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Cada vez más personas eligen y deciden sobre su sexualidad más allá de
un orden biológico, social y cultural determinado e impuesto. Por lo
anterior y a los fines de este curso nos interesa profundizar en tres
componentes centrales de la sexualidad: las características
sexuales, las identidades y expresiones de género y la orientación
sexual (ver ilustración 2).
Del esquema nos interesa señalar, que aunque los tres componentes
permiten comprender lo qué significa la sexualidad, cada componente
tiene aspectos autónomos.
a. Características sexuales
Las características sexuales han sido usadas para definir el género. Pero
muchas personas construyen su identidad y expresión de género, sin
seguir las pautas establecidas por la medicina.
Una persona trans, con miras a lograr la vivencia plena del género con el
que se identifica, recurre por ejemplo a feminizar o masculinizar su cuerpo,
su estética o ambos. También puede recurrir a transformaciones
corporales o el uso de hormonas que coadyuvan a la transformación del
cuerpo acorde con la identidad que eligen. No todas las personas trans
recurren a modificaciones de su cuerpo para lograr la vivencia del género
elegido. Algunas personas solo varían sus expresiones de género, es decir
la manifestación externa de la identidad de género. Ejemplo de ellos son:
Las posturas, las formas de vestir, los gestos, las pautas de lenguaje,
el comportamiento y las interacciones sociales (…) los manierismos
y las modificaciones corporales, (CIDH, 2015: 32-33)
c. Orientación sexual
El instrumento que ayuda a entender cómo definir y proteger los derechos de estas
diversidades, son los Principios de Yogyakarta, tanto en su primera versión del año
2007 como en su actualización una década después. El documento incluye 38
derechos interpretados a la luz de los instrumentos internacionales e inspirados en
los conceptos que han sido expuestos en el apartado anterior; además, detalla las
obligaciones del Estado en la materia. Siguiendo el documento de los Principios
de Yogyakarta estos fueron redactados debido a que:
En la siguiente ilustración verás algunos derechos a los que hace referencia los
Principios de Yogyakarta. Posteriormente, encontrarás una propuesta para
comprender de mejor manera los derechos de las diversidades sexuales y de
género.
Frente a estos contextos, la intención es proponer una estrategia que sirva para
pensar cuál es la forma más adecuada para que las personas con sexualidades no
normativas puedan ejercer sus derechos. En la siguiente sección ejemplificaremos
cómo pensar los derechos humanos en clave de diversidades sexuales, usando
ejemplos de la vida cotidiana.
Las personas intersexuales han luchado porque sus cuerpos “no sean sometidos a
procedimientos médicos invasivos o irreversibles que modifiquen las
características sexuales sin su consentimiento libre, previo e informado, a menos
que sea necesario para evitar daños graves, urgentes e irreparables a la persona.”[2]
(VAA2, 2017: 10). Esta demanda busca sobre todo la protección de los derechos a
la vida, integridad personal, a la salud, a la libre autodeterminación y al disfrute de
la sexualidad.
El derecho a la identidad es un derecho llave, esto quiere decir que con la garantía
plena del derecho a la identidad podemos acceder a otros derechos, por ejemplo:
- Sigamos con el caso de Juana. Si ella vive su proceso de transfeminización,
pero no hace el cambio de nombre y sexo en la identificación oficial, su identidad
y expresión de género no se verán legalmente reconocidas en su documentación
oficial. Esta situación conllevará a que Juana, por ejemplo enfrente diferentes
obstáculos: como no poder abrir una cuenta de banco, rentar una casa, acceder a
un trabajo, inscribirse en una institución educativa e incluso no podrá subirse a
un avión. Todo ello porque la documentación legal que debe presentar para todos
estos trámites no se corresponde con sus expresión e identidad de género. Dicho
de otra forma ella se autoidentificará y presentará como Juana en tanto que su
documentación dirán que es Juan.
Continuemos con la reflexión sobre los derechos. Se cree que las personas trans,
son en su mayoría adultas que deciden hacer procesos de feminización o
masculinización. Sin embargo, ahora se sabe que la identificación con un género y
otro ocurre antes de los 10 años, y que ello como mencionamos antes, no siempre
está en concordancia con el género asignado al nacer. Su identidad y su expresión
de género también deben ser respetadas. Para muchas familias este proceso puede
ser confuso e inexplicable. Esto se debe a que lo esperado es que tu nena crezca
como mujer y tu nene como hombre. Las familias no están informadas y
capacitadas para comprender esta situación.
Por ello en el caso de niños, niñas y adolescentes trans (NNA trans), es importante
que las familias e instituciones se informen sobre la diversidad de identidades y de
expresiones de género. La protección de la identidad, de la libre autodeterminación
y de la autonomía de estos NNA Trans, recae fundamentalmente en sus familias,
en la escuela, en los servicios de salud y cualquier otro al que NNA tengan acceso.
Es importante que busquen acompañamiento especializado, que se comuniquen de
manera franca y amorosa, con sus hijos o hijas. Pero sobre todo que reflexionen
sobre sus concepciones sobre la sexualidad. La angustia que se genera en estas
situaciones, se debe sobre todo a que las familias no están informadas
adecuadamente. En consecuencia con este desconocimiento las familias pueden
equivocarse de las siguientes maneras por ejemplo:
-Con castigos físicos para “corregir” a su NNA Trans. Presionar al NNA Trans a
realizar actividades consideradas “de hombre” o “de mujer”. A la eliminar del
entorno doméstico objetos, juguetes, prendas de vestir relacionadas con el género
que su hija o hijo ha elegido.
Cuando una familia está informada adecuadamente, tiene más herramientas para
proteger los derechos de sus hijos o hijas. Incluso tendrá más recursos emocionales
e intelectuales para exigir su respeto en las instituciones educativas protegiendo su
derecho a la educación. Podrán también favorecer la inclusión social en el ámbito
familiar extenso o en el ámbito barrial. Estarán mejor capacitadas para acompañar
los procesos de autodeterminación y transición de sus NNA Trans.
En los tres casos la forma en la que estas personas serán percibidas en un servicio
de salud puede corresponder o no con estas autoidentificaciones, y dependerá de
las precepciones del personal de salud.
El personal de salud debe atender a las tres personas considerando las
características detalladas líneas arriba. De esta forma deberá preguntar por el
nombre que la persona usa e indagar cuál es la forma en la que esta persona prefiere
que le nombren. Las preguntas sobre los motivos de consulta deben realizarse de
manera clara, precisa e imparcial, como ante cualquier otra persona. Se debe
brindar información sobre los exámenes físicos, paraclínicos o químicos que pueda
requerir. En particular el personal de salud debe evitar juicios o comentarios que
cuestionen las autoidentificaciones de cada caso. Por ejemplo:
-La persona queer deberá recibir información sobre los motivos de consulta que
refiera. De no solicitar algo en particular el personal de salud deberá brindarle
la información lo más amplia y completa posible. De ser necesario se deberá
realizar el papanicolau evitando opiniones sobre su apariencia o su orientación
sexual.
-La persona intersexual, deberá ser tratada con el nombre que refiera. Asimismo,
será indispensable que se realicen los examen paraclínicos y físicos necesarios
para prevenir enfermedades o complicaciones asociadas con su condición.
Sigamos con los tres ejemplos de la ilustración anterior. Ahora pensemos que las
tres personas llegan a una entrevista de trabajo, como docentes en un colegio, como
recepcionistas en una oficina pública, o para el ingreso en un área de ventas de una
empresa. Las preguntas durante la entrevista deberán estar enfocadas a las
habilidades, conocimientos y experiencia previa requerida para el trabajo al que
postulan. Indagaciones o cuestionamientos sobre su identidad y expresión de
género o sobre su orientación sexual deberán evitarse en los tres casos.
Una de las condiciones para que la pareja o la familia de una persona sexualmente
diversa, reciba estos beneficios, es que se reconozca el derecho que tiene una
persona sexualmente diversa a tener una pareja o una familia. Existen diferentes
tipos de familia. Piensa por ejemplo en los tipos de familias que pueden formar un
hombre y una mujer cisgénero heterosexuales:
-Un papá, una mamá con hijos e hijas, adoptados o concebidos por ellos.
-Una familia integrada por un hombre y una mujer, y los hijos e hijas de una unión
anterior.
- Dos mujeres que se autoidentifican como lesbianas que viven en familia con
la hija de una de ellas.
- Un hombre trans y una mujer trans, que conciben un bebé que será parido
por el hombre trans.
- Una mujer trans que vive con un hombre cisgénero, y sus respectivos hijos e
hijas, entre otras.
Los ejemplos sobre cómo pensar los derechos humanos en claves de diversidad
sexual y de género, no los podemos agotar en el tiempo destinado para este curso,
entre otras cosas porque pueden ser tantos como realidades existan. Por eso te
invitamos a que continúes con estas reflexiones revisando las actividades de repaso
de esta unidad. Líneas abajo podrás encontrar algunas recomendaciones de libros,
videos o películas para profundizar sobre estos temas.
[1] Por estrategia entendemos una serie de acciones encaminadas hacia un fin.
Actividad 1
Objetivo: Identificar la comprensión de diversos conceptos revisados hasta
ahora.