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Recordemos que durante estos años se está dando en Europa la Revolución Industrial y
la consecuente industrialización de los países. Ahora la riqueza se centra en la fábrica y
la producción industrial, se está sentando el sistema capitalista.
concentración de la economía en puntos muy determinados del país (Cataluña y
País Vasco), 4) El proteccionismo a ultranza y 5) La falta de capitales. Por otra
parte, el comercio es el único que alcanza en esta época un fuerte desarrollo, debido
a una cuestión obvia: el libre comercio entre España y las Indias. Otra característica
importante es que la hacienda española se encuentra en pésimo estado debido a los
gastos producidos por las guerras contra Inglaterra. Se habían emitido vales reales, que
eran una especie de títulos de guerra, los cuales superaron considerablemente el
respaldo de dinero real que poseía España. Con respecto a la estructura social, nos
encontramos con que el estamento privilegiado cada vez es menos importante
numéricamente en relación con el resto de la población, y además la población urbana
se desarrolla.
Hay una cuestión fundamental, característica de la sociedad española, que es
la presencia de la iglesia. Al finalizar el siglo, la iglesia ejercía una influencia mucho
mayor de lo que se podía imaginar. Hasta en los pueblos más pequeños había una
iglesia. Para hacernos una idea: en una ciudad pequeña como Olmedo, de 2.000
habitantes, había siete iglesias y siete conventos; en Valladolid, un núcleo urbano más
importante, con 21.000 habitantes, había cuarenta y seis monasterios, catorce
parroquias y, junto a esas cifras de edificios pertenecientes a la iglesia, entre frailes,
monjas y sacerdotes constituían un 20% de la población.
A partir de esta valoración de cómo estaba España antes de la revolución y la
guerra, hay que ver la parte política. Nos encontramos con una crisis política que podría
considerarse en cierto modo el detonante de la situación posterior. Esta crisis viene
determinada por una serie de hechos que van a causar perjuicio al prestigio de la
monarquía española como institución. En 1792 llega al puesto de jefe de gobierno
Godoy, quien será importante a la hora de hablar de este aspecto. En esa fecha él es
muy joven y se le acusa de ser el “favorito” 5 de la reina en funciones, María Luisa de
Parma. El pueblo le considera el valido, lo que provocará que sea la figura más
proclive a las críticas. Godoy se posiciona en el radicalismo contra los
revolucionarios franceses. Hay que comprender que es en esas fechas en las cuales
Louis XVI es ejecutado en Francia, lo que provoca que en Europa las monarquías
católicas reaccionen ante el peligro de la revolución. Recordemos que se comienza una
guerra contra la Convención, en la cual España participa, y se supondrá un tremendo
fracaso para las monarquías católicas. En 1799 se hunde el frente español en la zona
occidental de los Pirineos, lo que aprovechan los franceses para ocupar Guipúzcoa
y otras zonas del norte del Ebro.
Ante esta situación, España comienza una larga serie de tratados con los
franceses para frenar el peligro revolucionario. El primero es la Paz de Basilea de
1795, por la que España acepta el nuevo régimen de Francia. En 1796 se firma el
tratado de San Idelfonso, por el que España se convierte en aliada subordinada de
Francia. Tras el golpe de estado del Brumario y la coronación de Napoleón finaliza
esta etapa de tratados, cuando en 1807 se firma el Tratado de Fontainebleau, por
el cual se sientan las bases de la intervención francesa. Para Napoleón, España va a
ser un punto clave para frenar a los ingleses, ya que España es el paso directo hacia
Portugal, el aliado continental de Inglaterra. Lo más importante de Fontainebleau era
que se permitía la entrada de tropas francesas en España, camino de Lisboa, a las
cuales después se uniría un cuerpo de tropas españolas. Los intereses de Napoleón
quedan muy claros, ya que no sólo quiere aislar a Gran Bretaña y quedarse con zonas
del este europeo, sino que además quiere destronar la monarquía borbónica y
ocupar el país y conquistarlo para su control.
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La profe dijo que era el amante, pero luego se echó a atrás y le denominó “favorito”.
Unido a todo esto, la monarquía sigue perdiendo prestigio como el resultado de
una serie de actividades promovidas por el príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII,
que pretende hacerse con el poder. Estas acciones darán lugar al Motín de Aranjuez,
que es un levantamiento de las clases privilegiadas españolas, aunque también
participaron campesinos y el pueblo bajo madrileño. El Motín de Aranjuez es algo
que se hace contra Godoy y que marca la pauta del enfrentamiento contra los
franceses. Se hace el asalto del palacio de Aranjuez y se provoca la deposición de
Godoy y la abdicación de Carlos IV en favor de su hijo. Esta es la primera vez que
un monarca es destronado por una acción popular, y es importante porque deja a
Napoleón en una situación favorable para realizar la sustitución dinástica. Napoleón
sabe aprovechar su baza y convoca a los reyes de España y al futuro Fernando VII y les
fuerza a firmar las abdicaciones de Bayona, por las cuales toda la familia real
española renuncia a los derechos sobre el trono de España y las Indias en favor de
Napoleón.
Ante estos hechos, el país tiene algo que decir, y es cuando surge el conflicto. Se
produce una dualidad de poderes en España: por un lado estará José Bonaparte y
por otro estarán las Juntas españolas. Napoleón va a transferir la corona a su
hermano José y decide convocar en Bayona las Cortes de Nueva Planta, que tienen
representación de los tres estamentos, con un total de 150 miembros en su formación.
Tienen un éxito muy limitado, porque el número de asistentes es la mitad de los
previstos, con lo cual el apoyo que se pretendía conseguir va a ser mucho menor. En
estas cortes se aprueba un texto constitucional que resulta un híbrido entre
algunas instituciones españolas y varios capítulos del Senatus Consultus francés, el
cual había dado a Napoleón el título de emperador. El motivo de esta constitución
es presentar a José Bonaparte como el reformador que necesita la sociedad
española. Llamamos a este documento constitución, pero en realidad no deja de ser
una carta otorgada, porque es un texto dictado por el monarca, al cual no quita poder,
y porque no hay participación de los individuos. Diferenciamos dos partes:
1. Descripción del sistema político que existirá en España, es
decir, en las instituciones que habrá y el proceso que se seguirá para
ponerlas en marcha. Sigue mucho el formato francés. Aunque con cierto
carácter liberal, establece un sistema autoritario.
2. Las reformas institucionales que, de haberse aplicado,
hubiesen supuesto una profunda transformación en la sociedad española.
Incluye una declaración de derechos donde aparentemente se suprimían los
privilegios, había libertad de movimientos y se abolía el tormento. Otras
reformas incluían: establecer una unidad de códigos, consolidar la deuda
pública, suprimir las aduanas internas, separar el tesoro público del tesoro de la
corona y revisar algunos textos que en aquella época era importante revisar,
como los Fueros de Vizcaya.
Durante el breve periodo de su reinado, José Bonaparte contó con un grupo de
apoyo que se apodó “los afrancesados”. Eran un grupo político que tenía una
importante autoridad y que quería implantar en España un régimen monárquico con
una autoridad muy fuerte para evitar revoluciones, pero que también promueve las
reformas que España necesitaba. Este grupo llegó a sufrir una fuerte represión,
hasta el punto de sufrir en muchos casos el exilio.
Hacemos hincapié en que por un lado tenemos el poder de José Bonaparte, un
poder monárquico, y por otro lado las juntas, cuyo poder está apoyado por el
pueblo. Fernando VII había nombrado al partir a Bayona una Junta de Gobierno
con atribuciones bastante limitadas, lo cual la incapacitó para tomar decisiones y
enfrentarse a los hechos producidos en España. Por otra parte, el Consejo de Castilla
a lo largo del siglo XVIII se había convertido en una pieza clave del sistema
institucional español. Su única actividad se centra en tranquilizar los ánimos de la
población, y será proclive para pactar con el invasor.
Ante el vacío de poder y la incapacidad de las instituciones para tomar
decisiones se produce un movimiento juntista que se plasma en Juntas Superiores
Provinciales que sustituyen a las antiguas autoridades y que están formadas por figuras
preminentes de la vieja administración, pero que aun así lograrán la quiebra del antiguo
poder absoluto. Estas Juntas Supremas deciden aunar sus esfuerzos y se constituyen en
la Junta Central Suprema ingubernativa del reino. Se movió en dos planos de actuación:
1) atender a las necesidades de la guerra y 2) promover iniciativas revolucionarias al
convocar cortes y disponer que se consultase la opinión pública acerca de las reformas
que necesitaba el país y que la época exigía. De este objetivo va a surgir un texto
político que se conoce como La Consulta al País, donde se pregunta a muchas
instituciones qué es lo que hay que hacer para cambiar España. De este texto nacerá
después la Constitución de Cádiz. Hay que tener en cuenta que a los que se consultaba
era a aquellos que sabían leer y escribir, de modo que la gran mayoría se trataba de
miembros del estamento clerical.
