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, sELVtNt, M., BOSCOLO, L., CECCHIN, G.

&
PRATA, G..
..PARADOJA
Y GONTRAPARADOJA"
ED. JANSON ARONSON, NEWYORK,1978

CAP.9 "LOS RITUALES FAMILIARES"


' -1 ,3 - --'.§ : T

Capítulo 9

LOS iil?I-iALE-q F-{l1rt r-{R.ES

U¡a iáctica -,¡r:ipélrtica ideada plr ¡,rscilos- 1- que se ha


reveiado r:uy eficaz, es 1a de preso:ibir rituales a ]a ia¡¡.i-
iia. Pued¿n ser riiuaies para ejecutarse una scla v¿z o bien
'llntr.i:
repr-'iitivos. ios ri¡os ia¡lili¡r¡es que hernos descrilo
i-:as;a ahora, ,r,- ri.le han te.;¡ido resull.ados sorprelldellte-s.
pxeser:te,.Ícs áqul un.ü de manera deLaiiada, por varios Ir:o-
f;:.;os:
, p'c.que tuvo pcr objeto derribar un mito en cul"'a construc-
c'i,.n':alr.an eL::,,Lorado tres genertciones;
r*i'ilue para ic;:ar u::a adecrracia comprensióra de ese rito
el i¿r:ic¡ necesiiír conocer ia historia corapLeta de ia fa-
milia y la mito;
ev{-.i..ieión transgeneracional de su
porque 1a exposició;r, alrlque resur,-iida, del curso dei
i¡:r,an:ienio psi.cteraFéutico pe:'mi!ir'á analizar los erro-
¡es ccneiidos por el equipo terapéutÍco. casi siempre mas
aieccionadores que los éxltos. Eueron precisamente 1os
s-..rrres corneiidos, y las ccnsig-:ienr,es reacciones, Lcs
ilr¡e alos ¡uÉ:rrieron Jlnaimenie la i¡rvención y la pres-
cr-ii:cióo iei ri:c:
porque, i-inal¡neni¡:, el a.nálisis iieialiado de ia forma y de
lcs ',tjeti'¡ls de ese riiual nos Í'aciiitará la tarea de expii-
¿3r'1l:.é e.llenderxos nosotros por dtual.
l.r7t r;.ia')in!ra un nitc it:i;il
A es¡a familia ia llamare:r.¡rs Casanti- Ex¡rondremos
LOS AIÍUÁLES FAUILIAREs §?

