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Facultad de Psicología
TESIS DE LICENCIATURA
Índice
Índice 2
Introducción 3
Planteo del problema de investigación 4
Marco teórico 5
Neuropsicología como punto de partida 5
Definiendo el objeto de estudio: las demencias 6
Los diferentes tipos las demencias y sus especificidades 6
Enfermedad de Alzheimer, el pilar más usual y estudiado 7
Sin cura, pero con herramientas y recursos 8
Imaginarios sociales y mundos posibles 9
Construyendo realidades en la pantalla grande 10
El cine y su potencial educativo 11
Metodología 19
Enfoque 19
Método 19
Muestra 20
Objetivos 20
Desarrollo 22
Los imaginarios sociales desde la temporalidad y el escenario 22
Una lingüista destacada y un caso excepcional 23
Sin diagnóstico, pero con semejanzas 25
La familia cercana y la familia exhausta 26
Identificando representantes instituidos e instituyentes 29
De la pantalla grande al aula 31
Conclusiones 33
Referencias 35
3
Introducción
Finalmente, se articula cada película con los desarrollos teóricos para esgrimir una
posible conclusión a la pregunta inicialmente planteada.
Marco teórico
Uno de los principales pilares teóricos que sostienen a este trabajo de investigación
es la disciplina conocida como neuropsicología. Se define a la misma, siguiendo a la
autora Marina Drake, como “una especialidad clínica que se ocupa del diagnóstico y
tratamiento de los problemas cognitivos, conductuales y emocionales que pueden
ser el resultado de una disfunción cerebral conocida o sospechada” (2007, p. 27).
Es decir, la neuropsicología es una disciplina de la psicología que estudia a los
cuadros patológicos partiendo del estudio del cerebro humano. Lo hace analizando
las relaciones existentes entre el funcionamiento y las estructuras del sistema
nervioso central con los procesos cognitivos-comportamentales. En este sentido, la
neuropsicología no es una disciplina que solo se encuentre en lo clínico o lo
experimental en un sentido pragmático, sino que también implica diversos
desarrollos de su corpus teórico. Dichos desarrollos se nutren de otras disciplinas,
como por ejemplo la psicología general y sus estudios sobre problemas clásicos, la
psicología experimental y su metodología de investigación, la psicometría y la
construcción de tests y los avances de las neurociencias en general. Lo que
distingue a la neuropsicología del resto de las disciplinas anteriormente nombradas,
a excepción de las neurociencias, es el utilizar la función cerebral como punto de
partida para sus construcciones teóricas (Drake, 2007).
Los cuadros que se abordan en este trabajo de investigación son los de las
demencias. Se puede hablar de “demencias” en plural porque, como explica
Osvaldo Genovese, “no designa una enfermedad determinada sino que corresponde
a un síndrome de distintas causas, siendo de curso irreversible en la mayoría de los
casos” (2005, p. 271). En cuanto a la descripción del cuadro en sí, se entiende por
demencias a “un síndrome cerebral adquirido que se caracteriza por una
disminución de un nivel previo de funcionamiento cognitivo” (Organización Mundial
de la Salud, 2019, s.d.). Se trata de un cuadro clínico caracterizado principalmente
por el deterioro de la memoria, aunque el deterioro cognitivo no se limita a esta, ya
que puede abarcar otras funciones intelectuales como la atención, el juicio, la
capacidad de razonamiento, la presencia de afasias, apraxias, agnosias y síndrome
disejecutivo (dificultades en la planificación, secuenciación, ausencia de flexibilidad
cognitiva, tendencia a la perseveración, etc.), entre otras alteraciones. Lo relevante
para el cuadro es que dichas alteraciones sean lo suficientemente significativas
como para impactar en la producción de actividades diarias por parte del sujeto.
Asimismo, es necesario para el diagnóstico que los déficits presentes no se
expliquen por existencia de un delirio y es fundamental el previo descarte de
alteraciones mórbidas preexistentes o perturbaciones del estado de conciencia.
Por otro lado, las demencias de tipo subcortical son aquellas asociadas a otras
enfermedades, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, la
parálisis supranuclear progresiva y la degeneración gangliónica corticobasal (Ríos
Lago et. al., 2008). Se le llama subcortical porque las zonas afectadas del cerebro
son la frontal y la frontosubcortical. Sujetos que la padecen suelen tener como
características depresiones frecuentes, disartria inicial, motricidad enlentecida,
rigidez postural, marcha anormal y alteraciones en las funciones ejecutivas a nivel
general. El sostenimiento de la atención es problemático (los sujetos tienden a
cambiar el foco de atención de manera veloz en cuanto a la media).
Para cerrar este breve desarrollo sobre las demencias desde la neuropsicología, es
importante explicitar que, por más que estas no cuenten con una cura por su
deterioro progresivo y lo irreversible de sus cursos (Genovese, 2005), es posible
realizar intervenciones que pueden mejorar significativamente los déficits cognitivos.
Lo anterior hace alusión a la rehabilitación cognitiva, definida por la autora Sara
Fernández-Guinea como un “proceso mediante el cual se pretende mejorar los
déficits producidos en las capacidades cognitivas como la atención, memoria,
lenguaje, etc.” (2001, p. 374). Es decir, la rehabilitación cognitiva es una serie de
procedimientos y medidas que intenta ayudar al sujeto que tenga sus funciones
alteradas a producir cambios “pequeños” pero significativos en su cotidianidad y
calidad de vida.
Por otro lado, el cine también puede ser considerado como parte de los aparatos
ideológicos del Estado y como reproductor ideológico gracias a que construye y
consolida ciertos imaginarios. Goméz Tarín, rescatando a Althusser, afirma que “el
discurso cinematográfico puede ser un vehículo eficaz para rechazar la actual
situación” (2002, p.12).
Siguiendo con esta línea de pensamiento, la autora Mar Binimelis afirma que “el cine
refleja el funcionamiento y los discursos de la sociedad en la que surge pero, al
mismo tiempo, tiene la capacidad de proyectar e influir en los comportamientos
sociales, ya sea reproduciendo lógicas preexistentes o transformándolas” (2016,
p.10). Es decir, diversas temáticas y visiones sobre dichas temáticas son
mediatizadas por aquello que transmiten los films, especialmente cuando estos
reproducen y cimientan desigualdades ya presentes en la sociedad. Sin embargo,
es justamente en el cine donde pueden surgir discursos diferentes y que permitan
transformaciones sociales. Es por ello que se puede considerar al cine como una
“poderosa herramienta” para cuestionar el tratamiento de esta temática y otras
(Binimelis, 2016).
El último pilar teórico de este apartado está relacionado con el cine y su potencial
pedagógico para los espectadores. Esta asociación se fundamenta desde diversos
análisis sobre las características propias del formato del cine y los potenciales
efectos generados por las películas en quien las observa. La principal vía de dichos
efectos se produce a través de las emociones provocadas en los espectadores.
Los autores Russell y Waters (2014) establecen que las películas promueven el
pensamiento crítico y la toma de decisiones, permitiendo las discusiones de dilemas
morales y el cuestionamiento de valores y creencias. Por su parte, el autor Henry
Giroux (2003) define a los films como un método de enseñanza y un nuevo texto
pedagógico, el cual requiere sus propios enfoques y acercamientos. En este
sentido, el autor hace referencia a la necesidad de que tanto estudiante como
profesor tomen una postura activa frente al uso de un film como recurso
pedagógico. Por eso la autora Inés Dussel (2015) afirma que “no es tanto la imagen
en sí lo que causa cierto efecto, sino la imagen en el contexto de culturas o
regímenes visuales, de tecnologías, de formas de relación con esas imágenes”
(p.11). Es fundamental trabajar con films de una forma que exceda su simple
reproducción en un aula con estudiantes, promoviendo actividades específicas que
exijan una postura activa de todos los agentes responsables en la construcción de
conocimiento.
