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INTRODUCCIÓN
De esta forma, los individuos han ido creado normas y leyes con diferentes características
que buscan, en última instancia, facilitar la coexistencia en sociedad.
Teniendo en cuenta lo anterior, uno de los principales grupos de normas y leyes que el
hombre ha ido construyendo e implementando es el relacionado con el tema de los
Derechos Humanos, es decir, aquel conjunto de normas propias que establecen derechos
y obligaciones al individuo por el hecho de ser persona. Este conjunto de normas ha
permitido encontrar e ir estableciendo las bases para una verdadera armonía social.
Sin embargo, el tema de los Derechos Humanos no siempre ha sido reconocido de forma
universal por todos los individuos y es por esta razón que en la primera unidad, además de
los aspectos principales del tema, tales como los principios, clases y características de
estos derechos; se abordarán los aspectos históricos que permiten entender cuál ha sido
la evolución en esta materia. Posteriormente, conociendo estos antecedentes y las
características propias de los Derechos Humanos, se revisarán los mecanismos para su
protección.
Presentar los aspectos principales de uno de los temas neurálgicos en la sociedad: los
Derechos Humanos y su expresión específica en caso de conflicto, es decir, el Derecho
Internacional Humanitario. Esto con el fin de otorgar a los estudiantes los elementos
necesarios para que puedan reconocer y utilizar las herramientas que este derecho ha
dado a todas las personas.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
INTRODUCCIÓN
Es así como la materia de los Derechos Humanos ha ido cobrando especial importancia,
no solo en el ámbito académico, en donde a diario se encuentran avances y
pronunciamientos, sino en el ámbito real, tal y como se verá en la tercera unidad del
presente módulo.
Es importante indicar que en esta primera unidad, se estudiarán las bases académicas
de la materia, tales como sus antecedentes, sus definiciones y sus características, los
cuales son elementos teóricos indispensables para construir los fundamentos del
entendimiento en un tema tan complejo y cambiante como es el de los Derechos
Humanos.
Teniendo claros estos conceptos, se pasará a una breve descripción de los mecanismos
de protección que los individuos han ido creando, adaptando y mejorando, tanto a nivel
nacional como internacional. De esta forma, se revisarán las principales funciones de los
entes gubernamentales nacionales, a los cuales la Carta Política de 1991 les encargó
unas tareas específicas en la materia. Así mismo, se presentarán los sistemas de
protección internacional, enfocando el tema en las diferentes regiones y haciendo énfasis
en el sistema interamericano, por obvias razones.
Así, al terminar el estudio de esta unidad, el alumno tendrá los elementos básicos para
continuar con la revisión de la materia.
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
CONTENIDO
Desde épocas remotas y con diferentes formas y modalidades, los seres humanos han
buscado la forma de respetar y cuidar los derechos que le son inherentes a toda persona
por el hecho de serlo.
Para algunos autores, esta protección se remonta a las antiguas civilizaciones, las cuales
contemplaban en sus normas la salvaguardia de los derechos de sus habitantes, así por
ejemplo se cita el caso del Código de Hammurabi, de las leyes del antiguo Egipto, de los
Diez Mandamientos de Moisés, y en general de los Códigos y leyes establecidos por
religiones como el budismo y el cristianismo.
Así mismo, el tema de los derechos humanos ha estado presente en las palabras y
trabajos de grandes pensadores de la antigüedad como Sócrates, Platón y Aristóteles en
Grecia, Confucio y Lao-Tsé en la China, Buda en la India, entre otros.1
- La Carta Magna. Documento firmado por el rey Juan Sin Tierra en 1215, es
considerado el primer texto en el cual se encuentra una consagración de
derechos y libertades, en el caso en concreto de la Iglesia y de los ciudadanos
ingleses frente a la Corona. Dentro de este texto se puede mencionar como
ejemplo la primera cláusula que establecía que “la Iglesia de Inglaterra será
libre, y todos sus derechos y libertades serán inviolables”.2 También se debe
destacar la cláusula según la cual "Ningún hombre libre será detenido o
encarcelado como no sea en virtud de un juicio legal de sus pares o de la ley
del país."3
1
NARANJO MESA, Vladimiro Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Editorial Temis.
Bogotá. 1994. Pág. 437
2
NARANJO MESA, Vladimiro Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Editorial Temis.
Bogotá. 1994. Pág. 169
3
UNIVERSITÉ D´ETÉ DE DROITS DE L´HOMME. El sistema de protección de los Derechos
Humanos. Página de Internet: http://www.droitshumains.org/uni/Formation/00Home_e.htm Página
consultada el 25 de julio de 2006.
- El Habeas Corpus Act de 1679. La finalidad de este texto fue impedir las
detenciones arbitrarias, dándole al arrestado la posibilidad de solicitarle al juez
que lo citaran a juicio en un plazo máximo de veinte días. Es importante anotar
que esta figura aún hoy se conserva.
Una mención especial merece la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano,
proclamada en Francia el 26 de agosto de 1789. Esta declaración está compuesta por
diecisiete artículos y ha sido objeto de diversos estudios, por la importancia que reviste al
ser uno de los primeros textos en los cuales, de forma universal, se reconocen derechos
4
UNIVERSITÉ D´ETÉ DE DROITS DE L´HOMME. El sistema de protección de los Derechos
Humanos. Página de Internet: http://www.droitshumains.org/uni/Formation/00Home_e.htm Página
consultada el 25 de julio de 2006.
5
En las lecturas recomendadas se puede consultar el texto de la Declaración de Independencia, en
el cual se observa como se comienza a dar importancia a derechos del hombre como la vida, la
libertad y la búsqueda de la felicidad.
6
JELLINEK, Georg. La Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. Instituto de
Investigaciones Jurídicas. Universidad Nacional Autónoma de México. México. 2003. Pág. 94
Así mismo, es importante anotar que si bien no es un texto, en el cual se encuentre una
consagración directa a derechos que hoy en día son fundamentales como es el caso del
derecho a la vida, sí es el primer texto que buscó universalizar el tema de los derechos
del hombre y tuvo alcances a nivel mundial, teniendo en cuenta que fue un documento
traducido a varios idiomas, como el español, cuya traducción se la debemos a uno de
nuestros próceres de la Independencia colombiana: Antonio Nariño.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, que fue adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, consta de un Preámbulo y 30 artículos, cuyo texto
completo se encuentra en las Lecturas Recomendadas de esta Unidad. Este texto, tiene
como antecedentes los siguientes documentos:9
Inicialmente, esta Declaración fue firmada por 48 países, entre los que se encontraba
Colombia, y a este instrumento se le han ido anexando varios documentos relacionados
con el tema de los derechos humanos, como se verá más adelante.
Finalmente, se puede hablar de un período que aún hoy continúa vigente y en evolución,
y es aquel caracterizado por el auge de los Tratados y las Convenciones, que han
desarrollado de manera universal, regional o local, temas más específicos de los
derechos humanos de determinados grupos poblacionales, como es el caso de la
Convención sobre toda forma de discriminación contra la mujer, del 18 de diciembre de
1979 y la Convención sobre los Derechos de los Niños del 20 de noviembre de 1989,
entre otras.
En la época precolombina, se debe destacar el papel de los chibchas, grupo indígena que
desarrolló un sentido de la dignidad humana y que vivía en comunidad basándose en las
normas de sus dioses mitológicos como Chiminigagua y Bochica o Nemqueteba, dioses
que les enseñaron las normas básicas de convivencia comunitaria, las cuales plasmaron
en Códigos como el de Nemequene, en el cual se dice que la autoridad la detentaba el
Cacique, y el sistema legal protegía derechos tales como el de la vida y el de la familia,
castigando situaciones como el homicidio, el adulterio y el incesto.11 De esta forma, se
puede afirmar que los chibchas tenían un ordenamiento jurídico perfectamente
establecido a la llegada de los españoles y que contemplaban la importancia de unos
derechos inherentes al individuo.
Otro de los principales protagonistas de este tema fue Fray Bartolomé de las Casas,
quien defendió los derechos de los indios y esclavos y cuyo pensamiento se refleja en su
10
GUZMAN MORENO, Jorge. Breve Historia de los Derechos Humanos. Academia de Historia de
Bogotá. Bogotá. 2001. Pág.50 y siguientes.
11
GUZMAN MORENO, Jorge. Breve Historia de los Derechos Humanos. Academia de Historia de
Bogotá. Bogotá. 2001. Pág.56
Por otra parte y al igual que en el resto del mundo, el siglo XVIII en Colombia se
caracterizó por los movimientos sociales que solicitaban el reconocimiento de
determinados derechos. El ejemplo más importante al respecto se encuentra en el
Movimiento de los Comuneros, el cual surge en El Socorro, Santander, en 1781, cuando
un grupo de personas se reúne para rechazar los impuestos que la Corona había
establecido. Este movimiento, suscribió un documento conocido como las Capitulaciones,
el cual contaba con 35 exigencias que el grupo realizaba al gobierno de la época.
Así mismo, otros de los documentos destacables en este período son la traducción de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, realizada por Antonio Nariño
en 1794; y el Memorial de Agravios de Camilo Torres, escrito en 1809, mediante el cual,
entre otros aspectos, se solicita un tratamiento igualitario a los criollos.
Una vez Colombia fue un país independiente, las diferentes Constituciones fueron
adoptando medidas para mejorar la protección de los derechos humanos, según se iban
determinando las necesidades de la población. Así por ejemplo, en el siguiente cuadro se
encuentra un resumen de la evolución de las Constituciones desde 1811 hasta nuestros
días, con sus principales características en la materia:
AÑO CARACTERISTICAS
1811 Abolición de las torturas
1830 Creación de la Procuraduría
1851 Abolición de la esclavitud
1853 Supresión de la prisión por deudas. Establecimiento de la libertad religiosa y
de la libertad de profesión.
1991 Adopción de acciones para proteger los derechos humanos, tales como: la
tutela, las acciones populares, entre otras.
Creación de instituciones como la Defensoría del Pueblo y la Corte
Constitucional.
12
KONETZKE, Richard, citado por GUZMAN MORENO, Jorge. Breve Historia de los Derechos
Humanos. Academia de Historia de Bogotá. Bogotá. 2001. Pág. 61
Conjunto de normas, principios y valores inherentes al ser humano por el hecho de ser
persona, que protegen al individuo, reconocen sus atributos y limitan sus actuaciones,
para permitir una correcta vida en sociedad, enmarcada dentro del respeto de la dignidad
humana y del correcto desarrollo de vida en relación.
- Son inherentes al ser humano, ya que todos los individuos los tienen por el hecho de ser
personas.
- Son universales, es decir, que no importa la condición de raza, sexo, edad, credo u otra
situación de un individuo, para su reconocimiento. Esta situación está claramente
establecida en el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
así:
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.13
Los derechos humanos forman una unidad, pues son interdependientes, integrales y
universales, de suerte que no es admisible que se desconozcan unos derechos so
pretexto de salvaguardar otros. Esta interdependencia y unidad de los derechos humanos
tiene como fundamento la idea de que para proteger verdaderamente la dignidad humana
es necesario que la persona no sólo tenga órbitas de acción que se encuentren libres de
interferencia ajena, como lo quería la filosofía liberal, sino que además es menester que el
13
Texto tomado de la Página de Internet de las Naciones Unidas:
http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm. Página consultada el 23 de julio de 2006.
El derecho internacional es la rama del derecho público que estudia las relaciones entre
los diferentes sujetos internacionales, la organización y el funcionamiento de la
comunidad internacional. Si bien las materias tratadas en el campo de los Derechos
Humanos tienen repercusiones internacionales, mal se haría en afirmar que los Derechos
Humanos son el mismo derecho internacional, ya que este último contempla otros temas
que no tienen relación alguna con los Derechos Humanos, aunque en últimas sí puedan
llegar a afectar esta materia.
Los derechos fundamentales son inherentes a las personas y prevalecen sobre las
normas positivas. Este es quizás uno de los conceptos que más se tiende a familiarizar
con el de los Derechos Humanos, porque para algunos autores se trata de lo mismo,
mientras que para otros son materias relacionadas pero que tienen diferencias que se
observan especialmente en el ámbito de aplicación y en el lugar de consagración
normativa.
Así encontramos, como bien lo mencionó la Corte Constitucional, dos criterios para
determinar si se está en presencia de un derecho fundamental: la persona humana y el
reconocimiento expreso.16 Esto significa que en primer lugar se debe revisar el papel de la
persona humana dentro de ese derecho y posteriormente, de manera auxiliar, revisar en
14
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-251 de 1997. Magistrado ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
15
Convenio de la Quinta Brigada, Universidad Autónoma de Bucaramanga y Oracle University.
Curso virtual de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Octubre de 2003.
16
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-002 de 1992. Magistrado Ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
Entonces, teniendo en cuenta lo anterior, se podría afirmar que los Derechos Humanos
son el género y los derechos fundamentales son una especie, con características y
atribuciones claramente determinadas por las normas constitucionales.
Sobre las diferencias entre estos dos conceptos, existen múltiples opiniones doctrinales,
las cuales se han expresado en las siguientes teorías:
- Semejanzas:
Son ordenamientos supranacionales.
Sus normas son de ius cogens.
Buscan la protección del ser humano.
Protegen bienes jurídicos tan importantes como la vida y la libertad.
Prohíben conductas que puedan atentar contra los bienes jurídicos antes
mencionados.
DERECHO INTERNACIONAL
CARACTERÍSTICA HUMANITARIO DERECHOS HUMANOS
En tiempo de conflicto armado En todo tiempo y lugar.
internacional o interno.
Excepcionalmente en tiempo de paz,
APLICACIÓN por ejemplo en casos preventivos.
Todas las personas que participan en Todas las personas
el conflicto: militares, civiles, heridos,
SUJETOS enfermos o detenidas.
NO puede ser derogado. Por regla general los derechos
humanos NO pueden ser
derogados o suspendidos, pero
existen excepciones como por
ejemplo los derechos de la
libertad de expresión o de
asociación, pueden ser
suspendidos durante un estado
TEMPORALIDAD de excepción.
Los Estados Parte en los Convenios de Existen mecanismos universales,
Ginebra se comprometen a "respetar y regionales y nacionales que se
hacer respetar tales convenios así pueden adoptar en el marco del
como a determinar las sanciones Comité del Pacto de Derechos
penales que se han de aplicar a las Civiles y Políticos en la ONU, o la
personas que hayan cometido o dado Corte Interamericana de
MECANISMOS DE orden de cometer infracciones graves Derechos Humanos
PROTECCION contra el presente Convenio".
Los Estados y los individuos, En primera instancia los Estados.
RESPONSABILIDAD dependiendo del caso particular.
Convenios de La Haya y de Ginebra, Declaración Universal de los
con sus respectivos Protocolos. Derechos Humanos y demás
Estatuto de la Corte Penal declaraciones y protocolos, de
INSTRUMENTOS Internacional. acuerdo con lo señalado en el
JURÍDICOS numeral 1.5 de esta unidad
Tribunal Penal Internacional de la Excepcionalmente la Corte
Haya, creado para juzgar los crímenes Internacional de Justicia.
cometidos en la ex- Yugoslavia Corte Interamericana de
Tribunal Penal Internacional de Arusha, Derechos Humanos
Tanzania, creado para juzgar los Corte Europea de Derechos
crímenes cometidos en Ruanda. Humanos
TRIBUNALES Corte Penal Internacional. Corte Penal Internacional
17
DERECHOS EN ACCIÓN COMANDO GENERAL DE LAS FUERZAS MILITARES. REPÚBLICA
DE COLOMBIA. Página de Internet:
http://www.derechosenaccion.gov.co/DerechosSite/php/show/showSubsection.php?lang=es&sec=1
&subsec=11 Página consultada el 1 de agosto de 2006 y RUDA, Juan José. El Derecho
Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Artículo publicado
en Derecho Internacional Humanitario. Sandra Namihas ... [et. al] ; Fabián Novak (coordinador).
Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima. 2003. Pág. 157 y siguientes.
En todas las relaciones humanas deben existir límites a las actuaciones de los individuos
que se están interrelacionando, para evitar conflictos y facilitar el desenvolvimiento y
optimización de los resultados esperados.
- Límites intrínsecos: son aquellos que hacen parte de los mismos derechos humanos y son
establecidos por la persona que los detenta. Así, se encuentra la famosa frase según la
cual “los derechos de una persona llegan hasta donde empiezan los de los otros”. Por
esta razón, se habla de límites intrínsecos como los que cada individuo se pone a sí
mismo, para respetar los de los otros y prevenir inconvenientes.
- Límites extrínsecos: son los establecidos por entes externos al individuo, dentro de los
cuales encontramos los siguientes:
18
Texto tomado de la Página de Internet de la Université d´Eté de droits de l´homme:
http://www.droitshumains.org/uni/Formation/01Home2_e.htm. Página consultada el 25 de julio de
2006.
19
ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS-OEA. Convención Interamericana sobre
Derechos Humanos. Texto publicado en la página de Internet:
http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/b-32.html. Página consultada el 26 de julio de 2006
20
MADRID – MALO GARIZABAL, Mario; La Libertad de Rehusar. Escuela de Administración
Pública ESAP. BOGOTÁ 1990. Pág. 34
21
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU-257 de 1997. Magistrado Ponente: José Gregorio
Hernández Galindo.
1.4 Clasificación
Así mismo, la Organización de Naciones Unidas – ONU, en sus diferentes textos sobre la
materia menciona las siguientes clases de derechos:
22
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU-257 de 1997. Magistrado Ponente: José Gregorio
Hernández Galindo
23
MONROY CABRA, Marco Gerardo. Los Derechos Humanos. Editorial Temis. Bogotá. 1980.
Pág.5 y siguientes
Por su parte, VLADIMIRO NARANJO, los clasifica teniendo en cuenta su naturaleza, así:25
24
ABARCA FERNANDEZ, Ramón R. Ética y moral social. Arequipa. 2005. Pág. 31 Artículo
publicado en la Página de Internet: www.ucsm.edu.pe/rabarcaf/ETIMOS~1.DOC. Página
consultada el 1 de diciembre de 2005.
25
NARANJO MESA, Vladimiro Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Editorial Temis.
Bogotá. 1994. Pág. 447 y siguientes.
Es importante indicar que esta clasificación no supone que haya derechos más
importantes que otros, según se ubiquen en el primer, segundo o tercer grupo. Al
contrario, todos son igual de importantes, pero se han agrupado así para efectos prácticos
y de diferenciación, como bien menciona Gros Espiell, citado por Susana Núñez Palacios:
Finalmente, vale la pena revisar la forma como la Constitución de 1991, clasifica estos
derechos, ya que adopta la clasificación antes señalada. Además de la clasificación de un
derecho en particular, dependerán los mecanismos de protección establecidos como ser
verá más adelante:28
26
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-251 de 1997. Magistrado ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
27
NÚÑEZ PALACIOS, Susana. Clasificación de los Derechos Humanos. Artículo publicado en la
Página de Internet:
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derhum/cont/30/pr/pr21.pdf#search=%22al%20des
glose%20de%20los%20derechos%20humanos%22 . Página consultada el 7 de mayo de 2006
28
SANCHEZ TORRES, Carlos Ariel. Mecanismos de protección de los derechos fundamentales.
Serie Debates 2. Institución Universitaria Sergio Arboleda. Bogotá. 1995. Pág. 11 y siguientes.
De esta forma, tanto en el ámbito nacional como en el internacional se han creado estos
mecanismos, primero instaurando normas que los Estados deben observar y promocionar
entre sus ciudadanos, y segundo, constituyendo las instituciones que se encargan del
cumplimiento de esos documentos.
29
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-251 de 1997. Magistrado ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede afirmar que estos mecanismos son una creación
relativamente reciente, la cual merece ser estudiada tanto a nivel nacional como
internacional, para conocer el detalle del desarrollo y la efectividad de los mismos.
Con la Constitución Política de 1991, el tema de los Derechos Humanos reafirmó su papel
destacado en la sociedad colombiana.
En primer lugar, el artículo 5 de la Carta establece que "El Estado reconoce, sin
discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona… ".
En una sociedad marcada por una violencia de esta índole se necesita una campaña
permanente de promoción y respeto de los derechos humanos. Es necesario hacer
hincapié en los derechos humanos en las actividades de las fuerzas armadas y de la
policía, sancionando y castigando a quienes los violen; la enseñanza de los derechos
30
NIKKEN, Pedro. El concepto de Derechos Humanos. Publicado en:
http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1835/3.pdf. Página consultada el 5 de agosto de 2006
Por otra parte, sobre la prevalencia de los tratados de Derechos Humanos, el artículo 93
establece lo siguiente:
Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los
derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen
en el orden interno.
Esto significa que las normas de esta materia, ocupan un lugar destacado en la jerarquía
normativa del país. Por esa razón, tanto en el caso de interpretación como en el del
respeto de esas disposiciones, siempre se deberán observar los tratados y convenios que
reconocen los derechos humanos, de manera expresa o tácita, porque en virtud del
artículo 94 de la Constitución: "La enunciación de los derechos y garantías contenidos en
la Constitución y en los convenios internacionales vigentes, no debe entenderse como
negación de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente
en ellos".
31
OFICINA EN COLOMBIA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS
DERECHOS HUMANOS Página de Internet:
http://www.hchr.org.co/documentoseinformes/documentos/html/recomendaciones/reco11_1.html
Página consultada el 10 de agosto de 2006.
32
MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. Promoción de los derechos humanos en el sistema
educativo. Al Tablero. No. 24. Sep-Oct. 2003. Artículo publicado en la página de Internet:
http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-87194.html. Página consultada el 15 de agosto de
2006.
Vale la pena indicar que esta prevalencia, se observa todo el tiempo, como bien lo ha
dicho la Corte, así:
Por otra parte, si se presenta algún conflicto de interpretación entre dos normas de
derechos humanos, la Corte ha dicho que se deberá aplicar la cláusula de favorabilidad,
en virtud de la cual “... en caso de conflictos entre distintas normas que consagran o
desarrollan estos derechos, el intérprete debe preferir aquella que sea más favorable al
goce de los derechos”.35
33
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-225 de 1995. Magistrado Ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
34
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU-257 de 1997. Magistrado Ponente: José Gregorio
Hernández Galindo.
35
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-251 de 1997. Magistrado ponente: Alejandro Martínez
Caballero.
Popular Colectivos ARTICULO 88. La ley regulará las acciones populares para la
protección de los derechos e intereses colectivos,
relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la
salubridad públicas, la moral administrativa, el ambiente, la
libre competencia económica y otros de similar naturaleza que
se definen en ella.
1.5.1.2 Legislación
36
Información tomada de: PERSONERÍA DE BOGOTÁ. Derechos Humanos: Compilación de
Normas y Tratados Internacionales vigentes en Colombia. Bogotá. 1998. Pág. 270 y siguientes.
JURISCOL. Página de Internet: http://juriscol.banrep.gov.co:8080/. Página consultada el 30 de julio
de 2006
Segundo Protocolo
Aprobado por la Ley 297 de 1996 05/08/1997 04/11/1987 ONU
Facultativo del Pacto Asamblea General D.O. 42.840
Internacional deen su Resolución
Derechos Civiles y 44/128 el 15 de
Políticos, destinado adiciembre de 1989.
Abolir la Pena de Entró en vigor el 11
Muerte. de julio de 1990.
Convención sobre la Adoptada por la Ley 51 de 1981 19/01/1982 19/02/1982 ONU
Eliminación de todas Asamblea General D.O. 35794
las formas de en su Resolución
Discriminación contra 34/180, de 18 de
la Mujer. diciembre de 1979.
Entrada en vigor: 3
de septiembre de
1981.
Convención sobre los Adoptada por la Ley 35 de 1986 05/08/1986 05/11/1986 ONU
Derechos Políticos de Asamblea General el D.O. 37.345
la Mujer. 20 de diciembre de
1952 mediante su
Resolución 640 (VII).
Entró en vigor: el 7
de julio de 1954.
Convención Adoptada por la 7ª Ley 77 de 1935 22/07/1936 22/07/1936 OEA
Interamericana sobre Conferencia D.O. 23.075
Nacionalidad de la Internacional
Mujer. Montevideo,
Uruguay, 26 de
diciembre de 1933.
Entrada en vigor: 29
de agosto de 1934.
1.5.1.3 Entidades
Hasta aquí se han presentado las principales normas nacionales en materia de Derechos
Humanos, a continuación se revisarán de forma resumida las entidades nacionales
dedicadas a la promoción y defensa de estos derechos. No sin antes indicar, que estos
entes tienen un papel fundamental en el tema, ya que son los encargados de pasar a la
realidad y volver efectivos, los aspectos que las normas regulan.
Los espacios de interlocución entre las personas que defienden los derechos humanos y el
Estado son fundamentales dentro del proceso de construcción del debate democrático
abierto, por cuanto constituyen uno de los canales que permiten aumentar la participación
de los ciudadanos en los procesos de adopción de decisiones que determinan sus vidas,
fomentan el interés de la comunidad nacional e internacional por los derechos humanos, y
representan, para múltiples organizaciones regionales e internacionales de derechos
humanos, un foco de atención e información esencial para promover y proteger los derechos
humanos. Así las cosas, las relaciones entre el Estado y los defensores de derechos
humanos deben desarrollarse dentro de un marco pacífico de respeto y deferencia, que
permita lograr un mayor grado de entendimiento y el reconocimiento del pluralismo y la
Así mismo, los artículos 277 y 278 de la Constitución Nacional, señalan las
principales funciones del Procurador, dentro de las cuales se debe
destacar, para los efectos de este módulo, las siguientes:
37
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-1191 de 2004. Magistrado Ponente: Marco Gerardo
Monroy Cabra.
38
PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION. Página de Internet:
http://www.procuraduria.gov.co/html/infoinstitucional/infoinst_misionv.htm. Página consultada el 15
de agosto de 2006.
39
PROCURADURIA GENERAL DE LA NACION. Página de Internet:
http://www.procuraduria.gov.co/html/infoinstitucional/infoinst_quehacemos.htm . Página consultada
el 15 de agosto de 2006.
40
FISCALIA GENERAL DE LA NACION. Página de Internet:
http://www.fiscalia.gov.co/pag/entidad/entidad.html#funciones. Página consultada el 25 de agosto
de 2006
41
Información disponible en la Página de Internet del Programa:
http://www.derechoshumanos.gov.co/modules.php?name=informacion&file=article&sid=199
Página consultada el 25 de agosto de 2006
Entrando en materia, los Derechos Humanos han sido recogidos en diferentes escritos,
siendo los siguientes, los principales:
a. Carta de las Naciones Unidas de 1945, mediante la cual se reconocen los derechos
humanos y se establecen los órganos de protección, que se estudiarán en el numeral
siguiente.
Varios de los artículos de esta Carta, contemplan el respeto de los derechos humanos
y establecen que sus normas prevalecerán en caso de conflicto sobre otras normas,
es decir, que son normas de ius cogens.
El concepto del ius cogens, ha sido revisado por la doctrina y definido por el profesor
Eduardo Suárez, así:
De esta forma, se tiene que las normas de ius cogens son normas oponibles a todas
las personas y por lo tanto, son normas con efectos y alcances erga omnes, es decir,
que deben ser respetadas por todos los sujetos.
