7º MAR

El cambio es la única constante.

ElL NUEVO MUNDO

El cambio ha llegado al pueblo de Aztlán. Los théanos
desembarcaron hace cien años y vieron fracasar sus
ambiciones de conquista, pero sus palabras y deseos lo
cambiaron todo. Por primera vez en miles de años los
aztlanos hablan de una tierra unificada. Las tres antiguas
naciones compiten por el dominio de su imperio
fragmentado y sus ambiciones consumen a todos los
que caminan por estas tierras.

Este libro contiene material para 7º Mar: Segunda

edición incluyendo nuevas mecánicas para Amenazas
ambientales, trasfondos, ventajas, Arcanos, historias,
estilos de esgrima y Hechicerías. También incluye las
tres naciones del antiguo Imperio de Aztlán:

• Alianza Nahuacana, una alianza militarista de

ciudades devotas de los mismos cuatro dioses.
• Tzak K'an, un grupo de ciudades-estado
dispares, unidas por su cultura compartida,
que viven entre densas selvas y antiguas
ruinas syrneth.
• Kuraq, una nación liderada por una sola
Emperatriz dedicada al dios muerto Suway y a
los nobles no muertos que la sirven.

¡Únete al pueblo aztlano en su lucha por unificarse en

un momento de cambio!

34,99 €
ISBN 978-84-18586-61-3

9 788418 586613 ¡Explora los majestuosos imperios aztlanos del Nuevo Mundo,
www.nosolorol.com
desde los desiertos de Nahuacán hasta las cumbres del Imperio de Kuraq!
 JOHN WICK PRESENTS TE OFRECE EL NUEVO MUNDO, UN SUPLEMENTO PARA LA SEGUNDA EDICIÓN DE 7º MAR
DESARROLLADOR JEFE MARK DIAZ TRUMAN DANIELLE LAUZON DESARROLLADORA ADICIONAL ANASTASIA KOTSOGLOU DIRECTOR CREATIVO LEONARD BALSERA
JEFE DE SISTEMA MICHAEL CURRY DISEÑADOR DE SISTEMA BRETT ZEILERDIRECCIÓN DE ARTE MARISSA KELLY
ESCRITO POR DALE ANDRADE ADRIAN ARROYO JEREMY ELDER JAMES MENDEZ HODES BETSY ISAACSON ROB JUSTICE SHOSHANA
KESSOCK ANASTASIA KOTSOGLOU ANDRÉ LA ROCHE FELIPE REAL MARK DIAZ TRUMAN
MARIA DO CARMO ZANINI TEXTOS ADICIONALES POR DANIELLE LAUZON BRETT ZEILER
ARTE POR GIORGIO BARONI CHARLOTTE CREBER SHEN FEI ANNA KAY PHU THIEU MAC JAMES MOSINGO
DIEGO RODRIGUEZ MEAGAN TROTT DISEÑO DE MAPA Y GEOGRAFÍA POR MARK RICHARDSON
DISEÑO GRÁFICO Y LAYOUT POR THOMAS DEENY HAL MANGOLD EDITADO POR MARK DIAZ TRUMAN CORRECCIÓN ORIGINAL POR SHELLEY HARLAN
7º MAR: SEGUNDA EDICIÓN DESAROLLADO POR MICHAEL CURRY ROB JUSTICE MARK DIAZ TRUMAN JOHN WICK
BASADO EN 7º MAR: PRIMERA EDICIÓN POR JOHN WICK JENNIFER BRADBURY
 Una nota de John…
En 1999, cuando 7º Mar apareció por primera vez, yo no sabía cómo hacer este libro. No sabía nada sobre
Mesoamérica, su gente, su historia o sus relatos. Simplemente no tenía ni la menor idea.
Ahora, en el año 2017, todavía no sé cómo hacer este libro. Afortunadamente, gracias a 11 000 mecenas en
Kickstarter, puedo contratar a personas que sí saben cómo hacerlo. Y eso significa que el mundo de 7º Mar se
hace mucho más grande.
Leer este libro me entusiasma. Me entusiasma ver caras que casi nunca (o nunca) vemos representadas en juegos
de rol. Y no como salvajes barbáricos y necios que derraman sangre para hacer que el sol vuelva a salir. Los vemos
como personas. Los vemos como héroes. (Y sí, hay algunos villanos aquí también). La suma total de conocimientos
exhibidos en este libro me abruma. Siempre me resulta divertido charlar con gente que habla con facilidad de un
tema del que yo no tengo ni idea. No entiendo que una frase comience con: «No quiero aprender…». Leer este libro
ha sido una experiencia de aprendizaje para mí.
Pero esto no es solo una entrada de enciclopedia sobre la cultura mesoamericana. Es un vistazo a su mitología
y a sus vidas. Cuando propusimos este libro por primera vez, pregunté: «¿Cómo se verían sus civilizaciones si la
historia fuera distinta?». La respuesta está justo aquí. Un poco de historia, un poco de especulación y, más impor-
tante, un lugar donde contar las historias de héroes y de villanos… desde un punto de vista que quizás nunca
habías considerado.

—John Wick

Agradecimientos especiales
Gracias, Mark, por creer en mí una vez más al ceder las riendas de este libro, y gracias a Anastasia por su paciencia
ante mi ignorancia. Espero que todos disfruten de las historias y misterios que encontrarán en el interior de este
libro tanto como yo.
Como siempre, gracias a mi marido y pilar, Weston Harper.
—Danielle Lauzon

Cuando comencé a escribir juegos en el 2010, jamás me imaginé que trabajaría en algo como 7º Mar: segunda
edición. 7º Mar era un juego de rol de verdad, del tipo que venden en tiendas con arte a color y cientos de páginas.
Años más tarde, me he encontrado no solo ayudando a hacer 7º Mar una realidad para miles de fans otra vez…
sino que también he podido ayudar a traer Mesoamérica al mundo de 7º Mar de una forma que nunca había creído
posible. Pero este libro no habría existido sin nuestro asombroso equipo: un enorme agradecimiento a Danielle por
hacer que todas las piezas encajaran, a Anastasia por traer una abundancia de conocimiento académico y local al
libro, a Marissa por esforzarse en hacer arte tan hermoso (y preciso) como es posible y a John por confiar en nosotros
para construir algo nuevo en su mundo. Y para todos los diseñadores de juegos pequeños ahí afuera que aún se
preguntan si la lucha vale la pena, si podemos hacer que algo único y especial suceda, si tenemos algo que ofrecer:
sí, se puede. Lo prometo. Puede hacerse. Lo tienes en tus manos.
—Mark Díaz Truman

CRÉDITOS DE LA EDICIÓN ESPAÑOLA

Traducción: Belén Almeyda. Corrección: Meritxell Martín Guillén. Maquetación: José Lomo.
Publicado por Nosolorol Ediciones. C/ Ocaña, 32. 28047 Madrid. Impreso por VILLENA.
www.nosolorol.com ediciones@nosolorol.com ISBN: 978-84-18586-61-3 Depósito legal: M-37137-2021
7º Mar y todas las marcas relacionadas son © y ™ 2017 de John Wick Presents. Todos los derechos reservados. Ninguna parte
de este trabajo puede ser duplicada sin permiso expreso del autor. Esta es una obra de ficción. Todos los personajes y lugares
son obra de la imaginación. Traducción española © Nosolorol Ediciones 2021, producido bajo licencia de John Wick Presents.
 Índice
La carrera de K'awil 4
Introducción 9
Un «Nuevo» Mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
La vida junto a los dioses . . . . . . . . . . . . . . . . 10
El mundo cambiante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Influencias externas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Naciones de Aztlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
La Alianza Nahuacana . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Tzak K'an . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
El Imperio de Kuraq . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Cómo utilizar este libro . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Capítulo 1: Aztlán 13
La historia del Imperio de Aztlán . . . . . . . . . . . 15
Aztlán en la actualidad . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Tecnología aztlana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Los dioses de Aztlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Prácticas religiosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Dioses y monstruos de Aztlán . . . . . . . . . . . . . 36
Capítulo 2: La Alianza Nahuacana 45
La historia de la Alianza . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Religión nahuacana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Lugares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Personas importantes de la Alianza . . . . . . . . . 76
Capítulo 3: Tzak K'an 85
Los orígenes de Tzak K'an . . . . . . . . . . . . . . . 87
Historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Religión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Hechicería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Lugares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
Personas importantes de Tzak K'an . . . . . . . . . 114
Capítulo 4: El Imperio de Kuraq 123
Orígenes del Imperio de Kuraq . . . . . . . . . . . . 125
Kuraq moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
Cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Religión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
Lugares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Personas importantes del Imperio de Kuraq . . . . 150
Capítulo 5: Mecánica 159
Héroes aztlanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
Théanos en Aztlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
Héroes aztlanos en 7º Mar . . . . . . . . . . . . . . 161
Paso 1: Características . . . . . . . . . . . . . . . 161
Paso 2: Nación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Paso 3: Trasfondos . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Paso 4: Habilidades . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Paso 5: Ventajas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
Paso 6: Arcanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Paso 7: Historias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Paso 8: Detalles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
Los Guardianes de Aztlán . . . . . . . . . . . . 170
Los Herederos del Jaguar . . . . . . . . . . . . 170
Los Pochteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
Hechicerías 171
Wayak' Kan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Wañuy Ñaqay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
Espadas, navíos y secretos 181
Duelos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Historia del barco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Sociedades secretas aztlanas . . . . . . . . . . . . 186
Los Guardianes de Aztlán . . . . . . . . . . . . . 186
Los Herederos del Jaguar . . . . . . . . . . . . . 188
Los Pochteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190
El Consejo de los Dioses Antiguos . . . . . . . . 191
Generador de ciudad-estado
de Tzak K'an 193
Generar una ciudad-estado . . . . . . . . . . . . . . 193
Método 1: A la carta . . . . . . . . . . . . . . . . 193
Método 2: Juega a los dados . . . . . . . . . . . . 193
Método 3: Construye bloques . . . . . . . . . . 193
Anatomía de una ciudad-estado . . . . . . . . . . . 194
Iconografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
Geografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Deidad tutelar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
Ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
Gobernante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
Amenazas 199
Elementos predeterminados de una Amenaza . . 200
Elementos opcionales de una Amenaza . . . . . 200
Aventuras en Aztlán 202
Conflictos principales . . . . . . . . . . . . . . . 202
Transmitir la ambientación . . . . . . . . . . . . 203
Semillas de aventura . . . . . . . . . . . . . . . . 204
Búsqueda de artefactos . . . . . . . . . . . . . . 204
Rebelión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
Apéndice 205
 La carrera de K'awil
L 
 jungla lo abofeteaba y le hacía cortes. Le ardían las piernas
y los pulmones. Le dolían los hombros por el peso que
llevaba. El sudor le picaba en los ojos. Saltó por encima de
un árbol caído, rozando con la punta de los dedos de los pies
el borde de la madera. Esquivó a su primo aún en pie y, a su
sombra, se derrumbó. El peso que llevaba en los hombros cayó
hacia adelante, gimiendo. K'awil miró hacia arriba y vio sangre.
La piel de la kuraq era oscura pero estaba perdiendo color.
Iba vestida con ropa de viaje. La mano en su vientre era rojo
carmesí. Miró a K'awil, con determinación en sus ojos oscuros.
—Tienes que dejarme —dijo ella, hablando en la lengua de
él. Con la otra mano, rebuscó en su bolso de viaje y sacó una
pequeña bolsa de cuero—. Tómalo.
El aliento de K'awil no lo dejaba descansar. Pero no muy
lejos del lugar donde estaban, ambos escucharon gritos. Y
perros. Sacudió la cabeza.
—No —dijo él. Puso la mano en su mano con la bolsa—. Guárdalo.
Ella lo hizo.
—O eres muy valiente o muy tonto —dijo, con una media
sonrisa formándose en los labios.
—¿Por qué no puedo ser ambos? —preguntó, devolviéndole
la sonrisa.
Oyeron otro grito.
4 Preludio
por John Wick
—¡Los veo!
K'awil agarró a la mujer y se la arrojó sobre un hombro.
—Estamos cerca del río —dijo—. Y la aldea está en el
otro lado.
Ella hizo una mueca de dolor cuando la levantó.
—Todavía tenemos que pensar en una forma de cruzar el río.
Él cambió su peso sobre los hombros.
—Apocōātl nos mostrará el camino.
Entonces, corrió.
***
Hace siete días Chuki entró al pueblo con las manos levan-
tadas y una sonrisa en el rostro. Vestía ropa de viaje y no
portaba armas. Llevaba la cara y la ropa sucias, y tenía un
poco de telaraña en el pelo. Restos de un encuentro cercano.
No era una aldea muy grande. Lo suficientemente grande
para sobrevivir en la jungla. Vio a hombres y mujeres traba-
jando. Muchos de ellos portaban armas.
—¡Hola! —dijo en voz alta pero amistosa.
Los aldeanos alzaron la mirada. Chuki no sabía qué esperar, pero
estaba lista para correr. Una de las mujeres se puso de pie y le gritó.
—¡Kuraq! ¡Vete, no queremos tener problemas!
 Chuki se detuvo en el borde de la aldea, sin dar un paso más.
—Necesito vuestra ayuda, y vosotros necesitáis la mía —dijo.
Un hombre alto, vestido solo con lo que Chuki podía asumir
que era el cinturón de un guerrero, avanzó. Portaba una lanza
y un trozo de obsidiana afilada en el cinturón. Pero también
llevaba una brújula alrededor del cuello. Se acercó a una
distancia suficiente para golpearla.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó, con una pequeña pizca
de amenaza en la voz.
—Me llamo Chuki —respondió.
La miró de arriba a abajo.
—Eres kuraq —dijo él.
Ella asintió.
—Lo soy. También soy amiga de Ferdinand.
Los ojos del hombre se entrecerraron.
—¿Tú? ¿Y por qué he de creerte?
—Llegó a Kuraq no hace mucho y se unió a la resistencia, los
Pakaykuq. Ahí lo conocí —dijo.
El hombre gruñó y agitó la mano en un gesto para
que continuara.
—Háblame de él.
—Es más bajo que yo. Piel y barba blancas. Ojos oscuros.
Le gusta silbar. Y le gusta el té. —Hizo un gesto cauteloso
con la mano derecha, todavía por encima de la cabeza, hacia
la brújula que rodeaba el cuello del hombre—. Y te regaló
eso. —Lo miró directamente a los ojos—. K'awil.
El hombre no mostró emoción alguna. Solo sus ojos, mirán-
dola con ferocidad. Viendo dentro de ella.
Lentamente, sonrió.
—¿Qué tipo de té?
Ella no pudo evitar devolverle la sonrisa.
—No lo sé. Dijo que era algo que vosotros preparáis con
una planta que crece aquí. Trató de explicarlo, pero no pude
entender lo que me dijo.
El hombre se volvió hacia el pueblo y gritó.
—¡Es amiga de Ferdinand!
La expresión de todos los aldeanos se transformó y el
corazón de Chuki dejó de intentar explotarle en el pecho.
El hombre se volvió hacia ella otra vez.
—Soy K'awil —dijo—. Bienvenida a nuestro pueblo.
***
En la casa de K'awil se sentaron juntos. Colgando sobre el
fuego había una tetera castellana que soltaba vapor por el
pico. K'awil la sacó del fuego y vertió el líquido caliente en
una taza de cerámica, también de Castilla.
—Ferdinand las dejó atrás —dijo K'awil—. Como regalo.
—Le puso la taza en las manos.
—Gracias —dijo Chuki. Sopló la superficie del té humeante
y luego bebió. El sabor era delicioso. Familiar y, al mismo
tiempo, extraño. Miró a K'awil—. Esto está muy bueno
—dijo—. Puedo entender por qué le gustaba tanto.
Él se sentó sosteniendo su propia taza y bebió un sorbo.
Entonces, preguntó.
—¿Por qué estás aquí?
Ella asintió. Era el momento de decir la verdad.
—Calderón —respondió.
Los ojos de él se encendieron como el fuego. Su cuerpo se
tensó, como si anticipara un ataque.
—¿Qué está haciendo aquí esa bestia? —preguntó.
—Quiere la Lágrima de Ītzzohualli. Planea dársela a la
Emperatriz de Kuraq a cambio de algún tipo de favor.
K'awil sacudió la cabeza y se puso de pie.
—Sí —dijo él—. Es algo que la bestia querría.
Chuki notó cómo casi escupió el epíteto. Sin pronunciar
nunca el nombre de Calderón.
—Estoy aquí para asegurarme de que no lo consiga. No sé
qué quiere la Emperatriz, pero haré cualquier cosa para dete-
nerla —dijo Chuki.
K'awil se volvió hacia ella.
—¿Cómo puedo estar seguro de eso? —preguntó—. Quizás
la Emperatriz te envió aquí para tomarla.
Chuki negó con la cabeza.
—No —respondió—. Lo prometo.
—¿Cómo puedo estar seguro?
—Soy amiga de Ferdinand —dijo, con la voz casi quebrada.
K'awil se acercó a ella dando pisotones.
—¿Y? ¿Dónde está él? ¿Por qué enviaría a una kuraq a indagar
en asuntos tzak k'anos?
Ella parpadeó, sintiendo una lágrima caer por su mejilla.
—Está muerto —dijo—. Estaba espiando a la Emperatriz y
Calderón lo atrapó. Apenas consiguió escapar. Aportó lo que
pudo a la resistencia, pero murió poco después de su llegada.
K'awil respiró profundo.
—¿Entonces la bestia lo mató?
Chuki asintió.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó K'awil.
Chuki lo miró.
—Cuando llegó a nuestro campamento, yo estaba ahí. Yo
misma escuché sus palabras. —Volvió a mirar hacia el fuego—.
Lo vi morir. Y no pude hacer nada.
K'awil miró a Chuki sentada frente al fuego y supo que
estaba diciendo la verdad. Se arrodilló a su lado y le puso la
mano en el hombro.
—Lo siento —dijo—. Ferdinand era un buen hombre.
—Lo era. —Ella volvió a alzar la mirada desde el fuego—.
Y necesito tu ayuda. O la Emperatriz y Calderón se volverán
más poderosos.
K'awil asintió.
—Te ayudaré.
***
Olivia Corvaza Márquez odiaba la jungla. Odiaba a la gente,
a los animales, a las plantas. Odiaba todo. Odiaba la ropa que
tenía que usar, odiaba la comida. Incluso odiaba el agua.
A su lado, hombres y mujeres cortaban la jungla con armas
7º MAR EL NUEVO MUNDO 5
 afiladas, abriendo un camino para que ella lo recorriera. Más
adelante, los perros ladraban. Y más adelante aún, había dos
tontos que pensaban que podían escapar.
Se secó la frente y bebió otra copa de vino. Antonio
cargaba su vino. Hombrecito llorón. Olivia echaba de menos
Théah y sus hombres poderosos. Su madre era cortesana. Su
padre la conoció en Vodacce y la llevó con él a Castilla. El
padre de Olivia la crió como un hijo, ignorando los deseos
de su madre de volverla delicada y frágil. Creció tan fuerte
como el acero que portaba en la cadera. Y cuando visitó
Vodacce, bebió y luchó como un hombre. Los hombres de
Vodacce no sabían qué pensar de ella, y a ella le gustaba ver
la confusión en sus rostros. Ella nunca sería débil como su
madre. Nunca.
—¡Lo encontramos! —gritó una voz desde más adelante.
—Por fin. —Avanzó a grandes zancadas, viendo a los
soldados despejar las ruinas de piedra. Era un edificio
pequeño, achaparrado y cuadrado. Olivia notó que estas
ruinas eran como las otras: la técnica de corte de la piedra
parecía demasiado avanzada para los salvajes locales. Cuando
se acercó, se dio cuenta de que parte del follaje ya había
sido cortado.
—¿Esto lo hicisteis vosotros? —preguntó a uno de los
soldados. Él sacudió la cabeza.
Frunció el ceño.
—Eso significa que ya hay alguien ahí dentro.
—¿Qué hacemos? —preguntó Antonio.
Ella sonrió y se cruzó de brazos.
—Esperamos —dijo.
Casi una hora después —una hora de insectos, calor y
picazón constante— emergieron las figuras. Una mujer kuraq
y un hombre tzak k'ano.
—¿Una kuraq? ¿Te envió la Emperatriz? —preguntó,
sonriendo junto a sus guardias.
Chuki maldijo con los dientes apretados.
—Tenemos que irnos, K'awil.
—¿No? Entonces, ¿qué hacéis aquí? —exigió saber.
—Quizás deberías dedicar más tiempo a saber con
quién estás trabajando —dijo Chuki, y escupió al suelo
a sus pies.
—No hay problema. Solo tendré que matarte.
Los ojos del tzak k'ano se entrecerraron. Cogió su afilada
hoja de obsidiana.
—Oh, no lo creo —dijo Olivia. Ella sacó su pistola, le apuntó
y apretó el gatillo. La bala se disparó, pero no lo alcanzó. En
cambio, le dio a Chuki.
La mujer kuraq se había lanzado entre la bala y el tzak k'ano.
Vio el cuerpo de Chuki caer al suelo, su mano agarrando la
herida. Olivia negó con la cabeza, riendo.
—Todo eso para nada. —Le arrojó la pistola a Antonio—.
Recárgala —dijo. Luego, se volvió hacia los dos intrusos.
Pero ambos se habían ido.
—¡¿Qué?! —gritó—. ¿Dónde se…?
Uno de los guardias señaló hacia arriba. Miró y vio al tzak
6 Preludio
k'ano corriendo por la parte superior de las ruinas, con Chuki
ensangrentada en los brazos.
—¡Atrapadlos! —gritó—. ¡Tienen la Lágrima!
Los guardias se apresuraron. Olivia se quedó en la entrada
de las ruinas. Antonio le entregó la pistola recargada.
—Vamos a cazar a las bestias —dijo. Después, sonrió—.
Serán hermosas pieles para mi colección.
***
K'awil tropezó. Cayó hacia adelante, con Chuki derramándo-
sele sobre los hombros. Un dolor repentino en el tobillo le dijo
todo lo que necesitaba saber. Miró a Chuki. Ella no se movía
y el color había desaparecido de su rostro.
Volvió a mirar hacia la jungla. Los perros estaban cerca.
Escuchó pasos acorazados que corrían hacia ellos. Miró hacia
adelante. Escuchó el torrente de las aguas del río. Estaban
muy cerca.
Se puso de pie con esfuerzo, pero volvió a caer. Se miró el
tobillo. Ya estaba empezando a hincharse. K'awil se incorporó
usando una rama de árbol como bastón, manteniendo alzado
el tobillo hinchado. Luego, saltó hacia Chuki.
Tenía los ojos cerrados, su respiración era suave. Su piel
estaba fría. Seguía viva, pero solo por unos momentos más.
Fue entonces cuando la mujer de cabello negro que parecía
un cuervo atravesó la jungla con sus perros hambrientos y
soldados armados.
—Ah —dijo—. Por fin.
Cuando habló, lo hizo en tzak k'ano, pero con un
acento marcado.
Le sonrió al hombre, poniendo las manos en las caderas.
—Veo que mi bala finalmente te detuvo. —Señaló a Chuki—.
La pequeña niña no debería jugar con juguetes peligrosos.
K'awil se interpuso entre Chuki y el cuervo. La mujer se rió.
—Irónico —dijo. Una palabra que él no entendía. Luego,
volvió a hablar en su idioma—. Primero ella recibe una bala
por ti. Ahora le vas a devolver el favor, ¿sí?
K'awil no dijo nada. Sacó la hoja de obsidiana de su cinturón.
El cuervo miró a sus soldados.
—Él quiere pelear. —Se volvió hacia K'awil—. Si quieres
pelear, señor, es tu elección. Solo conseguirás ir a cualquiera
que sea el infierno que contiene a tus ancestros sedientos
de sangre.
—¿Sabes por qué me desagradan tantos castellanos?
—preguntó él.
Ella alzó una ceja.
—No, señor. Por favor, dime por qué.
—Porque esconden su cobardía detrás de palabras.
—Señaló a los guardias—. Y hacen que hombres inferiores
sean valientes por ellos.
Eso convirtió su alegría en algo más oscuro.
—¿Qué acabas de decir? —preguntó con los
dientes apretados.
—No te tenemos miedo —dijo K'awil, poniendo la hoja
afilada contra su propio pecho—. Eres una cobarde. Asustada
de ti misma. Asustada del mundo. Caminas sola porque ni
siquiera podéis confiar el uno en el otro.
El cuervo se sacó una pistola del cinturón. Le apuntó
con ella.
El hombre levantó la barbilla.
—Apocōātl me protege.
Ella apretó el gatillo. La pistola rugió. K'awil olió el fuego y
el humo. Una rama de árbol se hizo añicos junto a su cabeza.
Apoyándose en el tobillo sano, K'awil dio un paso adelante.
—Apocōātl me protege —dijo de nuevo.
El cuervo soltó la pistola y se sacó otra del cinturón. Le
apuntó a la cabeza.
—Dame la Lágrima —exigió.
K'awil dio otro paso. No sintió dolor.
—Apocōātl me protege.
Ella apretó el gatillo. El sonido de la pistola y otro sonido.
Metálico y afilado. Casi como una campana. K'awil tropezó y
se retorció. Pero no perdió su posición. Se enderezó, y los ojos
del cuervo se abrieron de par en par.
La bala había golpeado la brújula que colgaba de su cuello.
Atascada ahí, todavía humeando.
—Apocōātl me protege —dijo.
Ya estaba cerca. Casi lo suficientemente cerca para atacar.
Ella sacó la tercera y última pistola y la apuntó directamente
a su cabeza.
Él blandió la hoja de obsidiana. Ella apretó el gatillo, gritando.
La pistola no emitió ningún sonido, solo un suave clic.
Su hoja aterrizó en la garganta de ella, dibujando un pequeño
hilo de sangre. Apenas a un pelo de tocar la arteria.
Los ojos del cuervo estaban llenos de miedo. K'awil habló
en voz baja.
—Tomarás a tus soldados y volverás con la bestia. Le dirás
que la Lágrima de Ītzzohualli no le pertenece.
Ella respiró hondo con labios temblorosos.
—¿O… qué? —preguntó.
—O moveré mi hoja y abriré tu garganta y dejaré que tu
sangre alimente al mundo. Como hicieron mis ancestros
cuando los théanos intentaron tomar lo que no era de ellos.
Ella lo miró a los ojos. Sus propios ojos temblaban.
—¡Nos vamos! —gritó.
Los guardias que lo rodeaban se miraron entre sí.
—¡Bajad las armas! ¡Regresamos!
—Pero si volvemos sin… —dijo un hombre que sostenía un
jarrón grande.
Ella lo miró y él se quedó callado. Los guardias bajaron las
armas y retrocedieron.
Ella miró a K'awil.
—Otro día —dijo.
K'awil negó con la cabeza.
—No lo creo.
El cuervo se apartó de su espada, dejando las pistolas vacías
en el suelo de la jungla.
—Ah, sí —dijo ella—. Tengo una nueva palabra para ti.
Estoy segura de que tu amiga podrá explicártela si se recu-
pera —dijo.
—¿Qué palabra? —preguntó.
Ella sonrió, pronunciando la palabra como si la saboreara.
—Vendetta —dijo. Entonces, ella y sus guar-
dias desaparecieron.
***
Cuando Chuki abrió los ojos, la habitación estaba a oscuras.
Ya había entrado en calor. Los recuerdos volvieron a ella por
pedazos. Movió la mano para tocarse el vientre. Sí, la herida
se estaba curando.
—¿Hola? —preguntó en voz alta, en kuraq. Después, cambió
el idioma—. ¿Hola?
Escuchó sonidos fuera. Luego, dos figuras entraron en la
habitación, derramándole la luz del sol en los ojos. Levantó
una mano para hacerse sombra. Uno de ellos era K'awil. El
otro era un hombre al que no reconoció. Un nahuacano. Tenía
el pelo negro y espeso, ojos brillantes, y las mejillas enroje-
cidas por el sol. Vestía una túnica azul y llevaba herramientas
de médico. Cuando habló, confirmó sus sospechas.
—Me alegro de verte despierta —dijo, con una voz que casi
parecía un cantar. Suave y amable—. ¿Y? ¿Como te sientes?
—Me duele —respondió—. Una herida de bala.
El nahuacano asintió.
—Sí, sí. K'awil me lo contó todo…
Ella parpadeó, quedándose sin aliento.
—¡La Lágrima! —exclamó, mirando a K'awil—. La
Lágrima de…
—Está a salvo. —Asintió.
—¿Y la mujer? —preguntó.
—El cuervo —dijo K'awil—. Se ha ido.
El nahuacano se arrodilló a su lado.
—Soy Ome Atl. Vine a unirme a los Pakaykuq recientemente.
Y tú estuviste muy cerca de dejarnos. —Sonrió y preguntó—.
¿Puedo ver tu herida?
Ella asintió.
—Sospecho que ya la has visto.
—Sí —dijo él—. Pero es de buena educación pedir permiso.
Ella levantó la manta. Era de un rojo furioso.
—Se ve tan bien como se puede esperar. Quizás incluso un
poco mejor. Sospecho que estarás de pie pronto. —Se levantó
y se inclinó ante ambos—. Si sientes dolor, tengo té de mi
hogar para eso. Es lo mejor que encontrarás en Aztlán.
—Gracias —dijo ella.
Él se despidió con la mano y salió de la habitación.
Ella miró a K'awil. Permanecía quieto en la penumbra.
—Recuerdo caer —dijo—. Pero no recuerdo mucho más.
—Cerró los ojos—. ¿Dónde estamos?
—Te he traído a un puesto de avanzada de los Pakaykuq.
Decidí que sería mejor guardar la Lágrima aquí, fuera de su
alcance —dijo.
Ella asintió casi imperceptiblemente.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 7
 —Gracias. Hemos asestado un golpe a la Emperatriz y a
Calderón. ¿Cómo escapaste? —preguntó, casi como una
ocurrencia tardía.
—Apocōātl me protegió —dijo.
Ella miró la brújula en su pecho. La bala. La señaló.
—No creo que fuera el único.
K'awil miró hacia abajo y tocó la brújula. Asintió.
—Sí.
***
Calderón se despertó sintiendo un peso en el pecho. Abrió
los ojos con la confusión del despertar, sin saber dónde estaba.
Pero vio que estaba en su lecho, en ropa de cama. Incluso en
la oscuridad, pudo reconocerlo.
Luego, miró hacia arriba y vio varios pares de ojos deste-
llando hacia él en las sombras. Varias personas estaban de pie
dentro de su habitación. Un hombre estaba arrodillado sobre
él. En su cama. En su cama.
—¿Qu…? —comenzó Calderón, pero K'awil le tapó la boca
con la mano.
—Sé quién eres —dijo K'awil, sentándose en su pecho—.
Pero no diré tu nombre. Y tú no hablarás.
K'awil sacó la obsidiana afilada del cinturón. Cuando habló,
lo hizo en castellano.
—Vienes aquí y derramas nuestra sangre. Eres un enemigo
de Aztlán. De todo Aztlán. Crees que somos menos que tú
porque no nos vestimos con tu ropa ni hablamos tu idioma. —
El resto de la gente en la sala se enfureció ante estas palabras
y murmuró en descontento.
Los ojos de Calderón estaban abiertos de par en par. K'awil
sintió el aliento del hombre en la mano, breve y agitado. Sintió
su corazón debajo de la rodilla. Rápido.
—Somos mejores que tú —dijo K'awil—. ¿Sabes por qué?
Sintió a Calderón temblar bajo su agarre. K'awil puso la hoja
debajo de la barbilla del hombre.
—Te tengo bajo mi cuchilla —dijo K'awil—. Y podríamos
matarte y detener todo esto. —Se aseguró de que Calderón
sintiera el filo agudo contra su piel—. Podríamos… pero no
lo haremos.
Levantó la hoja de la garganta de Calderón.
—No somos asesinos. Convencimos a los mismos dioses de
ello. Y si pudimos convencer a los dioses, podemos convencer
a los castellanos. Y entonces les darán la espalda a bestias
como tú.
K'awil volvió a guardarse la hoja en el cinturón y se levantó
de la cama. Se acercó a la ventana. Ante esto, los demás en
la habitación se acercaron a la ventana, la abrieron y saltaron.
K'awil se detuvo y miró a Calderón.
—Dile a tu amiga que entiendo la palabra que me dijo. Me
la enseñó mi amigo Ome. —Hizo una pausa—. Dile que creo
que la hace débil. Deja que el pasado la consuma.
Calderón se incorporó en la cama. O, al menos, lo intentó.
8 Preludio
Fue entonces cuando notó que sus brazos y piernas estaban
atados al colchón.
—Te encontraré y te mataré —le siseó a K'awil.
—Tienes que hacer lo primero para hacer lo segundo —dijo
K'awil—. Y dudo que puedas hacer lo primero.
Calderón gritó.
—¡Guardias!
La puerta se abrió de golpe. Los soldados se apresuraron
a entrar.
K'awil los miró. Luego, saltó por la ventana. Y una vez que
sus pies tocaron el suelo, corrió.
***
Olivia caminaba con dificultad por la jungla tzak k'ana,
maldiciendo su destino, el que la tenía una vez más haciendo
el trabajo sucio de Calderón después de lo que había pasado
con esa mujer kuraq hacía un mes.
—Antonio, comprueba la brújula, por favor —dijo.
Antonio se detuvo y sacó su brújula. La miró durante un
largo rato sin decir palabra.
—¿Qué pasa? ¿No puedes leerla? —preguntó acercándose
a él. Cuando miró hacia abajo, pudo ver la aguja girando en
círculos perezosos alrededor del limbo—. ¿Qué significa esto?
—exigió saber.
—No estoy seguro —le dijo Antonio.
—Siempre pasa —anunció una voz tras ella. La voz era suave
y sibilante, pero claramente masculina. Hablaba castellano sin
rastro de acento.
Olivia se volvió para mirar al recién llegado y se encontró de
frente con el rostro de una enorme serpiente azul verdosa. La
criatura tenía plumas alrededor de la cabeza y gigantes alas
multicolores. Era tan alta como Antonio, pero podía ver que
su cuerpo se arrastraba mucho más allá por el suelo cubierto
de hojas de la jungla.
—¿Quién…? —trató de hablar.
—Vete —dijo, sin ser grosero.
—No puedo. —Logró encontrar su voz otra vez.
—Estoy tan cansado de hacer esto —dijo él. Casi podía
imaginar que suspiraba. Entonces enroscó rápidamente su
largo cuerpo alrededor del de ella y le dio un suave apretón.
Al principio, se sintió como la caricia de un amante perdido,
pero el apretón no se detuvo y, en cambio, se hizo más fuerte
e intenso.
—Detente —suplicó. Pero la criatura no se detuvo y pronto
no tuvo más aliento para suplicar.
Con un movimiento rápido, su cuerpo se partió en dos y
cayó sin vida al suelo. La serpiente luego volvió su mirada
hacia Antonio.
—Vete —dijo, sin ser grosero.
Antonio giró sobre sus pies y corrió, sin mirar atrás.
Introducción

7º MAR EL NUEVO MUNDO 9

 Un «Nuevo» Mundo
Bienvenido a Aztlán, una región de aventuras extraordina-
rias y un lugar donde los dioses se mezclan con los mortales.
La gente de esta región recuerda tiempos pasados, cuando
los dioses antiguos caminaban sobre la tierra y las máquinas
antiguas todavía funcionaban. Quienes los antecedieron
vivían como uno, en el Imperio de Aztlán. Se refieren a
un evento llamado «la Caída», cuando las personas que
vinieron antes que ellos perdieron el favor de los dioses
y fueron destruidos, siendo sus propios antepasados los
únicos supervivientes.
Cada una de las naciones que surgieron de ese evento
tiene su propia historia de lo que sucedió después, pero hay
una sola verdad innegable: Tras la Caída, la tierra cambió y
ahora está en constante cambio. Algunos buscan reunificar
a los pueblos de Aztlán, aunque el cómo lograr tal cosa
sigue siendo un tema de controversia, ya que cada nueva
nación ha desarrollado una cultura única y propia.
La vida junto a los dioses
Entre los aztlanos están sus dioses, que les otorgan magia
y bendiciones a cambio de su adoración. Estos dioses están
plenamente presentes en sus vidas, con formas físicas, perso-
nalidades y temperamentos propios. Algunos dioses están
más involucrados en la vida de las personas que otros, pero
cada aztlano ha visto al menos un dios en su vida, si no más.
Los dioses a menudo seleccionan héroes para misiones y,
en lugares como Kuraq, los dioses pueden incluso necesitar
héroes que los salven. La relación que los aztlanos tienen
con sus dioses significa que uno o varios dioses podrían
tomar un papel principal y central en una historia ambien-
tada en Aztlán.
Si bien los dioses pueden trabajar con los héroes e
incluso bendecirlos, no siempre son útiles. Un dios con
motivaciones ocultas podría terminar convirtiéndose en
un antagonista involuntario mientras procura trabajar en
sus propios objetivos. Los dioses no son héroes ni villanos.
Pueden ayudar u obstaculizar a los héroes o villanos en
sus propias acciones, pero los dioses están más allá de esa
clasificación. En general, los dioses trabajan por el bien de
su pueblo y los héroes a menudo obtienen su favor.
La excepción a esta regla son los dioses antiguos. Ellos ya
no caminan sobre la tierra, pues fueron sellados hace mucho
tiempo. A estos seres violentos y sangrientos nada les gustaría
más que subyugar a la gente de Aztlán y obligarlos a adorarlos
por medio de la sangre, como en los tiempos antiguos.
10 Introducción
El mundo cambiante
El hecho de que el mundo cambia es una verdad aceptada
en Aztlán. La gente se ha labrado focos de civilización y
estabilidad en parajes inhóspitos.
En el norte, los caminos atraviesan el profundo desierto
hacia densas selvas costeras como los únicos pasos seguros.
Justo al sur de estos desiertos se encuentran selvas casi
intransitables que se niegan a adaptarse a cualquier intento
de cartografía. Aún más al sur se encuentran las cordilleras
boscosas y una jungla tan densa que pocos la atraviesan.
La gente vive en las montañas y las considera los únicos
entornos seguros en la región.
Influencias externas
El pueblo aztlano ha estado en contacto con théanos desde
hace poco más de un siglo. Durante ese tiempo han apren-
dido algunas cosas los unos de los otros. Los viajes entre
continentes son relativamente frecuentes y la gente viaja
hacia y desde ambos lugares. Pueden encontrarse théanos
en pequeños grupos por todo Aztlán. Por lo general, se trata
de personas que han decidido vivir entre los aztlanos y pocas
ciudades albergan algo parecido a un distrito de théanos.
Cuando los théanos llegaron por primera vez a Aztlán
no causaron una buena impresión y ahora cualquier grupo
grande de théanos resulta sospechoso. En cambio, en
Théah, el Barrio de las Flores en la ciudad de Odiseo, en
Castilla, alberga el mayor número de inmigrantes aztlanos.
Ambos continentes se han influenciado el uno al otro hasta
cierto punto y puedes encontrar fácilmente alimentos y diseños
de ingeniería aztlana en Théah, y pistolas y armas théanas por
todo Aztlán. La influencia de Théah ha significado un aumento
en los viajes por barco de los aztlanos, pues estos jamás le
habían dado especial importancia a esa hazaña de ingeniería.
Así como los pueblos de Aztlán no son iguales, tampoco
lo son sus reacciones a la presencia de théanos. Algunos
pretenden usar a los théanos en sus propias estratagemas,
mientras que otros les tienen un respeto cauteloso y buscan
aprender de ellos. Otros los ven como intrusos en el mejor
de los casos y enemigos en el peor.
La mayoría de los aztlanos son personas tolerantes que
disfrutan aprender y descubrir y, por lo tanto, las interac-
ciones con théanos les resultan emocionantes y productivas.
Para los aztlanos, los théanos son exóticos y extraños, y
no se puede confiar en ellos plenamente, pero vale la pena
aprender de ellos, incluso si sus impresiones sobre los
dioses son ingenuas y equivocadas.

Naciones de Aztlán
Tres grandes naciones componen todo Aztlán: la Alianza
Nahuacana, Tzak K'an y el Imperio de Kuraq.
La Alianza Nahuacana
La Alianza Nahuacana se encuentra al norte de Aztlán.
Está gobernada por un consejo de ancianos de cada una
de las cuatro grandes ciudades ubicadas en los puntos
cardinales de su nación: Mīlllahco al norte, Tecuehtitlān al
oeste, Ōlōxochicalco al este y Nexhuatipec al sur, cada una
dedicada a uno de los cuatro dioses de la Alianza.
La única persona por encima del consejo es el Gran
Orador, una persona dedicada a hablar por la gente y cues-
tionar la voluntad de los dioses. Los nahuacanos son un
pueblo guerrero, pero que cree en la ley y el orden. Buscan
unir Aztlán una vez más, pero pocos están de acuerdo sobre
cuál es el mejor curso de acción para ello. El Gran Orador
es joven, tan joven que pocos creen que esté preparado para
la tarea. Los líderes de las dos fuerzas militares más fuertes
de la Alianza están reñidos, pues ambos intentan ganar
control sobre la posición del Gran Orador.
Tzak K'an
Tzak K'an limita con la Alianza al sur, y está cubierto de selvas
y antiguas ruinas syrneth. Tzak K'an es un grupo de ciuda-
des-estado, en su mayoría independientes entre sí, que no
comparten un gobierno central. Los lazos que unen a los tzak
k'anos son sus prácticas y creencias culturales. Muchas ciuda-
des-estado están dedicadas a un solo dios, o en algunos casos
a un dios-rey, y cada una está gobernada por un líder distinto.
Pero todas comparten el respeto por las ciencias, la
exploración y las artes de los escribas. Aunque la cultura de
Tzak K'an es rica y abundante, su incapacidad para unirse
entre sí los deja en una posición vulnerable si Aztlán se
unificara. Para empeorar las cosas, sus ciudades-estado se
están preparando para una guerra que podría conducir a
un colapso cultural.
El Imperio de Kuraq
El Imperio de Kuraq se encuentra aún más al sur, en las
montañas de Aztlán. La gente aquí adora principalmente
a un solo dios de la muerte, Suway. Son gobernados por su
Emperatriz no muerta, Asiri Inkasisa, quien ha mantenido
el mandato durante los últimos cien años. Su cultura se basa
en la veneración de los muertos, quienes caminan entre ellos
decidiendo todos los factores de su vida cotidiana.
IDIOMA AZTLANO
Aunque los aztlanos se distribuyen en tres
naciones, sus idiomas tienen puntos en común
por haber sido una vez parte del mismo imperio.
Aunque las palabras y el uso varían de lugar en
lugar, esta guía de pronunciación puede servir
para los tres territorios.
x - suena como una h suave
qu - suena como una k
ā, ī, ō, ū - forma una vocal larga
hu - suena como una w
tl - suena como una t, cuando está al final de
una palabra
j - suena como una y
z - suena como una s
'- denota una oclusiva glotalizada antes de
continuar
Entonces, por ejemplo, Aztlán se pronuncia
(ahs-TLAHN), Nahuacana se pronuncia
(nah-wa-KANA), Tzak K'an es (zahk K-ahn),
Kuraq es (kur-AHK) y Apocoātl se pronuncia
como (ahpo-KO-at).
A la Emperatriz no le satisface que su Imperio llegue solo
hasta la frontera de Tzak K'an, y espera algún día controlar
todo Aztlán con su dios como el único dios. Con este fin, ha
promulgado una Caza de Dioses para destruir a todos los
demás dioses en Kuraq y, eventualmente, en todo Aztlán. La
gente común, cansada del liderazgo corrupto y bendecida por
los dioses, ha establecido una resistencia. Esperan destronar
a la Emperatriz y devolver a todos los dioses el lugar que
les corresponde en la vida de la gente del Imperio de Kuraq.
Cómo utilizar este libro
Este libro debería darte todo lo que necesitas para dirigir
aventuras en Aztlán, o para crear personajes aztlanos y
colocarlos en tus campañas de 7º Mar existentes. Dicho
esto, reconocemos que no podemos hacer plena justicia a la
complejidad y riqueza de la historia de estas culturas reales.
Si bien nos inspiramos en hechos y relatos históricos de
nuestro mundo, no pretendemos haber creado un estudio
académico sobre estas culturas o naciones.
Cuando leas estas páginas, esperamos que encuentres
suficiente información para completar tu mundo de 7º
Mar, pero también suficientes preguntas para querer
aprender más sobre las culturas presentadas aquí.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 11
12 CAPÍTULO 1: Aztlan
Capítulo 1
A tlán
7º MAR EL NUEVO MUNDO 13
 AZTLÁN
«Los reyes-dioses de Aztlán nos dejaron más regalos de los que conocemos. Nos
enseñaron a hablar con las estrellas, a ver la verdad de la tierra. Y deberían recor-
darnos que podemos volver a ser un solo pueblo, si así lo queremos».
—Wa'ak Cheb' de Tzak K'an

Desde los desiertos de la Alianza Nahuacana hasta las
selvas de Tzak K'an y los picos montañosos del Imperio
de Kuraq, todo lo que los exploradores y arqueólogos
théanos actualmente llaman «el Nuevo Mundo» no es
nuevo en absoluto. Aztlán es una tierra con una historia
que se remonta a una época anterior a la historia, llena
de pueblos cuyo dominio de la ciencia y la magia era casi
absoluto cuando los théanos aún vivían en cuevas.
Y, sin embargo, es un nuevo mundo. Siempre. Las fuerzas
que una vez gobernaron Aztlán, los reyes-dioses del Imperio
de Aztlán, lo cambiaron para siempre. Su Caída marcó
el continente como una tierra extraña rebosante de ruinas
syrneth. Una tierra en la que los mapas se vuelven casi inútiles,
poco más que conjeturas informadas, mientras las selvas y los
desiertos se arremolinan y cambian de lugar. Aztlán se resiste
a ser dominado, incluso por aquellos que mejor lo conocen.
Los héroes de Aztlán han equilibrado durante mucho
tiempo la tensión entre comprender el pasado y hacer
frente a una tierra en constante cambio. Se esfuerzan por
ayudar a que las civilizaciones que surgieron después de
la Caída prosperen y crezcan, pero también buscan unir
al pueblo aztlano como uno solo. De alguna manera, al
hacerlo, esperan no solo unificar a la gente, sino también
preservar sus culturas únicas. Al examinar cada civilización
se encuentran con muchas dificultades y luchas. Pero los
héroes de Aztlán saben que su causa es justa: los dioses
sonríen ante sus sacrificios y tribulaciones.
Sin embargo, como han demostrado casi cien años de
contacto con exploradores, arqueólogos e invasores théanos,
Aztlán ya no puede permitirse ignorar al resto del mundo.
Los dioses tienen sed de adoradores, ya sean aztlanos u
otros, y la gente nueva insiste en llegar a sus costas.

14 CAPÍTULO 1: Aztlán
La historia del Imperio de Aztlán
Mucho antes de que los théanos llegaran a Aztlán, mucho
antes de que la Compañía Comercial Atabeana estableciera
rutas de esclavos desde Ifri o l'Empereur soñara con un
mundo unificado bajo la bandera montaignesa, mucho
antes de que las colonias de Wabanahkik surgieran en
Avalon o la Emperatriz gobernara el Imperio de la Media
Luna, el Imperio de Aztlán controlaba cada centímetro del
mundo civilizado. En una época de gran oscuridad en Terra,
los reyes-dioses del Imperio de Aztlán se erguían dignos
y orgullosos, sus ciudades llegaban hasta los cielos y sus
rituales se comunicaban con las estrellas mismas.
Para algunos eruditos, el éxito del Imperio de Aztlán era
obvio: los reyes-dioses que gobernaban habían dominado
los ciclos, la cadena interminable de vida y muerte que
guiaba el funcionamiento del cosmos. Bajo su gobierno, la
gente de Aztlán se mantuvo al margen del mundo mundano,
de la misma manera que uno podría estar al margen de
un río, mirando el flujo pero manteniendo una identidad
separada de su caótico impulso.
Nadie, ni siquiera los eruditos más eruditos del Imperio
de Aztlán, sabe cómo los reyes-dioses lograron tal hazaña.
Pero una cosa es cierta: los reyes-dioses eran majestuosos y
elegantes, y sus súbditos conocían su perfección. Haciendo
mero uso de su voluntad hicieron crecer las cosechas del
suelo, la tierra misma dividió las selvas para permitir sus
caminos y edificios, y había paz en toda la tierra. Las
disputas entre pueblos eran casi inexistentes y, cuando
surgieron, los propios reyes-dioses dieron un paso al frente
para resolver cualquier conflicto emergente.
Hoy en día, tal imperio parece un sueño febril, ya que
los nuevos imperios de Aztlán riñen y se enemistan por
territorio, religión, recursos y poder. Pero a pesar de las
muchas y diversas historias que se cuentan sobre el Imperio
de Aztlán, los aztlanos están de acuerdo en que el Imperio
gobernaba todo el continente y todas las personas que
vivían en él en perfecta armonía.
Pero nada es para siempre. Ni siquiera la perfección.
La Caída
La Caída del Imperio de Aztlán fue tan sorprendente como
definitiva. Un instante, los reyes-dioses de Aztlán admi-
raban sus posesiones, envalentonados por la atemporalidad
de su gobierno, seguros de su poder y prestigio, vanidosos
y perfectos; y al siguiente, todo lo que atesoraban se había
convertido en simples escombros y ruinas. El fin de un Imperio
estaba sobre ellos antes de que siquiera se dieran cuenta.
La gente de Aztlán, los aztlanos, huyeron de sus ciudades
y abandonaron sus hogares. Los grandes templos cayeron
en manos de saqueadores y vándalos. Las selvas y los
desiertos, que la magia de los reyes-dioses había mante-
nido a raya durante mucho tiempo, se extendieron por
el Imperio como una plaga de langostas. La misma tierra
pareció volverse contra el Imperio, así de grande fue el
fracaso que le sobrevino en tan poco tiempo.
Nadie sabe exactamente qué causó la Caída. ¿Fue algún
tipo de locura colectiva lo que llevó a la gente a destruir su
propio imperio? ¿Fue una invasión de alguna tierra remota
la que devastó a la civilización más grande que el mundo
hubiera visto jamás? ¿Fueron los mismos reyes-dioses
quienes deshonraron su autoridad mediante alguna ofensa
imperdonable? Nadie lo sabe.
Cada una de las civilizaciones que surgieron después del
Imperio de Aztlán tiene sus propias historias sobre la Caída,
explicaciones que pretenden aclarar lo que trajo al Imperio
a su fin. Pero lo cierto es que nadie, ni siquiera los propios
dioses, conoce la verdad. La Caída fue un apocalipsis, y el
registro histórico a menudo se transforma en una víctima
más tras un desastre de este tipo.
Sin embargo, el efecto de la Caída fue inconfundible. Los
reyes-dioses desaparecieron del mundo. Las grandes ciudades
cayeron en ruinas. Muchas de las hechicerías practicadas
por todo Aztlán desaparecieron para siempre. Mientras los
aztlanos luchaban por sobrevivir en las duras condiciones que
dejó el cataclismo más grande que su mundo hubiera cono-
cido, su cultura se tambaleó hasta el borde de la destrucción.
El erudito nahuacano Chicuei Atzintli una vez resumió la
Caída de la siguiente manera: «La brillante vela de Aztlán
ardía en la oscuridad, y la oscuridad se cansó de su arro-
gancia. ¿Quién era una simple vela para desafiar el fin de
todas las cosas?»
Una tierra extraña
Los aztlanos finalmente se reagruparon y reconstruyeron.
Mientras recuperaban el continente, haciendo retroceder
las selvas e irrigando los desiertos, esperaban eventualmente
dominar la tierra como el Imperio de Aztlán la había domi-
nado. No eran reyes-dioses, pero vieron en el antiguo Imperio
un modelo para gobernar Aztlán… incluso cuando muchos
de ellos dudaban de que Aztlán pudiera volver a unificarse.
Sin embargo, cuando se levantaron ciudades y se recons-
truyeron templos, la gente de Aztlán se enfrentó a una
nueva realidad: la Caída había cambiado el propio Aztlán.
La jungla podía repelerse con fuego, pero ya no tenía una
7º MAR EL NUEVO MUNDO 15
 forma consistente ni conservaba una existencia espacial
ordenada dentro de sus fronteras. Un viaje a través de un
desierto ya no era una mera cuestión de preparar suficientes
suministros; las vastas arenas eran tan propensas a escupir
a los viajeros hacia sus destinos originales como a permitir
que los aztlanos pasaran sin incidentes.
Pasaron siglos después de la Caída, y la forma y figura de
Aztlán se volvieron más consistentes… sin embargo nunca
volvió a su solidez original. La Caída, cualquiera fuera su
causa, fue más que solo un cataclismo político, más que
solo el fin de una era. Señaló el fin de Aztlán en sí, y lo
que es Aztlán ahora es una especie de nueva bestia, nacida
de un ciclo interminable que seguramente traerá un nuevo
Aztlán en el futuro.
Tres imperios
Mientras Théah luchaba por salir de la oscuridad de
las primeras etapas del feudalismo, Aztlán recuperó sus
grandes ciudades y preciosos templos. Al encontrar la
tecnología del Imperio ahora extraña e incognoscible, los
aztlanos hicieron todo lo posible por volver a aprender lo
que siempre habían sabido. Algunas cosas se descubrieron
de nuevo… pero otras se perdieron para siempre.
Y a medida que reconstruyeron, surgieron tres insti-
tuciones políticas distintas: la Alianza Nahuacana, las
ciudades-estado de Tzak K'an y el Imperio de Kuraq.
Cada organismo gobernante era distinto e independiente;
Aztlán ya no sería gobernado por ningún gobierno, y
mucho menos por los reyes-dioses que habían sucumbido
a la Caída.
16 CAPÍTULO 1: Aztlán
Ciudades-estado de Tzak K'an
Impulsados por muchas religiones (y muchos dioses), los
tzak k'anos fueron uno de los primeros grupos en recuperar
Aztlán después de la Caída. Construyeron ciudades-estado
que hicieron retroceder las selvas y, una vez más, invocaron
la magia de las estrellas sobre la tierra de los mortales. Los
conflictos bélicos dominaron los primeros días de Tzak
K'an, pero el final del enfrentamiento condujo a una frágil
tregua entre los muchos líderes: ningún tzak k'ano gober-
naría la alianza de ciudades-estado que surgió de la guerra.
Hoy, Tzak K'an está decayendo, y su desorganizada disten-
sión se transforma en una contienda entre ciudades mientras
pactan alianzas abiertas con los extranjeros. Muchos de ellos
creen que el fin de los tiempos caerá pronto sobre Aztlán,
el cierre de otro gran ciclo, pero una cosa se ha mantenido
como una constante para los tzak k'anos desde que se recu-
peraron de la Caída: todo cambia. No tienen ninguna razón
para creer que este mundo debería ser diferente.
La Alianza Nahuacana
Siglos después de que los tzak k'anos fundaran sus primeras
ciudades-estado, las primeras grandes ciudades de la Alianza
Nahuacana echaron raíces en los altos desiertos del norte.
Mientras que cada una de las ciudades-estado tzak k'anas
estaba sola, formando parte del ciclo interminable de muerte
y renacimiento, la Alianza Nahuacana emergió cuando cuatro
poderosas ciudades unieron sus fuerzas, poniendo fin a sus
propios conflictos y guerras con un acuerdo para compartir
el poder entre los nahuacanos que eran dignos de gobernar.
A medida que Tzak K'an decae, la Alianza Nahuacana
alcanza nuevas alturas. Sus victorias militares contra los

invasores théanos han probado la superioridad marcial de
los nahuacanos, y sus rigurosos sistemas administrativos
les han permitido integrar nuevo territorio dentro de su
colectivo. Muchos aztlanos han comenzado a susurrar que
la Alianza Nahuacana podría volver a unificar Aztlán…
El Imperio de Kuraq
Tras el nacimiento de Nahuacán, y después de que sus
primeros intentos de una frágil alianza fracasaran y una
Emperatriz emergiera para unificar la tierra, el Imperio de
Kuraq reclamó el sur de Aztlán. Las ciudades-estado, una
vez tan diversas como las tzak k'anas, fueron sometidas
cuando poderosos líderes recurrieron a los espíritus de los
muertos, haciendo uso de una magia que solo ellos sabían
manejar. Pronto, el Imperio de Kuraq poseía todo lo que
estaba al sur de las ciudades-estado de Tzak K'an.
Pero despótica e inmutable, como los Venerables Difuntos
podían ser hacia su gente mientras se recuperaban de la Caída,
la Emperatriz Inkasisa, la gobernante más reciente de Kuraq,
ha transformado el Imperio de Kuraq de un estado unificado
a una máquina totalitaria. Sus agentes están en todas partes,
destruyendo a sus enemigos dondequiera que se encuentren.
Y, sin embargo, crece una rebelión contra ella, con la esperanza
de devolver a Kuraq un sentido de normalidad.
Los Dioses Nuevos
Así como la gente de Aztlán emergió de la oscuridad para
convertirse en pueblos nuevos y únicos, también lo hizo
una nueva ola de dioses. Estas deidades se unieron a los
aztlanos en sus comidas y rituales, viajando desde la jungla
y el desierto por igual para otorgar sus dones a quienes les
dieran la bienvenida. Los reyes-dioses habían sido ajenos y
resplandecientes, pero los nuevos dioses a menudo parecían
mortales, ocultando su verdadera naturaleza detrás de una
máscara de carne y hueso.
A diferencia de los dioses antiguos, estos nuevos dioses
no tenían intención de gobernar; preferían la adoración a
la fidelidad. «Adoradnos», dijeron, «y os recompensaremos
con poder y riqueza». Y entonces los aztlanos los adoraron
con sacrificios y acciones. «Idolatradnos», dijeron, «y cono-
ceréis el camino de la verdad». Y entonces los aztlanos los
idolatraron con sangre y vigor. «Creed en nosotros», dijeron,
«y destruiremos a vuestros enemigos cuando lleguen a vues-
tras costas». Y entonces los aztlanos creyeron en ellos.
Los dioses no los defraudaron. Ni en tiempos de
hambruna y sequía. Ni cuando los aztlanos pedían riquezas
más allá de las riquezas y el conocimiento de lo arcano. Ni
siquiera cuando llegaron los théanos.
LA HORA DE
LOS AZTLANOS
Los eventos de esta sección se cuentan desde
el punto de vista aztlano, quienes tienen sus
propios calendarios. Estos no son consistentes en
todo el continente: los calendarios nahuacanos,
tzak k'anos y kuraq son de utilidad para los ciclos
y perspectivas locales, pero pueden dificultar el
seguimiento del flujo de eventos en todo Aztlán.
Desde el punto de vista théano, en 1553 A.V., un
marinero poco conocido de nombre Cristóbal
Gallegos solicitó a la corte una concesión real de
exploración para descubrir una ruta marítima a
Cathay, que permitiría a los comerciantes caste-
llanos acceder a los bienes orientales sin ofrecer
baksheesh al odiado Imperio de la Media Luna (o,
peor aún, atravesando los páramos de Ussura).
Encontró la corte increíblemente receptiva.
El rey Carlos I entendía que Castilla no era aún
lo suficientemente fuerte para vencer a las otras
naciones de Théah, pero sabía que sin una salida
para sus ambiciones, los Grandes de Castilla
acabarían por volverse contra él y buscarían un
nuevo candidato para el título de Rex Castillium.
Y mientras que los astrónomos del vaticano
advirtieron que el capitán marino había subesti-
mado seriamente el tamaño de Terra, tanto el rey
como el consejo soñaban con conquistas théanas
impulsadas por las riquezas de Cathay.
Por eso, armado con una escritura real y diez de
las naves más rápidas de la armada, Cristobal
Gallegos zarpó hacia Cathay el día 7 de Coratina
de 1544. Regresó con solo tres.
Contacto théano
Muchos años después de la aparición de los tres impe-
rios y los nuevos dioses, llegaron los visitantes de Théah.
Navegaron desde el este y tocaron tierra, casi muertos de
hambre por el largo viaje.
Su llegada a tierra los acercó a la Alianza Nahuacana,
donde fueron recibidos con los brazos abiertos y cierta
cautela. El grupo, liderado por Cristóbal Gallegos, pensó
que se había encontrado con Cathay y, por ello, habló con
los aztlanos en jázaro. Los aztlanos creían que venían del
sur, o que tal vez eran remanentes de Aztlán que aún no
habían conocido. No pasó mucho tiempo para que cada
grupo se diera cuenta de que estaban equivocados.
Gallegos intentó presentarle a Theus a los aztlanos, lleván-
doles la palabra del profeta y enseñándoles su idioma por
medio de la religión. A cambio, los aztlanos les instruyeron
7º MAR EL NUEVO MUNDO 17
 sobre los nuevos dioses y le enseñaron a los théanos su
idioma. Gallegos y su tripulación permanecieron en tierras
nahuacanas durante nueve años antes de finalmente zarpar
para regresar a casa.
Con él llevó la palabra de los dioses nahuacanos, impresa
en láminas de oro como señal de fe y buena voluntad.
También tomó muestras de la escritura de los aztlanos, en
su lengua castellana, para probar el intercambio de ideas.
Se fue con la promesa de regresar con comercio y riquezas
que los aztlanos estaban ansiosos por ver.
Gallegos vuelve a Castilla
El capitán, con el rostro quemado por el viento y bronceado
por el sol, confesó que nunca había llegado a Cathay, pero
que encontró una nueva tierra, desconocida para Théah,
avalando su descubrimiento con diez láminas de oro
martillado grabadas con dioses paganos y veinte conversos
de piel bronceada, prueba de que las personas que había
descubierto podían comprender la verdad de Theus.
Su tripulación, a su vez, distribuyó sus riquezas en los
burdeles y tabernas de San Cristóbal, contando historias de
hombres y mujeres sensuales y ciudades doradas en selvas
lejanas. Desde el Consejo del Rey hasta el más humilde
campesino, el nombre de esta nueva tierra recorrió la nación
como una fiebre, y «Aztlán» se convirtió en una especie
de piedra angular, un lugar donde el más humilde hidalgo
podía ganarse una estancia, un comerciante podía hacer su
fortuna o un noble su marca.
Muy pronto, las expediciones al Nuevo Mundo zarparon
con todo tipo de propósitos: exploración, mercantilismo y
18 CAPÍTULO 1: Aztlán
conquista. La Liga de Vendel estableció un fondo específico,
el Convenio de Aztlán, solo para conceder dinero a aquellos
lo suficientemente valientes como para cruzar el mar de
la Serpiente. La corona castellana, en particular, reclutó y
suministró barcos y tripulaciones para navegar a lo largo
de la ruta de Gallegos en varias ocasiones, creyendo que
Aztlán ofrecía una oportunidad única para extender la
influencia de la corona antes de que Avalon, Montaigne o
Vodacce pudieran reaccionar.
Posterior contacto
Por desgracia, no pudo ser. Aunque unos pocos comer-
ciantes odiseanos cautelosos pudieron establecer feitorias
en la costa este de la Alianza Nahuacana, otros intentos de
unir las riquezas aztlanas a las ambiciones théanas fraca-
saron estrepitosamente. Muchos barcos nunca llegaron a
Aztlán, distraídos por las oportunidades del mar Atabeano
o asaltados por la Hermandad de la Costa. Varias expe-
diciones lograron desembarcar en las costas orientales
de Aztlán, solo para caer presas de la jungla antes de que
pudieran hacer contacto con cualquier pueblo aztlano.
Eventualmente, expediciones bien financiadas lograron
explorar el interior de las tierras aztlanas en busca de botín,
por lo general haciendo contacto con los tzak k'anos en el
este antes de moverse tierra adentro hacia Nahuacán y Kuraq.
Si bien la mayoría de los grupos théanos sucumbieron a las
enfermedades, los peligros naturales o la resistencia aztlana,
suficientes consiguieron enriquecer a alguien (a menudo, a la
persona que financiaba el viaje) y asegurar un flujo constante
de idiotas ansiosos de aceptar la misma apuesta arriesgada.

Conquistas condenadas
Uno de esos idiotas era Don Fernando Medellín, un
noble menor que dio con la loca idea de hacerse pasar
por una deidad nahuacana para ganar el apoyo de los
locales. Por desgracia para Don Fernando, la deidad en
cuestión estaba en la ciudad ese día, y no apreció sus arti-
mañas. Aunque el dios le mostró misericordia la primera
vez, Medellín estaba tan seguro de la perfección de su
plan que lo intentó por segunda vez más al sur, solo para
encontrarse con la cólera del dios.
Otros aventureros castellanos se encontraron con fracasos
semejantes. Franco González, un ambicioso explorador sin
grandes medios, fue el primero en conocer a la Emperatriz
del Imperio de Kuraq. Allí, en la gran capital de Kuska,
rodeado por los ricos y poderosos de Kuraq, él también
optó por fingir ser una divinidad. A diferencia de su
compatriota del norte, se encontró con un destino final
más misericordioso: fue expulsado de Kuraq y, humillado,
vagó por media década antes de regresar a sangre y fuego,
masacrando a los kuraq dondequiera que los encontrara.
De su final no se sabe mucho, aunque los pocos supervi-
vientes de su banda afirman aterrados que él y los que lo
siguieron fueron despedazados por los mismos cadáveres
de quienes habían masacrado.
En Tzak K'an, varias expediciones simplemente se
han perdido en la jungla sin dejar rastro. Cuando se les
pregunta, los lugareños solo responden que este tipo de
cosas ocurre en ocasiones. Algunos castellanos piensan
que es una conspiración, y que los tzak k'anos se llevan
a su gente o los matan. Pero cualquiera que preste aten-
ción puede ver que los tzak k'anos no deambulan solos
por las selvas y, ciertamente, no pasan más tiempo allí
del necesario.
Sociedades exitosas
A pesar de sus primeros «malentendidos», las relaciones
entre Théah y Aztlán se han asentado en una paz vigilada,
cada continente midiendo al otro y sacando lo que puede
del encuentro. Los comerciantes, sacerdotes y eruditos
prevalecen, negociando con bienes y conocimientos; inter-
cambiando creencias y fortunas. Los théanos que soñaban
con hacer de Aztlán un vasallo colonial para una u otra
corona théana, se han visto frustrados por una combinación
de mala suerte, fracaso militar e intervención divina.
INTERCAMBIOS
AGRÍCOLAS
El encuentro con Aztlán alteró irrevocable-
mente la dieta théana y estos alimentos
extranjeros han permeado la cocina théana. El
gran invento kuraq, la patata, ha encontrado un
nuevo hogar en suelos devastados por la Guerra
de la Cruz, aliviando la peor de las hambrunas
en el campo eiseno. Inismore y Ussura han
seguido el ejemplo de Eisen, ignorando las
exageradas advertencias inquisitoriales sobre los
peligros de «la manzana de Legión». Hacia el
sur, cada bravo vodacciano cuenta una historia
sobre la salsa de pasta de su nonna, sobre cómo
un primo anónimo bueno para nada trajo las
primeras plantas de tomate de Aztlán y, ya fuera
por una visión de los Profetas o por metódico
trabajo pesado, el resultado siempre era
(¡Alabado sea Theus!) marinara.
A su vez, la ganadería théana ha revolucionado
la agricultura de los aztlanos. La introducción
de caballos y bueyes ha permitido a la Alianza
Nahuacana cultivar áreas cada vez más grandes,
proporcionando la molienda a su motor de
expansión. En las ciudades-estado de Tzak K'an
las técnicas agrícolas théanas han reemplazado
el enfoque tradicional de tala y quema, sustitu-
yendo la ceniza por estiércol como fertilizante
preferido y suplantando las habituales siembras
mixtas de maíz, calabaza y frijoles por campos
rotativos de monocultivo. Los agrónomos de
Kuraq plantan cultivos théanos en estaciones
de investigación agrícola por todo el imperio,
experimentando con suelos y temperaturas para
descubrir qué flora extranjera es adecuada para
el cultivo.
La gran cantidad de castellanos en Aztlán, con diferencia
el grupo dominante entre los théanos, ha significado que
algunos de ellos han podido integrarse en el ecosistema
político local. Don Francisco Schulz, hijo de un héroe
de guerra de Eisen y una noble castellana, se propuso
conquistar tierras en el Nuevo Mundo, pero pronto se dio
cuenta de que Aztlán no era una tierra que se tomara bien
la intervención de conquistadores.
Ahora, Schulz es un guía local para nuevos théanos en
la Alianza Nahuacana; conoce a todos los comerciantes
locales, habla todos los idiomas aztlanos, e incluso es dueño
de una casona en Pepechotlán, un regalo, según dice, del
propio Gran Orador.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 19
 Aztlán en la actualidad
Una historia tan rica podría hacer que un héroe aztlano
estúpido olvidara que las verdaderas amenazas y
conflictos que ponen en peligro al continente no son
los reyes-dioses perdidos del Imperio, ni las antiguas
disputas entre las ciudades-estado de Tzak K'an que
han caído en ruinas durante mucho tiempo. Aztlán está
plagado de oportunidades y problemas más que sufi-
cientes para que cualquier héroe se enfrente a una vida
de aventuras.
Política mortal
Cada uno de los tres imperios que surgieron a raíz de
la Caída tiene sus propias fortalezas y debilidades, pero
todos temen que el sueño de la unificación aztlana solo
se pueda llevar a cabo si dos de los tres son destruidos. La
Emperatriz kuraq hace mucho para fomentar esta paranoia,
enviando espías y saboteadores para desafiar a la Alianza
y debilitar a Tzak K'an. La Alianza, a pesar de su poderío
militar, no está segura de cómo avanzar; los tzak k'anos
confían menos entre sí de lo que confían en la Alianza o el
Imperio de Kuraq.
Sin embargo, persiste la esperanza de una paz política
permanente. La rebelión en Kuraq gana fuerza cada día,
y muchos diplomáticos y mediadores tzak k'anos consi-
deran que la cautela de la Alianza para seguir adelante es
una señal de madurez política. El primer contacto con los
théanos les recordó a los aztlanos que los vínculos políticos
entre ellos podrían dar frutos.
Los dioses mismos
Los dioses siguen entrometiéndose en los asuntos de los
mortales, acechando siempre desde un segundo plano, sin
inmutarse por los cambios traídos por los extranjeros o
por las pequeñas disputas entre reyes y reinas de Aztlán
que se ven a sí mismos como unificadores. Los dioses
permanecen incognoscibles e irracionales, convertidos en
poderosos actores que son tan capaces de buscar un héroe
para otorgarle una misión de gran importancia, como de
destruir todo un linaje real solo para demostrar un punto
a otro dios.
Los dioses hacen lo que quieren, y los héroes aztlanos
saben que oponerse a ellos es un asunto arriesgado (y gene-
ralmente desafortunado). Pero los héroes de Aztlán saben
también que enfrentarse a un dios es un trabajo que no se
deja a los mortales comunes y corrientes; si es necesario
hacer algo así, es mejor que lo haga un héroe.
20 CAPÍTULO 1: Aztlán
Los Baldíos Negros
Al oeste de Aztlán, uno podría esperar ver rutas de navega-
ción hacia el este, rutas comerciales que se abren a Fuso y
Kammerra, trayendo sedas y especias al Imperio de Kuraq
o a la Alianza Nahuacana. Se rumorea que el Imperio de
Aztlán comerciaba con las tierras que algún día serían cono-
cidas como Khitai, pero después de la Caída esos viajes se
volvieron extremadamente raros.
Los castellanos que llegaron a Aztlán con la esperanza
de encontrar un camino fácil a Cathay se sorprendieron
al descubrir que ese viaje era casi imposible. La Alianza
Nahuacana y el Imperio de Kuraq utilizan rutas de navega-
ción a lo largo de la costa occidental de Aztlán, pero ninguno
de los grupos viaja más al oeste. Cuando se les presiona, los
marineros aztlanos ofrecen pocas explicaciones; los barcos
que se dirigen al mar occidental, dicen, no regresan.
Los marineros théanos que intentaron el viaje, ignorando
las advertencias, rara vez regresaron a los puertos occiden-
tales aztlanos. Una que lo hizo, la capitana Ángela Inés
Sancha de Soldano, afirmó que su tripulación había sido
devorada por una oscuridad que emergía del mismo mar.
Conmocionada por lo que había visto, se negó a hablar más
sobre el viaje fallido, repitiendo la misma frase que se cono-
cería como el nombre de los mares del oeste: los baldíos negros.
Ruinas syrneth
A medida que las selvas y los desiertos en Aztlán cambian,
a menudo revelan ruinas y estructuras. De hecho, el Nuevo
Mundo se ha dado a conocer en toda Terra por sus excep-
cionales ruinas syrneth, tanto por la gran cantidad de
emplazamientos arqueológicos que se encuentran por todo
el continente como por el carácter distintivo de los sitios en
sí. Glifos y runas syrneth desconocidos adornan las paredes
de las ruinas encontradas en Aztlán, y las ruinas mismas
muestran una arquitectura syrneth nunca antes vista en
Théah, Ifri o el Imperio de la Media Luna.
Cuando los arqueólogos théanos llegaron por primera
vez a Aztlán, muchos creían que los sitios syrneth eran
la creación de alguna otra raza misteriosa, algún antiguo
rival de los syrne. Pero a medida que los arqueólogos
aztlanos respondieron a las preguntas de la Sociedad de
Exploradores, que indagaban sobre las conexiones entre los
sitios syrneth en Théah y Aztlán, la verdad se volvió inequí-
vocamente clara: los syrne construyeron estos lugares anti-
guos, tal como construyeron el Mapa Estelar en Montaigne,
las Catacumbas en Vodacce y el Aeries en Ussura.
Investigación syrneth en Aztlán
Al tiempo que la Inquisición conspiraba para erradicar los arte-
factos y tesoros encontrados en el continente, otros théanos
trabajaban para descubrir la verdad sobre los syrne aztlanos.
Los arqueólogos más exitosos trabajaron mano a mano con
los eruditos aztlanos, en su mayoría nahuacanos y tzak k'anos.

Investigación en la Alianza Nahuacana.

Āyotiā es el hogar del mayor depósito de máquinas antiguas
intactas en Aztlán. Durante mucho tiempo, la península
permaneció abandonada e inexplorada por los nahuacanos, pero
cuando llegaron los théanos el sitio atrajo mucha atención. Años
antes, los arqueólogos nahuacanos habían renunciado a explorar
el sitio, ya que las máquinas resultaron ser peligrosas para quien
entrara en ellas. Tomaron moldes de las runas grabadas en el
exterior de muchas de las máquinas y lo dejaron así.
Cuando los théanos supieron de las máquinas antiguas, los
nahuacanos estaban más que dispuestos a enviarlos a Āyotiā,
conscientes de que sus esfuerzos serían en vano. Y si de alguna
manera los extranjeros conseguían descubrir algo nuevo, ellos
serían los primeros en cosechar los beneficios. Lo que obtuvieron
fue una plétora de trabajadores no cualificados, castellanos con
fuertes creencias sobre los syrne, y a la Dra. Corker O'Shea.

Dra. Corker O'Shea

Sin lugar a dudas, la principal arqueóloga théana que
trabaja en Aztlán a día de hoy es la Dra. Corker O'Shea,
una mujer inismoresa educada en Castilla cuya obstinada
determinación por la investigación científica ha obtenido
gran parte de los conocimientos que los théanos poseen
sobre las máquinas antiguas. Trabajando de la mano con
investigadores nahuacanos, O'Shea mantiene uno de los
sitios arqueológicos más grandes de Aztlán en la península
sur de Nahuacán, Āyotiā, decidida a descubrir el papel y el
propósito de las máquinas antiguas.
Su tesis de 1662 revolucionó la forma en que los científicos
théanos y aztlanos veían las ruinas syrneth al demostrar que
la piedra utilizada para construir las máquinas antiguas no
estaba tallada sino formada y moldeada, como si los syrne
hubieran forjado las máquinas al igual que si fuera acero. Su
trabajo, coeditado con varios eruditos nahuacanos, desacre-
ditó las teorías anteriores de que los sitios no eran máquinas
en absoluto, sino instalaciones decorativas diseñadas por
aztlanos modernos utilizando herramientas primitivas. Sus
resultados voltearon el consenso théano e inspiraron a una
generación de arqueólogos a prepararse para viajar al Nuevo
Mundo para conseguir realizar un trabajo colaborativo.

7º MAR EL NUEVO MUNDO 21

 O'Shea es una figura imponente, con su pelo ingobernable
frecuentemente sometido a la fuerza en una coleta o trenza,
oculto bajo un sombrero de ala ancha que sombrea su tez pálida,
abrigo marrón oscuro y camisa con cuello blanca, transformán-
dola casi en la viva imagen del esterotipo de un arquéologo
théano. Uno de sus socios nahuacanos, Xihnahui Xihuitl, la
llamó Itotia en broma, que significa «la mujer con sombrero»,
un apodo que dice despreciar pero que adora en secreto.
Aparentemente, la investigación de O'Shea en Aztlán está
enfocada a conseguir la titularidad como profesora en Castilla.
Pero su trabajo sobre la península de Āyotiā la consume
y parece poco dispuesta a delegarlo por miedo a que la
Inquisición corrompa o destruya el sitio. Peor aún, su relación
con Xihnahui ha… evolucionado. ¿Estará dispuesta O'Shea a
renunciar a su vida en Aztlán para regresar a Castilla?
Investigación tzak k'ana
Muy al este de los sitios de investigación de O'Shea, los
arqueólogos théanos y aztlanos mantienen una docena de
localizaciones por todo Tzak K'an. Las selvas de la región,
cambiantes como las mareas del mar de la Serpiente,
revelan regularmente nuevas y emocionantes ruinas syrneth.
Mientras las fuerzas de la Inquisición cazan académicos y
artefactos, la carrera por descubrir la verdad de los miste-
rios de Aztlán nunca ha sido más crucial… o peligrosa.
El sitio de Olom Pa'
En lo profundo de las selvas al oeste de Olom Pa', Finnén
«Finnegan» Ó Beigleighinn mantiene el sitio de Olom,
una excavación prominente realizada en colaboración
con una sección local de tzak k'anos de la Sociedad de
Exploradores dirigida por Ix Tukun. Mientras que la Dra.
O'Shea ha centrado su investigación en las máquinas anti-
guas, Finnegan está principalmente interesado en descubrir
los artefactos syrneth, un enfoque de investigación que a
menudo lo pone en contacto con materiales y objetos peli-
grosos. Olom, una ruina subterránea cavernosa, ha demos-
trado ser el rompecabezas difícil y peligroso que Finnegan
buscaba cuando partió hacia el Nuevo Mundo.
La compañera de Finnegan, Riley O'Lochlainn, considera
Olom un poco menos encantador. Después de todo, ella es la
que tiene que luchar contra los monstruos que merodean por
las cavernas de Olom cada vez que Finnegan crea problemas.
Sin embargo, la joven y pelirroja pugilista inismoresa es cono-
cida en Tzak K'an por su valentía y buen carácter. Una y otra
vez, Riley ha salvado la expedición metiéndose en un lugar
22 CAPÍTULO 1: Aztlán
pequeño donde nadie más cabía, matando a un monstruo
que emergía de las ruinas o peleando con intrusos castellanos
que intentaban robar en la excavación.
Graduado de universidades castellanas, Finnegan se
formó con el reconocido profesor Eduardo Villalobos
de Inez y Lobianco, uno de los primeros miembros de la
Sociedad de Exploradores. Villalobos es demasiado mayor
ahora para viajar a Aztlán, pero Finnegan hace todo lo
posible para mantener a su mentor informado sobre su
investigación enviando cartas a Castilla siempre que puede.
No se imagina siquiera que los agentes del Inquisidor
Calderón han interceptado muchos de esos documentos y
están conspirando para apoderarse tanto de su sitio como
de sus hallazgos en nombre de la Inquisición.
Caxazul
No todas las investigaciones en Aztlán son dirigidas por
théanos. Las ruinas de Caxazul ya eran un sitio cultural
importante para los tzak k'anos, pero las recientes excavaciones
supervisadas por la arqueóloga aztlana Ix Tukun han desente-
rrado nuevas evidencias que vinculan a los syrne aztlanos con
sus contrapartes théanas al otro lado del mar de la Serpiente.
Aún más prometedor, Ix Tukun cree haber encontrado tecno-
logía que permitiría a alguien viajar de un lado a otro entre los
dos continentes, una puerta de entrada que los propios syrne
usaban para mantener el contacto a grandes distancias.
Dado que Ix Tukun es miembro fundador de la Sociedad de
Exploradores Aztlanos (viajó de joven a Théah y tiene varios
contactos tanto en Avalon como en Castilla), su solicitud
por más recursos théanos ha sido recibida con gran entu-
siasmo, especialmente entre los magos de Porté ansiosos por
aprender los secretos que pueda contener dicha tecnología.
Sin embargo, la situación en Caxazul es políticamente volátil.
El patrimonio cultural de Caxazul dificulta las investigaciones,
incluso cuando los arqueólogos son originarios de la región.
Investigación en el Imperio de Kuraq
En el Imperio de Kuraq muy poca de la investigación syrneth
es llevada a cabo por théanos. La Emperatriz ha decretado que
la intervención de théanos en Teqsimuyu no está permitida
y, en general, desalienta a los eruditos de Kuraq de realizar
arqueología independiente. Los grupos rebeldes, desesperados
por recursos para continuar su guerra en la sombra contra la
Emperatriz, ocasionalmente se asocian con théanos dispuestos
a intercambiar bienes y florines por acceso, pero se han estable-
cido pocas localizaciones de investigación permanentes.
 Recientemente, Calderón envió emisarios
hacia el sur en busca de la Emperatriz,
con la esperanza de establecer una
alianza que pueda beneficiar tanto a
la Inquisición como al Imperio. Ella
recibió a sus mensajeros y escuchó su
propuesta: a cambio del dinero y las
armas de Calderón, la Emperatriz
permitiría a la Inquisición acceder a los
emplazamientos syrneth en Kuraq.
En absoluto tonta, la Emperatriz sospecha
de los verdaderos motivos de Calderón, pero no
puede negar que el enemigo de sus enemigos es su
amigo. El único problema es que la Emperatriz ve a
casi la totalidad del mundo como enemigos
en un momento u otro. Aún no ha tomado
una decisión sobre la oferta de Calderón.
Las máquinas antiguas
Entre las ruinas de Aztlán, un tipo de sitio syrneth se destaca
como particularmente desconcertante: las máquinas antiguas.
Esparcidas por todo el continente, estas gigantescas estruc-
turas surgen de la tierra como dispositivos semienterrados
hechos de piedra cristalina, obsidiana o hematita moldeada
por los syrne para algún propósito desconocido. Los esfuerzos
théanos por mapear y explorar tales estructuras se han expan-
dido desde el primer contacto, pero aún queda mucho por
aprender sobre las máquinas antiguas y su verdadero poder.
Los arqueólogos aztlanos creen que las máquinas anti-
guas son más que edificios y ruinas moldeados en una
arquitectura extranjera. Sus traducciones de los escritos
encontrados en los sitios y sus alrededores, y su dominio
de algunos de los artefactos recuperados por las almas
valientes dispuestas a ingresar en las máquinas, apuntan
a un propósito unificado para las estructuras a lo largo de
todo el continente. ¿Tal vez fueron estas la fuente del poder
de los reyes-dioses? ¿Qué papel jugaron en la Caída?
Sin importar la verdad, tanto los investigadores aztlanos
como los théanos han descubierto que investigar las
máquinas antiguas resulta más difícil de lo que parece.
Las notas desaparecen. Los suministros preparados para
las expediciones son destruidos por «accidentes» justo
antes de que los arqueólogos partan hacia el campo.
Expediciones enteras desaparecen para nunca volver.
Alguien (o algo) quiere mantener las máquinas antiguas
como un misterio.
Tecnología aztlana
Durante la época de los reyes-dioses, los aztlanos tenían
tecnología más allá de los sueños más locos de cualquier
persona hoy. Si bien mucho se perdió en la Caída, gran
parte de la tecnología de Aztlán es bastante más avan-
zada que la de los théanos. A través de interacciones
con sus dioses, y al intentar comprender lo que dejaron
atrás los dioses antiguos, los aztlanos han progresado
en matemáticas, arte, ciencia y arquitectura. Para un
théano, las armas y armaduras de los nahuacanos o los
botes de remo de los kuraq pueden parecer primitivos,
pero son funcionales para su propósito. Los nahuacanos
imbuyen sus armaduras y armas con magia poderosa, y
pocos aztlanos se interesaron alguna vez en navegar por
los mares.
Lo que tienen en lugar de eso son ciudades increíble-
mente diseñadas con hermosos edificios, sistemas de
irrigación y de alcantarillado. Su arte y música compite
con todo lo que se encuentra incluso en Montaigne y
usan su abundancia de piedras preciosas y metales para
crear incrustaciones y decoraciones que hacen brillar
sus ciudades y pueblos. Estudian medicina, las estrellas
y la física del mundo, aunque estas ciencias están menos
desarrolladas que la arqueología, que muchos aztlanos
ven como una ciencia sagrada. Los aztlanos miran al
pasado tanto, si no más, que al futuro, y comprender a
los reyes-dioses es una prioridad para todos.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 23
 LA TRANSFORMACIÓN
THÉANA
En Théah, el privilegio de mando siempre ha
pertenecido a los aristócratas, que dan órdenes
en la vida de los hombres inferiores tanto dentro
como fuera del campo de batalla. Las tradiciones
de entrenamiento masivo, avance meritocrático
y servicio militar obligatorio adoptadas por los
ejércitos de la Alianza Nahuacana suponen un
desafío decisivo no solo para la estructura de los
ejércitos théanos, sino para el tejido social que
representan. La idea de que hombres y mujeres
comunes y corrientes, entrenados para la batalla,
puedan alcanzar estatura social después de que
termine una guerra, es… inquietante para algunos.
Solo el general Montegue de Montaigne,
asediado por la intromisión aristocrática en todos
lados y derrotado en Castilla, ha parecido ansioso
por aprender más sobre las tradiciones y la forma-
ción nahuacana. Como hijo de un campesino,
Montegue no se hace ilusiones sobre la aptitud
innata de los aristócratas para los roles de mando
y ha enviado numerosos emisarios a Aztlán en
un intento de aprender más sobre las sociedades
guerreras nahuacanas. También lo han hecho los
Eisenfürsten, que ven en los métodos aztlanos
una forma de unificar a Eisen a un nuevo nivel.
Intercambio tecnológico
Los instrumentos de guerra théanos han ayudado a nivel
táctico a los ejércitos aztlanos. Aunque algo más restringido
por el terreno prohibido de Aztlán, los ejércitos locales
han adoptado tácticas de caballería donde la topografía
lo permite.
Una considerable tradición de cría de caballos se ha desa-
rrollado entre la Alianza Nahuacana y Tzak K'an, quienes
han criado monturas pequeñas y resistentes, capaces de
tolerar el calor sofocante y los climas secos del norte de
Aztlán. Además, los nahuacanos han adoptado rápida-
mente la idea de un tren de equipaje théano, que transporta
suministros en carros tirados por caballos para garantizar
que sus guerreros lleguen frescos al campo de batalla.
La preferencia de Kuraq por los grupos de infantería
también ha aumentado el interés de sus vecinos en las
fuerzas de caballería, por si las ambiciones de la Emperatriz
exceden las fronteras de Kuraq.
El Imperio de Kuraq ha dirigido sus energías a desen-
trañar los misterios de la pólvora. Los montes submarinos
del Tawantinsuyu están blancos de guano, y cuando un
comerciante de Vendel que viajaba con los kuraq dejó
24 CAPÍTULO 1: Aztlán
escapar que la pólvora negra de su pistola se había desti-
lado de algo tan común como excrementos de pájaro, se le
ofreció el equivalente al rescate de un rey en oro puro para
divulgar el secreto. Nadie puede asegurar si intercambió sus
conocimientos por oro o dio un largo paseo por la borda,
pues nunca se le volvió a ver.
Y aunque las armas de fuego han llegado a manos de
guerreros de todos los rincones de Aztlán, no son una
visión común. Sin embargo, los signos del tráfico ilícito de
armas de fuego y pólvora se han vuelto omnipresentes. En
las oscuras ensenadas, las balandras piratas anclan junto a
los botes de juncos de los kuraq, y los aprendices de armero
ejercen su oficio a cambio de oro aztlano. Sin importar
cuales sean los deseos de la Liga de Vendel, la curiosidad
de los aztlanos por la pólvora no quedará satisfecha hasta
que los armeros indígenas produzcan armas de fuego de un
extremo al otro del continente.
Las técnicas metalúrgicas théanas, por otro lado, han
tenido una acogida mucho más variada. Los guerreros
nahuacanos, entrenados para ver sus espadas tachonadas
de obsidiana como una extensión de su espíritu guerrero,
se han mostrado reacios a tomar armas de acero. Contra
enemigos que visten armadura ligera, un pedazo de obsi-
diana aplicado con la suficiente fuerza es fácilmente equi-
valente a una hoja de acero.
Lo que a la primera le falta en sutileza y elegancia, lo
compensa con creces con su efecto aterrador: es poco
probable que cualquier théano que haya visto a un cama-
rada herido por tal espada vuelva a subestimarla. Y aunque
la obsidiana no es igual al acero o a una armadura de drache-
neisen, es más fácil para los guerreros aztlanos dejar que la
tierra misma mate a tan cobardes enemigos que enfrentarse
a ellos en batalla.
Solo el Imperio de Kuraq ha adoptado el acero con
entusiasmo. Así como los mosquetes y las pistolas parecen
una progresión natural de las hondas preferidas por los
guerreros del Tawantinsuyu, también las hojas de acero
parecen ser reemplazos obvios de las blandas puntas de
lanza de cobre y cabezas de hachas que prefieren para
trabajar más de cerca. Las montañas del Tawantinsuyu
son ricas en hierro y otros minerales, y el secreto del acero
ha demostrado ser un acertijo más fácil de resolver que el
de la pólvora.

Comercio
El comercio a través del mar Atabeano ha crecido a pasos
agigantados desde el primer contacto y cada nación théana
compite por una parte mayor de la riqueza aztlana. Hasta
ahora, Castilla ha conseguido asegurarse el mayor número
de rutas comerciales permanentes en todo el continente,
pues tienen más hombres en terreno que cualquier otra
nación théana, pero todos los théanos occidentales buscan
encontrar abundantes riquezas en Aztlán.
Las preocupaciones théanas
Durante un tiempo, los más grandes de Théah estuvieron
preocupados por los más pequeños de Aztlán: el humilde
insecto de la cochinilla. Un monje castellano encontró
insectos que vivían en los cactus al norte de Aztlán. Sus
cadáveres pulverizados producían un tinte escarlata
brillante, inigualable a otros y desconocido para Théah. Los
cardenales vaticanos deben sus brillantes vestiduras al tinte,
y guardan celosamente su origen y producción.
Pero ¿qué celos podrían rivalizar con los de L'Empereur?
Rechazado por todos los sacerdotes, desde el Hierofante
hacia abajo, el frustrado monarca se volvió hacia sus nobles
y obtuvo el tinte por medio de magia.
Cuando algunos emprendedores hechiceros de Porté
desaparecieron mientras intentaban transportar tinte, y
algunos más se encontraron horriblemente desmembrados
en la selva tropical aztlana, el fervor se enfrió. Ahora, los
suministros de tinte en Montaigne son raros y costosos, ya
que los nahuacanos han aprendido rápidamente el verda-
dero precio del escarlata.
Las otras naciones théanas se limitan a interesarse en
metales preciosos, maderas raras y gemas, que Aztlán
proporciona en gran cantidad. Mientras que Castilla realiza
la mayor parte del comercio por sí misma, los soldados de
la corona a menudo ayudan a los barcos comerciales de
Montaigne y Eisen a encontrar mercancías… por un precio.
El enfoque aztlano
Las culturas aztlanas, por su parte, han comerciado a
cambio de conocimientos de técnicas industriales théanas
y productos terminados para realizar ingeniería inversa.
Los Vesten, en particular, han empezado a resentir la
inclinación aztlana a buscar conocimiento por encima de
la riqueza, ya que amenaza el monopolio en ciernes que
representan sus gremios.
INFLUENCIA
EXTRANJERA
Los primeros extranjeros que llegaron en masa
a Aztlán fueron los théanos, pero el «descubri-
miento» del Nuevo Mundo ha traído a viajeros,
exploradores y arqueólogos de toda Terra a
Aztlán. A estas alturas, la mayoría comprende
que su trabajo en Aztlán solo puede ocurrir con
el apoyo político de los aztlanos, pero no es raro
que un extranjero se oponga a las costumbres
o reglas locales, especialmente cuando las
ciudades-estado tzak k'anas tienen gobernantes
caprichosos o el sistema legal de la Alianza
Nahuacana o del Imperio de Kuraq resulta
demasiado complejo para la comprensión théana.
Y así como théanos e ifricanos llegan al Nuevo
Mundo en busca de conocimiento, tesoros y
fama, los aztlanos también viajan a Théah, a Ifri
y al Imperio de la Media Luna. Algunos viajeros
aztlanos abandonan el continente para perseguir
sus propios objetivos, pero otros son enviados
por las autoridades aztlanas que desean vigilar
a sus adversarios extranjeros. Después de todo,
solo una estúpida Emperatriz kuraq ignoraría al
resto del mundo; ¿Cómo puede conquistar tierras
de las que no sabe nada?
Los nahuacanos y los tzak k'anos se han beneficiado de
la inserción de los carruajes tirados por caballos y, como
resultado, el comercio terrestre entre las ciudades ha flore-
cido. El comercio con Kuraq ha languidecido un poco, por
razones tanto políticas como técnicas: los vecinos del norte
de Kuraq sospechan de las motivaciones de la Emperatriz,
y sus carreteras fueron construidas para el tráfico peatonal,
no para el amplio vagón comercial.
Si bien los aztlanos no tienen embarcaciones de alta mar
como las théanas, se están lanzando al mar. Las canoas
comerciales de Tzak K'an y los botes de juncos de Kuraq
son cada vez más grandes, y algunos diseños de doble casco
se aventuran más lejos que nunca. Es solo cuestión de
tiempo antes de que un constructor de barcos descuidado
se encuentre del lado equivocado de un macuahuitl nahua-
cano y su conocimiento caiga en manos aztlanas.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 25
 Religión
He escuchado la verdad de Theus de labios del cardenal
Verdugo y me arrepiento de la fe de mi propio padre.
Durante cientos de años, mi pueblo sacrificó cuando los
dioses lo exigieron, combatió cuando las estrellas estaban en
posición, y no hemos ganado nada. Cada ciudad cree que
su deidad tutelar es la más grande y toma las armas contra
sus vecinos para demostrarlo. Saciamos nuestros apetitos con
oro, sangre y maíz, y nos imaginamos poderosos.
Si pudiera llevar la luz de Theus a mi pueblo, podríamos
poner fin a esta guerra sin sentido y construir un futuro como
una nación, unida bajo Su verdad. Ya no seríamos peticiona-
rios ante los nahuacanos, intercambiando baratijas con los que
pretenden subyugarnos. Podríamos resistir a la Emperatriz,
que nos haría trabajar en sus montañas con fines inescrutables.
Theus ha cuidado de sus hijos castellanos, han resistido a la
infiel Montaigne, han castigado al hereje Eisen y han ganado
el trono del Hierofante al intrigante Vodacce.
Cuando era un recién convertido, mis amigos castellanos
me preguntaban por qué abandoné los dioses de mi padre por
Theus. Yo respondí: nuestros dioses nos han hecho como somos,
tal como Theus te ha hecho a ti como eres. Estamos divididos,
rodeados de quienes nos ven como peones. Vosotros estáis unidos,
luchando contra un gobernante que se cree un dios, luchando
por recuperar vuestro futuro de aquellos que os lo quitarían.
¿Cómo podría desear menos que eso para mi gente?
—Itzamatul de Tzak K'an,
Inquisidor y Converso, Confesiones
En Aztlán, los dioses caminan por la tierra y protegen a
los fieles. El porqué alguien elegiría arrodillarse ante una
deidad que no ofrece ni socorro ni poder está más allá de
la comprensión de la mayoría de los aztlanos.
La conversión a Theus
Los théanos están horrorizados por el hecho de que las
culturas aztlanas parecen tener poco aprecio por un dios al
que no pueden ver y con el que no pueden hablar. Que Theus
proporcione la salvación y una vida feliz más allá de este cuerpo
mortal parece despertar el interés aztlano, hasta que descubren
que no pueden hablar directamente con él. Y los castellanos se
sorprendieron al saber que el lugar que uno ocupa en el más allá
nahuacano está determinado por la forma de muerte del indi-
viduo, y no por ninguna de las obras que llevara a cabo en vida.
Los intentos de los eruditos del vaticano por conocer la
verdad de las creencias de los kuraq sobre la muerte y el
más allá han sido rechazados, y varios misioneros serios
han desaparecido de sus habitaciones para no ser vistos
nunca más. El hecho de que las religiones aztlanas sean, sin
excepción, politeístas, inspira un horror instintivo e irre-
flexivo en muchos théanos, que ven su monoteísmo como
una señal de progreso y la creencia en múltiples dioses, por
tangibles que sean, como inherentemente retrógrada.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, los théanos insisten
en enviar misioneros en masa a Aztlán, con la esperanza de

Con algunas excepciones destacables, los sacerdotes de

Aztlán miran a sus contrapartes théanas con un senti-
miento cercano a la diversión. Durante el último siglo,
muchos aztlanos han asistido a las misas vaticanas en algún
momento u otro, y el paisaje de un cura théano nervioso,
mirando hacia banquillos llenos de nahuacanos cubiertos
de plumas portando armas salvajes, se ha convertido en
una especie de constante en los pocos lugares donde la
influencia théana es lo suficientemente profunda como para
apoyar casas de adoración permanentes.
Sin embargo, pocos aztlanos pueden animarse a adorar a
una deidad que los théanos afirman que es omnipresente
e invisible, un ser omnipotente que elige conversar con
sus adoradores a través de un puñado de intermediarios
humanos y que no se agita ni siquiera cuando sacuden los
cimientos de su fe y asesinan a sus mensajeros elegidos.

