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asiento delantero cuando vas en coche; cuando tú eres el que decides la
película que se verá en familia.
- Extingue todo sentimiento de amargura. ¿Por qué esa mala cara al
hacer las cosas? ¿Por qué no sonríes? ¿Por qué levantas la voz y discutes
en lugar de dialogar? ¿Y ese portazo? Un corazón tierno respira alegría.
- Extingue la cólera y la impaciencia. A veces eres impaciente contigo
mismo cuando no te salen las cosas. Otras veces la impaciencia y la
cólera se te despiertan cuando ves en los demás un obstáculo y no una
ayuda. Un corazón tierno es comprensivo y paciente con todos, hasta contigo mismo.
- Extingue la falta de respeto y el acoso. Hay chicos y chicas que, sin
darse cuenta, son un “acoso” permanente hacia los demás. Y con su
actitud hacen sufrir a los demás. En el fondo, aunque no lo quieran
reconocer, están haciendo Bullying a los demás. Un corazón tierno respeta
siempre al otro.
Propósito: Revisa tu manera de tratar con Dios. Háblale, pídele, escúchalo. Al mismo
tiempo, revisa tu relación con los que sueles tratar más: sólo por hoy, se más amable.
Esterols 2021
E
n muchas iglesias tal vez has podido apreciar imágenes de un anciano llevando al
Niño Jesús en sus manos. Y en algunas otras tal vez has visto a un joven alegre,
lleno de vitalidad, que lleva a Jesús de la mano. De este Joven llamado José
quiero hablarte durante estos días.
Nos encontramos en un año muy especial – no sólo porque podemos volver a hacer un
campamento en medio de una pandemia en la que Dios nos ha puesto a prueba y nos ha
recordado que el volante de nuestra vida lo lleva Él –, sino sobre todo porque estamos en el
Año de San José, una figura muy especial y significativa para todo cristiano.
Según los Evangelios el Joven José escuchó los grandes mensajes de Dios mientras dormía.
Una persona que duerme parece que está desconectada de todo y que no se entera de nada. Pero
en el Joven José era diferente: su sueño le ayudaba a mantener una especie de “antena” conec-
tada con Dios. Para San José dormir significaba apartarse de tantos ruidos del
mundo, para estar atento a la voz de Dios.
Algo parecido te ocurre a ti: necesitas “dormir”. Es decir, necesitas desconectarte de
todas esas voces y ruidos que rondan por tu cabeza y que no te ayudan: el estar on-line con los
vídeos, música, juegos, noticias, redes sociales… Todo este ruido a veces te atrapa y te impide
“dormir” y conectar con el Señor. La voz de Dios suele ser suave, silenciosa, respetuosa. No
se impone, sino que hay que prestarle atención. Y si tu antena no está sintonizada, no te
enterarás.
Por eso has venido al campamento para aprender a “dormir” y de esta manera poder
conectar con el Señor. No me refiero a que has venido a alimentar tu pereza y tu desgana, sino
que has venido a desconectar de tantas cosas que te han estado impidiendo conectar con Dios:
ordenador, móvil, internet, noticias, y aquí, en medio de montañas, valles y ríos, puedas “dor-
mir” de verdad y como el Joven José, puedas escuchar lo que Dios te quiere decir.
Deseo que salgas de este campamento contento, animado, y decidió a hacer lo que Dios te
quiere pedir, como el Joven José, que después del sueño que tuvo fue enseguida a tomar al Niño
y a su Esposa para irse a Egipto.
Aprovecha mucho la oportunidad que tienes para “desconectar” de todo lo mundano y
para sintonizar tu antena con Dios. ¡Que el joven José te acompañe en esta tarea! Y cuando
tengas cualquier dificultad: “id a José”, que él te ayudará.
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1. ¡Siempre listo!
S e podría decir que era el lema del joven José: siempre listo,
siempre dispuesto para el plan de Dios. Cuando cele-
bramos la Navidad y escuchamos los episodios de la infan-
cia de Jesús, San José aparece como el joven dispuesto a colaborar con
los planes de Dios: cuando acepta a María por esposa a pesar de la
situación tan difícil en la que se encontraba, buscando un lugar
para que naciera Jesús, huyendo hacia Egipto para proteger al
Niño de las manos de Herodes, regresando de Egipto de nuevo
cuando el peligro había pasado y Dios le pedía que volviera, bus-
cando a Jesús cuando se había perdido, trabajando para sostener
a María y a Jesús.
