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Eduardo Cavieres Figueroa, 2012 SOBRE LA INDEPENDENCIA EN CHILE El
Eduardo Cavieres Figueroa, 2012 SOBRE LA INDEPENDENCIA EN CHILE El
representación moderna
ir0
Derechos reservados
Prólogo 9 Introducción
13 Bicentenario en retrospectiva, logros y deudas históricas. La construcción del
discurso y los contenidos de las realidades 17
El contexto hispano: desde Aranjuez de 1808 a Cádiz de 1812. Los grandes temas y los
grandes problemas 54
DESDE LO GENERAL
Durante los anos de 2010 y 2011 se sucedieron en Chile, América Latina y Esparia todo
tipo de festejos con motivo de la conmemoración del bicentenario de las independencias.
En 2012 nos encontramos en Esparia ante un nuevo embate de celebraciones al
rememorar la Constitución de Cádiz de 1812. Historiadores, constitucionalistas y
politólogos han publicado multitud de escritos al calor del bicentenario de la Pepa.
Políticos, periodistas y ensayistas van aportando nuevas ideal, opiniones y puntos de
vista conforme se va acercando la celebración de la XII Cumbre Iberoamericana (Cádiz,
16-17 noviembre de 2012).
plazo. Sabemos con más claridad cuáles fueron las características de las re-’ voluciones
liberal-burguesas, las guerrillas, las reacciones étnicas y las luchas de clases. Hemos
confirmado la necesidad de distinguir entre la formación del Estado y la Nación,
subrayando que en los casos americanos la segunda no precedió al primero. Los
adelantos en la historia comparada nos han hecho comprender que se estableció una
compleja red de influencias cruzadas en el espacio atlántico por la que discurrieron las
ideas de los pensadores que habitaban tanto en los territorios de la Monarquía hispánica
que se encontraba en proceso de desmembración (reinos y provincias del Nuevo mundo,
Viejo mundo y Extremo Oriente), como en Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Italia o
Portugal. Las ideas liberales se fueron formando, madurando en dicho espacio atlántico
como resultado de un diálogo enriquecedor permanente. Las ideas ilustradas se fueron
transformando en liberales y estas se conectaron a su vez en el caso del mundo hispánico
con algunas de las teorias escolásticas del siglo XVI. Finalmente, hemos confirmado la
necesidad de profundizar en el concepto de autonomia política como un estadio previo a la
independencia en muchas de las regiones del continente americano. Ello nos ha llevado a
su vez a comprobar que en los procesos de desmembración de la Monarquía hispánica, lo
local se convirtió en el epicentro de la política al recaer en los municipios, cabildos y
comunidades la soberania (”pueblo legalmente constituido”) 1.
del XIX. Identifica adecuadamente la procedencia de los distintos conceptos que manejaban
los pensadores chilenos que estudia y a la vez clarifica cuáles procedían de la ilustración
dieciochesca y cuáles del liberalismo decimonónico. Con rigor separa las ideas del
liberalismo político doctrinario del liberalismo económico. Con precisión realiza un
estudio de los conceptos manejados en la época desde una óptica atlántica, facilitando con
ello la superación de algunas visiones tradicionales teãidas de un marcado tono
nacionalista exclusivista.
De forma precisa analiza las distintas causas de la independencia de Chile y explica sus
distintas fases temporales, identificando las dinámicas de corto, medio y largo plazo.
Combina adecuadament l cruce de los intereses internos con los externos; y distingue
adecuadamente entre las ideas y las prácticas cotidianas, entre teoria y realidad. Conecta
bien la historia militar, con la narración de los acontecimientos, la historia de las ideas y
las transformaciones sociales.
Una de las partes medulares de su texto se centra en estudiar las transformaciones sociales
y los cambios de instituciones. En este campo subraya la importancia de la comprensión
de los cabildos. Recuerda con precisión la necesidad de analizar las continuidades de las
formas institucionales de la época colonial; describe cómo fue surgiendo la nueva
autoridad ante la caída del entramado de la Monarquia y cómo se fue diseriando la nueva
fiscalidad; y subraya la importancia de investigar cómo se fueron generando los
sentimientos de autogobierno a partir de 1808. De forma correcta el autor entiende que
dado que la independencia, en tanto que proceso de cambio, debe ser comprendida desde
una perspectiva temporal de largo plazo.
Ha sido un privilegio haber podido escuchar, aprender y debatir de boca del autor muchos
de los conceptos que se manejan en este libro en los intensos y siempre acalorados debates
que hemos tenido en los últimos anos en el Seminario permanente del Proyecto de
Investigación ”El pensamiento liberal atlántico, 1770-1880. Fiscalidad, recursos naturales,
integraciíon social y política exterior desde una perspectiva comparada” (Ministerio
Ciencia e Innovación, Espana, Ref. HAR2010-18363) que se celebra en el Instituto de
Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá.
12 EDUARDO CA\
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INTRODUCCIÓN
Este libro no sigue un orden ni temático ni cronológico para explica o contar, una vez
más, el conjunto de acontecimientos que dieron forma a proceso que, entre los alãos 1808
y 1818, concluyó en la Independencia d Chile. Obviamente sigue una secuencia que
representa más bien un pro blema central: el paso desde un antiguo régimen de
representación a um nuevo que se ofreció, en su momento, como liberal, republicano y
demo crático, pero que, pese a los contenidos de los discursos más progresistas radicales
del momento, se fue contrariando o entorpeciendo en medio miedos, intereses,
circunstancias, proyectos individuales o contradictorios etc., que hicieron mover el barco
hacia aguas intranquilas y vientos adverso que fueron retardando (en alguns casos hasta el
presente) la formación una sociedad basada en los derechos políticos modernos
fundamentales Es cierto, igualmente, que hubo logros importantes que, en el curso de la
siguientes décadas, otorgaron a Chile un lugar de reconocido prestigio en e contexto de
los nuevos Estados vecinos.
Tratando de estudiar los alcances concretos del liberalismo ilustra& la gestación del
Estado en Chile (y en L. América); las razones por la cuales, doctrinalmente, se
evolucionó tan rápidamente desde inquietudes planteamientos sobre la naturaleza del
hombre y de los cuerpos sociales ha cia un pragmatismo político y económico; y los
términos reales que orien taron las relaciones Iglesia-Estado en las primeras décadas del
siglo XIX, s
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toria política-económica.
Aun cuando no correspondan a capítulos específicos, el libro contiene objetivos que junto
a sus propias singularidades, otorgan en conjunto una unidad de estudio. En los alcances
concretos del liberalismo doctrinario en la gestación del Estado, la pregunta y/o problema
central tiene que ver con el carácter y la amplitud social en el conocimiento y recepción el
discurso revolucionario liberal y ello significa fundamentalmente hacer una investigación
de historia socio-cultural. Relacionado con lo anterior, ,por qué el discurso rápidamente se
soslaya o se reorienta en sus formulaciones hacia una política real cada vez más
pragmática, especialmente en términos económicos? En estos aspectos, además de las
necesidades del Estado, se trata de visualizar precisamente los grados de aceptación de
esos fundamentos doctrinarios y, principalmente, en que el Poder es también una cuestión
de circunstancias y oportunidades y que la diversidad de individuos y familias en los
grupos dirigentes influye directamente en las direcciones que toma el proceso de
construcción social de la República. En este caso, se deben combinar consideraciones de
la historia de las ideal con otras referidas a la historia económica-social. El libro no da
respuestas concretas a ninguna de estas interrogantes, pero establece un escenario amplio
que permite deducir actitudes y comportamientos individuales y sociales.
No hay duda alguna que la Independencia no fue una acción espontánea, sino respondió a
todo un proceso que se fue gestando internamente a partir de la conjunción de
requerimientos de la modernización del siglo XVIII como en torno a las nuevas
discusiones políticas y filosóficas sobre
SOBRE LA INDEPENDENC IA EN CHILE. El findei Antigo° Régimen y los origenes de
la representación moderna 15
las relaciones del Estado con la sociedad que fueron, además, creciendo dialécticamente
en la medida que la nueva expansión capitalista del comercio superaba abiertamente las
restricciones impuestas por el orden colonia. Por ello mismo, no se puede seguir pensando
el período de Independencia sólo como un corte político entre colonia y República, sino
más bien como un hito importante dentro de un período más largo de cambios
socio-culturales y políticos económicos que configuran el verdadero escenario en donde
por algunos anos fue desdibuj ando todo un sistema para dar paso a nuevas instituciones.
Tampoco puede aislarse espacialmente el fenómeno. Se trató de un sólo gran
acontecimiento que seguramente, en tiempos actuales, habría sido tratado como otra gran
crisis de la política y de la economia mundial. Por ello, tanto las ideas ilustradas corri
ciertos rasgos de precursores y libertadores (Miranda, Bolívar, San Martín); el 1808
espafiol, y, particularmente, los constituyentes de Cádiz, no podían quedar fuera del
relato.
El libro fue escrito a partir de una investigación no lineal, sino más ien a propósito de un
Proyecto inicial (Fondecyt 108.5205) que sin perder su perfil, se fue adecuando a
desarrollos temáticos y problemas en variados encuentros, nacionales e internacionales,
que se sucedieron entre los afios 2009 y 2010. Fuera de Chile, entre otros, en Tunja,
Colombia; Sucre, Bo-
16 EDUARDO CAVIERES FIGUEROA
livia; Quito, Ecuador; Ciudad de México, México; Sevilla, Espana; Berlín, Alemania,
todos los cuales permitieron profundizar análisis y reflexionar en los muy diversos
aspectos de lo acontecido en Espana, América Latina y Chile en particular. Muy
importante fue el tener la posibilidad de escuchar y poder sostener valiosas
conversaciones con amigos y académicos de prestigio como Juan Marchena, Manuel Chust,
Ivana Frasquet, Stefan Rinke, y muchos más. He tenido, y tengo además, la posibilidad de
disponer de tiempos y tranquilidad inestimables otorgados por mis estadias anuales en el
Instituto de Estudios Latinoamericano (IELAT) y en el Programa de Magíster oficial
”América Latina contemporánea y sus relaciones con la Unión Europea: una cooperación
estratégica” de la. Universidad de Alcalá, Espana, en donde cuento con el apoyo y la
amistad de su Director, el Dr. Pedro Pérez Herrero, gran amigo, agudo observador,
excelente intelectual. Por cierto, mis reconocimientos institucionales a la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso y a la Universidad de Chile, que siempre me han
permitido desarrollar algo esencial del mundo académico e intelectual: el pensar.
Un Bicentenario es algo para celebrar, pero también algo para reflexionar. Es una buena
ocasión para el análisis y un buen tiempo para ir recuperando visiones y revalorizaciones en
términos retrospectivos.
Algunas de ias situaciones que acontecen en el presente están acordes a estos ejercicios de
mirar hacia el pasado y no desde el pasado, yendo desde el presente hacia atrás. Lo
sucedido en el afio 2010 a 33 mineros que quedaron sepultados durante meses, más que
una anécdota dramática, es otro ejemplo de los variados matices que tiene nuestra historia,
no solamente en Chile, sino extendidamente en toda América Latina: de claroscuros, de
grandes éxitos y logros, pero al mismo tiempo de unas persistencias y retardos igualmente
muy fuertes. Un concepto que hoy dia se ha venido olvidando, incluso por parte de la
misma izquierda que tanto lo utilizó en otros tiempos, es el concepto de estructuras.
Nuestra historia ha venido ,vanzando, pero con el arrastre de una serie de permanencias
del pasado, estructuras profundas, que no se han querido o podido superar, a veces
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por el peso de las circunstancias; otras, las más, por incapacidad o falta a
voluntad.
do en todo el mundo, y, dentro de esos cambios la tecnologia nos permite superar, por lo
menos dentro de las esperanzas que tenemos, situaciones tan extremas como la
experiencia ya sefialada de los mineros. Si este mismo he-
cho hubiera ocurrido 30 anos atrás, muy poco hubiéramos podido hacer, y
2 Nos referimos al derrumbe de la mina de San José, ubicada cerca de Copiapó, ocurrido el
5 de agosto del 2010 y que dejó atrapados a 33 mineros a unos 700 metros de
profundidad. Casi a tres semanas de ocurrido el evento se pudo saber que habían
sobrevivido y, desde entonces, se realizaron inmensos esfuerzos de rescate que terminaron
exitosamente el 13 de octubre del mismo afio. Durante esos meses y especialmente al
momento de volverlos a la superficie, el hecho se convirtió en la noticia de Chile de
mayor cobertura en los medios de comunicación mundial.
SOBRE LA INDEPEN DENC IA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes
de la representación moderna
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Esta situación va mucho más allá de la particular historia de Chile y tiene que ver con lo
ya sefialado respecto a los grandes cambios que la historia ha experimentado en las últimas
décadas, cambios que, aun cuando muchos de ellos sean positivos, por otro lado han
relegado y perjudicado a parte importante de la memoria histórica colectiva.
Aparentemente, están muy lejanos los tiempos en que se miraban los grandes ciclos
económicos, por ejemplo en los anos 1950 y 1960, cuando se descubrían las relaciones
entre movimientos de larga, mediana y pequeria duración, entre las cuales siempre se
podían encontrar algunos buenos períodos, especialmente en las —gundas mitades de los
siglos y las primeras décadas de los siguientes, períodos que indudablemente influyeron en
la maduración de ciertas miradas y actitudes optimistas de las sociedades, pero cuyos
resultados no fueron permanentes.
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Con razón, en 1910 la reflexión estuvo dada en relación al porque se habían hecho mal las
cosas cuando se habían tenido, de alguna manera,
grandes posibilidades de entrar en una dinámica diferente, no sói.° con el llamado ciclo
del salitre, sino también anteriormente con el cobre, situaciones que habían puesto a Chile
en una posición bastante espectacular dentro de los países vecinos y que le habían
permitido una apreciable modernización en términos materiales, lo que para la época le
convirtió en una especie de modelo para la sociedad latinoamericana. No ocurrió así, pero
todo ello quedó materializado en un optimismo sin fundamentos reales: éramos los
ingleses de América Latina, los mejores, por lo tanto no había que preocuparse del futuro.
Lo que sí sucedió fue que ello se transformó en la autocrítica de 1910.
3 Ver alguns de sus contenidos más conocidos en. Hernán Godoy Urzúa, Estructura social
de Chile, Editorial Universitaria, Santiago 1971, pp. 283-350.
SOBRE LA INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los ongenes de
la representación moderna
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meta del desarrollo definitivo. Debe recordarse que ya desde el Gobierno militar y
después en diversos momentos del régimen de la Concertación se trazaron fechas para
llegar a esa meta, fechas que una vez alcanzadas, daban pasos a unas nuevas: en el 2000
se decía que en el 2010 tendríamos un crecimiento económico más o menos sostenido y
una sociedad entrando en la modernidad. En la actualidad, ya se está pensando en e12030.
Con otras imágenes, ello ya habia ocurrido a lo largo de los anos 1960 cuando el
crecimiento económico daria paso al desarrollo social. Como sabemos, no ha sido así,
pero es obvio también que no podemos ignorar algunas situaciones que hacen que
igualmente hayamos desarrollado colectivamente la construcción de imágenes de una
sociedad distinguida, reconocida dentro de Europa y en Estados Unidos, algo que no nos
incomoda, pero que desata más de algún problema con nuestros vecinos. Sobre esto habría
mucho que detallar, pero por el momento sólo abordaremos aspectos relacionados con
el carácter de la sociedad.
Fue culpa de los gestores de la patria que en 200 anos aún no tengamos una sociedad
efectivamente ciudadana? Se trata de un gran problema que supone la consideración de
los tiempos intermedios trascurridos y sobre lo cual deben precisarse algunos términos: no
se trata de ser enemigo del Estado, el cual ha tenido grandes valores y ha desarrollado
logros evidente-
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ciones de omisión entre las cuales la más importante es precisamente la de estar siempre
retrasando los fenómenos de democratización de la sociedad, reduciendo los ámbitos de
una verdadera ciudadanía y, a tal punto, que lo que finalmente se terminó por celebrar y
reconocer como fiesta cívica en e12010, fue la historia del Estado chileno y no la de la
sociedad chilena, lo cual, evidentemente tiene muchas explicaciones.
Lo anterior dice relación con otras situaciones que contienen las mismas raíces.
Actualmente es absolutamente comprensible que surjan vientos regionalistas y que
comiencen a crecer todas unas nuevas miradas hacia ese Estado centralizado, incluso
geográficamente, desde las regiones, para pensar la sociedad nacional de una manera
diferente. Ese Estado lo hizo bien en muchos sentidos, pero construyó a Chile desde
Santiago, y lo sigue haciendo, y al hacerlo no considera y desconoce las potencialidades
que desde las regiones hubieran construido una sociedad de más fuerza y de mayor
participación. Una de las deudas históricas de este Estado es la falta de construcciones de
una ciudadanía más madura, participativa y real, la cual también se entrecruza con los
problemas del regionalismo y de construcción de una idea diferente de la sociedad.
4 Ver, por ejemplo, Jeffrey G. Williamson, Five Centuries of Latin American Income
Inequality, Revista de Historia Económica, Journal of Iberian and Latin American
Economic History, Madrid, Vol. 28, No 2, p. 227-252. Junto con otros historiadores
económicos, sostiene la tesis de que las mayores desigualdades en la distribución de los
ingresos en América Latina se produjo entre las décadas de 1880 y 1930. Jan Luitten van
Zanden y Peter Lindert han serialado que ”Es importante entender que hasta la
industrialización, América Latina no era más desigual que el norte de Europa. En una
economia agraria, de trabajadores poco cualificados, los desequilibrios son menores. Es en
el siglo XX, cien anos después de las independencias, cuando surge la desigualdad urbana.
Es cuando los mayores salarios por el trabajo cualificado y la educación disparan la
brecha”; Contra un mito de 200 anos; El País, 12 mayo dei 2009, pp.05.
SOBRE LA INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de
la representación moderna
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una mayor integración social interna en cada uno de los Estados y ello lleva igualmente a
repensar los desarrollos sociales y económicos planteados en los párrafos anteriores.
En tiempos de bicentenarios, quedan largos caminos que recorrer, pero ellos no parten
desde el presente sino desde los propios pasados. Los estados latinoamericanos siguen
fuertemente amarrados a permanencias de larga duración. Estamos lejos de poder seguir
en lo inmediato el ejemplo de la Unión Europea, que ha transformado conceptos y
realidades, que ha cedido soberanias de sus Estados traspasándolas a instituciones
mayores tanto de carácter jurídico como legislativo como lo ejemplifica el funcionamiento
del parlamento europeo, incluso discutiéndose actualmente la formación de una cancillería
europea. Estamos muy lejos de ello, por razones históricas y por imposibilidades políticas.
En todo caso, la Unión Europea a menudo olvida sus grandes principios cuando mira al
resto del mundo, y, en lo particular, privilegia convenios y tratados comerciales con países
en particular y no con pactos regionales de los mismos. Ello nos lleva a seguir
compitiendo en los mismos mercados mundiales y con los mismos productos. Dificulta y
hace ineficiente cualquier intento de complementariedad entre economias vecinas. Durante
los anos 1990 Chile privilegió sus vinculaciones comerciales directas con Estados Unidos,
la Unión Europea y enseguida dirigió sus miradas hacia el Asia Pacífico. Fue cuando se le
miraba como un estudiante aventajado del nuevo sistema, pero, al mismo tiempo como
un mal compafiero. Ello se ha rectificado, pero los vecinos, particularmente el Perú, siguen
sus mismos derroteros. En el marco de la llamada globalización actual, no hay
integración. posible. Se justifica por atención a las nuevas circunstancias, pero esta es
tarea de responsabilidad común, con proyectos económicos y también humanistas que
vean la historia y el mundo presente desde un punto de vista diferente.
Las sociedades siempre avanzan. Así debe ser. No obstante, los discursos lo hacen más
aceleradamente que las realidades. Los procesos son más lentos ie las palabras. Lo
importante es tener conciencia de lo que pasa y tener claridad respecto a las relaciones entre
el pasado y el presente a objeto de aquilatar adecuadamente los discursos que siempre
ofrecen un futuro sin limites. Los jóvenes no sólo deben transitar por el presente y hacerse
cargo de lo que escuchan, también deben conocer, reflexionar, comparar, y la historia no es
sólo lo
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inmediato sino igualmente los tiempos largos, las experiencias del pasado, la comprensión
de los significados. Se puede tener más confianza en la historia, cuando se le conoce
mejor. Independientemente de las palabras, ello permite saber más efectiva y realmente en
qué tiempo y en qué espacio se vive. No sólo
taciones. La punta del iceberg fue la educación, no la calidad de la educación, sino más
bien la gratuidad de la misma, pero los problemas más profundos
tuvieron que ver con la visibilidad de debilidades institucionales que como los tiempos de
Braudel, tienen diferentes longitudes temporales: situaciones del corto tiempo hilvanadas
con otras de mediana y de larga duración. En el 2011 cuando todas las encuestas
evidenciaron una muy baja estimación por
los 200 anos del primer Congreso Nacional. Pero tampoco hubo reflexión o debate sobre
el particular. En 1811: crisis de representación; en e12011: crisis de representación. Es
que no ha sucedido nada en el largo tiempo intermedio? Nadie puede negar la historia, pero
la historia debe reconocerse. Los
entre el 1810 y el 1811, hubo mucho más de una duda razonable sobre en dónde debe
estar depositada la verdadera soberania popular y si era la Junta
primera magistratura debería haber surgido desde este último. Gran punto
de discusión, pero sólo un gran problema: el de la representación política. En su momento,
como ya se ha serialado, se trataba de la transición entre el
Espafia y en América. En parte, como nunca antes, el significado del número puso a 1808
en el debate de la historiografía espariola y, a tal punto, que alcanzó también al interés de
los países americanos. En este 2012, vuelve a resurgir la historia de Esparia con su
bicentenario de las Cortes de Cádiz. Esto ha permitido una revisión de los alcances y
significados de 1808, 1810, 1812, que seguramente será muy importante a la hora de
hacer los nuevos balances. Por ocra parte, se ha contextualizado en forma más precisa y
figuras como Napoleón o de próceres de los entonces nuevos Estados, independientemente
de valorizaciones sobre sus acciones, han revivido también en otros procesos como el de
Finlandia, por ejemplo, que no escapan a una necesaria visión más de conjunto de lo que
sucede en la historia.
Debe recordarse también que las miradas sobre ”el pasado siempre coinciden más con
nuestras preocupaciones del presente y que, por ello, las preguntas y cuestionamientos
varían de acuerdo con necesidades contingentes. Las celebraciones del quinto centenario
del descubrimiento de América, o del bicentenario de la revolución francesa no
terminaron como se pensaban, pero, más aún, trajeron temas y problemas que en otros
momentos no figuraban. (:?_ue nos trae 1808, 1810 u otros anos que vendrán para
recordar las independencias de otros tantos países en América Latina? Seguramente nos
remitirán a las explicaciones centrales de las discusiones jurídico-institucionales siempre
vigentes, pero también será el momento de ver las diferencias entre lo que se pensó
debieran ser las nuevas repúblicas y lo que han sido en la realidad. Desde un punto de
vista social, son muchas las deudas históricas de los nuevos Estados y desde un punto de
vista sociopolítico y cultural, el problema de la gestación de la ciudadanía es aún una tarea
pendiente. Para que pensar en una verdadera modernidad y un progreso económico más
sustentable y más socialmente compartido. Y no es que no hayan existido oportunidades.
Era importante que los bicentenarios no fuesen sólo festejos oficiales, sino verdaderas
oportunidades para volver a pensarse como sociedades. No se trata de hacerlo sólo en un
punto cronológico del pasado y en otro del presente. Importa también, y mucho, lo
acontecido en el ya largo tiempo intermedio entre ambos puntos6.
Por ello, a pesar de todas las discusiones acerca de las causas profundas de los procesos de
emancipación americana y hasta donde son válidos los ejemplos de Estados Unidos y su
proceso caracterizado por la discusión de un liberalismo profundo y doctrinario, de la
Revolución francesa y sus consecuencias e impactos, o de las tradiciones
constitucionalistas de las provincial respecto a teorias vigentes sobre el poder, que en
ausencia de la autoridad legítima este se traslada hacia el pueblo, el problema central es
de que manera surge la nueva autoridad a partir de renovadas explicaciones relativas a lo
que se consideraba como legítimo. De hecho, cuando contemporáneamente se observaba el
funcionamiento de esa institucionalidad y se pensaba que las cosas no iban bien, no hubo
problemas para algunos de aceptar que era posible romper nuevamente esa legalidad a
partir de otras situaciones que igualmente se observaban como legítimas: detrás de toda
teoria del poder, lo que vence siempre y finalmente es la legitimidad sobre
la legalidad.
SOBRE LA INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin del Antigo Régimen y los origenes de
Ia representación moderna 29
No obstante, este es un problema básico que está relacionado con una pregunta
fundamental: fueron los procesos de independencia guiados a partir de opiniones
concordantes y homogéneas? Las influencias norteamericanas o francesas han operado, en
diversos grados, como elementos muy definidos a partir de la comprensión o valoración
de sus contenidos por parte de los patriotas americanos, reduciendo, al mismo tiempo, los
propios esfuerzos de estos para .poder tener un pensamiento y una acción propia. Un
análisis a partir de causas intelectuales internas, ayudaría a replantear el problema, pero en
unas primeras miradas, se advertiria rápidamente que no hubo un pensamiento
homogéneo. La propia ilustración se presentó a partir de las diversas formas en que se
entendia. Chiaramonte ha subrayado que tanto en sus influencias como en sus efectos, aun
cuando muy positivo en los avances en la conciencia crítica existente, deben reconocerse
las profundas desigualdades y diferencias producidas en términos de la desigualdad de
logros; desigualdad de orientaciones y percepciones y en las diversas formas de
supervivencia de etapas culturales anteriores (barroca/ neoclásica). Más preciso aún es su
análisis respecto a la ilustración espafiola, hispanoamericana y católica que, en el fondo,
fue una síntesis de un conjunto de tendencias reformistas y en donde se conjugaban la
tradición conciliar del catolicismo, el episcopalismo y el jansenismo. Se trató de una
amalgama de tendencias que lógicamente provocó una serie de imágenes de conflictos
entre la tradición y la modernidad7.
En los conflictos internos que desde 1808 se habían desatado en Chile debido a la
existencia de dos grupos antagónicos que al comienzo se debatían en torno a la sucesión del
Gobernador, después respecto a la Primera Junta de Gobierno, y posteriormente en fuertes
conflictos de interés entre la representación local (Cabildo de Santiago) y la
representación nacional, ”cuando perdia legitimidad la antigua representación se buscaba
una forma alternativa: el liberalismo era solución, pero no significaba acatado”. Las
distancias entre el pensamiento ilustrado y la acción militar; la falta de utí proyecto único
entre los grupos patriotas o progresistas y el surgimiento del divorcio entre diferentes
formas de liberalismo y las formas de pensar cómo debiera ser la transición hacia la
definitiva independencia y el surgimiento de un nuevo orden político, conforman los
problemas centrales y los planteamientos básicos de estos desarrollos.
Sucedió igual con los ideólogos del movimiento. Sus propias biografias tienen mucho de
leyenda o de aventuras personales que sin disminuir sus valoraciones, ponen sus historias
con muchos momentos abiertos para seguir unos u otros recorridos. Francisco de Miranda
nació en 1750, en 1771 estaba ya en Esparia y compraba un Grado de capitán de infantería
que le posibilitó luchar en Melilla y pasar enseguida a Málaga, Cádiz y Gibraltar. Sus
pasos le encontraron con la masonería y allí asumió el juramento del secreto absoluto que
para él se constituiria en uno de los factores básicos de su proyecto de emancipación
americana. Tanto él, como San Martín, Páez, Monteagudo, Santander, O’Higgins,
Rivadavia, Alvear, Bermúdez, Marifio, Juan Pio Montifar, Rocafuerte, Unáneu, Naririo,
Soublette, Montillo, Rivas, Pueyrredón, Zapiola, Belgrano, Hidalgo, Morelos, Urdaneta, y
tantos otros, dieron carácter singular a sus propios compromisos que si tenian raices
comunes9.
1
SOBRE IA INDEPENDENCIA EN CHILE. El fia dei Anfiguo Régimen y los origenes
de la representación moderna 31
despreciable”12.
Volvió a Inglaterra, logró acercarse a Pitt, pero rápidamente se aleja al no encontrar los
apoyos que esperaba. Decepcionado parte a Francia en marzo de 1792. Lucha por la
Revolución y al poco tiempo es también acusado de traición. Vuelve a Londres en donde
se encuentra entre 1798 y 1805 y entre 1807 y 1810. Intenta con la creación de una logia
masónica que Ilamó de Gran Reunión Americana la que opera con gran eficiencia en
Cádiz en donde se abre un taller con el nombre de Logia Lautaro, en honor al indígena
chileno. En 1799 llega Bernardo O’Higgins a Londres, le va a ver para recibir clases de
matemáticas, pero rápidamente supo que su maestro era eje de un proyecto de
independencia americana. Se dice que, al ser admitido en la Logia Lautarina exclamó:
”iVed en mí, sefior, los melancólicos restos de mi compatriota Lautaro! ¡En mi pecho arde
el mismo espíritu que libertó a mi patria Arauco de sus opresores!” Miranda, abrazándole
—lo cuenta el propio Bernardo- le dijo: ”Hijo mío, la Divina Providencia desea cumplir
nuestras esperanzas de libertad para nuestra patria común, que está decretada en el libro
del destino. Mucho secreto, valor y constancia será la égida que os guardará de los golpes
de los tiranos”. Nunca duck, el venezolano de la realización de su proyecto gigante”.
O’Higgins, volviendo a Cádiz se puso a trabajar por la Revolución. Allí conoció a San
Martín, entonces oficial del ejército espariol y de guarnición en esa plana. San Martín
conoció a Miranda sólo a través de O’Higgins. Nunca personalmente.
El venezolano nunca pudo alcanzar lo que se proponía con Pitt. Tampoco con su sucesor.
En 1805, volvió a Estados Unidos, a Nueva York. Napoleón seguia su expansión europea
después de la derrota de Trafalgar. Estados Unidos apoya silenciosamente sus relaciones
diplomáticas con Esparia y apoya también a Miranda. El 2 de febrero de 1806 sale con el
Leander y otros barcos destino a Haiti, al puerto de Jacmel. El 27 de abril es interceptado
por espafioles y pierde las dos goletas que le acompafiaban. Sigue hacia Trinidad y se
detiene en la isla de Barbados en donde inicia amistad con
12 Ibidem, pp. 120 y 114, respectivamente. 13 Ibidem, pp.159 y particularmente las citas
en pp.165.
SOBRE LA INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los ongenes de
la representación moderna 33
Por otra parte, los sucesos de Espafia terminarán en contra de Miranda. El 6 de junio de
1808, sir Arthur Wellesley recibe el nombramiento de Comandante para una expedición a
América para cooperg,con su independencia. Miranda acepta una posición subalterna. El
mismo día Napoleón corona en Madrid a su hermano y dos emisarios espafioles en
nombre de la Junta Asturiana, llegan a Inglaterra a solicitar el apoyo inglés. Inglaterra
prefiere a Espafia para ir en contra de Napoleón. Wellington recibe la orden de dirigir la
flota hacia la Península. En América, hay inestabilidad. Miranda juega su papel
escribiendo a toda América iniciar la lucha con Francia y organizar sus propios gobiernos
independientes. En 1809 comienza el proceso juntista, el 19 de abril de 1810 en Caracas.
La Junta local organiza tropas y envia emisarios a Estados Unidos y a Inglaterra. Allá van
Bolívar y Andrés Bello como secretario. La Junta tiene receios de Miranda, pero
Bolívar le convence volver a Venezuela. El 2 de octubre de 1810, antes de salir, redacta
un segundo testamento.
EDUARDO CAVIERES Fp
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• 1 r .1
Bolívar? Detrás del personaje, el hombre. En agosto de 1821, escril biendo a Santander,
exponía sus propósitos mayores en sus ya claros deseo
Ir allá con un ejército digno de los vencedores de Carabobo y Boyacá.. Fórmeme Ud. un
eierciro mie nileria cncrener 1,3 .
r •-.0.tonlena e las barbas del Chimborazo y Cuzco, que ensefie el camino de la vice ria
a los vencedores de Maipú y libertadores del Perú. iQuien sabe si la providencia me lleve
a dar la calma a las aguas agitadas de La Plata, y verificar las que tristes huyen de las
riberas del Amazonas! Todo es
sovar, amigo’.
PM”
35
istocracia
)rtante
portanw _ A Bolívar le parecia que los pueblos, a causa de las infinitas extorsiones
que les habían hecho sufrir, eran adictos al gobierno o, por lo menos, muy enemigos del
de Riva Agüero. Para Riva Agüero, su causa era en contra del tirano Bolívar y no dudaba
en pensar que todos sus conatos y libe aciones no habían tenido otro objeto que librar al
Perú de la servidumbre colonial ”y de la más ignominiosa esclavitud a que lo redujo la
ambición del usurpador” i [Bolívar]i5
15
s vd aa J r
proyecto político de poder. De hecho, antes de ser nombrado oficialmente como Jefe
militar del Norte reemplazando al denostado Manuel Belgrano, debió estudiar no sólo sus
estrategias militares sino también sus formas de relacionarse con los grupos de poder
local. Al mismo tiempo, sus otras permanentes preocupaciones fueron siempre Buenos
Aires. En 1814, siendo nombrado Gobernador de la provincia de Cuyo, la victoria de
Carlos de Alvear en Montevideo, convirtieron momentos muy poco propicios en el
comienzo de sus mayores logros en la región. El llamado Alan continental, cuyos
desarrollos son bien conocidos a propósito del Ejército Libertador de los Andes , su
amistad con Bernardo O’Higgins y su posterior presencia en la propia Lima, le pusieron
en la cima del poder, sólo que tuvo que disputarlo con el propio Bolívar.
De hecho, quizás la famosa y quizás poco conocida entrevista entre los dos líderes de
Guayaquil en 1822, sea el mejor ejemplo de que las Independencias, valorando sus méritos,
pero observándolas historicamente, fueron resoluciones de múltiples conflictos e intereses
bastantes independientes de las sensibilidades de las propias sociedades. Del encuentro
entre Bolívar y San Martín, quedo algo así como sutiles y diplomáticas muestras de
afectos yande mrecan reconocimientos entre dos jefes militares que pensaban sus
acciones en
14Lecuna I, 581. Citado por Waldemar Espinoza S., Bolívar en Cajamarca, Editorial
Univer Univ. Ricardo Palma, Lima 2006, pp. 23.
pp. 29-82
36
que su rival era el hombre indicado para ganar la guerra, un hombre cap
único obstáculo que impedia a Bolívar entrar en Pedi con su ejército” decidió su retiro.
anos, pero sin profundizar el análisis. Nos quedamos con la superficie: la voz, la acción,
las decisiones que se tomaron militarmente y no pensamos, necesariamente, que estas no
estaban exentas de todos los entramados de intereses, privilegios y poder en todas sus
formas. En esto existe también un gran problema: la historia la reconocemos por la
exteriorización de lo que sucedió, de lo que podemos ver y observar y no siempre sobre lo
que estaba sucediendo detrás de ello, de aquello que no siempre visualizamos, pero que
en todo caso estaba igualmente presente. En este sentido, es indudable que lo teórico, en
lo contingente, tiene menos peso aparente que lo práctico. Por ello, también, es más fácil,
más aceptable, hacer una historia descriptiva de los procesos que intentar sumergirse en
ellos para ver que había detrás o bajo de aquello que estaba aconteciendo. En su momento,
quizás ni Miranda, ni Bolívar, ni San Martín pudieron detener la fuerza de las corrientes
’6John Lynch, San Martín. Soldado argentino, héroe americano [2009], Crítica, Barcelona
2010,
O’Higgins fue una persona un poco más interesante desde el punto de vista de la historia
de las ideas. Fue hijo ilegítimo de uno de los grandes gobernadores de Chile a fines dei
período colonial, Don Ambrosio, un irlandés que ingresó al ejército espafiol, con grandes
méritos y que no sólo terminó en la más alta posición en Chile, sino también como Virrey
dei Perú y fruto de algunos deslices, o de amores, con una criolla chilena, nació Bernardo.
