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Arch Environ contiene toxicol (2017) 73:5–11 DOI
10.1007/s00244-016-0359-4
NÚMERO ESPECIAL: DERRAMES Y ACCIDENTES EN EL MAR
Avances en la comprensión del destino y los efectos del
petróleo de derrames accidentales en los Estados Unidos
a partir del Exxon Valdez
Jeffrey W. Short1
Recibido: 12 de septiembre de 2016 / Aceptado: 19 de diciembre de 2016 / Publicado en línea: 10 de julio de 2017
Springer Science+Business Media Nueva York 2017
Resumen Estudios científicos de los efectos ambientales
de los derrames de petróleo en los Estados Unidos han producido un
flujo constante de descubrimientos inesperados que contrarrestan
suposiciones anteriores y, a menudo, simplistas. En esta breve reseña,
presento cómo los principales descubrimientos de los estudios científicos
sobre los efectos de los derrames de petróleo en los ecosistemas y
ambientes marinos, comenzando con el Exxon Valdez de 1989, han
llevado a una apreciación más informada de la complejidad y la gravedad
del daño que los grandes derrames puede hacer a los ecosistemas
marinos y a un reconocimiento cada vez mayor de que nuestra capacidad
para evaluar esos daños es muy limitada, lo que resulta en un sesgo
estructural hacia la subestimación de los efectos adversos.
efectos ambientales.
Los derrames de petróleo son perturbaciones abruptas en el contexto
de la ecología de perturbaciones, similares a los incendios forestales
terrestres. En comparación con las perturbaciones terrestres, los efectos
y la recuperación de los derrames de petróleo son más difíciles de
evaluar. Los derrames de petróleo generalmente ocurren sin previo
aviso, infligen daños ambientales que aumentan rápidamente y
generalmente ocurren en lugares donde la información de antecedentes
sobre otras fuentes de contaminación y sobre las poblaciones de
especies en mayor riesgo no está disponible de manera inconsistente,
en gran parte porque el acceso es relativamente costoso. Recursos
limitados para los esfuerzos de respuesta a derrames de petróleo para
la recopilación de información crucial necesaria para evaluar el daño ecológico, como el volumen
y Jeffrey W. Corto
jwsosc@gmail.com
1
JWS Consulting LLC, 19315 Glacier Highway, Juneau,
Ak 99801, EE. UU.
del petróleo derramado, los cambios en la composición del petróleo y
la recolección de biota contaminada poco después de la liberación
inicial, a menudo se ven desplazados por preocupaciones más
apremiantes de minimizar los riesgos para la seguridad humana y limitar
los daños materiales y ecológicos inminentes. En consecuencia, el
reconocimiento del alcance de los daños ecológicos causados por los
derrames de petróleo a menudo se ha basado en poco más que
conjeturas, limitadas por observaciones y estudios de derrames
anteriores. El descubrimiento de nuevas vías y mecanismos de daño
ambiental puede verse obstaculizado por políticas de respuesta y
restauración que, al esforzarse por reducir los daños de procesos
conocidos, impiden los esfuerzos para descubrir nuevos
unos.
El derrame de petróleo del Exxon Valdez (EVOS) de 1989 brindó la
oportunidad de evaluar los efectos del derrame de petróleo a escala de
ecosistema. El derrame ocurrió en una región de escasa contaminación
de fondo por otras actividades humanas o naturales.
fuentes, lo que dejó especialmente claro el alcance y los efectos
ambientales. Ocurrió a principios de la primavera oceanográfica, cuando
el rápido aumento de la abundancia de innumerables especies facilitó la
detección de efectos adversos. El acceso logístico cerca de la periferia
de las regiones remotas contaminadas por el EVOS y el apoyo financiero
para las evaluaciones científicas del daño ambiental en una escala sin
precedentes se combinaron para producir importantes avances en
nuestra comprensión de cómo la contaminación por petróleo afecta los
ecosistemas acuáticos.
Los conocimientos de EVOS alteraron fundamentalmente nuestra
comprensión de cómo los grandes derrames de petróleo marino pueden
perturbar los ecosistemas marinos. Estos conocimientos han sido
aumentados o incorporados en las evaluaciones del daño ecológico de
la mayoría de los derrames posteriores en los Estados Unidos y en otros lugares.
La siguiente breve reseña se enfoca en resumir los descubrimientos
más importantes de los estudios de derrames de petróleo en los Estados
Unidos, comenzando con el EVOS.
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6 Arch Environ contiene toxicol (2017) 73: 5–11
El derrame de petróleo de Exxon Valdez
El T/V Exxon Valdez descargó al menos 43.000 m3 de petróleo crudo en