Dios no encontró resistencia en San José para sus planes. A medida que le iba reve-
lando su plan, especialmente por medio de sueños, San José estuvo completa-
mente disponible. Se fiaba de Dios, convencido de que todo lo que le proponía
era lo mejor. Se podría decir que su propósito era nunca decirle “no” a Dios. Y
por eso el joven José llegó a ser lo que fue: un hombre en el que Dios pudo
depositar su confianza.
Si la santidad se puede describir como estar disponibles para hacer el bien allí donde
se precise, por su disponibilidad para el bien el joven José goza hoy de un gran
lugar en el cielo y continúa dispuesto a ayudarnos a todos los que suplicamos su
protección.
“Disponible”
A sí decía la gorra de un joven encargado del man-
tenimiento del campamento. Y era verdad. Ante
cualquier necesidad que se presentaba: limpiar la
piscina, desatascar un baño, llevar agua potable a las ex-
cursiones, recoger la basura que habían dejado los acam-
pados por olvido, cambiar un cristal que un “despistado” había roto, … siempre
estaba él, disponible, dispuesto a hacer todo lo que estuviera de su parte, incluso
si le interrumpían el sueño. ¡Y qué feliz se le veía! Los acampados y los monitores
gozaban viendo cómo trabajaba. ¿Te atreves a ponerte esta gorra? Te aseguro
que te pondrás tan feliz y sonriente como nuestro amigo. Y si en tiempos de
Jesús hubiera una gorra como ésta, el joven José sería su verdadero propietario.
Esterols 2021
Seguramente me podrás preguntar: ¿cómo puedo conseguir esa ternura que
tenía el Joven José? ¿De dónde puedo aprender a tener un trato de más caridad
con los demás? Y la respuesta es tan corta como sencilla: comienza con la
ternura para con Dios. La verdadera ternura se bebe de su única fuente: Dios.
Por eso revisa mucho la oración en la que puedes expresar esa actitud sincera
de sentirte hijo para con tu Padre. A Dios puedes acudir para pedirle gracia,
ayuda, perdón. Pedirle ese don de la piedad por el que Él mismo te orientará y
alimentará tu alma para que te llenes de sentimientos de profunda confianza
para con Dios. Pero un niño o un joven que no suelen tratar mucho con Dios,
que no saben del trato de tú a Tú en la oración, aquellos que no saben qué hacer
o qué decirle en un rato de silencio para orar, suelen ser los primeros que tratan
con más indiferencia y aspereza a los demás. ¡Les falta ternura!
Y luego practica la ternura con los demás. Alimenta y practica el
verdadero amor hacia los demás. Aprende a ver al otro como hermano, a sentirte
con él, hijos del mismo Padre. Sé amable, sincero, atento a las necesidades del
otro; no des más trabajo, al contrario, quítale cargas a los demás; no seas de los
que esperan coger el trabajo más suave para que a los demás les quede el más
pesado; respeta el tiempo de servicios: ¡es exclusivamente para hacer cosas para
los demás y no para hacer tus cosas personales! Los hay que, con la excusa de
aprovechar el tiempo, se reservan el rato común de servicios para resolver sus
asuntos personales: hacer su maleta, ordenar sus cosas, imprimir, reparar su
bicicleta, … Y otros, sea por debilidad, por dispersión o engañados porque creen
que es una cuestión de “sociabilidad”, se dedican a hablar, a entretenerse con
los otros, descuidando el servicio que tienen encomendado. En el fondo están
carentes de ternura.
Una pizquita más de ternura
N o sé cómo de tierno te has ido
descrubiendo, pero te propongo
algunos ejercicios concretos de
ternura para con Dios y para con los demás que
puedes ir eligiendo para entrenarte:
- Extingue de tu corazón todo foco de tensión y división. Llenas el
ambiente de tensión cuando: los demás tienen que jugar el juego que tú
propones; eres siempre el que elige la pelota, el campo de juego, los
equipos; en casa se ven obligados a preguntarte si quieres o no hacer
esto o aquello para evitar discusiones; hay que cederte la ventana o el
Un joven llamado José
14
5. Un hombre tierno
A veces puede parecer sorprendente que se pueda hablar de ternura en un
hombre del que se dice que es fuerte, trabajador, servicial, valiente. Pero
sí, el Joven José fue un hombre tierno. Y es que la ternura es una caracte-
rística esencial que han tenido todos los santos, comenzando por Jesús.