26 CAPÍTULO 1: Aztlán
convertir a la gente a Theus, pese a sus constantes fracasos.
Algunos aztlanos, seducidos por el compromiso de los
théanos con un dios en particular, se han convertido, pero
esa tendencia todavía es relativamente menor. Recientemente,
algunos inquisidores han propuesto que los aztlanos podrían
respetar más a Theus si su voluntad se promulgara de una
manera más contundente, una línea de pensamiento que se
hace mayor cada día que la misión en Aztlán flaquea.
Un enfoque sincrético
En realidad, si bien ambas perspectivas son fáciles de
entender, cada una falla tanto como comprende. Los aztlanos
tienen razón al señalar que una deidad omnipotente, omnis-
ciente y benévola debe responder por los horrores terrenales
representados en su nombre, como la Guerra de la Cruz. Por
otro lado, también existe la idea de una deidad que permite
que su rebaño encuentre su propio camino, proporcio-
nando una guía amable solamente cuando es necesario. ¿Es
la Guerra de la Cruz un reproche contra Theus o Théah?
¿Se libró en nombre de la fe o del poder? Un sacerdote de
Nacatlicue podría decir que estas preguntas son irrelevantes,
que a los campos quemados y a los niños muertos no les
importan. Pero quizás sea solo comprendiendo el horror del
que somos capaces que el progreso humano sea posible.
Ciertamente, la experiencia aztlana parecería confirmar esa
hipótesis. Si hay un tema en el que los kuraq y los nahuacanos
están de acuerdo, es en que la interferencia divina jugó un papel
en la destrucción de la antigua Aztlán. Si los dioses antiguos no
hubieran castigado la laxitud de sus seguidores con desastres
naturales, tal vez el antiguo Aztlán podría haberse salvado.
En la medida en que los kuraq hablan de sus dioses con
forasteros, está claro que consideran a sus deidades como
fuerzas de entropía y rara vez hablan amablemente de los
dioses en presencia de sus líderes o forasteros. Los tzak
k'anos, por otro lado, libran la guerra contra las ciuda-
des-estado cercanas a instancias de sus deidades, quemando
ciudades y masacrando a sus enemigos porque las estrellas
se alinearon para favorecer a su dios sobre el de su vecino.
En Aztlán, los panteones intervencionistas impulsan a la
humanidad a lograr objetivos divinos en lugar de humanos,
mientras que la atribución de causas divinas a la caída del
antiguo Aztlán sirve para aislar a las culturas aztlanas de
tomar completa responsabilidad de su propio papel en el
colapso de esta tierra natal a medias imaginada. Sin embargo,
esos mismos dioses han protegido a sus seguidores de la
codicia voraz de los villanos théanos, y ¿quién puede decir
qué podría haber ocurrido en su ausencia?
La Inquisición en Aztlán
Si bien la mayor parte de la actividad théana en el Nuevo
Mundo gira en torno al comercio, la investigación y la
diplomacia, todavía hay villanos théanos que acechan en
las sombras de Aztlán. Poderosas fuerzas conspiran para
socavar la soberanía aztlana, las peores de las cuales visten
las túnicas rojas de la Iglesia vaticana.
El Pogromo aztlano
Los viajes al Nuevo Mundo se desaceleraron considera-
blemente a medida que la Guerra de la Cruz se desataba
a principios del siglo XVII, pero la Iglesia vaticana ha
mostrado un renovado interés en Aztlán desde el final de
la Guerra. Incapaz de reunir fondos para una invasión a
gran escala, la Iglesia ha tenido cierto éxito al convertir a los
aztlanos a la fe. El cardenal Verdugo se ha aprovechado de
este fenómeno enviando a su antiguo aliado, Don Alonso
Ruiz Calderón, al Nuevo Mundo.
Verdugo ha declarado que el propósito de la Inquisición
en Aztlán es destruir la influencia syrneth en el continente,
afirmando que las máquinas antiguas (y otros artefactos) son,
de hecho, las obras mágicas de los demonios. Los diversos
gobiernos de Aztlán están claramente corruptos por tal
influencia, por lo que Verdugo ha enviado a Calderón para
ejecutar el Pogromo, una orden que le otorga amplia auto-
ridad dentro del ejército castellano y la Iglesia vaticana.
El Pogromo es un secreto a voces; muchas de las parro-
quias locales vaticanas intentan resistir la influencia de la
Inquisición, pero Calderón, un hombre corpulento de unos
50 años, es una figura persuasiva y peligrosa. La falta de una
respuesta centralizada de los distintos gobiernos aztlanos
agrava el problema; siempre que las actividades de Calderón
en una región enfurecen a demasiados funcionarios locales,
él simplemente empaca sus maletas y se muda a otra región
de Aztlán, tomando lo mejor de los artefactos y recursos
que obtuvo a través de sus violentas maquinaciones.
Calderón tiene escasa supervisión de la Iglesia vaticana.
Verdugo confía en él y, mientras Calderón siga enviando
informes sobre artefactos destruidos, a nadie le importa
lo que haga. Si esos informes son exagerados para ocultar
la verdad, o invenciones por completo, nadie en Castilla
será capaz de notarlo. Calderón destruye algunos arte-
factos, aquellos que no sabe cómo usar o que no cumplen
con sus propósitos. Los otros los colecciona como armas,
con la esperanza de usarlos eventualmente para erra-
dicar a los herejes en Aztlán y hacer espacio para una
nueva Castilla.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 27

Por fortuna, los objetivos de Calderón ponen a prueba
incluso las alianzas más probables. Sus intentos de reclutar
a Azeneth Medellín, la hija de Don Fernando Medellín, para
su causa, fracasaron cuando ella se enteró de su compro-
miso con los planes de Verdugo. Quizás Medellín desee
ver a Apocōātl destruido, pero no tiene ningún interés en la
destrucción generalizada de los artefactos y ruinas aztlanas.
La máscara de Kuraq
Mucho antes de que Don Calderón dirigiera las fuerzas
de la Inquisición en Aztlán, dejó huérfanos a dos jóvenes
medio hermanos: Sebastian Aldana de Soldano y Miguel
Aldana de Soldano. El padre de los hermanos, Don Felipe
Aldana, había enfurecido a Calderón al cobrar todos los
impuestos adeudados sobre las muchas propiedades de
Calderón; una hoja envenenada aseguró que un breve duelo
acabara con la vida de Aldana.
Tras la muerte de Aldana, Andrea Bejarano del Zepeda,
una tía lejana, adoptó a los niños, los entrenó como
duelistas y, finalmente, los incorporó como compañeros de
Los Vagabundos cuando alcanzaron la mayoría de edad. El
asesino de su padre era rico, poderoso y estaba aliado con el
cardenal Verdugo; y Bejarano sabía que los niños estarían en
peligro si no podían defenderse. Además, mantenía la espe-
ranza de que los niños algún día pudieran vengar la muerte
de su padre.
Calderón desapareció pocos años después del duelo, y ni
Sebastián ni Miguel tenían ni idea de dónde había terminado.
Quizás estaba muerto. Quizás había cambiado su nombre o
adoptado un alias. Miguel, el más joven y más impetuoso de
los dos, exigió que recorrieran el mundo hasta encontrarlo
y Sebastián, que no estaba dispuesto a permitir que su
hermano buscara venganza solo, decidió ir con él.
La máscara faltante
El viaje de los hermanos los llevó a Aztlán, donde se
enteraron de las fechorías de Calderón. Conocieron a
otro castellano expatriado, Tomás Ruiz del Gallegos, que
viajaba con el nombre de Vaughn Santez, quien les dijo que
Calderón había logrado hacerse con una de las máscaras
de El Vagabundo… un robo que ocurrió después de que
Calderón asesinara a los compañeros de viaje de Santez.
Santez, el único superviviente, reveló que la máscara
estaba destinada a Kuraq; la Emperatriz ha atraído la aten-
ción tanto de Los Vagabundos como de Die Kreuzritter, su
gobierno no muerto une a las dos sociedades bajo una causa
28 CAPÍTULO 1: Aztlán
¿MUCHOS DIOSES?
Algunos eruditos théanos han propuesto que
los numerosos dioses de Aztlán son, de hecho,
manifestaciones, o incluso representaciones, de
un solo dios. Otros sugieren que los diferentes
dioses de cada cultura son interpretaciones del
mismo dios, pero sus denominaciones difieren
por razones lingüísticas.
Los dioses aztlanos no son «manifestaciones»
o «representaciones», como pueden atestiguar
algunos que los han encontrado. Son seres
complejos, con distintas habilidades, necesi-
dades y deseos individuales. De alguna manera,
pueden parecerse a los humanos en sus rasgos
de personalidad y pueden adoptar esa forma,
si así lo desean, pero tienen poderes, conoci-
mientos y percepciones que van mucho más allá
del espectro humano.
La fuente de estos malentendidos proviene
principalmente del intento de los vaticanos de
reconciliar su propia perspectiva religiosa con
la de los aztlanos: intentan equiparar al dios
creador con Theus y, a menudo, tienen dificul-
tades para aceptar la existencia de cientos, si
no miles, de dioses individuales, distinguibles
y accesibles.
común. Santez, un Kreuzritter, se ofreció como volun-
tario para ayudar a entregar la máscara a los rebeldes en
Kuraq, pero un agente doble que trabajaba para Calderón
lo traicionó. Separado de sus contactos théanos y solo en
Aztlán, el comportamiento estudioso de Santez esconde
una misión desesperada: recuperar la máscara y llevarla a
Kuraq antes de que la Emperatriz acabe con la rebelión
para siempre.
Sebastián y Miguel se apuntaron a ayudar de inmediato,
elaborando un plan con Santez para rescatar la máscara
y conseguir su venganza. Ahora el trío está en Tzak K'an,
donde los rumores dicen que Calderón se ha apoderado de
una ciudad-estado y planea incitar a una guerra que podría
destrozar a la frágil nación.
Sebastián y Miguel son un par llamativo, ambos llevan el
pelo largo y negro recogido en una coleta y unas perillas a
juego, pero son considerablemente más inteligentes de lo
que parecen. Por ahora, beben y retozan por Polok K'anche',
esperando llamar la atención de Don Calderón para que
Santez localice la máscara y se la robe. Idealmente, tendrán
tiempo para vengar a su padre antes de partir hacia Kuraq.
Los dioses de Aztlán
Si hay una característica de la vida cotidiana aztlana que
continúa desconcertando a los théanos, es la perspectiva
única sobre la espiritualidad de los nativos. Para la mayoría
de los théanos, la religión suele ser un aspecto necesario
en sus vidas, pero un elemento completamente separado
de su existencia cotidiana. Van a misa, aprenden su credo,
se bautizan y, cuando es necesario, se casan ante Theus, y
eso es todo.
Los aztlanos, en cambio, lo ven y lo viven de otra manera.
Aunque estén separados por la geografía, el idioma y los
detalles de sus creencias individuales, todos los aztlanos
comparten una comprensión común de la realidad que se
puede resumir así: los dioses son reales. Los dioses no son
una idea, noción, juez u observador ajeno a sus actos. En
cambio, son criaturas de inmensa importancia y tremendo
poder, seres inmortales que exigen y merecen la adoración
de los simples mortales. Son accesibles. Cuando alguien reza
en Aztlán, no le habla al vacío: se comunica con lo divino.
Los dioses, después de todo, siempre están escuchando.
Y a veces incluso responden.
Dioses vivos
Toda la estructura de la relación de los aztlanos con el
mundo se basa en esta experiencia de lo divino. Cuando
los dioses tienen nombres y son tan abordables y omni-
presentes como lo son estas divinidades, la «fe» está fuera
de discusión. Los aztlanos no creen simplemente en ellos:
saben que sus dioses existen, y toda su cosmovisión está
determinada por este hecho. Después de la Caída, fueron
los dioses quienes informaron a los aztlanos sobre la estruc-
tura de la realidad, la historia del mundo y las diversas
verdades fundamentales que son la base de sus avances
inauditos en tecnología y ciencia.
Aunque inmortales, todos los dioses de Aztlán
comparten las locuras y preocupaciones de sus adora-
dores mortales. Algunos incluso han muerto a veces,
pero debido a su naturaleza pueden volver a la vida tan
fácilmente como un ser humano puede despertar de un
sueño profundo. La experiencia de la muerte, sin embargo,
es algo que ninguna deidad sufriría con gusto, por lo que
generalmente la evitan tanto como cualquier otro aztlano,
o incluso más.
A pesar de sus mentes impenetrables, los dioses aztlanos
tienen los mismos deseos básicos que los mortales. Quieren
disfrutar de su existencia, ser honrados por sus pares
inferiores (es decir, sus adoradores) y recibir el respeto de
sus iguales según corresponda a su posición. Cada vez que
las circunstancias han interferido con este orden natural,
las cosas han empeorado. Esa es la razón principal por
la que los aztlanos están tan interesados en sus prácticas
religiosas. Saben que sin su devoción a los dioses, el mundo
entero simplemente llegaría a su fin.
Los dioses aztlanos son seres poderosos en verdad.
Algunos optan por obtener solo unos pocos seguidores, tal
vez solo una nación de adoradores o un par de ciudades. La
mayoría de los dioses desean la adoración de todos, por lo
que se le aparecen a todo aquel dispuesto a escuchar, a lo
largo de Aztlán.
Por ello, facetas de estos dioses pueden encontrarse
siendo adoradas en todas las naciones. A menudo, tienen
diferentes nombres y sus seguidores no saben que el dios
de la muerte en Kuraq es el mismo dios de la vida en la
Alianza Nahuacana. El único dios que se niega a seguir esas
reglas es Apocōātl, la gran serpiente emplumada. Si bien
su forma puede ser diferente para las distintas naciones
aztlanas, todas lo llaman igual. Algunos postulan que es
uno de los viejos dioses, que de alguna manera todavía está
en este mundo, y otros piensan que solo es el más poderoso
de los nuevos. De cualquier manera, sus hazañas dejan
claro que está muy por encima del resto.
El orden cósmico
Los modestos seres humanos no tienen excusa para
eludir su responsabilidad en el gran esquema de las cosas.
Según las verdades reveladas por los dioses en diversas
ocasiones y a través de diferentes medios, ya sean sacer-
dotes, chamanes o adivinos, la realidad es, de hecho, una
unidad en la que todas las cosas están conectadas entre sí.
Los aztlanos, como todos los demás seres vivos, tienen un
papel que desempeñar.
De hecho, en todo Aztlán las historias que hablaban
sobre cómo fue creado el mundo convinieron en que el
creador, ya fuera un dios padre de todo o un conjunto de
dioses, desapareció o se sacrificó en el proceso de creación.
El resultado fue el mundo tal como lo vemos, poblado por
varios seres, desde los dioses vivientes que ahora caminan
por la tierra hasta los mortales que los adoran. Los reyes-
dioses que siguieron al dios creador trabajaron dentro de la
creación de ese dios, a pesar de su gran poder. Incluso ellos
tuvieron que honrar el sacrificio del creador.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 29
 Sin embargo, el universo no es una entidad estancada. En
todo lo que los rodea, la gente de Aztlán encuentra pruebas
de una constante en el mundo: el cambio continuo, el ciclo
de la vida, la muerte y el renacimiento. El sol aparece por la
mañana y se desvanece por la tarde. La luna crece y mengua,
a medida que las estaciones pasan de cálidas a frías y cálidas
de nuevo. Las semillas se plantan y crecen completamente,
solo para ser cosechadas y transformadas en los alimentos
que los humanos necesitan para sobrevivir.
En este sentido, la realidad en su conjunto puede redu-
cirse a un equilibrio dinámico entre fuerzas opuestas.
Caos y orden. Luz y tinieblas. Muerte y vida. Flora y fauna.
Mortales y dioses. Todas son parte de él, y ninguna fuerza
puede existir sin la otra.
El papel de los dioses es custodiar las partes más grandes
de lo que conforma la realidad, como las estrellas y los
ciclos naturales. Es gracias a sus esfuerzos y su existencia
continua que el mundo es habitable, lo que permite a los
mortales llevar sus vidas sin obstáculos. Por supuesto, no
pueden profanar este orden, y es por eso que los aztlanos,
que son lo suficientemente sabios, nunca rezarían a los
dioses para pedirles nada excepto que continúen con su
sagrado deber de preservar la realidad.
Si hay un período de sequía que afecta la tierra, por
ejemplo, ya no hay nada que hacer. La causa de la sequía es
que algo, un ritual, una ceremonia o un festival, por ejemplo,
no se realizó correctamente o en el momento adecuado.
Consecuentemente, lo único que se puede hacer es asegu-
rarse de que el rito correspondiente sea realizado correcta-
mente en el futuro. Pedir que se «arregle» es pedir que la
realidad misma se doble a voluntad de los simples humanos.
Otros mundos
Otra noción profundamente conectada con el orden
cósmico general es la de tres reinos o partes diferentes de
la realidad. Estas esferas de existencia no están completa-
mente separadas unas de otras, sin embargo, cada una tiene
sus propios habitantes y leyes correspondientes.
Es más útil pensar en estos mundos en términos de
diferentes naciones que comparten una frontera que en
realidades completas. Existen de forma independiente y es
más común encontrar dioses en el supramundo que en el
reino terrestre, por ejemplo, pero están lo suficientemente
cerca como para permitir el movimiento entre ellos bajo
circunstancias especiales. En términos físicos, estos mundos
existen más allá de las cuatro direcciones y, a pesar de ser
30 CAPÍTULO 1: Aztlán
referidos como planos superiores o inferiores, esas deno-
minaciones se utilizan para designar su estatus más que su
orientación geográfica.
Aunque los nombres y los detalles difieren de una cultura
a otra, todos los aztlanos están de acuerdo en algunas carac-
terísticas generales que estos mundos diferentes comparten.
Negar estas realidades sería una absurda muestra de hibris.
El supramundo
El supramundo es el reino sobre Terra, el lugar designado
como la morada de los dioses. Es desde aquí que los nuevos
dioses presiden sobre el sol, la luna y el resto de las estrellas,
que existen en su forma primordial dentro de este plano.
Observadores atentos se dieron cuenta pronto de que los
movimientos de los dioses podrían ser descifrados por los
movimientos astrológicos de los planetas y de las estrellas
en el cielo de la noche, y registraron tal conocimiento como
mejor pudieron.
La mayoría de las nociones del supramundo convinieron
en que dentro del plano había un número de capas o
estratos, generalmente trece, y que el más alto era donde
normalmente podía encontrarse a los dioses. En algunas
cosmovisiones, como la del Imperio de Kuraq, solo los
nobles pueden entrar en esta esfera tras su muerte. Otros,
como los tzak k'anos, le confieren tales honores a quienes
mueren en batalla, o a las mujeres que mueren dando a luz.
El mundo medio
Este es el reino terrenal, la realidad física que incluye Aztlán,
Théah, Ifri, etc. Dependiendo de cada cultura aztlana, se
puede considerar que Terra está ubicada a lomos de un
monstruo marino que también era un sapo gigantesco
(Alianza Nahuacana), o que es una de las muchas realidades
que son accesibles desde los otros dos mundos (Tzak K'an).
Aparte de las cuatro direcciones, el mundo medio incluye
otra ubicación importante: el Axis Mundi. Aunque cada
cultura lo ubica en distintos lugares de Aztlán, todos
convienen en que hay solo un verdadero centro del mundo,
uno que se manifiesta en diversos sitios pero es, esencial-
mente, un solo lugar. El Axis Mundi es de importancia
primordial pues representa no solo el punto del que
emanan las cuatro direcciones, sino que también es el lugar
que conecta los tres reinos.
De hecho, la mayoría de las creencias consideran que
este es el lugar más apropiado para comunicarse con los
dioses y, como tal, los pueblos de Aztlán han puesto un
gran esfuerzo en crear maravillas arquitectónicas dignas
de esta magnificencia. A su vez, estos lugares también se
han convertido en moradas de facto para las clases domi-
nantes de cada cultura, excepto en el caso de la Alianza
Nahuacana. En este último caso, se cree que el Axis Mundi
fue habitado (y destruido) por los propios reyes-dioses del
Imperio de Aztlán.
El inframundo
El inframundo es el lugar donde yacen los muertos. Una
característica común que prevalece en todas las creencias
aztlanas es que el inframundo está organizado en nueve
niveles distintos y descendentes. Todas las culturas
también están de acuerdo en que las almas de los vivos
deben atravesar algunos o todos ellos antes de alcanzar su
lugar de descanso final en el nivel más bajo o trascender al
plano celestial.
Otra idea generalizada es que no sólo no está prohibido
sino que es posible entrar al inframundo desde varios
puntos de referencia geográficos, especialmente cuevas o
cuerpos de aguas estancadas. Se dice que estos últimos en
general, y los lagos y manantiales naturales en particular,
albergan poderes regenerativos, y son buscados tanto
por los curanderos ambiciosos como por los pacientes
más desesperados.
Al mismo tiempo, el inframundo es también un lugar
de decadencia y enfermedad, lleno de horrores y castigos
innombrables, como lugares enteramente dedicados a deso-
llar a la gente o devorar sus corazones. La mayoría de los
eruditos y sacerdotes aztlanos reconocen que estos procesos
son esenciales para purificar las almas de los muertos antes
de que puedan alcanzar su destino celestial. A pesar de eso,
los cuentos e historias que involucran viajes por el infra-
mundo generalmente se consideran terroríficos y no son
para los débiles de corazón.
Una cultura, sin embargo, no sólo abraza el inframundo
con todas sus maravillas y horrores, sino que se ocupa de
los espíritus de los muertos en el día a día. Para la gente
del Imperio de Kuraq, sus vecinos del norte son tontos
supersticiosos que desperdician la más preciosa de todas
las riquezas: el conocimiento y los poderes de aquellos
que habitan más allá de la tumba. Para el resto de Aztlán,
la tierra llena de tontos es el Imperio de Kuraq; después
de todo, ¿quién más traficaría tan frecuentemente con
los muertos?
Prácticas religiosas
Los aspectos más diferenciadores entre los aztlanos, con
respecto a su espiritualidad, son sus prácticas religiosas.
Dado que cada cultura tiene sus propias deidades, calen-
darios y conjunto particular de creencias, aquí se pueden
encontrar sus principales diferencias cuando se trata de reli-
gión. A pesar de eso, todavía es posible generalizar algunas
prácticas y actitudes que se encuentran por todo Aztlán.
Adoración y devoción personales
Como se mencionó anteriormente, la cosmovisión aztlana
se basa en la noción de que en realidad todo está conectado.
Según su perspectiva, y las historias que los dioses han rela-
cionado con ellos de una forma u otra, los seres humanos
fueron creados con el propósito de servir a los dioses por
medio de su adoración y devoción. Algunos incluso susu-
rran que los mismos reyes-dioses crearon a los aztlanos
(y a todos los demás humanos). A cambio, los dioses se
asegurarían de que el mundo continuara su existencia en su
forma actual, la única que puede sustentar la vida humana
tal como la conocemos.
Por esta razón, la base de la religión aztlana no es una
creencia, al menos no como los théanos entienden el
término, sino una responsabilidad. Los aztlanos saben que
los dioses existen y que, a pesar de las apariencias, ayudan
a toda la humanidad con su existencia. Teniendo en cuenta
eso, lo único apropiado que los mortales pueden hacer es
ofrecer sus pensamientos, oraciones y numerosos actos de
sacrificio a cambio de sustentar a los dioses.
En esencia, los dioses y los mortales existen en una rela-
ción de beneficio mutuo. Gracias al sacrificio primordial
de los dioses, los humanos fueron creados y se les dio un
mundo en el que podían habitar. Después de eso, solo es
apropiado que los seres humanos se sacrifiquen, figurada-
mente, y le devuelvan el favor a los dioses por medio de una
adoración adecuada que asegurará que puedan continuar
su existencia. Finalmente, las divinidades una vez más
devuelven el favor a la humanidad preservando el orden
cósmico tal como es.
Este ciclo místico e interminable es la base del estilo de
vida aztlano y, sin él, todos los pueblos que viven en estas
tierras temen que el mundo inevitablemente llegaría a su fin.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 31
 Ceremonias y rituales
Además de la práctica básica de adoración y devoción
personal a los dioses, los aztlanos han instaurado una
serie de ceremonias y rituales que funcionan como actos de
veneración comunales. Aunque esto puede parecer similar
a la misa de la Iglesia vaticana, las diferentes ceremonias y
rituales que emplean los aztlanos tienen un aspecto místico
verdaderamente trascendental para ellos que está muy
alejada de las oraciones e himnos de los théanos.
De hecho, cada vez que la comunidad se reúne para tales
casos, los resultados siempre se pueden percibir de inme-
diato. A veces son solo algunas palabras relatadas por el
conducto a cargo de la ceremonia, mientras que en otras
las respuestas se reflejan en el extraño mundo que habitan:
una lluvia repentina, un viento que sopla en una dirección
inesperada o incluso algo tan radical como un día que se
convierte en noche (y viceversa). En las ocasiones más
trascendentales, o cuando el ritual es de particular impor-
tancia, la deidad o deidades a menudo aparecen en forma
física frente a sus adoradores, comunicándoles en persona
sus respuestas.
32 CAPÍTULO 1: Aztlán
Los detalles de cada ritual varían de una cultura a otra y, a
veces, incluso dentro de la misma cultura, ya que las prác-
ticas locales los adaptan o modifican para adecuarse mejor
a sus deidades locales. Es importante recordar que incluso
las comunidades menores tienen deidades que poseen
vínculos específicos con ellas, lo que resulta en prácticas
particulares y aisladas que no se pueden ver en cualquier
otra parte, dedicadas a divinidades imposibles de encontrar
en ningún otro lugar.
Sin embargo, un aspecto que comparten todos los
rituales en Aztlán es que se componen de una secuencia
específica de actividades que se repiten en el mismo orden
cada vez, prestando una atención casi obsesiva a los deta-
lles. Aun así, se pueden identificar ciertos pasos en casi
todos los rituales importantes o masivos bajo las siguientes
categorías generales.
Declaración de propósito o intención
En este paso, los participantes deben intentar conectarse
con la deidad específica para la ocasión expresando, a veces
verbalmente y otras en pensamiento, el motivo del ritual.
En este punto, aún no se ha producido ninguna mani-
festación u ofrenda de poder, pero este estado mental
es fundamental para tener una comunión exitosa con lo
divino. Por lo general, esto incluye una oración, canto o
meditación realizada antes del ritual per se, a menudo en
un lugar separado del sitio donde se llevará a cabo el ritual.

Establecimiento de protecciones
o salvaguardias
Una vez que la intención del ritual está clara, es importante
establecer ciertas protecciones que garanticen la seguridad
de los participantes y de la deidad involucrada. Estas salva-
guardias suelen ser de naturaleza tanto mística como física,
y son una de las razones por las que es difícil detener un
ritual una vez que ha comenzado.
Este es un paso que suele llevar a cabo la líder a cargo del
ritual en el lugar sagrado y consiste en inscribir, o renovar,
las marcas que protegen y santifican el lugar.
Destierro de seres indeseados
y limpieza general
Antes de que pueda comenzar el ritual, los participantes
deben asegurarse de que ninguna otra entidad pueda inter-
ferir en la ceremonia. Todo ritual implica ofrecer poder
místico (generalmente en forma de sacrificio figurado),
lo que atrae a una serie de entidades no deseadas al lugar
consagrado, incluso si no son los destinatarios previstos.
Por ello, la líder comúnmente guía a los participantes en
una oración, canto o baile coordinados y diseñados para
expulsar a las entidades no deseadas del lugar sagrado
donde se llevará a cabo el ritual.
El trance
Una vez que se cumplen todas las condiciones anteriores,
la líder del ritual desempeña su papel de puente entre
lo divino y los mortales. Aunque todos los participantes
comparten la misma responsabilidad en el ritual, solo este
«conducto» puede comunicar eficazmente los deseos de la
comunidad a la deidad, así como traer de vuelta cualquier
mensaje de inspiración divina a la asamblea. Este paso es
particularmente agotador, mental y físicamente, y es la
razón por la que solo personas entrenadas deben intentar
tales hazañas. Este trance puede reflejarse en el conducto
perdiendo el conocimiento, murmurando palabras en una
lengua desconocida o bailando una melodía silenciosa, solo
por nombrar algunos ejemplos.
SACRIFICIOS
HUMANOS
Aunque alguna vez fue una práctica común
entre los pueblos de Aztlán, ahora el sacrificio
humano ha sido casi universalmente aban-
donado como práctica religiosa. De hecho,
ahora es aborrecido públicamente tanto por las
personas en el poder como por aquellos que
afirman tener alguna conexión o comprensión
acerca de los dioses.
Cierre
Después de completar con éxito el ritual, el conducto
debe garantizar que la conexión con lo divino se corte por
completo para evitar que otros abusen de él. Este paso
generalmente es un reflejo de lo que se hizo en la etapa de
destierro, ya que intenta proteger tanto a la deidad como a
los participantes de interferencias no deseadas de cualquier
tipo. Como tal, es habitual que el conducto borre o rompa
las marcas hechas durante el paso de limpieza, liberando
las energías místicas utilizadas en el ritual y, esencialmente,
cortando la conexión con lo divino.
Recuperación y restauración
Para terminar, todos los participantes deben realizar una
serie de acciones prescritas antes de volver a sus actividades
habituales para restaurar su propia individualidad y sentido
de sí mismos. Todo ritual requiere, en su forma más básica,
que los participantes entren en un estado de contemplación,
de participación con lo divino; y por eso deben abstraerse
de este estado.
En este paso, la líder a menudo realiza una serie secreta de
sonidos o gestos especialmente diseñados para «despertar»
a la comunidad y devolverlos a su estado previo al ritual.
Estos pasos no son una guía para realizar una ceremonia,
sino que simplemente describen las prácticas generales.
Para los aztlanos, un ritual es una experiencia continua
que involucra orgánicamente los pasos descritos anterior-
mente, entretejidos en un tapiz tan complejo y tan simple
de entender como el mundo que los rodea.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 33
 Festivales
Además de los rituales específicos, los festivales (ceremo-
nias poco estructuradas) actúan como tradiciones que han
pasado a ser de uso común y que involucran poderosas
situaciones ritualistas cuyo significado no resulta evidente
para alguien que no sea un conducto o un erudito intere-
sado en tales asuntos.
En este sentido, los festivales aztlanos son las experien-
cias divinas más sencillas de realizar para que cualquiera
participe, desde los más pequeños hasta extranjeros de todo
tipo, incluso théanos. Son eventos en los que la comunidad
celebra a sus dioses en público, recreando las historias de
sus vidas mediante danzas, canciones y narraciones orales.
Como tales, sirven tanto como recordatorios del gran
esquema de las cosas como situaciones en las que los más
jóvenes de la comunidad pueden ser educados a través de
la exposición directa al estilo de vida aztlano. Los festivales
suelen honrar a todos los dioses, aunque algunos están
dedicados a un solo dios en un día específico del año.
En general, los aztlanos celebran festivales a través del
continente en las fechas que corresponden a los aconteci-
mientos astronómicos relevantes, tales como el principio de
cada estación y de otras ocasiones relacionadas a lo agrícola.
Es más probable que los nahuacanos celebren festivales en
torno a las victorias militares, mientras que los festivales
tzak k'anos tradicionalmente se adhieren al calendario
antiguo. Como era de esperar, la Emperatriz ha prohibido
casi todos los festivales locales en Kuraq, alegando que los
festivales patrocinados por el estado deberían ser el foco
de la vida kuraq.
Si se les presiona, la mayoría de los líderes aztlanos dirían
que el sacrificio ritual que los dioses exigieron nunca fue
uno de simple derramamiento de sangre y destrucción, sino
de profunda devoción y rendición a los poderes superiores.
Las diferentes culturas aztlanas tienen sus propias histo-
rias sobre cómo y por qué ocurrió este cambio, pero todas
están más o menos de acuerdo en que alejarse del sacrificio
humano implicó una negociación entre humanos y dioses.
Aun así, y como una forma de preservar la tradición,
la mayoría de las prácticas religiosas hasta el día de hoy
incluyen alguna forma de sacrificio simbólico, como la
quema de efigies o la matanza ritual de animales, que poste-
riormente son consumidos por las personas que participan
en las festividades y situaciones similares donde ocurren
estos sacrificios.
34 CAPÍTULO 1: Aztlán
Los conductos de los dioses
En el orden cósmico de Aztlán, solo hombres y mujeres
entrenados pueden servir como puente entre lo humano
y lo divino. Aunque reciben muchos nombres y ocupan
cargos distintos según cada cultura, tienen una cosa en
común: son los encargados de mantener la conexión
entre dioses y seres humanos. Son los reyes y reinas,
sacerdotes y sacerdotisas, chamanes, oráculos, adivinos
y curanderos.
Son los conductos de los dioses.
Todas las culturas de Aztlán están de acuerdo en la
importancia de dicha posición y, en consecuencia, han desa-
rrollado una serie de sistemas que aseguran que solo las
personas más calificadas, confiables y capacitadas puedan
alcanzar este estatus. Esto es aún más importante en el caso
de los gobernantes de la gente de Aztlán. Dado que gene-
ralmente son elegidos por un consejo de ancianos (como en
la Alianza Nahuacana) o nombrados directamente desde
el más allá (como en el caso del Imperio de Kuraq), su
entrenamiento es aún más riguroso, si es posible, que el de
un conducto «normal».
Los conductos mantienen abierta la comunicación entre
los dioses y las personas, realizando rituales y ritos que
apaciguan y alaban a los dioses. Están entrenados espe-
cíficamente para tener este honor. Dicho esto, los dioses
caminan entre las naciones aztlanas. Eligen hablar con
quien quieran, y dichas personas no tienen por qué ser un
conducto. De hecho, los dioses a menudo eligen personas
que no tienen entrenamiento formal para enseñarles
lecciones y promulgar su voluntad.
Convertirse en un conducto
En el caso de los niños interesados en entrar al servicio de
los dioses, por lo general se les exige que reciban algún tipo
de educación formal, desde vastas academias sacerdotales
hasta la tutoría de un hombre o mujer de reconocida sabi-
duría en la materia. Esta educación generalmente involucra
una amplia gama de temas, aprender a leer, escribir, inter-
pretar el movimiento de las estrellas, música, danza, cómo
dirigirse a las deidades y cómo ejecutar un ritual, solo por
nombrar algunos.
En esta etapa, el aspirante a conducto normalmente
tiene que superar con éxito una serie de pruebas dise-
ñadas para probar su conocimiento, sabiduría y ense-
ñarle humildad. Solo unos pocos de los interesados

terminan esta formación básica, e incluso los que
fracasan se consideran hombres y mujeres con conoci-
mientos y sabiduría sustanciales en cualquier ocupación
que decidan seguir.
La vida de un conducto
Aquellos que pasan las pruebas, sin embargo, recuerdan
esos momentos como una época dorada en sus vidas.
Después de convertirse en un novato reconocido, estos
conductos recién nombrados deben cumplir de inmediato
las expectativas de sus superiores comportándose adecua-
damente en todos los casos. Deben vestirse, comer, hablar e
incluso dormir como se espera, además de sus obligaciones
como asistentes de los conductos «reales», los encargados
de las ceremonias y rituales.
Aquellos que sobreviven a este entrenamiento intenso y
siempre atento se convierten con el tiempo en los nuevos
conductos de su gente, casi sin darse cuenta. Aunque es una
etapa difícil y agotadora, los resultados bien valen la espera:
los hombres y mujeres que lo soportan se convierten en
mediadores mesurados, perspicaces y confiables entre la
humanidad y los dioses, dignos de su título.
Dioses y comunicación
Convertirse en un conducto no le da a una persona acceso
inmediato a la comunicación directa con su dios. Los
conductos son elegidos por su comunidad y la gente, no
por los dioses mismos. Si bien hablan y se comunican
con los dioses, no son los únicos con quienes los dioses
se comunicarán.
Un conducto es el orador elegido por la comunidad
para los dioses. Incluso si rara vez habla directamente
con los dioses, tiene una posición de poder dentro de la
sociedad. Ser un conducto es un deber serio y poderoso
entre la población aztlana, pero a los dioses rara vez les
importa si alguien es un conducto o no cuando deciden
con quién conversar.
Los dioses eligen por sí mismos con quién hablar,
aunque es más probable que le brinden orientación y
acepten la adoración de aquellos que conocen los rituales
y las formas de adoración adecuados, que solo los
conductos pueden reclamar conocer. Otras personas en
Aztlán interactúan con sus dioses directamente a diario,
cuando el dios encuentra la necesidad de que un humano
realice una u otra tarea.
OTROS CONDUCTOS
Aunque esta sección se centra principalmente en
los sacerdotes y su formación, el uso del término
conducto es intencional. A pesar de que los
sacerdotes son el tipo de conducto más común,
una amplia gama de figuras de inspiración divina
forman parte de la vida cotidiana de Aztlán.
Dependiendo de sus creencias específicas, cada
cultura del continente reconoce la existencia de
personas que pueden comunicarse casi libremente
con los dioses (chamanes); personas que actúan
como recipientes para los mensajes de los dioses
(oráculos); personas que pueden adivinar el diseño
de los dioses a través de varios medios (adivinos);
e incluso personas que pueden discernir y tratar
las dolencias sobrenaturales que afectan a los
mortales (curanderos). Se pueden encontrar más
descripciones de cada tipo de conducto en los
capítulos que describen cada cultura.
Gobernantes iluminados
Aquellos elegidos para convertirse en los gobernantes de
Aztlán, o que son vistos como parcialmente divinos, tienen
que lidiar no solo con los requisitos de administrar justicia,
impuestos y asuntos políticos, sino que también deben actuar
como portavoces de sus pueblos cuando se trata de lo divino.
En la cosmovisión aztlana, solo una persona que
comprende y puede tratar con los dioses es digna de
gobernar. Después de todo, ¿quién podría expresar las nece-
sidades y los deseos de la gente a los dioses? Por ello, no
solo exigen a sus gobernantes habilidades administrativas
sustanciales, sino también una profunda comprensión de
lo divino. Sin esto último, es imposible que un gobernante
ejerza su poder correctamente.
Los aztlanos esperan que sus soberanos los defiendan de
las fuerzas dañinas de otro mundo, entablen diálogo con lo
divino con la ayuda de conductos y, en esencia, mantengan el
orden del universo desde su posición privilegiada. Los dioses,
aunque normalmente no se involucran en los asuntos coti-
dianos del gobierno, pueden llegar en cualquier momento
para forzar a un gobernante a cumplir con sus obligaciones.
Es por eso que los aztlanos ven a sus gobernantes como
seres excepcionales y semidivinos, lo mejor que sus respectivos
pueblos pueden ofrecer. En ocasiones, los théanos han malin-
terpretado esto como una especie de culto hacia los soberanos
cuando, de hecho, es solo una reafirmación de la dignidad de
tales individuos. Si los aztlanos encuentran a alguien indigno
de soportar tal carga, trabajan para poner fin a su gobierno.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 35
 Dioses y monstruos de A tlán
Los siguientes extractos proceden del diario de una exploradora castellana que intenta comprender las leyendas aztlanas. La mayoría
de los aztlanos nativos no estarían de acuerdo con sus conclusiones.

Extractos seleccionados de Historia Naturalis Mundi Novi: Opus Tripartitum

(«Historia natural del Nuevo Mundo: una obra en tres volúmenes»),
de Alfonsina del Carmen Ezkibel de Hurtado

Del Prefacio
Este libro no está completo y nunca
lo estará.
Una vida entera dedicada a la
búsqueda de conocimientos sobre
Aztlán no es suficiente. De hecho,
no creo que muchas vidas pudieran
registrar suficientemente todas las
maravillas y terrores que encierran
estas tierras.
Pero eso no significa que no fielmente posible, la verdad sobre los
debamos intentarlo, ¿verdad? misterios que Aztlán tiene para ofrecer,
Espero, sobre todo, que este libro sea desde la ciudad más al norte de la
una invitación. Un llamado abierto a Alianza Nahuacana hasta el último
todas las almas atrevidas que fueron lo pukara del Imperio de Kuraq en el sur.
suficientemente valientes como para Y aunque me encantaría ofrecer algo
venir aquí a dedicar sus vidas, como más sustancial que mis palabras como
yo y muchos otros lo hemos hecho, a recompensa, es, por desgracia, todo lo
la causa. Explorar y registrar, lo más que tengo.

Del Volumen Primus: De Amicitia Nahuaca

(«Primer Volumen: de la Alianza Nahuacana»)
Ahuizotl
Según los informes recolectados de
varios nahuacanos, estas «cosas acuá-
ticas espinosas» (la traducción aproxi-
mada de su nombre en nuestro idioma)
parecen ser muy parecidas a nuestros
perros pero con una mano en la cola,
las púas de su nombre, una piel negra y
suave y un apetito insaciable por ciertas
partes de la anatomía humana.
Este último aspecto de su natu-
raleza las convierte en una especie
particularmente difícil de estudiar y,
como resultado, la mayoría de las expe-
diciones han regresado sin resultados
o no han regresado en absoluto. De
los que han tenido éxito (y han sido
pocos y distantes entre sí), han surgido
algunos puntos en común al comparar
informes y testimonios. Aparte de
las características antes mencionadas,
la expedición liderada por Dina de
Firenze reveló que los ahuitzotl parecen
vivir en aguas poco profundas cerca
de la costa, donde presuntamente
capturan a sus víctimas con la mano
de la cola. Luego parecen arrastrarlos a
las profundidades para ahogarlos antes
de comerse solo los ojos, las uñas y los
dientes, dejando el resto del cuerpo,
que luego vuelve a flotar a la superficie.
Después de una investigación escrupu-
losa y de entrevistas con los lugareños, el
consenso es que el ahuitzotl fue creado

36 CAPÍTULO 1: Aztlán
por Tlacatpochtli, el dios de la lluvia.
Un informe presentado por Sir Charles
Dibber registra a un entrevistado que
dice que estas criaturas son «los perros
de Tlacatpochtli» y que cumplen sus
órdenes al «cazar mortales a las órdenes
de su creador». Según sus palabras, solo
comen las partes antes mencionadas
Chaneque ohuican
Tuomas Kides fue el primero en
catalogar a los chaneques ohuican,
criaturas parecidas a duendes, que
muchos nahuacanos creen que son
elementales de la naturaleza que
buscan defenderla contra los intrusos.
En palabras de su compañera de
estudios Davena Bowles: «Pueden
adoptar la forma de niños pequeños
o ancianos, y pueden convencer a los
transeúntes de seguirlos hasta Mictlán»,
este último término se refiere a una
de las creencias de los inframundos
aztlanos. Según muchos informes, si
una víctima logra escapar de su anzuelo,
a menudo se la encuentra vagando de
regreso a su hogar, sin recuerdos de lo
que realmente le sucedió durante el
tiempo de su ausencia. Como resultado,
la mayoría de las desapariciones inex-
plicables se suelen atribuir al trabajo de
los chaneques ohuican.
Quinametzin
Todo lo que encontramos sobre los
syrne en nuestra nativa Théah fueron
pocas y dispersas ruinas. Pero, ¿qué
harían nuestros estudiosos con magní-
ficas pirámides que desafían los cielos
o, más aún, con toda una ciudad de
dimensiones gigantescas e imposibles?
Ese es el legado de los quinametzin,
los gigantes que primero habitaron el
mundo según la tradición nahuacana.
Aunque la principal investigación de
campo realizada por Ragnvaldr Hendel
se basó principalmente en registros,
canciones y grabados, el trabajo de
Eisen no debe descartarse como
meros «cuentos populares». La prueba
porque ahí es donde «reside el alma, y
eso es lo que les pide Tlacatpochtli: las
almas de los Elegidos».
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre el ahuitzotl:
¿Por qué comen solo los ojos, las uñas
y los dientes de hombres y mujeres?
Aparte de eso, la característica más
comúnmente mencionada sobre
ellos es su supuesta capacidad para
sacar de un susto el alma del cuerpo
de un intruso, atrapando esa esencia
de alguna manera fuera de una
persona. Según François Moreau,
múltiples testigos han asegurado
que quienes sufrieron tales ataques y
no recuperaron su «alma» a tiempo
han sufrido muertes agonizantes.
Esto ha llevado a numerosas inda-
gaciones y exploraciones en busca
de estas «almas perdidas», así como
a presentar a los eruditos théanos
nueva evidencia sobre la existencia
del alma y su importancia clave para
la existencia humana.
Una especie con características
similares es el aluxo'ob (sing. alux),
una criatura muy conocida en las
ciudades-estado de Tzak K'an y
de la existencia de estos gigantes
se encuentra en toda la Alianza
Nahuacana y, especialmente, en la
maravillosa magnitud de Mīlllahco, la
Gran Pirámide de Ōlōxochicalco y la
ciudad de Tlaichtacān. Estas construc-
ciones «imposibles» han desconcertado
a numerosos théanos expertos en
arquitectura, que parecen incapaces de
proporcionar ningún medio pasado
o actual para replicar estas estructuras
perfectas en una escala tan gigantesca.
A pesar de su tecnología avanzada,
es difícil creer que los nahuacanos
pudieran incluso hoy construir tales
maravillas, menos hace cientos de años.
¿Por qué Tlacatpochtli exige
estos tributos de carne a
su descendencia?
Si alguien sobreviviera a sus
ataques y al viaje, ¿sería posible
encontrar su guarida en el fondo
del océano?
estudiada a fondo por Dominga
Muñoz. Queda por ver si son iguales
o una variación particular de un tema
común. Finalmente, es interesante
notar las similitudes con nuestros
propios duendes castellanos y los
gobelinos de Montaigne.
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los chane-
ques ohuican:
¿Por qué llevan solo a ciertas
personas a Mictlán? ¿Es esta
alguna forma de castigo? ¿Cómo se
puede escapar de su anzuelo?
¿Por qué todos pierden sus
recuerdos después de un encuentro
con ellos? ¿Hay alguna forma de
conservar esos recuerdos?
¿Cómo se puede recuperar el alma
si uno es atacado por ellos?
¿Cómo, uno se puede preguntar,
fueron destruidos estos titanes? ¿Qué
tipo de calamidad podría provocar
su final? Las historias que Hendel
tradujo y conservó para la posteridad
hablan de «la ira de los dioses» sobre
la «falta de adoración adecuada» de
los gigantes y algunos otros «grandes
pecados» que se cometieron durante
su reinado. La verdad sobre estas
declaraciones, como todo lo relacio-
nado con los quinametzin, aguarda
para ser revelada por completo.
En el lado más mundano de las
cosas, algunas de las personas involu-
cradas en el llamado «Movimiento de
7º MAR EL NUEVO MUNDO 37
 Restauración Nahuacana» argu- irremediablemente como resultado. ¿Cómo construyeron Mīlllahco, la
mentan que la mejor manera de traer Después de todo, ¿Qué podemos Gran Pirámide de Ōlōxochicalco?
de vuelta las maravillas de antaño nosotros, insignificantes mortales, ¿Quién guarda ese secreto hoy en día?
es averiguar si hay descendientes de hacer contra criaturas de tal fuerza ¿Alguno de ellos sigue vivo? ¿Es la
quinametzin y pedirles que se unan y poder? ¿Y qué podría evitar que ciudad de Tlaichtacān su morada
a su causa. Queda por ver si esto es tomaran no solo la Alianza, sino todo y/o escondite?
solo una mera ilusión o una posibi- Aztlán o incluso, los dioses no lo
lidad real, pero, si tales descendientes quieran, la propia Théah? Si están vivos y dispuestos a parla-
existen, todo nuestro sistema de Estas son algunas de las preguntas mentar, ¿se unirían al Movimiento
creencias y existencia, podría alterarse sin respuesta sobre los quinametzin: de Restauración Nahuacana?

Víctimas de Ehecah Totech

Una de las deidades nahuacanas más
desconcertantes, Ehēcah Totech,
encarna la unión de opuestos
(aparentes) que generalmente eluden
nuestras simples mentes théanas
yasnavianas. Se trata de un dios que
está asociado con la agricultura, la
vegetación y la primavera, así como
con las enfermedades, la guerra y, en
particular, el desollamiento, tanto para
él como para otros (desafortunados)
receptores de su atención.
Estas vasijas, que de aquí en adelante
serán denominadas «víctimas» de la
deidad, fueron descritas por primera
vez por Zina Ludmila Kuznetsov
después de encontrarlas en una visita al
Gran Templo de Pepechotlán. Según
su informe (que a su vez registra el
testimonio de un «sacerdote fanático
de la deidad»): «[Las víctimas] fueron
desolladas vivas para que Nuestro
Señor el Poseedor [es decir, Ehēcah
Totech] pudiera usar su carne».
Una investigación más profunda
de su parte reveló que los cuerpos sin
piel que quedan atrás después de este
ritual no mueren, sino que, en cambio, Ehēcah Totech.
siguen existiendo con una sola motiva-
ción en sus posiblemente trastornadas
mentes: buscar carne humana para
cubrirse. La verdadera tragedia en este
caso es que incluso cuando logran
esta horrible meta, todos sus esfuerzos
son finalmente en vano, porque
cualquier piel que puedan conseguir se
descompone rápidamente al entrar en
contacto con su carne expuesta, como
si fuera el resultado de una bendición,
o una maldición, de su dios.
La única parte aliviadora del
informe ussuro es que, al menos de
acuerdo con la información propor-
cionada por los eruditos nahuacanos,
el dios no ha creado nuevas víctimas
en mucho tiempo.
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre las víctimas de
¿Cómo fueron desollados vivos?
¿Qué tipo de delito merece un castigo
tan terrible? ¿Puede alguien conver-
tirse en uno de ellos hoy en día?
¿Por qué siguen viviendo después
de sufrir un tormento tan terrible?
¿Cuáles son sus debilidades, si
las tienen?
¿Hay alguna forma de pacificar
o dar un entierro adecuado a
estas criaturas?

Desde el Voluminen Secundum: De Civitate Tzak K'ani

(«Segundo volumen: de las ciudades-estado de Tzak K'an»)
B'olon T'oon
Aunque alguna vez se creyó que eran
una deidad en el vasto panteón tzak
k'ano, las «Nueve zancadas» (traduc-
ción aproximada) se revelaron como
algo mucho más simple y, al mismo
tiempo, mucho más aterrador: son,
al menos de acuerdo con la investi-
gación de Magnhildr Hildr, simple
y llanamente «los espíritus de la
destrucción que aparecen al final de
cada mundo».
Aunque muchos eruditos han refu-
tado la investigación de Vesten como
simples delirios de una mujer loca,
mis fuentes más confiables han reco-
pilado información de varios sabios
y mujeres tzak k'anos que confirman
las palabras de Hildr, al menos en lo
que respecta a la identificación de
los b’olon t’oon como una especie de
familia cuya principal característica
es que está compuesta por criaturas
de nueve patas.
Aparte de eso, el resto de los
informes son contradictorios en
el mejor de los casos y, en el peor,
apenas legibles. Un grupo de
exploradores liderado por un tal
Gionata Vincenzo Guerino Gregorio
Cisternino afirmó haber encontrado
a un grupo de ellos y, después de
algún acuerdo no revelado, pudo
recibir «el mensaje de los b’olon
t’oon». Cuál fue ese mensaje se
ha convertido en tema de muchas
conjeturas, ya que después de ese
informe tanto Gionata como sus
compañeros desaparecieron sin
dejar rastro.

38 CAPÍTULO 1: Aztlán
 Otro grupo completamente indepen- no parece haber regresado nunca de tan
diente relató una reunión similar, pero trascendental viaje.
en su caso el resultado fue un viaje a
«una región en el aire más alto, mucho
más allá de los límites observables del
cielo». Lo que eso significa sigue siendo
un enigma, uno que probablemente
nunca se resolverá, ya que este grupo
Camaztoz
Este nombre, que significa «murcié-
lago de la muerte», se refiere tanto a la
deidad tzak k'ana como a la bandada
de murciélagos que residen en Xibalbá,
el inframundo según los tzak k'anos.
El relato más fidedigno de su
existencia se encuentra en un ejemplar
del Libro del Pueblo, traducido por
Trinidad Cruz Villaverde. Son descritos
como esqueléticos en apariencia, de
tamaño colosal y extremadamente
peligrosos. En una de las historias
eran capaces de arrancarle la cabeza
a una persona de un golpe. También
pueden salir de Xibalbá en cantidades
suficientes para cubrir el cielo si se
les provoca. Según los registros del ya
mencionado libro, esto ha ocurrido al
menos tres veces y todas con consecuen-
cias desastrosas para los provocadores.
Maniquí
De todas las leyendas e historias que
he estudiado en mis numerosos viajes
a través de Aztlán, ninguna ha infun-
dido más terror en mi alma que ésta.
Y aunque con mucho gusto sería la
primera en descartarla como solo un
cuento popular, mi propia experiencia
me ha demostrado la terrible verdad
de los maniquíes.
Estaba en una de mis exploraciones,
muy profundo dentro de una de
las ciudades-estados de Tzak K'an,
cuando oí los rumores sobre ellos,
siempre en susurros y seguidos de
fervientes rezos a sus numerosos dioses.
En pocas palabras, los maniquíes son
los restos del primer intento fallido
de los dioses tzak k'anos de crear a
la humanidad. Tallados en madera,
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los b’olon t’oon :
¿Es posible sobrevivir a un
encuentro con ellos? ¿Cuál es la
clave de un resultado tan fortuito?
El principal problema con
Camaztoz es que puedes encon-
trarlos por accidente. Ese suele
ser el resultado que consiguen
los exploradores ignorantes que
vagan muy cerca de una apertura al
inframundo; por ejemplo, una cueva
o un pozo. Estas criaturas aladas
parecen estar siempre listas para
emerger rápidamente para proteger
su reino y su señor, arrastrando a
cualquier explorador distraído de
vuelta a Xibalbá con ellos.
Otra especie probablemente rela-
cionada con esta es la descrita en el
mismo libro como «un hombre con
alas de murciélago». Aunque no son
tan feroces como sus contrapartes
antes mencionadas, estas encar-
naciones parecen ser mucho más
pero tan humanos en apariencia que
resultan engañosos, caminan entre los
vivos aún a día de hoy, desapercibidos
la mayor parte del tiempo gracias a su
aspecto impactantemente semejante
al nuestro. De hecho, las únicas
indicaciones de su verdadera identidad
parecen ser su incapacidad para hablar
y sus miradas vacías.
Tuve la suerte, o desgracia, depen-
diendo del punto de vista, de estar
presente cuando fue expuesta la
verdadera naturaleza de una de aque-
llas criaturas. Aunque impactante, la
experiencia solo se habría quedado en
anecdótica si no fuera porque apenas
un par de días después vi lo que solo
podría describir como una versión de
mí misma, hecha de madera, dejar
¿Qué mensaje traen, si es que hay
alguno, sobre el fin del mundo?
¿Se pueden montar de forma
(relativamente) segura? ¿Cuál sería
el precio de un viaje así? ¿Dónde
te llevarían con sus nueve patas?
peligrosas. De hecho, en una nota
de la traductora, Cruz Villaverde
comenta: «Estas criaturas traen los
tratos de Lord Tohil y sus términos
nunca son buenos para quienes los
reciben».
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los camaztoz:
¿Qué tipo de provocación les haría
cubrir el sol?
¿Cómo puede uno distinguir
las cuevas o los pozos malditos
protegidos por ellos? ¿Puede uno
sobrevivir a ser arrastrado por ellos
al inframundo?
¿Qué mensaje del inframundo
traen cuando aparecen sin provo-
cación? ¿Cuáles son los términos de
su oferta?
la ciudad que acababa de visitar para
internarse en la jungla.
A partir de ese día no puedo
quitarme la imagen de la cabeza y, me
temo, me acompañará hasta la tumba.
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los maniquíes:
¿Cómo se pueden distinguir? ¿Qué
tipo de magia los protege de ser
detectados? ¿Puede ser utilizada por
los mortales?
¿Qué hechizo los invoca? ¿Dónde
se puede encontrar? ¿Cuáles
son los costos o componentes de
dicho encantamiento?
Si alguien pudiera invocarlos con
éxito, ¿cómo podría cualquier
otro detenerlos?
7º MAR EL NUEVO MUNDO 39
 Pet Mo'
En los registros tzak k'anos, el
mundo actual es solo uno de una
serie de mundos. Cualquiera que
haya leído el primer volumen de esta
obra recordará la historia nahuacana
respecto a los quinametzin, gigantes
de una realidad anterior semejante y
una coincidencia inquietante entre
dos culturas diferentes y mayormente
aisladas, pero estoy divagando.
Sin embargo, el caso de los Pet
Mo', los «descendientes» de una
antigua deidad, tiene sus propias
características particulares que
lo distinguen.
La primera es que este nombre
aparece por primera vez en referencia
al «Único sol verdadero», una deidad
que supuestamente fue derribada del
cielo por los Hermanos Heroicos, los
famosos héroes legendarios según
los estudios de tzak k'anos sobre
el asunto.
Del Volumen Tertium: De Imperio de Kuraq
(«Tercer volumen: Del Imperio de Kuraq»)
Amaru
Los amarus son grandes serpientes
aladas de dos cabezas (una de pájaro y
la otra de puma) que habitan debajo de
las montañas Hark'apa. Los primeros
avistamientos de estas criaturas fueron
reportados por Caridad Vega de
Ochoa, la primera théana en cruzar las
montañas Hark'apa y entrar al Imperio
de Kuraq. Según Cristina Mata, su
cronista y compañera, los amaru que
vieron estaban «volando por encima
del Anti y, de repente, se desvanecieron
en el aire, como si de un momento a
otro se hubieran vuelto inmateriales».
Este informe corresponde a la infor-
mación recopilada posteriormente por
otros exploradores y por el testimonio
de varios hombres y mujeres sabios
que fueron entrevistados por ellos. En
palabras que recordó Augustin Bisset:
40 CAPÍTULO 1: Aztlán
Nada de esto sería relevante
(excepto para aquellos interesados
en el estudio de tales historias) si no
fuera por la obsesión por este tema
que demostró Fiorenzo Montagna,
el infame saqueador de tumbas
vodaccio que tanto daño causó
a nuestra misión académica aquí
en Aztlán.
Varias fuentes fiables confirman
que ha estado enviando y liderando
numerosas expediciones para seguir
cualquier pista que pudiera conducir
a los supuestos descendientes del Pet
Mo' original, ya que estas criaturas
aparentemente poseen algunas de las
mismas habilidades y conocimientos
que su creador. Esas mismas fuentes
mencionan que la información
reunida hasta ahora sugiere que estos
pueden «impartir el conocimiento
del mundo anterior», por un
precio. Se desconoce el precio de tal
«Ellos [los amaru] son capaces de tras-
cender el plano terrenal e ir al sitio más
allá». No se ha confirmado qué es ese
«sitio más allá», pero varios informes de
diferentes fuentes coincidieron en que
probablemente hace referencia al Ukhu
Pacha, el otro mundo del pueblo kuraq.
En relación a esta habilidad,
otras investigaciones han revelado
una conexión entre los amaru y el
reino celestial. Se dice que son los
guardianes de las entradas a ese lugar,
aunque el rol específico que desem-
peñan sigue siendo un misterio.
La característica más importante
de los amaru, o al menos la más
políticamente relevante hoy en
día, es la de ser identificados por
algunos como sirvientes de Suway,
el dios de la muerte y el patrón de
privilegio inaudito, pero nadie en
su sano juicio se negaría a arriesgar
su propia vida, o incluso algo peor,
a cambio.
Lamentablemente, Montagna
nunca ha sido conocido por su
moderación o mesura, especial-
mente cuando se trata de adquirir
algo poderoso que no le pertenece
por derecho.
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los Pet Mo':
¿Qué exigen a cambio de
parte de su conocimiento del
mundo anterior?
En caso de enfadarlos, ¿cómo
pueden ser derrotados? ¿Cuáles
son sus debilidades? ¿Qué tipo de
recursos utilizó Hun-Ahpu para
derrotarlos la primera vez?
¿Hay alguna forma de devolverles
el poder que tenían antes?
la Emperatriz. Algunos van incluso
más allá y los identifican como los
ojos y oídos de Suway, algo que, de
resultar cierto, podría convertirlos en
poderosos actores políticos.
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los amaru:
¿Hay manera de tratar con ellos?
¿Cuál es el precio de un viaje al otro
mundo? ¿A dónde te llevarían allí?
¿Pueden revelar algo sobre Suway,
sus intenciones o, lo que es más
importante, sus debilidades?
¿Hay alguna forma de evitar que
le comuniquen a Suway lo que
ven o escuchan?
Inkarri
Los inkarri son los gobernantes y
líderes fallecidos del pueblo kuraq
que nunca fueron momificados y,
por lo tanto, estaban destinados a
quedar atrapados en este mundo, sin
alcanzar nunca su merecido puesto
como antepasados. En una cultura
donde la línea entre la vida y la
muerte apenas se puede distinguir,
los inkarri son la prueba de que ni
siquiera la muerte puede detener la
determinación de algunos espíritus a
guiar los destinos de su gente.
Curiosamente, el hecho más
relevante sobre los inkarri no es que
sean personas que todavía están vivas
después de morir y ser desmembradas,
sino quién ideó el plan para que
siguieran viviendo así y por qué
Unu Pachakuti
Según las creencias kuraq, hubo un
mundo anterior, uno que los dioses
destruyeron en una gran inundación.
Se desconocen las razones de esta
terrible decisión, pero el resultado está los espíritus del gran diluvio que
a nuestro alrededor: la creación de este acabaron con el mundo anterior.
mundo en el que ahora vivimos.
La historia menciona que
Ninaq'ara, la gran deidad creadora de zado a rechazar las enseñanzas del
la tradición kuraq, convocó a varios
espíritus para desatar este cataclismo si no hacen algo radical, Ninaq'ara
sobre la gente que una vez vivió
alrededor del lago K'ayra. De los
hombres y mujeres que vivían allí,
solo dos se salvaron y han seguido
viviendo desde entonces.
Ellos son Ñawpaq e Iskay, y
ahora viajan a través del Imperio
Oqe Phutiy
Ésta es la denominación que la gente
ha dado a un particular fenómeno que
ha surgido como consecuencia de la
llegada de los théanos a Aztlán. Según
esta creencia, los wak'as, los espíritus
o lugares sagrados del Imperio, están
profundamente molestos por la
retorcida razón. Algunos susurran,
no muy alto, por supuesto, que estos
antepasados amenazaron a los actuales
gobernantes en vida y que estos, a
su vez, temerosos de lo que podrían
hacer una vez que llegaran al más allá,
decidieron desmembrar y enterrar los
restos de los inkarri en ubicaciones a
gran distancia entre sí, para que nunca
más pudieran volver a comunicar su
voluntad a sus descendientes.
Si ese era su plan, hay que decir
que los resultados fueron, por decir
lo menos, infructuosos. No solo han
podido desafiar esta condena, sino
que han jurado levantarse nuevamente
y vengarse de quienes los ofendieron.
Los inkarri fueron, según las palabras
de un Pachakutek, «reconstruidos por
advirtiendo al pueblo kuraq que sus
«malas costumbres» traerán un nuevo
fin a este mundo. Uno que llegará en
las alas acuosas de los unu pachakuti,
Aunque muchos optan por ignorar
esta advertencia, otros han comen-
Imperio en secreto, temerosos de que
desatará su ira sobre ellos, y sobre
todo Aztlán, más temprano que
tarde. Otros todavía mencionan las
recientes catástrofes climáticas y las
fuertes lluvias nunca antes vistas
como prueba segura de que los unu
pachakuti ya han sido invocados por
presencia de extranjeros que profanan
las tierras que alguna vez fueron
puras. El resultado de esta ira es que
los wak'as han comenzado a poseer
a algunos kuraq, haciéndolos bailar
al son de una música silenciosa y
anunciar a través de mensajes crípticos
el Dios de la Muerte en los vientres de
la ciudad perdida de Kachu Pual, y sus
cuerpos parcheados han comenzado la
búsqueda de aquellos que les infli-
gieron esta terrible maldición, ansiosos
por exigir su venganza».
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los inkarri:
¿Dónde está la ciudad perdida de
Kachu Pual mientras están a la
espera? ¿Cómo se puede llegar?
¿Se puede razonar con ellos?
¿Cuáles son los términos de
cualquier tipo de tratado con ellos?
Si estuvieran libres, ¿se pondrían
del lado de la Emperatriz o de
la Resistencia? ¿Quién les impuso
esta maldición?
Ninaq'ara y lo único que queda por
hacer es pedir perdón y someter su
vida a la voluntad del gran padre.
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los unu pachakuti:
¿Qué incidente provocaría que
desencadenaran finalmente otro
Gran Diluvio en el mundo?
¿Se vería afectada Théah por
tal incidente?
¿Siguen solo las órdenes de
Ninaq'ara o pueden ser contro-
lados por algún tipo de magia?
Una vez desatados, ¿se pueden
detener? ¿Qué tipo de ritual o
sacrificio sería necesario?
su voluntad divina de acabar con toda
la presencia théana en el Imperio de
Kuraq y en el resto de Aztlán.
Según el testimonio de la explo-
radora Terézia Szöke, quien estuvo
presente en la manifestación de estos
espíritus: «Ellos [los oqe phutiy]
7º MAR EL NUEVO MUNDO 41
 hacían hablar a los poseídos con
una voz extraña, revelando de forma
enrevesada que tenían los wak'as
dentro de ellos. Después, todos se
pintaron la cara con un tinte rojo y
fueron a un lugar especial al lado de
algunas piedras sagradas. En ese lugar
permanecieron, mientras el resto de
la gente comenzó a adorarlos como
wak'as encarnados, o "oqe phutiy"».
Después de enviarse este informe,
Szöke desapareció y aún no ha sido
encontrada, a pesar de que se ofreció
Anexo: De Deis Mundi Novi
(«De los dioses del Nuevo Mundo»)
En nuestra búsqueda por
comprender y hacer una crónica
de la existencia de las entidades
vivientes del Nuevo Mundo, nos
hemos encontrado con algunas
que desafían toda clasificación. No
solo son efectivamente inmortales,
dado que sus vidas se cuentan en
Ayar Kachi
Ayar, el legendario hermano de
Manqu Qhapaq, es comúnmente
conocido por ser un gigante atrapado
debajo de las montañas Hark'apa,
encarcelado por sus hermanos en la
serie de cavernas conocidas como las
Cavernas de Llakipakuy, cuya ubica-
ción hoy en día se desconoce. La razón
de este encarcelamiento también es un
misterio, pero más de un historiador
kuraq concuerda en que la causa
principal detrás de esta decisión es su
comportamiento violento. Esta infor-
mación es particularmente confiable
cuando se considera la comunicación
que tienen las casas nobles de los
kuraq con sus antepasados.
Otro factor a tener en cuenta es la
supuesta fuerza de Ayar Kachi. Las
42 CAPÍTULO 1: Aztlán
una recompensa sustancial a cambio
de información sobre su paradero.
Por inquietantes que sean esta
y otras crónicas, nuestras manos,
como théanos, parecen atadas en
este asunto. Ninguna de las expedi-
ciones, que yo y otros enviamos a los
supuestos lugares donde oqe phutiy
se habían manifestado, ha encon-
trado rastro de ellos y, después de la
desaparición de la sármata, menos
aventureros parecen estar dispuestos
a embarcarse en tal búsqueda.
siglos y milenios en lugar de años,
sino que también parecen poseer
poderes y habilidades que van más
allá de todo lo que hemos llegado
a considerar «natural». Como
resultado, he recurrido a un lenguaje
que no es principalmente naturalista
y está más en línea con lo que uno
historias más conservadoras hablan
de un poder «incomparable», mien-
tras que las más poéticas y exageradas
mencionan hazañas como su
capacidad para derribar una montaña nadie sabe qué tipo de horrores
con un solo disparo de su honda.
El principal interesado en esta
situación parece ser su hermano,
Manqu Qhapaq. Aunque técnica-
mente ya no está vivo, su espíritu
ha expresado a través de varios
receptáculos en numerosas ocasiones
su determinación por evitar que
su hermano escape de su encarce-
lamiento a toda costa. Ha hecho
declaraciones públicas ofreciendo
riquezas y remuneraciones substan-
ciales a cualquiera que esté dispuesto
a arriesgarse a realizar el viaje a las
Estas son algunas de las preguntas
sin respuesta sobre los oqe phutiy:
¿Puede cualquiera ser poseído
por ellos? ¿Qué características
comparten los poseídos? ¿Por qué se
pintan la cara de rojo?
¿Qué tipo de ritual es necesario
para completar su obra y desatar
el poder de los wak'as sobre
los théanos?
¿Cuál es la relación entre ellos y
la Resistencia?
esperaría de los textos de la Iglesia
vaticana y de los filósofos por igual.
Les presento por este medio,
entonces, relatos fidedignos sobre
algunos de estos dioses que caminan
por Aztlán, porque no pueden ser
llamados de otra manera.
Cavernas de Llakipakuy para cercio-
rarse de que Ayar permanece inactivo.
Lo único que es seguro es que, si
Ayar pudiera escapar de su prisión,
podría desatar en el Imperio de
Kuraq y el resto de Aztlán.
A pesar de estar encerrado debajo
de una montaña, Ayar Kachi
regularmente contacta a través de
oráculos y sacerdotes. Un sacer-
docio entero lo adora, a pesar de la
insistencia de su hermano muerto
en que permanezca encerrado.
Los sacerdotes le rezan por fuerza
y poder, y a menudo pueden
ser encontrados ocultos entre los
militares kuraq.
Nacatlicue
Otra historia desconcertante que
desafía nuestras nociones habituales
del bien y el mal es la que narra
la caída de Nacatlicue, registrada
en nuestro idioma gracias a los
valientes esfuerzos de Mies Willy Van
Hofwegen, líder de la renombrada
Intrépida Compañía de Excavadores.
Se dice que la temible y poderosa
«Madre mortal» de los nahuacanos
viste con una falda de serpientes que
se retuercen (el significado literal de su
nombre en nuestro idioma) y collares
hechos de corazones, manos y cráneos
humanos. Según las enseñanzas
de Nahuan, ella representa el nexo
entre la vida y la muerte, uno que su
historia encarna acertadamente.
Después de ser asesinada por su
rencorosa hija, Coyolxuahqui, junto
a un ejército de cuatrocientos más
de sus retoños, ella dio vida, aun
en muerte, al dios Huitzilopochtli, desatara, nadie parece saber con
jurando al mismo tiempo que
mataría a su descendencia trai-
cionera. A medida que su cabeza
se separaba de su cuerpo, el dios
protector nahuacano emergió,
armado para la batalla para vengar a
su madre.
Después de esa experiencia la
diosa continuó su existencia, aunque
su temible semblante fue amplifi-
cado por dos cabezas de serpiente
sangrientas que reemplazaron su
incomparablemente hermoso rostro
terrenal. El resultado es una deidad
que proporciona vida y muerte a sus
seguidores, y una cuya cólera contra
Coyolxuahqui y el resto de sus niños
ingobernables se ha ido acumulando
por muchos soles. Si esa ira se
certeza quién sería el objetivo, o los
objetivos, de su justa venganza.
Nacatlicue tiene devotos en
todas partes de Aztlán, no sólo
en la Alianza Nahuacana. Sus
conductos son sacerdotes y líderes
de su fe. Ella los guía en sus
actividades agrícolas, y aquellos
que siguen su dirección tienen
las cosechas más abundantes y los
mejores animales reproductores. Y
mientras sus seguidores afirman
que ya no practican sacrificios de
sangre, si alguien llega a morir en
su nombre, mucho mejor.

Lum Pak' y Cabrakan

Estos hermanos gemelos son el
espíritu de la tierra más profunda
y el del terremoto, respectivamente.
Lum Pak' es, al menos según los
cuentos populares de los tzak k'anos,
un caimán gigante tan poderoso que
era capaz de crear montañas, hasta
que fue convertido en piedra por
los legendarios Hermanos Heroicos.
Su historia no sería más que una
fábula, de no ser por los inquie-
tantes informes sobre montañas
que aparecen de la nada, solo para
desaparecer inesperadamente.
Uno de esos eventos fue reportado
por Elspet MacKendrick, un intré-
pido explorador que ha visto y oído
más que la mayoría de los théanos en
Aztlán y de cuya palabra puedo dar fe.
Sin embargo, si Lum Pak ' está libre,
ese es solo la mitad del problema. Su
contraparte es aún más peligrosa y
ha sido descrita como un «espíritu
temperamental sin consideración por
ninguna vida o forma de adoración».
De hecho, los informes que describen
las montañas en movimiento han ido
acompañados de una disminución
apreciable de los movimientos de
tierra en la región correspondiente
a las ciudades-estado de Tzak K'an.
Queda por ver si esto es una señal
de un evento cataclísmico, pero, en
cualquier caso, el deber de cualquier
erudito es desentrañar la verdad de
estos hechos y, si es posible, ayudar
a los tzak k'anos a encontrar una
solución al problema, o problemas.
Tanto Lum Pak 'como Cabrakan
tienen un puñado de fieles
esparcidos por las ciudades-estado
de Tzak K'an. Cabrakan no tiene
conductos exclusivos. De vez en
cuando, alguien afirma tener una
visión de la tierra moviéndose
debajo de ellos, pero rara vez lleva
a alguna parte. Lum Pak', en
cambio, habla con sus sacerdotes
con regularidad. Estos sacerdotes
viven en Yok'ol, una pequeña
ciudad-estado dedicada a su
culto. La mayoría de los tzak
k'anos refutan la existencia de tal
culto de sacerdotes, pero quienes
se encuentran con ellos descubren
por qué fue encerrado en piedra en
primer lugar.

7º MAR EL NUEVO MUNDO 43

44 CAPÍTULO 2: The Nahuacan Alliance
Capítulo 2
La Alian a Nahuacana
7º MAR EL NUEVO MUNDO 45
 La Alian a Nahuacana
«Enviamos comerciantes y diplomáticos
para solicitar tu vasallaje, pero los
reprendiste. Ya no lo estamos pidiendo».
—Ome Tochtli del Cuāuhmeh
La Alianza Nahuacana forjó su imperio en el crisol de la
batalla, templándolo con el rigor de las estructuras legales
y políticas. La Alianza, que se extiende desde la costa
oriental del continente de Aztlán hasta la occidental, une
un sinnúmero de estados de habla náhuatl, les guste o no,
bajo el liderazgo de cuatro grandes ciudades y sus pode-
rosas deidades.
Los nahuacanos se adhieren a una rígida jerarquía social,
pero aplauden el heroísmo y la excelencia sin importar la
46 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
clase o posición social. Sus hechiceros ostentan poderes
asombrosos derivados del corazón cultural de la civilización
y de las criaturas más mortíferas de la naturaleza. Sus ejér-
citos, valientes y organizados, subyugan a todos los estados
de la región. Ser nahuacano es ser el más fuerte.
Sin embargo, la Alianza corre peligro desde dentro.
Chicahua Tlatoa, el Gran Orador y líder electo, es joven y no
ha sido puesto a prueba. No tiene la influencia y el poder de
los que le precedieron. Los líderes de las dos fuerzas militares
de élite en Nahuacán, el Águila y el Jaguar, están enfrascados
en una batalla para ganarse su atención o para subyugar su
gobierno. Sabe que conspiran contra él, pero no puede hacer
nada para detenerlos. Ninguno de los dos ha hecho algo en
su contra aún, pero sabe que es solo cuestión de tiempo.
Para sus ciudadanos y aliados, la Alianza Nahuacana
representa orden, civilización, arte, riqueza y seguridad.
Para sus enemigos, la Alianza Nahuacana representa tiranía,
uniformidad, robo y militarismo desenfrenado. Los héroes
nahuacanos son abogados cruzados, genios tácticos, atletas
estrella, artesanos prodigios y emprendedores audaces. Los
villanos nahuacanos son gobernadores despóticos, caudillos
despiadados, brujas sociópatas y terroristas sectarios.
La historia de la Alianza
La región nahuacana se extiende por el tercio norte del
continente de Aztlán desde el este hasta el mar del oeste.
Alberga una miríada de biomas, desde los desiertos áridos
del norte hasta las llanuras costeras del este y las imponentes
montañas que se extienden de norte a sur. La mayor parte
del interior, sin embargo, es seco y árido, lleno de desiertos
casi intransitables y atravesado por caminos pavimentados
y estaciones de paso entre las ciudades. La gente que habita
esta tierra no pertenece a una sola cultura, pero la Alianza es
una institución tanto cultural como cívica; algunas historias
son consistentes de ciudad-estado a ciudad-estado.
La mayoría de las historias que cuentan los nahuacanos
sobre sus orígenes tienen sus raíces en la guerra y la
conquista, en las batallas que dieron forma al rostro de la
Alianza y sus objetivos. Pero, antes de las batallas y antes
de la llegada de los nuevos dioses que sirven como patrones
de las cuatro ciudades principales que gobiernan la Alianza
Nahuacana, existía el Imperio de Aztlán: orgulloso, desa-
fiante y condenado.
La era del Imperio
La edad imperial de Aztlán está cubierta de mitos y miste-
rios. El rumor sostiene que el imperio duró miles de años.
Doblegó a la tierra, el cielo y el mar a su voluntad con mara-
villas tecnológicas que ahora permanecen intactas y a salvo
en lo profundo de la tierra o en lo alto de las montañas.
Se extendió por todo el continente e incluso cruzó el mar,
dispersando colonias a lo largo de Théah y más allá.
Las historias de quién y qué fue el Imperio son tan
variadas como las ciudades-estado. Muchos dentro de las
ciudades centrales de la Alianza creen que son lo que queda
del Imperio. Otros creen que el Imperio fue habitado por
un pueblo diferente. No meros ancestros, sino las primeras
personas cuya vida y cultura ahora son incognoscibles.
Sin embargo, los nahuacanos están de acuerdo en las
razones del fracaso del Imperio. En el apogeo de su poder, el
gobierno imperial, ignorado por los reyes-dioses decadentes,
se volvió indisciplinado y complaciente. Los delitos menores
se convirtieron en una bola de nieve de violencia desenfre-
nada. Los bandidos y las brujas se hicieron con el poder polí-
tico. Los ejércitos imperiales, inexpertos y desorganizados
por una larga paz, estaban dispersos y eran ineficaces.
Donde las familias, las academias, las casas nobles y los
gremios de comerciantes alguna vez unieron a las personas,
las bandas criminales enemistadas ahora las separaban. Los
reyes-dioses, reacios a gobernar con un propósito, no inter-
cedieron cuando el imperio cayó víctima de una serie de
desastres naturales simultáneos.
Una coalición de familias asociadas por la amistad, el
matrimonio y la sangre huyó al desierto. Debajo de una
montaña con vista a sus casas abandonadas, las personas
que alguna vez vivieron en torres relucientes y villas en
expansión se refugiaron como trogloditas prehistóricos
en un sistema de siete cuevas. A medida que los templos
ardían y las ciudades caían a su alrededor, la gente volvió al
estado de sus antepasados antes del Imperio: se volvieron
cazadores y recolectores, acobardados por el miedo al clima
y los depredadores, rascando recursos de los bosques o
arrancándolos de los cadáveres de ciudades moribundas.
Hierofanía
Mucho después de la Caída, cuatro figuras entraron en
las cuevas y convocaron a los ancianos de estas familias.
Una tenía la piel oscura como la obsidiana y los ojos como
chispas que saltaban del pedernal. Uno se quemaba azul
como el fuego. Una no llevaba piel, solo músculo sangriento
y tendones expuestos a los elementos. El último era una
serpiente de plumas blancas con ojos tristes y tranquilos. Se
presentaron como cuatro hijos de un antiguo dios que fue
víctima de una edad perdida, los nuevos dioses que venían
a proteger a la humanidad de sí misma, llevando a sus hijos
adoptivos a una nueva era de civilización.
Estas personas, que se llamarían a sí mismas nahuacanos,
salieron de las cuevas, desesperadas y asustadas, pero
confiando en estos extraños y luminosos seres. Cuando los
enemigos marcharon hacia ellos desde el sur, el dios de la
llama azul desenroscó su cinturón, que se transformó en
una serpiente de fuego de un kilómetro de largo, y azotó a
los enemigos de los nahuacanos haciéndolos huir mientras
encendía en llamas sus ropas con cada golpe. Cuando los
enemigos marcharon desde el este, la diosa roja sin piel
sembró la tierra con su sangre, haciendo que imponentes
cactus brotaran y alejaran a los enemigos con sus espinas.
Cuando los enemigos marcharon desde el norte, la diosa
negra exhaló una niebla densa y cegadora, y envió polillas
y murciélagos con alas de obsidiana a apuñalarlos a muerte
silenciosamente en medio de la confusión. Cuando los
enemigos marcharon desde el oeste, el dios-serpiente
blanco creció hasta alcanzar el tamaño de una gran pirá-
mide y los devoró enteros.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 47
 Tomar las armas
Incluso en una época de leyendas, los guerreros del Imperio
de Aztlán portaban armas y armaduras legendarias, más
duras y afiladas que cualquier otro metal en Terra. Pero
las forjas que las produjeron fueron abandonadas en la
Caída y las finas armas que crearon fueron esparcidas a
los cuatro vientos.
Los nahuacanos tenían pocas armas de este tipo y no
podían hacer más. Las minas de Aztlán ya se habían
agotado, pero incluso si no fuera así, ¿cómo podría una
comunidad de refugiados esperar extraer y trabajar el
material sin capacitación? En cambio, los nahuacanos se
defendieron con lo que encontraron a su alrededor.
Aprendieron a fabricar armas simples y letales con trozos
de obsidiana y cobre martilleado, y armaduras de materia
vegetal y plumas. Se familiarizaron con el bosque, practi-
caron maniobras y estudiaron tácticas para poder superar
a enemigos mejor equipados que ellos, presagiando su
eventual éxito contra los théanos en un futuro lejano.
Todos los nahuacanos aprendieron a luchar. Incluso
los niños o ancianos podían fijar lanzas largas contra la
carga de un enemigo, mientras que los guerreros más
fuertes se paraban delante de ellos listos para lo que fuera.
Catalogaron qué técnicas y estrategias tuvieron éxito o
fracasaron, aprendiendo de cada batalla y entrenando
durante cada momento libre. La tradición militar de
Nahuacán evolucionó a partir del miedo y la desespera-
ción, pero funcionó, manteniéndose inquebrantable hasta
los ejércitos de la actualidad.
48 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
De la brujería a la hechicería
El Imperio de Aztlán temía a los hechiceros. Por orden de los
reyes-dioses, la brujería era castigada con la muerte. Ningún
aztlano honesto pensaría jamás en practicar la magia, que
pertenecía exclusivamente a los magos y brujas del cerco que
vivían en la tierra salvaje fuera de la civilización. Aquellos que
ejercían su retorcido oficio en dudosa ventaja de las almas
desesperadas que no tenían a quién más recurrir.
Pero ahora los nahuacanos vivían en esa tierra salvaje.
Se habían convertido en los forasteros a los que siempre
habían despreciado. Mientras hechiceros malvados inva-
dían las ciudades del Imperio, los nahuacanos le rogaron a
los dioses que les enseñaran hechicería para poder prote-
gerse del mal incluso cuando ellos no estuvieran ahí para
defenderlos. Los dioses no tomaron ofensa de la magia, y
accedieron sin reparos a ayudar a sus seguidores.
Cada uno de los cuatro dioses enseñó a su pueblo una
tradición de hechicería. La diosa negra, Ītzzohualli, enseñó
a los nahuacanos a adivinar posibles futuros al mirar un
disco de espejo a través de una cortina de humo. La serpiente
blanca, Apocōātl, enseñó a los nahuacanos a evocar sus almas
en formas animales, adoptando rasgos de una bestia totémica
o incluso manifestándolas como una criatura compañera.
Tlehuitzin, el coronado por las llamas, les enseñó a orga-
nizar las plumas de las aves en patrones que canalizaban
hechizos para repeler el daño. Finalmente, Nacatlicue, la sin
piel, les enseñó el secreto del sacrificio: que la muerte de algo
sagrado para un dios, o una muerte afectada por algo dentro
del alcance de un dios, llevaba a la glorificación, permitiendo
que la deidad absorbiera la vida del ser muerto.
 Estos poderes se extendieron a través de la sociedad
nahuacana por primera vez. Pronto, los hechiceros nahua-
canos podrían luchar conjuro a conjuro contra las brujas
y los bandidos que los habían expulsado de sus hogares.
Predijeron los movimientos enemigos con adivinación y
pusieron trampas mortales. Sus guerreros atacaron con la
coordinación de las manadas de lobos y los sentidos de
los búhos, haciendo caso omiso de los golpes que daban
contra sus armaduras emplumadas y sus escudos. Luego
sacrificaron a sus cautivos para fortalecer a sus dioses.
En la actualidad, la mayoría de los nahuacanos civilizados
temen y rechazan aquellas magias peligrosas, como lo
hicieron los antiguos aztlanos, pero ninguno puede negar
el valor de tales hechicerías tras la Caída.
Caminos separados
Cada vez más personas se unieron a la Alianza, pero el
número generó división y los recursos eran pocos. Cada
una de las cuatro deidades tenía una personalidad fuerte
y exigía que los nahuacanos la adoraran primero a ella,
antes que a las demás. Los sacerdocios que se formaron
a su alrededor adoptaron rápidamente sus actitudes. Las
luchas internas eran comunes y los dioses animaban a sus
seguidores a atacar a los de los otros dioses.
Solo pasaron unos pocos años antes de que los nahua-
canos se fragmentaran en cuatro grupos, cada uno gober-
nado por una deidad diferente y su sacerdocio. La gente de
Ītzzohualli caminó hacia el norte adentrándose en valles
fértiles entre volcanes, ricos en obsidiana sagrada, que
convirtieron en armas.
Apocōātl llevó a su gente hacia el oeste, adentrándose en
tierras pantanosas que nadie más creía seguras, dragando
y desviando las marismas y construyendo templos sobre el
agua oscura. Les enseñó a usar las plantas que encontraron
allí como alimento y medicina.
Nacatlicue se dirigió hacia el este, siguiendo las plantas de
maíz que encontró, hasta que su gente dio con los campos
de cereales más extensos que habían visto jamás. Ella les
aseguró que las tierras de su pueblo siempre serían fértiles.
Tlehuitzin viajó hacia el sur, adentrándose en el bosque,
donde la caza era mejor. Era difícil vivir ahí, pero su gente
se endureció a causa de ello, convirtiéndose en hábiles
cazadores y luego en hábiles guerreros, y recolectando el
plumaje de las aves del bosque para crear bellas obras de
arte y magia.
La eterna guerra de los cuatro
Las cuatro ciudades nahuacanas (Mīlllahco al norte,
Tecuehtitlān al oeste, Ōlōxochicalco al este y Nexhuatipec al
sur) tomaron protagonismo. La Caída dio lugar a un tablero
de ajedrez de ciudades-estado en el estrecho continente. Los
terrenos de caza eran escasos, el suelo fértil aún más escaso. Una
miríada de ciudades-estado acumularon armas y entrenaron
bandas de asaltantes para atacar a sus vecinos. Muchos incluso
tenían sus propios dioses; pero siempre estuvo claro que el
poder real residía en los nahuacanos y sus poderosos protectores.
Ōlōxochicalco desarrolló un ejército permanente primero,
seguido de Tecuehtitlān. El excedente agrícola permitió a los
sacerdotes-reyes separar a un número de guerreros consa-
grados. Se entrenaron en artes marciales, patrullaron las
fronteras, informaron sobre los débiles y vulnerables estados
vecinos, y atacaron fuerte y rápido a sus desprevenidos defen-
sores. Mīlllahco y Nexhuatipec, asentamientos más pequeños
con suministros de alimentos más inestables, se apresuraron a
reunir ejércitos en respuesta, pero no pudieron permitirse el
lujo de prescindir del trabajo de tantos soldados en las ciudades
y los campos. Bajo la tutela directa de sus deidades, los sacerdo-
cios reunieron órdenes de tropas de élite más pequeñas.
Los especialistas de Mīlllahco, los Ocēlōmeh o «guerreros
jaguar», eran veloces y sigilosos, y empuñaban lanzas con
punta de obsidiana, hachas de cobre y largos cuchillos de
obsidiana. Vestían pieles de jaguar negro para mezclarse con
la noche y las sombras, y se colaban en los campamentos
enemigos para asesinar a los oficiales y envenenar la comida.
Nexhuatipec blindaba a sus sacerdotes guerreros, los
Cuāuhmeh o «guerreros águila», con trajes de plumas mejorados
mágicamente. Gracias a sus escudos emplumados que les permi-
tían bloquear cualquier golpe, eran la infantería más pesada y
duradera de Aztlán. Los ejércitos del este y del oeste pueden
haber sido más numerosos, pero los Ocēlōmeh y Cuāuhmeh
eran los guerreros más temidos y famosos de Nahuacán.
Cada estado se apresuró a recompensar a su deidad
protectora por su guía y generosidad. Los sacerdotes sacri-
ficaron objetos, cultivos, animales y humanos en lo alto de
enormes templos de piedra. Cada sacrificio vigorizaba a los
dioses, multiplicando los beneficios de la fuerza, la suerte y
la hechicería que otorgaban.
Durante cientos de años, las ciudades lucharon entre
sí, sin que ninguna se destacara sobre las otras. Cuando
la fortuna de una ciudad crecía, las demás se unían en su
contra. Tan pronto como mermaban sus fuerzas, la coali-
ción caía en disputas y el ciclo se repetía.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 49
 La Alianza renace de las cenizas
Cada guerra sucesiva generó nueva tecnología militar;
nuevos avances en táctica, estrategia y organización; y un
número cada vez mayor de sacrificios humanos para elevar
a un dios por encima de los demás.
Por fin, los cuatro ejércitos marcharon a la batalla en la
intersección de las fronteras de sus cuatro estados. Sus
dioses se elevaban por encima de ellos como montañas
andantes. Gracias al sacrificio interminable, sus manifes-
taciones físicas se habían vuelto gigantes. La batalla se iba
a llevar a cabo en una ciudad en ruinas, una reliquia de la
antigua Aztlán. Pero antes de que pudiera sonar la primera
caracola, un oficial salió de entre las líneas de Nexhuatipec,
caminando con dificultad. Se llevó un cuerno para hablar a
los labios, pero en lugar de pronunciar los insultos rituales
que precedían a cualquier batalla importante, dijo esto.
¡Escuchad! Soy un oficial del ejército de Nexhuatipec.
He ganado fama e importancia por tomar más de una
docena de prisioneros para sacrificio, a los mejores
guerreros de las filas enemigas contra las que luché. He
llevado a mis guerreros a victorias y derrotas una y
otra vez. Cuantos más honores se amontonan sobre
mis hombros, más adornos aparecen en mi ropa. Estoy
cansado de esta lucha sin fin y sin sentido. Estoy harto
de ver morir a gente con familia para engrandecer
a mi dios. Ejecutadme por traición o ignoradme, no
me importa. No pelearé más, y si alguno de vosotros
tiene algo de sentido común, tampoco lo hará.
50 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
Y con eso, se quitó el casco de águila y el estandarte atado
a su espalda, dejó caer su mācuahuitl y su escudo emplu-
mado y se sentó.
Tlehuitzin, el más belicoso de los cuatro dioses, avanzó
sobre sus ejércitos, se agachó y alzó al oficial al pasar. El
dios se subió a un antiguo campo de juego y levantó al
oficial a la altura de los ojos. Todos los que miraban estaban
seguros de que Tlehuitzin arrojaría al oficial a sus fauces
ardientes. Pero en cambio escucharon esto.
Este hombre dice una verdad que nadie se ha atrevido
a decir en voz alta. Mis hermanas y hermano, ¿negáis
que tiene razón? ¿Os merece la pena ver morir a cien
almas cada día para saciar vuestra hambre? ¿Logrará
esta batalla algo que las mil anteriores no lograran?
Amo la guerra más que cualquier otra cosa, pero la
guerra solo es sagrada cuando es un conflicto de ideales,
pasiones o supervivencia. Lo que está a punto de
suceder aquí no tiene más importancia que los niños
que se matonean entre sí en la plaza del mercado.
En respuesta, los sacerdotes de Tlehuitzin salieron de
entre sus filas. Realizaron el ritual del sacrificio a Tlehuitzin,
pero en lugar de ofrecer una vida humana, rompieron sus
propias armas en el altar. Tlehuitzin estaba complacido.
Luego, los cuatro dioses, reunidos por primera vez en
siglos, se sentaron en pirámides rotas y templos en ruinas,
llevando a los líderes humanos en sus propias manos para
conversar. Por primera vez desde el comienzo de su historia,
los cuatro estados nahuacanos hablaron entre sí como
hermanos y hermanas. 
Así se formó la Alianza Nahuacana.
El guerrero que habló en contra de la futilidad de la guerra
fue nombrado Gran Orador, una nueva posición entre,
por encima y por debajo de los sacerdocios de los cuatro
estados, con un nuevo deber: discutir con los dioses en
nombre de los mortales.
Un Nahuacán unido
Una sola directriz definió la nueva alianza: que cada ser
humano asesinado por humanos moriría por el bien de
todos, o no moriría en absoluto. El sacrificio humano
terminaría, incluso si eso significaba que los dioses se
debilitarían. Los dioses, agotados por la destrucción de lo
que más querían, estuvieron de acuerdo.
Sin embargo, las tradiciones marciales de las cuatro
naciones seguían muy vivas y ahora estaban listas para
presentar un frente unido. El este y el oeste compartieron
su aguda perspicacia agrícola y logística con el norte y el sur.
El norte y el sur difundieron sus estilos marciales e instruc-
ción de ejercicios al este y al oeste. La sede de la alianza se
formó en Pepechotlán, una ciudad neutral construida para
dirigirlos a todos en igualdad.
La ciudad albergaba a cada dios, con su propio templo y
lugar de culto, reunidos por primera vez en un solo lugar.
Aquí se reúnen el Gran Orador y los ancianos de cada una
de las cuatro grandes ciudades. Si bien cada ciudad sigue
teniendo un gran capital político dentro de la Alianza,
Pepechotlán es el gran unificador.
La alianza creó el ejército más devastadoramente organi-
zado que Aztlán había visto jamás. Durante los siguientes
doscientos años, todas las ciudades-estado de la región se
unieron a la Alianza Nahuacana a través de la diplomacia o
la conquista. Los estados que se resistieron sintieron todo el
peso de la maquinaria militar nahuacana y sus capitales devas-
tadas fueron reconstruidas a la imagen de los nahuacanos.
Contacto théano
Los exploradores odiseanos hicieron el primer contacto con
la Alianza en 1576, estableciendo factorías costeras para
comerciar con ropa, productos manufacturados y obras de
arte théanos con fascinados mercaderes nahuacanos que
transmitían ansiosamente noticias de esta gente extraña a sus
líderes. Las interacciones fueron rentables y benignas al prin-
cipio. Algunos productos manufacturados (plumas sin magia,
esculturas, pinturas) cambiaron de manos, pero Théah ansiaba
sobre todo los metales preciosos de Aztlán, las maderas raras,
las gemas y, especialmente, una especie de insecto escamado
que parasitaba los cactus locales y que arrojaba un tinte carmín
brillante cuando lo aplastaban: la cochinilla.
Sin embargo, los líderes nahuacanos se pusieron ansiosos.
Escucharon informes de Tzak K'an sobre las maravillosas
tecnologías théanas, de una tierra donde el hierro era tan abun-
dante como el agua. Los sacerdotes y generales inspeccionaron
las armas y los materiales traídos de las factorías odiseanas.
Pectorales y cascos pesados hechos de acero reluciente, contra
los cuales la obsidiana se rompía al impactar directamente.
Pistolas, mosquetes y ballestas, cuyos proyectiles podrían
perforar cualquier armadura que no estuviera reforzada mági-
camente. Enormes bestias parecidas a ciervos que cabalgaban
hacia la batalla a velocidades alarmantes, imparables en terreno
abierto. Una invasión a gran escala podría ser catastrófica.
Expediciones tempranas
Algunos théanos no estaban satisfechos con sentarse en facto-
rías costeras y comerciar con los nahuacanos y sus vasallos. La
guerra con Montaigne había empobrecido y privado de sus
derechos a muchos grandes castellanos, que ambicionaban
las riquezas que sabían que podían encontrar tierra adentro:
cobre, oro, plata, tintes, artesanías y artefactos syrneth.
Varias expediciones, a menudo financiadas con préstamos
de la Liga de Vendel, exploraron el territorio nahuacano
con la esperanza de fundar colonias théanas en el Nuevo
Mundo. Pocas expediciones resultaron rentables.
Lord Adán Armando
Los agotadores viajes habían desmoralizado a las fuerzas de
Armando cuando se encontraron con la infantería nahua-
cana. En campo abierto, los théanos demostraron ser una
fuerza superior, con sus caballos y acero contra las armaduras
emplumadas de los soldados nahuacanos y sus espadas de
obsidiana. Los nahuacanos corrieron al primer avistamiento
de ballestas y fuego de mosquete, atrayendo al ejército de
Armando a la jungla y, por tanto, a una condena segura.
Una vez que los théanos entraron en el dominio de los
nahuacanos, se dieron cuenta de su estupidez. Los caballos
no podían entrar en la jungla, los nahuacanos inmovilizaron
a los théanos bajo una lluvia de flechas y piedras de honda,
y mientras se adentraban más en la jungla, guerreros de
escaramuzas rodearon a los théanos de pesadas armaduras.
Como Armando aprendió demasiado tarde, cuanto más
larga era una campaña, peor resultaba. Los regimientos nahua-
canos cruzaron su terreno natal con una velocidad increíble,
tomando recursos de almacenes locales y tiendas de alimentos
ubicadas estratégicamente en todo el territorio, mientras que
los théanos luchaban por cazar animales desconocidos para
alimentarse (y determinar cuáles eran venenosos).
Finalmente, la expedición de Armando resultó en pérdida
una vez que los Ocēlōmeh y Cuāuhmeh los abrumaron y
aventajaron en las desconocidas selvas. En lugar de poder
retirarse, Armando había ido demasiado lejos y aquellos
que los nahuacanos no mataron se perdieron en la jungla.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 51
 Don Fernando Medellín
Fernando Medellín era un noble menor que llegó al Nuevo
Mundo para escapar de unos padres autoritarios y los
escasos recursos de su familia. En Théah había pasado por
una serie de vocaciones fallidas, formándose como abogado,
notario y comerciante. Finalmente, reunió a una tripulación
ansiosa por evitar la Guerra de la Cruz, pidió dinero pres-
tado a un amigo con conexiones en el tesoro castellano y
zarpó a descubrir nuevas tierras.
Medellín tocó tierra en un pequeño estado al noreste
de Ōlōxochicalco en 1631. Los líderes locales le expli-
caron todo lo que quería saber sobre el Nuevo Mundo.
Describieron a la Alianza Nahuacana, cuyo liderazgo auto-
ritario resentían. Describieron a los dioses, que caminaban
en extrañas formas humanas, a veces exigiendo tributos o
servidumbre al servicio de sus intereses ajenos.
Sin cuestionar demasiado este último tema, Medellín
tramó un plan: le declararía a estos «salvajes idólatras» que
él era, de hecho, Apocōātl en forma humana. Si bien el asalto
al estilo de Armando había demostrado ser directamente
una estupidez, Medellín pensó en engañar a los «salvajes»
nahuacanos para que renunciaran a sus posesiones.
Medellín acumuló unos cuantos cientos de aliados de
estados vasallos nahuacanos descontentos y se casó con un
puñado de mujeres locales que tradujeron para él. Encontró
cierta oposición inicial, pero su pólvora y sus armas de
acero le dieron una ventaja sobre la confiada milicia, que
nunca antes había luchado contra tales armas y armaduras.
Don Fernando Medellín marchó hacia el gran mercado
central de Ōlōxochicalco. La multitud se separó a su paso,
porque nunca antes habían visto a un individuo con piel
pálida y cabello en la mitad inferior del rostro. Vestido con
sus relucientes ropas plateadas, subió al estrado en el centro
de la plaza del mercado y declaró que era Apocōātl, en carne
y hueso, y que había llegado para gobernar a su pueblo.
Un silencio cayó sobre la multitud antes de que una niña
se adelantara en medio de los campesinos. «En primer
lugar, Apocōātl parece una serpiente, no un hombre», dijo.
«En segundo lugar, está parado justo allí». Y efectivamente,
el rostro plumoso de la serpiente blanca se elevó entre la
gente, fijando sus ojos llorosos en Medellín. Había ido a
Ōlōxochicalco para ayudar a Nacatlicue a paliar una sequía,
pero ya que estaba ahí, decidió castigar al usurpador.
Apocōātl, el más gentil de los cuatro dioses, persiguió
a Medellín y sus seguidores fuera de Ōlōxochicalco y de
regreso al mar. Los nahuacanos se rieron mucho de todo
52 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
el asunto, confiados en que Medellín había aprendido la
lección… hasta que volvió a intentar exactamente lo mismo,
en un estado vasallo diferente más al sur.
Esta vez Apocōātl no fue tan generoso. Su sacerdote
prendió fuego a la cara de Medellín frente a sus horro-
rizadas esposa e hija, cocinando vivo en su armadura al
usurpador, en lo alto de un templo.
La Serpiente de la Tormenta no se ha aparecido en persona
a sus sacerdotes desde que aquello sucedió. Intentaron
mantener su ausencia en secreto, pero el rumor ya se ha
filtrado por toda la Alianza: Apocōātl se ha ocultado bajo los
pantanos occidentales, durmiendo el mal recuerdo de haber
matado a un humano por primera vez en siglos.
La esposa tzak k'ana de Medellín escapó con su pequeña
hija, jurando vengarse del dios que humilló y mató a su esposo.
Un futuro incierto
A raíz de Medellín, la Alianza ha aumentado la seguridad fron-
teriza. Los Ocēlōmeh permanecen en constante alerta en la
frontera oriental, coordinando las milicias y patrullas locales y
colocando trampas para las expediciones militares. Los comer-
ciantes y mercaderes en el extranjero, en el mar Atabeano o
incluso en Théah, continúan enviando informes a sus supe-
riores de los movimientos de tropas théanas hacia el interior.
A pesar de sus preparativos e inteligencia, los líderes
nahuacanos siguen preocupados. Saben que los théanos
aprenderán a luchar como nahuacanos en poco tiempo,
imitando las formaciones abiertas, las armaduras ligeras y
las armas fáciles de fabricar de sus enemigos. Los nahua-
canos saben que ahora no pueden descansar. Lo peor
todavía puede estar por venir.
Además, la hija de Medellín, Azeneth, ha intentado vengarse
de Apocōātl varias veces en los últimos años. Se enteró de que
entró en hibernación y localizó su lugar de descanso. La última
vez que intentó entrar y matarlo, Heironimus Frederick von
Wetherald y Sonja Adalgild estaban allí para detenerla.
Las preguntas de Azeneth sobre el lugar de descanso de
Apocōātl no pasaron desapercibidas. Los miembros de los
Pochteca se enteraron, y aunque tales cosas no son de su
competencia, pasaron la información a Heironimus y Sonja,
ambos théanos, quienes se sintieron obligados a detenerla.
Finalmente alcanzaron a Azeneth en el lugar de descanso
de Apocōātl y trataron de convencerla de que renunciara
a su venganza. Cuando ella se negó, lucharon contra ella,
pero pudo escapar después de matar a Sonja, quien murió
salvando a su mejor amigo.