Prince William Sound (PWS), Alaska, el 23 de marzo de 1989. Después
de agruparse alrededor del petrolero en mares en calma durante 2 días,
los vientos tormentosos empujaron el petróleo hacia el suroeste. hacia el
Golfo de Alaska, contaminando extensamente las costas en el camino.
Aunque los principales hallazgos de EVOS han llenado libros, cuatro
hallazgos en particular han ampliado fundamentalmente el reconocimiento
de las formas en que los grandes derrames de petróleo pueden afectar
los ecosistemas marinos:
Supresión del crecimiento por el petróleo crudo ingerido
Antes del EVOS, los estudios de laboratorio mostraron que la ingestión
de hidrocarburos alcanos suprimía el apetito y también reducía el
crecimiento después de considerar los efectos de la supresión del apetito
(Luquet et al. 1983, 1984). Los estudios de campo posteriores al EVOS
confirmaron que los salmones juveniles ingirieron aceite durante la
emigración de primavera (Sturdevant et al. 1996), lo que perjudicó su
crecimiento (Willette 1996). Un crecimiento más lento prolongó su
vulnerabilidad a los depredadores, lo que resultó en una reducción
estimada del 28% en la supervivencia de la clase anual de salmón rosado
salvaje (Oncorhynchus gorbuscha) de 1989 en la parte contaminada con
petróleo de PWS (Geiger et al. 1996). Estos estudios demostraron que
los peces juveniles no necesariamente evitan ingerir aceite o presas
engrasadas en la naturaleza.
Embriotoxicidad del petróleo crudo para peces
Los estudios de campo mostraron que la supervivencia durante el invierno
de la clase de salmón rosado de 1989 años fue significativamente menor
en las porciones contaminadas de los arroyos contaminados o en
comparación con los arroyos no contaminados de PWS (Bue et al. 1996).
Estas diferencias en supervivencia no fueron el resultado de diferencias en
condiciones ambientales entre los arroyos aceitados y no aceitados,
porque los gametos recolectados de arroyos aceitados o no aceitados,
pero fertilizados y criados en condiciones idénticas en un criadero,
mostraron supervivencias que no fueron significativamente diferentes de
los resultados correspondientes para los gametos que se desarrollaron
naturalmente en sus arroyos natales (Bue et al. 1998).
La ausencia de un mecanismo de toxicidad establecido que pudiera
explicar la reducción de la supervivencia de los embriones de salmón
rosado expuestos a concentraciones muy bajas de contaminantes
derivados del petróleo en los estudios de campo motivó una serie de
experimentos de laboratorio para probar estos efectos. Los embriones de
salmón rosado fertilizados que se desarrollaron en gravas recubiertas
con petróleo crudo degradado mostraron que ocurrieron efectos adversos
significativos en concentraciones sumadas de compuestos aromáticos
policíclicos (PAC) de 18 lg/L, y aumentaron con la dosis (Heintz et al.
1999). Los efectos adversos incluyeron deformidades espinales, ascitis,
hipoplasia opercular y defectos diversos,
123
tales como aletas faltantes o adicionales y mandíbulas deformadas, ya
sea solas o en varias combinaciones, cada una evidente en bajas
frecuencias (*1–2%) en las poblaciones expuestas. Un experimento
posterior que involucró el etiquetado de los sobrevivientes de embriones
de salmón rosado expuestos de manera similar mostró una mortalidad
adicional considerable de salmón rosado mientras estaba en el mar
después de la exposición embrionaria a concentraciones sumadas de
PAC de 5,4 lg/L (Heintz et al. 2000).
Estudios posteriores confirmaron y ampliaron el trabajo pionero de
Heintz et al. (1999). Esencialmente, el mismo conjunto de efectos
adversos apareció en embriones de arenque del Pacífico (Clupea pallasii)
expuestos al efluente de grava aceitada en un umbral aún más bajo (0,4
lg/L) de concentraciones de PAC sumadas (Carls et al. 1999), y se han
obtenido respuestas similares . ha sido reportado para mummichogs
(Fundulus heteroclitus; Couillard 2002), lubina manchada (Lateo labrax
maculates; Jung et al. 2015) y lenguado oliva (Paralichthys olivaceus;
Jung et al. 2015). Los experimentos con varios PAC individuales
(revisados por Hodson, en este número) mostraron los mismos conjuntos
de efectos adversos para embriones de pez cebra expuestos (Danil rerio;
Billiard et al.
1999; Incardona et al. 2004), la trucha arcoíris (O. mykiss; Billiard et al.
1999) y el medaka japonés (Oryzias latipes; Lin et al. 2015) e indicó que
los defectos en la función cardíaca durante las etapas iniciales del
desarrollo embrionario pueden ser la causa raíz para la mayoría o todos