Entonces, las principales características de las normas de ius cogens, son las
siguientes:
42
No obstante lo anterior, se recomienda al lector, leer los que considere de su interés, de acuerdo
con sus necesidades o gustos.
43
SUÁREZ, Eduardo. Citado por CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-127 de 1993.
Magistrado Ponente: Dr. Alejandro Martínez Caballero
Artículo 55
d. Pactos, como el de derechos civiles y políticos de las Naciones Unidas, con sus
respectivos protocolos; y el de derechos económicos, sociales y culturales de las
Naciones Unidas, con sus respectivos protocolos. Unos de los principales propósitos
de estos instrumentos era el de concretar la dimensión de los derechos allí tratados y
señalar los límites para su ejercicio, estableciendo los mecanismos de protección
contra eventuales actos de violación. De esta forma, estos instrumentos otorgaron un
carácter de obligatoriedad a las obligaciones ahí contraídas, situación claramente
diferenciadora a la presentada en las Declaraciones, que como su nombre lo indica,
son expresiones de voluntad de los Estados firmantes, pero que por sí mismas no
traían una forma de vinculación obligatoria. En palabras del profesor Antonio Truyol y
e. Los demás acuerdos, tratados y protocolos que tratan temas en materia de derechos
humanos de un grupo social determinado, como es el caso de la Convención
internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, la
Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, la Convención sobre los derechos del niño, la Declaración y el
Programa de Acción de Viena, suscrito dentro de la Conferencia Mundial sobre
Derechos Humanos, realizada en Viena en 1993, entre otros.
Artículo 13
Artículo 62
44
TRUYOL Y SERRA, Antonio. Los derechos humanos. Editorial Tecnos. 1977. Madrid, 1977.
Pág. 32
45
Un documento interesante sobre la distribución de este tema en las Naciones Unidas se
encuentra en la página de Internet: http://www.droitshumains.org/uni/Formation/Images/spdh_e.pdf
46
NACIONES UNIDAS. Carta de las Naciones Unidas. San Francisco. 26 de junio 1945
Así mismo, para cumplir con esta función, el artículo 68 de la Carta contempla que
este ente establecerá las Comisiones necesarias, razón por la cual en 1946 creó la
Comisión de Derechos Humanos, conocida a partir del 3 de abril de 200648, como
el Consejo de Derechos Humanos, órgano del que se hablará a continuación.
47
NACIONES UNIDAS. Carta de las Naciones Unidas. San Francisco. 26 de junio 1945
48
El 3 de abril de 2006, mediante la Resolución A/RES/60/251, la Asamblea General, estableció el
Consejo de Derechos Humanos, el cual reemplazó la Comisión. Esta resolución fue adoptada el
16 de mayo de 2006 por la casi unanimidad de los países miembros de la ONU, votaron en contra
Estados Unidos, Israel, las islas Marshall y Palau y se abstuvieron Bielorrusia, Irán y Venezuela.
49
Una lista actualizada de los Estados miembros de la Comisión se encuentra en la Página de
Internet de las Naciones Unidas: http://www.un.org/spanish/documents/esc/subsidiary.htm. Página
consultada el 22 de julio de 2006.
Otros órganos de las Naciones Unidas que trabajan con temas relacionados con
los derechos humanos son: el Consejo de Seguridad, la Corte Internacional de
Justicia, la Organización Internacional del Trabajo – OIT, la Organización Mundial
de la Saludo-OMS, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
refugiados (ACNUR), entre otros.
50
ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS. Resolución A/RES/60/251. Abril 3 de
2006. Publicada en la Página de Internet:
http://www.ohchr.org/spanish/bodies/hrcouncil/docs/A.RES.60.251._Sp.pdf#search=%22resoluci%
C3%B3n%20A%2FRES%2F60%2F251%22. Página consultada el 22 de julio de 2006.
Artículo 64
51
De los 26 Estados partes de la Convención solamente han reconocido la jurisdicción obligatoria
de la Corte, los siguientes: Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana,
Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Información tomada de la Página de la
Organización de Estados Americanos – OEA: http://www.oas.org/juridico/spanish/firmas/b-32.html.
Página consultada el 21 de julio de 2006.
52
CONFERENCIA ESPECIALIZADA INTERAMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.
Convención Americana Sobre Derechos Humanos. (Pacto de San José). San José, Costa Rica 7
al 22 de noviembre de 1969
53
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Página de Internet:
http://www.cidh.org/que.htm. Página consultada el 22 de julio de 2006
Por otra parte, existen otros sistemas regionales como el africano, el cual está
estructurado sobre la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos,
aprobada en 1981 y en la cual se contemplan derechos como la autodeterminación, la
paz, el medio ambiente sano, entre otros.
Artículo 45
54
UNION AFRICANA. Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos – Carta de
Banjul. 27 de julio de 1981. Nairobi, Kenia. Publicada en la Página de Internet:
http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/1297.pdf. Página consultada el 21 de julio de 2006.
Posteriormente, se expusieron los límites que estos derechos tienen, para entender el
alcance práctico y real de los mismos. Además, se analizaron las diferentes
clasificaciones en la materia, destacando que en Colombia la clasificación usada es la de
primera, segunda y tercera generación.
Los representantes del pueblo francés, que han formado una Asamblea Nacional,
considerando que la ignorancia, la negligencia o el desprecio de los derechos humanos
son las únicas causas de calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han
resuelto exponer en una declaración solemne estos derechos naturales, imprescriptibles e
inalienables; para que, estando esta declaración continuamente presente en la mente de
los miembros de la corporación social, puedan mostrarse siempre atentos a sus derechos
y a sus deberes; para que los actos de los poderes legislativo y ejecutivo del gobierno,
pudiendo ser confrontados en todo momento para los fines de las instituciones políticas,
puedan ser más respetados, y también para que las aspiraciones futuras de los
ciudadanos, al ser dirigidas por principios sencillos e incontestables, puedan tender
siempre a mantener la Constitución y la felicidad general.
Por estas razones, la Asamblea Nacional, en presencia del Ser Supremo y con la
esperanza de su bendición y favor, reconoce y declara los siguientes sagrados derechos
del hombre y del ciudadano:
Articulo 1
Los hombres han nacido, y continúan siendo, libres e iguales en cuanto a sus derechos.
Por lo tanto, las distinciones civiles sólo podrán fundarse en la utilidad pública.
Articulo 2
Articulo 3
Articulo 4
La libertad política consiste en poder hacer todo aquéllo que no cause perjuicio a los
demás. El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que
55
Texto tomado de la Página de Internet de la Université d´Eté de droits de l´homme:
http://www.droitshumains.org/uni/Formation/01Home2_e.htm. Página consultada el 25 de julio de
2006.
Articulo 5
La ley sólo debe prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que no está
prohibido por la ley no debe ser estorbado. Nadie debe verse obligado a aquello que la ley
no ordena.
Articulo 6
Articulo 7
Articulo 8
La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son evidentemente necesarias; y
nadie debe ser castigado sino en virtud de una ley promulgada con anterioridad a la
ofensa y legalmente aplicada.
Articulo 9
Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido convicto. Por lo tanto, siempre
que su detención se haga indispensable, se ha de evitar por la ley cualquier rigor mayor
del indispensable para asegurar su persona.
Articulo 10
Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus ideas
religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público
establecido por la ley.
Articulo 11
Puesto que la comunicación sin trabas de los pensamientos y opiniones es uno de los
más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar
Articulo 12
Siendo necesaria una fuerza pública para dar protección a los derechos del hombre y del
ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho
particular de las personas por quienes está constituida.
Articulo 13
Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los demás gastos del
gobierno, una contribución común, ésta debe ser distribuida equitativamente entre los
miembros de la comunidad, de acuerdo con sus facultades.
Articulo 14
Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a emitir voto
libremente para determinar la necesidad de las contribuciones públicas, su adjudicación y
su cuantía, modo de amillaramiento y duración.
Articulo 15
Toda comunidad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su conducta.
Articulo 16
Articulo 17
Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie deberá ser privado de él,
excepto en los casos de necesidad pública evidente, legalmente comprobada, y en
condiciones de una indemnización previa y justa.
Preámbulo
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos
los miembros de la familia humana;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de
Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión
contra la tiranía y la opresión;
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe
en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona
humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado
resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto
más amplio de la libertad;
La Asamblea General
proclama la presente
Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los
pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las
instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y
la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas
progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación
56
Texto tomado de la Página de Internet de las Naciones Unidas:
http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm. Página consultada el 23 de julio de 2006
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición.
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos
están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica.
Artículo 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta
Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y
con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus
Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan
asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Artículo 12
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho
a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
Artículo 13
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio
de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a
su país.
Artículo 14
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él,
en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por
delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones
Unidas.
Artículo 15
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
Artículo 16
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción
alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso
de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el
matrimonio.
Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este
derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de
manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en
privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye
el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y
opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
Artículo 21
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por
medio de representantes libremente escogidos.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se
expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por
sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que
garantice la libertad del voto.
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la
organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos,
sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria,
que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus
intereses.
Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los
seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Artículo 26
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos
en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será
obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los
estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de
darse a sus hijos.
Artículo 27
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la
comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios
que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que
le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que
sea autora.
Artículo 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que
los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente
efectivos.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los
propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 30
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o
realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración.
Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales;
que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la
vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se
instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del
consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se
haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e
instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes
en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad
y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y
transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha
demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean
tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero
cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo
objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su
derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su
futura seguridad. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la
necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno La historia del actual
Rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidos agravios y usurpaciones,
encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tiranía absoluta sobre
estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial.
(Aquí los colonos exponen Unos 25 agravios concretos de que acusan al monarca
británico. Entre otras cosas... se ha negado a dar su asentimiento a las leyes necesarias
para el bien público; [nos ha impuesto] "contribuciones sin nuestro consentimiento", etc.)
En cada etapa de estas opresiones, hemos pedido justicia en los términos más humildes:
a nuestras repetidas peticiones se ha contestado solamente con repetidos agravios. Un
Príncipe, cuyo carácter está así señalado con cada uno de los actos que pueden definir a
un tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre.
57
Texto tomado de la Página del Programa de Información Internacional de los Estados Unidos:
http://usinfo.state.gov/esp/home/topics/us_society_values/fundamental_documents/declaration_of_i
ndep.html Página consultada el 1 de agosto de 2006.
Ask a New York investment banker who walks past Ground Zero every day on her way to
work what today's biggest threat is. Then ask an illiterate 12-year-old orphan in Malawi
who lost his parents to AIDS. You will get two very different answers. Invite an Indonesian
fisherman mourning the loss of his entire family and the destruction of his village from the
recent, devastating tsunami to tell you what he fears most. Then ask a villager in Darfur,
stalked by murderous militias and fearful of bombing raids. Their answers, too, are likely to
diverge.
Different perceptions of what is a threat are often the biggest obstacles to international
cooperation. But I believe that in the twenty-first century they should not be allowed to lead
the world's governments to pursue very different priorities or to work at cross-purposes.
Today's threats are deeply interconnected, and they feed off of one another. The misery of
people caught in unresolved civil conflicts or of populations mired in extreme poverty, for
example, may increase their attraction to terrorism. The mass rape of women that occurs
too often in today's conflicts makes the spread of HIV and AIDS all the more likely.
In fact, all of us are vulnerable to what we think of as dangers that threaten only other
people. Millions more of sub-Saharan Africa's inhabitants would plunge below the poverty
line if a nuclear terrorist attack against a financial center in the United States caused a
massive downturn in the global economy. By the same token, millions of Americans could
quickly become infected if, naturally or through malicious intent, a new disease were to
break out in a country with poor health care and be carried across the world by unwitting
air travelers before it was identified.
No nation can defend itself against these threats entirely on its own. Dealing with today's
challenges -- from ensuring that deadly weapons do not fall into dangerous hands to
combating global climate change, from preventing the trafficking of sex slaves by
organized criminal gangs to holding war criminals to account before competent courts --
requires broad, deep, and sustained global cooperation. States working together can
achieve things that are beyond what even the most powerful state can accomplish by
itself.
Those who drew up the charter of the United Nations in 1945 saw these realities very
clearly. In the aftermath of World War II, which claimed the lives of 50 million people, they
established at the San Francisco conference in 1945 an organization (in the words of the
charter) to "save succeeding generations from the scourge of war." Their purpose was not
to usurp the role of sovereign states but to enable states to serve their peoples better by
working together. The UN's founders knew that this enterprise could not be narrowly
conceived because security, development, and human rights are inextricably linked. Thus
58
Artículo publicado en Foreign Affairs. Mayo/Junio 2005. Artículo publicado en la Página de
Internet: http://www.foreignaffairs.org/20050501faessay84307/kofi-annan/in-larger-freedom-
decision-time-at-the-un.html Página consultada el 22 de marzo de 2006
When the UN Charter speaks of "larger freedom," it includes the basic political freedoms to
which all human beings are entitled. But it also goes beyond them, encompassing what
President Franklin Roosevelt called "freedom from want" and "freedom from fear." Both
our security and our principles have long demanded that we push forward all these
frontiers of freedom, conscious that progress on one depends on and reinforces progress
on the others. In the last 60 years, rapid technological advances, increasing economic
interdependence, globalization, and dramatic geopolitical change have made this
imperative only more urgent. And since the attacks of September 11, 2001, people
everywhere have come to realize this. A new insecurity has entered every mind,
regardless of wealth or status. More clearly than ever before, we understand that our
safety, our prosperity -- indeed, our freedom -- is indivisible.