¡Atención! Ternura no es lo mismo que “blandura”,
“debilidad”, “dulzón”, “bonachón”. La ternura está muy
relacionada con un don que viene del Espíritu Santo: el
don de piedad. Este don sana nuestro corazón de todo tipo de
dureza y lo abre a la ternura para con Dios y para con los demás.
La ternura del Joven José se manifestó en su corazón
abierto para ir descubriendo el misterio escondido en su
hijo Jesús. José observaba al Niño Jesús, se sorprendía de
sus reacciones, se quedaba desconcertado de su manera
de hablar, de su profundidad para ver la realidad, pero en ningún momento lo criti-
caba, lo señalaba con el dedo, lo juzgaba. Al contrario, en lugar de “acusar” a Jesús
por lo que no lograba entender del todo, abría su corazón lleno de ternura para
acoger la gran novedad de un niño que era a la vez Dios y hombre. ¡Te imaginas
la cantidad de reacciones de Jesús que dejarían perplejo a San José!
Y Jesús pudo contemplar el amor de Dios a través del corazón tierno de San
José. Que no se rebelaba ante los cambios de plan, que se adaptaba a su modo
humano-divino de ser, que asumía su paternidad como un verdadero padre.
Y tú, ¿eres tierno?
L
amentablemente el trato entre los jóvenes y niños –
sobre todo entre chicos – suele ser áspero, basto, a
veces incluso con faltas de respeto hacia los demás.
Entre bromas, gestos, comentarios se van diciendo las cosas – muchas de ellas
ciertas – , pero de un modo a veces dañino que traiciona la caridad.
Dicen que la “confianza da asco”, y se cumple cuando el exceso de
confianza entre las personas raya con la falta de respeto:
empujarse, bromas pesadas, murmuraciones y críticas, reírse de
los demás, motes, usar las cosas del otro sin permiso. A veces
las mismas bromas contra una persona se pueden convertir en
acoso y terminan convirtiéndose en un verdadero bullying.
Esterols 2021
3
Lamentablemente no es la gorra que está de moda. Mu-
chos niños y niñas prefieren reñir con sus padres, llevar la con-
traria y poner mala cara, quejarse o incluso llegar a discutir,
antes que ceder a las propuestas que Dios les hace a través de
sus padres, sus educadores, sus monitores. Creen que la gorra
de “rebelde”, “yo hago lo que me parece”, “yo soy mío”, es-
tán más de moda y que los hace más populares ante los demás. Lo cierto es que
son “gorras” que no prometen alegría y rozan con la inmadurez y el ser infanti-
les.
Que también tu regla de vida sea la de san José: disponible, no decirle a Dios
“no” en nada de lo que me proponga. En otras palabras, decirle en todo sí. Y como
sabes que Dios te suele hablar a través de tus padres, mayores, monitores, el
horario, … ¡No lo puedes tener más fácil!
¿Cómo está tu disponibilidad?
T
e propongo un sencillo examen que te ayudará a revisarte y descubrir si
llevas puesta esta gorra de la disponibilidad o si te la has dejado “robar”.
Puedes calificarte de 1 a 10 en cada punto. Luego puedes sumar y si tienes
más de un 70 sabrás si ya estás comenzando a llevar esta gorra.
___Eres más sensible a las necesidades de los demás que a
las tuyas: no abres una ventana o una puerta hasta que no com-
pruebas que los demás también pasan calor; no tomas merienda
hasta no asegurarte de que todos los demás pueden comer; sigues
el horario sin pedir que lo cambien porque no te va; te cuidas de
no hacer ruido mientras los demás descansan; cuidas la manera de comer en la
mesa para no ser desagradable para los demás; cuando te duchas con agua ca-
liente procuras que a los demás también les quede agua caliente; ...
___Ser disponible exige una gran capacidad para decirte no
cuando lo necesitas. Por eso, te dices no cuando tienes que
estudiar y te dan ganas de jugar; cuando te apetece algo de comer
y quieres ir a la cocina a “picar”; cuando tu cuerpo ya está bus-
cando la posición más comodona de estar; cuando te vas a la cama
a la hora a pesar de que pasan mil posibilidades por tu cabeza;
cuando hay que “soltar” el móvil, la ‘Play’ o el ordenador para cumplir con tu
deber.