los efectos adversos observados (Incardona et al. 2004; revisado por
Incardona, este número).
Los estudios sobre los efectos de los extractos acuosos de petróleo
crudo y de PAC en el desarrollo de embriones de peces, inicialmente
motivados por estudios de campo de corrientes de salmón aceitado en
PWS, llevaron al reconocimiento de que los productos derivados del
petróleo eran más tóxicos en 2 o 3 órdenes de magnitud que lo indicado
por CL50 agudas de 96 h , que los huevos de pescado eran la etapa de
vida más sensible, y que el PAC de 3 y 4 anillos eran los compuestos
más tóxicos identificados en los productos derivados del petróleo para los
embriones de pescado. Estos hallazgos equivalen al descubrimiento de
una nueva vía importante de daño ambiental que puede ser provocada
por los derrames de petróleo y que enfoca la preocupación hacia la
protección de los hábitats de desove y crianza natal de los peces de la
contaminación por petróleo en general.
Persistencia del petróleo en playas porosas
Antes del EVOS, se suponía que el petróleo de los derrames que
quedaron varados en playas de grava era más persistente en las
elevaciones más altas de la excursión de la marea, con base en la
conjetura de que el petróleo se adheriría mejor en el intermareal superior
más seco (Owens 1991). Un estudio de campo realizado en 2001 mostró
que, si bien el petróleo de la superficie remanente del EVOS era de hecho
más frecuente en el intermareal superior, el petróleo del subsuelo se
encontró en todo el intermareal, era considerablemente más abundante
de lo esperado, estaba inesperadamente bien conservado,
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y era probable que persistiera durante décadas (Short et al.
2004, 2006, 2007). Li y Boufadel (2010) encontraron que la limitación de
nutrientes y oxígeno eran las causas probables de la persistencia del petróleo
del subsuelo. Por lo tanto, el petróleo varado en sustratos porosos puede
filtrarse en los sedimentos subyacentes, y si no se elimina mediante la
reelaboración de sedimentos por las olas de tormenta, y se encuentran hipoxia
crónica o condiciones pobres en nutrientes, entonces el petróleo puede persistir
con poca degradación en escalas de tiempo de décadas. o más (Culbertson et
al. 2007).
El descubrimiento de amplias bolsas de petróleo bajo la superficie explicó
la persistencia de indicadores de exposición al petróleo en especies que se
alimentan en el intermareal. Las nutrias marinas (Enhydra lutris) y los patos
arlequín (Histrionicus histrionicus) mostraron evidencia de exposición al
petróleo durante al menos una década en las partes más contaminadas de
PWS, y las nutrias marinas tardaron más de una década en volver a ocupar
las bahías más contaminadas (Monson et al. 2000; Esler et al. 2002). Las
nutrias marinas y los patos arlequín se alimentan habitualmente en la zona
intermareal, donde las nutrias marinas excavan pozos cuando las playas están
cubiertas por agua de mar durante las mareas altas en busca de mariscos y
otros
presa.
Efectos indirectos
La contaminación extensiva de las costas intermareales rocosas protegidas, a
menudo seguida de esfuerzos agresivos de limpieza de playas, condujo a una
pérdida generalizada de la cobertura que normalmente proporcionaba la
maleza de roca Fucus gardneri, y promovió la colonización de especies
oportunistas, incluidas las macroalgas verdes y la especie de percebe
Chthamalus dalli, lo que retrasó la recuperación de la comunidad protegida
normal de la costa rocosa (Peterson et al. 2003). El descubrimiento de estas
interacciones despertó la conciencia de que las perturbaciones iniciales de las
poblaciones de especies causadas por la exposición directa al petróleo podrían
tener efectos indirectos en otras especies a través de fuertes vínculos
ecológicos.
Derrames después del Exxon Valdez y antes
de la explosión de Deepwater Horizon
Después del EVOS, los derrames marinos de petróleo en los Estados Unidos
fueron mucho más pequeños y tenían muchos menos recursos disponibles para
evaluando los efectos ambientales hasta la explosión de Deepwater Horizon
en 2010. No obstante, los estudios de estos derrames llevaron a una serie de
importantes conocimientos.
Arthur Kill (1990)
Una tubería submarina rota liberó 2180 m3 de fueloil n.º 2 en Arthur Kill, un
estuario portuario urbanizado entre Nueva York y Nueva Jersey, lo que causó
grandes daños a la hierba de marisma salada (Spartina alterniflora).
7
Se replantaron aproximadamente 3,6 ha de marismas, pero la viabilidad
ecológica y la equivalencia funcional de las marismas replantadas en
