismo ha insistido en el modelo
economicista y ha subrayado una y mil veces que las contradicciones internas del capitalismo desarrollado
están destinadas a destruirlo. La versión heterodoxa leninista afirma que el elemento de ruptura revolucionaria
no está mecánicamente en las contradicciones, sino en un tipo de conciencia obrera trasmitida básicamente por
el partido (vanguardia revolucionaria). En cualquier caso, en Occidente quedan muchas preguntas sin
respuesta. La ideología burguesa sigue existiendo tras tantos años de crítica. La clase obrera transige e incluso
se desliza al fascismo en vez de convertirse en una clase revolucionaria. ¿Por qué no se ha producido la
revolución en Occidente? La consabida explicación era que faltaban condiciones objetivas o que la conciencia
de clase no había llegado a su madurez. Pero esto no bastaba para Occidente. También, los resultados del
estalinismo eran cada vez más inquietantes: la Revolución Rusa no parecía haber terminado en un paraíso
sobre la clase obrera. Y aún no se conocían las tácticas represivas del gulag. Cuanto menos, estaba claro que
era necesario un análisis más fino, más allá de las fuerzas económicas y el análisis de clase, que atendiera a la
subjetividad del ser humano y enfrentara nuevas realidades. Las respuestas que habían dado los comunistas
acerca del voluntarismo dejaban indiferentes a muchos. Este voluntarismo no daba respuesta a por qué los
deseos y las necesidades de la clase obrera seguían vinculados íntimamente al capitalismo y no a la conciencia
de clase. Por otra parte, se dejaba notar el descuido por elaborar una moral socialista. Las noticias de Rusia
eran inquietantes y la supuesta clase obrera liberada estaba reproduciendo los mismos esquemas de los modelos
burgueses del siglo XIX (moral de familia…).

Marcuse entiende que en el análisis de la psique de Freud se podría encontrar el nexo entre la infraestructura
económica y las ideologías burguesas que seguían atenazando a la clase obrera. Quizá utilizando a Freud sería
posible superar el economicismo, pero también analizar los elementos inconscientes o irracionales para superar
el voluntarismo de los comunistas tradicionales (conciencia, determinismo de clase…). Los fallos del
economicismo podrían explicarse con un análisis de lo irracional, de lo inconsciente.

Marcuse comenzó su carrera intelectual con un estudio en torno a la figura de Hegel. En el año 1941 publica
Razón y Revolución, buscando encontrar en Hegel el origen del pensamiento social. Hegel supone, a su juicio,
la superación de la ilustración. Aun siendo metafísico, Hegel utiliza la historia para explicar las trasformaciones
de la sociedad occidental. La insistencia de Hegel en el Estado es, para Marcuse, un precedente del Estado
social, que se preocupa por sus ciudadanos. También de esta época es El marxismo soviético, donde realiza
una crítica del supuesto paraíso de los trabajadores, utilizando también el fracaso de la Guerra Civil española
como la última esperanza revolucionaria (abandonada por la URSS). Entiende que l fallo de la URSS ha estado
en la incapacidad para trabajar en la psique de los individuos, centrándose solo en transformar la estructura
económica. De ahí la necesidad de estudiar con ahínco a Freud, de dar a Freud un tipo de lenguaje marxista.
El que más le va a interesar va a ser el Freud de la última época, el de Tótem y Tabú.

En Eros y Civilización () repite el trabajo que ya hizo con Hegel. Reivindica al último Freud por lo que
tiene de denuncia de una civilización represiva, el cuestionamiento del sentido común y también las posibles
palancas de transformación de la psique de los individuos (vectores revolucionarios que se buscaban). Marcuse
intenta mantener la ortodoxia freudiana siempre y cuando esta sea crítica, capaz de desafiar el sentido común.
Por ello hará hablar a Freud el lenguaje del materialismo histórico. Es un Freud historizado, donde el análisis
de la psique se introduce en la lucha de clases. Parte del principio freudiano del enfrentamiento del individuo
y la sociedad. Este principio de oposición para Freud se llama el principio de placer (eros) frente al principio

19
de realidad. La forma es aprovechable para Marcuse, pues es básicamente el enfrentamiento actual entre
individuo y sociedad, el hecho de que toda la civilización es producto de la represión (tema recurrente en la
Escuela de Frankfurt). El Eros está anclado en la dimensión biológica natural del individuo; el individuo es
todo y tiende a buscar la consecución de sus deseos por todos los medios. El principio de realidad, en cambio,
está basado en la escasez de recursos y viene a establecer límites a ese principio de placer: no todo es posible
en toda circunstancia. Este principio de realidad permite a la especie sobrevivir y hace inevitable la represión.
De ahí que toda la civilización esté basada en principios de represión.

Pero el último Freud también observó que el proceso de las sociedades se había producido organizando el
principio de realidad en forma de dominación: si la escasez implica una limitación de lo instintivo, al organizar
la escasez bajo la forma de dominación se instaura un nivel de represión mayor (que Marcuse llamará
“excedente de represión”). Marcuse entiende que la forma histórica, concreta, que adopta este excedente de
represión es el “principio de actuación”, que es la historización de la dominación, y acompañará a los
diferentes modos de dominación del ser humano en la naturaleza. Los principios de Freud, con Marcuse, son
historizados más allá del inicial planteamiento metafísico. En el capitalismo, este principio de actuación es el
principio de rendimiento. Marcuse plantea cómo la represión se puede correlacionar en el capitalismo con la
noción cuantitativa de Marx de la plusvalía. A través del rendimiento se puede medir hasta dónde llega la
represión en la sociedad capitalista (plusvalor-plusrepresión, ppio realidad-ppio de rendimiento). Lo que lleva
a la represión, por tanto, es una organización interesada de la escasez, que históricamente se ha impuesto por
las distintas formas de la dominación, en vez de manera equitativa y distributiva.

En el aspecto instintivo le interesa cómo ha evolucionado la vida instintiva de los individuos hasta ser
funcional a los intereses jerárquicos de la sociedad. El thánatos es aquello de lo que el individuo debe separarse
o anular. El instinto de muerte se ha transformado también como eros. SI eros se ha interiorizado cada vez
más a través de la represión civilizatoria, thánatos se ha exteriorizado, constituyéndose en una fuerza exterior
(tecnología…). La represión de eros ha sido principalmente en el campo de la represión sexual: contención de
los impulsos sexuales hacia los genitales; toda la idea de placer se convierte exclusivamente en un placer
genital que es tendente a la reproducción. El resto de impulsos de desexualizan o se convierten en un tabú.
Pero en la civilización actual, dice Marcuse, esta represión de la sexualidad ha ido más allá pues se ha
organizado todo este deseo desexualizado para adaptarlo a las exigencias del trabajo y la máquina: que
encuentre el placer en la producción capitalista, la devoción al trabajo. Marcuse anuncia más todavía: no sólo
la adaptación del cuerpo al trabajo, sino también al consumo. En el consumo, la psique logra alcanzar estadios
supremos de placer. En el caso de thánatos, se ha convertido en ciencia y tecnología para el dominio de los
demás, adoptando en nuestra época la forma extrema de guerra; una guerra que por el desarrollo de la
tecnología llega a ser autodestructiva. El principio que inicialmente servía para preservar la especie, ahora se
convierte en un modo de autodestrucción.

Todo este panorama represivo ha calificado de tabú todas las posibilidades de eros que no servían para la
función reproductiva, con un marcado carácter patriarcal. De ahí la consideración de la heterosexualidad como
única orientación sexual válida, siendo tabú todas las otras posibles.

Ej. Sudor es considerado positivo, ya sea porque es efecto del trabajo duro (desexualizado orientado al
trabajo), o por consumo (gimnasio, consumo de energía del cuerpo). Mierda, por otro lado, es un placer
desexualizado del niño, una perversión que debe ser negada para que se pueda orientar a otros placeres más
funcionales al capitalismo de consumo (helado…).

Paradójicamente, esta civilización que ha utilizado a thánatos como dominación tecnológica ha permitido
por primera vez que la productividad creciente elimine el principio de realidad, que la enorme riqueza generada
elimine la escasez. En este sentido, ha permitido que podamos no trabajar, liberar una enorme cantidad de

20
energías y tiempo que podrían ser utilizados para desarrollar aquellas partes de eros que han sido
desexualizadas. La liberación sexual permitirá llevar a cabo este fin. La automatización lograría este primer
efecto liberador: todos los instintos reprimidos por la civilización podrían ser recuperados. EL mito oficial de
la civilización industrial es Prometeo, que se vio forzado al trabajo tras robar el fuego. El mito antagónico sería
Orfeo y Narciso, el placer por el placer, o el sueño de lo imposible. Estos mitos antagónicos representan la
renuncia a la cultura del esfuerzo capitalista, la afirmación de la sexualidad polimorfa, pre-genital, que busque
el placer por el placer. Un ejemplo de ello se puede encontrar en las formas de la creación de Freud: para Freud
el arte era el producto de una sublimación represiva (la represión de los instintos de placer se canaliza a la
creación), al igual que la genitalidad reproductiva; para Marcuse, el arte no tiene por qué sublimar nuestros
instintos y por eso no debe establecerse un mercado estricto acerca del arte, no es necesario profesionalizarlo
en el camino hacia la utopía. El arte debe ser una desublimación represiva, una expresión directa de la expresión
de nuestra lívido en un no-mercado de arte. La mera creatividad sin formas ni pautas sería esa desublimación.
También plantea tratar de manera distinta la naturaleza: un lugar amable, un hogar del que somos parte.
También una moral libidinal maternal, contrapuesta a la patriarcal, que libere de tabúes el comportamiento
sexual, sin establecer formas determinadas de lo sexualmente aceptable. En definitiva, este es el camino de la
liberación que propone Marcuse: liberación sexual, la búsqueda de placer de supera los elementos represivos.

En El hombre unidimensional (1964) se reniega de esta utopía, cuestionando cada vez más a Freud. Habla
de la obsolescencia del psicoanálisis. Observa que la liberación sexual no va unida necesariamente a una
liberación política, porque el sistema de dominación actual es capaz de utilizar a su servicio ese tipo de
libertades sexuales conseguidas. Es un sistema que actúa en su favor gestionando las libertades (política, de
credo, sexual…). No es una represión directa, es una gestión o administración de las libertades. La libertad
sexual se ha convertido en un puro acto de consumo, convierte al placer en una forma más de ligarte a la
sociedad industrial avanzada. La represión actúa a través de precisamente las libertades, evitando que actúen
en contra del propio sistema. De ahí que se defina esta sociedad como una sociedad libre. La dosificación
administrada es lo que permite que no solamente reprima, sino también incluya los deseos y necesidades de
los individuos. Necesita de esas libertades para subsistir, pues la mera represión no bastaría para que los
individuos se impliquen en ese tipo de sociedad. Ej. Madame Bovary permite soñar caminos de liberación,
aunque rezume de conceptos burgueses; en el caso de Tennessy Williams, aunque se habla constantemente de
liberación, no cuestiona las condiciones sociales en las que se enmarca. Por más obscena, radical o inmoral
que parezca una obra, si no cuestiona su realidad social, es totalmente inofensiva. La sexualidad se convierte
en un vehículo de los best-seller de la opresión.

Este tipo de sociedad unidimensional es también la sociedad de las grandes clases medias. Entiende que el
predominio cualitativo es el de la clase media. Nunca la concibe como una clase transformadora o
revolucionaria, pues se ha beneficiado de los logros del avance capitalista, y es tanto explotada como
explotadora de las clases bajas del Tercer Mundo. Esta explotación además se cierra por entero con la amenaza
de una guerra nuclear permanente: las clases oprimidas del Tercer Mundo están constantemente amenazadas
por la destrucción asegurada. Hablar de clases medias es también hablar del carácter vasto y amplio,
interconectado, de esa sociedad capitalista. El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha permitido que los
medios de comunicación de masas abarquen a cada vez más población, permitiendo que la opinión pública se
convierta en una opinión publicada: decisores de opinión, de las agenda y marcos son muy pocos y tienen una
enorme influencia. De ahí que, precisamente, todos aquellos términos y fórmulas que en siglos anteriores
habían supuesto un cierto antagonismo ahora estén totalmente sepultados. La sociedad de masas ha abolido la
capacidad crítica de muchos conceptos: sindicalismo, socialismo, libertad… Bajo la idea de dominación por
el bienestar, el término de libertad se degrada en libertades (de mercado, política, de credo…), que no atentan
contra el sistema en su conjunto, sino más bien son aspectos funcionales a la dominación del sistema. Ya no
hace falta una ideología burguesa que enmascare la realidad, sino que sirve con el dominio de la ciencia y la

21
tecnología: los medios de comunicación, un Estado tecnocrático (sin soluciones ideológicas) con un
incremento acelerado de la desafección política… Lo único en lo que insisten los partidos es en ciencia y
técnica, en tecnocracia. Esta transmutación de la ideología en Tecnocracia constituye un sistema que determina
cada vez más la vida de los individuos (“desde la cuna hasta la tumba”). La política está cada vez más presente
en el día a día de sus ciudadanos. Este es el carácter totalitario de la sociedad industrial moderna, la sociedad
unidimensional. Y, es más, esta tecnocracia, por vez primera en la historia de la humanidad, es capaz de prever
y contener la posibilidad del cambio cualitativo de la sociedad. Los conflictos y contradicciones existentes
dentro del sistema son previstas, anticipadas y gestionadas por la tecnocracia. Es una sociedad totalitaria
porque prevé y contiene el cambio, que, no obstante está revestido del manto de la democracia, la participación
y las libertades.

Una forma de detectar este carácter totalitario es atender a las situaciones micro del día a día. Las
necesidades son en verdad necesidades impuestas, que satisface la sociedad del bienestar; es el gigantesco
ámbito del consumo, que va más allá de la producción y venta de mercancías, logra generar el deseo de tenerlas.
El consumo no es una cuestión de compra en masa, sino la imposición de necesidades. Puede que las
necesidades naturales no siempre se satisfagan, pero sí las impuestas. La conciencia que denuncia Marcuse
que existe en esta sociedad es una conciencia “feliz”. Que seamos felices en este tipo de sociedades significa
que los conflictos del individuo están superados>: el sistema satisface las necesidades impuestas, la conciencia
crítica es imposible de mantener, la conciencia feliz se ve recompensada por el sistema lingüístico. Hasta el
lenguaje nos mantiene unidos al sistema. El lenguaje, depurado de los elementos inconformistas, se ha
convertido en un lenguaje funcional, que describe lo que ve sin poder anticipar aquello que no ve, lo que podría
ser, pero no es. Es un lenguaje positivizado o positivista, donde son eliminados todos aquellos elementos que
podrían ser subversivos, los predicados contrarios (burguesía-proletariado). Además de en el lenguaje, el
carácter unidimensional también existe en la filosofía. En efecto, encuentra que la filosofía estadounidense se
ha convertido en una filosofía pragmática/analítica, pues trata de funcionalizar el lenguaje, nunca planteándose
otra función que no sea este positivismo o depuración del lenguaje. En la psicología (y filosofía también)
encuentra la preeminencia del planteamiento terapéutico, desplazando el descubrimiento general de Freud (que
la enfermedad es de carácter social), y buscando resolver los problemas en el plano individual. El individuo
sufre, pero no sabe por qué sufre, nada (el lenguaje, los medios, la opinión publicada…) le permite ser
consciente de sus problemas, achacándose a sí mismo la causa del problema. Las contradicciones culturales se
viven como contradicciones individuales.

No obstante, aunque las tendencias totalitarias de esta sociedad han hecho ineficaces los medios de protesta
convencionales (voto, protesta, huelga…), Marcuse encuentra en ese sustrato especial de los proscritos, los
extraños, los perseguidos, aquellos que viven fuera del proceso democrático, el nuevo sujeto revolucionario.
Ello no significa de manera mecánica que su composición pueda suponer una revolución, pues el sistema es
capaz de gestionarlo. Pero, sin embargo, el espectro de Marx sigue siempre ahí. Siempre hay unos bárbaros
desde los límites que amenazan al Imperio. Los bárbaros son los pueblos explotados del Tercer Mundo y
aquellos marginales o proscritos del Primer Mundo que no se conforman con el régimen de consumo (aquellos
infelices inconscientemente, aquellos que niegan el régimen tecnocrático…). Hay que buscar nuevos sujetos
revolucionarios, nuevos instrumentos de liberación y nuevos campos de batalla (espacio político está muerto).
En los párrafos finales propone la crítica sistemática, frontal, de carácter puramente negativo, sin concesiones;
el Gran Rechazo que presiona desde fuera y quizá pueda establecer una contra-tendencia, un antagonismo real
contra este sistema.

22
TEMA 3: EL ESTRUCTURALISMO
Los diferentes estructuralismos. El estructuralismo antropológico de Lucien Lévy-Strauss. Psicoanálisis,

marxismo y geología. El modelo lingüístico. Antropología estructural: las reglas del parentesco. Análisis

del mito. El estructuralismo epistemológico de Michel Foucault. Las palabras y las cosas: el hombre es

una invención reciente. Genealogía y economía del poder disciplinario. La historia de la sexualidad. La

cuestión del biopoder.

Mantiene una visión totalizadora: no se pueden estudiar por separado las distintas partes de un sistema,
sino que hay que entenderlo en función de las interrelaciones o de las conexiones con el conjunto. Esta visión
totalizadora suele ir acompañada de una teoría del significado que también es totalizadora. Los conceptos son
entendidos como signos, y nos debemos preguntar por su significado, esta semiótica social, este análisis de los
signos como si formaran parte de un sistema que solo pueden ser entendidos dentro del contexto en el que
están inmersos.

Se da más prioridad a lo constante que a lo pasajero. Se fija en las estructuras sociales que se mantienen
a lo largo del tiempo, frente al flujo de acciones. Esas estructuras estables o bien son las verdaderas fuerzas
causales, o bien son esenciales para dotar de un significado a los fenómenos que se observan. De ahí que el
método de investigación sea básicamente sincrónico, el objeto de estudio forma un sistema en sí, no
preguntarse por cómo se forma o funciona, sino que da por hecho que es un sistema ya en sí constituido.
Análisis que no observa tanto los procesos a través del tiempo, sino más bien ese tipo de factores que otorgan
el destino a los individuos, que sobredeterminan las conductas y los pensamientos de los individuos.

Se opone al positivismo, al igual que la teoría crítica, pero por razones distintas. Para el positivismo
explicar sería señalar las causas que derivan que regularidades observadas. Por el contrario, para el
estructuralismo lo que importa son las estructuras subyacentes que no son visibles a primera vista, se trata de
estructuras profundas más allá de lo observado, inconscientes dirán algunos de ellos, y en ese sentido se
distancian del concepto positivista de causalidad; no hay concatenación de causas, sino que prefieren hablar
de leyes de concatenación; si aceptan la causalidad ésta no se deriva de la observación de fenómenos, sino que
las causas son profundas y se derivan de niveles de la estructura.

Reconocen el carácter condicionante de las estructuras sociales respecto de las acciones y del pensamiento.
Dos vertientes o tendencias:

a. Tendencia moderada. Esta determinación es más bien metodológica; a pesar de que se busquen
estructuras subyacentes, inconscientes, más bien se entiende que tales estructuras limitan las
acciones, pero los individuos tienen cierta capacidad de elegir, de pensamiento propio.
b. Versión más radical. Encontramos un principio filosófico según el cual las estructuras no solo
condicionan, sino que sobre-determinan los comportamientos, las actitudes e incluso los
pensamientos. Los actores no parecen controlar su destino, están comprendidos dentro de esas
estructuras. Los actores o sujetos son productos de esas estructuras.

23
En realidad, no es tanto una escuela o una corriente, sino un método4 aplicado de la lingüística estructural,
una metodología con la que se lleva a cabo el estudio de las CCSS que adopta como punto de partida o como
modelo los principios establecidos por la lingüística estructural, especialmente de los autores Ferdinand de
Saussure y Roman Jakobson. Lo que hará Lévi-Strauss será trasponer la fonética estructural de Jakobson a las
CCSS. Lo que busca son leyes necesarias que se imponen porque son inconscientes, globales, etc.

Es también en cierto modo una epistemología que propone un fundamento del método y un objeto de
conocimiento, que no va a ser el Hombre, sino las estructuras o el inconsciente, etc. Aunque muy pocos autores
aceptarían ya esta característica.

Algunos aceptarían también que el estructuralismo es una filosofía, una ontología, una definición de lo qué es
y debe ser.

ANTECEDENTES

Durkheim y la lingüística estructural.

CONTEXTO HISTÓRICO

Proporciona ciertas pistas o matices a lo qué es el estructuralismo. Es de origen e incluso vocación


francesa, o incluso parisina y está estrechamente relacionado con ese concepto de centralización cultural
típicamente francés. En Francia, tras la IIGM, la ocupación nazi supuso el famoso pacto o consenso de
reconstrucción que llevó a la izquierda (PCF) a comprometerse con los moderados, así, el comunismo francés
perdió gran parte de su aliciente internacionalista, y su apelación a la lucha de clases, al obrerismo, etc. En
segundo lugar, hay que mencionar el surgimiento de los países del mal llamado Tercer Mundo y todo este
proceso de descolonización; ello afecta especialmente a Francia, gran potencia colonizadora, que lleva a un
cierto aborrecimiento de la influencia de la potencia de Occidente (Holocausto, IIGM) y da pie a otras
perspectivas diferentes. Por último, cabe señalar la decadencia de la Sorbona, centro neurálgico del
humanismo, del orgullo occidental y francés, y sus modelos y sus estudios, que habían sido predominantes
hasta la fecha, lo Humano; todo ello decae por el auge de las CCSS (e.g. antropología), que permite una mirada
menos etnocéntrica u occidentalizante.

En ese sentido, las revueltas de los años 60 (Praga, México, Irán, Francia…) son el reflejo callejero de
esa perspectiva estructuralista. Se trata de una irrupción de una mirada diferente con respecto a Occidente. El
68 es básicamente el estructuralismo en la calle5. Esas revueltas intelectuales también ocupan el imaginario
colectivo, ello marca el auge del estructuralismo. Claude Levi-Strauss (de origen belga, aunque desarrolló su
carrera en Francia), Michel Foucault (sus estudios comienzan en el campo de la psiquiatría, la locura, la cárcel,
lo marginal; la suya es una de las miradas más interesantes entorno al poder), Louis Althusser (estructuralismo
aplicado al marxismo; para él existen realmente dos Marx, uno más joven y revolucionario -idea de alienación-
y uno viejo y más maduro, que sería aquel que escribiera El Capital -descubre un nuevo continente de
explicaciones científicas, la historia-, Niklos Poulantzas (marxista; poder como una estructura, y no mera
superestructura; el poder como una cuestión muy importante, comprueba como el Estado en el mediterráneo
es muy fuerte y por ello deriva en dictaduras), Jaques Lacan (psicoanalista, el inconsciente freudiano está
estructurado como un lenguaje, a través de la semiótica empezará a comprender los elementos fundamentales
de Freud) y Roland Barthes (desde dentro de la semiótica, cómo podemos entender cualquier proceso social
desde el lenguaje; la moda es un sistema ligústico literal, un sistema en el que existe un lenguaje de signos
sistémico que tiene menos transformaciones de las que podemos imaginar).

Muy poco después, en los 70 y 80, aquellos que insistieron en esa muerte del Hombre, desaparecieron,
excepto Levi-Strauss. Foucault muere de SIDA, Althusser mató a su esposa y fue encerrado en un psiquiátrico.
Poulanzas se suicidó con sus libros, Lacan muere sin poder hablar, Barthes murió por ser atropellado por un


4
La metodología es el “cemento” que aglutina a vertientes tan diversas. Las cinco primeras características serían aceptadas
en mayor o menor medida por todos los estructuralistas, si bien las dos últimas (epistemología y ontología) no aceptadas
por todos los autores.
5
Es la mayor huelga en occidente en el siglo XX.

24
tranvía y no quiso ser operado. Se pasó a la nada, al menos en el ámbito francés, y de ahí la cuestión del post-
estructuralismo, ¿existió verdaderamente?

El estructuralismo como método ya no existe, pero sí que es una de las metodologías más influyentes
en el pensamiento e ideas continentales. François Dose plantea cuales son las confluencias de las ideas de unos
autores y otros, así como sus planteamientos con aquellos de otras disciplinas. François Dose señala esa
desaparición tan abrupta de cierto tipo de consenso metodológico, por ello, aunque hay actualmente discípulos
de algunos de ellos, como Zizek, que interpreta o explica la teoría de Lacan, no se plantea nada novedoso como
tal.

CLAUDE LÉVI-STRAUSS (1908-2009)

Dado lo que le aburría dar clases de filosofía, lo hizo durante un año y lo abandonó para dedicarse a la
investigación antropológica principalmente. Judío de origen, se exilió en Brasil donde hizo un estudio sobre
los mitos de las distintas tribus y culturas. Acabó en la Universidad de Columbia donde encontró a Roman
Jakobson donde se planteó la aplicación del método estructuralista de la lingüística y de ahí surge la revolución
estructuralista posterior.

Necesidad a su juicio de cuestionar la subjetividad Occidental como inicio del pensamiento moderno
o como principio fundamental de ordenación del mundo. La filosofía moderna se inicia con Descartes “pienso
luego existo”; según Strauss esa conciencia sería el principio de ordenación del mundo, en esta conciencia, en
este yo, no solamente se halla la conciencia de uno mismo, sino la forma de organizar todo lo demás. Esta
primacía del yo, de la conciencia individual comenzó siendo, la verdad no está en la conciencia, sino en el todo
(Hegel?). Esta idea de la subjetividad fue criticad más aun por Marx, quien afirmó que es la infraestructura
económica la que determina la conciencia y no al revés, y más aún todavía por Freud, que reconoce la
importancia del inconsciente como rector de nuestro comportamiento, dejando la conciencia en un segundo
plano. El estructuralismo trata de descentrar al sujeto, que no es la causa de nada, sino que es más bien lo
causado, lo explicado por las estructuras. Hay un orden sistemático, inconsciente, relacional que además es
global, y este orden de las estructuras es lo que nos explica los principios del mundo, y entre ello, explica
también al propio sujeto. Proceso de des-centración, que deja atrás la subjetividad como elemento explicativo
y pasa a ser aquello que debe ser explicada.

En Tristes Trópicos, que en cierta medida es una autobiografía novelada, habla de sus tres amantes: el
marxismo, la geología y el psicoanálisis.

o De Marx toma la idea precisa de comprender. Hay una realidad subyacente, que es la realidad
de la explotación (teorías del plusvalor) esa realidad es más real que lo real, lo explica. Marx
en su Crítica a la Economía Política propone que comprender es reducir un tipo de realidad
(aquello visible) a otra que no es manifiesta pero que es más verdadera.
o Psicoanálisis de Freud nos enseñó que por debajo de lo racional existe una instancia más
importante que explica la conciencia. Los actos pre-lógicos (sueños, lapsus o equivocaciones,
etc.), afectivos, son lo más significativo para conocer a una persona.
o La geología nos muestra que, por debajo de los paisajes infinitos y caóticos, subyace una
superestructura o estratificación que da consistencia a lo anterior. Analizando la génesis de la
estratificación entenderemos lo directamente visible, los paisajes; la realidad visible es caótica
pero no se explica a sí misma, sino que debe explicarse con aquello que no es visible, la
estratificación que subyace.

Encontramos un elemento común entre las tres influencias. El inconsciente se manifiesta en los actos
fallidos y los sueños indirectamente, esta manifestación del inconsciente (verdaderamente real) es una
trasposición de tal manera que siempre se presentará de forma velada o enmascarada a la conciencia. En el
marxismo, la ideología, que se contiene en la economía, aparece como una conciencia deformada irreal, que
miente, pero se trata de una deformación necesaria y específica que miente sobre la realidad, pero mantiene

25
una relación clara con la misma. El análisis marxista aspira a conocer por qué una realidad se esconde por
debajo de una ideología. La geología persigue conocer la génesis de la estructura.

¿En qué consiste la lingüística estructural?

No ir directamente a lo visible y aparente, sino que hay que rastrear geológicamente las estructuras
reales de las interacciones humanas. Para ello, emplea la lingüística estructural de Saussure. Distinción entre
habla y lengua. El habla es el uso que cada hablante hace de la lengua. La lengua es el sistema o código de
signos impersonal, no es directamente aprehensible, pero es anterior al habla, permite que exista y le da forma.

La lengua es una forma, y no una sustancia, ello significa que no es tanto un conjunto de elementos
fijos y autónomos, sino un sistema de relaciones entre tales elementos6. “La lengua es un sistema que no conoce
más que su propio orden”, solo dentro de ese orden los elementos se articulan según los principios____. El
estudio, no tanto de los cambios que se operan en la lengua (estudios de las familias lingüísticas en siglo XIX),
sino más bien estudio del estado del sistema, y por tanto un estudio sincrónico. Imaginaos s. XVIII principios
del XIX, en las Antillas, dos o tres generaciones se han llegado a construir lenguas como sistema utilizando
piezas como semánticas de unas lenguas y otras finalmente se han configurado otros sistemas; no es la
evolución la que explica las lenguas, sino que el carácter sistémico de la lengua, esto es, la lengua, cuando lo
necesita, actúa como sistema.

Lo que hace Levi-Strauss es trasponer estas nociones de la lingüística estructural al orden de los
fenómenos sociales. Cuando hace un análisis de un fenómeno social como, por ejemplo, el parentesco7, busca
leyes generales y necesarias y no quepa la explicación de que algo se transmitido, sino que es parte estructural
del inconsciente humano. Trata las sociedades como si fueran sistemas de signos buscando precisamente esos
criterios necesarios (semiología social); trata de buscar los fenómenos fuera de la conciencia. Lo que se busca
es “reducir lo complejo de la superficie (multiplicidad de relaciones, infinitas posibilidades) a lo simple de las
estructuras”; sustituir la estructura de lo visible, poco significativa, por una estructura significativa que permita
ofrecernos una explicación necesaria o ley.

Hay una relación de inadecuación entre significante y significado; esa relación es puramente arbitraria,
convencional (¿por qué empleamos el término “mesa” y no “taula” o “table”?). Los vocablos no tienen una
relación necesaria entre sí. No podemos buscar una especie de relación progresiva, sino que le lenguaje surge
de golpe en un momento dado como sistema y cierra la posibilidad de que hagamos verbos nuevos que no
acaben en”-ar”. No a través de un proceso progresivo o evolutivo, sino de repente. De una vez se pasa de la
naturaleza a la cultura, y no a través de un proceso evolutivo. La cultura como sistema que organiza los
símbolos y significados es, no va surgiendo paulatinamente.

Una de las apreciaciones curiosas es que existe un fonema que es el “cero”, esto es, un fonema que no
implica sonido; este fonema cero marca la necesidad de un contenido simbólico suplementario; hace que
incluso el silencio, el vacío, forme parte del sistema, y lo introduce dentro de un sistema o conjunto relacional.
En ese sentido, aunque no digamos nada, este silencio ya está integrado radical y absolutamente en este sistema
fonético, que es potente y completamente determinante. Ejemplo, palabras que proceden de actos o gestos que
tienen una pronunciación parecida al sonido que producen; el sistema modela por completo lo que la naturaleza
nos brinda; los perros ladran (guau), los gatos maúllan; pero para los ingleses es otro. La fonética nos lleva a
escuchar aquello que aparentemente no tiene significado como algo que ya tiene significado, lo transformamos
culturalmente. Esta cuestión del fonema cero es importante porque precisamente lo que descubrió Lévi-Strauss
es que en esos pasos de la naturaleza a la cultura hubo algo parecido al fonema cero, una línea, aleatoria y
convencional, que no está adecuada a aquello de lo que habla pero que marca un antes y un después. Ese algo,
al analizar el parentesco, a su juicio será el tabú del incesto, que sería algo así como el fonema cero de la
relación de parentesco.

En 1949 publica, las Estructuras Elementales de Parentesco. Quizá sea la obra más lograda de la
antropología y de las CCSS en el siglo XX. Para Lévi-Strauss es la demostración práctica de la validez de sus

6
Mesa, pesa, lesa… sistema de relaciones, no un conjunto fijo de elementos.
7
Con quién te puedes casar, con quien no; esos sistemas de signos están unidos a otros sistemas de signos, como el dinero,
o la lengua (como casarte a una persona de alto rango te eleva a ti a ese rango o no).

26
principios teóricos radicales y absolutos (muy parecido a lo que hace Durkheim en su estudio sobre el suicidio).
Formas elementales del parentesco, qué tipos de familias hay, qué tipos de relaciones de parentesco; toda una
torre de babel que simplemente se ha dedicado a percibir ese paisaje, pero no ha indagado en descubrir esas
causas de que ese paisaje sea así; leyes globales y necesarias que en última instancia logran explicar esta
aparente variación que da cuenta de los distintos tipos de parentesco. Expresión de una estructura global que
es inconsciente para los individuos y que en última instancia explica el paso de la naturaleza a la cultura. Ese
grado cero de la cultura, es el tabú del incesto, que está presente en todas las culturas. Hay un límite, arbitrario,
grado cero de la cultura.

Las Estructuras Elementales del Parentesco

NATURALEZA PASO CULTURA

Indeterminación o instinto Alianza Diversas modalidades

Intercambio

Mujer: estímulo Parentesco: aparece en Mujer: signo y valor


interacción con otros circuitos de
Bienes: apropiación para intercambio Orden simbólico
sobrevivir
Economía Lenguajes, idiomas
Lenguaje: capacidad
Mensajes (signos)

Los circuitos de intercambio se refuerzan unos a otros. Ej.: la dote se incluye en todos los tipos de parentesco
en Occidente, como elemento de refuerzo económico. En Occidente estamos acostumbrados a modelos de
intercambio de ganancia, pero en otras sociedades es intercambio a la pérdida. Ej.: el potlatch de Marcel Mauss,
en tribus americanas, (yerno de Durkheim), donde una tribu intercambiaba con otra para perder; con la pérdida,
la tribu que obtiene el aparente beneficio queda en estado de deudora respecto a la primera. Ya sea por beneficio
o por pérdida, lo importante aquí es el intercambio, como un valor en sí mismo. Los circuitos de intercambios
están interconectados entre sí, cómo forman un sistema en sentido estricto.

En el caso del lenguaje: compara los modelos de familia de Occidente y de Oriente (China); troncal frente
a extensa, diferencias de idioma. La familia troncal europea posee un tronco fundamental, donde las ramas se
consideran en relación con ese tronco; la manera de apelar a cada una de estas partes también es troncal: madre,
padre, hijo, hija, tíos, tías, sobrinas, abuelos… (variables son tronco y género). La familia china, en cambio,
puede abarcar a miles de personas, con vecindario, familia y sirviente; cada individuo tiene un nombre familiar
específico según su posición. Los distintos tipos de familia se corresponden en las lenguas. En Occidente
participan muy pocos elementos, fonemas o signos gráficos; es simple. En cambio, en China, la escritura y el
vocabulario es muy complejo, pues cada concepto tiene un tipograma diferente. Género y familia siguen los
mismos sistemas de intercambio en cada lugar.