Un joven llamado José
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___Aprovechas las oportunidades difíciles del día para con-
vertirlas en medios de reparación: porque ofendemos mucho
a Dios y a las personas, y queremos hacer algo más que pedir perdón. Si
eres disponible, encontrarás muchas oportunidades para
reparar: comiendo un poco más de lo que no te gusta, tomando
con entusiasmo las excursiones, haciendo los servicios con interés y sin perder
el tiempo, estudiando en vacaciones cuando ni siquiera tienes deberes, ofre-
ciendo tu tiempo libre para los demás, …
___Aceptas con gusto y alegría los cambios de planes. Este
es un verdadero termómetro de disponibilidad. Convencidos de que
los planes de Dios son mejores que nuestros planes. Persuadido de esto,
san Juan de Ávila decía: todo irá errado por ir de mi cabeza; cuando mi
Señor me mande que haga, he de hacerlo; oiré y haré. Y estos casos se
dan, por ejemplo, cuando se va la luz o internet y necesitas el
ordenador; cuando la lluvia cancela el partido; cuando se pincha el balón; cuando
quieres salir y te enfermas.
___Obedeces a la primera, sin que te insistan. Es otro gran ter-
mómetro de la disponibilidad. ¿Obedeces a tus padres, profesores,
monitores? ¿Pueden contar contigo para todo? ¿Cuántas veces tie-
nen que repetirte las cosas?
___Es muy fácil corregirte o hacerte una observación. ¡Qué difí-
cil es corregir a algunos niños y niñas porque siempre están defen-
diéndose! ¿Cómo de fácil lo tienen tus educadores para recordarte lo
que haces mal o para enseñarte a hacer las cosas de otra manera? En
resumen, ¿tienes disposición para dejarte formar?
___Disponible para la vocación que Dios tenga pensada para
ti. Con esta confianza esperar para decirle sí a Dios si Él te llama a la
vida consagrada, al sacerdocio o al matrimonio.
___Firmar en blanco a Dios. Piensa que lo que Dios te quiere pedir
hoy está escrito en un papel y que con tu firma te comprometerás a
hacerlo. Pero ahora piensa que Él quiere que firmes este papel en
blanco, y tú no sabes aun lo que Él podría escribir. ¿Pondrías tu firma
con el papel en blanco y luego que Dios escriba lo que quiera?
Esterols 2021
- El trabajo es una escuela de virtudes. Te hace
capaz de llevar con alegría las dificultades; te entrena
en el olvido de ti, tan importante para que puedas hacer
equipo con otros, valorando lo que otros piensan y
proponen; te hace generoso impulsándote a dar lo mejor
de ti mismo; te hace ordenado para que valores tu
tiempo y el de los demás; te enseña la obediencia,
haciendo lo que te han encomendado y como te lo han
encomendado; te entrena en prontitud para emprender el trabajo
enseguida, sin rodeos, sin dejar para mañana lo que puedas hacer hoy;…
el Joven José tenía éstas y muchas otras virtudes gracias a su amor al
trabajo.
- El trabajo es una oportunidad de reparación.
Porque no siempre es fácil trabajar, porque supone
esfuerzo, sacrificio. Y cuando unes la fatiga y el
dolor del trabajo a la cruz de Jesús, contribuyes a la
reparación de tus pecados y a los de toda la
humanidad.
- El trabajo es condición para formar una familia. Si tienes la
aspiración de formar una familia es indispensable que aprendas a
trabajar de verdad.
- El trabajo bien hecho y por amor a Dios es un servicio a la
humanidad. Piensa en todas las cosas de las que ahora dispones que
no serían posible sin el trabajo de otras muchas personas.
- El trabajo es ocasión de apostolado. Con tu trabajo puedes estimular
a muchos niños y niñas a que amen el trabajo.
Propósito: ¿Te cuesta trabajar? ¿Huyes del trabajo?
Sólo por hoy, ofrece a tus padres y/o educadores un
buen rato de tu tiempo para trabajar en lo que ellos te
digan.
Un joven llamado José
12 5
¿En qué consistía el trabajo de San José? Seguramente no se parecía al de los Oración para aprender a estar disponibles
carpinteros de nuestra época. José vivía en un pueblo de no más de 50 familias.
