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¿Alguna vez has pensado qué sucedería si el Estado no ejerciera funciones exclusivas en las

áreas estratégicas que se establecen en el artículo 28 de la CPEUM?

Capacitando: BenitoAcosta

Planteamiento:

Sin que constituyan monopolios y, sujetándose a las leyes en casos de interés general, el
Estado podrá concesionar la prestación de servicios públicos o la explotación, uso y
aprovechamiento de bienes de dominio de la Federación (salvo las excepciones que las mismas
prevengan) para desarrollar las funciones exclusivas que establece el artículo 28 de la CPEUM
en las áreas estratégicas siguientes:

1. Correos, telégrafos y radiotelegrafía;

2. Minerales radiactivos y generación de energía nuclear;

3. La planeación y el control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de
transmisión y distribución de energía eléctrica (en los términos del párrafo sexto del artículo
27);

4. La exploración y extracción del petróleo y de los demás hidrocarburos (en los términos del
párrafo séptimo del artículo 27);

5. La comunicación vía satélite y los ferrocarriles son áreas prioritarias para el desarrollo
nacional (en los términos del artículo 25);

6. Acuñación de moneda y emisión de billetes; y

7. Las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión.

Respuesta:

En general, la definición de áreas estratégicas cubre los recursos que constituyen el Patrimonio
Nacional y los servicios de los que depende la eficiencia económica del País; por esta
definición, el hecho que el Estado controle, opere y regule de manera directa tales recursos y
servicios no representa una práctica monopólica, y no puede ser un monopolio porque la
propiedad de los recursos corresponde a la Nación, no al Estado, lo que permite evitar el
acaparamiento y/o incremento indebido de precios de tales bienes y servicios para preservar
el interés general de la Nación; en conclusión, el Estado no podría realizar de manera eficaz y
eficiente su función sustantiva: la Rectoría del desarrollo nacional.

Por ejemplo, en los casos de la electricidad, los hidrocarburos (gasolina, diesel y gas natural) y
los materiales radiactivos, son fuentes de energía básica para realizar los procesos de
producción, comercialización, almacenamiento, transformación y distribución de los productos
y servicios de la economía nacional que no deben estar sujetos al acaparamiento privado y al
manejo arbitrario de sus precios que ocasionarían fluctuaciones o desabasto de bienes y
servicios en general, situación que podría desembocar en la inestabilidad social.

Otro ejemplo es el de las comunicaciones (correo, telégrafo, radiotelegrafía y vía satélite) y el


ferrocarril cuyas funciones son las de hacer fluir los procesos de transacciones y, en el caso de
los ferrocarriles, la movilización física de bienes y servicios; de no tenerse el control de éstas
áreas estratégicas, se pondrían en riesgo la realización de compras y ventas de insumos,
servicios y productos (más en la actualidad, cuando muchas de las transacciones se realizan
por medio de transferencias electrónicas de dinero) o, podría llegar a detenerse la movilización
física de grandes volúmenes de insumos y productos, lo que equivaldría en ambos casos a
detener el flujo sanguíneo y respiratorio en el organismo humano.

La conclusión de los ejemplos refuerzan la conclusión general: el ordenamiento constitucional


del artículo 28 es fundamental para que se haga vigente la rectoría del Estado y se evite el
malestar social que podría ocasionar la fluctuación arbitraria del suministro y los precios de los
bienes y servicios que de manera directa controla el Estado, así como los que se producen de
manera derivada por el sector privado; además, en algunos casos como la energía nuclear y
algunos derivados de los hidrocarburos, de no tenerse el control de esas áreas estratégicas
podría ponerse en riesgo la seguridad nacional.

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