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Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco

Escuela Profesional: Ing. Metalúrgica


Asignatura: R e d a c c i ó n de T e x t o s
Docente: José Condori Pauccara

LOS VICIOS O LOS MALOS HÁBITOS EN LA PRÁCTICA DE


LA LECTURA
Para que el acto lector pueda aprender y desarrollarse con la mayoría eficacia en el
ámbito escolar, es indispensable identificar y superar los vicios o malos hábitos que
se hacen presentes en el proceso de la lectura. Estos vicios son esencialmente los
siguientes:

1. LAS REGRESIONES
En el acto lector, existe el hábito de volver atrás con la finalidad de releer lo
ya leído. Estas marchas atrás o retrocesos son las que se denominan
REGRESIONES. Los efectos de este vicio o mal hábito de algunos lectores
son altamente negativos, especialmente en la comprensión del texto y
mayormente en la velocidad de la lectura.
Estos retrocesos se convierten en un mal hábito o en un vicio cuando el lector
tiende a releer lo leído casi en cada reglón o línea y cuando en la práctica
habitúa a sus ojos a retroceder para volver a recorrer lo ya percibido. En
cambio, cuando un lector vuelve a leer un texto luego de haberlo concluido.
O sea, procede a releer (todo un capítulo, toda una página o todo un párrafo)
no es un mal hábito ni se considera como una regresión.
Las causas que provocan este mal hábito son muchas. Veamos algunas de
ellos:

a. VOCABULARIO INSUFICIENTE: Cuando el vocabulario que posee el


lector es deficiente y no satisface las necesidades para la comprensión
del material que se lee, entonces surge la tendencia a releer lo leído aun
antes de concluir la línea o el párrafo.
Para el lector las palabras de un texto pueden ser: conocidas,
desconocidas, dudosas.
En este caso, la causa esencial de las regresiones puede ser la presencia
de palabra desconocidas y de palabras dudosas. Al encontrar el lector
una palabra que no conoce o que tiene un significado dudoso tiende a
volver a leer para salir de dudas o para identificar el significado del término
desconocido través del contexto.
b. EL GRADO DE COMPLEJIDAD DEL TEXTO: Existen textos sumamente
complejos o redactados con una estructura sintáctica poco usual o
enrevesada. En este caso, el lector tiende a releer con mucha frecuencia
lo ya leído con la finalidad de comprender lo mejor posible. En el primer
caso, puede tratarse de textos especializados que requieren una lectura
cuidadosa y atenta; ésta es la lectura llamada de estudios o profesional la
cual se analizará más adelante, al tratar acerca de los materiales y los
tipos de lectura. En el segundo, puede darse el saco de textos redactados,
por ejemplo, con doble o con triple negación, las que dificultan la
comprensión lineal de lo leído.

c. FALTA DE ATENCIÓN O DE CONCENTRACIÓN: Las regresiones


pueden producirse también debido a la mala concentración producida por
perturbaciones internas o externas que sufren el sujeto mientras lee un
texto. Las perturbaciones internas se llaman endógenas y se pueden
deber a ocupaciones, dolores de cabeza, etc. Las de origen externo se
llaman exógenas y pueden ser las condiciones del entorno del lector,
como por ejemplo: ruidos molestos, mala iluminación, interrupción de
terceros, etc.

ERRADICACIÓN DE LAS REGRESIONES


Por lo general, el mal hábito de retroceder sobre lo ya leído se puede
erradicar con la firme disposición del lector de avanzar siempre hacia delante,
de corrido y sin interrupción. Según las recomendaciones técnicas, es
preferible volver a leer la página o el párrafo entero una y otra vez que
retroceder en cada línea o cada dos o tres líneas.
En el caso de los lectores principiantes como son los escolares,
especialmente de grados inferiores, se puede recomendar para evitar las
regresiones usar una tarjeta para tapar los reglones según se avanza en el
proceso lector hasta lograr erradicar el mal hábito de las regresiones. En este
caso, para erradicar el mal hábito de retroceder injustificadamente, puede
sacrificarse la comprensión del texto, para lo cual, como ya se ha dicho, es
preferible volver a leer toda la página o todo el párrafo.
Es necesario aclarar que existen regresiones justificadas debido a la
naturaleza del texto o a las características de redacción del párrafo como la
regresión controlada o la regresión calculada, las cuales corresponden a la
práctica de lectores experimentados.

2. INADECUADO DESARROLLO DE LA PERCEPCIÓN VISUAL


Esta deficiencia se convierte en un mal hábito en el acto lector cuando debido
al inadecuado desarrollo de la percepción visual el lector pretende identificar
cada una de las palabras y a veces cada una de las sílabas que conforman
una palabra de modo que se convierte en un freno a la velocidad de la lectura
y, por supuesto, un freno también a la comprensión. En este caso, el lector
realiza una fijación por cada palabra o por cada sílaba.

ERRADICACIÓN
Para erradicar el mal hábito de percibir sílaba por sílaba o palabra por palabra
debido al poco desarrollo de la percepción visual es necesario realizar
ejercicios para mejorar la capacidad de percepción visual de modo que en
cada fijación se perciba no sólo una, sino dos o tres palabras. En los
educandos, se podrá lograr ampliar el campo de visión de la percepción
visual cuando se comprenda que no se leen palabras sino ideas.

