Gestación Nocturna-Gregorio Samsa

Gestación nocturna Poesías Gregorio Samsa
Gestación nocturna
Poesías
Gregorio Samsa
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un morador de otro reino que asumía
la gestación nocturna de lo genuino.
Joaquín Giannuzzi, Alfonsina, en Las condiciones de la época (1967)
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Expresarse
No existe poesía en mi camisa
ni en luna que se apaga
en vuelo de luciérnagas.
Cuesta el desalojo,
estado interior de papel roto.
Dentro, palabras chocan sin acuerdo,
y no puedo discutir la desnudez de tanto ruido
con los ojos abiertos.
Tendría que ser poeta y no quiero.
Me falta mundo, me falta frío,
pasado para desandar de la mano de otro desconcierto
que me abrigue donde estuve solitario y desnudo,
donde fui algo para alguien… y me lo recuerde.
En madrugadas de insomne vagabundeo
no creo encontrarlo en las calles
aunque me tope con espejos
o atropelle el almanaque
de pájaros que emigran de semáforos.
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Necesito aire,
y no volver a sentirme
cosificado, nadie.
No sé si ahora
podré escapar de las preguntas
y desintoxicarme de sus pesadillas,
y resetear el disco rígido
de este corazón de barro.
La poesía es otra cosa
y me hace señas en las esquinas.
Por eso me abandono,
porque hasta los perros, mejor que yo,
saben expresarse
donde me toco.-
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Subterfugio
Donde me pone fósforo la mañana
me descascaro huevo,
invento la duplicidad de otro cuerpo,
le oscurezco el reflejo,
y la lluvia de la ducha
me recibe a cascotazos
con clavos de punta oxidada,
y un mal humor a frío
que atemoriza
y constipa hasta el lenguaje.
Siempre las puertas
dejarán tras de sí:
la radio encendida,
la taza con el café a medias,
mi voz hundida en sábanas,
destartalados huesos
del despertador
sobre la cómoda o el ropero,
o la mesita de luz
a oscuras…
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Aislado del mundo puedo
sentirlo sueño y reescribirlo
en la subterránea ciudad de un libro,
con ojos hacia adentro,
y la libertad encerrada afuera
en un cuerpo que no es mío,
camino a la oficina.-
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Otro poema no es noticia
La depresión del sol con sus ladridos,
estallidos de yemas en los huesos
cuando el día cede y se contrae
a la excitación de árboles sedientos.
A la siesta, noticias corren, vuelan.
se entrometen en la paja y en la biga ajena,
azuzan con zumbidos y aguijones de abejas:
detienen a una pareja de jubilados
por vender aceite de cannabis
en Charbonier, Córdoba;
Jacobo Regan, poeta casi desconocido,
muere a los 89 años por sobredosis de mundo,
o quizás el mundo le quedaba chico.
La noche entra
con rasguido de guitarra en un maullido,
se encarama en la tapia,
toma por asalto el patio, y lame sus heridas
bajo la histeria de nubes superpuestas.
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Los mosquitos en mi estómago también zumban,
filtrándose sus pesadillas y sus sueños
con el humo del cigarrillo en mis neuronas,
entrelazados a los cables del teléfono
y a la espera de que me suceda el vértigo
o gestación nocturna de otro poema
que me habite desde este lado de las rejas.-
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Tempos
El llanto
aguja
pinta
un ombligo
a la tristeza.
II
Los ojos de lluvia
arremangan la tristeza
de un paraguas.-
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Asombro
Me asombro
de la transparencia de la sombra
jugando a la rayuela en mis pupilas.
El tiempo tiende sábanas negras;
persiste el ladrido
imantado de la memoria.
El velador parpadea,
y mi boca bebe luz de palabras.
Afuera los autos corren,
vuelan
sin alcanzar el aire;
no precisa semáforos el sueño.
Nadie podrá decirme si he muerto.
Nadie jamás nunca sabrá si he sido
un hombre o una palabra en el viento.-
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Enunciado
Libertad de enunciar
la fragilidad
de una verdad absoluta.-
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En negro
Como imagen del pasado
que no se halla en el espejo,
sobrevivo al punto final
en puntos suspensivos…-
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Los 40
Me asalta la angustia existencial de los 40,
y me asusta y a la vez excita
dejar la pose estructuralista,
y roer la cáscara, desentrañarme,
y ver qué pasa, para quién importo,
o dónde sobra mi ceniza;
si el reloj avanza o me retrasa en la mentira,
si hay algo de alfiler en las pupilas,
o de luz a media sombra que me refleje
contorno de palabra nueva,
otro yo que dulcifique tanta inercia,
tanto vano escalofrío de materia.-
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Luna de sangre
Luna de sangre entre árboles y neblina,
sobre el naranjo
en la morosidad del patio,
retrae hacia sí el delito
de un maullido de menos
cuando se funden nubes
que acompañan el sórdido cortejo
de moscas y lagartos,
como si el mundo engarzara su visión
al paulatino ojo zarco de este eclipse,
este ciego espejo al revés
con la cabeza bajo tierra
y el culo apuntando a las estrellas.
Ladran hasta las piedras,
y lo inconmensurable se torna brisa fresca,
raspón, herida, espaldas contra la reja,
tropezón, caída libre de libélulas
hacia las sombras,
desandando el reloj
horas turbias a la madrugada,
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y el poema inestable
sumándose a la confusión
de ese orgasmo universal,
ese aquelarre de palabras bajo llave
en la unánime noche.-
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Prometeo
El tiempo desdibuja mis pasos
encadenado
a la migración
de palabras
en el viento;
se extingue
la mirada de fuego de los dioses,
y sólo se oye
el graznido del silencio
entre las rocas
devorándome.-
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Lejanía de sentido
No quiero irme,
pero no puedo quedarme.
Tampoco negar el fuego
si ardo en cenizas,
la boca seca, engrillada
al leve albedrío de la brisa,
y al sol que muerde sus paredes
-de caracola y nácar-,
y fracciona el silencio y palabras
de un lado y otro de este océano
que me libera y encarcela
como escollera a las mareas.
Los árboles, anclados a la sombra
que los respira, y a las raíces
que multiplican sus latidos,
saben de qué hablo:
no pueden irse, y sin embargo
el viento imprime en sus hojas
el vaivén del tiempo.
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Al poeta le sucede algo parecido
a ese laúd, ese maullido,
esa lejanía de sentido
sobre sus párpados
violentados de insomnio…-
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Una hora del día
Llega una hora del día en que no
me conforma la luz del patio, tenue,
con su juego de falsas llaves
en mis pupilas a medio cerrar
como secretos,
o palabras vueltas a lavar en el cerebro,
con memoria apenas presente
de lo que sí importa,
luz con grito de sombras en bandada,
luz que no llega siquiera a ser duda
allí, en el patio,
con las puertas y ventanas abiertas
en espera, ¿de qué?,
¿de la nada, el futuro,
o el silencio que resume a ambos:
sueño que no fue cuando debía?-
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Copia de sombra
Cuando camine hormiga
por el frío pulmón de una escalera,
empujaré al ojo lapicera
por el hueco cerradura.
En ese pozo-laberinto
existe copia de mi sombra:
cuadro abstracto, minimalista.
En la pintura-espejo duele
mi nombre amputado
del tiempo y del espacio,
como si fuera otro el que respira
y bosqueja esta vacía confidencia
de caracol sin armadura.-
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Otoño
Perséfone,
cruje tu ombligo
ante el beso lascivo del viento.
Y es noche cerrada en tus pupilas
cuando reclama tu nombre
el río ocre de la Estigia.
El poema agrieta tus vasos de ceniza.
Desencadena tu sexo una tormenta,
lluvia de otoño,
en mis ojos testigos
de tu descaro de sombra.-
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Partitura de invierno
sombra eres/ y ceniza
Carlos Bousoño, Oda en la ceniza
En este instante sos la ceniza
que cubre el cenicero de mis ojos
y la sombra que se descubre
desnuda en la semipenumbra de la pieza,
apoyado tu pie sobre la espalda de la noche
con delicada sensualidad de antílope.
No sé qué tiempo nos tocará mañana,
si el despertar será un lento aluvión de recuerdos,
o si reavivaremos el fuego
de esta inconmensurable partitura de invierno
que se funde a nuestros huesos como el universo
y sólo cabe llamarla amor, con todo lo que eso supone.
Lo que sé me lo callo. No quiero ser este que no soy
y se deshace en elucubraciones inconsistentes.
Lo que sé es que estás conmigo,
y eso basta para desear el mundo, aunque algo falte.-
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Verosimilitud
Para no pensarte
como lo único real
que me pasó en la vida,
hago de tu recuerdo
literatura.-
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Perplejidad
Perplejidad no en la mirada
recargada en un punto distante,
metafísico, matemático,
sino en tu piel de sílice que tallo cada noche
con la afilada lengua de mármol del viento,
perfilando los ángulos precisos
de tu desnudez sin tiempo;
mis palabras rozan apenas
el lenguaje de ese silencio,
ese abismo que prefiero
a cualquier sortilegio.-
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Lluvia
Comenzó a llover a tiros
Tomás Watkins
Llovía sin memoria
de la hora o el día
desde el ojo amoratado de luna,
oxidados semáforos
y piernas rosadas de floristas;
y supe por las gotas destejidas
de tus negras pupilas,
las descascaradas paredes
y baldosas agujereadas,
que Dios estaba resfriado
y de mal humor
como un feriado con nube.-
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Anagnórisis
No dejaré que muera tu recuerdo
hasta que la noche cierre
su ojo polifémico
bajo el zapato
de mi sombra.-
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Prolepsis
La poesía algún día
dejará de ser
simple geografía de sombra
con luz embriagadora.-
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Compromiso estético
Comprometemos
nuestro tiempo
en limar versos,
acortar un punto,
alisar ásperos
besos de cuchillo,
y desafiar las caras del espejo;
y en el proceso,
quitar brillo
a la noche,
y llevar su sombra
en el bolsillo.-
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Prensa
Ojeo el diario,
hojeo la realidad
debajo de la piel
del calendario.
Lo nuevo y lo viejo son noticia,
titulares de ansiedad y desengaño.
A humor de perros
huelen las editoriales;
a tinta fresca el llanto:
cada palabra un ladrido;
cada letra, ladrillo del caos.
Camina contrariado el tiempo:
sordo y ciego el mundo es una foto
en la suela del zapato.-
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La mosca
Aceleró su corazón la mosca
en el cuarto de visitas.
El motor del mundo ve en ella
una llave con ojos que succionan
la música del sol y sus estrías.
Liviana su forma conecta
con el pulmón de un río
subterráneo.
La presión del instante quema
en sus pupilas.
Cuando detiene el vuelo
la amenaza latente retumba
en las paredes,
y el eco de allá afuera revela
que se atomiza la muerte
en el punto oscuro que ya no se mueve
o intenta el equilibrio agonizante.
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Llegada la hora también mis partículas
recordarán el vuelo de la mosca.
Sin palabras el poema
vaciará sus cenizas.-
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Mosquito
Qué le importa al mosquito
el reflejo cuadriculado
de los azulejos,
o de la hora, deudora
de otro minuto,
para volar o rascarse las alas,
si la muerte, cada vez más, lo amenaza
y cuesta ser un punto en la pupila
como un glaucoma
o mancha de tinta.
Lo que piensa,
a nadie importa.
Si llegara a ser él,
rompería el espejo,
y el mundo me extrañaría.-
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Idiomáticas
“Mirar a huevo”,
dicen en Chile
cuando el desprecio
no es disimulado;
y yo no sé si es
de clara o de yema
esa mirada vacía,
en el ojo que pasa
por la vida,
atropellando al prójimo.-
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Lenitivo
No logro poner en remojo
mi cabeza sobre la almohada.
No me alivia la noche
de ser poeta
y quemarme
en sus sombras.-
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Decadencia
Cómo el humo de la nube se enrarece
detrás de casas y montañas sin aliento;
cómo determina el tiempo
la claridad ausente en mi cara
oculta, hundida en un pozo;
cómo el viento rebana
la sombra de mis ojos,
y desencuentro en mi mano,
donde me apoyo,
lo que era la vida hace un minuto
cuando estabas en el mismo cuadro
de esta mirada astillada
de preguntas sin brillo.
La inasible forma de la llanura me habita,
y tengo sed de voces que no me nombran.
Tal vez cuando duerma
repita el sueño otro latido
menos vago e indefenso,
y cobre sentido este dolor
de no sentir ni el cuerpo
ni sus movimientos…-
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Derrumbar una pared
Derrumbar una pared no es sencillo,
duele en los brazos la luz que agrieta
su sólida estructura;
falta el aire y hasta el alma transpira,
transmigra en cal y revoque;
es oficiar de minero y esperar
que descascare el brillo la oscuridad
que hace presos los sentidos.
Quien no se sienta recluido, alienado,
o que lo fue o lo será,
jamás entenderá de qué le hablo.
También con el silencio
expresa su lenguaje
la fuga del ahogo.-
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Gato pardo
Como si no me conociera,
o me creyera loco
o un extraño,
y fuera ciego y sordo
a la orden y al halago,
anda entre maullidos
y arañazos
enfrentado al otro
que lo busca y desafía,
dando brincos,
desde aquel mar niquelado;
y no sabe que el otro
es él mismo,
su reflejo cansado
en la cara atigrada del espejo.-
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Creación
La mano toca
la intimidad del lienzo,
y lo traspasa,
corta el continente
de sus líneas y sus curvas,
suaviza sus colores
y los intensifica,
agranda el ojo en el detalle
para que pase desapercibido,
hace montajes de luces
sobre sombras,
sobredimensiona
el eclipse de unas horas,
y es eterna esa presencia
viva en la pintura.
Lo mismo, las palabras
cuando crean el poema.-
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Respuestas aprendidas
Nadie quiere renunciar
a respuestas aprendidas;
se niegan a ser nosotros
acá afuera,
y tiemblan de sólo pensar
que sea posible.-
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Exilio del lenguaje
Ulises vuelve del olvido
por un hilo en ojos de Penélope,
y el argumento de mi vida se repite:
se levanta del insomnio,
sacude telarañas o visiones,
y espera la primavera del reencuentro
aunque insista con invierno
el calendario.-
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Saba escribe Trieste
Pulmón de pájaros
y cielos sin cenizas
sobre el cristal de un río
escribe
y el poema deja
que sus ojos canten
aunque el llanto como sombra
adentro ahogue
su alegría
y la tinta en el silencio
escurra y grite
de agonía.-
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Pasolini de regreso
La sed sobre la página
lo ha secado
como a un lirio en invierno.
Su cuerpo resiste
y se asemeja
a un mármol funerario.
Se siente viejo,
hoja de ocres nervaduras
bajo la lluvia de otoño.
Cosecha el silencio
e invoca al aedo ciego,
al rapsoda que caminó
por los bordes de luna
y le dio nombre de Cazadora.
Homero, el Hacedor,
vio el camino de regreso a Ítaca
luego que Ilión sucumbiera
a lenguas flamígeras:
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Ítaca sería su Bolonia,
y la Troya de Virgilio Roma:
su infancia
de renovada piel como la rosa.
En la boca astillas
por pintar
el proletario mar de las congojas,
y en la sombra herida del poema
un canto que siembra la esperanza
en el viaje de las golondrinas.-
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Leía a Montale
La vertiente de su boca
articulaba
herméticas palabras
como si el hueso en la lengua
desgastara el peso de las ideas,
y la agonía del silencio
lo cegara.-
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Girondo
Girondo asesina una corbata,
y está pronto a beber su vino
con Tuñón en La Recoleta;
sus ojos dejan sueltos,
como pájaros,
puntos suspensivos,
poemas en los huesos,
y el poema de la muerte
en calzoncillos.-
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Borges
Seré los otros
para desgastar el nombre que me legaron
legendarios padres judíos,
portugueses.
Dejaré de ser Borges bifronte,
el que prefigura la cifra
de una moneda de hierro en la tarde,
las kenningar del ala de cuervo
del crepúsculo,
o la fragancia de la rosa profunda
en ciudades laberinto:
Ginebra o Londres.
Ese Borges que soñó,
como Alonso Quijano el Bueno,
el fervor de Buenos Aires en un libro,
y es otro sueño de la Enciclopedia
y las mil y una noches
como Funes, el memorioso.-
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Gelman
sonora
la vida escrita en los
huesos de tu canción?
Juan Gelman, Paco
Despacito se fue apagando
la luz en tu boca. Calle arriba
la sombra del sol bebió
sudor y rocío de tu cuerpo.
Ventana de voces el río
con el eco de tu poema
fecunda la noche, y llora
lunas de marzo
por tus desaparecidos.
Los perros del olvido enmudecen,
y la foto del paisaje reproduce tu voz
sobre relojes ocres del mediodía.
Se escribe en los huesos
de las conversaciones con árboles
tu canción de pájaro cuyo ímpetu de viaje
retoma el sonoro círculo de un puente
y el fulgor escrito en la no muerte.-
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Ritmo poético
Para Cortázar
Ya no hay luz
ni jazz
en la mirada
para volver atrás
la madrugada.-
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Pizarnik
Palabras
bajo piernas de tijera
como nubes se incineran
en ojos de bocas oxidadas;
y desde el pie de arena
del asfalto,
desde una alcantarilla,
el silencio de la nada
le devuelve carnadura
a la rosa de Alejandra;
ella es Eva
y el poema la manzana
de su sangre en la noche
del árbol de Diana.-
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El Farmer
Recuerdo la imagen de Rosas
acuchillada por palabras de Rivera.
Esa narración de causas por la viril
coyuntura de su boca,
rojo punzó como la Patria,
tal vez lo acerque a la promesa
y proeza del poema,
o a la consecución novelada
de anécdotas apolilladas
en un libro de Historia.
Sea como fuera,
al olvido le cargan balas
que la memoria acepta.-
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Agüero
La golondrina lo invitaba al viaje,
pero él era la raíz del árbol,
imposible no quedarse.
La soledad le dio su pobre abrigo.
Brindó con las estrellas,
tendida sobre la mesa
una esperanza vieja.
Durmió y no hubo pájaro
que no le hablara
de ese sueño.
Al fin se fue detrás de las sierras
hecho semilla de luz
en el poema.-
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Sobrevenir
a Don Leonidas Escudero,
con motivo de la presentación de su libro “Sobrevenir”.
Sobrevenir
a bienvenidas,
al canto de cerraduras,
a falta de gas y de comida,
a ojos secos de lágrimas,
a fronteras del hueso
que trepanan los sueños;
al poema de amor que no me aguarda,
a la muerte que vende porquerías,
y a la vida que me debe nada.-
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El Poeta y sus “Indagaciones”
a Luis O. Ressia
La noche cuenta lágrimas
en el minutero del ojo,
y el bastón armoniza
silencios.
Todo pasa
como en un film,
como en un sueño:
se equilibran las distancias
entre cielo y tierra,
y el Poeta acaba con la muerte
-ese fantasma-
como si fuera una mosca
o una sombra
de tinta.-
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Víctor Jara: pueblo
Ahí debajo de la tierra,
no estás dormido, hermano, compañero.
Víctor Jara
Tu muerte no fue cualquier muerte.
Torturada luz del día,
sellada el alba de tu boca
con cemento de sombras,
otros los años de ojos cansados,
sangrantes de asfalto
tus pupilas sin minuto de tregua.
Tétrico el aire asfixiaba.
Vendaval de piel negra
encadenó su voz a tu garganta;
horrendo el hueco estragó las palabras.
Pavoroso te miraban cuervos
como a un cuadro roto,
y eras pájaro blanco, árbol y río,
canto sin oquedad de calendario,
hombre y no ciego silencio,
y la voz, la voz del pueblo
sin fusil ni sangre en las manos.-
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Bares de Bohemia
En el Pombo
Ramón cabalga sobre un toro,
nada en un tintero,
y bebe del rocío
la última sombra
que la Luna llora
en el río de su desdoblado
corazón de aguja,
en su taza de cenizas:
greguerías de la Muerte
él las llama.
II
En el Café Tortoni
se aventura la luna
en su camisón de noche
ebria de avenidas y de luces:
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Fervor de Buenos Aires
y el bastón de Borges,
viejo fantasma,
trazando un laberinto en las veredas
donde la sombra fue menos amarga.
Tuñón y un largo poemario de veredas:
calendario de voces transeúntes que respiran
el ancho de La calle en el agujero en la media.
Y Alfonsina frente al mar dibuja
la cintura de una línea desleída,
y una lágrima al rostro
de un soneto inconcluso…
como la muerte
que se despide por teléfono…-
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Asimetrías
Vi nubes convertirse en jinetes,
con capas y espadas bajo la luna.
Vi la asimetría del doble
en cuentos de Papini y Borges.
Vi el tiempo disecarse
en fotografías de sueños,
o en sueños fotografiables…
Veo la lluvia que moja mis pies
al terminar el día.
Veo gestarse en la noche
el aullido de otro cigarrillo.
Veo el fuego, el humo, y la ceniza
de este vano silencio
que nada responde
detrás del espejo.-
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Escrito a oscuras
La nube da forma al movimiento del ojo,
y llueven pacientes rasguños
del viento sobre el césped.
Maúlla la mosca su letargo de siesta.
La voz del Cigala adormece
el ronco ronronear de la tormenta.
Releo a Giannuzzi, y la gata no entiende
cómo le crecen las uñas,
cuál es el fin de esta rutina
de bosquejar un poco de mundo
en líneas confrontadas con el desánimo,
y desordenar la sordera de palabras viejas,
gesticular sin ira, pensativo,
y apagar voces agrias, y cerrar cortinas
entre sorbos de mate y derrames
programados de nicotina
en los márgenes, en la niebla,
donde la vida vuelve al recuerdo de otro sueño
en el que gravita el vértigo
de un último poema escrito a oscuras.-
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Para un condenado
Para un condenado
recomendaría un rondeau
una balada de Francois Villon
claros de luna tras los barrotes
y flores de Baudelaire
en la tumba.-
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Poetas beat
Los poetas beat no tienen frío.
No hasta que les entra en la nariz
el helio del globo terráqueo.
No hasta que en las neuronas les inyectan
Software de mercadotecnia.
Y Guinsberg sninfa
ninfas con siliconas.
Y hay otra forma
de mirar adentro
el mundo que se pudre afuera.-
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Toda la noche
Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme.
Alejandra Pizarnik
Reconfigura
el lenguaje de tus ojos
mi estallido
en la impasible
demencia de la noche
agrieto la palabra senil
del viento
no hay romance con la muerte
sólo espera
de hacer audible su queja
en mi sexo
vaciado de preguntas.-
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Cruce al Paraguay
a mis amigos ENIEs.
El botecito iba liviano de viento,
entre rumores de camalotes y remos
rozando la escamada piel del silencio.
Cruzábamos el límite
a la otra orilla de nosotros mismos,
con la sonrisa incidental
del sol en los bolsillos,
y las miradas encontradas bebiéndose
el corazón de pez del río.
Itinerancia de pájaros,
migrantes voces
que hacen puente entre ciudades,
y narran el poema
y poetizan el instante
para ser más que cuerpos
que se escriben en el aire
y se disuelven…-
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Huele a pregunta
Huele a pregunta el viento
con sus cambiantes horas;
accesos, grietas de sol y sombra
fraccionan el movimiento
de sus breves soliloquios
y sus largos silencios.
Entra una mujer en el cuadrante
que sueñan sus ojos, y las preguntas
se extienden como ramazones
en el barbecho del río cuya ondas
se pronuncian con idéntico reflejo.
Esa mujer viaja por el torbellino
alucinado de la palabra,
inclina su cuello como un colmenar
en el crepúsculo, y se deja besar
por la boca madura del viento
con fugaz inocencia de pétalo.-
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Felina forma
La luna araña techos
como ojo frío de gato
para afilar sus uñas
con mi retrato;
la dejo acariciar mi pena y desgajarla,
desarmar sus relojes de telaraña,
amputarme la razón
y arrellanarse en el sillón de la sala
cerca de la chimenea,
mientras afuera
humean nubes de dolor mi despedida
de la cómoda pertenencia
a un cuerpo,
a un sonido recargado de nostalgias,
a poema escrito con barro
sobre el corazón de las promesas,
en esta noche fría
en que te pienso nota discontinua
en el pentagrama de calles
que llevan al cielo de otra Rayuela.
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Es demasiado mundo
este vacío adentro,
y quiero desvanecerme
como sombra en el aire
para que nada me recuerde.
Mejor quedate con la luna,
y arañá mi retrato
hasta que no te duela
la felina forma del ocaso.-
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Voz de viento
Entrechocan graznidos de pájaros
en el oído de mi ventana
como copos de maíz
en la sartén hirviendo,
y el poema toma la forma
de ese sonido
cuando te pienso,
por más silencio
que la ausencia provoca,
repetida su asfixia de sombra
entre rejas.
Quisiera creer
que compartís lo mismo,
y que en cada pájaro
late la voz del viento
de tu regreso.-
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Luz o ceniza
La luz destila
grito ronco de sombras
con su asmática tos en las veredas.
Las palabras se secan,
y el viento desata su pandemia:
diario de derrotas sin fecha.
Tengo la piel de alfiler
y el estómago de ojal
como una pregunta que se recicla.
En la epidermis del árbol
también sangran mis ojos
como anillos vacíos
en el crepúsculo.
El amor tiene hambre de espejo,
y en su reflejo voy hacia vos
como un eco
o como un río.
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Tal vez cuando te encuentre
diré flor y no mundo
para ser fuera de estos muros
llave, no barrote,
labio que recorra tu cuerpo
y no ceniza de un poema roto,
una promesa.-
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Instantáneas
Aprendo a ser ojo en tu mirada
y a transformar el día
en otra mariposa.
II
Duelen
huesos de lágrima
cuando me abraza el frío
de tu distancia.
III
Una tormenta
te alimenta y devora
detrás de los espejos
de tus preguntas.-
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Rosa
La rosa desmiente el color púrpura,
desnuda su llanto en la pintura,
y besa pupilas incendiadas;
escapa de la rutina carcelaria,
y se sueña frente a un río
que le bebe el perfume
y la desnuda con una mirada;
ella le dice adiós a la tristeza
en el descarnado rubor
de este poema.-
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Desenhebrar
Desenhebrar la pupila
para que alcance
la laxitud de la tierra,
descolgado el asombro
de los techos,
y el misticismo
de la hermética bolsa
de los residuos.-
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Atemporal
Quiero y no puedo estar, andar desnudo.
La tensa calma transpira entre mis huesos.
Tiemblan como ojivas nucleares
mis pupilas…
No tiene fiebre, pero sí resfrío
este sol raquítico, indispuesto.
Las sierras de San Luis
miran en dirección a mi declive…
No pudo o no quiso
sostener el basurero
la bolsa de residuos.
Igual el mundo
cuando cierro los ojos…
El patetismo zodiacal de la mosca
todavía me obsesiona. Siento el zumbido cerca
como la confirmación de una velada amenaza,
una sutil venganza que me acecha
por sus muertes pasadas…
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A veces pienso que el verano
es un recreo demasiado largo
para este viejo y cansado cuerpo.
Fumo y escribo
en vecindad con la noche
insensateces, pueriles fórmulas
que nada dicen,
o no pueden, o no quieren.
Sólo el poema tiene la audacia,
como un gladiador
encadenado a esta boca,
de andar desnudo por la casa,
a la caza del zumbido
atemporal de la mosca.-
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Cita con el pasado
La nostalgia
adelgaza tu voz,
y arruga los ojos
del bolsillo.-
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Irrealizable
Si fuera cierta
la irrealizable magia
del poema
yo no escribiría
esta página.-
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Traducción
El poema rescribe
la insatisfacción de una fuga.
Para leerlo es imprescindible
recomponer ese resquicio.-
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Contradictio
¿Cómo puedo soportar el frío del árbol
si tiemblo como hoja a la deriva y no es otoño,
y la luna aúlla en mitad del ocaso,
sin nubes perceptibles que le enrejen los huesos
ni le pinten la boca con pájaros negros?
¿Cómo hacer para ahondar en ese silencio
sin que se fragmente y altere la luz del sueño,
con clavos oxidados en la lengua,
y ahogo de sombras en los ojos?
¿Cómo escapo de las tormentosas
visiones de Rubens que se ramifican
y respiran reflejos de una realidad platónica?
El poema aturde y no puede salvarme
de su gestación nocturna.-
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Gestación Nocturna-Gregorio Samsa

