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Maracaibo 27de Septiembre del 2022

Nombre: Dulbis Sanabria 

1- Descripción
  
Herejía  Priscilianismo

Herejía cristiana que tuvo su origen en las ideas de Prisciliano en el siglo IV, basada en
los ideales de austeridad y pobreza. 

Priscilianismo fue una secta cristiana desarrollada en la Península Ibérica bajo el Imperio
Romano en el siglo IV por Prisciliano .
 Se deriva de las doctrinas gnósticas enseñadas por Marcus, un egipcio de Memphis . 
El priscilianismo fue posteriormente considerado una herejía tanto por la Iglesia Ortodoxa
Oriental como por la Iglesia Católica Romana .

Sus enseñanzas fueron condenadas como herejía en el Concilio de Braga, en el año 563.
Anteriormente fue discutido en el Primer Concilio de Toledo, en el año 400. 
Antecedentes

Medio siglos después del Concilio de Nicea, un obispo romano llamado Prisciliano de
Ávila promovía una doctrina cristiana basada en la austeridad y estoicismo por toda
Roma. Supuestamente se había acabado el arrianismo y el maniqueísmo, pero ahora
surgía otra ''herejía''.
El nombre de Priscilianismo proviene del nombre de su maestro llamado Prisciliano de
Ávila.
Prisciliano nació alrededor del año 340 d. C. en Gallaecia, Hispania. Probablemente con
una ascendencia aristócrata y noble, Prisciliano 

Doctrina 
 El priscilianismo estaba influenciado por el ascetismo. Los priscilianos pedían un poco
más de consecuencia a la Iglesia Católica la cual no profesaba específicamente, una
actitud austera y humilde. 
Ascetismo: Ejercicio y práctica de un estilo de vida sencilla estricta en el cumplimiento de
las normas, renunciando a placeres materiales con el fin de adquirir unos hábitos que
conduzcan a la perfección moral y espiritual.

Prisciliano condenaba totalmente la unión que tenía la Iglesia Católica con el Estado
Imperial, debido a los constantes casos de corrupción entre ellos (y el favorecimiento a la
doctrina católica). Cuando sus enseñanzas empezaron a propagarse de manera rápida y
sin detenimiento, el consejero de Constantino I, Osio, envió una carta al obispo de
entonces llamado Hidacio. 
Además de instar a la Iglesia a abandonar la opulencia y las riquezas para volver a unirse
con los pobres, el priscilianismo como hecho destacado en el terreno social condenaba la
institución de la esclavitud y concedía una gran libertad e importancia a la mujer, abriendo
las puertas de los templos a las féminas como participantes activas. 
El priscilianismo recomendó la abstinencia de alcohol y el celibato, como un capítulo más
del ascetismo, pero no prohibió el matrimonio de monjes ni clérigos, utilizó el baile como
parte de la liturgia y se negó a condenar algunos apócrifos y pseudoepigráficos prohibidos
como el Libro de Henoc, que interpretaba en forma alegórica.

Disciplina priscilianista

El comportamiento que exigía el priscilianismo distaba enormemente de las doctrinas de


la Iglesia. Los súbditos de Prisciliano instaban a que los cristianos abandonaran los
bienes materiales y que llevaran una vida ascética en todo aspecto. Podríamos decir
perfectamente que los priscilianos tenían dos miradas de la realidad, es decir, creían en
un dualismo representado por el mal, que serían los bienes materiales; y el bien, que
sería el espíritu. Por supuesto, esta doctrina nos recordará mucho a los antiguos
enemigos de San Agustín: los maniqueos. 

La salvación del hombre, de acuerdo a los planteamientos priscilianos, consistía en


liberarse en la dominación de la materia. La abstinencia al alcohol era un imperativo, así
como también lo era el celibato. Estaban en contra de la esclavitud y permitían a las
mujeres formar parte de la liturgia sin ningún problema, e incluso les permitía ejercer el
sacerdocio. Por si esto fuera poco, los priscilianos no aceptaban la Santísima Trinidad,
dogma fundamental en la Iglesia Católica.

