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De acuerdo lo mencionado por el Código Civil, se puede decir que los frutos
son objetos o bienes renovables originados por un bien principal, sin que se
altere, disminuya o deteriore su esencia, además de que la creación de los
frutos no genera que los bienes pierdan su capacidad para cumplir con sus
fines económicos u ornamentales.
Por su parte, el autor Javier Pazos en el libro “el Código Civil Comentado”,
menciona lo siguiente sobre lo establecido en el Código Civil:
Asimismo, se puede decir que los frutos son bienes secundarios originados de
manera periódica y no son completamente dependientes de intervención de la
actividad humana, ya que, como se verá más adelante, existen tres tipos de
frutos, los naturales, civiles e industriales. Además, es necesario aclarar que el
Código Civil al expresar que los frutos no ocasionan que se altere o se
disminuya la sustancia de bien, hace una excepción al desgaste natural que
estos tienen, ya que los originarios de los frutos naturales, como las plantas, la
tierra o los animales, dejan de rendir de igual manera con el paso del tiempo,
ya que los animales con la vejez dejan de reproducirse y las plantas dejan de
dar frutos. Esto mismo, también se produce con los frutos civiles, ya que el ser
humano con la vejez disminuye su trabajo, los inmuebles se pueden devaluar a
través del tiempo y el dinero capital está sujeto a diversas condiciones y
fenómenos económicos, como la inflación o la devaluación. Con los frutos
industriales sucede exactamente lo mismo, ya que su durabilidad está sujeta a
la naturaleza.
Por otro lado, el Código Civil también hace énfasis y define a cada tipo de fruto,
esto se puede observar en el artículo 891, del que se hablará a continuación.
Conclusión:
El Código Civil peruano define a los frutos como los provechos renovables que
se originan sin dañar o afectar la sustancia de un bien. Además, da a entender
que estos provechos o bienes secundarios se originan de manera periódica y
se dividen en tres categorías: naturales, industriales y civiles.