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FORMACION DE DIRIGENTES ‘Suplemento del Boletin de ICCRS Alia 2, Nimero 5 — Septiembre / Octubre 1996 CRECER JUNTOS COMO HERMANOS Y HERMANAS por Nancy Kellar 1 | ESQUEMA DE ENSENANZA A) Reconocer la necesidad de relaciénes comprometidas B) Establecer un ejemplo como dirigentes | © Construir vehiculos para una vida de | compartir ace algin tiempo estudié una gran variedad de grupos de orzcién para ver qué elementos estaban presentes en ellos que los hacian vibrar y erecer. Uno de esos aspectos, que parece clave para la vitalidad, es cons ir relaciones comprometidas en alguna forma de pe- quefios grupos de compartir. A) RECONOCER LA NECESIDAD DE RELACIONES COMPROMETIDAS iLa Palabra y ejemplo de Jesiis nos llama a ta comunidad! Jesis oraba: “Padre, que ellos sean uno como Tii y yo somos uno” (In 17,11) y entonces El derramé su Santo Espiritu sobre nosotros. El Espiritu que hemos recibido es tn Espiritu de comu- nidad laméndonos ala unidad, llevandonos a las relaciones com prometidas. No podemos relacionarnos profundamente con Dios sin relacionarnos profundamente unos con otros, Necesitamos seguir el ejemplo de Jess. El vinculo con sus discipulos era per- sonal, no profesional. El los valoraba como personas, orando con ellos, compartiendo su vida y su fe con ellos, compartiendo fies- tas con ellos. Crecieron en unidad con El, pero también unos con otros. Su ministerio fluia de sus relaciones con El y con los demas. iLa Iglesia Hama a fa comunidad! En Christifideles Laici, el Papa Juan Pablo Il insist: “Las pequefas comunidades basicas son una parte vital para la renovacin de la vida eristiana... on verdaderas expresiones de la comunién eclesial y centros de evangelizacion” (26) iNuestra necesidad humana llama a la comunidad! El ere- ciente niimero de grupos de apoyo para todas las variedades de necesidades muestra el creciente reconocimicnto de la sociedad de que se necesita el toque humano en medio de la creciente im- personalidad de la sociedad. La evidencia en la Renovacién Carismitica apunta a la necesidad de priorizar en la construceién de més relaciones com- prometidas. La Renovacién Carismitica siempre ha reconocido que la comunidad es muy importante. Desde los dias del primer Seminario de Vida en el Espiritu, la comunided siempre ha sido uno de los radios de la eda del crecimiento, Durante un tiempo, encuentros de oracién oftecen una oportunidad més personal y amis pequefia de relacionarse que la que ofiecen la mayoria de las parroquias. jEntonces nuestras necesidades han cambiado! Nosotros y las demas personas de nuestro grupo empiezan a bus- car mis. Hay a menudo un sentimiento de “esto es todo lo que hay”, una falta de plenitud que envia a las personas a buscar la comunidad en otra parte. La gente no se queda en los grupos de oracién tras el Seminario de Vida en el Espiritu porque echan de ‘menos los pequeiios grupos de debate. Las tensiones humanas {nducen ala desunién porque no hay ningin otro sitio donde re- solverlas. Los dones carismiticos no se desarrotlan porque la confianza en los hermanos y hermanas necesitan alentars, sino terminan por spagarse. La gente se extiende demasiado en los, encuentros de oracién porque estin buscando un sitio para com- partir sus cargas y jnosotros les corregimos! Creo que todas estas, necesidades se pueden encontrar desarrollando pequefios grupos de compartir dentro fuera de la reunion de oracién, B) ESTABLECER UN EJEMPLO COMO DIRIGENTES La direccién cristiana significa vivir el Evangelio de tal forma que conducimos a otros a hacer lo mismo, Como dirigentes, lo bisico que tenemos que offecer es la cualidad de auestras rela- ciones y el cardcter de nuestra vidas. La gente a la que conduci- mos ser una si les damos un ejemplo de unidad através de nucs- tro amor, compartiendo y resolviendo las tensiones unos con otros. Sin embargo, un problema comin entre nosotros, como siervos del Seftor, ¢s poner mis stencién en conseguir que las ‘cosas se hagan, resolver problemas, planificary evaluar, mis que ‘en construir relaciones de amor. Mi experiencia es que las deci- siones y emisiones se manejan mis pacificamente y més ripido ‘cuando priorizamos en compartir nuestras vidas unos con otros, ‘como dirigentes. Necesitamos compartir nuestros esfuerzos y ‘nuestros éxitos, nuestras frustraciones y fracasos, nuestras ale ‘arias, nuestras cargas y nuestros momentos de cercana deses- peracién. Esti claro pues, ue el poder, muestra uncin, los dones, vienen de Dios y no de nosotros mismos ©) Consrevir VEHICULOS PARA UNA VIDA DE COMPARTIR Los elementos de los grupos de compartir no son distintos a los de un grupo de oracién pero ponen un énfasis en el tiempo compartio. Oracién — El grupo de compartir comienza con un breve espacio de oracién asi que se centra en Jests en el poder del Bs- pirtu Santo para la gloria del Padre. Cuando es un encuentro dentro o fuera del grupo de oracién carismitico, necesita ser claro sobre la libertad para usar los dones carismaticos del Bs- piritu, Mucha gente se rendira a los dones carismiticos sin es- fuerzo en estos grupos mas pequefios Palabra de Dios — La Palabra de Dios puede ser compartida al preguntar: “{Qué te dijo el Seftor en el encuentro de oracién en Ins lecturas, las profecias?” Se puede tomar un pasaje en particu ICCRS: International Catholic Charismatic Renewal Services — Sirviendo a la Renovacién Carismética en la Iglesia Catélica Pagina 2 ICCRS — Formacién de Dirigentes eee lar o las lecturas de la Liturgia para el domingo siguiente. Una persona puede dar una ensefianza a todo el grupo de oracién para {que sea compartida en grupos mas pequeftos, o individualmente, por tunos, dando pequefias ensefianzas como punto de partida para compartir en el grupo. Compartir la fe — [a Palabra de Dios, sin embargo, ¢s com- partida, esta hecha para llevar a la gente a compartir sus vidas lunos con otros. El centro no es ganar discernimiento en las Es- crituras como en un estudio de la Biblia, sino compartir cémo Dios ha hablado a nuestras vidas, cémo su Palabra ha marcado tuna diferencia, cémo hemos experimentado su amor y su perdén. ‘Necesitamos conducir a la gente a ser vulnerables unos con otros. Jestis llevé a sus discipulos no sélo a Tabor, donde vieron su glo- ria, sino también a Getsemani donde vieron su sufrimiento. La

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