Teoría priscilianista

Como si estuvieran influenciados por los maniqueos, los priscilianistas aseguraban que
existían dos reinos donde el mal y el bien se batían el uno al otro. El mundo del bien
estaba representado por Dios y el del mal por lo material, y también por los signos del
Zodíaco. 

Otra de las cosas a destacar sobre los priscilianos es su teoría del alma la cual dice que
están encerradas en una especie de receptáculo de Dios, para luego combatir el mal.
También aseguraban que algunas partes del alma estaban representadas por algunos
personajes importante de la biblia:

Rubén en la cabeza
Judá en el pecho
Levi en el corazón
Benjamín en los muslos
Luego, las partes del cuerpo también tenían sus propias denominaciones, pero esta vez
con los signos del Zodíaco:

Aries la cabeza
Tauro en la cerviz 
Géminis en los brazos
Cáncer en el pecho
Por cierto, todas estas partes del cuerpo pertenecen al reino de las tinieblas donde
gobierna el supuesto príncipe del mal. Todo lo sensible que existe no es obra de Dios,
según Prisciliano, sino que es obra del príncipe de las tinieblas porque a él pertenece la
materia. 

Su interpretación de la biblia era totalmente libre, es decir, cada quien podía interpretarla
como quisiese. Esto implicaba que no podrían haber sacerdotes (para el entendimiento de
las sagradas escrituras), ni eclesiásticos que las explicaran. Prisciliano se adelanta
muchos siglos a las religiones protestantes que desataría Martín Lutero y que se
refugiaban en las interpretaciones alternativas a las tradicionales otorgadas por la Iglesia
Católica.

Los priscilianos dicen que la creación se hizo a través del principe de las tinieblas y Dios
sólo hizo las almas, pero sabemos por San Agustín que la creación fue hecha por Dios.
Ahora ¿cómo hizo Dios el mundo material imperfecto? así como pudo hacer las almas de
la nada, Dios hizo el mundo a partir de la materia informe. 

Si Dios hizo el alma de la nada, tuvo que usar su voluntad para hacerlo, sin embargo, si la
voluntad es algo ¿cómo pudo hacer el alma de la nada? De acuerdo con San Agustín,
incluso en las creaciones humanas todo sale de la voluntad. En un comienzo, el hombre
tiene una idea de algo y luego aplica su voluntad para realizar lo que va a hacer. Esto es
así porque sería ridículo decir que la voluntad de Adán y Eva fueron el barro, el polvo, o el
soplo divino que ciertamente son cosas. El secreto de la creación tanto divina como
humana es la propia voluntad.

Más allá de esto, San Agustín no se refiere ni a la disciplina ni a las exigencias de los
priscilianistas. Pareciera ser que San Agustín sólo se enfocó en la crítica tal cual como lo
hizo con los maniqueos.
Enseñando
Los priscilianistas enseñaron una doctrina gnóstica del dualismo , la creencia en la
existencia de dos reinos, uno de luz y otro de tinieblas. Se decía que los ángeles y las
almas de los hombres estaban separados de la sustancia de la Deidad. Las almas
humanas estaban destinadas a conquistar el Reino de las Tinieblas, pero cayeron y
fueron encarceladas en cuerpos materiales. Así, ambos reinos estaban representados en
el hombre. Su conflicto fue simbolizado en el lado de la Luz por los Doce Patriarcas,
espíritus celestiales, que correspondían a ciertos poderes del hombre, y en el lado de las
Tinieblas por los Signos del Zodíaco , los símbolos de la materia y el reino inferior. La
salvación del hombre consiste en la liberación del dominio de la materia. Habiendo fallado
los doce espíritus celestiales en lograr su liberación, el Salvador vino en un cuerpo
celestial que parecía ser como el de otros hombres. Mediante Su doctrina y Su aparente
muerte, liberó las almas de los hombres de la influencia de la materia terrenal.

