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Interpretación y Producción de Textos _______________________ Juan Bravo

VICIOS DE LECTURA

Llamamos vicios de lectura a aquellos errores que se cometen en el transcurso de la lectura de un texto escrito.
Quien los comete de manera habitual merece ser calificado como lector deficiente porque, debido a ellos, no
sólo disminuye su capacidad para acceder adecuadamente a las fuentes escritas, sino que desnaturaliza el
contenido, fatiga sus órganos visuales y pierde toda motivación por esta actividad intelectual tan importante para
el desarrollo de la personalidad.

Los vicios de lectura más frecuentes son:

a. La regresión.
Es el vicio más generalizado y se origina por la descoordinación entre la percepción visual y la
interpretación mental de la lectura. Se presenta cuando el lector pierde la sincronización y acelera la percepción
y, como no capta el significado de algunos grafemas, se ve obligado a retroceder ya sea palabras, líneas,
inclusive párrafos. De modo que pierde tiempo, tanto para hilvanar nuevamente el curso de la lectura, llegando
a realizar una actividad tediosa porque al interrumpir el curso de la lectura resta la concentración y -lo más grave-
el mensaje se fractura en tantas partes como interrupciones tenga, dificultando tremendamente la comprensión
del texto. Para auscultar este defecto, es conveniente colocar en la parte inferior del texto un espejo en donde,
desde las espaldas del lector, se puede observar el movimiento de los ojos cuando lee. El lector que posee este
defecto debe auscultar cómo es el movimiento de los ojos de un buen lector y cómo, quien comete regresión.
Es conveniente conocer las causas de la regresión para poder corregirla; básicamente son:

(1) Insuficiente capacidad de la percepción visual

Una relativa incapacidad visual que no permite percibir con nitidez las letras ni las palabras, por esta
anomalía el lector se ve obligado a detener la vista en un grafema o regresarla para fijar nuevamente en
el anterior. Como esto interrumpe el curso para hilvanar el pensamiento, puede incidir y exigir al lector a
regresar en la lectura porque los grafemas del texto no han sido decodificados. Muchas veces el lector
percibe lo que se cree leer y muy poco lo que está escrito. En este caso, puede corregirse consultando
a un oculista que determine el defecto visual y prescriba anteojos.
De no ser así, entonces el motivo posible es de índole mental: la falta de concentración y atención. En
consecuencia, debe imponerse una disciplina personal que evite las regresiones, ejercitándose de
diversas maneras hasta lograr una lectura continuada; la persistencia conduce invariablemente a
perfeccionar las habilidades de lectura.

(2) Carencia de concentración y capacidad de atención.

Descartado el defecto visual, la manera más práctica de adquirir concentración es mediante la


automotivación, necesariamente el lector debe decidir superar sus defectos, sólo su voluntad podrá reunir
la fuerza psicológica suficiente para lograrlo; sin motivación, todo esfuerzo de lectura resulta estéril. Un
primer intento es mantener la atención desde el inicio hasta el término de un párrafo completo. Es
aconsejable los primeros ejercicios hacerlos de modo pausado, manteniendo la sincronización entre la
capacidad visual y la interpretación mental. Debe tenerse pleno convencimiento que la atención y la
concentración ayudará a evitar las molestas regresiones.

(3) Exceso de detallismo al leer.


Algunos lectores no quieren perder una sola palabra del texto y por eso leen lentamente porque creen
que la minuciosidad y rigor son necesarios para una cabal comprensión. Sin embargo, los Test de
Lectura demuestran que en la lectura lenta se cometen mayores regresiones y -en consecuencia- son los
que menos provecho obtienen de la lectura. La experiencia y la técnica de lectura han comprobado también
que para evitar las regresiones tan propensas en lectores deficientes es recomendable: Leer siempre de
manera continuada, de corrido, sincronizadamente, coordinando la percepción visual con la
Interpretación mental. Es la única manera de asegurar el máximo provecho de la lectura.
El procedimiento más efectivo para corregir este defecto se concreta a las acciones siguientes:

1. Tomar conciencia del defecto, auscultando el movimiento de los ojos utilizando el espejo.
Interpretación y Producción de Textos _______________________ Juan Bravo