Gobierno
La conferencia que condujo a la Alianza original inició un
proceso de compartimentación y especialización de los
distintos brazos del gobierno. Un equilibrio volátil de ambi-
ciones, ideas y talentos individuales impulsa la vasta buro-
cracia de la administración nahuacana. Controla un imperio
en expansión de diferentes etnias, nahuacanos y grupos más
pequeños bajo su vasallaje. Los nahuacanos son excelentes
para presentar un frente unido a los forasteros, pero enfrentan
peligros desde dentro, de lo mismo que los hace fuertes. Hay
grietas en las piedras del templo.
El poder judicial
La sociedad nahuacana es, por encima de todo, legalista.
A pesar de que bromean sobre su burocracia dominante
y complicada, en el fondo la mayoría de los nahuacanos
respetan profundamente las leyes y los sistemas que los
mantienen sanos y unidos. El poder judicial del gobierno es,
por tanto, la base de su sociedad.
Los funcionarios judiciales de mayor rango son los propios
jueces, ancianos venerables que han pasado décadas trabajando
como mensajeros, secretarios, escribanos, abogados y maestros
de escuela antes de ascender para encabezar la Corte Suprema
en el centro de Pepechotlán o uno de los juzgados más pequeños
en cada ciudad y pueblo de la Alianza.
Los jueces presiden las disputas entre todos los demás
miembros de la sociedad nahuacana. Se exigen unos a otros
estrictos estándares de honestidad, justicia y sabio consejo,
porque nada pone más nervioso a un nahuacano que la
posibilidad de ir a los tribunales ante un juez corrupto o
deshonesto. Si el poder judicial encuentra a un juez culpable
de mala conducta o incompetencia grave, ese juez puede ser
ejecutado o, peor aún, rebajado a la condición de esclavo,
para vivir el resto de su vida enfrentando el trabajo duro y
la vergüenza.
Este último castigo fue el destino de Ēhuatii, un juez
pepechotlán de alto rango cuyo propio secretario publicó
pruebas de que Ēhuatii había recibido, durante los últimos
ocho años, sobornos de varios nobles ricos y comerciantes
para fallar a su favor. El juez escapó rápidamente al lago al
norte de Pepechotlán, donde todavía se esconde, enviando a
sus secuaces a Pepechotlán para provocar disturbios entre los
esclavos de la Alianza. Muchos esclavos están discretamente
a favor de la revuelta por buenas razones, pero no saben que
a su líder en realidad no le importa abolir la esclavitud: solo
quiere volver a la cima y cree que una revuelta es la mejor
manera de hacerlo.
HÉROES EN LA CORTE
Cuando los héroes chocan con el gobierno local de
Nahuacán, como suelen hacer los héroes, a menudo
terminan en la corte. Dada la fuerte personalidad de los
abogados y jueces nahuacanos, estos casos judiciales se
caracterizan por discursos grandilocuentes, apelaciones
a la emoción y ataques personales solapados. La corte
rara vez es aburrida cuando hay héroes involucrados.
Los héroes también tienden a recibir intrigantes
condenas. Los jueces nahuacanos tienen mucho
margen para decirles a los criminales qué hacer, por
lo que es poco probable que desperdicien la oportu-
nidad de enviar a un héroe en una búsqueda mortal
para recuperar un artefacto, una expedición militar
para luchar contra los invasores théanos o las células
rebeldes o alguna otra cosa que sea conveniente-
mente desmesurada.
Escuelas nahuacanas
Cada nahuacano interactúa con el poder judicial cuando es
niño, porque el poder judicial opera las escuelas primarias a
las que todos deben asistir, desde el noble más rico hasta el
campesino más pobre.
Los militares fundaron originalmente estas escuelas para
enseñar a los niños artes marciales básicas y primeros auxilios,
para garantizar que toda la población pudiera luchar y apoyar
al ejército permanente en caso de invasión. Más adelante, un
plan de estudios de lectura, escritura, aritmética y derecho
complementó las habilidades marciales, y el poder judicial
asumió la carga de la enseñanza.
Los campesinos nahuacanos no están completamente alfabe-
tizados, el programa está destinado a facilitar el cumplimiento
de los edictos gubernamentales, pero las escuelas al menos abren
las puertas para que los más brillantes (y afortunados) ingresen
en la escuela secundaria y avancen en la sociedad.
Tribunales nahuacanos
El gobierno utiliza investigaciones judiciales para controlar la
economía y las vidas de la gente, y las personas pueden entablar
demandas entre sí incluso si son de bajo rango. Los tribunales más
grandes tienen abogados de oficio que ayudan a las personas con
sus casos, aunque los mejores abogados cobran honorarios legales
para ayudar con el mantenimiento de los tribunales. Escribas y
escultores llevan un escrupuloso registro de casos y fallos.
En el pasado, los jueces y abogados memorizaban los fallos,
mientras que los escultores inscribían los hechos más impor-
tantes en las paredes públicas y los grababan en piedra. Desde
el contacto théano, algunas jurisdicciones se están quedando
sin piedra, pasando a mantener registros en conveniente, pero
perecedero, papel.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 53
 Jueces itinerantes
Si bien las cuatro principales ciudades nahuacanas han
establecido tribunales y jueces en funciones, las aldeas
periféricas y los estados vasallos tienen más dificultades
para mantener tribunales formales. En cambio, los jueces
hacen un circuito de ciudades, visitan cada una y escuchan
los casos de la ciudad, luego continúan. Estos jueces escu-
chan los casos mientras viajan, a veces celebrando tribunales
a lo largo del camino o administrando justicia dentro de
las selvas.
El pueblo nahuacano tiene mucho respeto por sus jueces,
y más aún por los que viajan. Estos pueden esperar un trato
preferencial, un lugar para quedarse y una buena comida
cada vez que llegan a una ciudad.
Muchas ciudades prefieren lidiar con infracciones
menores por su cuenta y solo piden a un juez itinerante
que se ocupe de crímenes particularmente atroces o emita
un juicio sobre asuntos complicados. Y cuando un criminal
peligroso anda suelto, estos jueces ambulantes se encargan
de perseguirlo y hacer justicia.
Algunos jueces hacen el mismo circuito, logrando una
buena relación con los lugareños, pero muchos más viajan
a lo largo de las tierras de la Alianza Nahuacana y rara vez
llegan a una misma ciudad más de una vez al año.
Los militares
El ejército es el orgullo del pueblo nahuacano. Ejemplifica
sus mayores actos heroicos y sus defectos más perniciosos.
El logro militar es la cualidad más alabada que puede tener
un nahuacano. La estrategia audaz, la experiencia mano a
mano y la logística prudente son el núcleo de la excelencia,
tal como la imaginan los nahuacanos.
Todos los nahuacanos sanos aprenden defensa personal
cuando son niños, y se espera que asistan a instrucciones
ocasionales por si son llamados a luchar en la milicia.
Incluso las aldeas pequeñas tienen un arsenal donde
los agricultores y artesanos, que enfrentan el ataque de
bandidos, aventureros théanos o animales salvajes, pueden
conseguir hondas y tepoztopilli (lanzas largas con hojas
de obsidiana colocadas en cabezas ovaladas, adecuadas
tanto para cortar como para embestir). Sin embargo,
el verdadero orgullo de la nación proviene de su ejér-
cito permanente.
54 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
Instrucción militar
Los jóvenes rinden un examen de ingreso especial que
abre caminos hacia una posición social más alta. Aquellos
que obtienen las mejores puntuaciones son invitados a
unirse a un seminario que los capacita para la vida alta-
mente reglamentada de un sacerdote, con sus muchas
responsabilidades en los ámbitos de lo marcial, espiritual
y administrativo. Los puntajes en un percentil más bajo
permiten la entrada a la academia militar, menos rigurosa,
más peligrosa, pero igualmente prestigiosa para aquellos
que tienen éxito.
Los cadetes militares aprenden lectura y matemáticas
avanzadas, relevantes para sus deberes de inteligencia y
logística. Practican el uso de armas y armaduras avanzadas
como el ahtlatl y el mācuahuitl. Estudian estrategia, táctica
y logística. Refinan habilidades sociales como la retórica, la
negociación y el liderazgo, ya que incluso el soldado profe-
sional de menor rango podría terminar al mando de una
sección desorganizada de la milicia en un apuro. Incluso
aprenden habilidades de artesanía para poder cocinar por
sí mismos y crear nuevos uniformes, armas y armaduras
durante la campaña.
Un cadete alterna entre períodos viviendo y entrenando
dentro de la academia, y saliendo a patrullas, campañas o
maniobras con un soldado de alto rango. Trabajar como
ordenanza y escudero en el campo, para alguien con
experiencia en combate, asegura que el aprendiz consiga
habilidades prácticas en lugar de simplemente memorizar
hechos y teorías.
El entrenamiento es extremadamente físico, incluso
durante los períodos académicos: los cadetes participan
en simulacros de batallas dentro de la academia o luchan
contra otras. Unirse al equipo de lucha libre o de ōllama-
liztli de la escuela y tener éxito en ello es una excelente
manera de captar la atención de los superiores y ser asig-
nado para seguir de cerca a un guerrero de gran estatus.
Rango
El rango entre los guerreros se mide en prisioneros
capturados y se expresa a través de ornamentaciones en
el uniforme. En el tiempo anterior a la Alianza, la difícil
tarea de capturar vivo a un enemigo era la mejor ruta para
avanzar, ya que se necesitaban prisioneros vivos para los
sacrificios a los dioses.
Los enemigos de ejércitos más fuertes cuentan como
múltiples prisioneros, lo que permite un avance más rápido.
Hoy en día, tales sacrificios están prohibidos, pero capturar
a un enemigo para interrogarlo sigue siendo motivo de
avance; estos prisioneros también son útiles como moneda
de cambio para la Alianza.
Los oficiales de renombre jubilados a menudo se
convierten en directores o instructores en las academias
militares o el seminario. Por ejemplo, la anciana directora
Xochitl de los Ocēlōmeh estaba considerando retirarse a
un trabajo más relajado en una de las academias militares
de Mīlllahco, pero se rumorea que sus sospechas sobre
su homólogo en los Cuāuhmeh, el Gran Maestro Ome
Tochtli, la ha mantenido hasta ahora en su trabajo actual:
si él comienza algo políticamente peligroso, ella necesitará
una posición de poder para oponerse a él.
Los oficiales de alto rango también se relacionan con el
cuerpo de mercaderes. Los comerciantes son invaluables
para el ejército como exploradores, diplomáticos y expertos
en logística. En campaña, el ejército depende de almacenes
de alimentos, agua dulce y equipo bélico adicional ubicados
en todo el territorio de la Alianza, lo que mantiene las
líneas de suministro cortas y rápidas. Incluso durante
tiempos de paz, los estados vasallos en los límites de la
Alianza deben mantener estos almacenes, para evitar que
una multa o algo peor caiga sobre ellos.
La orden de batalla
El ejército se compone enteramente de infantería, divi-
dida en regimientos. Los soldados de cada regimiento
provienen de la misma región geográfica y siguen a un
coronel, generalmente también de esa región. Los soldados
en el regimiento a menudo varían considerablemente en su
experiencia, pero la vestimenta de batalla de cada soldado
marca claramente su rango y los atuendos con adornos más
elaborados indican un rango superior.
Cada guerrero, hasta el cadete más bajo, conoce la cadena
de mando, de modo que en medio del caos de la batalla,
durante la cual la formación de un regimiento puede cambiar
cada minuto, todos saben qué órdenes deben seguir. Los
coroneles y otros oficiales usan prominentes estandartes en
la espalda para que los corredores de otras unidades puedan
encontrarlos rápidamente y transmitir órdenes desde lo alto.
La mayoría de los soldados llevan un escudo redondo de
madera y usan un gambesón de algodón acolchado, no tan
duradero como el cuero o el acero, pero que equilibra bien
protección y peso ligero.
Los guerreros más duros y experimentados del frente
luchan con un mācuahuitl y un escudo. Los que están detrás
de ellos embisten o cortan con lanzas largas, y la parte trasera
de una formación ataca con flechas, hondas y dardos ahtlatl.
A menudo, un berserker con un gigantesco mācuahuitl a dos
manos cubrirá la esquina izquierda o derecha de la línea del
frente para desalentar las maniobras de flanqueo.
Cuando no están en batalla, los guerreros entrenan sin cesar.
Pelean entre sí, practican deportes, estudian y rotan como
exploradores. La rotación de exploradores dura aproximada-
mente una semana y está compuesta por tres o cuatro guerreros.
Estos guerreros son de diferentes rangos y la esperanza es que
cada uno aprenda algo de los demás durante el viaje.
Los exploradores rotan ubicación, compañeros y ruta de
forma regular para mantenerse frescos. Cuando regresan,
informan a sus superiores de cualquier cosa importante y
luego tienen varias semanas antes de la próxima misión de
exploración. Los guerreros pueden solicitar explorar con
más frecuencia, aunque rara vez lo hacen, ya que los que
están en exploración no salen con el regimiento cuando los
guerreros marchan a la guerra.
Los héroes que se entrenan con el ejército tienen mucha
más libertad que los soldados rasos. Suben de rango más
rápido que sus compañeros y asumen roles de liderazgo. Se
les confían misiones personales o eventos que requieren
grupos pequeños. Son los exploradores de avanzada, la
retaguardia, la fuerza de infiltración y el grupo de extracción.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 55
 El sacerdocio
El sacerdocio de Las Cuatro Deidades sigue siendo el orga-
nismo gubernamental más grande y poderoso de la Alianza.
Todo sacerdote hace un voto de pobreza, viviendo sin más
comida deliciosa o bebida embriagadora que las que reciben
durante los festivales.
Su ropa está estrictamente reglamentada, limitada a
un simple hábito más los honores de batalla que puedan
ganar. Tienen una jerarquía rígida y un horario de trabajo
para los dioses y para sus semejantes. Pero ejercen un gran
poder político.
Seminarios religiosos
El corazón de todo sacerdocio es el seminario. Grandes y
antiguas academias de santidad y aprendizaje se encuen-
tran en el centro de cada ciudad importante de la Alianza
Nahuacana. Cualquier hombre o mujer joven de la Alianza
puede tomar un examen a los catorce años, evaluando su
lectura, escritura, matemáticas, conocimiento de historia,
conocimiento de ciencias e incluso habilidades agrícolas.
El examen es agotador y cubre una asombrosa variedad
de temas. Los hijos de las élites de la sociedad nahuacana
disfrutan de una gran ventaja al tener más tiempo para
estudiar y más ayuda de sus padres. Pero incluso los niños
campesinos van a la escuela primaria y pueden obtener
altas calificaciones en este examen y ascender a las filas
del sacerdocio.
Los seminarios son austeros, intensos y prestigiosos.
Incluso aquellos que no terminan el seminario son respe-
tados por conseguir entrar en él. Los estudiantes viven
en dormitorios que no los protegen de las corrientes de
aire, pasan las mañanas haciendo quehaceres y tareas
de limpieza, y durante las tardes estudian y entrenan.
Aprenden lectura, escritura, historia, matemáticas, poesía,
gobierno, arte, ingeniería y ciencias militares, y eligen una
especialidad al año o dos de comenzar sus estudios.
Los sacerdotes van a la guerra y sirven como oficiales,
actuando de enlace con la rama militar en nombre del
gobierno y sirviendo como capellanes de los guerreros. El
entrenamiento marcial no toma tanto tiempo como lo hace
en la vida de un estudiante de la academia militar, pero es
igual de riguroso.
La graduación y más allá
Cuando los estudiantes se gradúan del seminario, están
listos para desempeñar funciones públicas en uno de los
56 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
cuatro sacerdocios, generalmente el de su estado natal.
Cada sacerdocio opera el gobierno de su ciudad y estado.
Los sacerdotes se convierten en gobernadores, capellanes
del ejército, maestros o administradores, así como en líderes
espirituales. Los sacerdotes establecidos buscan jóvenes
prometedores en las graduaciones de seminario y luego
los orientan para que ocupen sus lugares cuando ellos se
jubilen o fallezcan. Cada sacerdocio tiene una jerarquía
estricta con una suma sacerdotisa o un sacerdote, a menudo
el más anciano del clero, en su cúspide.
Los sacerdocios tienden a especializarse en ciertos deberes
relacionados con el ámbito de su dios. El sacerdocio de
Nacatlicue contiene muchos agrónomos y médicos. El
sacerdocio de Apocōātl tiene artistas y filósofos. El sacer-
docio de Ītzzohualli opera necrópolis y hospicios, cuidando
a los muertos y moribundos, así como a sus familias en
duelo. El sacerdocio de Tlehuitzin forma capellanes
y arquitectos.
Los sacerdotes pueden entrar en el gobierno, pero muchos
se ganan la vida simplemente haciendo uso de sus conoci-
mientos. En regiones remotas, los sacerdotes asumen una
variedad de funciones, a veces más de una. Los sacerdotes
que se dedican a la enseñanza o al liderazgo espiritual
pueden encontrarse administrando varias aldeas pequeñas
o un estado vasallo completo.
Los héroes del sacerdocio se entregan por naturaleza.
Ejemplifican lo que es importante para sus dioses y animan
a otros a hacerlo también. Enseñan la paciencia, el conoci-
miento y la comprensión como los cimientos centrales de la
fuerza, y elogian a aquellos que aprenden a mostrar fuerza
a través de los hechos. Como capellanes militares, alientan
a los guerreros a centrarse en la protección y la custodia en
lugar de ser sanguinarios e imprudentes.
Jaguar y Águila
Los sacerdocios del sur y del norte también operan órdenes
religiosas militares. Estas órdenes están formadas por los
guerreros y oficiales más talentosos del seminario, así como
por soldados de cualquier origen que han impresionado a
los líderes de la orden con su particular heroísmo y aptitud
en el campo. La orden de Ītzzohualli se llama Ocēlōmeh.
Se especializan en reconocimiento, infiltración, sabotaje,
lo que podríamos llamar «operaciones encubiertas» en
la actualidad.
Si necesitas un soldado valiente para envenenar al oficial
al mando del enemigo, quemar chiles y plantas tóxicas para
llenar su campamento con un humo repugnante, o robar
los planos de una factoría théana fortificada, los Ocēlōmeh
lo harán posible, y con toda probabilidad nadie sabrá
siquiera que lo hicieron. Se necesita ser una clase especial
de persona para convertirse en ocēlōtl. No es suficiente
ser rápido y letal: necesitas ser creativo, de pensamiento
rápido y audaz, un pensador lateral que pueda flanquear a
sus enemigos tanto en mente como en cuerpo.
Si los Ocēlōmeh son la sombra y la luna, los Cuāuhmeh
son el fuego y el sol, el regimiento más famoso de todo el
Imperio nahuacano. Los Cuāuhmeh son el núcleo central
de la maquinaria militar nahuacana. Llevan las mejores
armaduras y escudos que los armeros nahuacanos pueden
fabricar, adornados con hermosos diseños de plumas que
mágicamente los protegen contra las espadas y las balas.
Las unidades nahuacanas están acostumbradas a forma-
ciones fluidas, discurriendo y cambiando alrededor de
posiciones enemigas y campos de batalla. Cuando necesitas
a alguien que siga de pie con la frente en alto y mantenga la
línea, pase lo que pase, los Cuāuhmeh son los más fuertes,
duros y disciplinados.
Los Ocēlōmeh y los Cuāuhmeh representan extremos
opuestos del espectro de la doctrina militar nahuacana. En
el tiempo anterior a la Alianza, eran enemigos acérrimos
que atacaban las fortalezas y debilidades de los demás en
una guerra tras otra. Ahora que actúan en conjunto con
el ejército nahuacano que los respalda, sus operaciones
coordinadas son devastadoras.
Los heróes Ocēlōmeh y Cuāuhmeh a menudo trabajan
junto a pequeños equipos de élite para asegurar la segu-
ridad de la Alianza. Con frecuencia parecen saber dónde se
les necesita antes de que alguien los reclame, y saben exac-
tamente cómo y cuándo hacer su trabajo. No sucumben a
la corrupción. De hecho, son ellos los que desarraigan a
los políticos, sacerdotes y nobles de la Alianza corruptos, y
velan por la salud y seguridad de su pueblo más que cual-
quier otro héroe nahuacano.
El Gran Orador
Un consejo de ancianos de todos los ámbitos de la vida
nahuacana, desde generales hasta sumos sacerdotes y de
comerciantes exitosos a líderes de gremios de artistas, selec-
ciona al Gran Orador cada vez que el anterior muere o se
retira. Mientras que los sacerdotes se comunican con sus
dioses, interpretando sus palabras y voluntades y actuando
en su lugar, el trabajo del Gran Orador es explícitamente
discutir con los dioses (y sus sacerdocios) en nombre de
todos los humanos.
El Gran Orador también gobierna el gobierno mismo,
de la misma forma en que los sumos sacerdotes gobiernan
sus sacerdocios, que a su vez contienen gobernadores que
administran el gobierno civil real. El Gran Orador debe
mantener el equilibrio de poder entre las diferentes ramas
del gobierno, repartiendo responsabilidades y evitando que
las luchas por el poder se vuelvan destructivas. El puesto
requiere una voluntad fuerte, la capacidad de admitir y
corregir los propios errores y los de otros, retórica magistral
y habilidades de liderazgo.
El Gran Orador no puede ser elegido de la misma ciudad
dos veces seguidas. El consejo ejecutivo, los ancianos que
eligen y asesoran al Gran Orador, nomina y luego vota a
un Orador, a veces desde dentro de sus propias filas y a
veces desde fuera. Tratar con muchas personas (y deidades)
poderosas y tozudas es un trabajo estresante y muchos
Oradores renuncian mucho antes de su muerte. Luego se
traslada a Pepechotlán, la sede del gobierno de la Alianza.
El Gran Orador tiene el poder de autorizar el sacrificio
humano en momentos de extrema necesidad. Esto nunca
ha sucedido y nunca debería suceder, aunque los extremistas
a veces abogan por su regreso en tiempos de temor gene-
ralizado. Como todo el mundo sabe, el Gran Orador que
presidió el primer contacto con théanos hace un siglo dejó
caer la idea después de que la ineficiencia burocrática y la
recesión económica provocada por su propia incompetencia
sembraran el pánico por toda la Alianza. Los Ocēlōmeh lo
exiliaron (o lo asesinaron, según algunos conspiracionistas)
después de un golpe de estado breve y con amplio apoyo.
El Gran Orador actual, Chicahua Tlatoa, tiene 24 años
y es el más joven que jamás ha ocupado ese cargo. Él está
haciendo su trabajo, pero muchos lo ven como débil e inex-
perto. Se le resisten de una manera con la que ningún otro
Gran Orador ha tenido que lidiar.
Ome Tochtli, el líder de los guerreros águila, es una de
esas personas. Él cree que puede tomar el control de la
Alianza Nahuacana saboteando al Gran Orador. Su homó-
loga, Xóchitl, líder de los guerreros jaguar, es consciente
de su plan y espera ganarse la atención del Gran Orador
en un intento por protegerlo. Chicahua Tlatoa está más
informado de lo que cualquiera de los dos sospecha y ha
trabajado para mantenerlos a raya a ambos, pero no está
seguro de cuánto tiempo podrá manejar por sí solo tanto
al gobierno como a los líderes militares.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 57
 Política
Como cualquier gran confederación, los nahuacanos están
divididos al respecto de cómo lidiar con varios temas de
importancia estatal.
Política de invasión
Hasta ahora, la maquinaria militar nahuacana ha arrasado
todas las ciudades-estado que han invadido. Muchos otros
se rindieron a los nahuacanos sin luchar, no queriendo
ver su ciudad capital saqueada y sus templos quemados
y reemplazados con iconos nahuacanos. Su imperio ahora
se extiende de un mar a otro, cruzando el continente
de Aztlán.
Los impuestos sobre los estados vasallos son altos, y
requieren tributos no solo en forma de recursos en efectivo,
sino también de obras de arte e incluso de algunos esclavos.
Los estados de Tzak K'an al sur, Wabanahkik al norte y el
mar Atabeano al este son sus posibles próximos objetivos.
A diferencia de las anteriores conquistas nahuacanas, estos
estados no son étnica y lingüísticamente cercanos a los
nahuacanos. Serán más difíciles de tomar y mantener desde
una perspectiva cultural.
Wabanahkik no es un objetivo probable. El comerciante
nahuacano Centlāliā regresó recientemente, luego de casi
una década asentado allí, informando la presencia de colo-
nias théanas bien establecidas. Centlāliā también contó
historias de la infantería ligera de Wabanahkik, considerada
una de las mejores del mundo, que usa tácticas similares a
las de la Alianza y se destaca en la defensa de los densos
bosques templados que llaman hogar contra enemigos que
los superan en número. Como los nahuacanos, usan arma-
duras ligeras y tácticas de guerrilla, pero han dominado el
uso del mosquete mucho más rápido que los nahuacanos.
Los Rahuri del mar Atabeano presentan un desafío
diferente. Militarmente, los Rahuri no están en posición
de resistir al poderoso ejército nahuacano, pero los nahua-
canos no tienen experiencia naval alguna. El sacerdocio
se ha acercado a los marineros, constructores de barcos
y capitanes théanos, ofreciéndoles buenos salarios para
compartir su experiencia con la Alianza, pero la historia
de la muerte de Fernando Medellín ha hecho que estos
marinos sean cautelosos.
Además, Apocōātl nombró a los Rahuri custodios
oficiales del mar de los Monstruos al principio de los
tiempos. Cualquier plan de conquista tendría que ser apro-
bado por él primero, y está durmiendo. Los expansionistas
58 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
nahuacanos, siempre ávidos de premios brillantes para
lucirse en casa, están entusiasmados con las riquezas del
mar Atabeano, así como con usarlo como un sistema de
alerta temprana contra la invasión théana desde el este.
Pero la dificultad de crear una tradición naval que simple-
mente no tienen significa que las propuestas diplomáticas y
las ofertas de vasallaje protector tienen muchas más proba-
bilidades de dar sus frutos que las amenazas de conquista.
Los tzak k'anos son fácilmente el objetivo de invasión más
viable para los nahuacanos. Los estados fragmentados que
componen la región tzak k'ana se asemejan a las pequeñas
tribus y ciudades-estado que los nahuacanos suelen invadir
y conquistar. Con toda probabilidad, un ataque concertado
contra los tzak k'anos tendría éxito, y proporcionaría a
los nahuacanos una gran cantidad de nuevas colonias y
recursos naturales.
Sin embargo, tres persuasivos argumentos advierten
contra tal campaña. En primer lugar, enviar el ejército a
Tzak K'an dejaría la patria indefensa ante una invasión
théana a gran escala. Los théanos permanecen en las costas,
esperando la oportunidad de acercarse cada vez más y
tomar tierra nahuacana.
En segundo lugar, a los nahuacanos les cuesta bastante
evitar que sus inquietos estados fronterizos comiencen una
revolución violenta. Si las revueltas locales son tan comunes
y un dolor de cabeza para los militares nahuacanos incluso
cuando ganan, ¿cuánto más difícil será lidiar tanto con estas
como, al mismo tiempo, con una población infeliz que ni
siquiera habla el mismo idioma nativo?
En tercer lugar, la mayoría de los líderes nahuacanos ven
a su gobierno como algo más que un medio para lograr un
fin o una forma de acumular poder. La Alianza Nahuacana
se formó por el bien de todos. Existe para compartir los
beneficios de cada estado miembro entre todos los estados,
incluidos los vasallos rebeldes. Si los nahuacanos quieren
convertirse en verdaderos líderes en su región, tienen que
ganar, no aplastar, al resto de corazones y mentes de Aztlán.
Otra invasión puede ser simplemente incorrecta desde un
punto de vista moral.
La Alianza Nahuacana es un pueblo belicoso. No espe-
rarán mucho tiempo antes de tomar una decisión sobre
dónde atacar a continuación.

El asunto de Kuraq
El Imperio de Kuraq hace que la Alianza se sienta incó-
moda, sobre todo porque les recuerda su propia hegemonía
en expansión. Su tradición marcial no es tan sólida como la
de los nahuacanos, pero hasta que los théanos adapten su
doctrina militar a Aztlán, Kuraq sigue siendo el enemigo
más peligroso.
Invadir las tierras altas de Kuraq no es viable en absoluto;
el mal de altura y el terreno desconocido prácticamente
garantizan una derrota frente a un ejército especializado en
la lucha en pendientes. Peor aún, el conocimiento de que
los Kuraq responden a los muertos, no a los vivos, aterro-
riza a un pueblo que cree que se fusiona con sus dioses
al morir. Los nahuacanos comercian extensamente con los
kuraq, lo que les brinda a los comerciantes una excelente
oportunidad para averiguar lo que están haciendo.
Lo más importante que hay en juego entre los nahua-
canos y los kuraq, son los tzak k'anos. Es probable que los
kuraq sean tan capaces como los nahuacanos de tomar y
mantener los territorios tzak k'anos. Por más incómodos
y dispersos que puedan estar los nahuacanos si envían una
fuerza de invasión al sur, la perspectiva de ese territorio
bajo el control de Kuraq es impensable.
¿Qué pasa con Théah?
Los sacerdocios de las cuatro ciudades principales hacen
todo tipo de maniobras políticas entre ellos, pero última-
mente el principal problema en juego es qué hacer respecto
a la invasión théana, que puede o no llegar. Los sacerdocios
se han unido en torno a sus deidades, cada una de las cuales
tiene una fuerte opinión sobre cómo responder a Théah.
El Gran Orador actual está mal preparado para decidir
entre dioses que no darán marcha atrás en sus opiniones.
De todos los problemas políticos que enfrentan los nahua-
canos, éste es el que los tiene más bloqueados. Cada discu-
sión es testigo de como las diferentes partes se asientan más
profundamente en su orgullo y punto de vista.
La opinión de Tlehuitzin
¿Las desventuras de Fernando Medellín no nos han ense-
ñado nada? No importa su tecnología y su oficio: Los
théanos pueden tener cosas que queremos, pero no tienen
nada que necesitemos. Las factorías no autorizadas que
erigieron hace años son una continua afrenta a nuestra
soberanía. No nos arriesguemos a una invasión, expulsé-
moslos de nuestras costas.
HÉROES
Y VILLANOS
En general, la política nahuacana es unir a todo
Aztlán bajo la bandera de la Alianza Nahuacana.
En teoría, esto sería bueno para la Alianza, en
la práctica, esto borraría la cultura de varias
potencias importantes en todo el continente.
Los héroes reconocen que un Aztlán unido solo
puede ocurrir mediante un acuerdo pacífico
y la preservación de la cultura. Los villanos
adoptan un enfoque de conquistar y reemplazar.
Es peligrosamente fácil para alguien con la
buena intención de unir a Aztlán caer presa de
un enfoque de adquisición cultural frente a un
Kuraq o Tzak K'an resistentes.
Si bien los políticos pueden dudar sobre dónde
ir a continuación, el cómo hacerlo distingue
claramente los héroes de los villanos en Aztlán.
La opinión de Ītzzohualli
¡Imaginad lo que podríamos hacer con mosquetes, cañones
y galeones! ¡Imaginad si pudiéramos comparar sus conoci-
mientos médicos con los de mis compañeros en el oeste!
Invitémoslos a pasar, mostrémosles hospitalidad, pagué-
mosles generosamente por lo que saben, pero vigilándolos
de cerca. Su traición nunca llegará, ¡porque nosotros los
traicionaremos a ellos primero!
La opinión de Apocōātl
Nos beneficiaremos mucho más de la diplomacia y el enten-
dimiento mutuo que de mostrarles los dientes.
No les demos ninguna razón para invadirnos cuando
nuestra amistad es mucho más beneficiosa para ambas
partes. Estoy seguro de que han aprendido de Medellín que
atacar a los poderosos nahuacanos es una locura. Cuando
despierte, espero que todos hayan aprendido a llevarse bien.
La opinión de Nacatlicue
Estoy feliz de apoyar lo que sea que vosotros tres decidáis
hacer, pero, por favor, decidid rápidamente, porque cuando
vengan los théanos, vendrán primero a Ōlōxochicalco.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 59
 Cultura
Los nahuacanos tienen piel morena, ojos oscuros y cabello
negro lacio, sin recoger o en varios estilos; los soldados
prefieren los moños, un poco de defensa adicional contra
un golpe en la cabeza. El vello facial es poco común.
Ningún físico o tipo de cuerpo en particular caracteriza
a los nahuacanos, pero por lo general llevan vidas activas
que involucran trabajo manual, incluso para los nobles
más encopetados: los músculos fuertes son una vista
común bajo la ropa ligera de algodón que visten en este
clima caluroso. Los ricos suelen llevar joyas de oro, madera
o turquesas. Las dilataciones en los lóbulos de las orejas
son frecuentes.
Los nahuacanos se describirían a sí mismos como un
pueblo orgulloso, franco, siempre dispuesto a echar una
mano, con gran confianza en su nación, sus valores, su
historia y su futuro. Sus estados vasallos y otros pueblos
de la región tienen una imagen un poco más crítica de los
nahuacanos: como bravucones prepotentes y autoritarios
que marchan a lugares y situaciones que no les conciernen,
tratando de resolver los problemas de todo el mundo por
medio de golpearlos o forzarlos a actuar más como los
nahuacanos. La política exterior de la Alianza fomenta este
enfoque arrogante de las situaciones sociales. La costumbre
militar nahuacana de preceder cada batalla con una diatriba
de insultos obscenos y creativos para animar a los aliados e
intimidar (o simplemente molestar) a los enemigos también
refuerza el estereotipo.
«¿Esto es todo? ¿Este es tu ejército? ¡Nunca había visto un
montón de gusanos más pálidos y delgados en mi plato!
¿Esta es la primera vez que salís de casa este verano?
¿Necesitáis tiempo para recuperar el aliento? Pareciera
que hubieseis caminado unos diez minutos completos
para llegar aquí; debéis estar cansados. Pero escuchad,
tengo mucho que hacer hoy, así que daos prisa y decidme
si preferís que os hunda el cráneo con el borde de mi
escudo o que solo os corte por la mitad con mi espada.
¡Estoy dispuesto a hacer cualquiera de las dos!»
60 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
Ciudad y país
Los cuatro principales estados nahuacanos están situados
en una especie de forma de diamante en medio del terri-
torio de la Alianza. Los estados confluyen en el centro, en
la capital de la Alianza, Pepechotlán: una ciudad a la orilla
de un gran lago, con cuatro caminos que conducen en las
direcciones cardinales a las cuatro grandes ciudades.
Los ríos navegables conectan las ciudades en algunas de
estas regiones, pero las carreteras principales también son
comunes. El estereotipo de que los nahuacanos no tenían
la tecnología de la rueda antes del contacto con los théanos
es, en realidad, incorrecto: existen carretillas y juguetes para
niños con ruedas, pero los animales domésticos más grandes
de la región son los ciervos, y estos son demasiado livianos
para tirar de carros o barcazas fluviales. Las enormes bestias
de carga théanas y los transportes con ruedas de los que
tiran intrigan a los comerciantes que viajan a las factorías
en la costa oriental, y la Alianza Nahuacana está adoptando
lenta pero constantemente el transporte con ruedas en las
operaciones militares y gubernamentales.
Diseño de la ciudad
Las principales ciudades aquí no tienen ese crecimiento
urbano irregular que caracteriza a tantas ciudades théanas.
El gobierno planifica cuidadosamente las ciudades nahua-
canas. La construcción está estrictamente acordonada en
diferentes distritos en un esquema de cuadrícula. Una pirá-
mide escalonada gigante y un templo a la deidad protectora
de la ciudad, generalmente una de las cuatro principales,
da a un gran mercado central y una plaza. Los edificios
administrativos y las escuelas se agrupan alrededor de la
pirámide para conveniencia de los sacerdotes. El estadio,
utilizado principalmente para los juegos de ōllamaliztli,
está cerca. Incluso las ciudades pequeñas suelen tener una
cancha de pelota modesta donde los niños pueden jugar.
Las mansiones nobles se agrupan en su propia área amura-
llada. Estas grandes estructuras exhiben algunas de las
mejores arquitecturas nahuacanas: cimientos de
piedra que se elevan sobre las calles enlucidas y

muros pintados de estuco y adobe de finas terminaciones, que
sostienen vigas y marcos de madera.
Una casa noble está dispuesta como una ciudad en un
microcosmos, con un amplio patio central rodeado de salas de
reuniones, oficinas, viviendas, cocinas y talleres: todo lo que
una familia noble y sus sirvientes podrían necesitar, y más.
Un distrito más grande contiene las casas de plebeyos,
formadas por estructuras más simples de una sola habitación,
de bajareque o adobe. Por lo general, algunas casas se agrupan
alrededor de un patio central destinado a comidas en grupo,
juegos de niños o la escuela; esta disposición permite que varias
familias campesinas compartan instalaciones de herrería o tejido.
Si bien no son comparables a las mansiones nobles, las
casas de comerciantes o artesanos exitosos, también ubicadas
en el distrito de los plebeyos, tienden a ser apartamentos
más grandes y cómodos, construidos de piedra o madera y
con muchas habitaciones que albergan a varias familias. Los
comerciantes y los artesanos a menudo terminan pasando
una gran cantidad de tiempo en sus casas gremiales, edificios
cómodos pero comerciales que rodean la plaza central, e
incluso duermen ahí durante momentos críticos.
Ingeniería y agricultura
La ingeniería y la construcción son elementos lo suficiente-
mente esenciales en la vida como para que nahuacanos de
todas las clases sociales puedan acabar estudiándolos : un
ingeniero que el gobierno contrata para construir un acue-
ducto o templo podría ser un sacerdote que decidió especiali-
zarse, un intendente militar, un logista o, incluso, un granjero
anciano. La ingeniería es un curso de estudio popular entre
los nobles que quieren hacer el mejor uso de sus propie-
dades o diseñar viviendas cada vez más imponentes para
sorprender a sus vecinos. El ascenso de Ix Nacahualli de
Nexhuatipec a la fama después de diseñar un moderno
sistema de acueductos integrado a la perfección con muros,
templos y otros edificios públicos ha creado una nueva moda
para los diseños virtuosos de obras públicas… tal como lo
planeó el gobierno de Nexhuatipec.
Las granjas, menos rectilíneas pero claramente planificadas
de forma centralizada, rodean las ciudades, y las chozas fami-
liares de los agricultores suelen situarse junto al campo en el
que trabajan. Si bien las granjas convencionales de algodón o
maíz, o las terrazas agrícolas de las laderas similares a las de
Kuraq, ciertamente están presentes, especialmente en el este,
los nahuacanos son más conocidos por sus jardines flotantes.
Un rectángulo de lodo y materia vegetal estabilizado con
estacas se apila a una altura de aproximadamente un metro
NOMENCLATURA
Los nombres nahuacanos se derivan de su calen-
dario ritual de 260 días conocido como tonalpohualli
o «libro de días». El día del nacimiento se toma
como el nombre de un individuo. Los días del
calendario ritual constan de uno de 13 números (un
nombre de día) y uno de 20 signos de día. Puede
elegir uno de cada una de las listas a continuación.
NOMBRES DE DÍA
Ce, Ome, Yei, Nahui, Mahcuilli, Chicuacen, Chicome,
Chicuei, Chicunahui, Mahtlactli, Mahtlactli-once,
Mahtlactli-omome, Mahtlactli-omei
SIGNOS DE DÍA
Cipactli, Hecatl, Calli, Cuetzpali, Coatl, Miquiztli,
Mazatl, Tochtli, Atl, Itzcuintli, Ozomatli, Malinalli,
Acatl, Ocelotl, Quauhtli, Cozaquauhtli, Olin,
Tecpatl, Quiahuitl, Xochitl
Los títulos honoríficos o apodos también son
comunes: «Vencedor en la batalla de Whitewood»,
«Orejas grandes», ese tipo de cosas.
sobre la superficie de un lago poco profundo, con sauces en
las esquinas y bordes para desalentar la erosión.
Por lo general, una familia trabajará en una pequeña
cantidad de estos jardines flotantes. Los cultivos se rotan
durante el año. Los animales domésticos, perros, pavos y
otras aves, viven en pequeños jardines adjuntos a una granja
más grande o a un jardín flotante, o en algún lugar soleado
dentro de un recinto campesino urbano.
Castas y clases sociales
Los nahuacanos están rígidamente divididos en sus clases
sociales. Las estrictas leyes suntuarias regulan la forma de
vestir de los individuos, de modo que la casta de cualquier
ciudadano es obvia para cualquiera que los mire. Los nahua-
canos pregonan que estas leyes mantienen el orden y la trans-
parencia en la sociedad, pero no sientan bien a los pueblos
sometidos, acostumbrados a una mayor movilidad social.
Los jueces
Los jueces ostentan una de las posiciones más altas de
la sociedad nahuacana. Conocen las leyes por dentro y
por fuera, y son los árbitros finales de su letra y espíritu.
Cualquiera puede convertirse en juez, aunque pocos lo hacen
sin pasar primero por el sacerdocio o el ejército. Una futura
jueza pasa a ser aprendiz con otro juez, a menudo trabajando
como secretaria o asistente durante años antes de asumir esa
responsabilidad ella misma.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 61
 Un juez, a diferencia de los sacerdotes, no hace un voto de
austeridad, aunque la ciudad que supervisa se hace cargo
de los gastos en los que pueda incurrir. Su vida puede
parecer privilegiada, pero debe permanecer lo más neutral
posible para desempeñar adecuadamente sus deberes. En
los pueblos pequeños una jueza corrupta por lo general es
rápidamente reemplazada o pierde cualquier autoridad que
pudiera haber tenido. En las ciudades es mucho más fácil
no enfrentar consecuencias por la corrupción, aunque esta
es igualmente dañina para su reputación.
Las clases sociales significan poco o nada para un juez
y, por lo tanto, su propia posición social, o su posición
anterior, no significan nada. Un noble y un campesino son
iguales a los ojos de la ley.
Los sacerdotes
Antes de que la Alianza se desarrollara, los cuatro sacerdo-
cios eran todopoderosos. Cada uno operaba una teocracia
con un férreo control sobre la vida en su estado. Hoy en
día, los sacerdotes siguen siendo poderosos, pero el cargo
de Gran Orador y la creciente fortuna de las otras clases,
especialmente los comerciantes, significan que su dominio
sobre la sociedad nahuacana se ha debilitado.
Los sacerdotes pueden ser privilegiados, pero llevan
una vida exigente que les obliga a dominar una miríada
de materias y disciplinas diferentes. Usan ropas sencillas
62 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
sin tintes ni adornos, excepto por los honores de batalla
que obtienen, pero todos en la sociedad nahuacana saben
honrar y respetar a un sacerdote, el vínculo entre los
mundos humano y divino.
La tensión social y política entre diferentes sacerdotes en
un sacerdocio, entre los sacerdocios de diferentes dioses
o entre sacerdotes y otros individuos poderosos en la
sociedad, como jueces y oficiales militares, es inevitable.
Si bien se supone que la sociedad nahuacana está unida
al servicio de sus gobernantes y los objetivos del estado,
los sacerdotes sucumben a la ambición individual tan a
menudo como cualquier otra persona.
Mientras que los deberes de un sacerdote en la sociedad
nahuacana son a menudo impactantemente diversos, las
carreras de político y guerrero dentro del sacerdocio son espe-
cializaciones probables. La vida de los sacerdotes está llena de
responsabilidad, es decir, de personas que les piden ayuda.
La nobleza
La posición de las élites hereditarias está cambiando incómo-
damente. Antes de la Alianza, solo los nobles se convertían
en oficiales del ejército o sacerdotes ordenados. Sin embargo,
la expansión militar y la institución de la educación secun-
daria produjeron movilidad social. Las tradiciones familiares
de éxito social y marcial todavía preparan a los niños nobles
para grandes logros; pero los exámenes del seminario y de
la academia militar permiten que todas las castas puedan
acceder a la educación y los privilegios.
Dada la prioridad de las castas de sacerdotes en el gobierno,
los nobles son principalmente propietarios de tierras, que
administran un conjunto de granjas o un complejo resi-
dencial en una ciudad. Los inquilinos de todo tipo, desde
granjeros hasta gremios, pagan el alquiler a su terrateniente
noble. Los nobles también pueden convertirse en oficiales
del ejército, sacerdotes o (si están dispuestos a renunciar a
su condición de nobles) comerciantes. Pero con la movilidad
social presente a través del logro militar, el sacerdocio en el
control de la operación del gobierno y los comerciantes como
los principales motores financieros de la Alianza, muchos
nobles han comenzado a preocuparse de que sus títulos son
irrelevantes en todo excepto en el nombre y la apariencia.
Los comerciantes
Técnicamente, los comerciantes son plebeyos y campesinos,
vestidos como los trabajadores de la construcción o los
leñadores que se pueden ver en las calles de la ciudad. Sin
embargo, en la práctica, ocupan una posición curiosa fuera
de la jerarquía normal de sacerdote, noble, campesino y
esclavo. Cualquiera, de cualquier clase social, puede dejar
de lado su vida y convertirse en aprendiz de los gremios
de comerciantes y artesanos para aprender sobre comercio,
negociación y artesanía. Sorprendentemente, muchos nobles,
sacerdotes y guerreros, así como plebeyos, deciden hacerlo.
Los comerciantes controlan el flujo de mercancías dentro
y fuera del imperio. Sus aventuras en tierras extranjeras,
e incluso a través del mar, son la mejor fuente de inteli-
gencia de la Alianza. Los militares invierten con frecuencia
en expediciones mercantes, pues saben que estas pueden
regresar de una factoría costera con informes sobre la
última tecnología théana o de Kuraq con noticias de sus
últimos movimientos de tropas en la frontera tzak k'ana.
Pero los gremios de comerciantes siguen siendo reser-
vados y solo comparten información dentro de sus filas y
la intercambian entre sus diferentes gremios. Ni siquiera
el gobierno sabe con certeza cuánto saben y guardan en
secreto los comerciantes.
Uno de los comerciantes que abarcan mayor distancia, que
ahora se hace llamar Gonzalo «Lalo» Terrazas, preside el
Barrio de las Flores, una comunidad de expatriados nahua-
canos en San Felipe, Odiseo. Gana mucho dinero como
amañador, cuidando a los habitantes del Nuevo Mundo
en Castilla y vendiendo comida y artesanía nahuacana a los
théanos curiosos. Nadie en la ciudad se ha dado cuenta aún
de los mensajes secretos sobre tecnología théana y fuerzas
militares que envía a su hogar en Nexhuatipec.
Los artesanos
Al igual que los comerciantes, los artistas ocupan una posi-
ción técnicamente común, pero respetada. En la Alianza
Nahuacana, la apariencia lo es todo, así que el arte visual
está por todas partes. Ropa, paredes de templos y edificios,
arquitectura, cocina, danza en los festivales principales:
cada una de estas cosas proporciona a los nahuacanos
alegría, orgullo cultural y unidad. Los códices ilustrados
registran la historia nahuacana. La oratoria nahuacana y
las órdenes de batalla se codifican como poesía. Los nahua-
canos exaltan a los mejores artistas casi tanto como exaltan
a los héroes de guerra, lo que no es sorprendente dado
que algunas formas de arte, como el trabajo con las plumas,
imbuyen el arte de un poder sobrenatural.
Los artesanos gozan de un gran respeto y tienen bastante
influencia en la esfera política de muchas ciudades y
pueblos. Si un juez o líder quiere al mejor artesano de la
ciudad, puede terminar pagando más que dinero por el
privilegio. Los artistas son los embajadores culturales de
los nahuacanos y pasan mucho tiempo en estados vasallos
periféricos o llevando la cultura nahuacana a otras áreas
de Aztlán y más allá.
Los gremios de artesanos lideran el floreciente movimiento
contra la esclavitud de la Alianza Nahuacana. Si bien
algunos todavía poseen esclavos, la esclavitud como sistema
es contraria a los objetivos e ideales del gremio. Cuando
un noble o un sacerdote obliga a un esclavo a realizar un
trabajo deficiente, los artesanos que ya han dado su vida
por su oficio salen perdiendo. Pero, aunque las ganancias
motivaron originalmente el movimiento de abolición de los
gremios, los enemigos de la esclavitud más francos pregonan
la abolición también como una cuestión moral.
Plebeyos y esclavos
Los plebeyos y los esclavos constituyen una gran parte de la
sociedad nahuacana. Llevan vidas laboriosas, plantando y
manteniendo los campos y jardines flotantes que alimentan
a todos los nahuacanos, aportando con su mano de obra
a proyectos de obras públicas y sirviendo a nahuacanos de
alto rango como ayudantes, ayudas de cámara y limpiadores.
También deben someterse a un entrenamiento regular de
la milicia, a veces incluso participando en simulacros de
batallas contra otras ciudades, aunque en caso de inter-
vención militar es más probable que sirvan como cocineros,
porteadores, enfermeros y barqueros que como tropas de
primera línea. Especialmente en las provincias exteriores, los
plebeyos también se encargan de mantener los depósitos de
suministros que permiten que el gran ejército nahuacano se
mueva a una velocidad alarmante para su tamaño.
Si bien llevan una vida dura, los plebeyos nahuacanos
tienen acceso a varios servicios públicos como templos,
hospitales y tribunales, aunque los estratos más altos de la
sociedad tienen prioridad en estos servicios. Los plebeyos
que necesitan atención médica inmediata suelen recurrir a
remedios populares o a los poderes curativos de brujas del
cerco, ermitaños místicos u otros forasteros.
Los plebeyos todavía asisten brevemente a la escuela
durante su juventud. Esta oportunidad prepara a los estu-
diantes particularmente ambiciosos para la posibilidad
de tomar la prueba en el seminario o en la escuela militar.
Cuando una estudiante muestra una aptitud que podría
conducir a tal avance, la comunidad entera se moviliza a su
favor, brindándole el apoyo que necesita para tener éxito en
los exámenes de ingreso a pesar de que los hijos de nobles y
comerciantes disfruten de grandes ventajas sobre ella.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 63
 Los esclavos constituyen un pequeño subconjunto de
plebeyos, pero la esclavitud nahuacana es más parecida a
una servidumbre por contrato que a la esclavitud mercantil
que practica la Compañía Comercial Atabeana. Es imposible
e ilegal que un nahuacano nazca siendo esclavo. Los adultos
pueden venderse a sí mismos como esclavos para pagar
deudas o beneficiar a sus familias.
La esclavitud también es una sentencia común para delitos que
van desde la embriaguez pública hasta el asesinato, y en el caso de
delitos graves puede durar de por vida. Los prisioneros de guerra,
que antes de la formación de la Alianza eran sacrificados consis-
tentemente, a menudo también terminan como esclavos, aunque
rara vez de por vida. Mantener a los prisioneros de guerra como
esclavos y luego liberarlos para que regresen a sus países de origen
puede generar resentimiento y miedo, pero también disemina la
cultura nahuacana entre los estados vasallos.
Deportes organizados
La aptitud física y los logros importan mucho en una sociedad
marcial que no solo valora el heroísmo individual en la batalla,
sino que también espera que todos sus miembros se unan para
defender la patria. Las pruebas atléticas aderezan todas las
fiestas nahuacanas. Los mejores atletas de las escuelas y el ejér-
cito se reúnen en grandes escenarios para carreras, circuitos de
obstáculos y demostraciones de habilidades marciales como
el tiro con arco y el uso del ahtlatl.
Deportes de combate
Antes de la Alianza, los grandes combates de gladiadores
bautizaban las arenas con sangre. Los soldados enemigos
hechos prisioneros recibían mācuahuitls con plumas en lugar
de espadas y luchaban contra animales capturados, monstruos
64 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
o soldados totalmente armados y equipados, azotando a los
espectadores en un frenesí nacionalista sediento de sangre.
Recientemente, tales competiciones mortales han perdido
aprobación. Ahora, los concursantes luchan con garrotes
no letales y equipos de protección. Aun así, estas batallas
se vuelven predeciblemente brutales. A veces, uno o ambos
contendientes sufren heridas mortales antes de desarmar o
derrotar a su oponente.
Sin embargo, los combates de lucha libre son un evento
aún más popular. Cada niño aprende a luchar con amigos,
hermanos o matones incluso antes de que se convierta en
parte de su plan de estudios básico de autodefensa en la escuela.
Mientras que los soldados tienen una ventaja en las batallas
simuladas, cualquier granjero fuerte tiene la oportunidad de
convertirse en un campeón de lucha, una oportunidad única
en una sociedad donde la movilidad entre clases es tan difícil.
Al igual que las batallas nahuacanas, las competiciones de
lucha comienzan con un intercambio ritual de insultos inti-
midantes, que a menudo se vuelven elaboradamente floridos,
coloridos y profundamente personales, ya que los atletas son
figuras públicas alabadas cuyas vidas y hazañas aparecen rápida-
mente en el trabajo de los artistas. En el ring, los luchadores son
enérgicos y acrobáticos, y utilizan la arena como arma mientras
saltan, caen y se lanzan unos a otros para conseguir el pinfall.
Los luchadores victoriosos, como los soldados exitosos, se
ganan el derecho de adornarse con capas y máscaras elabora-
damente decoradas, una colorida excepción a las leyes suntua-
rias incluso para un luchador que proviene de las filas de los
campesinos o del sacerdocio. El actual campeón de la Alianza
es Don Tumbaga, un granjero de ñame convertido en sacerdote,
y luego en luchador, que disfruta de una popularidad particular
entre los plebeyos.
Ōllamaliztli
Igual de popular es el juego de ōllamaliztli. Este brutal
deporte de equipo requiere un campo de juego dividido en
dos mitades y una pelota de goma pesada. Los dos equipos
compiten para mantener la pelota en el aire golpeándola
con almohadillas en las caderas o antebrazos en un intento
de volear más allá de la línea de gol del enemigo.
El juego es combativo en extremo, con los jugadores de un
lado bloqueando o haciendo tropezar a sus oponentes para
vencerlos en el ataque. Varias formas de este juego evolucio-
naron de manera independiente a lo largo de los territorios
nahuacanos y tzak k'anos, y el deporte está ganando popu-
laridad rápidamente en el mar Atabeano también, ya varios
equipos prominentes han aparecido dentro de la ciudad de
Fuerte Libertad. Los equipos más elogiados a menudo realizan
giras internacionales patrocinadas por gremios de comerciantes,
probando su fuerza y habilidad contra rivales en todo Aztlán.
Poesía
La tradición poética nahuacana es rica y variada. El inter-
cambio de poemas breves sobre temas religiosos, emocionales,
naturales o románticos es una actividad común después de
las comidas en grupo. Los versos breves y concisos que
alaban a un dios o un héroe aparecen con frecuencia en las
decoraciones a costados de los templos, academias y otros
edificios gubernamentales. Muchas órdenes de batalla y
recetas también se ajustan a un formato de versos que riman
para que otros puedan recordarlas más fácilmente. Las odas
de Nezahuatzin, originalmente grabadas en las paredes del
templo de la alcaldía desde la que gobernaba Mīlllahco, fue
la primera obra nahuacana en ser traducida al castellano.
Artes visuales
Las artes y la artesanía son fundamentales para la sociedad,
la economía y la política nahuacanas. Los gremios de
artistas están ocupados y bien financiados; aquí no hay
artistas talentosos pero muertos de hambre. Las artes
visuales, escultura, relieve y pintura, aparecen en todas
partes de la Alianza, desde diseños en la ropa hasta esta-
tuas gigantes o cuadros en las paredes de las pirámides. Los
libros ricamente ilustrados llamados códices son funda-
mentales para la educación nahuacana desde los niveles más
tempranos: la inclusión de imágenes en la comunicación
básica compensa el bajo nivel de lectura de los campesinos
nahuacanos, permitiendo al gobierno transmitir una gran
cantidad de información incluso a un granjero que solo
puede leer un par de cientos de palabras.
Los proyectos de obras públicas inevitablemente notan la
competencia entre los gremios de pintores y escultores por
lucrativos contratos de decoración. Los sacerdocios siempre
han mantenido que las obras de arte hermosas e inspiradoras
engendran patriotismo y orgullo nacional; están en lo correcto.
Las obras artísticas constituyen una porción significativa
de las exportaciones nahuacanas. Las joyas, la cerámica
decorada, la ropa fina y otros productos trabajados se
intercambian con los rahuri por partes de animales, con
los tzak k'anos por miel, tintes y cacao, y así sucesivamente.
Cocina
La cocina nahuacana es uno de los pocos aspectos de su
sociedad que es mayoritariamente uniforme entre la clase
alta y la baja. La mayoría de los platos se basan en alguna de
las cosechas que se cultivan en los jardines flotantes: maíz,
frijoles, calabaza, chiles, amaranto y una curiosa fruta de
la familia de la belladona llamada tomate. Los visitantes
théanos al principio estaban aterrados de comer lo que
asumían era un saco de veneno gigante, lo que le provocó a
los lugareños una diversión sin fin.
El pescado o la caza incrementan la porción vegetariana
de la comida. Los pavos domesticados proporcionan
huevos, además de carne. Los cocineros nahuacanos son
particularmente conocidos por los platos de invertebrados:
escorpiones, gusanos de maguey, chinches, huevos y larvas
de moscas acuáticas, escarabajos y gorgojos, libélulas,
hormigas en diversas etapas de metamorfosis y saltamontes.
La tradición sostiene que las recetas de pescado e insectos
se han transmitido desde los primeros pobladores de
Aztlán, y es la razón por la que los nahuacanos afirman
conocer su prehistoria. El postre generalmente incluye
frutas recolectadas o, si tienes suerte, hormigas de miel.
Los granos de cacao se utilizan tanto como alimento
(principalmente por los ricos) como una especie de divisa.
Si bien el estándar del cacao aún no está lo suficientemente
extendido como para llamarlo una moneda de la forma en
que el florín de Vendel lo es en Théah, los comerciantes
llevan algún tiempo llevando registros y expresando el valor
de las mercancías en términos de cantidad de granos de
cacao o (en denominaciones más grandes) capas de algodón.
Dado que es difícil cultivarlos en la Alianza, excepto en
el extremo sur, los comerciantes tienen que mercadear con
Tzak K'an por la mayor parte del cacao de la Alianza. Los
halcones de guerra suelen plantear la posibilidad de hacer
crecer su propio dinero como argumento para conquistar
Tzak K'an.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 65
 La bebida alcohólica más común es el iztāc octli, una
bebida espesa y blanca, con sabor a levadura agria. Si bien el
gremio de cerveceros produce grandes cantidades, solo los
nobles, sacerdotes y oficiales militares pueden comprarlo,
aunque los nobles pueden distribuirlo entre sus inquilinos
y esclavos en cantidades cuidadosamente controladas.
Los rumores de mercaderes que contrabandean itzāc octli
de menor calidad para el comercio o la distribución clan-
destina se investigan enérgicamente, aunque los arrestos son
poco frecuentes, ya que los gremios de comerciantes son
expertos en encubrir las indiscreciones de sus miembros. La
embriaguez pública es sumamente escandalosa dentro de la
cultura nahuacana. La primera ofensa es castigada con una
importante multa, la segunda con un período de esclavitud
y la tercera con ejecución.
Hechicería
Desde tiempos inmemoriales, los nahuacanos han desconfiado
y temido a los brujos, incluso a aquellos que están de su lado.
Los practicantes de magia reconocidos, como los magos y
brujas del cerco, viven y trabajan en los límites de la sociedad.
Los suplicantes acuden a ellos furtivos y culpables, ocultando
lo que han hecho a la comunidad en general. Si se aventuran a
la ciudad, nadie los perseguirá con antorchas y horquillas, pero
las miradas ansiosas y los portazos cansan rápido.
Adivinación
Ītzzohualli enseñó adivinación a los nahuacanos al principio de
su historia. Los oráculos nahuacanos adivinan usando el humo
de combinaciones secretas de plantas y una superficie reflec-
tante, generalmente un espejo, aunque el agua también puede
funcionar. Las visiones que reciben son a menudo oníricas y
extrañas, sin sentido por sí mismas, pero reveladoras cuando
se comparan con cartas astrológicas actuales.
66 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
Artesanía en pluma
Los cazadores nahuacanos hacen todo lo posible para
capturar aves con plumas brillantes. Estas aves propor-
cionan más que comida y sacrificios. Los maestros arte-
sanos del gremio de trabajadores en pluma adornan la ropa,
las armas y las armaduras con sus plumas.
Ciertos patrones no solo son hermosos, sino también
sobrenaturalmente poderosos. Cuando las plumas están
colocadas en patrones sagrados y bendecidas por los
artesanos con oraciones a Tlehuitzin, pueden imbuir una
espada, armadura o escudo con una durabilidad sobrena-
tural u otras cualidades impresionantes.
Nahualismo
Apocōātl enseña que tanto los humanos como los dioses
pueden expresar el núcleo de su carácter en una forma animal,
llamada nahual. El nahual no es un guía espiritual ni una trans-
formación animal física; es una forma de exteriorizar la propia
identidad, centrándose en un conjunto de fortalezas personales
que tienden a asociarse con una especie de animal. Por ejemplo,
si el nahualista es decidido, confiado y sociable, pero se pone
ansioso cuando está solo, podría tener un nahual lobo.
La meditación prolongada sobre estos rasgos, junto con
el estudio del animal asociado en la naturaleza, permite
a los practicantes mejorar tanto las fortalezas como las
debilidades de su nahual expresadas a través de su propio
cuerpo y pensamiento. Los nahualistas expertos también
pueden manifestar su nahual como un ser externo paralelo,
un animal de compañía que es, en cierto modo, tanto el
nahualista mismo como una criatura capaz de actuar por
sí sola y conversar con su fuente. Los externalistas nahuales
son la fuente de las falsas y comunes ideas de que un indi-
viduo puede transformarse en un nahual o de que el nahual
es un guía espiritual que proviene de la naturaleza.
Religión nahuacana
Cuando un individuo muere por causas sagradas para
cierto dios, se somete a una apoteosis que fusiona al indi-
viduo con la divinidad. La mente del dios absorbe la del
difunto y transfigura su cuerpo en una nueva forma bajo el
control del dios, ya sea creando una nueva manifestación
para la divinidad o fusionándose con la forma existente
del dios.
En la antigüedad, tales apoteosis ocurrían con poca
frecuencia y por casualidad. Pero eventualmente los
humanos determinaron ciertas causas de muerte y empo-
deraron a ciertos dioses; y los sacerdocios se formaron
alrededor de varios dioses para buscar y sacrificar víctimas.
Algunos estaban dispuestos, cautivados por la perspec-
tiva de fusionarse con lo divino. Muchos más no lo estaban.
Lo más controvertido es que ciertos sacerdocios en un
momento u otro capturaron y sacrificaron un dios a otro
dios, con resultados predecibles que cambiaron el mundo;
mientras que algunos dioses apreciaron el gesto, otros
se sorprendieron y horrorizaron lo suficiente como para
acabar con su propio sacerdocio en el acto.
Después de la unificación, la práctica de sacrificar
humanos a los dioses se convirtió en una práctica prohi-
bida. Los sacerdotes todavía sacrifican a veces artículos o
animales pequeños para dar poder a los dioses, pero esto
es más ceremonial que cualquier otra cosa. Los dioses
han optado por deshacerse de los sacrificios humanos y
ninguno de los dioses principales acepta tal homenaje.
Los pequeños cultos a dioses menores todavía pueden
practicar tales sacrificios, pero cuando se encuentran, los
eliminan sin miramientos. El acto es aborrecible para la
mayoría de los nahuacanos.
Los principales dioses
Muchos dioses todavía deambulan por Aztlán, pero los
nahuacanos dedican su adoración a los cuatro principales
dioses y guardianes de sus ciudades más importantes.
Todavía respetan una amplia variedad de dioses menores,
muchos de los cuales son protectores de sus estados vasa-
llos, adoptados en el panteón después de una conquista.
Los dioses nahuacanos son primitivos y caprichosos,
aunque ofrecen sus bendiciones a quien les rinde home-
naje. Los dioses pueden cambiar sus formas, pero a
menudo se encuentran con sus seguidores en un mismo
cuerpo reconocible. Esto no significa que los dioses no
deambulen de vez en cuando por sus ciudades disfrazados
de otra persona.
Tlehuitzin, dios del sur
Los dioses no tienen líder, pero si la posición existiera,
Tlehuitzin la desearía. El dios del sur, de Nexhuatipec, del
sol, el fuego y la guerra, Tlehuitzin, es el más ruidoso y
orgulloso de los dioses.
Él se aparece como un hombre muy anciano con el
uniforme militar de los primeros días del asentamiento
de Nexhuatipec. Tiene un tocado de plumas y su arma
es una serpiente de fuego que lleva enrollada alrededor
de la cintura. A veces, aparece como un jugador de pelota
y disfruta interactuando con sus adoradores a través
del deporte.
Tlehuitzin es directo y descarado, y dice exactamente
lo que quiere decir todo el tiempo, aunque cuando se
le hace una pregunta tiene la irritante costumbre de
responder a otra diferente o de quejarse de los jóvenes en
los tiempos modernos.
Tlehuitzin inventó el calendario que los nahuacanos y
tzak k'anos usan hasta el día de hoy. Lleva el calendario
a la espalda y, con frecuencia, aparecen copias de él como
símbolo; también representa el disco del sol.
Nacatlicue, diosa del este
La diosa protectora de Ōlōxochicalco es Nacatlicue. Si
bien Ītzzohualli y Tlehuitzin son los principales dioses de
la guerra en la actualidad, Nacatlicue inventó la guerra para
proteger las cosechas que cultivaba su pueblo, aunque más
tarde se retiró del ámbito para centrarse en la agricultura y
la tierra. Se dice que se quitó la piel del cuerpo para regar
el suelo con su sangre durante una gran sequía.
Nacatlicue aparece como una mujer de edad indetermi-
nada, aunque se ha desprendido de la piel más abajo de su
cintura para usarla como falda. Su apariencia es, quizás, la
más inquietante de cualquier dios. A veces toma el rostro
de una guerrera, especialmente cuando protege a su gente
del peligro.
Nacatlicue habla con trivialidades y parábolas, respon-
diendo a las preguntas con pequeñas fábulas sobre animales
que hablan o niños que se portan mal.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 67
 Ītzzohualli, diosa del norte
Ītzzohualli gobierna la oscuridad, la obsidiana, la noche,
la luna y la muerte. Suyas son las nieblas que oscurecen
y los acertijos confusos, las espadas en la oscuridad y las
mentiras magistrales. Da respuestas en forma de acertijos
y medias verdades.
Nadie sabe cómo se ve su verdadera forma, porque
cuando se acerca, la niebla se eleva desde el suelo y las
sombras se alargan y se funden hasta que solo sus ojos,
dos chispas de obsidiana relucientes en la oscuridad, son
visibles. A veces adopta la forma de animales cazadores o
de una mujer de piel tan negra como la obsidiana. Como
es bien sabido, sus sacerdotes afirman que es una criatura
construida con serpientes negras, aunque se sospecha que
ni siquiera esta forma es su verdadero rostro.
Ella es la fundadora de los Ocēlōmeh y su protectora,
quien concede a aquellos que toman el manto del jaguar
negro sentidos sobrehumanos, pasos ligeros y cuchillos y
lanzas de obsidiana que matan rápida y silenciosamente
cuando se manejan con la precisión acorde a su color. La
suya es la ciudad de Mīlllahco, enclavada en medio de los
volcanes inactivos del norte.
Apocōātl, dios del oeste
Apocōātl gobierna la ciudad occidental de Tecuehtitlān y su
estado asociado. En lo profundo del corazón de Nahuacán,
la región de Tecuehtitlān está atravesada por humedales y
valles fluviales que corren entre los picos de las montañas.
La misma serpiente de la tormenta se siente más cómoda
nadando hábilmente a través de los ríos, tan enorme como
una anaconda gigante, pero tan ágil como un pececillo. Es un
depredador, pero no disfruta de la depredación: la violencia
es un medio de supervivencia, no una fuente de orgullo.
Apocōātl conoce los secretos del agua pura y las plantas
medicinales, y capacitó a sus sacerdotes y seguidores como
médicos, herbolarios y filósofos. También es suya la magia
del nahual; fue el primero en enseñar a las personas cómo
aprovechar el animal totémico de cada uno, manifestando sus
fortalezas y debilidades, o encarnándolo como un compañero
animal para crear una relación con la propia alma.
Se aparece como una serpiente gigante cubierta de plumas
resbaladizas por el agua. En ocasiones es blanco y, a veces,
fantásticamente multicolor. De todos los dioses, Apocōātl
es el único que nunca ha sido visto en forma humana. Es el
más directo de los cuatro dioses al hablar, pero es escueto
y reticente, casi como si hablar le cansara.
68 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
Dioses menores
Además de las cuatro deidades principales, abundan los
pequeños dioses que gobiernan alguna especie de planta,
un oficio o un ámbito limitado similar en toda la Alianza
Nahuacana. Estas deidades tienen sus propios templos
y sus propios pequeños sacerdocios, aunque el impulso
nahuacano de centralización significa que los sacerdocios
generalmente caen bajo el paraguas administrativo de uno
de los cuatro principales sumos sacerdotes o sacerdotisas.
Muchos pequeños dioses son protectores de algún
pueblo dentro del interior de la Alianza o, lo que es más
común, uno de los estados vasallos que conquistaron
los nahuacanos.
Las relaciones entre dioses mayores y menores suelen
ser benignas, aunque sus seguidores no necesariamente
se sienten tan cómodos entre sí. Los rebeldes separatistas
en los estados vasallos con frecuencia se unen en torno al
estándar y el sacerdocio de un pequeño dios en particular,
a veces sin verificar si ese dios está de acuerdo con este plan.
En más de una ocasión, el ejército nahuacano ha destruido
o vuelto a consagrar el único templo de un pequeño dios en
el proceso de sofocar una revolución. Nunca se vuelve a oír
de los dioses que sufren este destino.
Religión extranjera
Un fenómeno desconcertante ha surgido en las provincias
exteriores de la costa oriental. Un puñado de pueblos han
acogido una importación théana que alarma a los sacer-
dotes: la religión vaticana. Los misioneros castellanos traen
un mensaje de paz y curiosidad científica que ha cautivado
a muchos nahuacanos.
Estos misioneros construyen extrañas iglesias de estilo
théano y mezclan sus prácticas religiosas extranjeras con
patrones de adoración indígenas. Un nahuacano que visita
una de esas congregaciones todavía escucha la música y la
poesía y huele la comida asociada con las fiestas locales,
pero las menciones desconocidas de los profetas salpican
las devociones habituales.
La mayoría de los nahuacanos simplemente no entienden
la religión théana. Parece que se basa en la existencia de un
dios con el que nadie ha hablado de forma directa, a excep-
ción de un puñado de profetas, ninguno de los cuales está
presente para responder preguntas. De hecho, la ausencia
de este dios parece ser el punto principal: la religión vati-
cana gira en torno a la «fe» en esta entidad que nadie puede
percibir, un valor que reverencian y exaltan. ¡Imagina que

tus vecinos te respetan por creer que te convertirás en el
mejor jugador de ōllamaliztli de la Alianza incluso cuando
apenas puedes mantener una pelota en el aire!
Para algunos nahuacanos, la fe vaticana es tan diferente
de lo que ya practican que no ven problema en practicar las
dos juntas. Esta práctica dual tiene poco sentido para los
vaticanos interesados en una sola verdad específica, pero la
ven como un mal necesario, un primer paso en el camino
hacia una mente iluminada.
Para otros, los vaticanos son peligrosos ofensores contra
el corazón mismo de la cultura, la identidad y el poder
nahuacanos. Estos nahuacanos se niegan a asociarse con los
nahuacanos vaticanos y, a veces, queman iglesias y hogares
de creyentes como un acto de patriotismo.
Cultos de sacrificio
No todos los religiosos aceptaron la prohibición de los
sacrificios humanos de la Alianza Nahuacana. Ciertas
sectas fundamentalistas dedicadas a cada una de las cuatro
deidades principales han decidido que el sacrificio a su dios
es correcto y apropiado, le guste o no a ese dios.
Estos cultos a la muerte se esconden entre los nahuacanos
y se reúnen en secreto en el desierto o se comunican en
público usando patrones codificados. Secuestran a personas
que nadie echará de menos, como criminales, esclavos,
gente pobre o viajeros de paso, y luego los sacrifican a los
dioses y esconden los cuerpos.
Creen que si sacrifican suficientes almas al dios que han
elegido, la naturaleza de ese dios volverá a un estado ante-
rior a la Alianza, desarrollando de nuevo un hambre por los
humanos muertos que la sociedad en general tendrá que
saciar. Por parte de los dioses, ellos no quieren tener nada
que ver con esta forma de adoración, pero, a menos que se
encuentren muy cerca, no parecen ser capaces de atrapar a
los perpetradores.
Estos cultos a menudo unen fuerzas con otras personae
non gratae por mutuo beneficio. Las brujas que practican
magia negra no autorizada por el estado a veces ofrecen sus
servicios a cultos, que de todas formas están interesados en
la idea de prácticas místicas ilegales.
Recientemente, los regimientos nahuacanos que
asediaban una ciudad en rebelión, descubrieron que los
seguidores del campamento que habían estado desapare-
ciendo habían sido arrastrados a la ciudad y sacrificados
a Tlehuitzin en repugnantes rituales que otorgaban a sus
armas cualidades más mortíferas. El propio Tlehuitzin
NO VOLVAMOS A
HABLAR DE ELLO
El hecho de que el sacrificio humano alguna vez
fue común y corriente no es un tema que pueda
ser debatido. Los grandes templos de las cuatro
ciudades principales, entre otros, cuentan
con prominentes altares de sacrificio. Estos
altares todavía se utilizan para el sacrificio de
objetos benditos. Los mismos dioses recuerdan
cada uno de los muchos sacrificios, porque los
sacrificios que mejor los empoderaban eran
los de aquello que más amaban, los sirvientes
devotos y los santos suplicantes. Pero los dioses
no responden preguntas al respecto.
En consecuencia, parte de la historia no está
clara. ¿Explicaron los dioses las reglas del
sacrificio a los humanos al inicio de la historia
nahuacana? ¿Pidieron sacrificios para hacerse
más poderosos? ¿O los humanos comenzaron la
tradición ellos mismos?
En cualquier caso, el primer Gran Orador
en la formación de la Alianza dio voz a una
verdad que todos los dioses temían admitir: se
habían cansado del derramamiento de sangre.
Incrementarse a sí mismos no valía la muerte
constante de personas y cosas que apreciaban.
El inicio de la Alianza supuso el fin del sacrificio
humano para los nahuacanos.
sintió que se estaban produciendo los sacrificios, pero no
pudo determinar de dónde o cuándo procedían, y de todos
modos se encontraba a muchas leguas del ejército sitiador
en ese momento. Los líderes nahuacanos se estremecieron
ante la idea de que el sacrificio pudiera permitir a un indi-
viduo sin escrúpulos acceder al poder divino incluso sin el
consentimiento de ese dios.
Más allá de la adoración de los dioses mayores de esta
manera, han surgido algunos cultos alrededor de dioses
menores en ciudades-estado aliadas. Estos protectores
de sus ciudades conquistadas aceptan los sacrificios con
deleite y afirman que el sacrificio continuo permitirá al dios
hacerse lo suficientemente poderoso como para enfrentarse
a uno de los cuatro dioses principales.
Estas personas resienten la Alianza y buscan cualquier
forma de asestarles un golpe importante, pero los bene-
ficios que obtienen de sus dioses a cambio son a menudo
pequeños e insignificantes en comparación con la bendición
que se obtendría de un dios mayor. Esto no parece impedir
que continúen con sus actos blasfemos.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 69
 Lugares
Ōlōxochicalco
Ōlōxochicalco es la ciudad al este. Sus habitantes siguen a
Nacatlicue y, gracias a su bendición, es la más rica de las cuatro
ciudades. En las amplias y fértiles llanuras de Ōlōxochicalco se
cultivan abundantes cosechas, y su diosa mantiene su sustento
con lluvia y tierra fértil. La abundancia de alimentos permitió
a Ōlōxochicalco crecer más rápido que sus tres principales
competidores y sigue siendo la más grande de las cuatro
ciudades en la actualidad. En su mayoría, la población está
formada por agricultores y médicos, aunque cuentan con un
ejército considerable, entrenado para proteger los cultivos.
Ōlōxochicalco tiene pocos jardines flotantes: la mayoría
de las granjas tienen extensos campos de maíz. Los nobles
que supervisan estos campos son ricos y están bien alimen-
tados, aunque son sumamente respetuosos con sus agri-
cultores arrendatarios. Los campesinos de Ōlōxochicalco
superan en número a los sacerdotes, nobles, comerciantes y
artesanos aun más que en cualquier otro lugar. Las cosechas
cultivadas en la ciudad se envían a toda la Alianza, y el
exceso se vende a los rahuri en el mar Atabeano.
El comercio entre Ōlōxochicalco y las islas atabeanas
siempre ha sido bueno, y la afluencia de alimentos y mercan-
cías extranjeras ha convertido a la ciudad en la más exótica
de toda la Alianza Nahuacana. Cuando los théanos llegaron,
se encontraron primero con Ōlōxochicalco. La gente de
la ciudad estaba ansiosa por comerciar y, efectivamente, la
ciudad ha prosperado enormemente en los últimos cien años
gracias a acuerdos comerciales bien negociados.
Aunque Nacatlicue se ha retirado en gran medida como
diosa de la guerra, el Ōlōxochicalco de hoy está lleno de prepa-
rativos militares. Si bien se han beneficiado del comercio con
Théah, no confían en los extranjeros. Ōlōxochicalco recolecta
la mayor parte de la comida para la Alianza y, si algo sucediera,
conduciría a una derrota segura. La Alianza podría sobrevivir
a la pérdida de uno de sus otros estados, pero perder el maíz
de Ōlōxochicalco sería un golpe devastador.
La milicia trabaja duro aquí y la ciudad construye muros
según los estándares más modernos. Los ingenieros de
combate están experimentando con armas théanas, y se han
dado cuenta de que los cañones y las ballestas funcionan
mejor cuando se combinan con gruesos muros de piedra.
Nexhuatipec
Las imponentes pirámides y templos de Nexhuatipec
se pueden ver a kilómetros de distancia en el desierto
del sur. Cuando Tlehuitzin condujo por primera vez
70 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
a sus seguidores a la región, el duro calor del desierto y
las criaturas peligrosas los llenaron de miedo y duda.
Pero Tlehuitzin confiaba en que la región enseñaría a su
pueblo fuerza y autosuficiencia. Se acercó a los dioses más
pequeños de la jabalina, la lanza y el arco, y se humilló ante
ellos para que le enseñaran a su pueblo a cazar mejor. De
estos dioses aprendieron a fabricar ahtlatls para lanzar sus
dardos con mayor velocidad y a preparar remedios contra
el veneno de las bestias.
La gente de Nexhuatipec desarrolló rápidamente una
reputación como los más duros de todos los nahuacanos,
así como los más hábiles cazadores. Debido a que la agri-
cultura era más complicada en las tierras más secas que en
otros lugares, la gente de Nexhuatipec dependía en gran
medida de asaltar los asentamientos cercanos a lo largo del
río y de perfeccionar sus habilidades de caza para conver-
tirlas en habilidades de guerra. No es de extrañar que los
guerreros águilas vinieran de Nexhuatipec.
Nexhuatipec ha producido una pluralidad de Grandes
Oradores nahuacanos y alberga más edificios adminis-
trativos centrales que las otras ciudades importantes. La
oficina del mariscal de campo del ejército nahuacano está
aquí y el distrito noble es más grande que en cualquier otra
ciudad nahuacana.
La balanza económica de Nexhuatipec es más precaria
que la de otras ciudades. Es simplemente demasiado grande
para subsistir solo con la caza y la fruta recolectada, pero el
suelo arenoso es inhóspito para los cultivos. El cercano lago
Cuitlacuahuitl permite jardines flotantes limitados, pero su
problema es encontrar suelo rico.
Nexhuatipec comercializa la mayor parte de sus alimentos.
El crimen se disparó en años de recesión económica y
Nexhuatipec creó una fuerza policial permanente, una
guardia de la ciudad, bajo el control de nobles de alto cargo
y héroes de guerra retirados. En la mayoría de las otras
ciudades un elenco rotativo de la milicia debe hacer cumplir
la ley en conjunto con sus jueces.
Medicina moderna
Es posible que Nexhuatipec no pueda cultivar alimentos,
pero tienen medicamentos naturales en abundancia en las
selvas. Aunque no tienen las aguas curativas de Tecuehtitlān,
han descubierto medicamentos para muchas dolencias,
tales como jaqueca, dolores de estómago y malestar general.
Su medicina estomacal favorita es el chocolate caliente, y no
solo por su olor aromático y sabor agradable.
Mīlllahco
Mīlllahco está ubicada entre los volcanes ahora inactivos del
ala norte de las montañas. Recibe su nombre de los sustan-
ciales depósitos de obsidiana disponibles cerca; la leyenda
dice que la propia Ītzzohualli llevó al pueblo nahuacano
a encontrarlos. El suelo enriquecido por los volcanes de
Mīlllahco es fértil, pero difícil de trabajar debido a sus empi-
nadas pendientes. Hermosas granjas en terrazas abundan
en las colinas y laderas de montañas alrededor de la ciudad.
Los soldados de Mīlllahco nunca fueron las mejores
tropas de las tierras altas en Aztlán: los kuraq conservan
ese título. Pero los estrechos pasos de montaña han acos-
tumbrado a la infantería local a organizarse en secciones
de tropas más pequeñas, dispersas en mayor extensión a
través de las tierras escarpadas. No es ninguna sorpresa
que los guerreros jaguares se desarrollaran aquí. Su cuartel
y centro neurálgico, Huey Tletepētl (aguja de lava), todavía
se eleva imponente sobre la ciudad. Muchas personas se
refieren metónimamente a Huey Tletepētl cuando hablan
de la inteligencia militar nahuacana en general.
Con sus depósitos de obsidiana, minas de montaña y
conexión con las tierras wabanahkik y mercados al norte,
Mīlllahco siempre ha prosperado económicamente. Muchos
gremios de comerciantes y artesanos se fundaron o constru-
yeron sus oficinas centrales aquí, pues resultaba conveniente
para el intercambio de inteligencia entre Huey Tletepētl y
los mercaderes espías. Las casas de gremios de artistas en
Mīlllahco actúan también como museos, mostrando piezas
más pequeñas y conceptuales que son menos viables como
propaganda gubernamental u otra forma de consumo público.
Históricamente, la nobleza controlaba la mayor parte de
las minas y los depósitos de obsidiana, obteniendo más
riquezas y poder. Sin embargo, los comerciantes están
mejor conectados a la red comercial y son más hábiles en
beneficiarse de los materiales que consiguen. La tensión
entre comerciantes y nobles ha conducido a algunas discu-
siones de alto perfil en el mercado y, al menos, a una torpe
pelea cuerpo a cuerpo que la milicia tuvo que separar.
Huey Tletepētl
Huey Tletepētl fue nombrado así por la forma de la estruc-
tura y sus materiales de construcción. La estructura es una
sola torre, construida con bloques gigantes de piedra de lava
y pulida para conseguir un brillo suave. El negro edificio es
una vista imponente, y se puede observar desde cualquier
mirador en la ciudad, pues está construida en la cumbre
más alta de las montañas vecinas.
El piso inferior del edificio sirve como oficinas y espacios
de reunión para los líderes de los guerreros jaguar. Los pisos
de arriba contienen dormitorios para más de mil guerreros
jaguar, donde al de rango más bajo se le asigna el piso más
alto. Si bien tienen una excelente vista de la ciudad, están
más lejos de la acción si la aguja alguna vez es atacada.
Cada trocito de inteligencia militar que pasa por las
manos de los guerreros jaguar termina en Huey Tletepētl.
La directora Xochitl vive aquí y lleva a cabo sus negocios
desde la planta baja. Su dormitorio en suite se encuentra en
la parte superior de las escaleras en la primera planta. Esto
le da la libertad de ir y venir sin previo aviso, y también de
defender a Huey Tletepētl en una escalera que constituiría
un cuello de botella mortal para los invasores.
Tecuehtitlān
Situada en los otrora asquerosos humedales occidentales,
Tecuehtitlān habría sido una trampa mortal si no fuera por el
sabio consejo de Apocōātl. Él enseñó a los primeros colonos
a purificar el agua con fuego y hojas, y dirigió a sus primeros
ingenieros a dragar pantanos y construir jardines flotantes.
En estos humedales, donde ningún ser humano se había
atrevido a asentarse antes, la gente de Tecuehtitlān encontró
abundante comida. Sus herbolarios dominaban el uso de
plantas que no crecían en ningún otro lugar del continente.
Debido a las demandas de ingeniería del terreno húmedo de
Tecuehtitlān, la ciudad propiamente dicha está construida en
un plan urbano más aleatorio, con jardines flotantes situados
en toda la ciudad en lugar de solo en las afueras. El templo de
la Serpiente de la Tormenta, que en realidad es un complejo
de múltiples templos situados alrededor de la base de una
montaña, se eleva en lo alto del pantano. Aquí, los sacerdotes
bendicen las aguas del pantano con el poder de Apocōātl,
transformándolas en agua pura con propiedades curativas.
En los días de la guerra dentro de la Alianza, los sacer-
dotes y científicos de Tecuehtitlān desarrollaron medicinas
avanzadas y toxinas a partir de las plantas locales, asegu-
rando que sus fuerzas se recuperaran más rápido que las
demás y conservaran un poco de ventaja sobre las ciuda-
des-estado con ejércitos más fuertes.
Tecuehtitlān es una especie de centro cultural e intelectual
del imperio; sus seminarios y academias gozan de buena
reputación. La corte suprema de la Alianza, así como sus
facultades de derecho y oficinas asociadas, también están
aquí. Tecuehtitlān es fácilmente accesible en barca, lo que
significa que los campeonatos de ōllamaztli y lucha libre de
toda la Alianza se llevan a cabo aquí en estadios gigantes.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 71
 El gran campo de juego de ōllamaliztli
Situado a la sombra del gran templo de Apocōātl, el gran
campo de juego de ōllamaliztli de Nexhuatipec domina la
plaza central de la ciudad. Mucho más que un deporte, el
ōllamaliztli es una parte integral de la sociedad nahuacana.
La decisión de Nexhuatipec de abrazar el arte, la cultura
y el aprendizaje disminuyó su necesidad de un gran ejército,
pero ofreció un frío consuelo a sus orgullosos guerreros.
Lejos de ser ciegos a la situación, los gobernantes de
Nexhuatipec optaron por expresar el vigor marcial de sus
ciudadanos a través de un medio diferente: el ōllamaliztli.
Una enorme arena abierta con altos muros de piedra enye-
sados, pintados con imágenes de dioses y guerreros, el gran
campo de juego es un símbolo imponente de destreza física
en una cultura de eruditos.
La firme determinación que la gente de Nexhuatipec
dedicó al ōllamaliztli rápidamente estableció al gran campo
de juego como el más prestigioso de la Alianza. Nobles y
plebeyos abarrotan las gradas para animar a sus jugadores
favoritos y olvidar las dificultades de la vida cotidiana.
Los juegos de ōllamaliztli son más que un simple evento
deportivo. Son un refugio para que la élite de la sociedad
nahuacana practique su interminable «juego de espinas». Las
gradas y los palcos del gran campo de juego ofrecen un lugar
perfecto para encuentros discretos, astutos espionajes o las
intrigas que ocupan las horas de vigilia de la nobleza nahuacana.
Los juegos de azar son omnipresentes durante los juegos
de ōllamaliztli, y las apuestas, entre nobles y plebeyos por
igual, son tan intensas que reinos enteros han cambiado de
manos con el lanzamiento de una pelota. No es inaudito
que los espectadores se vendan a sí mismos como esclavos
para pagar sus deudas de juego.
El ōllamaliztli también proporciona a los nahuacanos una
forma de resolver sus diferencias sin recurrir al derrama-
miento de sangre. Se han solucionado muchos rencores en
la cancha de ōllamaliztli, y los nobles poderosos mantienen
jugadores temibles para que participen en batallas en las
que el ganador se lleva todos los poderes ante el rugido de
la multitud.
Lejos de ser un esfuerzo secular, el ōllamaliztli está íntima-
mente entrelazado con la religión nahuacana. Los más grandes
rituales de Apocōātl se observan en una escala épica por una
multitud de adoradores envueltos en incienso en el gran campo
de juego de ōllamaliztli en la base de su pirámide. El campo en
sí mismo simboliza el universo, mientras que la pelota repre-
senta el sol. El flujo y reflujo del juego reflejan la eterna lucha
72 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
entre la luz y la oscuridad, y se dice que el velo de la muerte se
desgasta durante los combates particularmente temibles.
Ni siquiera los dioses son inmunes al atractivo del juego
y se sabe que resuelven asuntos de gran importancia celes-
tial en la gran cancha. Un espectáculo deslumbrante, estos
concursos son historias de leyenda y pueden continuar
durante días antes de que surja un claro vencedor. Ya sea
adivinando el futuro, resolviendo un conflicto o luchando
una guerra por el poder, los dioses participan en los juegos
con un vigor incomparable al de sus contrapartes mortales.
Los dioses a menudo reclutan campeones mortales para
participar en sus juegos, a veces como simples representantes,
otras veces para jugar a su lado. Pocos mortales sobreviven,
pero los que lo hacen obtienen recompensas inimaginables.
Cerro Altepetal
Situado siete millas al este de Nexhuatipec, las pendientes esca-
lonadas del Cerro Altepetal son una verde abundancia de flora
y fauna de toda la Alianza Nahuacana. El visionario tlatoani
Acomiztli I transformó el Cerro Altepetal al alimentarlo a
través de un acueducto que aún hoy transporta agua dulce
desde la base del Cerro Queztloc, convirtiendo la tierra estéril
que era hace dos siglos en la obra de arte que es en la actualidad.
Los peregrinos que visitan el Cerro Altepetal desde
Nexhuatipec son recibidos por la vista del palacio de verano en
su base. Un ejército de poetas, artistas y eruditos abarrotan sus
lujosas habitaciones, cuya opulencia sólo es rival para las mara-
villas botánicas de sus jardines acuáticos. Los caminos sinuosos
y aislados de estos jardines proporcionan un lugar ideal para la
contemplación, los encuentros discretos o la intriga.
Las escaleras de mármol marcan el tortuoso camino que
asciende por las cuidadas laderas de la colina Altepetal
hasta el santuario de Apocōātl. Nivel tras nivel de maíz,
calabazas y frijoles dan paso a una vertiginosa abundancia
de flores exóticas y cascadas burbujeantes a medida que
la actividad frenética del palacio es reemplazada por la
soledad y contemplación del santuario.
Ascendiendo a la cumbre, los escalones de mármol dan
paso al incienso embriagador y al canto piadoso, mientras
los siempre vigilantes sacerdotes de Apocōātl conducen al
peregrino a través del laberinto de jardines colgantes, animales
exóticos y piscinas reflectantes que conforman el santuario más
sagrado de Apocōātl. Un último camino de piedra blanca lleva
al visitante a su destino final… la piscina sagrada de Apocōātl.
Enmarcada por una vista impresionante del Cerro
Apocōātl, la piscina sagrada es una cuenca circular de piedra
tallada minuciosamente, ubicada en la cara oriental de la
colina. Flanqueada por ranas de jade que representan las
cuatro principales ciudades de la Alianza y envuelta en un
apacible despliegue de flores fragantes y fuentes relajantes,
la piscina es un milagro de inventiva nahuacana que solo
rivaliza con el milagro de las propias aguas.
Después de su contacto inicial con los théanos, Apocōātl
detectó una terrible amenaza para su gente: la enfermedad.
Actuando rápidamente, utilizó sus mayores bendiciones
para unir una porción de su esencia a la piscina sagrada.
Transformadas para siempre, las aguas perpetuamente frías
de la piscina de Apocōātl son tan puras ahora que ninguna
enfermedad está más allá de su capacidad de sanación. Si
bien solo había una cantidad limitada de agua disponible para
proteger a su pueblo, era suficiente para preservar el núcleo de
la civilización nahuacana de la aniquilación inmediata.
En los años que siguieron, el control del Cerro Altepetal ha
otorgado al pueblo de Nexhuatipec un monopolio «benévolo»
sobre las aguas curativas que les permite perseguir sus tradi-
ciones artísticas y culturales sin necesidad de un inmenso ejército.
Pero, a pesar de todas sus maravillas, la bendición de
Apocōātl tiene un precio. Su vínculo con la piscina sagrada
es tan íntimo que lo hace físicamente vulnerable a los
estragos causados por los vengativos théanos y los rivales
políticos de Nexhuatipec. Al menos un grupo de théanos
ha intentado infiltrarse en el santuario, y solo el tiempo
dirá si los sacerdotes vigilantes de Apocōātl y los gober-
nantes de Nexhuatipec pueden proteger el Cerro Altepetal,
y a su dios, de la destrucción completa.
Pepechotlán
Siglos después de que los cuatro dioses condujeran a la
gente a sus respectivas ciudades, durante la época del primer
Gran Orador, la Alianza Nahuacana fundó Pepechotlán.
Esta ciudad se encuentra en el centro de las cuatro grandes
ciudades, y sirve como la capital de la Alianza.
La ciudad en sí está situada en el borde de un lago
gigante que se encuentra en el cruce de las cuatro ciudades.
Originalmente, estas tierras pertenecían a un pequeño
pueblo de pescadores y granjeros. Cuando el primer Gran
Orador denunció el sacrificio humano y asumió el cargo
de discutir con los dioses, decidió que necesitaba un lugar
neutral en el que todos los dioses estuvieran en condiciones
de igualdad. Pidió que vinieran jinetes de cada ciudad y
donde se reunieran en el medio sería el nuevo centro de
poder de la Alianza Nahuacana combinada.
Pepechotlán mantiene una neutralidad imperturbable
entre las cuatro grandes ciudades y sus dioses. Cada dios
7º MAR EL NUEVO MUNDO 73
 tiene un sumo sacerdote representativo, un templo para la
adoración y un hogar para cuando vengan a visitarlo. Cada
líder de la ciudad tiene un funcionario público represen-
tativo, espacio para las familias nobles y, por supuesto, un
lugar para altos magistrados.
Pepechotlán mantiene el gobierno central de la Alianza
Nahuacana y cualquiera que quiera conseguir algo va allí por
negocios. Un juez del tribunal supremo, cuyos fallos sobre
la ley moldean e informan los fallos de los jueces de toda la
Alianza, se encuentra ahí. El consejo de ancianos se reúne en
la ciudad, y cada uno tiene propiedades en ella, y, por supuesto,
aquí es donde vive el Gran Orador después de ser elegido.
Si bien muchos verían a Pepechotlán como el centro de poder
de la Alianza Nahuacana, el verdadero poder de la Alianza
permanece dentro de cada uno de los cuarteles militares de
las ciudades. Los directores de las dos organizaciones militares
tienen oficinas en Pepechotlán, pero tradicionalmente solo
iban allí cuando eran convocados por el Gran Orador o en
asuntos oficiales del gobierno. Ambos líderes pasan gran parte
de su tiempo en la ciudad desde la elección del Gran Orador
Chicahua Tlatoa, lo que no presagia nada bueno para él.
Nahuiachahuitin
Nahuiachahuitin comprende cuatro piscinas de manantiales
de aguas turquesa en medio del desierto más duro del norte
de Aztlán. Fueron encontradas, o conjuradas desde la arena
reseca como cuentan las historias, por el sacerdote disidente
Mizzolotl, un hombre de modales sencillos y palabras pode-
rosas que denunció los privilegios del sacerdocio y la nobleza
como dañinos y antinaturales. Desde su llegada, personas
privadas de derechos de todas partes de la Alianza, esclavos,
campesinos, siervos e inadaptados, han estado acudiendo en
masa a Nahuiachahuitin en busca de fe o libertad.
El oasis se convirtió rápidamente en una aldea de granujas y
disidentes fanáticos. Incluso han declarado su independencia
de la Alianza o de cualquier otra potencia. Una expansión de
chozas de adobe ahora rodean la piscina más grande; muchas
de ellas aún están en construcción, y los cimientos de un
pequeño templo se alzan desde el suelo a través del agua.
Los aldeanos se mantienen ocupados. Están aterrazando
las orillas de las piscinas y cultivando frijoles, algo de maíz, e
incluso algodón. Los niños corren salvajes por el pueblo, persi-
guiendo pavos y perros, o disparándole a buitres con sus hondas.
Los manantiales son una bendición, pero no pueden
proporcionar todo lo que los aldeanos necesitan. Los segui-
dores de Mizzolotl a menudo hacen incursiones en aldeas
74 CAPÍTULO 2: La Alianza Nahuacana
y pueblos alrededor de Mīlllahco o incluso en la costa
atabeana al este. Traen de vuelta cualquier cosa que puedan
llevar que pueda ser útil: leña, madera, mantas, fibra de
agave, alimentos, medicinas, cerámica o herramientas. La
mayoría de las veces, los asaltantes también traen nuevas
incorporaciones a la floreciente población del pueblo, y no
todos parecen estar allí por su propia voluntad. Mizzolotl
no se siente cómodo con esas incursiones. Sin embargo,
a menudo está demasiado ocupado en otro lugar, persi-
guiendo sus propios objetivos, para hacer cumplir las leyes
más estrictas en Nahuiachahuitin.
Los pequeños destacamentos enviados por Mīlllahco para
tomar lo que la poderosa ciudad sentía que les correspondía
han sido devueltos bastante maltratados, o simplemente
no han regresado. Nahuiachahuitin no es presa fácil. Está
rodeada por kilómetros de desierto abierto que sigue el sol
en el cielo hasta donde alcanza la vista. La arena es blanca
como tiza y desvía la luz cegadora hacia ti. El aire es tan seco
que el sudor se vaporiza tan pronto como rompe la superficie
de la piel. No hay sombra, ni cubierta, ni escondite, ni alivio.
Los rebeldes pueden verte venir mucho antes de que
detectes un rastro de su presencia. La arena ineludible se
eleva en nubes de polvo detrás de ti, y tus enemigos tienen
espléndidos miradores en lo alto de las altas dunas que
enmarcan el horizonte norte y esconden Nahuiachahuitin
de miradas indiscretas. Esas mismas dunas deletrearán tu
perdición cuando te acerques. No hay otro acercamiento a la
aldea, y serás repetidamente emboscado hasta que te retires,
te rindas o mueras. Los rebeldes están bien entrenados y
tienen una buena comprensión de la táctica y la estrategia.
La evaluación actual de Mīlllahco es que Nahuiachahuitin
puede representar una amenaza para la seguridad política
y la estabilidad de la Alianza. Hasta ahora, los disidentes
han tenido la ventaja, pero es cuestión de tiempo hasta que
el ejército envíe a los guerreros jaguar.
El bosque embrujado de Hueihuactzin
Los théanos a menudo dicen que la pluma puede ser más
poderosa y más cruel que la espada. Los intérpretes nahua-
canos asienten en acuerdo silencioso, tratando de ocultar
una ocurrencia tardía que consideran inquietante.
El significado del dicho no pasa desapercibido para los
nahuacanos; sin embargo, no pueden evitar reconocer una
verdad simple que los recién llegados no logran comprender.
Las plumas tienen poder. Las plumas son poder. Los
penachos son la vestimenta de la nobleza, el coraje de los
guerreros águila, la magia del amantecatl. Las plumas son
un tributo apto para los reyes, y los nahuacanos son cons-
cientes del alto precio que a menudo pagan por tales bienes.
El tormento, la muerte y la pérdida del alma acechan a los
cazadores de pájaros, que obtienen el premio más alto del
comercio de penachos en el noroeste de Aztlán: las plumas
suaves, delicadas y opalescentes de las garcetas imperiales.
A estas aves no les hace bien el cautiverio y solo se pueden
encontrar en los bosques de pino y roble ubicados al norte
de Nexhuatipec. Un extenso reino de árboles venerables,
montañas nubladas, piscinas como espejos, arroyos rápidos
y cañones laberínticos, el bosque de Hueihuactzin, como
se le llama, es rico en vida silvestre y sombras hambrientas
que acechan en la oscuridad.
Cuenta la leyenda que una cazadora estaba en el bosque
cuando accidentalmente estranguló a un colibrí que había
atrapado en su red. «Asesinato», proclamaron los dioses. Una
bandada de chaneques hambrientos liderados por el temible
Hueihuactzin, de quien tomaría su nombre el bosque, se
abalanzó sobre la cazadora furtiva para ejecutar la sentencia
y vengar al enviado de los dioses. Entonces a los espíritus
similares a pájaros se les ordenó quedarse y proteger el bosque.
De vez en cuando un cazador de pájaros desaparece en
Hueihuactzin. Ningún rastreador puede encontrar sus restos,
ningún sacerdote puede comunicarse con su alma. Los habi-
tantes de Tepeztocatl, una aldea al borde del bosque, afirman
que el cazador perdido debe haber infringido una regla.
No se caza temprano en la mañana, dicen, ni al final de la
tarde, y debes estar loco para vagar por el bosque después del
anochecer. Tienes que dejar ofrendas brillantes para apaciguar
a los espíritus guardianes; solo entonces podrás colocar tus
trampas. Puedes atrapar garcetas, o incluso otras aves, y arran-
carles las plumas, pero no te atrevas a dañar a una de ellas.
Si derramas una gota de su sangre, Hueihuactzin y los
chaneques brotan del suelo en trajes de batalla a medida
hechos de ramitas, hojas, tierra, rocas, bellotas y huesos
viejos de águilas o monstruos aviares de más allá del tiempo.
Te cazarán y te comerán vivo, poco a poco. Arrastrarán tus
restos y tu alma a celdas de madera dentro de los árboles, y
nadie volverá a saber de ti.
Los aldeanos y los cazadores de pájaros solo hablan de
tales cosas en susurros; saben que los chaneques no están
atados al bosque, y los espíritus hambrientos se enfurecen
rápidamente. Y, sin embargo, osados narradores difunden
historias sobre hechiceros que hacen tratos horribles con
Hueihuactzin y su rebaño.
Cochicoapan
Ni siquiera la vigilancia permanente de los dioses puede
evitar que los nahuacanos se topen con secretos que es
mejor no tocar. Recientemente, una expedición comercial
que partió de la costa atabeana camino a Nexhuatipec
terminó llegando por error a las puertas de un pueblo en
ruinas profundamente arraigado en las tierras bajas del sur
que la Alianza Nahuacana comparte con Tzak K'an.
Enclavada contra una cresta y medio oculta por la jungla,
una acrópolis escalonada se extendía a lo largo de trece
niveles, todos conectados por escaleras de piedra azul
claro. Las terrazas lucían plazas, patios y edificios medio
enterrados, con una gran pirámide que dominaba el nivel
más alto. La ciudad entera fue arrasada por la maleza.
Asombrados, los comerciantes no se atrevieron a entrar en
la ciudad, pero regresaron a Nexhuatipec con noticias y
algunas baratijas que tuvieron la astucia de recolectar.
Los exploradores y académicos están comprensiblemente
entusiasmados con el hallazgo. Según los informes y los
artefactos que trajeron los comerciantes, incluido un frag-
mento de un friso de piedra que muestra una serpiente
letárgica, afirman que las ruinas son de origen nahuacano y
no tzak k'ano. La arquitectura, las inscripciones y las estatuas
sorprendentemente recuerdan a la época imperial. Algunos
sacerdotes eruditos incluso están sacando conclusiones preci-
pitadas y diciendo que las trece terrazas que imitan los cielos
y la «Serpiente Durmiente» en el friso son evidencia más que
suficiente de que los nahuacanos han encontrado Cochicoapan.
Según la tradición nahuacana, Cochicoapan fue el brillante
centro de conocimiento e invención en el Imperio de Aztlán,
no solo un depósito de códices invaluables, algunos de los
cuales eran viejos cuando los aztlanos eran jóvenes, sino
también herramientas, dispositivos y artefactos que no han
visto la luz del día desde la caída del Imperio. Solo pueden
imaginar qué maravillosos artilugios podrían haber escon-
dido los aztlanos en Cochicoapan, pero están ansiosos por
poner a prueba sus conjeturas y sueños más descabellados.
Los escribas e historiadores tienen una advertencia para los
aspirantes a exploradores demasiado interesados en visitar
Cochicoapan y desvelar sus secretos. La antigua sabiduría
popular nahuacana menciona varias veces las medidas de
seguridad que los conscientes imperiales podrían haber
dejado en su lugar para proteger su tesoro. La ciudad misma
podría deber su nombre a la más formidable de ellas. Un
pasaje críptico habla de una víbora gigantesca que descansa
bajo la acrópolis y que está destinada a despertar del letargo
tan pronto como un intruso haga o diga algo incorrecto.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 75
 Xochitl, directora de los Ocēlōmeh
Hija de un granjero de las terrazas de Mīlllahco, Xochitl
hizo la prueba para entrar en el seminario y se graduó
como la mejor de su clase ese año. Una carrera en el semi-
nario, en la que no dejaba de escabullirse de su dormitorio
después de horas, la preparó bien para trabajar como ocēlōtl.
Ascendió de manera constante en las filas hasta que se unió
al consejo de guerra del mariscal de campo.
Xochitl está rodeada de gente poderosa: maestros de
gremios de comerciantes, espías expertos y héroes de guerra
como el Gran Maestro Ome Tochtli. Pero, como corresponde
a su cargo, no confía en nadie. De hecho, mantiene archivos
secretos sobre cada figura poderosa que conoce: información
personal, escándalos, trapos sucios, vulnerabilidades. Si lo
necesitase, podría destruir a cualquiera dentro o fuera del
liderazgo de la Alianza Nahuacana en cuestión de días.
A pesar de su absoluto patriotismo y compromiso con los
mejores valores de la Alianza Nahuacana, pocos confían
en la maestra de espías. Todos aquellos que pertenecen al
consejo de guerra o a los rangos más altos del gobierno
mantienen la distancia con ella. Las visitas sociales son
breves, amables y, a menudo, frías. Ella aboga por la tole-
rancia y la mano firme en materias de asuntos exteriores,
pero pocos confían en sus motivaciones.
Su mayor oponente en asuntos de guerra y estado es el
Gran Maestro Ome Tochtli. Una vez amantes en el semi-
nario, ahora tienen una relación turbulenta. Xochitl cree que
Ome Tochtli oculta algo y está decidida a descubrir qué es.
Mientras tanto, está tratando de ganarse a Chicahua Tlatoa, y,
si eso no funciona, entonces puede que decida deshacerse de él.