Este vio a su padre en una sola oportunidad, a los 10 afios, en na cuasi entrevista porque
ni siquiera conversaron largamente, pero lo importante fue que el Gobernador, que no lo
podia ni quiso reconocer de acuerdo a la legalidad vigente, se comprometió de hecho a
entregarle una buena educación. Fue enviado a estudiar en el Colegio natural de Chillán,
38
EDUARDO CAVIERES
FIOU
— 7 -”cguida guia sus panos hacia Esparía e Inglaterra. Alli, uno de sus amigos e
ideólogos n
Preferidos. cot,1
.aro-n
—-b- culculotario que seguramente lo tema, sobre la revolución francesa y sus viajes por
Eu
eau.i■- a guiei’ ic perturoaron los, para el, malos panos de su hijo, pero que i„ _
mej orar notablemente su situación económica sino que, además, cambiar su apellid.o de
Riquelme por el de O’Higgins. Lograda estas nuevas posiciones, se dedica también a la
política e igualmente abraza el movimiento
pr
bía que alcanzar las metas combatiendo no sólo con el enemigo externo, sino también con
el enemigo interno; no es casualidad que los dos grandes próceres chilenos de los que
hemos hablado, por distintas causas terminaron siendo enemigos irreconciliables y, en ese
sentido, se puede discutir mucho más acerca de lo que caracterizó al gobiernn cie
M-Tioain, rii,,,nriado
— de sus principios liberales debido a las premuras de las coyunturas, fue inca-
paz de nacer mas expedito el término del antiguo régimen y la construccion del nuevo
Orden. Se trataba fundamentalmente de un problema de carácter político-institucional.
Hay que insistir en que la mayoría de los análisis sobre la Independencia nacional termina
en el análisis y descripción de problemas políticos militares, primero con Carrera y
después con O’Higgins, pero no avanzan más allá. Lo mismo sucede a nivel americano.
Una parte importante de las celebraciones bicentenarios, al menos en lo oficial,
coincidieron en rememorar los hechos acontecidos y evitaron hacer el análisis de los
misnins poniéndoles en perspectivas temporales y tratando de analizarles respecto
39
mente ia
ron
ofortnadnotespyipfircoilfuens dexasp.
initraps
causal.ciduaáldeesrameásse
EL,
40
EDUARDO CAVIEREs
• - — _
-.Neas teni que ver con la representación, los derechos naturales y sociales v
presentes disensiones, cuando se reconozca que Chile solo pretende aquellos derechos sin
los cuales no puede existir seguro, tranquilo, v feliz, consagrando a la nación ente, a rln
n/l Co1
Los principios que deberían guiar esta Constitución igualmente 111p ron sorprender a
muchos o hacerlos incomprensibles para otros tantos. El primer principio caracterizaba la
deseada Constitución como justa, liberal y permanente. Le seguían, entre otros, el que el
pueblo de Chile retendría en si el derecho y ejercicio de todas sus relaciones exteriores
hasta formalizarse un Congreso nacional o al menos de la América del Sur; el que los
derechos, regalias y preeminencias de Fernando VII serían declarados por el Congreso; y
la declaración de que ”Chile forma una nación con los pueblos esparioles que se reúnan, o
dedaren solemnemente querer reunirse al Congreso general constituido de un modo igual y
libre”18.
Obviamente, destacan dos conceptos centrales: primer gran problema, ,quién es el pueblo,
los pueblos? 0C?_ue significa ello en 1810 o en 1818? Segundo gran problema: èQue
significaba ser liberal? En el ya citado Proyecto de una declaración de los derechos del
Pueblo de Chile..., Egafia definia el orimer orincinio. como A rricoln 10 Pn evm.• ”P11
PçtadO)
EPENDENCIA EN C
FIn,
’ �U Vir,,, _
INU
41
[ética, el rueu, ,r baio de una constitucion justa, liberal y permanente (lo cursivo es
:stro)• tri
bio, d
cocial, Clellina _
1• -
pacto social, definia io udu,’ titucionales que si se pensaban más generalizadamente desde
comienzos del
s. XIX: ”La Constitución reconoce que todos los hombres nacen iguales, libres, e
independientes: que aunque para vivir en sociedad sacrifican parte de su independencia
natural, y salvaje; pero ellos conservan, y la sociedad protege, su seguridad, propiedad, y
la libertad, e igualdad civil”. Le seguia articulados referentes al orden jurídico y la
seguridad individual, la libertad y la igualdad; la educación, la censura, las Juntas cívicas
generales y gubernativas y otros aspectos.
El título referente a los ciudadanos declaraba por tales a quienes deseando vivir bajo la
protección de las leyes, con garantia de su libertad, propiedad, seguridad, disfrutando de
los beneficios públicos y sociales, contribuyeran con su persona o bienes a las cargas y
defensa del Estado y enseguida pasaba a explicitar quienes podrían ser declarados por el
gobierno en tal categoria:
Todo hombre libre, natural o extranjero, que profese la Religión católica, y de razón de su
catecismo; que tenga instrucción en el breve compendio (que formará la República) de las
leyes más necesarias para la vida social; que sepa leer, y escribir; que haya servido a su
Patria cumpliendo el mérito cívico (de que después se hablará) de un modo aprobado por la
Censura, y cumplido el término necesario de disciplina militar; que tenga veinte y un
anos; y de quien informe la Censura que no ha desmerecido con algún delito o
profanación de las costumbres, o que se haya rehabilitado; tiene derecho, y debe ser
declarado Ciudadano activo, con parte en la Soberania, y apto para todos los ministerios
juan
Egafia, Exposición de los princípios que consolidan el pacto social de los habitantes de
Chile, WIlft _ a, £..mbranontn tadoç los decretos
legislativos,
43
terminismo histórico en que esta (la ley) ”se halla impotente muchas vei
para corregir la opinión”. Ante ello, se declaraba que ”no se permite enli
deteriora si casa con India. Se entiende por mulato que alguno de sus Padres]
lograda sino más bien proyectada, con contenidos todos muy importantes]
cabe pensar si se trataba sólo del pensamiento de Egafia y de algunos de sus seguidores o
hasta cuántos estaban realmente comprometidos con todo aquello, pero si debe seguir
argumentándose que en el sustrato de las acciones políticas y militares propiamente tales,
estaba el hoy dia tan utilizado concepto de la representación. ,Qué era y qué significaba
representación? Allí se encuentra una problemática muy densa y complicada, con
múltiples entradas y salidas para su estudio y comprensión y que exige ir desmenuzando,
en primer lugar, las acepciones de los conceptos, pero, además, las diferentes formas de
ser acogidos e interpretados por los propios contemporáneos de 1810 y anos siguientes.
Para ser más concreto, estudiando la situación, Sol Serrano habla sobre el problema de la
representación con
algunas ideas muy interesantes, pero que sin negar sus aportes, requieren de mayor
discusión. Una de sus ideas centrales es insistir y subrayar lo que llama la fortaleza de las
instituciones coloniales que superan el derrumbe de la monarquia. éQue significa ello? Lo
que está diciendo es que el proceso de independencia, independientemente del problema
militar, se pudo subsa-
20lbidem, Título 3, sección I, 1\I° 66, pp.17. 21 Ibidem, Sección 5. De las Castas, pp.21.
y dirigir a partir de que las instituciones coloniales eran de tal fuerza que
Por cierto, ante el transitorio triunfo realista, ello no prospero. No obstante, Sol Serrano
sefiala que este había sido un pequerio triunfo, ”antes de la derrota, de la lógica
representativa de los pueblos que transitaba hacia la de los individuos por medio de la
proporcionalidad y en contra de la representación unanimista, ya fuera monárquica o
militar. La representación antigua mostraba toda su fortaleza, su flexibilidad para hacer un
tránsito del régimen político. Las instituciones monárquicas habían realizado el primer
tránsito en esos anos en que quedaron en evidencia las lógicas que se enfrentarían en la
construcción del Estado nacional”22. Por cierto, hay una doble proyección del problema:
hacia atrás, es importante seguir preguntándose hasta dónde esta era un proyecto realmente
colectivo y hasta dónde habían diferencias profundas entre los mismos sectores patriotas;
hacia delate, se trataba de un proyecto de muy largo plazo. Por lo pronto, y como está
sefialado, para Juan Egaria en 1811 y para el posterior Reglamento
EDUARDO CAvirr—
—.t.rits FI
; de 1
insti-
IGE
a .PC °asandose •
eei esr
en donde su idea central es que la tuna de la civilidad chilena e incluspo del sistema
democrático fue el Cabildo colonia123 . Lo que hace Serrano es ver, desde otra
perspectiva, esa idea: frente a los hechos de 1808. Efectivamente, el Cabildo santiaguino
alcanzó un protagonismo inusual. Lo hizo porque era parte importante de la
institucionalidad existente y sobre ello Serrano seriala dos ejemplos de elecciones de
cabildo en 1809, en Quillota y La Serena, en que frente a reclamos por fraude, la Real
Audiencia ordenó repetir el procedimiento concluyendo que ”la impugnación era la forma
y competencia de los grupos locales por el poder comunal. Por lo mismo esa cultura
política era jurídica, donde los elementos procesales eran cruciales”24. Sin embargo, estos
dos ejemplos pueden ser válidos, pero no generalizables. Lo fundamental en esta visión
del Cabildo tiene que ver con el nivel en que puede ser visto como el puente de la
representación del pueblo (y de que pueblo). Efectivamente, en el período colonial, el
Cabildo desarrolló una función concreta de representación, pero se debe precisar el
concepto. Una situación es que podia representar y hacer representaciones. Podia
presentar sus reflexiones y sus inouietudes resneern a la ,IntP PI
-r - IS1111•J
_ 1 .
11 .._ — 1_ e 1•1
” Julio Alemparte, El Cabildo en Chile colonial, Editorial Andrés Belo, Santiago, 1966 24
Serrano, op. cit., pp. 500.
DEPE
moderna
45
�’.
e• a
rjirliSt””ráfiCa
p
46
EDUARDO CAVIERES
ya antigua polémica que estuvo presente en los anos 1960 a propósito dos de las
publicaciones más importantes sobre la independencia, los libn
entrada la década de 1820, más bien en 1828, cuando efectivamente asorn.al un intento
liberal propiamente tal a través de otro golpe de Estado, de Ra. món Freire, que promulga
muy rápidamente una Constitución liberal que tampoco pudo ponerse en vigencia
concreta. Salazar seriala que el fracaso de
se habría debido a los intereses mercantiles de algunos grupos chilenos y sus aliados
extranjeros que estaban en contra de la democratización del proceso
y que por lo tanto querían entrar en una fase de contracción de lo que se había venido
logrando28. Como sea, me parece que habiendo elementos interesantes en esas
posiciones, hay que volver a poner en discusión los
reales términos de la representación del Cabildo. Incluso, si el cabildo fuese el órgano más
democrático del período colonial y al cual no se puede restar méritos al papel jugado al
convertirse en eje del proceso de independencia, el cabildo actuaba en términos de una
democracia entre iguales y no más allá que ello. Efectivamente, en el período,
especialmente entre 1810 y 1814, ocurrieron situaciones interesantes en ese Cabildo que
al menos comenzaron a romper con ese tipo de representación, aun cuando se puede
insistir en si efectivamente existia un solo proyecto político de representación al interior de
todos o de la mayoría de sus miembros.
1795-1823. Family and Business in the Transition from Colony to Nation, Ph.D. Diss.,
Texas at
Austin, 1993.
1959; Sergio Villalobos R., El comercio y la crisis colonial, Santiago [1968], Universitaria,
hte proclive hacia ciertas tonalidades de un cierto y min difuso liberalismo, pero que sí
buscó cambios al concepto de representación y al sistema institucional del viejo orden que
buscaba suplantar a través de la creación de un nuevo orden, relación poco utilizada en
nuestra historiografía y que es can usual en términos de los análisis de la revolucirin
francesa o de los primeros movimientos liberales esparioles con énfasis en que en ellos su
grau objetivo era el crear una nueva institucionalidad. Infante es un buen ejemplo de esta
falta de un proyecto político único. En diciembre de 1810, presionó al Cabildo para
recabar de la Junta de Gobierno una más decidida voluntad de convocatoria a elecciones
para la pronta reunión de un Congreso Nacional. Entre sus argumentos manifestaba que el
derecho de soberania se les devolvia a los pueblos con la muerte civil del Monarca y que
se requeria de una pronta formación de una Constitución sabia que sirviese de regia
inalterable al nuevo Gobierno. El Congreso se reunió efectivamente e14 de julio de 1811
e Infante se convirtió rápidamente en el más violento y elocuente orador del mismo.
Como miembro de la Asamblea subscribió el Reglamento provisorio para el mejor
régimen de gobierno, a nombre de Fernando VII, lo que le valió su salida del Congreso
en la primera asonada de José Miguel Carrera el 4 de septiembre del mismo ano. Como es
bien sabido, Carrera actuó apelando a una petición a nombre del pueblo, pero firmada
sói() por algunos ciudadanos, que llamaban a la salvación pública a través de drásticas
medidas, como la expulsión de ciertos diputados, como Infante, Eyzaguirre y otros. En
marzo de 1813, a consecuencias de nuevas coyunturas militares, Infante volvió a ser
componente de una nueva Junta de Gobierno”.
Evidentemente hubo grandes diferencias entre los discursos y las prácticas, pero también
entre el mundo de las ideal y el mundo de las acciones concretas. Por ello, reconociendo
las diferencias entre lo que pensaba Infante, o lo que escribía Camilo Henríquez en la
Aurora de Chile, es que se fue pasando desde unas posiciones a otras, de ser realista a
patriota, de ser ilustrado a ser liberal, cuestión difícil de precisar, pero muy importante ya
que en ,)ocos trechos temporales se producen cambios en las orientaciones
”Domingo Santa Maria, Vida de don José Miguel Infante, Miranda editor, Santiago, 1902,
pp. 20-32.
48
de los sucesos y, con ello, cambios en las posiciones y en las decisiones. producen
confusiones, hombres ilustrados optan indistintamente por
guntas y cuestionamientos.
„—, , ,1 ., 1 l’1• 1
49
que ell°s habían sido parte del tipo de representación en crisis y que, por
lo tanto,
a partir de las teorias políticas que se discutían, a ellos les correspondia tener una propia
Junta de gobierno, a nombre del Rey y mientras durmoel cautiverio. Esc, era lo que estaba
en el ambiente y se observaba en regiones vecas.Alli si que el Cabildo asume una
capacidad de influencia que no había tenido en el período colonial y ello es una situación
que no ha sido visualizada en profundidad: el cómo, al interior del Cabildo, se fueron
produciendo estas transformaciones desde una representación dei antiguo régimen a una
de nuevo orden.
El Cabildo de Santiago, como institución, fue quien llevó la petición de renuncia a Garcia
Carrasco y quien logró convencer a uno de los vecinos más pudientes y reconocidos
socialmente como lo fue Toro y Zambrano, que había sucedido a Garcia Carrasco y al
cual se comenzó a presionar para que llamase a una Junta Nacional de Gobierno. En
septiembre de 1810, un grupo le hace jurar la Junta de Sevilla; otro grupo le convence
llamar a Junta Nacional y le garantiza que será el Presidente de la misma. Así lo hace,
pero la noche anterior a ello, se reúnen algunos de los vecinos más influyentes para
apoyar la Junta, pero sin participación de miembros del cabildo en su conformación: poder
local, frente a la Junta, poder nacional: nuevo problema de representación. El Cabildo se
guarda el derecho de seguir representando las aspiraciones de los vecinos más importantes
del Reino frente a la Junta. Esta se instaura como junta provisoria, mientras se convocara
a elecciones para la formación de una Asamblea o Congreso Nacional con participación
de todos los ”partidos” del país, de todos los pueblos.
Se instauró la Junta, pero la convocatoria se retrasó continuamente. Ante las presiones del
Cabildo, Infante hace ver que los pueblos están nombrando por su cuenta a los diputados.
sucedia? El Cabildo se dividió entre quienes pensaban en un sistema de representación
universal y quienes lo pensaban en términos de proporcionalidad. Para estos últimos, no
todos los vecinos podían tener el mismo número de representantes y Santiago debería ser
mayor. Existia una idea de lo que debiera ser, pero había una re4idad que loiiarn
mpeednía. Finalmente, el propio Presidente solicitó al Cabildo hacer el reg to de esas
elecciones. Se constituyó el Primer Congreso Na
Entró en una fase de gobierno que bacia 1820 estaba muy desgastado d,
el propio Santiago (Tiltil). Se creó un abismo entre grupos que no tuvo que ver sólo con
enemistades personales, sino también con un problema de fondo: O’Higgins pensaba que
tenía que entrar en vigencia el nuevo Estado, pero suponía que todavia no era el momento
y que hacerlo seria conducir al país a una especie de guerra civil. Por ello, afianzó su
poder supremo y sólo en 1822, acocado por variadas resistencias, es que accedió a
promulgar una nueva Constitución que establecía un primer sistema electoral aunque
muy dirigido desde el poder central, en particular respecto a la nominación concreta de los
diputados. La Asamblea resultante se reuni() provocando un momento muy crucial.
O’Higgins se instaló como Presidente de la Asamblea, nombró al Presidente y
Vicepresidente de la misma, se retiró y dejó su
renuncia para que el nuevo sistema comenzara a funcionar. Por cierto, los representantes
eran O’Higginistas en su mayoría y rechazaron su renuncia
La ,e a
SOBRE
dei antiguo régimen hacia un sistema electoral moderno, lo que procedia era una
transición entre ambos regímenes por medio de la representatividad: elección por medio de
la proporcionalidad y en contra de la representatividad unanimista o corporativa. La
representación unánime, fuese monárquica o militar, fue la representación común hasta
ese momento. La representación antigua, al momento de 1822 mostraba toda su fortaleza,
pero también una adecuada flexibilidad, para hacer el tránsito del régimen político. Es lo
que sucedió con O’Higgins: entendió que a partir de lo existente podia seguir controlando
el poder, pero se equivocó en el sentido de pensar que el apoyo que se le estaba
entregando no era ya el apoyo de viejo régimen. En verdad, no era apoyo individual, el de
los nuevos ciudadanos, sino que seguia siendo el apoyo corporativo cuando este ya
estaba sumido en crisis. Ese equívoco en sentirse legitimado en 1822 lo llevó al desastre,
a la abdicación y al exilio, pero, al mismo tiempo, llevó al país a un estado de anarquia
que queria evitar manteniendo el poder. Entre 1823 y 1829 se sucedieron una serie de
intentos constitucionales, pero se terminó en el enfrentamiento de 1829 que dio paso a una
organización definitiva, pero no en forma liberal, sino conservadora. Estos liberales de
1829 representaban la última expresión del liberalismo doctrinal que venía surgiendo
dentro del proceso de independencia. La Constitución de 1833 reglamentó, pero no
profundizó lo que se venía discutiendo sobre ciudadanía, elecciones y régimen
representativo.
EDUARDO CAVIERES
Fitie
a pai ur ue ia lenta construcci del nuevo estado constitucional. Ello lleva nuevamente a
replantear ide, teorias acerca C1P _ 1
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y, a io menos
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Laciolies mineras, aos bases que siguen vigentes en la actualidad. Una vez alcanzada la
Independencia, simre
mo o Dictador? Del mismo modo, antes y durante el gobierno de don Bernardo,¿de qué
tipo de representación se estaba discutiendo?, é de la de vecinos o de la de ciudadanos?
Detrás de ello persistia el pensamiento de antiguo régimen, pero también crecían los
adeptos al pensamiento ilustrado, aun cuando este no era homogéneo y se entendia de
diversas maneras y con distintas significaciones. Ni los liberales fileron nereçariarnente
ilustra-
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de ello existia un p
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allí todo estaba
,
54
EDUARDO CAVIEF
El contexto hispano: desde Aranjuez de 1808 a Cádiz de 1812. temas y los grandes
problemas.
hilos que caracterizaba la situación europea y espafiola de comienzos del XIX, en la muy
patética situación en la que se encontraba el Rey hispan
de marzo de 180830.
actuaba como si nada pasare. La vida en Aranjuez parecia normal; Ias ac-
3° Príncipe de la Paz, Memorias II, 309; citado por Angel Ortiz Córdoba, Aldea, sitio,
pueblo.
Finalmente, el 19 de marzo de 1808, èalzatniento contra Godoy? Las causas no son claras
y, detrás de ellas, estaban también las siempre presentes preocupaciones y divagaciones de
los sectores sociales afectados. Aranjuez, aunque ciudad pequefia, era posiblemente una
de las plazas económicas más sólidas de la península. La presencia real siempre
dinamizaba las actividades locales y una posible salida del Monarca indudablernente
provocaba inquietudes diversas. Si a ello se agregaban las simpatias bacia Fernando, las
dudas sobre la actuación del Rey, indolente y pasiva frente a los franceses, y,
fundamentalmente las antipatias crecientes bacia el propio Godoy, se trató, finalmente, de
una combinación de circunstancias y relaciones difíciles de precisar, especialmente si se
trataba de situaciones relacionadas con la sobrevivencia cotidiana o con actitudes de
carião y defensa de la institucionalidad. En 1809, El Semanario Patriótico, con sede en
Sevilla, escribía:
Cuando las circunstancias se combinan de modo que esta desunión desaparece entonces se
conoce la fuerza irresistible que hay en los pueblos para alejar de si cualquiera especie de
males. èQué son en aquella hora los tiranos? èQué pueden los satélites que los cercan?
èQué las espadas que pagan? Pálidos, consternados, exánimes ellos y los suyos, no
hallan dónde fijar el pie sobre la tierra, y quisieran esconderse en sus entravas. èHay quién
quiera complacerse en tan hermosa escena...? Si
de Madrid.
. .._ . . ..._ .
da militar Crente á Palacio Real en donde comenzó la rebelión contra los franceses,
inauguró los actos del bicentenario de las Guerras de Independencia. En el desfile
participaron soldados espafioles y franceses, y también del Reino Unido, Portugal y
Polonia, algunos con uniformes de la época,
esparioles y franceses se enfrentaron con inusual violencia y los hechos, con la aparición
de una guerra de guerrillas, dejaron huellas profundas que,
dencia fue creciendo y, entre el número de títulos que surgieron en lo últimos anos, el
libro de Ronald Fraser, La Maldita Guerra de Espana...
Por la vasta obra existente sobre el tema, pero más anil, por la enor-
En los estudios de historia actual, con fuerza podemos hablar de la intrahistoria. El libro
de Fraser permite precisamente tener una intrahistoria de la Esparia de 1808 a 1814: una
historia por dentro llena de detalles, episodios, aspectos de la vida cotidiana; también del
pensamiento, de los intereses particulares, de las nuevas esperanzas y de las nuevas
frustraciones populares. La guerra siempre es guerra y los resultados nunca alcanzan el
nivel mínimo de aspiraciones colectivas y menos de las populares. También entonces, el
nivel de sacrificios, de violencia y de terror desatados, no compensaron las expectativas
escasamente logradas. Páginas muy especiales son las dedicadas a un breve análisis del
conflicto a través de la serie de Goya, conocida como la de los desastres, 82 grabados que
permiten la lectura visual de lo ocurrido. Un verdadero testimonio gráfico de la guerra
vista desde lo noimaginado.
”Ver, Eduardo Cavieres, El otro Bicentenario, La Tercera Cultura, Santiago, 5 abril 2008,
p.12.
58 EDUARDO CAVIERES
esta historia de Esparia es también parte de nuestras historias nacionales y por ello el
bicentenario tuvo dimensiones mucho más amplias que las nacionales propiamente tales.
Leyendo a Fraser, sin disminuir la figura de Napoleón, podemos valorizar más
consistentemente los hechos propiamente espafioles como génesis del proceso
independentista que alcanzará a las colonias. Una de las relaciones más estrechas posibles
de analizar para una historia más en común tiene que ver con el proceso que conduce
hacia las Cortes de Cádiz y a los primeros enunciados del liberalismo político de
comienzos del siglo XIX.
En 1999, Manuel Chust escribía que 1808 significo() el comienzo dd fin de la monarquia
absoluta, pero, al mismo tiempo, al elevar el problema al inicio del proceso
revolucionario burgués espafiol y, junto a ello, al observar el surgimiento de una pluralidad
de estados nacionales americanos, ponía énfasis en una historia Esparia-América no sói()
inter-relacionada, sino además integrada. Según el mismo Chust, ”América aparece
omnipresente en todo el período”34. Por sobre los acontecimientos desarrollados en los
territorios peninsulares y por sobre las situaciones políticas que relacionaron a Carlos IV y
a su hijo Fernando y a ambos con Napoleón y con José Bonaparte, la presencia americana
en los debates de las instituciones surgidas como consecuencia de todo aquello, sin negar
discusiones propias de las miradas de la historia jurídica, la práctica del suceder de lo
cotidiano llevó inevitablemente al problema de las representaciones y, especificamente a
la nominación de diputados americanos suplentes que se integraron a las sesiones de las
Cortes. Por cierto, hubo desajustes y desacuerdos: los americanos reclamaron la igualdad
de derechos, es decir, la igualdad nu-
34 Manuel Chust, La cuestión nacional americana en las Cortes de Cádiz, Valencia 1999,
ENDENCIA EN CHILE. El fin dei Antiguo Régimen y los origenes de Ia representación
moderna 59
Los orígenes y desarrollos de todos los procesos corrieron también muy en paralelo. A
veces se olvida que, a fin de cuentas, se trataba de una sola realidad política institucional
que entró en disolución. En Esparia, desde 1808, ya la Junta Central fue clara en pensar
que lo que acontecia en la península acontecia también para los territorios ultramarinos y
ya el 22 de enero del ano siguiente, afirmando que los dominios no eran colonias sino
parte integrante de la monarquia espariola, invitaba a estos a enviar un representante por
cada uno de los virreinatos y de las capitanias generales, Chile, Venezuela, Cuba, Puerto
Rico y Guatemala. Por primera vez, se convocaba a representantes americanos, pero, como
todo proceso finalmente revolucionaria no estuvo exento de dificultades y desavenencias.
En la propia Espana, no había acuerdo en cómo convocar a las Cortes: la opción ilustrada
de Jovellanos se inclinaba por una base de estamentos de privilegios del Antiguo
Régimen; los sectores liberales, proponían una sola Cámara elegida por sufragio
indirecto. Por el lado americano, gustando la opción que se abria, disgustó el escaso
número de representantes que le correspondia. Al final, o no se enviaron o no llegaron
dado los tiempos y las distancias que estaban presentes. En cambio, la situación permitió
una dinámica que se manifestó rapidamente como imparable. En Esparia persistieron los
nuevos intentos por orientar el proceso. En enero de 1809, la Junta Suprema Central
llamó a los esparioles americanos para nombrar representantes, en un número de 10,
incluyendo a Filipinas. Junto a cada uno de los diputados representantes de cada uno de
los virreinatos, otros cuatro representarían a las cuatro capitanias generales, entre las que
se encontraba Chile. El 10 de mayo del mismo ano, la misma Junta presentó un Manifi
esto a los americanos, y, posteriormente, desde Bayona se incrementó la representación
americati.. desde 9 a 22 diputados. Como sabemos, la ausencia de estos en las Cortes se
superó a través de la nominación de diputados suplentes35.
3s lbidem, pp.30-35.
60
EDUARDO
CAVIER
la a
At2
Partir
Por cierto, hubo problemas generales que eran mayores a los problemas om Pbri,n r1,-.0
P., 1 T-1— T -L- I__ .
36Ver, Javier Lasarte, Las Cortes de Cddiz. Soberania, separación de poderes, Hacienda,
1811
Marcial Pons Historia, Universidad Pablo de Olavide, Madrid 2009, pp. 25-30.
en
el periódico
1810, éste samu.a.L. Las operaciones de las Cortes Generales de la nación espariola que
se
ul
• stalaron antes de ayer en la real Isla de León, son el objeto más importante de la atenciOn
pública, y de la solicitud de los buenos ciudadanos. Este Congreso respetable, análogo a
nuestras antiguas y más sagradas instituciones, prescrito imperiosamente por las
circunstancias, ordenado por nuestro legítimo monarca en los últimos momentos que
precedieron a su cautiverio, no será un concilio de magnates y obispos, donde la mayor
parte de la nación carezca de representación y de voz; ni una congregaciOn de personas
llamadas arbitrariamente por el gobierno; ni una junta de los procuradores de algunos
pueblos privilegiados con exclusión de los otros; ni una mezcla de elementos de especies
diversas y encontradas, donde las miras parciales hagan perder de vista el bien común; ni
un fantasma vano de cortes en que la corrupción revista de formas y apariencias legales
los actos del despotismo; ni una asamblea tumultuaria, elegida por un príncipe extranjero,
y celebrada fuera del territorio espafiol entre los artificios de la seducción y las amenam
de las bayonetas. Será, si, la reunión de una gran familia, en que se ventilarán con
dignidad y decoro sus más caros y preciados intereses, y sin desafueros ni agravio de
nadie se expresará la voluntad general de todos. En ellas se ve por la primera vez el
pueblo espariol-representado en toda su integridad, y el árbitro absoluto de sus destinos37.
Obispo de oe
ele la Regencia de Esnan-,1 p 7A,, No 7’) ’”)S ,,nripmhre de 1810. Citado por Lasarte,
p. 31.
62
EDUARDO CAVIE911
una buena síntesis del proceso: queda claro que la Asamblea no preta
momento en que era necesario unir a toda la nación para la lucha armada
discutia en la misma Esparia y que los términos del debate se encapsulaban de la misma
manera que lo harían en paralelo y posteriormente en América. Una situación era el de la
soberania y en donde se depositaba, otra era situar ese depósito en una necesaria división
de los poderes políticos: soslayando el poder judicial, o lo era el ejecutivo (la Regencia) o
lo era el legislativo (las Cortes). En América, en los inicios de los procesos de
independencia, la discusión era entre las Juntas o los Congresos. 0Q_uién legitimaba a
quién?
Quién se establecía primero para legitimar al otro? Y no hay que olvidar las diferencias
entre monárquicos y republicanos.
De los puntos centrales que siguen y seguirán discutiéndose, destaca, como muy
fundamental, el carácter liberal de la revolución hispgria que culmina con la
promulgación de la Constitución de Cádiz. Más aún, se indica a menudo que los
gestores y actores de esa revolución fueron los liberales esparioles. Por cierto, detrás de
todo, hubo un largo proceso de convergencia de desarrollos económicos, políticos,
ideológicos y culturales. Los más cercanos fueron la Enciclopedia francesa y la
ilustración inglesa. ¡Cómo fue posible que ambos se amalgamaran tan rápida y
bruscamente en el caso hispano? Ilustración y liberalismo, más que conceptos, fueron
realidades complejas y en muchos casos más emotivas que racionales. En la explicación
de la situación, Pérez Garzón ha escrito que, en castellano, lo que se define como
liberalismo es la idea de libertad como soporte de un movimiento social, político y
cultural. La palabra liberalismo ”significó tanto el principio político de la libertad como la
virtud social de la liberalidad o generosidad. Concentrar ambas dimensiones de libertad y
liberalidad en el calificativo de liberal fue la aportación de lo que se conoció entonces
como revolución espaliola, en línea con las otras revoluciones anteriores, la inglesa dei
siglo XVII y la americana y la francesa del siglo XVIII. Los protagonistas de la
revolución espariola se definieron a si mismos como liberales, frente a los serviles del
absolutismo. La fórmula se expandió y así el liberalismo se convirtió en el concepto para
definir los cambios políticos que se desarrollaron a lo largo del siglo XIX en los distintos
países occidentales”39.
’Juan Sinisio Pérez Garzón, Las Cortes de Cádiz. El nacimiento de la nación liberal
(1808-1814),
64 EDUARDO CAVIE
Para comienzos del siglo XIX, no hay que olvidar otra situacióni
explica iaiiiuicii, cii pai LC, las WIILIaLLICCIULLCS IlUCIalCS. vura ue sus rakil
los eclesiásticos, del trono sobre el altar. Surgió el regalismo que, al reformas en las
relaciones del poder político, asumió igualmente prin • avanzados. Así, la relación entre
regalistas e ilustrados fue bastante in y, prueba de ello, en Esparia, se distinguieron
Campomanes, Aranda, ridablanca, Jovellanos y tantos otros. Y si queremos complicar aún
más cosas, tampoco soslayemos la atracción que ofrecía la presencia franco respecto a
sus ideas. Para muchos ilustrados, difícil era desconocer el le guaje político de Napoleón
basado en ideas de nación, derechos ciudada y prosperidad pública. Así lo expresaba en
unos de sus decretos firmados( mayo de 1808 para ser publicado en La Gaceta de Madrid:
Esparioles: después de una larga agonia vuestra nación iba a pereci He visto vuestros
males y voy a remediarlos. Vuestra grandeza y vuesa poder hacen parte del mío. Vuestros
príncipes me han cedido todos si derechos a la corona de Esparia. Yo no quiero reinar en
vuestras provi( cias, pero quiero adquirir derechos eternos al amor y al reconocimiem de
vuestra prosperidad. Vuestra monarquia es vieja; mi misión es rem varia; mejoraré
vuestras instituciones, y os haré gozar, si me ayudáis, c los beneficios de una reforma, sin
que experimenteis quebrantos, de órdenes y convulsiones. Esparioles: he hecho convocar
una asarnbll general de las diputaciones y provincias y ciudades. Quiero asegurarn por
mí mismo de vuestros deseos y necesidades. Entonces deponde todos mis derechos y
colocaré vuestra gloriosa corona en las sienes (1 otro Yo, garantizándoos al mismo tiempo
una constitución que co’ cilie la santa y saludable autoridad dei soberano con las
libertades privilegios dei pueblo...40
En todo caso, fueron las insurrecciones en contra de Napoleón las qu llevaron casi
espontáneamente a la creación de Juntas, respuesta que e todo caso era conocida
institucional e históricamente para resolver asuntc urgentes de carácter local o estatal. Aun
cuando se utilizaran dentro de uj
65
‘ondescendencia con los franceses; las audiencias y los intendentes siguieron existiendo
con poderes muy restringidos. Pero, clarificando que no se trataba de modificar el orden
social existente, con una sola excepción, los miembros de las Juntas no fueron elegidos,
sino nombrados. Aunque la excusa fite la premura del tiempo, todas ellas necesitaron de
las antiguas autoridades y por ello el 40% de los componentes de los nuevos gobiernos
fite ocupado por ellas. A ellos se agregaron los militares y el clero que tuvo una
presencia en las Juntas cercana a125%. Otro 10% estuvo compúesto de miembros de la
elites locales, alta y baja nobleza. Muy poca representación tuvieron los vecinos comunes
de las localidades y tambien los comerciantes. En las Juntas catalanas y valencianas, hubo
presencia de sectores pertenedentes a clases trabajadoras. Las Juntas se autocalificaron
como Supremas, lo que en la práctica significó que Esparia volviese a dividirse en reinos
y regiones constituyentes, autónomas y soberanas. Su lucha común en contra de
Napoleón y sus miradas comunes bacia la ayuda política, militar y financiera de Gran
Bretafia, les fueron orientando, primero bacia una Junta Unificada y enseguida, ya en
plena guerra contra Napoleón, bacia la Junta Suprema a partir de septiembre de 180841
EDUARDO CAVIE
Juntas supremas según el modelo espariol, que permanecieron lea In n r,,1 n vu r,..-.. .-,
,-,; rIn-li r, e-si-reN erras; c..-1-1.-. .et-sn i—■^1 ..sr; cF.”42
ultramar. A grandes debates, se nombraban comisiones ad hoc. El prin • de ellos tuvo que
ver con los grandes principios relativos a la igualdad yg derechos. El 16 de diciembre, los
americanos presentaron sus once proposi tas autonomistas, económicas y políticas: entre
otras, representación g( porcional y equitativa ante las Cortes; igualdad de derechos de
americano esparioles e inclusive indios para ejercer cargos políticos, eclesiásticos o inl
litares; distribución de la mitad de los cargos disponibles a favor de los m turales de cada
territorio; creación de comités consultivos para elección d cargos públicos;
restablecimiento de los jesuitas a América, etc. Igualmetu avanzaban en reformas
económicas conducentes al libre comercio y a 1 supresión de monopolios del Estado o de
particulares. Obviamente, si t que despertaron ciertas simpatias, no por ello lograron
respaldos y en est el análisis de Manuel Chust es importante y cuidadosamente conceptual
junto a razones muy prácticas, los liberales ”se enfrentaban a un problem secular del
constitucionalismo espariol de todo el siglo XIX y buena pai te del XX. Estas propuestas
autonomistas americanas significaban integra en calidad de territorios en igualdad jurídica
a las antiguas colonias deu tro de un Estado-nacional con parámetros plurinacionales. Y,
desde luegt dejaba planteado un problema: cómo articular este estado plurinacioná bajo
premisas monárquicas? El primer parlamentarismo espariol nace co pretensiones de
centralidad, de unicidad que no son gratuitas... Teníaa verdaderamente, un problema
teórico, ideológico, práctico y táctico. Usi
67
Por cierto, hubo mucho más. También Chust nos lleva a los otros grandes temas. Se podia
discutir acerca de las proporciones entre peninsulares v americanos en términos de
representaciones, pero indios y castas estaban absolutamente excluidos. La representación
llevaba hacia la soberania: provincias, autonomias, monarquia, estado nacional. Entre
representaciones y soberania, estaba también la igualdad. De acuerdo a las discusiones
respectivas, Chust visualiza el cómo se pensaba que los representados no tenían porque
ser todos representantes: se avanzaba hacia las bases del sistema electoral censitario. De los
grandes problemas se pasaba también a otros aparentemente menores, pero por cierto
igualmente importantes. Estaban las cuestiones del reparto, la esclavista, la eclesiástica,
pero también, y basicamente, los problemas constitucionales y la necesidad de una
Constitución. El 25 de agosto de 1811, comenzaron los debates acerca del texto
constitucional y este no sólo estaba referido a la península, sino era igualmente extensivo
a sus colonias o a sus provincias según los pareceres de algunos o de muchos. En lo
esencial, en el gobierno, lo básico tenía que ver con el tipo de administración que se
queria y en ello no hubo acuerdos absolutos. Las contradicciones existentes, impedían la
formación de un ente plurinacional que pudiese cobijar a todo lo que había sido el Imperio
y sus colonias, las llamadas diputaciones provinciales no alcanzaban a llenar los deseos
de todos”.
Entre 1810 y 1813, las discusiones de las Cortes fueron profundas y, obviamente, estaban
encaminadas a la construcción de un nuevo orden político, o, al menos, para los más
tradicionales, a lograr nuevos consensos que permitieran la reactivación del sistema bajo
nuevas formas. Como sea, la experiencia política de esos anos no sólo fue innovadora,
sino en muchos sentidos provocativa e imaginativa. Pero, no se trataba sólo de que en
Espafia se estuviese pensando también en América; más aún, de que en muchos sentidos,
como lo veremos para el caso de la Constitución de 1812, se pensara que en las (ex)
colonias no sucedia nada. Parte importante de los debates que estaban en la agenda
cotidiana de las Cortes, eran también los debate.iique se sucedían en los ideólogos
patriotas americanos y a ello se puede agregar que, en definitiva, existieron muchos más
pensamientos si-
7, revisar capítulos 3, 4, 5 y 6.
68
EDUARDO CAVIERE$1
nuevas Repúblicas.
de los dos diputados suplentes por parte de Chile: ambos hijos de coI
Don Joaquín Fernández de Leiva nació en Santiago en 1775; hijo único del tercer
matrimonio del comerciante espariol Lucas Fernández de Leiva, hombre bastante
acaudalado que falleció en 1779 dejando una cuantiosa fortuna que permitió a Joaquín
utilizar parte de su herencia en su propia educación de modo que, sin apremios
económicos, no se dedicó a los negocios y, por el contrario, fue un brillante estudiante en la
Universidad Real de San Felipe, de la misma ciudad de Santiago de Chile, en donde
habiendo aprobado todos los cursos seguidos entre enero de 1796 y abril de 1798, k fue
conferido el Grado de Bachiller en Sagrados Cánones y Leyes en enero de 1799. Al ano
siguiente recibió el Grado de Doctor con su Tesis ”Los justos derechos con que la Corona
de Esparia domina las dos Américas
y se recibió como Abogado. Fue consultor del Tribunal de Minería local en 1803 y, entre
1806 y 1808, fue segundo Diputado y Primer Diputado
A INDE
IP’
69
pueblos contra su voluntad”45, significando que una insuficiente tación de las provincias
americanas equivalia a someterlas sistemát
figura de Fernando VII. Tan fuerte eran estos sentimientos que junto (
que hubiera deseado que hubiese habido unanimidad respecto al decrei de guerra perpetua
contra Bonaparte y que no quedasen dudas de lleg
todo caso veia lejana tanto por la educación, buen corazón y otras prendai innatas de la
religión y amor a la Patria del Rey como porque este no podria
dejar de corresponder al extraordinario afecto que le había demostrado t
45 Sesiones de las Cortes de Cádiz, 11 de enero 1811. 46 Sesiones de las Cortes de Cádiz,
21 y 25 de diciembre de 1810.
U••••••■• 4..11
debe seguir a un Rey que no está libre en el ejercicio de sus facultades... Por eso nuestras
leyes han dispuesto que en caso de llegar el Rey ai extremo de furioso, se le pongan
tutores, porque un loco no es capaz de hablar con principios de razón.
La América, Serior, no quiere nada de los franceses: los despreciamos todos; Bonaparte
allí está tenido por un embustero, a quien nunca se debe dar crédito, aun cuando alguna
vez diga verdad... Así que, Serior, VM debe hacer con esta ocasión lo que hizo ya e124 de
septiembre; y así como entonces se declaró nulo todo lo hecho en Bayona por faltar la
libertad al Rey y el consentimiento de la Nación, así ahora declare VM del modo más
solemne que no reconocerá ningún acto hecho por el Rey, ni ninguna cosa que disponga,
mientras que este rodeado de franceses”.
Pedia que se declarara que no se dejarían las armas de la mano,, ni se oiría proposición
alguna sin caminar de acuerdo con el gobierno británico. Enseguida anunciaba su decidida
adhesión a bases jurídico-institucionales por lo cual solicitaba que se establecieran los
principios fundamentales de Ia Constitución. La ocasión le permitió desarrollar un
imaginario respecto al posible regreso de Fernando y, al mismo tiempo, de insinuar unos
ciertos Iineamientos políticos respecto a lo que pensaba:
Guando (Fernando) se presente entre nosotros verá VM como llena de aplausos a este
Congreso por haber sostenido sus derechos y los de la Nación, pues sólo un Rey es
respetable cuando reina sobre un pueblo libre.... [Para ello, el establecer la Constitución]
es una medida que evita las arbitrariedades de los Reyes cuando está formada por principios
liberales, y no suceda que los ecos de nuestra libertad se queden en los limites de este
corto recinto sin que pasen a Ias provincias. Hágase una Constitución buena y que ponga
trabas a las voluntariedades del Rey, y
OS
,48
Ibitlem.
72 EDUARDO CAVIER1
conocer lo que ya era un hecho, y que sólo bastaba definir ciertos sub
estudiar dicha situación y fijar las bases para el establecimiento de un trae do comercial;
en la comisión de análisis de un documento sobre abolieR de tributos en México, y,
además, y en virtud de sus anteriores oficios eu materia, presentó un proyecto de decreto
sobre los Tribunales de mina que clarificaba los procedimientos a seguir y delimitaba la
participación la Audiencia en los asuntos contenciosos entre mineros49. No olvidó nua
sus preocupaciones respecto a la igualdad de representación entre espá les y americanos e
insistió en el hecho de que ”La Península, la América las Filipinas fueron reconocidas
partes esenciales de la Monarquia, y naturales y originarios de ambos hemisferios como
miembros de una sO nacion, de una sola familia, iguales en derechos”5°.
No obstante, y sin duda alguna, en donde más dejó manifestada s presencia y su palabra
fue en las comisiones y discusiones de materias lativas, precisamente, a la Constitución de
1812 y más especificamente e algunos de sus articulados. Algunos de ellos, los Arts. 22 al
29, permiti limitar considerablemente el número de diputados de América. La disa sión
de estos artículos, que llevó a considerar la situación de ciudadanía d las castas tuvo lugar
entre los dias 3 y 20 de septiembre de 1811. Junto co otros diputados americanos, y a su
colega chileno Manuel Riesco, Fernár dez de Leiva defendió la igualdad civil de
individuos originarios del Áfria con algún grado de hispanidad, ya que en su concepto se
referia a una situe ción similar a la experiencia de las castas americanas y, por ende, el
derech de estas últimas a la ciudadanía. Para ello recordaba las leyes de Carlos II
Pri mero, que es impolítico en una Nación que se constituye dejar descontenta una clase
numerosa y en disposición de mirar con rivalidad a Ias demás, mayormente en las
circunstancias en que se halla la espafioIa. Que la privación o casi la privación de los
medios para ser honrados y gozar de los beneficios de una Constitución liberal, expone a
los que comprende a sesgar del camino de las buenas acciones, y a fomentar pasiones
perjudiciales al buen orden. Que es muy distinta la igualdad jacobiana de Ia igualdad
racional y legal. Aquella, confundiendo todas las clases y jerarquias de la sociedad,
produce la anarquia y todos los horrores que le son consiguientes. Viola la justa y
equitativa ley de los premios graduales del mérito y la virtud”.
No sólo defendia con ciertos grados de pasión sus particulares puntos de vista, sino
además agregaba sus conocimientos y análisis de lo que venía ocurriendo en los
contextos de la época. En general, es cierto que la casi totalidad de los diputados
ultramarinos se opuso al Art. 29 que excluía a las castas y que en última instancia
defendieran la idea de que su exclusión de los derechos de ciudadanía no debía implicar
que se les excluyera del derecho a estar representados. De hecho, según los americanos,
la sola calidad de espatiol implicaba el derecho a estar representado. Estos temas se
relacionaron con las preocupaciones de los representantes americanos respecto a los
acontecimientos que se venían desarrollando en sus respectivas provincial y a las
posibilidades de que se entrara en rupturas definitivas que buscaban evitar. Aunque
algunos como el mismo Femández de Leiva insistió en demostrar la lealtad de
Santiago52, la ”representación” presentada en agosto de 1811 terminó siendo el último
intento posible para acercar a la metrópolis con colonias y, en definitiva, todo esfuerzo
de entendimiento con las juntas criollas americanas se perdió durante el verano de 1811.
EDUARDO CAV
Diputados la gran facultad de hacer el bien de los pueblos53 En las cortas noticias que se
tienen de Fernández de Leiva,
larse que estaba considerado como miembro de los diputados liber
que era parte del grupo de los más importantes Diputados a los cua
El otro diputado chileno fite don Miguel Riesco de la Puente, nacido em Santiago en
1783, hijo de don Manuel, igualmente otro conocido comerciante espafiol, originario de
la villa de Valderas que también se casó tres veces, siendo Miguel hijo del primer
matrimonio que partió havia la península previo haber recibido, el 14 de febrero de 1805,
una larga carta de su padre en donde además de dar su bendición le instruía en los pasos
a seguir en la actividad del comercio. En su testamento, extendido en Santiago en 1813,
especificaba que Miguel había marchado a Buenos Aires en 1805 para iniciarse en los
negocios del comercio, pasando a Cádiz en 1809 en cuya ciudad fue elegido ”por suerte
de diputado de las Cortes, en que se mantiene hasta lo presente, y habiendo perseverado
sin renta, ni otro auxilio para su mantención, lo he sostenido, haciendo los gastos
precisos para su mantención y decencia”. En Buenos Aires, Miguel adquirió el nivel de
capitán graduado de húsares voluntarios del Río de la Plata y, en 1809, antes de viajar a
Cádiz, se casó con dofia Josefa Serapia Pinto Lobo con quien tuvo una hija, dofia Josefa
Melitona Basilia. Después de 1814, Riesco volvió a Chile siendo pro-Secretario de la
Asamblea Constituyente de 1823 y en esa categoria firmó la Constitución Política del
Estado de Chile que fue promulgada el 29 de diciembre de ese afio. Posteriormente fue
COnsul General de Chile en Buenos Aires en los anos inmediatos a 1826. Falleció
havia 1858, presumiblemente en Santiago.
Al igual que Fernández de Leiva, don Miguel ganó su posición en las Cortes por sorteo,
el 21 de septiembre de 1810, en lista conjunta con los de Buenos Aires, de acuerdo a los
procedimientos aceptados por el Consejo de Regencia y la necesidad de instaurar un
sistema de suplentes en los casos en que no hubiese representación emanada desde la
misma América. A pesar de que fue nombrado en dos oportunidades como miembros de
comisiones, primero en la de Exámenes de Memoriales, el 24 de enero de
76
�’��’��nn �..
bq, 1,
1812, y después, en 1813, como Secretario de las Cortes su activa en los debates fue
bastante reducida y se refirió fi,n,1 parti’
,40 1 01 1 __—- - -.
uk- 101 i, respecto ai i- rt. 22 del I’royecto, que senalaba que a los` a4W
espa� África, les quedaba abierta la puerta de la virtud del mereci g navios ser
ciudadanos, Riesco intervino senalando, en primer lugar, m1> que siememPre� abstenía
de hacerlo porque era consciente de la cortedad de sus lutes v prt_ fería utilizar su juicio y
sana intención para apoyar las materias quea en serían interesantes para el bien de la
pátria. En este caso, consideraba se trataba de una materia grave por sus consecuencias y
que tocaba direc_ tamente a la felicidad del país de su nacimiento y por ello manifestaba
SU opinión para dar testimonio de la relación existente entre los descendienta africanos y
las castas de América, cuyo número, calidad y circunstancias debieran llamar la atención
más allá de pensar sólo en términos de virtudes y merecimientos sin definirse. Se
preguntaba, tcuáles serían los que Ile ran a obtener esta gracia? Apelando a la historia
romana, argumentaba en términos del nacimiento en el país, a su sangre espanola o
indígena v a su
dad en los derechos tanto civiles como políticos, para que así
abierto a los americanos. Yo digo, Sefior: la justicia está abierta en Congreso, y aquella ha
de ser efecto de esta54
11 i - i i
1 - _._ avende$ de
to a eito, en pocas pa>_abras, senalaba que poco tenia que aecu u�,r•-
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1a más pequena alteración de las normas constitucionales. Reconociendo que dadas Ias
circunstancias, las Cortes no habían podido convocarse coo toda Ia perfección necesaria
para imponer silencio a sus enemigos, la opinión pública, la justicia de las leyes y su
imparcialidad y el libre uso de los derechos de cada ciudadano, eran los verdaderos
defensores de la mismaAIgunas experiencias como la Revolución francesa, le llevaba a
asegurar que
nstituciones, ”jamás han sido destruidas por los medios iegaies que ban, sino por la
violencia de las armas”. No debica ser el_ caso de a’’
Sin ser de los más destacados, a Riesco se le ubicó dentro de los dïputa-
- •r ---a° -— —-----, — en 1814, por instrucciones dei Rey Fernando VII, el Ministro
Lardizábal
Grs Cortes de Cádiz, 14 septiembre 1811. de ’as Cortes de C�ídiz, 20 enero 1812.
78
EDUARDO CAVIERES,
y por el corto tiempo que les llevó asumir posiciones que, posiblement
o comprendidas.
evitar que una provincia logre ascendiente sobre otra por desigua
79
En el primer caso, por ejemplo, son ilustrativas las instrucciones que Arequipa entrevi a su
representante Mariano Rivero: conservación de las atribuciones del Cabildo local y de los
privilegios de sus regidores; retribución a subdelegados a través de salarios fijos; creación
de Universidad y Colegio en la ciudad; la posibilidad para las familias de recuperar las
dotes entregadas a sus hijas por ingreso a conventos; la dependencia de Arequipa a la
Audiencia del Cuzco y no a Lima. En el segundo caso, cuando en abril de 1812 la
Comisión de Constitución presentó su informe sobre la creación de diputaciones
provinciales en América, el suplente argentino, Francisco López Lisperguer, se opuso al
dictamen en cuanto a su provincia aduciendo que, ciertamente había americanos en la pero
que estos no podian saberlo todo de todo el continente”.
Todos los diputados, excepto unos pocos peninsulares, admitían que, puesto que los
territorios americanos habían sido incorporados a la Corona de Castilla, nunca habían
sido, juridicamente, colonias. En enero de 1811, el peruano Vicente Morales Duárez
desarrolló este argumento basado en que ésta había sido la base jurídica que permitia a los
diputados criollos reivindicar la igualdad de estatuto entre América y Esparia. Al declarar
que los territorios de ultramar eran parte integrante de la monarquia espariola, las Cortes,
y antes, la Junta Central, no habían hecho más que volver a la primera legislación indiana.
En los dias siguientes, Fernández de Leiva, intentando preservar el derecho americano a la
igualdad exigida, debió matizar considerablemente su juicio sobre la conquista,
admitiendo que hubo algunas licencias y desastres inevitables, pero que si se consideraba
la conquista en su conjunto, se veria que el Imperio se había llenado de gloria al extender
la honrada nación espariola en aquellas vastas regiones para poblarlas, establecer la
civilización y buenas costumbres y para defender a
’Marie Iaure Rieu-Millan, Los diputados americanos en las Cortes de Cádiz, CSIC, Madrid
1990. pp.16, 24, 71.
80 EDUARDO CAVIER
oprimirles ni degradarles59.
e incluso decía recoger a su favor las opiniones de los suplentes de Buen Aires, Chile y
Caracas aun cuando los dos primeros resultaron en definiti favorables a los derechos de
ese sector de la población. Entre los american existia una clara divergencia entre las tesis
del Nuevo granadino José Ma Lequerica, próximas a las de los patriotas y las del citado
Morales, mud más moderadas. Estaban además, muy presentes los ”horrores” de los n
gros de Santo Domingo. Aún así, casi la totalidad de los representam ultramarinos se
oponían a la exclusión de las castas ya que su marginaci de derechos ciudadanos no
implicaba la negación de sus derechos para representados. En todo caso, de 11
proposiciones presentadas en diciemb de 1810, por los americanos, 6 de ellas se referían a
cuestiones econOmia libertad de cultivo y manufactura; abolición de los monopolios del
estad la libertad de comercio con todas las provincias, incluida Filipinas y ciones
extranjeras (tres propuestas) y la libre explotación de las minas mercurio60.
Discusiones más o discusiones menos, entre liberales que intentai) organizar un nuevo
orden político y aristócratas que observaban la situ ción llenos de temores, hubo también
cuestiones prácticas y, en síntes respecto a América, las Cortes intentaron frenar el
proceso de independe cia que se venía venir a través de una política conciliadora que
avanzaral lo que se estimare conveniente, pero que, al mismo tiempo, transformou las
formas, conservara el fondo de las relaciones tradicionales entre perd sula y territorios de
ultramar: ”Ya la Junta Central había declarado que
mistos y preciosos dominios que Espana tiene en las Indias no eran propiamente colon ias
o factorías como los de otras naciones europeas, sino que constituían una parte esencial o
integrante de la Monarquía. Por su parte, las Cortes proclamaron el 15 de octubre de 1810
la igualdad de derechos entre esmiole-5 europeos y ultramarinos y prometieron el olvido
de lo ocurrido en las provincias de América o países de ultramar, aunque por supuesto
proclamaron que unos y otros formaban una sola Monarquía, una sola nación y una sola
familia. La declaración no surtió el efecto apetecido de poner fin a la insurgencia y el 30
de noviembre se proclamó de nuevo el olvido general para los países de Ultramar donde
hubiera habido conmociones. Las disposiciones de las Cortes se referían también a la
totalidad de los habitantes de la América espariola. El 5 de enero de 1811 se prohibió
que continuaran los esamelalosos abusos y las innumerables vejaciones hechas a los
índios primitivos. En febrero se proclamó la igualdad entre peninsulares y americanos y
se prometió que las Cortes se ocuparían en el futuro de organizar cuál iba a ser la
representación de las Indias en el parlamento común. Tres diputados americanos
formaban parte de la Comisión encargada de redactar la C.onstitución”61.
82
m∎-
EDUARDO CA
del afio de mil setecientos noventa y siete hasta que pudiera hac
Título I, Cap. 1, arts. 1 y 2; Cap. 3, Título II, Arts. 13 al 17; Cap. 4, art. 18.
Presidente del Senado, don Adolfo Zaldívar L. haberme hecho entrega de dicha edic
ENDENC IA EN CHILE. El f In del Antiguo Régimen y los orígenes de la representación
moderna . 83
■ diputados y, más aún, las relaciones entre las Cortes (poder legislati-
vo) y el Rey (poder ejecutivo) a quién se respetaban sus atribuciones, pero al mismo
tiempo se le fijaban una serie de prohibiciones y restricciones: los diputados se
renovarían en su totalidad cada dos anos; los diputados no podrían volver a ser elegidos
sino mediando otra diputación; en la sala de las Cortes entraria el Rey sin guardia, y sólo
le acompariarian las personas que determinare el ceremonial para el recibimiento y
despedida dei Rey, todo lo cual se prescribiría en el Reglamento dei gobierno interior de
las Cortes; Ias Cortes no podrían deliberar en la presencia dei Rey. Con respecto al
Rey, se determinaron algunas restricciones importantes a su poder. Entre otras: El Rey
no podría impedir bajo ningún pretexto la celebración de las Cortes en las épocas y
casos serialados por la Constitución, ni suspenderias, ni disolverlas, ni en manera alguna
embarazar sus sesiones y deliberaciones. Los que le aconsejaren, o auxiliaren en
cualquiera ’tentativa para esos actos, serían declarados traidores, y serían perseguidos
como tales; el Rey no podría imponer por sí, directa, ni indirectamente contribuciones, ni
hacer pedidos bajo cualquiera nombre, o para cualquier objeto que fuese, sino que
siempre los habría de decretar las Cortes; el Rey no podría privar a ningún individuo de
su libertad, ni imponerle por sí pena alguna. El secretario dei despacho que firmara la
orden, y el juez que la ejecutare, serían responsables a la Nación y castigados como reos
de atentado contra la libertad individual. Solo en el caso de que el bien y seguridad dei
Estado exigieran el arresto de alguna persona, podría el Rey expedir Ordenes al efecto,
pero con la condición de que dentro de cuarenta y ocho horas debería entregarias a
disposición del Tribunal, o Juez competente64.
”Ibidem, Título III, Cap. 1, arts. 28, 30, 31; Cap. 2, art. 34; Cap. 3, arts. 35, 37, 45; Cap. 4,
nu. 59, 63; Cap. 5, arts. 78, 91 y 92. ” Ibidern, Título III, Cap. 6, arts. 108, 110, 122 y
124; Título IV, Cap. 1, Art. 172.
84
Ei
en sus justos términos ni el papel de las1Cortes nillos cont Particular nose C0fl5
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.es:
�qUe, por primera vez en la historia, comenzaronoalseras y refor libe rales) había de
saldarse también en este casoPor COansac dejaría sin resolver el problema de la
sI,nn-ç;�„ A p, una trnsacc
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�i�LUJjVI1 -
’os senoríos j urisdiccionales, los privilegies llamadosV exii clu ciaraba aboli prohibitivos
que tenga el mismo origen de senorío y los dictados de a ala liv sallajey las
prestaciones... que tengan su origen a título ’urisdiccional n que los sefioríos
considerados territoriais eran convertidos en prop e particular y los contratos entre
sefiores y vasallos en contratos de parti c: a particular. El problema fundamental, que era
el de acreditar la natural de las propiedades demostrando que procedían de compra, no se
plan hasta 1813 y quedó entonces sin resolver65
�Allí descansaba el liberalismo? Sin duda alguna, se trató de una fue estocada en contra
del antiguo régimen y sus privilegios, pero no es to, Como hemos visto, la Constitución de
1812 asumió, en términos efe vos, más allá de los discursos, la separación e
independencia de los pode de Estado, pero fundamentalmente fue muy celosa de que, en
una últi instancia, la base de la legitimidad del poder radicaba en el legislativo n aue en
ei Pi, ci,i- � v c.__——-
_ , .
-— - -�� -�• � -�U �i iuc revoiucionarto. Las Cortes no eran me aue el nrnnin
RP\T
i —
como causas o influencias, pero como hemos sefialado y se analiza posteriormente más
detenidamente, se trataba de un conjunto de ideas tendien-
I N CHILE
imos en el «Lmr
a la transitoria restauración espafiola. Aquí sí, deberíamos subrayar que, ¡unto a otros
principios y circunstancias, la constitución gaditana fue muy importante en que los nuevos
estados emancipados optaran generalizadamente. opiniones en contrario o en favor de
regímenes monárqu¡cos por gobiernos anos.
Obviamente, debe hacerse diferencias entre la mayoría de las nuevas Repúblicas, colonias
periféricas de los centros virreinales, y Ias que surgieron de éstos mismos. En el último
caso, cuando se dicta la Constitución ,aditana de 1812, ésta debió ser jurada también en
Perú o en Nueva Granada; la discusión fue mayor en México y, en los otros futuros
Estados, la siruación fue aún más complicada por la fuerza que adquirieron los procesos
políticos militares sobre los razonamientos políticos institucionales. En todo caso, en
todas partes fue imposible sustraer de los discursos de la contingencia vocablos como
ciudadano, nación, representación, territorio, soberanía. El laboratorio del Cádiz de 1812
fue la escuela constitucional de importantes novohispanos: en México, ”el texto gaditano
se puso en planta en el antiguo virreinato contra los insurgentes, quienes, sin embargo, se
inspirarían en él; se intentó reformular en términos más satisfactorios para Ia autonomía
de la Nueva Espana en el Trienio y, finalmente, fracasada esta última opción, se coló en el
Plan de Iguala y en los Tratados de Córdoba... entre 1808 y 18211 se extendió por la
todavía denominada Nueva Espana una nueva forma de entender el gobierno de los
hombres en términos políticos, condición que hasta entonces los teóricos y agentes del
poder más oficialistas le habían negado66
EI caso del Perú es aún más curioso... o notable. En 1812 estaba muy 1_• , .
del Rio de la Plata, pero, por otra parte, estaba su obligación de dar (
una Junta Preparatoria que debía estudiar la revisión de circunscripcione y habitantes para
poder romper los vínculos tradicionales de los individuo con las antiguas instituciones
estamentales. La aplicación, aun cuando ia completa del mandato supremo gaditano, fue
también ejercicio ciudadaa y aprontes para los conflictos que se desarrollaron a comienzos
de la decai de 1820 cuando los hechos debieron resolverse militarmente bajo el man& de
San Martín y de Bolívar. Se trató de anos de experimentación insti tucional desarrollada
entre factores de violencia y de legitimación67. Mí aún, a pesar de sus no resultados
inmediatos, la Constitución tuvo clara repercusiones a nivel regional. En el Cuzco sus
ejemplares fueron recibida en diciembre del propio 1812 y bajo contextos muy propicios.
El contra político estaba ejercido por la Audiencia cuyo presidente interino era Mare
Garcia Pumacahua, un cacique indio que en 1780 había apoyado a la Cora na en la
supresión del movimiento de Túpac Amaru II y que ahora recibú una comunicación de
vecinos exigiendo la pronta publicación del texto ...el pueblo conoce su dignidad, respira
con honor aquel aire de libertad justa, sacude ese abatimiento que en su servil sopor le
hizo abandonar
87
Como sucedia a lo largo del .espacio colonial en crisis, lo espaízol se podia pensar, pero
no expresar o exteriorizar. Sucedió también más allá del Peru: ”en los primeros decenios
del siglo XIX el sufragio fue muy amplio en gran parte de las repúblicas surgidas del
movimiento independentista, ya que por doquier actuó el efecto del modelo gaditano, o
mejor dicho de Ias prácticas introducidas por Cádiz, porque en realidad desde el punto de
vista teórico los legisladores de los distintos estados prefirieron tomar como referencia el
modelo francés más que el espariol, demasiado ligado al pasado
colonial”
”69
Complicado es, por lo tanto, ver referencias directas a Cádiz de 1812 en los procesos
políticos de independencia en su fase militar y, posteriormente en su fase constitucional. No
obstante, son las ideas y los conceptos que ya se habían generalizado y que, incluso ya
antes de 1812, estaban presentes en lo que podríamos llamar los debates de la época.
Aunque sin concordar opiniones unánimes, el desaparecido François-Xavier Guerra fue
particularmente inquieto en sus reflexiones sobre la formación políticaciudadana a
comienzos del s. XIX. Para él, la victoria liberal en las Cortes de 1810 impuso el concepto
de nación como un conjunto de individuos, lo cual suponía problemas de definición tales
como el de precisar en qué parte del pueblo o población radicaria efectivamente la
ciudadanía, lo que Ilevó a la necesidad de justificar, en cada caso, las exclusiones de
menores de edad, servidores, mujeres, etc., pero que, min así, en 1812 permitió un
sufragio bastante amplio, aun cuando bastante jerarquizado a partir de las representaciones
indirectas cuya base más amplia era la de la parroquia y la
EDUARDO CAVIEF
más selecta la que permitia, finalmente, reservar en realidad cl eje poder a las elites70.
diputados y síndicos personeros del común71, lo cual, por cierto, no inclu a los territorios
de ultramar, aun cuando algunos de sus hombres más ilu
fue concebida según la figura del mandato imperativo. Esto es, del diput,
las Cortes castellanas72. Por cierto, tanto en Cádiz en 1812, como en territorios
americanos, se discutiria, además, a guiei-1 representaban losi
blema central tanto de los liberales espafioles como de los nuevos gobier
89
erica
rnnas?
mudos
ue la socie
una
suciedad regida por valores y vínculos de tipo antiguo, corporativos o com unitarios”73
Cuando los liberales esparioles discutían sobre las nuevas definiciones de nación,
ciudadanía, representación, estaban tomando las discusiones que venían de los ilustrados,
de la experiencia de los Estados Unidos y de la Revolución francesa, pero las ajustaron a
sus términos y a sus propias circunstancias y las hicieron extensivas a lo que ya dejaban
de ser sus coloMas. En general, sus expectativas se frustraron muy rápidamente y debieron
asumir sus propios conflictos a partir de 1814. En América, a pesar de las en algunos
casos largas dificultades para pasar desde lo militar a lo civil propiamente tal, como ya está
dicho, desde un comienzo hubo una inclinación mayoritaria por los regímenes
republicanos y, en esto, no se puede desconocer que, aunque sin ser reconocido
abiertamente, a lo menos en algo, estuvieron presentes los ecos de Cádiz y de sus
liberales de 1812.
En Chile, por ejemplo, pocas fueron las alusiones concretas a Cádiz y a su Constitución.
Cuando las hubo, no siempre fueron positivas, aunque si esperanzadoras. En agosto de
1813, en medio de un apasionado fervor patriótico y una real oposición a las políticas
espariolas, en el primer número dei Semanario Republicano, escribiéndose unas largas
reflexiones sobre la política de los Gobiernos de América, se comenzaba sefialando que
”La revolución de América aparecerá siempre en la historia dei siglo 19 formando una
época la más interesante; pero los principios y medios de que se han valido los
principales jefes de estos movimientos, para llevar a su fin esta grande obra, ai paso que
a ellos les sirvan de mayor laurel, serán vergon-
.r•-=v.
Llç
.anario Republil
90
EDUARDO CAVIE
sobre los corazones más bien que sobre la cerviz; y rompiendo por 1
sus mandatarios en América, nos demuestra muy bien que sólo noni tros somos los
engariados con el hipócrita disfraz del Rey Fernando Por eso nos tiene declarada la
guerra, y nos tratan con todo el riga que siempre se ha acostumbrado tratar a los rebeldes,
sin que por wo sola vez se nos haya llamado con otro nombre que el de cabecillas o ie
surgentes, y sin que hayamos visto que a nuestros prisioneros se tratei con la
consideración que merecen unos hombres ligados entre sí po los vínculos de un vasallaje
común. En México, en Caracas, en Quito en el Perú, y en este mismo territorio que
pisamos, hemos visto la
L era común a toda aquella nación, y que sus delitos eran nacionales.
Felipe II, sino ahora con la Regencia y las Cortes de Cádiz, es decir, por
en las Américas; maldecían la crueldad del Emperador de los franceses, pero actuaban
de la misma forma en. el Alto Pedi, en México, Caracas y Quito, aún con más crueldad.
Habían hecho creíbles y reproducido los horrores de Ia conquista; su conducta había sido
inspirada no por la lealtad en favor de un trono caído para siempre, sino por las pasiones
infernales y sórdidas, la soberbia, el odio, la codicia. Terminaba:
En la síntesis de todo, ya nada que viniese de Esparia era creible, y por lo tanto, por sobre
los avances logrados por los liberales hispanos que también haW-in sovado y tratado de
gestar un sistema político más avanzado y
FI Monitor El Monitor
de sus pasiones, y cometeria los excesos más execrables, cuanto elos fuesen más impunes.
De esta suerte los pueblos se hallan amenazados por una parte del despotismo, y por otra
de la anarquia, ambos males de igual poder para producir la infelicidad de los hombres.
Del medio de la anarquia suelen salir los tiranos, así como también cansados ya los
esclavos de sufrir los males del despotismo, a veces caen en Ia primem situación”79.