comparación con las marismas no dañadas seguían sin estar claras incluso
después de varios años (Packer 2001). Estos desafíos ilustran las dificultades
de restaurar estos hábitats altamente productivos que también son muy
vulnerables a la contaminación por hidrocarburos de los derrames, lo que
sugiere que se debe dar mayor prioridad a la protección de los hábitats de las
marismas costeras contra la contaminación por hidrocarburos durante futuros
derrames.
Megaciudad (1990)
Una explosión a bordo del T/V Mega Borg condujo a la descarga de 17.100
m3 de petróleo crudo frente a Galveston, Texas, la mayoría del cual se quemó,
pero 151 m3 formaron una mancha de petróleo que persistió durante unos
días (Smultea y Wu¨rsig 1995) . Un estudio del comportamiento del delfín mular
salvaje (Tursiops truncatus) en la vecindad de la mancha mostró que los
delfines podían detectar la mancha de petróleo pero no necesariamente la
evitarían (Smultea y Wu¨rsig 1995), lo que sugiere una mayor vulnerabilidad
de estos y tal vez otros mamíferos marinos al engrase y la inhalación de
hidrocarburos volátiles cuando no lograron evitar la mancha de petróleo.
Cabo Norte (1996)
La barcaza North Cape descargó *3000 m3 de fueloil No. 2 frente a la costa
de Rhode Island durante una tormenta de invierno (Ho et al. 1999). Vientos
superiores a 100 km/h y olas rompientes [5 m] dispersaron el hidrocarburo a lo
largo de la columna de agua a lo largo de la costa y en estanques de sal cerca
de la costa (Reddy y Quinn 2001), contaminando los sedimentos con CAP en
concentraciones de hasta 730 lg/ g de peso seco, con toxicidad por anfípodos
(Ampelisca abdita) que persiste hasta por 6 meses (Ho et al. 1999). Las
concentraciones sumadas de CAP y de hidrocarburos de petróleo en la
columna de agua oscilaron entre 115 y 3940 lg/L, presentes como compuestos
disueltos y gotas de aceite dispersas, algunas de las concentraciones más
altas de CAP en la columna de agua jamás documentadas después de un
derrame de petróleo (Reddy y Quinn 2001).
Las aguas marinas y de estanques salados contaminadas por el derrame
del Cabo Norte a menudo tenían concentraciones de petróleo que excedían
los umbrales de toxicidad aguda, lo que provocó una gran mortalidad de la
biota. Las muertes estimadas incluyen 2292 aves, 312 000 kg de langostas,
casi un millón de kg de mariscos y 116 000 kg de pescado (NOAA 1999).
Los experimentos con agua de mar natural contaminada con petróleo del
Cabo Norte mostraron que la toxicidad fotoaumentada (Arfsten et al. 1996)
puede haber aumentado sustancialmente los efectos tóxicos del petróleo en
los embriones de almejas enanas (Mulinea lateralis; Ho et al. 1999). Los
resultados de estos experimentos fueron la primera demostración clara de que
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la toxicidad fotoaumentada puede causar daños sustanciales a la biota
después de un derrame de petróleo.
La gran mortalidad de peces y mariscos causada por el petróleo del Cabo
Norte demuestra la importancia de las condiciones iniciales de mezcla para
determinar la gravedad de los daños ecológicos causados por los derrames
de petróleo. Estos resultados tienen implicaciones importantes para las
evaluaciones de riesgos, porque el riesgo ambiental de las actividades
relacionadas con el petróleo depende en gran medida de la probabilidad de
condiciones de mezcla de alta energía además de la probabilidad de derrame.
Cosco Busán (2007)
El buque portacontenedores Cosco Busan descargó aproximadamente 200
m3 de combustible búnker en la Bahía de San Francisco después de chocar
con un puente, contaminando el mayor hábitat de desove y cría de arenques
del Pacífico en la costa oeste de los Estados Unidos contiguos (Incardona et
al. 2012).
Los estudios de campo posteriores, incluidos los despliegues de embriones
de arenque enjaulados en lugares submareales petroleados y no petroleados,
revelaron efectos cardiotóxicos asociados con el desarrollo embrionario y
probables efectos de toxicidad fotoaumentada en embriones intermareales en
lugares petroleados (Incardona et al.
2012). Estos estudios también implicaron contribuciones de compuestos no
identificados en el petróleo a la toxicidad fotoaumentada, lo que confirma otro
trabajo que indica que queda mucho por descubrir con respecto a la identidad
de los compuestos tóxicos en el petróleo, sus umbrales tóxicos y mecanismos
de acción (Rowland et al. 2001).
La explosión de Deepwater Horizon
Una explosión descontrolada el 21 de abril de 2010 en la plataforma de