Levy-Strauss intenta explicar el paso de la naturaleza a la cultura. El tabú del incesto es la institución
humana más universal, presente en todas y cada una de las culturas estudiadas. La trata como un fonema cero
o grado cero de la cultura, radicalmente importante. Inicia una labor destructiva respecto de las teorías
antropológicas que intentaron explicar el fenómeno del tabú. Algunos autores del XIX afirmaron que la
prohibición del incesto era una medida protectora contra los nefastos resultados de la consanguineidad
(Engels…). Sin embargo, Levy-Strauss razona que en muchas sociedades primitivas existe un modelo de

27
matrimonio preferencial entre primos cruzados (hijos de los hermanos de sexo opuesto de cada uno de los
padres) y está prohibido entre primos paralelos (hijos de los hermanos del mismo sexo de cada uno de los
padres), o al revés, cuando ambos tipos de primos en realidad tienen la misma consanguineidad. Aún teniendo
la misma consanguineidad, existe un tabú de incesto para unos u otros. Por tanto, no es una medida protectora
desde el punto de vista natural. Otra de las explicaciones tradicionales no utilizaba el argumento natural, sino
más bien una explicación psicológica: la prohibición del tabú del incesto viene de que la convivencia habitual
elimina la excitabilidad erótica y provoca repugnancia. Levy-Strauss intenta demostrar que esta pérdida de la
excitabilidad no es verificable empíricamente: como el incesto existe, esta explicación psicológica no funciona.
Por último, la tradicional exigencia de la exogamia (Durkheim, Spencer…), que Levy-Strauss rechaza porque
considera que no es una práctica universal y que no traza claramente cuáles son las fronteras (diversidad en las
fronteras; fuera del clan/fuera de la familia…). En definitiva, critica el no planteamiento de criterios universales
para el tabú del incesto. Realmente, el incesto es literalmente el grado cero de la cultura, el que da el paso de
la naturaleza a la cultura porque establece una regla: da igual el contenido o el alcance, lo importante es que
marca una regla en sentido estricto. Esta idea de la prohibición es lo que marca el paso a la cultura. A partir de
ahí, Levy-Strauss afirma que ese veto es el primer momento de una distinción posterior, una conformación de
formas entre lo indistinto o indeterminado.

Se aventura a plantear que estas reglas de distribución que comienzan con el tabú del incesto dan cuenta de
cómo funciona el espíritu humano, nuestra mente., que está estructurada siguiendo tres criterios principales: la
exigencia de la regla como regla, la noción de reciprocidad (oposición entre un yo y otro) y el carácter sintético8
del don (de lo que tiene valor y se intercambia). Hay una analogía profunda entre las sociedades primitivas y
la mentalidad infantil, entendidas en términos de flexibilidad, abundancia de posibilidades y adaptación directa
al entorno. No es una analogía despectiva, sino positiva. Critica las culturas modernas como rígidas, con pocas
posibilidades de transformación.

Levy-Strauss piensa las funciones biológicas humanas como pertenecientes a sistemas simbólicos. Con
ello, hay que entender que los sistemas de parentesco son realmente sistemas, estructuras formales creadas
consciente o inconscientemente con pretensión de continuidad.

La relación del hijo con el hermano de la madre (relación avuncular) es importante en aquellos casos en
que la madre no aporta la educación, los ritos…

EL siguiente proyecto de Levy Strauss es el de la tetralogía conocida como Mitológicas, que recoge el
análisis del pensamiento de los primitivos tratando de demostrar que este pensamiento está determinado. Está
determinado porque los mitos, la forma de expresión de las cosmovisiones primitivas, están determinados
interna y externamente. El mito es a los primitivos lo que la ideología es a las culturas modernas. Si
demostramos que los mitos están determinados, entonces el pensamiento humano en su conjunto está también
determinado: las estructuras del pensamiento nos piensan. Busca aquellas determinaciones que se plasman en
los mitos y en la ideología. Volúmenes: Lo crudo y lo cocido (1964), De la miel a las cenizas (1966), El origen
de las maneras de mesa (1968) y El hombre desnudo (1971). Lo que va a mostrar a lo largo de estos volúmenes
es cómo el pensamiento humano está relacionado con la realidad exterior. Los mitos nos hablan de cómo ha
sido creados y transmitidos. El determinismo interior es el que se compone de una serie de reglas en la
estructura del cerebro humano, que están incrustadas en los mitos y son independientes de la realidad externa.
El carácter dicotómico de nuestro pensamiento viene dado por las dos partes del cerebro; el yo y el otro, blanco
y negro, bien y mal… También nuestro pensamiento tiende al carácter sistémico, intentando abarcar la
totalidad en su manifestación. El determinismo exterior, por su parte, es también muy importante; la realidad
exterior es todo: relaciones sociales, económicas, con la naturaleza… En los 813 mitos que compila Levy-


8
Sintetiza una gran serie de posibilidades para poder intercambiarse.

28
Strauss en los libros incluye numerosas referencias naturales, con animales, mapas pluviométricos... Habla de
la “curvatura” de los mitos respecto de la determinación exterior, que se muestra en cinco posibilidades: i)
mito refleja la realidad; ii) refleja la realidad de forma invertida, dice exactamente lo contrario de lo que sucede;
iii) transforma imaginativamente la realidad, pues la mente humana reacciona frente a la realidad,
transformándola sistémicamente en algo aprehensible (la realidad como imaginario: el arte, por ejemplo, que
expresa imaginativamente lo que es la sociedad); iv) transforma simbólicamente la realidad (pasa a formar
parte de la imaginación sistémica y del simbolismo); v) ocultar una realidad y justificar otra.

No hay prioridad ni de la interior ni de la exterior. Intenta comprobar empíricamente cómo ambas


determinaciones aparecen de manera intrincada en todos los mitos.

En la tetralogía el más interesante es el primerio, donde habla de la distinción entre lo crudo y lo cocido.
Transformar lo natural de los alimentos mediante la cocina es lo que nos hace humanos. Utilizando el triángulo
vocálico/consonántico de Jakobson plantea la oposición entre el Tono (grave o agudo) y el Ruido (compacto
o difuso). Triángulo A-U-I/ K-P-T. Levy-Strauss lo traslada al triángulo culinario: transformación mediante la
cultura o la naturaleza; y estado de la materia, inalterado o alterado. Triángulo: crudo-cocinado-podrido.
Cocinado es alterado culturalmente, podrido es alterado naturalmente, crudo es inalterado natural.

CRUDO

(asado), sólo fuego

(ahumado) con aire (cocido) con agua

COCINADO PODRIDO

Algunos alimentos son muy contradictorios. La miel, por ejemplo, es un alimento ambivalente, pues está
elaborado, pero por animales; no es exactamente natural, pero está producido de manera natural. Los mitos
sobre la miel, por tanto, pueden ser tanto mágicos o divinos como peligrosos o dañinos. La miel es ambigua.
En el caso del tabaco: ¿es un alimento o no? Alimento del espíritu, en algunas culturas se entendía que
conectaba con los dioses y los espíritus. Pero también degrada el cuerpo (ej. nazis, tabaco degrada la raza).

En el segundo libro se da una ampliación esencial. Más allá de los aspectos culinarios, se realiza un estudio
comparativo sobre cómo se han introducido las ideas de moral en las culturas a partir de las diferentes maneras
de comportarse en la mesa. Las maneras de mesa son el grado cero de la moralidad. En determinadas culturas,
las maneras de mesa son esenciales en las relaciones sociales: criterios de respeto, moralidad… Frente a nuestra
idea del salvaje como un ser incivilizado que no tiene cultura, y por eso sus maneras de mesa son reprobables,
el salvaje no obstante muestra lo contrario: muestra humildad y respeto al mundo, busca no dejar huella. Desde
ese punto de vista, lo salvaje son las culturas occidentales modernas. Ello nos muestra que la cultura es una
herramienta que hace de la naturaleza un universo de sentido, de sentido moral en este caso. Ej. las maneras
de mesa de los gitanos: todo tipo de enfermedad o amenaza viene por la boca, de ahí comerse absolutamente
todo lo que haya en la mesa, no puede dejarse degradar.

En el hombre desnudo se tratan todas las maneras morales que se aplica sobre el cuerpo crudo, haciendo
que el cuerpo adquiera un valor social. Con ello el cuerpo adquiere una distinción cultural. Todas las maneras
culturales aplicadas al cuerpo también están relacionadas con los circuitos de parentesco. Ya inserto en la
cultura, el cuerpo desnudo ya no es tal, es un atributo específico en oposición a otros, es un signo. Cuando se
muestra desnudo el cuerpo, de hecho, se muestra como un fonema cero. De nuevo, en El hombre desnudo se
continúa buscando cómo el mito subyace estructuralmente al cuerpo, ese determinismo. La moda es todo un
sistema de representación, que hasta el XVIII es principalmente masculina.

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Críticas de “Mitológicas”:

- Lógica de opuestos binarios: reduce todo tipo de pensamiento a una forma dicotómica, que no está
claro que sea así.
- Utiliza el universo apabullante de mitos, más que como justificación empírica, como ejemplificación
interesada. Busca mitos que se ajusten como un guante a sus explicaciones. El problema es la
utilización de los mitos de manera ejemplar más que de empírica.
- Carácter apabullante: utiliza su escritura y erudición para callar por entero al lector. Exceso de estilo
que inhibe cualquier tipo de crítica.
- Estructuras innatas

MICHEL FOUCAULT (1926-1984)

Siempre se quiso ocultar como no-autor, crítico con la figura del autor. Versión bastante diferente del
estructuralismo. Formación inicial en filosofía y psiquiatría. Sus primeros libros tienen que ver con la
psiquiatría dentro de un contexto capitalista. Lo que más interesa es lo que constituye parte de su tesis doctoral:
Historia de la locura en la época clásica. En esta tesis encontramos un análisis del término de la locura, no
como un objeto o esencia presente en cualquier circunstancia, sino como un constructo sociohistórico muy
reciente, de apenas dos siglos. En efecto, mirando a Occidente, la locura no ha sido siempre de la misma
manera. En la Edad Media y el Renacimiento está la “nave de los locos”, metáforas artísticas de cómo se
concebía la locura entonces: el loco es una entidad aparte, pero se reconoce su saber, esotérico/oculto, que
posiblemente sea capaz de ver más verdades que el saber convencional; se puede reconocer ellos la palabra de
Dios, pero también la del Demonio; es una razón diferente; el loco es un cuestionamiento, una crítica, una duda
a nuestra manera de conocer el mundo. En el siglo XVII aparecen una serie de fenómenos que hacen variar el
concepto de locura:

- El gran encierro, en el territorio francés, propuesta de encerrar a personas insanas, peligro para la
sociedad. Se deben encerrar de una manera indiferenciada. Va a parar al encierro todo aquello que se
considere corrupto y peligroso: madres solteras, criminales, locos… Todo aquello que pueda
contaminar lo sano de la sociedad. Pero con respecto a los locos hay un criterio distintivo: como son
irracionales se los trata como animales.
- En la filosofía, encontramos en Descartes y su famosa afirmación “Pienso, luego existo”, tras la cual
hay una reflexión acerca del pensamiento; cómo diferenciarlo del sueño o de la locura. Es un paso
ontológico, la distancia que se establece entre la razón y la sinrazón. La no-razón bordea las fronteras
de lo que es razonable. Ya no es una pugna entre ambas, sino que la locura es un más allá del límite
de la razón.

A finales del XVIII comienza a diferenciarse el encierro. Se produce la génesis de una mirada específica
de carácter clínico con respecto a los locos. Es una mirada clínica hacia la locura que configurará su propia
ciencia: la psiquiatría. Plantea el encierro en un dispositivo distinto, con un criterio terapéutico de
normalización y transformación de los sujetos. Así, asistimos al nacimiento de una ciencia. La palabra del loco
es tomada como un diagnóstico. La razón misma es capaz de integrar a la sinrazón confiriéndole un carácter
diagnóstico.

En el siglo XIX se delimitan los elementos básicos que llevan a la locura, centrados en el instinto, que
tenemos todos, pero en el caso de los enfermos mentales, son instintos que se corrompen y se derivan hacia lo
sexual. Está ya abonado el terreno para el psicoanálisis.

Frente a los modelos tradicionales, que han planteado los objetos como elementos transcendentes,
ahistóricos, Foucault afirma una historia de la discontinuidad. Aquello que tomamos por objeto son

30
constructos históricos, específicos, que no se pueden trasladar tal y como lo conocemos al pasado, pues sería
un anacronismo. La forma de entender la locura en Occidente ha cambiado. Entender la locura como
enfermedad es una aproximación muy reciente.

Su siguiente proyecto es aún más ambicioso, en clave estructuralista. El nuevo objeto de análisis es la razón
misma, el conocimiento, el saber en Occidente. Para ello propone algo muy novedoso. Propone una técnica o
metodología que es la arqueología. La arqueología cuestiona el modelo de historia del pensamiento tal y como
tradicionalmente se ha planteado por parte de los historiadores. En el pensamiento generalmente se busca la
continuidad de los objetos o las ideas. En ese sentido, la historia tradicional plantea una continuidad del ser,
desde el pasado a nuestros días (evolución, progreso, desarrollo…). Foucault desecha esta continuidad como
una ilusión, un falso hilo conductor entre acontecimientos dispersos; de hecho, lo que nos encontramos es pura
dispersión. La historia tradicional también mantiene una serie de vicios interpretativos que encuentran
unidades espontáneas (el autor, el libro, la escuela) que han llegado hasta nosotros. Este tipo de unidades
también debe ser cuestionadas, pues han sido construidas por el propio historiador, por la historia como
historiografía. Apela a un tipo de historia de las ideas reflexiva, que dé cuenta del tipo de unidades que utiliza,
que no sea inconsciente de las premisas desde las que parte. Además, la historia tradicional ha encontrado en
los documentos del pasado no la materialidad, lo que dicen, sino que ha aplicado un criterio interpretativo, ha
hecho de los documentos monumentos. Se pregunta qué significaba las ideas para el autor, qué querían decir.
Foucault no busca interpretar los documentos, sino preguntarse por lo que dicen. Lo que dicen es precioso
porque es escaso. De todo lo posible que podría haberse pensado y escrito, por qué han llegado estos
documentos o testimonios específicos a nosotros; qué ley económica ha regido que estos fueran los que
llegasen a nosotros. Lo que dicen nos hará ver que todo discurso tiene fronteras; no se puede decir todo en
todas las épocas. ¿Por qué en un momento proliferan unos temas y plantean una serie de ideas? De esta manera
evitaremos aplicar interpretaciones propias, y entenderemos por qué las ideas surgen en un momento,
desaparecen luego, etc. Frente a la continuidad de la historia tradicional, encontramos una discontinuidad.

Este análisis del conocimiento occidental se va a concentrar en su libro Las palabras y las cosas (1966),
donde busca una arqueología de las ciencias humanas; qué relación ha existido entre las palabras y las cosas
en Occidente durante los siglos. Esta relación ha sido distinta para épocas diferentes. Lo que va a encontrar es
que, en efecto, entre los códigos fundamentales de la cultura (signos, lenguaje…) y las interpretaciones
científicas y filosóficas existe un territorio intermedio donde se aloja el saber. Este saber nos indica que las
cosas son ordenables, que tienen una relación específica con las palabras. Este suelo intermedio es lo previo,
punto de partida desde el que sale el sujeto, desde donde puede conocer. Este elemento previo a cualquier
conocimiento, esta correspondencia específica entre palabras y cosas, este punto de partida se conoce como
episteme. Para una época determinada, existe un saber único; sin fisuras, no contradictorio, que formula ese a
priori histórico.

El método arqueológico rechaza al sujeto como el origen fundamental de los conocimientos, el origen está
en ese sistema llamado episteme. La episteme plantea esos elementos previos en nuestra mente, distintos en
cada época, y que ofrecen la posibilidad de que puedan existir ciencias. Fue criticado por no explicar cómo
cambiaban las epistemes.

En Occidente ha habido varias sucesiones de epistemes, varias discontinuidades en las formas de saber
(renacentista, clásico, moderno). La hipótesis es que existe un claro isomorfismo entre ciencias humanas tan
distintas entre las que tratan la riqueza (economía), la naturaleza (biología…) y el lenguaje (lingüística); el
isomorfismo plantea que las diferentes epistemes parten de una preconcepción común, establecen un límite
común de lo que puede ser pensado; si existe, entonces existe ese suelo de saber, esa episteme, común que
después recogen las ciencias. Históricamente, estas ciencias se han transformado de una manera similar; de
ahí el isomorfismo:

31
- Renacimiento: el principio básico es el de semejanza; las palabras tienen relación con las cosas porque
se parecen a ellas. Quijote: Quijano cree literalmente aquello que ve. Cada animal es aquello como se
nombra, siguiendo los criterios de los refranes y sabidurías populares. Imagen de Leonardo del hombre
como medida de todas las cosas: todas las cosas se asemejan a él (elementos de la naturaleza se
identifican con partes de su cuerpo).
- Clásico XVII-XVIII: Escuela de Port Royale, que estudia las lenguas, afirma que lo que hay que buscar
en una lengua perfecta en la que las palabras representen el pensamiento y representen al mundo; que
el pensamiento no encuentre ningún obstáculo en las palabras para llegar al mundo; una lengua que
no aporte nada, que simplemente indique: el latín, como hace Linneo con dos palabras en latín para
elaborar una taxonomía de todas las especies. Idea de la representación: palabras representan mundo,
monedas/bienes preciosos representan la riqueza de los países (mercantilismo), meninas de
Velázquez9, las hilanderas10… La representación entiende que existe un orden interno de las cosas, un
orden universal previo que se expresaría de una manera única. Por pura incongruencia, en un momento
dado, hay aspectos que no entran dentro de esa tesis universal. A finales del XVIII surgen
microorganismos a partir de microscopios que no son del todo clasificables, porque están entre la vida
y la muerte (si son vivos o no, se reproducen o no, son inertes…); también restos óseos de animales
desaparecidos, que se explicaban como especies desaparecidas de todas las creadas por Dios. La
botánica empezó a plantear una idea revolucionaria: las especies no son fijas, varían. No es un orden
lo que existe previamente; lo que existe como orden es el tiempo. Faltaba la idea del tiempo, como
mecanismo básico que rige el orden de las cosas. Las especies son modificables, todas proceden unas
de otras, puede haber habido alguna común a todas o troncal. En el caso de las lenguas, se plantea que
las lenguas tienen historia, unas proceden de otras; se han transformado a sí mismas como lenguas;
puede haber una lengua primigenia. Smith y Ricardo hablan de la riqueza en términos de trabajo; el
trabajo humano es puro tiempo, y es lo que crea la riqueza.
- Moderna (XIX-XX): el tiempo como noción explicativa de las cosas. En la episteme moderna el
tiempo afecta a todas las ciencias. Por vez primera, las tres ciencias tienen un elemento común: el
hombre como culmen de la evolución, única especie con capacidad de lenguaje, único creador de
riqueza (trabajo humano). Las ciencias modernas han construido un nuevo objeto y sujeto: el Hombre.
De ahí su frase “el hombre es una invención reciente”, un constructo de esas ciencias modernas. Por
tanto, como constructo, puede desaparecer. Si pensamos esa episteme es porque hay una nueva
episteme en ciernes: el estructuralismo. Las explicaciones ya no tienen que ver con ese sujeto, esa
consciencia, sino con aspectos subyacentes a ese Hombre. La nueva episteme es impensable porque
es subconsciente, interna u oculta.

Cuando pensamos en otras épocas lo que hacemos es leer otras epistemes con la nuestra: toda historia ha
sido una historia del presente. Foucault plantea otro tipo de historia que al menos sea consciente de la episteme
de la que parte.

En un libro posterior da cuenta de este método arqueológico: La arqueología del saber (1968).

No obstante, había algo por resolver. ¿Por qué de todo lo que se podía decir sólo se dijo esto? ¿Quién lo
dice? ¿desde qué lugar está autorizado un discurso con pretensión de ciencia? Es una dinámica del poder. Los
discursos de verdad están vinculados a una auténtica economía del poder. En este sentido abandona la pregunta
por el saber y busca las economías de poder que subyacen a los discursos. Esta nueva metodología se va a


9
Es una representación de una escena. Se iba a llamar “La visita”, de los reyes a su hija. Los reyes aparecen reflejados en
el espejo, aun cuando no están físicamente en la escena. Es una mera representación. Están fuera de escena, igual que el
espectador.
10
La imagen del fondo es a la vez un tapiz y otra escena real. Juego sobre el espacio, muy ambiguo.

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llamar Genealogía. Busca las relaciones de poder que existen y que también construyen saberes. El saber y el
poder tienen circuitos diferentes que se reproducen entre sí.

El 68 afectó mucho a Foucault. Las críticas que recibió a Las palabras y las cosas le hacen replantearse
cuál es el papel del intelectual. En estas críticas hay una figura del intelectual orgánico, teniendo en mente a
Sartre, que experimenta las contradicciones de la historia y plantea las direcciones que debe adoptar la lucha.
Frente a esta figura expone la idea del intelectual específico: trabaja con ideas y conceptos, y es lo único que
puede ofrecer, no puede orientar, sólo puede ofrecer una caja de herramientas conceptual que permita
replantearse las cosas. Esta idea se expresa en la propuesta de crear un Grupo de Información de Prisiones:
más que ocupar el espacio de la crítica para denunciar las condiciones de los presos, busca permitir que los
presos tengan vox y expresen cómo viven. Con ello, es muy sensible al poder, a cómo anula las palabras y la
voz. Cuando vino a Madrid e iba a denunciar los fusilamientos de los Grapo a finales del franquismo, recordó
una escena: los individuos llegan a ser invisibles, debido a las prohibiciones que impone el poder; también lo
eran los refugiados republicanos españoles de la Guerra Civil.

Un Foucault más militante hará el libro más conocido de su carrera Vigilar y castigar, estableciendo una
genealogía de los métodos punitivos desde finales del XVIII hasta la actualidad. La cárcel responde a un
circuito de poder en el cual el poder se vuelve más invisible. Frente al castigo, la vigilancia. Busca entender el
castigo como una función social compleja no meramente represiva. Los hechos punitivos no son solamente
consecuencias de actos jurídicos, de lo que la laye dice, pero tampoco como estructuras sociales. Son, más
bien, un asunto de táctica política. Busca no separar la historia de las ciencias humanas de la historia del
derecho; busca la matriz común del siglo XIX que se construyó en torno a los saberes concernientes al encierro.
También busca el análisis del cuerpo investido de relaciones de poder, la “tecnología política del cuerpo”.
Habrá que plantearse genealógicamente cómo es esa tecnología del cuerpo. Plantea el poder como construcción
positiva.

Vigilar y castigar arranca del corte epistemológico en el paso del siglo XVIII al XIX. No es un análisis
sobre la cárcel en sí, sino también de lo que se articula en torno a ella (ciencias humanas, psicológicas,
psiquiátricas), mostrando el origen disciplinario de estas ciencias. Existen además paralelismos entre la cárcel,
los hospitales, los cuarteles… Es, en definitiva, un análisis del poder, que va más allá de dos límites como el
derecho (jurídico, legal, prácticas de soberanía) y las estructuras sociales (marxistas, poderes como
delegaciones de las estructuras económicas). Debe analizarse el poder como una materialidad explícita, que
construye sujetos y saberes.

Trabaja con imágenes evocadoras en clave histórica: desde la tortura pública de un regicida a un
manual/protocolo de cómo deben actuar los presos en la cárcel. ¿Cómo se ha pasado de una a otra? Para
muchos es una humanización de las penas, pero Foucault lo entiende como una instauración de un modelo
burgués que ha transformado el modelo punitivo del Antiguo Régimen. En este último, el castigo era un arte
de las sensaciones corporales, se infligía sobre el cuerpo como objetivo primordial. También es un modelo
donde se toma la punición como espectáculo. Su visibilidad es clara: rey, como fuente del derecho y ejecutor
también. No obstante, esto producía rebeliones fácilmente, demostraba su debilidad. Frente a ello, en el modelo
carcelario predomina una economía del poder basada en los DDHH; en la cárcel se castiga el alma, no el
cuerpo, y como el alma necesita libertad, se castiga restringiendo esta libertad sin distinciones entre las
personas. La ley tiene un carácter concreto, pero también abstracto: cada vez importa menos el delito en sí para
relacionarlo con la pena, y cada vez importa más el sujeto jurídico sobre el que se aplica la pena. Importa el
delincuente y no el castigo. La punición se nos antoja ahora como una ortopedia moral, un castigo silencioso.
En definitiva, es una nueva economía de poder más eficaz, más rentable, que permite que los castigos aparezcan
como humanizados. La cárcel, ya desde finales del XVIII, se convierte en el centro del sistema punitivo de
esta época. Antes, la cárcel servía únicamente para esperar la pena o el juicio, pero no era el elemento central.

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La cárcel viene de la reincorporación de toda una serie de modelos previos que han sido transformados desde
la Workhouses o Casas de Trabajo salidas de la Reforma protestante: tenían celda individual (separación),
empleo estricto del tiempo, vigilancia continua y constante, trabajo obligatorio como sistema recuperación de
las almas…Estos modelos insisten en la conducta de los presos. Se estabilizan a finales del XVIII bajo la
dirección estatal como el centro del sistema punitivo en su conjunto.

Lo que incorporan las cárceles es la insistencia en la vigilancia intensiva, la presencia constante de un ojo
vigilante que sienta la persona encerrada y aislada. Una innovación del momento fue también la idea del
“Panóptico de Bentham”, como una máquina arquitectónica de vigilancia constante y permanente. Se trata de
una estructura centralizada, con una torre central cubierta por celosías, de manera que se pueda ver desde el
interior, pero queda oculto hacia afuera, rodeada por celdas individuales con suficiente luz para que los presos
se puedan ver desde la torre. Aún con sin carcelero en la torre, los presos se sentirán vigilados y actuarán de
manera “correcta”. En la actualidad, ya no será necesaria ni la torre ni la estructura centralizada, ya que existen
dispositivos de vigilancia por cámara e incluso de control de clima y luminosidad, para controlar la conducta.
Esta noción del control nos habla de una economía del poder que se basa en tácticas minuciosas, que, aunque
hable del alma, en verdad se aplica sobre el cuerpo: nada se escapa, nada se oculta, todo es visible y controlable.
Hay una plasticidad inmensa de la sanción disciplinaria. En el modelo de la disciplina está el control del tiempo,
de la actividad, la conducta, los discursos, los gestos, las actitudes, la sexualidad… La disciplina penitenciaria
se aplica a corregir las desviaciones. Esto tiene sus paralelismos en la escuela, los cuarteles, los hospitales…

En definitiva, todo este arte de castigar no tiende ni a la expiación ni a la represión en sentido estricto, sino
a la “normalización” de los comportamientos.

Esta fabricación de individuos útiles en las cárceles y otros sitios se va a expandir a otras áreas de la
sociedad. La idea de desinstitucionalización viene a suponer que estas técnicas de economía del poder superen
las barreras de las instituciones y lleguen más allá. Con la disciplinación se impone la ley del mínimo coste,
máxima discreción, una maximalización de los efectos en intensidad y extensión y un acrecentamiento de la
docilidad en el sistema. Esta transformación ha creado una nueva subjetividad: las cárceles han creado
delincuentes. No significa que no funcionen, funcionan perfectamente, crean lo que tienen que crear: la
subjetividad delincuente (clases peligrosas). Las cárceles producen una subjetividad delincuente, de ahí las
crecidas tasas de reincidencia. Las cárceles tienen como objetivo fundamental la construcción de delincuentes.
Las reformas de las cárceles no hacen más que mantener el estado carcelario y la disciplinación. La
delincuencia ha servido para separar la delincuencia común (del lumpen proletariado) de los demás ilegalismos
de clase, y conseguir que toda la población se oponga a los ilegalismos ligados al “delincuente”. De esta
delincuencia se obtendrán todas las fuerzas de choque que actuarán contra la clase obrera: rompehuelgas,
chivatos y también la policía. La policía es una creación reciente, del siglo XIX, que representa una vigilancia
constante sobre la población, a diferencia del ejército. Surge la idea de policía cuando aparece la idea de las
clases peligrosas. Foucault establece la correspondencia entre las clases creadas (policía) y la delincuencia
común. La existencia de esta delincuencia, además, legitima el control continuado y permanente. El fracaso
de la prisión sirve para su propia reproducción.

La nueva subjetividad. No ya es el delincuente, sino también su medio social el que debe someterse al
sistema disciplinario.

Al final, lo que plantea Foucault es que es posible pensar otras formas de convivencias con el delito, pensar
la desaparición de la cárcel (ni ha servido para reformular la vida de los individuos hacia fuera del conflicto).
Hay otros métodos y mecanismos sin tener que pasar por los dispositivos penitenciarios y disciplinarios.
Análisis posterior resulta negativo con esta apuesta: Loïc Wacquant, que analiza las políticas penitenciarias
después de los años 70, donde aprecia que aumentan las tasas de prisionalización mientras que,

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paradójicamente, disminuyen las tasas de criminalidad. Hay cada vez más presos. También la cárcel está llena
de personas con enfermedad mental o venéreas. Ej.: en EEUU en la cárcel están los pobres, sobre todo negros
y latinos. La cárcel sirve como un lugar de aislación de las clases bajas; en España, 70.000 presos, con una de
las tasas de prisionalización más altas de Europa, 30% de población presa migrante, 90% de varones.

El siguiente proyecto de Foucault fue Historia de la sexualidad, un intento de genealogía de la moral. Busca
las figuras históricas que han vinculado en Occidente al sujeto con la moral. Cómo ha sido transformado esto
por el cristianismo y luego controlado por el Estado. Es una ontología de los sujetos, vinculada a la evolución
de ideas de verdad. La pregunta fundamental es la constitución de la subjetividad. El primer volumen, que
sale en 1977 tiene como subtítulo “Voluntad de saber”. Es la historia de la sexualidad entendida como
subjetividad, pero también una analítica del poder. Plantea cómo la economía del poder, los saberes en torno
al cuerpo se han anulado con los placeres. El triángulo saber, poder, placer configura los dispositivos de
subjetividad.

En primer lugar, cuestiona la hipótesis represiva de la sexualidad: decencia, policía de los enunciados,
moral… Lo que afirma Foucault es la multiplicación de los discursos sobre el sexo, no solo sobre el sexo
normalizado sobre la reproducción sino también sobre el sexo transgresor (desviaciones…). Una tendencia a
hablar cada vez más abiertamente del sexo. Este proceso tiene un antecedente en la Nueva Pastoral Cristina
del siglo XVII, que buscaba sacar de los conventos ciertas prácticas y aplicarlas al resto de la comunidad
cristiana: la confesión (examen de consciencia), establecer la carne como la raíz de todos los pecados, y
desplazar el momento eminente del pecado del acto al deseo (lo importante es el deseo). La cuestión es que se
plantea la persecución del placer sexual hasta el deseo: los términos de la sexualidad vienen casi todos del
latín, exigidos de la práctica de la confesión. Es la Iglesia la que los nombra. No obstante, el efecto que produce
es el contrario. El placer sexual y el discurso en torno al sexo parecen unidos, ambos importan. La cuestión se
amplía con toda la literatura libertina, como el Marqués de Sade en el siglo XVIII. Pero más allá de estos
antecedentes, el verdadero acontecimiento es la incorporación del Estado, que plantea la sexualidad como uno
de los aspectos básicos de su preocupación: convertir la sexualidad en un interés público. Tiene que ver con
todas las técnicas de ingeniería demográfica surgidas en el seno estatal. La población como problema
económico y político. Occidente quizá haya sido la única civilización que haya hecho de la sexualidad una
ciencia, más que un ars amatoria, como en Oriente. Ya no es tanto la sexualidad reproductiva (en la Edad
Media, la importancia de los hijos naturales para la herencia). Las nuevas ciencias sexuales se preguntas sobre
la sexualidad periférica (de los niños, la homosexualidad). Todo esto tiene que ver como una seria de técnicas
positivas que tienen como objetivo el control y disciplinamiento de la población y los sujetos.

Esta es una nueva hipótesis del poder. Frente a la represión, el poder, en sentido estricto, no solamente
busca la represión, sino la fijación, señalación, taxonomía, prolongando las formas diversas de sexualidad.
Incluye a la sexualidad como una vía de los individuos hacia la verdad sobre el sujeto. El sujeto se define por
su sexualidad. El poder no solo reprime, el poder produce también. Es un poder positivo: produce saberes y
sujetos. En torno a este dispositivo de la sexualidad ha producido toda una serie de saberes que persiguen la
verdad de los sujetos. Toda esta obligación de hablar sobre el sexo ha construido un tipo de subjetividad que
es accesible a las relaciones de poder. Ha introducido a los sujetos en dispositivos de fijación clínica,
pedagógica, biológica…, y que en última instancia ha medicalizado los efectos de la confesión. El placer, el
saber y el poder configuran nuestra estructura subjetiva, nos permite saber quiénes somos a través de la
sexualidad, podemos liberarnos a través de la sexualidad.

De ahí plantea un esquema de construcción o saturación de la sexualidad. El dispositivo de sexualidad es


una forma de construirnos. Como conclusión establece 4 conjuntos estratégicos para entender como hemos
sido constituidos en la modernidad:

35
- Histerización del cuerpo de la mujer: proceso triple a través del cual el cuerpo de la mujer aparece
polarizado en dos figuras, la madre (positivo) y la histérica (patologizado, negativo). Ha sido analizado
como un cuerpo totalmente saturado de sexualidad (objetivación), ha sido integrado como una
patología que le es propia (disciplina médica específica, la ginecología) y puesto en común con el
cuerpo social como representante y eje funcional de la familia. Doncelot: se persigue desde el siglo
XVIII la entrega de los niños a hospicios, introduciendo el ideal de maternidad.
- Pedagogización del sexo del niño: aparece el sexo del niño como un problema. Que los niños tengan
una sexualidad precoz es natural pero también “anti-natural” o peligroso/inmoral que hubiera
relaciones sexuales o masturbación en la infancia. Con la sexualidad precoz se pierde la esencia:
correspondencia entre el esperma perdido y el patrimonio familiar perdido.
- Socialización de las conductas procreadoras: está articulada a partir de procedimientos económicos,
medidas fiscales, sociales, políticos (responsabilidad de la pareja frente al cuerpo social entero, si es
necesaria la reproducción, la responsabilidad jurídica de la pareja de educar a sus hijos).
- Psiquiatrización del placer perverso: proceso a largo plazo cuyos momentos lógicos son: aislar el
instinto sexual como algo biológico y autónomo de la voluntad del individuo, analizar las anomalías
que pueden afectar al instinto, entender que el instinto sexual da forma a toda la conducta, y
predisponer una tecnología para corregir estas desviaciones. Se establece la conducta normal a partir
de los traumas; es normal la conducta exenta de traumas.

El dispositivo de sexualidad no es buscar la represión, sino dar sentido a la sexualidad vinculándola a áreas
de saber y relaciones de poder; su sentido es normalizarla.

Finalmente, abandona el proyecto, en parte por su muerte en 1984, pero también porque el último Foucault
intenta plantearse un análisis de la construcción de sujetos libres.