Yet precisely when these challenges have become so stark, and when collective action
has become so plainly required, we see deep discord among states. Such dissonance
discredits our global institutions. It allows the gap between the haves and the have-nots,
the strong and the weak, to grow. It sows the seeds of a backlash against the very
principles that the UN was set up to advance. And by inviting states to pursue their own
solutions, it calls into question some of the fundamental principles that have, however
imperfectly, buttressed the international order since 1945.
Future generations will not forgive us if we continue down this path. We cannot just
muddle along and make do with incremental responses in an era when organized crime
syndicates seek to smuggle both sex slaves and nuclear materials across borders; when
whole societies are being laid waste by AIDS; when rapid advances in biotechnology make
it all too feasible to create "designer bugs" immune to current vaccines; and when
terrorists, whose ambitions are very plain, find ready recruits among young men in
societies with little hope, even less justice, and narrowly sectarian schools. It is urgent that
our world unite to master today's threats and not allow them to divide us and thus master
us.
In recent months, I have received two wide-ranging reviews of our global challenges: one
from the 16-member High-Level Panel on Threats, Challenges, and Change, which I had
asked to make proposals to strengthen our collective security system; the other from 250
experts who undertook the UN Millennium Project and devised a plan to cut global poverty
in half within the next ten years. Both reports are remarkable as much for their hardheaded
realism as for their bold vision. Having carefully studied them, and extensively consulted
UN member states, I have just placed before the world's governments my own blueprint for
a new era of global cooperation and collective action.
My report, entitled "In Larger Freedom," calls on states to use the summit of world leaders
that will be held at UN headquarters in September to strengthen our collective security, lay
down a truly global strategy for development, advance the cause of human rights and
democracy in all nations, and put in place new mechanisms to ensure that these
The starting point for a new consensus should be a broad view of today's threats. These
dangers include not just international wars but also civil violence, organized crime,
terrorism, and weapons of mass destruction. They also include poverty, infectious disease,
and environmental degradation, since these ills can also have catastrophic consequences
and wreak tremendous damage. All of these can undermine states as the basic units of
the international system.
All states -- strong and weak, rich and poor -- share an interest in having a collective
security system that commits them to act cooperatively against a broad array of threats.
The basis of such a system must be a new commitment to preventing latent threats from
becoming imminent and imminent threats from becoming actual, as well as an agreement
on when and how force should be used if preventive strategies fail.
Action is required on many fronts, but three of them stand out as particularly urgent. First,
we must ensure that catastrophic terrorism never becomes a reality. In that cause, we
must make use of the unique normative strength, global reach, and convening power of
the UN. To start, a comprehensive convention against terrorism should be developed. The
UN has been central in helping states negotiate and adopt 12 international antiterrorism
conventions, but a comprehensive convention outlawing terrorism in all its forms has so far
eluded us because of debates on "state terrorism" and the right to resist occupation. It is
time to put these debates aside. The use of force by states is already thoroughly regulated
under international law. And the right to resist occupation must be understood in its true
meaning: it cannot include the right deliberately to kill or maim civilians. World leaders
should unite behind a definition of terrorism that makes clear beyond any question that the
targeting of civilians or noncombatants is never acceptable. And they must work to
strengthen the capacity of states to meet the binding antiterrorism obligations imposed on
them by the Security Council.
Equally urgent is the need to breathe new life into our multilateral frameworks for the
management of biological, chemical, and especially nuclear weapons; we must prevent
the proliferation of these weapons and keep them out of the most dangerous hands. For
35 years, the Nonproliferation Treaty (NPT), signed by all but three nations in the world,
has greatly reduced the danger of nuclear weapons' being used by placing strict but
voluntarily accepted limits on their possession. But recently, for the first time, a party
(North Korea) has withdrawn from the treaty, and strains on its verification and
enforcement measures have led to a crisis of confidence.
To prevent a cascade of proliferation, we must find ways to mitigate the tensions caused
by the fact that technology required for civilian uses of nuclear power can also be used to
develop nuclear weapons. The verification role of the International Atomic Energy Agency
should be strengthened through universal acceptance of the Model Additional Protocol
A third priority is to make sure that we succeed when we take on the task of building
lasting peace in war-torn lands. So far, our success in winning the peace has been
decidedly mixed. Half of all civil wars that appear to have been resolved by peace
agreements tragically slide back into conflict within five years. This slip can have
catastrophic consequences: millions perished, for example, in Angola and Rwanda in the
mid-1990s after peace agreements collapsed in both countries. Although over the last
decade the international community has come to a much deeper appreciation of what it
takes to win the peace, it still lacks a strategic focus for its work. I therefore propose the
creation of a new intergovernmental organ in the UN: a Peacebuilding Commission. The
commission would be a forum in which representatives from donor countries, troop
contributors, and the country being helped would sit together with leaders from other
member states, international financial institutions, and regional organizations to agree on
strategy, provide policy guidance, mobilize resources, and coordinate the efforts of all
involved.
When prevention fails, and all other means have been exhausted, we must be able to rely
on the use of force. However, we need to find common ground on when and how. Article
51 of the UN Charter preserves the right of all states to act in self-defense against an
armed attack. Most lawyers recognize that the provision includes the right to take pre-
emptive action against an imminent threat; it needs no reinterpretation or rewriting. Yet
today we also face dangers that are not imminent but that could materialize with little or no
warning and might culminate in nightmare scenarios if left unaddressed. The Security
Council is fully empowered by the UN Charter to deal with such threats, and it must be
ready to do so.
We must also remember that state sovereignty carries responsibilities as well as rights,
including the responsibility to protect citizens from genocide or other mass atrocities.
When states fail to live up to this responsibility, it passes to the international community,
which, if necessary, should stand ready to take enforcement action authorized by the
Security Council.
The decision to use force is never easy. To help forge consensus over when and how
resort to force is appropriate, the Security Council should consider the seriousness of the
threat, whether the proposed action addresses the threat, the proportionality of that
proposed action, whether force is being contemplated as a last resort, and whether the
benefits of using force would outweigh the costs of not using it. Balancing such
considerations will not produce made-to-measure answers but should help produce
decisions that are grounded in principle and therefore command broad respect.
LIVING IN DIGNITY
The UN, as the vehicle through which the Universal Declaration of Human Rights and two
international human rights covenants have been promulgated, has made an enormous
contribution to human rights. But the international machinery in place today is not sufficient
to ensure that those rights are upheld in practice. The Office of the UN High Commissioner
for Human Rights operates on a shoestring budget, with insufficient capacity to monitor the
field. The high commissioner's office needs more support, both political and financial. The
Security Council -- and in time, I hope, the proposed Peacebuilding Commission -- should
involve the high commissioner much more actively in its deliberations.
The Commission on Human Rights has been discredited in the eyes of many. Too often
states seek membership to insulate themselves from criticism or to criticize others, rather
than to assist in the body's true task, which is to monitor and encourage the compliance of
all states with their human rights obligations. The time has come for real reform. The
commission should be transformed into a new Human Rights Council. The members of
this council should be elected directly by the General Assembly and pledge to abide by the
highest human rights standards.