su historia a ]o largo de tres generacicnes, tai como pudi-


mos reconstn:irla, retrospeclivar¡¡ente. al irnal ¡1e 1.¡ ieia-
pr;r -

La histr¡rialos Casanti se inici.a en los pri.cerr)s


<ie
años del novecientos, en ura granj a aislada, en uira z¡t;:.l
poco desarrollada de Itaiia Ceni¡a_l- Desde muchas g.errere-
ciclres, L>s Casanti, que no sorr patroncs sino aparceros. su-
<ian soi¡re aquella tierra para viür. La primera gerl.ia-
ción está constituida por ei padre, "el _ieíe", un irabejai.;r
de malu de hierto, qlie apcl¡a su autoidad soL¡e ,-:n a¡1rig:1,
córiigo de reglas patriarca.les inarutado desde la éÉoca flr;-
dai, y por su mujer, que par"eceria forjaia sobr.e el morieio
de ]os liáros de la fo,milia que León Bailista Al¡ertr e¡.::r-
bio en 14011. Una trabajadora indefensa y paisiml;nrr-.sa
hasta el escrúpulo, convenciCa de que las rlr.":.1:res icbr,n
solamente servir, dar a }uz, criar !:i.; rls y no jisclri:: lr
superioridad y ios derechos de lcs hombres sientio c,,x¡cer:-
sadas por 1a satisft:cción rie sentirse vi¡tuosas. Etla t,a
dado al marido cinco hijcs varones, que tbrman la seg";n,
cia generación (el úitimo, Siro, será el padre de nuest¡a fa-
milia).
I)esde siempre, esa g-ente nace y muere campesina. lll
tiabajo es duro, la cna de ganado no perdor.a ¡ri los <li:rs
les¡ivos. Los hijos aprenden a leer y escribir aigo en ia es-
cuela del caserío más cercano y se los manda muy prcr.lto
al campo, donde aún se trabaja a fierza de brazos. y los
brazos scr p:'eciosos. lJo es imaginable ninguna alierña.,i-
va, ninguna posibilidad de evasión. ¿Qué otra cosa puecie
hace¡ un campesino iporante -*que por otra parle está ins-
lala<io en una granja 1o suñcientemente g:.ande como ,.r¡il
dar de comer a todos y per-mii,irse algunos ahorros-, siirc
quedarse con los suyos? Lo único que hay que hacer es i:.a-
bajar mucho y lievarse bien.
La farnilia agrÍcola-patriarcal. en aquellas zonás v era
los años treinta, casi aislada todavÍa del resto de la culiura,
era ccnsl<ierada el ú¡rico medio seguro para ia sobrevir-en-
cia y la di gnidad de sus miembros. Irse significaba eni -
grar, iiesarraigarse, sin ningún medio y sin ninguna p;-e-
paración, privarse del apo¡,o y de la solidaridad dei g:-,-rpo
-§ ' ¡panÁro,§, v Soñfnepa"nao6¡a u r
en caso de eníe:.rnedades o desEaracias. En esa cultura, el
padre de hijos varones era afor¡¡inado, y, ql-r" ,ro _ü"*uoru
tendna brazos para el campo, sino qualleladc el Bomerrto
tenrirÍa nue¡as obedientes y laborio-sa" pia a*tir.r. , l"
case y a la grarja. Por eso, cada hijo d.ábÍa casarse joven,
a,'1]r orden dc edad. La novia, debidamente ,p.olad",
t-endrÍa que ir a vivir coIl la gran f:rmilia y estaná soareti-
da, en ordea de prioridad, ei jefe, a ta .
"regra, "ila -"¡ao,
los cuñados y a las cuñadas que eventualmlnte hubre¡:en
precedido.
Los Casanti se ajustaban a tai usanza secular. Los pri_
meros cuatrü hermanos estaban casados desde hacía tiem_
po cuando Siro, el último, regresó de Ia grrerra. Había
esta-
do afuera algunos años, desde 1940 hasía 194;; h;*;
batioo y visio muchas cosas. En el cuartel fr"li" iu.i¡i¿o "rr_-
cierta instrucciót: un curso de mecánica y el ,egist.o de
camio¡rero. Dado de baja, r.oirrió a ia graaj a doná'e se en_
contró deprimido, extraño. Duránte al!-lin i;empo ,ro log?O
trabajar y fue tratado por ..agotamienfo". l_""gi, á"a..^i-
mente s€ readaptó y retornó_al trcLbajo. Mrry p.áío"ui.;.tu,,
comenzó a aguijonearlo: habÍa llegáCo eI áomento dá
sa¡se. lJos de las aueras estaban embarazadas: hacía ca,
fa-lta
t rr"_ para la cocina y la atención de los animales.
-*yjhabla
ya "]. una candidata.
hija de campesinos. pero
tenía.e,n al cabeza a pía, una modistilla gr."io", qr-l. Siro
conocido p.,r la ciudad algunos años antes, durante L.Ui.
vrclo en et cuartel. La buscó, encontrándola un poco su ser_
mejorada y triste. HabÍa sido abandonadá p.. ui í""ri" des-
pués de varios años de compromiso y se sentÍa A."_
una chica
ese modo. píi aceptó;""";;;; Ilir".p.-
l:::t:13::,?"
srno, cont]'a la opinion de jos padres y las aaigas: .No
sistir4s esa wida... verás... pronto te volverás airás.-.,, pero re-
Pja sabÍa bien que no ¡egresana aás: era como si se
T,os,Casanti, riespués de muchas hicie-
-:.¡l
iranza 'hacia la chica de ci,rdad.,, )a ace-otaron,
.11 d.d." 1, j"""o.r_
Recono"ie-
:y_i
i:r¿ cl:ica
_-l:r la b(,1:á seria, cue sabÍa irabajar y que ;1o
aDl-la ^q::
nunca
Pero los_tiei:cpos cambiaron: la familia estaba
¿ensiones_ Escuchaban ia radio y
liena de
;;;l;;;
"tgr.us " ia
lOS RIfUALES FAMILIARES 9l

ciudad, veian mujeres elegalies que fuxaaban' que coa-


ducÍan autos. Las jóvenes nueras maldecÍan al Ée¡o que
,Aoj"¡" el ma.rd'o y que criiicaba hasta un nue.;o <iel::r-

. nl.
-" la suc;ra que "i.-p".
se ponia de parte de lcr; lri;os'
^
eor e;e*pio, IOto.Uo" teuÍan derecho a distlaerse los do-
;;g;; ;; eÍ pueblo. Todos pariÍan con sus mctoneLas f las
*.,jEru* qred-.ba., "., "a." pta, hacer sus tar¿as: suspira- ordeñar'
i"o-..^.r"'y limpiar los esláblos' Alg'unas nueras traiab:n
;;; ñ" É, las mas aucaces sembraban cizaña v
áu ,:.rl,,r.:l a 1os maridos. Pero a¡rte el peligro' eilo-s ha<'ían
f."rt" con los wiejos y ratifrcaban una coalición si-
t"rr"io"u. "n*¿t
Los verdaderos Casanti eran ellos, los varones'
c"¡i"r, ¿o*i.t"r a ias mujeres, imponerles silencio' Cual-
á"i". q"":", cuaiquier expresióo de rencor, de celos' ieeÍa
que p;'oc1a-
{,-." "". ináediatámente descalifrcada' HabÍa Ce las tr-
;;;;;. no existÍa disparitiad en la distribución
.."" i a" ios gastos: "ád, "o". estaba hechaig:a1es: con absoluta
esta-
¿Y 1o-s nlños? Tenían que ser todos juicios- Las
"áiia"¿
¡á orohibido hacer comparaciones, expresar
¡rr'iia.a"" eran impensábles. Los hijos de unos eran tam-
" - hijos de 1os oiros. famiiiar que se extendÍa de la fami-
bién
Ñ;; así el ¡aito
lia l-toáos los que se 1e acercaban' 'T'Io hay en toda 1a
región una faraiiia que vaya más de acuerdo que ia Casan-
ii,-',rru g."r, familiá donde todos se quieran, donde jamás
iráy
---"pn rt J di""r"ión, una desavenencia, un chisme'"
ta construcción del mito, Pía tuvo una inielvencióa
*l.y i-pott.t te. Llegada en último término y sometida y
a
todás, .ra considerada por la suegra como una santa' l:o
es poco decir en una cultu¡a como ésa' (Pero uno se aprove-
1a rra-
iirJ a" 1." santos.) El1a e¡a la prudente, la serwicial'prole no
át. i*po.auf de iodos los niños del clan' Con 1acuidó con
t.rvo iuvo só1o dos niñas, I-eda y Nora' Las
la misma "ótt"tsoliciiud con que lo hacía con los sobriros' sin
preferencia. Es más, siendo la encargada' enlre
"irrgr""
,irit A. ia delicada tarea 'ie 1a cocina y de repartir la co-
-"-"".
-iJr, darles"i.-pre cuidado de serwir por último a sus hi'i as
;', ie los bocados menos apreciados Esto-no le ccs-
;";;;i"gú" esfuerzo, 1e surgÍa naturalmente' E¡a cie¡to'
:!.;r!
¡ JIO tsAEAOOJA Y CONÍNAPAFAOOJA

