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4.

1 Niñas, niños y adolescentes como


protagonistas en el ejercicio de sus
derechos
La niñez y adolescencia deben estar en el centro del diseño e
implementación de la política nacional, para ello es fundamental que en su
participación sea plena, libre, efectiva e incluyente. Como parte de los
cambios legales y culturales que propicia la Ley General de Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes, se encuentra el garantizar plenamente que
todas las niñas, niños y adolescentes de México, sean escuchados en la
toma de decisiones de los asuntos que les afectan como personas, como
ciudadanos y como integrantes de una familia y otros grupos.
La LGDNNA establece que tienen derecho a opinar sobre las cosas que
más les gusten, les favorezcan; opinar sobre las cosas que les
desagradan, así como de los cambios que piensen en favor de su
comunidad, su escuela y su familia, y que sus opiniones sean tomadas en
cuenta por las autoridades.
Bajo esta premisa, es necesario que identifiques la importancia que tiene
que este protagonismo de niñas, niños adolescentes sea igualitario e
incluyente; es decir que el mecanismo de participación considere la amplia
diversidad de niñez y adolescencia en tanto sus características físicas,
étnicas, idioma, etapa de desarrollo, discapacidades, entre muchas otras;
todo en un plano de igualdad. La participación incluyente es la vía efectiva
para dotar de protagonismo a niñas, niños y adolescentes en todos los
temas que les competen.
Para Cussianovich (2001), colocar como protagonistas a niñas, niños y
adolescentes rompe con la coherencia de una estructura cultural que si
bien, reconoce la importancia de garantizar los derechos humanos en
general, en la práctica les niega centralidad al no tener en cuenta sus
percepciones, producciones, juicios y acciones. Por lo tanto, la
transformación cultural en favor de la igualdad y la no discriminación
implica incorporar a las prácticas sociales la obligatoriedad de garantizar
la participación de niñas, niños y adolescentes, y replantear la manera en
que se generan estos procesos.
Los argumentos que existen a favor de la participación de la niñez y la
adolescencia son amplios y fundados, no obstante, existen diversos
contextos sociales en los que se encuentran ausentes, o se lleva a cabo
bajo circunstancias que la convierten en una simulación e incluso puede
representar una violación a sus derechos. En función de delimitar a qué se
refiere la participación de niñas, niños y adolescentes, se propone:
La participación es el proceso permanente y continuo de expresión libre e
intervención activa de Niñas, Niños y Adolescentes; quienes informados
opinan, son escuchados y tomados en cuenta en los asuntos que les
impactan en cualquier ámbito de su vida. (Lineamientos sobre la
participación de Niñas, Niños y Adolescentes, 2016)
En el mismo sentido, Roger Hart (1993) define a la participación como:
“la capacidad para expresar decisiones que sean reconocidas por el
entorno social y que afectan la vida propia y/o la vida de la
comunidad. Es el medio por el cual se construye una democracia y
es un criterio con el cual se deben juzgar las democracias. La
participación es el derecho fundamental de la ciudadanía.”
Ambas definiciones hacen referencia a un proceso continuo y de
transformación en el entorno, de ahí que se refiera a la participación
como un proceso de aprendizaje para todas las personas involucradas; por
ello implica un convencimiento de las instituciones y las personas adultas
sobre la necesidad y el beneficio común que ello implica para la vida
democrática de la sociedad y principalmente para el desarrollo integral de
niñas, niños y adolescentes.
El siguiente cuadro te puede resultar útil para analizar el impacto de la
participación como proceso protagónico de niñas, niños y adolescentes,
de manera contrastante a los efectos que se generan en el esquema de
exclusión o limitación en procesos participativos, se sugiere también hacer
este análisis recuperando las oportunidades que en su momento, tuviste
para participar durante tu niñez y adolescencia.
Ilustración 18. Efectos de la participación
[1] Elaboración propia basada en el Informe Técnico sobre experiencias de participación social
efectiva de niñas, niños y adolescentes del Observatorio de la Infancia del Gobierno de España.
(2008)

Resumiendo, promover la participación de la niñez y la adolescencia


permite la construcción de identidades, el sentido de pertenencia a la
comunidad, aprendizajes sociales sobre la capacidad de transformar las
realidades que les afecte, así como una mayor confianza en las propias
capacidades de opinión y toma de decisiones.
Última modificación: Tuesday, 4 de February de 2020, 16:58

4.2 El derecho a la participación como


herramienta para prevenir la discriminación
En diversos ámbitos y de distintas maneras, la participación de niñas,
niños y adolescentes se lleva a cabo, a veces con la mejor de las
intenciones en cuanto a tomarles en cuenta y atender sus necesidades; no
obstante, aún hace falta contar con mecanismos claros y sustentados que
se sustenten en el Interés Superior de la Niñez y Adolescencia y permitan
contar con mecanismos de participación permanente en los diferentes
espacios en los que se desarrollan.
Para ese propósito conviene tener en cuenta la escalera de la participación
de Roger Hart (1993), la cual está adaptada para niñas, niños y
adolescentes de la escala sobre los grados de la participación ciudadana,
conceptualizada originalmente por Sherry Arnstein (1969). La escalera
permite analizar cómo las personas adultas pueden apoyar este proceso
de participación evitando prácticas que aparenten o simulen la
participación de niñas, niños y adolescentes.
Con base en esta escala, puedes analizar los eventos en que te ha tocado
asistir relacionado con niñas, niños y adolescentes, y determinar en qué
nivel se han llevado acabo.
Los ocho niveles que desarrolló Hart son los siguientes:
Ilustración 19. La escalera de la participación infantil.
Diseño: Conapred - Ucol.
1. Manipulación. La participación se conduce deliberadamente, se utiliza a
las niñas, niños y adolescentes para propósitos o beneficios ajenos a sus
intereses.
En un evento público un niño lee un discurso ideado por personas adultas.
2.Decoración. La participación se lleva a cabo con fines de lucimiento
decorativo o folclórico y carece de un involucramiento real de las niñas,
niños y adolescentes.
En la inauguración de un foro, niñas llevan a cabo un bailable típico sin
conexión justificada con el evento.
3.Participación simbólica. La participación es aparente, actúan desde
formatos adultocéntricos.
En un evento escolar niñas y niños participan memorizando contenidos sin
que esencialmente se represente su opinión ni intereses.
4. Información. Niñas, niños y adolescentes son informados del proceso
del que son parte sin que incidan significativamente.
En la construcción de un centro cultural comunitario, se da información
sobre el proyecto, pero no toman parte en la decisión.
5. Consulta. Cuentan con información y se les pide su opinión sobre su
participación.
En un proceso electoral se brinda información a niñas, niños y
adolescentes y se les invita a opinar sobre temas en particular.
6.Iniciadas por personas adultas, pero niñas, niños y adolescentes luego
deciden.
Una celebración de cumpleaños en la que la organización corre a cargo
de las personas adultas, pero la niña que cumple años decide al final los
detalles del festejo.
7.Iniciado y dirigido por niñas, niños y adolescentes. En su totalidad la
participación es llevada a cabo por ellas y ellos.
La recuperación de un espacio público para fines recreativos es ideada y
dirigida por adolescentes.
8.Iniciado por niñas, niños y adolescentes compartido con personas
adultas. A diferencia de la anterior, es compartida durante su proceso con
personas adultas.
En un proyecto radiofónico, niñas, niños y adolescentes inician el proyecto
y durante su ejecución es compartido con personas adultas.
En este listado, se puede identificar modelos de participación, aquellos que
cuentan con elementos descritos desde el número 4 en adelante.
Ante la necesidad de contar con referencias claras sobre la participación
con enfoque de derechos humanos, el Sistema Nacional de Protección
Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) aprobó los
Lineamientos sobre la Participación de Niñas, Niños y Adolescentes que
tienen por objeto “orientar a los integrantes del Sistema […] sobre las
acciones para garantizar su participación permanente, sistemática y activa
en el diseño y evaluación de las políticas públicas, especialmente aquellas
que tengan un impacto directo para su vida y desarrollo óptimo, así́ como
promover su participación en los ámbitos familiar, escolar, comunitario,
social o cualquier otro en el que se desarrollen.” (2016, p. 3)
Si bien, representa una herramienta dirigida a funcionarias y funcionarios
públicos, se puede considerar de utilidad para revisar los elementos
indispensables en la participación de niñas, niños y adolescentes,
independientemente de las personas o actores sociales que estén
involucrados en ello.
Para todo proceso participativo es importante atender las premisas básicas
que refieren estos lineamientos:

 Las niñas, niños y adolescentes cuentan con capacidad de formarse


opiniones propias.
 Tienen el derecho a expresarse libremente y pueden decidir hacerlo o
no.
 La participación se ajusta a sus facultades evolutivas de desarrollo y
capacidades.
 En estos procesos prevalece el Interés Superior de la Niñez y
Adolescencia y sus participaciones no se afectará, ni condicionará el
ejercicio de ningún otro derecho.
 Complementan el derecho a la participación con el pleno ejercicio de
otros derechos, como la libertad de expresión, asociación y
pensamiento de creencias.

Estas premisas permiten construir mecanismos que garanticen su


participación de forma inclusiva, tomando en cuenta sus experiencias de
vida, el nivel de maduración y el contexto social en el que se desarrollan
niñas, niños y adolescentes a fin de que sus opiniones sean tomadas en
cuenta.
Es necesario prestar atención a los lineamientos que también refieren a
garantizar todo proceso de participación libre de discriminación, ya que, la
diversidad cultural entre niñas, niños y adolescentes, así como las
condiciones de igualdad y con irrestricto respeto a su dignidad facilita la
construcción de una habituación a la participación diversa
y consecuentemente los actos de discriminación que se basan en el
maltrato a las identidades se ve desalentado mediante esta inclusión.
En congruencia con el principio de igualdad y el derecho a la no
discriminación, se debe garantizar la inclusión de todas las identidades,
principalmente aquellas que históricamente han sido discriminadas, en el
entendido de que de manera estructural existen realidades que
generacionalmente han sido colocadas en desventaja y excluidas de
manera sistemática. Por lo tanto, cobra mayor importancia que en todo
proceso de participación, niñas, niños y adolescentes accedan sin
discriminación; es decir sin distinciones injustificadas basadas en cualquier
motivo contemplado en la Ley Federal para Prevenir la
Discriminación (LFPED).
Algunos de los motivos por el cual se discrimina a niñas, niños y
adolescentes en los diferentes procesos de participación adultocéntricos
son; edad, el sexo, origen étnico, color de piel, embarazo, preferencia
sexual (orientación sexual), creencias religiosas, nacionalidad, condición
de salud, religión, apariencia física, condición socioeconómica, por ello es
importante que investigues más sobre la LFPED, así como de las medidas
para la igualdad, cuyo entendimiento es indispensable, no solo para no
discriminar en los procesos de participación, sino para llevar a cabo
acciones que compensen estas desigualdades históricas.
Si se realiza un proceso de consulta sobre la construcción de una cancha
de futbol en la comunidad y esta solo contempla la opinión de niños y
adolescentes hombres. En este caso se está excluyendo
injustificadamente a niñas y mujeres adolescentes.
A medida que se generalizan las participaciones inclusivas de niñas, niños
y adolescentes, se presenta un mayor diálogo en el contexto de la
diversidad cultural; es decir, se hacen visibles formas y estilos de
participación que muchas veces no coinciden con una visión hegemónica,
por ejemplo: en determinadas poblaciones indígenas o en el contexto de
prácticas religiosas, por ende, es indispensable que cada caso de
participación se analice en función de su contexto y protagonistas, de
manera que se pueda garantizar la inclusión de niñas, niños y
adolescentes, independientemente de las características culturales en que
se desarrolla el proceso de participación.
Última modificación: Tuesday, 4 de February de 2020, 16:59