En junio de 1814, José Miguel Carrera estaba aún influyendo sobre los acontecimientos y,
entendiendo las circunstancias del momento y la posición que este seguia asumiendo, el
Monitor Araucano volvia sobre el tema. Nuevamente, reflexionando sobre las relaciones
con Espafia, el editor se preguntaba: ècuál será en la Península la suerte de la Constitución
y de las nuevas reformas intentadas y emprendidas por las Cortes? Se sefialaba que no
podia descubrirse la bondad, inutilidad y defectos de una ConstituciOn
hasta que hubiese pasado un cierto número de anos, ”la mejor política es la que se funda
en las circunstancias actualmente existentes y en las lecciones de la historia”: ante ello, la
distancia ocultaba la verdadera situación de Espada respecto al adelantamiento progresivo
de la Ilustración y sus papeles públicos daban a conocer la existencia de dos partidos: uno
de filósofos, otro de teólogos; el uno de liberales, el otro de rancios y de trompetas; unos
respiraban libertad y amaban los libros y la gloria de la nación, los otros suspiraban por la
Inquisición y el despotismo; los primeros querían reformas y proclamaban la soberanía del
pueblo, los segundos, escuchaban estas aspiraciones como sonidos de balas y truenos de
Júpiter porque amenazaban sus intereses. Aún así, había que inclinarse por el triunfo de
los liberales:,
Ya vimos sostenerse a las Cortes, deponer a una Regencia, expeler y echar por esos
mundos a un Nuncio Apostólico, y conjurar la tempestad originada por la supresión de la
Inquisición, sin que el pueblo dijese chuz, ni muz. Digan lo que quieran, el siglo en que
estamos es de luces, y se ven por todas partes los triunfos de la filosofia... La razón se
adelanta, aunque su marcha es lenta... Baste decir por ahora que se prohibieron como
falsos y subversivos los libros y papeles que proclamaban y establecian los derechos de
los pueblos y los principios fundamentales de la libertad, y leemos ahora en la
Constitución espafiola ”que la soberanía reside esencialmente en la Nación; que la nación
es libre y no es, ni puede ser el patrimonio de ninguna familia, ni persona”. Que dirán ahora
los que se escandalizaban al ver estas máximas en nuestros papeles?...”
EDUARDO CA
;;;ban.
la Patria. Gazeta del Supremo Gobierno de Chile, No 11, 7 mayo de 1817, pp•102-103.
DESDE LO GENERAL.
1
99
entre Iglesia y Estado en las primeras décadas del siglo XIX. Por
; y México.
político entre colonia y República, sino más bien como un hito rue den—o de un período
más largo de cambios socio-culturales
EDUARDO CAVIER
Dicho lo anterior, debe reconocerse que tenemos una exc ratura acerca de temas políticos
y de consideraciones respecto
de causa-efecto con que podemos mirar la crisis del régimen nuestros procesos
independentistas. Más ali-1, es igualmente imF
S3 Ver, entre otros, Jaime Eyzaguirre, Ideario y ruta de la emancipación chilena, Edit. le
Santiago 1959; Sergio Villalobos R., El comercio y la crisis colonial [1968], Editorial].
CIA EN CHILE. El lin del Antiguo Régimen y los origenes de la representación moderna
101
En general, de los últimos desarrollos de estas temáticas, se podría decir que ahora el
período de estudio se ha extendido más consistentemente entre 1-80 y 1830 y que, más
importante min, la variedad de las perspectivas de anilisis significan pasos importantes
para una mejor reflexión historiográfita- . Me he referido sói() a algunas de las obras
conocidas sobre la Independencia, especialmente dadas su importancia en términos de la
discusión específica del período, sin desconocer el muy extenso listado bibliográfico coo
que se cuenta para temas generales o particulares sobre el mismo proceso, producción
escrita a lo largo de los siglos XIX y XX.
Entre los historiadores, o entre quienes estudiamos la historia, es normal reconocer que la
historia es siempre una materia posible de escribir una vez más, pero al mismo tiempo,
siempre se considera de que los grandes
1990 (2’ edición); Simon Colher, Ideas y política de la Independencia chilena, 1808-
pp. 120-123.
tUUAKDO Une
durante los últimos alãos, ante el temor que despiertan esas consid
se podría negar que esas ideas provenían, a la vez, del carácter liber,
absolutamente de tener presente dichas ideas para poder fijar los cond
profundizados.
la Iglesia.
tNUIP■ [IN L. 111 LE. CITIU Uel muncyuuncguncil y IVJ utywuco uc ia IcIII
G3GIIIOUIlll I I I I Id IUJ
que los indivíduos son todos iguales y que la sociedad civil debe represen-
r_A• 1•
raise cn ci E.stauo y ser atenatua por este, pero en ia pracuca se trata ae una j¡scusión
intelectual cerrada y circunscrita a pocas personas. Camilo HenNoa, en el primer número
de la Aurora de Chile, ponía atención en esta rciación, atin cuando lógicamente la pensaba
en términos positivos:
Todos los hombres nacen con un principio de sociabilidad, que tarde o temprano se
desenvuelve. Seria infeliz si viviese sin regias, sin sujeción, sin leyes. Quién podría darias
cuando todos eran iguales? Como el orden la libertad no pueden conservarse sin un
gobierno, ello compeliO a los hombres ya reunidos a depender, por un consentimiento
libre, de una autoridad pública: En virtud de este consentimiento se erigió la ”Potestad
Suprema”, y su ejercicio se confió a uno, o a muchos individuos dei mismo cuerpo
socia186.
EDUARDO 1
franceses; ninguno los ingleses; así pues las obras filosóficas liberales 1
pensaba acerca de los más diversos temas que decían relación con la
.. ..•
—rd
INCIA EN CHILE. El fin dei Antiguo Régimen y los orígenes de ia representación
moderna 105
to teórico sobre las acciones del momento. Sin embargo, esa búsqueda de los
fundamentos filosóficos del poder, ilustrados o ya liberales, con claros nutices sobre las
realidades de la sociedad chilena, fueron perdiendo una primera significación en medio de
las turbulencias inmediatas producto de h militarización del conflicto. Por otra parte,
después de 1818, ya alcanzada la lndependencia, el Estado y sus gobernantes debieron
privilegiar la acción política directa y enfrentar el problema del financiamiento público,
todo lo cual significo administrar pragmáticamente la situación y dejar relegado a un
futuro incierto los principios que habían sustentado doctrinaria v filosóficamente la
Revolución, entre ellos, los principios de igualdad, de ciudadanía y de democracia. Una
situación particular corresponde a las significaciones que pudo tener el liberalismo espariol,
especificamente en lo que se reflete a las Cortes de Cádiz y a la Constitución de 1812.
Quien conocería, por ejemplo, los sucesos de Espaúa de 1808 y el papel de Jovella nos?
Desde la cárcel en Mallorca desde 1801, este regresó en las semanas siguientes del 2 de
mayo de Madrid y en momentos en que
en los pactos que los pueblos habían establecido con el Rey. Sin
prema que no era la creada por Fernando VII, sino una Junta nueva! la cual se discutia
sobre su soberania y legitimidad. Igual siguió adela
llegó Jovellanos como representante de Asturias. Alli encontró la confm tación entre la
tendencia absolutista plasmada en la Regencia y la tendeu%
res actuales, allí comienzan a aparecer los primeros liberales. Jovellanos pa saba en las
Cortes tradicionales. La mayoría deseaba que se prescindiera g los viejos estamentos y se
dirigiera a todos los espatioles como miernbros g una Nación. Cuando finalmente se
reúnen en 1810, las condiciones habil cambiado notablemente, pero esos dos mios fueron
cruciales para entend el derrotero tomado por los acontecimientos ya no sólo para Espana
sia también para sus colonias americanas”.
pp. 164-165.
ENCIA EN CHILE. El lin del Antiguo Regimen y los orígenes de la representación
moderna
107
interes con algún tipo de poder o participación, política, social, económica o religiosa,
dentro de las sociedades locales. El elemento común, dicho en variadas formas o a partir
de diferentes acciones, es cómo cada uno de ellos, independientemente de sus más
profundas convicciones o sentimientos de fidelidad, pueden tener cabida en medio de las
turbulencias desatadas por los hechos, aun cuando no se tenga claridad respecto a lo que
viene en definitiva. A pesar de sus diferentes interpretaciones y modos de ser utilizado en
virtud de conveniencias particulares, el único elemento catalizador de todas esas energias,
preocupaciones, dudas, o simplemente capacidades pragmáticas de ubicación en un
período de incertidumbres, es el término representación.
Igualmente, se ha indicado que detrás de estas situaciones se escondían una serie de otros
problemas que dan forma y fondo a la transición del sistema monárquico al republicano.
Así como en otras páginas nos referimos al problema de la representación, en relación a
este está también el cómo pensar y definir el significado del liberalismo de la época. El
concepto está siendo re-estudiado en la propia historiografía espariola y es obvio que se
trata de una definición (o redefinición) compleja y de variados alcances. Es dato, además,
que la situación proviene del propio 1808, en una compleja situación de visualizar como
liberal a hombres reformistas o progresistas y que, el análisis de lo realizado a través de
las Cortes de Cádiz ha dado, a muchos, mayores fundamentos para visualizar allí el
surgimiento del liberalismo. Este liberalismo, si así se puede aceptar, estuvo igualmente
relacionado con el problema de la representación, y esta, a unas respuestas diversas al
vacío de po&er.
Que había pasado en Chile entre 1808 y 1812? Se sucedieron dos situaciones que
corrieron en paralelo con los sucesos de Espana. En febrero
EDUARDO CAVIE
los comerciantes má ricos de la región y del país, hizo valer sus den
que crecían con la presencia del ejército trances. Las noticias contr
rias dividieron a los habitantes santiaguinos: ”Por todas partes no sei
Espana, había algunas personas que apoyándose en las piezas que her
109
” Ibidem, p.59.
110
EDUARDO CAVIEREd
lemne declaración de vasallaje a esa Junta Central en enero de 1809,1 las noticias
siguientes conocieron las nuevos avances de Napoleón, la o
las reacciones surgidas a nivel local no fueron en los términos esç Desde Concepción, el
ya citado Dr. Rozas miraba con desconfianz determinación y presagiaba que pasada la
crisis, se reestablecería igu
111
dos vecinos santiaguinos, agravaron las malas relaciones entre el Presidente v d Cabildo’.
Ya en mayo .de 1810, los miembros del cuerpo,edilicio, connotados vecinos como José
Nicolás de la Cerda, Agustín de Eyzaguirre, Diego de Larrain, Marcelino Cuias Aldunate,
Ignacio Valdés, Francisco Ramirei, Francisco Antonio Pérez, José Ignacio Aránguiz, el
Conde de Quinta Alegre, habían resistido las Ordenes de Garcia Carrasco para enviar a
Esparía Ias lanzas que tenía la ciudad para su defensa, únicas armas que tenía la caballería
y ofrecian, a cambio de tal medida, enviar, en compensación, 4.000 pesos del ramo de
balanza. El gobernador replicó que la abundancia de coligues en Chile permitiria
rápidamente reemplazar dichos instrumentos, peto, en todo caso debía poner los
antecedentes de la controversia ante la propia corte espahola. En julio, la situación había
empeorado y se produjo un verdadero ”golpe” por parte del Cabildo. Don José Miguel
Infante describió los sucesos: corrió la voz de que serían aprehendidos otros ciudadanos
principales y el sábado 14 de dicho mes los regidores se reunieron en secreto en la casa
del vecino don Antonio Hermida en donde discutiéndose variadas alternativas, ”se adoptó
el más decisivo de repeler la fuerza por la fuerza”, lo que significaba reunir para la
madrugada del dia martes siguiente d mayor número posible de hombres del campo que
hicieran frente a los cerca de 300 soldados de los cuales podia disponer el gobierno. Al
dia si-
EDUARDO CAVIE
Cabildo por cinco dias, dentro de los que haría convocar al pi;
que se tomaron”
Esta decisión fue mucho más que una simple advertencia, fue 1
95 Relación escrita por don José Miguel Infante de los sucesos desarrollados en Santiago)
la renuncia del Presidente Garcia Carrasco; CHDICH, Vol. 18, pp.220-224. 96 Ibidem.
■�`
4AINDEPENDE
NCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de la representación moderna
113
EDUARDO CAVIER
ción! Seguramente fue uno de los vocablos más utilizados y al cual apeló para explicar las
difíciles teorias, para los más, acerca de la sob de los pueblos y de los derechos a
gobernarse en ausencia de la aut,
súbditos fue convencido por primera vez para aceptar que uno de ellos i
Queda ya dicho que frente a la Junta Suprema y a las Cortes de Cádiz, Chile no tuvo
representantes directos, de modo que a partir de 1810 el avento particular fue el cómo
resolver en forma efectiva el ejercicio de la soberania a partir de un gobierno
legitimamente constituido desde y a partir dc unos pocos, pero con el objetivo de ser un
gobierno de las mayorías. la constitución de la Primera Junta Nacional de Gobierno, en
nombre de Fernando VII, la del 18 de septiembre de 1810, fue producto de la resolución
de los vecinos más pudientes y acreditados de Santiago, invitados por esquela oficial del
Cabildo y reunidos en el Cabildo bajo la forma de Cabildo abierto. En pocos meses, esa
Junta recibe los ímpetus y los zarandeos dc las diversas corrientes que se fueron
organizando, pero en su corta vida estableció la existencia del Congreso Nacional. Este
se constituyó el 4 de iulio de 1811 y, previamente, en base a principios de representación
nacional se estableció un número de 36 diputados elegidos en proporción a la población
de cada distrito. Podían ser elegidos por tales habitantes que por sus virtudes patrióticas,
talentos y acreditada prudencia hubiesen merecido el aprecio de sus electores, personas
mayores de 25 anos, que por fortuna,
■ Alcmparte, El Cabildo en Chile Colonial, Edit. Andrés Belo, Santiago 1966, pp.294-
116
EDUARDO CAVIERE
disolverlo.
esto con el influjo que tienen algunos sujetos para ganarse partic
para que vengan dichos diputados écómo podrá oirse sin enfac
todo caso, los esfuerzos que abren las urnas, que comienzan a extender 1
r en Ia Sala de Juntas ”donde espera los votos por escrito en dos cuarti-
papel, una para los doce diputados propietarios, y otra para los doce
ntes. Durará la elección desde las 7 hasta las 12 del dia, y no más.
los sujetos electos, advirtiéndose que, al tiempo de dejar los votos, deberá cntregarse esta
esquela, para con ella acreditar el convite”m. Importante luso, gero no suficiente. A pesar
de otros intentos y clarificaciones respecto a ciudadanía y electores, los hechos militares y
políticos fueron postergando o rectificando las decisiones tomadas y, a tal punto, que sólo
en 1823 se IlegO a especificar, con bastante prolijidad, los requerimientos para ser
ciudadano elector: 1. ser natural o residente en el partido por lo menos cuatro afios; 2.
tener 24 anos cumplidos, o menos, si fuera emancipado; 3. saber leer y escribir, y gozar de
su razón; 4. Además, uno de los siguientes: a) poseer una propiedad inmueble, b) un giro
de $3.000 para arriba, c) algún grado literario en alguna Facultad, o licencia para alguna
profesión científica, d) ser eclesiástico secular, e) tener sueldo o pensión del Estado que
Ilegue a $300, f) obtener algún cargo honroso, aun sin sueldo, g) haber ejercido algún
cargo concejil, h) tener grado militar de milicias, alférez bacia arriba, i) ser maestro mayor
de un oficioum. Aun cuando el análisis al respecto necesitaría de mayor profundidad, es
evidente que el concepto propiamente tal de representación seguia siendo restringido y los
principios ilustrados se adecuaban o simplemente se soslayaban a la hora de ejercer
efectivamente el poder.
erztia Valem
Editorial Jurí
uela, Germán, Historia política de Chile y su evolución electoral (1810-1992);
” ibidem, p p.20-2 1 .
118
EDUARDO CAVIERE
para muchos criollos que terminaron calzando con las ideas y los jL
Este estudio, como ya se ha destacado, más que una descripción acabada de una historia
particular y de sus detalles, tiene por objetivo el ordçriar problemas y elementos de
análisis que permitan hacer nuevos planteamientos v redescubrir, más a fondo, lineamientos
básicos de lo que fue una co%untura v un proceso, pero, más aún, de no visualizarlos sólo
en pasado, sino tambien en su relación con el presente.
’ Claudio Gay, Historia ftsica y política de Chile [1844-1871], reeditado por Biblioteca
EDUARDO CAVIgt
historia de esa índole. El propio Gay serialó posteriormente que, e una historia civil a sus
trabajos ya en desarrollo, fue generado por el i
106 Rafael Sagredo B., De la historia natural a la historia nacional. La Historia fi.sic,1
Claudio Gay y la nación chilena, Introducción a Claudio Gay, Historia física y política
p.XLI.
’
Ba las
usticia, en este caso se había llevado las cosas a tal punto y extremo de vilecimiento que
se había hecho a sus miembros humildes, indolentes, - nados y tímidos, con enajenación
de su libertad y, a tal punto, que en primeros momentos del proceso independentista, las
gentes no tenían lemas en alistarse en las banderas reales. En el caso de los sectores más
’entes, estos estaban reducidos a una existencia frívola y de pura vanidad y no tomaban
interés alguno en la política. Se hallaban satisfechos con sus títulos de nobleza
alcanzados a partir del dinero y los más no aspiraban sino a grados puramente
honoríficos.
Una condición de esta naturaleza no podia ya prolongarse por más tiempo, y tenía
necesariamente que ceder al movimiento poderoso que habían dado al espíritu de aquel
siglo los Montesquieu, Helvécio, Vol-
as veces las cuestiones más arduas, bien que sin arriesgarse a pro-
EDUARDO
plo de los Estados Unidos, con los gritos de libertad e independe resonaron en todas
aquellas colonias británicas importados por
un golpe, todas las condiciones materiales y morales del Estado : dad, ensefiando a cada
individuo, el verdadero valor de sus dere
algunos oidores y contrarios al movimiento que despegaba. La revolu fue precedida por la
de Caracas, provocadora y vanguardia de la lucha o
ui
iUsia ve que solo Fernando VII arrebata nuestras lágrimas i n cuidados! ;Que el dia de la
suprema felicidad solo se aguarda en
’°8 Discurso compuesto por Don Juan Egaría y pronunciado por don José Gregorio ,
al deseo de la nación, i al joven más adorado de sus puelos pasajes tiene la historia en
donde se encuentran los
gobernaros un dial...”
En todo caso, las noticias seguían llegando desde Esparia: primero habían sido la caída del
favorito Godoy, de la abdicación de Carlos IV y del advenimiento de Fernando VII. Al
poco tiempo, le seguían los desgraciados hechos de Bayona. La ciudad de Santiago, y
también su gobierno, se
do local. La Regencia, por su parte, envió sus emisarios y, a Chile, a don Santiago Luco
quien logró el reconocimiento de la Junta Central, pero, al mismo tiempo, el Cabildo,
alarmado y con pocas certezas sobre los acontccimientos envió a Esparia a don Joaquín
Fernández de Leiva, quien no podo cumplir con sus cometidos, pero sí llego a ser
Diputado suplente en las Cones de 1812.
Lis circunstancias que marcaron el gobierno de Carrasco, le llevaron a cometer una serie
de errores políticos. De hecho, intentó prorrogar fuera de toda legalidad el Rectorado de
don Juan José Campos en la Universidad de San Felipe y sumó a ello su inclinación hacia
los proyectos de la Infanta Calota para ser reconocida como seriora de todas las Américas
para conservadas integramente a su padre. Llegó incluso a formar un grupo de adhaentes a
la Infante conocido naturalmente como los carlotinos. Todo ello
Ib;Átm.
126
EDUARDO CAVIER
_ ..
capaces de sostener con las armas una causa tan extratia y tan (
mente las tinieblas en que los tenía envueltos, y los más de los
que le había causado un bando que el Presidente acababa de con gran ruido de cajas, y a
instigación de José Manuel de
miento de nuevas 12 sillas, la mayoría ocupada por sus partidarios. Net momento muy
importante para el curso que tomarían los acontecimieno La discusión llegó a limites
impensados para la época y ello llevó a Go Carrasco a anular la también impolítica orden
que había dado. El Presid te optó por la Junta Central y movió su política hacia reprimir
todo agi
de gran influencia política. Los hechos siguieron y, posteriormente, en julio Jel nusmo
afio, las acusaciones se centraron en Ovalle y Vera y José Anto-
do, simpatizante también de las nuevas ideas; en segundo lugar, la debilidad dei
Presidente, que enfrentado a presiones dispares desde la Real Audiencia del Cabildo,
debió anular su propia orden de expulsión (aun cuando la rectificación llegó tarde a
Valparaíso, al dia siguiente que el bergantín ya había zarpado rumbo al Pedi); en tercer
lugar, el estado de agitación social al cual se había Regado y, a tal punto, que el
gobernante y sus seguidores se sentian cada vez más debilitados respecto a la fuerza que
surgia respecto a derribar el gobierno existente y poner en su lugar una Junta compuesta
por micmbros dei país.
Por legal que fuese la ejecución de dicho proyecto, como reflejo de la política de la misma
Esparia, tenía el inconveniente grave de poner alerta los derechos del hombre, y de
emancipar el pensamiento a favor de la libertad y de la justicia, obligando a dicho
tribunal, por el hecho mismo, a abrazar todas aquellas ideas y a someterse a ellas hasta
que fuese posible dominarias para que redundasen a favor el Rey y de sus intereses. Lo
que querían, ante todas cosas, era conservar el mismo gobierno sin más alteración que el
reemplazo del gobernador, que mandaba por una persona dei país de bastante influjo para el
mantenimiento dei orden y de la misma especie de administración. El que reunia todas
las circunstancias y cualidades que requeria el papel de gobernador, tal como lo ideaban,
era el conde de la conquista, don Mateo de Toro y Zambrano; porque era sumamente rico,
de una de las tunas más ilustres d...1 país, y tenía muchos parientes muy considerados, no
sólo en la Capital sino, también en muchas provincias dei reino. En cuanto a él mismo,
ya había llenado los primeros empleos y tenían despacho de brigadier con fecha dei 13 de
septiembre de 1809, despacho que le
128
EDUARDO CAVIER
diese su dimisión, en obsequio del interés general 11 I. Pese a los rechazos y a las
negativas de Carrasco, la Real
129
dei Procurador Infante, crítico con las experiencias vividas y con las torpezas de
Carrasco y, al mismo tiempo, cuidadoso en referir el movimiento que se
a Ia fidelidad del Rey Fernando VII. Claudio Gay, al describir estos a su vez interpretaba
lo que pensaba había sucedido:
Es verdad que tal ha sido el carácter de las revoluciones de la América espafiola, donde
todas fueran hechas en nombre y en favor del Monarca amado, sin que se haya pretendido
darles un movimiento más indepencliente; de modo que todas parecían haber sido trazadas
por un mismo modelo, con el mismo objeto; y, en este particular, Chile se presentaba
con principios absolutamente idénticos. Dejando aparte un cortísimo número de opiniones
más extremadas, todas, las demás, con indusión de muchas que se hallaban a la cabeza del
movimiento, pensaban firmemente mantenerse bajo la dominación espatiola, y no deseaban
más que algunas reformas, tales como mejorar las instituciones, proporcionar fomentos,
establecer las relaciones de la metrópolis y de las colonias sobre las verdaderas bases de la
justicia, y quitar algunos abusos que se introducían, de tiempo en tiempo, en la sociedad, en
despecho de la moralidad ejemplar de los presidentes. Tal era el pensamiento dominante
de la nación y de casi todas las personas reunidas en esta asamblea, las cuales aceptaron
con universal aclamación el nuevo sistema de gobierno, persuadidos de que su fidelidad no
seria de modo alguna comprometida. Solamente, dos o tres espanoles, más desconfiados o
más avisados, quisieron opInerse a él; pero su débil voz no encontró eco, se apagó y se
desvaneció al instante con el ruido del triunfo12.
el voto restrictivo para quienes gozasen, entre otras cualidades, de opinión y fama.
Entretanto, el 21 de febrero de 1811, se firmaba el
131
sue
ta Real r\udiencia no fue la sola que tuvo que sufrir su mala suerte, pua la misma cupo a
algunos militares y a todos los empleados que por su cango podían aún ejercer algún
influjo en la suerte política del çais.■ia se ve que después del sangriento acontecimiento
del 1 de abril, Ia tevolución ya no estaba obligada a miramientos; el velo se habiía
cagado, y se hallaba, más bien, en la precisión de echar a un lado toda irresolución y de
avanzar francamente y con denuedo a sus fines, si queria elevarse a la altura que éstos
pedían. Los medios de que debía aisponer eran la justicia, el derecho y la fuerza; porque
después de tas reuniones electorales el principio de la revolución ya no se hallaba
concentrado solamente en la capital sino que se había extendido a casi todas Ias
provincial, y había encerrado en su círculo de acción a una infinidad de personas que,
hasta entonces, se habían rnantenido extra-
El Partido Realista quedó reducido a una nulidad casi completa. El Partido patriota ya no
podia hacer alto ni volver atrás. El tiempo que pre(cajá a la apertura del Congreso Nacional
estuvo caracterizado por una inerte discusión, transversal, respecto al número de
congresales y al proble-
ma de la representatividad. Martínez de Rosas, por una parte, apoyado por deputados del
Sur, entre los que se contaba el propio Bernardo O’Higgins, también por importantes
familias santiaguinas entre las que destacaban los larrain, e, lgnacio Carrera, por otra
parte, empujado por miembros del
¡Ido, aspiÃaban a tener mayor poder sobre el nuevo gobierno y para ello
EDUARDO CAVIE
1 _1 • 11
y el Cabildo.
posición del Congreso, sin desconocer la importancia de ambas sit no puede soslayarse la
discusión doctrinaria. Entre los medios de
hasta entonces”114
133
,cicdad humana, sin ella los pueblos son bárbaros, esclavos, y cargan eternamente el duro
yugo de la servidumbre y de las preocupaciones; Furo a medida que los hombres se
esclarecen, conocen los derechos y 106 del orden social, detestan la esclavitud, la tirania y
el despotismo, aspiran a la noble libertad e independencia, y al fin lo consiguen con
medidas sabias y prudentes que hacen ilusorios los esfuerzos y las amenuas del interés y
del egoísmo de los usurpadores de la primitiva y divina autoridad de los pueblos; he aqui,
lector benévolo, el objéto de este pequefio catecismo, que reduciré a preguntas y
respuestas, claras, sencillas, precisas, perceptibles y de fácil inteligencia para los nifios de
todas las edades y condiciones. Si la juventud se instruye en principios evidentes por sí
mismos, que tanto interesan a su felicidad presente y a la de toda su posteridad, esta será
la gloriosa recompensa que yo exija de este pequerio trabajow
En una relación histórica y política de los sucesos que acontecían, el llamado era claro y
preciso. En 1813, Camilo Henríquez redactó su propio Catecismo, llamado por el mismo
como el de los patriotas. Avanzaba en términos mucho más concretos respecto a los
derechos políticos y civiles:
La libertad civil consiste en que la ley sea igual para todos. En todos sean iguales delante
de la ley, y sólo sean superiores de los ciudadanos los que han sido elegidos para
mandarlos por la elección libre de los mismos ciudadanos, o de sus representantes
libremente nombrados por ellos. Donde hay libertad civil todos están igualmente sujetos
al gobier-
EDU
del mismo ano, congregando a los miembros del Cabildo, a los del ■
del Reino”. Con 64 electores, por votación secreta y con cédulas, tile(
•-•7 • I `I V- • /V • • 1I•
I7 •
s de cada una de las tres provincias del país, Ello significó la derrota de
Dora mentos rcfewites a la elección de Diputados por Concepción y por la villa de Petorca
en el
EDUARDO 01
fraccionarse y, como lo veremos, los desarrollos ideológicos prop tales fueron siempre
quedando postergados mientras que las pren
Si volvemos atrás y hacemos un nuevo recorrido, ahora desde el 1 de vista de las políticas
y actividades concretas del proceso, nos enconn
cieran en el. Tampoco hubo solución para los descontentos. Por una 1
paralelo, las noticias de los proyectos del Virrey Abascal del Perú para inv
una nueva Junta de Gobierno, esta vez compuesta por Juan Martí-
Carrera se hizo asesorar por hombres capaces e ilustrados: Manuel de salas, Gabriel
Tocornal, Juan Egaria, Bernardo Vera y otros, dieron luces a una situación tan incierta y
proyectaron ideas y medidas que darían caracter a Ia nueva República. Gobernando aún a
nombre de Fernando VII, aun coando nadie le daba real contenido a ello, se mandó
realizar un empadronamiento general a objeto de que sirviese como base de un pronto
gobiemo basado en la representación democrática. La instrucción pública fuc
preocupación central ordenándose establecer en cada convento una escuda gratuita para
nifios y adultos y, para las clases pudientes, un Instituto quc diesen a la patria ciudadanos
que la defendieran, dirigieran, la hicieran florem y le dieron honor. Se había recibido una
imprenta y desde el 6 de fcbrero de 1812, había aparecido la Aurora de Chile, bajo la
dirección de Camilo Henríquez. En julio del mismo ano, coincidiendo con un aniversano
más de la Independencia de los Estados Unidos se recibió a su Cónsul General y
VicecOnsul en una ceremonia majestuosa e imponente y este tipo de festividade se
hicieron bastante común en el ánimo de atraer a la multitud a la causa del nuevo orden
político.
Pero la función más solemne y demostrativa fue sin disputa la que hubo para celebrar el
aniversario de la instalación de la Primera Jun-
138
EDUARDO I
les rayaban los albores del sol que venía a alumbrar a este dic
por Santiago, duraba tres mios y tenía por misión participar en los ne
fuerza de ley a las medidas que venían tomándose para que los mie
s del Virrey Abascal que dio el apoyo que podia para que Pareja to-
Pero el resultado más brillante que obtuvo esta ilustre corporación fue el de su generosa
participación en la suscripción voluntaria a favor del Estado, y en la cual el público entró
con el más pródigo abandono. Al ojear el Monitor Araucano de aquella época, no puede
menos de sentirse uno penetrado de admiración por aquel público que se condenaba a los
mayores sacrificios por la defensa de su país y de sus instituciones. No se contentaban con
dar dinero, y alguns, grandes cantidades, sino que muchos daban su vajilla y sus cubiertos
de plata; otros sus hebillas, y hubo qúlten ofreció y dio cuanto poseía. Juan Egafia,
además de la generosidad de sus dones pecuniarios, envió el oro necesario para seis
medallas de la patria. Muchos empleados y entre ellos los tres miembros del gobierno y el
secretario de la Junta Mariano Egafia, servían sin
140
EDUARDO -
11111111111111111111
tierras al primero que tomase un cafión enemigo. Los c igualmente, se mostraban rivales
en entusiasmo de esta
pudientes como los que podían mucho eran todos sus tribut,
tomado el control de gran parte del territorio central del país aun ,
_.spEtiOENC
; LAO`
er
EY 1:aferia’
141
público.
• • • 1 T? 1 0 1 —
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,....... T
to
en la Corte dei Brazil, venía en explicar la justificación de la deten-
Po en
de Ia fragata Fama, destinada a los puertos de Chile para cargar trigos rara semillas con
destino a Inglaterra, para armaria en guerra, pagando su legitimo valor y prohibiendo la
extracción de trigos mientras durase la guerra con el Virrey de Lima. Argumentaba que,
la voluntad general de los Pueblos, que habitan el dilatado territorio de Chile, usando de
unos derechos superiores a toda arbitrariedad y prescripción, eligió a semejanza, y con el
mismo título que la Espana, su Gobierno depositario de la Autoridad Soberana durante el
cautiverio de Fernando. Mantener la justicia, el orden y la tranquilidad interior de!
Estado: respetar los inviolables derechos de la naturaleza, y de las gentes a conceder el
libre comercio a las naciones extranjeras aliadas de la Espana, y a las neutrales:
franquearles cuantas gracias y favores son conciliables con su constitución política: evitar
en lo posible funestos estragos de la guerra; y dirigirlo todo a la pública felicidad, han sido
los
grandes, los únicos objetos del Gobierno de Chile desde el momento feliz de su
instalación121.
tabaco, cubrir las costas con filibusteros y bloqueo de los puertos. Sin
1olltill
1/�1 ”’ ntonin D_
—- 1 d
-aiaua rragata Fama y ante eH0 a los europeos justificar los procedimienrnç 1,1 , -Lt
T rV11IJC�.
ulsuutaao aesae e1 establecimiento del nuevo gobiec y opulento Estado de Chile, y que
gozaréis en lo sucesivo si
�.11lusco rintonio I erez, Presidente, José Miguel Infante, A zaguirre y Jaime Zudafies,
Secretario interino r1P rPlnc r
aaiz, se cleclaraban igualmente liberales y defendían sus prin, ticos. Al mismo tiempo,
subravaban el valor dei lihrp rnmerrin
ticos y utilitarios en Ia relación con los Estados europeos. En todo se trataba sólo dei libre
comercio. En conjunto con el Senado, la 1
22 Ibide;z.
dei Goblerne ’-
Fura instruir a ’a 1 ° -� , — -
..os eclesiasuu,à, quisitos ai igual que Ias monjas. La instrucción debía alcanzar
1 1 1iiic ç
. 1 1_ v lin-
i a la Patria, deben ser mirados con roua
r t: .. —1 fnr-
;cios trascenden-
ucpiavaii ei gusLo y
r.. l a nnr
que empieza: Decidme, hijo, thay !lios:, y esta aplu-nu’ r— aoi e_ Ali-__ 1 1
Relición de
ia ae hlle de Molina’-’.
EDUARDO CAVIERES I
nación culta y como ella era la barrera más importante contra la tir
los casos habidos sobre abuso a las justicias ordinarias. Los miembros
los alcances de lo liberal y los limites en que se podrían pensar los cor
tre el total, que compone las últimas listas presentadas para la ele
145
juanae tgana, por ei uirecror venerai ae rsruaros, ur. uon yuan Jose Amimam y por el
Rector del Convictorio Carolino Dr. Don Francisco José de Echaurren, para que pensaran
y presentaran un plan de educación na0021. En Ia premura del tiempo, y también debe
destacarse, efectivamente Se pensaba que debía ganarse a la historia y, por ello, el 10 de
agosto, en mariana, en un acto de singular magnificencia se efectuó la apertura del
Instituto Nacional:
Este acto es uno de los más interesantes de la revolución. Los pueblos que nos observan, y
la posteridad que ha de juzgarnos, y que ha de contemplar con interés todos los sucesos de
este memorable período, admirarán que hubiésemos podido concebir un designio
semejante en medio del estruendo de las armas, y que hubiésemos llegado a plantear v
concluir una obra tan grandiosa. El himno del ciudadano Vera, y la prolusión que hizo al
pueblo el Secretario del Interior, Don Mariano Egafia, en nombre del poder ejecutivo,
expresan los sentimientos de este, y las ventajas y precio del nuevo establecimientom.
. Como la Paria es una gran familia, el ciudadano debe amaria más que
’E] Monitor Araucano, NO29, 12 junio 1813, p. 120 y el texto en No 55, 12 agosto 1813, p.
. El estribillo del himno aludido repetia: La patria nos convoca, con noble y suave voz, a
rendir
EDUARDO CAV
ojos de la ley.
sus propiedades.
147
pueblo entero.
los hombres libres, que no están bajo la dependencia servil de otro, derecho de concurrir a
la formación de la Constitución...
jamás deben quedar impunes los delitos de los mandatarios públicog. Ningún hombre
puede creerse inviolable.
