México Independiente

Introducción
El siglo XVIII (1700-1799) y las dos primeras décadas del siglo XIX (1800-1820). En esos años:
• Nueva España aumentó su extracción de plata;
• el rey de España ejerció un mayor control político sobre los funcionarios de sus colonias;
• se dio un gran impulso al arte y a la construcción de edificios civiles y religiosos de grandes
proporciones, y
• empezó a crecer la población después de casi dos siglos de estancamiento.

A pesar de los esfuerzos de la corona española para recuperar el control de sus colonias en
América, para finales del siglo XVIII la situación política en España y en Europa amenazaba con
detener los planes que tenía la monarquía de fortalecer su presencia en el mundo.

En nueva España los fríos exigían mayor participación en la administración del virreinato. Además,
se presentaron algunas rebeliones cuando se decretó la expulsión de la orden religiosa de los
jesuitas. También había descontento entre los peninsulares que hasta entonces desempeñaron
autoridad política o en los negocios (como eclesiásticos, burócratas o empresarios) con poca vigencia
de la corona. En Europa, España se debilitó económica y militarmente frente a Inglaterra. Y una
Revolución en Francia que había derrocado al rey se extendía por varias naciones europeas con
ideas nuevas que condenaban el poder absoluto de los reyes y apoyaban la libertad de los
ciudadanos. La invasión francesa a España, a principios del siglo XIX, influyó de manera importante
en la serie de acontecimientos que dieron como resultado el nacimiento de México como nación
independiente.

Para comprender algunas de las causas de la Independencia debemos ubicarnos a mediados

del siglo XVIII en Europa, en un movimiento intelectual conocido como ilustración. La principal
característica de dicho movimiento fue colocar la razón como guía de cualquier actividad humana.
Eso significaba que el ser humano debe encontrar, por medio de la razón coma por qué las cosas
son como son, tanto en la naturaleza como en la sociedad. Pero también significaba que los
individuos están capacitados para usar la razón y cambiar todo lo que es injusto en la sociedad e
impida la búsqueda de la felicidad. Las ideas ilustradas influyeron para que los Estados se
modernizarán mediante el fortalecimiento del poder de los reyes y la disminución de la fuerza de las
corporaciones o estamentos; al mismo tiempo contribuyeron para que los individuos exigieran
mayores derechos políticos y participación en la política. Finalmente esas ideas repercutieron en los
procesos históricos que definieron el futuro de muchos países europeos y americanos, con
independencia de las Trece Colonias inglesas de Norteamérica en 1776 y la Revolución francesa en
1789.
En el caso español, para conseguir la modernización del estado se implantó una serie de
reformas, conocidas como “borbónicas” (Llegaron tropas a Nueva España. José de Gálvez supervisa
reformas. Expulsión de jesuitas. Libre comercio en colonias americanas. Intendencias. Nuevos
consulados de comerciantes. Impuestos a la Iglesia). Así, en medio siglo de reformas la corona
consiguió varios de sus objetivos: elevar la producción de plata, tener una mayor administración del
territorio gracias a las intendencias y restar poder a algunas de las corporaciones de mayor peso
coma como la iglesia y el consulado de comerciantes de la Ciudad de México.

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 Desde el punto de vista político, uno de los problemas de las reformas fue que dejó insatisfechos a
casi todos los grupos sociales novohispanos, como peninsulares criollos y miembros de la iglesia. Así,
para inicio del siglo XIX había cada vez menos disposición para apoyar a la Corona.
Cuando Francia invadió España en 1808, el imperio hispano se quedó sin un rey; en la península y en
las colonias se discutió qie hacer a falta del monarca y de un sucesor. En España la decisión de gran
parte de la población fue luchar en contra del invasor, mientras que nueva España los criollos
aprovecharon las circunstancias para proponer una nueva forma de gobierno que los tomará más en
cuenta punto. En 1810 una conspiración encabezada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla convocó a la
población a levantarse en armas contra el gobierno virreinal, con lo cual dio inicio la Independencia (1810-
1821). Con el apoyo de miles de indígenas y criollos, Hidalgo tomó la ciudad de Guanajuato. Después se
dirigió a la Ciudad de México, pero decidió no tomarla; se trasladó hacia el norte donde empezó a sufrir
derrotas a manos del ejército realista. A unos meses de iniciar el movimiento insurgente, Hidalgo y los
primeros caudillos fueron hechos prisioneros y fusilados; pero la idea de independencia se mantuvo.
Después, José María Morelos y Pavón, otro cura coma se convirtió en el líder de la insurgencia en el sur,
proponía un rompimiento total con España, pues sostenía que la soberanía debía recaer en la nación y
que los americanos podían gobernarse por sí mismos.
Morelos organizó un ejército poco numeroso pero bien estructurado, disciplinado y eficaz que propició
importantes derrotas a las tropas realistas, mediante la guerra de guerrillas. Sus principales hombres,
Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros, Nicolas Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, se
mantuvieron en pie de lucha en el centro y sur del país. Entre 1811 y 1814 se enfrentó a las tropas
realistas en cuatro campañas militares en las que obtuvo grandes victorias y algunas derrotas. En abril
de 1812 logró resistir y romper el sitio que le impuso el jefe realista Félix María calleja en la ciudad de
Cuautla. Más tarde, morelos tomó el puerto de Acapulco com a hecho esencial para que los insurgentes
obtuvieran recursos económicos de los ingresos que se obtenían con el comercio de oriente, a la vez que
privaba al gobierno virreinal de esos recursos; además definió con más precisión la idea política de la
Independencia cuando en junio de 1813, José María Morelos y Pavón convocó al Congreso para reunirse
en la ciudad de Chilpancingo en el mes de septiembre de ese mismo año para que redactará una
constitución coma la cual fue promulgada el 22 de octubre de 1814 en Apatzingán, Michoacán, el Decreto
Constitucional para la libertad de la América Mexicana, también conocido como la Constitución de
Apatzingán promulgada por el Congreso del Anáhuac. En noviembre de 1813, el congreso de
Chilpancingo proclamó la independencia de la Nueva España.
José María Morelos y Pavón también fue fusilado (en Ecatepec, Estado de México oficialmente, a las
cuatro de la tarde del viernes 22 de diciembre de 1815, había muerto) y la insurgencia entró en un
momento difícil porque no tenía un ejército capaz de hacer frente a los realistas.
Sin embargo, las tropas virreinales tampoco podían aplastar la rebelión. A partir de 1815 puma durante
unos cinco años de lucha por la Independencia entro una fase que suele denominarse resistencia o
decadencia del movimiento. No había fuerza suficiente para combatir el poder virreinal, pero la
insurgencia se mantenía activa (las zonas de influencia de los insurgentes se extendieron, hacia el
noreste, cubriendo todo el centro y occidente; incursionaron hasta Chihuahua. Llegaron a controlar gran
parte del centro y sur, hasta Oaxaca; quedaron fuera de su influencia los territorios ubicados al extremo
norte y noroeste, así como la península de Yucatán).
En febrero de 1821 el militar realista Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu, encargado de
combatir a las fuerzas insurgentes de Vicente Ramón Guerrero Saldaña, convenció a este de unirse en
una causa común y juntar sus fuerzas para declarar la separación definitiva de España; es decir,
proclamar la Independencia de México mediante un documento conocido como el Plan de Iguala.