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Por otro lado, rescatando el estudio de Wimo et al. (2017), el coste global de la
enfermedad fue de 604.000 millones de dólares en el año 2010, mientras que el
mismo aumentó a 818.000 millones en solo cinco años. Este dato económico resulta
fundamental para poder pensar en los recursos que implican estos cuadros a nivel
nacional en cada país, a nivel macro, pero también en el constante gasto que
generan a las familias afectadas por uno o más miembros con demencias, a nivel
micro.
El rol de los cuidadores, normalmente familiares, suele ser uno con importantes
padecimientos físicos y psicológicos. En su revisión bibliográfica, Espín Falcón
(2020) afirma que la repartición de cuidados dentro del núcleo familiar suele ser
desigual, con la predominancia de la mujer como cuidadora principal. Destaca el
predominio de la angustia, el temor, la ansiedad, la ira y la desesperanza como los
principales trastornos afectivos de las personas que cuidan. Además, el autor afirma
que “el riesgo de malestar emocional es mayor para cuidadores de personas con
demencia que para cuidadores de personas con problemas físicos de salud y
muestras mixtas” (Espín Falcón, 2020, p.12). Esto lo asocia a estudios cuyos
resultados demuestran que quienes cuidan a sujetos con demencia tienen un riesgo
de mortalidad 63% mayor que de quienes no lo hacen.
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En primera instancia, la investigación de Moreto et al. (2017) rescata el uso del cine
como una herramienta posible para desarrollar la empatía. Esta cualidad resulta
fundamental para el cuidado y la relación entre el profesional de la salud y sus
pacientes. Los autores exploran el deterioro de la empatía en estudiantes de la
carrera de Medicina en una facultad de São Paulo, Brasil. En los años de
graduación de la misma, la dimensión afectiva y la empatía de dichos estudiantes se
ven alteradas con respecto al inicio de la carrera. Debido a ello, y para intentar
buscar una solución a la problemática, los investigadores establecen la importancia
del trabajo de las emociones y el reconocimiento de estas por parte tanto del
educando como del educador. Se toma el uso de películas como recurso para dicha
tarea debido a que han demostrado “resultados promisorios” (Moreto et al., 2017,
p.175) a la hora de educar las emociones y promover la empatía. Siguiendo a esto,
los autores destacan que “[el cine] provoca emociones y, sobre todo, ofrece la
posibilidad de contemplarlas, compartirlas, ampararlas en discusión franca y
honesta, abriendo caminos para una verdadera reconstrucción afectiva” (Moreto et
al., 2017, p.175). En definitiva, se destaca el potencial del cine para impactar en la
ética de los espectadores y provocar la reflexión.
En otra investigación sobre el uso del cine en ciencias de la salud, en “El cine como
herramienta en la docencia” (2013), Hernández Figaredo y Peña García realizan
una investigación cualitativa sobre el uso de cine como apoyo en la asignatura de
Psiquiatría en la carrera de Medicina de la Universidad de Ciencias Médicas “Carlos
J. Finlay” de Camagüey. En dicha investigación, todos los estudiantes reconocen
como positivo la utilización de películas para acompañar la cursada académica. Se
destaca la facilidad para comprender y asimilar temas estudiados, su uso de
referencia para rememorar elementos, e incluso la identificación semiológica de
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síntomas de los sujetos en las obras. Lo anterior resulta esencial para poder
justificar y encontrar un valor en la utilización de films para reforzar aprendizajes
sobre la salud. No obstante, los autores remarcan que una minoría de los
entrevistados tuvieron dificultades para identificar síntomas y elementos importantes
de patologías, lo cual los lleva a considerar que cada película representa una visión
artística y un libre recorte de quienes la producen.
sus cuidados. Por último, se resalta la poca presencia de personal clínico dentro del
film, fundamental para el cuidado y tratamiento de los sujetos con enfermedad de
Alzheimer.
Por otra parte, Luzinski (2021) realiza su análisis tomando un método especial para
el tratamiento y el cuidado de los sujetos con demencia a partir de una analogía con
un álbum de fotos. A partir de dicha analogía, se conceptualiza que los sistemas de
memoria de los sujetos sin demencia se asemejan a un ordenado álbum de fotos.