Todo el que viola y atropella los derechos del pueblo es opresor del pue-
Tales son en compendio los derechos del hombre y del ciudadano. La observancia y
conservación de estos derechos forma la libertad: donde no son respetados, reina la
tiranía126
libertad127.
con ser voces del gobierno respecto a dar a conocer sus hechos y ;
blo soberano, que la única ley es la voluntad dei pueblo; que la únic
b iffeligión, el desenfreno y la torpeza intentaban suplir todas las virtudes. Redactor, que
firmaba como Dionisio Terrasa y Rejón, pero que no era aodie mis que Antonio Irisarri,
era enfático en sefialar que los más firmes
kis tiranos”. Por ello era importante formar a los futuros ciudadanos. Sólo la justración
podia poner a cubierto de los males existentes. ”Era necesario íamiliarizar en todas las
clases del Estado las ideal liberales, que sirven de fundamento al sistema de las
Repúblicas. Todo hombre debe conocer sus daechos para saberlos defender y conservar, y
para obligarle a tomar parte eu todos los sucesos adversos o prósperos de la Patria”’29.
Los últimos meses de 1813, cuando se escribía sobre estos temas, la situación de
inestabilidad política institucional del nuevo Estado que se intenuba construir, vivia una
tensión permanente y faie precipitando la caída de los Carrera. Una de las situaciones más
decisivas en esa situación fue la discusión desatada alrededor de la Constitución.
EDUARDO CAVIER
es posible advertir que, después de 1816, parte importante de quedaron subordinadas a los
nuevos procesos políticos y, algunas x
Si volvemos a 1813, quizás el afio más activo en términos ide (y doctrinarios) dentro de
todos los anos de búsqueda de la emanc
sefialaba que ”El objeto de esta obra no es otro que el difundir por todos
151
hecho, aún muy justificado por la toma de Talca por parte de los
por ello, El Monitor Araucano fue tan vehemente en explicar que el cambio político en la
conducción del gobierno estaba causado por la guerra y no por quienes seguían pensando
en la representación de los pueblos a partir de un régimen de separación de poderes:
Desde que las difíciles ocurrencias de la guerra excitando el Patriotismo al Pueblo chileno
le hicieron ver la urgencia de un eficaz remedio a este azote formidable y amenazador de
su seguridad, todos los hombres de juicio y experiencia conocieron la necesidad de
concentrar el poder ejecutivo en una sola mano. La moderación característica de nuestros
Conciudadanos, y el temor de formar un contraste con la opinión y gratitud debida a las
apreciables tareas de la Junta Gubernativa, les obligaba a sofocar en silencio la
importancia de esa medida reclamada por el primer interés de la salud pública. Pero
difundida en el memorable dia 7 del corriente la sensible noticia de la ocupación de Talca
por el enemigo, en circunstancias que el Ilustre Cabildo buscaba el consejo y Ias luces
que el Gobierno le había pedido para consolidar la defensa del Estro; ocurrió el virtuoso
pueblo a llenar las Salas del Ayuntamiento, creyéndose cada uno obligado a proponer los
arbitrios que le inspiraba el sentimiento natural de su propia conservación: y al paso que
se mul-
amor público. Ninguna se les presenta con mejores caracteres ■ cia, cuando siendo
imposible en el momento de consultar el
tardanza’33.
’32 Manifiesto del Gobierno a los ciudadanos, Santiago 8 de mamo de 1814: en El Moo
nor An número extraordinario, 9 marzo 1814.
133 Ibidem.
EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los origenes de la representación moderna
153
Ic transición entre antiguo y nuevo régimen, se tenían que buscar los flocos a partir de los
cuales legitimar los actos. El dia 14 de marzo,
Sin embargo, los problemas dei incipiente Estado, no sólo de carácter económico, sino
además imposibilitado de movilizar hombres, materiales de guerra y aprovisionamiento
para las tropas, fueron intensificándose en ia medida que Lima optó por hacer frente a la
rebeldia de su tradicional Provincia y ello significó, además, que gran parte de los
discursos, proyectos r anhelos dei grupo patriota, fueran esfumándose en la medida que la
parte realista tuvo fuerzas para reaccionar. El 5 de abril de 1814, en una Memoria sobre el
estado de la guerra y de la necesidad de concluiria, el Director
EDUARDO i
felicidad civil:
derechos y le sujete a la condición de un país sometido por 1 Este Reino, como los más de
América se resintió justamente
~~~1BIDENC
155
r Ia sagacidad y la prudencia’”.
a ler hollados, como venía sucediendo, por una facción popular, ni por una *nona de Ias
armas. Había resuelto convocar a los Diputados de todos los Pueblos para que reunidos en
un Congreso eligiesen a los que deberían ir a.
5 de mavo de 1814, Lastra convocó a su despacho a los miembros del Senado consultivo
para leer el acuerdo que el dia 19 de abril habían firmado
con el General Don Gavino Gainza, al cual El Monitor Araucay la propia acta del senado le
nombra como General del Ejército Nacional diferenciándolo del General en Jefe del
Ejército de’ Chile. El documento
EDUARDO CA
cia de O’Higgins, el Tratado fue aprobado por unanimidad por Fr de Lastra, Director
Supremo, Don José Antonio Errázuriz, Preside
proceso, no sólo por lo militar, que quizás era un momento necesario recuperar fuerzas, o
porque situó a Don Bernardo, para algunos, en momento de debilidad frente al enemigo,
sino principalmente porque t
157
I$
Firmado el tratado, no sólo las dificultades puestas por Gainza para ;umplir con su
promesa de retirarse del país, sino precisamente las dificultada internas, posibilitaron la
re-emergencia de la presencia de José Miguel Carrera, haciendo nulas las intenciones de
mantener lo acordado. El 22 de ilibo de 1814, José Miguel da otro golpe de Estado, vuelve
a torcer el dcsarrollo de los acontecimientos, retoma el poder, se niega a reconocer el
tratado de Lircay y la revolución entra en una fase definitiva en cuanto a la busqueda de la
Independencia total del país. Este fue el tiempo de José Mi-
Para hablar con hombres irreflexivos, seria bastante el artificio de la palabra: pero cuando
tratamos con los verdaderos patriotas, que aspiran sólo a la seguridad de los derechos de
su País, ratifican en su corazón min Ias medidas impensadas de salvarlo; ni necesita el
Gobierno de apovar su exaltación en la mina y conducta de sus predecesores, ni valerse
de otro lenguaje que el de la verdad139.
” El 3fonitor
30 ” - 308
Monitor Araucana
Araucam
EDUARDO CAVII
del pueblo. Una fracción, ”que siempre había sido sofocada en las (
comunicación:
midad a esta providencia arrancada por el sólo interés de Ia pública, y que pone en
contraste los principios liberales y senti]
tanto tiempo suspiramos, y que ha estado paralizada por una oposición de los enemigos de
la Patria. Si ellos meditan arreliar
bacia Mendoza y el inicio de la restauración, o reconquista del poder por parte del
ejército realista.
orden”.
p.310.
tanto por infinitas expoliaciones como por faltarle hacía i
cado sobre el de 1780 que mandó publicar, instaló muchos1 compuestos de las personas
más afectas a la monarquia, que c
creando con ello una mayor distancia entre sus seguidores resp( otros y dejando en la
historia de Chile una fuerte herida no sur
Por cierto, el gobierno de O’Higgins tenía, en todo caso, mensajes propios v ellos eran
fundamentalmente republicanos. Para éste, no era justo que permanecieran confundidas
clases tan diversas disfrutando iguales consideraciones del Gobierno y de sus
conciudadanos y por ello era necesario que todo individuo debiera tomar partido y
calificarse como patriota regis-
EDUARDO I
’43 Viva la Patria. Gazeta Extraordinaria del Gobierno de Chile, N° 4, pp. 38.
i en el noble, y no en el plebeyo?145.
dd pesú que logró organizar una última expedición a Chile. En marzo de i$18 se produce
la llamada sorpresa de Cancha Rayada, con derrota de parte del ejército patriótico,
pero en abril se dio la batalla decisiva, la de
Tal fue la sangrienta batalla que selló definitivamente la independenda chilena y ejerció
una influencia inmensa en los destinos de América. La bizarria, la audacia, la decisión
que los dos ejércitos dieron pruebas en esta terrible lucha, son superiores a todo
encarecimiento. Unos y ottos se batieron con todo el valor que infunde el amor propio y
con un conocimiento militar que los patriotas adquirieron en poco tiempo, gracias a
algunos oficiales extranjeros y a la penetración chilena. Si hubieran de citarse los
nombres de cuantos patriotas se distinguieron, seria necesario hacer mención de casi
todos los combatientes, desde el General en Jefe hasta el último huaso...
A las nueve de la noche entraron O’Higgins y San Martín en Santiago en medio de las
entusiastas aclamaciones de un pueblo, que del terror, del pánico, había pasado al delirio
de la alegria. Pasados pocos dias, San Martín, dejando el mando del ejército a Balcarce,
emprendió de nuevo el camino a Buenos Aires, no en busca de nuevas coronas que su
modestia rehusaba, sino para discutir y combinar con el General Pueyrredón, el plan que
meditaba hacía tiempo, de llevar la guerra al corazón mismo del Pedi y conquistar la
libertad, plantando su bandera en Ias torres del Callao14’.
” Viu Lr Paria. Gazeta Extraordinaria del Gobierno de Chile, pp.41. ifie, op. rir., Vol.
VI, pp. 168.
i
164
EDUARDO
1822 se produjo la apertura de una nueva Asamblea que de legisla bó siendo constituyente
y que llegó a promulgar una nueva Con
Independencia.
ia, a pesar de las bellas cualidades que lo caracterizaban a este todos los extranjeros
residentes entonces en Chile hicieron
”uno de los hombres más grandes. que ha producido la revolución de America del Sur”,
atiadiendo que ”su valor, integridad, patriotismo, dcsinteres y su capacidad, merecen los
mayores elogios” 147.
dla, que se había levantado bajo el impulso de los rayos benéficos de libertad, sefialaba
que emprendía la redacción de un periódico político,
y filosófico en el que entregaria todas las noticias que pudiese
”a pais como Chile, que ha proclamado su libertad, que combate todavia Por dla y que
ciniere conseguirla a fuerza de heroismos y virtudes, en un ”Ido republicano en donde
todos están interesados en el bien de la cosa
EDUARDO CA
del Gobierno’48.
fue nada más que cambiar de nombre y la forma del anterior, sie
a q.,. a
148 El Sol de Chile, Prospecto, 1818. ’49E1 Chileno, Santiago 15 de julio de 1818.
CIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los *enes de la representación moderna
167
bis bridges debían pagar sus delitos y les acusaba de haber destruido la
Disteis mérito con vuestra conducta a que el Virrey de Lima nos atacase con mil y
trescientos hombres bisofios, y vosotros más bisofios que dos, con doce mil soldados en
Maule, no pudisteis hacer más que encerrar en Chillán a aquellos miserables chilotes;
perdisteis mil ocasiones de vencer, por ignorantes y por cobardes; afirmasteis el odio de
los penquistas contra vuestras personas, porque redoblasteis en su territorio vuestros
escándalos y vuestros horrores; y aguei odio, que sói() vosotros debíais sufrir refluyó en
dano de la Patria que destrozabais; fuiste depuestos del mando por la autoridad de la
Junta, y comenzó a triunfar nuestro Ejército, porque se hallaba mandado por generales
valientes, honrados y hábilesi”
EDUARDO CAVIER
contra Juan José y Luis, que terminó con la condena por parte
les debe; el enemigo mismo publica sus virtudes y sus glorias; los bu
salió el falto de muerte contra los Carreras, mis hermanos, vuestros nuestros compatriotas;
los defensores de la libertad de su Patria”’”.
169
dos y de juicios, que ocupaba todas las páginas del número del periódico, d Redactor se
ponha abiertamente en contra de los actos de los Carrera y a ipov del proceso conducido
por O’Higginsi”.
No cran claras las posiciones políticas de El Duende, como seguramente no lo cran para
muchos de los santiaguinos de la época. El contemporáoro, v en la com petencia El Sol,
igualmente proclamaba su independencia’ v deknsa de la libertad de imprenta, e
igualmente atacaba la Proclama de Carrera; no sólo respecto a sus contenidos generales,
sino también en lo concerniente a la independencia real de Chile respecto a Buenos
Aires. No atilo defendia a los trasandinos respecto a sus objetivos políticos en el área,
sino además apostaba por el proceso chileno, negando toda legitirnidad a los
pronunciamientos de don José Miguel154. En términos más amplios, reftriéndose a los
extranjeros, las impresiones de El Duende, era que éstos, ROI sus impresiones, con
sagacidad y astucia se habían introducido por todas las Américas internando multitud de
efectos para extraer cuantiosos productos en oro y plata, no sólo destruyendo a los
comerciantes locales, sino que seguramente habiendo sido los verdaderos causantes de la
insurrección contra ”nuestro” rey Fernando VII. Se reproducía un escrito del 7 de mano
de 1816, firmado por José Ignacio de Arangua y Francisco Marín
”El 16 de
, log►n
10 de jurio de
10 de Sho de 1814;
EDUARDO
herejotes, cuyas obras han sido tan citadas por los insurgentes
r a su término sin pasar por una revolución, es decir, sin ese estado
peso mismo que rompen la barrera de la opresión. La falta de una ley que dirija el bien
público, las voluntades, y los intereses desunidos de los ciudadanos, produce la
arbitrariedad, ese monstruo que empieza por desorganizar el Estado, por destruirlo dentro
de sí mismo; que hace maldecir a los pueblos la hora en que salieron de su tranquila
esdavitud; y que osa desfigurar la causa más noble que vieron los siglos, pintándola a las
naciones como un tumultuoso desorden, incapaz de interesar en su ayuda los esfuerzos de
la humanidad. Una constitución, una ley, calma las inquietudes, fija las esperanzas
públicas, y restablece d imperio del orden y de la justicia ¡De cuanto consuelo no es pues,
para el hombre de bien, ver formarse a sus ojos un nuevo orden de gobiemo, y encontrarse
con una Patria, que parece llevar sobre su frente el presagio de la felicidad! El ilustre
patriota a quien Roma libre dio en sus belfos tiempos el inestimable título de Padre de la
Patria, aseguraba a sus conciudadanos, que no eran más felices libertando a la República
de sus enemigos, que conservándose por el establecimiento de sus leyes; y los triunfos de
Chacabuco, y Maipú, que dieron a los chilenos una Patria, no deben sernos más gloriosos
que el dia destinado para publicar la constitución que nos da una ley. V. E. sosteniendo los
derechos de la Nación en Rancagua, Chacabuco y Talcahuano, triunfaba, es verdad, y
Ilevaba tras sí nuestra admiración, y gratitud; mas este era un triunfo de que podían
usurpar parte la fortuna, y parte la ilusión de la gloria; pero hacerse esclavo de ley en el
lleno de la autoridad: quedar vencedor en esa lucha de generosidad, donde el pueblo
confiado en las virtudes de el que destina para gobernarle, pone en sus manos un mando
sin limites, y el Jefe quiere sólo obedecer a la voluntad pública, y hacer crei la autoridad
de su cargo por la de su mérito, este es un triunfo todo de V. E. y que hace que al dia de
hoy podamos llamar con mejor título, el dia de la gloria de O’Higgins.
EDUARDO CAVIE
flejo de las más brillante luz, parte de las virtudes del Senado:1
en el Jefe del Estado que eran innecesarias y que podían ser ejer
otras autoridades; aún así, más valia contar con un código que con i
ocasión:
157 El Duende de Santiago, N° 13, 26 octubre 1818, pp. 3-5. 158 El Sol, 11 septiembre
1818, p.l.
ENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los origenes de la representación
moderna
173
•1.-1
Macau,
de aquel pueblo112
p.i
principio de la representaciOn164.
DESDE LO PARTICULAR...
III. Los contextos internos: el basamento social.
Es evidente que una parte muy importante de los estudios sobre Inde-
can lejana, y tan ajena, a la vida cotidiana de una de las colonial más periféricas del
imperio. Desde las ya reiteradas invocaciones a razones ideológicas, económicas, sociales
e incluso a aquellas baladas en los deseos de erradicar o superar discriminaciones, se
pueden agregar otras tantas que nos hablan de discusiones intelectuales o doctrinarias,
pero también de circunstancias o reinvenciones personales que se visualizan en el tránsito
del vasallo al ciu-
EDUARDO CAVIE
deros; la otra, ”tiene una aristocracia formada por todos los terraten
181
• • 1))1(,A
■ e interprovincia► — -.
ainda» y aquel inserto más, o directamente, en los juegos dei capitalismo. Dd mismo
modo, para observar, a través de las mismas imposiciones, las &IMO e inflexibles regias
de la estratificación, o, las ventajas a las cuales puede !levar el aprovechamiento de los
espacios existentes para una relativa o fume movilidad social. Hasta la actualidad, las
distancias entre uno y mo segmento son decisivas a la hora de intentar una explicación
global en dfiuxcionamiento de la sociedad y, más aún, para seguir intentando expliaciones
sobre las conductas, comportamientos y compromisos asumidos ui d parado. En todo
caso, tampoco se trata dei único y exclusivo análisis posible de realizar. Si bien es cierto
toda historia es definitivamente historia social, la presencia de algunos individuos, de sus
pensamientos, ideas, enRidos y proyectos, es también parte de la realidad’67.
”Mario Góngora, Estratificación social urbana en Chile colonial [1975]; Revista Cruz del
Sur, Uakenidad Católica de Valparaíso, No 5, verano 1988, pp. 29-30. ”Pot ejemplo, la
reciente tesis doctoral de Alejandra Guerra A., Pensar como no se debe: las ideas ao vilã
Conspiradores e ilustrados en Santiago de Chile, 1780-1810; P. Universidad Católica de
Volpatáso, 2011, está balada en la figura de José Antonio de Rojas, hilo conductor del
relato por d hecho de participar en los dos casos judiciales más importantes respecto a
motivos de
ápación: ”Ia conspiración de los tres Antonios” (1781) y el proceso seguido en contra
• de don Bernardo Vera y don José Antonio de Rojas (1810): estudio de ideas, actitudes y
182
EDUARDO CAV
contra del sistema, las reacciones contra este y una real toma de 1
do. Para los pobres, imposición también del orden; para los ricos, i
A fines del siglo XVIII, como también para los tiempos que 1
por tipos de intercambios poco definidos, y que por ello era rnuy •
valorar.
CIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de la representación moderna
183
estaban bastante más amestizados que sus similares de La FronSur. Como las etnias de
color, negros y mulatos, eran bastante en términos de números, la población pobre, el
”bajo pueblo”
del todo fácil poder describir con cierta exactitud si hubo un co-
, que habría que diferenciar entre los dueãos de las mercaderías y to-
Coara
tente, hubo un notable y bastante regular comercio fronterizo,
demás bienes, y que los dias en que se han de celebrar los asigne el 1
krar algunos aspectos que nos pueden entregar una especie de fisono-
isít de h sociedad a Ia cual nos referimos. En ese caso, y en primer lugar, en
y mulatos.
’país, algunos de los daros generales que se pueden obtener, son muy
EDU
187
PEN, Paris 19731, edición en espariol, Centro Barros Arana, Santiago, 2001.
188
1996,y Estructuras rurales y población de una villa colonial: San Felipe en la segunda ►
XV///; en Estudios Coloniales Vol. 111, Univ. Andrés Bello, Santiago, 2004.
EN CHILE. El tin del Antiguo Régimen y los orígenes de Ia representación moderna
189
con el )mercio que en los valles había sido patrocinado por los
que ”sólo trabajan para enriquecer a sus patrones, el cual toma que fructifica la camparia
lo mejor y más bien parado como
190
EDUARDO à1
172 Capitania General, Vol. 940, fs. 60-65. 13 Manuscritos Medina, vol. 198, f. 236 y ss.
21=
J
I CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los origenes de la representación moderna
191
1 pesos
19-20
17-18
15-16
11-12
Hacendados
N. 1
4.4
4.4
30.2
13.2
21.8
17.4
Tenderos y bodegoneros
N.
3.8
7.8
3.8
3.8
14.6
18.6
29.0
18.6
nula de toda feligresía de la villa de San Felipe y valle de Aconcagua de las casas de
1752(,”
EDUARDO
llegaba a un 8%.176
17’
que correspondía al mundo rural y al urbano. Tan fuerte era esta in-
¡que todavia en 1789 el Cabildo de la villa debía dictar Ordenan-
”abrir las calles que se hallan enclaustradas para que todas tengan
EDUARDO I
y/o de una vida, los bienes adquiridos podían llegar a ser un guido en los primeros
tiempos por merced o parte de un solar i
pailas, tinajas para vaciar vino, taburetes, petacas y cabezas de pecialmente ovino. En
resumen, no resulta curioso ni sorprend
der y a quiénes?
pia capital del reino para abastecer el valle. En sentido inverso, enti
r. Por cierto, habría que clarificar quiénes eran los que efec-
cómo abastecer sus casas para su diaria mantención y así están re-
EDUARDO CAVIER
al menos con los caracteres del Norte Chico, está fuertemente rela
182 Claudio Gay, Historia física y política de Chile [1844-1871], reeditado por
ice tales. Aún así, resulta a lo menos difícil de hablar del comercio
EDUARDO
difícil es, nuevamente, medirlo y caracterizarlo con precisión, mercio además era una
necesidad que permitia a las comunidade
juctos comerciales como los cueros, el pelo, las piedras bezoares, ’radas como
medicinales, riendas, cabestros, etc. En 1774, des-
y 1770, uno de los caciques principales que solicitaba apoyo reunir a indios dispersos y
formar con ellos un pueblo, se referia
con ponchos, mantas, sal y algunas otras cosas que producían sus
de otro tipo de elementos necesarios para vivir que llevaba al reparde ropas, bayeta y
tocuyo para pariales y mantillas para los nirios y En todo caso, una de las preguntas que
con más frecuencia dirigia
a los caciques con los cuales se entrevistaba tenía que ver con el circuito que dlos hacían
cruzando la cordillera para llegar al mismo Buenos Aires. éQue
Ilevaban para sus conchavos en esa ciudad? La respuesta es que se de ponchos v coligües
gruesos para los indios de la otra banda de la
, pp. 66 y 156-157.
200
EDUARDO CAV
por don Juan de Ojeda en 1793, este serialaba que ”el comercio ;
la mayoría lo era: ”Todos los dias se ven en las plazas y calles jorna
188 uan T
201
las cuales los amos declaraban libres a tales o cuales esclavos que
b babian servido con lealtad, legándoles en ocasiones pequerias sumas de amo para que
pudieran establecerse como artesanos o como pequerios comerciantes. Estos y sus hijos y
descendientes, casi siempre mezclados con rua blanca, formaban la población llamada de
color, compuesta de nevo§ y mulatos más o menos puros, que casi en su totalidad vivían
en las dudades y ejercían los oficios de sastres, zapateros, carpinteros, plateros, etc. en
que algunos de ellos habían adquirido cierta habilidad, a pesar de que carecían de toda
instrucción, a punto que era muy raro encontrar uno
eme pensó que los individuos sometidos hasta entonces a ese sistema, iban a lixem
agricultores en los asientos que se les serialaron y, si bien les impuso d dcrecho de
capitación que debían pagar en lugar del impuesto de trabap a que antes estaban obligados,
los reconoció en el carácter de hombres iam Esta reforma, que dio origen a la formación
de pobres aldeas en los lugues en que se establecieron esas gentes, casi no produjo otro
efecto que d de aumentar el número de trabajadores libres en las haciendas de campo,
1, pp.136.
202
EDUARC
gobierno.
vendedores ambulantes.
están retirados del centro de la república en los extramuros de est trabajando en sus casas
y oficios de dia, para vender sus produc
203
estar los vendedores en todas las estaciones del ano, y en que ’se
aseo los comestibles, sin que anden, como hasta hoy, botados
.�9-
t Mana, op. cit., Tomo VI, p. 152. Se refiere igualmente al Acuerdo del Cabildo de
152.
204
EDUARDO CAVIE
cado más una gabela que una regia de orden. Para mejorar Ia sii
tían en un inmundo chiquero, hasta que en 1821 el ruinoso demolido, después de 64 anos
de existencia”198.
formal de abastos:
del norte y seis por la cabezada del sur, de los cuales dos qu
y los treinta y siete son de cuenta del subastador de dichas abasto... se pone por inventario
ciento noventa y tres garfos (
205
y peor clavazon199 .
r 1 • 1 A 1 • 111 c •
d siglo XIX. Hubo tambien ciertas ”especialidades”, como las vení de dulces, lojas (aloja,
una bebida refrescante preparada con miei y
, que por avanzar el corto alivio que les puede sufragar semejante
lidá que sólo pudiesen seguir servidas por hombres. Por el mis-
pp.54-55.
informales de cortos recursos que las preparaban o conseguían de tos mayores que partían,
en muchos casos, desde las propias hac
abril de 1760, el Cabildo intentó prohibir la venta de un licor que I chichita, que
anualmente causaba muchas y desgraciadas muertes (
,• 1 .1 • • ,
forma de Bando”203.
2°2 Ibidem, pp. 206, 242, 245, 246. 20’ Ibidem, 18 abril 1760, pp. 51-52.
”El piso y empedrado de las calles de casi toda la ciudad,
- - espilinr •
radie que abriera tienda sin que estuviese examinado y aprobado, debiendo
, p. 286.
208
EDUARDO i
además lo comercializaban.
del rendimiento de pan de una fanega de trigo y por lo arreglarse el número y peso de
cuantas unidades debían d, real. Posteriormente, al afio siguiente, el Cabildo acordó ç
dor del ramo de la plaza, pidió permiso al cabildo para enlosar 321
a uno que había puesto cajón de este oficio bajo de los portales, a (
pp. 44. 2°’ Cabildo de Santiago, 27 de noviembre 1812, pp. 164; Cabildo de Santiago, 9 r
pp. 198; Cabildo de Santiago, CHDICh, Vol. XXXIII, 3 agosto 1759, pp. 27-2
209
de eus ferias campesinas, coloridas, vistosas, con todo tipo de mercaderías movilizadas
a partir de los más variados tipos de transportes según la época
EDUARDO
posibilidad más de coacción social a partir del control efectivo tadas posibilidades de
participación en el mercado manteniéndo
ción el virrey de Lima contra el Estado chileno y que camina regimiento a la defensa de la
patria en el cual el otorgante es
dispuesto a seguir el destino que sus jefes le ordenen, en el cual 1
208
sus deudas, ”lo demás que le sobrase de sus cortos bienes se los
pero que era y es el pueblo? Generalmente se le asocia con pobr esta, concebida como
construcción social, requiere de ciertos pa
208 Notarial San Felipe, 2 abril 1814, Vol. 30, Çs. 92v-93v.
MENCIA
211
Posteriores-”’.
pa Ir dm Carlos III, que Dios guarde, serial ”para que el pueblo desatase su itptimido
entusiasmo, prorrumpiendo en estrepitosos vivas, levantando las
, las mantas y los sombreros para recoger las monedas y medallas que
sc arrojaban al aire con las inscripciones del dia”210. Por pueblo, se estaba teiniando el
conjunto, la masa: espafioles pobres, indios, mestizos, castas. :Se sentían participantes?
Posiblemente.
igualmente debieron ser poco certeras, y también muy generalizadas, las opiniones
contemporáneas sobre la otra sociedad. El 6 de marzo de 1773, asumió como Presidente
de Chile don Agustín de Jáuregui. Según el historiador liberal Vicufia Mackenna
describiendo sus primeros dias en Santiago. mirando en derredor suyo, yendo más allá de la
corte en miniatura que k rodeaba, sondeando el estado de las matas, habría quedado
espantado ”de
”Coices. Edua- —o, ”Los seriores y los despreciados: Familia, poder y transmisión de la
riqueza ta is formaciones sociales del Chile tradicional”; en Bases Históricas del
Desarrollo Regional de aidt. Actas de la VII Jornada Nacional de Historia Regional de
Chile, Universidad de Chile, Imano 1996, pp.86. átVicutia Mackenna, op. cit., Edic.
Universidad de Chile, Santiago 1938, p. 60.
mortalidad de los párvulos, del desenfreno de las mujeres, para
matrimonio era sólo una esclavitud, de ese cúmulo, en fin, de i crímenes que han formado
la base de nuestra existencia social, 1
1. 1
que deben extinguirse de raiz, fue mandar fijar una horca per
taba que,
f •I 1 I•
1 y abierta.
• pueblo?
) largo del país de entonces este grupo social, mayoritario, se i presente por doquier, aun
cuando su identificación estuviese su’
pie ia mayoría lo era: ”Todos los dias se ven en las plazas y calles jorna-
Como se ha dicho anteriormente, está claro que estas gentes no pueden r objetivadas a
partir de un tipo de actividad. Los que se dedicaban al macio más mínimo, no eran
comerciantes propiamente tales, pero tam-
bién podemos pensar que debido a sus muy limitados ingresos, tampoco cnn clientes de
un comercio medianamente establecido y que, seguramen-
e, participaban de un circuito mercantil de muy haja monta y rudimenta-
rios procedimientos.
fios bacia la capital urbana del país, lo que aumentó la masa de población
i y, por ende, las demandas de esta por artículos de consumo que les
permitiese sobrevivir. Por ello mismo, las necesidades surgidas para regla-
EDUARDO Ca
bulantes. Ya en 1756, el comercio establecido los denunciaba que era ”una muchedumbre
de gente, domésticos indios, mulat,
o de grupos étnicos, declarada por el nuevo Orden político. En Central y en las regiones
existentes hacia el Norte, el régimen d,
215
al matrimonio, sea en la villa o en el área rural eran los mismos; por parte de
nte también que a los hijos que se casaban, se les otorgara una vaca
nte, para los más informalizados, la vida en Santiago era más difícil
!prezaria.
Allí mismo, por otra parte, la servidumbre de una familia acomodada, legún el mismo
Vicufia Mackenna, era una colección de indias, mestizas
EDUARDO CAV
entre st
’216
contrar una ”cultura de clase” que permitiera hilar más fino resç
y en ocasiones muy lento, ello será otro de los logros del nuevo
ia ley. De que todos fuesen obedientes a las autoridades establecidas. De que se respetaran
las horas de recogida y se respetara el necesario descanso Sznitándose el libre transito
nocturno a menos que constara al Juez, ronda o parrulla, de que se trataba de personas de
honra, notoriamente conocidas. no sospechosas y de haber salido por motivos racionales y
movidos pot honesta diligencia. Por cierto, se prohibía cargar todo tipo de armas, de
fuego o de acero, e igualmente venderias. El articulado era severo con
individuos:
Que salgan inmediatamente de esta jurisdicción todos los vagamundos, ociosos, y gente de
mal vivir, pena de que parados tres dias por d mismo hecho de hallarse sin oficio, empleo,
u ocupación servible y
serán destinados à servir en obras públicas, o Reales, o cuerpos de tropa de esta Capital,
o Plaza de Valdivia, conforme a la naturaleza de los casos por seis
Que los casados en cualesquier parajes, o ciudades fuera de la jurisdicción de este Reino, o
dentro de el en lugares distantes de sus residencias
218
EDUARDO CAV
término que a los de esta clase conceden las Leyes para sus
azotes, que sufrirán del mismo modo que los que acostumbren i
aun que sean sus hijos, sobre que se estará muy a la mira por i
ropa, ni cosas de casa, que se les ofreciere por hijos de familia, sinia
~lat DEPENDE
~110.°_7”.
Mr’
NCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de la representacián moderna
219
de noche, desde las nueve en invierno y a las diez en verano se cieabsolutamente las
tabernas o pulperías y demás cuartos de venta
de aguardientes y licores, y en los dias de fiesta, solo puedan entrar dos horas, de las once
a la una de la mafiana, y si ocurriere necesidad de vender, sea por pestigo, y no por
puerta, manteniendo solo una, y esta abierta del modo en el tiempo, que le es permitido
con farol encendido a la parte de la calle de noche de modo que pueda reconocerse de
afilem por las justicias, y rondas lo que pasa en lo interior: pena de un peso por la primera
vez; dos por la segunda, y privación de su ejercicio por la tercem vez a los pulperos que
incurran en cualquiera de estas faltas y la misma con agravación de dos meses de prisión
si dentro de sus tabernas consintieren concursos, juegos algunos, borracheras, pendencias u
OtTO género de excesos graves, y sucediendo, no dieren inmediatamente aviso al juez
mas pronto en el término de una hora218.
fjs. 5v.
220
EDUARDO CAVIERE
del dia para que se repartan con buen orden y asistencia del juez: I
traventores.
EDUARDO CA
ráneas
Independencia nacional, Leonardo León setiala que, ”durante los i dias de la Patria Vieja,
cuando patriotas y realistas se disputaron
esos cari tres mios antes de ser expulsados del poder en forma de
jefes””4.
•Lt•1
ao estos unimos visnunuiauall 1.11 que venta, se CUCTOO Lamoien a ia de recitaar a sus
propios hombres y lo hicieron a partir de los vecinos
mis de sesenta suscriptores, unos por tres soldados, otros por cinco, algunos ?ar diez,
todos los cuales debían ser equipados y sostenidos por ellos. Ante incertidumbre de lo que
venía.
�;
EDUARDO CAVIE
aun cuando para subvenir a sus gastos debía disponerse de dineros conductos oficiales
estaban lejos de poder sufragar. Aún así, se IlegO
título alguno que suponga diferencia entre ellos y los demás cuer
Infantes de la Patria.
contenidos:
227 Más detalladamente en Barros Arana, op. cit., T. VIII, pp. 183-189 y 316-318j
225
dad y a las buenas costumbres, por inútil y aún contraria al servicio doméstico, que ha
sido el aparente motivo de su conservación, debería desaparecer de un suelo en que sus
Magistrados sói() tratan de extinguir la infelicidad en cuanto alcance sus últimos
esfuerzos; con todo conciliando estos sentimientos con las preocupaciones, y el interés de
los actuales duerios de esta clase de miserable propiedad: acordó el Congreso, que desde
hoy en adelante no venga a Chile ningún esclavo, v que los que transiten para países
donde subsista esta dura ley, si se demoran por cualquier causa, y permanecen seis meses
en el Reino, queden libres por el mismo hecho. Que los que al presente se hallan en
servidumbre, permanezcan en una condición, que se la hará tole-; rabie la habitud, la idea
de la dificultad de encontrar repentinamente recursos de que subsistir sin gravamen de la
sociedad, el buen trato que generalmente reciben de sus amos; y sobre todo el consuelo de
que sus hijos que nazcan desde hoy serán libres, como expresamente se establece por
regla inalterable. Para evitar los fraudes de la codicia, y que no prive de este beneficio a
las madres que sean vendidas para fuera dei País, se declararon igualmente libres sus
vientres, y que debe serlo por consiguiente sus productos en cualquiera parte y que así se
anota por cláusula forzosa en las escrituras que se otorguen y en los pases de la Aduana,
a cuyo fin se hará entender a los Escribanos y Administradores”9.
Elo no se puede entonces pensar en una sola opción, aun cuando sea
EDUARDO CAVIE
Los patriotas chocaban unos con otros sin que para ello hubii
dejaba conocer los resortes secretos con que las pasiones ext
hasta las botas les quitaron de los pies. Por esto conocerá V. E.
los arriendos como que este es el único fondo con que se sost
que salen a exponer sus vidas por la defensa común; pero siend
”°Manuel José Gandarillas, Don Bernardo O’Higgins [1834], CHDICh, Tomo XIV. pp
de mayo 1813.
DENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de la representación
moderna
227
deben a los guerreros que marchan a proteger su libertad, y cuanto es et merito con que
están obligados a mirar los defensores de la Patria. El Gobierno por otra parte reconoce en
los ciudadanos un amor público que no perdona sacrificios y un desprendimiento heroico
de sus intereses en obsequio de nuestra defensa .y libertad232.