perforación Deep Water Horizon liberó *500 000 m3 de petróleo crudo y varios
cientos de miles de toneladas de gases de hidrocarburo a una profundidad
oceánica de 1500 m durante 87 días en el norte del Golfo de México (Beyer et
al. . 2016), la mayor descarga marina accidental de petróleo de la historia.
Con más de diez veces la descarga estimada de EVOS, la explosión de
Deepwater Horizon (DWH en lo sucesivo) impulsó estudios científicos en una
escala comparable. Muchos de estos estudios se centraron en el destino y los
efectos del petróleo que permaneció sumergido bajo la superficie del mar,
siendo esta la primera gran explosión de petróleo que se produjo en aguas
marinas profundas. Otros estudios ampliaron la investigación de derrames de
petróleo anteriores, especialmente el EVOS. Beyer et al. presentan una
revisión más detallada. (2016).
La forma en que se descargó el petróleo DWH en las aguas receptoras
afectó profundamente el destino y los efectos del petróleo. La liberación a alta
presión dispersó el petróleo en forma de microgotas, aumentadas por la
inyección de *2900 m3 de dispersante químico en la boca del pozo (FISC
2010). los
123
Las gotas más pequeñas de petróleo y gas condensado se separaron a
profundidades de agua de mar de 800 a 1200 m de las gotas más grandes
que ascendían más rápidamente en el camino hacia la superficie del mar
(Camilli et al. 2010), lo que resultó en capas de intrusión de petróleo en el
subsuelo que viajaron a lo largo de la plataforma continental . hasta 400 km.
Las gotas de petróleo más grandes que alcanzaron la superficie del mar
formaron una mancha de petróleo que se empobreció en benceno, tolueno,
etilbenceno y xilenos (BTEX) y el PAC más soluble por disolución a medida
que el petróleo ascendía a través de la columna de agua. En efecto, esta
separación condujo a dos "derrames" distintos, uno en la superficie del mar y
el otro como capas de intrusión contaminadas con petróleo a profundidades
cercanas a los 1000 m. A pesar de la degradación microbiana inesperadamente
rápida del petróleo disperso en las capas de intrusión, incluidos los
hidrocarburos C1-C5 a temperaturas ambiente frías (*5 C), el modesto
agotamiento de oxígeno asociado evitó la mayoría de las preocupaciones con
respecto al desarrollo de hipoxia (Hazen et al. 2010).
Los estudios de campo y de laboratorio confirmaron el descubrimiento de
un nuevo mecanismo para transportar el petróleo subsuperficial arrastrado al
lecho marino, lo que implica la formación de "nieve marina". material gelatinoso
en la nieve marina natural (Alldredge y Gotschalk 1988) que podría volverse
negativamente flotante a través de la acumulación de partículas inorgánicas.
Este fue probablemente el proceso dominante que depositó material floculento
marrón cargado de petróleo en el fondo marino (Passow et al. 2012; Valentine
et al. 2014), contaminando al menos 3200 km2 dentro de un área oblonga
principalmente al suroeste del sitio de la explosión, incluidos varios
comunidades coralinas de aguas profundas (Fisher et al. 2014; Valentine et al.
2014). La formación de nieve marina aceitosa que se hunde probablemente
contribuyó sustancialmente a la vida media relativamente rápida (*3 a 6 días)
del petróleo macroscópico en las manchas superficiales (Bo ufadel et al. 2014).
Reconociendo la sensibilidad de los pantanos costeros al petróleo y la
dificultad de restaurarlos de derrames de petróleo anteriores (p. ej., el derrame
de petróleo de Arthur Kill en 1990, ver arriba), se invirtió un esfuerzo
considerable para evaluar los efectos en los pantanos contaminados con
petróleo. La mayoría de los 10ÿ000–30ÿ000 m3 estimados de petróleo DWH
que tocaron tierra contaminaron las costas de Luisiana (Boufadel et al. 2014),
y aproximadamente de estas costas eran marismas costeras (Michel et al.
2013). Los hidrocarburos intensos
costeras
aceleraron
(McClenachan
la erosión de
et al.
las2013;
marismas
efectos
generales revisados por Pezeshki y DeLaune 2015) y fueron inesperadamente
tóxicos para los insectos y los arácnidos que habitan en los hábitats de las
marismas (Pennings et al. 2014; Husseneder et al.
2016). Las causas toxicológicas de la sensibilidad de los insectos que habitan
en los pantanos y los arácnidos a la contaminación por hidrocarburos aún no
se han dilucidado, pero pueden conducir al descubrimiento de nuevos
mecanismos de toxicidad que revelen daños ambientales causados por la
contaminación por hidrocarburos que antes no se habían apreciado.
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Arch Environ contiene toxicol (2017) 73: 5–11 9

