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Introducción
Para entender la Logoterapia primero hay que entender al hombre, al ser humano que
la propuso: Viktor Emil Frankl. Creció en una familia tradicional judía, donde recibió el
calor y amor maternal y paternal. Cuentan que teniendo apenas la edad de 4 años se
despertó un día sobresaltado con la idea de que él algún tenía que morir.
¿Qué pasaría si nunca muriéramos? Es probable que el ser humano no tomara muchas
cosas en serio, dado que la conciencia de perpetuidad le daría la garantía de hacer las
cosas una y otra vez sin preocuparse de las consecuencias. Sin embargo, es gracias a
este saber que somos seres fugaces que podemos comprometernos con nuestra
existencia, porque sabemos que no tendremos otra, que ésta nos pertenece y que
habrá que llenarla de sentido.
¿Pero qué es la muerte? ¿La nada? ¿El todo? ¿La simple pérdida de la existencia? Si
vamos a morir, ¿entonces tiene sentido la vida? La tiene, porque quien ha llenado su
biografía de sentido podrá trascender incluso la muerte. 2
La misma historia nos ha regalado grandes ejemplos. Uno de ellos, reciente, es Steve
Jobs, quien a pesar de las adversidades ha logrado dejar una huella indeleble en la
historia de la humanidad.
En medio de esta agonía se topa con una piedra de mármol que le aclara sus angustias.
Dicha piedra tenía grabada la frase “Honrarás a tu padre y a tu madre” y él la entendió
como el cuestionamiento que la vida le hacía y él respondió permaneciendo, junto con
su esposa, al lado de sus padres.
Fueron apresados por la Gestapo y le fue asignado el número 119 104, y comenzaba
así su “experiencia de la cruz” que lo llevó a encontrarse con su “existencia desnuda”.
Una existencia carente de cualquier máscara era solo y él. Ni siquiera se le llamaba por
su nombre. Era un simple número más.
entrada la noche, comer extremadamente pobre, tener una vivencia infrahumana, vivir
con la angustia de morir a cada instante, y ser testigo de tantos y tantos suicidios.
Para la Logoterapia el ser humano es un ser completamente libre. ¿En qué se basa esta
libertad? ¿Acaso no estamos determinados?
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Jean Paul Sartre afirmó que “el hombre está condenado a ser libre”. Una frase
fulminante y, pareciera, determinista. Pero lo que él intentaba era reafirmar esta
categoría netamente humana en todo individuo. No podemos seguir atados a las
excusas, hay que ser conscientes de la libertad que radica en cada uno de nosotros y,
por ello, ser responsables de esta libertad.
Esta libertad puede ser angustiante, dado que implica tener todas las posibilidades
abiertas. Unas más que otras, pero todas las posibilidades están presentes. Y es,
desgraciadamente, de esta libertad de la que muchas personas quieren escapar y por
ello toman la decisión de caer en el consumo del alcohol, las adicciones a las drogas, la
superficialidad, relaciones fugaces, entre otras más.
El saber quién eres se construye a raíz del dónde vienes y el a dónde vas, es decir, en
aceptar nuestro pasado, aun cuando éste tenga momentos difíciles, aceptar y
perdonar; y el proyectar nuestro futuro, el hacia dónde estoy dirigiendo nuestros 4
pasos.
La necesidad primordial del ser humano para Viktor Frankl, es la búsqueda de sentido.
Para la Logoterapia todo hombre y toda mujer tienen una misión en la vida. Esta
misión no tiene que ser “una gran misión”, pero sí una misión que no puede ser
realizada por ninguna otra persona. Por ejemplo, el levantarse de una madre para
prepararle el desayuno a sus hijos antes de irse al colegio; o, el trabajo diario del
jardinero de una institución hospitalaria; o el escuchar a una persona triste. Cualquiera
de ellos, siendo conscientes de que eso les ha tocado, lo vivirán al máximo.
Los valores creativos son aquellos en los cuales nosotros creamos algo nuevo en el
mundo, no necesariamente en su connotación de creatividad, sino en la posibilidad de
dejar “algo”. Y es así como podemos encontrar el sentido de vida en el arte, en el
hacer, en el mismo trabajo. Cada vez que nosotros creamos algo nuevo y que hemos
hecho con amor, estamos dejando un legado y estamos en el camino de nuestro
sentido de vida.
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Por otro lado, los valores experienciales manifiestan la importancia del gozo de
nuestro entorno, de la amistad, de las circunstancias, del día a día, de lo cotidiano y lo
extraordinario. Es vivir al máximo cada una de las experiencias, porque al final, cada
una de ellas es aprendizaje.
Como último, los valores actitudinales. Para la Logoterapia estos son los valores por
antonomasia para el sentido de vida de toda persona. Los valores actitudinales se
enfocan a la posibilidad de elección de la actitud con la cual vas a vivir la vida, es decir,
que aún cuando las circunstancias sean terriblemente adversas, el ser humano podrá
optar siempre en su actitud. Y esta libertad nunca se pierde, permanece intacta, pero
hace falta ser consciente y, sobre todo, manifestarla. La actitud hacia una enfermedad,
hacia la muerte de un ser querido. Pero no únicamente es la actitud en torno a
situaciones contrarias, sino también la actitud – y el atrevimiento – de amar a una
persona, tu trabajo, tu pasado, tu presente, tu futuro, a tus amigos, a tus enemigos, a
ti mismo. También ahí radica el sentido de vida de cada uno de nosotros.
Habrá que dejar de preguntar y empezar a responder. Habrá que dejar de justificarse y
empezar a ser responsables. Habrá que dejar las ataduras y vivir la libertad. Habrá que
dejar de enfocarnos en nosotros mismos y hallar el sentido en la trascendencia.
¿Estás dispuesto a ser feliz?