El criterio de Foucault es buscar un poder plural, poderes múltiples en forma de red; buscar cómo actúan,
funcionan, qué criterios siguen. En este sentido, se opone a las dos grandes tradiciones discursivas respecto al
poder: soberanía (aparto legal, justicia, derecho), superestructura (mantenimiento y desarrollo de la
infraestructura económica). “Nada hay más material que el poder”. Plantea un abandono de los postulados
tradicionales respecto al poder:

- Propiedad: el poder se tiene o se posee (clase, individuo…). El poder no es una propiedad, es algo
que se ejerce de forma capilar, impregnado espacios y relaciones. Como flujo, es también reversible,
atendiendo a sus nodos de concentración. Al ejercerlo, lo importante es calcular los enfrentamientos
instantáneos o a largo plazo, constantemente renovados, que niegan el principio de contrato o
concesión, el principio de soberanía. Frente a la soberanía, establece el concepto de guerra. La
constitución es un nuevo espacio de guerra, un espacio de conflicto. El poder es una estrategia
permanente, sin fin, nunca completada.
- Localización: el poder político está localizado en los aparatos de Estado (Althusser, marxismo). Frente
a la imagen piramidal del poder, Foucault afirma que el aparato de Estado es una estructura
concentrada de poder, un sostenimiento de relaciones de poder, pero no abarca todas las relaciones de
poder. La eliminación del aparato estatal no conlleva la eliminación de las relaciones de poder. El
Estado es un efecto del conjunto, pero no el conjunto en sí. Además, el poder no es descendente, sino
transversal, y aplicado en los aspectos mínimos o micro (microfísica del poder). Frente al modelo
punitivo espectacular que utiliza el suplicio, nos encontramos una economía del poder minuciosa que
actúa sobre los aspectos mínimos. Otro problema de la localización es entender el poder como una
suerte de paradigma unitario y coherente; esto podría llevarnos a buscar un grupo social concreto
donde la aplicación del poder correspondería a una intencionalidad cohesionada. Más que esa
cohesión, afirma que el poder es múltiple, tiene fin en sí mismo y es ilocalizable.

36
- Subordinación: poder político es superestructura, subordinado gnoseológicamente a la infraestructura
económica (marxista); poder como garante de la infraestructura. Foucault muestra cómo el poder es
un elemento constituyente, también del modelo de producción capitalista (modelos disciplinarios de
cárceles, fábricas, escuelas…). Aspectos no directamente relacionados con la maximalización del
beneficio económico, como la construcción de sujetos aptos para la producción económica, son
también consecuencia del poder. No hay que subordinar el poder a la producción económica. Pero
tampoco es algo trascendente
- Esencia o atributo del poder: esencia que se tiene, está en un sitio. SI en cambio se piensa el poder
como un conjunto de estrategias, entonces el poder atraviesa a todos, dominantes y dominados. Se
apoya en todos. Las relaciones de poder forman de la conciencia de los dominantes y dominados,
incluso de las luchas contrapoder. Carece de sentido hablar de espacios no contaminados de poder: no
hay que buscar buenos salvajes o relaciones puras donde no exista el poder. EL poder está en todo tipo
de relaciones. No hay nada fuera del poder. Las relaciones de poder implican, aunque de forma diversa,
tanto la dominante como al dominado. Desontologiza el poder. Esto entraña cierto peligro: se diluye
en una especie de microfísica donde nadie es responsable; poder como transcendental, omnipresente
en la sociedad. Pero las intenciones de Foucault no son esas: contra la esencia, la interacción y las
estrategias, el carácter dinámico de las relaciones de poder. Cuando afirma que el poder se apoya en
todos, no quiere decir que la subordinación del dominado sea dada por hecho, que se elimine la
posibilidad de emancipación; lo que quiere es eliminar la imagen del buen salvaje, de la ausencia de
poder. En este sentido, afirma que todo poder genera un antipoder, por el mismo hecho de aplicarse
sobre sujetos.
- Modalidad: el poder estaría atrapado entre la violencia o la ideología (manipulador, autoconsciente,
represor, prohibición, producción de una ideología falseadora (marxismo). El poder no es solo eso, es
también productivo. Ej.: normalización más que represión (cárceles). El poder no solamente manipula
los saberes, sino que permite que existan los saberes, es condición de posibilidad para el saber (ciencias
psi y socio). La relación entre saber y poder no obedece a una oposición interesada entre lo que se
piensa y lo que se dice. Todo poder posibilita y produce un tipo de saber, todo saber establecido asegura
un ejercicio de poder. También cuestiona el carácter del poder como ideología falseadora: el poder no
anticipa las situaciones, más bien es una adaptación ad hoc constante y simultánea. De ahí su capacidad
y mantenimiento.
- Legalidad: la ley sería la expresión del poder. Antecedente en el contractualismo del siglo XVIII. En
torno al principio de soberanía. Esto plantea un límite en cuanto a la emancipación. EL ámbito
emancipatorio buscaría dos figuras contradictorias: el buen salvaje o el rebelde insumiso (que asume
en primera instancia una autoridad a la que obedecer). Para Foucault, la ley solo es uno de los lenguajes
posibles del poder. La ley es, más bien, una gestión de los ilegalismos.

A través de estos cuestionamientos tenemos una imagen completamente distinta en su analítica del poder.
No quiere hacer una teoría del poder porque sería concebirlo como algo trascendente o ahistórico.

Tras la historia de la sexualidad entra en un cierto impasse: desilusión política por la revolución iraní (donde
viaja como periodista)11, crítica de su analítica del poder como anestesiante o antiemancipatoria (produce
indiferencia política: entre poder y contrapoder, quién puede más; no hay valores; la pregunta fundamental que
queda es quién tiene más poder; el antipoder solo debe buscar más poder)12. Nota este impasse. A finales de


11
Habla de una revolución moral y política, pero inmediatamente se da cuenta del fatal error político de valorar
positivamente la que posteriormente será una contrarrevolución religiosa.
12
Diálogo con Chomsky. Reflejo de las dos izquierdas de la época. Chomsky como radical jeffersoniano (podemos
mejorar las situaciones en las que estamos, reformismo, investigación diferente a su actividad política…). Foucault
como crítico de las formas que vemos, correspondencia entre su investigación y su práctica política.

37
los 70 y principios de los 80, da una serie de cursos Defender la sociedad (1977), Sociedad, territorio y
población (1979), El nacimiento de la biopolítica (1982). Abandona todo el programa de la voluntad de saber
de la Historia de la sexualidad. Marca una disyuntiva con sus análisis precedentes.

Su modelo bélico de análisis es insuficiente para comprender las relaciones de poder a finales del siglo XX.
Qué ha cambiado desde el siglo XIX. El modelo estratégico de las relaciones de fuerza no sirve máxime cuando
el poder ahora domina a través del deseo, de la libertad de elección de los individuos. Las relaciones de poder
no son solo de fuerza, sino más bien de forma en la actualidad. Habría que plantear todo un modelo analítico
que plantee qué tipos de conducta sirven para dirigir la conducta de otros; unas relaciones de poder que tengan
en cuenta la subjetividad de los dominados y los dominantes, no como una mera construcción de las relaciones
de poder y saber, sino como un elemento coadyuvante y constituyente de las relaciones poder. Esto es también
entendido como resistencia, no solo de fuerzas, sino de subjetividades. Aparece una nueva terminología: la
gubernamentabilidad. Es una nueva pregunta sobre el Estado, desde el siglo XVI hasta la actualidad La
gubernamentabilidad refiere a una pregunta fundamental: ¿qué es lo que nos hace gobernables? Qué elementos
preconstituyentes nos hacen gobernables por parte de un Estado y un gobierno. Hablar de gubernamentabilidad
es hablar de relaciones de poder más allá de la dominación, marcadas sobre el juego de acciones sobre acciones
y conductas sobre conductas. En el juego de dominación impera la violencia, la coerción y la restricción. En
el juego de acciones sobre acciones importa cada vez más el juego de libertades en el cual se inmiscuyen. Hay
también en ello toda una cierta transformación al respecto de los términos a utilizar. En este juego hay una
clara racionalidad plural, juegos de racionalidades específicas con prácticas concretas rastreables
históricamente. A este juego de prácticas y racionalidades le llama tecnologías. Busca cuáles han sido las
tecnologías del poder, no de dominación, sino de gobierno, que buscan dirigir la conducta de otros de una
forma eficaz. Presuponen la capacidad de acción o libertad de aquellas personas que han de ser gobernadas.
Estas tecnologías son una mezcla de las tecnologías del yo, de la subjetividad, junto con las tecnologías del
poder. El poder se aplica sobre sujetos, sobre libertades.

En estos tres libros se analiza cómo esta racionalidad política que está constituyendo los elementos de la
gobernabilidad se ha ido desarrollando a lo largo de los siglos. EL método genealógico nos permitirá, evitando
las esencias, estudiar las prácticas y juegos de racionalidades concretos. Desde el Renacimiento vemos que la
forma de gobernar propia del Estado moderno tiene sus raíces en dos tipos muy distintos de racionalidad
histórica: técnicas de gobierno de la polis, desplegadas en la Grecia clásica y Roma, y técnicas de gobierno de
la conducta individual desarrolladas por el cristianismo. Las de la polis y Roma son técnicas de carácter
territorial, se aplican sobre un territorio (ej. el imperio de la ley). Relaciones jurídicas, ciudadano-Estado,
individuo como sujeto de derecho. Gobierno de la colectividad. Las del cristianismo controlan la conducta
individual a la manera de una teopolítica: pastoral cristiana, que plantea cómo la forma de gobierno de la
Iglesia tiene que aplicarse a todos y cada uno de los individuos que forman parte de la comunidad cristiana.
Esta relación de gobierno pastoral es una conducción de la conducta que se preocupa por todos los miembros
de la comunidad y hace del pastor esa especie de ejemplo constante y permanente en clave moral que debe
servir para dirigir la conducta. Pero, esta forma pastoral supone también una obediencia incondicional, la
obediencia por la obediencia misma: renuncia absoluta a la voluntad propia. Individuo como sujeto de
necesidades. Gobierno de los individuos. Dos juegos de poder, por tanto, que encontramos ya en el siglo XVI,
que se fusionan en la idea del Estado moderno europeo. Es una línea de gobierno que se encuentra en autores
que han planteado una nueva tecnología de gobierno basada en el lema de la razón de estado: no solo es una
secularización de la pastoral cristiana, sino un auténtico desplazamiento en sentido estricto. Responde a una
gubernamentalización del Estado: incorpora tecnologías de dirección de la conducta propias del pastorado,
aunque secularizadas (disciplina, higiene, sexualidad…). Es un arte de gobernar que tiene una racionalidad
específica, una manera de actuar. Ello hace que el propio Estado se convierta en el principio de inteligibilidad
de la política. La razón de estado está por encima o más allá de las necesidades de los individuos, suponiendo

38
ello una discontinuidad con el modelo de la polis. Ello indica que, simplemente apelando a la razón de estado,
el Estado puede hacer cualquier cosa más allá de las leyes. Es aquí cuando la política comienza a concebirse
como una ciencia del Estado. Hay que conocer el Estado para gobernar bien (ej. estadística). Gobernar, por
tanto, ya no es ocuparse del fundamento jurídico de la soberanía, sino de los fenómenos que deben ser
gobernados, y los conocimientos que se deben ajustar a estos fenómenos: gobernar se convierte en una
profesión (Weber). No hay una finalidad previa, el Estado es un fin en sí mismo.

Lo que debe ser gobernado, el objeto de la razón de estado se subdivide en distintos dominios de
intervención. El Estado no sirve a la ley, la ley es útil para el Estado. Cuando sea necesario salvar al Estado,
la ley se suspende y se pasa a otra cosa distinta. Los ámbitos que gobernar son aquellos que permitan evitar
las transformaciones radicales, las revoluciones, que las fuerzas del Estado se descompongan. Se puede
descomponer a través del hambre y la opinión, el estómago y la cabeza, la economía y la opinión. La tecnología
económica será el mercantilismo y la tecnología de la opinión será la publicidad (gobierno a través de imágenes
y símbolos). He aquí, en estos ámbitos, donde el ejercicio del poder del Estado ha conocido una auténtica
gubernamentalización. Y aquí podemos contemplar también por vez primera en la política, toda aquella
formulación clásica de los griegos y romanos se transformado: hacer vivir y dejar morir. Ya no es la muerte el
elemento básico de la atención del Estado, sino la vida. Este objetivo de una vida mejor de la población es lo
que más ha transformado a esta razón de estado desde el silgo XVII. Pero hay una clara limitación en todo
ello: esta perseverancia del Estado por conseguir la felicidad pública tiene el resultado de la continua
inmiscusión del Estado, que paradójicamente compromete la felicidad y las mejoras económicas de los
súbditos. Este posible bloqueo se solucionará con el liberalismo en el siglo XVIII. Entiende el liberalismo
como una limitación interna al poder del Estado. No hay que buscar en el liberalismo esa idea eterna que marca
el límite del Estado a través de los derechos. Más bien, plantea la solución a la racionalidad política de un
Estado que está comprometiendo los límites que persigue. Es una limitación interna, según la cual, el Estado
liberal debe inhibirse (laissez faire) allí donde la propia dinámica social es capaz de conseguir el bienestar de
los individuos. He ahí la sustitución de las tecnologías de gobierno: más que mercantilismo, economía política.
Esta última busca calcular los efectos reales que tengan las tecnologías de gobierno, ver si son
contraproducentes. El liberalismo y la economía política es una forma de pragmatismo: cómo gobernar sin que
se perturbe el bienestar de los ciudadanos. El Estado se auto-regula con el liberalismo para lograr sus fines
últimos. Lo que cuentan no son tanto los juristas o los derechos, sino los economistas. No fueron los filósofos
o los juristas los que criticaron la razón política, sino los economistas: no intentar rebasar los límites de la
acción estatal, respetar espacios naturales. Se trata de regular la escasez a través de la economía, en vez de
actuar sobre la economía para regular la escasez.

Este modelo liberal se mantendrá durante el siglo XIX y principios del siglo XX. Este Estado liberal tienen
un correlato necesario con respecto a aquellos sobre los que gobierna. El correlato necesario no ha sido el
mundo de los derechos individuales, sino una condición específica de los individuos sobre los que gobierna:
una condición económica, la definición del homo economicus. El homo economicus es ese individuo genérico
que persiguiendo sus propios intereses logra milagrosamente el bienestar de todos. Por ello, no es la ley la que
genera el cemento social a partir del cual los individuos son obedientes y respetan al Estado, no es la ley la que
legitima al Estado. Lo que hace que los individuos obedezcan es el cálculo de sus propios intereses. El Estado
debe mantener las condiciones en la que los intereses específicos de los individuos se puedan desarrollar; esto
es liberalismo. El liberalismo, por tanto, es una tecnología de gobierno (dominación y subjetividad) sobre al
conducta moral y económica de los individuos, única conducta posible (persecución de intereses). El Estado
debe permitir ese juego de posibilidades. EL liberalismo, así entendido, no es un mero asunto de negocios y
dinero, sino una técnica de conducción de la conducta que busca hacer de los individuos unos sujetos morales,
autorresponsables, consiguiendo que en última instancia el egoísmo de cada cual consiga el bienestar del
conjunto. Paradójicamente, es una función exhaustiva: el Estado liberal es el Estado más intervencionista que

39
existe, pues debe eliminar toda restricción al mercado que impida que este como tal reine en el mundo moral
y económico que preconiza.

EL liberalismo, no obstante, llega a una crisis de gubernamentabilidad propia en el siglo XX: crisis 29, II
GM. Se evidencia una incapacidad por parte del propio mercado para satisfacer las necesidades de los
individuos. EN esta crisis se adoptan soluciones en pos de un Estado abiertamente intervencionista en el
mercado. El New Deal y los Estados de bienestar plantean el abandono de la autorregulación de los mercados
y la apuesta por la intervención directa en el bienestar de los individuos. Esta intervención sería la única que
posibilitaría el mantenimiento del gobierno, satisfaciendo las necesidades que no abarca el mercado. Esto
plantea una ampliación de la intervención del Estado: “desde la cuna hasta la tumba”. He ahí donde empieza
a existir una cierta fobia hacia el Estado. Esta fobia comienza especialmente allí donde en realidad no hay
Estado: Alemania, 1945. El Estado nazi era prototípico de la intervención total del Estado en la vida de los
individuos. Lo que existe tras la guerra es una economía unificada, y no un Estado. No hay Estado, pero sí hay
una economía. Una corriente de autores plantea una fundación económica, y no jurídica, del Estado, autores
ordoliberales. La mejor forma de cimentar una sociedad libre será formar una economía libre. El
ordoliberalismo alemán no plantea una vuelta al liberalismo clásico del XVIII, es una tecnología diferente.
Para el liberalismo clásico el mercado tiene sus leyes internas de carácter natural. Para los ordoliberales, el
mercado no es una realidad natural, necesita de la intervención. La competencia se construye, se debe intervenir
para que exista mercado y competencia. En el liberalismo clásico, la libertad depende de la competencia.
Ahora, en cambio, para este modelo ordoliberal, la intervención debe ser sobre las reglas de juego. Hay que
crear una estructura competitiva. Este ordoliberalismo, luego conocido como neoliberalismo, plantea que el
individuo ya es en sí un actor económico, no hace falta constituirle. Más que eso hay que crear las condiciones
para que se autoconstituya como tal, un actor competente y competitivo. Se plantea que el Estado juegue con
las mismas reglas del mercado, que desaparezca la contraposición entre la economía y la sociedad, para
convertir a la sociedad en un conjunto de actores económicos. Este proyecto no se llevará a cabo hasta mucho
después, con autores que servirán de transición entre el ordoliberalismo y el neoliberalismo anglosajón
(Hayek). La Escuela de Chicago planteará la solución última del reto liberal, cómo conquistar los gobiernos,
los Estados. El neoliberalismo anglosajón plantea una intervención directa por parte del Estado, pero destruirá
por completo la categoría de sociedad: se consideran fusionadas, no hay mercado y sociedad de actores
económicos, se debe convertir lo social en un mercado (ej. teorías como el capital humano: el obrero mismo
es un capitalista, no está fuera o en contra del capital, es un inversionista posible). Por esta fusión absoluta de
mercado y sociedad, el neoliberalismo anglosajón reclama ámbitos nuevos como la salud o la educación,
potencialmente mercantilizables, de manera que la idea del mercado se instale en la vida personal de los
agentes. Esto conseguiría que los sujetos se convirtieran en un sujeto moral liberal, en empresarios de sí
mismos. El Estado debe mantener la lógica de competencia o darwinismo social entre ciudadanos: para que
uno viva, otros tienen que morir.

Esta nueva forma es lo que podemos llamar en sentido estricto biopolítica. Aquí Foucault establece la
superación de la microfísica del poder. Con la biopolítica existe una solución política al impasse de las luchas
contrapoder. La biopolítica supone un tipo de tecnología de gobierno que se basa en la libertad de los sujetos:
es una modulación de la conducta donde el Estado actúa sobre ese medio ambiente en el cual los individuos
viven. No es una sujeción de los ciudadanos directa, sino más bien un control sobre la condición de posibilidad
en la que viven los ciudadanos. Esta sujeción sobre las reglas de juego tiene como elemento principal el
mercado. El modelo biopolítico funciona para que nada se encuentre fuera del mercado, tarea del Estado: lo
que es humano se pueda incluir dentro del mercado. Todos los espacios son abiertos, pero en realidad devienen
en lugares de control. Lo que se controla no son los sujetos, sino el juego o las reglas de juego a las que se
deben atener. Por último, en este tipo de sociedades, lo inmaterial tiene tanta importancia para la economía
como lo material: no importa el trabajo por las necesidades básicas, sino el trabajo para capitalizarse a sí

40
mismos, que inviertan en ámbitos inmateriales como el amor, la belleza, el ego… El objetivo de las tecnologías
neoliberales de gobierno es la auto-regulación de los sujetos, hacer que cada uno pueda gobernarse a sí mismo,
tomar plena responsabilidad de sus decisiones, tomar control de su propia vida. En este sentido, estas
tecnologías cumplen con el objetivo principal de la biopolítica, la gestión de las poblaciones de manera que se
incluyan también los aspectos contrarios al propio Estado. La gestión biopolítica es capaz de gestionar lo
contrario como un aspecto contrario de la gubernamentabilidad.

En resumen:

Economía de poder territorial à Economía de poder disciplinaria (Vigilar y castigar) à Economía de poder
biopolítica

No se han desplazado unas a otras, se produce un encabalgamiento entre ellas, donde existe una predominancia
de una de ellas en cada momento.

Ej. TRÁFICO

- Modelo territorial: Ley de circulación, legalidad e ilegalidad en un Estado, con sanciones


- Modelo disciplinario: policía y guardia civil, cámaras de vigilancia. Vigilancia constante, permanente
e individualizante
- Modelo biopolítico: la DGT. Van a existir accidentes, pero se dan umbrales de tolerancia (hasta qué
nivel es tolerable). Incorporación de lo que es incluso contrario a la ley.

TEMA 4: DE LA FENOMENOLOGÍA A LA ETNOMETODOLOGÍA

La sociología fenomenológica de Alfred Schütz. La teoría de la sociedad: el mundo social y sus campos.

La construcción social de la realidad: Peter L. Berger y Thomas Luckman. Externalización, Objetivación,

Internalización. La sociología de la religión. La etnometodología. La figura de Harold Garfinkel. Conceptos

clave, un vocabulario particular. Críticas y limitaciones de la etnometodología.

La fenomenología se suele asignar a la filosofía y método de investigación de Husserl, que intenta ir a la


pura descripción de los fenómenos tal y como estos se nos aparecen en la conciencia. No hay conciencia pura,
toda conciencia es…Garfinkel desarrollará la etnometodología: todas las personas son sociólogos en la
práctica, construyen constantemente la realidad.

Son corrientes opuestas al funcionalismo hegemónico en la década de los treinta. La realidad es un conjunto
de construcciones de actores. Ponen el énfasis en el actor. Va a insistir en el ámbito microsociológico, frente
al funcionalismo, la escuela de Frankfurt y el estructuralismo. Interacciones en el grupo, cara a cara, modo de
vida cotidiano…

EDMUND HUSSERL (1859-1938).

Da nueva forma a la fenomenología. Propone que la realidad está estructurada por la percepción. Hay un
mundo ahí fuera, pero es caótico, un flujo sin sentido, que luego estructuramos mediante la percepción. Por
tanto, la conciencia tiene un papel activo, constructivo. El conocimiento del mundo no deriva del mundo en sí,
de la experiencia sensible, sino de la percepción construida que nuestra conciencia establece. El mundo se
experimenta a partir de la estructura que la conciencia construye. Corriente del subjetivismo filosófico.

41
Transformamos lo caótico o fluido en algo que tenga sentido para nosotros. Conciencia como filtro
constructivo del sin sentido y el caos exterior.

Para entender este papel de la conciencia, hay que poner en cuestión la realidad del mundo, ponerlo en un
paréntesis (epojé), con tal de ir a la percepción del fenómeno puro, sin contexto histórico ni social. Una
percepción pura, aislada de los acontecimientos contextuales y biográficos. Es necesario dudar de la realidad,
pues la percepción de la vida cotidiana es naive, da por sentado que el mundo es así. Se nos impone una
percepción del mundo equivocada o ingenua. Frente a este dado por hecho de las percepciones individuales,
va a objetar que este mundo es un mundo construido por la conciencia. El objetivo de la fenomenología, pues,
es entender cómo construye la conciencia ese mundo que además es compartido con otros sujetos.

El lenguaje es fundamental en este proceso. Categoriza las percepciones, permite conocer lo novedoso y su
relación con lo conocido. El lenguaje es el acceso a ese stock de conocimiento al cual nos enfrentamos desde
lo que ya conocemos. Cualquier cosa nueva, mediante el lenguaje, se convierte en algo familiar, reconocible.

Los ejes fundamentales a través de los que se construye el mundo se basan en el yo, aquí y ahora, una
perspectiva subjetiva. Pero van incluso más allá. Ejes de coordenadas: las cosas que vemos, lo que no hemos
visto pero podríamos ver y lo que podríamos ver si quisiéramos. Estos tres ejes nos dan la idea de que todo
conocimiento es indicial, basado en índices sobre los que se construye. Todo conocimiento es relativo a esos
índices. El conocimiento previo, stock de conocimientos heredado y socializado, es fundamental para
acomodar las nuevas experiencias y darles un sentido. Esta es la función de nuestra conciencia, establecer
analogías, acercar cosas distantes, relacionar elementos, así dotamos de sentido a lo que percibimos. El stock
de conocimientos que nos lleva a una actitud natural frente al mundo (pasiva, aproblemática) corresponde al
que considera el mundo más importante de nuestras percepciones, el que establece los criterios básicos, los
índices a los que se refieren los demás: el mundo de vida. Cada cual tenemos un mundo de vida propio, pero
es de carácter intersubjetivo, se comparte con el resto hasta tal punto que se piensa que los demás comparten
nuestro propio mundo. Este mundo de vida, además, se nos impone masivamente a la conciencia, debido a que
es aproblemático (¿economía cognitiva?). La interacción cara a cara facilita esta sensación de experimentar el
mismo mundo de vida. Va a estructurar toda nuestra conciencia y nuestros conocimientos. Hay más mundos:
religión, ciencia, sueños; en estos hay umbrales que limitan uno de otro; pero el más luminoso o claro para
nuestra conciencia es el mundo de vida.

En su programa filosófico intenta plantear cómo lograr una abstracción pura del individuo, dudando de que
compartamos verdaderamente el mundo de vida con otros sujetos.

ALFRED SCHÜTZ (1899-1959)

Familia judía acomodada, formación de jurista. Asesor legal de una asociación de bancos. Como judío, tras
el Anschluss tendrá que huir y acaba en Nueva York. Se interesa por la filosofía pragmática y el
interaccionismo simbólico. Banquero de día y sociólogo de noche, no reconocido por la academia. Desarrolla
un nuevo programa de investigación ya propuesto en su tesis doctoral. Su tesis se llamaba Fenomenología del
mundo social, 1957, tesis jurídica. Una vez traducido al inglés se reconoce como una nueva forma de entender
el mundo social. Muere en 1959 y con el paso del tiempo su influencia se agiganta. Influencia del
interaccionismo simbólico, filosofía pragmática y filosofía clásica alemana, especialmente Weber y Simmel.
Obra colectiva con Luckman Estructura de la acción social.

En sus obras se entiende que el mundo social tiene una serie de partes desde el punto de vista analítico:

- Campo de realidad social directamente experimentada, campo de los asociados o relaciones nosotros

42
- Campo de realidad social indirectamente experimentada, campo de los contemporáneos o relaciones
ellos
- Campo de los predecesores, susceptible de investigación científica. Pero el estudio del pasado presenta
muchas dificultades para la sociología fenomenológica, pues tendemos a analizarlos desde nuestra
mentalidad y no desde la suya.
- Campo de los sucesores, ámbito indeterminado, libre, impropio de un estudio científico

Con lo cual, pasado y futuro no se pueden explicar. En el campo de los asociados se produce una
construcción social de la realidad inmediata en las relaciones cara a cara, pero esto tiene un alto grado de
intimidad, de relaciones personales, y por tanto las relaciones dependen mucho de la idiosincrasia de los
individuos. Por tanto, no es propio de un estudio científico, demasiada intromisión de lo íntimo y la voluntad
de los individuos, no se pueden establecer pautas.

Donde se podrá estudiar es el campo de los contemporáneos, relaciones ellos, realidad social indirectamente
experimentada. Es una relación con tipos de personas, que no con personas concretas. Esta relación es
susceptible de un estudio científico. Las relaciones con los estereotipos de personas son pautadas, rutinarias,
repetidas, y por ello se puede hacer un estudio científico. No dependen de nuestra voluntad, de nuestra
biografía, sino de estereotipos. Cuanto más impersonales sean estas relaciones, más susceptibles de estudiarse
científicamente. Son relaciones tipificadas, apenas cambiantes, que no están sujetas a negociación. Es la
diferencia entre relacionarse con un profesor o un policía, frente a relacionarse con el profesorado y la policía.
También es el caso de la relación con “el extranjero”.

El ámbito de la sociología fenomenológica es, por tanto, el rabioso presente y el de las relaciones ellos. En
estas relaciones encontramos tipificaciones o tipos ideales, como recetas culturales para la acción, recetas
típicas para casi todas las situaciones. Lo que hacemos en nuestras interacciones es tratar siempre, en la medida
de lo posible, lo nuevo como si fuera algo familiar. Esas tipificaciones forman parte del stock de conocimientos
adquiridos. Este stock está en la sociedad, nos antecede y nos sucede, existirá antes y después. No es
inmodificable, pero es muy estable, no permite cambios a través de la mera voluntad de los individuos. Ej. el
lenguaje, que compartimos y permanece más o menos fijo, cuando varía no es por voluntad, por creación
espontáneas de palabras.

En estas relaciones no actuamos con personas concretas, actuamos con robots. En la sociología científica
se construyen este tipo de robots. Son construcciones determinadas, sin creatividad alguna, que actúan
mecánicamente y no alteran las tipificaciones, de hecho, las siguen al pie de la letra. Ej. clases, grupos…
Construimos estos robots para dar explicaciones como que los obreros no van a la ópera y, sin embargo, les
gusta el fútbol. Por ello, no hay que confundir la teoría con la realidad. Estos constructos nos dan una cierta
explicación de la realidad, pero no es la realidad.

Otro aspecto que le interesa es la expresión del “mundo de vida” o lebenswelt de Husserl. Para Schültz se
entiende como una estructura cultural dada, aproblemática de la vida social, y el impacto que ese mundo de
vida, de lo dado por hecho, genera en las acciones de los actores. El mundo de vida es una fuerza causal en la
acción de los actores. Muestra interés por las pautas de creencia y conducta dadas por hecho. Lo que se da por
hecho y no se puede expresar, eso es el mundo de vida, el objeto de estudio de la sociología. Los ingredientes
del mundo de vida constriñen nuestra conducta, pero también tienen una función expresiva: sin este mundo de
vida no podríamos expresarnos y ser comprendidos. Ello es lo que nos permite interactuar con los demás. Nos
constriñe, pero posibilita la expresión y comprensión. Para Schültz, la mayor parte del tiempo funcionamos de
acuerdo con las pautas del mundo de vida, funcionamos con piloto automático. Abarca todo el conjunto de
experiencias que tienen expresión en muchos ámbitos de la realidad: vida cotidiana, fantasía, sueño, ciencia,
religión… Son ámbitos que se nos hacen reales, se nos imponen porque pueden ser traducidos al mundo de

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vida. El mundo de vida es biográfico, pero también es social, porque incluye aspectos que compartimos con
todos los demás. De ahí que el mundo de visa cotidiano es la realidad suprema, debido a la continua interacción
con los demás, debido a la intersubjetividad. Esta intersubjetividad supone una imposición constante y
permanente.

Debido a la intersubjetividad y la imposición constante plantea la hipótesis de la reciprocidad de


perspectivas: percepción de que los demás tienen la misma perspectiva, ya que lo damos por sentado y el resto
también. Esto lleva a que sea aproblemático, dado por sentado. Ej. frente al extranjero, que es otro que no
comparte nuestro mundo de vida, nosotros creemos que lo compartimos. Es la idea de reciprocidad la que
permite constituir un nosotros y la posibilidad de interacciones con los toros. Frente a Husserl, que quería
depurar el fenómeno, Schültz busca estudiar aquello que nos constituye socialmente. Schültz es un
determinismo estructural en sentido estricto, pues los actores se adhieren a una actitud natural supuestamente
compartida. Los elementos de una cultura varían mucho de unos individuos a otro. Por eso, con cierta
ambigüedad, insiste en que todo este stock de conocimientos que articular el mundo de vida, aunque se filtra
biográficamente, es principalmente compartido. Cuanto más compartido sea, mejor para el analista, pues más
fácil será estudiarlo científicamente.

A pesar de la insistencia en el determinismo estructural, también da importancia a la conciencia, con clara


influencia de Husserl. Plantea que las acciones lo son porque tienen un significado para el sujeto: se planifican
(voluntad y cognición) y tienen un significado. La acción social tiene un significado y es en interacción con
otros. Va a subrayar el carácter interactivo o social de las acciones, reconociendo explícitamente a Weber como
el garante del carácter de acción consentida y social. Sin embargo, al mismo tiempo critica algunos aspectos
de esta acción social. Weber no distingue entre distintos tipos de significados, y tampoco entre significados y
motivos. Los significados nos indican cómo los actores determinan qué aspectos del mundo social son
relevantes para ellos. En cambio, los motivos, son las razones por las que los actores hacen lo que hacen.
Weber no ha distinguido nada de esto, Schültz lo quiere hacer. Además, hay dos tipos de significados: contexto
de significado subjetivo y contexto de significado objetivo. El contexto de significado subjetivo refiere a la
selección de ciertos aspectos de la realidad como significativos debido nuestra singularidad, nuestra biografía,
no susceptible de estudio científico. En cambio, el contexto de significado objetivo existe en la cultura, se
comparte colectivamente por los actores y es posible estudiarlo desde la sociología. Significados subjetivos y
objetivos. En cuanto a los motivos, hay que distinguir dos tipos: motivos para, finalistas; motivos porque,
causales. El único accesible al sociólogo es el motivo porque, ya que el motivo finalista es idiosincrático y
biográfico. El motivo causal implica una retrospección causal que podemos estudiar fácilmente. En definitiva,
utiliza el concepto de acción social de Weber pero diferenciando los tipos de significados, e introduciendo
motivos diferenciados.

La sociología solo puede estudiar todo aquello que es consciente, planificado, aquello que supone una
elección de proyectos, un acto de “libertad” de los individuos. Pero, al mismo tiempo, planteaba que las
acciones de los individuos eran mecánicas, determinadas por la estructura cultura. Schültz, no obstante,
reconoce el momento de libertad en la acción social. Hay situaciones problemáticas donde este ejercicio de
libertad debe resolver los problemas, en situaciones problemáticas en las que no sirven las tipificaciones.: i)
cuando una situación real no encaja fácilmente en un stock dado de conocimientos, ii) cuando la tipificación
no determina por entero el manejo de la situación, iii) cuando se toma consciencia de la incompatibilidad que
existen entre elementos de conocimiento que antes coexistían de manera aproblemática, pero ya no. Con estas
acciones de libertad se produce una innovación en el stock de conocimientos. Admite la perspectiva del
cambio, siempre desde el punto de vista micro, de manera breve y paulatina. Suponen nuevas soluciones antes
situaciones problemáticas que no se resuelven con el stock de conocimientos existente.

CRÍTICAS A LA SOCIOLOGÍA FENOMENOLÓGICA

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- Se prescinde de la comparación en términos históricos, como hacía la sociología clásica del siglo XIX.
- Muy apegado a un programa filosófico, más que sociológico: no es lo histórico lo que explica el
presente, sino el presente lo que explica el presente. Tensión no resulta entre un problema sociológico
y un problema filosófico. Cuestiones ontológicas presente-pasado, científico-político.
- Terreno simétrico: interacción de los autores es perfectamente plausible, actores no determinados por
nada salvo por tipificaciones culturales. Individualismo extremo que entiende una relación simétrica
entre los autores, cuando en la realidad social las relaciones entre autores son asimétricas. Este
territorio asimétrico se explicaría desde el estudio de las estructuras y los elementos estructurantes.

