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Ciuda danía,
espacio público y ciudad

Ana Helena Tieviño Carrillo y


José Javier de la Rosa Rodríguez

Coordinadores

UACM
Univérsidod Aulónomo
de lo Ciudod de México
Nodo hunono me es o¡eno
Cruo,qo,qxi¡, rspAcro puBr rco y crL DAD

Finalmente, es muy importante expresar que este libro


es resultado de un trabalo colectivo, en el que queremos
hacer patente nuestro agradecimiento a los investigadores
invitados quienes con gran generosidad participaron en
el Seminario Permanente y nos suministraron el material
que ahora se presenta. Por otra pafte, queremos agrade-
cer a nuestros compañeros del Centro quienes también Rnrl¡xroNEs soBRE MovIMIENToS socIALES,
presentaron sus trabajos, 1o cual permitió acrecentar y PARTICIPACION C]UDADANA Y ESPACIO PÚBLICO
enriquecer el análisis en torno a estos temas. Asimismo,
queremos hacer un reconocimiento para todos aquellos AN¿ H¡l¡Ne Tnevrño CaRRU-r-o v
que apoyaron y colaboraron con su organización, asis- .lose Javren ne re Ros¿ RonnÍcu¡z
tencia, crÍticas y propuestas a fin de que este libro fuera
posible.

l)¡s¡\aos RECoNocER eun la práctíca de ciudadanÍa es un


l'enómeno nuevo en México tomando en cuenta que es
ir paftir de la década de los ochenta que se cornienza a
cliscutir como concepto y como acción. Dicho concepto
resalta los cambios históricos que se han venido dando
cn torno al ejercicio de derechos obtenidos por los pro-
cesos de participación y lucha social desarrollados por
un conjunto diverso de organízaciones sociales. Des-
cle nuestro punlo de vista, dar cuenta de 1as relaciones
cntre los actores y sus procesos de inleracción, son un
intento de abordar el problema de la aconstrucción del
cspacio público, de las formas de participación de la
ciudadanÍa y de 1os territorios citadinos donde se ejer-
- cen dichas acciones.
Sobre las diversas concepciones existentes en relación
con la noción de ciudadanía, queremos rescatar aquelia
que la refiere como emancipación de los sujetos social-

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Are H¡mN¡ TREVrño CeRmno vJosÉJavren o¡ r¡ Ros¡ RonnÍcutz R¡pr¡xloNes soBRE MovtMtENTOs soclALES

mente construidos y la identifica como estado de plena tlrrcl ciudadana, tal y como ocurre con minorías étnicas,
autonomía, que no necesariamente nos remite a un estado ,'t'xuales, y religiosas, entre otras.
general y universal, sino, como un proceso encaminado Es en este ámbito diversificado que la construcclón de
hacia la inclusión de todos y hacia la aceptación de los t's¡racios públicos contiene la posibilidad de debatir el sen-
otros, reconociendo la busqueda permanente de formas rr(lo político, social, económico y cultural de una colecti,
institucionales en reconstrucciones con[inuas e inclu- viclad, pudiendo advertir que tal disputa estará delimitada
yendo en ello a la esfera pública. Estas últimas, requieren ¡ror la ciudadanía a través de sus prácticas participativas,
que se acepten las singularidades y las diferencias, asÍ r lc movilización y de inserción institucional. Entramos en-