3. LA VOCALIZACIÓN
Consiste en ir pronunciando cada una de las palabras de un texto mientras
se lee. La vocalización es un mal hábito que no se debe confundir con la
lectura en voz alta, pues ésta responde a objetivos muy concretos como se
verá más adelante.
El origen de la vocalización es, casi siempre, la práctica escolar; vale decir,
se debe a que todos hemos aprendido a leer primero dando forma oral a los
símbolos gráficos, esto es, pronunciando a viva voz cada una de las sílabas
de las palabras de los textos escolares de lectura. Esta práctica, en muchos
de los lectores, se ha convertido en un mal hábito si no se ha sabido erradicar
cuando ya no era necesaria.
Leer pronunciando cada una de las palabras de un texto nunca constituye un
medio expeditivo para optimizar el proceso lector en cuanto a comprensión y
velocidad, aun cuando el sujeto se precie de pronunciar las palabras de
manera fluida y velozmente; pues, está comprobado que la mayor velocidad
que se puede alcanzar en la lectura oral es de 150 p.p.m., mientras que en
la lectura mental o silenciosa se pueden alcanzar velocidades que duplican,
cuadruplican y hasta sextuplican este promedio.
Existen dos tipos de vocalización: vocalización consciente y vocalización
inconsciente. El primer tipo consiste en ir pronunciando las palabras a viva
voz mientras se lee. El segundo, se refiere al hecho de no hacer audible la
voz, pero que siempre se articulan las palabras debido a que vibran las
cuerdas vocales, lo cual se puede comprobar colocando los dedos alrededor
del cartílago tiroides.

ERRADICACIÓN
La vocalización, consciente o inconsciente, se puede erradicar de la siguiente
manera:
a. Colocando el dedo índice sobre los labios de modo de evitar la
pronunciación mientras se lee.
b. Mordiendo un objeto duro, de modo de evitar toda forma de pronunciación
de las palabras que se van leyendo.
c. Aumentar la velocidad de la lectura de modo que no se dé tiempo a los
órganos articulatorios a ir pronunciando las palabras. En definitiva, ésta
es la manera más eficaz para poder lograr erradicar la vocalización, pues
la mayor velocidad que se imprima al acto lector ya no dará tiempo a ir
pronunciando las palabras.

4. LA SUBVOCALIZACIÓN
La subvocalización es uno de los malos hábitos más extendidos y uno de los
más difíciles de erradicar. Consiste en ir pronunciando las palabras
mentalmente mientras se lee sin emitir ningún sonido, sin mover los labios y
sin hacer vibrar las cuerdas vocales. Por este carácter mental de la
subvocalización es que muchos lectores no son conscientes de que poseen
este vicio.
La manera poder identificar que se posee este mal hábito es distinguir una
especie de vocecilla interna que va repitiendo cada una de las palabras
durante todo el proceso de la lectura. Esto es, que el lector se oye a sí mismo,
pero sin pronunciar sonido alguno. Este vicio está ligado a la subvocalización,
pero tiene la particularidad ya anotada de que no se emite ningún sonido y ni
siquiera se mueve los labios.
Según los expertos, existen dos tipos de subvocalización: la subvocalización
de repetición y la subvocalización elaborativa. La primera es la pura
pronunciación mental de las palabras que se lee. Es totalmente nociva y sin
sentido alguno. La segunda, en cambio, viene a ser una especie de ayuda
para la comprensión del texto, puesto que el lector mientras lee se va
formulando preguntas, va relacionando y comparando lo que lee con otros
aprendizajes; lo cual, cuando el lector está muy bien preparado, no se
constituye en freno para la comprensión ni para la velocidad del acto lector.

ERRADICACIÓN
Las técnicas para erradicar la subvocalización generalmente recomendadas
son:
a. Silbar o tatarear suavemente mientras se lee. Esta técnica se fundamenta
en que al silbar o tatarear una notada cualquiera mientras se ejecuta el
acto lector, esta actividad no distrae ni confunde al sujeto que lee;
solamente le impide que se dedique a pronunciar mentalmente las
palabras del texto.
b. Formular autopreguntas o realiza la subvocalización elaborativa. Esta
técnica, llamada también “conversación interna”, permite evitar la
pronunciación mental de las palabras y más bien permite ejecutar
actividades mentales provechosas.
c. Aumentar la velocidad del acto lector, pues a mayor velocidad los órganos
articulatorios ya no tienen tiempo para pronunciar las palabras del texto.
d. Escuchar música. Algunos autores recomiendan esta técnica basados en
el principio de que se puede cubrir un ruido con otro más fuerte; vale decir
que el “ruido” de la vocecilla interna que va repitiendo las palabras que se
lee quedaría anulado con el “ruido” que produce una música suave.

5. LOS MOVIMIENTOS CORPORALES


Algunos lectores suelen realizar una serie de movimientos corporales
innecesarios, tales como mover la cabeza de izquierda a derecha siguiendo
las líneas del texto o también acostumbran ir señalando con el dedo las
palabras que leen o bien se ponen tensos y por la tensión las masas
musculares de los brazos y del cuello.
Todas estas acciones totalmente innecesarias y ajenas al acto lector son
características de los lectores más novatos o de los lectores deficientes,
generalmente analfabetos funcionales, que perjudican seriamente tanto la
comprensión del texto como la velocidad de la lectura. Sin embargo, son
fáciles de erradicar. Basta con no ejecutar mientras se lee. Para esto no se
necesita mayor preparación ni entrenamiento, sino sólo adoptar una actitud
de distensión plena durante la ejecución del acto lector.

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