En mayo de 1813 se determinó, igualmente, que los mineros que se ”ontraran trabajando
minas obtenidas a través de mercedes otorgadas r,)t d Tribunal General o por sus
respectivas diputaciones, considerando
Labore° de las minas, se les eximiera totalmente de todo alistamiento y ,crido de armas y
que ningún jefe militar púdiesen molestar a estos indi,)duos2”.
a C,C,
.:onsidera•
cones anteriores:
Por este tiempo se hacían ya intolerables las extorsiones de nuestra tropa: no sólo se
tomaba todo el ganado que encontraba, sino que saqueaba las casas de los miserables sin
dejarles ni aún lo necesario para su subsistencia234.
En medio del acontecer militar, poco espacio hubo para resaltar las virtudes de Ias tropas,
es decir, ”del pueblo”. El 14 de abril de 1814, al finalizar d diario que llevaba el Mayor
Juan Calderón, este expresaba:
Nada se ha dicho del estado en que salió el ejército de Concepción. El eiercito desnudo,
las armas en muy mal estado, sin plata, víveres, ni atalhos, escasos del todo y la tierra que
pisábamos enemiga, porque la poseía el godo. Así fue que nos habilitábamos con las
bayonetas, mar-
El Monitor Araucano, N° 12, 4 mayo 1813, p.50.
EDUARDO CAVIERES 1
la inmensidad de accidentes235
,• •,
huía del peligro236. No mucho más sobre las tropas. Las proclamas de la época
centrales del gobierno de José Miguel Carrera, que había forzado las in
del país, fue el contar con una imprenta para la edición de un periódico(
235 E:Piario de las ocurrencias del Ejército de la Patria que lleva el Mayor General don
350_
ik INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin dei Antiguo Régimen y los orígenes de la
representacián moderna
229
Los indios nos prometen una cooperación activa para repeler los insul-
tos extranjeros, y sostener los derechos del desgraciado Fernando. Tal va no dista el
bienhadado momento de su conversión, civilización y cultura. Tal vez serán una de las
glorias del Directorio los progresos literarios, que hagan en el Instituto los felices ingenios
de estos nuestros compatriotas, y hermanos, en quienes se conservan puros los rasgos de
nuestro carácter nacional, y primitivo237.
en un número posterior, se avanzaba aún más: Nada hay más digno de los deseos de las
almas buenas, y sensibles, qm:e
las dilatadas regiones que ocupan; que las más de ellas son las más
DUOS; que nada hay en nosotros que nos hagan superiores a ellos;
que la opinión estará en favor suyo, serán entre nosotros elevados a to-
las dignidades, se estrecharan nuestras famílias con las suyas por los
pronto, y mas fuerte; ella reduce a una sola familia los extranjeros,
EDUARDO CAVIU
por los indios, antiguos poseedores y habitantes del país. Una gra
indómita; libre, pero sin leyes, sin industria, culto, ni luces. Era
armas
’239
lector del periódico. Uno de ellos reconocía que el indio había sid
esas situaciones con los mayores esfuerzos. Había que darles a cor
miento pleno de los pueblos indígenas, fue dada por la Junta de gob
Habitantes del Estado de Arauco: Nuestra libertad está escrita en el libro de los destinos:
no lo
239 240
La Aurora de Chile, No 19, Tomo 1, 18 junio 1812. La Aurora de Chile, No 23, Tomo 1,
16 de julio de 1812.
ENDENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de la representación
moderna
231
va solo resuena en todos los ángulos de Chile el dulce eco de la unión: los Manes del
sabio Colocolo, del intrépido Caupolicán, del imperturbable Reneií reviven el germen
precioso, que no pudieron extinguir tres siglos de devastación y tirania...
propio José Miguel Carrera, desarrolló un poco más esas ideas en uni proclama dirigida a
sus hermanos de Concepción, particularmente jrclando a los araucanos:
Volved los ojos a vosotros mismos, a la experiencia de vuestros dias. ¡Cuál es la suerte
que os destina el mandatario del Pedi? La Espada europea necesariamente dejará de
existir... Los AMERICANOS aunque derrameis por los europeos la última gota de su
sangre, jamás serán amados de ellos. Olvidad, si os parece, la ingratitud con la que ha
pagado el Gobierno de Cádiz los copiosos millones que recibió de América en la primera
noticia de la irrupción de Esparia, despojándonos del comercio, de la igualdad, de las
formas de Gobierno que ellos tenían, y de la representación nacional; pero no olvideis
vuestros peligros en este momento...
Esto es lo que debéis temer de vuestros opresores, al mismo tiempo que la PATRIA
coronada de legiones, a quienes inflama el genio de la LIBERTAD, os convida a uniros
con ella, y gozar los triunfos que prepara la justicia de su causa. Pero mirad que éste es el
momento que debéis aprovechar: no permita el Dios de los Ejércitos, que después de
manchadas las manos con la sangre de vuestros hermanos, os desamparen los tiranos, y os
hagan mirar como los monstruos de vuestro
Incluso se fue más allá. Se legisló a favor de los ciudadanos indios dictando un reglamento
que testimoniara la sinceridad del gobierno respecto
Las erogaciones para estos objetos deben salir del valor de los
Pueblos, que se rematarán públicamente con calidad de que nii pueda presentarse a hacer
postura, y pujas, sin que por primera ción se allane a contribuir con el dinero, o especies
(que según
hipoteca con que quede asegurada la parte de renta que corresponda dicha porción para
dotar el Pastor Eclesiástico, el culto de la Iglesia. el maestro de primeras letras243.
Si bien es cierto, se trataba más bien de un propuesta de buenas intenciones más que de un
proyecto concreto a realizar (por ello estos aluna,
233
•, 1 • 1 1 i• •, t 11 1 1
Gobierno conote que entre la clase ruda abandonada, y miserable de los Indios, y los
Hacendados poderosos que les rodean, siempre las usurpaciones, y transgresiones de
deslindes deben haberse dimanado, v verificado con provecho de las personas pudientes,
que por consiguiente pospleitos de restitución, y saneamiento regularmente cederán favor
del fisco. Sin embargo, no trata de entorpecer este interesante objeto, y pone por
condición formal, que los expresados remates se verificará sin cargo de evicción, ni
saneamiento por parte dei fisco; pero que así mismo pasarán a los Pastores del pueblo
rematado todos los derechos fiscales, y de los Indios; de manera que cada comprador
pueda reclamar la parte que se haya usurpado a los Indios, y gozaria, aunque no entre en
el precio dei remate de aquel pueblo, así como será de su cuenta particular lo que perdiese
de terreno244.
Entendiéndose, por lo tanto, que existiria una medida coercitiva para d abandono de los
pueblos de indios y el posterior remate que permitiera financiar el establecimiento de las
nuevas villas de indios y suponiéndose todos los problemas de gestión que seguramente se
presentarían, se nombraba una comisión ejecutoria dei decreto que fue formada por los
Srs. Drs. don luan Egafia, don Joaquín Echeverría y don Gabriel de Tocornal. prqué no
se pensó en transformar los mismos pueblos de indios en las nuevas villas y evitar de este
modo todo lo concerniente a los problemas de traslado? Básicamente, podría pensarse en
la experiencia de las políticas de fundaciones del s. XVIII, pero seguramente había mucho
más que seguramente se relacionaba con cuestiones de disciplinamiento. En todo caso,
considerándose Igualmente que los procesos políticos y militares que siguieron impidieron
zualquier avan -e en el proyecto, debe aceptarse igualmente que en el futuro
”Ne/em, p.132.
no hubo políticas de inserción tan definidas corno la que se
posible experiencia.
varios genios al pie y sosteniendo en las manos una lamina con la si!
se leerá esta otra inscripción: A los vencedores de los piratas afio de 181
Existia el propósito, además, de grabar en láminas de bronce colocad
dicha Pirámide los nombres de todas las personas, ”que desde la época x
235
Así entones, en los primeros anos del proceso de Independencia, hasta 1814, cuando las
tropas patriotas fueron derrotadas dando paso al período restauración monárquica, los
acontecimientos estuvieron centrados en la organización de fuerzas militares y en el
sostenimiento del poder. Figura
central fue don José Miguel Carrera, de fuerte oposición a familias tradi-
EDUARDO CAV
José Miguel.
1.500 tiendas de camparia, vestuarios, monturas para todos lo municiones de todas clases
y, por último, cuanto se necesitabai
la lei”247.
El Diario Militar de José Miguel Carrera está lleno de datos i
a sus preocupaciones para dar forma a la defensa nacional. De ciones para los anos 1812 y
1813, se pueden conocer en deralle
247 ”Diario Militar del General don José Miguel Carrera’: CHICH Tomo Cita en p. 54.
ENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los orígenes de la representación
moderna
237
oficiales, ecos 200 bravos eran tan ladrones como su jefe, pero para
tos más apenas sabían hacer fuego. Se les agregó el batallón de vo-
mi José Antonio Cotapos. Según el General, el desgrefio de este cuerpo, amis había hecho
fuego y estaba mandado por oficiales inexpertos y no Àiwia otra ventaja que la de abultar
en la línea.
En mayo de 1813, Carrera fue a I■Tuble para hacer sacar la artillería y sas pertrechos que
había dejado el enemigo .y no se había conseguido que lo 44iesen. según sus propias
palabras, los que habían sido encargados de ese olomrble servicio. Protegia esa
operación la guerrilla de Molina que siguió tkia Chillán para observar y distraer al
enemigo, mientras la vanguardia *pia a su destino. El General se fue a San Carlos,
mientras don Francisco %mios, con otra guerrilla, fue destinado a Quirihue. A fines del
mismo uts avanzó sobre Talcahuano y publicó un bando ofreciendo 10 pesos al ioidado
de infantería que se presentase armado, y 16 à de caballería. En a noche contaba ya con
200 presentados y 400 fusiles corrientes. Siguió a oncepción para preocuparse de la
organización de las fuerzas que debían asar a Chillán. Carrera escribía que, ”A excepción
de esta ciudad todos pueblos de Chile reconocían al legítimo gobierno, y prestaban auxilio
zoem los piratas. La frontera estaba sumisa”248.
Por entonces, las fuerzas realistas que se organizaban para hacer frente
k CI S patriotas, contaban con un jefe que llegó a ser importante en los anos
EDUARDO CAVIERES I
Fray Juan Almirall, para proponerle retirarse con todas las fuerzas
ta alvIston ae1 exercito que se encontraDa mas ai sur, receloso cle las
Santa Juana, a Ias Ordenes del tenente Allende y del alférez Vargas.
12 comparieros en el campo”249.
239
Si consideramos, como tiempo corto, la primera transición entre el regimen colonial y los
inicios de un nuevo orden, 1808-1814, por ejemplo, es muy complicado pensar en
vislumbrar fuertes transformaciones sociales actitudes más o menos definidas no sólo en
términos de los grupos dirigentes sino también, y con mayor razón, en términos de los
grupos subordinados. En este último caso, no se trata de devaluar las potencialidades
históricas de dichos grupos, sino de considerar suextensas diferenciaciones emicas,
sociales, económicas y culturales y, por lo tanto, pensar que efectivamente necesitaban de
un tiempo mucho más largo para comenzar a definirse como grupo social y para definir
sus estrategias sociales. En todo
Cabildo al Congreso.
En abril de 1774, el parlamento británico aprobó las llamadas Leyes Gertitizers para
disciplinar a Massachusett y Boston que, en general, vinieme a reforzar los poderes de los
gobernadores frente a Ias posibilidades de
habitantes franceses el uso del francés y la práctica del catolicismo romano, peto que
además entregaba territorios que varios Estados, Pensilvania, Virginja y Connecticut habían
reclamado como suyos. Las leyes coercitivas y la de Québec fueron denominadas como
las leyes intolerables, que mandestala= que Gran Bretaria utilizaba su poder en contra de
los intereses econômicos y polítice/s locales. Dichas leyes tuvieron el efecto de convertirse
akd embrión de la protesta colonial uniendo a las colonias frente al poder amegnquico y
la administración colonial. Desde 1772, ya se venían promo-
viendo la formación de Comités de Correspondencia, en
resistencia
251
riurura DOMAI, rinturza cte cszuuos uniam, L,rinca, Darcelona 2.() I (1. pp.
2” Ibidern, p. 19
jerrn
• •• • 1 •,• 1 1
de inicio.
10. Que dicho Cabildo representara los anhelos del pueblo o fuese el
Aunque no por esto (repito) creo que el noble corazón de los serio-
su conducta contra las imputaciones del pueblo, mal
una Junta Gubernativa ante lo cual este dictaminO que para caur
jtk,, rumores públicos, las mayores presiones por establecer Junta de go-
wela, y tas delensas de quienes pensaban que habia que preservar el orden
too rensiones y, finalmente, el Gobierno debió aceptar la convocatoria anuo abierto para el
18 de septiembre, fecha en la cual, como se ha 0„hdo, no sólo se constituyó una Junta de
Gobierno sino que además se d proceso que culminaria con la Independencia Nacional.
éste era más bien instrumento de poder. Dada las circunstancias dada la dialéctica
histórica, una defensa corporativa de derechos del an-
’ 141e,
246
EDUARDO CAVIER
de esa tierra.
nomía natural con un buen manejo del bajo nivel de salarios. Agre
255 Álvaro Jara, Salario en una economia caracterizada por las relaciones de,
�^.
247
Mato Góngora, Estratificación social urbana en Chile colonial, Cruz del Sur N°5,
Valparaíso, :993, pp.16 y 19 (Es traducción de Hispanic American Historical Review,
Vol. 55, N°3, 1975,
i21-448). Ver también Encomenderos y estancieros. Estudios acerca de la conquista social
EDUARDO CAVIE
ner su poder; una de ellas fue el abrir sus puertas a los comer,
destacados que fueron llegando, algunos ayudados por sus rela cráticas, otros enriquecidos
por eficientes especulaciones. Los
cierto fue que, en el último tercio del siglo, cuando las actividad
te poder como para que ningún otro grupo o elite pudiera hacer I
257 Rolando Mellafe, Lati, y poder rural en Chile de los s. XVII y XVIII. Cuadernos ele 1
249
”258
r.
tiacques Barbier, Elite and Cadres in Bourbon Chile, H.A.H.R.,Vol. 52 N°3, Agosto 1972,
pp.
EDUARDO CAVIEREI
ciai de la aristocracia terrateniente. Ello es lo que explica, con toda raiá según la
perspectiva con que se mire, que el estudio de la hacienda v de los hacendados ocupe una
atención muy especial y que las actividades agrícola -ganaderas internas de dicha
institución aparezcan como complementarias. No obstante, la inserción de la minería,
cuando corresponde, pero especialmente del comercio, cambia todo el panorama. Del
examen del movimierito marítimo colonial, se desprende otra realidad. Pareciera que para
esta
251
ssú exitosos en el comercio con los casos del Conde de Quinta Alegre, el
Varios de ellos eran ya activos comerciantes antes de mediados de siglo ;dando, según
testimonios de 1764, antes de que hubiese Casa de Moneda enviaban
el mucho oro que produce este Reino, o bien en pasta, o en teja para amonedarlo en la
Casa Real de moneda de la ciudad de Los Reyes ejecutándose lo mismo con los doblones
después que hay Casa de Moneda en esta ciudad o bien para registrarlo en los navios que
en derechura salen del puerto del Callao a los Reinos de Esparia o para emplearlo en la
ciudad de Lima, con efectos de Castilla o de la tierra... así se ejecutaba... ahora cuarenta
anos por haber comercio crecido de oro en partidas de considerable valor 262.
; Eduardo Cavieres, Servir al soberano sin detrimento del vasallo. El comercio hispano
colonial
europfas en los barcos que venían desde Cádiz al Callao. Por ej., Registro del navio
pitania General, Vol. 8, Exp. 30. Autos del Conde de Quinta Alegre sobre manifestación de
visados en Callao, 1764. Fjs. 404-463.
252
EDUARDO CAVIER
nio y el parentesco o acerca del significado sociológico de los amil socios o los familiares.
En ambos sentidos, dada la amplitud de tal I
económico jugado por esta elite y comprender más cabalmente su tamiento. Para enfrentar
esta situación, se debe revalorizar, en prim el verdadero papel que jugó la economia
chilena dentro del sistema (
Es verdad que, si se le compara con otras regiones, el balance es negativo, pero no así si
se le observa desde otras perspectivas. Por t
para todo sistema colonial, cada una de sus partes tiene una signil
ENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Rdgimen y los origenes de la representación
moderna 253
En esta misma problemática debe reconocerse que no bastaba el sei-iodo para alcanzar
eficiencia económica. Aqui es muy importante detenerse estudiar más profundamente el
período de mediados del siglo XVIII,. décadas siguientes, para observar tanto los
fenómenos coyunturales que permitieron el crecimiento del comercio chileno como las
formas a traves de las cuales esta elite aprovechó ecos fenómenos. Si bien es cierto
conocemos los grados de eficiencia productiva que existían en algunos sectores de
Jicanzó eficiencia en el comercio para manejar los costos del transporte [terrestre y
marítimo, los riesgos que la actividad suponía, y los cambios ne—
EDUARDO 1
dió? Debe indagarse sobre ello, lo cual nos lleva al meollo dei pn
elite comercial una cierta definición que resuelve esa relación ai tenía un perfecto espíritu
burgués que le permitia lucrar de todas 1
que, en el largo tiempo, entre fines del siglo XVII y comienzos del :
forma más clara, en una sola gran elite nacional, con predominio
263 Ver, Marcello Carmagnani, Los mecanismos de la vida económica en una socied.1
Chile, 1680-1830 [SEVPEN, Paris 19731, edición en espano], Centro Barros Arana.
2001.
DENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Rdgimen y los orígenes de la representación
moderna 255
are por el comercio. Por ello mismo, al menos para el grupo más
Durante el siglo XVIII, y en especial durante la segunda mitad dë diti siglo, Cabildo
representó la unión de intereses entre hacendados y ,uoraciantes. Marcello Carmagnani
observó estas relaciones en un artículo ,obre las oposiciones locales a tributos y otras
medidas que significaran aumentar las cargas impositivas al sector más pudiente de la
sociedad. Parnularrnente agitados fueron los afios en que se implantó la Real Renta dei
Tabaco, en 1747 en Perú y en marzo de 1753 en Chile. El estanco molestó
al populacho, al vulgo, pero lógicamente provocó un rechazo mu..bo más visible por parte
de quienes manejaban hasta entonces los negocios ?eminentes. Los intentos de rechazar la
medida se extendieron hasta la déxia Para 1766, basándose en documentación oficial de la
época, Carmagnani concluía que, ”estimamos que este alboroto, efectuado con el !-mde
extinguir la Real Renta, tiene su motor principal en los comerciantes, 4ue presionaron a
los miembros dei Cabildo para adoptar posiciones en de?erisa de sus intereses económicos.
El Cabildo no se hizo esperar y se man.omuna en esta oposición, pues muchos de sus
miembros eran comercian:n vinculados al rubro comercial dei tabaco. El mismo corregidor
Zariartu, que estaba emparentado con los dos alcaides, poseía almacenes ”de puerta a
calle”; pero era el regidor Juan Francisco Larraín quien veia más afectados bus intereses
comerciales, ”porque a más dei que tiene en todo este reino, es rusiero en corro ariía de
dicho su suegro, siendo de los navios el principal Comercio de los tabacos. De los otros
miembros dei Cabildo, una gran parte tran medianos comerciantes que veían también
perjudicados sus intereses, 11’ los restantes, a pesar de no ser comerciantes, ”padecen la
notoria tacha de
ser sus votos coligados con la de los otros porque unos son ca
siva a todos los corregimientos del país y que provocó las quejas ded
cada carreta con carga y medio real por cada mula cargada””s.
264 Marcello Carmagnani, La oposición a los tributos en la segunda mitad del siglo 11
Chilena Historia y Geografia, Vol. 129, 1961, pp. 167-168. 265 Ibidem, pp.171-172 y
185.
de esa importante familia, los cargos más importantes del Ca-
. _J_ (( _ 1 1_ 1
En Concepción, la situación fue similar. En las últimas décadas del sido XVIII, los nombres
de los miembros más importantes de la elite local se rpitieron afio tras afio en la
composición del Cabildo. En agosto de 1781, ;kr Real Cédula correspondiente, fue
nombrado Corregidor don Andrés de Alcázar, hijo dei Conde la Marquina, hombre de
dudosa reputación 4ue, multado por la Real Audiencia, no pudo pagar a causa de su
pobreza reconociéndosele una ”miserable condición de fortuna”. No obstante, en r99, tia
convertido en Conde, era Alcaide de segundo voto y en 1810, en ► inicios dei proceso
revolucionario, elegido como Diputado de la provin4 de Concepción ante la Junta Nacional
de Gobierno267. Por citar otros rxmplos, en 1790, el Alcaide de primer voto es el
comerciante espafiol don Mio de Hurtado, de quien descendieron importantes familiar de
Santiago
EDUARDO I
del Cabildo se contaban tres miembros de una misma familia, la jelE Figueroa268. El
propio caso de don Juan Martínez de Rozas, es clarific Nombrado como Asesor Letrado
por don Ambrosio O’Higgins. reei el apoyo del acaudalado vecino santiaguino don José
Antonio de Roil casó con la hija de Urrutia y Mendiburu, otro de cuyos hijos iguâ te
ocupaba cargos en el gobierno local como el de Procurador Gene otros.
esos vecinos se vieron amparados por las tropas del Rey”. Ello se 1
tero Juan Cerdán. Como suplentes, Luis Urrejola, Francisco Gor ma y Manuel Rioseco,
todos realistas decididos269. La situación
ruía en los asuntos cotidianos del sistema, enfatizaba que en los Ca-
Nen podría considerarse como uno de los gérmenes de ese estallido de auto-
gregaba. que ”no se ha dado toda su verdadera importancia al fundamento ~ciai de esa
revolución política, a saber: la existencia en estos países de :Noderosos grupos de origen
espariol, que, habituados a conducirse en el !who casi como duerios y seriores, durante
tres siglos, resolvieron asumir
obra de Armando Cartes M., Concepción contra Chile. Consensos y tensiones regionales
) y 306, respectivamente.
260
EDUARDO CAVIERE
también de dominar.
, , .
The Merchants of Chile, 1795-1823. Family and Business in the Transition fiam Cohm•
261
cotim] involucradas en una política de tipo revolucionaria, y no más que CO. Por cierto,
sefialaba las posibles influencias del liberalismo ilustrado, de Independencia de los
Estados Unidos, de la Revolución francesa y de los Nopios ilustrados y reformistas
esparioles desde 1750 en adelante272.
Para el segundo caso, en una reciente obra de Gabriel Salazar, este suara que la dirección
del proceso estuvo en manos del ”patriciado mercannr que, desde fines del siglo XVIII,
había prosperado a la sombra de la buwracia imperial, conquistando oficios relacionados
con el tráfico comercial virreinato y comprando varas de regidores perpetuos en el
Cabildo. Dilo sector, habría criticado las políticas imperiales, no les dio cumplimiento las
mismas y conspiró para actuar con la máxima autonomia posible: ”si Nen la rebelión
necesitaba iniciasse en el Cabildo para legitimarse y alegar ,oberania, el sistema de
dominación mercantil necesitaba para imponerse aprovechar la lógica de poder propia del
autoritarismo virreinal o imperial, ;visto que su gran tarea era consolidar y perfeccionar el
control de los mer-aderes sobre el ancho mercado virreinal. Por esta razón, la lógica de
acción :-.1stórica de la burguesia colonial implicaba que, cuando la imposición de la
dominación mercantil estuviese avanzada, el Cabildo y la soberania popular itéian ser
desechados como cascaras vacias”273.
EDUARDO CAVI
dencia y observar, desde casi todos 4os puntos de vista, como las
274Armando Cartes M., op.cit., El libro es un muy interesanre enfoque de parte imp
Rr
i t
Nes americana y francesa y también, tal vez con mayor fuerza, del
Nos habian tenido derecho a formar sus propias Cortes, ese derecho
4,0 4t documentaciones de la época, Colher sostenía que hombres como -06c Miguel
Infante, pensando en el deterioro de las libertades municipales
los 1-labsburgos, al igual que los liberales esparioles, se remontaba a corpos anteriores al
monarquismo borbónico y que ello reflejaba que, en
`..o. obstante ello, proponía que: ”Aunque mucho del perisamiento de 1.810
liberalismo. Por cierto que a las ideas políticas expresadas les faltaron zoherencia y
firmeza de la ideologia revolucionaria que iba tan pronto a
saia el común, gracias, entre otras cosas, a su acceso a las ideal que en ese
pp. 72.
264
EDUARDO CAVIERE
doctrinarios en discusión.
dichas elecciones. Para Infante, lo normal habría sido celebrar el antes de la Junta, para
que esta recibiese el voto unánime de los
tener una Constitución que sirviese de regia al nuevo gobierno: es dictar las leyes, lo que
es privativo del alto poder de los puebh pués constituir la autoridad en quien resida el
poder ejecutivo”’
gaba que, ”algunas lo han ya elegido pero ha sido para peor, porqu
277 Jose Miguel Infante, Representación del Procurador de Ciudad de Santiago al CtzbiG
provindas.
dc fuera de el, pero avecindados en el reino, con virtudes patrióticS, talentos y acreditada
prudencia, que gozasen del aprecio y confianza de sus conciudadanos, mayores de 25
anos, de buena opinión y fama, aunque fuesen eclesiásticos seculares. Se sugeria
considerar a sujetos con bienes sufiaentes para hacer a su costa el servicio a la patria. Se
excluían de ser elegidos acuras, subdelegados y oficiales veteranos o cuyos empleos
exigieran precisa residencia. Igualmente, se castigaba a quienes hubiesen ofrecido o
admitido ohecho.
Respecto a los electores, estos debían ser individuos que por fortuna, empleos, talentos o
calidad, gozasen de alguna consideración en los partidos dc residencia, mayores de 25
anos y en ellos se comprendía a eclesiásticos lembres, curas, subdelegados y militares.
Quedaban excluidos los extranaos, los fallidos, los no vecinos, procesados por delitos, los
que hubieran utrido pena infamatoria y los deudores a la real hacienda. Los cabildos, a.
en su ausencia, los subdelegados y curas, formarían las listas exactas de quienes tuviesen
derecho a elegir o ser elegidos, convocarían y presidirian lecciones. En el dia serialado, se
citarian los electores a la sala capitular un lugar designado, concurrían a una misa solemne
del Espíritu Santo a abjeto de que el cura les exhortara para proceder con madurez y
acuerdo volviendo a la sala de elección procederían, con puerta abierta, a votar al
cédulas secretas, quedando electo el diputado que obtuviese la primera fitaYorla. En las
ciudades que correspondiese elegir más de un diputado, el Pnacedimiento seria de uno en
uno y en votaciones sucesivas. Lo mismo ckuniría con la elección de los diputados
suplentes. Los electos, con sus
266
EDUARDffl
citó al gobernador del Obispado instruir a los curas y a los preh Ordenes religiosas de la
capital a explicar al pueblo los Beberes ir
el padre Dr. Fr. Manuel Chaparro, don Juan José Goicolea. don
”° Acta del Cabildo de Santiago en 8 de enero de 1811y Oficio del Cabildo de Santiago ai
ti,
El Congreso Nacional tuvo su apei-tura el 4 deli julio de 1811. Pasó a Li base de la nueva
institucionalidad que se busw._-s,caba. Copia de alguna :1:Meneia contemporánea?
Difícil aseverarlo poositiva o negativamente. ato de emular a las Cortes de Cádiz?
Sinuosanurriente se habló de Corpero el concepto que terminó generalizándose ó fue el de
Congreso y si que poner adjetivos fue el Congreso de los R Representantes... de los
ueblos. Lz mayoría de los diputados formaba paruTre o era descendiente de a aristocracia
local, muchos de ellos eran comercurciantes, los menos eran telectuales. No obstante, no
hay que desconoceer la fuerza de las ideas. nfante, el procurador que también fue
diputado, a a1 exigir que se convocaa a elecciones fue práctico y concreto. Las
circuntristancias, el derecho que .¡;:st‘tia a los individuos a gobernarse, los sentimientutes.
Laftinica apelación a f...go externo se referia a la experiencia de Buenos A Aires en donde
instalada ,a Junta, ya, a los cuatro meses, había diputados las provincial recibidos
.-faísde elección de diputados por la vila de Los Angeles, en 10(Y0 de enero de 1811, en
Sesiones de Ckelpos Legislativos, p.25.
268
EDUARDO CAV
do que ”Existe una justicia inmutable e inmortal, anterior a todos hl; perios... y los
oráculos de esta justicia, promulgados por la razón y cscti en los corazones humanos, nos
revisten de derechos eternos. Estos dend son principalmente la facultad de defender y
sostener la libertad de nua
virtudes sociales.
282 Sermón predicado por Camilo Henríquez el dia de la apertura del Congreso; en
kie tua libertad elegir la constitución que más convenga a sus actuales ciramstancias;
porque, con esta elección, puede establecer su permanencia,„ teguridad y felicidad: tres
grandes fines de la formación de los gobiernos 4ue dirigen a los cuerpos sociales”. Nos
inspira, decía, la confianza de que, Fernando VII, vuelto al poder, nos admitirá gustoso a
su sombra bajo los }vetos fundamentales de nuestra Constitución: ”Su grande alma,
horrori=dose de la continuación de un monopolio destructor, nos conservará la Ikertad
de comercio. Convencido de los grandes males que hemos sufrido tn el antigo() gobierno,
nos conservará la prerrogativa de elegir nuestros magistrados y funcionarios públicos.
Conociendo que pertenece a nosotros mimos nuestra propia defensa, la confiará a nuestros
conciudadanos”. Y si dio no ocurriera, ”se salvará siempre del naufragio la libertad de la
patria si excelencia de la constitución, promoviendo la industria, proporcionando
recursos a la virtud desgraciada y consuelos a la indigencia, haciendo ne.2sario el imperio
de las leyes, infunde en los pueblos el amor a un sistema que se hace adorable haciendo
Bichosos... »283.
El corolario era que, ”como la autoridad pública se ejerce sobre hom)res libres por
naturaleza, los derechos de la soberania, para ser legítimos, 2an de fundarse sobre el
consentimiento libre de los pueblos. En virtud 3t este consentimiento, la potestad suprema
puede residir en uno o en mochos, y aquel o aquellos que la ejercen son los grandes
representantes Je Ia nación, Orga—os de su voluntad, administradores de su poder y de su
r, p.36.
270
EDUARDO CAVIER
gitimidad del poder del rey cautivo, pero al mismo tiempo, llar
sus relaciones de poder sobre las colonias, Martínez de Rozas ideas sobre el curso
histórico de los acontecimientos buscando 1;
los derechos inajenables de que estaba privada. Para esto fueron cit,
los ministros y consejeros que pagan los reyes para que les dijesen
Así, apelando a las altas tareas de los diputados, representantes de los uchlos, le exhortaba
fuertemente: ”Borrad de vuestros diccionarios las vo,e5 gracia, excepción, y olvidad hasta
las ideas de estos anzuelos del despomuno. Que ni las provincias, ni los cuerpos, ni las
personas puedan tener rrivilegios que los separen de la igualdad de derecho. Por eso echo
de’rnenos entre vosotros a los representantes de los cuatro butalmapus. Que del seno à
Ias virtudes públicas han de salir y elevarse por el sufragio libre de los pueblos al derecho
de regirlos sus administradores y funcionarios; así, la klea de un magistrado o jefe nato o
perpetuo, o de un empleado comprado, :s. por consiguiente, absurdo” Al pueblo les pedia:
”meditad bien los que dee, y que sean quienes no necesiten de la inviolabilidad”; a los
magistrajus: ”procurad que la posteridad os bendiga, que os citen más como honrajos que
como sabios”. Y remarcaba: ”Estas son las cualidades de un ilustre audadano, sefiores, y
estas son las vuestras”286.
El segundo discurso lo pronunció don Juan Antonio Ovalle, diputado ror Santiago. Se
refirió a tres puntos principales. Por el primero, legitimó la tnstalación de la Junta
provisional y del Congreso que se inauguraba: ”No a ocra cosa que usar del derecho
natural y de gentes que tiene todo reino, toda provincia, toda ciudad, todo pueblo, todo
ciudadano, toda persona, para ocurrir a su propia conservación, defensa de sus bienes y
seguridad
kkidem. p. 41.
272
EDUARDO Cai
En tercer lugar, para llenar dichos fines, había que meditar ser
287 Discurso de don Juan Antonio Ovalle, diputado por Santiago, en la instalación r
273
I de milicias don Martín Blanco Encalada, del doctor don Juan José
rn.L.a..”.1,0 1, cie riem Pra nricrn Tavier dei .Snlar verinn AP Cnnrencirin CP
.4”.14140‘,..
-..
bol inconvenientes que en su propia expedición suele presentar frecuenteonte la unión dei
poder legislativo en lo ejecutivo y judiciario’’288. Doce jrnados de provincias, entre ellos
don Bernardo O’Higgins impugnaqw fiando dei procedimiento e incluso renunciaron a sus
cargos. Para
d aumento de seis a doce diputados por Santiago, sin previa consulta Micïorul,
correspondia fundamentalmente a una cuestión de imponer hetroonia política desde el
centro del país y que ello se veia confirmado, ;xxtisarnente, por la mayoría de votos con
las cuales habían procedido a srìr a los miembros de la nueva Junta. Su proposición (que
con el tiempo ’cru aceptada temporalmente) es que ese Gobierno debía constituirse a
:unir de un acuerdo nacional y representar a toda la nación y que, por ello, Beberia estar
compuesta por un representante de cada provincia de las tres ~entes en ese momento. Por
su parte, los diputados de la capital, alega,on que ninguna provincia podia auto-arrogarse la
representación nacional que el propio Congreso, independientemente del origen de sus
diputados, w. podia actuar en esos términos. Ante los argumentos de don Manuel de
mias que citaba el ejemplo de los Estados Unidos, los santiaguinos serialauri que: ”En los
Estados Unidos de América, el presidente, en quien reside sdo el poder ejecutivo, es
electo (expone el sefior Salas) por todas las pro,ncias simultáneamente, sin atender que, si
como en aquel jefe reside toda a autoridad ejecutiva, así en los tres vocales nombrados ya
para ejercerla en nae reino. Por consiguiente, si aguei es elegido por todas las provincias a
es extensiva su jurisdicción, también estos deben serlo, o al menos por ias representantes
de todas, que es lo que han sostenido justamente cerca Ias tres cuartas partes de los
diputados del Congreso, incluso cinco de la
oncepción’
’289
los motivos de su separación voluntaria del Congreso; Exposición que, con igual objeto y
en
frtha, dirigió don Bernardo O’Higgins a los vecinos del Partido de Los Ángeles, y Circular
EIJUAHUO CAVII
ponía la elección de una nueva Junta de Gobierno, por tres anos, con .1
una crisis la más feliz y oportuna, uniformó los ánimos, que, sin
alguno de esos números, no se llenase el lugar hasta la constitución reino; y los diputados
de la capital quedaron, por eso, en el número de
Ode •
al cual se referia el Acta no fue un acto cívico, sino simplementt fuerza. José Miguel
Carrera había regresado al país a fines de julio de :s11 en unión con sus hermanos, desde
su llegada comenzó a planifiru acción. Se vio apoyado por un grupo de radicales, entre los
cuales estaban algunos de los diputados renunciados a partir de su oposición al número
de representantes santiaguinos. Fue José Miguel el que se presentó, con uniforme de
sargento mayor de húsares, en la plazuela frente al cuartel de artillería mientras sus
hermanos, militares del cuartel, se alzaban al interior de él tomando el mando para
traspasárselo inmediatamente. El num ide avanzó hacia el lugar de reunión del Congreso,
recibiendo el apoyo de gentes que se encontraba en el camino y el documento con el cual
st presentaría ante los diputados mientras los cuatro caúones existentes se emplazaban en
contra del Congreso. Los hechos ocurrieron al mediodía; lo :nteresante debe haberse
producido en el interior ya que, a pesar de haberse aprobado la mayor parte del petitorio,
la asamblea se extendió hasta cerca de la medianoche’.
