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TEMA 8. BILINGÜISMO Y DIGLOSIA. LENGUAS EN CONTACTO.

LA
NORMALIZACIÓN.

ÍNDICE

0.Introducción

1.Bilingüismo y diglosia

1.1- BILINGÜISMO
1.2.DIGLOSIA
2. LENGUAS EN CONTACTO
2.1. Los conceptos de sustrato, superestrato y adstrato
2.2.El préstamo léxico
2.3.Mezclas de lenguas en las fronteras hispánicas
3. NORMALIZACION

4. CONCLUSIONES

5. BIBLIOGRAFÍA
I. INTRODUCCIÓN.

En el mundo existen alrededor de 6.000 lenguas según el Summer Institute of


Linguistics, de las cuales unas 2.500 se encuentran amenazadas y en peligro de
extinción, por lo que la situación más habitual y esperable es el multilingüismo. La
elección de una lengua lleva implícita la elección de un conjunto de valores culturales
Los hablantes además suelen elegir entre el uso de una lengua y el uso de otra en
función de numerosos factores (entorno, actitud, prestigio). En ocasiones esa elección
del uso de una lengua puede desembocar en el deterioro, olvido o incluso desaparición
de otra lengua.
La elección de lengua por parte de una comunidad o por parte de un hablante
tiene unas consecuencias lingüísticas que se explican teniendo en cuenta factores
sociológicos, psicosociológicos y antropológicos, unas causas y unas circunstancias que
intervienen de forma conjunta. Asimismo, la elección de lengua es un fenómeno propio
del hablante bilingüe.

1.Bilingüismo y diglosia
En los casos de bilingüismo y diglosia no siempre hay dos grupos delimitados,
uno de habla mayoritaria y otro de habla minoritaria, y por eso a veces se dan
situaciones de conflicto. Hay casos en los que los hablantes que tienen como lengua
materna una lengua minoritaria, optan por el cambio lingüístico y la sustitución (por
ejemplo, el caso de algunos hablantes catalanes que optan por hablar únicamente
catalán). Otras veces los hablantes que tienen como lengua materna la lengua
mayoritaria, que incluso pueden desconocer la lengua minoritaria, reniegan de su propia
lengua o de su uso en un deseo de aproximarse a la lengua minoritaria (el acervo por
conservar el euskera en el País Vasco). En estos casos, Gregorio Salvador habla de un
tipo de deslealtad lingüística, la del monolingüe que obedece más a una presión externa
que a un sentimiento individual y natural.

1.1- BILINGÜISMO
El primer problema surge a la hora de definir el concepto, ya que contamos con
una escala que va desde la concepción más estricta (bilingüismo como “dominio pleno,
simultáneo y alternante”) hasta la más laxa (cualquier grado de conocimiento de una
segunda lengua).
-> El bilingüismo individual es el que afecta a los individuos como tales. Siguán y
Mackey llaman bilingüe a la persona que, además de su primera lengua, tiene una
competencia parecida en otra y es capaz de usarlas indistintamente; algo que se presenta
como ideal ya que cada individuo se aproximará más o menos. La lengua que se
aprende durante la infancia se conoce como lengua primera, lengua materna o lengua
nativa. Las características básicas son:
a) Independencia de los dos códigos. Antes de emitir una frase, el hablante bilingüe
no se plantea la elección que debe hacer, ya que posee una separación casi
automática de las lenguas y las utiliza de forma espontánea.
b) Alternancia. El hablante puede pasar de un sistema lingüístico a otro de forma
rápida y sin esfuerzo en función del contexto.
c) Traducción. Es capaz de expresar un mismo significado a través de dos
sistemas.

El bilingüismo así entendido también puede aplicarse al dominio de más de dos


sistemas lingüísticos, teniendo en cuenta siempre que hablamos de lenguas diferentes,
ininteligibles entre sí. Existen tres tipos de bilingüismo:
a) Bilingüismo coordinado: separación de los significados de las palabras
equivalentes de las dos lenguas; los significados remiten a conceptos o
referentes distintos. Así, el bilingüe opera como dos hablantes monolingües
yuxtapuestos.
b) Bilingüismo compuesto: coincidencia en el significado de las palabras
equivalentes en las dos lenguas; el significado remite a un mismo concepto.
Habría una base conceptual común para las dos lenguas.
c) Bilingüismo subordinado: coexistencia de una lengua dominante y una lengua
dominada en que las palabras de la dominada se interpretan desde los
equivalentes de la dominante.

Esta tipología, establecida por Weinreich, ha sido objeto de numerosas críticas y


revisiones que ha concluido en su afirmación como propuesta adecuada. Pero ¿cómo
funciona el bilingüismo en el individuo?, ¿las lenguas están separadas o funcionan de
forma simultánea? Nos remitimos a la teoría del interruptor único que defiende la
existencia de un mecanismo único que activa la recepción y producción de una lengua,
desactivando la otra. Esta teoría ha sido refutada, ya que un hablante bilingüe es capaz
de entender a una persona que habla en una lengua mientras emite en la otra; se
sustituye por la existencia de un doble interruptor, uno para cada lengua.
Sería posible establecer tipos más concretos de bilingüismo que vendrían
determinados por factores como la familiaridad del hablante con cada una de las lenguas
dando lugar a un bilingüismo activo (capacidad de activar las destrezas lingüísticas) o
pasivo (capacidad de entender una lengua). Por último, el bilingüismo equilibrado sería
el grado más desarrollado de este tipo individual.
-> El bilingüismo social. Desde el punto de vista social, el bilingüismo puede tener
algunos inconvenientes: puede entorpecer o retrasar la integración en una cultura,
comunidad o grupo social, pues el individuo domina instrumentos que se pueden
considerar ajenos y distantes. El bilingüismo se puede considerar una situación
“anormal” o transitoria donde los bilingües pueden tener problemas de integración,
sobre todo al ser minoría. Pero no siempre implica este estadio, puede tener ventajas
evidentes como la facilidad para establecer relaciones diversas, es decir, comprensión y
conocimiento entre pueblos e individuos. Cuando el bilingüismo parte de la adquisición
de una lengua prestigiosa, se entiende como enriquecimiento personal y recibe el apoyo
de la comunidad (bilingüismo aditivo). Si se debe a una necesidad socio-económica,
traerá el alejamiento de la primera lengua y sustitución por la segunda (bilingüismo
sustractivo).

1.2.DIGLOSIA
Durante parte de los siglos XIX y XX, el término diglosia se utilizó para hacer
referencia a la situación lingüística de Grecia y al conjunto de situaciones que se viven
en los países del mundo árabe. En ambos casos, se trata de un uso funcional y
socialmente diferenciado de dos variantes de una misma lengua.
Charles Ferguson publicó en 1959 uno de los artículos más importantes de la
sociología del lenguaje: «Diglossia». En este, Ferguson se preocupa por las
comunidades lingüísticas en las que los hablantes usan dos o más variedades de la
misma lengua que coexisten en una comunidad con funciones diferentes: la variedad
superpuesta, escrita y formal, recibe el nombre de variedad alta (A) y la variedad
empleada para la conversación ordinaria, el de variedad baja (B). Ferguson pone un
interés especial en no confundir estas situaciones con aquellas en las que conviven una
lengua o variedad normativa (estándar) con sus dialectos regionales o sociales.
Ya en el siglo XX, Joshua Fishman amplía el concepto propuesto por Ferguson.
A él hay que atribuirle la divulgación del concepto de diglosia que hoy maneja la
sociología del lenguaje; según esta interpretación: habrá diglosia siempre que existan
dos variedades lingüísticas – ya sean dialectos, registros o variedades de la misma
lengua, ya sean lenguas diferentes – a las que se les asignan funciones distintas
dentro de una comunidad de habla. Por otra parte, partiendo de una interpretación
amplia de la diglosia, Guillermo Rojo ha propuesto el concepto de «diglosia de
adscripción», el cual se refiere a las situaciones en que las lenguas no coexisten en todo
el ámbito de una comunidad: cada grupo utiliza un sistema que le es propio en todos los
ámbitos y para todas las funciones. En estos casos, mientras la variedad A sirve para
cualquier ámbito, la variedad B sólo se utiliza en las situaciones y contextos menos
formales.

2. LENGUAS EN CONTACTO

La coexistencia de sociedades y de lenguas da lugar a fenómenos que afectan a


todos los niveles lingüísticos. Este hecho viene a constituirse en fuente de variación y de
cambio, junto a factores lingüísticos internos (la dinámica de la lengua) y los factores
extralingüísticos (sociedad, contexto). La historia es testigo de las influencias ejercidas
por unas lenguas sobre otras, influencias que contribuyen a darle a cada una su
particular fisonomía: toda lengua puede exhibir la huella dejada por la coexistencia con
otras variedades; las lenguas “puras” no existen.
Se dan situaciones de lenguas en contacto cuando se establecen dos o más lenguas
cualesquiera en una situación cualquiera. Aquí caben situaciones diversas, desde las
comunidades bilingües hasta los contextos de enseñanza-aprendizaje de lenguas
extranjeras, por lo que surgen fenómenos lingüísticos que afectan a todos los niveles de
la lengua.
2.1. Los conceptos de sustrato, superestrato y adstrato
A lo largo del siglo XIX y de la primera mitad del XX se elaboraron conceptos
útiles para la lingüística histórica o la dialectología: sustrato, superestrato y adstrato.
August Schleicher y Ascoli usaron substratum para designar el influjo de una
lengua perdida sobre otra que se ha impuesto; se trata de situaciones en las que la
posibilidad de elección conlleva el abandono de la lengua propia sustituyéndola por
otra: en el proceso de sustitución, la antigua lengua influye o deja su huella sobre la
nueva. Por ejemplo, las hablas celtas del territorio correspondiente a la actual Francia,
sustrato del galorrománico. El influjo del sustrato ha servido para explicar la pérdida de
la F- inicial en español o la palatalización del grupo latino –CT–.
Walter von Wartburg propuso en 1933 el de superestrato: una lengua conquistadora
no llega a sustituir a la conquistada, pero influye sobre ella y la traspasa de rasgos
lingüísticos. Así, las invasiones germánicas no supusieron el abandono de las variedades
romances de la península ibérica, pero hicieron posible que su lengua influyera sobre la
lengua de los invadidos: a este origen responde el sufijo -engo (abolengo, realengo) en
español o la incorporación de formas léxicas como álamo, guisa o guerra. Las
características “arabizadas” del romance andalusí son otra acción del superestrato.
El término adstrato hace referencia al influjo recíproco entre dos lenguas vecinas o
a la influencia que ejercen entre sí dos lenguas que, habiendo convivido en un territorio,
luego viven en territorios distintos. Pensemos en la mutua influencia del español y
algunas lenguas indígenas (náhuatl, guaraní, quechua) en el continente americano. En
estos casos ha sido mayor el influjo ejercido por el español sobre las otras lenguas que
al contrario.
2.2. El préstamo léxico
El préstamo léxico tiene que ver con la transferencia de elementos de una lengua a
otra: una palabra de una lengua A se incorpora, con su forma y su significado, a una
lengua B, designando un objeto o una realidad nueva (importación): nueva cosa, nuevo
nombre. Cuando el préstamo es utilizado por toda la comunidad se habla de préstamo
estable; si es fruto de un uso individual, se denomina préstamo espontáneo.
Einar Haugen (1953) propuso una tipología del préstamo léxico:
1) Los préstamos puros o propiamente dichos: incorporación o importación de
una forma de otra lengua sin que ello suponga el desplazamiento de ningún
elemento léxico de la lengua receptora. Por ejemplo, hardware, desde el
inglés.
2) Los préstamos híbridos o mezclados, además de incorporarse un elemento
léxico nuevo, se produce una sustitución morfémica parcial. Por ejemplo, en
español patear ‘golpear con poca fuerza para embocar la pelota’ en la
terminología del golf; se trata de una forma derivada del inglés to pat
mediante un procedimiento gramatical del español.
3) Los calcos que implican la incorporación desde la lengua A de un
significado que se asocia a una forma ya existente en la lengua B. Estos
pueden dividirse en:
 Creaciones: corresponden a traslaciones nuevas de la lengua
(skycraper > rascacielos)
 Extensiones: serían los préstamos (calcos) semánticos que amplían el
significado de una unidad léxica que ya existe en la lengua B (jugar
la guitarra < Play the guitar)
Cuando un préstamo se integra en una lengua, lo puede hacer manteniendo la
fonética y la morfología de la lengua influyente, por norma, lealtad, costumbre o
descuido (por ejemplo, compact disc); manteniendo la morfología de la lengua
influyente, pero adaptando su fonética a la de la receptora (porcentaje); o adaptando la
morfología y la fonética a mecanismos de expresión propios de la lengua receptora
(vagón). Shana Poplack distingue entre:
 Préstamos consolidados: están plenamente integrados y son difíciles de
distinguir de las unidades patrimoniales. Parking, ticket, etc.
 Préstamos en transición: están en proceso de difusión y muchas veces
exigen recurrir al diccionario de la lengua A para comprenderlos.
Overbooking, outfit, etc.

2.3. Mezclas de lenguas en las fronteras hispánicas

Es aquí donde aparecen las lenguas de contacto, las lenguas mezcladas, las
soluciones de frontera, las medias lenguas. El origen de estas situaciones limítrofes es
muy variado, desde la simple vecindad histórica, hasta las migraciones, antiguas o
modernas, por razones de colonización, ideológicas o económicas. Estas pueden ser
interpretadas como una manifestación más de los fenómenos derivados de la
acomodación comunicativa, proceso psico-sociolingüístico que todo hablante
experimenta y que lo lleva a buscar la convergencia con sus interlocutores. Puede
hablarse de la existencia de tres clases de fronteras: las fronteras geográficas, étnicas y
sociales, localizándose en la periferia de las identidades regionales, étnicas y sociales,
respectivamente.

o Mezcla en las fronteras geográficas


En los límites del dominio geográfico del español aparecen variedades
fronterizas que se entreveran con las lenguas circunvecinas. Estas variedades suelen
reunir elementos del español y elementos de las lenguas contiguas, en una mezcla
inestable que parece servir de puente de transición entre las dos lenguas colindantes. Tal
vez las modalidades más significativas en el ámbito hispánico sean el chapurreao de la
franja oriental de Aragón, en el límite entre el catalán y el castellano, y el fronterizo de
la divisoria entre Uruguay y el estado de Rio Grande do Sul en Brasil. En ambos casos
podría hablarse de una apreciable difusión social de la variedad mezclada.
Podemos añadir otras modalidades como el aguavivano, el mirandés o el
barranqueño. Se llama aguavivano a la mezcla de hablas valencianas y aragonesas que
se produce en la localidad de Aguaviva, Teruel; se llama mirandés al habla de Miranda
do Douro en la región portuguesa de Trás-os-montes, modalidad que incorpora
elementos de las antiguas hablas leonesas. Lo mismo ocurre con el barranqueño,
mezcla conocida en la localidad portuguesa de Barrancos.
En todos estos casos, el habla mezclada suele estar desprestigiada, tanto desde
dentro como desde fuera. Este hecho se refleja parcialmente en el nombre que les dan
los propios hablantes, quienes unas veces prefieren usar el nombre local, otras veces se
refieren al nombre genérico del área (fronterizo) y otras optan por utilizar un nombre
tradicional (chapurreao). A pesar de lo comentado, la creación de variedades mixtas no
es un resultado obligado en toda situación de frontera geográfica.

o Mezclas en las fronteras interétnicas (geoétnicas)

En los contactos entre etnias que coexisten en el territorio hispánico, cuando se


manejan códigos lingüísticos diferentes, también pueden aparecer variedades
mezcladas. Hablamos de etnias que tienen su propio hábitat geográfico y que no
conviven de forma continuada con los hablantes de español como primera lengua,
aunque el contacto sea muy frecuente. Esas variedades suelen reunir elementos del
español y elementos de la lengua étnica, en una mezcla estable socialmente capaz de
funcionar como seña de identidad y servir de puente comunicativo entre los dos grupos.
En el campo sociolingüístico, estas modalidades son las llamadas lenguas pidgin y
lenguas criollas, de las que destacamos en el ámbito hispánico el chabacano, el
papiamento, el palenquero y el chamorro.
o Mezclas en las fronteras sociales

Los contactos entre etnias diferentes también son posibles dentro de un mismo
espacio urbano, generalmente como consecuencia de los movimientos migratorios. En
estos casos las etnias acaban convirtiéndose en grupos sociales. Cuando los grupos
socio-étnicos coexisten, comparten espacios socio-geográficos y funcionan con
dinámicas diferentes, surge la modalidad mezclada, la media lengua urbana con la
posibilidad de cumplir funciones muy diferentes. Como ejemplos de esas medias
lenguas tenemos el cocoliche argentino, el portuñol brasileño y el espanglish
estadounidense; todas ellas consecuencia de movimientos migratorios de gran
intensidad.

3. NORMALIZACION

Tradicionalmente se ha identificado la norma lingüística como el “buen uso de la


palabra”. Sin embargo, a partir del siglo XIX, se da una separación mayor entre el
conocimiento científico de una lengua y la determinación de su norma. Coseriu
considera la norma como una abstracción en relación con el uso. Esto hace que la norma
contenga todo aquello tradicional, aunque no sea funcional. La norma contendría la
realización tradicional; el sistema sólo las oposiciones funcionales. La norma sería, en
consecuencia y por término general, más amplia que la lengua; ahora bien, desde el
punto de vista de que el sistema contiene hechos no realizados en la lengua, pero
posibles, éste sería más amplio que la norma.

La sociolingüística, en cambio, define la norma como la variedad estándar que


representa el conjunto de normas y de usos aceptados por los hablantes como el "buen
uso". En general suele coincidir con el uso recomendado por la RAE. Ahora bien,
¿cómo alcanza una lengua su normalización?

La normalización de una lengua es un tipo de política lingüística que tiene como


fin adecuarse o servir en un contexto determinado. Moreno Fernández, partiendo del
modelo general de planificación de Heinz Kloss (1969), distingue los dos modelos de
planificación del corpus y del estatus que toda lengua debe tener para ser identificada y
pueda convivir en el espacio y en el tiempo con otras variedades lingüísticas: La
primera, de larga tradición, trabaja con cambios de la gramática, la ortografía o el
vocabulario de una lengua. La segunda determina la posición social que una lengua
ocupa con respecto de otras o con relación a los criterios políticos, sociales o
ideológicos de los gobiernos.

También parte del modelo de clasificación de Haugen (1966) que distingue entre
las fases de: selección, codificación, implantación, difusión y elaboración de una
lengua: En la primera fase se selecciona una de las variedades preexistentes en la
comunidad [mirandés, por ejemplo] para convertirla en objeto de planificación; en la
segunda fase de la planificación se procede a la codificación lingüística de la variedad
seleccionada, esto es, a la preparación de una gramática, una ortografía y un diccionario.
En la tercera fase se ponen los medios para difundir la nueva norma por la comunidad y
conferirle el estatus deseado. Además, Moreno Fernández (Haugen como fuente)
desarrolla los tres tipos de comunidades a partir de las situaciones de comunicación: La
comunidad lingüística primaria existe cuando las diferencias entre los individuos son
puramente idiolectales [por ejemplo, en Portugal]; en una comunidad lingüística
secundaria se utilizan dos lenguas secundarias, pero hay inteligibilidad parcial [lo que
sucede en algunas zonas de Galicia y Asturias], mientras que en una comunidad
lingüística terciaria los hablantes de lenguas distintas no se entienden entre sí [algo
perfectamente aplicable al País Vasco, ya que es un porcentaje muy pequeño el que
habla esta lengua].
4. CONCLUSIONES
La enseñanza de lenguas extranjeras ha aumentado sobremanera en los últimos
años, sobre todo porque se han implantado en los centros educativos. Ejemplos de ello
son el árabe o el alemán en algunos institutos de España. Sin embargo, y por desgracia,
también hemos presenciado el deterioro de algunos dialectos. Este hecho es el que más
preocupa a todos los interesados en la preservación de lenguas y la sociolingüística
porque son las nuevas generaciones las que deben asumir el control de la lengua,
respetándola e integrándola cada vez más en el acervo cultural del pueblo y acabando,
de un modo u otro, con la imagen peyorativa que se tiene hacia algunos dialectos o
variedades sociales (andaluz o murciano, por ejemplo). Estas cuestiones tan complejas
que afectan a la riqueza cultural de un país, a sus variedades, a su norma, etc. no sólo
atañen a cuestiones políticas o legislativas, sino también sentimentales, de prestigio,
educativas o personales, haciendo que algunos dialectos vayan perdiendo terreno como
“lengua” de primera elección en la familia.
Por ejemplo, está firmemente demostrado que si no se acepta el bilingüismo en
una sociedad se puede llegar a la anomía, desorientación personal que provoca
ansiedad. El no dominar perfectamente una de las lenguas (semilingüísmo) también
puede tener efectos negativos. Se ha mencionado en ocasiones que el bilingüismo
genera fracaso escolar, algo que se ha desmentido con posterioridad. Al igual que se ha
desechado la hipótesis del equilibrio que veía en el conocimiento de una lengua, la
merma de las competencias en la otra. Lo sí que no deja de ser cierto es que algunos
alumnos inscritos a institutos bilingües saben escribir perfectamente ciertas palabras o
estructuras gramaticales en un idioma extranjero y cometen a la postre errores en su
propia lengua. Aun siendo así, las ventajas posibles son evidentes y múltiples: por
ejemplo, se ha afirmado que los bilingües tienen mayor flexibilidad cognoscitiva y
capacidad de abstracción.
Podemos suponer, no obstante, que la educación bilingüe es una tarea difícil y cara
de implantar, ya que está sometida a parámetros distintos en cada país y época.
Podemos sumarle el problema de la inmigración pues cada gobierno tiene unos
objetivos distintos en relación al mantenimiento de la lengua materna y de la inserción
en la sociedad. Además, los programas de enseñanza bilingüe son muy costosos por el
multilingüismo de los inmigrantes, de ahí que muchos gobiernos tiendan a ignorar esta
cuestión.

5. BIBLIOGRAFÍA

UNESCO: La educación en un mundo plurilingüe (2003). (Organización de las


Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) [en línea]
Moreno Fernández, Francisco (2009): Principios de sociolingüística y sociología del
lenguaje. (4ª ed). Barcelona. Ariel.
Alvar, Manuel (1996): Manual de dialectología hispánica: El español de España (1ª
ed), Barcelona, Ariel.
Lomas, C. (comp.). (2002). El aprendizaje de la comunicación en las aulas. Barcelona:
Paidós.
-Chomsky, N. (2003): Sobre la naturaleza y el lenguaje. Madrid, Cambridge
University Press.

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