sus hijitas Ia habÍan encorrtrado algrrnas veces llorando en


su cuario. Pero ella sierlpre ies habÍa explicado que nc se
seniía muy i:ien. Y si luego el marido regresaba agoiado,
F¡oiesia¡rdo porque ios he¡manos le dejaban a é) los t¡aba-
jos nás pesados, el1a era quien 1o calmaba y Ie decÍa que no
e¡a cier',,o, que 1a !-ida era dura para todos,
Llegados a este punto, podemos obseñ'ar cómo ya se en-
cuenlran en acto todás las características de1 mito fami-
liar, ccr:ro lo puniualizó Feneira, En la primera genera-
cióa. a 1a que li.egamos con auesira indagación, encontra-
:::os eI epÍlcgo de una creenc a compariida aun viva, en
Lanlo ,roneciada a la realidad de una subcultrrra agricoio-
patriarcai homogénea en su aisjamiento:
"La sobrevivercia, la seguridad, la dignidad de cada
u::o, dependen de ia faroiiia. Quien se separa de eila está
perriiilo," En ausencia de alternativas, Ce informaciones,
rie ccnft'c::tacic¡rles, no había conflicto. Pero, cuando 1a se-
gr:::.ria geaeración aicanzó 1a eCad adulta, se i¡ricia¡on las
teasiones <iisoivenres. Se ierminó el fascismo con su énfa-
sis en Ia batalia dei pano: había democracia- Las reunio-
nes irolíticas llegaban hasta las plazas de puebiitos perdi-
dos. Ei trabajo de 1os aparceros era defirrido como huxc,i-
lian:e, de explotados. La cultura industrial se imponÍa a
trevés dei cine, de la radio, de los mercados, de los contac-
tos con la gente de 1a ciudad que sabía üvir y hacer dinero
con poco esfuerzo.
Pero los herma¡ros Casanti, aún capitaneadcs por el
viejo, <iesconfiat¡a¡r: e¡an manifestaeiones de urr mund.o
enloquecido. La fuerza de ellos era siempre aquella anti-
gua: trabajar mucho y estar todos unidos. Para Inantenerse
ienían que const¡uir u¡. mito, un producto colectivo, cuyo
surgimieato, persisteacia y reactivación miraban al re-
fuerzo hcmeostático de1 grupo contra cualquier soiicitación
disoivenie- "l{osotros perr:oanecer:aos cotno una familia
modelo, a la antigua, donde todos están juntos y se quie-
le:r ".
Como todo mito,
ei rnito familiar expresa conwieiones cornpartiias que co¡rcietl¡en
! Eli:i.l1it

LOS BIfUALES FAM¡L¡AñES :ot


t€nto a los mie¡nb¡os de la famii'ia corro a s{rs reiaciooes, coñüccjones
que se deben accpt¿r a p¡iorj desaiianCc llag]_añt¿s falsificaciones-
El mito familiar prescribe los r'oles y los at¡ib¿tos de los miemb¡os
en sus in,ie,'ac.ioies ¡ecíD¡o€3st roies y atribu:os. aue sj bien laisos e iiu,
sorios, son aceptados po¡ cada u¡o como cosa srlgrada y tabú, que úadie
osa exa¡xinar y mucho menos desafiar.
1Jn mie¡nbro indiüdual puede saber, y algunas v'eces'lo sabe, que
hay mucho <ie lalso en esa imagen, algo parectdo a lá lioen poh'tica d€ un
parti{io. Pero aun cuando e}aist€, ese conocimienlo se resey'va para si y se
esconde, hasta tal punto que el individuo, a.:n el que rr,ás sufre por ei
nri¿o, §e opondrá de hecho con loCas sus fue¡¿as a la er'iáercia, de modo
que, negándose a leconocer su eristencia, har'á lo posibie por;naalere¡
intacto el mito familiar. Ya que el ¡nito explica los cúrnporiarsie.¡os de
1os indiüduos en ia t-amilia pero oculta los motivos 1.

El mito, concluye Ferreira, no es u¡l ploriucEo diádico,


sino colectivo, o más bien es un fenóDleno sisté:¡iao, piedra
angular para ei mantenimiento de la bomeostasis <iel gru-
po que ic i:ra producido. Actúa coma uril ¿specie de terñosta-
io que entra en funcionamiento cada vez que 1as relaciones
iamiliares corren peligro de ruptura, desintegracion y
caos, Por otra parte, e1 mitc en su contenido representa ur1
alejamiento grupal de la realidad, alejaIaiento que pode-
¡]los llamar "paiologra", Pero al mis¡oo tienpo consiituye,
con su nisma existencia, un frag:rnerlto de vida, un pedázo
de la realidad que enfrenta, y de esa ara:rera, modela a los
hijos que nacen en é1.
El mito de los Casanti, tan consolidado y ertendido has-
ta la tercera generasión, sobrevivió a ia nruerte de 1os r-ie-
jos y al abandono de 1a granja. En efecto, hacia ñnes de 1os
años sesenta, coincidiendo coñ la crisis de la aparcerÍa,
1os cinco hermanos decidieron dej ar el cámpo y mudarse
aI pueblo. Eran ex campesinos, zapadores, tractodstas ¿Có-
mo podrían separarse, convertir en monudas los ahorros
conseguidos con tanto sudor?
Era mejor quedarse juntos y juntos implantar una em-
presa adecuada a ias eapacidades comunes. Y fue así como
organizaron una sociedad de provisión y transpo¡{e de ma-
teriales de const¡ucci.ón, que rápidamente se beneñció con