Semillas de aventura

• Xochitl está convencida de que el Gran Maestro

Tochtli está involucrado en un resurgimiento de
la magia de sangre. Él desconfía de ella, y siempre
se comporta de la mejor manera cuando ella o
cualquiera de sus agentes están cerca. ¿Pueden
los héroes ayudarla a encontrar pruebas contra
el Gran Maestre?
• Xochitl ha escuchado un rumor sobre una expe-
dición de théanos a tierras nahuacanas. Quiere
información sobre sus planes, pero los Cuāuhmeh
XOCHITL, también buscan la expedición. No seguirán sus

DIRECTORA DE LOS OCĒLŌMEH instrucciones y, si encuentran a los théanos

«… y luego, mientras el representante de la Compañía
Comercial Atabeana duerme por el efecto de la bebida
contaminada, te vistes de enfermera e intercambias
discretamente las cochinillas por chinches».
primero, es probable que todo termine en un
derramamiento de sangre. ¿Podrán los héroes
encontrar a los théanos y llevar información a
Xochitl antes de que sea demasiado tarde?
Chicahua Tlatoa, El Gran Orador
Chicahua Tlatoa soñaba con convertirse eventualmente en el
Gran Orador, pero no tan pronto como lo hizo. Nacido de
sangre noble y de un largo linaje de sacerdotes de renombre,
su familia esperaba que él siguiera su ejemplo. En cambio,
cuestionó todo, incluida la sabiduría de los dioses.
Después del seminario, se convirtió en juez y pasó un año
viajando entre su ciudad natal de Nexhuatipec y ciudades
periféricas más pequeñas. Aprendió mucho sobre los
estados vasallos de la Alianza durante sus viajes y sintió
que la forma en que los dioses gobernaban la Alianza
podría necesitar una seria crítica. Escribió cartas y tratados
sobre el tema, que sospechaba que nadie jamás había leído.
Cuando llegó el momento de elegir un nuevo Gran Orador,
Chicahua Tlatoa se sorprendió tanto como cualquiera
cuando lo eligieron.
Chicahua Tlatoa es un hombre inteligente, pero joven, lo
que hace que la gente lo subestime. Muchos de los nobles
y sacerdotes nahuacanos tienden a ignorarlo u olvidar que
está mirando. Muchos piensan que es una broma y están
esperando que le pase algo para que alguien de verdad
pueda ocupar su lugar. Sin embargo, él se entrenó para
este trabajo durante la mayor parte de su vida y se siente
preparado para la tarea.
Los líderes del ejército de la Alianza no están de acuerdo.
Ome Tochtli, el Gran Maestre de los guerreros águila, está
tratando de socavar su posición y, al menos en una ocasión,
ha intentado asesinarlo. Chicahua Tlatoa no tiene pruebas
de ello, pero está seguro de que fue Ome. Xochitl, directora
de los Ocēlōmeh, parece cubrirle la espalda, pero también
intenta influir en su opinión.
Con dos líderes poderosos tirando de él en todos los
ángulos y tratando de enfrentarlo contra el otro, Chicahua
tiene que tener mucho cuidado. Sabe que está en peligro
y puede ver claramente de dónde viene, pero es incapaz
de actuar contra ellos por temor a desestabilizar a toda la
sociedad nahuacana.

Semillas de aventura

• A Chicahua le preocupa no poder vigilar a Ome

y Xochitl sin sacrificar su capacidad para actuar
como Gran Orador. Él le pide a los héroes que
supervisen sus actividades y le informen a él de CHICAHUA TLATOA,
cualquier cosa que encuentren.
• El Gran Orador ha descubierto otro complot de
EL GRAN ORADOR
asesinato, pero no puede actuar solo para evitarlo.
¿Pueden los héroes proteger a Chicahua sin que «Con el debido respeto, oh gran Tlehuitzin, hacer
nadie sepa que está involucrado? que los ríos corran rojos con sangre de invasores
podría contaminar nuestra agua potable. ¿Quizás
podríamos tomarnos un descanso para beber un
chocolate caliente antes de tomar la decisión final?»
 Boran «Drake Storm»
Boran creció en los harenes del palacio de Anatol Ayh en el
Imperio de la Media Luna. Entre abundancia y lujo, estaba
contento con el hecho de que su amada hermana, Safiye,
fuera la primera en la línea para el trono. Boran no esperaba
que cuando Safiye se fuera a recorrer Théah, su hermano
Istani usurparía el trono.
Sabiendo que Boran era amado por la gente, Istani tomó
el camino de los cobardes. Mintió, afirmando que ganó un
Kavita contra Boran, tomó sus títulos y lo exilió. Sin embargo,
en secreto, Istani lo vendió a la Compañía Comercial Atabeana,
amenazando con matar a su madre si Boran regresaba.
Boran pasó meses en un barco que se dirigía hacia el mar
Atabeano. En condiciones de hacinamiento, sufrió el trato
más cruel posible junto con otras pobres almas vendidas
como esclavas. Finalmente, cuando lo sacaron del casco del
barco, sintió el bendito sol en su rostro y recordó quién era.
Boran se negó a sucumbir a la desesperación, y enca-
bezó una rebelión para liberar a los esclavos de su barco.
Tomando el alias Drake Storm, Drake por el apodo de
Safiye para él y Storm como un guiño a su nombre anatolio,
se unió a la Hermandad de la Costa. La Hermandad vio el
espíritu heroico de Drake y lo envió en una expedición a la
Alianza Nahuacana.
Dentro de Nahuacán, a Drake se le permitió un regalo
sagrado, una reunión con el Gran Orador, un honor que no
se le concede a cualquiera. El Gran Orador escuchó de los
dioses el verdadero nombre de Drake y entendió su historia.
Prometió no revelar nunca el secreto de Drake, porque los
destinos de los dos hombres, como sus grandes naciones,
estaban entrelazados.

Semillas de aventura

• La faz del imperio ha cambiado desde que la empe-

• Drake está en busca de un artefacto syrneth
BORAN «DRAKE STORM»
«Un simple marinero es siempre
mucho más de lo que parece».
ratriz Safiye recuperó el trono. Drake quiere volver
a casa, pero Istani todavía lo quiere lejos. ¿Podrán
los héroes ayudar a Drake a regresar a su hogar
con los agentes de Istani pisándole los talones?
que permite que dos personas se comuniquen a
largas distancias. Espera dárselo a su hermana y
al Gran Orador para ayudar a formar su alianza.
El problema es que la última ubicación conocida
del artefacto se encuentra en la antigua ciudad de
Cochicoapan. ¿Pueden los héroes ayudar a Drake
a encontrar el artefacto en la ciudad prohibida?
Ichtaca
Ichtaca comenzó su carrera como una simple cargadora,
llevando jade y plumas de quetzal a lo largo de los ríos
y caminos de la Alianza hasta los mercados de Mīlllahco.
Rápidamente dominó el arte de entrar y salir de las
ciudades sin ser vista, luchar contra bandidos y conducir
duras negociaciones. Ichtaca pronto recibió el prestigioso
puesto de comerciante principal en una misión comercial
a la recién descubierta ciudad de Achiultla. Coaxah, una
decadente noble de Mīlllahco con sed de antigüedades
aztlanas únicas, organizó la misión.
Ichtaca tardó semanas en llevar a los achuiltlanos a la
mesa de negociaciones. Cansada de esperar, Coaxah usó su
influencia con el anterior Gran Orador para que Achiultla
fuera declarada enemiga del estado. Ichtaca vio con horror
cómo el ejército nahuacano arrasaba con Achiultla.
Después del desastre, Ichtaca se vio degradada a inspec-
tora de mercado. El pensamiento de lo que le sucedió
a Achuiltla la atormentaba y se decidió a no volver a
presenciar una ruina semejante. La delincuencia en el gran
mercado de Mīlllahco se redujo a la mitad a medida que
se esforzaba en su nuevo puesto. La vigilancia de Ichtaca
le permitió frustrar un complot contra Chicahua Tlatoa
cuando una investigación sobre la aparición de un artefacto
inusual reveló un intento de asesinato.
En recompensa, el Gran Orador la contrató como espía
y restauró su posición como comerciante principal. Una
sombra viviente, Ichtaca oculta sin esfuerzo su riqueza,
estatus y motivaciones mientras entra y sale de la Alianza.
Las misiones comerciales encubiertas de Ichtaca han creado
una vasta red de contactos dentro y fuera de la Alianza,
incluidos varios comerciantes odiseanos.

Semillas de aventura

• La reputación de Coaxah apenas sobrevivió al

desastre achiultlano y culpa de esto a Ichtaca.
Coaxah ha comenzado a tejer una sutil telaraña
de intrigas para atrapar a Ichtaca y destruir su
sueño de unidad. Ichtaca ha pedido a los héroes
que desenreden la red y se ocupen de Coaxah.
• Ichtaca espera unir a Aztlán a través del comercio, ICHTACA
pero la propensión nahuacana a la guerra lo difi-
culta. Ella ha pedido a los héroes que reparen
acuerdos comerciales con estados vasallos «Le aseguro, coronel, que todo
privados de derechos en toda la Alianza. lo que necesito es una hora para
hablar con el cacique y se unirán a
nosotros sin una gota de sangre».
 Ome Tochtli,
Gran Maestro de los Cuāuhmeh
El Gran Maestro Ome Tochtli tiene una clásica historia de
éxito. Hijo de una prominente familia noble con un impresio-
nante pedigrí militar, se graduó del seminario con los más altos
honores. Podría haber tenido cualquier puesto que quisiera,
pero se unió a los Cuāuhmeh, donde obtuvo una formación
con el Gran Maestro. Cuando su mentor cayó en batalla con
la retaguardia de las tropas en retirada de Fernando Medellín,
Ome tomó su estandarte. Aunque solo era un cadete, llevó a
su sección a la victoria, derrotando personalmente al guardaes-
paldas de Medellín en combate singular.
A lo largo de los años, Ome Tochtli vio a la Alianza
Nahuacana absorber varios pequeños estados vasallos, pero
nunca realmente crecer ni lograr el objetivo final de la unifica-
ción. Su experta estrategia lo ha llevado a una victoria tras otra
contra los enemigos nahuacanos, desde los rebeldes aztlanos
hasta los invasores théanos, pero el Gran Orador y los dioses
siempre lo han mantenido a raya.
Lo que comenzó como un ideal, un Aztlan unificado, se
ha convertido en una obsesión que ha llevado a Ome a
objetivos más oscuros. Se ha unido a un culto a la muerte
fundamentalista que cree que los dioses son débiles debido a
la falta de sacrificios. Está animando a una joven sacerdotisa,
Eztli, a hacer sacrificios humanos para aumentar su poder. Eztli
cree que tendrá un lugar en el nuevo imperio de Ome, pero él
simplemente la está usando, preparado para desecharla en el
momento en que se vuelva inconveniente.
Por primera vez en su vida, Ome ve la oportunidad de extender
la Alianza Nahuacana por todo Aztlán, y lo único que se
interpone en su camino es un joven Orador, listo para que lo
influencien. Ome Tochtli tiene el poder y la posición para lograr
un objetivo formidable: la recuperación de la gloria de Aztlán
mediante la creación de un nuevo Imperio de Aztlán liderado
por los nahuacanos, impulsado por el militarismo xenófobo y el
sacrificio humano. Si nadie lo detiene, probablemente funcione.

Semillas de aventura
OME TOCHTLI,
GRAN MAESTRO DE • Algunos guerreros águila se han enterado de que
LOS CUĀUHMEH Ome incursionó en los sacrificios de sangre. Creen
que Eztli le ha puesto un hechizo y les piden a los
héroes que la capturen para poder interrogarla.
«Es hora de que dejemos de
complacer a los débiles y recuperemos • Los héroes se enteran de que Ome ha enviado una
lo que es nuestro por derecho». unidad para tomar una de las ciudades-estado tzak
k'anas del norte. Tal acción podría lanzar a la Alianza
a una guerra que no desea. ¿Podrán los héroes detener
a los soldados antes de que sea demasiado tarde?
FUERZA INFLUENCIA NIVEL

10 5 15
Necahual, suma
sacerdotisa de Ītzzohualli
Desde sus primeros días en la calmecac, templos-escuelas
de Mīlllahco, Necahual ha estado fascinada con los grandes
ciclos de creación y destrucción que miden el progreso de las
edades en el calendario nahuacano. Un alma piadosa dedi-
cada a Ītzzohualli, Necahual se destacó en sus estudios y
dominó las artes de la ofuscación y el subterfugio necesarios
para avanzar hasta el oficio de suma sacerdotisa.
Al asumir el cargo, Necahual accedió a los textos sagrados
reservados para los más devotos. Devorando códice tras códice,
notó un patrón. Los dioses ayudaron a crear el mundo con
cada ciclo, pero siempre abandonaron a la humanidad a su
destrucción. Las semillas de la duda crecían con cada vuelta
de página; y se confirmaron cuando vio (lo que ella ve como)
la laxa respuesta de los dioses a los théanos. Si las profecías
son correctas, la llegada de los théanos presagia la muerte de
la quinta edad y el nacimiento de la sexta. Los dioses pronto
abandonarán a la humanidad a su suerte.
Una mujer de acción, Necahual se recuperó rápidamente de
su desesperación y dedicó sus sutiles habilidades al propósito
de salvar a su pueblo. Necahual mantiene la apariencia de una
sacerdotisa devota durante el día, mientras busca la destrucción
de los dioses durante la noche. La mera muerte de los dioses
no es suficiente para Necahual. Para verdaderamente romper
el ciclo, debe tomar el poder del dios para sí misma, devastar a
los théanos y llevar a Nahuacán a una era de su creación.
Armada con la antigua sabiduría de su templo, Necahual busca
las debilidades de los dioses con febril intensidad. Está reclu-
tando exploradores para rastrear los límites de la Alianza y las
tierras salvajes en busca de las armas que necesita para derrotar
a sus enemigos. Una de esas expediciones recuperó uno de los
antiguos jaguares que destruyeron a la humanidad durante el
primer ciclo. Doblegándolo a su voluntad con canciones antiguas,
usa a la criatura para despachar a todos los que se le oponen.

Semillas de aventura

• Necahual envió exploradores a un templo para encon- NECAHUAL,

trar un arma que se rumoreaba que podía matar a un SUMA SACERDOTISA
dios. Nunca volvieron. Ahora, ella está tratando de DE ĪTZZOHUALLI
encontrar a alguien para rescatarlos, dejando de lado
la parte de matar a dioses. ¿La ayudarán los héroes?
«No me quedaré al margen para ver cómo
• Chipahua, otro sacerdote de Ītzzohualli, ha descu- los dioses nos abandonan una vez más».
bierto el complot de Necahual y se opone a ella.
Desafortunadamente, su jaguar lo está cazando.
¿Pueden los héroes protegerlo de la criatura el
tiempo suficiente para que Chipahua la exponga?
FUERZA INFLUENCIA NIVEL

4 8 12
 Atzopelic
Antes de que los nahuacanos enfocaran sus miradas en el
este de Aztlán, Atzopelic era un joven de posición noble
en Huitecocan, una hermosa ciudad-estado. Llevaba una
vida privilegiada de búsqueda erudita y devoción religiosa
al tímido pero sanguinario dios Huitec. En aquel entonces,
la guerra, la derrota y el exilio eran meras historias de
fantasía que solía mezclar en su fina poesía.
Luego vino la Alianza y se ofreció a extender la protección
de la Alianza a Huitecocan. El tío abuelo de Atzopelic, y
gobernante de Huitec, declinó cortésmente. Por desgracia,
no estaban buscando su permiso.
El ataque principal se produjo dos semanas después, y
los huitecos no tuvieron ninguna posibilidad. La Alianza
invadió la ciudad, mató a sacerdotes y nobles y arrasó con
toda su forma de vida. Huitecocan es ahora la base de
operaciones militares nahuacanas en el este.
Atzopelic escapó de la ira de la Alianza y encontró un
refugio seguro en Tetecuallan, un pueblo pesquero de ascen-
dencia huiteca en la costa. No tuvo dificultad para demostrar
su utilidad como escriba e intérprete de los ricos y poderosos
de Tetecuallan. Es culto, tiene un don para los idiomas y es
un diplomático hábil. Su sabiduría y sus consejos son muy
apreciados, incluso por los enviados y empresarios théanos
que a menudo tienen tratos con los Tetecuatec.
También es un intrigante astuto y sutil. Atzopelic juega
un experto juego de manipulación, palabrería y doble trato
con los rebeldes protectorados nahuacanos y los codiciosos
théanos para mantener a la Alianza desequilibrada en el
frente oriental. Está tejiendo su red con cuidado, esperando
el momento adecuado para matar. Tiene la intención de
crear suficiente ruido, disensión y rebelión absoluta para
que los nahuacanos no tengan otra alternativa que renun-
ciar a su derecho sobre Huitecocan.

Semillas de aventura

• Atzopelic ha convencido a un grupo de théanos

ATZOPELIC de que la Alianza Nahuacana planea invadir sus
propiedades en el mar Atabeano. Están lo sufi-
«La Alianza cree que lucha por cientemente enojados como para amenazar con
el dominio, cuando en realidad un ataque total. ¿Podrán los héroes convencer a
lucha por permanecer unida». los théanos de que se retiren?
• Atzopelic ha reunido a un grupo de super-
vivientes de Huitecocan. Están provocando
disturbios y dificultando el control de la ciudad.
¿Podrán los héroes convencer a los disidentes de
que adopten un rumbo mejor?
FUERZA INFLUENCIA NIVEL

6 4 10
Azeneth Medellín •
El primer recuerdo de Azeneth Medellín fue la Serpiente
Tormenta incinerando a su padre, Lord Fernando Medellín,
frente a ella y su madre, Ix Itzam, una tzak k'ana que fue
esposa de Medellín y traductora al nahuacano. Azeneth
y su madre escaparon, pero la venganza nunca abandonó
su mente. A lo largo de su educación y sus estudios, un
objetivo dominó su enfoque: ¿cómo podría vengarse del
demonio que se comió a su padre?
La madre de Azeneth regresó a Tzak K'an y a la
ciudad-estado en la que nació. Su familia de comerciantes
las aceptó a ambas, pero finalmente puso a Ix Itzam a
trabajar para el negocio familiar. Regresó a la Alianza
muchas veces, aparentemente libre de sospechas por las
acciones de su esposo. Eso fue así hasta que un explorador
jaguar la reconoció y la asesinó por traición en el acto.
Azeneth estaba con ella en ese momento, pero su madre le
salvó la vida mintiendo sobre quién era. Azeneth volvió a
huir a las selvas nahuacanas.
Desde entonces, ha jurado venganza. Busca destruir a
Apocōātl por lo que le hizo a su padre y al explorador jaguar
por lo que le hizo a su madre. Ha aprendido todo lo que
ha podido sobre la serpiente emplumada, incluido dónde
yace ahora. Ha intentado numerosas veces irrumpir en su
lugar de descanso, solo para ser frustrada por los guerreros
águilas y varios héroes nahuacanos. Ahora, su camino está
claro: destruir la nación, destruir al dios. Ella se preocupa
por Aztlán como un todo, pero ciertamente la Alianza
Nahuacana puede ser eliminada de la faz de la tierra con
escasa pérdida.

Semillas de aventura

• Azeneth ha engañado a un joven grupo de explo-

radores jaguar para que profanaran el lugar de
descanso de Apocōātl, en un intento de infiltrarse
ella misma. ¿Podrán los héroes encontrar al grupo
y demostrarles la traición que los conduce?
AZENETH MEDELLÍN
• Azeneth se ha asociado con un grupo de théanos
y ha prometido llevarlos a las profundidades de «La venganza no es cuestión
las tierras nahuacanas para lanzar un ataque de si, sino de cuándo».
sorpresa. Espera que, durante la confusión, ella
pueda entrar al templo de Apocōātl y destruirlo.
¿Podrán los héroes convencer a los théanos de que
mantengan su rumbo?

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

8 7 15
84 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
Capítulo 3
T ak K'an
7º MAR EL NUEVO MUNDO 85

Ubicados en lo profundo de las selvas de Aztlán, entre los
picos oscuros del Imperio de Kuraq y los valles soleados
de la Alianza Nahuacana, se encuentran los reinos de Tzak
K'an. Dedicado al conocimiento, la ciencia y los caminos de
lo arcano, Tzak K'an ha persistido durante miles de años
entre amenazas en constante cambio. Considerados por los
forasteros como extraños y misteriosos, incluso extraterres-
tres, el pueblo tzak k'ano nunca se ha preocupado mucho
por los aspectos terrenales de este mundo. Porque saben
que la realidad implica mucho más de lo que se ve a simple
vista si se sabe dónde mirar.
Obsesionado con el individualismo y valorando las priori-
dades de todo el reino sobre la unificación superficial, Tzak
K'an no ha sido una entidad única durante mucho tiempo,
si es que alguna vez lo fue. Más bien, Tzak K'an como
nombre se refiere a un horizonte cultural, uno profunda-
mente comprometido con la tradición y la innovación. Una
86 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
T ak K'an
vez fue una poderosa colección de varias ciudades-estado,
pero a día de hoy el panorama político se ha fracturado
en mil pedazos, unidos solo por la delgada red de alianzas,
tratados y prácticas culturales.
Los reinos no están gobernados solo por el poder mortal.
Como todo tzak k'ano sabe, el universo está gobernado por
el Gran Ciclo; vida, muerte y renacimiento. La existencia
en el reino de los mortales solo es posible cuando los dioses
están complacidos. Los sacerdotes y los observadores de las
estrellas gobiernan junto a reyes y reinas, con el objetivo
de comprender y cumplir la voluntad de los dioses. Ellos
adoran y alaban y, a cambio, son recompensados con un
conocimiento mágico incomparable con cualquier otro.
Muchas presiones invaden su mundo, como siempre lo
han hecho —inestabilidad política, un entorno cada vez
más hostil, invasión extranjera, disensión— y los reinos
ahora están al borde del colapso.
Pero Tzak K'an aún no ha desaparecido.
A pesar de todo su conocimiento sobre los próximos
días, el futuro sigue siendo incierto para Tzak K'an. Es
posible que su llama arda más intensamente que nunca o
se extinga por completo. El cambio viene; queda por ver
qué forma toma.
Los orígenes de Tzak K'an
Conceptualizar el origen de Tzak K'an parece una tarea
imprudente para sus habitantes. La historia, como el
tiempo, nunca es lineal. Aun así, algunos eventos han dado
forma a los cimientos de Tzak K'an más que otros, y estas
historias han sido inmortalizadas en la tradición tzak k'ana.
El mundo de los tzak k'anos es en realidad múltiples mundos,
cada uno de ellos cíclico e imperfecto. En su historia, Aztlán no
era más que uno de estos mundos, un lugar y un tiempo muy
similar al nuestro, mejor en muchos aspectos, pero abando-
nado por los dioses debido a las transgresiones de los hombres.
Por lo que se dice, Aztlán era próspera y hermosa.
Representaba el pináculo del conocimiento humano. Para
los observadores del cielo de Aztlán, las estrellas revelaron
sus misterios con la misma facilidad con que dos personas
conversan hoy. Las lluvias llegaban con regularidad y las
cosechas eran abundantes. Los reinos del plano celeste, la
tierra mortal y el inframundo no eran dispares, sino que
estaban unidos. Fue una época de abundancia.
Pero la generosidad y el conocimiento hicieron que la
gente se volviera complaciente. En su orgullo, ignoraron
su adoración a los dioses, no pagaron sus deudas ni
cumplieron con sus días. Las consecuencias de su arro-
gancia, decretadas por los dioses, fueron una batalla contra
la naturaleza —sequía y suelo maldito— y la destrucción
del conocimiento que habían adquirido.
Así fue el fin del anterior mundo de Aztlán. La historia
de este ciclo se cuenta entre nobles y plebeyos, en palacios y
alrededor de las hogueras, como un recordatorio del final que
siempre debe llegar y la esperanza de renacimiento que le sigue.
El hacer y rehacer
K'a katz'ininoq, Los mundos que fueron,
k'a kachamamoq, y los que pudieran ser,
katz'inonik, murmuran a los dioses
k'a kasilanik. y susurros suaves.
K'a kalolinik, Como soplos en aguas tranquilas,
katolona puch. ondulan.
Al principio, no había nada, solo murmullos de un mundo
que podía estar resonando en la oscuridad. Así comienza la
historia. Los grandes dioses de la época, encabezados por
la Serpiente Emplumada, se sentaron envueltos en plumas
de quetzal azul verdoso y reflexionaron sobre la creación. El
agua, los árboles, los animales y la humanidad, lo conside-
raron todo. Cuando llegaron a un acuerdo sobre las formas
de la creación, comenzó la siembra y el amanecer:
Los cuatro lados, las cuatro esquinas,
medidos, marcados y fabricados.
Los reinos arriba, abajo y en medio,
construidos.
Los rincones sagrados clavados en la tierra,
por la Serpiente Emplumada
y los primeros dioses,
quienes saben todo,
lo ven todo,
lo son todo.
Del centro divino,
los bordes de la tierra son
medidos, marcados y fabricados.
Y así, el universo fue construido por los dioses, de la
misma manera que los tzak k'anos crean su mundo físico
hoy. Grandes templos, pirámides, casas e incluso campos
agrícolas todavía se establecen mediante una cuidadosa
medición desde el centro hasta las cuatro esquinas. Es
una práctica sagrada, hacer y rehacer su universo en el
plano físico.
El reino terrenal fue tallado y hecho diferente del plano
celeste, el lugar de los antepasados y dioses, y el infra-
mundo acuático de Xibalbá, donde todos los hombres
deben ir y donde esperan los Dioses Remeros. Pero dife-
rente no significa separado. Los tres reinos siempre están
conectados. El fuerte árbol de Ceiba, el árbol de la vida
y el eje del mundo, que tiene sus raíces profundas en el
inframundo, su tronco en el reino de los mortales y cuyas
ramas se ciernen en el cielo, se erige como un recordatorio
omnipresente para los tzak k'anos de la inextricable cone-
xión de sus esferas.
Los dioses dotaron al reino terrenal con plantas y seres de
todo tipo, pero estas creaciones no les dieron a los dioses la
veneración que deseaban y no pudieron atender las obliga-
ciones divinas. Los dioses crearon a los animales, pero estos
no podían hablar. Crearon gente de barro, pero no podían
caminar. Crearon personas de madera, pero no podían
pensar. Cada una de estas versiones de la humanidad fue
así creada y destruida.
Por fin los dioses se sentaron y pensaron en el remedio, y
por su propia sangre y su sagrada sabiduría, fueron hechos
los primeros humanos. Hablaron y formaron palabras, así
se dice. Estos humanos nos servirán como administradores de
la tierra que hemos creado. Pueden cumplir nuestros decretos
y alabarnos.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 87
 Esta fue la época de Aztlán. Los ojos de los humanos vieron
todo lo que era y sus mentes captaron todos los misterios
del universo. En esa época, el continente no estaba dividido
como está ahora. La gente estaba unida y era próspera.
Pero los dioses vieron que el conocimiento de esta gente
era ilimitado. Los humanos de Aztlán entendían todas las
cosas, grandes y pequeñas, y por lo tanto habían olvidado
a sus dioses y la responsabilidad que tenían de venerarlos.
Y, así, los dioses estropearon su conocimiento, su visión
cósmica, para recordar a los humanos la fuente de su sabi-
duría. En su justicia e ira, los dioses dejaron de traer las
lluvias, nutrir el suelo y controlar los elementos. De esa forma,
los verdaderos primeros seres humanos de Aztlán perdieron
los medios de comprensión y de la próspera tierra verdadera.
Aunque cada versión de la humanidad había fallado,
aún quedaba un rastro del amanecer. En el crepúsculo de
nuestro mundo actual, llegaron los Hermanos Heroicos y
la creación del mundo actual de Tzak K'an.
Los Hermanos Heroicos
La humanidad, tal como la conocemos en nuestro mundo,
y la importancia inseparable de los ciclos en el pensamiento
de los tzak k'anos, ha sido resumida en la leyenda de los
Hermanos Heroicos. Los cuentos están capturados en
textos sagrados, representados en el arte y aún se relatan
junto al fuego del hogar.
Pet Mo'
La tierra era un lugar extraño; fue una versión asombrosa
de lo que sabemos. Como estar en un sueño despierto, todo
es familiar pero extraño. Todo tipo de cosas terrenales
88 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
estaban animadas, y lo que conocemos como «lógica» solo
existía en formas extrañas. Las grandes luces del cielo, el
Sol y la Luna, todavía estaban nubladas.
En este momento, un ser arrogante llamado Pet
Mo' afirmó ser la luz del mundo. Era un loro gigante
emplumado, adornado con todo tipo de gemas y piedras
brillantes. Era tan intrigante como orgulloso. Se sentó
y declaró:
«Mi luz es grandiosa. Brilla en el metal de mis ojos y
reluce en las joyas de mis dientes. El turquesa de mi cara
es azul como el rostro del cielo. Mi nariz brilla blanca en la
distancia como la luna. Yo soy la luz de la tierra».
Pero no lo era. La luz del mundo, de la Serpiente
Emplumada y los dioses, no puede ser un reflejo falso. Sin
embargo, continuó difundiendo sus mentiras.
Los Hermanos Heroicos vieron el mal en sus intentos de
ser la verdadera luz. La humanidad no podría existir bajo
este dios falso. Entonces discutieron:
«No es bueno sin vida, sin que más gente habite aquí en
la faz de la tierra. Debemos acabar con el falso brillo. Pet
Mo' debe morir, al igual que sus hijos, Tek' Winik y Lum
Pak'. Ellos también solo hacen piedra y mueven la tierra
como formas de falsa magnificación. Son una blasfemia
para los dioses».
Usando su ingenio y su valentía, derribaron a Pet Mo', la
luz falsa, y le quitaron las joyas y el metal de la cara. A
continuación, enterraron a Tek' Winik en lo profundo del
corazón de la tierra. Finalmente, derrotaron a Lum Pak',
lo ataron y lo escondieron en la tierra como a su hermano.
Los falsos fueron vencidos. Así es la historia de su derrota
a manos de los Hermanos Heroicos.
Vencedores del inframundo
Un día, mientras los hermanos despejaban la maleza del
suelo del bosque para plantar un jardín, atraparon a una
pequeña rata que había estado arruinando su parcela.
«Perdonadme la vida y os hablaré de vuestra familia.
Fuisteis engendrados por grandes jugadores, ¿nunca os
habéis preguntado qué les pasó?»
Entonces escucharon la historia.
«Vuestro padre y vuestro tío fueron Hermanos Heroicos
también, los mejores jugadores que jamás hayan existido.
Debido a sus habilidades, los dioses de la muerte les enviaron
un mensaje para que jugaran en el inframundo. Llegaron con
su pelota y su equipo, pero fueron engañados. La cabeza de
vuestro padre sigue ahí, atrapada en la horquilla de un árbol.
Sé dónde escondieron su equipo de juego de pelota, puedo
mostrároslo, y vosotros también podéis ser grandiosos, ¡tal
vez incluso podáis vengar a vuestra familia!»
Y así lo hicieron. Jugaron, practicaron e hicieron ruido para
que los dioses de la muerte vinieran a ellos. Cuando llegó la
invitación, cruzaron al inframundo como habían hecho su
padre y su tío; bajaron por un escarpado acantilado hasta el
acuoso lugar, cruzaron el río de púas, el río de sangre y el río de
pus. Entraron en el salón del trono de los dioses de la muerte.
Los dioses de la muerte los obligaron a enfrentar una serie
de pruebas antes de que pudieran jugar su juego de pelota,
pasando por varias casas de la muerte: la Casa Oscura, la
Casa de las Navajas y la Casa de los Murciélagos. Fue en
la Casa de los Murciélagos donde uno de los Hermanos
Heroicos fue destrozado y su cabeza fue separada de su
cuerpo como había sido la de su padre.
El terrible partido finalmente comenzó, y los dioses de la
muerte, para fastidiar a los hermanos restantes, usaron la
cabeza aún viva del primer hermano como pelota. Pero los
muchachos siguieron luchando y, a través de los trucos y las
humillaciones que enfrentaron, prevalecieron y ganaron el
juego de pelota.
Pero ese no fue el final. Los chicos sabían que para dejar el
inframundo tendrían que ser asesinados. En lugar de caer
en más trucos de los dioses de la muerte, se arrojaron al
fuego. Sus huesos fueron aplastados y esparcidos en un río.
Y entonces ocurrió el milagro.
Volvieron a la vida. Sus formas humanas, aunque más
toscas que antes, habían superado las pruebas de la muerte.
Habían completado el Gran Ciclo. Por eso, los Hermanos
trajeron consigo el poder de vivir, morir y volver a vivir.
Ahora, todo en el universo sigue este patrón.
Historia
Tan unificado como está el mito tzak k'ano sobre el tema
de la creación del universo, su historia reciente del tiempo
profundo está marcada por la división y el desacuerdo. Al
igual que la organización política actual de los tzak k'anos,
sus primeras historias varían de una entidad política a otra.
Chok Ch'a
Una de estas primeras historias involucra sus crónicas de
una cultura madre perdida hace mucho tiempo, conocida
coloquialmente como Chok Ch'a o, simplemente, «Los
de antes». Estos antepasados fueron los creadores de las
primeras ciudades, hechiceros fundadores, creadores de la
escritura, adivinos e interlocutores poderosos de los dioses.
El artefacto más icónico del imperio Chok Ch'a, sin duda,
son las cabezas de piedra gigantes que salpican sus paisajes.
Era un imperio poderoso y glorioso. Los tzak k'anos y
nahuacanos particularmente curiosos o aventureros ocasio-
nalmente se adentran en los corazones de las selvas prohibidas
para contemplar el esplendor arruinado del Chok Ch'a. Pero
aquellos que deseen aventurarse a estos lugares deben darse
por advertidos: las ciudades están, sin lugar a dudas, malditas.
Por lo que los tzak k'anos pueden inferir o recordar, el panteón
chok ch'ai estaba compuesto por diez dioses supremos e incluía
a la Gran Serpiente Emplumada. Pero los chok ch'ai veían a un
dios como el más venerable y más poderoso: el dios Jaguar. Este
dios les dio un conocimiento y una habilidad superiores, lo que
los convirtió en las personas más grandiosas de Terra.
Los misteriosos chok ch'ai descendieron tan rápido
como habían surgido. A partir de las leyendas, los eruditos
tzak k'anos suponen que enfurecieron a la Serpiente
Emplumada que, con su poder divino, derribó el imperio
y los borró de la tierra. Hasta el día de hoy, muchos tzak
k'anos reflexionan sobre cuál pudo haber sido su transgre-
sión divina. Los sacerdotes de la Serpiente Emplumada a
menudo dicen que fue la veneración de los chok ch' ai al
dios Jaguar por encima de todos los demás lo que enfureció
a los verdaderos dioses y los llevó a su muerte.
El culto del Jaguar
Supuestamente, grupos pequeños y muy reservados de tzak
k'anos todavía siguen el culto del dios Jaguar de los chok
ch'ai, pero muchos afirman que esto es solo un rumor. Se
dice que este culto está compuesto por personas jaguares,
seres que cambian de forma y que pueden hacer la transi-
ción entre su forma humana y de jaguar a voluntad.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 89
 Los rumores de su existencia han alimentado la para-
noia en los sacerdotes de la Gran Serpiente Emplumada
durante años, e incluso llevaron al sacrificio de niños que
se sospechaba que portaban rasgos de personas jaguares.
Esto provocó que las pocas verdaderas personas jaguares
que quedaban se escondieran.
Algunos se reúnen en secreto para mantener sus tradi-
ciones y buscar compañeros, personas jaguares para
reclamar la gloria del dios Jaguar, otros se han alineado con
los cambiaformas lli del norte, y algunos aún ni siquiera
conocen su verdadera forma. No se sabe qué pasaría si este
culto se reorganizara.
Los supervivientes del Viejo Aztlán
Contrario a la historia de la cultura madre, otros tzak
k'anos más incondicionalmente insulares te dirán que
estuvieron aquí desde el principio de los tiempos, desde
«la siembra y el amanecer», y son los progenitores de los
fundadores de Aztlán, unos pocos elegidos que sobrevi-
vieron a la destrucción del viejo mundo.
Los tzak k'anos no conocen los orígenes de estos pueblos,
pero su legado es ilimitado. Marcados por su devoción a la
Serpiente Emplumada, su destreza militar y sus pirámides
colosales, los «Antiguos» se unieron bajo la Gran Diosa.
Su extrema devoción por la Serpiente Emplumada
todavía se discute en los hogares tzak k'anos hasta el día
de hoy. Pero las consecuencias de su devoción fueron terri-
bles. Las leyendas hablan de 1000 víctimas de sacrificios
que fueron asesinadas y enterradas debajo del Templo de
la Serpiente Emplumada con bastidores de cráneos que se
elevaban hacia los cielos. Otros tzak k'anos dicen que son
10 000 víctimas o incluso 100 000 víctimas (el número
parece aumentar con cada generación), pero el quid de las
leyendas sigue siendo el mismo: era demasiado grande.
Así como algunos sacerdotes te dirán que Chok Ch'a
fue condenada por su devoción al dios Jaguar, otros dirán
que lo que condujo a su muerte fueron los intentos de los
«Antiguos» de apaciguar a los dioses mediante un injusto
derramamiento de sangre.
Conocimiento especializado
de «Los de antes»
En cualquiera de las versiones de los orígenes tzak k'anos,
la importancia tanto de los chok ch'ai como del Imperio
de Aztlán sigue siendo omnipresente a través del paisaje
de Tzak K'an. Casi todos los tzak k'anos le atribuyen sus
90 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
tradiciones superiores de escribanía a sus interacciones
con Chok Ch'a (a diferencia de los «bárbaros» nahuacanos
al norte, o los «blasfemos» kuraq al sur). Sus habilidades
como contadores de los días, su control de las montañas
y las piedras, y su conocimiento de lo que está por venir,
provienen de su relación con Chok Ch'a.
Los restos de los antiguos imperios ensucian el paisaje
de Tzak K'an, y aprender del pasado es tan simple como
recoger un artefacto y usarlo. Muchas maravillas de los
Antiguos o de los que vinieron antes aún están intactas, y
su conocimiento está simplemente listo para ser tomado.
Las primeras grandes ciudades
La construcción de las primeras ciudades-estado de Tzak
K'an se movilizó de la misma manera que las actuales: la
legitimación divina de sus gobernantes (o por la propa-
ganda con que alimentaron a los plebeyos, dependiendo
de a quién se le pregunte).
Incluso en los primeros días, hubo una brecha violenta
entre aquellas ciudades que priorizaban las tradiciones
de Aztlán y las que seguían las costumbres de Chok Ch'a.
Surgieron dos primeras grandes ciudades, cada una con un
gobernante que representaba a uno de los dos «Primeros»:
Ka'anlakmul y Sak Taj.
Sak Taj y «la llegada»
Se dice que Sak Taj fue fundada por los ancestros culturales
de Chok Ch'a. Marcados en sus primeros días por el estilo
artístico y el calendario propios de los chok ch'ai, los líderes
construyeron una ciudad vasta y reluciente de pirámides,
plazas, altares y grandes estelas, que contaban la historia de los
gobernantes y su legitimación divina por parte de los dioses. Se
contaron los días, se veneró a los dioses y la ciudad creció bajo
la atenta mirada de Chak Tok Ich'aak (Gran Garra Brumosa).
La llegada de Siyaj Ch'amak (Nacido del fuego) cambió el
curso de la historia de Sak Taj. Trajo consigo los caminos
del Imperio de Aztlán: la conquista militar y un nuevo
orden para reemplazar los caminos de Chok Ch'a.
No fue solo Chak Tok Ich'aak quien encontró su fin a
manos de Siyaj Ch'amak. Con su muerte, el linaje de los ante-
pasados chok ch'ai terminó. Así fue el final de la presencia de
chok ch'ai en Sak Taj y el comienzo de los caminos de Aztlán.
Siyaj Ch'amak ordenó que los monumentos a los reyes
pasados fueran demolidos y enterrados en las profundi-
dades de la tierra. Renovó las pirámides y las estructuras
para representar el orden de Aztlán. Se instaló un nuevo
linaje, que llevaba las insignias y los marcadores de los
caminos de los Antiguos.
Siyaj Ch'amak y su primogénito, K'inich Jol, supervisaron
la institución del orden de Aztlán no solo en Sak Taj, sino
también en las poderosas ciudades-estado vecinas.
K'anlakmul y «los preparativos»
Al norte de Sak Taj estaba K'anlakmul, el Reino de la
Serpiente. Los primeros reyes serpiente, que representaron
y mantuvieron muchas de las prácticas de los chok ch'ai,
construyeron una ciudad imponente y asombrosa que sigue
siendo incomparable en tamaño a cualquier ciudad-es-
tado actual.
Bajo la atenta mirada de los primeros reyes serpiente, la
ciudad floreció, ganó poder militar y económico, y observó
de cerca cómo la vecina ciudad de Sak Taj se infestaba y
contaminaba por la presencia de Aztlán.
El rey exaltado, Taj Yuknoom, observó y planeó cuida-
dosamente el derrocamiento del linaje de Sak Taj y Siyaj
Ch'amak. Su primer movimiento fue la alineación política
con el segundo hijo de Nacido del fuego, Ch'ul Ajau K'u
B'alam, que había sido situado en un pequeño sitio vecino.
Al escuchar que Ch'ul Ajau K'u B'alam reclamaba santo
señorío sobre Sak Taj —y la victoria sobre su hermano,
K'inich Jol— Taj Yuknoom vio una oportunidad para que
Sak Taj se rindiera de una vez por todas.
La «Guerra del Cielo»
En K'anlakmul, el rey Yaknoom el Grande, ahora alineado
con Ch'ul Ajau K'u B'alam, preparó su ataque militar.
Yaknoom el Grande sabía que su decisión de confabularse
con el segundo hijo podría conducir a una batalla contra
su aliado actual más adelante, pero la necesidad inmediata
de aplastar a Sak Taj prevalecía sobre los asuntos del futuro.
En Sak Taj, el linaje de Siyaj Ch'amak continuó acumu-
lando recursos y poder, todo forjado en las letales costum-
bres de sus antepasados de Aztlán. El rey Siyaj Ch'amak y
K'inich Jol escucharon susurros de revuelta en las calles de
la ciudad, pero estaban más preocupados por asuntos impe-
riales y complacientes en su poder que de prestar atención.
El día 7 de Imix, comenzó la Guerra del Cielo.
Se dice que la batalla subsiguiente tuvo un alcance celes-
tial. Las ciudades de Sak Taj y K'anlakmul se enfrentaron
en una guerra furiosa que sacudió tanto el suelo como el
cielo. El hacha se encontró con la lanza, la hoja se encontró
con la carne y miles de guerreros fueron enviados al
inframundo. Después de la batalla, la tierra fluyó con
sangre y brilló con un mar de puntas de obsidiana rotas,
reflejando las estrellas.
Taj Yuknoom salió victorioso al derrocar a Sak Taj y
limpiar la blasfema plaga de «Aztlán» del mundo tzak
k'ano. Esta victoria, para bien o para mal, permitió la
expansión del reino tzak k'ano, aunque bajo reyes y reinas
rivales, a menudo dispares y contenciosos. Puede que la
cultura se haya unificado, pero a costa del fraccionamiento
del pueblo.
No sorprende a los estudiosos de la historia tzak k'ana
que los primeros días se caracterizaran por identidades
individualistas, aspectos del mundo tzak k'ano que son
representativos del clima sociopolítico actual. La Guerra
del Cielo, para bien o para mal, llevó al florecimiento de
estos reinos.
Las prósperas ciudades-estado
El tiempo posterior a la Guerra del Cielo dio paso a
grandes riquezas, prosperidad y conocimiento, así como
a la construcción tzak k'ana a gran escala. En el paisaje
inhóspito parecían brotar ciudades de la tierra misma.
Durante cientos de años, columnas de humo llenaron los
horizontes, indicando los claros de la jungla para acomodar
los crecientes centros urbanos. El pedernal que encendió
estos fuegos, por supuesto, fueron los diversos gobernantes
que pretendían expandir su alcance y su poder.
La multiplicidad de ciudades-estado partió del puñado de
poderosos centros que existían antes de la Guerra del Cielo.
Los reinos de K'anlakmul y Sak Taj continuaron expan-
diendo su radio. Al sur, instalaron líderes en Nohl T'zam y
Olom Pa' mientras Baak Ah'yiin comenzaba en la costa este.
En general, los centros más pequeños entre las ciudades-es-
tado más grandes estaban bajo el gobierno de un reino más
prominente o eran demasiado pequeños para molestarlos.
Durante un tiempo, pareció que los gobernantes estaban
más interesados en atender sus propios campos políticos
que en preocuparse por los huertos de sus vecinos, por así
decirlo. El enfoque interno en la construcción de la esta-
bilidad personal para sus imperios significó que, por una
vez, la guerra no era parte de la vida cotidiana. Las lluvias
llegaban con regularidad y las cosechas eran abundantes.
Los tributos y los impuestos laborales de la creciente pobla-
ción dieron paso a una mayor infraestructura y comercio.
Para los agricultores, el maíz creció alto, y para los gober-
nantes, lo hicieron sus pirámides.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 91
 Esta era también vio la unificación del conocimiento antiguo.
Los reinos invirtieron recursos en el estudio y el avance de
la astronomía, las matemáticas, el arte y la escritura. Mientras
que los ideales de los nahuacanos del norte se basaban en el
imperio y el poderío militar y los kuraq del sur valoraban
la conquista y la «victoria» sobre la muerte, los tzak k'anos
encontraron su fuerza en el conocimiento: del universo, los
elementos y lo arcano. Los reinos tzak k'anos creían que este
conocimiento los salvaría ahora y en los días venideros.
Distraídos por la mezquindad del presente, la Alianza
Nahuacana y el Imperio de Kuraq parecían olvidar que se
acercaba el fin del mundo. Los tzak k'anos se estaban prepa-
rando, y buscaban refugio en los diversos reinos de fácil
acceso en todo el campo, rehabilitaban viejas magias y artes,
y aseguraban tecnologías antiguas para guiar sus caminos.
La llegada de los théanos
El primer barco théano ancló en la costa este de Tzak
K'an, cerca de la ciudad de Baak Ah'yiin (Cocodrilo de
hueso). Para ese entonces, ya se había extendido el rumor
sobre extranjeros interactuando y comerciando con los
nahuacanos en el norte. Los círculos de comerciantes, que
trascendían cualquier insularidad de Tzak K'an o de la
Alianza Nahuacana, eran excelentes vehículos para chismes
y tejemanejes remotos. La familia que gobernaba en ese
momento, que mantenía una buena relación con estas redes
de comerciantes costeros, ya estaba informada y esperando
a que los extranjeros llegaran cuando desembarcaron.
92 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
El rey en funciones, en ese momento, era Chiwoj Ahau
(Lord Gran Araña), quien gobernó Baak Ah'yiin de una
manera más progresista que algunos de los otros reyes y
reinas tzak k'anos. Probablemente debido a su posición en
la costa, Baak Ah'yiin siempre había estado más abierta al
comercio con los norteños y menos comprometida con la
unificación del «imperio» tzak k'ano (Según Chiwoj Ahau:
«Tal cosa nunca fue y nunca será»).
Chiwoj Ahau estaba más preocupado por una amenaza
más inmediata, Ka'anlakmul (y el resto de reyes y reinas
serpiente aliados) al oeste y Nohl T'zam al sur. Estas
ciudades recientemente habían crecido en poder y ambi-
ción. Se estaban difundiendo mensajes sobre el deseo de
K'anlakmul de ver un Tzak K'an unido y totalitario. Ya
habían ido conquistando y difundiendo lentamente su
mensaje ideológico en el entorno.
En Nohl T'zam, los gobernantes deseaban detener la
mayoría de la actividad económica y la expansión. Pasaron
la mayor parte de sus días predicando sobre el venidero fin
de este mundo y la necesidad de limpiar la ciudad moderna
para apaciguar a los dioses.
Baak Ah'yiin no compartía ninguna de estas opiniones.
Para Chiwoj Ahau, sus «vecinos» le eran más ajenos que
los castellanos.
Una alianza improbable
Chiwoj Ahau decidió aprovechar a los théanos recién
llegados para formar una alianza contra sus enemigos tzak
k'anos. Aunque inicialmente se sintió decepcionado por
su apariencia y comportamiento, les habló a través de un
comerciante que tradujo para él. (No es de extrañar que los
comerciantes aprendieran rápidamente la lengua extranjera.
Una ganancia es una ganancia en cualquier idioma).
Chiwoj le ofreció a Frederico Fernández López paso
libre, protección y libertad para vender y comerciar en
su ciudad-estado. A cambio, le pidió al castellano que se
uniera a él para conquistar las otras ciudades-estado, no
ahora, sino en el futuro.
Los castellanos, viendo la realidad de su situación y
también el posicionamiento estratégico de Baak Ah'yiin,
aceptaron los términos que se les presentaron. López y sus
hombres buscaban obtener un punto de apoyo protegido
para su expansión económica, mientras que Chiwoj Ahau
buscaba proteger a su pueblo y su forma de vida de las
amenazas invasoras de las otras ciudades-estado tzak
k'anas.
 Hasta el día de hoy, la alianza se mantiene. Los théanos han
disfrutado de contratos relativamente pacíficos y prósperos a
lo largo de la costa y con las ciudades hermanas del interior
de Baak Ah'yiin y, ocasionalmente, con puestos de avanzada
independientes más pequeños a lo largo del sistema fluvial.
Históricamente, la población de la ciudad estaba abierta a
incluir y adaptar elementos extranjeros a su vida cotidiana,
y no ha sido diferente con los nuevos théanos.
A su vez, muchos théanos disfrutan de la influencia tzak
k'ana en sus prácticas. Las únicas tensiones visibles parecen
surgir cuando los forasteros comienzan a imponerle sus
dioses a los lugareños, de donde nació un coloquialismo
popular en Baak Ah'yiin: Nuestros dioses estarán felices de
guiarte hacia el mar.
Pero con las crecientes tensiones ambientales y políticas
de hoy, la llamada a una posible guerra futura, hecha hace
más de noventa años, comienza a sentirse cada vez más real.
A los líderes militares théanos se les recuerda, al parecer,
la promesa que les brindó casi un siglo de prosperidad:
«Cuando vayamos a la guerra, vamos juntos».
Lucha entre ciudades
La prosperidad de las ciudades-estado no duró para
siempre. Los superestados tzak k'anos como Ka'anlakmul
y Sak Taj pueden haber dominado el panorama geopolítico
en los primeros días, pero los dos últimos siglos han visto
una balcanización cada vez mayor de los reinos con rivali-
dades y descontento.
Con el colapso de las superpotencias políticas hegemó-
nicas, se produjeron conflictos militares entre muchas de
las ciudades-estado más pequeñas. Lo que una vez fue un
panorama político compuesto por varios reinos poderosos
se expandió hasta convertirse en la pesadilla logística que
ahora existe: más de veinte «reinos» que varían en tamaño e
influencia, todos compitiendo por el poder y promoviendo
ideales individualistas separados.
Las grandes distancias entre las ciudades, mal adminis-
tradas y controladas, engendraron caos y disensión. Las
ciudades vasallas no estaban de acuerdo con las prioridades
del estado y los residentes que no pertenecían a la élite de
las regiones desfavorecidas cuestionaron la supuesta legiti-
midad divina de sus gobernantes. Los sacerdotes no estaban
de acuerdo en cuestiones de lo sobrenatural, y los hermanos
del rey se levantaron en armas.
Aunque Tzak K'an nunca fue un frente unificado, ahora
parece peor que nunca.
Tzak K'an moderno y la
batalla contra el colapso
La sensación a lo largo de Tzak K'an es de ansiedad colec-
tiva. La niebla sobre la jungla parece flotar por encima de
las ciudades con una sensación de pavor y fatalidad. Los
tzak k'anos, rey y granjero por igual, saben que son parte
del Gran Ciclo: lo que crece debe morir para volver a crecer.
A lo largo de Tzak K'an, parecen haber surgido tres posiciones.
«La gran serpiente se comerá a sí misma»
Con el caos y la violencia que han resultado de siglos de
luchas entre ciudades, muchas personas en Tzak K'an creen
que el fin de este mundo será simple: Los tzak k'anos se
destruirán entre sí.
Con este fin, algunos gobernantes han considerado
lo imposible: conquistar todo el reino. Este concepto va
en contra de toda la historia de Tzak K'an, así como de
muchos de los ideales de la gente. Intentar una conquista
total y la implementación de un modelo de imperio parece
un suicidio, pero un Tzak K'an arriesgado y diferente puede
ser mejor que las cenizas o los recuerdos del pueblo que
alguna vez existió…
Más allá de la extrema improbabilidad de una conquista
total, parece haber un consenso popular de que la
mayoría preferiría ver a la Gran Serpiente comerse a
sí misma antes que vivir en un estado falso o expuesto.
El orgullo y el individualismo corren con tanta fuerza
por las venas de los rivales que elegirían ver el mundo
reducido a polvo en lugar de existir bajo el gobierno de
otro, o junto a otro.
«Las águilas, los muertos,
y los del este…»
Aunque las visiones del mundo tienden a tener un alcance
incondicionalmente miope, no todos son ciegos a las
amenazas fuera del reino tzak k'ano. Aparentemente, con
el aumento de la disensión entre los reinos, los nahuacanos
parecen estar alcanzando un ápice político y militarista.
Mientras tanto, los kuraq en el sur, aunque envueltos en
algún misterio, parecen estar al borde de algo grande y
aterrador. Estas presiones de ambos lados de Tzak K'an
se exacerban con la introducción de los théanos. Aunque
parecen relativamente insignificantes en la actualidad,
mantenidos a raya por los grandes dioses, quién sabe lo
que los próximos años pueden traer.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 93
 Los tzak k'anos tienen dificultades para librar una batalla
en un frente, y aún más en dos o tres; organizar una fuerza
unificada que pueda abordar alguna o todas estas amenazas
parece imposible de lograr.
Existen coaliciones entre algunos reinos, pero ¿conse-
guir que sus rivales jurados luchen junto a ellos? Ridículo.
Muchos reinos verían felizmente a sus enemigos marchar
hacia su perdición contra cualquiera de las tres potencias
extranjeras. No obstante, las coaliciones están haciendo
intentos desesperados de alianzas provisionales por si se
manifiesta la amenaza de conquista externa.
«La voluntad de los dioses»
Todos los tzak k'anos conocen la historia de su mundo y
los mundos anteriores a éste. Los dioses, por insatisfacción
o por mandato divino, dejaron de proporcionar al reino
mortal los medios para vivir. Las últimas décadas parecen
apuntar al final del tiempo actual. Las lluvias no llegan
cuando deberían, el campo está maldito, la tierra no se
preocupa por la gente. Algunos reinos y sacerdocios ven las
«amenazas mortales» de la política como incomprensible-
mente insignificantes para lo que podría ser un cataclismo
definitivo: el fin total de este mundo.
Esta amenaza sigue siendo misteriosa y la raíz de su creci-
miento está bajo mucha discusión: ¿Es un fracaso en la vene-
ración sagrada? ¿Se han olvidado algunos dioses de su pueblo?
¿Es simplemente el momento de que este mundo termine?
Con estos fines, muchos gobernantes han empleado inves-
tigaciones, cambios en los rituales y cruzadas para visitar
a varios dioses en los confines de la tierra que no se han
visto en muchas vidas. Preguntar a las deidades primarias
ha dado lugar a respuestas crípticas, y las deidades protec-
toras de ciudades-estado específicas han dado réplicas
contradictorias. No olvidemos que algunos dioses tienen
sus propios intereses.
Y así parece que la mayoría de los gobernantes desean
apaciguar a los dioses por cualquier medio necesario y
luchar por la existencia continuada de este mundo. Sin
embargo, existen facciones más pequeñas que creen que el
fin del mundo es un destino que debe cumplirse.
94 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
Política
Es difícil, tanto para los forasteros como para los lugareños,
determinar si el sistema político en Tzak K'an es un desastre
logístico o una obra maestra de una organización compleja,
o una combinación de ambos. Aunque cada ciudad-estado
varía levemente en la priorización de sus posiciones políticas,
siempre están presentes ciertos elementos en común. La
arena política es un lugar de jurisdicción tanto mortal como
divina que está altamente regulado y controlado.
Reinos y fronteras
Las complejidades de la política regional e interregional son
suficientes para marear a cualquiera. Debido a la variedad
de enredos políticos, y al hecho de que están en constante
cambio, casi todas las ciudades importantes tienen un
equipo de escribas que trabaja con asesores políticos solo
para mantener los mapas y gráficos que muestran las rela-
ciones actuales entre la ciudad y el estado.
Estos gráficos, que se asemejan a telas de araña gigantes, mues-
tran las alianzas actuales y pasadas entre ciudades-estado, la
ubicación de los sitios vasallos, las ciudades y pueblos satélites,
las regiones tributarias, los contactos diplomáticos, los contactos
económicos, la ubicación de la élite con títulos desplegada, los
lazos familiares y hereditarios entre los líderes y más.
Por muchas de estas razones, las «fronteras» son extrema-
damente difíciles de determinar en Tzak K'an. Aunque la
ciudad inmediata y las proximidades que irradian alrededor
de una marcha de dos días casi siempre están bajo el control
de una potencia local importante, las áreas de control (ya
sea explícitamente política o económica) pueden extenderse
mucho más allá del territorio aparentemente «enemigo».
Una mirada a una ciudad
Una ciudad tzak k'ana es verdaderamente digna de admirar.
Así como la religión y la política son inseparables, los
centros de las ciudades tzak k'anas están formados por,
y son parte de, cosmologías más amplias. Siempre cons-
cientes de la importancia de las direcciones cardinales, las
ciudades siguen un esquema organizativo cuatripartito con
una arquitectura monumental en cada lugar principal.
En cada ciudad también hay áreas especiales donde los
reinos sobrenaturales se conectan con el plano mortal. Pueden
ser cuevas o cenotes sagrados que pueden actuar como
portales al inframundo. Ciertas montañas o templos al norte
pueden ser la entrada al reino celestial de los antepasados.
Es fácil que existan estas puertas, pero abrirlas o conocer el
camino es cada vez más difícil y peligroso en estos días.