como que se tornen públicos los espacios que anterior- t()nces en un terreno de reflexión en torno a tres grandes
mente eran considerados privados. En este sentido, la l('lnas presentes hoy en dÍa: el conjunto de expresiones y
ciudadanÍa solo puede ser comprendida desde su com- nrovilizaciones sociales y políticas de los ciudadanos, el
plejidad contradictoria, es decir, entre lo individual y lo t jcrcicio de la participación y prácticas ciudadanas, y ia
colectrvo; entre 1o público y lo privado; entre la hornoge- rrccesaria construcción de un espacio público.
neidad y la singularidad (F1eury,2003 y 2004).
I-a ciudadanÍa vista desde esta perspectiva, deja de ser
considerada sólo una condición legal y pasa a ser com- 5i inrtp MovtMIENTos Soct¡ns y Cruoao¿NÍ¿
prendida como
I rr práctica ciudadana se construye como una alternativa
la identidad politica común de personas clue ;r la cnsis actual que afecta todos ios ámbitos de la vida es-
pueden estar empeñadas en muchos emprendi- trrtal. Dicha crisis ha puesto en tela de juicio la capacidad
mientos con finalidades diversas y con d1ferentes rlc los Estados para promover proyectos que produzcan
concepciones de1 bien, pero que, en la búsqueda rlcsarrollo no sólo en el nivel económico sino también
de su satisfacción y en la ejecución de sus accio- cn todos los espacios polÍticos, culturales y sociales. En
nes, aceptan someterse a las reglas que prescribe t'ste sentido, rescatar el tema de la ciudadanía, conlleva a
la república (Mouffe, 1996 285). l)r'oponer el ejercicio analítico sobre derechos y prácticas
, iurdadanas. Contrario a la tónica imperante en relación
De este modo, asumir a 1a ciudadanÍa como una iden- , on la definición de una ciudadanía como aquella posee-
tidad compartida implica la igualdad e inclusión de los ,lora de derechos y obligaciones frente a las instituciones,
individuos en la comunidad política, considerando la t onsideramos que el ser ciudadano supone ocupar un
existencia de diferencias y denunciando 1a existencia de It rrar y una posición al interior de los espacios de la toma
grupos y poblaciones que quedan fuera de ia comuni- tlc decisiones en la relación entre Estado y Sociedad.

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Ar¡ H¡r¡N¡ Tn¡vtño CARRILLo vJosÉJevrln oe r¡ Rose RoonÍcunz Re¡rExtoNes soBRE MovlMlENTos soclAI-Es

Los diversos estudios sobre movimientos sociales y su normas cullurales contestatarias para resolver sus
Iol-(]s I
¡rt'rrblemas, no se circunscribe aIa ética universal.
larga trayectoria histórica, señalan que es desde la déca- Están
da de los noventa cuando, frente a las caracterÍsticas de rlispuestos a relatlrzar sus propios valores con respecto
fracaso en torno a los diversos modelos económicos y rr ()lros a través de sus discursos, metas y consecuencias'
políticos utilizados, las formas de acciones colectivas y de r\sÍ. la lucha de esos ac[ores contiene un proyecto de reor-
movilizaciones sociales siguen apareciendo bajo esque- ri;tnización de las relaciones entre Ia economía, el Estado
mas caducos y sin mucho avance, existiendo así, poco )' la sociedad que redefine los lazos entre 1o público y 1o
optimismo y escasa credibilidad. Para dar cuenta de esto, ¡rlivado.
es necesario señalar aigunos aspectos básicos sobre los dos Frente a este campo de discusiÓn, debemos enfatizar
grandes paradigmas que hace tiempo- marcan t¡ttc los movimientos son cons[rucciones sociales. Más que
la pauta en el estudio de-desde
los movimientos sociales; esto rula consecuencia de disfunciones o crisis, la acción es
son, el de la movilización de recursos y el de la identidad. "t trnstruida" como una inversi ón organizacional y Ia "or-
Ambos intentan explicar las dimensiones teóñco empíri- r,,rrnización" se torna así, en un nivel analítico. De esta
cas de los movimientos contemporáneos y su análisis nos f oltrla, la acción coiectiva es el resultado de intenciones,
permite mostrar 7a gran brecha que existe actualmente r('cursos y límites dados ba1o una orientación que es pro-
entre el sistema institucional de decisión y las formas de tltrcto de relaciones sociales generadas al interior de un
representación de la sociedad ciúl, entre la sociedad y el :'istem& de oportunidades y restricciones. La posibilidad
sistema politico. t lc mantener juntos a los individuos y movilizar recursos

A pesar de los avances en el proceso de movilizacíón, ¡rrra ia acción, significa distribuir valores, capacidades,
la caracterÍstica principal en ambas posturas es, como rlccisiones y creencias en un campo delimitado. En este
lo señala Cohen (1985), su "radicalismo aurolimitado". :;t'ntido, los lazos que se generan entre los actores, le dan
Esto quiere decir que los actores no buscan regresar a Iorma a una acción en la que los recursos o las restric-
una comunidad indiferenciada, libre de todo tipo de poder t iones no pueden ser activados fuera de la propia acción
e injusticias. Por el contrario, buscan defender un es- (Melucci, 1985).
pacio público social que los lleva a luchar en nombre de Asimismo, debemos reconocer que forma típica de los
la autonomía, la pluralidad y la diferencia, sin renunciar ir('tuales "movimien[os", es una red de pequenos gru-
a los principios formales de igualdad de la sociedad civÍl l)os sumergidos en la vida cotidlana que demandan una
moderna o a los principios universales de la representa- rtlación personal para el ejercicio y la práctica de inno-
ción formai democrática. r,'rrciones culturales (Scherer-Warren, 1993). Dicha red
En este sentido, los actores se auto-limitan en relación ( s un sistema de intercambio, cuyas caracterÍsticas les

a sus valores; sin embargo, su esfuerzo por conslr-uir va- ¡rt't-mite una membresía múltiple, tener una militancia