PETER BERGER (1929-2017)

Más allá de la obra de Schutz destacan Peter Berger y Thomas Luckmann con la obra La construcción
social de la realidad. Berger es luterano. Estudia el pragmatismo. Vinculado a la enseñanza en teoría
sociológica. Fenomenología. Es una obre muy amplia tratando también el interaccionismo simbólico.
Legitima el capitalismo.

La parte más interesante es la sociología de la religión, uno de los mejores como Luckmann. Su forma de
abordarla no es confesional y es teólogo, la aborda desde un punto de vista de las ciencias sociales, trata temas
como la fe o la escatología, la religión clarifica la vida de los individuos y les ayuda a orientarla. Es una de las
obras más reconocida de la religión: La canopia sagrada, Un rumor de ángeles. Son obras que muestran el
carácter social de la religión, una creación en el mundo social de lo sagrado frente a lo profano, la religión es
una especie de cemento social, es una escisión necesaria entre lo sagrado y lo profano y la inserción del
individuo en ella dando sentido a su existencia.

Frente a la tesis de la secularización con la modernización, lo que encontramos es que no con la desaparición
de la religión EEUU se moderniza. EEUU no se ha secularizado. Propone la idea de la privatización de la
religión, desparece de lo público, en cuanto a la moral, los valores, etc. Es un movimiento que profundiza en
ciertos aspectos de la religión perdiendo esta función social. Se asiste a un fenómeno nuevo, pero menos
potente como es el fundamentalismo y por ello, la religión es un hecho esencial en nuestras sociedades.

THOMAS LUCKMANN (1927-2016)

Thomas Luckmann, yugoslavo. Trata temas de filosofía, lingüística, etc. Llega a la universidad de
Columbia donde conoce a Shültz. Será su traductor al inglés. Las estructuras del mundo de vida es traducida
por él. Se dedica a la sociología de la religión con una visión distinta a la de Berger. La religión invisible
coincide en gran parte con Berger, pero también discrepa. Evita la idea funcionalista de religión como cemento
social. La mayor parte de la sociología se ha preguntado por su carácter institucional pero no por sus valores,
la naturaleza de la trascendencia biológica que permite que los individuos tengan dos vidas: en lo biológico y
en lo espiritual, da una conexión trascendente que no muere, con un sentido cósmico. De ahí, la religión
invisible, no hace falta que se creen nuevas instituciones, sino que se mantenga esta postura trascendental.
Considera que no hay ateos puros, sin creencias, hay muchas religiones sin institucionalizar. Hay una
religiosidad difusa a la carta, se configuran una serie de creencias según cada persona, un sentido de
trascendencia más allá de lo biológico, etc.

De ambos destaca La construcción social de la realidad de 1966. Contiene un análisis epistemológico sobre
la construcción social de la realidad. Sociología del conocimiento. La idea que subyace es que lo que la gente
conoce por realidad en su vida teórica, en su dado por supuesto y como esa realidad forma parte de un yo. La
sociedad como realidad fáctica objetiva vs. la sociedad es una realidad subjetiva.

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Parten de una concepción muy materialista según la cual los individuos somos muy incompletos, que
nacemos muy prematuramente y con una tendencia instintiva incompleta que es rellenada por la sociedad, el
hombre precisa de la interacción de los demás para sobrevivir, necesidad de orden, de institución, de dirección,
de estabilidad lleva al proceso de institucionalización. La construcción de la realidad como fáctica y objetiva.
Las pautas de comportamiento se adaptan los unos a los otros, siendo al final esto una acción habitual izada y
se puede prever como va a actuar el otro. La acción habitual izada, la conducta esperada y esperable.
Historicidad de las pautas habituales: se acumulan unas sobre otras, hay una historicidad que las constituye
como indiscutibles, inamovibles. Toda nuestra vida esta institucionalizada y todas las pautas se terminan por
institucionalizar, lo que permite el orden social y la comprensión entre los otros, sedimentación intersubjetiva,
se acumulan las pautas habituales.

En el rol hay dos yos, el reflexivo y el social, de cara a los demás. Hay une necesidad reflexiva donde el yo
aparezca también actuando y no sea una exterioridad que representa, no solo hay que generar expectativas sino
convencernos a nosotros mismos.

La institucionalización de las pautas hace que la realidad aparezca como un objeto, reificación de la
realidad, construido por nosotros, pero se aparece como radicalmente externo, como dado. El estructural-
funcionalismo no señala que aun siendo objetivo es un mundo construido.

El lenguaje permite asentar las instituciones, asentarlas.

La legitimación es la transmisión de la objetividad generada por la institucionalización. Lo que era un hábito


pautado acaba siendo un objeto institucional. Todo esto permite la integración y plausibilidad subjetiva de las
instituciones. Dos niveles:

- Horizontal. Las instituciones tienen sentido para nosotros.


- Vertical. Significado subjetivo, como nosotros mismos nos integramos, existimos, etc. Como estas
instituciones forman parte de nuestra biografía.

Distintos niveles de legitimación: 1. El lenguaje simplemente, 2. Dichos, proverbios, refranes, 3. Teorías


expresamente formuladas para la legitimación del orden institucional, suponen un mínimo de división del
conocimiento, 4. Carácter omniabarcante, globalizador, construcción de universos simbólicos de carácter
creado, legitimador, que la sociedad entre a formar parte de estos universos mayores que ellos mismos. Un
cuerpo especializado que mantenga estos cuerpos simbólicos. Logran el más alto grado de integración
significativa, todo gana un significado dentro de este universo simbólico.

Tomando mucho de Weber plantean como la función integradora de los universos simbólicos muestran
como la integración simbólica se produce por un solo universo simbólica. En sociedades más desarrolladas se
dan más universos simbólicos por la pluralidad. En el renacimiento se pasa del universo simbólico cristiano a
la ciencia. Provoca respuestas parecidas a la de la religión. Esto permite que haya pluralismo de universos
simbólicos y escepticismo, cosa que con un solo universo simbólico no se puede. Hay menor integración y
mayor pluralidad. La única legitimación de sociedades plurales es que haya muchos universos simbólicos.

La sociedad como realidad subjetiva: esta interiorizada, forma parte de nosotros mismos. Los significados
objetivos de las instituciones son capturados por nosotros no solo externamente, se entiende que se comparten,
que se ven como propios. Hay dos procesos de socialización: primaria y secundaria.

Primaria: supone la construcción de un yo social, en lo cognitivo, estos conocimientos están vinculados a


elementos emotivos. Secundaria: permite adquirir el conocimiento de las diferentes instituciones que vemos a
lo largo de nuestra vida. La socialización primaria como principal es aquella sociedad en la que los individuos

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es mayoritaria, en sociedades menos desarrolladas, individuos menos diferenciados (vs. sociedades más
desarrollada con caracteres más diversificados).

Tema de las sectas. Plantean que ha sido connotado de un tipo de adoctrinamiento ideológico de la
socialización secundaria, cuando en realidad es un tipo de socialización primaria: se te aísla de los referentes
familiares y se introduce una nueva familia, se crea un nuevo yo. Lo emocional, lo valorativo es lo que cuenta.
La forma es a través de la implicación afectiva que supone y no de la doctrina ideológica.

La realidad subjetiva se mantiene en la rutina, hay todo un dado por supuesto, un sentido común indiscutido,
que hace que las estructuras de plausibilidad nos resulten obvias. El mantenimiento rutinario no nos
preguntamos por qué hacemos lo que hacemos o decimos lo que decimos. Cuando hay situaciones de crisis se
desarrollan soluciones extraordinarias, las alternaciones provocan el hecho de dar innovación, tienen que
replantearse lo planteado, hacer una pauta para los demás.

En las sociedades modernas se da una pluralidad con diversos significativos y de caracteres, tanto en la
socialización primaria como en la secundaria que es cada vez más importante y genera conocimientos e
individuos distintos. Esto lleva a la idea del escepticismo, del nihilismo, por la pluralidad puede haber personas
que relativicen y comparen, siendo escépticos con respecto a una única realidad.

Influencias de G.H. Mead con el otro generalizado, Weber, Durkheim, marxismo… Se emplean muchas
corrientes.

Han insistido más en el carácter estructural y estructurante de las instituciones, pero no tienen en cuenta la
estructura, no hablan de clases… Poca insistencia en el carácter estructural de las instituciones, demasiado
actante y muy poco de las estructuras que parecen hechas por consenso de los actores.

Etnometodología. Originada con corrientes creativas en torno a universidades americano-creativas


Berkeley, más que una teoría es una postura intelectual, una perspectiva de búsqueda que en última instancia
supone un punto y aparte respecto de la sociología tradicional. Todos somos sociólogos, la sociología tiene
que tomar la investigación a partir de lo que emplea la gente para conocer su mundo, su lenguaje, comprobar
como construyen el mundo todos los días. No hay instituciones, estructuras, instituciones, normas, no hay
hechos sociales, el mundo social se está construyendo constantemente a través de micro negociaciones,
procesos de intersubjetividad. En su estudio hay que adoptar la actitud natural de la gente, no la postura del
científico considerando un objeto del mundo.

La etnometodología tiene un origen con Harold Garfinkel en la compilación publicada en los 60 Estudios
en etnometodología. Procede del E-F y fue discípulo de Parsons. La tesis que le dedica: la percepción del otro,
un estudio sobre el orden social. Análisis de cómo actúan las personas en situaciones previamente definidas.
La emigración del Garfinkel y el trabajo en un psiquiátrico con una Transexual, Agnes, observa la construcción
del yo, le da los principios de la etnometodología.

La profesión del juez: cómo alguien siendo igual a nosotros se presente con la capacidad de juzgar. En el
movimiento estudiantil, contestatario, prolifera una antisociología como esto.

Plantea que la sociología ha visto hechos y donde ha visto hechos se va a ver sucesos. Serán especialistas
en el lenguaje cotidiano. Aaron Cicourel desarrolla el análisis conversacional. La etnometodología se aborda
desde elementos normales, cruciales:

- Practica realización: la gente hace sociología en su estado práctico. Los métodos para hacerse entender,
comunicar son los que valen.

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- Indexicalidad: Todo lo que podamos entender hay que remitirlo a un índice. La sociología tradicional
ha depurado el lenguaje y los contenidos indexables. Toda palabra con connotaciones se elimina, así
como componente deíctico, que indican la situación. La etnometodología considera que esto es lo que
importa, es lo que da significado a la interacción. Todo el lenguaje es un lenguaje indexado, todos
tienen connotaciones. El etc. es un ejemplo que muestra que se dice lo que ya se sabe. El análisis
indexical haya este sobreentendidos.
- Reflexividad: Con lo que se dice se indican muchos elementos tácitos, códigos, reglas no escritas. Ese
código tácito es fundamental, es lo que orienta y da sentido a todas las pautas. Este código desaparece
en la sociología oficial que busca la superficie de lo dicho, es en lo que se centra esto, la búsqueda de
esto, de lo tácito de lo no dicho. Nuestras acciones y palabras están regidas por una reflexividad oculta,
que es esto. Reflexividad es aquello que apenas se dice pero que estructura el orden del decir y del ser.
- Accountability: Métodos que hacen que las propias actividades sean visibles y descriptibles. La
descriptibilidad es reflexiva, un conjunto de actividades compartidas con los demás, y racional,
descriptible, transmisible, inteligible. Hacer que el mundo sea descriptible para todos.
- Noción de miembro: Ser miembro es estar comprometido con la construcción de este carácter de la
accountabiliti, de la super descriptibilidad. El extranjero que no pertenece al lenguaje natural hay que
traducirle constantemente lo que hacemos y por ello se es tolerante con él. Una vez que son miembros
no hace falta preguntarse por qué se hace lo que se hace.
- El corte epistemológico entre profano y profesional es nulo. Los sociólogos hacen lo mismo que lo
que hace la gente en su vida cotidiana. Metodológicamente la sociología debería hacer los mismos
procesos que hace la gente. Indistinción metodológica y epistemológica. Apuntan al socio análisis, no
hay distancia entre investigador e investigado, la institución se investiga a sí misma.
- Indiferencia. La sociología lo que ha intentado modificar, evaluar. Indiferencia frente a la construcción
de hechos. Los sociólogos han sobre socializado los comportamientos de la gente, han medido, han
insistido que la gente interioriza las normas cuando en realidad las construye. No hay nada parecido a
un hecho social, hay procesos constantes, construcción del mundo social permanente.
- Constantemente se le da sentido a las cosas que no tienen sentido. VER LECTURA.
- Llevan al extremo la construcción del mundo social, donde una sola persona en una situación extrema
construye su propio mundo. Ver lectura.

TEMA 5: SOCIOLOGÍA CRÍTICA NORTEAMERICANA


La crítica al poder de Charles Wright Mills. De Carácter y estructura social a La élite del poder. La

imaginación sociológica y la crítica a la sociología institucional. La sociología dramatúrgica y la teoría de

la acción. El existencialismo de Erving Goffman. La presentación de la persona en la vida cotidiana. La

situación social de los enfermos mentales. La organización de la experiencia y el análisis de marcos de

sentido. Coser, L.A.: Las funciones del conflicto social. México: Fondo de Cultura Económica.

WRIGHT MILLS (1916-1962)

Aprende de la sociología europea, plantea una cierta alternatividad al dominio estructural-funcionalista.


Acaba en la Universidad de Columbia, en la sección de Investigaciones Laborales, dentro del departamento de
Investigación social aplicada. Investigaciones: El poder de los sindicatos (The new men of power) 1948, La

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jornada de Puerto Rico (1950). Se basa en datos cualitativos y cuantitativos donde representa los retratos
colectivos de los líderes sindicales, diferenciados por entero de los obreros.

En 1951 publica Las clases medias en Norteamérica (White collar), donde explica que las nuevas clases
medias aportan una serie de rasgos sociales. Antes de la guerra, la antigua clase media es más o menos un 20%
de la población. La industrialización masiva estadounidense durante la II GM, la sociedad de masas y la
burocratización creciente, todo ello ha propiciado que las clases medias crezcan hasta el 55% de la población.
Esta nueva masa emergente son los empleados de oficina (archivo clasificador de personas), asalariados no
manuales, personas contratadas por el Estado Federal y la administración local. White collar porque no solo
son oficios manuales los que se realizan, que se creen superiores a la clase obrera, aunque sus salarios sean
menores y su dependencia mayor (del Estado).

Junto con Hans Gerth publica en 1953 Carácter y estructura social. En él se busca analizar cómo las
personalidades humanas encajan o no en las instituciones sociales y cómo este encaje entre personalidades e
instituciones tienen una relación específica con los tipos históricos de estructura social. Triángulo de análisis:
personalidad humana, instituciones y tipos de estructura social. Cuando habla de los tipos históricos de
estructura social, postula una sociología que se está planteando el cambio social, frente al estructural-
funcionalismo dominante. El elemento básico ordenador es el orden institucional: enfoque institucionalista.
¿Cómo explicar la estructura social? Desde una perspectiva institucionalista (ej. pater familias de una familia
no tiene por qué formar parte de la élite política o económica), el único planteamiento coherente para hablar
de una estructura social es analizar el esquema distributivo de sanciones y valoraciones a partir de una jerarquía
de funciones institucionalmente organizadas y aceptadas. En cambio, la perspectiva de Mills es distinta, a
través de una compleja y difusa argumentación en torno a cuatro dimensiones de estratificación:

- Ocupación
- Clase: en los EEUU de 1953 es muy novedoso hablar de clase, pues prima en la cultura el discurso
meritocrático, sociedad libre y con amplia movilidad social. “No hay clase en Estados Unidos”. Es
contraproducente con la tradición liberal norteamericana. Es sumamente subversivo.
- Estatus
- Poder: diferenciación entre élite y masa, criterio dialéctico difícil de trasladar a las instituciones. Es
difícil entender la estratificación élite-masa en instituciones como la familia o la empresa. Pero da una
pista sobre cómo entienden la sociedad norteamericana (estratificación élite-masa).

Cada una de estas claves se pueden relacionar con las distintas instituciones y con la estructura social
histórica. Pero ellos mismos admiten que estas relaciones entre unas y otras no van a ser claramente
sistemáticas. El fracaso del libro se explica por la incapacidad de establecer las relaciones entre las claves y
las instituciones. Pero el fracaso también deja dos elementos importantes: la diferenciación masa-élite y la
utilización del concepto de clase.

Aclaración de lo anterior. Diferencia institución y estructura:

- Institución: roles, familia, Estado, empresa, funciones


- Estructura: desigualdades sistémicas por encima de la voluntad y agencia de los individuos

¿Cómo se relacionan? Parsons afirmaba que las instituciones producen las estructuras sociales mediante la
asignación de sanciones y compensaciones (ej. médicos y obreros). Mills y Gerth proponen otras claves de
estructuración social, como poder, clase, ocupación y estatus, pero terminan reconociendo que relacionar el
orden institucional respecto a estas claves va a ser muy difícil.

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La solución a este dilema la hallará Wright Mills en La élite del poder (1956), donde intenta remediar la
insuficiencia analística de la perspectiva institucional. Efectivamente, en las sociedades actuales el elemento
fundamental es la dominación de una élite del poder sobre una sociedad de masas. Esta dominación permite
unificar esa fragmentación analítica anterior (las cuatro claves, primar el poder), y también supone una
superación de la vieja teoría de las clases sociales (anacrónica para los estadounidenses). Hablar de clase
dirigente es incongruente: clase es económico, dirigente es político. Hablar de clase dirigente es entender que
la clase económicamente superior es la que dirige políticamente. Insiste o subraya que le poder político no es
autónomo respecto del orden económico. Y tampoco dice nada de los militares. Lo que caracteriza la nueva
sociedad tras la II GM es una concentración de poder inusitada, debido a una colusión de los tres poderes
económico, político y militar. Esta coalición de poderes, esta élite se impone sobre la pasividad de la sociedad
de masas y protagoniza la historia de la sociedad. La élite es un sujeto activo en términos históricos, es el
elemento dinámico de esta estructura social. Aquí está la solución al dilema anterior. La élite del poder no
depende de las instituciones, pueden deshacerlas y rehacerlas a su antojo, mientras que la masa es totalmente
dependiente de las instituciones (pasiva, anclada, incapaz de anticiparse y transformar la estructura
institucional). La élite del poder está por encima de la vía institucional debido al poder que acapara. Por tanto,
no podemos utilizar un criterio institucional para estudiar la historia actual, pues el sujeto activo de la historia
en este momento está por encima de las instituciones.

Por este carácter manipulador de las instituciones, algunos analistas han querido ver en este libro un eco de
los análisis de las élites de los neo-maquiavélicos (Pareto, Mosca y Michels). Estos plantean que lo que rige la
historia no es la lucha de clases, son las élites. Lo que encontramos siempre es una élite dominante sobre las
masas. La élite se reproduce y recurre a muchas tácticas para mantener su poder. Michels: ley de hierro de la
oligarquía, cualquier tipo de institución política siempre amparará una élite dominante cuya formación poco
tendrá que ver con la gente a la que pretende representar (ej. líderes sindicales, aristocracia obrera). Tuvieron
cierta visión positiva del fascismo, como élite innovadora, que renueva la fuerza de las élites. No obstante, a
diferencia de la teoría de las élites, Mills no tiene fe en lo que los autores creían: que las élites se impongan es
debido a un consenso social respecto a su papel principal, como producto de la armonía social; y la historia
como sucesión de élites dominantes. Mills rechaza esto, cuestiona la armonía causante de la dominación, y
entiende que es una situación específica y contingente de los Estados Unidos de la época.

¿Quiénes forman parte de estas élites del poder? Esos hombres que toman decisiones con absoluta
independencia de las necesidades de la sociedad, que trascienden a los demás, que suponen la transformación
misma de la sociedad. Está formada por la confluencia de lo político, lo económico y lo militar. La política de
puertas rotatorias es representativa de esta coalición: los individuos pueden alternarse entre las diferentes élites
debido a su experiencia en el liderazgo. Es además una élite que se funda y ramifica en toda una pirámide de
relaciones profesionales que imita mucho a la del ejército: staff militar, staff empresarial, staff político. Para
la élite no existen valores fijos, salvo el dinero, se caracterizan por su inmoralidad: todo se puede comprar y
vender. Esta inmoralidad absoluta conlleva el debilitamiento general de los valores y las normas.

Esta élite se impone sobre una sociedad de masas. Lo que marca la transformación de la sociedad
estadounidense ha sido el paso de una sociedad de público a una sociedad de masas. El número de los que
expresan su opinión es mucho menor a la que la escuchan. En la sociedad de públicos había ciertas minorías
ampliadas que tenían opinión y la podían expresar. Ahora solo son las élites las que la pueden expresar. Las
masas son pasivas, reciben información de los medios de comunicación, no pueden replicar instantáneamente
ni con efectividad esa información. Además, ni puede ni quiere planificar lo que va a ocurrir consigo misma:
ni los planes, ni la forma de proceder, ni los cauces. Esta masa es muy dependiente de las instituciones: las
instituciones son el dispositivo a través del cual las élites subordinan a las masas. La inmoralidad de las élites
se corresponde en las masas con una absoluta indiferencia o indiferencia reptante, un aislamiento respecto de
la realidad. La inmoralidad no provoca una crisis pública, sino indiferencia.

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La obra no presenta una teoría muy sofisticada, lo importante es su realismo crítico. Este realismo crítico
explica lo que se espera de la ciencia social, a saber, el análisis crítico de esta concentración inusitada del
poder. Se ha transformado la sociedad democrática de una sociedad de públicos en una irresponsabilidad de la
sociedad de masas. Esta teoría crítica desborda los límites de las metodologías y de la propia teoría: cualquier
metodología es buena si sirve a este fin crítico.

La obra en sí causó un escándalo considerable en su época (Macartismo, caza de brujas…). Una


interpretación sería entender esta obra como una teoría de la conspiración sobre el encumbramiento de las
élites, pero más allá de ello, sí que se perciben ciertas deficiencias en la obra: lastre institucionalista que aún
mantiene. Cuando analiza la sociedad de masas sigue insistiendo en que está estructurada por las instituciones,
que las clases están montadas en términos institucionales. Otra debilidad es suponer una fuerte homogeneidad
en la élite y en la masa, cuando quizá habría que identificar múltiples núcleos diferentes de clase alta y baja.
Un último defecto es el tratamiento un tanto pobre sobre la creciente burocratización, como instrumento de la
élite, que se podría criticar siguiendo a Weber que la burocracia se sirve a sí misma, no a la élite.

El siguiente libro, en 1959, es un apasionante manifiesto a favor de una sociología con talante humanista,
crítico y científico, La imaginación sociológica. Es también un compendio programático de lo que quiere Mills
para la sociología, además de una crítica de la sociología de su época. Quiere un tipo de imaginación que nos
permita comprender la biografía nuestra dentro de la historia del grupo o las estructuras de la sociedad; cóm
articular las inquietudes personales con las estructuras sociales. La primera tarea es aclarar la indiferencia o
malestar contemporáneo respecto a la élite, que nadie haga nada. Las grandes orientaciones del siglo XIX
(socialismo y liberalismo) han intentado aunar mayores cotas de libertad y racionalidad, pero ahora están rotas,
son incapaces de explicar la pasividad de las masas y la inmoralidad de las élites. Entiende que la racionalidad
se ha quedado sin razón, un individuo cada vez más racionalizado, pero menos responsable, incapaz de criticar
la inmoralidad de las élites. La sociología debe intentar recuperar la razón y el juicio. En cambio, la sociología
de su época presenta grandes distorsiones, no ha conseguido hacer lo mismo que la sociología clásica. Critica:

- Fetichismo conceptual, ahistórico, lleno de gramática y vacío de semántica (Parsons)


- Empirismo o fetichismo del método en torno a las estadísticas y encuestas: solo pueden explicar lo
que ellas mismas limitan en su capacidad metodológica
- Utilización burocratizada de la sociología: gabinetes de estudio, centros de asesoría de empresa y
Estado; que buscan una aplicación interesada de la sociología en su propio beneficio. Está vinculada
a las relaciones de poder y autoritarismo de estos ámbitos.

La sociología clásica partía de la investigación empírica utilizando los recursos de la historia, que lograba
una explicación lógica sin cometer los perjuicios que la actual ciencia social está cometiendo. Es capaz de dar
cuenta de los problemas sociales y el cambio social. Es ahí donde deberíamos fijarnos, en ese modelo clásico
donde vemos una “artesanía intelectual” que hace uso de la propia experiencia de vida en el análisis crítico de
la sociedad, que combina teoría y método según el problema sustantivo (el método se adapta al objetivo, y no
al revés), y que busca un desarrollo de la sociedad adecuado a la razón y la libertad.

Otro de sus trabajos busca hacer una sociología internacional o, más bien, geopolítica: Las causas de la
Tercera Guerra Mundial (1958, que a su juicio ya se ha producido), Escucha, yankee (1960).

Con respecto al marxismo, publica Los marxistas (1962), como un constante debate con Marx, Engels y
toros teóricos de esta corriente. Para Mills, el marxismo, como el liberalismo, es una filosofía que articula
ideales y también ideas. Es parte de la ciencia social, se ha hecho preguntas absolutamente imprescindibles
para la ciencia social; la sociología no sería lo que es sin el marxismo de por medio. Realiza un recorrido
histórico de los teóricos, entablando un diálogo con cada uno, aunque nunca termina por superar su enfoque
institucionalista. Se queda del lado de la racionalización político-democrática sin llegar a las soluciones

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estructurales del marxismo. Se plantea en este libro preguntas como ¿para qué sirve la sociología? O ¿existe
la objetividad sociológica? Lo importante para la objetividad no es tanto el método como la intención, una
auto-conciencia pragmática sobre la alienación en las sociedades de élites, la aniquilación de la libertad. Esta
auto-conciencia sería el criterio fundamental para la sociología. La sociología permite un plus de libertad a los
intelectuales para cuestionar críticamente las sociedades contemporáneas. Critica también a las clases medias
en relación al criterio de rational-choice y la moral profesional dirigida al éxito que han impuesto; no se puede
entender al individuo fuera del cuerpo social. El interés general no se produce a través del individuo aislado,
sino mediante la reflexión acerca del individuo en relación a la sociedad.

Mills es el que inspira toda una nueva sociología y la Nueva Izquierda de los años 60: razón y libertad,
compromiso moral y político de los intelectuales. Entiende la izquierda como crítica estructural, demanda de
la razón y de la moral, que se traduce en políticas y programas guiados por criterios humanistas.

Una obra inacabada entendía los años 60 como un período de transición hacia una sociedad posmoderna y
buscaba entender qué papel tendría la sociología y la izquierda en este nuevo contexto para alcanzar sus fines.

SOCIOLOGÍA DRAMATÚRGICA (Erving Goffman, 1922-1982)

Goffman inauguró una nueva concepción de la sociología.

Aclaración de ciertos conceptos griegos:

- Theoria no significa verdad (aletheia), sino que tiene que ver con la representación, con el teatro.
Cuando se decía theoria se entendía como alguien que explicaba las conclusiones de un oráculo, un
embajador que volvía del extranjero y narraba las normas de allá… Teorizar se entendía como ver el
mundo y contar lo visto insistiendo en aquello que llama la atención, aquello que es relevante. Los
teóricos griegos serían como los etnólogos modernos, explicando aquello esotérico o distinto de otras
realidades.
- Aletheia o desocultamiento, la verdad es disponible para aquellos que presenten cierta actitud (ej. el
oráculo). En el mundo de la vida diaria hay situaciones en donde se puede extraer la verdad: la verdad
está oculta en la vida diaria, solo hace falta tener cierta actitud para desocultarla.
- Dram o teatro, actuar. En términos de teatro, se actúa imitando la actuación normal y ordinaria, es una
mímesis de la forma normal de actuar. El drama, el teatro, posibilita una oportunidad para que, a
través de la teoría, se descubran las verdades ocultas. Es una catarsis donde la verdad se revela.

La realidad social es un drama, un teatro permanente, un mundo dramático. La teoría social busca narrar
aquello que nos parece importante sin, a priori, buscar una verdad oculta. Este es el leit motiv de La
presentación de la persona en la vida cotidiana, donde los individuos actúan para proponer algunos de sus
aspectos a los demás, es un yo oculto que tiene una predisposición dramática frente al exterior para lograr
efectos. En este sentido, todos mentimos, todos actuamos. Incluso cuando somos sinceros estamos actuando:
no proponemos un acceso al yo, sino una actuación para que nos tome por sinceros. Pero, si todos mentimos y
todos lo sabemos, entonces es verdad. Ese consenso es la verdad de lo social. No estaba oculta, sino en la vida
cotidiana. La sociología dramatúrgica se presenta como el instrumento para entender este consenso.

Al utilizar los elementos básicos del teatro, podemos entender que actuar es mostrar una verdad propia
oculta. La sociología busca en este drama constante de los individuos cómo actuamos, por qué actuamos.

Goffman es judío canadiense, con formación inicial de químico y en artes. Entra a trabajar en el instituto
de cinematografía canadiense. Le interesan los documentales de corte etnográfico, lo que le lleva a estudiar
antropología y etnografía para documentarlos. Se matricula en la Universidad de Chicago para aprender toda
una serie de técnicas básicas de interaccionismo simbólico: construcción del yo, percepción del otro. Comienza

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a trabajar en la Universidad de Edimburgo, donde plantea una tesis doctoral sobre la conducta comunicativa
de una comunidad isleña cerca de Escocia. De vuelta a EEUU, en 1954, comienza a trabajar en el Instituto
Nacional de Salud Mental con la metodología de observador participante que utilizó para su tesis, en el Hospital
de Santa Isabel, Washington. En este hospital mantuvo una posición ambivalente, para entrar en la vida
subjetiva de cómo se genera una normalidad dentro de la comunidad. Emigra a la costa oeste norteamericana,
Berkeley, donde se está produciendo una especie de revolución anti-funcionalista. Es de esta época
Presentación de la persona en la vida cotidiana (1959), Estrategias interactivas, Encuentros. Son obras en las
que se plantea un universo en el cual el elemento de la dramatización es lo fundamental. Los esquemas
dramatúrgicos los aplicó a ámbitos concretos: figura del actor, frente a la estructura funcionalista. Las obras
de aplicación fueron, por ejemplo, Estigma e Internados (Asylums).

A diferencia de Wright Mills, es un autor con mucho éxito y seguidores, un profesor muy querido (llevaba
a sus alumnos a situaciones de la vida cotidiana para analizar los ambientes). Como reconocimiento de sus
aportaciones le ofrecen la posibilidad de dirigir la Asociación Americana de Sociología.

A finales de los sesenta y principios de los setenta, en medio de conflictos sociales, revueltas en pro de los
derechos de las minorías étnicas, el conflicto de Vietnam, Goffman se aleja de los planteamientos tan centrados
en los actores, incluyendo aspectos que tienen más en cuenta los elementos estructurales. De esta última fase
destacan Relaciones en público (1971), Frame analysis, Formas de habla (1981): insistencia en el lenguaje
como elemento fundamental, en los marcos de acción…

Primera fase

La más representativa de la primera fase es la Presentación de la persona en la vida cotidiana. En ella


reconoce el carácter social de la acción humana, aunque al principio ofrece ciertas dudas acerca de esto: se
interesa mucho en el prólogo por las interacciones cara a cara, interindividuales, como único aspecto que puede
ser interrogado desde un punto de vista científico. Las interacciones caras permiten a los actores construir la
situación donde se da el contacto, tienen un carácter de interacción constante (posibilidad de influencia
continua), y son importantes porque estamos obligados a interactuar (“veneno del consenso”). ¿Cómo se
produce esta interacción? No se interacciona de cualquier forma, sino a través de un sistema completo de
signos que permiten al actor comprender y darse a conocer a los demás, permite una comunicación eficaz. En
el contacto existen pautas previas de conducta, no son experiencias ex-novo, pues siempre están referidas a
formas de comportamiento que conocemos. Pero estas claves son insuficientes: le período de la comunicación
es breve y escaso, los individuos no somos capaces de aprehender todo lo que la otra persona pueda expresar;
pero tampoco los actores deciden expresar todo, eligen aquello que les parece importante expresar, pues
queremos dar una imagen manipulada de nosotros mismos para controlar el flujo de información. Se extrae de
ello que todos mentimos para conseguir una serie de efectos que nos interesen. Metodológicamente, entiende
que no se puede acceder al yo íntimo de las personas, solo podemos observar cómo interactuamos. En la
interacción, el yo no aparece, aparece un trasunto o un yo alterado para conseguir unos determinados efectos.
Es más, aunque la persona expusiera el yo verdadero, el interlocutor siempre entenderá que estamos actuando.
En la interacción hay una interpretación continua de cada una de las partes respecto a los otros. Esa actuación
“mintiendo” que es generalizada es la verdad. Esta actuación es la verdad social, el vínculo social fundamental.
Al ser también manipulados, queda anulada cualquier intención de solo manipular sin ser manipulado a su vez.

En este universo atomizado ultraindividualista, Goffman no obstante rechaza la tesis de que los individuos
actúen libremente en la busca de sus intereses, sino a través de un equipo expresivo estándar: máscaras que
permiten la eficacia expresiva hacia los demás. Esa máscara está compuesta por la ambientación (signos,
comportamientos…, cómo la apariencia aparece en un espacio), la apariencia (indicación inmediata y compleja
del estatus social) y los modales. Pero también es fundamental el escenario, espacio de todas las

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representaciones. El escenario nos indica un claro umbral de distinción entre quienes representan, los actores,
y quienes asisten a la representación, el público. En el escenario también están las bambalinas o backstage,
donde se da una representación muy distinta de la que se da en el escenario y se prepara la actuación frente al
público (ej. pareja en desacuerdo detrás del escenario respecto a cómo educar a su hijo, parecen unidos frente
a su hijo; en un partido político, luchas internas están detrás del escenario, frente al público general aparecen
unidos). En este sentido, hay muy poco de espontáneo en las representaciones, en realidad siempre sabemos
qué nos van a decir y qué vamos a decir, las actuaciones están planificadas: lo importante no es el contenido,
sino la propia representación en sí. Lo que importa no es lo que se comunica, sino el propio acto comunicativo.
Otro elemento fundamental son los rituales, que suponen un ahorro energético de la actuación. Esta pauta es
muy importante para Goffman porque abarca el conjunto de nuestra existencia, que está ritualizada, equipada
de pautas que conocemos o desconocemos. Los ritos son necesarios para la comunicación, asientan y legitiman
las representaciones. Necesitamos de la ritualización de los actos comunicativos. Todo ello nos habla de un
fuerte carácter sociológico en el libro, que expresa la fuerza del control social sobre las actuaciones de los
individuos, anulando el carácter singular o propio de las representaciones. Es así como Goffman define los
roles sociales: son representaciones que no tienen nada de nuestro yo interior, o muy poco. Contrariamente a
Parsons, no entiende que exista un ajuste constante entre las normas sociales, la personalidad y los roles
asumidos; el rol está vaciado de la personalidad, y el yo no sigue un sistema normativo, sino sus propios
intereses.

No es un interaccionista simbólico al uso: no hay otro generalizado importante. La actuación se basa en la


manipulación.

Este desarrollo teórico de su primera dase culmina en la pregunta ¿qué ocurre cuando la representación es
errónea, se hace mal? En el caso del estigma social y de los internados en instituciones psiquiátricas.

Estigma (1953), donde trata las personas que son consideradas y se consideran ellas mismas estigmatizadas
porque hacen una mala representación de sí ante los demás. El estigma es una marca o señal visible sobre las
personas. Esta visibilidad social es elemento distintivo del estigma. Por ser visible establece una división
tajante entre los estigmatizados y los normales. La idea de estigma es, en cierto sentido, una perspectiva social
que segrega. No es algo que identifique a la persona, es una mera perspectiva social: ej. no se es homosexual
o cojo, se es percibido como tal. Planteado así, entiende que hay tres grandes conjuntos de estigmas sociales:

- Aspectos físicos (ceguera, sordera…)


- Aspectos psíquicos o psicológicos (homosexualidad…)
- Aspectos culturales, aplicados a grupos sociales y a cada uno de los miembros del grupo de forma
coextensiva

“La carrera del estigma”: el estigma es todo un proceso, un atributo negativo que se va imponiendo y que
abarca a la totalidad de la persona en sentido estricto. En esta carrera o proceso es importante el hecho de que
para exista el estigma como tal el propio estigmatizado debe aceptarlo, debe percibirse a través de esa lente
específica. (ej. niño ciego de nacimiento, pero cuya familia le cría de tal forma que no llega a percibir que es
ciego, que se relaciona con el mundo de la misma manera que los demás; cuando va al colegio, se rompe el
esquema, tiene que aprender a ser ciego, empieza a ser considerado y considerarse a sí mismo como alguien
diferente). La aceptación (forzosa) es fundamental, pues lleva a un cierto grado de esquizofrenia a los
portadores del estigma, pues en ellos se da una identidad social real (la estigmatizada, que abarca a toda la
existencia) y una identidad social virtual (la manera en que se ve a sí misma sin el estigma). Ello produce en
muchas ocasiones que los ex-estigmatizados sean los más virulentos defensores del estigma: Juber, que fue
director del FBI durante cuarenta años, homosexual, que aplicó la política más homófoba que ha tenido en
EEUU. Es una cierta sobrecompensación o una manera de ocultar su identidad estigmatizada. Por otra parte,

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está el encubrimiento: la discreción, como la forma de evitar el roce con el resto de los considerados normales,
y el aislamiento, como la tendencia a relacionarse con otras personas estigmatizadas. De esta forma, el estigma
promueve un tipo de relaciones sociales y evita otras.

La conclusión es aparentemente contradictoria: para el mantenimiento del estigma, es necesaria la


colaboración de los estigmatizados (son elementos constructivos y mantenedores del estigma).

Internados, donde pasa del mundo social amplio al mundo social de las personas internadas en hospitales
mentales. Estudia cómo estas personas crean una normalidad. Rechaza las categorías psiquiátricas y se centra
en los aspectos sociales. “Sólo lo social explica lo social” (Durkheim). El libro está dividido en dos informes
donde se encuentran descubrimientos teóricos importantes:

- “Institución total”: (hospitales mentales, cárceles, ciertos centros de menores…) lugar de residencia
y trabajo donde un número de individuos viven en una situación igual. Están separados de la sociedad
por un considerable período de tiempo y comparten en ese encierro una rutina diaria que se administra
formalmente. Además, contiene por lo menos dos grupos separados: grupo de internos (los
considerados enfermos mentales) y personal (servicio, jerarquizado). Se conoce también como un
“híbrido social”, en parte una comunidad residencial, en parte organización formal. Son
“invernaderos” donde se transforma a las personas, donde se destruye su yo. Todos los aspectos de la
vida se desarrollan en el mismo lugar, bajo la misma autoridad. La administración trata a los internos
de manera conjunta, con trato desequilibrado (en términos de premio y castigo). Todo está programado
y ritualizado, por más mínimo que sea, todo dentro de un plan racional para lograr los objetivos de la
organización. También, muy importante la burocracia tanto para los internos como para el personal
(piramidal). La relación entre las dos grandes comunidades es de hostilidad, en el sentido de que es
una relación asimétrica: el más bajo de los empleados siempre estará por encima del mejor considerado
de los internos. Los internos siempre son considerados como enfermos o locos, cualquier acto o palabra
son entendidos como los de un loco. En última instancia, las instituciones totales no están hechas para
los fines que dicen estarlo. Lejos de cumplir los fines declarados, sirven para destruir, descodificar,
desestructurar el yo de los individuos ingresados. Todo objetivo y norma está destinado a los
individuos que habían entrado y a reconstruir un tipo de carácter distinto que ni siquiera sirve para el
mundo exterior, solo para el mundo interior.

La obra es una de las críticas más duras que se han escrito respecto de las comunidades psiquiátricas.

Los internos llegan a la institución a través de una verdadera carrera:

- Prepaciente: la manera de internamiento puede ser voluntaria o, más normal, obligatoria.


Normalmente, los pacientes denuncian el “engaño” por parte de familias, policías, jueces y curas. En
algunos casos, se consideran hasta tal punto un fracasado social como para ingresar voluntariamente.
Lo habitual en esta fase es interpretar el pasado del enfermo a través de los datos de su historial clínico:
todo lo que es, es de una vida pasada transcrita en su historial. Aquí aparecen las atrocidades del
paciente, sus locuras…
- Paciente: primero debe convencerse del abandono, de que está al margen de la sociedad, que le lleva
al aislamiento individual, pero termina institucionalizándose, es decir, integrarse en la sociedad de la
institución. Esta institucionalización es la imposición de una rutina para toda la jornada:
compensaciones y sanciones, sistema de salas (grupos de “terapia”). En los grupos, el individuo se
socializa, entiende que no es el único. El el sistema de salas también aparece la imagen de la institución
(psiquiatras), donde funciona como un filtro permanente de control, a través de los flujos de
información ascendente. El resto del tiempo es vacío, no se hace nada, no se aprende, no se enseña.
Esto es funcional a la desestructuración del yo, donde se busca que el individuo pierda sus

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características propias (inteligencia, destrezas…). Hay unos límites fundamentales (higiene, salud…)
y unos valores impuestos (cooperación, consenso, participación). Existe una polaridad: entre el
compromiso o adhesión a la institución, y la resistencia Dos ajustes principales en la institución:
o Ajuste primario: un yo programado o construido
o Ajuste secundario: individuos se apartan de lo que la institución da por permitido, y abraza lo
prohibido por el régimen o permitido para los más privilegiados. Son prácticas que ayudan a
los pacientes a evadirse de la institución, aunque sigan en ella (válvula mental de escape), y
por tanto sirven para mantener el encierro
- Postpaciente: aunque el internamiento suele ser de por vida, algunos salen, siempre que se consiga
convertirles en personas diferentes. Supuesta readaptación al mundo exterior, que comienza en la
institución con un aislamiento absoluto del resto de pacientes y personal13, logrando cierta
independencia en aspectos básicos de la existencia, con una supuesta readaptación al mundo exterior.
Pero no es reconstruir el yo perdido, sino una nueva identidad que es brutalmente dependiente,
fuertemente sumisa, poco autónomos.

Por otra parte, Goffman también analiza al personal de las instituciones totales. Es un grupo hostil al de los
pacientes, existe una tensión permanente entre los grupos. A pesar de utilizar términos de humildad, los
psiquiatras no son sirvientes, sino ejecutores del poder en sentido estricto. El rol médico, el más valioso dentro
de la institución, conlleva un enfoque típicamente muy positivista. Pero ello no se cumple siempre en la
psiquiatría, una medida no tiene por qué tener las consecuencias esperadas. Por eso, entiende que debe darse
una readaptación ideológica del personal psiquiátrico, para autoconvencerse de que su labor es de servicio, en
pos de la mejora de las situaciones de sus pacientes. Destaca la hipocresía en la diferente atención a los
pacientes y a los familiares: para los familiares, todo es amable, colorido y ameno, cercano; para los pacientes,
ambientes serios y fríos, distanciamiento…

Planteamiento pragmático: práctica médica detrás de las instituciones totales es falsa, lo único que se
consigue es “desactiva” a esas personas. Cínicamente, podríamos afirmar que funcionan, que producen lo que
tienen que producir: locos. Pero su planteamiento es distinto, pretende criticar la práctica médica subyacente
como equivocada, como errónea. Por ello, deben ser cerrados, no son terapéuticos ni sirven para curar a la
gente. Alude a otro tipo de tratamientos: la convivencia, mucho más eficaz que los tratamientos y el encierro.

Su denuncia tuvo sus efectos. En los años sesenta surge una corriente de desinstitucionalización, con actores
como David Coopera o Ronald Laing, y Franco Basaglia. Si las instituciones psiquiátricas no sirven para lo
que deberían servir, es necesario explorar nuevas vías para conseguir su terapia. Basaglia plantea que no
sabemos lo que es un loco, solo sabemos que hay gente dentro de estas instituciones, y que en este tipo de
espacios cualquier persona actuaría de una manera esquizofrénica. Plantea que deberían realizar actividades
como teatro o deportes para conocer cómo son estas personas, sus necesidades, sus inquietudes, qué necesitan
más allá de la uniformización y la práctica represiva. Aunque consiguió algunos cambios en Italia, luego la
psiquiatría derivó hacia tratamientos químicos, más que físicos. Libro de Whitaker: Anatomía de una epidemia,
donde critica la ampliación de los elementos que caen bajo el manto de la psiquiatría y la colusión de intereses
con la industria farmacológica, que fomenta la expansión de la epidemia psiquiátrica. Los neurofármacos
parten de un principio no comprobado, el criterio del “equilibrio del cerebro”, que hace que cada enfermedad
mental suponga un desequilibrio y los neurofármacos lo intenten devolver al equilibrio. Pero los efectos de los
neurofármacos no han sido estudiados a fondo, y en todo caso cronifican la dependencia de estos por parte de
los pacientes.


13
Alguien voló sobre el nido del cuco, donde se retrata este ambiente.

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No tiene muchas propuestas, aparte del reconocimiento de otras formas de tratamiento de enfermedades
mentales aparte de las psiquiátricas. Pero es cierto que el propio Goffman transforma su trabajo en la última
fase de su vida intelectual, desde las perspectivas microsociológicas y empiristas a enfoques más teóricos con
elementos estructuralistas. Ello tiene que ver con el contexto: conocimiento de la etnometodología (Garfinkel,
Luckmann y Berger…), el estudio del lenguaje (que desembocará en Formas de habla) … Pero seguirá
planteando un modelo de sociología interpretativa, que destaca por la primacía del actor, los grupos
pequeños… En esta visión interpretativa, los actores encuentran la base de su propio conocimiento, aunque no
se es tan radical como en la etnometodología, pues se entiende que le conocimiento es una creación humana
que se va objetivando de una manera paulatina, llegando a existir más allá de la voluntad de los actores. La
definición de la situación es clave, pues permite la interacción de los actores y construir un contexto de
actuación. Pero más allá de la situación, los actores objetivan las interacciones fuera o más allá de la situación
definida: aspectos estructurales o constructivos de la situación.

En esta segunda fase destaca la obra Frame Analysis, o “análisis de marcos de sentido”, entendidos como
esquemas de comprensión, que Goffman afirma la necesidad de acuerdos operativos en las interacciones entre
los actores. Y estos acuerdos operativos no están en la voluntad de los actores, no son espontáneos o ad hoc,
sino que existen previamente en la sociedad. Es una obra extensa, dominada por la metáfora del cine, la prensa,
el teatro y los chistes. En ella busca una nueva interpretación sobre la forma que tiene la experiencia humana
de estructurarse. Se trata de una explicación macrosociológica basada en estudios microsociológicos. Da una
importancia enorme a la sociología del conocimiento. Es una de las obras más teóricas de Goffman, en un
claro esfuerzo por la precisión y definición de conceptos y relaciones entre ellos. El cine, como metáfora
básica, nos da un pie de entrada para entender su análisis. Goffman afirma que toda situación cotidiana es una
película dentro de otra película. En toda situación cotidiana se mezclan diferentes realidades o niveles, y una
serie de marcos interpretativos nos permiten discernir cuáles y cómo son las realidades que juegan en ella. En
las situaciones hay un predominio de los actores, pero no en clave de voluntad o intencionalidad, sino que es
una acción estructurada y estructurante, dentro de unos niveles predeterminados o condicionados por
estructuras. La pluralidad de los niveles conlleva una pluralidad en la concepción de la realidad: no hay una
única realidad o plano de interacción, sino numerosos niéveles de actuación. He aquí donde encontramos el
término frame, el marco o esquema de comprensión. Los frames designan el contexto de realidad, pero son
también la estructura mental o un cuadro objetivo de los actores para asimilar los datos externos. Estas
estructuras tienen que ratificarse de algún modo por los actores, pero en ningún caso son creados por ellos. El
frame, desde el punto de vista subjetivo, es el resultado de una actividad esquematizadora; desde el punto de
vista objetivo, describe cómo se realiza la realidad. Por ello, afirma que siempre se produce una interpretación
en las interacciones sociales, sea consciente o inconsciente. La interpretación se dará, bien en marcos primarios
(directos), bien en marcos secundarios (manipulados). La realidad, compuesta de diferentes niveles, en los
cuales se aplicarán marcos diferentes según el contexto.

- Los marcos interpretativos primarios o directos son así porque cumplen dos condiciones: no se basan
en marcos anteriores, y confieren una explicación bastante específica a lo que sucede en un contexto
determinado. Este tipo de marcos primarios constituyen la base explicativa de la realidad. Dentro de
una cultura son los contenidos fundamentales, los que conforman los ejes vertebradores de una
consmovisión. Por eso, son relativamente cerrados o intransformables, en cierta medida estables. Son
además muy variantes en cuanto a su complejidad explicativa (más simples, más complejos).
- Los marcos secundarios se deben a que los acontecimientos de la vida cotidiana plantean problemas
interpretativos complejos que no se pueden resolver con los marcos primarios, requieren
transformación, mientras que los primarios son demasiado cerrados. Los marcos secundarios permiten
que un hecho se pueda interpretar alternativa o sucesivamente desde diferentes esquemas mentales.

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Suponen cierta complejidad: hay que saber colocarse en el nivel adecuado e interpretar con acierto lo
que sucede. Se dividen en dos grandes grupos: claves interpretativas y los engaños y equivocaciones.
o Claves interpretativas (CIS): transformación de un esquema interpretativo primario. Es algo
que imita la actividad de interpretación primario, pero se considera de manera muy desigual
por los participantes. Ej.: juegos, que imitan la realidad, pero transformándola (roles, toma de
decisiones), y no todos participan igual en ellos (implicación, valores...). O bien, por ejemplo,
la fantasía, como una forma de soñar despierto, clave interpretativa de carácter dramático, que
no requieren la participación de otros, a través de la cual imitamos y transformamos de manera
simbólica la realidad. La pregunta es ¿qué pasa aquí?, a la que se darán respuestas diferentes
por parte de los actores. Las CIS adaptarán los marcos primarios a la pluralidad que existe en
la realidad, a los diferentes actores y situaciones. Otro ejemplo: los actores, entendidos
históricamente como una transformación simbólica de la lucha o la guerra, como una clave de
transformar los marcos primarios de lucha entre los grupos en algo distinto. Pero los deportes
mismos han cambiado los marcos también, pues han transformado la agresividad entre grupos
sociales tradicional, a una agresividad entre grupos adheridos a un equipo. Otro ejemplo: las
ceremonias, como la boda. Las bodas imitan un acontecimiento realzándolo, de manera
simbólica: son un ensayo de la unión entre familias. Pero la propia ceremonia, más allá de la
imitación, termina por convertirse en la realidad misma: ensayo de una boda, que es un ensayo
de un ensayo. Otro ejemplo: observación no participante, donde se juega el rol de observador
como clave interpretativa de la realidad; se adopta un registro o clave específica diferente del
marco primario de interacción del grupo observado. Otro ejemplo: sistema educativo, donde
unos hacen que enseñan y otros que aprenden. Otro ejemplo: en las entrevistas, aunque se
busque una relación empática, no son iguales los actores, una está para preguntar y otra para
responder, tienen claves interpretativas diferentes (si el entrevistador se ve obligado ayudar al
entrevistado en algún momento, se acaba la entrevista, dejan de ser entrevistador y
entrevistado, ya es “ayuda al prójimo”).
o Engaños y equivocaciones: claves erróneas, que impiden la vinculación efectiva con los
hechos, en las que incurrimos voluntaria o involuntariamente. Los engaños o manipulaciones
son un tipo de vulnerabilidad de las claves, pues los grupos construyen interpretaciones donde
se establece una escisión clara entre quienes tienen la clave (quienes engañan) y quienes no la
tienen (engañados). Las equivocaciones tienen varias posibilidades:
a) engaños o manipulaciones con intención positiva (mentiras piadosas, a favor el
engañado o que no atenta contra sus intereses; ej.: la educación).
b) engañarse a uno mismo (sueño, mal empleo de la lógica, hipnotismo14, construcciones
psicóticas), donde la persona transforma lo que para otras personas es una metáfora.
Ej.: Alonso Quijano con los molinos de viento.

Los marcos secundarios son mucho más fáciles de realizar que los marcos primarios; se pueden transformar,
y es aquí donde Goffman crea el término de laminación. A esos marcos primarios se le van introduciendo
capas y capas de clavees, engaños y equivocaciones. Lo que son las construcciones humanas acaban siendo
auténticas estructuras formadas por estas capas de laminaciones sucesivas. Por tanto, ya no tienen solo que ver
con la interacción específica, sino también con los estratos previos que ha sido formados. Esta idea de
laminaciones nos lleva a la concepción de estructuras. Así, Goffman combina el poder interactivo de los actores
con los condicionamientos estructurales.


14
Cuando se hace actuar a una persona como una gallina, esa persona entiende como real el ser una galina. Pero
observadores externos se reirán, lo entenderán ocmo una metáfora, comprenderán que ello no es la realidad: se cree una
gallina, pero no lo es.

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Ejemplo: generaciones y generaciones de científicos sociales han construido lo que es un observador en las
CCSS, han constituido una estructura de observación, compuesta por diferentes laminaciones. No solo es
observador, sino que tiene un determinado método, preparación… Las laminaciones, como constructos,
terminan por objetivarse y convertirse en estructuras sociales, condicionante de la acción de los individuos.
Las nuevas claves interpretativas terminan por construir marcos complejos de sentido.

Es posible establecer relaciones con Wittgenstein, debido a que entiende que existe un fuerte isomorfismo
entre la realidad externa y las estructuras mentales. Es a través del lenguaje como podemos entender la relación
entre los procesos interpretativos. El lenguaje no es una mera comunicación, sino una parte integrada del orden
interactivo. Para Goffman, en la mayoría de las conversaciones, las personas saben lo que van a decir y saben
lo que van a escuchar, pero lo fundamental en todo caso es la dramatización del contenido, la propia
interacción: expresarse, mantener la escucha del otro, acoplarse a su ritmo, profundizar vínculos
emocionales… El análisis que hace es exhaustivo, atendiendo a los pequeños gestos de la interacción.

CRÍTICAS QUE SE HAN HECHO A GOFFMAN

• Carece de un marco teórico de referencia. Es muy descriptivo y poco teórico.


• Es poco innovador, no aporta nada nuevo. Es más novelista que sociólogo, describe lo que ya otros
habían planteado (interaccionistas simbólicos o incluso novelistas).
• El concepto de sujeto o actor (cínico, maquiavélico…) en Goffman no es en absoluto universal, es
exclusivamente universal. La sociología que él plantea no se puede aplicar más que en el ámbito
occidental.
• Desde el punto de vista lingüístico, se da una incoherencia. Goffman insiste en el carácter intencional
del lenguaje y, en lingüística, este tipo de intencionalidad tiene siempre un sujeto detrás del lenguaje.
En cambio, el actor detrás del lenguaje en Goffman no tiene un “yo” en sentido estricto. ¿Cómo puede
existir una intencionalidad sin un “yo”, en un actor vaciado del yo?

Contracríticas:

- El rechazo al marco teórico viene del rechazo a la “gran teoría” que representaba Parsons. Goffman
rechaza elaborar grandes sistemas teóricos, pero ello no implica que sus análisis no sean teóricos. En
sus descripciones se apoya en conceptos, aunque no en sistemas teóricos complejos.
- Todos se basan en otros, nadie es absolutamente original. No obstante, si no existiera Goffman, la
teoría dramatúrgica no se hubiera desarrollado, ha aportado algo nuevo. Quizá se entienda la crítica
por atender más a aspectos triviales de la vida cotidiana. No obstante, estas minucias cotidianas son
temas legítimos para las ciencias sociales, pues son importantes para nuestra existencia, denotan
aspectos fundamentales de la vida social, sin los cuales no existiría la interacción social.
- La crítica es cierta, el sujeto es propiamente occidental. Pero la pregunta es si la construcción de ese
tipo de conceptos que nos sirven para dar cuenta de las interacciones puede servir para otras culturas.
Ello lo explica Bourdieu en su obra La distinción, sobre el gusto en términos de consumo: lo
importante es si es válido el método analítico, si es universal. Y, en este sentido, la respuesta es que
sí, que Goffman acierta en los conceptos fundamentales que generan un tipo u otro de sujeto. Y, por
otra parte, Goffman reconoce que su sujeto no es tan atomizado y manipulador como lo plantean los
críticos, sino que también tiene un sistema expresivo.

Lo que nos encontramos con Goffman es la obra de un verdadero teórico social, donde se construyen
conceptos útiles e interesantes para la investigación social. Aunque no da cuenta de aspectos más estructurales
como otros sociólogos, no obstante, atiende a elementos fundamentales en la interacción entre los individuos.

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Por ello, no debe entenderse como un apéndice de los interaccionistas simbólicos, sino como el promotor de
una corriente diferente en sentido estricto, la sociología dramatúrgica.

TEMA 6: ENFOQUES DE LA SOCIOLOGÍA HISTÓRICA


¿Existe una sociología histórica? La escuela de sociología histórica. Theda Skocpol: Sociología de las

revoluciones. Charles Tilly: Sociología de los movimientos sociales y del desarrollo del Estado. La

evolución del sistema capitalista: Inmanuel Wallerstein. El problema de las transiciones: Perry Anderson.

Los postulados perniciosos y la crítica al desarrollismo: Robert Nisbet. La creciente importancia de Norbert

Elias: civilización, sociogénesis y psicogénesis, figuraciones.

¿Tiene sentido la sociología histórica? ¿Tiene sentido dedicarse al pasado? Normalmente, la gente entiende
por sociología como análisis de las pautas que se repiten en el presente; y la histórica, como aquello que
acontece en un momento determinado, lo singular de un pasado que no se repite. No obstante, esto no ha sido
percibido de esta manera en todo momento. Autores pre-sociológicos como Montesquieu, o clásicos como
Marx, Weber y Durkheim, todos ellos atendían a la evolución históricas de las pautas sociales, de las
estructuras: no había distinción entre sociología e historia. Desde los orígenes de la sociología ha habido dos
dimensiones: i) la que utiliza el pasado como bagaje o requisito para comprender el presente, ii) la necesidad
de lo inmediato o lo presente (estructural-funcionalismo, microsociologías; presente que se explica a sí
mismo). También ello se corresponde con las dos tradiciones en cuanto al enfoque: explicar los hechos sociales
desde fuera (ETIC) o desde dentro (EMIC). Frente a la explicación ahistórica, la explicación desde dentro, la
sociología histórica apuesta por entender la realidad también desde fuera, incorporando el pasado.

Uno de los autores es Charles Tilly, que plantea la importancia de la historia para el devenir actual. Lo
fundamental para él en la hibridación entre sociología histórica está en la posibilidad de utilizar el método
comparativo de casos históricos para realizar una contrastación multivariante de hipótesis, que llegaría a un
análisis macro-causal del cambio social. La historia es un magnífico laboratorio donde contrastar ideas e
hipótesis de las CCSS. Esta es la posibilidad que la propia escuela de sociología histórica se planteó desde el
principio. No es solo un rechazo al estructural-funcionalismo, sino también una vinculación a la sociología
clásica, ésta desde diferentes puntos.

La Escuela de Michigan, de sociología histórica comienza con Barrington Moore y su obra Los orígenes
sociales de la dictadura y la democracia, sigue con Theda Skocpol, comparando revoluciones como la francesa
y la china y el concepto de revolución política, y con Charles Tilly, comparando la construcción de Estados
por el capitalismo, o Michael Mann en su clásico Las fuentes del poder social, analizando la evolución del
poder social desde Mesopotamia. No obstante, aparte de esta escuela, hubo otros teóricos que también
utilizaron este enfoque socio-histórico, como los seguidores del materialismo histórico: Immanuel Wallerstein
y su sistema-mundo, y Perry Anderson y su crítica del marxismo ortodoxo respecto a las condiciones objetivas

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necesarias para la revolución proletaria. También hubo nuevas aportaciones, como el debate entre Tilly y
Nisbet, o la obra de Norbert Elias (El proceso de civilización, 1939, no conocida hasta los años 60 y 70).

Barrington Moore, lo que plantea en Los orígenes, es la capacidad de la historia para establecer hipótesis
propias de la ciencia política. Realiza un análisis comparativo de la historia de los estados europeos, estudiando
las relaciones de clase del siglo XIX y anteriores. Este análisis histórico es el que cautiva a toda una generación
de autores, que se conformarán como la Escuela de Michigan. Hay un cierto componente progresista, de
izquierda, en las preguntas de investigación, pero con un claro cuestionamiento de los modelos marxianos,
marxistas y comunistas: crítica de Skocpol a Marx, crítica de Tilly a los modelos weberianos que ha tomado
el marxismo. Estas cuestiones las recopila Skocpol en Visión y método de la sociología histórica, junto con
otros autores, para resolver la relación entre las dos disciplinas. Este libro es también un homenaje a la escuela
de historiografía de los Annales, la historiografía de la longue durée.

Theda Skocpol (1940-) es de las principales animadoras de esta escuela, vinculada a Barrington Moore,
director de su tesis doctoral: Los Estados y las revoluciones sociales (1974), donde se muestra el empeño por
estudiar las transformaciones social revolucionarias desde el siglo XVIII hasta la actualidad tomando como
base tres revoluciones muy distintas entre sí: Francia (XVIII), Rusia (XX), China (XX). Enfoque original, pues
plantea la comparación de cosas a priori incomparables. Analiza también las causas de las crisis, los estallidos
revolucionarios, las estructuras estatales previas y posteriores a la revolución, la estructura de clases, los
condicionamientos internacionales antes y después (guerras). La dificultad que ella misma reconoce es la
enorme diferencia entre mundos tan dispares, buscando similitudes que fuercen la comparación. Realiza una
definición de revolución: “las revoluciones sociales son transformaciones rápidas y fundamentales de la
situación de una sociedad y sus estructuras de clase. Van acompañadas y en parte son llevadas por las revueltas
basadas en las clases de abajo.”. Tiene una fuerte connotación marxiana. Para hablar de revolución, esta tiene
que:

i) ser exitosa, alterar las estructuras de clase;


ii) naturaleza clasista;
iii) carácter popular15;
iv) carácter interno fundamentalmente, aunque afecten también factores externos (no se van a considerar
revoluciones ese tipo de revueltas a través de la emancipación anti-colonial, pues los actores que
intervienen son claramente exteriores; emancipación frente a la invasión o tutela exterior).

Con esta definición no serán revoluciones tampoco aquellos movimientos como los anti-imperialistas (Cuba,
sandinista…). Por todo ello, las revoluciones son escasas, se han dado poco.

La comparación entre las revoluciones francesa, china y rusa le lleva a establecer tres aspectos comunes:

- Incapacidad general de los antiguos regímenes, especialmente en el ámbito militar. Conocen guerras
interiores y exteriores que pierden. El caso francés es el de un gigante con los pies de hierro, en declive
económico y financiero, con continuas quiebras; incapacitado de defender las fronteras exteriores y
las revueltas interiores (precios pan…). El caso ruso, el imperio ya había empezado su declive tras la
Guerra de Crimea, luego con la derrota en la Guerra rusojaponesa y finalmente con la Primera Guerra
Mundial, con un saldo enorme de muertos; estado imperial totalmente anquilosado, incapaz de
reaccionar. El caso chino, imperio milenario en decadencia ya en el siglo XIX e invadido
comercialmente por las potencias occidentales y militarmente por Japón (invasión principios del XX
y luego de Manchuria en la IIGM).


15
No las llevadas desde arriba: Meiji en Japón, Ataturk en Turquía.

61
- Extensión de rebeliones de clases bajas, básicamente campesinas. Las tres revoluciones son de base
campesina. La revuelta campesina es importante porque va a impedir la contrarrevolución inmediata.
En Francia son campesinos, aunque dirigidos por burgueses. La Convención, con el reparto de los
bienes de la Iglesia y la nobleza, permitió que los grupos locales de campesinos obtuvieran su parte en
la revolución. Ello impide que los nobles reaccionarios consiguieran el apoyo de los campesinos16. En
el caso ruso, afirma que no se puede hablar de una revolución proletaria pues la mayor parte de la
población y que supone el soporte importante a la revolución son los campesinos. La revuelta
campesina es también lo que logra la imposibilidad de la victoria del ejército blanco después de la
IGM, apoyado por las potencias vencedoras de la guerra. En el caso chino, también es propiamente
campesina la revolución, no hay proletariado.
- Nuevo liderazgo político de grupos y partidos organizados capaces de movilizar a las masas
(campesinas) y consolidar un nuevo poder de estado que es mucho más potente y centrípeto que el
anterior. Aquí se muestra más insegura Skocpol, encontrando una diferencia entre Francia, por un
lado, y Rusia y China, por otro. En Francia, son los ideales liberales de la Ilustración los que han
formado los círculos intelectuales y burgueses que asumieron el liderazgo. En Rusia y China, se
formaron verdaderos partidos-Estado, con la ideología de la igualdad proletaria. En cualquier caso,
hubo una cierta unificación de criterios, con la posterior centralización del poder estatal, con dosis de
terror, coacción y violencia. Ello logrará un efecto inusitado: frente a la decadencia del antiguo
régimen, los ejércitos organizados del nuevo Estado son capaces de contener las fuerzas
contrarrevolucionarias y, más allá, emprender una política exterior ofensiva: Napoleón y la Grande
Armée; Trotsky y el Ejército Rojo, frente al ejército blanco financiado por los aliados, y también contra
la Wehrmacht, ejército más poderoso de Europa; y el ejército chino frente a la invasión japonesa.
o al lograr un Estado más poderoso que el anterior, se logra un posicionamiento diferente de las
naciones-estado en el sistema internacional de naciones. Se convierten en naciones imperiales,
pasando a posiciones centrales en el sistema-mundo: Francia Imperial, Rusia Soviética, China
Comunista.

De este modo, sobre todo la última tesis, afirma que no se ha producido una transformación del modo de
producción, sino más bien una reubicación de estos estados-nación post-revolucionarios en el sistema
económico mundial. Esto es una clara confrontación con el marxismo clásico y el comunismo: no existe una
relación mecánica entre las revoluciones políticas y las trasformaciones de los modos de producción, como lo
vio Marx en la Revolución Francesa o los comunistas en la Revolución Rusa. Por ello, afirma que no hay
vinculación de la revolución política con el modo de producción. Lo que hay es vinculación con la ubicación
en el sistema-mundo. Lo que está afirmando Skocpol es que en no se ha alterado el modo de producción,
tampoco en Rusia y China: se ha cambiado la estructura de clases, la ubicación del país en el sistema
internacional, pero han dejado de ser capitalistas. De hecho, en algunos casos, las revoluciones políticas de
Rusia y China han acelerado el capitalismo, en forma de Capitalismo de Estado.

Este libro avanza las tesis generales de la sociología histórica: qué son las revoluciones políticas, por qué
se suceden y qué consecuencias tienen. Enmienda la plana al concepto de revolución que provenía del siglo
XIX, de Marx o incluso de Hegel.

CRÍTICAS

- El análisis del proceso revolucionario: Skocpol describe revoluciones sin actores revolucionarios,
donde han sido más los procesos estructurales los que explicaban la revolución, y no los movimientos


16
Ejemplo: los palomares y las palomas eran de propiedad de los nobles, aunque se les alimentaba con grano campesino.
En la revolución campesina en Francia, lo primero que se destruyó fueron los palomares.

62
sociales. No ha analizado los revolucionarios, sino las condiciones y las estructuras. Por ello, da la
sensación de que son esas estructuras abstractas las que ocupan el lugar de las personas. Y, no obstante,
se hace necesario un subrayado importante del papel de los actores en las revoluciones

La carrera de Skocpol ha dado un giro acusado hacia aspectos menos polémicos, más realistas, con trabajos
muy distintos a los anteriores, menos ambiciosos. En uno plantea el origen de la seguridad social y las políticas
sociales en EEUU a partir de la protección de los soldados y las madres: historia muy behaviorista, analizando
el comportamiento de grupos. En otro, El Estado regresa al primer plano, donde se afianza en un modelo de
estudios típicamente politológicos centrados en Estados Unidos, hasta el punto de que se llega a centrar
demasiado en el actor, en la intencionalidad. Insiste en el papel central del Estado en la sociología, con un
análisis muy técnico. Analizando el Estado Liberal, afirma que éste ha conseguido una inmensa independencia
respecto del poder económico, diciendo que los capitalistas estadounidenses carecen de capacidad política
nacional; afirmación bastante sorprendente, pues en EEUU no se da en absoluto.

Charles Tilly (1929-2008) realiza una obra ingente, de cerca de 50 libros y 600 artículos. Tilly es un
ejemplo de empresa investigadora, en el sentido positivo del término, consiguiendo aunar a muchas personas
que son capaces de manejar una enorme cantidad de datos y temáticas, todo ello con una escritura eficaz; junto
con una enorme humildad. Fue muy reacio a conformar una única gran teoría en forma de ley, que critica como
ahistóricas, pues e imponen de manera masiva en cualquier circunstancia histórica: hay que hacer el análisis
empírico concreto de aspectos de movilización y vincularlo a aspectos más abstractos, como conceptos teóricos
respecto del cambio social.

Se pueden destacar varias etapas grosso modo en la recomposición constante que ha hecho de su obra:

- Años 60-70: vemos un uso masivo de estadísticas, a través de las cuales establece una hipótesis
típicamente sociológica.
- Años 80: plantea el uso de una historia a muy largo plazo para tratar efectos macrocausales, como la
creación de Estados y su estabilización.
- Años 90 -: centrado en el aspecto de la movilización social y los movimientos sociales, aúna los
aspectos estructurales y estructurantes junto con la subjetividad de las multitudes. Ello contrasta con
la historiografía tradicional sobre la subjetividad de las élites, quienes dejaban mucha documentación
sobre los personajes dirigentes. El problema era poner rostro a la multitud, identificar la subjetividad
de la multitud, cuando ésta no deja casi rastro escrito salvo en muy escasas ocasiones, como revueltas
o revoluciones.

En la primera fase, destacan dos obras. En La Vendée plantea un reto frente a la historiografía tradicional,
para la que había sido un movimiento contrarrevolucionario en momentos posteriores a 1789, en una región
cercana a París, como una revuelta de nobles contra los excesos revolucionarios y el capital. Lo que realiza es
una recopilación exhaustiva de muchos datos (precios grano, demografía…) sobre la región. Ahí logra invertir
la cuestión. En efecto, lo que podemos encontrar en esta aparente revuelta noble y contrarrevolucionaria es
más bien una cosa distinta: es una revuelta campesina de pequeños propietarios. Existía en esta región ya una
masa de pequeños campesinos, angustiados por los impuestos a los que se ven sometidos por una hambrienta
Parías revolucionaria. También estudia los patrones de urbanización: no hay grandes aglomeraciones urbanas,
pero tampoco es poblamiento extensivo, pequeñas ciudades con artesanado local. Estas zonas se oponen a la
imposición de un modelo específicamente parisino y centralista. Ejemplo: la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano pudo ser leída por muy pocos, debido, además de por el analfabetismo, a que en
aquella época más de la mitad de la población francesa no hablaba francés. Había una enorme pluralidad de
lenguas. Por ello, la revuelta de la Vendée podía entenderse como una reivindicación de una identidad colectiva

63
local con sus propias costumbres y lengua. La conclusión es mucho más compleja de lo que planteaba la
historiografía tradicional. Ello demuestra el papel de la sociología histórica: demostrar la validez de las
afirmaciones tradicionales sobre la historia.

En Las huelgas en Francia (1830-1968) estudia 150 años de huelgas en Francia (38.000 huelgas). Lo
estudia on ese prisma complejo de la aparición de un nuevo sujeto político que es el proletariado francés, el
cual solo aparece en este tipo de ocasiones, aunque sin rostro, en multitud. Esta nueva clase surge en un
complejo sistema político y económico. Lo importante es el control por el poder social, una lucha centenaria
donde la acción colectiva ha ido cambiando: cambia el repertorio, la naturaleza de las organizaciones
(campesinas, obreras, partidos). Por ello busca cómo se producen los cambios históricos, qué consecuencias
tienen este tipo de cambios y si es posible diseñar modelos generales sobre el cambio social y la acción
colectiva. La acción colectiva la entiende como una actuación conjunta de la gente que, por una serie de
motivos, comparten agravios, esperanzas e intereses; por el acto de compartir a largo plazo, este tipo de
comunidad no es inmediato, es histórico, se crea a largo plazo. Sugiere que la clase que surge en este tipo de
conflictos no es una entidad que se pueda comprender como una foto fija, sino como un constructo a largo
plazo, una comunidad de intereses que necesita tiempo histórico para irse formando. Esa comunidad de
intereses solo se puede observar a través de una movilización que hay que desdramatizar. Se ha visto la huelga
y la movilización como algo violento y caótico, pero es precisamente lo contrario (la violencia la han ejercido
otras clases sobre la clase obrera). Es necesario reconocer el conflicto como un funcionamiento normal de las
sociedades, que implica un tipo de orden y un posicionamiento en la sociedad. Todo esto critica la
historiografía conservadora acerca del conflicto como algo negativo. También aquí critica la visión de la
izquierda acerca de la clase obrera como un “todo o nada”: se trata de un posicionamiento donde hay momentos
de caos, de acuerdo, etc. Esta forma de acción colectiva cambia de organización, de intereses, de agravios, de
naturaleza…Ej.: manifestación, que cambia a lo largo del tiempo. Literalmente, signficiaba el cinturón que se
establece a modo de cordón para que una revuelta tenga una forma determinada y acabe en un lugar. Las
manifestaciones iniciales tienen mucho del modelo de la revuelta campesina, con un traspaso del repertorio de
acción colectiva campesina al proletariado durante el siglo XIX: destrucción de la maquinaria que más destruye
puestos de trabajo, de manera puntual, cuando sea necesario; ocupaciones de fincas (luego de fábricas). El
cambio de repertorio se explica por i) el paso de lo local a lo nacional, cómo conseguir que el recaudador de
impuestos o el señor del distrito elimine os agravios o cambie el precio del trigo, que luego pasa al nivel
nacional; ii) el paso de la revuelta dependiente a la revuelta autónoma, primero se buscan mejores sueldos
dependiendo de aquellos a los que se demanda, luego convirtiéndose en sindicatos y partidos independientes
con ideas de auto-gestión y gestión de las demandas (gestión de salarios directos e indirectos). Por qué estas
modificaciones: porque el enemigo también se ha transformado. Hay cada vez una mayor concentración de
capital y del Estado durante esos 150 años.

En la segunda fase se dan explicaciones macrocausales a muy largo plazo, no tanto con el uso de
estadísticas, sino más con factores que establecen unas causas. Uno de los libros es Coerción, Capital y Estados
Europeos (990-1990), mil años de análisis. Afirma que, si uno analiza la vieja Europa, en el 990 no hay ningún
Estado nacional, había una gran pluralidad de Estados (marquesados, ducados, repúblicas, imperios…). Mil
años después sólo hay Estados -nación, y han sido escasos durante los mil años; ¿qué ha pasado? Lo que lo
explica son la combinación de coerción y capital. A juicio de Tilly hay cuatro procesos o perspectivas que
insisten en la inusitada concentración de estados-nación actualmente:

i) Análisis estatista, que ha entendido la guerra como el principal vector que nos lleva a los procesos de
estatalización; Estado como concentración de poder independiente de aspectos de capital, que genera
milicias o ejércitos. Estados actúan como entidades homogéneas, con intereses definidos, lo cual
permite que proliferen cuando tenemos en cuenta que el sistema internacional es anárquico. Cuando
más orden hay hacia le interior de los Estados, más anarquía existe al exterior.

64
ii) Análisis geopolítico, que sostiene que las relaciones entre los Estados poseen una lógica propia. La
formación de un Estado requiere de otros Estados. Una vez que exista uno, impone en otros la
necesidad de un tipo específico de interlocutores, lo que les conlleva a formar Estados.
iii) Análisis del modo de producción, que entiende que el Estado es el mejor instrumento para el
encauzamiento de los intereses del capital nacional. Las necesidades del capital han impuesto la
creación de Estados.
iv) Análisis del sistema mundial. Siguiendo a Wallerstein, el sistema de economía-mundo ha servido a
que se creen los Estados. El Estado sería la mejor forma de imponer los intereses de clase en la
economía mundial, como herramienta para competir con otras élites nacionales.

Buscará integrar estos análisis buscando la validez de cada uno. En la actualidad afirma que solo hay
Estados o no-Estados (territorio controlado por mafias, narcotráfico, talibanes). Peor busca también entender
que tipos de Estado existen en la actualidad, según la combinación de coerción y capital; tres modelos:

- Modalidad intensiva en coacción: Estado creado básicamente a través de la exigencia de los soberanos,
de los primus inter pares que son los reyes. Concentración del poder, ingentes estructuras de ascenso
de la riqueza. Ejemplo: Rusia, que es pura coacción sin capital, ya desde Moscovia. Zar llega a ser
propietario de todas las tierras; nobles son servidores, y campesinos, siervos.
- Modalidad intensiva en capital: capitalistas imponen una negociación o pacto permanente con los
Estados. Ejemplo: Holanda, donde es indistinguible desde el siglo XVII qué es una compañía
comercial (Compañía de las Indias Orientales) y qué es el Estado holandés.
- Modalidad mixta, de coerción capitalizada: monarcas que utiliza una mayor cantidad de capital que
sus competidores. Ejemplo: Inglaterra, donde la mezcla permite que cree el mayor imperio en el siglo
XIX.

Tilly va a subrayar el interés colectivo no en términos utilitarios sino de solidaridad y comunión de


intereses. Frente a los teóricos de la acción racional individual, que entienden que la acción colectiva es una
suma de intereses egoístas y particulares para conseguir mayor efectividad. Pero Tilly niega que cada actor de
la colectividad pueda evaluar en términos de coste-beneficio continuamente todas y cada una de sus acciones;
eso solo se puede encontrar en la acción colectiva en su conjunto. Lo que si encontramos es la solidaridad y
los intereses comunes.

Estudia los repertorios de la acción colectiva: modalidades alternativas de la acción en común, regidas
sobre la base de intereses compartidos y que incorporan un sentido de regularidad, de orden, de opciones
deliberadas. Como tales, estos repertorios van a ir cambiando en el transcurso de la acción en respuesta a
nuevos intereses, oportunidades, a la represión posible. Y estos repertorios necesitan ser interiorizados por
parte de los grupos sociales. No basta con que existan si no son aprendidos/interiorizados. Ej.: la idea de huelga
parte de un repertorio de la acción colectiva, que viene del repertorio campesino, luego transformado a la lucha
obrera (destrucción de máquinas, ocupación, manifestación, incorporación en la actividad política electoral…).
Existe una clara continuidad y diversidad entre los repertorios de protesta: son permanentes en la acción
colectiva y bastante precisos, pues se permiten ciertas variaciones. En definitiva, este concepto de repertorio
es a la vez estructural, cultural e histórico. Los cambios en el tipo de repertorios son históricos eminentemente,
vinculados a las fluctuaciones de intereses y oportunidades, de las organizaciones y, en última instancia, están
relacionados con los cambios en las funciones del Estado-nación y el propio capitalismo. Ej.: participación
electoral a partir del sufragio universal masculino.

Estudia también la violencia, como un fenómeno histórico coherente, como parte de los repertorios de la
acción colectiva. Lo que considera Tilly es la necesidad de normalizar el factor violento en el análisis de los
conflictos sociales (frente a las tesis del “irracionalismo o mentalidad enfermiza de las masas”, de Javier Tarde;

65
frente a la interpretación funcionalista, que entiende la violencia como propio de la anomia).La violencia
política hay que entenderla como una manifestación más en la búsqueda de interés colectivo, sobre todo en el
caso de grupos a los que se niega una participación más formal o rutinaria. En la Edad Media no hay violencia
política en sentido analítico, porque la violencia era la única política o posibilidad de reivindicación política
que existía; podemos hablar de violencia política cuando hay otras formas de política. La violencia, por tanto,
no supone una ruptura de la vida política normal. Las protestas violentas tienden a complementar o acompañar
a otro tipo de vías pacíficas para conseguir sus objetivos. La violencia política como una interacción
comunicativa que acompaña a otras acciones, lejos de suponer una ruptura absoluta. Se trata de extraer el
carácter instrumental de la violencia tal y como podemos hacerlo en otro tipo de acciones (no como patología
o como ruptura absoluta). Con ello, Tilly contribuye a una reivindicación del carácter dinámico de la contienda
política, que nos obligaría a reinterpretar los elementos clásicos de las teorías de la movilización. Esta
reinterpretación lleva a una serie de conclusiones:

- Insistir más en los procesos que en los episodios/acontecimientos concretos


- Las oportunidades o amenazas no son categorías objetivas, son absolutamente relativas a las
condiciones del momento
- Los enclaves para la movilización pueden ser preexistentes, pero también se pueden crear para el
propio proceso de movilización, y estos enclaves, por más que nuevos, pueden formar parte activa de
la movilización
- Los repertorios de la acción colectiva no son rutinas repetitivas, sino que evolucionan históricamente.
- Las identidades políticas de los autores se transforman: contendientes manipulan, crean estrategias,
cambian su propia identidad… Los actores no son objetivos y precisos, sufren modificaciones en sus
orientaciones ya atributos

Toda movilización política posee sus determinantes estructurales e históricos, límites culturales (que
pueden crearse en la propia movilización). Ej.: frente a la explicación del 15M como acontecimiento único,
inusitado, una explicación del proceso del ciclo de protesta, desde la lucha contra la guerra de Irak,
movilizaciones contra el caso Prestige; también las identidades cambian, como la clase obrera durante las
últimas décadas; frente a la explicación del Procés como un acontecimiento, explicarlo en términos históricos,
culturales…

También lleva a cabo un análisis más teórico sobre la propia sociología, trabada en presupuestos derivados
del siglo XIX, particularmente obvio en el tratamiento del cambio social. Grandes estructuras, grandes
procesos y grandes comparaciones (1984). Seguimos por atrapados por una serie de postulados perniciosos,
especialmente observables cuando se habla del cambio social. Esta trampa necesita ser visibilizada, y luego
hay que tratar de salir de ella. Los postulados heredados, que son “erróneos”:

a) La sociedad como algo aparte: estructura objetiva más allá de los individuos, que conforma una
totalidad, que se divide en totalidades más pequeñas.
b) La explicación de la conducta social tiene que implicar ese impacto externo y coercitivo de las
estructuras sociales sobre la personalidad y mentalidad individuales.
c) El cambio social es un fenómeno general y coherente, que puede ser estudiado como una totalidad
homogénea.
d) Hay una sucesión de etapas en el cambio, y cada etapa es más avanzada y progresiva que la anterior.
e) Diferenciación del trabajo, del conocimiento, especialización de órganos y funciones, sería el rasgo
dominante del proceso histórico.
f) El orden social dependería del equilibrio entre diferenciación e integración.
g) La desviación o patología social/anomia son consecuencia de la tensión que produce un cambio social
demasiado rápido.

66
h) Las formas ilegítimas del conflicto surgen del cambio o el desorden, mientras que las formas legítimas
sirven a la integración y el control.

¿Cuánto afectan aún nuestra comprensión de las sociedades y el cambio social? Estos postulados son
insostenibles con la evidencia histórica:

a) Las sociedades no pueden verse como una entidad objetiva, sino como flujos o redes donde hay nuedos
o cristalizaciones especiales que el sociólogo escoge y llama Estado-nación o clase social, pero en
todo caso son constructos analíticos, productos teóricos. No debe confundirse el constructo teórico con
la realidad que queremos explicar.
b) Los factores dominantes de la realidad social son más las interacciones y relaciones entre los
miembros, estructuras emergentes.
c) No hay un único proceso maestro de cambio social, sino múltiples procesos fragmentarios, de
diferentes niveles de complejidad, que se pueden mover en paralelo, en sentidos opuestos… El cambio
social es un término abstracto para acotar los procesos, pero no existe de por sí.
d) Los procesos históricos no nos permiten determinar etapas objetivas; son puros constructos teóricos.
Menos aún existe progreso entre las etapas.
e) La diferenciación no puede considerarse como el proceso maestro del cambio social, pues se
encuentran también en él otros procesos como desdiferenciación, colapso…
f) El orden social no se debe necesariamente a mecanismos de integración, pues las formas de disputa
colectiva a veces son las únicas formas racionales de perseguir los intereses colectivos y salvaguardar
un orden. En el conflicto hay que ver también los mecanismos y aspiraciones de un orden más
coherente o aceptable.
g) El cambio social no produce necesariamente una tensión estructural, más bien nos encontramos la
patología de la desviación en el orden social, no en el cambio.
h) La coerción, al servicio de la ley y el orden, ejecutada por el Estado y sus funcionarios, puede ser a
veces indistinguible de las acciones calificadas como criminales, y servir en última instancia a
desestabilizar el orden social.

Frente a ese tipo de teorías heredadas y erróneas, hay que realizar un estudio empírico en el campo histórico,
para comprobar la validez de estos supuestos. Lo que plantea en sus estudios es lo contrario de lo que hemos
heredado del XIX al respecto. Este planteamiento de Tilly entra en correspondencia con otros autores que
también han cuestionado el funcionalismo y la herencia del siglo XIX, como Wallerstein (“despensar el siglo
XIX”) y Nisbet.

Robert Nisbet (1913-1996), en su La tradición sociológica (1967) cuestionaba el planteamiento del


desarrollismo o la metáfora del desarrollo, como engañosa, que nos obliga a cuestionar la herencia del siglo
XIX. Plantea una recusación a la sociología en su conjunto, es un planteamiento más teórico, frente al
planteamiento pragmático de Tilly. El punto de partida es la contraposición del evolucionismo biológico
(Darwin, Mendel) y el evolucionismo social (Spencer, Comte), pues muchas veces ambos se confunden y
confunden el análisis. Cuatro aspectos:

- El evolucionismo biológico busca un mecanismo de cambio y proporciona explicaciones, permite


hacer predicciones… En cambio, el evolucionismo social pretende más, aprehender el curso, la
evolución y los estadios del proceso histórico. Hay mayor ambición en el evolucionismo social.
- Para los biológicos, la materia a estudiar son las poblaciones, las especies agregadas, los ecosistemas.
Para los sociales, su objeto es singular: la sociedad, una familia, una comunidad, un grupo, una
institución.

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- Los biólogos consideran el mecanismo de los cambios en la población como un mecanismo
estocástico, que opera a través de un número de procesos individuales y puramente individuales,
permitiendo generalizaciones o leyes probabilísticas. Los sociólogos trazan tendencias supuestamente
irreversibles, leyes deterministas relativas a la dirección y secuencia del cambio: construcciones
tipológicas de sociedades siguiendo esas secuencias.
- Para los biólogos, los mecanismos son los procesos de selección natural y deriva genética. En
sociología se utiliza la diferenciación estructural y funcional como mecanismos motores de la
evolución social.

La paradoja es que, siendo mucho más deterministas los sociólogos, utilizan la biología para legitimarse.
El evolucionismo social ha mantenido hasta la actualidad una imagen bastante particular, que es extraña al
evolucionismo biológico, y supone la metáfora del crecimiento. La metáfora del crecimiento se basa en la
comparación completamente improcedente desde el punto de vista biológico de la sociedad como un
organismo, y esto se ha mantenido en la socoiología, a pesar de su inutilidad en la biología misma. De ahí
hablar de sociedades desarrolladas y sub-desarrolladas, por ejemplo. Esta metáfora tiene numerosas
implicaciones que es necesario negar:

a. El cambio como algo natural o normal, un proceso vital típico que no puede ser interrumpido mientras
exista la sociedad o un organismo.
b. El cambio es direccional, que ocurre a través de una secuencia de estadios, donde el presente, el pasado
y el futuro están entrelazados.
c. La dirección del cambio está fijada por la última etapa, la madurez final, como la que propone el
etnocentrismo occidental.
d. El cambio es inmanente o endógeno, función del sistema mismo, que se despliega desde dentro,
realizando un modelo planificado de antemano: “el presente está preñado de futuro”.
e. El cambio es gradual, acumulativo, paulatino, siguiendo paso a paso un modelo o secuencia, sin dar
saltos, y esto se puede aplicar a la sociedad.
f. El cambio es necesario para la naturaleza del sistema, supone el despliegue de su potencia, y de ahí su
necesidad.
g. El cambio siempre procede a través de causas uniformes, fuerzas inalterables por el propio cambio:
tendencias del espíritu de Comte, procesos de industrialización. El motor cambia las sociedades, pero
no se altera.

Estas afirmaciones pueden y deben ser refutadas, pues son insostenibles:

a. La fijación, la estabilidad y la persistencia son tan naturales o incluso más normales que el cambio. En
la sociedad solemos encontrar la inercia, un cierto conservadurismo a cambiar las costumbres e
invitaciones.
b. Si hay cambio, no hay direccionalidad simple y lineal, no hay fin último.
c. El cambio es a menudo exógeno, viene condicionado por acontecimientos externos a la propia
sociedad, lo que es crucial para movilizar a la sociedad, cambiar la inercia. El cambio poco tiene que
ver con el desarrollo interno.
d. La mayor parte de las veces se da discontinuidad en el cambio, una sucesión de crisis hasta conseguir
una forma relativamente estable de adaptación.
e. No hay necesidad ni irreversibilidad en los cambios sociales. En la historia hay recesiones, retrocesos
y colapsos.
f. Las causas del cambio social, lejos de ser únicas, son múltiples, variadas y relativas cultural e
históricamente, y por tanto las fuerzas se transforman.

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Como alternativa a la metáfora engañosa del desarrollismo, Nisbet también propone el estudio empírico de
la historia, más que plantear grandes teorías de la historia sin antes hacer comprobaciones históricas. El
objetivo es la concreción histórica, analizar los cambios sociales en términos concretos, lo que nos llevará a
negar la metáfora del desarrollo como teoría impostada.

Hay una segunda corriente distinta, paralela, en cierta negociación con la anterior, que tiene que ver con
una reformulación del materialismo histórico, donde destacan Immanuel Wallerstein y Perry Anderson, junto
con Fernand Braudel y la escuela de los Annales.

Immanuel Wallerstein (1930-) es sobre todo conocido como el que dirigía la cátedra del estudio de los
sistemas históricos y civilizacionales, también la revista Review, paralela a la revista de los Annales. Además
de su parte más teórica, nos interesa especialmente su gran obra: El moderno sistema mundial. En él hace un
repaso del capitalismo histórico, que comienza en el siglo XVI, como consecuencia de una división
internacional del trabajo entre África, América y Eurasia (aunque por la imposición del Imperio del Cielo en
China, no hubo mucha interrelación de esta parte del mundo con el resto de imperios, restringió sus propias
fronteras). Hay toda una serie de planteamientos innovadores respecto a las unidades de análisis, los tiempos
en que se producen, las organizaciones sociales… Tres elementos entre lo contextual-histórico y lo intelectual
que explican este análisis:

- La historiografía de la Escuela de los Annales (Bloch, Braudel, Lefebvre): ¿cómo se escribe la historia?
Normalmente, la historia en 1928 sigue siendo la historiografía política de las élites. La historia se
sigue basando en un tipo de documentación voluntaria, en forma de crónica de los grandes personajes,
que en un tiempo previo psicológico estructuran lo que ha ocurrido y lo que ocurrirá. Los Annales,
lejos de plantear una historia de las élites, plantea una historia de la multitud, en términos de clases y
grupos sociales, pues es lo que mueve la historia. Hablamos de demografía, transformaciones de
migración, económicas… Ello también obliga a una reconceptualización del documento: se buscan los
documentos involuntarios, que no tienen la pretensión de legado para futuro, fundamentales para
(re)construir la historia de las multitudes (series de precios, de nacimientos y recesos, de migración…).
También, una reconceptualización del tiempo histórico: el tiempo de los documentos voluntarios es
psicológico y de corto alcance, que abarca la vida de un individuo; frente a ello, el tiempo se entiende
como la construcción del historiados, donde encontramos tres tipologías temporales (acontecimiento,
tiempo estructural y longue durée à macroestructuras estables a lo largo de siglos, carácter fuerte
pero no visible salvo en la construcción teórica). Ej. de longue durée: El mediterráneo en tiempos de
Felipe II, donde el actor estructurante es el Mediterráneo mismo; El moderno sistema mundial, donde
el actor es el capitalismo histórico. En vez de escoger un año o una batalla de la guerra de los Treinta
años, lo importante de aquel momento es el acontecimiento de la llegada a un puerto de Holanda un
tubérculo tan importante como la patata, que transformará por entero un continente.
- Concepción materialista de la historia del Capital y los tratados de Marx, e especial, lo relativo a la
acumulación originaria del Capital: transición del feudalismo al capitalismo e irrupción del mercado
mundial. Toda esta tradición la adopta Wallerstein.
- El proceso de descolonización de los países africanos y asiáticos en el siglo XX; como uno de los
aspectos más importantes de la época contemporánea, que obliga a una visión no eurocéntrica,
desprejuiciada.

En este gigantesco estudio sobre el moderno sistema mundial, los elementos fundamentales que destaca
suponen una innovación con respecto a la sociología y también respecto a los estudios marxistas de la época:

- Los criterios para la determinación de etapas, donde encontramos la idea de la longue durée. Se debe
buscar una coordinación de tiempos, pero, especialmente, la larga duración.

69
- La comparación histórica como elemento de progreso analítico.
- Las unidades de análisis, que no son si el Estado-nación ni la sociedad nacional, pues no constituyen
un sistema social. Solo se puede hablarse de cambios sociales cuando hablamos de sistemas sociales.
Desde el siglo XVI solo existe un sistema social, el sistema de economía-mundo, como totalidad
sistémica donde se puede analizar el sistema social en término estricto. Este sistema de economía-
mundo, que constituye la modernidad capitalista, y que abarca a todo el mundo, es el único sistema
que es tal.

Este moderno sistema-mundial es la solución adaptada por las clases superiores, especialmente la nobleza, ante
la crisis del modo de producción feuda. Los factores principales de estas crisis serían:

- Agotamiento del modo de producción debidos a cambios climatológicos.


- Escasez alimentaria.
- Relativa nivelación de las ventajas de un estamento respecto de otro: aumento de nivel de vida de los
campesinos, disminución de rentas señoriales
- Emigración del campesinado (aumenta expectativas de vida)
- Descenso demográfico catastrófico (peste negra s. XIV)
- Período amplio de revueltas campesinas (s. XIV-XV) contra los señoríos en múltiples formas
(religosas...)

La resolución de esta crisis va a ser un esfuerzo político por parte de las clases dominantes, mediante la
creación de una nueva forma indirecta de extracción del excedente (no sobre los campesinos): a través de un
mercado que se amplía, una productividad más eficiente y hacer del mercado un ámbito mundial. Hay tres
elementos importantes que permiten esta creación:

1. Expansión demográfica del mundo conocido, gracias al desarrollo tecnológico17.


2. Utilización de diferentes medios de control del trabajo: el mercado, con su relación indirecta (ya no
entre señores y campesinado), y una especialización geográfica jerarquizada del trabajo à centros y
periferias.
3. Creación de aparatos de Estados relativamente fuertes y centralizados, Estados centrales del sistema.

Este nuevo sistema de economía-mundo se caracteriza por ser una entidad económica: el vínculo básico
entre los elementos del sistema es estrictamente económico. A diferencia de en el feudalismo, con la unidad
política en forma de Imperio, ahora lo que une el sistema es la economía. No hay una autoridad política
centralizada. Es por ello que es un sistema mundial, mayor que cualquiera conocido hasta entonces, mayor que
cualquier unidad política conocida. Aunque no incluye la totalidad del mundo, gracias a su capacidad
expansiva, llegará a unificar a la totalidad bajo esta economía globalizada.

La división geográfica y jerarquizada del trabajo a nivel mundial acompaña a la economía-mundo, junto
con la integración de mercados. Este sistema y el capitalismo son dos fenómenos que, aunque diferentes, son
coetáneos e íntimamente ligados. En los sistemas anteriores también había estratos capitalistas, pero siempre
tenían una limitación: otros grupos políticos, económicos, militares o religiosos que los contrarrestaban. Ahora
en cambio, con la crisis del modelo feudal, esas “antitoxinas” que contienen al virus capitalista se han
debilitado lo suficiente para dejar que se expanda. Y una vez que se expande, resulta invulnerable a los intentos
de marcha atrás. Este virus será propiamente el capitalismo mismo, que llegará a destruir otros sistemas y
alcanzar la totalidad, una globalidad efectiva. Las características del moderno sistema mundial:


17
Europa aplica inventos de otros, del Imperio Chino, pero con un criterio muy distinto: pólvora deja de ser artificio,
ahora es elemento fundamental de las armas; sextante utilizado para la expansión colonial.

70
1. Jerarquización geopolítica del espacio en el sistema mundial. Diferenciación geográfica de categorías
diferentes de actividades, unas de tipo central, y otras de tipo periférico. Además, éstas no se ubican
de forma indistinta en cualquier parte, sino que están localizadas en el espacio geográfico e histórico.
Podemos destacar hasta cuatro áreas diferentes, como tipos ideales que no permanecen siempre en los
mismos lugares. La manera de identificarlas tiene que ver con cuatro factores: papeles económicos
específicos (jerarquizados), diferentes estructuras de clase, modos distintos de control de mano de obra
(relación capital-trabajo) y beneficios desiguales dentro del funcionamiento de este sistema.
i. Estados Centrales: áreas más favorecidas de la economía-mundo, espacios donde el aparato
de Estado es fuerte, sumado a cultural nacional, que permite conformar un mecanismo que
protege al Estado de las disparidades surgidas del sistema, y también es una máscara
ideológica que justifica la existencia de esas desigualdades. Ej.: el cristianismo en su conquista
de África y América, como mecanismo de legitimación; en el siglo XX, la american way of
life.
ii. Áreas Periféricas: o bien Estados muy débiles o bien sin Estado. Neocoloniales o
postcoloniales, con escasa autonomía política, económica y cultural. Producción de bienes con
poco valor añadido. Mano de obra sobreexplotada.
iii. Áreas Semiperiféricas: en medio entre las otras dos. Proceden o bien de Antiguos de Estados
Centrales degradados, o de áreas periféricas que han logrado un desarrollo político-
económico. Con ello se logra un mayor dinamismo explicativo del sistema-mundo.
iv. “Arena”: otros sistemas económicos no propiamente capitalistas, con los que la economía-
mundo capitalista mantiene relación. El capitalismo ogra ocultar su hegemonía respecto de
otros sistemas, enmascarándolo como intercambio. Mediante la arena política de Estados en
teoría soberanos, se logra que el sistema económico capitalista se afinque, permanezca en
estado de reproducción constante. La extensión de “arenas” tiene que ver también con la
eliminación de polos productivos. Ej.: capitalismo chino se aprovecha de las arenas de las
economías tradicionales cercanas, llamándolo intercambio, cunado en verdad es explotación,
que baja los precios y mejora las condiciones de acumulación del capital en su país. Libros de
Arrighi sobre China.
2. Carácter cíclico del sistema histórico: encontramos una alternancia, diferente por áreas, entre
expansión y estancamiento, producto de las contradicciones de este sistema; es una forma de
contención de este sistema al mismo tiempo que permite su expansión (“destrucción creativa”). Ciclos
de Kondratief, de cincuenta o sesenta años, en los que las fuentes principales de beneficio se alternan,
la economía productiva y la economía financiera. Los ciclos se deben a cuatro elementos.
i. Tendencia permanente de la relación capital-trabajo a la mecanización (de capital variable a
capital fijo), que lleva a reducir costes de producción, pagar salarios inferiores.
ii. Creación de actividades de tipo central (ciclos industriales)
iii. Intensificación de la lucha de clases, que actúa de manera contraria a esa mecanización. Allá
donde la mecanización supone una bajada de salarios, la lucha de salarios supone un aumento.
Pero el ascenso de los salarios en el centro repercute en la renivelación a la baja de los salarios
en la periferia.
iv. Extensión de los límites exteriores de la economía-mundo, sobre arenas exteriores y sobre
aspectos interiores.

También habla de ciclos hegemónicos, que representan el ascenso y declive de los Estados
Centrales, que llevan a una reestructuración de la economía mundo capitalista. La hegemonía de un
Estado Central es económica, financiera, pero también política y cultural, está legitimada sobre la
imposición cultural sobre el resto. Estos ciclos son bastante breves, porque el Estado pierde fuerza y
otros la ganan.

71
3. Características permanentes del sistema mundial: existen una serie de estructuras institucionales que
permanecen:
a. las clases, tendencia a la polaridad entre propietarios de medios de producción y
subordinados, con una categoría intermedia, los semi-propietarios
b. las comunidades de consumo, entidades que a lo largo de una generación van reuniendo
de un fondo común los ingresos de una institución (familias…); varios tipos: semi-
proletarias (típicas de áreas periféricas, toda la familia puesta a producir, en términos de
explotación), proletarias (a largo plazo, tienden a percibir ingresos en forma de salarios
que se asemejan cada vez más a los costes reales de producción à se benefician en gran
medida del propio proceso de la economía-mundo, de ahí la tendencia permanente de
mecanizar la producción), burguesas (maximizan el uso del capital y utilizan la estructura
familiar como un mecanismo para evitar la redistribución; figura del heredero,
concentración de la herencia)
c. los Estados, el esfuerzo de la burguesía por obtener ventajas competitivas ha generado una
tendencia a crear Estados fuertes, los cuales permiten limitar y moderar las demandas
económicas del factor trabajo, pero también permiten moderar el mercado mundial,
competir eficazmente contra otras burguesías e incluso, ya en términos imperialistas,
incorporar nuevas zonas a esta economía mundo.
d. los pueblos, se convierten en naciones18 en la medida en que se reconoce el control o el
derecho a controlar los Estados, de ahí el ciclo de creación de pueblos y naciones en el
siglo XIX y XX. Es ahí donde encontramos las resistencias al sistema de imposición de la
economía-mundo; pueblos frente a sistemas inter-estatales; clases frente al Estado que
modera salarios. En el entorno de clase, pueblo y nación podemos encontrar las
resistencias. Los movimientos anti-sistema, dada la estructura política del sistema-mundo
en estados soberanos, se han visto obligados a tomar el control del Estado-nación, lo que
hizo que muchos de ellos fueran ineficaces para transformar estructuralmente el sistema.
Es inabordable o inatacable desde el punto de vista político, pues es una unidad
económica: la Revolución Rusa permitió controlar el poder político, pero no destruyó el
sistema económico mundial. La política no puede abordar la unidad que ha conseguido la
economía. Wallerstein insistía en que la contradicción fundamental de la concentración de
riqueza y la naturaleza social (participa toda la sociedad) haría que muriera de forma
natural el sistema. Ahora se plantea que el colapso ecológico va a ser el que va a exigir el
fin de este sistema.

Otro autor de esta corriente neo-marxista es Perry Anderson (1938-). Director de la New Left Review. Su
obra se agrupa en dos campos diferenciados. Uno sobre la polémica teórica política y otro especializado en la
historia de los modos de producción. En el primero mantiene un debate con el marxismo de la época,
Consideraciones sobre el marxismo occidental (1976), en un repaso de lo que el siglo XX ha producido de
crítico o renovador del marxismo clásico. Otra obra es Spectrum, analizando los conceptos básicos de la
política liberal, sobre la teoría de la justicia de Rawls.

En el segundo destacan dos obras de 1974: Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo y El Estado


absolutista. El primero es casi un prólogo del segundo. En el primero se toma como punto de partida el modo
de producción esclavista, indagando sobre el mundo político, social y económico grecorromano, para
plantearse la pregunta siguiente: ¿por qué el feudalismo sólo se da en Europa Occidental? Cuestiona el
feudalismo en Europa Oriental debido al Imperio Bizantino. La degradación del esclavismo lleva al feudalismo

18
Nación: unificación desde el punto de vista político del pueblo con el Estado, logrando autonomía política respecto de
otros Estados.

72
en Europa Occidental; la degradación del feudalismo también explica la singularidad europea respecto del
capitalismo, como único sitio donde el capitalismo no surge del capitalismo (inducido por otras áreas).Los
aspectos ideológicos en la transición del feudalismo al capitalismo legitiman básicamente la degradación
económica del feudalismo en su camino al capitalismo; son acompañantes, pero no las causas explicativas
últimas de la aparición del feudalismo. No obstante, en El Estado absolutista, ya no encontramos un modelo
determinista, pues cuestiona el modelo marxista clásico mantenido desde 1868 en El manifiesto comunista,
profundamente eurocéntrico en la identificación de modos de producción europeas con modelos de sociedad.
El Marx tardío plantea precisamente el recurso al modo de producción asiático, escapando en parte del
eurocentrismo. Siguiendo esta auto-enmienda de Marx, Anderson analiza los siglos XVI y XVII y descubre
que el aumento del poder político del Estado monárquico viene acompañado por una degradación de la
capacidad de los nobles respecto de la tierra, pero también la creación de la propiedad privada absoluta. Esta
garantía de la propiedad privada absoluta por parte del Estado va a ser fundamental para el capitalismo
posterior. Aquí, en efecto, invierte las relaciones causales fundamentales del marxismo, un elemento jurídico
de la superestructura va a ser lo que produzca el cambio de modo de producción. La propiedad privada ya
existía en el derecho romano, pero no era absoluta: cierta separación entre la propiedad y la posesión, que
permite que puedan pasar al Estado. El Estado Absolutista unifica propiedad y posesión, con garantía estatal,
y ello supone una piedra fundamental para la posterior economía capitalista.19

CRÍTICAS A LOS NEOMARXISTAS

- Capacidad de utilizar la historia como gigantesco lugar de experimentación de teorías “de largo
aliento”, que buscan causas profundas. Problema de que el protagonista de la historia deja de ser los
seres humanos, son macroestructuras que se mantienen a lo largo de siglos, donde los agentes sociales
son secundarios (sobre todo en Wallerstein). Ejemplo: el debate Brenner, propio del marxismo de los
años 70, que busca aclarar la transición entre feudalismo y capitalismo y la singularidad europea;
Robert Brenner, un economista, defiende que han sido las masas campesinas e lucha de los siglos XIV
y XV las que agotaron por entero el modo de producción feudal, y ahí se encuentra la transición;
Wallerstein, sociólogo, defiende como factor fundamental las fuerzas productivas, las estructuras, y
no la movilización de masas.

El último autor de la sociología histórica que vemos es Norbert Elías (1897-1990). De origen judío, nacido
en el Breslau alemán. El proceso de civilización (1939). Que un judío en el exilio, justo antes de la Segunda
Guerra Mundial, escriba sobre la civilización es bastante chocante. Estuvo en la I GM, se vio obligado a
exiliarse por el ascenso nazi y vio morir a su familia en Auschwitz. Exiliado permanente, carrera académica
inexistente. Eligió el tema de la civilización porque en cierta forma nos ejemplifica el equilibrio de Elías entre
el compromiso y la indiferencia; parece que se deja llevar por los acontecimientos de la época, da respuesta a
ellos, pero evita las evaluaciones morales, atendiendo más a la explicación del proceso de civilización. La idea
fundamental es comprender qué es en realidad esta civilización, pero sin reificarla y tampoco deleznarla: ni la
forma más avanzada de conducta, ni tan deleznable que esté condenada al hundimiento. Frente a Weber, no ve
la civilización como la progresiva racionalización del mundo, pero tampoco como algo profundamente
negativo. Busca comprender los cambios a largo plazo.

Plantea que hace falta una sociología distinta, que sea “relacional” (poder como relación entre individuos),
radicalmente “procesual” (procesos históricos a largo plazo) y del “desarrollo”. Escribe para un público culto
que pueda entender este tipo de cuestiones, pero no para la academia, evitando las disquisiciones propias de

19
Estado español en siglo XIX: desamortizaciones de Mendizábal y posteriores unificaron los criterios de propiedad y
posesión. Grandes extensiones “de manos muertas”, que eran bienes comunales, donde no había un propietario en sentido
estricto, pero cuya posesión estaba circunscrita a un grupo para que lo utilizara. Permite también que sean vendidas y
compradas sin ningún tipo de trabas.

73
ésta última. La formación de Elías es la de médico y, aunque se dedica a ella, mantiene su atención por la
filosofía y la sociología. Se nota su mirada médica analítica que despieza las cosas: cuestiona los a prioris, las
nociones dadas por hecho, que en verdad forman parte de un conjunto de procesos sociales a largo plazo. Evita
las dicotomías del campo académico: individuo-sociedad, biológico-sociológico, mente y cuerpo, actor y
estructura. La critica y afirma que se han extendido desde el renacimiento en la academia a partir de los
procesos de sociogénesis y psicogénesis.

El proceso de civilización. Su escritura es poco académica, no plantea argumentos lógicos que arrojar contra
otros, no se inscribe en las polémicas al uso, sin tener que responder a unos y otros. Para otros críticos, su obra
es poco teórica, pues no elabora conceptos puros. Es más bien una simbiosis entre investigación y teoría: la
propia investigación empírica en términos históricos es también su construcción teórica. Evita polémicas entre
los teóricos y los empiristas, por ser poco productivas y que no llegan a ningún lado. Propone integrar teoría
investigación, dirigido a un público culto pero exigente, que obligue a estos repensar los a prioris. De ahí la
perspectiva racional y el uso de tiempos largos.

Comienza con un debate entre los términos de cultura y civilización; el concepto de civilización es muy
particular. Le interesa cómo los procesos de cambio en la estructura psíquica humana están interrelacionados
con los procesos de transformación en las relaciones sociales. Para ello utiliza las tipologías y modos de
etiqueta, los modos de comportarse con los otros. Elige un libro escrito por Erasmo Sobre la urbanidad de los
niños, enseñanzas de modos de comportarse para los niños de clases altas. La elige porque está en medio de
dos eras: entre la Edad Media y el Renacimiento. Por eso está lleno el libro de “antes se hacía así, y ahora se
hace asá”. De esta manera establece los cambios graduales en las expectativas de comportamiento (mesa,
relaciones con los demás, forma de experimentar las emociones o funciones corporales…). Lo que esboza
Erasmo es una imagen de la vida social en la Edad Media como una conducta que, en comparación con las
sociedades del momento, era asquerosa o desagradable. Ej.: orinar en cualquier lado vs. controlar la higiene
de las letrinas; uso de platos individuales vs. plato común; no lavarse las manos (mugre como protección del
cuerpo) vs. lavarse las manos antes de comer. Al establecer lo que está prohibido hacer, también se habla del
sentido común de una época. No existía el pudor en la Edad Media: la desnudez no era una cuestión
vergonzante; gente que iba desnuda a lavarse a los baños públicos; ropa interior es blanca, porque es la única
que se puede lavar (cociéndola, no había jabón); monarcas realizan el coito en público; trono=cagadero, porque
el rey tenía que mantenerse horas y horas atendiendo a sus súbditos. Todos estos aspectos del comportamiento
que empiezan a considerarse desagradables y se apartan de la esfera social, nos hablan de un proceso, no de
racionalización, sino de restricción de la conducta, mediante la transformación del comportamiento humano
en púdico.

Entonces, qué restricciones morales había en la Edad Media; pues múltiples. Para los monjes, no hablar,
comer o tener sexo. Para los nobles, la indulgencia es absoluta, comen todo lo que pueden, durante días enteros.
Lo que hay es contrastes absolutos en las restricciones. El proceso de civilización llevará a una eliminación de
los contrastes, a una estandarización de la auto-restricción del comportamiento humano.

Psicogénesis y sociogénesis explican el proceso de restricción del comportamiento. Los cambios en el


comportamiento no se pueden explicar en términos de salud e higiene, o de religión y respecto, sino más en la
relación subyacente entre las relaciones sociales. Ejemplo: calzada en la Edad Media, hay que estar presto para
el combate, todo es potencialmente hostil; ahora, en cambio, la única forma de sobrevivir es literalmente
mantener una actitud de extrema corrección con todos los demás (por ejemplo, en el tráfico de coches), de
autocontrol absoluto, sin apelar a los instintos más básicos. Esta analogía demuestra como el tipo de
personalidad de la edad media (dispuesta a defenderse, presta a sus instintos, profundamente emocional) tiene
que ver con una época donde la violencia no está monopolizada legalmente por nadie. Lo que ha ocurrido en
el proceso de civilización es que han sido los Estados los que se han apoderado del monopolio de la violencia

74
y los impuestos. Lo que era una violencia personalizada en la Edad Media, ahora es una violencia
despersonalizada, que obliga a utilizar una figura intermediaria (instituciones del Estado) para mediar los
conflictos. Solamente es posible ese tipo de control si existe un control estructural por parte del Estado. Todo
el esfuerzo que ha permitido controlarse de manera civilizada finalmente nos permite entenderlo como un
control que funciona de manera autónoma (control individual, psicogénesis; y control social, ahora estatal,
sociogénesis). Ahí aparece el pudor o la vergüenza ajena.

A través del proceso de civilización, Elías descubre que la gente por ejemplo en la Edad Media mantenía
una relación diferente a las de ahora. Lo que no se había constituido es el muro invisible de afectos que
establece la separación del tú y el yo. Este muro invisible de afectos supone una experiencia de participar la
gente en el mundo occidental actual. Es decir, hay un sentimiento de separación entre un yo y un tú. Este
también existe en los científicos sociales, por lo que para ellos es natural tratar los aspectos de forma
dicotómica. Esto tiene que ver con la propia formación de los sujetos en occidente. Científico social: ¿cómo
puedo yo, aislado, conocer algo del mundo exterior? (limites, caparazón…) Esto sería lo que él describe como
el HOMO CLAUSUS. Deberíamos contemplar a los demás como individuos abiertos, sin un yo cerrado. Por
tanto, con una perspectiva que englobe la interdependencia. Esto nos permitiría comprender mejor la vida
social y superar los debates anteriormente mencionados. Ejemplo: tema del poder. Si mantenemos esta
perspectiva de límite, el poder es una propiedad. Es algo que se tiene y se da a otro. Si optamos por la
perspectiva de HOMBRES ABIERTOS, interdependientes; descubrimos que el poder es una relación. En
cualquier caso, las necesidades con respecto a uno o a los otros (seguridad, alimento…) son relaciones. Nunca
existirá un poder absoluto de una persona con respecto a otra, sino que nos encontraremos con ratios de poder
(relaciones). No ocurre por tanto el hecho en el que alguien tenga todo el poder y el otro nada; ya que, aunque
se dan desigualdades, estas se basan en relaciones.

Ej.: Los juegos se basan en modelos de la vida social. En el nivel más simple del juego, podemos comprobar
el carácter relacional entre dos personas (ajedrez: maestro vs. novato). Se puede decir que el primero tiene un
control de los movimientos del segundo (relación de poder). Pero, aunque el novato tenga que orientar su juego
prescrito por el maestro, sus jugadas también determinan en parte las que pueda hacer el maestro. También
hace depender al poderoso de sus propias jugadas. En este sentido, aunque exista mucha diferencia de nivel,
ambos jugadores son interdependientes à no existen relaciones absolutas de poder. Si el maestro juega con
más gente, esta determinación que hace sobre el juego de los demás es mucho más débil, ya que debe dividir
esa determinación en muchos jugadores à es más interdependiente. Si además se realizara una alianza de todos
los jugadores contra el maestro, se daría aún más interdependencia mutua.

Estas redes de interdependencia es lo que Elías conoce como figuraciones: red de interdependencias que
acaba produciendo un juego ciego, desconocido, opaco, para todos y cada uno. Nadie posee el poder por entero.

Ej. 2: deportes. Fútbol. 2 equipos compuestos de jugadores (división del trabajo, conocimiento…). De esta
forma, ningún miembro del equipo es capaz de determinar los movimientos de las jugadas. La cosa se complica
si atendemos a la existencia de otros actores: árbitros, aunque no jueguen directamente. La posibilidad de
prever el juego no es posible para nadie, siendo algo opaco, que está por encima de ellos.

Ej. 3: deporte donde no solo existan contendientes y reglas sino también niveles. El juego en su conjunto
se convertiría en opaco.

Es así como Elías trata de explicar qué es lo que ha ocurrido en el proceso de civilización: redes de
interdependencia aumentan sin que exista una voluntad implícita para llevar a cabo la imposición de este tipo
de reglas. Es ridículo mantener el principio explicativo del hombre cerrado, ya que nadie acaba teniendo una
perspectiva de la sociedad como consecuencia de estas interdependencias que condicionan nuestra actuación

75
(como consecuencia de las actuaciones de otros). La idea de la figuración tiene que ver con ese nexo cambiante
de interdependencias.

Si aplicamos esta idea, la perspectiva que se nos abre es completamente histórica. La red de consumidores,
productores, recolectores, médicos, enfermeros, juristas, políticos…. que actúan con respecto al tabaco se
relacionan en una serie de redes de interdependencias donde nada es accidental. Todos estos elementos (como
la cantidad de nicotina) tiene que ver con estas redes. En términos a largo plazo, históricos; la adicción tiene
que ver con otros procesos sociales y no solo biológicos. El tabaco ha sufrido cambios: un proceso de
civilización. Este proceso ha influido en los hábitos que se tienen con respecto al mismo. Desde una perspectiva
sociológica esto tiene un efecto más amplio: estabilización de los efectos del consumo.

La sociología procesual que mantiene Elías ayuda a entender este tipo de procesos, y cómo estos dan lugar
a un tipo determinado de elementos, tendencias… basados en multitud de factores.

CRÍTICAS

- Proceso de civilización de Elías no da cuenta de fenómenos contemporáneos: guerras mundiales,


genocidios étnicos… Elías responde que no se ha entendido bien lo que él afirma que es el proceso de
civilización. Defiende que estos fenómenos vienen a corroborar el proceso. El proceso de civilización
no tiene un final normativo, más bondadoso o humano. Es un proceso basado en el aumento del
autocontrol y la interdependencia. Ello explica que las sociedades modernas sean más capaces de
exterminar poblaciones. Es perfectamente plausible civilizar las formas de violencia que hagan de la
violencia y la muerte algo mucho más eficaz.
- Toda esa moda de informalidad que encontramos en el siglo XX se contrapone con el aumento del
pudor y el autocontrol. ¿Se da una contracorriente hacia menos pudor? Elías responde que esta
aparente liberación se da en una sociedad donde ya existe un alto grado de restricción, donde las
personas están seguras de que cada una de ellas está refrenada por un autocontrol fuerte. La desnudez
no supone un estímulo, se da por hecho el autocontrol en los otros. La informalidad es posible porque
ya están controlados: “un descontrol altamente contralado de los descontroles emocionales”. Se
observa en el comportamiento, pero también en objetos (ej. desarrollo de la cubertería, proveniente de
Oriente, que incorpora una manera distinta en el acto de comer; reducción de la variedad de comidas,
simplificación de la comida, secuenciación o ritualización; ¿contracorriente en las hamburguesas? No,
se vuelve a la “barbarie” porque el control ya ha sido establecido). El torneo, el primer deporte que
existe, donde se imita la guerra solo por parte de los expertos de la guerra, la clase noble: de él
descienden todos los deportes que siguen considerándose nobles, como el polo, la doma y la
equitación, o el boxeo en su origen. En los deportes burgueses hay mucho más autocontrol: individuo
contra individuo, o contra uno mismoà establece en sí mismo el límite básico de la superación. El
deporte proletario es el que se juega en equipo, con una mínima división del trabajo interna. En el
fútbol se siguen utilizando términos bélicos, dos frentes que se van distribuyendo en torno a un
objetivo, utilizando lenguaje bélico. Hay deportes que son una mezcla entre lo burgués y lo proletario:
en equipo, pero con muchísima reglamentación, que surgen en los campus universitarios del siglo
XIX, como el rugby. No solo es la ritualización de la guerra y la violencia en su realización, sino
también en todo aquello que rodea al deporte: arranques emocionales excesivos, descontrol de
personas adultas serias, comportamiento gregario… Toda esa violencia simbólica quedaría
atemperada por las restricciones civilizatorias. El proceso de civilización permite este tipo de aparentes
excepciones.

76
El proceso de civilización no es inevitable. Tenemos muy poca capacidad de conocimiento respecto de los
procesos sociales. Elías solo intentaba construir algunas islas de certeza en un océano de ignorancia, propiciado
por la sociología de la época, especialmente la teoría estructural-funcionalista.

Todo el proceso civilizatorio en Occidente se ha extendido a través de la vida cortesana, a través de la


imitación de sectores cercanos a la corte (burguesía), y luego de estos por los sectores populares. En China,
también se dio este proceso a partir de la vida en la corte, que servía a un propósito diferenciador. En una
sociedad tan jerárquica como la de la China imperial, se imitaba rápidamente lo que sucedía en la corte por
parte de todos los estratos, aunque siempre matizados por el contexto.

TEMA 7: SEGUNDA GENERACIÓN DE LA ESCUELA DE FRANKFURT

Jürgen Habermas y la teoría de la acción comunicativa. Los intereses del conocimiento. Las crisis de la

sociedad capitalista avanzada. Acción comunicativa y acción estratégica. Sistema y mundo de vida en la

teoría de la acción comunicativa. Escritos éticos, políticos y jurídicos. Claus Offe y el fin de la sociedad

del trabajo. Hacia una definición del mercado de trabajo. Problemas de legitimación del capitalismo

moderno y movimientos sociales. La política administrativa del Estado del bienestar. Análisis de los nuevos

movimientos sociales.

Parten del marxismo pero están mucho más alejados de él que la primera generación. Desde la perspectiva
marxista se suele entender la sociedad y el progreso a partir de la lógica del desarrollo capitalista. Marx plantea
siempre el carácter contradictorio de este desarrollo, su carácter dialéctico, que lo lleva a una crisis constante:
carácter cíclico de los procesos económicos. La esperanza del marxismo es que estas crisis periódicas lleven a
la destrucción de este modo de producción. Sin embargo, su pervivencia en Occidente y la degradación del
socialismo real en totalitarismo han planteado graves problemas a la teoría marxista. Para algunas vertientesd
el marxismo ortodoxo, esta supervivencia se explica sobre todo por la capacidad que tiene el capitalismo de
asumir sus propias contradicciones, y respecto al fracaso del socialismo real se entiende que se deb a
circunstancias históricas y contingentes que no alterarían la teoría marxista.

La segunda generación de la Escuela de Frankfurt tratará de cuestionar estos modelos ortodoxos del
eurocomunismo y el PC francés. Van a estudiar el concepto de crisis y las implicaciones que ha tenido
históricamente, para entender qué es el capitalismo tardío/postindustrial. Es un capitalismo en crisis
permanente sin que eso suponga su agonía o desaparición. Estos neofrankfurtianos se oponen también a las
teorías pseudoliberales que afirman que la existencia de un mercado autorregulado ha permitido usperar las
dificultades económicas. Más bien, los neofrankfurtianos afirmarán que se han dado cambios estructurales en
eql capitalismo tardío, sobre todo la importancia que el Estado adquiere en la regulación de las crisis
capitalistas. Así estamos ante un capitalismo regulado y organizado. De hecho, el capitalismo que surge tras
la IIGM, con la economía keynesiana y Estado del Bienestar está primariamente regulado por el Estado, la
política de gestión pasa a un primer plano.

El término crisis es importante porque conlleva un tipo de desarrollo específico, inseparable del proceso de
explotación, en la dialéctica entre beneficio y explotación económica. Esta nueva generación de la escuela de

77
Frankfurt va a ampliar el alcance de esta dialéctica, pues entenderá que no afecta solo aspectos económicos,
sino también políticos, sociales y culturales. No va a privilegiar tan solo la infraestructura económica y sus
crisis, sino también las otras crisis, políticas, culturales y sociales. Tienen una gran capacidad de síntesis entre
diferentes tradiciones intelectuales, desde diferentes países. Jürgen Habermas es el mejor ejemplo de esta
armonización entre paradigmas explicativos completamente distintas, como puede ser el paradigma dialéctico
con el paradigma estructural-funcionalista de Parsons, y también con un lenguaje que procede el giro
lingüístico de la filosofía analítica anglosajona. La crisis es una crisis de integración social, término típicamente
parsoniano, que estaría unido a un modelo nuevo que es la teoría de sistemas. Se entiende como crisis sistémica,
entendida como el desajuste que existe entre las instancias institucionales y las demandas de organización de
la propia sociedad. También se apoyarán en la sociología fenomenológica, especialmente en el término de
“mundo de vida”: incapacidad del neocapitalismo organizado por el Estado para adaptarse a las necesidades
de la población, incapacidad de los sistemas institucionales para adaptarse a las demandas del mundo de vida
de la gente.

Plantean que no existen actores aislados en sentido estricto, y se centrarán en la intersubjetividad del mundo
de vida, que coopta las expectativas del sujeto. Frente al modelo de la conciencia aislada autoproducida, se
incidirá en la conciencia dialógica. No hay conciencia que se autocrea, es un diálogo permanente, que se apoya
en un lenguaje ya construido previamente. Siempre hay construcción intersubjetiva. La objetividad o las
estructuras sistémicas será la otra cara del mundo de vida. Subjetividad y objetividad serán entendidas como
perspectivas analíticas para acercarse al mundo de vida. No existen las oposiciones entre objetividad y
subjetividad, entre sociedad y sujeto…

Estas crisis o contradicciones del capitalismo tardío representan una incapacidad e ineficacia de regulación
de las soluciones que el capitalismo ha adoptado. Habermas tiene una vocación más filosófica, Offe más
sociológica.

JÜRGEN HABERMAS (1929-)

Nacido en Alemania, discípulo de Adorno. Ha logrado todo en el mundo académico y paracadémico. Estilo
especialmente difícil, que asume que el lector ya conoce todos los supuestos teóricos de los que parte. Increíble
capacidad de escritura (50-60 libros, en complejidad creciente).

En Conocimiento e interés (1968) se plantea establecer una taxonomía de todos los modos de pensar. Parte
del supuesto que todo modo de pensamiento está ligado a un interés. [COPIAR TABLE MATRIZ] A su vez
delimitan espacios fundamentales de la existencia social humana. Hay un cierto criterio histórico en la
aparición de los estilos cognitivos. Habermas reconoce que este programa tiene varias inadecuaciones
principales o fallos, cuya superación dará lugar a la Teoría de la Acción Comunicativa. Fallo:

- Se mueve en una filosofía de la consciencia de un sujeto autoconsciente. Este sujeto es superado a lo


largo del siglo XX, debe superarse por una perspectiva dialógica. Mediante el giro lingüístico de la
filosofía, afirma que no existe una conciencia en sí (cogito cartesiano) o monista, sino que se construye
en la intersubjetividad. Todos los elementos pensados o sentidos son filtrados por el lenguaje, por
significados preconstruidos. Por ello es importante el estudio de las circunstancias sociales en las que
surge la comunicación (luego desarrollo político e torno a la democracia deliberativa y las condiciones
de habla).

En Teoría de la Acción Comunicativa [leer resumen campus virtual] se plantea el cambio ontológico de la
filosofía del siglo XX. La filosofía clásica se centraba en el ser o en el conocimiento. La filosofía analítica
insiste en el paradigma lingüístico, rompiendo con el modelo centrado en la consciencia, en el cogitum, y
también el esquema sujeto/objeto de distanciamiento entre ambos. Con la conciencia dialógica podemos

78
entender esta distancia como bastante relativa, se da un sujeto que utiliza el lenguaje como medio para la
comprensión de otros sujetos: sujeto investigador se pregunta sobre sujetos investigados, no el esquema sujeto
estudia objeto. Habermas cuestiona radicalmente a Marx, pues considera que el problema antropológico del
marxismo es entender al ser humano como producto del trabajo, y no como producto del lenguaje. Lo
importante de la humanización no es tanto la interacción con la naturaleza como el lenguaje. Hablar de lenguaje
no es hablar de esencia, sino de cómo éste opera a través de procesos cooperativos de interacción. El lenguaje
es siempre una interacción compartida, donde ni siquiera la conciencia individual se reproduce a sí misma: no
hay relación sujeto-objeto, la idea de reflexión se desarrolla a partir de la intersubjetividad. Cualquier tipo de
conciencia individual se produce a través de una interacción participativa con los otros. En este libro intenta
reconstruir la teoría crítica a través de este paradigma de la comunicación.

¿Es para Habermas, entonces, todo lenguaje? No es así. Pero todos los fenómenos sociales están siempre
lingüísticamente mediados. Del uso del lenguaje se derivan los componentes básicos de comprensión de lo
social, pero también de él se derivan potencialidades muy importantes de transformación de las realidades
sociales. En el lenguaje se encontrarán los fundamentos de una teoría emancipatoria de las sociedades.

El giro lingüístico de la filosofía analítica lo complementa con un giro pragmático: qué hacemos con el
lenguaje. Mediante el lenguaje podemos identificar ese tipo de racionalidad intersubjetiva que permite
coordinar y reproducir procesos sociales tan cotidianos a todos los niveles, como son la socialización, la
integración social o la legitimación. Esta racionalidad pragmática no tiene contenidos en sentido estricto, es
más bien formal; es además procesual; y está encarnada en las prácticas cotidianas y concretas de individuos
concretos. Se realiza, por tanto, en el mundo de vida de los individuos. Para Habermas, en este sentido, esta
racionalidad pragmática que procede de la racionalidad lingüística nos permite superar la mera racionalidad
instrumental que denunciaba la primera generación de la Escuela de Frankfurt. Ya no nos centramos en cómo
logramos las cosas, sino en cómo los seres humanos argumentamos, construimos y legitimamos nuestros actos,
y también como las normas e instituciones sociales se construyen a través de estas acciones pragmáticas. Frente
a la razón instrumental (prever y manipular), la razón comunicativa (lingüística y pragmática; que busca
consenso).

En conclusión, el tema de la razón, con Habermas, deviene en una razón sociológica: racionalidad cotidiana,
social, propia del mundo de vida; no absolutista. Está en permanente debate y búsqueda de consensos. Tiene
que ver con el sentido común o pragmático que utilizamos todos los días. La razón no es propiedad de nadie,
se construye cooperativamente a través del diálogo. Podemos verla edificada en muchos ámbitos (ciencia,
derecho, religión…), pero siempre construida a partir de la interacción cotidiana.

Lo que ha hecho Habermas es una amalgama de muchas de las teorías sociológicas, antropológicas y
filosóficas del siglo XX. No es una mera teoría de la acción, aunque la incluya, y tampoco una mera teoría
sistémica, aunque los contemple; es ambas cosas a la vez. Es su forma de superar el dilema de sujeto-estructura,
individuo-sociedad… Para Habermas, las sociedades están estructuradas en dos niveles: los niveles sistémicos
y del mundo de vida. Son en realidad dos perspectivas diferentes de lo mismo. Busca entender cómo se
complementan estas dos visiones en todos y cada uno de sus aspectos.

En las sociedades actuales hay un claro desacoplamiento entre el mundo de vida y los sistemas. Ese
desacoplamiento, que se puede percibir en los diferentes subsistemas de cada uno de ellos, tiene como
correlación específica la “colonización” del mundo de vida, la imposición de la lógica de los sistemas
estructurales sobre los diferentes mundos de vida. Ej.: en el mundo de la salud o de los cuidados, entendido
como parte del mundo de vida, pierde sentido cada vez más la idea de cuidado, porque, además de reproducirse
las patologías personales, se desconfía cada vez más de los criterios del mundo de vida para cuidarse y cuidar
de otros. Estas crisis de la razón comunicativa en el mundo de la salud son vacíos que se van llenando con las

79
lógicas del sistema. Es el propio sistema sanitario, sus criterios científicos, el que se impone en el cuidado. El
mundo de vida es colonizado por una lógica sistémica que es imposible rebatir, que se nos impone por parte
de sistemas de gestión, de conocimiento, económicos… Todos los aspectos básicos del mundo de vida han
tendido a ser colonizados por los sistemas. La única forma de resolverlo, a su juicio, consiste en retomar,
mediante la acción comunicativa o profundización en la democracia comunicativa, aquellos aspectos que han
sido colonizados: reaccionar comunicativamente con los demás, reactivando la reflexión colectiva extraestatal
respecto a estos ámbitos colonizados. Por ello alaba las nuevas reivindicaciones de finales del siglo XX que
reclaman diferentes mundos de vida más allá del trabajo, en respuesta a los ataques sistémicos contra el mundo
de vida: ecología, identidad… Con una perspectiva global del mundo de vida en defensa contra la lógica de
sistemas. La lógica de sistema también utiliza la razón comunicativa, para conseguir legitimación y consenso
a su favor, pero la utiliza para mecanismos de dominación.

Esa mejora en la comunicación, esa constitución de espacios ideales de habla, esa profundización en la
lógica democrática permitiría revertir esa colonización. Más allá del análisis marxista en torno a la alienación
o cosificación de Lukács, plantea el argumento en términos comunicativos.

En Problemas de legitimación en el capitalismo tardío (1975) comienza analizando el concepto de crisis,


cómo se ha retomado en la filosofía y el pensamiento en general, y cómo tiene un punto fundamental y fundante
en Marx, quien plantea el concepto de crisis como un elemento fundamental para la comprensión del
capitalismo. Primero, “crisis” es un término de origen médico, que indica el cambio de estado del paciente a
lo largo de una enfermedad. No se trata de una agonía, sino de una transformación, como en el capitalismo
tardío. Segundo, hablar de crisis desborda necesariamente el campo económico: mundo de vida, integración,
legitimación… Hay más aspectos importantes que son simbólicos y pragmáticos, que en última instancia la
organización de las sociedades.

El otro concepto fundamental es “sistema”, en clara disputa con Luhmann. Habermas plantea que hay que
analizar las sociedades actuales como sistemas sociales. Para que sean sistemas hay que definir los procesos
que ocurren en ellos a través de tres criterios:

- Dos tipos de intercambio en los sistemas sociales. Con respecto a su medio ambiente: apropiación de
la naturaleza externa mediante la producción. Con respecto al interior: la socialización, su carácter
socio-cultural. Apropiación exterior e interior.
- Los sistemas sociales, siendo estables, también se transforman. Alteran sus patrones de normalidad
según el patrón de las fuerzas productivas (Marx), pero también según su grado de autonomía
sistémica. Las sociedades capitalistas actuales, además de alterarse las fuerzas productivas, también
sus subsistemas tienen una autonomía sistémica. Mantener esa autonomía implica una interacción
productiva con el resto de subsistemas. Para ser más autónomos requieren aún más interdependencia:
dependencia y prestación.
- La interacción productiva con el resto de subsistemas se hace a través de un aumento de la organización
sistémica y la autoorganización interna, todo ello a través del aumento de la capacidad de aprendizaje
institucionalmente admitida. Los subsistemas son cada vez más autoconscientes, autorreflexivos,
aprenden cada vez más de sí mismos y los demás.

[COPIAR TABLA SUBSISTEMAS SOC CAPITALISTA TARDÍA]

La centralidad del sistema político-administrativo nos habla de un capitalismo regulado y planificado.


Manipula, a través de las regulaciones, el sistema económico. Tiene que ver con una evolución de los
subsistemas del capitalismo que, a través de las diferentes crisis, ha llegado a una regulación centralizada tras
la II GM. Para el sostenimiento de este gran sistema regulador se necesitan unas grandes entradas fiscales,
posibles gracias al enorme crecimiento del capitalismo tras la II GM hasta los años 70. El sistema sociocultural

80
comprende tanto las tradiciones culturales como las instituciones que dan fuerza normativa al sistema político-
administrativo. Este último genera prestaciones socio-estatales (Estado del Bienestar) que apoyan un sistema
socio-cultural en todos y cada uno de sus aspectos (instituciones como la familia, salud, educación…),
fomentando una lealtad de la masa. Las demandas que se generen en el sistema sociocultural van a ser lidiables
dentro del sistema político-administrativo, no van a salirse de lo propio al sistema. Conectando el sistema
económico y el sistema sociocultural hay ciertos determinantes pre-políticos o ideas generales acerca de cómo
debe ser la sociedad. Las estructuras de este capitalismo tardío ya es una superación del capitalismo
manchesteriano. Pero la vía de superación de este capitalismo va a ser diferente a modelos anteriores, las crisis
se van a resolver de una manera distinta. Por el carácter sistémico de las sociedades capitalistas tardías, las
crisis se van a contagiar de unos sistemas a otros, comenzando en lo económico y terminando en el
sociocultural. Es de rigor luego analizar si llevarán a un colapso o a una transformación.

[COPIAR CUADRO TIPOS GENERALES CRISIS]

Los errores en un sistema se trasladan a otro a través de sus interacciones profundas.

Crisis sistémicas: el centro regulado es incapaz de autoregular y autoestabilizar el sistema.

- Crisis económica: si capitalismo original manchesteriano había sido incapaz de una identificación de
los individuos con el mismo, el Estado de Bienestar trataron de modificar esto. A partir de los años 70
desaparece el patrón oro-dólar y se produce la crisis del petróleo (no recibir gratis Occidente los imputs
energéticos); crisis económica: produce una crisis fiscal del Estado. Sistema político-administrativo
no recibe inputs económicos para mantenerse. En 1929, la crisis es casi exclusivamente económica.
En 1973-1977 esta crisis económica se transforma en una crisis política y de legitimación. Estado ya
no puede regular por entero el mercado y ya no puede legitimarse vía prestaciones.
- Crisis de racionalidad o de regulación: por ejemplo, la impresión desmedida de dinero por parte del
Estado, medidas precarias o hasta inútiles para la regulación.

Crisis de identidad: estructuras motivacionales de los individuos entran en un conflicto insalvable con las
estructuras económicas y políticas. Los individuos, desmotivados, no se pueden identificar con las estructuras
económicas y políticas. De ahí la crisis de legitimación que puede convertirse en una crisis de motivación.

- Crisis de legitimación: lo que antes el Estado había conseguido en términos de lealtad de masa, ahora,
un Estado empobrecido comienza a ser cuestionado o deslegitimado. Estrechamiento de las diferencias
ideológicas de los años 50 demuestra cómo la lealtad de masa era tan fuerte. En los años 70 esto se
extiende debido a la falta de lealtad de masa. Las contradicciones que antes podían ser asumidas por
el Estado, ahora ya no lo son. Además, si antes la intromisión del Estado en la vida de los individuos
se hacía de manera aceptada y aceptable, ahora este tipo de intromisión se considera ilegítima. Menos
capacidad económica para entrometerse, y menos aceptable es ésta. En el ámbito sociocultural se llega
a una crisis de motivación.
- Crisis de motivación: incapacidad de los individuos de identificarse con las estructuras políticas y
económicas con las que antes se identificaban. Tiene dos aspectos. Primero, el hecho de la inaceptable
intromisión del Estado en las vidas privadas, frente a la idea de una tutela beneficiosa. Segundo, crisis
de la capacidad privatística burguesa: moral burguesa generaba las identidades a partir de la posesión
material e inmaterial (conocimiento, habitus…), un privatismo que respondía a las estructuras
educacionales, productivas…, basado en la competencia productiva entre individuos. Este privatismo
esencial burgués decae debido a la incapacidad del sistema político y económico de proveer alicientes
una vez que ese discurso ya no sirve: conocimiento y propiedad no garantizan o no añaden nada más
a la identidad. Sistema económico no da lo que promete y lo que da ya no interesa o genera identidad,

81
y sistema político no puede asumir contradicciones. La crisis de motivación también se demuestra en
la volatilidad, en la incertidumbre por ejemplo respecto a los resultados electorales.

CRISIS

• Sistema económico no produce la cantidad de bienes requerida en sentido de valores consumistas


• Sistema administrativo no aporta soluciones racionales en el grado que se requiere
• Sistema de legitimación política no produce legitimaciones generalizadas
• Sistema sociocultural no genera un sistema de motivación para que la gente se identifique con las
estructuras económico-políticas

El resultado final: los elementos más vulnerables del sistema son los menos previstos: las crisis de
legitimación y motivación. De crisis sistémicas hemos pasado a crisis identitarias.

En Facticidad y validez (1994), donde relaciona todas estas teorías con su aplicación práctica en el derecho
y los estados de derecho. Conforme a su autocomprensión de la TAC, el derecho moderno se inspira en la idea
de la autonomía. Los individuos solamente actúan como sujetos libres cuando obedecen a las leyes que ellos
mismos se han dado; leyes basadas en convicciones comunes, compartidas, obtenidas en la libre comunicación
y discusión. Cuando un sistema jurídico cobra y realiza esa autonomía, frente a las imposiciones de unos y
otros, también importa que los procedimientos institucionalizados para crear derecho e impartir justicia sean
también autónomos, logren que se de una producción imparcial de la opinión y la voluntad. No puede haber
autonomía del sujeto, derecho autónomo, sin que por tanto la idea de la democracia sea también una realidad.
Ligación estrecha entre derecho autónomo- estado de derecho – democracia. Hoy es imprescindible prescindir
de ello, pero también es imposible realizarlo. Las teorías del derecho y del Estado actúan cada vez más una a
espaldas de la otra: criterios normativistas vs. razón de Estado. Ambos cometen constantemente el riesgo de
perder el contacto con la realidad social. Las soluciones que se están produciendo no hacen más que ahondar
en esta falta de autonomía de ambos.

Triángulo realidad social – derecho – Estado. Problemas cuando se alían dos de ellos

ü Realidad social y derecho: el sistema jurídico cambia en función de casos espectaculares, del sentido
común de cada momento; el derecho, regido por lo espectacular, lo populista de la realidad social y
las noticias.
ü Derecho y Estado: alineamiento con el Estado para el mantenimiento de las instituciones, defensa del
statu quo…

Lo que propone Habermas es que se logra un cierto equilibrio, consenso o estabilidad entre los tres, que no
implique una preminencia de uno/s sobre otro/s. Es necesario la acción comunicativa, el diálogo, la interacción
comunicativa entre las tres partes, para lograr que el Estado de derecho sea democrático y justo; que utilice un
sistema normativo autónomo por encima de los intereses y confrontación de tendencias.

CRÍTICAS

- Hombre de su tiempo, que no ha vivido el totalitarismo o la guerra. Ha vivido la amenaza nuclear


continua, pero también el enorme despliegue del capitalismo después de la II GM y la problemática
de los años 70 y posterior. Esto explica que esta segunda generación, a diferencia de la primera,
difícilmente pueda ser adscrita al marxismo. Sus soluciones políticas concretas resuenan más a
socialdemocracia (profundización democracia participativa y deliberativa), aunque su teoría de los
espacios de habla puede aplicarse en muchos más ámbitos (asamblearios, por ejemplo). No habla de
salidas que no sean capitalistas, que era lo que se pedía antes: no cuestiona el Estado. Ante un mundo

82
en conflicto como el nuestro, lo que propone es la acción comunicativa puesta en práctica. Algunos
críticos lo han cuestionado como etnocentrismo de clase desde su cátedra académica.

CLAUS OFFE (1940-)

A diferencia de Habermas tiene experiencia en la investigación social empírica. En el marco de las


reflexiones modernas sobre las CCSS mantiene una posición que defiende que es imposible que exista un
paradigma único; trata de reflejar distintas perspectivas, un estado de la cuestión; hay una postura poco
dogmática en su formulación; talante integrador, más que dogmático. Parecido a Habermas, no solo en la falta
de legitimación y sintonía entre masas y dirigentes, sino en lo relativo al empleo: al analizar los Estados del
Bienestar, la idea misma de ciudadanía estaba vinculada al empleo, por parte de un cabeza de familia; relación
estrecha entre los ciudadanos de derecho y quienes tienen empleo y cotizan.

Para él, esta cuestión de la vinculación de ciudadanía y empleo es importante, de hecho, uno de los
dilemas va a ser esta cuestión; su análisis del Estado del bienestar tiene mucho que ver con modelos de crisis
en el capitalismo y sus posibles soluciones en el Estado del bienestar y las contradicciones que se van a
mantener en el seno del mismo. Junto a esta noción de ciudadanía, también hay que hacer mención a la
transformación de las movilizaciones sociales respecto a cómo se transforman los objetivos, los criterios, la
forma, etc.; aspecto importante en esta búsqueda de soluciones con un tinte socialdemócrata son cómo tomar
el empleo, que si bien nunca ha existido el pleno empleo ahora éste es un bien más escaso, y los mecanismos
de tutela del Estado del Bienestar; cómo establecer concesiones a las personas que no pueden trabajar tanto,
etc.

Es uno de los autores en los que más claramente está presente el dilema del capitalismo tardío y sus crisis.
El primer libro reconocido de Offe es Problemas estructurales de los Estados capitalistas, todavía con una gran
deuda con el marxismo tradicional, pero sin dejar de tener un cierto criterio revisionista; concede más
importancia al estado como elemento central y a otros aspectos secundarios como la ciencia y la tecnología
aplicadas al mundo laboral; se trata de una revisión paradigmática del marxismo tradicional necesaria porque
ya no se analiza un marxismo clásico, sino el tardío. Teoría del valor, la acumulación de capital, etc. Es
arquetípicamente marxista, pero esta autorrealización de capital invertido no solo es a través del mercado, sino
que precisa cada vez más la intervención estatal: nueva asignación al Estado, que es el que tiene que garantizar
la reproducción colectiva del capital, incluso actuando a veces en contra de capitalistas concretos individuales;
actúa como un capitalista colectivo buscando en última instancia la propia reproducción ampliada del capital.
Este Estado sigue siendo capitalista, aunque su actuación sea distinta y en ocasiones pueda suponer rupturas
respecto a los modelos previos de actuación de actores y el Estado del capitalismo anterior.

Más ambicioso que esta primera postura es su libro Las contradicciones del Estado del Bienestar, en el que
trata de comprender las contradicciones estructurales dentro de una sociedad capitalista donde el conflicto de
clase ha desaparecido casi completamente. Esta cuestión, que aparece en los años ochenta, es polémica; la
lucha de clases se ha visto reemplazada por una relación mucho más compleja de conflictos múltiples que ya
no solo son de clase. Esta complejidad paulatina se ve acompañada por la creciente complejidad de las
contradicciones en el capitalismo. Estos estados del bienestar como solución posible siguen siendo capitalistas,
plantean la reproducción ampliada del valor como elemento fundamental, pero ya no es posible mantener que
las decisiones económicas sean absolutamente privadas, sino que para esta reproducción ampliada del valor a
nivel de conjunto es necesario que exista una planificación que afecta a todos los factores implicados en la
producción y la reproducción; afecta también al trabajo (regulación de las condiciones laborales, resolución
de conflictos hasta el propio carácter del estado como un gigantesco patrón que emplea una actividad ingente
de trabajadores en un seno).

83
Contradicción: esta solución coyuntural contiene una contradicción fundamental, y es que el Estado
actuando como un capitalista no siempre funciona con lógicas capitalistas, por ejemplo, tiene que des-
mercantilizar20 una parte importante de la producción a través de subvenciones o créditos que antes eran
propias del mercado financiero. Este Estado ha ido generando cada vez más áreas des-capitalizadas dentro del
sistema productivo capitalista. El proceso de concentración creciente de empresas en forma de monopolios y
oligopolios de la oferta (empresas eléctricas) y la demanda (Zara o el Corte inglés) implican la ausencia de la
competencia y con la planificación que llevan a cabo este tipo de macro-empresas no existe algo parecido a la
destrucción creativa ese carácter cíclico como elemento propio de la competencia.

También Offe da importancia a las innovaciones científicas y tecnológicas, que requieren la inversión
estatal y de estas macroempresas, han supuesto un desplazamiento sistémico del capital variable al fijo; una
sustitución de la fuerza de trabajo. Si Marx ya había concebido de forma cíclica del ejercito d; ahora con la
productividad por encima de la producción las sociedades van a conocer un paro estructural, sistémico y
masivo que ya no puede ser utilizado como un mecanismo que permita la disminución de los salarios, sino que
va a ser mantenido por costes estatales.

Mecanismos que compensan los efectos autodestructivos del capitalismo tardío, pero que a su vez siguen
generando contradicciones, y nos llevan a la formación de nuevos tipos de análisis y el abandono necesario del
marxismo clásico. El Estado de bienestar es en sí mismo una de las gigantescas contradicciones como
mecanismo de compensación en el sentido de que es capitalista (producción y reproducción del capital), pero
para procurar esas disposiciones de tutela, está obligado a ser democrático, aunque solo sea formalmente.
Cómo conjugar el carácter democrático de los Estados con el capitalismo es una contradicción política, pues
no va a poder resolver indefinidamente los problemas; como estado debe dar respuesta institucional, jurídica
a las nuevas contradicciones21.

El resumen del libro es lo que se puede observar en los 14 puntos secuenciales de las hojas. La solución
propuesta por Offe consiste en que las contradicciones nos indican cuáles podrían ser las salidas; plantea que
una posible salida sería la profundización de los beneficios del Estado del bienestar, su democratización y la
ampliación de los criterios propios del Estado del bienestar. No sería un paso al socialismo, pero sí se impondría
en el capitalismo la mejora sustancial de las condiciones de vida de los individuos; que, si bien traería nuevas
contradicciones, se trataría de sociedades mucho más justas. La única solución final es el socialismo, esto es,
la organización colectiva del capital; el Estado de Bienestar es un experimento de cómo podría ser una sociedad
socialista si se llevara el primero hasta sus últimas consecuencias, y enajenándolo de sus características
actuales en bien de la acumulación de capital. La conclusión final es “nos toca convivir con las contradicciones
del estado del bienestar”.

Evoluciona hacia los análisis más empíricos sobre la vinculación entre ciudadanía y empleo, La sociedad
del trabajo, de la década de los noventa, en el que cuestiona la idea de la sociedad del trabajo en la que se ha
basado el capitalismo, ¿se puede seguir manteniendo el trabajo como criterio determinante de la identidad
individual y colectiva en nuestras sociedades actuales?

En todas las sociedades se ha de resolver de manera institucional una doble tarea: asignar la capacidad de
trabajo de los individuos en procesos productivos, y por otra, cómo repartir los frutos del trabajo entre los que
trabajan y los que legítimamente no trabajan. Se trata de dos cuestiones antropológicas que están presentes en
cada sociedad, sea pequeña o más desarrollada. A su juicio, y en línea con Marx, concibe que el modo de

20
Sanidad y educación pública son sectores des-capitalizados.
21
Estado democrático necesita otorgar derechos (pensiones, educación sanidad, seguridad), pero ello supone un lastre
para el propio mantenimiento del Estado, que necesita constantes ingresos.

84
producción capitalista lo ha resuelto a través del mercado; esto es, con la monetarización y salarización del
trabajo. El atributo añadido del mercado de trabajo es que es libre (los individuos disponen libremente de su
fuerza de trabajo para poder venderla, no hay esclavos ni siervos); esta libertad, esta fuerza de
trabajo, históricamente constituida también es libre en el sentido de que puede o no contar con la propiedad de
los medios de producción, esto es puede o no tener un aseguramiento o no de su existencia. En este mercado
de trabajo libre se rige por la oferta y la demanda, cuyo cruce da lugar a un precio justo; la solución sería
competitiva; se habla de una situación de equilibrio.

Todos estos atributos del mercado de trabajo (libre, equilibrado y justo), a juicio de Offe, son falsos, por tres
motivos principales:

1. Hay cualidades específicas de esta mercancía, que nos indican que el trabajo es una falsa
mercancía, ni se vende ni se compra como las demás. Se produce, se vende y se compra de forma
diferente.
2. Los actores de este mercado utilizan estrategias de carácter político, social, cultural, etc. Que
impiden hablar de un mercado único de trabajo en sentido estricto; se trata de una mercancía que
se vende en el mercado. Hay estrategias que dotan de irrelevancia absoluta a ese modelo
competitivo (juego de oferta y demanda)
3. Hay transformaciones de carácter coyuntural que han transformado los parámetros de la sociedad
del trabajo que indican la erosión del mercado como algo competitivo.

A continuación, nos vamos a detener en cada una de ellas.

(1). Cualidades específicas la “mercancía trabajo”.

i. En términos demográficos y educativos esta mercancía tan especial no se produce en términos


capitalistas. Hay criterios socioeconómicos que esta producción de la mercancía que es la fuerza de
trabajo es distinta y es una falsa mercancía en términos. La educación no tiene criterios estrictamente
capitalistas, educar a la gente no es educarla para el mercado de trabajo (¿cómo se explica si no el paro
sistémico?); el considera que la educación te forma sobre tu identidad y sobre la región en que habitas,
por ejemplo, que no tiene que ver con el mercado de trabajo.
ii. Esta fuerza de trabajo que se ve obligada a conseguir los medios de subsistencia a través de su venta
no puede esperar a ser vendida, sino que debe ser vendida constantemente. De nuevo aparece Marx,
que hablaba de que las propiedades comunales iban siendo cada vez más cercadas, se reducen las
posibilidades de que las personas vivan al margen del mercado; la fuerza de trabajo no puede
almacenarse como otro tipo de mercancías y esperar a ser vendida en un momento idóneo. Esta oferta
de fuerza de trabajo es muy poco elástica, es absolutamente rígida a la baja (inelasticidad de la oferta):
no puedes venderte por debajo del precio de los alimentos y otros instrumentos que necesitas para
vivir, y por tanto no se comporta como el resto de mercancías, que pueden ser vendidas.
iii. Independencia absoluta y total de la mercancía. De nuevo, la fuerza de trabajo es completa y
absolutamente dependiente; no puede no venderse.
iv. Carácter cualitativo de las mercancías. Normalmente lo que venden y compran en el mercado son
interdependientes uno de otro, y esta interdependencia marca de forma clara el hecho de que existe
una cierta relación de equivalencia o por lo menos de simetría entre oferta y demanda (el precio
mandaría el precio simétrico entre oferta y demanda). Sin embargo, esta simetría no aparece en el
mercado de trabajo. La fluidez indica que el empresario es absolutamente fluido (puede actuar en
cualquier momento, puede comprar cuando y donde quiera), sin embargo, quien ofrece trabajo no

85
puede cambiar tan rápidamente22. Poca fluidez de la fuerza de trabajo, que envejece, se degrada
(asimetría).

Podemos hablar de mercado de trabajo, pero es un eufemismo, porque lo que se ofrece en este no es una
mercancía como las demás.

(2). Limitaciones del mercado de trabajo. Las actuaciones de los actores no son puramente competitivas
(solo oferta y demanda), sino que ciertos actores mantienen un comportamiento estratégico. Capital,
trabajadores y estado son los tres actores principales en el mercado. Mirar cuadro. El trabajo respecto al capital
actúa a través de asociacionismo sindical. El trabajo respecto al trabajo actúa en términos estratégicos a través
de la adquisición de cualificaciones que implica una ventaja estratégica adquirida fuera del mercado
(educación, teoría del capital humano). El trabajo actúa respecto al capital a través de la segmentación del
mercado que ha sido practicada sobre todo por parte del capital en relación al trabajo. Estas estrategias operan
en un complejo ciclo continuo, retroalimentación, por ejemplo, la segmentación estimula cierto tipo de
cualificaciones.

Vamos a fijarnos en esta actuación estratégica del capital respecto al trabajo. Esta segmentación (monopolio,
competitivo, estatal y la fuerza residual del trabajo). MIRAR TABLA.

o Sector de monopolio (+mercantilizado, -segmentado). No hay autentica competencia de precios en


términos de pago de los salarios (empresas que se gastan mucho más en máquinas y herramientas, en
inversión que en fuerza de trabajo) y porque en estas empresas existen unos sindicatos fuertes que
llegan incluso al corporativismo que consiguen arrancar altos salarios a las empresas; no proceden de
una gran competitividad, los altos salarios en el sector de monopolio implican necesariamente bajos
salarios en el sector competitivo. Iberia es un sector del monopolio aéreo que permite que los pilotos
en este país sean los asalariados que más ganan porque es capaz de desplazar esos costes al sector
competitivo.
o Sector competitivo. Apenas existe el sector sindical, es el mundo de las PYMES, baja participación
sindical, es muy poco probable que las empresas cedan a las demandas salariales; depende del
monopolístico, depende de relaciones de poder administrativas, y el margen de maniobra de estas
empresas es escaso, de ahí que sean competitivas. La dependencia político-administrativa de las
PYMES. Dependen del Estado y de sus subsidios. Dependen de los monopolios, y del Estado, por ello
está más des-mercantilizado que el sector anterior.
o Sector estatal. Los principios organizativos estratégicos políticos priman sobre el mercado; nadie
vende su trabajo en términos competitivos, lo que existe es la lealtad; los sindicatos son incapaces de
organizar una huelga; el Estado no compra la fuerza de trabajo de los funcionarios, tiene que ver con
la lealtad. Se produce una relación político-estratégica en sentido estricto. Este tipo de trabajo se puede
mecanizar muy poco. Es muy difícil que pueda aumentar su productividad, por ello, los precios del
mercado no pueden variar según la productividad, sino que se. P. ej. La UCM se parece a las industrias
textiles, pues dedica más de un 90% a salarios a profesores, de ahí que no tengan nada con que
endeudarse porque todo va a los salarios.
o Fuerza residual del trabajo (-mercantilizado, +segmentado). Se obtiene la renta a través de la
propia existencia, y no a través. Es el Estado el que decide qué tipo de rentas van a obtener los
pensionistas, los parados y los estudiantes. Este sector es cada vez mayor.


22
En los mercados como la UE lo que se mueve libremente son las mercancías y el capital, pero no el trabajo.

86
Simplemente con analizar esta relación entre el capital y el trabajo puede concluirse que el mercado de trabajo
no es un mercado competitivo como puede ser el mercado de otro tipo de mercancías.

(3). Perturbaciones de carácter coyuntural sobre la oferta y la demanda de fuerza de trabajo.

Este tipo de sociedades capitalistas del centro de la economía-mundo se han encontrado con una situación
nueva: perturbaciones financieras, fin del crecimiento. Se pone fin a la acumulación incesante de capital, fase
que constituye una excepción en la historia del capitalismo. Estancamiento que afecta a los mercados de trabajo
nacionales que a partir de los 70 supuso esa crisis de empleo de por la saturación de los mercados de masas.
Hay que analizar esa transformación de los mercados con el incremento de la productividad en el trabajo en
los años 50, 60 y 70, que tiene que ver con una reorganización laboral, así como con innovaciones tecnológicas.
La productividad se incrementa por encima de la producción y de manera sistemática aparece la liberación
sistemática de fuerza de trabajo (se prescinde de trabajadores). Marx ya había hablado de los ejércitos de mano
de obra de reserva, pero ahora el desempleo se hace estructural, sistemático y permanente, es masivo, que
supone la necesidad de solventar la situación de los desempleados, pero no bajando el salario sino con
actuaciones estatales o corporativistas. De nuevo contamos con otra dimensión de la erosión del supuesto
mercado de trabajo.

El empleo es un bien escaso, lo ideal en estos modelos de planificación de estatal es la repartición del
empleo que se aproximaría a la idea de la renta básica universal, una propuesta bastante socialdemócrata.

Por último, a Offe le interesa comprobar cómo en efecto el antagonismo y la movilización social ha variado
con el tiempo. Necesidad de un nuevo paradigma pues cambian los actores, cada vez más individualizados,
concebidos cada vez más unidos por elementos no materiales (la paz, el medioambiente, etc.). Los modos de
actuar son distintos, más reivindicativos de la participación individual (valores postmateriales).

TEMA 8. REVITALIZACIÓN DE LA TEORÍA SOCIAL: LA TEORÍA


GENERAL DE LOS CAMPOS Y LA TEORÍA DE LA ESTRUCTURACIÓN.
Pierre Bourdieu y la teoría general de los campos. El sentido práctico y el mercado de la interacción. La

teoría general de los campos. La distinción. La clase construida: el momento sincrónico. Clase social y

trayectoria: el momento dinámico. Crítica de la teoría neoclásica y concepto de habitus. Anthony Giddens

y la teoría de la estructuración. La ruptura con el consenso ortodoxo. Crítica del análisis estructural y del

individualismo metodológico. La teoría de la estructuración y sus consecuencias.

PIERRE BOURDIEU (1930-2002)

Su obra no es un ente completo, sino un modus operandi, que va transformándose a lo largo de su biografía
intelectual. Desde el punto de vista pedagógico hay dos fases:

- Confección de sus herramientas teóricas: más “creativa”, acuñando nuevos conceptos y enfoques.
Rigor lógico de estos conceptos junto con su prueba empírica. Es la fase que vamos a tratar.

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- Aplicación de los conceptos para otros campos para los que no fueron concebidos inicialmente. Le
permite abarcar todo tipo de terrenos (filosofía, lingüística, televisión…). Menos creativo, más
ensayista y empírico.

En esa primera fase aborda tres ámbitos: la antropología-etnología, educación y los hábitos culturales de
consumo.

Vertiente antropológica

Trabaja en Argelia, practicado encuestas encargadas desde la metrópoli para el territorio colonial. Se da
cuenta de que no funcionan, son una herramienta muy tosca no aplicable a los campesinos argelinos. Busca
cambiar estas encuestas: Sociología de Argelia (1958), muy estructural-funcionalista todavía; las sociedades
no cambian por aspectos internos, sino por la aculturación exterior (influencia francesa de la metrópoli). En
este tipo de sociedades precapitalistas, vinculadas a la agricultura y conceptos tradicionales de familia etc.,
están transformándose y creando un nuevo orden social. Trabajo y trabajadores en Argelia (1963):
preocupación más epistemológica, atacando el fetichismo de la estadística, reclamando un pluralismo
metodológico para hacer ciencia social. Va a establecer una nueva conceptualización, todavía de manera
precaria. Analiza la temporalidad en la que viven los campesinos argelinos, encontrándose con que actúan en
situaciones cotidianas no a través de propuestas teóricas abstractas o proposiciones finalistas, sino atendiendo
a razones prácticas basadas en la experiencia propia o ajena y que generan un tipo especial de acción sin
finalidad. Este es el primer concepto de habitus que plantea: finalidad de los individuos en sus acciones
responde a un sentido práctico, que se debe a un pasado reciente, no adherible a futurible o finalidades
explícitas; sentido práctico, no finalidad, no abstracción, concreción. Los campesinos, pues, no obedecen a los
patrones de la subjetividad y la personalidad que tienen en mente el Estado y la oposición política francesa.
Estado francés intenta inculcar una cultura capitalista en los campesinos argelinos, en la cultura del trabajo;
pero esto será fallido, el tiempo lineal que busca inculcar se opone al tiempo circular en el que viven los
campesinos. Tampoco entra en la consideración de lo que busca el PCF, que son potenciales revolucionarios;
no funciona esta consideración porque la revolución es para aquellos que piensan en futuro, pero los
campesinos no responden a esta lógica, no existe el concepto de futuro. Ni son los revolucionarios ni los
posibles obreros que se esperan desde Francia. Bourdieu llega a conclusiones distintas de las que llegaba la
sociología hasta ese momento. El campesinado felah y sus tradiciones y concepciones respecto al mundo
inhiben esos resultados. Reivindica un tipo de sociología que tenga en cuenta estos habitus. En El desarrraigo
analizará las resistencias de estos campesinos al impulso de planificación francés. La división francesa entre
ciudad y campo no existe para los campesinos, que pueden seguir siendo campesinos en un ámbito urbano. El
habitus no es una cuestión ideológica, no está planteado en términos conscientes, no es rebatible con
argumentos; es parte de los individuos, está arraigado en su corporalidad.

Cuando vuelve a Francia hace un trabajo antropológico en su Béarn natal: El baile de los solteros. Estudia
una comunidad campesina tradicional, donde el baile es el único lugar donde es posible la interacción
intersexual, conseguir pareja y generar reproducción. Bourdieu entiende que este mecanismo, aunque pervive,
se ha subvertido en la modernidad de los años 60-70. Lo importante desde el punto de vista económico son los
hombres (heredan, mueven la economía…); por eso las mujeres pueden estudiar, son más cultas y adquieren
hábitos más ciudadanos y urbanos. Ellas comprueban que sus compañeros son rudos y embrutecidos, y
terminan casándose con individuos de la ciudad. Ello termina por impedir que los campesinos varones del
campo se reproduzcan. El modelo de campesinado tradicional desaparece por la ausencia de herederos, por la
incapacidad de estos por generar reproducción, de manera paulatina vs. URSS.

Vertiente centrada en la educación

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Colaborando con Jean-Claude Passeron, se dedicará a estudiar el sistema educativo. Los herederos (1964):
si extrapolamos la lógica que rige los intercambios en el mundo escolar, podremos apreciar entonces que esta
lógica escolar acaba siendo una especie de capital. Como todo capital, es escaso, pertenece a un puñado de
estudiantes y genera una desigualdad sistémica. Los estudiantes que poseen este tipo de capital cultural que
provee el sistema escolar son los de clase burguesa. Y esto no es una cuestión gratuita: el sistema escolar en
su conjunto es el fundamental sistema de clasificación y enclasamiento de las sociedades contemporáneas,
determinando de por vida quién tiene capital cultural y quién no. Añade una nueva tipología: ya no hay solo
capital económico, sino un capital cultural de aspecto simbólico que es igualmente esencial. No importa la
cantidad que se tenga de este capital, sino la forma en que se adquiere. Importa aquí la importancia del capital
cultural heredado, aquel que estos estudiantes burgueses ya traen de sus familias, y que les permite competir
en una situación sistémica de ventaja. El sistema educativo va a sancionar o legitimar esta ventaja. Frente al
capital cultural heredado, el capital cultural adquirido, el que sistema educativo provee, no deja de ser un
capital cultural de segunda categoría, de menor valor que el heredado. Paradójicamente, el sistema educativo
no ofrece aquello que pretende dar. El excesivo academicismo y escolasticismo, el propio capital cultural que
genera el sistema educativo, se considera algo de carácter secundario. Es algo que marca a aquellos que no
pueden aspirar más que a poseer un título académico (clase media), sin capital cultural heredado. Ambos
capitales deben ser traducidos uno a otro en sistemas que son distintos: mucho dinero no implica capital
cultural; no hay traducción directa entre ambos.

El concepto de campo: pretenden unificar todo un sistema. Entender que un sistema (sistema educativo)
tiene unas reglas propias dominantes que todos los que están dentro del campo aceptan e interiorizan, aunque
les perjudiquen. Van a desarrollar investigaciones en torno a este sistema educativo francés en los años 60 Los
estudiantes y sus estudios (1964) Los estudiantes y la pintura, Relación pedagógica y comunicación. De
manera mucho más empírica se abordan las trayectorias diferentes o diversidad de éxito del sistema escolar.
Con el trabajo empírico detrás, comprueban que la trayectoria de éxito o fracaso tiene que ver no tanto con los
argumentos pedagógicos de la época, sino con los orígenes sociales de los alumnos. EL hilo conductor consiste
en que el sistema educativo promete una cosa que no da: promete igualdad, movilidad social ascendente, pero,
lejos de eso, parte de la desigualdad para legitimarla. La eficacia de este sistema educativo proviene por una
parte del sistema pedagógico, utilizando un habitus y lenguaje canónico propio de las clases dominantes (éxito
de los alumnos de clase burguesa permanecerán más tiempo en el sistema educativo, reforzando el capital
cultural adquirido, además del heredado; fracaso de los alumnos de clase obrera serán los primeros en
abandonarlo); también están imbricadas las expectativas subjetivas, pues se adecuan a lo que realmente son
capaces de hacer luego en el mundo del trabajo. El sistema educativo francés ha potenciado a la clase media,
la cual utilizará el logro académico como un criterio de distinción respecto de la clase obrera. El sistema de
expectativas, incluso el de la clase media, no será el máximo, se adecuará a lo que pueden lograr. Por ello el
incremento cuantitativo en la universidad francesa se dará en carreras propias de expectativas bajas de clase
media, las carreras de ciencias sociales.

Pero no basta con la legitimación de la desigualdad, sino que la cuestión consiste en que la desigualdad no
parezca como un producto del reforzamiento desigualitario del sistema, sino una desigualdad naturalizada. De
ahí el discurso en torno a los talentos previos. Se trata de un cierre del sistema de clasificación y enclasamiento,
dando una explicación naturalizada y por tanto falsa de cómo se produce el reparto de éxitos y fracasos, a partir
del talento. Con ello se evita explicarlos en términos sociales, de clase.

¿Quién ejecuta esta pedagogía? El profesorado ha sido seleccionado y creado por el propio sistema
educativo. Es normal que encontremos en el profesorado de manera sistémica una defensa del sistema
clasificatorio al cual está destinado esa pedagogía. El profesorado establecerá los mecanismos de clasificación
y enclasamiento. Este profesorado de clase media debe toda su potencia al sistema educativo, convirtiéndolo
en su mayor defensor. La pedagogía no es el arte de realizar una comunicación o enseñanza, sino de establecer

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una clasificación y etiquetaje (espacio de las aulas, relación profesor-alumno…), ahondando en una lógica de
la desigualdad que se considera legítima, y acaba siendo incorporada tanto por los que tienen éxito como por
los que fracasan (que lo viven como un fracaso personal, una contradicción individual).

Para plantear un antagonismo a este sistema, se debería partir del carácter clasista del sistema educativo.
Ejemplo: escuelas anarquistas de Ferrer y Guardia, educando desde la desigualdad, enseñando que los
individuos no son iguales, dirigida a un obrero militante. Ser consciente de la desigualdad de base y educar a
partir de esa desigualdad.

Les falta la incorporación del sistema educativo dentro de un sistema social más amplio, pues parece que
se autorreproduce a sí mismo y es estanco con respecto al resto. Esta resolución es la que van a tratar en su
obra más ambiciosa: La reproducción (1970), que busca entender la función del sistema educativo en el sistema
social. Una primera parte es más teórica, acuñando conceptos como el de la violencia simbólica. El sistema
educativo inculca desde el principio hasta el final violencia simbólica. También abordan cómo se reproducen
los sistemas a sí mismos y se integran en el sistema social.

- La violencia simbólica debe entenderse como el poder de imponer significados y de imponerlos como
legítimos, disimulando las relaciones de fuerza que subyacen a esa imposición. Por tanto, ello legitima
y naturaliza la imposición. El sistema educativo es un sistema de violencia simbólica en todas y cada
una de sus articulaciones. Ej.: padre izquierdista que busca subvertir el sistema burgués y obliga a sus
hijos a seguir toda la trayectoria curricular burguesa como medida de contra-hegemonía (superar a la
burguesía en su propio terreno), cuando en verdad no va a conseguir lo que busca; ha interiorizado
como legítima el sistema educativo, la lógica del dominante como único espacio de juego donde se
puede contender.
- El sistema educativo, como campo, ha logrado un alto grado de autonomía. La autonomía se basa en
los límites que el campo establece para sí mismo; en la introducción de una lógica interna dominante,
autónoma con respecto a otras lógicas existentes; que obliga a cualquier tipo de capital o componente
a ser traducido de otro campo a este. El sistema educativo francés se ha convertido en un campo social
autónomo, obligando a los elementos de otros campos a traducirse en este. El campo educativo no está
fuera del modelo capitalista, pero traduce todas esas demandas en su propio campo, además de que
produce mercancías que se traducen en otros campos (mercado laboral, por ejemplo). La autonomía,
lo que va a permitir, es una reproducción con transformaciones; transformaciones o cambios
necesarios para su reproducción. Ej. de criterio de violencia simbólica: Bolonia no es la lógica del
capital en sí, sino una traducción de ésta en el sistema educativo; el supuesto antagonismo empresa-
universidad no es tal, pues que la universidad se reproduzca a sí misma con transformaciones es la
condición de su reproducción; plantear que el dilema fundamental de la universidad es mantener su
independencia respecto a la lógica de mercado es un caso de violencia simbólica, pues disimula las
relaciones de fuerza y la legitimación de la desigualdad que se dan en la universidad; los campos se
autorreproducen precisamente porque incorporan en su campo, traduciéndolas, lógicas internas.
- Se plantea una paradoja aparente. La explicación del cambio social, como una forma de plantear una
solución o salida a esta situación, se produce a partir de la reproducción transformada y
transformadora. Esto es así porque este tipo de campos han logrado una gran autonomía, que obliga a
traducir el resto de capitales al propio campo.

El sistema educativo, en definitiva, además de ser un sistema de enclasamiento y clasificación, por su


legitimación ideológica, hace que las estructuras sociales de dominación no tengan en apariencia un carácter
tal, sino de reparto, justicia o necesidad. Consigue que no haya distancia conceptual entre lo que ofrece y lo
que da.

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Vertiente centrada en los hábitos culturales

La distinción plantea un reto respecto al análisis del consumo cultural. Estamos en una época de
“democratización” de la cultura y el consumo cultural. Los apocalípticos, la Escuela de Frankfurt, critica que
este consumo cultural deprecia la cultura convirtiéndola en un producto de consumo, haciendo desaparecer la
obra de arte. La aspiración de Bourdieu es entender a través de qué dispositivos existe ese consumo diferencial
que en definitiva genera una distinción. El gusto es clase social en sentido estricto. Va a realizar una gigantesca
encuesta de hábitos de consumo y entrevistas sobre aspectos más concretos de los tipos de consumo. Sale el
ESQUEMA DEL PAPEL. Utiliza dos tipos de capital: cultural y económico. Las diferentes cualidades de los
tipos de capital llevan a diferentes figuras en la clasificación; cuánto y cómo se adquiere: adquirido o heredado
(cultural), nuevo o antiguo (económico). Es importante analizar la evolución del capital, como en el cruce de
capital cultural y económico que supone el paso de título a profesión, para analizar, por ejemplo, cuánto hay
de cultural adquirido y cuanto de cultural heredado.

Hay un solo canon cultural. No hay culturas diversas que sean equiparables. Una sola cultura, cuya
degradación permitirá establecer los diferentes nichos de consumo cultural. Este canon va a ser establecido
por la clase burguesa. Las características de este consumo burgués son kantianas: el arte es abstracto, sin
vinculación directa con los sentidos, con distancia respecto a su fabricación. Ejemplo: música clásica,
abstracta, donde la personalidad del autor está diluida, donde no es apreciable el esfuerzo sino la creatividad.
Este modelo kantiano también se aplicará a otros aspectos del consumo cultural: estilizado, sin vinculación al
previo, centrados en la distinción respecto al resto. Ópera en vez de teatro, óleo frente a fotografía, deportes
de cultivo personal frente a deportes de esfuerzo. La clase media tiene como obsesión básica emular a la clase
alta y distinguirse del proletariado, en un constante quiero y no puedo: poster o fotografía en vez de pintura,
mobiliario estilizado pero funcional… Está fraccionada entre los que poseen alto capital económico y bajo
capital cultural, y al revés. Los de muy alto capital cultural y bajo económico (dominantes dominados) se
distinguirán estimulando el alto capital cultural, el lenguaje será hipercorrecto al hablar (frente al desprecio
por la distinción en la clase alta, que se puede permitir elegir varios estilos de vida), al ser su capacidad de
elección muy mínima; sus elecciones son una mera copia de lo que hace la clase alta. Ej.: Ikea, mezcla de estilo
y funcionalidad. La clase baja no puede elegir nada, hace de la necesidad virtud, se centra en la fuerza física y
su recuperación rápida de energía (comida grasienta); en criterios estéticos es antikantiana, nada abstracta,
totalmente vinculado al esfuerzo de su fabricación o su funcionalidad, el canon esta despreciado y no se puede
seguir.

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