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NACIONAL”
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CICLO: IV
ICA-2022
La Enfermería Basada en Evidencias o EBE nace en 1997 con la celebración en
Londres de la I Conferencia Nacional sobre Enfermería Basada en Evidencias o
EBE. En 1998 se dio un paso más con la publicación de las revistas “Evidence
Based Nursing” y “Outcomes Management for Nursing Practice”, creándose
además los centros de “Evidence Based Nursing”.
LA PRÁCTICA DE LA ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA ES DEFINIDA
POR INGERSOLL EN EL AÑO 2000 COMO
“La utilización consciente, explícita y juiciosa (crítica) de teoría derivada; la
información basada en investigación en la toma de decisiones para el cuidado
que se da a individuos o grupos de pacientes en consideración con las
necesidades y preferencias individuales”.
EN LA I REUNIÓN SOBRE EBE CELEBRADA EN ESPAÑA SE APORTA UNA
NUEVA DEFINICIÓN:
“Uso consciente y explícito, desde el mundo del pensamiento de las enfermeras,
de las ventajas que ofrece el modelo positivista de síntesis de la literatura
científica de la MBE, integrado en una perspectiva crítica, reflexiva y
fenomenológica tal, que haga visibles perspectivas de la salud invisibilizadas
por el pensamiento hegemónico».
La EBE a medida que se profundizó en el tema de la evidencia científica y en su
incorporación a la práctica de enfermería, este marco conceptual no llenaba las
expectativas de nuestra disciplina, donde la complementación de la
investigación cuantitativa y cualitativa entrega evidencias que son utilizadas en
las diferentes instancias de la práctica.
Durante la implementación de la EBE, así como en todo nuevo paradigma
aparecen barreras o dificultades, las que están principalmente relacionadas con
los profesionales de enfermería que deben ponerla en práctica y con las políticas
internas de las organizaciones de salud.
Entre estas barreras se encuentran las derivadas de las propias enfermeras,
como falta de motivación y conocimientos en investigación, dificultad en la
comprensión de las estadísticas y del inglés y las derivadas de las instituciones
de salud como falta de tiempo destinado a las enfermeras para leer e
implementar las evidencias, agravado con la recarga de trabajo y falta de apoyo
con respecto a bibliotecas y bases de datos.
A través de la EBE el profesional de enfermería puede acceder a un gran número
de publicaciones científicas, evaluar su validez y aplicabilidad críticamente, y lo
más importante, incorporarla a su práctica clínica cotidiana. Investigar en el
campo de la enfermería es necesario como en cualquier otra disciplina, y más
cuando nuestro colectivo quiere demostrar que la enfermería es una profesión
científica.
La EBE concibe la solución de las dudas o interrogantes que suscita un caso
según la siguiente metódica: formular de manera precisa una pregunta en base
al problema del paciente, localizar las pruebas disponibles en la literatura,
evaluar de forma crítica la validez y la utilidad de esas pruebas, aplicar las
conclusiones de esa evaluación a la práctica clínica y evaluar los cambios
producidos tras la intervención.
El proceso de la EBE consta de cinco etapas o fases integradas dentro de un
proceso dinámico y continuo que surge de la interacción paciente-enfermera
que permite finalmente lograr la evidencia Considera el método científico como
la mejor herramienta de que disponemos para conocer la realidad y expresarla
de forma inteligible y sintética y reconoce la investigación científica como la
actividad capaz de generar conocimiento válido y relevante para la moderna
práctica profesional. Por lo tanto, se pone de manifiesto la contribución de la
EBE a aumentar el cuerpo de conocimientos propio, lo que garantiza el
desarrollo de la profesión enfermera.