Glifos emblema
En las inscripciones y textos se hace referencia a cada
ciudad-estado mediante un símbolo jeroglífico llamado
«glifo emblema». Este símbolo actúa como un logotipo
representativo del gobierno que es fácilmente reconocible
por el lector. Algunos glifos emblema son representaciones
directas de los nombres de sus ciudades (como el coco-
drilo esquelético de Baak Ah'yiin o la gran serpiente de
K'anlakmul), pero otros son más sutiles.
Un ejemplo es el glifo emblema de Nohl T'zam: un lirio
y el símbolo del fuego, que describe un evento pasado en el
que la ciudad casi se quemó por completo, pero que final-
mente sirvió para unir la región.
Familias reales
La ascendencia dinástica y la realeza divina son de gran
importancia para las familias reales en Tzak K'an. El
gobierno se decide por descendencia patriarcal o matriarcal
(varía según la ciudad) y se da preferencia al hijo mayor.
Aunque la sangre y el parentesco son muy valorados,
ocasionalmente el heredero es adoptado. Si bien el mayor
puede tomar el trono principal, los hermanos pueden ser
colocados como gobernantes de sitios satélites o ciudades
más pequeñas. Como uno podría imaginarse, las rivalidades
entre hermanos abundan dentro de los reinos.
La ascensión al trono es una ocasión monumental marcada
por ceremonias y rituales. Antes de que pueda tomar la
diadema blanca y jade, que los théanos podrían considerar
una corona, debe establecerse el valor del individuo mediante
la realización de ritos de iniciación: políticos, militaristas,
religiosos o combinaciones de los tres. El rito es un gesto
simbólico, que representa los ideales del gobernante entrante.
Una vez que un gobernante asciende al trono, se construyen
estelas monumentales a su semejanza: estructuras de piedra
que muestran su poder, su historia personal y los ideales de
su reino. Se llevan a cabo nuevas ceremonias de fuego para
marcar el comienzo de la época del nuevo rey o reina.
El gobernante y su familia están a cargo de supervisar todos
los aspectos del reino y se considera que tienen un poder
casi absoluto. Y como también se les considera enlaces con
los dioses, muchos temen ese poder. Sin embargo, si hay
suficientes deficiencias en el reino —políticas, ambientales o
militaristas—, la gente comenzará a cuestionar este gobierno
y sus pretensiones de señorío divino. Aunque los niveles de
estratificación social son severos en Tzak K'an, no es fácil
olvidar que los plebeyos superan en número a la élite por 10
000 a 1; los disturbios civiles son una expectativa peligrosa.
LOS NO ÉLITES
Aunque se ha prestado mucha atención al
escalón superior de la sociedad, la clase que
no pertenece a la élite constituye más del
90% de la población tzak k'ana. Además, este
grupo no es homogéneo en lo más mínimo. La
abundancia y el poder han sido monopolizados
por la clase dominante, pero los plebeyos son la
sangre de los reinos.
Describir la vida desde la perspectiva de una
persona que no pertenece a la élite es casi impo-
sible, ya que varía mucho de una familia a otra.
En lo que la mayoría de la gente común parece
estar de acuerdo es en el hecho de que su exclu-
sión del estrato social superior no proviene de la
falta de recursos (ellos, por supuesto, controlan
todas las necesidades básicas como la comida y
el agua) sino de la falta de conocimiento. La clase
dominante es parte del reino sobrenatural o tiene
acceso a su sabiduría, mientras que el resto de la
población solo puede esperar, con la ayuda de sus
gobernantes, aprovecharla.
El Rito del Santo
Los herederos al trono que desean representar un gobierno
firmemente teocrático a menudo realizan el Rito del Santo.
Para completar este rito, el gobernante entrante debe aven-
turarse al plano celestial o al inframundo y someterse a una
serie de tareas de los libros sagrados.
Aunque este rito lleva tiempo, la riqueza del conocimiento
que los tzak k'anos poseen sobre los mundos sobrenaturales
generalmente proporciona al futuro gobernante una idea de
las pruebas que puede enfrentar. A quien haya completado
con éxito este rito se le concede el título de Aj/Ix Haah Ch'ul
al comienzo de su nombre gobernante: El/La Divino/a
Digno/a. Una vez que se les otorga este título, estos reyes o
reinas gozan de mayor consideración por parte de muchas
deidades y, a menudo, reciben ayuda divina cuando la solicitan.
El Rito del Caudillo
Aquellos que desean transmitir su destreza militar suelen
optar por realizar el Rito del Caudillo. Este rito implica la
captura de uno o más rivales influyentes del reino. Aunque
es un rito potencialmente rápido de completar, este
esfuerzo es arriesgado.
Un gobernante que ha completado este rito obtiene el
título de Aj/Ix B'olon B'ak incorporado al comienzo de
su nombre real: El/La de muchos prisioneros. Estos gober-
nantes serán siempre temidos por aquellos que se inter-
pongan en su camino en el campo de batalla.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 95
 El Rito del Pueblo
Menos comunes y a veces menos venerados (por otros
gobernantes) que los otros dos, aquellos gobernantes
que están comprometidos en ganarse el apoyo de los
plebeyos seguirán el Rito del Pueblo. No existe un camino
bien definido para la realización de este rito, pero, por lo
general, implica una o muchas acciones realizadas por el
bien común.
La concesión de este título queda en manos de las no élites,
que deben organizarse colectivamente para mostrar su apoyo
al esperanzado gobernante, a menudo reuniéndose en masa
al pie de la pirámide de la ciudad y cantando el nombre del
nuevo rey o reina con su nuevo prefijo real, Aj/Ix Paj' Payal
o El/La Elegido/a. Aunque aparentemente menos impre-
sionante que un caudillo o un divino, pocos líderes cuentan
ahora con el apoyo del populus y una rebelión a gran escala
siempre es una preocupación. Un gobernante que ha comple-
tado este rito cuenta con el apoyo total de su población, así
como con ojos y oídos leales en todas partes.
Los sacerdotes
El sacerdocio en Tzak K'an es extraordinario. ¡Sus
complicadas ramas hacen que la Iglesia vaticana casi
parezca simple! Por lo que sé, los sacerdocios aquí supervisan
lo siguiente: festivales y ritos, ceremonias, asesoramiento
político, adivinación y hechicería, historia y astronomía,
«cuenta de los días» (una práctica local interesante y aparen-
temente importante), medicina y agricultura. Estoy seguro
de que la lista sigue, pero con nuestros recursos limitados y
un estatus de extranjero bastante obvio, es difícil penetrar
en sus círculos más íntimos. Escuchamos rumores de una
academia sacerdotal, pero aún tenemos que encontrarla y los
que nos lo han mencionado parecen seguir desapareciendo…
—Informe de Vinnius Flank (Profesor de
Estudios Xenoreligiosos) al Magisterio
La política y la religión son inseparables entre sí en Tzak
K'an. Este dualismo se ve con más claridad, tanto simbólica
como logísticamente, en la importancia de los sacerdotes
y otros líderes santos dentro de los reinos. Los sacerdotes
actúan no solo como la mano derecha del rey o de la reina,
sino también como la voz de los dioses.
Convertirse en sacerdote no es una tarea fácil y, como
muchos puestos, se decide en gran medida por el linaje. Los
sacerdotes y sacerdotisas suelen ser hijos de los mismos,
pero a veces el segundo hijo de un gobernante o señor
96 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
también es enviado al sacerdocio como una buena manera
de mantener una posición influyente.
Casi todos los aspectos importantes de la vida tzak k'ana
tienen una facción especializada del sacerdocio dedicada a
ellos. Por tanto, el estatus social sacerdotal a menudo está
relacionado con su especialidad; el sacerdocio dedicado al
asesoramiento político se tiene en mucha más considera-
ción que el del ritual agrícola.
Los sacerdotes, como los escribas, deben ir a una academia
dedicada a aprender los caminos esotéricos del sacerdocio.
A diferencia de la escuela unificada de escribas Cahal It'zat,
existe más de una academia sacerdotal, lo que puede ser
una de las razones por las que hoy en día parece haber más
diversidad en las prácticas religiosas y desacuerdos que en
siglos pasados.
Los chamanes casi han sido desterrados de Tzak K'an. Sin
embargo, de vez en cuando se puede encontrar a un chamán
rebelde, generalmente en reclusión o escondido, que es tan
poderoso, o más, como un sacerdote. Generalmente desa-
liñados y excéntricos debido a su condición de parias, estos
chamanes son una dura antítesis de los ornamentados y
adinerados sacerdotes.
Estos chamanes pueden no tener mucho respeto por las
tradiciones del sacerdocio, pero no hay que equivocarse,
sus habilidades son grandiosas. A diferencia de los sacer-
dotes, los chamanes nacen con el don de la comunicación
visionaria con los dioses en lugar de aprenderla a través de
ritos enseñados de memoria. Tienen un acceso directo e
inmediato a los otros planos de existencia, un poder que
los sacerdotes envidian y temen.
Aunque los sacerdotes deben asistir a una vigilia que
dura más de dos años para limpiarse de sus motivaciones
mortales, no son incorruptibles. Más de una vez un sacer-
dote malvado ha llevado a todo un reino a su perdición.
Tribunal
Tzak K'an tiene un sistema de tribunales que está presente
en todas las ciudades importantes, así como en los sitios
subsidiarios o satélites. La corte se lleva a cabo en un
espacio altamente regulado, destinado a controlar la percep-
ción y la experiencia de quienes ingresan.
La arena del tribunal incluye un banco o trono elevado
sobre el cual el santo gobernante de la corte, el k'uhul ajau,
se sienta para mirar con desprecio a sus súbditos. Este
gobernante actúa en lugar de la dinastía real y representa
los aspectos de la autoridad política y religiosa entrelazados.
 Nombrado por el rey o la reina gobernante, el k'uhul ajau
es a menudo seleccionado por linaje, siendo hijo de un
k'uhul ajau él mismo. Estos santos gobernantes suelen estar
flanqueados por un sajal, un «temido», y un alk'uhuun, un
«conocedor de los libros sagrados», consejeros designados
y ejecutores de la práctica cortesana.
Un espacio abierto, muy parecido a un escenario, suele
estar frente a la zona de asientos de las élites con títulos.
Esta área alberga a muchos miembros secundarios y tercia-
rios de la corte, tanto a los escribas legales y los sacerdotes
consultores, así como a otras élites visitantes, el público en
general, los prisioneros y los sirvientes. Muchos de estos
procedimientos judiciales son de naturaleza performativa,
incluso teatral, e incluyen el uso de máscaras de deidad,
actores que interpretan los eventos que se van a juzgar y
artistas que mantienen el espectáculo.
Durante los procedimientos judiciales, el espeso humo
de copal y el incienso aromático nublan el aire y alteran
los sentidos de los presentes, lo que se suma al aspecto
etéreo de los eventos. Es un transporte casi físico a otro
plano. Para poder emitir un juicio, el k'uhul ajau debe
dejar este mundo y buscar la guía divina. Para hacerlo, un
sujeto sostiene un espejo de hematita de mosaico pulido,
un portal al reino sagrado, frente a la mirada del gober-
nante; mientras miran hacia el oscuro abismo, se ponen en
contacto con los dioses en busca de dirección.
«a-winak-en… Soy tu sirviente».
Después de que se presenta el caso, y los practicantes y el
público regresan al aspecto físico del reino terrenal, se toma
una decisión. El espectáculo público de la corte genera
fallos y sentencias justas, y también mantiene la capacidad
de mostrar el poder absoluto del k'uhul ajau.
Si un gobernante tan absoluto es prudente, actuará con
cuidado. Algunos k'uhul ajau han descubierto que ignorar
los deseos de las masas es una forma segura de ganarse
una rebelión. Debido a esto, un caso a menudo se resuelve
a satisfacción de ambas partes.
Militar
El sistema militar de Tzak K'an comparte distintas simi-
litudes con sus vecinos del norte y del sur, pero también
incluye muchos aspectos únicos. Las élites, especialmente
las del linaje real inmediato, están capacitadas en tácticas
de guerra y en liderazgo militar. El servicio militar para
los plebeyos tzak k'anos no es obligatorio a menos que
las guerras activas lo requieran. Sin embargo, muchas
personas que no pertenecen a la élite se unen al ejército de
forma voluntaria.
Este servicio se considera una forma de tributo fami-
liar hacia el reino y reduce en gran medida (o elimina) la
cantidad de impuestos que debe pagar una familia. Un
miembro que preste servicio permite a la familia aumentar
sus ganancias y ahorros durante la duración del servicio. En
tiempos como el actual, donde la producción agrícola no es
ideal, muchos agricultores han optado por prestar servicio
para compensar sus impuestos a las cosechas.
Las posiciones militares no están tan estandarizadas
como lo están con los nahuacanos, ya que la guerra se ve
muy diferente en el mundo tzak k'ano. Aunque las posi-
ciones comunes están presentes, como caudillos de guerra,
oficiales y soldados de infantería (llamados holkanob, «los
valientes»), que están capacitados en el uso de elementos
comunes como lanzas y armas a distancia, existen también
otras posiciones más especializadas. Los ejércitos tienen
facciones expertas en tácticas de guerrilla, tramperos, e
incluso hechiceros.
Todo en Tzak K'an es una actuación y la guerra no es
diferente. Un asedio a menudo incluye músicos que tocan
melodías formidables, sacerdotes armados con ídolos de
sus deidades protectoras, hechiceros y actores militares
con máscaras.
Tomar prisioneros es política y simbólicamente más
importante que matar al enemigo, y caer presa de las
ataduras de un ejército rival es realmente aterrador. Esto
a menudo puede conducir a humillación pública, tortura
prolongada, esclavitud o algo peor. Las víctimas desafortu-
nadas que se enfrentan a la captura generalmente desean
la muerte.
La gran estrella de la guerra
Los astrónomos, los observadores del cielo y los contadores
de los días de una ciudad también realizan un seguimiento
de los tiempos de guerra. Como cualquier otro aspecto de
la vida tzak k'ana, ciertos días y horas se pueden adivinar
y rastrear para aprovechar ventajas sobrenaturales clave.
Los tiempos de guerra se asocian al movimiento de Venus
(conocido como Chak Ek', «la gran estrella»).
7º MAR EL NUEVO MUNDO 97
 Cultura
La cultura tzak k'ana, tanto para los lugareños como para
los forasteros, es una fiesta sensorial de imágenes, sonidos
y olores complejos que los rodean constantemente. Los
ideales tzak k'anos se pueden encontrar en la priorización
de la reverencia sobrenatural, la ciencia y el conocimiento,
y en la batalla constante contra el entorno siempre voluble.
Entorno
El paisaje tzak k'ano predomina en las tierras bajas de
Aztlán. El medio ambiente se caracteriza por grandes
franjas de densa selva tropical con puntos ligeramente más
áridos a lo largo de la costa este. La selva tropical, aunque
rica en flora y fauna, se considera más un obstáculo que una
bendición para el pueblo tzak k'ano, altamente urbanizado.
Se tendrían que talar miles de acres de bosque para que
se establecieran ciudades y campos agrícolas. Pero esto
no significa que las plantas se consideren una completa
molestia. A menudo, los huertos cuidadosamente plani-
ficados con árboles frutales (como guayaba, papaya y
aguacate) se encuentran en las principales ciudades, con
98 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
loros y tucanes posados en sus ramas. También se cultivan
pequeños huertos urbanos para especias como chiles,
pimienta aromática, agave y otras pequeñas necesidades
culinarias. Más allá de estos, ciertos árboles tienen una
importancia simbólica para la gente, como el gran árbol
espinoso de Ceiba, y otros, como el árbol chichem, se
utilizan con fines medicinales.
Las estrategias agrícolas adaptativas se han usado durante
muchos años en este formidable entorno. Los campos
elevados, los complejos sistemas de riego, las terrazas, la
siembra de cultivos múltiples y los métodos de tala y quema
ayudan a la cosecha productiva del maíz —un cultivo muy
importante tanto en el sentido utilitario como ritual—,
cacao, calabaza, frijoles y algodón para textiles. El abas-
tecimiento de arcilla para cerámica y alfarería también es
relativamente fácil en estas áreas.
La domesticación de animales no está particularmente
extendida —aunque ha ganado popularidad reciente-
mente—, pero a veces se ven corrales con perros, pavos o
algunos ciervos salvajes capturados. Los animales cazados
incluyen monos, grandes cerdos salvajes, el ocasional tapir
o armadillo y cualquier reptil desafortunado que se cruce
en el camino de un cazador. Los jaguares, aunque son
adversarios amenazantes y peligrosos, son sagrados y muy
valorados entre las élites por sus pieles. La pesca también
es muy popular a lo largo de los ríos y la costa este, lo
que brinda además la oportunidad de recolectar conchas
marinas, un artículo de gran valor para adornos y rituales.
Debido al denso bosque y al terreno difícil y desigual, los
vastos sistemas fluviales se utilizan de manera similar a las
redes de carreteras con mucho tráfico, lo que proporciona
una conexión fácil de un sitio a otro. Para el tránsito peatonal
en áreas más pequeñas se utilizan con frecuencia caminos
elevados de piedra caliza blanca, llamados sacbeob (sing. sacbe).
La gente tzak k'ana no está particularmente impresionada con
las grandes bestias de carga que tanto le gustan a los théanos. A
veces los utilizan para cargas pequeñas en los sacbeob, pero no
parece que les gusten las canoas. Además, los comerciantes del
interior a menudo se quejan de cuánto parecen comer.
Los cerros, montañas y volcanes sagrados del paisaje
también cumplen funciones materiales inmediatas. Al mirar
alrededor de cualquier ciudad, lo primero que la mayoría de
los habitantes théanos parecen comentar es: «Eso es mucha
piedra». De hecho, la cantidad de piedra caliza necesaria para
construir las instalaciones de una ciudad (¡Y todo el yeso que
se necesita!) requiere una extracción intensa y constante. La
piedra y los materiales minerales, como el jade, el sílex y la
obsidiana, se utilizan para la fabricación de herramientas y
joyas. De lo que muchos théanos no parecen darse cuenta a
primera vista es que la madera a menudo se considera mucho
más selecta y valiosa, pero los bordes de los bosques utiliza-
bles están reduciéndose lentamente. Todo requiere fuego y
la leña es cada vez más difícil de conseguir.
Comida
La cocina local incluye muchas de las carnes y cultivos
mencionados anteriormente. Los alimentos básicos
incluyen las tres hermanas: maíz, calabaza y frijoles. Las
manos y metates de granito se utilizan para procesar el
maíz y formar tortillas o atole, un tipo de gachas. Estos
elementos, mezclados con las variedades de carne y especias
disponibles, son platos comunes que se comen en el hogar.
Las bebidas especiales incluyen cerveza de maíz fermen-
tada y, para los más privilegiados, una bebida espumosa de
cacao aromatizada con miel, chile u otros aditivos. Dado
que el grano de cacao es tan valorado, esta bebida a menudo
se considera como literalmente consumir su moneda.
Economía
La economía tzak k'ana está menos estandarizada que la de sus
vecinos. La mayoría de la población plebeya utiliza un sistema
de trueque de bienes cotidianos en pequeños mercados infor-
males y muchas comunidades rurales son centros autosufi-
cientes. En las ciudades, los mercados más grandes propor-
cionan un área para el intercambio de otros artículos. Aunque
el trueque sigue siendo común en los mercados, ciertos artí-
culos tienen un valor monetario establecido, como los granos
de cacao y la sal. A menudo hay un cartel en el mercado que
indica las tasas de conversión de estos artículos para el día.
Los artículos que no son locales suelen ser traídos por
comerciantes ambulantes y obtienen un precio más alto
cuanto más lejos están de su fuente. Por ejemplo, los
núcleos de obsidiana son relativamente baratos en el norte,
donde hay múltiples volcanes, pero caros en el este. Lo
mismo ocurre con materiales como conchas marinas, jade
y otros artículos similares.
Las familias de élite, así como las construcciones cívicas,
están financiadas por sistemas de impuestos y tributos. Este
tributo puede venir en forma de mano de obra, servicio
militar o la entrega de artículos que pueden ser cosechas,
artesanías como joyas o textiles, o materias primas de origen.
Idioma
Con la gran extensión del mundo Tzak K'an y los altos
grados de separación e insularidad entre las ciudades-es-
tado, no debería sorprender que la gente no hable una
lengua común. Se hablan muchos idiomas y dialectos
diferentes en todo el país, para frustración de los théanos
recién llegados. Aunque algunas palabras comunes preva-
lecen en todos los idiomas, es probable que dos agricultores
de ambos lados de la extensión de Tzak K'an no puedan
comunicarse más allá de las cortesías de rigor y algunas
frases simples que, aun así, requieran de bastante mímica
para ser entendidas.
Escritura
Nuestra escritura es nuestra arma. Es más rápida
que los dardos y más duradera que la muerte.
—Proverbio de los escribas
Para los tzak k'anos, la tradición escrita simboliza el nexo
entre el arte y la información y, por lo general, discute los
acontecimientos de la clase élite, los dioses o los asuntos
de negocios. Aunque las divisiones entre las facciones que
apoyan la diversa historia temprana de los pueblos todavía
están presentes en las ciudades y calles, la mayoría de los
escribas, vocalmente o no, rinden homenaje a Chok Ch'a,
anterior a ellos. Fue a través de ellos que se plantaron las
semillas del complejo sistema de escritura.
Escribir en Tzak K'an es complicado y hermoso, con altos
niveles de variabilidad y libertad. El sistema jeroglífico
incluye logogramas, fenómenos, variantes y combinaciones
de todos los anteriores. Una palabra se puede escribir de
varias formas y los escribas, a menudo para mostrar la
fluidez del idioma, escriben una palabra de muchos modos
diferentes en el mismo texto.
Los eruditos théanos lo consideran increíblemente frus-
trante y demasiado complicado. A su vez, la mayoría de
los tzak k'anos encuentran la escritura théana bastante
aburrida y poco sofisticada, y tienden a encontrar un ligero
placer en la frustración de los extranjeros.
Los números, que son de extrema importancia para
los altamente matemáticos tzak k'anos, están escritos en
combinaciones de barras, puntos y un símbolo para el
cero. La ubicación de estas tres características indica en
qué marcador de posición numérico se encuentra. De esta
manera, los números enormes se pueden representar con
pocos símbolos y relativa facilidad.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 99
 Aprender el arte de las palabras es una ocupación vitalicia
y un compromiso de por vida. Los escribas generalmente
se seleccionan por linaje y comienzan su entrenamiento tan
pronto como pueden sostener un pincel. A menudo se ve a
los niños escribas trazando con los dedos en la tierra blanda
las marcas que les enseñaron ese día.
Cahal It'zat: El complejo de escribas
Y, sin embargo, no todos los escribas son iguales. A algunos
se les enseña, formal o informalmente, lo suficiente para
satisfacer las necesidades locales, como ayudar a los alfa-
reros o marcar conversiones en el mercado. Pero unos pocos
elegidos son llevados a Cahal It'zat (Lugar del escriba), la
centralizada pero reservada escuela de escribas.
El camino a Cahal It'zat es tan complejo como las pala-
bras que guarda en sus profundidades. Protegida por
subterfugios mágicos, trampas y el formidable entorno en
el que se encuentra, esta escuela a menudo es considerada
una mera leyenda por mucha gente común. Sin embargo,
para los iniciados, este lugar es más su hogar que cualquier
otro en Tzak K'an.
Como un microcosmos del propio universo, la escuela
recuerda a una pequeña ciudad. En el centro se alza una
imponente estructura piramidal con grabados en toda la
superficie de la piedra. Los elevados sacbeobs de piedra
caliza están tallados con palabras; las escaleras, los dinteles,
las paredes y todas las demás superficies disponibles están
grabadas y pintadas con los glifos que narran el universo
de Tzak K'an. Cahal It'zat es una ciudad hecha por y para
las palabras.
Más allá de enseñar las formas complejas de escribir y
narrar eventos, la escuela tiene un propósito secundario:
une las lenguas dispares del pueblo tzak k'ano.
Siglos de ciudades-estado decididamente individualistas
han mantenido y generado lenguajes separados entre la
gente. Los escribas trabajan para mantener un lenguaje
escrito común, uno de los últimos jirones de unidad en las
tierras de Tzak K'an. Los reyes y reinas permiten de mala
gana, pero pragmáticamente, que esta práctica continúe,
porque ¿de qué sirven las palabras de guerra o de miedo
si no se pueden leer? Los escribas entrenados en Cahal
It'zat son enviados de regreso a sus ciudades-estado y se
les da una posición formal como cronistas privados de reyes
y reinas.
100 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
De esta manera, los linajes de escribas que sirven a los
gobernantes rivales han estado interactuando en Cahal
It'zat durante generaciones. Como escriba, se puede pasar
más de una década estudiando idiomas junto a enemigos
políticos jurados. Pero Cahal It'zat no es un lugar para polí-
tica o luchas. Es una llamada más elevada que se cumple y
se mantiene aquí, una que durará más que todos los reyes
y reinas hasta el fin de los tiempos.
En los momentos más oscuros, Cahal It'zat también sirvió
como refugio seguro para los iniciados que buscaban asilo.
Durante tiempos de guerra, los escribas han sido los obje-
tivos principales. En un pasillo del complejo principal, los
peligros de la profesión están grabados en las paredes: una
imagen de siete escribas a los que les quitaron los dedos
—algunos muertos y decapitados, otros abandonados para
vivir a través de su tortura— sangrando a los pies del gober-
nante conquistador. Debajo se lee: La verdadera destrucción
solo existe cuando la historia se borra y se olvida.
Culto de los Tsii'uun B'ak
Las últimas décadas han requerido, según algunos, un
control adaptado de las palabras sagradas. Los libros
sagrados tzak k'anos, que contienen las características más
secretas y complejas de su sociedad, recientemente han sido
muy solicitados por los extranjeros théanos (aunque sus
motivaciones no están claras).
Para consternación de los ancianos escribas, cada vez se
roban más libros sagrados de palacios, templos y biblio-
tecas para comerciar con ellos o venderlos a los extranjeros
a precios elevados.
Casi todos los escribas sostienen que la escritura es tan
compleja, incluso teniendo los libros, que los théanos
nunca lograrían acumular ningún tipo de información.
Pero algunos ven lo que podría suceder si los enemigos de
Tzak K'an llegan a entender las palabras. Más allá de eso, la
pérdida de tales textos podría significar el final de una era
en la que los eruditos tzak k'anos recuerdan todo su pasado.
Se han perdido textos insustituibles.
Nacido de este miedo, un grupo militante de guardianes
escribas, dirigido por Iktan Chikul, se formó a partir de
las facciones devotas de la escuela itz'at , el Culto de los
Tsii'uun B'ak, «Los que vigilan al borde del papel blanco».
No satisfecho con simplemente salvaguardar los textos exis-
tentes, Iktan Chikul ha empezado a hablar sobre rastrear
los materiales robados y recuperarlos, incluso si ese viaje
los lleva a la misma Théah.
 CÓDICES
Cualquier información crucial sobre el mundo
de Tzak K'an se documenta meticulosamente en
códices. La mayoría de estos se guardan en Cahal
It'zat o en las bibliotecas reales de todos los reinos.
Sin embargo, hay algunos que han desaparecido y
están esparcidos —o escondidos— en los confines
del continente. Encontrar un códice con información
secreta o perdida es muy valorado por escribas,
miembros de la realeza y plebeyos por igual.
Arte
El arte y los artistas que lo crean son muy valorados en
la cultura tzak k'ana. Los artesanos que se centran en la
pintura, ya sea que estén creando murales magníficos en
las paredes del palacio o dibujando escenas elaboradas en
vasijas de cerámica, se consideran parte de una tradición
noble. Al igual que los escribas, muchos artistas provienen
de linajes de pintores hereditarios y, después de demostrar
su valía mediante rigurosos aprendizajes, tienen la oportu-
nidad de ascender rápidamente en la escala social.
También similar a la tradición de los escribas, el arte
está relativamente estandarizado. Los ideales artísticos y
los métodos de representación están regulados y son simi-
lares a lo largo de Tzak K'an, pero siempre hay un pequeño
espacio para que una artista deje su floritura personal.
A menudo, un equipo de artesanos elabora en conjunto un
único producto final, ya que cada trabajo es muy complejo.
Un maestro alfarero trabaja con pintores y fabricantes de
pigmentos durante semanas en una sola olla de dios, y
arquitectos e ingenieros trabajan con escultores por años
en las pirámides. Cada una de estas formas de arte, única y
hermosa por derecho propio, verdaderamente se convierte
en una obra maestra cuando se combina con las habilidades
de otros artesanos.
Como en cualquier otro aspecto de la vida, un sacerdote
casi siempre está presente en cada paso del proceso artístico.
Si el arte desagrada a los dioses, no augura nada bueno para
el resto de los mortales.
Ropa y adornos
Los textiles y sus materias primas son artículos de gran
valor y, a menudo, importantes bienes tributarios. El
algodón y el cáñamo se cultivan en muchas áreas de los
reinos y no es raro encontrar tejedores y artesanos espe-
cializados que procesan y transforman los materiales en
apropiados artículos terminados, dependiendo de quién
deba vestirlos. La ropa y los adornos no son más que una
continuación de la carne en Tzak K'an; representan el
estatus de la persona que los viste.
Por esta razón, la ropa y los adornos están muy regulados
con castigos que van desde multas hasta la muerte si se
infringen las reglas. En su mayor parte, las diferencias en
la ropa entre élites y no élites se basan en la elaboración de
la prenda. Mientras que la mayoría de los plebeyos usan
textiles simplemente tejidos y cortados, la ropa destinada al
consumo de la élite está teñida de hermosos colores, ador-
nada con cuentas de concha o plumas de quetzal, o hecha
para brillar con hematita especular.
Los hombres suelen llevar taparrabos de algodón que
se enrollan alrededor de la cintura y les cuelgan entre las
piernas. A veces, esto se combina con una cubierta similar
a una capa llamada pati. Las mujeres a menudo usan una
pati, atada debajo de las axilas, combinada con una falda
larga o una sola prenda sin mangas similar a un vestido que
se amarra o ciñe a la cintura. Estas prendas se usan ocasio-
nalmente con un pañuelo que cubre la cabeza y sostiene
el cabello largo de quien lo lleva. Este estilo de ropa típico,
tanto para hombres como para mujeres, viene con una
variedad de sandalias. Para las élites, estos estilos —que ya
son más elaborados debido a su calidad, colores y estam-
pados— se embellecen aún más con impresionantes cintu-
rones de jade, joyas y pieles de animales. A veces se usan
calzas hechas con pieles de jaguar en lugar de un taparrabos.
Los hombres se dejan crecer el cabello y se lo recogen
en una cola de caballo o trenzas largas, o se lo colocan
alrededor de la cabeza en una corona. El cabello suelto,
descuidado o corto se considera una señal de cautiverio
o vergüenza. Los varones a veces se afeitan o se queman
el pelo de la frente para presentar una cara más alargada y
tienden a eliminarse el vello facial si les ha crecido (aunque
algunas élites mantienen pequeños mechones de vello
facial). De manera similar, las mujeres llevan el cabello largo,
y el pelo suelto es común en las solteras más jóvenes. Las
mujeres mayores o casadas usan una variedad de peinados,
algunos estilos cotidianos son una o dos trenzas largas que
7º MAR EL NUEVO MUNDO 101
 se pueden juntar en la base de la cabeza o en moños bajos.
Para los plebeyos, estos peinados a veces se complementan
con cintas, diademas o bufandas.
Debido a que la ilusión de un rostro alargado se considera
un ideal de belleza, algunas ciudades-estado mantienen
una tradición de modificación craneal que comienza en la
infancia. Esto implica la implementación de tablas y vendas
en la cabeza mientras sigue siendo maleable para lograr un
aplanamiento de la sección inferior del cráneo.
Así como la ropa entre las élites y los plebeyos se dife-
rencia por los niveles de ornamentación, estos peinados
se realzan con tocados elaborados para que las élites
presenten un estatus social elevado. Los adornos de la
élite tienen muchas formas y tocados específicos se usan
en eventos especiales. A menudo están hechos de mimbre
o madera y decorados con grandes plumas de quetzal, jade,
pequeñas esculturas de dioses y animales, cuentas y pieles
de animales. Otras formas de joyas y adornos de la élite
incluyen pectorales, pulseras, collares, tobilleras, máscaras
y bandas para las rodillas.
El cuerpo también se modifica para representar mejor
al individuo y su estado. Se usa pintura corporal especial
para eventos importantes como la guerra o los rituales.
Tanto hombres como mujeres usan tatuajes y cicatrices
ornamentales que representan elementos de la naturaleza,
dioses y símbolos de posición social. Estas marcas están
presentes en muchas partes del cuerpo, pero usualmente
solo las mujeres llevan tatuajes y cicatrices (generalmente
en las mejillas) faciales.
102 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
Los lóbulos de las orejas dilatados son comunes para gran
parte de la población, y el tamaño suele ser indicativo de
la edad o de la situación laboral. El primer rito de inicia-
ción en el ciclo de vida de una persona tzak k'ana, desde
la infancia hasta la verdadera niñez, es la perforación de
sus orejas y la inserción de sus primeros expansores. Los
plebeyos usan expansores hechos de materiales simples y
perecederos como madera, hueso o concha, mientras que
las élites tienen expansores bellamente tallados y complejos
—y generalmente mucho más grandes— hechos de jade
u obsidiana.
Las joyas grandes para labios y tabiques son más comunes
entre los gobernantes o caudillos de guerra, y son tan
intrincadas como los expansores. La modificación dental
se controla de manera similar. Las élites pueden tener
incrustaciones de jade perforadas en los dientes frontales
o limar los dientes en punta o con formas geométricas,
para mostrar su riqueza y, simultáneamente, diferenciar su
apariencia física de la de los mortales comunes.
Género y sexualidad
Aunque existen los géneros binarios en el mundo de Tzak
K'an, no es completamente inusual que existan indivi-
duos no binarios o del tercer género. Entre los plebeyos,
pero especialmente las élites, el género puede ser fluido o
combinar aspectos del binario establecido. Un ejemplo muy
conocido es Sinan Ajau (Lord Escorpión), hijo de Ix Tokal
Chan (Lady Cielo Nublado) y K'inich Pasaj Pakal (Lord
Escudo del Amanecer), quien se representa en muchas
de sus estelas reales y murales con los vestidos tejidos y
adornos de su madre, pero aun así eligió usar pronombres
masculinos para el texto real asociado.
La sexualidad sigue un ejemplo similar y solo se convierte
realmente en un problema en contextos de élite donde
se debe establecer un heredero. La sangre y los linajes
son importantes y sagrados, pero, como bien saben los
eruditos de la cultura tzak k'ana, los niños adoptados son
considerados parientes con los mismos derechos para las
tradiciones dinásticas.
Convenciones de nombres
Los tzak k'anos prefieren poner títulos y prefijos delante
de sus nombres. Algunos denotan nobleza como Aj/Ix y el
tipo de líder. Un líder prominente puede tener un nombre
multifacético que incluya múltiples prefijos, como Ix B'olon
B'ak Ek 'Imix.
Los nombres masculinos y femeninos a menudo son
intercambiables, aunque la mayoría reconoce los nombres
propios pertenecientes a un género u otro.
Prefijos: Chak, Ek ', Sak, Taj, Tzi, Yax.
Masculino: B'alam, Chan, Etz'nab, Ich'ak, K'awil, K'in,
Kawak, Pakal, Tok, Tun, Tzul.
Femenino: Chan, Chij, Imix, Itzam, K'uk, Muyal, Pasaj,
Pet, Tukun, Tz'unun, Xoc.
Calendario
Dadas las exigencias de los dioses para que los tzak k'anos
contaran los días, no es sorprendente que el calendario
fuera un aspecto fundamental de las primeras formas de
vida de los tzak k'anos.
La importancia de los ciclos es omnipresente en el pensa-
miento tzak k'ano y permea sus concepciones del tiempo y
la historia. Así como los nahuacanos del norte viven en la
era del sexto sol, el universo tzak k'ano actual se sitúa hacia
el final del vigente katun, un tiempo de 13 baktuns que mide
5125 ½ años. El universo actual, según esto, se creó en 4
Ajaw 8 Kumk'u 13.0.0.0.0. Los extranjeros théanos, con
la ayuda de un escriba traductor, han descifrado que esta
fecha es el equivalente al 13 de agosto de 3114 AC.
El sistema de calendario básico consiste en rondas entre-
lazadas, incluido el conteo de calendario tzolk'in de 260
jornadas que se compone de días titulados por los números
del 1 al 13, seguido de un ciclo posterior de 20 nombres.
Este calendario está subsumido además por la cuenta Haab
de 365 días, o «año solar difuso» que consta de 18 meses
de 20 días. Los 5 días restantes se añaden al final del año y
son un intervalo de muy mala suerte.
Cada uno de estos días tiene sus propias asociaciones
sobrenaturales, presagios y deidades. Los tzak k'anos que
tienen un conocimiento íntimo de sus días pueden plani-
ficar, de esta forma, para conseguir fortuna o posteridad de
acuerdo a los dioses.
Estos intervalos de tiempo más pequeños están anidados
en ciclos más largos de mayor a menor, que consisten en
bak’tuns, kat’uns, tuns, winals y k’ins. Cada uno de estos
mide la distancia desde el comienzo del Gran Ciclo actual.
Religión
La religión toca todo en Tzak K'an, desde la gota de lluvia
hasta la semilla de maíz, el pergamino y el trono; nada está
desprovisto de su papel en la cosmología sagrada. Ya sea
el plebeyo que reza a sus modestos ídolos domésticos o
los sacerdotes que celebran elaboradas ceremonias en los
templos, todos deben venerar a los dioses.
Como saben todos los tzak k'anos, hay tres planos de exis-
tencia: el reino terrenal, el plano celestial y el inframundo.
Casi todos los aspectos de la religión tzak k'ana están
dedicados a los diversos planos de existencia y al concepto
del Gran Ciclo de vida, muerte y renacimiento. Pero este
ciclo sagrado sólo se mantiene cuando los mortales actúan
en consecuencia; el no complacer a los dioses o no contar
los días a menudo es causa de una interrupción del ciclo y
conduce a la desgracia: enfermedad, sequía, suelo maldito
u otros eventos cataclísmicos.
Dioses principales
Los dioses caminan entre nosotros, o solían hacerlo.
Algunos han caminado a otra parte y otros han dejado de
caminar por completo.
Al igual que los mortales tzak k'anos, los dioses están
estratificados y, a veces, son dispares. Muchas ciudades
tienen deidades protectoras que se alinean más estrecha-
mente con las creencias de su reino personal y un número
creciente de plebeyos también venera a un puñado de
dioses menores. Los dioses principales solían gobernar
junto a ciertos reyes y reinas de la antigüedad, pero han
estado cada vez más ausentes en los últimos años. Algunos
dioses de los elementos no se han visto desde hace más de
dos generaciones.
Aunque los dioses pueden tener diferentes roles, niveles
de influencia y presencia inconsistente en el plano terrenal,
ciertos dioses son uniformemente conocidos dentro del
mundo tzak k'ano.
Apocōātl, la serpiente emplumada
Todas las naciones de Aztlán creen en la Gran Serpiente
Emplumada, incluso si la llaman por diferentes nombres.
Los tzak k'anos lo reconocen como el más antiguo y
poderoso de los dioses, e incluso las ciudades-estado
que son devotas a uno u otro dios tienen santuarios
dedicados solo a Apocōātl. Sirve como dios de todos los
animales, incluido el jaguar, a pesar de que estos tienen
su propia deidad.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 103
 Itz'hun, el primer sacerdote
Aunque no solo Itz'hun estuvo presente en el comienzo
de nuestro mundo, a menudo es venerado como uno de
los dioses creadores primarios; un creador no solo de este
mundo sino también de muchos aspectos sagrados de la
escritura y la formación del sacerdocio. Suele tomar la
forma de un anciano vestido de blanco, con mejillas y ojos
hundidos, aunque Itz'hun rara vez es visto.
Se dice que se le puede encontrar visitando ocasional-
mente las academias sacerdotales pero, de ser así, los
sacerdotes no hablan abiertamente de sus interacciones
con él. Quizás porque le disgusta la naturaleza política
intensificada de nuestro mundo, o quizás porque no está
contento con los giros que ha tomado el sacerdocio en los
últimos siglos.
Ix Kin, la diosa del sol
Se puede ver a Ix Kin en su forma natural simplemente
mirando hacia arriba. Cruza el cielo como el brillante
sol matutino y se convierte en el sol jaguar por las tardes.
Cuando toma una forma para caminar por la tierra, es una
figura alta y formidable, con dientes afilados en puntas y
elaborada ropa brillante.
A Ix Kin le gustan especialmente las flores de cuatro
pétalos, símbolos que a menudo están impresos en su
túnica o que lleva en las orejas como grandes expansores;
llevar este símbolo se considera una invocación de su poder.
Muchos gobernantes y plebeyos respetan y elogian a Ix Kin
por la lealtad a su mundo y la responsabilidad con la que
ejerce su poder. Ella es la hermana gemela de Po Ch'en, el
principal dios de la luna.
Po Ch'en, el dios de la luna
Po Ch'en, el tranquilo y silencioso hermano gemelo de
Ix Kin, es el dios de la luna. Al igual que su hermana, es
fácil de encontrar en el cielo y, ocasionalmente, se le puede
ver encaramado en la curva de la media luna en su forma
«humana» flanqueado por su mejor compañero: un conejo
gigante iridiscente.
Responsable de las mareas, el cambio de estaciones y la
fertilidad, entre otras cosas, Po Ch'en a menudo adopta la
forma de un joven ágil con el pelo largo recogido en una
cola de caballo. Aunque es extremadamente tímido, los
humanos que lo han buscado por problemas de fertilidad
hablan de su capacidad para calmar y aliviar a quienes lo
rodean y lo han elogiado por su amabilidad.
104 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
Kimi, dios de la muerte
Se considera que Kimi es el principal dios de la muerte,
aunque hay muchos que trabajan bajo su mando. Se
muestra como una figura esquelética acechante con parches
de carne en eterna descomposición y una afinidad por
usar campanas alrededor de los tobillos y el cuello, y se le
encuentra generalmente en el vientre del inframundo, flan-
queado por otros dioses menores y murciélagos gigantes. Es,
comprensiblemente, un gran jugador del juego de pelota, y
le entusiasma enfrentarse a adversarios mortales arrogantes,
apostando sus vidas a cambio de concederles poderes sobre-
naturales, pero, cuidado: rara vez juega limpio.
Las leyendas dicen que la gente lo ha visto por el rabillo
del ojo en el plano mortal, generalmente escondido en
las casas de los enfermos o en el cuartel de los soldados
errantes durante la guerra… esperando… Esto ha llevado al
siguiente coloquialismo que indica una muerte inminente:
«¿Oyes sonar las campanas?».
Cha'kal, le diose de la lluvia y sus aspectos
Une de les deidades más importantes de Tzak K'an, espe-
cialmente para la mayoría de la población agrícola, es
Cha'kal. Quien porta la lluvia que da vida, es une de les
dioses más solicitados del panteón. De apariencia más
reptiliana que humana, Cha'kal se ha dividido en cuatro
aspectos para aliviar la alta demanda de su presencia. El
rojo sirve al este, el blanco supervisa el norte, el negro reside
en el oeste, y el amarillo se mantiene presente en el sur.
Aunque suele mostrarse servicial, Cha'kal se enfada
rápido y olvida lento. Estos rasgos pueden notarse en la
irregularidad de las lluvias. Direcciones rivales creen que las
áreas que tienen este tipo de problemas han molestado a le
deidad, y suelen mostrar una petulante satisfacción cuando
ellos aún gozan del beneplácito de Cha'kal.
Buluk Cha'wil, el dios del rayo
Buluk Cha'wil, considerado uno de los amigos más cercanos
de Itz'hun, es un dios poderoso y de mal genio. Reverenciado
por muchos caudillos de guerra y reyes de mentalidad bélica,
este dios a menudo visita el plano humano en su forma
mortal durante los tiempos de batalla. Adornado con una
armadura de guerrero al mando y sosteniendo un hacha
humeante gigante, Buluk Cha'wil habla con voz de trueno
y se apresura a abatir a los que se le oponen.
No está claro cuáles son sus ideales, ya que no parece
deleitarse en la batalla por sí misma, pero su presencia,
aunque venerada, también es temida. Pasar dema-
siado tiempo en su compañía ha sido perjudicial para
muchos gobernantes.
Pilares de la Tierra, los cuatro elementales
En cada rincón de la tierra hay un Pilar, una fuerza
sobrenatural que media los elementos entre los dioses y
el plano mortal. Aunque los dioses pueden cumplir con
sus obligaciones, la falta de mediación de un Pilar puede
resultar desastrosa. Estos Pilares son evasivos y miste-
riosos. A diferencia de muchos de los dioses principales,
que generalmente se pueden encontrar en un solo lugar, los
Cuatro Pilares rotan constantemente y un viaje de meses
para buscar el Pilar de Fuego puede resultar en vano al
descubrir que este se ha movido a una esquina opuesta y
ha sido reemplazado por el Pilar de Agua.
La verdad de sus descripciones físicas es discutible, pero
en la Biblioteca de Escribas hay un texto de hace tres siglos
hecho jirones que muchos usan para formar sus concep-
ciones de ellos:
El Pilar del Fuego: Una criatura de cuatro patas con un
cuerpo de brasas ardientes. A veces localizable a través de
unos tenues hilos de humo blanco. El Pilar del Agua: Un
gigante cuya carne acuosa gotea constantemente de su ser.
Deja rastros de corrientes de agua detrás de él. El Pilar
de la Electricidad: Aparentemente invisible, pero fácil
de sentir. Se percibe a través de un inquietante silencio
causado por la falta de animales en su radio y por el cabello
erizado de uno mismo. El Pilar de la Tierra: Se mueve
más lento que otros Pilares, pero no se detiene como lo
harían otros. El más fácil de notar, parece un árbol gigante,
pero puede ser una roca con plantas que brotan de su carne.
-Pequeño códice escrito por un
viajero sin nombre
Dioses menores
Aunque hay muchos dioses menores que siempre atienden
a diversos deberes y son venerados como protectores de
ocupaciones específicas, aquí se enumeran algunos de los
más conocidos.
Ek Pakax
El dios mercader es una deidad social y extrovertida.
Reconocido por su gusto casi ostentoso en adornos, un persis-
tente aroma a cacao y un gran tatuaje de un escorpión negro en
la cara, a Ek Pakax le fascina promover la interacción a través
del comercio y tiene una afinidad por los productos exóticos.
Ix Sak
La diosa arcoíris es una mujer mayor, hermosa pero temida.
Considerada un poco rencorosa con los hombres, muchas
personas que no son del género masculino la buscan
cuando han sido agraviadas. En consecuencia, un arcoíris
en el cielo es visto como un símbolo poderoso para las
mujeres y las personas no binarias, y como un horrible
presagio para los hombres.
Che'b' T'ul
A menudo se busca a la divinidad escriba como guía junto a
Itz'hun, el primer sacerdote. A diferencia del primer sacerdote,
Che'b' T'ul tiende a obsesionarse con aspectos más mundanos
de la cultura de los escribas, y a menudo corrige errores y
promueve la verdad y el estilo en la escritura. Se la considera
la personificación de la brillantez, pero también algo excén-
trica. Le gusta visitar la corte en forma de un gran conejo
(pluma en mano… o en pata) simplemente porque puede.
Puilay Balam
Puliy Balam es el dios jaguar de la antigüedad, pero su
existencia puede ser simplemente una leyenda. De manera
algo blasfema, se dice que tenía el mismo poder que la Gran
Serpiente, pero ahora solo se habla de él en voz baja.
Defunción y sepelio
La muerte en Tzak K'an no es más que el comienzo de
otro viaje. Para muchos, la próxima vida comienza con el
descenso al oscuro y acuático inframundo. Recibido por
los dioses remeros, el difunto entra en la larga canoa y es
llevado a su próximo destino.
Si el difunto ha recibido los ritos de muerte adecuados, tiene
algunas pequeñas fichas que podría dar a los dioses remeros a
cambio de un viaje más rápido a través del río de la muerte, o,
7º MAR EL NUEVO MUNDO 105
 incluso, podría convencerlos de que lo lleven a una orilla más
agradable, porque hay muchas costas más allá del río.
El lugar al que se lleva a los difuntos depende de sus
acciones en el plano mortal. Algunas personas pueden tener
que atravesar una compleja serie de pruebas o juicios para
moverse por el inframundo. Cada una de estas pruebas
tiene lugar en una «casa», un lugar formidable gobernado
por varios dioses menores de la muerte. Por ejemplo,
alguien que apuñala por la espalda a su hermano puede
tener que pasar por la Casa de las Espadas, mientras que un
político engañoso tendría que atravesar la Casa del Humo
Venenoso. Algunos incluso pueden verse obligados a pasar
por varias casas. Algunos nunca escapan.
Si pasan por las casas requeridas y las superan, ascienden
al reino celestial, un lugar de tranquilidad y conocimiento.
El reino celestial es una recompensa para aquellos que
han pagado sus deudas mortales, pero también es el hogar
de ciertas personas que son consideradas dignas por los
dioses. Aquellos que han demostrado su valía en sus vidas
mortales o han muerto de una manera que se consideró un
sacrificio supremo y justo, pueden renunciar a las pruebas
del inframundo.
Los antepasados en el reino celestial son accesibles, si uno
conoce las formas de llegar a ellos o las líneas de comunicación.
Los del inframundo son un poco más difíciles de localizar,
pero no es imposible. Por estas razones, muchos tzak k'anos
consideran que las costumbres de los kuraq son particular-
mente blasfemas y atroces. Los kuraq interrumpen el Gran
Ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento, y esta blasfemia
contra los dioses, como creen muchos tzak k'anos, puede
enfurecer a los creadores y traer la ruina sobre este mundo.
106 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
Rituales
Muchos ritos y rituales rigen la forma de vida en Tzak K'an.
Casi todos los aspectos mortales, desde los mundanos hasta
los de élite, tienen asociadas prácticas especiales. Desde la
bendición de una cosecha de temporada o la instauración
de un nuevo gobernante, cada clase social tiene un conoci-
miento del rito que debe realizar para apaciguar a los dioses.
Muchos rituales deben llevarse a cabo en ciertos momentos
especiales del calendario, una promesa que debe cumplirse
para contar los días de los dioses.
El juego de pelota
El juego de pelota simboliza el meollo del cosmos tzak
k'ano; es una metáfora de la existencia, el universo y los
ciclos de la vida y la muerte. A menudo se juega en un
campo monumental dentro de las murallas de la ciudad,
un partido se puede jugar simplemente por deporte,
como sustituto a la guerra o como un sacramento ritual.
Cualquiera puede practicarlo por deporte, pero los otros
dos aspectos solo pueden ser protagonizados por una
élite seleccionada.
Ponerse el pesado equipo del juego transforma a los indi-
viduos en jugadores cósmicos. Los individuos o equipos
pueden enfrentarse unos contra otros en un intento
de mover la pesada pelota de goma —una metáfora
simbólica del cráneo de uno de los primeros padres de la
humanidad— en un gran aro de mampostería usando sus
cuerpos. Cuando termina el juego y se decide el vencedor,
se lleva a cabo una ceremonia. Dependiendo del contexto
del juego, el sacrificio —en varias formas— puede ser
requerido por parte del equipo ganador o perdedor.
Hechicería
Aunque existen muchas formas de adivinación en Tzak
K'an, la forma más sagrada y poderosa de hechicería se usa
solo cuando hay mucho en juego y se está dispuesto a hacer
un sacrificio. Así como los dioses han sacrificado, nosotros
también debemos hacerlo.
Aunque la humanidad está en un constante estado de
deuda de sangre con los dioses, la magia de sangre para
beneficio de los mortales tiene un gran costo, tanto física
como mentalmente. Después de todo, nunca se sabe lo que
podría surgir del humo…
Invocando al Wayak' Kan
La hechicería más temida y venerada en Tzak K'an es la
invocación del Wayak' Kan (Serpiente de la visión), a veces
llamada la Búsqueda del Wayak' Kan.
La Búsqueda comienza como muchos rituales de derra-
mamiento de sangre, con un individuo preparado para
recibir daño físico, y utiliza herramientas similares a las
que se usan para extraer sangre, como cuerdas largas (a
veces con astillas incrustadas), espinas de mantarraya y
hojas de obsidiana.
Pero esto es más extremo y más peligroso que un simple
ritual. Uno debe tener una intención en mente antes de
convocar: una pregunta que necesita respuesta, un consejo
que debe darse, la ayuda que se necesita, o la presencia de
una persona en específico. Esta hechicería tiene el poder de
traspasar todos los planos de existencia.
Con la intención establecida, el invocador se pincha o
se corta a sí mismo, extrayendo tanta sangre como sea
necesario para completar el rito. A menudo, esto implica
pasar la cuerda de espinas a través de la lengua o cortar
símbolos en cara y cuerpo. Con este derramamiento
de sangre, los bordes de la realidad se difuminan para
el hechicero. La sangre gotea sobre trozos de papel y se
recoge en un cuenco sagrado. Cuando se ha extraído la
suficiente, el papel se enciende y estalla en columnas de
humo espeso y colorido.
Del humo emerge una serpiente gigante retorciéndose,
aterradora en apariencia. Si está satisfecha con el invocador,
la cabeza de la serpiente gira, se reconfigura y se transforma
en la cabeza y el torso de una figura.
Pero ¿es la figura correcta la que se ha llamado? Aunque el
objetivo del hechicero es que se materialice una persona o
deidad determinada (un antepasado, un caudillo de guerra,
un dios o cualquier otra persona que haya sido convocada),
este no es siempre el caso. Debido a que esta es una brecha
en los planos de existencia, abrir el portal puede conducir
a visitantes no deseados, y la Búsqueda de la Visión puede
traer revelaciones que no estaban destinadas a ser vistas.
Cerrar el portal no es tan fácil como abrirlo, pero, con
suerte, a medida que el humo desaparece, el hechicero ahora
debilitado ha encontrado lo que y a quién estaba buscando.
En la antigüedad, los hechiceros Wayak' Kan intentaban
utilizar la sangre de otros como su sacrificio. La gran
serpiente ve mal estos sacrificios y, a menudo, se niega a
venir. Solo los practicantes más devotos o hábiles podían
obtener resultados, que en el mejor de los casos eran poco
fiables. Una vez que los practicantes descubrieron que el
autosacrificio no solo era superior, sino veraz, otros tipos
de sacrificios dejaron de ser tan comunes.
Algunos practicantes todavía usan sacrificios de animales
cuando buscan objetos inanimados, ya que esto siempre ha
demostrado ser suficiente y efectivo.
Hechicerías menores
Algunas formas menores de hechicería, especialmente aque-
llas que están más en el reino de lo adivinatorio, pueden ser
realizadas por cualquier tzak k'ano digno. El conocimiento
de los días da una idea de eventos futuros o presagios de lo
que está por venir. Esto permite una planificación ventajosa
en misiones, reuniones diplomáticas y eventos importantes.
Muchos gobernantes de ciudades-estado emplean a
contadores de los días para ayudar a administrar la ciudad.
Algunos incluso llegan a negarse a hacer nada sin antes
consultar a los contadores de los días y asegurarse de que
los presagios están a su favor.
Otros hechiceros menores usan artículos para adoptar
aspectos de deidades o animales, generalmente en forma de
máscaras, pintura corporal, pieles o plumas encantadas. Por
último, los poco frecuentes espejos bendecidos se utilizan
para miradas rápidas o conversaciones con los muertos o
las deidades, pero el usuario debe ser cauteloso… un espejo
bendecido es difícil de distinguir de uno hechizado, y lo
que se ve al otro lado podría ser una mentira.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 107
 Lugares
Las ciudades-estado tzak k'anas son tan diversas y fluc-
tuantes como su gente. Se levantan, caen y se levantan de
nuevo, siempre compitiendo por la supremacía y el dominio
entre ellas. Por ello, sería un esfuerzo vano intentar pintar,
incluso con los trazos más amplios, el paisaje político de
sus tierras.
En cambio, las siguientes ciudades-estado se presentan
solo como un ejemplo de los poderes actuales, sus esquemas
y vasallos, y cómo estos últimos están conspirando para
cambiar de bando o convertirse en poderes en sí mismos.
Cahal Naab
Cahal Naab es una ciudad portuaria construida en el delta
donde el río Ak Way se encuentra con el mar. El área es
pantanosa, la tierra húmeda y fértil, e imposible de usar
como base para construir. Las marismas apenas soportan
piedra, y las pequeñas islas entre estas zonas pantanosas se
inundan constantemente. A pesar de todo esto, Cahal Naab
es un testimonio de lo que la gente hará para ganarse la vida.
Nadie gobierna ni dirige Cahal Naab, y la ciudad no
fue planificada ni construida por arquitectos o ingenieros.
No se construyó en absoluto, sino que surgió del delta a
medida que más y más personas vinieron y llamaron hogar
a este lugar.
El delta del río es un buen puerto, las vías fluviales lo sufi-
cientemente anchas para que los barcos oceánicos entren
en la desembocadura del río y naveguen por él en buenas
direcciones. Donde hay un puerto la gente se instala con
la esperanza de hacer negocios y ganar dinero a costa de
los marineros. Cahal Naab es ese sitio, y las personas que
construyen y viven en la tierra son vagabundos, contraban-
distas, estafadores y cualquier otra persona que se haya
dado cuenta de que un lugar sin reglas es un gran lugar
para ganar dinero.
Cahal Naab no es una ciudad; es una vía fluvial, repleta
de botes amarrados, casas flotantes y chozas destinadas a
durar solo hasta la próxima temporada de inundaciones.
Está lleno de la peor clase de gente, los que no tienen hogar
ni familia, los que pudieron haber tenido esas cosas alguna
vez pero ahora están huyendo, y los que no tienen lealtad
más que a ellos mismos. Solo los sacerdotes más itinerantes
dan a estas personas algún tipo de bendición de los dioses.
108 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
Todo el lugar se sostiene en base a una economía itine-
rante. Durante la temporada seca, la gente viene de todas
partes para abrir el puerto a extranjeros y comerciantes.
Comercian y venden todo tipo de productos cuestionables
que se les puedan ocurrir. Los théanos son bienvenidos
como portadores de bienes novedosos y extraños, y
buscan aprovecharse de ellos, considerándolos ingenuos
y estúpidos.
Tienen barcos fantásticos y muchos lugareños simple-
mente quieren que los théanos les enseñen más sobre
ellos, o tal vez les vendan uno o dos barcos. Los kuraq y
los nahuacanos son recibidos con menos calidez; los kuraq
son espeluznantes y los nahuacanos son unos bastardos
imperialistas, pero todo está perdonado si estás dispuesto
a lanzar los dados, contar una buena historia o intercam-
biarles algo interesante.
Hasta ahora, ninguna ciudad-estado ha logrado dominar
Cahal Naab, pero muchos dicen que es solo cuestión de
tiempo antes de que algún gobernante ambicioso domine el
lugar sin ley. Sin embargo, cada monarca que se precie tiene
agentes en la ciudad: ¿de qué otra manera vas a rastrear
el comercio que técnicamente no debería existir, o escu-
char los chismes extranjeros antes de que todos los demás
se enteren?
Cahal Naab también sirve como un terreno neutral
útil, un lugar para que los monarcas y sus representantes
hagan tratos con el tipo de personas con las que podría ser
políticamente perjudicial estar asociado de forma pública:
mercenarios de dudosa moralidad, agentes de reinos extran-
jeros, etcétera. ¿Tienes un artefacto mágico, un conjunto de
bocetos robados, algo que quieras vender o pasar discreta-
mente? Cahal Naab es el lugar al que debes ir, donde hay un
montón de contrabandistas, ladrones y peristas dispuestos
a matar para ayudarte.
También es un pantano pequeño y hermoso. Manglares
por todas partes. Durante la temporada de inundaciones el
lugar está completamente abandonado, las personas toman
sus botes y flotan río arriba para evitar desastres. Y, sin
embargo, cada año durante la temporada seca, la ciudad
crece un poco más. Cada cierto tiempo, algún monarca
ambicioso intenta tomar la ciudad por la fuerza. Llega
el ejército, los lugareños se dispersan por los pantanos,
llevándose sus mercancías y barcos con ellos. Llegan las
inundaciones, el ejército se retira y al año siguiente Cahal
Naab es más grande que nunca.
Yaxbal
En el centro de Yaxbal se encuentra la pirámide más grande,
Chan Witz (Montaña del Cielo). Pintada intrincadamente
en rojos y azules y tallada con imágenes del Monstruo de la
Tierra, le deidad protectora Cha'kal y varias escenas sobrena-
turales, la pirámide escalonada se eleva por encima de la plaza.
La escarpada escalera central conduce a una pequeña supe-
restructura —el espacio más sagrado en la ciudad—. Este
espacio contiene tallas y pinturas de deidades y ancestros
venerados, junto con un altar para el sacrificio y la adoración.
Cada ciudad importante tiene al menos un campo de
juego. Yaxbal tiene cuatro y el más grande de ellos está justo
al suroeste de Chan Witz: un campo de juego de tamaño
mediano con marcadores elaborados y grandes plataformas
para sentarse. Aquí, los partidos se juegan para marcar
ocasiones trascendentales o celebrar hitos de la ciudad. Los
tres campos más pequeños se extienden por las afueras de
la ciudad y se usan para rituales más pequeños o como
campos de práctica.
Cerca de Chan Witz hay varios edificios administrativos
que se utilizan para todo, desde rituales performativos
hasta el manejo de impuestos y tributos o la organización
logística de las ciudades vasallas.
Un observatorio se encuentra cerca del centro de la ciudad.
Desde aquí, los contadores de los días, los observadores
del cielo y los sacerdotes observan los eventos solares y
lunares, y marcan la ubicación de importantes cuerpos
celestes como Venus. Esta estructura también actúa como
una estación meteorológica, donde se toman cuidadosas
notas sobre cosas como la lluvia, los cambios en la presión
atmosférica y el movimiento de los vientos.
Al caminar por la plaza principal de una estructura a otra,
un residente recuerda constantemente el poder divino del
gobernante a través de numerosas y gigantes estelas talladas,
altares y monumentos que salpican el patio. Cerca de esta
plaza se encuentran las residencias de élite de la familia real,
sacerdotes de alto rango y nobles.
Al salir del centro de Yaxbal, la grandeza da paso a las
áreas más funcionales de la ciudad: los mercados, las
tiendas y las áreas de producción artesanal. Esta zona bulle
de actividad. Llenan el aire los olores de las especias que
se preparan y los hornos encendidos, y los sonidos de las
finas herramientas trabajando mientras los comerciantes
regatean con los clientes. Aunque menos ornamentado que
el centro, este es el sustento de la población general.
En el radio más lejano alrededor de la ciudad, y espar-
cidos durante aproximadamente otro día de marcha, se
encuentran los campos agrícolas y las residencias que
albergan al grueso de la población. Las estructuras de
mampostería aquí son poco frecuentes y la mayoría de las
casas se construyen con materiales perecederos y techos
de paja, y se colocan sobre plataformas modestas. La vida
en el campo no es fácil, pero en Tzak K’an los principios
fundamentales de la vida son los mismos para la élite que
para los agricultores: la existencia es un ciclo constante de
vida y muerte, ya sea jugando al juego de pelota o plantando
semillas de maíz.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 109

Chun Pixom
Muchas ciudades-estado han surgido y caído en Tzak
K'an desde el final del Antiguo Imperio, demasiadas para
recordar sus nombres y tradiciones. En su lugar surgen
otras nuevas, a veces suplantando a las perdidas por
completo y a veces basándose en ellas. Algunas han durado
lo suficiente como para dejar su huella en las costumbres y
tradiciones de los tzak k'anos.
Chun Pixom, una de las ciudades-estado más antiguas
y veneradas de toda la tierra, ha llegado a definir a qué
se refieren los extranjeros cuando hablan de Tzak K'an,
sus pueblos y tradiciones. A lo largo de sus ocho siglos
de ilustre tradición, la «gente de Knot» —como se les ha
llegado a conocer— ha sobrevivido a las idas y venidas que
han acabado con otras ciudades-estado aparentemente más
prósperas. Esto los ha colocado a la vanguardia de sus pares,
permitiéndoles dominar indiscutiblemente la región polí-
tica, económica y militarmente.
De vez en cuando, sin embargo, un rival se alza e intenta
competir con Chun Pixom. Todos ellos han sido conquis-
tados o completamente exterminados, eliminando incluso
el recuerdo de su existencia de las estelas que conservan
en piedra la historia de los tzak k'anos. El más reciente
de ellos es Ka 'Tuunich, ubicado a solo 100 millas al
noroeste de Chun Pixom. Estos advenedizos creen que
tienen lo necesario para acabar con la línea ininterrumpida
de reinas que ha gobernado más tiempo que cualquier
otro monarca en Tzak K'an. Una que incluye a 33 señoras
de Chun Pixom hasta el día de hoy y cuya influencia se
extiende hasta la gran metrópoli de Tlaichtacán en la lejana
Alianza Nahuacana.
Esta misma influencia ha sido cuestionada por la gente de
Piedra. Según su versión de la historia, es la gente de Chun
Pixom la que ha sido influenciada por los nahuacanos, y no
al revés. Como tal, la existencia prolongada de Chun Pixom
es solo el resultado de que sus costumbres no sean tzak
k'anas. Cuando la actual Kin'ix Jun Tan Janaab' (reina) y sus
asesores escuchan estos rumores, simplemente niegan con
la cabeza y continúan trabajando en sus planes de conquista
en toda la región.
La ciudad está rodeada de selvas tropicales ubicadas en
un lugar privilegiado entre fértiles tierras altas. Desde esta
posición ventajosa, el asentamiento gobierna sobre una ruta
comercial de este a oeste, la cual históricamente ha sido la
principal fuente de riqueza de su gente. Su único problema
es que no tienen disponible un curso natural de agua.
110 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
CIUDADES-ESTADO
VASALLAS
El poder de Chun Pixom se basa en tres princi-
pios: miedo, riqueza y conquista. La mayoría de
las ciudades-estado temen su inmenso poder
militar y siguen siendo obedientes. A los que
no lo hacen, se les ofrecen riquezas incontables
para mantener fresca su lealtad. Los pocos lo
suficientemente tontos como para rechazar
tanto el enfoque frío como el amable reciben
el golpe del martillo. Pocos de ellos sobreviven
para contar la historia de su estupidez.
Hoy en día, las tres ciudades-estado vasallas
más importantes de Chun Pixom son Óox
Wíinik, Chaktun y Ma'yax Ha. La primera fue
fundada directamente por Chun Pixom, quien
derrocó a los soberanos anteriores e instauró
los suyos por la fuerza a través de matrimonios
concertados. Esta ciudad vasalla, a su vez,
capturó Chaktun y la añadió indirectamente al
poder político e influencia de Chun Pixom.
El último, Ma'yax Ha, es un puesto de avanzada
en el norte de Chun Pixom que funciona como su
escudo, protegiendo a la gente de los ataques de
sus oponentes del norte. Aparte de eso, Ma'yax
Ha es un vínculo comercial invaluable con el mar
Atabeano, lo que permite a la gente de Chun
Pixom extender su influencia y comercio más allá
de su propia tierra y hacia costas lejanas.
Para remediarlo, la gente emplea —y tiene— tecnología
avanzada en materia de recolección de agua de lluvia. El
resultado de este esfuerzo es que ahora poseen el mayor
almacenamiento de agua dulce en Tzak K'an, en diez depó-
sitos fuertemente custodiados repartidos por toda la ciudad.
Esta ha sido una de las mayores fortalezas de la ciudad a la
hora de luchar contra los pocos enemigos que han podido
llegar a sus muros. A pesar de la riqueza y el inmenso poder
de la ciudad, pocos conflictos han llegado a sus puertas.
Esto se debe a que la ciudad está oculta de
miradas indiscretas.
Chun Pixom está cubierta por la jungla. Nadie puede
encontrarla a menos que haya estado allí antes e, incluso
entonces, los caminos a través de la jungla no son confia-
bles. Aparte de esa defensa natural, la gente de Chun
Pixom es cautelosa. Cavaron zanjas y otros terraplenes
en el norte; tienen grandes áreas de pantanos que los
protegen al este y al oeste; y han construido fortificaciones
adicionales al sur.
Chaktun
Situada en la confluencia de varias rutas comerciales
importantes, Chaktun es una ciudad-estado vasalla nomi-
nalmente sin importancia cuya relevancia para la política de
Tzak K'an solo ha aumentado a lo largo de los años.
El contraste entre sus orígenes humildes, como un simple
mercado central fundado por Óox Wíinik, y su prospe-
ridad actual es más evidente en su arquitectura. Dado que
Chaktun fue concebido por sus fundadores como solo un
centro comercial, su arquitectura ceremonial es modesta
hasta el punto de no existir. Los dioses del pueblo, si alguna
vez los tuvieron, han sido olvidados durante mucho tiempo,
reemplazados por los de sus invasores.
Por otra parte, Chaktun es una ciudad maravillosamente
adornada por una miríada de esculturas, algunas de las
cuales se cuentan entre las más altas de todo Aztlán. La
mayor parte de ellas son el resultado de lo que la gente
llama su «Renacimiento» pero que sus supuestos maestros
en Óox Wíinik han apodado una «Rebelión».
El Renacimiento comenzó hace un siglo, cuando una
inundación devastadora proveniente del Gran Río —
Chaktun está en la orilla norte de sus tramos más bajos—
sepultó la ciudad. Sin embargo, la destrucción produjo
un resultado inesperado: las aguas no pudieron socavar
las pocas estructuras construidas sobre arenisca roja. El
trabajo de reconstrucción se centró entonces en trans-
formar la ciudad en su forma actual, y su nombre cambió
en consecuencia.
En los últimos cien años, el otrora humilde puesto de
avanzada se convirtió en el foco de una población rural
dispersa. Con el tiempo, el pueblo se convirtió en el prin-
cipal controlador del comercio de jade en bruto, así como
de otros productos básicos importantes, como los granos
de cacao.
Y luego, Lakam Tok Ajaw se convirtió en su rey.
Confiscó y quemó las imágenes de madera de los dioses
protectores de Óox Wíinik. Desafió a los escultores de
la ciudad a producir el glifo emblema más magnífico que
haya tenido una ciudad. Y así lo hicieron. Luego recibieron
la visita y el apoyo explícito del gran rey del lejano Ka'
Tuunich. Entonces, cuando Lakam Tok Ajaw les dijo que
se convertirían en la nueva capital de la región oriental de
Tzak K'an, le creyeron de todo corazón.
Ahora la gente de Chaktun está lista para convertir ese
sueño en realidad.
Ka' Tuunich
Ka' Tuunich, una de las ciudades más grandes y poderosas
de las tierras bajas de Tzak K'an, es el centro de poder de
lo que se conoce como el Reino de Piedra. Por más de cien
millas alrededor de la ciudad, se puede ver la marca de
piedra en forma de su glifo emblema: su homónimo, una
montaña desprovista de árboles o el «tuun» por la piedra.
Habitada por más de 150 000 personas, Ka' Tuunich
es una de las maravillas más magníficas de Aztlán. Las
dos estructuras que dan nombre a la ciudad se unen para
formar una maravillosa pirámide, la más grande del terreno
circundante. Desde su cima se puede ver el gran pantano
estacional alrededor del asentamiento que se extiende hacia
el oeste.
Aunque separado del centro urbano, el pantano que
rodea la ciudad es la principal fuente de sus abundantes
recursos y la causa indirecta de su importancia política.
Esto se debe a la increíble fertilidad del suelo a lo largo del
borde del pantano, que ha sido así desde la fundación de
la ciudad. Estas tierras también han proporcionado a la
gente de Piedra acceso a abundantes nódulos de sílex. Este
material ha sido la base de la impresionante arquitectura
de Ka' Tuunich, e incluso le proporciona a su poder militar
las herramientas necesarias para lograr lo que sus gober-
nantes visualizan.
La piedra que la gente ha elegido como su glifo emblema
representa su principal creencia. En resumen, los habitantes
del Reino de Piedra creen que su gente debe ser tan inmu-
table como la piedra y resistente como la montaña. A través
de la adoración y rituales adecuados, nunca caerán. Las dos
pirámides representan las montañas que veneran. En ellas
se celebran festivales dedicados a establecer bases sólidas.
En ellas se realizan rituales simbólicos de cambio climático
y guardan mucha reverencia por las generaciones anteriores.
Como resultado, las unidades familiares en Ka'Tuunich
no se basan en linajes y matrimonios, sino en lo que cada
miembro aporta al todo. Las familias de Piedra están
formadas por grupos cooperativos de personas de ideas
afines. A menudo se basan en lazos de sangre, pero incluyen
miembros que simplemente se unen por elección.
Se dice que estos cimientos familiares dan fuerza a la
Gente de Piedra. En lugar de matrimonios para unificar
las relaciones no consanguíneas, la Gente de Piedra busca
una bendición de sus dioses cada vez que agrega una
nueva persona a su familia para garantizar que el grupo se
mantenga fuerte y fiel.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 111
 La biblioteca de Manik Ju'un
Hace mucho tiempo, la ciudad-estado de Manik Ju'un era
un mal ejemplo de las ciudades tzak k'anas normales. Era
un reino pobre y los cortesanos discutían sobre qué hacer
con lo poco que tenían. Finalmente, la joven y sabia reina de
Manik Ju'un declaró que usarían sus pequeños excedentes
para construir una pequeña biblioteca en las afueras de la
ciudad. Luego, la reina declaró que esta biblioteca estaba
abierta a todos los escribas y personas eruditas de todo
Tzak K'an. Vinieron, y con ellos trajeron sus diversos
ideales, idiomas, religiones e historias.
Si bien los escribas que vinieron podrían haber sido leales
a cualquier ciudad-estado en la que residieran, también
encontraron lealtad entre ellos en sus pasiones compar-
tidas. Comenzaron a compartir información, tecnologías
y la ubicación de textos poco conocidos; estandarizaron
lenguajes e introducieron nuevas frases. La reina tuvo
cuidado de no meter la política dentro de las paredes de
la biblioteca para que los escribas de todas las ciudades
pudieran sentirse seguros durante la visita; este era un lugar
donde podían ser ellos mismos y no simplemente represen-
tantes de los monarcas a quienes servían.
La biblioteca permaneció intacta durante siglos a través
de guerras y disputas de las ciudades-estado cercanas. Los
escribas de las ciudades conquistadas buscaron refugio en
Manik Ju'un y su biblioteca, y la ciudad creció. Manik Ju'un
desarrolló una política para acoger a refugiados, siempre
que renunciaran a su causa anterior y se comprometieran a
servir a la biblioteca, a buscar y copiar todo lo que ya estaba
registrado y a escribir lo que no. A menudo traían los textos
que albergaba su ciudad, y estos se unían a la multitud de
ellos que ya se encontraban en la biblioteca. Así, la biblioteca
creció hasta convertirse sin duda alguna en la más grande del
mundo; algunos afirman que contenía todos los códices que
jamás existieron, o que pudieron haber existido.
Hace seis meses, hubo un incendio en la biblioteca de
Manik Ju'un.
Las investigaciones posteriores al incendio (llevadas
a cabo por los asesores del rey) sugieren que un agresor
desconocido logró derramar una gran cantidad de aceite de
lámpara en la biblioteca y lo usó para iniciar un incendio
entre los libros. Mientras que los bibliotecarios salvaron
la mayoría de los códices, el bibliotecario jefe (que resultó
ser el hermano menor del rey de Manik Ju'un) murió
en el incendio. El rey respondió cerrando la biblioteca a
cualquier persona ajena a la casa real. Afirma que volverá
112 CAPÍTULO 3: Tzak K’an
a abrirla cuando se encuentre al agresor y se explique el
misterioso incendio.
Mientras tanto, muchos escribas se quejan de que el
rey de Manik Ju'un no tiene la autoridad para mantener
la biblioteca cerrada. La biblioteca es, a todos los efectos,
un espacio neutral para los escribas, y si alguien debe
tomar la decisión de mantener la biblioteca cerrada,
deben ser los propios escribas, no el monarca de la
ciudad en la que se encuentra la biblioteca. La respuesta
del rey es que si no querían que él fuera quien tomara
estas decisiones, deberían haber sacado la biblioteca de
Manik Ju'un hace siglos, o al menos haber proporcio-
nado su propia seguridad.
Teo Puh'tex
El Templo de la Serpiente Emplumada se encuentra más
allá de los límites políticos actuales de Tzak K'an y sobre
las arenas doradas del desierto de la Alianza Nahuacana.
Pero ese no es el único recordatorio permanente de la
sed de sangre no correspondida de los antiguos aztlanos.
La pequeña ciudad de Teo Puh'tex está casi aislada, al
sur de la frontera del Imperio nahuacano. Teo Puh'tex solo
ha sido visitado por un puñado de tzak k'anos que han
regresado para contar su historia. Sigue las viejas costum-
bres y permanece casi intacta, ya sea por la Caída o por el
surgimiento de las ciudades-estado tzak k'anas al sur.
He llegado a la ciudad de los asesinos silenciosos. Llaman a
este lugar Teo Puh'tex. Parece que solo me han dejado entrar
porque reconocí la iconografía pintada en sus paredes empa-
lizadas. Agotado por mi viaje: casi ocho días en los ríos y
otros cinco a pie por la selva, levanté las manos y proclamé la
fidelidad a los viejos dioses pintados en sus paredes exteriores.
Me apuntaban con flechas desde las torres de vigilancia.
Pensé que seguramente me matarían, pero ya estaba casi
muerto, así que bien podía hacer el esfuerzo.
Para mi sorpresa, abrieron las enormes puertas de la
ciudad. Nada me había preparado para lo que había dentro.
Siguen las viejas costumbres, las costumbres prohibidas.
Toman sangre fácilmente porque la dan. Fluye como
ríos. No sé por qué me retienen, o quizás es que no quiero
admitirlo. Ataré esto a la pierna del próximo quetzal que se
pose cerca de mí. Mi nombre es Aj'bootz. Me envió Kinich
Ta'jooj. Recuérdenme.
—Nota encontrada en las selvas del norte,
ahora guardada en la biblioteca de escribas.
Munyal Kaah
Diez mil pies sobre el nivel del mar, en la cima de las montañas
de Tzak K'an y al final de la escalera más larga, tallada en
roca viva, se encuentra la ciudad más impresionante jamás
construida por cualquier hombre o dios. Ha tenido muchos
nombres, algunos dudando burlonamente de su existencia y
otros elogiándola como la maravilla que es: La ciudad al final
de la escalera de caracol. La ciudad imposible. El Lugar de
las Tres Piedras (donde se hizo la Creación por primera vez).
A sus ciudadanos, sin embargo, no les importan esas cosas.
Prefieren la verdad más simple, por lo que llaman a su hogar
Munyal Kaah, «Ciudad de las Nubes».
Construido sobre extensos sistemas de terrazas, Munyal
Kaah no solo es una maravilla por su ubicación. Sus
características imposibles incluyen (pero no se limitan a):
todas sus estructuras están situadas equidistantemente;
tiene más de 100 000 habitantes (lo que lo convierte en el
centro urbano más poblado de todo Aztlán); y la ciudad
entera se extiende por más de 100 millas cuadradas, solo
por nombrar algunas.
Como si eso no fuera suficiente, la gente de la Nube ha
desarrollado una intrincada red comercial única para ellos,
empleando lugares y pasajes desconocidos para cualquier
otra ciudad-estado en Tzak K'an. De esta manera, son
verdaderamente independientes de cualquiera de las «polí-
ticas de terreno», como les gusta llamarlas, y pueden optar
por comerciar con quien les plazca.
Se dice que una vez fueron un estado vasallo de Chun
Pixom, pero que no pudieron persuadir a sus recaudadores
de impuestos y diplomáticos de ascender al Sina'an Xiinbal
para hacer su trabajo. Después de un tiempo, basándose en
las historias, simplemente dejaron de llegar. Ahora muchos
codician su lealtad, pero se desconoce si la gente de la Nube
tiene algún deseo o alguna otra forma de ser convencida.
Tienen todo lo que necesitan dentro de sus jardines flotantes
y pirámides, y es posible que algún día simplemente decidan
dejar de comerciar con el resto de Tzak K'an.
Sin embargo, las maravillas de Munyal Kaah no se detienen
ahí. Su organización social es tan admirable como el Palacio
del Cielo desde donde gobiernan sus nobles. Aunque todavía
tienen figuras gobernantes y los estratos sociales habituales
presentes en Tzak K'an, la gente de la Nube practica una
forma de vida innovadora donde todos tienen acceso a bienes
materiales de élite. Esto ha provocado que muchos plebeyos
hayan proporcionado a sus compatriotas inventos e innova-
ciones que los han beneficiado a todos.
Tak'ooj A'bak
El mundo de Chok Ch'a ha sido absorbido en gran parte
por densas selvas. Ubicada en algún lugar de las extensiones
orientales de los mapas tzak k'anos, dentro de un bosque
inexplorado y entre serpenteantes ríos, la ciudad de Tak'ooj
A'bak se eleva tranquilamente entre la vegetación.
Aunque no es la más grande de las ciudades chok ch'ai en
ruinas (como Caxazul o Ik' Tun'a, que se agrupan a lo largo
de las costas orientales), Tak'ooj A'bak es impresionante por
mérito propio. Si bien la mayoría de los grandes templos y
complejos están enterrados, imperceptibles como nada más
que montículos para el ojo inexperto, hay algunas pistas de
los majestuosos restos justo debajo de la tierra.
Tak'ooj A'bak, como cualquier otra ciudad chok ch'ai, se
identifica por varias características distintas. Varias áreas de
importancia ritual o funcional están marcadas por grandes
montículos de tierra, altares monolíticos cubiertos de
extrañas escrituras y estelas amenazantes.
La característica más distintiva es, sin duda, la colección
de colosales cabezas de piedra chok ch'ai de la ciudad, cuyos
rostros han sido erosionados por los elementos del tiempo.
Las cabezas están talladas de forma intrincada en enormes
bloques de basalto, mucho más grandes de lo que parece
lógicamente posible aquí (después de todo, el volcán más
cercano está a varios cientos de millas de distancia). Todos
llevan el mismo semblante sombrío y amenazante asociado
con «Los de antes», y sus profundos ojos sin pupilas
parecen observar a quienes se atreven a caminar por las
calles de Tak'ooj A'bak sin invitación. Y, sin embargo, cada
cabeza es ligeramente diferente… ¿quiénes podrían ser?
Más allá del patio de cabezas se encuentra la principal plaza
en ruinas. A primera vista no hay nada destacable más allá
de los desechos ocasionales que verías en cualquier ciudad
abandonada hace mucho tiempo: cerámica rota, una herra-
mienta de piedra desechada y otras rarezas. La mayoría de
los edificios están completamente enterrados por las arenas
del tiempo o se derrumbaron hasta quedar irreconocibles.
Dentro de algunos de estos edificios hay enormes alijos de jade
tallado, cinabrio, hematita y todo tipo de inusuales minerales
brillantes y pulidos. Es probable que estas materias primas de
gran valor hayan atraído a muchos comerciantes emprendedores
a su perdición. De hecho, de muchos de los que entran en esta
ciudad en ruinas (ya sea intencionalmente o por un desafortu-
nado desvío de un camino) simplemente no se ha vuelto a saber
nada. Una leyenda en particular habla de grabados extraños,
hechos a toda prisa en puertas bloqueadas en Tak'ooj A'bak, que
simplemente dicen «Arriba», «Abajo» y «A través».
7º MAR EL NUEVO MUNDO 113
 Jasaw
Los padres de Jasaw murieron cuando él era joven. Fueron a
investigar una cueva recién revelada, con otros dos hombres
de la aldea. El sacerdote del pueblo les dijo que no fueran,
que no era seguro, pero fueron de todos modos. No
regresaron y la única evidencia de su fallecimiento fueron
manchas de sangre en el borde de la cueva. Claramente
entraron ahí, pusieron un pie por accidente en los reinos
de los dioses y fueron arrastrados a Xibalbá.
Jasaw conocía las historias de los Hermanos Heroicos y
sabía que se podía engañar a la muerte al vencerla en un juego
de pelota. Decidió convertirse en el mejor jugador de pelota
del mundo, ir a Xibalbá y devolverle la vida a sus padres.
Jasaw se convirtió en el mejor. Venció a todos los mejores
jugadores. Ganó invicto y aun así no fue suficiente, porque
ningún dios apareció para invitarlo al inframundo.
Jasaw nunca ha visto a un dios. Sabe que vagan por la tierra
y, en ocasiones, la gente se los señala, pero siempre desapa-
recen para cuando vuelve la cabeza. Está medio convencido
de que los dioses lo están evitando a propósito. Pero ¿cómo
puede llegar a Xibalbá si no es por invitación de un dios?
Regresó a su pueblo natal para intentar entrar en la
misma cueva en que lo hicieron sus padres, pero descubrió
que los sacerdotes la habían cerrado. Nadie podía entrar.
Envió a un escriba a la Biblioteca de Manik Ju'un para
encontrar otras entradas al inframundo, pero la Biblioteca
de Manik Ju'un se incendió y el escriba murió por inhala-
ción de humo. Ahora, puede parecer que Jasaw ha abando-
nado su búsqueda.
Al menos, esa es la conclusión obvia. Juega partidos de
exhibición, bebe con reyes y duerme con innumerables
hombres y mujeres. Sin duda, se ha ganado suficiente
fama y recompensa para vivir una vida agradable. Pero
Jasaw todavía está buscando su camino hacia el infra-
mundo, solo lo mantiene en secreto, esperando que lo que
sea que lo estaba atormentando antes no se dé cuenta de
su búsqueda continua.

Semillas de aventura
• Jasaw tiene una pista sobre una entrada al inframundo
y está buscando a alguien que lo ayude. ¿Irán los héroes
JASAW con Jasaw a lo que podría ser una misión suicida?
• Jasaw sospecha que alguien ha estado trabajando
activamente en su contra para evitar que encuentre
«Encontraré la manera de traer a casa a un camino al inframundo. Ha contratado a los héroes
mis padres de las garras de Xibalbá». para encontrar a esa persona sin revelar sus sospechas.
Ix T'zutz
Ix T'zutz vive en una casita que se encuentra en el borde
de una metrópolis abandonada, Kamaktul, una ciudad-es-
tado en ruinas que se derrumba en un claro donde
el bosque se encuentra con la orilla. Vive allí
principalmente sola, y es la reina de esta deteriorada
ciudad-estado en ruinas. Sin embargo, tiene planes para
ella y no le faltan los medios para ponerlos en práctica.
Ix T'zutz quiere construir su ciudad-estado bajo una nueva
imagen, la de una fusión de varias culturas de toda Terra.
Tiene amigos en Aztlán, Théah, Ifri y el Imperio de la Media
Luna. Dondequiera que va, tiene un don para hacer nuevos
amigos. Y muchos de sus amigos comparten este sueño suyo,
y han dedicado dinero para ayudarla a reconstruir su ciudad.
Habla con Ix T'zutz y ella rebosará entusiasmo por la tecno-
logía única de cada nación que ha tenido el privilegio de conocer.
La «Ciudad del Futuro» (tiene muchos nombres para la futura
ciudad, pero siempre vuelve a ese), dice, cuando se construya,
existirá para fomentar la integración y la experimentación con
la tecnología théana, nahuacana, kuraq, ifri y lunar, todo bajo la
atenta mirada de los mejores ingenieros tzak k'anos del mundo.
Esto parecería un sueño ridículo, imposible, excepto
porque Ix T'zutz tiene una habilidad para contagiar a otras
personas de su entusiasmo que la ha llevado sorprendente-
mente lejos. La ciudad misma, en su actual estado de ruinas,
le fue «regalada» por el rey de Manik Ju'un, supuestamente
en honor a su noble linaje (un notablemente desconocido
linaje noble). Con la ciudad ya adquirida, Ix T'zutz ahora
ha convencido a varios comerciantes adinerados para que
la apoyen en su construcción; tiene dinero para gastar y
está cortejando activamente a destacados cartógrafos, arqui-
tectos y fabricantes de máscaras. Las primeras construc-
ciones apenas han comenzado, pero eso solo significa que
necesita topógrafos, astrónomos, augurios y el resto para
garantizar que el desarrollo sea lo más auspicioso posible.

Semillas de aventura
• Ix T'zutz ha contratado a los héroes para hacer
mapas de una serie de pasajes subterráneos debajo
de la metrópolis en ruinas. Cuando buscan, encuen-
tran una entrada inexplorada al inframundo. ¿Cómo
afrontarán los héroes este descubrimiento? IX T'ZUTZ
• El plan de Ix T'zutz para una ciudad multicultural
tiene a un rey vecino trastornado hasta el punto de
entrar en conflicto de guerra. ¿Pueden los héroes «Cada nación tiene algo que vale
ayudar a proteger a Ix T'zutz y su ciudad de esta la pena usar. Ahora, solo hay que
amenaza externa?
ponerlas todas en un único lugar».
 Ix K'ahk' Chi'
Ix K'ahk' Chi' quedó huérfana a una edad temprana y fue
vendida como esclava. Su amo, un alfarero adinerado, la
mantuvo con cientos de otros esclavos, obligados a cocer y
barnizar sus vasijas. Cuando descubrió que ella tenía cierto
control sobre el fuego, tuvo la esperanza de ganar mucho
dinero con su talento. Primero la llevó a un sacerdote local,
quien dijo que era hija de Kinich Ahau. Luego la llevó a un
sacerdote nahuacano que dijo que era hija de Xiuhtecuhtli.
Cuando la llevó a su hogar, ella procedió a prenderle fuego
a la casa. Se descubrió libre por primera vez en su vida y
huyó junto con varios cientos de esclavos a la cima de un
volcán. Un grupo de soldados intentó seguir a los esclavos,
pero sufrió graves quemaduras a manos de Ix K'ahk' Chi'.
Después envió emisarios para dejar muy claro que nadie
debía seguirlos montaña arriba.
Se corrió la voz de las hazañas de Ix K'ahk' Chi'. Los
devotos de Kinich Ahau y Xiuhtecuhtli comenzaron a dejar
ofrendas al lado del volcán, y los esclavos se comieron las
ofrendas. Los sostuvo durante un tiempo, pero a medida
que los esclavos escapaban de sus amos, llegaban a la
montaña en busca de la protección de Ix K'ahk' Chi'. Ahora
no tienen suficiente comida, ni tienen realmente forma
alguna de cultivarla.
En la ciudad de abajo, los dueños de esclavos han convo-
cado una reunión de emergencia para discutir cómo mane-
jarla mejor; los sacerdotes locales todavía pelean sobre su
linaje mientras los nobles hacen planes para extraerla. Por
ahora, Ix K'ahk' Chi' se encuentra en la cima del mundo,
advirtiendo que hará llover fuego sobre cualquiera que la
amenace a ella y a los suyos. Unas pocas almas valientes
suben al volcán para darle noticias, y ella les devuelve
mensajes o les pide ayuda. Necesitará apoyo para sostener
lo que ha creado, pero su situación actual es precaria e,
incluso con toda la potencia de fuego del mundo, su éxito
está lejos de estar garantizado.

Semillas de aventura
• La presión de los propietarios de esclavos ha redu-
cido la cantidad de ofrendas que llegan a la montaña.
Ix K'ahk' Chi' les pide a los héroes que la ayuden a
IX K'AHK' CHI' conseguir un suministro estable de alimentos.
• Ix K'ahk' Chi' no es una líder. Ella es tímida y está
asustada. Los exesclavos la buscan en busca de
«Nunca quise estar a cargo. liderazgo y, al no encontrarlo, han comenzado a
Solo quería ser libre». inquietarse. ¿Podrán los héroes ayudarla a recuperar
el control sobre la gente antes de que se rebelen?
Guy de Malvaux
Guy de Malvaux nació como Guy de Levesque-d'Aur.
Durante la campaña ussura, un intento de asesinato fallido
lo dejó varado en las tierras invernales. Los residentes de un
pueblo cercano le salvaron la vida, a pesar de ser parte de un
ejército extranjero. Cuando estuvo lo suficientemente bien
como para viajar, se dispuso a averiguar quién había inten-
tado matarlo. Illya Ekaternava Borisovitch y su compañero
castellano, Bartolomeo García Torres, que no querían que
se aventurara solo en el duro invierno ussuro, se ofrecieron
a viajar con Guy.
El grupo siguió el rastro del asesino hasta Vodacce, donde
solo pudieron conseguir el nombre: Henri. Guy cambió
su nombre a De Malvaux, en un intento de deshacerse
del asesino y ganar algo de anonimato. Illya y Bartolomeo
permanecieron con Guy, ya que sus relaciones evolucio-
naron de una mera amistad a un vínculo casi familiar.
La pista sobre Henri parecía un callejón sin salida, y el
grupo se enteró de que, según informes, el hermano de
Bartolomeo había desaparecido después de una misión al
Nuevo Mundo. Abandonando su propia búsqueda por el
momento, Guy prometió ir con Bartolomeo para ayudarlo
a localizar a su hermano. Tomaron el siguiente barco que
pudieron encontrar y desembarcaron en Tzak K'an, la
última ubicación conocida de Torres.
Cuando llegaron a Tzak K'an, se enteraron de que Torres
había llegado con una expedición en busca de artefactos
syrneth. El grupo de Guy se ha adentrado en las salvajes
tierras tzak k'anas, siguiendo el camino de la expedición
con la esperanza de encontrar al hermano de Bartolomeo
o averiguar qué le sucedió.

Semillas de aventura
• El asesino de Guy parece haberlo seguido al Nuevo
Mundo. La expedición está plagada de incursiones
nocturnas y trampas. ¿Ayudarán los héroes a Guy a
descubrir a su asesino y poner fin a sus fechorías de
una vez por todas?
• La expedición de Guy avanza lentamente ya que los
théanos no están familiarizados con el entorno tzak
k'ano, y él contrata a los héroes para que lo guíen.
¿Ayudarán los héroes a Guy a encontrar su objetivo GUY DE MALVAUX
o lo usarán para sus propios fines?

«He escapado de las garras de la muerte

una vez antes, pero ahora me temo que
incluso la tierra intenta darme caza».

ALONSO RUIZ CALDERÓN
«Esta tierra está lista para tomarla,
solo necesito un poco de ayuda».
FUERZA INFLUENCIA
7 13
Alonso Ruiz Calderón
Don Alonso Ruiz Calderón se unió a la Iglesia vaticana a
temprana edad. Se formó como sacerdote y se unió a las filas
de la Inquisición mucho antes de que Verdugo asumiera el
cargo de Alto Inquisidor. Podría haber sido la mano derecha
de Verdugo si quisiera, pero sus ambiciones lo llevaron hacia
la adquisición de tierras. Cuando Verdugo le pidió a Calderón
que liderara el pogromo contra los artefactos syrneth en el
Nuevo Mundo, estuvo feliz de explorar nuevos terrenos.
Calderón llegó a Aztlán e inicialmente siguió las órdenes
del Inquisidor. Sin embargo, su propósito secundario
pronto ganó prominencia. Esta tierra era hermosa y quería
poseerla toda. Sus primeros intentos fueron en la Alianza
Nahuacana, pero la plétora de leyes le impidió llegar muy
lejos antes de que los lugareños se enojaran y lo expulsaran.
Se trasladó a Tzak K'an, donde encontró una tierra
propicia para el disenso y el sometimiento. La forma en que
funcionaban las ciudades-estado significaba que si enfurecía
a un monarca, pocos más conocerían sus errores. Si bien
cada ciudad-estado es diferente, la cultura del pueblo tzak
k'ano facilitó que Calderón aprendiera y siguiera adelante.
Actualmente reside en Polok K'anche', envenenando al
rey Kal'omte Chan K'awiil y utilizando al hombre para
intentar apoderarse primero de Tzak K'an y, finalmente, de
todo Aztlán. Si bien sus esfuerzos actuales se centran en
Tzak K'an, Calderón ha enviado emisarios tanto a Kuraq
como a la Alianza en un intento de ganar aliados en otros
lugares. Ha aprendido mucho en su tiempo en Aztlán y
sabe exactamente lo que la gente quiere para convencerlos
de que se alineen con él.
Aún, nominalmente, continúa su trabajo para la
Inquisición. En lugar de destruir los artefactos que encuen-
tran sus agentes, se propone aprender a usarlos para su
propósito de conquistar el Nuevo Mundo.
Semillas de aventura
• Alguien ataca a los héroes cuando regresan de inves-
tigar una ruina syrneth y les roba los artefactos que
encontraron. ¿Podrán localizarlos los héroes antes de
que Calderón los haga desaparecer?
• Calderón ha enviado a buscar a los magos de
la muerte kuraq, prometiendo que la ciudad de
Polok K'anche' comenzará a adorar a Suway. El rey
Kal'omte no lo sabe y nunca dejaría que los entro-
metidos kuraq entraran en su ciudad. ¿Podrán los
héroes convencer al rey de que expulse a Calderón
antes de que sea demasiado tarde?
NIVEL
20
Ix Tzak Cho'k-Taak
Ix Tzak Cho'k-Taak es una productora de cacao. Sus plan-
taciones están escondidas y esparcidas por todo Tzak K'an.
Las mantiene con la ayuda de sus hijas —más de veinte,
tanto biológicas como adoptivas— que están exclusiva-
mente dedicadas a la mujer. Juntas dirigen el mayor negocio
de falsificaciones de Tzak K'an.
Para falsificar las vainas de cacao, primero quita el codi-
ciado grano de la vaina y lo substituye con arcilla de color
cacao. Vende estas vainas de cacao a los comerciantes
nahuacanos, asumiendo con razón que no son tan exigentes
como sus homólogos tzak k'anos. Vende los granos direc-
tamente a mayoristas tzak k'anos, obteniendo ganancias
dobles por su trabajo.
Por supuesto, el negocio no sería tan rentable como lo es
si no fuera por su fuerza laboral. Captura a niñas pequeñas
y las obliga a trabajar para ella. Sus dedos diminutos hacen
un daño mínimo a las vainas de cacao durante la extracción
del grano, lo que permite que sus falsificaciones sean casi
indetectables. Y cuando crecen demasiado para ese servicio,
las pone a cosechar las vainas o las vende a los esclavistas.
Capturar niñas es fácil. Las atrae con la promesa de
chocolate caliente o comida fresca. Se ha convertido en una
especie de leyenda entre los supersticiosos tzak k'anos. Los
padres advierten a sus hijos sobre Ix Tzak Cho'k-Taak, la
vieja bruja que se lleva a los niños malos y bebe su sangre
para mantenerse joven. Los líderes de la ciudad metropoli-
tana trabajan a su favor al descartar las historias como espe-
culaciones y rumores, y ella no podría estar más agradecida.
Ella y sus hijas continúan secuestrando niñas sin control.
Toda esta operación genera una enorme riqueza para Ix
Tzak y sus hijas, gran parte de la cual utilizan para pagar a
las redes de comerciantes, mantener sus falsificaciones bien
distribuidas y sobornar ocasionalmente a las autoridades.

Semillas de aventura
• Un líder local contrató a los héroes para encontrar a
su hija, que desapareció hace una semana. ¿Podrán
los héroes localizar la plantación de Ix Tzak antes IX TZAK CHO'K-TAAK
de que sus espías la obliguen a trasladar su base
de operaciones? «Este cacao es el mejor que las selvas tzak
• Una de las niñas de Ix Tzak ha escapado. La pequeña k'anas tienen para ofrecer. Confía en mí».
es joven y está confundida, y les pide a los héroes que
la lleven a casa. ¿Pueden los héroes ayudar a la niña a
encontrar su hogar antes de que Ix Tzak y sus hijas
los alcancen?

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

4 8 12
 Ix Miol
Ix Miol es una tzak k'ana vagabunda. Se crió en Sakbe'nal
y, a temprana edad, viajó en misiones comerciales con
sus padres. A medida que creció, viajó por todo Tzak
K'an comerciando y trabajando como mercader en varias
ciudades-estado.
Siempre odió ser comerciante y, en cambio, quería ser
arqueóloga. Ix Miol atesoraba el tiempo que podía pasar
con aquellos que estudiaban a los antiguos, y sus padres
a menudo la reprendían por perder el tiempo. Cuando
tuvo edad suficiente para continuar con el negocio familiar,
lo abandonó y se fue a trabajar en un sitio de excavación
syrneth con algunos de los arqueólogos más famosos de
la nación.
Ix Miol tenía un don para los artefactos; aprender sus
secretos y usos era algo que atraía cada vez más su interés.
Como muchos tzak k'anos, esperaba aprender de estos
artefactos y utilizar las tecnologías para mejorar Sakbe'nal.
Cuando sus padres se enteraron de que había abandonado
el negocio del comercio, no se mostraron muy contentos
y la repudiaron. Sin financiación, a los arqueólogos ya
no les interesaba tenerla cerca. Ella sabía que si ayudaba
a lograr un avance tecnológico, podría recuperar el favor
de su familia y colaborar con su ciudad-estado. Entonces,
comenzó a robar artefactos para estudiarlos.
Lo que empezó como un noble propósito de aprender de
la tecnología para ayudar a su hogar pronto se convirtió en
una búsqueda de artículos que pudiera usar como arma
para robar mejores artefactos. Esto la llevó a convertirse en
la ladrona de artefactos más buscada de la nación. Ahora
ha reunido una pequeña banda para ayudarla y vende arte-
factos convertidos en armas con el fin de ayudar a financiar
sus expediciones, no solo para robarle a equipos arqueoló-
gicos, sino que también para destruir su investigación y así
cubrir sus huellas.

Semillas de aventura
• Una expedición arqueológica ha contratado a
IX MIOL los héroes para que actúen como guías y escoltas.
¿Pueden los héroes garantizar su seguridad frente a
«Estas cosas pertenecen a nuestra gente. las extrañas armas que emplea Ix Miol?
Entonces, ¿qué importa si las tomo?» • Ix Miol vende sus armas al mejor postor, lo que
incluye al codicioso Calderón. ¿Podrán los héroes
convencer a Ix Miol de que pase página y trabaje
contra el malvado castellano?

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

6 4 10
Kal'omte Chan K'awiil
Polok K'anche' era una ciudad-estado dedicada a la astro-
nomía, el arte y la ciencia. La gente se enorgullecía del amor
al estudio y las prácticas pacíficas, y de la prosperidad que
traía. Incluso su rey, Kal'omte Chan K'awiil, era erudito y
escriba. Los ciudadanos aman mucho a Chan K'awiil. Es
sabio, paciente y un experto estratega. Devuelve su riqueza
a sus súbditos y vive por debajo de sus posibilidades, lo que
solo hace que lo amen más.
Cuando Don Calderón llegó a Polok K'anche' encontró
potencial. No tardó mucho en infundir miedo en el corazón
del inteligente y pacífico Chan K'awiil.
Lo insidioso del actuar de Calderón fue que dijo la verdad.
La Alianza en el norte son guerreros, y esperan conquistar
Tzak K'an. Kuraq al sur busca subyugar a todos bajo su
dios de la muerte. Los théanos son codiciosos y buscan
tomar Tzak K'an para sí mismos. Tzak K'an es el centro del
mundo, pero está dividido; sus enemigos explotarían esas
divisiones. Se necesitaría alguien sabio y hábil para unir
a Tzak K'an contra estas amenazas. Por supuesto, Chan
K'awiil era el mejor hombre para este trabajo.
Aunque Chan K'awiil una vez aconsejó la paz, se dio
cuenta de que la paz no podía unir a su pueblo dispar.
Podía ver la sabiduría en las palabras de Calderón, incluso
sin ver la verdadera intención tras ellas. Chan K'awiil se
dedicó a la unificación de Tzak K'an.
Así comenzó la gran empresa. Polok K'anche' pasó de un
floreciente núcleo comercial a un centro militar en el lapso
de unas pocas semanas. Las torres a medio construir fueron
abandonadas por albañiles reclutados en el ejército repenti-
namente. Los palacios y monumentos están desnudos, despo-
jados de obsidiana, jade y oro: aquellas piedras preciosas y
metales fueron vendidos o forjados como armas. El ejército,
ferozmente optimizado, ya ha subyugado a varias ciuda-
des-estado más pequeñas y ha exigido tributos a cambio.

Semillas de aventura

• Kal'omte Chan K'awiil tiene la mira puesta en KAL'OMTE CHAN K'AWIIL

Cahal Naab. Si tal ciudad-estado cae, es probable
que otras le sigan. ¿Pueden los héroes ayudar a «Solo quiero paz.
defender la ciudad contra su ejército? Pero capturaré esa paz con
• Chan K'awiil solo quiere lo mejor para su gente.
fuego si es necesario».
Calderón lo influencia, pero él no se da cuenta.
¿Podrán los héroes convencerlo de cambiar de
mentalidad y ayudarlos contra Calderón?

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

2 8 8
122 CAPÍTULO 4: The Kuraq Empire
Capítulo 4
El Imperio de Kuraq
7º MAR EL NUEVO MUNDO 123
 El Imperio de Kuraq
Hay puertas al siguiente mundo. Se
encuentran dentro de ti.
Hay puertas a la tierra que está más allá
de la vida. Conoces el camino.
Detrás de esas puertas hay voces que puedes oír. Si escuchas.
Te están llamando.
¡Haykuykuy! ¡Adelante, venerables! ¡Bienvenidos!
¿Imataq sutiyki? ¿Cuál es tu nombre?
—Canción para niños kuraq
El Imperio de Kuraq es una nación de ciudades-estado
que alguna vez fueron dispares, reunidas a partir de las
cenizas de un legendario reino caído. Los kuraq dejaron
de lado sus diferencias y se unieron bajo el manto de un
solo liderazgo imperial hace más de doscientos años. Desde
entonces, ha crecido en infraestructura y poder, resistiendo
contra la influencia e invasión externas para lograr una
nación estable y fuerte cuya gente se enorgullece de ser
llamada kuraq.
El poder que impulsa al Imperio de Kuraq proviene de
una fuente inusual. Los kuraq son gobernados y dirigidos
124 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
por sus antepasados muertos —espíritus atados a sus
cuerpos momificados— que controlan el Imperio desde el
más allá. Cada generación está dedicada a servir a su ante-
pasado gobernante que planifica, administra y controla a
sus descendientes en todos los aspectos de sus vidas. Estas
almas usan los cuerpos de sus descendientes y sirvientes,
espiando a través de sus ojos, o bien poseyéndolos por
completo para hablar una vez más en la tierra.
Estos espíritus son los Venerables Difuntos y, bajo la
vigilancia de la Emperatriz Asiri Inkasisa, los muertos han
ayudado a su gente a ascender de una fracturada reunión de
tribus políglota a un imperio monolítico y unido.
Sin embargo, no todo en el Imperio está tan unido
como a la nobleza le gustaría que su pueblo pensara. Aun
muertos, cada noble planea desde el interior de su tumba
para el día en que su propia casa pueda llegar al poder.
Antiguos rencores de generaciones pasadas se convierten
en enemistades sangrientas que se extienden por todo el
Imperio, enfrentando linajes enteros entre sí en el comercio,
la política y la guerra clandestina.
Y, así, permanece en pie el Imperio, un monolito al borde
del derrumbe, una poderosa tierra de los muertos gober-
nada con mano brutal.
Orígenes del Imperio de Kuraq
El tiempo cambia todas las historias, pero algunas son
universales. La historia de los antepasados —aquellos que
vinieron antes— es universal, pero los detalles son confusos y
se han perdido en el tiempo. Los kuraq cuentan las historias
lo mejor que pueden, bajo la comprensión de que son pobres
huéspedes para conocimiento tan antiguo, de una época
incluso anterior a que los Venerables vivieran y murieran.
La Caída de Aztlán
En tiempos pasados, Aztlán era una joya brillante, un reino
que se extendía desde los gloriosos océanos occidentales
hasta el tumultuoso mar oriental. En aquellos tiempos
antiguos, los dioses caminaban como gigantes por el paisaje,
labrando valles con sus pasos, rodeados de su brillante
descendencia y aquellos bendecidos con su poder.
Las montañas resonaban con la risa de niños bien alimen-
tados y comunidades felices, todos protegidos por la gran
Serpiente Emplumada, el poderoso y terrible Apocōātl.
La Gracia Alada, como se le conocía, protegió Aztlán y
ahuyentó a cualquiera que pudiera dañar a su gente. Debajo
de él estaban los dioses, sus propios hijos, que servían a
su padre con alegría. La población vivía feliz y prosperaba,
custodiada bajo su increíble poder. Las ruinas y reliquias
de aquellos tiempos antiguos son rastros de una civiliza-
ción plagada de innovaciones en agricultura, medicina, arte
y más.
Los dioses lucharon por el estado de Aztlán. Se culparon
unos a otros por el sufrimiento, por la distribución desigual
de la lluvia, el buen tiempo, las abundantes cosechas y el
ganado sano. Los forasteros notaron el conflicto e inva-
dieron, presionando las fronteras de la nación una vez
inexpugnable. Apocōātl reaccionó con furia, retirando sus
bendiciones de los dioses e incluso ahuyentando a quienes
más lo enojaban. Esto solo hizo que los dioses se pelearan
aún más. Reunieron a sus favoritos junto a ellos, detrás de
los muros de ciudades poderosas, e ignoraron los gritos de
los que dejaron sufriendo fuera.
Cuando el humo se disipó, incluso el paisaje de Aztlán
se veía distinto. Quedó en pie un pueblo disperso, todos
acurrucados detrás de las murallas sobrevivientes de la
ciudad, con las conexiones entre sus comunidades rotas
por el miedo, la distancia y la desconfianza. Pasarían gene-
raciones antes de que estas ciudades-estado restablecieran
nuevamente el contacto. Y cuando lo hicieron, a menudo
fue a través de conflictos y derramamiento de sangre.
La conferencia de las siete plumas
Durante seis generaciones, las ciudades-estado de Kuraq se
mantuvieron independientes entre sí, gobernadas por sus
soberanos. Cada uno de esos gobernantes tenía su propio
dios protector, que huyó de la Caída de Aztlán para refu-
giarse entre sus seguidores más devotos, mirándolos desde
lo alto de las ciudades en las mesetas excavadas en las cimas
de las montañas. Sin embargo, los dioses nunca estuvieron
lejos de su alcance. Sus seguidores hicieron peregrinaciones
a las montañas para rendirles homenaje y pedir la bendi-
ción de los dioses, y los dioses bajaron de la montaña para
compartir el día a día de su gente. Caprichosos e inescru-
tables, los dioses bendecían y maldecían en igual medida.
Los gobernantes de cada ciudad-estado quisieron
expandir su territorio, buscando más tierras de cultivo y
recursos para su gente. Finalmente, un solo linaje de gober-
nantes del reino montañoso de Kuska se cansó de la lucha.
Su líder, Yaca Yma, envió mensajeros a través de la tierra,
arriba y abajo de las grandes montañas, cada uno con una
invitación a los otros grandes reyes. El rey Yaca Yma quería
acabar con el derramamiento de sangre y unir al pueblo de
una vez por todas.
Los emisarios y gobernantes se reunieron en el santo
lugar de descanso de Kikinpaq, el antiguo y monstruoso
dios primordial. Kikinpaq se sentó en su oscuro palacio
construido en la ladera de la montaña y se ofreció a presidir
la reunión, pues nadie haría daño a alguien arriesgándose
a la terrible ira del dios. Fue Kikinpaq quien les dio a los
reyes una ofrenda de paz, una sola pluma de oro por cada
una que le dio su padre, Apocōātl, a Kikinpaq.
Cada uno de los reyes trajo las plumas a la reunión y
juraron negociar la paz en toda la tierra. Cada uno juró en
nombre de su dios y prometió en conjunto que manten-
drían la paz. En agradecimiento por su visión pacífica, el rey
Yaca Yma recibió una capa hecha con las plumas doradas
de Apocōātl. Se retiró a la finca sagrada de la montaña de
Manqo Pacha y entregó el reinado a su hijo, Pakacocha.
Durante un tiempo, bajo el mando de estos reyes amables,
triunfaron la paz y la prosperidad.
Pero la paz duró poco. Las historias dicen que uno de los
dioses comenzó a sembrar desconfianza entre las demás
deidades en un esfuerzo por obtener más recursos para sus
seguidores. Cuando un enemigo del lejano norte saqueó el
campo, los reyes se volvieron unos contra otros, acusando
a los demás de traicionar la paz y ponerse del lado de los
7º MAR EL NUEVO MUNDO 125
 extranjeros. Finalmente, el mismo dios susurró que el poder
de Apocōātl podría asegurar sus reinos, un poder contenido
en el manto de plumas doradas.
Tres de los reyes se volvieron contra el anterior rey Yaca
Yma, marchando con sus fuerzas unidas contra el pacífico
palacio del rey. Cuando Yaca Yma salió a saludar a sus viejos
amigos, los tres reyes mataron al pacificador y prendieron
fuego a su villa. En la lucha, el manto dorado de plumas
desapareció, contrabandeado por un leal sirviente de Yaca
Yma que se escabulló en medio de la noche.
La guerra de Wach'i y Suway y
el ascenso de Pachacunya
Después del colapso de la paz de Yaca Yma, dos ciuda-
des-estado emergieron como las dominantes. Tanto
P'alqacamba como Kuska querían ser las ciudades-estado
más poderosas de la tierra para llenar el vacío y honrar
a sus dioses protectores. Los sacerdotes guerreros de
P'alqacamba, seguidores del dios de la muerte Suway,
deseaban difundir el culto de Suway por todo el país.
Creían que solo uniendo las tierras de los muertos y los
vivos podría surgir un glorioso nuevo reino, fuerte y pode-
roso contra todos los enemigos.
Mientras tanto, los dos hijos de Yaca Yma, Supacha y el
príncipe ilegítimo Pachacunya, lideraron Kuska. Los dos
eran tan distintos como el día y la noche: Supacha era
un líder estudioso y serio, mientras que Pachacunya era
el guerrero más poderoso del reino, valiente y amado por
la gente. Kuska era el hogar del dios sol Wach'i, y el dios
bendijo a Pachacunya con una velocidad, fuerza y brillantez
increíbles en la batalla.
126 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
Juntos, los hermanos se opusieron a la propagación de
los sacerdotes de la muerte de Suway y su veneración por
el más allá. Los dos príncipes dejaron Kuska uno al lado
del otro, y condujeron a su ejército hacia el valle al sur de
la ciudad para luchar contra la legión de Suway y proteger
su hogar de la destrucción.
La batalla fue dura y feroz, sin que ninguno de los dos
fuera realmente capaz de derrotar al otro. Pachacunya
quería seguir luchando, pero el sabio Supacha convenció
a su hermano de que buscara la paz con los sacerdotes de
Suway si realmente pretendían comprender el poder del
dios de la muerte. Luego, Supacha bajó solo al valle y buscó
a los sacerdotes como un gesto de buena voluntad.
En los tres días que duró la reunión, Supacha quedó
fascinado por el poder de Suway y, con sincera veneración,
dejó a un lado a su dios Wach'i para adorar solo a Suway.
El príncipe Supacha se transformó en el primer gobernante
de Kuska en convertirse al culto de los muertos. Cuando
los sacerdotes vieron la devoción de Supacha por Suway y
notaron que su tierra se fortalecía bajo el poder del dios de
la muerte, se rindieron y prometieron seguir a Supacha y a
los gobernantes de Kuska a partir de entonces.
El príncipe Supacha regresó como un héroe, ansioso por
contarle a Pachacunya lo que había aprendido. Sin embargo,
el príncipe había ocultado un secreto a todo el mundo:
estaba enfermo y la tensión de la batalla había hecho mella
en su cuerpo convaleciente. Supacha sucumbió pronto a
su enfermedad y murió, no sin antes compartir el glorioso
conocimiento del poder de Suway y el mensaje de fuerza
y unidad de los sacerdotes con su hermano. Después de la
muerte de Supacha, Pachacunya fue coronado rey de Kuska.