Cii-l de Ferl'eita
l:i:
102 PAFADOJA Y CONfEAPAFAOOJA

e,l baoúL edilicio. El dinero abundó: par-ti.cipaban de la so-


ciedad de consurao 1: poCian wir-ir en depar"amentos en la
pequeña ciudaC. Tambiéc en este caso, ei úito dicta la
moialiiad de la vivienda: están tados junlos en el mismo
etiificii.r, si bien en depa::t;rmentos Cis¿iatos, pero siempre
abiertos, aurl para ias visitas no anunciadas.
Con ei creci:¿iento de la tercera generación, la situa-
ción se corrrpiicó. El milo tuvo que hacerse rígido ya que ias
expectaiivas habian cambiado y las 'uensiones disoiverrtes
se intensifrcaba:r- l,os hijos e trij as tenÍar que estudiar
para satisfacer las ambiciones que el recieute bienestar
i,apcnÍa a los pequeñoburgueses. Las expectátivas torna-
ban ineviiables 1as confrontaciones, ia cor:apetencia: el
éxito err los estudios, e1 aspecto fisico, las an:istades, la pc-
pulariciai. Los celos y ia enwi<iia se intensiircaron. Ru-
mores y noticias corrian entre las paredes. Las veatanas
dei ediñcio se convirtieron en torres de vigilancia.
El mito se hizo extremada¡aente rÍgido y era comparti-
do por 1a te::cera generació¡.. 'Los primos Casaati son tam-
bién verdaderos herma::os, juntos diwidea alegías y pe-
nas. Juntcs sufren el fracaso aieno y se alegran de su éxi-
io." La regla de hierro, jamás explicitada, prohibía no sola-
¡aenie hablar, sino también percibir cualquier gesto o co-
municación del oiro coxoo dictado por la enwidia, el rencor
o ei espíritu de competencia-
Cuando Siro se r:nudó a la ciudad con e1 clal, sus hijas
ienían t 5 :r 18 aíos. Leda, la mayc::, habÍa sidc siempre
una marimacho: morerra, recia, enaraorada del campo y
de }a actiwid.ad fisica, sufrió con las nuevas condiciones de
vida- Estudió porque lograba buenos resuliados sin mucho
esfuerzo, pero no te¡.ía entusiasmo ni arl:l¡iciones. Vivía
ajena al anbiente, desencantada de ia vida de ciudad,
soñan<io con volver un dÍa al cam.po- Hacia los 16 años
aanifestó durante algunos r:reses un síndrome anoréxico
Cel que salió esponiáneamente. La segunda, N:ora, era lo-
davia una niña. TotaiInente distinta de 1a her:aana, pasa-
ba sus dÍas con su pri.ma Lucia;ea, de su misma edad y
cor:opanera <ie clase, con quien estaba más unida que ccn la
propia hernana. Luciana era delgada y fea, pero volunta-
LOS SIfUALES FAMILIARES 103

riosa y anbiciosa: era la prime¡a de Ia clase. |iora en


carobio se desinl"e¡esaba por la escuela y no mostraba en-
widia alguna pcr los éxiios de la prima.
Al cumplir los 13 años, Nora se transformó física-
mente: 1a niña graciosa se convirtió en una joven de ex-
trar:rdinaria belleza. E¡a comoletamente disiinta de todas
1as otras, tan l'1na y tan duice que parecÍa una Virgen del
Renacimiento toscano. El padre, Siro, estaba orgullosi-
simo. Tenía en la billetera una foto de la espléndida mu-
chacha y se la mosiraba a todos. A Nora no par.ecía g-usta¡le
esto. Reaccionaba nerr"iosamente a los comentarios sobre
su belleza. Junto con Luciana y otros primos y arr.tjgos,
salía todos los domingos a hacer a1gún paseo o a baiiar-
Pero regresaba casi siempre triste y no sabía explicar por
qué. En la escuela iba cada vez peor: aun cuando sabía la
lección porque la había estudiado mucho, se bioqueaba al
ser interrogada y no lograba responder. A los 14 años ape-
nas cumpiidos, comenzó a reducir drásticamenie su ali-
mentasión- En pocos meses era un esqueleto.
TenÍa que abandonar la escuela.
Tres hospitalizaciones y una tentativa de psicolerapía
individual no surtieron ningún efecto. Por consejo Ce un
psiquiatra del lugar, la familia tomó contacto con el Cen-
tro. La primera sesión se realizó en enero de 1971.
Según la praxis segrrida en aquel tierapo, contratamos
con ]a familia un total de veinte sesiones. Estas se¡Ían
bastarrte distanciadas, una cada tres semanas o más, a
nuestro criterio. La familia aceptó.
E1 üaje, dada la distancia, significaba url gran sacri-
ficio. Llegaban después de una noche en tren y volvían a
partir después de la sesión.
Al iniciarse Ia terapia, Siro, eI padre, tenÍa 50 años;
PÍa, 1a madre,43; Leda, de 22 años, estaba inscrita en la
Universidad pero no cursaba; Nora, de 15 años, era un es-
panioso esqueleto. MedÍa 1,75 m y pesaba 33 kg. Tenía una
conducta psicótica. Compietarnente ajena a 1o que se decía
en la sesión, se limitaba a gemir, reiterando cada tanto la
irase estereotipada: "Debéis hacerme engordar sin ha-
cerme comer". Se dijo que hacÍa meses que no dejaba la
3