Padre, me pongo en tus manos,
La madera era escasa y por eso muy pocas cosas eran de madera. Concretamente
haz de mí lo que quieras,
en Nazaret las casas no eras de madera sino que eran como simples cuevas ex-
sea lo que sea, te doy gracias.
cavadas en la roca o pequeños edificios hechos de piedra caliza. La madera se
reducía a las puertas y eran pocas las casas que se podían dar ese lujo usando Estoy dispuesto a todo,
como puerta solo una cortina. Los muebles de madera escaseaban en una cultura lo acepto todo,
en la que no se usaban sillas y la mesa muchas veces era una piedra. Entonces, con tal que tu voluntad se cumpla en mí,
¿a qué se dedicaba el Joven Carpintero? Seguramente además de reparar los ape- y en todas tus criaturas.
ros de labranza y construir rústicos carros, José era el “reparador” o “albañil” No deseo nada más, Padre.
del pueblo: reparaba un tejado, una puerta, un yugo de un arado, entre otras
cosas. Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor
de que soy capaz,
¿Alergia al trabajo? porque te amo.

H oy en día hay muchos niños y jóvenes que les espanta la idea de trabajo.
Cuando hablas con ellos te llevas la impresión de que el trabajo es algo
duro, difícil, ¡casi como un castigo! Cuando alguien se logra escurrir de
un trabajo, de un servicio, de recoger la mesa, tirar la basura o fregar los platos,..
a veces te puedes llevar la sensación de que esa persona ha salido ganando. ¿Qué
Y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.
diría San José? Nos daría muchas lecciones acerca de lo que es el trabajo: San Charles de Foucauld
- El trabajo es una de aquellas cosas que te
distinguen de los animales y que te hace más Propósito: hoy daré un sí a todo lo que me puedan proponer los mayores (padres, profesores,
hombre o más mujer. Estríctamente hablando, no sacerdotes, monitores), con alegría, sin resistencia alguna.
puedes llamar trabajo a lo que hace un caballo o una máquina.
- El trabajo es un derecho y un deber que tienes para
desarrollar tus talentos y tus capacidades. Si lo que no se
usa se atrofia, quien huye del trabajo corre el peligro de sufrir 2. Un joven valiente
una especie de discapacidad.
- El trabajo te permite mejorar y transformar la creación. Los
descubrimientos científicos que te ayudan a conservar la salud y a
simplificar tu vida son fruto del trabajo de muchas personas: las
vacunas, los medicamentos, las herramientas, los coches, …
S e dice que es de hombres no rendirse ante las dificultades. Al valiente
las dificultades le entusiasman, pero al cobarde las dificultades lo asustan
y lo desaniman. El joven José tuvo la valentía de aceptar ser el padre de Jesús. Es
verdad que esto significó todo un honor para José, pero también implicó asumir
grandes retos y dificultades: no fue fácil tomar a María por esposa sabiendo que
- El trabajo te libera de las esclavitudes del pecado. estaba embarazada; también suponía una renuncia muy grande tener que dejar
Porque fortalece tu voluntad que el pecado ha ido su taller para ir a Egipto. Tenía su clientela, sus herramientas, un local. ¿Por
debilitando. Un joven trabajador vence con más dónde comenzar en Egipto, en tierra extranjera, sin herramientas y con una es-
facilidad las tentaciones que un joven holgazán. posa y un hijo pequeño? ¡Y tan lejos de sus parientes! Para luego, volver de
Esterols 2021 Un joven llamado José
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nuevo a Nazaret, cuando ya había comenzado en Egipto de nuevo su profesión.
¡Tener que volver a comenzar!
Y no fue menos difícil vivir ante el misterio de un hijo que era al mismo
tiempo Dios y hombre. Un hijo que a veces demostraba una sabiduría sorpren-
dente, unas reacciones inesperadas y desconcertantes: “Acaso no sabíais que es-
taba en la casa de mi Padre”. Podría pensar José: “¿Es que no soy yo tu padre?
Háblame de tu padre…”. Porque sabía José que, aunque Jesús le llamaba papá,
realmente era un padre adoptivo. Su verdadero Padre era un misterio que Jesús
poco a poco les iba dando a conocer.
La vida cristiana es de valientes
Adquiere la sana costumbre de ofrecerle regalos a Dios.
¿Acaso al Todopoderoso le podemos hacer regalos? Sí, y los que más
le fascinan son esos actos buenos y ocultos que sólo Él ve. Todo el día puedes
estar ofreciéndole de estos regalos a Dios: pequeñas oraciones y
miradas a Dios; quejas contenidas incluso dentro de ti; dar un poco
más a pesar de estar cansado; los primeros minutos y los últimos de
un estudio; la puntualidad en las comidas; la atención en Misa; ir
por el balón cuando ha salido del campo; … ¡Ya puedes tú ampliar
la lista!