Por respeto a la sabiduría de su hermano, Pachacunya dejó
de adorar a Wach'i y abrazó el poder de Suway.
El rey Pachacunya pronto se convirtió en el rey más
grande de la tierra, conquistando o convirtiendo a otras
ciudades-estado. Pachacunya mostró al pueblo, unido
bajo su mando, el poder de los muertos. Envió sacerdotes
por todo el reino para enseñar a la gente cómo conec-
tarse con sus antepasados, cómo preservar a los muertos
para que sus espíritus pudieran permanecer en el mundo
mortal y guiar a sus descendientes después de la muerte.
Pachacunya guió de regreso a los antepasados, atados a
sus cuerpos, y creó a los Venerables, una clase conformada
completamente por ancestros regresados cuyos espíritus
habitan en sus descendientes para continuar viviendo.
La era de los Venerables
Los primeros días del nuevo rey parecían pacíficos a
primera vista, pero estuvieron plagados de asesinatos, sacri-
ficios y venganzas sangrientas. El nuevo rey, resplandeciente
bajo el legendario manto de plumas doradas, negoció con
los gobernantes de otras ciudades-estado. Cuando los dele-
gados llegaron para discutir la paz, el rey los introdujo a la
idea de los Venerables Difuntos.
Pronto se crearon los primeros Venerables Difuntos,
nobles y antiguos miembros de la realeza, muertos y
atados en espíritu a sus momias para gobernar después
de la muerte. Muchos creían que este noble deber hacia
los antepasados les daría la oportunidad de convertirse
ellos mismos en Venerables cuando murieran. Sin
embargo, la mayoría aprendió el terrible secreto: una
vez elegido para convertirse en Portavoz, sus vidas ya no
les pertenecían. En apenas un par de años, Pachacunya
aseguró todas las principales ciudades-estado en un
imperio temprano.
Guerra de las Panacas
Durante años, los Venerables y sus descendientes debili-
taron el Imperio poco a poco, clandestinamente, bajo las
narices del Emperador. Si bien el conflicto abierto estaba
prohibido, estas disputas subrepticias y maquinaciones
políticas se volvieron tan generalizadas que se hicieron
conocidas como la Guerra de las Panacas o, más popular-
mente, como la Guerra de los Huesos.
El propio Emperador apenas pudo contener las luchas
internas el tiempo suficiente para gobernar con eficacia
y la gente reconoció esta debilidad. Las comunidades
LA VERDADERA
HISTORIA
La historia del Imperio de Kuraq se transmite
por tradición oral, codificada y aprobada por
la sede imperial. Pero la historia de origen más
conocida es una pieza de propaganda, escrita
para unir a la miríada de tribus detrás de su
Emperatriz y los Venerables Difuntos. De hecho,
la verdadera historia de los kuraq está enlodada
de sangre, destrucción y, sobre todo, traición.
La historia del colapso es turbia pero bien
conocida como un hecho. Y la unión inicial de
las ciudades-estado bajo el rey Yaca Yma, un
intento desesperado de un hombre mortal por
unificarse sin la intromisión de los dioses. Esa
paz destruida puso a las tribus en guerra en el
camino hacia el poderoso Imperio en el que
pronto se convertirían, y allanó el camino para
que los Venerables Difuntos se levantaran.
Cuando Supacha y Pachacunya fueron a la guerra
contra los seguidores de Suway, tenían miedo y
eran superados en número. Supacha quería huir o
rendirse. Cuando Pachacunya se negó, el príncipe
se escapó y los sacerdotes de Suway lo captu-
raron. Supacha convenció a los sacerdotes de
que deseaba convertirse. Había visto lo poderoso
y popular que se había vuelto Pachacunya, y
confesó su temor de que su hermano ilegítimo
pudiera robarle su primogenitura.
Se les ocurrió un plan. Supacha le envió un
mensaje a su hermano diciéndole que había
conseguido negociar la paz. Invitó a Pachacunya
a una fiesta para honrar su victoria. Cuando
Pachacunya llegó, los dos bebieron y hablaron
como hermanos hasta bien entrada la noche.
Complacido por el cambio de opinión de su
hermano, Pachacunya comió y bebió con él
hasta que estuvo casi inconsciente. Antes de
que saliera el sol para recibirlos, Supacha atacó al
ebrio Pachacunya y lo estranguló hasta matarlo.
Una vez que Pachacunya murió, los sacerdotes
de Suway salieron de sus escondites y animaron a
Pachacunya con el espíritu de Supacha. Así nació
el gobierno de Pachacunya-que-era-Supacha.
rurales se agruparon y, cansadas de las agresiones y
transgresiones de los nobles, amenazaron con una guerra
civil. Justo cuando parecía que el Imperio caería en el caos,
una heroína improbable llegó para solidificarlo de una vez
por todas.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 127
 El ascenso de la Emperatriz
Asiri Inkasisa nació en una familia noble que alguna vez
adoró a Kikinpaq. La familia de Asiri había atendido el
santuario del dios durmiente desde antes de que entrara
en su sueño eterno, pero durante la Guerra de los Huesos,
Asiri saltó a la fama al alejarse de las viejas costumbres y
abrazar la adoración a Suway. Después de que su padre
falleciera, Asiri desafió el último deseo de este y entró en su
santuario de la muerte. Emergió con su máscara funeraria,
declarándose su portavoz, la primera mujer en convertirse
en la líder de una casa noble.
Asiri se volvió tremendamente popular, incluso en la corte
real de Kuska, donde los nobles se reunían para asistir al
Emperador. Fue en una de esas reuniones que un traidor
en la casa del Emperador cambió el curso de la historia de
Kuraq y puso de rodillas a la dinastía de Pachacunya.
Yara conoció a Asiri Inkasisa en las sombras de la corte,
durante el festival de la cosecha de Kuska. Yara era la
bisnieta ilegítima del verdadero Pachacunya. Las dos se
convirtieron en amantes, y Yara le reveló a Asiri que la
verdadera identidad del Emperador era Supacha.
Después de este descubrimiento, Asiri congregó a la
gente en rebelión abierta. Una fuerza liderada por Asiri
irrumpió en las panacas monolíticas de Kuska y arrastró
al Emperador para bajarlo de su trono, matándolo en los
escalones de la pirámide. Sin un líder, la gente se volvió
hacia Asiri, quien se puso el manto de plumas doradas y se
convirtió en la primera Emperatriz del Imperio de Kuraq.
La nueva Emperatriz prometió a su gente que la época de
inestabilidad había terminado.
La Emperatriz
Durante las siguientes dos décadas, la Emperatriz dirigió
el reino a través de reformas progresivas que llevaron a
un crecimiento estable y próspero para toda la gente del
imperio. Dividió la tierra en territorios, asignó a cada
dinastía noble las áreas que gobernarían para mantenerlos
alejados entre sí y requirió que cada dinastía enviara emisa-
rios para servir en el Consejo de los Dieciséis como asesores
de la sede imperial.
También creó a los Tokoyriq, una fuerza de guardias
personales y policía secreta, entrenados para mantener la
paz y servir su voluntad. Estos guardias pronto se conver-
tirían en el rostro del poder de la Emperatriz en toda
la nación.
128 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
La llegada de los théanos
Después de una angustiosa travesía por el mar de la
Serpiente, el explorador castellano Franco González llegó
a la costa este del Imperio de Kuraq. Muchos sacerdotes
aclamaron a González como el regreso de Kikinpaq y
lo instalaron en las grandes panacas de los acantilados
sobre Takana.
La Emperatriz se enteró pronto del supuesto regreso de
Kikinpaq, el dios que adoraba en su infancia. Curiosa, la
Emperatriz envió a buscar a González para que se presen-
tara ante ella en las panacas reales de Kuska. Sin embargo,
cuando el explorador castellano llegó, la Emperatriz supo
que no era un dios y tramó un complot para utilizar al
farsante para sus propios fines.
La Emperatriz dejó que González mantuviera su farsa y
pretendiera ser un dios frente al resto de Kuraq, mientras
ella se tomaba el tiempo que tenían en privado para sonsa-
carle al castellano información sobre Théah.
La llegada de González no había pasado desapercibida. El
propio Apocōātl se despertó de su largo sueño y, enfurecido
por la llegada del intruso y sus mentiras, derribó la flota de
González frente a la costa. Solo el barco de González y otro
sobrevivieron al ataque. González huyó de regreso a Théah,
jurando volver y vengarse.
Las cien muertes
González regresó a Kuraq cinco años después, al final del
vigésimo año del reinado de la Emperatriz. Trajo consigo
una pequeña flota y desembarcó en Takana, donde prendió
fuego a la ciudad y masacró a la población. Cualquier
momia que descubría, la incendiaba, destruyendo a decenas
de Venerables y matando a miles. Entonces, la Emperatriz
pidió a los sacerdotes de Suway que hicieran retroceder a
los enemigos de Kuraq de una vez por todas.
Yara y su hermana Alqacha vieron con horror cómo la
Emperatriz masacraba a su familia y se suicidaba para usar
el poder de cien sacrificios con el fin de convertirse en una
poderosa Venerable. Los sacerdotes ataron el espíritu de
Asiri a su cadáver fresco, que se elevó con el poder de los
sacrificios. Ahora no muerta y funcionalmente inmortal,
usó el poder restante contra los invasores théanos. La
Emperatriz los aniquiló con su magia de muerte.
A partir de ese día, la gente de Kuraq ensalzó a la
Emperatriz como una guerrera sabia, una Venerable pode-
rosa y una defensora del Imperio. Bajo su mando, se sentían
seguros. Bajo su protección, harían poderoso a Kuraq.
Kuraq moderno
Con la amenaza théana frustrada, la ahora inmortal
Emperatriz volvió a la tarea de gobernar su creciente
Imperio. Segura en su cuerpo de no muerta, la Emperatriz
podría permanecer despierta más tiempo, trabajando
desde sus habitaciones en lo alto de las panacas reales
para unificar el reino y hacer frente a los desafíos que se
le presentaran. La Emperatriz comenzó lo que se conoció
como su Reinado Renovado al instituir reformas para
ayudar a Kuraq a ser más próspero y pacífico.
Codificó las leyes de la tierra, estandarizó lo que se
consideraba comercio equitativo y amplió aún más las
carreteras y los sistemas de riego. Incluso amplió el estudio
y la creación de arte en todo el Imperio, fomentando el
patrocinio de las casas nobles en todos los territorios.
Sobre todo, dirigió su atención hacia el futuro y comenzó
un reinado de cien años que dura hasta el día de hoy. Y
si ordena un sacrificio ocasional para mantener su poder,
¿quién podría quejarse?
Hoy, el Imperio es estable. Solo queda una última
amenaza para el creciente poder del Imperio de Kuraq.
La Caza de Dioses y la
rebelión contra los muertos
Los dioses de los Kuraq fueron una vez la fuerza más
poderosa de la tierra. Desde las ciudades-estado de las
que se declararon protectores, los dioses caminaron por
el reino junto a sus seguidores, involucrados en su vida
cotidiana. Pero con el ascenso de Suway, los otros dioses
cayeron en el camino, perdiendo seguidores y poder. Aún
así, los dioses no estaban dispuestos a ceder su lugar como
guardianes de la tierra. Es decir, hasta que los sacerdotes
de Suway tomaron medidas para acabar con ellos de una
vez por todas.
Nadie está seguro de cuándo comenzó la caza de dioses
o de quién fue la idea. El propio Suway no había sido
visto en público durante generaciones, aunque circularon
rumores de que había elegido a la Emperatriz como su
consorte y la visitaba una vez al año. Los sacerdotes de
Suway nombraron a la Emperatriz la novia de su dios y la
adoración de Suway se vinculó intrínsecamente a la lealtad.
Fue necesario solo un pequeño salto para llegar a la conclu-
sión de que, para que Suway tuviera el poder supremo, los
otros dioses debían ser destruidos. Así que los sacerdotes
desataron a sus guerreros clandestinos, los Awqaylli, para
cazar a los dioses y traerlos de vuelta con intención de
encarcelarlos y destruirlos.
Ahora, los antiguos dioses de los kuraq están huyendo.
Aquellos a los que capturan los aprisionan en fortalezas en
las profundidades de la selva. Muchos presumen que los
sacerdotes están matando a los dioses y que usan su poder
para Wañuy Ñaqay (magia de la muerte). Una vez que un
dios desaparece, sus bendiciones disminuyen, dejando a
sus confundidos seguidores sin más remedio que abrazar
a Suway en busca de protección.
La población en general no tiene ni idea sobre la caza de
dioses, ni cómo las muertes de los dioses alimentan a Suway.
Pero, después de años de caza, solo un puñado de dioses
quedan libres. La máquina de propaganda de la Emperatriz
le dice a la gente que tienen suerte de deshacerse de los dioses
divisivos y volátiles. Sin embargo, los dioses no se han rendido
con la gente y, bajo la apariencia tranquila del próspero Kuraq,
se está fomentando una revolución en las sombras.
La revolución subterránea
El Imperio de Kuraq es un lugar de libertades restringidas.
Bajo el control de los Venerables, la vida de cada descen-
diente de una dinastía está controlada y planificada por
su antepasado no muerto. Los Venerables deciden qué
hacen sus descendientes para ganarse la vida, con quién
se casan y toman todas las demás decisiones importantes
para la familia. Si bien muchos ven esta pérdida de libertad
personal como un pequeño precio a pagar por la estabilidad,
otros se irritan con el gobierno y extrañan los días de los
dioses antiguos y su protección.
Los dioses se acercan a esta gente. Los nueve dioses supervi-
vientes se aproximan disfrazados a los mortales y les ofrecen
su bendición si se oponen a la Emperatriz y su gobierno. Se
ha formado una resistencia bajo el cuidadoso apoyo de los
dioses, una guerrilla clandestina llamada Pakaykuq cuyo
objetivo es liberar al Imperio de las garras de hierro de los
muertos. Su lema es simple: la vida es para los vivos.
Los dioses y los Pakaykuq deben tener cuidado. La popu-
laridad del gobierno de la Emperatriz y su poderoso control
sobre todos los aspectos de la infraestructura del imperio
dificultan que los dioses permanezcan ocultos. Los dioses
y sus seguidores se han ido a las montañas en los últimos
años, lugares que en gran medida son considerados sacros
por toda la gente de Kuraq. Allí se esconden en antiguos
sitios sagrados y planean sus intrigas contra el trono.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 129
 Política
Donde una vez los dioses vagaron libremente por una tierra
rebosante de promesas de libertad, ahora solo hay fuerza
a través de la conformidad con el camino kuraq. Mientras
aquellos dentro del sistema pueden encontrar la vida
cómoda, aunque sofocante, los que eligen rebelarse contra
el status quo descubrirán que los ojos de los Venerables, y
los muertos, están por todas partes.
Ideales del imperio
Un Kuraq, un Imperio. Esta idea es la piedra angular de
la creencia kuraq, la noción de una nación que trabaja en
conjunto hacia la meta de un futuro próspero y unido. Los
padres les enseñan a sus hijos sobre los tiempos antiguos,
cuando el libre albedrío conducía a riñas y caos entre las
tribus y las ciudades-estado. Fue solo después de la unifi-
cación que el poder se consolidó detrás del trono.
Con la sociedad guiada por la sabiduría eterna de los
Venerables, Kuraq construye hacia un mañana más fuerte.
Una vez que Kuraq esté lo suficientemente preparado y sea
lo suficientemente poderoso, se expandirá más allá de sus
fronteras a través de la diplomacia, la anexión, la intriga o
la acción militar y llevará su visión de la paz a través de la
unidad de propósito al resto de Aztlán.
La unidad tiene un precio. Kuraq ha vivido un período
de paz sin precedentes, con una mejor calidad de vida e
innovación en todo el reino, aunque se han hecho sacrifi-
cios para lograr este crecimiento. La gente ha aceptado una
jerarquía estricta, desde los campesinos más bajos en sus
granjas, hasta los Venerables que gobiernan cada hogar y
las familias nobles que sirven al trono real.
Por encima de todo se encuentra la Emperatriz, líder
suprema de Kuraq. Sus edictos son ley tanto por su derecho
respaldado por los dioses como por la fuerza de su gobierno.
Ningún noble es lo suficientemente fuerte como para desa-
fiarla, ni nadie está dispuesto a intentarlo abiertamente. En
cambio, la nobleza compite por el poder entre ellos mientras
sirven como asesores y líderes militares de la Emperatriz.
Muchos de estos nobles ya no están vivos. Los Venerables
dirigen desde sus momias, atados dentro de sus Portavoces
para gobernar desde el otro lado. Junto con los devotos
de Suway, imaginan un mundo en el que los muertos y
los vivos coexisten, donde la muerte ya no es el final sino
simplemente un paso hacia la vida eterna. Y este regalo
debe extenderse a todo el mundo para que los muertos sean
verdaderamente libres. Kuraq es un imperio gobernado por
los muertos y, pronto, el resto del mundo también lo estará.
130 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
Los Venerables
Desde el momento en que los Venerables se alzaron por
primera vez durante la época de Supacha, Kuraq ganó
un poderoso activo al mantener el contacto directo con
sus ancestros. Mientras antes los gobernantes poderosos
o pensadores sabios morían, la capacidad de regresar
como Venerables les permitió permanecer, y sus fami-
lias y el Imperio en general se beneficiaron de sus años
de experiencia.
Solo los mejores y más brillantes son elegidos para conver-
tirse en Venerables. Por lo tanto, cada kuraq se esfuerza por
ganarse tal honor por medio de alcanzar su máximo poten-
cial durante su vida. Los Venerables ancestros evalúan a los
niños a una edad temprana para determinar sus talentos y
habilidades, y luego se les asigna una profesión para entre-
narse en ella y utilizar mejor esos recursos.
La decisión final de quién se convierte en Venerable o
Portavoz recae en el Venerable gobernante de la casa, y
el resto de los antepasados no muertos intentan influir
en la decisión. El politiqueo dentro de las familias es tan
común como la lucha de los vivos para asegurarse un lugar
para ellos mismos o un ser querido entre las filas de los
no muertos. Si hay múltiples candidatos mortales, las
luchas internas entre la familia son comunes. El soborno,
el sabotaje e incluso la violencia son frecuentes, y en algunas
familias se fomenta esa crueldad.
Esta dedicación a convertirse en el mejor ha hecho de
Kuraq una sociedad que avanza rápidamente en términos
de tecnología, descubrimientos científicos, arte y magia.
Camina por la calle en el Imperio y verás claramente que
las ciudades de Kuraq prosperan con determinación e
intensidad debido a esta racha competitiva. Los mortales
verdaderamente ambiciosos trabajan duro para demostrar
que merecen ser consagrados junto a los Venerables, y sus
contribuciones a Kuraq han llevado al país a un ritmo verti-
ginoso de descubrimiento e innovación. Los Venerables
prestan su sabiduría para continuar sus estudios más allá
de sus propias vidas.
En la vida cotidiana, los ciudadanos de Kuraq trabajan
y viven junto a los Portavoces de los Venerables, sirvién-
doles y prestándoles deferencia, así como protegiendo las
momias que albergan los espíritus de los Venerables. Los
Venerables son reverenciados como más avanzados en
virtud de años de experiencia, y un Portavoz que lleva
la máscara funeraria de su antepasado recibe el mayor
respeto de toda la sociedad. Los Portavoces pueden ser
reconocidos por las máscaras funerarias que los conectan
con su antepasado, una marca que les otorga la sabiduría
de los tiempos y los distingue de todos los mortales que
los rodean.
Es debido a esta supremacía percibida que los Venerables
controlan casi todos los niveles de la sociedad, desde las
estructuras políticas hasta las líneas familiares individuales.
Los Venerables gobiernan sus líneas familiares como
patriarcas y matriarcas, manteniendo el poder sobre sus
descendientes durante cientos de años. No es inusual que
una familia tenga varios Venerables, cada uno compitiendo
por el control durante décadas o incluso siglos.
Lo que está en juego es el futuro de toda su familia mortal.
Cualquiera que busque obtener ayuda de un mortal en
Kuraq también debe asegurarse de obtener la aprobación
del Venerable líder de la familia, ya que los mortales rara
vez hacen un movimiento sin la aprobación de sus no
muertos. Los muertos vivientes de la familia organizan
todos los matrimonios e incluso deciden cuántos hijos
pueden tener las parejas, uniendo descendientes para
conectar líneas familiares y asegurar la paz.
La dificultad en la estructura social de Kuraq radica
en lo que le da al Imperio su poder. Dado que los indivi-
duos pueden mantener su autoridad incluso después de
la muerte, rara vez hay un movimiento ascendente en la
política, los negocios o el control de los linajes familiares.
A medida que más Venerables se crean, los no muertos
más jóvenes compiten contra sus mayores para ganar algo
para ellos. Si bien las luchas internas y las peleas en público
están mal vistas, la Emperatriz alienta en secreto tales
conflictos para mantener a los Venerables luchando entre
sí en lugar de competir por el trono imperial.
La Emperatriz
y el mundo exterior
Con los nobles concentrados unos en otros, la Emperatriz
ha vuelto su atención a la siguiente tarea importante de
su reinado: la expansión. Inicialmente, la Emperatriz
consideró anexar territorios al norte. Pero los reinos de la
Alianza Nahuacana y Tzak K'an tienen poderosas fuerzas
militares, y la Emperatriz ha decidido que el poder político
de Kuraq podría ser mejor empleado si girara hacia afuera,
a través de los océanos y más allá, hacia la gran Terra.
La Emperatriz se ha tomado su tiempo para recopilar
información sobre el mundo exterior desde la destrucción
de González, enviando a sus espías para escuchar si alguien
llega a Kuraq desde otras partes del mundo. Si llega alguno
de esos visitantes, la Emperatriz lo recoge para interrogarlo
sobre el mundo exterior, extrayendo metódicamente la
información que necesita.
Después de cien años, está satisfecha de que comprende lo
suficiente como para involucrarse en las complejidades polí-
ticas y económicas de lugares como Théah y más allá, todo
al servicio de su plan final: la eventual toma de posesión
de esas tierras desde dentro por los Venerables Difuntos.
Con ese fin, la Emperatriz ordenó que Takana, la ciudad
portuaria destruida por González, se reconstruyera y se
preparara como puerto para recibir a los forasteros, un
proyecto que ha requerido treinta años de trabajo continuo.
La Emperatriz deseaba que la ciudad fuera la más hermosa
e impresionante para recibir a los extranjeros en su tierra,
y ha continuado construyendo perpetuamente, siempre
agregando algo nuevo.
Aunque la mayoría de los kuraq considera la ciudad
terriblemente embrujada y de mal agüero, el atractivo del
trabajo ha llevado a muchos a la ciudad recién construida
mientras Kuraq se prepara para recibir a los forasteros por
primera vez. Pero, como cualquier otra cosa en el Imperio
de Kuraq, los visitantes y sus ideas serán tolerados solo
dentro del marco de las creencias y la vida de Kuraq.
Después de todo, ya no están en Théah.
Parece que el plan de expansión de la Emperatriz ha
tenido un gran comienzo. Aún así, hay algunas dificultades.
En sus cien años de atrapar forasteros, la Emperatriz se
dio cuenta de que la mayor amenaza para la cooperación
y la infiltración del mundo exterior son los protectores de
Aztlán, específicamente, la Serpiente Emplumada, Apocōātl.
Aunque el dios antiguo no detiene a todos los visitantes de
sus costas, los dioses a menudo atacan a los que ven como
amenazas. Por cada forastero que encontró la Emperatriz,
más destruyó Apocōātl antes de que ella pudiera enterarse
de lo que estos sabían.
Para evitar su intrusión, la Emperatriz y el dios Suway
han trabajado juntos para disminuir el poder de los dioses
dentro de Kuraq. La Emperatriz convenció a Suway de que
su alcance se ampliará si se permite que el Imperio expanda
su alcance hasta Théah. Aún así, incluso la Emperatriz no
muerta y el dios de la muerte saben que no deben enojar
al gran Apocōātl, por lo que la expansión de Kuraq ha ido
lentamente, con la esperanza de mantener apaciguada a
la Serpiente Emplumada o, al menos, inconsciente de
sus planes.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 131

La Resistencia: Los Pakaykuq
El movimiento de resistencia llamado Pakaykuq es la luz en
el mundo cada vez más oscuro del Imperio de Kuraq. Los
Pakaykuq son ciudadanos kuraq que han mantenido viva la
creencia en los dioses antiguos y evitan el apoyo de Suway
y los Venerables Difuntos. Con escondites en las montañas
sagradas de todo el reino, los Pakaykuq caminan al lado de
los dioses que veneran, bendecidos de alguna manera con
una parte de su poder para librar su guerra de guerrillas
contra la clase dirigente.
Reclutamiento
Para formar parte de los Pakaykuq, primero debes creer
en las costumbres antiguas. Los miembros provienen de
todos los ámbitos de la vida, aunque son pocos los nacidos
en familias nobles que desean dejar la vida rigurosa pero
opulenta de los ricos. Aun así, cualquiera que se irrite bajo
el control supremo de sus vidas por parte del Imperio
y los muertos podría encontrar una alternativa en los
viejos dioses. Estos buscadores descontentos encuentran
la manera de llegar al subsuelo, o sus acciones llaman la
atención de un seguidor de los dioses que los lleva al redil.
El posible miembro de este grupo clandestino es probado
y nuevamente probado, hasta que los miembros locales de
los Pakaykuq creen que el nuevo recluta es sincero. Solo
entonces lo llevan a los templos ocultos de los dioses,
ubicados en lugares apartados para proteger a los dioses y
sus adoradores de la Tokoyriq.
Entre ciudades en ruinas, antiguas cuevas de montaña,
alcantarillas y templos cubiertos de maleza, los nuevos
reclutas se encuentran con su dios y juran una promesa de
sangre para combatir la propagación de los sacerdotes de
Suway y los Venerables por todo el Imperio. Su dios luego
los bendice con una ficha, un regalo o un poco de fuerza
que los distingue de los demás. Son tocados por los dioses,
en una misión sagrada para salvar su reino. Hay pocos tan
fanáticos y tan dedicados a la libertad de todos los kuraq
como los miembros de esta orden.
Organización
Los Pakaykuq operan en una estructura celular, organi-
zados libremente por temor a que un grupo revele toda la
estructura bajo tortura. La organización emplea sacerdotes
rebeldes de Suway, que se han vuelto contra el dios de la
muerte, para protegerse de los espías muertos del otro lado
mientras realizan ataques de golpe y fuga contra el Imperio.
El deber sagrado de todos los Pakaykuq es mantener a
132 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
POLÍTICA DE
LOS DIOSES
El mayor obstáculo para los planes de expansión
de la Emperatriz, así como para la estabilidad
de su imperio, son los viejos dioses de Aztlán. A
pesar de haber sido desplazados de sus lugares de
poder y despojados de sus seguidores, los dioses
se han negado obstinadamente a ser silenciados o
destruidos. Ahora perseguidos por los sacerdotes
de Suway y sus guerreros, los dioses han pasado a
la clandestinidad para oponerse a la Emperatriz y
al gobierno de los Venerables Difuntos. Los dioses
se han unido a los Pakaykuq, rebeldes que se
oponen al control de la Emperatriz sobre el reino.
Otorgan todos los dones que pueden a los lucha-
dores por la libertad, todo mientras se mantienen
un paso por delante de la Caza de Dioses.
Las figuras más grandes de la resistencia son
Wach'i, el dios del sol, y Ninaq'ara, el padre de los
dioses. Wach'i fue alguna vez el más poderoso, el
dios protector de Pachacunya y principal rival de
Suway. Cuando cayó Pachacunya, Wach'i reunió
a sus seguidores, héroes que podrían resistir a
los Venerables Difuntos y mantener vivas las
viejas costumbres. Ninaq'ara se transformó en un
anciano para guiar a la gente desde la tierra. Y así
nacieron los Pakaykuq.
No todos los dioses pueden aportar con su
lucha contra la institución, ya que su poder ha
disminuido a lo largo de los siglos. Algunos,
como la diosa de la cosecha Saramama, solo
buscan mantenerse con vida y ayudar a los
agricultores de la tierra a prosperar. Otros, como
la cambiaformas Urkillay, viajan escondidos para
inspirar revueltas y cambios entre la gente. Otros
trabajan por su cuenta, utilizando a sus segui-
dores para manipular, maniobrar y subvertir justo
debajo de las narices de la Emperatriz.
los dioses mismos protegidos contra la Caza de Dioses.
Estos asesinos enviados por los muertos son los enemigos
mortales de los Pakaykuq, y sus batallas en todo el Imperio
son tan solo leyendas susurradas.
Por ahora, el único poder político que ejercen los
Pakaykuq es el de una revolución oculta, golpeando desde
las sombras. Sin embargo, a medida que la Emperatriz
afirma su control sobre el imperio y las casas nobles juegan
con las vidas de sus descendientes, los disidentes que no
están de acuerdo con la dirección del Imperio comienzan
a dirigir secretamente su ayuda a la revolución. De hecho,
dos de los mayores activos de los Pakaykuq fueron criados
en la propia corte de la Emperatriz: su nieta, la Princesa
Miyatala, adoradora del dios Wach'i, y Tolanaq, el último
descendiente superviviente del propio Pachacunya. Si
alguno de estos poderosos líderes reúne a familias nobles
que se opongan a la Emperatriz a su lado, podría desenca-
denarse una guerra civil que incendiaría el Imperio.
El líder del propio Pakaykuq es una figura misteriosa
llamada Ninaq'ara. Ninaq'ara es un anciano astuto que
vino de las comunidades rurales para levantar a la gente
contra el Imperio. Se mantiene en movimiento, siempre en
contacto con el dios Wach'i en sus viajes. El propio Wach'i
es el más heroico de los dioses, liderando desde el frente,
proporcionando al Imperio un objetivo en movimiento que
no pueden evitar perseguir.
Desafíos de la revolución
Wach'i y Ninaq'ara, así como las células de los Pakaykuq,
saben que tendrán que salir de las sombras y liderar una
verdadera revolución. Pero contra los poderes en constante
expansión del dios de la muerte y su Emperatriz, no hay
garantía de éxito, y con todo el imperio en juego, nadie está
dispuesto a arriesgarse a la derrota. No cuando el alma y el
futuro de Kuraq están en peligro.
Los Pakaykuq también se enfrentan a un problema de
desorganización. Cada célula de los Pakaykuq está tan
separada que la comunicación es difícil. Las células se
envían mensajes de contrabando entre sí a través de los
tejidos en patrones rojos, amarillos y dorados dedicados a
Wach'i, o bien a través de corredores que se han alejado de
la causa de la Emperatriz. Aún así, los mensajes se pierden
y, a menudo, cada célula debe depender de sí misma para
mantener las operaciones.
Además, los miembros de la resistencia están compuestos
de seguidores de muchos dioses de múltiples clases de la
sociedad kuraq, lo que hace que el conflicto sea inevitable.
Peor aún, los Pakaykuq pasan gran parte de su tiempo
protegiendo a los dioses de la Caza de Dioses en lugar de
actuar externamente contra la clase dirigente. Con ese fin,
los líderes de varias células se han acercado a Ninaq'ara
para que considere la posibilidad de solicitar la ayuda de
forasteros, como los nahuacanos y los tzak k'anos, por no
mencionar a varias organizaciones y países théanos. Hasta
ahora, Ninaq'ara se ha mostrado inflexible en contra de tal
participación, pero, a medida que sus números luchan por
hacer mella en el Imperio, la idea ha ganado popularidad.
Sin embargo, dado que los forasteros todavía son en su mayoría
considerados anatemas dentro de las tierras que componen
Aztlán, los Pakaykuq permanecen, en gran parte, solos.
Cultura
«La historia de un pueblo es la columna vertebral de su
presente, una verdad pura que resuena a través de los
siglos. Al estudiar la cultura de nuestro gran imperio, uno
se da cuenta de que nuestra historia sentó las bases, ladrillo
a ladrillo, del mundo en el que vivimos hoy. Comprende
esa historia y verás tu lugar en ella, tu camino hacia la
grandeza. Porque nuestra cultura construye los muros
que nos hacen fuertes, aquí y en la próxima vida».
—Recitación del topógrafo Titu Thonapa,
erudito residente de P'alqacamba
Geografía del Imperio
El Imperio de Kuraq se encuentra en el extremo sur de lo
que una vez fue el gran Imperio de Aztlán, separado de
sus vecinos del norte por una pequeña franja de tierra y las
grandes masas de agua que se encuentran a ambos lados.
Aunque la tierra en sí es vasta y cultivable, destinada a la
agricultura y la cría de grandes rebaños de ganado resistente,
la geografía está salpicada de extensas cadenas montañosas
que se elevan hasta las nubes. Estas montañas sirven como
barreras naturales entre las poblaciones y una vez impi-
dieron que la gente de la región se uniera.
Después de la unificación bajo el primer emperador
Pachacunya, la corte imperial se dedicó a crear una
infraestructura que pudiera unir los núcleos de población
distantes. Su primera gran innovación fue un sistema de
mensajeros llamados corredores. Aclamados como héroes
de los kuraq, estos resistentes corredores atravesaron por
primera vez el paisaje salvaje antes de que se crearan las
carreteras, llevando suministros, mensajes e historias de
una comunidad a otra. Sirvieron como voces en la oscu-
ridad, puentes entre las culturas tribales aún dispares.
Detrás de ellos vino un complejo sistema de carreteras
que conectaba los lejanos territorios del Imperio entre sí
y con la capital de Kuska. Estos caminos permitieron a
los comerciantes, mercaderes, artesanos y, por supuesto, a
los sacerdotes de Suway viajar a través del Imperio, cons-
truyendo juntos una cultura común en nombre de un
Imperio unificado.
Trajeron consigo un conjunto central de leyes, establecidas
por la sede imperial, así como estándares comerciales, por
ejemplo, leyes de comercio justo y la gestión de importa-
ciones y exportaciones desde todas las regiones. Un sistema
de diezmos pagó por las extensiones de agua y la gestión de
desechos en las ciudades, y por la irrigación en áreas rurales,
con viajes por agua que permitían el envío de mercancías a
7º MAR EL NUEVO MUNDO 133
 lo largo de costas y ríos. Una vez que la Emperatriz tomó
el control, las carreteras fueron aún más protegidas por el
poder de su policía militar, los Tokoyriq. Los corredores se
expandieron, nombrados como los guardianes más honrados
y venerados de la carretera. Estos guerreros bien entrenados
se convirtieron en héroes y en un sistema de mensajes consa-
grado. Dañar a un corredor se castiga con la muerte.
Considerando la inmensidad de la tierra, el reino se
dividió en cuatro cuartos, llamados suyus, con el propósito
de gobernar. La capital, Kuska, se encuentra en el centro de
los cuatro cuartos. Desde su alta pirámide sobre la ciudad,
la Emperatriz puede ver su reino desplegado ante sus ojos
en todas direcciones, cada suyu y todos los que habitan en
su interior.
Al noroeste está Apuchsuyu, lugar de nacimiento de
la Emperatriz y próspero hogar de núcleos comerciales
como Aqo Allpa y la ciudad selvática de P'alqacamba. En
el noreste se encuentra Antasuyu, gobernada por nobles
en varias ciudades, como la ciudad del placer de Kapuli
y Patanatambo, antiguo hogar de la dinastía perdida de
Pachacunya. K'uychisuyu se encuentra al suroeste y sirve
como proveedor principal de alimentos cultivados en el país.
También se ha convertido en la sede de la rebelión contra la
Emperatriz, liderada por los viejos dioses en ciudades como
la antigua Manqo Pacha. Por último, al sureste está el suyu de
Manchansuyu, hogar de una multitud de montañas sagradas,
así como de Takana, una ciudad recientemente reconstruida.
Aunque cada uno de los suyus es diferente, la vida en el
Imperio se divide en gran medida en tres tipos regionales:
las ciudades y sus panacas, las aldeas y tierras rurales, y las
áreas salvajes entre medias.
La vida en ciudades y panacas
Aunque unidas por la cultura común del Imperio, todas las
ciudades han conservado algunos de los estilos antiguos y
marcas culturales de las tribus que alguna vez las llamaron
hogar. Sin embargo, varias similitudes se extendieron por
todo el Imperio, incluidas las estructuras básicas. En la
antigüedad, la gente creía que cuanto más cerca uno vivía
del cielo, más cerca estaría de los dioses.
Por lo tanto, la mayoría de las ciudades están construidas
en niveles, con las poblaciones más pobres viviendo en
el anillo más bajo, mientras que el punto más alto de la
tierra está reservado para la nobleza y sus familias. Los
más pobres de la población viven en edificios de piedra
construidos en las laderas fuera de la ciudad propiamente
134 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
dicha. Las calles están empedradas, con paredes fregadas
y teñidas con tinte de colores, pintadas con bordes de
patrones geométricos e incluso murales en las áreas más
ricas de la ciudad.
La vida en la ciudad suele ser acelerada, ruidosa e intensa.
Se fomenta el libre comercio y se ofrece un negocio diná-
mico, regulado únicamente por los estándares comerciales
establecidos por la sede imperial. Los mercados al aire libre
son una ráfaga de color y ruido, con artesanos, comerciantes,
mercaderes y obreros compartiendo las calles y luchando por
los mejores lugares para exhibir sus productos en función
de su popularidad y riqueza. Los Tokoyriq, que patrullan en
unidades, mantienen seguras las calles. Todos los ciudadanos
del Imperio viajan codo con codo a pesar de su rango en
la ciudad, disfrutando de actividades de ocio como eventos
deportivos, festivales y acceso a los templos y jardines
públicos en terrazas del Imperio. Solo los Venerables exigen
una reverencia, y la población añade una deferencia especial
cuando pasa un Portavoz con una máscara funeraria dorada.
Los complejos nobles, llamados panacas, se encuentran
a mayor altura y actúan como puntos centrales de toda la
ciudad. Los caminos de la ciudad conducen a las panacas y
la gente viaja todos los días para llevar noticias, negocios y
visitas hasta las puertas y patios de los nobles. Aquellos lo
suficientemente ricos viven fuera de los muros de las panacas,
al norte de los grandes mercados al aire libre que operan
como el punto central de negocios. Los artesanos trabajan
cerca, mientras que los de los oficios más sucios viven en el
nivel más bajo de la ciudad junto a las murallas. Cada ciudad
tiene un templo a Suway, que ocupa un lugar de prestigio
más cercano a las panacas, a la vista de toda la ciudad.
Una ciudad puede tener múltiples panacas, con el complejo
de la familia noble más poderosa en el punto más alto de
elevación. Las panacas en sí están demarcadas primero por
un simple muro que los separa de los plebeyos del exterior.
Desde allí, un patio expansivo crea un espacio donde los
visitantes pueden entrar y hacer negocios con los habitantes
del hogar. El patio también permite a los visitantes contem-
plar con asombro la huaca central, una poderosa pirámide
construida para imitar la forma de las montañas sagradas.
Las pirámides están construidas en las colinas mismas
con cámaras excavadas profundamente en la roca. Grandes
escaleras conducen por el lado de la pirámide a terrazas
artificiales llenas de jardines exuberantes, empalizadas para
caminar y porches al aire libre que ofrecen vistas gloriosas
a los nobles que habitan en su interior. Los miembros más
poderosos de la familia viven en los apartamentos más altos
en la parte superior de las panacas, justo debajo de la huaca,
con todos los guardias, sirvientes e invitados que ocupan los
pisos inferiores según su rango y años de servicio.
En las profundidades de todas las panacas se encuentra
la cripta de la casa, una serie de bóvedas bien protegidas
custodiadas por los sacerdotes de Suway y sus guerreros
Awqaylli. Enterrados allí están los cadáveres momificados
de los Venerables Difuntos de la casa. Nadie puede entrar
a menos que lo permita expresamente la familia noble y los
mismos Venerables, bajo pena de muerte.

Tierras rurales
Fuera de las ciudades, muchos agricultores, pastores y comer-
ciantes se asentaron en el campo y se esforzaron para cultivar
la tierra. En millas alrededor de cada ciudad, las comuni-
dades rurales actúan como satélites de los centros de pobla-
ción más grandes, operando bajo la protección de la nobleza
local, pero independientes en gran medida. Estas comuni-
dades rurales trabajan juntas diligentemente para producir en
abundancia, trabajando mano a mano con las comunidades
que cortan madera, minan o fabrican embarcaciones para el
imperio. Estas tierras son el corazón de la creación en el reino
y sin ellas toda la población pasaría hambre.
La vida en estas sociedades rurales está mucho menos
centralizada y requiere mucha autogestión. Cada comunidad
opera mayormente por su propia cuenta, con un Chuki
(hombre estimado) o una Palla (mujer respetada) local que
actúa como líder de la población. Un consejo formado por
un representante de cada casa le asesora en cualquier asunto
público y, a su vez, cada familia gobierna su propia casa. Si
un área es lo suficientemente grande, un representante de la
nobleza, llamado Takiy, traducido como cantor, actúa como
coordinador entre los Chuki y Palla del área y la nobleza.
Los Takiy responden al noble local, proporcionando diezmos
a los nobles de su ciudad en tributo para ser entregados a
la Emperatriz en el capitolio. En caso de que el diezmo sea
insuficiente, corresponde a las comunidades compensar la
diferencia, ya que el diezmo paga el mantenimiento de las
infraestructuras como carreteras, corredores, y los soldados
Tokoyriq que los mantienen a salvo.
La seguridad en estas regiones rurales es imperativa, ya que
más allá de las tierras de cultivo, los huertos y los pastos se
encuentra la selva, donde animales, bandidos, revolucionarios
y monstruos se aprovechan de cualquiera que se cruce en su
camino. Las selvas son lugares oscuros de peligros antiguos,

7º MAR EL NUEVO MUNDO 135

 donde profundas cuevas excavadas en la tierra conducen a
aberturas al Inframundo. Estas selvas indómitas son el hogar
de salvajes monstruos muertos y no muertos que hace mucho
tiempo perdieron la cordura y la razón.
Estos cadáveres en descomposición salen de sus tumbas
perturbadas para destrozar cualquier presa que puedan y darse
un festín con sus cuerpos con un hambre que lo consume todo.
Las milicias locales son habituales, y las comunidades se unen
para enfrentar crisis que varían desde malas cosechas hasta
incursiones de bandidos. Si los peligros para la comunidad se
vuelven demasiado graves, los Takiy pueden solicitar ayuda a
los nobles locales. A menudo se envían fuerzas de Tokoyriq
para ayudar, y su respuesta es rápida, eficiente y letal.
Los lugares salvajes entre medias
Fuera de las áreas rurales del Imperio se encuentran los
rincones más oscuros del reino, tierras aún salvajes e indo-
madas por las manos del Imperio en constante expansión.
Muchas de estas regiones se encuentran demasiado lejos del
extenso sistema de carreteras o permanecen bloqueadas por
fronteras geográficas. Las grandes selvas al pie de algunas
de las grandes montañas son este tipo de lugares, cubiertos
de maleza y llenos de peligros. La mayoría puede viajar
alrededor de estas áreas, pero abundan los rumores sobre
tesoros escondidos perdidos hace mucho tiempo dentro de
las zonas verdes —reliquias de épocas pasadas—. Aquí se
encuentran enterradas ciudades perdidas del Aztlán caído,
así como templos a los dioses, abandonados durante mucho
tiempo a merced de la maleza. Solamente los exploradores
más robustos buscan estos lugares, ansiosos por encontrar
lo que esconden. La mayoría nunca regresa.
El más prominente de los lugares salvajes son las
montañas sagradas de Kuraq, reconocidas por todos
como la columna vertebral de la tierra. Alguna vez la gente
acudió a las montañas como centros espirituales, lugares
para conectarse con el gran cielo y los dioses. A pesar de
que el Imperio dejó de adorar a la mayoría de los dioses,
las laderas de las montañas y los picos altos se consideran
enclaves de gran consuelo y contemplación espiritual,
donde las personas pueden comunicarse con ellos mismos
y con sus antepasados para encontrar la paz o la inspiración.
Esta idea ha sido fundamental para toda la gente kuraq y
es inviolable. No se permite la violencia en las montañas
salvajes, sin importar el conflicto, y todos reconocen las
montañas como lugares de paso seguro.
Por esa razón, en las montañas solitarias se organizan
muchas reuniones entre grupos en disputa. Hace mucho
136 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
tiempo que las terrazas naturales en las laderas de las
montañas se convirtieron en lugares de encuentro, provistas
de villas de piedra construidas en la montaña, donde los
viajeros pueden refrescarse y rebastecerse de suministros.
Los comerciantes que sirven a los viajeros de la montaña
son tratados con el mayor respeto y, a menudo, actúan
como mediadores entre las partes que buscan una solución
a sus disputas en las laderas de la montaña.
Un acuerdo importante une a todas las personas que
deambulan por los lugares salvajes: la tregua del agua. Si
algún viajero se encuentra con otro en los lugares salvajes,
deben ayudarse mutuamente a encontrar agua y nunca
impedir que otro busque agua. Incluso si partes en conflicto
se encuentran cerca de una fuente de agua, ambas deben
mantener la tregua del agua y permitir que la otra se
reponga antes de ir por caminos separados. Los violadores
de la tregua del agua son tachados de traidores al Imperio
y los Tokoyriq los persiguen para castigarlos.
Estructura de clase
Si bien la sociedad imperial de Kuraq no está estratificada en
un sistema rígido, la población está dividida en clases sociales
estrictas. En la cima está la Emperatriz y su casa real. Debajo
de la Emperatriz se encuentran las familias nobles, descen-
dientes de los antiguos reyes de las ciudades-estado unidas
bajo el Primer Emperador con la promesa de sumarse a las
filas de los Venerables Difuntos. Estas familias operan en una
jerarquía estricta, con el más antiguo de sus antepasados no
muertos al mando tanto de los otros Venerables de la casa
como de sus descendientes mortales.
Las familias nobles rigen como gobernadores y señores
regionales en los distintos rincones de los cuatro suyus,
entregando el diezmo a la Emperatriz y haciendo cumplir
sus leyes bajo la atenta mirada de los Tokoyriq.
Debajo de los nobles están aquellas familias que han jurado
servirles, desde sus sirvientes domésticos hasta su guardia
personal. Los nobles no suelen contratar individuos, sino que
reúnen a familias enteras a su servicio. Estas familias han
jurado lealtad a la nobleza no solo durante toda su vida, sino
también durante la vida de los hijos que les sucedan.
El noble gobernante a menudo decide qué trabajos tendrán
los hijos de estas casas, reemplazando cualquier decisión de
los Venerables de la familia jurada, lo que lleva a generaciones
de personas a las que no se les da otra opción en su propio
futuro fuera de las necesidades de la familia noble. Aunque
no son nobles, su lugar es mucho más alto que el de otros
kuraq y servir a una familia noble es un gran privilegio.
Comerciantes y sacerdotes
Por debajo de los nobles y sus hogares están aquellos que
no están asociados con las familias nobles que trabajan
como comerciantes, mercaderes e incluso familias mili-
tares, que proporcionan servicios necesarios al Imperio.
Las hazañas entre la población deciden el rango, y aquellos
que se distinguen por su habilidad o valentía en el combate
reciben una posición más alta.
Los sacerdotes de los dioses, especialmente los sacerdotes
de Suway, se consideran una clase especial fuera de todas las
demás. Ellos y los Tokoyriq son considerados sirvientes espe-
ciales del Imperio, al igual que los guerreros Awqaylli entre-
nados por los sacerdotes de Suway en P'alqacamba. Hacer
daño a un Tokoyriq, un Awqaylli o un sacerdote se considera
un daño al conjunto, y el castigo es severo. Algunos ven que
los sacerdotes son el verdadero poder detrás de Kuraq y los
tratan con más respeto que a las familias nobles.
Plebeyos
Por último, pero no por ello menos importantes, están
los indigentes, los que no tienen familia de la que hablar
o linajes antiguos o trabajos estables. Aquellos sin empleo
son considerados una carga para el Imperio en su totalidad,
indisciplinados y desleales a la grandeza del Imperio.
A pesar de la rigidez de este sistema, el avance de cualquier
persona es posible con la oportunidad adecuada y trabajo
arduo. Nadie puede ser discriminado por sus orígenes
dentro del imperio o por motivos de género u orientación.
Todos los que trabajan duro son recompensados.
El día a día
Aunque la vida de un ciudadano difiere dependiendo de
su ubicación y estatus en la sociedad, algunas similitudes
unen a todos los kuraq. Desde el día en que nace un niño
en su familia, es medido, evaluado e inspeccionado para
determinar el lugar que le corresponde en la jerarquía fami-
liar. Incluso el niño más pobre recibe una educación básica
de una amauta (maestra) en una escuela de formación. A
los niños se les enseña a memorizar y recordar grandes
cantidades de información, desde unidades de medida en
los dedos de las manos y los pies, hasta la distancia que uno
puede viajar medida por thatki(un paso).
Todo niño debe aprender a registrar números y medidas
complejas en quipu, largas cuerdas trenzadas, y debe
recordar y recitar la historia del Imperio, los nombres de
las casas nobles y su propio linaje remontándose a la época
del primer Emperador de memoria. No existe un lenguaje
escrito para registrar este conocimiento, por lo que la reten-
ción mental es clave.
A la edad de cinco años, todos los niños, sin importar su
posición en la vida, son evaluados por sus familias. Los
Venerables juzgan, poniendo a prueba al niño para decidir
dónde estudiará y en qué profesión entrará. Toda la educa-
ción a partir de entonces está enfocada hacia ese objetivo. El
niño es reevaluado a los diez años para empezar su formación
como aprendiz y, nuevamente, a los dieciséis. La dedicación a
la propia profesión se considera la forma más alta de lealtad
que se puede brindar al imperio. El fracaso no está permitido,
y la reasignación a otra profesión generalmente significa una
degradación de estatus y una vergüenza para la familia.
Esta dedicación al conjunto puede resultar estresante para
los niños, e incluso para los adultos. Por esa razón, los nobles
brindan áreas de esparcimiento como jardines, anfiteatros
para representaciones y estadios deportivos para hacer ejer-
cicio y juegos de pelota para ayudar a mantener un equilibrio
saludable entre el trabajo y la vida. Muchos nobles también
distribuyen hojas de coca para masticar o comer. Esta planta
milagrosa calma los nervios y permite que la población se
dedique más plenamente a sus funciones sin esfuerzo.
Tras aprobar con éxito la evaluación a los dieciséis
años, un niño se considera adulto y deja su aprendizaje
para buscar fortuna o casarse. Los matrimonios son arre-
glados por los ancianos de la familia con la intención de
asegurar una buena pareja para tener hijos y continuar la
línea familiar.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 137
 Los jóvenes involucrados deben dar su consentimiento al
emparejamiento, aunque el uso de fuerza bruta, el soborno
y la coacción son comunes para obtener dicho consenti-
miento. Cualquiera de cualquier género puede casarse,
asegurándose sustitutos para producir descendencia en el
caso de parejas del mismo sexo, para así continuar la línea
familiar. Los matrimonios también se prolongan después
de la muerte, aunque una vez que un cónyuge pasa a ser
Venerable, el cónyuge vivo también puede volver a casarse.
No es raro que una persona tenga un esposo o esposa
Venerable, así como un cónyuge vivo al mismo tiempo.
Las familias kuraq suelen vivir bajo un mismo techo o
dentro de una serie de casas cercanas entre sí, construidas
alrededor de la cripta central que alberga a los Venerables
Difuntos de la familia. Muchos kuraq viven en la casa toda
su vida con varias generaciones bajo un mismo techo. Los
niños son criados cooperativamente por todos los involu-
crados, y se requiere respeto filial y afecto por todos, espe-
cialmente por los ancianos. La dedicación kuraq al trabajo
duro significa que todos trabajan, incluso en la vejez, hasta
que la enfermedad lleva a la familia a preguntarse si la
persona ha llegado al final de su tiempo. Juntos, la familia
se reúne para tomar la decisión de si esa persona fallece o
se une a las filas de los Venerables Difuntos.
Convenciones de nombres
Kuraq toma sus apellidos de su antepasado más promi-
nente. Por lo general, determina de quién es hijo (churi)
o hija (ussi), aunque podría ser cualquier miembro de su
línea familiar. En ese caso, la hija de Sonqo sería Atoqa
Sonqo'ussi. Los siguientes son nombres comunes.
Masculino: Amaru, Atec, Atikuq, Ch'awchi, Kumya,
Manqho, Samin, Sumaq.
Femenino: Atoqa, Chaska, Cocohuay, Illari, Kayara, Paqari,
Quilla, Sonqo, Wayta.
Economía de un Imperio
Desde la estabilización del imperio, la Emperatriz ha centrado
sus recursos en la solidificación y expansión económicas. Una
de sus primeras resoluciones fue codificar las normas comer-
ciales, reglas que se mantienen hasta el día de hoy. El trueque
sigue siendo una gran parte de la economía, pero las leyes
comerciales exigen que todos sigan un precio de mercado
justo y estable fijado por el Consejero Real del Comercio.
Estas leyes también regulan la importación y exportación
entre suyus y de países vecinos, incluyendo el estableci-
miento de un sistema de impuestos en beneficio de las
138 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
arcas imperiales. Este sistema es nuevo, ya que el antiguo
requería que la gente no diezmara o gravara con bienes, sino
que ofreciera servicios y mano de obra a la comunidad. Esta
práctica, llamada llank'ay, aún sobrevive en las zonas más
rurales donde los nobles pueden permitirse ser más laxos.
Con diferencia, los principales socios comerciales del
Imperio no son sus comunidades internas, sino sus
naciones vecinas, respaldadas por el motor de producción
de las comunidades rurales. Las avanzadas técnicas de riego
y agricultura, creadas por generaciones de Venerables y sus
cientos de años de experiencia, han convertido las fértiles
tierras de Kuraq en un gigante de la producción en la
región. Los alimentos, los textiles, los animales y las armas
se producen y exportan a los países vecinos.
Con la exportación a países extranjeros, la Emperatriz
estableció un estándar de oro que ha comenzado a superar
el sistema de trueque en muchas áreas, y las operaciones
mineras de oro se han convertido en una industria masiva
en las montañas del sur. Su nueva moneda, el ipa, se inspiró
en las descripciones de Franco González de las economías
de monedas en Théah. Muchos tradicionalistas odian esta
nueva innovación y no ven ninguna razón para cambiar su
forma de hacer negocios. Pero donde la Emperatriz insiste,
el Imperio la sigue.
Los recursos que no se envían al comercio se han destinado
a producir mayores innovaciones en tecnología, producción
de alimentos y medicina. Los curanderos de todo el imperio
han estado estudiando plantas para uso medicinal durante
generaciones y han desarrollado técnicas avanzadas para la
cirugía interna, especialmente de cerebro y columna. Gran
parte de esta sabiduría fue compartida por los sacerdotes
de Suway, cuyo conocimiento de los muertos permitió que
la medicina avanzara enormemente. El estudio médico de
las mejores tácticas de preservación para las momias es una
industria en auge, con un próspero mercado negro de cadá-
veres de práctica en todas las ciudades.
Fuera del comercio, gran parte de los recursos del imperio
se destinan a la creación de una nueva infraestructura dedi-
cada a convertir a Kuraq en el país más avanzado de la región.
La dedicación de la Emperatriz a la educación ha llevado a
establecer escuelas imperiales en todo el país. Los caminos
que unen a los suyus avanzan constantemente, y los construc-
tores extienden los carriles conocidos más profundamente
en las montañas y la naturaleza. Los nuevos sistemas de
creación de túneles a través de las laderas, así como la cons-
trucción de almacenes subterráneos para suministros, han
llevado a la creación de vastas redes de madrigueras debajo
de las ciudades. Las ciudades mismas están en renovación
casi constante para adaptarse a la creciente población de
seres vivos y Venerables, enfocándose en grandes sistemas
de canales dentro de cada ciudad para llevar agua dulce y
mejor saneamiento para los residentes.
Lo más importante de todo es que la Emperatriz ha dedi-
cado gran parte de su oficio a la importación de árboles y
constructores de barcos de otros lugares para establecer una
armada permanente. Si bien insiste a todos sus vecinos en
que los barcos están hechos para el comercio, los emisarios
de las naciones vecinas han mostrado una preocupación
creciente por que la Emperatriz pronto tenga una armada
capaz de invadir cualquier lugar de Aztlán.
Arte en la sombra de los muertos
Con el enfoque en tanta producción, el arte ha pasado a un
segundo plano en las últimas generaciones. Muchos artesanos
fueron apoyados en gran parte por los templos y sus comu-
nidades, pero una vez que esos ingresos se agotaron, fueron
reorientados hacia la fuerza laboral en otros lugares. Solo las
clases nobles disfrutan verdaderamente de una clase artista
robusta, con cantantes, narradores y artesanos textiles. Entre
las poblaciones campesinas, el arte durante el tiempo libre se ha
convertido en una forma de resistencia contra el gran imperio.
Muchos de los revolucionarios usan pinturas dejadas en
las paredes o mensajes tejidos en textiles para compartir sus
conspiraciones traicioneras. Otros ocultan sus mensajes en
canciones e historias, transmitidas por corredores que han
sido corrompidos contra el imperio. Todos esos usos de
las artes son rápidamente eliminados por Tokoyriq cuando
los encuentran, y los artistas involucrados son castigados.
Estructura de la ley y del gobierno
Las leyes del imperio se derivan de varios principios básicos,
establecidos por la sede imperial y mantenidos por la
estructura imperial. La autoridad de cada líder noble y
local proviene de la propia Emperatriz y, debajo de ella,
del Consejo Real, sus dieciséis consejeros enviados por las
familias nobles para ayudarla en todo.
Toda la ley kuraq se deriva de un principio básico: Ama
Sua. Ama Llulla. Ama Quella. No robes. No mientas. No
seas perezoso. Todos los recursos del imperio están dedi-
cados al conjunto y no al individuo. Con ese fin, el despil-
farro de cualquiera de esas materias primas es punible y
las represalias son rápidas, públicas y duras. Hay poco
o ningún encarcelamiento en Kuraq y la mayoría de los
crímenes se pagan con sangre.
Si alguien es sorprendido delinquiendo o acusado de
un crimen, se lo lleva ante un líder de la comunidad local,
llamado Takiy, para ser juzgado. Los delitos menores,
como las transgresiones personales y la pereza, a menudo
implican la vergüenza pública, en la que se exhibe a una
persona y se la ridiculiza, arrojándole objetos. Si alguien
se las arregla para evitar tal castigo, en su lugar se le pone
en llank'ay, sirviendo a la comunidad por un período de
tiempo decidido por los Takiy.
El robo de bienes de cualquier tipo se castiga con la muti-
lación, cuya gravedad está determinada por la naturaleza
del robo. Sin embargo, para castigos más graves es común
perder una extremidad o quedar seriamente desfigurado.
La traición menor contra el Imperio, como hablar en contra
de la Emperatriz, es la razón más común de este castigo.
Aquellos que sobreviven a la sanción conservan sus cica-
trices como ejemplo público para otros delincuentes de
su condición. Dado que los criminales son considerados
el peldaño más bajo de la sociedad, deben confiar en la
amabilidad de otros para sobrevivir. Por ley, se les exige que
respondan con sinceridad sobre sus delitos y que cuenten
su historia como advertencia para los demás. A menudo,
la gente recompensa una buena historia con más comida
o apoyo, por lo que es mejor que un criminal aprenda a
contar bien la historia de su contrición o corre el riesgo de
morir de hambre.
Todos los castigos son aplicados por los Tokoyriq locales
de la ciudad, cuya lealtad a la Emperatriz se considera abso-
luta y, por lo tanto, sus acciones son inviolables. Muchos
consideran a los Takiy, en virtud de su posición, una fuente
totalmente imparcial y, en consecuencia, no pueden ser
procesados en caso de errores cometidos y castigos injustos.
Aunque el Takiy se considera irreprochable, todos los kuraq
saben que la corrupción es común y aquellos que pueden
pagar un soborno pueden hacer que el Takiy mire para
otro lado.
La pena de muerte es rápida y brutal. Este castigo solo se
aplica a los peores infractores, los reincidentes que ya han
perdido miembros por delitos anteriores. La traición repe-
tida contra el Imperio es la razón número uno para incurrir
en el castigo máximo. El perpetrador es apedreado, ahor-
cado o empujado por un acantilado alto. Luego, su cuerpo
es destruido y no se puede conservar en una momia para
unirse a las filas de los Venerables Difuntos. Los peores
delincuentes son expulsados de las dinastías e historias de
su familia, perdidos en el vacío del tiempo y olvidados.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 139
 Religión
«Aquí recito el mensaje de Naqual, Primer Tupaq del
Kuska Tokoyriq. Saluda a su padre, el comandante, y
espera que este mensaje lo encuentre en buen estado de
salud. Él te pasa a ti, su estimado padre, los mensajes
que los Pakaykuq están difundiendo a las provincias
exteriores, para que puedas conocer las palabras de la
rebelión. Desean recordarle a la gente la religión antigua,
las costumbres antiguas de los dioses, ahora prohibidas.
Como humilde corredor, te pido que recuerdes: estas son
palabras de rebeldes, no mías. No apuñales al mensajero».
—Recitación del corredor Moraika, repetida de memoria,
al Consejero Real Masca del Consejo de los Dieciséis
Los dioses kuraq
La gente de Kuraq sostiene que después de la Caída, sus
dioses no huyeron de ellos como en las otras naciones. La
verdad de eso es más difícil de precisar. Antes de que la gente
comenzara a hacer ciudades de nuevo casi se habían olvidado
de sus viejos dioses. Cuando los dioses se acercaron a ellos, les
mostraron cómo obtener el sustento de la tierra y les otor-
garon sus bendiciones, los kuraq comenzaron a adorarlos otra
vez. Las líneas entre lo antiguo y lo nuevo se difuminaron y
la gente utilizó los nombres antiguos. Los dioses caminaron
entre su pueblo una vez más, y nadie podía negarlo.
Luego vinieron los sacerdotes de Suway, quienes llevaron
a los dioses a la clandestinidad e instituyeron una Caza de
Dioses para acabar con los dioses antiguos de una vez por
todas. Los seguidores de Suway se apoderaron del reino y
destruyeron o persiguieron a los seguidores de otros dioses,
mientras que los dioses mismos se escondieron.
Los sacerdotes de Suway han matado a muchos dioses y
solo quedan unos pocos. Esos dioses siguen huyendo y sus
seguidores mantienen su fe, adorándolos en secreto, espe-
rando el día en que los dioses y sus rebeldes, los Pakaykuq,
puedan liberar la tierra una vez más de la tiranía de los
Venerables Difuntos.
Ninaq'ara
El padre de los dioses, Ninaq'ara se levantó de las grandes
cuevas debajo del mundo para ofrecer su luz a la gente,
creando los cielos, las tormentas y a los otros dioses debajo
de él. Ninaq'ara siguió siendo un poderoso protector de la
gente hasta la caída de Aztlán. La pérdida del gran imperio
entristeció a Ninaq'ara y entregó sus dones divinos para
vagar por la tierra como un hombre.
140 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
Permaneció así hasta que vio a Suway levantarse contra
los otros dioses. Al presenciar el desequilibrio que causaron
las acciones de Suway, Ninaq'ara reapareció, el anciano
padre sabio listo para guiar a su pueblo en la rebelión
contra el Imperio. Él es la memoria viva del pasado antiguo,
el portador de la tormenta y el guardián de la verdad.
Wach'i
Cuando Ninaq'ara se propuso crear a sus hijos, los dioses,
primero creó un hijo y le regaló el poder de su luz primor-
dial. Wach'i se convirtió en el dios del sol, protector de la
gente y portador de la abundancia para el mundo. Durante
generaciones, Wach'i fue el dios protector de guerreros y
granjeros, nobles y campesinos por igual.
El ascenso de Suway y la posterior destrucción del
campeón de Wach'i, Pachacunya, fue un golpe mortal, y
durante mucho tiempo Wach'i hizo duelo por él. Los sacer-
dotes de Suway persiguieron a Wach'i por todo el reino
hasta que Ninaq'ara reapareció y se reunió con su hijo
perseguido. El orgulloso guerrero se unió a su padre para
liderar a los Pakaykuq contra los sacerdotes de la muerte,
aportando su luz y su fuerza a la causa.
Suway
Suway, dios de los muertos, es el dios más poderoso y
popular de todo Kuraq. Cada canción, historia y templo
en todo el país oficialmente aprobado por el imperio venera
su poder. Suway fue una vez un dios junto a su hermano
Ninaq'ara, actuando como el segador de almas y protector
y guardián del más allá.
Al principio, sus sacerdotes solicitaron al dios el conoci-
miento de cómo buscar sabiduría en la tierra de los muertos.
Con la intención de proporcionar poder a sus seguidores,
Suway trajo el conocimiento de su hechicería al mundo, y
pronto los sacerdotes se extendieron por la tierra en un
esfuerzo por convertir a Kuraq en una tierra de muertos.
Ahora todo el mundo en el imperio se postra a los pies
de la muerte. Pero los rumores dicen que el dios de los
muertos no ha sido visto desde hace un tiempo, ni por sus
propios seguidores en su templo en P'alqacamba ni en las
cámaras de la Emperatriz en Kuska, lo que lleva a muchos
a preguntarse si él está contento con la cadena de aconte-
cimientos. Los Pakaykuq dicen, en cambio, que Suway se
ha convertido en un prisionero de sus propios seguidores,
y que debe restablecerse el equilibrio para liberar al dios de
la muerte de sus propios adoradores.
Kikinpaq
Kikinpaq es uno de los pocos dioses que no nació de
Virococho. Un hijo de la mismísima Gran Serpiente
Emplumada, Kikinpaq caminó por la tierra cuando Aztlán
era joven, una criatura monstruosa, aterradora, poderosa y
voluble. Cuando Virococho creó a los dioses para ayudar
a la gente, Kikinpaq se unió a ellos para proteger a Aztlán,
porque amaba a la humanidad y su ingenio.
Ese mismo amor lo impulsó a ayudar a hacer las paces
entre los dioses y los reyes mortales de antaño. Cuando los
Siete Reyes volvieron a guerrear, la rabia de Kikinpaq lo
llevó a un profundo sueño del que no ha despertado. Hoy
en día, muchos de los sacerdotes de la muerte de Suway
buscan sacrificar a Kikinpaq a su dios, el máximo sacrificio
que haría imparable a Suway. Si lo encontraran y lo sacri-
ficaran, o si lo despertaran para ayudar al pueblo kuraq, la
devastación que Kikinpaq podría provocar es insondable.
Pachamama
Pachamama, la hermana de Kikinpaq e hija de la Gran
Serpiente Emplumada, es otro ser monstruoso y poderoso.
La diosa de los dragones, Pachamama, es capaz de ocultar su
verdadero poder y aparecer en cualquier lugar con cualquier
forma. Una consumada cambiante de rostro, Pachamama
fue abandonada tanto por su hermano como por su amante,
Ninaq'ara, y se dedicó a vagar por la tierra para proteger a los
hijos de Kuraq cuando nadie más lo habría hecho.
Con la Caza de Dioses en marcha, Pachamama acecha
la tierra como una espía invisible, recompensando a aque-
llos que se escabullen en las sombras para luchar contra el
imperio. Por encima de todo, Pachamama busca despertar
a Kikinpaq de su letargo para que puedan luchar codo con
codo una vez más.
Katoylla
En otro tiempo el poderoso y salvaje dios de las tormentas
y los deportes, Katoylla fue celebrado como un protector
de los jóvenes cuyas fiestas anunciaban la transición entre
la infancia y la edad adulta. Ahora, con el poder de los
dioses casi roto, el feroz dios ha perdido a casi todos sus
seguidores. Katoylla viaja por la tierra en salvaje rebelión
contra el Imperio, un paso por delante de la Caza de Dioses
y riendo ante todo peligro.
Los rumores dicen que es solo cuestión de tiempo antes de
que se acabe la suerte de Katoylla, y entonces la tierra perderá
uno de los seres más indómitos que quedan en el mundo.
Urkillay
La historia de Urkillay es una de transformación. Nacida de
Ninaq'ara como un dios, dice la leyenda, desde el momento
en que nació, Urkillay viajó por la tierra en busca del lugar
al que pertenecía. Representa las transformaciones y
cambios, a veces asumiendo varios aspectos de las cosas de
la naturaleza que encuentra hermosas.
Nunca muy cómoda con los otros dioses o incluso con
la humanidad, Urkillay encontró la felicidad entre los
animales y se convirtió en protectora de la vida salvaje y la
naturaleza, diosa de la transformación y la vida primordial.
Cuando se convocó la Caza de Dioses, Urkillay se retiró
a las profundidades de la jungla para proteger sus cargas.
Pero a medida que los cazadores se acercan, Urkillay se ha
visto involucrada en la lucha, y pronto los cazadores serán
los cazados.
Mama Quilla
Las libertades que el imperio le ha quitado al pueblo kuraq
han llevado a uno de los dioses más pacíficos a una revuelta
total. Mama Quilla, diosa de la luna, el matrimonio y los
hijos, fue una vez la hija más serena de Ninaq'ara. Pero la
diosa ha escuchado demasiadas oraciones de los jóvenes,
forzados por sus Venerables ancestros a vivir vidas que
nunca quisieron.
Ahora, ella viaja por la tierra, liberando a aquellos atra-
pados por sus antepasados muertos y dando bendiciones
a todos los niños que anhelan ser libres. Lo hace de la
manera más militante posible: destruye a los Venerables
que encuentra para liberar a sus familias.
Ekekko
El dios de la riqueza y la buena salud, Ekekko es un dios
convertido en traidor contra los suyos. Las historias dicen
que cuando la Caza de Dioses capturó a Ekkeko, negoció
con los sacerdotes de Suway a cambio de su libertad.
Ahora ofrece su apoyo al reino y colma al imperio con
sus bendiciones de buena fortuna monetaria y salud para
la gente.
Bajo su bendición, el reino se ha vuelto económica-
mente próspero y la Emperatriz más poderosa. Ahora
los otros dioses le han dado la espalda a Ekekko, quien
a su vez está muy feliz de entregarlos a cambio de su
continua protección.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 141
 Saramama
La tristeza sigue a la diosa del grano y la cosecha, la tristeza
de una madre que mira desesperada a su pueblo. Donde
una vez la gente labraba la tierra y cosechaba con alegría,
la opresión del imperio los impulsa a cultivar y plantar por
miedo al diezmo, en lugar de hacerlo por celebrar la tierra.
Saramama ha caído en una profunda depresión y los
Pakaykuq y sus seguidores la mantienen a salvo, sostenida
por el poder de sus creencias. Muchos ven la falta de acción
de Saramama como un lastre peligroso, ya que los rebeldes
gastan energía para proteger a la diosa casi catatónica. Sin
embargo, muchos esperan que la diosa de la tierra se levante
y ayude a su pueblo antes de que sea demasiado tarde.
La veneración a los muertos
Las prácticas más populares en todo el Imperio son la
adoración de Suway, dios de la muerte, y la veneración
a los muertos. Cuando Pachacunya, primer emperador,
llevó la adoración de Suway a la gente, abrazaron la idea
de construir un futuro mejor con la ayuda y sabiduría de
sus ancestros perdidos.
La verdad de la historia, del asesinato y posesión de
Pachacunya por su hermano Supacha, es una herejía
susurrada por aquellos que socavarían la veneración de
Suway, mientras que la mayoría ve la venida del dios de
los muertos como el nacimiento de un brillante Imperio
que abarca mucho en el futuro. Sin embargo, aquellos que
recuerdan la antigua adoración de Suway saben que los
sacerdotes incluso han torcido la práctica del dios para
crear esta nueva veneración de los muertos.
En la antigüedad, los que morían pasaban al reino de
los muertos y sus almas residían en paz. Los sacerdotes
recogían el cuerpo y lo preparaban para la momificación,
después de lo cual la momia era colocada en un santuario
sagrado por la panaqa del difunto, sus descendientes y
cuidadores. Se respetaban ocho días de ritos funerarios en
pleno luto negro, y luego se permitía a la familia entrar en
el santuario para pedir consejo a los recién fallecidos. No
se veía a los muertos como desaparecidos por completo,
sino que aún podían interactuar y dar consejos desde el
más allá, donde descansarían hasta que pudieran renacer
en otra forma.
Desafortunadamente, el verdadero proceso de interacción
con los ancestros fue corrompido hace mucho tiempo por
los seguidores de Suway y el ciclo de muerte y renacimiento
se interrumpió. Los sacerdotes corruptos surgieron de una
pequeña facción en el templo de P'alqacamba, donde un
142 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
solo sacerdote corrupto llamado Kakusha buscó la inmor-
talidad y presionó a Suway en busca de los secretos para
consagrar un espíritu a una momia.
Una vez que Suway le proporcionó el conocimiento,
los sacerdotes, con la ayuda de sus terroríficos guerreros
Awqaylli, comenzaron la guerra que llevó al asesinato de
Pachacunya y al imperio tal como es hoy.
Ahora hay un sacerdote de Suway en cada ciudad y la
veneración a los muertos es la principal creencia religiosa
del imperio. Es difícil volverse contra la práctica cuando los
Venerables han contribuido tanto a todos los aspectos del
imperio. El culto a Suway es la religión imperial, así como
su estructura de apoyo principal, y las dos no se pueden
separar fácilmente.
El Yana Takiya
El término Yana Takiya traducido a lengua extranjera signi-
fica simplemente Cantantes Negros, y el nombre es preciso.
Los sacerdotes de Suway alguna vez estuvieron destinados
a ser portadores de las canciones de duelo y los ritos fune-
rarios que guiaban a los muertos a casa. En cambio, los
Yana Takiya ahora llevan su adoración corrupta de Suway
a todos los hogares.
Los sacerdotes mismos son tomados a una edad temprana
de aquellos miembros indeseados de la sociedad: los
huérfanos, abandonados o criminales. Luego, los sacer-
dotes entrenan a los nuevos iniciados en su templo en
P'alqacamba, adoctrinándolos en los misterios de Suway.
Aquellos de mentalidad más militante se entrenan para
convertirse en Awqaylli, guerreros ferozmente leales solo
a los Yana Takiya. Solo los más devotos son llevados a
aprender los secretos de Wañuy Ñaqay, su hechicería de
muerte. Pero una vez se los han enseñado, un mundo de
poder está a su alcance.
Los sacerdotes de la muerte son bienvenidos en todas
partes de la tierra por familias que desean momificar a sus
familiares para formar parte de los Venerables Difuntos, o
hacer una máscara funeraria para permitir la comunicación
con el más allá. Estos poderes están destinados solo a los
sacerdotes, aunque el conocimiento ha sido robado y utili-
zado por laicos poderosos en todo el reino. Sin embargo, a
pesar de todo su poder y devoción, incluso los sacerdotes
de Suway deben ganarse el camino para convertirse en
miembros de los Venerables Difuntos, y su regreso de la
otra vida no está garantizado. Las transgresiones contra la
orden se resuelven con una muerte interminable.
 A pesar de todo su apoyo a la Emperatriz, los Yana
Takiya son una orden conservadora. No permiten que
muchas mujeres se unan a sus filas y son ferozmente
intolerantes con cualquiera que no adore a Suway por
encima de todos los demás. Con ese fin, y con el apoyo
clandestino de la Emperatriz, han comenzado la Caza
de Dioses, en un intento de acabar con los dioses y sus
seguidores dondequiera que se escondan. Los Yana Takiya
visten solo túnicas funerarias negras y cadenas de oro alre-
dedor del cuello para demarcar el rango. Solo los líderes
de su orden usan máscaras funerarias, que les permiten
canalizar al Venerable que es su consejero y que los guía
desde el más allá.
Hechicería en el Imperio de la Muerte
Hace mucho tiempo, la magia en las tierras del pueblo
kuraq era algo salvaje y hermoso, que tomaba muchas
formas. Los dioses caminaban por el mundo dando bendi-
ciones a la gente y los espíritus vagaban por la tierra. Si
bien esa magia salvaje todavía existe en lugares pequeños,
principalmente en bendiciones dadas por los dioses, en su
mayor parte la magia de Kuraq ha sido distorsionada por
la influencia de los Venerables hasta ser casi predominante
la magia y hechicería de los muertos.
Wañuy Ñaqay fue en otro tiempo ámbito solo de los
Yana Takiya en su adoración a Suway. A través de su entre-
namiento, podían llegar a la tierra de los muertos y hacer
contacto con un espíritu en busca de guía y sabiduría. Una
vez que se hacía el contacto, un sacerdote podía convencer
al espíritu de los muertos para que regresara a su cuerpo
momificado, cuidadosamente preservado por los sacerdotes
durante el rito funerario. Los cadáveres vasijas permane-
cían bien conservados durante mucho tiempo, capaces de
moverse y hablar, pero guardados para su protección dentro
de los santuarios sagrados de su familia.
Cada cuerpo recibía una máscara funeraria, tratada con
aceites sagrados y lavada con la sangre de un sacrificio para
convertirla en una máscara santa, capaz de conectar a un
mortal con el espíritu, ahora conocido como Venerable,
atado dentro de la momia. El espíritu entonces elegía un
Portavoz para usar la máscara, comunicándose con ellos
a través de un vínculo espiritual directo. En su forma
más benigna, la conexión es un intercambio, el Venerable
comunicándose dentro de la mente del Portavoz, hablando
a través de ella y mirando el mundo a través de sus ojos.
En su forma más invasiva, el Venerable puede abrirse
camino dentro del cuerpo del Portavoz para tomar el
mando y hablar por sí mismo, destruyendo el libre albedrío
del portador de la máscara hasta que, con el tiempo, se
convierte en una cáscara hueca.
Este no es el único uso de Wañuy Ñaqay. Si un sacerdote
o un Venerable desea controlar a otros espíritus más débiles
de los muertos, o incluso reanimar momias desecadas o
recientemente fallecidas, pueden hacerlo con el debido
sacrificio de una fuerza vital. De hecho, el mayor secreto
de los Yana Takiya es que la magia de la muerte debe
alimentarse de la vida. Las vidas de los Portavoces se agotan
lentamente para mantener su contacto con los Venerables
Difuntos y cualquier gran uso de Wañuy Ñaqay requiere
igualmente el sacrificio de la vida para lograr el trabajo.
Es por esta razón que los Venerables mantienen grandes
grupos de criados y panaqa a su lado, para que puedan
7º MAR EL NUEVO MUNDO 143
 beber vida de cada uno cuando necesiten realizar magia
y no secar a sus Portavoces. La mayoría de los miembros
de un séquito de Venerables, sus panaqas, usan pequeños
talismanes del Venerable, máscaras funerarias en minia-
tura que conectan al Venerable con sus fuerzas vitales. En
situaciones desesperadas, un Venerable puede incluso usar
a estos siervos para poseer sus cuerpos por un tiempo.
Las obras más grandes de Wañuy Ñaqay requieren sacri-
ficios de vida más grandes, en lugar de pequeños sorbos
de fuerza vital. Los sacrificios de animales son comunes
y el uso de sacrificios humanos se reserva solo para los
ritos mágicos más importantes. El mayor de ellos fueron
los cien sacrificios de la Emperatriz para hacer retroceder
a la fuerza de invasión castellana en Takana, pero desde
entonces no se ha realizado tal rito.
Los Venerables más poderosos son aquellos que usan
energía vital para mantener a sus momias recientemente
muertas para que conserven una apariencia humana casi
perfecta. El ejemplo más notable de esto es la propia
Emperatriz, que aún mantiene el uso de su cuerpo original
y no ha tomado un Portavoz. La Emperatriz mantiene su
cuerpo tan bien que todavía parece la belleza de mediana
edad que era en vida. Aun así, cada Venerable debe regresar
al estado de reposo de su momia dentro de una cripta
protegida de vez en cuando para consolidar su fuerza. El
tiempo que pueden caminar se basa en gran medida en el
poder que ejercen y la cantidad de energía vital que sacri-
fican para mantener sus cuerpos.
Con el flujo constante de sacrificios hechos en nombre
de la Emperatriz, por ejemplo, se sabe que pasa semanas
sin regresar a la cripta de sus panacas. Estos obsequios de
Wañuy Ñaqay estuvieron en otro tiempo solo en manos
de los Yana Takiya. Sin embargo, los sacerdotes que deser-
taron de la orden enseñaron en secreto a muchos nobles y
campesinos a lo largo de los años, por lo que esa magia de
muerte se puede encontrar y estudiar por un precio. Sin
embargo, si se descubre a un laico que usa la hechicería
para crear nuevos Venerables Difuntos, el perpetrador
es ejecutado y el espíritu que pretendía unir se destruye
para siempre.
144 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
Bendiciones de los dioses
Los dioses persisten en las tierras de Kuraq a pesar de las
manipulaciones de los Yana Takiya y de la historia que
trabaja en su contra. Con ellos sobrevive un tipo de hechi-
cería más primitiva que lleva consigo el poder más antiguo
del reino: el de otorgar las bendiciones de los dioses.
En realidad, el poder del sacerdote de la muerte fue una
vez una bendición de Suway al igual que los dones otor-
gados por cualquier otro dios, hasta que los sacerdotes lo
pervirtieron y difundieron la práctica. Los otros dioses
todavía tienen la capacidad de imbuir a sus seguidores
con sus bendiciones, y aquellos que se aferran a las viejas
costumbres han recibido ventajas que los colocan por
encima de otros no creyentes.
Estos Hijos de los Dioses, como se conoce a los bien-
aventurados, se encuentran generalmente entre los adora-
dores más devotos y deben mantener esa adoración para
que las bendiciones continúen. Como en la antigüedad,
la adoración implica sacrificar vidas, al igual que el poder
que alimenta a los seguidores de Suway. Como dice el viejo
refrán en Kuraq: el poder de la muerte puede alimentar la
creación de maravillas.
Las bendiciones que cada dios puede regalar no son
interminables. Cada dios puede otorgar dones dentro de
su ámbito natural. Por ejemplo, se sabe que los seguidores
de Wach'i reciben bendiciones físicas de destreza marcial,
fuerza y velocidad, junto con el poder abrasador del calor
del sol, mientras que los seguidores de Pachamama pueden
resultar más sigilosos y difíciles de notar. Otros reciben
obsequios más complicados, como los que tienen la suerte
de ser elegidos por la ilusoria cambiaformas Urkillay.
Una vez dotado, un seguidor solo pierde esos dones
al morir o si se aleja de la adoración de su dios. Cada
seguidor debe usar un talismán con el símbolo de su
dios en él, aunque tales marcas pueden ser llamativas y a
menudo atraen la atención de las autoridades en la Caza
de Dioses. Ese es el trato que hacen los Hijos de los Dioses
por su poder. Deben caminar por el mundo con valentía en
nombre de su protector, manteniendo viva la esperanza que
hay para los vivos en el imperio de los muertos.
Lugares
Kuska
Sigue cualquier camino en el Imperio de Kuraq que se
dirija hacia el interior del país y el camino conducirá al
mismo lugar: Kuska, el centro del imperio. La gloriosa
capital comenzó como el hogar de la tribu Killke antes de
la unificación bajo Pachacunya y los restos de la antigua
fortaleza de Saksawaman proporcionaron los planos para
el crecimiento de la ciudad moderna.
Los killke enseñaron al resto del Imperio sus técnicas de
construcción avanzadas y dirigieron la empresa para expandir
las carreteras desde Kuska a todos los rincones de las cuatro
esquinas del imperio. Sus acueductos llevaban agua a todas
partes de la villa, haciendo que Kuska floreciera como una
ciudad verde en un valle de matorrales ásperos. En la ladera
de la colina, los constructores crearon el gran Qurikancha,
el Templo del Sol y la sede del poder del Emperador. Sin
embargo, con la llegada de la Emperatriz, el templo se volvió
a dedicar a Suway y se le cambió el nombre a Sede del
Venerable. Reconstruidas a casi el doble de su altura original,
las piedras doradas brillan a la luz del sol y proyectan una
sombra sobre toda la ciudad de abajo.
Kuska también sirve como hogar de una metrópolis bulli-
ciosa, con toda la nobleza requerida por ley para mantener
un hogar en la ciudad principal, así como en su territorio
de origen. Un miembro de cada familia debe permanecer
en la capital para actuar como embajador de la Emperatriz,
y los más ambiciosos migran a la ciudad para luchar por la
posición y el ascenso.
Las clases bajas viven en las afueras de la ciudad, desde
trabajadores y jornaleros hasta aquellos previamente conde-
nados por delitos. Aun así, se consideran bendecidos por
vivir en Kuska, una ciudad de oportunidades. Capta la
atención de la persona adecuada en el poder y, si la persona
es digna, puede encontrarse escalando filas para caminar
entre los más nobles. Se advierte a los escaladores sociales
que lo hagan dentro de los límites de la ley, o los siempre
vigilantes Tokoyriq intervendrán y trasladarán al delin-
cuente a su cuartel general, conocido por todos como chulpa,
para interrogarlo y dispensar una sangrienta y rápida
justicia. Todo en nombre de la Emperatriz, por supuesto.
Qurikancha, trono del Venerable
El gran templo se encuentra en el borde de la ciudad con
vistas a la enorme extensión de abajo. El templo propia-
mente dicho es relativamente pequeño, con enormes piedras
que crean una cámara interior que la Emperatriz Asiri
usa como su cámara de recepción. El exterior de la piedra
está tallado en delicados murales del dios sol, que están
en constante revisión para reemplazarlos con imágenes de
Suway. Las paredes están tachonadas con placas de oro y
delicadas filigranas.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 145
 Fuera del templo hay alojamientos para la familia imperial
y los invitados nobles, y muy por debajo del templo exca-
vado en la ladera están las criptas imperiales. Más abajo,
la colina se extiende por el resto de la ciudad, y los nobles
construyen casas lo más cerca que pueden del templo.
Aquellos con mejor posición se encuentran más cerca del
templo, y las familias nobles menores irradian hacia el
centro de la ciudad.
Kapuli
Viaja hacia el norte hacia Antasuyu y encontrarás Kapuli,
la ciudad del placer, ubicada entre dos picos de montañas
sagradas. Esta escapada al valle fue creada por la nobleza
como un destino lejano donde los poderosos podían
entretener sus vicios lejos de las miradas indiscretas del
Imperio. Una vez descubierta por la Emperatriz, los nobles
se sorprendieron cuando la sede imperial no solo abrazó
la idea de una ciudad del placer, sino que prohibió toda
violencia entre facciones dentro de las murallas de la ciudad.
Para los ricos del imperio, Kapuli se convirtió en un paraíso
glorioso, una ciudad en terrazas con jardines cultivados,
centros deportivos, baños termales y casas de placer llenas
de buena música, bebida y compañía. La ciudad está diri-
gida por los kulla uya, un grupo de cortesanos designado
que están capacitados para entretener a los nobles visitantes,
cocinar varias comidas o brindar compañía para el viaje.
El término kulla uya fue una vez un insulto, que significa
«desvergonzados», pero los artistas de la ciudad abrazaron
el término con un orgullo feroz que lo ha convertido en
una profesión propia. Personas de todo el imperio viajan a
Kapuli para solicitar al estimado Sinchi (líder) de la orden
el derecho a ser entrenado como cortesano en el Tulpa
Qawari, el Hogar de las Canciones.
Los kulla uya se han convertido en una clase de artistas
provenientes de todo el país, protegidos dentro de los
muros de la ciudad sin sangre. Tampoco es ningún secreto
que Kapuli se ha convertido en un semillero de intrigas
políticas, porque, mientras los nobles se divierten, hay
secretos que aprender. Los kulla uya permanecen neutrales
en todo públicamente, pero a menudo son increíbles
fuentes de información si simpatizan con una causa. Los
visitantes de la ciudad pueden pasear por los exuberantes
jardines, comprar en el prestigioso mercado o participar en
una competencia de narraciones entre la élite del imperio,
sabiendo que sus vidas están seguras en el glorioso aire de
la montaña.
146 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
Chuqi K'iraw
El lugar más buscado en todo el Imperio de Kuraq, la
«Cuna de Metal» es la base de operaciones de los Pakaykuq,
escondida en las estribaciones de la cordillera de Hark'apa.
Sus principales edificios y terrazas están construidos por
encima y por debajo de Sunch'u Pata, la cima truncada que
es la característica geográfica más reconocible del lugar.
Según la leyenda, el lugar fue descubierto y fundado por
Pachakusi, pero en realidad fue construido y ampliado por
su hija, Killay, de quien el sitio finalmente derivó su nombre.
Aunque en origen era una de las entradas principales a
la Hark'apa —así como un importante centro político,
social y económico— Wach'i ocultó la Ciudad del Gran
Yachaywasi de los ojos de los mortales, y el conocimiento
de su existencia fue purgado de todos los registros.
A partir de ese día, solo aquellos a quienes el dios les ha
mostrado el camino pueden encontrarlo. De esta manera
aseguró su seguridad y, así, la transformó en el escondite
perfecto para sus seguidores, que pronto se convertirían en
la Resistencia contra el régimen de la Emperatriz.
Las estructuras principales de la ciudad se concen-
tran alrededor de dos plazas a lo largo de la cumbre de
la montaña. Varios edificios comunes se ubican lejos de
las plazas. Como ocurre con la mayoría de las maravillas
urbanas de Kuraq, el terreno natural se acomodó en gran
medida antes de cualquier construcción. El resultado es
una ciudad autosuficiente con un sistema de terrazas de
cultivo, un acueducto y suficientes edificios residenciales
para albergar cómodamente a un gran número de personas.
La estructura más importante de la Cuna es el ushnu dedicado
a Wach'i en lo alto de la colina truncada. Según la sabiduría
popular, solo aquellos que el Dios Sol permita pueden subir la
enorme escalera que conduce a esta pirámide escalonada con
una parte superior plana. Se desconoce qué tipo de revelaciones
se reciben mientras están allí, ya que todos los que han hecho
el ascenso se niegan a compartir los detalles de lo que sucedió.
Este templo constituye uno de los últimos lugares sagrados
intactos dedicados a Wach'i y tiene, como resultado, una
importancia tanto simbólica como espiritual para la Resistencia.
Junto con el aumento de los disturbios civiles en todo el
Imperio, más personas están recibiendo visiones de Wach'i
y la orientación necesaria para encontrar la ciudad y unirse
a la Resistencia. Sin embargo, el dios parece tener cuidado
con su bendición, principalmente porque si los Tokoyriq
encontraran la Cuna, toda esperanza de victoria de la
Resistencia sería destruida.
Manqo Pacha
Antes de la coronación de Pachacunya y la conversión de
Supacha al culto de Suway, su padre, el rey Yaca Yma, unió
brevemente las ciudades-estado durante la Conferencia de
las Siete Plumas. Habiendo logrado la paz, el viejo rey dejó
su gobierno a su hijo y se retiró a la finca de la montaña
sagrada de Manqo Pacha.
La hermosa ciudad estaba dedicada al dios del sol Wach'i,
y lucía un templo fabuloso lleno de ofrendas doradas que
hacían brillar la montaña. Sin embargo, la ciudad quedó
devastada cuando tres reyes se levantaron, mataron al rey
Yaca Yma y saquearon la ciudad. Pocos de los habitantes
originales sobrevivieron.
Años después de que el emperador Pachacunya tomara el
trono, los lugareños subieron a la montaña sagrada una vez
más para reconstruir la inquietante ciudad derrumbada. A
medida que la difusión de la adoración de Suway llevó a los
otros dioses a la clandestinidad, sus seguidores encontraron
refugio en la hermosa plaza al aire libre y en los gloriosos
templos antiguos. La ciudad no fue reconstruida por la
nobleza o la Emperatriz, sino por las manos de aquellos
que aún eran leales a los antiguos dioses. Esa dedicación
atrajo la atención de los propios dioses y de sus seguidores,
los Pakaykuq.
Si bien las ciudades más nuevas del imperio siguen clara-
mente un patrón similar y un plan bien pensado, Manqo
Pacha es un desajuste de los estilos arquitectónicos más
antiguos y las carreteras y edificios modernos. La ciudad
no se puede construir hacia fuera, ya que las laderas de la
montaña son traicioneramente empinadas para construir.
En cambio, los edificios más nuevos se construyen sobre los
más antiguos, lo que hace que la ciudad parezca un mosaico.
Manqo Pacha es pequeña en comparación con las
ciudades más modernas del Imperio, pero su gloria natural
es incomparable. La ciudad se asienta sobre una meseta
abierta en la cima de la montaña con nada más que el
cielo sobre ella. La altitud puede hacer que los visitantes
se sientan eufóricos y, como tal, gran parte de las plazas
al aire libre están llenas de gente en una contemplación
silenciosa y soñadora. La dificultad del ascenso a la ciudad
también mantiene a la población escasa y quienes viven allí
son personas cordiales, reflexivas y espirituales, dedicadas a
preservar las viejas costumbres por encima de todo.
Patanatambo
Pocas ciudades comenzaron con una historia tan triste
como Patanatambo, la ciudadela en medio de la zona rural
de Antasuyu. Originalmente la ciudad era una comunidad
agrícola; una colección de familias rurales reunidas para la
protección mutua.
Una noche, los soldados de Tokoyriq entraron en el área
y declararon que la Emperatriz honraría su tierra con un
glorioso asentamiento, todo en nombre de la protección
del Imperio. Las familias creían que esto significaba que
los soldados estaban allí para ayudarlos a defender sus
granjas. En cambio, vieron cómo su tierra fue desgarrada
y cosechada para crear la ciudad prisión de la Emperatriz,
Patanatambo.
Exteriormente, Patanatambo es una ciudadela amurallada
con altos muros de piedra excavados en canteras cavadas
en las laderas cercanas. La parte trasera de la ciudadela se
asienta contra la montaña próxima y solo permite un acceso
a través de lo que una vez fue tierra de cultivo hacia una
enorme empalizada cerrada. Su imponente presencia se
puede ver desde más de dos millas de distancia.
En el interior se encuentra una comunidad completa-
mente cerrada, sellada detrás de un segundo juego de
puertas, con el primer patio destinado solo para recibir
suministros para la comunidad del interior. Los que viven
en Patanatambo son los prisioneros de la Emperatriz,
mantenidos con vida a pesar de la severidad habitual de la
ley kuraq para sus usos políticos. Los primeros habitantes
fueron la familia de Pachacunya, que vivieron y se criaron
dentro de los muros durante diez años antes de ser sacrifi-
cados para hacer retroceder la invasión théana.
Por un corto tiempo, la ciudad permaneció vacía, pero la
Emperatriz no tardó mucho en encerrar a los nobles que le
desagradaban. A medida que su agarre se aprieta sobre el
imperio, más y más entran en la ciudadela. Mientras que los
Tokoyriq matan directamente a muchos de los Pakaykuq,
algunos nobles simpatizantes o funcionarios de alto rango
terminan allí como exiliados políticos.
Nadie visita la ciudadela y nadie se va, excepto un mensa-
jero chaskis de su elección. Todo el complejo es mantenido
por Kimsa Parwa, un comandante Tokoyriq de alto rango
y espía de la Emperatriz. Él y toda su familia residen en la
ciudad, tan prisioneros como los que mantiene para ella.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 147
 P'alqacamba
Pocos lugares en el Imperio infunden tanto terror como la
mención de P'alqacamba, la ciudad selvática de Suway y sus
sacerdotes de la muerte. Situada en lo más profundo de la
selva más profunda de Chinchaysuyu, P'alqacamba es cono-
cida también como la Ciudad Perdida debido a la dificultad
de viajar allí. Sin embargo, cientos de nobles y peticionarios
se desplazan anualmente para pedir a los sacerdotes de Suway
que acepten a sus hijos como estudiantes para que aprendan a
aprovechar el poder de la muerte. Allí, en la selva, encuentran
una ciudad de piedra negra oscura con acentos dorados, una
ciudad sagrada repleta de Venerables y sus sirvientes.
La ciudad se encuentra enclavada en lo profundo del
follaje de la jungla, cada edificio cubierto de enredaderas de
las que brotan inusuales flores. En el corazón de la ciudad
se encuentra el Templo de Suway, la sede de los Yana
Takiya, la escuela de formación de Tupaq, y Allin Tulpa (el
Buen Hogar). Estos modernos edificios están hechos de
piedra negra extraída de las profundidades de la tierra, con
una enorme pirámide en el centro del complejo del templo.
La ciudad también alberga la Gran Yachaywasi, la Casa
del Conocimiento. Esta escuela de élite se dedica a capa-
citar a los jóvenes nobles para que obtengan lo mejor
que su educación y privilegios pueden ofrecer. Los niños
viven allí en vastos dormitorios y los sacerdotes de Suway
los entrenan en todo, desde el combate hasta el arte de
gobernar y las artes físicas. La competencia entre los
estudiantes es feroz, y no es raro que desaparezcan en el
desierto y nunca más se escuche de ellos.
Allin Tulpa
Allin Tulpa tiene la mayor concentración de practicantes de
Wañuy Ñaqay en todo Kuraq. La escuela se encuentra a las
afueras del templo de Suway en el centro de P'alqacamba.
Aunque menos brillante y grandiosa que el templo, la escuela
es una maravillosa obra de arquitectura, con incrustaciones
de oro alrededor de la piedra negra tallada que representan
todas las historias y mitos de Suway y Wañuy Ñaqay.
Los estudiantes empiezan a entrenar a una edad temprana
y solo unos pocos aprenden Wañuy Ñaqay, aunque todos
los que estudian allí reciben una educación de primer nivel.
Mientras los estudiantes en el Gran Yachaywasi son competi-
tivos, los estudiantes en Allin Tulpa son cooperativos. Aquellos
que no aprenden Wañuy Ñaqay asumen otros roles sacerdo-
tales para apoyar a los que sí lo hacen. Nadie se desperdicia,
aunque la entrada a la escuela es extremadamente selectiva.
148 CAPÍTULO 4: El Imperio de Kuraq
Algunos dicen que el mismo Suway elige a los estudiantes
y solo aquellos con su bendición pueden ingresar en la
escuela, aunque los sacerdotes nunca han confirmado si eso
es cierto. Los sacerdotes que se gradúan en Allin Tulpa son
devotos y fanáticamente leales a su dios. Aprenden no solo
a comprender la magia, sino que también son hábiles en el
combate, la guerra y diversas formas de asesinato. Ningún
sacerdote de Suway se libra de servir como guerrero Tupaq.
Takana
La impresionante ciudad de Takana, en la costa este, es un
testimonio de las innovaciones en la construcción moderna
del Imperio de Kuraq. Construida sobre los restos de la ciudad
que González quemó y destruyó durante su invasión abortada,
se creía que Takana era, desde entonces, un lugar maldito. La
Emperatriz decidió reconstruir la ciudad, desafiando al aspirante
a conquistador, para que actuara como un puerto de bienvenida
para todos los que viajan al Imperio desde Théah y más allá.
Los constructores transformaron la bahía en un puerto
bien equipado, con almacenes construidos sobre el agua
para recibir cualquier barco que necesite reparaciones y
suministros. Las posadas y restaurantes dan la bienvenida
a los viajeros cansados y los guías están listos para ayudar
a los visitantes a aclimatarse a la vida en Kuraq. Todos los
establecimientos y negocios están dirigidos por personas
amables y complacientes, dispuestas a prestar su ayuda. Y
listas para informar a los espías de la Emperatriz sobre
todos los extranjeros que ingresan al imperio.
El edificio de una embajada se asienta cómodamente en
las colinas fuera del puerto, con una vista impresionante del
mar debajo de los acantilados. Allí, la consejera enviada por la
Emperatriz, Anka, espera para recibir a cualquier diplomá-
tico en suntuoso esplendor. El puerto cuenta con una brigada
militar de guerreros Tokoyriq y un templo con un gran
contingente de guerreros Tupaq de Suway, por si los forasteros
deciden poner a prueba el poder del Imperio una vez más.
De lo que la gente no habla es de la maldición de la ciudad.
Cuando la Emperatriz hizo su sacrificio de cien personas, no
pudo aprovechar todo el poder que manifestaba. Lo usó para
buenos fines, pero gran parte se filtró en la ciudad y entre
los muertos y quemados que cubrían las calles. Desde ese
momento, muertos vivientes tambaleantes han ocupado el
lugar, aunque los Tupaq han eliminado a la mayoría de ellos.
Ahora, los guerreros Tupaq pasan el tiempo persiguiendo
a los muertos vivientes que se arrastran desde los acue-
ductos y cuevas debajo de la ciudad, con la esperanza de
evitar que los nuevos habitantes los vean.
Kachu Pual, el último Pukara
Para la mayoría de los extranjeros, e incluso para los luga-
reños que viven principalmente alrededor del área de la
capital, el control que Kuraq tiene sobre sus territorios
parece ser absoluto. De hecho, la mayoría de los mapas
dibujados por théanos muestran un territorio intacto al sur
de las montañas Hark'apa, que se extiende hasta el final de
Aztlán, como «El Imperio de Kuraq».
La realidad, por supuesto, no es tan simple.
Para establecer su dominio actual, el pueblo kuraq tuvo
que lidiar con otros grupos de habitantes al sur de Aztlán. A
algunos los sometieron con diplomacia y otros requirieron
una demostración completa de su fuerza para anexarlos a sus
territorios. Hay uno, sin embargo, que ha resistido todos y
cada uno de los intentos de ser gobernado, un pueblo indo-
mable que habita en el rincón más austral del continente.
Son los purum awqa, el «pueblo salvaje», y Kachu Pual
—del río homónimo que lo cruza— es el último pukara
(«fortaleza») que los kuraq han podido defender de ellos.
En este lugar al final de Aztlán, la mayoría de los
conflictos políticos de Kuska, como la Resistencia y otras
intrigas cortesanas, se consideran noticias de alguna tierra
lejana. En Kachu Pual cada día es una lucha por la super-
vivencia, y cada hombre, mujer y niño detrás de sus muros
reconoce solo una afiliación política, un origen y un credo:
defender este bastión del purum awqa en todo momento y
bajo cualquier circunstancia.
Las consecuencias de no cumplir con su
deber son terriblemente simples: si
Kachu Pual cayera, todos sus residentes serían pasados
por la espada, desmembrados y probablemente devorados
por la gente salvaje. Después de eso, quemarían la fortaleza
hasta los cimientos, borrando cualquier evidencia de su
existencia. Lo saben porque eso es lo que las historias dicen
que la gente salvaje le ha hecho a todos los demás pukaras
que un día existieron al sur del río Kachu Pual.
El resultado de estas condiciones extremas de existencia
es un grupo de individuos endurecidos que no permiten
que nada interfiera con su deber. La mayoría de ellos son
funcionarios de bajo rango del Imperio y sus familias, o
cortesanos desterrados que decidieron comenzar de nuevo
lo más lejos posible de Kuska, y todos terminaron convir-
tiéndose en avezados defensores del pukara.
Otros todavía son lobos solitarios con historias propias
que aprecian esa vida cruda y sencilla que les ofrece
Kachu Pual, una en la que no se les pide que se ajusten
a ninguna de las normas sociales que son obligatorias al
norte del Imperio.
Por último, están los aventureros y exploradores théanos
que se han enamorado del hermoso entorno natural de la
fortaleza y no pueden soportar la idea de ver desaparecer
a este lugar y su gente. Aunque en muchos otros lugares
del Imperio serían considerados marginados, o al menos
extranjeros sin voz en los asuntos de Kachu Pual, aquí se
los considera iguales, siempre que
contribuyan con su parte para
defender el pukara.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 149
 Yara
Yara tuvo una vez una familia a la que llamar propia. Nacida
en la poderosa casa de Pachacunya, el primer Emperador, Yara
vivió rodeada de lujo en Kuska, a los pies de su Venerable quapaq,
siempre dispuesta a servir. Luego conoció a Asiri Inkasisa y su
vida cambió para siempre. Fue el amor de Yara por Asiri lo que
la hizo compartir el secreto de que Supacha había poseído el
cuerpo de Pachacunya, pero fue el amor de la Emperatriz por
Yara lo que la mantuvo viva durante los años posteriores.
Cuando la Emperatriz llevó a cabo su sacrificio de sangre
para salvar el imperio, la familia de Yara fue la primera en
la tajadera. En parte como tributo al primer emperador
muerto, y en parte para que nadie se levantara e intentara
reclamar su trono. Solo le perdonó la vida a Yara, y Yara le
salvó la vida a su hermana Alqacha, a quien ocultó antes
de que Asiri supiera que existía. Cualquier amor que Yara
pudiera haber tenido alguna vez por la Emperatriz murió
con su familia, para ser reemplazado por un odio abrasador.
Cuando llegó la muerte, Yara solicitó convertirse en
uno de los Venerables Difuntos, lo que la Emperatriz
le concedió voluntariamente, y le asignó una familia de
sirvientes para que actuaran como sus Portavoces. La
Emperatriz quería mantener a Yara a su lado para siempre,
sin saber que ahora Yara trabaja desde el más allá para
socavar a su antigua amante.
El trabajo más importante de Yara es preservar la vida del
descendiente de su hermana, Tolanaq, el último príncipe
vivo del linaje de Pachacunya. El chico es un prisionero
político en las panacas de la Emperatriz, aunque Asiri no
tiene ni idea de su verdadero linaje. Yara hará cualquier
cosa para mantenerlo a salvo, porque cree que algún día la
legítima dinastía de Pachacunya volverá al poder y salvará
a su pueblo. Su Portavoz es una chica llamada Isi, elegida
por su falta de experiencia política. Yara pasa su tiempo
libre moldeando a Isi para convertirla en un arma, entre-
nándola para que algún día pelee en lo que sabe que será
una sangrienta batalla por el alma del imperio.