En 1808 nos encontramos con que la monarquía está dividida: por un lado hay
un gobierno imperial, representado por José I, y por otro lado está el monarca en el
exterior, Fernando VII, al que la Junta Central espera con impaciencia (que luego se
demostrará infundada). Este clima desemboca en una guerra de independencia y, sobre
todo, de resistencia. Va a tener tres actores: los franceses, las tropas españolas que
apoyan a los franceses y las tropas españolas revolucionarias. El ejército español
contaba teóricamente con unos cien mil hombres, de los cuales quince mil estaban en
Dinamarca, y que además no tenía ninguna experiencia directa de combate. Por su lado,
el ejército francés tenía unos ciento diez mil hombres distribuidos en cinco ejércitos, a
los que se sumaron cincuenta mil más en agosto. Sin embargo, la superioridad no era en
número, sino en reformas organizativas que habían convertido al ejército francés en
algo muy peculiar: tenía una moral muy alta porque estaba formado por ciudadanos
libres, frente al resto de los ejércitos dinásticos, que no tenían ninguna conciencia de
qué o para qué era la guerra. Las reformas hechas por Carnot en el ejército francés
suponían una serie de ventajas ante cualquier otro ejército, pues tenían mayor movilidad
por su formación en divisiones que viven directamente en el país, por lo que no
necesitan la logística de otros ejércitos. Tenían una mejor acción ofensiva,
concentración de fuerzas y una táctica nueva, que era la columna de asalto frente a la
línea de combate. Frente a esta superioridad, las acciones bélicas de la guerra tuvieron
una serie de etapas:
1. Primavera-verano de 1808, en la que se proyecta una rápida
ocupación pensando en que la resistencia sería muy débil y que había que
distribuir los ejércitos hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste para ocupar las
zonas más importantes. Esas zonas eran Cataluña, Sevilla, Cádiz y Valencia.
Junto a eso había que mantener la línea de comunicaciones Madrid-Hendaya. La
derrota de los españoles en Medina del Río Seco permitió a los franceses tener
seguro el camino hacia Madrid. El fracaso del sitio de Zaragoza de la campaña
de Cataluña y la derrota del general francés Dupont frente al general Castaños en
Bailén modificó totalmente la situación estratégica militar. Los franceses se
retiran a Vitoria para impedir el corte de las comunicaciones, y el ejército de
Andalucía pacta con los ingleses para retirarse por mar a Francia.
2. La campaña napoleónica (1808-1809): se proyecta como una
batalla de aniquilamiento y supone la entrada en España de Napoleón al frente
de doscientos cincuenta mil hombres, en su mayoría veteranos de la Grande
Armée. Toma Burgos y llega a Madrid, que capitula y logra que los ingleses
embarquen en La Coruña. Sin embargo, la lucha no va a ser nunca frontal, y
aunque la ocupación del país sea total, España va a conservar casi totalmente
intactos sus recursos humanos y buena parte de los medios materiales. El por
qué: la guerra de guerrillas.
3. Guerra de guerrillas (1809-1811): Guerra de desgaste
caracterizada por una serie de principios estratégicos:
3.1. Es una actividad permanente, todos los nacionales son
combatientes, estén o no en el ejército, y aprovechan cualquier oportunidad para
ocasionar pérdidas al enemigo.
3.2. El asesinato obligatorio de los rezagados.
3.3. El apoyo popular, que es total, y que hace del territorio un medio
hostil al enemigo y favorable al guerrillero.
3.4. La renuncia a la conservación del terreno.
3.5. En caso de peligro, la retirada y dispersión hace que los medios
queden intactos
3.6. Tener siempre superioridad de fuerzas, que el combate fuera muy
rápido y que hubiera certeza de éxito. La guerra de guerrillas se ha exaltado por
los valores humanos que presentaba más que por el valor militar. Para Artola, la
guerra no se ganó en las batallas grandes, como Arapiles o Vitoria, sino que se
ganó porque los franceses se toparon con un ejército que estaba siempre en
activo y que no permitía el descanso de las tropas enemigas.
4. Campaña ofensiva hispano-inglesa (1812-1814): en esta época, el
ejército francés queda debilitado por tener que mandar la mitad de su
contingente a la guerra de Rusia. Todo esto hizo que la situación de la península
fuera insostenible para Napoleón. La batalla de Arapiles fue la consecuencia de
la nueva situación, y bastó para que los franceses abandonaran Andalucía. A
partir de ese momento la guerra está prácticamente decidida. Un año después fue
suficiente para que Wellington mantuviera una constante amenaza a lo largo del
eje de comunicaciones para que los franceses se batieran en retirada. La batalla
de Vitoria tuvo lugar sólo porque los franceses se detuvieron para dar tiempo a
las tropas de Logroño a conectar con la columna de retirada. A finales de 1813,
el ejército anglo-español al mando de Wellington, no sólo ha expulsado a los
franceses, sino que ocupa una pequeña parte de su territorio. La batalla de los
ejércitos coaligados en París y la destitución de Napoleón provocó que los
generales franceses pactaran con Wellington el cese de las hostilidades,
comprometiéndose a evacuar las plazas que todavía tenían ocupadas en la
península. Esto supuso el fin de la guerra, y la paz se firmó en Valençay en
1813.