Pierde sensibilidad a los halagos y reconocimientos que te
puedan hacer los demás. Ante un halago o un aplauso puedes que-
darte saboreando el triunfo o puedes dejar que se escurra sin mojarte. Ante

E xiste un pequeño librito que se ha ido haciendo muy famoso porque en

pocas páginas resume cómo vivir la vida cristiana. Si lo viviéramos… Se
le podría titular: “Manual de vida cristiana”; “Instrucciones para ser un
buen cristiano”. Pero su autor prefirió ponerle un título más auténtico y retador:
“Sólo para valientes”. Porque eso de querer imitar a Jesús sólo lo pueden hacer
un desprecio o una humillación, deja de darte vueltas y aprende a
que también te resbale.
Actuar al modo de Dios. A Dios no lo
vemos, pero está continuamente ac-
tuando. Su creación aún no ha termi-
los valientes. ¿Te apuntas? Te presento una lista de actitudes valientes que
nado, sino que Dios sigue creando el
espero que seas capaz de asumir:
mundo. Y trabaja invisible pero incesan-
Afrontar las dificultades sin evadirlas: el joven José temente porque cada criatura alcance su fin último. Aunque a veces
fue realmente valiente ante la gran misión que Dios le casi ni lo percibes, Él continuamente te cuida y te ayuda con su
propuso: no se tiró a lo fácil, no buscó atajos, sino Gracia. San José fue un gran imitador de Dios y tú también puedes
que asumió su responsabilidad en primera persona. serlo.
Por eso también se le llama el hombre de la fe, porque la
fe no es facilismo, sino asumir de verdad la propia realidad. Pero
Propósito: piensa y practica qué bienes puedes hacer sin que nadie se entere.
hay personas que tienen la actitud contraria: quieren vivir en
Coméntalos con tu guía (esto no es ir en contra de tu propósito).
un mundo ilusorio, fantástico, sin dificultades, y por eso se dejan
llevar por el facilismo huyendo de toda dificultad. Los hay quienes mienten para
quedar bien en lugar de afrontar la verdad y asumir el castigo; otros se copian
de los apuntes de clase de los demás porque no son capaces de elaborar sus
propios apuntes; los que copian ideas en lugar de inventarlas; los que van di- 4. Un hombre trabajador
rectamente al vídeo antes que leer el texto; los que esperan a que los demás
sirvan o recojan la mesa en lugar de hacerlo. ¡Hasta en los sacramentos sucede!
Algunos prefieren callar un pecado en confesión antes que evitar la vergüenza
de decirlos todos; comulgar en pecado para no tomarse la “molestia” de con-
fesarse. Y en temas de estudio, hay quienes ven tan grande la faena, tan abun-
dante el tema, que no se deciden a sentarse para ponerse a estudiar.
A Jesús se le conocía en su tierra como el hijo del Carpintero. Precisa-
mente así llamaban coloquialmente al Joven José: el Carpintero. Tenía la
fama de ser un trabajador humilde que honestamente aseguraba el sustento
de su familia. De él aprendió Jesús el valor, la dignidad y la alegría de lo que
significa comer el pan con el fruto del propio trabajo.

Esterols 2021 Un joven llamado José

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sociedad, de la Iglesia, son estas personas que aprenden a ser invisibles, que
saben hacer el bien sin que se note.
Jesús nos enseñó esta lección cuando la mayor parte de su vida la pasó
oculto, sin llamar la atención. Por eso cuando Dios Padre le pidió que predicara
y se manifestara con extraordinarios milagros, la gente que lo conocía estaba
extrañada: ¿no es éste el hijo de José y de María? ¿No es el hijo del carpintero? No sabían
que detrás de esa figura tan normal y ordinaria estaba el Mesías, el Hijo de Dios.
Un hombre entregado llamaba a esta actitud de hacer el bien desde la segunda
línea: ser alma raíz. En efecto, lo más importante de un árbol es la raíz, que per-
mite que el árbol sea alto, frondoso, lleno de frutos, que soporte las tempestades
y el peso de la nieve. Y, casualmente, la raíz es lo más oculto y lo más desaper-
cibido del árbol. ¿Quieres hacer un verdadero bien a tu familia, a la humanidad?
¿Y quieres que ese bien que hagas sea profundo y duradero? Atrévete a ser
invisible.
Lo más importantes son los ojos de Dios, no los de los demás.
Él siempre te ve y hasta conoce todos tus pensamientos e intencio-
nes. Ser invisible es dar más importancia a los ojos de Dios que a los ojos de
los demás: limpia y ordena tus cosas, aunque nadie las vea; aprende a
hacer un servicio sin que los demás se tengan que enterar; haz bien
tu cama, tu saco de dormir, dobla tu pijama; no escondas la ropa
debajo de tu cama; dúchate, aunque el agua esté fresca; come sin
que los demás notemos qué te gusta y qué no te gusta; haz los de-
beres aunque no te los corrijan; reza, habla con Dios, ofrécele los
momentos difíciles del día. Recuerda: el criterio decisivo para servir a la
humanidad no es pensar qué dirán de nosotros, sino qué dice Dios.
Trabaja y sirve de balde, gratis, no busques la paga. Lo recuerda
Jesús en el Evangelio: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los
hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro
Padre celestial. Por eso, si quieres que el bien que haces sea fecundo
y no caiga en saco roto, no busques recompensas, aplausos, reco-
nocimientos, ser tenido en cuenta, porque esa misma será tu pobre
paga. Servir de balde es aprender a hacer tus responsabilidades y
servicios sin que te lo recuerden; es esmerarse en hacer las cosas
bien hechas sin pedir premios ni reconocimientos; es mantenerse
constante y fiel a tus cargos, haciendo el bien, aunque los demás no
se den cuenta ni te lo reconozcan. Aprendiendo a decir con Jesús:
somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.
Esterols 2021
7
Luchador: El joven José fue un luchador, un convencido
de que Dios es capaz de sacar flores de entre las rocas. Es decir, sabía
que ante tanto mal que hay en el mundo, su misión consistía
en vencer al mal a fuerza de bien. Y esa es también nues-
tra misión: en donde nos encontremos poner bien para
restar mal: ante tanto ruido en clase, comienza por callarte y
prestar atención; con tanto mal uso del móvil y del ordenador, vuelve a los
libros y al cuaderno; en un mundo racista y discriminatorio, nuestro aporte es
amar y respetar a todos, evitando chistes y comentarios que ridiculizan a los
demás; cuando todos critican, intenta descubrir lo más positivo de la situación;
… Luchar es poner siempre el bien, aunque sea difícil hacerlo.
Valentía creativa: el joven José tenía una valentía creativa.
Aquella que surge especialmente en las dificultades. Porque
es en los momentos difíciles cuando salen a relucir recursos en cada uno de
nosotros que ni siquiera nos imaginábamos tener. Por eso el joven José
en donde había un problema veía una oportunidad. ¿Te ima-
ginas cómo sería de ingeniosa la huida a Egipto? Pero si somos conformistas
nos detendremos ante la primera dificultad y no dejaremos que surja la valentía
creativa: hay chicos que se conforman con el “aprobado”, sin esforzarse por
descubrir hasta dónde podrían llegar si estudiaran más. Los hay quienes se
aburren en vacaciones, desocupados, porque no tienen creatividad para ocu-
parse bien y llenar el tiempo. Otros no entienden un tema y no se las ingenian
para preguntar o para resolver sus dudas. Y tú, cuando estás bajo presión, ¿eres
valientemente creativo? ¿O tienes que preguntarlo todo para que te lo resuel-
van?
Fortaleza: la gran dificultad de la vida es vivir engañados
por nuestro egoísmo, que es el único obstáculo que nos puede frenar.
El demonio lo sabe y por eso busca engañarnos, envolviéndo-
nos en nuestro egoísmo para luego desanimarnos. Aquí no se
trata de fuerza física, porque te aseguro que hay jóvenes fuertes
de cuerpo y muy débiles de espíritu. De lo que se trata es de ser
fuertes para mantenerse en el bien a pesar del esfuerzo
que éste suponga. La fortaleza, apoyada en la ayuda de
Dios, hace que superes el desánimo y te pongas a estudiar a pesar de los
suspensos; hace que repares tus caídas sin dejarlas pasar, aunque el mismo
vicio te derribe mil veces; te mueve a querer remontar, aunque haya mucha
diferencia de goles, … También el Joven José sabía de este enemigo que lle-
vaba dentro de sí – su egoísmo –, y como prestaba oído a la voz de Dios – en
Un joven llamado José
8 9
su caso a través de los sueños –, el demonio no pudo engañarlo. ¿Te desani-
mas? ¿Te has dejado engañar por el demonio? Ya tienes al guía para que te
ayude a salir del embrollo: sé trasparente y cuéntale todo.