En él, cada foto representa un recuerdo. Cada recuerdo tiene asociado un hecho y
un sentimiento. Sin embargo, las personas con demencia almacenan recuerdos solo
con los sentimientos, sin episodios. A partir de este método, la autora teoriza que
gran parte del sufrimiento del protagonista y su red de contención se debe a una
ausencia en buscar modos alternativos de comunicación, ya que “Anthony no perdió
su capacidad de razonar o su deseo a razonar. Él simplemente perdió hechos
recientes con los cuales razonar” (Luzinski, 2021, p. 1175). El protagonista es aún
capaz de disfrutar momentos.
Cómo último aporte, Paulan Gondon (2021) escribe sobre la convivencia con su
padre (sujeto con demencia), su propia experiencia (presenta síntomas de leves a
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Metodología
Enfoque
Método
Al paradigma indiciario y al método abductivo se los utiliza en este método del cine y
las series debido a una característica clave de este último: el impacto directo e
inmediato de la imagen (Laso y Michel Fariña, 2014), el cual permite una
identificación con personajes y situaciones y un distanciamiento al mismo tiempo.
Los autores Laso y Michel Fariña (2014), por otro lado, destacan la posibilidad del
cine y de las series de plantear dilemas éticos gracias al recurso de estas
producciones. Según ellos, un buen film es capaz de introducir al espectador en un
problema y hacerlo pensar al respecto de este.
Muestra
El material seleccionado para esta tesina consiste en tres películas que retratan la
vivencia y los padecimientos de tres personajes principales con sintomatologías de
patologías de demencias. Los films son Nebraska (Payne, 2013), Still Alice
(Westmoreland y Glatzer, 2014), y The Father (Zeller, 2020). La razón de esta
elección está fundada en elegir obras que hayan obtenido algún mínimo
reconocimiento, ya sea con premios o nominaciones, indicando la relevancia que
estos films han podido tener tanto para el público como para la prensa especializada
en sus respectivos años de estreno. Al mismo tiempo, se escogen los films por
retratar historias con protagonistas con un diagnóstico otorgado (en el caso de Still
Alice y The Father) y por tener un tercero con el cual se infiere el cuadro pero nunca
se confirma (Nebraska).
Objetivos
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Desarrollo
The Father (Zeller, 2020) utiliza un factor fundamental del medio cinematográfico, la
creación de medidas del tiempo artificiales, para reflejar lo que padece su personaje
con su memoria. Aunque la cronología de los hechos parece ser lineal en un primer
momento, la misma se revela con lagunas (escenas que no se conectan de manera
coherente entre sí, que denotan la falta de una o más situaciones en el medio),
repeticiones (el protagonista experimenta hechos puntuales una y otra vez, aunque
confundiendo a los sujetos involucrados) y un presente que no es presente (se
puede suponer que todo lo observado ya ocurrió hace años; Anthony está internado
en el hospital desde hace tiempo, y las escenas que parecían relatar dos días de su
vida de manera cronológica solo esconden momentos lejanos que él recuerda).
Todas estas características ayudan a plasmar las diversas características de la
enfermedad de Alzheimer ya explicitadas (Mangone, 2005; Valero y Pueyo, 2008).
23
El tercer film escogido corresponde a una obra similar a las anteriores en ciertos
aspectos, pero con diferencias significativas en otros que se abordarán a
continuación. Nebraska (Payne, 2013) relata el deseo de Woody Grant (Bruce Dern)
de ir hasta el Estado de Nebraska, Estados Unidos, para poder reclamar un premio
de un millón de dólares que al parecer ha ganado. La dificultad radica en que el
premio no es tal, ya que el mismo forma parte de una publicación que contiene un
mensaje ambiguo para que las personas que la compran piensen que han ganado.
A partir de este hecho falaz, se desarrollarán todas las situaciones e interacciones
con el resto de los personajes. Mientras que su hijo Ross (Bob Odenkirk) y su mujer
Kate (June Squibb) intentan disuadirlo de su travesía, clasificándolo de “imbécil” e
“inútil”, su otro hijo llamado David (Will Forte) decide seguirle el juego al padre y
comenzar un viaje en carretera que lleve a ambos hasta el destino deseado.