IO¡ PARAOOJA V CON-TAAPARAOOJA

c:lma rr1ás que pai'á abandoRarse a orgÍas bulímicas segui-


das por vómitcs que 1a dejai:an postrada.
La plinera palte de 1a ter:rpia de esta familiar que se
riesarolló en I sesiones eni::e erero y julio, se ca:'acterizó
por aigurcs liechos salienies:
1, La insisiencia de los tel-ape'.,!tas, desde la segirnria
;esióir, en indagar acerca rie las relaciones entre la fanli-
iia n.rclear y el gran clan.
2. L¿¡ actiiui irónica2 de los terapeutas ante e} ¡Iliro. y
sus ¡enta+"j.vas de hacerle frenie, mediante acla¡aciones
ve¡baies o prescripciones "ilgenuas" iendientes a empujar
s ia larqilia rfirectamente a 1a "rebei.ión".
J. La convicción no sisté¡rica, sino ]ineal ¡z moralisia,
rie que e} "verdadero" esciavo ciei miio fuese e} paCre y no,
ci¡urc de hecho 1o eran, 'iodos lcs miernb¡os de ia fa¡¡iiia.
Lii X¿n'!,aiira. obvia¡leníe fracasada, en la sexta y sep-
,1.
iiil.a stlsrón, de convocar a lás tres u:iujeres solas, con la
cspex3rlza de que, en ausencia del padre, "¡destaparan la
¡lia.,.!"
5. No haber advertido, ccmo luego se pudo variñcar al
vciver a escuehar ).a gr:abación, una redundancia carac-
tensiica: toda vez que un miembro <ie la familia, apa¡ente-
¡¡rente aliadr: con los terapeutas, criticaba al clan, aparecra
siempre algún otro ¡:aiembro listo para roin.imizar y
C¿scaliñcar o desviar la conversación hacia iemas :largi-
11aies.
e- El progresivo abandono de1 sÍntoma por parte de Nora
a partir de ia cuarta sesión, hasta presentarse en la sexta,
¡:n ii,¡recientes condiciones físicas.
7. La sospecha de los ierapeutas de que Nora, aun con su
:rtjorÍa, defenüese ei sisiema (que en efecto no había cam-
brailc) y la incapacidad iiel equipo terapéutico, por otra pa¡te
¡asiaite seducido por esa :nejoría, de salir de ia inzp¿sse.-

2 Cc,mo se ouede deducir dela exposición cle los e¡ro¡es ¡nen¿i<¡narios


i.r':i"oa, no habiamos llegado todaüa, en nuest¡o trabajo, a la formula-
ción del principio de :a connotación pasitiva.
1C5
LÓS R¡ÍUALÉS FAMILIARES

Ai finalizar ia novena sesión ei equipo ter:apéutico de-


ci<iió suspende¡ el tra¡amiento, declarando querci objetivo
.ñ".iaó por 1a fanilia habÍa sido alcanzario' Sin erhar-
g,:, se les hiro presente que lodavÍa quedaban olce sesiones'
[r,.* ;n.tl-,"o pJd;.r. ,ro ser utilizadas. Nora se encontraba
-conriiciones
e=n óptimas generales y estaba iniciando un
i.rüájo "o",,o aprendiz en t na peluquela Er,r r-ealidird se
ql..-.á p..t. a prueba a 1a f¿rmilia' Si 1a mejona de Nora
io tr. r^ ,.", "r., ii"". los Lerupeu'.as tenCrian a sr-r disposí-
ción, aderc-ás de oiros everLtualcs fenómenos acl3ratcnos'
utilizables- Se f-rjó una cita telefónica el 5 de
"u"" "".io.""
.nd.*¡ou para dar noticias. Fue el padre qui"n nos llar::ó'
\ora ¿sta-ba bien f;sicamente pelo habia dejaCo el irat-lalo y
i-¿ndía a quedarse en cása. El iono del parire r:esultó crip-
si. serÍa.o no el
'"..o, i.*¡..tto. Preguntaba a 1os -rerapeutas riej aron la deci-
caso de icier urla sesirin. Los terapeutes
ii¿, ,..orgo de la famiLa: que se pusieran de acuerdo en-
i." "llo" y- 1r,,.go ilamaran. l'Io ielefonearon más A pesar
Ce todo. nc esperaba un dese¡rlace t¿rrr d¡'amálico-
f¡ac;a"i fitres
"qtripode octubre l1amÓ e1 paCre' Dijo que Nora
había hecho un intento de suicidio y estaba internada en re-'
alimación- L¿ había encontra{io en ef:ma' por iagestióo de
oicohol y barbi"ú¡icos, sobre el p:so Cel cua:rto Ce b¿rño- r-rr
á;;i"g; h¿rbía vuelio , "".ooái.i," de un salón de 'r¡aile
uáorraá' r.r¡lt ido con Luciana, y apro'rechando Ia ausencia
-- u.:'" prd."",
C. había puesto en práctica su tr:ágico propósito'
E. i= sesíéo que-sigT ié al álta de Nora del hospital' }a
familia q'le habiá llegádo a1 extremo, dejó escapar infor-
*r"iorr"" importantes. E1 padre confesó que en setiembre
e1 se hatía mosirado úr¡stil ante 1a idea de volver a la
"lan l}'a reaimente inúti1 que eI padre derrochara tan-
terapia.
ias horas de trabajo y lanto dinero, áhora qtlu Nora había
rec-.rperado p""á ideal. Por su parte Leda' la hermana'
;;;;;ú una ".,.,rivelación decisiva: tal vez, en e1 drama de
Nora, iuviesen un papel lmportante Luciana y la lía
Em rna, su madre.
Ño.o t. había confiado, en ve:rano' que tenia 1a impre-
sión de ql,e Luciana la perseguia desdJ hac'a.años yTenia
miedo de estar con e1la, se ácontraba angusti ada des-
't - '' 1 t'*"9
PAñADOJA Y CONfFAPAFADOJA