Sincero, prudente y radical: sincero para no en-
gañarte, prudente para no exponerte al peligro y
radical para no hundirte. Tres características que
tuvo el joven José que lo hacían valiente y no temera-
rio. Cuando no eres sincero con el guía, te engañas,
terminas engañado y justificándote en todo. ¡Ay del que te quiera corregir o que
te diga lo contrario! Igualmente, si no eres prudente te expondrás a muchos
peligros a los que no te puedes resistir: mal uso del ordenador, del móvil, malas
compañías que te acercan y te enganchan al mal. ¡Hasta puedes poner en peligro
tu vida por temerario! Además, si sabes que algo realmente te perjudica, pero no
estás dispuesto a cortar de raíz y radicalmente con ello, ¡te hundirás!
De dónde venía su valentía
N o se puede negar que San José
era un joven valiente. Y
podemos estar seguros de que
su valentía no le venía de sus músculos
de sus puños. Tampoco de sus brillantes
ideas. El joven José fue valiente
porque no se sintió solo. No actuaba en
solitario. Dios siempre estaba con Él.
Y José siempre le quiso ser fiel.
Si quieres ser realmente valiente tienes que aprender a contar con
Dios, que dijo: sin Mí no podéis hacer nada. Pero si no rezas, si no reflexionas, si
no recibes a Jesús en la Eucaristía… ¿Cómo puedes ser valiente? ¡Cuántos
jóvenes no se atreven a dar el paso al matrimonio o a la vida consagrada!
Realmente tienen miedo, porque es un paso muy importante y les parece que lo
van a dar solos. En cambio, el joven José cada paso que daba lo hacía
acompañado de Dios.
Propósito: Hay retos que son sólo para valientes. Elige alguno:
- Corta del todo con esa amistad, con esa chica o ese chico que te distraen.
- Confiésate bien, acusándote, sin callar pecados.
- Cuéntale todo al guía, para que te pueda ayudar.
Esterols 2021
- Calla, calla, calla… a veces se te escapan muchas palabras inútiles.
- Comparte el juego con los demás: ¡pasa la pelota!
- Compite contra ti mismo, no contra los demás.
- “Cansancio” es una palabra que debes borrar de tu diccionario.
- Camina siempre derecho y sin arrastrar los pies.
3. El hombre invisible
S
an José es una figura tan extraordinaria como sencilla. No impactaba, no
llamaba la atención, tampoco poseía dones especiales ni aparecía como
importante a la vista de los demás. Al contrario, pasó desapercibido ante la
mayoría de su época. No era famoso ni se hacía notar. Los Evangelios no recogen
ni una sola palabra suya. Y, a pesar de todo, con su vida ordinaria realizó algo
extraordinario a los ojos de Dios. Fue un protagonista importante en la
historia de la salvación, y lo mejor de todo es que nadie se dio cuenta. Se podría
decir que San José era un hombre aparentemente oculto, de “segunda línea”, que pasó
desapercibido, pero que su aporte fue vital y esencial.
¿Sabes lo que es un antípoda? Aquel que es totalmente lo
contrario y opuesto. En efecto, hay personas que, opuestas a San
José, llaman mucho la atención, les gusta que les vean, que todas
las miradas estén dirigidas hacia ellos; les gusta ser escuchados y
que se sigan sus comentarios; que se hable bien y mucho de ellos
y que su nombre sea “inmortal”; se esfuerzan por estar siempre
en “primera fila”, muy visibles, para no perder nada de
protagonismo. Si algo creen que hacen bien, lo publican a los
cuatro vientos. Y si creen que alguien les “hace sombra”, se
esfuerzan para que los defectos del otro salgan a relucir. Y su
efecto es también antípoda a San José: su aporte es nada o casi
nada. ¿De qué lado tienes los pies tú?
¡Atrévete a ser invisible!
E
n términos de bien, los grandes protagonistas de la historia no son los del ruido,
sino los que saben hacer el bien silenciosamente. Las personas que
verdaderamente contribuyen al bien común, al bien de la familia, de la
Un joven llamado José