Partiendo de The Father (Zeller, 2020), los vínculos que Anthony mantiene con su
hija, la pareja de ella, y sus cuidadoras (tanto la que aparece en escena como las
que son relatadas) son complejos. En múltiples escenas se observa una intención
conciliadora y de cuidado del personaje de Anne para su padre: ayudas para
27
La violencia también está presente en episodios del protagonista con sus otros
cuidadores. En una de las primeras escenas, Anne relata como la cuidadora anterior
decidió no ir más luego de las amenazas de Anthony y de sus “reacciones
inesperadas”. La actual cuidadora, Laura, lo intenta tratar de manera amable y con
buenas intenciones, pero infantilizándolo en el proceso (Capp, 2021). Esto genera
que el protagonista reaccione disgustado y le pregunte “si le parece que es un
idiota”. Sin embargo, quizás el mayor acto violento se observa en una escena con
Paul, en el cual este lo humilla y abofetea como demostración de su cansancio
como cuidador, aprovechando que Anthony no va a recordar lo sucedido. Las
reacciones del protagonista, como también el funcionamiento en su vida cotidiana
(es capaz de realizar por sí mismo tareas sencillas como hacerse un té, acostarse y
otras acciones que en otros casos podrían requerir asistencia externa) pueden estar
alteradas y conservadas, respectivamente, debido a las escenas violentas que este
vivencia y también al constante cuidado y afecto de quienes lo quieren ayudar
(Gondon, 2021).
cambiado los roles entre ellos, en especial cuando Alice era la persona que llevaba
adelante el cuidado y mantenimiento de su hogar y de los vínculos entre los
miembros de la familia. Su esposo comienza a hacerse cargo tanto de la casa como
de ella, aunque ocurren conflictos cuando este intenta priorizar su carrera y trabajo
antes que a su mujer. Con su hija mayor, Anna, quien fue diagnosticada con el
cuadro de Alzheimer de su madre, la relación cambia radicalmente y Anna empieza
a ser más distante y a dejar de aparecer en las reuniones familiares. Es con Lydia,
su hija menor y con quien tenía un vínculo no tan amistoso previo a su diagnóstico,
que Alice encuentra a una cuidadora que la respeta, cuida y trata de manera más
cordial y empática.
En Nebraska (Payne, 2013), los vínculos de Woody con sus familiares rara vez son
de cuidado y/o respeto. Aunque este personaje no tenga ningún cuadro
diagnosticado, es incorrecto afirmar que es un sujeto que no necesite de asistencia
de los otros en determinados momentos, como en la escena en la que aparece
lastimado luego de un supuesto episodio alcohólico, con las pérdidas de sus
pertenencias, o con su fijación con un premio que es una estafa. Teniendo en cuenta
esto, tanto su hijo Ross como su mujer Kate lo tratan con desprecio. Constantes
degradaciones, insultos, y poco interés sobre lo que a Woody le pasa o siente. Es
quizás Kate quien demuestra mayormente síntomas del síndrome del cuidador
principal (Chiao et al., 2015; Medina González y Martín Pontejo, 2018), cuando
comenta en más de una escena que “ya no lo puede soportar”, que ella “hace todo
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Retomando a Castoriadis (1975), Gómez Tarín (2002) y Binimelis (2016), los dos
primeros films con los que se dio inicio al desarrollo de este trabajo responden en
mayor o menor medida a los imaginarios instituidos acerca de las demencias en
general, y de la enfermedad de Alzheimer en particular. Tanto The Father (Zeller,
2020) como Still Alice (Glatzer y Westmoreland, 2014), ambos films galardonados
por diferentes premiaciones como los Oscars y Golden Globe, entre otras,
construyen y reproducen ideas que podrían interpretarse como las “esperadas” en
cuanto a la concepción occidental de estos cuadros. Sus protagonistas padecen
enfermedades irremediables y de mucho sufrimiento, con la puesta en escena tanto
de sus dolores como de todos quienes los rodean. Padecer la enfermedad de
Alzheimer parece resultar un hecho terrible y sumamente entristecedor, imposible de
representar en la pantalla grande en un género que no sea dramático y con escenas
que, más allá de presentar algún momento de felicidad o catarsis (el discurso de
Alice sobre cómo ella no es su enfermedad, o Anne recordando por qué quiere tanto
a su padre), no enfaticen el dolor y la tragedia como materia primaria de estas
30
Según las investigaciones recogidas sobre el uso del cine como una herramienta
posible en la enseñanza en el aula (Hernández Figaredo y Peña García, 2013;
Benasayag, 2017; Cambra Badii et al., 2018), y considerando todas las
características y elementos que se han podido desentrañar en los análisis de los
personajes a lo largo de este trabajo, es posible teorizar acerca del valor
pedagógico que estos films podrían tener para estudiantes de la carrera de
Licenciatura en Psicología.
