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CONSOLIDADO DE POEMAS VARIOS

DOS POETAS DE LA GENERACIÓN DEL 50 Y DOS POETAS DE LA


GENERACIÓN DEL 90
MANUEL SCORZA
Imprecaciones (1955)
Adoses (1960)
Epístola a los poetas que vendrán

Tal vez mañana los poetas pregunten


por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.

Mientras alguien padezca,


la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.


Matemos a la tristeza con un palo.
No digáis el romance de los lirios.
Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta
¡es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su cólera
¡es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre
¡es más puro que el diamante!

El poeta libertará al fuego


de su cárcel de ceniza.
El poeta encenderá la hoguera
donde se queme este mundo sombrío.

©1955, Manuel Scorza. Imprecaciones.


Viento del olvido

Como a todas las muchachas del mundo,


también a Ella,
Tejiéronla
con sus sueños,
los hombres que la amaban.

Y yo la amaba.

Pudo ser para otros un rostro


que el Viento del Olvido
borra a cada instante.
Pudo ser,
pero yo la amaba.

Yo veía las cosas más sencillas


volverse misteriosas
cuando Ella las tocaba.
Porque las estrellas de la noche
¡Ella con su mano las sembraba!

Los días de esmeralda,


los pájaros tranquilos,
los rocíos azules,
¡Ella los creaba!

Yo me emocionaba
con sólo verla pisar la hierba.
¡Ah si tus ojos me miraran todavía!
Esta noche no tendría tanta noche.
Esta noche la lluvia caería sin mojarme.

Porque la lluvia no empapa


a los que se pierden
en el bosque de sus sueños relucientes,
y sus días no terminan
y son sus noches transparentes.

¿Dónde estás ahora?


¿En qué ciudad,
en qué penumbra,
en cuál bosque
te desconocen las luciérnagas?

Tal vez mientras escribo,


estás en un suburbio,
sola, inerme, abandonada...

¡Abandonada, no!

En tu ausencia
mi corazón todas las tardes muere.

©1960, Manuel Scorza. Los Adioses.


ALBERTO VALENCIA CÁRDENAS

Poesía Selecta (2006)


LA MUERTE

Para Eguren

La muerte con pies de gato


viene como un negro sueño
y se esconde entre las sillas.

Llega y sopla su misterio


sopla e infla las frazadas
de los enfermos anémicos

En las plazas desoladas


la muerte danza diabólica
alumbrada por las ánimas.

Cual fugitivo o ladrón


por las calles de la luna
la muerte llega en invierno
a robar almas nocturnas.

© 2006, Alberto Valencia Cárdenas. Poesía Selecta.


ESPERGESIA

Para Washington Delgado

Yo nací bajo un árbol en un astro lejano


una mañana absurda que se negó a brotar.

Mi Dios es un centauro coronado de espinas


y es por eso que llevo dentro del alma mía
dolores de otros mundos, tristezas de otros días
y oculto en las entrañas
las ansias de llorar.

Si un astro se alimenta de muertas primaveras,


si un monarca furioso devora mis fantasmas,
si el mundo es una estrella que muere entre campanas
¿para qué vivir más?

Enfermo de luceros marcado por la muerte


cuando yo vine al mundo nació la mala suerte.

Viajero sin distancias


de veranos exóticos
soy simplemente el vate de una raza sombría
de monos melancólicos.

Yo nací bajo un árbol en un astro distinto


una mañana oscura que se negó a brotar.

© 2006, Alberto Valencia Cárdenas. Poesía Selecta.


BARCAROLA

Para Alira, mi esposa.

Mil veces he besado su cuerpo de guitarra,


su ronca boca de cañón taponada de flores,
su rostro de faro, en la seda de los siglos,
al pie de su ventana,
las libélulas fugadas de su sombra
como de un bosque en llamas,
el río que baja de sus ojos,
el dulce vino del amor vertido en sus cabellos.

Yo soy el que ama puro,


sumergido como un astro en su santo aliento,
la telaraña de su cabellera,
los dorados candelabros de sus manos,
el embrujado monte,
la moneda de plata; la luna
que duerme entre sus ojos perdida,
su canto de amor en la mañana
su dulce corazón degollado en primavera.

¡Yo soy el que clama en su ventana!

© 2006, Alberto Valencia Cárdenas. Poesía Selecta.


RECUERDO

Te amaba bajo el frío


cuando el cerro encendía
la luz de sus luciérnagas.

Ahora hay musgo en el banco


donde antes te adoraba
y atrapada en la lluvia
desfallece vencida la paloma del tiempo.

Después vino el final.

Por distintos caminos nos fuimos al olvido


y en un balcón lejano
–quizá entre enredaderas–
tu corazón amado comenzó a envejecer.

Más siempre y sin embargo


en mi recuerdo brillas como faro en la niebla.

En mis versos serás eternamente joven


y cuando las luciérnagas
alumbren nuevamente nuestro parque olvidado
volverás a tener, en el sol de mi canto,
los alegres veinte años
del invierno lejano en que te conocí.

© 2006, Alberto Valencia Cárdenas. Poesía Selecta.


EPITAFIO

Para Braulio
Zaga
asesinado

El día que yo me muera


que me entierren en tu suelo
Huamanga tierra querida
señora de mis desvelos.

Yo que he pasado la vida


entre cárceles y versos
quisiera madre querida
que me siembren en tu suelo
así brotarán algún día
de las quenas de mis huesos
nuevas dulces melodías
con qué calmar mi tormento.

El día que yo me muera


que me entierren en tu suelo
Huamanga tierra querida
patrona de mis desvelos.

© 2006, Alberto Valencia Cárdenas. Poesía Selecta.


ROCÍO VALENCIA HAYA DE LA TORRE

Noches Azules (2015)

Ríos Revueltos (2021)


DOS GOTAS DE AGUA

Como dos gotas de agua


Vacilan
Tiemblan
Se reflejan
Antes de estallar

Se vierte una gota dentro de la otra


No existe razón
Prevalece el destino

Como dos hilos de lluvia transparente


Lavando recuerdos
Convertidos en ríos
En el camino

Así corren nuestras vidas


Deslizándose a través del tiempo
Enverdeciendo los campos
Hacia el abrazo final

©2021, Rocío Valencia Haya de la Torre. Ríos Revueltos.


PASA EL TODO Y LA NADA

Y cuando vuela el polvo


Pasa el todo y la nada
Los ángeles tocan sus cítaras
Su música celestial no te alcanza

Pasan los inviernos


Cual golondrinas azules
Extendidas sobre nuestras espaldas

La noche cubre tus ojos


Y no la ves pasar

Del polvo alzan sus manos


Los muertos rompiendo sus lápidas

Sus gritos ahogados no te dicen


Y cuando vuela el polvo
Pasa el todo y la nada

Pero no despiertas
Sigues dormido

©2021, Rocío Valencia Haya de la Torre. Ríos Revueltos.


HAZ DE LUZ

Y ahora que

un presentimiento de muerte nos distancia

Ahora que el cielo, el mar y la tierra

Con su selva de edificios nos separa

Se abre el asfalto en dos

Como una garganta

Mi corazón se parte

Y un haz de luz

hecho de recuerdos se derrama,

sobre nuestros pies

blancos, dorados

Alzo la mirada a través de estatuas de niebla

Entierro bajo el agua nuestros cuerpos gastados

Nos tomamos de las manos

Es verano y tienes frío…

Entibio con un beso

El crepúsculo de tus ojos

©2021, Rocío Valencia Haya de la Torre. Ríos Revueltos.


DOS ADOLESCENTES

En las profundidades de la memoria

Duermen el sueño de la paz

Los besos de dos adolescentes

Estáticos,

Congelados en el tiempo

Dalias clavadas en lo más profundo

Amor de niños, el más puro

Aguarda dentro de un capullo

La labor del dolor y del tiempo

La poeta enamorada

Convoca y devuelve a la vida

Los fantasmas de su primer amor

La luna llena es su aliada

La noche es clara

Las estrellas están alineadas

Se amarán de madrugada

Unidos en cuerpo y alma

Beberán sedientos de la misma fuente

La vida da,

La vida quita,
La vida casi nunca devuelve…

Escrito está

En aquel libro

Donde no existe el tiempo

©2015, Rocío Valencia Haya de la Torre. Dos adolescentes.


SOPHÍA YANEZ GARCÍA

El sonido de la pureza (2019)

La Pureza parte en busca del sonido secreto del agua


en aras del gran desierto y de esa nieve que esconde bajo el hielo
el río de tus ojos vueltos nube.

canto de lluvia luminosa


madrugada de rubíes y zafiros
fosforescencia del Mar
y tesoros ocultos tras un sol frío.

La Pureza es cocinar garbanzos


y saber cuándo es y cuándo no es
hora de sentarse a la mesa.

Inventar cosas ininteligibles


al fondo de la olla
y no comerte ni un solo grano
hasta que todos se sienten juntos
a masticar sus sueños
como si el pan fuera parte
del Alma que los lleva a sentarse
a todos a la misma mesa.

sentarte en la cornisa de las horas


y ver que, a pesar del amor invertido,
no tienes ni siquiera una pestaña de sombra
donde asentar tu nombre.
La Pureza es asertarte en el espacio en blanco
sabiendo que eres maravillosa.
Y no esperar ya que nadie mida
ni dos centímetros
ni cinco centavos
de la luz que te forma.

Al final sabes bien que la Luz tampoco es tuya


aunque por unos cuantos eones, te pertenezca.

La Pureza es una tarde de aguacero


en que decides apostarle a John Lennon
a ver si aún subsiste de cuerpo entero
el rojo pasión de Strawberry Fields.

© 2019, Sophía Yánez García. El sonido de la pureza.

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