tmi<ia aunque no sabÍa bien por qué... Pero enseguida Leda


se descaiiircó: *Quizás es sólo una impresión d.e Nora"
r"lientras Nora coniinuaba caila<ia, ios padres saiieron en
defensa de ia pdma. 'Es una ve¡ciadera heroana para
liora, 1lena de amor y de ateücioDes. lIás bien, el1as han
sido dolorosa¡:ente afectadas por la incomprensión de
Nora, por su negativa en aceptar 1as invitaciones tan insis-
tentes y alectuosas de Luciana..."
Los terapeuias esta yez no mordie¡r:n eI anzuelo. Si ai-
g¿nos miembros estaban dispuestos a hacer revelaciones,
r1o serían clertamente elios quieues se mostraran curiosos,
y ¡cenos aun tan ingenuos colao pera recaer en el juego. Se
li¡cir.a;:r:l a suspender la sesión para discutir en equipo. El
errcr cometido en 1as primeras sesiones resultaba patenie.
liacer frenie a un mito tan Férreo habia ser"vido sóIo para
¡eicrzar:lo- In¡¡itar a1 ca::abio habÍa esti:r-,:lado en todos el
le:r;or de \a r»p\,tr: ¡ labia Db\EaüD aNDrE e ebtrrúDrrar §\
sírrton.¿ para reforzar el staiu quo.
Pe¡o eo reaiidad nada había cambiado. Ya que 1a rcis-
ma Nora, partícipe del mito, había te¡minado dudando de
la realidad de las propias percepciones. ¿Cómo osaba perr-
sar que tÍa Enma y Luciana no la quenan? Y si percibía a
Luciana como hipócrita, envidiosa y ma1a, quizás era
porque e1la, Irlora, era maligna, envidiosa y mala.
El equipo decidió abstenerse de cualquier comentario
verbal. Urgía inventar y prescribir un ntual, aprovechan-
do ia situación d¡amática para que se cumpliera- Al mis-
mo tierrpo parecía necesario prescribir "1a patoiog:a", es
decir, la frdelidad al mito, para reasegr-rrar a la far:oilia co-
locánciola en una situación paradójica.
Los dos terapeutas, de regreso a la sesión. se comporta-
ron <iel siguiente nodo: se declara¡on muy preocupados por
ia dra¡raticidad de la situación, pero sobre todo porque pa-
recían aílorar hostiiidades con respecto al gran c1an, las
que pccían en peligro las buenas reiaciones, esenciales
para ei bie::r de todos.
Era Ce vital importancia que del ámbiio familiar nada
se filtrara. Era talabién de wital inportancia que }a fami-
iia se comprome¡iera sole¡rnemente a seguir la prescrip-
t

LOS FIfUALES FAMILIAAES

cién que 1os terapeutas se aprestaban a darles' L'ina vez cb-


tenidi el sonseniimiento <ie 1a famiiia' }a prescripción fue
1a siguiente:
Durante dos se¡aanas anteriores a la próxima sesrÓn'
tenCrían que t::ancar Ia puerta todas las noches de Los días
i*p"t.", áespr,és de la cena. l,os cuatro ¡¡ienbros deCel la fa-
uiiia tendrián que señtarse alrededor de la aesa co-
áedor, sin ningin otro objeto más que urr despertadorlaque
."-l.r¡;á"t;" en il centro' Ciia uno dé lt¡s miembros de fa-
roitir, po. turalo y por orden de eriad, tenia a ciisposición 15
;t;;t;" pa.a habiat. Podíaa expresar sus p:opios senti-
;;;;;, i,.:.p.*sio..es v observaiiones co', respecto a 1as
de'los miembros dei cian' Quiea no r'uviese nada
qr"-a""it debía quedarse en silencio todo el tiempo que se le
"oo¿l-."aá"
habÍa asignado, asÍ colrLo ta¡nbién 31 resLG de 1a fa¡:ilia'
e.
-= cua;do uno hablaba, todos deberÍan escuchar'
".-¡i"o tod.r corcen'-ario. gcsto, expresion mi"¡ica' in-
pr',rhibía
tu..rrr.i¿n. Estaba iam5ién absolu"amenLe prohibido reto-
:o.", ál ,uror. flue:"a de la hora fijada' Tudo debía lim'ii-rrse a
la reuniól nocturrla, ritualment'e estructurada' Con res-
;:"1;;1;" miemb.os del clan, se prescribió un recoblar de
cariesías y sei:vicios.
El ritual, colao puede verse, apu:ntaba a distintcs frnes
que pueden sinteiizarse así:

1. Delimitar 1a fa¡rilia ¡.uclear como unidad dist'inta


auf i,.stitt.yerrdo ia prohibición por ia cbligación de
"fÁ,
óo-,:rri"r.".un fo-. plenár{a sobre el tema tabú, pero im-
poniendo el secreto fam ili a r.
2. Voiver a riar a Nora su puesLo de miembro con plentl
Cerecho dentro de su nú¿ieo faIliliar'
3. Estimular la naciente aliarrza intergeneracional
Ynrre las dus hcrmaoas.
4. Avalar, sin decirlo explícitamente, el derecho de ca-
da uno para exirresar las propias percepciones, sin ser con-
t¡edicho ni dcscali ñcad c3
te¡apeuta's, en electo, no hicieron noiar a la famiiia
3 Los el
fenómeno repetitivo por qt", =i'¡r.t miembro de la famii'ia arnesgaba
"l
jj :i ; '? F: '-3 :--i
PAFAOOJA Y CONTE¡.PARADOJA

5. Exroner a la ansiedaC d--l silencio aI mietrbro even-


tuail:renie retic¿¡rle.
6. Im¡eiiir ia pe¡:si;tencia de c¿alicicnes secretas m¿-
¡liante ia ploiribiciril de reio¡nar el teraa luera ie ias ¡'e,-r-
¡:iiOr:e-..

Finalmente la prescripción del te¡:r¡or reverencial y Ce


)a hipocresia hacia e1 clan, raientras caiihcaba a los !era-
peutas co¡::o aiiados de la tendencia horneostátice, colocaba
.¡ 1a familia en una situación paradójica. En efecto, la fa-
mi.iia se encont¡aba irerte ei un inesperado cambio <ie opi-
aión de los terapeutas. jusio en el momento en que estaba
próxbu a adrn:iir hasta qué punro ia idelida<i ái sito con-
riicionaba 1a propia existencia y ia sobre.,,i.zencia de ¡io:a-
La l'arrriiia slgrió ei riti.al y Ee pies¿nió a la sigrriente
sesión enormer¡e¡r¡e canbiaCa.
§cra, casi irreccnocible, collió clárrto habÍa poütio e:r-
,enoer sobre ias'maniob¡as d¿ I-uciar:a. 1-o qae la había
corrdicionado sier:rpre no erarl tarto ciertas provocaciones
aciivas de 1a prima, sino la osteniación de su cultura o el rro
co¡rcederle ninguna iniciaiiva. Se t¡ata]¡a Ce mensa¡es
rnuy sutiles, que la hacÍan se:riir culpable de cualquier éxi-
io: un errcerraise en ei siiencio, u1 apartarse, un depri-
mir:se, un mostrarle cierta frialciad, hasta un cierto aire de
pedirle perción, casi como si un éxito su]¡o fuese una ofensa.
Pcr su parte, Pla, la madle, dijo que había "descubierto"
que a tÍa Emma ]a devo¡aba la rivaliCa<i l¡ que hacía a to-
tios la vida impcsible con su envidia y sus aübiciorees. El
padre intervino en tono conciiiador, diciendo que se trataba
de igrolancia. no Ce maiciad. Nora coniesó entonces que .;e
serafía tncl& por haber dicho Io que dijo <ie Luciana.
Lina v ,z quebracla la regla- frnal¡nente era posibie me-
iacomunicar acerca ¡fe eila: "quien habla mal de los pa-
rientes es naio".

aig.lÍ! :¡ñ1eni¿i-io .r'rijco soDre ¡i rl:n. ¿r¡ ncr:minlitleñte ¡j¿scsiificarjo


oor c..r:.-lquier: o¡¡o ¡tierub¡o. .:l'e-.rlDi€Ddo el :.iiual cr--mo aa siio nescri-
to, jüstamer.e cambiaron. sin de.i¡io, aqueila regia que periretuaba ei
juego.
-.1
§il.ll:E li . _t : "'3 i :

LOS'IITUALES iAMIL]ARES 109

La l€.¿lpia hai:ia ñnal;¡enie e¡co::i.ratio la vÍa iusia y


ios cr¡r¡i-rios se sucedieron a grandes s¿riios. -i Ina vez Gue É:i
carrpo i-.re despejado del mito me¡liante su prescriP¿r'-;rr. :,
lue si: tielimir¿r¡on ios conliaes de ia iamiiia.uci¿a: corno
uniriad rj.igtinta dei cla¡, se irizo posii]1e trabaj:rr cún éxito
sobre sus problexlas internos.

¿Cónza definir un rituaL iamiliar?