4.3 Ámbitos de participación de niñas,


niños y adolescentes
La coherencia entre la teorización de la participación como un proceso
permanente y continuo de expresión libre e intervención activa de niñas,
niños y adolescentes en todos los espacios en que interactúan sobre los
temas que les incumben directa e indirectamente y las prácticas de la
realidad, refleja que la participación de niñas, niños y adolescentes se
reduce a eventos específicos, conmemorativos o especiales, de tal manera
que es necesario ampliar la perspectiva no sólo de la manera en que se
garantice la participación sino también los ámbitos en que ésta ocurre.
Los ámbitos de participación son aquellos espacios en los que transcurre
la vida personal, social y cultural de niñas, niños y adolescentes; tanto en
la esfera formal como la informal.
Todos estos espacios se relacionan entre sí y varían sustancialmente de
acuerdo a la diversidad cultural de la que forman parte niñas, niños y
adolescentes, lo que implica que en la planeación de los procesos
participativos se conozca a detalle las características de la población y
asegurarse de que la planeación se adapte a dichas características, de
manera que no se imponga unilateralmente una sola visión de ver la
realidad.
En el mismo sentido es importante señalar que la participación incluye de
manera transversal los espacios de entretenimiento y juego, ya que,
comúnmente se relacionan los espacios de participación únicamente con
contextos formales y de obligación.
Los Lineamientos sobre la participación de niñas, niños y adolescentes
estipulan cuatro grandes ámbitos de participación:
Ilustración 20. Ámbitos de participación de niñas, niños y adolescentes
Fuente: SIPINNA

Familiares. Independientemente de la conformación y diversidad de los


sistemas familiares, se refiere a los espacios primarios de socialización
en el que la convivencia y las interacciones humanas permiten la
conformación de las pautas de participación.
Comunidades. Se hace referencia a los espacios físicos, territoriales y
simbólicos que comparten niñas, niños y adolescentes más allá de
su entorno familiar y que representa la interacción inmediata con actores
sociales e instituciones que guardan relación con las necesidades de
desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
Escolares. El ámbito escolar implica que el proceso de enseñanza-
aprendizaje proporcione pautas de participación enmarcadas en la
organización escolar. Se distingue de la comunidad por este carácter
formal y de mayor socialización entre pares.
Sociales. Se refiere a los amplios espacios de convivencia con
personas, instituciones, normas y políticas públicas que tienen
relación directa con el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
La construcción de los procesos de participación, implica que se involucren
las diversas instancias y actores sociales. El SIPINNA, por ejemplo,
articula el involucramiento de niñas, niños y adolescentes (NNA), así como
las instancias y miembros del sistema, los sistemas locales, municipales y
las procuradurías de protección, con el propósito de que se fortalezcan los
procesos y exista un mayor impulso en la institucionalización del tema.
También es necesario considerar que Puig y Trilla (2000) del
Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de
Barcelona señalan que en los espacios de participación se debe garantizar
la generación de canales, medios y metodología, facilitando así la
construcción de un cambio de representación en la población adulta
respecto a los procesos y la actitud hacia la niñez y adolescencia. Es por
esto que establecen tres premisas básicas para considerar significativo
los espacios de participación:
1. Un espacio real de participación permite actuar sobre el entorno
próximo y la vida cotidiana porque son espacios conocidos y se
pueden transformar perceptiblemente.

 Aprender a intervenir y participar en su entorno más cercano, del cual


tienen información suficiente.
 Les facilita la práctica de opinar y actuar.
 Están basadas en su realidad más cercana y en el entorno más
próximo, habrá un clima de seguridad para participar.

2. En estos espacios reales se explicitan las intenciones y el proceso


de la participación

 Es necesario conocer la metodología que se va a utilizar, así como el


objetivo final de la acción o el proyecto.
 Es importante redefinir esa primera propuesta, dialogar lo necesario
hasta alcanzar un consenso.
 Conocen las condiciones y los límites de su participación. De no ser así
se trata más bien de un espacio pre-participativo.
3. Son espacios genuinos y reales de participación infantil

 Deben ser espacios adaptados a las condiciones sociales y


psicológicas de niñas, niños y adolescencia.
 No se deben trasladar los modelos participativos personas adultas,
pues en demasiadas ocasiones se incurre únicamente en parlamentos,
mesas redondas, etcétera.

A continuación, se presentan algunos ejemplos de participación a


considerar de acuerdo a las etapas de desarrollo de niñas, niños y
adolescentes, con base en Hoffman (1996) y Kail, R. y Cavavaugh, J.
(2011)
Etapa de desarrollo Ejemplo de participación
Primera infancia de 0 a 5 años  Elegir la ropa que quieren usar
 Participar en la decoración de la
En esta etapa, niñas y niños están
casa, en su cuarto o el jardín
descubriendo el mundo, así como
 Opinar sobre gustos y preferencias
las interacciones sociales y
en alimentos
afectivas y requieren una guía más
 Participar en la elección de sus
directiva, por lo que hablarles
juegos y espacios recreativosen
honestamente y con claridad
casa
fortalecerá su capacidad crítica y de
toma de decisión en el contexto de
los procesos de participación.
Segunda infancia de 6 a 12  Colocar temas de interés dentro de
la clase o el programa educativo
En esta etapa adquieren mayor
 Conformación de consejos
independencia e incluso formulan
estudiantiles y asambleas de grupo
hipótesis sobre las personas y su
en los espacios de educación formal
entorno en el contexto del juicio
 Opinar sobre las actividades y
moral (lo que es bueno o malo); por
espacios de recreación tanto en
lo tanto, la participación debe
espacio escolar como en casa y la
favorecer la construcción de
comunidad
ciudadanía, la formación y ejercicio
 Participar en la construcción de
de la democracia y los beneficios
acuerdos grupales para la
colectivos de ello.
consecución de metas colectivas

Adolescencia  Elegir actividades deportivas,


recreativas culturales de su
En esta etapa los razonamientos
preferencia
morales están más avanzados y se
vinculan a mejores habilidades  Opinar en asuntos de la familia
cognoscitivas, es decir ellas y ellos como una mudanza o selección de
pueden emplear argumentos la escuela
elegidos por sí mismos y es  Formar parte de los comités
necesario que la participación esté ciudadanos de la comunidad
diseñada y gestionada en su gran
mayoría por las y los adolescentes.
Otros ejemplos de participación

 Como se reparten las tareas de limpieza en la casa


 Acordar los momentos y tiempos para hacer tarea, jugar, bañarse,
comer, etc.
 Conocer la escuela antes de inscribirse
 Qué leer, el tipo de música que prefiere escuchar o el programa de
televisión que ven
 Opinar en qué se puede gastar el dinero familiar y brindar ideas para
ahorrar
 Jornadas ciudadanas y de opinión pública
 Mejoras a los espacios comunitarios
 Medidas de seguridad en sus entornos (escuela, casa, comunidad, etc.)

En cada proceso de opinión y participación niñas, niños y adolescentes


deben ser informados y orientados por las personas adultas responsables
de sus cuidados y desarrollo pleno, garantizando el ejercicio de sus
derechos y su máximo bienestar.
Última modificación: Tuesday, 4 de February de 2020, 17:00

4.4 Mecanismos y metodologías de


participación incluyentes
Una vez comprendidas las características de la participación efectiva de
niñas, niños y adolescentes bajo el enfoque de derechos humanos y los
ámbitos en que ésta es indispensable para la vida democrática del país y
la garantía de que se les escuche y tome en cuenta, cobra mayor
importancia atender de manera puntual los mecanismos y metodologías
que se requieren para materializar los procesos de participación.
El lineamiento décimo segundo sobre la Participación de Niñas, Niños y
Adolescentes del SIPINNA, hacen referencia a los “mecanismos de
participación como espacios institucionales sostenibles, donde se
utilizan recursos metodológicos, herramientas y recursos
materiales.” (2016, pp.11) Dichos mecanismos adquieren una mayor
relevancia si se llevan a cabo en el contexto de institucionalización, es
decir, que estén enmarcados en procesos institucionales.
El diseño de mecanismos de participación de niñas, niños y
adolescentes se deben caracterizar por ser:

 Transversales. Es decir que cumplan con los principios transversales


de la LGDNNA y consecuentemente de la normativa que de ésta se
desprende.
 Aceptables, asequibles y adaptables. A diversos grupos de edad y
etapas de desarrollo de niñas, niños y adolescentes;
 Accesibles. Deben ser consideradas todas las situaciones de
vulnerabilidad que enfrentan y asegurar que el diseño del mecanismo
es accesible para diversos contextos culturales, económicos,
lingüísticos y para cualquier tipo de discapacidad.
 Inclusivos. Debe buscarse la participación de todos los grupos
sociales de niñas, niños y adolescentes en igualdad de circunstancias,
especialmente de quienes se encuentran en condiciones de
discriminación.
 Voluntarios. Tras contar con la información suficiente, accesible y
veraz para decidir libremente si participa o no. (Lineamientos sobre la
participación de Niñas, Niños y Adolescentes, 2016)

La metodología de trabajo a implementar dentro de los mecanismos de


participación deberá alcanzar el objetivo de fomentar la participación de
niñas, niños y adolescentes mediante técnicas, así como el uso de
recursos metodológicos, herramientas y recursos materiales que
reconozcan las diferentes formas de adquirir conocimientos y capacidades
que les permitan tener una visión amplia de la realidad y controlar o decidir
sobre las actividades que les afectan, para que la metodología participativa
y de cooperación garantice que quienes toman parte construyan con las
personas adultas el proceso e incidan en las decisiones finales; de esta
forma la experiencia se convierte en una vivencia del derecho a
la participación.
Los elementos a considerar para desarrollar metodológicamente un
mecanismo de participación y cumplir los propósitos mencionados son:
 Delimitar claramente los resultados que se desean obtener,
 Definir y conocer las características de las niñas, niños o adolescentes
involucrados,
 Brindar información previa a la participación de manera adaptada a las
características de la población, es decir, acuerdo a sus necesidades
específicas,
 Involucramiento y articulación adecuada con todos los actores sociales
dentro el proceso,
 Consentimiento explícito de madres, padres, tutores u otras personas
responsables de su cuidado o de quien detente la guarda y custodia,
 Contemplar el diseño de evaluación, sistematización del mecanismo de
participación,
 Concebir desde su diseño que el mecanismo sea susceptible de
replicación por otros actores sociales,
 La rendición y transparencia, lo cual implica la construcción de informes
y retroalimentación sobre todo dirigida y adecuada a niñas, niños y
adolescentes que participaron,
 Consultar la propuesta de participación con organizaciones de la
sociedad civil, consultoras y academia.(Lineamientos sobre la
participación de Niñas, Niños y Adolescentes, 2016)

Es necesario considerar que no puede haber un proceso participativo


activo sin tener claro el tipo de diseño, recursos metodológicos, las
herramientas, así como los recursos materiales para llevar a cabo la
implementación del mecanismo participativo y en el mismo sentido, dicho
mecanismo debe contar con la adecuada metodología de acuerdo a lo ya
abordado sobre la participación de niñas, niños y adolescentes.
Existen distintos mecanismos de participación a través de diversas formas
de expresión. Cada uno de ellos implica, por un lado, el conocimiento y
dominio de las técnicas que las componen, así como del dominio de
herramientas necesarias para su implementación. Dichas herramientas
pueden ser lúdicas, artísticas, mediante cuestionarios, escenificaciones de
la vida social, etcétera.
Ilustración 22. Mecanismo de participación
Diseño: Conapred - Ucol
A continuación, se describen algunas técnicas participativas de manera
general:
Conversación. Mediante la discusión y conversación alrededor de un
tema de interés y conocimiento básico de las y los participantes, se facilita
la escucha y opinión que les conduce a conclusiones compartidas; y a
poner a juicio crítico la propia percepción de las cosas, así como incorporar
otras visiones.
Investigación participativa Promueve que niñas, niños y adolescentes
se involucren y exploren en los temas de su interés, sus implicaciones, así
como el análisis de los resultados de manera transversal durante todo el
proceso, lo cual permite que se genere un mayor grado de comprensión e
influencia sobre el tema que se esté abordando.
Asambleas, conversatorios y foros: Son espacios de participación a
través de una fórmula organizativa que ordena el abordaje de temas
relevantes y de influencia común en un marco organizado por reglas y
normas que establecen principios de convivencia que enmarcan la vida
social (igualdad, democracia, libertad de expresión, asunción de
responsabilidades).
Cursos y Talleres: Encuentros presenciales que buscan obtener
información, discutir o capacitar, para ello se requiere plantear un objetivo
general sobre el que versará el proceso de participación y contar con una
carta descriptiva que contenga como mínimo objetivos de enseñanza-
aprendizaje, nombre de las actividades, objetivo específico, descripción de
cada actividad, personas responsables, duración de cada actividad, y
material requerido para su implementación.
Consultas previas, libres e informadas. Permiten conocer la opinión
directa sobre un tema en específico, pueden ser presenciales o a distancia
y algunas de las herramientas que se utilicen en estas pueden ser lúdicas
o artísticas. Es muy importante elegir con claridad el tema y puede estar
vinculado con los procesos anteriores (la conversación, la investigación,
los foros y asambleas).
La participación de niñas, niños y adolescentes representa un cambio
cultural de reciente incorporación a las prácticas sociales; por ello,
implementar los mecanismos de participación permite identificar las
resistencias a este tipo de procesos innovadores, pues invita a reconocer
la importancia de generar un hábito a la escucha activa e interacción con
niñas, niños y adolescentes para incorporar debidamente sus opiniones
individuales y colectivas. Como lo muestra el siguiente esquema.
Ilustración 23. Mecanismos de participación
Diseño: Conapred - Ucol

A manera de conclusión es necesario enlistar algunos elementos clave


para que independientemente de los procesos técnicos y metodológicos
que se lleven a cabo en cualquier proceso de participación, se asegure la
perspectiva de derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, así
como el Interés Superior de la Niñez y Adolescencia.

 La participación a niñas, niños y adolescentes, esto no implica


depositarles la responsabilidad completa, ni, por el contrario dirigir
activamente desde la perspectiva adulta el proceso en el que ellas y
ellos sólo figuren en la ejecución. El reto es un proceso de
acompañamiento que equilibre en todo momento la participación de
todos los actores involucrados.
 Dotar de protagonismo a niñas, niños y adolescentes implica un
cambio radical en la manera en que habitualmente se han venido
haciendo las cosas y los roles que se desempeñan en estos procesos
a nivel personal, familiar, comunitario y sobre todo institucional y
socialmente; por lo que los cambios graduales permitirán llegar a
transformaciones más amplias.

 La participación efectiva de niñas, niños y adolescentes no solo


conlleva a atender las problemáticas que viven y les afectan
directamente, implica a nivel más amplio, la construcción de una vida
social y política que sea justa y democrática.
Última modificación: Tuesday, 4 de February de 2020, 17:01

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