Semillas de aventura
• Tolanaq está siendo trasladado a otra prisión, pero Yara
no sabe dónde. Ella no quiere revelar su interés en el
YARA hombre, por lo que les pide a los héroes que lo vigilen,
y si pueden ayudarlo a escapar, los recompensará bien.
• Yara aprendió sobre los Pakaykuq y organizó una
«No hay nada que desee más que reunión con ellos, pero su contacto en la corte ha
corregir los errores de mi juventud». desaparecido. ¿Podrán los héroes ayudarla a encon-
trar al hombre desaparecido antes de que Asiri
descubra su conexión con Yara?
Awqasisa, la voz de
la Emperatriz
Awqasisa sirve a la Emperatriz como su voz, lleva su
máscara mortuoria y anuncia sus órdenes con regularidad.
Heredera de una casa noble menor, se destacó desde muy
joven como una hábil cortesana, capaz de navegar por las
peligrosas aguas de la corte imperial con gracia y encanto
natural. Por ello, pocos se sorprendieron cuando la Qhapaq
anunció su decisión de hacer de Awqasisa su voz.
Poco después de eso, la Resistencia comenzó a convertirse
en un problema.
Nadie conectó ambos hechos. Después de todo, ¿quién
podría culpar a la nueva chambelán por los actos inde-
corosos de un pequeño grupo de insurgentes? Su trabajo
fue impecable y su dedicación a la corte y la Emperatriz,
incuestionable. Cuando chaskis entraron y salieron de sus
aposentos, todos asumieron que llevaban mensajes que la
Emperatriz le había ordenado entregar. La mayoría lo eran,
aunque a veces un niño o niña memorizaba un mensaje y
anudaba un khipu, y luego corría hasta Chuqi K'iraw, la
fortaleza donde los Pakaykuq tienen su base de operaciones.
Awqasisa está espiando para el enemigo.
Lo ha hecho desde el principio, porque es una verdadera
creyente. Y su posición como Portavoz de Asiri solo le ha
mostrado más de la maldad que desprecia. Su labor por la
Resistencia ha sido una de las únicas razones por las que
sus planes han tenido éxito recientemente. La información
privilegiada que proporciona es fundamental, y sin ella, el
resultado más probable sería que los Tokoyriq aplastaran
a los Pakaykuq de una vez por todas.

Semillas de aventura
• La impecable fachada de Awqasisa se está cayendo
a pedazos. Está desarrollando sentimientos no
deseados por la Emperatriz y no los comprende.
¿Pueden los héroes ayudarla a descubrir qué le está
sucediendo sin alertar a la Emperatriz?
• La Emperatriz ha comenzado a sospechar de la parti-
cipación de Awqasisa con los Pakaykuq. ¿Pueden
los héroes ayudarla a desviar la atención lejos de la
Portavoz mientras ella ayuda a organizar un gran
esfuerzo de resistencia? AWQASISA, LA VOZ
DE LA EMPERATRIZ

«Puede que hable por la Emperatriz,

pero ella no controla mi corazón».
 K'uyuq
Cuando K'uyuq era joven, su familia recibió la noticia de
que la Emperatriz había seleccionado a otro de sus hijos
para el qhapaq hucha («sacrificio real»). Cuando sus padres
presentaron una protesta formal, ella respondió prome-
tiendo quemar viva a toda la familia para evitarles el sufri-
miento que les había infligido. Antes de que se ejecutara la
sentencia, la familia de K'uyuq lo envió lejos a escondidas
y la última palabra que escuchó de ellos fue «vénganos».
K'uyuq juró dar caza a cualquiera que se beneficiara del
Imperio, desde el soldado más humilde hasta el noble más
alto. Durante esa época, hizo una declaración de quemar
vivos a sus enemigos. Continuó así durante un tiempo
antes de conocer a Intiawki, quien le ofreció a K'uyuq su
posesión más preciada: la esperanza. Esperanza de una vida
después del fin del Imperio, una en la que tuviera algo más
que fuego y cenizas para consolarlo.
Y así fue como ambos se enamoraron.
Aunque fue el primero en negarlo, la bondad y la pasión
que encontró en su amor hicieron que K'uyuq fuera más
cuidadoso y menos despiadado en sus prácticas. No le dio
cuartel a los enemigos, pero dejó de torturarlos, dándoles
en cambio muertes limpias y rápidas. Al mismo tiempo, el
cazador solitario comenzó a involucrarse con los Pakaykuq
como nunca antes, convirtiéndose en líder y maestro de los
nuevos reclutas.

Semillas de aventura
• Intiawki ha vuelto de entre los muertos, pero K'uyuq
no cree en el milagro. Teme que su amor haga tratos
con su enemigo, pero no quiere creerlo sin pruebas.
¿Pueden los héroes ayudar a K'uyuq a decidir
qué hacer?
• K'uyuq cree que la Emperatriz quemó viva a toda su
familia, pero ha escuchado rumores sobre una mujer
con el mismo nombre que su hermana pequeña.
Sus deberes para con los Pakaykuq son demasiado
importantes para dejarlos, por lo que les pide a
los héroes que busquen a esta mujer y descubran
la verdad.

K'UYUQ

«Lo único que he encontrado más dulce

que la venganza es la revolución».
Lora Antonia de Ochoa y Ochoa
Lora Antonia Lidia Teresa Adelaide Ferreira de Ochoa y
Ochoa nació en Barcino, Castilla. Nació en una familia de
nobles terratenientes, lo que le brindó la mejor educación
que el dinero podía comprar en la Ciudad Vaticana.
Amaba la ciencia y la física más que nada, pero en ese
momento, el Inquisidor Verdugo había comenzado a
prohibir tales ciencias en el plan de estudios que se enseña
regularmente en el seminario. Sus profesores la vieron
como un activo sagaz, a menudo subestimada debido a una
dolencia física que le hace apoyarse en la pierna izquierda.
Si bien los intereses de Lora se encuentran más enfocados
en el descubrimiento de nuevas tecnologías, sus profesores
comenzaron a llevarla a viajes arqueológicos. Ella no se
imaginaba que sus constantes idas y venidas por Théah eran
viajes de contrabando para llevar textos prohibidos a lugares
seguros. Es decir, hasta que una redada de la Inquisición
destruyó el laboratorio de su profesor y el resto de sus textos.
Él le aseguró, antes de que los soldados se lo llevaran, que sus
escritos estaban a salvo y que solo tenía que regresar con su
amigo en común Diego Saldana para encontrarlos.
Cuando finalmente alcanzó a Diego, él estaba subiendo
a un barco hacia el Nuevo Mundo, llevándose los textos
recopilados con él. Ella se le unió y, con suerte, ayudará
a aprender nuevas tecnologías con un intercambio acadé-
mico especial que él había orquestado con la Emperatriz de
Kuraq. Aprovechó la oportunidad y ahora reside en Kuska.
Lora ve a la Emperatriz como otro Inquisidor Verdugo.
Puede parecer que dirige a la gente de buena fe, pero es
corrupta y vil. Si esto es tan fácil de ver para una extranjera,
seguramente habrá lugareños que también lo vean. Y por
supuesto, con solo un poco de búsqueda, encontró a la
Resistencia y pidió unirse de inmediato.

Semillas de aventura
• A Lora le preocupa que la Emperatriz esté usando
a Diego para urdir algún tipo de complot contra
Théah. ¿Podrán los héroes ayudarla a infiltrarse en
la corte real y descubrir los planes para su hogar?
• Lora está sin duda alguna del lado de la Resistencia,
pero no tiene ni idea de lo que eso significa. No es
una guerrera, pero tiene acceso a todos los textos de LORA ANTONIA DE
ciencia de su antiguo profesor. Contrata a los héroes
para que la ayuden a traducirlos al idioma local y así
OCHOA Y OCHOA
poder difundir la información, y posiblemente para
que le sirvan como guías y la ayuden a encontrar a «Este lugar es como todos los demás.
los Pakaykuq. El poderoso oprime al débil. No
somos tan diferentes».
 Kuraq Qhapaq, Asiri Inkasisa,
Emperatriz de Kuraq
No hay nadie tan infame y tan impresionante en el Imperio
de Kuraq como Asiri Inkasisa, Qhapaq de la sede imperial
y la consorte más Venerable del propio dios Suway. Nacida
en una casa noble menor, Asiri Inkasisa escaló posición en
la corte gracias a su ingenio y determinación despiadada.
Con la ayuda de Yara, destituyó al Emperador Pachacunya
y tomó su capa de plumas doradas para convertirse en
Emperatriz. Veinte años después, se sacrificó a sí misma y a
otras 100 personas para solidificar los territorios imperiales
en una poderosa maquinaria política bajo su control.
Cien años después, la Emperatriz todavía está en el trono,
ya sea caminando por los pasillos de panacas en Kuska en
su momia increíblemente bien conservada, o bien mane-
jando uno de sus Portavoces para gobernar desde lejos.
La magia que destruyó al ejército de González también
preservó el cuerpo de la Emperatriz en un molde casi
perfecto de su belleza original.
A pesar del poder que gana a través de sacrificios de
sangre regulares, la tarea de animar su cadáver agota a la
Emperatriz, y regresa a menudo a su cripta para renovar
sus fuerzas. Sin importar su estado físico, la Emperatriz
mantiene unido a todo el imperio, y su personalidad, así
como la dedicación de sus nobles y su gente, la convierten
en una aterradora fuerza de voluntad y de la naturaleza.
Puede parecer fría y cruel, ya que pocas cosas la molestan
y, a menudo, actúa por el bien de su imperio sin preocu-
parse por a quién pueda lastimar. Gobierna su tierra con
puño de hierro, y alienta las peleas entre las casas y sus
Venerables como una forma de evitar que alguien se fije
demasiado en su gobierno.

Semillas de aventura
KURAQ QHAPAQ,
ASIRI INKASISA,
EMPERATRIZ DE KURAQ
«Mi gente no necesita confianza y mimos, necesita
estructura. Pueden resistirse contra su dios, pero
no pueden negar la prosperidad que les ha traído».
• Miyatala es una de las descendientes de Asiri y es
muy querida dentro del imperio. Si alguien pudiera
tomar el trono de Asiri, sería Miyatala. ¿Podrán los
héroes ayudar a la princesa a derrocar a su antepa-
sada muerta?
• Asiri ha ordenado la muerte de todos los dioses
excepto Suway. Sus guerreros los cazan a lo largo
de Kuraq y más allá. Algunos dioses se han unido a
los Pakaykuq, aunque otros aún dudan. ¿Podrán los
héroes encontrar y convencer a los dioses restantes
para que se unan a la Resistencia?

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

8 10 18
Anka, jefe de los chaskis
Anka sirve al imperio como cabeza de los chaskis. Cifra y
descifra todos los mensajes, entrena y paga a los chaskis, y
negocia las tarifas con campesinos y nobles por enviar un
mensaje a cualquier lugar al sur de las montañas Hark'apa
y, a veces, incluso más allá.
Desde su posición privilegiada, Anka tiene acceso a
todos los secretos del Imperio y, aunque siempre está bajo
la vigilancia tanto de la Emperatriz como de los Pakaykuq,
intercambia información por favores y dinero a cualquiera
que esté dispuesto a pagar. Esto por sí solo no es tan malo,
salvo porque Anka está dispuesto a hacer lo que sea nece-
sario para mantener asegurada su posición.
Anka nació en una importante familia noble que había
estado a cargo de los chaskis desde tiempos inmemoriales.
Su vida estuvo llena de lujos y ningún deseo quedó sin
cumplir. Excepto cuando sus antepasados decidieron
omitirlo para el título de jefe de chaskis y hacer que su
madre fallecida hablara a través de su hermana. En ese
momento, Anka decidió que no permitiría que frustraran
sus deseos y quemó a su madre en su lecho de muerte antes
de que los sacerdotes realizaran sus rituales.
Desde entonces, sus ambiciones no conocen límites.
Negocia principalmente con información y no tiene escrú-
pulos sobre a quién la vende. Da información tanto a la
Emperatriz como a los Pakaykuq; a veces la misma infor-
mación por dos precios diferentes. Por lo general, lo hace
en secreto, y si alguien descubre su identidad, desaparece
en medio de la noche.

Semillas de aventura
• Las ambiciones de Anka se extienden más allá de su
base de poder actual y está usando a los Pakaykuq
para intentar derrocar a la Emperatriz y asumir el
trono él mismo. ¿Podrán los héroes descubrir su plan
y evitar que la Resistencia lo ayude?
• Anka tiene información condenatoria sobre la
Emperatriz y está listo para venderla. ¿Comprarán
los héroes su información o intentarán robársela? ANKA,
JEFE DE LOS CHASKIS
«Si más de una persona lo sabe,
ya no es un secreto».

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

5 6 11
 Intiawki, líder de la Resistencia
Intiawki nació en medio de la Resistencia, sin conocer
nunca otra vida. Sus padres murieron cuando él era joven
y simplemente se convirtió en el huérfano del campamento
que buscaba encajar. Mientras otros niños jugaban, corrían
y reían, él siempre hablaba seriamente. Sus juguetes eran
las armas de la Resistencia y sus batallas eran las auténticas
escaramuzas con las tropas de la Emperatriz. Veía morir a
personas que conocía y amaba a diario.
Algunos expresaron su preocupación y otros incluso
desaconsejaron este estilo de educación. Esas voces eran pocas
y nadie tenía los medios para acogerlo como era debido. Así
que continuó luchando y no aprendió nada más que la resis-
tencia. A medida que murieron los líderes e Intiawki envejeció,
se convirtió en una pieza fundamental del movimiento, hasta
que su voz fue la más fuerte en todos los consejos y sus pala-
bras fueron las más sabias en materia de guerra.
Como tantos líderes antes que él, Intiawki murió
luchando por lo único que conocía en la vida. Ese habría
sido el final, si no fuera por los sacerdotes de Suway que
intentaron traerlo de regreso. Sabían que sería un poderoso
aliado contra los Pakaykuq si tan solo pudieran convertirlo.
Cuando Intiawki llegó a las puertas del Ukhu Pacha, se
encontró con Suway, quien le dio a elegir.
Era la primera vez que alguien le había dado una opción,
la primera vez que a alguien le importaba lo que él quería.
Por encima de eso, Suway le ofreció al chico una gran
cantidad de conocimientos, riquezas y vida eterna después
de la muerte, con solo una pequeña tarifa de servidumbre.
Sin pensarlo dos veces, Intiawki aceptó la oferta.
Cuando regresó de entre los muertos, los Pakaykuq lo
consideraron un milagro que significaba la perdición para
sus enemigos. Y tienen razón, porque la perdición se acerca
rápidamente, pero no para la Emperatriz y sus súbditos,
sino para el grupo de rebeldes que es la Resistencia.

Semillas de aventura
• Intiawki continúa liderando a los Pakaykuq, los
INTIAWKI, miembros están convencidos de que es el elegido por
LÍDER DE LA RESISTENCIA el dios del sol para llevarlos a la victoria. ¿Podrán
los héroes convencer a los Pakaykuq de que su líder
«Estuve equivocado durante mucho tiempo y, está trabajando para el enemigo antes de que sea
finalmente, se siente bien saber que tengo razón». demasiado tarde?
• Suway le ofreció un trato a Intiawki, pero su servicio
no es eterno. Una vez que cumpla con su parte del
trato, volverá a ser libre. ¿Ayudarán los héroes a
Intiawki a cumplir con su deuda y posiblemente
volver a unirse a la resistencia contra la Emperatriz?
FUERZA INFLUENCIA NIVEL

6 7 13
Cornélie Blanchet
Cornélie fue abandonada cuando era niña. Dejada sola en
las calles de Montaigne, tuvo que abrirse camino por sus
propios medios. Sobrevivió en base a puras agallas y deter-
minación, y se hizo un nombre, aunque no tenía ninguno.
Robó ropas nobles, se unió a la corte y antes de que cual-
quiera que tuviese opinión sobre el asunto pudiera decir
una palabra al respecto, Cornélie se convirtió en Madame
Fournier. Sin embargo, después de un tiempo, la tragedia
golpeó y la pobre Cornélie se quedó viuda. ¡Pero cuidado!
Su tristeza fue breve; pronto se convirtió en Madame
Blanchet y partió al Nuevo Mundo con su próspero esposo.
La prematura muerte de Monsieur Blanchet, junto con el
resto de su expedición, fue otra prueba en la vida de Cornélie.
Como tal, hizo lo que había hecho desde los días en el orfa-
nato: observar y aprender. Vio cómo los dioses convertían
a su pueblo en piedra, cenizas o algo peor, así que hizo el
papel de espectadora inocente y esperó el momento opor-
tuno. Cuando se dio cuenta de que ni los nahuacanos ni los
tzak k'anos iban a ceder a sus encantos, se trasladó al sur.
Encontró un grupo de personas cuyos nobles estaban
todos muertos, desde su Emperatriz para abajo. Cornélie
estaba lista para morir, aunque no de esta manera en parti-
cular. Encontró una manera de formar parte de la corte
de la Emperatriz, pero Asiri tenía planes diferentes para
ella. Le quitaría la vida a la mujer montaignesa, pero esta
nunca podría convertirse en una Venerable, no a menos que
demostrara su devoción por Suway.
La Emperatriz quería saber acerca de Théah y sus habi-
tantes, y estaba más que dispuesta a pagar por ello con
riquezas y estatus. Siendo la superviviente que siempre
había sido, Cornélie se unió a la corte de la Emperatriz.
Ahora le da a la Emperatriz todo lo que quiere; ¿y quién
mejor que Cornélie, que conoce todas sus debilidades?

Semillas de aventura
• Cornélie no está satisfecha con su relegación al
títere théano de la Emperatriz, y busca socavar su
gobierno vendiendo sus secretos a théanos. ¿Evitarán CORNÉLIE BLANCHET
los héroes que Cornélie invite a las tropas théanas a
sus costas? «La lealtad es una palabra tan trillada. Soy
• Cornélie espera demostrar su valía ante la leal a mí misma, ¿qué más quieres?»
Emperatriz destruyendo a los Pakaykuq. Ha conven-
cido a un grupo de comerciantes théanos para que
la ayuden a infiltrarse en el campamento. ¿Podrán
los héroes erradicar a sus infiltrados y salvar a la
Resistencia?

FUERZA INFLUENCIA NIVEL

4 5 9
158 CAPÍTULO 5: Mechanics
Capítulo 5
Mecánica
7º MAR EL NUEVO MUNDO 159
 UN HÉROE AZTLANO
Aztlán está lejos de Théah, pero es rico en su propia historia,
leyendas, intrigas y aventuras. Puedes interpretar a los visi-
tantes de esta majestuosa tierra o a los nativos. En Aztlán,
lo que te convierte en un héroe es el deseo de hacer lo
correcto contra viento y marea. A veces esa posibilidad llega
en formas conocidas, como detener a un villano o ayudar
a aquellos que no pueden ayudarse a sí mismos. Pero otras
veces, puede ser más difícil de reconocer, como preservar
una cultura única de ser erradicada por completo, u honrar
a los dioses.
Héroes aztlanos
Dependiendo de la nación de la que provenga, un héroe
aztlano tiene una amplia gama de razones para ser un
héroe. Puede creer en un Aztlán unificado conseguido a
través de acuerdos pacíficos. Es posible que desee destruir
las ciudades-estado malvadas en Tzak K'an, poniendo fin
a las terribles prácticas a las que puedan adherirse. Puede
que simplemente quiera liberar a su gente de su líder villano.
Sea lo que sea, ve que algo anda mal en su mundo y se ha
comprometido a arreglarlo.
Un héroe aztlano se enorgullece de ser valiente e inteli-
gente. Encuentra aliados donde puede y se niega a permitir
que el miedo dicte sus acciones. Si bien su nación puede
temer una guerra con Théah, comprende que tiene grandes
160 CAPÍTULO 5: Mecánica
aliados en los héroes théanos. Ya que siempre está dispuesto
a ayudar a los menos capaces o necesitados, se ve fácilmente
envuelto en las preocupaciones de sus aliados, al igual que
les pide que le ayuden con las suyas.
Théanos en Aztlán
Los théanos han interactuado con los aztlanos durante
tres cuartos de siglo. Los théanos no son nuevos y muchos
de ellos se han integrado en las distintas naciones. Esto
significa que hay muchas personas de nacionalidades
mixtas que viven en el Nuevo Mundo. Los héroes théanos
podrían ser de segunda generación, nacidos de théanos que
se mudaron aquí hace años; alguien que acaba de llegar; o
mitad aztlanos mitad théanos.
El origen de tu héroe determina el tipo de cosas que le
importan. Los nacidos en Aztlán tienen las mismas preocu-
paciones culturales que cualquier otra persona en la nación,
aunque también tienen vínculos con sus raíces théanas. Los
théanos que han venido al Nuevo Mundo recientemente
tienen varias razones para estar aquí. Tal vez estén huyendo
de un mal pasado y tratando de comenzar una nueva vida.
Quizás estén buscando fama y fortuna en las selvas tzak
k'anas. Quizás estén buscando ventaja política en Kuraq.
Y tal vez estén buscando a alguien en particular que haya
venido antes que ellos.
Héroes aztlanos en 7º Mar
Este capítulo cubre todo lo que necesitas saber para crear un
héroe de Aztlán. Las reglas para crear un héroe siguen siendo
las mismas —seguirás los mismos pasos del Libro de Reglas
Básico—, pero El Nuevo Mundo amplía tus opciones con
héroes fuera de Théah.
Hay trasfondos básicos y trasfondos de nación, al igual
que en el Libro de Reglas Básico, así que si has leído
sobre los guerreros Tupac de Kuraq y quieres interpretar
uno, puedes hacerlo. Este capítulo también incluye un
montón de nuevas ventajas, nuevos Arcanos y nuevas histo-
rias. Incluso puedes encontrar nuevas Hechicerías, nuevos
estilos de esgrima, así como nuevos Orígenes y aventuras
para barcos exclusivos de la experiencia del Nuevo Mundo.
Mezcla y combina partes del Libro de Reglas Básico
con este, pero presta mucha atención a las limitaciones.
Tu DJ puede permitir excepciones —como un alquimista
tzak k'ano—, pero deberían ser poco frecuentes. Sí, los
héroes son excepciones a las reglas, pero esas excepciones
requieren tanto explicaciones como la posibilidad de
historias futuras. Por ejemplo, una nahuacana con Sorte
puede haberlo aprendido de su abuela, quien se casó con
un miembro de su familia nahuacana cincuenta años antes.
Paso 1: Características
Cada héroe tiene cinco características que definen cuáles
son sus puntos fuertes. Las características son:
Músculo es la fuerza y la potencia física de un héroe.
Maña mide la coordinación y la agilidad de un héroe.
Brío es la fuerza de voluntad y la resistencia de un héroe.
Ingenio mide lo rápido que puede reaccionar un héroe.
Donaire es el encanto y el magnetismo personal de un héroe.
Todos los héroes comienzan con todas las características a
nivel 2. Tienes 2 puntos adicionales que puedes gastar para
aumentar tus características.
Paso 2: Nación
La nación que eliges afecta a tus características y también
te otorga acceso a trasfondos y ventajas específicos de la
nación. Aplica estas bonificaciones después de gastar tus
puntos en características.
NACIÓN BONIFICACIÓN
Kuraq +1 Músculo o +1 Brío
Nahuacán +1 Maña o +1 Ingenio
Tzak K'an +1 Ingenio o +1 Donaire
Paso 3: Trasfondos
En el mundo de Aztlán, pocos eligen su propio camino
en la vida. A menudo, una niña asume el mismo papel que
sus padres antes que ella. Tus trasfondos representan lo
que hizo tu héroe antes de que empezara el juego. ¿Fuiste
entrenado para ser sacerdote o guerrero? ¿Tus padres te
enviaron al seminario para ser juez? Quizás te criaron para
adorar a los Venerables Difuntos. O tal vez naciste rodeado
de lujo en una de las familias nobles de Aztlán. Aquí no es
donde termina tu héroe, pero sí es donde comenzó.
Los trasfondos representan tu pasado. Eras un guerrero,
eras un escriba, eras un asesino. Si bien estas cosas tuvieron
una gran influencia en ti, no son necesariamente en lo que
te has convertido.
Los trasfondos te dan un par de cosas que diferencian a
tu héroe de los demás.
Restricciones: Algunos trasfondos tienen restricciones.
Asegúrate de seguirlas, son parte de la historia de tu héroe.
Peculiaridades: Los trasfondos vienen con una peculiaridad,
un rasgo de personalidad que es común entre las personas de
ese trasfondo. Si actúas de acuerdo a una peculiaridad de tu
trasfondo, consigues 1 punto de héroe. Solo puedes ganar 1
punto de héroe de cada peculiaridad por sesión.
Ventajas: Los trasfondos te dan ventajas, que son capaci-
dades que la mayoría de los théanos nunca tendrán. Si tu
trasfondo enumera una ventaja, puedes añadirla a tu hoja
de personaje sin ningún coste. A menos que se indique lo
contrario, todas las ventajas se pueden encontrar en este
libro o en el Libro de Reglas Básico. La anotación te
dará el nombre del libro y el número de página.
Habilidades: Cada trasfondo también te da un conjunto
de habilidades, que empiezan en nivel 1. Las habilidades
son bonificaciones específicas para tareas específicas. Al
igual que las características, las habilidades tienen niveles
que te dicen cuántos dados te dan. El nivel de una habilidad
no puede ser más de 5.
Dos trasfondos
Primero, elige dos trasfondos de la siguiente lista.
Obtienes todas las ventajas de tus trasfondos. Si tienes
ventajas duplicadas, elige cualquier otra ventaja con el
mismo coste.
Obtienes 1 nivel en todas las habilidades de tus tras-
fondos. Si tienes habilidades duplicadas, añade 1 punto
más (para un total de 2 puntos) a la habilidad duplicada.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 161
 Trasfondos básicos Trasfondos de Kuraq

ATLETA AWQAYLLI
Eres conocido a lo largo de Aztlán como un famoso Actúas como la mano dura de Suway, protegiendo a sus sacer-
jugador de pelota, luchador o alguna figura pública similar. dotes y destruyendo a sus enemigos, incluidos los demás dioses.
Peculiaridad Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando uses tu fama o reputación Ganas 1 punto de héroe al derrotar a un enemigo más
como una oportunidad para inspirar a otro personaje. poderoso que tú.
Ventajas Habilidades Ventajas Habilidades
Lengua de plata Apuntar Academia de Esgrima Armas
Reflejos rápidos Atletismo (Waglichina) Atletismo
Interpretar Hechicería Conocimiento
Intimidar Esconder
Pelear Percepción

COMERCIANTE CERTIFICADO CHURIKUNA

Tienes licencia para promover el comercio entre Théah y el Nuevo Eres uno de los sacerdotes de la muerte de Suway e
Mundo, transportando productos exóticos a través del océano. invocas el poder de los Venerables Difuntos para cumplir
sus deseos.
Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando uses tus conexiones Peculiaridad
mercantiles para forjar vínculos más estrechos entre tu Ganas 1 punto de héroe cuando sigues órdenes
nación de origen y una potencia extranjera. sin cuestionarlas.
Ventajas Habilidades Ventajas Habilidades
Casado con el mar Armas Hechicería Conocimiento
Cruzar la palma Conocimiento Hechicería Convencer
Sentido de la orientación Convencer Sentido de la orientación Interpretar
Empatía Intimidar
Navegación Tácticas de guerra

CONTRABANDISTA DE RELIQUIAS PAKAYKUQ

A través de medios legítimos o ilegítimos, obtienes Crees que Suway no es el dios que tu nación necesita y, en
artefactos para ayudar a preservar la cultura aztlana. secreto, luchas a favor de otro dios.
Peculiaridad Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando adquieres una reliquia (ya sea Ganas 1 punto de héroe cuando corres un gran riesgo
de la antigua Aztlán o de Théah) por medios deshonestos. personal para enfrentarte a un tirano.
Ventajas Habilidades Ventajas Habilidades
Allanamiento de morada Armas Las viejas tradiciones Atletismo
Callejero Empatía (Ver libro Imperio de la Equitación
La seña Esconder Media Luna) Esconder
Navegación Tocado por un dios Percepción
Robar Tentar

INMIGRANTE THÉANO
Tuviste que dejar Théah por algún tipo de desgracia TOKOYRIQ
y ahora estás intentando reconstruir tu vida en el Tienes la tarea de mantener la paz dentro de Kuraq como
Nuevo Mundo. guardia y policía secreta.
Peculiaridad Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando intentas resolver un problema Ganas 1 punto de héroe cuando descubres un secreto y te
de la forma en que se hubiera hecho en tu antiguo país, y eso mete en problemas.
te mete en problemas.
Ventajas Habilidades
Ventajas Habilidades
Chist, por aquí Apuntar
Espíritu valiente Convencer Piensa rápido Armas
Pelea de bar Empatía Empatía
Navegación Intimidar
Pelear Percepción
Percepción

162 CAPÍTULO 5: Mecánica

Trasfondos de la Alianza Nahuacana Trasfondos de Tzak K'an

CUĀUHMEH (GUERRERO ÁGUILA) CHAMÁN

Eres uno de los mejores soldados de la Alianza y tu casco Has sido exiliado de Tzak K'an debido a tus poderes innatos,
de águila distintivo denota tu posición. pero aún tienes en mente el beneficio de tu nación.
Peculiaridad Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando te enfrentas a un Ganas 1 punto de héroe cuando rechaces una oferta de
problema que no te incumbe porque es lo correcto. poder o influencia sobrenatural porque es demasiado
peligrosa para que la maneje cualquier mortal.
Ventajas Habilidades
Adornar con plumas Armas Ventajas Habilidades
Objeto distintivo Atletismo Hechicería Atletismo
Superviviente Convencer La tormenta me sirve Conocimiento
Empatía Empatía
Tácticas de guerra Pelear
Percepción
OCĒLŌMEH (GUERRERO JAGUAR)
Tú y tus hermanos y hermanas de armas acecháis las selvas HOLKANOB
nahuacanas, derrotando a los enemigos de tu nación. Eres uno de los soldados de infantería de Tzak K'an
Peculiaridad y te interpones entre tu gente y los invasores que les
Ganas 1 punto de héroe cuando tu compromiso a trabajar harían daño.
como parte de un equipo o unidad te ayude a resolver Peculiaridad
un problema. Gana 1 punto de héroe cuando te superen en número, en
Ventajas Habilidades armas o en habilidad y te niegues a dar marcha atrás.
Academia de Esgrima Armas Ventajas Habilidades
(Icniuhitli) Atletismo Duro de matar Apuntar
Acechador en las sombras Esconder Superviviente Armas
Intimidar Atletismo
Tácticas de guerra Esconder
Percepción
POCHTECA (COMERCIANTE)
Utilizas tu posición como comerciante para viajar por LA VENTAN
Aztlán y hacer alianzas, así como para indagar en los Tu linaje está maldito por el estigma del hombre jaguar y
secretos de quienes se oponen a ti. guardar tu secreto te mantiene vivo.
Peculiaridad Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando sacrifiques o pongas en Ganas 1 punto de héroe cuando tu antiguo linaje entre en
peligro un trato mercantil a favor de un secreto útil. juego y te cause problemas.
Ventajas Habilidades Ventajas Habilidades
Regatear Convencer Calmar a la bestia Atletismo
Cruzar la palma Empatía Extranjero (Nahuacano) Conocimiento
Lingüista Esconder Más allá de la vista Esconder
Robar Pelear
Tentar Percepción

TEPANTLATO SACERDOTE DE LA VISIÓN

Tienes el deber de defender a los acusados a través de tu Se te ha proporcionado un gran poder para guiar a tu
dominio de las leyes. pueblo, pero todo poder viene con un sacrificio.
Peculiaridad Peculiaridad
Ganas 1 punto de héroe cuando convenzas a tus aliados de Ganas 1 punto de héroe cuando los consejos que le brindes
que resuelvan un problema con diplomacia y palabras, en a otro causen problemas.
lugar de con violencia y espadas.
Ventajas Habilidades
Ventajas Habilidades Hechicería Armas
Levantaos, hermanos y Conocimiento Hechicería Conocimiento
hermanas Convencer Noción del tiempo Convencer
Un inocente malentendido Empatía Intimidar
Esconder Percepción
Interpretar

7º MAR EL NUEVO MUNDO 163

 Paso 4: Habilidades
Tienes 10 puntos para añadirlos a las habilidades existentes
de tus trasfondos o para añadir nuevas habilidades a tu hoja.
Cada punto compra un nivel más de una habilidad, inde-
pendientemente de que ya tengas niveles en ella debido a tu
trasfondo. No puedes aumentar una habilidad por encima de
nivel 3 al crear a tu héroe.
Alcanzar ciertos niveles en habilidades otorga a tu héroe
bonificaciones adicionales, además de añadir dados.
• En el nivel 3, obtienes la capacidad de volver a tirar un
solo dado cuando realizas un Riesgo usando esa habilidad.
• En el nivel 4, obtienes la capacidad de ganar 2
Aumentos por cada grupo de 15, en lugar de solo 1
Aumento por cada grupo de 10.
• En el nivel 5, todos los dados en que saques un 10
explotan, lo que te permite lanzar 1 dado adicional
y añadirlo a tu resultado total.
APUNTAR
Usa Apuntar cuando apuntes con una pistola a alguien y
aprietes el gatillo. Usa Apuntar cuando lances un cuchillo a
través de la jungla con precisión milimétrica.
ARMAS
Usa Armas cuando ataques a alguien empuñando una espada,
un hacha, un martillo o un cuchillo.
ATLETISMO
Usa Atletismo cuando atravieses un pozo de arenas move-
dizas colgado de una enredadera, saltes de un tejado a otro o
realices otra proeza física peligrosa.
CONOCIMIENTO
Usa Conocimiento cuando utilices tu sabiduría para atar
cabos sobre un tema. Usa Conocimiento cuando recurras a
tu formación médica para atender una lesión.
CONVENCER
Usa Convencer cuando apeles a la bondad de alguien. Usa
Convencer cuando le asegures a alguien que estás siendo
honesto con ella y que tiene que confiar en ti.
EMPATÍA
Usa Empatía cuando quieras saber si alguien está siendo
sincero. Usa Empatía cuando determines el estado mental
general de alguien: miedo, nerviosismo, etc.
164 CAPÍTULO 5: Mecánica
EQUITACIÓN
Usa Equitación cuando necesites conducir una carreta por
terrenos peligrosos. Usa Equitación cuando cabalgues en una
montura al galope.
ESCONDER
Usa Esconder cuando ocultes un arma u otro objeto y para
evitar que lo encuentren si te registran. Usa Esconder para
atacar a una víctima desprevenida.
INTERPRETAR
Usa Interpretar cuando intentes cautivar a la audiencia con
tu talento para el espectáculo. Usa Interpretar para transmitir
un mensaje en particular a tu audiencia o para provocarle una
emoción específica a través de la actuación.
INTIMIDAR
Usa Intimidar cuando quieras que alguien haga algo bajo
amenaza, ya sea física o de otro tipo.
NAVEGACIÓN
Usa Navegación siempre que manipules los aparejos de un
barco. Usa Navegación cuando intentes manejar un navío
durante una batalla campal en el mar o a través de un canal
peligrosamente estrecho.
PELEAR
Usa Pelear cuando golpees o patees a alguien. Usa Pelear
cuando arrastres a alguien a un callejón.
PERCEPCIÓN
Usa Percepción cuando investigues un templo o busques
pistas en el estudio de un villano. Usa Percepción cuando
quieras distinguir pequeños detalles de un vistazo.
ROBAR
Usa Robar cuando cojas algo del bolsillo de alguien sin que se
dé cuenta. Usa Robar cuando abras una cerradura, una caja
fuerte o algo similar.
TÁCTICAS DE GUERRA
Usa Tácticas de guerra siempre que necesites experiencia táctica,
como cuando estás invadiendo una ciudad-estado. Usa Tácticas
de guerra cuando lideres a un ejército en batalla.
TENTAR
Usa Tentar cuando sobornes a alguien para que haga por ti
algo que realmente no debería hacer.
Paso 5: Ventajas
Aunque ya tienes algunas ventajas por tus trasfondos, ahora
puedes comprar otras nuevas. Estas actúan como distin-
ciones que te diferencian de los demás.
Tienes 5 puntos para comprar nuevas ventajas.
Las ventajas cuestan entre 1 y 5 puntos y pueden tener
un precio diferente según la nación de origen de tu héroe.
Algunas ventajas tienen restricciones.
Las ventajas solo se pueden comprar una vez, a menos
que se indique lo contrario explícitamente.
Una ventaja con la etiqueta Pericia ( ) necesita 1 punto
de héroe para activarse, pero no Aumentos, lo que significa
que no requiere una acción, aunque probablemente se
active en tu turno.
Ventajas de 1 punto
ADORNAR CON PLUMAS
(SOLO NAHUACANOS)
Debes tener la ventaja «Objeto distintivo».
Has aprendido a mejorar tu Objeto distintivo a través de
materiales raros y místicos, tales como plumas bendecidas
por los dioses u obsidiana encantada. Cuando compres esta
ventaja, elige una de las siguientes habilidades. Siempre
puedes gastar 1 punto de héroe para usar una habilidad
escogida de la misma manera que en las habilidades que se
ofrecen en la ventaja de Objeto distintivo.
• Evita que las Heridas se reduzcan por debajo de
una cantidad igual a tu característica más alta,
cuando uses el Objeto distintivo.
• Evita que un número de Heridas igual a tu
característica más alta se inflijan a otro personaje,
cuando uses el Objeto distintivo.
• Ejerce Presión a una cantidad de objetivos de la
escena actual igual a tu característica más alta,
cuando uses el Objeto distintivo.
• Ignora un número de niveles de Miedo igual
a tu característica más alta, cuando uses el
Objeto distintivo.
Un héroe puede comprar esta ventaja varias veces. Cada
vez que lo haga, elige una habilidad distinta de Adornar
con plumas.
DOS SANGRES
Tienes una herencia mixta: tu madre y tu padre eran
de dos naciones diferentes, y la sangre de ambos corre
por tus venas. Elige una nación que no sea la tuya. Si
compras la ventaja de Hechicería, puedes elegir la opción
de Hechicería de esa nación (aunque de todas formas
solo puedes aprender un tipo de Hechicería). También
puedes comprar ventajas al coste menor para esa nación
cuando corresponda.
LA SEÑA
Puedes transmitir un mensaje de una sola palabra (como
«peligro», «ayuda», «ir» o «huir») a cualquier aliado que
pueda escucharlo o verlo a través de un sonido o movi-
miento inocuo que otros no entenderán, y que a menudo
incluso parece perfectamente normal. La mayoría de las
veces se trata de cantos de pájaros, gritos de animales o
gestos sutiles.
Ventajas de 2 puntos
ACECHADOR EN LAS SOMBRAS
Gasta 1 punto de héroe para moverte en silencio, desa-
parecer en la oscuridad o demostrar tu afinidad con las
sombras de alguna otra forma.
AFRONTAR LA TORMENTA
Cualquier Aumento que gastes para superar una
Consecuencia creada por una Amenaza cuenta como
2 Aumentos.
COLABORADOR (1 SI ERES NAHUACANO)
Cuando gastas un Aumento para crear una Oportunidad,
puedes gastar un segundo Aumento. Si lo haces, activas la
Oportunidad en nombre de otra heroína dispuesta, sin que
necesite gastar su propio Aumento.
CONFIDENTE
Debes tener la ventaja «Compañero de confianza».
Elige un trasfondo básico para tu compañero. Siempre que
realice un Riesgo usando una habilidad de ese trasfondo,
tira 2 dados adicionales. Él obtiene las ventajas del tras-
fondo, y tú debes pagar cualquier efecto que requiera el
gasto de un punto de héroe. Tu compañero puede recibir
10 Heridas antes de quedar Indefenso, aunque aun así
necesitará que lo rescates.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 165
 CRUZAR LA PALMA (1 SI ERES TZAK K'ANO)
Cuando gastas Riqueza para volver a lanzar 1 dado en un
Riesgo social en el que puede influir el dinero, puedes volver
a lanzar hasta 2 dados.
LENGUA DE PLATA
Cuando actúas primero en una secuencia de acción y gastas
tu primera acción para presumir sobre cómo vas a derrotar
a tu oponente de formas particularmente coloridas e inge-
niosas, la primera vez que infliges Heridas a tu oponente
este debe gastar 2 Aumentos por cada Herida que reduzca.
MÁS ALLÁ DE LA VISTA
Gasta 1 punto de héroe. Hasta el final de la escena, puedes
ignorar cualquier impedimento a tu visión, sin importar
la fuente. Por ejemplo, si tienes los ojos vendados o estás
sumergido en la oscuridad total, puedes actuar como si
pudieras ver normalmente. Por lo general, los héroes con
esta ventaja tienen la capacidad de concentrarse en sus
otros sentidos para compensar la pérdida de visión.
MEJOR AFORTUNADO QUE EXPERTO
Siempre que realices un Riesgo usando una habilidad en la
que tengas uno o cero niveles, gastar puntos de héroe te da
2 dados adicionales en lugar de 1.
RECOLECTOR
Cuando tengas al menos una hora para buscar comida en
tu entorno, puedes encontrar materiales para crear armas
rudimentarias (una lanza de piedra o madera, un cuchillo
de piedra afilado, flechas simples de madera o piedra, etc.),
ropa protectora o herramientas básicas (como un martillo
tosco, hacha, cincel, cuchillo de desollar, etc.). Estos objetos
funcionan normalmente durante una escena (no necesaria-
mente la escena en la que se crearon). Si el DJ gasta 1 punto
de peligro, el objeto se rompe.
Ventajas de 3 puntos
BIENVENIDO A LA JUNGLA
Gasta 1 punto de héroe cuando aceches a tu presa a través
de un entorno natural, como una jungla o un bosque
espeso. La primera vez que infliges Heridas a tu objetivo,
este recibe una Herida Dramática adicional. Un héroe solo
puede usar esta ventaja una vez por escena y no funciona
con armas de fuego.
166 CAPÍTULO 5: Mecánica
CALMAR A LA BESTIA
Puedes gastar un Aumento en tu acción para evitar que un
animal o monstruo ejecute acciones agresivas. El animal
o monstruo puede aun así hacer otras cosas (como huir,
intentar esconderse, etc.), pero no atacará a nadie presente.
Este efecto termina inmediatamente y no puede reanudarse
si cualquier otro efecto hace que el animal o monstruo sufra
alguna Herida, o si se toma una acción similar que pueda
interpretar como agresiva hacia él. Esta ventaja no funciona
contra criaturas con un nivel de inteligencia aproximada-
mente humana o superior.
ESFUERZO DESESPERADO
Cuando no te quedan Aumentos en una secuencia de
acción, puedes gastar 1 punto de héroe para realizar una
sola acción. Ignoras la improvisación para esta acción, y
puedes realizar cualquier acción que normalmente se te
permitiría gastando un (y solo un) Aumento. Un jugador
solo puede usar esta ventaja una vez por sesión.
HACERSE EL MUERTO
Cuando eres el único héroe que queda en una escena que
involucra a un villano o una banda de matones empleada
por este, puedes elegir quedar Indefenso. Si lo haces, eres
inmune al asesinato y cualquier villano presente (o banda
de matones a su servicio) te dará una pizca de informa-
ción útil. El DJ te dirá que información te revelan, pero en
general puedes esperar escuchar un poco de información
útil o alguna idea de los motivos y planes del villano.
El villano puede sonreír sobre tu (supuestamente) incons-
ciente cuerpo y confesar que te ves igual que tu padre antes
de morir (revelando así que el villano es quien lo mató o, al
menos, que estuvo presente), o un escuadrón de guardias
podría revelar que tienen la intención de encerrarte en las
mazmorras del duque, en la celda contigua a ese molesto
barón (revelando así que el duque ha capturado y encarce-
lado al barón en su mazmorra).
El villano o la banda de matones te ignorarán, te darán
por muerto, te tomarán prisionero, o cualquier otra cosa
que pudieran haber hecho si te hubieran dejado Indefenso,
pero no pueden matarte. Al comienzo de la siguiente escena
ya no estás Indefenso.
LA ÚLTIMA PALABRA
Cuando no tienes Aumentos durante una secuencia dramá-
tica, puedes gastar 1 punto de héroe para realizar una sola
acción, ignorando las reglas de improvisación. Un jugador
solo puede usar esta ventaja una vez por sesión.
PIENSA RÁPIDO
La primera vez en cada ronda que tengas que pagar un
Aumento adicional para realizar una acción por improvi-
sación, no necesitas gastar el Aumento adicional. Esto solo
se aplica al incremento del coste de Aumentos de improvi-
sación; cualquier otro efecto que cause un incremento del
coste de Aumentos se seguirá aplicando con normalidad.
SEGUID SIN MÍ (1 SI ERES KURAQ)
Gasta todos tus Aumentos, al menos 1 por cada héroe
(además de ti) en la escena actual. Todos los héroes
(excepto tú) salen de la escena y tú te quedas atrás, varado
y solo. No puedes escapar de la escena antes de tiempo
por ningún efecto (como la Virtud «Astuto»), y aquellos
que has sacado de la escena no pueden regresar. Todos los
jugadores (aunque no sus héroes) deben estar dispuestos a
que este efecto funcione; si aunque sea un solo jugador no
quiere irse, todos los héroes permanecen en la escena y aun
así tú pierdes tus Aumentos.
Ventajas de 4 puntos
EXTERMINIO SILENCIOSO
Gasta 1 punto de héroe para derrotar de inmediato a una
banda de matones, independientemente de su Fuerza,
siempre que no estén al tanto de tu presencia antes de
lanzar tu ataque.
TIRO DE DESPEDIDA
Cuando tengas una pistola, arco, ballesta, cuchillo arroja-
dizo o un arma de proyectil similar y no tengas Aumentos
durante una secuencia de acción, gasta 1 punto de héroe y
selecciona otro personaje presente en la escena. Ese perso-
naje recibe una Herida Dramática, y puedes elegir entre
quedarte Indefenso o abandonar inmediatamente la escena,
sin poder regresar.
TOCADO POR UN DIOS
Has sido marcado o elegido por uno de los dioses de
Aztlán. Elige qué dios te ha favorecido, por ejemplo Suway,
la Serpiente Emplumada o Ītzzohualli. Después de lanzar
los dados en un Riesgo, puedes gastar 1 punto de héroe
para pedir el favor de los dioses y seleccionar un número
del que hayas obtenido uno o más en el Riesgo. Todos
los dados que resultaron en el número elegido explotan
durante este Riesgo.
Por ejemplo, si seleccionaste el número 7, todos los
7 que lanzaste explotarán (además de otros dados que
puedan explotar, como tus 10 si te han infligido 2 Heridas
Dramáticas). Puedes usar Tocado por un dios solo una vez
por escena.
Ventajas de 5 puntos
CAZADOR DE LOS PODEROSOS (3 SI ERES
KURAQ)
Gasta 1 punto de héroe cuando infliges Heridas a un
villano o un monstruo. Infliges una cantidad de Heridas
adicionales igual a la diferencia entre su Fuerza y tu carac-
terística más alta. Por ejemplo, si tu característica más alta
es tu Maña en 3 y estás infligiendo Heridas a un villano de
Fuerza 10, infliges 7 Heridas adicionales.
LA TORMENTA ME SIRVE (3 SI TZAK K'ANO)
Gasta 1 punto de héroe. Durante una ronda, una Amenaza
(página 199) en la escena gana el Elemento de Dominio y
tú te transformas en su amo. Si la Amenaza ya tenía este
atributo, te conviertes en el amo de la Amenaza y su amo
anterior pierde el beneficio durante una ronda. Mientras
seas el amo de una Amenaza de esta manera, puedes gastar
un Aumento en respuesta a que la Amenaza tome una
acción; si lo haces, la Amenaza falla su acción y pierde los
Aumentos que gastara en ella. Un héroe solo puede activar
esta ventaja una vez por escena.
LEVANTAOS, HERMANOS Y HERMANAS
(3 SI ERES NAHUACANO)
Cuando gastas 1 punto de héroe para darle dados adicio-
nales a otro héroe en un Riesgo, puedes dividir los dados
que das entre cualquier héroe aliado que pueda verte o
escucharte. Cualquier héroe que reciba dados de esta
manera puede seguir gastando sus propios puntos de
héroe en dados adicionales, y aún puede recibir dados
de otro héroe que gaste 1 punto de héroe para ayudarlo.
Básicamente, tu gasto de punto de héroe no cuenta para
la restricción de que «un héroe solo puede recibir dados
adicionales de esta manera una vez por Riesgo».
7º MAR EL NUEVO MUNDO 167
 Paso 6: Arcanos
Elige una Virtud y una Hibris para tu héroe de la siguiente
lista o del Libro de Reglas Básico (página 156). No es
necesario que pertenezcan a la misma carta.
Solo puedes activar tu Virtud una vez por sesión.
Solo puedes activar la Hibris de tu héroe una vez por sesión.
Activar tu Hibris te da 1 punto de héroe. El DJ también
puede ofrecer 1 punto de héroe para activar la Hibris de un
héroe, pero el jugador puede negarse. Si acepta, gana el punto
de héroe y debe actuar de acuerdo a su Hibris.
La montaña
Virtud: Resistente
Activa tu Virtud cuando recibas tu cuarta Herida
Dramática. Durante el resto de la ronda, puedes actuar
con normalidad y no se te considera Indefenso.
Hibris: Inamovible
Recibes 1 punto de héroe cuando tu personaje se
entera de los problemas de otra persona y no actúa
en consecuencia.
El río
Virtud: Adaptable
Activa tu Virtud cuando te ejerzan Presión. No nece-
sitas gastar un Aumento adicional para realizar una
acción diferente.
Hibris: Descontrolado
Recibes 1 punto de héroe cuando vas en contra de una
orden dada por alguien en una posición de autoridad.
El Gran Ciclo
Virtud: Vivo/Bienaventurado
Activa tu Virtud para volver a lanzar cualquier número
de dados cuando corras un Riesgo.
Hibris: Muerto/Malaventurado
Recibes 1 punto de héroe cuando tu DJ gasta un punto
de peligro y afecta a tu personaje.
El erudito
Virtud: Conocedor
Activa tu Virtud y haz una afirmación sobre un evento
que está sucediendo en el presente o que sucedió en el
pasado. Esta afirmación siempre es cierta.
168 CAPÍTULO 5: Mecánica
Hibris: Desinformado
Recibes 1 punto de héroe cuando insistes en actuar
sobre una base de información que no es confiable y
resulta mal.
El observador del cielo
Virtud: Perceptivo
Activa tu Virtud después de hacerle una pregunta a
otro personaje. Sabes si el otro personaje miente o dice
la verdad.
Hibris: Parroquial
Recibes 1 punto de héroe cuando te niegas a reconocer la
percepción de otro personaje y te causa problemas.
El explorador
Virtud: Bravo
Activa tu Virtud cuando te afecte el Miedo al lanzar un
Riesgo. Durante ese Riesgo, tus 10 explotan. Si tus 10 ya
explotan por otro efecto, tus 9 también explotan.
Hibris: Impulsivo
Recibes 1 punto de héroe cuando eliges actuar
sin conocer toda la información disponible y te
causa problemas.
La estrella de la mañana
Virtud: Cautivador
Activa tu Virtud para forzar que todas las acciones reali-
zadas contra tus aliados durante el resto de la ronda se
realicen contra ti.
Hibris: Pretencioso
Recibes 1 punto de héroe cuando te niegas a participar
en una acción porque sientes que hacerlo sería rebajarte.
La estrella de la tarde
Virtud: Estable/Consistente
Activa tu Virtud cuando gastes 1 punto de héroe para
ayudar a un aliado. Ese héroe gana 2 dados adicionales.
Hibris: Obstinado
Recibes 1 punto de héroe cuando te pones firme con un
tema y te causa problemas.
El Ceiba
Virtud: Fuerte
Activa tu Virtud cuando el DJ gaste 1 punto de peligro.
El punto de peligro no tiene ningún efecto, pero aun así
se gasta.
Hibris: Precavido
Recibes 1 punto de héroe cuando ocultas información a
tus aliados y compartir esa información sería beneficioso
para ti.
Paso 7: Historias
Si bien los héroes trabajan juntos para contar una historia
más larga, cada héroe tiene su propia historia que contar.
Tu héroe no es distinto. La promesa que le hiciste a tu
padre en su lecho de muerte. El hombre cuyo testimonio
injusto te envió a la cárcel durante todos esos años. La
mujer cuyo amor has jurado recuperar. Las historias son
más que las cosas que le dices a todos que lograrás algún
día, también son el camino que recorrerás para conseguirlas.
Puedes encontrar más información sobre las historias en
el Libro de Reglas Básico (página 159).
Maleficio
Quizás entraste en un templo prohibido o, sin darte
cuenta, escupiste a un hechicero disfrazado. Lo que
sabes con certeza es que desde entonces estás maldito.
En Aztlán existen todo tipo de maleficios y maldiciones,
pero tú decides cómo lidiar con ellas. Primero se debe
determinar qué hace este maleficio, qué lo causó y cómo
se puede romper.
Finales
• Realizo el ritual y el maleficio se rompe.
• Ejecuto mi venganza sobre el que me maldijo.
• Aprendo de los poderes que vienen con este male-
ficio y decido vivir con ellos.
Primeros pasos
• Escuché de un ritual que puede romper el
maleficio.
• Prometo dar caza al que me maldijo.
• Poco se sabe sobre esta maldición y me pongo en
camino para encontrar respuestas.
Ritos de paso
Ya seas escriba, científico, artista o astrónomo, existen
escuelas y ritos para casi todas las ocupaciones espe-
cializadas en el Nuevo Mundo, y aún no has terminado
tu formación. Tu mentor o institución aún necesita que
demuestres tu valía antes de poder seguir adelante.
Finales
• ¡Hago el descubrimiento del siglo! La gente me
citará durante generaciones.
• Me doy cuenta de que la aventura es mucho más
divertida que la profesión familiar. Abandono mis
búsquedas por una nueva, y menos pretenciosa,
forma de vida.
• Finalmente se me permitió ingresar en el Gremio
y mi trabajo fue recibido con fama y asombro.
Primeros pasos
• Localizo un importante vacío en la literatura de
mi campo que podría llenar: una ciudad perdida,
especies desaparecidas o nueva tecnología.
• Vengo de una larga línea de la misma profesión
respetable, pero soy terrible en ella. Me propuse
enorgullecer a mi familia y prepararme para
hacerme cargo del negocio familiar.
• He sido aprendiz de artista durante años, pero
el Gremio me sigue rechazando debido a mi
«estilo anodino». Mi viejo maestro dijo que ver y
documentar la vida fuera de mi pequeña ciudad
podría ayudarme.
Desaparecido
Alguien, o algo, está desaparecido. Nada irá bien hasta que
lo encuentres. Desafortunadamente, Aztlán es un lugar
enorme. Selvas espesas, peligrosas montañas, ciudades
laberínticas y duros desiertos significan que hay muchos
rincones donde lo perdido podría estar escondido.
Finales
• Encuentro a la deidad de la lluvia perdida y salvo
a mi pueblo de la sequía.
• Localizo al heredero y destrono al mentiroso.
• La reliquia no es mágica, está maldita. Dejo este
regalo en las manos «adecuadas».
7º MAR EL NUEVO MUNDO 169
 Primeros pasos
• La deidad de la lluvia se ha ido; las cosechas no
crecen y mi ciudad está al borde del colapso. Un
anciano de la aldea me habla de un rastro que
puede llevarme a su ubicación.
• ¡Se cree que el legítimo heredero del trono ha
muerto y mi ciudad-estado está siendo arrasada
por un gobernante loco! Encuentro una pista que
insinúa que el heredero sigue vivo.
• Mi abuelo me dijo que la baratija vieja que vendí
por casi nada es en realidad una reliquia familiar
mágica.
Alianzas
El Nuevo Mundo se basa en complejas alianzas políticas,
sociales y económicas. Quizás tu objetivo sea forjar nuevas
asociaciones con extranjeros o grupos variados, convencer
a un adversario de que se una a ti contra un enemigo en
común o acabar una disputa entre dos líderes en guerra.
Finales
• Me doy cuenta de que estos «aliados» harán más
daño que bien y sabotearán el acuerdo por el que
trabajé.
Establezco una vasta ruta comercial y me
hago rico en el proceso.
• Por cada alianza que obtengo, hago un enemigo.
Primeros pasos
• Los problemas se están gestando y no hay forma
de que mi ciudad natal pueda lidiar con ellos sola.
Me marcho para buscar ayuda de cualquiera que
me escuche.
• Un embargo está arruinando mi negocio. Me
pongo en camino para convencer a otros de que
compren lo que estoy vendiendo en casa.
• Un amigo de un amigo podría ayudarme a entrar
en un círculo mejor y elevar mi posición social.
170 CAPÍTULO 5: Mecánica
Paso 8: Detalles
Finalmente, rellenamos los huecos en blanco en tu hoja de
personaje: nos referimos a Reputación, Sociedades secretas,
Riqueza y Heridas.
La Reputación, la Riqueza y las Heridas de tu héroe
son idénticas a las de un théano, y funcionan de la misma
manera. Para más información, consulta el Libro de
Reglas Básicas (página 163).
Tu héroe puede unirse a una sociedad secreta también.
Todas las sociedades de Théah están abiertas para ti y este
libro presenta tres nuevas: los Guardianes de Aztlán, los
Herederos del Jaguar, y los Pochteca.
Los Guardianes de Aztlán
Una organización dedicada a proteger a todo Aztlán de
amenazas externas. Este grupo lucha por defenderse de
la amenaza siempre presente del regreso de los Antiguos
mientras decide cómo reaccionar a los théanos que han
llegado a sus costas. Lee más sobre los Guardianes de
Aztlán en la página 186.
Los Herederos del Jaguar
Todas las naciones de Aztlán adoran al jaguar de una forma
u otra, tanto como creador como destructor. Este grupo
de practicantes de magia se dedica a recopilar y dominar el
conocimiento místico de todo tipo a lo largo del continente
mientras frustra los planes de cualquier hechicero villano.
Lee más sobre los Herederos del Jaguar en la página 188.
Los Pochteca
Un grupo de comerciantes que han renunciado a las obvias
parafernalias de su riqueza a cambio de la capacidad de
comerciar sin restricciones. Esta facción ha aprendido a
valorar el uso de sus recursos para apoyar a los plebeyos de
Aztlán, en lugar de llenarse los bolsillos con ellos. Lee más
sobre los Pochteca en la página 190.
Hechicerías
Wayak' Kan
«Así como los dioses han sacrificado,
nosotros también debemos hacerlo».
Si bien hay muchos que se jactan de dones menores en
Tzak K'an, la verdadera hechicería solo se usa cuando se
hace un sacrificio voluntariamente. Esta potente forma de
magia de sangre, conocida como la Búsqueda del Wayak'
Kan, la «serpiente de la visión», tiene un gran coste tanto
físico como mental. Después de todo, nunca se sabe lo que
podría surgir del humo.
La Búsqueda comienza cuando el hechicero, llamado
Ahez, está preparado para recibir daño físico. A menudo
utiliza herramientas para sacar sangre, tales como largas
cuerdas con astillas incrustadas, espinas de mantarraya u
hojas de obsidiana. El Ahez fija su intención dentro de su
mente, paga el precio exigido por los dioses y atraviesa el
plano mortal de la existencia hacia otro lugar.
Por un momento, los bordes de la realidad se vuelven
borrosos para el Ahez y vislumbra el reino del propósito.
En vez de sangre, sus cortes supuran un espeso humo de
colores que se enrosca y se retuerce hasta que el Ahez
se enfrenta a una serpiente gigante y aterradora. Si está
satisfecha con el Ahez, la cabeza de la serpiente gira, se
reconfigura y se transforma en el Ahpulul, el objeto o la
persona de la intención.
Con el propósito en la mano, el Ahez se queda solo con
la esperanza de que, después de que se satisfagan sus nece-
sidades, su invocación regrese de donde vino. A menudo,
su invocación se desvanece en humo una vez que el Ahez
termina, pero a veces las cosas persisten. A veces, el Ahez
se convierte en un Ahpul, uno que porta algo, por cosas que
no pertenecen a este mundo.
Cómo funciona
Cuando un héroe adquiere la ventaja de Hechicería, selec-
ciona los Ahpulul que sabe cómo convocar; dos Baxan y un
Pixan. Cada vez que adquiere la ventaja de Hechicería, el
Ahez gana dos Baxan y un Pixan más.
Siempre que el Ahez desea llamar a un objeto o espíritu,
recibe una Herida que no se puede curar hasta que el
objeto sea devuelto a su hogar. Si convoca a un Ahpulul
durante una secuencia, le costará un Aumento atravesar las
barreras entre los mundos para traer al Ahpulul a su lado.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 171
 Los Baxan convocados permanecen con el héroe
durante el resto de la escena antes de que simplemente se
conviertan en humo y desaparezcan. No hay límite para
la cantidad de Baxan que los Ahez pueden convocar en
una sola escena. Un Pixan invocado generalmente desa-
parece al final de la escena, pero el jugador puede decidir
mantener al Pixan cerca y convertirse en un Ahpul. En
este punto, el DJ y el jugador deberían acordar qué quiere
lograr el Pixan para que una vez que se cumpla su deseo,
pueda regresar a casa.
Además de tener un Pixan listo para atender a tu llamada,
convertirse en Ahpul tiene algunos otros beneficios únicos.
Primero, la Herida infligida al convocar al Pixan se cura,
ya que el Ahpul se vuelve uno con el Pixan. En segundo
lugar, ser un Ahpul es tanto una marca de orgullo como
una fuente de miedo entre los tzak k'anos. Cuando esté
tratando con un tzak k'ano, un Ahpul considera Intimidar
como un nivel más alto, pero Tentar como un nivel más
bajo. Finalmente, los Ahpul se convierten en limpiadores
del alma; cada vez que un Ahpul ayuda a otro héroe a
completar una historia de redención, ese héroe consigue
eliminar un segundo punto de corrupción.
Además de cumplir el deseo del Pixan, hay otras dos
formas de perderlo. Cuando un jugador intenta convocar
a un segundo Pixan, el primero desaparece. Los dioses solo
pueden confiar cierta cantidad de poder a una persona. Si
un jugador falla una tirada de corrupción, el Pixan también
desaparece. Solo los puros de corazón se consideran dignos
de convertirse en Ahpul.
Ahpulul
Las cosas que el Ahez extrae de otros lugares se deno-
minan colectivamente Ahpulul. Los Baxan son cosas sin
inteligencia, como artículos, armas o ropa, mientras que los
Pixan representan cualquier cosa inteligente que el Ahez
invoca, como espíritus, criaturas o almas. De vez en cuando,
un Ahez escuchará sobre un arma u objeto inteligente, pero
los Pixan tienen forma de seres con mayor frecuencia.
Baxan
Los Baxan son elementos y objetos menores que un Ahez
puede convocar para ayudarlo. Siempre duran una sola
escena antes de desaparecer en una nube de humo. Un
Baxan puede usarse varias veces en una escena siempre que
el Ahez continúe pagando el coste de puntos de héroe para
activar sus habilidades.
172 CAPÍTULO 5: Mecánica
Cerbatana de Oxlahuntiku
Las leyendas dicen que cuando Oxlahuntiku estaba viva,
ninguna criatura en el cielo estaba a salvo de su cerbatana.
Una vez incluso persiguió al poderoso Vucub-Caquix, un
gran demonio pájaro responsable de cortar el brazo del
rival y amigo de Oxlahuntiku, Ah-Tabai. Al empuñar la
Cerbatana de Oxlahuntiku, un héroe puede gastar 1 punto
de héroe para infligir una Herida Dramática a cualquier
monstruo que no se dé cuenta de la presencia del héroe.
Collar de Cit-Tum
En vida, Cit-Tum fue un renombrado curandero, que sanó
a los enfermos y atendió las heridas de cientos de miles de
tzak k'anos. Mientras agonizaba, susurró: «He salvado muchas
vidas. Curado heridas. Sanado enfermedades. No evité nada.
Preferiría haber soportado el dolor yo mismo y así ahorrarles el
sufrimiento a los heridos». Mientras use el Collar de Cit-Tum,
un héroe puede gastar 1 punto de héroe para redirigir todas las
Heridas infligidas a otro héroe hacia el portador.
Cuchillo ensangrentado de Vatanchu
En el folclore de Tzak K'an, Vatanchu fue la primera
persona en quitarle la vida a otra en contra de su voluntad.
En algunos relatos es un sacrificio forzado y en otros, un
asesinato legítimo. El motivo del asesinato también cambia
de historia en historia, al igual que la víctima e incluso el
género de Vatanchu. Las historias de Vatanchu son cuentos
con moraleja, destinados a recordarle al oyente el precio de
tomar una vida. Al portar el Cuchillo ensangrentado de
Vatanchu, un héroe puede gastar 1 punto de héroe para
aplicar Presión a todos los que están presentes en la escena.
Cualquier acción violenta cuesta 2 Aumentos en lugar de 1.
Dientes de obsidiana
Cuando Zipacna habla, sale humo y hollín de su boca. Esto le
ha dado una reputación de maligno, pero no podría estar más
lejos de la verdad. Los pocos que conocen a Zipacna dicen
que podría ser el más heroico de los dioses. Cuando Kisin
trató de destruir a la humanidad, fue Zipacna quien mordió
la lanza de Kisin, destruyéndola para salvar a la humanidad.
Mientras use los Dientes de obsidiana de Zipacna, un héroe
puede gastar 1 punto de héroe para morder cualquier objeto,
incluso mágico, destruyéndolo en el proceso. El héroe recibe
una Herida Dramática si el objeto que muerde es mágico o
único de alguna manera (por ejemplo, si está hecho de drache-
neisen, es un artefacto syrneth o un objeto distintivo).
Escudo-altar de Buluc
Buluc era una guerrera que no era famosa por derrotar a sus
enemigos o conquistar tierras, sino por proteger a su gente
y asegurarse de que sus guerreros ganaran sus batallas. La
leyenda dice que antes de la batalla dejaba su escudo en el
suelo y hacía sacrificios a los dioses. La sangre y la ceniza de
sus obsequios manchaban el escudo y protegían a su gente
de cualquier daño. Mientras lleve el Escudo-altar de Buluc, el
héroe puede gastar 1 punto de héroe para desviar cualquier
ataque dirigido a otro personaje y apuntarlo a sí mismo.
Cualquier Herida que pudiera ser infligida se reduce en 1.
Expansores de lóbulo resplandecientes
de Kinich Ahau
Incluso antes de que fuera una deidad, las leyendas dicen que
Kinich Ahau podía iluminar una habitación. Las historias
hablan de cómo, cuando era un niño, Kinich Ahau consolaba
a los enfermos o detenía las peleas. Quizás fue este poder lo
que hizo que un jefe de guerra local, Ekchuah, le temiera tanto.
El día antes de su cumpleaños número 13, Ekchuah
secuestró a Kinich Ahau y lo sacrificó a los dioses. Sabiendo
que Kinich Ahau siempre sería temido por los hombres
malvados, los dioses elevaron a Kinich Ahau a la divinidad. Se
le dio control sobre dónde puede brillar el sol, para desarraigar
la oscuridad dondequiera que la vea. Un héroe que lleve los
Expansores de lóbulo resplandecientes de Kinich Ahau
puede gastar 1 punto de héroe para iluminar una habitación,
eliminar todas las sombras e infligir una Herida Dramática a
cualquier persona que tenga puntos de corrupción.
Honda solar de Coyopa
Durante toda su vida, Coyopa fue la mejor hondera de
todas las tribus tzak k'anas. Podía lanzar una piedra más
lejos y más fuerte que cualquier hombre, mujer o incluso
dios que encontrara. Uno de los cuentos más populares es
el que trata del desafío del dios Kakmo a Coyopa. Kakmo
dijo que si Coyopa podía arrojar una piedra al sol, le daría
la vida eterna; si Coyopa fallaba, se vería obligada a servir
a Kakmo por toda la eternidad. Cuando un héroe porta la
Honda solar de Coyopa, puede gastar 1 punto de héroe
para causar a cualquier persona en la escena una cantidad
de Heridas igual a los niveles del héroe en Apuntar.
La Primera Armadura
El primer tzak k'ano en ponerse una armadura fue
Qaholom. Ya cansado de ver guerrero tras guerrero dejar
su aldea para no regresar nunca, Qaholom se puso manos
a la obra. Con capas de algodón, tela y cuero, Qaholom
creó una armadura acolchada para su propia protección.
Una vez que terminó su trabajo, atemperó su creación con
sangre para que lo protegiera contra enemigos inhumanos.
Mientras vista la Primera Armadura, un héroe puede gastar
1 punto de héroe para prevenir todas las Heridas recibidas
de una sola fuente o ataque, siempre que esa fuente o
ataque cause una Herida Dramática. Un héroe solo puede
activar la Primera Armadura una vez por ronda.
Lanza de Ah-Tabai
Se dice que ningún animal de la tierra, el aire o el mar
estaba a salvo de la lanza del gran cazador Ah-Tabai.
Acostumbrado a acechar en las selvas durante días en busca
de su presa, la caída de Ah-Tabai se produjo cuando decidió
cazar un monstruo que no era de este mundo. Su orgullo le
costó un brazo, pero los dioses, teniendo piedad de él, imbu-
yeron su lanza de gran poder. Mientras empuñe la Lanza
de Ah-Tabai, un héroe puede gastar 1 punto de héroe cada
vez que inflige Heridas para causar un número adicional de
Heridas igual a sus propias Heridas Dramáticas.
Pati de Maximon
En vida, Maximon fue una comerciante, curandera y partera
ambulante. Se convirtió en la tzak k'ana que más había
viajado en la historia, en parte debido a su profundo conoci-
miento de la jungla. Confeccionó sandalias que casi no hacían
ruido, se cubrió con aceites para disfrazar su olor y coloreó
su pati para que se camuflara con las hojas y árboles de su
entorno. Mientras vista el Pati de Maximon, un héroe puede
gastar 1 punto de héroe para ser invisible a la vista, el oído y
el olfato. Este efecto dura hasta el final de la escena o hasta
que el héroe interactúe con su entorno de alguna manera
(como recoger un objeto, atacar a otro personaje o hablar).
Pintura para Yaluk
Todos los tzak k'anos piensan en Yaluk como su abuelo
marchito. Las leyendas cuentan cómo, ya entrado en años,
Yaluk fue al templo y durante 260 días no hizo nada más
que escalar lentamente hasta la cima. Cuando puso su
pie en el último escalón, un rayo cayó del cielo despejado
y quemó la carne de Yaluk con el más hermoso diseño.
Mientras use Pintura para Yaluk, el héroe puede gastar 1
punto de héroe para ganar 2 dados adicionales en cualquier
Riesgo que implique sabiduría, planificación o firmeza.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 173
 Plumas de escamas de Tepeu
Antes de que nacieran los tzak k'anos, Tepeu, la Serpiente
Emplumada Soberana, trató de crear la humanidad a su
imagen. La primera creación de Tepeu, Vucub-Caquix, se
corrompió rápidamente y le demostró a Tepeu que no era
digno de crear la humanidad por sí solo. Sin embargo, eso
no disuadió a Tepeu. Reunió a otros y después de varios
intentos más, ayudó a crear a los tzak k'anos. Cuando está
adornado con Plumas de escamas de Tepeu, un héroe puede
gastar 1 punto de héroe para volver a tirar toda su reserva de
dados una vez, manteniendo los nuevos resultados.
Sandalias de los bahlam
Algunas comunidades tzak k'anas prefirieron quedarse solas
y estaban dispuestas a hacer lo que fuera necesario para
permanecer aisladas del resto de las tribus. A estas personas
las protegerían los bahlam, los dioses jaguar. Acechando en
los límites de las aldeas, en lo alto de los árboles, los bahlam
advertían a la tribu si se acercaban forasteros o invasores.
Mientras use las Sandalias de los bahlam, un héroe puede
gastar 1 punto de héroe para actuar primero en cualquier
escena. El héroe sigue gastando Aumentos de forma normal,
pero realiza su primera acción antes que nadie.
Taparrabos elaborado de Xaman
El mejor comerciante que jamás haya existido fue Xaman.
Los cuentos dicen que era tan rico que incluso su taparrabos
estaba confeccionado de oro y plata. Xaman también era tan
excepcionalmente generoso que sus amigos a menudo eran
tan ricos como él. Caritativo, amable y honorable, Xaman
era lo que todos los comerciantes deberían esforzarse por ser.
Mientras use el Taparrabos elaborado de Xaman, un héroe
puede gastar 1 punto de héroe en cualquier cosa en la que
normalmente gastaría un punto de Riqueza.
Tocado de Naum
Cuando los dioses crearon a la humanidad, eran criaturas
estúpidas que sobrevivían solo por instinto. Algunos de los
dioses decidieron imbuirlos de pensamiento e inteligencia.
Hicieron un elaborado tocado y se lo dieron a una mujer
conocida como Naum. Al colocar el tocado sobre su cabeza,
Naum sonrió y le agradeció a los dioses por el regalo.
Mientras lleve puesto el Tocado de Naum, un héroe puede
gastar 1 punto de héroe para activar su efecto. Hasta el final
de la escena, el héroe no tiene que pagar penalizaciones de
improvisación o sin cualificación cuando realiza acciones
ligadas a una habilidad en la que no tiene niveles.
174 CAPÍTULO 5: Mecánica
Pixan
Los Pixan son elementos y criaturas importantes que
una Ahez puede convocar para ayudarla. Tienen cons-
ciencia, y pueden persistir durante más que una escena
si quieren lograr algo. Siempre que un héroe lleve o esté
acompañado por un Pixan, puede usar el poder del Pixan
pagando el coste de puntos de héroe asociado al Pixan.
Sin embargo, el Pixan también viene con un truco, algo
que hace la vida del héroe un poco más difícil si decide
convertirse en un Ahpul.
Alux
Los Alux, espíritus de la naturaleza generalmente benévolos,
aparecen como tzak k'anos que llegan hasta la rodilla. Están
más que felices de hacer recados y realizar tareas simples
para un Ahez siempre que sean tratados con respeto. Se
considera de mala educación llamarlos Alux o darles
órdenes. En cambio, los Ahez deberían tratar a los espíritus
como amigos y preguntar en lugar de mandar.
Siempre que un Alux esté siguiendo a un héroe, este
puede gastar 1 punto de héroe para asignarle una tarea
simple al Alux. No son capaces de (o tal vez simplemente
no están dispuestos) cumplir tareas complejas u órdenes
elaboradas. Después de emitir la orden, el Alux se irá rápi-
damente y regresará solo cuando complete la tarea. Sin
embargo, mientras el Alux esté cerca, debe ser tratado con
la máxima cortesía y educación. Un Alux irritado comen-
zará a recibir órdenes, a menudo en secreto, de los enemigos
del héroe.
Camazotz
Los Camazotz son enormes criaturas parecidas a murcié-
lagos del inframundo de Xibalbá con tendencias vampí-
ricas. Los Camazotz son espíritus malévolos y, aunque
con mucho gusto beberán la sangre utilizada en rituales,
prefieren la sangre adquirida por medio de un ataque.
Solo un Ahez desesperado se atrevería a convocar a un
Camazotz, uno a quien no le importe qué tipo de infierno
se desate sobre sus enemigos.
Después de que se invoca un Camazotz, la criatura
perseguirá o cazará al Ahez, y a todos los que rodean
al Ahez, hasta que se vaya. Cada vez que alguien en la
misma escena que el Camazotz recibe una o más Heridas,
la criatura se abalanza sobre él y le provoca una Herida
adicional. El héroe puede gastar 1 punto de héroe para
proteger a todos en la escena del Camazotz durante una
sola ronda.
Códice Itzam
Itzam, primere de los tzak k'anos, nació sin género ni
prejuicios. Itzam enseñó a las tribus de Aztlán a sembrar
cultivos, construir hogares y tener hijos. Cuando Itzam
finalmente decidió dejar el mundo, elle se convirtió en
códices sobre la historia de las tribus, de conocimientos
básicos y complejos, e incluso sabiduría en parábolas. Una
Ahez astuta puede reclamar un códice de la vasta biblioteca
cadavérica de Itzam para ayudarla como guía a través de
disputas tribales, la negociación de nuevos acuerdos o a
comprender mejor los mundos que la rodean.
Al convocar un Códice, el héroe debe especificar el tema
específico que cubre el libro. Mientras un héroe lleve un
libro del Códice Itzam, puede gastar 1 punto de héroe
para recibir dos dados adicionales en cualquier Riesgo que
involucre el tema del libro. El héroe puede realizar esta
acción varias veces, ganando dos dados por cada punto
de héroe gastado. Sin embargo, nunca recibe Estilo por
una acción relacionada con el tema del Códice, incluso
cuando no gasta puntos de héroe para usar la habilidad
del Códice.
Garrote de guerra de Holcan
Holcan fue un combatiente de tal destreza que su nombre
se convirtió en sinónimo de la profesión de guerrero.
Tras su muerte, Holcan viajó más allá de las aguas de los
muertos para conquistar tierras inimaginables y convertirse
en uno con su garrote. Ahora, un Ahez puede recurrir a
él en tiempos de grandes luchas y conflictos para tener el
honor de empuñar su garrote de guerra en la batalla.
Mientras empuñe el Garrote de guerra de Holcan,
el héroe puede gastar 1 punto de héroe para conocer
cualquier maniobra que no sea específica de un estilo
de esgrima durante el resto de la escena. Si el héroe ya
puede realizar maniobras, su habilidad de Armas se
considera 1 nivel más alto al calcular los efectos de la
maniobra (como las Heridas infligidas por la maniobra
de Estocada). Sin embargo, mientras un héroe lleva el
Garrote de guerra de Holcan, no puede curar ni reducir
las Heridas que reciba.
La Estela de Votan
La heroína Votan fue una arquitecta que diseñó monu-
mentos tan agradables para los dioses del Viejo Aztlán
que le otorgaron el libre albedrío más allá de la muerte.
Se le dio una pequeña estela parlante para persuadir a los
Dioses Remeros de que llevaran a Votan de orilla eterna en
orilla eterna. Ahora un Ahez puede invocar el símbolo de
Votan, asumiendo que no lo esté usando, para garantizar
viajes seguros.
Cuando un héroe lleva la Estela de Votan, puede gastar
1 punto de héroe para llegar sano y salvo a su destino,
evitando cualquier problema que pudiera haber encontrado
en el camino. Estas evasiones a menudo se disfrazan como
contratiempos (un árbol caído que bloquea la ruta normal),
pero resultan salvar vidas (había un gran campamento de
bandidos a lo largo de la ruta que los héroes evitaron).
Sin embargo, mientras el héroe lleve la Estela de Votan,
también llevará la muerte con él. A menos que se lleve a
cabo una acción que salve su vida, cualquier personaje que
quede Indefenso muere al final de la escena.
Sisemité
Estos poderosos humanoides peludos se parecen más
a monos grandes que a un tzak k'ano. Son criaturas no
verbales que solo emiten aullidos o gritos dependiendo
de su estado de ánimo. Sin embargo, su naturaleza no
conmutativa no debería engañar a los Ahez que saben que
los sisemité son criaturas poderosamente proféticas capaces
de otorgar visiones de un futuro seguro. Lamentablemente,
los sisemité tienden a ser sexistas y prefieren tratar con
mujeres Ahez.
Siempre que el sisemité siga a la heroína, esta puede
gastar 1 punto de héroe para que el sisemité le conceda una
visión. Las visiones siempre muestran una respuesta defini-
tiva, aunque descifrar el significado puede no ser tan fácil.
Sin embargo, mientras el sisemité esté con la heroína, le
pedirá a ella que haga cosas. Una vez más, estas solicitudes
se comunican en forma de visiones y pueden ser desde
simples favores hasta elaboradas misiones. La heroína
puede verse a sí misma trayendo una taza de agua al sise-
mité o viajando a los bosques más profundos de Ussura
(una tierra a literalmente medio mundo de distancia), reco-
giendo nieve recién caída, derritiéndola sobre un fuego y
sirviéndola al sisemité. A veces, estas tareas son imposibles
y, al no cumplir con la solicitud de un sisemité, este regresa
al mundo del que proviene.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 175
 Wañuy Ñaqay
Si bien alguna vez fue una hechicería benigna que se usaba
para comunicarse con los espíritus de los recién fallecidos,
Wañuy Ñaqay (Magia de la muerte) ha crecido y se ha
pervertido a lo largo de los años desde que la Emperatriz
tomó el control de Kuraq y la gente comenzó a adorar a
Suway como su dios principal. Desde entonces, los churi-
kuna (descendientes) que practican esta magia, además de
los Venerables que comparten la habilidad de usar Wañuy
Ñaqay, han aumentado su poder de manera exponencial.
Al crear símbolos provenientes del cuerpo momificado de
uno de los Venerables, a un churikuna se le otorga un control
increíble sobre los poderes de la muerte. A estos seguidores
de Suway se les entregan las habilidades para dar órdenes a
los no muertos, comunicarse con sus antepasados e incluso
alimentarse de las almas de los muertos y los vivos por igual.
Quienes practican Wañuy Ñaqay caminan por una línea
muy fina: cuando se trata con la muerte y las almas todos
los días, es fácil caer en la villanía. Los churikuna heroicos
existen, pero a menudo su propia moral les impide usar las
habilidades más atroces de Wañuy Ñaqay: aquellas que
incluyen la destrucción de almas y especialmente aquellas
que se alimentan de las almas de los vivos.
Aquellos entrenados por los sacerdotes de la muerte para
convertirse en churikuna son fáciles de identificar: todos los
churikuna usan una máscara que se asemeja a un cráneo
humano mientras están en público y, a medida que su poder
crece, el churikuna comienza a usar aún más artefactos
potenciados por su antepasado. Cada uno de estos elementos
está hecho con una pieza del Venerable que aumenta el poder
del churikuna, y los churikuna protegen estos artefactos
sagrados con sus vidas. Los churikuna visten las túnicas
negras y las cadenas doradas propias de su puesto (como los
sacerdotes de la muerte que no pueden usar Wañuy Ñaqay),
pero pueden identificarse a través de sus Símbolos de la
Muerte, específicamente su Máscara de la Muerte.
Los sacerdotes de la muerte guardan bien los secretos de
su magia: Wañuy Ñaqay es una hechicería por completo
aprendida. Un churikuna renegado tiene todo el conoci-
miento necesario no solo para crear un nuevo Venerable,
sino también para enseñar a otros a utilizar a ese Venerable
para hacer Símbolos de la Muerte y usar Wañuy Ñaqay.
Por ello, los sacerdotes de la muerte tienen un cuidado
increíble cuando se trata de determinar a quién enseñar
esta magia. Si el conocimiento de Wañuy Ñaqay, y de lo
que los churikuna son realmente capaces, se hiciera público,
sería un desastre para su status quo dentro del Imperio.
176 CAPÍTULO 5: Mecánica
Cómo funciona
Cada vez que compras la ventaja de Hechicería, tu héroe
aprende una Manifestación y un Giro. Cada vez que
compras la ventaja de Hechicería después de la primera,
obtienes una Manifestación y un Giro adicionales. Además,
cada vez que compras esta Hechicería debes crear un nuevo
talismán o fetiche, llamado Símbolo de la Muerte, para
canalizar el poder de tu antepasado.
Símbolos de la Muerte
La primera vez que compras esta Hechicería, creas un
Símbolo de la Muerte que incorpora un poco de hueso
o una reliquia corporal similar del antepasado cuyo espí-
ritu canalizas. El primer Símbolo de la Muerte creado es
siempre una máscara tallada y pintada para parecerse a una
calavera. Aunque rara vez está hecha del cráneo real del
antepasado, la máscara siempre incorpora una pequeña
parte de sus restos físicos. Quizás uno de los dientes de
la máscara no está hecho de madera como los demás, o un
poco de ornamentación ósea es más auténtica que el resto.
Cada vez después de la primera, se siguen creando
Símbolos de la Muerte, pero la forma que toman varía
según el churikuna. Algunos eligen crear anillos o amuletos,
guanteletes o brazaletes hechos de hueso, o incluso incor-
poran trozos de los restos de sus antepasados en sus armas.
Cuanto más poderoso es el churikuna, y más potente su
conexión con su antepasado, más ornamentación usa.
En ocasiones, alguien usa falsos Símbolos de la Muerte
para cosechar las recompensas sociales asociadas a ser un
churikuna o en un intento de exagerar su capacidad real
con Wañuy Ñaqay. Esta treta rara vez dura y la mayoría
de los churikunas se apresuran a castigar a los impostores.
Un churikuna que pierde un Símbolo de la Muerte (se
lo roban, lo destruye, etc.) debe recuperarlo, ya sea recla-
mándolo o creando uno nuevo (para lo cual debe visitar
a su antepasado y ponerse en la incómoda posición de
tener que explicar cómo perdió el Símbolo anterior). Una
churikuna que usa una Manifestación o intenta utilizar
múltiples Giros sin tener en su poder todos sus Símbolos
de la Muerte debe gastar puntos de héroe adicionales para
activar su efecto por cada día que el Símbolo de la Muerte
haya estado lejos de sus manos.
Si un héroe ha perdido un Símbolo de la Muerte,
el primer día cada Manifestación cuesta 1 punto de
héroe adicional. La próxima vez que salga el sol, cada
Manifestación cuesta 2 puntos de héroe adicionales, y
así sucesivamente. Esta penalización es acumulativa: si
pierdes dos de tus Símbolos, debes pagar el doble del
precio adicional para activar cualquier Manifestación o
para utilizar Giros adicionales. Si un héroe ha perdido dos
Símbolos de la Muerte, el primer día cada Manifestación
cuesta 2 puntos de héroe adicionales. La próxima vez que
salga el sol, cada Manifestación cuesta 4 puntos de héroe
adicionales, y así sucesivamente. Si un churikuna pierde
todos sus Símbolos de la Muerte o si pierde su máscara,
el Símbolo de la Muerte inicial, no puede activar ninguna
Manifestación hasta que recupere su máscara, momento
en el que puede volver a activar sus Manifestaciones con
la penalización por los Símbolos de la Muerte perdidos.

Manifestaciones y Giros
Cuando un churikuna activa una Manifestación, gasta 1
punto de héroe. El churikuna canta en una lengua antigua,
hace gestos dramáticos, sus manos u ojos brillan de un
verde brillante o púrpura, etc. El efecto visual específico
puede variar dependiendo de la Manifestación o dejarse en
manos del churikuna, pero la presencia de magia es obvia
incluso para un observador casual.
La activación de una Manifestación causa el efecto de
inmediato. Además, el churikuna elige un Giro que conozca
y aplica su efecto a la Manifestación. Un churikuna puede
aplicar Giros adicionales a su Manifestación gastando
1 punto de héroe adicional por cada Giro después del
primero, pero puede aplicar cada Giro una sola vez. Por
ejemplo, una churikuna podría optar por gastar 1 punto
de héroe y activar Testigo con el Giro Sutil. Si quisiera
que su Testigo también usara Alcance, podría gastar 1
punto de héroe adicional (lo que significa que su Testigo
tendría los beneficios de Sutil y Alcance). Si quisiera que
su Testigo usara Alcance, Sutil y Eco, gastaría 2 puntos de
héroe adicionales para un total de 3. No podría usar Eco
varias veces en una sola Manifestación.

7º MAR EL NUEVO MUNDO 177

 Manifestaciones
Aislar
 voluntariamente sacrifica su vida para salvar a otro y este
Para usar esta Manifestación durante una secuencia de
Acción, debes gastar un Aumento además del punto de
héroe normal.
Toca una criatura no muerta y no podrá moverse de su
ubicación actual hasta que la liberes o hasta el final de la
escena. Una criatura afectada por esta Manifestación solo
puede infligir Heridas a otro personaje que pueda alcanzar
(como un duelista que esté en combate con ella o si la cria-
tura tiene alguna forma de ataque a distancia).
Cuando activas esta Manifestación, un destello de luz
sale de tu mano o de tus ojos y golpea a tu víctima, envol-
viéndola en cadenas espectrales y ataduras mientras la
Manifestación permanece activa.
Canalizar
Cuando aprendas esta Manifestación, elige un trasfondo
que no poseas (ya sea un trasfondo básico o un trasfondo
de Kuraq). Este trasfondo representa lo que fue tu antepa-
sado en su vida.
Cuando activas esta Manifestación, las memorias de
la vida de tu antepasado y las habilidades que aprendió
inundan tu mente. Obtienes 1 nivel en cada una de las
habilidades de trasfondo y la peculiaridad del trasfondo
de tu antepasado, adicional a tus propias peculiaridades.
Este efecto dura hasta que decidas finalizarlo o hasta el
final de la escena.
Mientras esta Manifestación está activa, la forma de tu
antepasado aparece en una luz fantasmal y se mueve junto
a ti, ligeramente fuera de sincronía con tus movimientos,
como una imagen residual antinatural.
Levantar
Activa esta Manifestación cuando toques una criatura que
murió hace menos de un minuto. Obligas a su espíritu a
regresar a su cuerpo y lo devuelves a la vida. El personaje
permanece Indefenso, pero está vivo otra vez.
Sin embargo, devolverle la vida a una criatura pasa factura
a los churikuna. El Brío del churikuna se reduce permanen-
temente en 1. La única forma en que un churikuna puede
reponer este punto de Brío es subiendo una característica
a través de una Historia. Si esta Manifestación reduce su
Brío a 0, muere. Un personaje que muere de esta manera no
puede salvarse de ninguna forma, ni siquiera sobrenatural;
178 CAPÍTULO 5: Mecánica
precio no puede ser eludido.
Cuando activas esta Manifestación, tu mano se envuelve
en energía antinatural y agarras visiblemente el espíritu
antes de que pueda alejarse del cuerpo, forzándolo a
regresar al cadáver.
Obliterar
Activa esta Manifestación cuando te enfrentes a una banda
de matones no muertos (como una banda de monstruos
con la cualidad de no muerto). La banda se reduce a 0 de
fuerza y se destruye de inmediato.
Puedes destruir varias bandas de matones de esta manera,
gastando 1 punto de héroe adicional por banda, pero solo
puedes activar esta Manifestación una vez por escena.
Postrar
Activa esta Manifestación cuando realices un Riesgo
durante una secuencia de acción o una secuencia dramá-
tica usando Intimidar como Enfoque. Puedes gastar
Aumentos para reducir la Fuerza de una banda de matones
no muertos, incluso si de otra manera no podrías hacerlo.
Cuando gastas un Aumento para reducir la Fuerza de una
banda de matones (independientemente de si esa banda
de matones son no muertos o no), reduces la Fuerza de
la banda de matones en 2 en lugar de 1. Cuando gastas
un Aumento para ejercer Presión sobre otro personaje que
está no muerto o que posee Wañuy Ñaqay, el efecto de tu
Presión se duplica y deben gastar 2 Aumentos adicionales
(para un total de 3) para superar tu Presión. Este efecto
dura hasta el final de la ronda.
Mientras estás bajo el efecto de Postrar, tu máscara brilla
y reluce con llamas espectrales inquietantes y aterradoras.
Sanguijuela
Activa esta Manifestación y toca un cadáver u otra criatura.
Si la criatura es reacia, también debes gastar un Aumento
para hacerlo. Extraes parte de la esencia vital de la criatura
para alimentar la tuya.
Si usas Sanguijuela en un cadáver o criatura no muerta,
puedes elegir uno de los siguientes efectos. Cada efecto
adicional cuesta otro punto de héroe, pero cada efecto solo
se puede activar una vez en un cadáver y en una activa-
ción determinada.

Si activas los 3 efectos de esta Manifestación en un solo
cadáver, el alma del cadáver se destruye por completo;
todas tus Heridas se curan inmediatamente, pero obtienes
1 punto de corrupción. La destrucción de un alma siempre
es una acción malvada.
• Cura una Herida Dramática.
• Cura todas las Heridas de tu nivel actual de la
Espiral de la Muerte.
• Aumenta una característica de tu elección en 1,
pero reduce otra en 1. Este efecto dura hasta el
final de la escena.
Si usas Sanguijuela en una criatura viva, puedes elegir uno
de los siguientes efectos. Usar Sanguijuela en un personaje
vivo reacio provoca un punto de corrupción inmediato.
Si dejas Indefenso a un personaje mediante el uso de
Sanguijuela, inmediatamente sanas todas tus Heridas y
Heridas Dramáticas, tu víctima muere instantáneamente y
consumes su alma. Esto da como resultado una corrupción
mayor de la que se obtendría con la muerte del personaje de
otra manera (por ejemplo, si cometes un asesinato a sangre
fría comiéndote el alma de un inocente, obtienes 2 puntos
de corrupción).
• Causa una Herida Dramática y te cura una
Herida Dramática.
• Cura todas las Heridas de tu nivel actual de la
Espiral de la Muerte. Tu víctima recibe la mitad
de ese número de Heridas.
• Aumenta una característica de tu elección en 1.
Tu víctima reduce la misma característica en 1.
Este efecto dura hasta el final de la escena.
Cuando activas esta Manifestación, un haz de luz fluye
desde tu víctima y se dirige a ti. Algunos churikuna optan por
absorber esta luz a través de las palmas de las manos, mientras
que otros la respiran por la nariz o la beben por la boca.
Testigo
Cuando actives esta Manifestación, toca a una criatura
muerta, una criatura no muerta u otro personaje que posea
Wañuy Ñaqay. Durante el resto de la escena, puedes ver y
oír como si fueras esa criatura. Si usas esta Manifestación
en un cadáver, también puedes ver y escuchar normalmente
(aunque, obviamente, el cadáver no puede).
DESPERTAR
Si bien los sacrificios, como los cien hechos para
empoderar a la Emperatriz, no se han repetido
desde su ascensión al trono, algunos churikuna
han aprendido a realizar una forma similar de
magia para protegerse a sí mismos si alguna vez
los matan. Por el coste de una vida humana,
pueden impulsar sus propias almas fuera de su
cuerpo moribundo e introducirlas en el cuerpo
de un miembro de su séquito. Si bien esto
siempre mata al seguidor, le permite al churi-
kuna vivir todo el tiempo que desee, mientras
continúe teniendo cuerpos que poseer.
Esta misma habilidad es utilizada por los
Venerables Difuntos para usar a miembros de su
séquito si necesitan poseer un cuerpo humano
por un período de tiempo determinado.
Esta Manifestación solo puede ser aprendida
por villanos y solo puede ser utilizada por un
churikuna que esté vivo cuando sea asesinado.
Activa esta Manifestación cuando tu cuerpo
sea destruido (has recibido tu cuarta Herida
Dramática y mueres). Tu alma se libera de tu
cadáver, pero no se mueve hacia la tierra de
los muertos. En su lugar, puede ingresar en
el cuerpo de cualquier persona que lleve las
marcas de Suway (la mayoría de las veces un
miembro de su séquito, pero otras opciones
pueden estar disponibles). Si intentas Despertar
dentro de un héroe, debes gastar al menos
1 punto de peligro. Si el héroe gasta tantos
puntos de héroe como tú gastas puntos de
peligro, la posesión falla y debes seleccionar
otro objetivo. El objetivo muere inmediata-
mente y su alma es destruida, forzada a salir
de su cuerpo para dejar espacio para la tuya.
Regresas a la vida en el nuevo cuerpo con todas
tus habilidades.
Mientras esta Manifestación está activa, tu
alma, brillando con una luz fantasmal, parece
flotar fuera de tu boca y se mueve hacia el
objetivo, entrando por su boca cuando se acerca
lo suficiente.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 179
 Este efecto dura hasta el final de la escena o hasta que
eliges terminarlo, pero acaba inmediatamente si tú o la
criatura utilizada quedáis Indefensos o si el cadáver que
usas es destruido (por ejemplo, si lo queman, desfiguran
o desmiembran).
La víctima de tu Testigo no es consciente de la magia
que la influencia y no hay efecto visual sobre ella. Durante
el tiempo que dura Testigo, tus ojos brillan con una luz
fantasmal, brillante y antinatural en tonos de verde o violeta.
Giros
Alcance
La Manifestación se puede aplicar a cualquier personaje o
criatura válida que puedas ver. La Manifestación termina
inmediatamente si tu línea de visión se interrumpe por
más de unos momentos, incluso si el efecto normal-
mente persiste.
Conceder
Dale a otro personaje uno de tus Símbolos de la Muerte. El
personaje puede activar la Manifestación una vez antes del
final de la escena o hasta que te devuelva tu Símbolo. Debes
elegir cualquier Giro adicional cuando uses Conceder y
todos los costes de la Manifestación los pagas tú, ahora,
en lugar del otro personaje en el momento de la activación.
Mientras ese personaje lleve tu Símbolo de la Muerte,
puede ser considerado una criatura no muerta para
cualquier efecto (como ser afectado por Manifestaciones
de otros churikuna, recibir Heridas de objetos o armas
de dracheneisen, o ser influenciado por ungüentos de la
Hechicería Hexenwerk). El efecto dura todo el tiempo
que dure la Manifestación o hasta que el personaje te
devuelva tu Símbolo de la Muerte. Recuerda que has
regalado uno de tus Símbolos de la Muerte, por lo que
activar cualquier Manifestación adicional requiere puntos
de héroe adicionales.
Dominante
El objetivo de tu Manifestación no puede verse afectado
por ningún efecto mágico (como los resultantes de la
Hechicería, los artefactos syrneth o algo similar) hasta que
tu Manifestación finalice.
180 CAPÍTULO 5: Mecánica
Eco
La Manifestación tiene como objetivo una segunda criatura,
banda o personaje adicional al que normalmente podría
afectar. Los efectos de la Manifestación se repiten con exac-
titud; si eliges Eco Sanguijuela, por ejemplo, debes elegir el
mismo efecto para ambas víctimas.
Persistente
El efecto de tu Manifestación continúa más allá de lo que
normalmente es posible. Si la Manifestación es instan-
tánea (como Obliterar), este Giro no tiene efecto. Si tu
Manifestación termina después de una ronda, persiste
durante una ronda adicional. Si tu Manifestación termina
al final de una escena, persiste durante una escena adicional.
Rápido
Si la Manifestación requiere un Aumento para activarse,
puedes activarla sin gastarlo. Debes realizar una acción
antes de poder activar otra Manifestación mientras usas
este Giro.
Sutil
La Manifestación no tiene ningún efecto visual o auditivo,
salvo un pequeño gesto o un breve y sutil destello de luz en
los ojos. Cualquiera que observe activamente al churikuna
sabe que ha activado una Manifestación, pero no conoce
el efecto específico de la Manifestación (a menos que sea
inmediatamente obvio).
Cualquiera que no esté observando activamente el
churikuna debe gastar 1 punto de héroe (o un punto de
peligro, si es un villano) para darse cuenta de que hay algo
en marcha.
 Espadas, navíos y secretos
Duelos
A diferencia de Théah, en Aztlán existen pocas escuelas de
esgrima formales. Los duelos siempre han sido un asunto
informal. Las peleas entre individuos son una muestra de
destreza marcial con la que demuestran valentía, ferocidad
y fuerza.
El duelo es legal, con poca supervisión, en todas las
naciones. Los maestros de los diversos estilos toman a sus
estudiantes como quieren, a veces viajando por todo Aztlán
para entrenar nuevos guerreros especializados.
Los duelistas de Aztlán ejercen su oficio de una sola forma:
en la guerra. Una vez entrenado por un maestro, un duelista
tiene pocos problemas para encontrar un puesto dentro del
ejército de una nación u otra. Por lo general, los duelistas
encuentran posiciones dentro de su propia tierra, pero otros
(especialmente aquellos entrenados por duelistas de una
nación diferente) se mueven fuera de sus propias fronteras.
Todas las naciones de Aztlán tienen una necesidad incesante
de que entren duelistas en el campo de batalla. Un duelista
entrenado tiene pocas oportunidades a largo plazo además
del servicio militar. Cuando se emplean como soldados, estos
guerreros pueden liderar unidades, servir como campeones
de un ejército o formar equipo con otros duelistas expertos
para aplastar unidades de enemigos menos entrenados. Cada
nación aztlana mantiene al menos una tradición de duelo
para implementar en la guerra, y sus caudillos y generales a
menudo también siguen las tradiciones duelistas.
Más allá de la guerra, los duelistas aztlanos también se
involucran en duelos personales de honor. Sin un órgano de
gobierno, estos duelos siempre son extraoficiales y pueden
ocurrir en cualquier lugar por una asombrosa cantidad de
razones. En muchos casos, son asuntos sangrientos y violentos.
Un número sorprendentemente grande de duelos en Aztlán
son a muerte, e incluso los duelos que no terminan con una
baja llegan mucho más lejos que un duelo a primera sangre.
El duelo después del contacto théano
Después de desembarcar en Aztlán y encontrarse con
los nativos, los duelistas théanos aprendieron sobre las
marcadas diferencias entre las tradiciones de los dos
continentes. Los duelistas de Aztlán encontraron extraña
la idea de un Gremio de los Espadachines; después de
todo, la mayoría de estos son empleados como soldados.
Los théanos consideran que la falta de orden y la sangre
derramada entre los duelistas aztlanos se asemeja a épocas
7º MAR EL NUEVO MUNDO 181

anteriores al reconocimiento oficial del Gremio de los
Espadachines. En las raras ocasiones en que un théano
intenta convencer a un duelista aztlano de la necesidad de
un Gremio de los Espadachines, es probable que el aztlano
se ría de su ridícula sugerencia.
Incluso con sus diferencias, los duelistas de los dos
continentes están interesados en aprender los estilos del
otro. Fuera de las batallas y las incursiones entre los conti-
nentes, hay poca mezcla entre los duelistas aztlanos y los
théanos. Ambos lados guardan rencor hacia el otro. Cada
grupo todavía ataca al otro y llevar a un duelista extran-
jero a tu campamento, que podría actuar como un agente
doble, es un riesgo que pocos líderes pueden aceptar. Poco
a poco, algunos de los duelistas menos xenófobos de cada
bando admiten a duelistas de otras tradiciones entre ellos
y comparten estilos.
Elicia Zambrano, una duelista de Aldana de Castilla, fue
la primera théana documentada completamente entrenada
en un estilo aztlano después de ganarse la confianza de un
ocēlōtl. Desde ese éxito entre los continentes, tanto théanos
como aztlanos han estado más abiertos a entrenarse mutua-
mente, pero las tensiones se mantienen fuertes.
Recientemente, un soldado castellano llamado Manuel
María del Río ha comenzado a autodenominarse el
«Embajador del duelo» entre Théah y Aztlán. Bajo un
título completamente extraoficial, ya que no tiene el
respaldo formal del Gremio de los Espadachines, Manuel
ha pasado gran parte de su vida adulta intentando construir
lazos entre duelistas de los dos continentes. Hasta ahora,
el Gremio no ha reprendido a Manuel por sus acciones, y
él ha tomado su silencio como un permiso.
Como maestro de varios estilos théanos, siguió el ejemplo
de Elicia Zambrano y se rindió a una unidad de escara-
muzas de Tzak K'an. Después de ganarse la confianza de su
líder de guerra, comenzó a entrenar a los aztlanos a cambio
de aprender sus estilos. Manuel continuó esta tendencia en
todo Tzak K'an, así como en la Alianza Nahuacana y Kuraq,
y se considera el principal experto théano en los estilos de
duelo y la cultura de Aztlán.
182 CAPÍTULO 5: Mecánica
ICNIUHTLI EN THÉAH
Si no fuera por las expediciones al Nuevo
Mundo, el Icniuhtli nunca habría llegado a las
costas théanas. Sin embargo, Elicia Zambrano,
una maestra duelista que viajaba con uno de los
muchos Grandes en busca de riquezas en suelo
extranjero, observó a los nativos en combate
y con el tiempo llegó a respetar su destreza.
Contra el consejo de sus compañeros, Elicia se
entregó a los nativos durante un encuentro.
Fue hecha prisionera y, tras ganarse el respeto
de Tlaloc, uno de los más grandes maestros
Icniuhtli de la Alianza Nahuacana, pudo conven-
cerlo de que la aceptara como aprendiz.
Después de vivir con los nahuacanos durante
varios años y aprender el estilo, Elicia regresó
a Castilla para dominar aún más la forma y,
después de un tiempo, comenzó a aceptar
estudiantes. Las escuelas que enseñan Icniuhtli
son únicas en el sentido de que no admiten
personas; en cambio, admiten grupos que
son entrenados juntos para actuar como una
unidad militar integrada. Muchos de los mejores
escaramuzadores de Théah se entrenaron en
una de estas academias.
Estilos de esgrima
Icniuhtli
El Icniuhtli remonta sus raíces a través de generaciones de
la Alianza Nahuacana. El estilo se originó y siempre ha
sido más popular entre los Ocēlōmeh, aunque otras orga-
nizaciones militares también lo utilizan. Estos guerreros,
vestidos con armaduras ligeras y empuñando lanzas, entran
y salen del combate creando espacios para que los demás
los aprovechen. Si bien son peligrosos por separado, aque-
llos que trabajan como parte de un equipo son mortales y
un grupo especializado de guerreros Icniuhtli es realmente
devastador. Múltiples maestros de Icniuhtli coordinan
perfectamente sus ataques para abrumar por completo a
sus enemigos.
Aunque guerreros de toda la Alianza practican Icniuhtli,
ninguno es tan competente como Tlaloc, un devoto de
Mīlllahco. Él, junto con sus hermanos y hermanas, forman
un escuadrón de los más selectos Ocēlōmeh conocidos
por la Alianza. Algunos dicen que su vínculo familiar es lo
que los hace tan peligrosos, mientras que otros atribuyen
su habilidad a un vínculo místico con un tótem antiguo.
Cualquiera que sea el caso, la unidad de Tlaloc acude a las
misiones más peligrosas e importantes. Su coordinación es
tan perfecta que, aun en el fragor de la batalla, los miem-
bros de su séquito no necesitan hablar para coordinar sus
ataques. Cada miembro sabe a nivel instintivo dónde debe
estar para aprovechar las fintas y aperturas. Tlaloc nunca ha
sufrido una derrota en combate, incluso cuando ha luchado
contra números abrumadores.
Bonificación de la escuela: Astucia de Jaguar
Cuando empuñas una lanza en una o ambas manos,
obtienes una maniobra especial llamada «Astucia de
Jaguar». Cuando realizas esta maniobra, infliges una
Herida y la siguiente fuente de Heridas en tu objetivo esta
ronda inflige una Herida adicional. Además, puedes selec-
cionar un aliado para que realice una acción de inmediato,
gastando Aumentos como de costumbre. Si el aliado selec-
cionado usa la acción que le otorgas para infligir Heridas
a tu objetivo, el objetivo sufre tantas Heridas adicionales
como tu nivel de Ingenio. Un héroe puede realizar la
maniobra Astucia de Jaguar una vez por ronda.
Quetzuo
Los guerreros Quetzuo fueron entrenados originalmente
para cazar brujas y magos. Utilizaron técnicas para
mantener su objetivo fijo en ellos y, más tarde, los tzak
k'anos adoptaron estas técnicas para la caza y el ejército.
Los guerreros Quetzuo usan un escudo en una mano y un
arma (generalmente un garrote, cuchillo o lanza) en la otra.
El escudo, conocido como Challi, es redondo, está hecho de
madera y cuero, y es construido por el guerrero durante su
entrenamiento. El Challi frecuentemente está decorado con
plumas y piedras preciosas, y la ornamentación del escudo
suele ser una marca de alto rango o estatus.
Durante el entrenamiento, la maestra le presta su propio
Challi a su aprendiz, quien lo usa hasta completar sus
lecciones. La maestra elige un Yencotetl, una piedra que
puede ser desde una roca común y corriente hasta un
gran trozo de turquesa. Cuando la aprendiz de Quetzuo
completa una lección, desprende una esquirla del Yencotetl
y la usa para hacer un mosaico en el Challi que está elabo-
rando. Al final de su formación, el Yencotetl es una escul-
tura, que representa los viajes que ha realizado la estudiante
y las pruebas que ha superado durante su tiempo de tutela.
El guerrero Quetzuo se apega a su Challi; es un gran honor
recibir el Challi de un maestro, ya que renunciar a su
escudo se considera una gran señal de respeto y confianza.
Bonificación de la escuela: Provocación con Challi
Mientras uses un escudo en una mano y un arma en la otra,
obtienes una maniobra especial llamada «Provocación con
Challi» que te permite usar tu escudo para desequilibrar a tu
objetivo, dirigiendo su atención hacia ti. Cuando realices esta
maniobra, inflige una Herida; la próxima vez que tu objetivo
inflija Heridas en esta ronda, evitas tantas Heridas como
niveles tengas en Armas. Si tu objetivo elige infligir Heridas
a cualquier héroe que no seas tú en su próxima acción, debe
gastar una cantidad de Aumentos igual a tu Brío.
Hatz'ik
Se cree que el Hatz'ik se originó entre los plebeyos de Tzak
K'an debido a su dependencia de un bastón, un arma que
los granjeros o trabajadores pueden obtener más fácilmente
que una lanza. La leyenda dice que fue un viajero entre
las montañas de la nación quien originalmente les enseñó
el estilo. Este maestro le enseñaba a cualquiera que estu-
viera dispuesto a aprender, sin pedir nada a cambio. En los
últimos años, el Hatz'ik ha ganado una gran popularidad.
El caudillo de guerra Iktan Cha'zah es uno de los generales
más consumados de la nación, cuyo bastón ha sido extre-
madamente bien utilizado tras años de batalla.
En manos de un duelista que ha dominado el Hatz'ik, una
vez que un bastón comienza a girar, no se detiene hasta que
la pelea termina. Muchos instructores les enseñan a sus
alumnos que no importa lo lento que te muevas, siempre
y cuando nunca dejes de mover tu arma. Sin embargo, en
las manos de un maestro, los movimientos del bastón son
casi imposibles de seguir. Una vez que el bastón comienza a
moverse, crea una zona alrededor del duelista que permite
responder con un aluvión de golpes incluso a la finta más
cautelosa. Y una vez que el enemigo está agotado del
encuentro, el usuario de Hatz'ik desata el impulso creado al
hacer girar su arma en un choque extremadamente poderoso.
Bonificación de la escuela: Espiral de Hatz'ik
Cuando empuñas un bastón con ambas manos, puedes
realizar una maniobra especial llamada «Espiral de
Hatz'ik». Cuando realices esta maniobra, cualquier perso-
naje que te inflija Heridas recibe una Herida en respuesta.
La próxima vez que realices la maniobra de Estocada en
esta ronda, infliges tantas Heridas adicionales como niveles
en Donaire tengas y el efecto de tu Espiral Hatz'ik termina.
Solo puedes realizar la Espiral Hatz'ik una vez por ronda.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 183
 Tzolran
Tzolran es un estilo de lucha ágil que combina distracciones
y oportunidades para derrotar a un enemigo. Tzolran,
que originalmente era un juego practicado por soldados
aburridos, se trata de usar todo lo que tengas a tu alcance
para distraer a tu oponente, manteniéndote cerca del suelo
y moviéndote hacia adelante y hacia atrás para derribar a tu
objetivo. Se jugaba con un palo, pero aquellos que practican
este estilo en combate suelen utilizar un cuchillo.
En el juego original, dos competidores comenzaban
espalda contra espalda. Una vez que iniciaba el juego, los
dos combatientes se agachaban rápidamente y se giraban
para enfrentarse, manteniéndose agachados. Se arrojaban
tierra, hojas y cualquier cosa cercana.
Los combatientes se lanzaban de un lado a otro, tanto para
confundir a su oponente como para esquivar los ataques
entrantes. Una vez que un combatiente era golpeado, la
ronda terminaba y volvían a colocarse espalda contra espalda,
dejando que el polvo se asentara. El primer combatiente en
conseguir asestar tres golpes ganaba el juego.
Xriisateh Tzolran, de quien este estilo recibe su nombre,
fue quien utilizó por primera vez estas tácticas en el campo
de batalla. Desde entonces, muchos han seguido su ejemplo
con increíble éxito.
Bonificación de la escuela: Truco del polvo
Mientras uses un arma pequeña (como un cuchillo, un
estilete, un garrote o algo similar) en una mano y nada en
la otra, obtienes una maniobra especial llamada «Truco
del polvo». Cuando realizas esta maniobra, agarras arena
o escombros de algún tipo y los arrojas a los ojos de tu
objetivo, tomándolo desprevenido. La próxima vez que ese
personaje inflija Heridas, reduces tantas Heridas como
niveles tengas en Maña y creas una Oportunidad. Activar
esta Oportunidad hace que la siguiente fuente de Heridas
en ese objetivo inflija dos Heridas adicionales. Un héroe
solo puede realizar Truco del polvo una vez por ronda.
184 CAPÍTULO 5: Mecánica
Waglichina
Waglichina es un estilo creado y utilizado casi exclusivamente
por los guerreros Tupac de Kuraq. Los sacerdotes de Suway
entrenaron en este estilo a sus guerreros más talentosos en
P'alqacamba. Hacía hincapié en matar a un tipo específico
de ser: los dioses. Los guerreros Tupac enviados en Caza de
Dioses se aseguraron de que las deidades permanecieran a
merced de los soldados de Suway más especializados. En la
batalla, los duelistas de Waglichina mantuvieron a los dioses,
así como a sus adoradores mortales, fuera de equilibrio.
Cuando eran derribados al suelo, otros Tupac los atacaban,
intentando asestarles un golpe mortal.
Aunque originalmente era un estilo enseñado exclusi-
vamente a los Tupac, el estilo Waglichina ha traspasado
las fronteras de Kuraq hacia el resto de Aztlán y más allá.
Los primeros maestros del estilo que se lo enseñaron
a personas fuera de la orden fueron guerreros Tupac
desilusionados que dejaron sus puestos para alejarse de
los sacerdotes de la muerte. Ahora, los duelistas nahua-
canos y tzak k'anos le enseñan Waglichina a sus propios
estudiantes. Dentro de Kuraq, sin embargo, los Tokoyriq
están atentos a identificar a cualquier maestro descarriado
de Waglichina. Enseñar el estilo fuera de los Tupac y
dentro de Kuraq es una elección peligrosa.
Bonificación de la escuela:
Acometidas de Waglichina
Mientras uses un arma pesada (como un garrote o un
hacha) en una mano y nada en la otra, obtienes una
maniobra especial llamada «Acometida de Waglichina».
Cuando realizas esta maniobra, infliges una Herida mien-
tras tropiezas, empujas o de alguna manera desequilibras a
tu oponente y lo derribas. Aplicas Presión al objetivo para
que permanezca en el suelo. Hasta que el objetivo supere
la Presión y realice una acción diferente, sufre una Herida
adicional cada vez que recibe Heridas.
Historia del barco
Un barco tiene un Origen. Es la nación, región o área del
mundo de donde zarpó tu barco en su viaje inaugural. Las
diferentes culturas tienen distintas ideas sobre cuál es la mejor
manera de construir un barco y no hay dos barcos iguales.
Algunos Orígenes conceden dados adicionales en deter-
minadas circunstancias. Estas circunstancias son intencio-
nalmente vagas y están abiertas al debate —el DJ es quien
decide si un trasfondo u Origen concede dados adicionales
según el caso—, pero nuestro consejo es ser generoso con
ellos. Sin embargo, cuando se aplica una bonificación de este
tipo, solo puede utilizarla un héroe a la vez.
Orígenes
Kuraq
Ya que pocos barcos son construidos por artesanos nativos,
la Emperatriz de Kuraq ha estado importando árboles y
constructores de barcos para crear una fuerza naval moderna.
Aunque supuestamente se construyó para el comercio, sus
números convierten a Kuraq en una amenaza para el mar.
Mientras transporte menos que su carga máxima, tu barco
puede llevar 10 tripulantes adicionales.
Alianza Nahuacana
Los barcos nahuacanos son utilizados casi exclusivamente
por mercaderes para el comercio. Cuando realices un Riesgo
relacionado con el comercio (como obtener el mejor trato
posible o retener los productos de un comprador para persua-
dirlo de revelar un secreto), obtienes 3 dados adicionales.
Trasfondos de barcos
Los Trasfondos otorgan ventajas a tu nave, pero lo más impor-
tante es que cuentan su relato único y épico. Son los eventos
en el pasado del barco que construyen su reputación, que
contribuyen al orgullo de la tripulación y que hacen que tu
navío pase de ser «solo un buque» a ser «un barco».
Un barco solo puede tener un Trasfondo específico a la
vez. Cada héroe que adquiera la Ventaja Casado con el
mar (Libro de Reglas Básico página 149) aporta un
Trasfondo a la historia del barco.
Construido por extranjeros
La mayoría de las naciones de Aztlán son inexpertas en
la construcción naval en comparación a los théanos y han
empezado a contratar constructores de barcos extranjeros
para modernizar sus flotas. Selecciona otro Origen; tu barco
obtiene los beneficios tanto de su Origen original como del
Origen otorgado por este trasfondo.
Único superviviente
Tu barco estaba anclado en el puerto durante el ataque de
otra nación de Aztlán o una potencia extranjera y fue el
único navío superviviente. Elige la nación que atacó; cuando
participen en una batalla naval contra un barco de ese origen,
los héroes obtienen 2 dados adicionales.
Aventuras
Las aventuras les conceden a los héroes bonificaciones y
capacidades la primera vez que hacen algo específico con
su nave durante la partida. Una aventura no siempre es una
experiencia positiva (ser asaltado por piratas o encallar en
una isla remota rara vez es agradable), pero el barco y su
tripulación aprenden y crecen debido a la experiencia.
La primera vez que tú, tu barco y su tripulación completéis
una aventura durante una partida (no en discusiones previas
al juego, ni en una charla sobre lo que hacen los héroes entre
sesiones o durante el tiempo de inactividad, ni en el tras-
fondo de tu barco, sino durante la partida en mesa), tu barco
obtiene una nueva bonificación o capacidad asociada con
esa aventura. La bonificación por completar una aventura se
obtiene solo la primera vez que se hace algo.
Recuerda que las bonificaciones de las aventuras se suman
a cualquier cosa que los héroes y el barco hayan ganado o
perdido durante los eventos que condujeron a la aventura.
Las lista de aventuras enumeradas aquí no es exhaustiva,
pero sirve como una buena base para que un DJ pueda
diseñar sus propias aventuras y las recompensas asociadas.
Al otro lado del mar
Viaja de Aztlán a Théah (o viceversa) y de regreso. Al trans-
portar mercancías de un continente a otro, puedes llevar una
Carga adicional.
Bendecido por los dioses
Completa una solicitud hecha por uno de los dioses de
Aztlán. Mientras está a bordo del barco, un héroe puede
gastar 1 punto de héroe cuando lance los dados en una
secuencia para hacer que sus 10 exploten.
Superado
Derrota a un barco que sea más grande, tenga más cañones
o más tripulación. La primera vez en cada ronda que tu
barco reciba Impactos de otro barco, reduce la cantidad de
Impactos infligidos en 1.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 185
 Sociedades secretas aztlanas
Los Guardianes de Aztlán
Las tres naciones de Aztlán tienen muchas diferencias en
sus tradiciones e historias, pero todas están de acuerdo
en al menos una cosa: Aztlán ha sido destruido y creado
muchas veces. El más reciente de estos ciclos se conoce
como «la era imperial» y los eruditos y sacerdotes de todo
Aztlán tienen sus propias teorías y dogmas sobre cómo o
por qué sucedió. Nadie tiene información fiable sobre el
tiempo anterior a la formación de las naciones actuales.
Nadie, excepto los Guardianes de Aztlán.
Los Guardianes, la organización más antigua de todo
Aztlán, tiene los únicos registros fidedignos sobre la era
anterior, el Imperio de Aztlán y la Caída. Son los únicos
que saben que la Caída no fue una destrucción literal de
Aztlán sino un movimiento. Sus textos encriptados revelan
la verdadera causa de ese evento cataclísmico.
Mientras que la mayoría de los eruditos creen que el
antiguo Imperio de Aztlán provocó la ira de los dioses
antiguos, la verdad es que los syrne esclavizaron a los dioses
y utilizaron lo que se conoce como «las máquinas anti-
guas» para enviar todo Aztlán a una dimensión paralela: el
Séptimo Mar. Allí gobernaron como reyes-dioses, lejos del
alcance de cualquiera que viajara a Aztlán.
Sin embargo, en algún momento, las máquinas anti-
guas fallaron. Algunos dicen que no estaban destinadas
a perdurar, pero otros argumentan que lo que sea que
aniquiló a los syrne también hizo que su tecnología fallara.
Los Guardianes deberían haberlo prevenido, pero cuando
se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, ya era dema-
siado tarde. Aztlán había regresado a Terra.
186 CAPÍTULO 5: Mecánica
Desde ese momento, pero aún con más razón después de
la llegada de los théanos a Aztlán, los Guardianes han jurado
defender a los pueblos aztlanos de todas y cada una de las
amenazas externas. Con todo su conocimiento acumulado
están preparados para afrontar cualquier situación que pueda
surgir. Rodeados por enemigos, ahora son más necesarios
que nunca. Y, sin embargo, están más divididos que nunca.
Facciones de los Guardianes
En el momento más crítico para Aztlán, los Guardianes
están en desacuerdo respecto a cómo actuar. Un grupo, que
se identifica a sí mismo como los Protectores, considera que
la «amenaza théana» —como ellos la llaman— es dema-
siado grande, incluso para que los Guardianes la confronten.
Estos Guardianes argumentan que, considerando los conti-
nuos intentos de exploradores en busca de oro y aspirantes
a conquistadores hambrientos de poder que intentan
abusar de los pueblos de Aztlán, el mejor curso de acción
es usar las máquinas antiguas para mover el continente una
vez más. Solo entonces su gente estará a salvo.
Los Progresistas sostienen que trasladar Aztlán causaría
más daño que bien. La única forma de proteger realmente
al pueblo aztlano es permitirles lidiar con esta amenaza
extranjera por su cuenta. Además, los Progresistas señalan
que el papel activo de los nuevos dioses en la protección de
su pueblo es una prueba más de que la situación con los
théanos está bajo control.
Ambos grupos están firmemente divididos y, por el
momento, no parece posible que lleguen a un acuerdo sobre
cómo proceder.
El gran enemigo
Aunque la llegada de los théanos se ha convertido en la mayor
preocupación de los Guardianes en los últimos tiempos, los
miembros más antiguos y venerados del grupo recuerdan a
sus compañeros más jóvenes que su mayor enemigo no viene
del otro lado del mar, sino de las profundidades.
Desde la época del Imperio de Aztlán, la tarea principal
de los Guardianes ha sido defender a la gente común contra
la amenaza de los Dioses Antiguos, inmortales sedientos de
sangre que una vez exigieron constantes sacrificios rituales
en su nombre para apaciguar su ira. Los syrne lidiaron con
estos poderosos seres, moviendo Aztlán a otra dimensión
para debilitar su control sobre el continente.
 El plan de los syrne no funcionó como se esperaba,
aunque los Dioses Antiguos quedaron atrapados en el
Séptimo Mar durante la Caída.
Ya no pueden influir en los destinos de los aztlanos. Allí
permanecen hasta el día de hoy, esperando el momento
en que se realicen suficientes sacrificios de sangre en su
nombre para que puedan entrar en Terra y gobernar sobre
los aztlanos una vez más.
Después de la Caída, una gran cantidad de Guardianes
desaparecieron junto con varios documentos de la era
anterior. Algunos de los Guardianes temen que los Dioses
Antiguos hayan corrompido a estos desertores. Con la
ayuda de los textos y su conocimiento de la antigua lengua
del Imperio de Aztlán, podrían encontrar una manera de
liberar a las deidades asesinas de su prisión.
La verdad, sin embargo, es peor de lo que los Guardianes
pueden imaginar. Estos disidentes se han convertido en sus
mayores enemigos: el Consejo de los Dioses Antiguos.
Rangos entre los Guardianes
Las filas de los Guardianes están llenas de personas que se
han dedicado a Aztlán por encima de todo los demás. La
mayoría de los nuevos iniciados son acogidos cuando son
niños pequeños, a menudo huérfanos o de familias pobres.
Los Guardianes los crían como si fueran suyos y les
enseñan varias habilidades importantes. Estos Iniciados
con frecuencia permanecen con un solo Maestro durante
sus años de formación.
Los Iniciados están rigurosamente capacitados en diversas
áreas que incluyen, entre otras:
• Aprender a leer y escribir en aztlano antiguo.
• Técnicas de lucha avanzadas, tanto cuerpo a
cuerpo como a distancia.
• Comprender y utilizar la tecnología del Imperio
de Aztlán, como, por ejemplo, la presente en las
máquinas antiguas.
Una Maestra presenta a su Iniciado al Consejo de
Grandes Maestros cuando siente que está listo. Lo ponen
a prueba y lo promueven si lo encuentran digno. Si no es
así, asignan a un Gran Maestro para que enseñe al Iniciado
sus lecciones finales.
El nuevo Maestro se convierte en un miembro independiente
que puede servir a los Guardianes como mejor le parezca. Un
nuevo Maestro a menudo trabaja con su antiguo instructor, ya
que es la única relación cercana que ha desarrollado en su vida.
Los Grandes Maestros eligen entre los mejores de sus
Maestros para ascender a sus filas. Si la Maestra acepta,
se retira del servicio activo como Guardiana. El papel de
un Gran Maestro es monitorear la actividad relacionada
con la tecnología del Imperio de Aztlán, especialmente las
máquinas antiguas, así como también dirigir los esfuerzos
de los Maestros en su lucha contra los Dioses Antiguos.
Favores con Los Guardianes
Los Guardianes se preocupan principalmente por defender
a todos los pueblos de Aztlán —independientemente de
su nación, religión o estatus social— de las amenazas
externas. Desde tiempos inmemoriales, su mayor enemigo
han sido los Dioses Antiguos, pero en los últimos tiempos
los théanos han ocupado su atención. Son benefactores
silenciosos y en lo posible prefieren hacer su trabajo sin
llamar demasiado la atención.
Un héroe que pertenece a los Guardianes puede ganar
Favores de las siguientes formas:
• Proporcionar al Consejo de Grandes Maestros
información sobre una amenaza externa para
el pueblo aztlano vale 3 Favores. Los Grandes
Maestros necesitan recibir información fiable
para poder dirigir los esfuerzos de los Guardianes
en su totalidad.
• Derrotar una amenaza externa para el pueblo
aztlano vale 6 Favores. La principal tarea de los
Guardianes es proteger a los pueblos de Aztlán
de todas y cada una de las amenazas externas.
Un héroe que pertenece a los Guardianes puede pedirles
ayuda de las siguientes formas:
• Solicitar acceso a un texto o artefacto de la era
anterior cuesta 7 Favores. Los textos y artefactos
de la era anterior no solo se consideran reliquias,
sino que contienen información y tecnología
potencialmente peligrosas disponibles en toda
Terra. Por ello, los Guardianes solo los prestan
a miembros de la Sociedad experimentados y
de confianza.
• Solicitar la ayuda de un Maestro de los
Guardianes cuesta 4 Favores. Los Maestros
son individuos poderosos con toda una vida de
entrenamiento en su haber. Poseen Fuerza 8, pero
nunca tienen la Ventaja de Hechicería.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 187
 Los Herederos del Jaguar
El jaguar es una figura omnipresente en las historias de
todo Aztlán. Algunos cuentos de la era anterior afirman
que fue una línea de personas jaguares la que fundó el
antiguo Imperio de Aztlán. Los nahuacanos, por ejemplo,
solían orar a Tahtli Ocēlōtl, un dios cuyo nombre
puede traducirse como «el Gran Hombre Jaguar», que
era considerado el Jefe de Magos, el Gran Hechicero
y el Gran Cambiaformas. Los sacerdotes que le dedi-
caron su vida fueron considerados sabios, hechiceros y
magos incomparables.
Hoy en día, los tzak k'anos consideran a los jaguares como
parte de la noche y símbolos del sol en su viaje nocturno
hacia el amanecer. Los tzak k'anos adoran a una deidad
jaguar cuyas áreas de influencia incluyen la guerra y el infra-
mundo. Lo consideran el animal totémico por excelencia
gracias a su gran destreza, ferocidad y dominio en el bosque.
Incluso el Imperio de Kuraq tiene a los jaguares en alta
estima. Las personas que residen en los bosques del sur de
Aztlán adoran una estrella que dicen que es un jaguar. Sus
cargas son los jaguares, osos y pumas de esa región. Como
tal, el jaguar ha sido y sigue siendo una de las figuras más
importantes de la cosmología aztlana.
Y los Herederos del Jaguar son considerados los legítimos
descendientes de esa honrada tradición.
Los Herederos son un grupo de practicantes de magia
profundamente interesados en reunir todo el conocimiento
mágico de las diferentes naciones de Aztlán y conseguir
avances inauditos en esa área. Por eso fomentan todas las
formas de experimentación mágica y no tienen ningún
problema en aceptar, e incluso apoyar, la investigación
mágica que ahonda en disciplinas consideradas prohibidas
por otros, como la nigromancia. Para ellos, siempre que un
practicante de magia esté usando su don para ayudar a las
personas, especialmente a los menos afortunados, vale la
pena apoyarlo.
Esta es la razón principal por la que los Herederos
incluyen miembros de todas las naciones de Aztlán. Son
un grupo acogedor y de mente abierta, que no discrimina
a ningún practicante de magia, independientemente de
su origen o el área de estudio que escoja. El único límite
que imponen a los miembros de la sociedad (e incluso a
otros practicantes de magia) es que no pueden usar sus
poderes para propósitos malignos. Si lo hacen, se arriesgan
a la ira de los Herederos, quienes en ese caso enviarán
de inmediato una manada de caza de personas jaguar
para destruirlos.
188 CAPÍTULO 5: Mecánica
Rangos entre los Herederos
El único requisito para unirse a los Herederos del Jaguar es
haber utilizado la magia para ayudar a personas necesitadas.
A los Herederos les importa poco el origen de esta magia, ya
que consideran que toda la magia es un regalo de los dioses.
Debido a esto, los Herederos del Jaguar son la única sociedad
secreta en Aztlán que tiene una presencia théana significativa.
Los Herederos encuentran a cualquier hechicera que
exprese interés en unirse, pues tienen ojos y oídos en
todas partes de Aztlán. Esta debe completar una tarea para
demostrar su valía, diseñada para obligarla a demostrar sus
habilidades mágicas, su ingenio y su determinación. Una
vez que una candidata ha demostrado su valía, es parte de
los Herederos y tiene pleno acceso a la organización.
Los miembros más poderosos de la Sociedad forman el
Círculo Interno, que controla el secreto del Rostro del Jaguar.
Actúan como jueces y administradores de los Herederos.
Cualquier Heredero que desee ingresar al Círculo Interno
debe estar listo para arriesgar su vida al servicio de la sociedad.
Solo aquellos que han estado con los Herederos durante años
de fiel servicio pueden avanzar a sus rangos más altos.
El camino del Jaguar
Todos los seguidores de la deidad jaguar a lo largo de Aztlán
están de acuerdo en una cosa: el jaguar es un creador, pero
también un destructor; trae fortuna, pero también desastre.
Los Herederos consideran que los estudios mágicos encarnan
a la perfección la esencia del jaguar. Después de todo, los hechi-
ceros tienen poderes de creación y destrucción a partes iguales.
Los Herederos han establecido una serie de leyes que
se conocen como el Camino del Jaguar. Los principales
preceptos de este código son:
• El uso de la magia de forma maligna está expre-
samente prohibido.
• Un hechicero debe informar sobre cualquier acti-
vidad mágica maligna que descubra.
• Un Heredero debe seguir las órdenes del Círculo
Interno.
• A ningún hechicero fuera de los Herederos se le
puede enseñar el secreto del Rostro del Jaguar.
Un Heredero que infrinja una de estas leyes puede sufrir
graves consecuencias, desde que se le prohíba volver a
utilizar la magia bajo pena de muerte, hasta recibir la marca
como presa de una manada de caza de personas jaguar.
Rostro del Jaguar
Uno de los mayores regalos que los Herederos recibieron del
jaguar fue la capacidad de cambiar de forma y adoptar lo que se
conoce como el «Rostro del Jaguar». De esta manera, un prac-
ticante de magia se transforma en una persona jaguar, con una
boca rugiente, encías desdentadas y largos colmillos y garras.
En esa forma los Herederos se convierten en un enemigo
mortal, especialmente para otros practicantes de magia, ya que
conservan sus habilidades mágicas y pueden combinarlas con
la destreza y rapidez del jaguar cazador nocturno.
Con el tiempo, a medida que más hechiceros se unieron
a los Herederos, el Círculo Interno decidió que era dema-
siado arriesgado enseñar el Rostro del Jaguar a todos sus
miembros. En cambio, acordaron que el secreto permane-
cería dentro del Círculo Interno y que otros Herederos
podrían solicitar su uso. En ese momento nacieron las
manadas de caza de personas jaguar.
Una manada de caza de personas jaguar es un grupo de
Herederos (y en raros casos, otros miembros que no son
Herederos) bendecidos con el Rostro del Jaguar por una
noche. Por lo general, reciben esta bendición con el único
propósito de cazar y matar a hechiceros villanos. De esta
forma, es casi seguro que los Herederos logren su objetivo,
aunque no es un esfuerzo libre de riesgos.
Una vez que la manada ha completado su tarea, sus miem-
bros deben regresar a su punto de origen, u otro punto
de encuentro acordado, para transformarse nuevamente
en humanos. Si el amanecer encuentra a un Heredero
todavía en forma animal, el sol reclama su alma, matán-
dolo instantáneamente. Debido a esto, muchos Herederos
prefieren informar a la sociedad sobre las actividades de
villanos, pero se mantienen fuera de peligro. Otros optan
por enfrentarse al villano por otros medios en lugar de
solicitar la ayuda de una manada de caza de personas jaguar.
Favores con los Herederos del Jaguar
Los Herederos del Jaguar se preocupan principalmente
por recuperar la magia antigua (ya sea textos, artefactos o
componentes), expandir el conocimiento mágico por todo
Aztlán y cazar hechiceros villanos. El objetivo principal de
los Herederos es salvaguardar y propagar el conocimiento
mágico en Aztlán.
Un héroe que pertenece a los Herederos del Jaguar puede
ganar Favores de las siguientes formas:
• Descubrir un texto o artefacto mágico descono-
cido, o presentar a los Herederos una investiga-
ción innovadora en cualquiera de las disciplinas
mágicas conocidas, vale 4 Favores.
• Derrotar a un villano practicante de magia vale
8 Favores. No hay nada más dañino para la
causa mágica en Aztlán —y los esfuerzos de los
Herederos— que los villanos practicantes de
magia que manchan el buen nombre de los hechi-
ceros. Por ello, los Herederos valoran mucho a
cualquier agente capaz de derribar a uno de estos
indeseables sin la ayuda de una manada de caza
de personas jaguar.
Un héroe que pertenece a los Herederos del Jaguar puede
pedirles ayuda de las siguientes formas:
• Solicitar la ayuda de una manada de caza de
personas jaguar cuesta 10 Favores. El héroe
y cualquiera de sus asociados que elija pueden
formar parte de una manada de caza. Si lo hacen,
se convierten en personas jaguares. Las personas
jaguares son monstruos de Fuerza 8 con las cuali-
dades Nocturno, Cambiaformas y Rápido. En esa
forma, los héroes conservan el uso de todas sus
capacidades (dentro de lo razonable). La trans-
formación dura solo una noche.
• El acceso a un texto, artefacto o componente
mágico cuesta 3 Favores. Los Herederos poseen
el depósito más extenso de conocimiento mágico
en todo Aztlán (y tal vez en todo el mundo). De
esta forma, cualquier practicante de magia que
pertenezca a los Herederos puede tener acceso
a todo lo que necesite para avanzar más en sus
investigaciones mágicas.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 189
 Los Pochteca
Los Pochteca fueron fundados en el año Ocho Conejo
(1474) por doce de las familias comerciantes más poderosas
de la Alianza Nahuacana. Temiendo que sus gobernantes
resintieran su poder basado en la riqueza, estas familias
negociaron un pacto con el Gran Orador. Abandonaron
todas las ventajas visibles de su éxito comercial y, a cambio,
pudieron continuar con sus negocios sin temor a la interfe-
rencia noble.
Con el paso de los años, los Pochteca se dieron cuenta
de que su riqueza y posición podían usarse para algo más.
En ese momento, acordaron usar su inmensa riqueza para
ayudar a los menos afortunados en todo Aztlán, reorgani-
zándose en doce gremios, cada uno con sede en uno de los
centros urbanos más importantes de la Alianza Nahuacana.
Al principio solo se preocupaban por las necesidades
básicas de los pobres pero, con el tiempo, quedó claro
que alimentarlos y vestirlos no era suficiente. A pesar de
sus mejores esfuerzos, los Pochteca no pudieron mejorar
realmente la vida de esas personas. En ese momento los
Pochteca entendieron que el problema no era la cantidad
de riquezas y recursos, sino su distribución.
Desde entonces, se han convertido en una organización
dedicada a mejorar las vidas de los ciudadanos comunes y
corrientes de Aztlán. A veces lo hacen distribuyendo víveres
y ropa. En otras ocasiones, utilizan su riqueza para meter
en vereda a las élites que abusan de su poder. En esas situa-
ciones, sobornan, coaccionan e incluso amenazan a estos
gobernantes descarriados, todo para garantizar que la vida
cotidiana de las personas mejore.
190 CAPÍTULO 5: Mecánica
Sin embargo, algunos gobernantes son demasiado tercos
o poderosos para dejarse influir. En esos casos, los Pochteca
utilizan sus recursos para incitar y ayudar a cualquiera que
se atreva a oponerse a tales villanos.
Organización
Los Pochteca se organizan en gremios especializados en
diferentes partes de sus actividades comerciales. Cada gremio
opera en una ciudad importante de Nahuacán y está contro-
lado por entre tres y cinco ancianos venerables conocidos
como «Madres» o «Padres» que hablan en nombre del gremio.
Cada gremio es responsable de un aspecto u otro del
funcionamiento general. El gremio textil puede ser respon-
sable de garantizar que sus miembros tengan acceso a
armas y armaduras para proteger mejor a los menos capaces,
mientras que el gremio de comerciantes envía emisarios por
todo Aztlán para buscar gobernantes villanos.
Si bien todos los miembros de los Pochteca hacen lo que
pueden para ayudar a la gente común, son los gremios los
que brindan orientación y dirección sobre cómo llevar a
cabo tales esfuerzos.
Rangos entre los Pochteca
La membresía en los Pochteca solo requiere que uno pueda
y esté dispuesto a servir. Si bien los Pochteca originales eran
ricos comerciantes, ahora emplean a cualquiera que desee
hacer de Aztlán un lugar pacífico.
Los rangos menores entre los Pochteca incluyen comer-
ciantes que lideran expediciones comerciales y explorato-
rias, porteadores y guerreros que transportan mercancías
y protegen a las caravanas de los bandidos y comerciantes
disfrazados, y espías que recopilan discretamente informa-
ción sobre las élites villanas en todo Aztlán.
Cada gremio recluta ancianos dentro de sus propias filas.
Estas Madres y Padres dirigen la función de su gremio y
facilitan la comunicación entre gremios.
Las Madres y los Padres se reúnen una vez al año en
Pepechotlán para discutir estrategias y compartir sus
descubrimientos. Pocos fuera de estas reuniones entienden
que los Pochteca tienen mucho más que un simple deseo de
lucro. No buscan nada menos que convertir a Aztlán en el
lugar más justo del mundo, un gobernante a la vez. A estas
alturas, ¿quién sabe? Quizás algún día puedan transformar
todas las naciones aztlanas en lugares donde la riqueza se
distribuya mejor entre todos sus ciudadanos, independien-
temente de su estatus.
Favores con los Pochteca
Los Pochteca se preocupan principalmente de la acumula-
ción y distribución de riqueza para ayudar a los menos afor-
tunados en todo Aztlán, remodelando la sociedad aztlana
a través del capitalismo y financiando grupos rebeldes en
lugares que se encuentran bajo regímenes tiránicos, como
la mayoría de lugares en el Imperio de Kuraq.
Un héroe que pertenece a los Pochteca puede ganar
Favores de las siguientes formas:
• Ayudar a proteger una caravana, hacer un esfuerzo
diplomático en nombre de los Pochteca o informar
a una Madre o un Padre acerca de un gobernante
descarriado vale 2 Favores. Los Pochteca creen que
todos y cada uno de los esfuerzos realizados para
garantizar que la vida de la gente común sea mejor
son dignos de reconocimiento.
• Deponer a un villano gobernante vale 5 Favores si
el reemplazo representa una mejora con respecto
al gobernante anterior. No hay mayor servicio
para la causa de los Pochteca que asegurarse de
que el líder de una comunidad se preocupe por
todas las personas bajo su liderazgo y no solo por
su propio bienestar.
Un héroe que pertenece a los Pochteca puede pedirles
ayuda de las siguientes formas:
• El acceso a los almacenes de los Pochteca cuesta
4 Favores. Se pueden adquirir hasta 2 puntos
de Riqueza en bienes comerciales o una reliquia
aztlana menor que funciona como un objeto
distintivo. No devolver esta Riqueza o el arte-
facto al pabellón del gremio del héroe cuando
complete la misión resulta en un castigo severo
que va desde la pérdida de estatus en el gremio
hasta la ejecución inmediata.
• Solicitar la ayuda de los Pochteca cuesta 6
Favores. La cantidad de recursos en manos de los
Pochteca es tan vasta, y sus redes comerciales tan
extensas, que cualquiera que les pida ayuda sin
duda tendrá acceso a todo lo que pueda necesitar.
Esto puede ir desde meros objetos materiales
hasta secretos políticos e incluso reuniones con
figuras usualmente reservadas y escurridizas,
como los líderes rebeldes.
El Consejo de los Dioses Antiguos
Los habitantes de cada nación en Aztlán son devotos a sus
respectivos dioses. Después de todo, fue gracias a ellos que
pudieron reconstruir su mundo durante los sombríos días
posteriores a la Caída. Sin embargo, antes de eso, todos
los pueblos de Aztlán solían adorar a las mismas deidades,
que hoy en día son conocidas como «los Dioses Antiguos».
Ahora está prohibido adorar a estos Dioses Antiguos —y
lo ha estado durante mucho tiempo—, pero estos decretos
no han hecho mucho para detener al Consejo de los
Dioses Antiguos.
La intención del Consejo es simple: restaurar las costum-
bres de los Dioses Antiguos y llevar de vuelta Aztlán «a
la luz de su gloria inicial». El único problema es que «la
luz de su gloria inicial» implica la destrucción de Aztlán y
todos sus habitantes actuales. Los miembros del Consejo,
sin embargo, están seguros de que ellos, como fieles, se
salvarán una vez que regresen los Dioses Antiguos.
Lo que el Consejo sabe y otros eruditos de Aztlán ignoran,
es que durante la Caída los Dioses Antiguos no fueron asesi-
nados sino encarcelados. Los propios syrne convirtieron a los
Dioses Antiguos en cristal para alimentar a las máquinas
antiguas, maldiciéndolos para que vieran el cambio de los
años desde prisiones relucientes. Después de la Caída, las
paredes de esas prisiones resistieron… pero por poco.
Para liberar a los Dioses Antiguos, el Consejo necesita
reunir 13 Cristales de Sangre y devolverlos al Corazón
del Mundo. Solo de esta manera podrán abrir el portal a
los Dioses Antiguos para que puedan entrar en Terra y
gobernar Aztlán y sus pueblos una vez más.
Una vez que lo logren, el Consejo espera regir sobre
las cenizas del mundo que ahora existe, gobernando un
dominio que unifique Aztlán bajo una religión y una
identidad cultural. Si tienen éxito, no habrá más Alianza
Nahuacana, ciudades-estado tzak k'anas o Imperio de
Kuraq: todas las diferencias desaparecerán en el despertar
de los Dioses Antiguos.
Modus operandi
La tecnología de los Cristales de Sangre fue descubierta
por el Consejo en textos paganos antiguos de la era anterior,
que son su posesión más preciada. Esos textos revelaron
que, para crear uno de estos cristales, primero debe ocurrir
un derramamiento de sangre masivo. Uno en el que muchos
seres humanos mueran a manos de otros, y sus muertes
sean dedicadas como sacrificios a los Dioses Antiguos.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 191
 Por ello, la tarea principal de los agentes del Consejo es
asegurar que se produzcan conflictos entre grandes grupos
de personas. El mejor caso para ellos es una guerra abierta
y con ese fin planean, susurran al oído de gobernantes y
rebeldes, e incitan al uso de la violencia en todas y cada
una de las circunstancias. No les interesa quien «gane» el
conflicto porque, al final, los únicos que se benefician del
caos y el derramamiento de sangre son los miembros del
Consejo. Cada muerte violenta los acerca un paso más a su
objetivo de liberar a los Dioses Antiguos.
El Consejo está dirigido por tres Primeros Profetas,
cada uno procedente de una nación de Aztlán distinta. Se
han reunido en secreto durante los últimos milenios en el
Corazón del Mundo, un lugar que desafía toda lógica. Debajo
de ellos hay un puñado de miembros del Consejo (pero muy
influyentes), así como innumerables agentes de campo. Estos
agentes suelen ser reclutados entre los individuos más deses-
perados, aquellos que han perdido toda esperanza.
A veces, sin embargo, personas aparentemente exitosas
y felices se unen a las filas del Consejo. Lo hacen porque
el Consejo les muestra la visión de un mundo que ya no
está dividido ni sumido en el caos. Lo que ven allí es su
deseo sincero de una sociedad ordenada y homogénea sin
diferencias ni conflictos. Lo que no ven, o no quieren ver, es
que esa visión solo puede convertirse en realidad cuando el
mundo sea destruido.
192 CAPÍTULO 5: Mecánica
Héroes y el Consejo
Los héroes no pueden unirse al Consejo. Para convertirte
en miembro del Consejo, debes enfrentarte a los Dioses
Antiguos empapado en la sangre de un inocente al que
mataste. Si no eres aceptado, el resto del Consejo te mata
y ofrece tu miserable vida como sacrificio a sus deidades
oscuras. Si eres aceptado, escuchas a los Dioses Antiguos
susurrándote sus retorcidas órdenes directamente, destro-
zando tu mente para siempre.
Notoriedad del Consejo
La mayor fortaleza del Consejo es el secreto de su exis-
tencia. Gracias a él han podido infiltrarse en todas las
naciones actuales de Aztlán e incluso entre los théanos
recién llegados, desde los rangos más bajos hasta los más
altos. Al Consejo no le importa si un posible agente es un
noble o un plebeyo. Mientras puedan realizar su trabajo
provocando más derramamiento de sangre en nombre de
los Dioses Antiguos, serán bienvenidos.
La mayoría de los agentes del Consejo están tan pertur-
bados por su ritual de iniciación, en el que tienen que matar
a un inocente para demostrar su fe a los Dioses Antiguos,
que nunca dudan de su lealtad a la organización. Los
pocos que lo hacen suelen ser eliminados de inmediato,
y sus muertes sirven como una última contribución a los
esfuerzos del Consejo para liberar a los Dioses Antiguos.
 Generador de ciudad-estado de T ak K'an
Para crear una ciudad-estado tzak k'ana, todo lo que nece-
sitas es un puñado de dados y algo de imaginación. Aquí
te guiaremos a través del proceso (que incluye muchas
preguntas que debes responder). Al final sabrás todo tipo
de cosas sobre tu nueva ciudad-estado, desde la importante
iconografía local hasta una idea del liderazgo regional.
Generar una ciudad-estado
Hay tres formas de crear una ciudad-estado tzak k'ana.
Puedes utilizar cualquiera de estos métodos para crear tantas
ciudades-estado como quieras y no hay ninguna razón por la
que no puedas utilizar un método para crear una ciudad-es-
tado y un método completamente diferente para otra.
Método 1: A la carta
El método de creación más sencillo es simplemente elegir
un elemento de cada lista y responder a las consignas de
escritura. Si tienes varios jugadores interesados en este
aspecto del juego, puedes permitir que cada uno de ellos
elija algo de la lista y responda a las consignas dentro del
elemento que ha seleccionado.
Método 2: Juega a los dados
Puedes simplemente lanzar un dado para cada categoría
presentada y responder a las consignas una por una. Esto
puede conducir a un proceso muy caótico, pero puede ser
muy divertido estirar un poco las piernas creativas y asegu-
rarse de que los números aleatorios generados por los dados
se unan para crear una ciudad-estado única y cohesiva.
Método 3: Construye bloques
Finalmente, puedes optar por lanzar 5 dados (o 6, si quieres
un poco de margen para descartar una tirada que no te
guste) y asignar esos valores a cada categoría como mejor te
parezca. Nuevamente, si tienes un grupo de jugadores que
disfrutan de este aspecto del juego, puedes hacer que cada
uno de ellos lance un dado y luego elija en qué categoría
quiere «gastar» su dado. Por supuesto, si gasta su dado en
crear al gobernante de la región, debe estar preparado para
responder a las consignas correspondientes.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 193
 Anatomía de una ciudad-estado
Este generador desglosa la composición de una ciudad-es-
tado tzak k'ana en unas pocas categorías amplias.
Iconografía habla de algo que la región tiene en alta
estima o posee importancia simbólica, y que puede variar
desde la abundante vida silvestre local hasta los recursos
naturales. La iconografía de la ciudad-estado también
determina la primera palabra del nombre de la región.
La sección de Iconografía tiene una anotación llamada
«Términos alternativos» que puedes usar indistintamente
cuando decidas el nombre de la ciudad-estado.
Geografía informa sobre las características de la tierra del
área local. Estas pueden ser las características más abun-
dantes de la región, o una que sea simplemente prominente
debido a la ubicación de asentamientos, rutas comerciales
o prácticas religiosas. La geografía de la ciudad-estado
también determina la segunda palabra del nombre de
la región. La sección de Geografía tiene una anotación
llamada «Términos alternativos» que puedes usar indis-
tintamente cuando decidas el nombre de la ciudad-estado.
Deidad tutelar determina la principal figura mitológica
o religiosa de la zona. Es probable que esta figura ocupe un
lugar destacado en el folclore local y podría influir en los
patrones de habla o en los modismos, pero, como mínimo,
te dirá mucho sobre los sacerdotes y sacerdotisas de la zona.
Ambiente muestra el tono y sensación de la región, ya sea
que le den la bienvenida a los forasteros o los eviten, que la
gente sea belicosa o pacifista. Es probable que el ambiente
de la región influya en la mayoría (si no en todas) las inte-
racciones que los héroes tengan con la gente de la región.
Gobernante revela al actor político más importante de
la zona y te da una idea de sus motivaciones e impulsos.
El Gobernante de la región le dará vida a lo que suceda
cuando los héroes inevitablemente se crucen con la clase
dirigente local y, probablemente, determinará qué forma
toma esa interacción.
194 CAPÍTULO 5: Mecánica
Iconografía
TIRADA ICONOGRAFÍA
1 Jaguar
2 Cocodrilo
3 Águila
4 Mono
5 Ciervo
6 Oro
7 Cielo
8 Piedra
9 Sangre
10 Mañana
Jaguar: Los jaguares son depredadores comunes
y peligrosos en el área; o tal vez los lugareños han
domesticado a los jaguares y cazan junto a ellos. Los
lugareños, ¿veneran y admiran al jaguar; o le temen y
lo detestan? Términos alternativos: Zarpa, merodeador,
salvaje.
Cocodrilo: Esta región tiene una fascinación por el
cocodrilo. Quizás los cocodrilos son el depredador
principal de la zona y a los niños se les cuentan
fábulas que enseñan a mantenerse alejados de ellos;
o tal vez cazar un cocodrilo es un rito de iniciación
para los guerreros aquí, quienes usan tocados hechos
con las cabezas de los animales que matan. Términos
alternativos: Fauces, escamas, dientes.
Águila: El águila es una imagen poderosa aquí. La
población local podría verlos como semidivinos,
sirviendo como mensajeros y emisarios de los dioses.
O tal vez adoptan un enfoque mucho más práctico
y entrenan águilas para que los ayuden durante sus
cacerías. Términos alternativos: Garra, pluma, ala.
Mono: En esta área, los monos son vistos de forma
significativa. Los lugareños, ¿los desprecian por la
costumbre de los monos de ir a donde les plazca y,
en general, hacer un lío; o consideran que un mono
mascota es una señal de buena suerte y un signo del
favor de los dioses? Términos alternativos: Saltarín,
banana, balanceo.
Ciervo: Incluso en Théah, el ciervo a menudo se
considera una criatura majestuosa y, a veces, sagrada.
¿Los lugareños cazan ciervos en esta área por su
valioso pelaje y cuernos? O tal vez consideran a la
criatura como la forma de un dios joven y se esfuerzan
por protegerlos de otros depredadores y cazadores.
Términos alternativos: Asta, pezuña, brinco.
Oro: El oro es, o era, abundante aquí, y la región obtuvo
su nombre del precioso mineral. ¿El oro sigue siendo
común aquí, adornando incluso la ropa y las joyas más
comunes de los agricultores? ¿O las minas se agotaron,
el oro se vendió o fue robado durante guerras pasadas,
y ahora todo lo que queda es el recuerdo de la riqueza?
Términos alternativos: Brillante, reluciente, precioso.
Cielo: El cielo abierto es una poderosa imagen de
libertad y transparencia y, a menudo, puede servir
como un camino para comunicarse con los dioses.
Quizás los lugareños son particularmente devotos
o el clima de la región es notable por alguna razón.
Términos alternativos: Nube, tormenta, azul.
Geografía
TIRADA GEOGRAFÍA
1 Bosque
2 Selva
3 Río
4 Montaña
5 Colinas
6 Valle
7 Llanura
8 Isla
9 Playa
10 Yermo
Bosque. Términos alternativos: Arboleda, matorral, rama.
Selva. Términos alternativos: Maraña, telaraña, silvestre.
Río. Términos alternativos: Curva, rápidos, cascadas.
Montaña. Términos alternativos: Pico, cumbre, monte.
Colinas. Términos alternativos: Acantilado, meseta, cresta.

Piedra: El metal es casi desconocido en el Aztlán Valle. Términos alternativos: Cuenca, cañón, desfiladero.
moderno, por lo que a menudo se usa piedra en su
lugar. Quizás la piedra de esta región sea particular- Llanura. Términos alternativos: Campo, prado, extensión.
mente valiosa debido a que tiene alguna propiedad
inusual; o los lugareños tienen una tradición de Isla. Términos alternativos: Islote, arrecife, atolón.
formación de maestros canteros. Términos alternativos:
Granito, obsidiana, cincel. Playa. Términos alternativos: Costa, orilla, banco.

Sangre: La sangre representa la vida, la muerte y la Yermo. Términos alternativos: Páramos, desierto, trecho.
familia. Esta región considera que la sangre es más
importante de lo que cree la mayoría. ¿Ponen un gran
énfasis en las líneas de sangre y el linaje de la familia;
o tienen una reputación de hacer sacrificios (de
animales o de otro tipo) a dioses antiguos y oscuros
que el resto de Aztlán ha olvidado? Términos alterna-
tivos: Carmesí, hueso, goteo.

Mañana: La mañana representa la renovación y

la redención, el amanecer literal y figurativo de un
nuevo día. La gente de esta región puede considerar
el amanecer como un momento sagrado de adoración
y reflexión; o tener la costumbre de nunca llegar a un
acuerdo cuando el sol se pone. Términos alternativos:
Naciente, amanecer, radiante.

7º MAR EL NUEVO MUNDO 195

 Deidad tutelar
TIRADA DEIDAD TUTELAR
1 Itz'hun
2 Ix Kin
3 Po Ch'en
4 Kimi
5 Buluk Cha'wil
6 Ek Pakax
7 Apocōātl
8 Cha'kal
9 Che'b' T'ul
10 Ix Cha'mim
Itz'hun: La mitología considera a Itz'hun como el
primer sacerdote de la historia, quien fue elevado a la
divinidad. Adopta la forma de un anciano de mejillas
hundidas, vestido de blanco. Itz'hun valora el apren-
dizaje, la historia y la tradición.
Ix Kin: La diosa del sol y hermana gemela de Po
Ch'en. Ix Kin suele ser representada como una mujer
alta y resplandeciente con ropas relucientes. Le gustan
las flores y tiene el símbolo de la flor estampado en su
ropa o tatuado en su cuerpo. Ix Kin valora la lealtad,
la responsabilidad, las demostraciones de poder y
la coherencia.
Po Ch'en: Dios de la luna y hermano gemelo de Ix
Kin. Po Ch'en a menudo se muestra como un joven
ágil y brillante con cabello largo. Siempre está en
compañía de su compañero favorito, un conejo gigante
iridiscente. Po Ch'en valora el cambio, el progreso, la
amabilidad y la tranquilidad.
Kimi: El dios de la muerte, Kimi, y sus devotos son un
espectáculo aterrador para la vista. Kimi se representa
con mayor frecuencia como una figura esquelética
acechante con parches de carne en descomposición.
A menudo usa campanas alrededor de los tobillos y va
acompañado por murciélagos gigantes. Kimi valora el
miedo, la intimidación, el caos y la competencia.
196 CAPÍTULO 5: Mecánica
Buluk Cha'wil: Buluk Cha'wil, el dios de la guerra y
el rayo, es venerado por guerreros y generales. Se le
representa como un anciano guerrero canoso que lleva
una armadura brillante y sostiene un hacha humeante
en llamas. Buluk Cha'wil valora la acción, el milita-
rismo, la estructura, el poder y el sacrificio.
Ek Pakax: El dios del mercantilismo y el comercio,
Ek Pakax, aparece como un comerciante vestido de
manera vistosa con bolsas de productos exóticos y
un gran tatuaje de un escorpión negro en la cara. Ek
Pakax valora el comercio, el intercambio, los bienes
exóticos, las galas y la materialidad.
Apocōātl: Dios de los animales, la naturaleza, la caza,
los bosques y la jungla, Apocōātl toma la forma de
una serpiente de plumas brillantes con tonos rojos
y verdes. Valora el respeto por la tierra, el éxito en
la caza, la búsqueda de alimento, la sostenibilidad y
la innovación.
Cha'kal: Diose de la lluvia y las tormentas. Se divide
en cuatro aspectos: El rojo sirve al este, el blanco
supervisa el norte, el negro reside en el oeste, y el
amarillo se mantiene presente en el sur. Es tempera-
mental y se enfada rápido. A menudo toma la forma
de un reptil.
Che'b' T'ul: Diosa de la palabra escrita y los escribas,
Che'b' T'ul es retratada como un conejo antropomór-
fico. Ella y su sacerdocio valoran la palabra escrita, el
intelecto y la verdad y la honestidad en la escritura.
Ix Cha'mim: Diosa de los médicos y curanderos, Ix
Cha'mim aparece como una anciana que lleva frascos
de hierbas y medicinas curativas. Ella también tiene
una fuerte afinidad con las serpientes y, a menudo, se
la muestra con una serpiente envuelta en sus brazos
o sobre su cabeza. Ix Cha'mim valora la compasión, la
curación y la misericordia.
Ambiente
TIRADA AMBIENTE
1 Sereno
2 Tenso
3 Legal
4 Intrépido
5 Temeroso
6 Abierto
7 Aislado
8 Orgulloso
9 Hostil
10 Ferviente
Sereno: Este es un lugar de relativa calma, lejos de los
problemas, la guerra y el caos de otros lugares en Tzak
K'an. ¿Es esta tranquilidad un resultado legítimo de
la ausencia de un conflicto significativo? ¿Existe algún
efecto mágico que evite que el caos y el conflicto se
arraiguen en esta área? ¿O la población ha sido escla-
vizada por algún hechicero oscuro, que los mantiene
a todos complacientes para conservar su propio poder
e influencia?
Tenso: Aquí la paz pende de un hilo; puedes sentirlo
en el aire, como si todos estuvieran conteniendo la
respiración. ¿Algún cambio repentino en el liderazgo
o la situación económica de la región ha causado que
la gente esté insatisfecha? ¿Quizás acaba de comenzar
una guerra impopular? O a la inversa, quizás la pobla-
ción se ha cansado de sus violentos vecinos y está lista
para marchar con lanza y escudo en mano, pero sus
líderes son más temerosos.
Legal: Este es un lugar regido por el orden. Las cosas se
hacen de cierta manera y los que se oponen a las tradi-
ciones son, de una forma u otra, puestos en su lugar
rápidamente. ¿Es así porque el lugar tiene una historia
de caos y derramamiento de sangre que un nuevo líder
ha prometido corregir? ¿O tal vez existe el mito de
un espíritu local que castiga a quienes insultan a sus
antepasados insistiendo en que saben lo que es mejor?
Intrépido: El cambio es bueno y esta región lo acepta.
Esta no es una región caótica o desordenada, pero la
gente tiene una reputación de aceptación cuando se
trata de nuevas ideas, nuevos enfoques frente a los
problemas o personas que se alejan un poco de la
norma. ¿Se han liberado recientemente del gobierno
de un déspota tiránico y todavía se encuentran en la
exuberante agonía de una revolución exitosa? Quizás
la región sea una encrucijada comercial, y por eso
simplemente se aclimatan a las extrañas costumbres
y apariencias de los viajeros.
Temeroso: La gente de aquí está aterrorizada por
algo. Después de la puesta de sol los mercados están
tranquilos y las calles desiertas, todos cierran sus
puertas con llave y se mantienen aislados. Quizás
hay una leyenda que dice que un monstruo acecha
las calles por la noche, secuestrando o matando a
aquellos lo suficientemente tontos como para ser
atrapados al aire libre, y esta historia en los últimos
tiempos ha comenzado a hacerse horriblemente
cierta. O quizás la fuente del miedo es mucho más
mundana: los bandidos de la región han comenzado
a cobrar «impuestos» a la gente y se vuelven furiosos
y violentos ante la más mínima resistencia.
Abierto: Rostros sonrientes, brazos abiertos y hospi-
talidad son parte de la forma en que estas personas
saludan a los demás. Hay un sentido de generosidad y
solidaridad que va más allá de lo que podrías encontrar
en otros lugares. ¿Quizás la región es particularmente
devota y celebran la historia de su dios, que fue acogido
por un granjero generoso que luego se convirtió en un
santo? ¿Quizás se basan simplemente en la noción de
la solidaridad y tienen un fuerte sentido de comunidad?
O tal vez su región es particularmente dura y su gene-
rosidad nace de la supervivencia. Si me muero de sed y
tú tienes agua, compártela para que algún día yo pueda
devolverte el favor.
Aislado: Es probable que estas personas nunca hayan
visto a nadie como tú y tus rarezas se hacen presentes
en cada interacción que tienes con ellos. Algunos
pueden tratarte con hostilidad, mientras que otros
con un asombro y curiosidad que rayan en la fascina-
ción. ¿Qué ha llevado al aislamiento de esta región?
¿Están alejados geográficamente, como una aldea en
la ladera de una montaña o un pueblo escondido en
la jungla profunda? O quizás sus gobernantes han
cerrado las fronteras, temerosos de la influencia de
los forasteros.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 197
 Orgulloso: Los lugareños aquí tienen un fuerte
sentido del orgullo en sí mismos, su ciudad natal, sus
gobernantes o algún otro aspecto de sus vidas. Quizás
haya un héroe antiguo, de buena fama en todo Aztlán,
que provenía de esta región. Tal vez la región tenga
una exportación o artesanía específica en la que se
especialice, y la gente de aquí se enorgullece especial-
mente de la calidad y fabricación del producto. ¿Qué
es lo que estas personas tienen en tan alta estima?
¿Está justificado su orgullo?
Hostil: A estas personas no les agradas tú ni nadie
que se te parezca, y no es probable que sean muy
tímidos a la hora de admitirlo. Tal vez tal agresión
sea simplemente parte de su cultura, y lo que les
parece grosero a los de fuera es perfectamente común
y educado para ellos. O tal vez su hostilidad es exac-
tamente lo que parece: disgusto u odio absoluto por
algo que no comprenden o consideran peligroso.
Ferviente: Esta región pone mucho énfasis en la religión
y su relación con los dioses y espíritus. Quizás, según
la mitología del lugar, la región fue bendecida por una
deidad en particular y muchos de los habitantes afirman
tener sangre divina en las venas. O tal vez las creencias
de la región podrían ser significativamente distintas a la
del resto de Aztlán, lo que los diferencia de sus pares y
los une más entre sí. ¿Qué venera esta gente, y por qué
esto domina sus vidas cotidianas tan a fondo?
Gobernante:
TIRADA GOBERNANTE
1 Caudillo de guerra
2 Teócrata
3 Erudito
4 Progresista
5 Loco
6 Usurpador
7 Heredero improbable
8 Artista
9 Populista
10 Tradicionalista
Caudillo de guerra: El gobierno de la región es beli-
coso, ya sea a causa de su propia habilidad (un soldado
consumado y fuerte) o de su liderazgo (un estratega y
general incomparable).
198 CAPÍTULO 5: Mecánica
Teócrata: Una deidad eligió al gobernante de esta
región, o al menos eso quiere que creas. Está bende-
cido por los dioses y tiene la responsabilidad de repre-
sentar lo divino y recompensar la fe de la gente.
Erudito: Esta gobernante valora el conocimiento
y el aprendizaje. Puede enfatizar la educación de
su pueblo o tratar de mantenerlos ignorantes para
asegurar su propio poder.
Progresista: Este gobernante cree que no cambiar es
equivalente a condenarse a la muerte. La adaptación y
el crecimiento es lo que le otorga prosperidad y sabi-
duría a un pueblo.
Loco: La locura nubla cada acción que realiza
este gobernante. Un día podría firmar un tratado
con una ciudad vecina y al siguiente declararlos
enemigos mortales.
Usurpador: Esta gobernante tomó el poder de su
predecesor y podrían considerarla una gobernante
«ilegítima». También podría ser una titiritera que
controla al «verdadero» gobernante tras bastidores.
Heredero improbable: Este gobernante podría ser el
hijo ilegítimo del líder anterior o un pariente lejano de
una dinastía muerta. Si este gobernante es popular o
no es un asunto completamente distinto.
Artista: Este gobernante busca convertir su región en
una maravilla del arte o de la ingeniería, la envidia
de sus vecinos. ¿Hay alguna disciplina artística parti-
cular que favorezca (música, pintura o arquitectura)
o intenta lograr un equilibrio razonable entre estos
variados oficios?
Populista: Esta gobernante se ve a sí misma como
la voz de su pueblo, para bien o para mal. Si la gente
clama por guerra, esta gobernante escucha, incluso si
sabe que conducirá a la perdición.
Tradicionalista: Este gobernante concede gran
importancia al pasado, a las tradiciones y rituales de
sus antepasados. Podría usar esto como un escudo
para protegerse contra los críticos, o aferrarse a una
tradición incluso cuando sea desventajosa.

La repentina y salvaje tormenta que se desata cuando los
héroes persiguen a su némesis a través de alta mar. La mina
abandonada que los lugareños se niegan a explorar: todo
el que entra desaparece para no volver jamás. El templo de
los dioses antiguos, convertido en el centro de poder de
un brujo loco. Un peligroso túnel a través de las montañas,
habitado por una territorial familia de osos feroces. La selva
salvaje e inexplorada, repleta de jaguares y serpientes.
Las Amenazas son un nuevo tipo de antagonista, como
los villanos y las bandas de matones, que puedes usar
como dificultad única en una escena o secuencia (explorar
una ruina abandonada o una casa encantada en medio de
un bosque) o solo una faceta de los peligros a los que se
enfrentan los héroes (la tormenta salvaje que de repente se
desata cuando los héroes se enfrentan a un villano en un
dramático duelo en la azotea).
Las Amenazas se pueden superar de varias formas.
Primero, las Amenazas a menudo se limitan a un área
geográfica. Si los héroes simplemente se van, normalmente
la Amenaza no puede perseguirlos. Esto no requiere
ningún Aumento, aunque las circunstancias en que los
héroes huyen de una Amenaza pueden causar que queden
Indefensos, pierdan el control sobre su destino o caigan en
una situación complicada.
Amena as
En segundo lugar, se puede Desafiar una Amenaza.
Desafiar una Amenaza significa que los personajes invo-
lucrados en la escena, colectivamente, deben gastar un
número de Aumentos igual a la dificultad de la Amenaza
(ver más abajo). Gastar Aumentos de esta manera no
reduce la dificultad de una Amenaza (la casa embrujada
no se vuelve menos espeluznante cuanto más te acercas a
descubrir su oscuro secreto), pero sí significa que los héroes
encuentran lo que quieren o logran un resultado favorable y
controlado (como mantener su rumbo durante una violenta
tormenta o descubrir lo que hay en la cima de un antiguo
templo syrneth).
Las Amenazas tienen un índice de dificultad que deter-
mina cuántos dados se lanzan. El índice de dificultad varía
de 5 (algo peligroso, como ráfagas de viento en un precipicio
estrecho) a 15 (algo casi catastrófico, como un enorme agujero
en la realidad creado por un sorcier descuidado o maligno).
Las Amenazas también tienen Elementos, que les dan
formas especiales de gastar sus Aumentos o permiten que
el DJ gaste puntos de peligro. A menos que se indique lo
contrario, los Elementos pueden activarse varias veces o
tener efectos variables dependiendo de cuántos Aumentos
gaste el DJ en ellos, pero una Amenaza solo puede activar
un único Elemento en su turno.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 199
 Elementos predeterminados
de una Amenaza
Todas las Amenazas deben tener los siguientes Elementos.
CAÓTICO
La Amenaza puede gastar un Aumento para causar una
Herida a todos los personajes en la escena de forma inme-
diata. En cambio, las bandas de matones reducen su Fuerza
en 1.
HÁBITAT
Cualquier monstruo o criatura que viva dentro de la
Amenaza ignora cualquier Herida o desventaja de la
Amenaza que se adquiera por medio de Aumentos o puntos
de peligro. Los héroes y villanos (a menos que también sean
monstruos) no pueden beneficiarse de este Elemento.
INTENSIFICAR
El DJ puede gastar un punto de peligro antes de que se
lancen los dados para aumentar el índice de dificultad de
la Amenaza en 1. Este efecto perdura hasta el final de la
escena. El DJ solo puede gastar un punto de peligro de esta
manera por ronda, pero por lo demás no hay límite.
TRAICIONERO
La Amenaza puede gastar un Aumento para crear una
Consecuencia. Esta Consecuencia ocurre en la acción 0
(al final de la ronda) y causa una Herida Dramática en
todos los personajes presentes en la escena. Los jugadores
necesitan 5 Aumentos para superar esta Consecuencia.
Todos los héroes y villanos pueden gastar Aumentos
colectivamente para superar esta Consecuencia, pero si no
se supera por completo, todos los personajes recibirán la
Herida Dramática. Una banda de matones que se someta
a este efecto reduce su Fuerza a la mitad de su valor actual.
200 CAPÍTULO 5: Mecánica
Elementos opcionales de una Amenaza
La lista de Elementos que puede tener una Amenaza es
la siguiente.
CONFUSO
La Amenaza puede gastar un Aumento para separar a un
personaje de los demás en la escena. Hasta que se reúnan, el
personaje separado no puede beneficiarse de ninguna ventaja
o habilidad que dependa de la proximidad, la vista o el oído,
y no puede beneficiar o afectar a otros personajes con los
efectos de gastar puntos de héroe (como recibir u otorgar
dados adicionales). Para poder reunirse, otro personaje debe
crear una Oportunidad y el personaje separado debe activarla.
DESTRUCTIVO
La Amenaza puede gastar un Aumento para destruir una
estructura u objeto (como un edificio pequeño, un barco o
un puente). Esto causa una Herida a cualquier personaje
que esté en posición de ser dañado por su destrucción
(como un personaje que está sobre un puente cuando es
destruido), a menos que ese personaje gaste un Aumento
en respuesta. Si una Amenaza usa este Elemento en una
escena con uno o más barcos, todos los barcos presentes
reciben un Impacto Crítico en lugar de ser destruidos, pero
otros efectos (como personajes en posiciones peligrosas
que necesitan gastar un Aumento o recibir una Herida)
permanecen sin cambios.
DOMINIO
La Amenaza está bajo el control de un personaje presente.
El personaje que controla la Amenaza es inmune a
los efectos de la Amenaza adquiridos por medio de
gastar Aumentos.
EMERGENTE
El DJ puede gastar un número ilimitado de puntos de
peligro para aumentar la reserva de dados de la Amenaza.
Cada punto de peligro le da a la Amenaza 2 dados adicio-
nales. Esto no aumenta la dificultad de la Amenaza y, por
lo tanto, solo dura una ronda.
ENSORDECEDOR
La Amenaza puede gastar un Aumento para volverse inso-
portablemente ruidosa. Hasta que la Amenaza gaste otro
Aumento, cualquier forma de comunicación verbal entre
personajes cuesta un Aumento.
ESCALADA
El DJ puede gastar 2 puntos de peligro por ronda para
aumentar la dificultad de una Amenaza con Intensificar.
HOSCO
La Amenaza puede gastar un Aumento para ejercer Presión
sobre todos los personajes presentes. Normalmente, las
Amenazas con este Elemento aplican Presión para que
todos los personajes se vayan, lo que significa que si los
personajes desean permanecer en la Amenaza, su próxima
acción requiere 2 Aumentos en lugar de 1.
PRESENTIMIENTO
El DJ puede gastar un punto de peligro siempre que se
realicen tiradas durante una secuencia. Para esta secuencia,
la Amenaza tiene 1 nivel de Miedo por cada 5 índices
de dificultad.
SALVAJE
Cuando el Elemento Traicionero de la Amenaza inflija
Heridas Dramáticas, selecciona al azar una banda de
matones presente en la escena actual. La banda de matones
es destruida, independientemente de su Fuerza.

IMPREVISIBLE SOMBRÍO
La Amenaza puede gastar un Aumento para incrementar la La Amenaza puede gastar un Aumento y sumergir en
acción sobre la que se produce cualquier Consecuencia que una oscuridad casi total el área bajo su control. Cualquier
cree, incluido el Elemento Traicionero. La Amenaza puede acción que dependa significativamente de la vista requiere
hacer esto después de que se haya creado la Consecuencia 2 Aumentos en lugar de 1 hasta el final de la ronda.
e incluso si eso causa que la Consecuencia ocurra de inme-
diato. Por ejemplo, una Amenaza Imprevisible podría
gastar un Aumento para crear la Consecuencia «todos los
personajes sufrirán 1 Herida Dramática durante la acción
0». Más tarde, puede gastar un Aumento para hacer que la
Consecuencia ocurra en la acción 1 en su lugar.

INTENSO
Cuando la Amenaza inflige Heridas, el DJ puede gastar un
punto de peligro para que cada personaje dañado pierda
un Aumento.

MORTAL
Cuando la Amenaza gasta un Aumento para usar el
Elemento Caótico, causa 2 Heridas en su lugar.

PERFORANTE
Cuando la Amenaza gasta un Aumento para activar el
Elemento Caótico, los personajes afectados no pueden
evitar esa Herida gastando un Aumento.

7º MAR EL NUEVO MUNDO 201

 Aventuras en A tlán
Aztlán es una tierra de peligro y misterio, un torbellino de
conflictos políticos, Amenazas mágicas y oportunidades
heroicas, tanto grandes como pequeñas. En otras palabras,
¡es el lugar perfecto para ambientar una partida de 7º Mar!
Sin embargo, dirigir una partida ambientada en el Nuevo
Mundo no es como dirigir una partida ambientada en
Théah o en el Imperio de la Media Luna. Hay nuevos tipos
de problemas y trampas que puedes encontrar mientras
guías a un grupo de héroes a través de las historias aztlanas.
En esta sección, te brindamos algunas herramientas para
que pienses en historias ambientadas en el Nuevo Mundo.
Conflictos principales
Primero, es importante identificar qué tipo de historias
funcionan mejor en el contexto aztlano. Si lo que buscas
es dirigir una partida sobre una tripulación de rufianes que
navegan por los Siete Mares, entonces probablemente quieras
echarle un vistazo a Naciones Piratas como material de
ambientación, en lugar de a El Nuevo Mundo. La gente de
Aztlán no tiene una cultura de piratería sólida y las estruc-
turas políticas de Aztlán tienden a enfocarse más en intrigas
sutiles que en vivir libres y morir jóvenes en el mar abierto.
Estos son algunos de los conflictos que se adaptan bien a
Aztlán, con algunas notas sobre cómo aprovecharlos al máximo.
202 CAPÍTULO 5: Mecánica
Contacto théano
A pesar de sus propios conflictos políticos, todos los
imperios de Aztlán se han visto obligados a enfrentarse al
enorme impacto del contacto théano. ¿Caerán los imperios
ante las crueles maquinaciones de hombres como Calderón,
o podrán capear intactos el constante y caótico contacto
con sus instituciones? Esto no significa que las únicas histo-
rias que valga la pena contar giren en torno a los théanos,
pero los últimos cien años de contacto han expuesto nuevas
oportunidades y peligros, tanto para el pueblo aztlano
como para los héroes y villanos que han llegado al Nuevo
Mundo, que puedes usar en tu mesa.
Ten cuidado de no caer en estereotipos comunes al
presentar las historias que se relacionen con las actividades
de los théanos en Aztlán. Los aztlanos no son salvajes que
necesitan ser salvados, ni figuras sin emociones que solo
actúan cuando aparece una persona blanca para motivarlos
a abordar finalmente los problemas que los aquejan. Las
mejores historias que giran en torno al contacto théano
son aquellas en las que ambas partes tienen recursos e
información que contribuyen a comprender y abordar los
problemas que enfrentan los aztlanos.
Drama político
Los aztlanos tienen sus propias formas de manejar los
problemas, que incluyen buscar respuestas directas e inme-
diatas en los dioses. Esas formas no son ni más ni menos
sofisticadas y significativas que los tribunales y autoridades
de Théah. Brinda a tus jugadores la oportunidad de invo-
lucrarse en estos sistemas presentando las injusticias que
afectan a la gente aztlana común, de maneras tanto grandes
como pequeñas, desafiándolos a actuar frente a sistemas
políticos mucho más grandes que los héroes. Después de
todo, ¿en cuántos problemas pueden meterse los héroes
cuando impidan que la Emperatriz de Kuraq ejecute a un
rival político por cargos falsos?
Los héroes aztlanos son especialmente importantes
para este tipo de conflictos porque brindan una puerta de
entrada a los héroes que no son aztlanos para que parti-
cipen en la historia, alentando a las comunidades locales
a confiar en los héroes théanos y ofreciendo información
sobre los villanos en cuestión. Si en tu grupo no hay héroes
aztlanos entre los personajes de los jugadores, asegúrate
de presentar montones de héroes aztlanos entre los PNJ
que estén ansiosos por atraer a los héroes a una lucha por
la causa correcta. Por supuesto, algunos «héroes» aztlanos
podrían ser en realidad villanos que ven a los ingenuos
théanos como las herramientas políticas perfectas…
Exploración vs. Explotación
Todos los villanos de Aztlán tienen una cosa en común:
ven Aztlán como un lugar a conquistar, de una forma u
otra. Para Calderón (y muchos otros déspotas théanos)
esa conquista es literal; nada les gustaría más que ver los
imperios de Aztlán eliminados para dejar lugar a una
dictadura del Vaticano. Pero para otros villanos como la
Emperatriz kuraq o Azenath Medellín, sus conquistas son
más sutiles, más insidiosas y no menos peligrosas. Ellas
también quieren tomar y tomar y tomar…
El Nuevo Mundo tiene nuevos tesoros y riquezas para
todos, incluso para los nativos que han vivido en Tzak
K'an o la Alianza Nahuacana durante toda su vida. Hay
misterios syrneth por explorar, rutas comerciales y nuevas
ciudades por establecer, y Hechicerías que alguna vez se
perdieron y se pueden encontrar de nuevo. Pero primero
los héroes tendrán que averiguar en quién se puede confiar
para preservar esos hallazgos y qué investigaciones arqueo-
lógicas conducirán a una mayor riqueza para todos los
aztlanos en lugar de solo para unos pocos.
Transmitir la ambientación
Uno de los desafíos que conlleva dirigir una partida de 7º
Mar ambientada en Aztlán es que los jugadores a menudo
están menos familiarizados con un entorno mesoamericano
que con el tradicional telón de fondo théano. Hay literal-
mente miles de novelas, películas y programas ambien-
tados en una Europa fantástica, pero Mesoamérica recibe
solo una pequeña fracción de ese tipo de atención. Aquí
hay algunas formas de transmitir qué es Aztlán y cómo
funciona sin que los jugadores tengan que sentarse a leer
este libro antes de poder jugar.
Empieza con théanos
Si tus jugadores se sienten más cómodos jugando con
théanos en 7º Mar… ¡déjalos! Muchos muchos théanos
vienen al Nuevo Mundo todos los años para hacer fortuna,
dedicarse a sus asuntos personales o, simplemente, para
conocer una nueva tierra que nunca antes habían visto.
Aztlán tiene cientos de razones para que los personajes
viajen hacia el oeste, y los jugadores pueden sentirse más
cómodos explorando el escenario si no tienen que preocu-
parse por estar «interpretando mal a un nahuacano». Si bien
este método te supone un poco más de carga al asegurarte de
dominar la ambientación antes de sentarte a jugar, les darás a
tus jugadores una oportunidad única de explorar una nueva
parte de 7º Mar desde la perspectiva de sus personajes.
Sin embargo, ten cuidado de no dejar que la historia
de «peces fuera del agua» se convierta en un paseo cliché
por las salvajes selvas de Aztlán. Desafía a los héroes con
problemas complejos que requieran investigación y sutileza.
Recuérdales que las costumbres y prácticas de la población
local son significativas e importantes. Y nunca dejes que
olviden que los aztlanos también tienen héroes y villanos
que persiguen sus propios objetivos, sin importar lo que
Théah haya planeado.
Usa geografía local
Los imperios aztlanos se extienden por tres partes increí-
blemente diferentes del Nuevo Mundo, con desiertos,
selvas y montañas respectivamente. Cada uno de estos
biomas juega un papel destacado en el desarrollo y las
culturas de la Alianza Nahuacana, las ciudades-estado de
Tzak K'an y el Imperio de Kuraq, lo que te brinda la opor-
tunidad de mostrar la sociedad de cada nación a través de
la tierra por la que los héroes deben viajar para trasladarse
de un lugar a otro.
7º MAR EL NUEVO MUNDO 203
 GRUPOS MIXTOS
Es posible que tu grupo quiera jugar una mezcla
de héroes théanos y aztlanos, ¡quizás incluso
agregando algunos piratas o personajes del
Imperio de la Media Luna también! ¡Eso es
genial! Nada transmite mejor la naturaleza
única del Nuevo Mundo que una mezcla de
personajes que representan los distintos puntos
de vista que entran en conflicto en un contacto
prolongado. Asegúrate de que esos personajes
tengan los mismos lazos fuertes que construirías
entre los personajes théanos para que sigan
viajando juntos, ¡y tu diversa colección de
héroes te permitirá incluir nuevos argumentos
e historias que mantendrán al grupo ocupado a
través de múltiples imperios!
¡Imagina una aventura que comienza en Aragosta, se traslada
a las grandes ciudades de Tzak K'an, empuja a los héroes hacia
el norte hasta Nahuacán y luego hacia el sur hasta Kuraq!
Pero el objetivo de estos viajes no es solo mostrar Aztlán;
fíjate en las Amenazas y villanos que se podrían encontrar
en el camino. Utiliza sus vagabundeos para recordar cuán
grande es Aztlán en comparación a Théah, y cuán diversa
y diferente es la gente en cada región.
Viajar también te permite mostrar lo asombrosos e intere-
santes que pueden ser individualmente los héroes aztlanos
sin sofocar la contribución de los héroes principales a la
historia. Haz que un héroe aztlano importe en Tzak K'an
y luego haz que otro salve a los héroes en Kuraq.
Emplea el realismo mágico
El Nuevo Mundo, deformado por la Caída del Imperio de
Aztlán, no se ajusta a las mismas reglas de tiempo y espacio
que el resto de Terra. Mientras los héroes exploran la tierra
física, puedes recordarles lo que realmente es Aztlán al
revelar ruinas antiguas, insinuar misterios oscuros y difu-
minar la línea entre el pasado, el presente y el futuro. En otras
palabras, Aztlán está preparado para el realismo mágico, un
tipo de narrativa en la que los elementos mágicos se cuelan
en la ficción realista sin proclamarse específicamente como
pertenecientes a otro mundo antes de llegar.
Los héroes podrían, por ejemplo, encontrar una
ciudad-estado abandonada en las selvas de Tzak K'an.
Mientras exploran la ciudad y superan sus Amenazas, se
dan cuenta de que la ciudad-estado está perdida en el
tiempo; fuera cual fuera la tragedia que la azotó, aún no
ha ocurrido. Los héroes deben encontrar una manera de
204 5: Mecánica
salir de la ciudad y regresar a su propio tiempo, pero solo
después de haber determinado qué causó la pérdida de
la ciudad-estado para poder arreglarlo. Y si un dios o un
villano se interpone en el camino para arreglar las cosas,
entonces los héroes también tendrán que vencerlo.
Semillas de aventura
Ahora que sabes cuáles son los conflictos centrales de
Aztlán y cómo aprovechar el escenario, hablemos de
algunas ideas de aventuras para el Nuevo Mundo.
Búsqueda de artefactos
Las selvas de Tzak K'an están llenas de antiguas ruinas
syrneth. Mientras que en Théah las ruinas están bien
documentadas y, a menudo, controladas por la Sociedad
de Exploradores, las ruinas en todo Aztlán permanecen
inexploradas. Eso no quiere decir que la gente no esté
buscando estas mismas ruinas y sitios. Muchos aztlanos
no ven estos artefactos como raros o peligrosos, sino como
una parte natural del mundo.
Puedes encontrarte théanos que buscan robar un arte-
facto de una aldea que lo ha estado usando para la agricul-
tura. También puedes encontrarte en conflicto con organi-
zaciones más grandes que buscan mantener Aztlán a salvo.
Los Guardianes de Aztlán se aseguran de que desapa-
rezcan los artefactos peligrosos pertenecientes a los Dioses
Antiguos. Si estás traficando con estos artefactos, fácil-
mente podrían complicarte el día.
Rebelión
El Imperio de Kuraq no es el único lugar con un régimen
que los héroes podrían querer desbaratar. Si bien Kuraq
es sin duda el lugar para la rebelión, cualquier ciudad-es-
tado de Tzak K'an podría tener un líder despótico que
necesite ser derrocado. Es posible que tengas un amigo
que necesite productos y ayuda para asistir a la resistencia.
Solo necesitas conseguir pasarlos a través de los guardias
del gobernante.
La intriga política en Aztlán requiere tanta delicadeza y
maniobrabilidad como en Théah. Los Héroes no pueden
simplemente entrar y matar a la Emperatriz, o a un rey, a
menos que quieras que la campaña termine muy rápido.
También recuerda que mucha gente aztlana ve la unifi-
cación como algo bueno, así que hacer alianzas con otras
naciones para trabajar contra tu terrible líder encaja bien
en esos objetivos.
Apéndice
7º MAR EL NUEVO MUNDO 205
 Ficha de ciudad-estado t ak k'ana
NOMBRE DE LA CIUDAD-ESTADO

ICONOGRAFÍA GEOGRAFÍA DEIDAD TUTELAR AMBIENTE GOBERNANTE

¿Qué dice la iconografía sobre la historia y los ciudadanos de esta zona? Gente importante

¿Cómo influye la deidad tutelar en la región?

Lugares importantes

¿Hay algo en específico que causa el ambiente de la ciudad-estado?

¿Quién es el gobernante? ¿Cuáles son sus ambiciones? ¿Sus metas respecto al dominio?
Si el gobernante es un villano, ¿cuáles son sus maquinaciones?

Acontecimientos importantes
 Índice
Alianza Nahuacana 11, 16–21, 24, 27, 31, 34,
46–83, 163, 182, 185, 190, 191
Aztlán, Imperio de 10, 14–16, 20, 23, 47, 48,
75, 87, 88, 125, 186, 187
La Caída 14–16, 20, 23, 47, 48, 125
Chok Ch’a 89, 90, 113
Conducto de los dioses 34, 35, 56, 62, 98,
114–144, 176–180
Cuāuhmeh 49, 51, 57, 74, 80, 163
Dioses, Los 10, 17, 20, 27, 29, 47–52, 56,
59, 67, 68, 88, 89, 103–105, 125–129,
131–133, 137, 140–143, 191, 192
Apocōātl 29, 48, 49, 52, 56, 58, 59, 68,
71–73, 103, 125, 126, 128, 131
Buluk Cha’wil 105
Cha’kal 104
Ekekko 141
Itz’hun 104
Itzzohualli 48, 49, 56, 59, 68, 71, 81
Ix Kin 104
Katoylla 141
Kikinpaq 141
Kimi 104
Mama Quilla 141
Nacatlicue 48, 49, 56, 59, 67, 70
Ninaq’ara 132, 133, 140, 141
Pachamama 141, 144
Pilares de la Tierra 105
Po Ch’en 104
Saramama 132, 141
Suway 11, 126, 127–129, 131, 137,
140–145, 147, 148, 162
Tlehuitzin 48–50, 56, 59, 67, 69, 70
Urkillay 141, 144
Wach’i 126, 132, 133, 140, 144, 146, 147
Emperatriz Asiri Inkasisa 11, 17, 19, 20, 22, 25,
34, 124, 128, 129, 131–133,
139, 143–145, 147, 150–155
Escuelas de Esgrima 181–184
Hatz’ik 183
Icniuhtli 182, 183
Quetzuo 183
Tzolran 184
Waglichina 184
Gran Orador 11, 19, 46, 50, 51, 57, 74, 77
Hechicería 15, 48, 49, 66, 107, 129,
140, 142–144, 171
Adivinación 48, 66
Artesanía en pluma 48, 66, 74
Nahualismo 48, 66, 68
Wañuy Ñaqay 129, 140, 142–144, 176–180
Wayak’ Kan 107, 171–175
Iglesia vaticana 22, 23, 25–28, 68, 118, 153
La Inquisición 22, 23, 27, 28, 118, 153
Juego de pelota 89, 106, 109, 114
kuraq, Imperio de 10, 11, 17–20, 22–25, 27, 30, 34, 59,
124–157, 162, 176–180, 184, 185, 204
Ocēlōmeh 49, 51, 52, 56, 57, 68, 71, 76, 163, 182
Pakaykuq 129, 132, 133, 146, 147,
151–153, 155, 156, 163
Sociedades secretas 22, 28, 186–192
El Consejo de los Dioses Antiguos 191, 192
La Sociedad de Exploradores 22
Los Guardianes de Aztlán 186, 187, 204
Los Herederos del Jaguar 188, 189
Die Kreuzritter 28
Los Pochteca 190, 191
Los Vagabundos 28
Syrne 11, 14, 20–23, 118, 120, 204
Théah 10, 14, 17, 18, 24, 25, 51, 58, 59,
68, 69, 92, 117, 118, 128, 153, 154,
160, 181, 182, 185, 188, 202–204
Tzak K’an 11, 16, 18–20, 22, 27, 28, 30,
34, 51, 52, 58, 86–121, 163, 171–175,
183, 188, 189, 193–198, 204
Venerables, Los 124, 127–131, 136–139,
141–144, 150, 156, 176
7º MAR EL NUEVO MUNDO 207
 Lista de Ventajas
Acechador en las sombras (2 puntos) 165
Adornar con Plumas (1) 165
Afrontar la tormenta (2) 165
Bienvenido a la jungla (3) 166
Calmar a la bestia (3) 166
Cazador de los poderosos (5) 167
Colaborador (2) 165
Confidente (2) 165
Cruzar la palma (2) 166
Dos Sangres (1) 165
Esfuerzo Desesperado (3) 166
Exterminio silencioso (4) 167
Hacerse el muerto (3) 166
208 Apéndice
La seña (1) 165
La tormenta me sirve (5) 167
La última palabra (3) 166
Lengua de plata (2) 166
Levantaos, hermanos y hermanas (5) 167
Más allá de la vista (2) 166
Mejor afortunado que experto (2) 166
Piensa rápido (3) 167
Recolector (2) 166
Seguid sin mí (3) 167
Tiro de despedida (4) 167
Tocado por un dios (4) 167
 100º0'0"O 80º0'0"O 60º0'0"O

30º0'0"N
10º0'0"N

10º0'0"N
10º0'0"N

10º0'0"S
10º0'0"S
30º0'0"S
30º0'0"S

50º0'0"S
50º0'0"S

100º0'0"O 80º0'0"O 60º0'0"O

 7º MAR
El cambio es la única constante.

ElL NUEVO MUNDO

El cambio ha llegado al pueblo de Aztlán. Los théanos
desembarcaron hace cien años y vieron fracasar sus
ambiciones de conquista, pero sus palabras y deseos lo
cambiaron todo. Por primera vez en miles de años los
aztlanos hablan de una tierra unificada. Las tres antiguas
naciones compiten por el dominio de su imperio
fragmentado y sus ambiciones consumen a todos los
que caminan por estas tierras.

Este libro contiene material para 7º Mar: Segunda

edición incluyendo nuevas mecánicas para Amenazas
ambientales, trasfondos, ventajas, Arcanos, historias,
estilos de esgrima y Hechicerías. También incluye las
tres naciones del antiguo Imperio de Aztlán:

• Alianza Nahuacana, una alianza militarista de

ciudades devotas de los mismos cuatro dioses.
• Tzak K'an, un grupo de ciudades-estado
dispares, unidas por su cultura compartida,
que viven entre densas selvas y antiguas
ruinas syrneth.
• Kuraq, una nación liderada por una sola
Emperatriz dedicada al dios muerto Suway y a
los nobles no muertos que la sirven.

¡Únete al pueblo aztlano en su lucha por unificarse en

un momento de cambio!

34,99 €
ISBN 978-84-18586-61-3

9 788418 586613 ¡Explora los majestuosos imperios aztlanos del Nuevo Mundo,
www.nosolorol.com
desde los desiertos de Nahuacán hasta las cumbres del Imperio de Kuraq!