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AN¡ Hu-nN¡ Tnevrño C¡nnrno v Josr Jevren nE L,q Ros¡ RoDRicuEZ R¡ruextoN¡s soBRE MovIMtENTos socL{LES

de medio tiempo y por períodos cortos, y condicionar la I'


, l, r ¡rcrspectiva de la ciudadanía, es decir, como formas de
participación en los grupos por el compromiso personal , .¡¡,,¡ ¡ ¡1ggifn de la acción social.
y ia solidaridad afectiva. Esto significa, no un fenómeno l'n cste sentido, uno de los grandes campos de aná-
temporal sino un cambio morfológico en la estructura de lr',r', ¡rrrra hablar dei tema de ciudadanía, surge en lorno
la propia acción colectiva (Melucci, 1985). r Lr ri'l¿rción existente entre ios órdenes de lo politico y
De hecho, ios individuos que actúan conjun[amente l,' ',,¡, ¡',1. Entre las formas
institucionales y los tipos de
construyen su acción mediante "inversione s organiza- ,rr ( l()n colectiva (ubicados
dentro de un espacio de con_
das", esto es, "[.. J que definen en téminos cognoscitivos, llr, trr) y los elementos centrales que caracLerizan al actor
afectivos y relacionales, el campo de posibilidades y
'r r:rl. Esto es, debemos hacer referencia a los aspectos
,,

límites que perciben, mientras que, al mismo tiempo, , r'nrrrlcs que comporta ei ámbito del ciudadano bajo los
activan sus reiaciones de modo de darle sentido al 'estar r lr'ilt('r'rLoS peculiares de la conformación de ciertos acto-
juntos' y a los fines que persiguen" (Melucci, 1991: r | ', (
ltrc generan conflictos de tal envergadura que impac-
358). De este modo, para los actores las organizaciones L r r lrt cstructura social e intervienen en la construcción
r
y
no son medios que sirven para moviiizarse y enfren- ,1r,,,'r)o del espacio púbiico.
tarse al poder estatal; por el contrario, las asociaciones
democráticamente estructuradas y los espacios públi-
cos, la pluralidad de actores políticos y la acción dentro I r lil t.nctoN coN LA P¿BrtcrpectóN Ctu¡a¡exa
de la sociedad civil, son fines en sÍ mismos. "Sin duda,
muchos de los actores interpretan sus acciones como I losotros coincidimos en afirmar que participar es asu-
intentos para renovar una cultura polÍtica democrática rn r Iu diversidad y el conflicto, la pluralidad de intereses
y para reintroducir la dimensión normativa de la acción l, l',rt ilnos y contrapuestos así como defender intereses par-
social en la vida política. Esre es el significado del 'radi- tr( ulrlres, de grupos sociales o de zonas territoriales. De
calismo autolimitado"' (Cohen, 1985: 33). Este último, r'',r;r orma, la participación implica una relación social
f

cobrarágran importancia en el campo donde la temática de rlt' ¡roder, esto es, tomar pafte o no de las decisiones que
ciudadanía dentro de democracias emergentes se hace rrrvolucran a la colectividad dentro de un proceso dife-
presente. r( n('ial de quienes pafticipan en ella. Esto nos conduce
Dentro de esta perspectiva teórica, es central señalar ,r r¡rrc las acciones pafticipativas sean formas distintas de
que la construcción de formas de acción colectiva y lucha r oril¡)ártir el poder de decisión y por ende, se constitu,
social son intentos de redefinir lo público y privado, lo \ ;u r cn un encuentro entre ios diferentes grupos sociales y
que conlleva a tener un enfoque analítico cuyo eje de re- l.r:, instituciones existentes. Estas acciones posibilitan la
flexión son los modos de observarlasy analizarlas dentro .rl)('l'tura hacia un proceso de integración social y hacia

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