Artola distingue dos fases para que haya revolución: la conquista del poder y la
conformación de un nuevo orden social sobre unas bases teóricas distintas a las que
habían estado vigentes previamente. Si no se cumple lo primero, el cambio nunca podría
denominarse revolucionario, mientras que si sólo se cumple la conquista del poder pero
no hay después un cambio social, estaríamos ante un periodo contrarrevolucionario.
En España, la Junta Central había decidido trabajar en dos frentes o ámbitos
distintos, ya mencionados antes: la guerra y la convocatoria de cortes. Por ello se van a
crear dos secciones: la sección ejecutiva, que asumió las funciones del gobierno, y la
comisión de cortes, que se encargaba de preparar la convocatoria de esas futuras cortes.
La Junta Central, entonces, va a realizar una gran encuesta, ya mencionada, La Consulta
al País. Es un texto homogéneo que se envía a todas las autoridades o instituciones
públicas con importancia. Se les pregunta cómo quieren que sean las nuevas cortes, los
asuntos que deben tratar y los problemas que ven en el país. Las respuestas dadas a esa
consulta elaboran textos articulados incluso de constitución. Por un lado se dice que hay
que limitar el poder real, se habla de participación en el texto legislativo (y la
representación), por otro lado se habla de derechos individuales y reformas sociales.
En esta situación Andalucía es invadida (1810) y la Junta Central va a renunciar
a sus poderes en favor de una regencia cuyo principal interés estará en los problemas de
la guerra, inhibiéndose de la convocatoria de las cortes. Esa regencia ni las va a sabotear
ni va a intervenir en la convocatoria. Llegan a Cádiz los representantes de todo el
territorio para hacer la reunión de las corte. Dejan la regencia como un poder
subordinado, porque esos individuos promulgan la soberanía nacional y se rigen en
Asamblea Constituyente. A partir de ese momento podemos hablar de la Constitución
de Cádiz.
La Constitución de Cádiz es el texto más importante del siglo XIX en España. Es
un texto liberal que parte de un supuesto, el de la situación política existente en el país,
es decir, el país se encuentra en revolución y a partir de ese momento es necesario que
alguien tome ese poder, el cual debe pasar a manos de la burguesía. Pese a ese asunto,
los representantes tienen muy clara la oposición del rey, por lo cual establecen una serie
de garantías para que el monarca quede con las manos atadas y que, lógicamente, no
pueda oponerse a lo que se fije en la constitución. Esas garantías sólo ocurren en el caso
de la Constitución de Cádiz.
En primer lugar aparece una Declaración de Derechos del Ciudadano, similar al
modelo francés, pero con una peculiaridad: no está ordenada, sino que está esparcida a
lo largo del texto, con el propósito de disimularlo, ya que si fuese claramente visibles se
anularía la constitución. En esta declaración de derechos, aunque no estén ordenados,
está presente la trilogía liberal: libertad, igualdad y propiedad. También se recoge de esa
forma tan difusa la libertad de imprenta y el derecho de petición (el derecho de un
individuo para hacer una petición).
En segundo lugar se define el sistema político, afirmando que la soberanía reside
en la nación, así como la facultad de elaborar normas, con lo cual se ha de recurrir la
representación en cortes. Se establece una clara división de poderes: el legislativo reside
en las cortes con el rey, el ejecutivo corresponde al rey y el judicial a los tribunales. A la
corona se le respeta tener iniciativa legal, y veto suspensivo durante dos legislaturas, lo
que significa que puede vetar una ley durante dos legislaturas pero, si sale en una
tercera, debe aceptarla.
Tenemos varias peculiaridades en la Constitución de Cádiz:
1. Las cortes están formadas por una cámara única. Es una situación
extrema de concentración de poder legislativo, donde están representados los
ciudadanos. La persona del rey es inviolable, pero no puede suspender, impedir
ni disolver las cámaras, que se reúnen anualmente y sus sesiones duran tres
meses de forma continuada. Durante el tiempo que las cortes no estén reunidas
habrá una diputación permanente de cortes que vela por el cumplimiento de la
constitución y, en caso necesario, va a convocar cortes extraordinarias.
2. El sistema electoral está en la propia constitución. Establece un
sufragio indirecto censitario, donde sólo tiene cabida la clase social que
promueve la revolución: la burguesía. Los eclesiásticos regulares tampoco
pueden participar. El sufragio establecido altera en cierto modo la voluntad
inicial de la revolución.
3. Hay leyes sobre los ayuntamientos. Es el único texto que tiene un
apartado de ayuntamientos y provincias en toda la historia mundial. Esto
significa que España en estas fechas tenía una organización territorial difusa, y
los municipios y provincias necesitaban una legislación estable.
4. Obra social de la Constitución de Cádiz: tiene un carácter
programático, porque la mayoría de sus iniciativas sólo alcanzaron el nivel de
leyes promulgadas, entre las que destacamos:
4.1. La incorporación de los señoríos jurisdiccionales a la nación, fue
la única ley que tuvo aplicación legal.
4.2. 8 junio 1813: decreto para el fomento de la agricultura y
ganadería. Suponía para el propietario la libre utilización de sus fincas y la
libertad de contratación, tanto en lo relativo al precio como a la duración. Esta
medida va a provocar la reacción de los campesinos.
4.3. Libertad de contratación del trabajo y fin de la organización
gremial. Es una ley parecida a la Ley Le Chapelier de la Asamblea
Constituyente francesa.
4.4. 13 septiembre 1813: decreto sobre la clasificación y pago de la
deuda nacional. Es un primer proyecto de desamortización para solucionar el
grave problema financiero de España. Para los burgueses esta era la situación
ideal, porque como contribuyentes que eran, les liberaba de una carga para con
el estado, y como compradores, creaba una fabulosa oferta al lanzar al mercado
una gran masa de bienes nacionales que podían comprar.
4.5. En la misma fecha: decreto para establecer un plan de
contribuciones públicas. La contribución sería única, directa y proporcional en
función de la riqueza, proporcional tanto para las provincias como para los
individuos.
Sin embargo, en España hay aún muchos problemas. El regreso del rey, que
estaba en Francia, va a plantear un problema, que es el de su integración en el sistema
político definido en Cádiz. Cuando llega Fernando VII la revolución va a ser liquidada,
porque dará un golpe de estado en mayo de 1814, por el cual se declaraban nulos y sin
efecto tanto la constitución como los decretos de las cortes. Se volverá al absolutismo,
pero en España esa situación ya parecía inviable, y finalmente el monarca tendrá que
claudicar. Se inicia entonces un periodo lleno de cambios que acabará por imponer el
régimen liberal, que tendrá doble vertiente: moderados y progresistas.
De 1814 a 1820 se hace en España un pronunciamiento burgués liberal por año,
y una conspiración también de manera anual, hasta que en 1820 se levanta Riego en
Cabezas de San Juan y proclama la Constitución de Cádiz. Las tropas que están en ese
momento a su cargo hacen una marcha por Andalucía, que es un fracaso, pero que
finalmente triunfa porque se ve acompañada de un movimiento juntista en todo el
territorio nacional. Comienza un corto periodo de colaboración por parte de la
monarquía, jurando Fernando VII la constitución. El régimen sigue las mismas reformas
de 1814, y empiezan a aparecer partidos políticos. Pero cuando el rey se oponga al
levantamiento de Riego y a someterse al régimen constitucional, pedirá ayuda al
exterior, y envían a España a los Cien Mil Hijos de San Luis, acompañados en España
por el llamado ejército de la C. Provocan así la vuelta al absolutismo. (Acaba de
fumarse en un párrafo el Trienio Liberal de Riego, en el que no profundiza en absoluto,
pero para que sepáis que este es el Trienio Liberal 1820-1823) decreto del puerto de
sanatamaría, demostrando que las innovaciones del proceso revolucionario liberal no
eran igual en todos los munciipios porque en la mayoría no se conocerían los hospitales,
ni teatros, ni servicio de alcantirallado habiendo sociedad precapitalista interesada en
migraciones estacionales en función de las cosechas. En 1834 con 50 artículos se hacia
un régimen seudoparlamentario con dos estamentos proces y procuradores elegidos por
el rey y que tenía este estatuto la fijación de capacidad de votacio´n reducida y sufragio
censitario. Esta etapa de la década ominosa da lugar a la restauración q).
AMÉRICA:
Al mismo tiempo que se produce la revolución burguesa en España e islas
adyacentes, se producen los intentos revolucionarios en las colonias americanas,
tendientes a lograr la independencia. En las zonas coloniales existía un pacto colonial
con la metrópoli que implicaba la existencia de instituciones similares a las españolas en
todas las colonias. Estas instituciones estaban dirigidas por españoles, que eran los
únicos que tenían poder, al contrario que pasaba en Estados Unidos, donde son los
propios individuos de la zona los que dirigen sus instituciones.
Había una dependencia económica de la metrópoli, que se reserva el monopolio
comercial, de manera que la materia prima usada era la colonial y los productos
manufacturados eran de la metrópoli.
Hay sectores sociales que no son aún clases ni estamentos, pero que tienen
grandes diferencias políticas, económicas y de raza:
1. Españoles metropolitanos, que detentan los cargos públicos,
administrativos, eclesiásticos y militares.
2. Criollos, que son hijos de españoles nacidos en América y que
están puros de mezcla racial. No pueden detentar altos cargos, pero tienen una
posición económica sólida. Suelen ser comerciantes, propietarios de minas y de
las incipientes industrias. Su participación política reside en el control de los
cabildos6 o ayuntamientos.
3. Población no blanca o mezclada, entre la cual se incluyen los
mestizos, mulatos, zambos o indios. Están obligados al trabajo en las tierras o
minas, no son propietarios. Luego, a parte, están los esclavos negros. Todos
ellos trabajan para los criollos.
