Está en la página 1de 2

La doctora María Montessori, en sus observaciones de niños de distintas edades, descubrió que

los chicos no sólo necesitan apoyo para desarrollar sus habilidades mentales, sino que también
necesitan ejercicios para conocer su cuerpo y mantener el control de éste.

Así fue como logró dividir la infancia en dos etapas, según sus necesidades de aprendizaje. La
primer etapa, que va de los 0 a los 3 años, es cuando los niños comienzan a moverse por sí solos y
a realizar movimientos gruesos, con todo su cuerpecito. De los 3 a los 6 años buscan perfeccionar
los movimientos para realizar actividades con más agilidad, ya sea movimientos finos con las
manos, hasta movimientos más precisos con su cuerpo completo.

De esta forma, María Montessori ideó ejercicios que ayudaran a los niños a mejorar el control de
sus cuerpecitos de una manera interesante y divertida. Uno de ellos es el llamado “Caminar por la
línea”. Este juego es muy fácil de presentar, el material que se requiere es muy sencillo y se puede
jugar en cualquier momento.

Como su nombre lo dice, el juego consiste en que el niño camine sobre una línea trazada en el
suelo para mejorar el control de sus pies y de su equilibrio. Para preparar el juego, debemos trazar
una elipse en el suelo, primero con un lápiz y después pegar una cinta, preferiblemente de color
rojo, según recomendaciones de Montessori, o bien, de algún color que resalte del tono del suelo.

Montessori eligió la forma de elipse para que el niño note su recorrido sobre la línea al llegar a las
partes angostas de la figura; si fuera un círculo no notaría cómo avanza; si fuera alguna figura
geométrica, con las esquinas se dificulta su avance.

Ya que está lista la figura en el suelo, se le indica al niño que debe caminar con cuidado sobre la
línea, y que sus piecitos deben ir sobre la cinta de color. Puede dar unas cuantas vueltas a su ritmo
para familiarizarse con los movimientos y una vez comprendido el ejercicio, se le pueden agregar
variantes al juego para aumentar la dificultad.

Variante 1

Pedir al niño que camine sobre la línea mientras se pone alguna melodía o una canción y decirle
que, cuando la música deje de escucharse, deberá dejar de moverse y mantener su cuerpo justo
como quedó. De esta forma se promueve el equilibrio. Parecerá fácil, pero tiene su grado de
complejidad, incluso para un adulto.
Variante 2

Pedirle al niño que camine con los piecitos pegados. Cuando dé el paso, pegar el talón a la punta
del pie que quedó sin moverse y así sucesivamente.

Variante 3

Invitar al niño a caminar sobre la línea sosteniendo un vaso de agua que no deberá derramarse, o
una campana que no deberá sonar. Así él mismo estará a prueba y, según el estilo Montessoriano,
él mismo podrá identificar si lo hace bien o le falta ejercitarse más para lograrlo.

Variante 4

Darle al niño un palo de escoba para que lo utilice como equilibrista sosteniéndolo con ambas
manos por detrás de la espalda o frente a sí, a la altura de su cintura; darle un par de objetos
ligeros para que los sostenga con ambas manos estiradas; o bien, darle un objeto para que lo
sostenga sobre su cabecita. Cada actividad le ayuda a tener equilibrio en distintas formas.

Este juego es apto para desarrollarlo en casa con uno o más niños, o bien, para jugarlo fuera de
casa, cuando se va de visita a casa de los abuelos o cuando se quiere tener al niño concentrado
por un rato. Es muy divertido para ellos y les ayuda en su desarrollo. Intenta este juego y dinos qué
tal te fue al implementarlo.

También podría gustarte