&dem. Diego Barros Arana, Historia General de Chile, Edit. Universitaria, DIBAM,
Santiago 1999, Tomo VIII, pp.279-287.
276
EDUARDO CAVIEA
cho ver con dolor que los pasos más vergonzosos y absurdos
instruir los poderes, que, por primera vez, ha visto el mundo con
reclamar, al paso que no podia dejar de presentir las quejas de k cuya estrecha unión
nunca era más importante.
277
EDUARDO CAVIERE
del mismo.
de gobierno conformada por un miembro de cada una de Ias tres provi del país, Juan
Martínez de Rozas por Concepción (o en su defecto Ber,
trama montada por los antipatriotas y a los cuales se debía entregar los
279
otiesto acerca de la situación. Junto con insistir en la legitimación del wimiento que le
había llevado a la colegiada primera magistratura, hubo relacionadas con algunos
contenidos que pudiesen pensarse como liJos teotes. Por una parte, sosteniendo que el
partido mayoritario dentro del
convem) se había alejado de los principios originales, se senalaba que ”en g, daremos
apuro no tuvieron lugar los principios más liberales”. Por otro lato, si se analizaba más
detenidamente fo sucedido, ”no se había consultado voluntad libre del ciudadano... (y)
aparecia atropellada la representación etneral por la separación de sus prostituidos
miembros”. En definitiva, y lo r Nb importante en términos de un proyecto de nuevo
orden, el Manifiesto wstenia que ”En crisis tan apurada enserió la política que debía
constituisst cn roda libertad cada hombre, ya en su persona, ya en sus dignos
represenuntes; así se verificó el memorable día 16 del corriente, en que, reunida en una
forma apacible la más respetable asamblea, constituido el Congreso en plenitud más
serialada de su alta representación, se escuchó el voto libre &I reino, que unánime aclamó
el gobierno representativo...”297.
nos devastaba, y la justicia clamaba por el orden. El mal era grave y exigia remedio prontc
El pueblo, tiranizado y sofocado del despotismo, no podia
, Tomo I, pp.191-192.
280 EDUARDO CAV
1 1 •J __j .I
Concepción reaccionó contra los acontecimientos de Santiago s. caa. bién en contra del
Manifiesto de Carrera. Como Junta Provincial le se* ba muy directamente que su
Proclama era una simple exposición abrem§ de la debilidad y oscuridad de los
movimientos de la revolución. Le rep. çhaba que en Santiago se considerara que los
habitantes de las proviki eran hombres sin derechos y que debían ceder ciegamente a sus
facciones o a sus ambiciones y era enfática en indicar que, por el contrario, ”...Ia pueblos
ya piensan; los pueblos saben medir, pesar y estimar la tendencis la justicia, la
importancia, el mérito de las acciones y sucesos; y, alejadosé humo y de los prestigios de
las pasiones y partidos, juzgan con imparcialidad y con desinterés”299. La Junta de
Concepción defendia la revolueict del 4 de septiembre ya que entonces se había
proclamado la justicia y la ac cesidad y conveniencia de un gobierno representativo y el
nuevo gobiera en tres meses de existencia, hallándose en los primeros dias de su infanak
trabajaba, sin embargo, con dedicación. En cambio, la última revoluàoas la del 15 de
noviembre, había provocado confusión y desconfianza en roda las clases. Sus
justificaciones no eran satisfactorias, el uso de la fuerza laabn sido desmedida, los
comandantes de las tropas al firmar y autorizar banda
,St L provincia a marchar a Santiago a objeto de proteger la libertad y los wetios del
pueblo y la libertad, la autoridad y la independencia del alto ,.*.angteso v otras
autoridades constituidas. Entre otros, como integrante de a luta Provincial, firmaba don
Juan Martínez de Rozas, quien en los meo saguientes seria separado de sus cargos y
enviado al exilio a Mendoza en
pp.207.
ae una rorma ae gomerno; io mismo respecto a sus rasgos como un sistema de gobierno
que buscaba limitar el poder.
Para Barrón, durante la primera mitad del siglo XIX, el mo, como corriente de
pensamiento, coexistió con el liberalisr
XIX en América Latina; en José Antonio Aguilar y Rafael Rojas (Coords.), El repuh
‘. galar que enseliaba que el hombre sólo puede alcanzar o perseguir .1,1,1 como
ciudadano de una república”303. Y, en este punto sí que el _ de los principales actores del
Congreso chileno y de los líderes que tunifestaron, estuvo marcado, muy fuertemente, por
la búsqueda de la que debia orientar todas las acciones y esfuerzos realizables respecto
,on,trucción del futuro, con Fernando VII o sin el.
logicamente, las distancias entre los discursos y las prácticas siempre dificiles de definir: a
veces se estrechan, a veces se alargan. En los pewdos de crisis, se tensan. Vista en términos
externos, la experiencia del ;cotar Congreso chileno a lo menos estuvo desorientada e
incierta. En outro meses, se pasó de una primera Junta de Gobierno a una cuarta que com
marcada por el poder personal de una especie de tribuno como José Mtguel Carrera. En
dos oportunidades fue violentado legítima o ilegítima:rnte. otro dilema en que el borde que
separa una u otra caracterización :urde ser muy tenue y débil. No obstante, mirado
internamente, sí hubo orientacM que se fue expresando tendencial y mayoritariamente: la
lecesidad de regular la situación a partir de la ley, a partir de una constituam. Nuevamente,
surge la discusión de cuáles fueron las influencias que
patente.
EDUARDO CAVIERES1
no fue, gero que llegó a ser. El Congreso alcanzó a nombrar una Coll
y los inicios de la guerra con Esparia (más bien con el virreinato der
Todas las virtudes hacen feliz a un estado; pero el físico v moral dx cada pueblo, y los
principios de su Constitución, exigen más com( en sostener algunas particularmente. Tales
son en esta República, e espíritu de fraternidad y la mutua generosidad en apreciar unos
ciuda danos las virtudes y talentos de otros; en radicar un genio laborioso dirigir el lujo
de los particulares a la felicidad pública. Formado sobn todo como su carácter nacional, de
la justicia, moderación, buena k respeto a la religión, a las magistraturas y a los padres. La
ley pondn siempre los premios de comodidad y opinión al inmediato alcance dx
ELA INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin dei Antiguo Régimen y los *enes de la
representación moderna
285
Los hechos políticos y militares que se desarrollaron a partir de la disolución dei Congreso
y desde comienzos dei alio 1812 derivaron el proceso bacia mayores acciones concretas
por sobre la discusión de ideas y proyectos de carácter doctrinario. El giro más
revolucionario dei gobierno y de la dictadura de Carrera, el deterioro de las relaciones con
el Pedi y los primeros
’” bora° de Constitución para el Estado de Chile, compuesto por don juan Egaha,
miembro de la s:agetirión nombrada con este objeto por el Congreso de 1811, y
publicado en 1813 por orden de la MI4 de Gobierno; en Sesiones de los Cuerpos
Legislativos, Tomo 1, pp. 212 y ss.
286
EDUARDO CAV
las diferencias cada vez más claras entre el mismo Carrera con
Nosotros somos tratados como unos entes miserables, y los otros son
PENDEN C IA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los origenes de Ia representación
moderna 287
ostenta popular, èpor que no se hizo a la manera de Norte América, por buscar el ejemplo
más lejos?”. En Chile, la Constitución, el Gobierno, el waido v el Cabildo de esta Capital,
tenian una nulidad insubsanable. Todo 9,,,,,x410 surgido de la violencia, nunca puede ser
legitima”5.
prueba de lo anterior es lo que se pensaba acerca del Senado, instituam que había derivado
del disuelto primer Congreso, pero que no todos a, integrantes podían pensarse como
depositarios directos de la voluntad pueblo. Su objeto era el ser una magistratura
intermedia entre el Gosto° v el propio pueblo con funciones destinadas a sostener los
derechos jt ambos. A pesar de su gestación, se le reconocía la aceptación pública apto en
términos de haber asumido la guerra como igualmente el bienestar temo. En octubre de
1813, en medio de una crítica situación política, y ;un resolver la presidencia del
gobierno, convocados los tribunales, cormraciones y prelados de la capital, prueba del
carácter republicano que ias conductores del proceso buscaban alcanzar, surgieron nuevas
posiciones divergentes que dividían los debates públicos y según El Monitor Araucano,
watindose ”acerca de la innovación o permanencia del orden actual de las ,nsas; dos
optaron por la convocación popular, otros no la hallaron convemente en las actuales
circunstancias”, pero todos alcanzaron unanimidad en
En esa sesión del dia 16 de ese mes de octubre fueron don Francisco
ador Camilo Henríquez: li voto de que se convoque al pueblo para que elija con libertad a
sus
meei
en la crisis actual307.
bertad. Entonces se expuso al público en el Consulado un cartel enq estaba la lista de los
nuevos funcionarios y este cartel fue suscrito
El Regidor don José Antonio de Irisarri argumentó que nadie pode dejar de confesar la
nulidad de la Constitución y de las elecciones dei go bierno, senado y cabildo, todo obra
de la violencia y la arbitrarieda0 se inclinaba por un gobierno interino nombrado por los
sufragios dt 1 capital y la suspensión de la Constitución hasta que fuese posible llanu a
elecciones generales. En semejante posición estuvieron los regidores doe Silvestre Lazo y
don Matías Mujica, mientras que don Miguel de Osi
307 El Monitor Araucano,N° 83, 21 octubre 1813, p. 613, 308 Ibidem, p.614.
NUA EN CHILE. El fin dei Antiguo Régimen y los orígenes de Ia representación moderna
289
bierno cuando no era necesario más que tres. Los Regidores don
al igual que los alcaides don Jorge Godoy y don Joaquín Trucios, el
ïr minería don Feliciano Letelier, el Comandante de voluntarios don José untiago Luco, el
coronel don Manuel Barros, el prefecto don Mariano Lai.bre y el Brigadier don Ignacio de
la Carrera. Los prelados de la Merced, Nan Agusrín, San Juan de Dios y Santo Domingo y
el Padre Custodio de \in Francisco, fray E Bauza, estaban conformes con la elección
popular, -icnrras que el Comandante de Artillería, don Luis de la Carrera, emotiunente,
dijo que ”conocía la nulidad de la Constitución, del Gobierno
dei Senado; pero que creia que era conveniente no hacer novedad en
no se separase el Gobierno del Senado, y que sólo se eligiese por
onendía, que toda la mutación que se trataba de hacer, era para que su
a mando de las amas, y se irían fuera del Reino”, palabras apoyadas por
. .
EDUA
redactor del Semanario. Este, don José Antonio Irisarri, contestO : mitiéndonos saber algo
más acerca de su pensamiento político:
se entiende, como creo, ser del partido del pueblo, y muy cont
•11 , •1 1 1 1. 1 1
rios, que no dejan de hacer su labor. El único defecto, que se con si mismo este faccioso,
es ser algo aficionado a escribir. Dios lo
con bien, y le libre de las contestaciones ásperas, que suele tr
ejercicio.
cesución:
Este gobierno jamás tendrá el arrojo de imponer leyes a la voluntad soberana del Estado
legitimamente reunido; pero si el consejo de unos hombres que han merecido vuestra
confianza, que se han consagrado a la felicidad general, y que hoy hablan por la
experiencia de los sucesos pasados, merece alguna aceptación; os ruega que organicéis los
poderes, de modo que vuestros representantes vengan Unicamente con el objeto de formar
una constitución permanente, y no a entorpecer, y
, p.89.
292
EDUARDO CAV
mandeis elegir los tres individuos del Poder ejecutivo, y que del
293
1 211
En onero del afio siguiente, una nueva publicación en el mismo Seemilk, firmada por Cayo
Horacio se referia a lo que se entendia y debía
cori el pasado congreso, icitie se entendia por gobierno representativo? ui poder ejecutivo
compuesto de tres personas representantes de sus respectivas provincias, Santiago,
Concepción y Coquimbo, elegidos cada uno por su respectiva provincia. El objeto de los
que pretendían organizar así era impedir que una provincia tuviese en la administrajori de
los negocios más influencia y preponderancia que otra y esublecer una especie de
equilibrio. No advertían que dos de los tres podian unirse entre si. El poder ejecutivo no
siendo más que el prime• magistrado de la república, no puede representar esta soberania
que en iodos los pueblos libres está representada por el Congreso, parlamento asamblea
nacional, ejemplos de USA e Inglaterra 312.
1 1, .1 1 .1 ,
r San Fernando: don José Maria Vivar, don Juan de Egaria; don José Gre-
José Agustín Ogalde, don Pedro Ovalle, don Juan Agustín Jofré y el
Su 1�
Se tratab plen�es s c�
Inf”,
te
dirigido a la iúa real plen Republz� n’ el 12 febr °s’ L a deric aSg que grave rnen el
pla de C� o dP blgob L, aPr�cl
°nce
tO res
es Sin
295
^� la atenc_,3n que Simon Collier se refiera ai planto cri sólo dos ocasiones
165-166
a las fidelidades que deberían prestar los religiosos, primero al
y en su arreglo civil y moral depende de su Gobierno, que por su autorkild civil y por el
derecho de protección debe extirpar cuantos abusos comia. pan al cuerpo y los ciudadanos
con tal que no toquen los misterios’’’.L situación ya se había dado en la propia Espana. En
las llamadas guenta de Independencia de 1808 a 1813-14, el clero tuvo enorme
participacià no sói() por su división entre jansenistas y no jansenistas, entre liberalest
progresistas, entre el clero jerárquico y los curas de pueblo, sino en c-uanas a
particulares sentimientos y sensibilidades. Los curas de misa y olá, cata. pesinos, aunque
faltos de teologia, tuvieron una experiencia revolucionaria importante316. Esta situación,
poco o casi nulamente estudiada en el caso& Chile, merece una atención especial.
El 20 de agosto de 1810, por ejemplo, el mercedario Fray José’ Maria Romo pronunció un
sermón que al menos significó una rápida reacción del Cabildo. Dirigiéndose a sus
fieles, sefialaba que el
316 Gil Novales, Alberto, Política y Sociedad, en Manuel Turión de Lara, Historia de
Eip.tita.
VII, Labor, Barcelona [1980] 1981, pp.267.
costia• orden de la península y, por una sola ciudad, la de Buenos Aires,
a seguir su ejemplo cuando debería seguirse al Perú, a Méjico, ((vide° y otras ciudades y
plazas que se mantenían fielmente ()belo, ics a sus legítimos superiores. Se preguntaba:
;Es posible que solo en nuestro pequerio Chile se hallen hoy los tt rdaderos sabios, los
verdaderos políticos, los verdaderos patriotas i que todas las demás provincias de
América, esas dilatadas províncias populosas ciudades, no sepan lo que hacen? tNo es esta
una vergontosa soberbia que merece los castigos del ciclo?
Pero aun cuando vuestro proyecto fuera justo por si mismo, saía también por sus
consecuencias? tCuánto duraria este nuevo gobierno en vuestras manos? Lo podríais
conservar por muchos meses, i aun quizás por muchos anos, para entregarlo, después de
parada la guerra de Esparia, a su legítimo soberano, caso que este sea vuestro
pensamiento? Cómo, pues, ioh chilenos! si sois sabios, no advertis que es mejor i mas
acertado tomar todo los medios para aplacar a Dios, que tan irritado le tenemos, i para
merecer su protección, pues con ella todo lo tenemos i sin ella no habrá mal que no venga
sobre nosotros?317
Como está dicho, el Cabildo reaccionó inmediatamente y escrial Presidente del Gobierno
serialando que todo el pueblo se hallaa escandalizado con la prédica de la noche del
miércoles 19 ya que se le -.là tratado de tumultuoso e infiel, que tenía planes de
independencia y lue trataba de hacer una Junta de Gobierno para colocarse en los empleos
lir los mismos dirigentes proyectaban, agregando que el resultado seria el Laqueei de
casas i templos, el asesinato de muchos y una total insubordinaim i perturbación de la paz i
tranquilidad públicas. Para el Cabildo,
fueron tantos los horrores que habló aquel religioso, que muchos sujetos de probidad,
sorprendidos i escandalizados, quisieron salir de la iglesia, i por atención de la religión no
lo hicieron. En concepto de este religioso, nan sido tumultuarias todas las Juntas
establecidas en
kfronunciado por el R.P. Fray José Maria Romo en la Iglesia de la Merced el 19 de agosto
de
EDUARDO CAV
púlpitos.
respecto al papel que los religiosos debían jugar en las nuevas coei
318 Queja del Cabildo ante el Presidente por Ias expresiones vertidas por el Padre Ron
ork „gore al Obispo Andreu; que se tomara exacta cuenta de los bienes
tocrai; que los curatos rurales se dividieran y proporcionaran de tal ma-900 que, a cada
párroco, le correspondieran no más de 3.000 feligreses; ote dichos feligreses, fuera del
pago de las primicias, quedaran exentos de pvr por bautismos, casamientos o entierros;
que todos los conventos y fflonaste rios deberían exhibir al gobierno una puntual razón de
sus rentas y tntradas anuales para calcular a cuántas personas podían mantener y que,
por un tiempo, no se permitiera entregar hábito alguno; que ningún con‘ento pudiese dar
ejercicios a seglares y que para los actos interiores de la oxounidad y claustro, no se
tocaran las campanas de las torres. Junto a estas medidas, se proponían otras claramente
de carácter político y que tocaban a Ias relaciones Iglesia-Estado: que en las religiones no
tuviesen efecto alguno ordenes o patentes de los prelados generales durante el estado
actual de ia Europa; que siendo perjudicial a la población una indefinida multitud de
personas consagradas al estado clerical, no se permitiera recibir nuevas ordenaciones
salvo en casos precisos y atendidas la necesidad de las iglesias; que los cletigos y frailes
europeos estuviesen suspendidos de confesar por ia influencia manifiesta que podían
ejecutar en perjuicio del actual sistema; que del Colegio de San Diego fuesen confinados a
conventos distantes los frailes Caso, Agudo, Ganoso y Sagastegui, por ”ser enemigos
declarados dei presente gobierno y que con escandalosa audacia insultan a los que se
manifiestan adheridos a él”32°.
De entre las Ordenes existentes, que los franciscanos fueran los más realistas es una forma
de ver el problema. En la realidad, dentro de la Comunidad, no faltaron patriotas bastante
convencidos. Tadeo Cosme fue Custodio de Provincia durante las seciones del Capítulo
General de 1806; à partir de 1810 se desemperiaba como Ministro Provincial de la
Provincia
A, In _ _
Concepción, 11
.ullte foi
fer
Macio I
a laa lusomLiulles
Aránguiz salió
peligroso por
chilena de la Orden, situación que le enemistó profundamente con Este pasó a tener gran
relevancia en el período de restauración y, a tal punto, que facilitó la persecución de los
franciscanos patrio, consecuencia de ello, el fallecimiento de propio Aránguiz, al cual le s
Fray Joseph Xavier de Guzmán quien, después de una penosa peregri, a través de algunos
de los conventos de la Orden pudo volver a S inmediatamente después dei triunfo patriota
en Chacabuco en feb 1817:
Deste memorable día ya todo fue para mí alegria, gozo y con pues terminaban mis penas,
mis cuidados y trabajos, y se acab sustos y zozobras. A los tres dias subsecuentes fui
llamado dela para presidir la Provincia, que en fuerza de la ley me correspon.1 20 dei
mismo mes me puse en camino (desde San Pedro de Alc’ para Santiago. Seria vanidad
—comenta— en referirme el por m los aplausos y demostraciones de júbilo con que fui
recibido en lia ciudad, como si yo hubiese sido el autor de la victoria, y la complacencia
y particular alegria que manifestaban en su sem, todos los religiosos mis hermanos al
tiempo de abrazarme re la obediencia321 .
La situación, presente en todas las Ordenes, no dejaba de ser con1,. En el caso de los
franciscanos, fidelidad al Rey, ”pero tarnbien res
301
’ClIOS de ia
r -• 1 1 1 . • • , • 1
.■•
sbrenien •
en todo .
Enci, 4 —
muy
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1TT• -1:
crar
”’Citado por Hugo Rodolfo E. Ramírez Rivera, El ministro Provincial Fray P(1” C°1*IM
— o Ç.ntizzo 17.1,1
para su biografia 1810-1821, Publicaciones del Archivo Franciscano, IN- 10, 7; los
datos del párrafo anterior se encuentran entre las pp. 3 y 7.
N■
como ei caso ya los ejemplos del conocido Fr. Melchor Martínez de Urquiza, realista
zran capauuo.,, cuenan, Fernando Garcia o el mendocino Luis Beltrán, quizás el religio
mas destacado en el proceso de Independencia por sus claros aportes ei campo militar,
participante de las acciones bélicas en la Patria Vieja, (abalando posteriormente para el
Ejército Libertador y participando en la propia independencia del Pedi.. Sus mayores
aportes estuvieron referidos a organización de las maestranzas que surtieron de armas,
calzados, arreos raros elementos a los combatientes323. Por otra parte, Fray Joseph
Xavier de Guzmán y Lecaroz, fue tremendo y decidido defensor de la Indepen&ncia.
Estando en el claustro de la Universidad de San Felipe, el 17 de dmbre de 1817 escribió
una violenta Proclama llamando a defender la paria. Decio.:
Si os merece alguna confianza el Gremio a quien habéis confiado la trucción pública del
estudio de vuestros derechos, os anunciamos en nombre del Supremo Autor de la
naturaleza y de sus leyes inmutables, que vuestra causa es sagrada, que os protegen en su
defensa la eterna
dispo
is Olivares M.,
t,con
rn aYor detalle, ver el caso de Luis Beltrán en Cristián Leal y Rigoberto Iturriaga, Frades
,Itanua en ri
”blicacinn— JI A A.
324 Citado por Hugo Rodolfo Ramírez Rivera, Un ilustrado chileno: El doctor Fray
Joseph Inir Guzintin y Lecaroz (1759-1840); J.M. Impresor, Santiago 1995, pp. 250. 325
Sol Serrano e Iván Jaksic, El poder de las palabras: la Iglesia y el Estado liberal ante 41
difusiog dir la escritura en el Chile del s. XIX, Historia Vol. 33, PUC, Santiago 2000,
pp.449-450.
326 Un reciente estudio de Maria Ines Concha C., La sede episcopal de Santiago de Chile a
medwifr del sig-lo XIX. Aspectos de la vida cristiana a través de las visitas pastorales,
Ediciones Universitanz
303
pbarla Iglesia. En Chile, como casi a lo largo de América Latina, pese a un ~tento álgido
del liberalismo doctrinario, imperó la visión de la Iglesia ogica, apostólica y romana como
religión oficial del Estado. Sus fundatoemos estaban basados en que en el Estado descansan
los fundamentos del onien ciudadano y de la nación. No obstante, en ello precisamente,
estuvo ia base de todos los problemas que se sucederían en el tiempo. A diferencia
kcalo, queremos contraponer en el análisis la situación de los Estados Uni-
sieron más bien un pensamiento deista que separaba las funciones pó-
erson sostenía que este sentido era lo que posibilitaba a los individuos
r una dirección moral no sólo a sus propias vidas sino también al Estado.
divinas tal como se pensaba el reino cristiano ungido y enviado por Dios
.1 1
aerse frente al mal y protegerse en derecho, a través de poderes modera-
de los anos 1860, Lincoln mantenía similares conceptos. Decía que el país
Jayne, Lincoln and the American Manifesto, Prometheus, New York 2007, pp. 145-
3U4
EDUARDO CAVIE
los esclavos negros en los precintos de los estados surenos son sus pares é
en efecto las influencias, y en quiénes, del ejemplo norteamericano. todo caso, estos
nuevos Estados, y entre ellos el Estado de Chile, desr
328 Jaksic, Iván, Ven conmigo a la Espana lejana: los intelectuales norteamericamb ,mre
el
obre meurso r una acción política que se fue alejando rápidamente de sus raices
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lagar (
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quier 311 -1
Ulluamentales que no se •
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Lspecm cuantificcaciones oco más precisas acerca de lo qu mos. Se trataba, como sigue
siendolo rec
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de sus riquezas estuvo condicionada no sói() or las es y prese las diferentes Ordenes
existentes, sino también con losactitu graddos de, dad logrados al interior de la sociedad,
grados posibles de po
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307
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damiento y ctesattouo
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nicas estaban basicamente insertos, política y religiosamente, entre deres: el poder civil
representado por el Estado y el poder religioso
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quier análisis sobre el particular. En primer lugar, está el hechac; efectivamente la Iglesia
chilena estaba a la alnu,
necesita entrar - •
mos. Se trataba, como sigue siéndolo, de una sola I glesia , pero, tiempo, muy diversa en
sus posibilidades y potencia liad sólo en términos regionales o locales, sino tambien edn
lases eco nómic di
ue sus riquezas estuvo condicionada no sólo caso, ia conforn las diferentes o por las
actitudeç —-
pens
ENDENCIA
307
329
7 real.
’Cavieres, Edii2rd, •
una. mate, 1/60-1840, en Fioreno Landi (a cura di), Confische e svilliPI:° grandi
patrimoni del clero regolare in età moderna in Europa en el Continente anko, Stori
Franco Angeli, Milán 2004, pp.135-154
decauld,
ciamiento y
EDUARDO CAVIE
329 Cavieres, Eduardo, Patrimonio eclesialy políticas de Estado. Entre el patronato real )
! políticas de cada uno de los nuevos gobiernos respecto a la Iglesia, el offieskimiento del
poder y autoridad política del Estado sobre la adminisnadem eclesiástica y la búsqueda de
formas consensuadas de utilización de a humos parte de los bienes religiosos sin llegar a
la expropiación definitiva, sittación lograda fundamentalmente a propósito del
reforzamiento de las sisas pias y, muy especialmente, a partir del compromiso, reiterado a
través Mas primeras décadas de la República, de una preocupación particular en d
financiamiento y desarrollo de la educación pública. También debe conignarse cómo, la
propia Iglesia, especificamente las Órdenes conventuales, keron desprendiéndose de
algunos de sus propios haberes, usualmente bienes inmuebles urbanos y cómo, en algunos
casos, se siguieron buscando fio:nulas eficientes para transformar antiguas dependencias,
conservadas baio las formas tradicionales del censo, en instrumentos de créditos e
insersiones más modernas. En este caso, las mayores incidencias se pueden observar en
el clero secular, especialmente por la particular situación de que
EDUARDO CAVIE
1812.
1 2
No Capital No Capitil 136.808,7
Santiago 606 1.060.615 568
Al Occidente
Melipilla 32 15.189 l
Valparaíso 4
Quillota 9 2.563 11
Al mediodía
Rancagua 5 6.380 7
Colchagua 24 8.391,4 2
Curicó 3 7.920 1
Talca 84 30.573,4 3
Al Oriente
Aconcagua 4
Andes 4 860
Al Septentrión
Petorca 1
Illapel 6
Coquimbo 35 16.161,2 28
Huasco 1
Copiapó 18 40.387 2
Totales 606 1.060.615 732 565.234,2
121
Rédito anual 53.030,6 28.261,5
1. Monasterios de Religiosas; 2. Conventos de religiosos; 3. Parroquias, curatos v
mentaba el capital general total a 2.177.316 pesos y 6 reales con un rédito , ascendente a
los 108.865 pesos y 6 reales anotados en el Cuadro anterior.
309
;.810. En 1811, a objeto de eliminar los males provocados por una ruinosa
r Ias contribuciones que los regulares debían hacer a sus prelados por
b licencia para salir de los claustros para servir de vice-curas o tenientes y se wprimieron
las contribuciones destinadas a construcción de iglesias:
Debiendo tratarse de ocurrir con preferencia a las necesidades más urgentes, y demandando
la buena economia empezar por hacer los ahorros posibles antes de tocar en arbitrios que
desagraden a los pueblos; siendo más conforme a la buena razón y al orden proveer antes
a la defensa de las iglesias que a su construcción, se acordó que desde el dia cesen las
contribuciones que se hacían para estos altos objetos, reservándose para tiempos menos
angustiosos hacer cuantas erogaciones dicta la piedad y los religiosos fines a que están
consagrados los ramos que les están aplicados”’.
Bodo de la Junta cl„. Gobierno sobre abolición de derechos parroquiales. 26 de sep.de
1811. Sanes de los Cuerpos Legislativos de la República de Chile, 1811-1845, Tomo I,
Santiago 1887, PP-362.
EDUARDO CAVIÉ
J. • X/
ra-
fundo que existia entre los nuevos criollos con respecto al papel
Fste
` ...,�s
dono de los curatos y las quejas del pueblo oprimido con otras
En contrapartida, no faltaron las buenas sefiales del gobierno a las autoridades eclesiásticas
respecto al reconocimiento de sus positivas acciones a favor del proceso. En abril de 1813,
la Junta de gobierno envio un elogioso oficio al Obispo gobernador en el cual le expresaba
que a diferencia de otros pastores que ayudaban a los tiranos, ”su carácter, su dignidad y
su sagrado ministerio de paz y de caridad llenan a V. S. filma. de gloria, y las más remotas
generaciones bendecirán su nombre que siempre recordarán con ternura. El Gobierno mira
con la mayor satisfacción a V. S. filma. Consagrado a instruir a los Pueblos en virtud de
su apostólico ministerio y a infundirles espeto v amor la Paria y a las autoridades: tan
heroicas fatigas constitu-
EDUARD
cuerpo civil, defendiéndose por las leves del Estado su trang seguridad y abundancia de
comodidades del mismo modo qu
io, sin quedar sujetos a las cargas que exige la sociedad, está en
ettseftado, que debía pagarse lo que era del César al César, y lo que era de Dios a Dios
337.
En un documento posterior, el Senado profundizó aún más sus ideas respecto. En primer
lugar, recordando que por Cédula del 2 de abril ir 1760, inserta en otra de 22 de mayo de
1789, se declaró que los réditos de capellanías y obras pias no eran eclesiásticos y que el
conocimiento ir demandas pertinentes correspondía a juez secular, ”porque el Reino de
lesucristo fue y es espiritual y no ha dado a sus Ministros derecho algund ’obre los bienes
temporales por ser dichos réditos puramente profanos”. }br ocra parte, interesaba al
Estado que los propietarios de predios rústicos s urbanos se pusieran más expeditos en las
especulaciones mercantiles y rurales puesto que las riquezas de un Reino estaban en razón
directa de la de sus habitantes activos y contribuyentes y que para las públicas
necesidades, d Estado podia echar mano de los bienes de la Iglesia. Adicionalmente, se
ugumentaba con un doble razonamiento: si la Corte de Espatia no hubiese drsoído la
fundada representación del Procurador del Cabildo de Santiago dr 1802 o, si las Cortes de
Cádiz no hubiesen descuidado la clamorosa súplica de los Diputados suplentes por Chile
leida en 1812, ya se hubiese pegado a la rebaja del 3%338.
EDUARDO CAVIER
mico, una parte importante de los bienes de los jesuitas fue ren
edificios y enseres,
Sólo en esta Capital ha entregado gustosamente conforme su 1
una gran parte de su huerta para el presidio que existe hasta el dia”’.
339 Ibidern, p. 246. 34° Ibidem. ”’ Capitania General, Vol. 1037, fis.79-79v.
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posdan. Generalmente, los intentos fracasaban una y otra vez. En 1820 el Selado, en una de
sus sesiones extraordinarias, respecto a un rateo de 300.000 mos que se debía obtener para
el auxilio de la expedición al Perú, declaraba 40e el clero regular no debía estar exento de
aportar con las debidas canti&ides que se fijaran, pero que, igualmente, debía considerarse
una acción
Art.11. El Gobierno tomará posesión de todos ellos y suministrará por cada regular
sacerdote, la pensión, de doscientos pesos anuales, ciento cincuenta por los coristas, ciento
por los legos, un hábito a todos en cada 18 meses, y los gastos necesarios al culto,
conforme a la minuta que presentaren los diocesanos 343.
Senado Conservador, Sesiones de los Cuerpos Legislativos de la República de Chile,
1811-184. ■csãon 8 de marzo de 1820, pp.18-19.
EDUARD
Hacienda Pública.
I prelado para que haga convocar a todos sus súbditos, sin exceptuar los
12% en su favor.
1 que,
r circular que deberán observar los comisionados, desde la hora en que los despache el
EDUARDO CAV
Legislativos de la República de Chile, 1811-1845, Tomo XI, pp.94-97. 348 Ibidem, p.95.
DENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los domes de la representación
moderna
319
f 1
miando que ”los políticos más pensadores han levantado su voz para que 1,0 hava
eclesiástico que no sea propietario, porque así ninguno habrá que ao sea buen ciudadano.
El Estado no nos ha dado esos fundos, y sólo tiene a eitos el alto derecho, que da la
sociedad sobre las propiedades de cada ono de los asociados, para que le contribuyan en
justa proporción de sus haberes”35o •
Los religiosos de Santo Domingo, San Agustinos y Mercedarios rerentaron sus inquietudes
en conjunto e insistieron en el argumento de erradas ideas acerca de los verdaderos niveles
de riqueza de los regulares. Dei estado oficial acerca de lo que producían las propiedades
de las tres reliiones y de lo que el Estado debía invertir en sus asignaciones no resultaba
obrante, sino más bien déficit: ”Mn dentro de esta Provincia ya se palpan errados los
cálculos de la salada riqueza, como ha sucedido en Valparaíso, aonde se contaba con dos
millones, después con millón y medio, y ahora cree que todo no alcance a doscientos mil
pesos; y estos bajarán todavia
ia mitad o un tercio’
351
aqui los bienes no habían sido donados por el Gobierno, sino por la piedad de los fieles, y
aumentados por el trabajo y ahorros de las co-
w lbldrnr
Lis comunidades de regulares suplican la devolución de sus bienes por las razones que
expresan. la fecha. Congreso Nacional, 21 de marzo de 1825, Sesiones de los Cuerpos
Legislativos de la kgliblica de Chile, 1811-1845, Tomo XI, pp.97-98.
320
EDUARDO I
que debía guiar al Estado por hacer más productivos sus fundos y (
321
1 1 • 1 /1. • •1I1
de mayo de 1830, acordó que se devolvieran las propiedades confiscaits 1824 a los
Recoletos Dominicos y esta decisión abrió las puertas para oaconsecuente revisión de lo
que acontecia con las otras Ordenes. Llama ibmción que fuesen las Municipalidades de
Concepción y de Santiago ,penes se decidiesen a solicitar el término de las confiscaciones
de regulares , que la autoridad superior se apoyara precisamente en esas instituciones
rara determinar el reintegro de los bienes. En circunstancias políticas muy iestables, en
septiembre del mismo afio de 1830, apoyado en datos oficia-
ble retornar los bienes a los regulares, ”para que los pueblos reporten
,. • 1,2,4
r su subststencia
EDUARC
11 /1111 •• 1 11• 1
..■
truidas.
