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¿CAMBIO SOCIAL? 137
es necesario que cada uno de nosotros haga todas esas cosas. Com o
cualquier o tra actividad científica, es ésta u n a tarea que se p u ed e di
vidir y repartir. Pero si no tenem os claro el m arco de nuestro análi
sis (el sistem a histórico), nuestro trabajo no será muy fructífero ni
novedoso. Lo que acabo de decir es válido p a ra cualquier sistema
histórico particular. Y cada uno de nosotros puede dedicar su en er
gía al análisis de u n sistema histórico particular u otro. En el pasa
do, la mayoría de los que se autodenom inaban sociólogos lim itaban
su interés al análisis del m oderno sistem a m undial, pero no hay nin
guna razón intelectual sólida p ara ello.
Sí hay, sin em bargo, u n a tarea ulterio r p a ra la ciencia social. Si en
la historia del m undo ha habido m últiples sistemas históricos, p o d e
mos preguntarnos qué relación existe entre ellos. ¿Están ontológica-
m ente vinculados entre sí, y si es así, de qué m anera? Esa es la cues
tión de lo que Krzysztof Pomian llam a cronosofía. La visión del
m undo de la Ilustración tenía una respuesta particular p ara esa pre
gunta: veía la relación de los que yo llamo sistemas históricos, entre
sí, com o secuencial y acumulativa. A lo largo del tiem po los sistemas
fueron haciéndose cada vez más com plejos y más racionales, hasta
culm inar en la “m o d ern id ad ”. ¿Es ésa la única m anera de describir
la relación? No lo creo. En realidad, creo que es u n a m an era funda
m entalm ente errad a de describir esa relación. La cuestión básica
del cam bio social se repite en este nivel. Tenem os que p reg u n tar si
el cam bio o la repetición es la no rm a no sólo p ara la vida interna de
cada sistema histórico sino tam bién p ara la historia com binada de
la vida hum ana en este planeta. Y aquí tam bién voy a sostener que
ninguna de las dos afirm aciones —el cam bio es eterno; nada cam
bia nunca— es satisfactoria.
La p rim era cosa que debem os no tar es que ese proceso, lejos de
ser inevitable, fue algo sorprendente e inesperado. Y la segunda co
sa es que no fue necesariam ente una solución feliz. Pero de cual
quier m anera ¿cómo ocurrió, o p o r qué? Yo p ro p o n d ría que ocurrió
principalm ente porque la norm al renovación externa de los estratos
gobernantes no fue posible, p o r razones accidentales y desusadas.
El estrato conquistador más plausible, los mongoles, acababan de
desplom arse ellos mismos p o r razones totalm ente ajenas a lo que es
taba ocurriendo en Europa occidental, y no había n inguna o tra
fuerza conquistadora inm ediatam ente disponible. Los otom anos
aparecieron u n poco dem asiado tarde, y p ara cuando trataro n de
conquistar Europa el nuevo sistema europeo ya era (pero apenas)
suficientem ente fuerte para im pedir que avanzaran más allá de los
Balcanes. ¿Pero p o r qué entonces el feudalism o fue sustituido p o r
el capitalismo? Aquí tenem os que recordar que el estrato em presa
rial capitalista existía desde m ucho antes tanto en Europa occiden
tal com o en otras partes del globo; de hecho tales grupos habían
existido p o r siglos o quizá p o r milenios. Sin em bargo, en todos los
sistemas históricos anteriores había habido fuerzas sum am ente fuer
tes que lim itaban su capacidad de ten er rien d a suelta y hacer de sus
motivaciones las características definitorias del sistema. Esto era
ciertam ente válido p ara la E uropa cristiana, donde las poderosas
instituciones de la Iglesia católica m antuvieron u n a lucha constante
contra la “usura”. En la Europa cristiana, com o en otras partes del
m undo, el capitalismo era un concepto ilegítimo y sus practicantes
sólo eran tolerados en rincones relativam ente pequeños del univer
so social. Las fuerzas capitalistas no se volvieron de repente más
fuertes o más legítimas a los ojos de la mayoría de la gente. En todo
caso, el factor decisivo nunca había sido la energía de las fuerzas ca
pitalistas, sino la fuerza de la oposición social al capitalismo. De re
pente, las instituciones que sostenían esa oposición social se volvie
ro n muy débiles. Y la im posibilidad de restablecerlas o de crear
estructuras similares m ediante la renovación de los estratos gober
nantes p o r la vía de la conquista externa dio u n a o p o rtu n id ad mo
m entánea (y probablem ente sin precedente) a las fuerzas capitalis
tas, que rápidam ente se m etieron p o r la brecha y se consolidaron.
Fue u n acontecimiento que debem os considerar com o algo extraor
dinario, inesperado y seguram ente indeterm inado (volveremos so
bre este últim o concepto).
Y sin embargo ocurrió. En térm inos de cambio social, fue un acón-
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3 Resumo aquí argum entos que pueden encontrarse en mi Después del liberalismo,
México, Siglo X X I- c iic h -UNAM, 1996, y en Terence K. H opkins e Im m anuel Wallers-
tein (eds.), The Age of Transition: Trajectory of the World-System, 1945-2025, Londres,
Zed Press, 1996.
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