No human rights agenda can ignore the right of all people to govern themselves through
democratic institutions. The principles of democracy are enshrined in the Universal
Declaration of Human Rights, which, ever since it was adopted in 1948, has inspired
constitutions in every corner of the globe. Democracy is more widely accepted and
practiced today than ever before. By setting norms and leading efforts to end colonialism
and ensure self-determination, the UN has helped nations freely choose their destiny. The
UN has also given concrete support for elections in more and more countries: in the last
year alone, it has done so in more than 20 areas and countries, including Afghanistan,
Palestine, Iraq, and Burundi. Since democracy is about far more than elections, the
organization's work to improve governance throughout the developing world and to rebuild
the rule of law and state institutions in war-torn countries is also of vital importance.
Member states of the UN should now build on this record, as President George W. Bush
suggested to the UN General Assembly in September 2004, by supporting a fund to help
countries establish or strengthen democracy.
Of course, at the UN, democratic states sometimes have to work with nondemocratic
ones. But today's threats do not stop neatly at the borders of democratic states, and just
as no democratic nation restricts its bilateral relations to democracies, no multilateral
organization designed to achieve global objectives can restrict its membership to them. I
look forward to the day when every member state of the General Assembly is
democratically governed. The UN's universal membership is a precious asset in advancing
that goal. The very fact that nondemocratic states often sign on to the UN's agenda opens
an avenue through which other states, as well as civil society around the world, can press
them to align their behavior with their commitments.
The urgency of taking more effective action to achieve these goals can hardly be
overstated. Although the deadline is still a decade away, we risk missing it if we do not
drastically accelerate and scale up our action this year. Development gains cannot be
achieved overnight. It takes time to train teachers, nurses, and engineers; to build roads,
schools, and hospitals; and to grow the small and large businesses that create jobs and
generate income for the poor.
The UN summit in September must be the time when all nations sign up not just for a
declaration but also for a detailed plan of attack on deadly poverty by which all can be
judged. That summit will be a moment for deeds rather than words -- a moment to
implement the commitments that have been made and to move from the realm of
aspirations to that of operations.
At the core of this plan must be the global partnership between rich and poor countries, the
terms of which were set out three years ago at the International Conference on Financing
for Development in Monterrey, Mexico. That historic compact was firmly grounded in the
principles of mutual responsibility and mutual accountability. It reaffirmed the responsibility
of each country for its own development and elicited concrete commitments from wealthy
nations to support poorer ones.
In September, all developing countries should undertake to put forward, by 2006, practical
national strategies to meet the Millennium Goals. Each country should map the key
dimensions and underlying causes of extreme poverty, use that map to assess its needs
and identify necessary public investments, and convert that assessment into a ten-year
framework for action, elaborating three-to-five-year poverty-reduction strategies for the
meantime.
Donors must also ensure that developing countries that put such strategies in place really
do get the support they need, in the form of market access, debt relief, and official
development assistance (ODA). For too long, ODA has been inadequate, unpredictable,
and driven by supply rather than demand. Although such aid has been increasing since
the Monterrey summit, already with noticeable results, many donors still give far less than
the target of 0.7 percent of gross national income. All of them should now draw up their
own ten-year strategies to meet the 0.7 percent target by 2015 and ensure that they reach
0.5 percent by 2009.
We need action on other fronts, too. On global climate change, for example, the time has
come to agree on an international framework that draws in all major emitters of
greenhouse gases in a common effort to combat global warming beyond the year 2012,
when the Kyoto Protocol is due to expire. We need both a commitment to a new regulatory
Ralph Bunche, a great American and the first UN official to receive the Nobel Peace Prize,
once said that the UN exists "not merely to preserve the peace but also to make change --
even radical change -- possible without violent upheaval. The UN has no vested interest in
the status quo." Today, these words take on new significance. The UN's mission of peace
must bring closer the day when all states exercise their sovereignty responsibly, deal with
internal dangers before these threaten their citizens and those of other states, enable and
empower their citizens to choose the kind of lives they would like to live, and act with other
states to meet global threats and challenges. In short, the UN must steer all of the world's
peoples toward "better standards of life in larger freedom." The UN summit in September
is the chance for all of us to set out on that path.
Acción de tutela. Acción que tiene toda persona para reclamar ante los jueces, en
cualquier momento y lugar, la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales, cuando éstos resulten vulnerados o amenazados.
Bill of Rights. Documento sancionado en 1689 por el rey inglés Guillermo de Orange,
en el cual se establecen limitaciones al poder real, otorgando más atribuciones al
Parlamento y reconociendo que la ley está por encima de la autoridad real.
Bloque de constitucionalidad. “Unidad jurídica compuesta por normas y principios
que, sin aparecer formalmente en el articulado del texto constitucional, son utilizados
como parámetros del control de constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido
normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la
propia Constitución. Son pues verdaderos principios y reglas de valor constitucional,
esto es, son normas situadas en el nivel constitucional, a pesar de que puedan a
veces contener mecanismos de reforma diversos al de las normas del articulado
constitucional strictu sensu.”59
Carta Magna. Documento firmado por el rey Juan Sin Tierra en 1215, es considerado
el primer texto en el cual se encuentra una consagración de derechos y libertades, en
el caso en concreto de la Iglesia y de los ciudadanos ingleses frente a la Corona.
Declaración. Palabra que tiene varios significados, pero dentro de este contexto,
consiste en la denominación de un acuerdo sobre el tema de los Derechos Humanos,
suscrito por varios Estados, que no tiene carácter obligatorio pero sí vincula
moralmente.
Derechos Humanos. Conjunto de normas, principios y valores inherentes al ser
humano por el hecho de ser persona, que protegen al individuo, reconocen sus
atributos y limitan sus actuaciones, para permitir una correcta vida en sociedad,
enmarcada dentro del respeto de la dignidad humana y del correcto desarrollo de vida
en relación.
Derecho de gentes. “Conjunto de principios generales, garantes de que la vida y las
personas sean el fin de las normas y no su medio”.60
Defensor del pueblo. Servidor público encargado de velar por el respecto, la
promoción y la divulgación de los derechos humanos en todo el territorio nacional.
Erga Omnes. Es un término latino que significa “frente a todos”. En el caso de las
normas de derechos humanos se dice que tienen está característica por son oponibles
a todos los sujetos, en contraposición a las normas inter partes que son solamente
aplicables entre las partes que hacen parte de determinado acuerdo o negocio
jurídico.
Ius Cogens. Son normas imperativas de obligatorio cumplimiento para toda la
comunidad internacional. De acuerdo con el artículo 53 de la Convención de Viena de
los tratados son las normas aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional
de Estados en su conjunto, que no admiten un acuerdo en contrario y que sólo puede
ser modificadas por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el
mismo carácter.
59
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-067 de 2003. Magistrado Ponente: Marco Gerardo
Monroy Cabra.
60
Convenio de la Quinta Brigada, Universidad Autónoma de Bucaramanga y Oracle University.
Curso virtual de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Octubre de 2003.