El poco adelantamiento material de las obras conventuales y lc
323
1842, la Orden vendió 194 propiedades, la mayoría de ellas a sus arrendatarios y, gran
parte de ellas, a censo. En efecto, se vendieron
Pero, aún así, después de haberlo enajenado todo para reconstruir por tres veces su
claustro y su Iglesia, posee todavia la Comunidad a título de censo, no menos de 196
solares feudatarios, sin contar las prOpiedades de los cerros, todo lo cual produce hoy dia
una renta tres veces superior al precio definitivo de la compra 356.
Entre influencias ideológicas y necesidades urgentes de las siempre &- tiles arcas fiscales,
reales o republicanas, la Iglesia, y preferentemente las órdenes religiosas, se vieron
progresivamente enfrentadas a despertar sospedias y grandes expectativas acerca de sus
riquezas. En el caso de Chile, con ziertas y relativas precauciones acerca de sus aparentes
riquezas, la única
era consideración es que ella estaba lejos de alcanzar los niveles alcan-
por las Iglesias de los principales centros virreinales y que, por ello,
EJ tema está tr ido detalladamente en M. Verónica Navarro R., El espacio urbano histórico
jtlAlmendral en documento de ventas de propiedades del Convento de la Mercech
1835-1843, Tesis de Profesor de Historia y Geografia, Universidad Católica de
Valparaíso, 1992, especialmente Cap.11, pp. 55-99. ‘.4 Benjamin Vicufia Mackenna,
Historia de Valparaíso, Universidad de Chile, Santiago 1936,
1— 5,f 15T.n.rn I? /22Q\ ’st-. 521;
tenía?:
res vocales que la componían fuese capaz de abrigar una sola idea de infidelidad al Rey y
a la Patria; pero si basta para no asegurarse en lo contrario, deduciendo de aqui que aun
cuando hubiese tenido una representaciOn legítima de la soberania, como no había
todavia sincerado su conducta contra las imputaciones del pueblo, mal podia depositar su
autoridad en el Supremo Consejo de Regencia que instalO... Estos son los fundamentos
que me impelen a opinar que el Supremo Consejo de Regencia no es legítimo... cree el
exponente que el mismo Supremo Consejo no ha tenido a bien expedir su real despacho
coa todas las formalidades que son necesarias... Esto supuesto, parece al que representa
que puede VS informar al muy ilustre Selior Presidente se esperen ulteriores y más
autenticas Ordenes que emanen del mismo Consejo de Regencia, como es necesario para
proceder a su reconocimiento, trayendo a consideración que la Suprema Junta de Sevilla,
no obstante haber sido reconocida y aclamada por muchos más pueblos de
t hecho no por ser el único elemento válido para entender las incer-
, pp. 491.
328
EDUARDO
dos; dos cupos sobre los cuales no existia acuerdo previo, por elección con cédula
secreta36°.
y al cual más se apeló para explicar las difíciles teorias para los más ac
que un grupo de súbditos fue convencido por primera vez para aceptar
mak conrormanao uesae mucno antes. rara k-nne, en un noto ya ciasico, 0 autor pensaba
en que el Cabildo, el de Santiago en particular, había logrado las representaciones locales
y el derecho a representar sus inquienojo directamente hacia la Corona. Fruto de ello, ”fue
la fuerza y madurez políticas de ciertos grupos criollos y no su inferioridad e
inexperiencia el actor más activo de la revolución... Tratase, pues, de la culminación de,
un p aceso con raíces en la Conquista; no de un salto que seria por lo demás
;ncumprensible, si realmente hubiese existido ese régimen de marasmo y despotismo, de
timidez criolla y de unánime respeto por el rey”36’. Como sea, el problema conceptual
radica no en saber cómo los criollos entendían sus posibilidades y sus capacidades de
representación durante el período colonial, sino más bien cómo lo vendrían a entender a
partir del inicio del proceso que les ’levaria a la Independencia.
Queda ya dicho que frente a la Junta Suprema y a las Cortes de Cádiz, Chile no tuvo
representantes directos, de modo que a partir de 1810 el asunto particular fue el cómo
resolver en forma efectiva el ejercicio de la soberania a partir de un gobierno
legitimamente constituido desde y a partir de unos pocos, pero con el objetivo de ser un
gobierno de las mayorías. La constitución de la Primera Junta Nacional de Gobierno, en
nombre de Fernando VII, la del 18 de septiembre de 1810, fue producto de la resoluóón de
los vecinos más pudientes y acreditados de Santiago, invitados por esquela oficial del
Cabildo y reunidos en el Cabildo bajo la forma de Cabildo abierto. En pocos meses, esa
Junta recibe los ímpetus y los zarandeos de Ias diversas corrientes que se fueron
organizando, pero en su corta vida estableciO la existencia del Congreso Nacional. Este
se constituyó el 4 de Nilo de 1811 y, previamente, en base a principios de representación
nacio-
EDUARDO CAVIER
disolverlo.
esto con el influjo que tienen algunos sujetos para ganarse partido.
para que vengan dichos diputados cizSrno podrá oirse sin enfado el
amo, los esfuerzos que abren las urnas, que comienzan a extender los
politica. Por cierto, los discursos avanzaron mucho más aceleradamente que les
realidades a que dieron lugar. En 1811 se dictó un Reglamento Electoral pua establecer
la ciudadanía legal y los procedimientos para las elecciones ea manos de los cabildos
locales. El 4 de mayo de 1811 fue precisamente d Cabildo de Santiago quien invitó a la
elección de diputados llamando a votar en la Sala de Juntas ”donde espera los votos por
escrito en dos cuartiks de papel, una para los doce diputados propietarios, y otra para los
doce
tes. Durará la elección desde las 7 hasta las 12 del dia, y no más.
a especificar, con bastante prolijidad, los requerimientos para ser no elector: 1. Ser natural
o residente en el partido por lo menos
algún grado literario en alguna Facultad, o licencia para alguna profesión científica, d) ser
eclesiástico secular, e) tener sueldo o pensión del Estado que llegue a $300, f) obtener
algún cargo honroso, aun sin sueldo, g) haber ejercido algún cargo concejil, h) tener
grado militar de milicias, alférez bacia arriba, i) ser maestro mayor de un oficio364. Aun
cuando el análisis al respecto necesitaría de mayor profundidad, es evidente que el
concepto propiamente tal de representación seguia siendo restringido y los principios
ilustrados se adecuaban o simplemente se soslayaban a la hora de ejercer efectivamente
-1 poder.
social, sin las bases sociales y, más aún, sin la presión directa de los 1
d borrador de un plan, nada salvo letra muerta, hasta que la voz del
poeblo insuflara en é! vida y validei, hablando a través de las convenciones estatales. Si,
por tanto, tuviéramos que buscar el significado del instrumento más allá de su fachada, no
habríamos de hacerlo en la convención general que lo propuso, sino en las convenciones
estatales, que aceptaron y ratificaron la Constitución”’
I proviene del pueblo (en este caso, en el sentido amplio del término
’Jures N1adison, 1796. Citado por Bernard Bailyn, Los orígenes ideológicos de la
Revolución
Siempre potenciales.
ruda y triste, sin horizontes. Sobre ella, los criollos constituían ”el ele
alia del valle central y gran parte de sus relacionados del Norte,
sintieron y comprendieron que con la defensa del patrón resguarlo propio, la casa, el
rancho, el trabajo, la herramienta. Al fin, los
donde se había nacido y que el huaso campesino había formado un lenguaje aracterístico
por la intención, y profundo por las experiencias seculares.
EDUARDO CAVIE
IEPENUtNblik LIN Lt LITIR 001 Hnuyuu t10y1111011 y 1US u yeiros 110 ia represei
iauwn 11111110111d
..13U
emancipación. ,
tuvo que ver con una cuestión bélica y con unos hechos que se ini
ciertas pequeírias reformas y no más allá. Sin embargo, como siempre en la historia,
pensada como dialéctica, ni los reformistas ni los moderados sabían o tenían
contemplado qué es lo que venía pasando ni advirtieron la generación de otros
movimientos y personajes que estaba de acuerdo con d primer principio, pero que,
precisamente, querían ir un poco más allá. lo que significaba violentar la situación. Por
ello en la historiografia siempre se discurre acerca de categorias de legitimidad o
ilegitimidad y de cómo se dan entre si esas relaciones: hasta dónde algunos obedecían la
legalidad v hasta dónde otros la desconocían tratando de alcanzar sus propios objetivos.
Por ello, a pesar de todas las discusiones acerca de las causas profundas de los procesos de
emancipación americana y hasta donde son válidos los ejemplos de Estados Unidos y su
proceso caracterizado por la discusión de un liberalismo profundo y doctrinario, de la
Revolución francesa y sus consecuencias e impactos, o de las tradiciones
constitucionalistas de las provincias respecto a teorias vigentes sobre el poder, que en
ausencia dc la autoridad legitima este se traslada hacia el pueblo, el problema central es
de qué manera surge la nueva autoridad a partir de renovadas explicaciones relativas a lo
que se consideraba como legítimo. De hecho, cuando contemporáneamente se observaba el
funcionamiento de esa institucionalidad v se pensaba que las cosas no iban bien, no hubo
problemas para algunos de aceptar que era posible romper nuevamente esa legalidad a
partir de atras situaciones que igualmente se observaban como legítimas: detrás dc toda
teoria del poder, lo que vence siempre y finalmente es la legitimidad sobre
la legalidad.
la superficie: la voz, la acción, las decisiones que se tomaron desde un punto de vista
militar y no pensamos, necesariamente, respecto a las ideas que estaban más bien en el
trasfondo de todo lo que estaba sucediendo. En esto existe también un gran problema: la
historia la reconocemos por la exteriorización de lo que sucedió, de lo que podemos ver y
observar y no siempre sobre lo que estaba sucediendo detrás de ello, de aquello que no
siempre visucdizamos, pero de aquello que en su momento no tiene la capacidad efectiva
de tomar decisiones sobre las cosas. Y en ese sentido, es
EDUARDO CAV
Significa, por un lado, que hay que alcanzar las metas comba
casualidad que los dos grandes próceres chilenos de los que hemos 1
términos políticos-institucionales.
ticos y militares, primero con Carrera y después con O’Higgins, pen avanzan más allá. Lo
mismo sucede a nivel americano. Una parte impo’ te de las celebraciones bicentenarios, al
menos en lo oficial, coincidiero
anteriormente.
el paso casi natural que siguió la historiografia considerada como dicional al otorgar
significados importantes al análisis constitucic
/’
siso 1a hismria de las ideal, ou c1 análisis dc Ias di£erenlos discursos y las prácricas. El
discurso puede ser muy an re, poro no necesariamenre habla de algo efectivo y
m , IA
-9
342
EDUARDO CAVIERE
Congreso; y la declaración de que ”Chile forma una nación con los 1 esparioles que se
reúnan, o declaren solemnemente querer reunirse;
en tal categoria:
376 Exposición de los princípios que consolidan el pacto social de los habitantes de Chile,
que d;
pp. I.
INDEPENDENCIA EN CHILE. El fin del Antiguo Régimen y los ongenes de la
representación moderna
343
oiendo el mérito cívico (de que después se hablará) de un modo aprobado por la Censura, y
cumplido el término necesario de disciplina militar; que tenga veinte y un anos; y de quien
informe la Censura que no ha desmerecido con algún delito o profanación de las
costumbres, o que se haya rehabilitado; tiene derecho, y debe ser declarado Ciudadano
activo, con parte en la Soberania, y apto para todos los ministerios del Estado, en que no
exija más requisitos la 1ey377.
en que esta (la ley) ”se halla impotente muchas veces para corregir la
con india. Se entiende por mulato que alguno de sus padres sea negro,
ode una casta inferior a la de hijo de cuarterón y negro” 378, con lo cual se
Detrás de estas situaciones, todas muy importantes, y que están en el sustrato de las
acciones políticas y militares propiamente tales, estaba el hoy dia tan utilizado el concepto
de la representación..Que era y que significaba representación? Creo que allí se encuentra
una problemática muy densa y zomplicada, con múltiples entradas y salidas para su
estudio y comprensión v que exige ir desmenuzando, en primer lugar, las acepciones, sino
además, diferentes formas de ser acogido e interpretado por los propios contemporáneos
de 1810 y anos siguientes. Para ser más concreto, estudiando la situación, Sol Serrano
habla sobre el problema de la representación con igunas ideas muy interesantes, pero que
sin negar sus aportes, requieren de mayor discusión. Una de sus ideas centrales es insistir
y subrayar lo que !lama la fortaleza de las instituciones coloniales que superan el
derrumbe de
Op, cit. (363), Título 3, Sección I, No 66, p.17.
beló contra los Carrera nombrando como General a Bernardo O’Higgira. condenando el
despotismo y fijando el propósito de llamar a un Senado consultivo. En lo concreto,
alcanzó a reunir, en dos sesiones, a toda la representación de la capital, Senado, cabildo
secular y eclesiástico, tribunal de justicia, jefes militares y veteranos y demás tribunales,
todo ello para otorgar facultades al Supremo Gobierno y convocar a elección de diputados
de las provincias para formar un Congreso General.
Por cierto, ante el transitorio triunfo realista, ello no prosperó. No obstante, Sol Serrano
sefiala que este había sido un pequerio triunfo, ”antes de la derrota, de la lógica
representativa de los pueblos que transitaba bacia la de los individuos por medio de la
proporcionalidad y en contra de la representación unanimista, ya fuera monárquica o
militar. La representación antigua mostraba toda su fortaleza, su flexibilidad para hacer un
tránsito del régimen político. Las instituciones monárquicas habían realizado el primer
tránsito en esos mios en que quedaron en evidencia las lógicas que se enfrentarían en la
construcción del Estado nacional”379. Por cierto, hav una doble proyección del
problema: havia atrás, es importante seguir preguntándose hasta dónde esta era un proyecto
realmente colectivo y hasta dónde habían diferencias profundas entre los mismos sectores
patriotas; bacia delante, se trataba de un proyecto de muy largo plazo. Por lo pronto, y
como está serialado, para Juan Egafia en 1811 y para el posterior Reglamento
Constitucional de 1813, la categoría de ciudadano distaba mucho de ser liberal y de
entrar en una categoría moderna de representación.
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A INDE
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345
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• _I— 1_
EDUARDO CAVIERE$
mente rompieron con esa unidad, Salazar sefiala que ese comercio, ”a
y con el Rey, echando mano a aquello que el Rey, precisamente, había opri. mido y
cercenado pero no suprimido: el Derecho de los Pueblos. Fue as como, por caminos de
carambola, ese derecho retornó a la historia empo. jando por una nueva sangre: no la de
los ”pueblos” en tanto que tales, sia(
,,.,n cl-; 1-11,7. ri, 1;1-,.r,11 ■,11. 2,rurrs r,,,,1.. rs•-• In ...c.
¡ramo de la representación a partir del Cabildo colonial se habría debido a los intereses
mercantiles de algunos grupos chilenos y sus aliados extranlos que estaban en contra de la
democratización del proceso y que por lo tanto querían entrar en una fase de çontracción
de lo que se había venido logrando”4. Como sea, me parece que habiendo elementos
interesantes en esas posiciones, hay que volver a poner en discusión los reales términos de
representación del Cabildo. Incluso, si el cabildo fuese el órgano más democrático del
período colonial y al cual no se puede restar méritos al papel jugado al convertirse en eje
del proceso de independencia, el cabildo actuaba en términos de una democracia entre
iguales y no más allá que ello. Efectivamente, en el período, especialmente entre 1810 y
1814, ocurrieron situaciones interesantes en ese cabildo que al menos comenzaron a
romper con ese tipo de representación, aun cuando se puede insistir en si efectiumente
existia un solo proyecto político de representación al interior de todos o de la mayoría de
sus miembros.
Por que ese rompimiento? Por razones circunstanciales, pero también porque algunos de
esos miembros, entre ellos el que fuese importante procurador, don José Miguel Infante, fue
proclive hacia ciertas tonalidades de un cierto y aún incierto liberalismo, pero que sí buscó
cambios al concepto de representación y al sistema institucional del viejo orden que
buscaba orientar hacia la creación de un nuevo orden, relación poco utilizada en nuestra
historiografía y que es tan usual en términos de los análisis de la revolución francesa o de
los primeros movimientos liberales esparioles con infasis en que en ellos su gran objetivo
era el crear una nueva institucionalidad. Infante es un buen ejemplo de esta falta de un
proyecto político único. En diciembre de 1810, presionó al Cabildo para recabar de la
Junta de Gobierno una más decidida voluntad de convocatoria a elecciones para la
pronta reunión de un Congreso Nacional. Entre sus argumentos mandestaba que el dert,ho
de soberania se les devolvia a los pueblos con la muerte civil del Monarca y que se
requeria de una pronta formación de una Constitución
523-529.
348
EDUARDO CAVIER
unió efectivamente e14 de julio de 1811 e Infante se convirtió rápi en el más violento y
elocuente orador del mismo. Como miemE
afio, con una petición a nombre del pueblo, pero firmada sólo por
Ma que entrar a suplir el cargo vacante. Ese militar estaba en Concepción. en la Frontera,
pero supo de la situación e hizo valer sus derechos. La Real
enc ia defendió a su oidor y el Cabildo defendió la legalidad y a Garcia carrasco que era el
militar contrariado. Asumió finalmente el poder, pero wencontrO con un mundo que le
dejó absolutamente desconcertado. Toma posesiOn de su cargo cuando llegaban las
noticias de la península. Que pomo pensar los habitantes de Santiago sobre lo que sucedia
en Esparia? Los weinos más pudientes, que vivían en la periferia de los dominios,
enfrentados naturalmente a situaciones de la política espafiola, que deben decidir corre
Carlos IV, Fernando ”VII, los Bonaparte, se dividen en cuanto a las opciones a tomar y
aquellos que comienzan a pensar en el autogobierno o que son más ilustrados, se
relacionan con el Cabildo y proceden desde allí,
pero son parte dei mismo grupo social, se comienzan a enfrentar con la Real Audiencia y
con el nuevo gobernador. En 1809 cuando las circunstancias obligan a ir tomando partido
y a decidir sobre la posición de Chile respecto a lo que sucede en Esparia: ,qué Bebe
hacerse?; ¿seguir a los espafioles, jurar las instituciones espariolas, tomar la oportunidad?
Detrás de ello está lo fundamental, la vida concreta, hombres que no tienen experiencia
política ni saben pór donde irán las cosas; hombres que, en definitiva, piensan también en
decisiones que les permitais defender sus propios privilegios, lo cual no es nada
cuestionable, pero que también forma parte de la historia. En esto de decidir por dónde,
comienzan también a pensar que ellos han tenido la experiencia de este tipo de
representación al cual nos hemos referido y que NI lo tanto porque no tener ellos, a partir
de las teorias políticas que se discuten, una propia Junta de gobierno, a nombre dei Rey y
mientras dure d cautiverio. Es ello lo que está surgiendo y lo que se observa en regiones
vecinas. Allí sí que el Cabildo asume una capacidad de influencia que no había tenido en
el período colonial y ello es una situación que no ha sido visualizada en profundidad:
cómo al interior dei Cabildo se van produciendo estas transformaciones desde una
representación dei antiguo régimen a una de nuevo orden.
tantes del Reino frente a la Junta. Esta se instaura como junta pra
los pueblos.
Cabildo. Infante hace ver que los pueblos están nombrando por su
los diputados. éQué sucede? El Cabildo se divide entre quienes piensan un sistema
universal y quienes lo piensan en términos de proporcionalidad. No todos pueden tener el
mismo número de representantes y Santiago debe Ser mayor. Existe una idea de lo que
debiera ser, pero hay una realidad que lo impide. Finalmente, el propio Presidente
solicitaba al Cabildo hacer el reglamento de esas elecciones. Se constituye el Primer
Congreso Nacional en donde están presentes todos los bandos y grupos de poder
existente. Ya esta José Miguel Carrera actuando y lo liquida en 1812: piensa que hay
personas que no deben estar e instaura una nueva Junta de Gobierno y las elecciones se
pierden en el acontecer de los enfrentamientos internos y externos. En 1814 viene la
restauración y la huída de sus patriotas hacia Mendoza. En 1817 se retoma el gobierno,
los vecinos ofrecen el poder a San Martín, lo rechaza y asume O’Higgins como Director
Supremo de la Nación.
O’Higgins, que había conocido a Miranda, asume el poder y al afio siguiente dicta una
Constitución que le entrega poderes absolutos y que por tanto no tiene un sistema
electoral abierto y entra en una fase de gobierno que hacia 1820 está muy desgastado desde
un punto de vista político ya que está la situación de conflicto en que en la práctica política
no se ve transformaciones aun cuando hay bandos e ideas que significan una fuerte
confrontación con el gobierno. A ello se suma algo muy importante dentro de Chile: el
ajusticiamiento de los Carrera en Mendoza y de don Manuel Rodríguez en el propio
Santiago (Tiltil). Se crea un conflicto muv fuerte que no tiene que ver sólo con
enemistades personales, sino también con un problema de fondo: O’Higgins pensaba que
tenía que entrar en
INDEPENDENCIA EN CHILE. El fia dei Antiguo Régimen y los odgenes de Ia
representación moderna 351
• , • _I • .1
rio seria conuucir ai pais a una espacie ue xauerra avir y por io tanto bnza su poder
supremo y sólo en 1822, acosado por estas resistencias, es accede a promulgar una nueva
Constitución que establece un primer sistema electoral muy dirigido desde el poder
central, en particular respecto a la nominación concreta de los diputados. Esa Asamblea
resultante se reúne en momento muy crucial. O’Higgins se instala como Presidente de la
Asamblea, nombra al Presidente y Vicepresidente de la misma, se retira y deja su
renuncia para que el nuevo sistema comience a funcionar. Los representantes eran
o’higginistas en su mayoría y rechazan su renuncia confrontando más radicalmente a las
oposiciones que logran organizarse y provocan incluso el levantamiento militar en
provincias haciéndole renu nciu en 1823.
EDUARDO CAVIERES I
régimen representativo.
cer que nunca dejaron de estar presentes. Que a pesar de los desarrollc
sobre cómo y quiénes deberían ser elegidos y, en muchos casos, sus nomt
mo o Dictador? Del mismo modo, antes y durante el gobierno de don Bernardo, qué tipo
de representación se estaba discutiendo?, la de vecinos o de la de ciudadanos? Detrás de
ello persistia el pensamiento de aoriguo régimen, pero también crecían los adeptos al
pensamiento ilustrado, aun cuando este no era homogéneo y se entendia de diversas
maneras y oon distintas significaciones. Ni los.liberales fueron necesariamente ilustrados
ni viceversa. Tampoco ser librecambista significaba ser necesariamente liberal.
LUUAKDO CrI;
y después terminaron siendo nuevos conservadores. Por cierto, en lo mismo sucedió con
el mundo de las ideal.
Otro tema, aun Guando muy conectado a todo lo anterior es el fiscalidad, la formación de
Ia fisonomía propiamente tal dei Estado; su
en el tiempo sin hacer cortes en el mismo. Moverse hacia atrás, pero tam-
con el pasado tiene que ver no sólo con aquello que nos podría decir
lado, sino también, y lo más importante, con lo que ha venido sucedi,
hay un tercer tiempo que es el intermedio, lo que ha sucedido, en este entre 1810 y el
2010, y posiblemente lo que ha sucedido en ese entre
_”qw
- - - —- 1,10,11.meiç
J—J
ser eseenar►os remporaies ue ruerres anaiisis sopre ei papei )ugauo por ios
de la Patria o de los constructores dei Estado que siguieron a esos fundadores y, en Chile,
seguramente va a estar nuevamente presente
Esos trasfondos no tienen que ver con el acontecer particular, ni con la acción conocida de
grupos o individuos que fueron invitados a participar en el Cabildo Abierto de 1810, de
quienes exclamaron ”Junta queremos”, de lo que enseguida se tradujo en todo el ritual del
traspaso del Poder que quedó en manos, por algunos momentos, de don Mateo de Toro y
Zambrano y, enseguida, con los otros sucesos que se fueron produciendo. En general ello
lo sabemos y lo conotemos y, más adelante, los volveremos a recorrer. El problema es qué
hay detrás de todo aquello. Porqué se dieron dichas situaciones. Qué fue lo que propició
que se produjeran esas situaciones. Toda época, y todo momento, siempre está llena de
circunstancias que en algunos casos se pueden visualizar a través de contenidos que están
vitalmente presentes, que los podemos pensar, que están como flotando en el aire. Las
épocas tienen sus propios espíritus y ellos significan las ideas fuerza que de repente se van
generalizando, sociabilizando, colectivizando, v’ comienzan a ser ideas aceptables que
comienzan a germinar en términos de grandes proyectos. En definitiva, a fines del siglo
XVIII y comienzos del s. XIX, desde el punto de vista de la historia cultural, de las ideas,
activamente, los debates, reflexiones, pensamientos de los hombres de la Ilustración, de la
Enciclopedia francesa, habían comenzado a ser aceptables en términos generales, aun
cuando no necesariamente concretados en proyectos específicos, de modo que comenzar a
escuchar que los individuos no sólo
356
EDUARDO CAViLR
nacen con ciertos derechos inalienables sino que además tienen cap;
gobierno, lo que no equivale a decir cómo se tiene que gobernar y lo que no equivale a
poner en la misma condición las experiencias de Independencia de los Estados Unidos y
de la Revolución Francesa, aun cuando fueron experiencias políticas que estuvieron
inundadas por esos principios de Ios derechos de las personas que se comienzan a
condensar en un concepto que en el curso de los anos, y en lo que ha venido
transcurriendo desde el proceso de Independencia hasta el presente, va teniendo una serie
de significaciones, a veces bastante diferentes del original, y que por ser un concepro
histórico, como todos los conceptos, siempre se necesita precisar para saber
efectivamente de qué estamos hablando: naturalmente el concepto ai cual me refiero es el
concepto de liberalismo.
tQué es lo que ha venido ocurriendo con este concepto, que está siempre disponible para
dar contenidos a variadas experiencias, aun cuando Ias realidades históricas de las
mismas no siempre van en correcta consonancia y que a menudo se orientan hacia otras
finalidades? ¿Fue liberal la Revolución Francesa? Surgió a partir de la defensa de los
derechos de los hombres y terminó en Imperio. Ello fue distorsión de la historia, no culpa
del principio. En el caso de los Estados Unidos, el concepto de liberalismo fue un poco
más limpio, pero también con fuertes contradicciones: todos Ios
hombres nacen con los mismos derechos, y esa idea la proveveron los
ón dei pueblo espanol, Consejo de Regencia, Cortes de Cádiz, 1812, ulgación de una
Constitución liberal, en Europa y en Espana, y tam-
res Juntas. Pero, en realidad, en todos los casos, se estaba hablando más
ismo de carácter doctrinario que no tenía que ver Adam Smith, con la
Riqueza de las Naciones ni, en consecuencia, con el liberalismo económico, ..no tenía que
ver con un liberalismo ilustrado, el de los hombres de Ia En�iclopedia francesa, el
correspondiente a los derechos de los individuos para transformarse en ciudadanos y, por
lo tanto, con esos derechos ciudadanos a representar y ser representados. De hecho, en
esta doble función de representación y representaciones, igualmente con el derecho que
tiene todo indiv,iduo a vivir en una sociedad en donde las leyes sean justas, en donde Ias
autoridades sean competentes, y también justas, y en donde exista, por tanto, toda una
atmósfera que se propicia a través de la educación y a través de buenas Constituciones que
permitan, idealmente, a que los individuos conformen una sociedad feliz.
Si leemos los discursos de la época, que buscaban estas transformaciones v que estaban
detrás de estos procesos, nos encontramos con discursos liberales, doctrinalmente liberales
que, efectivamente, en el caso de América, tuvo además, una concreción muy importante:
el tipo de gobierno, la forma de gobierno que surgió a partir de estos procesos, desde las
Juntas a Ia emergencia de los Estados y a la definición de éstos, fue el de tipo republicano.
Surgió la República y ello fue y es muy importante porque la República surge en relación
absolutamente directa con el principio básico de este liberalismo doctrinal en momentos
en que en la propia Europa, que estaba más avanzada en términos de la filosofia política,
que estaba más avanzada en términos de la mayor cobertura y generalización de estos
pensamientos, en donde se habían dado experiencias dramáticas desde el
punto de vista de las luchas por el poder, de las críticas hacia el Poder y, sin embargo, se
dio un reforzamiento de las monarquías. Ya está dicho que en el caso de la Revolución
francesa no sólo se pasó por un período imperial, sino que cuando cae Napoleón volvió la
figura y presencia dei Rey. Y en Es-
EDUARDO CAVIERI
liberales que fue difícil contener, retornó con poderes más absolutos girei
Podríamos pensar en que efectivamente O’Higgins, Carrera, por serialar a personajes muy
conocidos, pero también todos aquellos que conformaron los grupos de poder de la época,
deliberadamente traicionaron los propios sentimientos que tenían respecto a la República?
Difícil es decido, pero lo que sí se puede hacer es observar y analizar el de que manera
estos principios liberales que pensaban llevar adelante, principios liberales doctrinales, se
fueron estrellando con las realidades concretas que entonces
existian.
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Una
359
I”
dei proceso hasta 1833. Se debía tener constituciones que fundamentalmente permitieran
construir ciudadanía. èQuienes serían ciudadanos? Grandes discusiones. En Europa
también se discutia sobre quiénes debían .ser esos ciudadanos. Hacia 1830, los
trabajadores organizados, los obreros de Inglaterra tenían como principal objetivo
alcanzar el voto universal porque pensaban que ello era la máxima expresión de la
ciudadanía y entre los mios 1830, 1840, 1850, ese fue el gran propósito. Sin embargo,
entre ellos mismos no se pusieron de acuerdo en qué significaba en términos concretos
ese voto universal.
Podemos discutir, siempre, en el porqué en la historia hay quienes gobiernan y quienes son
gobernados. Podemos pensar, siempre, en el porqué en la historia hay dominios que se
ejercen por algunos sobre los demás, sobre los otros. Indudablemente, esta situación tiene
dos poios: quiénes gobiernan o quienes dominaron y también quienes fueron gobernados
y/o dominados. Podemos encontrar, en consecuencia e hipoteticamente, que ellos, estos
últimos, han hecho la gran historia y ello lo podemos defender a partir de particulares
puntos de vistas y perspectivas de análisis. En lo concreto, cuando se habla de los
problemas de la representación, de cómo se eligieron los primeros diputados en 1812,
1813 y desde entonces dei Primer Congreso y lo que vino en adelante, encontramos una
manifiesta intención de dominio de los grupos dirigentes y de aquellos otros emergentes,
pero igualmente con poder para hacerlo. Debemos descubrir de qué manera ello
evidentemente perjudicó las potencialidades dei bajo pueblo, de los grupos subordinados,
de los campesinos, de los indios, que fueron simplemente manipulados respecto a su
obediencia y lealtad respecto al proyecto revolucionario, pero al mismo tiempo impedidos
de intervenir desde el comienzo en las primeras formas de organización política de esta
nueva sociedad. Podemos así pensarlo, pero igualmente vale la pena participar de una
especie de ejerucio intelectual que parte por las palabras: efectivamente todos
participamos en la historia, todos, el problema es que algunos deciden más que otros,
independientemente de una serie de cualidades y calidades. Y no se trata de justificar el
poder por el poder sino la búsqueda de cómo
360
No se trata de hacer una defensa de los grupos dominantes ni de las clases políticas, ni de
la antigua aristocracia terrateniente ni de los nuevos comerciantes, ni tampoco de los
militares. Esto hay que subrayarlo. Se trata de visualizar la realidad tal como ella se va
produciendo. Las diferencias entre lo que queremos y lo que es posible alcanzar en un
momento determinado. La organización del Estado implicó una serie de situaciones que
estaban también en la atmósfera de las grandes discusiones de la época. La construcción
original del Estado Nacional no sói() implicó y se determinó respecto a la promulgación
pura de un documento que expresara el nacimiento del Estado, ni siquiera en la invención
de emblemas y signos que se utilizaron para definir y para dar singularidad a aquello que
se estaba formando. Hubo también cuestiones bastante más prácticas. Un Estado
Nacional funciona respecto a unos presupuestos nacionales, a una hacienda pública, a
unas percepciones de ingresos, a unos gastos. Funciona también respecto a un territorio y
funciona fundamentalmente respecto a todos los individuos y grupos que habitan esos
territorios. Son procesos de construcción largos, son procesos en donde deben alcanzarse
unos cierto consensos que tenía que ver, por una parte, con políticas económicas; en
segundo lugar, con las formas concretas a partir de las cuales ese Estado republicano
podría funcionar en la realidad práctica y concreta. ,Qué Beberíamos haber hecho en
1818? éDeberíamos ser liberales o proteccionistas en la economia? El viejo suefio estaba
en relación con que las colonias habían sido pobres: había que desarrollarlas, se tenía que
motivar y construir un cuerpo legal que favoreciera, que fomentara, lo que se daba en
clamar en la época la ”industria” nacional, que no necesariamente estaba referida a una
industria de chimeneas, se tenía que fomentar la producción nacional. Guando se
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DA ”1~. SOBRE
’A.
361
se trataba del liberalismo de los hombres ilustrados, sino, en este caso, del
liberalismo de Adam Smith, el que estaba dando carácter a una disciplina económica y
que estaba dando carácter a la doctrina clásica del capitalismo. jeniamos que ser liberales
en 1818? Hay estudios que dicen que en América Latina en general, en Chile, en particular,
La Riqueza de las Naciones, el libro de Adam Smith, se conocía muy poco. En Chile
habría existido un ejemplar en la Biblioteca Nacional que se había quemado en 1814 a
partir de la Restauración espariola.
Desde un punto de vista económico, qué liberalismo se estaba hablando en ese momento?
Se hablaba fundamentalmente de lo que era la libertad de comercio y ese anhelo no era
liberalismo en sí mismo. Podia ser parte de ese liberalismo, pero no era necesariamente
sinónimo del liberalismo clásico. qué relación tenía ello con el Estado? Si se aplicaba la ley
de libertad de comercio, lo que se tenía que hacer y esa era la política, era disminuir los
aranceles aduaneros para que, a partir de los puertos, en la inserción de nuestras
economias respecto a las economias dominantes de la época, vinieran los ingresos
nacionales para sostener la existencia de una hacienda pública. Entonces se produjo todo
un debate entre liberalismoproteccionismo que a la larga, y en la tendencia de mediano
plazo, fue generando un liberalismo económico cada vez más exacerbado, un liberalismo
económico cada vez más notorio en términos de que no se referia sólo a los ingresos
fiscales, sino también al cómo se organizaria toda la actividad económica dentro del país.
Lamentablemente, el liberalismo doctrinal fue perdiéndose dentro de las urgencias
económicas y fue, por lo tanto, dando panos, cada vez con mayor fuerza, a este otro
liberalismo de carácter económico. Culpa de O’Higgins?, culpa de los Padres de la Patria?
Posiblemente en parte sí, pero también culpabilidades, responsabilidades de quienes les
siguen en el ejercicio del poder y en los temas de las grandes discusiones acerca de
principales problemas nacionales de la época.
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