Estas doctrinas podrían armonizarse con la enseñanza de las Escrituras solo mediante un
complejo sistema de exégesis , rechazando las interpretaciones convencionales y
confiando en la inspiración personal. Los priscilianos respetaron la mayor parte del
Antiguo Testamento pero rechazaron la historia de la creación. Creían que varias de las
Escrituras apócrifas eran genuinas e inspiradas. Debido a que los priscilianos creen que la
materia y la naturaleza eran malas, se volvieron ascetas y ayunaron los domingos y el día
de Navidad. Debido a que sus doctrinas eran esotéricas y exotéricas, y debido a que se
creía que los hombres en general no podían comprender los senderos superiores, a los
priscilianistas, o al menos a aquellos que estaban iluminados, se les permitía decir
mentiras por el bien de un fin sagrado. Agustín escribió una obra famosa, "Contra
Mendacium" ("Contra la mentira"), en reacción a esta doctrina

Escritos y redescubrimiento
Algunos escritos de Prisciliano se consideraron ortodoxos y no fueron quemados. Por
ejemplo, dividió las epístolas paulinas (incluida la Epístola a los Hebreos) en una serie de
textos basados en sus puntos teológicos y escribió una introducción a cada sección. Estos
"cánones" sobrevivieron en una forma editada por Peregrinus . [4] Contienen un fuerte
llamado a una vida de piedad personal y ascetismo, incluido el celibato y la abstinencia de
carne y vino. Los dones carismáticos de todos los creyentes se afirman por igual. Se insta
al estudio de las Escrituras. Prisciliano puso un peso considerable en los libros
deuterocanónicos de la Biblia, no como inspirados, sino como útiles para discernir la
verdad y el error; sin embargo, varios de los libros se consideraron genuinos e inspirados.
[3]

Durante mucho tiempo se pensó que todos los escritos del propio Priscillian habían
perecido, pero en 1885, Georg Schepss descubrió en la Universidad de Würzburg once
tratados genuinos, publicados como Priscilliani quae supersunt . Editado por Georg
Schepss. (Corpus scriptorum ecclesiasticorum latinorum, 18.) Viena, 1889. Aunque llevan
el nombre de Priscillian, cuatro que describen el juicio de Priscillian parecen haber sido
escritos por un seguidor cercano.

 Gnosticismo 

El gnosticismo (del griego antiguo: γνωστικός gnōstikós, "tener conocimiento") es un


conjunto de antiguas ideas y sistemas religiosos que se originó en el siglo i entre sectas
judías y cristianas antiguas.[1] Estos varios grupos enfatizaban el conocimiento espiritual
(gnosis) por encima de las enseñanzas y tradiciones ortodoxas y la autoridad de la iglesia.

Viendo la existencia material como defectuosa y malévola, la cosmogonía gnóstica


generalmente presenta una distinción entre un Dios supremo y oculto, y una deidad
menor y malévola (en ocasiones asociada con Yahveh (Jehová) en el Antiguo Testamento
quién es responsable de crear el universo material.

La Gnosis se refiere al conocimiento basado en la experiencia o percepción personal. En


un contexto religioso, la gnosis es conocimiento místico o esotérico basado en la
participación directa con lo divino. En la mayoría de sistemas gnósticos, la causa
suficiente de la salvación es este "conocimiento de" ("familiaridad con") lo divino.

Los orígenes del gnosticismo son oscuros y aún hoy motivo de debate. Los grupos
cristianos proto-ortodoxos llamaron a los gnósticos una herejía del cristianismo, pero de
acuerdo con los académicos modernos el origen de la teología gnóstica está
estrechamente relacionado con medios sectarios judíos y sectas cristianas primitivas.

 Doctrinas 

La Salvación 

Los gnósticos consideraban que el principal elemento de salvación era el conocimiento


directo de la divinidad suprema en la forma de intuiciones místicas o esotéricas
Según esta doctrina los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio
de Cristo, sino que se salvan mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo
divino, que es un conocimiento superior a la fe. 
Ni la sola fe ni la muerte de Cristo bastan para salvarse. El ser humano es autónomo para
salvarse a sí mismo.
El gnosticismo es una mística esotérica de la salvación.