Esto significa que hay un conflicto socioeconómico latente que enfrenta a los
criollos con los indios, y un conflicto político que enfrenta a los criollos con los
metropolitanos, en el que los indios no están interesados y se suelen posicionar en
contra de los criollos. Se produce una serie de insurrecciones de carácter local
desconectadas entre sí, que fracasan en la mayoría de ocasiones. Pero cuando en 1808
Napoleón acaba de invadir España, se producen las condiciones favorables para llevar a
cabo el alzamiento contra la metrópoli. El vacío de poder en estas fechas se hace notar
de forma contundente en las colonias, donde los cabildos, controlados mayoritariamente
por los criollos, deciden crear juntas para defensa del rey Fernando VII. Juntas iguales a
las que se creaban en España, las cuales intentan coordinarse entre sí y dar el salto hacia
el planteamiento independentista, pero que aun así defienden al rey Fernando VII. De
1810 a 1815 varias de esas juntas van a declarar la independencia: Caracas 7, Venezuela,
Ecuador, Argentina, Chile y México. En 1815 España sólo conserva el virreinato de
Perú, donde comienza la contraofensiva para recuperar los territorios independizados.
La victoria sobre los independentistas se conseguirá por varias razones:
6
corporaciones municipales creadas en las Indias (América y las Filipinas) por
el Imperio español para la administración de las ciudades y villas.
7
Por aquel entonces, Caracas era independiente de Venezuela.
1. Estos individuos que se independizan no cuentan con el apoyo de
las capas populares.
2. Tampoco hay apoyo extranjero, ya que en Inglaterra en esas
fechas es aliada de España. Además, Inglaterra y EEUU tienen un conflicto entre
sí, la 2ª guerra de independencia.
TEMA 8
A comienzos del siglo XIX se había intentado llevar a cabo la revolución del
régimen señorial, de manera que en 1808 se había llevado a cabo la revolución liberal,
una etapa que rompía con el pasado. En 1811 se dicta el primer decreto para abolir los
señoríos, algo que se retomará en todos los periodos liberales (1812, 1820, 1823 y
1837). En agosto de la última fecha se va a producir un cierto retroceso, porque se habla
de abolir el régimen señorial pero sin reconocer el concepto burgués de propiedad. Los
señores debían presentar los documentos que probaran la territorialidad de su señorío,
de manera que con ese documento podía justificarse que un noble fuera dueño de una
propiedad. Lo que se pretendía era que esa propiedad cambiara al concepto de
propiedad burguesa: una propiedad libre, individual y absoluta. En cualquier caso,
muchos nobles no tenían los papeles de propiedad. Usando artimañas como, por
ejemplo, el soborno, siempre eran capaces de obtener los documentos para obtener
victoria en sus pleitos. De esta manera el noble ganaba la propiedad efectiva de sus
antiguos señoríos y quedaba legalmente en este formato. Se reconocen las grandes
propiedades, lo que perjudica al campesino, que pasa de ser un siervo con tierras a ser
un trabajador libre, pero sin ellas.
En Cádiz, en 1834, ya pasado el trienio, se dieron las primeras medidas para
poner en venta los propios o tierras de los pueblos. Según esa orden, el beneficio de esa
venta de esos propios podía aplicarse para que fuera un beneficio para los pueblos,
aunque había un requisito: que el dinero de esas ventas tenía que invertirse en comprar
deuda del estado. Haciendo ese formato se llegó a 1855, fecha en la que termina el ciclo
desamortizador, lo más importante es que en esa desamortización no se alcanzó lo
previsto, sino que fue un fracaso (Esto lo vemos más adelante). Hay que indicar que en
España hay un elemento fundamental para comprender como se establece el estado
liberal: superada la etapa del liberalismo más exacerbado, ciertos sectores de la
población, sobre todo la nobleza, va a militar en el bando de los liberales, lo cual
significaba que en la mentalidad de la época se va a crear una nueva aristocracia que,
lejos de alejarse de la ideología liberal, se va a conseguir involucrar dentro de ese
liberalismo y va a pasar a ser un grupo muy respetado y un grupo social que sigue
teniendo bastantes títulos de nobleza, pero tiene una dificultad: no tiene dinero
suficiente para mantener su estatus. Después de 1830, cuando en la mayoría de los
países de Europa la hegemonía social le pertenece a la burguesía, en España todo va a
suceder a la inversa, porque, haciendo una especie de ensoñación con el pasado
histórico, el potencial más importante a nivel político le va a corresponder a la
aristocracia, que se encontraba muy reforzada por la similitud que tenía con otros
grupos de la época y que la única dificultad que tenía era la de mantener un nivel
económico suficiente.
En España, entonces, tenemos una situación totalmente distinta a Europa. Se va
a establecer en el plano político un estado liberal moderado y doctrinario cuya
configuración social se va a marcar en los textos constitucionales de 1845 y 1876, que
son los dos textos de más prolongada vigencia en nuestra historia constitucional. Hay
una desconfianza cada vez mayor entre unas clases medias muy bajas y el estrato más
superior, de tal manera que en España los individuos no se vieron satisfechos por la
revolución política del grupo moderado. En España se podía poner en funcionamiento
una frase: “Si queremos que todo siga como esta, es preciso que todo cambie” (el
gatopardo).
De los dos estamentos más importantes que teníamos en España (aristocracia y
clero) una nobleza que se ha trasformado pero no se ha quedado debilitada, que ha
salvado sin excesivas perdidas la difícil situación en que le ha puesto la revolución, y ha
permitido involucrarse en una sociedad predominantemente clasista. Esa aristocracia ha
acertado a convertirse en un grupo social que ya no quiere que su forma de dominio sea
el de la tierra, sino que tiene intención de que el nuevo estado liberal permita que sus
antiguas propiedades se conviertan en esa propiedad burguesa ya mencionada. Esa
aristocracia va a seguir manteniendo los privilegios anteriores y va a mostrarse
interesada en integrarse en la sociedad burguesa, haciendo compras de títulos nobiliarios
siempre que sea posible. La iglesia en estas fechas se va a despegar del campesinado a
medida que tenga que aceptar como un hecho consumado la desamortización. Parece
que el verdadero poder de España lo había tenido hasta ese momento el clero, porque la
iglesia española de esas fechas podía ser entendida como una institución democrática,
ya que un primado podía ser hijo de un carbonero y aun así llegar a ser primado, y por
su parte, el episcopado podían ser individuos respetables pero a la vez generosos y
caritativos. Lo más importante es que esa iglesia va a querer ser una institución de
caridad y, por otro lado, tener también una íntima conexión con otras formas de la vida
social. El único problema que va a tener en estas fechas es la desamortización. La
desamortización se pone de manifiesto desde principios del s19, y es anterior incluso a
la revolución. Esa desamortización sirvió para calentar un poco el caldo que existía en
España del anticlericalismo. Fue un medio oportuno para que los primeros gobiernos del
nuevo régimen hicieran un ataque contundente a la iglesia. De las más importantes:
Martinez de la rosa 1834, Toreno 1835, Mendizábal 1836, Calatrava 1837, Espartero,
1840-43. Estas desamortizaciones fueron una serie de medidas llamativas de carácter
anticlerical de las fechas. La supresión de las medidas anticlericales también tuvieron en
cuenta la abolición del diezmo eclesiástico y la incautación en calidad de bienes
nacionales de grandes propiedades eclesiásticas. Esto supuso para la iglesia un
desmoronamiento brutal, que tiene sus fechas más importantes entre 1833-1843. Ese
desmoronamiento fue visible en todos los órdenes y se pudo simbolizar en el aspecto
material por la ruina de las abadías, de los monasterios abandonados, y por la
expoliación de multitud de tesoros artísticos de las propiedades eclesiásticas. Esta
situación indicaba cómo se podía aprovechar el estado y por qué. La razón básica es el
pésimo estado de la hacienda española. Era tan mala que se había recurrido
históricamente a buscar empréstitos nacionales o extranjeros, se había emitido deuda y a
pesar de ello se tuvo que poner en marcha otro formato. Se van a vender muchas tierras
“de las manos muertas”, fue una acción que ya se había producido en los últimos años
del reinado de carlos4 (1798-1808). Es entonces cuando se produce la primera
desamortización eclesiástica. Ya se ha producido la guerra de España contra Francia y la
de Francia y España contra Inglaterra, llegando a una situación de absoluta catástrofe.