DesCe ei punto tie r-ista for¡sr1i se trata de ur-ra ac¿ión rl
de urra serie de acciones, combinad¿s generair:ecnie ctln
ió¡'aulas o erpresirrnes ve¡baies. de ia: que lienen que pa:'-
iicipar iodos ios niembras de ia ia::liiia. En ei-e.to, pa:'"
;er eñcaz, el rituai riere que i::rpiicar a loda ia Í'anii:¿.
Es necr:sa¡:io rl-ue todo rltuai sea precisatio por los ter3-
,:cuias, a menirdo por esci.lio: la moCaiidad a ia que iebe
:espclcier su re¿iización. hcrario, eve¡ltu¿i ¡'i-'ino de ri",.:j.'
:ió:, quién debe proru;rcia¡ las fórxruias ve¡oaies, con q rt
secuencia, etcéteaa.
L-n aspecto iundamental del ¡itual familiar es el que
co:-rcierne a nuestra preodupación especÍflca acerca del
at,ordaje de 1a i'anilia con ir.teraccion esqu izoire iica-1:
có¡uo carnbiar las regias de.l ;uego y pcr ca'Esiguieste ia
episieüoiogja fa¡riiiar, sin recurr:r a las e,tplicacicnes. a
la cniica, erl susiaacia, ai instruilren¡o iiag1iístico.
Shancis nos ha ser:r¡ido rie g'.ría al afl¡*.ar: "A cosla de
repetirse, no se insisíirá nurca sr¡l-icieniemen'ue 1¿r idea
básica de que hay una diferencia necesariamente corrlpleta
entre el munrio cbjetivo y e1 mundo de proceso siú.bólico,
en'ure e1 'hacer'y e1 'nombi'ai, en+-re e1 nivel de 1a acción y
ei ¡ivel de la descripción"- ,{dem.ás: 'La ::e1ación ent¡e
comDortanie:llo y descripción es sis.iiar en cierto modo a
aquelia que hay enire e] movimienlo circuiar ie ia rueda
de un automóvil y eI t:'azo 1inea1 que puede ser dibujado so-
bre un mapa para riescnbir 1a ¡ula ¡ecorida. El co::aporia-
:¡icnLo es siemple ur. proceso conl¡'oiado por un mo''amiel-
'i Señalamos que 1É p.escripción de iiuáies lamiliares ncs ha ¡es¡:i-
ia,'io eilcacÍsi;¡a iambién con familias ca¡actenzadas por los r¿ás iii-
vr:t'scs c¡ra¿lros in¿eraccionales-

rl
PARADOJA Y COÑf RAPAFIADOJA

to ci¡'cular (con reacciones) de mensajos entre mtlcilills-


i¡ c.s cer1lrales y peúféricos, en que ei
cor.i¿inuo reÍ'il:jÚ Ce
ir: ir;¡rri¡cicnes desde 1a periferia es i3D impo¡tan1c ccrno !:l
r-:ujr: t:n la oir:r palre iiei c͡culo".
E¡¡o i:,,-¿cuei.la ccn 1o q-ue Pi..:gei ha ixosiuado.en s11§ es-
i].iius sobre 1a ew¡-riución epigeÉé¡ica Cel ser humano:la ca-
pa{jitiad <1e ¡e:iliz¡rr cperaciones corlc:retaa pr"ctie a la c:'l-
p:Lcr<1ad de realiza¡ operaciones formaies; 1;r ci'lpacidari ie
procesos perceptivos precede a Ia c:ipacii:ti ir'
"ceni¡:¡::" ios
"di:sce::1rarlos", y asi ¡ealizar oilóraciones abstracias La
lese de las operaciones ccncretas es, por J.o ianio, plemisi-r
¡recesa¡ia de !a fase de ias operaciones iorrBales. Lo que
equivale a decir que. pa::a llegar a ur código digltal^rs ir-
Ciip.:esable una p¡evia adaptación araiógicrr- Sin :¡ri¡:¡-
¡D, ula vez que el incii¡,iriuo ha llegado a1 ri.'eL de las opc-
ilaciot es íornales, los dos procesos, allaiógico y riigrt-ri, ,e
j;1:r3gral1 y no €s posibie dis+"ingrririos sinc nedir]r¡te un ar-
tiiicio lil¡g-rrístico.
Ej ¡ituaj ianiila¡, justamente eü cuarr'Lo se propoire a
ni.¡el de accióu, está bast¿rite más próximo al código anaió-
gico que al dig:tal. El preponderante coñpcnenie arialógico
es pcr su naiuraleza úucho más apto que ias palabras para
u¡ir a ios pariicipantes en una poderosa vivencia colectir-a
y para ir.troducir uaa ide¿ básica comparti<ia por consenso.
Piénsese en ia ancplia utilización de rituales en la peda-
gog:a de masa de 1a nueva China. Contraiamente a las
irases, a los 1enas. a los que los indiwiduos pueden bacerse
impermeables mediarte la desatención seieciiva, los ¡:itua-
Ies s{)n bas'r,ante más elicaces para inculcar, por ejemplo. la
ide¿r básica de ia unión, de 1a cooperación, Ce1 aporte ai bien
común. Cada rito, en efecto, se impone (en el pasaje rle slg-
na a señal y de señal anat'ma) por su carác',er nr¡¡mativo. es
<iecir, por ia exigencia de normatiyidad inherente a una
acciin coleciiva donde e1 ccmportamiento de todos tiende a
u:: único ñn.
?cder¡cs en¡orlces co*ciuir aue nues¡ra pre;cipción rie
u;: ri;u¿Ll apurlta a evitar el comentaio verbai sobre las
norrr3ás que perpetúan ei juegc ea acción. E1 r:ituai fa¡ci-
liar es más bien 1a prescripción ¡itualiza<ia <ie un juego
g1B ffi:r § 5 .t .!¡*:] i I

LOS R¡TUALES FAMILIAñÉs 111

cuyás normas nueuas táci+'afrente susiltuyen a las prece-


Centes.
La invención de un riiual requiere siempre un gl-an es-
luerzo a los terapeutas. Previamente un esfuerzo de c'os¿r-
vación y luego ua esfuerzo creativo. Es impensable que un
ritual que ha resultado eficzz pa:.a uaa fa-milia lo sea para
otra- P-uede ser sélo rigurosamente específico, peculiar de
una lamiiia iada, así como ciertas reglas (Y por 10 tanto
cierto juego) son peculiares de cada familia en un deter:ai-
nado áic it nunc-de s-¡ curriculum ultoe, comprendldo el
l er3 peutico.

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