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Gestación nocturna Poesías Gregorio Samsa

un morador de otro reino que asumía

la gestación nocturna de lo genuino.

Joaquín Giannuzzi, Alfonsina, en Las condiciones de la época (1967)

No existe poesía en mi camisa

ni en luna que se apaga

estado interior de papel roto.

Dentro, palabras chocan sin acuerdo,

y no puedo discutir la desnudez de tanto ruido

con los ojos abiertos.

Tendría que ser poeta y no quiero.

Me falta mundo, me falta frío,

pasado para desandar de la mano de otro desconcierto

que me abrigue donde estuve solitario y desnudo,

donde fui algo para alguien… y me lo recuerde.

En madrugadas de insomne vagabundeo

no creo encontrarlo en las calles

aunque me tope con espejos

de pájaros que emigran de semáforos.

podré escapar de las preguntas

y desintoxicarme de sus pesadillas,

y resetear el disco rígido

de este corazón de barro.

La poesía es otra cosa

y me hace señas en las esquinas.

Por eso me abandono,

porque hasta los perros, mejor que yo,

Donde me pone fósforo la mañana

invento la duplicidad de otro cuerpo,

con clavos de punta oxidada,

y un mal humor a frío

y constipa hasta el lenguaje.

Siempre las puertas

dejarán tras de sí:

la taza con el café a medias,

mi voz hundida en sábanas,

sobre la cómoda o el ropero,

Aislado del mundo puedo

sentirlo sueño y reescribirlo

en la subterránea ciudad de un libro,

con ojos hacia adentro,

y la libertad encerrada afuera

en un cuerpo que no es mío,

Otro poema no es noticia

La depresión del sol con sus ladridos,

estallidos de yemas en los huesos

cuando el día cede y se contrae

a la excitación de árboles sedientos.

A la siesta, noticias corren, vuelan.

se entrometen en la paja y en la biga ajena,

azuzan con zumbidos y aguijones de abejas:

detienen a una pareja de jubilados

por vender aceite de cannabis

Jacobo Regan, poeta casi desconocido,

muere a los 89 años por sobredosis de mundo,

o quizás el mundo le quedaba chico.

con rasguido de guitarra en un maullido,

toma por asalto el patio, y lame sus heridas

bajo la histeria de nubes superpuestas.

Los mosquitos en mi estómago también zumban,

filtrándose sus pesadillas y sus sueños

con el humo del cigarrillo en mis neuronas,

entrelazados a los cables del teléfono