Tabla 1 Nuevos descubrimientos de estudios de grandes descargas marinas de petróleo en los Estados Unidos comenzando con el Exxon Valdez

Derrame (año) Descubrimiento

Exxon Valdez (1989) Los peces salvajes pueden ingerir aceite, suprimiendo el crecimiento

Embriotoxicidad del petróleo crudo para peces

Persistencia del petróleo en playas porosas

Efectos indirectos del petróleo a través de vínculos ecológicos

Arthur Kill (1990) Sensibilidad de las marismas costeras a la contaminación por hidrocarburos y dificultad de remediación

Megaciudad (1990) Los mamíferos marinos no necesariamente pueden evitar las manchas de petróleo

Cabo Norte (1996) La gravedad de los efectos tóxicos depende de las condiciones iniciales de mezcla

Evidencia de campo de efectos de toxicidad fotoaumentados

Cosco Busán (2007) Confirmación de campo de los efectos de toxicidad embriotóxica y fotoaumentada

Evidencia de compuestos no identificados en el aceite como causas de embriotoxicidad y toxicidad fotoaumentada

Horizonte de aguas profundas (2010) Descubrimiento de la formación de nieve marina como mecanismo de transporte de petróleo al fondo marino

Erosión acelerada de la lubricación de pantanos

Sensibilidad de insectos y arácnidos que habitan en pantanos

Efecto indirecto de la mortalidad de aves marinas en el reclutamiento de menhaden

El DWH proporcionó evidencia de un efecto indirecto del petróleo
contaminación que opera a través de interacciones depredador-presa. Pérdida
de cientos de miles de aves marinas piscívoras por contaminación con
petróleo del DWH en 2010 (Haney
et al. 2014) estuvo estrechamente asociado, tanto espacial como
temporalmente, con fuerte reclutamiento de peces costeros en
2011 (Fodrie y Heck 2011; Schaefer et al. 2016),
incluyendo la clase de 2010 años de menhaden del Golfo (Corto
et al. este problema). Estimaciones del número de juveniles del golfo
menhaden que no fueron consumidos por las aves marinas muertas por
aceitado representan una proporción sustancial del aumento
la disponibilidad es baja; y los peces móviles o los mamíferos marinos
no necesariamente evitar los vapores de aceite o la ingestión de presas
contaminadas con aceite. Descubrimiento que mejoró la nieve marina
formación de la biodegradación del petróleo crudo podría causar petróleo
hundirse en los sedimentos bénticos fue totalmente inesperado antes
al DWH. Efectos indirectos, primero claramente documentados
después del EVOS, puede tener consecuencias a nivel del ecosistema que
recibieron atención modesta o alguna antes del
DWH. Estos hallazgos inesperados ilustran la insuficiencia
de nuestra capacidad para evaluar plenamente el daño ambiental
causados por derrames de petróleo.

reclutamiento de la clase anual 2010 Gulf menhaden (Corto
et al. este problema). Esto sugiere una nueva y potencialmente importante
efecto ambiental subestimado de los derrames de petróleo cuando
provocan reducciones drásticas de especies depredadoras, con
ramificaciones ecológicas que merecen más atención.
Discusión
Estudios científicos rigurosos que evaluaron las suposiciones a menudo
simplistas acerca de cómo los derrames de petróleo afectan el medio
ambiente antes del EVOS han llevado a una mucho mayor
apreciación de la gravedad potencial y la persistencia de
efectos adversos (resumidos en la Tabla 1). Al contrario de lo anterior
expectativas: la contaminación por petróleo es mucho más tóxica para algunos
especies (peces, insectos, arácnidos) y etapas de vida (embrionario
y larval) y actúa a través de múltiples vías ecotoxicológicas distintas, algunas
de las cuales casi con certeza permanecerán hasta el presente.
ser descubierto; el aceite derramado puede persistir mucho más tiempo en
sedimentos del subsuelo de playas protegidas de
perturbaciones o en marismas costeras cuando los nutrientes o el oxígeno
Los daños ambientales causados por derrames de petróleo son sensibles
a las condiciones ambientales durante e inmediatamente después de la
descarga de petróleo en las aguas receptoras. Descubrimiento futuro
o verificación de nuevas vías ecotoxicológicas sospechosas
dependerá de la precisión de la migración de petróleo a través de
se pueden anticipar las aguas receptoras y los ecosistemas,
determinar qué especies son más sensibles y vulnerables a la exposición al
petróleo, y cómo los vínculos ecológicos pueden
propagar impactos a través de efectos indirectos. El fuerte
perturbaciones ecológicas causadas por grandes derrames de petróleo presentes
oportunidades únicas para detectar o evaluar la fuerza de
Vínculos ecológicos entre especies. Las condiciones de crisis
típicamente presente inicialmente después de grandes derrames de petróleo
casi siempre hacen que la prosecución de estas investigaciones sea un
desafío, pero el fracaso en proseguirlas prácticamente garantiza
subestimación de los daños ambientales.
Los planes de restauración ambiental en los Estados Unidos son
rutinariamente dirigida a mitigar los daños ambientales y
se basan en el conocimiento científico actual. Vigilancia
la eficacia de los esfuerzos de restauración en el contexto de la
la mitigación prevista ofrece un medio alternativo de

123
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10
evaluar los supuestos con respecto a los daños ambientales
incurridos. Por ejemplo, la comparación de costos con medidas
de rehabilitación lograda para marismas costeras petroleadas
bien puede proporcionar una base sustancialmente más firme
para evaluar los daños a marismas comparables después de
futuros derrames.
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