Por un lado, se podrían utilizar como recursos audiovisuales para poder entrenar la
percepción y el reconocimiento de síntomas en personas con cuadros,
diagnosticados o no, de demencias (de Sousa, 2016). Los personajes de Anthony,
Alice y Woody presentan en pantalla una serie de características identificables y
asociables a los síndromes mencionados. Gracias a su naturaleza de obras
audiovisuales que buscan generar emociones, identificaciones y/o reflexiones en el
espectador, tienen el potencial de generar un acercamiento alternativo y rico en los
estudiantes (Giroux, 2003; Russell y Waters, 2014). Quizás incluso a un nivel de
poder ayudar a promover empatía en futuros profesionales, como en la investigación
de Moreto et al. (2017). Aquellos profesionales que se enfoquen en el tratamiento
y/o acompañamiento de personas con demencias podrían desarrollar un nivel de
empatía en específico para con estas luego de ver a los protagonistas de los films
(siempre considerando el nivel de estigma que estos films, en mayor o menor
medida, presentan).
Sin embargo, por otro lado, es prudente proponer límites y aclaraciones sobre este
posible uso de los films escogidos. Para empezar, y retomando a Dussel (2015) y
Benasayag (2017), resulta fundamental que el docente que decida utilizar estos
32
Conclusiones
A raíz del desarrollo presentado es posible arribar a diversas conclusiones sobre las
demencias y sus representaciones cinematográficas. En primer lugar, no es posible
responder al interrogante central sobre cuál es el imaginario social de las demencias
construido en los tres films seleccionados de manera determinante o al menos
homogénea. Esto es así debido a que The Father (Zeller, 2020) y Still Alice (Glatzer
y Westmoreland, 2014) construyen un imaginario en concreto: una persona
padeciente de demencia padecerá, irremediablemente, una vida fundamentalmente
angustiosa y con pocos motivos de felicidad, afectando inevitablemente de manera
dolorosa a los sujetos de su alrededor. A esto se lo podría denominar imaginario
social instituido (Castoriadis, 1975), ya que se podría asociar lo representado a
ideas ya establecidas socialmente. Sin embargo, Nebraska (Payne, 2013) construye
otro imaginario posible, potencialmente instituyente (Castoriadis, 1975) en cuanto a
opositor a lo planteado anteriormente: un anciano con un posible diagnóstico de
demencia puede estar rodeado de situaciones humorísticas, con más carcajadas y
absurdos que tristezas y padecimientos. Es importante no confundir lo anterior con
una ridiculización de los padecimientos que puede sufrir alguien con un diagnóstico
de demencia o enfermedad de Alzheimer. Al contrario, no se busca la negación de
dichos padecimientos, sino el posibilitar otra mirada, “otro mundo posible”, fuera de
la solemnidad y la tragedia.
Por otro lado, el uso de los films citados permite prestar especial atención a cómo
podrían estar conformados los lazos sociales de sujetos con cuadros de demencias
34
y las familias que están con ellos. El bienestar o malestar de uno o de otro afecta a
la otra parte de manera ineludible, ya que la cuestión vincular es fundamental y
puede tener importantes implicancias en ayudar a sostener o en deteriorar el estado
de los personajes recortados.
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