2. Leer pausado conforme se vaya interpretando el texto. No precipitar el curso de la lectura hasta lograr
la sincronización entre la captación de las señales de los grafemas y la interpretación de sus
significados.
3. Efectuar ejercicios de lectura cuyos términos sean de su dominio a fin de lograr un ritmo de lectura sin
interrupciones ni pausas.
4. Cuando se trata de textos que contienen términos nuevos, en una primera lectura subrayar los nuevos
vocablos y consultar con el diccionario. La segunda lectura se puede realizar conforme a las pautas
señaladas en el 2 y 3 puntos.
5. En caso de regresión persistente, utilizar una cortina de papel que vaya bajando línea por línea en la
medida que lee, de modo que, al pretender cometer la regresión, no encontrará la línea anterior por
estar cubierta.

b. Vocalización y Subvocalización.

El defecto de vocalización es fácil de detectar por cuanto consiste en el movimiento de los labios, sin emitir
sonido alguno, durante la lectura de un texto; muchas veces se trata de un hábito perjudicial que se originó en
la etapa escolar y que quizá proviene del hecho que cuando se aprendió a leer los maestros obligaban a hacerlo
en voz alta y pronunciando cada palabra. En el adulto, la vocalización atenta contra la velocidad y la
comprensión de lectura por cuanto impide captar el sentido cabal de una frase. Conviene recordar la valiosa
enseñanza de un experto en el tema, quien afirmaba que es preciso saber leer un texto Impreso como un
músico experimentado lee una partitura musical. Pero, surge la pregunta: ¿Cómo superar este defecto?
Parecerá risible, pero una forma efectiva es colocar un dedo sobre los labios de manera que se haga perceptible
el fruncimiento labial y permita su instantánea corrección; otra manera puede ser sostener con los dientes un
lápiz u otro objeto similar mientras se lee, así se evita definitivamente mover los labios. Pero más efectivo es
reconocer que los ojos pueden moverse a mayor velocidad que los labios; entonces, resulta fácil diferenciar una
lectura en voz alta y una lectura silenciosa. Sólo así se podrá comprobar que al eliminar este defecto, la velocidad
de la lectura aumenta de manera considerable.

La subvocalización es un defecto tan sutil y extendido que lo adquieren los lectores sin tener conciencia del
error; consiste, simplemente, en pronunciar mentalmente las palabras que leemos sin emitir sonidos y sin mover
los labios. Indebidamente, quizá se piense que de esa manera se capta mejor lo que dice un autor, pero no es
así. Las palabras solamente son un vehículo que transporta al pensamiento y no el pensamiento en si mismo;
por tanto, pronunciarlas mentalmente en forma aislada nos aleja de captar la Idea principal que expone el autor
del texto. Leer de corrido sin detenemos en cada palabra y las prácticas que nos permitan adquirir mayor
velocidad de lectura es la manera más efectiva de desprendemos de la subvocalización como defecto de lectura.
c. Los movimientos corporales.
Hay quienes consideran innecesario detenerse a considerar la postura que se adopta para leer. Craso error que
constituye otro defecto de lectura. El lector experto solamente mueve los ojos, se sienta derecho y con los
músculos relajados, su capacidad de lectura le permite captar el campo visual que le interesa sin necesidad de
mover la cabeza con lo cual obtiene el mejor rendimiento de cualquier texto; el que no da importancia a esto
activa innecesariamente distintas masas musculares en espalda, brazos, cuello, etc. que lo conducen, no
solamente a un acelerado agotamiento físico, sino al aburrimiento y a no Introducirse suficientemente en la
lectura corno para extraer de ella el provecho esperado. Si además de estos movimientos tiene la costumbre de
seguir con un lápiz o con el dedo las palabras y líneas que va leyendo, este defecto adquiere particular gravedad
porque dificulta que el lector llegue a tener la fluidez y la concentración que le permita acceder a los beneficios
de una buena lectura. La manera de combatir eficazmente el defecto de los movimientos corporales es,
simplemente, adquirir conciencia de la posición que asumimos para leer y apreciar –para poder evitarlo- que no
necesitamos el lápiz o el dedo para hacer más comprensible, entretenida y rápida nuestra lectura.
Tal como se puede comprobar, no es imposible corregir los más comunes defectos de lectura por cuanto ello
depende exclusivamente de tomar conciencia que se cometen y aplicar las sencillas medidas correctivas que
nos conviertan en lectores expertos. Depende de nosotros mismos.

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