Escritos 
Muchos textos gnósticos discuten no los conceptos de pecado y arrepentimiento, sino los
de ilusión e iluminación. 

Creencias 

Doctrina principal de los gnósticos era la irremediable maldad de este mundo, creado por
un dios (el demiurgo) maligno. De modo que hay dos dioses: el dios de bondad no es
creador ni tiene relación con hombre y mundo, sino sólo con las lamas primigenias, caídas
en el cuerpo de los hombres. Para volver a su estado anterior disponen de la gnosis. El
gnosticismo mantiene así una relación no vicaria con el cristianismo (no es una herejía,
sino una mitología doctrinalmente independiente).

La doctrina básica (que luego derivó en múltiples variantes) del gnosticismo era que la
materia es esencialmente mala y el espíritu es esencialmente bueno. Los gnósticos
pasaban a afirmar que siendo esto así, Dios no puede tocar la materia, de manera que
Dios no creó el mundo. Lo que hizo Dios fue lazar una serie de emanaciones.
Cada una de estas emanaciones se alejó más de Dios, hasta que por último hubo una
emanación tan lejana que pudo tocar la materia. Esa emanación fue la que creó el mundo.
La idea en sí ya es suficientemente mala, pero la empeoraba con un agregado.

Los gnósticos sostenían que cada emanación conocía cada vez menos a Dios, Hasta
llegar a un punto en que las emanaciones no sólo ignoraban a Dios sino que le eran
hostiles. Así legaban, finalmente, a la conclusión de que el dios creador no sólo era
distinto del Dios verdadero, sino que lo ignoraba y el era activamente hostil.

CERINTO, uno de los líderes de los gnósticos, afirmaba que el mundo fue creado, no por
Dios, sino por cierto poder muy separado de él, y muy lejano de ese Poder que está por
encima del universo, e ignorante del Dios que está por encima de todas las cosas.
Los gnósticos creían que Dios no tenía nada que ver con la creación del mudo.

Por eso Juan comienza su Evangelio con esta resonante afirmación: “Todas las cosas por
él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3) Por eso
insiste en que “de tal manera amo Dios al mundo” (Jn. 3:26).

Frente a los gnósticos que tan equivocadamente espiritualizaban tanto a Dios que lo
convertían en un ser que no podía tener nada que ver con el mundo, en respuesta a lo
que sólo podía ser un mundo sin Dios, Juan presentó la doctrina cristiana del Dios que
hizo el mundo y cuya presencia inunda el mundo que él hizo.

Las creencias de los gnósticos influían en sus ideas sobre Jesús, a las cuales afectaban
en dos formas distintas.

(1)- Algunos de los gnósticos sostenían que Jesús era una de las emanaciones que
procedían de Dios. Sostenían que Jesús no era divino en ningún sentido real; que sólo
era una especie de semi-dios que estaba más o menos distante del Dios verdadero; que
era sólo un eslabón más de la cadena de seres inferiores que estaban entre Dios y el
mundo.

(2)- Otros afirmaban que Jesús no tenía un cuerpo real. Según sus creencias, Jesús no
podía haber tenido un cuerpo. Un cuerpo es materia y Dios no podía haber tocado la
materia; de manera que sostenía que Jesús era una especie de fantasma sin carne ni
sangre reales. Afirmaban por ejemplo, que cuando pisaba el suelo no dejaba huellas,
porque su cuerpo carecía de peso y sustancia.

Nunca hubieran podido decir: “Y aquel Verbo fue hecho carne” (Jn. 1:14). Agustín nos
relata cómo, leyendo gran parte de las obras de los filósofos de su tiempo, había hallado
mucho que se parecía a lo que estaba en el Nuevo Testamento, pero, decía: “`Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros` no lo leí allí.”
Es por eso que, en su primera epístola, Juan insiste en que Jesús ha venido en carne, y
declara que cualquiera que niega ese hecho está movido por el espíritu del anticristo (1Jn.
4:3)

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