Así pues, en una fecha tan complicada, se van a enajenar los bienes de la compañía de
Jesús. Esos vienes abarcaban hospitales, hospicios, cofradías, etc. Esos bienes van a
pasar a la hacienda española para liquidar los empréstitos, y esa decisión puede tomarse
como una de las causas por las que la iglesia como institución tardase tanto en
reaccionar ante las medidas liberales, ya que tenía una situación muy molesta ante el rey
carlos4. El segundo momento de la desamortización tiene lugar en 1820-23, y es una
etapa que va a afectar directamente al clero regular. En estas fechas se van a suprimir
monasterios, órdenes monacales, órdenes militares y la venta de sus bienes se van a
aplicar al crédito público. Dadas las fechas con las que nos encontramos (vuelta al
absolutismo 1823) se va a obligar a la devolución de los bienes adquiridos y se vuelve
atrás en las medidas desamortizadoras. El tercer momento es en 1835-37, periodo
nuevamente liberal, y en estas fechas Mendizábal restablece el decreto desamortizador
de 1820 y las razones que se dan son las deudas de hacienda y sobre todo que en estas
fechas hay más problemas, como la guerra carlista. Va a llevar a cabo el programa 1ue
la revolución de 1820 había heredado ya de las cortes de Cádiz, sencillamente porque
las necesidades financieras obligan a hacer un ataque decisivo a las tierras de la iglesia,
aunque los debates que se hacen en estas fechas revelan una cierta corriente subterránea
del anticlericalismo español típico del liberalismo izquierdista que existía en aquella
época. La ley de 1820 fue retomada, aboliendo la vinculación civil de una serie de
terrenos que habían pertenecido a la iglesia. La liberación de la tierra fue considerada
casi como el logro del liberalismo español. Hay una serie de leyes desde 1813 a 1855
fueron vendidas tierras cultivables que habían sido propiedad de los municipios y más
adelante las tierras de la iglesia habían sido vendidas en su mayoría a aquellos
individuos que habían comprado obligaciones al gobierno. Esas propiedades pasaban de
manos de los hidalgos a los compradores. Esa transferencia de tierras aumento la
productividad agrícola, como se había previsto, pero no resolvió el aspecto económico
que se pretendía. Otra de las medidas se produce concretamente en 1837, y es el
momento en la que se suprimen los mayorazgos, los señoríos y esas propiedades van a
pasar a la débil burguesía que existe en estas fechas. Esta desamortización no creo una
gran familia de propietarios, que era lo que en principio se pretendía, que fuera capaz de
hacer una explotación capitalista de la tierra, ni tampoco saneo todo lo que se pretendía
la maltrecha hacienda española, y lo que ocurrió fue algo obvio, que las tierras de la
iglesia pasaron a formar parte de la propiedad de los pocos burgueses que había en
España. Por otra parte, el pago de estas tierras se hacía muchas veces mediante títulos
de deuda. El sistema de pago claramente va a beneficiar solo a unos pocos, a los que ya
tenían comprada la deuda previamente y a los que tenían dinero suficiente para poder
comprarla. En consecuencia el tipo de ventas de ese momento favoreció la
concentración territorial creo un tipo de propietario nuevo, el absentista, que vive de lo
que le dan las rentas de la tierra pero que no las trabaja. Desde Cádiz, los liberales
defienden la propiedad plena liberalista y acotada, lo que hace que se quede al margen
el campesinado. Conclusión: un sector de la población va a quedar siempre maltrecho
en todas las revoluciones. (Darle vueltas a esta idea de no tener en cuenta al
campesinado)
Economía: la situación a comienzos del s19 hay un cierto estancamiento
económico muy claro. Se debe a: 1) en torno a 1808-1840 la economía española esta
frenada por las pérdidas humanas (guerras) y perdidas económicas (guerras), 2)
destrozos de la guerra carlista, 3) falta clara de capitales, agricultura no permite una
acumulación de capitales salvo en el caso del viñedo, comercio tampoco posibilita la
acumulación de capitales porque se destruye con la pérdida del mercado colonial, lo que
crea una dependencia del capital europeo y para atestiguarlo basta como ejemplo indicar
que el ferrocarril español fue hecho por los belgas y por empresas belgas. Hay una
limitación del crecimiento demográfico acompañado de un sistema de explotación muy
primitivo que hace que la mayoría de la población se mantenga siempre en el sector
primario. En fechas como 1860, un 62% de la población se dedica aun a la agricultura.
Por otro lado los transportes son muy caros, y como ejemplo, los productos nacionales
no son competitivos porque el trigo de ucrania llegaba a Barcelona más barato que el
que venía de Valladolid. No teníamos recursos económicos y eso significa que hay
dependencia de los abastecimientos exteriores. Hay dificultades en la explotación y
existe un bajo nivel en cuestiones tan básicas como el carbón. Todo ello cerrado con un
bajo nivel cultural de tal manera que en torno a 1880 el 80% de la población es
analfabeta y el acceso a la segunda enseñanza solo lo hace un 0,2%. En cuanto a
demografía no hay datos fiables pero sabemos que hubo un crecimiento bastante
reducido. Existieron bastantes anacronismos: por un lado existían regiones de economía
tradicional y otros de economía moderna. Había zonas que se vivía con formatos de
economía de subsistencia y otros con ciertos apuntes de carácter capitalista. Esto lleva a
autores, como Nicolás Sánchez Albornoz, a determinar que existe una economía dual.
La aparición de las fuerzas capitalistas en España no se produce hasta 1840 con un
cierto inicio de revolución industrial, ya que en estas fechas se produce cierto
crecimiento de la producción agrícola, la desamortización del suelo, hay sectores como
el de la industria algodonera que empieza a tener un desarrollo en Cataluña, cierta
mecanización, (-…) y desde 1832 ya se empieza a usar la tecnología de vapor. Esto
hace que las fechas finales de nuestra asignatura nos indican que en el futuro habrá un
cierto desarrollo industrial.