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aprender:
“Porque el pecado no se
enseñoreará de
vosotros.”
Romanos 6:14a
Tema: Es mejor hablar con Dios
Introducción:
1. Realice alguna actividad o un drama que simule a alguien enojado y
Porción para cómo con sus propios pensamientos va aumentando la amargura o
el rencor.
estudiar:
2. Puede recortar un corazón que forme un bolsillo e ir introduciendo
Génesis 4: 1-10 en él frases tales como: “es el preferido”, “me cae mal”, “no me
gusta”, “lo odio”, “le voy a pegar”, etc. De esta manera el corazón se
va in ando hasta reventar.
Objetivos: 3. También puede ir in ando un globo a medida que dice las frases
Por medio de la historia mencionadas.
de hoy, ayudaremos a los 4. Puede preguntar al grupo quienes tienen hermanos y cuál ha sido el
niños/jóvenes a: momento que más enojo le ha provocado y por qué.
Algo sucedía en el corazón de Caín y Dios, que lo conocía muy bien, lo sabía.
Dios recibe con agrado todo lo que le ofrecemos y no hace acepción de
personas, pero por alguna razón de peso, no le había gustado la actitud de Caín.
Cuando Caín supo que la ofrenda de Abel había agradado más a Dios que la
suya, se enojó mucho. Dios le amaba tanto que no podía dejarlo sólo en unos
momentos en el que le había dado lugar al pecado hasta el punto de querer
matar a su hermano Abel. Por eso sabemos que estaba furioso, porque quería
matar a su hermano. Al ver el rostro de Caín decaído, Dios se acercó a él para
escucharlo, ayudarlo y mantener una conversación con él. En aquellos tiempos
era normal que Dios se comunicara, no sabemos en qué forma lo hizo si fue en
sueños, o Caín escuchó su voz, pero sí creemos lo que dice la Biblia; que Dios
le habló.
Dios tenía mucho interés en que Caín le hablase de lo que estaba ocurriendo en
su corazón. Nadie conoce el corazón humano tanto como Dios y sabe
perfectamente hacia dónde nos puede conducir la ira, la amargura y la
frustración… ¡Qué Dios tan maravilloso! A pesar de las malas actitudes de Caín,
Dios quería sacarlo de ese estado en el que estaba. Cuando algo nos molesta y
estamos enfadados Él desea escucharnos, saber cómo nos sentimos y
ofrecernos su ayuda. Él nos conoce y sabe hasta los más íntimos pensamientos
y sentimientos. Nos ofrece su ayuda cuando estamos malhumorados y
agobiados por algo.
Contrario a lo que haríamos nosotros con una persona airada, dice la Biblia que
Dios se acercó a Caín. Qué momento tan emocionante y qué oportunidad tan
impresionante tuvo Caín. Eso nos deja bien claro que:
fi
Es mejor hablar con Dios 3
Dios ya conoce todas las cosas y cuando se acerca es para ayudarnos, aunque
nos corrija. Dios hubiera preferido escuchar a Caín desahogarse de todo el enojo
que sentía, que recibir el silencio por su parte. Cuando una persona te habla
debes responder. ¡Cuánto más si es Dios! Dios estaba deseando, seguramente
durante años, que Caín "vaciara" sus malos sentimientos hablando con Él de lo
que ocurría en su corazón, pidiéndole ayuda. A Dios no le asusta lo que le
confesemos, más bien le preocupa que no hablemos con Él porque es el único
que nos puede limpiar. Nunca te escondas de Dios aunque hayas pecado, Él
desea escucharte y ayudarte para que no seas esclavo de tus sentimientos o
vicios, sino que puedas hacer lo correcto. No huyas de Dios, habla con él. Deben
ser las malas actitudes y malos pensamientos los que huyan de tu vida, no tú de
Dios. Juan 1:29 “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
Dios le estaba dando a Caín una nueva oportunidad de arrepentirse y hacer las
cosas bien. En otras palabras, le estaba diciendo que no se dejara guiar por el
impulso de matar a Abel, que hiciera lo correcto, lo perdonara y lo tratara como a
un hermano. Hacer el bien le iba a ayudar a superar todo el enojo que sentía en
su corazón. Cuando te des cuenta que en tu corazón hay ese tipo de
pensamientos, o sencillamente detectes que tienes envidia, celos, ira, enojo... es
mejor que hables con Dios, le cuentes lo que te sucede y pidas que cambie ese
sentimiento. Esos sentimientos te pueden llevar a tener malas actitudes y a
actuar indebidamente. No satisfagas tus impulsos y, aunque te cueste un poco de
esfuerzo, haz el bien. Si haces el bien te evitarás mayores problemas, Dios te
honrará, te fortalecerá y se agradará de ti. Caín, teniendo la mejor oportunidad de
su vida, la de hablar con Dios, la desaprovechó y no le contó a Dios lo que le
estaba sucediendo.
Conclusión:
La Biblia no dice si Caín respondió a Dios. De lo que podemos estar seguros es que no le hizo caso alguno.
Caín invitó a su hermano al campo y allí lo mató. No matas a una persona así porque sí, mucho menos a un
hermano. Eso re eja que durante mucho tiempo estuvo Caín dando lugar en su corazón a malos sentimientos.
Seguramente se acostumbró a no hablar con nadie para desahogarse y recibir ayuda. Por eso llegó al punto
de guardar silencio cuando el Padre Bueno y Eterno le quiso ayudar. Cuando le preguntó a Caín por su
hermano, este le respondió: "¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?"
¡Parece que por n le responde a Dios! Pero demasiado tarde y con ira a causa de la rebeldía tan grande que
ya había en su corazón. Somos así, no nos gusta recibir consejos ni prestar atención, sin embargo, no
queremos que nos corrijan cuando hemos desobedecido. Reaccionamos mal y no aceptamos las
consecuencias de nuestra desobediencia. Nuestro propio pecado nos hace pensar que los demás son injustos
y que nosotros no tenemos culpa.
Aplicación:
Dios nos va a pedir cuentas de cómo procedemos con el prójimo y también le pedirá cuenta a los que nos
hieren a nosotros. Podemos escandalizarnos de Caín y pensar que era muy malo. Pero cuando nosotros no
obedecemos la Escritura estamos haciendo exactamente lo mismo que Caín: Ignorar las palabras de Dios.
Cuando damos lugar en nuestros corazones a la semilla del rencor, del odio, los celos y no hablamos con Dios
de ello, nos pasa como a Caín. Primero hacemos las cosas por competir, segundo si no nos salen bien, nos
enojamos y decae nuestro semblante. Luego puede suceder como le dijo Dios a Caín: Si no hacemos el bien,
el pecado entra y nos lleva a hacer cosas por las cuales sufrimos, y hacemos sufrir a otros las consecuencias.
¿Te imaginas lo que sufrieron Adán y Eva a causa de la muerte de su hijo? No sólo eso, sino que Caín tuvo
que irse lejos y la familia quedó totalmente separada. Podemos creernos muy listos por ser rebeldes y
vengativos. Pero dice la Biblia que cuando dejamos que esto nos domine, somos esclavos del pecado (Juan
8:34).
Pídele a Dios mismo que te ayude a hablar con él y que te ayude a perdonar. Si hablas con Dios
constantemente, tu corazón no se llena hasta explotar. Él te va ayudando y liberando si hablas con él.
Repasemos: