Está en la página 1de 7

2

ESTRATEGIAS PARA TRABAJAR LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN EN


CASA

¿Cómo enseñar a los niños a gestionar la frustración?

La frustración se define como el sentimiento que se produce cuando una persona no alcanza
algo que desea, o no suceden las cosas como quiere que pasen, deriva de la impotencia, la
rabia y la tristeza.
Resulta de lo más compleja ya que convive con otras emociones y aparece cuando no
somos capaces de gestionar una situación sobre la que teníamos ciertas expectativas, o
cuando nos llevan la contraria y no queremos ceder ante las opiniones de la otra persona.
Para aprender a gestionarla, debemos contar con recursos y estrategias, así como una base
que nos permita solucionar esas situaciones, que si no se canalizan de forma adecuada
pueden derivar en conflicto.
Lo primero es fortalecer la empatía en los niños para acceder a mayor reflexión y escucha.

¿Cómo trabajamos la empatía en casa?

 Primero preguntamos a nuestro hijo qué cree que es la empatía y para qué sirve, ya
que iniciar un tema haciéndole reflexionar y averiguar sin información adicional le
crea curiosidad e interés. 
 Una vez que ha expuesto lo que opina, como padres pasan a definir el concepto:
explicar la empatía mediante un cuento o una historia les ayudará a captar más la
atención (si hay estímulos visuales, siempre resulta más atractivo que si sólo es a
nivel verbal).
 ¡Empezamos a practicar! Solicitamos a nuestro hijo que escriba en un papelito una
situación que haYA vivido y que le haya generado frustración y en la que cree que
debería haber puesto en práctica la empatía. Posterior a ello les compartirán dicha
situación, de esta forma podrán generar alternativas de solución en conjunto
practicando la empatía, la comprensión de las necesidades del otro y un entorno de
confianza y apoyo.
 Momento de reflexión: después del juego práctico, le preguntamos a nuestro hijo
qué le ha parecido el papel de la empatía ante la frustración y se hace un cierre de la
actividad.

Ante la frustración, es necesario seguir el siguiente proceso y exponer a los peques a los

pasos que pueden dar. Esto les permitirá fomentar su capacidad de pensamiento estratégico

para establecer metas ante ciertas expectativas, así como planes alternativos cuando no las

cosas no salen como desearían.


2

Pasos

 Reconocimiento de dicha frustración (con la emoción correspondiente que se


relaciona en ese momento: rabia, tristeza…)
 Relajación para bajar la intensidad de la emoción. 
 Búsqueda de una solución.
 Puesta en práctica.

Ejemplo

 Ante dicha situación (frustración) empiezo a hablar un poco mal a mis padres,
hermanos, etc. es importante empezar por reconocer que siento, si es enojo,
tristeza, molestia, etc.

 Creo que debo bajar la intensidad de mi rabia para que la frustración (y la situación)
no me controle.

Pongo en práctica una técnica de relajación: pido a mis padres si puedo ir un


momento al baño, alejándome así por un segundo de la situación y calmándome
tomando un poco de agua o respirando.

 Pienso que hay que encontrar una solución porque de lo contrario no podre
continuar con mis actividades y eso no me beneficia.

Estaré dispuesto a escuchar, así podre recibir apoyo y podre organizar mis
actividades. Tengo que aprender que no puedo controlar todo y que cada error me
ayuda a mejorar, está bien no saberlo todo.

 Muestro empatía con mis padres, hermanos, buscamos entre todos la manera de
aportar una parte que nos haga sentir cómodos y en un espacio de respeto.

Enseñar técnicas de relajación

El niño frustrado no podrá establecer empatía, ni un pensamiento positivo, y mucho menos

establecer una estrategia si no tiene sus emociones desagradables bajo un mínimo control.
2

Es decir, si está enojado porque no se entiende con sus compañeros haciendo un trabajo, no

podrá aportar una solución al conflicto.

Por ello es necesario enseñar a los niños a bajar el nivel de intensidad de sus emociones

para que no acaben en frustración. Se pueden practicar en casa a modo de juego.

Algunas técnicas de relajación son:

 Respiración 1,2 3. (indicaciones y videos en aula virtual de orientación


psicopedagógica)
 La técnica del volcán.
 Mindfulness. (indicaciones y videos en aula virtual de orientación psicopedagógica)
 La técnica de la tortuga. (indicaciones y videos en aula virtual de orientación
psicopedagógica)
 Alejarse de la situación conflictiva
 Mi lugar tranquilo (cerrar los ojos y pensar en un lugar relajante donde solo estés tu)
 Pensar en algo que genere un pensamiento positivo inmediato (pensar en mi
mascota, recordar momentos de tranquilidad)

Otras estrategias:

 Mostrar al niño que este sentimiento es una percepción alejada y sobredimensionada


de la situación por la que está pasando.
 Reflexionar en torno a los sentimientos que provocan las diferentes situaciones que
se viven día a día para aprender cómo manejarlas.
 Hacer ejercicios que permitan hacer diferencia entre los deseos y las necesidades.
 Fortalecer el pensamiento reflexivo para determinar las habilidades propias y cómo
manejarlas.

Técnicas para trabajar la tolerancia a la frustración.

Para enseñar al niño (a) a tolerar la frustración, existen consejos útiles que detalló a
continuación:

1. Dar ejemplo. La actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las situaciones adversas
es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas.
2

2. Educar en la cultura del esfuerzo. Es importante enseñar al niño que es necesario


esforzarse. Así aprenderá que el esfuerzo es, en muchas ocasiones, la mejor vía para
resolver algunos de sus fracasos.
3. No darle todo hecho. Si se le facilita todo al niño y no se le permite alcanzar sus retos por
sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo
enfrentarse al fracaso.
4. No ceder ante las rabietas. Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos,
en rabietas. Si los padres ceden ante ellas, el pequeño aprenderá que esa es la forma más
efectiva de resolver los problemas.
5. Marcarle objetivos. Hay que enseñar al niño a tolerar la frustración poniéndole objetivos
pequeños que pueda ir superando.
6. Convertir la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente
oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá
afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse.
7. Enseñarle a ser perseverante. La perseverancia es esencial para superar situaciones
adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos de sus
problemas, sabrá controlar la frustración en otras ocasiones.
Ante la frustración, hay que enseñar a los niños formas positivas de hacer frente a estos
sentimientos adversos.
Para ello, se pueden utilizar distintas estrategias:

 Enseñar a identificar las emociones y sentimientos cuando aparecen y cómo poder


solucionarlas.
 Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda. A algunos pequeños les cuesta pedir ayuda,
mientras que otros la piden constantemente y de inmediato. Hay que enseñar al niño a
intentar encontrar una solución primero. Si se siente frustrado al realizar alguna tarea,
debemos intentar enseñarle a evitar la frustración: “¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte
o abandonar la tarea?”.
 Representar papeles. Se puede jugar con el niño a interpretar una situación frustrante. Por
ejemplo, el pequeño tiene que hacer los deberes, pero quiere irse a jugar al parque. Primero,
2

el niño interpretará la frustración y luego adoptará el rol opuesto. Se le puede animar a que
hable consigo mismo de forma positiva y busque una manera de resolver el problema.
 Reforzar las acciones apropiadas del niño. Es importante elogiarlo cuando retarde su
respuesta habitual de ira ante la frustración, y cuando utilice una estrategia adecuada.
 Reforzar los pasos y no solo las metas: con ello favorecemos que sea el camino, su
esfuerzo, sus acciones, lo que valen la pena, lo que ha de valorar, no solo el logro final.

¿Por qué los juegos de mesa mejoran la tolerancia a la frustración?

Perder es genial para esto. Es, de hecho, una de las mejores lecciones: no siempre se gana,
pero no pasa absolutamente nada, porque el proceso, el juego, ha sido divertido.

Aprender a demorar la recompensa: no es empezar a jugar y ganar, hace falta tiempo y


dar una serie de pasos, de manera que aprenden a que la recompensa, la gratificación, lo
que ellos quieren, no es inmediata.
2

No tenemos control sobre todo lo que nos rodea: el factor suerte de los juegos les enseña
que hay elementos en la vida sobre los que no tenemos control, que no podemos cambiar,
de manera que aumenta la tolerancia a la frustración.

Favorecen la flexibilidad cognitiva: tienen que adaptarse a condiciones impuestas desde el


exterior -normas- pero también a los giros que den los juegos en base a los
comportamientos de los compañeros, de cara a alcanzar el objetivo.

Juegos en los que haya cambios de normas (que sean algo más complejos) o que
impliquen que decisiones de otros jugadores nos afectan, son ideales, porque nos sirven
para trabajar la flexibilidad.

Juegos en los que podamos conseguir el objetivo de diferentes maneras también nos son


de gran utilidad, ya que permiten que si el niño se ha “enganchado” con una opción vea que
tiene otras y que la manera de resolver el problema es buscar alternativas, no enfadarse o
sentirse mal.

Los juegos por turnos ayudan a reducir la impulsividad y la impaciencia.

 JUEGOS COOPERATIVOS: Este tipo de juegos, además de reforzar el


trabajo en equipo y la consecución de un objetivo común, nos ayudan a suavizar
la frustración y a ir interiorizándola como parte del juego.

En los juegos colaborativos, o ganamos todos o perdemos todos. Podemos


perder, por tanto, pero lo hacemos todos juntos. Por tanto, brindan la
oportunidad perfecta para ser un buen modelo. Para ellos “duele menos” si no les
gana alguien (sino el propio juego), pero, además, si les explicamos que estamos
en la misma situación que ellos y nos lo hemos pasado bien a pesar de perder, les
ayudamos a tolerar esa frustración de no haber logrado el objetivo.

 JUEGOS CON RECOMPENSAS PARCIALES: Existen muchos juegos tanto


modernos como tradicionales en los que no se decide todo al final. Esta
sensación es, a fin de cuentas, una sensación de triunfo, aunque sea parcial, y
2

pone el foco ya no en ganar el juego sino en cumplir pequeños objetivos propios


y, por tanto, disfrutar del camino.

 JUEGOS CON NORMAS CAMBIANTES: Hay determinados juegos que


ponen a prueba nuestra flexibilidad cognitiva, ya que tienen normas complejas
del tipo: “Si hay una flecha vertical, la norma a seguir es esta, pero si el símbolo
es este otro o un jugador ha hecho tal cosa, la norma es aquella”.

Son juegos que nos hacen ser conscientes de que las normas no son siempre las
mismas y que hemos de adaptarnos a ellas, a pesar de que eso pueda no ser
cómodo.

Orientación Psicopedagógica.

También podría gustarte